ANALHS DEL REINADO DE DOÑi ISABEL 11. Esta obra es propiedad de los herederos det...
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ANALHS
DEL REINADO DE DOÑi ISABEL 11.




Esta obra es propiedad de los herederos det autor,
los que perseguirán ante la ley al que la reimprima; á
cuyo fm llecaráti fodos los ejemplares la siguiente rú-
brica


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ANALES DEL RmlNADt
DB


D.A ISABEL 11.
OBRA POSTUMA


DE DON" JAVIER DE BURGO'


TOMO 1.
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MADRID.
ESTABLECIMIENTO TIPOGRAFICO DE MELLADO,


ulle de Sanla Terna núm. 8.
IlDCCCL.




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DON JAVIER DE BURGOS·


!'Iaciú en la ciudad de Motril, provincia de Granada, el 22 de octubre
de 1778, de.familia noble aUlHlUC escasa de bienes, Al principio de su carrera
sf dedicú á las riencias er..lr,~iá5ticas; pero mostrando siempre mas aficion al
"studio de la elocuencia y la poesia, se trasladó á tUadrid en 1793, rJonde solo
permaneció dos años, al cabo de los cuales volvió á su pais.-Durante la in-
vasion francesa desempeñó cargos honoríficos, de cuyas resultas tuvo que emi-
grar en 1812, y permanecíó en el cstraugero hasta 1817 que fijó su residencia
eu 1 .. corte. En 1824 fué á París de órden del gobierno á desempeñar una comi-
;ion de hacienda, y en 1827 p'gresó á España. llesde entonces ocupó siempre
un puesto distinguido en la administracion, hasta que en 1833 rué nombrado
1I1luistro de Fomento, y mas adelante senador del reino, consejero real, y por
último ministro de la Gobernaeion en i84G. l'aHeció en Madrid el 22 de enero
de 1848, á los 69 años 3 meses de edad.-Los escritos mas notables de Burgos
,on: la famosa esposicion que ele.ó al rey desde P"rís; la Inslruccion á los sub-
delegados de Fomento; la traduecion de lIoracio; sus Lecciones de adminis-
tr"cion, y la historia ó Anales del reinado de doña Isabel Il. Al principio de
,'sla oh[a va una estensa lJiografia , en la que se hallan muchos de los docu-
mentos ql!r arahamos dI' cilar,






: ,¡ f i " . ~I






NOTICIA BIOGRAFICA
DEI,


N\CIÓ don Javier de Burgos en la ciudad de Motril, el22 de oc-
tubre de 1778. Sus padres, nobles r aeomodados, le destinaron á
la iglesia, y le hicieron entrar, á la edad de 11 años, en el co-
legio, célehre entonces, de San Cecilia de Granada, donde eursó,
con notaLle aprovechamiento las ciencias eclesiásticas, y comen-
zó a distinguirse por los conocimientos en que tanto sobresalió
despues, mostrando desde luego una decidida aficion por la elo-
cuencia y la poesía. Concluidos sus estudios, sus padres le en-
yiaron á que los completase con el conocimiento del mundo y el
trato de los hombres de letras; y, eontando solo 19 años de edad,
pasó á la corte en 1798.


Era á la sazon el esclarecido poeta don Juan Melendez Val-
(1;, ~Iuchas de las noticias que aqui damos, están sa('ada .... de la rs('plPlltt'


hiografia publicarla por rl Sr. H. N. P. maz .~n 1842.
TOMO 1. 1




moen \1'1.\


tlés, liscal tle ia "ala tlt, alcaldes tic casa y t'lírtc, y tlc8eanllo
Burgos ronocerle, y no permitiéndole su impaciencia huscar
quien le acompañase, se prrsentó en casa del ilustre magistrado.
I¡ue se hallaba ~\ la mesa. l\fanifest:íronlo asi los críado~ al jóven
tlue se obstinaha en entrar, y oyendo "Melendez el ruido, y pre-
guntando ((¿Qué es eso?-Nada ya, le contestó Burgos adelantán-
dose. Por ahora he conseguido el objeto que me había propuesto,
que era el de conocer á vd.-¿Vd. es poeta?-Quiero serlo.-En-
tonces siéntese vd.» De este modo empezaron relaeiones que tan
Íntimas se hicieron despues, y que duraron hasta la muerte del
magistrado poeta. Este, interesado en dar carrera á Burgos, ha-
bló de él á su amigo Jovellanos, y le hizo al mismo tiempo estudiar
la jurisprudencia con un célebre abogado. Cayó á poco el ilustre
ministro asturiano, Melendez fué envuelto en su caida, Burgos
no pensó mas en cambiar sus matrículas, y escitado por su padr!'
á volverse á su pais para disfrutar de su patrimonio, lo verificó
asi dos' años despues. Alli ejerció su cargo de regidor perpétuo,
y fué nombrado á '21 años secretario de la sociedad económirn.
Estos destinos no le distrajeron del cultivo de las letras, é ins-
pirado por un hombre ilustre, se dedicó ¡ulemas al estudio de
las ciencias, nuevas entonces, de la economía política y de la
administracion. Los resultados fine hemos visto despues, acredi-
tan el ardor y el aprovechamiento con que emprendió esta nueva
y gloriosa carrera.


En ella comenzaba á distinguirse cuando sobrevino la inva-
sion francesa. Ocupadas las AndaluCÍas, creyó Burgos que todos
los hombres (le raler á quienes no cra dado abandonar con su do-
micilio el manejo de sus bienes, podian aceptar sin mengua, y
aun con gloria, la patriótica mision de mediadores entre los in-
vasores y los invadidos; yen consecueneia admitió el encargo, eon
que se le brindó, de subprefecto de Almería, y sucesi\amcnte log
(le presidente de la junta general de subsistencias de la provincia ¡h'
Granada y corregillor (le su capital. Hizo en el desempeiío de estos




DE 1J1J'i JAVIEr. DE lJUncos.


destinos hienes inmensos, que resultaron completamente justifi-
Lados dCS!HlCS, en su rspedientc de purilicacion.


En i8a, hubo de (l(~jar Sil pais, á pesar de las seguridades
é instancias de cuantos habían esperimentado los beneficios de
su admínistracion. Marchando, dejá depositado su tesoro de ma-
nuserítos y su biblioteca, y un ex-fraile, a quien habia colma-
do '(le beneficios, denunció villanamente la existencia del depó-
sito, qne fué invadido, sirviendo los papeles y demas efectos
de botin á empleados infieles. Alli perdieron las letras, entre
multitud de composiciones dramáticas, líricas y diMteticas, un
poema ('pico de la conquista de Granada, y las traducciones del
poema de tucrecio de llenan ?wtum, y de las Geórgicas de
Virgilio.


Compensada fué en parte tan sensible pérdida, gracias á la
infatigable laboriosidad de Burgos; pues a su emigracion dehe-
mos el comienzo y conclusion (le la ardua empresa de tradn!:il'
en versos castellanos todas las o}lras de IIoracio; elllpre~a ([lit'
(,oll~!itl1yc clmas helio floron de Sil corona literaria.


En 18t7, lijó Tlurgos su resi(lellcia en l\Iadritl; y, desl'oso lk
dar á luz este importante trabajo, dedicóselo por consejo 11(' al-
gunos amigos suyos, al rey, qne aceptó gustoso, no sin que el
ministro don Juan Lozano de Torres, cuya administracion ha ealili-
ca(lo muy hien IIn contemporáneo escritor, hoy diputado, de ca-o
¡¡ricllosa é irl'lCci()na{, delu\'iera la obra en su gabinete cerca
de dos años.


Mientras !~st() sucedia, entretcníase Burgos Cll IlUblicar la
Continuacion del Al11lacen de (rutos literarios, donde (lió ú luz,
entre buen número de apreciables obras inéditas, los Aforis-
mos del secretario de Felipe n, Antonio Pen'z; puhlicacion
r¡ue le acarreó un principio de perRecucioll por parte (lel Santo
Oficio.


En 1819, empw¡ Burgos á pllhlicar COII ('1 tílulo tle ;lliscelá-
!lca de comercio, artes y literatura, \1n periódico dr (flH' (,1




BIOGRAI'IA


era lIJUCO redactor, acreditando en ladas CS!¡b materias, sus
profundo; conocimientos y su incansahle lal)oriosidat!. Sorprell-
diMe en tales trabajos el reconocimiento dl~ la COllslilucioll por
Fernando YIl en la llodw <le! "] de marzo de 1820; Y esta noti-
cia, anunciada al punto en ~u periódico con muy liberales co-
mentarios, <lió ú la Jliscelúnea tal nomlJratlía, que muy fre-
cuentemente se despachalJan, I.~osa ha6ta entonces ~;in ejemplo ('11
Espafla) tie 811 10,001) ejemplares.


CQll\ocadas las Córlc" i ntlictÍ y sostmo Jlur~o~ la idea dI'
<Iue fuesen l~onstillly(;IlI(',;. t!(',;ealldo <Itle S(~ acomodase pI có¡Jif!;o
gatlitullo al l'~píJ'itll de la l1loll;m¡uia, y SP lHl,;iera mas CII COll-
sonancia con las costumhres y los ¡¡¿¡Jit03 tIc la nacioll. Suscitól!'
e,;ta idea c¡)ntralli(~ci()ne; violenta" que se aumentaron en seguida
por la constancia con que defendia contra todos las opiniol1P";
moderadas; y esto, unillo ;Í la Ímproh(l tarea de redactar solo 1111
periódico diario, le ocasionó una gravíslma enfermeda(l, que le
obligú ;Í suspender ~Il pnhli(:aeion. Uestahlecido á poco, se hizo
eargo de la direccion del Imparcial, <le f¡nien eran afalllado~
redactores Li:;ta, ~IiiJano, Hermosi!la y el IW!I"(lul'S de Almena-
ra. A con,ecllcncia de los sucesos llel 7 de julio, eeslÍ el/mpar-
cial, y con dIos lrabajos periodisticos de Burgos.


Ya en 1 S;!O, habia puhlicado, con estraonlinario ¡"xito, los
dos primeros tomos de su traduecion de Horaeio ,y cn 182.2 pro-
cedió ú la impresion <lel 3.° y i.o .. \ la aparicion ¡Je tnn incsti-
mahle joya liberaria, hasta sus mas implacable,; <llher5arioo po-
líticos dieron treguas ú su lucha para entonar cúntiros de ala-
banza al yate que tanto hOllor y lustre dalJa ú Espaiía.


Terminada la ill1[lresion de Horacio, empezó á dar á luz ulla
Bio,r¡rafirt universal, de que puhliclÍ en pocos meses cuatro to-
1ll0~, La guerra civil entorpeció esta publicacion, <¡Ile no pudo
continuar pOi' los de~astrosos acontecimientos sohre,enidos
despues.


Alejado Burgos (le la política, hall<ilHlse tranlluilo en su




DE DO' JAVIEI\ DE BCllCOS.


retiro, entregnuo ú su,; estuuios, cuando, el :22 de marzo de 182 Í,
se presentó en Sil casa el direclor de la caja de Amortizacion,
proponiénrlolc pasar ~'t París á removcr los ohstáculos (Ine im-
pedian la I'calizacion del empréstito que, en el mc~ de Sel!rm-
l)['e anterior, habia contratauo con el hanquero (,ucbhar la re-
gcncia presidida por el duque del Infantado, y que lllas tarde re-
conoeili y ratillcó el rey. DC:i[lUCS de algunas esplic[1cione~, a('('p~
tú Rurgos; y I'ecihiuos su nombramiento é instrucciones, marchó
á París, donde desplegando en su calidad de comisionado rí\gio,
un celo sin igual, allanó mu¡;]¡as y hasta pntonces insuperables
dificultades. El resultado de ello fu{~ que, en el siguiente
mes de lloyiemhre, ya hahian entrado en las arcas del tesoro e~­
pailOl 170 millones, de un empréstito que se suponía irrealizable.
Este cuantioso socorro puso en note el tesoro exhausto, 8in que
por eso dejase su obtencion de provocar contra el habil y activo
intermediario, las mas terribles é inmerecidas hostilidades de
que á su tiempo daremos cuentn.


Evacllarla por Jlllr[!'os hreve y snlisfactoriamrllle esta difícil
comision, cO!¡[iúle el gobierno sueesinll11Cntc otras de no menos
trascendencia. En el desempeiío de ellas, tropezó el activo comi-
sionado con la !llultilllll de ohstáculos que el estarlo interior de
España, en aquella j~poca, no podia menos de oponer á los es-
fuerzos de sus agentes en los paises estrangeros. Cada vez que se
presentaha una de aquellas dificultades, hacia Burgos, sobre el
modo de superarla, indicaciones en(~rgieas que, contrarias a ve-
ces á la marcha política adoptada por el ¡:;ohicrno, no sicmpe
permitian a ('ste tomarlas en consideracíon. El perseverante agen-
le insistia, y, en una ocasion, no t('mió decir que cada dia serian
mayores los embarazos que tan frecuentemente se denunciaban ti
no eran al fin acogidas sus anteriores indicac.iones. Con ~te 1110-
¡iyo se le previno de real urden formular esplieitamente aquellas
ú que aludia; y, en couleslacion al oficio en que se le trasmitia
la pspresion dll aquella soherana voluntad, dirigió Burgos, desde




1; llIOGR'\[<'1.\
París, en H de enero ucl82li, ULla esposicion á Fel'llanuo Vil, (1)
¡Ienunciando los males que aquejahan á España en aquella época,
y proponiendo las medidas que, rara remediarlos, pudia adoptar
el gobierno.


Entre ellas, se atrevió el autor á proponer una amnistía tan
ilimitada, como no se ha concedido hasta 1817 ; poner en venta,
con arreglo á una autorizacion otorgada antes por el sumo pontí-
fice, trescientos millones de bienes del clero; separar ue las atri-
buciones del consejo de Castilla la administracion superior del Es-
tado, y con fiársela á un ministerio especial, denominado de lo
Interior. Y esto lo hacia un empIcado en enero de 1826, clIando
estaba en su apogeo la reaccion mas espantosa que jamás pesára
sobre ningun pais; y esto halló en el rey mismo una especie de
acogida, que neutralizó ~l furor que la memoria habia escitado en
los reaccionarios. Circulando de ella un prodigioso número de co-
pias manuscritas, un desconocido la imprimió en Cadiz en julio
de 1834, poniéndole la siguiente advertencia.


«La memoria que ofrecemos al público, dice el autor gadita-
»no, es uno de los documentos mas importantes del periodo de
~Ios diez años últimos. Ni de las personas que gozaban la gracia
"del gohierno, ni de las que él miraba con desconfianza ó aver-
»sion, hubo una que, en touo aquel periodo, y mucho menos en
"enero de 1826, en que la intolerancia estaha en su mayor fuerza
»osase llamar la atencion del rey difunto sobre la urgencia de
»hacer reformai capitales en el sistema de la administracion , y
»en los principios del gahinete.


«El riesgo que en aquella época se debia correr con tan 50r-
»prendente manifestacion; la calidad de'empleado que tenia su au-
»tor; la patriótica confianza con que proclamó ideas de justicia y
"de órden, que estaban en oposicion directa con las qlle entonces
"prevalecian; el conocimiento profunuo que manifestó lener de
"las necesidades del país; torlo contribuyó á dar á su papel muy


(t) Apéndice número t.




DE DPN J.\VIEI\ DE 1ll;1\(;OS. i
))gramle eelchrühul, y á promover el entusiasmo con que rué pl'O-
»curado, buscado, leido y saneiollado por el voto unánime de los
¡)amantes de la patria. Sin diligencias, yaun sin noticia, segun se
"dijo entonces, del autor, que se hallaba fuera del reino, las copias
))circularon dentro deél hasta el número de cinco mil, y muchos pe-
nriódicos estrangeros insertaron casi entera su tratluccioll literal."


Como quiera que sea, tan notabl() esposicioll cst:ll('jos de ser
conocida como merece serlo por la elevacion de sus máximas po~·
líticas, la exactitud de sus principios administmtivos, la patrióti-
ca franqueza de su lenguaje, la lúgica vigorosa de sus raciori·-
nios, la correccion y la elegancia de su fácil al par que enérgico
estilo, por cuantas dotcs, en fin, pueden realzar \In cserito dl' Sil
género. l)or las matcrias que abraza; por el órden con que b;
trata; pOI' la soltura con (Iue las desell\'uelve, puede considerar~e
como un magnífico programa de gobierno que, poco tiempo des-
pues planteó en efecto el autor. El rey mismo lo oyú sin disguo-
lo, y aun con benevolencia, pues dió en seguida al autor la cruz
supernumeraria de la órden tic Carlos IH. La opinion liberal h-
rindió un CIlItO solemne, lllultiplieando las copias manuscritas y
(lcl'orándolas con entusiasmo.


Aceptada en 1821 la dimisioll (Iue Burgos habia hecho repe-
tidas veces de sus funciones en París, regresó ú Espafia don<l('
rué nombrado vocal de las juntas de Fomento y de haneeles, in-
tendente de primera ciase, y en seguida consejero honorario del
~upremo de Hacienda, y caballero pensionado de Carlos III. A
virtud de los esfuerzos hechos en la junta de I<'omenlo, por BlIrgo~
y por dos ó tres ¡JI.' sus colegas lllas distinguidos, empezó ú intro-
dueir el gobierno de aquella época importantes mejoras CIlla admi·
nislracioll.


I<:n el mi~lllo afio, la acadell!ia cspafiola ahrió sus puertas a
Hurgo~, (Iue inaugurlÍ su ('ntrada en aquel templo de las Musas,
con un discurso cn que estableció y sostUYO el atrevitlo teo-
rema filológico 111', (( que apenas h~y voz tan haja. frase tan hu-




lllOGRAFIA


lllilde que la pocsía uo pueda ennol)lecer; y que el tino para amal-
gamarlas, que es lo que el poeta de Venuso llamaba callida junc-
tura, es, generalmente hablando, la única condicioIl que se ne-
cesita para ennoblecer locuciones en que no se haya reconocido
antes esta cualidad.)) Burgos probó de una mancra victoriosa la
verdad de este aserto, que hasla entonces se hahia calificado
de paradoja.


Poco despues, hizo representar é imprimir una comedia
intitulada Los tres iguales, que habia compuesto muchos aflos
antes, para probar la posibilidad de multiplicar y variar las pe
ripecias dramáticas, sin faltar al respeto supersticioso que enton-
ces se tributaba :i las famosas unidades del teatro llamado clási-
co. En la combinacion inventada por el autor, pareció en efecto
demostrada la posibilidad que en la lucha literaria que dió már-
gen á la composicion, se disputaba, pues los camhios de situacion
del protagonista eran mas frecuentes y rápidos que los que habia
introducido en sus sencilllsimas fábulas el clásico Moralin. Pero,
por una parte, raya en lo imposible multiplicar y complicar lan-
ces en una accion que se supone durar dos horas, y (Iue se cir-
cunscribe al estrecho recinto de una sala, y por otra parte llurgos
creia, como lo habia creido siempre l\Ioratin, y como lo creian
entonces los Gorostizas, los Tapias, los Moras, y cuantos trabajaban
para el teatro, que el diálogo cómico debía ser tan fácil, suelto y
poco elevado, como el tono de la conversacion familiar. Por efec-
to sin duda de esta creencia, unánime en el arro de 16 ó17, en
que la pieza se compuso, Burgos, á pesar de que ningun trabajo
le costaban las mas complicadas combinaciones métricas, no em-
pleó otra que el romance de ocho sílabas; y todavía, como si re-
celase que pudiese este saltar la valla del lenguaje ordinario, no
ustÍ en su ohm toda mas que de los asonantes en eo y ca , (lile
por su facilidad hubieron de parecerle mas propios para imitar ú
remedar la llaneza del estilo comull. A favor de esta precaucion
pudo aventurar una escena en lléLimas, y otra en verso~ de seis




DE DO:" J.\\"IE1\ lJE B¡jI\GOS. !)


silabas; y todavía fue censurada esta innmacion por los clasi-
quistas, (Iue no reconocian escepeion á la regla que habian e,la-
blecido de emplear solo el romauce octosílalJO.


En ])reve, no obstante, cambiaron los usos, y ya en lSn se
ralificaba de pusilánime lo que ulla docena de aiios antes se ha-
bia mirado como atrevido y aun temerario. Burgos mismo fuó uno
de los primeros en reconocer que era posible emplear en el diálo-
go cómico toda clase de me'tros, sin perj udicar á la soltura y á la
sencillez, que dehian en cualquier caso formar su carácter espe-
cial. Para proLarlo hizo su comedia de El baile de má~caras,
en la eual mostró ser compatibles las galas tle la vel'silica-
eion COIl la soltura del lenguaje, los primores de la elocu-
eion COIl la sencillez del estilo de las eomersaciones familiares,
la complicacion de las peripecias con la nrosimilitud de las si-
tuaciones, y aun, á favor de combinaciones particulares, el tlis-
ere tea de la comedia antigua con los habitas de la sociedad mo-
derna. Burgos, á quienes graves oeupaciones públicas impe-
dian dar importancia á estas agradahles distraeciones privadas,
llevó la modestia hasta rehusar al ayuntamiento de Madrid, que
en 1833 habia dispuesto representar eOIl pompa, y ensayar con
esmero aquella eomedia , el permiso que para ello solic.itó del
autor, ya elevado al ministerio de "Fomento. El motivo que
para negarse á ello tuvo, ó á lo menos la eausa que para hacerlo
alegó, fuó únicamente el temor de (Iue se atribuyese á inllueneia
ministeriul el paso oficiosu de aquella illLstre corpora<.:ion; y este
esceso de delicadeza pri,ó al público de un espectáculo, dispues-
to ú preparado en términos de realzar el mórito de la cOlllposicioll.


Poco antes de este suceso, Burgos, á (lllien su af¡cion ú las
empresas agrícolas y fabriles disgustaba de trabajos administra-
tivos, que las cireunstancias de la época HO permitian siempre
utilizar, resolvió trasladarse á Granada, para cuidar de SlLS vas-
t05 intcrcses, y promover la prosperidad de su pais natal. Ocu-
llál)ase despues de afio y medio de estas para él agralJahlc, ta-




10 RIOGltAFlA


reas, cuando, algunos tlias antes del fallecimiento del rey, ~e J,'
llamó de su órden á "ladrid. Acudió Burgos al llamamiento, ~
cuando, tres semanas despnes, exhaló l<arnando VII el último sus-
piro, quiso aquel regresar {¡ su casa, (lunde espera ha poder aea·-
har en paz sus dias. Impidiósc10 el ministro don Francisco dI'
Zea llermudl'z, anunciándole que la intencion del rey morilJllndo
era elevarle al ministerio de Fomento, y que tal era asimismo el
propósito de su augusta viuda. Aquel ministerio dehia en efecto
t¡uedar vacante de un momento á otro, puesto qut', el conde de
Ofalia, que le ocupaba, estaha nombrado secretario del consejo
de gohierno, erigirlo por el testamento del rey. Dudóse, tle,de
que fué conocido este designio, que Burgos aceptase un encargo,
en cuyo desempeiio tenia que trocar las dulzuras de su situacion
por las incomodidades y compromisos que no podria menos (le
causar á todo ministro el estado en que por entonces se hallaha
el pais.


Acahaban, en efecto, ue pronunciarse Bilbao 'Y Viloria en ravor
ue uon eádos, y Vizcaya y Alava ohedecian ya al impulso (Iue
les llicran sus capitales respectivas. Notábansc en Castilla la Vi(~
ja indicios de una próxima y general conflagracion; oíanse ala-
ri(los ue guerra en las breñas del Maestrazgo, y saltahan ú las
montaiias de Santander y á las vegas de Talavera chispas (le un
incendio que amenazaha estenderse á touos los puntos delreillo,
Habíase pensado contenerlo ó apagarlo por el anuncio que, á lo,;
seis dias del fallecimiento de Fernando VII, hizo la reina goher-
nadora, de que, durante la menor edad (le la reina su hija, no ,('
haria la menor innovacion en las illstitu.::iones. Pero estas segu-
ridades, eontenidas en el manifiesto de 1 de octubre, sin al¡"il'-
tal' ,i los carli,tas, habian indispuesto á los liberales, rellniuo~ el!
.\Iadrid á consecuencia de la reciente anlllistía, y refurzado" lu('-
go por la agregacion sl\l:esi\'a de muchos que cad" dia Ilngahan
(le las provincias. lIabríanse por de pronto ('ontcnla(!o unos y
otros, ya ron una promesa vaga !Í alHhi~lta de variar larde l') lem-




DE DON JAVIEI\ DE VUlGOS. 11


prano lo que, en la marcha política, pareciese tic mas urgellte rr·
forma, ya acaso con el silencio sobre cuestiones (Iue los mas creiall
prematuras ó estcmporáneas. Pero cuando vieron desyaneeida,;
por el manifiesto las esperanzas que abrigáran, de t¡ne se restahle-
ciese un dia el régimen político abolido en 18'23 , empezaron a
manifestar disposiciones hostiles, que embarazahan la accion del
gobierno, y le impedian emplear todos sus medios para sofocar
el incoado movimiento carlista. Estos medios, por otra parte, eran
escesivamente limitados, pues el tesoro carecia de recursos, y el
ejército, notablemente disminuiuo Jlor los licenciamientos del
verano anterior, se hallaba reducido á i1o,000 hombres, de los
cuales solo se habian podiuo destinar ti ó 6,000 á coml)atir la in··
surreccion de las provincias del Norte.


No hubo sin embargo de arredrar á Burgos tan complicalla
situacion, que sin uuda creia él poder simplificar con los bene-
ficios que meditaDa proporcionar al pais.


Profundo conocedor de la ciencia administrativa, á que desde
sus juveniles años se habia dedicado con fruto, juzgósele COII so-
brada razon el hombre mas apto para ponerse al frente de las rc-
formas que ya sc iban haciendo entre nosotros una imperiosa ne-
cesidad. Queríalas el poder lentas, y tal era tambien la voluntall
de Burgos; pero, traspasaudo su imaginacion la valla de sus de-
seos, hubo dia en que, con asombrosa actividad, se le vió uespa-
char y escribir de su puño ciento sesenta rcsoluciones, acertauas
todas ellas, y capaces cada una ue por sí de demostrar la esten-
sion de los conocimientos administrativos de aquel infatigable y
celoso consejero de la Corona.


En el mismo Jia 21, en que tomó pose~ion, presentó en efccto
á la firma dc la reina 'gobernauora un decreto, anulando ellllOIlO-
polio de la fábrica de San Ildefonso, propia del patrimonio real, y
autorizando la lihre fabricacioll é illtrulluccioll de crislales, l/llC,
por favorecer al/ue! estahlecimiento (que á pesar de lotlono prospe
raba), estaban prohibidos en )lauriu y en Illuchas leguabell contorno.




BIOGnAFIA.


'lo {unIó el lluevo ministro de Fomento en convencerse de la
insuficiencia de sus colosales esfuerzos para dar cima á la 01)\'<1
euya realizacion se proponia, á no tener en las proyillcia~ de Es-
paiia agentes suyos encargados de ejecutar sus órdenes, y cnpa-
ces de coadyuvar al logro de sus patrióticos proyectos. Cun este
fin, uespues de hecha la oportuna division territorial, puso al
frente de las 19 proyincias que de ella resultaban, á los hom-
bres mas aptos que, sin uistincioll de color político, encontró para
desempeflar tan importante encargo, y, deseoso de completar su
obra de regeneracion, publicó su célebre lns{ruccúm llam los
wbdelcuados de (omento, (1) glorioso monumento de lIu(~stra
historia administrativa. Bellísimamentc está escrita aquella eirc\l-
lar, á que algunos han dauo el nombre de poema. Todo lo abra-
za en ella la poética imaginaeion de Burgos. La industria,
el comercio, la agricultura, los ayuntamientos, las minas, la
lJOlicílL, la instntccion pública, las sociedades económicas,
los e8tablecimientos de beneficencia y de cOl'reccion, las her-
mand,ldcs !I ca/radias, los caminos, puertos !I crl11ale,s, los
teatros y espectáculos, las calamidades lJlíblicas, la ca:.a, la
pesca, la divisio¡¿ turritorial, la estadistÍ<:a y hasta los despo-
blados, reeibian del ministro de Fomento el impulso que necesi-
taban unos, la proteccion de que carecian otros, sin descuillar
su penetracion los abusos y defectos que merecian corregirse.
¡Graude hombre de revolucion era Ilurgos! Lleno de celo, dotado
tic una inteligencia superior, y de una energía sin límites, todo
trataba de reformarlo, IÍ por mejor decir, todo queria hacerlo
IlUC\O. Encontró un suelo estéril, lo fecundizó y Jo sembró; y IIU
fué ciertamente culpa suya si no recogió de Sll~ esfuerzos lo~
opimos frutos que de ellos era dado esperar.


El '13 se espidieron, pues, por su ministerio seis decretos para
la creacion de gohiernos ci\'iles, que en seguida se plantearon
hajo la dCllominaciulI de subdelegaciones de Fomento, para la




DE DON JArIElI DE BURGOS. 13


publieacion de un (liario (le administracion, mejora de la planta
de la dircccion de eorreos, redaccion de una ley de libre co-
mercio de granos, otra de acotamientos de heredades, y otra de
refundicion de los vejatorios reglamentos de policía. Dos dias
despucs (el '25), se suprimieron los onerosos repartimientos, /1up,
para devolyer á los pósitos los grandes caudales aplicados du-
rante la guerra de la ilHlependencia al socorro de premiosas ne-
cesidades, se repetian periódicamente despues de muchos afios,
y eran un manantial perenne de estafas, y el abismo en que se
il)a hun(liendo la fortuna de muchos pueblos. Dispúsose al mismo
tiempo reformar los reglamentos incoherentes y contradictorios
del ramo de pósitos, y formar, sobre abastos y policía de los
mercados, una ley, (Iue hacian urgentísima los gravámenes que
las reeopiladas imponian á la prodllceion, y los estimulos que
daban al monopolio, mientras que parecian dirigidas á impedirlo
ó á eoartarlo. Al dia siguiente (el '26) tres eomisiones fucron en-
cargadas <le refundir en un sentido ycrdaderamentc liberal los
rcglmllenlos rigentes de imprenta, de destruir las rc"triceiones
que illlponian las leyes antigllns al ejcrcieio de la libertad indi-
vidual, de la fürma('ion tle un sistema de igualacion de pesos y
medidas, y de la Sllslitncion de las monedas efectiyas á las ima-
ginarias en las o[wraeiones de eambios. Para el desempeüo de
estos encargos, no solo se nombraron las personas que mas repu-
tacion gozaban de entender estas diferentes materias, sino qne,
en los deeretos mismos !le creaeion de las eomisiones, se fijaron
los principios que debian guiarlas en la redaceion de [as leyes
(Illél se les eneomendahan.


En pI mismo dia '21, en que llurgos fué nombrado ministro
de Fomento, representó alguno de sus colegas la neeesidad de
(lile en to\10s los ministerios se hieiese lo mismo que él se pro-
ponia hacer en el suyo, de modo que resultasen simultáneamen-
te socorridas todas las neeesidades del seryicio públieo .. \cogidn
a unanimidad esta indicaeion, se acordó soltmlllizar la jura de la




BIOGRHLI.


rpina, seiwlada para el H , espidil\ndose á la vez por tOllos lo~
ministerios, decretos benéficos; y, discutidos el 2.2 , salieron reu-
nidos en la Gaceta de! i2~. Entre ellos figuraba 01 espedido por
el ministerio de Estado, ampliando la amnistía anterior, y este n-
dióndola á los ArgüeJIes, nausá, Lagasca, Valdós y otros dipu-
tados de las antiguas Córtes, con reslitucion de sus bienes, de-
rechos y honores. En los mismos dias, se decidió el desarme de
todos los voluntarios realistas del reino, y en el '!7 quedaron,
despues de vencida una vigorosa resistencia, desarmados los de
Madrid, y en seguida los de las provincias. En los mismos días,
en Hn, se decretó una quinta de '23,000 hombres para cubrir la~
bajas del ejército, y quedó en el pleno ejercicio de sus atribu-
ciones el consejo de gobierno, no sin que, para facilitar su accion,
hubiese sido necesario superar obstticulos gravísimos.


Asi, ademas de la parle que tomó el nuevo ministro en la
discusion y ejecucion de todas estas importantes medidas, puhli-
có ól en los primeros seis di as de su allministracion doce decre--
tos, tres de los cuales proporcionaron desde luego grandes bene--
ticios á los pueblos, y los otros nueve prepararon y llevaron ;i
efecto la reforma de leyes perjudiciales, mostrando por las sa-
nas doctrinas proclamadas en ellos, y de que los puchlos
se apresuraron desde luego á hacer la aplicacion, rIue era llega--
do el momento de cstirpar los abusos que impi(lieran hasta en-
tonces el desarrollo de la prosperidad general. En los mismos
llias y en los siguientes, se distribuyeron cuantiosos socorros pc-
nmiarios á los puehlos de varias provincias, (lile sufrian e! trr-
rillle azote Ilel cólera, se enyiaron médicos háhiles á ar¡uclla~
en que el mal hacia temer mayores estragos, se disminuyó el
exorhitante rigor de viejas y empíricas precaucioncs sanitaria~,
se atenuaron en cuanto era permitirlo los efertos de aquella pla-
ga, y nada I!UCrlÚ por hacer para dar ú la lllú1luina administmt i-
va todo el impulso que cahia en los estrechos límites de t.an corto
periollo. Pora~ leccS sr hahian yj~to en parte al~llna l·,.iclllplo~




DE ])0:>; JAVIER DE mIRGOS.


de semejante actividad. tas Córtes misma~ de f:átliz que, aisla-
tlas en un recinto estrecho, y revestidas de todos los poderes, ja-.
mús hallaron obstáculos para nada de lo fIne estimaban conv('-
nienlo, no habian en sus mejores tiempos camin:Hlo tan aprisa.


Asi lo reconocieron desde luego los pueblos; y, á los pocos
dias, la Gaceta del gobierno, llena siempre de disposiciones be-
néficas, era por donde quiera esperada con impaciencia y leida
con entusiasmo. A centenares llegaron á poco esposiciones d('
todos los puntos de la monarquía, dando gracias á la reina go-
hernadora por los bienes, que ó derramaban desde entonces, tí
dejaban columbrar como inmediatos, las medidas de su gohier-
no. Solo dejaron ellas de entusiasmar á los que, en el manifiesto del
dia 1 , habian creido Ver una amenaza irremisible de despotismo
perpétuo, y que, en su alucinacion, desconocian que las medidas
que diariamente se iban dictando, echaban sin estrépito ni per-
turhacion los cimientos de un nuevo régimen. En opinion de este
partido, á quien no permitia su impaciencia esperar del tiempo
este beneficio, debia dispensarse desde lucgo y sin preparacion,
como si se pudiesen cambiar, de otro modo flue por trámites pau-
sados ó lentos, los hábitos antiguos, ó como si á los suyos renun-
ciasen mas fácilmente las nacioncs que los individuos. Apoyán-
dose en ejemplos, que creian de facil imitacion, citaban algunos
la Francia y la Inglaterra, donde el régimen constitucional habia
promovido una prosperidad inmensa; corno si esta fuese efecto
tan solo de la influencia de aquel régimen; como si á él se hu-
biese llegado en ninguna de las dos naciones, pronta é inmedia-
tamente, ni de otro modo que caminando por entre rios de san-
gre y sobre montones de cadáveres; como si la forma de gobier-
no fuese un fin, y no un medio; como si, entre lorlas las formas
de gobierno que se conocen, 110 fuese por de pronto la mejor
para un pais empobrecido y atrasado, la que desfle luego produ-
jese mas hienes, y promoviesll mas rapidamente las mejoras y
los progresos sociales; y como si el respetar durante algun tiem-




BIOGIlAFL\.


po los usos antiguos, y (lucrer caminar por grados a la reforma
,le UII sistema político fuese UII indicio de apego á las viejas ruti-
iJas, y no una precaucion indisponsable para desarraigadas, y
asegurar asi la duracion de un sistema nuevo.


A /in de dar unidacl y convergencia á los esfuerzos que, para
la realizacion de sus intenciones, se proponia hacer el partido
que se llamaba liberal, se afilió en reuniones que, poco nume-
rosas al principio, se recataban circunspectas, pero que, robuste-
cidas en breve por agregaciones diarias, y creyéndose por ello
hastante prderosas para no necesitar el disimulo ú la conniven-
cia de la policía, trataron de infundir miedo por el alarde de
sus medios. Asi la oposicion salió de las casas á las calles, y, en
la de la ~Iontera y en la Puerta del Sol, se habló del gohierno
con mas libertad que en Londres ó en París. Ufanos de sus pro-
gresos, los afiliados mostraron un desden constante por las me-
didas benéficas que se dictaban, como si hubiesen de ser de otra
especie las que pudiese adoptar el gobierno mejor constituido; ó
como si todo el bien que se hiciese entonces, no fuese otro tanto
camino andado para cuando llegase la ÚP0(;i! de la regeneracion
política. En fin, creyendo que el desden que afectahan no basta-
ria á desacreditar disposiciones que los puehlos recibian con en-
tusiasmo, inventaron para calificar la índole del gobierno, la de-
nominacion de despotismo ilustrado, sin notar que estas dos
palabras espresaban ideas contradictorias.


Contra Burgos era por entonces menos violenta la oposicion,
ya porque sobre él no pesaba la responsabilidad del manifiesto
de í de octubre, origen de tantos enconos, ya porque algunos de
sus enemigos recordaban la energía COIl que, en su célebre espo-
sicion de t:!í de enero de 1826, habia defendido los intereses tic
los proscriptos tic los dos años anteriores, y combatido la reaccion
durante ellos verificada, ya en fin porque los actos de su admi-
nistracion favorecian de tal manera los intereses tle las masas
populares, que hahria sillo tan injusto como impolítico rechazar-




)}]o: 1.U.'í L\ riER DE BI;R(iIl~.


11)5 Ú zaherirlos. Parecia en efecto liberal su tendencia aun ú lu:;
liberales mismos, y momentos hubo en que pensaron ellos apo-
yarle eficazmente, con la cOfHlicion de [{tle él los apoyase á su
vez. Cónstanos que sobre esto mediaron, si no negociaciones di-
rectas, indicaciones oficiosas que, por demasiada fé en sus prin-
cipios, ó por escesiva confianza en sus medios, desatend ió el
minietro, no sin hacerse por ello blanco de una auimadversion,
limitada hasta entonces á los principales de sus cólegas. Con al-
go mas de deferencia y de conocimiento de la situacion y de la
fuerza de los partidos, Burgos habria sido el ídolo de los libera-
les, como lo rué en breve de cuantos, sin miras privadas, se inte-
resaban en la realizacion de mijora~ de que á louos tocaba una
parte.


Por sn ministerio 5(1 adoptaron t:mtas en brere, que su agIo··
meracion daba apenas lugar para exanunarlas. Al régimen veja-
torio que, sancionado por las ordenanzas, habia contribuido á la
degeneracion y amenguamienlo de nuestras antiguas razas ue ca-
hallos, se sustituyó un sistema de libertad mas conforme eOIl los
buenos principios, y mas favorahle á la proteccioll ele aquella
preciosa grangería; se anularon empíricas disposiciones, relati-
vas á los tanteos de lanas, y los privilegios que, en perjuicio de
la produccion, habianconcedido á los compradores diferentes leyes
recopiladas. Se anuló asimismo la incalificable disposicion que,
con el fin de impedir la esportacion del ganado merino, obliga-
ba á los dueños á la castracion de sus moruecos; se decretó y lle\'ó
:í efecto la instalacion y apertura de muchas c.átedras de aritmé-
tica, geometría, mecánica, física, química y delincacil'l!l; se
erigieron en Madrid dos escuelas primarias gratuitas de adultos
de ambos sexos, por el m{~todo de Vallejo, y se mandó genera-
lizar el mismo método en las proyincias; se fijaron reglas para
las elecciones de ayuntamientos, encar¡;ando á los gofes de la
administracion la direccioll de este ramo, sujeto antes, Lajo la
inspeccion de los acuerdos de los trihunales sUIleriorfs, ú ll;nfos,


TOMO I. 2




lb moeR AFIA
complicados y tlispenJ.iosos tramites; se dispuso redactar una,
ley que evitase los perjuicios de los montes píos y hermandades
ue viiíeros, que se habían abrogallo un ruinoso monopolio; se
suprimieron las exorhitantes precauciones sanitarias, á que esta-
ban snjet3s las procedencias de la isla de Cuba, y las de 108
lmertos franceses dell\1editerráneo; se derogaron los reglamentos
municipales que imponian á los labradores restricciones absur-
das para la rccolccciou de sus cosechas y la [introJ.uccion de sus
ganados en sus propias heredades; :se sometieron á un nuevo
examen las rutinarias leyes de caza y pesca; se ordenó arreglar
la policía de los espeetáeulos, revocar las leyes que infamaban la
profesion de actor, determinar los derechos de los eseritores dra-
máticos, establecer eseuelas de declamacion, socorrer á los acto-
res, perjudicados por haberse eerrado los teatros de resultas de
la muerte del rey, y abrirlos de nuevo á los dos meses de aquel
suceso, aunque, en ocasiones semejantes, estuvieron siempre cer-
rados durante un largo periodo; se dispuso la libre venta de la
seda, sosa, barrilla, trapo, lino y cáñamo, á la cual leyes reco-
piladas imponian tralJas insoportables en fayor de Jos falJl'ic3ntes
de seda, papel, jaLon y tegidos de lienzos; nuevas y completas
ordenanzas de montes, tan benéficas y protectoras como permitia
la situacion, reemplazaron á las viejas que, hasta entonces, ha-
bian contrilmido eficazmente á destruirlos; se lIjó la dase y ea-
tegoría de los subdelegados de 'Fomento; se suprimió para todas
las obras literarias y científicas la censura prévia; y, por primera
vez bajo el régimen absoluto, se dieron a la prensa ensan-
ches, que nadie se habria atrevido á sospechar en aquella época,
y que, solo despues de muchos años de gobierno representativo, se
traló mas tarde de ampliar,


Pero, ni esta,; disposieiones altamente liherales, ni muchas
otras, de mas ó menos importancia, que se dictaron al mismo
tiempo ú en seguida, eontentaban completamente á su autor, que
no ereia delinitivamente asegurallos los beneficios que de ellas




111: no'> HYI"U DE ¡¡[HijOS. 13
esperaba, mientras no hiciese eficaz, rápida y segura. la accion
de la administraclon, estendiéndola á los mas ocultos, á los mas
ignorados rinconcs del reino. Para esto, era necesario establecer
una nueva division tcrritorial y confiar á autoridades especiales
la prolcccion de todos los inlereses que se tratalla de promover.
Oesde 1810, se habia reconocido esta necesidad, y el gobierno
usurpador, que estendia entonces su poder á la mayor parte del
territorio peninsular de la monarquía; habia sido el primero á
dar el ejemplo. Imitóle luego el gobierno de Cádiz, y, sin la
guerra civil que alligió á la sazon á casi todas las provincias, se
hahrian desde el momento cogido los frutos de tan importante in-
novacion. Restablecido en 18'20 el gobierno constitucional, se
procedió á poco tiempo á una demarcacion nueva, que en ·1823
fué anulada, como todas las disposiciones que se clictaron bajo
aquel régimen. Vióse, sin embargo, luego que era necesario po-
ner en contacto los intereses con las autoridades encargadas de
protegerlos, y se traló de una division nueva, bien que limitan-
do sus beneficios al órden judicial. Burgos no titubeó en este n-
derlos al administrativo, y la division nueva fué publicada, y
con ella la célebre instruccion de 30 de noviembre que, mirada,
desde que salió ú luz, como un testimonio de la ilustracion y
del patriotismo de su autor, mereció á poco ser estereotipada, ho-
nor que no sallemos se haya dispensado á ninguna otra produccioll
I'spailOla (1). No se ,ió sin sorpresa que el consejo de gobierno
,'e opusiese á la plantiflCacion (le! nuevo sistema de administracion;
pero, con visla del dictámen unánime del consejo de ministros, le
aaopló la reina gohernadora, y fué proclamado á los cuarenta
tiias de la entrada de su autor en el ministerio, mcreciendo altos
testimonios de gratitud, cuya espontánea espresion llenó durante
:Ilgunas semanas las páginas de la Gaceta de ~Iadrid.


No fué solo e.l consejo de gohierno el f(uc, por miras de eco-
nomía, ó por temor (lc colisiones y conflictos, OPu~() oh5Iú(,1IIo~ á




'lO I!!OGIIAt'U


al~unag tIc aquellas metliJas. ComlJatiéronlas asimismo varios e~­
c:/'itores, á título ú bajo pretesto de ser demasiado estrecha la es-
fera que se señalaba á la accion administrativa, y escesivamcnte
circunscrita la accion de las nuevas autoridalles. ~osotros mismo!>
fuimos durante mucho tiempo de esta opinion, que no mouiJlca-
1l10S sino despucs de haber leido lo que, reJlriendo la historia ¡)G
aquel pt'riodo, manifestó el autor en una de las lecciones de ad-
ministracion que, en 18~O y U, dió con tanta aceptacion en el
Liceo de Granada. (,Por de pronto, decia entonces el profesor ex-
))ministro, por de pronto no se señalaron á Jos subdelegados de fo-
"mento otras atribuciones que las que convenian para ~l desempe-
))fio de su especial y esclusiva mision de [omento; pues la consef-
))vacion de la paz, la seguridad de:las personas y las propiedades,
})y todo lo relativo á la ejecucion delas leyes estaba confiado á la
))autoridad judicial, ó mas bien á los individuosó cuerpos que la
))ejercian. El acto, y aun la tentativa de arrancar á estos, de repen-
))Ie y sin transicion, todas aquellas atribuciones de gobierno, ha-
"bria por de pronto multiplicado los conflictos, que ya desde lue-
))go provocaron algunos capitanes generales, rehusando despren-
"rler8e de la direcclon de la policía. tasimultaneidad de las exi-
llgencias habria. ocasionado confusion, si no trastornos; é impruden-
licia, si no traicion, habria sido provocarlos al empezar un reina-
)ldo, cuya aurora anunció desue luego borrascas.. . . . . Así,
))ni se pudo, ni se debió organizar completamente la administra-
nciOJ}·provincial. ..... se empl1zó por sustraer á la jurisdic-
»)cion de los corregidores y aloaldes mayores, á la inspeccion 8U-
,'perior de los acuerdos de las chancillerías yaudiencias, y á la
"inspeccion suprema del Consejo de Castilla, touas las atribucio-
"Iles de romento .... y en seguida, ó al mismo tiempo, fueron
"puestos los ayuntamientos bajo la dependencia de las nuevas au-
"toridades gubernativas .... tas importantes y trascendenta-
»)Ies innovaciones, introducirlas en la administracion en los seis
¡)meses (Iu(' siguieron á la muerte del rey, se limitaron pues ...




HE DOX JHUII DE IlU¡¡;uS. ':.!l


})3. introducir úl'llen y regularidad en las dependencias que lila:;
"urgente reforma reclamaban, como presidios, montes, gremios, '!
»otras, para las cuales se hicieron Ilucva;; ordenanzas; á derogar
"multitud de prácticas abusivas, sancionadas por leyes desacerla-
»damente combinadas; á romper con su derogacionlas trahas que
"impedian el desarrollo de la prosp('ridad, etc., etc.))


De creer hubo Burgos, al considerar el júbilo y el agradeci-
miento que por donde quiera escitaban sus disposiciones, que
debia aprovechar aquellos momentos para estirpar el cáncer de
la divisioll de los partidos, que contaba 2:J años de duraeion.
En 1808, la necesidad de dar eonvergencia al alzamienl.o nacio-
nal, privando á los franceses de todo apoyo ú cooperacion de
parte de los hahitantes del pais, hizo que las juntas provinciales
primero, la central des pues, y eu seguida los diferentes gobiernos
(Iue se sucedieron en Cadiz, designasen :í. todos los que se hahian
sometido á la dominacion francesa como cómplices, hasta cierto
punto, de una invasion que ninguno de ellos pudo sin embargo
desear ni tenia medios de favorecer. Mas tarde, apoderados los
franceses de casi todo el reino, ohligado el gohierno espaiíol (1
guarecerse detras de las murallas de Cádiz , muchos de los hom-
bres importantes de los territorios ihvadidos creyeron deber con-
jurar, ó atenuar á lo menos, los rigores de la situacion y, hacien-
do lo que, en circunstancias análogas, se hizo siempre en todos los
paises conquistados, interponer para este patriótico objeto la in-
fluencia que les dahan su posicion y su conocimiento de las loca-
lidades. No de otra manera, podian regularizarse servicios que la
ocupacion militar hacia necesarios, y que, abandonados al instin-
lo salvage de u~a soldadesca brutal, no podian menos de oca-
sionar insoportahlQs vejaciones pur de pronto, y á la postre la
mina total de los hahitantes. Contrihuir dehian, con lilas Ó menos
exito, á salvarlos de ella cuantos aceptasen encargos administra-
tivos; á mantener el imperio de las leyes y de la, costumbres
cuanlos los aceptasen judiciales; á impedir alteraciones CIl la llis-




n1O(;U,\[<1.I


clplina lle la iglesia cuantos los aceptasen eclesiásticos; y grati-
tud 3e debia, en vez de odio ú animadversion, á los qne desem-
peñasen en beneucio «el pais sus funciones respectivas , como se
debia censura y castigo a los que se cOllclujesen mal enslIdesem-
pefio.


Mientras que, designándolos por el apodo de afrancesados, se
}lroscribia en Cá(liz á los empleados de casi toda la península,
ocupada por las huestes enemigas, el partiuo proscriptor se di-
viuia alli mismo en serviles y liberales. Estos últimos se subdi-
vidieron mas [¡¡rde en liberales de 1'2 y libernles de 20, en exal-
tados y mouerados, y en otras categorías, designadas sucesiva-
mente con unos ú otros nombres. Vinieron desplles los negros y
los blancos; y, á la muerte del rey, se renovaron denominaciones
tIue el inleres del pais, y aun el de los partidos mismos, aconse-
jaba dejar en el olvido, en que despnes de algun tiempo yacie-
ran. En sus leales, aunque exageradas ilusiones, hubo de creer
Burgos que á él estaba reservada la gloria de fundirlos, y ser lle-
gada la hora de verificarlo, cuando la nueva division territorial
obligaba á poner á la cabeza de !Í!) provincias 49 gefes, á nom-
hrar otros tantos secretarios y huen número de dependientes.
Para el nomhramiento de estas últimas clases, no exigió el nuevo
ministro mas que honradez y capacitlad; pero, ollranuo al parecer
con arreglo á un sistema formado de antemano, buscó para los
destinos de gefes á homhres de todas las opiniones y que, á las
(los circunstancias qne exigia de los suhalternos, ailadiesen la
de haber figurado en uno ú otro de los anteriores partidos. Asi,
los Giraldos, Tarrius y Ochoas se vieron alIado de los Galdea-
uos, Almagros y Cabarrús, de los Ilequenas y :\Iussos, y de otros
conocidos por los servicios que prestoran al pais en periodos de
diferente, y aUIl opuesto régimen político. A ilustraciones de esta
especie, asoció Burgos antiguos ministro~, COUIO llúrala y !\Ioscoso
(le _\llaLllira, l10lahililladcs aristocrálieas, como rI (hHIllC de (iur
y el ~cüor dI: Huhianl'o, homlm's en lin qUl', pUl' llUU Ú otra e~pc--




cíe de mérito, habian alcanzado la:e~·tilllacion del pai,;, y recomell-
dudose por ello á la benevolencia del gobierno; siendo de notar
(¡ne casi todos los nombrados se vieron sorprendidos por lo,; de-
cretos que les concemian, de cuya espedicioll mas de cuarenta
no habían tenido el1l1DnOr aviso, anteeedente, Ili noticia. A esta
llrevision para la eleccion de los gobernadores civiles de las }lro-
"ineías, á esta aclivi(lad para dispensar ú todas las del reino
cuantos bienes permitia la situacion, afíadia el ministro ,isitas ú
los hospitales, hospicios y establecimientos de educacion, en los
cuales se presentó muchas veces acompañando ti la reina gober-
nadora, á quien habia persuadido de la }lopularidad (¡lle le val-
drian estos paseos filantrópicos.


Aumentaban la satisfaccioll que callsaha por donde quiera la
marcha de la administracion, sucesos de otra clase, propios para
desvanecer las inquietudes que habian cundido en los últimos
tiempos. En Castilla, Aguilar y el canónigo EchevarrÍa; en Ara-
gon y Valencia el banm de Hervés, Tena, Magraner y otros pre-
sentahan, en su ruinainme~iata, un terrible escarmiento á los que
tIe lluevo sc lanzasen en las vías de la rcDelion. Lorenzo recobra-
JJa á Logroño , ry pacificaba la Rioja toda. Albuin limpiaha de
facciosos buena parte de las provincias de Valladolid y Palencia;
Sierra triunfaha en Vargas, Armildez de Tolello en Cervera, y
Aznar, Redoya é Iriarte en la provincia de Santander. Sarsfiel, en
tanto, partiendo de Rribiesca con un pufíado de valientes, y ar-
rollanclo y dispersando, á su paso por Pancorvo y Logroño, gruesas
masasde facciosos, ocupaba á Vitoria y á Bilbao, hiriendo en el co-
razon las facciones !le Vizcaya y Aluva , mientras que Castañon
deshacia la !le Guipúzcoa en Hemani y Tolosa , y Quesada las de
Castilla, apoyadas hasta entonces en las fuerzas miguelistas situa-
das en las provincias septentrionales de Portugal; Rodil , en fin.
observaba cuidadosamen~e la línea toda !le las fronteras de aquel
reino, al cual tenia que refugiarse Merino con la~ escasas gav i-,
Has, a (lue (1 uedaron fcuucidos sus antes 11l1l11CrOSOS batallones.




IlllJCllAFH


En Ca\aluiia y otros puntos, se organizahall atlernas fuerzas <luc,
desde entonces, aterraban á los enemigos, y que lIlas tarde debian
escarmentarlos. A las medidas que para conseguir tales ventajas
!\e dictaban, concurrian los ministros con una asiduidad y una per-.
severancia qne á todos, sin escepcion, los honraba sobremanera,
y que ponia prueba especialmente el celo y la inteligencia de al-
gunos de ellos.


El general Zarco del Valle habia entretanto reemplazado al
general Cruz en el ministerio de la Guerra, y Burgos interina-
mente en el de Hacienda á don Antonio l\Iartinez. Echando sobre
sus hombros esta nueva carga, Burgos, como si quisiese mmitrar
<¡ue ninguna haslaba á agoviarle, elIlple<Í, para el desempeño de
sus funciones interinas, la misma actividad que, despues de do~
meses, estaba empleando en las que ejercia como propietario. A
los dos dias de habérsele encomendado la Hacienda, convocó una
escogi<la reunion., compuesta de los directores de rentas, y de lo~
tlel Tesofl!), la caja de Amortizacion y el Banco, y en ella presen-
tó la situacion económica del pais, é insistiú en la necesidad de
restablecer, entre los gastos y los ingresos del erario, el equili-
brio que habian alterado los gastos enormes, á que obligaha y de-
bia obligar la guerra civil. Indicó en: seguida varios de los me-
dios que para esto podian elllplearse, y nombró en el acto una co-
Illision para discutirlos. En los dias siguientes, nomhró asimismo
otras para el arreglo de las rentas provinciales y equivalentes, y
(le la del tabaco y del suhsidio de comercio, y resolvió poner en
armonía las atribut:iones de los gefes de rentas con los de la ad-
ministracion civil.


La entereza con que Burgos traló (le llevar á efecto las nH'jo-
ras que de dia en dia se manifestaban lIlas necesarias, hicieroll
pslendcr á él los ataques que, hasta entonces, se hahían dirigido
solo contra uno IÍ otro de sus colegas. Entre estos era don Jlrall-
risco de Zca llcl'lllUc1ez el blanco especial dr la saila, no solo del
rarlirlo (Iue no 1" pprrlonalJ¡t .ll manilirsto del í df~ ol'luhrc , ~in()




!JI: DO.'i JAYIEl( DE IJr~GOs.


tic personas de alta clase, movidas unas por intereses ó (luisqui-
Jlas de amor propio, y persuadidas otras de que la inllexibilidad
tiel gefe del gahinete era poco acomodada a las ¡;ircunstancias en
(IlIC se hallaba el pais, r nada propia para satisfacer el deseo que
iba cundiendo rápidamente de que se hi¡;iese alguna variacion en
el régimen político. Muchas de las personas á quienes animaba
tal persuasion, insta]Jan sin descanso á Burgos para que se asocia-
se á la combinacion formada ¡;ontra Zea; pero, tan inflexible aquel
en sus principios de conducla privada como este en los suyos de
conducta púhlica, rehusó constantemente cooperar á un propósito,
con respecto al eual no á todos animaban motivos igualmente le-
gítimos. Ai aun para el bien conspiré nunca, dijo en una oca-
sioll á mas de una persona que le instaba; y esta respuesta, de
que sus amigos ensalzaron entonces la moralidad, y que en un
particular seria en efecto digna de elogio, no nos lo parece tanto
eu un hombre político, que acaso hubiera debido tomar en cuenta
lo inevitable que era la separacion de Zea, puesto (!ue contra él
se pronunciaban no solo españoles de alta inJluencia, sí no hasta
los estrangeros que mayor la ejercian ú la sazono Como quiera,
Burgos, negándose á contrihuir al éxito del plan formado para
lanzar {¡ Zea, participó por ello de la animadversion que contra
este se difuIHlia, y, encomendándosele en tal situacion elminÍste-
rio de Hacienda, sirvió de pretesto este encargo para qne se re-
dohlasen ataques, dirigidos entonces á envoher al colega leal en
la caida del presidente del ministerio.


Vanos fueron, sin embargo, los esfuerzos que para ello se hi-
cieron; pues la reina gobernadora rehusó remover á Hurgos, cuan-
do, despues de haher resistido mucho tiempo á vivas y frecuentes
instigaciones, consintió al fin en la separarion de Zea. Indicárala
como conveniente elm3rqués tie MOlleayo en UIla representarían,
en que solicitaba que se reunieran las c{írtes, con arreglo á lo
prcycnido cn antiguas leyes para el caso de recaer la corona en
IIn n'y nilío. Prc, íno~r al consE'jo de gobierno informar ~obrc e~la




esposicioll, y en su cOll:;ulta oeclaró aquel cucrpo fundada la re-
clamacian de Quesada, y propuso en consccHencia rcunir las cúr-
tes, indicando quc á las flue nucvamente se convocasen se les
diese, para ocurrir á las necesidades de la época, ulIa furma dife-
rente de la que tenian en el tiempo en que se redactó la ley dl~
partida, cuya obser\'Ullcia se reclamaba. Claro era que no paoia
encargarse ue esta mision el ministro que, en su reciente mani-
fiesto, habia proc!amallo la invariabilidad del antiguo régimen, y
Zea hubo por tanto de presentar su dimision flue, juntamente con
la del ministro de Gracia y Justicia, fué aceptada.


A consecuencia de esta dohle dimision quedó reducido el mi_
nisterio a Burgos y á Zarco, con los cnales consultó la reina el
modo de completarlo; y se completó en efedo, reemplazando á don
Jirancisco de Zea, don Francisco Martinez de la Rosa, y á don
Juan Gualberto Gonzalez, don Nicolas lIlaría Garelly; confiimdu-
se la Marina á don José Vazquez Figueroa, tÍ interinamente la
Hacienoa a don José Aranalde.


El ministerio asi compuesto se ocupó desde luego en la forma
y atribuciones que convendria dar á las córles, cuya convocacioll
parecia cosa resuelta. Entabláronse, con este motivo, en el seno
del gabinete, las discusiones mas graves y profundas sobre el
modo de constituir nuevamente un Estado en que, desde mucho
tiempo antes, habia desaparecido la mas importante garantía del
buen órden de la administracion. Clínstanos que, en aquella3 dis-
cusiones, sostuvo Burgos los principios liberales, que, con tanta glo-
ria suya, desenvolvia diariamente en las tlisposiciones que se dic-
tahan por su ministerio; y, sin embargo, el partido á quien pesa-
ba que hubiese sobrevivido al gabinete disuelto, le supuso un
pensamiento de resistencia, y aun le atribuyó las dilaciones que
esperimentó la promulgacion del nuevo sistema político, y que
solo dimanaban del carácter de las deliberaciones y de la trascen-
dencia tIe los acuerdos.


Tomando siempre cn dlo~ una parle acli,"a, no desat.endía




DE DOS JA I'IEI\ DE m;ncos. 2i
el infatigaLle ministro la~ ocupaciones esen~iales tle su ministerio.
por el cual se decretó, en los miS\1HIS dias de la l'cnovacion del
gabinete, suprimir en la direccion general de propios una rueda
inútil de la máquina administrativa; pasar al ministerio de Ha-
cienda el ncgoeiatlo dc las casas de moneda, comprendido sinl'a-
Zon en las atriLuciones del de Fomento; y permitir las represen-
laciones teatrales en torlos los pueblos del reino, contra lo que,
fundado en puco atendibles motivos, solicitaLa el cardenal arzobispo
de Sevilla. l)ocos dias despues vió la luz pública el célebre decreto
en que se declaró lillre la venIa y eDmpra , negociaciones y trá-
fico de todos los granos y semillas del reino. En los diez y seis años
(Iue lleva de regir aquella ley, ni por un solo dia ofreció incon-
venientes, produjo daños, ni amagó peligros ninguna de sus dis-
posiciones, dictadas todas ellas en el espíritu mas liberal, mas con-
forme a los buenos principios, y mas favorable a los intereses de los
pueblos. En el mismo espíritu fueron conceLidas todas las demas
que se sucedieron sin interrupcion, y que seria prolijo enumerar
una; bastando recordar la que reglamentó y uniformó la direc-
cion y gobierno de los baños yaguas minerales del reino; la
que libertó a los criadores de caballos de las traLas que hasta en-
tonces los abrumaron, y concedió á esta industria cuantas franqui-
cias y exenciones podian contribuir á su desarrollo; la que estin-
guió las hermandades y gremios de viñeros, y dejó en libertad
la circulacion, compra y venta de los vinos, y la qne legitiman-
110 las enagenaciones de fincas de propios, comisas y baldíos,
hechas desde 1808 hasta 18H, restableció á los adquirentes en
derechos de que habian sido desposeidos; la que, reduciendo á
justos límites los privilegios concedidos al establecimiento litogr¡i-
!ico de Madrid, dió a esta industria toda la libertad de que goza-
han las demas; la que, suprimiendo la escu~la de tauromaquia de
Sevilla, destinó los fondos con que estaLa dotada á la en~eñallza
primaria y á lus estahlecimientos de bellelicencia; la que estable-
,'iti re.glas inalterables sohre el uso y aprovechamiento de las aguas




2S BloenA!'IA
de.l'ioll y manantiales; la ordenanza general de presidios, especie
tic código compuesto de cerca de cuatrocientos artículos, y otras
muchas medidas, en fin , destinadas á socorrer las necesidades
que al ministro revelaba su ,-ieja esperiencia y su estudio cons-
lante de los males públicos y de sus remedios.


Cortos ócios dehian dejarle tantas y tan variadas ocupaciones;
J sin embargo ¡mho de tener los que le hastaban para discutir
,arios actos importantes de gobierno acordados á la sazon en el
consejo de ministros. De estos, los que merecian mencion espe-
cial fueron la sllpresilln del consejo de Estado, sustituido de he-
eho, despues de la muerte del rey, por el de gobierno; y la de
los consejos de Castilla, Indias, Guerra y Hacienda, reempla-
zados, en parte por otros cuerpos mejor constituidos, y en parle
por un comejo Real, que se creó. Sobre todas estas reformas,
dirigidas á hacer mas completa y menos costosa la organizacion
de varios ramos del servicio púlllico, descolló por su importancia
el famoso Estatuto real, por el cual, segun el sistema adoptado
desde Cádiz de suponer fundadas las mas trascendentales inno-
vaciones políticas en las que se lIamahan nuestras leyes funda-
mentales, se inroearon para convocar las córtes las disposiciones
de los partidos. El júbilo y la gratitud conque, á su aparicion, fué
acogido el Estatuto, debieron satisfacer completamente á ~us au-
tores que, unidos en adelante por el lazo de los principios esta-
blecidos y adoptados unánimemente en solemnes y prolongadas
discusiones, parecian deber seguir juntos el camino que una vez
emprendieron. Pero, á pesar de la armonía que reinaba entre
todos los ministros, y de lo lisonjeado que se hallaba el de Fo-
Illento con el favor de la reina y con el apoyo de la opinion , re-
nunció él, á pretesto (le un ligero ataque de gota, su importante
encargo, apenas hubo puesto su firma en el Estatuto. Díjose en-
tonces que, indignado de intri~as urdidas por algunos amhiciosos
ó descontentos y fayorecidos por algun diplomático estrangero,
creyó delle)' dejar un puesto en que ni aun la gloria podia in-




DE DON JHIEU DE Bt'llGM.


denmizarle completamente de sus fatigas. Si este no ClIt' el moti-
vo, nadie adivinó el de aquella dimision imprevista, que ni las
instancias de sus compañeros, ni las benévolas insinuaciones (le
la gobernadora le decidieron á retirar. Aceptada al fin, no sin rs-
fuerzos, Burgos se retiró condecorado con la Landa de Cárlos nr,
afiad ida á la de Isal)el que obtuviera antes.


Del hogar doméstico en que, por virtud de sus inclinaciones
y de sus hábitos, voló á esconderse, le sacó en breve su nombra-
miento de prócer del reino. Creer pudo él que, desarmados por
los recientes beneficios de su administracion y por su coopera-
cion al establecimiento de un nuevo régimen político, le respe-
tarian en aquel asilo los partidos mas encarnizados; y asi habria
sucedido si, suscitada en el estamento de procuradores la cueslion
del elllpréstito Guehhard, y resuelta su anulacion por un partido,
no se hubiese determinado la indecisa ó vacilante opinion de la
mayoria, despertando y aun envenenando el odio con que los pros-
criptos de 18'2.3 miraron desde luego aquella operacion. lIahia
ella en efecto proporcionado al afio siguiente grandes recursos al
goJJierno, y Iléchole tomar um actitud propia para desvanecer
lodo recelo de trastornos y alejar la necesidad de variar un siste-
ma político, continuando el cual creian los proscriptos indefinida-
mente aplazado el regreso á su patria. ~alural y legítimo era que
ellos maldijesen una combinacion económica á que creian deher
la prolongacion de su ostracismo, pero no era justo ni generoso
envol\'er en su saña contra aquella medida á un agente enérgioo
y leal que, removiendo los obstáculos que, durante mudlO tiempo,
impidieran llevarla á eaho , habia impedido conmociones de con-
secuencias incalculahles. 1\"0 temió, sin embargo, declamando con-
tra ella en el estamento un procurador mezclar, entre los argu-
mentos empleados para combatirla, imputaciones ofensivas á Bur-
gos, y este, no pudiendo atarar al diputado que se escudaba ron su
inviolabilidad, se dirigió á la reina solicitando el exámen oficial
de los bechos por ('\ artien\ados. Por consecuencia de tan nohle




30 B\UGIUFiA
solicitud, nombró el gobierno una alta comlSlOn compuesta de
próceres y procuradores, que á unanimidad reconoció falsas las
imputaciones; pero esplota(las estas por los órganos del partido
de llonde salian, mientras la comision se ocupaba en examinar la
multitud de documentos en que dehia fundar su dictámen, pro-
dugeron la formacion de una cábala, que si mas tarde propor-
cionó una brillante satisfaccion al calumniado, oca~ionó por de
pronto un escándalo lamentable. Para neutralizar la conjura se
apresuró no obstante Burgos á publicar sus Observaciones sobre el
empréstito Guebhard (1), breve, pero luminoso escrito, en que se
pusieron en claro el origen, trúmites y resultados de aquella ope-
raciono Empezó el antor agrupando por órden numérico todos los
argumentos que se hahian hecho contra ella y contra los que en
ella intervinieron, los analizó en seguida y los pulverizó por úl-
mo; y esto, con tal vigor de dialéctica, con tal copia de datos, con
tal perspicuidad de lenguage, con tan perentorias demostracio-
nes de la conveniencia del acto y de la gloria de haberlo llevado
á cabo, que ninguno de sus enemigos se atrevió. á aventurar la
mas ligera réplica, ni á aceptar el reto que, al terminar su mE'-
morable discurso, les dirigió.


Contra las someras imputaciones, incidental y transitoriamente
lanzadas por un procurador aislado, no solo noapoyatlas por ninguno
otro, sino oidas por todos con sorpresa y con <10101', la manifcstacioll
del prócer atacado era victoriosa y completa, y tal hahria pare-
cido igualmente en un trihunal, si intentada ante él la acusacion
huhiera debido entablarse ante él la defensa. Pero contra las ma-
quinaciones de los partidos son armas muy endehles las mas ele-
vadas consideraciones de justicia. La cáhala, temiendo que, al
tratarse en el estamento de próceres de la suerte del empréstit()
Guebhard, condenado en el de procuradores pOI' virtud de solí-
citas ó interesadas alegaciones, completase Bur;,os las revelacio-
nes que en su reciente escrito hahia anunciado resenar 11ura


Itl Yéasc el aprnoirr núm. 3.




IlE DOS .T.\ nEll DE /lURGOS. 31
aquella ocasioll, resolvió sofocarlas de cualquier modo. Trat¡',se
primero ue persuadide que no concurriese á la sesíon; y, manifes-
tando ól haber contraído el compromiso solemne de hablar en
ella, se resolvi6 no permitírselo y, por una especie de asonada
parlamentaria, en que los enemigos gritaron, y callaron sorprendi-
(los los indiferentes y los amigos; se decidi6 que Burgos dejase
(IC) asistir al :estamento hasta que justificase su conducta, como si
Ilecesitase justificarse el que no era acusado; como si contra IIna
calumnia no fuese )Jastante y aun sollfada justificacion la conte-
nida en las Observaciones, ó como si necesitase estímulo ó agui-
jon para esclarecer su conduela el que ya de antemano tenia
ofieiosamente solicitallo el exámen oficial. No hubieron de aperci-
birse los próceres de quc, por su apasionada deci~ion, 6 mas bien
por el acuerdo quc tumultuariamente se les arrancó, apareció esta-
bleciJo el principio ~e que el simple voto inverosímil y absurdo
de un inJividuo cualquiera, obligaba á todos ellos á una justifica-
cion , con lo cual podria en breve no quedar un prócer en sus es-
caños; pues, ¿contra cuál de ellos no podrían asestar sus tiros la
envidia IÍ la malignida? No pasó á la verdad mucho tiempo sin (Iue
se diese á Burgos satisfaccion cumplida, llamándole reiteradamen-
te al estamento; pero, exasperado sin duda por la declaracion tu-
multuaria é ilegal, contra la cual protestó en seguida gran núme-
ro de próceres, presentandose en casa del ofendido á manifestar-
le la sorpresa y la indignacion que les causara el proceder contra
él usado, tomó una resolucion, fIlie combatieron sus amigos, por-
que. llevada á efecto, debía dejar á sus adversarios libre el cam-
po de la in:rig:l, y espeditos los medios de seguir conspirando con-
tra (\), No hubo de retraerle de su propósito esta consideracion;
pues, pidiendo luego licencia y pasaporte, se marchó sin dilacion á
París.


Todos los biógrafos del ilustre prócer, hablando de este suceso,
han reprobado unánimemente la conducta del estamento, Don Eu-
genio (le Ochoa, el primero que enuna noticia hiográfica, coJoca-




32 1lI0GRAF1A
tia al frente de ,arias obras ue Burgos, i nscl'las en la "Colecc.ion tle
escritores españoles contemporáneos» que publicó en París en 18iO
se espresó asi: «uedicados esclusivamente a trabajos literarios, y es~
))trangeros por tanto á las maniobras (le la intriga y á las cábalas
),de las facciones, no presumimos nosotros determinar los motivos
))que presidieron á una resolucion del estamento de pníceres, por
)lla cual se privó á uno de sus mas respetables individuos de asis-
»)tir temporalmente á sus sesiones. El pretesto en que se fun(ló esta
»)decisioIl, c.aliíicada ya severamente por los contemporáneos, y rp-
llvocada y retractada por el estamento mismo, despues de un exú-
limen minucioso, fué la intcn"encion que se supuso á Burgos en
))Ias operaciones de un empréstito contratado por la regencia de
))18'23 con el hanquero de París, Gnchhard. m acusado rehatió la
))impostura con la relacion de los hechos ignorados, con la certifi-
j)cacion de los conocidos, con la argumentacion vigorosa, que es
»)el carácter distintivo de sus producciones, y en fin, con la espre-
))sion enérgica, que tan necesaria es para completar el efecto (le
))aquella especie de argumentacion. ~osolros no -podemos resistir
))á la inspiracioll de insertar aqui aquel escrito qlle merece ser 1OP-
llneralmenle conocido, porque ademas de su gran importancia his-
"tórica y administrativa, sus cortas páginas presentan á un tiem-
)PO á su autor eomo economista, como funcionario púhlico, como
)Iiterato, y sohre todo, como homhre. No se puecle menos de apre-
))ciar hajo todos estos coneeptos, al que cllando mas enconadas se
»mostraban contra él las pasiones, se esplicaha como el autor de
))este precioso opúsculo, que ni uno solo de sus enemigos se atre-
»)vió á desmentir ni refutar. ~Ias que con reducirlos al silencio los
))confundió aun con la indiferencia que mostró al recihir la noticia
))de su desagravio.))


Con mas vehemencia de lenguage y mas fuerza de conriecion,
decia dos años despues en su célebre hiografía , don Nicomedes
Pastor Diaz; «E118 de oetubre debia el alto estamento tomar en
)Iconsideracion la SlIcrte del empréstito Guehh;ml, desechado ú no




HE DPN HVIEII Or. n[RGOS.


"reeonocido en el tle procuradores. Burgos debia hablar, no solo
»para ver de impedir la consumacion de tan inicua y anli]lolítiea
»medida, sino rara cumplír la promesa que habia hecho de COIll-
"pletar verbalmente las aclaraciones contenidas en sus Observa-
,)dones, cuanto era preciso para la cabal dilncidacion del nego-
»cio. Su voz fné ahogada. Un corto número de próceres, alguno
),de los cuales debiera tener presente, cuando menos, que su pro-
»pia conducta no estaba exenta de acusaciones, quizá igualmente
»absurdas, pero no menos vulgarizadas, habia formado tan injus-
»tificable proyecto. El general don Miguel Ricardo de Alava pre-
llsentó una proposicion, pidiendo que Burgos no asistiese el las se-
"siones, ínterin no se justificase de las acusaciones fulminadas con-
»!ra él por el conde de las Navas en el mes anterior y en el otro
))estamento. Pidió el acnsado la palabra para defenderse; el presi-
))dente 83 la negó; y, retirándose Burgos del salon, de donde. á
~nuestro entender, debió esperar que la fuerza material lo arran-
»cara, arrebalóse de oculto una votacion equívoca en la forma,
¡)inícua en el fondo, injustificada cn sus motiyos y de peligrosísi-
»mas y trasccndentalcs consecuencias, bajo el aspecto político, al


») frente de una revolucion que empezaba, y en la cual se senta-
)lha el primer precedente de violencia revolucionaria en el seno del
)'primer cuerpo moderador del Estado ...... ))


Burgos marchó á París, y no podemos calificar mejor esta de-
terminacion que trascribiendo las enérgicas palabras de Pastor
Diaz. «Se habia ido al estrangero, dice, no porque le humillase
»)Ia declaracion de sus colegas. Harto habia mostrado la fiera alti-
,)vez de su carácter, cuando en la tarde misma de aquel dia, y po-
»)cas horas despues de la votacion famosa, se presentó paseando en
)'el Prado. Tengo necesidad, dijo á sus amigos, de ostentar esta
~tarde entre los desapasionados concurrentes al paseo, la aureola
)Jque ruines pasiones me !tan ceñido t!sta mañ,tna en el estamen-
))to. Por otra parte, varios de los mismos próceres se habían agol-
"pado á la casa de Burgos á darle satisfaccion del injusto acuerdo.


TOMO 1. :5




'(i\1t'júh~n,l~ lodos de la sorprcsa, y aun se uicc que en una SCSiOll
,~;errcta quc celehró al dia siguiente el estamento trataron algunos
),tle exigir la responsabilidad al presidente ..... Burgos sintió la nc-
"ccsillad de ir á esperar hajo mns despejada atmósfera la hora de
1>SU dcsagrnvio .»


?!Iuy poco debia tardar este, puesto que, en dos semanas, los
archiveros de todas las secretnrÍas del Despacho certificaron que
no existian ni habian existido los espedientes y procesos á que se
hahia altlllido en el estamento de procnradGres, y que la comi-
,ion mixta de próceres y diputatlos declaró en los primeros dias
¡le diciembre, que nada que pudiese' perjudicar á la opinion de
llurgos existia entre los voluminosos legajos del empréstito de
liuehhard. Pero estos informes se retuvieron cinco meses en la se-
eretaría de Estado, y no fueron pasados al estamento sino cuando
se le iba á cerrar; y abierto de nuevo difirieron manos intermedias
el desagravio hasta noviembre de 35. ((No satisfizo, añade Pastor
»Diaz, ('sta tardía reparacion al orgullo de Burgos, ni recató en !lU
»respuesta el desden que le inspiraha una corporacion que dehia
»aparecer á sus ojos bajo un aspecto poco ventajoso. Sin emhargo,
)'quería ocupar un solo dia la trihuna y desahogar en ella la amar-
»gnra de sucorazon ulcerado.))


Con este ohjeto vol vi a á l\1adrill en el verano de 36, cuando en
el camino supo el alzamiento de la Granja y la aholicion del proce-
rato. El sargento GarGÍa me ha vengado, dijo al saberlo; palabra
temble, cruel sarcasmo que revela cuanto envenena á los corazo-
nes mas generosos y {das clases mas elevadas el sentimiento de la
injusticia, "Burgos yohió sin detencion á l)arís. La vida política
habia acabado para él; pero, en aquella populosa capital, no renun-
ció á los hábitos laboriosos de una existencia tan ocupada. Alli se
dedicó á escribir la IlistorÍlI del reinado de doña Isabel lI, de
la cual puhlicó don Eugenio de Ochoa un corto fragmento en su ya
citada coleccion de Apuntes para una biblioteca de españoles cé-
lebres conlemporáneos, obra impresa en París por aquellos tiempos.




!jE DON lA ,lEn DI> nenGOs.


Regresado ú Parí", yolüá Hurgos á sus ocupaciones Jiternrias
Je las cuales vimos luego muestrns preciosas que ostentaban reu-
nidas en sus sienes coronas que rnra vez brillaron juntas sobre la
frente de un solo individuo. Alli , en efecto, al lado de eseritOll
que revelan profundos conocimientos económicos y administrativos,
vemos composiciones poéticas de ladas clases, desde la ingenio-
sa comedia y la sátira festiva, hasta la sentida elegía, desde
la oda anacreóntica hasta la pindaricn. Educado el autor en la
escuela de lloracio , recorrc con igual facilidad y maestría todas
las cuerdas (le la lira, y ora desarrollando el inmenso porvenir
flue columbra para la especie humana, da á su lenguage la pompa
correspondiente á los altos destinos que anuncia; ora ensalzando
en uno de sus amigos, cuyo cumpleaíios coincidia con el principio
de la primavera. su propension á hacer bien, describe con erótica
galanura los síntomas de amor que se descubren en la naturaleza
lada, al comenzar aquella estaciono


V éase en qué términos describe la marcha triunfal de la pri-
maycra.


Del suvo marcha al lado
El carro ¡le oro de la cipria Diosa
Oe eisnes arrastrado.
El niño Amor en su regazo posa
\" üe la mano asidas .
],e acompañmllas Gracias desceñidas.


Cl-/iros voladores
Abren la marcha, el aire SUD.viz<lll;
Del almendro las fiol'cS
De pétalos los campos entapizan;
En su obsequio la vega
Las hojas de sus árboles despliega.


Sobre el cogollo, ergnido
El ruiseñor por verlos se encarama,
y de amor poseido
Ufano salta de una en otra rama,
y de requiebros finos
Hinche la esfera en regalados trinos.


En el yerboso prado,
Del fresco arroyo á la frondosa orilla,
Agitase inflamado
Eftoro en el amor de su novilla,
y los peñascos huecos
Lejos repiten de su amQr los ecos o




llWGRA FU


Sobre todos los seres
La dulce primavera derramandu
Va de amor los placeres;
y á las caricias, al halago blando
Del céfiro, amorosa
Su cáliz virginal abre la rosa.


y en seguida, elevándose por una transicion sencilla y natu-
ral al objeto filosófico que siempre se proponia aun en la mas li-
grra de sus composiciones, prosigue:


¿Qué es el amor, empero,
Del ave, del cuadrúpedo ó la planta"
Un instinto grosero
Que nunca de la tierra se levanta;
Mientra á la empírea cima
A tí amor de otra especie te sublima.


Este amor es la fuente
De inefable placer, de eterna fama,
Fecundo, útil, potente,
BáJsamo sobre el mísero derrama,
A quien la vida aqueja;
Es el amor que á Dios nos asemeja


Compárese este lenguage tierno y sencillo eon el que emplea
en su oda Al porvenir. Despues de lamentarse de que el género
humano haya de continuar sufriendo desgracias mientras los pro-
gresos de la razon no opongan un dique á los escesos de las pa-
sionps, anuncia que esto sucederá, y que entonces, la historia


Dirá como restaura
El esplendor del suelo
El sabio alzado á la regio n del aura.
De alli al orbe lunar despues volando,
De alli al de Venus, y de allí al de Apolo.
De alli al helado polo;
y como entonces, el tupido velo
A la infinita creacion alzando,
Anuncia, absorto en éxtasis profundo,
Los milagros que encierra tanto mundo


De sus cimas eternas,
Pasará denodado
De la tierra á las lóbregas cavernas;
Su mole alli sobre ejes de diamante
Girár verá en el círculo de un dia.
Yera la mano pia
(Jlle dl' rolores engalana el prado,
y !Ir nro \ rTlrro 1101' frn!ól:ante;




DE DO!'." JA VIEII DE BURGUS.


Que el fugaz tiempo pOI' i¡;ual divide.
Su CuriO arregla y sus penodos mide.


7,7


Parécennos suficientes estas muestras para que nuestros ledo-
res formen una idea del carácter de la oda tlescriptiva y tlc la
oda filosófica del ilustre poeta. Distínguese la una por la gracia
del colorido; reálzase la otra por la fJompa de las imágenes; bri-
llan ambas por la eorreccion del estilo y las galas de la diccion.
Estilo, diccion, imágenes, colorido, brillan asimismo en una ele-
gante elegía que escribió en 180i, cuando la fiebre amarilla, des~
pues de convertir á Málaga en un cementerio, estendió sus es-
tragos á Cádiz y á Cartagena. Elevándose á la altura de la oda,
dice hablando de la fosa donde se hacinaban los cadáveres.


No del pobre el contacto en ella evita
Ell'ico, n¡ el del sábio el ignorante;
Ni envuelve al adormido sibarita,


En perfume oloroso, la humeante
Goma que á Cádiz el Arabia envía;
Ni el fifósofo á cálculo arrogante


Sujeta al sacro luminar del día,
Ni á ese millon de soles que la esfera
De luz recorren en la noc1!C umbria.


Sobre el mismo tono hace despues una bellísima reseña de la
multitud de objetos que alimentaban el comercio de Málaga y,
pasando por una hábil transicion del tono lírico al didáctico, COIl-
cluye asi su delicioso posma:


En la alta Cádiz la rabiosa salia
Tambien se ceba de la fiebre impía
Que su paz turba y su esplendor empaña.


En hora triste de menguado dia
Del opuesto hemisferio, playa enferma
Abortó tan cruel y hedionda arpía.


Tus esperanzas y tus hijos merma
Ella tamblcn, Cartago desdichada,
y tus campiñas y tus playas yerma.


y huye tus playas la potente armada
De tu riqueza manantiaf fecundo,
y tu ¡¡oder se torna en sombra, en nada.


De la nada en el piélago profundo.
ASI se ~umen de hora en hora, Amlm,
El anhelar y el presumir del mundo.




38 BIOGR_IF1A.
Cual la ambician apágase la ira,


y lo mismo el amor que la esperanza
Entre congojas y dolor espira.


¿Por qué , pues, el mortal ciego se lanza
Tras mentida ilusion que poco dura?
Solo asegurarán su bienandanza
La paz del alma, b conciencia pura.


Desde que, en 1839, puso el convenio de VCl'gara fin á la guer-
ra civil, habia pensado Burgos restituirse á su casa de Gmnada.
de donde le sacara en 1833 la benevolencia del rey y le alejaran
en los años siguientes las pasiones de los partidos. No pudo sin
embargo realizar este propósito hasta 18iO, y por una coinciden-
cia singular rué testigo, á su paso por Barcelona, de los sucesos
de julio, á que dió márgen la oposicion que desde mucho antes se
estaba haciendo á la recien votada ley de ayuntamientos. Sin
asombrarse de aquella peripecia, prosiguió Burgos su camino á
Granada y alli le hallaron las ocurrencias de setiembre, verifica-
das pocos dias despues. No parecian en verdad propicios aquellos
momentos para que él pudiese gozar del reposo á que aspiraba;
pero, por una de las anomalías frecuentes en periodos de revo-
lucion, no solo encontró favor y simpatias, sino qlle mereció Ull
testimonio singular de consideraeion y de confianza. Cuando la
reaeeion estaba en su apogeo, se presentó á Burgos una diputa-
cion del liceo de Granada, rogándole dar en aquel estableci-
miento lecciones de economía y de literatura, y sobre tadode ad-
ministracion. Aceptó él sin titubear, y, presentándose en seguida
en el liceo , reunió en derredor suyo un considerable número de
oyentes, entre los cuales figuraban los progresistas en gran mayo-
ría, como era preciso en aquella época. ¿Se creerá que ellos escu-
chaban en silencio y aun aplaudian con calor los principios de
órden público que, en sus brillantes y profundas improvisaciones,
proclamaba el nuevo profesor, y en odio de los cuales se habian
verificado las innovaciones bajo cuyo l'ógimen se vivia á la sazon?
A~i sucedió sin embargo: la ayersion que se habia manifestado
contra la última ]r) ¡le ayuntamientos, se fumIaba particular--




DE U()Cí J.\\"1Im 01; ¡¡Vl\¡;U:i.


lllente en la dísposicion que sujetaba el nomhramicnlo de los al--
caldes. á la. dceisioll de los agentes del poder; y Durgos, desptlc~
de consideraciones generales desenvueltas con una lucidez que
no permitían el disentimiento, presentó los principios aplicables
al nombramiento de los alcaldes en forma de cánones ó axiomas'
uno de los cuales eslaba concebido asi: « La eleccion de los llUc-
ubios puede sin embargo recaer en todos tiempos, y especialmente
))en los de disensiones civiles, en personas á quienes no sea posi-.
)ble encomendar sin peligro las importantes y cumplidas atribu-
))ciones de la justicia y de la administracion, y de ahi la necesi-
»Llad de reservar al depositario supremo de estos poderes, es decir,
)81 gefe del Estado, la facultad de revestir de ellas, al que entre
)Ios elegidos del pueblo parezcan mas á propósito para desempe-
)ñarlas, ó loque es lo mismo, la facultad de nombrar alalcalde.))


No se contentó el impávido profesor con enunciar tan esplí-
citamente una doctrina que quitaba á la revolucion última uno oe
sus mas populares apoyos, sino que se atrevió á añadir .en segui-
da: « No temo que uno siquiera de mis oyentes rehuse su asenti-
)¡miento á csta consecuencia forzosa de premisas que, en su cnu-
»meracion misma, llevan todos los elementos de conviccion. Tam-
"POCO teínoque se repute aventurado ú indiscreto proclamar una
»doctrina que, combatida recientomente con empeño, ha marcado
»la línea de separacion de nuestros partidos politicos. No es de
»política ni de partidos de lo que yo me ocupo, todos los que hO!J
»n08 dividen, como todos los que en adelante se formen, estan
llcondenados á perecer mientras á sus teorías impotentes y estériles
»no sustituyan otras de protQccion y conveniencia gcneral, y á mi
»me toca hoy reunir las mas importantes, y presentar en su con-
..,junto el santo símbolo de la ortodoxia administrat'Íva. No he
))sido yo quien he elegido esta ocupacion, aceptéla solo porque
.)á ello me escitó el liceo: aceptada, debo desempeñada, y, deseIll-
llpcliándola, deho proclamar los principios que aseguran hoy la
»paz 'l la {lrospcridad de las naciones que 105 adoptaron, y á IOb




BIOGIIAFIA


»cuales, los partidos mismos, si á su gloria y á nuestro bien aspi-
))ran, acabaron por rendir un solemne homenage. No sucederá esto
»á la verdad mientras entre ellos dure la lucha, pero ahora ó des-
»pues cesará esta ciertamente. Para entonces conviene que estell
»lIjados los dogmas de la unidad y de la gerarcluía administrativa,
))y desde ahora importa que se sepa que en conformidad de ellos.
»todo el que ejerce autoridad de esta clase depende necesaria-
¡)mente del que la ejerce superior.»


Tratando de los ayuntamientos, fijó asimismo el hábil profe-
~or veinte cánones, con arreglo á los cuales debian en suilustraua
opinion constituirse estas corporaciones, y añadió: « De ell08 se
JJpuededecir que, escepto el de la eleccion popular, ni uno siquiera
\lha sido conocido, puesto que ni uno siquiera ha sido respetado.
» y es menester, sin embargo, conocerlos ,respetarlos y aplicarlos
!ltodos si han de atenuar algun dia esperanzas de reparacion la
¡)mengua de que hoy nos cubre el desconcierto que corroe
)JIluestra sociedad. Los pueblos podrian en rigor vivir sin ayunta-
))mientos; pero no pueden vivir con ayuntamientos á qlt'ienes su
»viciosa organizácion impide hacer bien, conduce á hacer;mal, y
»convierte tal vez en instrum!mtos de anarquía ú en agentes de
»opresion.» El hombre que así se esplicaba era con frecuencia in-
terrumpido por rumores de aprobacion y á veces por estrepitosos
aplausos, y jamás un auditorio, que en su mayor parte creia bue-
no el sistema que se seguia, oyó con mas benevolencia á quien
demostraba y combatia los errores en que este se fundaba. De
aquellas luminosas improviiaeioncs, asi como de otras relativas
á cuestiones literarias y económicas, fueron pocas las que se re-
cogieron, porque alli no habia taquígrafos y el autor no las es-
cribía. Las pocas que se rcunieron se imprimieron primcro en La
Alhambra, y despues en casi todos los periódicos del reí no , de
los cuales hemos tomado las citas que dejamos hechas.


Por el mismo tiempo en I}uc se ocupaba de tan útiles trabajos
concchia Burgos y ejecutaba otro proyecto que, por su novedad y




!lE DO, JAVlER HE BCRCiOS. 41


~u auuacia, habria aterrado á los mas asiduos y laborio,os litera-
t05. Habia concluido él y publicauo 23 años antes su traduccioll
en versos castellanos de todas las obras de Horacio, y si alguno!>
creyeron en la posibilidad de mejorarla mas larde, niunosolopu-
do sospechar que fuese su autor mismo quien, si.n desanimarse por
el reauerdo de las largas vigilias que le costara su primera euicion,
emprendiese esta penosísima tarea. Con sorpresa se le vió, pues,
acometer viejo lo que habria debiuo retraerle jóven, y no acome-
terlo como quiera, sino con arreglo á un plan vasto y completo.
La traduccion fué refunuida y mejorada en términos que eclipsó
la primera que, inserta ya en la euicion políglota del célebre líri-
co, era conocida de toda la Europa. Mas de treinta piezas fueron
hechas ue lluevo; otras tantas sufrieron IlIas Ó menos importantes
correcciones, y la obra en fin llegó á una casi perfeccion que solo
podia ueber á los esfuerzos lllas perseverantes, á la instruccioll
mas vasta y á la aplicacion mas sostenida. Ni se eontentó Burgos
con dar á sus versos, segun la índole (le los ohjetos, ya mas sol-
tura y facilitlau, ya mas pompa y lozanía, ya mas claridad y COI'-
reeeion, sino que, haciendo de sus comentarios una 01ra original
y derramando en ella tesoros de ciencia y de erudicion, hizo su
lectura sabrosa á par que instructiva, llena de deleite á par que
de enseñanza.


Llamó sobre todo la atellcion en los Iluevos comentarios el
atn~vido propósito ue rectificar la opinion que se formó hace si-
glos de la inmortalidad de las creencias gentílicas, opinioll de
que revelóllurgos el orígen diciendo: "Sahiuo es que al tratar lus
))primeros apologistas uel cristianismo, de estellder la religioll que
))acababade revelar al mundo el hijo de Dios, fué su primer cuidado
llcombatir las creencias gentílicas difuudidas entonces por toda la
))haz de la tierra. Parecian santificados por ellas tan los vicios y
)consagrados tantos errores, que fué fáeil desacreditarlas, y lo fue
)ltanto mas, cuanto qnc, entre los que la profesaban, apcnas hullO
»fluien pensase defenderla~ de otro modo tIUC por la fuerza de la




BIOGIIA¡:¡.\


»)autoridad Ó por el rigor (le los suplicios. Asi los Orígenes, Tcrlu
»)lianos, Ateneos, Eusebios y otros ilustrados y enérgicos defenso-
l·res de la religion de .JeslIs, retorciendo victoriosamente contra los
»sectari{)s del paganismo los argumentos con que el epicúreo
»Celso al principio, y mas ümle otros sofistas. habian procurado
))combatir Ó escarnecer los dogmas cristianos, presentaron re ves-
))tidas y aun exageradas todas las ridiculeces que parecian
»resaltar en los hechos y en las doctrinas del gentilismo. llundié-
)) rODseal fin estas, y estendiéndose rápidamente las que sobre sus rui_
))nas se levantaron, nadie trató de volver por el honor de las des-
»truidas, y quedó asentado sin réplica que la religion pagana vi-
»)ciaba el corazon santificando malos ejemplos, humillaba el espí-
llritu consagrando tradiciones absurdas·, y cOlTompia la sociedad
))por la licencia que autorizaba en las costumbres. Una larga série
)Hle siglos ratificó- esta decision, que entró como un axioma en los
)) principios ó reglas de la educaci:on li!.eraria de todas las naciones
))del mundo civilizado; bien que. por una estraña contradiccion,
)formase parte de esta educacion misma el estudi() de las fábulas
))que tan unánimemente se babia convenido en desacreditar.)) El
que de esta manera desentrañaba el ol'ígen de la mala opinion de
que gozaban aquellas creencias, podia descubrir igualmente el de
cada una de las aventuras de las divinidades mitológicas, y
luego se vió en efecto que habia logrado dar, sobre las mas oscu-
ras, bien satisfactorias esplicaciones. Esta ohm importante se pu-
blicó en Madrid en 1SU.


Honrado Burgos por resultas de la estimacion (Iue merecian
estos y los demas trabajos útiles, á que á la vez se dedicaba, ha-
bia tenido en las elecciones que siguieron á su regreso á Granada
mucbos votos para diputado, yen las de 18~3 mereció allln que
se le confiase este honroso cargo. Con tal motivo volvió á Madrid
despues de nueve años de ausencia, y, á los dos meses, rué nom-
hrado presillente de una comision que se creó para el arreglo del
sistema trihutario, y de la cual eran vocales, entre muchos gcfc~




DE nON JAHElI DE meRGOS.


ilustres de la hueíclllb, los eX-lllinistros don Alejandro l\IOII, don
Ramon SantilJan y don Pio Pita Pizarro. Aquel árduo trabajo ruó
concluido en ocho meses.


Entretanto, disolviéronse las córtes de 18~3 , Y para las de
H, fué Burgos nuevamente elegido diputado. En ellas, como en
as anteriores, anunció que se abstendria de tomar parte en discu-
siones políticas por creer que, con las pasiones y enconos que
ellas promovian ó alimentaban, eran poco compatibles la armonía
y la concordia que debian presidir al examen de las diferentes
cuestiones económicas y administrativas, cuya pronta y atinada
resolucion se rec.Iamaba en vano despues de muchos años. Fiel á
su propósito, solo en cuestiones de esta clase hizo oir su elocuente
voz, pero en ellas lo hizo de una manera digna de &tI reputacion,
de saber y de patriotismo. En aquellas mismas córtes, rué nom-
brado presidente de la comision de presupuestos, y todos saben la
habilidad y el celo con que desempeñó aquel importantísimo en-
cargo. Cerrada á poco la legislatura, Burgos rué á fines del verano
de ~5, nomhrado senador vitalicio, y en seguida, ó al mismotiem-
po, miembro del nuevo consejo !teal ypresidente de su seccion de
llacienda.


Cuando se creia que estos cargos serian el término de su ilus-
tre carrera, se le vió salj¡· de nuevo á la escena, y aceptar en una
combinacion ministerial, formada á mecliados de mayo de 18~6,
el ministerio de la Gobefllacion. A éllle~ó el ilustre viejo toda la
inteligencia y actividacl que mostrara doce años antes en el desem-
peño del mismo destino, y antes y despues en el de todos los
cIue se le confiaron. Perocntonces, como babia sucedido aules, eran
poco ensalzados los beneficios, cuando los que los hacían no tri-
butaban á ciertos principios políticos un homenage absoluto, y al
nuevo ministerio se le reconvino desde luego de esta falta. A las
veinte y cuatro horas de su instalacion, habia él publicado un ma-
nuscrito que, coincidiendo con un decreto, por el cual sc SlISpCII-
(liun las córtes, y con otro' que imponia á algunos delitos de im-




BIOGEUF/A


prenta penas antes desconocidas, pareció legitimar el temor que
algunos procuraban difundir de que no serian suficientemente res-
petadas en aquel periodo todas las garantías constitucionales. Nu
nos incumbe á nosotros, biógrafos de un ministro, calificar los ac-
tos colectivos de un gabinete de que este ministro hizo parle. Solo
diremos que, si en el manifiesto anunciaban los ministros la inten-
cion de hacer por decretos cuanto creyesen útil para mejorar la si-
tuacíon del país, los recelos que podía inspirar esta resolucion, re-
sultaron considerablemente atenuados por las palabras siguientes;
«En corto plazo dará el nuevo gabinete rápido impulso, bolo su res-
»ponsabilidad, á lo que el curso vario y tempestuoso de las irritan-
)ltes discusiones políticas ha imposibilitado por espacio de tantos
))años, y de cualquiera disposicion que traspase el límite de sus
>¡facuItades constitucionales, dará cuenta á las c6rtes, sometién-
)ldose oportunamente á su fallo, defendido por la necesidad y es-
»cudado con el éxito.»


Para cumplir por su parte esta promesa colectiva, y desvane-
cer el cargo, ó mas bien, la hipótesis de absolutismo que se supo-
nia ser la tendencia del nuevo ministerio, .Burgos se apresuró ¡Í
presentar á la sancion de la reina la ley electoral (IlIe reciente-
mente habian aprobado los dos cuerpos colegisladores, y al circu-
larla la acompafíó con las instrucciones oportunas, no solo para su
mas pronta y completa ejecucioll, sino para evitar desde entonces
los abusos que en ella podian introducirse. Al mismo tiempo trató
de la adjudicacion, por mucbos meses diferida, del empréstito de
doscientos millones, destinados desde el año anterior á la con s-
Iruccioll y reparacion de caminos, y, no estimando aceptables las
proposiciones de varios capitalistas, anunció la subasta que tan
magníficos efectos produjo á poco. Objeto de su solicitud [neron en
é'ieguida 105 montes, y dió una especic de código, ratificando y me-
jorando varias de las disposiciones del que publiclí en 1833; fijó
lucgo las atribuciones de los empleados que se rrearOIl, y organi-
zando alinadamcnle la forma de su inlencn<:ion, hizo po~ibl(' el




DE DON JAVIER DI! BCRGOS. 45
restablecimiento ulterior de los montes destruidos, y segura la cc-
sacion inmediata tle los abusos que á su aniquilamiento contri-
buyeran. Con cl fin de asegurar estos beneficios, publicó el mi-
nistro una escelente instruccion para proceder al deslinde y amo-
jonamiento de los montes del Estado, de propios y comunes de los
pueblos y de los establecimientos públicos. Tan solícito como del
mejor régimen de los montes, del arreglo de Jos pesos y medidas,
de que tambien se ocupara en su primera administracion, enco-
mendó Burgos á una comision, compuesta de muy entendidas per-
sonas, estendcr un proyecto de ley para uniformar en todo el
reino aquel ramo del servicio público. Aclaraciones fundadas en
!menos principios fijaron el sentido de varias disposiciones de la'
ley de ayuntamientos de 45 , Y evitaron la multitud de consulta"
que su tenor ambiguo provocaba. Para completar el pensamiento
que habia presidido á la reforma, hecha poco antes en la enseñan-
za de las nobles artes, se dió una nueva y acertada organizacion á la
real Academia de San Fernando. Instruccion, beneficencia, car-
reteras, aguas de Madrid, fueron objeto asimismo de su atencion
rspecial, no distraida por eso dcl despacho diario, que se aseguró
haber pasado de dos mil espedientes, en el corto tiempo de la du-
racion de su poder, limitado á diez y nueve dias , al cabo de 105
cuales presentó su dimision. No nos toca á nosotros investigar los
motivos de aquel paso ([ue, dado al mismo tiempo por el minis-
tro (le Hacienda y por -el presidente del Consejo, se reputó bien
honroso para los que á él se decidieron. Por resultas de él, volvió
Burgos á la paz de su hogar, y en seguida á la presidencia de Ha-
cienda del consejo Real, en que á poco rué reinstalado.


Por rara escepcion, vimos reunidas en el personage cuya
Jliografía dejamos bosquejada, las cualidades eomunmente in-
compatibles de las profesiones de literato y de administrador,
imaginacion y juicio, ligereza y calma, franqueza y cautela, aban-
llono y aplicacion. Distínguíase sobre todo Burgos por la seguridad
fon (lue resolvia, por la celeridad con que ejecutaba las cosas ar-




m¡jGnHIA
rollando los obstáculos, por la prudencia con que aplazaba peligros,
por su tolerancia en lo <{ue era indiferente, por su inflexibilidad
(:n lo que él creia indispensable. El poeta, el crítico. el erudito,
el filósofo • desaparecen en él ante el administrador y el econo-
mista, el hombre de mundo ante el hombre de gobierno. Obsequio·
so, con apariencias de desabrido, benévolo con aire de severo, fué
á un tiempo el encanto de sus amigos y la providencia de los des-
graciados. Nosotros que, por nuestra edad y las tendencias de
la educacion de la época, no participamos de algunas de sus
creencias en política ni en literatura, no podenlOs menos de con-
cluir sn biografía, acatando la ostension y variedad de sus cono-
cimientos, como sábio, su inagotable filantropía, como ministro,
y la pureza y la igualdad de sus costumbres, c{Jmo homhre-


En la mañana del 2.3 de enero de 18i8, veíase una orla de
luto en varios periódicos de la capital, yen todos ó casi todos ellos
se leian, en biografías mas ó menos estensas, los títulos de gloria
del hombre eminente que acababa de perder España. j Ha muerto
Burgos, se decian consternados sus amigos; ha muerto, sÍ, víctima
de su amor al trahajo, de su incansable laboriosidad, de su pa-
sion por el bien público. Poco antes de fallecer, herido ya de
muerte, fianclo demasiado en su constitucion de hierro, se levantó
á las siete de la mañana á corregir pruebas. Era cercano su fin,
y todavía se deleitaba en conversar de literatura y de administra-
cion. Las últimas palabras fueron consagradas á la escelencia del
idioma del Lacio. Leyéndole el sacerdote algunas oraciones en
castellano, los evangelios le dijo el moribundo, los evangelios,
y en latín, (jne me gustan mas. Pocos minutos deslmes dió el alma
á Dios, ti las dos en punto de la mañana del dia 2.2 de enero, á
los 69 años de edad. A su entierro y á sus exequias asistió nu-
merosa concurrencia. Sus restos mortales yacen en el cementerio
situado estramuros de la puerla de Bilbao.


A. P.




I1SPOSICION
DIRIGID,'


DESDE PARlS EN 2> DE E/iEUO DE 1826,


.. ohrt' 1011 nude", 'lile aqueJahan entonele!l .. E"paña, y lo ..
medio .. de remt"dlarloll.


APENDICE A LA BIOGRAFIA.
i\"UMERO t.."


SEÑOR:


LUCIl'\~no cerca de dos años con la opinion conjurada contra eí
crédito de Espalia, he debido estudiar y cono¡;er los fundamentos
de esta opinion, calcular su influencia, y señalar los medios de
sofocarla ó de estinguirla. Esta obligacion la be de>lempeñado con
exactitud y perseverancia, y algunas medidas útiles, adoptadas
en consecuencia, me hacian esperar que fuésemos conllevando
Iluestra situacion, hasta que los beneficios que V. }l. dispensase
á sus pueblos nos permitiesen oponer datos irrecusables á las de-
eIamaciones interesadas de nuestros enemigos. Pero, señor, el
mal se agrava de dia en dia ; la opinion se ha contagiado; gentes
de principios diversos y opuestos se unen para presentar la Espa-
ña como un pais agobiado de calamidades; y hasta los hombres
mas imparciales, no pudiendo resistir á la evidencia de ciertos
hechos, se rinden tal vez á las cOllsecuencias exageradas que
saca de ellas el espíritu de partido, y que 86 fortifican y se difun-
den asi por una especie de asentimiento comun,




BIOGIUFIA.


Señor, V. M. se ha dignado autorizarme ;\ que esponga á lo~
pies de su trono los medios de conjurar el daiio (fue denuncio, y
yo voy á hacerlo con la franqueza leal que debe presidir á la dis-
cusion de intereses tan elevados. Enemigo constante de toda exa-
geracion; apóstol infatigable del órden y de la justicia; aplicado
siempre, por eleccion y por una coincidencia rara de casualida-
des felices, al estudio de la administracion y de la economía; no
perteneciendo á ninguna opinion , secta, cuerpo ú partido, cuyos
intereses suelen estar e8 contradiccion con el int.eres público; in-
dependiente en rigor de los favores del poder y de los caprichos
de la fortuna, mas por mis hábitos de moderacion, de trabajo y
de frugalidad, que por la estension de mis medios pecunia-
rios, con los cuales, no obstante, he vivido siempre, sin necesidad
de empleo ni de otro beneficio alguno del gobierno; realista por
patriotismo, vehemente por temperamento; yo "ay sin duda uno de
los pocos hombres á quienes, en nuestras críticas c.ircunstancias.
pone el c.ielo en disposlCion de decir la verdad. Empleando su aus-
tero lenguage, estoy lejos de c.reer que corro el menor riesgo cerca
de un rey justo, y de uu gobierno equitativo; pero si, contra mi
esperanza, pretendiese la calumnia desacreditar mis intenciones
purísimas, y fuesen oidas sus gestiones, yo, resignado desde ahora
:i todas las consecuencias de mi leal iniciativa, me dispongo á
acabar mis dias en mi provincia, adonde llevaré el consuelo dr,
haber hecho cuanto dependia de un simple particular para mejo-
rar la suerte de mi patria.


Hay, señor, vasallos fieles de V. M., que, no acostumbrados á
meditar sobre estos negocios, no conocen la estension de los ma-
les, ni >:1ospechan por consiguiente la necesidad del remedio. Hay
otros qlle, arrastrados por el torrente de los hábitos, y reputalJdo
como teorías de gobierno las tradiciones de la rutina, creen que
con providencias de esta clase se restablecerá el esplendor de una
nacion, símbolo un dia de la grandeza y de la gloria. Estos y otros
errores funestos resultarán refutados en el exámen que voy á ha-
eer de las cuestiones siguientes:


La ¿Aquejan á España males gravisimos?
'2. a ¿Bastan á conjurarlos los medios empleados hasta ahora?
:1.3 Si para lograrlo conviene emplear fJtros, ¿cuáles son estos?
Señor, escúseme V. M. si le pido que aplique á este exámen too


da su atencion soberana, pues se trata nada menos que de la suer-
te de la monarquía. Errores administrativos la hablan reducido á
una nulidad oprobiosa, al espirar el último príncipe de la dinastía
austriaca. El primero de la dinastía borbóniea restableció su dig-
llidad; el tercero de sus hijos, vuestro ilustre abuelo, Cárlos IlI,
la elevó á una inmensa altura, de donde descendió rápidamente
en los diez y nueve años del reinado de vuestro augusto p.adre.
~En los diez y ocho del reinado de V. 1\1. ha descendido, señor,
mucho mas; y los amantes de vuestra gloria, los admiradores de
vuestras YÍrludGS, nos estremecemos al pensar en el juicio t.erri-
Lle que la po,lr~ridnd porlrá formar de este periodo, en que Ja~




dr,sgracias públil'a,; han acibarado tan frecuenlemente nwstra real
existencia.


De vuestra corona, sefior, se hall arrancado los tlos florones
magníficos con que Córtés y Pizarro adornaron la tic Carlos 1.
Quince millones de sllbditos cuenta hoy menos la monarquía cspa-
üola, que contaba en 18U8. El pabelloll de los insurgentes de Mé-
jico tremola ell fin sobre las almenas de San J llilll de Ulua, y es
de temer (lue el de los insurgentes del Perú ondeé en brcyc ~obr()
las del Cal ao. Al tráfico inmenso que alimentaban con la metró-
poli tan vast.as posesiones, ha sucedido un cabotage mezquino.
turbado todos los di as por los piratas de aquellos mismo:; paises,
(¡ue deben a l~spafia las artes de la paz, y los beneficios d(¡ la so-
vilizacion. La Illultitud de objetos preciosos y esclusivos de cami-
hio , que reuniamos en territorios de una estension de sesenta
grados al Norte y al Sur de la línea, cs reümplazada COll \lila corta


!'Orcion de sacas de lana, ú de pipas de \ino ú de aceite, que SOll lOy lluestros únicos artículos de esportacion. Cádiz, ese eLllporiu
del comercio del mundo, cuyas aduanas solas, al subir al trono
vuestro augusto padre, daban al tesoro real de 120 á 140 milloll
nes por año, y el tercio á lo menos de la misma suma cuando
reducida á sí misma, desaliaba desde sus invencibles murallas el
mayor poder de los tiempos modernos; Cádiz, señor, es hoy en
presidio de donde se apresuran á emigrar todos los que pueden
realizar sus capitales, paralizados por la ocupacion estrangera, y
llor la emaneipacion de nuestras colonias. Barcelona, esa segunda
ciudad del comercio qUtl, multiplicando los prodllctos de su in-
dustria fabril, y apro"echando los de su industria aiOricola, equi--
libraba las ventajas qun debia C¡idiz á su posicion, esta en Ulla si-
tuacion casi semejanle. El comercio de los demas puertos del reino
yace en una estancacion completa, de que nadie prevee el térmi-
no, mientras una voluntad elicaz é ilustrada no remueva los olJs-
taculos que los en'ores y las pasiones oponen a su prosperidad.


La situ3cion de la indnstria no es mejor que la del comercio,
La guerra de la independencia le atajó los yuelos; la guerra civil
le cortó Je nuevo las alas; la emancipacion de la América, cerran-
do la úniea puerta por donde podian salir sus producciones, nI
condena á ulla languidez abyecta, que acarrearú en !in la consun-
cion y la muerte, si medidas sabias de parte del gobierno y esfuer-
zos patrióticos de parte de 105 capitalistas no la salvhll. Asombra
ver hasta qué ¡Junto depende nuestra nacion de las producciones
mas fúl1les de la industria esterior, y cuantos eslrangeros eslall
e~cargados de proyeer á las exigencias de su lujo y de su como-
<lldad,


Pero ¡qué mucho, si necesita tambien para subsistir de las
producciones de suelos eslrafios! No hace largo tiempo que hemos
visto, y no sé si aun dura hoy, la importacion de trigos estrange-
ros, autorizada sin duda porque lo~ del t.erritorio espaiíol !1O bas-
taban á sus necesidade;;, Ó porque los gastos de conduccion de la~
provincias inlemas a las marítimas recirg:1han de tal manera su
TO~lO 1. i




uo
precio, que era menesler que los habit:lllle~ de e~tas consumiesen
1 rigo dl~ Odesa ó de Tangarog, mientras los de las internas Jlere-
cian de miseria entre sus llenas troges y silos. La ralta de caminos,
la de canales, la de riego~, la de capitales, la ignorancia general
de las útiles teorías agríeolas, torio contrihuye a que la agricultu-
ra del pais mejor situado de Europa sea la mas atrasada y mi-
serable de esta parte del mundo. Esas 150 leguas de costa, que
(lesde el pie de la sierra de Ronda se es tiende hasta las playas
de los Alfaques, forma una zona magnífica, en donde sin grandcs
esfuerzos se aclimatarian en pocos años todos los frutos de los tní-
Vicos. Hoy se cogen en aquella costa abandonada a sí misma,
de 25 a 30,000 quintales de algodon, el primero del mundo des-
pues del de Femambuco; igual ó mayor cantidad de azúcal', ron,
plátanos, chirimoyas, y en breve se cogeran algunos quintales de
café. Estas exóticas y privilegiadas producciones están, sin embar-
go, limitadas á un corto territorio, cuando la costa entera debia
estar cubierta de ellas, y del añil, y del cacao, y de ese insecto
precioso que reemplaza con ventaja el múrice de los antiguos, y
que se mantiene de la sustancia de los nopales, que la naturaleza
ha sembrado con una profllsion fatigante en los cerros de donde
se descubre la costa septentrional de Afríca.


Señalando de paso estas mejoras, que trasformarian en un ver-
gel deliciQso los valles hordados por el Mediterráneo, desde Gi-
braltar a las bocas del Ebro, no invierto, señor, el órden de las
cuestiones que arriba he establecido, ni anticipo los remedios
f¡UC, con arreglo á la division que he adoptado, reservo para la
ultima parte de mi trabajo. Indicado lo que se podria hacer en
aquella rica y abandonada costa, !lO nw he propuesto tanto pre-
sentar un remedio como señalar un mal, pues Jo es gravísimo que
un territorio dilatado, donde se cultivan hoy Illuchos de los fl utos
preciosos que crecen en los campos alul1Ibriulos por los fuegos del
Ecuador, no esté cubierto de todas las producciones de aguello,.
climas, presentando asi al comercio estrangero el mismo ahciente
que le \leva á la:; playas insalubres de la Habana ó de Vera-Cruz.


Estos males son sin duda graves; pero, sellol', hav otro que es
tanto mayor, cuanto no lodos le reputan mal. Este es el cancel' que
devora la monarquía, v sin cuyaestirpacion nillglln poder humano
hasta, no digo a restablecer su esplendor, pero ni a prolongar su
existencia. V. M. adivina sin esfuerzo que hablo ¡Je la discordia.
A mí, (lue miro como la primera necesidad el sofocarla, no me to-
ca decir ¡Je qué manera empezó á agitar sus leas entre nosotros,
ni cómo los erro~es ó las pasiones han alimentado el incendio vio-
lento que ellas ocasionaron. Misionero de paz, sin la cllal no hay
prosperidad ní ventura, yo disculpo á los autores rle las proscrip-
ciones sucesivas que en nuestros dias han afligido y desolado á
España; pero, como son la calamidad peculiar de esta época, no es
posible, al enumerar nuestros males, dejar de insistir sohre ella.
En 1808 era el pueblo quien proscribia, y no siempre podia la au-
toridad oponerse á sus deciSIOnes tUll1ulluosas. Mas larde el go-




hierno central pro",crilJia il los que ohedecian al lioni!)!"C tIlle la
fuerza de las armas hahia sentado sohre ,-ncsll'O trono. Mas tardl~
el llue disponia de la fuerza de ar¡ uellas armas proscribia á loda
la Espaiia adicta á vlIestro goblerno, en las personas de los diez
mas ricos y mas ilustres españoles que habian emigrado á Cádíz.
1'01' elmislllO tiempo se proscribia en Cádiz á todos los qne ejer-
cían emplcos en las cinco sestas partes de la l'enínsula, ocupadas
por los franceses. En 18U, en la época de la reeonciliacion uni-
versal, cuando lodos los soberanos de Europa pactaban en París,
por lIn tratado solemne, el olvido de lo pasmlo , España no dis-
frutó de este benelicio que, obtenido, habria evitado quizá la fatal
reaccion de 1820. V. 1\1. sabe que en las lucllas políticas no hay
lilas que un paso de la proscipcion á la apoteosis, ó lo que es lo
mismo, (le In cárcel al poder. Espcrimentando en sí mismos la
Yerdad de üsta maxima, los hombres de 1820, llevados eu triunfo
desde sus destierros hasta la capital del reillo, la olvidaron sill
embargo, y empezaron su nueya carrera proscribiendo primero
Ú sesenta y nueye de sus colegas antiguos, y r1esplles á muchos
(Iue en otros tiempos se distinguieron ]lor una lealtad señalada a
su monarca. La reaecion, que siguü slempre á las proscripciones,
sobrevino, y la restauracioll prometió dias mas serenos á la fati-
gada España.


Pero, señor, proscripciones nuevas vinieron á turbar este gozo
y tí. defraudar esta esperanza. Simples bandos de policía prival'On
(le las venlajas comunes tí. todos Hlestros vasallos, á muchos indi-
vitluos y aun á clases enteras, que por aquellas medidas fueron
designadas á la animadversion pública, y sujetas á penas que solo
los trihunales pucden imponer Cl! los paises bien gobernados. (na
especie de entredicho fue fulminarlo contra milieianos, empleados,
militares, frailes secularizados, y contra los que siguieron á los
revolucionarios á Sevilla v Cádiz, y mas tarde contra los com-
pradores de bienes nacionales, los miembros de diputaciones pro-
Yineiales, etc. tas disposiciones rigurosas de que fueron objeto
los indiYiduos comprendidos en todas estas clases, forman una
verdadera proscripeion, no á la verdad del género de las rle Sila,
que hacia ti.iar en las esquinas las listas de los que su furor COll-
úenaba á muerte, y las recolHpcn;;as que prometía :i sus verdl1go~;
110 del género de las d(\ Mario, que a ulla mirarla hncia derribar
pJr sus satélites las cahezas que le desagradaban; pero, aunque
mas suave sin lIuda, la Il1ellida administrativa que impuso á mi-
liares de personas la pena de destierro forzado, fué ulla proscl'ip-
cion verdadera, que se ha agravado despues por la inhabilitacioll
de hecho para servir empleos del Estado, y aun para desempeñar
cargos de república; de que ha resultado á los escluidos menosca-
bo de derechos, mengua de reputacion y perjuicio de intereses.
Estas medidas, señor, han enconado los ánimos de los espaiiolps,
exacerbado los resentimientos, y generalizado una llesconfianza
recíproca, <¡Ile, orígen esclusivo de la miseria que nos ahruma. es
al mismo tiempo el ob,t;i(~\llo mas insuperable Iwra torla mejora




llIOGRAFIA.


posible. Ellas han empnjado á paises eslrangeros y aun enemigo~.
muchos capitales, muchos brazos, muchas cabezas, que hahrian
sido y pueden aun ser útiles á su patria; ellas han indispuesto
eontra nosotl'OS á los hombres ricos de todas las naciones, que,
amigos necesarios de la paz, son enemigos ardientes de las medi-
da:; que la turban; ellas nos han condenado á la nnimadversion
de las gentes juiciosas é instruidas, que han visto con dolor per-
rlidas para noseMos las lecciones de la bistoria, y sofocados por el
grito de las pasiones los documentos de la esperiencia de todos los
siglos.


Ni son solos estos daños interiores los que tenemos que llorar.
Esos seis ú ocho mil proscriptos, refugiados en Inglaterra, Francia
y Bélgica, propagan necesariamente en aquellos paises un odio
t\ncarnizado contra el gobierno que les cierra las puertas de su
patria. El instinto natural de la equidad obliga á ingleses, france-
ses y belgas á prodigar la compaslOn y aun la henevolencia á in-
(Iividuos que no han .sido juzgados, y que, por esta sola circuns-
tancia, aparecen como inocentes. De estus prófugos hay hastantes
que, en la indigencia con que luchan, exhiben un nuevo título á
la compasion de las almas generosas; hay otros que, precedidos de
una reputacion justa ó injusla, van por donde quiera escilando ya
la curiosidad ó la sorpresa, y ya la admiracion ó el entusiasmo.
Todos ellos, ahrigados en paises constitucionales, se muestran co-
mo las víctimas de una tiranía, á la cnal atribuyen el descrédito
y las inquietude~ del gohierno de España, y la miseria y las con-
vulsiones de sus pueblos. Ciertos de que aparecerán tanto mas
estimahles, cuanto mayor sea el desconeepto del gobierno que los
proscrihe. trahajan dial'Íamente la opinion, comentan los actos de
vuestra autoridad, glosan esa constante penuria de Vuestro teso-
ro, se felicitan de ver en poder de los rebeldes de Méjico esa úl-
tima fortaleza que poseíamos en su territorio, anuncian la eman-
eipacion próxima de Cuha y de Puerto-ltico, y predicen los triun-
fos que los armamentos acordados en Panamá ohtendrán mas tarde
on las aguas que bañan nuestras cosLas. Refiriendo, exa-
p;erando ú inventando errores ó desgracias, se adulan con la
deplorahle esperanza de que ellas colmarán la medida de la
exasperacion pública, y ocasionarán una reaccion, á la cual sola-
mente esperan deher la vuelta á sus hogares. La política puede
condenar, pero la naturaleza no condena estos sentimientos. No
de todos se puede exigir aquella generosa abnegacion de sí mismo
de que tan noble ejemplo dió al mundo el vencedor de Salamina,
rehusando pelear en las filas de los persas contra sn ingrata pa-
tria. I1av, y debe haber siempre, mas Coriolanos que Temístocles.


Se ha hablado mucho de la liga ¡jr, los banqueros europeos
contm nuestro crédito; pero en España no se conoce, ó no se cree,
el principal medio de resistencia COIl que ha contado esa liga,
cuyo triunfo es hoy completo. Jamás muchos de los principales
banqueros de París, Lúndres (¡ I"rallcrort, poseyeron una sola
.obligacion de los emprtíslitos tle las Cúrlp.~. No es, pues, el despecho




APE:'íDIC~; NC~IEIlO 1.0 53
ot.;asiollado por el uo reconocimiento de aq ucllu~ obligat.;iones, lo
que ha formado esa coalicion contra nosotros, que, compuesta en
su origen de un número respet.;tivamente pequeiio de personas
ofendidas en sus intereses, no se ha hecho invencible sino por los
auxilios que le ha prestado el resentimiento de los proscriptOf'.
Ellos han compulsado los antecedentes de la hacienda espaiiola (1),
revelado la estensioll inmensa de su deuda, y ponderado la fre-
cuencia de sus Lancarrotas y la desJlroJlorcion de sus recursos
habitualcs con las necesidades del servicio corriente. mIos han
sellalado 'los vicios y las anomalías de la Iegislacion de su patria,
que, por eJemplo, por la introduccion de un libro de devocior:
impreso en España, en Bayona y aun en Roma, cQndena á un sa-
bio piadoso, pacítico, y benemérito ala pena de muerte y de COIl-
fiseacion, conmutable en verdad en la de presidio (2), que es
el destino del facineroso, cuyo braz~ amarra tal ~ez la ley al del
rapazuelo decidor, que se desmando acaso en la noche de wrbe-
na (3). Ellos han ponderado los vicios de muchas de nuestras ins~
tituclOnes, la aeulIlulacioll de atribuciones incompatiLles, los obs-
táculos, que la marcha lenta y complicada de las oficinas opone á
las decisiones sabias, y sobre todo prontas, que exiITen con mucha
frecuencia las necesidades de la administracion. Eftos por último
han familiarizado á Europa y al mundo COIl conocimientos, que
antes poseían pocos individuos, y estos conocimientos han gene-
ralizado la desconfianza v la aversion contra nosotros, en términos
que los banqueros comprometidos por el no reconocimicnto de los
bonos de las Córtes, han hecho entrar fácilmente en su coalicion il
todos los demas con solo mostrarles el estado del pais contra quien
se coaligaban. Con a(juel tono decisivo, llne muchas veces parece
al de la conviccion, y que por tanlo arranca la aquiesceneia ó el
asentimientu de los lectorrs, decia unos dias ha el diario, que re-
presenta los intereses del comercio y de la industria (~): "En cuan-
litO á la España, ha continuado retrocediendo rápidamente luicia la
»barbarie. Es una segunda Turquía, mas miserable y peor gober-
»nada que la primera.» Cundiendo y gencralizandose esta injusta
opinion, no ha sido posible, a pesar de esfucrzos , qne no es ahora
del caso ponderar, arreglar eondiciones para un empréstito espa-
ñol, parecidas ó semejantes a las que, aun antes de reconocida su
independencia, ohtuvieron Méjico, Colombia, Chile y el Perú. La
Grecia misma, sin otra garantía que la espada de Colocotrone, Ó
los brulotes de Canaris, ha levantado empréstitos, de que con mu-
cha facilidad pueden desaparecer las frúgiles hipotecas, y que no
obstante ticnen cur~o, y quizá se renovarian á ser necesario. En-
tretanto F~spaña no encuentra un maravedí, y gime lJajo un des-


(1) Ocios de los espaiLoles rerugiados en Lóndres (Periódico que alguno de
dichos refugiados puiJ!iraiJan á la sazoll en a([lIella rallÍlal).
,(2) Artículo 13 de la lry del señor uon l'ernando VII, que es la 22, tilulo 16,


libro 8. o de la Nov)sima Recopilarion.
l3) Ley 9, titulo 25, libro 12 (le la No,'isima Recopilarion.
(t) Diario del Comere,io del 7 de enero (\c 1826, remili,lo al dia ,i~lIi"',,le al


gobierno ~or el autor de esta memolÍa.




lllOGltAFU.
,~ré.dito, l¡Ue es un síntoma irrecusable, no solo de la magnitud lft<
~us males, sino del con,lCimiento general que se tiene de estos ma-·
les mismos; circunstancia que los agrava notaulemeute.


En el pais que en pocos alios ha visto seper:usc de su depen-
dencia las mas ricas colonias que jamás poseyó monarca alguno~
en el pais donde esta desmembracion ha aniquilado el comercio, ya
antes limitado y mezquino; donde la industria, maltratada primero
por la guerra estrangera, destruida despucs por la guerra civil, no
posee máquinas, métodos, capitales que la permitan al meuos se-
guir las huellas de la industria del ¡'esto de Europa, ni cuenta si-
(Iuiera con consumos que la estimulen; donde la agricultura pro-
Vbe apenas la;; primeras necesidades de los hauitalltes, reducidos
frecuentemente á alimentarse del trigo de Polonia, que les envian
los mercaderes del mar Negro; donde proscripciones eslendidas á
masas ó categorías han hecho huir los capitales, é infundido la in-
(jllietlld y la desconflanza, es necesario, sefíor, que la miseria gane
el terreno r¡ ue ha perdido la prosperidad. Por esü las arcas del te-
suro están vadas ú pesar de los esfuerzos de vuestro secretario del
dc,pacho de Hacienda. Por eso, á pesar de los de vuestro secrela-
rio del despacho de :\larina, un puliado de piratas bajo pabellones
de Colombia ó de Méjico, infestan nuestras costas, é impiden el trá-
lico del carbon y rle las vitnallas. Por eso la Inglaterra ha recono-
cido, '1 la Francia va á reconocer, la independencia de nuestras po-
sesiones en América, SilllJUe vuestro prime\' sec.retario de Estado
pueda hacer oir sus reclallJaciones. 1'01' eso las tropas españolas no
IJaslall á guarnecer las plazas riel reino, y vivimos bajo la tutela de
:HJ,OIlO estrangcI'os, cuyo aumento de paga garantido por tratados,
absorve una quinta ó sesta parte de Iluestras rentas. ¿Son estos,
~ellor, males efectivos? ¿Son ¡nales graves? Yo no creo que habI'á
'luicI! se atreva á negarlo.


y ¿uasta/! á conjumrlos (esta es la segunda cuestion) los mc-
dios empleados hasta ({hom? Yo )lodria, respondiendo á esta cues-
tion, emplear para endulzar la amargura de la respuesta, térmi-
nos lisongeros y fórmulas dulces y seductoras; pero estas {Iebi-
litarian quizá la impresioll, que ha producido sin duda en vuestro
real ánimo la cllumeracioll dolorosa que acabo de hacer, y ale-jariall tal vez la ópoca del remedio de tantos males. l'or otra parte,
vo no c\'eo, sefíor, COtllO creen algunos, que hay cosas que no sc
lleuen decir á los reyes; ,11 contrario, pienso que á un rey que de-
~e:l el bien, como no pueden menos de desearlo todos, es menes-
le\' decir siempre la verdad cntera. « Tan gran delito es, decia al
"rey don Felipe II su tesorero Luis de la Cerda, llenar (le amar-
"gura el alma del príncipe cuando el mal no tiene remedio, como
"quererle paliar cuando es illminellte el peligro, llamando grandn
"'1 firme lo que por todas partes está cercado de tempestades y de
,»j'iesgos.» Yo no cometeré, sefíor, este delito; '1, respondiendo
Gntegóricamente Ú la cuestion que examino, diré: "Qlle los~mcdio~
,¡empleados hasta ahora no bastan á conjnrnr 105 males que alll-
i'l!'('n á llu('~tra ratria, '.'




V. ~l. salle, "eílur, tille estos males fechan d\~ muy alltigllo.
\)¿ Qué e,; (decia:l1O años ha el citado la Cerda al IJO(lero,;o hijo
",.le Cárlos 1), flué ~s del ¡;;ran patrimonio del [Joder dc Castilla y
"de todos SIIS relllos I i.~o le vemos hUIHhdu'! ¿:'lo vemos Sil po-
))ucro:io mOHarra sujeto á las mayores tribulaciones, y agolJiado
)¡con el poso de gravámenes de sus atrasos'! .... :-ii preguntamos al
"pueblo cllel es Sil fuerza y Sil riqueza, le hallamos exhausto, SlI-
))friendo desgracias y trabajos grandísimos, y pidiendo Cllll YOL;
"débil el rellledio de tantas faligas.» i QUé cuadro tan terrible,
señor! Sin embargo, un ministro hábil y leal se 10 presentaba al
monarca mas poderoso de la li~rnl; al que mandaba en Europa
desue las playas cubiertas de la lava del Etna, hasta las bocas del
llhin y las del Tajo; al que mandaba la AlIlcrica toda (lesde las AII-
lillas hasta el paio de los Patagones, y desde el Brasil hasta Pana-
má; al que dava ou nomhre en Asia al rico <Irchipiélago, drstina-
(lo ú servir de escala al comercio dellllar del Sur, COil las oplllrJl).
tas factorías que po~eia en las costas de Malabar la monarquía de
Alfonso Enri([uez, reunida entonces á la de Pelayo. Un príncipe,
que tanto llabia esler](lido el poder y la influenci<l de su Twcion,
un príncipe personalmente instruido y sa~az, tanto como el ma:;
hábil de sus ministros, halló justas la" observaciones de su te-
sorero, y una consulta estendida en consecuencia reputó tan gra-
ves los Tll ales, que propuso los remeflios mas estraonlinarirs pa ra
su curaóon. Pero i tlué remedios, señor! Los que debian esperar-
se de la iguoraneia, general entonces, de la CIencia del gobierno;
enagenar tercios, alcabalas, yasallos, hacer leyes suntuarias,
y otras medidas de esta especie, de que nuestra historia admin:s-
trativa presenta á cada página la vergonzosa renovaciilll. Sin los
errorc~ y la~ ]l~sioJles, el rcmetlio era f:ieil; renunciando ú la,;
costosas atrocidades que se cometian sobre los llamencos, y á 10:3
no !llenos costOS<lS intrigas que se empleaban contra el mejor
rey de Francia, las fuentes de la prosperidad habrian corrido has-
ta inundamos.


Si los medios indicados en la consulta de 1595 podian paliar
el mal que algunos años antes habia denunciado la Cerda, el fu-
nesto error de 1609 debia ocasionar nuevos y mas grandes emba-
razos. Diez años dl~Sp\leS de haber espulsado (lel reino 900,00U fa-
milias, se acudió al Consejo, solicitando ei remedio de este dalio.
Aquel tribunal estclldió una consulta, que es bien conocida, y
sobre ella un canónigo consultor del santo oticio hizo un impor·-
tante y juicioso comentario. Aunque incurriendo á veces en crro-
res económicos y administrativos, el Consejo y Nayarrete pusíe-
ron tal vez el dedo cn la llaga; pero los medios propuestos para
curarla, sobre ser insuficienies, no se llevaron á ejecncion, como
habia sucedido siempre anles, y volvió á sucedcr siempre des-
plles. Y no por que de tiempo ell tiempo no hayan lmant<ldo la
voz hombres vigorosos é instruidos, y señalado el j)l'edpicio
adonde corríamos á hundirnos, é indicado el camino que condllcía
á la prosperidad; sino porrlue intcrcsrs, pa::iones tÍ ('ne.lr,,", han




UIOGRAFU.


impeditlo constanlemcnte oir los consejos L1esintercsatlos de la e~­
periencia y de la razono Treinta años hacc que, en nombre de
una eorporacion madrileiía, se dirigió al consejo un código precio-
sisimo de reglas económicas y administrativas, en que, por una
singularidad de la época, y para honor eterno del redactor, no se
advierte un solo error de hechos ni de principios, una sola exa-
geracion, una simple inexactitud. Pero ¿ de qué sirviú que el ilus-
tre Jovellanos levantase un monumento á la gloria de su Jlais en
su inmortal In{urme de la sociedad econ6mica de 1'rladrid en el espe-
diente sobre ley agraria? Ningun uso, señor, se ha hecho de las
utilísimas advertencias contenidas en aquel libro de oro, ni de las
uo lllenos útiles consignadas en los apreciables escritos de los
condes de Campomanes y de Cabarrús, que apenas son conocidos
de nuestros literatos. Los errores han continuado creciendo á la
sombra de las disensiones civiles y de la ignorancia que ellos han
ocasionado, y nosotros cogemos por desgracia los frutos amar-
guísimos.


Que los medios empleados hasta hoy no basl,m á mejorar nues-
tl'a situacion, se infiere ele que en efecto no se mejora, antes bien
se ha empeorado de algun tiempo á esta parle. Cuando la provi-
dencia restableció á V. JI. en la plellitud de sus derechos, aun
voseíamos vastos territorios en América, y esperanzas fllndadas
de recuperar algunos ele los que se habian sustraido á nuestra do-
minacion. Era posible, y quizá facil, reponer bajo la dependencia
de la metrópoli la Nueva España, donde rebeldes sin gefes, sin
ulliou, sin dinero y sin alianzas, no contaban con grandes proba-
bilidades de resistencia ni de agresion. Era posible, quizá fácil,
obtener triunfos flecisiyos en el Perú, donde un ej(~reitu realista
l:ontinuaba sosteniendo el honor y la supremacía del nombre es-
parioL Mas tarde este ejl\rcito ha capitulado: Méjico, Goatemala,
Colombia, !)erú, Chile y Buenos Aires han hecho empréstitos con
que hall pro\'iSlo las necesidades dI'. su emancipacion, y calmado
el desconlento interior, que era nuestro mas poueroso medio de
reconquista. La metrópoli, entretauto, mas apurada de ¡lia en día,
cuenta entre sus enemigos hasta lu, huracanes, que, dispersando
la escuadra destinada á reforzar la guarnicion del castillo de Vera-
Cru;~, 1I0S ha arrebatado la posesion de aqur¡ punto impor-
tantísimo.


Sellar, cImal eshl heeho ; algunas de sus cOllsecuencias son
il'reparables; pero aun es tiempo de evitar otras, y vuestros pue-
blos eSJleran de vuestra mano este insigne benelicio. ltesolviendo
la tercera cuestion que me he propuesto, yo voy á indicar los me-
dius de mejorar nuestra situacion. Estos 110 serán, seiíor, espe-
ciUcos de t:harlatanes ó recetas de empíricos, sillo medios senci-
lIus, ob,ios, fúeiles, sacados de la naturaleza de las cosas, con-
fornlC3 á los principios de la ciencia de la arlminislracion, casi
dCSCOlloc.ida enlre nosotros, yen armonía en íin con los usos con-
sagrarlo,; por la espericncia de las nacione~, que hacen hoy tan
colo:;ale,; pro;::r('~(¡" ~n la carrera de la ci"ihzarion. Por ahora, me




APLii01CE ,DIEltO 1."


contentaré con sellalar los de mas imporlancia y urgencia, y ¡¡
medida que los saludables efectos producidos por su adopcion me
hagan acreedor ú elevar otra yez mis votos reverentes hasta las
gradas de yueslro solio, yo iré desenvolviendo en memorias su-
cesivas la necesidad y la conveniencia de otr:lS medidas, capaces
de cambiar en pocos Míos el aspeeto de ese pais, y de restablecer
completamente su decoro y su prosperidad. Los medios que hoy
debo indicar son los ,iguielltes:


1.0 « Amnistía plena y entera, sin escepcion alguna, ó con
"pocas escerciones, y esas personales ó nominativas, por todos los
'actos conSiguientes á la profesion (le las diferentes opiniones po-
"líticas seguidas en Espafla desde 1808, con fenecimiento de todo
"proceso pendiente por esta causa, y remision de toda pena im-
»pnesta por los fenecidos.))


ESla medida, señor, encontrará impugnadores entre los pusi-
lánimes, que, por la impunidad de algunos alborotadores, cree-
rán comprometida la seguridad de vuestro trono, y entre los hom-
bres severos y rigurosos, que juzgarán menoscabados por la im-
punidad de algunos delincuentes los derechos de la justicia. Pero
la lealtad de los pusilánimes, y el celo de los rigurosos, se tranqui-
lizarán con consideraciones que son demasiado obvias para ser
recusadas. No fueron los 100,000 franceses mandados por el duque
de Angulema los que en 1823 acabarol\ con la Constitucion de
Cádiz; fué solo la lealtad del pueblo español, y su aversion
á instituciones que, en vez de ventajas, le acarrearon gravámenes,
é inquietudes en vez de reposo. Estos sentimientos se manifesta-
ron tan simultánea y unánimemente, que 110 hubo liberal que no
reconociese desde entonces lo nllo de sus ilusiones patrióticas,
Jo impracticable de sus teorías democráLIcas, lo infructuoso, en
fin, ·de toda tentativa dirigirla al restablecimiento de un régimen
marcado con el sello de la r1esaprobaeion general. Si, á pesar de
este convencimiento, hostilizan abiertamente los proscnlltos de
afuera, y los de adentro oponen á la marcha del gobierno la resis-
tencia oculla que pueden, es porque el instinlo de conservacion
pone ú unos y á otros en estado de agresion contra el gobierno,
que cierra á los primeros las puertas de su patria, y que, llfi-
vando a los otros de derechos comunes á todos los súbditos de
un Estado, los condena por ello á lIna humiJIacion permanente.
Esta disposicion es natllfal y por Jo mismo necesaria, y Y. :M. co-
noce bastante á los hombres, para saber que nadie vuelye amor y
respeto en cambio de rigores y daños. Por este mismo principio,
se deben esperar oficios de gratitud de aquellos hombres á quie-
Des se dispensen bienes, y mucho lIHlS si en los ánimos de los
agraciados se refnerza el reconocimiento con la esperanza de me-
jorar de suerte, y de reconquistar el aprecio de sns conciudada-
nos. Nadie se obstina en el mal, cuando ,'e abiertos los caminos
del bien; cesando la proscripcion, los proscriptos de todas las
opiniones sentirán brotar en su pecho el deseo de cooperar á la
!lloria de Sil patria, y cooperarán sin duda, si no los desanimall,




b8 IlIOGIIAFIA
e,c1usiones humillantes. Mas aun suponiendo que asi no fuese, y
que. por nna escepcion que estaria en contradiccion manifiesta
eon los sentimientos habituales del COfazon humano, los beneti-
cios solo hiciesen ingratos en vez de agradecidos. ¿ qué habria
que temer de los amIl1sliados, cuando, diseminados en )a Penínsu-
la, observados por la autoridad, y )0 que es mas por la opinion.
no tuviesen ni punto de contacto. ni merlios de resistencia, ni
pretestos siquiera para legitimarla? ¿No serán mas temibles cuando,
en los paises estrangeros, se venguen por acusaciones, muchas ve-
ces exageradas y calutlluiosas, de la proscripcion ha'l'o que gimen?
Señor, temer peligros de la amnistia es temblar de ante de fan-
tasmas.


Los homhres, cuya severidad se ofende de que se snstraigan los
delincuente., á la mano de la justicia, replicarilll ([uizá que la im-
punidad de tales y tales revolucionarios podria alentar los escesos
y dar ocasioll mas tarde a nuevos trastornos. Sel1or, no ce(la V. M.
ú este triste escrúpulo. En primer lugar, la justicia ha quedado mas
lfue satisfecha con el suplicio del gefe de la rebelion. En segun-
do lugar. tresal10s de proscripcion y de desastres han castigado bien
á los que participaron de los errores IÍ de los estravíos de los tres
años anteriores, y aun podria en último estremo prolongarse la pe-
na á dos IÍ tres de los mas culpables. La política. en fin,autoriza y aun
prescribe escepciones á las reglas comunes de la justicia. cuando
es muy considerable el númel'O de los que han cometido una falta
ú nn crimen. Cuando el castigo es imposible, el perdon ó el olvido
es necesario.


Asi, la historia presenta el perdon IÍ el olvido como el hálsamo
mas eficaz para cnrar las llagas de las guerras civiles; y aun, cn-
tre las doclas alegorías de la fábnla, las sublimes ficciones riel ma·
yor ingenio de la antigüedad representan á Júpiter indicando á Mi-
nerva el olvido, como el remedio único de las disensiones que la
vuelta de Ulises habia ocasionado en Haca. i.Y qnién no recuerda,
señor, el famoso ejemplo de Pisistrato? Su morleracion despues del
triunfo desarmó hasta la resistencia de Solon, de aquel hombre cé-
lebre que, seguro del ascendiente que le daban sobre sus compatrio-
tas sus virtudes y sus benelieios, hahia eseilado poco antes al pue-
blo á armarse contrae1 usurpador. Pero elejemplo mas memorable,
el que forma autoridall en esta materia, es el qllediúTrasíbulo triun-
fanllo de los treinta tiranos, que, sostenidos por estrangeros, habian
agitado sobre Sll patria el hacha de la proscripcioIl. Trasibl1l0, ven-
cedor, inventó, para proclamar el olvido de lo pasado, la palabra am-
1tislía, qne mas tarde adoptó CiceroIl cuando, despuesde la muer-
te de César. propuso adoptar la política y JJlantrópica idea espre-
suda por ella. ({ Segun se hizo entonces en Atenas, dice el ora-
»dor romano, omnern mcmoriam discordiarum oblivione sempiterna
"delenda censui. ,¡ ¡Qué nombres, sel1or, los de Trasíhulo y de Cice-
ron! Yo no neQesito reforzar estas autoridades: la h\'rmosa ley de
olvido de Aureliano ; la intervencion general de Cárlos V en favor
de los desterrados y emigrados de Florencia, despues del restable-




.\l'E:I lJlel: SUIEllO ,1." lí9
CiLlllento de lu~ i\lódiei,; el cspcct;'lculo dado por el mislllo em[lcra-
dor des[lucs del triunfo de sus armas en Villalar, ninguno de estos
hechos probaria lanto como los anteriores. Pero hay otro que es
decisivo, y que por lanto merece citarse. V. M. mismo, Hiendo prín-
cipe de Asturias, aplaudiú 5ill duda como el mundo entern, uno de
los primeros y Illas célebres decretos del régimen consular de ¡"ran-
cia, que permitió el libre regreso de cuantos voluntariamente hu-
biesen huido (le la revoluciol\ ú siuo por ella lanzados del suelo
francés, con devolucion de sus bienes no vendidos, y habilitacioll
para ohtencr toda clase de deslinos, que muy luego obtuvieron has-
ta en el [lalncio imperial. i. Y quiénes eran aquellos rehabilitados'!
Antiguos Hohles que, espatriarlos los mas por amor y lealtad á los
Borbones, sirvieron por reconocimiento en las antecámaras de Ro-
naparte; antiguos eclesi:ísticos t¡ue, habiendo preferido la emigra-
t:ion á la prestacion de un juramento, que su conciencia repugna-
ba, enseiíaron despues el catecismo que proclama la legitimidad
del ungido del Papa; tan cierto es qlle los beneficios acaban por le-
gitimar la usurpacion. Aquellos hombres, designados antes como
objeto de la execracion popular, como agohiados bajo el [leso de
Hna opinion que los condenaha, volvieron á sus hogares sin el me-
uor obstáculo; tan cierto es que el poder basta á rectificar y aun á
contrariar abiertamente la oJlinion, cuando esta no es conforme á
los principios inalterables de la justicia.


Puede alegarse, en atenuacion de nuestro error, que el número
de proscriptos es corto entre nosotros, pues de los seis ú ocho mil
que están fuera (Iel reino, muchos pueden volver sin obstáculo á
~us hogares. "Si no lo hacen, podrá añadirse, es porque ó temen la
»opiniun que los reprueba, Ó Jlorque se han obstinado en sus erro-
"res :lTJtiguos. ¿ Y no es de creer que los que salieron del reino
"por esta causa, 110 vuelvan á él, aun cuando los escude una am-
ldlistia?" Sciíor, el (jlle hiciera este argumento mostraria ignorar
(llIe la palabra proscripcion, allIlllue limitada en Sll origen á espre-
~ar ideas !lO conformes á nuestros usos actuales, envuelve hoy la
idea de destierro forzado, ora sea impuesto por la autoridad, ora
determinado por la necesidad de sustraerse á un odio justo ú injus-
to , á un castigo merecido ú no merecido. Libre cada cual de
cste temor por una amnistía completa. no habria quien voluntaria-
mente prefirieseeontinuaren un destierro. Canon, Cabrins, lficatres,
Timoteo, sesometian en Atenas á un ostracismo voluntario; pero ¡,se
habrian iLlo á vivir en Lesbos, en Tracia ú en Chipre, a no haber te-
mido los efectos de la desconfianza turbulenta de sus concilldada-
1I0S, que ya desterraban á Arístides, y ya hacian beber la cicuta á
Sócrates y á Focion? .


No acabaré, señor, el capítulo de la amnistía, sin observar que
he elllpleado de intento esta palabra, porque es la consagrada en es-
tos C,lS08, y la única que envuelve la idea del olvido sempiterno,
eun el cual proponia Ciceron borrar la memoria de las disensiones
civiles. Indulto 110 espresaria la misma idea. La totalidad de la na-
('ion reconociú ell'égimeIl constitucional, hoy destruido; la tasi 10-




60 BIO~ILU'IA •
talidad de los habitantes le prestó serviciot'; si muchos de estos ser-
vicios !re cubren COIl el velo del indulto, se califican de criminales
por el mismo hecho, y no es político notar de delincuente á ulla
gran parte de la nacíoll. Cuando se trata de fundar el reposo del
reino sobre la reconciliacion completa de sus habitan les, seria im-
prudente ofender a muchos de ellos por el uso de una palabra, apli-
cada habitualmente para espresar el pertion de otra especie de de-
litos.


2.° Abrir un empréstito de 300 millones de reales para ocurrir
sin embarazo á las exigencias diarias del scrvicio del Estado, ínte-
terin, descnvolviéndose, por medidas que indicaré. los gérmenes
inmensos de prosperidad que aun pOí'eemos, se establece un siste-
ma detlnilivo de hacienda, que baste á nuestras necesidades y res-
tablezca el nivel entre los gastos y los recursos.


Señor, esta medida parece im pliear una contradiccion manifies-
ta con la demostracion que he hccho arriba de las causas y la es-
tension de nuestro descrédito, y con la seguridad que he dado de
que no hay en toda Europa quien haga un empréstito para España.
Contradiccion habria en efecto si, hablando de empréstito. enten-
diese yo que este se contratase en las bolsas de tundrcs, Amster-
dam ó París; pero no es esto lo que propongo: dos años de esfuer-
zos infructuosos y de desengaños amargos han debido familiarizar
á todos con la idea de que nuevas tentativas no prouucirian mas
que nuevos motivos de descrédito. Yo pienso que es en España
donde se debe bacer la operacion, y creo qne esto e~ posible. facil,
seguro, sin que haya una sola razon verdadera. un solo pretesto
plausible en que fundar la resistencia. Indicando la justicia y la
conveniencia de la operacion, responderé ú las objeciones ljue con-
tra ella pudieran hacerse.


V. 1\1. sabe que el sumo pontífice Pio VII concedió á vuestro au-
gusto padre, con destino á las necesidades del Estado, el producto de
las ventas de bienes de obras pías, y sétimas partes de los bienes
eclesiasticos, con la condicion de pagar á los poseedores los réditos
de su importe, á razon de tres por ciento al año. La estrechez con
que hace siglos lucha en vano el erario español hizo que los fon-
dos procedentes de aquellas ventas recibiesen nna inversion estra'-
ña, y que desde muy luego esperimentasen los propietarios de las
fincas enagenadas atrasos considerables en el pago Je sus réditos,
de que acabó de privarlos el alzamiento de 1808. La junta cen-
tral, compuesta de personas timoratas, viendo sucederse dia-
riamp.nte ventas de que no se satisfacia el precio, ú de cuyo
precio no se púgaban los intereses, las mandó cesar; pero nada im-
!)ide que continúen desde el momento en que los rédItos esten tan
exactamente asegurados, que ningun acontecimiento pueda privar
á sus propietarios; y hoy nos hallamos en este caso. Erigiendo la
caja de amorlizacion, y prescribiendo la formacion del gran libro
de la deuda pública, dió Y. 1\L á la parte de dicha deuda inscrita en
él todas las garantías que hastan a desvanecer la desconfianza mas
t~xagerada, Mandando ;i vuestro secretario del despacho de Hacien-




AI'EXDICE ",mIERO 1. u 6\
da hacer inscribir 4.8 millones en el gran libro para pap;o de inte-
reses yamorlizacion sucesiva de un empréstito de 80U millones,
que V. M. le autorizó á contratar, seualó la mas:sólida é indestruc-
tible hipoteca de aquel capital. Asi, pues, si, por las causas que he
enumerado antes, no han inspirado confianza á los capitalistas es-
trangeros recursos tan pingües y tan saneados, nada impide que,
usando de la facultad concedida por el sumo pontífice á vuestro
augusto padre, se vendan bienes pertenecientes á patronatos,
obras pías, y sétimas partes de cuerpos eclesiásticos, hasta la con-
currencia de aoo millones, siempre que esta suma se inscriba des-
de luego en el gran libro, como sucederia con los 800 millones que
vuestro secretario del ¡Iespacho de Hacienda estaba autorizado á
hacer inscribir, si se hulJiesen encontrado contratistas por aquella
cantidad. La inscripcion asegura sus réditos á los propietarios de
las fincas que se enagenan, réditos que no pueden perecer mientras
el Estado subsista, y las vent.as aseguren al Estado recursos diarios
obtenidos á un interes mucho menor que el que habria logrado en
ningulI contrato de empréstito.


Seuor, el clero ha dado siempre, y el cler() renovará hoy sin
duda el ejemplo de confianza que le inspiran los esfuerzos que ha-
ce V. !'!l. para mejorar la suerte de sus pueblos. Las ventas auto-
rizadas por la bula pontificia de que dejo hecha mencion, no solo
no le irrogan el menor perjuicio, pues los intereses resultan afian-
zados del modo mas firme y vale(lero que reconocen nuestras leyes
y nuestros usos, sino que, al contrario, puede proporcionarle venta-jas, pues no es presumible que la masa de los bienes eclesiásticos
prodnzca tres por ciento limpios, que, sin ninguna deduccion ni des-
cuento, cobrarán Jos propietarios por semestres ó por tercios en la
Caja. No es, pues, de temer que el clero oponga la menor resis-
tencia á esle medio de salvacion nacional, que facilitará al erario
una anticipacion cuantiosa á tres por ciento, y al precio mínimo
de 66 2/3 ,con aumento notable á veces, pues las adjudicaciones,
que no podnin hac~rse en menos de los dos tercios de la tasa, pa-
sarán muy frecuentemente este límite, y acaso el de la tasa mis-
ma. ¡Qué perspectiva de prosperidad y de ventura1 Yo no temo
afirmar, seuor, que aun cuando vuestro tesoro no se hallase im-
posibilitado de satisfacer sus obligaciones. aun cuando estas pu-
diesen cubrirse con los medios ordinarios, la medida que indico se-
ria utilísima, )lues con los productos de las yentas podrian promo-
verse bienes de gran monla, que darian con muchas creces el té-
nue interes que devengasen los capitales procedentes de la enage-
nacion de aquellas fincas.


Quiza habrá quien tema que, en la estrechez general á que las
desgracias últimas han condenado á los españoles, no habrá una
masa de compradores tal como se necesita para que sean conside-
rables los recursos que produzca la enagenacion. Pero este recelo
uo retraerá ciertamente de la operacion que indico, áncora precio-
sa en la tormenta que vamos corriendo. El olvido de las pasadas
divergenciaR políticas y la rnsion de totlos los intereses restablec.e-




!)IOGn,IFIA


rán la confianza, la cual ya desentierra los capitales filie el miedo
ha escondido, ya los crea nuevos por medio del impulso que da al
trabajo. No hay quien no haya notado el desaseo. 1,1 triste~a, la
incomunicacion que reina en los pueblos trabajad(ls por los parti-
dos, ó divididos entre los intereses de los magnates que quieren
mandarlos. Al contrario, en los pueblos en dOllde no hay estog
bandos, se hacen paseos y fuentes, se limpian las calles, se reu-
Jlen las familias, y la abundancia renace en el seno del placer v
de la amistad. llar auemas multitud de personas que nunca dedi:
can sus capitales mas que á aumentar sus haciendas, y que solo se
esfuerzan, y aun se empeñan, cuando 8e trata de adquirir lin-
caso En fin, hay un aliciente poderoso para estas adquisiciones en
la rebaja del tercio que puede obtenerse, cuando no lo impida la
concurrencia de licitadores. Todo persuade, pues. de que estas
venta~ producirán lo que todas las que se han hecho de su espe-
cie en diferentes tiempos.


Tal vez se me replique que la anulacion de las que se hicieron
bajo la usurpacion francesa desde 1808 á 1813, Y bajo el régi-
men constitucional desde 1820 á 1823, debe ser un obstáculo para
las nuevas enagenaciones, pues es aterrador el espectáculo de
ciento treinta mil familias arruinadas de resultas de haber comprado
bienes nacionales en una ú otra de aquellas épocas. Este temor
aparecerá tambien exagerado, cuando se recapacite que, ellla pri-
mera de estas, los compradores, no solo fueron privados de los bienes
que adquirieron, sino que fueron condenados á multas que con-
sumaron la ruina de casi todos ellos; sin embargo, á nadie aterró
despues aquel ejemplo, y en los tres años de la revolucion última
se enagcnaroll fincas por valor de 1,200 millunes. Parece que
los hombres están sentenciados á no escarmentar en cabeza agena;
pues frecuentemente los particulares. tanto como los cuerpos y
aun las naciones, adoptan una conducta que muchas esperiencias
han manifestado ser funesta, y condenan principios que otras tan-
tas esperiencias presentan como conduciendo infaliblemente al
honor y á la prosperidad. Si cien veces se vendieran lineas con
alguna ventaja, cien veces se presentarian compradores; y esto
sucederá tanto mas seguramente en el caso sohre que discurro,
cuanto ninguno de los qne, durante diez afios, compraron bie-
nes de patronatos, capellanías y sétimas partes. ha SIdo turbado
un solo instante en su disfrute, oi ha concebido sobre él la menor
inquietud .. Esta ventaja proviene de la legitimidad del poder tem-
poral que solicitó la medida, y de la del poder espiritual que la
a ntorizó, como li.til á los interesl?s del gobierno y no perj urlicial á
los del clero.


3." Organizacion de la administracion civil.
Señor, en vano se fundirian los intereses, y ventas de bie-


nes considerables proporcionarian (;uantiosos ingresos temporales
al erario, si desde luego no se dictasen disposiciones qlle le ase-
gurasen para lo sucesivo ingresos constantes, proporcionados á
las necesidades del serricio, Hubo un tiempo en que nuestra 1Ia-




AI'E:'\DIGr NV:\lEfiO 1.0, 63
cienda pudo \Ívir atenida:i las eventualidades de eontrilJUciollcs
viciosas en su orígen, vejatorias por su forma, é insulicientes por
sus productos; pues, dueiia Espaiia de "Vastas posesiones ell
América y Asia, y alimentando un vasto comercio con las pro-
ducciones privilegiadas de aquellos climas, contaba siempre con
recursos que llenasen el déficit de las rentas de la Península. En
tal situaciun, le era permitido ser mas pródiga y tener menos ór-
den que cuando, privada de aquellas ,.en tajas ,8010 cuenta
eOIl los tributos de su territorio europeo, empubrecido por las
causas (Iue en esta esposicion he enumerado. Asi, hoy necesita
ahsolutamente fundar un sistema definitivo de hacienda, en que
se contrahalancecn á lo menos las rcntas y los gastos, y cn que
poco á poco se vayan obtcniendo sobran tes destinados á limpiar
los canales de la prosperidad. Para formar este sistema, es nece-
sario empezar por cOllocer la poblacion del reino, la estcnsion dc
su riqueza territorial, ya urbana, ya rústica, y la de su ril{ueza
movible, ya fabril, ya comercial, pues sin el conucimiento dc esto
lfUe, elllcnguage de administracion, se llama materia imponible,
no se puede calcular de qué modo las contribuciones afectarán
csta materia, y hasta quó punto paralizarán los esfuerzos del in-
teres individual, que solo se afana en cuanto la mano del fisco
no le arrebata lo nccesario.


Por falta de estos conocimientos pereció bajo el peso de la ex e-
cracion pública el sistema dc contribuciones directas improvisado
en Cádiz, y establecido sobre bases arbitrarias, y por lo tanto
injustas y odiosas. En 1817, cediendo al grito de los pueblos, y
forzado por la enormidad del déficit, qne de dia en dia se iba au-
menlando, vuestro secretario del despacho de llacienda propuso á
V. ~f. el restablecimiento del sistema dircclo, que cn breve volvió á
escitar justísimos clamores por la odiosa desigualdad de la re-
particíon, dimanada de la falta de conocimiento dc la base. Para
el gohiel'llo fundado por la revolucion de 1820 fueron 'perdidos
ae¡ Llellos terribles y decisivos ejemplares; y, sin atender a las oh-
servacioncs irresistibles quc hombres amantes dc su patria no
cesan de publicar, sc obstinó en el error, é hizo subir en muchas
partes á 30 Y 4c0 por ciento la contribucion sobre la propiedad ter-
ritorial rústica, ya gravada con prcstaciones de jlJ'ual eslension.
El descontento que estas vejaciones ocasionaban habria acabado
mas tarde ó mas temprano con el régimen constitucional, aun
eu ando no hubiese sido encargada su destruccion á un ejército es-
trangcro. Para imponer á un pueiJlo, por ejemplo, una eontribucion
estraordinaria de guerra, exigible de los diez ó doce vecinos mas
pudientes, se reune ulla jUllta de naturales que, con arreglo al
conocimicnto que ticnen del caudal de cada uno de sus compa-
triotas, fijan la proporcion en que la exaccion debe hacerse. Esta
conducla es un homenage al principio de {fue ((no se pueden res-
»lablecer contribuciones sin un conocimiento tan completo como
»sea dable de la consistencia y de la estcnsion de la materia impo-
»nible.» Este conocimiento no puede adquirirsc sino por medio de




IlIOGIL\F1.\ .


una organizacion civil; y esta debe ser proporcionada enlr!) nos()~'
tros á la inmensidad de recursos que aun se pueden desenvolver
en nuestro suelo y conforme á los principios de la administracioIl,
que se podria definir la « ciencia de lo útil y de lo dníioso » , ('.omo
el derecho se ha definido la « ciencia de lo justo y de lo in-
«justo.»


V. 1\1. sabe, señor, que las leyes llenen por objeto todas la~
relaciones "l.ue exislen entre los individuos que componen un Es-
tado, y entre este y los que le forman. E,tas relaciones se modi-
fican segull las diferentes necesidades de la sociedad, de que re-
sullan tantas especies de leyes como cosas hay sobre las cuales
importe dictarlas. El hombre en sociedad tiene relaciones necesa-
rias con el Estado, y estas se fijan por medio de leyes, que se
llaman adminislrativ(ls, las cuales no considerau en los súbditos
sino sn5 relaciones COIl la sociedad, prescindiendo de las perso-
nas, a diferencia dc las (IUO generalmente se llaman leyes, que
eonsideran á los hombres individualmente y en sus relaciones ¡¡ri-
adas. La ley judicial no mira, por ejemplo, la propiedad sino coh
respecto al individuo que la posee 6 la reelama; la ley adminis-
trativa. sin pensar en este individuo, no la considera sino como
el embrion de las mejoras sociales. De la difet'Cncia que existe ell-
tre el modo con que la justicia y la administracion velan sobro
los intereses públicos, resulta la que se nota en el carácter de las
leyes judiciales y administrativas; aquellas son ó deben ser ter-
minantes y absolul<Js; estas pueflen ser hipotéticas ú condiciona-
les; aquellas son aplicables en todas las situaciones, en todas las
localidades; estas sufrell y ann exigen modificaciones en ciertos
lugares ó circullstancias. En fin, las de la justicia son inalterables
iÍ permanentes, mientras que las de la adrninistracion varían cada
yez que se combinan de diferenLe manera los intereses en cuyo
favor se dictaron. Estas diferencias notables marcan de un modo
seguro los límites de la administracion y de la justicia, yesta-
hlecen entre los estudios que exigen las profesiones de juriscon-
sulto v de administrador tanta diferencia como existe entre los
que exigen las de diplomático y de comerciantc.


Ni es este el único obstaculo que opone entre nosotros á las
mejoras que hace tiempo reclama nuestra situacion. La ventaja
principal de una buena organizacion ciYiI consiste en lo que ya
designé yo en otra parte COll el nombre de omnipresencia de la ad-
ministracion, es decir, la accion protectora del gobierno, estendida
á un mismo tiempo al ténue manantial que humedece el musgo
que cubre las rocas peladas; al arroyo copioso, á cnyas márgen!:1s
perecen de sed las mieses; al caudaloso rio, cuyas orillas atravie-
san lentamente asnos abrumados bajo el peso de seis arroba~.
mientras podrian surcar rápidamente sus agn3s barcos cargados
con muchas toneladas; al taller donde se inventa UIl medio lluevo
de combinarfuerzas de manera que se duplique la produccion
con la misma cantidad de trabajo; a la choza del pobre, que se hun-
de porque reglall1(>nlos inesplicables impiden cortar, Ipara reedi-




Ilcarla, el árbol (¡Uú J¿¡ sOlllbrea; a las entrañas de la tierra, dOIl-
tic las teorías metalúrgicas pueden descubrir cada dia lluevas
riquezas, ya en las vetas abundantes de varios metales, ya en
los medios mas fáciles y económicos de elaborarlos; al seno de los
mares, en fin, donde no seria imposible hallar en alguna de las es-
pecies de calamares que alimentan nuestras aguas, aquella sus-
tancia que daba su costoso color á los mantos de Tiro. La omni-
presencia, ó sea la inmensidad de la administracion, no puede
debersc sino la multiplicidad de sus agentes y a la simultancidad
y la cstension de sus ocupaciones. Cada uno de ellos debe ver,
en el bien que promueva, un título de gloria y de recompensa,
y, en el bien que deje de hacer, un título de oprobio y de ani-
lll11dversion. Los encargados de este servicio deben formar entre
si una cadena, que, acabando en el último agente de policía mu-
nicipal, empiece en el gefe de la administracion, el cual, respon-
sable de sus errores ó de sus descuidos propios, y hasta cierto
punto de los ermres y descuidos de sus subalternos, no crea des-
empeñar sus importantes atribuciones despachando los negocios
de que se le dé cuenta, si !lO velando en que se remuevan á un
tiempo millares de obstáculos, y se promueva, con un solo im-
pulso uniforme é ilustrado, una masa inmensa de prosperidad.


Los que no conocen los prodigiosos recursos que, para la rea-
Iizacion de estos bienes ofrece la atinada aplicacion de los princi-
pios administrativos á las necesidades de los pueblos, y la facili-
dad que, para promover el bien, da á los administradores la co-
operacion necesaria de los administrados, creerán quizá exagera-
Ilas las esperanzas que yo hago formar; pero se engañan, señor;
bienes de la magnitud de los que indico se han promovido en po-
cos años en Francia, en los Paises bajos, y particularmente en
Inglaterra, donde, en un periodo de menos de medio siglo, ha re-
cibido la poblacion un aumento de setenta por ciento, y han cre-
cido en proporcion todos los recursos del pais. Recapacitando
sobre la sencillez de los principios administrativos, se reconoce
sin sorpresa que es tan fácil realizar mejoras y dis)?ensar benefi-
cios por los medios naturale5 y sencillos que indIca la ciencia,
como imposible por los medios complicados 'j lentos que autoriza
una ciega rutina. La ciencia invoca las luces de la esperiencia y
de la razon, pesa las ventajas que proporciona una medida, ensa-
ya luego otras análogas, y, de mejora en mejora, lanza á los pue-
blos en la carrera de la prosperidad. La rutina, al contrario, se-
mejante á las arpías de la fábula, seca cuanto toca; y, atenida á
Jos antecedentes, casi siempre erróneos, del empirismo antiguo,
se ve obligada á preferirlo á los principios luminosos de la ciencia
(Iue ignora, y á vincular la miseria pública en la renovacion
de Jos errores administrativos que la fundaron.


Sellor; estas verdades son obvias, y cuantos deseen franca-
mente el bien reconocerilll su exactitud. V. M. , mas animado
que nadie de este noble deseo, verá que es imposible realizarlo,
cuando los intert'ses preciosos y complicados dr la prosperidad


l'o!.lo L 5




ti6 BIOGn,IFI\ •


geueral no se eonfiell á personas qne lus euticndun, que ,!\Irn
individnalmente sobre ellos, y que incurran, por 110 protegerlos.
en una responsabilidad tremenda, de la cual parti(:ipe cl gefe de
la administracion. Este debe conocer y (lifundir lllego I~n su pais
f~sas máquinas con que cada dia multiplica la industria SlIS ar-
tefactos, y con que, aumentando la produccion, crea sin cesar re-
trusos Iluevos, destinados á reproducir otros y otros en ulla pro-
gresioll infinita; él debe estudiar por qué medios la Gran Hreta-
11a, por ejemplo, que '20 años ha introducia en sus puerto!'
;'9.000,000 de libras de algodon, importa hoy 1M; calcular de
qué manera las esportaciones.totales Ile ese mismo pais, que hace
:lO años ascendian solo á 11.0UO,000 de esterlinas, suben hoy á
mas de 45; esplicar hasta qué punto sencillas combinaciones me-
cánicas SimjlliJican el trabajo; pucs que algodones en rama com-
prados en Bcngala, donde el precio del jomal ('s de un real dia-
rio, se vuelven á vender alli con ventaja, despues de manufac-
turados en Inglaterra, donde el jornal cuesta doce reales; revc-
lar cómo sencillas combinaciones matematicas ele,an los mástiles
de. los navíos que cruzan el canal caledonio. sobre .las cUllIbrps
Jl~i~ma~ que l'~d.ean el valle .pO!· donde (~orre; determlIlar 105_ pro-
flIgIOS del espll'ltu de aSOClaClOn, que hace a una compama dr
particulares franceses pensar en la empresa gigantesca (le con-
vertir á París en puerto de mar, por medio oe UIl canal Yalllado
en 500.000,000. Pero i. ú qué cito la Inglaterra ni la Francia? El
cjempl() de esas naciones, que marchan á la ca\)eza de la civili-
zacion alerrara quizá:i Jos hombres tímidos, que siempre des-
c·onfian tle alcanzar al q llC les lleva gran del<mlera. I'ara estos
serán autoridad Illas poderosa Jos progresos que hacell Husia,
la Baviera y aun NáJloles, y autoridad todaría lilas irresistible
los progresos hechos en menos dc 20 años en una parte pequeña
de un imperio que de dia en dia se dcsmorona. Un turco, meno¡;
feroz y Illas instruido que los demas, ha hecho al Egipto cami-
llar rápidamente en las vias de la prosperidad, y resucitado la
memoria ilustre de los Meris v de los Plolomeos. (.Quién no eo-
noce ese algodon Jumel, que, 'plantado por primera vez en 1822,
produjo 25,000 sacas el primer año, 100,000 el segundo, mas de
200,000 el tercero, y hoy llena todtls los mercados del Mediter-
ráneo y suministra un considerable sobrante á la Inglaterra?
¿Quién no sabe que, á la voz de un solo hombre, 250,000 lra-
hajadores abrieron en la primavera de 1818 el magnífico canal
de 16 leguas (lile une hoy el Nilo con el puerto de Alejandría, y
erita los peligros de la acumulacion de las arenas moyedizas de
Roseta? ¿ Quién no ha oido hablar de ese proyecto colosal que ha-
ria creibles las maravillas de los reinados en que se construyeron
hs pir.imides? Realizado este proyecto se uniria por medio de un
canal el mar nojo con el Meditemineo; y el restablecimiento del co-
mercio (le Oriente por una via mas corta baria quizá una nueva
revolucion mercantil, en sentido contrario de la que produjo el cé·
lebre descubrimiento de Vasco de Gama. El turco que reali7.a




Ai'E:fOICR :'lV,IIERO 1.· 6i
~)~tas mejora,; increibles mantiene al mismo tiempo un ejército Oll
Arabia contra los vechavitas, y envia diariamente refuerzos de
hombres y de naves á su hijo Ibrahin, que planta hoy el pendo u
de la media luna, donde pocos meses ha tremolaba el de la cruz.


Cuerpos encargados de velar sobre otros intereses, y someti-
dos necesariamente á otros hábitos, no pueden, señor, observar
este movimiento couLÍnuo, esta tendencia de la generacion pre-
sente hácia los bienes resultantes de la inteligencia y de la acti-
vidan. Los progresos estraordinarios que hace la especie humana
en la carrera del bien no pueden conocerse ni aprovecharse sino
á favor de una administracion vigorosa en las naciones civilizadas
yen las no civilizadas por la voluntad eficaz é ilustrada de un solo
hombre. España, perteneciendo á la categoría de los paises
bultos, organizará sin duda su administracíori para elevarse suce-
civamente á la altura que prometen su posicion y la indole de sus
~abitantes. La unánime espontaneidad, con que la península en-
hcra ha proclamado á V. M .. su lcgítimo soberano, no permite te-
tmer que ninguna clase de resistencia contrarie su voluntad au-
gusta, dirigida solo á reemplazar la apatía que nos aletarga con
un movimiento que lo anime todo y lo vivifique; la miscna que
1105 abruma, con la abundancia que restituya al trono su (loder, y
á los pueblos su bienestar. Pero, aun cuando las pasiones o los in-
tereses opusiesen obstáculos al bien, todos serian arrastrados como
por un torrente, por laaccion irresistible de la administracion, con-
liada a manos hábiles y activas, y vigorizada por la certeza de una
responsabilidad ineludible, ó de una gloria sin mancha.


Tal fué la intencion que se supuso:i la regencia de 18:23, cuan-
do se la vió crear un ministerio de lo Interior; pero esta institu-
cion se concibió tan imperfectamente, y se redujo á proporciones
tan exiguas, que su supreslOn fué un beneficio público, pues que
quitó á la máquina del ~obierno una rueda inútil, y á la tesore-
ría un no pequefio gravamen. Pero, si es cierto que un ministerio
de lo Intcl'ior, sin atribuciones, sin poder y sin consideracion •
era una calamidad en vez de una ventaJa, no es menos cierta la
imposibilidad de sacar á la nacion del fango de la miseria en que
yace, sin establecer en este ministcrio el centro de la accion ad-
ministrativa, ó lo que es lo mismo, el taller de la prosperidad
nacional. V. 1\1. conoce el célebre axioma de que los pueblos se
gobiernan, ó por las leyes, ó por la violencia, ó por el artificio.
Las leyes, no pueden dictarlas sino los que han estudiado la mate-
ria sobre que se versan, ó las necesidades que las reclaman; ni
pueden hacerlas ejecutar, sino los que, por el conocimiento de los
principios que las dictaron, conozcan el modo de conciliarles el
favor de la opinion, del cual depende en definitiva el asentimien-
to unánime y la obediencia completa. A veces, sin embargo, la opi-
Ilion aparece dividida é incierta; á veces la de una provincia cano-
niza lo quc condena la de la provincia limítrofe; á veces tambiell
esta divergencia se nota en la opinion de dos distritos de una pro-
vincia misma. ¿Quién escudriñaria las causas de esta contradiccíon!




G8 mOIHl.\FLI.
¿Quit'~n indicada los medios de poner de acuerdo intereses, euyo
rocc, imperceptible all1finCipio, puedc acabar en un choque mani-
tic,;to? Los agentes de a administracion que, enc.lrgados esclusi-
vamcnte de esta honorifica vigilancia, no tienen que dividir su
atencion en objetos incompatibles entre sí; que, instrumentos cons-
tantes de beneficios, deben promoverlos por hábito; que, hábiles pOI'
la naturaleza de SIIS estudios, desinteresados por las leyes de Sil pro-
fesion, descubran á primera vista los efectos de una combinadon
actual de intereses, y. adivinen los resultados probables de toda
otra combinacion pOSible. Pero ¿de qué serviria la masa inmensa
dtl datos suministrados por los agentcs de la administracion, si no
se reuniesen en un punto, si no se clasificasen y discutiesen hábil
v prontamente, y si no se dictasen en su vista las medidas propias
¡Jara gcneralizar el bien y disminuir el mal? Y ¿qué otro que el mi-
nisterio de lo Interior podria ser el centro dc esta clase de opera-
ciones?


Sé que se harán contra esta indicacion objeciones de mas de
una especie; pero, señor, guiado pnr mi deseo ardiente del bien,
no lemo presentar anticipadamente á V. M. las principales, que
pueden reducirse á las Siguientes:


La El establecimiento de un ministerio de lo Interior coarta 6
destruye las facultades que dan nuestras leyes al consejo Real en
1l1,1!eria de gobierno ó de administracion.


2.' Grava al Erario con un aumento de gastos.
!l.a Es imitaeion de una institucion del gobierno intruso, y re-


cuerdo de otra del gobierno constitucional.
Voy á examinar sucesivamente estas objeciones.
En cuanto á la primera, dejo dicho lo suficiente para probar


que un cuerpo que se reune solo á ciertas horas y en ciertos dias,
y á quien hábitos respetables han sometido al imperio de fórmulas
lentas, bien que útiles, para los negocios judiciales, no puede velar
sobre necesidad'ls que con mucba frecuencia exigen urgente re-
medio. Añadiré ~ue un cuerpo como el Consejo, está limitado por
Sil constitueion a decidir los negocios de gobierno, de que, por su
complicacion ó su importancia, deba dársele cuenta, y que, siendo
e:ltos respectivamente poquísimos, la generalidad de los intereses
públicos queda abandonada á sí misma, sin que haya quien los pro-
mueva ó proteja: que, para el despacho de los negocios administra-
tivos,que ocupan en todos los paises de Europa á centenares de in-
dividuos llenos de instruccion, no tiene el Consejo mas que un es-
cribano de gobierno, que no conoce por lo comun otro mundo admi-
nistrativo que la sala del tribunal, 111 otros libros que los legajos de
~ll escrihanía: que, por su calidad de cuerpo colegiado, y por falta
de un códign administrativo, no tiene el Consejo la menor responsa-
IJilidad por el daño que hace con una providencia poco acertada, ni
por el blOl1 que, en razon de su eonstitucion, Ó por cualquiera otro
motivo, deja ¡lc hacer: daños que deben esperimentarse á menu-
do, pues IIn cuerpo de letrados no puede discutir siempre con
acierto intrrf'sf',; ruyn exámen necesita conocimientos que no su-




AP¡';~IHCE "UIEIIO t." ti!)
ministra la jnrisprudencia: que, no existiendo entre nosotros sillo
poquísimas leyes administratins, y contándose entre ellas algunas
que seria mejor que no existiesen, las decisiones deben fundarse, ó
en el buen sentido, que no siempre inspira lo mejor, ó en antece-
dentes, que suelen estraviar en vez de conducir. Señor, yo no creo
que ninguno de los dignos jurisconsultos que pronuncian en vues-
tro consejo Real los oráculos soberanos de laj usticia, niegue la exac-
titud de estas observaciones. Ellos lloran, sin duda, la necesidad en
que se les pone frecuentemente de pronunciar sobre cosas de que
no Irala el derecho, y en las cuales, para descargo de su concien-
cia, tienen que conformarse á veces con el diclámen de los su-
balternos, á los cuales puede haber engañado á su vez la enun-
ciacion fraudulenta de un hecho, la ocultacion casual de alguna
de sus circunstancias, ó las erróneas tradiciones de la escri-
banía.


El Consejo no reclamará ciertamente la prerogativa de conti-
nuar encargado de intereses sobre que no pUCl.e vclar, y cUy!J
constante abandono justifica la necesidad de encomendarlml a
(¡uien pueda promoverlos. Si tal sitllacion se prolongase, los gér~
menes de prosperidad que ann 1I0S quedan, se irian secando sucesi-
Yamente, y España, reducida á la miseria, haria recordar COII dolor
sus antiguas épocas de abundancia, como el triste imperi!J de ~rar­
ruecos hace recordar la fertilidad de la antigua l\Iauritania; como
la debilidad tripolina trae á la memoria el poder de Cartago, y
como esa Cerdeña, pobre é inculta, desmiente la antigua espre-
sion proverbial de Sardinire segetes feracis. Se necesitan vastos
conocimientos, actividad infatigable, y competente número de
auxiliares para cuidar de los propios, arhitrios '! pó"ilo" de los
pueblos; de las elecciones municipales y todo lo relativo al desem-
peño de estos oficios; de los hOSpICios, hospitales, cárceles, es-
tablecimIentos de Sordo-mudos, casas de misericordia y de reclu-
sion, lazaretos, y todo lo perteneciente al servicio de sanidad,
caminos, canales, puentes, puertos, faros, minas, canteras, bal-
díos, realengos, mostrencos, rompimientos de terrenos incultos,
desagües de lagunas, navegacion lIlterior, agricultura en todas
sus ramificaciones, ganadería estante y trashumante, indnstria
en todo lo relativo á la mejora de los métodos fabriles y ordenan-
zas de gremios, nniversidades y dem"as establecimient!Js de edu-
cacion, cuerpos sábios y literarios, teatros y demas fiestas y di-
versiones públ.icas; y en tin, la de formacion de tablas estadís-
ticas que cOllt'flllgan todos los elementos de los cálculos económi-
cos, militares y políticos. Tales son los encargos del ministerio de
lo Inlerior en los primeros paises de Europa. ¿ Basta á desempe-
ñarlo nillgull cuerpo colegiatlo, cualquiera que sea su composi-
cion? La respuesta no es dudosa.


Separando, pues, de las atribuciones del consejo Real las que
él no puede desempeñar, dispensa V. 1\1. un beneficio insigne a
la naCÍon que rige, removiendo el principal obstúculo de las me-
joras {lue reclama, y hace al mismo tiempo mas fúc.il ú sus COllse~




iO IIIC6ILtt'1A •
jeros el desempeño de sus funciones judiciales, y lilas e8pedita la
marcha de la justicia. Siempre que lo creyeron conveniente al
bienestar de sus pueblos, lllcieron otro tanto Jos augustos pre-
decesores de V. 1\1. , ora creando, ora suprimiendo consejos, Jlln-
las ú oficinas, ora ampliando ú restringiendo sus atribuciones.
Los bcneficios que deben resultar de la ereccion de un ministerio
de lo Interior, no podrian, pues, ser retardados por el temor de
quitar al consejo Real facultades que no le es posible desempeñar,
y á que aquel cuerpo renunciará espontáneamcnte, cuando co-
nozca las intenciones de V. M. dirigidas á promover la prosperi-
dad y la ventura de sus vasallos.


La ~egunda objecion no tiene mas fuerza que la primera. Sin
duda la organizacion de la administracion, tal como la entienden
los hombres versados en la materia, costará mas de un millon al
año; pero si fuera posihle calcular los beneficios que una sola dis-
posicion administrativa puede producir, se hallaria que su precio
~olo resarciria con ventajas lo, gastos generales del estahlecimien-
to encargado de difundir por úonde quiera iguales beneficios. Un flat de administracion, ó cuando mas un ligero estímulo, bastaría,
Jlor ejemplo, para convertir en prados pingüísimos los campos
que, á derecha é izquierda del rio, se estienden desde Tortosa has-
ta el mar. Cuando se piensa solo en lo que, en Valencia, abarataria
los alimentos la cria de gauados y la siembra de granos á que se
está brindando la parte oriental de aquel reino, '! con qué poco
trabajo se podrían llevar á cabo en San Cárlos los proyeclos utilísi-
mos que se hahian formado al erigir aquella ciudad, se ve que so-
lo los bienes, que la accion de una adrninislracion bien constituida
puede promover en un pequeño rillcon de la península, retribu\'cn
con creces los gastos de toda la administracion. Y i, qué seria si se
calculasen los que se pueden promover al mismo tiempo en todos
los puntos del reino? Una administracion activa, informada de que
hay en Europa muchos capitales destinados á empresas poco pro-
ductivas, los atraeria á España por el aliciente de un inleres mayor,
y acometeria simultánea ó sucesivamente todas las grandes y pe-
queiias mejoras, que de tiempo inmemorial se proyectan, y que
realizadas convertirian esa p'enínsula en un paraiso. Esto, que
seria imposible hoy, será faCIlísimo cuando V. 1\1. haya asegurado
a sus puehlos el heneficio dé un reposo definitivo.


Hay personas que, aunque convencidas de la evidencia de los
hechos y de los principios que dejo sen lados , resistirian, sin em-
bargo, la ereccion de un ministerio de lo Interior, porque esta ins-
titucion existió con este nomhre durante el gobierno intruso, y
con otra deuominacion bajo el régimen constitucional. Los (lue
asi pensasen depondrian luego tan pueril preocuyacion, recapaci-
tando que hay una multitud de instituciones, aplicahles, tanto á lo~
gohiernos absolutos, como á los represcnlaliyos, tanto á los legíti-
mos, como á los usurpadores. ¡,No son las mismas en todos los Jlue-
blos las ideas elementales de justicia? ;,:'lo las profesa n todas las na-
'~IOIH>S , rualquiera que ~ea la forma de su 'gobierno '? ¿ Por flué,




71
pues, l:uundu ~abius laboriosos han fundado en la espeneIlt:ia y lo~
progresos de la civilizacion los axiomas de la ciencia del goIJierno,
serian estos menos re,petados, Ó se generalizarian menos que lo,;
de la ciencia del derecho? Señor, las leyes son ((hábitos, euya COIl-
,formidad con la razon ha reyelado la esperiencia, y que ha hecho
))obligatorios una forma legaL» Lo <[ue la esperiencia ha revelarlo
(;01110 conforme a la razo!l es patrimonio dt\ to(lo gobierno, y tanlu
vale resistir la ereccion del ministerio de lo Inlerior, porque exis-
tió bajo el gobierno intruso y bajo el constitucional, como conde-
narla refundicion dr nuestros códigos, y la formacion de otros mas
apropiados á las costumbres y á las necesidades de la época presen-
te, porque bajo los dos citado;; !,obiernos se procedió á este Il\'-
gente é importante trabajo. La legitimidad se realza, adoptando las
ideas útiles y benéficas que habia conccbido la usurpacioIl.


Señor, he indicado :i V. M. tres grandes medios de salvacioIl,
el )Jrimero reconciliará lo~ ánimos, fllndirá los intereses, restable·-
cera la confianza, v a:;entará sobre esta base el reposo de vuestro~
pueblos. El segundo proycerá anellamente durante algun tiempo
á las necesidades ele vuestro tesoro, sin gravámen de nadie, y fa-o
cilitando al contrario la circulacion y la subdivision de las propie-
dades. El tercero, difumliendo y generalizando la accion protectora
(le una administracion ilustrada, promoverá sin esfuerzos una masa
de beneficios. que en poco tiempo camhiarán el aspecto de ese
1l3ís, condenado {lor la prolongacion de los enconos, á todos los
honores de la miseria. Señor. la adopcion de eslos medios senci-
llos, honrosos, cristianos, restituirú il vuestro trono el esplendor, ir
vuestros plleblo~ la abundancia, al nOl1lhre eSflañol Sil dignidad, y
~IIS derechos :í la humanidad y á la justicia. Nada de cuanto pro-
pongo es capaz de ofender illa piedad mas escrupulosa, ni de in-
fluietar al rcalismo mas acendrado.


Tal vez vasallos Icales de Y. M. piensen poder con olros mc-
dil)s salvar la IIlonanluia : yo por mí parte no lo (;["('0; y no cum-
pliría con mi lealtad, si no rogasc humildemente á V. M. que des-
conlie de los paliativos. Sin duda serán útiles las reformas de
eiertos empleos, la simplificacion de la cuenta y razon de cierta,;
oficinas, '! otras medidas de esta especie; pero todas ellas no pro-
ducirán verosímilmente el ahorro de un millon, v no es eso lo
que necesitamos, cuando las obligacione3 fijas del Erario esceden
en mas de cien millones <Í sus ingresos existimativos. Es menes-
ter, señor, que estos igualen por de pronto, y escedan en brev('
á los gastos; y esto no podrá suceder sino cuando se creen, en los
grandes beneficios que se promuevan, medios inmensos de pros-
peridad, que aumenten los consumos, que mullipliqllen las trall-
sacciones, y que hagan crecer asi los recursos públicos, cuya hábil
(listribucion refluirá á su vez en IJeneficio de otros intereses. Se-
nor, no hay salud fuera de esle sistema.


Presentandolo al pie dB vuestro trollO con la noble frallc¡ueza.
hija de mi lealtad,! de mi conviccion • )'0 estoy lejos, senor, de
rahajar en favor de mis intereses indiyidllules , y al contrariu




BIOGR.I.FIA.


puedo comprometerlos gravemente. Disfrutando en París de un
sueldo de que la ley del máximum no permite gozar en España;
lisongeado por la facilidad que á veces me da mi empleo, de ser-
vir útilmente a V. M.; rodeadQ de consideracion ; velanuo de cer-
ca á la educacion de mis hiJos, yo nada puedo ganar como em-
pleado. en caso de que V. M. se digne tornar en consideracim
mis indicaciones desinteresadas; mientras que, si la calumnia ó la
envidia llegasen á envenenarlas, podria verme privado de las
ventajas que enumero, y de que habria continuado gozando, si
recatase los generosos sentimientos que han dictado esta esposi-
cion. Pero, adorador aruienle de esa patria, por cuya ventura no
temeria derramar la última gota de mi sangre; agradecido á las
honras que V. M. me ha dis{>ensado , y que solo puedo reconocer
cooperando, en cuanw esté a mi alcance, á afirmar sobre los be-
neficios dispensados á vuestros pueblos el honor de vuestro nom-
bre ; entusiasta, en finTde la gloria, á la cnal he consagrado las
largas vigilias de una vida siempre lah()riosa y los esfuerzos de un
celo incansable, me he creido capaz de llevar sobre mis hombros
el peso de una iniciativa gloriosa; y, conociendo por esperiencias
repetidas hasta qué punto multiplica el patriotismo las fuerzas
de un individuo, ofrezco, señor, á vuestros pies completar mi
obra, obligándome, primero, á responder de palabra ó por escri-
to á todas las objeciones que se hagan contra los medios de salva-
cion contenidos en esta esposicion reverente; segundo, á demos.-
trar del mismo modo, que todo otro plan que se forme para me-
jorar la ¡ suerte de España, no ocurrirá á la necesidad, sino en
cuanto en él se comprendan los medios que dej-o espuestos; ter-
cero á desenvolver en memorias sucesivas la manera de genera-
¡¡zar los beneficios que de la adopcion de dichos medios deben
resultar. .


Señor; el modo de conocer si estos son oportunos y suficientes
es someterlos á un~ discusion solemne, en la cual los esfuerzos-
unidos del patriotismo, de la sabiduría y de la buena fé , conduci-
rian á la acertaua resolucion de tan importante problema. Recla-
mando este exámen solemne, creo mostrar la cOllfianza ilimitada
que tengo en el triunfo de los principios de jU&licia, de política
y de administracion • que dejo proclamados. Es ulla prcrogativa
augusta de la verdad la de ser acatada desde el punto en que es
conocida. París '2i de enero de 18'26.


SEÑOR.-A. L. R. P. I,E V. lit,
.Javle .. de U .... "Oll.




REAL DECRETO
PAItA El ESTABLECIMIENTO


EN LAS PROVINCL\S,


¡,; I~STRUCClOi'I pARA GOBIERNO DE LOS SUBDELEGADOS, APROBADA


POR S. M.


A.PE~BI()E NlIMEBO 11.'


~lJNISTERIO DEL FOMESTO GENER.1L DEL REINO.


Su Magestad la reina regenta Gobernadora de estos reinos, dUl'atl~
te la menor edad de la reina nuestra señora Doña Isabel Il, se
ha servido dirigirme con esta feclta el siguiente


REAL DECRETO.


La nueva division territorial que, con el objeto de facilitar la ac-
cio.n de la administracion, he tenido á bien sancionar por mi decre-
to de este dia, no seria un beneficio para los pueblos si á la cabeza
de cada una de las provincias, y aun á la de algunos partidos, no
hubiese un gefe encargado de estudiar las necesidades locales, y de
socorrerlas él mismo, ó de proponer al gobierno los medios de ve-
rificarlo. Con este objeto, mandé por mi real decreto de 23 de octu-
bre que se estableciesen dichos gefes con el título de subdelegados
de Fomento, y no conviniendo diferir ya la ejecucion de esta me-
dida, ni pudiendo llevarse á cabo sin otras que la regularicen y
completen; oido el consejo de Gobierno yel de Ministros, he veni-
do en mandar en nombre de la reina doña Isabel II lo que sigue:


ARTICULO I'IIIMERO. Para el establecimiento de los subdelegados




74 BIOGILlFlA.
(le }<'omellto, se div idirán las provincia~ dcll'eillo cn trcs dase~.
La primera comprenderá las de Barcelona, Cádiz, Coruña, Gra-
nada, Madrid. Málaga. Sevilla y Valencia. La scQunda las de Ali-
cante, Córdoba, l\lurcia, Oviedo, Toledo, Valladolid y Zaragoza. Y
la tercera todas las demas del reino. .


ART. 2.° En cada capital de provincia habrá un subdelegado
principal de Fomento, con un secretario, cinco oficiales y un por-
tero en las de segunda y tercera dase, y un oficial llIas en las de
primera. Este número se alImentará solo cuando los bienes que
!Jromuevan los sulJdelegados justiliquen el aumento de brazos
auxiliares, ó cuando la esperiencia demuestre no ser suficientes
los que aqui se señalan.


ART. 3.0 Habiéndose reducido notablemente la estension de
las provincias de resultas de la nueva division , se modilicara con
arreglo á esta circunstancia la disposicion del mencionado decreto
tle '.23 de octubre, qU<l previene haya dos ó tres subdelegados de
partido cn cada una, y solo se establecerán uno ú dos en las de
mayor estension é importancia, pudiendo no establecerse ninguno
en las de corta poblacion, que no lo necesiten absolutamente. ó
en que no haya pueblo de bastante consideracion para que le sir-
va de capital. Conforme á estos principios, los subdelegados prin-
cipales, inmediatamente despues de instalados, me propondrán por
vuestro conducto los pueblos mas importantes de sus respectivas
provincias, en que d¡:herán establecerse los subdelegados de par-
tido para conocer mas de cerea sus necesidades y proveer mas
fácilmente á su remedio, ó espondrán las razones por las cuales
no contemplen necesario sn establecimiento. Estas subdelegacio-
nes de partido tendrán tres oficiales, de Jos cuales el primero hará
de secretario.


ART. ~." La obligacion de indicar ó proponer las capitales de
subdelegaciones subalternas, que el artículo anterior impone á los
subdelegados principales, se entiende sin jlerjuicio de que desde
lnego me propongais el establecimiento de as de partido, que por
la importancia conocida de los pueblos donde deben residir, y de
los intereses que hava que promover en ellos, puedan &eñalarse des-
de ahora sin riesgo "de error, ni necesidad de rectificacion ulterior.


ART. ¡¡." A los subdelegados principales y subalternos toca
esclusivamente conocer, en sus provinCias y partidos respectivos,
de todos los negocios que el real decreto de 9 de noviembre de
1832 señaló como de la incumbencia y atribucion primitiva del mi-
nisterio de Fomento.


ART. 6.0 Para desempeñar en el sentido de mis intenciones y
tle la conveniencia pública su importante encargo. los subdelega-
dos de Fomento se conformaran á la letra y al espíritu de la i/ls-
truccion que de mi órden habeis estendido para su gobierno, y
((ue. aprobada por mí, va á conlinuacion de este mi n~al decreto.


ART. 7.° Todos los empleados de las subdelegaciones de Fo-"
mento son de nombramiento real, v de escala las plazas de sus ~e-
netarias. .




AI'END1CE NUME1W '2."
ART. 8.° Las dotaciones de estos empleados y de sus secreta-


rias son las siguientes: En las provincias de primera clase un suh-
delegado con treinta y seis mil reales: un secretario con veinte r
cuatro mil: un oficial primero de la secretaría con once mil: otro
segundo con diez mil: dos terceros con nueve mil cada uno: do~
cuartos con ocho mil; y un portero con tres mil seiscientos. En
las de segunda clase un subdelegado con treinta y dos mil reales:
un secretario con veinte mil: un oficial primero de la secretaria
con diez mil: dos segundos con nueve mil cada uno: dos terceros
con ocho mil; y un porlero con tres mil trescientos. En las de
tercera clase un subdelegado con veinte y ocho mil reales: un se-
cretario con diez y seis mil: un oficial primero de la secretaria COIl
nueve mil: dos segundos con ocho mil cada uno: dos terceros con
siete mil; y un portero con tres mil trescientos. En las subdelega-
ciones de partido establecidas en los pueblos de mas de doce mil
almas un subdelegado eDIl quinee mil reales: un olicial primero
con siete mil; y dos segundos con seis mil cada uno. En las que se
sitúen en pueblos de menos de doce mil almas, un subdelegado
con doce mil reales: un oficial primero con seis mil; y dos segun-
dos con cinco mil cada uno.


ART. 9.° Los fondos de policía, que deben costear estas dota-
ciones, pagarán ademas: En las provincias de primera clase, para
alquiler del edificio en que se sitúen las oficinas, seis mil reales:
para gastos de las mismas, inclusos los de impresion y escribien-
tes temporales, cuando sea necesario, veinte mil reales. En las de
~egunda clase: para edificio, cinco mil reales: para gastos de ofici-
na, diez y ocho mil. En las de teJ"C(~ra clase: para edificio, cuatro
mil: para gastos de oficina, diez y seis mil. En las subdelegacione~
de. par~ido: para edificio, tres mil reales: para gastos de oficina,
seis mil.


AnT. 10. Los subdelegados principales harán cada año la visita
df} alguna parte del territorio de su mando, de manera que en dos
ó tres años le hayan recorrido todo. Cuando hagan estas salidas
tendran derecho á una indemnizacion de gastos de viage, si de él
resultan bienes materiales á su provincia, y no en otro caso .
. ART. 11. Siendo la proteccion de los intereses generales el ob-
Jelo esencial de la administracion. los subdelegados Que no los
favorezcan sin descanso, los que no promuevan bienes efectivos,
serán separados de sus destinos. cualquiera que sea la causa que
les haya impedido hacer el bien. Esta disposicion será aplicable á
las. oficinas de las subdelegaciones. si los empleados en ellas des-
CUIdasen la parte de cooperacion correspondiente á sus funciones
respectivas.


ART. 1'2. Para que no se corra el riesgo de haber de llevar
frecuentemente a efecto la conminacion contenida en el artículo
anterior, cuidareis de no proJloner para los destinos creados por
este mi decreto sino sugetos versados en los conocimientos adminis-
lrativo~, y dotados de la actividad, la capacidad y rl patriotism/l
'1l1c exige su cabal desclll\wño.




76 IIIOGRAF!A •
.\11'1". 13. Los subdelegados principales de Fomento prestarán


antes de entrar en ejercicio un juramento, ~uya fórmula será du-
rante la menor edad de mi augusta hija la siguiente: « Juro ser
fiel á la reina nuestra señora doña IsabellI, y durante su menor
edad á S. M. la reina Gobernadora, y emplear todos mis esfuerzos
en hacer la prosperidad de la provincia cuya administracion me
ha confiado S. M.)) Este juramento será prestado, por ahora y has-
ta ulterior determinacion, en vues-tras manos ó en las del que os
suceda, si el nombrado se halla en Madrid, y si no, en las del ca-
pitan general, á cuyo mando pertenezca su provincia.


AUT. U. Los subdelegados subalternos prestarán en manos de
los principales de sus provincias el mismo juramento, sin otra di-
ferencia que sustituir en la fórmula la palabra partido á la de
provincia. Tendreislo entendido y dispolldreis lo necesario para su
puntual cumplimiento.-Está rubricado de la real mano de S. 1\L
La inslruccion que espresa el artículo 6.0 del antecedente l'cal de-


creto, y que S. JI. la reina Gobernadora se ha servido aprobar COIl
esta misma {echa, es del tenor siguiente:


INSTRUCCION.


Por el real decreto que precede se ha servido S. M. la reina
Gobernadora fijar la planta de las subdelegaciones de Fomento y
las atribuciones de los subdelegados, que serán los encargados es-
peciales de la proteccion de todos los intereses legítimos, y lus
agentes inmediatos de la prosperiuad del reino. La simple Iis~a de
la!! atribuciones del ministerio indica bastante á los sugetos Ilus-
trados que la reina Gobernadora ha honrado, ó se propone honral
con una alta magistralura de beneficencia, los abusos (lue ~ay
que destruir, r los bienes que hay que promover. Pero, en su 111-
fatigable soliCitud por el bien de los pueblos con liados al cetro
de su augusta hija doña Isabel n, ha querido S. M. se señalen eu
esta instruccion algunos de los medios propios para llevar á cabo
sus intenciones generosas, y con este fin se han clasificado el! ~lla
los varios intereses de que deben cuidar los agentes de la aunllIlls-
tracion, en términos de alejar el riesgo de complicarlos ó de confun-
dirlos, reservando ampliar las indicaciones contenidas ell estos
capítulos, á medida que dichos agentes vayan dando cuenta de Sil
instalacion, y de los obstáculos que para hacer el bien tengan que
superar.


CAPITULO PRnIERO.


Agricultura y sus agregados.


1.1) Este arte utilísimo. orígen y principio de tollas, ~e en-
eucntra hoy entre nosotr05 en una situaeioll deplorable, por efectg




AI'El'iIlICE WMEllO '2. o 77
cle la enorme y siempre creciente baratura de los productos del
suelo. En esta, ademas de las causas generales, que van luego á
ser tomadas en consideracion, influyen en cada provincia una ti
muchas causas locales. A los subdelegados de Fomento toca seña-
larlas, fijar el grado de influencia de cada una, indicar los medios
de neutralizarlas ó destruirlas, y hacer por último que á este es-
tado violento, y por lo mismo transitorio, suceda otro natural, y por
consiguiente estable, en que el propietario cuente con la renta de
su heredad, y el colono con la recompensa de sus sudores.


2. 0 Entre las causas locales que contribuyen mas ó menos efi-
cazmente al abatimiento actual de la agricultura, deben contarse
algunos usos de cuyo influjo funesto casi nadie se apercibe, por-
que su antigüedad les dió una especie de sancion, y el hábito los
rodeó de cierto prestigio. A esta clase pertenecen la intervencion
tle la autoridad municipal en señalar la época de las vendimias, rí
(le la recolec0ion de otros frutos ó esquilmos; la libertad de que en
los rastrojos de uno pazcan los ganados de todos; los privilegios
que no admiten al consumo de una ciudad Illas que los vinos
que produce su término; los que no permiten entrar una carga de
comestibles en un pueblo, sin que se estraiga otra de los J.>roduc-
tos de su agricultura ó de su industria, y otras mil anomahas, que
embarazan la marcha de la administracion ; pues, por la multipli-
cidad de las escepciones, destruyen la confianza que debe inspi-
rar la regla, y dificultan la aplicacion uniforme de los principios
administrativos á ~as necesidades del órden social.


3. 0 La policía de los granos, que debe considerarse como la
primera y fa mas importante agregacion de la agricultura, está
mas enlazada con su prosperidad de lo que generalmente se cree.
Mientras se siguirí el funesto sistema de la tasa, casi nunca basta-
ron las cosechas á las necesidades del pais, y casi siempre se ven-
dieron los granos á un precio muy superior al que habrian tenido
abandonados á si mismos. Aunque abolida por una pragmática
aquella deplorable rutina, el error no se ha dado por vencido aun,
y todavía, en algunos casos, muchos ayuntamientos prohiben la
saca, y fijan el precio del trigo y del maiz, con infraccion de la
ley, y per.inicio evidente, no solo de los tenedores de los granos
sujetos á la veda, sino de los consumidol'es, sobre quienes pesan
en definitiva las vejaciones que se cometen con 105 productores. La
autoridad admini"trativa debe hacer cesar tales escándalos, é ins-
truir á los habitantes de que la libertad del comercio de granos
(~S el primer elemento de la abundancia, y el estímulo mas eficaz
que puelle darse á su 6ultivo.


i.n Para favorecer la libertad de este comercio, S. M. la reina
Gobernadora ha creado una comisiol1 que examine las leyes. que
hasta ahora le infamaron, tachando de logreros, usureros y mo-
nopolistas á los que á él se dedicaban. Con la cesacion de estas
odIosas calificaciones, y con las seguridades que se dispensarán á
Ull tráfico hasta ahora proscrito, se establecerá la concurrencia de
tOll1pradores de granos, y con ella tomarnn valor, y saldrán del




78 BIOGILIFI.I.
envilecimiento á que estuvieron condenados, mielltra, hubieron
de proveer solo a limitados consumos locales.


5.° Los pósitos deben llamar la atencion particular dc los sub-
delegados de Fomento. Establecidos en el tiempo en que los erro-
res de la administracion condenaban frecuentemente á los pueblo"
á las agonías de la escasez, fueron algunas veces un recurso, y
atenuaron las calamidades que una Viciosa policía de granos no
podia menos de acarrear. Hoy, que nuestras cosechas esceden en
mucho á nuestros consumos, y que, estendiéndolas, va la libertad
del comercio de cereales á dar un nuevo estímulo a la produc-
cion, importa examinar cual es la utilidad de esos graneros de
reserva, y compararla con los inconvenicntes que producen. S. ~1.
la reina Gobcrnadora ha creado una comision que se ocupa de
este importante trabajo. Cualquiera que sea el resultado de su
exámen , y por corto que sea el tiempo que en él invierta la eo-
mision, los subdelegados de Fomento podrán contribuir al acierto
de la providencia definitiva que sobre esto deba dictarse, averi-
guando: 1.0 si grava ó favorece á los labradores atrasados la an-
ticipacion de una ó dos fanegas de trigo, para cuya obtencion es-
tan obligados a hacer gastos desproporcionados á la importancia
del beneficio que reciben: '2.0 si en efecto socorren los granos de
los pósitos á los colonos pobres, ó sirven para aumentar las espe-
culaciones de los ricos: 3.° si la acumulacion indefinida de las
creces, ó cualquiera otro uso que de ellas se haga, es ventajoso
ú nocivo a la a1?ricllltura : i. o SI una distribucioll de aquellos fon-
dos, diferente <le la aetual , ocurriria mejor que los préstamos de
granos, ú alguna de las necesidades mas urgentes de la agricul-
tura. Estas investigaciones no inlluirún á la verdad en las medi-
das que va ahora á proponer la comision para remediar daños ur-
gentes y notorios; pero fijarán las ideas del gobierno para ratifi-
car Ó mejorar mas tarde la medida que ahora se adopte.


6.° La ganadería fué algun tiempo un gran ramo de riqueza en
nuestro pais. Pero en otros se ha adelantado notablemente esta
industria que, como todas, necesita ser sostenida por mejoras
progresivas. Hoy nuestras mejores lanas, producto de cabañas
trashumantes, valen considerablemente menos que las sajonas, y
que muchas de las de Inglaterra, Francia y otros paises, obteni-
das de ganados estantes. El alimento de los rebaños, Sil abrigo,
la eleccion de los padres, el esmero en cruzar las razas, la per-
feccion de los métodos de lavado y otras mil causas, influyen en
la mejora de varias especies de lanas estrangeras , mientras que
los ganaderos españoles han visto por mucho tiempo disminuirse
el precio y el consumo de las suyas. Urge instruirlos de la nece-
sidad de moditlcar ó variar sus métodos, a cuyo fin conviene ha-
cerles conocer los llue con tan buen éxito se emplean en alguno~
estados de Alemania, y en algunos puntos de Francia y de Ingla-
terra. La ganadería debe formar una sola profesion con la labran-
za, pues que esta es la que puede asegurar a los galla10s yer-
bas frescas en Yerano, y forrages sanos en imiemo. Las o\'e-




Ar¡.;~OICE ~U~IEIIO ~." i9
jas , asi' mantenidas, producen copiosos y suaves veJlones; la~
vacas, gozando de los mismos pastos, proveen ahundantemente
los mercados de manteca y de queso que, con mengua de nues-
tra agricultura, tenemos que traer de los estrangeros; las yeguas,
en fin, procrean cahallos lozanos, que cuando se aumenten en
proporcion de las necesidades, nos lihertarán del trihulo que pa-
gamos á los industriosos criadores de mulas, estahlecidos del otro
Jado del Pirineo, y proporcionarán á nuestra caballería huenas
remontas. Sobre estos puntos, como sobre todos los de su incum-
bencia, deben los suhdelegados de Fomento desvanecer los errores
que la rutina ha consagrado; y ya empeñar á los lahradores aco-
modados y lahoriosos á ensayar ó es tender el cultivo de prados
artificiales; ya influir en la aclimatacion de huenas razas de ani-
males estrangeros ; ya reunir medios para establecer enseñanzas
de estas artes de prosperidad; ya fundar premios para las mejo-
ras que en ellas se hagan; ya, en fin, invocar la autoridad tutelar
del gobierno para destruir ordenanzas, que coartan, en vez de
favorecer, el vuelo de muchas de estas industrias. Una adminis-
tracion inteligente v acliva debe emplear alternativamente el rue-
go, la exhortacion", el ejemplo, la autoridad, las recompensas,
todos los medios legítimos de que puede dispfmer, para ohtener
en esta parte mejoras decisivas; y sus esfuerzos dehen ser tanto
mas constantes, cuantas mas seguridades tiene de verlos coro-
nados de un éxito completo; pues si l~ .clase de labradores es
por lo comun la mas apegada a las trádu:lOnes del suelo que he-
redó, ninguna abandona con menos repugnancia sus l¡ábitos,
cuando la e5periencia le revela que se prospera mas, sustituyén-
doles otros.


7.° El agua es la sangre de la tierra, y los canales de riego
son la vida Je los campos, sobre todo en un pais escaso como el
lluestro de lluvias. Sin riegos no puede haber prados artificiales
en las mas de nuestras provincias, ni sin ellos ganados en la can-
tidad y de las calidades que hemos menester. Sin riego, la labran-
za se limita casi al cultivo de cereales, no susceptibles de elahora-
cion , éjincapaces, por tanto, de promover industrias, sin las cua-
les no hay prosperidad. El riego diversifica ó varía las produccio-
nes del sUl'lo , impide con esla variedad la escesiva abundancia y
la baratura consiguiente de muchos frutos, y, multiplicando los
objetos de consumo, estimula al labrador á dar á la produccioll
nuevos ensanche,;. Este beneficio, que es ordinariamente el que
menos cuesta á la autoridad, es tamblen el que por de pronto pro-
mueve mas abundancia, el que desde luego mejora mas la eondi-
cion del pueblo, el que halaga al pobre con la esperanza de tra-
hal'o mas seguro, el que permite al rico disfrutar de los placere5
de campo, y el que, manteniendo en él una actividad constante,
le puebla de honrados labradores y de animales útiles, y le pre-
serva de handidos y de alimañas. tos suhdelegados de Fomento
deben, pues, dedicarse a proporcionar el beneficio de los riegos á
todos los territorios á que puedan estenderse, y particularmente




IJluGIIAFL\.


en las provincias mel'idionale,; , donde la sequedau habitual ticne
al cultivador de granos en una agonía permanente. Derivaciones
tic rios. que hoy llevan enteros al mar sus desperdiciados raudales;
estanques para recoger ténues liltraciones, que arguyen siempre
la existencia de manantiales mas ó menos copiosos; hidrópotas de
varias especies movidas por agentes diversos; cien medios, en fin,
se presentan de convertir en vergeles sombríos los valles abrasa-
dos por los rayos de un sol ardiente. Para justificarse de no em-
plear aquellos medios, suele alegar la pereza la (alta de recursos
con que ocurrir á lo~ gastos; suele la rutina consumir míos en
combinar arbitrios ruinosos, de difícil exaccion y casi siempre in-
suficient~s ; suele, en fin, la bajeza aplicar al provecho de uno ú
I)OCo~ individuos los fondos destinados al beneticio comun. Pero os subdelegados de Fomento saben sin duda qlle, donde una ad-
ministracion vigorosa vela sobre la prosperidad de los pueblos, ja-
más faltan para estas empresas capitalistas que, por espíritu tle
especulacion, las acometan por su cuenta; ó labradores que, ame-
drentados siempre por la eventualidad é incertidumbre de las llu-
vias , se asocien para lograr el aumento de productos que los rie-
gos proporcionan; ó propietarios que, deseando dar mas valor á
sus fincas, se sometan para conseguirlo a un sacrificio del mo-
mento, ú se resignen á una retribucion periódica; ú hombres aco-
modados que, por patriotismo, anticipen sus fondos. Ademas de
estos medios obvios y triviales, habrá casos en que el gobierno
pueda auxiliar una de estas empresas; otros en que deban hacer-
lo los ayuntamientos; aqui podrá facilitarlas una suscripcion lo-
cal, alla una general; en todas partes, en fin, la inteligencia halla-
rá recursos, la actividad sabrá emplearlos, y el interes particular
preservarlos de dilapidaciones. No vencer estos obstáculos arguirá,
pues, casi siempre falta de inteligencia ó de actividad.


8.° Estas indicaciones son igualmente aplicables á la dese-
cacion de lagunas y pantanos, siempre que estas operaciones pro-
metan ventaja:; positivas. Si las tierras desecables pueden des-
aguarse de modo que conserven lóls ventajas del riego, ó una hu-
medad que sea favorable á su cultivo; SI este en consecuencia
presenta una perspectiva segura de beneficios, no hay duda de
que la obra se hará, por poco que la autoridad administrativa la
estimule ó la proteja. Si en la provincia no hay capitalistas que la
acometan, iran de las vecinas ó de las lejanas. Si no los hay en el
reino, irán de fuera, pues el dinero corre donde quiera que su
empleo promete utilidades. Si se combinan empresas que las pro-
duzcan ; si se les da la publicidad necesaria, y se demuestran
completamente las ventajas; si los capitalistas cuentan con pro-
tecclOll para sus intereses y con seguridad para sus personas, la
accion de los capitales estrangeros será reforzada luego con la de
los nacionales, que hasta ahora tuvo paralizado~ la descontianza.
Si los subdelegados de Fomento estimulan con miramientos la
cooperacion tle los ricos; si escitan, proporcionándoles trabajo
eonstanle, el reconocimiento de los pobres; sí despiertan con el




APE:'iTJlCE :'imlEI\O '~." ?:I
aliciente de la gloria y de las recompensas el celo en [ayor de los
intereses púLlicos; si, por una benevolencia ohsequiosa, asrguran
las deferencias á sus exhortaciones, é inspiran confianza por Sil
respeto á la justicia, no habrá bien en el reino que el interes par-
ticular no solicite promover á sus espensas. lluera de este siste-
ma, lIO hallarúnlos gefes de la administracion mas que obstáculos
con que luchar, sinsabores que sufrir, y á la postre ignominia
que devorar.


9.° Hace mucho tiempo que se habla de la necesidad de apro-
vechar los terrenos incultos ó baldíos; pero hábitos dilatorios opu-
~ieron siempre trabas al logro de aquel útil propósito. Rcalii:ólc'cn
parle el instinto del bien, que donde quiera que se desellYuc!\'c
disminuye los males que producen los errores de la administra-
cion. Pero el instinto del llienJlrivado suele no respetar los dere-
chos de los demas, y la ley ebe intervenir para conciliar eon
ellos las ventajas de los particulares. rila disposicion soberana,
espedida por el ministerio de Hacienda, cuando corria á SlI car-
go este negocio, determinó tiempo ha la enagenacion de aquella~
prooiedades públicas. Entrelanto que se acuerdan los medios de
!ley'arla á cabo, los subdelegados de Fomento contribuiráll á faci-
litarla, reuniendo datos sobre la estension é importancia de aque-
llos terrenos, removiendo trabas locales, y haciendo al gobierno
indicaciones precisas, fundadas en el conocimiento exacto de las
localidatles.


10.0 Los acotamientos ó cerramientos de heredades perlenc-
('en :í la clase de las mas importantes mejoras de la propiedad ru-
ral. Mientras las lanas alimentaban un "asto tráfico eSlerior, se
('reyó deber sacrilicar la industria agrícola á la pecuaria; y pre-
cauciones desmedidas, formalidades dilatorias, presidieron tal vez
ú los acotamientos y cerramientos de las I)(\Sesiones. Están snje-
tas á uu cxámen detenido las disposiciones que regían en esta
materia; y una ley sencilla, clara, conforme á los principios de
la justicia universal, proclamará en llreye derechos que IlO pue-
den continuar desconocidos y hollados sin grave daño de la agri-
cultura. Los subdelegados de :Fomento conoeerán, sin duda, la im-
portancia de esta indicacion, y obrarán, en conformidad de ella,
hasta la publicacion <le la nueva ley, que se verificará lo mas
pronto posible.


11.° Lo mi,.;mo:sucedcrá con la que fije los principios sobre co-
Illunidad de pastos. En los paises donde hay muchos terrenos in-
cultos, ningun prado artifici~l, y poquísimos natu~ales , las reglas
:"obre los pa:ilos deben ser diferentes de las que ngen en ternto-
rios donde cada labrador alimenta sus ganados dentw de su here-
dad y COIl los productos de ella. A.si, pues, el órden establecido en
esta parte debe respetarse; basta que con presencia de todas las
circunstancias se reforme la legislacion que la gobierna.


12" La sociedad entera está interesada en la replantacion pro-
gresiva y en el entretenimiento de los arbolados; que proporcio-
nan las maderas necesarias para la constrllccion y rrparo de 108


TOMO lo G




BIOGIUflA.


"dificio,; ; que suministran las lefias y carbonrs indispensables p:1-
1':\ todos los usos de la vida; que SOl! los conductores naturales de
las lluvias; que alimentan la vegetacioll y aseguran las cosechas;
qne ofreecn somura y frescura á los viageros fatigados, y que, en
¡in, llacen habitables los campos, desiertos cuando no gozan de es-
t.e lwneficio. Gozarúle mas inmediatamente el labrador, tIue de tiem-
po en tiempo hallará en la:; maderas y leñas que, enda, un auxilio
('straonlinario con que acudir al remedio de necesidades de igual
dase , construir abrigos á sus ganados, ó dar mas estellsion a Sil
culti,'o. Hasta ahora, ordenanzas incalificables no le permitian cor-
tar, para reparar su cabaña, los 'll'boles que la sombreaban, y la
intervencion (le la autoridad en el uso de los plantíos que él rc-
g:\ra con su sudor, le hacia mirar con u"sden una especie de
propiedad de que otro se ahrogaha el d,~recho dll disponer. Es-
tá c:l!leluida , y Ihl tardarú ell puhlic:lI'se, ulla nueva ordenanza
'[Ile consagra dllrcchos largo tiempo desconocidos A los subde-
legatlos de Fomcnto incumbe, no solo velar sobre su completa eje-
cuciofi, sino instruir al gobierno del estado á que redujeron ú (':;-
tas propiedades las trahas de que se la~ cargó. A este fin, hani"
formar estados de los monte,; de sus provincias respectivas, con
espresion de sus dueiíos, v de si estos son particulares ú cuer-
pos, poseedores libres, Ó :lInayorazgados, sin olvidar la proporcioll
que los productos de dichos montes en leñas y maderas guar-
dcn c.ün las lH~cesidades de la poblaeion. Este conocimiento podrll
,;crúr de elemento para combinar, en caso necesario, nuevas me-
didas de protcccion en favor de la propiedad, cuyos derechos no
~e pueden Yiolal' ni aun parcialmente, sin alterar mas ó mcnos
la armonía del órden social.


13,0 El cultivo de la seda es un ramo de riqueza agrícola, tan-
to mas importante, cuanto que esta preciosa prodUCClOll es capaz
dc alimentar dentro del reino muchas industrias. y saldar sola
enormes importaciones del estrangero. Bien que aparezcan exa-
gerados los cómputos de algunos de nuestros antiguos economi~­
tas, que hablan de millone5 ele libras de seda que producian
nuestras provincia~ meridionales, y que se manufacturaban en
Granada, Sevilla y otros pueblos de las mismas, no admite duda
([Ile un rlia fué mlly considerable la cosecha de seda del reino, y
(~uallli05isimos 103 benelicios de su elaboracion. Cuando, en el rei-
nado del sefior don Cárlos IV, se pensJ en haeC!' revivir esta in-
dustria moribunda, se formaron reglamentos minuciosos que pro-
tlujeron un efecto contrario á la intencion, porque una llIultitud
de precauciones vejatorias ahogú los pequeños medios de protec-
clon que se di"pensaron. Importa dar á este cultivo la libertad,
que es el primer elemento, la condicion esencial de la vida lje la
industria. Importa que los subdelegados de ¡,'omento indaguen el
estado de la cria de la seda, y que promuevan, por todos Jos me-
dios que les dicte Sil celo, el plantío de las moreras ({Ile. crián-
dose en poro tiempo, y pudiendo servir de setos á as hereda-
des, ,in p?rjlli('io tlp la eosrrhrr principal <Ir olros frulos ó rsr¡uil-




APENDICF. :'iUjIEfW 1."


!nOS, no presentan el inconveniente de la tardía pl'ouuccioll de
los mOlales y de su arraigo profundo. Cuanto,; menios de pro-
teecion sean compatibles con la libertad inde11nida de la propie-
dad, otros tantos deben ser propuestos por los encargados de la
prosperidad del pais, seguros de que serón aprobados inmedia-
tamente, en cuanto no perjudiquen Ú otros intereses.


14." l.a cosecha de liuos y cáñamos. menos rica por el valor
de la materia que la de la seda, es por ahora igualmente impor-
tante, por cuanto es mas general el consumo de los lienzos, y
mayor el tributo que por su introduecion pagamos 2. la industria
eslrangera. Contribuyen á la decadeneia del culliyo de las hilazas
la falta de lluvias y de riego en unas proyineias ; la imposibilidad
en otras de empozarlas ú enriarlas en aguas corr;~Jü(,s; los in-
convenientes que resultan de empozadas en balsas estancadas du-
rante los calores del verano ; el corto número de fúbricas de estos
artículos, y la ditieultad de establecerlas, cuando las eslrangeras
Jos producen con una baratura que parece imposibilitar toda con-
currencia. Por graves que aparezcan estas dilicultades ,el celo y
la illteligencia pueden y deben vencerlas. Maquinas diferentes
cuecen ya hoy y suavizan el lino y el cáñamo, mejor que las
aguas corrientes y estancadas. Otras maquinas, de mecanismo muy
sencillo y poco costosas, hacen con facilidad y economía opera:
ciones que hasta ahora se hicieron á fuerza de tirmpo, brazos v
dinero. A los subdelegados de Fomento toca hacllI' conocer esta~~
máquinas, generalizar entre los labradores el manejo de las unas,
famIliarizar a los fabricantes aplicados con el uso de las otras,
promover la produccion estimul~ndo. los consumos, y a,rgurar
estos por la haratura de la ll1atena;pnmera , y la propagacion de
los mas sencillos métodos fabriles.


Hi.° Tratándose de agricultura, no es posible dejar de r('co-
mendar el cultivo de muchas plantas exóticas, que ya se hieic-
ron indígenas, y la aclimataclOn de otras que pueden hacerse ta-
les tambien con un poco de perseverancia. Veinte y cinco años
hace que solo un estrecho valle de la provincia de Granada pro-
ducia diez ó doce millones por el valor del algodon que en él sr.
criaba, y algunos años antes habia producido una suma easi igual
por el valor de sus azúcares. Uno y otro cultivo, difundidos como se
hallan en una estellsioll de cerca de cuarenta leguas de costa,
habrian bastado quizá á nuestros consumos, si no hubiese eonstan-
temente pesado sobre uno de ellos la mano del 118co , y no se hu-
hiese condenado al olro á una illcertidumbre perpetua sobre la
proteccion que anteriormente reclamara. S. M. la reina Goberna-
dora quiere que se 11je de11nitivamenle la suerte de estos cultivos
preciosos; que se aumenten y se estiendall cuanto lo permita la
naturaleza del terreno. hasta proveer, si es posible, a la totali-
dad de los consumos peninsulares; que el del café, ensayado ya
con éxito, se establezca en grande; que se ensaye el del añ'iI;
que se propaguen esos arbustos de cuya sustancia se alimenta la
cochinilla, y se asegure una larga cosecha de este insecto; que el




Sí IlIOGRAFIA.


lJeneficio de la aclimalacion no se limite a los frutos exótico:.;, sino
f[Ue se estientla al cultivo de las plantas y árboles illtligenas que
erecen en latitudes y zonas diferentes, es decir, que se aclima-
ten, en las provincias del centro y dell\1ediodía,los árboles y plan.
tas que hasta ahora produjeron solo las del Norte, ya que sea im-
posible la aclimatacion en sentido inverso, y que, en /in , los sub-
(lelegados de Fomento den á este ramo importante de prosperidad
la atencion sostenida que ha menester, le dispensen, dentro del
circulo de sus atribuciones, toda la proleccion que ellas pcrmitan,
é imploren del gobierno de S. 1\1. la que ellos no alcancen á
dispensar.


CAPITULO lI.


Industria y sus agregados.


16.0 Si la agricultura cria ó produce las primeras malerias, la
industria las proporciona á las necesidades de la vida, y les da la
forma, sin la cual no servirian para satisfacerlas. Pero los beneficios
de las operaciones agrícolas solo proveen por lo COlllun al sustento
mas ó menos limitado de los que se dedican á ellas, y sus hábito~
~b prestan mal al desarrollo completo de la razon; mientras que
con la industria solo puede haber enormes riquezas, y es compati-
ble un alto grado de civilization. Sin citar los ejemplos vivos de la
Ro landa y de la Inglaterra, que sin suelo la una, y con mal suelo y
clima la otra, prosperan prodigiosamcute á favor del incremento
que tomó su industria, bastará recordar que esta centuplica á ve-
ces el valor de las materias primeras, y que, empleando y ocupan-
do al mismo tiempo la infancia tierna, el sexo débil, la vejez can-
sada, difnnde y generaliza la abundancia, fuente de todos los bie-
nes sociales. Considerada ba.io este punto de vista, la indnstria re-
clama una proteccion mas eficaz todavía que la agricultura; puesto
que es mucho mas útil que se compre cáñamo en rama en los mer-
cados del Báltico ú en los del Adriático, que despnes, eonvertido en
lonas, se venda en las costas de Berbería ó en las escalas de Levan-
te, que no coger el lino en nuestro suelo, y tener que ir en busca
de lienzos á las bocas del Escalda ó del Elba. Las medidas genera-
les de proteccion de la industria pertenecen al gobierno superior;
pero al de las provineias toca averiguar qué géuero de fabricacion
posee cada \lna, de qué especie ó calidad son sus productos, de
qué naturaleza sus metodos. de qué estension sus consumos) en
qué términos y hasta qué cantidad nece~ita de los productos de las
provincias vecinas ó lejanas, nacionales ó estrangeras; qué obstá-
culos se oponeu á la perfeccion de las industrias establecidas, ó á
la introduccion de otras nuevas; qué capitales alimentan las \lnas,
(Iué anticipaciones exigirian las otras. y todo lo demas que con-
cierna á la adopcion de las providencias propias para el fomento de
estos intereses. Entretanto, que con presencia de a~uellos datos se
dictan, deben los subdelegados de Fomento generalIzar el conoci-
miento d~ las máquinas y métodos que se hayan inyenlado é in-




\I'El'ir)]C~ .\UrEIW ~." Ki
\'enten en toda Europa, y de que el Diario de lit udmúw;/rllClVlt jo,;
instruirá oportunamente; deben promover la enseñanza de la geo--
lUetría y el dibujo con aplicacion á las artes; deben visitar las ma-
nufacturas, y sembrar en una esperanzas, derramar en otra con-
suelos, alentar aqui con el elogio, estimular alli con la censura, ha-
lagar mas allá con la remocion de todas las trabas; deben, en fin"
popularizar la industria, como el medio lilas espedito y seguro de
generalizar sus IJeneficios. Un torno, una carda, un telar, la ma-
dre que haga andar el uno, el niño que maneje la otra, el padre
(IUC mueva la lanzadera, una anza de oro para comprar un
pal' dc quintales de lino; he aqui lo que se necesita para hacer la
fortuna de una familia, y lo que, hecho con algunas familias, pro-
moverá en cortísimo tiempo una inmensa prosperidad. Cien arbi-
trios se encuentran todos los dias para costear una fiesta, para cu-
brir uu gasto con qne no se con taba, para satisfacer á veces un ca-
lnicho de la adminislracion. Encontraránse mejor para auxiliar ú
un hombre laborioso con un préstamo, si no es posible hacerlo COIl
un don; encontrarán se para dar á una muger honrada el premio de
un torno, y sustituir en breve su uso al de la estéril rueca. Suscri-
eiones, anticipos, socorros de los diocesanos, auxilios del go-
IJierno, lodo debe facilitar la ejecuclOn de estas disposiciones, que,
proporcionando trabajo á muchos, aumentarán la comodidad de to-
dos, y distribuirán en los talleres esas bandas de pordioseros, cuya
pereza acusan sus andraios, y que hacen en la mendiguez el apren-
dizage del crimen.


17. o En la infancia de las artes, se creyó deber sujetarlas Ú UIJ
régimen uniforme, á una disciplina facultativa, y fijar la suerte de
cada industria sobre bases inalterables. Parecia entonces natural
suponer que si una fábrica prosperaba por la buena calidad de sus
productos, todas las de su especie prosperarian fabricándolos igua-
Ies. De aqui las ordenanzas que fijaban el número de hilos que de-
bia tener una tela, las precauciones con que se debian acopiar las
materias primeras, la intervcncion asidua de los yeedores ó pro-
hombres de cada gremio en las operaciones de su faIJricacioll res-
pectiva, y otras mil formalidades (Ille se creían conducentes á sus
progresos La espericncia ha revelado lo erróneo de esta teoria que
cortando los vuelos a\ ingenio, y sometiéndolo á mil trabas. lla aca·
bado al mislIlo tiemJlo con todas las industrias sujetas iI ellas. en
tanto que la de fabricarian de algodones, y otras varias que al na-
cer se elevaron sobre las preocupaciones dc la rutina, han prospe-
rado mas ó menos. Lna ley dictada con conocimiento completo de
causa ya á rrOclamar inmediatamente los principios protectore:;
de la libertac fabriL Entretanto los subdelegados de Fomento dis-
pondrán que no se formen nuevos gremios, ni se remadwll, con ia
aprobacion de nuevas ordenanzas, cadenas que los conocimieu to~
económicos (Iuebraron ya para siempre.


18.0 lIay, en muchos <le nuestros rios. caidas de agua propias
para ~nover m~qllinas tic nria, especie,;, y dcscnYoln'r COII la in-
dustna (¡tiC alunenlen. Hna gran prosperidad. A lo~ gpf(,s de k




HIOGRAI- lA.


ihlmiuislra¡;ion corresponde estimular á que ~e saque partido de
"sla,; fuerzas motrices, apliándolas ú los usos mas allillogos á los
hitbiLos del pais que gobIernen. A este fin harán examinar todas
¡as que existém en sus pl'Ovincias, revelarán el uso tIlle de ellas
puede hacerse, empefhtl'an á 103 capitalistas á su aprovechamiento,
y les cOllcederán para ello cuantas facilidades dependan de la arl-
ministracioll,


CAPITULO IlI. '


Comercio y sus ag/'egados.


19;0 En vano la agricultura pruduciria en abundancia malerias
primeras; en vano la industria, elaborándolas, las proporcionaria á
las necesidades sociales, si los consumos no alimentasen su repro-
dnccioll periódica. El comercio encargado de facilitarlos, traspor-
tando á los mercados donde eseasean, los frutos y esquilmos de In
tierra, en bruto tÍ. manufacturaúos, es bajo este concepto un auxi-
liar necesario de la agricultura y de la indnstria, digno por lo mis--
lOO de una proteccion tanto mas eficaz, cnanto que sin ella seria
mútilla que á las otras dos profesiones se dispensase. En materia
de comercio, corresponden á la autoridad soberana las mas de las
medidas de proteccion relativas á las cosas. A las autoridades en-
cargadas del gobierno civil de la provincia tocan mas particular-
mente las relativas á la,; personas, á saber: favor y amparo á la:;
que f~1 comercio obliga á trasladarse frecuentemente de Ulla parte a
olra, comodidad y baratura cnlas posarlas, seguridad en los cami-
llOS, faCilitad de llevar armas elljue crea necesitarlas, y la supre-
SiOll, en fin, de todas esas Yejaciones odiosas, que se han inventado
a protesto de la refrenda de los pasaportes, y de que se hablará en
el capítulo de la policía. Entre las medidas de proleccion que cor-
responden al gobierno superior. la mas importante, que es abril' y
mantener al comercio comunicaciones fáciles y poco dispendiosas,
sea por tierra ó por agua, exige asimismo la cooperacion franca y
asidua de los subdelegados de Fomento, en los términos que se es-
presarán en el capitulo de caminos y canales,


20;0 De la misma se necesita para'acelerar el beneficio de la uni-
forml(lad de pesos, medidas y monedas. Los gefes locales deben in-
formal' á la comision nombralla con este objeto. no solo de las ,a-
riaciones Ó diferencia~ generales que se notan en esta parte en sus
provincias respectivas, sino de otras Ilue forman una l1lultitud de
anomalías cspeciales en medio úe las anomalías COlllIlIlCS, y que
presentan por donde quiera el doloroso espcclúcu]o del desúrden y
de la confu~iol1. No- bastó, ea efecto, que hniJiese libras de doce 011-
zas en uIIa pl'Ovincia, mientras ¡¡ne ell la \'c~jBa eran de diez y
set,,: f!l.é menester para (¡Ile la complic3cjo!t fueoc mayol', y que !IO
se pudlcse salir dellaberin to (Iue ella formaba, Ifue dc al[uella ml,;-
ma libra cscepcional de lioce onzas se compusiese para la elHllpr¡\
y "pnta d() c!f'rtn~ artículos una libra doble ó triple, dC' que I\',ul-




APE.\ OlCt: N¡HIE¡lO 2. ,) 87
la halJerlas de do('e, veínle y cuatro y treinla y ::óeis ouzas Gada
una. Aun en Castilla, donde es de diez y seis, hay pueLlos en (lue la
llamada carnicera (porque es la que se emplea para pesar carue;,
es doble, y tiene lreinla y dos onzas, si se trata de \aGa, carnero u
macho, y sesenta v cuatro sí de cerdo. Y como sí es las diferencias
no embrollasen ya lJastante la malería, en un mismo lugar, sin sa-
lir del pescado, se venden ciertas clases de él por libras de diez y
,;eis onzas, y otras por libras de treinla v dos. En una parte se ven--
de el aceite y el vino por peso, y en otra por medida, siendo de
!lotar que la diferencia entre el peso y la medida es á veces mayor
que la quc existe en los áridos entre la medida colmada y la raida,
y en los líquidos entre la medida sisada y la que no lo es; y no ohs-
tante hay pueblos en que los líquidos particularmente se vendell
al mismo ttempo por peso y por medida,' á pesar de la enormidad
de esta diferencia. Pero ¿qué mucho quc, apoyada en los habitos
antiguos, se sostcnga entrc las clases poco ilustradas esta variedad
iradieional, cuyos inconvenientes nu perciben los cspíritus vulga-
rcs, cuando, entre banqueros, los cambios con París, por ejem--
plo, se aj ustan en doblones de plata vieja y en libras tornesas, mo-
nedas que no existen en España ni en Francia, y quc por sus frac-
dones complican las cuentas, y ohligan á una multitud de reduc-
Gioncs? Este sistema absurdo, que solo puedc sostenerse mientras
los errorcs sancionados por la rutina eran respetados como los
principios consagrados por la espcriencia, va á dcsaparecer inme-
diatamcnte. Los sub1elegados de l'omcnto, no solo suministraráll
los datos necesarios para formar la historia de estas anomalías, ori-
gen de confusion y causa, por tanto, de ruina, sino que desde luego
empezarán á prc\'enir lo conducente para quc las disposiciones que
.an á dictarse, protectoras dc la convcniencia comun, y conforllle~
ú la ruzon universal, no esperimenten la resistcncia que cncontra-
!'on a menudo todas las que se dirigieron á estirpar crrores C!l\e-jccidos. Cua~l(lo una YCZ llega á desquiciarlos la fue~7,a de la razoll
y de la autondad, cl mundo, avergonzado de halJer Sido subyug:,do
]lor ellos, contribuye á acabar de derrocarlos.


'21.0 Las ferins y mercados debcn fijar particularmente la atell-
cion de los subdelegados de Fomento. En cstas reuniones, cl co-
mercio especula, los consumidores se proveen dc objetos que la
concurrencia suele nbaratar ; yel impulso que esta circunstancia
da á los consullIOS cs UI! estímulo para la produceion y un gran ele-
mento dc vida industrial. Las reuniones frecuentes de compratlo--"
res y vendedores multiplican tambien las relaciones de pueblo ;i
Jlucblo, y aun de provincia á provincia, y mantienen un movi--
miento generalmente útil. Importa, ¡JUeo, favorecerlas, conceder-
les todas las facilidades posibles, y mirarlas corno un medio dc
prosperidad.
~!2.o Con el mismo fin es cseneial favorecer y anilllar á los COII-
s~lados y juntas d.e comercio, de cuya mejora ya a ocuparse jnm~­
,]¡atamcntc cl gobleruo. Los consulados proporcionan a las tran--
~acciones mercantile5 las ycntajas especiales dc una pronla justi .




88 llIOGHAFIA.
e!a, administrada por jueces de la profesion. Las juntas de comer~
CIO pueden favorecer el desarrollo de la misma, removiendo obsta-
cul~s que hasta ahora limitaron su ejercicio. y rodeando estas ocu-
pacIOnes de cierto favor. sea por la idea de los beneficios que ellas
producen, :;ea por la consideracion qe que por lo comUI~ gozan los
qu~ las obtienen, sea por las garanhas que pueden dar a los eapi-
ta)¡~tas que se asocien á empresas industriales, sea, en fin, por la
eqUidad protectora que la intervencion de dichas juntas puede ase-
gurar en el repartimiento del subsidio mercantil. Los subrlelegados
de Fomento contribuirilll. pues, á la prosperidad del comercio. cui-
dando de dotar sus provincias de estos establecimientos que deben
a~elerarla, y de dirigir al gobierno sus observaciones sobre el mo-
do de mejorar los que existen.


CAPITULO IV .


. t1inaías y sus agregados.


'.23. o La direccion general de ~linas se ocupa de rectifIcar algu-
nas de las disposiciones dictadas ya para la mejora de este ramo,
que los subdelegados de Fomento de algunas provincias meridiona-
les deben particularmente promover. Pero e mayor bicn que tie-
nen que hacer en esta parte es favorecer la investigacion y es-
plotacion de los carbones minerales. de que la industria saca hoy
tanto partido, y que no hay medios de reemplazar con otra espe-
cie de combustible. No hay quien ignore los prodigios del vapor,
IIue aun á despecho de lo~ vientos empuja los buques de una es-
tremidad á otra del globo. Sin esta sustancia, mas preciosa aun por
la importancia y la estension de sus usos, que muchos de los me-
tales que se buscan con tanto aran, no podrían carros cargados cor-
rer largas distancias á razon de un cuarto de hora por legua, ni
moyerse multitud de máquinas, cuya accion económica y rapida
)Jone hoy casi todos los productos elaborables al alcance de las mas
limitadas fortunas. Esta prodigiosa fuerza motriz, multiplicable á
lo infinito, alza de los rios copiosos raudales, capaces de fecundi-
zar vegas muy elevadas sobre el curso de las aguas, y basta para
obrar trasformaciones que, sin ella, se reputarian imposibles. Es-
plote en buen hora el lIlteres individual. aguijado por la perspec-
tiva de utilidades inmediatas, las minas de plomo, de c~br9. de hier-
ro, y las demas que tanto bien promneven en las provlllclas en que
abundan; pero la accion de la arlministracion diríjase especialmen-
te a buscar ese fósil inapreciable, agente poderosísimo tle riqueza,
v sin el cual apenas puede desenvolverse en grande ninguna in-
dustria. Ensayos. premios, construccion de ramales para conducir
los carbones desde los montes que los crian. á las fábricas que han
de consumirlos, Ó á los puertos por donde pueden esportarse; nada
se perdone. nada se economice para asegurar los inmensos benefi-
cios de la aplicaciol1 de aquel combustible á las necesidades de la
(ahricacion. Los sllhdelegad05 de Fomento tienen en este ramo nm-




APEND1CE :'iUMERO "l.o 89
eha gloria que ganar, y muchos medios de merecer la helleYolell~
cia del gobierno.


U.o Las canteras pueden contribuir á alimentar en ciertas pro-
vincias una industria mas ó menos útil. Hay algunas en que abun-
dan rruírmoles y jaspes esquisitos, que realzarian el brillo de los
templos, adornarian las casas y los jardines, y hermosearian las
plazas de las grandes ciudades, en las cuales ya eternizaria el
mármol á los hombres célebres de que se honra nuestra patria, si
no hubiésemos de traerlo de fuera con grandes dispendios. Ade-
mas de alimentar una gran fabricacion nacional, pueden esas pie-
dras y otras muchas que la naturaleza sembró con profusion en
nuestras montañas, concurrir "entajosamente con las de otros
paises en los mercados estrangeros; y aun las piedras de cons-
truccion seran una riqueza, cuando buenos métodos de esplotacion
y huenos caminos para su acarreo, permitan emplearlas en lugar
de otros materiales menos sólidos y mas costosos. Es esencial que
los subdelegados de Fomento indaguen las riquezas de esta clase
que produzca el territorio que gobiernen, y empleen todos los me-
dios posibles para utilizarlas. Ningun obstáculo resiste á la lar-
ga a la accion constante él ilustrada de la administracion.


CAPITULO V.
Ayuntamientos.


25.0 Los ayuntamientos son el conduelo por donde la accion
protectora deI gobierno se estiende desde el palacio del grande á
la choza del labrador. Por el hecho de ver en pequeño todas las
necesidades, pueden ellos estudiarlas mejor, desentrañar sus cau-
sas y remedios, y calcular exactamente de qué modo y hasta qué
punto influye una medida administrativa en el hien ó en el mal
de los puehlos. Deben, por tanto, ser constantes y frecuentes sus
relaciones con los subdelegados de Fomento, sus gefes inmedia-
tos, los cuales, por su parte, deben ver en los ayuntamientos los
cooperadores natos del bien que esta n encargados de promover.
Facilitará notablemente los beneficios de la cooperacion el cuida-
do que los subdelegados pondrán en averiguar desde luego 108
recursos públicos destinados a las necesidades de cada localidad.
Ademas de los pósitos, sohre los cuales quedan hechas adverten-
cias particulares en el articulo 5.° de esta instruccion, cuidarán
especialmente de averiguar cuáles son las rentas de los prorios de
cada pueblo, en qué consisten, cómo se recaudan. cómo se lIIvier-
ten; SI se hallan completamente cubiertas las obligaciones á que
se debe ocurrir con sus productos; si hay algunas postergadas ó
desatendidas, ó que puedan ser socorridas de diferente manera, y
no pesar sohre aquellos caudales. Al mismo examen someterán
los arbitrios municip<1Ies, averiguanín en qué época se estable-
cieron, con qué Objeto, por qué tiempo, con qU(~ condiciones; si
(·.ollviene suprimirlos ó continuarlos, y todo lo demas quC' conduz-




¡¡¡OGRAFIA.


I.:a ,1 que el gobierno forme un juicio complelo sobre esta impor-
tantísillla parte del servicio público, de cuyo arreglo dependen
mejoras consíderables en la suerte de los pueblos.


'26. o Una ley, que actualmente se elabora, dispondni. lo conve-
!liente para refundir en una la multitud de categoría~ de que se
componen los ayuntamientos actuales, donde, ocasionando una
I.:onfusion la8timosa, y acusando de desórden á la administracion,
se ren regidores perpetuos, vitalicios, bienales, añales; nobles por
cOllstitucioll unas veces, plebeyos por cOllstitucion otras; síndi¡;os
de yarias denominaciones, diputados, etc., presididos ora por le-
trados de fuera que no conocen las necesidades ni los usos locales.
ora por alcaldes ordinarios ó pedáneos que, aunque sacados por
lo comun de las clases laboriosas, no sabiendo leer las mas ve-
ces, administran la justicia, no sin gravc detrimcnto dlOl fispelo
que le es deuido. Mientras cesan estas deplorables y ruinosas ano-
malías, los subdclegados de l"omento se aplicarán á atenuar su~
tristes efectos, y desde luego formarán estados de la composiciun
de cada ayuntamiento, en que se espresará el numero de regido-
res, síndicos, diputados y demas que le compongan; si los oHcios
SOil perpetuos, y en este caso, cuál es el precio á que se venden,
v qué proporcion guarda este con el de su egresion; si son aña-
ies. bienales, ó servideros por un periodo mas largo ú mas corto,
r en este caso, si turnan entre todos los vecinos, Ó se reparten por
¡nitad, ó de cualquiera otro modo, entre el estado noble y el llano;
espresando si esto se verifica con igualdad entre los individuos de
ambos estados, ó hay en favor de unos ó de otros alguna dístin-
cian ó [lrerogatira. Servirán de apéndice á estas relaciones las
noticias concernientes á otros oficios, anejos unas veces á las re-
I)idurías, y otras separados, como alguacilcs mayores de la ciudad
o del campo, alcaldes de la hermandad, corredores de varias cla-
ses. escribanos de cabildo, etc.
~j. o A \os ayuntamientos corresponde la policía municipal, en


la cual esta comprendido el ramo de abastos. en que hay abll~os
envejecidos quc es urgente desarraigar. Todavía gimen muchos
pueblos bajo el peso de la ta~a de los come,stibles de toda especie,
traba absurda que es un manantial inagotable de vejaciones, y un
pretesto permanente de estafas. Los subdelegados de Fomento no
creerán, pues, que han intervenido complctamente en la Jlolicía
municipal,con solo haber estimulado á los cuerpos encargados de
ella á que proporcionen á los pucblos fuentes saludables, empe-
drados cómodos, alumbrado en las calles, solidez en las construc-
eion('s, ni ocupádosc ellos mismos de otros mil oujetos de scguri-
dad, aseo ti comodidad; sino que dirigirán muy particularmente
su ateneion á hacer cesar el de,ónlen de posturas arbitrarias lh\
comestibles, y removerán sin descanso cuantos obstáwlos se opon-
gan á qnc los [Juehlos,lo¡;ren este irnportantl: ])(:I,ICficio, entretan~o
que la ley que se, ya a (hetar sobre la matena lIja las reglas llIl!-
formes que deheran obscn'arse sobre ella.


'!S," Enil'n(\er y decidir en las dificultall\':;, [lHjuieio> ti rCc!il-




91
lIlaCiOlles relali\as ti las elecciones de avuntamiento,; y sus itlci-
ciencias, toca csclusivamenle á los subdelegados de l/omento, que
en su caso instruirán los oportunos espedientes gubernati\ os, y
los determinarán con arreglo á las leyes de la maleria, ínterin se
simplifican estas, y se demuestra, por el simple tenor de su redac-
cion, que ninguna relacion tiene este ramo con las atribuciones de
la jnsticia.
~9." La sanidad escitará la solicitud paternal de la administra-


cion, que desde luego trabajará en reunir los datos propios para
que las precauciones destinadas á impedir la propagacion de las
enfermedades contagiosas surtan su efecto, sin perjuicio de otros
intereses. Hasta ahora se limitó comunmente la inspeccion sanita-
ria á los contagios importados por la vía de mar. Pero las atribu-
ciones de este ramo no deben quedar circunscritas á tan estrecha
esfera; y proponiendo al gobierno lo conveniente para que se
mejoren y uniformen las medidas para evitar la lIltroduccion
'! üirculacioll de los contagios {míticus, deben los subdelega-
dos de Fomento estender su Yigilancia á las demas enferme-
dades epidémicas, que hacen estragos, á nces iguales á los
de la peste por su intensidad, y á veces superiores por Sil fre-
cuente rcproduceion. Las viruelas son la primera y la mas de-
soladora de estas plagas. La inoculacion de las naturales pudo eOIl
avariencia de razon ser resistida, puesto que muchos niños eran
vletimas de ella; pero la de la vacuna no hace temer tal incon-
veniente, y conviene por tanto generalizar sus beneficios. Para ello,
adoptarán los subdelegados de fomento las !lwlidas mas eficaces,
y entm otras la de no permitir que concurran á las escuelas gra-
luitas de primeras letras los niños que no presenten certiílcacio-
J]CS de estar vacunados. Las tercianas, endémicas en ciertos pai--
ses y estaciones, son otra de las calamidades de este género que
una administracion vigilante debe apresurarse á estirpar. Con dar
salida á las agllas estancGdas , y proporcionar al pueblo en un tra-
bajo constante los modios do alimentarse bien, se habra en gene-
ral hecho mucho para impedir estas epidemias, que ordinaria-
mente no se esticnden ni malignan sino en los territorios donde
soles ardientes yaguas estancadas vician la atmósfcra, y donde
los malos alimentos contribuycn á hacer mas mortífera la aspira-
cion de uu aire me(jtizado. La accion de cualquiera otra causa lo-
cal puede ser igualmente combatida por medios análogos, y fre-
cuentemente con solo emplear los higiénicos que sean mas apro-
piados á la situacion del pais y ú las influencias de la estaciono


30. 0 Entre las providencias de salubridad, complemento esen-
cial de las medidas sanitarias, hay una importantísima, que es
la de constl'llir cementerios donde aun no existan, para que las
eshala0iones de los muertos no infesten el aire que han de respi-
rar los vhos, y no aumenten asi las epidellliai, que ú veres ad-
quieren por esta sola causa una asoladora intensidad. La adlllinis-
lracion celará particularmente para que, donde aun !lO los haya,
se levanten al punto estos asilo,; de la muel'le ; ~ohre ¡¡He "ean 50-




92 IlIOGllAFIA,
metidos á una policia severa, y sobre que, en lo~ depósito~ de
los cadaveres • en los entierros yen las exhumaciones, se observen
las reglas que la esperiencia ha revelado ser necesarias, entre
tanto que estas se fijan en una ley particular.


:n,o La inspeccion administrativa en todo lo relativo á sanidad
y salubridad no se limita solo a mirar por los hombres, sino que
se estiende al cnidado de los animales de toda especie, Con pre-
sencia de las circunstancias locales que se suponga haber influido
en el desarrollo de una epizootia , y oyendo el dictámen de médi-
cos hábiles, y aun de veterinarios inteligentes, se podrán en cada
caso dictar las medidas convenientes para atajar la ¡wopagaciolJ
del contagio, cuya destruccion es un medio de prosperidad, y un
estímulo particular para la agricultura, que sin ganados decaeria
muy rápidamente,


CAPITULO YI.


Policía general.


3'~," Un error deI,llorable hizo que se desconociesen en muchas
partes del reino las III te!lciones generosas que \lresidíeron al esta-
blecimiento de la policía, organizada al prinCipio lmra enfrenar
el crimen, y que la inocencia viviese tranquila, En algunas pro-
vincias, mientras malhechores conocidos salian á los caminos con
pasaportes en regla, se exigian formalidades odiosas para darlos
a vecinos honrados que exhibian sus carlas de seguridad, A(IUi UIl
gefe de policía obligaba á los viager?s a comparecer en persona
en su oÍlclIla ante un oscuro dependiente, Illolestamlo aSl a los
fatigados, y humillando á los distinguidos, Allí se multaba á un
desventurado arriero porque, habiendo llegado á deshora á una
posada, no cuidó de hacer refrendar un pasaporte que ¡no habia
quien refrendase, l'ara darlo á un titulo de Castilla, se le pedia en
algunas parles una fianza, que podia ser, '! era á veces, la de
su tabernero ó su sastre; en otra se exigia la superflua ó coslo-
sa intervencion de un agente de policía, (¡ la presentacion per-
sonal , ú otra multitud de requisitos inútiles cuando mcnos , y ca-
~i siempre literal y esplkílamente contrarios á los reglamentos.
Ya S, 1\1. la reina Cobernadora ha mandado su refundicion, (¡U('
se hará en términos ¡Je que no se reproduzcan mas tan funeslos alm-
sos; pero entretanto importa que los subdelegados de l'omento
se penetren de la idea de que sus atribuciolH\S , como gefes de la
polieía, SOIl las de una magistratura de helle/iceneia y proteccion,
tlue Illas que ninguna otra exige deferencias, ateneiones y obse-
(luios háeia las personas con quienes tenga que tratar. Severidad
elln el crimen, indulgcn('ia eon el l!eseuido ó la llaqlwza, rC8pe-
10 ú la inocellcia, miramirnlo ('OH e\lanlo~ llCglll'1l á invoear ~If
jll~tida <Í ~Il liml!· ; tal l1('h(' ~(,I' la di\'i~¡í (1(' la po\icía que, n¡.




!J3
por a~ciuenle •. deb.c dt'sholl.ran;,~ con acciones q~e presenten apa-
rIenCia tic arlJltranedad . 1Il mucho menos de VejaClUll. Los regla-
mentos (¡ue van ú refundirse pronunciarán la pena de tlestitucion
inmediata, y la illcapacidad absoluta de volver a senil' ningun otro
destino, contra el empleado de polida que someta á cualquiera
individuo á otra obligacion ó formaliditd que aquellas que, en el
interes del órden y (lel reposo público, se autoricen ó prescriban
rsplícitamcnte en la legislacion del ramo.


33." lino de los beneficios mas importantes qne han de deber los
pueblos á la vigilancia de la admillistracion , es la estirpacion de
los ladrones que infestan los caminos, y que hacen mirar como
una dt~,;graeia la necesidad de emprender un viage. A la policía
toca curar esta llaga vergonzosa y funesta, y lo logrará en breve,
sin duda, con el empleo simultáneo de todos los medios que á ello
conducen. Estos medios son preventivos y represiyos. Los prime-
ros consi6ten en conocer completamente la situacion de cada pue-
hlo. y el modo de yiyir y los hábitos de sus moradores; observar
á los que, sin motivos conocidos, hacen freeuentes salidas de su,;
domicilio" , Ú no dejan adivinar á sus compatriotas los recursos
con que pro\e.en á su subsistencia; recomendar estrechísirnamen-
te á los encargados de la administracion municipal que sigan los
pasos de los sugetos que se hallen en uno ú otro de aquello, casos,
y que informen sobre ellos semanalmente al gefe de la admlIlistra-
don provincial; cuidar de que no falte habitualmente trabajo á los
jornaleros, ni socorros cuando el rigor de la estacion no les per-
mita trabajar; disponer que con la frecuencia necesaria haga la
autoridad lIlunicipal de cada pueblo recorrer su término, infor-
marse de las gentes sospechosas que lo atraviesen, seguir sus
huellas, reconocer sus pasaportes, y asegurarse, en fin, de que
nada hay que deba turbar el sueño de sus gobernados. Los me-
dios represivos se reducen á poner en lIlovimiento, apenas se
anuncie un robo, la fuerza necesaria, sea de tropas de línea, ó
de paisanos armados. que reconozca los sitios en que se cometió
el crimen, registre los escondrijos contiguos, y siga el rastro del
malhechor ó malhechores hasta entregarlos en manos de la justi-
cia. Esta obligacion no será peculiar del pueblo en cuya jurisdic-
cion se consumó el atenta(lo ; será comun á todos los situados en
un radio de cuatro leguas, de donde se h~rán ojeos combinados,
de que no pueda escapar el facineroso. El sacrificio á que, por este
movimiento, se sometan los pueblos será superabundantemente
comIJen'lado con la seguridad de sus personas y propiedades;
con as ventajas de que puedan concurrir á ellos los viageros que
quieran hacerlo por necesidad ó por placer, y con el honor del
territorio, que se compromete y mancilla cuando en él se atenta
impnnemente á la paz de los viageros y de los habitantes. La prOB-
ta destitucion de la autoridad municipal que no cuide de este inte-
res precioso, ó que, cometido el delito, flO dé al público y á la au-
toridad superior la satisfaccion conveniente en la aprehension de
~us autores, será una garantia de que en lo sucesivo se emplea-




9i BIOGRA FIA.
ritn todas con mas celo que hasta aquí en destruir el salteamien-
to. terror de los pueblos, que aisla, y de los transeuntes, que des-
poja, y oprobio de la administracion que lo tolera.


34. o S. 1\1. la reina Gobernadora quiere que nino'una preven-
cíon especial se haga en esta instruccion relativa á la alta policía.
S. M. se lisonjea de que, generalizados los beneficios que una ad-
ministracion paternal debe producir, no habrá maquinaciones con-
tra el reposo de los pueblos, ní por consiguiente necesidad de otras
medidas de policía que las puramente administrativas, dulces y
protectoras, como deben ser siempre todas las que emanan de ulIa
huena administracion.


CAPITULO VII.


lnstruccion pública.


35.0 Los agentes superiores de la adminislracillIl provincial
tropezarian sin fin con los obstáculos que por donde quiera les
suscitaria la ignorancia, si desde luego no aplicasen todos sus es-
fuerzos á combatirla y desterrarla. Con este objeto, dispensarán
!Ina pll.0teccion especial á la instruccion primaria; y, partiendo del
principio de que ninguna medida puede á la larga influir mas en
la suerte de la sociedad, harán destinar á la dotacion de estas es-
cuelas los fondos públicos de que puedan disponer. Si con ello" se
atiende á otras necesidades, cuyo remedio no contribuya tanto al
bien comun , los subdelegados de Fomento las postergarán sin ti-
tubear, en el caso de q tiC su celo no encuentre en otra parte me-
dios para cumplir con todas. De cualquier modo, cada pueblo de
cien vecinos debe tener una escuela de primeras letras, en la
cual, como en todas, se establecerá tan pronto como sea posible el
método de Vallejo, que tan visibles progresos permite hacer en la
enseñanza. A los gefes de la administracion toca proporcionar los
cortos medios que exija su plantilicacion, sea de las localidades
lIlismas , ó de fondos generales de la provincia, de limosnas, de
dones, de préstamos, tle arhitrios especiales, de cualquiera par-
te, on fin, de donde, sin perjuiciode tercero, se pueda sacar. No bas-
ta' para dejar de cumplir esta obligacion, decir que no existen re-
cursos, ni formar un espediente de que resulte que se han prac-
ticado Sill fruto diligencias para encontrarlos. La autoridad tiene
siempre mil á su disposicion. y la habilidad descubre una mina
inagotable de ellos donde ninguno sospechaba la ignorancia. Con
los productos de una diversion pública de algunos dias allanó el
conde de Aranda los barrancos que separaban á Madrid del sitio
del Buen-l\etiro , y los convirtió en un paseo magníJico. Con re-
cursos que en otras partes se desperdician, han construido fuen-
tes algunos corregidores celosos, han empedrado las calles, y han
realizado otros benelicios , (¡ue la pereza apoyada en la rutina ha-
hia de tiempo inmemorial calificado de imposibles. Coa medios




.l.PE~DICE N[J~(EI\O 2. () n" u;)
idénticos ó análogos, se pueden establecer escuelas de dibujo y de
geometría, y sin mas que dar á la compasion una temlencia útil;
con solo reunir en un fondo comun los dones con que una cari-
dad poco ilustrada alimenta, en enjambres de mendigos, planteles
de facinerosos, se pueden hacer en una provincia bienes qne le
allanen en pocos meses los caminos de la prosperidad, y aun in-
mortalicen cl nombre de su autor. No hacerlos sera una falta, cuan-
do no nn dt'lito.


36. o Entn~ los me/lios de difundir la instruccion, hay uno muy
sencillo, y que, liS aria con intcligencia, noocasionaritrle,;embolsos.
Tal es el de establecer en las capitales de las provincias peri<Ídieo~
que traten tIc sus intereses, que discutan el modo de utilizar los
recursos locales, que revclen it la administracion los medios de
propagar las industrias á que convide la situacion dt'1 pais, ó la na-
turaleza de los productos de su suelo, qne desenvuelvan la conye-
nieneia rle las medidas que para lograr este ohjeto emplee el go-
hierno, que familiaricen, en fin, á todos los habitantes COIl los COIIO-
eimientos que conducen á la prosperidad. Entonces se cOllcurrini.
con ansia á ulla escuela en que se enseñe el arte fácil de medir las
tierras, de aforar los líquidos, de combinar la elegancia con la so-
lidez en las obras de carpintería; entonces pedirán todos qne se
destinen á la enseñanza fie estas artes, ú otras aplicables a las pri-
meras nece8idildes de la vida, los arbitrios que hasta ahora dolaron
las escuelas de latinidad, cuyo estudio, aunque abra la puerta it
profesiones máS elevadas, es menos urgente favorecer. Los medios
de costear un periódico los hallará sin grande esfuerzo el intercs in-
dividual, por poco que la administraciollle auxilíe ó le recomiende,
y con tal de que en él se cuide deglliar y desen\'oher el espíritu de
mejora, qne cs la tendencia particular de la época presente. Cen-
~orcs j nieiosos desterrarán de un papel destinado a rectificar las
irleas y á promover todo lo que sea bueno y útil, los chismes odio-
sos, las alusiones malignas, torlo aquello, en fin, que no conduzca it
su útil propósito, ó no se concilíe con el honroso encargo dedifundir
las I'lces y de promover la prosperidad. El periódico que, con el tí-
lulo de Diario de la Administraciotl, va á establecerse en Madrid,
dara ancho campo á las observaciones de los escritores de las pro-
vincias, y tí las aplicaciones locales de los principios que en él se
proclamen.


37." Al mismo tiempo que la publicacion de periódicos, conven-
drá fomentar la prensa provincial, facilitando por todos los medios
posibles la [lublicacion de huenos libros nuevos, ó la reimpre~ion
de los antiguos. Censores ele conocida inslruccion, de realismo es-
perimcntado se ocuparan en examinar, con la celeridad que sea
compatible con el buen desempeño, todos los escritos cuya impre-
sion se solicite. Permitirán presentar en ellos planes de mejora,
discutir ó impugnar lo;; que otros formen, y estender todos los co-
nocimientos útiles, que tanto deben contrihuir it la illIstraeion y á
I~ ventura general. Una ley especial, que se esta esll'ndienrlo, fija-
ra las reglas que fiehen gobernar este ramo, para que se disfrute




!Hi BlOGRAFlA
la libertad racional, que es un elemento de ci, ilizacion, sin riesgo,
ni aun remoto, de que degenere en licencia.


38. o Las academias y asociaciones cientificas y literarias de toda
especie pueden contribuir poderosamente á difundir la instruccion.
Los subdelegados de Fomento las promoverán por cuantos medios
estén á su alcance, é intervendrán en la formacioIl de sus regla-
mentos , que con su informe motivado remitirán á la aprobacioll
del gobierno, sin cuya sancion esplícita no podrán llevar:;e á efecto.


CAPITrLO VIII.


Sociedades económicas.


39.0 La creacion de sociedades económicas fué un es celen te
llensamiento, de que por efecto de muchas circunstancias particu-
lares no se ha sacado el partido con que se contó á la ereccion. Es
necesario que todos los ohstáculos que hasta ahora lo impidieron,
desaparezcan á la YOZ de una soberana decidida á proteger todo lo
que es útil, Para ello los subdelcgados de.Fomento anunciarán, por
una circular á las sociedades económicas que existan en sus pro-
vincias respectivas, que la intencion de la reina Gobernadora es que
se ocupen regular y periódicamente de los objetos de sn instituto.
En el mismo papel las exortarán á hacerles conocer sus recursos,
la proporcion en que se hallan estos cou los bienes que se han pro·
puesto promover, 10s que han dejado de hacer por falta de medios,
los planes de mejora que tengan pendientes de la decision sohera-
na, y todo lo demas que conduzca á que la resurreccion de estos
cuerpos contrihuya á las miras benéficas del gobierno, enunciadas
en esta instruccion. Al mismo tiempo, averiguaran qué sociedades
económicas ~xistieron antes en sus provincias; por qué dejaron de
existir, y los términos en que convendria proceder á su reorgani-
zacíon. Los subdelegados remitirán inmediatamente al ministerio
de mi cargo relaciones bien circunstanciadas de lo que de estos in-
formes resulte, para proponer á S. ~1. la reina Gobernadora las me-
didas que en su vista convenga adoptar.


-iO.o Entretanto, dichos subdelegados entablarán con las socie-
dades que existan relaciones francas y frecuentes, á las cnales de-
berán sin duda muchos de los conocimientos que en esta instruc-
cionse les previene adquirir. Con ellos podrún desde luego dedi-
carse á promover algnnos de los bienes que por la misma se les re-
comiendan, puesto que apenas hay una mejora que hacer en las
provincias, de que no existan uno ó mas proyeGtos en los archiros
tle dichos cuerpos. Desenterrándolos, encontrarán datos importan-
tes, combinaciones útiles que, prévia la conveniente rectificacioll,
les servirán para presentar al gobiClno trabajos completos sobre el
mérito de los proyectos formados. Los encargados de la adminis-
tracion local no se desdeñarán de alistarse en las sociedades, don-
tic conferencias yerbales los pondrán mas pronto en estado de for-
mar juicios definitivos, que largos y complicados espellicnles. En




APE:'iUIr:r. :X¡;)IEIIU ~."
estos cuerpos, suelen reunirse todos los hombres benéficos de calla
ciudad, que si tal vez se desalentaron porque hubieron de luchar
constantemente con obstáculos insuperables, sentirán renacer su
celo al yer que la administracion los protege, se asocia ti sus ta-
reas, y muestra asi interesarse en que las corone un éxito feli·z.
Esta sola cOllsideracioll hará sin duda que, á los indiyiduos que hoy
pertenecen á estas asociaciones, se agreguen todos los hombrú
capaces de contribuir al mismo propósito, y este refuerzo 'de SUf!:('-
tos idóneos, animados por un patriotismo puro, facilitará la subrli-
YÍsion de los encargos, y esto contribuirá á dar ti los negocios toda
la instrnccion clue necesiten, y á que la autoridad superior pueda
decidir sobre e los con conocimiento completo de causa.


41. o Ademas de las sociedades económicas, eu y a ocu pacion ba-
hitual es ó debe ser promover mejoras generales, cxisten cn mu-
chas partes otras juntas encargadas de objetos de comcniencia lo-
cal, como del cuidado de una escuela de primeras letras ó de dibu-jo, de un cauce para el riego de algunas tierras, u otros sempjan-
(es ú atúllogos. Lo:;subtlelegados de }'omento se pondnin inmediata-
mente en relacion con estas juntas; se enter~rán de su composicion
y de los recursos con que cuentan; reformarán sus ahusos, cuida-
rán de facilitarles tallos los medios que esten á su alcance), y se
asociarán á sus operaciones para hacer que el bien de que estall
encargadas se aumente), "e acelere ó se complete, por la coopera-
eion franca y cordial de la administrarioll.


CAPITl'LO IX.


Ifospirios, f¡o"pil((ll's 1/ rstrl/Jlrrilllicnfos di' bCil('ficl'llcia.


1.2. 0 En el exámen detenido y pronto arreglo de estos estableci-
mientos pueden los subdelegados de Fomento justificar desde lue-
go ia cleccion que de ellos ha hecho S. M. para cuidar de los inte-
reses de sns pueblos. Evidente es que si el labrador rohusto, el
capitalista opulento, y el espl'culador activo necesitan del favor y
de la proteccion conslante tlel gobierno para adelantar sus intere-
se:; y mejorar su condicion, mucho mas lo necesitan el pobre jorna-
lero, it quien la enfermedad postra en cllecho del dolor; el anciano
indigente, ri quien la etIad niega el consuelo y los auxilios del tra-
bajo; el niiio recien naeido, á quicn las preocupaciones ó la cruel-
(];¡d de sus padres condenan á chupar los secos pechos de una no-
driza mcrcenaria; el desventurado, en fin , it quien la ley cantina
cn un encierro, mientras se conlinnall ó se desvanecen los indicios
([ue le acusan de haberla infringido. La privacion de la libertad en
Citos, la enfcrmedad en aquellos, la impotencia senil en unos, la
clehilidad infantil en otros, son necesidades que reclaman cada dia
y it cada paso la mano benéfica de la administracion. Sin embargo,
los socorros que por donde quicra dispensa ella á esla y otras cla-
~es que lo necesilan igualmente, se vuelven alguna HZ en c.Iaiiu
To~o 1. j




:18 IlIOCRAI'l.\.
tle los ~oeor\'i¡jo~ , y la eama del h05pital , y la cuna de In (;a~a ti"
espúsitos, suelen ser eSl~al()nes para la tumba. Importa altamente
qlle los enormes gastos que ocasionan estos establecimientos. sr.
ordenen y dirijan en beneficio de la humanidad; qne el espiriln
de caridad reemplace al de especulacion • y á los desdenes de la
indiferencia fria el esmero de la compasion fogosa. Imporla, sobre
Lodo, que en "ez de hacinar enfermos en vastos edifieios, donde
es casi imposible socorrerlos convenientemente, se les asista en
~us casas, donde el esmero conyugal y las atenciones filiales con-
tribuyan á la euraeion. Con presencia de los datos qne sobre la si-
tuacion de esta clase de establecimientos en cada provincia reu-
Ball y ~resenten sus snbdelegados de Fomento, con consideracioll
;i lus habitos de cada una, á sus recursos, alllúmero de indiri-
duos que con ellos se socorran, á la clase de auxilio que se le!'
prestc. á las mejoras que por un lado puedan hacerse en la admi-
nistracion, á la estension que por otro pueda darse al socorro com-
pleto de las necesidades, se fijará un plan general, (lue sera, sill
embargo, susceptible de modificaciones locales, porque en esta
materia apenas hay otras reglas aplicables á todas las situaciones,
que las de «feunir en un fondo comun todos los arbitrios destina-
"dos al mismo objeto, y hacerlos administrar del modo mas senci-
))110 y menos CGstoso, bajo la inspeccion inmediata y directa de los
»a"entes superiores de la administracion.}) ¡3. o La organizacion de los hospicios no es solo importante por
los auxilios, que puede hallar en ellos la vejez desvalida. E510
aun mas porque en ellos deben recogerse y ocuparse los mendi-
gos y vagabundos que, fatigando la compasion á fuerza de esci-
larla , roban á la actividad menestero~a socorros f¡Ue , sin esa con-
eurrencia, jamas reclamaria en vano. Guiando á la caridad pública,
se puedc estirpar en breve esa plaga de la mendicidad, que inu-
tiliza y corrompe una clase numerosa, Que el habito del trahajo
haria en poco tiempo útil y apreciada. 'En algullos hospicios !Ir
han establecido ya talleres, en que se ocupan brazos, que antes
1\010 ~alargaban para recibir los dones que alimentaban su pere-
z:r~-Pero en pocas partes se ha completado el beneficio; tanto por
la penuria constante de fondos con que de muy antiguo luchan to-
t,los nuestros establecimientos, cuanto por los vieios de su admi-
nistracion interior, y sobre todo por el erróneo sistema, que no
hizo de las casas de beneficencia una atencion privilegiada de la
administracion general. Los talleres establecidos en algunas de
~lIas dcben desde hoy mejorarse y estenderse cuanto lo pcrmita la
situacion, para lo cual quedan indicados arriba muchos de los me-
dios que pueden emplear los snbdclegadosde Fomento, sin perjnicin
de otros que en cada caso les sugIera su inteligente patriotis-
mo. Todo depende del que muestren los hombres acomodados y
respetables, á quienes se coloque á la cabeza de los estableci-
mientos, cn los cuales, solo los subalternos que no tengan otro mp-
lIio de vivir, deben ser retribuidos. La dircccion de un hosricio,
euando se dl'~emp~fic gratuitamrnte, y de \lna manera útil a ali-




AI'E:'>/llCE :,>('MEIIO 2."
vio lle los pobres y Ú lo~ progresos tIe la industria. debe ser ro-
deada tIe una eminente consítleracion, y ser mirado el que la sir-
ve con el respeto tlebido á un magistrado. con el amol' debido ú
un padre. No es de esperar, en verdad, que todos los sugetos inde-
pentlientes por su caudal, y respetados por cl noble uso que dc él
hagan, se carguen gratuitamente con el peso tIc una administra-
don prolija; pero el patriotismo, cuando se sabe estimularlo, ha-
ce protliglOs, y entre hombres que nada necesitan y que á nada
aspiran, se hallarim bastaHtes sin duda que ambicionen el reco-
nocimiento de sus conciudadanos. A una administracion benéf1ca
é ilustrada, jamás faltarán muchos y muy útiles cooperadores.


U.o Hay en varios pueblos fondos que, destinados á objetos un
dia muy útiles, no podrian aplicarse hoy á los de su instituto, que
ya no existe. Hoy, en efeclo, no hay cautivos que redimir, leprosos
que curar, ni otros males morales y físicos, a cuyo remedio pro-
veyeron en otro tiempo diversas fundaciones piadosas. Es esen-
cial averiguar cuantas hay de esta especie en cada prorinci.l, có-
mo se administran, y en qué se invierten sus rentas; y ,'er si po-
drian servir para' el socorro de necesidades del dia , en las cuales
habrian tal vez fijado su atencion los hombres benélicos , que do-
laron los establecimientos de entonces. Con estos recursos podria
mejorarse la condicion de las inocentes víctimas de la debilttlad ó
del crimen, que por cuanto, sin culpa de ellas, las abandonaron
sus padres, tienen derecho á la tutela de la socie.dad. El abando-
no en que generalmente gimen, debe ser un e~tímul0 poderoso
para los magistrados, á quienes una reina aniniadade los mas
tlIantró~icos deseos, delega el honroso encargo de velar sobre to-
dos los mtereses sociales. '


45." Con los mismos medios, ú otros analogos, se podrian esta-
blecer asilos para )05 dementes, sobre cuyo destino se ve con
frecuencia embarazada la autoridad judicial. Contados son los hos-
pitales en que se les abriga; y la humanidad se estremece al
considerar el modo con que por lo general se desempeña esta alta
obligacion. Jaulas inmundas y tratamientos crueles aumentan (ler
lo comun la l)erturbacion mental de hombres que, con un poco
de esmero, podrian ser vueltos al goce de su razon y al seno de
sus familias. La administracion debe empeñar á médicos hábiles á
que planteen por su cuenta, como se hace en otros paises, esta-
blecimientos espaciosos, donde un régimen conveniente alenúe
cuando menos los rigores tIe aquella deplorable enfermedad. Su
curacion, mas ómenos completa, daria a los médicos que la intenta-
sen utilidad y reputacion, y multiplicándose, por la esperiencia que
ellos ad~uiriesen, los conocimientos sobre este ramo, podrian des-
pues aphcarse á los hospitales, y mejorarse asi progresivamente la
condiclOn de los enfermos de esta clase que en ellos se albergan,
y que no van alli sino á terminar mas pronto su desventurada
existencia. En esto, como en todo, hay mucho bien que hacer. Ha-
bilidad y perseverancia vencerán todos los obstilculos qUH á él se
opongan.




CAPITUL{) :(,
ClÍr('el~s y i'slablecillliclitos tle COI'l'<,uí/J11.


tili.° La policía de las prisiones debe escitar la saliGitud [lnkl'
nal do la atlministracion, Hay pueblos en que los presos no Yi-
Icn sino do 103 dones eventuales ó inciertos de la eompasioll:
!ltros en que 110 pueden sostenerse sin gra\'ar al vecindario con UII
suplemento de impuesto; otros en cuvas cárceles no hay separa-
ciones para el delincuente á quien agu'arcla el suplicio, yel atl1r-
dido que espía por uno;:; pocos dias de encierro una falta ligerísi-
ma ; hay prisionc~, en fin, donde viven'mczelatlas las personas dc
sexo:; dif~rcnte,; , con daüo delas costumhres y mengua de la ci-
yiliza¡;ioll. ToLlos estos inconvcnientes pueden remediarse con pe·
,¡ueños esfuerzos. i los subdelegados de Fomento incumbe hac{'r
los que sean necesarios, y proporcional' recursos para cubrir l()~
gastos á que antes no se haya provisto, ya \)01' medio de suscri-
ciones voluntarias de los pudientes, ya por a aplicaeion de arbi-
trios hoy malversados, ya estableeiendo industrias en la parte de
lo~ edificios destinada á los presos por delitos leves, ya encomell-
dando á ¡'uutas compue5tas de personas benéficas la administra-
",ioa de as prisiones, ó por otros medios, en fin, que por dondf'
quiera nacen á la voz de una autoridad proteetora, y que á su
\ ez pr .. duccn otros y otros, que reemplazarán sin fin a los quro
~ucesivamentc vayan desapareciendo,


17. o Ilajo el nOlllbre de policía in terior de las cúrcelcs, se com--
prende la distribucion de los edificios, el modo de alojar Jos prc-
~os ,el arreglo de sus ocupaciones, las preeauciones neeesaria:,;
para su custodia, las medidas para su manutencion ,y euanto no
diga relacion al motivo del encarcelllmiento , y a los trámites de
la causa que á cada preso se siga, atribuciones que son privati-
vas de la autoridad judicial, como las antes enumerada~ lo son
de la administracion.


1.8.' Esta distincion ó separacion de atribuciones se limita á 135
cárceles, y no es por cOll~igl1iente aplicahle á los c:;tablecimicn-
tos de correccion. La autoridad judicial cesa desde el punto en
que el reo es, en virtud de su condena, trasladado á uno de di-
chos establecimientos, cuyo régimen es esclusivamente de h cOnJ--
peteneia de la administracion. A ella Loca organizarlos de maner;)
que, se cnmplan las intenciones de la ley y la sentencia deljllf'z.
corrigiendo y mejorando á los condcnados, en lugar de endurecer-
los y de pervertirlos. Para ello los gefcs de la admilli,traeion em-
pezarán por examinar detenidamente cada una dt~ las casas desti-
nadas á este objeto, y cuidarán de introducir en Sil gobierno to-
das las mejoras de qne sean susceptibles, tanto en el arreglo dt'
los talleres ya establecidos, como en la plantifieacion de otros 1111('-
VdS. sra de la llli,ma rsp{'('ie, ó tll' otra~ ma~ apropiatla, á I()s 11:1-




AI'L\lJ!L~ ;\L)!UlV ::.!." 101
lJ1l0S tic lrs presos u ú la,; ne¡;esidades de cada 10l:aliLlad. l.as ro-
¡;Ias que deben re¡.(ir en esta lIlateria , y qne be sacarán rúcil meIl-
le de la denOflllllJCIOn mIsma ctl~ la cosa, ¡¡on: J.' hacer t¡'¡¡baJar
a los reclusos por senlencia judicial: '2 a adjudicarles la ma"or
parte posible ele los productos de su ocuparioll : 3.' inspirarles ¡)(Jr
('sta cesio n de los benefieios el afllor al lrab¡;jo , al cual puede"
deber algull dia su rehal.Jilitacioll social y la ~elltura del res lo de
,¡u vida: La tratarlus con benignidad y dulzura, BO solo pur d
11erccho qlle á ello tiene el que .espía rcsiglladulIlcnte la falta que
cumetió , sino porque la bOlldad con que se le~ mire, modiliGar:1
¡i cambiará sus hábitos; Jlues el e~pectút:lllo cOllslantc de la indul-
gellcia no puede menos de hacer indulgeutes ú los que lo \11'0-
:;encien.


i9. Ú Estas regla,; son aplicables en propoJ'cion Ú lus Jepúsitos dc
condenados á ohras públicas y iI 105 presidios correccionales. Ri:'-
glamentos nuevos van al punto á fijar el modo de aprovechar rOH
bien del país y de los condenarlos misOlo~, los trabajos, á Yecc~
inútiles, ú que hoy se les ,omete; el de asegurarle:; alimentu abUII-
duute, vestido lim[lio, alojamienlo reSpecli\ amcnle cúmotlo , el (It'
desterrar de su,; almas Jlor estos y otros medios ü1lúlogos los ha-
!Jitos funestos, que no pueden menos de contraer hombres alor-
mentados siempre del halllbre, aYergonzlidos de su desnudez, ~
acosados de rigores y males de toda especie. Dedicados á empresas
de prosperidad, los presidiarios no saldrán de su cOllfinaeioll lilas
perversos que se mostrarán al dar los primeros pasos en la C:JITP-
fa del crímen; y volviendo á la sociedad, no podnin me¡¡us ti!'
bendecir I~ adlllinislracion protectora, h¡ljo cu~·a direccion refor-
maron sus costumbres, y se proJlor('io¡¡¡~ron ahorro,; que lll(~jora­
:·Úll su eundicioll.
I~A¡>lTl1LO XI.


110 Iii(//¡(ludes y corra ·Ías.


:)0.0 Si, considerarlas con respeclo á las gracias e~pirituah's que
dispensaron it estas asociaciones los sumos Jlontífices y los dio('!'-
sanos n~~pecti\'os, p!\rlencce especialmente su régimen y din'{'-
eion á la autúridad eclcsi;¡~lica; mimdas como reullÍ,mes pübli-
C<1,; , depcllden esdllsinrnl'nle de la autoridad administrali,:1. A
ella toca, en efecto, impedir (Ille se nHlIIan para otros oh.i!'lo~ que
los de su piado:;() illsliluto , y hacer que aun eslo no ~e Yrriliqlle
,ino conForme ú lo prcycnído en los reglamentos, eJl cuya forma-
cion debe intervenir la misma autoridad. A veces hay entre 1(1"
individllos que pertenecen á diferentes cofradías, rivaliiladt's v ;I~.­
terrados, que rompromet~n la paz pública, y cuya repi'c;;i(ill (',
\In deher de la admllliE'tracioIl Estas rivalidades suelen ('~tpllrler­
S(~ á <:ompelir en profusiones ruinosas, que aniquilaIl Ú lIlI plle--
JI/o ]l01" c.llucimiento de una l'ofradía, Lns leyes hall pre,"i~l(l y"




102 llIC(iRAHA.
C~lll~ casos. La administracion debe velar bobre que ~ean respe-
ladas, é intenenir en esta materia, como en todas las de su in-
cumbencia , en los actos que puedan turbar el órden cuya eon-
~er\'acion le está encomendada.


CAPITULO XII.


Caminos, canalc$, etc.
:il." Los caminos y canales son los grandes, los im~orlantcs


medios de fomenlo de la produccion en todos los ramos. Sin las fa-
tilidades que ofrecieron en los años últimos los trozos que hay
construidos del canal de Castilla, no se habrian estraido algunos
centenares de miles de fanegas de trigo y de barriles de harina,
(lue alentaron un poco la agricultura abatida de aquel granero de
la monarquía. Si el canal corriera hasta los puntos estremos don-
de debe llegar, Castilla sola habria abastecido de trigo todos los
mercados de Europa, y aun algunos de América¡ y la salida de
sus considerables existencias habria dado fuerte Impulso á la pro-
duccion. ocupacion á sus jornaleros, y beneficios á sus labrado-
res. Una comlsion facultativa va á trazar inmediatamente el plan
tle los caminos y canale~ que deben emprenderse en seguida, pa-
ra lo cual S. M. ,que sabe que sobran siempre capitales donde
hav grande~ utilidades que ofrecer á los que los anticipen, quie-
re "que no sc pertlone diligencia ni esfuerzo. Entretanto, y sin per-
juicio de lo que para la plantificacion del sistema general de este
ramo debe hacer cada gefe de atlministracion en su provincia,
aplicarán totlos desde luego su esmero y vigilancia á conocer el
estado de los caminos interiores de cada una de ellas; los recursos
destinados á su apertura y entretenimiento, la forma de su admi-
nistracion, y cuanto concierna á que se forme una idea cabal de
su estado. Cuando se haya adquirido, se verá si los arbitrios es-
¡leeiales que se han impuesto, ó á que se han sometitlo los pue-llos para gozar del beneficio de las comunicaciones fáciles, se
han invertido ó se invierten en el socorro de esta neccsitlad, ú
cuanto falta ó sobra para ello; y con presencia de los metlios que
de este examen aparezcan, se podrá enlazar el sistema dc comu-
llicaciones provinciales con el general del reino, y crear asi en
hreve uno de los mas poderosos medios de prosperitlad.


;;2. o Contribuirá grandemente á su desarrollo la aúopcion si-
lIlullánea de diferentes medidas proporcionadas á la situaríon
particular de cada provincia. En unas, hay especuladores que,
mediante tal ó cual retribucion, solicitaron cn vano encargarse de
\lU ramal, que condujese de una capital cOllsideralJle á \lna car-
retera importante. En otras, existen sin empleo, en las depositarias
de rentas ó en las de correos. cantidades grandes ó pequeiias. que
se destinaron á construir ó reparar un camino desde la capital á
tlllil cill'lall rka , (le la cual la separan precipicios. En ()tra~, para




lu3
¡~ull~lruir un pucnle, utilísimo a las comuuü~aciullc~ de la provill-
da entera, reuniria el interes de ciertas industrias privadas á lus
que en ellas se ejercitan. si la rivalidad de otras profesiones , lu~
llIanejos de la cnvidia, ú los falsos cálculos de la ignorancia lIO líe
uniesen pum impedirlo. En todas, en Hn, existe¡.¡ mas ó menos ele-
mcntos para hacel' el bien en esta parte. La mano de la adminis-
lracion, sacándolos del caos, podra tanto mas fitcilmente darle,,;
la forma apropiada al remedio de esta especie de necesidades,
cuanto que, anhelando todos por el beneficio de las comunicacio-
Hes cspeditas, apenas habria quien se negase á contribuir a él.


53." La facilidad será mayor aun eH las provincias donde exb-
ten depósitos de condenados á trabajos públicos, que la adminis-
tracion debe utilizar. Hasta estos últimos tiempos poco ó ningulI
fruto se cogió de los afanes de tantos millares de hombres. Pero
debe cogerse copioso el dia en que, como se hace de alguIl tiem-
po acá, se empleen estos en ooras útiles, cn que se les asegun~
un pequeño salario y se les presf'nte una perspecli,"a consolado-
ra. La cooperacion retribuida de estos desventurados está tan esell--
cialmente enlazada por ahora con el sistema de caminos, que lo~
gefes de la administracion no deben separar estas dos ideas, sino
contar para sus proyectos de comunicacion general ó provincial
con aquellos brazos, en tanto que los haya Sin empl eo.


¡ji.o De la navegacion de los rios se sacó en algunas parles mu-
cho partido en otro tiempo' pero, esceplo en los muy caudalosos,
la esperiencia ha revelado los inconvenientes de esta navegacion_
En 1815 aun se pensaba entre nosotros cn hacer navegable el
Guadalquivir desde Sevilla a Córdoba. Sabios reconocimiento~
probaron luego lo vano de este proyecto y la necesidad dc cons-
truir U/~ canal lateral, que aseg~ras~ los benellcios que no pod.ia
proporcIOnar la navegaclOn del no mIsmo. La de algunos e~, 8tH
embargo, fácil y, en calidad de poco costosa, puede preferirse tal
vez, á lo menos como ventaja p'rovisional. Importa contentarse
con lo bueno, cuando 110 es pOSIble aspirar a lo mejor.


55.0 La derivacion de lasaguas delosrios navegablesó no naYe-
~ables para cualesquiera necesidades de la industria agrícola ú fa-
\)ril, la construccion de baños, molinos, batanes ti otros arte-
factos, ora sc establezcan en sus margenes, ó en medio de lo,;
cauces mismos, yen general lodos los usus que particulares !Juie--
ran bacer de sus aguas, pertenecen esclusivamelltc á las alrihu-
eiones de la autoridad administralin.


r.UITULO XIII.


¡¡ibliotecas públicas, Museos, ele.


li6.n Mientras no hubo un ministerio encargado delcollj ll11to lIr
la administraciOl1 interior, pareció natural, y era com"cnicnle. 11tH>
1\15 establecimientos destinados a los progresos de las ciendas y de




1fH BIOGItAF1A.


b~ al·te~. dependiesen de aquel ministeriu <~ue habia concebido la
idea de su ereccion, Ó por cuya mano se halHa obtenido la aproba-
dan del monarca; pues se suponia eon razon que otro gefe, no pe-
netrado de las ventajas del nuevo establecimiento, no le daria qui-
zá toda la proteccion que en su infancia reclamaba. lloy, que una
soberana benéfica ha determinado darla completa y uniforme á to-
tlos aquellos en cuyo fomento está interesada la prosperidaJ de sus
vasallos, las bibliotecas. m useos, etc., corren á cargo dc la adm i-
nistracion. Su intervcncion en estos negociados no se limitar!l, sin
cn~bargo, á que se man~eng.an Ó ~onservenlos establecimien tos que
eXIstan de esta clase, SIllO a mejorarlos y darles toda la eslensiOIl
de que sean susceptibles, en el ¡nteres de las ciencias y de las artes,
ú cuyos progresos deben contribuir. Facilitaránlos por su parte los
gefes delas provincias, cuidando de plantear en ellas estableeimien-
tos análogos á los que de la misma especie existen en la capital del
reino, prefiriendo por de pronto aquellos que sean mas conformes
a las costumbres é inclinacion de las habitantes, y á las proporcio-
!les de cada territorio. Asi, por ejemplo. el subdelegado de Fomen-
ta de Cataluña se aplicará con preferencia á establecer en Barce-
lona un gabinete de máquinas; el de Granada otro en que se re u-
lIall muestras Yariadas de los cobres, hierros, plomos, mármoles, y
otros minerales v fósiles preciosos de que abunda su territorio; los
que manden en las templadas costas de AndaluCÍa, Murcia y Va-
lencia, ensayarán jardines de aelimatacion, y los demas gefes res-
!,ectivamente. No es menester, para dispensar estos bienes, que se eyanten edificios suntuosos, ni que se conciban los proyectos en
tina escala desproporcionada ,í los rceursos 'de c~da 10ealidad. La
biblioteea que, por falleeimiento de \lU abogado célebre, de un ecle-
siástico sábio, de un médico laborioso, se malvende y se destruye,
puede, adquirida á poca costa por la administrarÍon , suministrar
los primeros libros á una biblioteca públiea que, con legados de
hombres benéficos, con dones de los autores provinciales, y por
otros medios igualmente fáciles, se haga en poco tiempo numerosa
y escogida, y que desde luego proporcione á los particulares apli-
cados elementos de instruecion. Por el mismo estilo puede gene-
ralizar otros beneficios una autoridad encargada especialmente de
velar sohre estos intereses.


CAPITULO XI\".


Teatros y espectáculos.


:n.o Los teatros exi~en con urgencia un arreglo que los saq uc
de la situacioIl deplorable en que se encuentran. l'na comision es-
pecial ha sido encargada de este trabajo. Mien tras estiende su in-
forme, y S. M. dicta en su vista providencias rapaces de regene-
rar el teatro destruido, los subdelegados de Fomento harán lo que
puedan para mejorar el de sus provincias re~pc('\iy¡\S, it lo menos




AI'L~llICE XUllEllO 2. u to.';
1:1l lo relativo á las pieza, que se representen, ya que sea imposi-
hle hacerlo en cuanto ú la ejecucion, puesto que apenas hay entre
sus actores uno ú otro que posca los elementos primeros de su ar-
te. Tratar a estos con la consideracion que merezcan por su talen-
to y su conducta; animal' ú los literatos de su territorio á enrique-
cer la escena provincial con composiciones que la varien yameni-
cen, que estimulen la aplicacion y favorezcan la concurrencia;
proscribir severamente esas farsas inmorales y absurdas que, 1'0-
(Ieadas á veces del prestigio de un nombre cPlebre, estravianla
opinion literaria, al paso que ofenden el pudor y corrompen lai<
cost-lllllbres ; permitir con las cOllYellientes precauciones acade-
mias provinciales de declamacion, de música ó baile; estas y otras
medidas de la misma especie pueden emplear para el fomento
parcial de este ramo los gefes de la administracion local, ínterin
que la general las adopta mas ellcaces y decisivas.


5S.0 Las corridas ele toros, los ejercicios de equitacion, los
de volatinería, y deIllas comprendidos en la categoría general de
espectáculos y diversiones publicas, deben escitar hajo varios as-
pectos la solicitud especial de la autoridad administrativa. Siendo
el trabajo el caudal del pueblo, cflnspira contra este caudal el que
disminuye el trabajo, y hace por tanto un daño público-, á veces
irreparable. Las diversiones de que va hecha mencion no deben,
}lUeS, permitirse mas que en las ciudades considerables, ó en los
días festivos, donde es justo que halle descanso y placer una vez
por semana el que trabajó durante ella. De los espectáculos men-
cionados .hay uno en que se arriesgan hombres, se destruyen ani-
males útIles, se endurecen los corazones, y que los progresos de
la f;JZOn pública destcJ'J'arán mas tarde ó mas temprano. La auto-
ridad administrativa debe indirectamente acelerar este benell-
cio , rehusando á esta clase de espectáculos otra protecGion que
lllla simple tolerancia, y aplicándola entera á aquellos en tuya
mejora se interese mas Ó menos la civilizarion y la prosperidar!.
En los volatineros y titiriteros de varias especies que andan cor-
riendo los pueblos, conviene no ver sino infelices que mendigan
su pan haciendo habilidades, y la autoridad debe obrar con ello,;
en consecuencia de esta calificacion. Socorrerlos ulla yez es un
deber de humanidad; alejarlos en seguida es una lev de admi-
nistracíon. .


CAPITUO XV.


SOCO/TUS CIl casos de desgracias públicas.


59." Los incendios y las inundaciones son por dicha menos frc-
cuentes en nuestro pais, que en otros muchos dc Europa; pero cn
cambio la lango,ta devoro alguna vez en ricas cosechas la espe-
ranza de una provincia, y al temblar de la tierra se hundieron eH
otras los edilicios de puehlos entero~. Casi siempre la compasion
púhlica acudió al punto al remedio del mal, y apena, quedó Ulla




106
I<igrima que ella no enjugase; pero el socorro de la" calamidade~
úe esta especie no debe abandonarse á la evenluaJidad de las ins-
piraciones generosas, sino someterse á la accion constante, regu-
lar y uniforme de la administracion. Para ello importa reunir los
elementos dtl calculo que deben ilustrarla y dirigIrla; determinar
de qué plaga es mas frecuentemente atormentada cada provincia;
qué especie de producciones ataca; hasta qué punto se estienden
comunmente sus daños; si existe algnn medio de prevenirlos; cuá-
les se emplearon hasta ahora para conjurarlos, y todo lo de mas que
pueda servir para que aun estas necesidades variables é inciertas
se evalúen en cuanto que~a. y se destinen á ellas con anlieipaciulI
recursos proporcionados, o se adopten medidas que tlximan de la
precision de emplearlos.


60.0 Entre estas medidas hay algunas que los subdelegados de
Fomento pueden indicar ó sugerir a la administracion superior,
con arreglo a lo que resulte de observaciones hechas con ~smero y
con inteligencia. l'rovincia hay en el reino que maltrataron en
lIuestros dias fuertes terremotos, y que ningun sacudimiento ha
esperimentado, cuando últimamente los habitantes de muchos pue-
blos de otra provincia vecina quedaron sepultados bajo sus escom-
bros. A la administracion toca investigar si la apertura de pozos
profundos, á que obligó la esplotacion de minas, pudo preservar la
primera de dichas provincias L1e los estragos que antes esperimen-
tara; y, comparando los hechos que ~obre esto feuna, con otros
analogos, hacer qne se fijen las ideas sobre este punto, y acaso
(Iue se alejen esos accesos de convulsion que esperimenta la tier-
ra en algunas provincias, y de que a veces son víctimas los que
ocupan su superlicie. Observaciones sobre los acciLlenles atmosfé-
ricos que desenvuelven los huevos de la langosta; sobre Jos vien-
tos que favorecen ó dañan a cierta clase de cosechas; wbre 108
grados de temperatura necesarios a la germinacion y f{uclificacicn
de las 9ue aqui ó alli constituyen un ramo de riqueza especial, y
cuya perdida seria una calamidad verdadera; hé aqui investigacio-
Iles que muchas veces precaven desgracias públicas, que las ate-
núan cuando sobrevienen, y que. iuspirando a todos uua confianza
sin límites en la prevision paternal de la administracioll, facilitan
a esta los medios de curar los males que le fue imposible prevenir


CAPITULO XVI.


Ca~a y pesca !le ríos y lagos.


61." Las leves sobre esta materia van ;í ser revisadas. ,\ MI
1l.llcva redaccioil presidirán principi?s unifor!n~s y ~enciJJos , suu--;
ClOnados va en todos los buenos eU(hgos adUulIlstratlvos, y lilas o
menos s,icriticados hasta ahora cntre nosotros a opiniones errú-
neas. Entretanto. los subLlelegados procuraran, sin perjuieio de las
leyes flue hoy rigen sobre la maleria, atenuar el rigol' de alguna dt~




107
sus di~po:;ici(Jnes, y hacerlas lo menos incómodas que 5ca posiblü,


CAPITULO XVII.


Division territorial'!J estadística.


62. o A pesar del esmero, de la atencion y del tiempo que se ha
empleado en la nueva division territorial, S. ~I. ha reconocido la
posibilidad de sucesivas rectificaciones, para las cuales habrá de
necesitarse la cooperacion de 10i subdelegados de Fomento. Eslos
se apresurarán á prestarla tanto mas eficazmente, cuanto que vi-
cios en el sistema de division del territorio circunscriben cuando
menos, paralizan á menudo, y á veces imposibilitan la accion tle
la administracion.


63. o El mas grande de todos los beneficios quc esta division debe
proporcionar, es la formacion del censo general, cuya inmensa im-
portancia no e~ tan generalmente conocida como seria menester.
El censo, descubriendo lo que existe, revela lo que falta, é indica
por tanto lo que se debe promover. El censo, presentando á la vis-
ta la totalidad de la riqueza nacional, ó lo que es lo mismo, la ma-
sa de la materia imponible. permite á todos ver la proporcion que
guardan con ella las contribuciones, y calcular hasta qué punto
afectan estas la fortuna pública. El censo. haciendo que se cuente
con lo que se tiene, obliga tal vez á la autoridad á miramientos, y
tal vez preserva al pueblo de sacrificios. Importa, pues, que 105
subdelegados hagan conocer á todos el doble carácter de este pri-
mer elemento de la administracion, y los persuadan de que, sin él,
110 puede organizarse un plan completo de Fomento, ni un sistema
razonable de Hacienda; de que resulta la doble necesidad de que
gobernantes y gobernados cooperen por esfuerzos simultáneos á
\¡lIe sea lo mas completo posible este gran padron de la fortuna pú-
blica, que métodos viciosos 110 permitieron formar hasta ahora. Una
instruccion especial sustituirá luego á las fórmulas complicadas. y
sin embargo, insulicientes, que hasta hoy se emplearon, las regla~
sencillas con que se deben hacer pronta y fácilmente todos los tra-
bajos estadísticos.


CAPITULO XVIII.


Despoblados.


tií.O LU5 sociedades et:onómicas propondrán premios para los
que discutan y señalen las causas de la despoblacion de mucho~
lugares y territorios, que un dia alimentaron una poblacion nu-
merosa. De este exál11en resultará el conocimiento de los Illale~
antiguos ó modernos que afligieron ó afligen un pais, y la eUlIllcia-
eion del origen del mal guiará. á la administracion en la aplira-




108


(,ltI!l del remedio. Entretanto los gefes adnlillislraln o:; ¡Jc]¡ell fat:tll-
tal' la repoiJl~cio!l por lo~ mc(Jios directus ó inúirü('.(o:; in¡Jicaúo,;¡'1l
(',;la instruccion, á saber: la reunion de datos para que se cstiCll-
da la ley ¡Je enagenacion de baldíos y realengos; el fumento úe to-
das las industrias; la aboliciull de todos los allUsus locales, funda-
dos en hHliciones erróneas ó en leyes no aplicables á la situa¡;iOll
adual; la propagacion de la enseñanza; la atencion eIl CllaIlto COII-
l~ierne á la sanidad y salubridad, y la proleecion sostenida de lodos
los intereses que se agitan dentro de la esfera de la adlllinistra-
cion. El bien inmenso llue debe resullar del empleo simultúlleo 11
sucesivo de todos estos medios eonstantes (le prosperidad, puede ~er
acelerado por el de olros medios transitorios, entre los cuales será el
mas ellcaz y menos eosloso el de concesioncs, ya lucrativas, ya ho-
Ilorílicas, en favor de las empresas tic descuaje de terrenos, y otras
lllle necesiten muchos Imuos, y que clIvuelvan'J)or tanto, la obli-
garion ó la llecesidml de poblar. m gobierllo pro igará estas COll-
ccsionp,;, sielllpre que por l'lla,; 110 re:;ulten perjudieados lo inte-
reses del .E~taelo ni lo:; deredlOs de los particu:arb.


CAPITULO XIX.


Prevenciones generales


65. 0 Los subdelegados ele Fomento son empleados de ejeeucion,
v como lales, no puedJn mandar ni prohibir sino lo que manden ó
[)J'ohiban las leyes, las reales órdenes y las instrllcciones ilelramo.
Pero para la ejeeucioll de lodas eslas disposiciones, Jlll('d/~n didil/'
las reglas que estimen convenientes, y todos los empleados adtlJÍ-
nislrativos deben conformarse á ellas.


66. o En las visitas que deben hacer eada afío los suhllelegados
Ile Fomento de una parte de su prorineia, con arreglo a lo !lisplle;;-
lo en el artículo 10 del real decreto precedente, se enlerarúlI del
estallo de la admiuislracion en calla pueblo, oirán todas lns que-
jas, remediarán todos los abusos, examinaran todos los \ll'oyeetos
de mejoras locales, y se proporcionarán. por último, cn e c()no(~¡­
miento inmediato de las cosas y de las personas, un elemenlo Sl'gll-
1'0 ¡Iel aeierto de sn adlllini,traeion.


61.0 Los secrctariosde la" subdelegaciolH'S !lrovin('i:lk, Ile Fo-
mento despacharún tod()~ los lIegocios dural1tl~ las ellrel'llH~dades dI'
los subdelegados; y en las anscllcÍ<b, tle <[\le habla el arli('¡:]o an-
terior, los urgontes, pucslos que 110 lo seunlos dc,pal'har<lll Jo, 1'1'--
fes mismos desde los pueblos donde se hallen. Cuando la,; all~I'Il­
('ias sean fuera de la provincia, S. M. designara la persona IPIl)
¡Iumnte ellas haya de suplir al propietario.


68.0 Hacer bien es la incumhencia ('seneial , la sllma de loda~
las atribuciones de la administracion. Esta obligarion es aeli\'i, y
110 debe replllar,;e dcselllpeiiada COII ¡¡rnar f()rma1idade~ lllas ú
menos imporlantes. mas tÍ menoo prf)lijas. alas cuales no se !lar,1




109


valo\' en ellllinistcrio de mi cargo, sino cn cuanto, en conformidad
de lo dispuesto cn el arliculo 11 del citado real decreto, aparezca
vi.;iblc el bien que hayan proporcionado. l~l subdelegadu que, por
ualquiera cau,a que sea, 110 pueda realizarlo, debe hacer su dillli-


sion, puc,; de olro modo el gllbierno, con <1rreglo á 10 dispuesto eH
el eitado articulo, se nrá en la [}("ecisioll de retirarle una conlian-
za que no justifica.


69." En el bien, C0l110 en todo, hay grados, y la atllllinistracioll
(Iebe siclnprc llegar al último, en cuanto este sea cUlll[latible con
~IH medio,;. Para saber hasta llllé punto emplean los subdelegados
de FOl!lento todos aquello,; {Ic que en virtud de su dclegaeion pue-
den di,;poner, rlarán parte cada. correo al ministerio de mi C8XgO Ú
á las direcciones de los vario~ ramos dependientes (lc d, de todo lo
que en cada 1I110 de pilos hagall Ú mediten en el tjp~empeiio de
su ohligaeioll, y ni lin d() r:ada mes rlirigiriÍn un parte lllen~ual. d i-
yidido elllos IlIisIl105 capit.ulo:; en qlle loe"lú r"la instrncl'ion, y en
el ellal rrslIlllirún todas las mejoras que Inyan hecho dnrante pi
me" y el estadlJ en que se hallcnlas dcmas, ,le ("uya realizacioll se
oCl1pen.


70." ~lirarú COIllO el mas agraflahlr de mis deheres, solicitar las
hondades de S. ~L en favor de aquellos suhdelegado,; que, mos-
trándose pen('trados del principio de que (1 en :lIlmini,;lracion !lO
hay imposibles,» allanen ó rel\1uc\'an todos los obstileulos que se
opongan al logro rle las benéficas intenciones de S. M" dirigidas á
hacer gozar Ú SIIS pueblos de la prosperidad mayor, Ú que pueda!l
aspirar respectivamente. '


7ln, Para que partieipen de ella los gcfes de la administracíon,
(¡ue tengan medio3 prnpios para iniercsar:,í' rll las empresas lid
utilirIad general que prolllllelan, S. M. les concederá fa~nltafl rle
asociarse ú ellas en calidad de nccioni:itas, siempre que rliehas em-
presas esten sujeta:; á un reglamento aprobado, y que tengan lo~
acaerdos de sus juntas la puhlicidiul capaz de alejar toda ~ospeclj¡)
de conniVencia, rle monopolio, ó rle beneficios privados perjudícia-
les al inleres públieo.


1'2." Para que Espaiía y Europa puedan calificar los pro-
gresos de nuestra regeneracion allministraliva, y que cada unlJ de
los que á ella eontribuyan, halle en la reputacion que adquiera la
primera recompensa fie sus esfllerZDs, se insertarán desde enero
próximo en el flial'in de La AdminislNwion los resúmenes periódi-
cos de los bienes hechos en cada mes por los subdelegados de Fo
mento, con e;;lll"esion de los que lnynn dejado de dcsempCliar l'sla
ohligacion.


n." Para llenarla completamente indicará carla cua!, luego qlH~
haya tomado conocimiento de las necesid:Hles de su pfoYÍncra, el
~lIplp:mento de ~l()tacjon, (lue haynn menest~l: sus "l'crl\l.~rías ; y.
lJr(~no el cnnvellll'lllc ('xamcn, JllP aprcsuraré a someterlo a la ~an­
rillll de S. M.


74.0 Simplirkado el n\gimen de polieia, sobrará COIl dos oneia ~
11''; 111' la ~rrr~tar¡a p~ra d('''p;1("har (,sIc nl'gol'ind", il:IJi,::ln:!o;:e IIJ~




110


demas á 105 diferentes ramos de Fomento. En materia de policía,
los subdelegados reconocerán por geCe inmediato al superintenden-
te general. asi como a las direcciones de propios, pósitos, camino~,
correos, minas é inspeccion de inslruccion pública, en los asullto~
que son de la competencia de estas corporaciones.


75.° Los subdelegados de Fomento no perderán dia en reco"er
de los capitanes generales. intendentes, regentes de los tribunal!':;
superiores y denJas autoridades, todos los papeles que en poder tle
ellos existan relativos á los diferentes negociados atribuidos al mi-
nisterio dell<'omento.


76:0 ta buena arm?nía entre to~os los en~ar~ados del poder es
el pflmer elemento de orden, y sera por consIgUIente uno de lo!'o
primeros cuidados de la administracion. Los agentes de esta deben
ser siempre los primeros en evitar competencias) en desterrar ri-
"alidades, y en prevenir, por esplicaciones francas y por espedien-
tes de conciliacion, la menor desavenencia entre las autoridades,
que, cuando no se muestran de acuerdo, debilitan el prestigio que
debe rodearlas, y aflojan por ello el lazo saludable de la obediencia.


77.° Una ley especial lijará las penas que han de imponerse á
Jos contraventores de las dIsposiciones administrativas, y el modo
con que las autoridades del ramo deben solicitar de los jueces res-
pectivos la aplicacion de ellas. Entretanto servirá de regla que los
agentes de la administracion no puedan por sí aplicar otras que
las multas determinadas en los reglamentos, en los casos y por las
cantidades que ellos señalan.


Lo comunico todo á V. de real (\rden para su inteligencia y
erectos correspondientes á su cumplimiento. Dios guarde á V. mu-
chos años. Madrid 30 de noviemhre dr, 183:l.-Javier de Burgos.




OBSERVACIONES


Los empréstitos de los últimos diez años han sido objato de obser-
vaciones amarguísimas, que acaso contribuyó á exacerbar la
inexacta enuIlciacion de su cuota que, por comprender en una su-
ma muchas operaciones de diferente índole, se fijó equivocada-
mente en '2,:JUO millones, no siendo en realidad sino de 1,600. Es-
tos empréstitos, atrozmente calumniados por unos, débilmente de-
fendidos por olros, é imperfectamente conocidos por casi todos, h~1l
estauo á pique de hundirse en un naufra"io comUIl, de que no St'
han libertado sino por el sacrificio del de Guebhard. Víctima del
propiciatorio, le llamó ingeniosamente un ministro; pero si holocaus-
tos de propiciacioIl eran necesarios, ¿ por qué descargar la segur
sobre Id víctima mas inocente '1


A mí especialmente incumbe la obligacioll de defenderle con-
tra la proscripcion que le amenaza; á mí, que intervine en alguna
de sus operaciones; á mí, á quien por esta razon se ha pretendido
envolver en la apasionada y violenta animadversioIl que se ha esci-
lado contra él; :i. mí, que nunca dejé de prestar mi débil apoyo á
la causa de la razon, y que puedo hacerlo hoy tanto mas útilmente,
cuanto hay pocos que, como yo, puedan dar sobre aquella opera-
don noticIas exaclas, completas, propias para rectificar la opinion
lastimosamente estraviada, é impedir la consumacion de una gran
injusticia.


Se han hecho al empréstito Gllebhard una porcion (le cargos con




BIOGIUFLI.


Ilue se ha prelcaJido ju;tificar su cO:1dcnacion. E.,t03 cargos Jluc--
den I'ellncirse á los siguientes:


l." El dicho empréstito flléol'iginariamente nulo, como contrata-
do por unJ junta facciosa (la regencia de Urgel, segun unos, la de
!\ladrid, segun otrosl, al mismo tiempo que las Córtes hacian otro
en Cádiz. '


2:' El rey no pudo ratificarlo, porque lo que en sí es nulo, 110
se corrohora por una ratificacion que es nula tambiell.


3." Las Cortes de Cádiz habian declarado que no se reconoce-
rían mas empréstitos que les hechos por ellas.


4. ¡) El importe dd de Gllebhard, Ó una parte de él, sirvió para
destruir el gobierno establecido.


5." El resto sirvió para remachat' nuestras cadenas.
6.° Hubo en el precio leslOn enorme y enormísima.
7.° Ya ha reembolsado la nacion dos ó tres veces la suma que


recibió el gobierno.
8. u Hubo dilapida"iones y estafas ell el manejo de los prolluctos.


No pienso que habrá quien me acuse de que disimulo ó atenúo
los cargo~. Voy á examinarlos sucesi\'amellle.


1." "El empréstitoGllebhardfué originariamente nulo, como con-
tratado por una junta facciosa (la regencia de Urgel, segun unos,
la de Madrid, segun otros), al mismo tiempo que las Córtes hacia n
otro en Cádiz.» ,


Asombro causa que entre los que atacan el empréstito Guebharr(
haya muchos que no sepan siquiera por quién, ni cuándo fué con-
tratado; y ya se ve la fuerza que dehen hacer los argumentos de
los que tan bien informados se muestran del origen y de los trámi-
tes de la opera(:iotl sobre que discurren. :'lo faltarán persllnas que,
rectificando este error demasiado reparable, y tIIos[ralHlo ser obra
de la regencia de Madrid lo que sugetos menos instruidos atribnian
á la de Urgel, pretendieron ver la prueha de la nulidad del contra-
to Guehhard en la coincidencia de su fecha con la de otro emprés-
tito hecho en Cádiz por las Córtes. Este sistema estriba en otro
etTOr, y no es por tanto mas defendible que el primero ..


El error consiste en suponer que el préstamo Guehhal'd es de 18
(je julio, como el contrato de CárJiz c(m Campbell y Lubock. Lo quC',
en '16 de julio (no en lB), hizo la regencia, fué aprobar ulla especie
de programa que le presentó un marqués de Croy , en nombre de
los seíiores Gue\)hard y Piclet, banqueros de Paris. Este programa
Il? .contenia mas que una série de obligaciolles eventuales ó l,lipr-
tetlcas, una promesa de trallll' sobre ciertas ha3es, unos prcnnll-
nares de que era necesario esperar una ratilicacion, obtenida la
cual, dehinn reducirse ú tratado dellnitivo, pUes no tenian 111 su ea-
l'úeter ni su forrn[t las proposiciones del lIIarqués, en las cuales ni
se Iljaha siquiera el tanto por ciento de la cumisinn. Gllr.bharcl vinu
Ú ~Iadrid para la ['alinearíon eslipulad:l; pero vinie,] '.1, (],)claríÍ que
~n presunto socio Pietpt ~e rcliaia de la operacion. El mismo (iuch-
hanl era t1upilo de hacer otro tanto ya en \ ista (le lJ separacioll
de su asnriad:l. ya por haher cam hb"d<l de prop<Ísito, ya por ~l1DI-




APE.'WICE :'\cm:uo :l.u
l¡uiera oh") motivo. El gobierno podia igualluellle I'vlllper tuda phi-
lica sobre el particular, y no contentarse con solo la responsabili-·
dad de Guebhard para una operacion, cuya magnitud era muy su-
perior á sus medios. No habia, pues, en julio, ni hubo en agosto
obligacion de nadie, ni por consiguiente contrato. En setiembre fué
solo cuando, des pues de mil idas y venidas, se decidi!í á hacerlo Ja
regencia, cuyo ministrode Hacienda, don Juan Bautista Erro, lu
firmó, en fin, en 20 de setiembre: y esta es la fecha efectiva del em-
préstito Guebhard, fecha que por sí sola refuta el argumento sa-
cado de la coincidencia del tratado eOIl Campbell y Lubock , hecllo
en Cádiz el UI de julio.


Si se replicase que el tratado concluido por la regencia en 20 de
setiembre no es mas válido ni legítimo que el que se hubiese he-
cho dos meses antes, podria responderse que, en 20 de setiembre,
la nacion entera, salva una ú aIra plaza ocupada por tropas, ha-
bia reconocido unánimemente á la regencia; y que, cnando siete clias
despues las Córtes misma3 de Cádiz se disolvieron, y dejaron al
rey en la plenitud de su soberanía, no hicieron sino reconocer el
poder irresistible de un hecho consumado, el del pronunciamiento
nacional en favor del rey y del gobierno que mandaba en su au-
sencia. Lo que hizo este gobierno, obedecido por la naeion, y pro-
tegido y reconocido por las principales potencias de Europa, pudo
ser bueno ú malo, útil ó dañoso; pero todos ó los mas debieron ó pu-
dieron creer que era legal y legítimo.


No insistamos, sin embargo, sobre esta clasificacion , que con
abstracciones y argucias podria controyertirsc: tijémoncs en Jos
hechos, que son la piedra de toque de las doctrinas. ¿Recollució el
rey el tratado de Guebhard? "SÍ, se dice, pero su reconocimientu
(y este cs el segundo argulIlcnto) fué tan lIulo como el tratado mis:
mo.» ¿Cómo? Vn rey establecido en la plenitud de su soberanía por
el unánime prollunciamiento nacional, y si esto no parece bastante
por una resoJucion esplícita de las Córtes de Cádiz, ¿no teadria pu-
der para ratificar lo heeho durante su ausencia, cuando le tenia
para hacerlo de nuevo? ¡,Se rehusaria al soberano, para solo el re-
conocimiento del empréstito Guebhard, la potestad que se le ha
reconocido para la ratificacion de todos los actos de la regencia?
Sí uno de ellos era nulo vor falta de autoridad legítima, tod()~ de-
hian serlo igualmente. SI, por esta nulidad, originaria del acto, era
nula la ratiticaeion , nula debia serlo asimismo la de todos los de-
mas. y ¡.adónde se iria á parar admitiendo esta funesta doctrina'!
De consecuencia en consecuencia, iriamos á una reaccion absoluta,
á una subversion tolal.


"Pero las Córtes de Cádiz (este el tercer argumento) habian
declarado que no reconocerian otros empréstitos que lus hechos
pur ellas.}) En primer lugar. esta declaraeion no se publicó, ni
consta á nadie de un modo auténtico. En segundo lugar, aun cuan-
do se hubiese publicado, el monarca á quien se habia deyueltola
plenitud de su soberanía, revocó, porel hecho de aprobar ó contra-
tar otros empréstitos, aquella disposicion, en "irlll(\ <le la misma po~


TOMO l. n




114
\eslad que legitimó todos 103 actos de su gobierno duranle Ull pe-
riodo de diez años, actos que nadie ba pensado en desconocer. Eu
tercer lugar, ¿cómo se pretenderian hacer obligatorias para la na-
cion las disposiciones de un gobierno, encerrado en un rincon de la
peninsula, que de nadie era obedecido, y que tuvo que capitular
pocos dias despues? Yo recuerdo con reconocimiento muchos de su:>
actos; pero ú los escesos de algunos que se prelendian identifica-
dos con él, ó la mala disposicion de los espíritus en lo interior, Ó
la aversion con que la Europa miraba doctrinas que habian tur-
bado la paz de nuestro suelo, y que amenazaban turbar la de los
vecinos, ú otras causas que, misionero de olvido y de concordia,
yo no debo ni quiero recordar, hicieron hundirse sin culpa nues-
tra aquel gobierno, y desde entonces nada imponia la obligacioll
de respetar su última voluntad.


Se ha dicho (y este es el cuarto argumento) que «el empréstito
~Guebhard. ó una parle de él, sirvió para destrUIr el gobierno esta-
Ilblecido.» Esta es una falsedad insigne. El tal empréstito se con-
traló, como dije antes, el 20 de setiembre, y el 30 salió el rey de
Cádiz. Aunque en el artículo 2.° del convenio se estipuló que des-
de el mismo mes pagaria el contratista 918,000 duros mensuales
por espacio de diez meses consecutivos, fácil fué conocer des-
de luego que en diez dias no podria verificarlo, como no lo verificó
en efecto. Por esta falta de cumplimiento pudo el rey, saliendo
de Cádiz, anular el contrato. ¿Lo hizo? No: al contrario, !lU mi-
nistro estrechó siu descanso a su pago, é hizo asi suya la ope-
raciono


¿Se aceleró siquiera el pago por eso? No, ciertamente; Guebhard
no aprontó ni la mesada de octubre ni la de noviembre, ni en di-
ciembre mas que una tenuísima suma de cuatro millones y pico, ni
en los meses sucesivos mas que pequeñas partidas que, en 1) de
abril de 1821, ascendian solo a 13.839,648 rs. 12 maravedises, en
lugar de UO millones que estaban vencidos en aquella fecha. La
regencia no recibió, pues, un maravedí de la operacion , y es, por
consiguiente, falsisimo que ella invirtiese, en destruir el régimen es-
tablecido, productos que no se recaudaron hasta muchos meses des-
pues de la supresion de aquel cuerpo. Las causas de la destruccion
del gobierno constitucional ya se han indicado.


Es igualmente falso que «el dinero que del dicho elI1préstito (es-
te es el quinto argumento) recibió el gobierno del rey, sirviese solo
para remachar nuestras cadenas.» Aquel dinero sirvió para orga-
nizar, vestir y armar el ejército, para proveer los almacenes del
Estado, para hacer frente á todas las necesidades del servicio, para
impedir, en fin, que se desplomase la monarquia. A esto5 intere-
ses preciosos se atendió COIl aquellas sumas; y si esto fué un mal
para algunos que gemían injustamente en la emigracion, y que no
esperaban deber la vuelta á sus bogares sino á un trastorno en su
patria, esta no pudo menos de agradecer los esfuerzos que se hi-
cieron para preservarla del tal trastorno, para disminuir los males
de su situacion, y cunservarla, en fin, lo menos mal parada que 5e




AI'I!N/lIC& i\'OM&JW 3." Ha
pudiese, par:\ la época do la regeneracioD, qua debia lIega.r ma~
tarde ó mas temprano.


El sesto argumento es 'que hubo en el precio lesion enorme y
cnormí~ima.» Este hecho es tan falso como los dos an teriores, y para
probarlo no será menester mas que comparar el precio del em-
préstito Guebhard con el de los que en el espacio de 33 meses hi-
cieron las Cortes por el valor de '2,091 millones. Al presentar este
paralelo, declaro del modo ma,. solemne que no intento acusar la
memoria ni los empréstitos de las Córtes, sino establecer que, en
todos ellos, sin escepcion, se sacó mucho peor partido que el gobier-
no absoluto sacó del de Guebhard, y que este no puede por consi-
guiente ser arguido de lesion, cuando se reconoce que en los d8
las Córtes no la hubo.


El primer empréstito constitucional se hizo en 6 de noviembm
de 1820, por la suma de 300 millones á 70 por ciento. El de Gueb-
hard se hizo en '20 de setiembre de 182:1, á 60. Pero ¿ fué aquel
mas ventajoso que este por haherse contratado á 10 por ciento
mas? No por cierto; aquel se ajustó á 5 por ciento de interes, y '2
por ciento de premio, ú, lo que es lo mismo, á 7 por ciento, y el
del gobierno absoluto se hizo á 5. Las demas condiciones fueron
iguales ,es decir, lacomision á 5 por ciento, y la totalidad reembol-
sable íntegramente por séries. Así, llues, en el empréstito consti-
tucional, el gobierno recibió (ú debío recibir, pues de que los reci-
bió yo no respondo) 65, por los cuales debia pagar 7 de interes y
de premio, ú, lo que es lo mismo. 10 1/4 por mento. En el emprés-
tito Guehhard recibió el tesoro (ú debió recibir, pues la restriccion
es la misma) 55, y pagar por ellos 1) de réditos, o, lo que equivale
oí esotro, 9 por ciento. He aqui una revelacion que asombrará un
poco á todos los charlatanes, y mas aun á los que no lo sean. El
empré.stito Guebhard, esa operacion tan indignamente calificada,
tan atrozmente juzgada, se hizo á un interes de 1 y 1/4 por ciento
menos que el primero, y uno de los mas ventajosos que celebraron
las Córtes; yeso, cuando estas se hallaban!!n el apogeo de su pres-
tigio v de su gloria; cuando Lisboa, Turin y Nápoles habian adop-
tado la Conskucion española; cuando la península itálica estaba
asomada á una situacion igual á la de la península ibérica; cuan-
do, en fin, la simpatía universal estaba escilada en favor de nues-
tra nacion, llamada entonces, al parecer, á los mas altos destinos.
Pues bien, en aquella situacion. las Córtes contrataban un présta-
mo á 10 1/4 por ciento de intereso Por el contrario en 1823; la na-
cion estaba entregada á una sangrienta reacciono Un gobierno en
Madrid, en nombre del rey, y otro en Cádiz, con el rey á la cabeza,
se disputaban un mando que solo el pronunciamiento nacional po-
dia adjudicar definilivamente al rey de Cádiz ó al de Madrid. Por
colmo de complicaciones, el gobierno de Madrid proclamaba la ban-
carrota de los empréstitos de las Córtes, y se indisponia asi con to-
dos los capitalistas de Europa. y se cerraba todos los mercados. Pues
bien: en esta situacion. el gobierno absoluto contrataba un empré:;-
tito á \} por ciento de interes, á 1 Y 1/. menos qne la~ C6rteslo ha-




IItj
biall hccho cn el Illas brillante periodo de su existencia. ¿No hahria
tic esta comparacion grandes documentos que sacar?


Nueve meses no habian pasado aun desde la fecha del primer
empréstito de las Córtes, y ya en ~ de agosto de 19B hubo que
negociar el segundo, conocido con el nombre de nacionaL Este
nombre anunció desde luego que no se completaría, y, á pesar de
los esfuerzos del patriotismo, y de las ventajas que ofrecia á los
prestamistas la operacion, esta no llegó á realizarse siquiera por
\In tercio. Pero la pequeña parte que se tomó produjo el mejor de
lodos los resultados que ofreció ninguna otra operacion de su es-
pecie durante el régimen constitucional, y no obstante vino á cos-
I.ar 10 por ciento de interes, pues rebajando ~ por ciento de comi-
sion , y reduciendo á dinero al curso corriente los créditos que se
entregaron en pago, el gobierno recibió 60 1/4 por ciento, por los
cuales estipuló pagar 6 de intereso Asi , el mas favorable de todos
los empréstitos constituc.ionales cosIó 1 por ciento mas caro que
ese vilipendiado y semiproscripto empréstito Guebhard. Y ¿todavía
hay quien ose hablar de lesion?


y aun hay quien ose, en presencia de la famosa operacion
de 22 de noviembre del mismo año de 21 , cOllocida con el nom-
bre de empréstito de conversion, y que con sus accesorios ascendi6
á la aterradora suma de 1,67~.196,000 rs. Conlratóse aquel em-
préstito a 50 , con 4 de comision y ;S de interes, es decir, á 11 por
ciento de réditos, que no seria estraño ascendiesen á 20 , visto que
~e recibieron en pago, á 70, crétlitos que valian un tercio menos
PIl los mercados; que el cambio de los florines se hizo á 4 Y me-
dio reales; y que se eS/lerimentaron otros quehrantos, que la
'~omision nombratla por as Córtes para examinar la operac.JOtl no
tuvo repat'o de manifestar, y aun de exagerar en su seno, á pe-
sar de lo cual se llevó arlelante. .


¿Hablaré de las operaciones que hizo casi necesarin~ el apuro
á que redujo al gobierno la falta del cumplimiento del tralado con
Bernales? ¿ Recordarr e'l precio á que se negociaron desde enton-
ees Iluestras rentas? No; repito que no me he propuesto desacre-
(litar las operaciones de las Córtes, ni recriminar ~obre hechos
pasados. Pero cuando se proscribe el empréstito de setiembre de 2:i,
á pretesto de que hubo les ion ; cuando al mismo tiempo se enco-
mian y se canonizan los doblemente costosos de Jas Córtes, es me-
nester mostrar que solo la ignorancia de los hechos ó la influen-
cia de las pasiones pueden producir resoluciones tan contradie-
tllrias.


y no se pretenda "acar, de la diferencia de las formas entre p[
gobierno constitucional y el absoluto, la razon de la predileccion
que se ostenta por alguna de estas operaciones, y del odio que
"e manifiesta contra otras. La forma de gobierno es indifcrentt'
para la cuestioll que se agita. Lo que es mas útil para el pais no
deja rle ser mejor porque sea obra del gobierno absoluto. Lo que
t'5 mas perjudicial no mejora de carácter porque sea obra dI' la,
Córtes. Con Córtes y sin ella~, las (Icll(\a~ (\PI gobierno {jut' ha rjcr-




Al E:\1l1CE J'iLlIEl;O 3 n 117
rído sin oposidolJ el poder , ~on igualmente legiLma~ ; pero si ]¡u-
bie~e tal vez un prctesto , <i favor dcl cual se IlUdlt'l'a dejar Je re-
conocer algunas, ciertamente la bancarrota no delJería compren-o
Jer sino <i las mas onerosas, y en· tal caso las de las Cúrtes serian
las primeras á figurar en esta categoría. Las Jel gobierno absolu-
to, solJre mellO, dura" gozan ademas la ventaja de resultar y pro-
barse por cuentas en regla, ventaja de que nunca participo la
deuda de las Cortes.


Se ha pretendido (y este es el sétimo argulllento) que « no hay
pOI' qué reembolsar el resto de esta deuda, pues que con los pagos
va hechos se ha reintegrado dos ó tres ,'eces.)) Hablando de este
¡nodo, no se ha reflexionado 9,ue esta es la suerte inevitable da
todos los préstamos á intereso cualcluiera que toma dinero al10 por
ciento reintegra dos veces el capita al cabo de ':10 años; y sin em-
bargo, la !leuda primitiva subsiste en pico En pie subsiste toda la
de los 33 meses de las Córles, sin embargo de que se pagaron sus
intereses mientras duró aquel régimen, y de (IUC solo se recibieroll
pur los capitales sumas respectivamente tcnuísimas. En el em-
préstito de noviembre de 1821, hubo una suma negociada de Uu
millones, por los cuales se percibieron solo ~!l ,78!l,2!)1 rs., y por
dios se sometió el gobierno á reembolsar una suma inmensa. Es,
Jlues, este un mallllherente á la naturaleza de eslas operaciones,
y no un achaque particular del empréstito Guebhard , ni de otro
cualquiera, conlraldo ba,jo este ó aquel régimen. El daño principal
e~tá en la necesidad de tomar prestado; los demas son consecuen-
t:ia forzosa de aquella necesidad misma.


En fin (y este es el uClal"0J' último cargo), se pretende justi-
ficar la bancarrota de Guebhar con las dilapidaciones que se su-
pone haber existido en el manejo de los productos. Para apurar es-
lo, como para averiguar si fue la regencia de Urgel ú la de Ma--
drid la que contrató aquel empréstito, parecia natural empezar por
tomar nllticias; y en este caso, por prf:'gllntar al tesoro si habia
recibido Ú 110 los productos que debian resultar de la operacioll,
<:on lo cual la cuestion habria quedado resuelta desde el princi--
pio , y confundidas \lara siempre las habladurías de los desocu-
pados r de los envidIOSOS. Pero, pues no se ha seguido este sis-·
tema, unico racional, y propio para asegurarse de la verdad; pues
que, <i pesar de estar la acusacion desmentida por hechos noto-
rios, y al alcance del ultimo oficinista, se insiste sobre ella, y la ca-
'/amnla asocia mi nombre á aquellos pretendidos abusos: yo '"OY,
para hacer callar de Ulla "ez sus monolOBOS almllidos, á relatar JilS
trámites de aquel negocio, á dar de él á todos una idea cabal, )
a manifestar la insignificancia de la intervencion que en él tuye.


Once dias anles de haber yerificado Guebhard su primer pa-
go de poco mas de cuatro millones, es decir, el '2 de diciembre
de 23, reemplazó á don Juan Bautista Erro en el ministerio de
lIacienda don Luis Lopez "Ballesteros, en la época del mayor des-
ónllln, de la mayor penuria en que se halló ,iawá5 nacion algu-
na. Ni fondo" en el tesoro, ni surtidos en los alInan'IH's, ni iiis-




118 BIOGIIU'JA.
tema de rentas, ni manos auxiliares capaces de llevar adelante
ninguno que se adoptase (la revolucion las habia aniquilado ó ahu-
yentado casi todas), ni ejército, ni órden en ninguna dependencia
del servicio, desorganizados de resultas de la variacion hecha en
pocos meses en la forma del gobierno; tal era la situacion del rei-
no, cuando Ballesteros entró a servir su ministerio. Bien luego hu-
bo de conocer la necesidad de acelerar el cobro de las sumas que
Guebhard se obligara á pagar, y con este objeto eSJlidió órden so-
bre órden a don Joaquin Carrese , comisionado por la regencia pa-
ra entender en este negocio en París, encargandole estrechar al
prestamista. Pero como este no cumpliese, corno no cumple ningu-
no cuando no puede vender inscripciones (razon por la cual pocos
meses antes de aquella época habia sido forzoso, bajo el régimen
constitucional, anular el empréstito contratado con Bernales, de
Lóndres), el ministerio previno á Carrese que adjudicase el em-
préstito á otro banquero, corno en la circunstancia espresada lo
habia hecho el gobierno constitucional con Campbell v Lubock. Hi-
zo Carrese las mas esguisitas diligencias para cumplir sus órde-
nes: solicitó á un Lafflte , á un Rotschild, y no sé a cuantos mas,
sin dejar absolutamente piedra por mover; pp.ro en vano: todos
los banqueros declararon que no se interesarian en operacion al-
guna con 'España, mientras esta no empezase por reconocer
los empréstitos de las Córtes. Asi lo exigiera desde luego la justi-
cia y el decoro del gobierno; pero el rey habia prevenido á todos
sus ministros no hablarle de tal reconocimiento, y no existia enton-
ces en el reino un solo hombre capaz de contrarestar aquella de-
terminacion.


En este estado, y mas apremiado cada dia Carrese por las ins-
tancias del gobierno, tropezó, en fin, con don Alejandro Aguado,
:i. qnien, en uso de sus facultades, adjudicó en 25 de marzo
de 182i algo mas de la mitad de los 33í millones contratados en
setiembre anterior por Guebhard, que se quedó con el resto.
Aguado interesó en su operacion á una casa que, notablemente
perjudicada por la bancarrota de los bonos de Córtes, y escitan-
do fuertemente por esta causa el interes general, disminuyó con
su intervencion en este negocio la efervescencia promovida por
la aparicion del empréstito Guebhard, y facilitó así su pronta y
ventajosa circulacion.


Aun no sabia esta novedad el gobierno, ni yo tenia del ne-
gocio toda la mas ligera noticia, ni aun la de si el rey habia
hecho ú no suyo el empréstito de la regencia, cuando el 23 de
marzo se presentó en mi casa don Juan Pedro Vicer.ti, director
de la caja de Amortizacion, y me propuso ir á París á remover los
obstáculos que entorpecian la realizacion del empréstito Gueb-
hard. Acepté despues de varias esplicaciones , recibí mi nombra-
miento elLO de abril y el 9 mis instrucciones, y el3 de mayo me
dí á conocer en mi nueva calidad en Paris.


Al llegar yo alli, Aguado v Guebhard negociaban muchas
obligaciones, á virtud de la circilllstancia de que arriba clrjo he-




APLi\¡JlCE NI/MEnO 3.°
eha llIellelOn, es tJ\!cir, ¡Je la a50ciacion del primero con ulla ca~a
interl'sada en los bonos de las Córtes. El desempeño de mi comi-
~ion fué, pues, fácil y sencillo, y desde luego pude hacer grue-
sas remesas al tesoro, pero sin otra intervencion en el neo-ocio
que la de solicitar las de los contratistas v dirigirlas á Madrid. De
ellos recibia yo cada correo gruesos paquetes de letras de cam-
bio que enviaba al tesoro, de donde se les espendian en dere-
chura las cartas de pago, y se les abonaba su importe en cuenta,
pues ellos y no yo eran los que la tenian abierta en aquella ofici-
na. El empréstito estaba contratado mas de siete meses antes con
un banquero, repartido seis meses despues entre dos, determinado
IHI precio, arregladas sus condiciones. ¿ Qué era lo que á mí m 1\
quedaba que hacer? Cobrarlo. ¿ Lo cobré? Si. ¿Envié á Madrid, ó
hice entregar en París sus productos, con arreglo á las órdenes quo
se me comunicaron? Sí. ¡. Entró jamáS en mi poder un solo mal'a-
yedí de él? No. La certeza completa de estos hechos resulta de los
asientos de la tesorería, de que conservo toda la correspondencia.
;.De qué manera podrian, pues, criticarse aquellas operaciones? ¿De
qué manera podria tomarse en boca mi nombre, suponiendo que
existiese algun motivo de criticarlas?


Cuando ya se habian hecho por mi mano gruesas remesas, so
suscitaron algunas dilicultades , ya sobre su cambio, ya sobre lo;;
derechos que á él alegaban respectivamente los contratistas. Lus
primera" se allanaron, adoptando el sistema seguido durante el
régimen constitucional, y fijando en consecuencia el cambio del pe-
so duro {¡ 5 fr. &00 céntimos. Las relativas á los derechos parciales
tle los contratistas se terminaron en una junta de árbitros, escogi-
dos entre ilustres abogados y banqueros de París. Ni en uno ni en
otro caso, ni en ninguno, se concluyó nada sino en virtud de ór-
denes esplícitas del gobierno, confirmadas por aprobaciones succ-
~iYas , ,concebidas ale-unas en término~ que, muy lisongeros para
cualqUIera, lo eran llOblemente para mi , porque estaba seguro de
haber merecido los testimonios de benevolencia con que se me
honraba.


/\. estas dificultades pasa¡(eras se añadieron otras permanentes
ti perpétuas, consecuencia forzosa de la mala posicion en que se
habia colocado el gobierno español. Los tenedores del papel de las
Córtes, capitales, y si se quiere, legítimos enemigos de nuestro
{'rédito, combinaban frecuentemente grandes operaciollesá la baja.
'lile tal "cz la produjeron espantosa. En alguna ocasion, Ulla pe-
queJia suma aphcada oportunamente por cuenta de la caja óü
Amortizacion de España, y por mano de su banquero, al rescal(!
tle unas cuantas obligaciones, restableció en breve el ni"el de los
precios y le proporcionó decentes beneficios. Pero la caja no po-
dia hacer otro tanto cada vez que las operaciones á la baja se re-
novaban, pues para esto se necesitaban medios de que ella carc-
t'ia; as; rué una fortuna que hubiese purEculares que hiciesen
f¡'cnte a las tales combinacIOnes, que promoYiesell poI' otras, há-
hile~ y patrióticas, la subida de nuestros valores, tí impidiesllll a~i




JiO 1ll0(;n.HLI.
~1I dcpreciaciulI progresiva, que habria sido el resultado necesa-
rio de la falta de un fondo permanente de amortizacion. Aqllello~
particulares prestaron en estas operaciones un servicio inmenso al
crédito de España y á los tenedores de su papel, esponiéndose
ú hacer por su cuenta lo que el gobierno mismo habia debido hacer
por la suya si poseyese recursos que destinar á aquel objelo. Si
asi obtuviesen beneficios, honrosa y legítima recompensa fueron
de esfuerzos generosos hechos en favor del cn~dito español.


Ni obraron jamás de otro modo los gohiernos ni sus banqucros:
:lLluc!los, destinando un fondo de amortizacion al rescate periódico
de sus obligacioncs <:Írculantes: estos auxiliando en su caso eOIl
gruesas compras, descucntos y otros medios análogos, la accion per-
manente de la amortizacion, y manteniendo asi el alto precio de
los \'alores de que (;uidaIJan. Por estos lIledios nobles y (]f,corosos,
principió y cOllsolidó el célebre Uotschild una fortuna inmensa,
de cllr;). rápida y honrosa adc¡uisicion no hay quien le aeuse. Por
1<)5 mIsmos la hacen diariamente en Lóndres y París los banqueros
qne, ide.nliticándose con los inLereses de los gohiernos á quienes
,ünen, no temen correr riesgos ell las operaciunes (Iue lal vez
exige la necesidad de que no se atenúe ó disminuya su crlldito.
Este sistema de operaciones es tan obvio, tan general, tan ll!~ce­
,;ario, que es mengua haber de descender á su esplil'.acion. Pero
¿ cómo evitarlo, cuando estos detalles trivialísimos parecen ignora-
dos de aquellos mismos que se abrogan un derecho casi escluEi\'o
de fallar sobre estas cuestiones? Fuera del inleres de que se sos-
tuviese su crédito, como se hizo en cuanto cupo, no hubo ni de-
hiú haber para el gobierno espauol otra cuestion en el negocio
üuebhard que la de hacer pagar :í los contrati,tns las sumas ¿Í (lile
:,c obligaron. ¿ Cumplieron Aguado y Gucbhard con esta obliga-
cio})? SI no lo hicieron, reclámeseles lo que deban. Si pagaron, pun-
ID cOllclllido. Tal es la marcha uniforme y general de esta clase de
operacioncs. .


Pero no acostumbran seguir la misma los partidos. En las re-
vueltas civiles, si un necio concibe una sospecha injusta; si un
envidioso la propaga; si un hablaLior la generaliza; si, corriendo de
boca en boca, crece y se engruesa como las bolas de nie,e (¡ue
hacinan los muchachos, esta es una fortuna para el espíl'itu de
faccion< De la sospecha á la in.iuria la di;;lancia es muy corta; de
la injuria á la calumnia el tránsito muy fácil: se da vuelo á la ma-
lignidad; se da cuerpo al fantasma; se inventan circunstancias an-
fibológicas para no verse en la necesidad de únlrar ren pormenores
que descubririan completamente la iniquidad de la maniobra; y
cuando el hambre benemérito contra qUIen esta se dirige ~[mes las
facciones no asestan jamás sus tiros á otra clase de personas) fia-
(lo en la absurdidad evidente de la acusacian . desdeña combatir-
la, nota con sorpresa que incautos ó pérfidos discurren sobre ella
como sobre un hecho de qne por de contado no se curan de exa-
¡ninar el origen, ni la posibilidad, ni las consecuencias.


Por motivo, de índole diferente, pero por trámites analogo~.




A P;"DI CE "ti)IE HO 3,"


ba sucedido e6to llliSlllO eon las ridículas y e~travagantes acnsa-
dones sobre los empréstitos de los últimos diez años. Como era na-
tural, empezaron á desacreditarlos los perjudicados por la bancar-
rota de los bOllOS de las Córles, creyendo, tal vez con razon, que
á no haber quien proporcionase dinero al gobierno, tendria este
que reparar aquella injusticia para procurárselo. A los interesados
en las operaciones de Ha(~ienda de las Córtes, que eran muchos
y estaban protegidos por la justicia de sus quejas, y por la simpa-
tía de la opinion ,se agregaron millares de individuos, lanzados
por una reaccion ominosa del suelo de la patria, y que por donde
quiera difundian la irritarion que les inspiraba su proscripcion no
merecida. Albergados en paises libres, tuvieron á su disposicion,
para propagar sus resentimientos, todos los periódicos que profe-
saban doctrinas generosas; y estos, repitiendo sin descanso las
imputaciones violentas qUl~ el interes y el despecho abultaban dia-
riamente, llegaron á hacer casi general el clamor contra España
y su gobierno, y de rechazo contra sus banqueros y sns agentes.
Seguros estos de sí mismos, dejaron sin rebatir errores ó calum-
rúas, de que todos sus actos ofrecianla mas completa refutacion,
y he aqui engruesada la bola de nieve.


Nada tendria de singular que, lie! á las tradiciones y & los
hábitos tle todos los partidos, aprovecllase aquella coyuntura una
faccion fanática, capitaneada eu los años anteriores por dos mi-
nistros que estaban en lucha perpélua con los otros tres, cuyos
sentimientos eran moderados y justos, y particularmente con el
ministro de Hacienda. El conde de la Alcudia, gefe de aquella
faccíon , pudo, pues, en su deseo de vengarse de la enér<Yica y li-
J)eral oposicion de don tuis topez llallesteros, recoger algunas de
las imputaciones que, por los motivos que acallo de espresar, cir-
culaban sin duda contra-él, y que ni su posicion, ni el convenci-
miento de la justicia de sus actos le habian permitido desvanecer.


Pero suponiendo cierto (lo que yo he ignorado hasta hoy) que
Alcudia reuniera algunos de aquellos chismes y formase con ellos
un legajo, ó sea un proyecto de proceso (nunca un espediente,
pues espediente es otra cosa), es evidentemente calumnioso ql,le
el rey mandase formar causa á Ballesteros y á mi, puesto que
aquel continnó de ministro mientras lo fué Alcudia, y ambos cesa-
ron de serlo juntos. ¿Quién habria impedido el cumplimiento de la
rcsolucion soberana, si hubiese sido cierta? ¿ Cómo Alcudia, cu-
yo poder igualaba á su audacia y á su odio, habria dejado de
cumplir una órden que él provocara, ya por satisfacer sus resen-
timientos particulares, ya si se quiere:por otro motivo mas eleva-
do? Cómo, aun sUJloniendo que se hubiese revocado la pretendida
órden habria continuarlo Ballesteros de ministro v se habría Alcu-
dia mantenido á su lado, ¿la tal formacion de c"ausa por las su-
puestas iniquidades del empréstito GlIebhard , es pues, una indig-
na, una abominable impostura, capaz solo de ofender al que tuvo
la desgracia de articularla?


Igual earácter tuvo la alusion que hizo el mi,l11o sobre la des-




1lIOI,;IUHA.


aparicion del pretendido espediente, q~le, cierto, uo puuo don
I,ui" Ballesteros bacer perdidizo, puesto que cesó de ser minisLro
al miimo tiempo que el que la formó. ¿ Quién, pues, pudo ocultarlo?
, Yo por ventura? Pero ¿ cómo estaba tan á la mano que pudies6
yo apoderarme de él ? Y luego ¿ con qué objeto le habria yo inuti-
lizado ó destruido? O los hecbos contenidos en él son falsos, ú eu
ese caso e¡¡ mejor que se conserven mamotretos de tal especie pa-
ra confusion de los que los inventaron; ó son verdaderos, y en
tal caso de nada sirve la destruccion de un espedienle parcial,
pues en las oficinas existirán siempre los documentos que prueban
la alef?ada criminalidad de los actos. Asi yo, que en mi vida hice
ton tenas á sabiendas, habria estado tan lejos de hacer ningun da-
lla al supuesto espediente , como lo estuve de impedir el recono-
cimiento de los papeles sobre empréstitos, que existen en las di-
ferentes oficinas del reino. Yo era ministro cuando don Jo~é Ara-
nalde dió una órden para ponerlos todos á disposicion de ciertos
individuos, que entonces no tenian ningun carácter público, y
que, sin conocerlo~ yo ni de vista, eran, nu ubstante. ó se mostra-
ban mis enemigos. Esta medida (Jodia ser de trascendencia bájo
mil conceptos, y señaladamente por el destino que podia darse á
copias particulares que se sacasen de documento3, de que no se
debia haber sino un I1S0 público. Como ministro habria yo podido 'f
debido quizá reclamar contra la tal disposicion, tanto por esta
causa, como por el vicio de su clandestinidad, puesto que no ha-
hia sido acordada, ni aun propu~sta en consejo de ministros. Ni
entonces ni despues hice, sin embargo, la mas lígeraobservacion, y
dejé que se consumase el reconocimiento de originales y la estrac-
don de copias, para que no se atrihu yesen mis indicaciones sobru
la suspension de la medida á miras de ¡nteres privado.


¿ y cuáles podrían ser estas miras? i. De qué se habria podido
reconvenirme á mí, dado que, en las operaciones que, por los
motivos espresados, ocasionaron tan indignas alharacas, hubiese
ilegalidades ó cnalquiera otra cosa que reprender? EN NINGUNO
DE TODOS LOS El\IPRESTITOS HECHOS ANTES NI DES-
PUES DE 1823 HE TENIDO GHANDE NI PEQUENA INTElt-
VENCION. La que tuve en el de Guebhard se limitó á acelerar su
eobranza, sin haber entrado jamás en mi poder un solo maravedí,
ni del importe de aquella operacion ,ni de las remesas que des-
pues hubo de hacer la caja para pagar sus intereses. En el primer
easo, las de los prestamistas se dirigian por mi mano al tesoro,
(Ine les acusaba el recibo en derechura. En el segundo, las rcmesa~
I e la caja se entregaban por mí á los banqueros de París que (sea
dicho de paso) eran diferentes de los contratistas del empréstito
Guebhard, sin que no solo hubiese jamás en mi poder fondos dI)
ninguno de dichos establecimientos, sino que al conlrario, tU\"C yo
([\le empeñar mas de una vez mi garantía personal para responder
de las obligaciones de la caja, que en varias ocasiones dejó de com-
~!etar sus envíos, no sin riesgo de ver comprometido el ~eryicio
de Jos intereses. El propósito, f{\le ell llin¡:;\ltl I'aso lllodilil¡IH" ¡le n<l




.\l>EXDIC~ XU.\II;óIlO 3."
tener en mi !;loder un real del gobierno, para confundir de ante-
IDano toda Imputacion malévola, y quitar asi su alimento ordi-
nario á la envidia, me hizo desechar siempre la {lroposicion, y aun
desobedecer la 6rden para pagar en mi casa los llItereses y las sé-
ries del empréstito Guebhard, mediante una comision que no bajaba
de 200,000 rs. al año; órden que la direccion de la caja me dió en
vano varias veces, y algunas con dureza, y á que me negue con
una constancia digna de mi desinteres y de mis deseos de quitar
pretestos á la calumnia. En la caja de Amortizacion existe la cor-
respondencia que prueba estos hechos y otros muchos mas honorí-
ficos todavía. Si alguno de aquellos mis títulos de engreimiento le-
gítimo hubiese desaparecido, yo los conservo y los mostraré á quien
quiera verlos. .


Corno en esta época de pasiones se envenena todo, se ha pre-
tendido envenenar tambien la conversion del empréstito Guebhard
en renta perpétua. Esta era una medida inmensamente útil, y por
la cual, cuando el restablecimiento definitivo del órden general
permita hacer justicia, se tributará al que la ordenó el debido bo-
menage de gratitud. Con arreglo al contrato, el empréstito Gueb-
hard era reembolsable íntegramente por series; condicion onero-
sísima, á la que el ministro de la regencia hubo de resignarse, sin
duda, porque asi lo habian hecho los del régimen constitucional en
los empréstitos de 6 de noviembre de 1820, y 4 de agosto de 1821.
El gobierno del rey pensó en evitar los inconvenientes de este rein-
tegro periódico, convirtiendo en renta perpé\,ua las obligaciones
reembolsables, mediante una remuneraClOn de 5 por ciento de au-
mento sobre el capital. Que esta operacion era favorable á Espa-
fía, se prueba sin réplica, por el corto número de los que convir-
tieron, siendo claro que lo habrian hecho todos los poseedores de
inscripciones, si hubiesen visto que les tenia cuenta el cambio. Si
no les tuvo, y no se verificó por ello, es evidente que la operacion
estaba concebida en el interes de la nacion.


y no lo estaba solo en cuanto la eximia de un insoportable reem-
bolso anual. Estábalo igualmente, en cuanto podia proporcioRar al
gobierno recursos, de que tenia una urgente necesidad. Se ha pre-
tendido desacreditar la negociacion de obligaciones que se hizo en
aquella ocasion, calificándola de superchería, y no sé de cuantas
cosas mas. Pero ¿qué fué en definitiva aquella operacion sino la
repeticion delo que el gobierno de Cádiz hizo en 18 de julio de 1823
con Campbell y Lubock? Aquel encargó á estos negociar obligacio-
nes pur su cuenta; el gobierno del rey dió á Aguado un encargo
igual; pero hay, en favor de esta última disposicion, circunstancias
llútables que la hacen mas legal, mas moral, mas lícita que la del
citado 18 de julio. En aquella época el gobierno de Cádiz estaba casi
reducido á la última estremidad. No habia un solo individuo en Espa-
ña que ignorase la suerte que leaguardaba, y no se puedesospechar
que él pensase en cumplir obligaCIOnes que se contraian bajo tale~
auspicIOS, como muy luego lo mostró el precio á rJue se negociaron.
No sucedió lo mismo al gobierno del rey en el ca~(l de rJuc se trata.




BWG IU FI A .


Contrayendo cmpeño:i, tenia los meúios de cumplirlos; negociand
obligaciones. sabia que su precio seria proporcionado á la situacion
de los mercados. ¿Variaba, por "entura, la esencia de laoperacion.
porque el empréstito S(~ hiciese por comision <Í por cuenla (lirect~
del banquero? En casos de estrechez, es lo mismo lo HilO qu(~
lo otro; pues si las obligaciones no se negociau. el precio esti-
pulado 110 se paga; y esto 110 sucede solo con respecto :l Espafia,
sino con respecto á todos los gobiernos del mundo.


Concluyendo estas observaciones, no debo- omitir que, en ('1
tiempo que fuÍ comisionado de la caja en París, no dejé ue insisti l'
un solo dia sobre la necesidad de adoptar principios de justiei¡¡ vde
órden, base única del crédito, al cual era inútil aspirar por orros
(~aminos. Desde los primeros momentos tle mi llegada á aquella ca-
pital, anuncié la imposibilidad de hacer ningulla operacíon impor-
tanle de Hacienda, sin ell'ccollocimicnto prévio de las obligacione~
contraidas desde 18:20 á 23. En cien oc¡¡siones manifesté que el
goLierno no inspiraria conlianza mientras, por medio de una am-
nistía ilimilada, no reuniese alrededor del trono español lodos lus
hijtJs de esta patria, que la reacdon de 182:1 haLia diseminado en
diferentes runlos del glolJo. En ninguna ocasion , en fin, dejé de
exhortar a gobierno á cntrar en las vías de equidad, sin lo cual
no podia llenar su augusta misioIl de proteger todos los intereses.
No permitiendo la influencia funesta de un partido que fuesen
oidas mis patrióticas indicaciones, y no siendo posible que, sin ac-
ceder á ellas, se hiciese en París nada que pudiese mejorar notable-
mente la condicion del crédito, solicité con repclicion , con porfía,
por veinte veces lo menos, que se me dejase volver á mi casa, co-
mo lo verifiqué en febrero de 1827. Mas tarde cambiaron las cir-
cunstancias, y encontró el gobierno quien le facilitase dinero, y 110
á la verdad con sacrificios tan costosos como los que se hicieron en
los mas de los empréstitos de las Córtes, y particularmente en el
de conversion y posteriores. Feliciléme, porque mi deseo fué siem-
pre que mi patria fuese dichosa, y no podia serlo mientras el go-
hieru(du viese apuros; pero mi posicion habia mudado, y ninguna
intervencion luve en las operaciones que desde entolJces se lucie-
ron. asi como ninguna responsabilidad en las anteriores.


y no se piense, porque me es plica asi , que, ti ser necesario.
me llcgaria yo á responder de la conveniencia, de la utilidad, yauu
de la necesidad de alguna de las pocas y limitadas operaciones el!
que intervine. Articule, formalice todo el que quiera cargos de
cualquiera especie, por las que se hicieron desde mayo de 182-1.
hasta enero dc 1827 (y obsérvese bien la fecha, pues ella sola con-
funde 999 milésimos 'de todas las imposturas); y aqui, á la faz úe
Espaiía y del mundo, me hallará dispuesto á dar sobre ellas espli-
(~aciones que convenzan al mas obstinado, que hagan enmudecer
nI mas procaz de mis calumniadores. Para poder darlas, para des-
,¡mecer errores, para confundir imposturas, permanecí aqui al
dejar el ministerio en ,ez de haher marchado á UIlOS baiíos dislan-
¡,os, flue ya en UO" oca,iones me fUi'l'oll utili&:11I0~, y por cuya f;J!I~




A[>E~D¡CE .\TlIl:nO :1." 121)
l'.;;loy ~menazatlo de pasar el invierno en la cama. Pero 110 imjlorta:
desde ella responderé á cuantos me pregunten; desde ella rectifi-
caré ideas que la igllorancia Ó la malicia ~e han empeñado en em-
brollar. Y SI sucumbo á padeccres, que un remedio aplicado opor-
tunamente hahria podido destruir ó atenuar, diré espirando: « Des-
nvanecÍ el error, confundí la impostura; muero desempeñando el
¡,escabroso apostolado de mi "ida entera, el apostolado de la razon,
"de fa verdad y de fa justicia.»


Pero como á veces no se acusa para obtener csplicacioncs, sino
por promover escándalo, yo, que quiero acabar eon las ocasiones
de que se renueve, he acudido al gobierno solicitando el empleo de
los medios de reparacion que he indicado; reparacion a que todo
individuo tiene un derecho indisputable, y señaladamente cuando
servicios prestados á su patria le han hecho acreedor á altas dis-
tinciones. Yo no tengo necesidad de enumerar eslos servicios: los
pueblos ensalzaron seis meses de una administracion de que la ca-
lumnia no podrá jamás borrar las huellas: mi nambre, asociado al
inmenso beneficio de la regeneracion española, no ha de ser me-
noscabado, porque algunos de mis senicios hayan sirIo hechos en los
diez años' últimos del reinado del monarca difunto. En aquel mo-
narca, y en cualquiera que ocupe su lugar por los derechos de su
nacimiento, sancionados por fa voluntad nacional, yo no he visto jamás sino la viva, la permanente representacion de la patria.


He respondido á todos los are;umentos que se han hecho contra
el empréstito Guebhanl, reservandome presentar en lugar oportu-
no otras consideraciones importantes para impedir, si es posible,
que se consume su sacrificio. lIe satisfecho al mismo tiempo á las
interesadas imputaciones oficiosas dirigidas contra mi persona. t3S
diligencias qne, á peticion mia, ha mandado practicar el gobierno
de S. M. " acabaran de confundirlas de una manera oficial.-Ma-
drid 6 de oetubre de 183~.






lNTRODUCCION.


T lEMPO tuvo Fernando VII en Valencai para meditar so-
bre los acontecimientos que en 1808 le elevaron prematura-
mente al trono: tiempo tuvo para fijar sus ideas sobre los
motivos del alzamiento nacional en favor de su causa; so-
bl'e la Índole de la lucha de gigantes que sostuvieron los es-
pañoles, y sobre el espü'itu de reforma desarrollado en Cá-
diz bajo el fuego de las bombas enemigas. Nada le era mas
fácil que seguir el camino de la gloria á la vuelta de su cau-
tiverio. Como soberano, tenia obligacion de hacer á sus
súbditos felices: como caballero, debia someterse al blando
yugo del agradecimiento que, en vez de vilipendiar, subli-
ma: como deseado por todos, le correspondia ser emblema
de union entre hijos de una misma patria, traerles despues
de la agitacion el ,'eposo, el premio tras el sacrificio, y en-
treteger al lauro que orlaba sus sienes la verde oliva. Po-
der le asistia para hacer lo que fuere de su agrado. Si las




FERNANDO VII.


:\lació este príncipe el6 de octubre de 1184, en el real sitio de San Ilde[onso,
del matrimonio de Cárlos IV eon Maria Luisa'de Parma, y fué proclamado prin-
cipe de Asturias el23 de setiembre de 1189, cuando apenas habia cumplido cinco
arIOS. Su educacion estuvo confiada á don Juan Bscoiquiz y al duque de San Cár-
Jos, quienes suponen que le inspiraron desde niño una natural aversion bácia
el favorito don Manuel Godoy. Casó Fernando con una princesa de Nápoles,
que murió al poco tiempo abrumada de disgustos, y habiendo entablado nego-
daciones secretas para contraer nuevomalrimonio con una princesa de la fami-
lia de Napoleon, emperador de los franceses, cayó en la desgracia de su padre,
que lo mandó encerrar en el monasterio de San Lorenzo. El motin de Aranjuez
en 1808, produ,jo la caída de Gedoy, la abdicacion de Cárlos IV y el adveni-
miento de Fernando, que fue proclamado rey el S4 de marzo de dicho año; pero
habiéndose puesto imprudentemeute en manos de Napoleon, permaneció prisio-
nero en Francia todo el tiempo que duró la guerra de la Independencia. A 511
vuelta en f8n, anuló cuanto en su nombre habian hecho ~us mas celosos de-
fensores, y reinó como monarca ahsoluto hasta .820, que se vió forzado á admi-
tir la forma.de gobierno constitucional; pero en 1823 se restableció el antiguo
órden.de cosas, gracias á la intervencion de las potencias eslrangeras, y Fer-
nando gozó de la plenitud de su poder, no sin contraricdRdes y dis~ustos, hasta
el Z9 de setIembre de 1833 en que fd\leci~




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1)


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¡:'iTlWDl'eCION.


Uauiz y Velal'lle. Tanto los diputados antiguos, como los
l'eeÍen ele¡.(idos, fucron colmados de bendiciones y llevados
casi en homb:'oií rllll'anlt· afluel acto solt'mne, al par que ticI'-
110. Ocho dias ¡[e~pl1es y á úrsh(wa tit' la noche el'an en-
carcelados afl'entosamenle los }wincipales de ellos. Asi des-
lustraha PI rey :,;u COI'Olla, celebrando con la imposicion de
rastigos injustos, su entmela el! la [Job/acial! dOllde habia so-
nado el pl'imel' ~riLo de indepenuencia; asi, en lugar dc in-
flui!' pUl'a que fraternizaran las voluntades, plugole derra-
mar cnlj'(~ los españoles la simiente de la discordia, descen-
dienuo de la altUl'a tic sohcl'allo y ullI!n('iúndose como (lefe
de partido.


Entre el triunfo de los diputados y su encarcelamiento,
habia mediado el famoso decreto dd ti de mayo en Valen-
cia, pOI' el cual declal'aba Fernanuo Vil que entt'aba en to-
do el lleno de su poder absoluto, si Lien abol'l'ecia el des-
pOlismo, :tmaha la I'('forllla, y prometia reuuir Cortes. Con
la~ jJlisllla~ (¡lIe cstaban congregadas hubiel'U logl'udo illtl'O-
¡{\lcÍ!' en el código de Cúdiz las modi1icaeiones cOllYenicll-
tes: solo con PI'occ(lcr el monarca de ¡mcna fé, se hubicl'all
evitauo rencores y vicisitudes. Pero la hora de la rcaccioll
hahia llegado, y la l'eaecion vino cse!usiyamenle ud trono ..
Atónilo y solH'esaltaÜo ,ió el pueblo desellcauenarse como
una asoladora plaga el sistema de las persecuciones contra
¡¡el'SOllaS eminentes, que ¡[mallle la hel'óica lucha de seis
aüos habian consagrado sus vidas, sus hacienuas y sus lu-
ces al sostenimienlo de la illllependcllcia del pais y á la I'es-
tauracion de su rey amado. Este obl'ó Ú modo de un hom-
bre que se esmerara en demostl'ar que liO merecían fé nin-
;';Ilna sus promcsas: en vez de impulsar suave y cuer'damen-


TOI\IO 1. 9




130 A"AU;S DE ¡SABEL 1\.
te las reformas, deshizo con estúpida pertinacia la~ plautea-
das de muy antiguo: no solo restableció el odioso t¡'ihunal del
Santo Oficio, sino la compañia de JeslIs rstrañada (le c¡.;los
¡'einos hacia muy cerca de medio siglo, prelrstando torpe
y engañosamente que Carlos III habia sido víctima de una
sOI'presa al dicta\' aquel sahio decreto. Pasado era PI tiem-
po de tales instituciones: con todo, si no echaron nuevas rai-
ces en Espaüa, no estuvo la culpa en el rey ni en sus con-
sejeros , que deuicaron grandes esfuerzos á la p\'opagacion
de sus mal intenciollauas doctrinas.


A la tiranía de los op\'esOI'es, eO¡'I'espondiel'on natural-
mente las maquinaciones de los oprimidos: ú las pesquisas
inquisitoriales de un gobierno despótico é infamado, el tCllC-
bl'OSO conspirar <le las sociedades secretas , ~\\'ietc destruc-
tor de instituciones y fecundo semillero de venganza", Nue-
vas simpatías tI'ajo á la causa de los presos, de los confi-
nados y de los per~eguidos la sangl'e de múrtil'es ilu~tres.
Porlier en Galieia, Laey en MallOl'r<l, Bellf'an ele Li~ ~. Vi-
llal en Valencia, pnrgaban en el ca(lalso la mala fortulla tle
sus tentativas por restablecer el sistema (l(,[,l'ocado en 1814.
Algo mas que esfuerzos aislados se necesitaban para (les-


. truir un gobierno establecido, aunque genen\bncnte odiado
y nada robusto. Industria tuviel'on las sociedades secretas
para es tender sus ocultas redes en el seno del ejército reu-
nido, para trasladm'se á I1llestrns posesiones amel'icanas,
cerca de las playas andaluzas. Alli sonó el gl'ito ele libertad
el dia 1.0 del año de 1820: tuvo ceo en toda Espafm;
y el 7 de mano juraba Fernando VII, lila] su gnHlo, ulla
Constitucion que seis allos antes pudo modilieal' libre-
roentr.




INTHOIIUCGIUN. 131
lleslah\eeida esta pOI' IIlIa setlicion militar, el vicio de


su OI'jgcn daúáltaJa snln'emanCl'a. No illspil'ando el vencido
conliallza ú los Yl'nce,IOl'('s, tomm'on estos medidas de pre-
callcion, y cllllwzaron pOI' rodca!'lc de los p¡'oscriptos del
alltcriOl' pc¡'it)(lo, ([1w llesplH's de penler la pureza p¡'imiti-
va en sus m::H["inneionl~s secl'elas, traian ulcerarIos los co-
('azones pOI' SllS agnwios, y ademas se lwesentalJan divini-
zados con la eOl'{)\l(l del martirio. Ol'ganos de la voluntad
sobe¡'ana, impusicl'oll la snya al monarca ya resentido, y
l'xu('el'hal'on asi su rescntimiento. Exacerbál'onlo aun los
I'II1'OI'('S tle muellOs, (file, maltratados durante el mismo pe-
('iodo, pensaron hacel' imposible la vuelta del régimellab-
solulo, conmoviendo los elementos de la sociedad antigua.
Desqlliciada esta, urgía cchar los cimientos de otra nucva,
), á falla de operarios inteligentes y subordinados, los dis-
tolos y los empir'icos pusieron mano á la obra. Ufanas las
lógias masÍJnicas \Ie qne sus ~ecretas, pel'o uniformes y con-
v('('genl('~ e~eiraeioll(,s, habiall proporcionado el tI'iunfo ob-
[('Ilido sobre el d(~bil B1OIHU'Ca, se lisongearon de dil'igil' de~­
de sus 1e1l1'l)rosos asilos la mal'eha del gobicl'llo , y exigle-
,'011 (le los agentes de este una sumision absoluta. Negaron-
se muchos de ellos, y se OI'ganizaron de I'esultas nuevas
asociaciones destinadas á oponel' al régimen recien plantea-
do los mismos embarazos eH que se habia estrellado el an-
I ¡gu lt • De~de entollces las venlas, las torres y las ch.ozas,
hiciel'on gnel'l'a á las lógias, y sobre todo los comuneros
l~lI1peÜal'oH eOll los !nasones una lucha que debia devorar á
IIlIOS y ú otros. :\hOl'3 los antiguos desterrados eran los
opresorps, y el mOHarea d 0pl'iInido: aquellos disponían del
mando: este se acogia II las conspiraeiones: se hahian tro-




AXALES DE ISABEL JI.


cado del todo los papeles. En los conciliábulos del palaciu
se urdió la famosa jornada del 7 de julio, en la que la guar-
dia real quedó vencida por los milicianos nacionales: muy
de mañana, al saber el rey la entrada en Madrid dc los ba-
tallones de guardias que, por un acto de insubordinacion,
se habían trasladado días antes al Pardo,decia lleno de al-
borozo: Ya soy rey absoluto. Por la tarde, viéndolos huir
hácia las ventas de Alcorcon en derrota , clamaba con eno-
jo : Cast(qad á esos bribones: rasgo que dehe conservar
la historia, porque determina perff'ctamente una de las fa-
ses del carácter del último Fernando. De resultas del 7 de
julio, subieron al poder los hombres mas f'xaltados entre los
liberales. A la sazon desolaba la guerra civil al reino; mul-
tiplicábanse las sociedades patrióticas f'n todas partes, y su"
despropósitos eran continuamente ocasion de motines. Esta
situacion anómala ocupaba entretanto á la santa alianza en
el congreso de Verona. Para invalidar sus delibel'aciones,
hubiera convenido que los diputados españoles de todos los
matices se concertaran é introdujeran de propia voluntad
modificaciones oportunas en el código de 1812. Obstinad n-
mente lo mantuvieron, y al venir la nota del mencionado
congreso se tuvo á mengua acceder á intimaciones de es-
tran~eros. El vizconde de Chateaubriand, acérrimo partida-
rio de la restauracion francesa, al ver que esta ihn murién-
dose por falta de glorín, díspm:o unn espedirion de cíell
mil hombres, al mando del duque de Angulema, para pro-
teger la restauracion española. Sorpresn causó en toda Eu-
ropa la noticia de haberse trasladado aquel ejército en un
paseo militar, y por sus jornadas nntulares desde el Bidasoa
hasta el mar' de Alcides, pasando por Vitoria y por Bailen,




I;'iTllOUIA.:t:lON.


y derramándose pOI' los Arapiles y aposentándose en Zal'a-
goza. POI' hauel'se llevado las Cortes al re)' á Cádiz, retal'-
dal'on la caida del sistema constitucional algunos meses.
Derogólo de \lna plumada Fel'Ilando VII el 1." de octubre
de 1823 en el Puerto de Santa ~laría. Un dia autes habia
1irmado un manifiesto dando segm'idades de no reincidir en
el despotismo; pel'O habia ya larga espeI'Íencia de que el
¡'ey no daba á sus palabras valor ninguno.


Tampoco hacia gl'aIl caso de las amonestaciones de los
llne le prestal'On mas eficaz ayuda. Asi como el general 'We-
Ilington, al despedi¡'se del rey en 1814, puso en sus ma-
nos, por conducto del duque de San Cal'ios , una esposicion
llena de prudentes consejos de buena gobernacion y de to-
lerancia; Luis XVIII, des pues del h'iunfo del duque de An-
gulema, como gefe de la dinastía de los Borbones, señalaba
al monal'ca español el derrotero que le convenia segui!' en
adelante, Su ancialliJad, su espe¡'iencia y sus largos infO/'-
tunios, invocaba Luis XVlll para dal' autoridad a sus pala-
bras: «Ohligacion lcneis de Ill'oporcionar á vuestros súbdi-
)¡{os el reposo y la ventura ... Los príncipes cl'islianos 110
» pueden reinar por medio de las proscripciones .. , Entiendo
» que un decreto de amnistía seria tan úlil á los intereses
» de V. M. como á los de su reino ... Lejos de aumental' ulla
») arbilmriedad ciega el porler de los reyes, lo debilita. Si
)1 este podel' no cstá sujeto á l'cglas, si no reconoce ley nin-
») gUIla, sucumbe muy pronto bajo sus p¡'opios capl'ichos,
» se destl'llye la administmcion, se retira la coufianza, se
») pierde el c\'édito, y los pueblos inquietos y atormentados
») se precipitan en las revoluciones.» Tan digna y ellérgica-
'mente hablaba el soberano francés al rey tic Espaiia, Toria,




134 A,,,\LES ])E ISAIlEI~ II.
en vano. He instalado en la plenitud de sus atl'ibuciones, re-
pitió en el otoño de 1823 los desaciertos y las cl'Ueltlades á
que se habia abandonado en la primavera de 1RH,


Ciertamente aquel rigol' insano pudo eohonestarlo, al
modo de ver de algunos, la desesperada empresa df\ UIlOS
pocps refllgiados que zarparon de Gibrallar con rUllIho il
las costas españolas, y se posesional'OH de Tal'ifa. Pel'O la
pel'dieron muy en breve, yel gobierno, seguro de sus fuer-
zas despues de tan fácil victoria, habl'ia dehido hacer, en
fin, lo que mez(/uiuas pasiones le impidicran hacel' anles·
Mohinos se desengañaron los que seneillamente nnl¡'iall el!
sus corazones tan halagüeña esperanza. Fcmando VII no es-
taba cortado para merecer las bendiciones de los hijos de
España, dejc'mdoles feliz memoria de clemente. En vez de
cobijar los estl'avÍos pasados con el manto dd olvido, y de
ser desde luego generoso pm'a ostentarse despues justo, se
ohstinó en preferir el odioso sistema inaugurado meses
atras por las interesadas sugestioncs de \lU \Hu'litlo fanú[ico
é idiota: en vez lle llesarmar con henefieios íl los (Iue le hos-
tilizaban desde fuera, cseitó COII nuevos rigOl'es á los mu-
chos moderados que conservaban en lo interior una actitud
neutral y aun sumisa. Con estos se empezaron ú pohlar la:;
carceles y los presidios; y fue grande el número de los que
se viel'Oll obligados á huscar eJl paises estt'unp;cI'os lu segu-
ridad que no encontrauan en el suyo propio. tllla policía sus-
picaz é implacahle; la tcrrihle instiLucion de los yohlll[arios
realistas, simbolo de la rcarcion anllada', ('11 la (lit(' ya el
11'0110 habia in[('\'~'sado al pueblo; ~ I'll'xiguo illdul!o }luhli-
('ado al fin pOI' (,1 monarca, ~ que, ú juzgar pOl'sn [(':\10, pro-
pemlia IIW:' hien Ú P~(,H\'lH'('\'r tI"e Ú ('oll~obr ú los venei-




I:"iTlIODU«J():"i • 135
do:,;, ueslilldal'on pcl'fectamenlc el di:,;guslo de la:,; pcrsonas
de huena voluntad y de intencion sana, el contentamiento de
los espíritus lllezquillos y supersticiosos, y la propension
natural del I'CY Fcmando á la timnÍa. En fin , la persecu-
cion se hizo mctódica y unifol'lllC, general el recelo, la paz
imposible.


En las esfcl'(\s del gobierno pl'evaleeia la opillion 1II0ue-
mda: anles de mueho quedó totalmente fuera de juego. El
conde de Ofalia y (Ion Francisco Zea Bermudez ocuparon y
penlicl'oll sueesiY¡llllentc el lIlando pOI' tachiu'seles de henig-
nos: el gClIeral Cl'UZ rU(~ ¡H'oce:-!atlo pOI' igual eausa; que;í
la sazoli era HU Cl'ÍllIen y una desholll'a atenual' en la ejecu-
eion la atrocidad de las medirlas (Iue se les dictaban pOI' nor-
ma de su conduela .lmponiasela elrey pOI' sentimicnto pI'opio,
y no movido (le agcllas instigaciones. Un tal Ugarte pl'ivaba
á su lado como gefe de la camarilla. Hombre limitado, {¡ue
~Ie page de UlI conscjcl'o hahia ascendido á agcnte de nego-
CIOS, cl'cyú de hucna fé podcl' gohel'llar abandon3ndose á las
mspiraciones cscentl'icas de un nacionalismo rutinero. Falto
de luces, dc instl'uccion y aun de trato de mundo, no cono-
eia la iniluencia de las doctl'inas proclamadas, ni de las lle-
eesidades m'cadas pOI' una revelucioll de diez y seis ailOs, ni
sospechaha las tendencias de la generacion que iha levauláu-
Jose sohre la suya. V 311amellte le revelahan la enfermedad
que tnll¡aj<lba al cuel'po social los fl'ecueutes conatos de lI'as-
t.orno. En lugal' de combatida, protcgiendo los inlel'eses \c-
gitimo~, y l'estahlecielldo los flle¡'os violados (le la justicia y
el desalTollo de \lila libel'tad I'azonahlc, ~e aplieó ú sofocar 1<1
filie aUlI ('Illos pCI'imlos (le ma:'i opl'esioll :-;e hahia di~fl'Ula­
(\0. Con el re) apoyaha ('~\(' sistellla dI' illlnlel':I11eia ell hl




136 A:'í'\U:S DE ISABEL 11.
Ilecesidad de cstit'par el gél'men l'evo[ucionario: con [os mi-
nistros en la voluntad del monarca: con los estr::ll1geros en
los hábitos naciollale~: COH lodo~, en fin, eula sencillez de su
porte, y eliJa opinion que d~ su deseo del hien se hmia. A
favor del que pOI' [o comun le animaha, impidiel'Oll tal vez los
ministros Illoderado~ alguno de los males de aquellu ,'eaccioJl
tI'emebulIlla, apo~ada hasta en los púlpitos yencl'lldeleeitlu
por la parte mas ahyecta del clero; y d hien (Iue se lltlCia
en estas ocasiolles arrancaba profullllas quejas al partido ra-
mitico, empeüado en dat, ocupacion á los carceleros. ya que
no podia darla á los verdugos.


Personifieacion oficial de aquella sitnacion lastimosa era
el ministro de Gracia y Justicia don Francisco Tadeo Calo-
marde. Este propendia á Ja severidad y á la intolerancia, no
porque estrihara en ellas el deseIIYolvimiento de Hn órden
de cosaR que hnhiertl concebido en su mente y tratara de in-
gerÍ!' cn el Estado, sino á imJlulsos de su senil defe¡'CllCia ú
la voluntad soberana. A trueque de cO\lscn:lr Sil valimiento,
se avino á representar el papel de edilol' rcsponsah[e de
aquellos fUl'Ol'es, que no necesitaha escitar COIl estímulos de
su saila, y á los cuales tampoco era dueílo de poner dique.
Espaüa le hizo manantial de todas sus desventuras, hlauco
de todas sus (¡uejas y pararayos de todas sus j¡'as; y sin em-
bargo liada quitó ni pliSO á favol' de su aparente predomi-
nio. Adular al soberano, y no desI!lerecer de !'1lf.!J'aria, tllvo
pOI' único norte: dejar correr la tlrhitral'iedad 1'11 l'cgll[nt!o
curso y no oponel'la el llH'nOr obstilrlllo fllé Sil cHIpa. Ca)o-
mal'de figmaha, en fin, como inslt'mllento dc los tlesi¡.mios
nada levantados de Sil allgusto mno: romo una de las prl'-
1'OlHlS qlH' !'Uf'nan mucho en los anales (\(' los pud,los y 110




INTRODUCClO:\ •


lienen sigÍlificacio/l propia. Ministro de un rey bondadoso,
hubiera tenido semejanza Calomarde con un planeta natural-
mente opaco, tl'asmitiendo la luz que recibe de un astro
resplandeciente: lIlinistro de un monarca vengalivo, era el
brazo que heria, y no la cabeza ¡¡ue pensaha. Su memoria
solo puede inspirar al historiadol' lástima de menosprecio.


"\1 flartido realista sucedió lo que á todos los que pugnan
y batallan por ejercitar una dominacion absolula; sc f¡'ac-
ciouó muy luego, y el f\'accionamiento eslendi6 susraices has-
ta en el palacio. Increihle parece que hubiel'a hombres eapa-
ees de tachar la marcha, que dejamos descrita en bosquejo, de
poco ellél'giea ódc·sohradamentc eontemporizadora. Todos los
(IHe }1,'ofesaban esta opinion nefanda, y para colmo de escán-
Ilalo eran muchos, se agruparon en torno del infante don
Cúrlos y constituyeron la sociedad denominada del ltngel
l~slel'1ninadol', quc tambien el absolutismo tuvo sus clubs
en Espaüa. Miemhros de ella los mas ignorantes de las órde-
f/('S religiosas p/'olilllahan los templos predicando el ester-
minio de los liberales. Adictos suyos los voluutarios realis-
tas se hacían terriblrs t'jceutores de las venganzas; por el
¡'establecimiento de la illq\lisieion chunaban acordes como
principio de \lna I'ciHJeioll toda,·ia mas espantosa que la que
atenaha á los espailoles hien intencionados de todos los co-
lores. 1\0 pasó Bllleho tirmpo sin que sonara en campaña el
grito de este hando. Diólo rI f"Hncés Bessicl'es, que, arra n-
tado dos años antes de las waflas del suplicio por la in-
Iluencia del elllh l'epl1hlicano de Barcelona, de que era en-
tonces indiyiduo, se alistó posteriormente en las bandera"
dd mas depur¡l(lo ah:<olutismo. Su rebelion le costb la yjda;
prl'o l<l ~ol'it'datl del .\ngef ('stl'/'1IIinadol' no df':"nH1~ó por




138 Al'iALES UE JSAllJir. \J.
estc descalabro. Eco dc su voz rué el lenllllamieulo de
Cataluña en 1827 pOI' dcmas alarmaule, ) ú cuyo aeaba-
micnto tuvo que acudir FCl'llando VII cu pCI'soua. A Sll
vuelta á la corte, la tOl'pe adulaeion le levanto urcos triunfa-
les; y sobl'e alguno de cllos sc reprcscntó al monarca ho-
llando á los catalanes con los pies de su calJallo. Sus par-
ciales no encontl'aron mejor manel'a de gl'angearse su vo-
luntad que haciénuole símbolo de los odios hasta en estatua.


Tras esta sacudida hubo cn el podcr algo menos de du-
rcza contra los libcralcs, Al pl'Opio tiempo, y á fuerza de
perseverancia, introducia don Luis Lopcz Ballesteros en la
hacienda saludables reformas, y ya que en la rcgioll dc las
ideas no podia hacer que prevaleciera el I'ilCiOllal cnsanche
á que le inclinaba su tolerancia, bajo su administraeioll supo
comunicar grande impulso á los intcl'cses matm'ialcs, Tanto
iuflujo han teuiuo los fccundos esfucrzos ue cste minis-LI'O,
IllcreecdOl' de no escasas alabanzas, ([ue cn tiempos poste-
l'iOl'CS sc ha l'ecol'dado la l'egulal'idad con que eH su Ijl~llIjl()
se cubrian las atcnciones uel Estado como la melllOl'ia de l/U
bien pel'dido : y, confumliélluose clmérito de uu illllivi-
duo con la ínuolc del sistcma cn quc Ic locó hacer ti¡,;ul'a, se
ha querido legitimar la identificacion del uno y del Otl'O, y SI'
ha deseado por algunos espÍl'itus irreflexivos la vuclta de
ambos. Abominacíon uel sallo juicio es pellSal' de esla SUCI'-
te: lo que la ruzon aconseja cs vencrar al hombrc que lan-
to bien hizo, y aborl'cccr el sistema que ú tal vilipcll(lio nos
trajo.


Con celeridad pl'otligiosa se UlIlOl¡[OIl,\J'OIl ~lH'CSOS ('01)--
Il'<ll'ios al dCspoli~m(). Elmatl'illlOllio del I'l'y con lloüa ~la­
l'ia Cristina 11(' HOl'holl indlljo ú lof' lihcl'"k:;; ;\ eifl'al' ~us




¡NTlWDUCClO:'I' . U9
espel'anzas en el II'0llO. La rcvolucion dc FI'lHlcia de 18:30
estublccib afeeluosa cOJ'l'cspondeneia entre los emig¡'udos es-
pailOlcs y la genel'acion que en su suelo natal habia crecido
odiulldo las p<'I'secllciones y compadeciendo ti los sacriflca-
dos pOI' ellas. El tálamo ¡'cal dejó de sel' estéril, y se I'esta-
bleció la ley nacional (Iue llama á las hemhras ti la sllcesion
de la cOI'ona. La cnfcJ'Jlledad , que puso al rey ú las PUPI'-
tas de la muerte, y el timon de la nave del estado en manos
de la reina Cristina, ahriú ti los destel'J'ados las fl'onteras
españolas .


. [n año mas de vitla permitió la Pl'ovirlencia á Fernan-
do VIl, despues de haber estado ú pique de pel'derla en la
GI'anja. Allí fueron desenmascarados los traidores. Con los
hombres del Ml,gel eslerminador acababa de hacer alianza
Calomanle y tuvo que huscar su salvacíon en la fuga.' Al
rcy qucdahan muy pocos de sus antiguos scrvidores. No
fueron ellos los (lIle, cU:lIHlo vino ú Madrid convaleciente,
dcscuganchm'oll los lil'os de su carmage, y al son de acla-
maciones le llevaron desde la puerta de San Vicente hasta
palacio. Liherales eran de la nueva ¡¡;encl'acioll en su ma-
yor parte, déhiles todavía para auxiliar á los veteranos de
la lihertad y obtener el triunfo. Nadie 11a pintado mejor la
situacion del pais en u(luel tiempo que el mismo soherano
que habia adoptado el aforismo maquiavélico de dividir pa-
ra 'reilta)', pOI' divisa de sugohierno, euanclo compaI'aba Es-
paüa á una hotella de cerveza, cuyo tapon saltaria á Sil
muerte. :\lItes saltal'a á no medial' la escrupulosidad de su
hermano el infaute don Cál'lol'l, que se pil'aha de ser su mas
leal vasallo micnll'as le dUl'ase la vidn, y tan pt'l'tinllZJIlente,
que mas de uua vez desbarató las HllHluilwrio]H's de sus par-




14.0 ANALES lJE ISABEL n.
ciales. Asi pudo decil' uno de ellos en tiempos posteriores,
que, teniendo don CáI'los la corona de España sobl'e la me-
sa de su gabinete, no se encontró á sus anchas hasta dar
con ella en la calle.


Nuevamente, pudo empuñar fernando VlI las riendas
del gobierno; pel'o la reina Cristina le daba el tono: su as-
cendiente em el iman de las esperanzas de la refol'ma, la
pesadilla del carlismo: se puso cn moda y aun tomó su no m-
bl'e el colol' dcl trage que vcstia cuando el 9 dc diciembre
dc 1829 hizo su entrada en la capital de España: cristi-
nos se llamaron los que se armal'on voluntat'iamente en la
primavera de 1833 con mengua de los realistas, que amla-
ban á la sazon mustios y cabizbajos. Sábiamente enél'gico,
el ministerio Zea Bermudez obtuvo la espatriaciou del infau-
te y la convocatoria de las Córtes, que el 20 de junio re-
conocicl'on á la primogénita de Fcrnando pOI' sucesora del
tl'ono. A la verdad mucho mas numerOso que el bando
libel'al era entonces el carlista, con la difcl'cncia de que flo-
recia atlUe! y caducaba este. Quedándose don Cádos en
Espaiia cabia cn lo posible que hubiel'a clIlpuiiado su cetro,
pasageramente sin duda. Representante del fanatismo é im-
pugnador de la inocencia, por la rígida pertinacia de la vc-
jez sostenido, y por la gallarda osadía de la juventud con-
tl'aria<lo, tardará poco cn aumentar el número de los re-
yes destl'onados errantes por EUI'opa. Con su dcstiel'l'ó
lIntieipado se descentralizaron las maquinaciones de sus pal'-
dales y se \es ohligo á retroceder mucho camino.


Sin que ojos le llol'al'an, porque rll'cino solmnenle vici-
situdes le debia, bajó Fernamlo VII al scpulcro el 2n de
setiembl'(,, ~. PIl Illuy ticl'l1(l cdarl oCllpA el tr'OHn ~II lc¡zíli\llll




INTRODCCCIO~ • U1
sucesora doña Isabel n. Desde luego lo rel'caron hombres
moderados, adictos al antiguo sistema, los perseguidos
en 1814, los emi¡!rados de 1823 , Y la generarion nueva,
trayendo al pais por consecuencia de sus diversos origenes
las complicaciones que maestramente seüala, deslinda y juzga
don Javier de Burgos en su historia. Por desgracia ha deja-
do sin eoncluil' el fondo de su magnifico cuadro, y lo su-
plo con el rápido hosrluejo que traza mi pluma: faltandome
la habilidad del artista, vanamente empleo los colores de
su paleta. A unn amistad inlima con el memorable minis-
tro de Fomento, inlrresnrln por mi parte, pues en ella tenia
fccllndísima enseiwnza, debo In que se encierra en este tra-
bajo. Su espíritu hubiera sido el propio dehabel'lo ejecutado
el señor Bmgos, ya que no se divulgan aqui otras ideas que
las que emitia su voz elocuente hasta en las convel'sacionl's
familiares; y las tuve largas y frecuentes sobre los sucesos
de este siglo con aquel varon docto, hallamlome muy ageno
de (Iue hahia de caberme el triste honor dc hacer la introduc-
cion de su obra despues de escribir el epitafio de su lumba.


Madricl2i de marzo de 18,50.


&ntonlo Ff'rrf'r df'l Rlo.






ANALES
DEL HEINADO DE DOÑA ISABEL 11.


LIBRO POlItERO.


biluarion del pais á la muerte de l'ernando "H.-Testamento de este monar-
ea.-Consejo de Regcneia.-Manificsto de 4 de oclubre.-Alzamiento de las
provincias rIel Norte.-1I1ovimientos parciales en otros puntos.-Retrato de
don l/ranciseo tle Zea IlermudeL-Don Javier de Burgo. rremplaza al rontl"
tIc Oralia en el ministerio de l'omento.-Aclos d~ su adminislracion.-Espo-
si<"ion del general Ql,,·;;a.la.-Dcsavcnencia r'ntre el consejo de Gohierno )'
el milljSf('rjo.-I)J'o~·rdos de transaríon abol'tados.-Aparirion de nueyas par-
tidas tic [a['['i0505.- Zarco <lel Yallp ministro tic la Glwrra.-Opcracioncs mili-
larcs.-Oposicion contra Zca.-Reprcsentadon de L1auder.-Proyectos de reu-
nion tIP rórlcs._Modificacion parcial del ministerio Zea.-Don Francisro Mar-
tinez de la Rosa, ministro tle E,tado y presidente Ilrl Consejo de ministros.


Propúngome consignar en estas páginas los sucesos ocur-
ridos en Espaila, despues de la muerte de Fernando VII;
desenvolver Sil origen; fijar su Índole; señalar su enlacc;
1ll0Stl'a¡' de (Iué modo algunos, en que nadie reparó, inflnyc-
,'OH en otros gr:n-Ísimos, y Ilaccr ver por qué tl'{¡miles hall
lIep;ado la causa de Isabel JI, Y la suerte de la nacion espa-
üola al pstado 1'11 filie hoy seencucnlrau. No las han tr'Hielo
:\ é\ ni grílllllcs híltaHas, ni complicadas ne¡!;OciacioHcs, lli




144 A~ALES VE ¡SAllEL 11.


ocurrencias ue yue, por su Jlublicidad, puedan lodos ('al~­
cular el alcance ó determinar' el ¡n/lujo, siuo hechos que
muchos ignoran en todo ú en parte, Íl (¡UC hall sido pOI' lo
comun mal comprendidos y peO!' calificados. Si, al deselltra-
ilar estas causas, tengo tal vez que ueteuel'l1le sohi'e las per-
sonas que, deun modo ti otro, han contrihuirlo Ú Sil desal'l'o-
110, Y descendel' Ú pormenores quc, en cierta manera, ¡HIe-
den llama¡'se domésticos, no temo que }1al'eZCan estos poco
dignos dc la rnageslad dc la historia, ('Han do se piense que
ellos solos pueden esplicar muchos hechos púhlicos que, por
falta del conocimiento de sus anlecedelltes ocnltos, se haJljuz~
gado generalmente de uu modo errón('o. Ih~,dúndolos, la
exactitud mas escrupulosa, la imparcialidad mas severa guia-
rán mi pluma, y, señalando errores funestos, y, de ellos tal
vez sacando las consecuencias deplorahles, procurar.é que no
se resienta mi lenguage de la vehemencia de mi patrioti:-mo,


Singular, complicada, inconcehihle, rra la situaeioll de
España al espiral' Fel'llando YJI. En Santal'('Ill, casi sohre
nuestl'as fl'onteras, se hallaba el infante don Cúl'los fllle, en
junio de 1833, al .iurarse á su solJl'ina doña Isabel porprin-
cesa de Asturias, habia prolesl<Hlo contra la l'e\oeacioll dI'
la ley de Felipe V , sol)!'e la ;.;ucesion l\ la eOl'OlUl. La tena-
cidad y la destl'eza con que hahia l'e~istido Ú eludido el cum-
plimiento de las l'ep('ti(ln~ ordenes del rry su hermano pa-
ra traslaclarse ú Homa, las relacione:.; (I'w se sahia manll'-
ner en España, la lwotcecion (Iue podía dnde su euiiado don
Miguel, poderoso ú la sazon aun, todo hacia temer que al
fallecimiento de Fernando asomasen por aquel lado grandes
peligros. Licenciada una ¡¡ran pa['le del ejército despues tlr
la jUl'a de In p['ineesa, y difrrido su reemplazo, y'a por eOll-




DOÑA liARíA CRISTINA DE BORBON.


Nació en Palermo el 27 de abril dc 1807, sitmdo sus padres l'l'anciseo I,l'e)'
de las dos Sicilias, y doña Maria Isabel, hija de Cárlos IV, rey de España, Desde
luego manifestó un entendimiento claro y una alicion sin limites al estudio, de
ruyas cualidades procuraron sacar partido sus macstros, haciendo de la augusta
princesa, segun la espresion de uu biógrafo, no lo que se llama Ulla muger sahia,
pero siuna mugcr illstruida,-lIabiendo muerto en 1829 la tercera esposa de
Fernando VII, doña María Amalia de Saj()nia, determinó este contraer cuartas
nupcias, y recayó la eleccion en la princesa d~ Nápoles que nos ocupa, quien
,ino á España acompañada de sns padres, verificándose los desposorios en
Aranjuez el dia 9 de diciembre, y el H hizo su entrada pública en Madrid, Desde
entonces doña María Cristina ha ejereido siempre una gran influencia en todos
los sucesos políticos de nuestro pais; madre de Isabel 11, gobernó el reino du-
rantda minoria de su hija, y apoyada en el partido liberal, hizo frente á las di-
liclIltades de la guerra civil suscitada por el inrante don CárlOi, que disputaha
el trono á la reina Isabel.








I
I


, I




tilma PRIUEHO.


sideraciones de economía, ya por respeto á la opillion equí-
voca del pais, no existianen él mas tropas disponibles que
un corto cuerpo que, al mando del gcneral don Pedro Sars-
field , guarnecia las fronteras de Portugal y que, destinado
á sostcner ó apoyar en caso ncecsario las reclamaciones di-
rigidas á don Miguel por el gobierno de Madrid, estaba
imbuido dc ideas con arreglo á las cuales podia, sin in-
currir en contradiccion , favorecer algun dia las pretensio-
nes de don Cárlos. Numerosos batallones realistas, dise-
minados en toda la estension del territorio, bien vestidos,
bien armados, y animados sobre todo de un espíritu unifor-
me dc realismo puro, mgstraban en general mas simpatía
por el infante que por la princesa niña. Una multitud de
constitucionales de 1823 que, amnistiados por la reina en
octubre de 1832, se iban reuniendo en Madrid y alistando,
hajo la proteccion ostensible ó la connivencia secreta del
superintendente de policía San Martin, en compañías de
('rislinos, continuaban, despues de disueltas estas por la
remocion de aquel gefc, juntándose clandestinamente, sem-
brando desconfianzas contra el gobierno, y suscitándole obs-
táculos para obligarle á completar el beneficio de la amnistía,
remediando las necesidades de diez años de proscripcion. Ex-
hausto como siempre el tesoro; dividida como siempre la opi-
nion; desconfiada como siempre la generalidad de los habi-
tantes; hostigado como siempre el gobierno por las contra-
dictorias exigcncias de un régimen vacilante y anómalo; tal
era el cstado del pais cuando de repente murió Fernando VII,
á las t,'cs dc la tarde del domingo 29 de setiembre de 1833.


Atendida la direecion liberal que la reina habia dado á
su gobierno cuando, despucs de los sucesos de la Granja,


TO)IO 1. 10




146 ANALES DE ISAIlEI." n.
en el año anterior, ejerciera durante un corto periodo el po-
del' supl'cmo; atendido el disgusto eOIl que aquella princesa
hahia visto la direccion contraria que dió Fernando VII á la
política de su gabinete, cuando, mal restahlecido de Sil 1:\1'-
ga enfermedad, volvió á tomar las l'Íendas del gohiel'llo:
constando á todos que, de resultas de aquella variaeion dr
sistema, se habia removido de la superintendencia genel'al
tle policía al brigadier don José San Martín y alejado de la
capital á otros personages que mostraron adhesion al parti-
do de la reina; sabiéndose ó suponiéndose que la severidad
con que se habia tratado á aquellos sus amigos era olll'a del
ministerio, y particularmente de su gefe don FI'ancisco dI'
Zea Bermudez ; creyéndose por tanto qne la reina abrigaba
disposiciones poco favorables á él; siendo conocido, en fin,
(lile su llermana doña Luisa Carlota, esposa del infante 11011
Francisco de Paula, no recataba el odio que pl'Ofcsaba á Zea
y ú los mas de sus colegas, no hubo quien no pensase filie el
pl'imer acto de autoridad de la nueva soberana seriala remo-
rion ó la modifieacion del ministerio; pero, con asombl'o de'
lollos, apenas habia el rey exhalado el último suspiro. eOI1-
vocó su viuda á los (¡ue lo componi:m, les manifestó que
contaba con ellos como habia contado su difunto esposo, )
les encargó ocuparse de las medidas que exigia la sitmlf'ioll,


EI'an ellas t.an urgentes, tan delicadas, tan difíciles, co-
mo estrecha y apurada esta. Empezúse por reiterar al in-
fante don Cádos la órllen de salir inmediatamente de la Pe-
nínsula, y al ('fecto SI' comunicaron sin perdida de momento
instrucciones precisas al ministro español cerca de don Mi-
¡mel; hiciérollse al mismo tiempo las prevenciones oportu-
WIS al p:I'fll'ral Sal'sfleld y se dil'i¡.d('rOlI Ú los capitanes gc-




UIlIlO PRnlEllO. Hi
l\el'ales de las provincias ordenes que, comunicadas con
celcridad y ejecutadas con celo, contribuyeron u que no apa-
,'eciesen por de pronto otros síntomas graves de escision que
los que, por la indole de la oligarquia vascongada, se ma-
nifestaron desde luego en Vizcaya y, con pocos dias de in-
tervalo, en Alava y GuipÚzcoa.


Dictando estas disposiciones, no se pcrdia de vista otro
illtel'és cuya importancia preocupaba todos los unimos des-
de la tarde del 29 de setiembre. Ya desde ellO, habia lla-
mado el ministro de la Guerra don José de la Cruz la aten-
eion de sus colegas sobre la necesidad de que el rey hicienl
testamento ú de que se les comunicase el que se suponia ha-
he!' otol'gado anteriormente. Los miramientos que el estado
de la salud del monarca obligaba á tener con él y las espe-
ranzas que se alimentaban de que aquel estado no fuese tan
peligroso como lo sospechaba Cruz, hicieron dar largas á
este negocio; pero habiendo insistido aquel ministro sc oh-
luvo del enfermo en 28 del mismo mes la autorizacion para
hacer un nuevo testamento, el que, en su calidad de minis-
tro de Gracia y Justicia, empezó a estender, en clmismo di¡¡
don Juan Gualberto Gonzalez. Pero, no habiendo permitido
concluido la muel'tc del rey, verificada al siguiente, se empe-
zó por buscar el testamento antiguo , nosin que inspirase inquie-
tudes á los ministros la inutilidad de las primeras diligencias
que al efecto se practiearon yel temol' de que las disposiciones
tle aquel testamento, estcndido en una época tranquila no COI'-
respondiesen á las necesidades de otra época de embarazos
y complicaciones.


Encontróse por fin, en una gaveta resel'vada de la pa-
pele¡'u del I'CY difunto, un testamento otorgado en 10 de ju-




148 AXALES DE iSABEf. n.


tliode 1830 que, entre otras tiisposicíones, que ahora no nH"-
I'ecen llamar la atencion, contenia el nombramiento de la rei-
na viuda como tutol'a de su hija, y gobernadora tielreino
durante su menor edad, y la creacion de un consejo de go-
bierno que, por muerte ó enfermedad de la gobernadora, de-
bia serlo de regencia, compuesto de las personas siguiente~:
El cardenal don Francisco Marcó y Catalan.
El marqués tie Santa Cruz. t G -
I{l d d 1\,r d' l' ) randes de Espanl\, ~ uque e le mace 1 .... .
Don Javier Castaños ........ 1 G l
El ' d 1 A '11 enera es , marques e as mar¡ as.
Don José María Puig··· .... ·l M . t d ))on Francisco Javier' Caro .. , agls 1'3 os.
El conde de Ofalia......... Sccretario.


La prevision del testador se habia estendido á uomhrar
lIuplentes, que lo fueron, '
Don Tomás Arias ............ Del Cartiellal.
El duque del Infantado ....... } D I d G d VI d d E - e os os ran es. r. con e e spana.......... .
Don José de la Cruz .......... De los dos generales,
Don José de Hevia Noriega'l ' 1
1) N' l' G 11 De los dos magistral os on _ 'ICO as are y .........
Do~~~~~.~i~.~~ .. ~.~. ~.~~. ~~.r.~ } Del secretario


Las personas que conocian la corte vieron, en las de-
signaciones que preceden, anomalías que habl'ian pUl'ecido
inesplicables á no saberse que la desconfianza hacia la ba-
se del carácter del rey, el cual creia hallar garantías de
duracion en la heterogeneidad de los elementos de sus com-
binaciones. Pero no se pudo menos de observar:


1.0 Que el cUl'denal Marcó, domiciliado muchos años
antes en Roma, llonde le habian naturalizado los altos em-
Jlleo~ 'Iue sueesivamcutc descmpcilara, no era I'ollocillo 1'11




HBHO PRUlERO.


Espaüa, donde lIingun arraigo tenia, y donde solo habia
servido, al principio de su carrera, una ténue prebenda;
razon pOI' la cual no parecia político ponerle á la cabeza de
un cuel'po quc , cn una evcntualidad, acaso próxima, podia
tencr quc cjcI'ccr el poder soberano,


2. o Que parecia menos político aun el nombramiento
del conde de España; pues aunque clevado a los primeros
grados de la milicia y á la elase de grande del reino, era
un estrangero sin bienes ni consistencia alguna en cl pais, y
cuya gI'andeza reciente era estraño ver preferida á las anti-
guas ilustmciones nacionales.


3.° Que, despues dc la cesacion del¡'égimen constitu-
cional, 1mbia estado constantemente el marqués de las Ama-
rillas en desgracia del rey. tanto que, tres meses antes de
iU muerte. se habia éste negado con repeticion a darle la
gran cruz de Cárlos IlI, que solo le obtuvieron las repeti-
das instancias del ministro Cruz.


4. 0 Que en el mismo caso estaba don Nicolás Garelly,
para el cual no habian podido sus amigos recabar del rey
la corta jubilacion que reclamaba de una cátedra que habia
rtervido en Valencia, y sobre cuya coucesion le obligaba á
insistir la escasez de sus recursos.


5.° Que tambien se habia negado el rey á pl'esentar :.í
don Tomás Arias para una mitra para que habia sido re-
cientemente propuesto.


6. ° En fin. que, al otorgarse el testamento, se hallaban
Cruz, Ofalia y Zea en comisiones fuera del reino que, aun-
quc mas o menos importantes , eran mimdas en la corte co-
mo un destierro honroso.


y sin cmbal'go, en 10 de junio de 1830, \tahia e111l0-




150 ASALES lJE ISABEL 11.


Harca designado á estos mismos sugetos , contI'a los cuale~
pm'eció conservar, hasta su última hOI'a, prevenciones per-
sonales, para que, despues de su fallecimiento, ocupasen los
mas altos puestos del Estado.


De los ocho individuos que, incluso el secretario, de-
hian componer el nuevo consejo en calidad de propietarios,
seis estaban en Madrid y solo se hallaban ausentes el mar-
qués de las Amarillas, á la sazon capitan general de Anda-
lucía, y el cardenal Marcó, (Iue vivia en Roma. Avisosc
inmediatamente á ambos; y, suponiéndose que el canlenal
podria no aceptar su nuevo destino, ó que á lo menos no se
presentaria inmediatamente á desempeñarlo, se tl'ató de
darle un suplente, pues Arias, nombrado como tal por el
testamento, había fallecido poco antes. La eleccion de la
¡.::;obel'lladora recayó en don Pedro Font, antiguo at'zobispo
de Méjico, que vivia retirado en Valencia. En la misma ciu-
dad vivia tambien don Nicolás Gal'elIy ,á flllÍell se previno
que se presentase á suplir á don Fr'aneiseo Javier Caro, fjlW
~e hallaha gl'avemente enfermo.


La amnistía concedida por la reina ell octubre de 18:32
en favor de los liberales perseguidos ó espatriados desde
el mismo mes de 1823, habia hecho pensar á muchos que
la inlencion de los hombres que entonces la aconsejaban.
cm restablecer la eonstilucion de Cádiz, ó entemmenle, ó
con algunas modificaciones. Cuando Fernando volvió á 1'11-
eUI'garse del despacho de los negocios, se apresuró su mi-
nist.ro Zea á desvanecer aquella creencia, moLivo de 1ell10l'
rara unos y de espel'anzas para otl'OS ; y ron este fin, hizo
ilbl'i'li\l' ('11 la Gaceta I1n manilieslo fIne, en form[l (k cir('u-
lar, hahia dil'igido con el mismo ohjdo al eUl!l'po diplt))IlÚli ..




LlHRO PRIMERO. 1;) 1
to. Muel'lo ell'ey, lJ<weciall revivil' los I'ecelos y las esperan-
zas antiguas, y estas últimas se demost¡'aball con tanta
mas fuel'za cuanto que las apoyaban hastacicrlo punto, ú
con ciel'tas restricciones, pel'sonages de nombre y de influ-
jo. El principal de estos era el marques dc Miratlores,
gralldc de España rico y popular, que l'ecientemente ha-
bia llamado la alencion pública con una memoria en favor
de los derechos de la reina niña. No habia pasado UIla
hora despues de la muerte de su padre, cuando Miraflores
se presentó en palacio á indicar á la reina viuda la mal'clla
que, en su opinion, debia adoptal'. No siimdole posible ver-
la, habló con la infanta dona Luisa que, con gran pesar, le
anunció que su hermana, consternada por tan repentina ca-
tástrofe, se habia confiado á la direccion de Zea, despues
de haberle este asegurado que nada dejarian por hacer
él y sus colegas para afirmar á Isabel en el trono. No se
desanimó Miratlores; y, pasando por encima dc toda COIl-
sideracioll, se presentó en la matiana del· siguiente dia en
el cuarlo de la reina, sangrada y enferma á la sazon, y logl'ó
hablarla largo rato sobre la necesidad de variar el sistema
político que se habia seguido durante los últimos meses del
reinado de Fernando y de remover á los autores ó instru-
mentos de aquel sistema, poniendo en su lugar personas
que profesasen principios opuestos.


Dos dias despues (el 2 de octulJl'e) don Vicente Genaro
de Quesada, que, en su calidad de comandante general de
la illfanlcl'Ía de la guardia real, tenia entl'ada franca en el
aposento de la reina, le manifestó los mismos sentimientos
qne Miratlores, pero con aquella franqueza militar que
suele confundirse con la dureza y que, por lo común. deja




152 _"-NALES DE ISABEL U.
una huella mas profunda que las observaciones moderadas


• y comedidas. Estas gestiones de dos hombres tan impor-
tantes no produjeron, sin embargo, otros efcctos por de
pronto que el de condenar á un dcstierro honroso al gene-
ral, nombrándole capitan general dc Andalucía; el de em-
peñar entre éste y el ministerio una lucha 'poco decorosa,
que se terminó con una transaccion mcnos decorosa aun, en
virtud de la cual fué trasladado Quesada á la capitanía ge-
neral de Castilla la Vieja, y el de comenzarse contra )1i-
raflores un procedimiento que él conjuró por una csplica-
cíon enérgica con el prcsidente del consejo, el cual tuvo el
buen sentido de no mostrarsc irritado de ella.


Pero las manifestaciones decididas y enérgicas dc Mi-
l'aflores y de Quesadahacian ver claramente quc se abrigaban
deseos y aun se eoncebian esperanzas de una variacion de
régimen. Contribuian poderosamente á mantenerlas y au-
mentarlas los amnistiados del aÍlo antm'ior, que ya, á
pesar de los esfuerzos de la policía, se habian reu-
nido en Maddd y en Barcelona, y que, conceptuando
que la amnistía les seria inútil si no se les l'einstalaba en
sus antiguos empleos, 'Y no esperando esta ventaja sino
del restablecimiento del régimen bajo el euallos obtuvieron,
se lisonjeaban de forzal' á ello al gobierno por el aire de
legalidad que afectaban dar á sus pretensioncs, por la se-
guridad con que las presentaban como la csprcsion de una
necesidad legítima y aun urgente, y por la constancia, en
fin, con que pretendian interesar en su logro la opinion pú-
blica, que para ello trabajaban en todos sentidos y por
toda especie de medios. El ministerio creyó, pues, deber
fijar las ideas de todos por medio de una nueva y mas de-




LIBRO Pru~IEB.O. 153
cisiva manifestacíon que la que habia hecho en el ailO an-·
terior, y en consecuencia estelldió é hizo publicar el célebre
manifiesto de 4 de octubre (apéndice núm. o 1.0) en que la
reina gobcrnadora anunció esplícitamente su propósito «de
»conservar intacto el dcpósito de la autoridad real, de man-
),tener religiosamente la forma y las leyes fundamentales
»de la monarquía, sin admitir innovaciones peligrosas, y de
»trasladar a la reina el cetro de las Espaüas íntegro y sin
»menoscabo ni detrimento» lo que equivalia a decir que
procedería como tutora de una reina absoluta. Estas ideas
de gobierno formaban la base dc las convicciones y del sis-
tema político del gefe del ministerio don francisco de Zea
Bermudez, segun el cual ni el testamento que revestia á la
reina viuda del caracter de gobernadora, ni el derecho co-
mun de las naciones, ni el particular de España, permitian
modificaciones de ningun género en cuanto al modo de ejet'-
cer la sobel'anÍa.


Estas consideracioncs tcóricas sobre la fOl'ma de go-
bierno, que el ministerio juzgaba convenir, ó que no se
creia autorizado á alterar, eran reforzadas en su seno por
consideraciones de otra especie que se suponian decisivas
y que, mas quizá que el deseo de sostener la pureza de las
doctrinas monárquicas, ó de mantenerse en los límites que
el testamento le señalaba, influyeron en la redaccion del
documento del 4 y en la celeridad de su publicacion.


Conocidos eran los principios políticos de todos los ga-
binetes de Europa y su deseo de reprimir el espíritu revo-
lucionario que parecia arrepentido de haber levantado en
F,'ancia un trollo nucvo sob,'c las ruinas dc otro que aca--
haba de destruir, y que á aquel y á todos amenazaba á UIl




t 54 A:>.ALES DE ISABEL U.
mismo tiempo con la estension que iba diariamente dando
ú sus doctrinas. El monar'ca mismo que habia debido á ellas
la corona de san Luis, temia que la latitud indefinida que se
les diese podda arrancarle el cetro de las manos, y, para
impedirlo, hacia causa comun con los reyes antiguos, que
por su parte se felicitaban de la coopcracion del rey nl:levo.
Supúsose, pues, que este no veria sin inquietud que eu Es-
paña se restableciese una forma de gobierno que, por la vi-
ciosa combinacion de sus elementos, por la falta de equili-
brio entre sus poderes, por la elasticidad de sus dogmas
poHticos y pOI' la funesta facilidad con que se habia abusa-
do de ellos en ulla época ¡'eCienLe, hacia, no solo posible,
sino p¡'obable, y aun inminente, la anarquía de que, bajo
aquel régimen, habia dado España al mundo pocos años
antes el triste y doloroso espectáculo. Supúsose asimismo
tlue la Inglaterra, trabajada constantemente por el furor
de las alteraciones indefinidas en la constitucion dcl pais,
(¡ue el radicalismo presentaba como consecuencia inevita-
ble de la ¡'e forma parlamentaria, embarazada adema s COII
la situacion singularmente complicada de Portugal, y,
no olvidada sin duda de la inutilidad de los esfuerzos que,
en 1822 y 23, hiciera para desviar a España del borde del
abismo. en que al fin se precipitó. no desearia (Iue volvic-
sc á cnsayarse el régimen á que se debiéroll aquellas des-
g¡'aeias.


A todas cstas indicaciones sc habia cl'ciclo oCUl'l'i., con
el manifiesto del 4" cuya publicacion sc estimó tanto mas
U1'gcnte, e.nanto se temia quc los gabinetcs dc las Tullel'Ías
y de San Jamcs concibiesen recelos SOhl'C el uso que .le sn
Iluc,a e ilimitada auto,l'idad haria la reina gobcl'lladol'tl, ...




LlBRO PlUMERO. 155
quien antes se habian supuesto veleidades constitucionales,
o disposieion a lo menos para concesiones de cste género.
El gobierno de MadI'id tuvo derecho de pensar que su ma-
nifiesto habia sido un grande acto de política cuando vió
que ambos gabinetes se apresuraron á manifestarse satis-
fechos de su nuevo programa, y que, ademas de la apro-
bacion categórica del embajador francés, conde de Rayne-
val, y del asentimiento algo menos esplicito del ministro
inglés, MI'. Villiers, el Globo y el Times, en Lóndres, y
el Diario de los Debates, en Parls. órganos de las opi-
Iliones ministeriales, no titubearon en declarar oportuna y
conveniente la marcha que por él se anunciaba. Natural
era que, al ver que la juzgaban tal un ministerio wigh en
Inglaterra, .otro de la revvlucion de julio en Francia, y los
diarios semi-oficiales de ambos paises, se pensase que los ga-
binetes absolutistas de Petersburgo, Berlin y Viena de-
bian mostrarse muy satisfechos aun; y asi, señaladamen-
le el de Austria, se mostraron, en efecto, todos ellos, los
cuales, á no sobrevenir á poco ocurrencias graves que cam-
biUl'on sus disposiciones, no habl'ian verosimilmente tanla-
do en reconocer á la reina, evitando asi al gobierno espa-
iíol algunas gl'aves complicaciones. Iguales disposiciones
fué permitido ver en el gabinete pontificio, cuando á
poco se recibió del cardenal Marco una carta llena de es-
Ill'esiones de gmtitud, y conteniendo la declaraeion for-
Illal de (llIe iria á tomUl" poses ion de su plaza en el consejo
,le gohic1'llo, apenas U1Tcglase algunos negocios pell-
dicntes.


TnllltlUilo ti gabinete espaiíol COIl el ¡'econocimicnto cs-
"licilo y aun amistoso y cordial ele lo~ dl' Fl'lIllcia y de




156 .\~ALES DE ISABEL 11,
lnglaterJ'a y COIl las disposiciones benévolas de los tl'el'
gl'andes soberanos del Norte de Europa, se lisonjeaba adc-
mas con la creencia de que la franca manifcstacÍon de sus
principios de gobierno calmaría, por una parte, las inquie-
tudes que á la mayoría de los españoles inspiraba el recelo
de ver renovados los desastres del último periodo constitu-
cional, y satisfaria, al mismo tiempo, al partido libcl'aJ,
por la seguridad dc las mejoras progresivas que se UllUll-
ciaban y que se tenia la intencion dc realizar en breve. No
sucedió asi, sin embm'go ; y el manifiesto descontentó igual-
mente á los absolutistas y á los constitucionales. Los pl'i-
meros decian que no era necesario esplicarse sobl'c la mul'-
cha . del gobierno de la reina, que suponian trazada en el
tcstamento, del cual, en opinion de ellos, no podia sepa-
rarse la gobernadora. Los constitucionales, al contral'io,
pensaban que, con arreglo á las antiguas leyes, cra indis-
pensable convocar las Córtes, esperando de su reunion al-
teraciones en la forma de gobierno, de las cuales aun 110
se determinaba la Índole, pero de quc ya sc preconizaban
las ventajas. Los absolutistas creían que la gobernadora se
{)bligaba á mucho prometiendo mcjol'as, de quc sospecha-
ban que harian parte concesiones contrarias á las preroga-
tivas del trono. A los constitucionales no satisfacian pl'O-
mesas, que graduaban de insuficientes é incompletas, cuyo
~umplimiento temian adcmas que se eludicsc sin termino,
y dc que, en su dictamen, ofrecia pocas garantías la COIll-
posicion del ministcI'io del rey difunto.


Ya, desdc el año antel'ior, se habia l)l'cvisto eH algu-
nas provincias que, á la muerte (lel rey, no dejaría este úl-
timo Plwtido de haecr ('~fttel'zo~ para asegUl'ar el lriunfo ti"




lIBRO PRIMERO. 157
~IIS uoetríllas y restaLlecrl' de ulla manera Ú otl'a el r(\¡!i-
mm constitueional.


Hombres que temian ver comprometiuos sus interese~
en el cambio de sistema político se aprovecharon del temor
llue mostraban los pueblos ue ver renovauas las calamida-
des que coincidieran últimamente con la existencia de aquel
régimen, e indicaron la elevacion ue don Cárlos al trono co-
mo el único meuio de conjurar aquel peligro. Esta idea, ro-
bustecida por los sentimientos religiosos, los principios ab-
solutistas y la caballerosa honradez que se atribuia á aquel
príncipe, ellndió y se fortificó de manera que las fiestas ue
la jura de UOñ,l Isahel como pl'incesn de Asturias se mira-
ron en todas partes con desden y cn algunas con señalcs de
enojo y aun de desprecio. Sin embargo, fuese por la con-
fianza que se tenia en la unanimidad de las simpatías en fa-
vor del Pretendiente, ó por que no se creyese tan inmediata
la muerte del rey, ó por que se temiese correr los peligros de
una conjUl'a, ó por apatía, ó por cualquiera olra razon, en
pocas provincias se hahian tomado precauciones especiale!i
ni roncel'tádose medidas previas para asegurar el triunfo
de don Cárlos. En las vascongadas, algunos hombres in-
fluyentes se habian puesto desde enero de 1833 en comu-
nicacion con los absolutistas de Madrid y de Castilla, y en-
tendidose para pronunciarse simultáneamente al punto que
(~onstase el fallecimiento de Fernando. Llegada el 1.0 de oc-
tubre ú Vitoria la noticia de este suceso con la de que en
-Madrid no se habia altemdo la tranquilidad, temió el coman-
dante de los realistas dc aquella ciudad don Valentin Ve-
rastegui, y se mantuvo en observacion. El marques de Val-
dcspina, y don VI'ancisco Javier Batiz, no fueron tan cil'-




158 ANALES !JE IBIlEI, n.
fllIlspeelos en Bilbao, y el 3, eH auscncia uel scgundo Ji-
¡Hllauo don Fernando Zabala, que dcbia ponerse a la cabcza
ti el alzamicnto, lo verificaron, prendiendo al primer diputa-
tlo Uhagon y al corregidor Mota, y proclamando a Carlos V.
lnstl'uiuo ue estos sucesos Verástegui, dió las órucnes para
vel'ificar su movimiento cl 7, dejando salir dc la ciudad, por
una cspecie de capitulacion , al coronel Villas ana , que no
üreyo poder oponerse á él con los trescientos ó cuatroeien-
los hombres que mandaba y con los carabineros del res-
guardo. Proclamóse cn el mismo dia á don Cárlos, creóse
al siguiente UIla junta pal'll atender a la subsistencia de los
tres batallones de naturalcs armados que por de pronto S(~
¡,cuniel'on, y se dió el mando de esta y de las de mas fuel'-
zas de Álava, que debían incorporfU'sele eIl seguida, al mis~
1110 Vel'ástegui y al brigadier Uranga. Estos dos gefes con-
vocal'OIl al punto á los naturales armados, quc se llamaban
realistas de Alava, yen dos dias reunieron diez batallones
con una fuerza de seis mil hombrcs. Enll'elanto, el general
don Santos Laul'on , escapauo de Valladolid, donde se ha-
llaba de cuarlel, se presentó en Logl'oño, sublevó la Rioja,
y se preparó pal'a hacer oh'o tanto en Naval'l'a, contando
con la populal'ida{l que le diel'an antes en aquel pais sus
campañas realistas y un mando importante que hahia teni-
do en Pamplona,


Cuando llegó á Madl'id la pl'imel'a noticia de estos suce-
sos, que coincidió con la de oll'a lenlali\:l de inslII'l'('ccion,
hecha en Talavcl'u de la Reina pOI' don Antonio GOllzalez,
muchos sugetos adietos al sistcma I'ccientemellle 11I'0clamil-
do pOI' el minislrl'io pI'etendiel'oll que, si CH Bilbao y Vi-
¡oria, sc hubiese conocido á tiempo el manifiesto t1eI4, no




LIlIRO PRIMERu, 1;',9


se halwia verificado el levantamiento de aflucllas pt'ovincias,
f(lIe los mismos slIgetos alrilmian solo al temor de 4ue el go-
hicI'II0 constitucional, quc cllos cl'ciuu dehcr suceder al MI
I'ey, dcrogase sus antiguos fueros.


Nada era mas fácil que refutar cstas presunciones va-
gas, fundadas sohre indicios tan equÍvocos por sí mismos,
.Y desvanecidos ademas por hechos notorios. En efecto, d
aprgo á los fueros no era tan general en las provincias pI'i-
vilegiadas que las empeñara á armarse en masa para de-
frntlerlos.


San Sehastian, por ejemplo, considet'ada, cn razon tlr
Sil situaeion topográfica y de su importancia mercantil, co-
mo la verdadcra capital de Guipúzcoa, se habia en mas de
una oeasion manifestado pI'onta á renunciar á las ventajas
dcl l'égimen rOl'al , 4uC solo se lograban á costa de grandes
sacrificios. En Navarra los hombres despreocupados hahian
ya visto los mismos inconvcnientes, que estahan lejos dr
compensarse pOI' la cslél'il iutervellcion de sus magnates en
un simulacro dc c()\'lcs provincialcs. Era elaro adema s que,
alln siendo IInúnimc el des('o de consel'var los pretendidos
privilegios, no hahia por qué hacer para ello esfuel'zos al'-
,'iesgados y dispendiosos, cllando ninguna tentativa habia
hecho nadie pal'a qUittll'sclos, ni dado el menor indicio de
tal inl.encion. 1;:I'alo asimismo qne, cualesquiel'a que fuesen
las qlle supusiesen al gobiel'l1o, la pl'Udencia dictaba que se
'Igltal'dase á Yl'J' de dios algllna señal, antes de at'I'ojal'sl'
pOI' lIIl n'celo f(uimél'ico á lIlIa lucha, desigual destle luego.
y dc hito mas que dudoso á la postre. Añadíase á estas
eonsidel'aciolles ohvias (¡ue, ni aun en su orígen, se limita-
ba la inslll'reccion á las provincias pI'ivilegiadas, puesto que,




160 ANALES DE ISABEl. n.
ademas de la tentati,a hecha en Talavera tres dias des pues
de la muerte del rey, un dia antes que lanzase Bilbao el
grito de insurreccion, coincidia un movimiento igual verifi-
cado en un valle de la pl'Ovincia de Santander con el 31z3-
miento de Alava, sin que en tilla ni en otra provincia hu-
biese fueros que defender. La resistencia que, pocos dias
despucs, hicieron á su desarme los realistas de Madrid, el
levantamiento de la parte oriental del reino de Valencia y
otras insurrecciones parciales, que se sucedieron, des pues
de publicado el manifiesto, en provincias sujet3s á las le-
yes comunes del reino, acab3ron de fij3r las ideas é hicieron
"cr á todos que los diferentes movimientos insmrecciona-
rios teftian un origen y un objeto comun, que procedian
de una combinacion mas ó menos esplicita, cimentada sobre
In identidad de los deseos de ciertos hombres, sobre la anal
logía de los intereses de ciertas clases, y encaminadas á
sentar sobre el trono de Fernando VII á su hermano don
Cárlos, de euyo gobierno esperaban cllogro de aquellos de-
seos, y la conservacion de aquellos intereses. Vióse gene-
ralmente entonces lo que, desde mucho antes, tenian visto
y anunciado los hombres que habian estudiado su pais; á
saber: que los enemigo!; del régimen representativo no se
contentaban con las seguridades de un absolutismo como
quiera, ni menos con la de un absolutismo progresivo, sino
que necesitaban ó cxigian uno estacionario, y aun, si era
posible, retrógrado, para cuyo cntronizamicnto contaban con
la cooperacion mas ó menos eficaz de las masas ignol'antes
y con la inercia de las clases ilustrad3s , cans3das ya de
reacciones funestas, y amedrentadas por la pl'ogt'esion de
los males r¡ur acarrearon las que, en ellrascUl'so de vein-




LIBRO PRIMERO. 161
te y cinco años, se habian sucedido en nuestro suelo. Vió-
se, en fin, que el manifiesto del 4, de octubre no habia lle-
nado su objeto COII respecto a los absolutistas.


:EI gobiemo el'a el unico quc no veía esto, y casi no po-
dia verlo, compuesto como estaba de personas que, ó ha-
bían vivido mucho tiempo fuera del reino, ó no habian sali-
tlo de Madrid en muchos años, y a quienes por tanto eran
desconocidas las necesidades del pais, y los habitos y los
sentimientos de sus moradores. Estos ministros, de cuyo
caractel' y circunstancias no sera ciertamente inoportuno ha-
cer una breve reseña, eran:


Don Francisco de Zea Bermudez, ministro de Estado,
presidente del. Consejo.


Don José de la Cruz, ministro de la Guerra yencarga-
do del despacho de Marina.


Don Juan Gualberto Gonzalez, de Gracia y Justicia.
Don Antonio Martinez, de Hacienda.
El contle de Ofalia, de Fomento.
Don Fl'aneisco de Zea Bermudez, había comenzado á


servil' en Uusia durante la guerra de la Independencia, y
Mchose conocer por su actividad y su destreza, que desde
luego revelaron en él un habil diplomático. Ministro pleni-
potenciario de España en Petersburgo al proclamarse en
Matlrid en 1820 la Constitucion de 1812, sirvió con celo la
causa constitucional, y vió disminui,'se por cllo la conside-
racion con que le tl'ataba el emperador Alejandro. Restable-
cido el rey en 1823 en la plenitud de sus derechos, Zea,
que, durante el régimen anterior, habia sido nombrado mi-
nistro en Constantinopla, volvió á serlo en la corte del Czar,
y como éste mostrase escrúpulos para su admision, fué


TOMO 1. 11




162 ANALES DE ISABEL 11.
Zea, en 1824, trasladado á Lóndres, de donde, á los
pocos dias, se le llamó para servir el ministel'io de Estado.
Llegado á Madrid, se indispuso con el favorito don Antonio
Ugarte, de quien se deshizo envitmdole de millistro á Tu-
rin. A su vez fué él denocado por Calomarde y lanzado á
Dresde, desde donde mas tarde volvió con su antiguo carác-
ter á Lóndres, y de alli, por segunda vez, pasó á ocupal' el
ministerio de Estado á fines de 1832. Condújose esta se-
gunda vez en su desempeño como lo habia hecho la primera,
y como lo volvel'ia á hacel' si, por tercera vez, fuese elevado
al mismo puesto; pues Zea es de los hombres destinados á
haeer siempre lo mismo que hicieron una vez. Los que le hall
conocido no pueden csplicar la especie de apego que mos-
traba al mando, siendo asi que jamás ministro alguno disfl'u-
tú menos de sus velltajas. Lahorioso hasta pasar en su des-
pacho catorce ó quince horas cada dia; desinteresado hasta
habel' salido de sus dos ministerios sin una banda siquiel'a,
(pues las que tiene se le dieron en el intel'Valo del primr-
ro al segundo, cuando en una especie de destierro desempe-
ñaba su segunda mision en Lóndres); separado del comer-
cio del mundo, hasta no vérsele jamás en paseo, teatro ni
concurrencia alguna, ni recibir en su casa mas que á sus in-
mediatos parientes; contraído á las ocupaciones de su desti-
no, hasta no pensar jamás en su existencia actual, cuanto
menos en su existencia ulterior; frugal en su mesa, descui-
dado casi en su vestido, Zea no tiene ninguno de los estí-
mulos que hacen á losdemas hombres ambicionar el poder.
Y, sin embargo, se habriapensado que gustaba de él al
ver la frecuencia de sus visitas al rey y á la gobernadora,
visitas que, no siendo motivadas por las necesidades del ser-




LIBRO l'RlMERO. 163
vicio, pues ningunas habia que exigiesen largos y repetidos
despachos diarios, pareeian mas bien dil'igidas á ohsenal'
al soberano, y á impedir que ningun otro lo rodease. Por
lo demas, lea, dotado de sagacidad, procediendo siempre
de huena fé, deseando el bien con ardor, tenia cualida-
des que haeian á muchos de los que no le trataban de cerca,
juzgar' mal de la estension de sus luces y aun de la rectitud
de sus miras. En efecto, lea era á veces abstracto, y aun
quimérico en sus concepciones; incoherente y prolijo en sus
discursos; alternativamente, y segun las inspiraciones de
momento, ó las necesidades que creia tener, y que no eran
sieml)J'!~ las que tenia en l'ealidad, franco y reservado, con-
liado y suspicaz, acalorado y frio, ohstinado y dócil, incier-
to en sus aficiones, dulce con apariencias de áspero; desi-
gual, en fin, como todos los homhres apegados á sus pro-
yectos, y á quienes este apego mismo impide ver y calcular
con antieipacion las circunstancias que obligan tal vez á mo-
dificarlos. Sobl'e todo, lea, habiendo vivido desde su pri-
mel'a juventud en los paises estrangeros, nada conocía ab-
solutamente del estado interior del suyo.


Don Joséde la Cruz empezó á servir de simplesoldado, y
su inteligencia y su aplicaeion le hicieron muy luego aseen"'""
del' á o11cial. De grado en grado, se elevó al de mariscal
de campo, y I'egresado de América, donde mandó con di s-
tiucion muchos años, fué ministro de la Guerra en 1823.
Al año siguiente intentó quitar á la institucion de la mili-
cia voluntal'ia realista lo que tenia de exagerado y de in-
compatible con el reposo público. Sucumbió á las asechan-
zas de los intel'esaflos en el rlesórden, y habria espiado en
un cadalso sus intenciones generosas, si circunstancias fe-




164 ANALES DE ISABEL II.
lices no hubiesen salvado su inocencia y permitido confun-
dir á los que intentaron mancillarla. Aunque elevado á te-
niente general por indemnizacion de sus injustos padeci-
mientos , tUYO que ausentarse del reino con una comision
honrosa, peI'O insignificante, y se fijó en Burdeos, donde
permaneció hasta que, des pues de los sucesos de la Granja,
fué en 1832 llamado de nuevo al ministerio de la Guerra.
El escarmiento anterior debia hacerle cauto y cil'cunspec-
to; y de un hombl'e á quien sus principios de órden y de
justicia habian espuesto poco alltes á tan gl'andes riesgos,
no se podia exigir que ostentase en su segunda admillistl'a-
cion una energía que pocos hahian sabido apl'eCiUl' en la
primera.


Don Juan Gualbel'to Gonzalez, ministro de Gracia y
Justicia, habia subido á este puesto pocos meses alltes de la
muerte del rey, dejando el de fiscal del Consejo de Indias,
que con buen concepto habia desempeñado muchos años.
Humanista distinguido, jUl'isconsulto habíl, magistrado ir-
reprensible, Gonzalez amaba demasiado el reposo para <fue
no apUl'eciesen apáticos sus hábitos tranquilos y teuia un
carácter demasiado dulce para poder luchar con las dificul-
tades de la situacion.


Don Antonio Martinez, ministro de Hacienda, habia
servido sucesivamente varios empleos importantes de este
ramo de la administracion , en cuyo desempeño habia lla-
mado la atencion por ciertos aires de deferencia que suelen
equivocarse con los del obsequio, y cierta pUlltualidad de
asistencia á las oficinas, que frecuentemellte se confunde
con el celo. Como ministro, no tuvo mas sistema que el que
en toda su carrera habia tenido siempre corno empleado,




LIBRO PRnIERO. 165
á saber: el de evital'se compromisos, no promover compli-
caeiones, y no tomar parte en ellas cuando, contra su vo-
luntad, se habian promovido.


El conde de Oralia servia el ministerio de Fomento,
creado en 1832 dUl'ante la intel'illidad del gobiel'llo de la
reina. Empezó sus servicios en la cal'l'CI'a diplomática, sa-
lió de ella para entrar en la de la Justicia, fué ministro de
este ramo en 1823, Y pasó en 1824 á serlo de Estado. A
pesar de sus hábitos de obsequio y de contemporizacion,
chocó con el favorito Ugarte y fné lanzado (le su puesto á
los pocos meses, no sin humillaciones y sin peligl'Os. Dió-
sele mas tarde una comision diplomático-económica en Lón-
dres, de donde pasó á París en calidad de embajador. De
este destino fué trasladado en fin de 1832 al ministerio de
Fomento con grave perjuicio suyo, y aun con daño de la
causa pública; pues Ofalia, diestro y flexible diplomático.
servia bien á su patl'ia en la emhajada de Pal'Ís, y no pudo
servirla cn un ministerio nuero, para cuyo desempeño se
necesitaban conocimientos administrativos que, dedicado él
á otros estudios ,'no hahia tenido tiempo de adquirir. Asi,
su administracionhabl'ia disminuido el justo concepto de ca-
pacidad que él se habia gl'angeado en su larga carrera, si
no se supiese que no hay hombl'e alguno que desempeñe
con igual brillo cargos heterogéneos, y que la culpa de un
mal desempeño no es en tales casos imputable á los sugetos
de mérito á quienes se obliga á aceptar destinos para los
cuales no se sienten con disposiciones.


Ya, en vida del rey, se habia reconocido la necesidad
de l'epal'ar el error qne se cometió en sacUl' á Ofalia de una
de las carreras en que se habia ilustmdo • para lanzarlo en




166 ANALES DE IS.\BEL n,
otra llueva, y colocarlo en una situacioll de la que él mismo
se lamentaba con frecuencia. Fácil habria sido enviade de
nuevo á la embajada de Pal'ís; pero, en la vacante, desem-
peñaba las funciones de encargado de negocios en ar¡uella
corte don Salvador de Zea , conde de Colombi, y hel'mano
del presidente del Consejo. Fuese, pues, por consirlenwioná
este parentesco, ó pOI'r¡ue, cumpliendo Colombi distillguida-
mente con su encargo, era menester proporcionar una oca-
sion de rccompensarle al ti('mpo de removerle, ú por los
rodeos que, para combinaciones de esta ciase,· era menes-
ter' emplear con el rey, ó por el estado precario de su salud,
que rara vez pel'lllitia hacerle tomar, aun sohre las cosas
de menos monta, un partido definitivo ; el hecho es que
Ofalia continuaba en el ministerio á su pesar, y con escasa
opinion aun entre sus amigos mismos. El nombramiento de
secretario del Conseja de Gobierno, que. á su favor se ha-
cia en el testamento dell'ey, pal'eeió un medio de salvar la
dificultatl;·pero si se salvó, en efecto, des pues de habel'se dis-
putado muchos dias sobre si era ó no compatible este nuevo
destino con el de secretario del Despacho, no se hizo á sa-
tisfaccion de todos; pues cuanclo sedeclaró, en fin, la incom-
patibilidad, se vió á Oralia mostrarse resentido de una re-
mocion que hasta entonces habia manifestado desear.


Resuelta esta el 9 de octubl'e, quiso la reina flue sus
minisll'os le pl'Opllsiesen la pel'sóna qne (lehia S llceúerle , y
habiendo recaido en mí la propuesta del Consejo y la elec-
cion de la gobel'lladora, fui nombrado el 21 ministro de
Fomento. Yo reconocí dehel' esta distincion á la memoria
que sin dlH1a se consenaba de los esfuerzos hechos pOI'
mí en otro tiempo para que se fundase el repo!'o de los




LIBRO PRIMERO. 167
pueblos sobre los beneficios de la administracion, empe-
zándose por establecer el tal ministerio, que consideré siem-
pre como el gran tallel' en que debian elaborarse los ma-
tel'iales de la prosperidad mwional. Al mismo recuerdo
debí probablemente, un mes antes de la muerte del rey,
que de su órden me hiciese Zea ir á Madl'id desde GI'a-
nada, donde vivia retir'ado de los negocios, y adonde, fa-
Ilccillo el monarca, me disponia á regresar, ignorando las
disposiciones de la gobernadora, á quien no habia yo habla-
do jamás y que apenas conocia de vista.


¿Debí yo, admitiendo este encargo; aSQciarme por Sil ad-
mision, al sist~ma ·político proclamado por el manifiesto
del ti? ¿Envolvia la aceptacion del ministerio mi adhesion
á aquel sistema, ó mi reconocimiento de su conveniencia'?
No se crea que estas cuestiones son personales, ni que las
promuevo con otro interes que el de que se me juzgue á
mi, como á los demas actores del gran (h'ama del reinado
de Isabel.


Habiendo desempeñado un papel importante en sus pri-
meras escenas, debo á mis coetáneos y á la posteridad la
verdad sobre mis intenciones, y la puedo decir tanto mas
libremente, cuanto menos temo que ellas sean desmentidas
por los actos de mi administracion.


No eran ciertamente ventajas individuales las que po-
dian decidirme á aceptar el ministerio en los momentos en
que se me confió, ni este alto cargo las proporcionaba en
España á los hombres acomodados; pues, eseeptuando el
ministerio de Hacienda, al cual eran anejos todavía emo-
lumentos de consideracion, y el de Estado, que contaba
con algunos gages eventuales, todos los demas se hallaban




168 ANALES DE ISABEL n.
reducidos, por la calamidad de los tiempos, á la dotacion
de 6,000 duros anuales. Esta dotacion, mezquina aun pam
las personas establecidas en Madrid, lo enl mucho mas
para el que, como yo, se hallaba avecindado en UIla ciudad
de provincia, en la cual dirigia un vasto establecimiento
agrícola é industrial, que debia, como sucedió en efecto,
deteriorarse notablemente, si no perecer del todo, por el
hecho de abandonarlo. Las vicisitudes y trastornos que no
era dificil presagiar al empezal' un reinado de minoría en
un pais sin instituciones, sin códigos, sin administracion,
devOl'ado por la lepra de abusos envejecidos, y tmbajado
por pasiones encontradas, no permitia, por otl'a pal'te, creer
que ningun ministerio se conservase largo tiempo en su
puesto, ni que pudiese gozar de sus ventajas, dado que este
tuviese algunas. El trabajo insoportable que en España
luvieron siempre los ministros se habia aumentado, y aun
debia aumentarse prodigiosamente por las dificultades y la
complicacion de las circunstancias, El del ministerio del Fo-
mento debia ser tanto mayor cuanto, despues de un año de
instalado, solo habia anunciado su existencia pOI' alguna
que otl'3 medida insignificante, mas propia para hacerlo
considerar como una superfetacion, que como una institu-
cion útil. Los ministros, blanco hasta entonces de intrigas
palaciegas, debian sedo en lo sucesivo del desenfl'eno
de los corrillos popnlares y de las maniobras de las soéie-
dades clandestinas. No podia tentar la ambicion un podel'
necesariamente efímero; no podia tentar la codicia una re-
tribucion suficiente apenas para vivir. Solo el deseo del
bien podia, pues, hacerme aceptar funciones que me conde-
naban á tareas, compromis.os y menoscabo de intereses,




LIBRO PRIMERO. 169
únicamente inuemnizables por la gloria de haber servido
útilmente á mi patria.


No era, sin embargo, el modo de servirla lanzarla de
repente en la al'cna de las pasioncs políticas. Estaba (iema-
siado fresca la mcmoria ue los ucsastres que llabia ocasio-
nado el ellOf!Ue de aquellas pasiones en el último periodo
de la existencia del rcgimcn constitucional para que yo Cl'e-
ycse útil promover choques nuevos, doblemente peligrosos
cuando estaba dividida é incierta la opinion de los adictos
tí la I'cilla niüa, y armados los amigos del principe que le
disputaba el trono.
~o cra de Hna tabla dc dCl'cchos, sobre cuya estcllsion,


conveniencia ú oportunidad, no podia estarse de acuel'do,
de lo que debia tratarse en tal ocasion, no porque yo ig-
norase ó desconociese las ventajas del régimen representa-
tivo sobre el absoluto, ni porque no condenase la estempo-
ránea mallifestacion de la preferencia que, en el documento
del 4, se daba á esta última forma de gobierno, sino por-
que creia entonces, como creo ahora, que los pueblos que,
durante siglos, han vivido en las fangosas regiones del des-
potismo, no pueden sin ricsgo respirar de repente el aura
pura de la libertad. De este principio, estampado con san-
gl'e en la historia de todos los siglos, veia yo la ratifica-
cion coetánea, no solo en la disolucion de nuestras antiguas
posesiones de América, elevadas de repente, de colonias
de una monarquía absoluta, a estados democráticos, sino
en nuestra patria misma, donde la libertad, degenerando
en licencia, provocó las funestas reacciones que lloran toda-
vía tantos millones de víctimas. Asi, aunque no creyendo
que debiera sostenel'se mucho tiempo el sistema politico pro-




170 .4.NALES DE ISABEL 11.
clamado por el manifiesto del4, pensé que, solo bajo la in-
fluencia de un régimen absoluto, ilustrado y paternal,
podián, por entonces, desarrollarse los elementos para me-
jorarlo y cambiado progresivamente sin convulsiones ni
trastornos.


Mi primera atencion , entrando en el ministerio, debia
ser interesar las masas, escital> su reconocimiento COIl be-
neficios materiales é inmediatos, é identificarlas con el go-
bierno , pues solo asi podia vencerse ó destruil>se la oposi-
cion que empezaba á hacer un partido, y establecerse,
en fin el órden, que nunca habia existido entre nosotros.
Hasta entonces, habia estado encargado de la adminisll'a-
cion un cuerpo compuesto de magistrados, de los cuales se
exigia solo que hubiesen estudiado las leyes romanas, co-
mentadas por Arnoldo Vinio, y las españolas, hacinadas,
mas bien que recopiladas, á principios del siglo, por las
manos infieles é inhábiles de Requena. En este monstruoso
cuerpo de derecho se hallaban confundidas las leyes per-
manentes de la justicia con las reglas Yariables de la admi-
nistraeion que, dictadas bajo la influencia de errores habi-
tuales, ó de preocupaciones del momento, contrariaban lo
mas del tiempo los intereses que estaban destinadas á pro-
teger. Formalidades lentas, complicadas, dispendiosas,
aumentaban, sin medida y sin utilidad, las trabas con que
las disposiciones administrativas ligaban todas las indus-
trias, impedian su desarrollo, y las tenian en una infancia
perpetua. Era menester sustituir á las aberraciones del
empirismo, apoyadas, cuando mas, en ciegas y erróneas
tradiciones, las reglas de que el estudio de las necesidades
públicas y el examen y la comparacion de los hechos pal>-




LIBRO PRHIERO. 171
tieulares, habian revelado la conveniencia y la utilidad, y
que, erigidas, pOI' tanto, en prmcipios generales, hahian ele-
vado á ciencia el :wtr, antes equivoco é ineiel'to, del go-
bierno. No baslaha , empero, conocer estos principios; ne-
cesitábase haccr de ellos una aplieaeion atinada y juiciosa,
modificados tal vez segun las cxigencias de la opinion, y tal
vez doblegarlos á hábitos antiguos, con que no se podia cho-
car (le f,'ente sin comprometer el logro de los bienes mis-
mos á que se aspiraba; haciase, por último, preciso seguit·,
eJl lo posible, en esta marcha de regenel'acion saludahle y
necesaria, el órden gl'adual con que el Hacedor del univer-
so filé sacando del caos los elemcntos de la creacion.


Hahia, sin emhargo, muchos bienes que desde luego
era posible dispensar, porque se sabia que serian recibidos
como tales, Asi, en el dia mismo en que se me confió el
ministerio, y en los tres ó cuatro que siguieron á la pres-
lacion de mi juramento, presenté á la firma de la reina go-
bel'lladora un gran número de decretos dando nueva forma
á la administracion del pais, corrigiendo abusos, echando
abajo odiosos p,'ivilegios y monopolios inicuos, tomando,
en fin, las medidas eonduecntcs para hacer cesar, en cuan-
to posible fuese, todos los males del pais, incluso el cólera
morbo, que estaba á la sazon haciendo estragos en varias
provincias de Espaiía.


CuaLI'o horas despues de nombrado ministro de Fo-
mento, asistí al conse.io que se ce!elll'ó en aquella noche, y
en el espusl' la necesidad de que por todos los ministerios
se hiciese lo mismo que yo me proponia hacer, y se acudie-
se simultúneamente al remedio de todas las necesi0ades.
No hubo uno de mis nuevos colegas que no se manifestase




..


172 ANALES DE ISABEL JI,
animado de estos sentimientos, y entre todos se concibió
el proyecto de solemnizar la jura de la reina niña, señala-
da para el 24 , con la publicacion de muchos decl'elos be-
néficos, POl' el ministel'io de Estado se espidió, con fecha
del 23, una amnistía amplísima, con ['estitucion de sus
bienes, derechos y honores, en favor de gl'an número de
diputados de las antiguas Có¡'tes, entre los cuales figuraban
Argüelles, Bausa, Lagasca, Valdés ~(lon Cayelano) y otros
de menos nombl'e. POI' el de Gl'acia y Justicia otro dero-
gando la cédula de 11 de marzo de 1824, que habia anula-
do los cOllt¡'atos hechos, durante el periodo constitucional
de 1820 a 23, y en conformidad de las leyes de la época,
entre los poseedores de mayorazgos y los comp¡'adores de
sus fincas. Por el ministerio de la Guel'l'a otro suprimien-
do los onerosísimos al'bitrios de l'ealistas. Otro por el
ministeriO' de Hacienda para socorrer á los pobres de Ma-
dl'id con una cuantiosa suma tomada sobre la consigna-
cion de la Casa real. Todos estos dccretos, igualmente
que los seis cspedidos por mi ministerio el 23, pal'ccie-
ron juntos cn la Gaceta del 2i, Y contribuycron á au-
mentar el entusiasmo que inspiraba la ceremonia de la
proclamacion,


Ni se descuidaban, al adoptarse estas medidas de repal'a-
cíon, de justicia ó de fomento, las !nilitarcs que eran nece-
sarias para prevenir ó fl'Ustrar los proyectos dc insurreccion,
ó para sofocar en su orígen los pronunciamientos de este gé-
nero. Don Antonio Gonzalez, que habia intcntado procla-
mar á don Carlos en Talavera, fué aprchcndido y entregado
con sus cómplices a la severidad de la ley. Los csfucrzos
de Barcenas en las montañas de Santander se cstrellaron en




LIBRO PltlMERO. 173
la bizal'ria de los carabineros. El genel'al don Federico Cas-
lañon, que mandaba en San Sebastian, habia salido para
Bilbao á la primera .uoticia del alzamiento dc aquella villa;
pero, informado del de Vitoria, se trasladó á Azpeitia y Az_
coitia, é hizo recoger y conducir á San Sebastian todas las
armas y efectos de la fábrica de Plasencia, reuniendo á su
columna la guarnieion y los carabineros salidos de la capital
de Alava; mas, como, á pesar de Sil vigilancia y sus esfuer-
zos, los coroneles carlistas Lardizahal y Alzá reclutasen en
Azpeitia y Oñate dos batallones, se amnistió á don Gaspar
Jáuregui, conocido COll el sobrcnombre de el Pastor, yes-
le, desde Bayona, doude se haílaba emigrado, acudió con
doscientos cincuenta franceses y españoles que alli engan-
chó. Con estos hombres, que luego reforzó con voluntarios
guipuzcoanos, y á quienes por el gorro colorado que los dis-
tinguia se dió el nombre de Chapelgo'rris, se situó en To-
losa, desde donde combatió desde luego con ventaja la faccion
guipuzcoana, y auxilió y facilitó los moyimientos de Casta-
ñOll. El brigadier don Manuel Lorenzo se trasladó al mismo
tiempo de ~aval'l'a á Rioja, se apodel'ó del genel'aldon Santo1
Ladl'on, que habia suhlevado á Logroüo, y le envió á Pam-
plona, donde fué fusilado. Otra columna, enviada pOI' el
virey de Navarra, ohligó al cOI'onel don Francisco Eraso,
que levantaba en el Baslan tropas por don Cárlos, á aban-
donal' su empresa y refugiarse á Francia. El general don
Fel'llando Butl'on, recieu amnistiado, como láuregui, reunió
en Miranda de Ebro los carabineros de aquel resguardo, al-
gunos fugitivos de Ol'duña, y unos pocos soldados, y obsCI'-
vó á los coroneles carlistas Breña y Veamurguia , que, con
tropas de todas armas, se adelantaron a Brihiesca, mientras




174 ANALES DE ISABEL n.
que las de SantandeI' y Santoüa , con los carabineros de
aquella costa, impedian los prog¡'esos de la raccion vizcai-
na. Entrctanto, el teniente general don Pedl'o Sarsfield, nom-
brado comandante en gefe del ejército del Nortc, llegaba,
desde las orillas del Due¡'o, donde habia mandado el de Por-
tugal, á Burgos, y se preparaba á la brillante campaüa que
hizo en seguida, y que, sin las ocurrencias que le obligaron
á dejar inmediatamente el mando, habria acabado antes de
espirar el aüo con la insUl'l'eccion de las provincias. En los
mismos dias, conociéndose el peligro de que continuasen
armados los voluntal'ios realistas, se ordenó el desarme de
los de Madl'id, que se llevó á efecto el 27, venciendo en po-
cas horas, y con muy poca efusion de sangl'e, una resisten-
cia que tenia visos de obstinada y terrible; los que la inten-
taron tuvieron que ceder al valor de don Ped¡'o Nolasco 13as-
sa, que se apoderó en breve del cuartel, y desarmó y pren-
dió á sus autores, los cuales fueron al punto entregados á
una comision militar. El desarme de los demas rcalistas del
reino se empezó en seguida con actividad, y en breve se
completó sin oposicion.


Al mismo tiempo el gobierno fmncés, tranquilo sobre
las intenciones del español, le hacia ofel'tas, sinceras enton-
ces, de toda especie de auxilios; y, para poderlos prestar
eficaces en la ocasion, organizaba dos ejél'citos de observa-
cion en los Pirineos Orientales y Occidentales, al mando de
los generales Castellane y Hal'ispe. En fin, en los mismos
dias, se completaba el ya instalado Consejo de Gobierno, en
cuyos individuos creía el ministel'io hallar cooperadores ar-
dientes de los bienes que p¡'omovia y que medil.aba. Todas
estas medidas de seguridad, de represion, de pl'Oleccion, de




LIBRO PRIMERO. 175
órden y de justicia, se adoptaron y ejecutaron en menos de
un mes. Los anales de la monarquía no presentan un solo
ejemplo de semejante actividad. Las Cortes mismas de Cádiz,
que, aisladas en un recinto estI'echo, 110 tenian miramientos
que ~uardar, y que, siguiendo las huellas de la famosa Asam-
blea constituyente de Francia, nada reputaban superio¡' á
su olllnipotencia, no caminaron mas aprisa.


Los pueblos veian esta marcha del gobierno con un en-
tusiasmo unánime. La Gaceta de Madrid, llena todos los
dias de disposiciones benéficas, era, por donde quiera, es-
pel'ada COII impaciencia y devol'ada con ansia. Solo el pat'-
tido llamado liberal afectaba mirarlas con indiferencia, ora
porque sus hábitos antiguos le vedasen ensalzar lo que no era
obra suya, ora porque el despecho que á muchos de sus indi-
viduos habia causado el manifiesto del 4, no les dejase ni aun
apreciar los beneficios, ora, cn fin, porque estos interesasen
poco en general, á aquellos hombres que, no poseyendo bie-
ucs ui ejerciendo indllsll'ia los mas, poca ó ninguna partici-
}ladon tcnian cn las vcntajas que á esta y á aquellos se
dispensaban. Habia, á la ve¡'dad, entre los liberales, mu-
chos que se habrian contentado con una pl'omesa vaga de
Constitucion, y aun algunos á quienes habria bastado que se
dejase al tiempo la decision dc esta cuestion difícil, que en
suopinion habia el ministe¡'io suscitado indiscretamente. Pe-
ro la inmensa mayoría del partido, reforzada diariamente
con los emigrados y con muchos que, sin serlo, no habian
sufrido la miseria de diez años sino con la esperanza de me-
jorar algun dia de condicion, quería Constitucion inmediata-
mente y á todo trance. Habiendo los unos vivido muchos
años en el destierro, y los otros en una especie de aislamien-




176 ANALES DE ISABEL n.
to, ignoraban todos cuales eranrcal y vcruaderamente los de-
seos y los sentimientos de los habitantes de su pais. Ignora-
ban, por consiguiente las pocas disposiciones que, pal'areci-
bi\' el beneficio de las instituciones liberales, tenian las ma-
sas est\'aviadas, ya por instigaciones interesadas, ya por preo-
cupaciones envejecidas, ya por ell'ecuerdo reciente de lasca-
lamidades de la ultima époea constitucional, ya, en fin, pOI'
sus simpatías en favOl' de don Cárlos, las cuales no dejaban
de ser profundas, por mas que fuesen deplorables, y que las
medidas acertadas y benéficas del lluevo gobiel'llo podian so-
lo neutralizar ó destruir. La falta de cstos conocimientos,
la fé ardiente que, seducidos pOI' estudiantcs incspcl'tos, ó
por sofistas obstinados, tuvieron desde su juventud en la es-
celencia del código de Cadiz, y mas que todo, la urgencia de
sus propias necesidades, les hacian ver en el manifiesto una
amenaza irremisible dc absolutismo pCl'pétuo ; y, estravia-
dos por este temol' , desconocian ó fingian desconocer que
muchas de las disposiciones que rliariamente se iban dictan-
do, habian de servir mas tarde de cimiento á la obra de re-
generacion que con tanto ardor se estaba preparando.


A este partido, llamado sin duda liberal, porque aspira-
ba ostensiblemente al establecimiento de la forma de gobier-
no, que suele calificarse con este epiteto, se agregaron des-
de luego jóvenes, en cuyos fogosos cerebros bullian ideas de
libertad, y, sucesivamente, discolos , que no podian vivil'
mas que en el seno de las turbulencias; perdidos, que se pl'O-
metian hallar elementos de fOI'luna en el caos de un tmstor_
no cualquiera; ociosos, que necesitaban una ocupacion; em-
pleados del régimen absoluto, que deseaban bOlTar la hue-
lla de los servicios que Pl'cstal'on á. aquella causa; hombres




I.IBl\o I'Bi.\lEiW. lT7
de nlllllllo, (IUf' ct'ei,lII segui¡' la moda ostentando apego ú
do/'.lrínas de (lite 110 conocian ni d fundamento ni las conse-
{~lIencias; amhiciosos, tmlmjados por el anhelo de adquÍl'i!'
lIomht,c y popularidall, y aUII lIluehas pe¡'sonas de probidad
~' huenas intenciones tjue, creyellllo, eon I'azon, justos y es-
I'elenlt's los principios W'l\cl'ales (Iue se proclamaban, no te-
ni,lIl hastante csperieneia para saher f[ue estos no podian SCI'
útiles al país, sino en euanlo se aplicasen con tino y discre-
rion. Todas es las gcntes, dÍl'igidas por sentimientos diversos
y aun pOI' intereses opuestos, tenian necesidad dc un lazo
('Ollllln qUf' los ulliese, y le hallaron afiliúndose á las socie-
dadr:,; secretas (Iue ya en otro tiempo habian visto en su se-
llO a la casi totalidad de los que en España se llamaban li-
herales, y ([ne , aunque rigurosamente perseguidas, no ha-
lIian cesado de existir. Los amnistiados vucltos de los pai-
ses estrangel'os hahian asistido en ellos á reuniones de esta
especie, ~' eH particular á al¡nlllas fjlH', ir título de defender
la 1ilwl'lad, lelljan pOI' olJjelo tl'a:;;IOl'Ill\l' el ¡'mlcn. Las rela-
riones (IIIC alli dejat'on rstableeidas les pel'mitian contar
('011 el apoyo de a(IUellas asociaciones y COII el dc al~llllo"
dial'io~ que propagaban sus doctrinas y les hacian espel'ar
de este apoyo rl t1'iUllfo de las que ellos se habian encarga-
do de proclamar en Espaüa. lleinstaladas alli, lmes, las 10-
gifls sr o{'uparon dc pl'omovel' por todos medios el ,'estahle-
l'imiellto del régimell por (Iue suspiraban, y empezaron pOI'
desacreditar con abs\l\'(las imposturas al ministerio, en que
!'¡'cian H't' IIn ohstúcnlo á SIIS designios. Favol'ecióles pro-
digiosamente la rcmoeion del superintendente general de
polieia don Josú ~IalHwl de Arjona, y su rc('mplazo pOI' dOll
'fanllel Latrc, pI cllal Ú po]'rflH', se¡nlll Sr' di.io, hubiese hprho


TmlO l. 12




17~ A~M,ES 1IE If'ABEL 11.
pal'le en otro tiempo de la sociedau masónica, ú pOI' su ('(\-
l'áctel' contemporizador, Ó pOI' sugestiones de algunos f[lIe
le rodeaban, miraba con cierta imlifel'ellcia maniobras de qUt~
acaso no penell'aba ni el fin ni la tnlscenueneia. Fuertes, si
no con el apoyo, con la tolerancia de aquel gefe, y au-
mentados diariamente por agregaciones sucesivas, empeza-
ron los clubs Ú tl'aba,iar {\ sus anchas, llieron Ól'delleS para
fOI'mal' oh'os en difel'cntes puntos del reino, y establecieroll
con ellos una correspondencia que, sin disfraz ni }wecaucioll
de ninglln génel'o, dirigian por el conco, como si se trata-
se de una correspondencia ol'dinaria.


Los ministros Zea y CI'UZ eran enlonces los ohjelos PI't'-
ferentes y aun esclusivos de los odios del partido liberal;
pues, á pesar del disgusto con que mirú este partido mi
nombl'amiento , no estendió á mi por de lH'onlo las hostili-
dades que hacia á mis dos colegas, )ti por el temol' de mos-
trarse apasionado, y aun de pal'eCCl' iU,iusto; ya pon[ue pen-
sase poder transigil' conmigo, como mas lal'({c me lo pl'O-
puso; ya, en fin, por creer que se dcshm'ian mas fúcilmenlt'
de Zea y de Cruz atacándolos solos qne combatihHlolos ;',
ellos y á mi al mismo tiempo.


Dos ocurl'encias hieieron aun quc el encarnizamiento se
dirigiesc principalmente contra Cruz. Sarsfield, llegado ú
Burgos á fin de octllbl'e, habia heeho luego un movimiento
sobre Bribiesca , desde donde hahia rdrocedido, pOI' crec'!'
poco proporcionadas á la magnilud de su empl'C;¡;a ¡as fllt'I'-
zas con que se le mandaba acometerla, y que el l'e(~ií'lIte li-
cenciamiento del ejército no permitia aumentar pOI' de pron-
to. Don Viceute Quesada, comandante general de la infan-
lería de la guardia real, (I'U', ('(li(lo pocos dias antt's cn dc~--




L1Hlto PltB¡EIW, l'm
¡.(I'aria , habia sido lIomlll'ar!o eapilan gt'lll'l'nl dI' AlHlalucia,
y que, en yista de su resistencia Ú 111al'chal' Ú Seyilla, habia
:-;ido, por una e~pccie (le h'ansaccion, nombrado capitan ge-
lIeral de Castilla la Vieja, exhalaba al mismo tiempo que-
jas acel'has (~olltl'a el millistl'O Cruz en una esposicion poco
comedida, de que habia enviauo desde Valladolid copias qne
cil'culaban en Madl'id COII pl"ofnsion. Estas quejas de un hOIll-
IlI'e (Iue , habiendo sido en 1823 general de los ejércitos de
la fó, se hallaha afiliado enlonces al pal,tido liberal, jun-
tas con rI movimiento retl'ogl'ado de Sal'stleld, de qne no se
~ospcchaha d motivo, plle" 1'1 gohicl'I1o no debia revelal' la
rscascz accidental (le sus mcuios militares, e:.\.acerbUl'on la~
malas disposiciones (Ine se abl'igaban con I'especto a Cruz,
y amcnaZal'on una violenta esplosion contra él.


Tratose de impedida por medio de una combinacion,
(Iue, sobre calmar los resentimientos de Quesada y acallal' á
Sil nuevo pa¡'lido, que manifestaba illtel'esm'se en ellos, po-
(Iia I'econeilial'los consejo.; de Gobierno y d(~ Ministl'os eutre
los cuales se notaban ya algunos silltomas de divergencia.
Desde el pl'incipio, Ca~taños y Puig hahian llevado tI mal
filie el manifiesto del IJ se hulJiese publicado sin yel' el clie-
lámen del Consejo de Gohierno, y se ({uejalmn sin rebozo de
([He los minisll'os ({uerian an~tlal' la intervencion que daba
;'¡ afluel cuerpo en los nef(ocios el testamento del rey. En
ya no alc~aha el minislm'io que el manifiesto tenia la fecha
drl 4, y (Iue el Consejo no se habia instalado hasta el 5. Puig
y CastalIOS conlestahan que ninguna prisa habia para la pu-
hlicacion de aquel documenLo que halwia dehido sometel'se
al cxámen previo, obligatol'io paI'a tOllos los de su clase. El
minislel'io, por' S\1 pHl'te, habia cl'eido ro(lel' dispensal'sc de




ISO .\:\.\LES IlE ISABEL 11.
la fOl'malitlau de oido , 110 solo pm'que el Consejo 110 se ha-
llaba instalado á la snOIl, sino POI'(IlIe el testamento (Iue
lo habia instituido dejaha ú la reina en lillPelad de s('guil'
Ó no su dictámen , lo cnal argllia que 110 em rigUl'osamente
preciso el )wovocarlo. A este motivo de desavenencia se
agregal'on 01l'os, d(~spues de la llegada de los vocales au-
sentes, y amenazaban un 1'o\l1pimienlo entre ambos conse-
jos. Pellsóse , pues, en evitado, haciendo ministl'o de la
GuelTa al ma\'([ués de las Amarillas, (JIte em el alma del
Consejo de GobierJlo, y que ocupase en él su lugar el gene-
ral CI'UZ, suplente de los generales que en él hahia. Creyó-
se ([ue por este medio se convenceria Amarillas de la pUI'e-
za dc las intenciones del ministerio, de cuyas deliheraciones
se le Ilamaha ú participar, y que el Consejo de Gohierno,
recibiendo en su sello á CI'UZ, se cOllvencel'ia al mismo tiem-
po de la I'eetitud de los pl'incipios y pl'ocederes de este S1l
lluevo vocal, y por consiguiente de los del Consejo de Mi-
nistros, de que hasta entonces hahia hecho pal'le.


Yo fuí encargado de esta negoeiaeion en razon (le ha-
her sirio el primel' móvil de la combinacion, y á causa tam-
hien del aprecio y la amistad que profesé siempre á Amari-
llas, y que creia merecerle asimismo á él. Hice\e la propues-
ta y la admitió sin titubear,. declarando solo que no en-
tendia por eso renunciar á su plaza del Consejo de Gohierno.
Aseguréle que, siendo en ella inamovible, volveria á ejel'-
cerla en el momento que dejase el ministel'io, no pudielldo
desempeüarse simultáneamente ambos destinos, ya por Sil
incompatibilidad efectiva, ya por hallarse esta procl3mada
recientemente en el negocio del eonde de Oralia. Conveni-
dos asi, tranquilizado pOI' mí Amarillas sohre los recelos




L1/l1l0 I'HDIEHO. 1Rl
que espl'esó inspirarle el CaI'~lctel' de Zea, y aJv('[·tido Jc (IUt'
Ú naJie revelara las pláticas pellllientes, hasta que se C\l-
terase de Sil estado ú la reina gobcl'l1adol'a, marchó al Con-
sejo de Gobiemo, donde, violando su I'ecicnte pl'omesa, ente-
I'Ó Ú :;lIS colegas de la proposicion que yo le habia hecho, y
donde hubo de recibir inspil'aciones dÍl'igidas ú modificar su
/lI'opósito. Inlil'ióse esto cuando se vió quc, al salj¡' del Con-
sejo, subió ú besal' la mano ti la gobel'l1adora pOI' aquella
merced, filie ella no sabia aun haber dispensado, y que, al
salir de palacio, volvió, á pl'elesto de illllicanne cn que tér-
minos deseaha ([lIe se estendiese el decreto, ú decirme que
no entendia ([ue CI'UZ ocupase su lugal'. Adiviné sin esfuer-
zo que esta indicacion le habia sido sugerida por sus cole-
gas del Consejo de Gohierno, obsel'véle que con ella no el a
posible que se llevase á cabo un negocio empezado con 10-
tlas las apariencias de acuerdo, y hubo de desistü', pOI' tanlo,
de Sll convenida aceplacioll.


Pel'o ya él la habia fluhlie:ulo , y la llueva habia llegado
á Cruz. Este aClHlió ti pedi\' esplicaciones, pucs todose ha-
bia tratado sin su noticia, aunque con la cel'leza de que le
seria muy agn\dable el tl'lle(llIe. Cl'IlZ Cl'CyÓ de su decoro ha-
cel' entonces dimision, lIue le rué admitida, y que el pm'ti-
do liberal sc apresUl'ó á pl'esental' como llll triunfo de lo que
d Ilamaha opinioll púhlica, y no el'a en realidad otra cosa
filie la espresioll interesada lle sus propias pasiones . .\ Ü'uz
sucedió, en calidad tle inkrino, el mariscal de campo don
Antonio Remon Zal'co del Valle, ú quien, al lIlomento de
partir para Cal'lagena, cuyo gobiemo se le habia conferido
pOl'O antcs , hice yo ddellcl' en Madrid, pensando S<leal' d(~
(;1 el partid!) flllt' SIIS l'OIlOeillliclllos militares y Slt poplllal'i-




{Si .. :\ALllS DE ISAllEL l!.
liad hlll'illu eSpel'aI', y que se frustró en pal'te por las eUIl-
temporizaciones ú que mas tardc le arrastl'aron su earúctel'
y su posiciono


Amarillas necesitaha justifica/'se de la ligereza con que
habia procedido pllblicando pláticas qnc se le habj¡m encar-
gado tenel' secretas dUI"ante algunos dias, y no encontró, sill
duda, mejor medio de haccdo cIue el de ostentar, contra el
ministerio cn general, y particularmente contra mí, un grau
resentimiento. Este, no solo se exhalaba pl'ivauamcntc en
violcntas mm'IllUl'tlCioncs, sillo que aumentaba, en el scno
del Consejo dc Gohiel'llo, la irl'Ítacion que cn él ¡,cillalla de
resultas de haberse desestimado por la gobernadora algunas
de sus consultas. Amarillas era el homhre enérgico dcl Con-
sejo, y le era facil, por tanto, hacerle acloptm' sus odios,
corno sus aficiones, las inspiraciones de su patriolismo, co-
mo las aberraciones de su amhicion. Cuatro palabms so-
bre el ca¡'úcte¡' y cil'cunstallcias de los sugctos (lue compo-
nian aquel cuerpo esplicarán como Jlurlo ser manejado del
modo de que lo fué.


Amarillas se habia distinguido en la guerra de la In-
dependencia; y, por ello, y por el favor de su tio don Ja-
vier Castaños, llegado muy jóven a sel' teniente general,
ministl'ü de la GuelTa en 1820, hahia demostmdo cner'~
gía en la disolucion del ejército de la Isla (Ine, al prin-
cipial' ~H¡uel año, alzara el Wito de insuneecioll en las
Cahezas, Separado á los pocos meses del mini:-;lcJ'io, no
drsmintió su Cal'áetel' en el destino de direclO!' de inge-
nicl'os flue ohtuvo en segnida, y qlle r!esempeüó hasla (Ille,
pOI' Sil conducla en las oCIll'/'encias de julio d('18:!:!, S(~
hizo so~pel'h()~() illo!' lilwrall'~, ;\1111 (IUI' I\ohiell ([\listo, pOi




L1BIlO PRBlERO.


esta mZon eulrc ellos, fué envuelto en la persecucioll que S\I-
f1'ió este partido Cll 1823; y, solo al cabo de mucho tiem-
po, pudo establecel'se pacílica, aunquc oscuramente en Se-
villa. FlexilJle y obsequioso en su mala fortuna, acarició,
mientras viv ió en ella, á los que, erguido y presuntuoso
1'11 la buena, rehusó despues proteger y aun trabajó en des-
acreditar. H.ehabilitado tI fines de 1833 despues de los sucesos
tle la Granja, fué succsivamente capilan general de Granada
y de Sevilla, y, uespues del fallecimiento del rey, pasó á Ma-
(l!'id á sCl'vil' su plaza del Consejo de Gobierno. Activo, sa-
gaz, conociendo bien á los hombres, habituado á estimados
en menos de lo que valen, por poco que valgan, vió luego
que su nuevo puesto debia ofl'ecerle ocasiones y facilitarle
medios de satisfacel' su ambicion, y en breve conoció bas-
tante á sus nuevos colegas lJara persuadirse de que estos se
dejarian llevar adonde él quisiera conducirlos.


Don Pedro Font hahia llegado á ser arzobispo de Mé-
jieo pOI' Ulla dc aquellas combinacioues estrañas de que ape-
nas se ven ejemplos mas fIlIe en las guerras civiles. Lanza-
do dc aquel tel'l'itol'io por otra combinacion igual, volvió á
Espaüa, y vivia tranquilo y estimado en un convento de Va-
lencia, cuando la amistad de Cruz y la buena fé de Zea lo de-
signHl'on á la gohernadOl'a por suplente del cardenal ~lH1'Có.
Eclesiústieo desinteres:ulo y piadoso, de carácter dulce, de
Itúhilos propios dc su estado, de una instmccion menos que
mediana, entendiendo poco de negocios públicos, y nana
ahsolutamcute de los de su pais, vió que Amarillas habla-
ba sobre cualqniel' materia con la resolueion propia del
homb]'(~ filie las entiende todas; y, creyendo sin duda que
las entendia ell efedo , se unió cstl'echamcntr COII él.




.\:üLES DE 1S.\IlEL 11.


El mL\\'(lués de Santa c.'uz hahia sidu en la última epo·
ta constitucional alcalde de Maul'id, y sufl'ido JlOI' ello ulla
pe\'secncion en 18:n. \las tarde volvió ú la gracia del \'ey.
~ill que éste se atreviese, no obslante, ú desagl'aviadl'
completamentc. Esta última cirCllnslancia le hahia consel'-
vado el raVOl' del paI'lido liberal, qne vio con gu~t() su 110111-
!wamienlo. COl'tés , comedido, tlulce en su tralo, cal'cci".
sin embargo, de los conocimientos (ll'opios paI'a el descmpe-
llO de sus altas funciones.


Lo mismo sucedia al duque de Medinaceli. De Ulltr} dl'
utl'O debia apoderarse sin dificullad el homhre 11He lo intellla:-;e,


Don Javier Castaüos, tio y paucgil'isla constante dp
Amarillas, es uno de los personages mas singulares de
nuestra hisloria model'l1a. Con limitados alcances, y con es·
casa instruccion, ha figurado en Es})aña en }wimcra línea
dmantc mas dc un cuarto de siglo. Encontrándose en 1808
de comandante general del campo de San Hoque, tuvo cn pi
alzamiento de Andalucía el maudo del rjél'cito l/"e se cmi()
contra Dupont, y la homa de cstendcr, (lesplws de ycnei-
do este general, la eapitulacion de BaileH. Hecho por a((ue-
Ua accion capitan gencl'al, se puso al fecnte de un ejército,
quc fué derrotado en Tudcla y obligado á hui\' en desórden.
Cayó enton.ces en desgracia, pero notardó en volverse á lc-
vantUl'; fué regente en Cádiz, y tuvo des pues !lajo \\rellin¡:;-
ton un importan le malicia militar. En el pCl'iodo eonstitll-
cional dc 1820, fue consejero de Estado, y lo fué de nllev()
hajo el gobiel'Ilo absoluto, quc mas tarde lo rl<~\ó ú presi-
dente del Conse,lo tic Castilla, y en seguida ú dlll[ue tle Bai-
len, y mucl'\o el rey fué consejero de Gobierno y presiden-
te del Consrjo SIl\lI'emo de España élnclias. Hespucs dd




L1I1I\O 1'l\L\IEI\O. 185
IIl'üwipe de la Paz, 110 hubo hOIllIJl'e cn bpulla l¡lIe lila:;
(lignidade:; l'euniese, SiCllUO de notar que en Castaiios se
aCllIllulal'on, sin (IUC nauie purceiese estl'aiiarlo, las de
lodos los gobiel'llos que se habian sucedido en époea de
lantos trastOl'nos.


Don José Maria Puig habia enh'ado desde su juventud
1'11 la carl'el'a de la magistratUl'a, y llegauo tI sel' goberna-
(101' del Consejo de Castilla. Separado por Zea, llevó al
Consejo de Gobierno el resentimiento de su remoeion, que
habia pm'eeido tanto JIlenos oportuna y comenicllte, cuanto
!fue su sueesor Castaüos era peregl'ino en las regiones de
la adlllinistraeion y de la justicia, encomendada entonces á
aquel cuerpo. Pero Puig tenia ochenta años; su fibra, en
otro tiempo enérgica, se llabia atlojado. Las vicisitudes que
esperimentara en el último periodo de su vida habian con-
tribuido tanto como la edad á destruir el vigor que debió
UB dia á su temperamento .Y á sus largos hábitos de mando.


Don J\ieolús Maria Gal'elly servia ulIa cátellra de jUl'is-
prudencia en Valencia cuando fué nombrado diputado:í las
Cortes ue 18:W. A poco de concluida su legislatUl'a, fué
elevado al ministerio de Gracia y Justicia, de cuyo puesto
le lH'eeipitaro~ los sucesos de julio dc 1822. Perseguido y
amenazado entonces, pudo salvarse de graves riesgos, mer-
ced ú los embarazos del ministcl'io que sucedió al de Mal'-
tiuez de la Rosa, y al U110 siguicnte pat'licipó, sin merecel'-
lo, de la pCI'seeueioll qne snfriú Sil pm-tido. Desde Valencia,
dondc viyia OSCUI'O, y aun pobl'e, si pobre puede ser IIn
homhrc tan fl'llgal COIl\O él, fué ú Madl'id en 1823 Ú ocu-
pa¡' la plaza que dejaba 1Il0lllcntancamcnle vaeantc la en-
fel'll1c(lad de Cal'o, ) se halló cle\tHlo ú la dc ('()n~('jel'o de




lR(i ,\:'í.'I.LES HE lS.\BEL 11.
Castilla, con 110 menOl' sOl'{)l'esa de la flllC le habia causa-
do su nombnnnienlo de suplente del COllsejo tic GohieJ'llo, Ha-
bit en su profesion, vCl'sado cn negoeios, desintel'esad o, reli-
gioso, sevcro en sus eostumbrcs, Garelly hahria sido ulla
adquisieion para el cuerpo de que antm'iorlllenl.e hacia parte,
si, contemporizador por temperamento, deferente por há--
bilO, circunspccto pOI' el rccuerdo de las persecuciones pa--
sadas, retenido quizá por la idea de que en hreve tenia
t[ue dejar su pueslo en el Con:,;ejo tle Gobicl'no al vocal pro-
pictario, no hubiesc cl'cido delwl' anularsc cn dClta manera
y seguir el impulso que daba al cucrpo todo su dccidido (~
impetuoso cole¡ja Amarillas.


Sobre el conde de Ofalia, nuevo secrelario de este mis-
mo cuerpo, no añadiré sino que los altos destinos que ha-
bia desempeñado pUl'ccian dcbcr darlc voto, y aun un
yoto dc mucho peso en los negocios quc en él sc trata-
sen; pero el testamento del rcy nada dccia sobl'c cste
puilto, y Ofalia tuvo el bucn sentido de no suscitar una cues-
lion que parecia decidida, no solo por el silencio del tes-
tamento, sino por .Ia cil'clUlstancia de sel' impar el núme-
1'0 de los vocales del cuerpo, lo cual dejaba traslucir la
inleneion de que no cupiese empate en las decisiones. A pe-
sar de eso, Ofalia ejercia sobre el Consejo la inlluencia del
talento y de los anlececlentes, bien que no usaba de elb
sino cuando el marqués de bs Amarillas 110 Illostralm illle-
I'és POI'{!11e prevaleciese la suya,


El marqués habia desde el ]H'incipio unido por un fuel'-
1e lazo á todos sus colegas, suscitando cuestiones, cuya fa-
YOi'uble resolucion interesaba igualmente ú todos ellos, ya
sobre la prilllac ía y 011'<1:- prcl'ognti'lIl' drl (,UC1'\HI, ya :-;n.-




LIllRO I'HL\1EIW. lH7


hl'e la iniciativa CH ciertos negocios, p sohre los slleldo~
de que debian gozar SlIS indi,iduos. La aeogida fria que
por de 1)1"0/1(0 hizo el ministerio á estas representaciones,
sugil'ió al Consejo (le Gohiel'no la idea de m'l'eglar estos
puntos en lIlla confel'eneia de una diputacion suya con el
presidellte delConsejo de ~linistl·os, y la diputacion se com-
puso de Amm'illas y de su ardiente admirador el arzobis-
po. Este habia ya enunciado los deseos lie su eorpol'acion
con tal dulzura, y les habia dado de tal manera la aparien-
cia del mego, que Zea llegó á tomar la pluma para escri-
hiI' las disposiciones ({1I(, el pl'elado le dietase, resuello á
acceder (le todo punto á sus indicaciones; pero el marqués,
ora porque sus hábitos militUl'es no se aviniesen con las
fÓl'lnulas obsequiosas de que depende á veces el éxito de
la mas difícil negociacion, ora porque no le pesase ver de-
darada abiertamente la escision que sus sugestiones ante-
riores habían empezado á promoyer, aiiadió algunas espl'e-
~iones dcsa))J'idas á las blandas insinuaciones de su colega.
Provocaron aquellas una rcspuesta de Zea, y, tle replica
cn réplica, llegó la confel'cncia á pcnlet: el carúctel' pací-
fico con que se presentó al pl'incipio, resultando separarse
los consejeros descontentos del ministro, y este desconten-
to de ellos.


Ni el carácter ni la posicioll de Amarillas le permitiall
!Iejal' de tlm' ú esta especie de rehuso la apm'iencia de UIl
drsail'e hecho .\ su I corporacion, el cual, junto al mal su-
{'eso de la ncgociaeioll dil'igítla á hacerle entl'm' cn el minis-
terio, IIcnú la medida de su l'csentimieuto. Pcnsó, Ime~,
que l'lIl11plil'ia ('OU (;1, f{Ue pl'opOl'cional'Íll una satisfael'ioll
nI Con~rjo tle r;(\hicl'llO, ~ aun que daría ú (;st(' .' ;'1 sí llIi~-




188


1110 cierto aire de popularidad, asociúndole : asociúllLlosc al
clIcamizamiento que el partido libenll, lihre ya de C!'lIZ,
mostraba contra Zea, y negando su apoyo ú algunas medi-
das lll'opuestas por el ministerio, y eutl'e otras al estahle-
cimiento de los gobiernos civiles, sin cuya el'cceion la nuc-
va division territorial no podia producir ninguna u'ntaja
positivu. En Yano, tOcl1ndose ya los inconvenientes y pl'C-
sintiéndose las consecuencias funestas dc esta lucha, SI'
hicieron al Consejo dc Gobierno concesiones sucesivas; ell
yano se declal'o el primcr cuerpo del Estado, se ascguró ú
sus individuos el mismo sueldo quc ú los ministl'os, Sl~ se-
ñalaron á sus suplentes los Illas altos sueldos y honores, y
se dió á su secretaría una categOl'ia que mas tarde se hizo
igual á la del Despacho. En vallo se estipuló que, en lo su-
cesivo, se ventilasen por comisiones de ambos cuel'pos las
cuestiones sobl'e que huhiese divel'gencia eH ellos, en vano
una de estas comisiones, compuesta de Zea y yo, pOI' \lB
lado, y de Puig y Garelly, por 011'0, mostl'{¡ las veutajas de
este paclo de avenencia, allanando en una ocasion difieul-
lades graves; todas estas concesiones no eran miradas 'por
el Consejo de Gobiel'llo sino como el reconocimiento tardío
dc sus dercchos indisputables, como la confesion ncce~a­
ria de susupremacia legal, como indicios de la Ilehilidad del
ministerio. Asi, tl pesa¡' dc ellas, y il pCSat' de que el COII-
sejo dc Gobicl'Ilo, dirigiendo gracias ú la gobel'llaclora por la
bencvolencia con que le trat:Jha, ofrecia «cooperal' rOIl I'!
ministerio á la 11l'ospcridulI de España;» la disillrllcia
continuaba entre los individuos, aUIH[lle no apareciese os-
tensihle enlre los cucrpos. Así, por una eoincidencia anó-
mala, como la mayor parle dc lo~ sucesos dI' af¡Ilella (~PO-




L1ll1to I'HnIEIW. 189
ca, IHll('hos miemlj['os del COJlsejo de Golm'I'Ho, f¡tH' soll)
pOllian (~OHSel'\ al' su IH'('stigio Ú fu\ol' del de lu sobcl'anía,
disminuian ('s[e, illclinúl\(lose al haudo lihel'al, cuyas opi-
niOlH's estahan eH conlnuliccion notoria con sus pI'opios
';l'Htimielltos ; 110 hahiendo quien ignorase las tendencias
aristocráticas de Amarillas, la sumision del al'zohispo a las
opiniones de ósle, las inclinaciones absolutistas de Pllig, ~
la indiferencia de Castaños por todas las doctrinas politicas.


Las exigencias del partido exaltado y sus furores con-
tra Zea, apoyarlos ya, hasta cierto punto, en las disposicio-
nes conocidas de algunos miemhl'Os del Consejo de Gobier-
no , se alimentahan y aun se exacerbaban todos los clias por
la aparieion de nuevas gavillas de facciosos que sucesiva-
mente se fllel'on levantando en varias provincias. Aguilar,
el canúnigo EchevaITia, elbl'igadie[' Tena, el fmllciscano
Roger , Mel'ino , Balmaseda, el liaron de Hel'ves , Carni-
CCI', FII~té, To['ú, Plan¡\olit, :Magt'anel', Gareía y otros aso-
maban en Castilla la Y¡pja, en Aragon, Cataluña, y aun en
Jos montes de Toledo; y esto sin conlar las facGiones del
l\"orle, capitaneadas pOI' ltmralde, Cuevillas , Basilio, Mi-
randa, Villalohos, Lal'llizalJal , El'cunla , Guihelalde, Alzá,
Zaha13, Samsa , Casto!" Tone, Sopclalla, Vivanco, Ihar-
rola y no se cuantos oh'os. Con un poco de equidad ó de
justicia, \10 se habl'ia pretendido hacc\' rcspon,;ahle de las
ill(IUicludes que inspirah(jll (j(I'wlim; handas, ni de los ma-
les (Iue ocasionaban, á 1111 milli"terio flue hacia (JI contral'io
los mayol'es esfuerzos para eSlermillarlas, y filie lo conseguia
con respecto {I muchas de ellas. Pe¡'o en vano Agllilar ~.
Eche\al'ría eran fusilados en Castilla, Tcna, el hal'Oll de
Herves, Vitoria , Gil, fusté y TOI'ú en AI'a¡WlI, } :\f:lgt'a-




I \lO \:"iALES HE ISABEL 11.


lWI' (~n \'alencia, La oposicion sistemútica é interesada ([tU'
se hacia al f;ohiemo se af;riaha á pesar (le la enel'gía qnl'
demostl'ahan aquellos ejemplares fl'eCUt'lItes y tle los triun·
fos brillantes tic las armas ele la reina, qne rntonces se COII-


laban pOI' Jias y aun pOI' horas.
En efeelo, Lorenzo reeobraha á Logt'ollo, y deshacia bs


bandas de Cuevillas y Basilio Gal'cía. Albuim lanzaba tilos fac-
ciosos ele las márgenes del canal de Castilla, y poco desplles
ul'l'ancaha á Balmasetla los ricos despojos (Ille le había valido
su il'l'upcion en Sigüenza. La faccion dd cUl'a de Bribiesea


era deshecha en Calatayud. Siena tri1lnfaba en Yargas, mien-


tras Armildez de Toledo triunfaha en Cenera .. \war impedia


flue la faccion vizcaina que, apoderada de Limpias, Ampne-


\'0 y oh'os puntos de la costa, meditaba apoderarse de Sau-


101la, llegase á mas de cuatro leguas de la plaza. Bedoya (;
lriarte limpiahan en seguida aqneltel'l'itorio de los restos de


las bandas dispersadas de Cue"ilJas y Villalohos , (Ille poco


antes amenazal'an Ú Santander. Sal'sJiclrl en tanlo, pOI' movi-
mientos hábiles, hechos con un puüado de valientes, llega


á Brihiesca , pasa á Prl\1col"bo y LOgl'OIlO, y ocupa ú Vi-
torÍa y á Bilbao en tanto que Castaüoll deshace la faccion d(~
Guipuzcoa en Tolosa yen Hernani, y Benedictino y PastOl's


maniohrall en términos de auxiliar alternativamente los mo-


vimientos de Snrsfield y de Quesada. E~le, con el apoyo de
:.tquellas maniohras, y mas aun con el tle su propia energía,
disipa numerosas reuniones en Pel'azancas, Villa franca de


Montes de Oca y Medina de Pomar, reuniones tanto mas


Icmihles cuanto que don Cárlos se hallaba sohre las hacas


del nuel'o al lado de (Ion Miguel, que ocupaba aun el Irono
tic Portugal ~' ronl~\ha con 1111 fOl'midahlc rjel'('il0 rn las lwn-




tumo PItl)IEI\(). I !lI
,¡neias s!'plentl'ionales til' aqlll'll'eiuo. :\ t',[ tenia qlw 1'1'['11--
giarse MI'l'iIlO {'OH UlIOS poeos cahallos, res los miserahle~
de cuerpos 1ll1ll1l'I'OSOS, y lo~ e'i.-yoluulal'ios realistas que St~
hahiall reunido bajo sus banderas y las dI' Villalobos y Cne-
villas yolvian arrepentidos y eseannenlados tl sus hogares.
Del mismo lelTitorio porlngucs, se Ul'l'3ncaba Ú conspira-
dores eslt'emellos que en el hahian buscado asilo; se ani-
maLa y se daba armas á pab'iotas portugueses, qne en nom-
orc de don Pedl'o, se apoderaban de una plaza del Alenle-
.io. El genCl'al Hodil , capitan gelleml de Estl'cmadma, l'1I-
IH'ia la inmensa linea que, dcsde las ft'OlItems lle Andalucía,
!'e estendia ú las de Ga\icia. El c::1pítan general de este I'ei-
no , conde de Carlagena, culwia la prolongacion de esta li-
nea h::1s1a las hocas del Miüo, y uno y otro inspimhan al
pretelluiellte vivas inquictudes. Compaflías de paisanos
se oq,aniZl\han en Andalueia, Cataluña y otras proyinciil~,
y ¡wcpul'ahan asi la ya decl'ctada formacion de la milicia l\I'-
kllla. ~jllg\lll inlcl'l's, t'I1 fin, cra d¡~satendido, ninguna me-
dida de sahacion dcscuid¡¡da.


Sal's¡¡eld, tlisgustatlo pOI' las maniobras (¡ne le consta-
ba sc haeian pUl'a intlisponel'le COII el ejército y pOI'Ia ingrati-
tud con que muchos illllividuos de la faccion pretendida li-
heral se esforzaban en marchitar los laureles que el hahia
cogido en una gloriosa cumpaila de pocos dias , hizo dimi-
SiOll <le su mando. Slwc(liólr, el gencral don Gerónimo \'::11-
d(~s f/IW , dcspues d(~ haber st'nido con disLÍllcion en Am{'-
I'ica, se hallaha de gohel'l1<1llol' en Cal'lagella. Empezó esh'
su campaüa ell las pl'ovincias suhlevadas em¡mjando ú ~a­
vana las faeciones qne las infe!'tahan, oellpillHlo Ú Yel'¡¡;iI-
I'a y I'estableciendo la comunieacion entre ViIOl'i¡¡! Siln Sp·-




A'óALES DE ISABEL 11.


has tia n , tIlle totlayía ,;(' hallaba illlt'l'cl'ptada. Zavala, 11111 ~
maltratado en GlIel'Biea, Simon TOl'I"e l'1I Dmuugo, Lal't1i-
zahal , El'eumu, Gnibelaltle y Alzit t'H Atanll y Amczque-
la, los carlistas de Navat'l'a en Nazar y Asarta, Sopelalla,
Yivaneo é Ibanola en el puel'to de Gorvca, Castol' en Bal-
maseda , tales fuel'on los I'csultallos de los primeros moyi-
mientos de Valdés , ayudado por sus activos tenientes Ca~­
tañon, Armilurz de Toledo, Lorenzo, Amor y el haron del
Solar de Espinosa; y csto, en tanto que sr l'erohl'aha Ú
MoreHa y se pacificaba el Maestrazgo, que se limpiaba de
facciosos lodo el territOl'io valenciano !lr'sl!c las OI'illas del
Ehro hasta rl pie de las Cahrillas, quc en Castilla la "Vieja
quedaba apenas una banda de las muchas que poco antes la
asolahan, que se esterminaba á Plandolit en Catalui1~\, ti Gar-
cía en los confines de Toledo y Ciudad Heal, y que, en nin-
guna parte, se dcjaba uu momento de dcseanso ú las faccio-
nes. Para esto no se I'cparaha en desguamcccr las plazns
de lo interior, con el fin de envii1l' contra los cllt'mi¡:ws el
mayol' número posible de tropas, íntel'in (IHe eslas Sr' au-
mentahan por una quinta de 25 mil homhres (Iue se habia
pedido y que, ell muy poras semanas, se sacó sin la menO)'
oposicion.


La guel'l'a tenia en aquellos momentos un carúcter atroz.
Considerada desdc el principio como una I'ehelion Ú 11l[1II0
armada eoutra el gobiel'l1o legítimo, habia ¡"sIc ('\'rido fll'-
her tratar á los sublevados como I'cbchlcs y l1al'I'I'!os pasal'
por las armas. Este rigor hahia provocado rep\'csalias ter-
ribles, y estas obligado al Gobie\'l1o á mitigal' Sil primitiva
severidad, ron re~pedo ú los qne scnian en clase de sim-
plr5 solcla(los, ~í f\llirlw<; hrindaha ron l'I'Pl'lidos inllllltos,




LIBRO PRnIERO. 19:1
Hahiase ahusado de ellos en términos de que, con frecuen-
cia, se volvian á las facciones, á medida que se engrosaban,
Jos que, deshecha alguna de ellas, habian poco antes recla-
mado el heneficio del perdono El ministro de la Guerra cre-
yó pues , no deber limitarse á dirigir las operaciones de la
guena activa, sino fijar la legislacion relativa á los delito~
llamados de infidencia , sus penas graduales y el modo de
tratar á los rebeldes y aplicarles los indultos; y lo hizo, or-
ganizando al mismo tiempo varias dependencias de la admi-
nistracion militar, dictando disposiciones enérgicas para
pi l'ecogimiento de las armas de los ex-voluntarios realistas,
entendiéndose con sus colegas para señalar en las carrm'a."
"iviles un buen númm'o de empleos para los militares esce-
rlent~s y retirados, solicitando y obteniendo tambien para
ellos plazas determinadas en algunas de las dependencias
del l'eal patrimonio, y, mejorando asi la condicion de los mi-
litares y estimulándolos, por la esperanza de recompensas
fijas, alivió al erario de la carga de pensiones que, sin
aquellas medidas, no habrian podido menos de abrumarlo.


Por el ministerio de Estado, se adjudicaban al tesoro al
mismo tiempo los hienes y rentas que poseia don Cárlos en
España, y con que él y sus adictos promovian la creacion y
organizacion de nuevas gavillas de facciosos; se hacian en
el sistema de política seguido hasta entonces con respecto al
Portugal las variaciones que la nueva situacion señalaba co-
mo necesarias, se retiraba al ministro español acreditado
cerca de don Miguel, bajo el plausible pretesto de haber es-
te cooperado á frustrar el embarque de don Cárlos para Ita-
lia, decretado por el rey difunto; se adoptaba, de acuerdo
con la Inglaterra, U1\ plan de mediacion en la cursI ion po\'-


TOMO 1. 1;¡




AX.\LES DE ISABEL l/.


lu~ursa , fundauo sobre el reconocimiento de doüa María;
Suiza, Dinamarca, Bélgica, rcconocian al gobierno de la
reina y se aceleraba el reconocimiento de los Estados Unidos.
pendiente de formalidades diferidas solo por la distancia:
se dahan pasos y se comunicaban instrucciones á los mi-
llislro~ espaüoles residentes en Roma y Viena para alla-
llar las dificultades que impedian ó retardaban el reconoci-
miento de aquellas cortes; se mantenian y aun se estrecha-
han las relaciones con Inglaterra y Francia y se obtenian de
esta última potencia frecuentes protestas de una coopem-
cion que, á haberse reclamado entonces, habria sin duda
sido tan eficaz como la necesidad lo hubiese exigido.


Hasta el ministro de Gracia y Justicia, aunque subyu-
gado por los hábitos lentos, por los trámites dilatorios dr
la magistl'atUl'a, se dejaba alTastrar del impulso genel'al:
f'stahlecia dos nuevos tribunales superiores en Burgos y AI-
hacete, erigia en audiencia tel'1'itorial de Madrid la sala de
\\k\.\ktes u.e <:''3.S'3. ~. corte ,~' eO\'lalJ3. de raíz, con estas im-
pOl·tantes disposiciones, los inconvenientes que resultaball
de la absurda y l'uinosa demal'cacion jurisdiccional de las
chancillerías de Valladolid y Granada. Por sus escitacio-
nes verbales ó escritas publicaban ademas muchas pastora-
les palrióticas , ya los prelados diocesanos, y ya los millis-
tros generales de las órdenes religiosa ....


Los beneficios fIlie por el ministerio de Fomento sr.
,lispensaban diariamenle á los pueblos, me valieron el cos-
loso honor que, á propuesta de mis colegas, me hizo la
~obernadora de encargarme interinamente el despacho dr\
mini!'lerio de Hacienda, vacante por la dimision que.
abl'Umado por la estension ~' la perentoriedad Ile las oblip:ll'




UBRO PRBIERO. 195
ciones del tesoro, hizo en fin de diciembre don Antonio Mar-
tinez. Consecuente en mi sistema de organizacion general,
traté de intt'oducil' en este ramo el órden que habia intro-
ducido en el de Fomento; y , en los quince dias que tuve el
intel'inato de la Hacienda, nombré comisiones para el exa-
men y an'eglo de las rentas provinciales y equivalentes,
que ejercian una influencia poco favorable al desarrollo de
la industria; para el arreglo del subsidio de comercio, que
pesaba muy desigualmente sobre las diferentes profesiones
sujetas a él; para poner en armonía las atribuciones del
gobierno civil con las de rentas, y para la mejora y arl'eglo
de la del tabaco. Al mismo tiempo reuní todos los elemen-
tos l1ara fijar definitivamente el déficit del tesoro y me ocu-
pé dc los medios de cubrirlo , no sin tener que luchar para
ello con toda especie de resistencias.


De estas provenian unas de prevenciones ó rcsentimien-
lOS pCl'sonales de algunos gefes de las dependencias supe-
riores; otras tenian su origen en la ignorancia de algunos
de estos mismos gefes; algunas en ese funesto espíritu de
partido, que ha impedido descollar un solo hombre en una
revolucion de cerca de 30 años; otras, en fin, y estas
eran los pt'incipales, dimanaban de que mi nombramiento
frustraba las combinaciones de algunos individuos que,
viendo la apurada situacion del tesoro, pensaban hacer,
para remediarla momentáneamente, operaciones de que se
promctian mas ó menos ventajas. Asi, apenas se publicó el
decreto que me encargaba aquel interinato, empecé á ser
blanco de ataques que nadie habia intentado mientras serví
tan solo el ministerio de Fomento. La violencia de estos se
aumentó al saberse la firmeza con que resistía yo constan-




196 A:'UI.ES DII: IS.Un:r. H.
lt'men\e á las sugestiones que se me hacian con fl'ecuencía
para que me asociase á la conspiracíon contra Zea, que
l'ontinuaba cada dia mas encarnizada y unánime,


A la cabeza de csta oposicion se hallaban los infante5
don Francisca de Paula y doña Luisa Carlota, que, cedien-
do á las instigaciones, ya patrióticas, ya interesadas, de
alguna de las personas con quienes estaban en relacion, no
habian temido mostrar por pasos indiscretos y aventurados
cuanto se interesaban en su triunfo.


Al principio, tentó muchas veces doña Luisa Carlota
reducir á su hermana á que se deshiciese de Zea; pero,
viendo la inutilidad de sus esfuerzos, y suponiendo que yo
tenia sobre la gobernadora un ascendiente que yo mismo
no sospechaba, me enviaron una persona para solicitar que
emplease, en favor dc su designio, el influjo que me su-
ponian. El diputado era un hombre de mala nota, botafuego
tle las sociedades secretas y de los cafés, y la poca con-
fianza que me inspiraba me impidió entrar con él en espli-
eaciones bastante ft'aneas. La infanta juzgó entonces debl'l'
hacerme directamente la proposicion, y me la hizo, en efec-
to, en una conferencia para que fuí citado, y á que asistió su
esposo. Mi respuesta fué: «No estoy convencido de que
»)sea un bien la sepal'acion de Zea. El sistema politico, pro-
))clamado por el manifiesto de ti de octubre, podrá no con-
»Venil' siempre, y fué sin duela un enor gnve el darse lan-
)ta prisa en proclamarlo. Pero cada dia se hacen val'iacio-
»nes en el régimen administrativo, que en breve exigirán
JJotras en el régimen político. Muchas de las disposicion~s
»dietauas dejan en el aire abusos que caerán por su pro--
»pio peso. y este desmOl'onamiento parcial del "iejo editi-




URRO PRmERO.


o)cio obligará á la ,'eparacion sucesiva de todas sus partes,
)¡la cual se haJ'á asi sin sacudimientos. Si se quiere ir algo
»mas de prisa enuncie la gobel'lladora esta intencion, y
»Zea no se negará probablemente á ocuparse del modo de
»llevarla á cabo. El entusiasmo con que ha aplaudido las
»disposiciones liberales dictadas por el ministerio de Fo-
)¡mento, y señaladamente las doctrinas proclamadas en la
lJinstruccion de los subdelegados del ramo, responde de que
»no se {)pondrá á nada que se le demuestre ser convenien-
»te. Si se opusiese á lo que generalmente se juzgase tal,
»entonces habria a lo menos un pretesto para su remo-
»cion, dado que, en tal circunstancia, no dejase él es-
)¡pontáneamente el puesto, cosa que deberia hacer y haria
)¡sin duda. Pero ni entonces ni ahora me toca á mi so-
»licitar que se separe, ni asociarme a una conspiracion. Mis
)·hábitos no me permiten conspirar ni aun para el bien.»
En couformidad de estos mismos principios, me espliqué
con el conde de Rayneval, cuando, sin rodeos ni sub-
tel-rugios diplomáticos, me habló de la necesidad de la se-
pamcion de aquel ministro, á quien hasta entonces ha-
bia manifestado prestar el apoyo de su gobierno. El mi-
nistro de Inglaterra Villiers mostraba adherir ti las indi-
caciones y deseos de su colega Rayneval.


El conde de Parcent, recien vuelto del viage que, con
apariencias de destierl'O se le habia mandado pocos me-
ses antes hacer á PaI'Ís, aprovechaba al mismo tiempo
las ocasiones que le daba su destino de gentil-hombre. para
instigar a la gobemadora á que diese, separando á Zea,
una satisfaccion á la opinion conjurada contra él. A lo mis-
mo la exhortaha á toda hora un comel'Ciante estrcIIll'ilo




198 ANALRS DE ISAHEL lJ.
llamado CarJ'asco, que, habiendo manifestado en los su-
cesos de la Granja mucho interés pOI' la reina niña, y
merecido por esto testimonios de la benevolencia de la go-
bernadora su madl'e, era admitido diariamente á su audien-
cia, donde, trabajando contra su primer ministro, traba-
jaba en favor de los intereses del partido liberal, á que
pertenecia. El general don Luis de Córdova, que, regresa-
do entonces de su mision cerca de don Miguel, no habia
sido recibido por Zea como él creia merecerlo, y á quien
unian relaciones mas ó menos estrechas con Rayneval,
Villiers, Carrasco y otros de los que trabajaban por la mu-
danza. iba de una parte á otra manteniendo y aun escitan-
do el mismo sentimiento general de animadversaeion. El
marqués de Mirailores, sobre todo, que hacia á aquel mi-
nistro una guerra mas leal, porque se la habia declarado
cara á cara, insistía sin descanso cerca de la goberna-
dora, ya de palabra, ya por escrito, y tal vez ponia á los
madrileños en el secreto de sus gestiones, permitiendo que
circulasen algunas de las representaciones enérgicas con
que cada dia le atacaba. Zarco mismo, que tenia por Ze3
las diferencias personales que merecia la dulzura de su
trato, y la pureza, si no la ilustraeion de sus intenciones,
tenia que abandonar la defensa de su colega. Este, en tan-
to, indulgente y sencillo, no sabia darse razon del encono
que contra él se mostraba, y, lleno de confianza cn la bondad
de su manifiesto, no concebia cómo nadie pudiese atacarlo;
pero mientras él descansaba en su rectitud, no encontraba
apoyo ni aun simpatia en ninguna opinion.


Todas se unian, en efecto, para desear ó para exigi"lIn
cierto g"ado de libertad, y la cOl'te y las provincias, y lo~




UllllO l'HnmnO. 199
lIacionales y los esll'ungeros, y desde los pcrsonages sen-
tados en las gradas del sólio hasta el mas oscuro folletista.
todos reclaman este bien con mas ó menos fervor. No ha-
bia medio humano de resistir á esta manifestacion simultá-
nea, sobre la cual se apoyaba la violencia de los ataques. El
deber del hombre contra quien se dirigian era dejar su
puesto, ya fuese que, intimidado con los inconvenientes
que debian resultar de la variacion del régimen politico, no
osase ponerse á la cabeza de un movimiento, que, siendo
imposible contrarestar, era necesario dirigir; ya que, aten-
dida la impopularidad, justa ó injusta, que sobre él pesa-
ba, viese que nada podia él mismo prometerse de su admi-
nistracion, pues que hasta el poder de hacer el bien le difi-
cultarian en definitiva las resistencias mas ó menos intere-
sadas con que luchaba. Dolíame, á la nrdad, que su confianza
ciega no dejase á Zea abrazar este partido por su propia
,oluntad, antes que esponerse á ser lanzado por la ageua.
Pero, aunque convencido yo de que este seria el resultado
infalible de su resistencia, mis principios me impedian a50-
(~ial'me al empuje que se hacia contra él; Y entonces par-
ticulal'mente cuando, entre los deseos que algunos ostenta~
taban de una libertad justa y nacional, se descubria en otros
el ansia de restablecer instituciones desacreditadas que,
lIna vez restablecidas, no podian menos de condenar á Es-
paña a todos los honores de la anal'quia. Asi lo declaré á
multitud de personas que, de buena fé, deseaban la variu-
eion del régimen; á cuyo objeto habria yo contribuido des-
de entonces, como lo hice des pues , si para lograrlo no hu-
hiese sido necesario tomar parte en ataques personales ¡\
([Ile no se prestaba mi cunlctcr, y filie me pUl'ceian impl'o-




:WO A~ALES DE lSABJ<:L H.
píos de mi situacioll. Casi todos los que pudiemll Oil' de mi
boca la espresion de mis sentimientos, los reconocieron 'J
apreciaron en su verdadero valor; pero otros muchos atri-
buyeron mi rehuso de tomar parte en sus demostraciones
hostiles á complicidad con Zea, mi neutralidad ú apego al
absolutismo, mi perseverancia á obstinacion, y la hicieron
servir de prctesto á los ataques que, movidos en realidad
por otros intereses, empezaron á dirigir contra mí al en-
cargarme interinamente del ministerio de Hacienda,


Los hechos que llevo referidos hacian ya por si bastan-
te critica la posicion de Zea; pero en breve sobrevinieron
otros que la complicaron mas gravemente. Don Manuel Llau-
del' mandaba en calidad de capitan general el principado
de Cataluña, donde gozaba de cierta popularidad, ya pOl'
ser natural del pais, ya porque sus principios eran menos
severos, y sus modales mas flexibles que los de su antece-
cesor, el conde de España, Uauder, naturalmente deseoso
de medrar, habia sel'vido con celo al rey difunto. Encarga-
do en 1817 de la prision de Lacy, lo habia entregado en
manos de la justicia; encargado en 1830 de la defensa de las
fronteras españolas del Norte, habia ahuyentado de ellas á
Mina, que las traspasaba con ánimo de hacer una revolucioll
en España; encargado de la inspeccion de infantería. se
habia mostrado poco favorable á las pretensiones de muchos
oficiales destituidos, por su adhesion á los principios de li-
bertad, durante el último periodo de la existencia del régi-
men constitucional. Amnistiados ellos en 1832 , Y reunién-
dose con frecuencia para obtener, de cualquier modo ú por
cualesquiera medios, la subsistencia de que se les privara,
era fácil de preveer que podrian algun dia pl'omovcl' tras-




L1lJHO J'l\DIEUO. :Wl


1.0I"JlOS, para los cuales tenian mas pI'oporciones o faciliua-
tles que tuvieron antes Lacy ó Mina. El odio que lograron
generalizar contra él, de resultas de su famosa p"oclama de
absolutismo, el apoyo que les prestaba la prensa periódica,
entregada toda ti. hombres de su color, las simpatías noto-
rias del hombrc mas influyente del Consejo de Gobierno, y
otr'as mil circunstancias, en fin, hacian creel' á Llaudcl', co-
mo lo hacian creer á otros , posible el restablecimiento dc
aquel régimen. En tal caso no podia él dudar de que se le
I'epresentaria como el verdugo de un mártir de la libertad;
como el enemigo de uno de los héroes de la misma , pues
tal era el coneepto en que los resentidos del gobierno de Fer-
nando tenian á Lacy y á Mina. Estos hombres naturalmente
animosos y justamente descontentos componian ya un par-
tido numeroso y audaz que ejercia su influencia sobre las
masas, por medio de los afiliados en las sociedades secre-
tas, cuyo número casi tan grande ya en la capital del Prin-
cipado como en la de la monarquía, iba creciendo de dia
en dia, merced, por una parte, al espíritu de proselitismo,
y por otl'3 á la consideracion de las ventajas que á sus miem-
bros podian proporcionar. Hahia, sin embargo, entre
ellos, disentimientos graves, tanto sobre las doctl'inas
políticas como sobre los medios y la opol'tunidad de su
aplicacion. Los restos del carbonarismo importado de Ná-
poles y del Piamonle en el último periodo constitucional,
aspiI'aban á un régimen democrático, ó por lo menos á la
eonstilucioll de Cádiz, que se creia un escalon para subil'
á él un poco mas larde. Una sociedad nucva llamada lsa-
belina, reunia en su seno los hombl'es turbulentos de todo~
los pal'tido~ y, bajo la handera de Isabel (porquc sc ncccsi-




. .\.'í.UES UE lSAB1,L 11.


laba una que oponer á la del Pretendiente), trabajaba en prl'r~
parar trastornos de que, una vez verificadt>s 1 pensaba'
aprovecharse cada uno de sus individuos. Los masones de
las diferentes sectas parecian reunirse en fayO!' de la mo-
narquía constitucional, cualquiera que fuese el modo con
que se combinasen sus elementos, Llauder, que Cl't,"Ía ne-
sitar el apoyo de alguno de estos partidos para CODsel'VUI'-
:.-;e en el mando, se decidió por este último; pero, para pres-
tar la cooperacion que de él se solicitaba, exigió este par-
tido que el general se pronunciase sin tardanza en favol'
del régimen político, cuya escelencia se pl'econizaba el'l sus
reuniones, y que lo hiciese de modo que inspirase confian-
za y diese garantías á los que debían apoyarle. En conse-
cuencia Llauder dirigió con fecha de 25 de diciembre una
I'epresentacion á la gobernadora, en que, (1) despues de
enumerar los males que afligian al reino, declaró tlue la im-
popularidad de Zea comprometía el trono de la reina Isabel;.
y, recordando las promesas del manifiesto de 4, de mayO'
de 1814, concluyó pidiendo la fonnacion de un ministel'io
({ue inspirase confianza, y la reunion de las Cortes con UI'-
,'eglo á las leyes y con la latitud que exigia el estado de las
poblaciones.


Era menester dar á aquella esposicion una dircccioll
segul'U y para ello se comisionó á un oficial dc confianza, á
quien se encargó entI'cgarla á la rcina en mano propia. Es-
te oficial, preguntado por el ministro de \a Gucl'l'a , <Í quicn
se p,'esentó, sobre el objeto de Sil viage ti ~ladJ'id. se lo
rcveló reseryadamente, y Zal'co, calculando sin tanlauza
la tmsccndcncia de aflllcl paso, pensó alaiul' 1'\ mal 1'11 :-n




J.IIlHO l'UnlEIW,


origen y exigió que el comisionado le entregase la esposi-
cion. Rehusólo éste, mientras el ministro no le asegUl'ó que
no haria de ella ningun uso contrario á las intenciones de
Llauder; y, solo con esta condicion , convino el oficial en
la entrega del pliego, Zarco, embarazado sobre el partido
que tomaría en tan grave circunstancia, se avistó con don
Gaspal' Remisa, amigo particular de Llauder, y se concel'-
tó entre ambos que aquel le escribiese para hacerle retirar
un papel que podia comprometerle; pues, bien que no fue-
se conocido su tenor literal, el encargado de entregarlo


, habia revelado su substancia. Disponiase Remisa á escri-
bir esta carta y aun á marchar á Barcelona para terminar,
en una conferencia verbal, el arreglo de tan importante
negocio, cuando se recibieron en Madrid copias de la mis-
teriosa esposicion, que, circulando ya en el público, ha-
cian inútil toda tentativa para que su autor la retirase, y
hubieron por lo tanto de limitarse las gestiones á deyolver
it Llander su pliego cerrado, á quitarle asi la publicidad
oficial y á impedir los efectos terribles que de esta se te-
mian.


Cl'eiase haber conjurado asi todos los peligros, porque
no se sabia ó se olvidaba que el paso atrevido de Llauder
tenia ramificaciones, cuyo centro estaba, si no en el Conse-
jo mismo de Gobierno, en alguno de sus individuos, que se
csplicaban contra el manifiesto de octubre de una manera
capaz de alentar á los que conspirahan contra su autor.
Pero, apenas evitada por aquella especie de transacion la
publicidad legal de los designios de lJaudcr, Quesada, á
quien habia enseñado á no respetar al gobierno la hlandu-
1'<1 flue este le habia mostrado en dos ocasiollcs rccicntes.




204 A~ALES DE ISABEL U.
salió á la palesll'a con otra esposicion (1) en que las ideas;
del capilan general de Cataluña eran espresadas ba-
jo otra forma. El 3 de enero, el gobiemo, creyendo debe¡'
mostrar á Quesada que estaba satisfecho de los esfuerzos
que acababa de hacer para pacificar á Castilla la Vieja, Ic
habia hecho merced de un título dc Castilla. Quesada, dan-
do gl'3cias á la reina el 8, fingia vcr en esta gracia las pér-
fidas artes de los que él llamaba sus encarnizados enemi-
gos, calificacion que hacia recaer principalmente sobl'e Zea,
suponiéndole autor de su separacion de Madrid, y sobre to-
tlo del mando de la infantería de la guanlia. Declarando
que no se daria por satisfecho mientras no se le volviese es-
te mando, tomó pretesto de cllo para recordar sus servi-
cios y sus opiniones, á la manifestacion de las cuales alI'j-
lmyó el pretendido encarnizamiento con que se le trataba
al conferirle un título, La suma dc estas opiniones la habia
fOl'mulado asi el mismo Quesada en su entrevista de 2 de
octubre con la gobernadora, « Es imposible afianzar el 11'0-
)lIlO de la reina sobre otras bases que las establecidas en
)¡las antiguas leyes de la mona¡'quía, mejoradas con arre-
llglo al pl'Og¡'eso de las luces y á las exigencias de los tiem-
»pos. Solo una verdadera representacion nacional podia
»consolida¡' derechos que iban á ser disputados, IntentaI' que
»los españoles continuasen sometidos á un poder arbitrario
l¡cra alJl'ir la sima cn quc acaso se hundi\'ia el trono, des-
»)pues de devasta\' el país con los horrores de [a guerra ci-
»vil. » Despues de una violenta diatriba contra Zca y Cruz,
concluia pidiendo « la fiel observancia de las antiguas lc-
l)yes , que, fijando los deberes y derechos ['ccíprocos de


i 1) Yéu"c el apendice número 3,




unRO PRnIERO. 205


»Io~ I'eyes y de los pueblos, evitaron los abusos del podel'.
»)afianzaron la paz y el reposo y condujeron la nacion al
)mas alto grado de esplendor.»


Por justos y patrióticos que fuesen los deseos de Que-
sada, era lan notoria su poca instl'Uccion en las materias le-
gales y políticas, tan estraño verle invocar leyes que no
conocia él y que no conocia nadie, pues, á escepcion de las
generalidades doctrinales de una ú otra ley de partida,
ningunas hay en todos los cuerpos del derecho español que
fijen los derechos y los deberes recíprocos de los reyes y
de los pueblos; habia él, en fin, desmentido tan pocas ve-
ces en su larga carrera su~ doctrinas absolutistas, que no
rué menester un grande esfuerzo para adivinar que aque-
lla esposicion habia sido dictada al general por gentes que
deseaban una variacion de que él no conocia el alcance ni
la trascendencia. Pero para hacer llegar á la gobernadora
la espresion de sentimientos ó de deseos que él daba como
suyos, no tomó Quesada pl'ecauciones como Llauder, sino
que la envió en derechm'a al ministro de la Guerra y le
dió asi desde luego un carácter oficial y solemne. Sorpren-
dido Zarco al leer la especie de manifiesto del capitan ge-
neral de Castilla la Vieja, y al verla coincidencia de sus es-
fuerzos y la identidad de sus miras con las miras y los es-
fucrzos del de Cataluña; pensando que esta coincidencia~­
esta identidad arguian un designio comun, y dejaban tras-
lucir un proyecto combinado, mal'chó á conferenciar conmi-
go antes de tomar sobre él una resolucion. Yo, condenan-
do la forma de la esposicion de Quesada, reprobando que
el gefe militar de una provincia se abrogase la iniciativa ell
las mas ~raves rllestione~ del Gobierno, derlaré que el mi-




206 AXAtES DE ISABEL 11.


nisterio no debia tomal' PQr sí solo una determinacion, y que.
en las circunstancias críticas en que iban poniéndole dia-
riamente las exigencias de una opinion, real ó facticia, pe-
ro apoyada, al parecer, sobre la de los hombres que te-
nian el mando de la fuerza militar, no habia otro recurso
que someter la representacion á un exámen legal y provocar
sobre ella el dictamen del Consejo de Gobierno; asesor dp.
la reina en todos los negocios arduos. Convino Zarco en
mis indicaciones, y juntos partimos á infOl'mar a Zea de
aquella novedad importante y a exigir de él que la partici-
pase en el acto a la reina gobernadora.


Eran mas de las diez de la noche. Zea, ora necesitasp.
tiempo para reflexionar, ora creyese , como nos lo asegu-
ró, que la gobernadora estaba ya acostada, pidió que se
difiriese la resolucion hasta el dia siguiente. Convocado al
efecto el Consejo de Ministros, Zea y Gonzalez querian que
sc empezase por remover á Quesada y que se mostrase asi
(Iue el ministerio no se dejaba dictar la ley. .Esta era sin
duda la medida que la dignidad del Gobierno habria exigi-
do en cil'cunstancias ordinarias; pCl'O yo alegué que, en el
estado en que sc hallaban las cosas, exacerbaria eUa la ani-
madversion que escitaban contra el ministerio, y en parti-
cular contra su presidente, las instigaciones acaloradas del
partido liberal, el cual habia admitido en su seno á Quesa-
da, y declamado con violencia contra su reciente separa-
cion del mando de la guardia; que Quesada, al arrojarse al
paso que acababa de dar, no podia menos de haberse pre-
parado á las rcsultas; que la violencia de su carácter per-
mitia temer que se pusiese en lucha con el Gobierno, como
)'a se habia puesto con alguno de sus individuos; que este




UDRO PlUlIERO.


'tpOlor parccia 'doblemente fundado, al ver que no solo po-
dia a contar con el apoyo de su nuevo partido, sino con
el del capitan general de Cataluña, de cuyos sentimientos
eonstitucionales estaban ya enteradas España y Europa lo-
da , pues un diario de Barcclona habia publicado, y muchos
diarios eslran~eros repetido, la esposicion , á que contcm-
porizaciones mas ó menos justas impidieran antes dar cur-
so. Añadí que el gobierno se hallaba sin medios de contenel'
\lna esplosion liheral, puesto que casi todas las tropas que no
estaban ocupadas en las provincias del Norte se hallaban
ú las órdenes y hajo el influjo inmediato de los mismos 1Iau-
del' y Quesada; que , á pretesto de imposibilitar ó castigar'
toda demostracion hostil de los partidarios dc don Cárlos,
habia cl primero de estos gefes armado de su propiaautori-
dad mas de 20 mil hombres que le eran personalmente adic-
tos, y que arrastrarían tras sí , en el caso de obligarlos á la
resistencia, á las guarnic iones de todas las plazas del Prin-
cipado, que L1audcl' habia puesto en sus intereses por toda
especie de atenciones y miramientos; que las sociedades
secretas tenian minado todo el territol'io español; que la
prensa pcriúdica no se comprimia sino á duras penas; y es-
lO en tanto que facciones carlistas levantaban simultánea-
mente la cabeza en varios puntos, y no permitian enviar á
otros las tropas encal'gadas de perseguirlas. Observé que,
no escitando el gohiel'no mas simpatías que las de las cia-
ses acomodadas, csencial y necesariamente pacíficas, na
podia dispensal'se de huscar un apoyo mas eficaz en la le-
¡;alidad, consultando al Consejo de Gobierno, y conformán-
dose con su dietámen . cualquiera que fuese. Concluí di-
eiendo que, ~i no hastaba este medio á conjurar la crisis




208 AXAI,ES DE ISABEL 11.
tlue amenazaba, podeia á lo menos evitae a los ministeos la
teemenda responsabilidad que sobre ellos pesaeia si, por una
disposicion suya, dictada sin consulta de nadie, llegase el
rompimiento de algunos capitanes geneeales a complicar
mas una situacion política, de suyo ya harto apueada y difI-
cil. El Consejo de Ministros, hallando justas estas observa-
ciones, acordó consultar al de Gobierno por mano del minis-
tro de la Guel'ra, y este, calificando severamente en su ofi-
cio la conducta de Quesada, insistió sobre el peligro á que
espondria al Estado el libl'e y no reprimido uso de la ini-
ciativa política de los gefes militares.


Yo tenia bastantes antecedentes pam pI'CVeCI', y bas-
tante franqueza para anunciar que el Consejo de Gobierno
no se ateeveeia a hablae contm la foema de la eepl'csenta-
cion de Quesada, y que declararia necesaria la reunion de
Cortes que este pedia. Yo sabia que Puig mismo, á quien
nadie podia con razon atribuir intenciones liberales, habia
eitado en una conferencia confidencial dc su Consejo, la
ley de partida que, en casos como el en que nos hallabamos,
exigia csta l'eunion, la eual cra doblemente necesaria cuan-
do algunas peovincias del reino peoc\amaban los derechos
de don Cárlos al trono de su hel'mano. Zarco, que pensaba
como yo sobre la legalidad de la medida, estaba como yo
dispuesto á pl'estal'ie su apoyo cel'ca de nuestros otros doi'
colegas, y no dudábamos que, con las convenientes restric-
ciones, accederian estos á la convocacion de las COI'tes. Re-
cientemente se les habia visto variar de política con respec-
to á Portugal y en seguida no solo apoyar con su voto las
disposiciones liberales dI:: que, en menos de tres meses ha-
bia yo obtrnido la !'uneion de la reina, sino colmar de 1'10-




LIBRO PRUlERO, 209
gios la nueva ley que daba a la imprenta ensanches que, tres
meses antes, nadie se habria atrevido á sospechar. Tran-
quilizados pOI' los buenos efectos que habian producido aque-
llas innovacioncs , no cl'a de temel' que se opusiesen á ver-
las ratificadas en ulla ¡'eunion de Cortes, que no solo pl'es-
cribian cn aquella situacion nuestl'aS leyes, sino que no-
sotros mismos lcníamos intel'es en convocal', Dado este paso
oportunamente, habl'ia el ministerio desmentido las acusa-
ciones de absolutismo que se le hacian, reconquistado la
confianza pública penlilla pOI' el manifiesto de octubre, lan-
zado al pa is en la \ in tIc las mejol'as legales y de las refor-
mas progl'esiras, t¡ue entónces se hubieran hecho sin sacu-
dimientos y sin la relajacion de la disciplina social.


Pcro cl Consejo de Gobicl'llo, evacuando su consulta y
limitándose en ella á proclamar la justicia fundamental de
las illllicaciones de Quesada, C1'eyó deber hacer algo mas
para asegUl'al' el ll,itlllfo de su opinion; y, suponiendo sin
duda que Zea se opondria a que la Gobel'lladora se confor-
mase á ellas, encal'gó al arzobispo de Méjico y al conde de
Ofalia , lIombl'ados para presentarle la consulta, que le in-
sinuasen verbalmente la necesidad de formar un nuevo mi-
nisterio, ó á lo menos rlr srparar de él á Zea y á mí, La
reina, que conocia mas. ó juzgaba mejor mis principios y
mis intcllciones que el Consejo de Gobierno ú, para ha-
Llal' con mas propiedad, (¡ne Sil dil'ector Amarillas, no ac-
cedió á mi separacion, pcro convino en la de su primel'
minisll'o, encaJ'gaJHlo desde luego á aquel cuerpo por me-
dio de sus dos di!mtallos, que le indicasen los sugetos ap-
tos para reemplazarlo, y pl'eviniéndole un poco des pues
estender aquella designacion á la de personas á propósito


TOMO l. 14.




210 ANALES DE ISABET, JI.
para servir los demas ministerios, cscepto los de Guer-
ra y FOn'lertto que desempeñábamos Zarco y yo.


La Gobernadora, confiando esta resolucion á Zarco, le
encomendó tambien proponerle persona (Iue sustituyese á
Zea, declarándole al mismo tiempo que tomaria otras noti-
cias por si misma, y provocaria otl'as indicaciones. Eseu-
l5óse él á hace.' pOI' si solo tan difícil designacion, y fué au-
torizado para conferenciar conmigo sobl'e ella. Y, como yo
me-escusase tambien, recibimos ambos la órden de reunir-
nos en el gabinete de la Gol)f~l'I1adora pam examinar la ap-
titud de los candidatos que se le habian ¡wopuesto por di-
ferentes conductos, y cuyos nomhres se hallalml1 en varias
listas que S. M. nos presentó. Yo recibí aelemas el encar-
go de notificar á Zea su separaeion, lo (lue vel'ifiqué felici-
tándole sobl'e las disposiciones hcnésolas que, al acordarla,
conservaba por él la reina, y sohre las ventajas del reposo
que debia propol'cionarle aquella determinacion. Con gran
sorpresa mia, Zea pareció constel'l1ado de parahienes que,
de mi parte, eran bien amistosos y sincel'Os, y mostró sen-
tir "la 'pérdida de ulla autoridad de <¡ue ninguna ventaja sa-
caba, y que, con mucho menos motivo, se habria cualquie-
ra anticipado á abdica\'.


tas listas sohre que la Gohel'lladol'a nos hizo á Zarco y
á mí, reunidos en su despacho, el honor de ronsultar-
nos, contenian los nombres siguientes:


Para el ministcl'io de Es'ado,
Don Francisco Mal'linez de la Rosa.
Don Eusebio Bardaji y Azara.
Don Evaristo Perez de Castro.
Don José de Heredia,




LIBRO PRUlERO.


El duque de GOl'.
Para el de Gracia y Justicia,


Don Fl'ancisco Mal,tinez de la Rosa.
Don Nicolás Gal'clly.
Don Ramon Lopez Pelegrill.
Don José de Heredia.
Don Fmncisco Redondo.
Don Mariano Milla.
Don Valentin Ortigosa.


Para el de Hacienda,
Don Justo BauljueJ'i.
Don Eusebio Dalp.
Don José de Imaz.
Don José Arallalde,


y otro ú. otros dos que he olvidado.
Para el de Marina,


Don José Vazquez Figuel'oa.


21-1


Al vel' estos nombl'es, se me oCUl'rieron simultánea-
mente una multitud de l'eílexiones, que debian influir, é
influyeron en efecto, én el parecer que se me llamaba á
dar, y que debo consignal' en éste escrito para que no se
califique solo por los I'esultados la eleccion de ministros
hecha en la memorable noche del 14 de enero, sino que se
la juzgue por los motivos que la dictaron. Hé aqui en re-
súmen las consideraciones que determinal'on mi asenti-
miento.


1. a En la lista de candidatos para el ministel'io de Es-
tado habia tres individuos (Martinez de la Rosa, Bardají y
Perez de Castro), que ya habian servido el mismo destiou
en periodos de régimen constitucional.




212 AXALES DE ISABEL 11.
2. a En la de candidatos pam el ministerio o.e Gracia y


Justicia habia otros tres (Martinez, Pelegrin y Gal'ellyl.
que habian servido el mismo Ú 011'0 mínislpl'io hajo el mis-
mo régimen.


3. a Para el ministel'io de Marina se proponía a un solo
individuo que, ya lo habia servido en Cadiz bajo el gobier-
no constitucional, y despues en Madrid bajo el absoluto,
y que, en el periodo de 1820 á 23, hahia sido consejero
de Estado.
4.~ ta designacíon ¡lc todos estos sugelos parecia he-


cha por el Consejo de GoLiel'llo en masa, a vírtud de la
indicacíon verhal de la rcína al arzohispo tic Méjico, y su-
ponia en este cuerpo intenciones constitucionales, esplíci-
tamente manifestadas pOI' escrito en Sil consulta so)))'c la
esposicion de Quesada.


5.a Ademas de la designacíon colectiva del Consejo de
Gobierno, ciertos nombres que se veian en las listas I'eve-
laban que, en su formacíon, no se habían desatendido las
indicaciones parciales de algunos de sus miemhros. Milla
era el protegido partículal' del ma;'ques de las Amarillas, y
don José de Heredia, hermano del conde de Ofalia.


6." Las esperanzas que en la elevacion de alguno de
sus amigos al ministerio fundaban dos ó tres sugetos de
conocida impol'tancia, ~ quienes pOI' entonces daha la
Reina Gobernadora testímouios de benevolencia, podían solo
eiplicar que se huhiese comprendido en las listas de ean-
didatos á don José lhanalde, empleado de poca categoría,
y á don Valentin Ol,tigosa, que no tenía en la gerarquía
eclesiástica mas grado que el de simple clérigo, y que, solo
por este carácter, figuraba en la gel'arq\lÍa civil.




LmRO PRIMERO. 213
7. a De los demas individuos c\Hnprendidos en las listas


habia algunos que parecian propuestos por personas que,
sin ningun intel'es particular, sin ninguna intencion política,
aspiraban solo 31 acierto de la eleccioll.


¿Qué J'egla debía seguil' el que conocia el ol'Ígen y la
tendencia de aquellas designaciones, y la necesidad en que
se estaba de dar consistencia á un nuevo ministerio que se
tl'at3ba de crear? ¿De qué clase de pel'sonas debia compo-
llw;e este, cuando el Consejo de Gobiel'llo, insistiendo sobre
la urgencia de reunÍ!' las Cortes, indicaba lo conveniente que
seria haccI' Yal'iaciones CH el modo y los objetos ele su ['eu-
nion, y pI'oclamaba asi la necesidad de dal' a Espafla un
nuevo régimen político? ¿Era posible oponerse á esta indi-
cacion, que, en lo pI'incipal, se apoyaba sobre el tenor es-
plícilO de leyes nunca derogadas, y, en lo accesorio, sobl'e
las exigencias de una opillion, que se presentaba con las
apal'íencias de unánime? Dado caso que csta no fuese tal,
¿habia algull medio natUl'al de reprimirla, ni otro medio le~
gal de conocerla y c1asificaI'la , que el de reunir la nacion
en Cortes? Habiéndose de hacer esto, ¿no era pI'eciso nom~
bral' para el nuevo ministerio hombl'es que fuesen bien vis-
tos de los que habian provocado esta variacion, y que, ins~
pinlndolc confianza por sus antecedentes, no se viesen
atajados en su nueva canera por una oposicion sistemática
y encarnizada? Enll'e estos hombres ¿no era político y pa-
triótico preferir á aquellos que, conocidamente capaces, ha-
bían completado su cducacion polHíca en la escuela del in-
fortunio, y á quienes por tanto se debia suponer curados
de las innovaciones violentas'? ¿A los que, por haber servido
antes los mismos destinos á que de nuevo se les elevaba, se




214 ANALES DE ISABEL n.


debia creer familiarizados con los negocios , y en situacion
de prevenil' Ó de conjural' las complicaciones que pudiesen
sobrevenir? ¿A los que por el hecho de ser presentados co-
mo candidatos del Consejo de Gobierno, se debia suponer
animados del deseo de mantene¡' enh'c este cuel'po y el mi~
nistel'io la armonía necesaria para ,la marcha cspedita de
los negocios? ¿Qué se habria hecho con hombres de otra cIa-
se? Aumentar la efervescencia c¡ue, promovida al principio
por instigaciones intel'esadas, sostenida despues por com-
binaciones astutas, aumentada mas tanie por el prestigio de
los gefes militares de las dos lllas impOl'tanles fl'acc:iones
del territorio peninsulal', acababa de ser santiiicarla pOI' el
hecho de declararse por el primer cuerpo del Estado justas
y legitimas las quejas que la motivaron, l\Jmidos pOI' estas
consideracioncs , Zarco y yo (pues supongo que :\ él se le
ocurrieron como á mí, visto que opinó conmigo en toda
aquella lal'ga sesion ) fijamos la eleccion de la rcina so!)\'e
Mal,tinez de la Rosa para Estado, y Ga¡'ell y pal'a GnlCia y
Justicia. Este ultimo nombramiento 110 se olJlllvo sin algun
esfuerzo, pues la GobernadOl'a mostraba UlIH pl'cdilcccion
decidida en favor de Ol,tigosa; pero cedió, en fin, á consi-
deraciones de posicion, que no haciall posible su nombra-
miento, cualquiera que fuese el concepto qlH?, pOI' oll'a pal'-
te, se tuviese de su capacidad.


No sucedió asi con la designadon de Aranalde p:W:l el
ministerio de Hacienda que, combatilla fucrtemcnte por mí,
fué con igual fuerza sostenida por la GobCi'mldora. En va-
no alegué que, en el COI'to tiempo que hahia yo desempeña-
do intcrinamente aquel ministerio, habia visto por mí la
profundidad de la llaga del deficit, que solo podia CCl'l'al'se




LIBRO PRIMERO. 215
por un homhre superior. vel'sado, no en triquiñuelas de
I'entistas, sino en los principios de la ciencia económica, en
las teorías del CI'Mito, y solll'e, todo, en la atinada aplica-
cion de estas y de aquellos u las necesidades del pais. En
vano añadí (Ille Arallulde no potlia tenel' estos conocimien"':
tos sin que en alguna ocas ion se hubiesen revelado de un
JIIodo U otl'O, Y hubiese llegado ú pocos ó á muchos la noti-
cia, cosa que ciertamente uo habia sucedido. La Goberna-
aora insistió decididamente, pel'o ni Zal'co ni yo dimos por
concluido este plinto, «ue (!uedó pelldiente. Pasóse al nom-
bramiento (le ministro d(~ ~IlH'ina, paea el cual solo habia
sido propuesto don .losé Vazquez Figuel'oa. Contm él no
habia mas objeciones que hacer que la mucha edad del can-
didato ,Y la inutilidad de un ministerio no pI'ovisto en mu-
chos años, pOI' no haber mal'ina de que cuidar; pero Fi-
gueroa tenia amigos, Y convenia proporcionar al ministerio
el apoyo de un arma en qlle hahia muchos hombl'es de ca-
paeidad, cuya intluencia local en sus depal'tamentos no era
de desapl'oveclHu' en tales circunstancias.


Acordados estos 1I0mlJl'amicntos, y autorizados Zarco y
yo para haccrlos eSlelldcl', quise quc la scsion no se con-
cluyese sin que se tomase en considel'acion una cuestion
impol'tantisima, que suscité, y qne fué deeidida en confor-
midad de mis intenciones. Creado el ministerio de Fomen-
to, se habian desmembrado del de Estado muchos ramos
del ser'vicio interiol', u sabel': los de COl'reos, caminos y ca-
nales, sociedades económieas , museos de ciencias natura-
les y otros de esta cl<lse. Redueido este ministerio á solo
las relaciones esteriores, (Ine entónees, por desgraeia, eran
limitadisimas, manifesté haber cesado los motivos que por




216 ANALES DE ISABEL 11.
mucho tiempo hicieron considerar aquella secretaria como
la primera del Despacho, y probé que por tanto no debia con-
tinuar aneja á ella la preside~cia del Consejo de Ministros.
Propuse en consecuencia que fuese esta segregada de aquel
ministerio, y que en lo sucesivo la confil'iese la reina á
aquel de sus ministros á quien juzgase mas á propósito pa-
ra desempeñarla. Indújome á hacer la proposicion, no solo
su justicia ordinaria y su conveniencia evidente, sino el te-
mor de que, recayendo la presidencia en Mal'tinez, se re-
sintiese en algun modo dc ello la marcha de la administra-
clOn.


Cuando Cádiz nombraba diputados a COl'tes entre los
españoles refugiados dentro de sus murallas, Martinez habia
sido designado para representar la provincia de Granada ocu-
pada enteramente por las tropas fmncesas. Su juventud, su
independencia, su ardientc liberalismo, y hasta su acento
andaluz, que entónces no habia cOl'l'egido todavía, le hicicron
desde luego muy bien quisto entre los refugiados. T1'aslada-
das las Cortes á Madrid de resultas de los triunfos decisivos de
las armas inglesas y españolas, manifestó alli gran celo pOI'
los principios de libertad proclamados en Cádiz, y se mos-
tró tribuno vehemente y apasionado. Vuelto el rey de su
cautiverio, le confinó á un presidio de Arrica, y este rigor
no merecido escitó en su favor simpatías hasta de los que no
eran amigos suyos, lo que le valió una liolll'osa popularidad.
Los sucesos de 1820 le arrancaron de su conl1naeion; fué
elegido diputado a las nuevas COI'tes, y, ú poco de concluida
la legislatura, hecho ministro de Estado, cuyo puesto le hi-
cieronabandonar los sucesos de julio de 1822. Al año si-
guiente, fue lanzado de Madrid por un corregidor fanático




LIBRO PRIMERO. 217
con tanta injusticia como lo habia sido en 1814 por un go-
bierno reaccionario, y esta persccucion nueva, que pareció
tanto mas ridícula, cuanto que él acababa de sufr'ir otra de
los mismos de su pat'lido, le rodeó de nuevo de la aureola
del marlirio político, y volvió á escilar en su favor el inte-
res que ¡'ecientcmente habian casi apagado los actos de su
administI'acion. Todavia estaba demasiado fresco el recuer-
do de esta para que yo, conviniendo en asociarle al minis-
te¡'io como hombre de luces, bien intencionado y popular,
no temiese las vacilaciones de su carácter y la debilidad de
f'U conducta como gobel'llantc, en mcdio de la vehemencia
de sus disClll'SOS como diputado. En Martinez, en fin,
buscaba yo el nomb¡'e, no el homb¡'e; el nombre para aca-
la!' las facciones interio\'cs y los clamores frenéticos de la
prensa estl'3 ngera, asociada al fanatismo liberal que iba
cundiendo en la Pcnínsula, y que exaltaban prodigiosamen-
te los sucesos coetáneos de las armas de don Pedro en
Portugal; no el homl)l'c quc, entregado esclusivamente á
teorias políticas y á d istI'acciones literarias, no conocía mas
que Zea el estado de la opinion general de su pais, con la
cual nunca habia estado en contacto, ni por consiguiente sus
necesidades ni menos aun los medios de socol'ferlas. Con-
tando, pues, con su disposicion para mantener nuestras re-
lacioncs diplomáticas, no lo creia á propósito para dar, en
calidad de presidente del Consejo, convcrgencia al poder,
y unidad y energía á la administracion. La reina accedió
sin titubcar á mis indicaciones, y dccidió que la prcsiden-
cia del Consejo no estaria en adelante aneja al ministerio de
Estado.


Martinez mismo, llamado á mi secretal'ía al "-'l'minal'se




218 ANALES DE ISABEL 11.
la sesion con la reina, convino en la justicia de la medida
que acababa de adoptarse, y manifestó á presencia de Zarco
y mia, que la presidencia debia recaer en el hombl'e que
mas capaz fuese de dar á la accion del gobiel'llo el impulso
que las necesidades ['eelamaball. Aceptó en seguida el mi-
nisterio, no solo simplemente y sin condiciones, sino decla-
rando que era inútil que especificásemos ningunas, pues
«con hombres como ustedes, dijo, 110 puedo yo dejar de
»estar siempre de acuerdo.)}


Con esto, y sin consultar con Garelly, hice yo estel\(lee
los deceetos, y que fuesen dil'igidos á Zar'co, 110 fIuerielldo
que lo fuesen ámí, á quien por antigüedad cOl'I'espondia, por
creer que mi oposicion al nombramiento ele Aranalcle no
me permitia autorizarlo con mi firma.


En esta oposicion continué hasta la mañana siguiente en
que la reina repitió en los términos mas formales querer á
Aranalde pOI' su ministro de Hacienda. Al ver que su pro-
pósito tenia todas las apariencias ele irrevocable, puesto
que pOI' llevarlo adelante se rehusaba á hombres como don
Gaspal' Remisa y don Justo José Banqucr'i, propucstos pOI'
mí, hube de resignar'me; pel'o obleniendo á lo menos que el
nombramiento de Aranalde fuese en calidad de interino, á
fin de no vemos en la necesidad de renoval', t. los ocho elias
de nombrado el ministel'io, á unode los que lohuhiesen com-
puesto elefinitivamente. La reina se confol'mó con esta indi-
cacion, cuya justicia fué la primera en reconocer pocos dias
despues.


Aunque descontento de la entl'ada de Aranalde en el
ministerio, lisongeáhame yo, sin embal'go, de que este mal'~
charia unido, por la direccion que me proponia dade; de-




LIBRO PRIMERO. 219
biendo recaer en mí, como mas antiguo, la presidencia de
él, ínterin la reina la daba en propiedad al que mas con-
fianza le inspirase. Pero frustraron este propósito debilidad
y temores por partc de Zarco, y por la mia unescesode de-
licadeza. Zarco temió que mi calidad de gefe del ministerio
provocase luchas y enconasc las pasiones que se habian des-
pertado al encal'gal'me interinamente del ministerio de Ha-
cienda. Yo recelé que se imputase á mil'as de ambicion
personal mi indicacion para que la presidencia se separase
del ministerio de Estado; y estas y acaso tambien otl'aS Con-
sideraciones impidicron que, por entonces, se tomase So-
hre el particular, ningun acuerdo definitivo.


El Conscjo, sin presidente y sin direccion, continuó,
pues, reuniéndose en la secretaría de Estado, con lo cual no
se creyó segregada de este ministerio la presidencia, que,
sin decreto de nombl'amiento, ejerció de hecho Martínez,
hasta que el ejel'cicio no disputado de sus funciones, le
constituyó una especie de derecho.


He dicho que Zea recibió con muestras de pesar el
anuncio que le hice de su separacion del ,ministerio. Quizá
aquel sentimiento em puro, y aun honroso; quizá ignoraba el
que algunos furiosos meditaban un atentado contra su per-
sona; quizá, sabiéndolo, no Cl'eia inminente este riesgo, ó
no le daba la impol'lancia que realmente tenia; quizá se li-
songeaba con la quimérica eSpel'allZa de mantenel' el órden
de cosas que él juzgaba útil; quizú, en fin, su sentimiento
provenia del recelo que le inspil'aban las innovaciones que
la composicion del ministerio le hacia preveer y de que, COIl
anticipacion, presagiaba las dolorosas consecuencias. Este,
á lo menos, fué el lenguage que tuvo al despedirse de la




220 ANALES HE ISAIlEL JI.
reina, á quien no temió anunciar las convulsiones á que
mas tal'de ó mas temprano espondria al pais la nueva di-
reccion que iba á darse á la marcha del gobierno. Pero ni
aun los acontecimientos. que por desgracia no tardal'on en
justificar sus tI'istes previsiones, probaron en rigor, que no
fuese necesario entonces mudar de sistema. La animad-
version general, sostenida pOI' una prensa que ni la censul'a
previa, ni el rigor contra los escritores turbulentos basta-
ban á contener; la falta de tropas para pl'ecaver Ó repri-
mir un movimiento insurreecional, y la poca confianza ,(ue
inspiraban aquellas de que hubiel'a podido rlisponerse cn la
ocasion; los sentimientos conocidos de los mas de los gefes
militares; la tendencia constante, en fin, del Consejo deGo-
bierno, todo impedia que se continuase marchando como
hasta entónces; todo indicaba la necesidad de suplir con
medios l).lol'ales la falta de los medios materiales, y de que
el gobierno dirigiese un movimiento que, contrariado por
mas tiempo, debia saltal' por encima de todos los obstáculos
y arrastral' en su marcha al gohierno mismo.


En eÍl'cllIlstancias tan difíciles, mi conducttl rué califi-
cada diversamente segun las pasiones, los intereses y la
posicion de los que la juzgaron. Zea creyó que yo hahia
contribuido á su separacion, y afectó conmigo una indiferen-
cia que dejaba tl'aslucir el resentimiento. Martinez creyó
que su elevacion se debia solo á S1\ mérito, y afectó dar á
la satisfaccion que le causó su nomlwamiento las apariencias
del desden ó de la resignacion. ~Iis enemigos suponian que
yo habia consentido en aquellas elecciones á mi pesar, y rin-
diendo un homenage fOl'zado á la necesidad de las cosas.
Mis amigos, que sabian que á mí, mas ó menos vivamente




LIBRO PRIMERO. 221
apoyado porZarco, se debia la recomposicion del ministerio,
me censumban de habe!' introducido en el gabinete liberales
de 1812 y 1820, quc, bicn que model'ados, no podian menos
de abriga!' simpatias por el rt\gimcll á que debieron su ce-
lebridad anterior. Unos y otros se engañaron, de buena ó de
mala fe: Zea, desconociendo que, por no asociarme á una
conspil'u!.'iongenel'alconlra él, habia yo comprometido la po~
pularidad que me daban los actos de mi adm inistracion. Mal'-
tinez, suponiendo que yo tenia de él una idea tan aventaja-
da como tenia él de sí mismo; mis enemigos, no advirtiendo
que, pOI' el hecho de asociarme yo á dos de los hombres. mus
distinguidos de su pm'tido, inostraha no temer su concur-
¡'eneia ni arrellranne la compal'acion que luego se haria de
los principios y de los scntimientos de cada uno: mis amigos,
en fin, creyendo fIue habia otro modo de conjurar la crisis,
que tI'atando de seüoreal' y dil'igit, un movimiento que po-
dria esLt'aviarse, si no sc dirigia con tino desdc el principio,
ó que habia otro modo de di¡'igil'io, que el de acudir al em-
pIco de medios legales y legítimos, asociándose por ello con
hombres bien vistos eult'c los que provocaron la variacion
del régimen político. Fácil, y ademas individualmente útil, me
habria sido haber hecho mi dimision, y retirádome de los
negocios, contento con la gloria (pIe me habia dado mi ad-
lIIinistt'ar,ion de tl'es meses; pero creí f¡He debia hacer
valel'la considcracion que mc daban estos servicios para
impedi¡' abcl'l'acioncs en la marcha del nuevo gobierno, pa-
ra contribuir á da!' al reino institucioncs exentas de las
exageraciones de épocas rccientcs, y lib¡'es del espíl'itu re-
volucionario en que entonces, como ahora, y como siemp¡'e,
vi el gérmen de muchas cal~midades. T.u abnegacion, que




ANALES DE ISABEL 11.


al consagrarme todo entero á la regeneracion de mi pais,
hacia de mis intereses individuales, desatendidos de resul-
tas de mis ocupaciones públicas, me parecia darme un de-
recho á que todos los españoles, ó mis amigos á lo menos,
juzgasen equitativamente de mis intenciones por mis sacri-
ficios, y de la índole de mis esfuerzos por las ventajas in-
mediatas que produjeron al pais.


fIN DEI. unno PRIMERO.




LIBRO 8EGIJ~DO.


Conferencia~ ministeriales para la rrdaccion del Estatuto Real.-lm3z sucetlQ
á Araualde en el ministerio dc Jlaeienda.-Dimision de don Javier de Jlnr.
~os del ministerio de Fom~nto.-Estado de las provincias.-Pormenores rel3-
til'os :í la presentadon de Zumalacárregui en el campo c3rlista.-Disper-
.iou de sus tropas en el combate de Nazar y Asarta.-Movimientos de Valdés.
-Deja este general el mando en gere ele las tropas de la reina.-Reemplázale
Quesada.-Entáblansc negociaciones con Zumalacárregui.-Frústranse es-
tas.-Son rechazados Zumalacárn'gui de Vitoria y Castor de Portugalete.-
Sale Quesada de Pamplona y empieza sus operaclOncs contra Zumalacánegui.
-Entra este gefe en Cataluña.-Carácter de la guerra en las provincias Vas.
fon~ad3s.-Siluacion de las bandas del cura ~Icrino, Cuevillas, Basilio Garcia,
Quilez, Carnicer, el Hos de Erole" Tristany, Llal'ch de Copons, el Locho,
Carrasco, tulJito ) Cursta.-Disposiciones del gobierno.-Combate de AIgasua.
-Situadon políllca dt~ Portu:;al.-Tratado de la cuádruplp alian1.a.-Toreno
ministro oc lIadenda en rCPlIlplazo, de Imaz.-Antiripo de -15 millones de fran_
cos.-Entra en Portugal un fjél'cito español mandado por llodil.-Retirada )
embarque de don Cárlos.-SIl llc~ada á Inglatrrra.-Su venida á España.~
euevillas ~ don Basilio, hatidos por Obregon y Cistué.-Accion de Mayans.-
Vuelta de Carnieer al ha.io Aragon -Rodil, general en gefe del ejército del
:'iorte en I'I'pD1jllazo de Quesada.-Ohsenaciones sobre el Estatuto Rea\.-
Horrihlcs c.,rcnas del 17 y del 18 de julio en lUadrid.-EI cólera morbo.-Ope_
raciones tic lIudil en pl'l'secucioll del Pl'etendiente.-Ataque infructuoso de los
carlistas contra Puenle la Rt'ina.-Sorprcsa de las Peñas de San Fausto,-
Muerle del conde de Yiamanuel.-Ataca Z umalacárregui el fuerte de Echarri.
Aranaz, l' esrechazado.-Yuehr don Cárlos á Eliz ondo.-Sale de nu~vo par:.
Yizcaya.-1Ioyimientos combinados de Espartero y Rodil.-Toman é incen-
dian los facciosos á Yillarcayo.-Amenazan á Bilbao y á Santander.-Destru_
yen á Ampuero.-Deja Rodil el mando de i'iavarra y se dirige á Vitoria.-Sor-
presa de un convoy de armas.-Combales de Fucnmayor y de Cenicero ,-
Batalla de .\legrla,-Derrota y muerte de O~Doyle.-El general Osma sef.ti~




224 ANALES DE ISABEL 11.
ra á Vitoria.-Abrense las Cortes.-Discurso riel trono.-Contestacion á el.
-Manifiesto de Martinez de la Rosa.-Di5cusiones en los Estamentos.-Pro-
yecto de ley de hacienda.-Otro relatilo it la cseJu,iol1 de don Cárloo y de su
familia á la eorona de F.spai>a.-Lle~ada de ~Iina :i P.,mplona.


GRANDE cra la cspcctacion publica al formarse el lluevo
ministerio, y grande el empeño que este contraía, obligán-
dose implícitamente a hacel' mas quc el que le habia pl'ece-
dido. Desde el momento de su instalacion, todas las trom-
petas de la fama pl'econizaban el triunfo de las doctrinas li-
berales, y anunciaban al pais la realizacíon de Jos benefi-
cios con que no se cesaba de halagarle para interesal'lo en
favor de estas doett'inas mismas. La prensa periOdica de
Madrid no tenia bastante incienso que quemar en honor de
Martinez de la Rosa y Garelly, sus ídolos entónces. La
prensa })eriOdica de las provincias, siempre eco de la de
Madrid, les prodigaba no menos estrepitosos testimonios
de un entusiasmo que rayaba en culto, y á este concierto
de elogios, que habria sido fácil justific31' llevando á efecto
las mcjol'as de que sin cesar se difundia la espemllza, se
asociaba sin reparos ni obseJ'vaciones la prensa periOdica
estrangera. Realizar las prometidas mejoras era, á no du-
darlo, el medio mas eficaz de mantener, y aun de utilizar,
aquella efervescencia, que tenia, á la verdad, Jos caractél'es
de apasionada; pero a que no era difícil dal' una direcciou
realmente patriótica, por poco que se la cneaminasebiell y
que á ello cooperasen leal y resueltamente los nuevos lla-
mados al ministel'io.


Pero estas esperanzas, al parecer legítimas, no tardaron
en ~t..~$vanecerse. ~iarti~ez, cl'eyendo sin duda) como todos




DOÑA ISABEL 11, REINA DE ESPAÑA.
~.:::---


Nació en Madrid ellO de octubre de 1830, siendo su padre el 'señor don Fer-
nando YII d" Borbon, l su madre doña Maria Cristina, princesa de Nó'poles.
El 20 de junio de 1833, fué jurada princesa de ASlUrias en el monasterio <le San
Gcrónimo, por los diputados de las provincias nomurados al efecto, y hauiendo
muet'lo su pa[tre, el rey Jiernando, el 29 de setiemhre del mismo año, la princesa
ha hel fué proclamada Reina con la mayor solemnidad en todas las ciudades y
villas ue España, el25 de octuhre siguiente. Durante la minoría, regentó el rei-
no su madre primcr{), y luego (efeclo de las vicisitudes polít.icas) el general
Espartero, hasta que en 26 de oclubre de 1843, fué declarada malor de euad
por las eórtos, y en 10 de no,iembre siguiente, juró la constit.ucion J' empuñó la.
riendas del gohierno, desde cuya época rige los destinos de la monarquia. EllO
de octubre de lSir" contrajo matrimonio COIl su augusto primo el seiior don
~'rattcisco de Asís, yel20 de diciembre de 1851, dió ¿ luz una niña 'lu~ ['S la ac-
tual princesa de As:urias,






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LIBRO SEGUNDO. 225
los de su antiguo partido, que la situacion no exigia mas
que la formacion de un nuevo pacto político, en el cual veia
él el remcdio de todos los males, á ninguna otra cosa daba
importancia, y ni aun el aquella atendia mas que de una
manera vaga, indccisa, vacilante, en fin. Tenaz en sus
aversiones, no solo rehusó á Zea, que nunca habia abriga-
do contra él pl'evencion alguna, las' muestras de benevolen-
cia que, al separado del ministerio, le habia prometido la
Gobernadora, sino que removió de París á su hermano ,el
conde de Colombi, quc, siendo secretario de aquella' emba-
jada, desempeñaba, en ausencia delgefe de ella, y con dis-
tinCÍon por cierto, las funciones de encargado de negocios-~
de España, cerca de Luis Felipe. Engreido con su nueva
dignidad, ofuscado con el humo de la lisonja, empezó Mar-
tinez el sacrifical', al pueril anhelo de una popularidad efí-
mera y facticia, el interes de la homogeneidad ministerial,
y, cediendo el apasionadas sugestiones, adulaba el espíritu
I'evolucionm'jo, COIl la esperanza de concesiones, de cuya
conveniencia dudaba desde entónces él.


Garclly, escelente como ministro de Gracia y Justicia,
mostraba, como miembl'o del Consejo, una deferencia á
Martinez, que desde luego hizo temer fuese un obstáculo
para que en las ocasiones críticas manifestase la energía
que ellas reclamaran. Aranalde se apresm'ó á pagar á la
faccion que habia influido en su nombl'amiento, el precio
({ue ella habia puesto á sus esfuerzos, é hizo ú consintió qu~
los archivos de la seCl'etaria de su cargo sirviesen al logró
de cálculos illtel'csados, ó á la satisfaeeion de pasiones in":'
dignas. Vazquez Figueroa, dchilitado por la edad, subyu-
gado por algunas mal ordenadas reminiscencias del antiguQ


TOMO 1. 15




226 AlIíALES DE ISABEL n.
régimen constitucional, y no hallando, en su escasa instl'Uc-
cion, Iléfe~~ contra eUas, se mostró, si no peligroso, inú-
til absotulárbente. Zarco del Valle, limitado ú su especiali-
dad, queriendo conjural' peligros propios, tmnsigia con los
de la situacion, y se l'esignaha al tlcsórclen Ú (¡lle la falta
de presidente del Consejo de Ministl'os y el dcscmpeiío in-
terino de sus funciones por ~[artinez de la Hosa condrua-
ban desde luego al gobiemo, y debían arrastrar lilas larde
á la n<acioIr.


La su'erte, empero, estaba echada, y era mcncster opo-
ner toda la resistencia posiblc á la imasion de lIlI mal, cu-
yos síntomas empezaban á causal' s(~l'ias il1f{llict\1dcs. Estas
pensé yo que podrian desvanecerse, si , en la especie de
Constitucion que parecía indispensahle formal' Ú ronseeuen~
cia de la consulta del Consejo de Gobiel'llo sobre la esposi-
ci()u de Quesada, se resh'ingia la intel'VellCion del elemento
popular, dando la mayor latitud posible á la prCl'ogativa real.
Penseyo que, pues el Consejo mismo ilwocalm nuestras an-
tiguas leyes fundamentales, y hahlaha con engl'eimiento de
nuestl'os fueros, cabia hacel' solmC) aquellas hases una Con s-
titucion monál'quica, aun sancionando csplícitamente lfls
mas amplias franquicias apoyadas en las tradiciones equi-
vocáS ó en los usos inciel'tos de la edall media. Pensó que
de 'este modo se podria, ya acallar los c1amol'es intel'csados
de una faccion, ya debilil:ll'la separando ti muchos que de
buena fé se habian unido á ella, ya neutralizar ó destruit' la
influencia de sus pretensiones exagel'adas, oponiendo ú ellas
los testimonios de satisfaccion con que esperaha que fuese
recibido por las masas un núevo régimen político que funda-
$e el reposo de las masas sobre las bases de una libertad




LIBRO SEGUNDO. 227
prudente. Pensé, en fin, que yo podría contribuir al logro
de este beneficio, no hallándome ligado por relaciones de
partido, ni pOI' antecedentes ele un fogoso é inexperto libe-
ralismo, á sostener teorías , para mí ele poco valer, pero que,
sin embargo, algunos ele mis nuevos colegas habian defen-
dido en otro tiempo como principios absolutos de gobierno.


Bajo la influencia de estas patrióticas esperanzas, entré'
en las conferencias que, precedieron á la discusion del nue-
YO código político. Desde las primems mostraron Vazquez
Figueroa y AJ'analdc que no podian tomal' parte en aquel
trabajo, de~conociendo, como absolutamente desconocian,
hasta los rudimentos de nuestra historia, y hasta la tecno"":
logía de la ciencia de la política. Esto mismo, con corta di-
fereucia, sucedió ~l Imaz, que á los pocos dias (7 de febre-
ro) reemplazó á Al'analde, por haberse este mostrado tali
incapaz para el manejo de la hacienda, como para sostener
las discusiones del Consejo dc Ministros. Para ellas quedó,
pues, de hecho reducido este á Martinez de la Rosa, Ga-
relly, Zal'CO y yo.
Sacó~e, sin embargo, tnu poco fruto de las primeras


confcrencias, que yo hube de tomar sobl'e mí el regulari-
zarlas, haciendo reducir á cuestiones categóricas las inter-
minables conversaciones en que se consumia un tiempo
que la importancia y la estension de las atribuciones de mi
ministel'io no me pel'mitia malgastar. Presentadas, pues,
estas cuestiones, atentamente examinadas, y largamente
discntidas, dicI'on pOI' resultado el código político que, san~
cionado pOI' la rcina el 10 de abril de 1834, se promulgó
solemnemente bajo la dcnominaeíon de Estatuto Real (1).


(1) Apéndice número 4.




228 ANALES DE ISABEL 11.
La lectura de este documento y la noticia de la convo-


eacion deJaS Cortes para el dia 24 de julio, llenaron la me-
dida del entusiasmo que, por donde quiera , escitaban las
benéficas y acertadas disposiciones , dadas en los últimos
meses pOl' el gobierno, del cual me obligó por aquel tiempo
liretirarme el mal estado de mi salud. Gravemente quebran-
tada esta a consecuencia de los cuidados sin número y del
trabajo incesante a que me condenaba el cúmulo de atencio-
nes que pesaban sobre mí, y de las cuales me habia yo pro-
puesto no postergar ninguna, tuve pOI' reiteradas veces que
b.acérselo asi presente a la Reina Gobernadora, la cual,
aceptando la dimision que con fecha de 17 de abril tuve la
honra de dirigirle, me permitió restituirme á \a vida priva-
.da, con el dulce consuelo oe hahel' promovido con celo y
actividad reformas útiles al Estado (1).


Ellas, sin duda, y la inteligente energía que en la par-
te relativa a los asuntos de la guer1'3 desplegaba por entón-
ces el ministro Zat'CO del Valle, impidieron que, á pesal' de


'la escasez de los recUl'SOS con que, en tlombres y di-
nero , se contaba á la saZOIl, tomase la insurreccion car-
lista" el carácter alarmante y las formidables proporcio-
nes que ir poco tiempo tomó. Todas las noticias que de la
marcha de esta insurreccion llegaban de las provincias, re-
velaban, en efecto, los esfuel'zos que, por parte de las auto-
ridades polítieas y militares, se haeian para conjlll'ur los pe-
ligros, que se consideraban como inminentes, de un incendio
que, estallado, se temia no tenel' medios de sofocar'. Sofo-
;carlo inmediatamente, ó á lo menos circunscl'ibirlo á los
puntos donde se declaraba, em el objeto de las insll'Uccio-
(~) Apéndice numero !:l.




LIBRO SEGUNDO. 229
nes del ministro, de la solicitud de los gefes de division y
de los movimientos dc las tropas.


Mientras que todas las ciudades de España· enviaban á
porfia á la Reina Gobernadora los mas esplícitos testimo-
nios tle adhesion á la causa de su hija, de satisfaccion por
la marcha de los negocios y de gratitud pOI' los beneficios
(Iue al pais se estaban dispensando, no faltaban hombres
que, ya por resentimientos pel'sonales, ya por empeños an-
teriormente contl'aidos, ya por una ilusa ó fanática buena
fe, ya por deseo de mednu', ya pOI' espíl'ilu de vandalis-
mo, ya, en fin, por causas divel'sas , cO~lspiraban secreta-
mente contm la l'eilla, Ó salian á la palestra tremolando la
bandera de Cá¡'los V. Un Felix García y un Ramirez, vigo-
rosamente perseguidos, y batidos á la postre en los montes
de Toledo, un Ramon Ñ[onferl'Cl', aprehendido y fusilado en
Alcora; las bandas de Carnicer y Montañés, batidas y dis-
persadas en el alto Áragon; el catalan Francisco Paré, co-
gido en Horta y fusilado con cinco de sus secuaces; las tro-
pelías de las bandas de Bl'onchú Vallés, Gregorio Mu-
ñoz y Otl'OS, vengadas con la muerte de muchos de sus in-
dividuos, y con el suplicio de sus cabecillas; una persecu-
cion constante de parte de las tropas; una actitud t.odo lo
hostil que podia serlo de parte de las clases acomodadas,
naturalmente pacíficas; una pl'Oteccion sin límites dada á los
intereses materiales del pais por celosas y entendidas auto-
ridades administrativas, todo debía contribuir á atajar el
mal cuyos progresos con harta razon se temian.


Desgraciadamente, y por motivos que no existían en
las demas pl'ovincias del reino, prolongábase en las Vas-
congadas la guerra civil sin que, á pesar de los encuentros




230 ANALES DE ISABEL n.
diarios, en que casi siempre queuahan victoriosas las tro-
pas de la reina, pudiesen estas limpiar completamente aquel
pais de las bandas que lo recorrian. Ya parecia , sin em-
bargo, aproximarse el momento de su total desaparicion,
cuando una circunstancia inesperada vino a reanimat' su
aliento y á dar unidad y convergencia á las dislocadas ope-
raciones de un sin fin de gavillas (Iue, disueltas y uispe¡'-
sadas se refugiaban en las asperezas ue los montes, ó, sal-
vando la frontera, penett'ahan en territorio estrangero para
no ooer en poder de las tropas de la reina. Esta circuns-
tancia fué la aparicion de dos ó tres batallones de nava nos
mandados por don Tomás Zumalaeál'l'egui, coronel de un
regimiento de línea en tiempos l\e Fernando VII, huen tác-
tico, escelente organizador, é intrépido solda(lo.


De Pamplona, donde vivia retirado, salió Zumalacal're-
gui á fines de octubre de 1833, pal'a incorporarse en Pie-
dramillera con la faccion , cuyo mando superiOl' le eont1l'ió
ella á los pocos dias, á pesar ele los esfuel'zos (Iue, pfll'it
conservarlo hizo su antiguo gefe don Fl'aneisco ILmraldt'.
A la noticia de este suceso, villo á alistarse hajo sus ban-
deras un gran número de mozos del pais, en el cual, por
ser hijo de él y por haber hecho en otl'OS tiempos la guer-
ra aliado de Quesada, y distinguídose cn mnchos encuen-
tros habidos en aquellas monlañas con los e.iércitos consti-
tucionales, disfrutaba Zumalacál't'egui :de mucho pl'esligio
é inspiraba gran confianza. No tardó, pues, este gefe eH
verse á la cabeza de algunos batallones que, protcgidos por
el pais al cual pertenecian casi todos sus individuos, recor~


"rian el montuoso territorio que, desde las orillas del Ebro, se
estiende por aquella parte á las crestas del Pirineo.




UDRO SEGUNDO. 231
Evitando combates, pel'o fatigando en l,llaf.phas y con-


tramarchas ú las tropas de la reina, hacia Zumalacárregui
inutiles los csfuel'zos llc los soldados y las combinacipIJ.es de
los mas entcndidos gcncrales, y rcducido por entonces á
una bien calculada defensiva, organizaba en batallones ~os
mozos que se le agt'cgahan. tos generales don Gel'óui\llo
Valdés, gencral cn gefc del ejército del Norte, el conde Ar-
mildez de Tolcdo, vircy dc Navana, y don Manuel Lor.\lP-
zo, gefe de la division de operaciones en la ribera del Ebro,
manioJwaban de concierto para limpiar de facciosos, ora
estc tCl'l'ilorio, ora aquel; pero cstaban ya lejos de tener en
las tropas de su mando ni ellwestigio que ejercían en aque-
llas comarcas los mediosmatel'iales ni morales suficientes·
para conseguir este objeto.


Asi, mientras que en Nav8.na (29 de diciembre) el co-
ronel Oraa a las ordenes del genel'al torenzo, desalojaba
de las formidables posiciones de Nazar y Asarta á tres ó
cuatro mil carlistas mandados por Zumalacárregui, en Viz-
caya y en Guipúzcoa, otros tantos mandados por Villareal,
Simon Ton'c, Zanla, Sopelana, Castor, y algun otro gefe
de prrstigio daban quc haccl' a Amol', a Iriarte, y al mismo
Quesa.l\a, capitan general de Castilla la .vieja, que des{leel
tt:l'ritol'io de su mando hacia una escursion en Maestu ; y
cuando Valdés, \'(~fOl'zado pOI' la columna del brigadier láu·
l'egni, quc acababa dc apoderarse de Vel'gara, se disponía
á atacal' al enemigo con fuerzas superiores; este, conocien·
do el peligro que Ic amcnazaba, dividia su gente, abando-
naba momentáneamente sus posiciones, y entretenia.al bri-
gadiel' Espartel'o durante algunos dias en las inmediaciones
de Oñate.


.,',Ti' ,




232 ANALES DE ISABEL n.
De las tropas desalojadas por Lorenzo y Oraa de las


posiciones de Nazar y Asarta, una parte, mandada por
Zumalacarregui, pasó el puente de Arguijas , y por Oteo se
dirigió al valle de Amezcoa, en cuyos quebrados senos pu-
do dejar con seguridad á sus enfermos y he6dos, al ampa-
ro y cuidado de gentes del mismo pais. Desde alli se mar-


o chó á los pocos dias con sus tres batallones navarros á acau-
tonarse en el valle de Guesalaz, al Norte de Estella, en
tanto que Lorenzo y Oráa, desde los Arcos, á donde se di-
rigieron des pues del combate de Asarta, salian para Puen-
te la Reina. Otra parte de las tropas cal'!istas que asistieron
á este combate, penetraba el 21 de enero en Sangüesa, lle-
vando por gefe á Guibelalde, y el 23 en Lumbier, no sin ha-
ber sufrido en su marcha una terrible persecucion y algunos


. ataques del conde Armildez de Toledo, del gobernador de
las Cinco Villas y del brigadier Linares. Otras bandas, en
fin, activa pero infructuosamente perseguidas poco des-


o pues por LorenzoyOráa, apm'ecian de repente en Elizondo,
o en EsteBa, en Puente la Reina, en las inmediaciones de
Salvatierra, y hasta en las puertas de Logroüo; ó bien, des~
de la Borunda, saltando á la sierra de Anuia, cOITian á re-
fugiarse al Bastan, llegaban hasta los Alduides, ó se iban á
descansar de sus fatigas á los valles de EITo, ue Salazar,
de Roncal, y de ambas Amezcoas. A este último pUl'age
marchó á los pocos días ZumalacárI'cgui á recoger, como
lo verificó SIn mucha resistencia, las armas que, en manos
de aquellos sencillos habitantes, pusieran para la defensa
de aquel territOl'io las mal inspiradas autoridades de Pam~
piona.


Con estas armas y con lUlOS trescientos ó cuatrocientos




LIBRO SEGUNDO. 233
fusiles de que, ademas de muchos miles de cartuchos y
proyectiles y de un cañon de á cuatro se apoderó en la fabri-
ca de Orbaceita, al'mó Zumalacarregui 01l'os tantos hombres;
y con ellos, y los que llevaba, se encaminó el 23 a Lumbier
donde al próximo dia se le incorporó Iturralde con el resto
de la faccion navarra.


Aturdido, desconcel'tado pOl' la rapidez y la simultanei-
dad de los movimientos de los carlistas, Valdés, que salido
de Vitoria el 15 de enero con una columna de 1,200 hom-
bres, se habia incorporado en Balmaseda con el tercer regi-
miento dc línea, mandado por el brigadiet' Benedicto, dió
las órdenes OpoI'tunas para la fortificacion de este punto, y
dejando ep. él una guarnicion de 200 hombres, marchó el 24
sobre Lumbiel' en busca de Zumalacárregui. Abandonó el ge-
fe carlista esta posicion al primer aviso que tuvo de la apari-
cion de las tropas de la reina; pero volvió á ocuparla al dia
siguiente, al saber que, rendidas y descalzas, tuvieron ellas
I¡ue regresar á Vitoria a proveerse de zapatos.


Dando un dia de descanso á las tropas que consigo lle-
vaba, y tomando algunas de refuerzo, salió de nuevo Val-
dés para Lumbiel', en donde se hallaban el 1. 0y el 2.0 de
los batallones de Zumalacál'l'egui con la junta de Navarra y
dos compañías de p,'eferencia. A la noticia del inesperado
I'egreso del general en gefe, pusiéronse de nuevo en movi-
miento estas fuel'zas; y, dit'igiéndose por Navascues al va-
lle de Salazar, llegaron el 2 á Huesa, de donde los desalo-
jó el genet'al Lorenzo, no sin tenel' para ello que empeñar
y sostenet' un vivo combate en que perdió alguna gente.
Desde alli, sabedor Valdes de que el gefe carlista Sagas ti-
belza, con 600 homb.res, tenia sitiado en la casa-fuerte de




234 ANALES DE ISABEL n.
Elizondo al teniente eOI'ouel Zugarramurdi, partió al soeor-
\'0 de este gefe con la brigada de Benedicto, y '0 pasando por
Zubil'i é Il'Urita, y forzando la mal'cha, pudo, á pesar del
mal tiempo, salvar á los sitiaLlos, ahuyentando á los sitiado-
res. Conseguido este objeto, dirigióse á Pamplona, de don-
de, el 11, dado flue hubo al conde Armilllez de Toledo las
órdenes oportunas, y dos clias ele descanso á sus sold:ulos,
salió con la brigada de Benedicto, alguna caballería de In
Guardia y artilleI'Ía, en direcciol\ á Viloria. Al llegar á ll'Ul'-
zun, tuvo noticia de t¡ue 500 guipuzcoanos, al mando de
Alzáa, habian penetrado en la BOl'llllua y se hallaban ell
Echarri-Aranaz. Atacados por la caballeda hubiel'oll ellos
de dispersarse, en tanto que Valdés , dejando SU columna,
en Salvatierra, se dirigió á Vitoria. Alli cansado, descora-
zonado al ver la ínutilidad de sus csfuel'zos por combatit' á
un enemigo que, por In celeridad de sus movimientos, frus-
traba todas sus combinaciones; ¡'cscntido auemas de la con-
ducta del general Quesada que, desde las l)\'ovineias de su
mando, pasándose till vez á las V ilscongadas, intental'a lle-
vilrse á Castilla algunas tropas, ó dirigir las 0pcl'aciotws de
otras; aburrido y enfel'mo, en fin, lomó el partido de dimitit,
un mando de (Iue ninguna gloria esperaba, y en ql!e, por
el contrario, veia desde luego una oCilsion de descrédito,
y mas ó menos tanle, la ruina completa de su rcputacion
militar.


Sucedióle en este mando el I1IWYO ltlilrr¡aes de Monea-
yo, don Vicente Genaro de Quesada, hombre de bastante
prestigio, de reconocido valor, y que acahaba de captarse la
opinion publica, destl'Uyendo y lanzando á POl'tugallas ban-
das del cura Merino y de Cuevillas que infestaban el vas-




UBRO SEGUNDO. 235
to territorio de la capitania general de Castilla la Vieja;
hombre, en fin, ú quien se suponia la fuerza de voluntad y
la inteligencia necesarias pfll'a acabar con las facciones del
Norte, 6 t'cprimit' á lo menos sus desmanes, castigando
su insolencia.


Engañábanse, ~rnpcro , los que tal creian. Contra las
tacciones vasco-navarras opCl'aban en aquellos momentos
con dcnucJo y actividad, pel'o sin resultado para su paci-
ficacioll, los generales Lorcnzo y Al'mildez de Toledo, los
br'igadifll'CS Espartero, JÚlm~glli, Bedoya, haron del Solal'
y Benedicto, los cOI'OIwks h'ü1rle, Amor, Tolrá, Carrillo y
otros gefcs (Iue, lo mismo l¡He Valdes, veian a todas honls
sus esfuerzos neutralizados por la actividad prodigiosa y
la táctica particular dc enemigos que por todas partes pu-
lulaban, y á quienes en ninguna era posible alcanzar. Dis·,
pCl'SOS todos los dias, reorganizados al instante, dueños
del pais pOI' las simpalías que en el tcnian , y seguros de
que la ocupacíon (le ~;u suelo pOI' ll'opas enemigas no po'lia
ser r-ino efimera y accidental, ningun empeño mostraban,
ningllll saci'¡licio se :3cnlinu (lispuestos á haccl' para man-
lenel'se CII posiciones ni para conSCI'var territorios de que
sabian ellos que, mas tarde 6 mas temprano, y por la fuer-
za misma de las cosa;;, hahia de echar á los defensol'es de
la reina la falta de recursos propios unida tI las dificultades
con que, pal'a jll'0POl'CiOllál'SelOS, era de suponer que tl'O-
pezarian en vista de la pasiva energía, y de la reconocida
mala voluntad de los habitantes del pais.


Tal el'a, Ú los pocos meses de la llegada de Zumalacárregui
al campamento carlista, el estado de las cosas y la situacioll
de ambos ejércitos en el vireinato de Navana. De k,udas des-




236 ANALES DE ISABEL n.
organizadas sin instruccion ni disciplina, sin equipo ni ar-
mamento, que, desalentadas por la persecucion que se
les hacia, y cercenadas pOI' sangrientos combates, que ni
podian evitar ni sostener, estaban ya á. punto de disol-
verse y deponer las armas, hizo Zumalacárregui en los
dos ó tres primeros meses del año de ·1834 un verdade-
ro cuerpo de ejercito que, por su buena organizacion, su
arrojo y su disciplina, pudo servÍ!' de modelo á todas las
facciones de las provincias del Norte. Las divisiones de
la reina, acostumbradas por el contrario á derrotar y á
envolvel' aquellos informes y desOl'denados gl'llpos pOI'
donde quiera que aparecian, se hallaban como asombra-
das de tan subita trasformacion; y, apagalla su confianza,
perdida la fuerza moral, veiaseles ceder en ardol', á pe-
sar de los esfuerzos de sus gefes, y hasta pasarse al ene-
migo, á despecho de las severísimas penas impuestas á la
desercion.


No tardó Quesada en comprender lo dificil y lo al'l'ies-
gado de la mision de que se acababa de encargar. A muy
poco de tomar el mando supcrior del ejército de la reina,
convencido sin duda de que ni el prestigio de su buen
nombre militar, ni algunos refuerzos de tropas que de Casti-
lla sele enviaron, ni la asistencia que pam el desempeño de
su mision le prestaron los mariscales de campo don Joaquin
de Osma, recientemente nombrado, bajo sus órdenes, co-
mandante general de las provincias Vascongadas, y don
Juan Moscoso, gefe de su estado mayor. ni todos sus es-
fuerzos bastarian á disminuir la intensidad de una guelTa,
que, segun ya se empezaba á columbrar, no debia te ¡'minar-
se por la fuerza de las armas, tomó desde luego otro parlido




LIBRO SEGUNDO. 237
cual fué el de escribir á Zumalacál'l'egui, á quien en otros
tiempos habia conocido, brindándole con la paz, con el olvido
de lo pasado, y ofreciéndole su amistad. A esta carta, á la
cual, con la evidente intencion de ganar tiempo, contestó
Zumalacál'l'egui en tél'minos evasivos, siguió otra de Que-
sada, y a esta oll'a de Zumalacárregui, cuyo· tono exacer-
bándose por grados hizo por cntonces imposible toda es
pel'anza de avenencia, no obstante, la mediacion que, para
conseguir este deseado objeto, interpuso don Miguel Anto~
nio Zumalacárregui, hermano del gefe carlista y reciente-
mente nombrado por el gobierno dc la reina regente de la
audiencia de Burgos.


Quesada que, en 25 de febrero, es decir, algunos dias
des pues de entablada esta correspondencia, habia salido de
Logroño, llevando consigo un batallon de granaderos pro-
vinciales de la guardia real, y un escuadron de cazadores
de la misma, se encontró en EsteBa con las fuerzas de Na-
var!':!, I'eunidas al mando dcl general Lorenzo. Aguardando
ell'esultado de la negociacion pendiente, hizo un movi-
miento sobre Puente la Reina y desde alli se dirigió á Pam-
plona, en tanto que Espal'tel'O, procedcntc de Bilbao, ata-
caba en Oñate con una fuerte columna á los facciosos de
Vizcaya capitaneados por Arana, Aguirrc y otros gefes de
menos monta, que Bedoya perseguia á Castor en la provin-
cia de Alava y en las Encal'taciones y que el brigadier ba-
ron del Solar de Espinosa, desalojaba de las alturas de Vi-
liara a las facciones l'ctmidas de Luqui, Tone y Sopalana.
Pero ni estos encuentros parciales y simultáneos, ni el ha-
bido en la Poblacion entre el coronel Toh'á y los facciosos
fllaveses, ni otros ciento f\worables casi todos á las aI'mas




238 ANALES DE ISABEL 11.
de la reina, fueron partc á impedit, que, apenas rotas las
comunicaciones con Quesada, y con una audacia S10 eiem-
plo, se presentase Zumalacál'regui en 16 de marzo á las
ocho de la mañana, cn compaflía de EI'aso y ue Villal'e'al á
las puertas de Vítoría y acometieran vigol'osamente la pla-
za, cuya guarnicion tuvo poco (¡ue hacer raea rechazarlos y
castigar su temeridad.


A juzgar por el número y la po sic ion respectiva de am-
bas partes beligerantes, este ataque, ora se considere bajo
el punto de vista político, ora se le de el caractel' de una
combinacíon estraLegica, et';t injuslilicable de paJ'te de los
que lo diel'on, pues nunca podia CH tale,; circunstancias es-
perarse otro resultado que el que tuvo su arriesgada lenta--:
tiva. Ademas, suponiendo que un golpe d e mallO los hubie-
ra hecho dueños de la ciudad, ¿qué pal'Lido esperaban aque-
llos gefes carlistas sacar de su posicion, siéndoles, como les
era, de todo punto imposihle conscrvarla'? Como quicra que
sea, las tropas alavcsas y navarras ([UC, reunidas al mando
de aquellos gcfes atacaron ú Viloria, sc separaron poco an-
tes de llegar á Salvaticl'l'a) dirigiénrlosc las primer'as á He-
redia, en cuyas cercanÍ3s sorprcndieron y aniquilaron un
destacamento cristino de ciento sesenla homhres, y las se-
gundas á la Borunda.


Con no mejor exito ({ue el fluC hahia tenido la intentona
de Vitoria, atacó Castol' por aquellos dias á Portugalete,
despues de haber, reunido con TOITe, amcnaZfldo' ú Bilbao,
en tanto que Sopelana, IlJal'I'ola y _\guit'l'C, embestiull á
Ol'duña.


Altamente ilTitado, por ulla parle, a la noticia de tanto
désman, é impaciente, por otra, de justificar, haciendo algo




LIBRO SEGUNDO. 239
mas que su predecesor, la confianza que cn el depositara el
gobierno, y las esperanzas que, en sus buenos antecedentes
militares, concihiel'on los partidal'ios de la causa de la reina,
sali6 Quesada (le Pamplona, y, reforzando la columna que
sac6 dc LogroflO, COII el 4." regimiento de la guardia real,
dos destacamentos de carabineros de costas y de tiradores
de Isabel, y cuatro piezas de montaña, tom6, el28 de marzo,
el camino de Lumbier, á cuyas inmediaciones, segun las
mejores noticias, se hallaba Zumalacárregui, de regreso de
su malograda espedicion á Vitoria.


En consecuencia, dividió Qucsada su fuerza en dos co-
lumnas, una de las cuales, á las 6rtlcnes del baron de
Meel', debi6 marchar por Domeño á Iso, siguiendo la ol'illa
izquiel'da del rio SalazUl', mientras, con la otra, tomaba él el
camino de Areta. Mas, sahedor, al emprender su marcha en
la madrugada del 25, ({lJC ZumaJacárregui, cambiando de
direccion, se encaminaba ú Jaurrieta al fl'ente ele sus batallo-
nes 1. o y :3. o navarros, da ól'den al bUl'on de ~Ieel' para que,
con su columna, veng3 á incorporarse CJn él, y, ejecut3da esta
inC01'pOracioll dispone dirigirse con toda la division 3\ puerto
de Al'cta. Al Ilegal' á JrlH'znn, noticioso dc que el enemigo
habia ya p3S3do este puerto y suponiendo en Zumalacarre-
gui la intencion de dirigil'se 11úcia la parte de Aoiz, resolvió
caer solll'c esta villa, en la cual supo que los facciosos ha-
Lian tomado la ruta (Iue él ealcul6; pcro quc, variándola en
el momento en que tuviCl'on conocimiento de la llegada de
las tropas de la reina, salvaron la áspera sierra que los se-
paraba delrio h'ate, el Cl131 vadearon pOI' Gorritz, tomando
en seguida la dil'eccion de Itoiri y Zulzarren.


A todo esto, el general Lorenzo que, situado en las in-'




240 ANALE!I DE I~ABEL n.
mediaciones de los Arcos, observaba los movimientos de
Eraso, á quien suponia la intencion de irse á reunir conZu-
malacát'regui, se dirigió á EsteBa para observar mas de
cerca los movimientos del primero, y oponerse á las corre-
rías del segundo en aquel territorio de su mando. No tarda-
ron, en efecto, en invadirlo los batallones navarros, manda_
dos por Zumalacál')'egui, el cual, bajando por TafalJa yacer-
cándose á Estella, se presentó el 29 en Muro y en las alturas
de Santa Bárbara, donde sostuvo un reñido combate con las
tropas de Lorenzo. En la tarde del mismo dia, regresó este
general á EstelJa, en tanto que Zumalacánegui, reforzado
con algunos alaveses, marchaba á ocupar su acantonamien-
tos de Azeona, Iriñuela y Arizala. Diez dias despues,
mientras Quesada maniobraba contra Eraso por la parte de
Lumbier, pasaba Zumalacárregui el Ebro y, á la cabeza de
dos mil ochocientos infantes y doscientos caballos, entraba
en Calahorra, que abandonaba ellO de marzo, volviendo
á pasar el rio y encaminándose á Lerin. Atónito de tanta au-
dacia, y ardiendo en deseo de castigada, el general Quesada
que, en combinacion con Linares, se dirigia de nuevo desde
Pamplona á Lumbier en seguimiento de Eraso y de Itunal-
de, cambia de determinacion y dispone que tome Linares
el camino de Tudela mientras el se dirige á Caparroso para
caer los dos á un tiempo sobre la faccion de Zumalacar-
regui.


Pero, en esta ocasion, lo mismo que en cien otras, frus-
tró la taetica del gefe carlista todas las combinaciones de
Quesada, de Lorenzo, de Linares y dc cuantos le perseguian;
y. sin siquiera tropezar con las columnas de estos gefes,
regresaban a los pocos dias los batallones navarros á sus




LIBRO SEGlrNDO.


acostumbradas guaridas de Aoiz. A la noticia de este nueVO:
movimiento de Zumalacárregui, suspendió Linares el que:
tenia proyectado sobre la línea del rio Aragon, y tuvo que
volverse á toda prisa á Lumbier, para desde alli marchar
al encuentro de los batallones navarros. Con este objeto, sa-
lió en efecto de Lumbier al dia siguiente de su llegada; pe-
ro, atacada en Ripodas su retaguardia por el enemigo;
que le mató algunos hombres y que sostuvo y sufrió du
rante muchas horas un vivísimo tiroteo, hubo de regresar
en el mismo dia al punto de su partida, sin obtener por lo
tanto otro resultado que el que comunmente se obtenia en
aquella guerra, es decir, avanzar, con mas ó menos pérdida
de gente, hacia un punto dado, tomar eon mas ó menos car-
nicería una posicion mas ó menos expugnable y mas ó me-
nos bien defendida, para abandonarla a las pocas horas, des-
pues de dar al gobierno de Madrid un parte mas ó menos
verídico, pero siempre pomposo, de la accion, recomen-
dando á cuantos en ella habian tomado parte y proponiendo
recompensas.


Yeso mismo, con muy corta diferencia, sucedía desde
los primeros meses de 1834 en todos los puntos de las pro-"
vindas vasco-navarras, y en alguno de las limítrofes, don~
de la guerra, que de dia en dia se iba haciendo mas en"':'
carnizada y sangrienta, ofrecia, a pesar de las relaciones
de los gefes cristinos, poquisimas probabilidades de éxito
definitivo para la causa de Isabel. Vanamente en Vizcaya
batia y dispersaba Espartero a las facciones mandadas por
Arana, Tone, Masarraza, Luqui, Aguirre y el cura dé
Tremis; vanamente, en las Encartaciones y en las fronteras
de la pl'ovincia de Santander, acosaba el brigadier Redoya


TOMO 1. 16




ANALES DE ISABEL 11,


111 cabeci~ CílSl.@f;. vallilmente Oráa, despues de perseguil'
cMu'ante ~s dias á ZUlpalacárregui, recuperaba la fabrica
4~ lf.rD).'!l~ ~ Orb;lceila y batia á los navarros en Begola y en
~a; CQ vano, por las fronteras del alto Aragon y las
~~ipDtes. de\ Pirineo, penetraban, para reforzará las divi-
siones de la reÍlla, tropas enviadas por el genel'al Ezpeleta,
capitan general de aquel distrito; en vano, en la Rioja der-
rotiWa fl coronel AmOI' al guerrillero Basilio Garda; vana-
men~e, en las Merindades, intentaba el bl'igadier lriarte ata-
jar los progresos de la faccion que, al mando de Sopelana, y
en combinaci.on con Castor y Arroyo, se dirigian á las inac_
~sibles guaridas de los moutes de Liebal1a; en vano deja-
~,Jjl\!reM l»en.pues\o el honor del pabellon de la reina
en el encuen,tr.o que, contra las fuerzas de Villareal, sostu-
vo en las inmediaciones de Oyarzun y Astigm'raga; en vano, .
pm.i. cast,igar.la desafeccion de los frailes, supl'imió el go-
hierM de Madrid ~l· convento de San Fl'ancisco, situado
eS,~rloourQs: de Or'duña, cuyos individuos, escepto tres,
ID abandonaron en la noche del 7 al 8 de abril, para irse
'Ion los, facciosos; en "ano, en fin, se hacia á estos por to-
~s partes la lIlas tel'l'ible persecucioll y se fusilaba á cuan-
t~ se. c~~l\, c~n las armas en la mano, ó se les pr~ba­
hlJ. su; CQlllplic~dad con ellos,;. l~, ciertQ es que no por eso
Sl;. v;eia disminuir el n~ero y la audacia de la~ faccio-
~$o;, y todo, lo q.ue" á favor de una actividad de todos
~.lijo¡nen~os" de una energía sin Iímiles, y de un rigOl'
~ rayabaen crueldad, podia obtenerse, era, en suma, im-
pedir, q~le se propasase con la misma intensidad á otras
pi;'o,vinci,s. de España el fuego que en las vascongadas se
~c.ia,ya imp,osible, sofocar con los. recursos, respectiva-




LIBRO SEGmmO. 243
mente limitados, de que disponia el general Quesada.


No era fácil, ernpel'O, impedir de una manera absoluta
que de aquel incendio dejasen de saltar algunas chispas,
no solo ti los paises limítl'ofcs, sino hasta á puntos asaz
distantes, donde poniendo en combustion elementos de suyo
muy inflamables, causasen por de pronto algun estrago,
inspirando muy serias y muy fundadas aprensiones para·
el porvenir. Bandas, mas ó menos numerosas y aguerridas,
pero llenas por lo comun de audacia y á veces tambien de
insolencia, burlaban la persecucion de las tropas de la rei-
na, y, alentando ó atrayendo á sí á todos los díscolos Y des-
contentos, blandiallla tca de las discordias civiles en dife-
rentes punlof\ de los antiguos reinos de Galicia, Asturias y
las dos Castillas, en muchos del tel'l'itorio continental de la
antigua COl'ona de Aragon y hasta en alguno de Estrema-
dura y Andalucla.


De estas bandas, que, á no existir en las provincias del
Norte aquel foco pe reune de conflagracion, habría sido fá-
cil reducir á la obedieneia, eran las mas numerosas, y tam-
bien las mas aguerridas, las que, vueltas de Portugal, ope·
raban en Castilla la Vieja tÍ. las órdenes del cura Merino y
Cuevillas, dándose la rmmo eon las de Asturias y Galicia,
y laf\ (le Quilez y Carnicer que, desde el bajo Aragon, don;'
de comunrnclIte tenian su cuartel general, estendian sus
escursiones á tolo el reino de Valencia y parte del Prin-
cipaelo de Cataluña. En este último país empezaban tam-
bien ú dar flltc pensar á Llauder.y que hácer al brigadier
Colahi y tÍ. otros gcfcs el'istillos, los carlistas Ros de Eroles,
Llarch de Copons y el canónigo Tristany, en tanto que, en
las provincias de Toledo, Ciudad-Real, Cáceres y Bada-




2U ANALlS DE ISABEL n.
joz, un Locho, un Carrasco, un Lobito, un Cuesta y con-
sortes, desooncertaban con sus rápidos é irregulares mo-
vimientos los planes combinados de los brigadieres Barru-
tel y Pacheco, comandantes generales de la Mancha y del
distrito militar de Badajoz, y del segundo cabo de la capi-
tania general de Estremadura, el mariscal de campo don
Juan Gonzalez Anleo.


Halagado por la esperanza, y animado del patriótico de-
seo de ponel' fin á esta aterradora situacion, adoptó el go-
bierno cuantas medidas ordinarias y estraordinarias creyó
conducentes para lograr tan importante objeto. Asi fué que,
con el nombramiento de Quesada para general en gefe del
ejército del Norte, hizo coincidir los reales decretos de 18
y 22 de febrero (1) , ordenando la formacion y alistamien-
to de la milicia urbana y el levantamiento de una quinta
de 25,000 hombres. POI' el mismo tiempo se enviaba a las
provincias del Norte comisionados régios, con encargo «de
»proponer los medios que estimasen oportunos para conse-
»guir el restablecimiento del ól'llen, la omnímoda sumision
ȇ las autoridades y la pacificacion de los pueblos suble-
vados,» en tanto que á los obispos de Calahorra y Pam-
plona se exhortaba á visitar :sus respectivas diócesis; que
de Madrid salian prelados influyentes de las órdenes reli-
giosas, encargados por el gobierno de recorrer las provin-
cias Vascongadas y Navarra y de exhortar á los frailes a
ceñirse a su instituto, sin entrometerse en asuRtos políti-
COS; que se indultaba de l? pena de muerte, impuesta por
la comision militar, á setenta y dos ex-realistas de los
que mas parte tomaron en la asonada de 27 de octubre;


(4) Apéndice númerQ 6.




LIBRO SEGUNDO. 245
que se adoptaba, en :fin, otra infinidad de disposiciones
marcadas con el sello del mas sincero deseo de dar á la
causa de la reina lodo el poder material y toda la fuerza
moral posibles, calmando la efervescencia de los ánimos,
hija de la divergencia de opiniones ó de la diversidad de
intereses de los 11abitan tes de la Península. Para dar, fue-
ra de ella, mayor prestigio todavía á la causa de 1sa-
bellI, estrecháLausc las relaciones del gobierno español
con los de Francia y de Inglaterra, y enviábase á estos pai-
ses, en calidad de representantes de la reina niña, á dos
gl'3ndes de España populal'es é ilustl'ados, con encargo de
entregar á los soberanos de aquellas dos poderosas nacio
nes las insignias del toison de oro : asimismo llevaban am-
bos diplomáticos mision espresa de entablar, con los go-
biernos de aquellas dos grandes potencias, pláticas y nego-
ciaciones, encaminadas principalmente á la pacificacion de
la Península ibérica, y al restablecimiento y consolidacion
en ella del régimen constitucional.


Complicaba gravemente la situacion política de España
el estado de los negocios del vecino reino donde, a pesar de
reiteradas órdenes del rey su hermano, primero, y de la
reina vinda, despues, permanecia el infante don Cárlos á la
sombra del ya casi derruido trono de don Miguel. Espul-
sar del territol'ioportugues al primero de estos dos príncipes,
ó mejor dicho á los dos, era, pues, una de las mas tl'3S-
cendentales cuestiones de alta política, que al gobierno de
Madrid urgia resolvCl'.


De la lucha que, mas ó menos directa y eficazmen-
te apoyada por la Francia y la Inglaterra, sostenian contra
el antipático don Miguel las tropas de su hermano mayor,




246 ANALES DE ISABEL II.
tenia el gobierno de Madrid fundados motivos para espe-
rar un resultado favorable á las mÜ'as de regeneracion po-
lítica, que con tanto al'dor trabajaba por llevar adelante; y
hasta para coadyuvar en caso necesario allogl'O de los de-
signios de don Pedro, habia formatloel ministl'o de la Guerra
un ejército de observacion al mando del teniente geneml don
José Ramon Rodil, cuyo cuartel general estaba en Ciudad-
Rodrigo. Confiando, pues, por una parte en la victoria definÍ-
tiva que á la causa de doña María de la Gloria presagiaban
los primeros triunfos obtenidos pOi' las armas de su padre, y
temeroso por otra de malc¡nislal'se con la Inglaterra, que
pal'ecia miral' de malojo la preponueraneia que, eH el veci-
no reino, podria dar á los españoles una intervencion ar-
mada, cualquiera que fuese el motivo que la provocase, ó
el objeto con que se llevase á cabo, limitabas e el gobiel'no
español á observar las operaciones de los dos ejcl'cilos he-
ligerantes, sin decidirse por enlónces á Lomar pal'le activa
en la contienda, ni á echar su espada en la balanza. Pero,
vivamente deseoso, al mismo tiempo, lle poner fin á la si-
tuacion angustiosa en que lo tenia la prolollgaeioH !le aquel
stat'u quo que, entre otros gmvisimos inconvenientes, pre-
sentaba el de la permanencia en Ciudad -Rodrigo de un nu-
meroso cuerpo de ejército que, enviado á las pi'o\ineias del
Norte, habl'ia podido conll'ibuír podel'osamenle á atajal' los
pl'ogresos que en ellas hacían de dia en dia los partidarios
de don Cárlos , dió al marques de Miraflol'cs la misioll es-
presa de sondear las disposiciones del gabinete tle San Ja-
mes, y de ponerse con él de acuerdo acerca de los medios
de hacer cesar, una situacion que, prolongándose, se agra-
vt\bt\.




LIBRO SEGUNDO. 247
Despues de haberse detenido en París, segun l:ts il'lS~


trucciones que llevaba, hasta la llegada del duque de Frias,
partió Miraflores á Lóndres, donde entró el dia 5 de abril.
Entregados el 9 los despachos que le acreditaban de minis-
tro plenipotenciario de España cel'ca de aquel soberano, tn,,!')
con lord Palmerston una entrevista, á consecuencia de la
cual le dirigió el mismo dia una nota que, segun lá.s mismas
palabras del ministro ingles «cambió instantáneamente la
»política de su gabinete.» «La palabra intervencion,~te
»dijo lord Palmerston,-va á sel' pronunciada. La idea dé
»)hacel' un tratado ha sido acogida.» Y al dia siguiente, en
efecto, se establecieron las bases de él. Para dar á este do-
cumento mas consistencia politica y robustecerlo enet sen,;,
tido de su efecto moral, comprendieron, asi el vizconde de
Palmerston como el marques de Miratlores , la convenien-
cia de dar al gobierno frances participacion en estc asunto;
y, á la insinuacion que, sobl'e el particular, hizo el vizconde
de Palmerston al embajador de Luis Felipe, principe de
Talleyrand, contestó este «que por su propio decoro desea-
)lba la Francia, no solo adherirse al tratado, sino for-
)lmar parte integrante de él.)) Ni fué menos esplicita la
respuesta que, á una insinuacion del mismo género, hizo
don Cristóbal Pedro de Moraes Sarmento, agente diplomá-
tico de don Ped,'o en Lóndres; y de acuerdo los cuatro
plenipotenciarios sobre las bases de la negociacion, que
lord Palmerston se encargó de redactar, la firmaron .cl
dia 22 de abril de 1834.


Grandes eran ó debian ser para España las consecuen-
cias del tratado de la cuádruple alianza. Bien que las po-
tencias que en el intervenian hubiesen ya, y desde un prin-




248 ANALES DE ISABEL 11.
cipió,. reconocido el gobierno de Isabel ll; el pacto firmado
ElnLóndres era, no solo una solemne y significativa ratifi-
caeíoo de aquel reconocimiento, sino tambien una especie
de :provocacion dirigida á las potencias del ~orte, que na-
tUl"1llmente mostraban mas simpatías por don Cárlos que
por su sobl'Ína; era, en fin, una liga de la Europa constitu-
cional contra la Europa absolutista. Considerado, sobre todo,
con aplicacion á la cuestion del momento, es decir, á la
pacificacion del vecino reino y á la espulsion de él de don
Cárlos y sus secuaces, el tratado de la cuádruple alianza
satisfacia de la manera mas completa las miras, las nece-
sidades y los intereses del gobierno español, y hasta venia
á legitimar el hecho, ya consumado, de la entrada en Por-
higal de las tropas españolas, que por sí y ante sí verificó
este gobierno algunos dias antes de fil'marse aquel docu-
mento.


Como quiera que sea, el efecto moral producido pOI' su
publicacion daba un carácter infinitamente mas serio, al pa-
so que un inconwastable poder, á las tropas españolas
que, al mando del general Rodil, penetraban en Portugal y
perseguian, sin oposicion de ningun género, al mal aconse-
jado príncipe que, desde Miranda y Braganza, pasando á
Villareal, tenia á poco que abandonar precipitadamente es-
te punto por no eaer él y sus gentes en manos de sus ene-
migos. Atl'avesando en seguida el Duero, tuvo un momento
la idea de penetrar en España; mas, en vista de los pe-
ligros sin cuento que en tales circunstancias presentaba
aquella desesperada tentativa, empl'endió su marcha con
los 500 ó 600 hombres que le acompañaban en direc-
~ion de Lamedo y, pasango por Viseo y Guat'da, fué á re~




LIBRO SEGUNDO. 249
fugiarse en Almeida. Acosado alli por el brigadier San-
juanena, en poder de quien cayeron varios carruáges, mu-
chos efectos, legajos de cOl'l'espondencia y hasta las ropas
de su uso y del de su familia, salió don Cál'ios de Al-
meida el13 de abril; y, por Lardosa, donde tuvieron sus
soldados un pequeflO encuentro con las tropas de la rei-
na, se encaminó, dejando á un lado el punto fortificado
de Castello-Branco á las inmediaciones de Santaren. Alli
incorporándose con don Miguel y, protegido por algunas
tropas que, al mando del general español Gonzalez Moreno,


maniobraban por aquel tel'l'itorio, pudo permanccCl' ccrca
de un mes, Íntel'Ín las divisiones del ejercito de Rodil, manw
dadas por Latre, Sanjuanel1a y Carondelet, sin dejar de
obsel'Var sus movimientos, se ocupaban, de acuerdo y en
combinacion con los gefes militares portugueses, en limpiar
todo aquel pais de las partidas migue listas que lo infesta-
ban, y tomaban las disposiciones conducentes á acabar
con los restos de un cjel'cito que, cn numero de 12 á 15,000
hombres, respetaba todavía las órdenes de don Miguel.


Las tl'Opas portuguesas que, bajo el nombre de ejército
libertador, combatían por don· Pedro, ascendian á mediados
de mayo á uu nUmero doble del de las enemigas, y claro es
~luc, auxiliadas alternas por el cucrpo de ejército de Rodil,
y pOI' la fucl'Za moral que á este apoyo efectivo agregaban
las estipulaciones del tratado de la cm\.druplc aliauza, ya
conocidas de todos, la guerra dc Portugal no podia ser de
lal'ga duracíon, ni debia tardar por consiguiente en verse
plenamente l'ealizado el objeto de la entrada de los espa-
ñoles en aquel reino.


El 15 de mayo, en efecto, segun el plan de (;¡;t~l'acio-




250 ANALES DE ISABEL 1I.
nesconcertad<. entre tos generales duque de Terceira y Ro-
dil, ocupó el pl'i~l,() con sus portugueses á Thomar, mien-
tras que el segundo debia dirigirse á Castello-Branco, para,
desde alli, pasando por Carceda. donde llegó el 20, caer
S()bre S3ntaren. A la noticia de la llegada de Rodil, y de la
victoria obtenida el dia 16 en Seiseira y sus inmediaciones
por los pedristas mandados por el duque de Terceira, aban-
donaron á Santaren las tropas miguelistas que la defendian,
y el mismo dia pudo Rodil ocupar esta plaza sin encontl'ar
resistencia. Evacuada por don Miguel y don Cárlos, nin-
gun otro medio de salvacion quedaba á los fugitivos que
el de dirigirse, como lo hicieron, á Evora. En este punto
permanecieron al~nos dias, durante los cuales vió el pri-
mero de aquellos dos príncipes deponer sucesivamente las
al'mas á todas las guarniciones de las plazas que hasta en-
tónces se le habian mantenido fieles y hasta á casi todos
los soldados con que, para su defensa personal, conta-
ba. Hostigado por todas partes; afligido; sin recursos
ya; sin medio alguno humano de evitar la activa per
secncion de las tropas de Rodil, hallábase ya don Cál'-
los en la situacion mas desesperada, cuando. en la tar-
de del 27 de mayo, se le· presentó el secretario de la
embajada inglesa en Lisboa brindándole con los medios de
embarcarse para fuera de la Península. Aceptó. el príncipe
y convino con MI'. Grant en efectuar su embarque y el de
su familia en Aldea Gallega, no sin manifestar la pena que
sentia su bondadoso corazon al verse obligado á separarse
de sus fieles servidores, entre los cuales contaba cinco ge-
nerales y al obispo de Leon.


Altamente satisfactoria para los partidarios de la reina




LIBRO SEGt'NDO. 251
fue la noticia de este desenlace dado á la cuestion portu-
guesa por las al'mas espaüolas. El gobierno, sin embargo,
vuelto en si de su primera impresion de regocijo, empezó ,IÍ
comprender que, por grande que fuese el resultado real-
mellte obtenido con la espulsion del Pretendiente, estaba
este resultado muy lejos del que en rigor habria sido posi-
ble y hasta fúcíl obtener de una victoria que, no por haber
costado poca ó ninguna sangre espaflOla, habia dejado de
causar molestias al ejército y sacrificios á la nacíon. ¡CUan-
to mejor partido, en efecto, no se habria sacado de esta vic~
toria si, desoyendo sugestiones dit'igidas á amenguar su bri~
110, yreehazando la inte¡'esada mediaeion del agente británi-
co, hubiese proseguido el general Rodil su empresa hasta
apoderarse de la persona de don Carlos! ¿Por ventura, en
el estado á que habian llegado las cosas, era esto tan difí-
cil, ni largo de consegui¡''? Pero, lo mismo en esta que en
otras mil ocasiones, la astucia domeüó la fuerza y una nota
diplomútica escrita á tiempo burló tres meses de com-
binaciones eSh'atégieas, y de las puntas mismas de las
bayonetas arrebató la realidad del tl'iunfo á un ejército
de 15,000 homhres.


Alejado don Carlos del territo¡'io de la Península bajo
la custodia y, hasta e.erto punto, bajo la responsabilidad de
una naeion que, con el objeto de pacificar esta misma Pe-
nínsula, acababa de firmar un tratado de paz y de alianza
con el gobierno de Isabel, claro es, que se simplificaba nota-
blemente la cuestion de actualidad; pero, resuelta esta,
1mbie¡'on los ministros de la reina de empezar á ocuparse, y
aun á inqllietat'se, de la cuestion del pOl'venir, pensando
que ninguna condicion se habia impuesto á don Cilrlos, I\i




252 ANALES DE ISABEL 11.
ningun empeño habia contraído este príncipe, con respecto
ásu conducta futura, al embarcarse, bajo la salvaguardia de
representante ingles, á bOI'do del navio Donegal. De aqui
las reclamaciones que, motu propio al principio, ymastarde,
á virtud de instancias de su gobierno, dil'igió al de la Gran
Bretaña el marques de ~1iratlores.


Grandes fueron la sorpresa y el disgusto de este leal y
celoso funcionario cuando, des pues de aguardar inútilmente
durante dos dias una contestacion oficial á su enérgica nota de
9 de junio, y de saber el 12 la llegada del navio Donegal á las
costas de Inglaterra, oyó de boca de lord Palmer'slOll que
las leyes de su pais le impedian tomar, con respecto al in-
fante don Cárlos, determinacion alguna que restringiese en lo '
mas mínimo la libertad de que cn el suelo bl'Ítánico gozaban
todos los individuos que á él llegaban pidiendo hospitalidad,
ó que se acogian á su pabellon. En vista de semejante uecla-
racion, hecha por aquel ministro de Negocios estrangCl'os,
ningun impedimento se puso para el descmbal'co del prín-
cipe, el cual se vel'ificó en Porthsmouth en la mañana
del 18.


Ya, desde el 13, habia llegado á este puerto el ma¡'-
ques de Miratlores, en compañia de MI', Backhouse, sub-
secretario de Estado ingles, por conducto de quien solicitó
el primero la hOUl'a de tener una entrevista particular con el
príncipe, al efecto de someterle, como representante del go-
bierno español, y en nombre de este, un proyecto de conve-
nio que, de acuerdo con lord Palmel'ston habia redactado, y de
cuya aceptacion por parte del gobierno de Madrid salia él ga-
rante, En este papel se leia «que en cambio de su promesa
»bajo palabra de honor, de no volver á ningun punto Ú pa-




LIBRO SEGUNDO. 253
»rage de España y Portugal, ni a contribuir de ningun mo-
»do directo é indirecto a perturbar la tranquilidad de aque-
»1105 reinos, se aseguraba al infante sobre el tesoro público
»)la cantidad anual de tI'einta mil libras esterlinas.» A la in-
dicacion de ~Ir. Backhouse contestó el príncipe, '<que con
»mucho gusto recibiria a bordo del Donegal al marques de
«Miraflores como particular; pero en manera alguna como
»representante de la reina;» con lo cual quedó desvanecida
toda esperanza de negociacion, y frustrado por consiguien-
te todo~proyecto de tratado.


A pesal' de la importancia que en realidad tenian, ni n-
gun influjo ostensiblemente favorable a la causa de la reina
ejercieron los sucesos de Portugal en la solucion del liti-
gio que, con las armas en la mano, sostenian en las provin-
cias vasco-navarras los })artidarios de aquel príncipe. Su
llegada á Inglaterra á bordo de un navío ingles, y cobijado
por su pabelIon; la conducta con respecto á él observada
en aquellas decisivas circunstancias por el gobierno de esta
nacion que, poco menos que como á un prisionero de guer_
ra, y previa solemne declaracion de no inquietar de nuevo
al Portugal, habia conducido á don Miguel á las costas de
Italia; la pr0teccion, en fin, mas ó menos bien disfrazada
que, en presencia y con anuencia del representante britá-.
nico lord Howard de Walden, dió el coronel Wilde al em-
barque de doscientos sesenta carlistas, en un buque que,
con dinero procedente del empeño de las alhajas de la
pl'incesa de Bcira, fletó él mismo para Hamburgo, es decir,
para la dudad mas libre de Europa, hicieron dudar á algu..
nos de la importancia que generalmente se daba al recien
concluido tratado de la cuádruple alianza. Asi fu~ que,




25.\ ANALllS DE ISABEL n.
d6svanecida aquella ilusion de un momento, deshecho a po-
06 el encanto, se vió recobrar aliento á muchos que, temero-
sos del éxito, no osáran hasta entónces declararse abierta-
mente en favor de una causa, con la cual, sin embal'go,
simpatizaban en lo intimo de su corazon.


Aunque lejos seguramente los que en este caso se ha-
llaban de constiluir en ninguna parte de España una verda-
dera mayoria, ibase, sin embargo, y por distintas causas,
acrecentando su número. Temíalos el gobierno de Madrid,
y tcmíalos tanto mas cuanto menores eran los medios que,
para impedir las sublevaciones parciales, le dejaba la nece-
sidad de atender con todos sus recursos á sofocar la insur-
rece ion de las provincias del Norte, donJe en mas de un~
ocasion tomó Zumalacárregui la iniciativa del combate. Por
una coincidencia singular, el 22 de abril, dia en que se fit'-
mó en Lóndres el tratado de la cuádruple alianza, presentó
á Quesada el gefe carlista en los bosques de Alsasua una
batalla que, sangl'ienta pal'a ambas huestes, habria sido fatal
á la de la reina, á no acudir en el momento cl'Ítico el briga-
dier Jáuregui con una columna de mil hombl'es en auxilio de
su general en gefe. Esta ci,'cunslancia alTancó a los carlis-
tas una victoria con que ya contaban; pero no fué parte á
impedir que hiciesen y se llevasen un buen numero de pri-
sioneros , y entre ellos al bizarro capitan de la guardia
real, don Leopoldo O-Donell, los cuales, en represalias
de la conducta que con los suyos se observaba, man-
dó Zumalacarregui fusilar al dia siguiente. Los esfuerzos
del general en gefe y de los que, á sus órdenes, manda-
ban las diferentes columnas de operaciones en aquellas iu-
dómitas provincias continuaban, pues, estrellándose contra




LIBRO SEGUNDO.


las audaces y bien dirigidas maniobras de Zumalacárre-
gui, y la incansable actividad de sus tenientes que, á falta
de una inteligencia consumada en el arte de la guerra, go-
zaban de un gran prestigio y ejercian mucho ascendiente
súbre bandas, ya numerosas, compuestas de los mas duros
y mas intrépidos soldados del mundo.


Tampoco, á pesar de las noticias de la espedicion de
Rodil, de la celebraeion del tratado de la cuadruplealianza,
y de la espulsiúD del Pretendiente del vecino reiM de Por-
tugal, se habia despejado el horizonte, antes bien parecia
enmarañarse cada dia mas en el bajo Aragon y en la
alta Cataluña. No es esto decir, que en ninguno de estos
puntos hubiesen hasta entónces obtenido las bandas carlis-
tas otras ventajas sobre las divisiones de la reina, que las
inherentes a la facilidad que una organizacion partict\lar,
muy parecida a la falta absoluta de ella, les daba para
trasportarse rápidamente de un punto á otro, ora ame-
nazando este, ora cayendo sobre aquel, ora reuniéndo-
se para atacar, ora dispel'sandose para huir; pero, al ver el.
aumento que progresivamente tomaban, no obstante la pel'-
secucion y las continuas derrotas que sufrian, alarmában¡¡e
y con razon los hombres sensatos y pensadores ante el
cuadro sombl'Ío que para el porveni~ pr~sentaba la, ID;;u'cha
de los acontecimientos.


Dal'oca capitulando y abriendo sus puertas á los faecio ..
sos; Calatayud, abandonada por su guarnicion, que, ~ el
gohernador de la plaza al fl'ente, corrió á refugiarse de~tl'Q
de los muros de Zaragoza; Batea vigorosamente atacada, y
el comandante militar de Horta, que a\\udió a su socorro,
batido y obligado a: retroceder; la escplta del gobernador. de




256 ANALES DE ISABEL 11.
Morella que, desde Castellon rcgresaba á este punto, sor-
prendida y por dos veces deshecha y dispersada; Gandesa
en perpétua alarma; muchos destacamentos de urbanos y
de tropa cogidos y desarmados; las barcas dc Mora de
Ebro, destinadas al paso del rio, en poder de los
carlistas; una grave fermentacion en el Maestrazgo;
les correos detenidos, y los pliegos dirigidos á las autorida-
des interceptados y abiertos; todo atestiguaba la audacia de
Carnicer, y el incremento que iba tomando su faccion. No-
ticioso de estas ocurrencias, sale de Tolosa el brigadier Bre-
ton con toda la fuerza dc que podia disponcl', y se dirige á
MOl'a, en cuyas inmediaciones se hallaba todavía el gefe
carlista al frente de 1,500 infantes y 80 caballos. Puesto en
combinacion con el general Carratalá, que opel'aba en Ca-
taluña, emprende Breton de nuevo la persecucion de los de
Carnicer, los carga en Mayans con su caballería, los acuchi-
lla, y, en denota, los obliga á pasar el Ebl'O por las barcas
de Escarpe, que justamcnte acababa de abandonar el bri-
gadier Warleta, gobernador de la plaza de Lél'ida. Despues
de esta derrota, l'egresaba Carnicer al bajo Aragon, y á me-
diados de mayo amenazaba á Lucena, con cuyos urbanos se
batia,en tanto que otras bandas, capitaneadas por el Mon-
tañes, Conesa, Garcia y Roca, recorrian el país en todas
dit'eccionesi y, en Obon, Alcaire, Ginebrosa, Cerollera y
otros puntos de su tránsito, sacaban raciones de pan, vino
y carne, y hasta exigían y recaudaban contribuciones en
metálico á la vista del cOl'onel Nogueras, que en vano, á la
cabeza de una gruesa columna, se afanaba en perseguirlos.


El coronel don Manuel de Mazarredo quc, con su regi-
miento provincial de Cuenca, perséguia al cahecilla Bayod,




LmRO SEGUNDO. 257
logró alcanzarlo en las inmediaciones de Aguaviva, y, ma-
tándole cincuenta hombres, haciéndole algunos prisioneros
y apoderándose de sus bagages y de algunos fusiles, acabó
con una de las gavillas, cuyas correria~ asolaban por entón-
ces el partido de Alcañiz.


En Cataluña era tanto tambien el incremento que iban
tomando las bandas carlistas, y tanta la audacia que mos-
traban, que fué menester que el capitan general del Princi-
pado saliese en persona á dirigir su persecucion. Las fac-
ciones reunidas del Ros de Eroles, Tristany, Llarch de Co-
pons y el albeitar de Biosca, acosadas por Llauder y sus
tenientes los bl'igadieres Magrat y Colubi y el coronel Chur-
ruca, y detenidos en su marcha por el gobernador de Léri-
da, que, desde este punto, se habia adelantado muy opor-
tunamente por Balaguer hasta Comarasa y Val domar , tu-
vieron que pasar el Segre por los vados de Tiurana, y que
dirigirse en retil'ada a los pueblos de Mirabé y San Climent,
situados como á una legua de Solsona. Por la parte de Ber-
ga, al mismo tiempo, Boquica y los suyos fatigaban á las
tropas destinadas á su persecucion , y otras bandas menos
importantes entretenían y molestaban á los comandantes de
armas y urbanos de Eflpal'raguera, Igualada, Santa Colo-
ma de QueraIt, Barbará y Puente de Armentera. Por la par-
te de Tortosa, aparecian tambien algunas gavillas que, aun-
qu_e poco numerosas aun, empezaban ya á inspirar recelos,
en atencion sobl'e todo á lo desguarnecido de tropas que,
para emprender y continuar la persecucion de las bandas
de la alta Cataluña, dejó el general Llauder toda la parte
baja del Principado.


Un batallon faccioso que, de 6.° de Navarra 'que era
TOMO l. 17




258 ANAU;S HE ISAIIEL IJ.
al principio, se había trasformado cn 1.0 de AI'agoll, recor-
ria, al mando ¡le! cabecilla Saperez (Caragol), toda la parte
alta de este reino, }, dandose, pOI' el valle dc\lena, la mano
con los batallones naval'l'os de Eraso y Sagaslibelza, inspi-
raba pOl'un momento seI'ios lemOl'es al cOI'ollel Andriani, go-
bernadol' de Jaca, Perseguido, sin embargo, y alcanzado pOI'
el coronel del Real, y el teniente cOI'onel Zavala en las in-
mediaciones de Hecho y Jabierregay, hubo de dispersarse
aquella gente, pasando parle de ella á Navarra, parte refu-
giándose en Francia, y parlc, en fin, corriéndose á Catalu-
ña. De este númel'o fué C:uagol.


Por el mismo tiempo, el cma Merino, reclutando gen-
te, se corria por las provincias de Burgos y Palencia, don-
de provocaba ó favorecia el levantamiento de pequeñas ban-
das; Carrasco y Lobito continuaban vagando sin hacer pl'O-
gresos, pero burlando la persecucion de las t1'opas en los
montes de Toledo; Baeva y el Locho terriblemenle acosa-
dos en la ~Iancha, penetraban por el valle de la Alcudia
en término de Córdoba, desde donde, cogido y fusilado el
primel'o, se pasaha el segundo a la provincia de Badajoz,
infestada ya, lo mismo que la de Cáccres, por las bandas
de los Cuestas; y, en tanto que, en Galicia el cabecilla Lo-
pez, y en AstUl'ias Baiña y Sanchez, fatigaban á las tropas
leales encargadas de perseguirlos, en la provincia de San-
tander quedaban illlJlunes las cOl'l'erÍas de Villalobos, y fué


< menester que se rcunie;,;en á la tl'opa de línea un destaca-
, ¡nento de carabineros y la tl'ipulacion de llll ¡mque con su


artillel'Ía para ahuyental' á Castor que, hloqueallllo á Cas-
tro-Urdiales, le intimaba la rendicion.


A todo esto, en Madl'id, la espectacion pública, vivamen-




LffiRO SEGUNDO. 259
te escitada por las noticias contradictorias que á cada ins-
tante llegaban del estado de las provincias, se halagaba con
la perspectiva de la reunion de Cortes, convocadas, por de-
creto es pedido en Aranjuez el dia 20 de mayo, para el 24
de julio. Discutiendo y comentando á su manera las dispo-
siciones del Estatuto lleal, cada cual se creia con derecho
á intel'pretar, en el sentido de sus opiniones ó de sus deseos,
las cláusulas escritas, las tendencias apuntadas, y hasta el
profundo silencio, cuerda y cautelosamente guardado sobre
ciertos puntos en la redaccion de aquel documento. En el
juicio que de él se formó, hubo, como siempre sucede, mu-
chas y encontradas opiniones; pero la general le fué I'eco-
nocidamente favorable.


En su deseo de desacreditarlo, no faltó. sin embargo,
una faccion que, fiel á las tradiciones de un pasado que na-
da á la verdad tenia de deslumbrador, y soñando tiempo
hacia en el restablecimiento del código político de 1812, se
complacia en proclamar por todas partes la insignificancia
del que á los españoles se acababa de dar. Hablando así,
mostraban altamente aquellos hombres el poco conocimien-
to que tenian de la situacion de su pais, y el poco cargo
que se hacian de sus verdaderas necesidades, entre las cua-
les figuraba sin duda alguna, como harto mas apremiante,
la paz que deseaban darle los que á la sazon regian los des_
tinos de España, que la libertad que, en engañosa perspec-
tiva, le ofrecian los partidarios de un sistema con tan mal
éxito ensayado ya por dos veces en esta pobre nacíon.


Poco á la mayor parte de ellos importaban en definitiva
ni los adelantos administrativos, ni la proteccion de los in-
tereses materiales. Suspirando de día y de noche por el ré-




.~NALES DE ISABEL 11.


gimen político, que era el único que en realidad podia ase-
gurar algunas ventajas á hombres ligados por tan pocos la-
zos al pais que los vió nacer , insistian en la necesidad de
Un cambio político, á favor solo del cual esperaban llegar á
á los empleos, y nada les importaba la ruina del pais , COn
tal de poder ellos quedar de pie entre sus escombros. En
la perspectiva de una I'f'volucion social, quel'ian precipitar
al pais en una revolucion política, como si fuera posible la
primera sin la cooperacion de las masas: como si en Espa-
ña tuviese el pueblo, como en Francia á fines del siglo ante-
rior, que vengarse dc la aristocra.cia: como si, entre noso-
tros quedase ya esta, despues de habel' perdido en 1808
todas sus inmunidades y prerogativas. La l'evolucion fran-
cesa trastornó la propiedad, anuló el intlujo de las clases
privilegiadas y elevó la clase media sobre las ruinas de la
aristocracia antigua. Entre nosotros, despojado ya el clero
d~ sus riquezas, y la nobleza de sus privilegios; elevada
desde luego la clase media á la altura de las demas; acaba-
das las distinciones, ¿á qué se aspiraba? ¿á qué se podia as-
piral'? Un sistema político que, dando por de pronto aJas a
los vocingleros, comprometiese indefinidamente los intere-
ses existentes, era un mal de que por necesidad habian de
amentarse cuantos tuviesen algo que perder, es decir, la
parte de la nacion mas útil á todo gobierno de órden, como
que por interes propio se hallaba identificada con él. Los
que, so pretesto de que era menester satisfacer á las exigeu-
cias de la opinion , pedían para el pueblo mas de lo que el
Estatuto les concedia, pedian la realizacion, imposible en la
práctica, de un principio administrativamente absurdo; pues
¿cómo poner en planta en un día todas las mejol'as de que




LIBRO SEGUNDO. 261
durante siglos habian estado privados los pueblos? El Esta-
tuto Real, asi pOI' su espíritu como por su contesto, lo mis-
mo por lo que paladinamente decia que por lo que muy
oportunamente callaba, aparecia , en fin , á los ojos de la
mayol'ia de los españoles, como cl término medio mas pru-
dente f¡ue, en aquellas indecisas y azarosas circunstancias,
que, en aquella época de transicion y ansiedad, podia adop-
tarse para conciliar el disfrute de una libertad racional que.
con tanto empeño como derecho, pedia la nacion entera, con
las garantías de órden que, pum promover la pl'(JSp~ridad
general necesitaballlos encal'¡wdos deesta imporlante misiono
Conciliando, pues, los deseos y los intereses del pais con
los medios de satisfacer aquellos y de fomentar estos, el
nuevo código político daba al poder la mayor latitud posi-
ble para hacer el bien; al pueblo toda la necesaria para im-
pedir, ó a lo menos para denuncial' el mal, y á uno y á otro
todas las garantías que de desear eran para el afianzamien-
to del órden público, !)l'imer elemento de ventura y de
prosperidad. Fijando, en fin , los linderos de la libertad y
de la licencia, el Estatuto l1'azaba cIara y distintamente una
linea divisoria entre el uso legal del poder y el abuso de la
autoridad.


No era posible desconocer la lealtad de los deseos que,
aunque impotentes por lo visto para atajar desde luego
los progresos que en ciertas provincias iba haciendo el
cancel' de la guel'ra civil, mostraba, sin embargo, elgobier-
no por restablecer en toda la Península el imperio de las
leyes, esplotando en beneficio del órden el buen efecto ge-
neralmente producido por la publicacion del Estatuto. Real,
y empleando ademas alternativa, sucesiva ó simultanea-




262 AN ALES DE ISABEL n.
mente, segun las circunstancias, cuantos medios estaban á
su alcance para mejorar la situacion. Por conseguirlo, pro-
digaba recompensas á los que le servían, hacia concesio-
nes á los que le hostilizaban, predicaba la paz y la concor-
dia, fulminaba anatemas contra algunos, imponía á otros
sevel'Ísimos castigos y dejaba entrever á todos la esperanza
de que, en el ó¡'den legislativo, se hiciesen refol'mas de no
menor importancia que las que recientemente habian em-
pezado á introducirse en la administracion del Estado. Asi,
se vió en. las gacetas de aquel tiempo un decreto (de 21 de
abril) en que, dando gracias al ejercito por su comporta-
miento en la campaña que desgraciadamente seguia abierta
contra los partidarios del régimen absoluto y del resLable-,
cimiento de la Inquisicion, se rebajaba un aúo de :servicio
á todo", los individuos de tropa, estimulando por este me-
dio el celo flue á pOl'fill manifestaban gefes y soldados por
acabar COIl las facciones; otro (del 22 del mismo mes), en
que se encargaba á una junta nombl'ada ad ¡toe el arr'eglo
del clero; otro (dd 26), concediendo amnistia plena y com-
pleta ú todos los individuos que hubiesen formado parte de
sociedadcs secl'etas; otl'O (del 25 de mayo), disponiendo la
forma en que se habian de verificar las. elecciones de pro-
curado¡'es á Cortes; varias reales órdenes señalando pen-
siones á viudas y huel'fanos de defensores de la reina, so-
bee las tempol'alidades ocupadas á eclesiásticos inflden-
tes; tres decretos (de 31 dc mayo, 4 Y 16 de junio), nom-
J;¡rando comisiones eneal'gadas de l'evisal' el.código Civil,
de indicar las l'cformas que en el dc Comercio convenia
hace¡', de fOL'ma!' Ul)O de epjuiciamientos, y de establecer,
p~l' medio de un al'ance! general, los derechos debidos á 105 .




LIBRO SEGCXDO. 263
curiales; otros, confidenclo la dignidad de Prócer del' rei-
no á ochenta y siete arzobispos, ohispos, generales, ex-mi-
nistros, etc" etc., y dedal'arlllo inherente á esta dignidad el
tratamiento de escelencia; 011'0 ~de 21 del mismo mayo),
nombrando una comision para l'erlactar un proyecto de ley
sobI'e responsabilidad de los jueces; varios, en fin, eviden-
lemente dirigidos ú captarse, á favor de beneficios reales,
ó á tl'Ueque de promesas esplíeitas, la voluntad y el apoyo
de todas las clases de la sociedad,


Pero 110 bastaban para lleval' á cabo este propósito los
mas violclllos al'l'anque,; ¡JI' un patl'jóti/W deseo; necesi-
tábase ademas un conocimirnl0 pl'afundo de las verdadel'as
necesidades del pais, un [S1'an tacto en la aplicacion del
modo de remediarlas, y entre otras muchas cosas, en fin,
la mas enérgica constancia para hlchar cont1'3 los obstácu-
los sin cuento (Iue trámites ['utinarios, sancionados por una
larga é il'/'eflexiva eostumbrr, oponian á la realizacion de
las mejores y mas provechosas illnovaciones. En el ramo
de Hacienda, uno justamente de los que mas impulso ne-
cesilaban, es dOJl(le lila" fJue en ninguno otro se dejaba
sentir la falla de accion ncces;:llia pal'a contl'UI'eslal' á lo
menos, ya que no para conjunu' completamente cldgor de
la situaeion, Hombl'e de hien, entendido y laborioso, Imaz,
(Iueencil'cunstancias nOI'males habria sillo, á no dudarlo, un
escelente ministI'o de Hacienda, cai'ecia de la ener'gia de
eal'ácter y de los recursos dc imaginaeion que, en aquellos
momentos difíciles, era indispensable poseeI' para sobrellevar
una carga tan pesada,


A hacerla mas abrumadora vinieron todavía las declara-
CÍ4}nes de la junta designada por decreto de 3 de abril para




ANALES DE ISABEL n.


examinar las proposiciones presentadas por diferentes casas
de comercio nacionales y estrangel'as, al efecto de cubrir un
empl'éstito de 200 millones, sacado á licitacion por el go-
bierno. La junta evacuó su informe declarando que tales pro-
posicioncs , «si bien mas ventajosas que las admitidas
)'en los empréstito.l' !tecItos por el gobierno espaiíol de
»muc/¡os altOS á esta parte, no eran, sin embargo, corres-
»pondientes al estado act¿tal del C\'Mito, á la subida de los
»fondos públicos en el mercado nacional y en el estl'angero,
»y al aspecto que afortunadamente presentaba la situacion
»política de la monar'quía.» A esta opinion, cOlToborada por
la del Consejo de Gobierno que, consultado lambien sobre
este punto, opinó, no ser admisibles aquellas proposiciones
ya «por envolver algunas de ellas disposiciones y medidas
»Iegislativas, cuya l'esolu9ion no podia intental'se sin madu-
»I'o.detenimiento, y como por via de incidencia;» ya por
razones análogas ar1'Íba expuestas por la citada junta; tuvo
de bueno ú de mal grado que conformarse el Consejo. de
)1inistros, declarando l'elmsal' tuma/' sobre si la yrave
respoYlsabilidád, t¡ue delegó á las COI'les, de resolver la
cues{iolt del reconocimiento de los empréstitos de 1820,
21 Y 22: previo é indispensable requisito que, para la cele-
bracion de todo nuevo contrato de empréstito, imponian al
gobiel'llo español los autores de las proposiciones, y única
verdadera causa de la no aceptacion de estas.


Tal era, sin embargo, el apuro de la situacion que, tl'es
semanas despues de publicarse en la gaceta de 16 de mayo
esta solemne y motivada declaraeíon, se firmaba en Par'is (el
dia 7 de junio) por don Antonio Gonzalez Allende, comisio-
nado al efecto, en casa y presencia del embajador de Espa-




LIBRO SEGUNDO. 265
ña, un anticipo de quince millones de francos, destinados al
pago del semestre de intereses de la deuda pública, que ven·
cia el 1.0 de julio (1).


Como fluiera que sea, la posicion del ministro de Ha-
cienda era intolerable ya, y en vista de la imposibilidad de
hacer frente con solo los recursos ordinal'ios á las inmensas
atenciones que sobre él pesaban, hubo don José de Imaz de
renunciar al cargo que ejercia, y el cual, en el dia mismo
(18 de junio), fué llamado á desempeñar el conde de Toreno.


El alto y bien merecido concepto de hacendista que go-
zilba este personage, sus antccedcntes políticos, sus cone-
xiones con los hombres mas notables de todas las faccio-
nes del partido libel'al, y mas que todo la favorable opinion
que generalmente se tenia de su inteligente actividad, rea-
nimaron por de pI'onto muchas amortiguadas espel'anzas, y
convirtieron en partidarios del gobierno á buen número de
Ilusos y descontentos que, con mas Ó menos furor, le hacian
públicamente, por medio de la pl'ensa, hostilidade& concer-
tadas en el secreto de los clubs. La enh'ada de Toreno en
el Consejo de Ministros dió, desde luego, pues, mas unidad
á las deliberaciones y mas lH'estigio á los actos del gobierno.


Es tle advel,tir que en este ticmpo Cuevillas, Basilio Gar-
cia, Merino, Carranza v oh'os cabecillas de ménos monta,
lanzados pocos dias antes pOI' el gcneral CÓI'dova de los
pinares de las sierras de Burgos, eran objeto de la mas vi-
va persecucion que, desde su regl'eso de Portugal, habian
teniclo que sufril'. Estendiendo sus correrías por el terl'Íto-
río situado entre la orilla derecha del Ebro y la izquierda
del rio Jalon, y bastante fuertes para embestir y tomar


(1) Apéndice número 7.




266 ANALES DE ISADEL 11.
cualquiera poblacion subalterna de las comprendidas en los
limites de aquella demareacion, no se sentian, sin embargo,
con aliento para hacer fl'ente á las columnas de la reina.
Asi es quc, des pues de ocupar el 6 de julio con una fuerza
de cerca de 1,000 hombres el SueHas-Cabras, de llenar de
terror y obligar el ponel'se sobre las armas á los Ul'banos de
Agueda, Aguilar del Rio, .\lhama y Cervera, y de eutrar y
exigir víveres en varias de estas poblaciones, corrian aguijo-
ncados por las columnas de Albuin, Obregon y Cistué, y
sin tomar apenas el tiempo necesario para descansal' en
Trábago, continuaban su marcha por Barovia, Cil'ia, Torl'ela-
paja, Deza y BordaHa, desde donde se encaminaban á Mon-
teagudo, con la idea sin duda de ganar la vecina sierra.
Asi lo hicieí'on, en efecto, las bandas de Mel'ino y de Car-
ranza, en tanto que, con las de su mando, se dirigian Cue-
villas y don Basilio el Huel'ta, Aleouchcl y Judes, donde,
alcanzados y atacados por los cOl'oneles Ohrégon y Cistué,
hubiet'on de sostener COIl ellos una sangl'icnta rcfl'iega. Ra-
tidos, internell'OIlSe los dos gefes carlistas en la vccina sier-
ra, por cuyas asperezas se descolgal'on á Celina. Acto
continuo, I'cpasaron el l'io Jalon por las inmediaciones
de estc último punto, empl'cndieron su marcha por Villar-
luengo, Aranda y Calccna, y, no sin dejar muchos reza-
gados pOI' a(l"cllos. caminos, entraron en Tabuena, en la
mañana del 12. A pesa!' de los peligros á que la incesante
persecucion de las t\'Opas de la reina esponia á los carlis-
tas donde quiCl'a que se detenian, rendidos, hamJJl'ientos y
estenuados, hubieron estos de lomar en aquel punto algu-
nas horas de descanso. A las cinco de la tarde del mismo
dia estaban en Fuente-Jalon, y desde allí, despues de pa-




UBRO SEGlJNDO. 267
sal' el puente del canal no lejos del pueblo de Cortes, em-
prendieron su ruta con direccion al de Buñuel, por cuyas
inmediaciones vadearon el Ebro aquella misma noche.


Esto sucedia á los pocos di as del nombramiento del
conde de Toreno pal'a el ministerio de Hacienda, y del de
Rodil para virey de Navarra y genel'al en gefe del ejército
del Norte, á cuyas filas marchaban á incorporarse todas las
tropas re cien regresadas de la breve, pero gloriosa campaña
de Portugal. Con el objeto de estimular el ardor de estos
soldados, asistió la Reina Gobernadora á una revista que
con ATan aparato Ics pasó el ministro de la Gucl'l'a en los
campos de Alcorcon, desde donde salió poco menos que en
posta este cuerpo de ejército con dircccion á las provincias
del NOI,te, teatro futuro de süs operaciones ..


Estas. medidas del gobicrno reanimaron el espíritu pú-
blico é hicieroncl'eel' a muchos que estaba próximo el dia
de la pacificacion de la Península, y de In realizacion de los
patrióticos deseos de los que, en esta pacificacion, veian el
término de todos los males y el principio de una era de fe-
licidad garantida pOI' el Estatuto Real y la celebracion de
Cortes que, con al'reglo á lo dispuesto pOI' él, no debian
tardar en congregarse,


Pel'o en las paginas eternas del libro del desiino estaba
sin duda escrito que aun no había llegado para España
aquel venturoso instante, y que eran prematuras, cuando
no infundadas, las esperanzas y In alegría de todos los es-
pañoll's vel'datlcI'amente amantes dc su pais. En el momen-
to mismo en que, en el pueblo de Mendavia, recibia Rodil
de manos eJe Quesada el mando en gefe del ejército del Nor-
te, 'yen que,gracias al numeroso refuerzo de tropa~ fine




268 ANALES DE ISABEL 11.
con él acababa de llegar á las provincias vasco-navart'as,
empezaba, ó á lo ménos se disponia aquel general á dat'
mayor ensanche y mas vigoroso impulso á las operaciones
militares; en el momento en que el gobierno de Madrid,
merced á la confianza de que veia animada á la mayoría de
la nacion, y de que pal'ticipaba completamente él, se lison-
geaba con la idea de acabar con las facciones, y de conso-
lidar sobre robustos cimientos el órden y la paz pública,
ocurrieron simultáneamente en las provincias del Norte y en
Madl'id dos acontecimientos deplorables por el cúmulo de
desgracias que trajeron en pos. Estos dos acontecimien-
tos que, aunque de distinta índole, pI'odujet'on resultados
que no dejaban de tener entre si cierta fatal analogía, neu-
tralizaron por de pronto todos los esfuerzos de los hombres
del poder y desvanecieron como hUlllo de paja las esperan-
zas de la nacion.


El dia 11 de julio, es decir, dos dias antes de la entl'a-
da forzosa de Cuevi\las y Basilio en el territorio navarro,
y dos des pues de la toma de posesion de Rodil del mando
en gefe del ejército, se l}l'eSenló á Zumalacárl'egui en Eula-
te, don ~liguel Antonio Legarra, abad de Lecumbel'l'i, con
un billete firmado Cárlos. En este papel, despues de
recomendarle el mayor sigilo, se encargaba á Zumalacárre-
gui se hallase al dia siguiente en Urdax; y, al dia siguiente,
en efecto, bien que la fecha del billete fuese algo atrasada,
y larga la distancia qlle para encontrarse em menester re-
correr, hallábanse reunidos en Elizondo don Cárlos y Zu-
malacárregui, a quien en el acto de su presentacion, nombró
el primero teniente general, y gefe de su estado mayor.


Grande fué el gozo que, al recibir esta doble merced,




LIBRO SEGUNDO. 269
sintió el caudillo navarro, y grande la efusion con que, do
blando la rodilla, besó la mano del príncipe, á quien ya, en
las provincias del Norte, proclamaban rey de España mu···
chos miles de soldados.


Pero, no creyéndose en seguridad en Elizondo, punto
que su importancia misma hacia en estremo peligroso, tras-
ladáronse don Cárlos y su gefe de estado mayol' ti Irurita,
y, por el valle de Bastan, salvando el puerto de Belate y
cruzando el valle de Ulzama, llegaron a Beunza; desde don-
de, tomando inmediatamente el camino que conduce al va-
l/e de Araquil y á la Borunda, se dirigicron dcspues á las
Amezcoas. AIli, impaciente ZumalacaITegui de dar princi-
pio a las operaciones de la guerra, se despidió de don Cál'-
los, confiando su custodia á don Francisco Benito Eraso,
comandante en segundo lugar de la division carlista de Na-
varra.


. En efecto, con la llegada de Rodil á las provincias del
Norte; con la publicacion de su enérgica proclama á las tro-
pas carlistas, amenazando con todo el rigor de las leyes á
cuantos, acto contínuo, 110 depusiesen las al'mas, y de su ban-
do prohibiendo bajo penas severas la inll'oduccion y circu-
lacion de vino, aguardiente, aceile, granos, y toda clase de
líquidos, comestibles y dl'ogas en el territorio ocupado por
los rebeldes; con la adopcion, en fin, de aquellas medidas
que mas conducentes parecian para acabar con ellos, coin-
cidió la aparicion en Navarra del Pretendiente a la co-
rona de España, que, burlando la vigilancia de los agentes
del gobierno ingles y de la embajada de España en Lóndres,
de la policia francesa, y de las autoridades españolas de la
frontera, logró fugarse de su residencia de Kensington Gar-




27() ANALES DE ISABEL n.
deus y, atravesando de punta á punta el territorio frances,
salvar el Pirineo y encontrarse al frente de su ejél'cito, an-
tes de que ni en París, ni en Madrid, ni en Lóndres (como
no fuese en casa del marques de Miraflol'es, donde hacia
poco que se habia recibido) tuviese nadie la primera noticia,
ni aun la mas remota sospecha de su salida de Inglaterra.
Acompañóle en este viage un frances llamauo Auguet de
Saint Silvain, á quien, á su llegada á España, condecoró el
príncipé con el titulo de baron de los Valles y con el grado
de brigadiel'. Mucho tiempo estuvieron el .geneI'al Hodil, el
marqués de )1il'allores, y el gobierno de Madrid, sin volver
de la sorpresa que, al oirla por primera vez, les causara
la noticia de· un hecho que basta por inverosímil tenian.
Cedienuo, empero, por fin, a la evidencia, fuerza les fue,
ya que era tarde para conjurar el mal, combinal' á lo me-
nos todos sus esfuel'Zos para ver de remediarlo , Rodil
emprendiendo enérgica é inmediatamente la persecucion
de don Carlos; Miraflores solicitando de los gobiernos de
Francia é Inglaterl'a la ampliacion de las cláusulas ter-
cera y cuarta del tratado de 21 de nhril, consigna-
da en un proyecto de al'ticulos adicionales, que pl'esentó, y
logró hacer aceptar á las potencias fil'mantes de aquel tra-
tado; el gobierno de Madrid, en fin, adoptando cuantas me-
didas cI'eyó conducentes a neutralizar el mal efecto que en
el público no podia menos de producir la confirmacion de
aquel inesperado contratiempo.


Contratiempo sí, de mucha mas trascendencia que laque
en general se le supuso al principio, era, en efecto, la pl'e-
sencia de don Carlos en las pI'ovincias del Norte. Reani-
mando ella desde luego el valor de sus habitantes, di-




LIBRO SEGUNDO. 271
sipó en breve la vivísima inquietud en que, por un instante,
los tuvo la noticia elc la llegada de Rodil al [['ente dc un
nuevo ejercito, de que se complacía la voz pública en exa-
gerar hasta la estravagancia el número de soldados. Como
quiera que sea, la incorporacion de estas tropas al ejército
destinado á combatíl' conh'a los partidal'ios del príncipe á
quien acababan ellas de lanzar del reino vecino, huLiel'a po-
dido en otras circunstancias contribuir poderosamente á la
destruccion definitiva de las huestes vasco-navarras, cuya
audacia ~1abia castigado en aquellos últimos dias el genel'al
Espartero.


Destruidas estas, nada habria sido en seguida mas fácil
que aniquilar las casteHanas (le Merino, Cuevillas, Basilio
García cte. á quienes cl genel'al Córdova, reeien llegado de
la espedicion de Portugal, y los coroneles Albuin, Obregon
y Cistue obligaron pocos dias antes á guarecel'se en los pi-
nares de la siena de Soria y á I'epasar el Ebro, dejando
por consiguiente libre dc cnemigos la orilla derecha de
cslerio.


Del 15 al lG de julio, eJllp(~zó Ú cundir por Madl'id la
noticia de la enlmda de don Carlos en Espaiía y de la apa-
ricion al frente de su ejército en las pl'Ovincias del Norte;
hecho quc el gobierno, con mas ó menos buena fe, recataba
y hasta se esfol'zaba por desmentít,. Con la llegada á )ladI'id
de esta noticia, cuyo simple y primcr anuncio habia causa-
elo en los ánimos una impresion indecible de sorpresa y de
ansiedad, coincidió la divulgacion de otra calamidad, toda-
via mas grave, ocunida en el seno mismo de la capital, y
de cuya existencia, á pesar de las declaraciones y seguri-
dades del gobierno, daban tristisimo é irrecusable testimo




272 ANALES DE ISABEL 11.


nio los montones de cadáveres hacinados en los hospitales
y conducidos á granel en carros, por no se¡' posible otra
cosa, á su última morada.


El cólera morbo, ese terrible azote que, desde las pla-
yas indicas venia señalando su caprichoso rumbo con
largo rastro de luto y horfandad, desplegaba por aquellos
dias sus negras alas sobre la capital de la monarquía es-
pañola, y arrebataba víctimas sin cuento á todas las cla-
ses de su consternada poblacion. Obstinado en su pro-
pósito, que sería dificil dejar de calificar de absurdo y de
antipolítico, afanábasc el gobie¡'no por recata¡' lo que
todos desgraciadamente veian y lamentaban, y, oficial y ex-
tra-oficialmente, negaba imperturbable la horrorosa eviden-
cia de los hechos. ¿Cómo era posible que, en medio de
la indecision y el espanto, de la sorpresa y la congoja, del
disgusto y la agitacion que, por distintos conceptos ocasio-
naba en "Iadrid la importancia de los acontecimientos unida
á la injustificable conducta del gobierno, cómo era posible
digo, que en tales circunstancias no se echase á la calle en
busca de desórden y botin, esa hez del género humano que
en su seno encienan siempre las gl'audes poblacioües, esa
turba de perdidos que , no conociendo mas oficio ni ejer-
ciendo otra profesion que la de hacer la guerra á la socie-
dad, son enemigos natos del gobierno, encargado de vela¡'
sobre los intereses de todas aquellas clases, que tienen al-
guno que defender? El gobierno, publicando lo que, con res-
pecto á la intensidad y á los estragos del cólera, sabia él y no
ignoraba nadie, habria, en vez de alarmado la poblacion, co-
mo infundadamente lo temía, tranquilizado los ánimos, ital
vez, quitando á los díscolos el pretesto de que para turba¡' el




LIBRO SEGUXDO, 273
órden se valieron, evitado las horribles escenas de qne, en
los dias 17 y 18 de julio, fué testigo la capital.


Por avisos confidenciales, sahlase tiempo hacia ya en
las oficinas de la superintendencia gcnel'al de policía que
los enemigos del órden tI'ahajaban con empeño pOI' exaltar
lOS ánimos en coutra del gobie1'll0, ron la mira I lH'obable-
mente, de obligarle á eehar mano de medidas violentas
que, tachadas de al'!lit!'al'ias, amenguasen su prestigio y
comprometiesen su poder,


Esplotando tan hábil como despiadadamente la siluaeion
en que tenían ti Madrid los pl'Ogresos de un mal, cuya exis-
tencia, palpable pal'a todo el mundo, continuaba el gobier-
no negando obstinadamente, hicieron los enemigos del órden
cundir la voz de que, en las plazas y en'las fuentes públicas,
se habia visto á personas, á quienes se designaba, y algu-
nas de las cuales fueron víctimas de esta infundada imputa-
cion, envenenal' el agua y los alimentos, En su deseo de
dar á la cuestion un carácter todavía mas gl'ave , rienda
suelta á sus odios, y pI'etesto á sus venganzas, esparcieron
por Madrid algunos de los mas exaltados de aquellos hom-
bres la voz de que estos envenenamientos eran obra de los
carlistas, é instigacion de los frailes, á quienes se supo-
nia interesados en impedir, por cualquier medio que fuese,
la reunion de las Cortes, para cuya apertura estaba señala-
do el dia 24, A esta noticia, aunque á primera vista absur-
da, se conmovió la policía y se consternaron las clases aco-
modadas y naturalmente pacificas del vecindal'io de la ca-
pital, en tanto que, ti reforzar á los fautores del desórden,
acudian de los barrios bajos grupos de gentes, y entre ellos
muchos urbanos que, ora de buena fe diesen crédito á


TOMO 1. 18




274 A~ALES DE ISABEL 11.
rumoresmalicw...amente propalados, ora se sintiesen estimu-
lados por compl~misos anteriores ó por seCl>etas simpatías,
recorrian arma@s las calles exhalando gritos de alarma,
y tomaban una actitud que parecía amenazadora.


El general don José Marlinez de San Mal>lin que, al
cargo de supel'intendente de policía, reunia en aquellos mo,.
mentos el de capitan genel'al de Castilla la Nueva, delegó á
la autoridad administrativa el pl'imero de estos cargos, y,
echando mano del poder {lue le daba el segundo, adopto, en
la mañana del 17 , algunas disposiciones militares dirigidas
á establecel> el órden, cuya súbita altel'acioll no podia me-
nos de aumentar el espanto y el desconsuelo que reinaban
en la, capital. Encruelecióse, aquel dia y al dia siguiente, el
riguroso azote que la afligia, y por centenares se contaban
sus víctimas, sin que hubiese médicos ni clérigos que basta-
sen á dar los auxilios del arte y de la religion á los enfermos.
ni carros para conducir, ni sepultureros para entenar los
cadáv:eres, que en número considerable se veian depositados
en las puel'tas de las casas y aun en medio de las calles.


En el estado de exaltacion en que se hallaban los ánk
mos de los unos, en el.deahatimiento en que hahian caido los
de los otros, y en el de dislocacion á que, por una malcalcu'"
lada e: injpstificable lolemllcia, ó por una deplorahle apatía,
habian llegado 13s cosas, fueron impotentes todos los es-
fuerzos de las autol'idades, asi civiles como militares, á im-
pedir los desmanes de los revoltosos que se habian PI'O,..,
puesto esplotar aquella crítica situacion. ApI'ovcchando la
primera coyuntura que para,ello se les presentó, asociá-
r{)nse algunos de aquellos sublevados á los grupos de gente
que, acalorada ya con la idea de los envenenamientos de




uono SEGUNDO. 275
que se ha~laba, prorumpia en gritos. de espanto y de iIt'-
dignacio» al ver salir de la pal'l'oquia de San Millan un car-
ro cargado de cadáveres. Agrcgóse á esta circunstancia la
de hallarse en las inmediaciones de la iglesia, d6 San Isidro
un sargento de ex-voluntarios realistas que, entre oll'as co-
sas, decia en voz alta, que era menester matar y aL'abar con
los urbanos; lo cual, oido pOI' uno de estos, rué bastante
para que, reuniéndose val'ios, 10 acometies(;\l y obligasen: á,
huir. Perseguido por los urbanos refugióse el ex-realista en
la iglesia de San Isidro, cuya puerta se cenó tras él. Espál'-
cese, en csto, cntre la turba, cuyo furor CJ'eeia por mo--
mentos, la especie de flue aquel hombre era un emisario de'
los jesuitas, á quienes, lo mismo que a los demas religiosos,
se seguia imputando el envenenamiento de las fuentes; y,
tomando algunos urbanos la deplorable iniciativa de tan-
escandalosa agresion, se introducen en el edificio que ser-
via de colegio a los jesuitas, y degüellan sin piedad á cuan-
tos de estos religiosos pueden haber a las manos.


A la noticia de tales sucesos, acudieron al teatro dé
ellos el capitan general, el gefe civil y el corregidor de
Madrid, y á poco un escuadron de milicianos de caballería
mandado pOl' 6\ marques de Casa-Il'ujo. Desde la iglesia',
que es por donde entraron aquellas autoridades, penetró el
capitan general en el edificio invadido por los revoltosos, y
ahuyentándolos con su presencia, logró salvar la vida á
algunos religiosos que, sobl'ecogidos con la idea de la suerte
que habia cabido á sus infelices compañeros, y temblando
por la suya, se habian refugiado en una capilla que afortu-
nadamente no llegaron á descubrir los asesinos.


Calmado á duras penas aquel sangriento tumulto, S\l-




276 ANALES DE IS.\Bf:L n.
pose que estaban á punto de estallar otros del mismo gé-
nero en los conventos de Santo Tomas, San Francisco el
Grande y la Múced. Dirigióse el capitan gencl'al al prime-
ro de estos puntos; mas llegó lambien tarde para impedir la
sacrílega reproduccioll de la s escenas de que acababa el
colegio imperial de ser testigo. Los l;evoltosos, antes de
que se presentase alli la autoridad, habian tomado la fuga,
dejando como im~cusable te~limonio de su paso por aque-
llos sitios varios cadáveres ele frailes tendidos pOI' los
claustros, las celdas y hasta la igle~ia del cOllvento. Todo
esto se vel'ificó en poros instantes, ~in que fuese posible
prender á uno siquiera de los autol'es ú perpeh'adores del
crimen.


Dejando la guarda de este convento confiada al duque
de Abrantes, encaminóse inmediatamente San Martin al
ministerio de lo Intel'iOl' (hajo este nombre se designaba
desde mediados de mayo el :mles llamado de Fomento), con
el objeto de dar parte de lo ocurrido á las autoridades ci-
viles y municipales congL'egadas en aquel recinto. SabedOl',
al enh'al' en él, dc que csecnas ~ernejalltes á las antel'ior-
mentc rcfcridas cstaban tcniendo lugar en San Francisco y
la Merced, envió San Martin al primero de estos puntos
al tenientc de rcy con alguna fuerza que pudo reunir, y
órdcn de apoyal' con ella al batallo n de la Princesa que,
acuartelado en aquellas iumediaciones, estaba encargado de
la defensa del convento y tic la conservacion del órden en
todo el banio. A la Mel'ced, que se hallaba cn el mismo pe·
ligro, mandó al mariscal de campo don Vicente Minio con
el regimiento de coraceros de la guardia real, de que era
COronel, recomendándole tomase las medidas mas imél'gi-




LlDllO S.EliL'íJ)O, 277
cas pam impetlil' Ó atajar el desól'llen, y castigal' con todo
el rigol' de la ley tÍ los(!ue lo pl'omoviesen Ó fomentasen, Mas
como, á pesar de csto, no ce:-iUSC pOI' de IH'onlO la alarmante
agilaeion quc cn aquel punto I'cinaba, tl'asladóse á él San
Martín, el cual, viendo despr'eciadas sus exhortaciones y
desconocida su aulo\'idad, luvo (Iue envial' á bUSCa!' refuer-
zos de iufantel'ia ) hasta dc arlillel'Ía paI'a reducil' á la obe-
diencia á los l'cvOltosos, Pel'o, pOI' pI'onto que llegal'on aque-
llos, habianse puesto en salvo casi todos estos, y fuel'On por
tanto pocos los que cayeron cn manos de las tI'opas encar-
gadas de la defensa de las leyes y del mantcnimiento del
óI'den,


Restablecido este en la ~Iel'ced con la fuga ó la Iwision
dc los que lo turbaron, acudió San )1al'tin a los conventos
de San Gil, los Basilios y el Cál'men, donde con su pl'esen-
cia y sus gritos inspiraban los mas sel'ios temores los ban-
didos alentadoi con la impunidad de sus crímenes. En San
Cayetano, amenazado tambien, evitó que se pCl'petrasen
otl'05 nuevos la enél'gica actitud del b¡'igadiel' don Santiago
Mendez Yigo. A torio t'sto, ú pesaI' de lo laI'go que en
aquella cstacion son los lIias, em ya muy entrada la
noche.


Durantc ella, atacaJ'on los revoltosos el convento de
Atocha, al cual, pOI' mandato «el capitan gencl'al, se trasla-
daron desde el alba algunas fuerzas mandadas por su ayu-
dante don Aguslin Cano. Un poco mas tarde, llegaban al
mismo sitio dos compañías de provinciales de la guardia
real, una de zapadores y dos piczas de artillería, á la ca-
beza de las cuales marchaha el mismo San Martill. Con
estas tropas, cooperaron al I'establecimiento del órdell en




278 ANALES DE ISAbEL U.
aquel punto un batallon de la milicia urbana, de que era
comandante don Juan Muguiro, y la caballería de la misma
milicia, de que el'a coronel el marques de Espinal'do.


Mienh'as esto pasaba en Atocha, y con el objeto sin
duda de distraer hácia diferentes puntos la atencion de las
autoridades y diseminar la fuerza armada, continuaban los
revoltosos aterrando á los pacificos habitantes de la capital,
haciendo simultaneamente demostraciones hostiles contra
los conventos de Santa Bárbara, Rosario y Jesus, y contra
el Seminal'io de Nobles, escelente establecimiento de ense-
ñanza dirigido pOI' individuos de la comunidad tan bárba-
ramente diezmada en San Isidl'o.


En la, tarde del 18, quedó definitivamente restablecido
el órden en las calles de la capital; pero no por eso volvió la
tranquilidall al ¡'mimo de sus moradores. Aterrados, por el
contrario, estremecidos á la idea de los pelig¡'os á que vi-
vian espuestos en presencia del doble azote del cólera y de
las asonadas, ocupábase cada cual en buscar medjosde huir
á todo trance, y á punto llegaron en aquellas ei¡'eunstancias el
aturdimiento y la eonfusjon, que hubo persona, y familias
enteras, que fuera ya de las puertas de Madl'id ,sin saber
qué dh'eccion tomar, empezal'On, puestas en marcha, á
discürrir sobre el punto donde habian de ji' á fijar su resi-
dencia, Todos los asientos de las diligencias y de los coches
de camino, todos los cal'l'uages públicos y particulares sa-
lian de Madrid atestados de fugitivos quc, con lo precipi-
tado de su marcha y lo desencajado de sus semblantes,
iban difundiendo la alarma por los pueblos de su tránsito.
y i en cuantos, ah, tuvieron que detenerse aquellas vÍc-
tnnas impI'uJentes de un i¡'reflexivo temo)', por declararse




LIBRO SEG\J~DO. 279
en el seno mismo de 'su emigrante caravana la enfermedad de
que iban huyendo, y cuyos peligros redoblaba en aquellos
momentos la falla absoluta de mcdios dc atajar sus progre:.
sos 6 de atenuar su intensidad! Sin médico que los asistIe-
se, sin botica donde ir á proveerse de las cosas mas indis-
pensables, no siempre encontraban aquellos infelices Un
dérigo que los ayudase á bien morÍl' y un sacristan que les
diese sepultura. ¡ Cm'mtos, ah, que, en Madrid, habria
acaso respetado el cólera, perecieron por falta de recursos
en miserables lugarejos, en ventas desprovistas de tod(}, y
basta en medio de los caminos! ¡Tan ycrdad es, que el mie-
do es en los peligros el peor de los consejeros, y que á na-
da mas (lue á agravar el mal conducen en las circunstan-
cias estremas el aturdimiento y la il'l'eflexion!


Esta emigracioll, limitada unicamente por el numero de
carruages y medios de trasporte que habia en Madrid, re-
doblaba la congoja de los que, por falta de estos mismos me-
dios,'tenian, bien á pesar suyo, quepcrmancceren la capi-
tal. El cólera, entl'elanto, sin moderar su violencia, conti-
nuaba sus estragos; y todo, hasta el pernicioso influjo de una
temperatura sofocante, daba pabulo á los temores, I'edobla-
ba la consternacion y prolongaba el malestar de su nume-
roso vecindario. Horribles, los mas horribles acaso que vi6
ntlÍwa, fueron para Madl'id aquellos dias.


Grave, dm'ante ellos, debió ser la situacion del gobier-
no, obligado ti hacer frente á tantas y tan complicadas alen-
(lion~s, y privado acaso por la muerte del auxilio de los
hombres que mas necesitaba. Todo en tan anormales cir-
cunStancias debió ser, y todo fué, en efecto, desórden y con-
fusiono EnconlI'al" en tales momentos, una autoridad que




280 ANALES DE ISABEL 11.
conservase toda su seI'enidad de espÍl'itu y toda su ener-
gía de accion, e1'a dificil; encontrar val'ias, imposible; y va-
rias se necesitaban para atender al mismo tiempo á la l'e-
presion de toda nueva tentativa de tl'astorno, á la averigua-
cion de las causas que pl'ovocaron los ya l'cprimidos, á la
formacion de proceso contra los sugetos culpables ó incul-
pados de haber lomado pal'te en ellos, á la distribucion de
80C01'l'OS á las clases menesterosas, al establecimiento y fi-
jacion dc las reglas de órden, y ,hasta de decencia, que de-
bian obsel'\'arse en la conduccion de los enfermos á los hos-
pitales y de los mUeI'tos al campo santo, y todo esto, y
mucho mas, cuando los pl'eparativos para la sesion régia de
apertUl'a de las Cortes, que en aquellos dias iba á tener lu-
gar, pl'eocupaba singularmente los ánimos de los cOIlseje-
''os dc la Corona.


Y, como siempl'e, es mas fácil hacel' cal'gos des pues
de ocurrido el daño que prcveerlo, tI que tomar, cuando
no, las medidas mas conducentes á remediarlo, desenca-
denáronse los enemigos del gobierno en quejas acel'bas con-
tra la imp¡'evision de las autoridades adminisll'ativas, la
apatía y el desconciel'lo de las municipales, y la debilidad
de la superior militar. Contra esta rué principalmente con-
tra quien se encal'nizó por aque\los dias la opinion pública,
agriada por el rigol' de las ci¡'cunstancias, y no solo se ta-
chó genel'almente de débil y de vacilante la conducta de San
Martin, sino que hasta hubo quien le acusase de conniven-
cia con los l'ebeldes. Como quiera que sea, San Martin, en
Sil calidad de supel'Íntelldente general de policia, debia te-
nel', y tellia en efecto, noticias anticipadas del plan delos
revoltosos, y pudo, y debió tomar á tiempo medidas para




LIBRO SEGUNDO. 281


frustrado. Como capitan general debió impedil', ó cuando
menos reprimir inmediatamentc las deplorables escenas de
los conventos, adonde siempre acudió tardc y cuando ya
estaba constlluadQ el mal. La sangre de mas de ochenta
religiosos, inhumanamente degollados. echaba sobre el
gefe de la policía y de la fuel'za armada una tremenda res-
ponsabilidad, y justificaba, cn parte al menos, la esplosion
dc tantas, tan amargas y sentidas quejas.


En vano, para atenual' sus efeclos, se apresuró San
Martin á dirigir al Consejo de Ministros una esposicion di-
cieudo: «que, prévia unaindagacion clara y precisa de
)}los /techos, se declarase solemne y a/l téll ticamcnle que el
))capitan general de Madrid habia cumplido con su debel':»
en vano hizo, hasta la aclaracion de los hcchos, dimision
de su destino. El público no quedó ni s~tisfecho, ni desen-
gañado, y cl Consejo de Ministros, acogiendo desde luego
la idea de que se Ill'Ocediese á la indagacion que solicitaba
San Martin, y aceptando su dimision de la capitanía gene-
ral de Castilla la Nueva, nombró para sucedede en este
destino al teniente gcncl'al duqlle de Castl'o-Tel'l'eño. Con
esto, se sintió el gobiel'llo algun tanto aliviado del peso de
una terl'ible responsabilidad, y aguardando cl momento de
la apel'lura de las Cortes, volvió á lledicar su atencion á los
asuntos de la gucl'ra.


Entl'etanlo Rodil, al frente de un ejél'cito que 110 baja-
ba de .i5,OOO homhl'es, cmpezaba á comhinar sus planes
dc eampuüa, Ol'denando desde luego, y como base de sus
operaciones ulteriores, el establecimiento entre Pamplona y
Vitoria de una linea de fOl'tiHcaciones, semejante á la que,
:les(le la primera de estas dos ciudades hasla Lüt;r:.:!io,
>j.~2::.....~


/ a IiJ?'j'




282 ANAL'ESDE ISABEL 11.
existia ya. Dando, pues, sus disposiciones para poner en
estado de defensa á Il'urzun, Echarri-Aranaz)' Olozagoilia,
penetró en las Amescoas, no sin que, en los dias que alli
permaneció, dejaran de molestarlo tres ó cuatro batallones
carlistas que, mandados por Zumalacárregui, y colocados
en obsel'vacion en el fragoso puerto de Artaza, tuvieron pOI'
dos veces la osadía de bajar á la llanura que, con diez 6
doce mil hombres, ocupaban dicho general en gefe y Espar-
tero.


Mientras que de esta manera entretenia Zumalacárregui
á Rodil en las Ameseoas, don Cárlos que, salido de estos
valles á la noticia de la aproximacion del gefe cristino, aca-
baba de tomar el camino del Bastan,recorria este territorio
escitando con su presencia, en los pueblos de su tl'ánsito,
simpatías cuyas inequívocas muestras eran de malísimo
agüero para el triunfo de las armas de la reina y para el
logro de la tan deseada pacificacion de la Península.


Sabedor de la direccion que, acompañado tan solo de
una docena de personas, habia tomado don Cárlos, y co!'o-
prendiendo toda la importancia de una espedicion dirigida á
apoderarse de su persona, dejóRodil en las Amescoas, para
perseguir á Zumalacál'fegui, unos doce mil hombres, al
mando de los generales Espartero y Lorenzo, y de los bli-
gadieres Figueras y Ol'áa, y, -poniéndose al frente de una
division de igual fuerza, y desplegándola en columna sobre
un frente de muchas leguas, se dirigió al Bastan en la per-
suasion de que, marehando de esta manera, no podria me-
nos de envolver en esta red de bayonetas al principe y á
sus secuaces, y conseguir á la postre su captura. Pero, al
formar estos cálculos, no pensaba, sin duda, en las dificul-




LlSltO SEGUNDO.


tades que a la marcha regular y simétrica de sus tropas
opondrian las asperezas del terreno, que por fuerza habian
ellas de tenel' que atravesar, ni mucho menos en la facilidad
que, para sustraerse á la persecucion de sus columna5 t
cualquiera que fuese su número, ofrecia:á don Cárlos esta
misma escabrosidad delpais, unida al conocimiento que de
él tenian los que le acompañaban, y á las simpatías que e'n
sus moradores encontraba por do quiera el pl'inclPe fu-
gitivo.


Por su parte, Rodil, exaspcl'ado de la inutilidad de sliS
pl'imeros y cstraordinarios esfuerzos por alcanzar al Pre-
tendiente, mandó entl'egar á las llamas varios molinos hari~
Del'OS situados en los valles 'de Gerry y Guesalaz, 'Y adoptó
otras medida!! igualmente rigurosas, Su resultado,diame ....
lralmenle opuesto al que, dictándolas, se propuso él, fué,
como era natural, aumentar en una progresion espantosa el
número y el corage de las bandas de Zumalacárregui, las
cuales, tomando ya la ofensiva, atacaban frecuentemente
con fuerzas superiores y obligaban á retirarse á los generales
de la reina. Por sus confidentes (y es de advertíl' que á ser-
Io, se brindaban todos los habitantes del pais , no obstante
los peligros anejos al desempeño de esta mision) hallábase
el gefe carlista enterado hora 1)01' hora de los movimientos
de las divisiones crisLinas, y hasta de los designios de sus
gefes que, solo prodigando el oro ú á fuerza de amenazas y
violencias, lograban l)l'oporcionarsc algunas noticias, in-
exactas á menudo, é incompletas casi siempre.


La incalculable ventaja que daha esta 'cÍl'cunstancia á los
earlistas, esplica la resistencia que, en las provincms -del
Norte, hizo duratlte muchos rtl'eses un puñ!ldo 'de lJombrl!i




284 ANAI,ES ])E ISABEL 11.
á un ejel'cito tan superior al suyo en número y'. disciplina,
~Cómo concebir si no , que don Carlos, sin otra escolta á
veces que dos docenas de clerigos ó de empleados civiles,
reco¡'riese impunementc las cuatro provincias vasco-na-
,


varras, pasando con mucha fl'ecuencia por entre las colum-
pas mismas destinadas a su persecucion? Tan cierto es es-
to, que Rodil, al salir dc las Amezcoas, ignoró, hasta
l}egar á Pamplona, donde estaba el P¡'ctendielllc. Instruido
pOI' fin, de que este ha regresado al Bastan, refuerza aquel
la di vis ion de su inmediato mando, y, despues de dar al ge-
neral Oraa y al brigadicr Figueras uucvas y termiuantes
!nstrucciones, para que, con sus l'especlivas columnas, y cn
combinacion con el general Anleo, que se baUaba en los
Arcos, obsel'vascn y pel'siguiesen á Zumalacarregui por la
sierra de Andía, sale dc Pamplona y toma el camino de
Belate, con dh'eccion t\ Elizondo. Antes de llegar al prime-
ro de estos puntos, noticioso dc quc don Cál'los, bajando á
l~ecumberri, se encamina Mcia Vizcaya, hácelo el á Tolosa
enviando órdenes á Jáuregui, para ~l\lC se sitúe en Mon-
dragon. Cuando llegó Rodil á Lecumherri, to(lavÍa se ha-
llaba en las inmediaciones el infante don Cárlos, i\ quien de
pronto, por un rapido movimiento, viene á reuni\'~e Zuma-
laeárregui al frente de sus navanos. En seguimiento suyo
llegó poco despues Figuel'as á San Migucl de Excelsis, que
fué el sitio dc la reunion, mas llegó á ticmpo en que aeaba-
~an de abandonarlo el Pretendiente y Zumalacárregui, en
vista dc lo cual, detel'mino el bl'igadier cristino trasladarse
:i Irurzun. AlIi supo Rodil que don Cárlos habia dormido
la noche anteriol' en Lizáfl'aga. Sin pél'dit\a de tiempo,
pues la actividad era de todas las cualidades de un. buen




LIBRO SEGUNDO.


militar la que" en mas alto grado poseia Rodil, dirígese esté
general á Uzarraga en tanto, que observados de cerca pOI;
Figuel'as, lIegahan los fugitivos á Alsasúa, y se encamina""""
han tI Oñate. En este punto se reunen á don Cárlos cuatro
batallones guipuzcoanos y alaveses, á los cuales agrega Zu1
inalacárreglli dos de nava1'l'0s y dos compañías de guias
mandados por Sagastibclza, caudillo de su confianza,


Seguro por éste medio de la"suerte de don Cárlos, vuél-'
vese Zumalacárregui á Leeumberri, desde donde, el 11 de
agosto, cae sobre Puente la Reina, cuya guarnieion, man-
dada por el conde de Viamanuel, que accidentalmente se
hallaba alli, lo rcchaza dcfendiéndose heróicamenle. Los
generales Lorenzo y AnIeo, en combinacion con las briga-
das de Figueras yOráa, y con las divisiones de cabaUeI'Ía
mandadas por el mariscal de campo baron de Carondelet y
el coronel Amor, persiguen activamente por espacio de al-
gunos dias á Zumalacárregui y le obligan á refugiarse de
nuevo con sus navarros en los valles de las Amescoas.


El 15 de agosto, sin embargo, instruido por sus confi-
dentes de que el general Carondelrt, con una columnasali-
da aquel dia de Estella, se hallaba en el valle de Ellin, di-
vide su gente, y enviando una parte de ella á entretener á
Oráa que, por la parte opuesta, se adelantaba á su encuen-
tro, mal'cha con algnnas compañías á tomar posicion en
las alturas que dominan y circuyen el desfiladero llamado
de las Peñas de San Fausto, donde, emboscado, aguarda el
paso de la columna cristina. Desprevenida esta, como que
no creia tener pOI' 3<Jllella parte enemigos que combatír, ar-
rollada y envuelta por fuerzas cuya ventajosa situaeíon ha-
ce imposible la defensa, derrotada en fin, desbándase y se




286 ANALES DE ISABEL 11.
pone en. fuga, no sin dejar en poder de Zumalacárr.tg\li un
cuantioso botin y sufrir una horrible pérdida de genteen
muertos, heridos y prisioneros.


Entre estos últimos, que la ferocidad de los soldados
carlistas hizo que fuesen pocos, se hallaba el conde de Via-
manuel, el mismo que pocos di as antes, á su paso por
Puente la Reina para incorporarse al ejército, en cuyo es-
tado mayor venia voluntariamente á servir con el grado de
coronel, defendió aquel importante punto contra los ata-
ques de los carlistas. Pero ni sus honrosos antecedentes,
ni. su categoria de gt'ande de España de primera clase, fue-
ron parte á.1ibertarle del suplicio que, des pues de tratarle du-
rante muchos dias con el mayor agasajo, le impuso Zuma-
lacárregui. Engañóse, empero, el desalmado caudillo, si.
COn la ejecucion de esta sentencia, creyó condenar á su
ilustre prisionero al suplicio de los traidores. La muerte de
Viamanuel fué la de un héroe.


Terriblemente indignó á los partidal'ios de la reina la
noticia de este hecho atroz que, consumado en momentos
de estal' todavía pendientes negociaciones entabladas para
impedirlo, tenia ademas todas las apariencias de una alta-
nera provocacion. Ni fué este en aquel tiempo el único acto
en que manifestó Zumalacárregui hasta qué punto llegaban
la dureza de su corazon y el engreimiento de su poder.
Confiado en los cinco batallones navarros y en las dos com-
pjlúias de guias que formaban su columna, dirigióse, á los
pocos dias de la sorpresa de las Peñas de San Fausto, al
p.unto fortificado de Viana, cuyos muros embistió, obligan-
doá Carondolet á salir al llano con su cabaUeria, y ocu-
p¡tndo él ent,['etanto la plaza que, segun su acostumbrado




LIBRO SEGUNDO. 287
sistem~,.aP.andonó al dia siguie.n~. Desde Viana, se dirigió
á Echarr.i-Araoaz, cuyo fuerte atacó de noche con sus dos
compañías de guias; pero fué rechazado por las tropas de
la ,'cina; y, en su desp,echo, atr'ibuyendo á cobardía de al-
gunos de sus soldados el mal éxito de esta tentativa, man-
dó que se echasen suertes ent¡'e los que en el ataque for-
maban la cabeza de las dos citadas compañías, y sin pie-
dad ni aun justicia, hizo fusilar á algunos de sus intrépidos
volijntari{)s.


Voluntarios eran, en efecto. cuantos .. en aquella fecba
for,maban parte, no solo de estas dos compañías, sino de to-
das las fuerzas carlistas, cuyo número y organizacion irn-
portaCQllocer.. Cinco er<\\1, en la época de que se la ha-
blando, los batallones navarros mandados en persona pOI'
et~l'~v¡do ZUIJlalacárregui; pero, gracias áuoa.saca de mo-
zos que, de acuerdo con su rey, verificó por entonces en
varios pueblos da la Ribera y de la Baja Montaña., vió eLge_
fenQvarro U\lrnent;;¡rse hasta nueve elnúmero.de sus Qata
Ilones. A esta fuerza habia que agl'egar tres escuadf;ones
de caballcJ'ja que, aunque compuestos de buena gente, eran
poco de temer en ra~on al malísimo estado-,dc montlM'a, de
arm~me.nto y de instt'uccion en que se encontraban. A sus
ch~C()batallones agregó. desde luego Zumalae,áf;regui con el
nombre de 6.° el p"imero de los cuatro que acababa de for-
ma,r, y, al mando de gefes de prestigio, envió los otros tres
(7.", 8.° Y 9.°) á situarse en la parte de Bur.gu~te y de ROD:-
cesvalles, donde, ínterin habia armas que dar á todos, po-
d~, sill ser inquietados, illstruirs~ en. el manejo de ellas.
Losg~fesqu~, bajo las órdenes de Zuma,lacárreg!li"ope-


r,awm w>r a.quel tiempo en Nav3,rrn, erflU Iturr31de, á cuyo




288 ANALES DE ISABEL H.
mando iban, segun las circunstancias, dos ó tres batallones;
Sagastibelza quc, con el 5.0 batallon, recorria los valles si-
tuados entre Roncesvalles é l\'Un; Manchco quc, con el 9."
daba que haccr al general Linal'cs por las fl'ontcras del al-
to Aragon, y hasta en 13s cumbres del Pirineo. Los puntos
que en Navarra tcnian gU31'niciones crislin3S eI'an Pamplo-
na, Lerin, Los Arcos, Lodosa, Peralta, Tafalb, Capal'I'o-
sa, Puente la Reina, ll'Urzun , Echarri- Aranaz, Olazagoi-
tia, Vi3na, Este\l3, Lumbier, VCl'a y Elizondo. Las opera-
ciones de Zumalacál'l'egui se limit3ban por lo comun al tel'-
ritorio comprendido entre la orilla derecha dell'io Aragoll y
del Oria, y la izquierda del Ebl'o hasta la mya de Francia,
si bien tenia la merindad de Estella por centro habitual de
sus opcraciones,


En Guipúzcoa existian tI'es batallones á las órdenes
del titulado comandante genel'al de la provincia, don Barto-
lomé Guibelalde, Esta escasa fuerza, constantemente vigila-
da por las guarniciones cristinas que, en Vergara, VilIafran-
ca, Tolosa é Irun, defendían la canelera de Francia, y ade~
mas por las de Guetal'í3, S3]] Sebastian, Plcncia y Eyba¡',
maniobraban difícilmente, y , solo á favor de una activídad
sin ejemplo, y corriéndose, por el monte de San Adrian, á
la parte de Navarra, podían eludir la persecucion del briga-
dier Jáuregui, gran práctico en aquel pais, y de los pesete-
ros ó chapelgorris que, hijos de él, eran mucho m3S á pro-
pósito que las tropas de línea pal'a el servicio á que alli se
los destinaba.


En Vizcaya tenian los carlistas sietc batallones y un es-
cuadro n , formando dos divisiones: al frente de una iba el
llamado comandante general de la provincia (lon Fernando




LIBRO SEGUNDO. 289
Zavala; la otra estaba á las Ól'denes del brigadier don Si-
mon Torre. Pel'o la mala inteligencia que, desde el princi-
pio de la guerra, reinó entre estos dos gefes fué causa de
que ni uno ni otro hiciel'an separados lo que~ en beneficio
de su causa, hubieran podido hacer juntos, y de que, mas
de una vez, sufl'iesen reveses de consideracion. En las En-
cartaciones, es decir, en el tenitorio situado entre Bilbao
y Santander, se hallaban tambien al frente de bandas nu-
merosas, pero rebeldes a la disciplina, el infatigable guer-
rillero Andechaga, mas que por este apellido conocido por
su nombre de Castor; Luqui, Mazarraza, Arroyo, ViIla-
lobos y algunos otros gefes de menos importancia, si
bien audaces y activos. En Vizcaya mandaba las tropas de la
reina destinadas á la perseeueion de ]os facciosos, el bi-
zarro militar don Baldomero Espartero que, de coronel que
era al darse en aquella provincia el primer grito de rebe-
Iion, se hallaba ya justamente elevado al grado de maris-
ca] de campo. Apoyado en las guarniciones de Bilbao,
Durango, Ochandiano, Balmaseda y otros puntos del
distrito de su mando, persiguió sin descanso y batió en cien
encuentros á ZavaJa y á Tone, sin podel', á pesar de todo,
impedir el aumento que, por causas de otra naturaleza, to-
maban á su vista las facciones.


Las fuerzas carlistas de Alava consistian en cinco bata-
llones mandados, tres de ellos por don Bruno Villareal, y
los dos restantes pOI' don Prudencio Sopelana, gefes ambos
de prestigio y de valor. Despues de Zumalacárregui, Villa-
real era incolltestablemente el que de todos los gefes car-
listas mas y mejores cualidades reunia para mandar. Sa-
saz, activo y sereno, combinaba perfectamente planes cuya


TOMO l. 19




290 A:'\'ALES DE ISABEL n.
ejecucion solia confiar á su denuedo. Bien, desde e\ princi-
pio de la campaña, lo conoció Zmnalacárregui , y hé aqui la
razon por qué, en las ocasiones críticas ó en los momcnlos
de apuro, llamaba á sí casi siempre y con mm'cada preferen-
cia á los batallones mandados pOI' el caudillo alavés, cuyo
teatro de operaciones estaba principálmente en las· fronte-
ras de Guipúzcoa y ~avarra. Ademas de las tropas que,
á las órdenes del mariscal de campo don Joaquin de Osma,
comandante general de la pl'ovincia, operaban contra Villa-
real, recorria el pais, con una pal,tida de infantería y ca-
ballería, prestando por cntonccs grandcs scrvicios a la cau-
sa de la reina, .un clél'igo, quc lucgo la abandonó, llamado
don Eusebio de Eguilaz , mas conocido con el nombre de el
cura de AUo. Esta provincia eslaba ocupatla en gran parte
por guarniciones cristinas , de las cuales enm las mas nu-
merosas las ue Vitoria, Salvatierra, 'f¡ocviüo y la Gnal'dia.


En los confincs de las cuatro provincias vasco-naval'-
ras, y es tendiendo sus cOl'I'cl'ias por las dc Huesca, Z,wa
goza, SOl'ia, LOgl'OÜO, BUI'gos y Santander, operaban, ade-
IDas del ya citado Castor, los guetTiJlcl'os Basilio Gal'cía,
Cuevillas, Cal'!'anZa, el célebre cura Merino, y alguno
otro que, batidos, á la verdad, y dispersados donde quie-
ra que se les daba alcance, tenían al pais en pel'pelua alar-
ma, distraian la alencion de las tI'opas, y ocupaban en su
persecucion ·numerosos dcstacamentos. Semejantes á una
masa de mercurio que, puesta en contacto con areuas plo-
mizas, se acrece absol'viendo y apropiándose las partículas
metálicas que estas arenas contienen, aCl'ecÍanse aquellas
bundas; y, merced á la afini.dad que sus principios, ó me-
jor dicho, su falla de ellos, establecian entre los que .las




LmItO SEGUNDO. 291
componían y la escoria de las poblaciones por donde pasa-
ban, acrecíanse tunto mas cuanto mas facilitaba la amalga-


u


ma esa necesidad de movel'se y de diseminarse en que
contÍnuamente los tenia la pel'secucion de que eran objeto.
Lo mismo, si hien con hombres de otra especie y á impulso
de otras ideas, sucedia en las pl'Ovincías vasco-navanas.
Vencedoras ó vencidas, las tt'opas de don Cárlos, por don-
de quicl'a que 'pasaban, veían agregarse á sus filas un nú-
mero de hombres casi siempre mayor que el de las armas
de que para ellos se podía disponer.


Tales el'an las fuel'zas, tal la situacion de las huestes
que por don Cádos guelTeaban en el Norte de España, cuan-
do, de vuelta de su espedicion de Portugal, tomó Rodil el
mando del ejército {IUC en aquellas provincias sos tenia los
derechos de Isabel n. Afanado desde aquel dia en la per-
secucion del Pretendiente, y sin siquiera sospechal' que lle-
gasen la audacia y cl podel' de Zumalacárregui hasta el pun-
to de tomal' la ofensiva contl'a las tl'opas encargadas de es;..
terminarlo, dirigióse Rodil, el dia 11 de agosto, de Tolosa á
Villaff'al1ca, cuando, noticioso de que, a dos leguas del sitio
donde él se hallaLa , maniobraba. ZU,malacárregui, dividió
su gente en dos columnas. Confiando la direccion de una
de ellas al general Espartel'o, pónese al frente de la otra
y, en combinacion con este general, marcha a San Miguel
de Excelsis con la viva espeml1za y la resueIta intencion
de coger pOI' el flanco al enemigo. Despues de este movi-
miento, que ningun resultado útil produjo, mandó Rodil
á Espartero que con sus tropas marchase a pernoctar en
ViIlafranca, quedándose él, con parte de las de su inme-
diato mando, en el pueblo de Beasain, y disponiendo




292 ANALES DE ISABEL n.
que, fuesen las restantes á acantonarse en Lascaro.


Mientras que, por correr tras de Zumalacárregui, perdia
Rodil momentáneamente de vista el objeto principal de sus
combinaciones ymovimientos, tl'asládase don Cúrlos de Oña-
te á Elorrio, y de este punto á ~Ial'quina. SOI'Jll'Cndido de
estos nuevos movimientos del Pretendiente, y deseoso de
atajar su marcha, situase Rodil en Elgoibar y envia á
Espartero, qne estaba en Villafranca, á Jáuregui , que se
hallaba en Mondragon, y á Bedoya, cuyo paradero se ig-
noraba, órdenes terminantes é instrucciones detalladas pal'a
emprender ó activar la persecucion del enemigo. Pe 1'0 , en
tanto que Rodil se encaminaba á Mal'quina; en tanto
que, á virtud de las ordenes é instrucciones del gene'-
ral en gefe, marchaha .T~lnregni á ElolTio, interceptaban
los carlistas los partes dil'igidos ~\ Espal'tero, á Bedoya y
al comandante de al'mas de DlU'ango, y marchaba el Pre-
tendiente á Lequeitio, de donde, á las siete de la mañana
del dja siguiente, salia con dÍl'eccion á GUeI'nica. De vuelta
de esta correría, pasando á la vista de Bilbao, bajaba don
Cárlos hasta las frontel'as ele Alava, y, elUl'miendo el18 en
Villaro y el19 en Oñate, tomaba por Cegama y Segura el
camino de Lecumberri, para de nuevo penetrar en el Bas-
tan; sin que á todo esto, pudiese Rodil, segun cOllfesion del
mismo consignada en oficio dirigido al general Osma, «al-
«canzarlo una sola vez, 11 i aun á S1t r'etufJllurdia, pues hu-
«bo dias en que marehal'on mas ue ocho leguas.» Des-
de alli, segun cspresaba el mismo oficio, se dirigió don
Carlos a Alsasua el 18, para tom3l' el 19 el camino de
Francia; «mas no me dicen,-añadia el general en ge-
lIfe - si atravesando por la sierra de Aralar ó siguien ..




tWRO SEGUNDO. 293
»do por San Miguel dc Excelsis: debiendo por con-
»)siguiente mis opel'aciones, para no ser equivocas, tener-
))se que demorar mas de lo que yo quisiera;» de donde cla-
ramente se inferia que, en tanto que don Cárlos, ora con
mucha, ora con poca gente, burlaba los esfuerzos combina-
dos de las columnas de la l'eina, los gefes que las manda-
ban podian apenas proporcion3l'se los datos mas indis-
pensables para . conocer con alguna certeza la marcha
que seguía ó las posiciones que ocupaba el príncipe fu-
gitivo.


En su espedicion de quince dias, recorrió don ~Cárlos
dos de las tl'es lH'ovincias Vascongadas, y sin perder, pue-
de decirse, un solo hombre, tuvo en continuo y cansado
movimiento á quince ó diez ocho mil. Por la parte de
Lumbier, pel'seguian con nO mejor éxito los generales
Lorenzo y Anleo, el brigadier Figueras y el coronel Carrera,
destacado de la division de este último, al activo Zumala-
cárrcgui que, como si menospreciase la persecucion que se
le hacia, marchaba el 22 por la tarde, al frente de siete
batallones, á acalltonarsc en Domeño. Desde alli, tomando
á la mañana siguiente el camino de Elizondo, se fué á in-
corporar en este punto con don Cárlos y las juntas navarra
y guipuzcoana, que casi constantemente habían acompañado
al príncipe durante la espedicion. A la columna que en se-
guimiento de este llevaba el general Rodil, vinieron en
aquellos momentos á agregarse las de Jáureguí y Bedoya,
que penetraban por la parte de Guipúzcoa, la de Figueras,
que á toda prisa acudia desde la Borunda , las de Lorenzo
y Anleo que, en combinacion con la caballería de Amor y
varios destacamentos de este arma y de iufiUlteria, salidos




294 ANALES DE ISABJO:L n.
de Pamplona por órden del conde Armildez de Toledo, ope-
raban por la parLe de Lumbier, y en fin, la de Linal'es que,
internándose en Navana por el valle de Roncal, se situaba
en Ochagavia.


Estrechamente cercado por tantas fuel'zas en un reduci-
disimo territorio y teniendo á sus espaldas la fronLem fran-
cesa, donde, de acuerdo con los generales de la reina, es-
taban tomadas por el general Harispe las llisposieiones opor~
tunas para pl'ender y desUl'mar' á los que intentasen salvarla,
imposible pal'ecia que, amenos de adoptarcste último partido,
dejasc esta vez el P¡'etendicnte de cacl' en manos tle las tro~
pas de Rodil. ¡Cuál fué, empero, la sorpresa de estc gcne¡'al
en gefe,cuando, en marcha para Aranaz á virtud de demos-
tracion que de encaminarse á aquel punto hizo el Pretendien-
te, supo que este habia tomado una dil'eccion lliamctralmen-
te opuesta y, descolgándose por el puerto de Belate, llegado
en el mismo dia á Engui! En vano, por obligarle a refu-
giarse en el tel'ritorio frances, distante poco mas de una
legua de este pueblo é impedil'ie en todo caso COITerse á
los valles de EI'I'O y tle Roncesvalles, llonde le era mas fá-
cil sustraerse á la pel'secucion de que em objeto, mandó Ho~
dil al brigadier Jáuregui nuevas instl'UCclOneS; en vano
desde San Esteban, donde all'ecibirlas se hallaha este bri~
gadier en camino para Aranaz, rcll'occdió y voló ú Engui.
A su llegada, ya habia salvado don C~u'los con la junta de
Navarra y unos doscientos hombl'es el pUCI'lO de OUl,tiaga;
Zumalacál'l'egui estaba en la Borunda; las juntas de Vizca-
ya y de GuipUzcoa, con un batallan de navarros y algunos
a!aveses, se encaminaban ti Vera; dos batallones guipuz-
"éóanos, "qué se" h~llában en Yagui, . y cuya pl'esencia en




LIBRO SEGUNDO. 295
aquel sitio dió probablemente mál'gen á la equivocacion que
padeció Rodil, tomaban el camino de Saldias, y, por
San Esteban, la junla uc Alava el que conduce á Zubieta.


Frust¡'ó completamente los planes y las cspcl'anzas de
Rodil la inesperada diseminacion de las tropas y gentes
que en Elizondo acompañaban á don Cárlos; y no poco á
los que dcsconocian la índole p8:, :cular que á aquella guer-
ra daban las eil'cunstanci(1s del p(1is que le servia de teatro
sOl'prendió sabel' (Iue, de los nu'iJs grupos que de resultas
de aquclla diseminacion sc formaron, ni uno solo lograsen
alcanzar las difcl'cnlcs columnas de la reina que, por un
momento, tu vi e 1'0 fI acolTnbdo con( nI la fl'outel'a de Francia
el gl'Ueso de la facclon. Dividida esta, fuerza fué á Rodil
hacel' otro tanto con sus columnas; y, destacando de nuevo
las de LOI'enzo, Figuenls y "\nleo detrás de Zumalacárre-
gui que, con el reconocido ohjeto de lIamal' la atencion de
estos gefes, volvia á inlel'uUI'sc en las Amescoas , empren-
dió él la pe¡'secucioll del PI'ctendicnte, dirigiéndose á Ron-
ces valles y acantonando sus tl'opas en los pueblos de Bur-
guete y Espinal.


Pam impedil' que llegasen por mar socorros á los car-
listas, como en mas de una ocasion se habia verificado,
fortificábansc entretanto los puertos de Lequeitio y Ber-
meo, en los cuales, pOI' órden de Espartero, se reunian to-
dos los bat'cos de la costa de Vizcaya. Por ól'den del mis-
mo general, mal'chaba el 22 sobre EI'eilo la brigada delco-
I'Onel don Julian Olivares, con el doble objeto de destruir
una fábrica de pólvora recientemente construida allí por
los carlistas, y de apoderarse de los depósitos de armas y
municiórlCs escondidos en sus cercauiai'. El resultado ~.




296 ANALES DE ISABEL 11.
esta operacion y de la practicada al propio tiempo y con el
mismo fin por la columna del brigadier Benedicto en los
pueblos de Hipaten y Hea', fué recoger doscientas balas de
á veinte y cuatro, y varios cañones de diferentes calibres
que, dirigidos á Lequeitio, sirvieron para artillar luego las
ya adelantadas fortificaciones de aquel importante punto de
la costa.


Aun no se habia dado la última mano a estos trabajos,
cuando tuvo Espartero que salir á toda prisa en seguimien-
to de don Cárlos que, de nuevo y de improviso, acababa de
penetraren Vizcaya. Rodil que, creyen:Jo al Pretendieoteen-
cerrado y sujeto en Roncesvalles, se habia encaminado á Iruo
con el objeto de recoger fondos y de conferenciar con las au-
toridades de la raya, recibió en San Sebastian esta noticia que
no poco le sorprendió. A consecuencia deella, despuesde to-
mar varias medidas de seguridad con respecto a esta últi-
ma plaza, salió de sus muros, y,por Azpeitia y Elgoibar, se
uirigió á Ochandiano, en donde se avistó con Espartero el
dia 13 de setiembre. Por aquellos di as asaltaron á Vergara
las facciones de Guipúzcoa, á tiempo que las :vizcaioas, des-
pues de acompaIiar al Pretendiente hasta el valle de Arra-
tia, embestian con fuerza de cuatro batallones el punto ya
fortificado de Bermeo, y, al mando de Zavala y Valdes-
pina, ocupaban la villa de Guernica, en cuyas afueras sen-
taban sus reales por entonces. Pocos dias despues (el 19)
los batallones reunidos de Sopelana, Castor, Ibarrola y Ma-
zarrasa que, el 6, batieron á Carondelet en las cercanías de
LogroIio , entraban á viva fuerza en Vil/arcayo, de donde,


. no sin dejar en esta poblacion dolorosos recuerdos de su
"presenCia, "sé' retiraron á la llegada del brigadier IriartEl'que,




I.IllRO SEGUNDO. 297
alcanzándolos á corta distancia de alli en ellugarcito de Si-
güenza, los obligó tí. dispersarse.


No tardaron, empero, en rehacerse, y rehechos en nú-
mero de 3,000 hombres cayeron de improviso sobre una
columna cristina mandada por el coronel don Fermin Es-
calera. Vivamente perseguido por fuerzas muy superiores,
tuvo este gefe que refugiarse dentl'o de los muros de San-
tander, delante de los cuales permaneció Castor tres dias,
infundiendo tal terror á los sitiados que, despufis de mandar
á los urbanos que se pusiesen sobre las armas, y de hacer
saltar á tierra todas las tropas de mal'ina existentes en el
puerto, dispuso el comandante de armas de la ciudad trasla-
dar á bordo de la Perla 4,500 fusiles y una gran cantidad de
cartuchos y otras municiones que no consideraba seguras
dentro de la plaza, y embarcar en la fragata San Juan 250
facciosos que se hallaban en la cárcel. Al cabo de tres dias,
durante los cuales estuvo la ciudad en un estado indecible de
alarma y de confusion, levantó Castor el sitio y, dirigiéndo-
se á Ampuero, cuya mayor parte incendió, regresó cargado
de botin á las provincias Vascongadas. ¡ Asi , á pesar de
tantos esfuerzos como por circunscribirlo se hacia, iba en-
sanchándose por momentos el teatro de operaciones de los
enemigos de la paz! ¡Asi, en medio de una incesante perse-
cucion y de descalabros frecuentes, crecia la audacia de las
bandas! ¡Asi, a medida de las derrotas, recobraban nuevas
fLIeI'ZaS aquellos Anteos de la rehelion!


En medio de los hOl'l'ores consiguientes á la prolonga-
cion de la terrible enfermedad que diezmaba la poblacion
de Madrid, p~esentóse en esta capital la reina Gobernado-
ra y, el dia 24 de julio, abrió solemnemente las Curtes ge-




298 ANALES DE ISABEL 11"
nel'ales del reino, convocadas por el Estatuto Real. El dis-
CUl'SO (1) que en aquella ocas ion pronunció la augusta ma-
dre de Isabel enumeraba con cil'cunspecta Ibnqueza las
varias impol'tantes cuestiones sobre que eran llamados a
decidil' los Estamentos. Recordando, con tan lll'ofuntlo como
legitimo pesar, los desónlenes á que I'ecientemente sinió de
pretesto la aparieion del cólem en ~Iadrid, prometia la rei-
na Gohernadora, en su discul'so, dar castigo á los autores
de aquellos el:ecmbles atentados, y á la "indicta pública so-
lemne satisfaccion. Denunciando luego la conducta hostil y
las infundadas pretensiones del infante don Cúl'los, esponia
el estado de nuestras l'e1aciones diplomátieas, bosquejaba á
grandes tl'azos el cuadro, poco halagüeño por cierto, de.
nuestra situacion ¡ntel'ior, y reconocia la firlelidad, la cons-
tancia y el denuedo tic las tI'opas que, desgraciadamente
pal'a ellas y pal'a el pais, estallan lejos de ohtenel' en los
campos de batalla el premio de aquellas virludes. Enco-
miándolas , hablaba la reina Gobcl'lladol'a de los sacrificios
á que condenaba al gobierno la imprescindible necesidad de
aleudel' á tanlas ohligaeiolles romo sobre él pesaban, de las
cuales cm indudahlemcute la mas pCI'eutoria, y la mas gra-
ve tambien, la manutencion de un ejército que, compuesto
de 65,000 hombres en noviembre de 1833, contaba 120,000
en agosto de 34. Aunque en términos vagos, llab\¡'¡base en
seguida del modo con (lile se proponia el gobierno cubrir
aquellas ohligaeiones , ofreciendo, segun costumbre inme-
morial de esta ciase de discUl'sos, introducir órden y eco-
nomía en los gastos del Estado; dar conocimiento al públi-
co de las medidas á este doble efecto adoptadas, é inter-


\1) Apéndice nÍlmoro G.




LIBRO SEGUNDO. 299
vencion á las Cortes en la formacion de los presupuestos,
en la fijacion de cada una de sus partidas, y en la desig-
nacion del modo y forma con que hahian de l'ecaudarse las
contribuciones; pI'OCedCl', cn la deuda estl'angera, á un ar-
reglo compatible con el decoeo y el estado dcl pais, y em-
plear los medios conuuccntes á la cstillcion progresiva de
la interior. Pasando luego á enumerar algunas de las l'e-
[ol'mas planteadas y muchas de las que su gobiemo tenia
en las mientes hacer, manifestaba la reina Gobernadora la
imposibilidad de rcalizadas totlas de una vez, y añadia;-
(rEI Estnluto Re:ll ha cchado ya el cimiento: ú vosotros cor-
«responde contri hui!' á (IBe se levante la obm con aquella
«regularidad y concierto que son }wendas de estabilidad y
«(fi,'mez3.» Con esto y la manifestacion de sus deseos y pro-
pósito de consagral' sus desvelos á la felicidad y la gloria
del pais, terminaba su discurso la reina Gobernadora, re-
cordando á los españoles que Cl'a madre de Isabel II y nie-
ta de Cárlos 111.


Siguiendo la práctica generalmente observada en los
paises dotados de un régimen ¡'epi'esentativo, la contesta-
cion a este discl\I'so fué el p¡'imel' panto de que hubieron
de ocuparse amhos cuerpos colcljisladol'es. En el Estamen-
to de próceres, fuimos de la comisioll encargada de redac-
tal' un pl'Oyecto tic conleslacion el ,1l'zohispo de Méjico, el
duque ue Vei'agua, los marrplescs de Santa Cruz, de las
Am3rillas y de la Candt:i:1l'in, el conde de Montel'ron , don
Eusebio B:H'dají, don Jo;;é Manuel Quintana y yo. Presen-
tado á los pocos di3s nuestL'D dictamen, acerca de cuyas bases
hubo poca divergencia de opiniones en el seno de la comi-
sion, el primel'o de los ol'adores que, para impugm¡, id", to-




300 ANALES DE ISABEL 11.
mó la palabra en el Estamento fué el duque de Rivas que,
jóven aun, volviad espues de diez añosde inicua proscI'ipcion,
á su pais, que no conocia. Lleno de ardor y de talento, im-
buido de teorias deslumbradoras , pero completamente falto
de esperiencia, creía, con la mejOl' fé del mundo, en la posi-
bilidad de aplicar d.esde luego y sin inconvenientes á Espa-
ña lo que en otl'OS paises habia él visto Ú oido, y se esfor-
zaba en demostl'ar la urgente necesidad « de que se com-
»pletase en el nuestl'o el edificio del gobierno representati-
»vo, dando una aclaracion de derechos, no fantástica ó
»filosófica como las que entre los franceses habian existi-
»do, sino positiva y exacta;» pedia una ley terminante
de policía que pusiera á los espailoles fuera de los tiros y
maq'Minaciones de un esbirro; otra que fijara de una
manera formal la ol'!Janizacion dI! la milicia urbana;
otra de imprenta; otra que arreglase nuestras relaciones
con las colonia.~; quel'ia adema s que se fijase, por una de-
cision solemne, el medio de destruir 1'eal y positivamen-
te la ¡fivisiol! de los partidos; que el Estamento mani-
festase de antemano sus votos en f'l anclto campo de las
reformas; y, por último, que se añadiese al dictámen
de la comision estas y otras reflexiones que se conceptua-
se conducentes á garantir los derechos cuya aclaracion
reclamaba.


Contestando á estas observaciones, desvaneció Marti-
nez de la Rosa las escrupulosas preocupaciones y las vagas
inquietudes del fogoso orador y de los que como él pensa-
ban, manifestando en términos clal'os y precisos que «el ci-
»miento del edificio del gobierno representativo existia en
))el Estatuto Real, ley que aseguraba la SUCl'te de la na-




LIBRO SEGU:s'DO. 30t
»cion; ley que, acomodando las instituciones de nuestros
»mayores á las necesidades de la época, aspiraba á tener
»aquel carácter venerable que tan bien espresaban nuestros
»antepasados con el nombre de ley perpétua. En el Es-
)ltatuto Real,-dijo,-están consignadas de una mancra su~
»ficientemente clara, todas las reformas, ¿ y es tal, seño-
»fes,-añadia,-la prisa, talla urgencia de pI'oceder á es-
»tas reformas que ya, desde el primer dia , se quiere una
»enumeracion circunstanciada y prolija de todas las mejo-
»ras que deban pmcticarse'? Todo se hara, señores: todo se
»hat'ú poco ú poco.») Esta era la manifestacion de la verdad;
este el eco de la razon; este el lenguage de la conveniencia.
En politica, la senda del bien, aunque llana, es angosta y
está rodeada de pl'ecipicios, en los cuales, solo á fuerza de
práctica ó de cordura, se consigue no cfler. Yasi mostl'ó
comprenderlo en aquella ocasion el Estamento de próceres
que, dando el punto por suficientemente discutido, aprobó
en su totalidad el dictámen de la comisiono


En la discllsion pOI' parrafos, fueron impugnadosalgu-
nos de estos, con mas vislurnlH'cs dc pasion quc fuerza de
raciocinio, por Gil de la Cuadm, Gaecía Herréros y Alva-
rez Guerra. Esto, no ohstante, una sesion bastó para que,
sin mas que una palabra aüadida y la supresion de otra,
qucda;;e definitivamente aprobado por el Estamcnto de pró-
ceres el proyecto sometido á su apl'eciacion (1).


No, empero, sucedió así en el Estamento de procura-
dores. La comision pOI' el nombrada para contestar al dis-
curso del trono, y compuesta de Cano Manuel, Acevedo,
Diez Gonzalez, Lopez Laborda, Garda Carrasco, el mar-


(~) Apéudice número ~o.




802 ANALES DE ISABEL II.
ques de Someruelos, Abal'gues y Miguel, presentó un dic-
támen en que se consignaban, con muy cOI'ta difeeencia en
el fondo, peeo con mas rudeza en la ellullciacion, las ideas
emitidas pOI' el duque de Rivas en la tl'ÍbulIa de los Pl'óce-
res. Fuertemente combatido pOl' un gran númel'o de pl'ocura-
dores, y pOI' Marlincz de la Rosa y Toreno, únicos minisll'Os
que asistieeon á la discusion, en el tr3sClm;0 de III cual tu-
vieron que tomar la palabl'u paeu defendCl'se de cal'gos per-
sonales de inconsecuencia politica que mas de una vez
les fueron dit'igidos, cl dictúmcll de la comision, aun-
que aprobado en Sil totalidad, sufl'ió modiiicaciones de im-
portancia en casi lodos sus pÚlTafos, siendo ademas desa-
probados y suprimidos algunos de eUos. Ni ¿cómo era po~
sible quc otra cosa sucediese cuando. des pues de calificar
en los lel'minos mas absolutos de absurda toda nuestra le-
gislacion, y de anatematizar cn Homhre dc la lihertad hasta
el recuerdo de lo pasado, decian, dirigiendo se á la reina,
los autores del proyecto de contcstacion á su discurso; (onu-
»chos años de un sistema atrabiliario, de una legislacion
»errónea, de una adminislmc10n ciega, y de una reac-
»cion formidable contl'a los Jlrincipios reconocidos como
»axiomas en toda buena organizacion social, nos han trai-
)ldo por ~ma ]Jl'oyfesion descendente a un notable estado
»de depresion y de misuria?


«La libertad de iml)l'cnta-decia la comision en el al'-
»tículo 10 del mismo documento,-la libel'taJ de imprenta,
»ese centinela y puesto avan zado de las demas gm'antias,
»necesita entre nosotros verse exenta de las restricciones
»que hoy la reducen casi Ú la nulidad. Las buenas lcyes
»pueden preveer los abusos ó castigados, cuando tengan




LmRO SEGUNDO. 303
»efecto , de un modo que haga mas difícil su repeticion;
l¡mas nunca es justo ni pl'Udente sacrificar positivas L'enta-
lJfas a los temol'es de un l'iesgo acaso imaginario, ni la fa-
llcultad de propalar el pensamiento por este medio exis-
»te cuando la reprimen la cenSUl'a pl'evia ó la arbitrariedad. l)
Hombres que al conocimiento dcl COl'non humano reunie-
sen cierta despreocupacion política, hija de la esperiencia,
podian comprender (Iue, en atencion á lo desprovistos que
de esta última cualidad se hallahan los mas de los firman-
tes del proyecto de contestacion, y en vista, sobre todo, del
estado de alucinamiento en que por entonces tenia á los
ánimos el resplandor de la libel'tad, se incurriese en aque-
llas y otras aberraciones del mismo género; pero lo que
apenas se concibe es que una reunion de proeuradol'es,
entre los cuales habia muchos hombres de carrCl'a, y hasta
algun orador de nota, sallcionasen con su fil'ma, en docu-
mento de tamaña impol·tancia, una sél'ie de at'tículos tan
incorl'ectamente redactados.


Ni lo estabamejoeott'ode los que á aquel seguian, yen el
cual queria la comisioll quc, ú la independencia de los jue-
ces y á la responsabilidad de estos yde los ministros, consig-
nadas ya pOl' el Estamento como axiomas de buen gobierno
en el articulo 13 de su contestacion al discurso dc la Corona,
se añadiese «el oportuno e~tableci1il fenlo del jurado, esen-
»cial salvaguardia de la inocencia.)) Y, reducidas,-aña-
dia,-todas estas máximas á un cueepo elemental que for-
»me la tabla de los derechos y obligaciones políticas, y
llel nudo de Íntima union entre el trono y los súbditos, á
»cuyo sosten sean llamados en todos los ramos los hom-
»)bl'es mas idóneos y decididos, el Estamento se atreve á




304 ANALES DE ISADEL n.
»asegurar que el éstado de la nacion cambiará bien pron-
»to.») Harto mas sensato que la comision, lo que el Esta-
mento hizo fué echar abajo con su desullI'obacion este fár-
rago indigesto de inaplicables utopias , y, á favor de aque-
llas y otras supresione8, dar al dictiunen de la comision un
tono menos acerbo, un caráctcr menos hostil, una forma, en
fin, que permitiese á la augusta Señora, á quien iba diI'jgi-
do, leerlo sin rebajat'se. COllsidel'ado en su conjunto (1) este
documento, tal cual quedó definitivamente aprobado por el
Estamento de procuradores, tcnia todos los visos de una
transacion que, como tal, satisfizo á pocos. Mas lato en sus
principios; mas esplicito en sus cxigencias quc lo habrían
querido algunos de los que lo firmaban, quedábase, sin em.,.
bargo, muy at!'as de lo que, opinando como la comision,
mostraban otros apetecer. No quel'ielldo estos ultimas em-
peñar por entonces una lucha dc que no osaban todavía
conta!' con el buen éxito, cedieron, mas bien que á los ra-
ciocinios,al númcro de sus auve!'sarios; pero, sacrificando
de esta manera sus doctrinas y su amor propio, conserva-
ron la esperauza de que pronto les deparase la suerte nue-
va ocasion de salil' á la palestra.


Terminada aquella discusion , apresurase el gobierno á
dar cuenta á las Cortes del estado del pais, pOI' medio de las
esposicioncs de que habla el arto 36 del Estatuto Real; ver-
daderas paráfrasis de tal ó cual pCI'iodo del discurso de la
Corona. En la sesion del 7 dc agosto, despues de leida su
esposicion, entró Toreno en largas consideraciones sobre
el estado de nuestra hacienda, y, quericndo justificu\' la ur-
sente necesidad de realizar un empréstito de 400 millones,


(~) Apéndice número H .




J.mRo SEGUNDO. 305
para cuya contratacion se proponia recabar el beneplácito
de las Cortes, atceró al pais manifestando la exigüidad de
los recursos con que , para hacer frente á inmensas aten-
ciones, se contaba en aquel año de 1834. El deficit que, de
las cuentas hasta fines de mayo, resultaba ser de 325 mi-
llones, debia, segun Toreno, aumentarse todavía por la li-
quidacion de los meses siguientes, y sobre todo y conside-
rablemente, por el reconocimiento de la deuda estrangera
procedente de los empréstitos hechos por las Cortes de la
otra época constitucional.


«Necesario es, pues,-decia en su esposicion el conde
»de Toreno,-aumental' el' producto de las rentas ó dismi-·
>>Duir las atenciones públicas;» añadiendo, con impertur-
bable serenidad, que, si bien el estado presente del pais era
un obstáculo para obtener desde luego resultados favora-
bles de las medidas que se adoptasen para establecer el de-
bido equilibrio entre los gastos y los ingresos de aquel año,
se Iisongeaba de que, al siguiente, reconquistada la paz
pública y consolidado el sosiego interior, bastarian los
productos ordinarios de las rentas á hacer frente á las obli-
gaciones ',que, á vÍl,tud de reformas importantes que en el
conjunto de su sistema se proponia introducir, quedarian
circunscritas á lo preciso.


De sobra, y por mas que en disimularlo se esforzase, de-
jaba ver Toreno la poca fé que tenia en sus vaticinios; de
sobl'a sabia él que, ni al año siguiente (aun suponiendo con-
cluida la guerra), ni en muchos de paz, era posible crearse
dentro del pais recursos para atender á tantas obligacio-
nes; de sobra conocia él que á estas obligaciones, que era,
por una parte, dificil cil'mlDscribir, no podía menos de dar


TOHO l. 20




:too ANAUS; Jm, IS¡\IJ~J.:. n.
por ~~~a "c~id~~e iqp.remento la realizacioll; d6\ 61Jl-
prés.tito:~,4.00· mjllones que á las Cortes venia á propO;-
n~r, pu~~ J:4)tundamente (y esto estaba TOl'eno á cien leguas:
de il9:Wrad&}, se habian negado todos los capitalistas de Eu~
ropa, á facilitar dinero al gobierno español, Ínterin no fue:-
sen. reconocidos; por este los empréstitos de las Cortes
de 18~O á 23; de sobra, al reprobar por ruinoso el sistema
de empI'éstitos. seguido por sus predecesores, veia. él que
ni en aquel momento, ni pOI' muchos años, tendria en Es:-
paña ningun ministro de Hacienda otro medio de ir sa:"'""
lie!ldo de los apuros del dia; de sobra, en fin, sabia Tore-
no,qQ~ solo,á: oonllllVar la situacion, no á mejorada sensible-
mmt.le PRJ: el prol\.\U , y, si á: em}mol'arla para lo su~ea\ve.
podian contribuir las disposiciones contenidas en el pro-
yecto. de ley de hacienda (1) con que concluia su esposi-
ci911, y cuya.aprobacion porlas Cortes era, en aquellas crÍ-
ticas circunstancias, el su~ño dorado, el blanco de los de-
~s. la tabla. de salvaciol\.del apuradQ ministro. Lascomi,.
sÍQnes dI!, los Estamentos encargados de informal' sobre este
pi'oyeclo deley, se cOJnponian como sigue: la de Próceres
de dQn,Antol)i{). M~l:tinez, decano; don Antonio Posada, IC}S;
CQp~·.4~ S~A:J\3~ Ofa\\;\, etd~.MQntj}o, SásUlgQ,y.P¡m..,.,
sent, este último secretario; don. Tí>Jluis GOllzalez. C..al'VIlr.
jal y don Juan Alvar~ Gp~r,fa. En el Estamento de p¡'O-
cllradorll~ de dpJlAlyaro Florez Estrada, don José Alvarez
de Sotom~yor, losm,j\rquescs de Montevirgen y Someruelos,
d~tLPab,IQTorrens y Mil'alda, don José Ventura de Aguir-
re-Solarle, dpJl.Fl'aneis.cQ;Crespo de Tejada, donJoséf,o"~
~ud Gargolloy d()J1. R"gnp.Ga,f~í;t, (4\rr~l;(h secretario.


(f) "Fé{lWCO lI\ÍII¡~fO 1'.




LIBRO SEGUNDO. 307
En la sesion del 9, presentó el ministro de Estado su


esposicion á las CorLes. Hé aqui en qué tél'minos, despues
de hablar estensamente de la cuestion de Portugal, y del
estado de nuestras relaciones diplomáticas, tel'minaba el
documento en aquella ocasion)eido por Martinez de la Rosa:
¡¡Estrechar los vinculos de amistad con los gabinetes alia-
»dos; aceptar con gratitud las benévolas disposiciones de al-
¡¡gunos gobiernos; desear que se renutlven la~ antig\l8sr.e.-
»Iaciones con otros, pero, conciliando este deseo con,la
»propia dignidad, y decoro: tal es la linea política que ha
))proc,urado seguir el ministerio.»)


En la sesion del 12, por encargo y en ausencia de Ga~
relly, que sehaUaba en,Riofrio acompañandoála reina, pa.,..
so. el mismo Martinez de la Rosa, en conocimiento deJas
Cortes, una esposicion (1) en que, trayendo a la memoria
todos los hechos relativos á la conducta observada, por el
infante don Cárlos desde su salida de España, y tratando,
con notable erudicion y gran copia de antecedentes, la
cuestion de la sucesion á la Corona, considerada bajo el
doble punto de vista del derecho y de la convenienoia pú-
blica, concluia el ministl'o de Gracia y Justicia presentando
á la aprobacion de las Cortes un proyecto de ley, el cual,
en el mismo dia pasó para su exámen á las comisiones de
ambos cuerpos colegisladores nombradas con este fin.


Siguió á la esposicion del ministro de Gracia yJustieia
la del estado de los diferentes ramos del Fomento confia-
dos al minish'o de lo Interior. Enumerándolos todos, habla-
ba Moscoso de Altamira con,visible satisfaccion.de mejoras
introducidas en muchos de ellos, y complacías e sobre todo
(~) A.péuWcG U\ÍU4(jf(¡ ~ a.


i




308 A~ALES DE ISABRL 11.
en pasar revista yen hacer desfilat', ante los Estamentos reu-
nidos, sus ciento quince batallones COIl catorce escuadrones
de milicia urbana, cuyo total dehombres ascendía cn el papel
á 233,547, de ellos armados 96,988, y sin aemas 136,579.


Por aquellos dias , rccapitulaba tambien el ministro de
Marina en su esposicion á las COl'tcs , la fuerza naval con
que contábamos, consistentc en un navío (el Héroe) de
ochenta Gañones; dos (el Soberano y el Guerrero) de se-
tenta , los tres en muy mal estado, y en no mejor cuatro
fragatas, dos de cincuenta y dos de cuarenta cañones. Com-
ponian el resto de nuestl'as fuerzas de mal' tres corbetas,
dos de treinta y cuatro y una (le veinte y dos bocas de fue-
go; siete bergantines con ciento veinte y uno; un bergantin
goleta con cinco, y siete goletas, una de diez y las clemas
pequeñas. Los tI'es arsenales de la Pcnínsula presentaban
un aspecto desconsolador; los apostade¡'os de ultramar exi-
gian pal'a su sostenimiento, gastos á que, en aquellos mo-
mentos, era imposible atender. E, insistiendo, sin embar-
go, el mis~lo Vazquez Figuel'oa, sobre la nccesida(l de no
entregar á ulla destrllccioll completa los ya decrépitos restos
de nuestra, poco alltes , l1ol'eciente y formidable marina:
"':"«Vanos,-conelnia, en su larga y elegiaca esposicioll,-
»-serán cuantos esfuerzos se hagan para impedirlo, si
»las pl'ovidencias de l'eforma y restaUl'acion se limitan á la
»pal'te orgánica de la armada y "no son simultánea y eficaz·
»mente secundadas pOI' la anuencia de medios pecuniarios
»aplicados ála parle material, que no tiene ni puede tener
)lotro elemento de vida que ellos,»)


En casi los mismos, pero aun mas sentidos términos,
5C cspresaba en su esposidon el llunistro de la Gu~rra. El




LIBRO SEGUNDO. 309
forzoso y notable aumento que de dia en dia se iba dando
al ejército y el pie ele campaña en que era imprescindible
mantenerlo daban contlflUa ocas ion á gastos inmensamen-
te desproporcionados con los recursos de que para este ob-
jeto se podia disponer. Los apuros, en fin, eran enormes;
la urgencia de salil' !le ellos evidente; los medios de alcan-
zarlo nulos.


¿Qué estl'año es, pues, que con presencia de tan deplo-
rable situacion y del desconcierto fine de ella el'a conse-
cuencia inevitable, sc amol'tíguase en muchos ánimos el ar-
do!' con que poco antcs acogieran un sistema político que
consideraban ellos como la base de nuestra regenel'acion
socia\? ¿Qué estraño que, atendida la mal recatada tenden-
cia de alguno que otro p!'ócel' , y de muchos procuradores
hácia un órden de cosas poco confo!'me con las ideas de la
gran mayoría de la nacion, cundiese la inquietud y el des-
aliento entl'e los verdadel'os amigos del gobierno y de las
instituciones liherales, se engrosasen las bandas carlistas y
se hiciese cada día mas difícil su rep¡'esion? ¿ Qué estl'año
(fue, viendo á las Cortes, dcsde el mismo día de su insta-
lacian, dar al pais el escanualoso ejemplo de la usurpacíon
de atribuciones y el triste espectáculo de una reñida con-
tienda, se disipasen las ilusiones de cuantos, en la reunioo
de aquella asamblea, creyeron vel' UII elemento de órden
público y ulla garantía de estahilidad? ¿ Qué estraño que,
rrecienrlo eOIl esta escision los apuros y las desconfianzas
del gobiel'Ilo, tl'ajese éste de cuah{uiCl' parte, y á costa de
cualquier sacrificio, tropas en que apoyarse en caso de ne-
cesidad? ¿Que estraño, en fin, que, desguarnecidos por esta
medida algunos' puntos donde hacian falta aquellas tropas,




310 ANALES DE ISABEL n.
para poner á mya á los facciosos, saliesen estos de sus
acostumbrndas guaridas de los montes, se acercasen á To-
leoo, inquietasen á Guadalajara y, sembrando el terror por
donde quiera, atentasen audaz é impunemente contra la
propiedad, la segMridad individual y demas derecltos que
en Madrid se declamaba entt'etanto por poner al abrigo, no
de las tropelías de los malhechores, sino de los ataques de
las au toridade.s , funcionarios públicos y secretarios del
despacito?


El Estatuto Real, euyo artículo 31 decia:-((LasCor-
»tes no podrán deliberar sobre ningun asunto que no se ha-
»ya 'Sometido espresamente á su exámen, en virtud de de-
»creto real: »-añadia en el 32:-«queda sin embargo, es-
))pedito el derecho qne siempre han ejel'cido las Cortes, de
»)elevar peticiones all'ey:»-é, invocando hasta el abuso el
derecho que este articulo les conferia, se arrogaron muchos
procuradores la iniciativa del exámen de las mas delicadas
y mas trascendentales cuestiones de política y de gobierno.
Prejuzgándolas todas, no solo dejaban hasta cierto punto
sin efecto la disposicion que, en su artículo .31, contenia el
Estatuto Real, sino que, convirtiendo el santuario de las leyes
en un verdadero campo de Agramante, invertian en extempo-
ráneas controversias el tiempo que mas útilmente habrian
empleado en examinar y discutir los importantes proyectos
de ley sometidos por el gobierno á la aprobacion del uno y
otro Estamento.


Así fué que. habiéndose por aquellos días. presentado
por varios procuradores, y tomado en consideracion por la
mayoría de ellos, una peticion dirigida á que se aboliese


.. ,_ -'P. •


cierl.a prestacion poco equitativa, á la verdad, en su 'ferma y




f.lBRO SEGUNJiO. 31'1
poéO justificada por lo fabuloso de SU origen, conocida con
el nombre de Voto de Santiago, y'{l que se condonasen
los atrasos que por este concepto tuviesen los labradores,
sobre quienes esclusivamente recaia,manifestó Martin~z de
la Rosa que, en atencion á tener el ministerio formado ya So-
bre este mismo asunto un proyecto de'ley que habia eleva-
do á consulta del Consejo de Gobierno, ninguna urgenCia
habia en deliberar sobre una peticion reducida á provocar la
presentacion de dicho proyecto de ley. La manifestacion del
presidente del Consejo de J\'linistros quedó sin efecto, y la
peticion pasó á las tl'es comisiones del Estamento electivo,
encargadas por el mismo, á tenm' del art, 131 de su regl~­
mento, de inform\lr 'sobre el asunto. 'Es mas; el mismo dia
en que se presentó al Estamento el triple dictámen de estas
comisiones, pl'esentó el suyo, evacuado tambien, otra co-
mision encargada del relativo al mismo proyecto de ley, al
cual se adheria en todas sus partes. Este incidente ptodú-
jo un vivo debate sobre mal de los dos informes debia dis-
cutirse primero. Evidentemente, presentado por el gobier-
no el proyecto de ley, y satisfechos de esta manera los de-
seos de los autores de la peticion, ningun objeto tenia esta
y no habia por que discutirla. El Estamento, sin embargo,
cediendo á las sofisticas observaciones de varios de sus in-
dividuos ,acordó que, dejando para mas tarde el exúmen
del proyecto de ley, se procediese en el acto al de la
peticiono Uno de los argumentos que, para probar que asi
convenia hacerlo, produjo el procurador Lopez fué que, de
lo 'contrario, se haria ilusorio el 'derecho de peticioit, pues-
to que o el gobierno, cuando supiese que el Estamento pre-
-senwba una peticioll contraria íis~'3 in:~"eses, .p~en~




312 .~NALES DE ISABEL 11.
«taria un proyecto de ley análogo y evitaría la discusion,»
como si, retorciendo este pueril argumento, no fuese fácil
demostrarlos harto mayores inconvenientes que debian
resultar de que, anticipándose algunos procul'adores á pre-
sentar una peticion sohl'e cualquier proyecto de ley que
meditase el gobierno, se retardase su exámell, se prejuz-
gase la cuestion y se obl'ase las mas veces sin la copia de
datos necesaria para asegm'ar el acierto; como si la pre-
sentacion de un proyecto de ley por el gobierno quita-
se á los procuradores el dertcho de combatido ni al
Estamento el de desaprobarlo, si lo creia contrario á sus
ú~tereses; y por último, como si el art. 31 del Estatuto
Real no debiese ser considerado como la l'egla y el 32 co~
mo la escepcion.


Sea de esto lo que quiera, la conducta observada desde
el principío, y muy particularmente en aquella ocasion, porel
Estamento de Procuradores, revelaba de parte de muchos
de sus individuos vivas tendencias de oposicion, funestos
conatos de sustrael'se á la legitima iniciativa ,del gobiel'no;
un desmedido y hasta descomedido afan de hacer valer sus
fueros, proclamando, como en la sesion del 26 lo hacia
don Antonio Gonzalez, que el Congreso nacional, dejando
al gobierno la facultad de reglamentario, perderia su inde-
pendencia y no tendría otrocal'úcter que el de un auxiliar
del poder, en vez de sel' una parte integrante de él; re-
velaba ademas un empeño marcado de anteponer ú cues-
tiones de urgencia reconocida y de importancia vital otras
cuestiones de peligroso carácter y de p-I'oblemático interés;
dejaba, en fin, sospechar una especie de conjura formada
~on~l. ~oble objeto de entorpecer la diseusion de los pro:-


. . ... ~. .....•.




LIBRO SEGUNDO. 313
yertos de ley presentados por los consejeros de la Corona,
y de absorver por este medio el tiempo y la atencion del
Estamento en el exámen de las cuestiones que, con el nom-
brcy so pretesto de pl'oyectos dc peticion, les conviniese á
ellos presentar.


No tardó, sin embargo, la mayoría sensata de este
cuerpo en tocar, cn la discusion misma de la peticion ¡'el a-
tiva al Voto de Santia,r¡o, los inconvenientes que, para la
marcha regular y el acicrto dc sus deliberaciones ofrecia
este anómalo sistema. Asi fué ({UC, votada desde luego la
totalidad y en seguirla la pl'imel'a pal'te, Ó sea la que hacia
referencia á la abolicion del tl'ibuto, tuvo el Estamento, en
vista de las observaciones de Martinez de la Rosa, que pa-
sar á ocuparse del proyceto dc ley, sin votar la segunda
parte de la pcticion relativa á la condonacion dc atrasos
que, acordada, habda sido un prccedente fatal. El proyec-
to del gobierno (1), aprobado en su totalidad, sufrió recios
ataques en la discusion por articulos, sicndo el resultado
quedar aprobarlos ~in rlificultad los cuatro primeros;
aprobado asimismo el 5." en su p¡'illlel'a pal'te; desapro-
bado en su segunda, y accplados pOI' una gran mayoría los
articulos 6.", 7.", 8." Y 9."


En tal estado, pasó el asunto al Estamento de Próce-
res, el eual, ¡'cstableciendo cn vigol' la parte del arto 5.0
desaprobada pOI' los pl'oelll'adol'es, y desechando á su vez
el 7.0 sc puso en desacllel't!o con el Estamento electivo é
hizo necesario el nombramiento de una comision mixta.
Nombrada y reunida esta, examinada de nuevo la cuestion
y conciliados los parecel'es, vino á resultal' á la pqstrc una


(t) Apéndice número H.




814 ANALE!! 'DE ISABEL 11.
cosa muy pareeida en el 'fondo al proyecto de ley presen-
tado por el gobierno, si bien notablemente mejorada en la
redaccion.


Ya, antes de terminarse este asunto, habian llovido, en
el Estamento de Procuradores, peticiones dirigidas á mil
objetos distintos. De ellas una, por ejemplo, el'a l'elativo á
la ,supl'esion de otro tributo parecido al del Voto de San-
tiago y conocido con el nombre de :l/ereed de amigos,
que pagaban ciertos pueblos de las provincias de Murcia y
Ciudad-Real; otra revindicaba para el Estamento el dere-
cho que, segun varios procuradores que la firmaban, tenia
él para revisar y modificar sn reglamento interior; otra
proclamaba la conveniencia yla justicia llerevalidar 10s
empleos concedidos desde el año de 1820 al de 23; otra pro-
ponia que se colocase, en sitio designado por el gobierno,
una inscripcion conmemorativa del dia 2i de julio; otra ma-
nifestaba la necesidad de proceder al nombramiento de una
comisiou .científica qne con la mayor urgencia propusiése
medidas contra el cólera; otra reclamaba la estincionde las
hCl'mandades Santa, Real y Yieja de Ciudad-Real y las de
Talavera y Toledo; varias tenían por objeto escitaral gobierno
á que recompensase á los militares, y á que les diese acce-
'SO en otras carreras; algunas iban mal'cadas con el sello de
un intel'es respectivamente mezquino y á veces tambien
personal; muchas eran ambiguas bajo el punto de vista del
derecho ú controvertibles bajo el de la conveniencia; todas
insuficientes para mejorar la situacion del pais; ninguna
por fin urgente. Esas, 'Sin embargo, y cuantas plugo a pl"O~
curadores presentar al Estamento, otl'as tanta'S, tomadas Jen
collSideracion por él y apoyadas por las eomisiolles.. fueron




LIBRO ~EGUNDO.· 315
sucesivamente discutidas con mas ó menos calor y aproba-
das por mas ó menos número de votos.


Ninguna de las peticiones cuya discusion embargó por
aquel tiempo la atencion del Estamento popular, tenia, em-
pero, la importancia que desde luego, y con razon en vel'-
dad, se dió á la llamada de derechos fundamentales, espe-
cie de código en 12 articulos que, basado en priúcipios
teóricamente magníficos, pero inconciliables casi todos en la
práctica con el estado del pais, ofrecian, por lo tanto, á los
ojos de los hombres verdadel'amente amantes del progreso
y partidarios del órden. todos los inconvenientes de la ino-
portunidad. A nadie sorprendió, pues, la viva oposicion de
que, por parle de los ministros y de algunos procuradores
influyentes, fué objeto su adopcion, tanto en su totalidad
como por articulos, ni las modificaciones que en ]a discusion
hubieron de sufrir casi todos estos.


Sobre ]a totalidad habló largamente el procurador True·
ha, reproduciendo los argumentos de que, en el Estamento
de Próceres, echó mano el duque de Rivas en e] debate
suscitado con motivo de la conlestacion al discurso del Tro·
no. Sobre el mismo tema, tomó la palabra don Antonio
Gonzalez; y dando á la peticion mas importancia aun de ]a
que realmente tenia, dijo: «Se trata, señores, del decreto de
»vida ó muerte civil de los españoles, y esto depende de
»la aprobacion ó desaprobacion de cada uno de los articu-
»Ios que contiene la peticiono La libertad individual, la de
)imprenta, la seguridad personal, la inviolabilidad de la
)'Propiedad, la responsabilidad ministerial y "la. milicia Uf-
llbana forman la base de la suerte Mura de Jos espa-
".ñoles,1)




316 ANALES DE ISABEL II.
Para contesta!' a estos argumentos tomó Santa Fe la


palabra, y muy oportunamente hizo notar que, en los arti-
culos 32, 33, 34, 3ti Y 36 del Estatuto Real, estaban
consignados como leyes fundamentales los principios que
servian de base a la pelicion;-que, en virtud de dichos ar-
tículos estaba el pais en disposicion de proporcionarse, por
medio de leyes sucesivas, cuantas ventajas quisiera; que en
realidad disfrutábamos asi de libel'tad civil como de segu-
ridad individual;-que el derecho de propiedad, lejos de
sel' como se pl'etendia, una quimera, era una realidad,-
({ue asimismo existia en Espaüa la igualdad ante la ley del
modo que de ella es posible disfmta!' en una nacíon en que,
como en la nuestra, se encontmban varias gerarquias re-
conocidas por la misma ley, y que no habia posibilidad de
destruir por el pl'onto sin tocar á los cimientos de nuestro
edificio social;-qlle lo que unicamente, de todo lo espues-
lo en la peticion, fallaba en el Estatuto Real era lo relativo
á la responsabilidad de los funcionarios publicos; punto
acel'ca del cual habia ya presentado el gobierno un proyecto
(le ley de que estaba enc3I'ga(la de informal' ulla comision
del Estamento.-«Tambien tenell1os,-añadia Santa Fé,-
)}un código criminal, cuyo exámen ocupa á otra de nuestras
»)comisiones, y en él se hallan garantidos todos los del'echos
l>de los ciudadanos. No veo, pues, la necesidad de ingerir
)ltales articulos en la ley funuamental. Esta no puede con-
)ltener mas que aquello que es absolutamente preciso para
))Ia existencia de la nacion. Ahora bien. ¿No estú ya esta-
»blecido en nuestras leyes fundamentales lo que se necesi-
)ta para asegurar la inviolabilidad de la pl'Opiedad, la se-
»)gmidau pe¡'sonal y delllas derechos que en la peticion se-




LIBRO SEGUNDO. 317
»indican y que pueden concederse al hombl'e? ¿Tenemos
»por ventura atadas las manos para ejercer el derecho de
»)peticion, por medio de leyes sucesivas, sin necesidad de
»añadir al Estatuto esa uclunlCion particular? Yo creo que
»nó » - (( Es verdad, - contestaba á estas observacio-
nes el procurador por Almcría don Javier de Leon Ben-
dicho.-«Es verdad que las leyes citadas oportunamente
»en la peticion existen en nuestros códigos; pero entre
»otras muchas absurdas, perjudiciales, tiránicas é incon-
»gt't~entes, hijas sin duda del capricho de un valido ó de
)Hm ignorante,») como si la circunstancia de hallarse con-
fundidas con estas fuese bastante á invalidar aquellas. ¿No
era en todo caso mas lógico, mas sencillo, menos sujeto á
inconvenientes entresacar de nuestra legislarion, pucsto que
en ella existian, aquellas leyes, que lanzar un nuevo blan-
don de discordia en cl parlamento, apenas constituido aun,
y en el pais, sohradamentc agitado ya? Todavía, concedien-
do de una manel'u absoluta á los defensores de la proposicion
la cxactitud dc los principios en eIJa establecidos, entraba
el marqués de Falces en la curstion de oportunidad, y hacía
ver el Eslamento el chocante ('ontrasentido que formaban
los votos dc los peticionados con el estado del pais, en que
por todas partes pululaban los facciosos, en que tan dividi-
da estaba la opinion y tan inquietos los ánimos. Y, en se-
guida, trayendo á la memol'Ía la Constitucion de 1812, re-
cOl'daba como, á muy poco de establecida, se "ió la dificul-
tad, que para la conservacíon del órden público, ofl'ecia la
rigurosa observancia del articulo sobre seguridad indivi-
dual, la demasiada latitud que en él se daba á este derecho,
y la necesidad en que se vieron los gobernantes, por no vio ..




318 ÁNALES DB. ISUD. n.
lar"abiertamen~ la ley, de eludirla á favor de una sutileu.
En su rápida reseña de los diferentes artículos que com-
prendía la peticion, al llegar al relativo á la milicia Ul'bana,
se espresaba en estos términos:-{(Acaso vendrá dia en que
»la solidez de nuestras leyes, la exacta observancia de ellas
»y otras mil circunstancias podrán no llacer necesaria esta
»fuerza ni la del ejército .. Esto, las variaciones de su orga-
»nizacion y demas convenceran a cualquiera de que no pue-
»de comprenderse semejante institucion en la categoría. de
»las fundamentales ..... Consigamos la victoria y luego, á la
llsombra de sus lam'eles, reformaremos pacíficamente lo
»que en, nuestras instituciones haya de defectuoso y de in-
»cQmpleto. )}


Ni estas razones, ni las aducidas por Martinez de la Ro-
sa, TOl'eoo y Moscoso de Altamira en la acalorada discu-
sioo que, con, este. motivo. se vieron obligados á sostener,
fueron parte á impedir que el Estamento, votando desde
lueg¡> favorablemente la totalidad de la peticion, se ocupa-
se en seguida del examen de sus artículos.


En la volacion del pl'imero que decía así: «La libertad
)lindividual es protegida y garantida; por· consecuencia
»ningun español puede ser obligado á hacer lo que la ley
»no ordena;»-hubo empate; en vista de lo cual don An-
tonio Gonzalez, á nombre de los firmantes del documento,
cuyos artículos iban á discutirse, propuso para el primero
~e.ellos la nueva siguiente redaccion:-(<I.as leyes prote-
)~en y aseguran la libertad individual;» principio incues-
tionable que, formulado en estos términos, aprobaron no-
venta y cinco.de los ciento y un procuradores presentes á
la dis~usion.




LUPlO SEGUNDO. 3i9
El segundo artículo: «Todos los españoles pueden publi~


)l.CQf sus· pen8'lmientos por la imprenta, sin previa censura,
)lperO con sujecion á las leyes que reprimen los abusos,»
diómárgen, como era de suponer, á un reñi:lísimo de-
bate.que, á pesar de los peligros con que, en aquellas-cir-
cunstancias, amenazaba elórden publico la adopcion de
semejantes disposiciones, y de los esfuerzos que, por opo-
nerse á ella, hicieron T01'eno, Martinez de la Rosa y al-
gunos procuradores, decidió favorablemente el Estamento
pOl' una mayoría que en rigor no podia llamarse tal, pues-
to que, de Jos ciento doce presentes, cincuenta y cinco vo-
taron en contra y uno se abstuvo de votar. Aprobando. este
aJlliwlo, no notaban. siquiera los, que tal hacian la es~ie
de contradiooion que envolvia su voto, ni los peligros á que
esponia al país, ni los inoonvCllientes que, una vez consa,",
grado el,uso del derecho, podia acarrear el abuso de.su ejer-
cicio, Contr.adicciotl habia, en efecto, en abolir la pl'évia cen-
sura, con sujecion á.la.s leyes. que reprimen los abusos,
cuando tales. leyes ni existian .ni se pensaba, en hacerlas; á
peligros, y graves, exponiaaJ pais el súbito desencadenamien~
to, por medio de la prensa, de violentas paslones largo tiem-
p~,eomprimidas; inconvenieales, y muchos, ofl'eciaJaadop-
cion de aquella. medida en momentos cabalmente en que
tan indecisa estaba la opinio»: pUblica, en que tan general
seába haciendo el desconcie1'to, y en que, sobye todo, en-
greídos los carlistas con la llegada de su rey y.con algunos
triunfos obtenidos contra .las divisiones de la reina, iban
haciéndose prosélitos en todas las. provincias de Espaiia. y,
creciendo cada dia en audacia, p~dian lleiVarla hasta el
pun\o,de es\ablecer perwdWos que, mas ó,menQs emboza~




320 ANALES DE ISABEL 11.
damente, preconizasen sus doctrinas ó defendiesen su cau-
sa. No prevaleciel'on, ó mejor dicho, á nadie se le ocurrieron
estas observaciones y el artículo fué aprobado.


Fuélo asimismo, por cincuenta votos contra cuarenta
y ocho, habiéndose abstenido de votar cuatro procurado-
res, el artículo 3.° concebido así:-«Ningun español puede
»ser perseguido, preso ú arrestado ni separado de su do-
»micilio, sino en los casos previstos por la ley, y en la
»forma que ella prescribe.»


Adoptado este artículo, confusa y redundante amplifi-
cacion del 1.0, se abrió discusion sobre el 4.·, cuyo tenor
literal era:-«La ley no tiene efecto retroactivo, y ningun
»español será juzgado sino por los tribunales estableci-
«dos por ella, antes de la perpetracion del delito; »-prin-
cipio de eterna justicia, consignado en todos los códigos
del mundo; pero que, por la mala observancia de los nues-
tros, habia sido falseado muchas veces en España, como,
por razones idénticas, cOl'pia peligl'o de serlo, aun despues
de erigido en ley fundamental. Esto, no obstante, ningu-
na dificultad sufrió en el Estamento de procuradores la
aprobacion de este al'tículo, al cual, en el trascurso del
debate, propuso el marques de Falces se hiciese la siguien-
te adicion:-« 1.0 mismo se entenderá en los negocios· civi-
les, »-que el Estamento adoptó.


Antes de entrar este en la discusion del art. 5. 0 for-
mulado asi:-d.a casa de todos los españoles es un asilo
»que no puede ser allanado sino en los casos y forma que
»)ordena la ley.»-Presentó don Antonio Gonzalez, en nom-
bre de los fh'mantes de la peticion una variante redactada
como sigue:-«No puede ser allanad9, la casa de ningun




LIBRO SEGUNDO. 32Í
»español sino en los casos y forma que ordene la ley.»· Y
como esta ley no esta~ hecha, tal al menos cual convenia
para evitar abusos y perjuicios, tuvo la nueva redaecion
del artículo 5. o que sufrir todavía, á pl'opuesta del conde
de Toreno, una adiicion, que aceptó el Estamento, quedando
con ella definitivamente aprobado en estos tél'minos:-«No
»puede ser allanada la casa de ningun español sino en los
»casos y forma que ordena Ú o['denare la ley.)


El articulo 6. o dividido en dos partes, fué aprohado en lá
primera.-«Todos los españoles son iguales ante la ley,») y
desaprubado en la segunda;-( pOI' 10 mismo ella protege,
»premia y castiga igualmente.»


Lo ngo é incoherente de la primitiva redaccion del al'-
ticulo 7. o indujo á los autores (Iel proyecto de peticion á
manifestar al Estamento, como pOI' boca de don Antonio
Gonzalez se verificó, que, á fin de evitar intel'pI'etaciones, se
habia acordado poner dicho artículo á discusion, redactado
de nuevo en esta forma: -«Todos los españoles son igual-
»)mente admisibles á los empleos civiles y militares; por
»)tanto todos deben pI'estarse igualmente á las cargas del
»)servicio público,» forma todavía, si cabe, mas vaga y mas
incoherente que la primera que, reconociendo á todos los
españoles igual derecho á los em¡¡leos, añadia la frase si-
guiente:-osin mas distincion que la capacidad y al meri-
to;)) indeterminada espl'esion de un pensamiento confuso;
consagracion absoluta de un derecho que no era prudente
dejar existir sin resll'icciones. No lo comprendió, sin em~
bargo, asi el Estamento que, con solo algunas modificacio-
nes de poca importancia, dejó pasar el artículo, definitiva-
mente redactado en los umuiguos y mal espresados térmi....;,


TOMO 1. 2t";;:


. ,




322 AXALES DE ISABEL 11.
nos siguientes:-«Los espí\ooles son igualmente admisibles
ȇ todos los empleos del Estado y wdos deben prestarse
»con igualdad á las cargas del sel'vicio público. l'


El artículo 8.°, inútil por comprendido en la segunda
cláusula del anterior, pues¿qué otra cosa que una carga del
servicio público son las contribuciones?decia :-(todos
»los españoles tienen igual obligacion de pagar las cOlltri-
Ilbuciones libl'emente yotadas por las COI' tes , en pro-
»porcion de sus haberes.»-CombaLido por val'Íos orado-
res, y en pm'ticulal' pOI' el marques de Falces y Martinez
de la Rosa, no precisamente en el fondo dc la idea, sino en
los términos de la rcdaccion, quedó pOI' último aprobado
en los siguientes, propuestos, en nombre y con anuencia
de los peticiollal'ios, pOI' don Fermin Caballero.-(Todos
los españoles tienen la obligacion de pagar las contribucio-
)lneS votadas por las Córtes.»


-«La propiedad es inviolable y se prohibe la confisca-
)Jcion de bienes. Sin embargo, .Ia }wopiedad está sujeta. U
»A las penas lcgalmente impuestas por scntencia legílima-
llmente ejecutoriada: 2.° A la obligacign de set' cedida al &-
»lado, cuando lo exigiel~e algun objeto de utilidad .pública,
previa indemni.zacion.á juicio de hombresbuenos:n....,.,Tal
era, en su tenor .Iiteral, la Pl'ilnitiva.redaceion deLm't. 9.°, á
la cual manifcstó Caballel>o, en la sesiOll deltO de seliemme,
que habian acortlad!) lospelicional'ios sustituit'una nueva (iue
en nada, á la verdad, com') no sea en la coloeacion de las pa-
labl'as, se diferenciaua de la lH'imcnl. Hé aqui los térmwf)s
de la segunda. «La pl'opiedau es inviolable: sin embargo,
)lestásujeta.-.-1.· A la o\'¡\igal:.~~ .\le stre~dida al Estado
_Q\l\\{\dQ 1<) e~i~\ef~ u\~un \}\)l~\Q de \\ti\\da(\ piW\icn, Pl'Qvia




UBRO SECmI'iDO. 323
»siempre la indemnizacion á juicio de hombres buenos:
»2.0 A las penas Icgalmente impuestas y á las condena-
»cioncs hechas por sentencia legalmente ejecutoriada.-La
»confiscacion de bienes queda abolida.» Despues de algunas
obsel'vacioncs del procuradOl' Serrano (don Ginés), que que-
ria quc á la palabra propiedad, se sustituyese derecho
de jlropiedad, y á la espresion de sentencia legalmente,
ejecutoriada oll'a mas adecuada al caso, observaciones á
que contestó don Antonio Gonzalez en nombre de los auto-
res de la peticion, tomó la palabra el Pl'ocurador Santa Fe,
y, sculando por principio quc,-«dcbia suprimirse la pena
»dn confiscacioll de bienes como injusta é inmoral,)) incUl'-
rió á rcnglon seguido en la mas (leplorable contradiccion,
diciendo:-«Pel'o me pUl'ece que, atcndidas las circunstan-
lIcias actuales, debe solo sel' suprimida para los verdade-
»ros españoles; 110 }Jata los espurios que están peleando
»contra la madre patria.)) ¡Singular modo de hacer leyes!
iSingular modo dc inLel'prclul' el recien aprobado arto 6.'
de la pelicion que se eslaba discutiendo; isignificativa de-
mostl'aCiÚll dc la sinceridad con que en la tribuna soste-
nian algunos PI'ocUl'adorcs sus peligrosas doctrinas!


En el al't. 10.0, verdadero pleonasmo de la_mayor parte
de los discutidos ya, cuya pl'imiliyu redaccion era:-«La
»autol'Ídad Ó funcionario público que atacare la libertad
»individual, la segUl'idad personal ó la propiedad, comete
)Jun. cl'imen y es rcspollsable con a1'reglo á las leyes,» se
supl'imieron á propuesta de los mismos peticionarios las
palabras comete un crimen, y en esta forma se procedió á
su discusion. Como era natural, versó esta únicamente sobre
pnh\ll.ras, y. dos~ues de muchas cangcadas sin pl'ovecho a\~




32.1 }\~ALES DR ISABEL 11.
guno por varios oradores, quedú aprobado el artículo y
acordada la supresion.


Del cotejo de este art. 10.· con el 11.0 que deda: «Los
»secretarios del Despacho son I'esponsables por las infrac-
»ciones de las leyes fundamentales, por los delitos da trai-
»cion y concusion y por los alentados contra la libertad in-
»dividual, seguridad personal, y del'echo de propiedad, l) po-
dria sin gl'ande esfuerzo Jeducirse que un secretario de Es-
tado no es autoridad ni funcionario público, ó bien que las
autoridades ó funcionarios públicos no son responsables por
delitos de traicion y concusion. Como quiera que sea, los
articulo s 10.· y 11.0 podian sin inconveniente refundirse en
uno que, concretado á los dos citados casos de traicion y
concusion, pues los demas quedaban previstos en los ar-
ticulos anteriores, y redactado en debida forma, habria sido
la exacta espl'esion de un pl'incipio que era de alta justicia
y de reconocida importancia consignar de una manera es-
plicita y terminante en nuestra legislacion. Elevarlo á la
categoría dedel'ccho fundamental, pal'ecia escusadO cuan·
do dos lineas inlel'caladas. en caso necesario, en el código
criminal presentado un mes hacía al exámen y aprobacion
del Estamento bastaban l)ara conseguir el objeto que se de-
seaba. Verdad es quc csta misma objecion, fundada en mo-
tivos análogos, podia hacerse á todos ó casi todos los ar-
tículos de la peticiono


Aprobado, pues, el 11. • I'nll'óse ;" discutir el 12. 6 Y últ!-
mo; «La milicia lIl'bana sc OI'ganizará en toda la nacion, en
»conformidad de los I'cglamentos y ordenanzas que discutie-
)¡ren y aprobal'cn las Cortes, l) cuya vaga é incompleta
enUl1ciacion hllbicl'on lo;; peticionarios mismos de presentar




LIBRO SEGt:NDO. 325
modificada como sigue: «Habrá Ulla institucion de guardia
)nacional pam la cOllsel'vacioll del ól'den público y defen-
»sa de las leyes. Su organizacion será ohjeto de una ley.»
Aunque definitivamente apl'obado en estos tél'minos, el ar-
tículo 12.0 asi en su redaccioll comocll su fondo, en su for-
ma, lo mismo que en su esencia, fué objeto de muy vivos
y no infundados ataques.


El procuradol' Vega y Rio, {lue fué el pl'imero que en
contra de él tomó la palabra, se opuso al cambio de nombres
proyectado. Abargues se pl'onunció por la sllstitucion; y
él Y Ortiz de Velasco encarecic¡'on los sel'vieios prestados
en todas épocas pOI' la gmmlia nacional; como si ,mbanos,
milicianos, guardias nacionales ó voluntal'ios realistas, no
fuese todo uno en cuanto hace relacion á sus elementos
constituyentes; como si del nombre, y no de la organizaeion
que se les diese, hubiera ventajas que esperar, recelos que
concebir Ó inconvenientes {Iue deplorar. «El gobierno que,
»refiriéndose á la csposicion lcida en las CÓI'les por el mi-
),"istro de lo Intel'ior, asegura que existen en España mas
)lde cien mil urbanos ar'mados, y ciento veinte mil que es-
)tún aguardando armamento, y que para armarlos poco á
»POCO tiene pedidos á lnglatel'ra ;-lO,OOO fusiles mas, quiere
»confiar eslasarmas á los que le ofl'eeen gal'antias. La :milicia
»urbana-dijo, prosiguiendo su discUl'1'io, cl).lI'ocllradorOI'tiz
de Velasco,-((sufre desaÍl'es, ellcuentm r'esislencias, y ve
»ocupm' empleos importantes á pe¡'SOIlaS que han servido
»en la época del gobierno pasallo de delatores y aun de
'lverdugos, y que ahora visten el uniforme nacional. »-Lo
que, en términos algo mas claros, queria decir que no eran
de la milicia urpana todos los que vestían su ulliformc, sino




326 ANALES DE ISABEL 11.
que entre ellos habia delatores y verdugos á quienés era
menester echar de los destinos que ocupaban para dárselos
á sus víctimas. Esto es á lo menos lo que, lógicamente se
podia infel'ir de las palabras de Ol'tiz de Velasco y de otros
varios Pl'ocul'adol'es que cual él se espresaban. No hacia
muchos dias aun que, ¡ntel'pelando al ministro de lo Interior
acerca de las medidas que, paea asegurar la tranquilidad
pública se habian tomado, decia el pl'ocuradOl' Lopez.
«Desgraciadamente tenemos un partido enemigo que aspira
»al despotismo y á I~ teocracia ...... Las facciones pululan
»por todas partes. Y ¿quiénes son los que las componen?
»Empleados por el gobiemo los mas: empleados del antiguo
»sistema ... » Asi se iba ya formando el proceso de estos
empleados para derl'ibarlos á la primera ocasion y ocupar
su puesto. - «Que la ley sea inflexible - continuaba el
fogoso orador; -y que nunca nuevlIs leyes de esccpción
»y benignidad vengan á imponer silencio á IlIs que an-
»tes se dictaron, consultando los dos pr'imeros intcre-
)'ses de la nacion: la scgun'datl individual y la convc-
»m'encja pública.»)-«Eso,-volvia ú decit' Ortjz de Ve-
»Iasco,-eso es lo que no puede ver impasible la guar-
»dia nacional. »-« Y ¿qué quiel'e el preopinante, que se ha-
»ga?-preguntaba Martinez de la RoslI.-¿Son á['bit~'os
»\os individuos 'le la milicia urbana de decidir si los- em-
»pleados son buenos ó malos'? ¿Qué seria cntónccs de la so-
»cíedad? El deber de la milicia y su nohle instituto es
»servir de apoyo á las leyes dando el ejemplo de respetul'-
)Ias. No basta hablar de leyes, ni de del'cchos, ni de prin-
)'cipios fundamentales, cuando se enuncian esas máximas
llsubversivasen el santuario de las leyes. n Estas palabras




LIBlÍÓ SEGUNDO. 327
del presidente del Consejo de Ministrds produjeron en el
auditório cierta agitaeion, en J'nedió de la cual siguió su cur-
so el debate hasta degenera¡', como á la postre degeneró,
en una euestion de nombres.


Dióse, con esto, punto despues de muchos dias de aca-
loradas reye¡'tas, á la discusion del proyecto de peticion de
derechos fundamentales, el cual, definitivamente aprobado
pOI' el Estamento, propuso alguno de los individuos de esta
corporacion debia presentarse inmediatamente á la sancion
de la reina, 110 de oh'o modo flue, si se t!'atase de un pro-
yeclo de ley. A tl1n infundadl1 pretension opúsose Martinez
de la Rosa con !'azones de justicia, de deco¡'o y de conve-
niencia que no poco contribuyeron á hacer que la determi-
nacion que sobre este punto adoptó el Estamento, se for-
mulase como sigue:-(Los Procurado¡'cs del ¡'eino piden á
»S. M. tlne se ~igne tomUl' en coosideraeion, para que se
>Jdeclaren como de¡'echos fundamentales, los que contiene la
»peticion siguiente:)} Asi se adoptó.


Oeupábase entretanto y casi diariamente una parte de
las sesiones asi de los P¡'óccres como de los Procuradores
en el reconocimiento de pode¡'cs, cuyo cxámcn no dejaba,
sobretod.o en este ultimo Estamcnto, de dar alguna vez
márgen á apasionadas controve¡'sias. En el primero, la
ausencia de un gran núme¡'o de los individuos nombrados
por la reiná para o~upal' sus escaños PI'ovocaba, de parte
de algunos de los presentes, pi'oposiciones dirigidas nada
menos que á la eSGlusion definitiva de los que, en un tiempo
dado, no aoudiesen al lIamaniiento de la ilustt'e corpora-
clon. En la de Procuradores, el escrupuloso rigor con que
una&. veQeát y la iulbdsente fallilidad coIi que otras proee-




328 ANALES DE rSABEI. n •
. dian muchos de sus individuos á la reVISlOn de poderes
daba la medida exacta del grado de simpatía ó de descon-
fianza que á estos hombres inspiraban las ideas ó los ante-
cedentes de sus electos colegas, y eran il'recusable testimo··
Dio del empeño con que, desde luego y en la prevision de
la lucha se tI'ataba de I'educir en lo posible el número de los
contrarios. Verdad es que, en atencion al aspecto de ins-
tabilidad que presentaban las cosas; á la indecision que
reinaba en los ánimos; á lo arriesgado que hacia el cólera
la residencia de la capital; y, por último al estado de agita-
cíon y d~ iusegul'idad en que se hallaba el pais, el cargo de
procurador á Cortes, considerado por la mayor parte de los
hombres de sabet·, de prestigio y de fortuna, como una pe-
ligrosísima mision, era solo ambicionado por aquellos que
se llevaban la mira y conocian el modo de esplotarlo. Asi,
de los pl'imeros se vió á pocos acel'carse como candidatos á
las urnas electorales, á muchos eludir por todos los me-
dios posibles el compl'omiso de su nombramiento y á algu-
nos hacel' terminantemente renuncia de aquel cargo. Lo
mismo en HilO que en otl'O Estamento, llovían, pues, re-
presentaciones dirigidas todas ellas á eximirse por tiempo
mas ó menos indetel'minado de la asistencia á sus sesiones.
Desde Pamplona, oficiaba el conde ele Gucndulain al presi-
dente de los P¡'óceres que no le era posible ponerse en ca-
mino pam la cÓ\'le;-c(en razon á haberle manifestado el
»general Rodillas dificultades f{Ue, por causa de los faccio-
)1S0S, se presentaban para el paso del Ebro,» Razoncsaná-
logas, falta de salud, ó cscepciolles de distinta especie opo-
nian con el mismo objeto otros próceres y Pl'ocUl'adores, Al
'p~~~de~~e de ~st~.~ oficiaban de~d~ Martorell. algunos .de




LIBRO ~EGUNDO. 329
lOS nombrados por las provincias catalanas que, en camino
pal'a Madrid, habian tenido que suspender su viage por ha-
ber recibido (con notable atraso por cierto) la noticia de los
estragos que en la capital estaba haciendo el cólera. Otros
daban por escusa la necesidad de tomar baños; y estas y
otras mas ó menos reales ó fundadas alegaciones tenian de-
sierta en uno y o\ro Estamento, y en particular el de los
pl'óceres, la mayor pal'te de los escaños.


En ambos, sin embargo, llevaban adelante sus respecti-
vas tareas las comisiones nombradas pam infol'mar sobre
varios importantes proyectos de ley presentados a su
examen, desde los prime¡'os dias de su I'eunion, pOI' los
consejeros de la Corona. Ademas del relativo á la abolicioll
del1Joto de Santiago, discutido y aprobado ya, figuraban
entl'e estos pl'oyeclos de ley el arreglo de la Hacienda pú-
blica, la formacion de un nuevo código criminal, la escIu-
sion de don Carlos y de su familia a la corona de España,
la fijacion del valor de la moneda fraucesa circulante en el
reino, notables modificaciones en el sistema monetario, la
responsabilidad de los jueces y alguno otro.


En la sesioll del 3 de setiembre, se leyó el dictamen de
la comision de PI'óceres encargada de informar acerca de la
conducta del infante dou Cádos y de la que con respecto á él
debia observal'se. Este dictamen, lo mismo que el presen-
tado un mes mas tarde en el otl'o Estamento pOI' la comi-
sion de Procuradores, aparecia en un todo conforme con el
proyecto de ley. Asi (ué que, no obstante la gl'avedad del
asunto y la amplitud que se dió á la discusion, pues, con-
tra la regla generalmeute establecida, acordó el Estamento
de Próc~res que no se diese el punto por suficientellEllte dis·




330 ANALES DB ISA8EL n.
cutido ínterin hubiera un sola individuo que quisiese hacer
usode la palabra, una sesion bastó en dicho Estamento y
tres necesitó" e! de PI'ocmadores para diseuti¡' y aprobar el
doble dictamen de sus respectivas comisiones. En el
Estamento popular, la votacÍon fué unánimemente fa-
vMahl~ al pl'l)ye~to d~ ley y al di~tám3n de la eomi-
sion: de los Próceres ninguno hubo que votase en contl'3, y
solo el conde de Tahoada se abstuvo de consignar su opinion.
Resuelto lo principal, pl'csentáronsc, en uno y otl'O cuerpo
legislativo, adiciones de importancia. En el Estamento de
PI'ócel'es, al dictamen de la comision ("le declaraba es-
c\uidos de la sllcesion á la corona de Espmia a don Cár-
los y su descenden~ia, pidieron varios de los volantes
de este articulo único f{Ue, sc añadiese otro declarando
-«qucdar aquel pr'íncipo y sus descendientes privados de
«volver ú los dominios de Espaila.» Puesto ú votación, re-
sultó este segundo artículo aprobado pOI' todos los P"óceres
presentes, esceplo por el ya eitado conde de TabomJa, y el
marqmls de Santa Cruz de Hombl'oit,os, que se abstuvie-
ron de votlr. En los mismos términos rué presentada y
aprobada esta adicion cn el Estamento de PI'OCUradOl'es,
donde, menos feliz, ó mejor dicho, menos del momento,
hubo de ser retirada, antes ele discutida, una proposicion
presentada por val'ios de sus individuos como complemen-
to de! ya apt'obado dictamen dc su comisioll, y encaminada
á pedir al Estamento declarase que, cn caso dc fallecer sin
hijos la reina doila Isabel y su hermana la infanta doña Lui-
sa Fel'llanda, recaeria la COl'ona en el infante don Francisco
de Panla y su descendencia.


Con esto, y manifestar los firmantes de la proposi~ion




LmItO SEGUNDO. 331
(Butron, Ulloa y el conde de las Navas) que, aunque reti-'
rándola deseaban que constase en actas la mocion pOI' ellos
heeha solll'c cste p:ll'ticlllal', quedó terminada la cuest.ion en
ambos Estamentos y definitivamente resuelta de derecho
por la sancion de la reina, la esclusion á la corona de Es-
paña de la descendencia de don C:'Irlos de BOl'bon. Rey de
hecho, sin embargo, en las provincias vasco-navarras, veía
entre tanto este príncipe coronados de éxito feliz los colo-
sales esfuerzos que, por desgarrar Con sus bayonetas el re-
ciente decreto de esclusion, hacían sus intt'épidos soldados.


A talio csto, pel'segnido él tan activa como inutiJ-
mente por cl gcncl'al en gcfc de las tI'opas de la reina,
ha\lábase en Aoiz el dia 20 de setiembre y, el 21, reu~
nido con Zumalacárregui en el pueblo de Engui, há-
cia donrle se dirigia Córdova á la cabeza de una co-
lumna destacada de la division del general en gefe. Con
el reslo de ella, trasladó Rodil su cuartel general de Echar-
ren á Pamplona; dondc, sin hacer él ni recibir de sus te-
nientes aviso de habercllos verificadú cosa quede contar sea,
permancció hasta el dia 30 de setiembre. Con la misma fe-
cha, haciendo entrega del mando supel'ior de la provincia ydel
ejército a\ virey en cargos conde de Armildez de Toledo,
el cual, por causa ó á pl'eteslo de enfermedad, lo delegó
cn el general Lorenzo, íntcrin llegaba el general don Fran-
cisco Espoz y :Mina nombeado para encargat'sc de este do-
ble mando en reemplazo de Rodil, salió éste de Pamplona al
frentc de una columna destinada á operar por la parte de
Salvatierra, y, tomando el camino de la Borunda, llegó el
<Ua pl'imet'o á Echat'I'i-Áranaz, de cuyo fuerte intenlál'a
Zwnalacárregili apoderarse por sorpresa en la ID[\üanadel




332 ANALES )lE ISABEf. n,
día anterior, En este último punto, dejó Rodil algunas pie-
zas traidas de Pamplona con objeto de artillar los fuertes de
la Borunda, y se dirigió á Vitoria, donde se hallaba el dia 3.


AIli, no tomando ya parte activa en las operaciones de
la guerra, cuya direccion abandonó á don Joaquin de Os-
ma, comandante general de las provincias Vascongadas, tu-
vo tiempo Rodil para meditar mas despacio que hasta enton-
ces lo hiciera, sobre el carácter peculiar y los resultados mez-
quinos de aquella lucha bajo tan brillantes auspicios empren-
dida por él algunas semana~ antes; y estremecerse debia al
contemplar el incremento flue en poco mas de ochenta dias
tomal'on las (acciones, el ensanche dado á los límites del ter-
ritorio ocupado por ellas, yel tl'iste cuadro, pOl' fin, que á
principios de octubre presentaban las cuatro provincias Vas-
congadas.:A los 25,000 hombres que, despues de guarneci-
dos convenientemente los puntos fot·tificados, quedaban á los
generales de la reina encargados de las operaciones, oponía
don Cárlos un númcl'o no ya mucho menOl' de soldados que,
hijos del pais, dueños de él, llenos de a1'rojo y de decision,
mandado" pOI' Zumalacárregui, y fanatizado1l por la presen-
cia del que ya se habian acostumlH'ado á considet'a¡' como su
rey, lidiaban, no lanto por la consel'vacion en {lt'incipio de
unos fueros que la mayor parte de ellos ignoraba I~n qué con-
sistían, cuanto por defender, en los límites de lo posible. la
independencia ó la integt'idad de su tet't'itOl'io que 110 recono-
cian á las tropas de la t'eina el derecho de ocupar militarmente,


Fácil, á la verdad, habl'ia sido, en oh'as circunstancias,
hacer comprender a los honrados y labOl'josas habitantes
de aquellas naturalmente pacificas provincias, que el único
modo de evitar esta ocupacion y de coPjurar lós males con-
-- .




LIMlO ~EGmmO. 333
siguientes á ella, era deponer las armas. Pero, lanzados
ya á la palestra, indignados po!' ¡os vejámenes á que se los
condenaba, exasperados unas veces por la derrotct, engrei-
dos otras pOI' el triunfo, convirtieron aquella lucha en un
duelo de amor propio. Dirigianlos ademas, y hasta subyu-
gábanlos hombres que, ora por fanatismo polltico, ora por
despecho, ora por miras de interes personal, no podian con-
formarse con la idea de renunciar al fruto de los sacrificios
hechos , á la indemnizacion de los azares corridos y á la
perspectiva de las ventajas con que para lo futuro parecia
brindarles la suerte. Ningun efecto util para la causa de la
reina produje¡'on, pues, las vagas y tímidas insinuaciones
de los emisarios ocultos del gobierno, contra una resisten-
cia organizada en las cuatro provincias, y sostenida por las
enérgicas cxortaciones de Zumalacárregui; ninguno laS
proclamas en que se ofrecia la paz, en tanto que, destru-
yendo u incendiando los molinos harinel'os é impidiendo á.
los traginantes la circulacion por los caminos, se arruinaba.
por castigar ó contener á algunos hombres, á un sinnume-
1'0 de familias inocentes e ínofensiY3s; ninguno los bandos
en que se amenazaba con todo el rigol' de las leyes á los
carlistas cogidos con las armas en la mano, cuando por mi-,
Iflgro caia alguno (Iue 011'0 de ellos en poder de las tropas·
de la reina; ninguno, en fin, la rigmosa ejecucioll de estos
terl'ibles bandos, que solo sel'vian pal'a exaspe¡'ar á los na-
turales del país y provocal' sangrientas represalias.


Con tales elementos, en circunstancias tales, la lucha. •
en eslremo desigual, no podia menos de ser, como en efec-
to lo era, cada dia mas desaslt'osa para los defensores de
Isabel. Así lo atestiguaban por desgracia tántos soldados




ANAJ.ES DE ISABEl. n.


muertos, tantos esfuerzos perdidos, tantas reputaciones ar-
ruinadas. Los laureles, fl'eseos aun, que al Ilegal' á las lWo-
vincias del Norte orlaban las sienes de los quince mil ven-
cedores de Almeida y de Santm'cn, se mal'chitaron en Na-
varra al soplo de contrario viento que, cual humo, disipó en
breve las glol'ias militares del primer mar(lues de Bodil.
Retirado este general en Viloria, pOI' cuyas inmediaciones,
lleno de afan y de espel'anza, pasaI'a un mes antes persi-
guiendo al Pretendiente, pudo comprender entonces lo qui-
méricodesemejante espel'anza y presencial', pocos dias des-
pues, una larga série de catástrofes, y el1t¡'o ellas la mas
horrenda quizá de que hacen mcncion los fastos de aqueIJa
sangrienta lucha.


En tanto que las facciones de Guipuzcoa y Alaya, man-
dadas por Villareal, amenazab.an á BCl'meo y embestian sin
resultado alguno á Espartew, que se hallaba en P1.encia; en
tanto que la junta cal'lisla de Navarra, con cinco batallones,
bloqueaba durante doce dias el recien levantado fuel'te de
Elizondo; en tanto que, en compaüia de don Cádos y en
combinacíon con Castor, atacaba Simon Tone á Bilbao
por las alturas de Santo Domiugo, Zumalacá¡'¡'egui, que á
la sazon se ballaba en las inmediaciones de los AI'COS, hace
un movimiento en dil'eccion opuesta á la que Se proponia
tomar, y, conseguido su objeto de llamar hacia ott'O lado la
atencion de sus enemigos, pasa con su gente el Ebt'o por el.
vado de Tronco Negro, con la idea de manda!' desue a\li
unas cuantas compañías á sacar de las fábricas de palio de
Ezcaray vestuario pal'a sus Latallones. Pero, fmstrauo este
designio, merced á un movimiento que oportunamente hizo
~n su caballería el coronel Amor, tuvo Zumalacán'cgui que




LffiRO SEGUNDO.


replegarse sobre Briones y, ue ~,~:i, pasando de nuevo el río,.
que intel'llarse en la montaña.


El general CÓt'dova que, llegado el dia 12 á Logroño en
seguimiento del gefe carlista, observaha con la mayor aten-
cion todos sus movimientos, salió el 13 para Hal'o, en tanto
que de Vitoria salia el brigadier O-Doyle en direccion á
Miranda, que Oraa, .con su division, se corría por la mon-
taña háciala parte de Peñacerrada, y que las tropas del
gellcral Manso, capitan general de Castilla la Vicja, mar-
chaban á tomar posicion en Montes de Oca y Monasterio.


Lejos de al'redrarse en pl'esencia de tantas fuerzas co-
mo, en seguimiento suyo, acudian á reconcenh'arse 'en' la
ribera del Ebro, pásalo de nuevo Zumalacárregui, y, fija
siempre en su men:e la idea de atacar á Ezcat'ay, empren-
de el camino que á aquella villa conduce; cuando, por el
que va á Logroño, descub.'e un convoy que, escoltado por
varios escuadroDes 4e la reina, se dit'igc á .esta ciudad.


Adelántase al p\lnto Zumalae:árregui con su caballel'ia
que, arrollada en las alturas de Fuenmayor, tardó poco en
rehaccl·se. Con ella tornó á la cUI'ga el atrcvido caudillo, y
apoyado por la infantel'Ía, cnvolvió junto al pueblo de Ce-
nicero \a escolta del convoy, obligándole á rendir las al'.,..
mas. En este pueblo, convertido por órilen de Zumalacár-
l'eguien teatro de inauditas atl'ocidad.es, logl'ó el Piefe car-
lista hacerse dueño de las armas de algunos d.e sus ,ur-
banos, que se llevó pl'isionc¡'os. Los demas, subidos fn
la tOl'l'e de la iglesia, debieron á la heroicidad de su resis-
tencia el sustraerse á la misma suerte. Como' quiera que
sea, el resultado de la jornada de Cenicero fué apoderarse
Z",m~\ac~rfegui -de mas de 2,000 {",$iles, los cuales ~e a{lfe~





336 ANALES DE ISABEL 11.
suró á ponel' en salvo, atravesando aquella misma noche
el Ebro con direccion á Navarra.


Gracias á este importante y, en vcrdad sea dicho,
inesperado encuentro, pudo el gefe carlista, ya que ll{
"estil', como tenia pensado, armar (lo cual, en definitiva,
le era todavía mas util) un gran numero de mozos que,
aunque instruidos y dispuestos ya, no habian podido, por
falta de armamento, salil' hasta entonces á campaña. Con
estos mozos y aquellos fusiles formó inmediatamente tr~
batallones, cuyo mando confió á Eraso que, de vuelta d{
su espedicion con el Pretendiente, se hallaba en Vizcay~
dirigiendo muy en provecho de la causa carlista las opera-
ciones militares. No ocultimdosele á Zumalacárregui cuan-
to mas util que en Vizcaya podia serie en Navarra la pre-
sencia de Eraso, gefe querido y considel'ado en este pais,
le dió encargo de operar con su nueva columna en todo e'
valle de Ol'ba, estendiendo sus correrlas por Aoiz y Lum-
bier en combinacion con Sagastibelza, que al (¡'ente de los
batallones 5.° y 8.0 tenia entretenidos á los cristinos en el
Bastan, y con Mancho, gefe tambien de gran prestigio, que,
desde el valle de Roncal, amenazaba el de Salazar y todo
el alto Aragon.


Tomadas estas disposiciones y atento siempre á pene-
trar en Castilla, hace Zumalacárregui un rápido movimien-
to sobre las Amescoas, con ánimo de ponerse á la mil'a y
aprovechar la primera coyuntura favorable para pasar otra
vez el Ebro. Lorenzo y Oráa, que, á fuer de gefes anti-
guos y prácticos en aquella guerl'u, tenian á su cargo la


yel'secucion de Zumalacárreglli, la emprenden de nuevo al
saber que, desde las fronteras de Aragon, ,'egresa esCi!




LIBRO SEGUNDO. 337
caedilloá la Borunda y, con el objeto de observar, sin cor-
rer riesgo, sus movimientos y operaciones, van á situarse en
los Arcos, en tanto que la brigada de O-l>oyle, recien lle-
gada de las mál'genes del Ebro y salida aquel dia de Vito-
ria, -se acantona en Alegría. Sábelo Zumalacárregui. In-


mediatamente, tomando cuantas medidas y dando cuantas
órdenes requeria el caso, pasa, en la noche del 26, elrio
por el puente de Arguijas y, con seis batallones y cuatro es-
cuadrones, se aloja en Santa Cruz de Campezu.


A la mañana siguiente, despues de haberse cCl'ciorado
de que las divisiones de Lorenzo y O,'áa permanecian en
los Arcos, divide Zumalacárregui su gente en dos columnas
y, encaminándose con una de ellas al puerto de Echavarri,
envia con la otra á Iturralde al de Erenchun, desde cuyas
alturas, lo mismo que desde las de Echavarri, se domina
no solo el pueblo de Alegria, sino toda la llanada de Ala-
va; inclusa su capital.


En la madrugada del mismo dia 27, habia salido con
direccion á Vitoria el gobernador de Salvatierra, condu-


. cíendo algunos carlistas hechos prisioneros en aquellos úl-·
timos dias. Atacado en el camino por tropas de Zumalacár-
regui que bajaban al llano, se defendió aquel gefe durante
un momento, esperando sin duda ver venir en auxilio suyo
á la division de O-Doyle; pero como esto nose verificase tan
pronto como él deseaba y habia menester, fuel'za le fué muy
pronto ceder al número de sus contrarios y replegarse otra
vez sobre la plaza cuyo gobierno tenia á su cargo. Alarma-
do al ruido de la fusilería, 1'2unc en este tiempo el briga-
dier O-Doyle las tropas de su mando, y, saliendo del pue-
blo, se dirige al encuentro de Zumalacárrcgui. Aguardába:'"


TOMO l. 22




338 ANALES JI)!; I~AnJI:JJ 11.
le este en medio de la llanura, en tanto que, pOl' la purte
opuesta, descolgándose del puel'to de El'enchun, entraba
Iturralde en Alegria. Bien que, cogido entre dos fuegos, no
tardase O-Doyle en conocer que tenia perdida la batalla,
luchó enérgicamente durante alglm tiempo contra su des-
ventajosa posicion; mas, al vel' que sus tropas, flanquea-
das por todas partes, desmayaban y se rendian, compren-
dió que solo en la fuga le quedaba alguna, aunque remota,
esperanza de salvaeion. Desgraciadamente, ni aun este par-
tido le fué dado tomar; pues, desmontado á consecuencia de
una herida mortal que I'ecibió su caballo; cayó á poco pI'isio-
ro juntamente con un hermano suyo, que durante la ac-
cion no se habia apartado de su lado, eon su gefe de esta-
do mayor y varios oficiales.


La noche vióo, por último, á poner termino á la horri-
ble carnicel'Ía en que se convirtió la batalla, tan horrible
que se calcula en mas de mil el número de los muertos que
en el campo dejaron los eristinos, y en muy cerea de seis-
cientos hombres las pérdidas de los carlistas .. El resto de
la division cristina " cuyo total pasaba de tres mil hom-
bl'es, quedó en poder de Zumalacárregui, escepto unos
doscientos que, refugiándose en el vecino pueblo de Ar-
rieta, se hiciCl'on fuertes en iás éasas. El brigadier Varto
y el coronel Bausá que, desde Guevara el primero y desde
Durana el segundo, marchaban, al fl'ente cada uno de dos
batallones á ineOl'poral'se con O-Doyle en Alegria, hubie-
ron, al saber lo que pasaba, de replegarse á Vitoria.


A la noticia de aquella catástrofe, salió de esta plaza en
la madl'ugada del 28 el general Osma, á la cabeza de di-
chos cuatro batallones, á los cuales agregó toda la tropa




339
disponible que habia en la ciudad, muchos urbanos y cuatro
piezas de artillería, con intencion de castigar á los facciosos,
de revindicar la gloria perdida en la jornada anterior, de re':'
euperar la artillería y demas objetos que no fuese fácil á los
carlistas trasportar inmediatamente, y, en último recurso,
de salvar á los infelices encerrados en Arrieta, cuyo número
se suponia generalmente mucho mas considel'able del que
era en realidad. Ebrio todavía de sangre, pero no harto de
matanza, presentó Zumalacárregui á Osma la batalla en el
llano que, cubierto de cadáveres y despojos, atestiguaba la
derrota de O-Doyle y esplicaba el engl'eimiento de los
carlistas. Mas, aun no habia tenido el general Osma el tiem-
po necesario para tomar sus disposiciones, cuando vió sus
dos flancos brusca y simultáneamente acometidos por la ca-
ballería enemiga. Este ataque produjo en las filas de los ur-
banos cierto desórden que, comunicándose á las de la tropa,
proporcionó á Zumalacárregui una ocasion de deshacerlas
completamente á favor de otra carga que, al instante y en
vista de lo que pasaba, mandó dar. Desconcertado por la au-
dacia y la celeridad de aquellos movimientos que ni aun
tiempo le dejaban para poner en ejecucion medio ninguno
de neutralizar sus efectos, resolvióse Osma a emprender la
retirada que, protegida por las cargas de sus escuadrones
y los fuegos de su artillería, se verificó en buen órden. En
esta accion, que no dejó de costar mucha gente á los cal'lis-
tas, perdieron las tropas de la reina la poca fuerza moral
que aun les quedaba, y unos 500 hombres entre muertoi.
heridos y prisioneros.


A la mañana siguiente. fueron fusilados, en el campo
mh¡mo de batalla, el brigadier O-Doyle, su hermano y Uq




340 ANALES DlUS1\.BEL IJ.
gran número de oficiales, entre ellos ca&li todos los de Ár-
rieta: pues á escepcion de muy pocos que, con cincuenta
ó sesenta soldados logl'aron abrirse paso por medio de los
enemigos, y llegar con mil tl'abajos al punto fortificado de
Maestu, hubo el destacamento entero, agotados ya los ví-
veres y las municiones, y perdida la esperanza de que vi-
niesenadie á su socorro, de l'endirse á ,discrecion. Asi-
mismo, fueron fusilados dos clérigos que formaban parte
de .este destacamento. Fuéronlo á poco tambien, ó mejor di-
cho, fueron degollados ó muertos á bayonetazos un sinnú-
mero de infelices prisioneros, á quienes, despues de garan-
tirles la vida, se la hizo bárbaramente quitar Zumalacárre-
gui por ahorrarse, como él deda, el trabajo de guardarlos.


Temerosos, sin duda, de sufrir algun dia igual suerte,
ó indignados de la impericia de gefes que asi los sacrifica~
ban, los demas prisioneros de Alegría, cuyo número no ba~
jaba.de 2,000, pidieron á Zumalacárregui su incorporacion
en las filas carlistas, la cual se verificó inmediatamente .


. Mientras esto sucedia en Alava, las faccioues de Vizca-.
ya, perseguidas por el geueral Espartero, coutiuuaban.
amenazando á Bermeo ; las de Castor, Ibarrola, Arroyo,
Villalobosy otros guerrilleros de su especie recorrian las
Encartaciones ; la de Guipúzeoa con el Pretendiente se
situaba en Oñate; las de Navarra ameuazaban á la vez
á Tudela, Peralta, Sangüesa y Elizondo; las de Cas-
tilla la Vieja, capitaneadas por Merino, se reclutaban con
mozos que, de grado ú por fuerza, se llevaban de los pue-
blos; las del bajo Aragon , mandadas por Carnicer, Qui-
le~, el Serrador, Cabrera, Forcadell y otros gefes de me-
1l0S. importancia, se ibau haciendo dueños del Maestrazgo¡




LIBRO SEGUNDO. 34.1
Cara gol (Sapel'ez), Ros de Eroles, Tristany, Llauger y el
Muchacho (Sobrevies), al frente de las de Cataluña, ame-
nazaban á Mamesa y se apoderaban de Prats del Llusanés;
las de la Mancha burlaban á fuel'za de actividad las opera-
ciones de una multitud de columnas volantes de tropas de
linea y de mbanos, destacadas en su seguimiento; las de
Galicia y AstUl'ias, aunque insignificantes y siempre pues-
tas á raya por las tropas leales, á quienes favorecia el buen
sentido del pais , inquietaban á este y daban que hacee á
aquellas; todo, en fin, demostraba que la situacÍon no ha-
bia mejorado en las provincias del centro y del ~oroeste de
España, en tanto que en las del Norte y Noreste habia
empeorado en términos d{l hacer dificilísima la mision de
los generales encargados dcl mando militar de aquellos ter-
ritorios, y muy pal'ticul31'mente la del nuevo virey de Na-
varra, don Francisco Espoz y Mina que, llegado a Pam-
plona el último dia de octubre, debia en breve venir a las
manos con su paisano ZumalacálTcgui.


FIN DEL LIBRO SEGUNDO.






MANIFIESTO


DE S. M. LA REINA GOBERNADORA.


Palacio 4. de octubre de 1833.


Al.PENDIl:J!: NIlMEBO :1,'


Sumergida en el mas profundo dolor por la súbita pérdida de
mi augusto esposo y soberano, solo una obligacion sagrada, á que
deben ceder todos los sentimientos del eorazon, pudiera hacerme
interrumpir el silellcioque exigen la sorpresa cruel y la intensidad
de mi pesar, La cspectacion que cscita sicmpre un nuevo reinado,
crece mas con la incertidumbre sohre la administr:cion pública en
1:\ menor eflad del monarca: para disipar esa incertidumbre, y
y precaver la inquietud y estravío que produce en los ánimos, he
creillo ele mi deber ;mtidp:II' á conjeturas y adivinaciones infunda-
das la firme y franca manifestacion de 105 prineipioslJue he de se-
~uir cons'tantemente eil el gobierno, de que cstoy cncargada por la
ultima voluntad del rey, mi augusto esposo. dm'ante la menoría de
la reina mi muy cara y amada hija doña Isabel.


La religion y la monarquía, pl'imcros elementos de vida para la
España, serán respetadas, protegidas, mantenidas por mi en todo
su vif"OI' y pureza, El puelllo español tiene en su innato celo por la
féye cultocle sus padres lamas completa seguridad de que nadie
osará mandarle sin respetar los objetos S3crosantos de su creencia y arloracion: mi corazon se comlllaceen cooperar, en presidir a este
celo de una nacion emincntembllte católica, en asegurarla de que la
religion inmaculada que profesamos. su doctrina, sus templos y sus
milllstros serán el pnmero y mas gl'aIO cuidado de mi güllierno.


Tengo la mas intima satbfaccion de qne sca un deber para mi
conservar intacto el depósito de la autoridad real que se me ha
confiado. YQ mantendré relisiosamente la forma y las leyes funda·




344 ANALES DE ISABEL 11.
mentales de la monarquía sin admitir innovaciones peligrosas, aun·
que halagücñas en sus principios, probadas ya sobradamente por
nuestra desgracia. La mejor forma de goblCrno para un pais es
aquella á que está acostumbrado. Un poder estable y compacto,
fundado en leyes autiguas, respetado por la costumbre, consafO"rado
por los siglos, es el instrumento mas poderoso para obrar e bien
de los pueblos, qU'l no se consigue debilitando la autoridad, com-
batiendo las ideas, los hábitos y;la8 instituciones establecidas,
con trariando los intereses y las espl'ranzas ac~uales para crear
lluevas ambiciones y exigencias, concitando las pasioucs.del pue-
blo, poniendo en lucha ó cn sobresalto á los individuos; y la socie-
dad entera en eonvulsion. Yo trasladaré el cetro de las Españas á
manos de la reina, á quien le ha datlo la ley, integro, sin menos-
cabo ni tletrimento, como la ley misma se lo ha dado.
~las no por eso dejaré estadiza y sin cnltivo esta preciosa po-


ses ion que le espera. Conozco los males que ha traido al pueblo la
série de nuestra, calamidades, y me afanari\ por aliviarlos: no igno.
ro, y procuraré estudiar mejor, los vicio:; fJ ae el tiempo y -los hom-
bres han introducido en los varios ramos de la administracion pú-
blica, y me esforzaré por corregirlos. Las reformas administrati-
vas, únicas que prodllcen inmediatamente la prosperidad y la
dicha, que son el solo bien de un valor positivo para el pueblo,
serán la materia permanente de mis desvelos. Yo los dedicaré muy
especialmente il la tliminucion de las cargas, que sea compatible
con la seguridad del Estado y de las urgencias del servicio; á la
reeta y pronta administracion de justicia; :í la seguridad de his
personas y de los bienes; al fomento de todos los orígenes de la
riqueza.


Para esta grande empresa de hacer la ventura de E~paña ne-
cesito y espero la cooperacion unánime, la union de volnntad y
conatos de los españoles. Todos son hijos de la patria, interesados
ignalmente en su bien. No quiero saber opiniones pasadas, 110
quiero oir detracciones ni susurros presentes, no admito, como
servidos ni mereeimiento, influencias y manejos oscuros. ni alar-
des interesaúos rle lidelidad y adhesion Ni el nombre de la rei-
na, ni el mio, son la divisa de una parcialidad, sinola bandera tu-
telar de la nacían: mi amor, mi proteccion, lIlis cuidados son de to-
dos los españoles.


Guardaré inviolablemente los pactos contraitlos con olros Esta-
dos, y respetaré la independencia de todos; solo reclamaré de ellos
la recíproca fidelidad y respeto que se debe á España por justicia
y por correspolHlenoia.


Si los espaiioles unirlos concurren al logro de mis pror.ósitos,
y el cielo bendice nuestros esfuerzos, yo entregaré un dia esta gran
nacion recobra tia de sus dolencias a mi augusta hija para que
complele la obra de su felicidad, y estienda y perpetúe el aura de
gloria y de amOlO que circunda en los fastos de España el ilustre


.llombrt; de Isabel. En el palacio de "Madrid á ~ de octubre de 1833.
~FirUlado.~Yo Ja . .re.ina·GoM,rnatlora .. ·. ._f. _ __ .; ..•• ' .• :.:. ...




ESPOSICION


DEL GENERAL LLAUDER A LA REINA GOBERNADORA.


4PÉ~DICE lW~BEBO '.0


Señol'a:-La fideli'dad á mi soberano y el aPlor á mi patria,
han sido el móvil de todos mis servicios y acciones en todas las
vicisitudes y épocas de mi¡carrera: en los destinos subalternos que
he desempeñado, mi res~onsabilidad ha descansado siempre en la
de los gefes superiores a cuyas órdenes he servido, pero en los
destinos superiores, mi deber es de otra importancia, y bastarian
para convencerme de toda la estension de mi responsabilidad las
aprobaciones que-he recibido del mismo gobierno, reconociendo mi
p/'ovision y 1111 celo en haber tomado sobre mí varias medidas que
algunos meses antes se me prohibian, y por las que se me calum-
nia en el concepto del soberano, asi como espresarme el presiden-
te del Consejo R.eal, duque de Bailen, que mi prevision y resol u-
cion en no conformarme con las órdenes que se me comunicaban
por el minislro, habia salvado á esta provlDcia y servido de apoyo
a la causa de bahel II: asi que en la direccion y mando superior
del arma de infanteria he servido, durante las circunstancias mas
difíciles yen medio de notoria8 con tradiciones , con la!perseverancia
y prevision que despues ha acreditado en repetiaas y críticas
ocasiones la valiente y benemérita arma de infantería, que ahora
mismo está poniendo el sello á sus heróicas acciones, defendiendo
con una deClsion y disciplina Que admira y aprecia toda la na-
cion. el trono combatido de nuestra inocente reina doña Isabel 11.


En el destino de vitey de Navarra y capitan general de las pro-
vincias Vascongadas, que he ejercido largo tiempo, he esperimen-
tado la estabilidad y las ventajas que resultan á los pueblos y á
los que mandan, de una representadon legal eU la forma prescrita




346 ANALES DE ISABEL 11.
en nuestras antiguas leyes, y de que se respete, á la par con I~
derechos del trono, los que pertcnecen á los pueblos, cuya act\rta-
da combinacion es el único elelllento de la prosperidad y de las
monarquías en el estado actual de las luces y de la civilizacion,
Durante mi permanencia en el destino de capitan general de Ara-
gon y ahora de Cataluña, me he podido convencer lIe que la ~uer­
te de estas provincias y la seguridad en ellas dependen del acaso,
y C01l frecuencia se debe l;char mano de la fuerza para sostener el
trono, y esta ~e gasta con mucha rapidez. cuando no la sostiene la
opinion. Desde que al despedirme de V. 1\1. Y besar la mallo a su
augusta hija, se dignó V . .\1. prevcnirme, que la escribiera con
toda la libertad cuanto estimase conveniente, protestándome tan
espontanealllente repetidas veces que solo deseaba el bien de los
espafíoles, he cumplido puntualmenle en hacer presente á V. \\1.
todo lo que era mi obligacion, ofrecer á su consideracion en cum-
plimiento de aquel precepto; pero una cOLlstante y larga esperien-
cía me ha debido convencer de que aquellos candorosos y herúico.5
sentimientos de V. 31. se hallan eontrariados por consejos de hOlll-
bres, que habiendo debido ,~studiar abstraclaIlJente en paises lejanos,
han olvidado el suyo propio. sus necesidades, sus deseos, y cuanto
debiera formar los verdaderos elementos del acierto en el gobie~no
que V. 1\'1. se ha dignado confiarles, y it cuyos soheranus designios
dejan seguramente de correspondet' .. Esta es, seiíora. la opinion
acreditada de1lllíblico y yo no debo d~Jarlo igtlllrar á V. \\1.; mas
debo decir, para gobierno de V. M., y e~ que Zea y su ministerio se
ha hecho ya tan impopular, que compromete la tranquilidad y mina
el trono de Isabel JI en el mismo e,;tribo que le sostiene. Entre-
tanto la guerra ciril ha armado españoles contra e~pal1oles, y no
contentos con no haberlo evitado, como era su deber, parece que
se siente que esta calamidad 110 se haya estendido a esta provincia,
y cou las IJl'oviLitlnciil~ sobre la importante variacion de ayunta-
mientos, fllle ;¡:1Il no con taha ocho tí diez tne~es, y otras que se
anuncian por el ministerio de FomPllto, y 'IlIe recibo de o!ro~.' no
parece sino lIlIe e01l6[liraa :1 hacer dn';1parecer de este pUIS la
tranquilidad que disft'llta en medio (le tantas convulsiones, y vi-
gente esta lucha se prepara ya á V. 1\1. para empeiiarla en otra
contra la naci()n. quitando á los e~pañolr5 toda esperanza de me-
joras, y asegurar lllta suerte mas justa de la que ha tantos aiios es-
perimentan en medio de tan herúicos sacrificios como hizo esta
len! nadon, digna de mejor Sll,~rtf), por 5U rey cautivo. y abdica~o
de la corona, asi como para asegurar su illrh'pendencta; su relt-
gion, sus leyes, fueros, libertades y privilegio,;, y ellyos esfuerzos
están reproduciendo con igual heroistllo y genet'Osid:HI. cor¡j¡~da
en la hont'a que los primC't'Os actos del mando de". M. le ofreCie-
ran. La nacion no puede olvidar que el rey rlifuulo,yara anillar lo
hecho por la nacioll, y cons~guir que.es.ta se sometiese á su cetro
despues de haberse recnnc¡ui,;tado a:;lmlsmO:1 S\\ n~y .• ~le5pues de
entregada al estrangero por la sola voluntad de un mllllslro, pro-
metió solamente en su real uecl'eto de " de mayo de lSU quo 110




,lPENDICE NUMERO 2. ~
seríamos engañados en nuestras nobles eSp'eranzas y que aborrecia
el despotismo, que ni las luces ni la cinlizacion penilitian, que
para impedir volviese <Í suceder, que el capricho de los gobiernos
arruinase y. entregase ellrono y la nacion, conservando la digni-
dad y privIlegios de la corona, no menos que los derechos de los
pueblos, que dijo ser igualmente inviolables, trataria con los pro-
curadores de la España y Américas en Cortes convocadas legíti-
mamen te , conforme sus gloriosos abuelos lo habian hecho y la
nacion deseaba, que la inviolallilidad individual y real fuese firme-
mente asegurada por las leyes que al mismo tiempo consolidasen
la tranquilidad pública y el órden, y dejaran á todos una libertad
racional; que tuviesen garantías para hacer cesar toda sospecha
de que las contribuciones que los pueblos pagan con tantos traba-jos y sudores no fuesen disipadas; que aquellas serian impuestas
no arbitrariamente por un ministro sin concnrso del reino, y final-
mente que con él mismo serian hechas y a~onladas las leyes que
debian servir de base, de regla y de conducta á los españoles, lia-
ciendo observar que la espresiun Je estas reales intenciones en el
gobierno de que se iba á encargar harian.conocer:\ todos que no
queria ser un déspota ni un lirano, sino el rey y el padrede los es-
pañoles. Las promesas de los reyes son históricas, señora, y su
cumplimiento debe ser como las profecías dela divinidad: tanto yo
como la nacion, que nada nos arrojaríamos á pedir que no fuese
justo y prometido, recordamos con sombrío pesar el 110 '"Cf toda-
vía cumpliJas las solemnes declaraciones hechas por nuestro reyen
el célebre momento !le recibir Je manos uc esta nacion heróica la
coron3. que salvaron los españoles, sacrificando \ln millon de vícti-
mas en su defensa, guiados solamente por la lealtad, el patriotis-
mo y el deseo de nivelarse con las monarquías de Europa, que por
efecto de sus instituciones y sabiduría de sus leyes han llegado
al colmo de prosperidad. Acatada por la nacion la voluntad del
rey difunto y proclamada In reina doña Isabel, no puedo sin teme-
meridad aconsejar á V. M. que nada ma~ le II ueJa que hacer
sino seguir COIllO hil:ita al¡ui, ("l!i\¡¡do ni el rey padre ha anulado
aquel real decreto, ni la nacion ha renunciado i1sus derechos tan sa-
grados é íntimamente enlazado~ con lo~ del trono de la reina menor.
¡Qué responsabilidad no 1)('8a ~ohrc los mismos consejeros que han
dado lugar á que los célebres y rCi'petable5 sábios ue Europa, co-
mo Martiglla~, hayau llamado la ¡Il\'nciotl de la histuria sobre este
olvido de unaJlalabra con la 1110uc!"acion que acostumhran! En el
cumplimiento e taH :;agrad,¡:' promesas está interesada la segu-
ridad del trollO de la !J¡l"¡c:llle reina, que nadie puede creer de
b1lcna fe que pueda discunir el término de quince afios de infan-
cia con el déLil aJoyu de uu ministro sin responsabilidad, cuando
tenemos á la vista los vergonzosos tratados del afio de 1808 v la in-
fernal intriga de la Granja de 183'2, y lo que está sucedien(fo aho-
ra mismo y todo lo acaecido de veinte y cinco afios á esta parte, de-
be persuadir al corazoll magnánimo de V. 1\1. que si hay eH Espa·
ña hombres estremados en todo~ sentidos, ilusos ó mal wntelltO$,




ANALES DE ISABEL 11.


como sucede en tod"a!! clases y paises, la inmensa ma.yoría, amaes ..
trada por las lecciones "de la esperiencia, que no han sido per-
didas ni para los llamados liberales, ni para los realistas, es
decididamente el mas franco y seguro apoyo del trono de la hija
de V. M., asi como de las leyes justas, sábias1Y permanentes, que
deben librarlas de la usurpacion, cuando la falta de ellas y el
no haberse querido atemperar á las necesidades de los pue-
blos, son la unica causa tle los riesgos que ha corrido en tan lar-
go periodo de infortunios y calamidades. Se dirá á V. 1\1. que
no tiene facultades de hacer innovaciones como regente, y que
debe entregar el gobierno á su bija en el modo que lo ha reci-
bido, siendo asi que esto es solo un pretesto para conservar
un poder arbitrario y perpetuar los abusos los que tal suponen.
L~ convocacion de Cortes cuando la gravedad. urgencia y com-
phcaciones de los negocios delEstado la reclaman imperiosamente,
¿puede calificarse, por ventura, de innovacion sin olvidar las leyes
mas anti~uas de la monarquía, que la colocan en la categoría de
~n prinCIpio fundamental? Los que osaron dirigir :í V. :)1. tan men-
tida reconvencion, ¿pueden cerrar los oidos á la réplica que hacell
los pueblos, diciendo <J.ue cuando se ha tratado aisladamente del
interes de la augusta hIJa de V. M., de la convocacion de Cortes,
ya no ha sido una novedad, sino un acto enteramente conforme
con la predicha ley fundamental? ¿ Desconocen que á los pueblos
no se les oculta que la teoría de aquellos hombres se reduce á que
solo valga la ley para la defensa de los derechos del trollo, y que-
den sin proteccion alguna los de 10i> mismos pueblos? Es, por lin,
señora, una verdad innegable la de que la España carece de 10-
~~slacion_uniforme , y es al presente un cuerpo monstruoso por la
<lIsonanCla de las partes CJ.ue le componen; que todos los ramos de
administracion pública eXIgen arreglo y aquel desempeiio ilustra-
do, vigoroso é-impal'cial que solo pueden veriticar los hombres sá-
bios, pero actualmente desconocidos, porque ningun medio facilita
el desarrollo de los taleutos, ni se da it estos la importancia que ob-
tienen en otros 'p'aises.


El crédito publico debe consolidarse. lo que jamás se conse-
guirá si la ley promulgada hoy, puede ser mañana revocada sin
mas fo\"malidad que el manejo oscuro y amañado del agiolage mi-
nisterial. El actual ministro, deslumbrado por el terror pálllco del
demagogismo, que detesta la nacíon, nos acredita todos los dias
de haberse convencido de la necesidad de auxiiios de los hombres
sábios para el acierto de las leyes que se ha propuesto dictar sobre
varios ramos en mejora de ellos, y al intento ha nombrado distin-
tas c?misiones; y ¿dicho auxilio de los inteligentes no lo _ r~cl_ama
el aClCrto? ¿Para qué, pues, detenerse en dar estable la legltlnlldad
i110 que no se reconoce perennemente necesario? En Navarra, se-
ñora, están hoy mismo en posesion de estas leyes con sus Cortes y
diputacion provincial permanente, sin que aquellos naturales con-
sientan jamás la mas mínima infraccioll de estas leyes Iprotectoras
de la seguridad y de la prosperidad, ¿ y á la vista de e¡;\o -\)odrá




APENDICR NUMERO 2.0 349
subsistir un momento en ellbeneroso y perspicaz ánimo de V. M.
una impresion tan dolorosa como suponer á las demas provincias,
privadas de estos dcrechos, sin citar una ley posterior al citado
real decreto de i de mayo, que recuerda las que rigen, ó no , ca-
paces de usar con discernimiento y cordura de unos derechos tan
antiguos como imprescriptibles, y caros á todos los españoles que
no pretendemos Vivir de abusos? Ciertamente que no; no lo espe-
ra la nacion española, y mucho menos yo que conozco lo decidida
que estil V. M. por su bien, pues suenan aun en mis oídos esta!>
ultimas es presiones de V. M.


Las mismas esperanzas, señora, hicieron concebir los p'rimeros
decretos memorables de V. M., y que mas que todo contnbuyeron
á afianzar los derechos de su augusta hija, conquistándole repen-
tinamente todos los corazones que á su vista se arrebataron i' pero
aquellos se van entibiando aJ. ver que tampoco se cumplen, a mis-
mo tiempo que los pueblos sobrecargados de contribuciones de al-
gunos años a esta parte, empiezan á perder la esperanza de que se
examine su situacion, y se atienda á la nulidad y decadencia sor-
prendente de los frutos con que deben atenderá. su subsistencia y
al pago de los reales tribut(ls. Si esta situacion se prolonga algu-
nos meses mas, señora, crea V. M. valdrá mas á los enemigos de
Jos derechos de Isabel 11, que llldos los esfuerzos que ellos hagan,
y que no tienen mas valor ui importancia que la que se les da. Ade-
mas de esto, señora, no son pocos los que se retraen de abrazar
la causa de la reina, que el natural temor les infunde la posibilidad
de que el pretendiente legalmente pueda suceder á la corona; no
perdiendo de vista que la tierna edad de las hijas de V. M. las deja
espuestas por much~s años anles, que puedan tener sucesion, á pa-
gar el tributo que es tan comun en los años de debilidad que les
quedan. Dígnese V. M. persuadirse de la impresion que esta sola
idea causará en los que generosa y noblemente hemos abrazado,
defendido y salvarlo rnestra causa: ya el trono de V. M. no pnede
darnos la seguridad ni las garantías á que somos ac~eedores, y so-
lo la nacion, legítimamente reuuida en Corles, puede asegurarla.
El ministro Zea ha marchado hasta el estremo de ofrecer una com-
paracio~ odiosa y peligrosa entre lo que V. M. hace y promete el
PretendIente y los que obran en su nombre, que ofrecen dejar li-
bre deliberacion á las Cortes, y otros beneficios y garantias. Esta
provineia, señora, no aspira á privilegios particulares, siempre
odiows y contrarios al sistema de unidad que debe hacer la fuerza
de un Estado, como emidiosamente se ha querido persuadir. con
el fin de alucinar y continuar en el desórden que se ha provocadO'
pues su €onstan[e heroismo en los seis años de la sangnenta guer:
ra de 1808, y su fortaleza, decision. y ~ideli~ad en esta critica épo~a,
elevan al mas alto grado de patnohsmo a todo español. Las cIr-
cunstancias se han ido complicando de un modo, que si bien podia
preveerse en mucha parte, y por consiguiente evitarse, son, sin
embargo, tan críticas y de tanta trascendencia, que reclaman con
perentoriedad la partIcular atencion de V. ~l. Los conatos f mQ:-




3,1';0 ANALRS D! ISABEL 11.
vimientos que sUéeden en la capital, rr,;nenan de una manera dig-
na de atencion. y eomo los deseos producen las acciones de los
hombres, y la actiYidad y clicada de .estos crece en proporcion de
la oportunidad de las circunstancias, temo mucho, señora. (y este
temor no puedo ni deho ocultar a V. M) que la contrariedad y la
oposicion con flue se q\\iere cOlllprimir el anhelo lid hien prometi-
do produzca mayor vigor eulos espíritus, dando lugar á exagera-
ciones y demostraciones que comprometerian de un modo espan-
toso la tranquilidad y el ríl"flen púhlico, Al gllhit'l"Ilo de V, ¡\J, cons·
ta que estos pronósticos no ~on hijos de la ilusion , y que 80bmn
datos en que apoyar e,Los recelos. ann cuando 110 fuese cons:~cuen­
cia neeesaria tle la incompalihilid[ul forzada en que se ha querido
poue~ impo,rtunal:nente los interc~e5 d.el lI:ono y (I~ la patria. N.o es
fiellll leal a la rellla nupstra señora III a ,. l\1. qUIen encubre a su
real ánimo el abismo que se va abriendo, y 1l1lnqlH) sea á costa de
aventurarme á interpretaciones malignas, hijas del egoismo y de la
preocupacíon, no rJebo dejar de advertir á V. 1\1. tan gnlVe riesgo,
ni puedo sofocar con tan ju~to moti~o 103 sentimiento~ de adhesion
y fidelidall de que he tenido la dicha de dar á Y. M. recientes
pruebas. En tan criticas circunstancias, el trono sin la palria ame-
naza de3plomarse, y la patria sin el trollo se hunde en la anal':"
quía. La paz que durante tau lamentables circunstancias sigue in-
alterable en esta rHo\incia, es hoy combatida con un empeño que
no me daria mas lugar á retardar el desplegar los recursos que me
presta la heróica lealtad oe estos habitantes para defenderle de los
lIljustos males que les preparan los enemigos de V. M. y de la rei-
na, y apoyar al gobierno de Y. M. en esta importanle actitud para
que haga el bien que se espera y el corazou de V. M. desea. La de-
cision que domina en este Prin~ipado por el susten de la reina doña
Isabelll contra la usurpacion, sin que en mas de un año de una ad-
ministracion franca y protectora. segun los principios qne dejo
con~;igllad()s , se haya proferido ni ulla sola espresion que pneda
dar preteslo á 105 recelo~ y crt¡lImnia~ ton que ~c paraliza el bien,
son leslimonio3 irrevocable~ contra la loreida iulencion de los que
dejan crecel' y tomar fuerza y consistellcia al mal presente, y que
se dirigen á mano armada á denocar el trollo de Isabel, procuran-
do inspirar temores y Ilesconl1anzas de otro Ilue hoy solo existe en
su fantasía, llevando su temeridrtd hasta el estromo de interpretar
segun conviene a su propósito los heehos y actos de una llfcvision
cada dia mas acreditarla, de hombrc:; que se pronuncian franca-
mente en los momentos eriticos en que V. M. estaba en la con s-
ternaeion, y ellos vienrlo venir y tomillldose tiempo. Esta es el ar-
ma que manejan con mas destreza los agentes del usurpador, y á
la cual apelaron lue~~o que se comenciNon ~ue el honor de aque-
llos se mantendrá sienwre terso como I~I sol. I~s f;\eil conocer que la
coopcl'acion decidiliil y franca qnc he hallado en la masa principal de
estos habitanle:l llara conservar el (lI"llcn y la tr,lI14:ui\iuarl, procla-
manuo á la allóusta reina dOiia Isabel lI, en circullstancias tan di-
ficHes, 'i deSpl\CS de haber~e esU\uQ trabajando seis a~Qs !lin inter·




AI>ENDICE NUlIERO 2,' 351
rupcion con el único y esclusivo oh.ieto de Imll'parle sus impres-
criptibles derechos, se debe sin dllda il las esperanzas que V. 1\1.
hizo concebir tan justamente, (le q"" ,,1 !,pillado de las leyes y de la
proteccion reemplazarán al (\ue V. ili manifestó tan evidentemen-
te que repugnaha il Sil corazoll sensihle y magnánimo. Yo, seño-
ra, tengo contraida la obligacion sagrada de no dejar perecer estas
causas y tan nobles esperanzas, mayol'mente en una provineia en
que tengo cada dia á la vista el sin fin de Yictimas sacrificadas del
modo mas bárbaro y que no se puede creer sin verlo, porque se
resisle la pluma á nombrarlo. y sostenidas por un ministro sin res-
ponsabilidad, como cousta á V,.M. Y al justificado consejo ¡Je la
Gnerra que ha podido, aunque despues de consumado el mal, res-
tablecer el honor de algunas familias. pero no las vidas ni los per-
juicios causados hasta ahora, sin embargo de haberlo yo hecho
presente al ministerio con representacion desde que 1I1'~ué al Prin·
cipado , y debí pasar por el dolor (le oir las tristes relaciones de
tantos escesos, y úar curso :i las reclamaciones que aun están pen-
dientes.


Suplico, pues, señora, ¡Í Y. M. con el mas profundo respeto que
medite, sin intervencion del ministro, esta esposicion sincera, co-
mo dictada por el celo mas puro y desinteresado de un espaiiolleal,
identificado con los (leseos de Y. M. Y su augusta hija, y que no
aspira mas qne al reposo, dignándose persnadir que lo que dejo
indicado es la urgentísima necesidad para salvar y asegural' de un
modo indestructible y establecer el trono de su augusta hija; que
tenga á bien V, M. elep;ir un ministro que inspire notoriamente
confianza, y al mismo tiemJlo decretal' la mas pronta l'eunion de
Cortes. con arreglo á nue,lras leyes, y COIl la latitud que esta re-
presentacion de los tres estados exige, en consideracion al estado
actual de las poblaciones.


Dígnese V. ~l. , ~eji(]ra , ¡'lirar en esta verídica ('sposicion la
prueba mas el idente dí' mi illa!t('rahle decisioll por la <Ierensa del
trono de la augusta hija dé V. M., "ll ocasioll que la amaga mas
de un peli¡;ro, y en que Yen que 'JI ticm po que se pierde puede ser
irre?arable; y aseguro ú Y. M. que esla única consideracion, y la
de de,;vanecer cnalesc¡uiera otras malieiosas suposiciones, han po-
dido \'enc~r mi natural repugnancia á dar este paso, que de otra
parte. no siendo COI! el Icngnage austero de la verdad, y con la re-
SOlllCioll l'OIl'eniente, aeaso no seria atendido COIl la perentoriedad
que reclama el eslado l'-rílico. y carla dia mas complicado de las co-
sas, y sobre todo, cUlllplo leallllcnle con lo q\le V. ~I. me tiene es-
pre~al1lente prevenido, y con esta ocasion renuevo A. L. R. P. de
Y. III. las spgnridad('s mas sincerns de drfl'ndel' y conservar
esla 1)I'o"incLl que n1l1 está conliaila, fiel á V. M. Y á nuestra
inocenle soberana dOlia Isabel JI , cuyos derechos sostendrá con
su ,ida ~' hacienda segun lo tiene prometido este de Y. M .. etc.
-Barcelona :2í de dicimnhre de 183L-Señora.-A. L. R. P. de
V. ~1.-Manuel L1auder




ESPOSICION


DEL GENERAL QUESADA A LA REINA GOBERNADORA,


"PÉ~DICE N1JIIEBO •. 0


Señora: Por el ministerio de la Guerra se me ha comunicado
con fecha 3 del corriente la gracia con que V. M. acaba de honrar-
me concediéndome el título de Castilla en atencion á mis méritos
y servicios, yen particular á los contra idos últimamente en la pa-
cificacion de las vastas provincias de e~ta capitanía general.


Reconozco, señora, en este rasgo el corazon grande y benéfico
de V. M.; y faltan voces allenguage para espresar los sentimien-
tos de mi respetuosa grátitud. Nada puede ofrecer á V. M. de
nuevo: la lealtad mas decidida, el celo mas ardiente por su real
servicio y el gustoso sacrificio de mi existencia, lorlo esto he teriir
do la dicha de ponerlo mas de una vez A. L. R. P. de V. M., y po-
lo mismo no puedo hacer ahora mas que reproducir mas ofertas
que jamás serán desmentidas, sean cuales fueren los trances que'
la suerte me tenga destinados. Sin embargo, señora, esa misma
gratitud que ha escitado en mí la honra que V. M. se digna con-
cederme, es un estímulo irresistible que me obliga á hablar
á V. M. con la franqueza de mi carácter, y sin los temores de una
delicadeza intempestiva.


Al elevar á las augustas manos de V. M. con fecha;; del
corriente la renuncia de mi actual mando, inrliqué las razones
que hacian indispensable este paso dirigido principalmente :í
quitar á mis encarnizados enemigos torlo pretesto para una
persecucion, cuyas consecuencias pudieran llegar á ser de-
masiado fatales. Si ella amenazase tan solo mi r.ersona. la habria
despreciado, porque nunca fué el miedo el mÓVil de mis acciones.
Pero la mas ligera meditacioll basta para conocer que, en el esta-
do actual de España, la continuacion de las maniobras de mis ene-




APENDlCE XUMERO 3. ~ 353
migos pudiera llegar á ser nociva al servicio de V. 1\1. Por eso creí
que, fuera de todo mando, dejaria de ser objt:¡,) de ateneion para
ellos: con lo cual, V. M. se hall aria mejor sen ida, que es lo que
sobre lodo im porla.


La merced de título de Castilla, que ahora se me conce-
de, confirma el acierto de las previsiull(~s en que se fundó
aquella renullcia. Mis enemigos saben bien qne esa merced eleva-
da no es la que mi ambicion desea. Ellos no ignoran que todos
mis conalos, todas mis aspiraciones se cifran en la reparacion del
no merecido desaire que sufro en no verme restituido al mando de
la Guardia Real de infantería. E"ta y no otra es la gl'aeiü á que as-
piro, con tanto mas fundamento, cuanto que el no obtenerla puede
mirarse como un indicio sobrado evidente de que las ~cusacione!\
que contra mí se dirigen 110 han sido fulminadas en vano.-No
puedo ocultar á V. 1\1. el embarazo que me causa el tratar de este
punto, porque comprendo COIl cuauta facilidad puede confundirse
con miras illteresadaalo (j!le es solo objeto del celo Ulas puro. Pero
las cosas han llegado á tal situacion que, no dcho Yacilar en poner
de manifiesto los sentimientos que me animan aunque corra el
riesgo de someter mi verdad á interpretaciones siniestras.


Yo tuve, señora, la dicha de recibir de V. 1\1. misma la promesa
de que queria retuviese el mando de la Guardia Real con la Inspee-
cion de infantería, cuando se me destinó en comision á la pacífica
provincia de Andalucía. ~Ii renuncia de aquellos destinos consta á
V. 1\1. no tuvo mas origen que el conocer que solo ello podia satis-
facer á mis enemigos, que con tanto empeño querían ellYiarme á un
punto que en aquellas circunstancias debia considerarse como in-
significante. Pero lIombrado posteriormente para el difícil y peli-
groso mando de Castilla la Vieja, pareeia que era llegado el caso
de verme restituido al de la Guardia, conforme á la seguridad que
V.I\L se habia dignado darme, y que mi gratitud habia aceplado,
creyendo que eea tal vez lo lillico fIue se me podía conceder en
aquellas circunstancias.


Viendo frustradas mis fundadas esperanzas, aguardé á que'
nuevos servicios removiesen los obstaculos que J,ludieran pre-
sentarse para que se realizase la grada prometida. Gracia y
muy grande la consideraba entonces mi pundonor, y mayol'
la considero hoy que veo con cuan pérfidas artes se ban sa-
bido conciliar las generosas hondades con que Y. M. ha querido
recompensar mis recientes sen'icios, con el decidido empeño de no
destruir las sospechas que produjeron mi separacion de esa cúrte.


No puedo atribuil' ti otro principio el yerme condecorado con el
título de Castilla en vez de mi restitucion á la Guardia, pues de
ese modo aparezeo altamente recompensado, v se me deja al
mismo tiempo en una Ilspecie de interdiccion que mi honradez no
puede resistir de manera alguna.


Las causas de esta condllela de mis enf'llIigos no son ciertamen·
te, señora,la que ellos procuran aparentar. No nacen (le la decan-
tada violencia de mi carácter, ni menos de 1 a supuesta exageracioll


TOMO 1, 23




354 A:.\.\LES DE ISABEL n.
de mis ideas. Otros son los móviles de la implacable persecucion
que estoy sufriendo: y ellos interesan demasiado i\ la segu-
ridu<! del trono de mi soherana, y al bienestar de mi patria,
para que mi I(,:lltad pueda pasarlos en sikncio por mas tiempo.
Mis enemigos saben que, cuando acaecieron les sucesos de la
Granja, no Yacilé en manifestar á V. M., por medio de su
augusta hernuna mis deseos de que si Ilegaha ~ ycrific~rse el
funesto accidente que entonces amagaba, se retirase V. M.
con sus tiel'lJas hijas ú Andalucía, en donde mi <''''pada y mi deci-
sion les proporcionaria seguro asilo. Tampoco ignoran que en ~O
de marzo dije al augusto esposo (1e V. :\1.: "Que no se nece-
~sitaba de un genio profundo para cOllocer que el desal'me de las
"masas populares era una de las medidas que, en nuestra posi-
«CÍon, aconsejaban la razon y la política: que esta u¡·hia redUCIrse á
«destruir los partidos, amalgamar las opmiones, y restablecer la
"armonía entre las autoridades y los súbditos; lo cual seria ina-
»sequiblc micntl'as sllbsisties[~ una parte del pueblo armado mili-
"tarmente, y distinguida con priyilegios y distinciones que gravi-
« tan sobre la otra",


}'inalmente, mis enemigos no olvidarán jamás que en la¡ma-
ñana del ~ de octubre lnye la honra de manifestar verbal-
mente á V. M. que en el estado en que la nacion se en con-
tl'aba era imposible at1anzar el t!'OIlO de la reina sobre otras bases que
las establecidas en las antiguas leyes de la monarquía, mejoradas con
arreglo al p!'Ogreso de las luces y á las exigencias de los tiempos:
que solo una verdadera rrpresentaciún nacional era laque po(lia
consolidar derechos que iban á ser disputados, y por último, que
intentar que los españoles continuasen sometidos á un poder arbi-
trario era abrir la sima en que acaso se hundiria el trono, despiws
de devastar el pais con los horl'orcs de la guerra civil mas encarni-
zada.


Estos, ~ no otros, ~Oll mis verdaderos deJilos; esta, la vehemen::'
cia de mi carácter; y esla la cxaltacion de mis ideas. Los hombres
que no vieron, como torios veiamos, el inminente riesgo que habia
en dejar ¡llS armas on las manos que l3.~. tenian, ó qúe viéndolo, no'
c¡uisiel'oll quitárselas [)tI!' razonéfl qile Ilo'átlmiten mas que una fa-
tal intcrpretacioll, ,:ceíIllO pueden perdonarme un vaticinio que,la
t'g[lcrif'IlCia ,ino demasiado pronto á realizar con la sulllrva-
CiOll (]i\ treinla batallollp" verificada como por encallto en solas
las pro, ineias '" a;'congada, al momento de recibirse en ellas
la noticia (le la Illn~rte riel rey? Los hombres que con lal pre-
cipi lacion osaron a('oIlH'j;lI' a r. ::n. el manit1csto de i de octu-
hre SIIl consulta de llingull cOllsejo de los ya establecidos, y sin
aguardar iI oir el \utl) del que la previ:;ioll del difunto rey habia
I"garlo para ser consulta':o en Ilegocios graves, ¿ podian dejar
de mirar COlIJO cnc;nigo de sus planes al leal español que dos días
antes habia presentarlo á V. :~I. como necesarios, ó mas bien in-
dispensables, unos principios políticos tan opuestos a los qne pro-
clamaha el manifiesto? E~ imposihle, señora; y aun cuundo ri¡i se~




APENDlCE NmIERO 3. Q 355
paracion de Madrid, obtenida en la misma noche del dia en que
me fué permitido manifestar á V. M. aquellas i(leas, no probase
bien claramente que ellas solas son causa de la obstinacion con
que se me persigue, seria preciso desconocer el corazon humano
pal'a detenerse en buscar otro origen. En efecto, señora; si los
hombres que aconsejaron el sostenimiento de las armas en manos
de las masas que las tenian y la publicacion del manifiesto, proce·
dian de buena fé, es 11feciso convenir en flue acaso son los únicos
españoles que han visto las cosas de semejante modo. Pero en tal
caso, si eran leales, si fiele~ súhditos de Isabel JI debieron aban-
donar toda influencia en los negocios del Estado, desde el mo-
mento en que vieron los desastres, efecto de su imprevision funes-
la. Lejos de !Jacel'lo asi, los yernos obstinarse mas y mas cada dia:
ocupados en conservar sus destinos á toda costa, no les arredran
los males que han desplomado sobre la patria, sino antes bien pa-
rece que se complacen en prepararle otros nuen),. Sus proYiden-
das, rara vez conformes á las necesidades, son eludidas ó interpre-
tadas, y no pocas veces desobedecidas para evitar los inconvenien-
tes que resultarían si fuesen ejecutadas. En lucha abierta con Ya-
riO!! de los pricipales agentes del poder, y viendo peligros en su
franca destitucion, trabajan en minar su crédito, en desacreditar
su conducta llenándolos de amargura y de disgustos, y presentar
á los ojos de la Europa, que nos observa atenta, todos los carac-
téres de la verdadera anarquía. Aun cuando el talento que cono-
cemos en V. M. cuantos hemos tenido la dicha de tratarla no le
hiciese penetrar los inconvenientes de semejante situaciOll, las
inspiraciones .del amol' de madre baslarian para descubrírselos to-
dos al momento de indicados.


Siento, señora, que al cumplir con este triste deber rue-
da creerse que lile mueve á ello el desagravio de mis quere-
llas personales; pero el honor me manda no escuchar los es-
crúpulos de la delicadeza cuando veo que el trono y la patria
se bailan en el mayor peligro. Poco importa que mi nombre tenga
que mezclarse en la discusion de tan graves intereses: olvídelo
V, M. Y atienda solo a que nadie me escede en habel' dado pruebas
de amor á su real persona y á su augusta descendencia, ni en la fir-
me resolueion de defender sus derechos basta mi postrer suspiro.


Dígnese V. M. reflexionar que este mismo es el hombre que
se pretende hacer figurar corno gefe de una faccion que no existe
en España, y á la cual se ha dado existencia con el fin depravado
de apoderarse del ánimo de V. :\1. por medio del terror y de la
desconfianza. Recuerde V. ~1. quienes fueron sus allli~os; quienes
los que le dieron las muestras mas positivas de adhesIOn en mo-
mentos en que ella podria equivaler á una sentencia de muerte;
véalos ahora V, M. presentados si no como traidores, cuando
menos como hombres sin esperiencia á q Ilienes se ha logrado
alucinar y seducir. i.~ cu~lcs son esos seductores, !}ue nadie co-
noce sino los que tun torciuamenle aconsejaban á Y. ~I ? ~o so-
lo encuentro dos partidos en España: el uno e,tá compuesto d~




;3,')6 fiNALES DE ISABEL 11.
hombre, que se han armado porque se ha querido ~ue tengan
umas, á peí\ilr de los graves motivos que obligaban a quitarse-
las, y que están dirigidos y acaudillados por gefes cuyos prin-
ipios" destructores de la felicidad pública, están en pugna con la
suces10n directa, y que sin cmbargo eran protegidos, y consi-
derados, mientras q nc los defensores de V. M, de todas clases
y geran¡lIías, sin esceptuar las mas elevadas del Estado, se han
visto desterrados, perseguidos, y tratados como fautores de la
anarquía. Ese partido es el que, levantando el estandarte de
la rehelion para afianzar su dominio, está cubriendo de sangre,
de dcvastacion y luto el sucio de la desgraciada patria, y el que, á
pesar de su rebelion escandalosa, encuentra disculpa para sus ac-
tos, y no pocas veces proteccion para sus criminales caudillos.-
El otro partido, seílora, es de los leales súbditos de la reina, qua
lo son cuantos hombres habitan en nuestro suelo, sin estar estra-
viados por errores groseros ó por intereses mezquinos. Para glo-
ria de mi patria puedo decir que en este noble partido se halla to-
do el valiente ejército, el clla), á pesar de la indisculpable desor-
ganizacion en que estaba al llegar la terrible crisis, ha sostenido y
sostiene con sin igual bizarría los derechos de la legítima reina. En
medio de sus filas vemos por todas partes aquellos antiguos mili-
lares, á quiencs nuestras tlisensiones políticas habian alejado de
ellas, quc llenos de gratitud hacia V. 1\1. por un benéfico decreto,
e3pedido en la gloriosa época de su primer mando, corren presuro-
sos á defender Jos derechos ¡Je In nugusta hija de su excelsa bien-
hechora. Estos son los únicos partidos que vemos en Espaíla cuan-
tos tenemos un interes en ver ¡as cosas cuales son, v en decirlas
cual las vemos, En medio del choque de las armas' y de ¡as mas
violentas pasiones ,viva Isabel 11 y viva' Cárlos V. son las únicas
voces qne hasta ahora han resonado. ¿ Dónde, pues, se halla esa
faccion tan temiLle que arrastra con tal fuerza á hombres conoci-
dos has la ahora pOi' 'in odio {¡ toda exaltacion, y por la honradez
de su conducta, y que los arrastra no solo á la traicion, sino tam-
bien á la perlidia? ¿Cual es el prestigio con que se les hace supo-
nerse defensores del trono de Isabel, para destruirlo 'i fundar so-
bre SUS ruinas el úrden de cosas á que aspira su exaltada fantasía?
Semejante inmoralidad no cabe en pechos españoles, y acredita
~¡uc conoce poco á sus compatriotas el inventor de tan atroz calum·
nia, Hay en Espaiía, como en tIldas partes, hombres fanáticos en
polílica, como los hay P;ll I'eligion: se hallan hombres oscuros y sin
talento que desean desordene", porque sahen que solo pueden me-
dnu' con ellos; y se encuentran tambien otros descontentos. Pero
tollos ellos no pueden in(\uielar á ningllll gohierno ; jamás forma-
rán un partido, ni lIlucho menos lograrán atracr á hombres cuyos
principIOS han pasado por el crisol de pruebas las lilas dificiles. La
'verdad es, seílora, que todos lus leales desean ver consolidado el
trono de la reina, y que para ello no divisan otro camino que el de
a fiel observancia de nuestras antiguas leyes. No de unasleyes die~
a¡Jas por la arbitrarieditd ó el c,lpr;cho, sino de aquellas que, ll-




APENDlCE NU:\IERO 3.0 357
jando los recíprocos deberes y derechos de los reye~ y de los pue-
blos, evitaron los abusos del poder, afianz aron la paz y el reposo,
y condujeron la nucioll al mas nIto grndo de esplendor. Esas leyes,
mejoradas cual ya lo exige el inleres tle lodos, son las únicaS¡ que
pueden salvarnos de la tleshecha borrasca que estamos corriendo:
ellas arrancaran de manos de los ministros no responsables el po-
der funesto de oprimir al pueblo, de njarle y de consumar Sil rlli-
l!a; desaparecerán para siempre esas pasiones inju:,tas , esos des-
berros arhitrarios; y solo el crimen lell<lrú que temhlm' delante de
la autoridad. Srgnros entonces de que la propiedad esta garanti-
da y la segllrid:\(1 indiYidual afianzada, los espaiíoles todo~ rodea-
rán el trono de la tierna Isabel, y la gratitud mas viva y el amor
mas sincero recompelH'arúlI los beneficio, (Iue les habrá dispensa-
do su augusta madre.


Tales son, señora, los volos de la nacion eutera: ese úclH'los
V.M.y sálvese y sálvcnos, cuandallodavía es tiempo. Desoiga V. M.
otros consejos: pucs la c"pcriencia ha dl'lJido eOllycn<:erla de (Iue
no son acertados, y (lile eH poco tiCllIpO ban producido males ljuc
pasarán muchos años antes de que puedan ser remedia/los. J)c-
seche V. M. esos temores que la perfidia solo inspira, y arrójese
confiada en brazos de la lealtad española que nUllca se desmintió,
y que reconoce v admira las virtudes y los talentos que adornan.
á la ilustre GODernadora del reino.-Asi lo suplica encarecida-
mente á V. M., ete.-Valladolid 8 de enero de 183~.-Señora.­
A. L. R. P. de V.M. -Vicente de Quesada.


-------==~-c=c~------




ESPOSICION DEL CONSEJO DE ~IINISTROS


A S. M. LA REINA GOBERNADORA.


APE~DI()E lWlIMERO ,l."


SEÑORA:


Los infrascriptos secretarios de Estado y del Despacho tenemos
la honra de llamar en este dia la atencion de V. M. hácia el punto
mas imporlanl~ para la firmeza y esplendor del trono. y para la
suerte futura de la nacion. A. V. M. está reservada la gloria de res-
taurar nuestras antiguas leyes fundamentales, cuyo desuso ha
causado tantos males por espacio de tres siglos, y cuyo restable-
cimiento por la augusta mano de V. M. será el mas próspero pre.
sagio para el reinado de su excelsa hija.
~o sin raZOll establecieron nuestros mayores, CJO arreglo a Jos


códigos nJas antiguos. y siguiendo una coslullIhre inveterada oue
se pierde en la cUila ¡Je la monarquía, que al atlvellilllieulo al tro-
no de Ull lllonan~a, jnrnse este aute las Corles del reino las leves
fundamenlales del Eslado, al propio tiempo que recibia de sus
súbditos 01 debido homenage de fidelidad y obediencia: acto augus·
to, solemne, que sellaba, por decirlo asi, la alianza del trono Cllll
los puehlo~ , invocando como testigo y jUPl rengador al que tiene
ell su \llallO el destino de los reyes y de las naciones.


COlino menos pre, i~ion y sabiduría se lu vo como fuero y cos-
tumbre de España que, cuando el nuevo príncipe fuese menor, se
celebrase igualmente nqllcl solemne acto; llara que los guardadores
del rey niño jurasen, no solo velar con l('altad y celo en custodia
de tan sagrado depósito, sino observar fielmente las leyes, no ena-
genanrlo ni dBpartirnL!o el señorío, y untes bien, mirando en toflas
co~as por el procolllunal de los reinos.


Aun pre,;cinrliendo de la justicia y cOIl\"cniencia de cumplir al
principio tle un Ilue\'o reinado con obligadoll tan espresa, es una
maxima fundamental de la legislacioll española, sancionada por




APENDlCE NnlEl\O 4. ~ 359
una série de gloriosos prÍncipes, y atestiguada inviolablemente por
el trascurso de los siglos, que «sobre los tales fechos grandes y ár-
))duos se hayan de ayuntar Cortes; y se faga con consejo de los
lltres estados de nuestros reinos, segun que lo ficieron los reyes
))nuestros progenitores» como decia en una ,ley famosa el señor
don Juan JI: siendo cosa ascntada que se hallan en nuestras cró-
Ilicas y anales mllehos y muy señalados teslinlollios , de que este
concurso legal dc \ olulltadc5 J' de esfuerzos, Iejus de enllaquecer
á la potestad soheraua, tú sirneron de lirmisilllO apoyo cn circuns-
tancJas gra \ es,


Fué taJllbica prin¡;ipio inconcuso del derecho púlJlico de Espa-
ña que no pudiesen imponerse contribuciones, pechos ni tributos,
sin el prévlO consentimiento de las Cortes del reino: instiluclOIl
admirable que prescrva á los pueblos de abusos y demasias. al
paso que facilita á la corona mas recursos y medios para mnlllre~­
tar á fas demas naciones su fuerza y poderío, y para atender ~ill
estrechez ni angustia á las necesidades del Estado,


Verdad es que amhas leyes ~ cuya obscnuncia hubiera pres:\'·
vado al trono de azares que lIoramo:i, y a la na¡;ion de tantas per-
didas y desventuras) se vieron suprimidas subrepticiamente en la
última recopilacion de nuestras leyes; pero tan poderoso es el in-
flujo de la costumbre, y tan arraigada estaba en el animo de los
españoles la antigua creencia de que se rcqueria en \arios casos
el concurso de las CarIes del reino, que quedó eomo fórmula para
dar fuerza y vigor á las leyes, cuando se promulgaban sin aquel re-
quisito, el espresar que fuesen válidas, como si hubiescn sido pu-
blicadas en Cortes,


De cuyo origen procede igualmente el haberse conscnado, co-
mo un mero recuerdo de la institll¡;ioll abulida, la diputacion de los
reinos, compuesta de un corto nlÍmero de regidores cnviados por
las ciudades y villas de voto en Cortl's, para vigilar el cumplimien-
to de las condicione,; y pactos cstipulados con la Corona al ticmpo
de la concesion dc millolles,


Si en todas épocas y eireun~tanci;¡:; sü reputaron las Cortes del
reino como ulla illslitucion esencial para el buen régimen de la
monarquía, mas vivamente se echó de ycr la necesidad de convo"-
carlas duranle la minoría de 103 príncipes, cn que la potestad real,
aun cuando no se vea descollocida ni disJlutada, adqlliere mas ro-
bustez y fuerzas rodeándose de los procul'adore,; de la nacioll.


y si asi lo ha acreditado la esperiencia aun en a¡juellos tiempos
bonancibles en qlle 110 amagaba ui el mas leyc peligro al hajel del
Estado, ¿qué t1irenlO~, señora, en la ocasion !lreSl',lIlC, en que un
príncipe de la estirpc real (dolor causa el decir o) inlenta arrebatar
el cetro ú lit hija de S\I propio hermano, y promune la guerra ci-
vil, como preludio de la Ilsurpacion? Mas por lo mismo que las
Cortes del reino, cOllvocadas de intento por el augusto esposo de
V. 1\1., reconocieron y juraron como heredera de sn trono, á falta
de hijo nron, á su augusta primogénita; por lo mismo que, ape-
nas ocurrido el fallecimiento del señor don Fernando VII (Q. E. G. E.),




360 ANALES DE ISABEL 11,
aclamó la nacion como reina legitima de España á la que de-
riva su derecho de las antiguas leyes, de las costumbres patrias,
del prévio juramento de los pueblos, y de la csplícita voluntad del
monarca; por lo llli~mlO que, en medio de la aCIaga lucha que han
promovido la ingratitud y la perfidia, y que alimentan la miseriJ
y la ignorancia, se ostentan casi todas las provincias del reino cadl
día lllas fieles y sumisas al cetro suave de la reina nuestra señora;
es no menos justo que político y conveniente quitar hasta el último
asomo de esperanza á la faccioll aleve, que proclama la usurpacioll
para satisfacer sus siniestras pasiones.


Allte las Cortes generales del reino, con el libro de la ley en la
mano, de la manera Illas solemne de (¡ue se halle ejemplo en los
fastos de la monarquía, se espollllrá a la faz de la nacion y del
mundo la conducta del mal aconsejado prín:ipe que, promoviendo
la discordia civil y aspirando á usurpar el trono, provoca mas
y IlIas cada dia las medidas severas que puede emplear legíti-
mamente la nacion para su resguardo y defensa.


La reuniou de las Cortes del reino es el único medio legal, re-
conocido, sancionado por la eostumhre inllJ(~morjal en semejantes
casos, para acallar pretensiones injustas, quitar armas á los par-
tidos, y pronunciar 1111 fallo irrevocable que sirva de prenda y de
fianza ú la paz futura del Estado.


Tantas y tan poderosas razones, que fuera inútil desenvolver
ante la penetracion y sabiduría de V. M" han grabado en nuestro
ánimo el íntimo convencimiento de que el medio mas eficaz para
afirmar en cimientos indestructibles el trono de la reina nuestra
sefíora, á cuya sombra crecen tantas y tan halagüeñas esperanzas,
es que se digne V. )1. restituir su fuerza y vigor á las leyes fun-
damentales de la monarquía, empezando por convocar las Cortes
generales del reino.


,'\[as ¿de qué mancra deberán convocarse? Compuesto este Yas-
lo imperio de la agregacion sucesiva de tantos y tan distintos Es-
tados, ¿cuál es la forma (Iue habr;í de preferirse para que sirya de
modelo? ¡,Se convocarán as Cortes como en el antiguo reino de Ara-
gon, como en la [H'o\incia de Valencia, ú como en el Principado
de Cataluña? ¿Se elegirán por tipo las de Navarra, ó se antepon-
drán las de Castilla? Y aun circunscribiéndonos á este último rei-
no, ¡,qué modo de congregar las Cortes se ha de restablecer ahora,
en merlio de la indecible variedad que se echa (le ver en este pun-
to, segun los tiempos, la ocasioll y las circunstancias? Inútil em-
peño seria obstinarse en buscar una pauta COllstante y segura del
modo con que se reunian las Cortes en Castilla, cuando esta ma-
teria ha prestado yastísimo campo á las interminahles disputas de
sábios y eruditos. Ni produciria gran ventaja, aun cuando asequi-
ble fllera, el determinar á plinto fijo la manera y forma con que se
congregaban las antiguas Cortes; porque 110 debe ser el blanco
pI'incip~ll de un gobierno desenterrar las antiguas instituciones,
como pudieron eOll\ellir á nuestros mayores allá en siglos 'remotos
yeH circunstancias diferentes; sino aplicar con discernimiento y




APENDlCE NUMERO 4.0 361
cordura los frinCipios fundamentales de la antigua legislacion al
estado actua de la sociedad, cuyo bienestar es el fin y objeto de
todas las instituciones humanas.


Asi, pues, hemos estimado mas oportuno y conveniente, en
vez de perdernos sin fruto en un laberinto de conjeturas y proba-
bilidades, caminar en terreno tan espinoso por un\ senda llana y
segura.


Dos puntos capitales nos han sel'vido de guia para dirigir nues-
tros pasos: gue era menester buscar, por entre las varias formas
que han teIlldo nuestras antiguas Cortes, cual era, por decirlo
asi, el alma de aquella institucion, prescindiendo de accidentes y
circunstancias particulares; y de este examen dedugimos como
conseeucncia evidente: que el principio fundamental de nuestras
antiguas Cortes habia sido el dar influjo en los asuntos graves del
Estado á las clases y personas que tentan depositados grandes in-
tereses en el patrimonio comun de la sociedad.


PrlleLa de ello es que, durante los primeros siglos de la mo-
nal'quÍa, no .emos aSistir á las juntas generales del reino (cual-
uuiera que fuese su denolDinaeion y naturaleza), sino á los prelados
y á los nobles; porque en aquellos tiempos era tal la organizaeion
del Estado, que solo estas dos clases tenian grandes propiedades.
derechos, poderío, todo lo que da influjo y necesita proteccionj y
por motivos semejantes se oLservó lo mismo, con cortlsima dire-
rcncia, en los demas Estados de Europa.


Mas asi que, por UD concurso afortunado de diferentes causas,
empezó á desarrollarse la civiJizacion y cultura, mejorándose in-
sensiblemente la condicion del pueblo, fueron creciendo en impor-
tancia las clases medias de la sociedad, y despues de adquirir li-
bertades y franquicias municipales, aspiraron á su vez á tener
tambien volo en las asambleas generales de la nacion.


Lográronlo en efecto, y antes tal vez en España que en otras
monarquías de Europa; y favoreciendo la potestad real esta ten-
deuCÍa de los pueblos, que le facilitaba recursos y contrabalancea-
ha la prepotencia de las clases privilegiadas, se formó en el seno de
la nacion un nuevo elemento político, que tuvo, como era natu-
ral, ~us legítimos represent:1/ltes en las Cortes de la monarquía.


De esta manera, concurrit'ndo al fin comun todos los intereses
de la sociedad, reunidos bajo el escudo tutelar del trono, ostentó
su "igor y lustre aquella institucion saludable: institucion que dió
al Estado tantos dias de prosperidad y de gloria, mientras se man-
tuvo íntegra en su pleua fuerza y robustez; pero que. apenas:se vió
reducida y lIlutilada, no fué ya suficiente para prodUCir los anti-
gll()~ Lieues, ni para atajar la venida de mal~s.
E~ta gravísim<l consiJcracion nos ha encaminado naturalmen-


te á un punto de descanso; en la cllal nos ha parecido que debía-
mus !ljarnos, para pror:euer con acierto. En tiempo del señor rey
don Cárlos 1, se vieron escluidos de las Cortes dos brazos del Esta-
do, el C1Cl'0 y la nobleza; pero esta inllovacion peligrosa, que pare-
cia propia para acrecer el influjo del Estamento popular, liejándole




362 AN ALES DE ISABEL 11.
apoderado esclusivamente del derecho de votar en las Cortes, pro-
dujo un efecto contl'arill: y desde aquella época en que cesó el jus-
to equilibrio y nivel, necesarios para el buen régimen de la mo-
narquía, fué bastardeando hasta tal punto la antigua inslitucion de
las Cortes, que apenas eran ya en nuestros días una sombra de lo
que fueron.


l\las ni el e'!ltado progresi\o de la nacion, ni el espíritu del si-
glo en que vivimos, ni las circunstancias en que nos hallamos, con-
sienten que se fie la suerte del Estado á un mero simulacro de Cor-
tes, que nabiendo conservado el nombre primitivo, pero distantes
de representar los intereses actuales de la sociedad, ni Jludieran
ofrecer al trono eficaz cooperacion y recursos, ni satisfacer el an-
helo de los pueblos con beneficios ó esperanzas.


Privados de asistir á las Cortes, no menos que por espacio de
tres siglos, dos brazos principales del Estado; reducido el dereeho
de concurrir á ellas á un corto número de ciudades y villa:;; y vin-
culado esclusivamente en los cuerpos municipales, cuya índole y
naturaleza ha cambiado con el trascurso de los tiempos, no hay tie-
cion legal que sea suficiente á que se reputen unas Cortes tan di-
minutas y mezquinas como la reprcsentacion fiel y cumplida de
los grandes intereses de la sociedad. ,


A V. rtl. es á quien toca (¿ni qué emprcsa mas digna del :mimo
_generoso con que la dotó el cielo?) restablecer en Sil plenitud y
grandeza una institucion tan venerable, tomando en lo posiblc co-
mo basa y cimiento para levantar el nuevo edificio, las antiguas
Córtes de la monarquía,


Lejos de aventurar de esta suerte innovaciones arries~'adas, se
vuelve á entrar en el camino de la ley, de que nunca se deBió salir;
,se restituyen derechos que no pudieron abolirse, ni enagenarse,
ni perderse por la prescripcion ó el olvido; v, asegul'alldo un con-
ducto legítimo á todos los intereses sociales, se a~alla con la voz
de la nacion el murmuJ[o tle los partidos.


Divididas las córtes en dos Lrazos ó estamellto5 (sin faltar por
eso á su antigua índole, y antes bit'n amoldándolas á la forma que
la esperiencia ha recomendado como mas conveniente), puede lo-
grarse sin azares ni riesgos el fin importantísimo de aquella insti-
tucion admirable.


El Estamento de Próceres del reino (como guarda permanente
de las leyes fundamentales, interpuesto entre el trono y los pue-
blos) comprenderá en su seno á los que se aventajen y descuellen
por su elcvada dignidad ó por 5U iluslt'c cuna, por sus servicios y
merccimientos, por su saber ú sus virtudes: los venerables pasto-
res de la iglesia, los gt'alldes de Espaiía, cuyos nombrcs de,;piert31l
el recuerdo de las antiguas glorias de la nacioll, los caudillos que
en nuestros dias han acrecentado ellustl'e de las armas espaiíolas,
los que en el noble desempeiío de la magistratura, en la cnseiian-
za de las cicncias, ó en otras caneras no menos honrosas, hayan
prestado á su patria eminentes servicios, grangeando para sí me-
recida estima y renombre, hallarán abiertas ras puertas de este




.Al'ENDlCE Nl1!lERO 4.0 363
ilustre Estamento; el cual debe ser esencialmente conservador por
la naturaleza de los elementos que le constituyen.


A cuyo fin contribuirá tambien el que todos los grandes de
España, qne reunan las cualidades requeridas, sean (miembros na-
tos del Estamento de Próceres del reino: trasmitiéndose esta digni-
dad de una en otra generacion como un derecho hereditario. Esta
preeminencia, tan conforme al espíritu de la monarguía, tan tute-
lar y conservadora, es al mismo tiempo favorable a la verdadera
libertad; pues, asegurando á uná clase, no menos poderosa por sus
timbres que por su riqueza, la noble independencia que ha menes-
ter en el ejercicio de su elevado ministerio, la acostumbrará á mi-
rar el depósito de las leyes fundamentales como se mira un pa-
trimonio, vineulado en la propia familia.


Todos los Próceres del reino, escepto los grandes de España,
deberán ser, en nuestro dictámen, de nombramiento real; pero con
ciertos requisitos que afiancen en lo posible el acierto en lo~
nombramientos, para que uo se adultere una institucion tan im-
portante; y declarando, italicia aquella dignidad, á fin de ponerla
mas á cubierto del temor r de la esperanza.


El número tolal de Proceres debe quedar tambien al arbitrio
de la autoridad real; porque, no siendo amovibles, ni su mandato
revQcable, la salud del Estado reclama que la potestad régia, como
árbitra y moderadora, pueda por medio de nuevos nombramientos
ejercer un sal udable influjo rn una corporacion tan independiente
y poderosa, bien sea para prevenir ó~templar por aquel medio una
colision demasiado violen la, bien para restablecer el equilibrio en-
tre los varios poderes d el Estado.


El Estamento de Próceres es tan cOllyelliente y necesario, que
bajo una ú otra forma se balla establecida una inslitucion seme-jante en todos los }~stados representativos; y no solo en las monar-
quías templadas, sino en las repúblicas mas libres, asi antiguas
como moderna" Prueha irn'cusable, eyidente, de que es preciso
poner una barrera al empuje y violencia de los elementos popula-
res para guarecer:i la libertad contra el despotismo y la anarquía.


La mera indicacion de las bas"s para la formacion del Estamen-
to ,le los l'I'óeeres del Reino, manifiesta suficientemente asi el objeto
que 1I0S hemos propuesto como las razones en que nos hemos apo-
yado; sin que sea convenicnte ni oportllno fatigar la augusta aten-
cion de V, 1\1. con el prolijo esámcn de materias controvertibles,
que han embargado durante muchos dias la solícita atencion de
Yllestros secretarios del Des[lacho, Baste decir, señora, que tene-
mos el profundo cOllyencimiento de que si V, 1\1. se digna aprobar
la planta que le presentamos para el Estamcnto de Próceres delrei-
no, no solo hahril conseguido subsanar una especie de despojo con
ulla reparaciol1 solemne, sino que dará nuevo apoyo al trono de su
escelsa hija y á los leRítimos derechos de la nacion,


Diferente en su orígen y distinto en su organizacion y en su
objt~to,el Estamento. de Procuradores del Reino está destinnrlo pl'Ín-
cipalmente á representar los intereses materiales de la sllciedad y




364 ANALES DE ISABEL n.
á vigilar en su custodia; de donde se derivan, como de un princi~
pio fecundo, muchas consecuencias importantes.


Este Estamento es por su misma esencia colectivo.
Los individuos que le compongan dehen ser elegido:; por la


nacion; para que de esta suerte sean sus lel3ítimos Procuradores.
Su mandato debe durar el plazo que prefija la ley.
Este plazo no debe ser ni tan sumamente prolongado, que sea


fácil olvidar el origen de donde provino el mandato, ni tan breve,
que agite las pasiones políticas con muy frecuentes elecciones.


No se debe poner limitacion ni coto á la facuItad de reelegir á
los mismos Procuradores; ya porque no es justo restringir sin mo-
tivo la libre voluntad de los pueblos; ya porque la esperiencia ha
acreditado, en diversos tiempos y naciones, que es poco prudente
privarse de sugetos de acreditada suficiencia, esponir,ndo ademas
el Estado á una crisis grave y peligrosa, cada vez que se re llueve
el Estamento popular.


Mas ¡.cómo se veriticHrán las elecciolles'! ¿Quiénes deberún le-
n~r derecho de ser electores? ¿ Y quiéJles aptitud legalJJara ser ele-
gidos? Cuestiones soo estas, señora, de tanta graveda y trascen-
dencia, como que desu resolucion dependen los efectos provecho-
sos ó nocivos de esta institucion. Asi no es maravilla que vuestros
secretarios del Despacho hayan meditado la materia con mucho
pulso y detenimiento, para asentar con prohabilidad del acierto las
bases convenientes.


Acordaron antc lodas cosas proceder de un principio justo en
su origen, general en su aplicaclOn, conforme en su desarrollo con
la índole de la illstitucion misma; y no siendo compatible con las
máximas de la razon ni de la política limitar (como hasta ahora se
hizo) á un corto numero de pneblos el]nivilegio de enviar Procu-
radores a Corte~, estimaron que la base mas equitativa era dis-
tribuir el número total de Procuradores del lteino entre las varias
provineias, con arreglo ú su polllacioll.


Juzgaron tambiell que, siendo tau importante el encargo que se
va á fiar á los Procul'adores del Reino, sin estar atenidos á ninguna
responsabilidad legal. ni poder ser reconvenidos en ningun caso
por sus opiuiones y \'ot05, era conveniente, ó por mejor decir,
necesario, que la sociedad tomara de antemano cuantas precaucio-
lJes dictase la prudencia, á fin de 110 aventurar su propia suerte .


. :\Ias estas prendas y fianzas deben empezar á exigirse de los
mismos electores, porque de esta manera se da ya un paso muy
adelantado para poder confiar en las buenas calidades de los ele-
gido,s. 1 '11" 'h' ...


i .. un en as repu j Icas autlguas, cuyas sa laS llISltluCloncs 1105
ha trasmitido la historia, los que lJingunos bienes poseian no ejer-
cian derechos políticos; ni puede naClOn ninguna confiarlos, sope-
na de pagar tarde ó temprano su temeridad é imprudencia, á qui(',n
no tenga vínculos que le enlacen con la mi~ma nacion.


De ~hi es qu~ en todos los siglos y paises se ha .considerado á
la propiedad, baJO una u otra forma, como la mejor pI'enda de




ÁPENDlCE NUMERO 4. o 365
buen órden y de sosiego; asi como, por el estremo opuesto, cuan-
tos han intentado promover revueltas y partidos, soltando el freno
;, las pasiones populares, han empleado como instrumento á las
turbas de proletarios.


En conformidad con estos principios, bulliéramos deseado que
cuantos poseyesen la renta anual correspondiente, ejercieran el de-
recho de ser electores; pero, despues de largas controversias, y de
tantear en vano diferentes medios que se han practicado en varios
tiempos y naciones, nos convencimos plenamente de que rayaba
en lo imposible realizar lo que nos habíamos propuesto.


La falta de dalas estadísticos, yel sistema de contrilluciones
tan complicado, tan confuso, tan desigual en las diversas provincias,
han opuesto un obstáculo insuperable á nuestros deseos; y nos he-
mos visto precisados á renunCiar, á lo menos por esta vez, á la
aplicacion general y completa del principio que habíamos adoptado.


Por fortuna, el sistema de elecciones es de suyo variable y su-jeto á enmiendas y mejoras; yasí nos ha parecido preferible com-
prenderlo en una ley aparte: ya para no darle cierto carácter de
perpetuidad, entrelazándolo con disposiciones fundamentales, ya
pam anunciar desde luego que irá perfeccionándose insensible-
mente eon el arreglo de la administracion pública y con los conse-
jos de la esperiencia.


Lo que parecia necesario, urgente, pues que el bien del Estado
reclamaba la pronta reunion de las Cortes, era establecer un plan
de elecciones, igual, justo, sencillo, de fácil aplicacion, '/ que, ad-
mitiendo como hase el ofrecer á la sociedad las convelllentes $a-
rantías, dejase sancionado para siempre este importantísimo prm-
cipio.


Estas miras nos han guiado al determinar la ley de elecciones,
que someteremos en breve il la augusta aprobadon de V. 1\1. Por
ella se estahlece que en cada pueblo cabeza de partido >le forme
HIla junta electoral, Gompuesta de todos los individuos del ayunta-
miento, inclusos los sÍndieos y diplllados, y agregándoseles un nú-
mero igual de los mayores contribu~ elites: método que reciente-
mente se ha ensayado con buen éxito para la frnovacion de con-
cl\jales.


Cada una de estas juntas npmbrará dos electores para que con-
cunan á la capital de la respectiva provincia, pudiendo nombrar-
lo,;, no solo entre los mismos individuos del ayuntamiento, r entre
los mayores contribuyentes que hayan concurrido á la elecclOn, si-
no entre todos los que tengan las condiciones que requiera la ley.


Reunidos en la capital de provincia, los electores enviados por
los diferenles partidos, procederán tí nombrar los Procuradores á
Cortes, verificándolo por el método v forma que se prefije con el
fin de asegurar el huen órden y la líberlad de los sufragios.


Este plan de elecciones, si bien no tan perfecto como pudiera
desearse en teoría, tiene, a nuestro enlender, la inestimable ven-
taja de ser muy sencillo en la práctica: establece desde lnego dos
arados de elecoion, cuyo si~teDla uos ha parecido preferible á )~




366 ANALES DE ISABEL n.
eleccion directa, casi impracticable en España, Ó á multiplicar !has-
ta tal punto los grados de eleccion, que se desvirtuase la esencia
de la institucion misma. Se concilia, ademas, por el medio que be-
mos preferido, el dejar doble influjo á los ayuntamientos en la elec-
cion de Procuradores á Cortes; al paso que se extiende este dere-
cho á un gran número de ciudades y villas (como reclamaban á
la par la justicia y la conveniencia), hermanandolo naturallllcn te
con el elemento conservador de la propiedad.


Mas como no es posible que subsista ningun Estarlo, si se
saca de su propio lugar cada una de las ruedas que componen la
máquina política; de abi es que proponemos como base esencial
que las juntas electorales, ora sean de partido, ora de provincia,
se atengan meramente al objeto de su cOllvocacion; declarándose
nulo de derecho cuanto hicieren y determinaren fuera de su pro-
pio instituto.


Ejerzan libremente los pueblos el derecho importantísimo de
nombrar sus apoderados; pero en el momento que lo verifiquen,
no recuerden sino que son súbditos; sin 10 cual ni sus mismos Pro-
curadores pudieran desempeñar su mandato, ni ejercer su imperio
las leyes, ni subsistir ninguna forma de gobierno, euanlo menos
una monarquía. '


Si tanto en la calidad de los electores como en la forma de la
eleccion, se han tomado las oportunas precauciones, á fin de que
ofrezcan á-la sociedad fundada confianza, ya se deja entender que
se babrá procedido aun con mas detenimiento y mesura al fijar las
cualidades necesarias para ser Procurador del Reino. Que tal vez
de este punto, mas que de ningun otro, pende que vuelva á echar
raices en nuestro suelo la antigua institucion de las Cortes; ó que,
por el contrario, se marchite tan pronto, que ni aun sea menester
emplear la fuerza para arrancarla.


Las mismas condiciones que se han exigido para ser elcctor se
requieren para ser elegido; pero en una escala mas es/cnsa; como
que es tan diferente la importancia de uno y de otro encargo. Ha
debido no perderse de vista que la condicion y cualidades de los Pro-
cnradores del Reino, que concurrieren á las COI'les, reflejarán su
crédito sobre la misma institucion; yéndose formaÍldo de esta suer-
te las costumbres públicas, sin las cuales PI)CO Ó nada aprovechan
las leyes.


Con la misma intencion proponemos, como principio funda-
mental, que ninguno pueda ser Procurador :"1 Cortes sin justificar
que disfruta la renta prefijada: no estando tampoco en nuestro ar-
nitrio prescindir de que para desatender durante eierlo tiempo los
negocios domésticos, y ocuparse en los asnntos del Estado sin re-
cibir por ello ni sueldo ni retribucion, es requisito indispensable
poseer algunos bienes, y vivir cuando menos en una decente me-
dianía.


Constituido uno y otro Estamento, solo falta coordinarlos de tal
manera que concurran al mismo fin, bajo el amparo de la potestad
real¡ la cuul se IH'esenta como suprema. moderadora, para impedir




APENDlCE NUMERO 4.0 367
contrastes violentos entre los brazos del cuerpo legislador, y man-
tener en su fiel la balanza.


Al rey toca esclusivamente juzgar de la época en que hayan de
reunirse las Cortes. segun las circunstancias en que se encuentre
la nacion, sus legítimos deseos y necesidades.


Le corresponde igualmente suspender las Cortes, aplazando su
nueva reunion para euando lo estimare oportuno.


Podrá, por último, como remedio neeesario para impedir mayo-
res males, disolver las Cortes del reino; sin cuyo dereebo y prero-
gali I'a habria de acontecer, en un término Illas Ó menos lejano, ó
que la potestad real corriese gravisimo riesgo, por no ser parte á
contener el ímpetu del Estamento popular, ó que no teniendo en
su mano ningun medio legitimo de defensa, no se creyese segura
sino recurriendo á la fuerza, y quedando vencedora del campo.


La facultad de disolver el Estamento electivo ofrece el medio de
prevenir violentas erísis no menos noeivas al buen órden que á la
libertad públiea; con la notable cireunstancia de que, habIéndose
de verificar nuevas elecciones en el término que para tales casos
hayan prefijado lasleye;:, lejos de menoseabarse por aquel medio
los derechos de la nacion, no se hace en realidad sino apelar á
ella, encomendándole que (bien confirmando el mandato á los mis-
mos procuradores, bien nomllrando otros nuevos) manifieste por
medio de sus votos cual es su voluntad.


!\fas aun cuando la Corona no estime necesario hacer uso de
ta eseneial prerogativa, conviene que haya un plazo, eumplido el
cual, espiren por sí mismos los poderes de los mandatarios de la
lIaeion; 10grandose de esta suerte someter su conducta á la prueba
de I~s urnas electorales, y propor.cionar al g?bierno un ~edio es-
pedlt~ y legal para consultar oe tiempo en tiempo el barometro de
la Op11110n.


Eslando pre\enido por nuestras antiguas leyes que no se im-
pongan confribuciolles ni tributos sino eon acuerdo de las Córtes,
hastará que se establezca JlOI' base fundamental que no se puedan
imponer dichas cargas por mas tiempo que por espacio de dos
años, para alejar de e8ta· suerte el recelo de que vuelva á yacer
largo tiempo eu desuso una institucion tan salndable.


ta potestad real, como que conoce mas cumplidamente, por su
eleyada posieion, las necesidades generales del Estado v los me-
dios de satisfaeerlas, propondra las materias que hayañ de venti-
larse ('n las Cortes; pero estas reeobrarán ('! derecho, que por tan-
los siglos rjercieroll, dn ele\ar al trollO respetuosas petieiones,
encaminadas al bit'n de los pueblos.


P¡1rD pl"Ocedcr con órden y coneierto, sin lo eual se malogran
las reformas (Ille parecen mas útiles, los seeretarios del Despaeho
pondrán de manillesto á las Córtes, asi que se hallen estas eongre-
gadas, el estado en que se cneuentren los varios ramos de admi-
nistracion públiea; sometiendo á su exámen v aprobacion los pre-
supnestos de ~astos y de entradas, antes de' decretarse la imposi~
cíon de contriouciones.




368 ANALES DE ISABEL 11.
Esta medida asegurará á un tiempo el arreglo en la hacienda,


la confianza en el gobierno, la fuerza del Estado: ella 80la equivale
á un sinnúmero de reformas; porque encierra en su seno el gérmen
benéfico de todas.


La esencia misma del gobierno, aun prescindiendo de su dig-
ni(lad, exige que no se yea nllnca en el caso de ejecutar de mal
grado loque juzgue opuesto al bien público; {lor lo tanto ninguna
resolucion de las Córtes podrá tener efecto, SID que ademas de ha-
ber sido aprobada por ambos Estamentos, lleve despues por sello
la augusta sancion del monarca.


Este concierto de voluntades, tras un debate público y solem-
ne, es el que da á las leyes aquel carácter tle imparcialidad y de
justicia, que cautiva los ánimos y allana el camino de la obedien-
cia; sin que sea fácil conseguirlo, cuando aparecen hijas de la ins-
table voluntad de un bombre ó del impulso, muchas veces arreba-
tado, de una asamblea popular


Buscar prendas y garantía8 para afianzar juntamente las prero-
gativas del trono y los fueros de la nacion; contrapesar con acierto
los varios poderes del Estado, para mantener entre ellos el debido
equilibrio; noconsiderar,en fin,··los derechos políticos como deriva-
dos de principios abstractos y sujetos á vanas teorías, s1no como
medios práctICOS de asegurar la posesion tranquila de los derechos
civiles: tal es el grande objeto que nos hemos propuesto, al asentar
las bases que tenemos la honra de someter á la augusta aprohacion
deV. M.


Quiera el cielo, señora, que el éxito corresponda a nuestra in-
tencion y deseos: y que asi como un tiempo, cuando para dicha de
España ascendió al trono Isabel de Castilla, puso fin á parcialidades
r Dandos, planteando saludables reformas y restituyendo su vigor
a las leyes, asi deba la nacioll á V. M. iguales beneficios, que ha-
gan inmortal el reinado de vuestra escelsa bija.


Aranjuez ~ de abril de 1834.-Señora.-A. 1. R P. de V. M.
Francisco Marlinez de la Rosa.-Javier de BlÍl'gos.-Nicollis María
Garelly.-Antonio Remon Zarco del Valle.-JosÓ Vazquez Figue-
roa.-José de Imaz.


---O~'C-CD-<rl>-----


REAL DECRETO.


Deseando restablecer en su fuerza y Yigor Ja~ Jeyes fundamen-
tales de la monarqma, con el fin de que se lleve {¡ cumplido efecto
lo que sabiamente prcviencn para el caso en qur ascienda al tro-
no un monarca menor de edad; y ansiosa de labrar, sobre un
cimiento sólido r permanente, la prosperidad y gloria de esta na-




APENDICE NUMERO 4.° 369
clon magnánimll; he venido en mandar, en nombre de mi escelsa
hija doña Isabel n, y desplles de haber oido elllictámen del COIl-
sejo de Gobierno, y del de Ministros, que se g\larde, cumpla vob-
serve promulgimdosc con la s.olemnidall debida, el adjunto' E~­
TATI'TO REAL par,) la convocaClOll de las Cortes Generales del Rei-
no. Tendréislo entendido, y dispondreis lo necesario á su cumpli-
miento.-Está rubricado de la real mano.-En Aranjuez á 10 de
abril de 183i.-A don Francisco Martinez de la Rosa, presidente
rlel COIlsejo de Ministros.


TITULO I.


De la co/woc(lcio/¿ de l(IS Cortes Generales del Reino.
AUTlcu(.{) 1.0 Con arreglo áloquepre"iencn laley 5.a, título U'.u


partida ~.a, y las leyes La y 2.", titulo 7.°, libro 6.° de la Nuev~
Recopilacion, S. 1\1. la reina Gobernadora, en nombre de su escel-
sa hija doña Isabel 11, ha resuelto convocar las Corles Generales del
Reino.


Al\T. 2: Las Cortes generales se compondrán de dos estamen-
tos: el de Próceres del Reino, yel de Procuradores del Reino.


TITULO JI.


Del Estamento de Próceres del Reino.


AIIT. 3.° El Estamento de Próceres del Reino se compondrá:
1.° De muy reverendos arzobispos y reverendos obispos.
2. 0 De grandes de España.
3.° De títulos de Castilla.
,\.0 De un número indeterminado de españoles, elevados en
digni~ad é ilus!res por sus. servicios en las varias carreras, y que
sean o hayan Sido secretarIOs del Despacho, Procuradores del Rei-
no, consejeros de Estado, embajadores ú miuistros plellip'olenciarios~
generales de mar ó de tierra, ó ministros dc los l.nbunales su-
premos.


5." De los propietarios territoriales ó dueños de fábricas, manu-
facturas ó establecimientos mercantiles·, que reunau á su mérito
personal y á sus circul1Rtancias relevantes el poseer una renta
anual de sesenta mil reales, y el haher sido anteriormente Procu-
radores del Reino .
. '6.0 De los que en la enseí'íanza pública, ó cultivando las·cien-
cias ó las letras, hayan adquirido gran renombre y celebridad, con
tal que disfruten una renta auual de sesenta mil reales, va proveu-
ga de bieries propios, ya de sueldo cobrado del Erario ..


AIIT. i.o Rastará ser arzobispo ú obispo electo ú auxiliar para
poder ser elegido, en clas(' ¡le Inl, y tomar asiento en el Estamento
de Próceres del Reino.


ART. 5." Todos los grandes de España son miemhros natos del
lOMO l. 24




370
Estamento de Próceres del Reino; y lomaran asiento en él, con tal
q&e reunan hlS condiciones siguientes:


La Tener veinte y cinco años cumplidos.
'1.a Estar en posesion de la grandeza y lenerla por derecho


propio.
s.a AcreditaT que disfrutan una renta anual de doscientos mil


reales.
. 4. ~ No tener sujetos los bienes a ningun género de inter-


vencion.
5.a No hallarse procesados criminalmente.
6.3 No ser súbditos de otra potencia.
ART.6,o La dignidad de Prócer del Reino es hereditaria en lo~


grandes de España.
ART. 7." Ef rey eli~e y nombra los demas Próceres del Reino,


cuya dignidad es vitalicia.
AUT. 8.° Los títulos de Castilla que fueren nombrados Próceres


del Reino deberan justificar que reunen las condiciones siguientes:
1.. Ser mayores de veinte y cinco años.
!.3 Estar en posesion del título de Castilla, y tenerlo por dere-


(lho oropio.
S.4 Disfrutar una renta de 80,000 rs.
4.3 No tener sujetos los bienes a ningun género de inl6rven-


tion.
5.a No hallarse procesados criminalmente.
6.' No ser súbditos de otra potencia.
ART.9.0 El número de Próceres del Reino es ilimitado.
ART. 10. La dignidad de Prócer del Reino se pierde únicamen-


te por incapacidad legal, en virtud de sentencia por la que se naya
impuesto pena infamatoria.


ART 11. El reglamento determinara todo lo concerniente ~. ré-
gimen interior, y al modo de deliberar del Estamento de Próceres
del Reino.


ÁRT. 12. El rey elegirá de entre los Próceres del Reino, ea'da
vez que se congr~l5uen las Cortes, á los que hayan de ej~cér du-
rante aquella reumon los cargos depr-esIDente y vice·presioonte ilé
dicho Estamento.


TITULO III.
Del Estamento de Procuradores del Reino.


ART. lS. El Estamento de Procuradores del Reino se compon-
drá de las personas que se nombren con arreglo á la ley deelec-
~~. .


ART. U. Para ser Procurador del Reino se requiere:
1.° Ser natural de estos reinos ó hijo de padres espailoles.
2. o Tener treinta años cumplidos.
S.u Estar en posesion de una renta propia anual de 40ce Qlil
Na~ij.




APENDlCB NUMERO 4. u 3'11
i.u Haber nacido en la provincia que le nombre, ó haber resi-


dido en ella durante los dos últimos mlos, ó poseer en ella algun
prédio rústico ó urbano, ú capital de censo que reditú~n la mitad
de la renta necesaria para ser Procurador del Reino.


En el caso de que un mismo individuo haya sido elegido Pro-
curador á Cortes por mas de una provincia, tendrá el derecho de
optar entre las que le hubieren nombrado.


ART. 15. No podrán ser Procuradores del Reino:
1.0 Los que se hallen procesados criminalmente.


. '2: Los que hayan sido condenados por un tribunal á pll.Da in-
famatoria.


S.· Los que tengan alguna incapacidad física notoria yde natu-
raleza perpétua. . . .


4.° Los negociantes que esten declarados en qUiebra, ó qu~ há-
yan suspendido sus pagos.


5.° Los propietarios que tengan intervenidos sus bienes.
6.° Los oeudores á los fondos públicos, en calidad de segundos:


contribuyentes.
ART.16. Los Procuradores del Reino obrarán con sujecion á los;


poderes que se les hayan espedido al tiempo de su nombramient()l
ew los tét!minos que prefije la real convocatoria.


AUT.17. La iluracion de los poderes de los Procuradores efe,
Reino será de tres años, á menos que antes de este plazo haya el rey
dis~to las Cortes.


AllT. 18. Cuando se proceda a nuevas elecciones, bien sea por
haber caducado los poderes, bien porque el rey haya disuelto las
Cortes, los que hayan sido últimamente Procuradores del Reino po-
drán ser reelegidos , con tal que continúen teniendo las condicio-
nes que para ello requieran las leyes.


TITULO IV.
/Je la reunion del Estamento de Procuradores del Reino.


~nT. 19. Los Procuradores d.el Reino se reunirán en el puebIÚ'
deSignado por la real eonvocatonapara celebrarse las Cortes.


AnT. 20 El reglamento de las Cortes determinará la forma y re-
glas que hayan de observarse para la presentacion y exámen de
los poderes.


AUT.!21. Luego que estén aprobados los poderes de los Procu-
radores del Reino, procederán a elegir cinco, de entre ellos mis-
mos, para que el rey designe los dos que han de ejercer los cargos
de presidente y vice-presidente.


ART. 22. El presidente y vice-presidente del Estamento de pll).
curadores del Reino cesaran en sus funciones, cuando el rey 81'S-
penda ó disuelva las Cortes. .


AIIT '23. Elreglamento prefijará todolo concerniente al régimen:
interior y al modo de deliberar del Estamento de Proeurad6lres dCl¡
Reino, .




TITULO V.


DísposicÚJnes genera les.
Aa·r. 'M. Al REY toca esclusivamcllte co",'ocar, s1I8pender y di.


IOlver las Cortes.
ART. 25. Las Cortes se reunirán, en Yirtud de real convocato-


ria, en el pueblo y en el día que aquella señalare.
~RT. 26 .. El REY abrirá y yerrará las ~ortes, bien en persona,


ó bIeI). autonzando para ello a los secretanos del Despad\{), por un
decreto especial refrendado por el presidente del Consejo de Mi-
nistros.


ART.27. Con arreglo á la ley 5.3 , título US.·, partida2.a, se con-
vocarán Cortes Generales despues de la muerte del REY para que
jure su sucesor la observancia de las leyes, y reciba de las Cortes
el debido juramento de fidelidad y obedIencia.


ART.28. Igualmente se convocarán las Cortes Generales del
Reino, en virtud de la citada ley, cuando el príncipe ó princesa
que baya beredado la corona, sea menor de edad.


AIIT.29. En el caso espresado en el artícnlo preeedente, los
guardadores del rey niño juraran en las Cortes velar lealmente en
custodia del Príncipe, y no violar las leyes del Estado; recibiendo
de los Proceres y de los Procuradores del Reino el debido juramento
de fidelidad y obediencia.
, ART. 30. Con arreglo a la ley 2.3, titulo 7.·, libro 6.· de la Nue-
va Recopilacion, se convocarán las Cortes del Reino cuando ocu\'-
ra al~lln negocio árduo, cuya gravedad, á juicio del REY exija con-
sultarlas .


. hr. 31. Las Cortes no podrán delihera¡' sobre ningun asunto
que no se haya sometido espresámente á su exámen en virtud de
un decreto real.


AIIT. 32. Queda sin embargo cspedito el derecho que siempr6
han ejercido las Corte,; de ~Ieyar pcl.iciones al R"y, haciéndolo del
modo y forma que se prefijara en el reglamento.


ART. 33. Para la formacion de las leyes se requiere la aproba-
~~ioll de uno v otro Estamento y la sancíon del REY.


ART.3i. "con arreglo ú la ley 1. a, título 7.°, libro 6.° de la Nue-
'I'a Recopilacion! no se, exigirán trihutos ni contrihuciones, de
Jlinguna clase. SlIl que a propuesta del REY los hayan votado la~
Cortes.


Ala. 3;' Las l:ontrihuciolles 110 podrán imponerse, cuando mas,
sino por término de dos años; antes de cuyo pinzo deberán votarse
de nuevo por las Cortes,
AR~'. 36. Antes de votar las Cortes las contribuciones que ha-


van de imponerse, se les presentará por los respectivos secretarios
del Despacho una esposicion, en qne se manifieste el estado que
tellgan los varios ramos de la administracion pública; debiendo
desJlues el ministro de Haciellda presentar á las Cortes el preilu-
puesto de gastos y de los medios de satisfacerloij.




APENDICE NUMERO 4. o 373
ART. '5'1. El REY suspenderá las Cortes en virtud de un decreto


refrendado por el presidente del Consejo de ~Iillistros; y en cuanto
se lea aquel, se separarán uno y otro Estamento, sin poder YQlver á
reunirse ni tomar ninguna deliberarion ni acuerdo.


ART. 38. En el easo que el REY ,uspendiere las Cortes, no vol-
verilll estas á reullil',;c 5illO en I'irlud de una Ilucya convocatoria.


AIIT. 39. I~I di~ que este señalare para yolH'r á reunirse las
Cortes, conc.urriran ú ell,as los mismos {)rocuradorcs del Iteino; á
menos que ya R,' haya eumplido el término (le los tre,.; años, que
deben durar Sil:' !Joderl·s.


AUT. íO. Cuando el UEY disuelva las Cortes habrá de haeerlo en
persona ó por medio de un decreto refrendado por el presidente
del Consejo de Ministros.


AUT. i1. En uno y otro caso se separarán inmediatamentr am-
bos Estamentos.


AUT, 4'~. Anunciada de úrden del RE\" la disolucion de 1<15 Cor-
tes, el Estamento de Próceres del Reillo, !lO Jlodrá \olrer á reunirse
ni tomar resolucion ni acuerdo, hnsta (111e en ,¡rtud de Huela con-
vocatoria vuelvan a juntarse las Cortes.


AnT. i3. Cuando de órden del REY se disuelvan las Cortes, que-
dan anulados en el mismo aclo los podere;; de Procuradores del
Reino.


Todo lo que hicieren ú de!erminaren despues, es nulo de de-
Teeho. '


ART, U. Si hubiesen sido disueltas las Cortes, habrán de reu-
nirse otras antes del término de un año.


ART. 45. Siempre que se conYoquen Cortes, se cOJIVocara á un
mismo tiempo á uno v otro Estamento .
.\.IlT~ 46 No podra estar reunido un Estamento, sin que lo esté


igualmente el otro.
ART. i7. Cada Estamento celebrará sus sesiones en recinto se-


parado.
ART. 48. Las sesiones de uno y olro Eótamcnto ser;in públicas,


esceplo en los casos que seilulare el reglal1lento.
AIIT. i9. Asi los Próceres como los Proeuradores del Reino se-


Tán inviolables por las opiniones y votos que dieren en desempeño
de su encargo.


ART. 50. El reglamento de las Corles determinará las relacio-
nes de uno y otro Estamento, ya reciproca mente entre sí, ya res-
pecto del gobierno.


Francisco Martinez de la Rosa.-Javier de Burgos.-Nicolas
María GareJly.-Antonio Remon Zarco del Valle.-Joié Vazque~
Figueroa.--.Tosé de Imaz.




REAL DECRETO.


"'PIil~DI()E NIIMlilaO 5.·


Atendiendo las reiteradas súplicas que me ha hecho oon Javier
oe Burgos, mi secretario del Despacho del Fomento, manifestán-
dome que el estado cada dia mas quebrantado de su salud no te per.,.
mite proseguir en el desemJleño de un cargo que requiere tan
contínua asistencia y trabajo; he tenido á bien admitir la dimision
que me ha dirigido de la espresada secretaría del Despacho; Y- para
(jarle una muestra de lo satisfecha que estoy de la actividad y ce-
lo con que ha promovido reformas úLiles al Estado, he venido en
concederle la gran cruz de la real y distinguida órden de Cár-
los IU.-Tendreislo entendido y lo comunicareis á quien corres-
ponda.-Está rubricado de la real mano.-Aranjuez 17 de abril de
1834.-A don Francisco Martinez de la Rosa, presidente del Con-
sejo de Ministros.


~.¡e--




TEXTO ESPA~OL


DBt Ta.YADO DE CUADRUPLE ALIANZA, FECHO EN LONDRES


A 22 DE HE ABRIL VE 1834.


S. M. la reina GolJernadora y regenta de España, dUl'unte la me-
nor edad de su hija doña Isabel 11 reina de España, y S. ~1. J. el
duque de Braganza, regente del reino de Portugal y de los Algnl'-
bes á nombre de la reina doña María 11, íntimamellte convencidos
de que los intereses de ambas coronas. y la seguridad de sus domi-
nios respectivos exigen emplearinmediatamenle sus esfuerzos uni-
dos para poner térmmoá las bostilidades, quesi bien tuvieron por
objeto primero atacar el trono de S. ll. I., proporrionan hoy
amparo y apoyo á los súbditos desafectos y reIJeldes de la corona
de España, y deseosas SS. MM. al mismo tiempo de proveer los
medios necesarios para restituir á sus súbditos los benelicios de la
paz interior, y afirmar mediante los recíprocos buenos oficios 11).
amistad que desean establecer y cimentar entre ambos Estados,
ban determinado roonir sus fuerzas con el objeto de compeler al
inCa. don Cárk>s de España, y al iufante don Miguel á retirarso
de los dominios portugueses.


Bn ronsooucocia, pues, de estos CQnveniq¡;, SS. MM. re-
seates se Dan dirigido á S. M. el. rey del reiuo uni~o de la Gran
Bretaia é Irlanda yi á S. M. el r~y' ® los fr-anoof:\es; y SS. ~M"
considerando el int.&es g.U6 deben wm .. ar siempr.e. por la segundad
de la monarqu~ española, y hallándose adamas ariimados del IDIUi




l'


376 ANALES DE ISABEL n.
vehemente deseo de contribuir al restablecimiento de la paz en
la Península, COlliO en toclas las dem~s partes de Europa, y
S. l\I. B. considerando tambien [as obligaciones especiales deriva-
das de su antigua alianza con el Portugal, SS. ~BI. han consen-
tido en entrar como partes cn el propuesto convenio.


Al efecto SS. ~IM. han tenido á bien nombrar como plenipo-
tenciarios, á saber:


S. M. la reina regente (hJ Espatla duranle la menor eelad de su
bija doña Isabcl JI, reina de España, á don Manuel Panda Fern,m-
dez de Pinedo Alan y Dávila, marques de Miratlores, conde de
Floridablanca y de Villa paterna, selior de Yillagarcía, grande de
España, cabnllero gran cruz de la real y distinguida órden de
Cárlos IlI, y enviado estraordinario y lllinistro plenipotenciario
de S. 31. C. cerca de S. l\I. 11.


S. M. el rey de los franceses, á don Cárlos ;\Iauricio de Tallei-
rand Perigord, príncipe ele TalleirJlld, p~r de Francia, embajador
estraordinario y ministro plenipolcn"iario del rey de los franceses
eerca de S. ~I. n., gran cruz de 11 !egiOll de honor, cabal/ero de la
insigne órden del toison de oro, gran cruz de la órcleu de San Es-
teban de Hungría, de la de San Andres y de la del águila negra.
S~ 1\1. el revdel reino unido de la Gran 13retaiia é Irlanda al


muy honorahlC Enrique Juan, vizconde de Palmerslon, baroll
Temple, par de Irlanda, micmbro del muy honor~!Jle cousejo pri-
vado de S. 1\I n., cabnllero de la muy hOllorable orden del Bario,
miembro del parlmnenlo, y principal secretario de Estado cn el
departamento de Negocios estrallgeros.


S. M. I. el duque de Braganza, regente del reino de Portugal
y de los Algarbes, á nombre de la reina dolia María 11, á don Cris-
tóbal l'edro Moraes Sarmento, del consejo de S. ~I. l., hidalgo
caballero de la casa real, comendador de la órdon ele Cristo, y CIl-
viarlo estraordinario y millistro plenipotenciario de S. M. I. eer-
cade S. M. H.


Los c\1ale~ hall convenido en los artículos siguientes:
ART. 1.0 S. ~I. I. el el ulJue de llraganza, regente del reino tle


Portugal y de los Algarbes, á nombre de la reina doiia María ll,se
obliga á usar (le totlos los medios qne estime en su poder para
obligar al infante don Cárlos á retirarse ele los dominios portu~
gueses.


ART.2.0 S. ~I. la reina Gobernadora y regenta de España du-'-
ranle la menor edad de su hija doña 18abelll, reina de España,
rogada é invitada por el presente aeta por S.M. I. el duque de Bra-
ganza, regente en nombre de la reina doiia María Il, y teniendo
ademas motivos de justas y graves quejas contra el infante don
Miguel por el sosten y apoyo que ha prestado al preteudiente á la
corona de Espalia, se obliga á hacer entral' en el territorio portu-
gnés el nlllllel'O (le tropas españolas que acordarán despues ambas
partes cHlllmtantes, con el objeto de cooperar con las de S. }1. F. á
/in de hnrer retirar de los dominios portugueses á los infantes don
Cárlos de España y don Miguel de Portugal; Qbligáudose adernas




APENDICE NUMERO 6. o 377
S. M. la reina Gobernadora, regenta de España, á mantener por
cuenta de la España y sin gasto alguno del Portugal las tropas es-
pañolas, las cuales scr¡¡n recibidas y tratadas en todos conceptos
como sean recibida, y tratadas las tropas de S. M. I.; Y S. 1\1. la
reina regenta se obli,:a á hacer retirar sus tropas fuera 'del territo-
rio portugué, npCllJS el objeto melldonado de la espulsion de los
infantes se haya realizado, y cuando la presencia de aquellas tro-
pas en Portugal no sca ya re!jllcrida por S. M. I. el duque regente
en nomhrc dc la reina doña María H.


ABT.3." S.~:' el rey del reino lIuido fic la Gran Bretaña é Ir-
landa se obliga Ú coolwrar, cmplcalllliJ una fuerza naval en ayuda
de las operaciones quc han dé emprcnrJerse en conformidad de las
estipulaciones del presclIlc tratado pOI' las tropas de España y
Portugal.


AIIT. 4." En el caso que la cooperacion de la Francia se juzgue
necesaria ,)ol')as altas partcó contratantes )lara.con~eguir el Un de
esle tI'alar o, :S. M. el rey de los [nlnceses se obliga a hacer en este
particular todo aquello que él y sus ~ugusios aliados determinasen
de comuu acuerdo.


AnT.5." . L:IS altas parte., cuutratanlei\ han eonvcnido que a
consecucnCla de las estipulaciones contcnidas en los artículos pre-
cedentes, se huril inmediatamente una rleclaracion, anunciando á
la llaeiOIl portuguesa los principius y objelo de las estipulaciones
dc este tratado; y S. ~I. l. el dmIue de Rraganz<J, regente en nom-
bre de la reina doiía Maria II, anilllarlo del siucero deseo rJe borrar
torIo rCCU(,J'rJo de lo pasarlo, y de reunir en derredor del trono de
S. M. 1. la nacioll enlera. sobre la l¡Ue la divina Providencia la
ha llamado á reio.1/': decJ.1I',1 su intencjon de publicar al mismo
tiempo una amnistía anlplia y genf;ral. en rayar de t~rJos Jos Súbúi-
tos de S. M. I. que rlcutro de un !,Cl'mIllO qUE; se senalara, vuelv~n
á su obedier.cia. 'í S. !I!. 1. ",1 duque regento en nombre de su hiJa
la reina dOlla l\I:li'ía JI, tlce!ara tambien su inlencion de asegurar
;11 infante don Jliguel, lue;;o que salga do los. Estados portugu~­
ses y espaüoleó, uila renta eOl'reSplllll.l!ente a su rango y naCi-
miento.


AUT. 6." S. 11. larcina Gobel'l1allora, regenta de España du-
rante la ménor edad d~ su hija DoBa Is~bel 11 .. reina de España,.en
virtud rJ'el presente ar'Uculo, declara su IlIlenClOn de as~gurar al 111-
fante don Cárlos, Illego qlle salga üe los estados espaJ!ol~s y por-
tugueses una renta cOl'I'es(lo[Jdienle a su rango y naclOnento.


ART. ¡'." El presente tratado será ratif!cado, y las r~tificacio~
nes sc cangrarán en tóndl'cs en el ('spaClo de un mes, o antes SI
fuere posible. . ..


En fé tle lo cual 105 respectivos plelllpotenClanos lo firmaron y
sellaron con el sello de sus armas.


Dado en Lóndl'cs á 2'2 de abril del afio de Nuestro Señor 1834.
-Firmado.-El mal'qués de l\tiraflores.-Pl'íllcipe de Talleirand.
-Palmerston.-Cl'istóbal Pedro de l\loraes Sarmellto .
. .. Se I'~tificó en 31 de mayo de 183·1.




CONTRATO DE ANTICIPO


DE QUINCE MILLONES DE FRANCOS CELEBRADO ENTllE DON
MANUEL GONZALEZ ALLENDE, COMISARIO DE S. M. C., y


LOS SEÑORES BOTSCHILD HERMANOS.


Parls 7 de junio de ISJi.


&PEllinflE !WIlIIIERO •. '


Entre los infrascriptos don Manuel Gonzalez Allende de una
paI:te, comisario del gobierno de S. M. C., autorizado en toda for-
ma para es'.e efecto, y obrando á nombre de S, M, e" actualmen-
te en París, y viviendo en el hotel des Princes, y Messieurs de
Rotschild hermanos, de la otra, banqueros en París, y viviendo en
la rue Laffitte, núm. 15 se ha convenido en lo siguiente.


,\.RTICULO 1." Los señores de Rotschíld bermano~ se obligan á
¡mner en París á disposicion del gobierno e~pañol, de aquíal 30 de
este mes, para el pago de los intereses de los fondos públicos de
España, que vence en 1." de julio próximo, la suma de quiuce
millones de francos. '


Aar. 2.0 El gobierno español bonificará á los' señores de ltots-
child hermanos, sobre dicha suma adelantad:t, una comision dedos
por ciento y los intereses á razon de cinco por ciento al año.


AUT. 3"· Como garantía de díchoadelanto, el gobierno español
se obliga á entregar en París á los señores de Rotschild berma-
n(/s; en el m¡¡s cor.to plazo posible, un valor real, y efectivo de
ltÍ'einta millones. de frilqcos en fODd"l' pú~licos t1~1 tres por <lienlo
de España al pptladq~, p~roi ell P.aE~ ~Jtn4.res ~ Amslerdam
y Amberes, óá eleccion (fe')ó~ ~ijpres,d,e ~oL~ild li,et'll,Ia/los 1 e~
obligaciones del cinco por ciento de España, pagaderas en Pans Q




APENDJCE NUMERO 7.· 379
LóndrM. Los títulos de los valores en depósito seran, en confor-
midad de los deseos de los señores de Rotschild hermanos, exac-
tamente conformes á los de mas títulos en circuladoD, ó con arre-
glo al modelo que presentarán dichos señores. Eslos títulos goza-
rán de una amortizaeion de uno por ciento á interes compuesto.
El plazo arriba mencionado para la entrega de estos tilulos á los
señores de Rotsehild hermanos, no deberá eseeder en ningun caso
del '!4 de julio pró~imo para el valor efectivo de veinte millon8tl
de francos, y del 15 de agosto próximo para la cantidad restante.


ART. i.o El gobierno español se obliga á presentar- á la apro-
bacion de las Cortes, luego que se reunan, una ley que tenga por
objeto el reconocimiento de los empréstitos de los años 1820, 1821
Y 18'!'!, llamados empréstitos de Cortes, y que estipule las condi-
ciones con que las obligaciones de dichos empréstitos serán admi-
tidas, sea Jlor meros títulos, sea por otro modo mas conveniente; y
esto sobre las bases mas equitativas y mas favorables que sea po-
sible conceder, tanto con relacion al capital que se deba recono-
cer, como con relacion al interes de que deban gozar los nuevos
títulos reconocidos.


ART. 5.° El gobierno español se obliga á. reembolsar en París,
en ellérmino de tres meses lo mas tarde, contando desde la fecha
de hoy, á los señores de Ilotschild hermanos, las sumas adelanta-
aas segun el articulo 1.0, con mas los intereses y comision estipu~
lados en el artículo '2.°, sea por un reembolso real en moneda
francesa efectiva, sea cediéndoles, por un valor concertado de an-
temano con dichos señores, los efectos públicos depositados en su
mano como garantía. No efectuándose el reembolso efectivo en
metálico, ni pudiendo ponerse de acuerdo sobre el contrato de
venta mencionado, los señores de Rotschild hermanos quedan des-
de luego autorizados para vender y realizar en dicha época, ó mas
tarde, si les conviniese, por cuenta del gobierno español, los efec-
tos públicos depositados en su mano como garantía, basta la con-
eurrencia de la sUllla de las cantidades adelantadas, con mas los
intereses y comision, dando nota y aviso de todo al gobierno es-
pañol. Sobre es~a venta, si se verifica, el gobierno español boni-
liCará á los señores de Rolschild hermanos una comision de uno
Jlor ciento, con mas los gastos de corretaje y desembolsos necesa-
rios. En el caso en que los efectos públicos depositados en manos
de los señores de Rotschild hermanos, fuesen insuficientes para
reembolsarles de sus adelantos, como tambien en el caso en que
la venta 110 pudiera ser efectuada, el gobierno español quedará
siempre obligado para con los señores de Rotschild hermanos al
reembolso de sus adelantos por Iodos los medios y recursos de
que puede disroner.


ART. 6.° E gobierno español se obliga á dar la preferencia á
l~s señores de Ro!schild her~a.nos, en igualdad de precio y condi-
clO~es, para el pnmer empreshlo que se halle en el rcaso de ne-gO~lar, como ~ara tod~ negociacion de efectos público,:, ó cual-
qUiera otro prestamo u adelanto de fondos de que pueda ucccsitaf;




380 ANALES DE ISABEL 11.
no pudiendo tratar con nadie de dicho empréstito. ui de dichas
()peraciones sin conocimiento de los señores de Rotschild hermanos.
nz concluir ni aceptar definitivamente otras ofertas que las suyas. sin
haberles puesto en disposicion de encargarse ellos lIúsmos delnegoc~o
ti 'los mismos precios y condiciones. En su consecuencia el gobierno
españolno lJo([rá hacer este empréstito ni estas negociaciones de
:efectos públicos, ni pOI' 'VÍ(! de subasta ni lJOr proposiciones cerradas,
pues dicho empréstito y dichas negociaciones no pueden ser hechas
eon otras personas que con los señores de Rotschild hermanos, á me-
nos que estos últimos se nieguen cspresa y positivamente á verifi-
carlas.


ART. 7.' Como depósito provisional. v mientras se preparan los
títulos definitivos al portador que deben" ser dados cn garantía, el
caballero Allende ha depositado en manos de los señores de Rots-
child hermanos, ocho inscripciones ásu nombre, derenta al tres por
ciento sobre el gran libro de la deuda púhlica de España. cada una
de ellas de tiOOOO,OOO de rs. vn. de capllalllominal, formando un
conjunto de <iOO.IIOO,OOU tle rs. v 11., cuyas inscripciones seráu
cangeadas por los señores de Rotschild bermanos por los títnlos de-
finitivos que se les entreguen .


. AnT 8<' .El gobierno espa,ño! no podrá l~a~er ~mpl'éslito nin1511uo
DI negoclaclon de efectos pubhcos. ni recibir nlIlguna especie de
préstamo ni adelanto de fondos s(,bre depó~ito dc efedos públicos.
hasta que los señores de Roslchild hermanos hayal! sido enteramente
reembolsados del todo de sus sumas adelantadas.


Fecho y firmado en París por duplicado en 7 de junio de 183t
-Firmado-Malluel Gonzalez Allende. comisionado rcgio.-De
Rotschild hermanos.


En virtud de las facultades qne 5. M. la reina Gohernadora
me concede en el poder cl·t'{lencial espedido en Aranjuez en ¡ti de
~13yo de 18H á don l\lanuel GOllzalez Allende. á quien da comi-
slOn para contratar 15.000,000 de francos para el pago del semes-
tre de las rentas de EspnJia en París, apruebo y ratifico Cll su real
nombre el anterior conyenio. .


París 7 deJ'unio de 1834,. -El embajador de S. M. C. cerca de
S. 1\1. el rey e los franceses.-Firmado.-1\1. el duque de Frias y
de Uceda, marqués de Villena.- Es cnpia-l\1. el duque de. Frias.


,




'f. \


"


PROYECTO


DB ARTICULOS ADICIONALES AL TRATADO DE LA CUAIlBUPU: ALIANZA.


S. M. la reina Gobernadora, regenta de España durante la
menor edad de su hija doña Isabel 11, S. M. el rey de los france-
ses, S. M. el rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda, y
S. M. 1. el duque de Braganza, regente del reino de Portugal v de
los Algarbes en nombre de la reina doña María 11, altas pa-rtes
contratantes del tratado (le 22 de abril de 183i, habiendo lomado
en la ma, séria consiueracionlos recientes suce~os ocurridos en la
Península, é Íntimamente eonveneidos de que este nuevo estado de
cosas exige necesariamen te nuevas medidas para lograr completa-
mente los objeto~ del preeitado trntado.


Los infrascritos don Manuel Pnndo t'ernandez de Pinedo Ala-
va y Dávila, marque;; de Miratlol'es, enviado estraordinario y
rnimstro plenipotenciario de S. M. C. cerca de S. M. B., Cárlos
.\Jauricio de Talleirand Pel'igord, príncipe de Talleirand,embajadol'
cslraordinario v plenipotenciario de S. M. el rey de los franceses
cerca fle S. M ·B., Enrique Juan vizconde de Palmerston, baron
Temple, secretario de Estado de S. M. B. en el de¡)artamento de Ne-
gocios eslrangeros, y Cristóbal Pedro de Moraes Sarmento, en-
viado estraordinario y ministro plenipotenciario de S. M. 1. cerca
de S. M. B., competentemente autorizados por sus respectivos
gobiernos, han eOllvellido en los siguientes artículos adicionales
al tratado de 2~ de abril de 183i.


ART. 1." S. M. el rey de los franceses se obliga á tomar, en to-
dos los puntos tle sus dominios fronterizos á Espafia, las medidas
mas conducentes á impedir que se ellvie del territorio f"ance:l


..... \ '.




ANALES DE ISAnEJ. 11.


ninguna especie de socorros de gente, armas ni pertrechos mili-
tares á los msurgentes de España.


AUT.2.0 S. M. :el rey del reino unido de la Gran Bretaña é Ir-
landa se obliga á dará S. M. C.ilos auxilios de armas y municiones
de guerra que necesite, y ayudarla ademas si fuere necesario, con
una fuerza naval.


ART. 3.° S. M. I. el duque de Braganza, regente del reino de
Portu~al y de los Algarbes, en nombre de la reina doña María 11,
particIpando completamente de los sentimientos de sus augustos
aliados, y deseoso ademas de dar una justa retribucion á los em-
peñoscontraidos por S. M. la reina regenta de España en el artí-
culo 1.' del tratado de 22 de abril, se oblíga á cooperar en caso
necesario en ayuda de S. M. C. con todos los medios que estén á
su alcance, y en la forma y modo que se acuerde mas adelante
~tre las dichas mae;estades.


ART •. i.o Los artICulos anteriores tendrán la misma fuerza y
efecto que si estuvieran insertos literalmente en el tratado de ~2
oe abril de 183i, debiendo ser considerados como partes del mis-
mo, y serán ratificados, y sus ratificaciones cangeadas en Lún-
dres en el término de cuarentaIDa's, ó antes si fuese posible.


En fé de lo cual los respectivos plenipotenciarios 10 firmaron y
sellaron con el sello de sus armas. (1).


(t) Este proyecto fué elevado á tratado algun tiempo despues y formado el
18 de .gaSto por 1115 cuatro plenipotenciarios que firmaron el de ti de abril.


...




DISCURSO


PRONUNCIADO POR S. M. LA REINA GOBERNA1YORA EN


EL ACTO DE LA SOLEMNE APERTURA DE LAS COBTES


EL D1A ~ 4- DE JULIO DE 1 834..


Al verme en este diaen medio de vosotros, próxi·ma á prestar
el jUTamento prevenido por las leyes fundamentales de la mOllar-
quiaoomtl reina gobernadora, la primera necesidad de micorazon
K manifestáros lossentimienlos que le antlllan, 1 las gracias q\l6
doy á la Divina Providencia por Jiaber accedido mis votos.


U nir estrechamente el trono de mi cscelsa bija con los derechos
de kl nacion, dando á unos y otros por comnn cimiento las anti-
guas instituciones de estos reinos, que elevaron á tan a}\l) ponto
su prosperidad y su gloria, tal es ~l no~le obJeto, q~e me he pro-
puesto, y del que no cabe un testlmt?Dlo mas publlco y solemne,
que el veros congregados en este reCinto.


A pesar de la satlsfaccion que de ello me resulta, me es al mis-
mo tiempo doloroso que este acto augusto se verifique en medio de
la calamIdad que aflige á varias provinci~s de la monarquía, y gue
ha estendido sus estragos hasta esta capItal, y aun mas sensible
me es, si cabe, que, prevaliéndose del terror que infundió la apa-
ricion repentina (le esta plaga, que ha causado tambien en otros
paises lamentables desórdenes, se hayan cometido por hombres
malévolos delitos tan agenos del carácter noble y bizarro del pue-
blo español, que no pueden recordarse;sin una-indignacion profun-
da. Las leyes castigarán tamaños atentados; pero si oreyese que es
necesaria vuestra coolltlracion para impedir que te repitan. bajo
Jlingurl pretesto, la reelamaré confiadament&; como I{ue se traca \le




384. ANALIlS DE ISABEL n.
defender la base misma de la sociedad, el mantenimiento del árden
público y la proteccion de la vida y propicdad de los particulares.


Tambien me causa sentimiento que el primer asunto grave qUll
haya de presentarse á vuestra dcliberacion sea la conducta obser-
vada por un mal aconsejado príncipe, que, aun en vida de su rey,
de su hermano, empezó á dar muestras de sus alllbicioso~ desig-
nios, y que, despuesdela muerte dq miaugustoesposo (Q.E.E.G.),
ha intentado por medio de la guerra civil arrebatar el cetro á su le.
gítima heredera .


. La costumbre inmemorial v las antiguas leyes fundamentales
de la monarquía, la práctica' observada en casos sem~jantes, la
imparcialidad, la justicia, todo me imponia el deb2r de someter á
vuestra deliberacion un asunto de tanta trascendencia; mas aun
cuando hubiera podido prescindir de tan sagrada obligacion, co-
mo sagrada guardadora de los derechos de mi escelsa hija, ni podia
ni debia olvidar que la tranquilidad presente y la ~ucrte futura de
estos reinos penden quizá de vuestra tlccision; ella serú digna de
vosotro5, y la naeion la aguarda tranquila.


No contento aquel priudpe con promover la rebelioll dentro del
propio reino, atizaoa el fllego de la guerra rivil desde un Estado
vecino, yaun amagaba entrar á lllano armada por aquella fronte-
ra: en estas circunstancias, el deher Je la propIa defellsa dictó las
medidas enérgicas que reclamaban á la par la justicia, la política,
el decoro de la nacion: las tropas espaílolas penetraron en Portllgal.
no para vulnerar la independencia agena, sino para dd'ender de-
rechos propios; y en el término de bmvcs dias se puso fin á la
contienúa, y los príncipes que perturbaban con Sll presencia la
tranquilidad de la Península, se vieron arrojados de su territorio:
desllngaño ~. escarmiento reciente, qne anuncia el éxito que ten-
dria cualqUIera loca tentativa.


Al propio tiemllO que se terminaba la cuestioll de Portugal, se
ratificaba en Lóndres el tralado solemne qlle tenia llor olJjeto
un fin importantísimo, no solo para la tranquilidad de os reinos,
sino para la paz y sosiego de Europa; com¡)laciéndome en mani-
resta¡', con este motivo, las amistosa,; (Iisposiciones de qne me es-
tán liando repelidos testimonios mis augustos alimlos, el rey de los
franceses y el rey del reino unido de la Gran Brctalia é Irlanda,
asi como la buena armonía que felizmente existe entre el gobierno
de S. M. Fidelísima doña ¡Uaría II y el de mi cscelsa Hija; siendo
tantos y tan estrechos los Yinculo5 que unen la suerte de uno y
·otro re1l10, que bien puede decirse que se ahende á la causa pro-
pia acudiendo á la comun defensa. .


Otras varias potencias, mlemas de las mencionadas, han reno'"
vado esplicitamente sus relaciones polÍlicas con el gobierno espa-:-
ñol, despue;; del advenimiento al trono de mi augusta Hija; y por
mi parte he reconocido alguno6 nuevos estados, ya por creerlo
conforme il las reglas de salla política, y ya para no ocasionar en-
t~rpecimientos y perjuicios á la navegacion y comercio de lo~ na ...
\urales de estos reinos.




A PENDI CE NUMERO 9. b 385
Huhiera sido de desear que todos los gohiernos hubiesen cor-


respondido igualmente á las benévolas tlisposiciones del gabinete
esp'1I101; pero aunrrue ninguno de ellos haya mostrado intenciOIl ni
deseo (le eutrolll!'terse en nuestros asuntos domésticos, algunos
han suspendido hasta ahora reconocer á mi augu,;la hija como
reina de J~spaiia. Las leyes de la monarquía la Iwn elevado al
trollo; la voluntad manifiesta de la nacion la sostiene, la razon yel
tiempo h:min <lile se trihute el debido homenage al principio con-
sen OIdor de la Icgitimi(lad.


El cu~rtro que prcsenta la situacion interior del reino esl:1 lejos
de ser tan halagüclio como ynestl"() piltriotismo deseara; mas á pc-
sal' de los obstilculos quc ha opuesto el estado de sublevacion de
unas provincias, cl (Ic,;asosicgo de otras, la escasez del erario, la
plaga que cstá asolando ú gran parte del reino, se ha conseguido
minorar los males Í1remediables en siluacion tan crítica, plantear
al mismo tiempo saludables reformas, rcalizar en hre~c plazo la
reuuiou de las Cortt's, vcucer por loLlas partes á l;¡s bandas re-
beldes, aumentar la fuerza del ejército, acrecentar eu un reino
veciuo el crédito dc nue~lras armas; y para cubrir tantas atencio-
nes, á cual mas importante y IHgente, la decision y entusiasmo de.
la nacion han escusado tener que exigir a los pueblos graves sa-
crilicio~.


1,a fidelidad dcl ejército, Sil const,ancia y denucdo, que tan
acreedur le haeen á mí especial benevolencia. reclaman de voso-
tros que me auxilipis COII vucstras luces para perfeccionar este
ramo importanlc dcl Estado; conciliando el bicnestar de 1.)8 valien-
tes defensores (Iel trollo y de la patria con lo que exigen el estado
actual de la nacion y las Ilemas atencioues del erario.


A e8lc lin se os pondrán de manilieslo, asi las varias obligacio-
nes que tiene quc cubrir el gobicl"l1o, COlIJO los recursos con tlue
cuenla, y los medios ()straonlillarios (le crédito á quc habrá de
acudir por esla vez, ya en razun de pérdidas y desfalcos anteriorcs,
ya a causade las circlIllslaneias.del dia, y ya, cn lin, para no aumen~
tar el graYilmen 'le los !lueblos. l\Ias como de su yo es dañoso, v lIe-
garia hasta ser imposib e, cl n[lI'hl' ron frecuencia á recursos es-
traordill~rios, el me.ior órdcn de la admillistracion, una prudente
y sel'c¡·a economía, la )lublieid:HI, la intcnencion de las Lortes en
el presupuesto de gastos ~ eu la imJlosicion de contribuciones,
conducirún en hrcvc al término dcsea(lo de equilibrar los recursos
oruinario" de la nacion con sus necesidaues. Cuya espcranza es
tanto mas fundada, cuallto cstribará ademas en árreglo de toda la
dcuda estrangcra, compatiblc conUlIestros medios actuales, y apo-
yado en la franqueza y buella fé, qne es la norma de mi gobierno,
como asimismo Cll la llH'jora de nuestra dcuda interior y en su es-
tincion progresiva, facilitarla por lo, reeursos que se le podrán ir
aplicando, con prudente detenimiento y desJlues de profundo
exámen.


Mis secretarios del Despacho os daran tambien conocimicnto
de las refl)rmas practicadas el. viwios ramo~ de la admjni5tracion~


'l'o.UQ l. jo




ANAtU DE ISABEL U.
la division dellei-ritorio, la separacion y deslinde entre la parte
átlminisl,ra\1va y la judicial, la supresion de antiguos ConseJos, y
las nuevas ~diencia:; creadas en beneficio de algunas provincias,
las muehas trabas que se han quitado al desarrollo (le la riqueza
pública, el alhio concedido á los pucblos de vanas exacciones
onerosas, y otras mejoras que se estan preparando, os mostrarán
mi solícito anhelo, y ofrecen ya á la nacion las mas lisongeras es-
peranzas. No se ocultarán, sin embargo, a vuestra ilustraeion y
prudencia que no es cosa haccuera reme(liar en pocos meses loz
males amontonados por espacio de siglos; y que mas de una ves
el mismo afan de querer suplir el hombre lo tlue ha de sel' obra
del tiempo, ha solido maloórar el buen éxito y aventurar el desti-
no de las naciones.


'El Estatuto Real ha echa(lo ya el cimiento: á yosotros cor-
responde, ilustres Próceres y seiiores Procuradores del Reino, con-
currir á que se levante la ob!'a con aquella regularidad y concier-
to que son prcnuas de c"tauilidad y lJrllleza.


, Por lo que á mí loca, siempre lile hallareis dispuesla á cuanto
pueda redundar en bien y proveeho de ESllalia: aun en los pocos
aias que <ljercí interinamente la ¡)otestad suprema, por voluntad
de mi augusto esposo, lllanifesté cuales eran mi intencion y de-
seo~; borrar con el olvido los vestigios de males pasados, plantear
cula actualidad las reformas posibles, y prel,arar con la i1ustra-
cion-otras mejoras para el )lorvenil', Cuale:;l\uiera que sean los
obstáculos que encuentre en tan dificil senda, espero superarlos
con el favor del cielo, ayudada de vuestros esfuerzos, y contando
con el apoyo de la nacioll: para mirar eomo propias su felicidad y
$ll gloria, me basta recordar (¡ue soy madre de babel 11, y nieta de
Cárlos lll.




CONTESTACION


AL DISCURSO PRONUNCIADO POR S. M. LA REINA GOSR:J.-
NADOllA EN LA SESION DE 24 DE JULIO DE 183!-•


• Señora: Vuestros fieles súbditos, los Próceres del Reino, vie-
nen á los pies (\el trollo á !JI'esrntar á la reina su señora dona Isa-
bel 1I el hOlllenage de!\u ealtad y S\l obediencia, y :i r. M. tomo
Gobernadora durante la menOl' edad de su escelsa hija, el de su
reconocimiento profundo, por los sentimientos que, satisfacit'lHio
la primera Ill)cesidad (Ir, su corazon, se dignó manirestarnos en la
solemne sesion tic apertura (\e las Cortrs Gencra'c~ dellleiuo.


"En este mcmol'ahle aeaeeimiento los ¡'"óceres ven como V. M.
un ~enef¡eio de la divina Pro\"idenci.3, y. corno V. M se apresuran
á tributarle gracias por habel' a('('l:'dlrlo a \Ill'stros votos.


»V. 1\1 ha qllerhlo unir e~lrpchaml)nle ('1 trono con la nacion. v
y levantar {'sta unilJn soIJre el cimiento de las anligllus inslitlleio'-
nes. gl Est3mento de los rróct'res recolloce que, el! la ejeclleion de
este noble pl'Opósilo, la jll~tiri3 ilustrada de V. 111. nu se ha li-
mitado á restablecer dercchns antigllos, sino que, sujetando su
ejerricio á reglas uniformes en armonía COIl los progresos de la· ru·
zon y con los vcrdadel'os intereses del pais. ha dado á aquella~
institllcillnes mas coherencia y unidad, y á los derechos fundados
en ellas un apar~to de ~onveniencia y de justicia que no permiti-
rá que vuelvan .lamas a sp.r hollarlos.


»Los Próc.eres del !lei!)o se duelen con V. 1\1. de que el acto
angusto de la reunion de los Estamentos se haya vel'Ífieado cuan-
do la paga del ¡:ólera asiático que at1i~e á varias provincias de la
llloDllrquia, ha estelldido sus estragos nasta la capital. En tan lrill-




388 ANALES DE ISABEL 11.
te situacion, sin embargo. la compasion pública escilada pOI' la
augusta munificencia de y, M., Y por los socorros que ha derra-
mado largamente el gobierno de vuestra escoba hijil. ha atenuado
el rigor del azote y proporcionado á lo:; pll(~/¡Ios afligidos por él
todo el consuelo q\le cabe en una desgracía general é irreme-
diable,


»En lo que no cabe COllSUe!O, sCllora, es Gil (lile un tropel de
malvados se apodera,e del lenor qlle cscitaba CII los ánimos el
repentino desarrollo del cólera, para cstraviar la multitud con ab-
surdas y calumniosas imputaciollCs, y, :'1 favor dd frene!'i que COIl
ellas estilaron, ,ilropeilase varias casas religiosas, profanase sus
templos. y asesinase á sus desapercibidos é inocellll's ministro!l,
Estas atrocidades, no solo son agenas pOI' Sil alevosía del carácl('r
noble y bizarro delllueblo espal1ol, sillo tambien pOI' su execruble
impiedad de su carácter religioso, y ellas impOn!lrán una m~llcha
indeleble a nuestra l'egencl'acion política. que desacreditarían y
harían odiosa si nofu('rall sevcramente castigadas. y, }1. nos pro-
mete que lo serán, y vuestros fieles súbditos lus I'róepres elel !tei-
no descansan en esta augusla promesa. Sí Ilnra impedir la renova-
cion de las abominaciones que todos lloramos con V. )1. necesita-
se vuestro gobierno de la cooperarion del Estamento de los Próce-
res, V. M. tiene el derecho de contar en todo tiempo con ella.


DLos Próceres dellleino hallan jU8to y natural el sentillliento,
CIne causa á V. 1\1. la necesidad de presental' a la deliberacíon de
las Cortes la COllllueta desleal !le un príncipe de vuestra familia
que osó alimentar ambiciosos designios aun vivicllllo su hermano
y su rey, y que, mucrto ('stc, intrnta ]l01' mcdio de la gucrra civil
arrebatar el cetro a su heredera legítima. V. J',J. piensa con razon
qüela tranquilidad presente y la suerte futura de eslo~ reinos pen-


.. den quizá de ladecisitlll dl~ las Cortes y les hace justicia creyendo que
esta derisioll será digua de ellos. tos Próceres del lteillo corres-
ponderán por Sll parte. ,;clior,l, {¡ o,;t:1 alta y hOliolÍtle,,1 confianza.
Las leyes, las co~tulilhi'cs, el i'('collocimielilo nacional, y sobre to-
do la conveniencia pública, ticnen ya como anllcipado el fallo de
esta callsa.


»Debi(las son á V, l\I, rendidas acciones de gracias por haber he-
ellO penetrar las trop¡¡~ cspaliolas en Portugal, y pucsto en pocos
dias!in a una lnrga cOlliil'llda, eOlllnhuyendo oportuna YClicazmen·
te á arrojarde aqllel reillo á Ilb do!:' prillci pe,; (IHe perturbaban la lran-
quilidad de la Pcniw;lila, Lo,; Próceres del Reino t'elicit,llI n V. M.
por lan glorioso re,ulLado, qU!', pre,;a¡.;ia el desenlace que tendria
toda eomhill:lI'ioll illoeD:;;]!;I, tuda klllati\'a di' nueros tr<l810111O,.


»Felicítallla asimislIlo por la, amistosas (líop(Hit:iolles, de que
dan á V. 1\1. I'cpclido,; k"limonios SllS nugllslos aliados el rey de
Jos france~es y el dclrcÍno unido de la G rall Brrlaija é 1 rlanda, asi
como por la buena arlllollÍa, que fdizllIellle cxi,te l'ntrc 1:'1 gotlÍcl'-
no de \ urstra esceba hija y el de la reilla fidplbillla doiia María 11.
Los vÍncullls que Ullell a amuos gohilTIlUS y que V. 1\1 ha estrecha-
do en el ¡ulere:) de las dos Ulouun¡uías peninsulares, se eslrecha-




APENDICE NUMERO 10.
run mas sin duda cuando:i las disposiciones elel tralado que bizo
V.1\1. para asegurarla tranquilidad de una y otra. ~e les dé una
aplic'Ir:ioll c?llformo :1 su c:ipírilll, y que se esticllda a todas sus,_
consecuenCiaS, .


llEI E,tamento de los Pró~eres ha visto con patriótica snlis-
faccion que otras varia,; potencias hall renovado sus relaeiones con
,:ueslro gobil'rlllJ, y que V. ~I., guiada por principios de sana polí-
tica, y por un gelll'l'o,;o :ln}¡t,J¡J de JlI'Ol1)oyer la n:lvegacion yel
cOlllercio dp P,[iB l'l'illOS. haya reellnnddo algunos nuevos Eslados.
))~O ora natural ni po~ible qlle ninguno rle los gobiernos qllo


han SUSj'Cllllido ha,;l<1 ahora l)1 rpl'ol](ll~imknt() de vuestra e"celsa
hija mo,;tra~e la iil!CIlI'ioll <Í el de,el' ¡h~ ülltro1l1eterse en nuest1'05
a,;unto:; domé:i~ic",. Mas nrrll1ral es que la r<tzon y el tierilpo hagan
que se tribute allin el dehido llulllc!1age al principio conservador
dc la legilimi(\:¡d reeonlh'ión!lose por los gohiernos que hasla aho~
1'a no lo hicieron ~ la soberana rlcv;¡¡];¡ al trono español por las le-
yes~le la mOnal'l!UÜl y sostenida por la voluntad manifiesta de la
nac/OII.


"Natural estamhien y aun IlcceSarioqlle, dcspues de tantas des-
gracias como sucesivamente ha e3perimentado España en POCO!
años, no sea halagüeño el cuadro de su silllacioll interior,


"Los Prócere:i del Hcino ,e comp\a(:en. sin embargo, en saber
que el gobiern:) de V, 1\1, ha consrgllido minorar muchos males y
promover algllnos bienes; y que la (lecisiull y entusiasLllo de la na-
cion han permitido cubrir la,; inmellsas atenciones de una épocll
tan difiL:il, sin exigir [¡ los pueblos graves sacrificios.


)}Los ¡'rúeeres cooperarán con V. )1. á que sean cumplidas su~
intenLÍone, con respecto al eJército, cuya constante fidelidad, de-
nuedo y gloria, le hacen tan acn~ed¡)r ú vuestra especial benevo-
lencia y al reconocimiento de la patria,


»Tamhien la milicia urbana. que debe su existenci:l á la ilus-
trarla I)]'cvision !Ir) V, .\1., ha h~eho. aj1ena~ fnrmada, servicios
imporlanles ú la C:IU,:[ naeional, y est.l institucion,esencülmen-
te conserv¡1llora del órden I'úblieo, llevada á eomplemento y per-
feccion, será uno de los mas robustos apoyos tlellrollo y tle la li-
bertad.


,-1,05 Próceres examin,m\n i!.walmente con loda la atencion
propia tle Sil patriotismo '! lealtnrl:a~i las varia" obligaciones qUll
tiene que cuhrir el gohit>rno, comn los recursos con l[ue cuenta, y
los medios e,trallrdinario3 dü crl~liilo á qttr, habrá de acudir por
esla yez para no ~\llllenlar las e~rg:b lit) los pueblos. Los Próce-
res creen como V. M, (¡He las me¡\illas de economía y de órdcn y
la inten'cncioll de la~ Cortes, reslablecerán cl equilibrio entre lai
nece,;id~dp:i y los medios d0 cubrirlas. Venturoso ser'l que contri-
buya il este ;lc~ea!lo objeto un arreglo de tOlla la d~uda estran ...
gera y la mejora de la dellda interior, La bucna fé dü que V. M.
hace un alanl;) que honra it la nacion entera, exige que e5ta,ne-
cesiLlad se mire ellmo urgl)nt0, y que sea atendida en proporcion
de nueslro~ medios con la misma puntualidad que las demas ne-




ANALES DE ISABEL 11.


cr-sidarles de igual clase. En la suerte de touos los acreedoreil del
listado se hallan interesados la dignidad y la conveniencia na-
rjo1la\.


»)Con interes y satisfaccion tomarán conocimiento los Próceres
elel Feino de las mejoras practicadas y que se prcparan cn "arios
ramos de la administraciulI. V. M., señora, gobierna protegiendo.
ProteCTer es el medio sencillo, infaliblc. únicll, de reuuir los pue-bos ~redcdol' del trono de vueslra escclsa hija, y de preservarle
para sirmpre de v aivelles y de oscilaciones. Muchos benetlcios ha
dispensado ya V. M.; y á su solícito auhelo, auxiliado Jlor las
I;(lrtes, po le ser:l (liflcilmultiplicarlo5, pllC~ nunca lo es aJos reyes
h,lcer bien, aUlllJuc no sea po,ible remediar en pocos meses los
males amontonados por espacio df~ siglos.


))EI EST,\TUTO IIEAL que 11 nacion del)e a vuestra alta mumficen-
cia, y !jll!:' restablece y reglllariza derecho:, ejercidos cn los mejores
tiempos de unlllodo vario y llesigual, y redllel(los á un simulacro
pstéril durante los tres últimos siglos, permitirá que la regellera-
cion defilliliva de la E~paña selclilntc ycollsolide por nwdJOde la
reuuio!! periódica de las Carlp,;, y por Sil illtenencion uniforme en
la imposlcion de lasconlriLJuciones, yen la formacion de leyes que
han de mejorar la condicioll rle 103 pueblos en los tél'minos que el
mismo E:iTATUTO señala. Esta inlcrvcncion saludable es la salva-
guardia del ónlclI y de la prosperidad general.


))En cuanLo i¡ VOS, sellora, vuestros tillles súbditos, los Prócl'res
del Reino. han visto á V. )1 • nu solo dispuesta. sino infatigable,
para promover cuanto pueda redundar ell bien y provecho de la
España, asi en los pocos dias en que por voluntad de vuestro IlU-
gu~lo esposo (G. E. E. G.) ejerció Y. ~1. inferinamente Ii! pOlrstad
sup/'ema, como desde que, en calidad (le reina Gobernadora, pre-
side V. M. á los destinos de es le pais. V. M. le ha puesto en el ca-
millO de hlB reformas saludables y restitllídole Sil antigua Iihertad
p(lli!ic~; y mirando este sin duda C0ll10 el don lTIas precioso de su
augu~la mano. como el objeto m1S caro de su malcl'llal CiH'¡JZOIJ,
ha volado V. M. dC3de¡lando peligros á esta capital infestada, y
pl'Csent:\ndosc en una rcullioll solemne á presta¡' y recibir el sanlo juramento, fianza perpMua de órtlell, de reposo v de prosperidall.


))La ~ratitu:l hi,;puna reCOll()Ce enternecida el heroismo dc csta
acciono Vero~ílllilmcntc á las disposiLiones que V, ~1. mcdita ell su
sabidnría Pal'" ele\,;1I' la EspaLia al gl'ado de esplendol', á que la
lI~lIIa su posicioll y la Índole dc SlB hahilalltns, oJlondrúll todavía
fuertes obstáculos la,: pasiolles y los errores; pero cederán todas a
vuestra voluntad illlsll'arla y enérgica, ú la ellal jamás rehusó su
pl'Oteccion el ciclo, ni podrán rehusar su apoyo los pueblos (Ic Es-
pafia, que e-ptrun su ,entura lh~ ulla magnánima princesa por
orígf)n, por adQpcion, y por tantos ótros tílulo~ española. Madrid I q
de <lgosto dc 1I:1Jí.-Señora ,-A. L. R. 1). de V. M .-(Sigueu las
ñrm~~. .




CONTEST ACION


DEL ESTAMENTO DE SEÑORES PROCURADORES AL DISCUR-
SO PRONUNCIADO POR S. M. EN LA SOLEM:SE APERTU-
RA DE LAS CORTES VERIFICADA EL DIA 24. DE JULIO
DE 1834..


ArENDU'E NIJJtlERO :1:1.


1." SEÑORA: El Estamento ue Procuradores del Reino ha espe-
rimenlado el mayor placer al ver á V. M. en el seno de las Cortes
el dia de la apertura, y mas al oir d~ vuestra boca principios y
deseos, cuya eje¡;lIcion bastara á hacer la prosperidad de esta na-
cion heróica; prosperiJad á que es llamaJ;¡ por un concur~o de
circunstancias felices, pero de que constantemente la alejó por
mut.:ho tiempo el olvido ue sus anliguas instituciones Regl'uerar
esta patria desgraciada, pon\lr en accion todos los resol'tes de su
engranuecimienlo, y procural' se dé torla la lltitlld y garantías ne~
cesarias á los derechos s[)cial\ls, y levantar sobre estas bases el
augusto monumento Ile alianza y union entre /}I trono y el pueblo;
lales son lo:,; des[)o;d I Estamento, confofllH1; Ú los de V, ~I., Y tal
sera el noble objeto á qu<! consagrará sus afanes.


2,° Una pla~a aso!allora que aflige á gl'3l1 parte de la nacion y
á la capital ha uiflln<litlo en ellas las desgracia~ y la muerte, yen-
torpecido notablemente lo:la; las relaciones. Pero no ha sido bas-
tante potl\~rosa Ilar.1 imp:~dil' que V, ~1. s~ Ilre3~ntlse en metlio de
sus hijos, sacrificando el deseo de la pl'opia seguridad al de la feli-
cidad pública. Ra~go heróico y magnánimo de que la nadon con-
servará inuelBble la memoria y la gralituu.


:>. o Mas si cn el mismo riesgo pueden hallarse estas ideas con-
soladora,;, solo licnen cabida las de una justa indignacion al vol 4
ver la vista soure los escesos que han manchado el suelo de este
heróico pueblo en Jos dial' 17 y 18 del mes próximo pasado. El Es-
tamento tiene por norte la razon y la franqueza. y Jamás faltará ;i
la una ni á la otra. Sabe que la seguridad pet:~{)nal es el primer
intares y'el primer derecho del bombre en la eooiedad, y qoo IfJi




392 ANALES DE ISABEL n.
gobiernos 110 pueden dejar de. garantida sino cometiendo una vio-
lacio n monstruosa de los Ill'incipios fundamentales y conservado-
res de la misma societlarl. Los Estado,; solo m,lI'chan a su pCl'fec-
elon pOI' el camino de la justi('ia, y es le exige qne .e re8peten las
pers<;Inas de totlos los asociados. Donde hay leyes y millistros que
las ejecuten, al ciudadano le toca solamente el respetarlas y ohe-
decerlas. El Estamento desea que se adopten la8 disp08iéionps mas
/)nér~icas a fin de descubrir y castig~r los delincuentes, á qnipnes
quiza una lamentable impreYision pudo f¡¡,"oreccr. Es con,"eniente
bjar la opinion pública de un modo que haga pI honor debido al
gobierno y:i la nacion, con cuyos nobles sC;ltimicntos no dehen
confuntlirse nunca la:; siniestras idea3 de un puiiado de perturba-
dore~. V. M. hallará siempre la ma~ eficaz cooperacion de parte
del Estamento para impedil' que se repitan semrjantes esccsos.


,.o El Estamento, cuan(lo e1gohiernode V. ~l. someta á su de-
Iiheracion la conducta ob,ervada por el :nal aconsejado principe,
se ocupará de e~te negocio con el detenimiento y celo que recla-
ma el IIlteres de la reina nuestra s¡~iíora, y de 105 pueblo~ felizmen-
te sometiúos á su cetro. Se cl'c(']'ia culpalJlc, sin cllIlJargo, si
al contraerse :i un estremo úe tanta importancia renllllciara al
lenguage franco de la verdatl por ceder á consideraciones pusilá-
nime~ y peligrosas. Las leyc~ de la monarquia, la conveniencia
púhlica, la voluntad general. que es esencialmente el elemento
mas solemne y mas indestructible. lodo Sf~ ha pronunciado en fa-
vor de vl\eslra e,;celsa híju. y todo anuncia y cOl1sngr~ SIIS dere-
chos. Pero entretanto IIn partido rehelde alza el gl'llo de la se-
dicion, principalmente en un ángulo de la Penin5t1la, y solo la ma-
no fuerte de un gobierno enérgico puede reprimirlo. El tcmpera-
mento de la lenidad se ha cnsayado yn con un éxito bien triste,
para que deje de rcnunciaf5e á la engaiiosa !'speranza que Jludo
hacer concebil·. Los malvados se alientan con la i!llpanillad, y solo
el ~olJle de la lev inexorable los puclle redu¡;ir;t su dl~l!er.


1i.o El Est,lIiH'n!o ve con ct)mplaccncia el de,;c¡ll;¡r.e l/He hau
tenido los negocio,; de Portugal, lan gllll'ioso,; para 1;]3 arlli,l:i éspa-
liolas, asi como las relaciones ami:;tosas que existen con el gohier-
no de S. 1\1. el rey de los franee5es, ellle\ reino unillo de la Gran
Bretaiia é Irlanda. y el de S. i\l. lidelísima, relaciones que ascgu-
guran el triunfo del Irgílimo trollO y de la inllellcnrlcnl'ia en IlIlO
y aIro reino (le la Península. Talllbien ve el Estalllento (on s~lis­
[acelon que varias potencias han recoilocido II "ueslra nugnsla hi-ja, y 8i algullos p;obil'rnos lIan SlIspcl1(.lido h:¡"ta ahora el haeedo,
el EslulTlPulo descansa en la ase\'erawJI] de V. M. de que no han
manifestado intellcioll ni deseos de elllrOiilPler~e en nuc~lros asnn-
tos doméstico::;, y que nunca lo loleraria V. M. conl~llllo con el
apoyo de la nueion.


6.0 El cuadro que presenta la situacion inlerior del reino (nos ha
dicho V. M.), esta lejos de ser tan balagüeño como vuestro patl'io-
'¡¡mIO dei'eaJ'a. Es muy cierto, señora: este cuadro no es halagüe·
~. Q¡i hiM Irist~. Muchos años de 118 sist.ema desacert.ado, de una




APENDlCE NUlUERO 11. 393
administrncion arbilraria y de una reaecion obstinada contra los
principios rer:onotidos corilO axiomas en toda buena organizacioll
social, 1105 han traido por una prugresion descendente á un lIolalJle
estado de (Iepresio/l y de mIseria. V. ~1. está llanwda al grandioso
deslino ¡Je rcallimnr e~ta patria moribunda, y de asociar a su nomo
brc la alta gloria de haber llevado á calJU una empresa tan reco-
mendable romo difícil.


7.· La fidelidad acrisolada del ejército de tierra y de lllar llena
(le orgullo al Estmnento, y debe inspirar á V. M. la mayor con-
fianza. Los valientes que Juraron sostener el trono de Isabi~l, sa-
hnin cumplir fielmente su promesa, y aniquilar en breve los en-
carnizatlos enemigos del ¡,pposo público.


8." Hay 'lIlemas. sellor;l, otra fuerza n-:uyacreedora á toda
con~ideraeion y gratitlld. T:'.l es la l1Iilicia urbana, que lautos ser-
vicios ba prestauo hasta el tlia al trollO y Ú la causa de la libertad,
v que por su instituto es el antemllral de la quietud COlllun, de
fas iuslitllciolles ,íLlllales, y ele los goces pacificos del eiudadano.


9 o Llwgo que el Eslalllcnto lome conocimiento de las olJllga-
cioll€s del gobicrno, se oCllpara del modo de llenarlas. Entretanto
anticipará ulIa idea que potlrá servir de termómetro á su vcnla-
riera opinion. Procurar las mayores economías, y aliviar en lo po-
sible la suerte de lo~ pueblos oprimidos hasta hoy bajo el peso do
tributos insoportables, fOl'lllará el primer deber de su rrpresenta-
cion y el prímer II\'sro ¡Ic SIIS miras filantrúpicas. El Estamento
exallliuaní con cuidado todo lo (lile diga relacion con la deuda pú-
blica, y atender<Í las reclamaciones de los acreed!lres del Estado,
procurando concilial' lo qlle exige la buena fé COII lo (lile consien-
ten los recu rso,.; y el estado ael1l3 I (le la nacion.


10 El ESTHu''fll l{EAL (ha didlO Y. l\J. pura concluir su discur-
50) ha echado y,l el ci llIiento. A vosotro3 toca, ilustres Prócercs y
señores PJ'ocIHadore~ ¡lrl Ucino, conclII'l'il' á que se levante la obra
con aquella regularid:1I1 y concierto que son prendas de estabilidad
y firlllf'za. CiíJ'J'C~plJlldit:!ldo el Estamento á esta invitacion franca
de V. M. trazara de,;de lurgo la Jím'a de sus principios y de Sil
ronviccion. La 1ll!l(lllina pohtica es un agregado tle varias ruedas,
y se Ilrcesita qllo tlJdn., l:amillPIl con proporcionado movimiento
al illl pulso de 1I11 prilJll)l' <lf;ellLe. T()do~ lo,; derechos sociales deben
ser igualmcnte Jli·otc.~idl);, y ,;in l'slt; concul'"O exncto el objeto de
la a,.:oeiacioll (lurda defJ'llIdadll. La libertad de illlpl'cnta, esa ce n-
lilH:la y puesttJ 1n anzado de las tlrmas garalltías, es tic desear ob-
tengan cidro Ilo,oiros foda la amplitud que sea compatihle con la
moral y C01l Ilil ,istelll:\ de política bil'!! entendido: amplitud Jlor la
que, ,ill iucilrrir ('11 el ri¡'sgl) I.!I' que f'C minen 11 ofendan las cos-
lumbres. 111 las ha,H's y principios d~ la oocicdail , se logre la mas
fúcil estcnsiOll dc ¡"s ('olloéÍmicnto5 y de las verdades útiles al go-
Lkl'l1o v á la naciOll.


11. 'El fomento y mas ven[;¡jlJSl organizacion de la milicia urba-
na es otro (le 105 objetos de mimer ¡nleres. El caráctCl' ~ue reunen
"liS indiviflllos de militares ·cilldadanos. colol~ado? en ". rf'ntro de




391 ANALES DE ISABEL n.
Una familia. los multiplicados y dulces objetos qua los identifican
COtl la patria, y los lazos que los ligan a su suerte, responden so-
bradamente por ellos, y persuaden cuanto lie dehe esperar de su
civismo y disciplina.


12. Los Procuradores del Reino se lisongean de que en el glo-
rioso reinado de V. 1\1. la igualdad de derechos ante la ley, la li-
bertad civil, la seguridall per'sonal, y la irJviolabilidatl de la pro-
piedad, seran consagradas en toda su esten:;ion contra los ataques
del poder y de los abusos.


13. Añadiendo á e~tos principios la illllependencia del poder
judicial en todas sus e.lase~, y la re,;ponsabilidall por los actos que
desl'mpeñe, é igual responsabilidad en el poder ministerial. los
pueblo,;, henlllcielldo el lIombre de V. M., Cllllocerún la diferencia
entre un gobierno absoluto que tOllo lo atropella. y un sistema pa-
ternal (lUl! solo usa de la autoridad para promovllr la felicidad
comun.


14. La franqueza con que acaba de producirse el Eslamento
bastará :í dar la verdadera idea de sus Iwincipios, y á hacl'r ClI 10-
das las edades el elogio de V. 1\1. V, l\I. nos ha dicho que siempre
la encontraremos dispuesta a cuanto pueda rellundal' ell bien y
provecho dt~ España, y nosolros nos abandonamos, penetrarlos de
gozo y gratitud, á los mas dulces presentimientos, Nuestro deber
es indkar las nece,;irlades de la nadon, 11" cuya eonlianza y Ilere-
chos somos depositarios, y la feliz displJsicion IJe V. I\L:l oirlas y
remedial'las, es el mas lisongero presagio pUl'a el porvenir. Los
intel'e,;cs de los Estlllo,; puedeil lIluy hien sel' ClJllÍVOCOS, y bajo la
apariencia de una fUllesta gloria, sullle muchas veces encontrarse
su degradaciol] y su miseria. I)ero regell~rar un puehlo al influjo
de las leyes s:lbias, levantar el ma3uili~o trofeo de una libertad ra-
zonable sohre las ruinas del de;p,ltisillo devastallor, hacel'¡(e tOilos
los ciudadanos dc 1111 puí,; una sola familia, guareeida igllalmente
coutra lo,;eillbatesde la anarquía que coutra los tiros de Jaarbitria-
rieduI! \' anTlnciar alllIU;\(lu en un eidi;.:n ili<!nhcchol'l,ls m{p;illl;1S snn-
las de fa rnoralvdelarnlílil~a, d,~ üllva;)It,erl'anCicl brota la felicidad
pública y privada, es lil obra inmortal. reservada solo ú los genios
y á los cOl"azones privilegiados V. M, posee ambos dones, y la
nncino I que de tanto le es deudol':!, In e'pera lodo de su mano.
Concluya, pues, V. ~1. el augusto monumento de justieia y de
concorllia de que ha trazado las pl'iml~ras líneas, y complázcase
ya eo los dulce,; testimonios de aUHII' y de indeleble gratitud con
que la generacion presente y la posteriJad rouearán su ulJmbre y
S11 grata memoria,




PROYECTO DE LEY


SOBRE ARREGLO DE LA DEUDA ESTRANGERA y AUTORIZA~
CU)N PARA. REALIZAR UN EMPRESTlTO DE too MILLO-
NES DE REALES EFECTIVOS, PRESENTADO A LAS COR-
TES DEL REINO EN LA SESION DEL 8 DE AGOSTO COMO
ANEJO A LA ESPOSICION DEL lUINISTERIO DE BACIENDj,
DEL 6 DEL MISMO DIA.


4PENDIf)E ¡"JIIERO •••
. .


.\nTICULO 1.. Toda.;; las deudas contraidag por el gobierno en el
estrang01'u en diversas épocas. y se¡lalarJ:lInente los empréstitos.
'.auto anlerioreó comu posteriorcs al año de 1823, son deudas del
E5lado.


A.IIT. 2.· Se proceLl~rá inmediatamente á la liquidacion de toda
esta deuda, y, á medida que se vaya liquidando, se verificará el
pago de los intereses. .


AIIT.3.· ToLla esta deiJil:l estrangera se di,tinguirá en adelan-
le en tienda ar:tiv(t y deltr/'t p:lsivlt. Sll cowcrsion en deuda activa
y deuda pasivlt Sfl ejecutará en la prolJOI'ciOiJ de una mitad en deuda
activa y de otra mit;),l en tienda pilsiva. L03 intereses atrasados
dc los antiguos empréstitos senin reembulsados con valores de la
deuda pasiva.


Ala. 4.· Se creara un nuevo fJllflo al cinco p()r ciento que re-
presente la deuda activa, en el quese convertirá la parte de 103
autiguosempréstitos estrangeros, comprendid()s en la deuda activa.


ART.5.· La deud(! activa abrazará, en primer lu"ar, la d,.uoo
1M» ¡Meres que el gobierno pudiese crear en lo venid'ero; y en se-
~nndo, la (larte de deuda antigua mencionada en el art . a:ft qua




396 ANALES DE ISABEL 11.
entrase á participar del pago de intereses que deben aplicnrse á 1
deuda activa,


ART, 6· La deurla pasiva se compnne de las parles (le la r1eurla
menl:ionada en el art. 3 o t¡IlC no se huhiese convertido en deuda
activa. Las IIbliglciones de la delu/rl p:l.~iva no glilariÍn interes: se
proveerá ultel'i(lrInente :i su llaDrliza ~illll y r,'embolso,


ART,7,o TodJg las ohliglcioncs y tilub5 que reprl'sclItan aho-
ra la deuda estran.jera, se clmbi"ráll 1101' otro, nuevos en el lér':'
mino (le diez y Ol\I!¡ nH);~~ tl~,pJfl> ¡Lllel [ll"líl1ulg tcion dtl esla ley,
El secretario rle Estad:) f d01 Oc~pacl\] Universal de Ha::ienda 1,)-
mara las medidas cOI'!'e.,[lOntlienl·s para que se \'Critique dicha
conversion en las plazas de Lúndres, Paris y .\mslerdalll, Pasarlo
el término llrrihl lijado. torlas las anliglla~ obligaciones y líllllos
que no se huhiesen presentado, quedan por el mismo hecho dI!!
todo anularlas.


ART, 8,0 Provisionalmente se aplicará un fllllrlO de fllllortiza-
cion de metlio por ciento al a~10 so[¡rc f:¡ tJtalida:J '~el nuevo fondo
creado, que I'cditlJal'a el illtore;; de cinco p1r ciento,


ARTo 9.· El fundo de anlllrtiz:lCioll se aplicará esclusivfllIlente á
la deuda activa: poro lue30 que se haya compratlo una cierta suma,
cuya cuota se lijará mas adelante, se anu!;mi esta, y entrará por
suerte U!H suma equiralente de la deurla ¡I'/s;viten 1;1 deuda activn,
y participará por consiguiente del pU.jll de los interes~'~ y de la
amorhzacion,


AIIT, lO, No pallecerá alteracíon, ní se inclnyo en ninguna ,le
estas disposiflioncsla plrte de deuda eslrangeril crealla Jlul'a satis-
facer al tesoro de Francia y las reclam1cioncs ill!.(le;as , en virtud
de los trat··Hlos concluidos en 30 de diciembre de 1828, y 28 de oc-
tubre de 182(J,


AIIT. ll, Se autoriza al secrctari:¡ llr. Estado y del O~sl)acho de
R'lcicnrla:í contrae!' un cmpréslito tle ~OO millones de I'ea l~S efec-
livos, de,tillado ;i cuhrir el d~licit del tpSOl'O y ú hacer frente :i las
alllnDic)lle, e,traordi:nria,. Lé) C')IlIJ'a,~rá b.ljo h, mejores condicio-
nes que se le ofl'Czcan y que le. den mayor g'll'anlía,


I\.RT, n, QlIeJa autorizado Inr C'ita ley el secretario de Esta-
¡J,} y del UC5lnc!to de H1cicn!la parcl la cr31cioll de un fondo de
cinco p!)r ciento, e:)\'j',):,piHHliellle al valor dlJ este empréstito, como
tambien para 1:1 alllorliz:wion tlllJ se lijará confllrm~ á las bases
e~tabll'éidas por el arlíelllo 8. o


ART. n, QUf'Aa al car~o del sccrclal'io de E;;tallo y del Despa-
cho formar 103 re~la;nClllo,; que ()xip la ejecllei()1\ de esta ley; de-
biendo hJber ea todo la mayo(¡Juhlici,Jad, Mat[¡'itl 1) de octuhre
ti>} 18H..




ESPOSICION


PRESENTADA A S. M. LA REINA GOBERNADORA POR EL
SECRETARIO DEL DESPACHO DE GRACIA Y JUSTICIA, Y
MANDADA PASAR DE REAL ORDEN A LAS CORTES GE-
NERALES DEL REINO.


apÉNDI(JE N1JIIIEBO t. ••


Seiiora; En obedecimiento á las órdenes de V. M., Y a fin de.
que tenga cumplido efecto la augusta promesa que se dignó hacer
en la solemne apcltura de las Cortes Genel'ales tlel Heillo, celehl'a-
da el 'ti de junio próximo pasado. de someter á su delibcracion la
conducta del llIal acollsejallo príncipe don CirIos Maria Isidro de
Borbon, para q lIe recaiga la de~isioll mas justa y mas cOllveniente,
tengo el honor de preseutar it V. 1\1. el cnadro fiel de los hechos


. olit.:ialcs mas seiialados que (¡Lran Cll la secretaría del Despacho
de Estado y en la de mi cargo: Ull rcenrrdo de las leyes del reino
y de los principios. de la jUrisprudencia nu\:ion.al que pueden tener
lugar para el condIgno castigo de los actos posItIVOS de consumada
tralcion que a!Toja dicho cuadro, y la indi\:acion de las razones de
alta polítIca que reclaman la imparcial y pronta aplicacioll del re-
medio a los males de que se re aqul'jada;hoy dia la nacion, y de los
qne la podrian sohre\ ('nir en lo ~u('('sivo.


V. M., en su s{¡Lia preú:;ioll, se sirvió mandar por real decreto
de 4 de enero de e~te aJio que el 5ecH'tario {entonces) del Despa-:
cho de Estado, don Francis('() de Zea Bermudez, librase cerlifica-
eion auténtica, con rp]"erencia á los originales que obraban en la
secretaría de su \:argo, de toJas las \:onlestaciones <Iue habian
mediado entre vuestro augn:;lu e"pnso, el rey don Fernando VJI
(Q. E. E. G.l, Y V. 1\1., COIllO reina Gobernadora de una parte, y
de olra el referido SOlio)' infante don Cnrlos, relativamenle al cUOJ-
pliOliento de la obligacion ell que este se hallaba de reconocer y




398 ANALES DE ISABEL 11.
jurar il S. A. R. (ahora la reina mi señora doña Isabel 11) por prin-
cesa heredera del trono, segun las leves fundamentales de la mo-
narquía, como tambien en cnanto á las medidag de precallcioll que
se sirvió dictar el difunto soberano para evitar el funesto influjo
que pudiera tenel' en el so~iego de este reino la permanencia de
don Cárlos en el limítrofe de Portugal.


Librada dicha certificacion en 12 del citado mes de enero, cons-
ta de su tenor: Que S. M. en '21 de abril de 18:13 , pur medio de
su enviado estraordinario y ministro plenipotenciario en Portugal,
don Luis Fernandez de Cordova , eXigió de su hermano don Cár-
los ((manifestase esplícita y directamente su propósito de concurrir
»á la jura de la señora prmcesa (hoy la reina mi señora) segun de-
»bia, para ser el primero que prestase el juramento y pleilo-ho-
»menage, segun la inmemorial costumbre y lev fundamenlal de)
reino.» •


En carta autógrafa de '29 de los mismos, desde Ramallon, con-
testó S. A., entre otras cosas, lo siguiente: ()Ii conciencia y mi ha..,
»nor no me lo permiten. Tf~ngo unos derechos tall legítimos á la
»corona, siempre que le sobreviva y no dejes varun, que no pue-
»do prescindir de ellos: derechos que Dios me ha dado cuando fué
llSU voluntad que yo naciese, y que solo Dios me los puede quilar
»concediéndote un hijo varon ..... Ademas, en ello defiendo la jus-
»ticia del del"Cclw que lit'nen Jos llamados lIespues que yo; y asi
llme veo en la preclsion de enviarte la adjunta declaracion que ha-
llgO con toda formalidad a ti y á lo(los los soheranos, á quienes es-
llpero se la harás comunicar.»-Señor: « Yo Cill'los María Isidro
»de Borbon y Borbon, infante de España: Hallándome bien con-
»vencido de los legítimos derechos que me ;nisten á la corona de
»España, siempre que sobreviviendo a V. :\1. no deje un hijo va-
»ron, digo: Que ni mi conciencia ni mi honor me permiten jurar
»ni reconocer olros derechos.-PaJacio de Ralllallon '29 de abril de
ll1813.-Señor.-A. L. R. P. de V, M -Su mas amante hermano
lly fiel vasallo.-~. el infante don CirIo,".))


En 6 de enero se le concedió real licencia para trasladarse COIl
!lU familia á los Estados pontificios, dando aviso tlcl punto en que
fijara su residencia, y por real órden de 7 del mismo se puso ti dis-
posicioll suya la fragata de guerra Lealtad.
E~ta medida, que dictó al parecer UII esceso (le bondad y de


prudencia de parte del monarca, solo sirvió para eort'oborar el
concepto (lela ll>uac!daJ epn q!Ic ~llIlal aconsl'ja~lo príncipe pensaba
llevar iI cabo su re¿lSlenew. cnmlllal y sus ullerwres deslglllos.


En 1'2 de los I'spresarlos mes y al10 contesló ele Yiva voz al ple-
nipotenciario (que escribiria al rey, y que leui;! antes que meditar
un negocio de tal importancia.»


Al mismo tiempo, habiéndose sabido que se dispunia (¡ pasar á
Coimbra ó Braga, se le previno en real órden de 7 de mayo, que
»5. M. se oponia decididamente a cualquier viage al interior de
.Portugal. J)


t;n 13 del propio mes contestó «estar resuelto á hacer la voluQ~




APENDICE NUMERO 13. 399
.. tad de S. M., pero que anles tenia (lue arreglarlo lodo. y tDmar
»disllosiciones para sus particulares mtereses de Madrid, y que
uestando contagiado Lisboa seria una temeridad entrar alli para el
lIcmbarquc."


En 20 de dicho UJes se le dijo que podia embarcarse en cual-
quier punto de la b¡¡hía. ó elegir otro inmediato, para lo cual que-
daba todo preparado.


Su respue,ta á la intimaclOn del plenipotenüiario en 28 de los
mismos fué lo siguit'nte: "Está bien, veremos; quedo enterado.)) Y
en carta aUlógl'afa del dia anteríol', desde Hamallon, dijo tí S. M.:
.te daré gusto y te obedeceré en todo: partiré lo lilas pronto IlUt'
»me sea posible para los Estados pontificios porque tú lo quieres,
utú que eres mi rey y selior, á quien obedi'ceré en cuanto sea
»compatible con mi concicncia; pero ahora viene el Corpus y pien-
»so santificarlo lo mejor que puefla en ~Iafra.»


S. M. le autorizó para ello en 1.0 de Junio, añadiendo: "pero es
~meneslt'r que no dilates mas el viage: y yo quiero que lo realices
»para el lO ó el 12 del corriente.))


En carta de 28 de mayo dijo a S. M. que esperaba mereceria su
aVl'obacion haber pasado ~i Coimbra para despel1irse de su sobrino
el infante (\on Migupl. S. M. en rarla autógrafa de :2 de junio des-
aprohó positivamente etita re50lueion , pero en la au lógrara ¡h'l :~
partil'ipó don Carlos 3 S. M. su feliz arribo á Coimbra. En vista de
semejante conducla, por la autógrafa del 11 del iilllicado mes, le
mandó terminantemcnte S. 1\1. que se embarcase.


Sin emhargo, por la autógrafa tic 8 de junio, desfle Coimbra,
aparece que se escusú ue hacerlo á pretesto del cólera. Y á la in-
timacion verbal del plenipotenciario, de n'al órden. contestó en 11
de dicho mes: "veremos,~ aliadiendo «quc obedeceria al rey en lo
»qlle pudiese.»


Pero S. ;\1. en la autógrafa del 15, despues de dCflhacer las frí-
volas escusas que habia alcg:l(lo para dOl'ar Sil desobediencia, le
dijo: ,.quiero absolulamente qlle le ernlwrques sin UJas tardanza ...


No obstante. en las. autógrafas de 19 y22 de junio, uesde
Coimbra, volvió ti escusarse.


En lal estarlo S. 1\1. por la autógrafa de 30 ue aquel mes, le
dijo lo siguiente: «no puedo consentir ni consiento mas que resis-
»tas con ]lretcstos frivolos á mis órdenes. Esta será mi última car-
»la sino obedeces: y pues nada han valido mis persuasiones fra-
»ternales en casi dos meses de contestaciones procederé segun las
nIeves, si al punto no dispones tu embarque para los Esl.ados pon-
»lifÍcios; y obraré entonces como soberano, sin olra consideracion
»que la debida á mi corolla y á mis ]lueblo". ~


En IUl!;ar de obedeeer, insistió diseulpándosr, segun la llUló-
grara de 9 fle julio ¡lesue Coimbra, añadiendo: ,'si soy deS{)beclien-
te ... y merezco castigo. impon¡(aseme cnhorabuena. pero sino lo
merezco, exijo una satisfaccioll pública y notoria.» Y cn la auló-
grara de U de juliQ volvió á inculcar ~<¡ue se le easligase si era NO.-




400 ANALES DE ISABEL n.
El <i de agosto avisó el plenipotenciario, qne estrechado don


Cárlos á cumplir las reales ordenes habia respondido: «que no ha-
»biéndose tomado en consirleracion pOI' S, M. sus rl~preselltacio­
Dlles, se mantenia pn lo dicho,»


EI18 del mismo mes avisó dicho plenipotenciario que, apre-
miado don Carlos á yerificur su salida, habia dado por tuda res-
puesta que «estaba resucito a efectual' su embarqlle en Lisboa
.cuando aquella ciudad fuese restituida al poder legItimo drl reyll
yen contestacion (le igual fecha) a los esfllerZ05(lcl plenipotencia·
rio, espresó «fIlie cste ya no tenia que tratar del asunto con S, A,
sino con el sefior don ?lligucJ."


Con presencia de tantos y tales desacatos, se sirvió responder
S. M. la siJ!:uiente carla orden del rey al infante,-filadrid 30 de
agosto de 18,13,


«Infante don Cárlos; mi muy amado hermauo: En G de mayo,
1105 di licencia para que pasasei; ú 103 Estadus pontificio,: razones
»de muy alta política hacían necesario este lÍage. Entonces dijis-
Jlteis estar resuelto á cumplir mi volunlad, y lile lo haJ¡eis J'cpeti-
lIdo despues, mas á pesar de Hle,tra,; protestas de slItllision hHbei~
»puesto sucesivamente diticultades alegando siempl'c otras nue-
Has, al paso que yo daba lIIisór([rnes para superal'las, y evadiendo
lIt1e uno en otro pretesto el t;umplimiclIlo de lIlis mandatos .


• Dejé de escribiros, como os lu anuncié, para e\ilar (Iis(usio~
lInes no correspondientes á mi auloridad solJerana y prolongadas
Dcumo un medio para eludirla,


"Desde enlonces os hiee eiltcndcl' lllis n~solllciones sobre los
nnuevos olJst;lculos, por conduclo de mi enviarlo en Portugal. Mis
»reales órdenes repelidas, en especial las de 15 de julio'v 11 y 18
»del presente, allanaron todos los impedimelllos esplleslos'para em-
»barcaros. El buque de cualquiera bandel'H !jllü fuer,l; el puel'lo en
'pais libre Ú oCl/pado por las tropas del duque tle Hragallza, aun
»ellle Vigo en Espaiia, lodo se dejó:i \ ue"lra eleecioll: las diligcn-
»cias. los preparativos y los gaslos tlidos ljlledar'lII iI mi cargo.


))Tantas fraile¡ uidas y tall repetidas lllallift~;laL:ioll('S de mi \'0-
»lunlad solo han producido la re:-\pucsta d.e (Iue o;; embarcareis en
»Lisboa (donde porlois hacerlo desde el mOlllclllo) hH'go que haya
~sido reconquistada por las lroras del rey dOIl ~Iiguel.


"Yo no [luedo tolerar que el cumplilllicnlo de mi" mall(latos se
llhaga depender de sucesos futllro~, a¿;enos de 1):; causas que los
lldip,taron; q1le mis órdenes se s()metan iI COlldieiOllC'; arbitrarias
»1'01' quien está ohligado á olll'det;erlas,


"OS mando, pues, que elijais illlllDdia(¡lllH'iltc alguno de los
»medi03 de embarque que se os hall propne,lll de mi órt!('n , co-
llmullicando, para f\\ ilar nueras dil¡,,'iolle~, \"lw,lra r~,;()IIICiOI1 á
»mi enviado dOIl Luis Fel'llalldcz de Córdora, y ,'11 au:;cllcia suya )la don Antonio Caballero, que tielle las illslrucdoll{'s necesarias
»para llevarla á ejeclIcioll. Yo miraré cllalepicra escusa ó dilicul-
Diad CllI que demoreis yuestra elcceiotl o Vucstl'O viage como una
Ilperlinacia en resistir á tui voluntad, y mostraré COIIIO lo juzgue




APENDICE NUMERO 13. 40i
»conveniente que un infante de España no es libre para uesoLcde-
»cer á Sil rey. )'Rnego a Dios os conservc en su santa guarda.-Yo el rey.))


El '21 de setiembre dió aviso el plenipotenciario que don Cárlos
contestó no haher variado de resolucion; y, pues se habia conve-
nido en complacer al rey, despues que tomasen á Lisboa las tro-
pas del rey fidelisimo, e5peraria á que esto se verificase.


Habiendo ocurrido por aquellos dias el fallecimiento de vuestro
augusto (,";[loso (Q. E. E. G.l V. ~I. en 29 de setiembre y 3 de oc- .
tllbre reiteró el mandato COIl ]a competente energía, como reina
(roherna<lora.


En G y G de dieho mcs alisó ('1 pll'nipotenciario haberle res-
pondido don CM'lo~ lo si~uienlc:


«Las circun"laucia,; han variado complctamrnle: nadie tiene
"autoridad para mandarme, ni yo la menor nl'cesidad de obedecer
»ni de responder á nadie. Teugo derechos IIluy cYidentes y supe-
Hiorcs á todos los otros derechos sobre el trono de Espaild; y no re·
))conozco ya en tí la facultarl de noliflearme órden alguna.»)


A muyO!' abundamiento le llamó al siguiente clia y le dijo: «Ya
»todo ha variado y ahora soy )0 el legítimo rey de España. Como
»tal, tú ere~ mi ministro y reelamo tu obediencia, esperando que
llseas el primero que me reeonozcas.» Y habiéndose negado a ello
el don Luis Fernandez de Córd(lva, con la firmeza y valentía pro-
pia de un español leal, repuso el selior infante:-Haces bien, está
bien; vete;» y le entregó en el acto cinco cartas.


Primera cubierta.-«A la reina Yiuda, mi mas querida her-
mana.») .


Inleríor.-(rSantarcm 4 de octubre de 1833.»-En ella se da á
reconocer como rpy de España, sucesor legítirilO de su trono.-
M. Carlos.ll


Segunda cubierla.-«A S. JI. C. la reina viuda, mi muy que-
))rida y amada hermana. ¡)


Inlerior.-,(Sanl:1rem 4 de octubre de 1833.,'-1 se reduce á
darle el pésame.-C. M. }'rancisco.


Tercera cubierta.-«.\l infante rlon Francisco, mi Illuy querido
»hermano. ))


Interior.-« Santarem ,¡ de octuhre de 18:l3. ))-Le da el pésame
aiíadiendo:-«Llegú el caso ..... tle que cumpla la declaracion que
)\hice dl\ no reconocer otros derechos que los que legítimamente'
»tengo de heredar la corona en el caso presente, por no haber
»dejadó mi hermano hijo yaron ..... espero de tí ..... que I'econoz-
»cas tus propios derechos y los de tllS hijos en los mios.-~1. Cár-
))loi1. ))


Cuarta cubilirla.-c( Al infante don Sebastian, mi muy querido
»sobrino. "


Interior.-«Sanlarem 4 de oclubre de 1833.» En ella le dice
que es el legítimo sucesor d~ la corona. (Los derechos que en mi
))reconoces son los tuyos mIsmos: espero que no vacilarás ni un
llmomento en reconocerlos. t.i. Cárlos."


Touo l. 26




A.NALES bE ISABEL tl.


Quinta cubierta.-crA don Franci,l'O de Z('a Bermudez.»
Ioterior.-«llabiendo recibido aver la noticia oficial de la muer-


lite de mi muy amado hermano y rEiy, Y siendo yo Sil legítimo su-
»cesor, os mando pOllgais en ejecucion los tres aujulllos decrelos
"y les deis el destIno qUf' á cada UIlO !'ol'l'esponlla; y al lUismo
»tiempo puhlicareis la protesta ([ue, con fel'ha '29 ve abril, dirigí á
Dmi muy amado hermano, dilll¡]ome cuenta de que queda ejecuta-
"do.-Santarem í de octubre de 18:~:.I.-\o c-l rev.-A don Fran-
»cisco de Zea Bermudez., .


En la anterior carta, e~crita de olra mano, se incluían bajo íll
mismo pliego y solll"es partil'ularf'~, los I res si~ui{'nl(', c,;erilos de
letra de don Cárlos.


Primero (<> sea 6.") solm', --o.t.. riOll Fl'anci5co de Zea Bermu-
lldez, mi primer secretario ue Esta(lo y ti I Despacho.»


Interior.-«Confirmo a los secretarios del Despacho y á toda~
las autoridades del reino en d rjl'.rcirio tic sus respectivos cargos,
para que los nep;ocios !lO p:l,kzenn r 1 menor retraso. Santarem 6.
ue octubre de 1813.-Yo el f¡~V.-\ don Francisco de Zea Bermu-
dez.I> •


Segundo (ó sea 7.°) sobre.-dl ul\qne presidente de mi Conse-
.jo real.»


Interior.-·«lJeclaro que por falla (le hijo varon (de mi hOI'ma-
Ino) que le suceda en eltl'Ollo de las Españas, soy su legítimo he-
.redero y rey, consiguiente;1 lo que manifesté [lor pscrito á mi
JOtnuy caro hermano, ya difunto, en la formal protesta con fecha de
.29 de abril del presente año, igualmente que il los consejos, di-
Dputados del reino y (It~mas alltoridarles con la dc 12 de junio .


• Lo participo al Consejo para que inmcdiatamente proceda a mi
Heconocimiento y espida las órdenes convenientes para que asi se
»ejecute en todo mi reino, Santarem 4, ue octubre de 1833,-Yoel
»rey.-Al duque pre~idente riel consejo real."


Tercero (ó sea !l,o) ,;obre.-dJ rluque presidente de mi consejo
real. »


Interiol'.--«Contirma todas las autoridades y lo manda comuni-
car inmediatamente. Santarem 6. de octubre de 1833.-Yo el rey.»


En vista de (an criminal conducla V, 1\1., de acuerdo con el pa-
rtlcer d~1 Conse,jo de Gobierno y del de ministros, se sirvió espedir
la real órden de 16 de octubre de aquel año, en la que se previno
á dicho plenipotenciario hiriese saber á don Cárlos que, "por su
~con(lucta temeraria y contumaz, habia incurrido en el conc('pto
nlegal de conspirador contra Pi monarca pacíficamente reconocido,
»de concitador a la rebelion , de perturbador de la paz del reino,
»de promovedor de la guerra l'Ívil, y rllle serian aplicadus á su per-
»sona y bienes y á los de sus parcia es, todas las penas dictadas
»contra los sediciosos y perturbadores de la tranquilidad pública,
»~iendo tratado como rebelrle con torio el rigor de las leyes, si Ile-
»gaba á pisar el territorio de E~paña.»


El plenipotenciario, acompaíiado del baron de Ramefort puso en
tUI IIlanQS la citarla real órd(lQ en '23 gil di(;ho mes¡ y ~Q ;lVIIO 01\ ..




APENDICE NUl\IERO 13.
cial del 2' dic~ ~ue S, A, la leyó ú presencia de los mis~os 1 de
dos de su serviUumbl'e: y que nndllida sulectllra espreso: «que·
»do enlerado: vcremos quien Iklle mns derechos: yo tambien haré
)lUSO do lo.; mios.» Ld es el (',tracto de la mencionada certificacion
cuyos anlecedc!lles olmlll flri¡;inales en la secretaria del Despacho
de Estado,


I)nra la illlslraciuiI tí(~ V, \1. Y de las Cortes, cre() de mi neber
lIamill' yuestra alcneion sU!)¡'l'alll\ hácia otros hechos anteriores J
posteriores, (lue ~·()i1illlC('n a c:tli¡i,';ll' la cOlHlucta del mal aconseja-
do príncipe, y á deseubrir d pian de sus secuaces,


Parece que este llO era percC(mal, :;ino de partido, El escriloin-
eendiario titnlado E~I)(IÜole8, uníon y alerta, impreso fraudulen-
tamente, y difundido con ]lrofll:;ioll en 18~!1í. si Lien se cuidó de cor-
rel' un velo sobre sus autore:; y cÚllljllices; los resultados de sus
doctrinas sllbH'rsivas, que eSlallaron en 18~6 y '2.1 en las provin-
rias de Guadalajara y Cataluila. y (llW se comprimieron de una
manera paliati\ a; esto:; iudlldabl!', ~UC!'S05 ocurridos, cuando, se-
gUJl el eslnrlo de cosas, éBtaba Ilamautl don Carlos á la inmediata
succsion, })fueban hasta la eviúencia que el plan era apoderarse
desde luego del manilo para hacer triunfar ciertos principios;
apelando á la manifiesta rebclion. y si l1Iene"!,,r fuera, al abomina-
ble crimen del regicidio. C'):l~ta de público y notorio; y constaria
por documcntos auténticos, si no los hubiera sustraido criminal-
mentc de su depósito el que los tenia a su cargo, que por medio
de aquellas tentativas se uspiraba á sentar en el trono a don Car-
los, desposeyendo á su augusto hermano a viva fuerza, ó arran-
cándole una relluncia, Pero no consta un solo acto de palabra ó por
escrito, por el que dicho principe desaprobase tan horrendos crí-
menes intelltado5 :\ nombre suyo; ~in embargo de que ·farecian
redamar esta manifestncion su honor, la tranquilidad de reino y
la preservacion de las víctima;; inmoladas por ambas partes,


El desacordauo príncipe, de;;plles de haberlos patrocinado COIl
tan estraño silencio, lo rompió en !in con hechos de indudable trai-
cion; cuales son la protesta de 29 de abril y los decretos de ~ de
oct~~re tle 1831, pOl')OS que o~;ó desconocer y atacar I\e frente,las
declslOne,; mas solemnes de las Cortes con su rey sobre la suceSlOn
de la Corona,


Inllcxible en tan erillliual propósito, su concurrencia positiva á
la Ínsllrreccion ya la gU('l'ra civil, no solo consta de notoriedad!
sino de documentos auténticos que obran en la 8l\crelaría de mI
cargo,


Entre los efectos aprehendidos en la villa de Guarda en el mell
de abril dell'resente año, se encuentran varios papeles de las su-
puestas secretarías de Estado, Gr¡:¡cia y Justicia, Guerra y Ha-
cienda, á cargo de don Joaquin Aburca, 'obispo de Leon; unos de
letra. lil'ma y rúbrica de ¡JOII Cárlos, otros con iguales caractéres
del citado obispo, y otros con la sola rúbrica de este; decretos au-
tógrafos de nombramiento de secretarios del Despacho r de capi';'
tanes generales; copias y minutas de otros con instrucclOnae diri""




,ANALES DE ISABEL 1I.


*}idas á insurreccionar las provincias, a recaudar contribuciones y
a Pl'omover la desercion de las tropas; concesiones de grados en
el ejército, y de grandes cruces; anatemas de proscripciones y
muerte y confiscacion de bienes a todas las autoridades que per-
¡nanecieren fieles á la reina mI señora. Por lllallera que, reunida
bajo un punto de ,ista la cuestion del hecho, resulta, sin dar lu-
gar á deuda; 1.0 que don Carlos María bid ro de Rorbon diú pil-
bulo con su silencio á la rebclion illt!'lltada a su nombre, y (/ue es·
talló mas de una vez, cuando, no sobreviniendo novedad, e hu-
biera correspondido subir al trono por derecho propio; y 2,· que.
trasmitido este derecho á la hija primogénita que el cielo concedió
á V. 1\1., se llegó abiertamente aqucl príncipe a reconocerla por
.sucesora desobedeciendo á su rey y sefior, se¡¡;un resulta de su
protesta hecha en Ramallon á29 de abl'il de 1833; 3.° llue llevó
adelante esta conducta criminal por medio de las mas solemnes
declaraciones desde el instante en (lile tUIO noticia olicial del fa-
llecimiento de vuestro augusto esp()~u, COl1l0 lo acreditan las car-
\¡¡s órdenes espedida~ en Sautan'llJ Ú 1 de uctuhre de 18:13;
t.o que ha consumado su punible resolucion a¡¡;otando 105 reeursos
¡le la seduccion y t'lllplealJ(lo la fuerza por medio de 105 seducidos.
. El mal aconsejado I)ríncipe, en sus comunicaciones autógrafas
de ti y 21 dejulliu de 1833, pidió esplicitamcnte flue se le iUlpusie-
se, si era reo, el eastigo merecido. Y el Consejo de Gobierno, qllll
la sábia prcvisioll del soberano instituyó por su cspresa y última
volulltad para ilustrar a V. M. en los casos ál'duos y graves que
pudieran sobrevenil' durante la mcnor edad de vuestra escelsa
hija, fué t!e parecer, y lo acordó asi V. M. en 16 de octulJre, con-
forme con el dictamen de vuestro Consejo de Ministros, que, pues.
habia incurrido don Cárlos en los crímenes de conspirador, de
concilador á la rebeHon, de perturbador de la paz lid Reino y de
promovedor ele la guerra civil, debian aplicar,e Ú HU IH'r~"lla y
bienes y á las (le sus parciales todas las penas dil'lildilS ronlra los
sediciosos y perturhadores de la tranquilidad pública y lralál'\'e!e
como rebelde, con lodo el rigor ele las leyes, si llegaba á pisar el
territorio de Espafia.


Lanzarlo de sus fronteras y del vecino reino do Portugal por el
valor y leallad á toda prucha de vuestras armas; refugiado en UIl
reino amigo, todavía la generosidad de Y. :\1. le ofreció lIna lll'n-
sion decorosa, con arreglo á lo estí pulado en el tratado de cu:\dru-
pla alianza;· bajo r.l supuesto de que renunciase al crillliual desig-
lIio de perturbar la par. y el sosiego dll estos reinos. Pero el obce-
cado príncipe desechó la propuesta, é impelido despues por Yilr~
y codiciosos intrigantes, ha osado pisar el territorio dc la leallad.
Es, pues, llegado el C:180 de que se le trate COl1l0 rebelde con todo
el rigor de las leyes.


Siglos ha. señora, que,enla ley La, título :2.0, l)urlitla 7,- '0
previl;o que la primera y mayor de las traiciones, y la 4\le llIao
fi1ertenwnte debe ser escarmentada, es aqnella en que se aspIra a
-desapoderar del re.ino üu legítimo poseedor .. ~ tan horrenda crí-




APENDlCE NUMERO 13. 405
men impone la ley 2.' del espresado título y partida la pena capi-
tal y la confiscacion de bienes; añadiendo que los hijos varones
nunca puedan haber honra de caballerí~ nin' de-otra dignidad, nill
oficio, y prohibiéndoles heredar y percibir mandas de -paFientes Ó
estrafios; si bien deja á las hijas la capacidad de percibir por he-
rencia una partc alícuota de los bienes de sus padres. :Y, segun la
ley 3." ha lugar el juic,io, desplles de la rnuerte del que hizo la
traicion, y la ocnpacion á su heredero de lodos los bienes que le
vinieroll de parle del Ira ido/', ,- .'


Semejan les disposiciones ~on conformes á las del pe¡'jodo pri-
mero de la monarquía y á las que se publicaron. coetáneamente ó
despues de las Partidas.


ta ley 6.", lil'II0 1.0, libro <2.0 (lel Fuero Juzgo preüene que
l)si alguno probare de toler el regno al príncipe, reciba muerte .....
llé sus cosas sean en poder riel rey.)) , -,'


ta ley l.", título :~.o. libro L° dell<'nero Heal (qne es la ,1. 3 , tí-
tulo 1.0, libro ¡j.o de la Novísima Recopilacíon) dispone que; «cuan-
"do quier que avenga finamiento del rey, lodos guarden elsf'ñorío
~é los derechos del rey á su fijo ó á la su fija que reinare en su lu-
llgar ..... é si alguno; quier de gran guisa ó de menor gui:;a, esto
»no compliere, él y todas sus co~as Eran en poder del rey ,'é faga
»dél y de sus cosas lo que quisiere.« _' ,


La ley 2.", título 7.°, libro 12, de la i'iovísima ReCOlliluf,ion im-
ponc igualmente la pena dI' confiscacion de todos sus bienes al
traidor.


No caben decisiones mas adecuadas al caso de que se trala.
La letra y,e1 espíritu de estas leyes del reino, señaladamente las de
Partida, dictadas para librar á los pueblos de los males sin cuento
que les acanea el crímen de traicion «que se face contr¡¡. la per-
sona del rey, ó contra la procomuna I de la tielTa» segun la es-
pl'csion de la mencionada ley :l.", no dejan lugar á duda de que
don Cárlos María Isidro tle BorlJOn ha perdido el derecho á la co-
rona y que le ba perdido igualmente la línea de que es cabeza. Sus
hijos quedan privados de todos los bienes que correspondian al
padre; y el primero, el mas apreciahle de estos hienes, era cierta-
mellte el derecho de succsion. Sus hij05 segun la ley, non pueden
haller oficio alguno.«-¿Y cómo podrinll aspirar al de gobernar
estos reinos? Su ulterior descendencia procederá de una rama se-
parada del tronco para los efectos de la sucesion que antes le
correspondiera, y que nada ha podido trasmitirle despllesde de-
clarada su incapacidad.


En vanose pretcnderia invocar las idcíls generosas del siglo,
sobre la no trasmision de las penas á la posteridad illQcente. V. 1\I.
se ha dignado consagrar en el proyecto de cód igo penal este prin-
mpio tan conforme á la S3na moral como á una polHica ilustrada.
Pero el caso en cuestion es muy distinto. La estabilidád de los
tronos íntimamente enlazada con el bienestar de los pueblos no
consiente por su, propia índole la creacioll- d{) derechos perpé-
'1l0S é inamovibles en la importante .materia desucesisl1 áJa Co-




t06 ~NALES DH ISABKL n.
rODa como los que pueden y deben tener lugar UD códigoeivil para
el sostenimienlo y amparo de la propiedad individuar. La suerte
de una nacion, tanto al presente como en lo porvenir, quedaria
es puesta a todos los peligros, sin ningun escudo ni defensa, si ca-
reciese de facultad para proveer á 5U \)ropia conservacion en cir-
cunstancias tan cstraordin;lrias como as actuales. Y proveyendo :i
ella no irroga perjuicio :i derecho de tercero, porque este derecho
se halla cacncialllJentl' ~ubordillado ú la autenor é imprescriptible
,lo la existencia ,k [,t misma sociedad.


Tampoco tienen lugar la~ (loclrina~ comunes de los mavUl'az-
guistas, segun las cuales los llamados a la sucesioll no derivan su
derecho del último pusecdor, sino del fundador. El crimen de alta
traicion exigia medidas fundamcutales que atianzasen los tronos
} precavieran las ,~ouvulsiolle~ que alteran la paz tic los pueblos.
A esta clase perlenece la que con súbia prevision dictó el célebre
legislador de la~ Partidas, en la mencionada ley 2.·, título 2." par-
lida 7.", y los fUlldadores de vínculos que ¡¡.,piraron a evitar su
aniquilamiento poda aplicacion de la pella qUt~ aquella impone a
los reos de lesa-magestad esco"ilaron la clausula ue que «si algu-
bno de sus desceudientes poseedores illcurriese en el crímen e~pre·
'sado, se entendiera haber renunciado y perdido su derecho.un dia
nantes de perp~trada, y haber hecho tránsito al sucesor inmediato.~


En el mayorazgo de la corona, creado por la ley 2.3 , título 15,
parlida '2.a, no se encuentra el meuor vestiO'io de semejante cláu-
sula de salvedad. Por el eontrario, cuando habla ueltránsito il los
trasversales, it ralla de sueesiulI directa, pl'eYiene literalmente,
'que lo haga el pariente mas propincuo, ~cyendo ome para ello, é
»non habiendo fec.ho cosa porque lo deba perder. ~


Ni era de esperar de la sabIduría del legislador, que hubiese
dejado el reino á merced de las pasiones, y sin la competente se-
guridad que rpelallw el bien de la nacion. I\l mayorazgo de la Co-
fona fundado para pree:lver los horroreb de la anarquía, los t'~lra·­
gas de las guerras civiles, las intrigas de las elecciones y las con-
tiendas á mano armada sobre la sucesion del reino, \leva implícita,
en cuanto il !t,S derechos que ha creado para que puedan ser efec-
tivos, la condicion especial de «subsistir las co,as ell el mismo I,'S-
»tado sin resolucjoll en contrario por parte del fuudador.))


Es un hecho histórico indudable que le erigiúel sabio autor de
las Parlitlas prohijando la autiquisima costumbre y ley del reino
que recibió su estabilidad y firmeza de la ullanillle y simultánea
voluntad de don Alonso Xl y de los asistentes á las Corles de Al-
calá de Henares (l~ 13{8; que su naturaleza se alteró, si se quie-
re, eulas Cortes de 1713, Ilel'O las de liS~' celehrada- con la mis-
ma solemnidad, en lllli:\ll con la pragmútica de 1830, que dió pu-
blicidad á sus deliuer¡ll'io¡¡es, restablcc.icrotl su forma primitiva.


Sobre bases tan sólidas descansan la I't's,.\ucion de V. M. anun-
dada en el mencionado di~C.Ul·50 del trono, por la que se sirvió
Sflmmer al náillf:ll y deiibt).f!l:('.iQn de Iol!' COllm; l~ grayc c.uestion
de qUf' Sf' tI<it-a.




APENDICE NUMERO 13. 407
Las COI'tes, señora, de 1831, que ha reunido la sabiduría do


V. n-I. y su incausaule deseo de promover la felicidad de la nacion
no ceden en legitimidad á las mas solemnes del reino, pues, que su
urganizacion JIU rectificado defectos clásicos de que adoleclan las
antigua" Por consiguiente pueden y deben lomar en considera-
cion si la estabilidarl del trono, si la suerte presente de España y
su futura felicidad reclaman la esclusion de la su cesio n á la Corona
del sedicioso príncipe don Carlos !\Iaría Isidro de Borbon y de to~
da snlinea, Eegun parecen disponerlo las leyes y con la especiali-
dad la 1.a, ':l," y 3.' titulo 2.°, partida 7,a


Si Felipe V cOlllas Corles de 1713 (a lasque se acogen el cul-
pable príncipe y sus partidarios) pudo excluir de la RUl;esion pre-
ferente que les ¡jaba la ley de partida á las hembras de mejor Imea
y grado, postergando su respectiva descendencia sin que le arre-
rlrara la consider~cion de los que se llaman derechos adquiridos y
que reclama ahora el don CárJos, parece fuera de toda duda que
liq ~e puede privar á las presentes Cortes en union con Y. 1\1. co-
IIHJ ,'(·illa Gohernador~, de l'jerccr tan importante prerogativa.


I.a ullion sincera de la naeiún y del trono en materia tan gra-
ve y de lauta trascendencia aleja toda sospecha de parcialidad ó
resentimiento, y dará:\ la t1ecision que se tome el carácter conve·
niente dc legalid~t1 y firmeza. ,


La IllllS I 111 pel'losa ley de los Esta¡jo~, la de su cOlIservaClOn y
lrallquilirlafl, reclama la adopcion de una medida conforme a las
I~ves del reillo v ú las hases de toda soeiedad bien ordenada. En
~:iIlO) la lealtad )' el denuedo de las tropas de y, 1\1. .triunfarian de
los esfuerzos de los facciosos: en vano, se desvelafla V, M, para
)Iroporeiunar it la IHH~ion, con la concurrencia de las Cortes y bajo
la egida de las leyes fundamentales, quc el Estalutll l\eal ha res-
tablecido, las mejoras reclamadas por la ilustracion del siglo y por
l~" necesidades de los pueblos; todo seria in~table y poco ~eguro.
~J se JeJase la melllJl' ('SIWranza de que pudieran algun ¡Jla sen-
tarse ell el august.) ~,oli()'tle la lealtarllos hijos ó drseendienles del
príncipe relH'hk. :-1\1-; parciales. afe(~lalldt) quizá la obediencia y
ret'lwto el la reina mi ~cl1()ra y á V, M., difundirian mal10samellte
Idea~ slllJversiYa~ ell('alilinallas á paralizar la aceio\1 del gobierno,
a qneuranlar su fupl'z:¡ moral, ú sembl'nr desconfianzas, á desunir
élluo cdo,;.)~ lit-f'·\\""r,''; de la kgililll!dad y ú pr,,\,arar por estos
medios n'Clcciollc~ parciales precursoras tal vez I e una gencral,
,!Il(~ ;)(','kr;J1'¡j el Clll'\piinúnto de sus criminales designios.


En tal ('-'tad\l, 81'lior<l, podrá V, l\f, dignarse someter ú la deli-
¡\(~racioll de' lasCories ((l'lIel'all'~ dei Reinolacnnducta de don Cárlos
,J¡lri:¡ I ,idr'''¡,\ Bor!H)Il:' iLl'bon, )I'll'.) qu''. lOlilándoi,len la conside·
laciufI debitf:l, nT"iga la del'l::rar¡oll soiemnc de »)fluedar escluido


l:ch'l principe )" tuJa su linea del derecho á suceder en la corona
"t!,\ Espaiía.»-Riofl'io ¡¡ de agosto dI.' 1831,-Señora, A. L, R. P. de
V, ~I. Vuestru sc('ret;¡!'io (le E~tad() y de Gracia v JlIstida-Nico-
lás Mana Garelly. •




PHOYECTO DE LEY


PBESEN'CADO Al. ESTAl\IENTO DE ILUSTRES PROCERES, DE ORDEN
DE S. M. LA REINA GOBERNADORA. EN LA SESION PUBLICA
DE 6 DE SETIEMBRE DE 1834,


Sobre abolicion de la pres lacion conocida con el nombre
de ,/,0(0 de Santia!lo.


,,"PÉl'iDICJE lWIJ1,n-:ao ......


Aur. 1. Quedan abolidas desde el día en que se puhlique co-
mo ley el presente proyecto, las prestaciones de pan y vino, cono-
eida~ con elllomilre (10 voto general y pal'ticlllar de Santiago cua-
lesquiera que se~n la dignidad, cor¡li)l'aeiolJ, establecimiento ú
persona que las perciba.


ART. 2 o Las prestacioiw3 de\'ellgada~ hasta el dia señalado en
el artículo anterior se [l'Jdrán Incer cfeGliras por los re:ipec-livos
partícipe:; á quienes C01Tcsponda, para invertirlas en los objetos de
su instltucion.


AllT.3." Quedan suprÍilllilo¿ t1e3Je dieha épJca 103 juzgados
protectores del voto :le S:llllia<~o. Los jnieio3 pendientes para ha-
cer efectivas la3 (lrc~\acioll~; ele dicho voto, ú el cumplimiento de
obligaciones emanadas de él. S~ conlilluar:w hflsta su tcnuinacioll
~on. al:reglo á la.s leye." ~lil.,).I?s competent.es juzgados de la real
J unS¡.!tcclOn onl!narlil; arllllltlelldose a los Itllere:lar.\os las apela-
ciones para ante los respectivos tribunales superiores.


AUT.t. o Losjuicios que se elltablen des pues de publicada la
abolicioll del voto, á virtud ¡le pacLo3 Ó cOllvenios anteriores, se
sustanciarán en igual forma ante los mismos juzgados ordinarios
competentes.




APENDICE NmIERO 14. 409
ART. 5.' Los actuales individuos del ,encrable cabildo de la


santa iglesia de Santiago, poseedores de prebendas, canongías y
beneficios dotado:; en partc ClJn los productos del roto, tcndrán op-
cion á canongíu, y prebendas de igual clase racanle8 ó que vaca-
ren en las demas iglesias del Reino.


AUT. 6.° Asimismo el gobierno tendrá presentes con el propio
fin, y bajo las mism:ls regias, á los canónigos y prebendados de
Oviedo, ~Iolllloiiedo, Orense y Lugo ljUe sufrieren el perjuicio de
una tercera parte del valor de sus prebendas por la supresion del
roto.


AUT. 7." Prévio Pi eOllocimienlo oporluno de las atenciones de
la fabrica de la iglesia de Santiago. y el dti~cit que le resulte por la
supresion del YOlo, se seiialarú el fondo por el que deban satisfa-
cerse aquellas.


ART.8.0 El:\1. R. arzobi;;po de Snntingo, en union con el go-
bernador civil, teniendo en consideraeioIl las rentas, propiedades
y edilieio del real h03pitnl ele Santiago, propondni á S. M., por
el ministerio compntclltc, lo;; medios de formar un establecimien-
to de beneficencia para socorro y ocupacion de los menesterosos é
indigentes de la provincia, sin perjuicio de dar hospitalidad a los
peregrinos que se presentaren COIl los documentos convenientes.


Al\'C. n." QUI.'dan sin efet:to torlas las pensiones que grayitan
solJre los rendimientos del \ oto de Santiago; y si hubiere alguna
procedente de titulo oner060, Ú eDil destino il establecimientos de
beneficencia ó literarios, sera impuesta sobre otras rentas ecle-
siáslicas.-Palacio 5 de setiembre de 1831.


FIN DEL TOMO PRI~IERO.




INDICE DEL TOllO l.


Pags.


Noticia biográfica riel Excmo. seilol' drm ,J:,yier de. BIlIWI';.


APE~bICES,
Número 1.c· - ESpo5íciun diri¿i(la al selior don Fernan-


do VII desde París, en 2í de enero de 18:W, so)¡re los
males que aquejaban entonces ú España, y lo; illedio~
de remediarlos., . • . . , ' . . . . . . . . , , , . '. i7


Número 2. o-Rcal decroto para elc;;tab!cci;llielllo de sub-
delegaciones de Fomt~llto (~n las \11'\)\ indas, é instl'l1C-
cion para gobierno de los subdelegados, aprobada por
Su Mageslad. . . . , . . . . . . . . . . . . . . . , .. n


Número 3.o-0bsenaciones sobre el cmpréstito Gllehhal'd, 111
IntrorJllceion ... , . . . . , . , , ...... , . . . . .. 127


Situad\J1l del )JJis ú la mucrte de Fl'\'llundo \'1I.-Tl~sta··
mento de esle lllonarea.-Consejo ele rcgencia.-'!ani-
!lesto de ·í ck octllbre.-Alzamiento de las provincia~
dell\()i·tC.-~\lo·. ilíliclltos pJ!'Ciah's cn olros puutos.-!\e-
trato de ulJa FLillcisco de Z"l lkrl1lud:'z _. Don Javier
de Rurgo;; recmplaza al conde díl Ofalia en el Illini,;terio
de Fomei,to. --·Aclo, dn su :Hi'niniotracioll.-EsIl03icioll
riel genera: Qlle~ad:l.-lhlSavéLlellciil l'ntre el Consejo
de (Jobil'1'l1O v el Illillistcrio.-Proyet:los de transacion
abol'I,hlos,-A[)aricioll de IHwvas li.H'tillas de faccil'sos.
-Zarco del Yalle ministro de la G ncrra.-Opcraciones
militares. -Opusicioll contra Zea.-Repre.;elltaeioll de
L1allder.-Proyectos de r';lIniíll1 de Cortes.-Modinca·
(~i(;¡lJ)arcial del ministerio Zea,-Don FrallCisctl l\Iarti·
nez Il la Rosa, ministro de E~tad!) y presidente del ('on .
sejo de ministros. . . .. .......,.." _, na




1~'1lICE.


LIRRO SEGU~f}O.


Conferencias ministeriales para la redarcion tlel Estatuto
Real.-Imnz sucede á Arnnnltle en el millisterio de Ha·
cienda.-Dimision de don Jnyier ¡Je Burgos úel ministc·
rio de fomento.-Estado dc las prorincia:;.-l'ormeno·
res l'elatiros a la presentacion tle ZUlllalae:'lrregui en el
l~ampo carli~ta.-Dispersion de sus tropas en el combate
de :-iazar y Asarta.-i\loYimientos de Valtlés.-Deja este
gelleral el mandu en gefe de las tropas de la reina.-
Iteemplázale Quesadn.-Entáblanse Jlegociaciones con
Zumalacál'regui. - Frúslranse e"ta,..-Son rechazados
Zumalacúl'regui de Viloria y Ca~lor dt~ Portllgalete.-
Sale Quesada de Pamplona y empieza ~us operaciones
contra ZUll1alaCárregui.-Entra este gefe en Cataluña.-
Carácter de la suerra en las provincias Yascongadas.-
Siluacion de las bandas del cura Merino, Cuevillas. Ba-
silio García, Quilez, Carniccr, elilos de Eroles, Trisla·
ny, Llareh de Cupuns, el Locho, Carrasco, Lobito y Cues-
ta.-Disposiciones del gobierno .-Combate de Alsasua.
-Situacion política de Portug,J.·-Tratado dc la cuádru-
ple alianza.-Toreno mlnistro de llacienda cn reempla-
zo de Imaz.-Anticipo de 1:.; millones de francos.-En-
tra en Portugal un ejército espaiíol mandado por ltodil.-
ltetirada y embarque de don Citrlos.-Sn llegada á In-
glaterra.-Su venida a J<;spal1a.-Cueyillas y don Basilio
hatidos por Obregon y Cistué.-Aecioll do Mayans.-
V nelta de Camicer al bajo Aragon.-Rodil, general en
gefe del ejército riel Norte en reemplazo de Qnesada .. ·-
Obsorracionps sohre el Estatuto Heal.-Horribles esee·
nus lI(;¡ 17 Y del 18 lÍe juuio en :.\Iadrid.-EI cólera mor·
bo.-OjlcraeiOli(·'; de Hodil en per,ecut:ioll del Preteu·
die¡;te.-.\taquc infrucluo~o de lo,; carlistas c(\ntra Puen·
te la Reina. -Sorpresa de las \'{:iias de San rausto._
!Iuerle del conde de YiamnnneL-Ataca Zumalacárre-
gni el fuerte de Echarri-"\ ranaz, y es rechaza\lo.-Vuel-
ve don Cárlos á Elizonl1o.--Salc de nuevo para Yizca-
ya.-Mo\Ímientos combinados de Espartero y ltodil.-
Toman é incendian los facciosos á VilJarcayo.--Amena-
zan á Bilbao y :l Santandcl'.-Destruyen a Ampuero.-
Deja ltodil el mando de Navarra y se dirige á Y iloría.-
Sorpresa de un convoy de armas.-Combales ¡le l?uen-
mayor y de Cenicero.-Batalla de Alegria.-Derrota y
muerte de O-Doyle.-m general Os,ma se retira á VitQ-
ria.-Abrense las Cortes.-Díscurso del \rono.-Contes-
tacion á él.-Manifiesto de Martinez de la Rosa.-Dis-
cusioues en los Estamentos.-Proyecto de ley de hacien~
da.-Qtro relativo;i la csclusion de don Cárlos y de su
-.~ ..


4.11




412 ISDICE.
familia á la corona de España.-LlegaJa de Mina it Pam-
plona ................. o '2(~:l


APENDICESo


Número 1.°-Manifiesto de S. ttl. la reina Gobernadora _ 31,3
Número '2.o-Esposicion del general L1auder a la reina


Gobernadora. . . . . . . . . . . . . . . . o . . . . ., 3í5
Número 3.o-Esposicion del general Quesada á la reina


Gobernadora. . .. .. .. .. . .. . . . .. .. .. . .. .. .. .. . .. .... ;J52
Númer~ i,°-Esposieion del Consejo de ministro;; á S. l\l.


la rema Gobernadora.. o . . . o . . . . . . . . . o " 31)8
Número ~."-neal decreto ..... o ... o ...... o. a7í
Número 6.0-Texto espauol del tratado de cuádruple alian-


za, fecho en Lóndrcs á 2~ de abril de ¡83L .... " :11¡j
Número 7.o-Contrato de anticipo de W millones de fran-


cos, celebrado enlre don :\Ianuel Gonzal~z Allende, co-
misario de S. M. C, y los seuores llotschild hermanos.. 378


Número 8.o-Proyeeto de artículos adiciollah'~ al tratado
de c.uádl'uple alianza. . . . . . . . o . . . . . . . . .. 381


Número 9.o-DiscUfSO pronunciado por S. 1\1. la reina Go-
bernadora en el acto de la solemne apertura de las Cor ..
tes el dia 2í de julio de lU3'i, . . . . o . . . . . . .. ; 383
~úmcro lO.-Contestacion al discurso pronunciado por Su


magestad la reina Gobernadora en la sesion de 24 de ju.
lio de 1834. . . . . . . . . . . o • • • • • • • • • • •• ~87


Número 11.-Conteslacion del Estamento de seiíores Pro·
curadores al discurso pronunciado por S. lH. en la so-
lemne apertura de las Cortes, yeri!1cada el dia 21 de JU-
lio de 183í ................. o .... o. 3!11


Número n.-Proyecto de ley sobre arreglo de la deuda
estrungera, y autorizacian para realizar un ellljJréslito
de 400 millones de reales efectiyos, presentado á las Cor-
te& del reino en la sesion del 8 de agosto como anejo á
la esposicion del ministerio de Haeienda del ti del mismo
dia. . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 39!í


Número 13.-Esposicion presentada á S. )1. la reina Go-
bernadora por el secretario del Despacho de Gracia y
Justicia, y maJ?dada pasar de real órden á las Cortes ge-
nerales del remo. . . . . . . . . . o . . . . . ... " ;197


Número lí.-Proyecto de ley presentado al Estamento de
ilustres Próceres, de órden de So 1\1. la reina Gobel'lla-
dora, cn la sesion pública de 6 de setiembre de 183í,
sobre abolicion de la preslaciull cOllocida con el 1l0lllilre
de Voto de Santiago .. o ...... o . . . . • . . .. 408




ANALES
nEL REINADO DE DOÑA ISABEL 11.




Esta obra es propiedad de los herederos del atdor,
los que perseguirán ante la ley al que la reimprima; tÍ
cuyo fin llevarán todos los ejemplares la siguiente rú-
brica /---;


- ( --~
.~ ;,;,...-.~-.-_~ /




• , ANALES DEL REIN1DO
DE


A D. ISABEL JI.
OBRA POSTU~IA


DE DON JAVlEU DE nUUGOs.


TO~IO 11.
::;;::1.


MADRID.


ESTABLECIMIENTO TIPOGRAFICO DE MELLADO,
talle de Santa Teresa núm. 8.


MlJCCCL.






DON FRANCISCO CEA BERftlUDEI.


5nció en Málaga por el año 1780, dc padres comerciantes, quc le iniciaron pn
"sla profesioll. Acabó de educarse en Cádiz, y vino á ~Iadrid recomendado a don
·\otol1io rgal'l", por (luien obtuvo la comislOn de llevar nnos despachos al "m-
¡ll'rador de Rusia, instruyéndole de la constancia con (lue rc,i,tia el pais á 10'
franceses, y de la instalacion de las Córles en la isla Gaditana. Tar.to aprecio
hizo ¡le él el autócrata, que fué nombrado cónsul general en Rusia. MantíEole
Fernando en su puesto, hasta que disgustado el emperador por sus ideas lihe-
rales, indicó su deseo de que fuese relevadu, y se trasladó á París. Elep:ido (le
nuevo para San l'elersbur ~c, no fué recibido, y marchó á Léndres, ,le dond ..
"illo en junio de 1824 de ministro de Estado. IUeno5 constitucional que en 1820.
p('ro amigo de bs reformas, contribuyó á mot1('rar la reacciono pero tlcrrilJ(Hlo
:i impulsos de ésta en octuhr. de 1825, fué á representar á E,pañaen nre,de.
y 11Iego en Lóndres, de do",lo vino de nuevo en octubre de 1832 al ministerio dl'
Estado. ~u políLica templada fué jUIgada liberal, pero sus manifiesto, de 3 de
¡liciembrc de 1832 y,¡ de octubre de IH33; quitaron toda esperanza de innova-
('ion¡~s políticils. Impotcutc pari!. conjurar la revoluclon, cay6 á·su rmpuje ('n t:l
di) (~ncro de 1&14.. En 1R3, fué comisionado;j Viena para el rceonorimicnto di~ la
reina; y valla su mision, en 1839 escribió un folleto demostrando eoncluyent('-
mente el derecho de esta scilOra á la corona de España. Retirado nucvamcntt' á
l)arÍs, e indiferente á las honrosas distinciones que le llamaban á Espaila, si-
glli6 entregado a sus illI~íone!' de amalgamar distinta3 ÓPOCíl~ .• hnsla Sil muc:rle
onUf lila l~n H~;;2.






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LlORO rI'ERCERO.


Discusiones y dl'ci,ion sobre el pt'o~'erto de Ic'Y de lIacienrla.-Reconocimíeuto
de la deuda estrangera y autorizaeion para contratar un empréstito de 400 mi-
llones -Negóciase este· con la casa de Anloin.-Díscusíon del proyecto de ley
de milicia urbana.-.\pruéhasc este proyecto de lcy.-Fisonomía de las Cortes
de 183.\.-Prorlama de ~lina.-JlIoquco de EIi7.0ndo.-Encuentros de Espar-
tero con Yillarreal y Castor.-OpcrarÍ<mes de Córdova.-Entra un convoyen
Pdmplona.-Zumalae{¡rre~lli silia y toma it Yillafranca.-Brillante defensa de
los urbanos [lile la gllarnccian.-Llander reemplaza á Zarco del Y.lIe en el
miubtc";o de la GIlf'rra.-Salc lUlfia de Pamplona en perseencion de Zumala-
cúrreguí.-Combates de Sorlada y Unzui,.-Partc Córdol·a á Madrid.-Estado
de las bandas carlistas en varias provincias de España.-Accion de Ormaisle-
gui.-Accion de Arquijas entre Lorenzo y Zumalacárregui.-Subleva~ion mili-
tar en ~Jadrid y muerte del general Cilnt(·rár.-Yivus interpelaciones en ambos:
Estamcnlos.-Drja Llauder el mini,terio de la Guerra y le recmplaza el gene-
ral ~·aldés.-Toma de los Areos.-Acdon de Ciga.-Sitio y toma de Irllrzun y
Echarri·Aranaz.-AIJandono de Olozagoitia.-Ata([ue de Efaso contra Bilbao.
-Combate de Montl'jura y Arroniz.-Sale Córdova de l\ladrid al frente de una
division.-Petieion de sesenta diputa<tos para que sancione la reina la ley de
milicia urIJana.-Al'ticulo adicional propuesto por el ministerio.-Parle Yal-
dés para las provinr.ias del Nortc.-Dimision de l\lina.-L1ega Cahrera al cuar-
tel gencl'al de ZumalacfIrrcgul.-Conrerencia co111os gefes carIi:;tas.-R~gresa
á Aragon.-l'rision l' muerle dl' Carnicel'.-Córdol"a fortifica á Yiloria.-Obli-
ga á los carlistas á levantar el sitio do ~lacs!ú.-Preparali 'os de campaña.-
Aecion de las Amesroas .. -Tl'atado ti" lord El\ioL-Intcrpclacion,~s en las Cor-
les.-Agitase la cuestion dl~ la lnlervencioIl cstrangcra.-~uevas interpelacio-
nes.-Tentativa de asesinato contra lIartinez do la Rosa.-Proposicioll de Ca-
ballero.-Precaria sitnadon del ministcrio.-Ciérranse las Corlcs.-Solicitase
la intervencion de los aliados.-Contestarían d" la Francia.-Mudanza mini 5-
tcrial.-Zumalacárregui toma varias plazas y Y"ldés ahandona otras.-Sitio
de Dilbao.-Jluerlc de ZUffialacáITcgui.-AccioIl de lUcndigorrla.-Alborotos
de Zaragoza y Reus.-Amagos de conflagracion general.


TOMO n. 1




2 ANALES DE ISABEL 11.


BL dia 11 de setiembre de 183.\, la comision de Pl'ocura-
dores eneargada de informal' sobre el proyecto de ley de
Hacienda, sometido por el gobiemo [tI examen y apl'oba-
cion del Estamento, preseutó, en su doble diclámen, pues
en el seno de dicha comision hubo divel'sidad de parece-
res, notables modificaciones á las cláusulas principales de
aquel proyecto de ley (1).


La mayoda, compuesta del marques de ~Iontevirgen,
Florez Estrada, Alval'ez de Sotomayol', Torrens y Miralda
y García Carrasco, denunciaba vicios de forma de que, eu
su sentil', adoleeia la pl'esentacion del proyecto del gobier-
no, del cual declaraba ademas diferir esencialmente en la
parte relativa al empréstito de 400 millones. Descartando
ciento y tantos de los que figul'aban en el presupuesto de
atenciones urgentes, pI'esentado pOi' el ministro de Hacien-
da, reducíalos a 200, opinaba que se autorizase al go-
bierno pal'a proveerse de esta suma, sin I'CCUl'l'Í1', si cra
posible, a empréstitos, y, para el caso de absoluta nece-
sidad' indicaba la conveniencia de pl'eferir á los estl'ange~
ros los capitalistas españoles.


Entrando luego á discutil' el primer mtieulo del proyec-
to de ley, dividialo la comision eH dos partes, compren-
diendo en la primera la deuda contra ida y reconocida 1101'
las Cortes, y en la segunda lada la que no se hallaba en
este caso.-«Ac¡uella-sc decia en el dictámen-debe, pré-
)via liquidacion, considerarse como deuda del Estado, P01'-


(1) Véase (apéndice número ,1, al fin del tomo) el real decrrto, defi-
nitIvamente sancionado por la reina despues de toda esta larga discu~
sion.




UBRO TERCERO. 3
»quc fué contra ida por los represeI\tantcs de la nacion;
»)porquc reune todas las circunstancias legales; y, en fin,
))por'que su reconocimicnto es una necesidad, si ha de cou-
))servarse ilcso el decoro de la nacion, y de honrarse la
»)mcmoria de un sistema de libcrtad, cuyo noble origen, en
))medio de las bayonetas del usmpador de la Europa, sel'á
))siempl'e glorioso para todos los espaüoles amautes de la
)independencia de su pall'ia.»


. Inereible parecia quc hombres en quienes em un sa-
grado deber mostrarse comedidos, mesurados é impareia-
ICs, se olvidasen de su mision hasta el punto de evocar, con
motivo del reconocimiento de esta ó de aquella deuda, los
sangl'Íentos recuerdos de 1812 y de hel'il' con malsonan-
tes dicterios el amOl' propio de una nacion poderosa con
quien acababa el gobicrno espaüol de cstrechar, pOI' medio
de un pacto solemne, lazos de amistad y alianza: de Ull!l
nacion cuya prosperidad, desarrollándose progresivamente
al alJl'igo <le illstiluciones tan bcnCfic,ls como liberales, era
para nuestro pais un cscclente ejemplo que imitar; de una
naeion, en fin, de quien tenÍ3mos mucho que cspcrarymas
todavía que temer. Increible parecia asimismo que hombres
cn quienes el conocimiento de los hechos eea, en aquellas
ci¡'cunstancias, una obligacion de que no podian prescindir,
los apreciasen como lo hacian, v hasta faltasen á 11\ verdad,
como faltaban, eseribienuo en estos términos ulla de las
mas intel'csantes páginas de nuestra' historia contemporá-
IIca.-«Por el contrario, la deUlla de la segunda clase, que
)cmpezó en 16 de julio de 1823, y tuvo orígen con el prés-
)ltamo que, con \acasadeGllcbhard, contrató una junta de re-
»)beldes que, sublevándose ('onlra.m pais y su rey, fué uno ","._~.~




Al'i"ALES DE ISABEL 11.


)lde los instrumentos de que se valió la Santa Alianza para
»destruir en España el gobiemo representativo, arrancar al
»monarca del seno de la representaeion nacional, y some-
»terIo á una faccion (¡ue, usurpando el augusto nombre
»de S. M., consiguió, con el auxilio de (uerzas estrange-
»ras, entronizar la tiranía en nuestra amada patria. Apode-
»rada asi de la voluntad del rey, y sostenida pOI' cien mil
»bayonetas francesas, la faccion llevó el abuso hasta el es-
»tremo; ella creó el emprestito real de 334, millones, que nos
»condujo á otros empréstitos ruinosos para ocultar el vi-
»cioso y~criminal odgen de este contrato.» En estos tér-
minos se espresaba en su dictámen la muyoda de la comí
sion nombrada: para examinar un proyecto de ley que te-
nia por objeto el restablecimiento del cl'edilo del Estado
sobre la base del reconocimiento de todas las deudas de
la nacion. Y de esta violenta y apasionada interpretacion
de hechos inexactamente relatados, sacando los que el dic-
támen firmaban las mas ab surdas é inícuasdeducciones, aña-
dian:-«La deuda de la segunda c1ase no tiene, pues, á su
»favor ni la justicia ni las leyes, ni la tcoda ni la prác-
» tica .... , La España no se mancillará con el reconoci-
»miento de una deuda contraida pal'a imponerle cadenas.
»La base de todo credito-decian luego-es la firmeza de
»Ia buena fe;» y por último, aprovechando la coyuntura,
salían se del terreno de la cuestion y deseosos sin du-
da de renovar las escenas de que, con motivo de la contes-
tacion al discurso de la COI'ona y de la peticion de de-
rechos fundamentales, fue testigo el Estamento, entre-
gábanse con complacencia á las declamaciones de cos-
1umbre.-c(Elcrédito de España ,-deciase entre otras co-




LIBRO TERCERO. 5
»sas en el citado dictámen-no depende del reconocimien-
»to de esta deuda estrangera; depende únicamente de las
»garantías de órden y de estabilidad que produzca el siste-
»ma de libertad progresiva que debe seguirse. JJ


Tal era la t'sposicion de motivos en que se fundaba la
mayoría de la comision paJ'a no aceptar el proyecto de ley
en los téi'minos en que por el gobierno habia sido presen-
tado al Estamento. POI' su parte la minoda, proponiendo
tambien algunas si hien menos esenciales modificaciones, se
pronunciaba por el reconocimiento de las deudas contraidas
desde 1823 aI31.-«Los sistemas de gobiemo-decia ella-
»varían; pero las naciones subsisten. Estas en el dia no pue-
»den existir sin crédito; no hay crédito sin buena fé; ni
»buena fé cuando se buscan pretestos ó escusas para no re-
})eonocer lo que se debe, cuando se rompen los pactos, se
»desentienden las obligaciones ó se dilatan los pagos.»


Para apoyar el dictamen ',de la mayoría, tomaron parte
en la discusion los hombres mas notables del partido del pro-
greso. El marques de MontevÍl'gen, que, en su calidad de
individuo de la comision, fué el primero que subió á la tri-
buna, reprodujo con respecto á deudas y á empréstitos las
ideas emitidas en el dictámen, y, disculpando a la comision
y al Estamento del cargo que dias antes les hiciera el ge-
neral Butron, de que la tardanza puesta en el despacho de
aquel informe privaba al ministerio de los fondos necesa-
rios para alendel' á las necesidades de la guerra, atacaba á
la vez al gobierno y al ejél'cito, diciendo:-«¿Será por falta
»de dinero por lo que algunos de nuestros generales son
)¡sorprendidos y comprometen las tropas mas valientes?
»¿Será por falta de dinero por lo que se dan esos decretos




6 ANALES DE ISABEL n.
»escandalosos por el minístro dc la Guel'l'u, imponiendo
»penas á los militares que no quieran il' a hatirse '? ¿ Será
»por falta de dinero por lo que algunos oficiales se quedan
)Jrezagados en las plazas fuertes'? ¿Scrú por falta de dinel'o
»por lo que, con cien mil UI'banos de fuerza efectiva, no se
»envia, si es menester, otros veinte ó treinta mil en re-
»fuerzo de los que alli existen? ¿ Será por falta de dinero
»por lo que la milicia urbana no cslú todavía en disposicion
))de hacer el servicio interiol', á fin de poder dejar en liber-
)ltad al ejército?»


A Montevírgen contestó Toreno. Dejando al ministro de
la Guerra el cnidado de defenderse dc estas, á la verdad
poco fundadas, imputaciones, esforzúbase el de Hacienda en
demosll'ar la insuficiencia de los doscicntos millones pam
cubrir las mas apremiantes atenciones del Estado, declara,
ba que eran cuando menos indispensables tt'eseientos, daba
á entender que, aun de los cuatrocientos, no sobral'ia proba-
blemente nada, prolongándose la gucI'ra civil y uo desapa-
reciendo el cólera, y concluia: ((N llestra situacion es tal,
»que si, para ultimos de octubre ó principios de noviembre,
»no proveen las Cortes al gobierno de las sumas que impe-
)¡riosamente necesita, tenrlremos un desfalco hOfl'oroso con
lltodas sus tristísimas é inevitables consecuencias.)) A esto,
contestando á las inculpaciones de Jlontevíl'gen, añadia el
ministro de la ,Guerra.-c(En rcsúmen, la guerra aetllal es
»)guerra de oeupacion; ocupacion en este sentido es sinóni-
»)mo de fuerza; fuerza sinónimo de dinero.)


Como medio de proporcionál'sclo en el interiol', no ha~
bia, segun el conde de TOI'eno, posibilidad de <lttmentaI' las
contribuciones. Reconociendo los empréstitos, menester cra




LIBRO TERCERO. 7
poner al gobierno en di~posicion de p3gar sus intereses. En
vano, p3ra dar tregu3s, se decia que el pago debia efetituar-,
se prévia liquid3cion. Bueno que con los contratistas tuviese
el gobierno cuentas que ajustal' ; pel'o en nada, reconocido
el débito, podia c1l'esultado de ellas, cualquiera que fuese,
perjudicar a los tenedol'es de bonos. Dejar de paga\' á estos
sus intereses devengados era dar al tal reconocimiento las
apariencias de una superchería, minar por los cimientos el
edificio que se Il'ataba de levantal', ponerse en conlradi'c ..
don consigo mismo y perpetual' el descrédito.


Apoyándose en consideraciones ele decoro, de conve-
niencia y de justicia, ahordaba en seguida el conde de To-
reno la parte mas delicada de la cuestion.-ccElt'mpréstito
))de Guebhard-dijo-fllé legitimado por Fernando VII al
)lrestitui\'se á la plenitud de sus derechos. A este emprés-
lltito siguieron, desde 1823 acá, otros igualmente aproba-
»)dos por el rey. Se ha dicho que estos fueron hechos en
»)medio de la guerra estrangcra, y cs cierto qlle en un prin.
))cipio fué asi; pCl'O, aun entonces, los esh'angeros no se
)>mezclaron en ello; y, despues, libre la nacían de su
»presencia, continuó sumisa presenciando estás operacio-
))nes sin que Iladie se opusiel'a ti ellas antes de ahora.
») ¿ y cuándo sc forma esta oposicion? Cuando, sin su-
))fri\' para cllo ningun sacudimiento popular, hemos visto
)¡modificarse la forma de aquel gobierno por las con cesio-
)mes (Iue ha tenido a bien hacel' la excelsa reina Goberna-
»dora. POI' consiguiente, es menester proceder con mucho
)¡pulso. Cuando se niega la legitimidad de ciertos actos en
»aquel gobierno, se está próximo á negar otros, y en';':'
)ltonces ¿á dónde vamos á parar? No nos olvidemos de nues-




8 ANALES DE ISABEL 11.
»tro origen.» Y contestando en otra sesion á observaciones
y argumentos presentados en la tribuna por uno de los fir-
mantes del dictámen que se discutia, esclamaba el mismo
conde de Toreno:-,<Si un gobierno tiene derecho á destruir
»10 que hizo su predecesor, los estrangel'os tienen el de in-
»tervenir para exigir el cumplimiento dc las obligaciones ó
»contratos hechos por aquellos. El ministerio ha oido con
»sentimiento ciertas ideas cuyas consecuencias poJI'ian sub~
»vertír el Estado. ¿Qué significa, por ejemplo, decir que lo
»hecho en diez años es nulo y no obliga á la nacion? ... ¿No
))ha existido acaso la nacion dmante esos diez años? ¿No ha
))tcnido un gobierno?. Ya hcmos visto lo que produjo la fa-
»mosa declaracion de reputarse nulo todo lo hecho del 20 al
»23; tantos males ocasionó que no era de temer se pro-
»dujcse la misma idea en el seno de las Cortes. ¡Lo pasado
»en tres años nulo para la nacion! ¡nulos sus actos! ¡nulas
»sus :Obligaciones! Tal declaracion se miró en la Europa
)lculta, como un escándalo político; iY ahol'a se repetida! ¿Y
»por quién? por nosotros mismos que nos quejamos de ha-
»ber sido víctimas de aquel principio, víctimas de aquel ab-
»surdo. Todavía, si tal se hiciese, habl'ia una diferencia
»muy notable. Entonces se declaró nulo é ilegítimo lo hecho
»en tres años, y ahora seria lo hecho en diez. ¡Bien po-
<ldriamos vanagloriarnos de haber llevado ventaja á los
»reaccionistas de 1823! Ni defiendo, ni censmo los actos
)'ya consumados de la una ni de la otm de las épocas á que
llme refiero: pero de su cotejo resulta que si en la última
»se gravó en diez años á la nacion con una deuda de 2,900
»millones, en la pl'imera, en solo tl'es ailos, se la gravó con
»una de 1,600 millones y aun se estuvo á pi(fUe de hacerlo




LIBRO TERCERO. 9
»con 800 mas, como es claro habría sucedido á realizarse el
»empréstito últimamente decretado en Cádiz por las Cor-
))tes.))


Disertaciones insulsas ó acusaciones odiosas, fundadas
la mayor parte en falsos supuestos, ó :en datos inexactos, era
cuanto á eslas observaciones de un hombre como el conde de
Toreno, reforzadas todavía por las que, en el mismo sentido,
tuvo Martinez de la Rosa mas de una ocas ion de llace¡' en el
cursodcl debate, podian opoller, y oponian encfccto, muchos
de sus antiguos compañeros de proscripcion que, menos ca-
paces, ó menos felices que ellos, no habian llegado todavía
á las alturas de un pode¡' que codiciaban.


Y, como si de ejemplos de casos cual el que citaban no
estuviesen llenas las historias de todos los paises del mundo,
esc\amaban los ciegos sostenedores del dictámen de la ma-
yoría:-«Reconocer los empréstitos de 2:3 acá, es saldar n080-
»tros mismos y en daño nuestro los gastos de una invasion
))estranjera; es pagal' en 01'0 los hierros que, durante diez
))años, oprimieron á la nacion.» ¿Por ventUl'a no reconoció
Luis XVIII las deudas contra idas dumnte los Cien Dias?
¿Dejó la revolucion de julio de reconocer los 1 ,000 millones
de fmncos con que indemnizó la restauracion á los emigra-
dos de 93, ni los gastos á que dió márgen la invasion de
los aliados en 1814?


-«Es una anomalía singula¡'-deeia con descompuestas
voces el conde de las Navas-«que, en tanto que un gobicr-
))no reconocido por toda Huropa, y á cuya cabeza estaba
»)e! rey de España cooperando con el poder legislativo, ha-
»cia un emprestito con todos los caractéres legales con que
)len España se han manejado siempre-los negocios de Hacien-




A~ALES DE ISABEL n.


»oa, y lo hacia en nombre de la nacion legítimamente re
»presentada, que era la que corroboraba todas las operacio-
)llJeS de Fernando VII, se conteatase en el mismo dia otl'o
))empréstito pOI' una junta de insurgentes no reconocidos
))por nadie y que, para conseguit' sus inÍcuos planes
»de reprimir las libertades de su patria, tuvo necesidad de
)lechar mano del recurso de una fuerza esteangel'a.ll


Hablando en estos tél'minos de un gobierno que, reco-
nocido por toda Eltropa, ni en España ni fuera de Espa -
ña, encontraba un maravedí, y de una junta de instU',r¡en-
tes, que, no 'reconocida por nadie, contaba en el estran-
gero con soldados y millones, incul'l'ia el conde de las Na-
vas en mas de un error, demostraba precisamente lo con-
trario de lo que sehabiapropuesto Ilcmostral', y, guiado en
aquel, como en todos sus discursos, por la lógica de la pa-
sion y las inspiraciones del resentimiento, acababa por
ponerse consigo mismo en manifiesta contradiccion.


IncUl'I'ia en un errol' cuando, hablando de las Cortes de
Cádiz, decia: «Un gobierno reconocido por toda Europa.»
La Europa no reconoció ni dejó de reconocer las Cortes; lo
que las potencias de Europa reconocían era la soberanía de
Fernando VII, y no precisamente la fOl'ma ue su gobierno,
en favor ó en contra de la cual, fuese ella la que fuese, nada
podían hacer mas que votos, nada mas (lue sentil', y á lo su-
mo manifestar simpatías ó aversion. Y claro es que no eran
simpatías lo que á todas las potencias de Europa inspira-
ba el gobierno de 1823 cuamlo, segullla espl'csion del mis-
mo conde tle las Navas (y aquí está la contradiccionl ccha-
ron mano los insurgentes del recurso de una fuerza estl'an-
gera. ¿Y de qué fuerza? De cien mil hombres cnviados, sin




LIDRO TERCERO. 11
que á ello se opusiese nadie, por el gobierno constitucional
de la nacion mas poderosa del continente europeo; cien mil
hombres á los cuales hubieran agregado gustosos un núme-
ro diez veces mayor ott'os soberanos de EUl'Opa.-«Los cien
mil franceses que entl'at'On en España-Hleeia Abar"gues, ne-
gando tambien, pero con al'l,umentos contrarios á los que em-
pleaha cl conde de las Navas, la validez de los contl'atos de
«Gucbhard-er an la vangual'Clia dc la Santa Alianza; prece-
!Jdiéronlos los agentes de cambio, los espías, el 01'0 que la
JJmisma Santa Alianza hahia esparcido para estravial' á la
»)nacion y dividir los ánimos. Desde mar~o de 1820 hasta
))Ias sesiones del congl'eso de Verona, no se trato en el gabi-
»nete de San Petel'sburgo ni en los dcmas que componian la
))Santa Alianza de otra cosa que de establecer en España el
»)despotismo.» Talcs eran, con respecto á la forma de go-
bierno existente entonces en España, las disposiciones de las
potencias de Europa que unanimemente reconocían, sin em-
bargo, á Fernando VTI como gefe de la nacÍon.


-«En contra del reconocimiento del empréstito de Gue-
))bhard, se ha quel'ido-decia el procurador Miquel Polo-ha-
»cervalerla anomalía de habel'se contratado, casien un mis-
)J!l10 día y á nombre del mismo monarca, dos empréstitos dis-
»tintos. :Mas esto probaria a lo sumo la desgracia de la na-
»)cion condenada a ser víctima del desgobierno. Tampoco
»)exisle en rigor esa anomalia de fechas, pues no debe ha-
»cel'se tan lo mél'ito de la del dia en que se contrajo el cm-
)pres\Íto como de la en que fué reconocido, que es muy pos-
feriol',» Tratada la cuestion de justicia y de conveniencia, y
haciéndose cargo de las palabl'as siguientes del dictamen de
la mayoria «la deuda comprendida en la segunda clase no




ANALES DE ISABEr. 11.


»tiene á su favor ni las leyes, ni la teoría, ni la práctica. »-
»En cuanto á las leyes-decia Miquel Polo-si hubiésemos
»de atenernos al decreto de las Cortes de 23, á quc se rc-
)\fiere la comision, habriamos de declarar nulo todo lo hecho
»por el gobierno de la época, gobiel'llo reconocido por todas
»las potencias, respetado y acatado por la mayoría de la
»naci on; gobierno, en fin, contra el que no ha podido pre-
»valecer, ni aun por poco tiempo, ninguna tentativa del
»partido liberal, aunque esto fuera en fuerza de la terrible
»opresion en que gemia. En teórica, lo mejor es cumplir lo
»que se ha ofrecido, y en la práctica pagar lo que se debe.»


Impugnando la parte del dictámen y las observaciones
de algunos procuradores que, para pedir la nulidad de
aquellos empréstitos, se fundaban en el estado de opresion
en que, merced á ellos, tuvo durante diez años á España
el tiránico gobierno de Fernando, se esplicaba en estos tér-
minos el marques de Torremegía.-«En el trascurso de es-
»tos diez años, nadie dudó que Fernando VII era rey de
»Espaüa. Desde Madl'id á :Manila, desde el Pirineo á San
»Juan de Ulua, no se obedecia otros preceptos ni otras ór-
»denes que las suyas. Ni se diga que rcinaba por fuerza.
l) En el mes de octubre de 27, salió del Escorial en una ber-
»lina, con un solo compañero y un carruage de l'espeto sin
»escolta; atravesó gran parte de ~spaña, y por Valencia
»mar«hó á las provincias de Cataluña, sublevadas á la sa-
)'zon. Un rey que gobiel'lla por fuerza no hace esto.»


Aguirre Solarte, como individuo de la minoría de la co-
mision, manifestando la necesidad de reconocer todos los
empréstitos, decia con respecto al de Guebhard que, si bien
se hizo estando el rey en Cadiz , éste á poco lo legitimó y




LIBRO TERCERO. 13
aprobó, lo cual era lo mismo que si lo hubiera contraido él.. .
-(Admitiendo-continuaba-el dictámen de la mayoría,
»)(!ue solo reconoce los bonos de Cortes y no el empréstito
»real, se comete una injusticia; ¿pues quién duda que los cua-
»renta millones efectivos que se dieron á los ingleses y que
llconstituyen una cantidacl nominal de ochenta y cuatro mi-
llllones, sirvieron para pagar reclamaciones que reconocie-
»ron fundadas las Cortes de 23? A la misma categoría per-
))tenecen los sesenta millones de renta perpétua que circulan
»en Inglaterra. ¿No fué reconocida por las Cortes la deuda de
»Holanda de que provienen los 184 millones que aparecen
))entre las rentas perpétuas de los :lños de 23 á 31 ? Las
»)dos pal,tidas de los bonos de Corte;; convertidas en tres
»POI' ciento en 1831, importantes 71 millones, y en certitL
»cados sin intel'es 480, ¿pertenecen á la primera, ó la sc-
))gunda época? Los 40 millones efectivos entregados al Ban-
»CO español de San Fernando y quc constituyen su fondo,
»¿de dónde se han sacado? De la negociaeion de renta per-
»pétua pOI' valor nominal de 75 millones. Estas pal'tidas
»suman la cantidad de 954 millones, á los cuales conviene
»agrcgar 320 que, en virtud de un tratado espreso, se deben
)al tesoro de Francia, y que lIO es posible dcjar de pagar.
»Hay, pues, 1,274 ffilllones que, segun dijo el ministro de
})Hacienda, ha gastado la nacion en diez años de profunda
»)paz ..... Dc modo quc la deuda real de los dicz años ha
»sido de 1,280 millones. Compárese esta cantidad con la
)de 1,600 millones que tomaron prestada y gastaron las
JJCortes del 20 al 23.»


En solo 4.3 millones de reales, es decir, en la diferen-
cia ~ntre 134 y 477, se aumentaba, segun el proyecto de




14 ANALES DE ISAIJEL 11.
la minoria, el importe de los réditos que, despues de reco-
nocidas todas las deuda~, se hacia preciso satisfacer; y, ha-
hlando de los medios de pl'oporcionarse estos 177 millo-
nes, continuaba el mismo Aguirre Solarte diciendo:-«del
»estado de productos del quinquenio del 29 al 33 resulta
))que, año comun, ascendian las rentas públicas á 715 mi-
)lllon.es de reales y que, deducciones hechas, queda un Iiqui-
»do producto de 517 millones. El presupuesto de gastos de
»31, que es, segun aparece el único que existe, ascicnde
»a 598 millones, resultando quc en 1833 tenia cl gobierno
»un desfalco u déficit de 70 millones .... Ahora bien, ¿cuál
)leS la suma adicional con que al el'ario recal'ga el reco-
l>nocimiento general de la deuda estl'angera·, tal cual lo
»propone la minoría de la comisiún? 43 millones nada mas.
»Y quién duda que una adminisll'acíon sáhia y económica,
»conla coopemcion y la ayuda de las Cortes, hará. las me-
)ljoras necesarias para ateudel' á. este pequeño aumento de
»)déficit? ¿Rceonoceremos por imnejol'aLles el quinquenio
»)de 29 á 33 Y el pl'esupuesto de 31? Si asi fuese, ¿por qué
»tildar á la administracion de aquella época de despilfarra-
))da, dispendiosa, etc.? Y si efectivamente la administm-
»cion actual, con el concurso de la naeion reunida en COI'-
)ltes, no hubiese de efectual' mejoras esenciales que nos hi-
»ciesen olvidar la pasada, poco habríamos adelantado y
»tanto valdría volver á aquella época, puesto que de nada
»sirven las mudanzas si no han de PI'OPOI'cioual' ventajas
»)al pueblo español. ))


Batidos en este teneuo, tmsladál'onse á Oll'O no menos
escabroso é igualmente inseguro los enemigos del empréstito
Gue~hard; y, á falta de armas de buena ley, con que def~nder




LIBRO TERCERO. 15
sus asertos, apelaron a las vedadas del escandalo y de la ca-
lumnia. En su prolija narracion de hechos de que cstaba
poco al cOl'l'iente, cometió Garcia Carrasco inexactitudes
de monta, y, concluyéntlola, dijo:-C(Cl'eO conveniente é in-
»dispensahle que el Estamento conozca los escándalos, 1'0-
»hos, fraudes y dilapidaciones COIl que han sido contrai-
»dos esos llamados cmlm~stitos .... El cmpréstito de Gue-
» bhard es la base dc todas las desgl'acias que hemos sufri-
))(10.)) Esto mismo decian, repetian y aseguraban otros mu-
chos procuradores que, asordando al Estamento con infun-
dadas y malévolas inculpacioncs de inmol'alidad y despil-
farro, h'atahan de alucinal' al pais con violentas declama-
ciones en que entraha el deleite de satisfacer venganzas
pel'sonales Ó rencores de partido, por mucho mas que el
deseo de defender los intereses dc la justicia dcsatendida ó
de la moral ultrajada.-ccLos diputados de España-añadia
Carrasco-no son «los de Francia del tiempo del ministro
) Villclc; no sucumbidll lIi a las amcnazas del estrangcro ni
Da ninguna otra especie de armas que se quiera usar para
»ohligarlos á ceder.» j y esto se decia en momentos en que,
á duras penas, y en gracia solo de la activa vigilancia y de
la cooperacion moral del gohiel'llo frallcés, a quicn iba di-
rigida a queHa imprudentc provocacion, podia el de Madrid
sostener todavía la lucha contra las huestes carlistas de las
provincias vasco-navarras!


En la ses ion de119 dc setiembre, oyó cl Estamento un
discurso notahle por las inconcebibles contradicciones en
que parecia hacer alal'de de incurrir su autor. Despues de
decir que el contrato de Guebhard se hizo con la voluntad
del monarca; que la constitucion no tuvo nunca en España




16 ANALES DE ISABEL 11.
el prestigio de que se queria suponer que habia gozado;
que los empréstitos no están en la categoria de los impues-
tos y contribuciones que requieren la aprobacion de las
Cortes; de esponel' otras razones del mismo género y de
impugnar todas las alegauas hasta entonces asi en pro co-
mo en contra del empl'éstito Guebhal'd, acababa el procura-
dor Domcch su larguisima perorata, diciendo que en ningu-
na manera reconocia este empréstito, pero añadiendo que
fuera injusto no reconocer sus consecnencias. Y, al dia si.
guiente, rectificando el dicho de un periódico que, tal vez
por haber sacado dc aquel discurso una conclusion mas ló-
gica que la de su propio autor, afirmaba habel' éste dado su
aprobacion al empréstito Guebhal'll, declaraba Domech ser
todo lo contrario yañadia:-ccSi, como letrado, en mi bufete,
»pudiera hallar razones para aprobUl' dicho em¡Wéslito, co-
»mo legislador, como procurador á Cortes y como repre-
»sentante de la nacion, ni lo he aprobado, ni lo apruebo, ni
)10 aprobaré nunca.)) Disintiendo, pues, del proyecto del
gobierno, y del dictámeu de la minoría, que reconocian el
empréstito de Guebhard, concluyó Domech declarando no
estár tampoco conforme con el dictámen de la mayoría, que
lo desaprobaba.


Caballero recapitulaba las diferentes opiniones emiti-
das en el curso de la discusion, apoyaba energicamente el
voto de la mayoda, é, impugnalldo á la vez el de la minoría y
el del gobierno, calificaba de bancarrota toua reduccion
hecha sobl'e el eapital ó los réditos de la deuda reconocida.
Para defenderse de esta especie de inculpacion dirigida al
gobierno, sube Martinez de la Rosa á la tribuna y:lice:-c(El
))01inisterio no ha querido revolver cenizas que abrasan; no




LIBRO TERCERO. 17
»ha querido examinar los emprestitos de las Cortes, ni el
»cómo sc hicieron, ni lo que ingresó en el tesoro, ni lo que
lldejó de ingresar; no ha quel'ido local' est(materia en que
»habria tanto que dcci¡' .... El deudor es mal juez de la lc-
llgitimidad de la deuda.»)


De acuerdo en todas sus partes con el dictámen de la
mayoría, propuso don Antonio Gonzalez, como medios de
ocurrir, sin emprestito, á las necesidades del gobierno, que
se variase la naturaleza de los impuestos; que se regulari--
zas e su reparto; que se mejorase su recaudacion; que se
fijase el maximum y el minimum de los sueldos de los em-
pleados , y llue se cenll'alizasen todos los fondos en el mi-
niste¡'io de Ilacienda ; como si ninguna de estas medidas
por sí sola, ni todas jUlilas pudieran, cualquiera que por
otra parte fuese su utilidad, proporcionar un solo maravedí
al gobierno en el tiempo en clue este declaraba necesitarlo.
Con el mismo objeto , pero sin detenerse tampoco ante la
imposibilidad absoluta de la inmediata realizacion, aconse-
jaba TOl1'emcjía la venta de los hienes de las encomiendas
vacantes de la órden de San Juan, de la estinguida Inqui-
sicion , la de propios y }Jaldíos asi en España eomo en Amé-
rica. Serrano (don Francisco) encareciendo la conveniencia
de disminuir, á favor de economías, las atenciones del Es-
tado, y la necesidau absolula ó la cuota respectiva del em-
prestilo, proponia «supl'imir ele una vez todas las pensio-
»nes de gracia, csccptuando solo de esta regla genel'al las
llalimenticias concedidas á personas que hubiesen prestado
»gl'andes servicios y que, pOI' las vicisitudes anteriores, es-
»)tuviesclI sin destino;») di~rosicion que ningun resultado
util para el objeto indicado podia producir, envolviendo,


TOMO lIt 2




18 AN.\!.ES DE ISABEl. If.
como envolvia, la idea de dar a unos lo que á otros se qui-
tase. El conde de las Navas pedia que al duque de Luca, por
no haber rcm)l\oeiclo á la l'cina, se le privase de las enco-
miendas de que disfl'Utaba, y ({Heria que los productos de
estas, asi corno los de las que fueroll del infante don Anto-
nio, y que ascendian á 10,000 duros mensuales ingresasen
desde aquel dia en las arcas del Estado. Palal'ca, ha-
blando sobre el mismo asunto, enll'a en cotejos de sueldos
de viudas y de generales; pide (Iue ningun cesante dis-
f/'Ute, en concepto de tal, mas de 20,000 l'eales; que
todos los empleados cuyo sueldo es ceda de 12,000, de-
jen por cuatro años la mitad del esceso en calidad de
préstamo forzoso; que al c1el'o se le exija, en lo su-
cesivo el subsidio anual de 30 millones con que, en
virtud de una bula pontificia, debe contI'iJmir á las carga,
del Estado, y quc, desde luego y á cuenta de esta contri-
bucion, se le haga p3gar , en calidad de préstamo forzoso
esh'aordinario , 50 millones con la hipoteca de sus rentas;
que sc pida á los cabildos eclesiásticos, cu calidad de anti-
cipo reintegrable en el espacio de cuatl'o á seis años, la
mitad de las rentas y de los capitales qu e á la sazon tenian
en depósito las fábl'icas de las catedmles; y, por último, que,
del producto de las encomiendas, se exigiese la mitad en
calidad de préstamo forzoso á los usufl'Uctuarios de ellas.


Abargues, hablando ele rcformas, y proponiendo la del
clero, concluia su disCIll'so diciendo:-«No solo opinaria yo
»que se diesen 200 millones al gobierno, sino 400 y mas si
»fuesen menester, siempre fine él pOI' su parte presentase·
»los proyectos de verdadera reforma que tanta falLa hacen
»IlUra l'establccer el crédito y la confianza , como son una i




LIBRO TERCERO. 19
»ley de ayuntamientos; otra que sepal'~e á los regulares,
»y especialmente á los jesuitas, dc la educacion de la ju-
»ventud; pues aunque entre ellos lia.1Ja varones muy sá-
»bios y religiosos verdaderos, siempre hemos visto CJue
»el despotismo y la Inquisicion han sido aceptos á los ojos
»de la compañía. Con estos medios y otros anMogos creo
»se aumentarian el crédito y los recursos del Estado.» Man-
tilla, ademas del subsidio del clero, proponia, como medio
de cubl'ir la canticlad que se necesitaba, los fondos de Cru
zada, de Espolios y Vacantes, la venta de las capellanías no
provistas, memorias y obras pias , y el sétimo de la venta
de los bienes de los monasterios, cabildos y demas COI'pO-
raciones eclesiásticas y I'eligiosas. Otl'OS indicaban, como
en su discurso lo habia hecho ya Aguirre Solarte, la con-
veniencia de reconocer la emancipacion de nuesteas anti-
guas colonias d~ América, haciéndoles contl'ibuir, en la par
te que se estimase justo, al pago de nuestra deuda. Pero es-
tas y otl'as medidas, cuya utilidad absolata nadie contro-
vertia, et'an completamente ineficaces para resolver la cues-
tion del momento. Ét'anlo asimismo, para lograr el desea-
do fin, las promesas sub conditione de otl'os que, como
Lopez, dccian:-c(Yo votaré los 400 millones, luegoquesepa
»como se emplean los 200, y que se acabe con los facciosos,»
como si, del proyecto del gobierno y de ambos dicláme?es
de la comision, no resultase la cvidcncia dc que dichos 200
millones dcbian solo sCI'vil' para paga!' gastos hechos yobli-
gaciones vencidas ya, y como si fuese posiblc aguardm',
para proporcionarse los 200 reslantes, la conc\usion de
una lucha que, no digo concluir, pero ni aun sostener se
podia mas que á fuerza de millones.




20 A;\ALES DE ISABEL 11 •
. En este estado se hallaba el debate cuando lomó la pa-


labra Crespo de Tejada, el cual, entrando en es tensas y muy
oportunas consideraciones sobre el origen y la indole de los
diferentes empréstitos de que se trataba, puso en parangon
con las ventajas los inconvcnientes que ofl'ecia la escep-
cion que, respecto á la deuda contraida con Guebhard,
se proponia en el momento mismo de reconocer todas las de
la nacion.-« Este empréstito - dijo-aunque no apl'Obado
»por las Cortes (que á la sazon no existian) era válido, pues
»por tales se dieron todos los actos de esta naturaleza con-
»sumados por los reyes como, pOI' ejemplo, los 30 millo-
»nes de pesos de vales reales que crcó Cá1'los III, los va-
»rios empréstitos de Holanda, los 117 millones de pesos de
»vales reales que emitió CáJ'los IV , Y los dos empréstitos
,)dc 160 y 240 millones de reales creados pOI' el mismo
"en 95 y 97.


«Desde el 7 de julio de 1822 nadie, ni franceses ni in-
»gleses, entró en nuevos empI'éstitos con las Cortes; sola-
».mente se pl'esentó la casa española de Bernales á contra-
»tar por el empréstitc. de 800 millones, cuyo resultado fué
»mas fatal que el de todos los anteriol'es y posteriores, pues,
»protestadas las letras, hubo que pagar su importe en ins-
»cripciolles del mismo empréstito, negociadas á 28 Ú 30
»por ciento; y tí. esto es á lo que se llama empréstito de
»CáÚIZ, que no fué tal, y si propiamente un reembolso de
» letras pro tes tadas. »


Asimismo, prosiguiendo su discurso, hizo notar que,
al anunciarse en el de la Corona el al'reglo de la deuda es-
trangera, estaba el 5 pOI' ciento de 80 á 85 Y de 49 tí. 50
a renta perpétua del 3; que, instantáneamente, al llegar á




LIBRO URCERO. 21
conocimiento del público las disposiciones del proyecto de
ley, sufrieron notable baja estos valores en todas las bolsas
de EUl'opa; que, al amago de reduccion de la mitad de la
deuda á la categoría de pasiva ó diferida sin interes, baja-
ron aquellos fondos, hasta 26 por ciento el 5, y en la mis-
ma proporcion el ;~; quc, á consecuencia de esta baja, es"
pel'imentó una tie 10 pOI' ciento nuestl'tl deuda intel'ior por
falta de pedidos de oll'as naciones, cuyos capitalistas fue-
ron los que, COlll¡L'é\nclo nuestl'os títulos, hicieron subir los
del 4 por 100 dcsde1'! hasta 60; y en fin, que continuan-
do la desconfianza, no buscando ya los estrangel'os nuestro
papel, antes bicn enviando á vender á Madrid gruesas par-
tidas del que poseian, lo haeian baj ar en términos de que
era de teme'r se viese autes de mucho á 40.


Y luego, entl'ando en consideraciones de otro órden,-
«(se ha dicho-proseguía el mismo Crespo de Tejada,-que
»el gobierno francés dil'igil'á reclamaciones al nuestro, si no
»reconocemos los empréstitos hechos pOI' sus súbditos des·"
)jde el año de 1823 aeá; pero que esto nunca podrá acar-
llrearnos su enemistad. ¿Y cómo no? La obligacion de todo
llgobierno es velar pOI' los intereses de sus súbditos y exi-
»gir el cumplimiento de las obligaciones contraidas. Aun
»añadiré que, aunque no hubiese esta consideracion, bas-
»taria el sentimiento delajusticia pal'a inclinarnos á apro-
»bar empréstitos hechos por un gobierno que estaba reco-
»)nocido; prueba de ello la deuda que, reclamada por el go-
»bierno inglés á nom!JI'e de sus súbditos, rué reconocida
»por España, y liquidada en la cantidad de 70 millones, de
»Ios cuales 40 se pagaron en metálico y 30 en papel, al tipo
»)de 50, rescatablcs en cuatro años al precio de 55.»




ANALES DE ISABEL 11.


De los cálculos con que, considera1Hlo la totalidad de
nuestra deuda, establecia CI'espo de Tejada la difel'encia
que, ele la aprobacion del IH'oyecto del gohiel'Oo Ú de la
de cualquiera de los dictámenes de la comision, debia resul-
tar en la parte relativa á la evaluacion delos inLel'eses, apa-
recia ser esta como sigue:


Segun el gobierno, de 177.459,899.
Segun la mayoría, de 174.469,482.
Segun la minoría, de 210.648,593.


-«No reconociendo-decia en fin-los empréstitos fran-
))ceses, segun en su dictamen propone la mayoría, perde-
))mos para siempre nuestro crédito.))


A Crespo ele Tejaela replicó .ilIontevÍl'gen, y hahién-·
e10se e1ado el punto por suficientemente aclarado, no se qui-
so , á preteslo de que se perdia mucho tiempo, dejar que
subiese á la tl'ibuna el conde de TOI'ello. Y sohre si á este
ministro debia ó no debia pel'mitil'se hacel' uso de la pala-
bra que habia pedido, se malgastó en una ridícula discusioll
cuatro veccs mas tiempo del que pl'Obablemente, agotada,
como ya estaba, la materia, habría llurado el discurso del
ministro de Hacienda. La oustinacioll de algunos procura-
dores en impedil'ie que hahlase y la impaciencia que mos-
tl'aban oll'os de poner fin á aquellos dehates pUl'ecia tanto
mas estl'aña, cuanto que, pocos (lias nnlcs, Ú pl'opuesta del
marqués de Montevíl'gen, y eDil el objeto de dUl' á la dis-
eusion toda la ampliluu posible, hahia acordado el Esta-
mento no eel'rarla inlerill hubiese un solo procurador que
quisiese subir á la tribuna. En esto y en resolver si había
de ser objeto de la votacion el proyecto de ley ó bien uno




LIBRO TERCERO. 23
de los dos dictámenes de la comision, pasaron dos días en-
teros, al cabo de los cuales, decidió el Estamento proceder
al exámen de las disposi(~iones particulares del proyecto de
ley presentado pOI' el g ,hiemo.


La primera, en yil'Lnrl de la cual (se reconocian como
)Hleudas dd E~tado todas las contnlÍdas pOI' el gobierno en
)lel esll':lI1gel'o en diversas épocas, y señaladamente los em-
"présjtos, tanto mltel'iol'es como postel'iOI'eS al aúo de 1823»)
puesta á discusi(l;), ~ al parecel' aprobada des pues de un
acalomdo dehalc, en f¡lle yolviel'tll1 los mismos hombres á
hacer Y:ller los mismos argumentos contra los empréstitos
del gobiel'llo oh,:011110, C¡:iedó fle hecho desaprobada por )U
adicion de las palaln':ls-(cescepto el de Guebhard» que,
á pr'opuesl:l del pl'OrUl'adOl' MOI':lles, adoptó el Estamento.
Adoptándola, incUlTió este en una gl'ave contl'adiccion y,
falseando el espíritu que habia presidido á la redaccion del
artículo, ya aprobado, del proyecto del gobierno, vino, sin
sabel' como, á a(lh(,i'it'sl~ al dictúmcn dc la mayoría de la co-
mision, que individualmente rechazaban los mas de los pro-
cmadores. El artículo 2.° relativo á la lif{uidacion de toda
esta deuda, filé dcsaprobado y enviado a una comision para
que de nuevo lo redactase con arreglo a ciertas indicacio-
nes de Cl'espo de Tej:lda que, por via de transaccion, y no
creyendo pOlI el' pasal' por 011'0 punto, aceptó el ministro de
Hacienrla. Presentado poco despues pOI' dicha comision en
estos términos.-(CSe procedel';' inmediatamente al examen
)ly liquiclaciol1 de cuenl:ls con los prestamistas,) fue aproba-
do por el Estamento en su ses ion del 27.


En vista de la adicion hecha al articulo primero, y de
la l'educcion de 30 Ó 40 millones de pago anual que de ella




24 ANALES HE ISABEL n.
aparecia deber ser el resultado, manifestó el ministro de
Hacienda la posibilidad de dar otra forma a los tleIllas ar-
tículos, adoptando desde luego y sin dificultad alguna el
tercero del tlictámen ele la mayoría. Con este motivo, pidió
el canje de las Navas, y el Estamento, accediendo tI su in-
dicacion , acordó que pasasen á la comision , pam sel' por
ella revisados, el articulo tercero y los siguientes del proyec-
to de ley. Al ter'eero del dictamen de la mayorJa, que deeia
asi: «Todas las olJligaciones y titulas que represenlan ahora
»Ia deuda estrangem se camhiarán, cn el término de un
»año desde la promulgacion de esta ley, pOI' otl'os nuevos
»titulos de igual valor nominal, al interes de 5 por ciento
»segun fueron contl'alados.-Pasado llicho término de un
»año sin habel' sido presentados á la conversion, las obliga-
»)ciones perderán los intel'cses á que tenia n derecho.-Las
»certificaciones llamadas de deuda diferida, continuarán
))circulando en el estado en que se hallan, y sus SOI'teos se
»verificarán corno hasia aflui,)) propnsieron MOllleyíl'gen
y l<'lorez EstI'ada, manifestando estar acordes en los demas
puntos con sus compañeros de comision , que se diese esta
otra forma: « Toda esta deuda estl'angera se distinguirá en
»)adelante en activa y pasiva.-Su COJlYcl'sion se ejecutará
»en la propol'cion de dos tcrccms partcs en deuda activa y
»una tcrcera en deuda pasiva.)
_ Tomando en cuenta aquella divcl'gencia dc pareceres y la


importancia del asunto, propuso CI¡WOClII'aU01' Chacon apla-
zar por tres ó cuatro dias la discusioll del articulo tercel'o;
mas, cediendo ú las razones de mgcllcia y ú las considera-
ciones de perjuicios quc hizo valcr el minisll'o dc Hacicnda,
y q~e en vano trató de rebatir el conde de las Navas, rcti-:-




LIBRO TERCERO. 25
ró Chacon su propuesta, aun despues de tomada, como
desde luego lo fué, en consideracion por el Estamento. Por
la fOI'ma, procedióse en seguida á la volacion del articulo
tercero del proyecto ild gohierno, que fue desaprobado.
Fuelo asimismo el nuevamente Iwesentado por la comision;
y, puesto finalmcnte ú vol¡¡cion el de la minol'Ía, concebido
en estos lel'lllinos:-cr Toda la deuda estmngera es recono-
))eida cn su integl'o valor nOlllinal al interes del 5 y 3 por
))cienlo en que fué contl'atada,)) obtuvo el éxito que no ha-
bian podido obtener los anlel'iol'es.


Leido luego el al'lÍeulo cuarto del proyecto del gobiel'-
no, fué aprohado sin dificultad, como lo fueron, con las adi-
ciones ó aclaraciones presentadas por el ministro de Ha-
cienda, todos los siguientes hasla el undécimo, relativo á la
autorizacion para contratar el empréstito de 400 millones.
No perdió el. conde de las Navas la coyuntura que, en la
discusion de este artículo, creyó encontrar para atacar de
nuevo al ministerio. Tomando, pues, por base de sus ataques
el aspecto fatal que presentaba la guerra de las provincias
Vascongadas, pidió como siempre garantías, y, volviendo
pOI' centésima vez á sus estl'epitosas declamaciones sobre
los del'echos de los gobel'llados, bs obligaciones de los go-
bel'llantes y las necesidades del pais, sacó imprudentemen-
te á colacion los triunfos de los carlistas y las derrotas su-
fridas por los generales de la reina.-((Por tocio esto,-con-
»cluia diciendo-me manlengo en {lue se den al gobierno
»Ios 200 millones, ni un ochavo mas; esle es mi voto por
»)ahora. Si mañana veo yo que la cosa marcha del modo
))flue hé indicado, entonces no tendré inconveniente en fa-
»cilitar al gobierno, no solo los 400 millones, sino cuanto




26 ANALES DE ISABEL n.
»dinero pida; pero, 10 que es por ahora, he dicho y repito
»que doscientos millones y nada mas.»


Ese aire de proteceion con que ciertos procuradores tra-
taban de humillar á los conStjeros de la Corona constituia
á estos, en aquellas cil'cunstancias, en una posicion suma-
mente desagradable y singularmente difícil. SubOl'dinar la
concesion de arbitrios para continuar la guerra á la conclu-
sion de esta, era hacerla interminable y aplazar indefinida-
mente el restablecimiento del órden y la realizacion de las
esperanzas de los verdaderos liberales; negarse al re-
conocimiento de una parte de nuestra deuda, era hacer im-
posible lo mismo que se aparentaba anhelar, era acabar con
el crédito que se pensaba en restablecer; oponerse tan cie-
gamente como algunos lo hacia n á los legítimos y hasta
patrióticos deseos del gobiel'llo, em fomentar la discol'dia y
perturbar el pais; renovar las escenas del año 20, era espo-
nerse á la reaecion del 23; clamar clesde la tribuna por de-
rechos y garantías (fue, en cuanlo el estado del pais lo per-
mitia, aseguraba á los ciudadanos pacíficos la observancia
del 'Estatuto real, era cooperar al tI'iunfo de los enemigos
de la libertad; acusar al gobierno de males que no estaba
en su mano remediar, era una injusticia; negarle los medios
de hacct'tos cesar, un contrasentido y una perfidia tal vez;
quel'el' l'eformar en un dia los ahusos de muchos siglos, una
temeridad, un imposihle.


Los ministros, ó mejor dicho, ~laI'tinez de la Rosa y
Toreno, sobre quienes pl'in ;ipalmente recayó el peso de
aquella larga y acalorada discusion , ostentaron en el CUl'SO
de ella las mas brillantes dotes oratorias, m:mifcstat'on los
roojeres deseos, dejaron ver las mas rectas intenciones; pero




LIBRO TERCERO. 27
su falta de energía los espuso a sufrir una derrota, y
su irl'esolucion pal'a dejar con gloria el puesto estuvo
á pique de hacél'selo perder con ignominia. Como quie-
ra que sea, aceptada la enmienda de Morales, habíase he-
cho en estremo crilica la situacion del gabinete, y poco
menos que imposible la realizacion del suspirado emprésti-
to. Aterrados, sin duda, del conflicto en que los habia pues-
to su condescendiente debilidad, quisieron los ministros, aun.
que tarde ya, volver por su honra, y en la discusion de los
últimos artículos del proyecto de ley sostuvieron la lucha
con ardor y con acierto.


En vano, perdida la votacíon, quisieron los enemigos
del gobierno desvirtuar el artículo 1f, como con el 3. 0 lo
habian conseguido, a favoL' de enmiendas y adiciones evi-
dentemente dirigidas á restringir la facultad que, por la apro ...
bacion del primero de estos artículos, se acababa de conferir
al ministro de Hacienda. Desechadas todas ellas, quedó el
conde de Toreno definitivamente autorizado pal'a propor-
cionarse, á favor de un empréstito, los 400 millones que
tanta falta le hacian para conjurar (asi al menos lo espel'aba
él) los rigol'es de la situacion.


Veinte largas y tumultuosas sesiones consagró el Esta-
mento de Procuradores del reino á la discusion de este im-
pOI'tante pl'oyecto de ley que, aprobado y modificado en los
términos que va dicho, se apresUl'ó el gobierno á presentar
al Estamento de PI'ócel'es. No menos ardiente que en la
asamblea electiva, si bien, en I'ealidad, el'a menos numero-
so, apareeia el bando del progreso en el alto cuel'po le-
gislador. Asi se vió que la discusion, aunque menos larga,
fué en él todavía mas apasionada que lo habia sido en el




28 ANALES DE ISABEL 11.
Estamento de Procuradores, puesto que dió márgen á un
incidente de que apenas hay ejemplo en los fastos parla-
mentarios.


Una impostm3 forjada en las tinieblas de un club, con·
vertida en un rumo/' de café, comentada por hambrientos y
malévolos gacetilleros, y acogida con interesada oficiosi-
dad por algun prócer, fué lo bastante para que cl ilustre
Estamento decr'clase lanzar de sus escaflOS a un hombre á
quien recomendaban honrosos antecedentes (1). Cediendo
á sugestiones de mala ley, faltando en aquella oeasion a lo
que á sí mismo se debia, el Estamento, no solo hasta cierto
punto se hizo cómplice de una trama abominable, sino que
atacó en mi humilde persona una de sus mas sagradas
prerogativas. No Íograron, empero, el verdadero objeto de
sus planes los autores de aquella iniquidad: y el Estamen-
to de Próceres, reformando el acuerdo del de Procuradores
con respecto al empréstito de Guel)hard, desvaneció el er-
ror de algunos quc, haciéndome la honra de suponerme el
mas tcrrible de sus adversarios, creian tener, con alejarme
del combate, asegurada la victOI'ia.


En la sesion del 20 , se dió cuenta en el Estamento de
P,'ocuradores de las modificaciones que en el de Próceres
sufrieron los artículos 1.0 y 6. 0 del ya tan debatido y asen-


(1) Para completar la historia de este deplorable incidente, sobre el
cual, por motivos que sin duda le honran, se abstiene de entrar aquí
en mas ámplios pormenores el autor de estos Anales, publicamos, por
via de apéndiee á este libro 3.°, Y con anuencia y autorizncion de los
herederos del ilustre prócer, dos interesantes documentos que, elltre
otros papeles del mismo, referentes á aquel suceso, han.llegado á nues-
tras manos.


Véase apéndices números 1.° y 2." al fin de este libro 3."
(N. de los EdItores,)




LIBRO TERCERO. 29
dereado proyecto de ley de Hacienda. Y como una de estas
modificaciones recayese cabalmente sobre el punto f{Ue mas
guerra habia promovido en el Es lamento popular, puesto que
tenia por objeto nada menos que hacer desaparecer la cláu~
sula final añadida, á propuesta del procumdol' Morales, al pri-
mitivo artículo 1. o, fuerza fue recmril' al :lfbitl'age de una·
comision mixta, para la cual fueron nombrados el conde de
Ofalia, cl gcneral Alava, don Pedro Gonza\czVallcjo, el mar-
ques de Albaida y el conde Gonzalez de Castejon, por par-
te de los Próceres; y Argúelles, Flores Estrada, Alcalá Ga-
liano, Carrillo de Albornoz y el marqués de MontevÍl'gen,
en l'epresentacion del Estamento de Procuradores. Del aeta
de las sesiones qué, con este motivo, celebró la comision
mixta, resultaba que los Próceres propusieron al final del
articulo 1. o y en lugar de las palabras-« escepto el de Gue-
hhard» las siguientes:-ccNo se reconocen como deuda del
llEstado los valores que, procedentes del cmpréstito Gue-
»bhard, se hubiesen pel'cibido antes del dia en que el rey,
»vuelto á la capital de la monarquía, tomó las riendas del
»gobierno; pero sí los que hubiesen ingresado con posterio-
»ridad á dicho suceso.» De esta opinion, que declaró Car-
rillo ser la suya, disintieron los demas procuradores adhi-
riéndose á la indicacion de don Agustin Argúelles, formula-
da en estos términos :-« Atendiendo á que el articulo 1. o de
llproyecto de ley, no ciena la puerta á ulteriores reclama--
»ciones de parte de los interesados en el empréstito Gue-
llbhard, ni coal'ta tampoco la facultad del gobierno para so-
»meterlas nuevamente á la deliberacion de ambos Estamen~
»tos en la fOl'ma y con la oportunidad que mas conveniente
»considcre, es nuestro parecer que, dejando subsistir ahora




30 ANALES 1m ISAlmr. JI.
>lel espresado articulo 1.0 , se recomiende al Estamento la
)ladopcion de la idea propuesta por los ilustres Próceres en
)lSU modificacion al artículo 6. 0 del citado proyecto de ley.»
La modificacion á que, hablando así, aludía Al'güelles, con-
sistia en una adicion presentada por el conde de Toreno y
apI'obada en los términos siguientes pOI' el Estamento de
Próceres.-«Esta parte ele la deuda pasiva pasaJ'á sucesiva-
llmente á ser deuda activa en el espacio de once años, que
llempezarán á contarse desue 1. o de febrero de 1.838, y sin
)lpe¡'juício de adoptar otros medios que se crean conducen-
lltes en beneficio de la deuda pasiva.))


A vivas y ya, por lo repetidas, enojosas declamaciones
dió lugar la lcctul'a del acta de las sesiones de la comision
mixta en el Estamento de P¡'oeuradores, cuya mayoría, me-
jor inspirada csta vez que la primeea, echó abajo en la se-
sion de 8 de noviembre, la cláusula odiosamente restrictiva
á que, con respecto al empl'éstito Guebhard, habia tenido
dos semanas antes la debilidad de accedel'. Y resuelta, se-
gun parecia, á abjurar pasados errores, é impulsada por un
laudable deseo de avenencia y conciliacíon , apl'obó sin di-
ficultad la cláusula adicional con que, á propuesta del conde
de Toreno , modificó el Estamento de Próceres el artículo
6. o del proyecto de ley.


De esta manera, despnes de dos meses de acaloradas
controversias, de amargas recriminaciones', de tristes re-
cuerdos inoportunamente evocados, de ü"ltiga para los mi-
nistros, de esperanzas pal'a sus adversal'ios , de disgusto y
de indecision para muchos homb¡'es, mas honrados que en-
tendidos, de ambos cuerpos colegisladol'es; despues tle una
discusion que por tanto tiempo tuvo al pais inquieto y es-




Lmno TEnCERO. 31
candaJizado, vinose a parar al punto de partida y, aproba-
do definitivamente el proyecto del gobierno, sin otras mo-
dificaciones que las adiciones que en el creyó conveniente
ntl'Oducil' el ministl'o de Hacienda, pudo estc dar desde
aquel dia principio á las gestiones necesarias para la negocia-
cion del empréstito.


A pesar de las dificultades que, para llevarlas á buen ter-
mino, le suscitaban la desconfianza y la inquietud que, en
todas las plazas de comel'cio 'de Europa, habia hecho cun-
dil' la estl'epitosa contienda de que, con grave menoscabo del
crédito de España, acababa de sel' teatro el Estamento de
ProcuradOl'es, el empréstito se vel'ificó á condiciones que,
sin ser tan favorables como pensaban algunos, fueron algo
menos desventajosas de lo que, en vista del estado del pais,
esperaban los mas. En este empréstito, contratado por la ca-
sa francesa de Ardoin (1), se intel'esó á poco Rotschild pOI'
los '10 millones que desde junio le debia el gobierno, y no
tal'dó en 1Iacel'l0 subir de 60, [llle fué el precio de emision, á
70 Y aun hasta 71. Pel'O, ni esta subida de nuestros fondos
en los mercados estrangcl'os restablecia el crédito cn el in-
tel'ior; ni, á pesar de los millones procedcntes de este em-
préstito, mejoraban de aspecto en las provincias del NOI'te
las cosas de la guerra.


Heforzada, enlt'c tanto, por la oposicion de la prensa,
la mal paraua oposicion de la tribuna, buscaba solicita y
aprovechaba ansiosa ocasiones de hostilizar al gobierno, y,
abandonando en casi todas las discusiones el verdadero ter-
['eno de la cuestion, robaba deplorablcmente el tiempo a los


(1) Véase apéndice nÚlU, 1, al fin del tomo,




32 ANALES DE ISABEL n.
ministl'os, fatigaba la ateneion del Estamento y dividía la
opinion del pais. Impotente para hacer triunfar sus máxi-
mas desorganizadoras, no por eso sc daba por vencida, y á
falta de razoncs sólidas en flue apoyadas, sosteníalas con
provocadora jactancia y perscvcl'ilUte teson.


Definitivamente derrotada en la cuestion de los emprés-
titos, no tardó sin embargo, en salí¡' dc lluevo á la palcstra.
El dia 11 de noviembre se leyó en el Estamento de p¡'OCU-
radores un pl'oyecto de ley sobl'e o¡'ganizacion de la milicia
urbana, flue, enll'c otl'os muchos y g¡'aves defectos, tenia el
de hacer obligatorio este sCl'vicio pal'a todos los cspañoles
que, teniendo de dicz yocho á cincuenta años, p3g3sen ciel'ta
contribuciondirecta, la cual, p3ra la mayor pm'te, no escedia
de ocho reales al año, y de pone¡' las armas indistinta mente
en manos de amigos y enemigos. Este proyecto, aprobado
en su totalidad, pasó cn seguida á discutirse por artículos. El
debate, dejando á un lado la parte esencial de la cuestion,
recayó, como f¡'ecllentemente acontecia, sobre puntos inci-
dentales, siendo uno de los que Illas dic¡'on quc habla¡' el
relativo á la denominacion con que 11abia de darse á cono-
cer al pais la fue¡'za ciudadana armada. Al nomb¡'e de Ni-
licia Urbana, con que, fundándose en 1111 acuerdo reciente
del Estamento, seguía el goLicl'Ilo designúndola en Sil P¡'O-
yecto de ley, qucrían muchos quc se sustituyese el úe
Guardia Nacional; otros hubo ({ue, t¡'fltando de conciliar las
dos opiniones en que dividia al Estamento csta insigne pue-
rilidad, propusieron, á guisa de transaccion, ó por via tle
temperamento, que, conservándose del proyecto del gobim'-
no la palabra milicia, se le ag¡'cgasc la calificacion de nlt-
cz'onal, en que con tanto empeño mostraban insistü' ciertos




LmRO TERCERO. 33
hombres a euyas aspiraciones de progreso futuro iban siem-
pre asociadas reminiscencias de lo pasado. Otros, cn fin,
se esforzaban en buscal' argum{ ntos con que demostrar que
ordenanza y no reglamento, era el nombre que convenía
al código, ú sea al conjunto de disposiciones presentado por
el gobierno para la organizacion y buen régimen de la fuer_
za popular. Volver siempre á las mismas cuestiones; susci-
tar largas y fastidiosas contiendas sobre puntos de ningun
valor; entorpecer, en fin, con digt'esiones eslél'iles el curso
regular de interesantes discusiones, tal parecía ser el plan
que se habia propuesto, tal era la linea de conducta que
observaba la oposicion.


Asi se vió que, en tanto que el gobíel'llo presentaba su-
cesivamente ~l la diseusion del Estamento proyectos de ley
relativos al reintegro de los bienes vinculados, enagenados á
virtud de un decreto de las Cortes de 1820; á la espropia-
cion forzosa por causa de utilidad pública; al levantamiento
de una quin la de veinte y cinco mil hombres para 1835; á
la asignacion de la Casa Real y á los prcsupuestos de la na-
cion; al modo y forma en que debian hacerse las adquisi-
ciones pOI' cuenta del Estado, y á otros asuntos de mas ó
menos utilidad general, la oposicion, prescindiendo caSi
siempre del fondo, hacia los mayol'es esfuerzos por dar un
carácler politico á cuestiones dc otl'O génel'O ú absorbia la
atencion dcl Estamento con peticiones dirigidas casi todas á
la defcnsa de fútiles y mezquinos intereses de localidad.


De este númel'o eran, pOI' ejemplo, una dirigida á que se
aboliese el impuesto de un millon de reales que, para la COIl-
tinuacion de las obras del canal Imperial, se exigia á los
pueblos de Aragon¡ otra á que se declarase exenta del pago


TOi\10 II. 3




A;\ALES DE ISABEL 11.


del diezmo la uva moscatel que se convierte en pasa en el
territorio de Valencia; otra, para que se suprimiese un tri-
buto de igual naturaleza que, con destino á las obras del
teatro de Oriente, pagaba la provincia de Málaga; otra pal'a
que á los dueños de olivares situados en ciertos pueblos de la
provincia de Sevilla se les permitiese satisfacer en acei-
tuna el diezmo que se les hacia pagal' en aceite. Ot\'a para
que en el Estamento no se diese por terminado asunto al-
guno sobr~ el cual no hubiesen hablado al menos l\'es pro-
curadores en pro y tres en contra; otra relativa á la supre-
sion de varios tributos que á la sazo n percibia el gran prio-
rato de San Juan. Un poco mas de interes, aunque no tanto,
ni tan generalque justificase el ardo\' que en tomarla iniciati-
va moslt'aban ciertos procuradores, ofl'ecian, por el objeto á
que iban dirigidas, algunas otras peticiones. Tales eran la de
mayorazgos, cuya diseusion consiguió el gohierno quc se
aplazase por tener él preparados y próximos á presentar al
Estamento trabajos sobre la materia; la de revalidacion de
ventas de bienes nacionales hechas en la época constitucio-
nal; la de desamortizacion civil y eclesiástica; la de red en-
cion, en vales consolidados ú olt'os créditos contra el Estado,
de censos pertenecientes á cofradias, hermandades, obras
pias, capellanias y manos muertas; otras varias, en 1in, que,
mas que un objeto de utilidad nacional, ora, como las pri-
meras, ofrecian, digámoslo asi, un interes de campanario;
ora, como las últimas, dejaban traslucir, por la manera con
que eran presentadas, un pensamiento político, formulado
asi: Unir lo pasado á [opres en te, cuya realizacion era el
sueño dorado de los hombl'es del progreso.


El Estamento, entre tanto, fatigado de discusiones y




LIBRO TERCERO. 35
dispuesto por lo visto á dar a todo su voto, lo propio aco-
gia, á pesar de los esfuerzos de la oposicion, los proyectos
de ley presentados por el gobierno que, á pesar de los ar-
gumentos de este, las peticiones sin númel'o de los procu-
radores disidentes. Es mas; en su deseo de evitar conflictos
ó de cortar discusiones, y en su ignorancia de casi todas las
materias que de ellas eran objeto, hallabase la mayor y mas
sensata, pero menos ilustrada parte de la asamblea popular
en tal estado de temcrosa indecision, que mas de una vez se
le vió desechar lo pOi' ella acordado dias antes, ó sancionar
con un voto favol'ablelo desaprobado ya. Un presidente que,
sin declal'al'se progresista, simpatizaba ó a lo menos transi-
gia con los cürifeos de este partido; una secretaría compuesta
de los hombres mas ardientes y mas entendidos de él; dos do-
cenas de individuos de este mismo partido, audaces unos,
ilustrados otros, miembros los mas de las sociedades secre-
tas, y todos dispuestos siempre á hacer la guerra al gobi~r';'
no y á suscitarle ernbal'azos ; un numero aproximadamente
igual de hombres divcrsamente notables pOI· su nacimien-
to, su ilustracion ó su saber, pel'o dotados del buen sentido
suficiente para apreciar, con probabilidades de acierto, y
en el interés del ól'den público, las cuestiones sometidas á
su exámen y decision; cincuenta ó scsenta que, aunque
incapaces de tomar la palabra sobre la mayor pal'te de ellas,
y no familiarizados aun con las prácticas pal'lamentarias,
eran, sin embal'go, y pOI' necesidad, llamados OI'a á
formar una especie de jurado de huena fé, ora á consti-
tuirse mediadores en aquel eterno conflicto de opiniones
}Jolíticas y aun de intel'eses lli'ivudos; un gabinete, en fin,
celoso y bien intencionado, pero sin fibra ni poder, com-




36 ANALES DE ISABEL 1[.
puesto de seis ministros, de los cuales uos (Martinez de la
Rosa y Toreno) tenian que combatir en aquella ocas ion las
ideas que toda su vida profesaran y que sufrir reconven-
ciones ó sarcasmos de hoca de sus antiguos amigos y com-
pañeros;"uno (Zarco del Valle) que ohligado, por falta de re-
cursos para sostener la guena, ó. dejar el pues lo en los pri-
meros dias de noviembre, no estaba todavía reemplazado
un mes despues; uno (Garelly) que, constantemente en los
sitios reales alIado de la Gobernadora, estaha por temor al
cólera incomunicado con la capital; uno (Moscoso de Alta-
mira), mas hombre de despacho que de tribuna, y otro (Vaz-
quez Figueroa) que nada tenia que hacel' en aque 1 ni que
decir en esta; tales eran los elementos de que, en la legis-
latura de 183ti se componia el Estamento de Procuradores.
En el de Pl'óecres, foemado de elementos algo mas homo-
géneos, eran menos numerosa la oposieion 9.1 gobiel'no, me-
nos largos los debates, y menos frecuentes las interpela-
cIOnes.


A estas daba casi siempre motivo en ambos cuel'pos co-
legisladores el estado cada dia mas deplorable de la guerra
en las provincias del Norte. Las gentes del progreso, que, en
la llegada de Mina a estas pl'ovincias, cl'eian VCl' la conclu-
sion de la guerra y la salvacion de España, encontraban
apenas en su hiperbólico lenguage palabras con que enca-
recer las vil'ludes cívicas y militares del nunca bicn ponde-
rado guerrillero. Defraudadas, empcro, sus mas bellas es-
peranzas, destl'uidas sus mas caras ilusiones y desb31'ata-
dos sus cálculos, no tardaron estas gcntes en ver, si bien
se negaban á confesar, que el Mina de 1834 no era el de
las épocas anteriores; que las cil'cunstancias habian cam-




unRO TERCERO. 37
biado completamente; que, en Navarra, no era lo mismo pe-
lear al frenle de navarros que conll'n navarros; y, por últi-
mo, que era harto mas dificil á un gClleml en gefe de un ejér~
cito, guardar y pl'Otegcr un pais que á un cabecilla vivir so-
bre él , recorriéndolo y asolúndolo. Desmentidos, pOI' los
hechos subsiguicntes, los descompasados elogios que á
boca llena prodigarán al lluevo virey de Navarra los órga-
nos de los clubs, acusaban estos al gobicrno dc que no po-
lIia á disposicion del general los rccUl'SOS nccesarios para
emprender con actividad las operaciones contra los carlis-
tas; como si los que tal cargo articulahan no fuesen los mis-
mos cuya recalcitrante oposicion a1lwoyecto de ley de Ha-
cienda privó po!' mucho t.iempo al gobierno de los medios
que, para p!'opol'cional'sc afluellos recursos, escogitara y
pl'Opusiera él.


Como quiera que sea, Mina, llegado á Pamplona el últi-
mo dia de octub,'c, sc encargó del mando el dia 3 de no-
viembre, y al siguientc echó ú volar dos alocucioncs di!'igi-
uas, una al ejél'cito de su mando, otra á sus paisanos, tras-
formados en enemigos. En la primcra, despues de pl'esentar
la insurt'cccion cal'lista como -« el hecho dc algunos habitan·
))les de la provincia quc, unos á mano armada, y otros pres·
»)tándoles auxilios de todas clases, ponian á la marcha del
»gobierno las mismas tmbas que ya en otra época sufrió,»
y de dec\al'Ul' que,-.(estaba dispuesto á hace,' ver á aque-
))Ilos hombres obcecados é ilusos que em ya tiempo de que
»)reconociesen su impotencia para resistil' al podel' y á la
)lvoluntad de la nacioJ1») fulminaba contm los que le obli-
gasen á sacar la espada los mas terribles anatemas.


Confiando, sin embargo, poco en el éxito de aquellas




38 ANALES VE ISABEL 11.
promesas y de estas conminaciones.-«En mi cartera ,-
añadia,-traigo, compañeros, los premios quese os han de
))distribuir acto continuo de las buenas hazañas;) y, que-
riendo sin duda pal'Odial' el conocido episodio de la historia


republicana de La Tour d' Auvergne, -«soldados,-pro-
seguia,-contadme como el último granadel'o del ejército
))que , armado de un fusil siempre que el caso lo !'eqlliera,
))compartirá gustoso vuestras fatigas hasta conseguir una
»completa victoria.»)


En la segunda alocucion, dirigida á sus paisanos, em-
pezaba el general deplorando los males que aquejaban á su
pais-«tan I'enombrado en la histol'ia por la acendrada leal-
)tad que en todos tiempos manifestara á sus reyes,)) y, mos-
trándosc vivamente condolido de la desolacion quc esperi-
mentaban todos los compañel'os de jllventud, que tantas
pruebas de amistad y de deferencia le habian dado en otro
tiempo.-«en medío, añadía, de padecimientos, cuyo origen
))aeaso no ha sido otro que mi sensibilidad á los males de
»mi pais, doy gracias á Dios que me ha permitido venir á
»renovar antiguas relaciones.) Y, á los habitantes de este
mismo pais tan renombrado flor S/I flcpndrada lealtad y
tan atribulado en aquellos momentos; á sus eompañel'os
de juvimtud , de quienes tantas pruebas de amistad habia
!'ecibidO, y cuyos padecimientos le alol'mentahan hasta el
punto de altemr su salud; á sus ((I/{i,r¡uos Ilm(r¡os, con
los cuales venia á renovar gratas rclacioncs, era precisamen-
te á quienes, des pues de exhol'tar á dejar las armas, decia-
(,Si no lo haceis asi, yme dais lugar á que ponga en accion
»Ia fuerza del ejel'cito y los demas medios y facultades de que
»puedo disponer, no valdrán ya, llegado este caso, súpli-




LIBRO TERCEnO. 39
)leas de ninguna clase para mitigar el rigor de las medidas
»que tengo meditadas y que ejecutaré irremisiblemente.»)
Y, pOI' si lo ignoraba alguno, teniendo cuidado de añadir:
-(c:Me conoceis, paisanos; sabeis que yo nunca hablo en bal-
»de, »-conc1uia el general Mina su alocucion es estos tél'-
minos:-eePor decontado , prevengo desde ahOl'a, que todo
»individuo que se encuentre por la tropa estraviado del ca-
»)mino real en las hOl'<1S que median desde que el sol sale
»hasta que se pone, y no justifique en el acto su proceden-
licia legal, será in1Jlrdialamente pasado por las armas. l)


Tal era el contenido de las proclamas del general Mina,
acogidas y ponderadas por los periódicos del progreso con
tanto entusiasmo y regocijo cómo desprecio y compasion
mostl'aron, al tomar conocimiento de elJas, los defensores de
don Cárlos. El dia 5 de noviembl'e, es deci¡', á las cuarenta
y ocho horas de es tendidas aquellas alocuciones, y en la
hora misma quizá en que llegaban ellas á Elizondo, blo-
queaban los carlistas este fnerte y obligaban á Oraá á cor-
rer á su auxilio con ulla columna de 3,000 hombres, en tanto
que, sorprendidos y envueltos á la salida misma de Pam-
plona dos destacamentos enviados pOI' ~ina con el objeto
de ahuyentar á unos aduaneros carlistas, cunJia la alarma
por la plaza y tenia el genel'al mismo que montat' á caballo,
y, con los soldados que pudo recoger, salir en segui-
miento de los facciosos, que á su apl'oximacion se disper-
saron. to propio le sucedió el 8, al sabel' que los enemigos
en numero de 600 hombres, vagaban por ViUaba y otros
puntos de los \'Uedos de Pamplona. El dia 10, con el aviso
de que, en Sesma, el dia 6, habia sido alacado por Zumala-
cárregui el brigadier don Narciso Lopez, y que, el 7, el co-




40 ANALES DE ISABEL n.
mandante Iracheta, bloqueado en el fuerte de Peralta, pro~
longaba á duras penas su heróica defensa contra fUflrzas muy
superiores, determinó el general en gefe envial' algunas á
este punto, y , con las demás de su mando, salir aquella
misma tarde de Pamplona en direccion á Puenle la Reina,
adonde, adema s de la division de Lopez, vino á reunÍrsele
la que, al mando de Córdova, recien regresado de Logro-
ño, se hallaba á la sazon acantonada en Cirau(!tú. Zumala-
cárregui, á la noticia de la ap¡'oximacion de Mina y de la
proyectada concentl'acion de tanta flle¡'Za en las cercanías
de Puente la Reina, se retiró á dos horas de alli á los pue-
blos de Azcona y Abal'zuza, desde donde pudo ver ú Mina
entrar en aquella plaza el13 por la taI'de, acompañado por
los dos batallones y los 400 caballos que formaban la division
de Lopez. De regreso a Pamplona el 16, ocupóse el gene-
ral en gefe, todo aquel dia y los siguientes, en hacer gran-
des acopios de leña, que escaseaba, yen tomar las disposi-
ciones necesarias para smtir la plaza tIc otros artículos de
consumo y trasladal' á ella muchos efectos dcl ejeI'cito de-
positados en Tudela, Logroño y Salvatierra. Para proveer
de lo necesario el fuerte de Elizondo, puesto en mediano
estado de defensa, recorria al mismo tiempo Oraa los pue-
blos principales del valle del Bastan, y pam la reunion del
ejército, mandada efectuar en vista de la nueva OI'ganizacion
que se trataba de darle, continuaha en toda J\avanu el re-
levo de guarniciones.


A esto y a salit' al encuentl'o de algunos convoyes, en
cuya conduccion y custodia se hallaban ocupados numerosos
cuerpos de tropas, se {'eclujcron las primeras operaciones
del nuevo general en gefe del ejercito tlel NOl'te.-




LIDRO TERCERO. 41
»Mina-me escribia por aquel tiempo Córdova, - está
»)muy malo y hay pocas probabilidadcs dc quc se restablez-
»ca, y menos de quc lleguen á realizarse las esperanzas
»que se cifraron en su nomLt'arniento y á las cuales no du-
lldo que hubiera él correspondido cn otras circunstancias;
)¡pero la cmpresa, en sí dificilísima, sc hace casi imposible
¡¡por la falta de hombrcs ,que es completa, sobre todo en
)¡el ramo .fe la guerra.»


Entt'e tanto Villareal tlue, con cinco batallones vizcaí-
nos y uno de guipuzcoanos, se hallaba el8 en El Orrío,
cOlTió á reunirse con la faccion del valle de Arratia y, sa-
biendo por oficios intet'cc})tados á los confidentes cristinos
que hiarte estaba separado de Espartero, atacó á este ul-
timo junto á Orozco en la tarde del 9. Rechazólo el general
cristino despues de un reñido combate y, al dirigirsc al dia
siguiente á Uodio para reunirse á lriarte, tropezó con Cas-
tor que, emboscado en las inmediaciones de Arvincudiaga,
le hizo una descarga, le hirió ú mató algunos hombres y, se
retiró precipitadamente, no sin perder tambien el alguno de
los suyos. El 16, Espartero, despues de dejar en Bilbao los
heridos en los combates de aquellos ultimos dias, salió de
Orduña en compañia de hial'te y direeeion de L1odio, á cu-
yas inmediaciones habia iclo Castor á reunirse con las fac-
ciones de Aguil'l'e, lbarrola, y Sopelana. Replegándose so-
bre Arciniega á la llegada de los cristinos, mostraron los
carlistas intencion de volverse húcÍa Castilla; visto lo cual,
y al efecto dc cerrarles el paso, hizo Espartero un movi-
miento hacia Amurrio; mas contramarcharon ellos y, aun-
que seguidos de eerca por l .. iarte, lograron posesionarse de
la peña vieja de Orduña. Espartero que, práctico en el ter-




42 ANALES DE ISABEL 11.
reno, conocia toda la importancia de este punto, corrió con
su caballería á ocuparlo por un lado, en tanto que, á virtud
de órdenes suyas, rápidamente comunicadas, llegaban por
la parte opuesta tropas de 13 guarnicion de Orduña manda-
das por el coronel Linage, gobernador de esta plaza. Los
carlistas, sin embargo, tomándoles la delantera, se posesio-
naron de aquel punto; y atacados simultáneamente en él
por los dos gcrcs cristinos, defendieron con valor sus posi-
ciones y sostuvieron largo rato un combate que solo la no-
che hizo cesar.


Pocos di as despues, el 22, aprovechando el momento
en que la division de Oraá, yendo á Pamplona por zapatos
y vestuario, desguarnecia los valles lindantes con la fronte-
ra francesa, Zumalacárregui, que con el grueso de la fac-
cion se hallaba por entonces en Santa Ct'uz de Campezu,
hace por la Borunda una rapida correría al Bastan con el
objeto de llamar de nuevo hácia aquella parte la atencÍon de
las tropas de la reina, reconcentradas á la sazon casi todas en
la baja Navarra y en la ribera del Ebro.


Sabedor del movimiento de Zumalacárregui, sale Cór-
dova de los Arcos y, el 25, se dirige hacia Santa Cruz de
Campezu con la reconocida intencion de continuar desde alli
su mal'cha a Salvatierra; mas, á orillas del Ega y frente á
á la ermita de Arquijas, encuénlrase con la faccion alavesa
que, reforzada pOI' la de don Basilio, trata de cerrarle el
paso del rio y le presenta un combate que duró muchas ho-
ras, yen el cual, por una y otra parte, pereció bastante gen-
te. Arrollados los carlistas en este encuentro, y en otro s dos
que consecutivamente tuvieron en Orviso y Zúñiga con las
divisiones de Córdova y Oraá, dirigió el primero de estos




UBRO TERCERO. 43
generales su mal'cha Mcia el punto fortificado de Maestú,
donde permaneció el 26, y, sin mas novedad, llegó á Salva-
tierra el 21, en ocasion que el brigadicl' Lopez, reforzado
con un escuadron de cahallel'ia, se encaminaba á Viana con
designio de fortificar este punto; que Zumalacárregui y
don Cárlos reconian los pueblos de la ribera; que, en Gui-
púzcoa, hatia el brigadier' Jaúregui á Guibelalde y que, con
ochocientos infantes, cincuenta caballos y dos piezas de ar-
tiIIería, salia el general Mina de la capital del vireinato al
encuentro de un convoy de vestuario y oh'os efectos que,
de Tudela, Capanoso y Tafalla, conducia el coronel Gur-
rea. Para protegcr la marcha de otro convoy que de Salva-
tierra se encaminaba á Pamplona, dejaron sus respectivos
acantonamientos los generales Córdova, Latre y Oráa; mas,
en tanto que estas divisiones, por su concentracion sobre la
capital, abandonaban la ribera del Ebro y las fronteras de
Guipúzcoa, corríase de nuevo la faccion navarra sobre la
mel'indad de TUl/ela, yen direccion de Sangücsay Lumbier,
atacando ~ su paso á ViJlafl'anca, cuyos urbanos, como se
hiciesen fuertes cn la iglesia, fueron sacrificados sin piedad
despues dc la mas hel'óica y mas obstinada defensa. Refu-
giados en lo alto de la tOI'I'e, cuyo piso, pábulo ya de las
llamas, amenazaba hundirse; separados por una valla de
fuego de la parte inferior del edificio, y sofocados por el
humo quc en densa columna se elevaba, saliéronse aquellos
infelices á las cornisas, desde donde continuaron por mu-
cno tiempo }J(J(}ie¡ldo !af!,150 .fo)¡l'e SIIS enemjg'{),j ,. pe)'o, ¡)je2~
mados por las balas de estos; aguardando á cada instante
verse envueltos por las llamas ó sepultados en las ruinas de
la iglesia; rendidos de fatiga, y mas que todo descorazona-




ANALES DE ISABEL n.


dos al oír los alaridos y al pensar en la situacion de sus
mugeres, de las cuales algunas, hasta con sus niños de pe-
cho, se fueron á acoger en aquel sagrado, hubieron los in-
trépidos urbanos de pedil' cuartel, ya qne para ellos no,
para sus inocentes familias. Todavía, salvadas estas á favor
de escalas de cuerda que, por 6rden de Zumalacarre-
gui, se les faeilit6, continuaron los sitiados la defensa de los
calcinados muros de la torre.


Tanta heroicidad no bast6, empero, á inspirar áZumala-
cárregui una vislumbre de simpatía ni á arrancarle siquie-
ra una muestra de conmiseracion. Lejos de eso, la resisten-
cia de los urbanos de V illafranea, exacerbando su enojo, le
hizo, en vez de ahsolver la culpa, agraval' el castigo y ace-
lerar su ejecueion. De los hombres, ni uno (/ued6 con vida;
mugeres, ocho fueron emplumadas y azoladas en público,
y alguna hubo de sufrir, de manos del mismo Zumalacarre-
gui, indignos tratamientos.


Entel'udo de los movimientos de los hatallones que,
con don Cárlos y Zumalaeárl'egui, se dirigian de Vi-
lIafranca á Sangüesa y á Lumbier, y temeroso de ver-
los penetrar en Aragon, cuyas fronteras amenazaban,
acude de Sos el general Linares con la idea de oponel'se
por aquella pal'te á cualquier tentativa de este género; mas
detenido por unos 300 salazeneos qne, á las órclenes
de Mancho y colocados en el desfiladero de la Hoz de
Arspurz, trataban de cel'rarle el paso para Navascues, los
ataca y los derrota. En esteencuentl'O, perdió la vida el co-
ronel Mancho, uno de los mejores gefes de don Cádo3, y ue
los mas particularmente apreciados por Zumalaeál'l'cgui.


Entre tanto, y por 6rden del capitan general de Castilla




Lmno TERCERO. 45
la Vieja, que se hallaba en las Encartaciones, baja Bedoya
con su columna á Logroño, y, dejando asegurados los pasos
de aquella parte del Ebro, mal'cha á ponerse en comu-
nicacion y á concertarse con Lopez que seguia fortifi-
cando á Viana. Reunidas con este motivo, pusiéronse en
marcha las tropas de ambos gefes, y, siguiendo la ol'illa
derecha del rio , marcharon por Mendayia con direccion á
Sesma, en seguimiento de los enemigos que, el dia 1.0 de
diciembre, se hallaban congl'egados en Lumbier. Hácia esta
misma yilla, luego que huho puesto en seguridad el convoy
que yino escoltando á Pamplona, dado á sus soldados un dja
de descanso, provistóles de ropa y calzado y dejado á Lo-
renzo el mando interino del yireinato, salió el general en
gefe con las dos divisiones de Córdova y Oráa. Tres dias,
habiendo sacado de Pamplona provisiones para cuatl'o, du-
ró esta campaña de Mina, que ningun resultado produjo,
ni ninguno el'a de presumir, ni esperaba él que produjese,
puesto que, dando parIr, de su salida, decia al gobierno:
-«:\'Iañana á las siete emprenderé mi marcha contra Zuma-
»lacarl'egui en la direccion que me han dicho lleva el PI'C-
))tendiente. Es posible que no pueda darle alcance y, se-
»)fJun las noticias 'lile adquiera en el camino, así serán
»mi marcha y las operaciones sucesivas de las columnas, 80-
»bre las cuales nada pnedQanticipar.)) ¿Qué espcrar de nn
general que en: tales tél'minos se espl'esaba? ¿qué de divisio-
nes mandadas por tal general"? ¿que de operaciones de aque-
lla mane¡'adirigidas al acasoysinplan fijo? ¿qué de una causa
cuyo porvenit'dependia de tan yagas eventualidades, y cuyo
caudillo, en quientantafé tenian otros, manifestaba tan poca?


Al salir de Pamplona, dirigióse Mina luicia Urros;




46 ANALES nE ISABEL JI.
pero, como en este tiempo se adelantasen los carlistas , y, cru-
zando por entre Estella y Pamplona, tomasen la ruta del
Bastan, no fué posible al cl'istino dar alcance a Zumalacár-
regui. Despues de haber con este objeto marchado y con-
tramarchado inútilmente, dedicóse Mina á recorrer la mon-
taña; llegó á Elizondo; visitó las obras de este y de algun
otro punto fortificado, se hizo, en una palabra, presente en
aquel pais de, que veinte años fintes, rué e: ídolo, pero cu-
yo prestigio, nútablemente amenguado ya por su malograda
tentativa del año 30, estaba a punto de desvanecersc com-
pletamente. El 6 regresó a Pamplona acompañado de
tres batallones, una compañía de tiradores y cuarcnta ca-
ballos, que fueron las únicas tropas (Iue, á su lado y bajo
sus órdenes, conservó. Del resto de las que de Pamplona
saeó tres dias antes, confió al separarse de ellas en Lanz,
el mando superior (y esto es de todo lo que hizo en lo que
mas acertado anduvo) al genel'al Córdova, con las instruc-
ciones necesarias para perseguíl' sín descanso al enemigo.
y como quiera que la vuelta á Pamplona del vil'ey efectivo,
hacia inútil en la plaza la presencia del interino, mandó
Mina á Lorenzo salir inmediatamente con Hna columna de
mil hombres y encargo de acudir á Tafalla, donde se sabia
que el dia 6 habia entrado el gefe carlista EI'aso, y de si-
tuarse en seguida enlt'e dicho punto y el de llelascoain.
El 11 regresaba Lorenzo escoltando un gran convoy de
leña por el camino que, desde este último pueblo conduce á
la capital del vireinato; y, como COIl oportunidad supiese
Mina que los carlistas estaban en ánimo de atacar aquella
fuerza, dispuso que la brigada del coronel Ocaiía, que se
hallaba en aquellos momentos en VilIaba, pasase al valle




LIBRO TERCERO. 47
de Orba y se situase, al efecto de proteger el convoy ame-
nazado, en un pueblecito que llaman el Carrascal. Al pie
de la sierra de Andia, por la cual desde las Ames.coas, re-
sidencia habitual de los carlistas, podian estos sin dificul-
tad correrse hasta las puertas mismas de Pamplona, el Car-
rascal era, a no dudarlo, un sitio peligrosísimo que, en el
trascurso de aquella guerra, fue testigo de muchas sor-
presas y teatro sangl'iento de una infinidad de combates.
Eraso que esto sabia, se apresuró en consecuencia á diri-
girse á aquel sitio, donde emboscado con tres batallones, y
favorecido por la oscuridad, atacó al general cristino en la
noche del 11 de diciembre. Mas prevenido de lo que pasa-
ba, y auxiliado ademas por la columna de Ocaña, por otra
que de Artajona sacó el cOl'onel Gurrea, y por algunos
caballos con que, á pesar de sus dolencias, á la sa-
zon ',exacerbadas de resultas de su última espedicion,
acudió el general en gefe, logró Lorenzo rechazar á los
enemigos, salvar el convoy y quedal' dueño del campo
de batalla. Al dia siguiente, 12, como á la una de la tar-
de, llegó Lorenzo con su convoy á los campos de Un-
zué, donde, atacado de nuevo por sus infatigables contra-
rios, habría tal vez sucumbido, á no acudir en los momen-
tos críticos la columna de Ocaña, oportunamente colocada
por el general en gefe, despues del combate del dia anterior,
en el pueblecito de Villaba. Embistiéronse con furor entram-
bas huestes, y, batiéndose cuerpo á cuerpo, se disputaron
cada palmo de tierra, cada árbol de los bosques que este
combate presenciaron; la victoria, sin embargo, se declaró
por Lorenzo, y el mismo mensagero que llevó á Pamplona
la noticia, dió parte de la direccion que en su retirada to-




48 ANALES DE ISABEL n.
maron los vencidos agresores. En vez de seguir su pista,
acudió Mina con su acostumbrada escolta de algunos caba-
llos; pero llegó al sitio de la accion en momentos en que,
terminada esta, quedaba solo que recoger sus laureles.
Aunque teñidos eon sangre, mostraba Mina cierto deseo de
apropiárselos cuando, en una aloeucion de 16 de diciem-
bre, que empezaba;-« Valientes que operais á mis órdenes,
concluia diciendo ,-continuemos sin descanso en una obra
»principiada bajo tan buenos auspicios; demos á la patria
»)contm sus enemigos otros dias semejantes al del 12 de
»diciembre de 1834, y sus bendiciones recaerán sobre no-
»sotros.» Y con la misma fecha dirigia á sus paisanos una
proclama en que, entl'e otras cosas, decia: «Declare guena
»de esterminio á los obstinados, y esterminauos quedan en
»un dia mil y quinientos en Sorlaua y Ullzue.))


En Sorlada, en efecto, y en Mendaza, el mismo dia y á
la misma hora en que, merced al auxilio que le prestara el
coronel Ocaña, denotaba Lorenzo á El'asO en la quebrada
de Unzué, consumaba el general Córdova uno de los mas
brillantes hechos de armas de aquella guena. Engl'eido Z u-
malacál'regui con los I'ecientes triunfos ue Cenicero y Ale-
gl'Ía; manchado aun con la sangrc, bál'baramente derrama-
da, de los heróicos defensores de Villafranca; confiado en
el número y la decisioll de sus voluntarios, y aguijoneado
sobre todo por el deseo uc dar, en presencia dc don Cár-
los, una batalla eampal, pl'csentósc!a á CÓl'dova con 9,000
infantes en once batallones, 500 caballos y dos piezas de
artillería (las mismas que mes y medio antes hizo suyas la
d.errota de la division de O-Doyle), en los campos de Na-
~ar, Asar\a, Mendaza y Piedramillera, es decil', en el sitio




LIBRO TERCERO. 49
mismo donde, en dicicmbre del año antcl'ior, fué batido
por Oráa. Apoyahan los cadistas su dCl'ceha en la emlita
de Desendaña, y su izquicrda en la roca y posiciones de
la siena de Piedramillera, ocupadas pOI' tres columnas.
Aunque inferiol'cs ell Húmero, lucharon los de don Cál'los
con tal ardor y maniobraron con lanto acierto que, dmallle
todo el rlia, tuvicl'on indccisa la victoria; y ucclarárasc
acaso esta en favor de ellos, á no haber Iturl'allle, por una
parte, cometido un elTor de mucha t1'uscendcncia, y CÓI'-
dova, por la suya, reanimado COII enél'gicas palabras y con
heróicos ejemplos el ya fatigado y vacilante espíritu de sus
soldados. Como c¡uiem tlue sea, la batalla, si bien cosló
mucha sangre, se tCl'111inú con un triunfo, que era el pl'Íme-
1'0 que, en aquellos parages, lognwon mucho tiempo hacia
las al'lnas de la reina, y con la completa dispel'sion de los
batallones carlistas, que fucron á. reorganizarse á la bar-
ranca de Santa Cruz. Allá, luego que hubo dejado en se-
guridad los ]¡e¡,j¡!os de la accion del 12, acudió Córdova
el 15 y acometió de nuevo nI enemigo. Defelldióse este con
vigor, y por varias veces I'eeupcl'o y volvió á pcrder el puen-
tede Arquijas, que, bien que eh'jo fuese vadeable por todas
partes, se disputaron ambos ejél'citos eon encamizamiento
cruel. Aguardando la llegada de tropas que, al mando dc
Oda, debian pl'esentarse por las alturas de Zúñiga, re ple-
gose CÓl'dova sobre la ermita de Arquijas; mas, frustrada la
eombinacion por la tardanza ele aquel gefe, ú quien entre-
tuvieron durante muchas horas los batalloncs de Ttmralde,
fucl'za fué a CÓl'dova renunciar pOI' entonces á su proyecto
y I'eplegarse a los Arcos, en tanto que Oráa, cuyas divi-
siones pasaron la noche tiroteándose con las guelTillas cal'


TOMO Il. 4




50 ANALES DE ISABEL n.
listas, acampaba en las inmediaciones de Zúñiga, y que
Zumalacárl'egui, noticioso de flue por cllado opuesto á Santa
Cruz bajaba la columna de GUl'l'ea, destacada de la divi-
sion de Córdova, se replegaba á San Vicente de Arana. De-
jando, pues, alguna fuerza de infantería en este pueblo y
en los de Zúüiga y Santa Cruz de Campezu, y su caballería
en Bernedo y Genevilla, marchó el gefe carlista á reponel'se
de sus pél'didas y á reorganizal' sus batallones en los valles
de las Amescoas, cuyo acceso, dificilísimo ya pOI' las llu-
vias y las nieves que paralizaban las opcraciones de Córdo-
va, impedian ademas, desde la Poblacion y Peña-Cerrada,
las columnas de Sopelana y Basilio.


Pocos dias antes (el 16), un batallan de alaveses, man-
dado por Echevarría , se presentó ú til'O de fusil de Salva-
tiel'l'a. Rechazado por los de la plaza, eorl'ióse el 9 hácia
Alecha, pueblo inmediato á Maestu, de cuya guarnicion salió
un destacamento de ciento y cincuenta hombres, que tuvo
á poco que replcgal'se. El mismo dia G, sabedOl' Espartero
de que en los valles de Arratia y Orozco habian vuelto á
reunirse todas las facciones de Vizeaya con los batallones
alaveses de Sopelana é Ibarrola, uno guipuzcoano, y las han-
das de Castor, Ochoa y otros cabecillas, salió de Bilbao,
y, refOl'zando su columna con mil hombres de la de Jl'inrte,
tomó la vuelta de OI'OZCO. En la mañana del 7, marchó en
seguimiento de los facciosos; los atacó en las altUl'us de
Saloa; los rechazó de U rigoitia, que fO\'tificó, y de alli di-
rigiéndose luego á las peñas de COI'vea, se apoderó de
esta posicion, no sin sostClWI' pal'a ello un reñido combate,
en que perdió la vida el hizano coronel don Julian Oliva-
res. Dcspues de esta accion, cuyo único resultado fué la




LIBRO TERCERO. 51
dispersion de los carlistas, volvieron cst,Qs á reunirse, y,en
númcro de cuatro batallones, atacaron eulas inmediaciones
de Villal'cal al coronel Buren que, con ciento cincuenta inU)
fantcs y veinte caballos iba conduciendo á Bilbao un con-
voy de combustible. Buren, aunque sOI'pl'endido, se de-
fendió con vigor, y tomando posicion en una allma, pudo,
sin pero el' mucha gcnte, cOlltenel' al enemigo y agllal'dar á
f¡Ue, enterado de lo que pasaba, viniese á su socorro Es-
partero, como á las pocas horas lo verificó.


En la Rioja castellana, es tendiendo sus correI'Ías á las
pl'ovincias de Burgos y Guaoal::ljanl, operaban entre tanto
las bandas del invisible Merino, del intl'épido Basilio y del
activo Lucio Nieto, perseguidas, con mas ardor que buen
éxito, por el brigadier Peoll y el corollel don Julian de Pablos.
POI' los confines de las provincias de Bmgos y Santander,
continuaba Villalobos dando guerra al general Latre, co-
mandante general de la primera. Desde las fronteras de
Al'agon hasta la raya de POl'lugal, el Duero, en todo su
CUl'SO, presenciaba diariamente escaramuzas mas ó menos
sangrientas entl'e destacamentos de mbanos y partidas de
facciosos. En Galicia, donde Lopez y otros cabecillas conti-
nuaban haciendo atrocidades, era sorprendido y preso por
una gavilla, que no tal'dó en dispersat'se , el juez de prime-
ra instancia del partido de Trimo. En Asturias, pervirtien-
do el espíritu publico con frecuentes escitaciones, empeza-
ban á hacer gente unos bandidos que recorrian su que-
JJl'ado territorio. En la provincia de Leon, otl'OS proce-
dentes de la de Ol'ense y capitaneados por un tal CarbaIlo,
se entregaban a escesos f\lIe acudian á reprimir los urbanos
de Villafranca del Vierzo. En Piedra Buena y Valenzuela,




52 A'-:ALES DE ISABEL lI.
pueblos de la provincia de Ciudad Real, penetraba la fac-
eion de Parra y cogía y fusilaba al alcalde mayor de la pri-
mera de estas poblaciones. En Vargas (provincia de Toledo)
se batian algunos facciosos con Ul'banos de la capital, y, por
los montes que circundan á Kavahermosa y lYIenasalbas,
burlando la persecucion ue varias columnas, vagaban con
unos cien foragidos los cabecillas Perfecto Sallchcz y Jun~
co. En Estrcmauura, cogido y fllsilallo Cuesta, nadie se pre-
sentó á venga¡' su mucl'te , nadie á ocupar el puesto que
ella dejaba vacantc. En MaIaga, se reunieron varios grupos
de urbanos y,-eecon el mayol' ól'den,)) asi decía, narrando
este incidente, el Eco del Comcl'cio,-(quemaron unos
1Jbanderines, existentes en el parque dc artillcria y que ha-
»)bían pertenecido en otro tiempo á los voluntarios realis-
))tas.)) El teniente de rey y el: comandante del primel' ba-
tallon de la milicia urbana a utol'izaron con su presencia la
ceremonia del auto de fé.


Por los mismos dias, las faccioncs ele Valcncia, lanza-
das de aquella p,'ovincia pOI' los cnérgicos esfuerzos de su
capitan general don Gerónimo Valdés, ora se acogian á la
vecina de Murcia, y en Orihuela se batian con los mbanos
de aquella l'ica comarca, ora, pasando áAragon, iban á reu-
nir sus fuerzas con las que, á su inmediato mamlo, tenia el
poco afortunado Carnicero Succsivamentc batidas pOI' el co-
ronel Rebollo en Bot; pOI' Nogueras cn Puig-morcno; por el
brigadief Santa Cmz cn Castellole, y por el comandante Pe-
zuela en el puel'to de Ariúo, hubieron dichas facciones
de separarse de nuevo, y, sepm'udas, de empr'cneler
su marcha en distintas dÍl'ccciones. Cabrera y Tomer, pa-
¡¡ando por entre las columnas de los coroneles Aspiroz y




LIBRO TERCERO. 53
Churruca, corrieron por de pronto á refugiarse en los puer-
tos de Beceite; el Serrador, perseguido por el coronel don
Marcelino Junquera, des pues de ermi' unos dias por las in-
mediaciones de Béna~all, Cuila, VistalJella y Villafl'anca tu-
vo que intemal'SC á la posll'c en los pinares de .Mosqucrue~
la. Salido ele alli ú los pocos dias, se apoderó, á favor de
un golpe de mano, de la villa de Alcol'a, que ahandonó á la
apl'oximacionde No¡meras, y, eorricllLlose háeia MOl'ella, tro-
pezó con otra columna en la majada de Guimel'ans. La fac-
cion, batida y dispel'sada , dejó en podel' de los soldados de
Junquera huena parte del hotín hecho tres dias antes en el
saqueo de Aleo¡'a. Cal'llicel', nuevamente alcanzado y com ..
pletamenle deshecho pOI' Pezuela, se inlemó, eon direceion
á Cantavieja, en las breüas del Maestl'uzgo. Valles, cogido
por AspÍl'oz en el Coll de Suá, des pues de una aceion en
que murieron Papaceile y el Guerrista, dos de los mas au-
daces handolel'os de la marina de Amposta , fué fusilado en
Tortosa con die¡: y scis de los suyos. ForcadeIl atacaba á
Cutí y era rechazado por su guarniciono :Montaües sorpren-
dia el pueblo de Mazaleon , fusilaba á algunos de sus habi-
tantes y, atacado en seguida pOI' el coronel Ilosell, perdia
casi toda su gente en las canter'as de Alcorisa. Lel'in, Co-
nesa y otros val'ios cabecillas infestaban con pequeñas ban-
das todo el parlido de Alcaüiz; otras vagaban por el de Te-
ruel y , á fuerza de dividirse y subdividil'se , hacian cada
dia, si bien menos arriesgada, mas difícil su persecucion, é,
inspirando menos inquietudes al gobierno, causaban á los
pueLlos mas repetidos vejámenes y mas eontínuas zozobras.


En Cataluña, Llandolit, penetrando por la montaña,
obligaba al capi\an general, que se hallaba en Manresa, á




ANALES DE ISABEL 11.


trasladarse á Nuria; hacia circular por los pueblos ater ~
radoras noticias y sediciosas proclamas; invadía el lugar
de Septeasas, á cuyo alcalde se llevaba preso; y, reunido
en las inmediaciones de CastellHl' COIl Sobrevies, que re-
corria toda la alta Cataluña, fatigaba á las tropas leales y
asolaba al pais. OtI'o tanto hacian, en la Conca de TI'emp,
el Ros de El'oles; por las inmediaciones de Cardona y
de Solsona, la gavilla de Cal'agol; Tristany, pOI' Espal'l'a-
guera, el Bl'Uch y el territorio situado ti Ol'i!!as del Llobre-
gat, lindante casi con el llano de Barcelona, y Val'ios cabe-
cillas de menos monta, en las cercanías de Santa Coloma,
Berga, Vi eh', Gerona, Mataró y otros puntos <lel Pt'incipa-
do; batidos en uno, reclutábanse en otro, y, cada dia mas
activos y mas audaces, daban á la guerra un aspecto mas
amenazador.


No parecia, sin embargo, creerlo Llauder asi. Nom-
brado desde el2 de noviembre minislt'o de'la Guerra, solo
a fuerza de instancias, y al cabo de un JIll'S de indecisiones,
se resolvió ti. dejar el Principado, a aceptar el ministel'Ío y
á marchar a .Madrid. Llegado ti. esta capital el dia 9 de di-
ciembre, se encargó eltO de la secretilrÍa del despacho
ne la Guerra, y el t1 dirigio á los gcneJ'ales, gefes y
.y oficiales del ejército una eomunicaeion en fIlie, al tl'asJuz
de los elogios que á su valor pl'odigaba, se advertian sin-
tomas de desconfianza y aun cargos de iltllisciplina. Ningun
efecto, ni bueno ni malo, produjo, sin ernbat'go, este ma-
nifiesto , con clIya publicacion coincidió la de las procla-
mas que á su ejél'cito y á sus paisanos dil'igió Minil, con
molivo de las recientes victorias de Sorlada y Unzué.


Aunque importantes pOI' la parte en que cOlltl'ibuyeron




LIBRO TERCERO. 55
á reanimar el ya casi apagado ardol' de los solda<los y á
detener á Zumalacul'I'egui en una carrera de triunfos, por la
cual espel'aba él llegar en breve y sin tl'Opiezos hasta las
puertas de la capital, no bastal'oll aquellas bl'ilIantes accio-
nes , á poner fin á las desavenencias que, desde la lle-
gada del ejército de Portugal á las provincias del Norte,
existian entre los generales de la reina. PI'ovocuralas y es-
citábalas principalmente la presencia en este ejél'cito del
general don Luis FCl'llanclez de CÓl'clova, cuyos anteceden-
tes políticos inspirahan desconfianza u cierta clase de libe-
rales; cuya rápida carrera en la milicia daba pubulo á la
murmuraeion, y cuyas altas é improvisadas dotes militares
eran el blanco de la envi(lia de algunos de sus compañeros,
un enigma para muchos, y para todos un motivo de sorpre-
sa y admiracion. Encargado pOI' Rodil á su paso por Bur-
gos de ahuyentar de aquellas sierras á Cuevillas que, reu-
nido á Mel'ino, podia molestar la marcha de las tropas que
de Portugal ¡han destinadas á Navarra, Cót'rlova, á pesar
de los inconvenientes flue, para fluien, como él, pisaba por
primera vez aquel tenitorio, ofl'ecia esta operacion, la lle-
vó á cabo, y en tal conformidad que, desalojados Cuevillas
y Basilio de sus posiciones, fucI'on Ú poco á dar con las co-
lumnas de Obrcgon y Cistllé y, denotados, tuvieron que pa-
sar el Ebro y refugiarse en Navarra. Esta atrevida y feliz
operacion valió á Córdova el mando de la tercera division
del ejército del Norte, compuesta á la sazon de solo cuatro
batallones, con los cuales, sin contl'atiempo de ninguna
especie, escoltó hasta Puente la Ueina, toda la artille-
ría del ejército. A la. llegada de Mina á Pamplona, Cór-
dova, que se hanaba alli mandando interinamente, hizo,




56 ANALES DE ISABEL 11.
por motivos de delicadeza, dimision de su destino; mas no
solo se negó Mina á aceplarla, sino que, ponientlo al que la
hacia al frente de una de las divisiones, que llegó en breve
á ser la mejor de su ejel'cito , le permitió darse a CJnocer
como el mas activo, el mas entcndido, y sobre todo el mas
feliz de los genel'ales de la reina.


Los testimonios de aprecio que de parle del general en
gefe le valió su conunclil, las simpatías que en el corazon
del soklatlo le gl'angearon sus victorias, únicas <[ue, tiempo
hacia, logl'aban en aquellas provincias las armas liberales,
fueron pal'a CÓl'uova, al par que motivos legitimos de 01'-
gullo, gmve ocas ion de pesares. Asi se k oyó muchas Ye-
ces quejarse amargamente de la conducla que, con respecto
á él, observaban algunos de sus compañeros, y muy pal'ti-
culal'lnente de la del nuevo ministl'o de la Guel'l'a, á quien
suponia autor ó cómplice de una tl'ama urdida con el objeto
de aminorar su prestigio, recat.ando maliciosamente al pú-
blico los pal'tes de sus acciones. Hesenlido, con lilas Ó me-
nos razon) de este lIlodo dc proceder, y gl':1Vemente enfer-
mo ademas, solicitó del general en gefe, pam tmsladarse á
Madl'id, un permiso que 110 ohtuvo sin dificultad.


Quince dias de descanso baslal'on á Zumalacárregui
para reponerse de los descalahros de Al'quijas y Sodatla
y reorganizar su ejel'cito. en terminos de porler con
él salir de nuero á campaña. :U cmpczaJ' la del año de
1835, favoreciale siu¡.julanncntc, no solo la ausencia del
general mas activo, mas ansioso de gloria, y lIlas quel'irlo
de sus soldados con quc contaba la causa de la reilla, SillO
el rigor de la estacion que tenia bloqueados en los fuertes é
incomunicados entre sí á los destacamentos que los gnar-




LIBRO TERCERO. 57
necian, y que oponia, para las operaciones de un ejército
como el cristino, obstáculos facilmente superables para ba-
tallones compuestos de soldados del pais. En las impene-
trables guaridas de las Amescoas, pasó, pues, Zumalacár-
regui las fiestas deSavidad, y en Villareal de Guipúzcoa la
de año nuevo, sin inquietal'se, ó illf¡uietándose muy poco, de
los movimientos que, pal'a cercarle en aquellos valles, com-
binaba con las columnas de Espartero, I,'iarte, Jáuregui y
Lorenzo, reunidas a la snon en las inmediaciones de Ver-
gara y Villafranca, el nuevo comandante general de las
provincias Vascongadas don José Carratalá. El dia 2 de
enero, noticioso Zumalacánegui de que Jámegui se hallaba
en el primero de aquellos puntos, y suponiéndole intencio-
nes de dil'igirse al segundo, marchó con algunos batallones
y un escuadron á caer sobre Villareal de Zumarraga; pero
un movimiento hecho por Jámegui, impidió á Zumalacárre-
gui encontrarse con él en ViUafranca, frustrando por con-
siguiente la proyectada combinacíon. Pronto, no obstante,
vino á suministrarle elementos para oh-a nueva la casual
interceptacion de un pliego (Iue al gobernador de Vitoria
dirigia Carralalá, dándole parte de su proyecto de atacar a
los facciosos con diez mil hombres, que al efecto tenia congre·
gados en Mondragon. En vista de esto, y enterado ademas
de que las columnas reunidas avanzaban á paso acelerado,
replegóse ZumalacálTegui hácia Ormaistegui, y, con el
grueso de sus tl'opas, fué á tomar posicion en las cumbres
de Cilandieta, situamlo á la espalda de este punto un bata-
lIon que, en caso necesario, pl'otegiesc suretiraua sobre Se-
gura. La posicion de los carlistas era en estremo ventajosa;
para pelados tras de las tapias que rodean las prollieuades




58 ANALES DE ISABEL U.
en que está repartida la montaña, y protegidos por la e1e,
vacion, hacian á mansalva un fuego mortífero sobl'e las
tI'opas de Cart' utala que por varias vec es intentaron, con
mucho mas denuedo que buen exito, escalar aquellas as-
perezas y arrojar de ellas á la bayoneta á sus intrépidos de-
fensol'es. Al dia siguiente, cn oeasion en que, contando
con ser atacado de nuevo, tomaba ya Zumalacánegui sus
medidas para la lucha, notó con sorprcsa que Carratalá,
convencido sin duda de la inutilidad,de sus esfuerzos, y no
queI'Íendo hacer correr mas sangre, emprendia á las tres
de la tarde su retit'ada hácia Vergara.


Creyó al pronto Zumalacárregui que este movimiento
era algun ardid á favor del cual se proponia el gefe carlista
enculJI'ir sus verdaderas intenciones; mas, como muy luego
adquidese el convencimiento de lo contl'al'io, determinó sa-
car de esta circunstancia todo el partido posible, y en con-
secuencia lanzó en persecucion de Carratalá cinco batallo-
nes que, picándole la retaglwrdia. le hostigm'on en tél'Ini-
nos de obligarle á volver caras y a sostener varios com-
bates.


La actividad dc los gefcs carlistas hacia en estrcmo
embarazosa la posicion de los generales de la reina y su-
mamente difícil la defensa del vasto territorio que estaban
encargados de protegel'. ~Iientras, por combatir á Zumala-
cárregui, acudia el brigadiel' Idarte á reunit'se a Carratalá,
invadia El'aso las Encartaciones y, reforzado por las co-
lumnas de Villalobos, Castor, Simún Toree, y Arroyo, blo-
queaba á Balmaseda, penetraba en el valle de Mena, des
trozaba en Barcelina de Rivero al regimiento provincial de
Granada, mandado por el marqués de Campoverde, y, á pl'e-




LIBRO TERCERO.


testo de que este regimiento, que áccidentalmente se halla·
ba de guarnicion en Madrid en los dias 17 y 18 de julio de
34, habia tomado parte en los asesinatos de los frailes,
fusilaba en Momlragon ú ciento sesenta de sus individuos
hechos prisioneros, El reslo de la columna, en número de
unos cien hombres escasos, llegó en completa derrota á
Medina de Pomar,


Reanimado con este suceso el espíritu de aquel pais,
cuyas simpatías eran indudablemente por don Cúrlos, vi-
Jliel'on pOI' aquellos dias á ineorporal'se ú las filas de los de-
fensores de este príncipe muchos nuevos voluntarios. Con
ellos completó Zumalaeál'l'eglli dos batallones (3. 0 y 4.0 de
Guipúzcoa) y reforzó los fIue de alaveses existian; pero, afor·
tUIJallamente pam los cristinos, la falta casi absoluta de di-
nero que entre los carlistas se dejaba sentir y la escasez
de al'mas y municiones en que los tenia la rigurosa vigilan-
cia que, en cumplimiento de las estipulaciones del tratado
de Lóndres, ejercían las autoridades francesas en toda la
raya de España, hacian por entonces poco menos que inú-
til l~ organizacion y poco menos que imposible el Ul'ma-
mento de aquellos voluntarios. Esto no obstante, era gl'an-
de el afan con que, desde el combate de Ormaistegui, desea-
ba Zumalacán'egui volver á encontrarse frente á frente con
los soldados de la reina. Importábale sobremanera resta-
blecer completamente el prestigio y la confianza que en el
ánimo de los tímidos le hicierOll perder los reveses del mes
antcrior; conservar la especie de podel' absoluto é incon-
trarestable que, me¡'ccd á aquel prestigio y á aquella con-
fianza, ejercia en el territorio ocupado por sus tropas, y ad-
quirir en batalllls formales la superioridad que, en igual-




60 ANALES DE ISABEL n.
dad de número de combatientes, estaba acostumbrado á
obtener en combates de otro género.


Advertido, pues, de que por aquellos dias iba el general
Lorenzo á llevar auxilios al fuerte de Maestú que bloquea-
ban dos ó tres batallones de alaveses, y persuadido, por otra
parte, de que asi Lorenzo como Oraa anhelaban una ocasion
de dar una batalla que eclipsase la glOl'ia que á Córdova ha-
bian valido sus triunfos de Arquijas y Sorlada, no vaciló Zu-
maJacarregui en ir en persona á propot'cionar a Lorenzo la
oportunidad que buscaba; y al efecto, incorporando á su co-
lumna los batallones ocupados en el bloqueo de Maestú,
aeudió desde las inmediaciones de Salvatierra á presentar
al nuevo gefe cristino la batalla en el mismo sitio donde el
mes anterior se habia verificado la que sostuvo con Córdo-
va. Mas, habiendo el carlista llegado tarde para cerrar á
Lorenzo el paso del puente, perdió por csta razon la princi~
pal de sus ventajas y hubo de contentarse con dar á su van-
guardia la órden de apoderat'se de las altUl'as de Orbizo. De
ellas, sin embargo, tantaron poco en vet'se desalojados por
los batallones de la reina los que formaban la-vanguard:.a de
Zumalacárregui; á consecuencia de lo cual se trabó entre
ambas divisiones una reñida batalla, en que, por ambas par-
tes, y sobre todo por la de los carlistas, hubo pérdidas enor-
mes. Conseguido su objeto de batir á Zumalacarregui y,
temet'OSo de que, por una ú otra parte, Ilcgasen nuevos
batallones al socorro de los vencidos, apresUl'ósc el vence-
dor á tomar por Maestú el camino de Estella, á donde, de
vuella de una espedicion di¡·jgida á socorrer algunas otras
guarniciones, vino á reunírsele Oráa. Juntos, pues, y ani-
mados de igual anhelo de gloria, partieron de nuevo entram-




LmRO TERCERO. 61
bos en busca de Zumalacárregui qu e, con tres batallones,
permanecia en el valle de la Berueza, en· tanto que, con
cinco, recorria el brigadier carlista Gomez la provincia de
Guipúzcoa, y que, con tres de alavese s, ocupaba Villarreal
las inmediaciones de Maestú. Disminuidos asi los once ba-
tallones que, al mando de ZumalacálTegui, habian lasistido
á los anteriol'es combates de Mendaza y AI'quijas, creyó
Lorenzo que era llegado el momento dc atacar otra vez al
enemigo. Reuniendo, pues, cn los Arcos las mismas tropas
que ú Córdova acompañaban en la campaña anterior, diri-
gióse de nuevo á las márgenes del Ega. Zumalacárregui, al
propio tiempo que enviaba á Gomez y á Villarreal los opor-
tunos avisos para que, con sus respectivas columnas, vi-
nieran á incorporárscle, pasó con sus lI'es batallones la
sierra de Arquijas, y reforzado á poco con los tres de Vi-
Harreal, presentó á Lorenzo el combate, contando con que
no tardarian en Hegar los guipuzcoanos de Gomez; mas este~
como a la sazon se hallase entre Tolosa y San Sebastien, y
tuviese que dar un gl'an rOlleo para llegar al sitio señalado,
no pudo verificarlo hasta las diez de la mañana del dia si-
guiente, hora en que empezaba ya la division de Lorenzo
el ataque contra el puente de Arquijas.


Bien que la posicion de Lorenzo fuese cn realidad mas
favorable el dia 18 de enero que lo era la de Córdova el
dia 12 de diciembre; bien que el tiempo desde entonces
trascurrido y la seguridad de encontrar á Zumalacárregui
en un ten en o dado permitiesen á Lorenzo estudiar, como
lo hizo, este teneno, meditar de antemano con toda aten-.
cion y á sangre fl'ia su plan de ataque y defensa, y hasta
probal' y elegir las tropas de que para este doble objeto l~




62 ANALES DE ISABEL 11.
convenia echar mano, los sangrientos resultados del ataque
de aquel diaestuvieron lejos de corresponder á las esperan-
zas de los dos generales émulos de Córdova, cuyo mérito
romo militar realzal'on notablemente los cotejos que, con
aquel motivo, en lal ocasion se hicieron.


Dest;le aquel dia empezó la opinion pública á designar á
Córdova como el hombre mas a propósito para eonducir',
con probabilidades de buen éxito, las difíciles operaciones
de aquella lucha fratricida, cuyo tél'luino iban ya muchos
perdiendo las esperanzas de ver. En el seno mismo del Con-
sejo de ministros, debatías e diariamente esta importante
cuestion, y l'esolviérasc acaso desde luego en el sentido en
que lo indicaba la voz pública, á no contar Córdova al
marques del Valle de Rivas en elllúmero de sus enemigos.


Un incidente tan grave corno inesperado que vino por
aquellos días á consternar a Madrid eontrihuyó poderosa-
mente á acelerar, con la dimision de Llauder, el desenla-
ce de aquel liLigio, en que, como era natlll'al, no dejó de
tomar parte la pl'ensa periódica.


En la madrugada del 18 de enero, dos oficiales subal-
ternos y huen número de soldados del re~imiento de volun-
tarios de Al'agon se apoderaron por sOl'pl'esa de la Casa
de Correos, donde estaha el Principal, y, encastillados en
aquel sólido edificio, se declararon en completo estado de
rehelion. A la primer noticia de este hecho escandaloso,
trasladase a aquel pUl'age el capitan general, y, recibi-
do a balazos, perece á manos de los insurgentes. En-
tonces, aunque tarde, empezó el ministro de la Guerra á
tomar disposiciones para someter á los sublevados, con los
cuales, sin embargo, aClIbó cl gobierno á las pocas horas




LIBRO TERCERO. 63
por capitular vergonzosamente. Y ante los cadaveres , ca-
lientes todavia, del genel'al Canterác, del teniente de rey y
de algunos otl'os oficiales de menor graduaeion, desfilaron
aquella tarde sus verdugos con todos los honorcs de la guer-
ra, imponiéndoselcs como único castigo cl ir á tomar parte
activa en las operaciones de la guerra del Norte.


De todos los ángulos de la capital y aun de la Penínsu-
la, se elevó con este motivo un grito unánime de 1'e-
probacion contra el gobierno, y muy particularmente con-
tra el ministro de la Guerra, cuya imprevision no supo cvi-
tal' el atentado, y cuya debilidad, dcjándolo impune, hacia
temer su reproduccion.


Pero donde mas estrepitosa y mas general llegó á ser por
aquellos dias la espresion del anatema fulminado contra los
ministros, fIlé en el seno mismo dc los cuerpos colegisla-
dores. Difícilmente, en efecto, podia presentarse á ellos una
cnestion en que mas circunstancias particulares concurrie-
sen para escitar, si bien en distintos sentidos, los ánimos
dc todos y de cada uno de los individuos que formaban par-
te de aquella doble asamblea. Los hombres que, al horror
que les inspiraba el atentado cometido por los voluntario,;
de Aragon, reunian la eneI'gia de carácter necesaria para
denunciarlos á la execracion pública gritaban indignados de
que un puñado de discolos hubiesen, durante todo un dia,
resistido á un gobierno establecido y obligádole á transigir;
los timidos, á quienes tenia consternados aquel suceso é im-
pcdia 'Volver cn sí el recelo de ([ue se reprodujese, alzaban
tambien la "oz condenando el desacato, y clamaban por-
que á sus autores se impusiese el mas severo castigo; los
exaltados que,_en lo íntimo de su corazon aplaudian proba,-




61í ANALES DE ISABEL 11.


blemente la conducta de los sublevados, se asociaban á
unos y á Otl'OS para vocear contra un acto que, sabiendo
que estaba ya perdonado, calificaban de imperdonable, y,
contra un gobiemo que no sabia prever, evital', reprimir
ni castigar tan hort'01'0S05 atentados. Todas las fracciones,
en fin, de uno y otro Estamento tuvieron en aquella ocasion
motivos de queja contra el gobierno, y todas los hicieron
valer con at'gumentos frecuentementc distintos, pero llenos
siempre de violencia y de acritud.


Ya, con motivo de la discusion de los presupuestos,
sentada por algunos procUl'adores y reconocida por el go-
biemo como regla establecida en los sistemas representati~
vos la facuItad de atacar en aquel terreno á los ministros y,
aun de negarles, fnndándose en el mal cumplimiento de su
encargo, los fondos neces3I'ios para hacer frcntc á las cxi-
gencias del servicio público, el'an, hacia algun tiempo, los
consejeros de la Corona obj eto de los mas des apiadados ti-
ros de parle de sus advers3I'ios políticos. Bien que, ninguna
reforma ó innovaeion radical se hiciese en los tales presu-
puestos, debatiéronse una á una sus partidas con una mi-
nuciosidad de que no habia ejemplo en los anales de nin-
guna asamblea repl'esentativa. En la discusion del de la Casa
Real, preponderó sobre la propuesta de los ministros el dic-
támen de la comision, y de los 56.300,000 1'S. pedidos por
el gobieI'no, quedó reducido á 43.500,000 rs. Pum atender
al pago de los intereses de la deuda pública, se concedieron
al ministro de Hacienda 223.8:34,823 en lugar de los
230.678,622 I'S. que pedia; y ,agregando á estas reduccio-
nes la de 22.831,892 rs. que, en los demas set'vicios del
EstadQ, , bizQ el E~tamento de Procuradores, resultó en la




LIBRO T1mCERO. 65
totalidad de los pl'esupuestos una rebaja de 42.475,691 rs.
Pero no era esto todo; la discusion, que ocupó casi de COll-
tíIHlO los seis últimos meses de los diez que duró la legisla-
tma, dió, bien que fundados motivos, lastimoso pretesto á
la guena encarnizada que al gobierno tenian declarada los
hombres del pl'ogl'eso. Cualquiera observacion sobl'e la na-
turaleza ó guarismo de esta ó de aquella partida, cualquie-
ra incidente suscitado, con el mas insignificante de los mo-
tivos, en cI curso del debate el'a, á los ojos ele estos hom-
bres, causa mas que sulicienle pam dirigil' al gobiemo
tel'l'ibles acusaciones y para enll'al' de lleno en el examen
de las erróneas é inaplicables teorías con quc se habian pro-
puesto elesacl'eelitar el sistema representativo aquellos mis-
mos que se proclamaban sus mas lll'/l1eS sostcnedores. Ocu-
pábales, mucho mas que la cifm del presupuesto, la desig-
nacion de los objetos a que se aplicaban las cantidades, y
toda cuestion de númel'os degeneraba, tratada por ellos, en
cuestion dc principios, y cn ¡\sunto, por lo tanto, de intemli-
nable polémica.


¿Cómo eea posible, pues, que, en su ardol' por atacar al
gobiel'llo, desaprovcchasen sus enemigos la ocasion que les
pl'esentaba la oCUl'rcIlcia del dja 18 de encro? En la ses ion
que, el 19, celebraron ambos Estamentos, presentáronse en
uno y otl'O i¡llel'pclaeioncs sobl'e los asuntos del dia ante-
rior. A la hecha en e~ Estamento de Pl'ÓCel'es pOI' el duque
de Rivas COlltcstal'on los ministl'os de Estado y de Gmcia y
JustiCia, dando sobl'c este incidente esplieaciones de que
mostraron queda\' poco satisfechos asi el interpelan te como los
demas Próceres que \1a1Ial'on ú opinaban en el mismo sentido
que él; llegando en el trascurso de la discusion las cosas has~


TOllO n. 5




66 A:U.LES DE ISADEL n.
ta el punto de decir el duque de GOl' en la trihuna quc sc acu-
saba al ministerio de haber tl'allsigido con los rcbeldes. Es-
to no obstante, y á pesar de la agilaeion que en aquellos
momentos reinaba en la asal1llJle:J, deseehó esta la proposi-
cion que, indicando la opol'tunidad d~ exigil' al ministerio
la mas esll'eeha respon~abili(lau del indulto concedido á los
alboroladol'es, presentaba el marques de Espej:1; si Lien, á
propuesta del marques de Guadalcnar , la apl'obó luego el
Estamento morlificada cn los lél'lninos siguientes:-(d\"o
»creyando posible terminal' esta disellsion sin la presencia
»de todo el ministcrio, propongo (¡UC el Estamento mani-
»fieste al gobierno de S. M. su dcseo de que con cuna él á
»ilustrarle para terminarla.»


En los PI'ocUl'adores se presentó lamhien el mismo dia,
y fué aprobada pOI' gran mayoría de votos, una proposieion
dit'igida á que el Estamento se COllstituyese en sesion pel'-
manente hasta tanto que se presentase el minisl.t'o de la
Guena á re~pondel' á las interl'el::tciollt~S (IlIe se I~ hiciesen
con motivo del atentado de la Casa de Coneos. /\ poyando
esta proposieion, no se limitó Garda Canasco á ¡labIal' del
acontecimiento que preocupaba los :'Inimos. En su discurso,
que fue una amarga crítica de los actos de dicho ministro
desde su suhida al poder, empezó manifestando ([ue, segun
la voz pública, segun los periódicos, segun todas lns pel':"o-
nas relacionadas COIl la COl'te y muchas de fue!'a de ella,
habia habido discnsiones entre los miemhros {le! gabinete
acerca del sistema que, con respecto á los negocios públi-
cos, convenia ó no convenia seguil'.-(Se ha dicho-añadía
el fogoso interpelante-c( que un i,dividuo del gobiel'Ilo t1'a-
»taba de presentar nuevos candidatos que rcemplazasen á sus




LIBRO TERCERO. 67
»compañel'os, y causa horror el decir quiénes son }ossuge_
»tos que designa como tales la opinion púLlica. Temíase, en
»collsecuencia, que se estahleciese Ull sistema duro y feroz,
»y se afirmaba que una camal'illa tl'3laba de apoyar los
)¡nuevos candidatos, flue son partidarios de la intervencion
»estl'angera, y de los cuales alguno está en relaciones con
»personas de alta categoría dc París que siempre han sido
))enemigas de la libertad espaiíola y adictas al partido del
»)deshonor y la infamia. Si esto es así, como parece 111'0-
)¡bable, pues la opiniou pública ¡,ara ve;; se equivoca, el
)¡Estamento ve que es imposible que el gabinete continue
)¡de la manera en que se halla conslituido.» Y, de estas hi-
poll'lticas premisas, sacando consecuencias á su gusto,-«digo
pues-proseguia-«que siendo ciertos estos clamores de
)¡los t'erdaderos patriotas y la ansiedad que se nota en to-
»das pal'tes por la division que se dice haberse manifestado
»en el milli~terio, creo conveniente y necesario esponer á
)S . . \I. las circunstancias en quc nos hallamos y lo im-
»portante que seria que el ministel'io se compusiese de
»hombl'es enteramente unidos y que caminasen á un mis-
»mo fin, o mejol' dich o, que mal'cháran por una misma Ii-
)Jnea.»


DiscUl'sOS de esta nalUl'aleza no era, por desgl'acia,
1'31'0 que, en el sello del Estamento, pl'OllUnciase el Lando
de la oposieion. La fiJjpica tic Garda Canasco podia, sin
cmh31'go, citar'se como un modelo en su género. Fundándo-
se en vagos rumores, (Iue daba por hechos I'cales, denunciaba
sin discel'llimiento ni meSUl'a la conducta del ministel'io, é in-
curriaú cada paso en las mas chocantes contradicciones.-«La
»val'iaciollque en estos ultimos dias ha sufrido el gabinete in-




68 ANALES })E ISAnEl. JI.
»gles-esclamaba-sirve de apoyo, entre oll'as cosas, para
»creer que se trata de protocolizamos. Se dice mas; que se
»está negociando un matrimonio entl'e el hijo del deshel'eda-
l)do don Cárlos y la rcina Isabel. Esto, quc á primera vista
»parece estraordinario, se vel'á que 110 es imposible. Des
l)pues de la prolongacion que espel'imenta la guclTa del
»Norte, despues de tanta sangrc delTamada, ¿qué estraño
»seria que, en las relaciones diplomáticas, con el pretesto
»de evitar este derramamiento de sangre, se tl'atase de
»PI'otocolizarnos como, con Bclgica, Grecia y otl'as peque-
)lñas potencias, lo han hecho recientemente las grandes de
»Europa? Es preciso prevenimos antes de que esto suce-
»da.» Y, hablando en seguida de la guena del Norte, y es':""
trañando que no estuviese mas adelantada su termina-
cion.-(dc ello-decia-no hay quc culpal' al valicnte
»ejército, ni tampoco al ilustre caudillo, de quien, á pesar
»de.sus males, de que se halla mas aliviado, se espera
»que tel'mine esta guerra, sienclo gal'ante de ello la COIl-
»fianza que en él tienen los patriotas de la provincia.) Fun .
dado en otro rumor de igual especie fOl'malmente desmen-
tido en la discusion por el ministro de la Guerra, acusaba
á este de que, movilizando las tl'Op3S, interrumpia en cie/'-
ta manera las opcl'aciones del genel'Ul Mina y enlorpecía la
guerra, desairando al digno canelillo de Isabel II; al ge-
neral, añadia,-«á quien su falta de salud le;llace no tener
»toda la actividad necesaria; pero que, para remediar es-
JJla falta, ha pedillo, creo, al gobierno ocho ú diez mil
})hombres, ademas de la tropa que en aquella provincia
))existe, y esto, ámi entender, ya 11ace sobre quince ó
))veinte dias. Se ha hablado muchísimo ue que se han da~




LIDRO TERCERO. 69
lido las órdenes para ello; pero el resultado es que nada
llhemos visto que pruebe su ejecucion.))


¿Cómo no tachar de injusto el cargo que al ministro de
la Guerra se hacia porque, en el término de quince ó vein-
te dias, no habia podido mandar á NavalTa ocho ú diez mil
hombres para remediar la falta de actividad del di.qno
caudillo de Tsabd 11, cuando era notorio que, por enviar
socorros á NavalTa, se habian desguarnecido las demas
provincias del ,'cino y agotado en hombres y dinero los
recursos todos de la nacion? Mas contradicciones, mas ano-
malías aUIl.-((Se dice quc se va á formar un ejército de
lll'eSel'Va; se dice que, inl á mandar este ejército el minis-
(tro de la Guerra, y se dicl'! mas; que la reina Gobernadora
»irá á Burgos COII el gcncl'al de dicho ejército. ¿A qué todo
»csto, habiendo un general en Navarra que inspira tanta
»confianza al pais, al Estamento y á S. M. misma? Se ha
»dicho tambien-proseguia Carrasco-que de lo que se
»trata es dc la intervencion estrangera; y en una palabra,
»de desacreditar al genel'al Mina, para que no recoja los
»laureles á que es acreedor.»


Dc esta manera, sobre vagas suposiciones, sobre ru-
mores de plaza pública rara vez autorizados, antes bien ca-
si siempre desmentidos por los hechos, encomiaba el espi-
rilu de pandilla las altas prendas y la conducta de un ge-
neral que, nada habia hecho, ní poclia hacel' por la causa
de la reina, y fundaba contra los ministros, culpables, mas
que de otra cosa, de conservar en puesto tan importante al
viejo y achacoso caudillo, una ridícula acusacíon cuya in-
consistencia desvirtuaba de antemano los fundamentos de
otra que, con harta mas justicia, podia, en nombre del ór-




70 ANALES DE ISABEL n.
den público y de la disciplina militar, dirigirse eu aquel
momento al ministro de la Guerra.


Lejos, por consiguiente, de causal' el efecto <¡\le, reduci-
da á los sucesos del 18, no haJwia dejado de }woducil', la ill-
tel'pelacion de Carrasco, por la mulLiplicidall mbma de los
cargos que contenia, pOI' la vaguellad misma de las acusa-
ciones que formulaba, y hasta por el tOllO descomedido con
que las dirigia, colocaba al ministro de la G uelTa en una
posicion ventajosa pal'a sostener el combate en ciel'Los pun -
tos y esquivarlo en los tiernas. Asi fuó, que, 110 sin hacel'
antes su propia biogl'afía, mejor dil'é su propio panegírico,
acompañado de una pl'ofesion de fé polilica, y (le una mi-
nuciosa y algun lanto contl'ovel,tible relacion de mél'ilos y
servicios, entre los cuales contaba COll injuslillcahle jactan-
cia su desobediencia por tres ó cuatro veces á los mandatos
del gobierno, rebatió Llaudel' sin dificultad la mayol' parte
de los argumentos que, como Otl'OS tantos Ci!pítulos de cul-
pa , le dit'igia el m:ls que avisado fogoso illtcl'pelantc. No
puede, sin embargo, decÍl'se, ni cra tampoco fácil, <IIlC fue-
sen completamente satisfaetol'ias las esplicacione~ que, asi
á García Carrasco como á oh'os muchos prOCUl'adOI'Cs que
en este terreno le atacaron, dió en arrueHa ocasion el mi-
nistro de la Guerra. La cuestion, cuanto mas circuns-
crita, mas interes inspiraba, y tanto llegó :í tornal' que,
á propuesta del conde de las Navas, declaró el Estamento
que no se daria por suficientemente ilustrada la matcria
ínterin hubiese un procuradol' ([ne tuviese pedida la pa-
labra.


De ella, des pues ele Carrasco, y en el mismo sentido,
hicieron uso aquel dia Trueba, á quien contestó el mismo




LIBRO TERCERO. 71
L1auder, y Lopez (don Joaquin Maria) cuyos ai'gumentos se
encargó de refular ~lartinez de la Rosa. Por desgracia, la
dificultad era inmensa, cnalUlo no absoluta la imposibilidad
de hacerlo victoriosamellte en la pane relativa á la insurrec-
eion del dia anterior, y escusado parece consignar en este
sitio f¡Ue, para cOll~;eguit' tal objeto, fueron impotentes los
esfuerzos ora(.ol'i{)s del presidente de] Consejo de ministros.
Grandes fuero;) tamhicn los ffllr" en ar¡uella misma sesion,
tuvo este que haee:' pal'a (lefende!' al ministerio contra las
})l'oyocadol'as ag!'(~sioues dd conue de las ~avas, que pal'e-
cia no tener en el Estamento otl'a mision que la de suscitar
cuestiones odiosas, á título tIc lIefeudcl' los derechos de los
cilllladanos; pre(liear la inlolel'ancia politica, so color de
ahogar pOI' las lihertades patl'ias; movr,r en el seno de la
representacion nacional tumulto y escándalo, á pretesto de
sostener los fueros del Estamento, y desacreditar completa
y definitivamentc las instituciones liberales, á trueque de
comba ti!' lo qne él se complacía en lIamaI' las demasias de
los conseje!'os de la COl'ona.


Solos estos para defendel'se de tantas y tan violentas
acriminaciollcs, pues ni en UllO ui otl'O Estamento hubo, ui
era de esperar fIlle hubiese un solo imlividuo que, en favor
de ellos, lomase sobre este asnillo la palabra, fuerza fué á los
minisl!'os , y muy particularmente á los de Guerra y Esta-
do, soportal', por muchos dias y no sin fatiga enorme, el
peso verdalleramenle incl'eihle de aquella apasionada con-
tl'oversia. Contra la insmrcccion, cuyo mal éxito tal vez de-
plOI'aban en secreto, declamahan sin descanso en la tribuna
pública los caudillos mas notables del partido del progreso;
obmndo asi, su objeto, menos que reprobal' el atentado, era




72 ANALES DE ISABEL 11.
hacer á los ojos del público, justamente indignado, un pom-
poso alarde de fucrza moral, y al gobierno, pOI' la impu-
nidad dc que gozaban los autol'es de afIuel escándalo, un
cargo tan sevcro y una guena tan encarnizalla como la
que, acusándole de cruel y de sanguinario, \lO hahrian deja-
do de hacel'le en caso de habel' eI procedido, como era Sll
deber, al castigo dc los criminales. EscusándoIos, decia en
la misma ses ion el procurador Palal'ea, flue los soldados,
instrumentos y nada mas de la rebelion del 18, eran unos
valicntes , al fl'ente de los cuales se pondl'ia (jI para il'SC á
batir contra fuerzas tres veces supe¡'iores.-«A los soldados,
-añadia-«se los cngañó haciéndoles creer que encontra-
»rian apoyo;» como si el cnfíañoquc, en tal confianza, pade-
cicl'an, pudiese en caso ninguno SCI' parte ú escusa!' el Cl'í-
meno Continuando su discurso, afil'lnaha Palal'ea fIlie los
acontecimientos del 18 tenian por causa la falla de libertad
de imprenta.-«La libertad de imprel'ta-decia-hace va-
»licntes Ú los cohardes y restablcce la disciplina;») y, rc-
produciendo por esle estilo los :lI'gmnenlos de CaITasco,
afirmaba que la insurreccion tenia su ol'igen, ~ hasta encon-
traba su justificacion, en la division de opiniones de los mi-
nistros. Acumulando cargo sobl'e cargo,-i<un aüo hace,
proseguia-que esta guerra va en aumcnto; el gobierno
»ha tenido recursos paea concluirla; ¡,lo ha hecho? No.» Y,
finalmente, tralando de hacer pesal' sohre el gohierno, pOI'
la mala eleccion de sus delegados, lo da la orliosidad de los
sucesos del 18 de enero;-«el Jlorler jUllicial-llecia-es
»independiente; pero los iudividuus que lo compongall deben
»estar identificados con el sistema que nos. rige ..... hay
»una mano oculta que promueve los desórdenes, y al go-




LIBRO TERCERO. 73
))bierno toca castigar al que sedujo a los infelices ilusos de
)J la Casa de Correos.))


En el mismo sentido se cspresaba Galiano. Reprobando
el crimen, no la opinion, y estableciendo entre l'ebelion justa
y rebehon militar, una dislincion a su manel'a, «el atentado
-decia-fue horroroso; no hay palabras que basten a re-
)¡probarlo; pero-añadia:-Ios infelices de la Casa de COl'-
))I'COS no estaban bastante ilustmdos; y asi, movidos de su
)¡úuen únimo y de su ('elo I'SCCSIt'O, oyendo contínuamenle
"las discusioncs acaloraclas por la justa causa, y sin tenel'
¡)conocimiento de los medios legales de l'emediat' los males
)J(¡ue cl'eian existir, ¿qué estraño es que adoptaran los que
)¡tenian en su mano? ¿qué estraño, cuando creían que el mi-
)mistcrio caminaba malh, Sentado el principio y reconocido
el del'echo de insurreccion, nada, para completal' a su modo
de vel' la defensa de los sublevados de la Casa de Correos,
quedaba a Galiana que hacer mas que concluir, como acto
conlínuo lo hizo, la prolija cnumeracion de las causas que
á aquel estremo los condujeron.-c(En primer lugar-de-
cía-resaben que han sido desatendidas varías peticiones
))encaminadas a perfeccionar el Estatuto Real; vcn que la
))guelTa de Navarra progl'esa; oyen que, entre los ministros,
))existen divergencias de opiniones, y hay diarios que 3fil'-
))man f[UC se va a nombrar un ministerio retrógrado ... Hubo,
))ademas, una mudanza calamitosa. Desatendida la peticion
))hecha para que se cscluycsc de los cargos públicof a todo
)Jel que no fuese espailol, se cometió el desaciel'to ele nOIll-
»bl'31' á un estrangero c3pitan genel'al de Madl'id, lo cual
))3umenló la desconfianza. POI' otl'a pal'te, los sublevados
»grilaban viva Isabel JI, y a este grito, si bien no apro-




74 ANALES DE ISABEL n.
)lhando el acto, respondia la guarnicion.» Empezando, en
una palabra, por hacer la apología de ciertas revoluciones;
declarando justas las que tienen por objeto eomhatit' el ab-
solutismo; censmando agriamente los actos todos dc la vida
dc Llande!', esceplo sus rlesolJctliencias ú los mandatos del
gohiel'llo, que sin rebozo aplaudia, acabaha Galiano en su
discUl'sO por iucrepat' la debilidad del ministct'io flHe aun no
habia satisfecho la vindicta pública, implorando al mismo
tiempo su misericordia en favol' (le IIIlOS infeliccs «cuyo Úlli-
»co crimen era acaso un csccsivo amo/' á la libertad.»


Caballero, denunciando algunos actos que calilicaba de
arbitt'ariedades y atropellos cometidos en Vit'luu do órdencs
superiores, acusa á los ministros de hahet' prescindido de las
fórmulas.-¿ No hemos visto,-dice-«(luC se ha hecho pre
)Jeiso reclamar que no se publiquen en la Gacela 135 leyes,
»antes de promulgarse en las Cot'tes'? ¿No hemos visto que,
»por el ministerio de Hacienda y sin conlar con las
»Cortes, se han dado decretos e inst¡'l1eeiollcs sobre el im-
»puesto de la sal y el subsidio del eomel'eio , no obstante
»ser estas mate¡'ias de aquellas que deben fijarse por la
lJley'? ¿No hemos visto pOI' el tIlinistet'io del Interior decla-
»)rarfllera ¡le la ley á una gran parte de la monarquía y SII-
»jetar la milieia urbana á la autol'idad militar? Pues todo
»esto ¿f¡ué prueba sino que, por parte del ministerio y de
»SUS agenles, se ejcl'cen al'hitl'arieda(les, cOBlea las cuales
»no nos qucda otl'O I'ecurso que denunciadas en esta trihu-
na?))


y, de este recurso, llevar.do las cosas al ultimo gt'flrlO
de exagel'acion, usaban sin mimmicnto de ninguna dasc los
enemigos del gobierno. Lopez, tomando por segunda vez la




LIRRO TERCERO. 75
palabra, pretendía qUE; los insurrectos de la Casa de Cor-
reos no eran enemigos del trono, pues gritaban viva Isa-
bel JI, Y si solo enemigosdel ministerio, <do cual-añadía-
«es muy distinto.)) GOllz~le!, C¡!le acusaba al gobierno de
no llaber tomado Il}('(lidas para impedí!' ó castigar el atenta·
do, se (!\lejaha amargamente de qne, en .Madrid, COII moti yo
de tilla conspiracion abortada en julio anterior, se hubiesen
hecho algunas prisiolles y formado tll1a causa en que se ha~
bia implicado al general Palafox, y de que en Cal'lngena se
persiguiese á ¿tros por lwhcl' cautado canciones patrióticas.
En cllfli~:no sentido, y reproduciemlo hasta la saeierlad ar-
gumentos que, cn ~u mayO!' ¡HU'le, ninguna fuerza tenian,
pero en que mostraban insistir terriblemente los hombres
del progl'l'so, habla¡'on en aquella y las siguientes sesiones
los procuradores A l'güelles , Abargues, Islmiz y elmlmrues
de i\Iontevirgen.


Ni bastó para acallar estos furibundos clamOl'es que el
general L1auder, que, con miras pal'ticulares, habia tenido
muy buen cuidndo de no )wover su vacante de capitan ge-
neral de Cataluña, hiciese pOI' de pronto, y con la segmidad
de yolver mas tarde á este puesto, que codiciaba, dimision
del de ministro.


En el mismo sentido en que, en el Estamento de Procu-
radon~s, se espresaban Carrasco, Galiano, el conde de las
~ayas, Cahallcl'O y otros, lo hacia, si bien con algo mas de
mesma, en la tribuna de los Pl'óeercs, el dur¡uc de Rivas.
En su discmso, dcspues de declarar no ser partidario de la
Constitucion de 1812, cuyos pl'incipios declaraba respetar,
por mas flue en sus aplicaciones los rcputase contrarios á
los, intel'eses de la nacioll,-«mucho-decia-tenemos q~:.~:~


- .. -i" . '~.' '. ''':';'''''~f.' /~{t~:~~. ;,5.fy~~··i '" t :r~~i~ , .. ~~/
\'.- ~ ... ~."~.:/
·<~4~.E !.:.!J.~:.)/




76 ANALES DE ISABEL n.
»)edificar; mucho que destruir. Destruyamos, pues, antes de
))quc se hundan los edificios ruinosos, y consus matel'iales,
»)<1 falta de otros, alcemos el templo de la libel'tad.» Al bajar
este oradol' de la tribuna, subió á ella Gil de la Cuadra y tras
él el marques dc Moncayo.


Con terrible violencia atacó este gene¡'al los actos del
dimisionario ministro de la Guerra, pidiendo al Estamento
que, pronunciando contra ellos la mas esplícita rcprobacion,
exigiese al que de ellos se habia hecho reo la responsabili-
dad mas severa. No viendo, sin embargo, ley que por en-
tonces permitiese hacerlo en los términos en que él lo de-
seaba, pedia que se improvisase una, y, recargando toda-
vía mas que en el otro Estamento se habia hecho el triste
cuadro de las int¡'igas y de las discordias ministeriales,
(se cree ó se dice-eselamaba-que hay en el gabinete
»una persona que ha cól1spirado contra las libertades pa-
drias que tienen pOI' base el Estatuto Real, que ha queri-
»do empezar por del'l'ib3l' á sus dignos compañeros para
»)zapar des pues el edificio social. En discursos pronuncia-
»dos en el otro Estamento, y que fuera largo rectificar, ha
)ostentado dicha persona, con jactancia y aun con desver-
)).1u('n::a poco comlln, varios servicios, cuyo origen habria
»sitlo fáeil aclarar, corno lo es deduci¡'las causas que, para
»cambiar de parecel', ha tenido el que los esponia.»)


Estas palabras dirigidas desde la tribuna del Estamen-
to de Prócel'es en 26 dc enero de 1835 al autor de la fa-
mosa esposicion de 25 de diciembre del año anterior pOI' el
filie á ejemplo de ella redactara la no menos famosa de 8
de enero (1); estas violentas acriminaciones dirigidas por el
. (~) Véase apéndice núm. ~ y 3 del primer tomo .


. ,




LIBRO TERCERO. 77
general Quesada al general Llauder, es decir, por el UllO
al otro de los dos generales, á quienes, y no sin razon por
cierto, suponia el año antes la voz pública concertados pa-
ra imponer, desde sus respectivas capitanias generales de
Castilla la Vieja y Cataluña, la ley del sable al gobierno de
Madrid; estas graves disidencias sobrevenidas, sin que de
ello constase al público el verdadero fnndamento, entre
dos hombres de impOl'lancia quc nunca en ideas políticas
disillLiel'on esencialmente, daban en aquellas circunstancias
mál'gen á comentarios sin fin; pábulo á la maledicencia, y
funda(lo motivo á una sorpresa tanto mayor cnanto que, no
concretándose Quesada á hablar de los asuntos del momen-
to ,incriminaba cn términos durísimos la vida toda de
Llaude!'.


Al vel', por resultas de la dimision de este general, en-
cargado del ministerio de la Guerra á un hombre como
Martinez de la Rosa, que era de todos )os de España el
menos :í PI'opósilo para desempeilar, ni aun interinamcnte,
encargo ú la sazon tan espinoso, nadie éstrañó, sobre todo
tomando en cuenta el estado deplorahle de la salud del ge-
neral 'Jlina, la paralizacion que pOI' aquel ticmpo sufricron
las operaciones militares y el aspecto, mas deplorable cada
dia, que presentaban las cosas de la guerra.


Como quiera que sea, el gobierno, cediendo á interesa-
das sugestiones ó á temerosa inquietud, desmentía con los
11echos la traIH¡uilizadora aseveracion oficial de que, para
satisfacer la vindicta pública y quitar á los díscolos toda
esperanza de lleval' á cabo sus planes,-«sc reservaba S. M.
»disponer fuesen castigados los autorcs y principales pro-
»)ffiovcdores de aquella criminal rebelion.» NQ haciéndolo,




78 ANALES DE ISABEL n.
ni aun intentándolo, manifestó claramente su impotencia y
dió á España y al mundo entero el funesto espectéculo de
un gobiemo capitulando :1 díSCI'ccíon COIl un puñado de re-
beldcs. Dislocado desde aflliel día el ministerio que presidia
Martinez dc la Rosa; trabajado por el descrédito; minado
por la discordia, desmcmbrándose poco á poco, acabó mise-
rablemente su carrel'a algunos meses despues.


Las continuas agl'esiones de los hombrcs dcl progreso;
su tenaz l'esistenciu, Ó mejor dicho, su sistcmatica oposicion
á cuanto, bueno ú malo, proponia el gobierno; la encarniza-
da reprobacion con que por ellos eran acogidos todos los
actos de él, y la necesidad de sosten el' , á pesar de eslos ala~
ques, los restos dc su prestigio y su decol'o, obligaban ti
los ministros á despleglw cn el sello de \as COl'les una acti-
vidad y hasta UIla elocuencia (¡ne, empicadas tan sin me-
sura, no podian larda¡' en agotarse. Terminada, des-
pucs de algunas borrascosas sesioncs , la cuestion de las
oCUI'I'cncias del 18 de cncro, aconlúlHlose por arnlJos Esta-
mentos consignar cn esposicioll tÍ. la reina la reprobacion
del atentado, volvió a la órden del dia la discusion de los
pl'esupue¡.;tos.


En el del lntcl'iol', la comision de ProcuradOl'es encar-
gada dc informar solll'e él propuso rebajas tI casi todas las
partidas de que se componict, y echó por cste medio en el
Estamento larga semilla de disconlia y agitacwIl. Acostum-
brados ya los enemigos del gobici'llo, y hasta aulol'izados
por este á considcl'ilI' la discusioll de los presupuestos ge-
nel'alcs como un inmenso palcnque en flue em lícito cual-
quier género de agresion,l'eproducíanse sin tregua los ata-
ques y complicábanse, en grave darlO del CUl'SO rcgular de




LIBRO TERCERO. 79
los negocios, las mas insulsas é inaplicables abstl'acciolles de
lapolilica con las mas vitales y urgentes cuestiones de Ha-
cienda, Gobernacion y Fomento. En su deseo de coartar á
los ministl'os la facullad de haccr lo que ú él le parecia ma-
lo, ti de obligados á lleva!' Ú cabo lo quc él rcputaba ¡.mcno,
pretendia Jstul'iz flne ni vola!' su informe debió la comi-
SiOll, Ínterin, en el proyecto de ley, no se hablase espllcita y
categóricamente de la creacion de diputaciones provinciales,
consejos de provincia ó cosa cquivalente, asi como del ar-
reglo de los ayuntamientos-(<I'ueda-decia él-hasta ne-
»cesaria para la ley electoral. Tumpoco-proseguia el pro-
»curadol' gaditano-elche darse un maravedí, hasta tanto
»que, desaparezca la censura, bOl'l'on de nuestro sistema
»)represcntativo, y la policía, planta estraña á nuestro suelo,
»hetcrogéuea, exótica, impol'tada enll'e nosotros por un
»partido que se llama omn'iscio que, adaptándose muy mal
ȇ nuestras costumbres, solo sirve para corromperlas y
»degl'adal'llos. Tampoco dehió [tprohar~e la descentl'aliza_
»cion de que se queja el ministro de Hacienda y que es
»una prlleba mas de la divis ion de opiniones f¡Ue reina en el
»gabinete. »


Este hecho, por desgracia, el'a mas cierto que lógicas
las consecuencias que de él sacaban los enemigos del go-
bierno.-(( El ministerio-decian estos-no está dc aClHwdo
»el1 todas las cuestiones flue en su seno se debaten; luego
»\3, reina debe destituido y nomhrat' 011'0.») Itléntico racio-
cinio, \1echo por los ministros, habria conducido irremisi-
blemente á \a disolucion de las Cortes, y con tanto mas fun-
damento, en apariencia á lo menos, cuanto que la divel'gen-
cia de opiniones que, en ambos_Estamentos, y muy pal'ticu-




80 ANALES DE ISABEL n.
larmente en el de Procuradores, se advertia era, por la
l1aturalcza de los puntos sobl'e que versaba, y sobre todo
por su carácter público y oficial, de infinita mas trascen-
dencia que la que en Lee algunos de los conscjeros de la Co-
rona existia sobec puntos mcramente admin.istmtivos.


Sobre dos peincipalmente versaba eu cl seno del Con-
sejo de Ministl,os aquella divergencia dc opinioncs. La
centralizacion, por razon de sencillez administl'ativa, de
todos los fondos en el ministerio dc Hacienda, y la fusion,
por razon de economía, dc los gobiernos civilcs en las inten-
dencias de provincia. Estas dos medidas propuestas por el
ministro de Hacienda ofl'ecian en su inmediata aplicacion
inconveniel1tes de monta álos ojos dcalgunos dc los ministros,
y en pUl'ticular á los de Moscoso de Altamil'u. Hazones, y
poderosas, le asistian, en efecto, para IClner (JlIC, ccntrali-
zados todos los caudales públicos en el ministel'io de Hacien-
da, llegasen á quedar desatendidas, por subvenir á las im-
periosas y siempl'e crecientes necesidades de In gucna, las
menos cuantiosas. pel'o no menos atendibles deIministel'io del
Intel'ior. Dejar á este sin fondos propios equivalia cn aquellos
momentos ú priva!' de todo recUl'SO los hospitalcs y los esta-
blecimientos de beneficencia, illstruccion pública y conec
cion, á sumir en el ahandono y entregar á la uestl'Uccion los
pocos caminos que, aunque malos, ponian á la capital de
la monal'quia en comunicacion con algunas de las provincias,
y ,en una palabra, á hacer imposible el sel'vicio de todos
y de cada uno de los l'amos de la mas importante de las se-
cretarías tlel Despacho; asi como l'efLlIluir las ah'ibuciones
de los gobemadores civiles, en las de los intendentes de
provincia, era suprimir el ministerio del Interior y anular




UBRO TERCERO. 81
con su supresion una de las mayores COllfluistas hechas so-
bre el absolutismo de 1823 por el espíritu liberal de 1832.


Transigiendo con la euestion de economía, no se mos-
traba Moscoso resucILamente opuesto á la fusion de cargos,
si bien era difícil que á un hombl'e de su talento, se le ocul-
tase por un instante siquiera la incompatibilidad que á todas
luces existia entre las funciones esencialmente benéficas y
protectoras de la aulOl'idad administrativa, y las por nece-
sidad odiosas y vcjat(wias dc los delegados del ministerio de
Hacienda; pel'o sostenía, y con razon, que la aul.oridad en
quien, en úllimo resuILado y verificada la fusion de cal'gos,
debian estos reca(\]', el'a la administrativa. Toreno, por el
contral'io, pretendia que al intendente, corno representante
de la Hacienda pública, cOITespondia en aquel caso la alt.a
direccion de los illlel'eses materiales de la pl'ovincia.


Combatido en el seno del Consejo de ministros y en la
tribuna de las Cortes; desalentado por las inmensas dificul-
tades que para hacer algo útil elJeonll'aha por donde quiel'a;
desesperanzado de lognn' este objeto, y, por último, teme-
roso de verse envuelto en la terriblc catástrofe con que al
gobierno y á la nacion amenazaban á un tiempo los conti,..
mIOS desmanes del partido cxaltado y los progresos de los
ca distas , determinó Moscoso de Altamira abandonar un
puc:-.to en que, sin compensaeion de ninguna especie para
un hombre como él recto y llomado, tenia que devorar á
todas horas disgustos, y quc vivir es puesto á una tremen-
da responsabilidad.


A la dimision de Llandel' siguió, pues, con solos veinte
dias de intervalo, la de Moscoso de Altamira, y con esta,
por motivos análogos, coincidió la de Garelly. En reempla-


TOMO 11. 6




-


82 ANALES DE ISABEL II.
zo de ellos, entraron á formar parte del gahinete, en la se-
cretaría de Gracia y Justicia, el magistrado del tribunal su-
premo de Gnena y Marina, don Juan de la Dehesa, y, en la
del Interior, en calidad de intel'ino por de pronto, ya poeo
en propiedad, don Diego Medrano, burn administrador, ce-
loso funcionario publico, y vice-]wesitlentc á la sazon del
Estamento de Procuradores. Con la misma fecha (17 de fe-
brero) hubo tambien que proveel' al nombramiento de mi-
nistro de la Guerra, cal'go que, vacanle de hecho desde
el 24, del anterior, continuó estándolo hasta la llegada del
capitan general de Valencia don Gerónimo Valdés, en quien
recayó aquel nombl'amienlo.


En el centro mismo del terl'itorio (Iue, pOI' espacio de
un mes, acababa (le' servil' dc palcnque c't ambas partcs beli-
gerantes, hallábasc dcsdc aquella época instalado el Pre-
tendiente. Alli tenia, y para su custodia le bastaban, unos
cien hombres; pues, ademas de que, a cierla distancia, ope-
raban siempre los batallones de Gomcz y Víllarrcal, con los
cuales podia Ít' al primer aviso ó en eualquicl' evento á reu-
nirse, era tan peligrosa, á menos de efectuarse con fuerzas
considel'ables, la entrada de los cl'istinos en aquellos para-
ges que, no obstante hallarse estos circunvalados por las
plazas fuertes de Viana, los Arcos, EsteBa, OIazagoitia, Sal-
vatierra, Maeslú, La Guardia y Logl'Oüo, en lodas las ena-
les tenian los cristinos mas ó menos nUll1el'OSas guarnicio-
nes, nunca se atrevió ninguna de ellas, ni aun las columnas
de operaciones, á intentar movimiento alguno en contra de
don Cárlos.


Por varios y contrapuestos puntos llamabnn, entretanto,
los partidarios de este príncipe la atencion de las tropas de




LlllRO TERCERO. 83
la reina. Pocos dias antes de levantarse, con motivo de la
aproximacion de Lorenzo, el sitio de Maestú, fué atacado
el puel'to de Lequeitio pOI' In faccion de la costa, y me-
nester, para impedid e lograr su intento, que á toda prisa
mandase ochenta homlJl'es de refuerzo el gobernador de San
Sebastiano Dos dias dcspues del último combate de AI'qui-
jas, dió la faeeion de Ibarrola un vigoroso é inesperado asal-
to á la plaza de Orduña, cuya guarnicioll, con su gobel'lla-
dor Linaje ú la cabeza, hizo una brillante defensa, consi-
guió un seüalado triunfo y dió un buen esca¡'miento á los
carlistas. Sin ser, empero, parte á desanimados el mal éxi-
to de estas y oteas igualmente fl'llstradas tentativas, renova-
ronlas ellos dim'iamente, y, ora en la buena, ora en la ma-
la fOI,tuna, halagúhales la idea de inquietar sin descanso al
enemigo.


Siguiendo esta misma táCtiCl, tenian los dc Navarra blo-
queado, tiempo hacia, el fuerte de Elizondo, y, para conver-
tir este hlofjUCO en csll'ccllO y rigul'Oso asedio, aguardllban
tan solo la llegada de tropas que, con este objeto, de distin-
tos puntos, se encaminaban á aquel. Noticioso, empero, de
la mal'cha de estas tropas, y persuadido adema s de la urgen-
te necesidad de socor¡'er á los sitiados, dispuso Mina que, al
frente de una brigada de la division de Oraa, tomase el co-
ronel Ocaiía el camino de Elizontlo, en tanto que, por dis-
tinto rumbo, mat'chaha el resto de la division ú reunÍl'se en
las inmediaciones de aquel punto fortificado.


No tardaron estas disposiciones en llegar á conocimiento
de los gefes carlistas que por aquella parte mandaban, ni
estos en aprovechar la ventllja que, para embestir á la divi-
sion de Oraa, les ofrecia:en aquella oeasion su mismo frac-




84 .HALES DE ISABEL 11.
oionamiento. Reuniendo, pues, vUI'ios de sus batallones, re-
suelve el intrépido Sagastibelzu illterponerse cntrc las dos
brigadas de dicho cuel'po de cjército , y, persiguiendo á la
inmediatamente mandada pOI' Oráa hasla obligarla á retro-
teder á Pamplona, vuelve solJl'e la de Ocarla que, molestada
de contínuo y acomelida diferentes veces en su marcha por
otros batallones navarros, se vió, pOI' último, en la necesi-
dad de sostener un ehoquc contra varÍos de ellos que guar-
necian é interceptaban el puerto de Belate. A pesar de la
notable superiol'idad numérica que, reforzada ya por los ba-
tallones de Sagastihelza, llevaba á la brigada cr'istina la di-
vis ion carlisla reunida entonces alli, fueron pocas las pét'di-
das que, gracias á su serenidad y ú su denuedo, suf¡'ió en
este encuentl'o Ocaña; mny luego, sin embal'go, conociendo
que no le era posible consenal' pOI' mas tie/llpo sus posicio-
nes, y temeroso de verse envuelto y arrollado por fuerzas
muy superiores, tuvo, en último recUl'SO, que replcgarse so-
bre Ciga. Hasta dcntro casi de los Il1Ui'OS ele este puehlo,
persiguió al gefe cristino el audaz Sagastibelza; mas eneer-
rado aquel, y resuelto ir defenderse á todo trance en las ca-
sas, y sin medios este para obligarle á ¡'eudirse, dió aviso ele
lo que pasaba á Zllmalacál'l'(~gui, pitliéndole le mandase algu-
na artillería. En persona, deslle la Bemeza, donde encóntró
al portador de esta noticia, acudió ZlIlualacúl'I'cgui , arros-
trando un temporal horroroso, al llamamiento de Sagas ti-
belza y, con sus dos batallones y dos piezas de arlillel'Ía,
penett'ó en el Bastan, dejando al frente de los de Lorenzo
dos columnas mandadas por dos olieiales de su confianza.
Eran estos los jóvenes y hizarros coroneles don Juan Anto~
nio Z aratiegui y don Joaquín Elío.




LIBRO TERCERO. 85
Tres días hacia ya que, encastillada en Ciga, continua-


ba la division dc Ocaüa haciendo, con gran pérdida de sus
enemigos, una brillantc defensa, cuando, de pronto, yal fren-
lc de sus dos batallones tic refuerzo, se pl'cscntóZumalacár-
regui. Mas, como por una parle :ll'l'eciase cltcmporal, y por
otm se supicsefjllc, á toda prisa y en SOCOl'I'O de los sitiados,
llcgaban lropas 8alitlas el dia antes de Pamplona á las ór-
denes del gcncral cn ~cfe, tuvo cl caudillo carlista que le-
vantar prccipitadamente el ceeco y fIue alejarse de alli.


Ufano de cstc rcsultado t.an á poca costa obtcnido, dis-
puso ~Iina emprendel' su mareha hácia Elizondo, cuyo fuer-
te, vivamente estrechado pOI' varios hatallones y casi des-
tl'Uido ya por los fuegos de la artillería ca dista , estaba cn
la imposibilidad de prolongar su rcsistencia. Sin detenersc,
pucs, mas que el tiempo fIue, con sus reilemdos ataques, le
hicieron los carlistas perder en el camino, y dando las ór-
denes oportunas para que de Lodas partes viniesen á reunir-
selc tropas, continuó con ocho batallones su marcha por ca-
minos im¡ll'aclicalJlcs y en medio de un temporal fUI'ioso.
A su paso pOI' Dona 'lal'Ía , en cuyas inmediaciones hubo
dc sostener una accion en que perdió hastante gente, man-
dó entregar a las llamas la fáhrica y los almacenes de ar-
mas y el depósito de municiones que alli tenian establecidos
los carlistas, y fusilar á algunos de estos que por aquellos
días logró coger p,'isioneros.


Mientras esto pasaba pOI' las inmediaciones de Elizon-
do, Zumalacári'egui, que no sin vivo despecho habia visto
frustradas con la llegada del gcncl'al Mina sus hábiles combi-
naciones, inquieto y desasosegado discurrian los medios de
recuperar cn otro combate la fuerza moral perdifla ante ~- __ :__ '"


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86 ANALES DE ISABEL 11.
muros de Ciga. Informado, pues, de que la division de Lo
renzo, con parte de las fuerzas cristinas de la Ilibera, aban-
donaba las posicioncs flue alli ocupaha para ir, por m:mdalo


4 del general en gde, á reunÍrsele en el Bastan, regresó sin
tardanza á las Amcscoas y, con dos piezas de batir que con-
sigo llevaba y de que, por falta tic quien supiese mancjal'-
las, apenas sacó partido, emhistió el 22 de fehrcro la guar-
nicion dr los Arcos. Durante todo el dia, no ohstante haberse
desde el principio hecho dueños los carlistas (le val'ias casas,
y entee ellas de la fortificada de Azcol'be, resistió aquella
guarnicion los recios ataques de su incansable enemigo; mas,
por la noche, no creyendose ya segura detl'ús de tan poco
sólidas murallas, aprovechó una coyuntura favorable que se
le prescntó para abandonarlas sin sel' vista, y cn silencio
se encaminó á Lerin. Sin dil1cultad, pues, ('"a(,lIada que
fue la plaza, pudieron á la mañana siguiente los carlistas
apoderarse del hospital que, á la sazon fortificaflo, encer-
raha unos ciento y cincllenta hombl'cs enfcrmos y hcridos,
cuya vida respetó e hizo respetar Zllm~lacai'l'cglli, y muchos
efectos de equipo, vestuario y municiones que, acto conti-
nuo, distrihuyó entre sus soldado,'.


A todo esto, y pam dar mayor solemnidad á la toma de
posesion de un pueblo que, asi por su numeroso yccindario


·como pOI' su proximidad al Ebro, era de algülla importan-
cia, envióZumalacárrcgui á buscar á don Cúrlos, que se ha-
llaha en Zúñiga, e hízole enl¡'a¡' cn los Arcos al repique de
as campanas mezclado con los mas (lescompasados y es-


trepitosos testimonios de entusiasmo y de I'egocijo.
Desde los Arcos, dil'igiósc de nuevo Zumalacút'l'egui há-


cía la parte de Maestú, resuelto sin duda á dar otra embes-




UDllO TERCERO. 87
tida al fuerte, que, siendo la llave de las Ameseoas, basede
sus operaciones, anhelaba el gefe carlista ver destl'Uido ú
aballllonado. Pel'o el mal estado de la artillería de los que
la sitiaban hizo en esta ocasion, como en las anteriores,
infructuosa la tentativa e imposible la realizacion de su
proyecto. Retirándose, emprendió Zumalac.hregui su mar-
cha hácia ValJeollo con la mira probablemente de tomar
desde e~le punto el camino de Araquil y salir al eneuentl'O
á Oráa, cuando, ú su paso pOI' Cirauqui, obsel'vó que, por
la orilla opuesta del rio, desfilaba la division de Lorenzo.
Apl'esuróse, pues, á darle alcance, pero, sin poder, pOI'
mas que anduvo, conseguirlo hasta el momento en que,
habiendo ya los cristinos pasado el puente de Lál'l'aga y
Lomado su columna de retaguardia, mandada por el mar-
ques de Villacarnpo, una posiciun ventajosa á la orilla iz-
quierda del rio , se hacia sumamente alTiesgado y probable-
mente inutil todo ataque que contra ellos se dirigiese.


Embistiólos, sin embargo, Zumalacárregui; por dos 6 tres
veces, lleno de ~H'dOI', volvió á la carga y, al frente de SJIS
mejores tropas y dc su estado mayor, hizo esfuerzos colo-
sales por verse dueño de aquella Jlosicion; mas estrellá-
ronse toJos ellos contra las acertadas disposiciones del
marques de Villacampo y el brillante comportamiento de las
tropas de su mando, con las cuales llegaron, durante la
accion, á incol'porarsc las columnas de los bl'Ígadieres Lo-
pez y GUl'l'ca. Trescientos cal'listas y cien cristinos, total
cuatrocientos cspaüoles, quedUl'oll entre muertos y heridos
fuera de combate en aquella sangl'ienta jornada.


Mucho, regresando á .Muez, siutió Zumalacárregui no
haber, como pensó al principio, eaido sobre la division de




88 ANALES DE ISABEL n.
ü¡'úa en vez de hacerlo sobre la de Lorenzo; mas, viendo
que para reparar esta falta era ya tarde, trató de atenuar
sus malas consecuencias, haciendo alto con sus batallones á
la otra parte de la caneLera flue desde Il'Urznn conduce á
Pamplona. No tardó el gcfe carlista cn consegui¡' el objeto
que con esta maniobra se propuso; puesto que, ínterin
cl'Uzaba ellos valles de Gulina y Ater pal'a acercarse á Sa-
gastibelza, salia Oráa de los Benios y, con Sil columna,
marchaha paralelamente á la del enemigo en dil'eccion de
Elizondo. De esta manera, pero silí vel'se una á otra, an-
duvieron las dos columnas tódo el dia, cuando, al entl'ar
en el pueblo de Elzaburu, fué d(~scubiel'ta la de los cl'istinos
por la vanguardia carlista. Zumalacárregui que, sin sel' vis-
to, pudo calcular el IlUmel'O y observa\' los movimientos de
las huesles enemigas, no lardó en comprcmlel' las necesi-
dades q1le eran anejas á su numero y situacioll, yadivinan-
do por otra parle las intenciones, de los gefes que las
mandahan, dispuso que, dett'ás de las casas de Oraquieta,
pueblo dc poca importancia, situado á UJI tiro de hala de
Elzaburu, se apostasen con el mayor silencio algunos de
sus batallones.


No se equivocó el gefe carlista previendo que á Ora-
quieta iría á alojarse aquella noche una parte de la division
dc Oraa, la cual era imposible que cupiese en(el'U en Elza-
buru, sobre todo cuando á reunirse á ella y I'eforzada aca-
baba de llegar de la capital del vireinato olra mandada en
persona por el general en gefe. ASI fué que, sin otro obje-
to que hostigarlas y entretenerlas, ni otl'O resultado que
matar y perder gente, trabó Zumalacáncgui COIl ambas di-
visiones reunidas una accion que duró hasta la caida de la




LIBRO TERCERO. 89
tarde, hora en que, abandonando el campo los de la reina,
fueron, no sin algunos obstáculos, á pernoctar en Gaztetu y
Legaza. :Media noche ó algo mas seria cuando, retirándose
del campo de batalla, volvió el gefe carlista con sus tropas
á Oraquieta, y ue alli, convencido ue la necesidad de dejar-
las rcponel'se de sus largas fatigas con un poco de descan-
so, marchó con ellas á acantollal'Se en el valle ue Ulzama.


Poco satisfecho del resultado de su espedicion, y exas-
perado dc su impotcncia pOI' vencer á un enemigo cuyo
estcrminio habia jmudo y que, mas audaz cada uia, renova-
ba sin uescanso sus ataques, ora contra el fuerte de Eli-
zondo , ora contra el de Macslú, situados, digámoslo asi,
en las dos estremidades opuestas del vil'einato de Naval'l'a,
trató Mina de apodel'ul'se de las tres ó cuatro piezas de ar-
tillería de que, mCI'ceu á los esfuerzos y á la inteligencia de
un oficial de gl'Un mérito, pl'ocedente de la Guardia Real y
llamado don 'f omás Reina, empezaban ya los sitiados á com-
prende(el modo de sacar partido. A la pl'imera noticia de
la llegada de Mina, habíase apresurado Reina á ocultal' aque-
llas piezas, cuyo paradero se empeñó el gcneral cristina en
descubrir á todo trance. Sospechando, pues, ó presumiendo
que los habitantes de Lezearoz tenian conocimiento del sitio
donde se hallaba oculto el objeto de sus investigaciones, con-
cibió aquel en su despecho la idea de renovar en este pue-
blo las escenas de Castellfollit.


Hé aqui de qué manera, en su proclama de 14 de mar-
zo, anunciaba á los navarros habel' puesto ya por obra
su bál'baro pensamiento.-«En el dia de hoy principia la
>lverdadera guerra en Navarra. El pueblo de Lczcaroz, in-
»fiel á S. M. y á la patria, protector decidido de los cllemi-




90 ANALES DE ISAllEL 11.
»gos que la devoran, ocultador de sus armas y municiones,
))quebrantando todas las leyes vigentes, fugandose sus mo-
))radores, y no dando parte de nada a las autoridades legili-
))mas, fué entregarlo á las llamas, y sus habitantes quintados
))y fusilados en el momento, en justo castigo de sus crime-
))lles. Igual suerte espera á toda pohlaeion: que siga el
))ejemplo de aquella, y con la fuerza de las armas dal'c fin tí.
)lá una rebelion criminal, pertinaz y vergonzosa, si no os
"reunis á mi, que aun estoy dispuesto á perdonm'.))


El mismo dia 14 de marzo, reunió Zumalacárregui otl'a
vez sus batallones, y, con noticias de que la mayor parte de
las fuerzas eristinas estaban en los valles del Bastan, ó se
encaminaban á ellos, marchó rnpidamentc Meia el de Ál'a-
quil; luegopasandoá la mál'gen derecha dell'iachuelo de este
nombre, corló todos los pucntes del camino que conduce á
la Boruncla, abrió zanjas, formó parapetos y clisll'ibuyó en
los pasos mas dificiles algunos batallones que los de-
fendiesen, adoptó, en fin, cuantas medidas; cl'eyó opor-
tunas á impedir, ó á lo mellaS á dificultar á las divi-
siones que al mando de Mina opel'ahan en el Bastan, el
aeceso en un tel'rilorio en flue deseaba poder maniobrar li-
bremente siquiem por unos dias. No hien entró en él, hizo
demoler los fuertes de IZUl'diaga, ll'Urzun y El'Uz, y, dejando
en estos puntos, en el de Eehal'I'en y en todas las altmas,
alguna tl'opa en obsel'Yacion, marchó COIl el resto de su
gente á poner sitio á Echarri-Aranaz. El 15, al amanecer,
oíase en efeeto la artillel'ia de este fuerte eon testar á la de los
sitiadores, y en este eSlado, no obstante haberse hunl]ic!o ú
consecuencia de la explosion de una mina parte del cl!if¡eio,
envolviendo en sus ruinas buen número de sus defensores,




LIBRO TERCERO. 91
continuaron los que cn él quedaban defendiéndolo heróica-
mentc por espacio de algunos elias. El 15, pOI' fin, exhaus-
tos de fucrzas y de municiones, todos ellos, escepto el go-
hemador que, aunfllle herido, se negó á rendirse, y cuatro
soldados y el cilpcllan del regimiento de Valladolid, á (Iuie-
nes dejó Zumalacánegui IIHH'ch:lI' libremente al cual'tel
general de Mina, se entregaron á discl'ecion, pidiendo se
les incorporase en las 1i13s cal'lislas, En ellas, merced á
esta circunstancia, pujo desde aquel dia contar Zumala-
cárl'egui algunos artilleros,


DUCTIO de Echani-Aranaz, é inutilizadas cn pocos mo--
mentos las ohras de fortificacion y defensa con tantos tm-
hajos y apuros levantadas pocos meses antes, fuése Zuma-
lacál'regui á poner sitio á Olazagoi(ia, en cuyas obras de
defensa, no obstante su gran solidcz, causó terribles estm-
gos. Para proteger este fuerte y el de Maeslú, únicos que
en aquella línca quedaban ya á los cristinos, acol'l'ió Mina
desde el Bastan, é hizo que acudiesen á reunírsele á Vito-
ría la mayor pal'te de las divisioncs de Latre y Espartel'o.
La guarnicion de Olazagoitia, socorrida á tiempo por las
columnas de los brigadieres Gurrea y don Santiago Mendcz
Vigo, que aquella noche fueron para mayor seguridad á
pernoctar en Alsasua, desde donde enviaron acémilas y
bagages; la guarnicion de Olazagoitia, digo, pudo abando-
nar el fuerte y retil'3rse á Salvatierra, no sin sufl'Í1' en el
camino un vivísimo (imteo y sostener un pequeño combate
con el batallon navarro de Cordeu, llamado por otro nom-
bre el Rojo de San Vicente.


Esta série de descalabros que, en el trascurso de po-
cos dias, presenció el general Mina, hundió su repulacion y




92 ANALES DE ISABEL 11.
acabó con su prestigio. Resuelto, empero, á falta de otra
empresa mas importante que acometer, á llevar á cabo la de
apoderarse de las piezas dc artillería con que, de cuando en
cuando, volvian los caelistas á hostilizar tI Elizondo, no hu-
bo medio de que en su furol' no echara mano para conse-
guirlo. El éxito vino algunos dias dcspucs á coronar sus
deseos. Dueño á la postl'c, pues, dc un cañon y dos obuses
que, cn lo mas recóndito de unos pantanosos bosques, en-
contró enterrados cn el cieno, satisfccho su amOl' peopio
con un triunfo debido en parte al acaso, é insignificante en
realidad, regresó luego á Pamplona. No bastaron, sin em-
bargo, aquellos trofeos á afianzarle en el mando; pues los su-
cesos de Lezcaroz lo habian desconceptuado con los cI'isti-
nos y hecho blanco de la mas profunda animadversion de
los carlistas.


Por aquel tiempo, y desde su vuelta de la escUl'sion á
Castilla, se hallaba Eruso, al frente de unos cuantos batallo-
nes vizcaínos, meditando noche y dia un golpe de mano
que, haciéndole dueño de Bilbao, le permitiese sacar de es-
ta ciudad recursos, y sobre todo armas, dc que carecia su
ejél'cito. Pero á diferir la realizacion de cste atrevido desig-
nio, le obligaron hasta entonces la imponcnte actitud de la
numerosa y decidida guarnicion de aquella plaza y la csmc-
rada vigilancia con que, en aquel territorio de su mando, se-
guia Espal'tcro los pasos y observaba los movimientos ue
las columnas carlistas.


El dia 7 de marzo, sin embargo, aprovechando la au-
sencia accidental de Espartcl'o que, con buena parte de su
division, habia ido á Vitoria á reforzar momentúneamente
las que, al mando uel general Mina, operaban el} Navarra,




LIBl\O TERClmO. 93
prcscntábasc Eraso con cuatro mil hombres delante de los
muros de la plaza, é interceptaba todos los caminos y muy
principalmente el de ViIlaro, de cuyos molinos se surtia de
pan aquella importante poblaeion.


Para protcgcl' el acarreo dial'io á Bilbao de este artícu ~
lo de primera necesidad, habíase levantado a proximidad
de los molinos, y á cosa de un cuarto de legua de la plaza,
un fuerte que guarneeian tl'einta y seis hombres. Apoderá-
ronse los carlistas de él y de sus defensores, los cuales,
despues de una homosa resistencia, fueron con la mayor
inhumanidad pasados pOI' las armas.


En vano, para vengal' este insulto y oponerse á nuevos
desmanes, salió de Bilbao una columna. Atacada por los si-
tiadores, tuvo que volver á encerrarse dentro de los muros
de la plaza, despues de presenciar, sin poderlo impedir, el
incendio que, en pocos momentos, devoró aquellos molinos.
Esto no obstante, desconfiado ya del éxito en vista de la
resistencia que parecian los sitiados estar. dispuestos á
hacer, y Icmel'OSO de la llegada de las divisiones de Latre y
Espartero cllle de un momcnto á otro podian asomar por la
parte de Vitoria, detel'lninó El'aso l'eplegal'se, como lo ve-
rificó sobre El Orrio, en la tal'de de aquel dia.


El 9, en tanto que, sin ser inquietado por nadie, per-
maneeia don Carlos en Zúñiga; que una parte de las fuerzas
carlistas, ocupando á San Vicente de Arana, estaba en ob-
servacion de ~laestu, y cllle, con el resto de ellas, continuaba
la Junta en Orvizo, salió Villal'l'eal de este último punto y, al
frente de dos batallones, m31'ehó a reunirse con Zumala-
cárregui á las inmediaciones de Mendigorría. Juntos estos
dos gefes, dieron un nuevo ataque á Maestú; pero sin re-




9i ANALES DE ISABEL lI.
sultado. Sin resultado tambien, embistió el dia 17 un bata
lIon de alaveses mandado por Lopcz Opacua el punto forti-
ficado de TI'eviño.


Rendidos de tanto movimiento, diezmados por tanto
combate, el'a imposible que, á menos de reponerse un poco,
siguieran los soldados de la reina aquella ruda campaña.
Comprendiéronlo así los generales, y tomaron sus disposi-
ciones .pam acantonal' sus tropas y darles algunos días de
descanso. Apl'ovechólos Zumalacárregui para reol'ganizar
su ejército, formar de hombres escmpulosamente elegidos
un batallon de guias de Naval'ra, y poner al frente de todos
ellos gefes de prestigio y de valor. Dió asimismo en aquella
ocasion el mando superior de su caballel'Ía al bizano oficial
de este arma don Cál'los Odonell, el cual, en un arrojo de
caballeresco entusiasmo, eserihió II tlOII Narciso Lopez que
mandaba la de los cristinos, retánuole á salil' al campo con
400 de sllS;mejores callallos, contra igual númel'o de ginetes
carlistas. Lopez aceptó el reto, sometiendo, sin embal'go, su
realizacion á la apeobacion del genel'al en gefe, el cual, por
razones (iue era fácil comp l'el1l1 el' , se negó á darla.


Mientras que, retirados cn sus respectivos acantonamien-
tos, tomaban ambos cjércitos algunos dias de respiro, ah'a-
ves aba el genel'al Aldama el Ebl'o con siete re cíen forma-
dos batallones, y por Sesma se díl'igia hácia el intel'ior de
Navilrra. A pesar del secreto en que ten taha este general
de envolvel' su movimiento, no tardó Zum'lIacál'I'egui en te-
ner noticia de lo ({ue pasaba, y ucsue el valle de Ega, don-
de á la sazon tenia acantonauas sus tropas, acudió á ccrral'
el paso á las de Aldama y á presentades batalla en las as-
perezas del Montejurl'a. Alu ama que, aunque no sospecha-




LIBRO TERCERO, 95
ba ser atacado en aquel sitio, iba preparado á todo, frustró
los planes del carlista, y dispuso tan bien las dos columnas
de su division mandadas por Ocaiía y Rive¡'o, que desalojó
á los enemigos de las posiciones flUC ocupaban.


Despues de este combate, que fué sangriento, el gene;'
ral Aldama , levemente herido, se replegó sobre Arroniz y
Allo con el objeto de pl'oveer á la manlltencion y seguridad
de sus tropas y lomar las disposiciones necesarias para en-
viar al dia siguiente al hospital de Logl'oño (lo cual no de-
jaba de sel' difícil y arriesgada empresa) los enfermos y hel'Í·
dos de su division. En estos pl'eparativos, se empleó toda la
noche, y á su mejol' éxito contl'ibllyó la division de Lopez
que, acantonada en el pucblo de A110, no habia podido con-
currir al combate cn l'azon á la rlistatl.cia á que, en aque-
llos momentos, se hallaba del sitio en que se verificó.


Al amanecer, -apenas se comenzaba á practicar el reco-
nocimiento del campo, vió Aldama , no sin sorpresa, que
las masas carlistas volvi,lIl Ú ocupal' las posiciones de que
.á fucl'la de sangl'c habian sido arrojadas el dia anterior;
pel'o, convencido de que el objeto del enemigo era solo ha-
cer un reconocimiento y nó dar combate formal, púsose en
movimiento sobre Sesma y Lerin con un convoy de 300 he-
ridos, des pues ele dejar cien muertos en el campo de ba-
talla.


EnfemlO, entretanto, desconcertado, aburrido, nada im-
parlante hacia, nada decisivo podia hacer el general Mina
contra un ejúrcilo, cuya fucrza numérica se habia aumenta-
do en una progresion espantosa, y cuyo ascendiente moral
en el pais no tenia límites. Todos yeian, pues, no solo co-
mo inminente, sino como urgentemente necesaria, la sepa-




96 ANALES DE ISABEL 1I.
racion del virey de un cargo que tan mal habia desempeüa-
do. Ni una sola, sin embargo, en medio de tantas acusa·
ciones como á los ministros se dirigian diariamente, se ele-
vó en el Estamento popular contra la condescendencia casi
culpable de que, con respecto á un general tan incapaz, tan
enfermo, tan inutil, en fin, se hacia alarde, conservándolo
en puesto de tanta importancia. Como quiera que sea, la
estrella de "Mina se habia eclipsado, su posieion era insos-
tenible, efímero su mando, inevitable su caida; val'ios, en
fin, los de sus tenientes que, co mprcndienuolo asi, y aspi-
rando á rccmplazarle, desplegahan por aquellos dias una acti-
vidad sin límites y hnscaban con inusitado ardOI' ocasiones
de lucirse. Córdova, sobl'e todo, que á mas ca pacidad reu-
nia acaso tamhien mas ambicion, y estaba mejor ente-
rado que ellos de las disposiciones del gobicl'llo: Cór-
dova que, dmante su permanencia en Madl'id, hahia tenido
muchas conferencias con los ministros y, con la ayuda de las
ciJ'cunstancias, ocasion de contl'ilmir poderosa, aunque in-
directamente, á la ca ida de L1audel'; Córdova que, con su
natural sagacidad, habia pl'evisto cuanto estaba sucediendo,
y, á fuer de hábil diplomático, tl'abaja(lo en consecuencia á
prcpararse el terreno; Córdova quc, precedido por la fama
de sus recientes victorias, llegaba de ',la¡lrid á la caheza de
tropas de refresco y dehia tomar el maUllo de las pl'ovincias
Vascongadas, era el que mejor recataba sus deseos; pero el
que mas espel'anzas abrigaba y el llue mas probabiliuades
tenia ue eonseguil' á la postre aquel objeto.


Para aplazar, ya que otra cosa lIO se podia, la caida de
Mina y el logro de los deseos de sus tenientes, hacian es-
fuerzos increiblcs los hombres del progreso. El gobierno,




Lmno TtmCERO. 97
por su parte, ora, débil, cediese al exigente clamoreo de
estos hombres; ora, iluso, prestase todavía algun crédito á
las promesas quiméricas de su valetudimll'io general; ora;


. contemporizador, segun costumbl'e, (Iuisicse adoptar un
término medio entre los partidos que, en aquellos momen-
tos era dado abrazar, ó habilmente político, enviase, eón
los soldados destinados á3yudar áMina á vencel', un general
destinado á reemplazarle si con ellos no vencia; el gohierno,
digo, mandó á las provincias del Norte los refuerzos que, con
tanta instancia y á nombre del genel'al Mina, reclamab3n sin
descanso los homhrcs de la oposicion. Pero, satisfecha esta
exigencia, aun no habian, á las órdenes de Córdova, llega-
do estos refuerzos á aquellas revueltas provincias cuando,
temerosos sin duda los homhr'es mismos cuyos clamores
habian precipitado semejante determinacion de que este nUe-
vo envio de tropas á Navarra solo sirviese para hacer toda-
vía mas patente la nulidad y mas completo el descrédito de
Mina, ó bien deseosos, de pl'omovcr nuevo escándalo en el
Estamento, de suscital' emhal'azos 31 gobierno, y mas que
todo de alentar el entusiasmo y de grangearse el apoyo de
cierta clase de gentes á quienes se halagaba con la idea de
conferirles derechos políticos y de ponel'les las armas en la
mano, empezaron á discurril' otros medios de ataque y á for-
mular nuevas exigencias.


Ya, despues de una discusion que habia durado todo
el mes de noviembl'e, se hallaba aprobado pOI' las Cortes
un proyecto de ley de Milicia Urbana presentado por el go-
bierno, pero que graves y justas razones hacian no estuvie-
se todavía sancionado por la reina. De esta tardanza, que-
jábanse amargamente por la via de la prensa los enemigos


TOMO 11. 7




98 A~,\LES :i)E ISABEL n.
del m~f}hs~io.ijas, FOQlo viesen que á Iladn c.on<luciall
lamentp,s ~e que el gobierno afectaba no hacer caso, reu-
niérons,e algunos de los procUl'adol'es quejosos y, atrayendo
á su op¡#~qp a otros muchos que, en su incspericllcia p~r­
lam.entaria, no comprcndian las cOllsccuencias de lo que
iban á hacel', y de los cual~~ algunos ni sabian siquiera lo
que firmaban, presentaron al Estamento, en su sesion de 9
de marzo, una peticioll revestida con mas .~ sesenta firmas,
y cuyo tl'iple objeto esponian en esta forr~la:


1. o «Que, se digne S. M. saD,cionar el pr¡()yecto de
»l~y rela~ivo á la organizacion de la milicia urbana presen-
»~~qf' en noviembre último por el gobiel'l1o, y aprobado por
»las Cortes. , .


2/ (Que se comunir{uen las órdenes mas estrechas á
»las autoridades de las provincias, pal'a que, bajo su irre-
»misible f(Jspansabilidad, reanimen por todos los medios
»posibles el espíritu público, promoviendo ademas el alis-
»tamienlo , formacion y aumento dc los cuel'pos que en vir-
lltQ.d de dicha ley se cr'een.


3.° «Que en cada provincia, se forme un batallon de
»miJicia urbana movible, compuesto de los que voluntaria-


. »lTIent~ se inscrih.:¡.n para !lcrvir en él, á fin de que el go-
»bie,'no p)ledades~illarJp~ ¡,Q;;. JlIMt\pS en que mas útill)s
})conceptue sus servicios, incluso cl de ocupal' mililarme~l­
~t~ las provincias insurrcctas si por desgl'acia fuese ne-
»pesal'Ío.))


En el preámbulo de este anómalo y an,ti-:-parlamcntario
documento, sc leia entrc otras cosas:-«EI gobierno de
»vuestra Majestad ene0!1tr.ó ~ILel\~sH'\TI~MO de Proeurado~
».~~~ ~~l. R.~inp, depd~ el principio de sus sesio~es, la mas




LIBRO T~ERO. 99
)¡noble y generosa cooperacion. Hombres, dinero, cuantos
)¡auxilios reclamó como necesariQs, le fueron concedidos con
»larga mano, y la armonía con que siempl'e han procedido
»estos poderes, le dieron aquella (uel'za moral indispensa-
»ble para conducil' por la senda del bien á los pueblos 80-
»metidos á un régimen representativo.» Y, al pié de un do-
cumento en que esto se decia, veíanse con geneml estrañe..-
za los nombres de un condc de las Navas, de un Trueba,
de un Caballero, de un García Carrasco, de un Abargues y
de otros procuradores, cuya sistemática obstinacion á con-
denar todo lo hecho y á oponerse á todo lo propuesto por
el gobierno habia, desde el principio de las sesiones, entor~
pecido la marcha de los negocios, destruido el prestigio de
los ministros, debilitado la accion del poder, sembl'ado la
discordia en el seno del parlamento y amenazado al pais
con sumir en el abismo del descrédito la institucion repre-
sentativa.


Mas cuerdos, mas lógicos, mas consecuentes en aquella
ocasioll COIl sus principios, habíanse abstenido de firmar la
peticion varios de los procUI'adol'es del progreso como Ar-
güelles y Galiano, si bien no fué esto parte á impedides
que, aprovechando la coyuntura, criticasen agriamente, como
por costumbre lo tenian, la conducta del gobierno.


Pero, en aquella oeasion, lo mismo que en otras mu-
chas, la oposicion desleal á fuerza de obstinada, y absurda
á fuerza de desleal, dirigió al gobierno mucho mas violenta
que atinadamente ataques que puede decirse contt'ibuyeron
a mantenerle en el poder. Los acontecimientos de julio de
34 y de enero de 35; la marcha siempre indecisa de la ad-
ministracion interior; el estado poco satisfactorio y nada




100 AN\',f:~ DE ISADEJ. 11.
tranquilizador de nuesli'(\s relaciones diplomaticas; los pro~
gresosreales y efectivos de los carlistas; la falta absoluta
de proteccion y el recargo de gravamenes de que, merced á
las circunstancias, se resentian necesaria é inevitablemente
Jos iniereses particulares, eran otros tantos poderosos mo-
tivos de disgusto, y aun hasta ciel'to punto legitimos de que-
ja contra los depositarios del poder. Pero, en su anhelo de
derribarlos y en su impaciencia de substituirIos, la oposi-
cioninsistiendo, mas que en los fundamentos, en la multi-
plicidad de los éargos , no parecia llevar otra mira que la
de hacer mas voluminoso cada dia el eterno proceso que,
en las actas de aquellas ruidosas sesiones iba formando á
los ministros.


Como quiera que sea, á los esfuerzos de la oposicion
puede atribuirse la larga permanencia de Martinez de la
Rosa, en un puesto en que todos los dias se le deparaban
ocasiones de desplegar, en largos disGursos, un talento y una
energía que, para obrar, le habl'ian faltado. Esto unido á las
ventajas que sobre sus adversarios, empeñados en llevar casi
siempre las cuestiones al peor terreno posible, le daba fre.,...
cuentemente su práctica parlamentaria, le permitia ir con-
llevando la situacíon y pl'olongando, con mas Ó menos tra-
bajo, la ex.istencia del gabinete a cuya cabeza estaba.


En la discusion suscitada en el Estamento de PJ'ocura-
dOl'es con motivo de la peticion del !) de marzo, tomó
tambien la palab¡'a el conde de TOJ'eno y, rebatiendo una
gran parte de las acusaciones que contra el gobierno formu-
laba la oposicion, reconvínola agl'iamente de que, durante
nueve meses, habia hecho á los ministros perder muchas
boras diarias en cuestiones lesislati~as y obligádoles á aban-




LIBRO TERCERO. 101
donar el despacho de los negocios urgentes administrativos.
y como á la obse¡'vacion de Toreno de que la prolongacion
de este estado de cosas hacia poco menos que imposible el
desempeflo de aquel destino, contestase IstUl'iz;-«Pues
dejarlo, »-«Eso no-replicó el ministro ue Hacienda;-
)lnuestro deber es mOl'ir sobre la brecha.»


Esta enérgica y categórica declaracion del conde de To-
reno p¡'odujo en el seno del Estamento una sensacion que, no
sin fundamento, interpretó él en sentido favorable á sus mi-
ras y que, no sin mucho tacto, se propuso explotar. En
consecuencia, abordó á su debido y oportuno tiempo la cues-
tion de que se t!'ataba y, tomando un aü'e de candorosa
franqueza, dedaró que el no estar ya publicada la ley de
Milicia Urbana provenia de que, obligado el gobierno por
las circunstancias á poner á las ó¡'denes de los capitanes
generales una parte de esta milicia que, en el proyecto de
ley se declaraba institucion civil, fuerza habia sido á los
ministros rogar á la reina Gobernadora suspendiese la san-
cion de aquella ley, {( Si ahora-p¡'oseguia-se modificase
»esta, Ó si en ella se añadiera un artículo en que se dijera
»que el gobierno, en circunstancias como las presentes,
))queda autorizado á poner la milicia urbana bajo las ó¡'de-
)lneS de la auto¡'idad militar, el ministel'io suplicada á S. M.
~se sirviese darle su ~ancion. Esta es la vel'dad. Tampoco
-continuaba-se opone el gobierno á que se movilice un
)Jbatallon por provincia, sea ao,ooo hombres en toda Es-
)paña.» Pero, necesitado como siempre, y hábil como el
que mas para sacar de una situacion dada todo el partido
posible, pidió Toreno que en tal caso y en el de que, para
hacer frente á esta nueva atencion del servicio público, no




102 ANALES DÉ ISABnL 11.
bastasen los medios votados ya, se le autorizase a echar
mano de los que mas convenientes estimase, debiendo en
la siguiente legislatura dar cuenta de su inve¡sion. A favor
de esta circunstancia, oportunamcnte apr'oveehada , obtuvo
el conde de Toreno carta blanca para disponer, con este ob-
jeto, de los fondos que mejor le pareciese, es decir, para
manejar á su gusto la Hacienda de España, con motivo ú
bajo pretesto de movilizar unos cuantos batallones de Ul'ba-
nos, de cuya cooperacion ni él ni nadie que no fuese un
simple ó un visionario esperaba nada bueno. Asi, por un
voto diestramente arrebatado á una fascinada asamblea, se
echó abajo en un momento la especie de arreglo que, des-
pues de cuatro meses de esfuerzos y discusiones, pretendia.
ella introducir en los presupuestos del Estado. En vista de la
promesa del minisLl'o, fué, pues, votada la peticiono Y para
que todo, desde el principio hasta el fin, pareciese anómalo
en lo que á ella se referia, sucedió que, firmada en su orÍ-
gen por 63 procuradores, rué aprobada en su totalidad por
solo 60 votos contra 55. Aun resultó ser menor el núme-
ro de los que votaron en favor del 1.0 y el 2. 0 artículo.
El 3. o fué desechado.


Todavía, aunque no con tanta acrimonia, volvieron á
promoverse con este motivo las quejas y las reconvencio-
nes contra el gobierno cuando, por el órgano del ministro
del Interior, y en la sesion del 14, se presentó el reciente
acuerdo del Estamento, convertido en artículo adicional á
la ley de Milicia Ul'bana.


Vivamente, y no sin razones que habrian sido de peso
a tratarse de una cuestion cuya marcha no se hubiese se-
iRllado con tal serie de anomalías, impugnó el procurador




í.mno TERCERO. 103
Perpiñá la insereion de dicbo articulo en la ley, de la cual,
en su sentir, no podia ni debia formal' parte; pues siendo,
por su índole, la relativa á la organizacion de la milicia ur-
bana una ley fundamental dmadel'a, perpétua, digáinoslo
así, habia una especie de contrasentido en amalgamar,
con sus disposiciones, otras dictadas pOI' las circunstan-
cias del momento y esencialmente transitorias, como lo era
la contenida en la adiciono Con el mismo y algun otro me-
nos fundado argumento, combatieron el pI'oyecto del go-
bierno Caballero é Isturiz. Alcalá Galiano, por el contra-
rio, bien que no habia firmado la peticion de que habia sido
consecuencia el articulo adicional, propuso la adopcion de
este, fundándose en que era menester dar al gobierno toda
la fuerza posible, á fin de tener derecho para exigirle, en
caso de que no lograra su objeto, la mas estrecha respon-
sabilidad.


Convencidos, sin embargo, de que, no adoptando el pro-
yecto del gobieI'no, no Iwbia que esperar la sancion real,
que era el fin á que iba encaminada la peticion, y, en la
alternativa de pasar por lo que el gobierno queria ó ver
aplazada indefinidamente la organizacion de la milicia ur-
bana en la forma apetecida, hubieron los procuradores di-
sidentes de transigir con los ministl'Os y de aprobar su
articulo adicional, que, definitivamente reformado por una
comision nombrada al efecto, decia asi:


)En atencion á las actuales circunstancias se autoriza
»al gobierno por el término de un ¡¡ño, contado desde la
1!p¡'omulgacion de esta ley, ó hasta la próxima reunion de
»las Cortes, si no existiesen reunidas al terminarse dicho
»año, para que ponga la milicia urbana bajo las órdenes de




104. ANALES DE ISABEL 11.
»Ios gefes militares dependientes del ministerio de la Guel'-
»ra.»


Con este artículo adicional, cuya única disposicion es-
taba meses hacia rigiendo ya en viI,tud de real decreto,
vió, pues, la luz pública la famosa ley relativa al aumento y
organizacion de la milicia urbana. Y, muy al contral'io de lo
que generalmente sucede en casos de transaccioIl, mostrá-
ronse, concluida aquella, igualmente satisfechos del resul-
tado del debate que la provoc3m la oposicion y el gobierIlO.
La p,'imet'a, pOl'que, siendo achac{ue de toda oposicion creer-
se elema é indestl'uctible, contaba por poco el año durante
el cual debia regir, en la ley que ella miraba como obra
suya, la cláusula restl'ictiva á que fucrza le habia sido ac-
cedel'; el segundo, porque, para él, convencido como lo es-
taba de lo cada dia mas precario de su 110sÍcion, un año
era en aquellas circunstancias, la vida; mas quc la vida, la
eternidad. En el término de un año, al paso que iban las
cosas, debia efectiva y necesariamente cambiar el estado de
ellas, y con él la situacion de los ministt,os. Continuando la
que era, ó empeorando, como todo lo hacia temer, no habia
poder humano que los conse¡'vase en el puesto; cambiando
en sentido favorable, ó la disposicion transitoria reciente-
mente adoptada con respecto á la milicia urbana movilizada
se hacia inútil, ó, para prolongar sus efectos, escogitaria,
llegado el caso, nuevos medios el gobicl'llo.


No eran, sin embargo, grandes las espe¡'anzas que en
esta parte abrigaban los millisll'OS, si de ellos se esceptua
á Toreno, á quien miras de ambicion personal inducian á
ver las cosas de distinto modo que sus colegas.


En cuanto á Martinez de la Rosa, su posicioll era cada




LIBRO TERCERO. 10b
día mas difícil. La lucha que II brazo partido sostuvo por
ocho meses y continuaba sosteniendo contra sus enemigos,
mas aun que por su numero, formidablcs por su audacia,
habia acabado con su prestigio, menoscabado su salud, y
disgustádole del poder, en terminos de que dejál'alo pro-
bablemente á principios de la primavera de 1835, á no ve-
nir por aquel tiempo á completar su vacilante gabinete y á
I'eanimar sus decaidas esperanzas el general don Gerónimo
Valdes. Desde su entl'ada en el ministerio de.la Guerra,
empezó este general á adoptar disposiciones que, coinci-
{liendo con la cOllcesion de un crédito estraordinario de
150 millones votado pOI' las CÓl'tes para los gastos de la
guelTa, dejaban creel' que se iba á dar á esta un vigoroso
impulso. Ademas de los dos cuel'pos de milicias provincia-
les y de los dos batallones del 4. o de ligeros que, al mando
del general Cordova, salieron de Madrid en los primeros
dias de marzo, enviábanse otros refuerzos á las provincias
vasco-navarras, cn torno de las cuales, y para reconcen-
trar en ellas el incendio, se agrupaban, con el título de
ejércitos de reserva, numerosos cuerpos de tropa que, por
la parte de Castilla y las fronteras de Aragon, defendiesen
los pasos del Ebro y pudiesen, en caso necesario, acudir á
socorrer ó á reforzar las guarniciones ó las columnas de la
orilla izquierda del rio. En circular de 18 de marzo, di s-
poniase por el ministerio de la Guerra la organizacion en
cada provincia de un batallon de mil plazas, compuesto
de los individuos de las compañías de seguridad publica ó
de otros que se eligiesen donde aquellos no bastaran. A los
pocos dias (el 2il), apareció en la Gaceta de Madl'id la ley
de Milicia Urbana sancionada por la reina, con el articu-




106 ANALES nE ISABEL II.
lo adiéioriil.l de que va hd&b, y, jühtamimte con eltit,' útitt
árdeo CIrcular dél itiinBt~tiQ de la Guerra á los cl1p1tltflM
geíierales para que, jJdt todos los medios y recursos tftIe
túviesen en su mano, hiciesen que se auníentaS'e dillbtHni-
liciá, inscribiendo en Stís filas á cuantos de el id fuesen
dignos por su arraigd¡ V~triot¡smo y acreditada adhesion
a las instituciones vigélftes. Determiríóse asimismo la or~
~niiacion de los ctierpO's fraficos y tomáronse, en fin, otras
nttichas disposiciones que, dirigidas al aumento, buen ré-
gimen y disdplina de la fuerza armada, dejaban á lo's mas
confiados concebir esperanzas de que esta plldiese, un poco
mas tarde á mas temprano, acabar con los facciosos.


Por el ministerio' del Interior, excitábase á los go!Yerna':'
dores civiles á promover obras de utilidad pública, á alen-
tar el celo y el patl'iotIsmo de los ricos para que, aso-
ciándose, emprendiesen trabajos con que proporcionar ocu~
pacion á los pobres, dictábanse disposiciones para armo-
nizar la administracion económica y facultativa de los
montes con la nueva division territol'ial, judicial y civil,
y procediáse'; alirique interinamente, al nombramiento de
comisarios y otros agentes del ramo. Estas medidas que
ror sí mismas níngun influjo podian, visto el estado del
pais. ejerce¡' en su prosperidad, no dejaban; alguna vez de
producir buen efecto, én cUlmto éomunicaban á los pueblos
una parte de la confianza que el gobierno tenia, ó que, á lo
menos, aparentaba' tener.


Acompañaba á Valdés en sú advenimiento ~:il poder el
l¡eduerdo de su mando en las provincias ,'asco-navarras,
mando que, aunque poco feliz, no habia si'do á lo meúos
s~latió con ningl.uló; de esos grandes desastres de que




LIDRO TERCERO. 107
fueron luego víctimas casi todos sus sucesores; acompañá-
bale ademas la fama y el pI'estigio que, en la capitanía ge-
neral de Valencia, cuyo distrito acababa de dejar libl'e de
facciosos, le babia gr-anjeado su enérgica al par que noble
conducta; acompañábanle, en fin, l(ls simpatías que á unos
inspiraba lo bondadoso de su carácter, á otros lo intacha-
ble de su conducta, á otros lo ardiente de su liberalismo.
Su llegada al ministerio fu( pues, un motivo de júbilo para
muchos y de esperanzas pUl'a todos.


Por aquel tiempo, desalentadas, dispersas ó fugitivas
por la activa pel'seeucion que, á las órdenes de Valdés,
les hicieron, en el invierno de 34 á 35, los gefes cristinos
del bajo Aragon, y muy particularmente desde la última
derrota sufrida por Carnicrr en Villarluengo, hallábanse
las facciones de Aragon y Valencia redueidas al último
apuro y sin medios de reorganizarse para poder continuar
la guerra. En tal estado, dispone Carnicer que parta Ca-
brera á las provincias del Norte, y que alli, avistándose con
Zumalacarregui ó con don Carlos, exponga la situacion fa-
tal de los negocios y vea de obtener auxilios ó refuerzos
para llevar adelante su empresa. Disfrazado, pues, de ar-
riero, compra en Hijar un mulo y una carga de jabon, que,
en fuerza del escesivo precio que por él pedia, llegó intacta
al término de su viage, y acompañado, por mejor ocultar
sus planes, de una muger con quien se reunió á su paso
p()r el pueblo de Alloza, llegó sin tropiezo algUlio al cuar-
tel general de donCados, AlIi, despues de haber conferen-
ciado largamente con Zumalacárregui y con el conde de Vi-
lIemur, ministro de la Guerra, pintó el atrevido guerrillero
con los colores mas vivos el estado deplorable' en' qu~' se




108 ANALES DE ISABEL "no
hallaban las facciones de Aragon y Valencia.-«Dura y
)}fuerte-decia-ha sido la p'ersecucion que en estos últi-
»mos meses se nos ha hecho y crueles los medios de que
»para exterminarnos se han valido nuestros enemigos. Cel'-
»radas las masias y casas de campo; prohibida, bajo penas
»severas y rigurosamente ejecutadas, la estraccion de vive-
»res de los pueblos; fortificadas las villas y aldeas, no nos
»queda otro abrigo que el de la intemperie, ni otro medio
»de subsistir que atacar las guarniciones y, obligándolas á
»encerrarse en los fuertes, apoderarnos a viva fuerza de
)}los comestibles que encontramos en las casas de los veci-
» nos pacíficos.» Por este estilo continuaba Cabrera rela-
tando al conde de Villemur los trabajos y penalidades de
una guerra, como la de Aragon, insostenible ya, y, enume-
rando las desventajas que á los cal'listas ofrecia el estado
del pais, concluia pidiendo auxilios é instrucciones.


Al dia siguiente, tuvo el gefe tortosino tina entrevista
con don Cál'los, el cual, escuchándole con la mayor atencion
y most¡'ándose vivamente afectado de cuanto aquel le ex-
ponia, acabó por encargarle que hiciese de todo ello y por
escl'ito un ci¡'cunstanciado ¡'elato. Consecuencia de lo que,
con este motivo, se habló y se discutió en el campo de don
Carlos fué la determinacion de organizar en Navarra y man-
dar á las provincias aragonesas una espedicion tllcargada
de sublevar definitivamente, dán~ose la mano con las ban-
das de Cataluña, el vasto territorio :de la antigua corona
de Aragon. Para concertarse con Carnicer, que era el que
debia mandarla, escribiósele previniéndole viniese inmedia-
tamente á tomar órdenes al cuartel general de don Cárlos.
Y, con la misma fecha en que esto se decía á Carnicer, nom-




LmRO TERCERO. , 109
brábase á Cabrera comandante general de las fuerzas carlis-
tas de Aragon y Valencia, encargándosele ademas, durante
la ausencia del primero, de todo el mando que ejercia aquel,
y mandandole regresar sin pérdida de tiempo alterri-
torio que iba á servir de teatl'o á sus operaciones.


No bien recibió Carnicel' el pliego en que, de parte de
su rey, se le llamaba á las provincias del Norte, púsose en
marcha hacía ellas: pero, menos afortunado que Cabrera,
fué, no obstante su disfraz, reconocido al pasar el puente de
Miranda y, preso el dia 4, de ab1'ÍI, pasado el 6 por las
armas. Dijosé en aquella ocas ion (si bien de ello no existen
pruebas) que no habia sido la ambiciosa rivalidad de Ca-
brera completamente estraña á la prision de Carnicero Có-
mo quiera que sea, la muerte de este gefe puso en manos
del audaz tortosino el mando superior de las tropas todas
de Aragon y Valencia, cuyo animo supo luego captarse, ya
á favor de su carácter resuelto y denodado, ya repártiendo
despachos de grados y condecoraciones que, es tendidas al
efecto, trajo de su escursion á las provincias Vascongadas.
Desde aquel dia, tomó la guerra de Aragon otro carácter
que, no dejó á poco tiempo de suscitar al gobierno de Ma-
drid complicaciones de monta.


Por de pI'onto, sin embargo, entregáronse los partida-
rios de la reina á la halagiieña esperanza de que, con la
prision y el suplicio de Carnicer, vista sobre todo la escision
que entre los demas gefes carlistas de aquel distrito existia,
quedaba concluida la guerra que, por algun tiempo, habia
asolado los pueblos del bajo Aragon y de una parte de los
reinos de Valencia y Murcia. Robustecido todavía mas con
esto el prestigio que al nuevo ministro de la Guerra, y de




110 ANALES DE IS.u\U 11.
rechazo al ministerio todo, gl>:'\llgcl).ban la¡;~i$ppí¡w:~e~
mil.itares recientemente adoptadas, se resolvió en Consej9
de Millistros que, para explotar en provecho de .líl.cílusad~l
6r.den y de la pacificacion del reino este momento \le en-
tusiasmo, se trasladase el general Valdés, como lo verificó
en los primeros dias de abril, á las provincias sublevadas,
provisto de los mas ámplios poderes l)ara obrar con arreglo
á las circunstancias, reasumiendo en su mano las fuerz~
todas de operaciones y de reserva y resuclto á dar vigoro~
so y hqmogéneo impulso á los negocios de la guerra.


Con esta determinacion del ministerio y con la salida de
Valdés para las provincias del Norte, coincidió la de Mina
de dimitir. el mando en gefe :lel ejército, y, fundando estíl.
renuncia en causas que eran de todo el mundo conocidas y
que revelaban el estado de desorganizacion y de indiscipli-
na á que, bajo su direccion, habia venido á parar el nume.,.
roso ejército á fuerza de tantos sacrificios reunido y soste-
nido cn Navarra, decia: «La presencia de un general al
»frente de sus tropas las mantiene en la subordinacion y
»disciplina, les inspil'a confianza y prepara la victoria. Pa-:-
»ra mí-añadia-es un tormento insufrible no poder pat·ti-
»cipar de las fatigas y los riesgos de mis compañeros y ver
»que se malogran las ocasiones de dar nuevas glorias á las
»urmus de S. M. y que se retarda la pacificacion de estas
»provincias. Desde principios de noviemb¡'e, época en que
»me encargué del mando, he salido cinco ú seis veces de
»esta plaza; pero, cada vez, las fatigas me han postrado
»de nuevo, y en términos que estos ensayos casi me qui-
»)tan la esperanza de poder segui!' por mí mismo una larga
lOop.eracion· que produzca resultados decisivos. J) Tal era,




Jil:al,'l1~Qa PQf el mismo ~i"pa, la .bis~oria de Io.s cuatr9 me$~~
de ~,IJ :rnan~9 en el p,ais ~,asco-navarro.


Li}wes, lW" ,es\:,l. \'cn~;l.Ilcia, !.le una tenible responsabili-
«AA~ ~gs o»nis~os que en Madrid quedaban, y Valdés e~
})Ilfticwllr de l,In desa,grada.Wc compromiso, continuaron )Pi?
primeros su lucha parlamentaria y el se~undo su mar~l;I.l1.
hácia las provincias d.el NI\I.'~e.
Mjcn~ras á ellas se dirigiaeste genera,l ministro, CQr:-;


dova, rccien llegado á ViLQl'ia, se ocupaba, tem,eroso de u,~
golpe de mano, e.n (or~¡,ficaresta. ciudad. Mas á distraerl~
de tal faena vino por entonces un acontecimiento notable.
Sabedor de que Zumalacárregui, despues de los sucesos <k
Ecllal'ri-Al'anaz y Olazagoitia se habia retil'a,do á Maestú y
estaba con todas sus fuerzas sitiando este importante pun~
to, sale CQnlova de Vitol'ia con siete batallones incomple~
tos y, á favor deuua larga y rápida marcha, se propone sal,..
val' á los quinientos hombres que, detras de los muros de
aquel fuerte, se defendian con teson. Por dar á su plan
pr.obabilidades de buen éxito, habia con alguna anticipacion
enviado órqenes á Espartero y á Jáuregui para que, desde
sus :respectivas comandancias de Vizcaya y de Guipúz:-:-
coa viniesen á toda prisa á I'eunírsele en Maestú: pero, por
UDa paute, el pe'igro de: los sitiados era inPün.e'l\~ y, por
~tra. la dificultad de las comunicaciones y la. forzosa lenti,
tud,de las marchas retal'daban la llegada de estos dos ge-:-
Bel'a\es. Por otra, tamhien, las órdenes de Mina para le7'
vantar aqueUa guarnicion y abandonar el fuerte eran tan
terminantes como insuficientes los recursos paraconse'r"
guir este objeto á viva fuerza. En tal conflicto, sin escuchar
mas consejos que los del honor militar, ni apela~áQtJ.'OB




112 ANAI.ES DE ISABEL 11.
recursos que al valor de sus soldados, escitalo Córdova
con vehementes exhol'taciones, y, puesto á la cabeza de
ellos, se engolfa en las montañas, donde, envuelto al poco
tiempo por fuerzas muy superiores, era segura su ruina á
no llegar inesperadamente Aldama á refol'zarle con catorce
bátallones.


Incorporado con ellos, varióCórdova de plan y, tre-
pando por las escabl'osidades de la sierra de Andia, pene ~
tró en los valles de Arana y en las Amescoas, donde pcr-
noctó. Desde aUi se encaminó á Santa Cruz, Cabredo, Ge-
nevilla y Aguilar, incendiando cuantos molinos, fábricas y
almacenes encontró al paso, y destruyendo el campamento
atrincherado de Orvizo. No bastaron todos los esfuerzos
de Zumalacál'regui' á impediJ' esla operacion, ni á cerrar á
Córdova el paso de aquellos desfiladeros, de que, solo á fuer-
za de arrojo y de inteligencia, salió con felicidad. Desde
alli, se dirigió luego á Vitoria, adonde llegó el dia 13 es-
coltando un gÍ'an convoy, en tanto que, con sus catol'ce ba-
tallones, marchaba Aldama á Logroño en busca de Valdés.
A incol'porarse con este general, llegó tambien por aquellos
dias á la capital de la Rioja el brigadier don Narciso Lopez
con ochocientos caballos.


A la cabeza de estas fuerzas y de alguna de artillería,
salió Valdés de Logroño el dia 16 de abril y se encaminó
áLa Guardia, desde cuyas inmediaciones, temeroso sin du-
da de que, en vista de sus movimientos hácia el interior del
pais, intentasen los enemigos alguna cort'ería á la ribera,
dispuso que, para gual'l1eCel' esta línea, retrocediesen á si-
tuarse en observacion de ella los caballos de Lopez y la di-
vis ion de artillería.




LIBRO TERCERO. 113
Resuelto él, por su'parte, á atacar el grueso de la faccion


que, por aquellos dias, se hallaba en l\londl'3gon y Oñate,
y conforme con el plan que, al salil' de Logl'oño, se trazára,
dispuso que, reunidas las bl'Ígadas de los coroneles don
Santiago Mendtz Vigo y Gurrea, observasen al enemigo
y le impidiesen el paso, ya hácia el Bastan, ya á las Ames-
coas que eran los dos puntos á donde mas probable
parecia que, al verse atacado, se retirase. Con igual obje-
to trasmilió al brigadiel' Já\ll'cgui las instrucciones condu-
cen[es á que, aproximándose por la parte de Guipúzcoa,
reforzase en caso necesario al bl'igadicr Oraa que, con su
columna, guarnecia el primero de aquellos valles.


Tomadas estas disposiciones y enterado de que, á su
aproximacion, se habian dividido los carlistas, con lo cual
quedaban, en parle al menos, destruidas sus combinaciones,
dirigióse Valdés á Peñacerrada y desde alli á Vitoria, don-
de, reuniendo á las tI'opas que ya llevaba los siete batallo-
nes de CÓI'dova, formó un nuevo plan de campaña.


Impaciente pOI' empezarla, cuidóse, mas que de escogel'
su gente, de reunir mucha, y, sin detenerse en Vitoria mas
que un dia, salió de esta ciudad con treinta y cuatro ba-
tallones, mandados por los genel'ales Córdova y Aldama, el
brigadier Seoane, el coronel don Froilan Mendez Vigo y
algun otro gefe. Aquel mismo dia llegaron todas estas tro-
pas á Salvaliel'ra, donde, con respecto á su direccion ulte-
rior, debia tomar el general en gefe las medidas que, segun
las circunstancias y con aneglo á los movimientos del
enemigo, creyera mas oportunas.


Anles de salir de Viloria y con el objeto oe escitar el
celo yel ardOI' de sus tropas,publicó una órden general del


TOMO 11. 8




114 A'\' ALES DE ISABEL 11.
ejercito concediendo á nombre de la reina Gobernadora as-
censo al gJlado inmediato á los oficiales y sargentos que, des-
de el principio de la guerra, habian c3mbatido en Navarra;
confirió cúndecol'aciones y señaló !)l'emios a los individuos
de la clase de tropa; anunció al cjército su próxima salida á
campaña; le indicó su deseo de vel', durante esta, fielmen-
te observada la mas severa disciplina y eehó, en fin, á vo-
lar una proclama en que, des pues de brindar á los pueblos
con las dulzuras dc la paz, los amenazaba con los horrores
de la guerra.


Lleno, pues, de entusiasmo y de esperanza, salió de
Vitoria el ejercito que, al mando de Valdés, internando se
el mismo dia en las Amescoas, fué á pernoctar á Contras-
ta. Villarreal que, con dos batalloncs de alaveses, se halla-
ba en este puesto, lo evacuó á la primera noticia que tuvo
de la aproximacion de las tropas de la rcina y en buen ór-
den se replegó sin pérdida de tiempo ni de gente sobre Eu-
late, donde á la sazon se hallaba Zumalacárregui. Este, que
pocos dias antes, dividiendo las tl'opas que á sus órdenes
operaban, había destacado por una parte á los guipuzcoa-
nos para que atendiesen á la defensa de su pais ; por otra
á la dlVision vizcaina de Sarasa pam que en el suyo se pro-
porcionase los medios de subsist.i~' y situado en Segura,
como parage menos espuesto á una invasion, el cuartel ge-
neral de don Cádos; Zumalacál'l'egui, digo, que dudaba de
que á Val dé s fuese posible, y quesobl'c todo sabia que no
podia serie convenieute reunir en un solo punto tan crecido
numero de tl'opas, vió eon sorpresa el de las que á aquella
espedicion le aeompailaban y, observando atentamente la
direccion en que se movian, llamó ti. sí los batallones acan-




LIBRO TBll.CF.RO. 115
tonados en los valles de Ega y ~ la Berueza. Acudieron
ellos y, reunidos á los seis que á sus inmediatas órdenes
habia conservado el caudillo de don Ctnlos, encontraronse
en numero de diez aguardando á Jos treinta y taJltos de la
reina, en el puerto de Enlate, al amanecer del dia 21 de
abril. Los carlistas aunque, como sc vé, muy inferiores en
numero á los cristinos que en busca de ellos avanzaban, te-
nian en su favor la llatmaleza y el conocimiento del ter-
reno en que iban á maniobrar.


Entrado ya el dia , empezaron á desfilar los batallones
de Valdés que, pOI' dos distintos puntos, cmprendieron con
resolucioll su marcha hácia las altmas de Eulate. Zumala-
carregui que, desde muy temprano, accl'candose con una
pequeña escolta a Contrasta, habia observado, sin perderlo
un solo instante de vista, los movimientos del cnemigo, dis-
puso que evacuasen sus tropas á Eulate, y emprendiesen
sin tardanza su marcha en direccion de las Amescoas, apos.
tando dos batallones en un bosque quc entre estos valles y
aquella allUl'a se cncuentm, con el objeto de retardar la
marcha de los cristinos, dado caso que estos la emprendie.
sen por el camino de abajo. No sucedió, empero asi; antes
bien, trepando Valdés con fuerzas considerables los puertos
de Anarache y Eulate, cOlTia á tomar posesion de la venta
de Ul'basa, con la mira, al parecer, de permanecer alli al-
gun tiempo. La aspereza del terreno hizo larga la camina-
ta que, para llegar á la venta, por vel'edas angostas y poco
menos que impracticables, tuvieron que hacer los treinta y
cuatro batallones que en aquel punto se empeñó en reunir
el poco avisado general cristina.


Congregada , sin embargo, esta fuerza en un parage




116 AXALF.S DE ISADET. n.
donde ní aun agua que beber habia, y del cual no era posi-
ble salir sin inmensas dificultades, pues la naturaleza del
suelo no permitía sacar partido oe las masas, limitóse
Zumalacárregui á colocar Sil gente en los sitios por donde
sospechó que podia ser atacado. Pero convencido u las po-
cas horas de que Valdés, al'l'epentidü sin duda de su im-
prudente operacion, trataba de dirigirse á las alturas de
Artaza, desde donde era mas fucil el ataque, y mas segura
tambien, en caso de necesidad, la retirada á EstelIa , tomó
cuatro de sus mejores batallones y subió con ellos á apode_
rarse del puerto que domina aquella cordillera. Al llegar
alli Zumalaeál'regui pOI' un lado, en tanto quc , pOI' el otro,
y en busca ya &el camino de EstelIa , salia del bosque una
division cristina, trabóse una reñida refriega, en la cual hi-
ciel'on unos y otros alante de gt'an valor; pero, fatigados los
de la reina por t\'es dias de penosa marcha y dos nocl1es
de intranquilo sueño en aquellas ft'ias y húmedas montañas,
acosados hasta por el hambre, aflojaron al poeo tiempo, 110
obstante el al'dOl' con que los animaban sus gefcs, y gefes
y soldados sucumbieran antes de mucho á la f¡¡tiga propia y
á los embates del enemigo, a ItO Ilegal' en aquellos criticos
momentos el genel'al Cót'dova que, al [t'ente de un batallon
de Ligeros de Aragon, (el mismo, por cierto á cuyas balas
tres meses autes cayó muerto en la Pucrta del Sol el capi-
tan general de Madrid), detúvo POt' un instante el ímpetu
de los carlistas. ~las en esto, POt' otl'O lado se presenta Za-
ratiegui con dos batallones de rcfí'esco; y, como al llegar á
lo alto del puerto y tomando alli posicion, advit,tiese quc
el grueso dcl ejército cristino tomaha, en retirada ya, la di-
fcccion de Estella, atacó á Córdova, que á pie firme pare-




LIBRO TERCERO. 117
cm estar dispuesto á proteger la retirada. Embestida, en-
tretanto, por Zumalacárregui, defendióse con valor y duran-
te buen ¡'ato la retaguardia cl'istina; mas, no pudiendo re-
sistir por mas tiempo el fuego Cfue desde las alturas le ha-
cian , desordenóse por fiu. A todo esto era de noche, y en
tanto que Valdés, con la vanguardia, entraba en Estella, la
retaguardia, IllfHHlalla pOI' Cardan, se hallaba todavía á
dos leguas de este punto, y una division del eentro á las
órdenes del bl'igadiet, Burcn se dil'igia á Abarzuza, donde
pernoctaba, no sin grave peligl'o de verse atacada por Zu
malacár!'egui. A Abal'zuza, tambien, fueron á parar muchos
de los dispel'sos que, vagando pOI' aquellas montañas una
parte de la noche, pudiel'on evitar caer en manos de sus
enemigos. A libertarlos tI todos llegó á la mañana siguien-
te la division de Córdova, enviada alli con este (lbjcto por
el general en gefe. En su retil'acla , hicieron uso los cl'isti-
nos de cohetes á la congréve, l'ecien desembarcados de In-
glateJ'fa; pero en el desórden y la pl'ecipitacion eon que
en aquellos momentos sc hizo tocio, ningun otro efecto pro
dujeron estos pc\igl'oSOS y mal manejados proyectiles que
acrecentar la confusioncn términos de que, en la oscuri-
dad, se hacian fuego y hasta se embestian unos á otros los
batallones cl'istinos.


Tal fué el desenlace de la famosa accion de las Ames
coas. La fatiga, el hambre, la oscuridad de la noche y has-
ta el furioso temporal que hacia, todo contribuyó á &.umen-
tUl' entre los cl'Ístinos el desól'deu, de que fué consecuencia
la denota. Causas idénticas, á las cuales hay que agl'egar
el temo!' de que de Pamplona Ó de la Ribera acudiesen oh'as
tropas en auxilio de Valdés, impidieron á los carlistas aca-




118 ANALES DE ISABEL n.
bar con sus contrarios que, dispersos, huian por aquellos
campos en la noche del 22 de abril, aciago aniversario de
la celebracion dcl tratado de la Cuadruple Alianza y de la
derrota de Alsasua.


Relativamente á lo que podrian haberlo sido, ni en AI-
sasua ni en las Amescoas fueron muy considerables las
pérdidas efectivas; si bien incalculahlcs las de otro génel'o
que, en ambos combates, cspcrimcIltó la causa de la reina.
Por lo que respecta al ultimo, bien, sin tcmo!' de errar pue-
de citarse como uno de los mayores y mas trascendenta-
les desastres que hasta aquel dia habian tenido que deplo-
ra!' las tl'opas de Isabel n. La dcsmoralizacion completa dc
su ejército, el descrédito del gcncml quc lo mandaba y la
ruina de las espcranzas de la uacion fucron la consecuencia
inevitable dc aCfuclla inmensa r,atásll'ofe.


Por Sil parle los carlistas, si hien no llevaron hasta don-
de era posihle las consecuencias de su "iclol'ia, cclebráron-
la con marcadas mncsll'as de orgllllosa ~,:llisfaccion. Y no
fué poca la que sintió ZumaIacáncgui cuando, ú los dos di as
de la batalla que tal triunfo le hahia valillo, recibió en Eu-
late las bases del tl'atado quc, al cfccto dc atenuar los 1101'-
rores de aquella sangt'ienta lucha y dc regularizada algun
tanto, venia á pl'oponer lord Elliot, cn nomlJrc dcl gohier-
no inglés á ambas partes beligcrantes; convcnio á cuya
aé~eptacion ninguna tlificult[1(l opuso por su parte el ya de-
silusionado genel'al en gefe del ejército cl'istino.


En Inglaterra, desavencneias cuyo origen era fácil en-
contl'ar en la política intcrior de aCIuel pais, pero cn las
cuales no dejaba de entrm' por algo la situacion del nuestro,
habian, meses atl'ás, constituido al gabincte "hig, quedirigia




LIBRO TERCERO. 119
el vizconde de Palmerston, en la necesidad de abandonar el
puesto. Vivos recelos insl)iró a los liberales españoles este
cambio ministerial, de que, como forzosa consecueficia, de-
ducian el de la linea ue cOlluucta política hasta entonces
observada con respecto á Isabel II por el gobierno ue Gui-
llermo IV; y no poco alentó a algunos la subida al poder de
un gabinete tor) pn'sidido por lord Wellinglon y de que
COl'maban parte lord Aberdeen, lord .Mahon y otros hom-
bres de Estado, a quienes muchos, y especialmente los par-
tidarios de don Carlos, atribuian ideas anti-liberales y sim-
patías por este príncipe. Equivocabanse, sin emlJargo, los
que tal pensaban con respecto á la euestion de España; en
ningun ministerio compuesto de ingleses habia ni podia ha-
ber mas que una opinion, por cuanto no habia mas que un
interés; y, tratándose de cuestiones estrangeras, no suelen
los ministros de aquella naeion, cualquiera que individual-
mente sea su modo de pensar, separar 10 uno de lo otro.
Asi se vió alministel'io W eIlingtoll, fiel al tratado de la Cúa-
druple Alianza, cumplj¡' religiosamente las condicíones que
en él se impuso el gabinete que le precedió.


El maI'ques de Miraílores, embajador de España cerca
del rey de lnglatel'l'a, pero que accidentalmente se hallaba
á la sazon en París con real licencia , fué el primel'o que, á
la noticia del advenimiento de lord Wellington al poder, se
apresuró á indicaI' la conveniencia de que, en reemplazo
suyo, se enviase á aquella córte al general Alava que. por
las circunstancias de ser antiguo y personal amigo del du-
que, podia ejercer en el animo de este hombre de Estado
alguna influencia favorable á los intereses de la nacion que
alli iba encargado de representar.




120 ANALES DE ISABEL 11.
Cedió el gobierno á estas leales y dcsintcresadas indi-


caciones del marques de Miratlores y dió al tgeneral Alava
la órden de trasladarse inmediatamente á la córte de Ingla-
terra. Desde el primer dia de la llegada á Lómlt'cs del nuc-
va embajador de España, el gobiemo de aquella nacíon que,
por su parte, se mostraba dispuesto á continual' cumplien-
do como hasta entonces los empeños contraidos' con el de
esta, manifestó al general Alava el disgusto con que veia el
horrible sistema de guerra que en las provincias vasco-na-
varras se seguia con escándalo de Europa; y, de acuerdo en
esta pal'te con el gobierno de las Tullerias, hizo mas de una
vez, y sobre todo desde la llegada de Mina á Nayal'l'a, re-
clamaciones enérgicas en nombre de la humanidad y de la
civilizaeion. Fácilmente comprendió el gobierno español la
justicia y la oportunidad de las quejas de sus aliados, y de-
seoso, como se mostraban ellos, de regularizar la guerra y
de evitar, ó á lo menos de disminuÍt' el det'l'amamiento de
sangre, consintió en que, con este /In, salvando por su-
puesto el principio político y la cucstion dinástica que se
agitaban, interviniesen en la contienda sus dos podel'osos
aliados.


Esta fué la causa del viage de lord Elliot á las provin-
cias del Norte y de su presentacion á Zumalacárregui el dia
24 de abril. Ni por parte de este caudillo, ni por la del ge-
neral en gefe de las tropas de la reina, halló, pues, el agente
británico obstúculos de ninguna especie para el desempeño
de su misiono Conformes, por el contt'ario, en la convc-
niencia de su objeto, /ll'móse á satisfaccion dc ambas par~
tes, con solo algunas ligeras y justas modificaciones pro-
puestas por el general Valdés y aceptad3s, sin reparo por




LIBRO TERCERO. 121
Zumalacárregui, el convenio en que, entre otras cosas, se


, estipulaba el respeto de las vidas y el cange de los prisio-
neros que por una ú otra parle se hiciesen en el territorio
de las provincias Vascongadas, entendiéndose ampliar mas
larde á las demas del reino los efectos de este tratado, en
caso de tomar en ellas la guerra el carácter que en las del
Norte tenia.


Bien qne el feroz encarnizamiento con que en ellas se
seguía luchando hiciese en ~lto grado neccsal'ia y á todas
luces laudable esta acertada medida, sirvió ella de pretes-
to á nuevos y terribles ataques contra los hombres que en
su adopcion lomaron parte. Ni fué este el único punto acer-
ca del cual luvo por aquellos dias el gobierno que contestar
á los cargos de la oposicion. Firmado el convenio, á favor
del cual se regularizaba la guerra, empezó á discurrir Val-
dés sobre los medios de concluirla. Convencido, sin embar-
go, de que ni aun á sostenerla en los términos en que has-
ta entonces se había tratado de hacer, bastaban ya las fller~
zas de que él disponia ni los recursos todos de la nacion,
determinó abandonar definitivamente varios puntos fOl'ti-
ficados, cuya defensa, en el estado á que habian llegado las
cosas, ofrecia mas embarazos que utilidad, mas peligros
que ventajas. Asimismo, renunciando á victorias que tenia
por imposibles y deseoso de evitar desastres que veía como
probables, concibió la idea de replegal' sus tropas, cuya reor~
ganizacion se hacía necesaria, á la linea del Ebro, desde don-
de, observando constantemente los movimientos del enemi-
go, pudiesen, segun las circunstancias, trasladarse de un pun~
to á otro, é impedir en todo caso que cundiese á otras provin-
cias la insurreccion por entonces reconcentrada en aquellas.




122 ANALES DE ISABEL 11.
De todo esto, así como de pormenores, no muy exac-


tos por cierto, de su desgraciada espedieion á las Ames-
eoas, dió Valdés por aquellos dias conocimiento al gobier-
no; y, manifestándole clara y tel'minantemente la imposibi-
lidad de llevar á cabo, aun con todos los recursos del
pais, ta pacificacion de las provincias sublevadas, despa-
chó á Madrid al genel'al Córdova con órden de avistarse
con los ministros, de cspónerles el verdadero estado de
cosas y de hacerles comprender la imprescindible necesi-
dad de reclamar la intervencion de las potencias aliadas,
como unico medio dc poner término a una lucha cuya pro-
longacíon amenazaba sumir á España en un abismo de
males.


Llegó el general Córdova á Madrid en momentos pre
cisamente en que, por todos los ámbitos de la capital, cir-
culaban de boca en boca los detalles de la accion de las
Amescoas y la noticia del convenio celebrado entre Valdés
y Zumalacárregui. En el parte de la accion que, en su cré-
dula inexperiencia, calificaban algunos de favol'able á las
armas de la reina Isabel, adivinaban los mas avisados una
tenible derrota. Pero la incertidumbre, hija de la falta de
exactitud de los datos oficiales, tenia todos los {mimos in-
quietos y conmovidos. Del convenio celebrado por media-
cion é influjo de lord ElIiot con el caudillo carlista, tampo-
co se tenia mas que noticias muy vagas, y vagas eran asi-
mismo las que, con respecto á intervencion estrangera, pro-
palaban por todo Madrid las cien trompas de la fama. De
la agitacion que, en todas las clases y en todos los pal'lidos,
produjo en la capital la coincidencia de estos rumores con
la llegada del general Córdova, se aprovecharon los hom-




LIDRO TERCERO. 123
bres de la oposicion para atacar de nuevo al gobierno, que,
en el interés de la causa pública, guardaba sobre estos
puntos una prudente reserva. Y, exaltadas las pasiones en
aquella lucha de partidos , en vez de ayudar al gobierno á
llevarla a cabo, le imputaban á cargo los medios que, como
únicos capaces de concluirla, creia él deber adoptar.


Ya, en la sesion de 21 de abril, refiriéndose al objeto
de la mision de lord Elliot, de que á la sazon se ocupa-
ba la pl'ensa periódica de Lómlres y de París, y á esplica-
ciones que sobre este particular habian mediado en las cá-
maras inglesas, interpelaba Alcalá Galiano al presidente
del Consejo, llamando muy particularmente su atencion so-
breciel'tas palabras que á Luis :Felipe atribuia un periódi-
co francés, en que se leia que «no consentiría este so-
»beranocn quc reinasc en España la anarquía y que lo
»propio estaba dispuesto á combatirla en este tel'feno que
»en las calles de Lyon y de París. »-,-«No se trata-decia
Martinez de la Rosa, contestando al interpelante-de nin-
»)guna negociacion política con el príncipe rebelde; el go-
»hierno no lo consiente, ni lo hubiera consentido, ni lo
»consentirá jamás. POI' el tratado de la Cúadruple Alianza,
»Inglaterra, en caso necesario, dará auxilios de mar y Fran-
»cia los dará de otra especie; pero auxilios ó socorros,
»no intervencion. Sin embargo, el ministerio está muy le-
»jos de creer hallarse en el caso de necesitarlos. Tiene fé
¡¡en la nacion, en su carácter y fil'meza, y se cree con la
l!fuerza suficiente, apoyauo en la nacían misma, para triun-
»far de los enemigos de la prosperidad pública.»


Por desgracia esta fé no era fundada y la opinion que,
en la tribuna del Estamento de Pl'Ocuradores, emitia Marti-




124, ANALES DE ISAllEL Il.
nez de la Rosa el dia 21 de abril, quedaba desmentida por
los sucesos dc que, el mismo dia y los siguientes, el'an
teatro los valles de las Amescoas y las crestas de la sierra
de Andia. Esto no obstante, la declaracion del presidente
del Consejo de ministros acalló los clamores del Estamento
que, por entonces, continuó ocupándose del proyecto de
ley de aneglo de la deuda interior.


Pero, en la sesion del 4 de mayo, cuando ya en Madrid
eran públicos los rumores de que va hablado, tomó la pa "
labra Isluriz para dirigir al gobiel'llo una nueva interpela-
lacion.-« Deseo saber-decia-si han ocurrido algunas
»circunstaneias que hayan podido alterar el ánimo de los
»ministros sobl'e dos puntos; 1.0 el mantcnimiento de la
»ley de 27 de oetubt'e (relativa á la esclllsion de don Car-
»los y de su familia á la cOl'ona de España); 2.°, la resol u-
»cion tantas veces manifestada por los secretal'Íos del Des-
))pacho de no admitit' la intervencion estt'angera.») El enla-
ce con que se tenia cuidado de presentar estas dos cuestio-
nes reve\aba de parte de los que lo hacían cierto temor de
que el objeto de la inlervencion fuese apela!' al auxilio de
potencias estrangeras pm'a transigir la cuestion dinástica.
Sobre el primer punto, dió el conde de Toreno la mas espli-
cita y satisfactOl'ia contestacion.-(d~:o sé-decia, refiriéll-
»dose al segundo-que la cuestion de la intervellcion es-
»trangera haya sido hasta ahora objeto de dcliberaeion sél'ia
)JY formal del gabinete de S. J'Í., ni estoy autorizado á dat'
»respuesta alguna sobre negocios de tal cuantía, que no
»son para improvisados.» De esta manera eludía el minis-
tro de Hacienda la cuestion que agitaba los ánimos y, de-
jando en lo que él callaba, adivinar mas de lo que habia,




LmRO TERCERO. 125
aumentaha con sus reticencias, en unos la zozobra, en oh'os
la indignacion. Ante la importancia que á este asunto y á
la celebracion del convenio de lord Elliot daban los enemi-
gos del gobierno, desapareció toda la que en sí tenia la
derrota de las Amescoas, sobre la cual ni una interpelacion
se dirigió á los ministros, ni un cargo se hizo al general
cuyas mal meditadas disposiciones comprometieron induda-
blemente, en aquella jornada, no solo el ejército de su man-
do, sino la causa de la reina. En presencia de esta catás-
trofe y de oh'as que de ella fueron consecuencia, empe-
zaron los individuos del gabinete á adherirse á la opi-
nion del g~neral Córdova que, en representacion del se-
cretario del despacho de la Guerra, asistia á las sesiones
del Consejo de Ministros. Pero reconocer, á fuel' de hom-
bres justos é imparciales, la exactitud de las razones que
alegaba Córdova y ~ la imposibilidad de concluir la guerra
con solo los recursos del pais era muy diferente de presen-
tarse, como minislt,(\s de la Corona, á proponer la interven-
cion de las potencias cstrangeras. Y ¿,á quién? á un congl'eso
que, poco cnterado de pormenores en que era por otra
pal'te imprudenlísimo entrar, tal vez rechazaria la pl'opues-
ta que se le hiciese; á un congreso del cual, aun hechas por
el gobierno las mas tristes revelaciones, no habia que espe-
rar resolucion alguna favorable sin un debate, largo en su
curso y fatal en sus consecuencias. Esta consideracion ar-
redraba á los ministros para pronunciarse en favor de las
idcas de CÓI'dova, á cuya reduceion á práctica se oponia,
por otra parte, el presidente del Consejo; ni ¿cómo era po-
siblc que, á menos de mostrarse en sus actos inconsecuente
con las palabras en que SOhl'C el particular habia profe-




126 ANALES DE ISAlIEL n.
rido en varias ocasiones, siguiese Martinez, en aquella, otra
línea de conducta. Retraiale, además el temor de la impopu~
laridad que para con los vocingleros y los ilusos le acar-
rearia su adhesion á aquellas ideas y muy principalmente el
recelo de la repulsa que, en vista de los despachos del duque
de Frias, se hallaba espuesto á recibil'; todo, pues, le indu-
cia á negar su apoyo á aquella medida, cuya necesidad abso-
luta tenia él demasiado talento para dejar de reconocer.


Hacíase tanto mas urgente la resolucion de este punto,
cuanto que las noticias del teatro de la guerra continuaban
siendo fatales. Irial'te acababa de ser batido en Guernica
por las divisiones reunidas de Gomez y Saraza; Zumala-
cárr.egui sitiaba á Irurzun y obligaba á Valdés á acudir de
Pamplona á su SOCOl'l'O; la guarnicion de Treviño habia ca-
pitulado despues de tres dias de defensa, sin que, de la lí-
nea del Ebro, llegase nadie en su auxilio; todos los puntos
fortificados, incluso el importante de EsteBa, abandonados
por Valdés, estaban ya en poder de Zumalacárregui: Men-
dez Vigo, atacado en las inmediaciones de Pamplona, habia
tenido que refugiarse dentro de los muros de esta plaza; en
Guipúzcoa , Zumalaeárregui amenazaba á Villafmnca; en
Navarra, Ol'áa, sorprendido junto á Belate por los batallo-
nes de Sagastibelza, sufria un descalabro de eonsideracion;
evacuada la Borunda y á punto de serlo el Bastan ¿ qué
esperanzas que no fuesen ridiculas á fuel' za de quiméricas
podian quedar de llevar á buen lérmino una guerra que
tan colosales proporciones y tan desfavorable aspecto iba
tomando de dia en dia?


Altas y poderosas razones aconsejaban, pues, solicitar,
antes de que el mal se hiciese irremediable, la intervencioll




LIBRO TERCERO. 127
de las potencias aliadas. Contra la opinion pública, escita-
da por el sentimiento de un mal entendido amor propio na-
cional, estraviada quizás tambien por las recientes aseve-
raciones del presidente del Consejo de Ministros y, perver-
tida sobre todo por los clamores que, desde la tribuna del
Estamento popular, exhalaban los hombres del progreso,
venian, sin embargo, á estrellarse los esfuerzos de Córdova
por hacer á los ministros adoptar una disposicioB que ellos
reconocian conveniente y que todo daba á entender que era
necesaria.


No poco contribuyó la incertidumbre de lo que, acerca
de esta grave cuestion, se meditaba ó se resolvia en el Con-
sejo de Ministros á dar pábulo á las inquietudes de unos,
á exacerbal' las pasiones de otros y á tener los ánimos de
todos en un estado violento de penosa espectacion.


Agravándolo con sus declamaciones, y esplotándolo, se-
gun costumbre, en daño de los ministros, conspiraban oculta
y abiertamente por derribarlos los hombres de la oposicion.
Resueltos finalmente á formular contra el gabinete un voto
de censura, reuniéronse, entre instigadores y seducidos ,
unos sesenta procuradores en casa de Caballero, al efecto
de adoptar una medida pal'lamcntaria capaz de mejorar la
situacion política, «comprometida (decian ellos) por la esti-
»pulacion de 24 de abril.»


El dia 10 de mayo, que fué el mismo en que se celebró
la ses ion nocturna de casa de Caballero, tuvo noticia el go-
bierno de que, para el dia siguiente, se estaban fraguando
planes de trastol'llo y que llasta habia proyectos de asesi-
nato. En consecuencia, adoptaron los ministros cuantas me~
didas hacia indlspensables la necesidad en que á la vez se




128 ANALES DE ISABEL n.
hallaban de proveer á su seguridad personal y de impedir
que se turbase el órden público, concertandose al efecto
con el capitan general de :\Iadl'id, conde de Ezpeleta. Entre
las medidas que, de acuerdo con los ministros, tomó la
autori~ad militar, fue una que, en el Prado, para desde alli
destacar patrullas que vigilasen los alt'cdedores del Esta
mento, se situase una fuerza de quinientos infantes y ochen-
ta caballos.


Grande ,-,gitacion, asi en las tribunas públicas como en
el salon de sesiones, pudo uotarse cuando, al abl'irse la del
11, presentó Caballero, segun lo convenido la noche antes,
una proposicion concebida en estos términos:-(Pedimos
»al Est'-'mento que delibere y resuelva elevar una peticion
)la S. "M. manifestando que la marcha seguida por la ad-
»ministracion actual ha causado males graves á la patria y
»)quc, por lo tanto, el Estamento la juzga desacertada.»
Apoyándose en las disposiciones del reglamento, negóse el
presidente á dar curso á la proposicion; mas, como á este
fallo no se conformase el obstinado autol' de ella, quiso el
conde de Almodovar recurrir á la decision del E~tamellto.
A consecuencia de esta indicacion tomó Galiano la palabra,
y tratando de oponer á las disposiciones fundamentales é in-
prescriptibles de un reglamento en vigor, preeedentes que,
por su mismo caractcr de escepcionali 1ad, ninguna fuerza
tenian,-((pido-decia-que se lea el acta de la sesion del
dia 19 de enero último.» Pero el presidente, con mucha
energía y sobrada r<lzon, repuso que, la proposicion era
contraria al reglamento, del cual no podia apart'-'rse-(Si
»á pesar de esto-añadía-el Estamento, que es mas fuerte
llque yo , quiel'e que el reglamento se infrinja, desde luego




LIBRO TERCERO. 129
»)me conformo con que se le dé cuenta del documento de que
))se trata.») Vn nó salido de los escaños de la asamblea puso
fin á aquel debate y á las esperanzas que, enll'andode lle-
no en el, tenian de promover escám]alo los firmantes de la
proposicion.


Batidos, pCI'O no dcsengañados; antes bien, ciegos de
cólel'a y úvidos de tumulto, dieron á la cuestion olI'O giro y
otro preleslo ú sus fllrol'es. Lopez (don Joaquin María) quc,
entre Jos hombres que al gobiel'llo hacian la oposicion, pasa....;
ba pOI' uno de los mas al'llienles y era seguramente uno de
Jos m3S brillantes y mas facundos oradol'es , fué el que en
aquella ocasion rompió las hostilidades. Calificando de aten-
tado hOl'l'ible las medidas de óJ'den público y de segm'idad
pCI'sonal lomadas pOI' los ministros, cuya existencia ame-
nazaban los puiíales de los asesinos, f¡uejábase amargamen-
te de que, en la tribuna pública del Estamento, se hu-
biesen introdueído agentes de policía. Y-«tanlo mayor-
decia-ha dcbido SCI' mi estl'alleza, CUllnto que hace poco
)tiempo se ha lwesenlado \lna eompama á mano arma-
)da feenle al Estamento, como para venir á influir en
»)nuestras deliberaciones.»)


El hecho era cierto; pel'o completamente infundada la
hipotesis de su origen y la dedllceion de sus consecuencias.
En las tr'ibullas públicas, á pesar de esto, ú á causa de ello
quizá, }JI'orlujcl'on las palabras del procuradoí' valenciano un
efecto, l11l·jor diré un tumulto, tal (Iue fué prec iso que el
presidente, invocando la dignidad de sus funcio nes y re-
vistiémlose de toda la energía de su caráctel', man dase en
nombre de la ley evacuar dichas tribunas y cerl' ar las
puertas que á ellas daban entrada. Y, en tanto que, á la par~


To.l)w 11. 9




430 ANALES DE ISABEL n.
te de afuera del edificio del congreso, se agitaba aquena tur~
ha, gritaba dentro de él Lopez,-«Por mi parte, yo dejaria
»de ser pl'ocurador, ¿qué digo? dejaria de ser español si no
»pidiese aclal'aciones solH'e un agl'avio de tal trascendencia
)¡hecho á la representaeíon nacÍon al y que esta no debe to-
)¡Iemr en manera alguna ..... Esto ha sido un atentado, un
»insulto hecho á la representacion n aciona!.)¡


¡Pobl'e gobierno el que, cn vista de semejantes obser-
vaciones, hacia retirar del Est amento la fuerza que, para
aten del' al cuidado de su pI'opia consel'vacion, habia desti-
nado á aquel punto! ¡pobre gobierno aquel que todavía, des-
pues de este acto de inexplicable debilidad, se pI'esentaba
á escusarse de lo ocurrido, ¡), negar su participacion en ello
y á dil'igil' cumplidos y hasta lisonjas al Estamento, en vez
de exhalar las quejas que mCI'ceia la injusta y díscola con-
duela de muchos de sus individuos!-«EI gobierno-deeia
Martinez de la Rosa, tratando de explicar un hecho que no
necesitaba explicacion-el gobiemo, á quien lIcgaJ'on varios
»avisos de que se tl'ataba de pe rturb al' la tl'3nquilidad pú-
"blica, dió en consecuencia á las autoridades la ól'den de
»reprimil' cualquiel' tentativa; pero no se entrometió á pres-
Ilcribir esta ó aquella medida, lo cual corresponde á las au-
»toridades. Una de estas medidas fué enviar aqui tr'opas;
»pero luego que lo supe, yo mismo saH á mandar que se
»retirasen. »


En este estado las cosas, toma Argüelle s la palabra, y
dando distinto rumbo al debate, hace otra interpelacion, y
pide nuevas explicaciones al gobicmo sobre el asunto I'ela-
tivo á la estipulacion del lord EIHot. A Argüclles contestó
Mal'tinez alegando de nuevo todas las razones de justicia,




LIBRO TElieERO. 131
de conveniencia y de humanidad flue habian presididó al tI'a-
tado hecho en las provincias del Norte por influjo del nego-
ciarlor ingles, y acabó diciendo fine el Estamento tenia abier-
a la puerta pa ra pedir en las formas legales la responsabili-
dad de los actos de los ministros, en euyo caso contestaria.


Negando flue, en el círculo cstrecho de estas formas, ha-
ya medio dc exigir á los ministros semejante respoi1sabili-
dad, y crigiéndose en campeon de los fueros y de las atribu-
ciones del Estamento, insiste Caballero en que, no fiendo
cosa en que quepa duda la adhesion del gabinete á las esti-
pulaciones recienlemente fil'Inadas por intcrvencion del lord
Elliot, se está, no como t¡uiem en el caso de dirigir una pe-
ticion á S. M. , sino en el de promover una acusacion" for-
mal contra Jos ministros y exigirles la responsabilidad de su
eonducta. En vista de lo cual, y á pesar de las observacio-
nes de Martinez de la Rosa, dirigidas á probar la ilegalidad
de este procedimiento, se tomó en considemcion por cuatro
votos de mayoría una pl'oposicion fOI'mulada por Caballero
en los términos signicntes:-«Pido al Estamento se sirva
»declarar que, conforme al artículo 139.· de su reglamento,
npuede legalmente ocuparse en examinal' la conducla de
)Jlos secretarios del Despacho respecto de las estipulacio-
)mes entre el general Valdés y el rebelde Zumalacárre-
})gui, y por tanto, flue se acuerde reclamar del gobierno el
llreferido convenio.»


Terminado este incidente y levantada la sesion, retirá
base ya Mal'tinez de la Rosa, cuando, en el momento de ir
á subü' al coehe, se vió acometido por un grupo de hom-
bres armados que, gritando ((muera el traidor» le ame-
nazaban con sables y navajas. Afortunadamente, ninguno




132 AN.\LES DE ISABEl. n.
de ellos llegó á herirle. Martinez tomó su carruage y en
él se encaminó á su casa, á cuya puerta estaha, en actitud
amenazadora, aguardándole otro grupo compuesto de pai-
sanos armados y dc urbanos. Un tiro que accidentalmcnte se
le escapó á un soldado de los cuatro (fue hasta alli, desde
el Estamento, habian ido acompañando al presidente del
Consejo, ocasionó un conflicto á que puso fin la llegada del
capitan general. A la primem intimacion del conde de Ezpe-
leta, apartó se del coche la gente que lo rodeaba y de el pudo
Martinez de la Rosa bajar sin ser inquietado. No se crea, sin
embargo, que por eso cesaron aquel dia los desórdenes en la
capital; lejos de ser asi, en la milicia U1'bana hubo actos
de insubordinacion, de cuyas resultas dimitieron sus desti-
nos y devolvieron sus despachos Yal'íos oficiales de ella;
por la noche sc lanzaron gl'itos sediciosos y se formaron
corrillos en varios puntos; pero ni el carácter que tomaron
fué alarmante, ni larga su duracíon,


Esto no obstante, los sucesos del 11 revelaban de parte
del gobierno imprevision ó recelos, impotcncia ó indecision.
Verdad es (y esto debeconsignarse aqui en abono de los
ministros), que las illjusticias de la oposicion parlamenta-
ria les tenian atadas las manos, coartadas las atribuciones é
indecisa la voluntad. Si, por sospechas de un delito, se prcn-
dia á alguien, tachábase de lnbitrarios y despóticos á los
agentes del podel'; si, afiliado en los clubs, el preso apare-
cia culpable y era sentenciado, ú si, reputado carlista, re-
sultaba inocente y era absuelto, acusábase al ministerio de
injusto y de reaccional'io y al poder judicial de vendido al
gobierno, de desafecto á las instituciones liLerales y hasta
de protector ó encubridor de facciosos. Eutre el dcseo de




LIBRO TERCERO. 133
obrar y el temor de escederse, queriendo contentar á unos
sin malquistarse con otros, el gabinete de Martinez de la
Rosa, cuya fuerza moral iba cada dia amenguándose, .se
hallaba en una posicion que, de pum embarazosa, habia lle-
gado á bacerse insostenible.


En el Estamento de Prócet'es, al dia siguiente y con
motivo del atentado, se presentó cubierta de muchas y res-
petables firmas una esposicion á la reina que empezaba asi:
-«Los Próceres del reino ven con el mayor dolor é indig-
»nacion la anarf¡nia levantar su cabeza y mostrarse en esta
)¡capital con repelidos actos, á cual mas infames y atro-
lJces.» En esta esposicion se acababa por pedir de la ma-
nera mas ené¡'gica el castigo de los culpables. En 'su cali-
dad de prócer del reino, asistía á aquella sesion el general
conde de Ezpcleta, el cual, como si temiese cargos, se apre-
suró a pedir la palabra para dar al Estamento las oportunas
aclaraciones sobre su conducta en los sucesos del dia anterior.
Nada que no supieran los pt'óceres que á aquella sesion asis-
tian dijo en esta parte el eapitan general de Madl'id; pero no
dejaron de p¡'oclucit' efecto las palabras con que, reprobando
el atentado, concluia:-« Dc órden del gobierno están tomadas
»todas las providencias necesarias para que esto no se re-
»píta, y la fuerza armada se halla dispuesta á repeler cual-
»quiera agl'esion de los malvados y de los agentes del Pre-
»tendiente, á los cuales no puedo menos de atribuir el orÍ-
»gen de estos sucesos; pues no imagino que personas de
»nuestra opinion, por mas exaltadas que sean, se entreguen
»ú dar la mano á escesos de esta natUl'alcza, derramando
)ldinero entre los incauto5 Ó malvados que se prestan á sus
»)detestables fines. ~




134 ANALES DE ISABEL H.
Bastante claro decian estas palabras de llonde procedía


el tumulto en que estuvo á pique de perder la vida el pre-
sidente del Consejo de Ministros. Agentes de don Cárlos,
sin ser partidarios de este príncipe, pero en odio del go-
bierno de Madrid, el'an los instigadores de aquella culpa-
ble tentativa; agentes del despotismo por entronizar la anar-
quía, curábanse poco de ver á España conv(~l,tida en un lago
de sangre ó en un inmenso monton de escombros, con tal
de poder, subidos en este ó metidos en aquel hasLa la gar-
ganta, proclamar la libertad de imprenta, la inviolabilidad
de domicilio, la institucion del jurado y otras garantías po-
líticas de que, mas ó menos incompletamente y al cabo de
muchos años de convulsivos esfuerzos y de infructuosos en-
sayos, habiallcgado á gozar alguno que otro ¡meLlo de Euro-
pa. Incautos no conocian, ó protel'vos afertaban desconocer
que el disfrute de aquellas ventajas politicas, compatible úni-
c<)menle con una paz profunda, con l1\1 gran desarrollo de
prosperidad, con una larga práctica de húbilos padamenta-
rios y un estado casi pel'fectü de cnltul'a y civilizacion, era
una 'ianaquimera, tm un pais, dividido pOI' las mas enCOll-
tradas opiniones, una idealidad desatinada en un pueblo que,
profundamente ignorante y poco acostumbrado á pensar, no
comprendia cual era el tél'mino medio entre el despotismo
y la anarquía, no huia de los fmiles mas que pam lanzal'se
en manos de la demagogia, no se sustl'aia al fallatismo re-
ligioso mas que para vCl'se dominado pOI' el todavia mas
terrible fanatismo politico; cra , en fin, un absurdo y un
contrasentido en una nacion de cuya pl'osperidad estaba la
guerra civil destruyendo los gérmenes nacientes.


Como era natural, las palabras del conde de Ezpeleta




LIBRO TERCERO. 135
encontraron eco en la asamblea cuando, reproduciendo una
índicacion del conde de Puñonrostro y reforzado por Gare-
lly, propuso que, á los tél'minos empleados en la peticion
para reprobar el atentado del 11, se sustituyesen otros to-
davia mas enérgicos y significativos.


Mientras esto pasaba en el Estamento de Próceres, en
el de PI'ocurar!ol'es se interpelaba al gobierno con motivo
de aquellos SLlcesos, y se cxigía de él que dijese i «1. 0 'por
»qué no evitó el tumulto, puesto que de él tenia avisos an-
»)ticirados; 2. 0 qué providencias habia tomado para descu-
»brir y castigar á los asesinos.» Verdaderamente la posi-
cíon respectiva del gobiel'Ilo y de sus enemigos tomaba de
día cn dia un aspecto mas singular; el gobierno iba per-
diendo terreno; sus enemigos ganándolo, y, des pues de
aguzar con sus provocaciones el puñal de los asesinos, cla-
maban contra el ministerio, cuyo presidente milagrosa-
mente escapaba á sus furores, porque no evitaba los cona-
tos ni castigaba los cl'Ímencs. El reo se convertia en acu-
sador y la víctima en acusado.


A los ocho dias del suceso por el cual, a las pocas horas
de ocurrido, se interpelaba al ministerio; el 15, pOI' fin, cuan-
do el Estamento de Próceres lo habia hecho el 12 Y el
Consejo de gobiemo el 14, pl'csentaron los Procuradores,
en forma de peticion y fechado del 13, un proyecto de men-
sage ó esposicion á la reina, reprobando el atentado del 11.
Firmado por mas de 70 procUl'adores, claro es que este do-
cumento debía obtener en la yolacíon una considerable ma-
yoda; y, obtcniéndola en efecto, quedó aprobado, no obs-
tante la oposicion que, á pretesto de proferirse en él pala-
bras favorables á \a conducta del ministerio, hicieron GalianO't




136 ANALES DE ISABEL n.
Isturiz y el conde de las Navas. El asunto de fllle se trataha
era en si bastante gmve para que, presei11l1iendo por un
momento de toda cuestion de pal,tillo y aunque no fuese
mas que por alejar de sí toda sospecha de complicidad mo~
ral en el atentado que se rcprobaha, se uniesen en aque-
lla ocasion, como en otras análogas lo hahian hecho, todos
los procuradores. No prevalecieron estas consideraciones,
antes bien, desechallllo el fondo por no aceptar la fOI'ma,
Totaron contra el mensage cuateo peocuradores y tl'ece se
abstuvieron de votar.


A todo esto, en la asamblea popuhw reinaha el desacuer-
do y seguia la contl'Oversia sobre el arreglo de deuda in-
terior presentado por el gobiemo, cuya diseusion interrum-
pian á cada instante turbulentos pl'ocmadol'es, no solo con
peticiones casi siempre intempestiyas y ú vcecs hasta riclí-
culas sino con intm'pelaciones á los ministros y con PI'oposi-
ciones al Estamento. Atentamente examinada pOI' aquellos
dias la prescntada algunos antes pOi' Cahnllcl'o, dióse en la
sesion de 21 de mayo conocimiento dd infornw es tendido por
la comisiono Coincidiendo con la orín ion antcriormente ma-
nifestada por Martinez de la Hosa, juzgaha la comision que
en las facultades del Estamento estaba la lle examinar la
conducta de los ministros, acusarlos y exigirles pOI' sus actos
la consiguiente responsabiI:dau; pero filie, l'efil'iéndose al
caso presente, lo que procedia era dil'i;!'il', Ú los efectos indi-
cados yen la frma que previene el Estatuto Real, una peti-
cion á la Corona. ~todificahan este dictúmcn dos votos parti-
culares de otros tantos individuos ¡le la comisiono Uno de
ellos, Argüelles, motivaba su disidencia en qne In formalidad
de la prévia peticion á la Corona para exigil' h I'esponsahili-




URDO TERCERO. 137
dad a los ministros, aunque consignada en el art. 139 del
reglamento y en las leyes vigentes, era solo aplicable a los
casos ordinarios y comunes, pero no a aquel grave y ur-
gente, en que, por esta dohle razon, se haeia necesario el
empleo de medios mas eficaees y menos dilatorios; y, cn con-
secuencia, proponia f(ue, mas bien que una peticion, se di-
rigiese a la reina un mensage, suplicándole mandase comu-
nicar al Estamento para su exámcn la estipulacion del lord
Elliot. Asi pues, el voto particular de Argúelles, cuya pI'i-
mera pal'te cea una exeitacion dirigida á los Procuradores
del Reino para que, abiertamente y a sabicndas, tomasen
una deliberaeion contraria a sus reglamentos y á las leyes
del pais , envolvia en su segunda parte, por la especie de
compromiso cn que ponia á la Corona, el riesgo de un de-
saire al Est~mento, ó un gérmen de eseision entre ella y los
ministros. El otro voto particular era de Morales. De acuer-
do, como Argüelles, en la primcra parte del dictamen de la
comision quc hacia rcfercncia al cxamen de la conducta de
los ministl'os, se oponía á la scgunda,-( por cuanto-de-
»cia él-sí el fallo del Estamento cs favol'able al convenio,
»resultará una autorizacioll política de mucha mas traseen-
))dencia y dc mas peli¡~rosa interpretacion que la puramen-
))te militar qne hasta ahora ha obtenido. Si, por el conh'a-
))río, el fallo fuese de repl'obacion, serian de temer conse-
))cuencias tCl'I'ibles y funestas.)


Caballero, sosteniendo su proposicioD y tratando la
cllestion presente como de vida ó muerte para el país, dá-
bale un carácter de importancia que en realidad no tenia,
diciendo:-(Es negado el dia en que el Estamento ya a re-
»solver si hemos de entrar en el camino verdadero de sal-




138 ANALES DE ISABEL n.
»vacion, Ó si hemos de dejar sin remedio los males graves
»que afligen á la patria.) Y adviertas e que, al paso que
esto decia, declaraha quc la estipulacion del lord Elliot, que
servia de pretesto á todos aquellos ataques, no habia hecho
otra cosa que «añadir una gota al cáliz de amargura que es-
»taba, tiempo bacia, apurando la nacion.) Violento en sus
ataques e implacable en sus rencores, acusa luego al go-
bierno de haber faltado á todo genero de considel'aeion y á
sus dehet'es, prendiendo en el pueblo de Torre Gil á algu-
nos sugetos inculpados de babel' tomado parte en la COIlS-
piracion del 211 de julio y dolíase sobl'e todo de que estas
prisiones babian recaido cabalmente en los hombres mas
exaltados de dicho pueblo.


Todavia haeian resaltar mas la injusta violencia de las
quejas de Caballero las siguientes palabras que, sin dejar
por eso de acusar al gobierno, proferia Alcalá Galia-
no.-«Nosotros-decia-estamos conformes con las esti-
»pulaeiones del eonvenio; los pl'incipios que en el se con-
llsignan son los nuesll'os; no nos oponemos á el en su fon-
»do, si en su fOl'ma.» Y sin siquiera haeerse eargo de los
vieios de que esta forma adoleeia, apostrofaba de nuevo á
los minisll'os á prelesto de que en periódicos ministeriales
se habia aeusado á algunos exaltados de cómpliees de los
asesinos. Mas claramente, sin salir por eso de su sistema
de oposieion al gobierno, manifestaba Argüellcs la inconsis-
tencia del cargo en que se fundaba la proposieion de Ca-
ballero, cuando decia que no solo aprobaba el convenio
cuyo objeto era regularizar la guerra en las provineias del
Norte, sino que hasta se sentia dispuesto á culpat' al go-
bierno español de que,-(por no haber tomado él la inicia-




LIBRO TERCERO. 139
))tiva, haya dado ocasion a que uno estrangero le robe, le
»)arrebate de las manos la satisfaccion que, en este arreglo,
»siendo de origen propio, hubiera podido tener.»


A Caballero, á Argiielles y á Galiano cúntesta larga y
razonadamente el presidente del Consejo de Ministros. He-
cho lo cual, saca del bolsillo una copia del mistel'ioso con-
venio y, artículo por artículo, empieza á leerlo y á comen-
tario. Y fllé tal el efecto que en el ánimo de los circunstan-
tes produjo aquella, pOI' lo inesperada, oportuna manifcs-
tacion, que Argüelles creyó deber dal' por retirado su voto
particular, y que el Estamento, abandonando el debate, de-
claró por una gl'an mayoría que ni aun á volar el dictámen
de la comision habia lugar á proceder.


Esta contradiccion en que consigo mismo salia ponerse
la fraccion flotante del Estamento de Procuradores, llama-
da por su numero á resolver cuestiones que, escasa de lu-
ces, no alcanzaba a comprender, probaba de parte de los
que en ella incUl'rian cierla sencilla buena fé, cierta tenden-
cia á lo justo; pero revelaba una incap acidad, una indeci-
sion ó una apatía que, explotadas, como hábil y frecuente-
mente lo eran, por el hando disidente, oponian los mayores
obstáculos á la mal'cha regular de los negocios publicos,
ofl'ecian una ocasion perenne de peligros para el buen go-
bierno del Estado y hacian por el pronto dificil la plantea-
cion y precaria en el porvenir la suerte del régimen repre-
sentativo.


Asi, aunque tarde ya, lo comprendieron los ministros.
En consecuencia, terminada que fué en ambos Estamentos
la discusion de los presupuestos del Estado, y dejando pen-
diente la no menos espinosa de la deuda interior, á que ya




uo ANALES DE ISABEL H.
habian consagrado los Procuradores muchas y largas se
siones, se presentó en la del 29 de mayo la reina Gober-
nadora á da¡' tin á los trabajos de una asamblea cuya reu-
niO:l tan pocos bienes habia pI'oducido y cuya prolongacíon
tantos males amenazaba acarrear. Algo de esto, aunque
muy cautelosamente rebozado en frases laudatorias, se tras-
lucia en el discurso que, en aquella solemne ocasion, pro-
nunció en nombre de su hija la viuda de Fernando VII.


Es de advertir ffue, dias antes, (el 19) cediendo á la
opinion de sus colegas robustccida por la del Consejo de Es-
tado, y despues de largas conferencias tenidas con los re-
presentantes de Francia y de Inglatena, habíase, no sin
bastante repugnancia, decidido Martinez de la Rosa á es-
cribíl' al duque de Frias, encargándole solicitase oficial-
mente la intel'vencion del gobierno francés. De las instl'Uc-
ciones que al efecto se le dieron, se envió copia á los emba-
jadores en Lóndres y Lisboa, con encargo de hacer por su
parte cerca de estos sobel'anos gestiones análogas para el
10gl'0 del objeto que preocupaba lodos los ánimos. cual era
la conclusion de la guerra civil (1). En cumplimiento de las
instrucciones que recibió al efecto, dirigióse el duque de
Frias al gobierno fl'ancés; mas este, que no habiendo
seguido con cuidado las discnsiones del Estamento popu-
lar y tomado pOI' la expresion de los sentimientos del pais
las di:clamaciones de los hombres dc la oposicion. te-
mia lanzarse á una empresa de que, una vez acometida,
no hubiese medio de cejal', quiso antes de tomar pal,tido po-
nerse de aeucrdo con el gabinete bl'itánico y ver de asociarle
á la responsabilidad de esta medida. Inglaterra, cuyo interés


(4) Véase apéndice número 2, al fin del tomo.




LmRO TERCERO. 141
no era el mismo que el que tenia Francia y que, sobre to;"
do, miraba con malos ojos esta intervencion, contestó que,
por su parte, de nada respondia y á nada se obligaba. Es
mas; aconsejando al gobierno frances el cumplimiento de
las estipulaciones de 22 de ahril, encargábale se atuviese á
reforzar su ejército ue los Pirineos y le recomendaba la ma-
yor circunspeccion en la adopcion ó el empleo de cualquier
otra medida. Fácilmente, dc esta contestacion se colige la
que á la demanda del emhajador de España debió dar el ga-
billete ue las Tullerias. Temiéndolo desfavorable, ni á aguar-
dar á que ella llegase á Maul'id se avino Martinez de la
Rosa para ucjar un puesto en que por muchos motivos le el'a
ya imposible sostenerse. Con Martinez hicicron dimision los
demas ministros, excepto el conue de Toreno que, toman-
do á su cal'go la pl'esidencia y la secretaria de Estado con
retencion de la de Hacienda hasta la llegada de Lóndl'es
de don Juan Alvarez Menuizabal, designó para las demas
á personas de ideas mas avanzadas que las de los que com-
ponian el gahinete antel'ior. A Valdes, á quien momentá-
neamente se dejó el mando en gefe del ejercito, reempla-
zó en el ministel'io d~ la Guerra el marques de las Amari-
llas; á Meurano en el del Interior don Juan Alvarez Guer-
ra; á don Juan de la Dehesa en el de Gracia y Justicia
don Manuel Garcia Herreros, y á Vazquez Figueroa en el
de Marina el general Alava, que á la sazon se hallaba re-
presentando en Inglaterra á la córte de Madrid. Lo prime-
ro que, subido al poder, hizo Toreno, fue reiterar con
fecha de 9 de junio (1) las ó¡'denes dadas por su predece-
sor cn 19 de mayo; pero, con el corI'eo que llevaba á París


(1) Véase apéndice número 3 al fin del torno.




142 ANALES DE ISABEL n.
los pliegos de Torcno, se cruzó en el camino el que de
aquella capital despacbal'a á Madrid el duque de Frias dan-
do cuenta del mal éxito de la negociacion entablada.


El mes de junio espiraba, cuando empezó á cundir pOI'
Madrid la noticia de esté suceso que, afligiendo á unos,
cuyas patrióticas esperanzas venia á dcstntir, exaltaba los
ánimos de aquellos que, habiéndose pronunciado antes con-
tra la negociacion por intempestiva é indecorosa, hacian al
gobierno responsable del desail'e que envolvia para la na
cion española la respuesta del gobierno frances. Agravá-
banse mas y mas la ansiedad y el descontento con las fatales
noticias que, durante todo el mes de junio, 1I egaron del tea-
tl'O de la guerra. Aguardando órdenes de Valdés para mar-
char en auxilio de VilIafranca, hallábase Espartero acampa-
do el dia 2 de junio en el alto de Descarga. Mas como
ninguna órden pal'a avanzar I'ecibiese, ni él estimase pru-
dente permanecer mas tiempo en aquel punto, determi-
nó replegarse sobre Vel'gara. En consecuencia, mandó al ba-
ron del Solar de Espinosa que con su columna de alaveses
emprendiese el movimiento; siguióle la de Navarra mandada
porel coronel Ulibarl'i, y á esta la de Vizcaya, que el'ala que,
á las órdenes del conde de Mil'asol, tenia cncargo de cubrir
la retaguardia. Péro, no bien habia llegado a su destino la
primerade estas columnas cuando, atacadas las ol/'as dos de
improviso y en la oscuridad dc la noche pOI' un escuadran y
algunas compañías, con las cuaJc::; acudió luego á rcunirse el
resto de la division de El'aso, se desbandaron y echaron á cor-
rer en todas direcciones, dejando en podel' del encmigo UIlOS
mil y quinientos prisioneros, grueso botin y muchas amIas.


No tardaron en hacerse sentir las consecuencias de este




LIBRO TERCERO 143
descalabro. Villafranca, despues de muchos dias de estrecho
asedio y dos de un fuego horroroso que diezmaba á sus
defensores, capituló: capitulo Vergara con sus mil hombres
de guarnicion; Jáuregui abandonó á Tolosa, dejando en sus
almacenes vituallas y municiones; de las gual;niciones de
Durango, Ochanuiano y Eybar los que no 11allaron refugio
en Bilbao cayeron en poder de los cUl'listas, á los cuales
abrieron tambien sus puertas casi todos los puntos fortifica-
dos de aquella parte de la costa de Cantabl'Ía.


Motivo de sérios disgustos y ocasion de graves emba-
razos fueron para Zumalacárregui, por mas estraño que
esto parezca, aquellos señalados triunfos. Lo primero por-
que en el real de don Cárlos, minado por la intriga y agita-
do por la discordia, no falto quien, no pudiendo criticar los
resullados de las operacioncs del hábil Y atrevido caudillo,
le imputase miras desmesuradamente ambiciosas ó poco
leales intcntos: lo segundo por que, aumentada con sus
victorias su gente y con su gente sus necesidades, hallábase
exhausto de recursos para pagar y mantener sus soldados
sin recargar al pais con nuevos o mayores impuestos, que
no habria podido pagar ó que habl'ia pagado de mala gana.
En tal situaeion escribió desde Vergara á su rey mani-
festándole deseos de dimitir un eargo que el mal estado
de su salud no le permitia continuar ejerciendo por mas
tiempo. Justamente alarmado de esta indicacion, apresuróse
don Cárlos á dar á su caudillo todas las satisfacciones que
este podia apetecer. Aceptólas ZumalacálTegui y, resuelto á
continuar en el mando, empezó á discurrir sobre los medios
de salir desde luego de la mala posicion en que le tenia la
falta de numerario. Ocurriosele como el mas pl'olltamente




1U ANALES DE ISABEL n.
ejecutable el dé dirigirse á Vitoria, donue suponia encon-
trar poca resistencia y gran pal'le de los recursos de que
habia menester; pero no l)l'evaleció esla opinion en el cual'tel
general del Pretendiente.


Convenciuo cste pl'íncipe, como lo estaba Zumalacárregui,
de la necesidad de pl'opol'cional'se medios para atendel" sin
vejar al pais, á las exigencias de la guerra, habia consultado
á sus consejeros y dauo por medio de estos algunos pasos pa~
ra contratar fllel'a de España un em!wéstito. Onel'osísimas,
por lo pl'ecaria de su situacion y lo impl'obable de su 1l'ÜIlIfo
definitivo, debian sel', y fueron en efecto, las condiciones que,
para facilitarle sumas respectivamente pcqueñ as, imponian
á los agentes de don Cádos los negociadol'es de prestamos.
Alguno hubo, sin embal'go, que llegó á hacel' proposicioncs
aceptables en cuanto al tipo del empl'<\slito, pel'o subol'-
di naba su realizacion á la ocupacion de un punto impor-
tante y á la instalacion en él de don Cárlos y su corle.
POI' el cual'tel general de este pdncipe, conia lambícn
válida la voz de que las potencias absolutistas, que oculta é
indirectamente protegian a don Cádos y anhelaban su tl'iun-
fo, habían declarado que lo reconocerían por rey de España
el dia en que cstuviese en poses ion de una ciudad adonde
fuese posible mandar agentes diplomáticos. Estas conside-
raciones, reforzadas pOI' algunas de intel'es propio, hacian
á los consejeros de don Cádas, completamente inexpertos
los mas en las cosas de la guel'l'a, fijar la vista en Bilbao
que, mas que Vitoria, ofrecia apariencias dc corle y clue, pOI'
la doble circunstancia de S31' polJlacion muy rica y puerto
muy concUl'rido, bl'indaba á los carlistas con la perspectiva
de recursos mas considerahles, de mayol'es comodidades,




LIBRO TERCERO. 145
y de mas y mejores medios de defensa, como una vez llega-
sen e \los á verse en su posesion.


Zumalacárregui, contra cuyo parecer hahia prevalecido
esta idea, Ílle el cncal'gado de ponel'se al frente de los ca-
tOI'ce batallones fIue, con algunas piezas de artillería de di-
ferentes clases y calilll'es, debian hallal'se, y se hallaban en
efecto, reunidas el dia el 7 de julio ante los muros de Bil-
bao. El 13 estaba ya cil'cullvalada la ciudad; pero no
de una manera 1an completa y tan eficaz como habria
sucedido á no hallarse smtos en la bahía dos buques de
guerl'a ingleses que, manteniendo libres las comunicaciones
por mar, prestaban un podel'oso auxilio á la guarniciono
Componías e esta de unos cuatro mil hombres de varios re-
gimientos, de un buen batallon de milicia urbana y de la cor-
respondiente artillel'ía, con cuarenta ó cincuenta piezas y
gran repuesto de municiones. Por ausencia y encargo de
Espartero, mandaba todas estas fuerzas el conde de Mi-
rasol.


En la mañana del 14, hecho el reconocimiento de la
plaza, rompieron los carlistas el fuego, al cual contestaron
los de dentro que, mas practicos y mejor pertl'echados, cau-
sal'on grandes estl'agos en las filas de los sitiadores. A poco
reventaron dos de las piezas que llevaban estos y empeza-
ron las municiones á escasear en términos de hacer difícil la
empresa, peligrosísima su prosecucion y sumamente inse-
guros sus resultados. Pero cejal' era imprudente por cuanto,
ademas del mal efecto de una tentativa abortada, esponia
la retirada á los inconvenientes de una derrota que despres~
tigiando al gefe carlista, porlia devolver á los cristinos su
perdida fuerza moral. Así se lo escl'ibió Zumalacárregui á
TO~lO 11. 10




14.6 A'\.\I.ES DE ISABEL n.
don Cál'los en parte que le dirigió á Durango, anunciándole
como muy probable el próximo levantamiento del sitio. Y el
mismo dia, y pocos momentos despues de firmado el plie-
go que á su rey encaminaba, recibia el intrépillo caudillo un
balazo que, obligándole desde luego á dejat' el mando de
las tropas, lo condujo al sepulcl'O dos ó tres dias despues.


En el mando del ejéreito sitiador, sucedió por de pronto
á Zumalacál'l'egui su amigo y compaiíero llon Fmncisco Be-
nito Eraso, uno de los gefes mas decididos con que conta-
ba la causa de don Cárlos, pero que estaba lejos de reunir
las altas dotes del caudillo á quien cra llamado á reempla-
zal'. Favorecido, sin embargo, pOI' las cil'cunstancias, eon-
tinuo estrechando el cerco, sin que en él oCUlTiese por
algunos dias nada de pal,ticular, como no sea dos salidas
que, apoyados por la mal'ina inglcsa, hicicl'on los sitiados
para protegel' la conduccion de municiones y artillería que
fué preciso enviar á buscat' á POl'tugalete. En este estado
seguia el cerco sin que, en mflS de quince dias, hiciese
ninguna de las columnas ó divisiones de la l'cina la mcnor
demoslracion en SOCOI'fO de la plaza. Bien querian Latt'c y
ESpat'tel'o aeudit, con las tropas tle su mando á presentar
batalla á los carlislas; pel'o Vald~s vacilaba, por cuanto,
teniendo delante de sí a Villarreal que, con buen número de
sus batallones, le estaba obsenando en la Ribera, temia que
si estos batallones llegaban a reunirse con los que sitiaban
á Bilbao, no bastasen todas las fucrzas cl'isLinas á hacer le-
vantar el sitio dc la plaza, antcs bicn acelerasen su rendi-
cion. Temia, en una palabra, empeña!' una accjon general,
cuyos resultados, siendo decisivos, podian, en caso de re~
ves, tener irremediables consecuencias.




LIBRO TERCERO. 14 7
No queriendo, pues, tomar sobre sí tan gl'ave responsa-


bilidad, pero conociendo los IOconvenientes de su inaccion
y la necesidad de hacer algo, dispuso que las divisiones de
Latre y Espartero, que eran las que mas cerca de aquel
parage operaban, avanzasen sobre Portu¡:;alete, pel'O sin
empeñar accion decisiva ni hacer Otl'3. cosa que distrael' pOI'
un flanco la atcncion de los sitiadores, mientras él, con el
grueso del ejército, los amenazaba por retaguardia. A
consecuencia de esta ónlen , marcharon aquellos dos gene-
rales sobre Bilbao y, saliendo de POI,tugtllete el 22, fe ade-
lantaron a tomar los puentes de Burceña y Castl'ejana, donde,
embistiendo primcl'o al enemigo y atacados luego por él,
sostuvieron sin resultado una accion bastante reüida, des-
pues de la cual, el 24, regresaron a Portugalete por órden
dc Valdés.


En la tarde del 25, rompieron otra vez los carlistas el
fuego, que solo se suspendió el 27 para intimar de nuevo á
la plaza la rcndicion. Mirasol, incierto sobre el resultado de
los combates dados cn aquellos días por 105 generales Espar-
tel'o y Lall'e, no recibiendo partes suyos, no sabiendo su pa-
radel'o ni el de Valdés, ni viendo llegar á nadie á su socor-
1'0, aprovechó la ocasion para ver de ganar tiempo, y al
efecto provoco para el dia siguiente una conferencia con dos
geres carlistas, á quienes pidió un salvo-conducto para un
oficial que ida a Porlugalete á hablar con aquellos genera-
les. La confel'encia tUYO lugar; pero, no habiendo dado re-
sultado, ni habiéndolo tenido tampoco una nueva intimacion
hecha por Eraso al conde de ~lirasol, volvió á empezar el
fuego que, aunque con menos violencia, continuó durante
los dias 29 y 30. En este último, dcspues de muchos de in-




148 A:'i\LES DE ISABEL H.
justificable inaccion, hizo Valdés por segunda ó terce\'a vez
renuncia de su destino y, pretestando el mal estado de su
salud, dejó definitivamente el mando de las tropas.


De él, en calidad de gefe mas antiguo, se encargó en el
mismo dia el general del ejército de reserva don José Lahe-
1'30, el cual, reuniendo todas las fuerzas disponibles, salió de
Miranda el 27 y, por Briones, Losa, Al'ciniega y Balmaseda,
tomó la vuelta de Portugalete. AlIi se le incol'porUl'on las
divisiones de Latre y Espartero, con las cuales y la que él
traia llegó á completar unos diez y ocho mil hombres ,
cuyo poder aumentaban notablemente los auxilios que por
mar estaban en disposicion de dades los huques de guerra
alli situados. La lwesencia de estas trop3s bastó pal'a hacer
á los carlistas levantar el sitio de la plaza, cuya defensa fué
sin duda uno de los mas notables episodios de aquella guer-
ra, asi como es una de las cosas mas difícilmente explica-
bles el abandono en que, durante tres mortales semanas, la
dejó VaLlés, euando tan ülcil era, srgun luego lo IJI'obaron
los hechos, socorreda y lihertada. La conducta del conde de
Mirasol durante estas tres semanas fué nohle y digna, y el
gohiemo, satisfecho de ella, elevó al grado de mariscal de
campo al que pocos dias antes, por no caer en poder del ene·
migo, se habia visto obligado á fingirse tamhor.


Inconcebible elltl'eLanto eea la agitacion cn que, por
falta de noticias positivas de laque en Bilbao y en el ejérci-
to pasaba, estaban los ánimos en la capital. El ministerio re-
cientemente creado sobre las minas del de M.a¡,tinez de la
Rosa veia ya como una necesidad imprescindible proveer
al reemplazo de Valdés, cuyo prestigio como general y cu-
yo poder como ministro amcnguó aquella campaña. Saars-




LIBRO TERCERO. 149
field, con quien, para sustituir á Valdés en el primero de
estos cargos, se contó en aquella ocasion, como que era, á
no dudarlo, uno de los hombres mas á propósito para res-
tablecer la disciplina del ejército y devolvel'le su fuerza mo-
ral, puso reparos y provocó explicaciones que debían retar-
dar su llegada á los parages donde hacia falta su presencia.
Pero la situacion era cl'Ítica, y urgente una detcrminacion.
La que mejor pareció al conde de Toreno fué enviar á Cór-
dova á cncargal'se provisionalmente del mando del ejército y
á llacer á toda costa levantar el sitio dc Bilbao. En posta, y
arrostrando todo género de obstáculos y de peligl'os, llegó,
pues, Córdova á esta plaza el dia B de julio, es decir, al si~
guiente de levantado el sitio. En las cuarenta y ocho horas
que alli pasó, adoptó las disposicioncs necesarias para po-
ner á Bilbao en buen estado de defensa; y, hecho esto,
tomó con sus tropas el camino real de Orduña. Los batallo-
nes carlistas entretanto, no solo desde las montañas que ro-
dean á Bilbao continuaban amenazándola, sino que, ocupan
do los destiladeros, podian oponerse á la salida del ejército
de la hondonada donde imprudentemente se habia metido,
y donde no le era, sin graves desgos , posible continuar.
Todo lo previó Córdova. Atacado á una legua de Bilbao por
seis de aquellos batallones que, al mando de Castor, trata-
ban de eerrarle el paso, desalojólos de sus posiciones. Otro
tanto hizo Gurrea con los que ocupaban la fuerte peña de
Orduña.


No viendo Eraso oportunidad de renovar por aquellos
dias sus ataques eonll'a Bilbao, y no queriendo, por otra
parte, dejar en la inaeeion á sus soldados, determinó man-
dar una espedicion á Navarra y sitiar á Puente la Reina.




150 ANALES DE ISABEL n.
Irstruido de esta determinacion del gefe carlista, sale Cór-
dova de Vitoria, baja por Peñaccrl'ada á Logroño y, el dia
15, marchando con dircccion á Navarra, establece su cuar-
tel general en Artajona. Entre este pueblo y Puente la Reina,
ignorante de la marcha de Cónlova, estemlielldo sus dos
alas pOI' ambas orillas del rio AI'ga, y colocado su centl'O en
las altul'as de Mendigorría , se hallaba el ejército carlista.
Para embestirlo divide Córdova su gente en tres co-
lumnas, de una de las cuales se pone al frente, confiando el
mando de las otl'as al general Espartero y al brigadie¡' Gur-
rea; y asi, tomadas las oportunas disposiciones, da la señal
del ataque por tres puntos á la vez. Por otros tantos á un
tiempo fueron arrollados los carlistas, que, puestos en fuga y
perseguidos con al'dol' por los cristinos, perdie¡'on en aquella
jornada al pie de mil y quinientos hombres muertos, heridos
ó prisioneros. La indisciplina de los de la reina, que lo
propio (segun el dicho de CÓl'dova) se desbandaban en las vic-
torias que en los desastres, impidió á este genel'al coger
todo el fruto que del glorioso desenlace de ar¡uella hatalla te-
nia derecho á esperar. Alguno, empel'O, alcanzó: pues, in-
fundiendo confianza al soldado, restablecia el crédito del ejér-
cito y, en premio de sus recientes servicios y en la esperan-
za de los futm'os, recibia del gobierno el grado de tcniente
general.


Pero ni la disolucion del gabinete de Mal'tinez de la
Rosa tan ardientemente combatido por los hombres del
progreso; ni la muerte del caudillo Cal'lista á cuyo mérito
personal csclusivamente atribuian muchos las victorias ob-
tenidas pOl' sus secuaces; ni cllevantamiento forzoso del si-
tio de Bilbao y la heróica conducta de sus defensores; ni




LmRO TERCERO. 151
los laureles cogidos por Córdova en las alturas de Mendi-
gorría fueron parte á hacer á los agentes de los clubs desis~
tir de los planes de trastol'no y de destrueeion que, tiempo
hacia, estaban fraguando, y de euya ejecucion habian em-
pezado ya á pone/' pOI' obra los medios. En la noche del 5
al 6 de julio, volvió la capital tle Aragon á ser teatro de
graves desórdenes !)l'omovidos por una compañía del tercer
batallon del regimiento del Infante que, reunida al toque de
llamada por un oficial subalterno, á cuyo cargo estaba la
guardia del Iwincipal, se dirigió al centro de la poblacion
dando yoces subversivas. Este acto de insubordinaeion, eon~
sccuencia casi forzosa de la impunidad en que habían que-
dado otros de la misma especic, fué afortunadamente repri-
mido á poco por la cnergía del comandante del balallon
de que formaba parte la compañía sublevada, el cual, ha-
biéndosela casualmente encontrado en una calle, lahizo
volver á su cuartel ancstando al que la mandaba. Pero, á
la mañana siguient.e , so ¡ll'etesto dc que en la persona de
este oficial se pcrseguia á un patriota, vióse vagar por la
ciudad numcroso gcntío y formal'se corrillos, compuestos
en su mayor parlc de milicianos urbanos: hubo gritos á la
constitucion de 1812, tiros, de que resultó muerto un
miliciano, robos de casas, saqueo de iglesias, quema de
conventos y asesinatos de frailes. Las autoridades, débi-
les é irresolutas al principio, determinaron por fin des-
plegar alguna energía; y, apoyadas por el tercer batallon de
la milicia urbana que, con pal'te del primero, el escuadron
de su caballería, y muchos oficiales, fué á reunirse á la es-
casa fuerza de la guarnicion, consiguieron hacer cesar el
tumulto. En tal estado, y á fin de que no quedase impune




152 ANALES DE ISABEL 11.
este acto de rebelion, como lo habian quedado los anterio .
res, se formó causa, se sentenció á muel'te, y se dió gal'-
rote en la plaza pública el dos de los delincuentes. A con-
secuencia Je estos sucesos fué separado de su destino el
capitan geneml don Antonio Maria Alval'ez, en reemplazo
del cual tomó el mando de las tropas de Aragon el mal'iscal
de campo don Felipe Montes.


Toreno quc, á pesal' de la poco favorahle acogida
que cerca del gobierno francés cncontl'aron sus deman-
das de intel'vencion, no habia renunciado el la esperanza de
obtener algo, envió nuevas ól'denes el sus embajadores de
Lóndl'es, Paris y Lisboa. A virtud de ellas reitel'aI'OIl estos
agentes sus instancias y el lo menos, ya que no la interven-
cion dit'ecta con tan mal éxito solicitada, acabaron por ob-
tener de estos gobicrnos una cspecie de coopel'acioll indi-
recta que, considerada bajo el punto de vista material, era
de poca importancia, y de menos todavia hajo el punto de
vista moral. Entre la conc\usion de los conyenios celehm-
dos el este efecto y el envio de los auxilios que en él se es-
tipulaban, mediaron algunas semanas, umante las cuales
se ocuparon en reorganizarse mas que en batirse los dos
ejércitos beligerantes de las provincias del NOl'te.


En las aragonesas y valencianas empezaban lIe nuevo á
inspirar serios temol'es las bandas de CalJl'el'fI. Capitanea-
das por Quilez y T orner unas amclIHzabulI á Canta-
vieja, en tanto que otras, mamlaJas por Forcadell y
varios gefes de menos monta, alacaban á Canet, obligaban á
su guarnicion á cncel'rtu'se en el fUcl'te y saclucaban la po-
blacion. A los pocos dias todas estas bandas, unidas el la
del. Serrador , fonuando un total de quinientos llOmbres, y




LIDRO TERCERO. 153
mandadas por Cabrera mismo, eran batidas en Mosque-
ruela por el coronel Decreff; pero, rehechas á poco, espar-
cíanse en distintas direcciones. Cabrera, llamando á Sí
algunas particlas de las que vagaban por el alto corregi-
miento de Tortosa, se dirigió á la sierra de Lobo y oeup.)
la villa de este nombre; de alli, pasando á Camarillas, Bal-
dejame y la venta del Lueero, cayó el 23 de mayo sobre
la rica villa de Caspe, que ocupó á viva fuerza y saqueó.
Pocas horas desJlues, pel'o ya tarde, lIcgó ~ogueras para
ver los estragos que en la villa acababan de hacer los inva-
sores.


Estos y otros escesos á que por aquel tiempo se entrega-
ban los carlistas de Aragon y Valencia, tenia n conster-
nados á los habitantes pacíficos de aquellas comarcas, y da-
ban á los agentes de los clubs pretesto para promover al-
borotos como los que, en la noche del 5 al 6 de julio, aca-
baban de tener lugar en Zaragoza.


Lleno el gohierno de alat'lua y conociendo que aquellos
sucesos no cran, digámoslo asi, masque el preludio de una
inmensa conllagracion que amenazaba es tenderse á todo el
reino, adoptó, para ver de conjurar el mal, varias disposicio-
llCS que no estaban seguramente á la altura de las circuns-
tancias. De estas era Ulla la de mandar salir para el ejército
ú á sus respectivos depósitos á los gefes y soldados que, sin
motivo plausible, permanecian en Madrid; otra la que te-
nia por objeto el es purgo de la milicia urbana; otra en que se
pl'escl'ibia a los capitanes gcnerales y comandantes de dis-
tl'itO la formacion dc comisiones militares para juzgar á los
que intentasen tmbar elórden público, y se declal'aba priva-
dos de sus empleos, honores y condecoraciones a cuantos se




154 ANALES D1<: lSABEL II.
afiliasen en las sociedades secretas; otras varias, en fin,
que ningun efecto podian producil", no teniendo el gobierno
medio alguno de hacerias ejecutar. Y para satisfacer hasta
donde creia posible las exigencias de los liberales exagera-
dos, adoptó tambicn con respecto á las órdenes religiosas
algunas disposiciones que produjeron por de pronto muchos
mas males que bienes. La vet'dad es que estas disposicio-
Des , sin satisfacer completamente, cuanto menos desar-
mar á aquellos pOI' sugestiones y en obsequio de quienes se
adoptaban, influyeron muy desfavorablemente en el ánimo
de muchos que no creian poder en conciencia simpatizar
con un gobierno que echaba de Espafta á los jesuitas y de
sus conventos á los frailes, Su resultado fué, pucs, lanza¡' á
un sinnúmero de estos y de sus amigos ó allegados en las
filas de los facciosos.


No tardó el gobiel'llo en ver y España toda en deplorar
los inconvenientes de una medida que, buena en sí, era en
aquellos momentos, visto el estado del pais, un enOl'me de-
sacierto. Ella, efectivamente, dando aliento á los exaltados
é impulso á la rebelion, provocó escenas sangrientas en mu-
chos puntos y fué ocasion de graves trastornos en casi todos
los de la monarquía.


A mediados de julio, una partida de facciosos, capita-
neada por un fraile franciscano fugado de un convento de
Reus, sorprendió un destacamento de urbanos de aque-
lla ciudad que, desde las orillas del Ebro, donde ha-
bia estado de guarnicion, regresaba á sus hogares. Ba-
tido y dispersado el destacamento, quedaron en poder
del fraile un oficial y algunos urbanos que, acto con-
tinuo, fueron pasados por las armas. No bien llegó á la




LIBRO TERCERO. 155
ciudad la noticia de este suceso, tal traza se dieron para
explotarla los agentes de los clubs, que el mismo dia fue-
ron presa de las llamas los conventos de San Francisco y
el Cármen, y víctimas del furOI' de los urbanos y del popu-
lachoeuantos religiosos huLiel'on á las manos. En esta ocasion,
como en otras muchas, las autoridades desprevenidas, im-
potentes ó medrosas nada hicieron para prevenir, nada
intentaron para alaj,U', nada se atl'eviel'on á disponer para
castigar tales desmanes. La tea de la guerra civil, blan-
dida pOI' los anarquistas en el seno de ciudafles populosas,
venia á dar una intensidad aterradora al incendio que,. en
los valles y en los montes, atizaban sin reposo los secua-
ces de don Cárlos.


El gobierno, flue temia por Madrid, mandaba en tanto
á las provincias del Norte pOI' la division de Latre y des-
membraba el ejército de Córdova, insuficiente ya para
guarnecerlas, cuanto mas para reconquistarlas. La opinion
estaba dividida; la in1luietud era general; el desaliento con-
tagioso; la catástl'ofe inminente; los recursos con que, para
conjmarla, contaba Toreuo pocos; la confianza que de ello
mostraba inconcebible.


FIN DEL LIBRO TERCERO.




I
I


I
I




DISCURSO


QUE DEBI PRONUNCIAR EN LA SESION DE 2,t DE OCTUBRE
DE 183.\, LO CUAL NO VERIFIQUE POR HABEBME NEGADO LA
PALABRA EL PRESIDENTE MARQUES DE LAS ÁMARILLAS.


4PElWDUJE .t.L LIBRO TERCERO.


«Dias hace que, con el objeto de que se consumase sill oposi-
cion la proscripcion ~cl empresli.to. ?u('~hard, obj~lo privilef$iado de
los odios de UII parltdo, se conclblO la li.lea de pnvarme de la pnrte
!lue, en mi calidad de prócer del reino, debia yo tomar en las de-
liberaciones del ilustre Estamento, sobre tan importante cuestiono
Sabíase que yo podia desvanecer con una sola palabra el error que
se ostentára hasta entonces triunfante y erguido, y descubrir las
miras interesadas que dictaban aquella proscripcion inicua; y se
determinó sofocar mi voz lanzando contra mí, desde un sitio (1)
'lue no se temió profanar por la mentira, indignas acusaciones por
la intervencion que tuve en algunos de los trámites de aquella
operacion.


«El '2;; de setiembre, escribí á los diarios, anunciando que
ba á confundir aquellas imposturas; y, para que mi vindicacion
fuese legal y solemne, me dirigí al gobiefllo pidiendo que mandase
proceder á un exámen detenido de mi conducla en aquel negocio.
El gobierno accedió á mi deseo, nombrando para evacuar aquel
encargo una comision compuesta de tres próceres y otros tantos
procuradores, escogidos entre los hombres de lodas opiniones de
amhos Estamentos.


"Esta provocacion, oficiosa de mi parte, impuso silencio al vul-
go de detractores, y aun á cinco ó seis de nuestros colegas que,
mostrandose animados del deseo de sostener el decoro del Estamen-
to y pretendiendo que este exigia quemejustificasedeaquella impu-
tacion, buscahan medios de impedir mi concurrencia á él. No pa-
reció estraño que á poco dejasen de hostilizarme aquellos próceres;
pues ¿cómo continuar haciéndolo contra un hombre que no teme
entregar la conducta que observó durante un largo periodo de ab-
solutismo á discrecion de personas que, viviendo bajo un régimen
de libertad, pueden fallar con arreglo á los principios ó á las ins-


t~) La tribu~~ del Estamento. popular. El autor de estos Anales 110 podia
de'lguarla espltrltamentc en su discurso rorque el reglamento prohib ia hllbllll
~II UII Estamellto \le lo que se hacia eu e otro. (N. del E.)




158 ANALES DE ISABEL n.
piraciones de la nueva época? Cualfluiera que sea en efecto la idea
que se tenga de la independencia y la imparcialidaLl de los comi-
sarios á qUIenes se ha conllado e,te encargo, no se puede suponer
que basten á defenderse de las instigaciones malévolas de que se
van á ver rodeados, asi como no :¡lUeLle suponerse que yo conoz-
ca tan poco á los hombres que 110 sepa que, en épocas de revolu-
clOIl y de pasiones, los mas honrados temen haccrse blanco de ellas
y sofocan á menudo sus sentimientos generosos por no ver turba-
do su sosiego ú compromeLida su seguridad, Provocar yo el exá-
men de mis actos es, pues, probar la conlianza que tengo en mí
mismo; es mostrarme seguro de que el resultado de este ex{¡men,
cualquiera que sea la opinion de los jueces que el Estamento nom-
bre y á cuyo fallo desde luego me someto, será proclamar no solo
la pureza de mi conducta, sino la indepen(lencia de mis opiniones y
la elevacion de mis sentimiento~.


«Collsideracion tan perentoria no bastó, sin embargo, á desar-
mar á algunos de los enemigos que me habia hecho la inflexible
severidad de mis principios. Para acallarlos y evitar al mismo tiem-
po la necesidad de entrar hoy en detalles personales que podrian
no tener cabida en la grave é importante discusion que va a abri 1'-
se, me adelanté á dar, en mis observaciones sub re el empréstito
Guebhard, que hice im[lI'imir y distribuir el 6, explicaciones vie-
tortosas que me han valido sinceros parabi()nes de muchos de los
hombres mas leales y lllas honrados del reino.


«Pero estas explicaciones. aunque llenas de 1Il0deracion, han
descorrido una pequeña parte del velo que cubria tristes y deplo-
rables misterios. 'fémese que mis reyelaciones enérgicas aeaben
de descorrerlo, y hé aqui forjada al punto una conspiracion para
ahogarlas. Ufano yo del efecto que han producido mis obscrvacio-
nes impresas; seguro del fallo hOllroso que recaerá sobre mi con-
ducta loda, cuyo exámen me he apresurado :í solicitar, é instruido
desde ayer de que el Estamcnto á que pertenezco no se asociará a
una obra de resentimiento y Lle encono, 110 permitirá la proscrip-
eion de una de las deudas lllas sagradas de la monarquía española,
me habia propuesto no escitar pasiones y no tomar parle en la de-
liberacioll de este dia; pet'u he debida cambiar de propósito y COIl-
currir á la ses ion luego que he sabido que se trataba de atribuir
mi ausencia al recelo de entrar en una discusion profunda, al te-
mor de verme agobiado de. recriminaciones Asi, abatido por la
fiebre, pero alenlaclo por la necesidall de so~tencr el lustre de mis
actos y la gloria de mi nombre, vnelo á recoger el guante que se
me arroja, ti combatir el error, á confundir la iltlpostura; y apenas
pongo el pie en este recinto, un colpg-a cuyo destIerro he contri-
buido yo ti levantar, un colega cuyo decreto de amni:;lia he ~pr()ba­
do como ministro, dcsplles de haberlo, como l'arlicular, >ollcitado
muchas veces de palabra y por escrito (1), se constituye instru-


(tl Véase apéndice núm.l Q á la biografía uel autor, tomo 1, p:ig. 43, (No,
tadeIE.)




APENDICE AL LIBRO TERCEBO. 159
mento de la conjura, se hace el órgano de una pretension extrava-
gante, y pretende que se me vede completar en el Estamento.las
aclaraciones necesarias para guiarlo en la votacion de un negocio
público é ilustrarlo sobre el mérito que contrajo uno de sus miem-
bros en la intervencion que en él tuvo.


"Esta prelemion anárquica, injuriosa no prenlecerá cierta-
mente. Y ¿sobre qué se fundaria en efecto? ¿sobre qué un individuo
ha osado uirigir contra mi sandeces groseras, desrnentidasde ante·
mano por el murmullo dI) indignacion que han escitado? Y ¿quién
es ese individuo que un club reaccionario y desalumbrado designó
para que fuese el órgano de sus miras de oprobio y pardicion? Sé
que no debo calificarlo, porque el reglamento lo prohibe, si hien
cuando la proposicion del seI10r Alava parece apoyarse en una in-
juria que se me ha hecho en un parage del cual ese reglamento
mismo le yedaba hablar, nada tendria de estraI10 que yo pidiese
para la dden,a la misma tolerancia que se ha mostrado para el
ataque. No la invocaré, sin embargo; tengo yo mejores armas que
mi adversario, y contra nadie, ni aUH en defensa propia, me valí jamás dc las prohibidas.


ceLa medida cIlle contra mí invoca el prócer amnistiado estriba
sobre la deplorable confusion que él hace de una acusacion que
hombres revestidos de uua autoridad legal pneden intentar contra
un miembro del Estamento, y una torpe diatriba que contra él
lance el espíritn de faceion, representado pUl' un individuo sin mi-
sion y sin cilrácter. Para hacer valer la primera, lienen las leyes
señalados trámiles, durante los cuales debe el legalmente acusado
abstenerse de toda illtervencion en l!ls negocio, públicos, hasla
hacer triunfar su inocellcia. Pero no le somete á la misma necesi-
dad la imputacion :Ipasionada de un individuo oscuro á quien mi-
ras de partido, intereses de club lanzan en la carrera de la difama-
cion. Si las lIlentiras Yillanas de tales acusadores bastasen á lan-
zar iI los maltratados por ellos de los escaiíos de la legislatura,
¿quién responrJe de que estos no quedarian vacíos en una semana?
¿bastan lo~ sentimientos puros, los scnicios eminentes, la mas
aeredilada conducta para que nadie se crca al ,lbrigo de la calum-
nia? ¡,no son al contrario aquellas cualidades un blanco en que la
envidia y la malignidad guslan de ejercitarse con rrefcrencia~ Un
malvado que ~lIcesivamente se fuese encarnizando contra tod:ls
las notahilidatles reunidas en este augnsto recinto, lo dejaria de-
sierto en pocas horas, y las facciones, que de~graciadamcnte se
agitan en nuestro suelo con ulla actiYidad satánica, se desembara-
zarian asi del cuerpo destinado {¡ contrarestar sns anárquicas exi-
gencias y su tcnrlrncia desorganizadora. ¿No vimos ya los frutos de
este sistema en la famosa (;oll\"('llcion Nacional del reino vecino? ¿No
pasaron diputados muy respetables de los escaI10s de aquella omni-
potente asamblea al banquillo de la guillotina? A este término nos
conduciria poco iI poco ú de prisa la adopcioll de la proposicion
monstruosa que combato.


«Combatiéndola, no lo hago en mi intereso Engreido de los ser-




160 ANALES DE ISABEL~' 11.
vicios que he prestado á mi patria, no sen tiria yo quizá que com-
pletase la reputacion que ellos me h311 hecho el lauro de una pros-
cripcion inicua; pues á esto equivaldria en efecto la decision que
me privase tcmporalmente del derecho que me da mi dignidad de
Proter á hacer re~onar estas bóvedas con mis patrióticos acentos. No
lo sentiria, digo, por mí; senlil'Íalo por la ignominia de que se cu-
briria el Estamento, conspirando él rnisnJocolltra 'u tUas escelsa pre-
rogativa quees la inal1loYilidad de sus miembros, silllcionalH)o el de-
recho de destituirlos á arbitrio de las pasiones, haciénduse el instru-
mento ciego de los furores de una pandilla dc,;atalcntada, y suici-
dándose asi en mengua propia yen daño de la causa públiea.


«Y no se diga que la proposicion que combato no tiene 011'0
objeto que suspender moment:lnealllente el ejercicio de las funcio-
nes de un prócer del Reino. No, no estorba solo á nuestro colega
ni al partido de que lleva la voz mi asistencia á la ses ion de boy;
le estorba á él Y á los suyos la firmeza COl} qlle saben que combati-
ré doctrinas que se van desenvolviendo COIl poco recato, y que re-
novarán, sino se les cortan lus vuelus, la catastrofe de 1~23. Hoy
se trata bajo un pretesto ridículo, que hace parte rle las doctrinas
que denuncio, de mi abstencion temlloral; pero, una vez.sancionado
el principio de que, las mas ahsurdas imposturas SOIl un mOlivo
suficiente para decretarla, nada sera mas faeil que prolongarla in-
del1nidamente á favor de imputacione;; sueesivas, de que no se
cortará el hilo, pues las facciones no acostumbran {¡ pararse en su
marcha. No; por mas que me honre la prcdileccion con que hoy
me ataca mi amnistiado colega; ]lM mas que esta prefereneia sea
para mí un motivo legítimo !le engreimiento y -ufania, yo debo
oponerme y me opongo á su proposicion como atentatoria á las
prerogativas del Estamento, á los derechos de sus inrlivÍlluos, al
respeto debido á las leyes, á (as reglas en fin de la moral y de la
justieia universaL


«l.\'le retiro del salon mientras, con presencia de estas conside-
raciones, acuerda 1'1 E,tamento lo que estime convenir sobre esta
incidencia, prote~t,llldo de antemano contra toda resolucion que me
prive un solo momento del uso de la palabra, qlle tengo derecho de
{'edil' en todas la~ dis~lIsillnes, y que pido ¡Iesde ahora en la que vn
a abrirse sobre la suerte del empréstito Guebhard.})




EL CONDE DE TORERO.


Don José Maria Queipo de Llano, conde de Toreno, nació en Oviedo el 26 de
noviembre de 1786. Hizo en Madrid la mayor parte de sus estudios, y (n Madrid
se hallaba el célebre 2 de mayo de 1808; pero partió en seguida Íl Oviedo, donde
contribuyó no poco al alzamiento contra los franceses, y fué nombrado indivi-
duo de la Junta, y luego enviado á Lóndres para negociar la alianza con Ingla-
terra. Electo diputado para las córtes de Cádiz en 1811, se distinguió ya como
orador elocuente, pero envuelto en la perserucioll de los demas diputados de
aquella época, tuvo que emigrar al estrangero. Con motivo de los sucesos del
ailo 1820 Ii 23, vino á España y tomó parte muy activa en los trabajos legislativos,
sobre todo en el ramo de hacienda, de cuya comision era individuo. Volvió á
emigrar cuando el restablecimiento del régimen absoluto, y permaneció en Pa-
rís hasta 1832 que entró en su pátria en virtud del decreto de amnistía. En 1834,
formó parte del ministerio presidido por su amigo Martinez de la Rosa, del cual
fué luego á su vez presidente, basta que la fuerza de los sucesos le obligaron á
dejar el puesto. En virtud del pronunciamiento de i8.tO, emigró otra vez á París,
y allí murío á los pocos meses. El principal monumento de su gloria es la ohra
que escríbió y se ha publicado con el titulo de His/oria de/levantamiento, guer-
"11 y revolucion de España.






B Blanco lit'






fir,He~ drsóruencs en narf'f~lona.-.\!ir.~inalo de treinta! dos frailrs.-QllclDil
Oc nlrio.~ convenlos; dI' 1:1 fúbrica de tl'jitlos de BonaplaLa )' de los papclrs lb,
la polil'!a.-'Iuprle dC'sa:-.tro~a .¡pl p;cncral Bassa.-Form3cion (le lilla jUil-
la ¡;wl)('rn;¡tir(J.-Paslor~J pl'l'sidentf' de ella.-H~·ja el gcneral Llande!' f'I
mando militar do Cat.,luüa.-Tumulto"", quema y supresion ue c'on\'enLo:s en
Igualada, Yié!l , Le'riJa, GcroIla , ?tIontblanch; Yalls, l;a1sct, Tarragona y
otros puntos Ilel Prinripado.-Esti{~ndcsc l'ste movimiento insuTrcecional á
las Islas llalearcs, y á las pro\'incias de Yalcncia, Zara~oza y Murria.-
Eseursiones Up lo~ c'nr1istns._E:.:t:Hlo uo :Uadrid.-Diricil ~ precaria süuaf'ioll
rlel ministerio.-Actiluu aUlGnazallora y exi;;cncills de la milicia urhana.-Tt:'n-
totivas de conciliacion hechas por el general Quesaua.-Mcdiacion de don Vi-
cente Ul'rtrall de Lis.-Toma Quc>uda el mando de la ca ['ital.-Bando de
L"ltrr.-D(',·,órllf'w's en Yal:adold, lUftlaga, Snlamanr:1 ~. otras riudad"s flrl
reino.-.Tuntas rcvoluí'ioJ1<ll'ias dr. Andalll(,J(l--El principD de Allt~lona !leja
el mando de la t.1piLania gt~n(~ral dI' Se,¡!la al nwnfu~:; de la COHl'ol'flia.-Jm.-
1as d,-] l·'errol, Uadaj{)'t., la eoruna, Pontryt'dra. I,u~o, Orens{~) Palma (~f'
Mallorca, Yalencia, Bar""lon, y ca,i todas las ciudades de España.-Salida
de Pastors de llaHclllna.-Esel'~os cometidos en I~ualada, Gerona, Rosas ~­
I .. erida.-Llegada de la lrgion auxiliar fnlllf'('~a á E~p;!¡-la.-~·lo\'imirllbs dd
~efe carlista Gucrgn(', rn el o1to Aragon y pn Cataluña.-Llegada y dcsrmlwI'-
('o de las tropas auxiliares inglesas.-La divisioa all~lo-}¡ispalla a las órdenEs
de) gCIlt-Ti.d E, ¿HI ... alaca a ![Pl'l1'llli.-InfructUO:-;Q resultado de este ataqur..-
lHoqueo de Bilbao.-.\I~ud('f1 tropas d~~ San S :hasUan y d:"l otros puntos ~
obligan á ~Iaroto á lcvantdrlo.-:;1cdidas <le Toreno con!!'a las juntas remJu-
rionarias formadas en tod:J E~pnüa.-Dpjan f'1 fÍuqu<::' ¡~(' AllUmaJa y Alvarcl
(~lll'rt'a sus rf'foIprr.tivos ministrrios.-Rf'mplazanlos el duque de CastroterTe-
flO y don 'Manuel de Hivahrrr"a.-Doll Jo," Sartorio llomhrado ministro de
~f",·i¡¡a.-~uc'"s actos de rehclion de las juntas de \as provincias contra d
gohirrno dI' ~ladrid.-~lultiplicánse las han das carlistas en f:ataluña, Yalen-
f'i::l y d hajo .'\.ra~on.-E5rUerLOS combinados de Gurrea y Pastors contra el
1\0; de Eroies ~ Guergué.-f:orr,,,·ias ~' opcra"ionl's d,· (aliTera y de Qui[Pz


1'0310 JI. 11




ANALES DK ISABEL lI.


fU el bajo Aragon.- Aparicion de nueva. partidas carlistas en las prO\ in-
,'ias del Centro y del Noroeste de Espaiía,- Actitud agresiva del ejército '~s­
c'o-navarro.-Mendizabal nombrado ministro de Uamenda.-Pormenores de su
viage desde Inglaterra por Francia, el Norte de España y Portugal.-Crisis
ministerial.-Caida de Toreno.


EJ~ e\ub encargado en Barcelona de dar homogeneidad
y convergencia á los esfuerzos de los revoltosos del Prin-
cipado adivinó sin esfuerzo que la justa severidad, emplea-
da por el capilan general Llauder contra los autOl'es y cóm-
plices de los recientes atentados de Reus, caeria de recha-
zo sobre los afiliados á sus asociaciones subaltemas. En
consecuencia, determinó aprovechar la efervescencia que
la noticia de aquellos sucesos habia difunuiuo en la capi-
tal, y acelerar la csplosion que de mucho antes se pl'epara-
bao El 25 de julio, con motivo y en celebridad de la fiesta
del patron Santiago, se corrian t.oros en Barcelona, y á pl'e-
testo de que eran flojos, se empezaron Ú oi)' en la plaza al-
~unas de aquellas vocifel'aciones , que en semejantes esper~
táClllos no se estl'añau, por que es raro que estos se cele-
hren sin ellas. Entre el estrépito se cuidó de hacer circular
la impostura de que el capitan gcneml era accionista de la
empresa de la plaza, sin embargo de ser notorio que esta
corl'Ía por cuenta de un especulador, contra el cual tamhien,
il pesar de hallarse inscrito en la categoría libm'al, se gri-
Jaba desaforadamente. De eseeso en eseeso, se llegó hasta
arrojar al ciI'co los bancos y las sillas, y como el teniente
(le rey, que presidia la funcion, no emplease pal'n eOllju-
l'iW el desórden Otl'O medio que los ruegos y las exhol'lncio-
llCS, muchos espectadores baj:uon á la plazn, atfll'on con




LlIll\O CUAllTO.


ulla cuerda al toro que se lidiaba, y le llevaron arrastr'an-
do por las calles hasta el convento de San Francisco, de
que, á pretesto de haberse hallado en uno de los de Reus,
I'elratos del Pretendiente, se empezó á forzar las puertas.
Rechazados de alli, se dirigieron al del Carmen Descalzo y
le pusieron fuego, sin que las demostraciones de varias
patrullas que mandó salir el general Saquetti, comandante
dc las armas en ausencia del capitan general y del gober-
nador, fueron bastante eficaces para impedido. Animados
eon esta especie de tolerancia, se encaminaron los amotina-
dos á otros conventos, y á las doee de la noche estaban ar-
diendo los dos del Carmen, los de Trinital'ios Descalzos,
Dominieos y Mínimos , y el suntuoso de San Agustin. Pre-
servóse el de los Scrvitas, por hallarse inmediato al alma-
cen de pertrechos de artillería, el del Seminario por habcr
los frailes ahuyentado á tiros á los que á el se acercal'On, y
algunos otros por esta ó aquella circunstancia particular;
pero ninguno por los auxilios de la autoridad; pues, aunque
por donde quiera sc veian patrullas y I'etenes, estos y
aquellas se limitaron á ser espectadores de las escenas de
horror, en que los vivas á la libertad no bastaban á sofocar
los gemidos de las víctimas. Perecieron eH la tarde y la
noche treinta y dos frailes, se ocultaron cerca de doscien-
tos en las casas de sus amigos ó parientes, y algunos se
I'efugiaron en la drlegacion de policía; los demas, escapa-
dos á duras penas, fueron, en número de setecientos, en-
cerrados en Monjuich, la ciudadela y las Atarazanas. De
alli salieron poco a poco, unos para Mallorca, otros para
lo interior, y los mas para Francia y Roma, sin que las
p\'PcaucioJlrs filie tomflron para no ser conocidos en su




164 AS.\LES DE ISABEL n.
Lrtlnsito los libertasen siempre de insultos y de peligl'Os.
El 26 fuel'on !ambien esclaustradas las monjas.


Apaciguado el tumulto, el gobernador civil y el gene-
ral Saquetti, lanzat'on el 27 una fllocucion, en que ame-
nazaban « con la lenible espada de la .iusticia ti los cons-
»pil'adores y sus satélites. » Lo mismo hizo en seguida en
otra pl'Oclama Llaulle)', restituido en aquel dia á Barcelo-
na, y lo mismo \'epitió vedlalmellte ú las aulol'ídades y ¡::e-
fes de la guarnicion y de la milicia, que acudieron ú eHil··
plimcntarle por su reg!'eso. Contempol'izanrlo dcspues COI!
la opinion tan violenlamenle manifestada en la noche uel 25,
y con los deseos de los prelados de algunos conventos que
aun subsistian , acordó con el gohel'l1auol' civil las medi-
das necesarias para su supresion ; pero esta eondesce:1den-
cia no atenuó la itTitacion que habían p,'oducido su~ enér-
gicas manifestaciones. y los revoltosos proJ'UIlIpieron en
vllores al general don Mariano :\lvflrcz , y en ~Titl)s de
muera UaU\lel', Heyeláronlr lflles dcmostmciOlWs hahel'~(,
desvanecido el p¡'e~tigio de que hasta clllonce;; ~:OZ¡lI'!1; "
con esto. y con la notlcifl que le llegó en el mismo difl d('
tlue, suuleyadas dos compañías fI'flncas que se hallaban en
'la taró • tratauall de repeti!' alli el espectáculo dado dos
dias antes en Barcelona, determinó trasladarse á aquella ciu-
dad. Asi lo verificó en la mañana del 28, HIIUlH.'.iando tille
salia para perseguíl' las facciones, que le t!,lball mucho cui-
dado en las cercanías de Manresa, y ostentando csperan-
zas en el refuerzo que dejaha á la gn:ll'nicion de la capital,
y que no sirvió á la postrc sino para prestar un apoyo mas
eficaz al movimiento revolucionario. El general don Pedl'o
Maria Pastors, gohernador dc la cimhHlel", (!lIedó, por




LlBUO CLUrrO.


disposieion tlt' Llalu\e¡' y dimision de Saquetti, rneargado
del ¡.w¡'i(~l'lIo de la ciudad.


L1eua, pOI' la proclama del eapitall general y por la nl'-
meza con que se csplircí en :O:IlS eOIl\'ITSaC10;;('S partieula-
rcs en las pocas horas (llIe permaneció en la capital, la
medida del resentimiento dr los fautores de la rebelion, no
perdonal'oll estos tlesde cntonee:; medio alguno de acabar
con él. RlI'l~r\ona se yió inUJlll¡¡da de lihelos contra su per-
salla y su autoridad, y de I'scitariones conlm otros em-
pIcados cuyos despojos se eodiciahan. Los mueras contra
el tirano corrian acompañados de noticias de su muerte,
y, por si estas no eran creidas, de la declal'acion de que
« él y su segundo cabo, don Pedl'o Nolnseo Bassa, gober-
))nador de Barcelona, habian pet'dido la fuerza mOl'al. )) .\1-
gunos conventos de frailes continuaban ardirndo, sin que
nadie pensase, ni en cortar el incendio, ni en evitar que se
estendiese á otros edificios , ni en detener siquiera la ma-
llO que paseaba la tea encendida sohre todos los de la ciu-
dad. Pastol's public(" ú la wI'¡/arl, el :31, un hando que
con tenia jnstas y sCV(,.I'<1S disposiciones para el caso de UII
lluevo tumulto; y el ayulltamirnlo, asociándose ú I¡¡s in-
tenciones del general, recomendó asimisllIo el órden y la
modcl'acioll. Pero las manifestaciones estériles con que
aquellas autoridades disfr¡¡zabau su nulidad real y con
que los anat'{¡uistas les permitian cubrir su responsabilidad
en un eamhio de sitnaeion, ([lIe podia resnltal' de la lieg3-
da del ausente gohernador Rassa , ninguna ohligacion sé-
I:ia imponian a un cuer'po municipal que no trnia armas
(le que disponer, ni ú un gefe militar que sabia no Jloder
('oular COH las (Ine tenia en la plaza, enando se tI'atase de




16G .\l'íALES DE ISABEL lJ,
emplearlas contl'a los revoltosos. Estos malltlauun de he-
dlO, aunque se dejahan condenar de palabra,


LIauder, llegatlo el 28 á Mataró, disolvió las dos com-
pañías francas allí acantonadas, y con esta medida prcsCl'-
vó por entonces de escesos y males la ciudatl. Pero, poco
satisfecho de las noticias que recibia de la capital, ó apre-
miado pOI' la necesidad de velar de cerca sobl'e los movi-
mientos de sus columnas conh'a las bandas carlistas de la
montaña, se trasladó en seguida á Vich, desde donde el 1.0
de agosto dió órden á Bassa. que se hallaba en Cen-cra,
de dirigirse á Barcelona, y encargarse del mando, «para
)¡reprimir y castigar la faccion, que habia cometido allí tan
»horrendos crímenes.» Ya, á la primera noticia que de ellos
tuvo aquel general, habia marchado á Igualada, donde
preyino que se lc reuniesen las columnas de Calvct y Mol-
dero, empleadas en persecucion de facciosos. La guarni-
cÍon de Bal'celona se habia reforzado en tanto con otra
columna mandada pOI' el coronel Burgues, qne obl'aba an-
tes entre Sabadell y ~IalaI'ó. Con esta fuerza y unos Iancc-
ros enviados pOI' Bassa, pensaba Pastol's, y prometía á
Llauder el 2 dc agosto, «apodeI'at'se de los principales
»alborotadorcs, y deportados á donde se acordase en vez
»de incoar el proceso que el capitan general había maudado
»formarles, y en que ni la policía, ni la sala del crimen,
»ni la autoridad militar· se atrevian a entender.» Paslors,
á la verdad, no disimulaba á su gefe la dificultad de llevUI'
á cabo aquel propósito. «Los planes anál'quicos, aüadia en
su despacho de la citada fccha, se enlazan fuera de esta
»capital y pl'ovincia, y a1ln (uera del reino. eOIl este pu-
})ñado de quintos scrá imposihle en el estado de irrilacion




LIBRO CUARTO. 167
llde los pal,tidos, mantener en esta plaza el respeto á las
»leyes, y cuando no se puede dudar que la mayor parte
»)de la milicia urbana favorece á los revoltosos, se ar-
»riesgaria la renovacion del conflicto de 25 de julio.» Dos
días despues añadía, ((si la policia sigue el rastro á los in-
)>morales desol'ganizadores, la apoyaré con mi autoridad
»para que reciban un golpe decisivo ..... » Ayerbe y BUI'-
gues, en comunicaciones ya oficiales, ya confidenciales, se
esplieaban en el mismo sentido, y los I'evoltosos no igno-
raban que tales eran en efecto las disposiciones de la auto-
('idad.


Asi, aunque inquietos por el refuerzo de la guarnicioll,
y mas aun pOI' la aproximacion de Bassa, dieron á su mie-
do el color de la irritacioIl, y P¡'o¡'umpieron (en amenazas
contra la vida de este general. Intimidal'on ellas á las auto-
ridades , á quienes tenia comprimidas el puñal de los ase-
sinos; y casi todas procuraron persuadir á Bassa que no
corriese á una mue¡'te, que le representaban como segul'a
si se atrevia á entrar en la ciudad. Mostrando él ceder á
estas ohse¡'vaciones, convino en acantonar en los pueblos
del corregimiento de ViIlafmllca los tres mil hombres que
habia reunido, manteniéndose tranquilo mientras no se lur-
hase de nuevo el orden en la capital, y asi lo anunció á Llau-
del' desde el Bl'uch, añadiéndole que el 6 se trasladaría ú
Villafranca. to mismo significó al cOI'onel ChUl'ruca, que ú
loda prisa reclamaba tropas para contener al carlista T¡'is-
tany, que el dia 1.0 habia atacado á G uisona, y para re-
forzar á Balaguer gravemente amenazada. Apesar de las
segUl'idades consignadas en su correspondencia con Llau-
del', PuslOI's y Churruca, Bassa, sin ocurrencias oslcnsi-




Hi8 A:SALES DE ISABEL 11.
¡lles que le ohligasen ú camhiar de resoluciou, sin IlIO!ivu
conocido ,yen fuerza, segun se dijo, de un aviso que re-
cibió de e~tar dispuesto pum t'l dia 5 el gran motin, á
cuyo fin se hahia eOITompido Ú algunos oficiales y sargen-
tos de la guarnicion, se puso en marcha el 4, Y dejando
Sil columna en Sauz, se entró, en la mañana lid ."), con po-
cos soldados en la capital, la recorrió toda acompañado
de un solo ordenanza, y, con una confianza qllr: tenia algo
de temeridad, fué á alojar~e al pabeio en vez de situarse
en la ciudadela.


Rodeáronle luego los genel'ales Santoeildes, Lahera y
Pastors, el gobernador civil Igual y otras muchas perso-
nas de importancia, para persuadirlc á que no provocase,
pOI' demostraciones contra los revolucionarios, una lucha
en que perecel'ia ciertClmeutc. Bassa, deseallsando en sus
antecedentes y en la amistacl que hasta pocos dias antes
le habian mostI'ado los mas de sus compatriotas, y obliga-
do por otra parte á mantenel' el decoro de ~\1 autoridad,
declaro: «que no debilitaría su prestigio pOi' condescen<lcn-
))cias, mienll'as estuviese encargado del mando.» Exltorló-
sele á dejarlo ú á saliJ'se de la eiudad, y d se uegó con
entereza á uno y otro. Las tropas que, al llegar, hahia él
dejado en Sanz , entraron en tanto en Barcelona, y ocupa-
ron la Lonja; la mayol' parte de la gual'llicion sc sitllb rn la
plaza de palacio, donde entre mas de urbanos llegó una di-
putaeion dd ayuntamiento, encargada de lI11Íl' ~us megos
á los de los geneJ'ales y autoridades, que insistian en que
Bassa se l'elil'ase. :Mielltl'as éste deliberaba sol)['(~ el pai'li-
do flHe debia tomar en vista de tantas instancia:;;. el popu-
lacho, f]lIr sr Iwllalm ya l'punido rn \[1 mi:-;mfl "Irlza. , con,




LlBIlO CUARTO. 169


Ira el cual ninguna demostracion osaban hacer las tropas.


penetra, parte por la tribuna de la contigua iglesia de San-
ta ~Iaria, parte por la escalera del palacio mismo, y una
gavilla de amotinados se reune en el salon. Al verlos, varias


de las personas notaLles fluC en el sc hallaban, gl'itan que


no se atente contm el general , que está dispuesto á ceder.
«Es tarde.)) responde uno de los asesinos, y le derriba al
suelo de un pistoletazo, mientras el genen\1 saca en vano la


espada para defenderse. Hemátanle á puñaladas otros de


Jos conjurados, :ll'l'ojan su cadáver por un balcon, le arras-
ImH por las calles, y queman en seguida sus mutilados
restos, illimentamlo la hoguera con los papeles de la socic-


dad económica, dc la contaduria de propios y arbitl'ios,
dcl goLiel'Oo civil y de la policía, cuyo establecimiento sa-
quean primCl'o, y despues destruyen enteramcnte.


En las conmociones populares no hay medio de parUl'-


se, cuando se ha llegado á cierto punto de la carrera.


Los que habian dado el impulso para Pi asesinato de Rassa


110 lJm'¡'ian tal VPZ ir mas allú, pel'O lo flUisicl'on sus agentes


fIlIC, Ú los gritos tle I'Ú'(t lsabl' 1 11, derribaron y arrastl'fl-
ron la estatua colClsal de hroncc de su difunto padre, (lIle


adomaba una de las plazas dc la ciudad, c¡uemal'on en se-


¡:juida los papeles de la atlministracion de rentas estancadas,
destl'Uycron los fidatos y el rastro, y COl'onaron las obras


llel dia poniendo [\1('1;0 il la magnifica fúhrica de máquinas


de vapO!' de BOllaplala y Vih1J'egut, que tantas y tan justas
esperanzas inspimlta á la iudustria catalana. Ya la noticia


de que iha a comctersc este crimen hahia cundido desde
al¡!:lmos días antes, y en vano se hahia }wocurado flesmen-
til'la. En ViIllO taml)ien se pl'etenrlió, drsp\les del suceso,




170 AN ALES DE ISABEL n.
difundir la idea de que la destruccion de la fábrica rué efec-
to de haberse entendido mal pOI' los conjurados, la ó/'den
de atacar la imprenta del periódico el Vapor, (<creado, se
decia, para halagar el orgullo del tirano catalan.» Pero ya
fuese premeditado el designio, ya procediese de error en
la ejecucion de otro propósito no menos punible, la fábrica
ardió, pereciendo en su defensa quince ó mas urbanos, y
entrc ellos algunos que habian capitaneado en los dias an-
teI'Íores los grupos que incendiaron los conventos; coinci-
dencia notable, en la cual se habria visto, sin duda, en un
siglo religioso, la mano de la Providencia.


En lo mas recio del tumulto, se creó una junta llamada
de autoridades , reforzada con cinco comisionados del pue-
blo, y presidida por el general Pastors, cuyos sentimientos,
consignados en su conespondencia coetánea con L1aUllcr,
no conocian aun, ni llegaron á tmslucir cn mucho tiempo,
los conjurados, La junta empezó sus tareas con una alocu-
cion dirigida á reÍl'cnal' las pasiones desencadenadas. Pero,
proclamando «que el órden es el e1elIH'uto de ,ida de la 50-
»ciedad,» contribuia á mantener el desól'den que coudena-
ba, anunciando haber destituido a Llaudel', y reconociendo
justos por este acto los pretestos que se alegaron para el
alzamiento. Una vez legitimados, a nadie pareció estraño
que continuasen los escesos, como continuaron dunlllte toda
la tarde y la noche, es decir, bastantes horas despucs de
habel'se instalado la autoridad nueva. Todavía al dia siguien-
te, una gavilla de malvados pl'endió fuego tI los muebles d(~
algunas casas, que supuso hahitadas pOI' sugetos adictos UIl
tiempo al conde de España, mientras que otras bandas ata-
cal'on la aduana, donde se hallaba depositada gran cantida(!




LIBRO CUARTO. 171
de IllcI·cancias. Por dicha, el riesgo que con este atentado
nuevo corrian las pertenecientes á muchos comel'ciantes y
el deseo de preservarlas del saqueo ú de la destruccion hi-
zo á éstos unirse para contener á los fOI'agidos, y lo logra-
ron COIl la prision de algunos de ellos.


La junta, animada con la cooperacion de los hombres
honrados que veian comprometidos sus caudalcs, y hasta su
existencia, pudo entregar á la comision militar, y hacer que
fueran mas ó menos severamente castigados, si no los asesi-
IIOS de Bassa y de los frailes, ni los autol'cs de la destruc-
cion de los conventos, dos ó tl'es dc los del incendio de la
fábrica dc Bonaplata. Pero no se lc permitia dar esta pe-
queña satisfaccion á las leyes ultrajadas , sino en cuanto se
prestaba á exigencias que atizaban, por una parte, el fuego
que por otra se apagaba. Asi, decretó la supresion de los
conventos que las llamas habian perdonado; destituyó á to-
dos los empleados de categoría, cuyos despojos se codicia-
ban; prometió f[Ue se eonfiaria por mitad la custodia de los
fuertes á la tropa de la guarnicion y á la milicia Ul'bana; de-
clm'ó que para pertenecer á esta milicia no era necesm'io
pagar contt'ibuciones, e hizo en la organizacíon de la misma
modificaciones esplicitamente cOJlt¡'arias al tenor de la ley
(Iue las Cortes acababan de votar. Las circunstancias con-
denaban adema s á la junta á trasmitir al gobierno de Ma-
drid lo que entonccs se llamahan los deseos del Pl'Íncipado.
Ella esteudió, pues, el 7, una representacion á la reina, pi-
diendo (que se diese el mando de Cataluña á una pel'som\
»ue circunstancias esplícitas, caso que no hubiese de con-
»"iuuar Pastors; y que á los demas cmpleados, depuestos b
»foJ'zadamcnte dimisionar'ios , se les ¡'ermplazasc con oll'OS




172 A:'\ALES DE ISABEL 11.
»colocados en aquella misma cuerda.» Y conociendo que,
aun prestimdose á todas estas cxigencias, estaba lejos de
contentar á los que nada menos pedian que (<la igualdad le-
»gal, la libel'tad civil y de imprenta, la supresion ó modifi-
»caeion de la policía, la inviolahilülad de la propiedad, la
»rcsponsabilidad ministerial,» y otra multitud de cosas flue,
ó existían de hecho, ó no podian existir de derecho sin so-
meterlas á un eXáll1ell detenido; conociendo ademas que, aun
resignándose ú pedí.' al gobiel'llo todo lo que de ella se exi-
gia, no satisfaria á la muchedumh¡'e influieta, dividida eu
sus deseos y vacilante sohre el empleo de los medios ulte-
riores de satisfaccion y de paz, acordú el8 nombl'Urse agre-
gados, y ordenó crear otra junta, con el título de auxiliar
consultiva, flue ayudase á las autoridades civil y militar en
las medidas que se creyesen necesarias. Esta supel'fetacioll
nueva con que las autoridades se proponian eludir la res-
ponsabilidad, dividiéndola, debia componerse de doce indi-
viduos, nombl'ados por eJertMes designados pOl'las diferen-
tes clases del pueblo; determinacion que eonsagl'ú el prillci-
pio de la generalidad de la eleecion, y lo consagl'¡'¡ de mouo
que figUl'al'on en seguida entre los electores personas no
acostumbradas al uso de esta prerogativa.


La nueva junta, nombrada é instalada ellO, conocida
desde su origen bajo el nombre del aposlolw{u, y llesigllu-
da como la verdadera ¡'epI'esentacion del puclllo, se estl'ellÓ
el 11 con \lua proclama escitando á los catalancs á forlllar
contra la faccion cuerpos espc(licionarios, de que á la vel'-
dad se tenia gran neeesida(l , pues desde el movimiento de
Reus habia sido forzoso l'ctil'Ul' de su persecucioll mur.ha~
dp las columnas destinadas á ella hajo las ól'(lcllc~ de Bass<I,




URRO CUARTO.


Colubi y olros gefes, y los enemigos, campeando sin ('esis-
Lencia en la alta Cataluña, atacaban con mas ó menos éxito
considerables poblaciones. A los gastos necesarios para per-
seguirlos destinó el 13 la misma corporacion todas las ren-
tas del Principado, y los pI'oducto:" de los at'bitr'jos locales;
y, considerando que ni estos ni las contribuciones bastarían
á todas las atenciones de la situacion, exhortó á los pudien-
tes á al'marse á sus espensas, y abrió suscriciones para el
mantenimiento de los migueletes. Para hacer tolel'ables los
sacrificios que imjwnia , la junta halagó á sus administrados
üon la esper3nza de I'estituil' los hirlles monacales á los com-
pradores de 1823, con la del reconocimiento de los estado.,
disidentes de América, con la de la administracion de las
rentas provinciales por las provincias, la formacion de una
nueva constitucion, la extincion del clero regular, y la rcfo('-
ma completa. del secular.


Mientras \a junta, que aun no se atrevia á romper con el
gobierno de :Ma(¡"ill , ofrecia insist.ir cerca de él para que
:lCccdiesc Ú estos tle:,;ros, proclamúbalos el ropor, que, ór-
~ano de las doctrinas y de las exigencias de la época, es-
presó que el pueblo estaba cansado de f'ufl'ir abusos,
escusó y aun legitimó los movimientos tle los tIias ante-
riores, atrihuyémlolos a la ohstillacion con que los go-
bel'llantes se habian ne¡;;ado á otorgar las reformas; indicó
la necesidad de un nuevo código, eseluyenclo el de Cádiz
por difuso, y el Estatuto Real pOI' otorgado; suscitó la
eueslion de la sepal'aeion de las COI'Ollas de Áragon y Cas-
filia, y no dejó, en fin, idea de desól'dell ni de trastol'llo que
110 enunciase. En fuerza de las sugestiones de aquel perió-
(I¡('o, y de las de los demas instigadores del movimiento, se




174 ANALES DE ISABEL 11.
quemaron las causas formadas contra los liberales desde 1823;
y despues los espedientes del tribunal del breve apostólico.
Entretanto la junta consultiva acordó que cada corregimien-
to nombrase un diputado para la junta provincial que debia
reunirse en Barcelona, y que se formase otra junta general
de las cuatro provincias, eligiendo cada una de ellas tantos
diputados como nombraba para las Cortes.


Llauder supo el 6 en Vich el asesinato de Bassa y los
escesos que á el se siguieron. Viéndose sin fuerza para re-
primirlos, pues las pocas que habia en el Principado no bas-
taban á contener, ni aun á observar las bandas carlistas, cre-
yó no deber aumentar las dificultades de la situacion, con-
servando una autoridad que solo reconocian unos pocos sol-
dados que le acompañaban. Usando, pues, de una licencia
que habia obtenido para tomar baños en Francia, salió de
Vich escoltado pOI' dos compañías; l'ccibió en Ripoll y Puig-
cerdá los últimos homenages de los pueblos de la frontera,
y se entró en Francia por Bourg-madame. Mientras se cre-
yó que tendria medios de mantenerse en Barcelona, inspit'ó
su nombre algun recelo; pel'o, desde su última salida, todos
los pueblos donde existian algunas malas cabezas tuvieron
que lamentar eseesos casi iguales á los de la capital. El mo-
nasterio benedictino de San Cucufat del Valles, el de geróni-
mos de la Murtra, los de cartujos de Scala Dei y de Mon-
tealegre, los conventos de recoletos de Hiudoms, de ca-
puchinos de Mataró, y de Arens del Mar, y otros mu-
(~hos de diferentes pueblos, fueron presa de las llamas. En
Igualada, Vich, LCl'ida, Gerona, Montblanch, Valls, Fal-
sel, en casi todas partes, en fin, los fl'ailes fueron echados
de SIIS easas; en muchas ciudades fucl'on destituidos SIIS




LIBRO CUARTO. 175
goheI'llauores, y en pueblos de menos monta hasta sus al-
caldes.


Pero donde mas se encarnizó el furor fué en Tarragona.
El ').7 de juiio avisó cl gobernador civil de aquella provin-
cia la alteracion que los alentados cometidos en los dos
di as antel'iores en Barcelona, habian producido en su capi-
tal. Para impedir que se reprodujesen, proveyó de pasapor-
tes al arzobispo, y á muchos eclesiásticos de gerarquia, con-
tra quienes man,ifestaban encono los clubistas; diólos igual-
mente á touos los religiosos de la ciudad, disolviendo asi
sus comunidades todavía integras, y los dió en fin, á los
que habian escapado de la maLanza de Reus. Pero, quitando
estos pretestos á los ataques de los revolucionarios, no disi-
muló aquel gefe la poca confianza que le inspiraba tal pre-
cauciono «El horizonte,-decia, en la misma fecha al capitan
»general,-se presenta muy oscuro, y aun cuando todo el
»clero regular ha abandonado el claustro, no considero se-
»guros á sus individuos, ni á cubierto de tropelías los edi-
)¡ticios.)) Las provocaciones que, para incendiar los de la
ciudad, se hiciel'on en los dias inmediatos, se frustraron
no obstante, á fuerza de diligencias y de sagacidad, y ve-
rosimilmente habrian quedado al fin sin efecto, si los suce-
sos del 5 de agosto en Barcelona no hubiesen dado nuevos
bríos á los revoltosos de Tarragona. En la madrugada del 6,
fué informado el gobernador Colubi de la suerte que habia
eabido el dia anles {¡ su gefe Bassa. Desde el momento vió
que no tenia tiempo que perdcl', y aparentando que iba tí
perseguir á los facciosos que estaban cerca de la ciudad, se
"alió de ella con una compañía de infantería y uno~ pocos
caballos. Una hora de~pues llegaron 300 urbanos de Reus,




176 ANALES DE ISABEL 11.
ú los cuales se incorporaron luego los de Tarl'Ugollu, y á
los gl'itos de viva la Reina, sc dirigieron todos á matar al
teniente de rey y al mayor dc plaza, ya que no podian
cebar su ira contra ColuLi, iustrumento de los justos, aun-
que tardíos, rigorcs de Llauder. Hefugiúronse los persegui-
dos al cuartel dc Saboya, dOlldc habl'ian sirio sacl'ilicauos
cn seguida, si no intercediese enél'gicamente en su favor el
hrigadier Lasauca fIue, enviado alli dos dias antes por
L1andcl' para ayuda!' á Colubi, fué proclamado gohcnmdol'
por los amotinados mismos. Mostl'aroll cslo:-; ccdcr, con tal
de (IUC se embarcáse lucgo á aquellos gefes para Barcelona,
donde suponían que la plebe desencadenada no dcjaría dc
acabar con ellos. Embarcóseles en efecto; pcro, 1mbiéndose
retirado el destacamento que los escoltaba, cuando los hu-
bo dejado en el buque, COl'rió la chusma sobre éste, le de-
tuvo, le hizo ,01vCl' á tieITa, y alli asesinó á los Jos infeli-
ccs gefes y á un oficial que los acompaüaba, y fueron lan-
zados al mar los tres cadáHl'es. Colubi mismo, yendÍllo,
abandonado casi por su escolla, haLria suf¡'ido igual SlWI'-
te, si no hubiese tomado el partido de despedida, y tenido
la fOl'luna de refugiarse en }irancia no sin COITCl' gmudes
peligros. '


No era solo en el Principado donde se cometían estos
eseesos. En el día, en la hora misma en que se asesinaha
á Bassa en Bal'celona , los clubislas de Valencia, como si
fluisiesen proLat, que moyia á todos los revoltosos del rei-
no un impulso simultáneo y uniforme, escital'on un motin,
á pretesto de que las facciones de Quilez y Serrador, drs-
pues de saquear varias poblacionc:s que il1Yadieron, habian
llegado á Almenára, Reúnense con este lllotiyo grupos nu-




LIBRO CUARTO. li7
mel'o,=" de urbanos y paisanos en la calle de Zaragoza y
plaza de Santa Catalina j tócase la generala á media no-
che, á la hora misma en que las llamas estaban devorando
la fábrica de Bonaplataj acuden al toque mas urbanos, y
á los gritos de viva la libertad, se pide que sean castiga-
dos al punto los pI'esos por causas de conspiracíon. Los
sublevados se agolpan á las puertas de la torre de Cuarte,
las fuerzan ó se les abren, sacan á los pl'esos, hacen en
seguida lo mismo con los que se hallaban en las carceles
de Serranos, San Narciso y eclesiásticas, y los trasladan
al principal de U1'banos. Pocas horas despues, á las cua-
tro de la tarde del 6, fusilan á siete de ellos, entre los
cuales, al famoso deau de Murcia don BIas Ostolaza, y
trasportan al Grao mas de otros ciento, que al dia siguien-
te son embarcados para eeuta , siendo de este número mu-
chos sugetos de cuenta. Suerte menos dura, pero no mas
gloriosa, tocó en aquella ocasion al conde de Almodóvar
que, despues de presidir durante muchos meses el Esta-
mento de procuradores, habia pasado á Valencia, y sido
nombrado segundo gefe militar por el capitan genel'al Fer-
ráz , que se hallaba enfermo. Para calmar los ánimos, pro-
metió Almodóvar satisfaccion á todos, sin reparar que todos
pedian sangre y esterminio, y que nadie podia contentar
con menos a fmiosos qne, á la sombra de lo que se lla-
maba venganza pública, se entregaban á venganzas pri-
vadas y á asesinatos particulares. Las gentes de la Huer-
ta acudieron por su parte de botin, y la obtuvieron copio-
~a, introduciendo en la ciudad por dos ó tres dias cuantos
efectos quisieron sin pagar derechos de puertas. Siguien-
do la antigua costumbre de elogiar despues de las asonadas


TOllO TI. 12




178 ANALES DE ISABEL U.
la sensatez espailola. Ferraz dió gracias á los Ill'bulIOS
por su brillante comportamiento, pero esta no le eximió de
la necesidad de dejar un mando que, á pesar de sus au-
tecedentes liberales , no habia desempeñado sin murmullos
ni podia conserval· sin compromisos. Entrególe, pues, á
Almodóvar, á quien una diputacion de la milicia urbana,
designada por los fautores del movimiento, corrió luego á
significar lo que ellos llamaban los votos de la opinion pú-
blica, y en conformidad de sus indicaciones sucesivas, fue-
ron desde luego separados algunos empleados desafectos,
de cuyo número f~é el regente de la audiencia Billabóa, que
se apresuró a enviar su dimision ; se quemaron las bande-
ras y estandartes de los voluntarios realistas; se previno
al intendente disminuir los derechos de puertas, y se hi-
cieron al espíritu revolucionario cuantas concesiones exigió
por de pronto, las cuales no fuel'on, sin embargo, mas que
el preluuio- de las que debian exigirse y olorgarse en sc-
guida. No debe pasarse en silencio que, durante estas ocur-
rencias, habian llegado alli á tomar baüos de mar los in-
fantes uon Francisco ue Paula y su esposa, que se mantu-
vieron un mes en la ciuuau, devorando sin duda en secre-
to la humillacion de los desacatos que se cometian contra
la l'eina, con la cual, y con su gobierno, los ligaban tantos
y tan estrechos vínculos.


El movimiento de Valencia se estendió inmediatamente
á Murcia. Ya en la tarde del 30 de julio se habia alborota-
do el populacho, y pedido la encarcelacion de varios indi-
viduos de la compañía urbana movilizada que, fieles á sus
tradiciones de indisciplina, habian desertado de Lorca dOIl-
oe estaban haciendo su servicio. Las autoridades, intimida-




LIBRO Cl:ARTO. li9
das allí, como en todas parles, por las vociferaciones, en-
tl'egat'on al punto los desel'tores ; pero como la dehilidad
del podel' no desarma, sino que alienta á los pertlll'hado-
res del órden publico, estos continuaron el 31 en su ac-
titud hostil, yel 1.0 de agosto, instruidos ya de los sucesos
del 22 de julio en Reus , y del 25 en Barcelona, pusieron
fuego á los conventos de Santo Domingo, la Trinidad, la
Merced y San Francisco, en tanto que en Alcantarilla ha-
cian otros lo mismo. con el convento dc Mínimos, y otros lo
intentaban con el de San Gcrónimo en La Ñ ora y el de
Santa Catalina del Monte. Ciertas veleidades de resisten-
cia que se notaron en algunos individuos influyentes, y aun
en una parte de los urbanos, obligaron á la chusma á ha-
cer alto durante algun tiempo; pero, al recibirse la noticia
de las ocurrencias de Valencia en los dias 5 y 6, se creyó
la oca¡r,ion oportuna para proseguir la obra , impunemente
comenzada el 30 del antcrior, y tranquilamente aontinuada
en los dos dias siguicntes. En consecuencia, á las ocho de
la noche del 10, asaltaron quinientos suhlevados la Cál'ccl
publica, estrajeron á tres individuos que tenian pendien-
tes causas llamadas dc cOIlspiracion, los asesinaron impla-
cablemente y, pasando de alli á varias casas, las atropella-
ron y robaron á su sabor. Cuando todo estuvo consumado,
las autoridades y la milicia urbana se reunieron para de-
plorado , y aun para pedir castigos; demostracion estéril,
que no dehia producir efecto mas tarde sino cou mil pre-
cauciones, que tuvieron todas las apariencias del miedo u
¡jc la indecision.


Zaragoza, domle antes se habian sofocado mal otms
dos tentativas de subversion, no podía dejal' de ser al'ras-




180 ANALES DE ISABEL n.
trada por el ejemplo de las que en otras partes se hacían
con éxlto feliz. Los sucesos de Barcelona y Valencia del 5
y del 6, promovieron en la capital de Aragon una inquie-
tud que se anunció pidiendo la destitucion del capitan ge~
neral don Felipe Montes, como obstáculo al desarrollo de
los ulteriores designios de la faccion disolvente. Mediaron
pláticas, y el general, cierto de no poder contra restar el
movimiento, hubo de resignarse á él, Y aceptó la presiden~
cia de una junta destinada á darle convergencia y unidad.
lnstalóse ella el 9, Y desde luego acordó cerrar los conven-
tos de la capital , y prometió activar las causas de conspi-
racion y la destitucion de los empleados desafectos, medi-
das que eran' por donde quiera el caballo de batalla de los.
anarquistas. Entretanto, se ponia fuego al convento de los
Capuchinos de Alcañiz, se suprimian otros en las provin-
. cias de Aragon , y de los bienes de algunos de ellos se
apoderaban los qu,~ los habian comprado en el anterior pe-
riodo constitucionál; se proclamaba la Constitucion de Ca-
diz en Mallen, MonzoIl y Tarazona, y por todas partes
asomaban síntomas de una completa disolucion.


Ni aun las islas se libertaron del fuego que corría por
el territOi'io peninsular. En los primeros dias de agosto, se
habia querido obligar al obispo de Mallorca á que emplea-
se en una parroquia á un fraile liberal, y resistiéndolo el
prelado, tuvo que retirarse el 7 á Lluch. Esta ocurren-
cia sirvió de pretesto para un levantamiento en Manacor,
ciudad populosa, y capital de un vasto partido, donde, en
la noche del 9 al 10, se proclamó á Cárlos V, despues de
desarmar y prender á los urbanos. Acudieron luego tl'O-
pas de Palma, que con presentarse apagaron la insUl'I'ec-




LIBRO CUARTO. 181


cion; pero se exigio, por precio de esta fácil victoria, la su-
presion de todos los conventos, y el conde de Montenegro,
capitan general de la isla, tuvo que acceder á ella desde
luego, y fué verificada en seguida.


Como si tantos males no bastaran, los carlistas hacia n
esfuerzos prodigiosos para complicar la situacion. Una di-
vision del ejército del Pretendiente, despues de deslumbrar
con sus maniobras las guarniciones de Miranda de Ebro, Ha-
1'0 y La Guardia, se apodero de Puentelarrá, donde encon-
tró gruesos rcpuestos de víveres; y, pasando allí el Ebro, se
dirigió ellO por Santa Gadea y Ameyugo á Pancorbo, obli-
gó al general Bedoya, que en Briviesca mandaba el ejército
de reserva, á retirarse á Burgos, saqueó las casas de los ur-
banos de Pancorbo, se apoderó de muchos fusiles, y de un
rico convoy de víveres, sacó porcion de mozos y repasó el
Ebro en seguida, sin que lo pudiese impedir ni castigar el
general Córdoba, que en vano corrió desde Logroño á cor-
tades la retirada. Mientras que, por la derecha de don Cár-
los, cinco ú seis mil de sus soldados hacian aquella fu-
nesta correría, por su izquierda seis de sus batallones con
doscientos caballos, mandados todos por el brigadier Guel'gué,
penctraban en Aragon por la canal de Verdun, y pasando
por las inmediaciones de laca, se dirigian a Huesca que,
abandonada por su milicia urbana, y recientemente conmo-
vida por el lanzamiento de los frailes, provocado y obteni-
do el 12 por una parte de aquella milicia misma, ocuparon
el 16 sin oposicion. En vano el brigadier Gurrea, á la cabe-
za de :{,OOO hombres de todas armas, voló desde Miranda
dr Arga á perseguirlos. En vano, á la primera noticia de su
¡¡paricion, el general Montes, que desde Muel se disponia




18:2 ANALES DE ISABEL 1I.
ú alacar á Quilez y las facciones del bajo Aragon, volvió á
la capital, y reuniendo alli toda.la tropa veterana disponi-
hle y los urbanos que pudo movilizar, se juntó á Gurrea,
y corrió con él tI'as de Guergué. Este siguió su camino,
desarmando á los urbanos que no huian, y repartiendo sus
armas á los partidarios que se le allegaban. Entretanto los
demas cuerpos de don Cárlos mantenian por donde quiel'a
una actitud ofensiva. Marolo organizó una division con las
brigadas de Sarasa, y Cuevillas, compuestas de los cuerpos
de Castor, Ibarrola, Arroyo, García, y de la caballeda de
Villalobos, que estrecharon, por una parte, el bloqueo de
Bilbao, y amenazaron al mismo tiempo á Medina de Pomar
y Santander, no sin inspirar inquietudes al brigadier Iriar-
te y al general Lopez Baños. Iturralde, estendiéndose des-
de Estella hasta Lodosa y La Guardia, y amenazando siem-
pre á Puente la Reina, imponia respeto á Córdoba, acanto-
nado desde Lerin hasta Haro y Miranda, y obligado á guar-
dar los puentes y los vados del Ebro. Gomez bloqueaba á
San Sebastian, sin manifestar hacel' caso de los muchos des-
tacamentos de auxiliares ingleses que al refuerzo de aque-
lla ciudad iban llegando cada dia, inquietaba á la guarnicioll
del campo atrincherado del Bidasoa, y observaba los desta-
camentos franceses que, para impedir la violacion de Sil ter-
ritorio, se hallaban situados á la derecha del rio.


Los batallones de don Cárlos l'ecOl'l'ian, en fin, desde Ir un
y Elizondo hasta las inmediaciones de Lodosa, y las fronte-
I'aS de las Merindades , y hloqueahan easi á Pamplona y it
Viloria.


Los partidarios que tenia la causa de aquel pI'Íneipe en
las olras provincias del reino, rcdoblabml al llIi~llJO tiempo




LIBRO CUARTO. 183
sus esfueI'ZOs para hacerla triunfar. Bandas catalanas, acau-
dilladas pOI' Tristany, Llarch de Copons, Samsó, Ros de
Eroles, el Muchacho, y otros cabecillas dc menos nombre,
rendian coetáneamentc la guarnicion de Olot, allanaban á
Prat de Uusanes, inccndiaban el fuel'te de Alpens, yataca-
ban á Guisona, Villanucva de Moya, Torá, Oliana y Ba-
laguer. Quilez, el Serrador, Cabrera y otros guerrilleros va-
lencianos y aragoneses, despues de recorrel' á su placer el
Maestrazgo, y de aCCl'carse á Valencia, amenazaban la pro-
vincia de Cuenca. En las de Toledo y la Mancha, el carlista
Mi!', aumentadas sus fuerzas en UI'da, el Horcajo y otros
pueblos de los montes, se trasladaba á Ciudad-Real, y sus
soldados penetraban en sus calles en medio de un gran con-
curso aterrado de tanta audacia, ó haciendo una parte de él
votos secretos por sus triunfos. Un poco mas allá, Orejita.
que hasta entonccs vagara impune por los campos de la Cal-
zada, Granátula, Mestansa y el Viso, osaba atravesar la Sier-
ra-Morena, presentarse en Andújar, prender al corregidor
en su casa, hacer escapar de la suya al comandante de las
armas, apoderarse de los caballos de la casa de postas,
y soltar los presos de la cárcel. La actividad y la inteligen-
cia de los gefes de las tropas de la reina, no bastaban á lim-
piar de bandidos la síena dc Alcaráz, y los montcs de To-
lcdo servian de gUaI'ida á Pcrfecto , ],adiosa y otros parti-
darios, que devastaban allí ricos establecimientos nacientes,
destinados á promover la abundancia en aquelb comarca,
y aumental' al reino una provincia nueva. En Castilla la
Vieja, Merino hacia correrías fl'ecuentes por las de Burgos


.\ Soria, y alguna vez hasta las de Segovia y Guadalajara,
En r.alicia, en fin, las facciones de Loprz y Sarmiento l'eu-




184 ANALES DE ISABEL 11.
dian la guanlicion de Alzúa, hacian replegarse la de Fucu-
sagrada, y obligaban al capitan general Mol"illo á formar
numerosas columnas al mando de gefes de prestigio, á cuya
cabeza hubo de ponerse el general Sanjuanena. Todos es-
tos sucesos se agolpaban en la primel'a mitad del mes de
agosto.


¿Qué hacia en medio de tantos desastres el gobierno de
Madrid'? Lisonjeado con esperanzas quiméricas para lo fu-
turo, esperaba de tardíos é insuficientes rigores un f\'Uto
para lo presente, que apenas habrian pI'oducido si fueran
completos y oportunos. La repI'esentacion hecha en julio
por la milicia y el ayuntamiento de Zaragoza, habia sido re-
cibida por el ministl'O Alvarez Guerra con ciel'tas señales de
simpatía, que merecieron la aprobacion y los elogios de los
órganos cotidianos de la opinion progl'esista. El ministerio,
creyendo deber desvanecer las ilusiones que se {ol'mal'an
con este motivo, habia dirigido una esposicion á la reina go-
bernadora, pI'oponiendo algunas medidas vigorosas, con que
parecia querer volvel' pOI' su dignidad y su prestigio. Mas
como nadie hubiese hecho caso de aquellas disposiciones,
á pesar de las cuales se habian Barcelona. Valencia y Zara-
goza pronunciado contra la marcha del gobierno, encargó
éste al ministro de lo Interior renovadas bajo oll'as fOl'mas,
y espiar asi la condescellllencia que antes manifestara con
las pretensiones exageradas, contenidas en la esposicion de
la capital de Aragon. Alval'ez Guel'l'a hizo, pues, publicar
en nuevo decreto , en que amenazó con la suspensioll de
sus funciones á las autot'idades que no empleasen contra
las tentativas de uesó¡'r!en medios enérgicos de repl'f'llsion.
Esta conminacion dehia, sin emba!'go, se!' l<ln ineficaz como




LIBRO CUARTO. 18.5
las demas disposiciones dictadas antes con el mismo objeto,
pues ¿cómo podrian autoridades subalternas desplegar en
circunstancias criticas un vigor, que el gobierno supremo
no manifestaba siempre en las ordinarias? La suspension en
que incurririan los empleados por no resistir á las exigen-
cias tumullual'ias debia parecer á estos un mal pequeño en
comparacion de los que podria acarrearles una resistencia
que, una vez generalizado el desorden, no enconh'aria en
clase alguna apoyo ni cooperacion. Y todavia esta medida,
insignificante en sí, parecia demasiado vigorosa á algunos
de los gobernantes, entre los cuales apenas habia quien cre-
yese que la situaciOll las exigia mas decisivas.


Ni era esto estraño , atendida la composicion llel minis-
tel'io. Incompleto por la ausencia de Mendizabal y por el
rehuso de Alava, se componia de cuatro ministros, de los
cuales los de Estado y Guerra se hallaban cerca de la reina
en la Granja, y los de Interior y Gracia y Justicia en Ma-
drid. Acordes unos y otros en no dar importancia á los es-
fuerzos del carlismo, que reputaban impotentes, ni á sus pro-
gresos , que calificaban de efímeros, miraban eon igual des-
den la rapidez con que se propagaba el movimiento ultra-
liberal, y pal'ecian desconocer la uniformidad del impulso
que los dirigia. Pero no eran los mismos los motivos de la
confianza que, sobre este último punto, mostraban los cua-
tro ministros. Los dos de Madrid (Alvarez Guerl'a y Gar-
cía Herreros) , presagiando sin duda la estension que ad-
quiriria en breve el eisma ya declarado en las provincias, se
aplicaron desde luego á mantener y estrechar sus relaciones
con los hombres del progreso, lisongeándose acaso de 80-
hl'cnadal' eon Sil auxilio en el naufra¡;io de sus dos colegas




186 ANALES DE ISABEL II.
de la Granja, que la exasperacion liberal pel'mitia supollcr
inminente, y que la prensa periódica provocaba por perse-
verantes escitaciones. Los de la Granja (el conde de TOl'eno
y el duque de Ahumada) no parecian intimidados pOI' ellas,
y ostentaban una fé robusta en el porvenir, que a la sim-
ple vista se descubria , sin embargo, cargado de nubes, y
que oscurecieron aun accidentes al parecer insignificantes.
Una variacion introducida por el duque en los mandos de
la guardia real privó del que en ella ejercia al general Que-
sada; y éste se resintió tanto de su remocion como el ge-
neral Rodil , relevado al mismo tiempo de la inspeccion de
infantería. Quesada no se dió por satisfecho con la capita-
nía general de Madrid que le fué conferida, y que renun-
ció; y él Y Rodil suministraron, en quejas acerbas, texto
pat'a comentarios poco favorables al ministro.


Por su parte, el conde de TOl'eno , sin dar a los peli-
gros, que por donde quiera asomaban, mas importancia que
su colega de la Guerra, se ocupaba solo en buscar dinero,
si no para conjurar los que sobl'evenian, para conllevar ú
lo menos la situacion. Con este objeto, negoció, con el ban-
quero Ardoin de París, una anticipacion de 300,000 li-
bras esterlinas, pagaderas las 100,000 de cj)ntado en le-
tras sobre Lóndres, y las 200,000 restantes en los cuatro
meses siguientes. Toreno hizo desde luego librar las pri-
ras 100,000 libras y, estrechado por la necesidad, disllU-
so á los pocos dias de otras tantas; pero, como el estallo
del pais y la escision de las juntas no permitian contar COII
el reintegro de los bonos del tesoro, en que debia efectuar-
se el reembolso de la anticipacion, fueron protestadas las
letras, y el mido de este protesto resonó en lodas las hol-




LIBRO CUARTO. 187
sal" de EUI'opa. El nuevo empréstito, lejos de mejorar la
sit?acion, la empeOl'ó, pues, secando en la oeasion mas
Iwiücu e\ l'fIuw;m\la\ ue\ crMí\ü, que hasta entonces seguía
corriendo con mas Ó" menos abundancia.


Al mismo tiempo que se malograba esta combinacioll
económica, se estrellaba otra política, concebida por un
escribano de Gui.\lú1.coa , ~ue mas adelante debia hace\' un
papel algo mas importante, aunque no mas airoso, en otra
combinacion militar. En los últimos dias de julio, se habia
presentado en Bayona don José Antonio Muñagorri, supo-
niéndose verbalmente autorizado por Toreno y Ahumada,
para hacer á don Carlos las proposiciones siguientes. 1. a Se
le daria una pension de oeho millones anuales, garantida
por los gobiernos de "Francia y de Inglaterra, si aquel prín-
cipe consentia en retil'arse a Italia con su familia. 2.a Se
revocaria la ley que privaba a los infantes sus hijos de sus
derechos eventuales al trono de España. 3.a La reina re-
conoceria , no solo los fueros de que al fallecimiento del
rey don Fernando VII gozaban las provincias exentas, si-


no los pl'Ímil¡vos que, derogados pOI' el capitulado de 1715,
habia jurado recientemente don Carlos. 4. fi Asimismo re-
conoceria los grados , honores y condecoraciones concedi-
das por el Pretendiente a su ejército, el cual deberia unir-
se al de la reina para restablecer el órden y hacer obede-
cer á su gobierno. Despues de poner al general Harispe en
el secreto de su eomision, partió Muñagol'I'i el 25 del mis-
mo mes de Bayona pal'a España; pero la junta de Guipúz-
coa, en virtud de instrucciones de su gobierno, no le per-
mitió internarse en su tel'l'ilOl'io, y le mandó volver á FraJl~
cia. Traslucido el proyecto, el gobierno de Madrid se apre-




188 ANALES DE ISABEL n.
SUl'Ó á declarar que ninguna pal'te habia tenido en él y, 110
existiendo huellas de su asentimiento, fué forzoso creer que
no lo habia prestado.


Nadie, sin embargo, suponia que no tuviese en reserva
Toreno algun otro medio de conjul'ar los riesgos de la situa-
cion que, graves en general, lo eran mas aun con respec-
to á su propia persona. Habíase resfriado, pOI' efecto de
circunstancias pal,ticulares , la amistad que un dja le unie-
\'a con el ministro de Inglatel'l'a ViIlie\'s, y, aprovechándo-
se este del encono que los disidentes de las provincias ma-
nifestaban contra el presidente del Consejo, habia hecho
indicar á don Agustin Argüelles la conveniencia de que ocu-
pase su puesto. No debia, a la ve\'dad, temer Toreno que
diese oidos el Pl'ocul'ador asturiano su colega á las indica-
ciones del enviado britanico; pero éste continuaba nego-
ciando desde la Granja para influir en la eleccion de un
nuevo gefe del gabinete, y semejante disposicion compli-
caba la posicion de Toreno , ya por sí muy difícil. En la
impasibilidad misma que en medio de la cl'isis ostentaban
Ahumada y el , se veia, no obstante, que alimentaban cie\'-
tas esperanzas; y no tardó en saberse que estas se funda-
ban en un acontecimiento que, en gencl'al, sin embargo, se
miraba como delimitada influencia. Este acontecimiento era
la llegada próxima de Mendizabal, en quien algunos creian
encontrm' el hombre capaz de sofocar todas las tentativas
del partido anarquista por el ascendiente que se le supo-
nia sobre la multitud que lo formaba; el hacendista á cuya
voz debian salir millones de la tierra; en fin, el salvador
de la monarquía. Los ministros mismos se lisongeahan ade-
mas con la idea de la interveneion francesa, que ff>cienle-




LIBRO CGARTO. 189
mente habian mandado solicitar de nuevo en París por me-
dio del duque de Frias, y que tambien solicitaban ellos en
Madrid por medio del conde de Rayneval, sinceramente
asociado á sus deseos. Supúsose que, á no alimentar To-
I'eno esta confianza, habria transigido á tiempo con las jun-
tas; por la misma razon que, al ver frustrados los esfuer-
zos empleados dos meses antes para obtener la cooperacion
de la Francia, le habia decidido entonces á nombrar milÚs-
tro á Mendizabal.


Cualesquiera que fuesen los motivos de la confianza mi-
nisterial, lo cierto es que no eran bastante conocidos, ó no
aparecian bastante fundados para inspirá'rla á las diferentes
clases á quienes inquietaba la espantosa coincidencia de las
escisiones provinciales, y de los progresos carlistas. Temía-
se en general que el movimiento insurreccional se esten-
diese de la circunferencia al centro, y ocasionase en Ma-
drid un trastorno de mas trascendencia que los que afligian
á ciudades menos populosas é influyentes; y asi habria su-
cedido en efecto, sin la precipitacion y la jactancia del par-
tido que promóvia los desórdenes. Hundido habria él que-
dado irrevocablemente, si el gobierno hubiese tenido la
firmeza necesaria para aprovecharse de un triunfo que,
casualmente y sin esfuerzo de su parte, se le vino luego á
las manos.


Con el fin de tomar en consideracion la situacion del
reino, y particularmente la de la capital, hubo en Palacio
el 14 una gran reunion á la cual asistieron los ministros,
los consejeros de Gobierno, los decanos de las sec-
ciones del Consejo Real, y algunas autoridades locales:
la reina Gobernadora corrió desde la Granja {¡ presidirlo.




190 ANALES DE ISABEL n.
Susurróse por de pronto, que en él se habia acordado ell-
lI'ar en la vía de las innovaciones, reclamadas pOI' los disi-
dentes de las provincias, pero, trasluciéndose á pocas ho-
ras que al contrario el Gobierno se dccidia por la resisten-
cia, los clubs de la capital creyeron no deber contener mas
la impaciencia de sus afiliados, y ser llegado el momento
de dar un golpe decisivo, pidiendo la destitucion del mi-
nisterio , y formando uno nuevo, compuesto de sus ami-
gos que, aunque elevados á los primeros destinos, se mos-
traban dispuestos á dar á la revolucion todos los ensan-
ches que la faccion reclamaba. El Gobierno, informado
á tiempo de este proyecto, y de que el alzamiento de-
bia verificarse en la noche del 15, mandó al conde de
Ezpeleta, á quien se habia encargado la capitanía ge-
neral de Madrid, por no haber llegado el general La-
tre, á quien se confiriel'a des pues de la renuncia de Que-
sada, que tomase disposieiones para impedirlo. Mientras
que, con este objeto, reunia Ezpeleta las tropas en sus cuar-
teles, dieron la señal de la insurreccion dos compañías de
urbanos que habian estado de servicio en la plaza de to--
['OS en la tarde del 15 de agosto, y que, al restituirse á su
cuartel de la plaza Mayor, prorumpieron, en su tránsito
por el Prado y por la casa de Correos, en gritos de abajo
el ministerio, viva la libertad. Alborotáronse los cómpli-
ces reunidos en la Puerta del Sol al oir estas vociferaciones,
y el puesto militar de Correos hubo de encerrarse en el
edificio. Los mbanos continuaron su camino á la Plaza Ma-
yor, donde, al toque de generala, se.reunieron al punto sus
batallones 1.0 3." Y 4.", sin que los mas de sus individuos
supiesen por entonces de qué se trataba ni dónde se iba á




LIBRO CUARTO. 191
pal'al'. ] untos aUi, fueron enterados de lo que por tIe lH'OU-
to se habia convenido en publicar; y, arrastrando los ins-
tigadores á los indecisos, aterrando á los débiles, deslum-
brando á unos con la conveniencia de las medidas que so-
licitaban, tranquilizando á otros con los vivas a Isabel 11, y
halagando á todos con la esperanza de un triunfo fácil é
inmediato, los hicieron asociarse a un movimiento, de que
pocos sospecharon, ni aun entonces, el verdadero objeto.
Desde el momento trataron de fOl'lificarse en el recinto de
la plaza, y al efecto llevaron maderos, carros y todo gene-
1'0 de titiles, pl'opios para formal' parapetos, abrieron fo-
sos, situaron centinelas en las difel'entes avenidas, y toma-
ron, en fin, todas las precauciones para resistir á un ataque
que, creyeron deber ser tan instantáneo como la suble-
vacion.


No sucedió asi, sin embargo; la reina y los dos minis-
tros influyentes se hallaban á catorce leguas de la capital.
Su falta no se habria hecho sentir, á ser otra la situacion
de los dos que se hallaban en Madrid; pero, merced á sus
antecedentes, la de Alvarez Guerra y Garcia Herreros era
difícil y aun amarga. Contemporizar era indecoroso; com-
batir era arriesgado; en el primer caso, la mengua de la
iransaccion podria ser atribuida á las ideas exageradas de
libertad que casi siempre habian mostrado; en el segundo,
tenian que tomar sobre si la responsabilidad de una embes-
tida á mano armada, y esta responsabilidad era tanto mas
tcrrible, cuando mas incierto era el éxito del combate. No
se podian conocer en el acto las disposiciones de la gual'-
nicion , y aun vista la conducta de las de Barcelona y Za-
l'agoza en los dias allteriores, no parecia temerario recelar




192 A:'<ALES DE ISABEl. n.
que aquella fraternizase con los sublevados. En la pobla-
cion existia una masa de elementos heterogéneos, ministe-
riales, isabelinos, carlistas y revolucionarios, cuyo choque
era ó pUl'ecia peligroso promover. La fuerza militar se ha-
llaba á las órdenes de un general excesivamente circuns-
pecto, de quien no debia esperarse, para rep,'imir' la insur-
reccion, las medidas que no se habian empleado para im-
pedir que se pronunciase. El triunfo de los amotinados
seria un cargo contra los ministros de Mad,'id de parte de
sus colegas de la Granja, de la reina y de la nacion; el
triunfo del gobierno, un cargo de parte de los revoluciona-
rios; y estos que derramaban sin remordimiento la sangre
de sacel'dotes indefensos, exhalarian gemidos filantrópicos
sobre la tumba de los cómplices de aquel crímen, Estas con-
sideraciones debian tener indecisos á los ministros de Ma-
drid; tal es el inconveniente de elevar al poder hom-
bres de partido, que tal vez en los momentos críticos titu-
bean entre sus compromisos y su deber, y esta vacilacion
puede comprometer el reposo de los pueblos y hasta la
seguridad de los tronos. No osando faltar á las obligacio-
nes que les imponia su carácter de ministros de una
monarquía, ni queriendo ponerse en contradiccion con
las doctrinas de toda su vida, Garda Herreros y Alvarez
Guerra no se aventuraron, pues, y en aquella noche crí-
tica se limitaron á aprob:lr las demostraciones de la auto-
ridad militar, reducidas á la formacion de algunos cuerpos
en el Prado, y á algunas patrullas y retenes.


Miraron los sublevados esta reserva del medio gobier-
no que existia en ~Iadl'id como un indicio de debilidad, y
~n consecuencia arrancaron la lápida de la plaza. en que




LlDRO t.:llAllTO. 193
st' leia la iuscripeioll de Plaza Real, uanuo así ú eHten-
dCI' que no eran muy realistas sus intenciones, por mas
que gl'itasen 'Viva la reina. Dil'igiél'Ollse en seguida al ayun-
tamiento, y requirieron viven':,; <lel corregido!' que, no re-
cibiendo {¡rllene;:; de nadie, huho de suministrarlos; esten-
dieron sus :wanzadas hasta Puel'ta Cenada pOI' un lado, y
pOI' otro hasta las canes ele Santiago y Mayor, y se situa-
ron en la imprenta lleal, donde hicieron impl'imir una pro-
clama que, eH la maiiana dd 1 ü, f'e distribuyó con la Gace-
ta del gohicl'l1o, y en lllle anunciaron que su objeto era
«derribal' el ministerio f¡Ue, con sus desaccrtados con-
)sejos, arrastraba el trollo al precipicio, y sumia á la pa-
»tria en la anal'quía.)) Con cste papel creian producir el
efecto que no habían conscguido con sus gritos; pero
ni estos ni aquel escitUl'on la menor simpatía en la po-
blacion, en la cual solo encontraron algunos urbanos
dc los pueblos vecinos y unos cuantos perdidos que con-
sintiesen en acompañarlos. Al amanecer enviaron una
diputacion á la reina, con encal'go de presentarle una espo-
sicion, en que, formulando mas esplícitamente que se habia
hecho en Barcelona, Valencia y Zaragoza las pretensiones
del ])artido, se pedia «la esclaustracion ele los regulares; la
)¡devolucion de los bienes nacionales; la separacion de los
»empleados ligados por actos anteriores con los intereses
)ldel Pretendiente; ensanche á las bases de la ley de milicia
)>urbana, y l'cstitucion dt~ su antiguo Bombee de milicia na-
)lcional ; la movilizacion de 13 misma; un alistamiento es-
)traordinal'io de 200,000 hombres; el restablecimiento de
lIlaS diputaciones provinciales; una nueva ley de elecciones
nsohre bases popularf's; lihert:Hl de imprenta; inmediata reu-


To)[() 11. 1:3




HH A:oi'ALES DE ISABEL n.
»uion de C(JI'les; y, como medio de asegurar la ejecucioll de
»todas estas medidas, la formaeion de un ministerio com-
»puesto de sugetos que no se encontrasen embarazados
»para adoptadas, por tener opiniones contrarias á ellas.»
Firmal'ou csta esposicion los comandantes de los cuatro ba-
I allones, sin embargo de que el 2.0 parecia mantenerse fiel,
Y muchos oficiales en nombre de sus compañías. Mientras
salian los encargados de presentarla á la reina gobernado-
ra , otros de los amotinados requirieron á los tenientes de
villa para que pusieran en libertad á don Eugenio A vira-
nela, preso como presunto gefe de la conspil'acion de 24 de
julio del año anterior, espresando ~(Convenir asi al real ser-
vicio.)) Aterrados aquellos jueces, cedieron á la intimacion.,
y Aviraneta se marchó á Zaragoza, donde publicó al mes
siguiente un folleto en que, jactándose del designio que
hasta entonces habia negado, insertó el proyecto de Consti-
tueion que se habria proclamado en el citado 24 de julio, si
la prision de su autor no hubiese frustrado aquella ten-
tativa.


Prolongándose la indecision del gobierno y del capitan
general, Quesada, aunque sin poderes ni mision legal, se
presentó en la mañana dc\16 en medio de los sublevados
y tentó los medios de reducirlos al deber; pero sus diligen-
cias fueron vanas, pues los fautores del motin, dándose
siempre por órganos de la Opillioll, y ostentando una con-
fianza estúpida en la reunion tumultuaria a que creian man-
dar, desecharon toda condicion, resueltos, corno estaban, á
apoderarse del ministerio y de los empleos principales, que
ya se habian distribuido entre sí y sus amigos. Al retirar-
se, fué insultado el general, y aun oyó silhnr algllnas balas




LIBRO CUARTO. 195
:i su ah'cuedor; e. indignado de tanta audacia, determinó
influir en que se la castigase severamente. Al efecto se di-
rigió al ministel'io de 10 Interior, donde, con los dos mi-
nistros que se hallaban en Madrid, sc habían reunido los
individuos del Consejo de Gobierno, y el superintendente
de policia. En esta I'eunion fué nombrado Quesada adjun-
to al capitan general, y se determinó, a propuesta de don
Nicolás Garelly, aprovechar los buenos descos que mani-
festaba don Vicente Bertran de Lís de hacerse mediador
en la contienda que se preparaba. Este sugeto habia ejel'ci-
do en el anteriol' periodo constitucional una influencia se-
ñalada, ya sobrc los partidos que entonces se disputaban
el poder, ya sobre el gobierno que, por la calamidad de
aquellos tiempos, tenia que depender alternativa ó su-
cesivamente del partido que momentáneamente triunfaba.
1,evantada a princ·ipios de 1834 la confinacion que sufría
en Córdob::t, volvió Bertran á Madrid, donde, para reco-
IJl'ar su antiguo prestigio, hizo csfuerzos que en aquellos
momentos cl'eyó oportuno renoval'. Autorizado pOI' el mi-
llistl'O de lo Interior para prometer á los urbanos que no se
castigaria su tentativa de trastorno, si dejaban inmediata-
mente las armas, pasó á la plaza, donde los principales al-
borotadores, alli reunidos, acababan de saber que unas
bandas de muchachos encargados pOI' cllos de distI'ibuir
cintas verdes con cl lema de Constitucion ó muerte, y de
reunir gente bajo aquella enseña, habian escitado tan solo
dcsprecio é indignacion. Privados del apoyo que creyeron
proporcionarse por aquella pl'ovocacion, dieron los gefes de
los urbanos plenos poderes á Bertran para hacer la tl'au-
sacrion flue estimase útil; yal efecto volvió al Consejo acom-




196 AC'íALES DE JSAm:L H,
paüado de algunos de sus oficiales, ya ate¡'rauos pOI' la ac-
titud que tomó Quesada, desde que se vió revestido de un
(':U'ácter , á favor del cual reasumió eu uu momento el man-
do todo.


Autorizado á ataeal' la plaza Mayor, hacia ya adelantar
á ella desde la de Oriente algunas piezas de artillería, dis-
tribuia sus columnas, y daba las demas disposiciones opor-
tunas, cuando las p¡'omesas de sumision llevadas por los
oficiales de la milicia al Consejo de Gobierno, hicieron re-
voear la órden que este cuerpo habia dado para el ataque;
pero, temiendo que antes de que llegase á Quesada la re-
vocacion rompiese él las hostilidades, el superintendente
gene¡'al de policía se encargó de llevársela en persona. Por
de pronto rehusó ohedeeeda el general; pero, reflexionan-
do, pasó al vecino palacio del ministerio y reconvino
amargamente pOi' su. debilidad al Consejo reunido. Aealló-
sele como se pudo, y BertI'an volvió á la plaza á llevar su
amnistía <'l los amotinados, que la recibie¡'on con reconoci-
miento, y empezaron ú desfila¡' para sus casas. A media
noche no lo habian verificado aun algullos recalcitrantes, y
Quesada adelantó tropas, y los hizo rendirse, sin que ellos
opusiesen resistencia, siendo de notar que, desde las seis
de la tarde, se habia encargado Latre de la capitanía ge-
neral, ú pesar de lo cual continuó Qucsaua manuanoo en
gefe, como lo habia hecho mientras tUYO el mando Ezpele-
tao Quesada se apoderó cn la plaza oc 900 fusiles que
abandonaron los urbanos de los tI'es batallones, habicndo-
se el 2. 0 mantenido He! ú la rcina, y hecho su servicio
('11 otl'OS puntos t'1l IlniOll con las tropas de línea y de la
jl:ufll'dia reaL




LlBllO CUAltTO. 197
Asombl'ó ú todos este (les enlace mágico; pues apenas


había quien no creyese que el movimiento de Madrid ten-
dría el mismo resultado que hahian tcnido en los dias an-
teriores los de Zaragoza, Barcelona y Valencia: y asi ha-
hl'ia sucedido verosímilmente, si los batallones suhlevados
se hubiesen adelantado á hacer un reconocimiento sério so-
bre las Platerías, y escitado á los soldados del ejército á que
fratemízasen con ellos. Tan general era esta creencia (¡ue
aun los amigos del órden se alejaban dc un ministerio, con-
tra el cual se pronunciaban con tanto estrépito el odio y la
animadversion. Asi, las casas de los ministt'os y los salones
de sus secretarías estuvíel'on desiertos por espacio de
ll'einta y seis horas, y su caida se miraba como un princi-
pio, sin duda, de gl'andes desónlenes , pero tambien como
una consecuencia necesaria de la poca conformidad de sus
miras y de la poca armonia de sus procedercs. El gobier-
no mismo contaha tan poco con afluel ll'iunfo que, mientras
el gran Consejo dc Madrid transigía con los amotinados,
los ministros l'esidcnles rn la Granja tomaban medidas pa-
ra trasladat'se ú Burgos, en el caso de que coronase el éxi-
to los esfuerzos de la rehelion.


Venciela esta á tan poca costa, empezó el gobiel'l1o ti
dar señales de vida; y, el 17 por la tarde, cuando ya ha-
hia pasado el peligro, cuando los amotinados no pensaban
mas que en sustraerse por la ocultacion al oprohio de Sil
tentativa frllstrada, publicó en una gaceta estraordinaria un
decreto dictado el· dia antes en la Granja. por el cual se
puso á Malhid en e:;,\nuo de sitio. E\ 18 se creó una comi-
sioll militar, 'J en el mismo dia mandó Latre que fuesen j\lZ-
711dofi pOI· rila los que se aprchendicsl'll 1'\1 la calle con l1r-




198 ANALES DE ISABEL 11.
mas, los que formasen grupos y reuniones cuyas voces !/
movimientos fundasen una prudente sospecha, y los que
se encontrasen en el sitio de los escesos y no se parasen
á la primera intimacion. El general declaró reos de pena
capital á.ouantos fuesen aprehendidos en asonada ó mo-
tines, y pI'evino á la comision milita!' constituirse en per-
manencia en la sala de sus sesiones; en caso de alarma,
juzgar breve y sumariamente, y hacer ejecutar inmedia-
tamente las sentencias. Al mismo tiempo se mandó disol-
ver los tres batallones de urbanos que habian tomado las
armas contra el gobierno, aunque estos estuviesen disuel-
tos y desarmados de hecho, y proceder á una nueva reor-
ganizacion, en que se traslucia al designio de halagar á los
que se pretendia aterrar por el hecho de disolverlos. La
supresion de un periódico y una infinidad de trabas puestas
á los otros, completaron las medidas represivas de aquellos
tres dias.


Si el bando de Latre se hubiese publicado antes, y eje-
cutado en todo su vigor, habría á lo menos ateITado y es-
carmentado á los autores de los movimientos del 15 y 16, é
impedido los desórdenes de los dias 17 y 18, en que una
porcion de realistas, creyendo que la disolucion y el desar-
me de los urbanos les daba derecho para atentar contra
ellos, promovieron en las calles graves reyertas, de que
resultaron mas de cuarenta muertos y doble número de he-
ridos. Pero el bando no era mas que una conminacion:
mientras se publicaba, se ocultaban ó huian individuos no-
tables reconocidamentc cómplices del dcsórden, y otros de
que se sospechaba tomaban en él una parte mas Ó !llellOS
principal, en tanto que se prendia á los diputados .\/calll Ga~




UBRO eUARTO. HI!)
liano y Chaco n , contm los cuales se sabia desde luego que
no resultarian cargos, y tl los miembros de la eomision df los
mbanos que, despachados á la Granja en la mañana del 16,
fueron arrestados alli y trasladados despucs al cuartel de
San Nicolás de Madrid. Los poderes que el nuevo capitall
general anunció haher reasumido á consecuencia de la de-
claracion del estado de sitio, continuaron ejerciéndose por
las autoridades respectivas , y aquella declaracion se nÜI'ó
en bl'eve con tan poco respeto, como el bando mismo die-
lado á su virtud, como la cI'eaeion misma de la comision
militar. Esta quedó anulada desde que, reducida á juzgar ú
algunos compI'Ometidos en los desórdenes del 17 y 18, no
se le permitió descargar la espada de la justicia sobl'e los
autores de los atentados del 15 y 16, I'eprodueeion de los
cometidos impunemente en las mas importan les ciudades
del reino. No menos singular que la repentina limitacion de
las funciones de la comision militUl', pareció el incalifica-
ble silencio que sobre tan graves ocurI'encias guardaha
la Gaceta de Madl'id dur'ante aquellos cuall'o di as , sin qur
una sola palabra dijese de la sublevacion de tres batallones
de los guardianes de la paz publica en la capital de la mo-
narquia, ni de la prisioll de dos proeuradol'es á Córtes, ni
de la oeultacion ó fuga de otros cuatro: el 19 empezó á
publicar artículos conlI'a las teorías de la faccion vencida;
pel'o, proclamándose en ellos sanas docll'inas. se dejaba l'O-
lumb\'al' la intellcion dc 110 cxaspc\'arla y la incertidum-
)H'C Ó la vaeilaeion del gobierno.
~\preslll'ose cf'le, sin em))(\I'¡':O , Ú cOllluui('UI' el triuufo


del l6:í los capilanes geu('rales; pel'o , anlef' de I'ecibil' la
Iloticia, al'l'asll'allos alguno~ dc ellos 1'01' eil'cunslaneias que




200 A:'íALllS DE ISABEL ll.
la actitud antel'iol' del poder no les pemlitiera señol'ear,
habian cedido á las exigencias de la opinion facticia, y
otros tuvieron que hacer lo mismo aun des pues de recibi-
da la comunieacion del gobiemo. En Valladolid se habían
desde el 17 reunido unos cuantos perdidos, é intimado al
capitan general interino CastaflOIl , con al'i'eglo á las ins-
trucciones eil'culadas á todas las sociedades secretas del
reino, la eselaustl'acion de los frailes, la inmediata COll-
clusion de las causas de conspiracíon pendientes, y la dcs-
titucion de los empleados desafeetos. Caslañon contaba con
una guarnicion decidida de 3,000 hombres, y con los mas
de los urbanos, á quienes no estraviahan los anál'(fuicos so-
fismas de la época. Creiase que con aquellas fuel'zas des-
haria el grupo de proletarios que osaba hacerle tan inso-
lenles intimaciones; pe¡'o, con sorprcsa de todos, cCllió é
hizo el 18 evaeuar los cOllventos. Lo propio hizo el gene-'
raI Jalon en el mismo dia á peticion de los rcvoltosos de
Salamanca, sin que, Ú pesal' de la j)I'oximidad de amhas
ciudades á la Granja, de donde se espedian las órdelles,
hubiesen estas llegado á tiempo de impedir la cOllsumacioll
de aquellos actos. Lo propio se hizo el mismo dia en Má-
laga, á pesar de que, desde el 12, el gobernador Santa Cruz
estaba recomendando al pueblo que desconfiase de las ma-
niobras con que se pretendia empujarle á los desúl'uenes;
maniobras cfue alli, como en casi todas pal'tes, atribuian
las autoridades ú los agentes de don Cádos. Lo Pl'opio sr
hizo, en fin, cn Cn<liz, pI19, no sin haherse agolpado el po-
pulacho en esta y oh'as ciudades á algunos eonventos y su-
queádolos mienlns á ellos no se deslinú ulla fuel'zn su-
ficiente para impedirlo. Aun en Bnrgos y Palenri:l, rlos




LIBRO Ct:AR'fO. :!OI
de las ciudades mas religiosas del ¡'eino, se necesitaron
enérgicas exhortaciones de la autoridad para evitar que
se cometiesen iguales atropellos. Nadie c¡'eyó que su simul-
taneidad fuese obra del acaso, no pudiendo atribuirse á
esta especie de providencia ciega hechos euya comhina-
cion exige cálculo é inteligencia.


Los de Malaga parecieron por de pronto limitarse, co-
mo en otras pa¡'tcs, a la espulsion de los frailes; pero la
indiscrecion de algunos revoltosos mostl'ó luego (Iue la tal
t'spulsion no era mas que un prelesto para ulteriores desór-
tienes, de que espel'aban resultados mas decisivos.
El 23, un regimiento dc línea lanzó el grito de viva la
Constitucion, que en breye fué repetido por la milicia ur-
hana. Algunos oficiales que quisieron oponerse al trastorno
fueron arrestados al punto, y embarcados en seguida para
eeuta; é igual suerte habría verosímilmente cabido al go-
hernador, si, vista la inutilidad de sus esfuerzos para man-
lenel' cl órden , no se huhiese plegado á las ideas de los que
lo turbaban. Heunióse el ayuntamiento y, segun costumbre,
~e nombró ulla junta presidida por el gobernador Santa Cruz
y en que figuraron algunos sugetos de importancia local.
:En el día publico aquel cuerpo una proclama, tratando de
justificar el alzamiento con los ejemplos de Barcelona, Za-·
ragoza y Valenein, donde, sin embargo, no se habia lIev,a-
do hasta proclama¡' la Constitucion de 1812. Añadiendo el
sal'CaSl110 tÍ la rehrlion, conduyo su manifiesto la 1111P\a
junta con vivas al órdell , como si cupiesc órdcn clIando Ú
la ley á que, pocos meses antes, se habia prestado un jura-
mento solemne, y al parecer sincero, se sustilllia ('ti un
motin 01/'0 ~ímholo de fp polítita. hllnrlido ~'a do:, vrCI'S




202 ANALES DE ISABEL 11.
rusí pOI' ac\amacion. La cOl'pol'acion que asi obl'aba desde
luego, y que iba mas allá que todas en la manifestacion de
sus designios , no se contentó como las demas con el mo-
desto diclado de auxilial' ó dc consultivas que ellas le atri-
buyeron: llamóse directiva de Gobierno desde el princi-
pio, y usurpó todas· las atribuciones de la soberania; dis-
puso de los caudales de diezmos; su\wimió la policia y los
derechos de puertas; dejó huecos á sus amigos, sepm'ando
á los empleados que le pIngo caliHcal' de desafectos; enviú
sobre Granada una columna de 2,000 hombres, eon el {in
de propagar allí el movimiento I'evolucionm'io; anulo todos
los sueldos, pensiones, grados y distinciones conferidas
por servicios hechos al altar y al trono, esclusion ge-
nérica que ofrecia un campo inmenso á la reaccion; y se
preparo a completar mas tarde por otras medidas de la
misma naturaleza, la obra qne con tanto anhelo habia em-
pezado.


Al mismo tiempo Cádiz, cunade la Constitucion de 1812,
hacia en favor de su restablecimiento demostl'acioncs qlle
no producian, sin embm'go • l'esultados tan decisivos. Lle-
¡;ada alli el 21 la noticia de los sucesos del 15 y 16 f'1l
Madrid, y anunciada al dia siguiente por carteles, al·
gunos urbanos los arrancaron con la punta de sus bayo-
netas, prOl'UIupiendo en vivas á la milicia de ~hHh'id y tl
la Constitucion. Rcinaba de antes en la eiudad ('icrio dis-
gusto por habel'sc cenado impl'ovisamcJltc los E~lamcntos
y al'l'uinádosc muchos especuladol'cs que, con la apl'ohacioll
rn el de Próceres de la ley relativa al al'l'cglo de la dcí((la
¡ntel'iO!', hahian heeho grandes opcl'aeiones en fondos. La~
noticias de la desmo\'alizaciol1 del ejél'dto de Valdé,;, las dc




LIBRO CUAUTO. :W3
las ventajas conseguitlas últimamente pOI' las al'mas Je don
Cárlos en las provincias, las instigaciones de algunos flue
abultaban estos desastres para escitar el pueblo al tlesór-
den, la creencia, por último, en que estaban los afiliados de
las societlades seCJ'etas de ser llegado para ellos el momcn-
to de mejorar de condicion ; todo hizo que repitiesen lue-
go los gritos de subvcrsion los batallones de urbanos que se
reunieron al punto, y que hallasen cco en el regimiento
mandado por el coronel OSOl'io. Hepitió los mismos gritos
el gobernador de la plaza Hore que, habiendo pretendido
el 9 oponerse á la algazara escitada alli por los sucesos
ocurridos el mes anterior en Zaragoza, Heus y Barcelona,
habia corrido riesgos graves, aprendillo en ellos á doble-
garse á las exigencias de la época, y vÍstose forzado en se-
guida á ordenar la evacuacion de los conventos. El 22 los
urbanos nombraron representantes por compañías para ha-
cer conocer de un modo categórico sus deseos, con arreglo
á los cuales sc nombró el 23 una junta presidida por el go-
bernador, y encargada por de pI'onto de redactar una pe ti-
cion á la reina, solicitando la separacion del ministcrio y la
convocacion de CÓl'tes constituyentes. Dividiéronse, como
era natural, las 'opiniones sobre la sustancia, y aun sohre
los términos de la petícion ; y como de resultas se tliliriese
su envío, hubo de acelerarlo una asonada nueva, que la hi-
zo partir el 25. Por una especie de befa, de que solo en las
re,'oluciones se hallan ejemplos, se pretendió que la junta
era ilegal, no por su l'ebelion contl'3 el gobierno, sino pOI'
110 haber tomado parle el vecindario en el nomlll'amiento de
sus individuos, con aneglo tI lo prcyenido en Ulla ley reco-
pilada, y ~e mando eH consecuencia ((ue, en conformidad




20~ A:'i.\UlS DE ISABEL 11.
de sus prescripciones, concurriesen los vecinos por pal'I'o-
{Iuias á nombrar los electol'es que dcllian designar los
miembros de la nueva corporacíon, ú la cual se dio el nom-
bre de auxiliar y consultiva de las autoridades: el 25 se
instaló tambien una junta en Algecil'as, y otra al mismo tiem-
po en San Roque. Entl'etanto que el movimiento se propa-
gaba á las eslremidades de la provincia, Osol'io, á la cabe-
za de una columlla, marchó á es tenderlo en los pueblos con-
sidel'ables de las inmediaciones dc la capital. En el Puerto
de Santa Mal'ia, el gohernarlor Vaca envió tropas para opo-
nerse á su marcha; estas se pasaron á la columna rebelde,
y Vaca, destituido y preso, fué enviado al castillo de Santa
Catalina, Refol'Zado OSOI'io con los desertores del Puerto,
eon sus urbanos y otros de la comarca, pasó á Jerez y San
Lúc3.l', hizo cerrar sus conventos, y se disponía á marchar
ú Sevilla para lanzarla en las vías del desorden, cuando
supo que otros se habian encargado de esta comision, que,
vencidos algunos ohstáculos, lograt'on en fin llevar á cabo,


Desde muchos dias antes se hahian notado en affuella
gran ciudad tales síntomas de agitacion, y circuJalJaIl
tales voces sobre la destruceion de los conventos, que
el capitan genel'al, príncipe de Anglona, luvo el 21 que
desvanecer aquellos recelos, manifestando en una proclallliJ
que contaba para mantener el ónlen con la gual'llicion y la
milicia urbana, En hreve, empero, cui(ló esta de pl'obar IllIe
cl'a Yana la confianza de i\l¡ucI gefe. En la mañana dcl 80
se l'elll1iú ella :1I'l11ada en su cuartel, y desde alli pidió la
I'eunion de Corte~ constituyentes y las demas cosas ele uso,
Hesistió Anglona, intimo ti los conjurados ttlW ~e sepanl-
se1l, les amenazó COIl tl'alados pomo J'{'hdd(>~ ;;j no lo VI'I';-




LlllRO CUARTO. 205
!lcahan mIles de la noche, y los urbanos eediel'on por en-
Lonces á las intimaciones del general. Conocido en Utrera
al dia siguiente el mal éxito de aquella tf'ntativa, dispuso
su milicia marchar al SOCOI'I'O de la de Sevilla, y asi lo anun-
ció al comandante de esta. Avisólo él al gobernador civil,
quien convocó una junta de peI'sonas notables para que
aCOI'uasen lo conveniente; pero, mientras ella ueliberaba, los
voluntarios ligeros de Andalucía dieron el w'ito de 'viva la
Constitucion, que repitieron algunos mbanos, y en seguida
todos los dcmas que inmediatamente se reunieron. El prín-
cipe de Anglona cedió el mando al marqués de la Con-
cOl'dia, y, solo a favor de un disfraz logró salil' de Sevilla.
FOI'móse en seguida una junta de Gobierno, á cuya cabeza
se pusieron el nuevo capitan general y el gobernabor civil.


Al movimiento de ~maga, que habia coincidido con el
de Cádiz, del cual habia sido consecuencia el de Sevilla, si-
guió al punto el de Granada. Aunque su milicia estaba en
general Lien compuesta y animada de un buen espíritu, se
notaba en ella dcsde antes cierta levadura dc inquiclud, que
hicieron fermentar' luego las contestaciones (¡ue el coman-
dante Echevarría sostuvo con el capitan general Rojas, so-
bre la entrega del antiguo estandarte de la milicia nacional:
altercado en que Rojas, despues de mostrar una prudente
firmeza, tuvo al fin que ceder. El domingo 9 de agosto ~e
pretendió alarmar á los urbanos con la falsa noticia de la
aparicion de los realistas en el sitio mas publico de la ciu-
dad (la Puerta Real); se albol'ola1'ol1 ellos y corrieron a bus-
Cal' los anunciados enemigos; pero, no existiendo, hubo de
aguardarse olra ocasion mas favOl'able pal'a estallal'. Pre-
sentóse esta al eil'cnlat' eH la cimhul el l'umor de lo!> acol1-




:Wti A:'í AJ.ES DE IS.\ BEL II.
!ecimientos uc Málaga, y ellle que llegaba de alli una fl1el'-
le columna enviada pal'a proclamar la Constitucion de Cádiz.
Altéranse unos y otros COII esta nueva, y la altcl'acion se
aumenta al oil'se que el coronel del 4.0 regimiento ligero
de caballería, Villapadierna, habia recibido del capilan ge-
neralla órden de salir desterrado de la ciudad. Aparecen
pasquines, se cruzan las patI'ullas, se reune el acuerdo,
conferencian las autoridades,: y en fin , el 26 , cuando las
tropas pl'ocedentes de Málaga llegaban apenas á Alhama, se
lanza el gl'ito de viva la Constitucion , y los urbanos y la
tropa lo repiten por todas partes. Rojas deja el mando, y al
punto se hace proclamar capilan general un don Vicente
Abello que, revistiéndose en 1810 de las insignias de aquel·
gl'ado y usurpando sus atribuciones, figuró en el simulacro
de resistencia que, contra el ejél'cito fl'allCés, mandado por
rl general Sebastiani, hizo aquella ciudad. Rendida esta,
embarcóse y púsose en salvo AbelIo, el cual, despues de
veint.e y cinco años de oscuridad, salió de nuevo á la esce-
lIa y, para regularizar el movimiento, creó una junta, cuya
proclama del 27 exhortaba á los granadinos á unirse al trono
constitucional, es decir, á la Constitucion de 1812, y á alis-
tars~ todos en las filas de la guardia nacional. En el mismo
~.Iia acordó remover los empleados desafectos, y nombró
otra junta pal'a hacer esta separacion, é intervenir todos los
fondos eclesiásticos: mandó que la audiencia se ocupase en
faHal'las eausas dc ¡nfidencia; I'ebajó la cuarla pal'te de los
(lerechos de puertas, y determinó ccrral'los conventos que,
al sentirse el movimiento del dia antcriol', llUbian sido aban-
donados pOI' los frailes. El 29 avis6 que hahia pedido á la
reina una Gonstilurion 'lue las Corff's (/r!bi(m esfab1f'cel'.




LIBRO ClJARTO. 207
ptro el 30 dijo que para el dia siguiente hahia acordado
pi'oclamal' la de Cidiz, lo cual vel'ificó :cl 31 en la capital,
y sucesivamente en los pueblos pl'incipales de la provincia,
instalándose en seguida los ayuntamientos constitucionales.
La junta, adoptando á instigacion de Abello esta Constitu-
cion, «con reserva de las refOl'mas que las Cortes constitu-
»yentes estimasen oportunas para poneda en armonía con
))las que rigen en las naciones libres que componen la
))cuIÍJ/'Uple alianza,» resolvia por sí una cuestion inmen-
sa y la complicaba prodigiosamente, resolviéndola; pues, ti
Jos embarazos que debian rcsultar del restablecimiento del
código de Cádiz, pretendia añadir el de ponel' las modifica-
ciones que en él se hiciesen en armonía con el régimen po-
lítico de Inglaterra y Franeia, que ninguna armonía tenhm
entre sí. Asi, un hombre sin instl'Uccion ni capacidad, ar-
rastraba á otros, que acaso no carecian de aquellas cualida-
des, á sancionar con su forzado asentimiento la medida mas
inconciliable que habia salido hasta entonces de los elemen-
tos informes del caos revolucionario. El 29 entró en la ciu-
dad, pl'ocedente de Málaga, una columna de 3,000hombres,
compuesta de pequeños destacamentos de infantería y caba-
llería de línea, de urbanos de Málaga, Velez, Loja, Alha-
ma y otl'OS puntos, y de muchos paisanos armados. Los co-
mandantes de esta fuerza, y algunos miembros de la junta
directiva de Málaga, fueron admitidos á las sesiones de la
de Granada que, cutre otras disposiciones, acordó el 30 y
el 31 la supresion de la policía y la intervencion de los
fondos de diezmos. POI' esta última medida se al'rllbaló á los
pal'tícipes cl pequeño pedazo de pan á que las bajas sucesi-
vas de aquclla Ill'cslacion} la depreciacion siemlll'e ere-




A:'iALl,S liE 1.'AllEL H.


cieute ue los frutos habían ultimamenle ['euucido sus reu-
taso En medio de estos atentados coutra el ól'den publico,
hubo, sin embargo, pocos escesos iudividuales que deplo-
rar, Pequeñas gavillas de malvados asahal'on, illa verdad,
la aduana y otl'OS puntos; pero luego fuel'on repl'imidos y
aun presos algunos. La junta parecia quercl' rescrval'se la
peligl'osa iniciativa de la persecucion, Ó quiza entendia ate-
nuarla dil'igiéndola. El octogenario general Campana, que
durante mucho tiempo habia alternativamente desempeñado
aCludla capitania general y la de Sevilla, fué arrastrado de
su casa de campo á la cárcel de Corte, de donde, des pues
de muchas vejaciones y sacrificios, se le dejó salir para el
eSlr'angero.


A Granada siguieron al punto Almería, Jaen y Córdoba.
La lunta c\ue se instaló en esta última ciuua<l se mostró
una ue las mas comedidas de cuantas se crearon en aquel
pel'iouo lle trastornos; pues, en la representacíon que dirigib
el 29 á la reina, solo pedia la remocion del ministerio y la
convocacion de los Estamentos. Esta moderacíon, que se
manifestó igualmente en la proclama publicada en aquel mis-
mo dia, parecib tan estraña entonces, como lo era el que, al
lado del comandanle general don Pedro Ramirez, del gober-
nador civil marques de Paniega y de otros empleados supe-
riores de la provincia, figurase en aquella asamhlea un frai-
le, en momenlos en fIlie se desencadenaha eontra los frailes
todos, en las principales capitales del reino, la mas horrcn-
da persecucion. Y pOl'que no lmhiese cil'Cunstancia que no
hiciese absolutamente diverso el movimiento de CÓI'doba del
de todas las demas ciudades, el general Ramirez declat,ó
(lile paí'aria por' hlS amlas en el t~l'mino de "cinte y cuatro




LlIlIW CUARTO.


horas á cualquiel'U que turbase el órdell ; lleclaracion que,
atendido el carácter de su autor, no era como en otras
partes una conmjnacion de fórmula, sino la espresion de
una intencion decidida dc mantencl' cl órden á todo trance.


Casi tan moderada como la junta de Córdoba, se mos-
tI'o la que en el mismo dia se instaló en el Ferro!. Esta pa-
reció á lo menos respet3l' el Estatuto, pues, fuera de la es-
tineion de las ol'denes religiosas, y la remocion de emplea-
dos desafectos, no exigiú mas tlue la formacion de una nul'-
va ley electoral, y el pronto y favorable despacho de las
peticiones hechas por el Estamento de procuradores.


Lo mismo, poco mas o menos, parecia deseal' la junta
C1'eada en Badajoz elLo de setiembr'e, pOI' vü,tud de otro
movimiento popular. La única difel'encia esencial que se
notó en sus disposiciones, fué el anuncio de haber sus ti-
I.uido el nombre de milicia nacional al de m'bana; varia-
cion que, insignificante en otras circunstancias, el'3 enton-
ces muy significativa, pues nacional se llamaba aquella mi-
licia bajo el régimen de Cádiz, y el I'establecinliento de la
dcnominacion era un sin toma de predileccioIl en favor de
aquel régimen. Hal'to mas enérgica fué la manifestacion que
dirigió el 11 la junta que se instalal'3 eH la Coruña. Ponte-
vedra , Lugo , y Orense tuvieron tambien juntas en Gali-
cia, como Huelva en Andalucía.


Igualmente que en d territorio peninsulal', se estclldiú
y completo en Mallol'ca la cscision á que poco antes sirvie-
I'a de pretesto el alzamiento carlista de Manacor. La junta
consultiva que se creó de resultas en Palma, no se Iimitú
á decretar la remocion dc los empleados desafectos, sino
que sancionó la redencion de censos verificada en el ante-


TOl\IO JI. 14




.\~ALR~ 01' ISABEL 11.


l'iOI' periOllo constitucional, y dicto medillas preparatorias
para la devolucion de los bienl's nacionales a los que en
la misma epoca los com\WarOIl, Pel'o si el capitan general
conde de Montenegl'o no pudo I'csisti¡' á estas exigencias
desde quc vió (IUC pOI' todas partes se aeatab:ll1, (~mpleó á
lo menos su popularidad para disminuÍl' los males tle su ea-
si necesaria aecesion , y atenuo por restl'iccioncs saluda-
bles lo que ella tenia de revolucionario en su origen y pre-
sagiaba de funesto en sus consecuencias.


No tenian, empero, todos estos movimientos un carác-
ter tan decidido, una unidad tan temible, como mostrahan
en Valencia, Enterado el gobierno de haber I'ecaido el man-
do, de que hizo dimision Ferraz , en el conde de Almodó-
val', creyó deber ratificar su nombramiento, esperando ga-
nar al nuevo gefe por este testimonio de confianza. Pero no
podia corresponder a él Almodóvar, obligado desde el pri-
mer momento de su aceptacion á conformarse á lo que de él
exigian los directores del motin. Asi, no tuvo ¡'eparo en de-
cir en una proclama del 18, -dos representantes de vuesfra
»milicia tomando una generosa iniciativa, me han recla-
)lmado medidas fi~ertes, que sin embargo no he vacilado en
»adoptar porque mi corazon las aprobaba y la situacion del
»pais lo exigia, Ninguna garantía han ped1'do que no fite-
»se I'n el acto concedida ..... Estoy resuelto á marchar con
»paso firme hácia la libertad y los progresos, cualesqui('fa
»que sean los riesgos qne se olr'e.zcan en tan noble cami-
»no.» Inferir se dejaba 10 que el gobierno podia espet'ar de
una autoridad que, para hacerse obedecer, tenia (lile confe-
sarse sometida á las prescripciones de la diputacion de los
urbanos, que ealificar de inidatit!{l gfillefOSa sus exigen-




URDO CUAnTO. 211
t~ias, y (Iue most1'31' su corazon eomo cómplice de los ('rro-
l'es de su entendimiento.


Hubo no obstante de parecer duro á Almodóvar el de-
pender de la voluntad de hombres sin cal'ácter, sin mision,
y estraviados por el mal espíritu del cuerpo á que pertene-
cian ; y ora por esto; ora por que asi lo propusieron los
mismos diputados á quienes nada se negaba; ora por creer
que sel'ia mejor obedecido, mientras mas apoyados apare-
ciesen sus mandatos; ora, en fin, por que quisiese dej31' caer
sobre muchos parte de la responsabilidad que pesaba so-
bre él, creó una junta que «contribnyese á hacer [ornar á
»las provincias de Valencia, Alicante, Castellon, Murcia y
»Albacete, comprendidas en el distrito de la capitanía gene-
»ral, la imponente actitttd que se requería para ase.qtlmr
)lla libertad civil.» Esta junta, compuesta de las principa-
les autoridades. y de militares, togados. regidores, canó-
nigos, comerciantes. propietarios y abogados, se instaló
el 17 de agosto, y al punto anunció su intencion de
»sugerir medios de sostener la justa causa de la libertad,
»identilicada con la de doña Isabel n, contra las asechanzas
»y maniobras de SttS enemigos de toda especie.» Como
desde luego pareció dirigida esta alusion al ministerio y á
todos los que sostenian principios conservadores, no se
estrañó que, anunciando el gefe recien honrado con la con-
fianza del gobierno la instalacion de la nueva corporacion,
y exhortando ti un armamento general con pretesto de es:....
terminar á los facciosos, que a esta atencion se aplicarian
todos los recursos, entre los cuales contaba los bienes de
las comunidade.~ religiosas suprimidas, y los im¡JUes-
tos ordinarios .1J esfmo'rdinarios. Con nada tenia, pues,




.-\NALES DE ISABEL n.


(Iue contar alli el gobierno de Madrid, y el intendente Iwotes-
tú en seguida letras del tesoro por valor de tres millones.


Ni se limitó el general á estos actos. Invitado por la
junta de Cataluña, «á marchar de acuerdo con ella, tanto
»I'n la adversidad como en la prosperidad,» se prestó á
estos deseos con la espresion del entusiasmo mas vivo, de
que hizo participar á la faccion á cuya cabeza se habia
puesto. La junta entre tanto acabó de contentarla, añadien-
do al estrañamiento pam Ceuta de mas de un centenal' ele
individuos, verificado el 6, el de otros muchos para Palma,
y entre ellos el de varios canónigos, y curas, y militares
de la clase de gefes. El 19, destinó, entre otros arbitrios, al
socorro de las necesidades del momento, el producto de la
venta de los muebles, alhajas, y efectos de los conventos y
monasterios de ambos sexos, juntamente con el de una con-
tribucion mensual que se impomlria á todo el que no fuese
urbano y, en caso de no rendir ésta bastante, el de otra que se
impondr'ia principalmeute sobre los uesafectos. En el mismo
dia, decretó un alistamiento general para toma[' las armas en
favor de la libertad, y en los dias siguientes dirigió exhor-
to á los grandes títulos y prelados, para que hiciesen do-
nativos; continuó la deportacion de individuos sospechosos,
y la destitucion de empleados desafectos; mandó llevar de
Mnrviedro los morteros y obuses que existian en la plaza,
justificando esta medida por el recelo de que aquella arti-
llería podria algun dia emplearse contra la libertad; pi-
.lió 600 fusiles á Cartagena, donde se sabia no existía
ninguno; mandó buscar armas en los estancos de las afue-
ras, que no las tenian; y se dieron otras providencias yn
deterrol', ya de desconfianza, todas sugeridas ó reclama-




LIBRO CUARTO.


das por la misma diputacion dc la milicia, quc no habia
cesado dc mandar ni aun despucs de la formacion de la
junta, á pesal' de habel'se convidado á asistir ~ ella á los
procuradores á Cortcs de aquellas provincias, que se halla-
ban en la ciudad. La audiencia pOI' su parte mostró, al
mismo tiempo, querer calmar la impaciencia liberal, dando
ordenes estrechísimas para flue se acelerasen las cau-
sas de cOlIspiracion. El gohel'Ilador civil interino pensó
tambicn halagal' al partido, anunciando que en breve ihan
á enriquecerse las provincias con la institucion de las di-
putacioncs provinciales; como si los pucblos, flue ya ha-
bian rcconocido el poco bicn que les habian dispensado
aquellos cuerpos diesen grande importancia á su restableci-
miento. Los urbanos, no contentos con el influjo que ejer-
cian sohre Almodóvar , la junta, la audiencia y el goberna-
dor civil, quisieron ejercerlo sobre la reina, á quien dije-
ron el 22 de agosto flue las peticiones que fueron á pre-
sentarle á la Granja el 16 los urbanos de Madrid, «no el'all
»peculiares suyas, sino los votos de los de Valencia, Al'a-
>¡!j0n y Cataluí"ía, .11 los de los f¡omb-res de bien de la 'il1l-
»cion en tera.» Entretanto el gohemador civil, flue ¡'eCiCll-
temcnte nombrado por la I'eina, para cjercer sus funciones
en una ciudad donde su autoridad no era reconocida,
anunciaba que, «desde el momento que los empleados acep-
))tan la confianza del gobierno y juran fidelidad, su vo-
»Iuntad no llUcdc ni debe ser ya otra que los preceptos de
»la5 leyes;» se hacia cómplice de los atentados contra el
gobierno, cuya confian za aceptara; y la junta oia sin ,'('-
sentirs~ el clogio de la fidelidad al juramento, y tolt'I'aha el
uno en f"vOI' de la violacion del otro.




ANALES DE ISABIlL U.


La junta de Zaragoza adhirió tambien á la especie tic
federacion provocada por Barcelona, sin que la intimida-
sen las cOrI"erias dc Cabrera y Quilez en el bajo AragoIl,
ni los riesgos á que podl'iau esponerla ya las dc otros car-
listas que podl'ian apareccr en el alto, ya los movi-
mientos de una division del ejército del Norte, que se
destacase para l'educirla á la obediencia; se rcforzó COIl
nuevos individuos; envió de acuerdo con Ocaña, que reem-
plazaba á Montes, durante su ausencia, su primer batalIon
de mbanos á Caspe, cn busca de los facciosos Torner y
Tomeo á quien obligó á retirarse á Maella; destacó otros á
Hel'I'C!'a contra Quilez, que desde Oliete y Ariño amenaza-
ba á Daroca, y esto, mientras los urbanos de Huesca y
Ayerbe acompañaban á Montes que se habia dirigido sobre
Barbastro; dió ordcncs para formar un batallon sedentario,
destinado á la guardia de la ciudad; envió á algunos de sus
miembros á apaciguar las insurrecciones de los pueblos
que habian proclamado la Constitucion de Cádiz; escitó á
los patriotas á alistarse en los cuel'pos f('aucos quc mandó
levantar; aCOl'dó fortificar' la ciudad para resistir á Quesa-
da, en el caso de que, como se anunciaba, se pl'esentase
con el encargo de hacerla volver á la obediencia; removió
los empleados tachados de desafectos; y, publicando la res-
puesta dada por Alvarez Guerra el 28 á su representacion,
tuvo bastante osadía pal'a no mostrarse satisfecha, y decla-
rar, «que no abandonaria los intereses que le habian con-
»fiado sus conciudadanos.)) En fiu convocó, como en Cata-
luña, diputados de los cOl'l'cgimientos de las tres provincias
de AragoIl, con que formó en seguida UIla rcpreseutacion
provincial.




UBRO ClJARTO. i15
Bal'celona era la que daba el impulso a todos estos mo-


vimientos. El 16 , se hahia recihido alli un oficio de Toreno
del 11 , en que anunciaba «que la reina tomaría en consi-
)lderacion las indicaciones contenidas en la repl'esentacion
nque le habia dirigido el 7 la junta de autoridades, y que
ȇ su tiempo hal'ia sabel' su resolucion, que siempre sM"ia
»)dirigida al mayor bien de Barcelona y de Catatuña.»
Míl'óse esta cOlllunicacion como un medio de entretenel' á
los catalanes con esperanzas vagas. entretanto que se reu-
nían fuerzas paI'a subyugarlos. Así, la junta quiso que las
tales esperanzas se fijasen, é hizo el 19 una nueva repl'e-
sentaeÍon á la reina pidiendo «una I'eunion estraordinaria
)de Cortes para formar una ley fundamental análoga á
)llas luces y necesidades de la nacíon, y que asegttrase
))ente'rarnente la libertad de los españoles.»


Pero ni con eso; ni con provocar y obtener la coope-
racion federativa de Aragon y Valencia; ni con ase-
gurar que por medio de esta union se recobrarian «la li-
)¡bertad y la gloria que tan caras lueron á sus ante-
))Jlasados)); ni con decretal' la formacion de cuerpos de
operaciones y de compañías sedentarias; ni con sepa-
rar de sus empleos á muchos individuos, entre los cua-
les se contaban algunos de cierta importancia; ni con de-
portar á Ibiza multitud de clérigos; ni con otras medidas
de la misma especie, podia la junta contental' á los di,'ecto-
res del movimiento. Estos se quejaban de que la milicia ur-
bana no entraba, como se habia ofrecido, á haccr por mitHd
con la guamicion el servicio de los fuertes, sobre lo cual
insistiuu con tanta mas eticacia, cuanto que en ello "cían
la gal'aulia de su impunidad futUl'a y el medio de conSCl'var




21t) ANALES DE ISABEL 11.
hajo SU dependencia á las autoridades. Quejahuuse asi JIlis-
mo, y por la misma razon, de que no se repa¡'tian al ]J'lfC-
blo 2,500 fusiles, que suponian existir en la ciudadela, .v
aun las armas pertenecientes a los buques barados en las
playas del ~lasnou, Premia, Vilasar y otras. Quejábanse
de la mala organizacion de los CUC¡'PoS sedentarios, y de
que no se les daba noticias dc la marcha de los facciosos
de Navana; pero sobre todo, de que no se l'emovian has-
tantes empicados, y no se pl'oporcionaban vacantes sufi-
cientes pat'a contentar á los patriotas. Los memoriales que
se daban solicitando empleos eran tantos, (Iue la junta de-
cla¡'ó que no conferil'ia ninguno, y que se oeupat'ia solo del
exámen de la conducta política y moral de los que los de-
sempeñaban.


Esta declaracion debia, 110 solo disminuir la populaI'idad
de la junta, sino exasperar á los exaltados, que se veian
pl'ivados por ella de la esperanza de soconer sus neeesida-
(les. Dió un nuevo alimento á su exaspcnICion la noticia
de las medidas tomadas en :Madrid contl'a la insuncccioll
de los urbanos, la prision de los procuradorcs Alcalú Ga-
liano y Chaco n , y sobre todo el famoso hando de Latrc, que
fué mirado en Barcelona como una demostracion serm,
cuando solo era una insignificante órden de la plaza.
Acabaron de irritarlos las voces que corrian sobre la entra-
da de los navarros en Cataluña, contra los cuales, y con
motivo de su aparicion en las fl'ontel'3s del Principado, ha-
bia desde el 20 lanzado Pastors el ¡jl'ito de alarma. Folle-
tos, llenos de invectivas y de noticias falsas ó exagel'ada ....
y sugestiones de todas especies amenazaban a cada hOl'a la
tranquilidad de Ra¡'celona, qne al fin hahria sido turhada de




LIBRO CUAnTO. ~17
lluevo, si Pastors , apI'emiado para proveel' de municiones
y pel'treclllU' la línea del Llobregós, amenazada por aquella
faccion, no hubiese tomado el partido de pasar en persona
con este objeto á Cel'vera. Salió, pues, de Barcelona el 23
con 2,000 hombres, dejando el mando en su ausencia al
mariscal de campo Castellar.


Forzoso era que los pueblos del Principado participa-
sen mas Ó mellos de la inquietud que reinaba en la capital,
y que pOI' resultas de la misma fuesen muchos de ellos tes-
tigos ó cómplices de desórdenes mas ó menos graves. EH
Igualada, se quemal'on con estrépito los papeles de la poli-
cía y la bandera del batallon de realistas. En Gerona, las
autol'idades que, dm'ante algun tiempo, rehusaron seguir el
impulso de Barcelona, tuvieron que ceder á amenazas apo-
yadas por la mal>cha de una columna destacada de la capi-
tal y, dejando sus puestos á díscolos que de la misma se
enviaron, entregaron la ciudad á la conflagracion que cun-
dia por todo el territorio catalan. En Rosas, se asesinó y se
arraslI>ó á un antiguo miJitH qne habia sido fiscal de cau-
sas políticas bajo el gobiel'l1o anterior: en Lérida, se lanzó
de la ciudad á muchos individuos tachados de desa(rctos,
y se destituyó y estl'añó al gobernador WarIeta; en Ripoll,
Valls , Sabadell , la Bisbal , Torruelba y otros puntos, se
fraguaron motines ó se inspil>aron desconfianzas. Destaca-
mentos de perdidos recien alistados en la bandera de la in-
surreccion impusieron contribuciones á los pueblos y obli-
garon á Pastors, que temia que aquellas vejaciones los exas-
perasen , a amenazar á los exactores con todo el rigor de
la justicia. Entretanto el gobel'l1adOl> de Manresa flue, ame-
nazado pOI' facciones numel'Osas, llamára á las armas á cuau-


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ANALES DE ISABEL 11.


los se hallaban en estado de llevadas, tuvo quc c~acel'~
btH' los resentimientos que causaran tantos escesos, dispo-
niendo de todos los fondos públicos para pagar el enorme
prest de 5 reales diarios que, ademas del vestuario y del
pan, ofl'cció dar á los que sc alistasen. Lo mismo sucedió
cn Tarragona, de donde fué necesario es pedir uua fuerte
columna de voluntarios, á que, reuniéndose en Montblallch,
con otms de Valls y de Reus, persiguiesen las bandas cal'-
listas que amenazaban invadir la llanura y dislmcr la aten-
cion de Pastors.


Confiaban poco éste y todos en tantos recUl'SOS, cuan-
do un socorro imprevisto vino a reanimar su valor. El 28 de
junio, habia el gobierno francés ccdido al español un gl'Ue-
so cue¡'po compuesto de soldados de val'ios paises, que ba-
jo el nombre de legion estrangel'a, militaba en Argel. Cons-
taba él de 5,100 hombres, de los cuales 500 se haUaban
enfermos en Africa y sob¡'e 400 existian en el depósito de
Tolon. Los 4,100 hombres disponibles desde luego, com-
ponian seis batallones, de los cuales cuatl'o se embarcaroIl
en Argel el 27 y 28 dc julio, y los dos restantes en Oran
el 8 de agosto, todos con direccion a MaIlo¡'ca, donde de-
bian hacer cual'entena. El comisionado español, que encar-
gado de su entrega y conduccion habia acompañauo á estos
últimos, supo al llegar á Palma los sucesos de los dias 5 y 6
cn Barcclona y Valcncia y , pasaudopor encima de las for~
malidades sanitarias, los hizo partir a todos el 13, y el 17
llegaron á Tarragona, mandados por el coronel Bcmelle,
hecho mariscal de campo pOI' el gobiemo español. Recibié-
I'onlos alli friamente el pueblo y los I'l~volucionarios ; estos,
por quc temicron (IUC aquella fuerza sc destinase desde luc-




LIBRO CUARTO. 219
go a cOlltellel'los; el pueblo, por que, contallllo en su sello
muchos carlistas, temió que su llegada paralizase á lo me-
nos los movimientos de las bandas catalanas. Mandóles al
punto Pastol's que se le reuniesen para perseguirlas, pero el
bl'igadier Emilio, gefe dd estarlo mayor de Aragon, se halla-
ba en Tal'l'agona con órdenes del Gobierno para hacer mal'-
chUl' la legion á LCl'ida, y en breve los sucesos calificaron
de acel'lada esta detcrminacion.


En efecto, Guergué, salido de Hucsca el 17 Y llegado
á Barbastro el 18, se habia detenido alli el tiempo necesa-
rio para distribuÍ!' á los partidarios que se le agregaban las
armas que iba recogiendo á los urbanos de los pueblos. En
seguida hizo adelantar algunas de sus tropas á San Esteban
y Tamarite , y llegó á amenazar á Lérida que, desarmada
y atónita de la marcha rápida de los navarros, les habria
quizá abierto sus puertas, á no saberse que se aproximaba
la legion , cuya primera columna llegó efectivamente á la
plaza e123. Desvanecida por este accidente la espcranza de
su ocupacion, vuelve Guergué sobre Benaval'l'e, y reunido
con el partidario catalan Borges, y reforzado con numeI'O-
sos reclutas, destaca al bajo Aragon un nuevo hatallon de
voluntarios mandado pOI' el canónigo Monbiola, penetra cn
la Conca de Tremp, subleva el corregimiento de Talarn. y
hace á su guarnicion replegarse sobl'e Lerida. Cundiendo la
noticia de sus progI'esos , las guarniciones de Pons y Sana-
huja desmantelan sus fortificaciones y se retiran, dejando
asi descubierta la importante línea del Llohregós. Guergué
con esto penetra llasta Organía, donde, COIl las agregaciones
sueesiYl\s de los mozos que se le ineorpOl'an y de las hall-
,las catalanas quc se le reunen, encuentra mas que duplica-




2:.!O ANALES DE ISABEL U.
das las fuerzas que habia sacado de Naval'l'a. BOI'ges ocu-
pó á ViUanueva de Moya y el Montsech, y cortó asi por de
pronto las comunicaciones de Pastors y de Gurrea, el cual.
en combinacion con Montes, habia seguido siempre á los
navarros á corta distancia, pero sin poder alcanzarlos has-
ta el paso del Cinca y el de la Noguera Pallal'esa, donde
sus avanzadas tuvieron un tiroteo con la retaguardia de los
carlistas. Montes despidió entonces á sus U1'banos, y se
volvió al tel'l'itorio de su mando, que muchas bandas aso-
laban desde Monzon hasta Daroca, y desde las inmediacio-
nes de Zaragoza hasta las fronteras del Maestrazgo, Pastors
se puso en seguida en comunicacion con Gurrea, se hizo
al fin reforzar en Agramunt por 1,800 hombres de la le-
gion de Argel, y se dispuso á una campaña, cuy~ com-
binaciones debia malograr á poco el abandono en que hu-
bieron de dejarle aquellos auxiliares.


Todas las esperanzas de la España parecían cifl'adas
entonces en la cooperacion estrangera. Pastors en Cataluña
contaba absolutamente con la de la legion francesa, cuya
mitad acababa de reunírsele. Pero mas se esperaba aun de
los auxiliares ingleses que, habiendo empezado á desem-
barcardesde fines de julio en San Sebastian, habian ido des-
de entonces llegando sin interl'Upcion á aquella plaza y la
de Santander, y que se presentaban como los vengadores
de la derrota de Descarga, y de la pérdida consiguiente de
Villafranca, Tolosa y Eibat', Y de desastres apenas atenua-
dos con el glorioso triunfo obtenido en los campos de Men-
digorria. El 15 de agosto entraron en este último
puerto el general en gefe Evans, y el ministro espaiíol en
Lóndres, Alava, y desde el 20 se trasladaron ambos á San




l.IBRO ClIAUTO. 221
Sebastian con dos batallones ingleses, á los cuales siguió
luego otro español, llegando con estos refuerzos á 6.000
hombres la guarnicion de aquel baluarte de Guipuzcoa. De
el salió el 26 el comandante general de la provincia Jáure-
gui, acompañando al gencral Evans, que quiso hacer un
reconocimiento. De sus resultas se retiraron aquel dia los
carlistas á Astigarraga, y el 28 , ccjando delante de otro
reconocimiento, se replegal'on sobre Oyal'zun. Estas reti-
radas que parecian argüir miedo; la necesidad que tcniau
los inglescs de inspirar una idea ventajosa de la impOl'tan-
cia de su coopcracion ; y la prisa de alcanzar una victoria,
flue presentaban como infalible el valor y la superioridad
numerica de las tropas españolas y auxiliares, todo esto hi-
zo á Evans y Alava formar el designio de apoderarse de
Hel'llani, y de establecer sus comunicaciones por tiel'l'a con
Francia, libertando de una vez el fuerte del Bidasoa, diaria-
mente atacado por los carlistas delrun.En consccuencia, se
pusieron en marcha en la mañana del 30 con una columna
compuesta de mas de 2,000 ingleses, de los batallones espa-
ñoles de San Fel'nando, Africa y provinciales deJaen y Ovie-
do, y de los chapelgorr-is y urbanos de Tolosa y San Sebas-
tian. Esta fuerza, que ascendia á 5,000 hombres, iba man-
dada por los mismos dos generales, y bajo sus órdenes por
el brigadier español Jáuregui, el inglés Chichester, y los co-
roneles de esta última nacion Dikson y Kerbí. El brigadier
Gomez, que mandaba á los carlistas, tenia cuatro batallones
que repartió entre la venta de Oriamendi, las alturas de Santa
Bárbara, y las entradas de Hernani. Sus soldados abandona-
ron la primera de estas posiciones despues de una ligera de-
fensa y se reple~aron sobre la segunda. Cargó sobre esta una




222 ,\NALES DE ISABEL 11.
fuerte columna anglo-hispana, y ya tocaba á la cresta, de
que amenazaba apoderarse, cuando, recllazada de las calles
de la villa, otra columna que la atacaha al mismo tiempo,
hubo de ceder y retirarse. Este movimiento arrastró á los
que ya contaban haber ganado la posieion de Santa Bárba-
ra, y unos y otros se replegaban con órden sobre la bate-
ría que habian colocado cn Ol'iamendi, defendida por la
l'eserva inglesa, cuando un movimiento que hizo Gomez
por el lado de Lasarte y un alaque á la hayoneta dc las
reservas de la Villa, introdujeron la confusion en las mas
de los anglo-hispanos. Retiráronse, pues, estos en desór-
den, y los carlistas los persiguieron casi hasta los muros de
San Sebastian, causándoles no pequeña pérdida de muer-
tos y heridos, contándose entt'e estos últimos al brigadiCl'
Chichestel', Alava y Evans, cejando desde que vieron el de-
sórden, llegaron á la plaza antes que la columna derrotada,
no sin murmullos de la tropa y de la poblacion. Evans pro-
curó al dia siguiente atenuar la pérdida material é impe-
dir el deseoIlcepto de sus armas, anunciando en una órden
del dia haber conseguido el ohjeto dc su salida, que no era
mas que un reconoeimicnto SObl'C HCl'Dani: Jáuregui, en su
parle al gobierno, habló en los mismos términos; pero no
por eso dejó de debilitarse el prestigio de la cooperacion
inglesa, prestigio con que se contaba aun mas fIue con la
fuerza material de sus batallones.


Pocas horas habian pasado desplles de la vuelta de es-
tos á San Sebastian, cuando fué necesario embarcar el mf'-
JOI' de ellos para Portugalete, por saberse que 22 batallo-
nes cal'iistas, mandados por Mal'oto aparecian de nuevo so-
lwe Bilhao, antes gloriosamente Iibertafla de los alal/lies de




LIBRO eUARTO.


El'aso por los esfuerzos de Mirasol auxiliado al fin por la He-
I'a , Latl'e y Espartero. Dos dias despues, no estimanuose
suficiente aquel refuerzo ni los que habian ido de Santan-
del', se hizo marr.har al socorro de la capital de Vizcaya el
resto de la guarnicion de San Sebaslian, que se dejó re~
uucida a un batallo n de línea y los urbanos, asi como se de-
jó abandonado el destacamento flue guarnecia el fuerte del
Bidasoa á los ataques de la guarnicion carlista de hun, y
la Guipúzcoa entera en manos o a discrecion de los ene-
migos de la reina.


No solo se llamo para defender a Bilbao la guarnicioll
toda de San Sebastian ; no solo se reunieron para el mismo
fin en Portugalete todos los cuerpos ingleses desembarca-
dos poco antes en Santander, sino que don Joaquin Ezpe-
leta, que de comandante ele una brigada de la guardia real
habia pasado á mandar el ejército de reserva, y los gene-
rales Espartero é Iriarte, hubieron de acudir al socorro de
la capital dc Vizcaya. Cordova mismo, persuadido de la
importancia de conservarla á todo trance, hahria hecho
partir alguna de sus divisiones, sino se lo impidiera la ac-
titud de los carlistas en EsteBa. El maniohró, sin embargo,
para llamar su atencion é impedirles fIne enviasen refuer-
zos á Bilbao; pero los movimientos que hizo con este obje-
to empeñaron á don Carlos á marchar á los Arcos, en cu-
yas inmediaciones 14 batallones y 500 caballos, mandDdos
por Gonzalez Moreno, teniendo á sus ordenes á Itul'l'Dlde,
la Torre, Sanz, Goñi y los mas valientes gefes de su ejér-
cito, atacal'on el 2 al general Aldama. La accion, indecisa
aquel dia, se habria renovado al signiente, si este gcncl'al
no hllhiesp en la noche levantarlo el campo y retiradose á




A1\AJ.ES HE ISABEL n.


Viana. Del combate, no obstante, sacó CÓI'dova la venlaja
de entretener a don Carlos , mientras que las tropas reuni-
das en Bilbao hacian á Maroto levantar el bloqueo, como
lo consiguiel'on el 6 de setiembre.


En este bloqueo se renovaron sucesos que no, deben sel'
perdidos para la historia. Los cadistas interceptaron el pa-
so de la Ria, hasta a los mismos buques ingleses, y detuvie-
ron al teniente Pike que quiso pasar para llevar un aviso ,1
su cónsul. El coronel Lapidge primero, y lord Hay des-
pues, reclamal'on la libel'tad del preso, al mismo tiempo
que la del paso por la Ria; pero, acordada la soltura del
oficial, se rehusó dejar a los buques ingleses espedita la
comunicacion con la plaza, y las tropas de Maroto no te-
mieron tit'ar sobl'e uno de ellos , al cual mataron dos hom-
bres y le hirieron otros. LOI'd Hay dictó órdenes severas,
pidió que se le entregasen los agresores, y aun se dirigiú
en derechura a don Carlos, amenazándole con la venganza
de la Inglaterl'a; pero sus comunicaciones quedaron sin
respuesta y sus agravios sin satisfaccioIl. En tal situacioll
no se sabia que admirar mas, si la osadía del gefe carlista,
ó la escesiva longanimidad del gefe bl'itanico. Notóse sin
embargo, que la Francia sufria al mismo tiempo, con igual
resignacioIl, desaires ó agresiones semejantes. Todos los
dias silbaban balas cal'listas en los oidos de los soldados
franceses situados en Behobia: desde Fuelltenabía em-
barazaban tal vez los guipuzcoanos el paso del Bidasoa, de-
tenian los buques franceses, y aun sostuvieron un comba-
te con la guarnicion de Andaya, para retirar de sus aguas
huques españoles detenidos en ellas, sin que por loda sa-
Lisfaccion hiciese Hari~pe otl'a cosa qne dispfll'ar> algunos




J.muo f.PARTO. 225
caiionazos (lesde las alturas de la derecha del rio. Del mis-
mo modo obraban los carlistas catalanes en las crestas de
la Ccrdaña, sin que el general fl'aneés Castellane emplca-
~r otro medio de l'epresion qne el de reforzar cada dia sus
puestos de la frontera. Esceso tal de mansedumbre daba
márgcn á largos y 110 siempre favorables comentarios.


Toreuo, que habia esperado mucho del tl'iunfo ohtenido
por el gohiel'lloell 16 de agosto, y que, contando con clcfcc-
10 fllIr, esle produciria cn las pl'ovincias, no habia realizado
sus amenazas, ni sacado partido de la dcch\l'acion del es-
lado oe sitio, ni de la instalacion de la comision militar de
),Iadl'id , se encontro grandemente sorprendido al sabel' el
alzamiento sucesivo de ia mayal' pal'te del reino, y la erec-
eion de juntas independientes en sus capitales. Midiendo
en fin la profundidad del abismo abierto bajo sus pies, y
temiendo ser lanzado en el, se resolvió ú tomar una acti-
tud energica , que habria sido antes un medio infalible de
salvacion, pero que ya cntonces no podia menos de accle-
"al' su caida. P;1/'a impedida ó retardarla, se debia contar
COil Qucsada , y cn consecuencia se hizo á Ahumada re-
Yorul' el 21 de agosto el decreto que habia dado el 1." pa-
ra reunir en una sola persona el mando de la guardia I'eal,
y se deyohió el de la infanlel'Ía dc la misma á Quesada, á
quien se decidió pOI' este medio á aceptar en seguida la ca-
pitaniagenel'al de Madrid. Pero, ni confesando por la rctl'ac-
lacion la inop0l'tunidad de su disposicion anteriÜl', se liber-
tó Ahumada de la necesillall. de dejal' Ú los cuatro días
(el 28) el ministerio, en cuyo desempeño habia acabado de
concitar contra su persona todos los fmores del partido:l el
movimiento. En el mismo dia tuvo tambien Alvarcz Gltei'l'a
TO~IO n. 15




A;'íALES D; l~AJlEL JI.


(lue dejat' SU puesto, en el cual no puuo menos de parecet'
tal vez ambigua ó sospechosa la conuucta que tuvo. Reti-
rándose, dejó contestada la última representacion del ayun-
tamiento de Zaragoza con una órden en que el precepto
empleaba el lenguage de la súplica, y se abalia el gobier-
no hasta discutir con los rebeldes los motivos de su re~
belion.


Separados Ahumada y Alval'ez Guerra, Torcno, por una
inspi!'acion de que nadie pudo adivina!' los motivos, nom-
bró pa!'a reemplazar al primero, al duque de Castro-
terreño á quien, á pesar de la energia de que tantas ve-
ces habia dado pruebas en mandos importantes, hacía ú la
sazon su edad de 80 años poco á propósito para señorear
circunstancias tan dificiles. A Alvarez Guerra sucedió don
Manuel de la Riva Herrera, gobernador civil de Burgos,
hombre vigoroso y honrado, pero que, habiendo perteneci-
do en las Cortes al partido del ministerio, escitaha el odio
del de la oposicion, que su canlúter duro contriLuia á exa-
cerbar aun. Por coJmo de desventura sc confió el despacho
de la Marina, vacante por la antel'ior dimision de AJava.
al gefe de escuadra don Jose Sartorio, respetable pero
cansado anciano, falto de otros conocimientos que los es-
peciales de su profesion, tan nulo para las decisiones del
gabinete como para las discusiones parlamentarias. Cual
era fácil de preveet', estos nombramientos no contentaron á
nadie, y se desgració asi el primer paso dado en la carre-
ra de la resistencia.


No fue mas afortunado el que se dió en seguida nom-
brando nuevos capitanes generales para las provincias SII-
lMvadas. puesto que no rodia eonducil' sino :í nuevos el/'-




LiBRO CFARTO. 227
sail'es. Habia creido Toreno que el general Manso, en ca-
lidad de liberal catalan, sería bien recibido en Cataluña,
sin recordar que Uauder y Bassa eran catalanes tambien,
y (lue á pesar de eso habia sido asesinado el úlLimo, y con-
llenado el primel'o á buscar un asilo en Francia. Cuando
los periódicos de Barcelona advirtieron al gefe del ministe-
rio que Manso no seria recibido, se designó á Rodil pam
reemplazarle, al mismo tiempo que se nombró á Latre pa-
ra l\ragon, y á -'loreda para Valencia. Pel'O no se contaba
con la oposicion que las juntas de estas provincias harian
á la remocÍon de Paslors, Montes y Almodó\'al', que pOI'
medios diferentes se habian captado cierta especie de be-
nevolencia mas ó menos sincera en sus territorios respec-
tivos. El poder parecia contar con la obediencia á que te-
nia derecho, ú con los medios necesarios para exigirla,
cuando todos los dias lanzaba en la Gaceta invectivas, y
aun conminaciones contra los sublevados. «El gobierno,
»decia este periódico una vez, se opondl'á con todas sus
»ji(('rzas á semejantes solicitudes,» (las de Cortes consti~
tuyentes), y sucesivamcntc añadia: «ya pasó el ticmpo de las
»considel'acioncs.-La hora de la justicia se acerca.-
»Desgraciado del que se ponga bajo su inexorable segm'.-
»EI gobierno esta resuelto á no tolerar por mas tiempo sc-
»Jl1ejantes escándalos.»


A estas IlI'avatas semi-oficiales, siguieron en IJ\'eve ac-
tos decisivos de autoridad, manifestaciones oficialcs de
una encl'gia que desgraciadamente no era ya de sazon,
Entre ellas fué célebre la real órden cspedida el 31 por
don Angel Vallejo que, no habiendo llegado Riva Hel'rel'U
de Burgos, donde se hallaba en el dia de su nombramiento,




JI. Ci ALES HE IS.\llEL IJ.


de,;empeñaba intel'inamente el ministel'io oc lo Intcl'iol'. EII
ella, despnes de condenar la cl'eacion de las juntas quc ha-
bian invadido los podet'cS del trono y dc la nacion, la pro-
clamacion de la COllslitucioll tic eádiz, y las peticiones
para l'cunion dc Cortcs constituyentes, se dccia; ((el go-
))bicI"IIO no puedc dcjar de denUllciar ú la nacian a Jos
»pcrpctradorcs de tan abominables crimcnes, y de perse-
)),fluiJ' hasta su estc/'JIlinio á los faulores y adherentcs dc
),tan inaudita y detestable cmp,'esa.» En consecuencia se
encargaba ú los gobernadores civiles, ú quiencs se da~
ball al efcclo plcnos podcres, no cumplir ni pcrmitir que
se cumplicsen otras ól'denes que las del gobicl'Jlo y de las
<lutol'idadcs legítimas, y se Pl'ollUlIciaba la destitucion de
los que obedeciesen las de las juntas. Este decreto, aunque
eomunicado desde luego á los gefes de las provincias, no
se publicó hasta el 3 de setiemhre, y entonces salió acom-
pañado con un manifiesto del 2, último y tardio esfuerzo
de la energia ministerial; alegato incoherente y contradicto-
rio, que amenazaba halagando, que pretendia reprimir' es-
tl'avios con pl'omesas de concesiones, que adulaba al par-
tido que afectaha combatir, y en que se pretendia discul-
par lo -mucho que se habia dejado de hacer con la enume-
racion de lo poco que se habia hecho. Todavía, como si sc
temiese que la declaracion que se hacia en el manifiesto de
respetar el Estatuto fuese mal vista pOI' las gcntes á quie-
nes se trataba de contentUl', no salió á luz sino acompañada
tle un decreto, pOl' el cual se mandaba la devolucion de Jos
bienes nacionales, sin embargo de haberse pocos dias au-
les (el 21 de agosto) l'eservado á las Cortes la decision de
este punto. Lo apllrado de las circunstancias en que se re-




UBRO CUARTO. 2:2f1
{larló el mauit!{'slo no pCI'mitió sin duda rCpal'al' en estn
eonlt'adiccion, ni aun en la inutilidad de la concesion mis-
ma, que ya las juntas, establecidas en las tres cuartas
partes del reino, habian decretado ú unanimidad, y de
cuyas resultas muchos de los compradores de aquellos
hicnes estaban en posesion de ellos, antes de que el go-
biel'110 prestase ú estos actos Sil forzado asentimiento.


Contando sin duda con el efecto de las cOllminacione~
interpoladas con los halagos, se puhlicó un decl'eto el ;i,
mandando disolver las juntas fOl'llladas en val'ias ciudades
(le! reino, y ueclarundolas ilegales y usurpadoras, y á SllS
miembros responsables de los fondos públicos de que dis-
pusiesen, que no serian admitidos á los pueblos en cuenta
dc sus contribuciones. La coutradiceion de tales disposicio-
]leS, altel'Hativamente ágl'ias y dulces, habria podido escu-
sarse, considerándolas como un medio de conciliacion, si el
gobierno tuviese á su disposicion fuerzas pat'a reducir á la
obediencia á los amotinados, en el caso de persistir en sus
r1emasías; pel'O las tl'opas de Iils guarniciones habian pOI'
doude quiel'a fl'aternizado eOll ellos, y {,I'a fácil eonocel'
que harían lo mismo todas las qUe eontl'a ellos se enviasell
de nuevo. Con nadie el'a ya permitido contal'; casi Lodo:'\
los gefes militares, aun los que inspiraban mas confianza.
habiall sido arrastrados pOI' el torrente revolucional'io; á
casi todos los gefes civiles habia sucedido otro tanto. La
opinion estravíada por una prensa facciosa; los ,'evollosos
llenos de audacia por la impunidad; las masas inel'tes ó
alerl'adas por los escarmientos; los hombl'es de bien y d(~
luces alejados de un gobierno quc, sacrific~mdo al miedo
de b impopulat'irlad \il alteza de Sil mandato. se habiil os-




ANAtES DE ISABEt Il.


tentado débil, hasta parccer cómplice de los crímenes que
tarde y en vano rcsolvía al fin reprimir; ni Una simpatía
por ninguna parte, ni un maravedí en las arcas del tesol'o,
ni la menor espcranza de una intervencion eslrangera que
se solicitaba sin tl'egua; tal era la situacion tic los encarga-
dos del poder. Podríase añadir para completarla que aun
dcspues de recompuesto el gabinete no habia en las dispo-
siciones de alguno de sus individuos bastante convergencia
y unidad. Asi mientras Vallejo, que hasta la llegada de RL
va Herrera desempeñaba el ministerio tIe lo Interiol', publi-
caba la honrosa, aunque tardía, circular tic! 31 de agosto,
reemplazaba á algunos gobernadores civiles, capaces de
hacerla ejecutar, con otros cuyo mérito consistia princi-
palmente en la exaltacion que ostentaran en el último pe-
riodo de la existencia del régimen de Cádiz. Tal era la oca-
sion que escogia el gobierno para arrojar el guante á las
facciones; tales los momentos en que, al'l'ojándolo con una
mano, manifestaba tenderles la otra.


El manifiesto del 2 , el decreto del 3 Y la {¡rclen del 31
fueron en algunas capitales recibidos con entusiasmo; y cs
vel'Osimil que lo habrian producido unánime, si se hubiese
podido disponer de las fuerzas necesarias para asegurar sn
ejecucion. En tres de las pl'ovineias de Galieia (las de Pon-
tevedra, Lugo y Orense), sus autoridades militares y ci-
viles felicitaron á los pueblos de la actitud que tomaba cl
gobierno. El comandante general de Orense, Mugártegui,
anunciando c! ,15 que « una turba de sediciosos se hahia
»apoderado en la Coruña del capitan general, conde de Cal'-
))tagena, privádole de la libertad y obligádole á pasos flHe
)lestaban en contradice ion con su Iraltach concluyó ('xhol'-




LIBUO Cl'AIUO. 231
tanuo tí los soldados « tí sacal' por todos medios tí aquel gc-
)jfe ue la situacion violenta en que se le tenia.» Por su par-
le el gobernador civil de la misma pl'ovincia, Mal'tinez, de-
cia á los urbanos: «Obedeceis las autoridades y las leyes,
»por que no aspirais tÍ robos ni á empleos, y solo que-
))reis el órden para entregaros al trabajo honrado. » Las
alocuciones de aquellos dos gefes reasumian completamen-
te la situacíon de la Espaüa toua, y la historia debe citarlas
con taula mas razou cuanto que, hechas á la faz del reino
touo , no fueron ucsmentidas sino pOI' pocos de los anm'-
quislas mismos á quienes tan valientemente se arrancaba
la máscara con que se cubrian. Bien que al genel'Ul en ge-
fe ucl ejél'cito del Norte no le pel'mitiese su posicion es-
plicarse tan duramente, no por eso dejó de ueci¡' el 9, « no
»reconoceré otl'as alteraciones en la ley funuamental del
»Estado, ni otras autoridades que las que legítimamente ha
»)estableeido Ú establecel'ú en adelante el poder legal, es de-
»eír, el que fo¡'man con su recíproco acuerdo y ejcrcicio, la
)¡eorOlla y la ¡'epresenl;wioIl nacional.») Lnos dias an te-
:eI 1.°), el general Ezpeleta habia manifestado que el ejér-
cito dc su mando «decidiuo á defende¡' tí la reina y las ins-
)) titucion es , miraba la tentativa hecha últimamente por los
)urbanos de Madrid, con el desprecio que con satisfaccion
)'se observaba en la mayoría de la Nacion. » El 7 califica-
ba el eapitan gene¡'al Manso en Valladolid los atentados de
las juntas, de « lastimosos eslnníos , de que han resulta-
))(10 desgracias que no deben perteneccr al siglo en que vi-
llvimos.») Aun los urbanos de muchos pueblos se esplica-
han con una decision estraordinaria , y el comandante del
nUIl1CI'OSO IJalallon de Elche, viejo libe¡'al , P¡'osc¡'ito por Sl1¡¡




.\NALES DE IS.\BEL 1I.


amor á la Constitucion de Cildiz, decia el G , hablando de
ella á sus soldados: (( contI'a si tiene cien mil bayonctas cs-
))trangcras , cien mil del cjéI'cito dc los leales, las de los
"facciosos dccididos, la activa coopcl'acion de los enemigos,
))pasivos hasta el dia, la mayoría de los libeI'alcs, la ~a­
»)cion entera, porque la nacíon no son 200 ú aoo ciudada-
)JllOS de las capitales, 40 ó 50 de los pueblos subalternos,
)y dos docenas de escritores, hacinadores supediciales
lJque, con pucriles sofismas, adulan é irritan las pasiones.))
El 13 la milicia urbana de Vitoria, ostcntando scntimien-
tos conformes á los principios de la proclama del gencml
Córdova , decia: « nada mas desea que Isabcl, Estatuto
»)Real, respeto, obediencia, auxilio al Gobierno, y úrden
¡)inalterable.» En el mismo sentido se pronunciaban las
provincias de LOgI'oño, Bilbao, Avila, ~lurcia, Albacele,
Ciudad-Real, Cuenca, Lerida, Gerona, y en general to-
das aquellas en que los anarquistas no cran bastante nu-
merosos ú bastante osados pal'a poder dictar la ley {¡ lHl-
toridades tímidas ú condescendicntes.


Eranlo, empero, por desgracia en las ciudadcs mas
populosas y mas considerables del reino, en las cuales las
manifestaciones enél'gicas del Gobierno promovieron una
violenta irritacion. Distinguieronse por ella las tl'es gran-
des capitales del terl'Ítorio pcninsulal' de la cOI'ona de Ara-
gon , y casi todas las de las provincias de Andalucía. EIl
Valencia ya desde el a, las noticias de Granada habían pro-
movido un nuevo albol'oto, en el cual resonaron muchos
gritos en favor de la Constitucion dc Cádiz. El procurador
ti Cortes don Joaquín Maria Lopez impidió que esta fue-
se proclamada en seguida; pCI'O 110 se aeee(lió {, ~us indiea-




LIBRO CL\ln'O.


ciOlles , sino con la condicion de que sc disolviese la junta
consultiva creada por Almodóvar quincc di as antes, )' quc
,;c erigiese en su lugar otra dc goLic1'l1o tle los reinos dc
Valencia y MUI'cia , ue que se flió al mismo Lopez la vice-
presidencia. La nucva junta publicó el 4 una proclama, en
la cual, entre las ueclamaciones comunes á touos los UOCIl-
mentos ue su espccie cn aquella epoca, se deeia: « nues-
»)11'0 grito dc justicia, UC garantías, y de guerra á los opre-
),sores que abusan del pouer ha l'csonado cn todos los án-
»gulos de la Península, y á nuestro bra:;o toca satisfacer
»Ia impaciencia de las demas provincias..... Empuñemos
»)Ias anflaS, y no las dejemos hasta habe!' obteniuo el triun-
»fo. » Llegados luego los decrelos del 2 Y dcl 3, la jun-
ta hizo, el 8, en forma dc rcprescntacion á la reina, una
detenida refutacion del manifiesto, en la cual no dejó de Ul'ti-
cular entI'e las qucjas de los patriotas « el que se les
»)I/liraba con recelo y con grima, y se les rechaza-
)Jba de los destinos de importancia.») Esta era, en
efecto, la llaga que los eonsumÍa; esta la ue que se do-
lian en todas sus esposieiones; esta la que, acosados p01'
la necesidaJ 6 por la ambicion, no tomaban siquiera la
precaucion de recatar; esta la de que se habia quejado la
junta de Barcelona, abrumada de mcmoriales dI' patriotas,
(IUC tachaban dI' desafectos á toJos los empleados para rc-
partirse sus dcspojos; esta, en fin, la que tan energicamentc
habia denulIciado el gobernadol' civil de Orense á la Espa-
lía y al mundo. El 9, aCOl'dó la misma ¡julIta hacer un
Jllfl1lijieslo IÍ las naciones dc Inglaterra) Fl'ancia y Portugal,
e:iprl'sulldo la eonfianza dc no encontrar en ellas oposieion
Ú ~II:' JlI'illeipio~ liJwralc!'; avi~a1'ln a~i Ú !(1S l'tllhajador'('s




.'XALES DE ISABEL 11.


tic aquellas potencias, para evitar que se les surprendú:-
se, y comunicarlo al mismo tiempo al ejército del Norte.
El 11, se previno á las autol'idades de las principales ciu-
dades de los l'einos de Yalencia y :MUl'cia quc enviasen
diputados para la junta de gobierno inslalada en la capital,
y se acol'dó oficiar a las de Barcelona y Zal'ugoza para es-
tablecer una junta central de la corona de AmgoIl. CO\l
todas estas dcmostmciones de I'esislencia, coincidia el cs-
tablecimiento de una junta de pUl'itIcaciones, á la cual,
como si las circunstancias no hicicsen inútil estc encargo,
se recomendó «preservarse del espiritu de conmiseracion
))y piedad mal entendida.» Y como al mismo tiempo, nadie
se alistaba en los cuerpos francos, á pesar del ardol' con
que se habia provocado el decreto pal'a Cl'igi dos, se au-
mentó á 6 reales diarios la paga de 4, ofrccida el mcs an-
tel'ior, sin que tan poderoso aliciente baslase á cngruesUl'
sus filas.


En Alicante, donde hasta entonces se habia compri-
mido el movimicnlo rcyolucionario, rcyculó lambicn, y UIl3
junta, compuesta dc las autoridades supcl'iores dc la pro-
vincia y de la ciudad, de los gefes dc la gual'llícion y de la
milicia urbana, y de otras muchas personas de todas cla-
ses, dirigió el 7 á la gohernadol'a una esposicion tan no-
table por la audacia de las doctrinas, como por el autiteli-
co cinismo de la cspresion. «El prcscntill1icnto (se decia
)¡en ella) y aun el instinto dc los pueblos, han tenido quc
))buscar, en la abslraccion dc las ól'denes y dCC1'etos dictados
)P01' el gabinete, la medida de las necesidades públicas ...
)¡Luchando entre cl deber de cumplir disposiciones y r1ecl'e-
¡¡tos emanados de una I'egion eleYada, y la exi"tcncia del




LIBRO clJ.urro. :!35
)JEstado, han pl'eferido en algunas ocasiones recurrir ú lu
))inobediencia para sostenerle.» La misma junta se apl'e-
SUI'Ó el desmcntir las seguridades dadas en la Gaceta del
gobierno, de que ella no obedecería las óI'denes que se le
comunicasen de Valeueia conlml'ias al Estatuto Real.


En Cartagena comprimió tambien el genel'al gobernador
Villa lobos , durante algunos dias, la esplosion de iguales
sentimientos, por medio, ya de actos enérgicos de autori-
dad, ya de miramientos y d(~ atenciones con las personas
que mas intluencia tenian en la ciudad. Pero al fin se ve-
!'íficó el 12, y el gene!'al Valdes, que hasla entonces habia
contribuido á mantener el órden en la ciudad, tuvo que
refugiarse á bordo de un buque estrangero: el gobernador
fue destituido y reemplazado por un teniente cOl'onel am-
nistiado. La junta de autoridades y milicianos, que segun
uso se creó, dirigió luego su esposicion á la Reina, soli-
citando la remocion de los ministl'os y la eonvocacion de
las Cortes.


En Mun:ia, el lIliedo qne inspirat'on los sucesos de los
p,'imeros días de agosto habia sugel'ido el pensamiento de
deshacerse de sus autores. EI23 de 3gosto los urbanos, reu-
nidos con el al)arente pretesto de il' a Orihuela á cenal' los
conventos, se situaron fuel'a de la ciudad y , volviendo con
secreto a media noche, sorprendiel'On á 22 de los alborota-
dores, que al dia siguiente fueron conducidos á Cartagen a,
y un dia des¡mes deportados á Mallol'ca. A favor de esta
circunstancia, pudo la junta inst31ada en aquella ciudad
anuncial' á las autoridades su disolucion, apeuas llegaron ú
clla las disposiciones dictadas pOI' el gobierno el 2 Y el 3 de
~etie/llbl'e. Pero no habi3n salido de aquell:J capItal todos




A~ALES DE ISADEL l/,


los que podian agitarla, Cuando los que (IUedaban supie/'on
la insistencia de las otras ¡H'ovillcias, la albol'otm'oll dc nuc-
vo, y en cl mismo dia fluC en Cart<lgeua c¡'earon o\l'a junta,
que desdc lllego fué mucho Illas allá que la lle esta última
ciudad, Tl'onando « contl'a una ndministl'ucioll corrompida,
))y contra el egoismo de los gobernantes y sus estt'aviadas
¡'mil'as,)) no dudó proclama!' la COIIslilueioll cn los viyus
eon quc concluyó su manifiesto, Desde su instalacioll, reha~
jó un tercio de los del'echos de puel'las y la mitad dc los
Iliezmos; abolió los derechos seüoriales; acordó levalltal'l~uer­
pos francos compuestos dc hombrcs á quienes ofrecia una paga
de 5 reales diarios; convocó á su scno diputados rcprcscu-
tantes de todos los particlos de la provincia, nombró una
junta de clasificacion de cmplcndos , y estnhleciú, en lill, la
libertad de imprenta que, ni aun cn Valencia se habían atrc-
vido Almodóval' ni Lopcz á estahlcec¡', Jsi, algunas provin-
cias de aquella capitanía general hicicron lllas que la eapitrtl
misma, y la quc menós siguió su impulso y la imitó.


Imilóla igualmcnte la junla de Zaragoza (Ille, dedar:lIl-
110 el 9 quc «resistiria micntras no desaparccicse la actit /Ir!
»f¡ostil de los enemigos del trollo, cscribió ú la reina
que no podia disolvel'se sin comprometer la tl'anquililhul pú-
blica, y aun la seglll'idad personal de sus individuos. El 10
publicó su célebre manifiesto IÍ los ('sj)((íioles, CJl quc, des-
pues de enumCl'al' sus sel'vieios, sc quejó de (Iue estos fuc-
sen premiados con los i¡¡(ames dictados de atentatorios y
l'cbeldes; calificó el contenido del manifiesto del gohicl'Ilo tic
irritante y afro::;, lanzó una diatriba violCnta contra Torc-
no, y coneluyó dicicndo: ({no :mas tI'cguas, no lilaS fan-
))tH~llla~ , no lJIas apatia, no mas abusos, no lilas t1ie-




I.lBRO CUARTO. 237
)) I arl\ll'<lS, 110 mas transacciones ominosas. Estos SOII
)!J\uesl!'os votos generales y unánimes.)) Todavía esplicán-
dose asi, creía haber hecho poco, y en otra fulminante pl'O-
dama que, ya erigida en junta gubemali va superiol' del
I'eino de AJ'agon, con acuerdo de las de Cataluña y Valencia,
publicó el 16, decia: «he aqui como el orgullo y petulancia
»de un minisll'o I'evolucionario, que tiene sitiadas en el PUÍ'-
ndo las personas reales con un cOl'don sanitario, para im-
npedir que el clamor nacional tenga acceso al trono, produ-
»)cc un efecto diametralmente opuesto al que creó su des-
)'carriada fantasía ..... )) «La nacion, decia mas abajo, queda
»)I'esfilnida por la misma política del ministerio á su es-
nlado primitivo social. El mismo ha disuelto los débiles
))vínculos que le unian con el pueblo. Este usa legitima-
»mente de SIC daee/tu de insutreccioil, y continuará la
»transicion hasta: eonstituil'se como corresponde á la digni-
ndad nacional... De hoy mas, en lugar de reverentes espo-
»sicioncs, solo presentaremos batallones, y los himnos de la
»victol'ta y los de libertad serán cntonados por nueslt'os va-
»Iientes sobre los alcázares de los palacios de los orgullosos
)sibaritas.» El pueblo, cuya cooperacion solicitaba en se-
guida la junta, participaba maquinalmente del resentimiento
de que ella se mostraba animada contl>a Toreno, y que, I'e-
producida y aun cxagerada en todas las alocuciones, [)I'O-
clamas y manifiestos de aquel cuerpo, pareció autorizar á
cada folletista para esplicarse contra el mismo ministl'o con
una violencia quc ninguna acusacion sólida legitimaba, y
que ninguna, por legítima que fuese, hahria bastado a dis--
culpar. Todos se encarnizaban contra él, y uno de los mas
[¡-idos pel'iódieos de Zaragoza decia: «nunca huho tan justos




238 A;>; ALES llE ISABEL 11'
»Illotivos para ir á la Corte con banderas levantadas, y sa-
»ear la fiera atada, y entregarla, cortadas las uñas y
»arrar/eados los dientes, á la turba del pueblo, para que
»Ie dé el pago de sus cmeldades y alevosías.»


Por I'esultas de un Illovimiento popular, verificado á la
llegada de las noticias de Madrid, se declaró tambien el 8
junta superior gubernativa del Principado, la consultiva de
Barcelona. Cuatro di as antes habia ella recibido una esposi-
cion dc varios que se intitulaban los patriotas barcelone-
ses, pidiendo, entl'e otras cosas, «que los individuos nom-
»brados por las juntas provinciales del ,Principado se reu-
llUiesen en una central gubernativa; que se armasen en
)lmaSa todos los habitantes, haciendo, á falta de otros re-
»cursos, empréstitos para mantener aquella fuerza, y que
»antes de entregar á las autoridades la correspondencia de
»oficio procedente de Madrid se reconociese por la repre-
»sentaeion popular, á fin de que esta autorizasc solo la
»ejecucion de las disposiciones quc no fuesen contmrias á
llSUS principios.» En el alboroto del 8, se exigió que la jun-
ta tomase en consideracion estas peticiones y declarase
adema s que Cataluña queria un código fundamental dic-
tado por CQrtes constituyentes, nombradas con arreglo al
sistema de elecciones de la Constitucion de Cádiz. La junta
eonoció bicn la trascendencia que podria tener su decision
sobl'e todos estos puntos, y, no atl'eviéndose tÍ. concederlos
ni á negarlos, citó ti su seno á multitud de urbanos, nombra-
dos por clases en los diferentes batallones, y á los llamados
representantes del pueblo. Afortunadamente, cada uno de
estos y de los otros pidió una cosa distinta; y, no siendo po-
sible avenil'los, se (witó el compromiso con acordar que s('




LlIlRO CCARTO. 2B9
agllat'da~e la rcslllwsla de las juntas de Valencia y Zarago-
za,ú las cualcs se habian despachado emisarios. Fuerte en-
[t'ctanlo la de Barcelona con el apoyo de la milicia, que du-
rante aquella mcmOl'able confcrencia se habia mantenido
sobre las al'mas, y con el dc los homb¡'es díscolos ó apasio-
nodos que la empujaban, se declaró superior á todas las au-
toridades civiles y militares, á título de que se necesitaba
unidad para oponerse á las medidas del gobierno de Ma-
drid, que, en opinion dc aqucl cuerpo, tcndian á la disolu-
cion del Estado. Hcvestida de este carácter nuevo, estendió
y comunicó el 11 una circular á todos los generales y gefes
de la fucrza armada del reino, anunciándoles su instalacion
)' exhortandolos á sostenerla con las fuerzas de su mando.


Mas hostil fue aun la actitud de otras capitales. La jun-
ta de Granada lanzó el 7 un decreto declarando a la gober-
nadora en estado de opresion , difiriendo, mientras estc
dUJ'ase, el mando de Andalucía á una corporacion central,
compuesta de los individuos de cada una de las juntas de
sus ocho provincias, y haciendo soldados á todos SIlS ha-
}¡itantes. La de Badajoz, volviendo á los ministros la cali-
ficacion dc anarquistas que ellos daban a las juntas todas,
los declaró el 12 «enemigos dc la patria y del trono, si en
))e! término de doce dia!; no se separaban de sus destinos:))
y eslo al mismo tiempo que dejaba imprimi¡' en su ciudad
con el título de Jltanifiesto ti la nadan española, un libe-
lo anónimo, lleno de imputaciones absurdas, y de preten-
siones estravagantes, entre las cuales el'a una «la formacion
)Jdeeausa á lodos los ministros que hubo desde abril de 1834.»
Aun habia hecho mas Cádiz el .5, declarando desde luego á
unanimiclml reo de ;lita traieion al conde de Toreno, y pll-




:,MO ANALES OH ISABEL Ir.


blicamlo en seguida, conh'a el y contm oh'os que habiau})I'()-
fesado sus mismas docll'inas, otro libelo tan atroz como el
anónimo de Badajoz. Sevilla dceia al mismo tiempo: «el
»gran capitan de nucslI'o siglo no consiguió subyugar-
»nos, ¿y lo cunseguirían /In poeta y un agiutador? .. los
»ministros quicl'en la guena y la tcndrán. » Málaga y ;\1-
mcda se esplicaban sobre el mismo tema; y aun, cn csta
última ciudad, se hicicl'on con a<!uel motivo dcmostl'3cio-
!les que no se habian intcntado cn el pronunciamicnto
ue 29 del anterior; se destituycron casi todos los alcal(\c5
mayOl'es de la provincia, y los empleados de la inspec-
cion de minas; se abolió la policia ; se ueclaró qne 110
se llevarian á efecto las variaciones rccien establccidas
por las Cortes en la renta de la sal, y se procUl'{¡
pOI' todos me<lios contentar á los pl'omolores de la re-
sistencia. Las mas de las otras capitales se lanzaron desde
entonces en la misma vía, aunque algunos miembros de
sus juntas reconociescn lo indigno dc sus ataques y lo fu-
nesto de su cscision. En las Castillas, no se erigió sino una
Ú otl'a junta popular. En CUI'lagena, Lel'ida y otl'as pocas
capitales no se el'earon sino tUl'de. PCi'O, á escepcion de la
de Murcia, y alguna otra que se disolvió al recibirse el
manifiesto, y que los motines volviel'on á instala\' despucs,
lo menos <¡ue hicieron las que, al tiempo de la publicacion
ele los decl'etos del 2 y del B , sc hallaban instaladas, fué
erigirse en guhernativas de SIlS provincias, y proporciona\'-
se el apoyo de otras mas potlel'osas, ya continuando h3jO su
dependcncia, como las de Tal'l'agona y Huesca, COII l'e~­
pecto á las dc las capitales de sus tel'1'itorios respecliros, ya
tratando de componel' una cenh'al con lo~ dipulados (le las




LlBl\O CUAnTO. 241
particulares ue mm 'asta comarca, como las de Andalucía
y las de la corona de Al'agon. Las autOl'iuades que se mos-
traron resueltas á impcdir qne se inlI'odujesen en sus pl'O-
viucias las innovaciones qne afligian {, casi todas bs del
reino, no PUUiCl'Oll Ilcvar á cabo su honroso propósito, y
la fuerza ó la seduccion las hicieron ceder sucesivamente á
influencias, que ninguna de ellas tenia medios de contra-
restar.


Al vel' la simultaneidad con que esta se ejercia )' los
efectos prodigiosos lllle obraba, se habria ereido que era
UIl desco unúnimc el flue las animaba á todas, y tal fué el ca-
ráctel' que los I'evolucionarios procuraron dar al alzamiento
que provocaran. Pero no habia en toda España quien
no vicsc que solo la audacia por un lado, y el miedo
por otro, daban al movimiento apariencias de unanimi-
dad. La ejecucion de los planes de trastorno forma-
dos por las sociedades secretas estaba encargada á al-
gunos ccntenares dc oficialcs sin destino, de empleados
cesantes del antiguo régimen constitucional, y de otros
homlJl'es sin medios, quc autes habian pertenecido y perte-
necian entOllces á aquellas reuniones, con la espel'anza
ue mejorar su condiciono Reforzábanlos tUl'bas de perdidos
(fue no hallando ti'a.bajo para vivir, estaban á las ól'denes del
primcro que quisiese pagados, y que, nu habiendo quien los
pagase, se hallaban dispucstos á cobrar por su mano, en las
resultas de los iuccl1llios y los saqueos, el salario de su
coopel'acion. Aquellos miscmblcs pedían la esclaustracion
de los f!'ailes, que los alimcntaban con su sopa; la creacion
de Cortes constituyentes, que los llevarían al patíbulo si
llcertaban á estahlecer un régimen legal; la libertad civil


TOMO 11. 16




2112 ANALES DE ISABEL 1I.
y política, de que no tenian la menor idea, y de que, una
vez sancionadas, no les habria permitido disfrutar su de-
gradacion; la libertad de la imprenta, en fin, cuando la in-
mensa mayoría de ellos no sabia leer. Los instigadores de
aquellas andrajosas gavillas, exasperados por sus resen-
timientos, escitados por la ambicion, acosados tal vez por
t!I hambre, no podian menos de ostentar la audacia propia
de su situacion desesperada, y la ostentaban en efecto,
aterrando á todos los que tenian que perder.


Así fue como obligaron á entrar en las juntas á algunos
sugetos distinguidos, que no habrian podido, sin compro-
meter su caudal ó su opinion, rehusar el peligroso honol'
que se les dispensaba. Aceptaron otros animados por la es-
peranza ilusoria de atajar desórdenes por concesiones, y
de prevenir desastres por el empleo de la fuerza que espe-
raban adquirir con su reunion. Estos y aquellos se engaña-
ron; á unos y á otros los subyugaron desde luego los albo-
rotadores que se introdujeron en las juntas, donde, ame-
nazando á sus colegas con las venganzas de la muchedum-
bre que acaudillaban, presentaron sus propios deseos como
necesidades de la generalidad de los habitantes , reducidos
á lamentar en secreto el trastorno de que todos debian sel'
víctimas. Cooperaban á él los que, violando una ley recien-
te, se habian introducido en la milicia urbana sin poseer nin-
gun medio de subsistencia, y que pedian al gobiCl'no ga-
rantías que ellos no daban á la sociedad. Esta turba d(>
urbanos proletarios, osada como los fautores principales de
los alborotos, arrastraba tras EÍ á los urbanos acomodados
que, moderados y circunspectos, no osaban ponerse en lu-
cha con sus turbulentos camaradas, ya acostumbrados á




UBRO CUARTO. 243
hacer deportar á las Baleares, á Africa y aun á Filipinas,
á los desventurados contra quienes articulaban la mas livia-
na sospecha de desafeecion á su sistema. Asi los revolu-
cionarios hacian pasar por votos de la milicia las anárqui-
cas exigencias de unos cuantos individuos que se habian
introducido malamente en sus filas; por votos del pueblo,
las insolentes vociferaciones de una banda de malvados
que asesinaban generales y sacel'dotes; por votos de las
juntas, las prescripciones interesadas de las sociedades se-
cretas, representadas en cada pueblo por los mas atrevidos
de sus afiliados. Las gentes de medios, que cansadas de
trastornos no querian perder en los nuevos lo poco que les
habia quedado de los anteriores, sufrian y callaban; mien-
tras !;r'itaban y se engreian otros que, sin instruccion, sin
convicciones, ni mas interés que el de conjurar la miseria
que los abrumaba, pedian la libertad, entretanto que les
llegaba la hora de pedir otra cosa, aunque fuese el res-
tablecimiento de la inquisicion.


Clm'o em que las facciones debian hacer progresos es-
traordinarios durante este periodo de anarquía general, en
el cual las fuerzas destinadas á combatirlas tenian que de-
dicarse á mantener en las ciudades un irrisorio simulacro
de órdcn, ó aguardar el término de aquella lucha insensata,
que afligia á la nacion entera. Las provincias que mas su-
frieron del aumento de las bandas carlistas fueron cabal-
mente aquellas en que el movimiento revolucionario se pro-
nunció con mas violencia, es decil', las de Valencia y Ara-
gOIl , y sobre todo la de Cataluña, donde algunas de las
mismas bandas lIegal'on á lomar la ofensiva. Valls, despues
de haber hecho un gran estrago en los campos de la Junco-




244 ANALES DE ISABEL n.
sa, y rendido el fuerte de la Granadella , inlimó la re u-
dicion á Santa Coloma y la Espluga. Hor~es, Figucra,
Cortasa, Farré y Cárlos de Guayra, llevaron la audacia
hasla atacar la importante plaza de Balaguer', guarnecida
pO!' la legioll eslrangera. Sansó maltrató en Pl'ades la co-
lumna de Arana, y Tristany se llevó, á la vista dc Manresa,
toda la pólvora de sus molinos. Caballería, Muchacho y
C:amas cruas, sobre la Pobla de Lillet; Sitchot, Mor'ató,
Griset de Cabra y Llarch dc Copons sobrc Capellades; Gal-
ceran y olI'o Tl'istany entrando en Tuxent , á pesar dc los
esfucrzos de los gobernadores de Urgel y dc Puigcenlá;
unos sitiando á Calaf, y amenazando á Besalú; oh'os á Pons
y á Oliana; quienes á Pera mola y á Artcsa , {¡uienes á Olot
Y á :NIonistrol. El cma Masanas, el de Armentel'a, el maes-
1.1'0 de )Iayá, el C:arbollé y otros ciento soh¡'c el corregi-
miento de Figucras ; cl Degollat, Plligoriol , Cendras, Bel-
tran , el Ferrero, Vidal y Zonilla, rccorriendo el pais cn
todas dÍl'ccciones ; deshecho el valiente paL¡'iota CamrulJí,
destruidos los pueblos de Beceylc, Auues, Orla, Balea,
Pl'ades, VilamayO!', como casi todos los (Iue oponian una
leal resislenCla; y p¡'eparándose, en fin, el Illcvimiento que
pocos días despues debia es tenderse desde las cumbres de
la Cerdaña hasta el pie de las murallas de Vich y dc Ro-
sas , y en seguida hasta Manresa y el llano mismo de Bm'-
celona: tal era el cuadro que presentaba Cataluita á loscua-
renta dias de instalada su junta; tales los efectos inmedia-
tos de la anarquía quc trabajaba á Barcelona, y á los mas
importantes pueblos del Principado. En la línea de cerca
de 50 leguas que se estiende desde el Ampurdan hasta los
prados de Amposta, no quclló, fuera de una 7.011a litoral




LlBRO CUARTO. 24S
bastante estrecha, el espacio de ulla legua donde no hu-
biese facciones , ni un pueblo donde estas no pareciesen
escital' entre la muchedumbre ignorante simpatías mas ó
menos vivas. Fueron, á la verdad, muchas de aquellas ban-
das vencidas y deshechas en varios encuentros; y el coro-
nel Niuhó, sobre todo, dió á algunas golpes terribles. Su
columna, compuesta en parte de tropas de la legion estran-
gera, encerró en el castillo de Guimerá á la de Rozet, á
(Iuien obligó tt ,'endirse é hizo fusilar con 74 de sus solda-
dos; pero ni esta severidad, ni los reveses quc csperimen-
taro n otros guerrilleros, fueron parte á disminuir aquel
hormiguero de partidas, entre las cuales volvió á hallar asi-
lo , si no eficaz cooperacion, la division de Navarra, que
habia en vano intentado abandonar el territorio catalan.


Despues de detenerse unos dias cn Organia, Guergué,
ora no hallase por de pronto en el pais el apoyo con que
contaba, ora no pudiese contener á sus soldados que sus-
pirahan por ,'egl'esar á sus p,'ovincias , ora temiese el mal
(\xito de una hatalla que haeian inevitable los movimientos
de las divisiones de GUl'I'ea y Pastors, de las cualcs la úl-
tima contaha en sus filas la mitad de la legion estrangera;
ora, en fin, pensase llamarla por una maniobra á las fronte-
ras de Aragon y Cataluña, para dar tiempo á las otras
bandas del P,'incipado de adelantarse hasta Urgel y suble-
val' aquel territorio, emprendió su mm'clla hácia la Conea
de Tremp. Instruido Pastors de este designio, y querien-
do impedir su c.iecucion, concertó con Gurrea un movi-
miento que, por diferentes vias, debian ambos hacer sobre
Isona ; pero Gurrea, ambicionando acaso la glol'Ía de es-
terminar pOI' sí solo á los que creia fugitivos, cosa que no




241) ANALES HE ISABEL 11.
le era dificil si ocupaba antes que ellos el puente de Mon-
lañan a , cuya direccion parecian tomar; ó creyendo que la
marcha de los enemigos no daba lugar para llevar á cabo
la combinacion formada con Pastors, se puso á perse-
guirlos antes de reunirsc con él, pI'efiriendo entenderse
con Montes, que se hallaba aun en las fronteras de Aragon.
Atajados asi los pasos de Guergué; imposibilitado este de
volver por aIli á Navarra, y obligado á regresar á Cataluña,
cundió entre sus soldados la idea de los riesgos que corrian,
y aumentándose estos por la dificultad de las comunicacio-
nes, resultante de las grandes crecidas de los rios afluentes
al Cinca; desalentada, por ultimo, una parte de su division por
las privaciones á que aquella coincidencia de obstáculos la
condenaba, muchos de los que la componian se decidieron
á desel'tarse, y lo verificaron por cuerpos de 100 y aun
de 200 hombres. Un destacamento de esta fuerza se diri-
gió desde Roda á las crestas del Pirineo , pensando poder
atravesarlas, para caer sobre su pais desde el alto Aragon;
pero, atacado en Bielsa y Bertue por sus urbanos y los de
Vio y de BI'oto, fué dispersado, quedando prisionel'os
en Jaca los mas de los que lo fOI'maban , y teniendo el res
to que refugiarse á Francia, donde desarmados fueron con-
ducidos á los depósitos de lo inteI'ior. Algunas otras de las
bandas desertadas cayeron en poder de los Ul'banos de los
pueblos , y apenas 200 á 300 hombres pudieron volver á
Navarra de los 1,000 ó mas que habían abandonado sus
filas en la tentativa hecha para penetrar en Aragon.


Pero, á pesar de este desastre, mejoró ella la causa del
Pretendiente en Cataluña. Al ver Pastors á Guergué em-
prender su marcha retrógrada, se creyó definitivamente libre




LffiRO CUARTO. 247
de tan incómodos huespedes, y volvió su atencion al Ros de
Eroles que, en uníon con Orteu, ocupaba las orillas de
la Noguera paUaresa, y procuraba distraer á Gurrea para
que no maniobrase sobre la Ribagorzana. Determinó, pues,
atacados y volver en seguida sobl'e Tuxent, que estrecha-
ban entretanto las facciones de Tristany y de Galcel'an,
mientras que otras amenazaban á Urgel. Los mo"imientos
del Ros, favorecidos por la opinion del pais, burlaron las
combinaciones de Pastors que, enviando una fuerte colum-
na, mandada por el coronel Sebastian, á observar á aque-
llos partidarios, se entró en Urgel, de cuyos castillos ha-
bian estado otras partidas á pique de apoderarse. En este
estado, Guergue , que rechazado del Aragon habia vuelto
á entl'3r en Cataluña faldeando el Pirineo por el valle de
Aran, se presentó en Castelló y, maniobrando de acuCl'do
con el Ros y Orteu, cayeron el 15 de setiembre, al paso
del Segre en Tres Puentes, sobre la columna de Sebastian
que arrollaron. Sus restos pudieron á duras penas incor-
pOI'arse con Pastors, cuyas fuerzas quedaron por aquella
pérdida reducidas á 1,500 hombres, mientras que las de
los navarros y catalanes reunidos pasaban de 4,500. Pas-
tors no podia creer que Gurrea dejase de continuar su
marcha sobre Guergue, y en efecto la habia continuado
hasta Castellbó; pero desde alli anunció á aquel general,
el 16, que tenia órdenes para no pasar la Noguera paUa-
resa, y que en consecuencia contramarchaba á Gerri, con
tanta mas prisa, cuanto que sin su regreso quedarian fuerte-
mente comprometidas las fuerzas que estaban en la Pobla de
Segur y en Alentorn. Decidiólo á pesar de esto Pastors á
quedarse en Cataluña y, contando con su cooperacion y con




¡!48 ANALES DE ISABEL 11.


un refuel'zo que recibió de 1,000 hombres de la legíon cs-
trangera, se disponía á atacar á los enemigos que estaban en
Oliana y Peramola, cuando el 18 le avisó Gurrea desde Ger-
rique, en cumplimiento de órdenes que acababa de recibir,
se volvia al punto á Navarra. Pastors , titubeando sobre el
partido que en tal circunstancia debia tomar, se l'eplegó á
Solsona é, informado sucesivamente de desastres que no
le permitian pararse en ninguna parle, continuó retirán-
dose por Cardona y Calaf. Alli y en Guisona supo el aban-
dono total de la línea del Llobregós, y la nueva demolicion
de las fortificaciones de Pons , Sanahuja y Tora que, des-
manteladas á la primera aparieion de Guergué en fin de
agosto, se habian restablecido con grandes dispendios y
esfuerzos en los primeros dias de setiembre, y mal'cM á
Agramunt, donde le esperaban nuevos y mas dolorosos con-
tratiempos. Los navarros reforzados por Sansó y por Sobre-
vies (el Muchacho) , quedaron de resultas de la retirada de
Pastor s , dueños de toda aquella parte del Principado, en
la cual se abrió desde entonces la campaña, que a poco
debia ser tan fecunda en grandes acontecimientos.


En Valencia tambien las nuevas facciones de Monte-
verde, Vivanco, el Pedreño, Sarzo y otros, salieron á lla-
mar la atencion por varios puntos, y á reforzar indirecta-
mente la de Cabrera, que con 3,000 hombres aterraba al
bajo Aragon, ejerciendo horribles venganzas en las guar-
niciones de los pueblos leales. Rubielos, defcndido por mu-
chos urbanos y una compañia de provinciales de Ciudad-
Real, quiso resistirle. Cab¡'era entró en el pueblo y pasó á
cuchillo la guarnicion entera. Corriendo de alli á Alcalá de
la Selva, intimó la rendicion á Mora, amenazando en otro




LIBRO CUARTO. 249
easo a sus defensores con la suerte de los de Rubiclos. Re-
celando ellos ver realizada la conminacion, evaeuaron su
bien pertrechado fuerte, y al punto lo hizo demoler el for-
midable gueniUero, que dcsarmó en seguida muchos de
los pueblos dc las provincias de Teruel y de Castellon.
Reuniendo cntonces una columna que habia destacado so-
brc MoreHa, y encargando á la de Montañes reforzarse
con mozos del bajo Aragon, atravesó sin detenerse el ter-
I'itorio de Valencia; atacó á Reqnena, y cuando, pam de-
fClldcrla, se hubicI'on puesto en movimiento las tropas y los
ul'banos de a(IUellas provincias, se res ti tuyó á sus antiguas
guaridas de Aragon, sembrando el pavor en los pueblos
leales. En vano le persiguieron varias columnas de tropas;
ohligado á combatir con la de Amor en Manzanera y en
Moya, se defendió con valor, y al fin de su espedicion halló
aumentada su fuerza con 300 mozos que en ella se le in-
corporaron, armados todos con los fusiles recogidos en el
transito. Al mismo tiempo Quilez, con 2,000 infantes y 200
caballos, amenazaba desde Navarretc y Calamocha á V cyan,
que apenas contaba 150 hombres para defenderse en Da-
roca; y recorriendo, protegido por los pueblos, toda aquella
parte del Aragon, hizo retirar á Verdugo que le habia ata-
cado sobre el Orcajo. Diferentes partidas levantadas como
por encanto á la primera noticia de la escision de las capi-
tales, se reunieron para atacar á Beceite y Valderobles, y
los milicianos que no perecieron cn aquellos combates, yie-
ron sus casas incendiadas ó saqueadas; suerte que esperi-
mentaron sucesivamente los de Nonaspe, Cretas, Favara,
VaJdetormo y Calaceite. Ni bastaba enviar con frecuencia
refuerzos de Valencia y de Zaragoza para resistir á aque-




250 ANALES DE ISABEL n.
Has facciones; pues, cuando se las buscaba por un lado,
aparecian por otro las de Serrador y Torner, que no de-
jaban un momento de descanso á las juntas, obligadas á
dividir su atencion entre ellos y los revoltosos de suscapi-
tales respectivas. Nogueras, que volvió de nuevo á tomar
el mando del bajo Aragon, se quejaba amargamente en Al-
cañiz del incremento que habian tomado las facciones, y
solicitaba sin descanso la cooperacion de los adictos á la
reina, cuyo número parecía disminuirse en una alarmante
progresion.


En breve, á favor de la irritacion que promovían los
a'sesinatos, los incendios y las destituciones, Recio, el Le-
chero, Matías y otros bandidos, se repusieron igualmente
en la sierra de Alcaráz, en los montes de Toledo, en el ter-
ritorio de Almaden, y en otros puntos de la provincia de
Cuenca, Albacete, Toledo y Ciudad-Real, de los descala-
bros que habian sufrido sus gavillas en dos ó tres encuen-
tros, en uno de los cuales habia perecido su gefe el briga-
dier Mil'. En Castilla la Vieja, Merino alargó sus incursio-
nes casi á las orillas del Ebro, y sus partidas arrebataban
funcionarios, por cuyo rescate exigian el de algunos de sus
oficiales, hechos prisioneros por las tropas de la reina. En
Asturias, hasta entonces libre de bandas, aparecieron
por un lado Soto y Sarmiento, y por otros Buron y Me-
nendez, inspirando este último tal inquietud, que se ofre-
ció un premio al que le cogiera vivo ú muerto, y se conmi-
nó con penas severísimas á los pueblos que no le persiguie-
ran. Hasta en la provincia de Lcon y de Santandcl'
aparecian bandas de malhechores, al paso que, en Galicia,
Lopez, Sarmiento, Perez, Gomez, Villaverde, Pardo y otl'OS




LmRO CUARTO. 251
cabecillas, batidos con frecuencia por las numerosas colum-
nas que los perseguian, se presentaban luego con mas fuer-
zas sobre otros puntos, sin que, ni pueblos ni tropas bas-
tasen á impedir que creciesen cada dia en audacia y en nú-
mero.


Mientras los carlistas pululaban en las provincias del Es-
te y del Oeste, en las litorales y en las centrales; mientras
los revolucionarios de Andalucía y Estremadura amenaza-
ban al gobierno con armamentos que, por ser muy despl'O-
porcionados á sus recursos locales, debian ser muy onero-
sos á las poblaciones; mientras que emigraba todo el que
tenia que perder, no pudiendo confiar en la proteceion de
un gobierno que no podia protegerse á sí mismo. tomó don
Cárlos en las provincias del Norte una actitud mas decidi-
damente ofensiva. Gomez, libre del recelo que durante al-
gunos momentos hubieron de inspirarle los esfuerzos que
á fines de agosto hicieron los anglo-hispanos en San Sebas-
tian, convirtió en sitio el bloqueo de la cabeza del puente
del Bidasoa, y empezó con ardor sus operaciones. Tarra-
gual penetró en Tafalla, y Manolin, el Royo y Aranza llega-
ron á estrechar á Pamplona, en terminos de recolectar de
los Berrios, Ansoain y otros pueblos, situados á media legua
de aquella capital, los frutos pertenecientes al noveno y es-
cusado.


lturralde, habiendo reducido á Aldama, despues del
combate del 2 en los Arcos, á una defensiva circunspecta,
y á Córdova mismo á una observacion inofensiva, no temió
provocal' á los cuerpos acantonados en Sesma y Lodosa, ni
disputar el paso de Mendigorría á numerosos batallones,
que hubo de poner en movimiento Aldama , pal'a relevar la




252 ANALES DE ISABEL n.
guarnicion de Puente de la Reina. Consiguiólo á la verdad
á favor de un hábil movimiento hecho durante la batalla
que fué obligado á sostener el 11; pero, despues de esta, tu-
vo que replegarse, como despues de la del 2. Ezpeleta y
Espartero obligaron á ~laroto álevantaI' el bloqueo que ha-
hia puesto sobre Bilbao; pero el gefe carlista permaneció en
Durango y sus ruedos, dispuesto á impedil' los movimientos
ulteriores de las divisiones que habian acudido al socorro
de la heróica villa.


Urgia en efecto á algunas de ellas salir de aquel rincoll;
urgin á Ezpeleta volver á situar en reserva el cuerpo, flue el
aprieto de la capital de Vizcaya le habia hecho convertir Cll
vanguardia; urgíale volverse sobre las Merindades , desde
donde si Maroto ocupaba á Medina y Villarcayo, podia hacer
una ineursion sobre Bribicsca y aun amenazar á Burgos.
Urgia, en fin, á Espartero ir á reforzar á Córdova, que en
Vitoria se irritaba de su propia inaecion, inevitable casi des-
de que el gobierno llamó á Madrid algunos batallones de su
ejército, para sostener alli el órden que de un momento á
otro se temia ver turbado. Esta circunstancia, y ciertos
síntomas de escision que se notaban, obligaron á Córdova á
insistir sobre que se le reuniese Espartero, y que se situase
Ezpeleta en términos de que no pudiesen los enemigos ha-
cer una incursion en Castilla. Don Cárlos, instruido de este
doble designio, hace partir desde las inmediaciones de los
Arcos diez ú once batallones de que da el mando á VilIareal.
El mismo, acompañado de Gonzalez Moreno, sale de Este-
Ha, dejando encargada la ribera á Iturralde, pasa el 9 y e1iO
por Ochandiano y Durango, y, e111, infOl'mado de qne Ez-
releta y Espartero salian juntos de Bilbao, éste pam reu-




LIBRO CUARTO. 253
nirsc en Vitoria con Cordova, aquel para dirigirse á Medi-
na de Pomar, situa su ejército sobre Arrigorriaga. Adelan-
tando luego tiradores sobre las alturas de Uzueta, y las <le-
mas que dominan el camino de Bilbao, disparan estos sobre
la cabeza de la columna de la reina, que sin Yacilacion se
avalanza á las posiciones. Aballdónanlas los carlistas, I'e-
plegándose sucesivamente de una en otra sobre Arrigorria-
ga, donde empieza Moreno á desarrollar sus masas. Al sa-
ber su fuerza por unos desertores', ordena Ezpeleta la reti-
rada, pl'eviniendo a Mirasol, que mandaba en Bilbao, que
para asegurarla hiciese ocupar el puente de Volueta, y des-
pachase en su auxilio una columna de voluntarios ingleses.
Esta órden no se ejecutó; y, tiroteadas á quema ropa las tro-
pas de la reina, y padeciendo bastante en la retirada, á pe-
sar del valor y la sangre fda con que la dirigió Espartero,
llegaron al puente, y le encontraron ocupado por los car-
listas, que coronaban ademas las alturas vecinas. Esparte-
ro se abrió paso, pel'o no sin perde¡' en el del puente mu-
chos hombl'cs, de los cuales perecieron no pocos ahogados
1'11 el rio. ElIla retirada, que acudieron tarde á proteger po-
(~as compañías de ingleses, se penliel'on ademas algunos
prisioneros, y resultaron muchos heridos, entre los cuales
lo quedó gravemente Espartero mismo, sin cuyo arrojo ha-
brian quizá quedado aniquiladas su division y la llamada de
reserva.


No tenia Córdova estos solos contratiempos que lamen-
tar. Mientras su actividad se gastaba toda en combinar mo-
vimientos para no ser envuelto por las divisiones carlistas,
que se prcsentaban numéricamente superiores en casi todos
los puntos, complicaciones d.e otra especie venian á distrl\er~




254 ANALES DE ISABEL n.
le de aquellas graves y urgentes atenciones. En Calahorra,
un revoltoso sedujo unas compañías de voluntarios de Rio-
ja, los empeñó á seguirle á Aragon para defender aHi la
causa de la libertad, y no se sabe el daño que aUi habrían
hecho, si, alcanzados por una columna que se destacó en su
persecucion, no rindieran las armas, y aterrase su escar-
miento á los que ya acaso meditaban iguales escesos. COIl
su vida pagaron á pocos dias unos sargentos de la guarni-
cion de Burgos otl'a tentativa semejante, pero no sin que la
misma y otras de su especie propagasen en el ejército una
efervescencia tanto mayor, cuanto que la opinion de sus ofi~
cialcs estaba dividida entre el gobierno y las juntas. En
Vitoria se temió que estaUáse una conspiracion en el mis-
mo sentido, y en San Sebastian no se desconcertó otra,
sino por la energía que, al descubrirla. mostró el comandan-
te general. Todos estos conatos de trastorno coincidian con
otros sucesos destinados á provocar demostraciones en sen-
tido contrario. Malos pl'ocederes empleados, vejaciones co-
metidas en Andosilla y otros pueblos por partidas de urba-
nos y de voluntal'ios, exasperaron en términos á sus habi-
tantes que á muchos de ellos no les quedó otro recurso que
ir á alistarse entre los servidores de don Cárlos. Gomez, co-
mandante de las tropas de éste en Guipúzcoa, tentó la fide-
lidad de dos gefes de cuerpos de la guarnicion de San Se-
bastian, para que auxiliasen una conspiJ'acion que se forjaba
en favor de su amo, al mismo tiempo que unos cuantos ofi-
ciales y sargentos preparaban una asonada para proclama!'
la Constitucion. En la divergencia de pareceres que reinaba,
en el conflicto de intereses que la anarquía general esta-
blecía, era imposible que no fuesen paralelas las maquina-




LmRO CUARTO. 255
ciones. Parecia que nadie tenia otro interés que el de hacer
de dia en dia mas dificil la situacion.


Tal era la del reino, y tal la posicion del ministerio
en la primera mitad del mes de setiembre. Los pocos
hombres enérgicos que pretendieran contener el torren-
te revolucionario, habian sido arrollados por él, y pri-
vados voluntaria ó forzadamente de los destinos en que
hubieran podido oponerte alguna resistencia. Asi, des-
pues de los generales Rojas y Anglona, dejaron su pues-
to los gobernadores civiles de Sevilla, Lérida, Gerona,
Cáceres y algun otro. Al ministerio, abandonado de to-
dos, no le quedaban mas que lejanas vislumbres de es-
peranza, ora en uno de aquellos desenlaces inesperados
con que á veces se terminó felizmente en España tal ó cual
complicada crisis; ora en la intervencion francesa que, to-
davía el 8 de setiembre, reclamaba con fuerza en París el
duque de Frias; ora en la portuguesa, que coetáneamente
pedia Mendizabal á su paso por Lisboa; ora, por último, en
la llegada de éste, á quien se consideraba rodeado de sim-
patías nacionales y estrangeras, halagado con las promesas
de cooperacion de poderosas casas de banco, bien visto
personalmente de los ¡;abinetes de Lóndres, París y Lisboa,
y saludado por la prensa liberal de los tres paises como el
regenerador de su patria.


Habia llegado á éste la noticia de su elevacion al mi-
nisterio de Hacienda en momentos bien críticos para él.
Comprometida su fortuna por la enorme baja que los reve-
ses del ejército mandado por Valdés y su consiguiente des-
moralizacion hicieron sufrir á los fondos españoles en las
bolsas estrangeras, Mendizabal vió en su nombramiento el




256 ."NALES DE ISABEL 11.
medio de impedir su pI'opia ruina, atajando la rápida ue-
preeiacion de aquellos valol'es. Para conseguirlo, era pOI'
de pronto necesario aumentar las fuerzas del ejército ca~i
disuelto, y con este objeto aplicú toda su actividad a ace-
lerar el alistamiento, equipo y organizacion de la legion
auxilial', que á la sazon se formaba en InglateITa. Cuando, á
fuerza de perseverancia, lo hubo conseguido, cutabló phhi-
eas para proporcionarse los reclll'sos pecuniarios de que ya
empezaha a sentil'se la falta en España; y, lisongeándose dI'
obtenerlos mas tarde, salió de Lúndrcs en los pI'imcl'os dias
de agosto para París. Alli combinó con el banqucro Ardoiu
una opcracion, por virtud de la cual sc obligó éstc a :mti-
eipal' en eicI,to término 30 millones, reembolsables con los
pI'oductos de la venta de una cantidad de dcuda activa, de
que en su dia creia }Iendizabal que se le autorizaria á dis-
poner. Para asegurarse un apoyo en lo interior, tomó la
preeaucion de inspirar confianza ,3. los gabinetes aliados,
que se brindaI'on tanto mas facilmente á prestarlo, cuanto
que á su llegada a Pal'Ís circulaba ya alli la noLicia de los
mivimientos revolucionarios de Reus y de llar'celona, dc
los cuales sc temia con I'azon que resuILal'ian cn brevc las
exigencias anarquicas que sc formularon en seguida. Con-
denábanlas en Inglaterra no solo los hombres scnsatos de
todos los partidos, sino el mismo gabinete \\-igh, que no
sufria sin impacicncia la superioridad que sob,'e la vieja
aristocracia nacional tornaba un hidalgo de provincia, y so-
bre fanáticos protestantes un celoso católico. ~o pudiendo
el gabinete caminar sin el auxilio del partido de O-Connell,
no dejaba de conocer que le tendl'ia por contral'Ío !tIego
~ue, viendo el irlandés consolidada su popularidad, anUIl-




UBRO CUARTO. 2.57
ciase pretensiones á (IHe no fuese posible condescender. El
deseo de su propia conservacion, unido al de la conserva-
cion del órden político y de la creeneia religiosa de su pais,
hacia á los ministI'os no aceptar sino a la fuerza el apoyo
de aquel tribuno populal', y no quel'el' qne en ninguna
otra parte se diese rienda suelta al espÍl'itu revolucionario,
(¡ue ya se propagaba demasiado. Mendizabal, que entonces
pensaba de la misma manera, no ocultó sus sentimientos,
e inspiró, manifestándolos, nna justa contirmz<I al ¡¡:abinele
inglés. 19u<ll alm'de de sus principios 1ll0denHlos hizo á su
paso por Pal'Ís, donde la coincidencia lÍe lo~ flsesinfltos y
los incellllios de Cataluña con la maniohra infernal de Fics-
cllí, alribllida al partido republicano, cimsaba al gobierno
fl'ances serias inquietudes. Campeon de las mismas doc-
trinas se mostró por último en Lisboa, adonde llegó al fin
del mes, despues de haber tenido á su paso por Santander
una conferencia militar con los generales Alava y Evans,
y otra política á Sil paso por Vigo con un personage amigo de
1'oreno. En Lisboa fué colmado de distinciones, no solo
pOI' los serv ícíos que había pI'estado á la causa de don Pe-
dro, sino por sus pl'Omesas dc hacel' triunfal' en España el
sistema moderado, que, no sin gl'andes esfuerzos, sostenia
en Portugal el duque de Palmelb.


Con estas disposiciones llegú Mendizabal á Badajoz el
1. o de setiemhre, eH oCH1>ion que se estaba instalando la
junta que debia pedil' la dísolucion del ministerio de que él
hacia parte. Rabian acudido alli, desde varios puntos de la
p"oyincia , algunas personas notables que le exhortaron á
deshacerse, al punto de su llegada á Madrid, del colega á
quien dehia Sil r,levacion al ministel'io. ta naturaleza v la


TmIO n. 17




258 ANALES DE ISABEL 11.
estension de l()$ empeños recíprocos contraidos en aquella
conferencia, se revelaron en breve por actos sucesivos, cu-
tre los cuales fi¡;uró en primera linea, el de erigirse el ti
en Cáceres una junta popular, semejante á la de Badajoz,
á pesar de que el mismo dia habia asegurado el gobernador
civil en una proclama que alli no se turbaria el órden. Es-
te movimiento, verificado despues de la conferencia que
sugetos notables de la provincia habian tenido con el nue...,.
vo ministro; la decision con que este rehusó tomar pose-
sion de su plaza á su llegada á Maddd , y la conducta que,
apoderado esclusivamente del mando, y dueño de los des-
tinos del pais, se le vió obse,'var , no dejaron duda de ([ue
sus disposiciones moderadas se habian modilicado en Ba-
dajoz, ya por efecto de sugestiones partieulares , ya por el
conocimiento de la fermentacion que reinaba en todas las
p,'ovineias, ya, en fin, por la conviccion de que era impo-
sible gobernar, teniendo por colega un hombrc sobre quien,
con razon ó sin ella, pesaba una horrible impopularidad.


Mendizabal, llegado el 5 á la Granja, y presentado al
punto á la reina Gobernadora, tl'ató con cautela á Toreno,
y evitó contraer empeños , limitándose á declal'ar que, ha-
biendo los medios empleados hasta entonces acelerado, mas
que contenido, la esplosion del resentimiento general, era
absolutamente necesario mudar de sistema, sin que el mis-
mo Mendizabal pudiese indicar el que convendria sustituir,
mientras no se informase de la opinion de Madl'id. El 7 lle-
gó á aquella capital, y desde el momento tuvo largas con-
ferencias con el ministro inglés y con varios de los hom-
bl'es influyentes del partido de Cádiz. Estos no recatal'on
sus disposiciones I harto conocidas de antes; pero, no pu-




LlRno CUARTO. 259
di en do por de pronto avenirse Mendizabal. con ellos, se
adoptó como base de una conciliacion ultel'ior , la inmedia-
ta remocion de Toreno, exigida por Villiers como condicion
esencial de todo arreglo definitivo. No era esto, sin emba¡'-
go, tan fácil como se creia, pues Toreno, aunque anatema-
tizado por las juntas, maltratado por la prensa de las pro-
vincias, seguro de que le maltrataria igualmente la de la
capital , si pudiera esplicarse libremente, abandonado de I
ejército, aborrecido por unos, escarnecido por Otl'OS, ca-
lumniado por muchos, acusado por casi todos, parecia de-
cidido á no dejar el puesto. Hízole, empero, cambiar de
propósito Quesada que, encargado, en su calidad de capitan
general, de la tranquilidad de Madrid, le declaró que, en el
caso de que esta se alterase, no respondia de la seguridad
de su persona. Mas, aunque Toreno viese desde entonces
que la resistencia era imposible, y conviniese en la necesi-
dad de separarse, no quiso hacerlo sin conservar una po-
sicion , desue la cual pudiese defenderse de ataques, que
se harian mas rigurosos cuando se le viese caido. Pensó,
pues, en nombl'ar un ministerio compuesto de personas que
le fuesen adictas , y para ello empeñó una lucha con Men-
dizabal, á quien al retirarse se proponia.arrastl'ar.tras sí; PI'O-
yecto que, acaso á favor del ascemliente que tomara sobre
la Gobernadora, habria conseguido realizar, si la circuns-
tancia de hallarse enfermo el conde de Rayneval no hu-
biese dado á su colega Williers una influencia decisiva en
aquel negocio.


Ya parecía determinada la Gobernadora á encargar á Ri-
va Herrera)a formaciondel nuevo ministerio, del cual no de-
bia formar parte Mendizabal, cuando Williers, siguiendo las




:260 ANALES DE ISABEL 11.
IUH'lIas de uno de sus antecesOI'es, del célebre Keene, que
('asi un siglo antes trabajaba tan ardientemente, y con tall-
'o fl'Uto para hacer al irlandés Wall ocupar el lugar de En-
senada; 'Williers, que despues de un mes estaba alentando
á los enemigos de TOI'eno; que provocaba su scparacioll
hasta por acusaciones que uno de sus secretarios hacia pú-
hlicamente en los cafés; y que, presumiendo en Mendizabal
disposiciones favorahles a la Inglaterra, ereia tener en él
un hombre dócil tl sus sugestiones, le (OI'tificó con su apoyo
y se lanzó a hablar á la Gobernadora en su favor. Desde
la plaza de toros, donde se hallaba al recibir el aviso del
peligro que amenazaba al candidato su cliente, voló al Pal'-
do , é indicó a aquella princesa que no dehia contm' con el
apoyo del gobierno inglés, sino en cuanto pusiese á Mendi-
zabal a la cabeza del español. La Gohernadora aedió a esta
ueclaracion, y lo hizo tanto mas resignadamente, cuanto
flue Mendizahal prometió sostener el Estatuto Real, y no
permitir que se menoscabasen las prerogativas del TI'ollo.
Garantizó Williers estas promesas, y á su virtud hizo 1'0-
reno, el 14, dimision de su puesto, despues de haber em-
pleado para conSIH'varse en él gmndes y hábiles esfuerzos.
Del'l'ibarónle con sus clamores frenéticos las sociedades Sf'-
eretas, que habian contribuido a eleval'le con sus sllhtel't'ú-
lIeas intrigas, y le declararon traidor los que le habian sa-
ludado como la esperanza y el orgullo de la patt'ia. La in-
dulgencia con que los ll'aló, los miramientos que con ellos
tuvo, no impidieron que le al'l'astl'aSell en el fango al derri-
barle. Cayendo, apenas escitó ulla simpatía, apenas provocó
una sola señal de interés, Son peripecias tan vulgaf('s en el
drama de las revoluciones la exaltacion y el hundimiento de




LIBRO CC . .\.RTO. 261
los hombres de mas mérito; es tan comun suponer que le
tiene escaso el que, elevado al poder, no mejora de un mo-
do ú otro la condicion de los súbditos; es tan natural, en fin,
que nadie se interese en la suerte de los que, aun por los
motivos mas escusabJes, dej31'on de cumplil' aquella obliga-
cion, que no pareció estraño que se mostrase insensible el
país á un acontecimiento, á que tanta gravedad daban, sin
embargo, las circunstancias del hombre que debia suce-
der á Toreno.


FfN nEl_ unRO CUARTO.






LlORO Qlll~TO.


Advenimiento de ~Jcndizabalal poder.-Su manifiesto.-Ubsel'vaciones sobre la~
disposicionl1s contenida~ en él.-EI general Alava, ministro de Estado.-Gil
de la Cuadra, dellnterior.-Sueédelc don Martin de los Heros.-lIlina, capitan
general de Cataluña.-Espinosa, de Sevilla.-Quiroga, de Granada.-Pala[ox,
de Aragon.-Carratal';, de Valencia, y Rodi!, de Estremadura.-Latre sale de
lladrid para detener el paso á la division mandada por las juntas de Andalu-
ria.-En Santa Cruz de Mudela se le pasan sus tropa8 á los insurrectos.-
Yuélvese solo á Madrid con algunos oficiales.-Tumultosen Valencia.-Almo-
dóvar, salvado por Fuster.-Deportaciones y desticrros.-Decreto de creaciOll
dc las diputaciones provinciales.-Almodóvar, ministro de la Guerra.-Gomez
Becerra, de Gracia y Justicia.-Convócanse las Cortes para el dia f9 de no-
viembre.-Disuélvense algunas juntas.-Viva resistencia de otras, ~ en parti-
cular de las de l\lillaga, Granada y laen.-Actitud del conde de las Navas en
la l\lancha.-Disposiciones de la junta de Barcelona.-Progresos de los carli.-
tas.-Trastorno general.-IUultiplicadas y energicas dispo5iciones de Mendila-
hal para poner IIn á la guerra civil.-Empréstito forzoso.-Donativos.-Reem-
plazo de empleadol.-Quinta de 400,000 hombre~.-Juntas de armamento y de-
fensa.-Di~uélvese la junta central de Andalucia, establecida en Andújar.-


Sucesivamente se disuelven tambien las de Granada, Almoría, Jaen, Barcelo-
lIa y ~Iálaga.-Incrcmento y actitud amenazadora de las bandas carlistas en la
Mancha, Galicia y las provincias todas de la antigua corona de Aragon.-Pri-
,ion del conde de España en la frontera franccsa.-Llegada de Mina á Catalu-
!la.-Su proclama del 25 de octubre.-Modificaciones importante~ becbas por




ANALES DE ISABEL 11.


rlon Cirios en lo~ geJ'es y comaIlllantes de sus divisiones <Iel l'iortt>.-ltlovimien_
lo, ¡\" Córdova, E~partero y Evans.-Reunion del infante don Scbastian eon
f'l Prl'lt'ndiente en el IHH'hlo de Echarri-Aranaz.-Disposicioncs de las junta..:;,
rlc armam('nto y dcrell~a.-Alborotos y asesinatos f'n iUal).acor.-Estado deplo_
l'.ahll' de la adminbLracion.-Pl'oyeeto de tratarlo dr comr:rrio con ln~\at.er­
ra.-Po~i('ion dt' lIcndizahal.


ACEPTADA la dimisioll de Torello, recibió Mendizabal el
encargo de formar cl ministe¡'io, sin que para desempeiiar
e~ta eomision supiese él h<lsta donde tend¡'iall (11lC cstcn-
derse las modificaciones que, ya desde Badajoz, habia Clll-
pezado á hacer en el sistema político, formado pOI' él al sa-
lir de Inglaterra un mes antes. El aprecio con que habian
sido recibidas por los ~abinetes de Inglaterra, Francia y
Portugal sus protestas de moderacÍon le imponia el deber
de no desmentirlas por su conducta, y la promesa quc aea-
haba de hacer á la Gobernadora, de respetar el Estatuto, le
obligaba á circunscribit'se :i esta órbita; pero las circulJs-
tancias habian camhiado en términos, quc no fué dueño él
de desempeüaI' aquel debel' ni de cumplir aquella promesa.
No oyendo mas que instigaciones acaloradas desde su en-
trada en . España; no presenciando en su tránsito hasta la
Granja mas f\lle demostl'aciones estrepitosas de la confian-
za que en su viejo liberalismo tenian las gentes del movi-
miento; cenmdo desde su llegada á Madrid de los amigos
con quienes habia comido mucho tiempo el pan regado con
las lágrimas de la emigmcion; acostumbrado á mirar á JIlU-
ehos de ellos como oráculos, y á creer en sus palabras como
('n inspiraciones del cielo; agobiado con las noticias que de








-5 Blanco 1,l~




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LIBRO QUINTO. 265
hom en hOl'a recibia de los atentados de las juntas de las 11l'0-
vincias y de la escision que ellos mantenian; estimulado por
una prensa tUl'bulenta que, recordándole todos los días el es-
carmiento de su antecesor, le advertia que no le elevaba 31
Capitolio sino p3m lanzarle de la roca Tarpeya, en el caso
deque nose prestase á sus exigencias anárquicas; amenaza-
do de l'iesgos pOI' un lado; 3dulado de esperanzas por otro,
se rindió á las sugestiones, de que por su escasa capacidad
política y su poca instruccion lc impedian ver los inconve-
nientes y los peligros, y presentó á la l'eina, é hizo publi-
ear en la Gaccta su manifiesto del 14 (1) , obra, sin duda,
de UIlO de los individuos que en él se clogiaban. En este
papel, que se miró como el programa, bien que vago, em-
brollado é incoherente, de su sistema politico, se tenia el
aire de ofrecer: <mna ley de :'responsabilidad ministerial;
)'terminar la guerra civil sin otros recursos que los nacio-
»nales; fijar sin vilipendio la suertc de las corporaciones
)IJ'eligiosas; consignar en leyes súbias los del'echos que
¡)emanan del régimen representativo, y que son su unico
))sosten; crear y fundar el crédito publico; y afianzar con
))las prerogativas del trono los derechos y los dcberes del
)}pueblo.» Hablábase ademas «de la necesidad de calmar las
))pasiones, conciliar los ánimos y estinguir la discor-
dia.)}


Este manifiesto fué calificado de tantos modos cuantas
emn las opiniones en que estaban divididos los hombres que
dcbian juzgarlo; pel'o los imparciales ó ilustrados gimieron
al ver al gobierno difundir, en vcz de beneficios efectivos, se_
gmidades falaces, y tratando de arrancar con ellas álos pue-


(1) Véase al fin del tomo, apéndice número 3.




266 ANALES DE ISABEL n.
blos agobiados una especie de asentimiento tacito a teorías
especiosas, de cuya plantificacioll no debian sacar partido
ni aun los des alumbrados autores del trastorno. El mani-
fiesto, obra de una buena fé estúpida, ó de una astucia pro-
funda, no contenia, en efecto, una sola promesa, sobre cuya
ejecucion se pudiese descansar, ó que ejecutada produjese
un bien material ni inmediato.


¿Y cuál podia esperarse, en efecto, de una ley de res-
ponsabilidad ministerial? Desde luego son raras las circuns-
tancias en que esta responsabilidad puede exigirse, y exis-
ten ademas muchos medios de hacerla efectiva, sin necesi-
dad de una ley especial. Dependiendo de la aprobaeion de
que la representacion nacibnal déó rehuse á los actos de
los gobel'llantes el juicio de su conducta politiea, y pudien-
do imponérseles por los delitos comunes las penas que á
estos señalan los códigos penales, la ley de responsabilidad
no podia mirarse como una garantía eficaz, ni mucho menos
como una garantía urgente de órden público. Tal ley no
existia en Inglaterra, y no habia impedido su falta que ca-
bezas de cancilleres rodasen en los cadalsos. Tal ley no
cxistia en Francia, y cuatro ministros espiaban en Ham :Iu
publieacion de unas ordenanzas, que los representantes del
pais calificaron de ilegales. El anuncio de una ley de difícil
combinaeion, de aplicacion casi imposible, de poquísimo uso
por consiguiente, y sin la cual, en un caso remoto de viola-
cion de las leyes por los ministros, hay en el derecho co-
mun medios para vengar el daño que hayan ellos hecho ;í
la sociedad, no pareció, pues, un beneficio de los que el es-
tadode conflagracion en 'que s~ hallaba el pais, hacia in-
mediatamente necesarios ; reputóse mlis bien un fantasma




LIDRO QUINTO. 267
pam acaUar gl'itos apasionados, una muestra de conniven-
cia con los que los lanzaban, un indicio de debilidad y, bajo
este punto de vista, una calamidad nueva para la nacion que
necesitaba en sus gobernantes habilidad para protegerla y
energía para salvarla.


La promesa de terminar la guerra civil, sin otros recnr-
sos que los nacionales, pareció asimismo una falsedad in-
signe, óuna distraccion inexcusable, cuando 9,000 ingleses,
enganchados con muchos dispendios por Mendizabal mismo
y su único colega Alava, ocupaban á Bilbao y Santandel';
cuando 1,000 franceses mandados por Swarce llegaban á
Jaca; cuando 5,000 alemanes, polacos é italianos se esten-
clian desde Lérida hasta Urgel, y cuando, sin la cooperacíon
de estos 15,000 hombres, habria quizá bamboleado antes el
trono de Isabel. Aun pareció irrisoria la promesa á los que
supusieron que la frase sin otros recursos que los nacio-
nales, significaba que no se recurriria á la z'ntervencion
directa estrangera; pues cuarenta y ocho horas despues de
la publicacion del manifiesto (el 16 de setiembre) negaba por
segunda vez el ministerio francés la tal intervencion que
ocho dias antes habia solicitado con instancias vivÍsi-
mas el embajador de España en París. Sabiase ademas que
Mendizabal mismo, enterado a su paso por aquella capital
de las gestiones que se hicieran antes y se hacian aun para
obtener la tan suspirada intervencion, las habia apoyado con
todo su poder, asi como á su paso por Lisboa habia solici-
tado la cooperacion portuguesa, que se obtuvo cn efecto
diez dias despues (el 24), Y que era harto mas humillant('
que la de Francia. Parecer debió una baladronada la afec-
tacíon de no querer lo que se sabía haberse negado al




268 ANALES DE ISABEl. n.
ministerio anterior y lo que era notorio que se negaria con
mas fuerza al que le reemplazaba.


En cuanto á la suerte de las corporaciones religiosas,
ya al publicarse el manifiesto estaba fijada por movimien-
tos populares que el gobierno anterior no habia podido re-
primir ni el de Mendizabal tenia medios de castigar. Si
fijar sin vilipendio la suerte de dichas corponldones
queria decil' que se concederian pensiones á los religiosos
eselaustrados, estos sabian bien que no debian contar con
ellas, puesto que, aun reduciéndolas á ti reales diarios,
importarian sobre 42 millones al año, siendo asi que el to-
tal importe de las rentas de los conventos y monasterios su-
primidos no pasaba de 17 millones, de los cuales era aun
forzoso I'ebajar la suma correspondiente á los bienes que ha-
bian sido ó debian ser restituidos á los que los compraron en
el anterior periodo constitucional. En fin, si la espresion
sin 'vilipendio aludia á un proyecto inserto en la Gaceta de
asignal' á cada fraile eselaustradouna porcionde bienes tl'as-
misibles por su muerte á sus hcrederos, esta idea era tan
inejecutable y tan absUl'da, que nadie la habia oido sin de-
plorar que mostrasc con ella tan pocos conocimientos del
pais el hombre que desde Inglaterra habia sido llamado á
dirigirlo.


Contra la declaracion de consignal' en leye.s súbius [os
derechos que emanan del régimen representativo, no ha-
bria habido que decir, si, del tenO!' mismo de la esposicion
en que figuraba esta promesa, no aparcciese (Iue con ella se
trataba solo de satisfacel' cxigencias revolucional'ias, sin in-
quietar por de pronto otros intereses. Todo hacia, en r,Íecto.
creer, que est.as le!/es sábiasserian una Conf'titucion nueva.




UBRO QUINTO. 269
en la cual, á la manera de la de Cádiz, se hal'ia la derla-
l'acioll de derechos tan anhelada por los sostenedores de
las doctrinas en que de muy antiguo tenia Mendizabal ulla
fe incontrastable. En aquella misma esposicion no vacilaba
él en decir «que le habian infundido aliento las virtudes y
»el patriotismo de tantos hombres eminentes, que eran el
»ornamento y las espc'ranzas de España,» alusion que evi-
dentemente se dirigia á los Argüelles, Galianos y consortes,
sobre los cuales dejaba columbrar Mendizabal flue fijal'Ía
su eleccion cuando la memoria de los empeños que acababa
de conlr'ael' con la Gobcrnadora y con el ministro inglés se
hubiese debilitado un poco, ú pudiese al menos pesentarse
la necesidad de vioIarlas apoyada en las ,'esistencias fo-
menladas por debajo de mano por los mismos amigos cu-
yas virtudes y talentos proclamaba. Nadie dudó al ver esta
parte del programa que se trataria en breve de una Cons-
titueion nueva por mas ({ue, en las diligeneias que hubie-
sen de preceder á su formacion, se fingiese respetar el
Estatuto.


La promesa que inspiró menos confianza fué la de
crear y fundar cI crédito público. Ciertos publicistas es-
trangel'os, estraviados por la abultada idea de las !'i(!lwzas
del clero español fundaban en la enagenacion de sus bienes
la esperanza de yer á España libre desde luego dc deudas
y lanzada en seguida en las vias de la prosperidad. Esta
creencia, que habia cundido por todas partes, tuvo algun
dia un fundamento respetable; pues, en efecto, á principios
del siglo era opulento el clcro español. Pero por un decreto
fecho en Chamal'tin en 1808 suprimió Napoleon todos los
conventos y monasterios del reino j y, llevada a efecto su




270 ANALES DE ISABEL Il.
disposicion por las tropas francesas que le ocuparon casi


todo , desaparecieron sus alhajas y su dinero, se malver-
saron sus existencias de fl'ut.os, y las tincas rurales adjudi-
cadas á bajísimos precios á generales fl'anceses y á los
principales empleados de la cOl'te de José no se cultivaron,
ó se cultivar'on mal, en tanto (Iue de las m'banas fueron
demolidas unas, destinadas otras á cuarteles ó almacenes, y
ninguna de las de una y otl'3 clase se pl'eSel'Vó de un hol'-
l'ible deterioro. Restituidos los monges á sus casas en 1814
fué meneste¡' que empezasen pOI' I'epararlas . .En unas pUl'-
tes tuvieron que volver á levantarlas de plauta, y en otras
que espendel' cuantiosas sumas para la rehabililaeion de
edificios desmautelados , para la I'eposicion de OI'Ilamentos
y demas objetos del culto, y aun para la manutencion de los
individuos congregados dc lluevo, (Iue se hallaban sin pl'O-
visiones ni acopios de ningun genCl'o. Para pl'oporcionarse


l'ecUl'sos con que hacer frente á tan perentol'ias y simultá-
neas necesidades, les fué forzoso vender sus mejores fill-
eas y sufrÍl' en sus rentas la disminucion que era consi-
guiente. En 1820 ordenaron las Cortes la supl'esion de
los monasterios, y volvieron á desaparecer las alhajas de sus
iglesias, los enseres de sus casas y las existencias en me-
túlico y frutos. Tres años mas tarde, hubo que proceder
de nuevo á la reparacion de los edificios y á compras de
alhajas y ornamentos, en lo eual se consumieron, como
antes, sumas considerables que, como antes, no hubo me-
dio de reunir sino por nuevas ventas de propiedades. Con
tales vicisitudes, los bienes raices de los regulares se ha-
bian disminuido notablemente; y, coincidiendo con las ena-


genaciones sucesivas de grandes porciones de ellos la de-




LIBRO QUINTO. 271
precIaClOn de los frutos y por consiguiente la rebaja del
valor de la propiedad, se vieron reducidas á vivir, casi de
limosna comunidades que, cuarenta años antes, nadaban en
la opulencia.


Lo mismo que cou el clcro ('cgular habia sucedido, pOI'
análogos é idénticos motivos, con el secular. Desde el prin-
cipio del siglo se vcndió en virtud de bulas pontificias la
sétima parte de sus bicnes y todos los de capellanías, pa-
tronatos, cofradías, hel'lllanclacles y cstablecimientos pia-
dosos, por la enorme suma de 1,600 millones. Ya autes los
cabildos y las comuuidades religiosas habian hecho, para la
guerra de la revolucion francesa, cuantiosos donativos en
dinero, alhajas y frutos, y este sacrificio se renovó y se es-
tendió en 1808 para rechazar la invasion francesa. En el
largo periodo que esta duró, las rentas del clero no sil'-
vieron mas que para alimental' á los invasores, y dc los
individuos de aquella antes rica corporacion , muchos su-
fI'jel'on grandes estrecheces y casi todos esperimentaron
largas miserias. Debilitado y casi destruido el prestigio del
diezmo en aquella época, no pudo el clero, dcspucs de la
restauracion, bonar con sus productos las huellas de tan
larga calamidad, y hubo de vender fincas para satisfacer las
exigencias de la situacion á que no tenia otros medios dt~
hacer frente. Mas tarde, á pretesto de que una parte de
los diezmos pertenecia en España por diversos títulos al te-
soro público, las Cortes de 1820 rcdujcl'on á la mitad
aquella prestacion que, á favor del ol'Ígen divino que ue
antiguo se le atribuyera, se volvía ya á pagar con alguna
exactitud. Debilitado ú destruido de nuevo el prestigio del
orígen, los labradores hicieron poco caso de la disposicion




272 ANALES DE ISABEL n.


del gobiel'llo de 1823, que restahleció la antigua ley del pa-
go íntegro; y menos cuando, Cll'iileciéndose de dia en dia
el valor de los pro(luctos del suplo, casi no el'a posible cul-
tivarlo aeatándose la disposirion. Asi, ue afIO en aüo, dis-
minuyeron en considerahle cantidad los productos del diez-
mo, mientras que la escasez dc numel'ario que hahia en el
pais los hacia disminuir mas enormemente (le pl'e(~io. ~\si,
en todas pal'tes hahian hajado mas Oc ,~O pOI' 1 no las 1'('11-
tas eelesiaslicas,


Esta situacion del del'O secular y regular 110 permitia
con lar con que la supl'esion del uno ni la reforma del otro
produjesen al Estado grandes reCI1I'SOS; s01lre todo si, co-
mo se habia pensado, se trataba de dar una pension, á
los religiosos, con la cual, en vez de ahorro, l'esultm'ia
por de pl'onto un aumento eXOl'hilante de ga~los. Creíase
que ni aun momentáneamente ocurri¡'ian á él las ventas de


los bienes de las comunidades suprimidas, que no podian
vendel'se sino á largos plazos, ni pl'oporeional' por tanto
mas que una amol'tizacion ténue y lardia. De estas con si-
del'aciones obvias, resultaba que los bienes del clero regu-
lar y secular no podian servil' de base para el restablecimien-
to del crédito espaüol, ora fuese como por error propio, ora
á impulso de sugestiones agenas, habian propalado todos los


diarios liberales de Europa. Era ademas notorio que no
existian en t'l reino otras propiedades que pudiesen repu-
tarse públicas, y con las cuales, como un tiempo en Fl'allcia
con los bosques del Estado, se pudiese asegurar, siquiel'a
pOI' de pronto, el servicio de los inl(>reses de la deUlla. Era-
lo asimismo que, ni aun en circunstancias tran(luilas, bas-
taban las rentas ordinarias ,de la nacion a IlIS necesjdades




LIBRO QUINTO.


uel servicio corriente, ni mucho menos á asegmar una
amortizacion periódica de la inmensa deuda que la abruma-
ba. Asi, no se vió en la promesa'de fundar el crédito mas
que un medio de levantar, á favor de la confianza ilusoria
que s~ inspirase, un nuevo empréstito, capaz únicamente
de Jiferir por algun tiempo la bancarrota que t.odos sabian
\lO ser posible evitar sino a favor de la Ol'ganizacion atina-
ua y completa de la administracion interior, de la cual no
se hablaba una palabra en el manifiesto.


La recapitulacÍon de las cÍnco condiciones primeras del
pl'ograma hecha en la 6: reducida ú afianzar, en las pre-
rogativas del trono, los dercchos y los dcberes del pue-
blo, fué mirada como el complemento del sistema, cuyo es-
píritu dominaba el manifiesto todo. Prometiendo al partido
de la revolucion ceder á sus principales exigencias, pro-
clamadas por el órgano de las juntas p¡'ovinciales , no po-
dia el autor del manifiesto romper todavía con la reina; y,
rebajauo su prestigio por concesiones, ya ridículas é inú-
tiles , ya oprobiosas y pCI'judiciales, era menester que fin-
giese acat:ll'la, por el mismo principio y con el mismo fin
con que en las provincias sc entonaban vivas á la inOCf11-
te Isabelll, mientras se hostilizaba á su gobierno. Esta prc-
caucion, aunque vulgal' y grosera, podia deslumbrar mo-
mentaneamente al público, condenado sin fin á dejarse ar-
rastrar por las palabras seductoras de que rara vez le per-
mite su inespericncia adivinar la intencion. Halagándole con
promesas quiméricas, sc le mantenia en la inaccion, y á fa-
vor de ella se podia llegal' al fin á que se aspiraba. Hé aquí
por que se p,'odigaban seguridade~ falares de ncatal' 10 que
no debia tardarse en destruir.


T01\l0 11. 18




274 ANALES DE ISABEL Il.
En fin, aunqne no con la forma de promesa, sino como


espl'esion dc las intenciones {¡ de los deseos de la reina, ha-
blaba el manifiesto de la necesidad de calmar las pasiones,
conciliar los ánimos, y estinguil' las discol'dias. Esta era, en
efecto, la necesidad mas urgente dcl pais; pel'o ni Mendiza-
hal tomaba en su esposicion el empeño de satisfacerla, ni
anunciaba la voluntad, ni aun tenia los medios dc dispensarle
este beneficio. Los que hahian estudiado la conducta y el len-
guage de los hombres (fue, desdc 1810, aspiraban á mOllO-
polizar el nombrc dc liberales, no se engañaban sohre el sen-
tido que debía darse á SIlS f\'ases de ceremonia ó de osten-
tacíon. El único medio que habia entonces en aquel pais, ~­
que hubo siempre en los demas para acallar las pasiones,
em respetar el derecho de todos, no establecer sobre la rui-
na de ellos el monopolio de un partido, aealar la justicia y
sac¡'ificar á ella las inspimciones del amor propio y las exi-
gencias del in.erés particular. ¿Tenia MendizahaJ la inten-
cion ni el pode¡' dc conducirsc con arreglo á estos principios
etemos de ol'ganizacion social? No sep:1lt'amellle la intell-
dOJl; pues desde luego se mosll'ó dispU! ... ~lo Ú lJ'ansigit, COIl
todas las pretensiones anán¡uicas (Iue, chocando con tantos
y tan respetables intereses, dcbian perpctuar la discordia
(Ine se reconocia necesario sofocar. No el poder; pues el su-
yo, como cl de las juntas de las p1'Ovincias, y como el de to-
das las autOl'idades salidas del fango de los mot¡J1e~, est:11w
sometido á la influencia de facciosos m'mados ó ú las indi-
caciones de una prensa turlmlenta bastante poderosa rf~;'~1
desencadenarlos. Las juntas de las provinci3s 'lile ~p supo-
nian llenas de vigor temblaban á la vista de los illc(~n(li3l'ins
y de los asesinos. Estos les dictaban leyes y las I't'¡hwian el




LIBRO QUINTO. 275
úrganos oficiales de medidas de desórden y destruccioIl. Si
simpatizaba con ~llas Mendízabal, ¿cómo acallaría las pa-
siones '! si no, ¿ cómo conscl'varia el poder? Las facciones,
contrariadas en Sil tendencia desorganizadora, se apresura-
rían á derribarlo como a Toreno, y lo conseguírían tanlo
mas fácilmente, cuanto mas las hubiese engreido la debilidad
que antes se mostrase para satisfacerlas.


Proclamando la necesidad de acallar las pasiones, dr
conciliar los ánimos y de estinguir la discordia, no se tt'a-
taha en realidad de otra cosa que de cxhol'tal' a los l'cvolucio-
narios divididos á que se reuniesen entre sí, á que se en-
tendiesen para esplotar en comun la reaccion que ninguna
de las fracciones del partido tenia bastante fuerza para es-
plotar en particular. Tratábase, pues" de un interés domés-
tico, digámoslo asi, de la facdon, no de un interés de los
pueblos; de una conjura, no de un beneficio ; y se estaba
tan lejos de pensar en la medida reparadora de una conci-
liacion nacional que, al mismo tiempo que con frases pom-
posas se afeclaba deseada, se destituia á todos los emplea-
c10s que no rendian a la marcha revolucionaria abyectos
homenages; se sancionaban las violencias comctidas pt)!'
las juntas, y entre ellas la espoliacion de los derechos mas
legíl.imos; se aprobahan las deportaciones de centenares de
individuos inocentes, ó presumidos tales, puesto que no
habian sido juzgados, y aun se reservaban los premios mas
insigncs á autol'idades flue 113bian presidido a los asesina-
tos de otros individuos que se hallahan en la misma cate-
gOl'Ía. En sus elogios y sus I'cprobaciones, en sus espe-
ranzas y su~ promesas, el manifiesto t.odo el'a un monu-
mento de ignorancia, si se hahia ci'tendido dc buena fé y




276 ANALES llE ISABEl. IT.
con ánimo de cumplir algo de lo que en él se ofl'ecía, y de
maquiavelismo si la intencion del autol' era deslumbrar pa-
ra entretener, ínterin las gentes de su partido se apodera-
ban de la autoridad.


Nos hemos detenido en referir las impresiones que
produjo el manifiesto de Mendizabal, porque éste abrió pa-
ra España un nuevo y vasto campo de trastorno, y comenzó
la era de la disolucion social, que desde algun tiempo an-
tes presentaran como inminente las impunes maniobras de
las sociedades secretas. Desde la publicacion de aquel do-
cumento, no quedó duda de que la nacion iba á precipitar-
se en los derrumbaderos de la anarquía, á cuyo borde la
habian ido acercando sucesivamente las simpatías de Mar-.
tinez y de Toreno con sus antiguos amigos políticos, las
contempol'izaciones que hubieron de emplear con ellos pa-
ra poder combatir con cierta ventaja sus doctl'Ínas funestas,
y la pusilanimidad de los hombres moderad.os de ambos es-
tamentos que se resignaron tal vez á votar contra su con-
ciencia, por no esponerse á las provocaciones de una tri-
buna insolente ni á los ataques de una prensa facciosa.


Para la ejecucion de las medidas anunciadas pOI' el ma-
nifiesto, era menester empezar por removCl' los ministros de
los doce dias, é introducir en el nuevo gabinete personas que
fuesen gratas á las gentes del movimiento. Por de pronto
se nombró á Alava presidente del consejo y ministro de
Estado, creyéndose propio este nombl'amienlo para satisfa-
cer á un tiempo á la reina, á los exaltados y á la Ingla-
terra; á la reina, por cuanto Alava, si bien en Sevilla tigu-
gUl'ó entre los votantes de la destitucion del rey difunto,
era hombre de cal'acter débil, incierto, sill conocimientos




LIBRO QUINTO. 277
pollticos, y facil para ser conducido á donde se le persuadie-
se que podria encontrar mas ventajas; á los exaltados pOI'-
que este mismo carácter era para ellos una garantía de que le
llevarian domle quisiesen ó de que le anularian ó neutraliza-
rian á lo menos, de modo que no sirviese de obstáculo á sus
ultel'iores designios; á la Inglaterra, en fin, porque se sabia
el entusiasmo que el general tenia por aquel pais, las relacio-
nes que eonservaba con algunos de sus magnates y el ódio ú
el desden con que afectaba mirarla política del gabinete fran-
cés. En el mismo dia y con iguales esperanzas, ó en vir-
tud de consideraciones análogas, nombl'ó Mendizabal mi-
nistro del Intm'ior á don Ramon Gil de la Cuadra; pero es-
te rehusó entrar en el gabinete mientras no se realizasen
los designios formados por él y sus antiguos compañeros
de destierro que, en los vértigos del despecho y en los ocios
de la emigracíon, habian decidido dar una satisfaccion á su
amor propio ofendido de los malos tratamientos que espel'i-
mentaron por resultas de la destruccion del régimen consti-
tucional en 1823. El corifeo de este bando era Argüelles, y
su sistema político podia formularse en estos términos:
«Restablecimiento inmediato de la Constitucion de Cádiz
»para unir lo pasado á lo presente, y rehabilitar la memo-
»ria de aquel régimen hundido con tanto oprobio. Convoca-
»dos los diputados que formaban las Cortes de 1823, ó
»haciéndose nucvas elecciones con arreglo á las disposicio-
»nes de aquel código político, se procederia á revisarlo y
»mejorarIo en virtud de la autorizacion que para ello con-
» tenia uno de sus artículos.» Argüelles, Gil de la Cuadra,
Galiano, Calatrava, y en general todos los hombres enérgi-
cos de su partido, estaban resueltos á no aceptar otras




278 ANALES DE ISABEL ll.
condiciones; y podian entonces insistir tanto mas fuel'te-
mente sobre aquellas, cuanto que las juntas todas de An-
dalucía, pais que cuenta casi la cuarta parte de la pobla-
cion del tel'ritol'io peninsular, habian proclamado unánime-
mente el mismo sistema, al cual se mostraban igualmente
inclinadas las juntas de algunas otl'as provincias. A Cua-
dr'a sucedió, por de pronto, en calidad de interino, y poco
des pues en calidad de propietaJ'io, don Martin de los He-
I'OS, gefe de seccion del mismo ministerio, emigrado tall1-
hien, y discípulo y admiradol' de Argüelles, pero no bas-
'tante conocido ni elevado en geraJ'quía panl poder l'esistit,
á la tentacion de ser ministro. Vacilóse sobre las otras
elecciones lm'go tiempo, ó por mejor decÍl', se llamó á todas
las puertas durante algunos dias, sin que nadie quisiese
aceptar el peligroso honor del mando. Unos no se sentian COIl
fuerzas para desempeñarlo en momentos tan críticos; otros
temian el quien vive de la prensa pe¡'iódica, centinela en-
cargada de no pel'mitil' íJue llegase nadie hasta los empleos
sin el pase ó la contraseña de las reuniones clandestinas;
ot1'OS, cn fin, se rcservaban, eom'o Cuadra, paraelmolllPll-
lo en que se restahleciese la Constitucion, que estaban re-
sueltos á levantar, aunque fuese sobre ruinas.


Mendizabal, luchando entre exigencias conformes á Sll~
simpatías y promesas recientes que no podia violar sin
mengua; reducido á la altemativa de drsagradar á sus ami-
gos, exasperar á las juntas y hacer imposible el arreglo de
tantas dificultades, {) indisponerse con los gobiemos aliado~
de España, y aun con la casi totalidad de los e spañoles que
reputaban inútil, sobre funesta, toda tmnsacion, por cree!'
que la primera conduciria á otras y olras sin término, se




LIBRO Qn;';:TO. 279
hallaba Pll una situacíon verdaderamente dificil. Nada in-
.Iicaba f\U!' él no quisiese el bien de su pais; todo hacia
('I'('el', al contrario, que lo deseaba, pues de realizarlo de~
pr,nuia Sil interes y S1I gloria; pero no dependian de úl
igualmente los medios ni con ocia hastante la situaeion para
4~::IlcHI31' ('l (~f('.~Lo que pl'odueiI'ian los que se determinase á
1'!Ilple31'. Desarmar' las resistencias provinciales era la pri-
tllCl'a IH'cI'sitiad; mas i,()ÚmO (lesarmarlas sin concesiones'?
No pudiendo dejar de hacerlas, fué pOl' de pronto dis-
putando e\ telTCIlO palmo á palmo, y creyendo sin duda
cOllciliar, COII contemporizaciones, cstl'emos (rUe eran en
,'ealidall incoIlciliables, se propuso segui!' ganando tiem-
po con medidas propias para contentar á unos, sin rom-
per abiertamente con otl'OS. Con este Hn, nomh¡,ó á
Mina capitan general de Cataluña; de Andalucía y Granada,
á los mariscales de campo don Cárlos Espinosa y don An-
tonio Qlliroga, y gobernador de Cartagena al de igual clase
don Demetrio O-Daly. Y como estos "nombramientos te-
ujan un carácter decidido, pues los tl'es últimos recaian en
tres de los gcfcs (/"e en 1820 habian levantado el estan-
darte de la revolllcion en las Cabeza~, ó contl'ihnido al triun-
fo de aquella causa, y el !Wimel'o en el general que entrara
a JIlano armada en Navarra y Guipúzcoa diez años despues,
c!'eyó de he!' dehilitar la impresion que producirian en cier-
tas clases, nombrando para las capitanías generales de Ara-
gon, Valencia y Estremadul'3 á los generales Palafox, Car-
l'alalá y Rodil, que aun eran hien vistos de los hombres de
todos los colores. Trasierra, superintendente general de po-
licía, qnc habia mandado prendel' á Galiano y Chacon co-
mo inicüulos de complicidad en el levantamiento de los




280 ANALES DE I!!ABEI. n.
urbanos de "Madrid el 15 de agosto, debia espial' este cri-
men; y, como con ningun intel'és importante se chocaba des-
tituyéndolo, fué destituido. El decreto de la misma época,
queponia á Madrid en estado de sitio, nunca habia sido eie-
·cutado, ni hecho á nadie el menor mal; pero, siendo un tes-
timonio vivo, un recuerdo permanente de la insuneeeion y
un verdadero anacronismo, cuando esta se hallaba casi san-
titieada, debia ser revocado, y lo fué pOI' consiguiente.


POI' su parte el nuevo ministro de lo Interior, Hel'os,
dejaba presagiar la indulgencia con que se tI'ataria la con-
ducta de las juntas, espidiendo una eil'cular en que les
anunciaba que se habian pasado sus peticiones á los mi-
nisterios respectivos para realizar desde luego las medi-
das solicitadas que estuviesen en las atribuciones de la
Corona, y presental' á las Cortes aquellas cuya decision re-
quiriese su concurso. Mas temiendo haber ido demasiado
lejos con esta manifestacion, calificó al mismo tiempo algu-
nas de las pretensiones de planes absurdos y qláméricos,
que, no pudicndo por aquella vez imputar á los earlistas,
ni osando atribuirlos á sus verdaderos autores, supuso ¡n-
t'ell lados por la envenenada malicia de muchos estran-
yeros. En la misma circular, fechada dc118, y anunciada
como suplemento ú comental'io del manifiesto del 14, se
pl'ometió de nuevo afianzar en leyes terminantes los derc-
citos del pueblo, yemplear para ello, no precisamente el
medio mas adecuado, sino el mas t'úpido y ejecutivo;
pero se añadió que este dehia ser cImas conforme á los
anteriores empeños, fl'ase que sc miró como alusiva á los
contl'aidos recientemente con la reina de respetar el Esta-
tuto. Asi, al lado de promesas esplicitas, se veian frases




LIBRO QUINTO. 281
aulibológicas, reticencias estudiadas., todos los al'dides Ó
subterfugios, en fin, propios para calmar las pasiones del
momento, sin concitar ó despertar otras nuevas, política
<¡ue habria sido digna de elogios, á concebirse la posibilidad
de desarmar con ella á las facciones.


Pero 110 existia esta posibilidad; los términos, 6 vagos
ó coutradictol'ios, de las manifestaciones ministeriales, no
inspiral'on confianza á nadie; y, mientras unos cl'eian que
el gobierno prometia dcmasiado, ott'os se quejaban de l¡Ue
110 IlI'omctia bastante. Pretendi6se contental' a estos últi-
mos hacic!l(lo ('epetir todos los dias, en artículos de la Ga-
ceta, que se daban como la esposicion de las doctrinas y
<le los principios del gobierno, que «las peticiones de las
)¡juntas no podian considel'arsc sino como la espresion del
)Joeto en Favor de la libertad; que era fácil calmar las es-
»)eisiones porque nunca. es difícil satisFacer las exiyen-
)lcias del espiril/l¡ público; que todo motivo de escisioll
»habia cesado desde que el gobierno se habia propuesto
»)satisfacer las exigencias de los hombres conocidos por
llSU adhesion allibel'alismo.» Pero en vano se emplearon
todas las formas de la deferencia, todos los al'tifieios de la
lisonja para calmar á las juntas. Las mas de eUas se halla-
ban bien con la autoridad, que aceptaron temblando mien-
tras hubo riesgos que coner, pero que no les disgustaba
conservar cuando los viel'on desvanecidos pOl" la remocion
de Toreno y las promesas de Mendizabal. Aun sin eso,
habria sido grandemente dificil contentarlas por declaracio-
nes equivocas, únicas que podian hacerse, cuando las jun-
tas mismas no estaban de acuel'do entl'e sí. Tal de ellas en
efecto pcdia la Constitucion de Cádiz, tal las Cortes cons ..




282 ANALES DE ISABEL n,
tituyentes, tal el Est.atuto con sus consec!tencias. J\i los
individuos mas calificados del partido se avenian mejor tlue
las corporaciollcs Iwoyinciales, El pl'Ocurador Lopcz
decía en Valencia: « Lejos de desear que se aL'¡'uille la
)lohra (la del Estatuto) todos dmnnmos por su justo e
»)inevitable complemento,» mientras qHe oh'os TH"oew'urlo-
res que redactaban el Eco y la Ri'lJislrt de )[ad¡'id, quc-
rian, en odio del Estatuto, (fue se convocasen Cortes pOI'
cualquiera otro medio, aunque fuesc pOI' uno qne fijasen
dictatOl'ialmcnte los ministl'os. ¿Cómo, entre las diycrgen-
cias de las opiniones del partido mismo que daba ú 1)1'1:-
tendia dar la ley al gobiemo, podia no prolongarsc In indc-
cision de este, obligados ademas á combinar, para decidir-
se, oi\'3 multitud de consideraeioncs?


Ln suceso que pareció estraordinal'io, y qUf' sin emhar-
go era muy fácil de preyeer, contribuyó á desvanece!' los
escI'úpulos de Mendizabal y á acercarle mas y mas ~I los
revolucionat'ios. El 9 de setiembrc hahia snlido de Malh'id
el general Latre con una columna de mas de 2,000 hOlll-
bl'es y alguna artillería, á poner en razon las juntas rebel-
des de AndaluCÍa. Estas, reuniendo á las pocas tropas de
línea que hahia en sus provincias, todos los urbanos mc-
nesterosos, á quienes era agradablc marchar á una espedi-
cion en que se les diera de comel', habian formado una
gruesa diyision y dirigídola á la Sierra Morena. El 1.5 se
presentó á Latre en ~Ianzanares un comisionado de estas
juntas, pero el general le hizo prender y continuó su mar-
cha hasta Santa Cruz de ~{udela. El 17 supieron los bata-
llones de Córdoba y la Reina, qne componian casi el total
de la divisioll, que la de Andalucía se hallaba en el Visillo




UBRO QUINTO. 283
á dos lcguas ue Santa Cruz, y á media noche tomaron las
amias é intimal'on al gcneral su intcllcion dc reunil'sc y
fraternizar con ella; y esto en tanto que, sin emplear aque-
llos miramientos, se marchaban al mismo lugar y con el
mismo objeto los granaderos á caballo de la Guardia y los
mas de los artillm'os de su columna. No siendo posible á
Latl'e combatir esta resolucion, tomó el partido de volver-
se á Madrid, lo que verificó al punto, acampañado solo de
UIIOS pocos oficiales que quisicl'On scguil'le. Su division,
quc sc quedó el! Santa Cl'llz. sc incol'poró cntcl'a Ú la ma-
llana sigllicnte con la yanguardia de los andaluces, com-
¡llIesta dc un escuadron dc ul'banos y otl'O del 4." !le ligeros,
capitaneados en el nombre por el coronel de cste cueqlO,
Villapaclicma, y cn realidad por cl conde de las Navas.
Reforzado éste con las tropas de LatI'c, prosiguió su
camino á Valdepeñas, en donde, y en Manzanares, se
le reunió el grucso de su division, compuesta de los hata-
1I0ncs del regimiento del Rey, uno del pl'Ovincial de Mur-
cia y muchos de m'banos de Jercz y Córdoha. Villapadier-
11<1, desdc el Visillo, y el comandante gcneral de Córdoba,
Ramirez, dcsde Andújar, dondc empezahan á concnrrir va-
rios dc los diputados que debían componer la junta centI'al
del Mcdiodia, SI' apresuraron á comunicar aquella impor-
tante noticia á las juntas todas, las cuales hicieron, al reci-
birla, demostraciones estrepitosas de una alegria que debia
dejar al gobiernfl pocas espCl'3llzas de reducirlas pronta-
mcnte á su obediencia.


Con la defeccion dc las tt'opas de Latre, coineidiet'on en
oh'os puntos movimientos cn el mismo sentido, y serio ha-
bria sido el que algunos cabos y sargentos de los coraceros




284 ANALES DE HIABEL 11.
oe la guardia real meditaban para proclamar en Madl'id la
Constitucion de Cádiz en la noche del 13 al U, á no impe-
dirlo Quesada, apoderándose de los gefcs de la conspira-
cion, ya dispuestos á asesinar á sus oficiales, que rehusa-
sen ponerse a la cabeza. Tambien en el mismo dia en que
las tl'opas de Latre se pasaban al conde de las Navas, unos
cuantos revoltosos de Valencia, acusando de poco liberales
á Almodóvar y á Lopez , se reunieron armados en la plaza
de la Seo, y, a pl'etesto oe haber sido fusilados pOI' ól'den
de Cabrera los provinciales de Ciudad-Real y urbanos reu-
nidos en Rubielos, exigieron que se hiciese una terl'ible ley
de represalias, que, en espiacion de la sangl'e de aquellas
víctimas, se aplicase desde luego á los enemigos de la rci-
na. Los amotinados obligaron al comandante de bomberos,
Fuster, á que se pusiese á su cabeza para lleval' su peti-
cion á Almodóval' ; pero, al llegar a la plaza de palacio,
estaba esta llena de otra turba de ellos que pedian la cabeza
del general, su ídolo dos dias antes. Salió él al balcon, y cual
si fuese tan facil apacigual' la muchedumbre sublevada, como
escitarla á los desórdenes, intentó emplear con la que allí se
habia reunido el ascendiente que adquiriera seis semanas
antes, prestando á otros mayores atentados el apoyo de su
autoridad. Pero, ni con protestas, ni con el anuncio de la cai-
da de Toreno, cuya noticia acababa de recibir en aquel
momento por estraordinario, pudo desarmar la chusma.
Ya subia ella las escaleras de su palacio; ya los puñales
se enarbolaban contra su pecho cuando el generoso auxilio
de Fuster le preservó de una muerte inevitable facilitándo-
le su fuga y su ocultacion. Los revoltosos instalaron una
nueva junta, á cuya cabeza pusieron al teniente de rey Bog-




LIBRO QUINTO. 285
giero, nombrándole capilan general, y en la cual se vió figu-
rar al gobernadO!' civil Adam, que no titubeara antes ni
titubeó entonces en asociarse á los enemigos de su go-
bierno. El órden de cosas establecido por esta revolucion
nueva, que no hacia mas que dar una forma diferente á la
rebelion que habia afligido á Valencia desde el 5 de agosto,
se habría prolongado largo Íiempo, si, por patriotismo,
por esceso de confianza, ó quizá por el terror que le inspi-
I'aha la proximidad de las facciones, no hubiese Boggiero
hecho salir el 18 la poca tropa de línea que habia en la
ciudad y parte de la milicia con el objeto de perseguirlas.
A favor de esta circunstancia, los amigos de Almodóvar hi-
cieron el 20 reunir los urbanos que quedaban en la plaza,
fueron á buscarle al hospital, donde se hallaba escondido,
y le reinstalaron en sus funciones.


Convocóse al punto en la ciudadela una junta de auto-
ridades presidida por Fuster , nombl'ado en aquel dia co-
mandante general de urbanos, y á virtud de su acuerdo se
procedió á la prision de los que mas figuraron en el alboro-
to del 17. Al dia siguiente fueron veinte de ellos deportados
á Filipinas y á la Habana y confinados otros varios á Cádiz
y Cartagena, tocando esta última sucrte á Boggicroquc, ha-
cienclo papel desde las primeras asonadas como vencedor,
fué castigado en las últimas por haber sido vencido. A
otros quetenian menos influencia, y que podian ser senten-
ciados sin riesgo de nuevos alborotos, los entregó Almodó-
val' á la sala del crimen, mandándole juzgarlos sin levan-
tar mano. Mas, como esta intervencion en la marcha de
la justicia y lo arbitrario é ilegal de las deportaciones de
hombres de cierto concepto podria dar ocasion á otro tras-




286 ANALES DE ISABEL n.
tomo, se ap¡'esuró á !leferir á la pretension de los que pro-
moviel'on el del 17, mandando « que todo asesinato come-
¡¡lido pOI' los facciosos conlra personas rendidas & indefen-
»sas fuese vengauo con la muerte de doble 11 lí mero de in.:..
»dividuos de los existente~ en el depósito de Peñíscola, á
»menos que pudiesen habel'se dos l){ll'iente,~ mas inmedia-
»tos del eabpcilla que lo dl:SpUSO para sel' pasados pOI'
)llas a¡'mas. » El'a imposible encal'eeer mas atrozmente 50-
11I'e exigencias ya demasiauo nll'oees pOI' sí misIlla~. Pero,
obrando asi, no hacia oll'a cosa ;\lmotlóYaI' ([ue confesa!' Sil
impotencia tle ¡'establecer, ni alln momentúneamente, el &1'-
den de otro modo que pOl' medidas ue ¡'eacciolJ, y ¡'eCOBO-
cel' que 110 tenia el apoyo de la fuel'za milita¡', ni mas que
el de la milicia urbana, la enal solo con sen tia en prestárse-
lo, cn cuanto el condescendiese con las pretensiones de los
malvados que se habian intl'oducido en sus filas.


Los mismos que defendian á Almodóva¡', que promo-
vieron su ¡'einstalacion y que le prestm'on su apoyo pUl'a
castigal' á los autores del úllimo atentado, contemporizaban
al mismo tiempo eon los cómplices, entre los cuales no sp
at.¡'evian á seüalal' á los liucrales. AI'istizabal, gefe del es-
tado mayol' de la plaza, lo imputó oficialmente á los salé·-
lites del Pretendiente, y esto á Ill'etesto de que « olros que
ellos no se habrian atrevido á violar en la pe!'sona de aquel
gefe, no solo los respelos de capitan general, sino los <In
presidente del Estamento popular» como si la presidrncia,
limitada por la ley á la duracion de una legislatUl'a, 110 ce-
sase al cerrarse las sesiones; y como si fuese mas cl'Ímcn
amenaza!' al conde de Almodóval' que asesinar al general
Bassa. Para completar el cuadro de aquellos SlICf'SOS. añadi_




LIBRO QUINTO. 287
I'émos que Fustel' publicó el mismO' dia una proeJama, 1'11
(Iue, felicitando á los mhanos de habcr derribado con su al-
zamiento al ministe\'io, clamaba porque, logrado aquel ll'iulI-
fo, volviese todo al ól'deu; como si, entronizaclo una vez el
des{JI'{kn, fuese permitido á sus fautores Ó a sus instrmnen-
tos opollcrle una bal'l'el'a de donde no debiese pasar.


Mientras que, en Valencia, se reponia á Almodóvar, se
destituía ti. ~Montes en Zaragoza. El 20, á I)\'eteslo de fllle
rste general habia dejado de cOlTespondel' con la junla,
y faltado asi :'t los empeiios que eontl'ajera al ellear-
gat'S(~ d(~ ::;11 pl'e~idencia, pronunció aquel cucrpo su
d(~slit¡¡ci()1I Ú ¡Jl'ticion del pueblo, y mandó que nin-
gua gefe ni autoridad le pl'estase obediencia, sopcna
á los quc lo hieiesell «de ser declarados contraI'ios á la
causa nacional y al trono de la reina. » Publicando esta de-
eision añauió: «vuestra junta sabrá llevada á cabo, eon
»oLras (Iue reclaman nuestros votos y la situaeion de la pa-
)llria.)) La de Barcelona no rué tan lejos con respecto á Pas-
t01'5; ])el'O, desconfiando de el , le lJl'ivó de toda especie de
I'ceUl'SOS, le oLligú ú huir delantc de los facciosos, é hizo,
como la junta de Aragon, un dafío irrepurahle ú la causa de
la reina. Asi, los generales de mas nombrc y que mas ser-
vicios habian prestado á esta causa, fueron desapareciendo
sucesivamente de la escena política. LIauder y Colubi, objr-
tos algun dia del 'Cutnsiasmo catalan, tuvieron que refugiar-
se á Francia; Valdés y Lahera, en quienes pocos meses an-
tes parecían cífraI'se las esperanzas de la Espalia toda, Iw-
hieron de huir igualmente. Rassa, cuya energica actitud eon-
tl'ibuy(¡ poderosamente al dcsal'me de los rcalistas de :Ma-
drid, fué asesinado, y en poco rstuvo que no sufriese la




288 ANALES DE ISABEL 11.
misma suerte Almodóvar, que acababa de dar á los revolu-
cionarios de Valencia honibles garantías. Latre que, eleva-
rlo en cuah'o TI cinco meses de teniente coronel á mariscal
de campo pOI' los recuerdos de su antiguo liheralismo , ha-
bia sido sucesivamente y en pocos meses mas, superinten-
dente general de policía, comandante de una division del
ejército de Portugal, genel'al en gefe del de reserva, capi-
tan general de Madrid, de Aragon y de Granada, y coman-
dante de la columna espediciollal'ja de Andalucía, cayó de
repente desde tanta altura á la oscuridad, y se estimó dichoso
de obtener su cuartel. El príncipe de Anglona , C¡¡yos sen-
timientos liberales no se habian desmentido en un lat'go des-
tierro, y cuya conducta pma y enérgica le habia gl'anp;eado
el aprecio genel'al, tuvo que cscap31' de Sevilla con pl'CCal1-
ciones que l'evelaron los peligros que cOl'l'ió. /\.1 general Ro-
jas sucedió otro tanto en Granada. Quesada mismo, cuya
famosa repl'esentacion de enero del año antel'ior dió mál'gen
al cambio del sistema político, y cuyos grandes esfuerzos en
Navarra y en Castilla la Vieja, impidiel'on por mucho tiem-
po los progresos del carlismo, se hizo sospechoso por la
energía con que quiso reprimir' el último motin de los ur-
banos de Madl'id. En la caida de tantos caudillos liberales,
en el hundimiento de tantos gefes de la fuerza militar, ni
una sola señal se vió de que esta se intel'esase en sostener-
los; al contrario, en todas las ocurrencias de que sucesiva-
mente fueron víctimas, la tropa simpatizó COII los I'evoltosos
y toleró sin murmurar los incendios y los asesinatos, dan-
do asi al gobierno la medida de Sil impotencia, y tI la socie-
dad la señal de su disolucion.


Mendizahal vió, en fin, 10 que tOflos hahifln ya vislo an-




UBRO QúINTO. 289
tes; á saber: que el gobierno no podía contar con los solda-
(los que á tanta cosla mantenia. Vió que en todos los re-
gimientos existian muchos oficiales y saI'genlos imbuidos de
lns maximas desol'ganizadO!'as de los clubs, y prontos á em-
plenl' en favO!' del tl'astol'no lns armas que sc lc confiaran
pam la conservacion del órden. La clefeccíon completa de In
division de Latre no era ya un indicio, una advertencia,
sino una confirmacion plena de las malas disposiciones de
los mas de los CUCI'pOS militnl'es, una prueba irrecusahle di~
que se habia hecho imposible todo gobierno; Jlues no podia
el de la reina mantenerse sino cediendo, y cedel' no es go-
hemu!'. En tales ci\'cunstancias, no tenian los homhres del
pode\' mas que dos caminos que tomar; ó hacer c1imi:;;ion, ó
pl'eslarse desde luego á las exigencias del momento, l'esig-
nÚIHlose á acceder sucesivamente á todas las que debian se-
guir á las primeras, pues las exigencias crecen siempre en
razon directa de las concesiones.


El gefe del ministerio, ó por mejor decir, el ministro
nnivel'sal , pues Mendizabal lo era de todos los ramos, es-
cepto del de lo Intel'iOl', prefirió este último partido. Em-
pezó por publical' el tan suspirado decl'eto de la cI'eacion
de diputaciones provinciales, parto lahorioso é informe d('
muchas cabezas, lleno de disposiciones inejecutables, y ta-
les algunas que no podian mcnos de frustrar los beneficios
t[ue se trataba de promovcl'. Uno de sus artículos (el 1."),
hacia a los intendentes miembros natos de las juntas,
quc segun otro (el XlV), debian dUl'al' sobre una tercer~
parte del año, y que segun otro (el XVIl) , los obligaba
á una asistcncia diaria, incompatible con las multiplicadas
atenciones de su administracion especial. Otro (el Xl),


TOllO 11. . 19




290 ANALES DE ISABEL n.
prohibia á los elegidos renunciar su mandato, del cual, re-
ducido á una carga concejil muy onerosa para los que no
tuviesen su residencia habitual en las capitales, procurarian
por tanto sustrael'se los hombres acomodados, haciendo re-
caer la eleccion, ya sobre illllividuos que no pudiesen, sin
comprometel' su subsisle'ncia, abandona!' sus oCllpaciones,
ya sobre intrigantes que no tuviesen que pel'del'. Apecmios,
conminaciones, multas (aet. XVIl), e\'(lla pCl'spectiva que se
ofl'ecia á estos mandatarios, y cuando estos medios no bas-
tasen se mandaba perseguirlos criminalmenf() con arTp.-
,qlo. á defp'c!w, sin pensar que, en ninguna legislacíon drl
mundo, se habia reputado ni podia reputarse crimen la fal-
ta de asistencia á unajUl1la administrativa, de que, por col-
mo de atrocidad, no podia I'cnunciarsc la plaza. ¡Tan absur-
da, tan ridícula era la ley por cuya adopcion se habian in-
surreccionado contra el gobierno una porcion de pro"in-
cias! De esta manel'a se tralaba de satisfacer las pl'eténdi-
das necesidades de la opinion.


La faccion llamada liberal mil'ó, sin cmbal'go, esta ley
como una concesion, y lo era, en efecto, en cuanto permi-
tia á muchos de sus agentes conservar por un medio legal
el mando ú la influencia que habian usurpado en las pro-
vincias introduciéndose antes en sus juntas revolucionat'ias.
A fin de que esta recompensa los decicliese ú influÍl' pat'a
flue se sometiesen, no solo se derogaron las disposiciones
penales del decreto del 3 Y se proclamó el olvido general y
¡ompleto de todos los sucesos ocurridos desde el pl'imel'
momento de la escision, sino que se declaró que el haber
sido individuo de aquellos cuerpos no era ohstáculo pam
serlo de las diputaciones provinciales ni pHI'H obtenel' los




LIBRO QUI:'\l'Q. 291
demas empleos del Estado; con lo ¡C1¡al se presentó una
perspectiy~ de mejorar de condicion á los miembros de las
juntas que, por carecer de los requisitos que la ley exigia,
no podian serlo de las nuevas diputaciones. Al mismo tiem-
po se declaró á los gefes políticos del antiguo régimen y á
los empleados de sus s.ecretarias, opeion á la clasificacion
)' goce de sus haberes como ces.antes, y se les dió, en fin,
.el pan por cuya obtencion se habian asociado muchos de
ellos á las anteriol'es intrigas secretas y á los movimientos
pepulares de las últimas semanas.


Mientras se favorecia con sueldos á los antiguos em-
pIcados y se halagaba y desarmabíl, con el olvido de lo
pasado y con promesas de ventajas individuales, á los fau-
tores de la insurreccion de las provincias, se daba tam-
bien satisfaccion á los que habian pretendido promoveda
en la capital. Los tres bíltallones de urbanos de Madrid, de~
sal'mados en los días 16 de agosto y siguientes, recibieron
la promesa de que se les devolverían al punto las armas;
y Mendizabal, rehusando su comandancia, como incom-
patible con sus funciones de ministro, solicitó que se le
inscribiese en clase de soldado en uno de ellos. Los dipu-
tados de estos batallones, presos el mismo dia 16 en Na-
vacerrada, fueron puestos en libel'tad, legitimándose, pOI' e~­
te acto y por la devolucion de las amIas a aquellos cuel'pos,
sn reciente rebelion. Y pal'a que, ni á ellos, ni á los de sus
compañeros de las pl'Ovincias que habiall manifestado tu-
multuosamente el deseo de trocar su oenominacion de U1'-
banos en nacionales, les quedase nada que pedil', se cdgió
en gnar'dia de este nombre la milicia urbana que las Cortes
acababan de organizar por una ley, cuya violacion se "e-




292 ANAT.ES JlE BAIIET. 11.
cibió con entusiasmo por los mismos que tanto afectaban
insistir por el establecimiento del régimen legal.


Completóse en seguida el ministerio, nombrándose pa-
ra el de la Guerra á Almodóvar que, por deportaciones de
liberales, ordenadas y ejecutadas sin un simulacro siquiera
de juicio, acababa de completar el sistema de proscrip-
cíon que habia adoptado desde el 5 de agosto, con respec-
to á los tenidos por carlistas. Nombróse ministl'o de Gra-
cia y Justicia á don Alvaro Gomez Becena, antiguo dipu-
tado á Cortes, y ultimamente I'egente dc Zaragoza y vocal
de su junta revolucionaria, en la cual ejercia la int1ueJ1(~ia
correspondiente á sus antecedentes y posiciono Intentóse,
en fin , nombrar ministro de Marina á don Javier de Ulloa,
que ya lo habia sido en vida de Fel'Dundo VII, bajo la pre-
sidencia de Zea, y que, lanzado por el apoyo oculto que
desde entonces prestál'a á los anarquistas, se hizo por es-
tos méritos nombrar procurador á las ultimas Cortes. Pero
la constancia de su l'enitismo en ellas y el entusiasmo (jlw
mostrára por las estravagancias habituales del conde de Ins
Navas, hicieron diferir la ejccucioll de este' PI'opósito, bien
que indemnizándole en cierta manem con la gran cruz de
Isabel la Católica. Con el nombramiento de Gomez Becerra,
se creyó desarmar á la junta de Zaragoza, asi como á la de
Valencia con el de su prcsidente Almodóvar para el minis-
terio de la Guerra, y á las de Barcelona, Andalucía y Gra-
nada con encomendar aquellas capitanías generales á hom
bres como Mina, Espinosa y Quü'oga. El cambio se hizo asi
completo. Los hombres (le 1820 á 1823 reconquistaron el


pod el' que se habian dejado arrebatar entonces. Amnistia-
dos diez años despues , provocaron ó consúmaron la pros-




LIBRO QUINTO. 293
cripcioll de sus amnistiadores , lograron asi enlazar lo pa-
sado con lli presente y dando contigüidad á épocas tan dis-
tantcs, consiguieron tomar satisfaccion de la ignominia con
quc antes se hundieran.


Faltaha empero, hacel' legal aquella contigüidad por
el restablecimiento de la Constitucion; y esta dificultad pa-
recia insuperable, puesto que, sohre la conveniencia de
eiSta medida, continuaha la divergencia de opiniones entre
los libel'ales mas exaltados. Arbitróse, no obstante, un me-
dio para sostenel' las esperanzas de los que reclamaban su
adopcioJl , sin chocar con los que la reputaban funesta. Es-
te medio fué convoca!' las Cortes, cuya reunion creian
todos necesaria, aunque discordasen sobre el modo de ve-
rificarla. Los mas de los liberales no querian que se reu-
niesen las antel'iormcnte fOl'madas con arreglo al Estatuto,
á pretesto de que en ellas hahia tenido el antiguo ministe-:-
rio casi siempre la mayoría, de lo cual afectahan deducil'
que sus votos serian contrarios al sistema político adopta-
do por el ministerio nuevo; como si uno u otro de los esta-
mentos hubicsc dado en diez meses la menor señal de le-
nel' convicciones fijas ó propósito determinado; como si, en
ocasiones muy importantes, en la discusion, pOI' ejemplo,
de la respuesta al discurso del trono, el miedo que inspi-
raban los asesinos, aun armados, de 70 sacerdotes inde-
fensos, no hubiese comprimido los sentimientos de indig-
nacion que á la inmensa mayoría de ambos cuerpos inspi-
raba aquel hOrl'cndo crimen; como si, en la discusion de la
deuda estrangera, los procuradores que pasahan por mas
juiciosos no hubiesen cedido á los gritos de una oposicion
apasionada y sancionado con su voto la mas inícua espo-




294 ANALES DE ISABEL n.
liacion ; Ó cOIl'ld si, levantadas todas las provincias y rotos
los lazos fodos de la disciplina social, pudiesen los esta-
mentos tomar una actitud vigorosa que no mostraron en
dias de calma, ni mucho menos empeñarse en hostilidades
que habrian de sel' funestas á los que las hiciesen, sin sel'
útilcs á la causa pública.


Estas consideraciones hicieron desechar diferentes ideas
que pal'a la anhelada reunion dc las Cortes se propusieron y
que ofrecian por otra parte inconvenientes insuperables. En
efecto, á los que deseaban que se convocasen Cortes nue-
vas nombradas con arreglo al sistema de la Constitueion de
Cádiz , se objetó que la ado'pcion de este método haria pel'-
del' tres meses en las formalidades y trámites á que se suje-
taban por aquel código las elecciones de diputados. Aña-
dióse que, cuando la mayoría de las juntas y la generalidacl de
la naCÍon repudiaban en su totalidad aquel pacto político,
era una inconsecuencia restablecerlo en la parte que, desde
su formacion, se habia reputado mas defectuosa. Conocien-
do la fuel'za dc estos al'gumentos, querian los corifeos de
otra pandilla que el ministerio formase pOI' si una nueva ley
de elecciones, rsperando de la confianza que él les inspi-
raba que la hal'ia tan lata como ellos habian menester.
Observóseles que esto equivaldría á confiar al ministel'io
una dictadura peligrosa de que seria fácil abusar en lo su-
eesiro, y quc no debia COITersc este riesgo, sobl'e todo
cuando la tal disposicion ministerial, derogatOl'ia de una ley
vigente, podia considerarse como ilegal, y esta ilegalidad
uar ocasion á que se anulase mas tarde todo lo que hubie-
sen hecho Cortes reunidas con aqucl vicio. Hubo, al fill,
algunos que propusieron disolver las últimas y convocar




UBRO QU!~TO. 295
otras con aneglo al sistema del Estatuto. Pero esta opi-
Ilion tuvo menos sectal'ios porque, aun suponiendo dispues-
tas las pl'ovincias á enviar al Estamento popular hombres
ilp principios exaltados, la ley de elecciones vigente no
permitia introducir' en el sino propieta¡'ios ó industriales
(lile gozas('n de una renta, y habia poquísimas personas de
esta clase pnLee los que solicitaban la variacion. El intm'és
de los principales de estos el'a haccl'se nombrar procurado-
res y legalizar, por el voto de la rep¡'esentaeion nacional,
el trastorno á que, en particular', cscitaban. La Constitu-
cion de Cútliz no exigia bienes ni responsabilidad de nin-
guna clase á los encargados de promover los intereses del
pais: la lcy de elecciones que hiciese un ministerio subyu-
gado por los anar'quistas debia verosímilmente sancionar el
mismo el'l'or; y hé aqui por qué se insistia sobre la adop-
cion de estos dos sistemas, fuera de los cuales no podian
sus preconizadOl'es hacer oir su voz en la tribuna pública.


Mendizabal, ligado por empeños que no osaba violar
abiertanHmte, no era dueño de acceder del todo y desde
luego á las indicaciones de los revolucionarios, sobre va-
riar la forma de la reunion; pel'o, rechazándolas, les permi-
tió concebir las esperanzas mas lisongems por los términos
en que dejó es tender el decreto de convocacion fechado el 28.
En M, hizo decir á la reina qne «para enlazar mas Ínlima-
»menlc (,1 troJlo de su hija con las libertade." ,1" b nu-
»cion, habia resuelto consultarla en su órgano mas cierto
»y legítimo, las Corles del reino, convocadas segun un sis-
¡¡tema electoral que representase los intereses sociales COIl
llmas amplitud que el que regia en la actualidad. Estas
)lCortes, aíiadió, revisarán el Estatuto Real para asegu-




296 ANALES DE ISABEL n.
»rar de una manel'a estable el entero cumplimiento de las
»antiguas leyes fundamentales de la monarquía, de-
»senvolve¡'án los principios de gobierno contenidos en la
»esposicion de 14 de setiembre (el programa de Mendiza-
)'bal), y constituirán definitivamente la gran sociedad espa-
»))101a.)) No se podia por el momento acceder en términos
mas esplicitos al deseo manifestado por las mas de las jun-
tas rebeldes de que se convocasen Cortes constituyentes. A
pl'etesto de que la urgencia de las ci,'cunstaneÍas exigia la
l'eunion inmediata de las Cortes actuales, se ordenó por el
mismo decreto que los prócercs y pl'OcUl'adores sc reunie-
sen para el 16 de noviembre, «no solo para establece¡' el
llnuevo sistema electoral, sino para deliberar sohre Oll'I)8
),puntos de la mayor urgencia, seflaladamente los relativos
»á la consolidacion dcl crédito publico.


Asi, fingiéndose acatar cl Estatuto, se emitió la promesa
de sustituir á él una Constitucion nueva. Reeonociéndosc
quüo la urgencia de las circunstancias exigia la reunion iume-
cbata de las Cortes actuales, se limitó su intervcncion :'t la
fOl'macion de la ley que debia llevar á las constituyentes ú
homlJl'es pronunciados pOI' el llloYimicnto, aunque no perte-
neciesen al pais sino pOI' la casualidad de haber nacido en él.
Díjose á la verdad que los estamentos delibCl'arian sohl'c
otros puntos importantes; pel'o se cuidó de no especificar mas
llue el dc la !H'etendida consolidacion del cl'édilo público.
Vióse desde luego que esta promesa f/uedaria reducida á
una exagerada enumcl'acion de los bienes de los conventos
y monasterios, á favor de la cual se pediria y obtendria la
autorizacion para un nuevo empl'éstito. En vano el gobier- .
no mismo pretendió alejar esta idea, publicando en su Ga-




LIBRO QUINTO. 297
ccta , cuatl'o dias antes de la promulgacion del decreto de
convocacion, que trataba de levantar un formidable ejél'ci-
lo, sin necesidad de aumentar de un maravedí la deuda pú-
blica, ni otros recmsos que los ordinarios y los del crédito.
Todos vieron q@ estos recmsos del crédito no podian ser
otros que un préstamo nuevo, cualquiera fIue fuese la for-
ma con que se le disfrazase. Todos observaron que el día 14
habia p,'ometido Mendizabal terminar la guerra sin otros re-
cmsos que los nacionales, y que el 24 se fIrmaba un t¡'atado
en Lisboa, en "irtlH! del cual 6,000 portugueses que, en
caso de necesidad, se prometia aumentar hasta 10,000,
debían ponerse en marcha pat'a Espáña el 30.


Pero los agentes del movimiento, dominados por la mo-
nomanía constitucional, no daban grande impo¡'tancia á es-
tas contradicciones. Bien que no completamente satisfechos
con los trámites dilatorios á que, por el nuevo decreto, se su-
jetaba la tan suspi¡'ada regeneracion política, sintie¡'on la
necesidad de contenta¡'se pOI' entonces con prome¡,;as, por
cuya inmediata ejecncion se hallaban en estado de instar á
todas horas, y que á todas horas tambien ratificaba ~Iendi­
zabal de palabl'U y por cscrito, en comunicaciones oficiales
y oHciosas. A virtud de sus manifeslaciones públicas y dc sus
cartas confidenciales el los gefes de las provincias; á conse-
cuencia de los manejos de sus amigos, de las maniob¡'as de
la sociedad central Isabelina y las de sus afiliados en las pro-
vincias, del deseo de las autoridades de poner un término á
sus compromisos pe¡'sonales, y del estado de cansancio que
los alborotadores mismos notaban en los habitantes, empeza~
ron á ceder algunas juntas y fueron enviando sucesivamente
sumisiones mas ó menos esplicitas. La de Scgovia, creada




298 ANALES DE ISABEL 11.
pocos dias antes, las de Badajoz, Cáceres, Ciudad-Real, Za-
ragoza, Sevilla y algunas otras se sometieron sin condicio-
nes, lo mismo que las de Alicante, CarLagena y Murcia, no
instigadas ya por la de Valencia, que, disuelta en el motin
del 17, se guardó bien de establecel' Almodóval', cuando el
20 fué repuesto en sus funciones. La sumisioll de la Coru-
ña, arrancada por la resistencia de las autoridades, y resis-
tida fuertemente por alguno de sus individuos, se resintió
un poco de la violencia que fué necesario hacer á estos para
que la consintiesen. En ella se declal'ó que la junta «COI'1'C-
»ria pl'esurosa á conjurar la tempestad, si volviese á ame-
)>nazar los derechos de la nacion;» lo que valia tanto como
decir que volveria á erigirse cuando ella los creyese ame-
nazados, cual los habia creido antcs. Aun en las esposicio-
nes de Cácel'es y de Badajoz, hizo el gobiel'no, al publicar-
las, suprimir algunas frases que permitían no crecr calmada
del todo la exasperacion.


La junta de Cádiz, subyugada, mas que dirigida por don
José García de VilIalta, que, lanzado de Madrid, se habia re-
fugiado á aquella ciudad y héchose nombrar sccrctario , se
distinguia entretanto por actos de violencia, que no dejaban
concebir la esperanza de que imitase el ejemplo que le pre-
sentaban los sometidos, Sin insistir sobre su ridícula dispo-
sicion del 5, por la cual proclamó la libertad de la pI'ensa
en una Pl'ovincia donde solo existia una imprenta malísima
en la capital, y donde nadie escribia y pocos sabian leel';
sobre otra disposicion del 13 para entregar los bienes nacio-
llalesá sus compradores de 1820 á 23, acto á que, aun admi-
tida su justicia no se podia procede¡' sin formalidades prolijas
en interés del órden publico y del tesoro nacional; sobre las




LIBRO QmNTO. 299
ól'denes para vender los tabacos de la fábrica I'eal, los bron-
ces inutiles y otros efectos pel'tenecientes al Estado, ni solwe
oh'a multitud de medidas, cuyas fatales consecuencias no em
difícil atajar ó repal'ar luego que fuese restablecida la au-
toridad del gobierno, no se deben pasar en silencio otras de
mas reato y de lenta ó imposible reparacion. Mandando
al'mal', y al'mando en efecto, algunos presidiarios de la Cal'-
l'aca para reforzar las gavillas COIl que el conde de las Na-
vas asolaba la Mancha, PI'OCUl'Ó alental', y alentó en efecto,
la I'ebelion, dilapidando para sostenerla cuantiosos recursos
flue ('eclamaban con urgencia las necesidades lcgítimas de-
satendidas. Dando libertad á los presos por causas de con-
trabando y enviando los carabineros de costas y fl'onteras
al ejército que debia capitanear Espinosa, inundó u dejó
inundar su territol'io de géneros y efectos estrangeros. Au-
torizando u prescribiendo el despacho de estos para el inte-
rior con una enorme rebaja de derechos, perjudicó al Teso-
ro público, privándole de ingresos cuantiosos, á la in~lustria
nacional, que no podia sin esta proteccion compclir con la
cstrangera, y á los comerciantes de bucna fé que habian sa-
tisfecho ya los dercchos antiguos. Todos sus actos anuncia-
ban la resistencia mas decidida; y en el mismo dia 23 , en
que la junta de la Coruña estendia su vaga y conminatoria
sumision, decia la de Cádiz, en el mas terrible manifiesto que
vió la luz en aquella época de alarde revolucio~ario, «hábla-
»se de la reunion de los estamentos segun las bases de la
»I'eal órden llamada, por un ridículo y fementido paralogis-
)mo, Estatuto Real, y se trata asi de obstruir el único ca-
»mino de salud que á la patria (Jucda, que consiste en la
»reunion de las Cortes constituyentes. La junta faltaria á sus




300 ANALES DE ISABEL n.
»ueberes si no manifestase en términos esplicilOs los seuLi-
»lIlienlos que la ~\lIilllan. El llamado Estatuto Real y el sisLe-
))Jlla por él estableeido son, con respecto á la libertad poli
»tica de la nacion, lo que la hipocresia respecto á la vir-
))tnd. Los españoles libres no quieren parecer lihres, sino
»8edo. No han tomado las armas solo para derribal' al tl'¡Ü-
»dor (Toreno) cuyo nombre mancillara cl decoro gubCl'lla-
»tivo, sino para derrocar el principio de la tirania, y solo
»las depondrán cuando lo hayan derrocado.)) En seguida,
anunció haber revocado los poderes de los procuradores de
su provincia, y declarado nulos los actos que en el ejerci-
cio de ellos hiciesen, y comunicó este acuCl'do á las deluas
juntas gubernativas del reino para empeñarlas á adopla/'
igual medida. Como si esta declaracion no fuese bastante
esplícita, la junta dirigió al dia siguiente una esposieion á
Mendizabal, en la cual, despues de tributarle los mas exa-
gerados elogios personales, de sostener que los movimien-
tos de las provincias no eran, como se suponia, la ol)l'a de
una minoría débil y exaltada, sino de los comel'cianLes,
propietarios, militares, artesanos, literatos y de toda la
juventud en masa, deeia: «Antes vCl'án sus hijos destruidos
»piedra á piedl'a los muros de esta capital; antes teñida en
»sangre la mar que los circunda y abrumadas de los cadú-
»vcres sus olas, que depongan sus armas sin ver ya esta-
»blecido el Congreso constituyente que hau pedido; eom-
»puesto, no de cien hombres venales que inunden y ase-
»dien las antesalas del ministerio, sino elegidos por la na-
»cion , segun los principios de aquellas leyes que dictó la
)>IIacion misma deliberando bajo el tiro de la al'tilleria ene-
»miga ..... Si, por salvar los fragmentos de un sistema de-




LIBRO QUINTO. 301
»sacreditado, se sitúa V. E. entre los enemigos del bien;
»si permite que se empeñe la lucha en defensa de una teo-
)¡da sofística; si un solo fusil se dispara, la junta de Cá-
»diz 1Jreviene á r. E. del modo mas solemne qlW serú
)¡responsable ú la patria, y que ante la repI'esentacion na-
)¡cional se lc pedirá estt'echa cuenta de la sangl'e derrama-
»da de sus hermanos.))


¿ Quién creeria que, despucs dc tales manifestaciones,
hechas con vista del lJl'ograma del 14 y con conocimiento
de las intenciones del ministerio, se someteria la junta de
Cadiz ? Sin embargo, aun no habian pasado ocho dias , y
ya , sin nuevos actos del gobierno que autol'izasen el cam-
Lio de disposiciones tan audazmente proclamadas, delibe-
ró rIla sobre una comunicacíon que le hizo la de Scvilla
anunciándole la sumision de Badajoz y haciéndole Iwesentir'
la suya pl'opia. Veriiicóla Sevilla en efecto el 3 de octuhre,
y el 5 imitó Cádiz su ejemplo, que luego siguió Huelva. En
el mismo dia la junta de Córdoba, que pocos dias antes, ce-
diendo ú las sugestiones de la de Cadiz, habia revocado los
poderes de sus pI'ocmadores á Cortes, se disolvió iguaL
mente y anuló los que, pUl'a representarla en la centl'al de
Andalucía, habia dado á sus diputados.


Esta junta central, compuesta de las ocho provincias
andaluzas, se hallaba instalada desde e12 en Andújar. Em-
pezó ella nombrando por su presidente al conde del Dona-
dio, diputado de Jaen, famoso por la exageracion de sus
principios y por el crédito que ellos le daban en la socie-
dad Isabelina, en la cual figuraba como uno de los mas aea-
10l'ados gefes. En el mismo dia, nombró al capitan general
de Andalucía don Cárlos Espinosa, general en gefe de su




302 ANALES DE ISABEL 11.
ejército; segundo del mismo al comandante general de Cór-
doba don Ped¡'o Rami¡'cz, y comandante de la vanguardia á
don Cárlos ViIlapadierna, coronel del 4.° de ligeros, no
causando poca sorpl'esa el entusiasmo con que estos agen-
tes del gobierno aceptaron las comisiones de un cuerpo re-
belado contra su autoridad. El 3 dirigió una proclama á
los andaluces en que, anunciando el deseo de la formacion
de un código fundamental por Cortes constituyentes, decla-
raba ,( que no dejaI'ia las armas hasta consolidar el trono
)lpOr este medio y esterminar al pdncípe rebelde,.)) lo que
equivalia á anunciar la intencion de conservar indefinida-
mente el poder que se habia abrogado. En el propio día,
anunció su instalarion al gobierno, cspresandt) el vol.o de
que se dedicasen á realizaI' los designios que ella procla-
maba las fuerzas que habia organizado, que á la verdad no
debían ser muchas, no contando aun 24 horas de estar
reunidas. El 4, el nuevo general en gefe Espinosa anunció
que se pondria luego al frente de todas las tropas andalu-
zas, con las cuales estaban dispuestas á fraternizar las de
Cádiz y Sevilla, que él tenia consigo en Andújar. El 5 Y
el 6, conocida sucesivamente la disolucion de las juntas de
Sevilla y Córdoba, y llevada muy á mal por la central, (llIe
sin duda creia poder ejercer sobre sus comitentes los de-
rechos de la soberanía, se envió á estas ciudades para re-
ducirlos de nuevo á la obediencia á los cOl'oneles OSOl'io y
tancha, distinguido el primero desde el fin de agosto en los
dcsól'denes de Cádiz y el segundo en los de Málaga. OSOl'io
llegó á Sevilla el 8 con 250 hombl'es del regimienlo de Afri- •
ca, 150 nacionales de Cádiz y tres piezas de artillería; y pre-
sentando al brigadier Osuna, que mandaba en la ciudad en




LIBRO QUINTO. 303
ausencia de Espinosa, su nombramiento de comandante
general interino, cxigió que se le diese posesiono Rehusólo
el brigadier manifestando necesitar órdenes del capitan ge-
nCI'al propiet3l'io , á quien al efecto se despachó un correo á
Andújal'. Pero, sin aguardar su regreso y cual si ya estu-
viese en ejercicio del mando, pasó Osorio el 9 y el 10 re-
vista ú su columna, pensando escitar simpatías con aquel
alarde estudiado y con el anuncio de emplear sus fuerzas
para restablecer el gohierno independiente que se habia di-
suelto. Irritó á muchos nacionales esta nueva tentativa de
t1'a8tOl'll0 ; p.'onuncióse contra ella el pueblo enérgicamen-
le , y en vista de estas disposiciones los gefes de los cuer-
pos de la guarnicion y de la milicia pidieron á Osuna que
mandase á Osol'io salÍ!' de la ciudad. Hizosele en efecto
la intimacion ; rehusó él conformarse, fué su casa atacada
de resultas entre los gritos de muera, que sin duda no ha-
bia cI'eido que se lanzarian contra él ; y, salvado del fu-
1'01' de la muchedumhre, no sin esfuerzos, sc le despachó
el 1 j en calidad de preso á Badajoz , quedándose sus com-
paiiías de Af,'iea á las ól'denes de la autoridad legítima y
volviéndose á Cadiz sus nacionales. La facilidad COIl que se
frustró aquella nueva tentativa de revolucion dejó conocer
que 10 mismo habria sucedido con las anteriores si hubie-
sen tomado las tropas y la milicia nacional la actitud que
tomaron en último caso. El abandono que hicieron de su
gefe los soldados de Africa y los milicianos de Cádiz, con-
firmó asimismo la idea dc que los revoltosos lo eran solo,
mientras que, para ostentarse tales, bastasen las fanfarro-
nadas, y que, encontrando resistencia, no sabian ellos si-
no doblegar la cerviz.




304 ANALES DE ISABEL n.
Poco despues de haber salido Osorio para su destino de


Radajoz, llegó á Sevilla la órden de Espinosa para entre-
garle el mando; pero Osuna, por no cumplirla, hizo dimi-
sion del suyo, y los genel'ales y gefes detel'minat'on devol-
verlo al segundo cabo , mal'qu(~s de la Concordia, que, so
pretesto de enfermedad, lo hahia abandonado en los prime-
ros dias del levantamiento. El coronel Lancha, que COIl las
tropas de Málaga y G I'anada habia ido a ¡'cinstalar la jUllta
disuelta de CÓl'lloha, advertido, por el mal t'~xito de la ten-
tatiya de Osorio, de la suerte que debia esperar, salió de la
ciudad ellO, se acampó en las inmediaciones, y I'('sohió
aguardar órdenes de Sevilla ó de Madl·id. En Andujal' mis-
mo, el coronel Cantero, comandante del batallon de vohm-
tarios de Andalucía, dió tamhien la señal de la insurl'eccioll
eontra'.la junta. Informado por Espinosa de que, para poder
desempeñar mas libremente su nuevo encargo de comandan-
te del ejército, habia hecho dimision de la capitanía gene-
ral, que pocos dias antes le confiara la reina, se separó de
su obediencia, y entre los gritos de muera la junta, 1'11)(f
la libertad, se salió el 12 de la ciudad con su J)atalIon; y,
arrastrando tl'as sí mas de ¡500 homlJl'es de otros cuerpos,
16 caballos y dosbatcrías de artillel'ia, fue á situarse á Villa
del Rio, desde donde hizo su sumision á la reina. Asi, la jun-
ta central, que, compuesta de individuos de las !lemas de
Andalucía, habia osado volver sus armas contea ellas, vió á
los diez dias de su instalacion (leseonocida su precaria auto-
ridad por las tI'opas que pretendia haber organizado y con-
tinuar organizando, y aun pOI' las principales de las junt.as
en cuyo nombre la ejercia. Anulado, por la revocacion de
su mandato, el único título con que podia continuar I'euni-




LIBRO QUINTO. 305
da; y privada por la defeccion de las tropas del apoyo ma-
terial con que podia llevar á cabo su usurpacion, parecia lle-
gado el termino de su existencia.


Pero en las guel'l'lís civiles se ven anomalías que frus-
tran todas las previsiones y desbaratan todos los cálculos.
Mientras Osario caminaba á Sevilla, donde solo la prision y
el estrañamiento le libertaron de la muerte, Cádiz, teatro de
las proezas de aquel gefe , se sublevó de nuevo á las cua-
renta y ocho horas de haberse sometido. El 7 , con motivo
de las órdenes dadas por la junta central para reducir pOI' la
fuerza ú Seyilla y Córdoba, se volvieron á reunir los revol-
tosos, y pidieron la formacion de otra junta en lugar de la
disuelta dos dias antes. Los milicianos envial'On dos diputa-
dos por compañía á que intimasen esta decisioll al goberna-
dor, que, instrumento dócil de sus designios, se prestó hu-
mildemente á esta eXIgencia, como lo habia hecho á todas
las antel'iores. Val'ios de los individuos designados para ha-
cer la eleccion, pretendieron dilatarla ó impedirla, califIcán-
dola de ilegal y de inconsecuente, alguno se ausentó por no
tomar parte en ella. Pero, tachados !le malos liberales los
que asi pensal'on, y obligados á retirarse, se formó sin opo-
8icion la corporacion nueva, de que se nombró miembro al
mismo Osorio , á quien en Sevilla aguardaban tan graves
riesgos tres dias despucs. La nucva junta se disponia á se-
guir las huellas de la antigua, cuando, aterrada por la noti
cia de las ocul'l'encias dc aquella ciudad y de la !le Córdo-
ha, y mas aun por la defeccion, de Cantero en Andujar, trató
de ponerse en buen lugar con el gobierno. En consecuencia
dirigió á la reina el 15 una nueva csposicion , disculpando
su rebelioll ultima, atribuyéndola al deseo de utilizar los


TOMO JI. 20




306 ANALES DE ISABEL 11.
sacrificios voluntarios dc su provincia, y ofreciendo t.odos
sus medios ¡tI gobierno, bien que exigiendo de él el recono-
cimiento de los servicios de los gefes, oficiales y tropa de su
ejército, y la aprobaeion de todos sus actos; y, para voiver
á la gracia de los procuradores de su territorio, anuló la dis-
posicion del 24 de setiembre, por la cual habia revocado sus
poderes. A tan vergonzosas palinodias condenó un cluhisia
díscolo á una reunion que pretendia sel' el órgano de los
votos del emporio de la civilizacion española. Todas las jun-
tas dieron el espectáculo doloroso de las abcnaciones; la de
Cádiz dió ademas el espectáculo ridículo de las inconsecuen-
cias.


En tanto mantenian su actitud decididamentc hostil las
juntas dc Málaga, Granada, Almería y Jaen, distinguiéndo-
se las dos pl'imeras por la violencia de sus medidas. La de
Málaga continuó, no solo usurpando las pl'crogativas de la
soberanía, sino ejerciendo la autoridad mas despótica y
haciendo pesar sohre los pueblos el yugo mas insopol'table.
Secuestró las rentas de su ohispo electo, ú prctcsto dc que
se hahia ausentado sin su licencia dc la }ll'oyincia, y envió
al prcsidio de :Mclilla al abad mitrado de Alcahl; hizo ven-
der las alhajas y las campanas de los conventos; decretó
quintas; sacó y armó mozos; movilizó casi todos sus urba-
nos; estableció jueces de paz, á los cualcs confió, entre
otras atrihuciones, las principales dc la policía suprimida, y
por último acordó cortar toda relacion con el gohierno dc
Madrid. Y, como si no temiese cortarlas con todos á la
vez, promovió ú toleró una reycl'ta t¡UC se habria convrrti-
do cn lucha formal, por poco que la junta dc Granada se
hubiese empeflado en sostener á AbeUo.




LIBRO QUINTQ. 307
Este era á la verdad un simple cQrOlllll cqando ella se


formó en ~n de agosto; pero, en el motin á que ella misma
debió su ereccion, fué llroclamado capitan general y su
nueva dignidad no el'a mas disputable que el título con quc
las juntas de todas las provincias usurpaban las atribuciones
de la soberanía. Sin embargo, el presidente de la de Milla-
ga, Santa Cruz, que era brigadier, rehusó obedecer á Ahe-
110 á pretesto de la inferioridad relativa de su grado militar;
y otro tanto hizo por la misma causa el comandante gcne-
ral de Jaen, desconociendo entl'ambos el pretendido voto po-
pular, orígen comun del nuevo poder que ellos y los demas
ejercian. tu junta de Granada, deseando impedir los efec-
tos de esta desavenencia, destituyó á Abello el 24; pero el
partido de este armó un nuevo motin en que estuvieron á
pique de perecer todos los vocalcs. Acudieron los milicia-
nos al socorro de estos, prendieron á los amigos del aven-
turero y proclamaron capitan general al mariscal de cam-
po don Joaquin Zea, viejo moderado que fué tan sorpren-
dido de su nombl'amiento como todos los que conocian sus
sentimientos pacíficos. A pesar de ellos, y quizá á causa de
el~os, Zea se prestó á lodo cuanto de él se quiso exigü'.
Al dia siguiente de su instalacion, publicó un bando lleno
de las disposiciones atroces con que, en aquel período de
desorganizacion general, pretendian los geres militares cap-
tarse la benevolencia de los l'evoltosos y eon que ]10 siem-
pre se preservaban de la destitueion. El 26 salieron para
Ceuta los presos del 24, comlenados gubernativamente y
sin forma de juicio, segun la costumbre del tiempo, que-
dando en la cárcel los caudillos del movimiento á quienes
se reservaba otra suerte mas dura. Al punto se completa-




308 ANALES DE ISABEL 11.
ron las remociones de los empleados que habian sobrena-
dado al naufragio anterior; fue~on separados los gefes de
las dependencias de rentas, aunque amigos personales de
Zea, y el intendente mismo tuvo que escapar. La adminis-
tracion quedó de resultas en el mas deplorable abandono, el
contrabando impune y triunfante, la tesorería exhausta y la
junta sin medios de hacer frente á las necesidades ordina-
rias del servicio provincial y mucho menos á las estmordina-
rias de la guerra. A prolongada se mostraba, no obstante,
resuelta aquella corporacion cuando, anunciando el3 de oc-
tubre la instalacion de la junta central, decia, «sea cual
»fuese la marcha que adopte el gobierno de Madrid, las
»juntas de Andalucía están decididas á no perder la acti-
})tud hostt'l hasta que se dé á la nacion una ley fundamen-
»)tal.» Para conservar esta actitud, movilizó urbanos, creó
cuerpos nuevos y reforzó con unos y con otros las colum-
nas que todos los di as dirigian sobre aquella ciudad, COII
destino á Despeñapel'l'os, los rebeldes de Málaga, Jaen y
AlmeI'Ía. No debe omitil'se que, tratándose tan cmchncnlc
á los amigos de Abello y destituyendo á este de la capi-
tanía general que USUl'pam, se le conservó una plaza en la
junta, á la cual continuó asistiendo en calidad de simple
vocal.


La de Almería , desalentada por el poco apoyo que ha-
llaba en los natul'ales, estaba á pique de disolverse. Pero lo
impidieron los revoltosos manteniendo la fermentacion has-
ta que, convencidas las autoridades de la poca gl'atitud que.
escitaban sus condescendencias, se salieron de la ciudad,
abandonando sus puestos á los que los codicialJall. En
cuanto á la junta de Jaen, ufana de que la centl'all'esidie-




LIBRO QUINTO. 309
se en su provmcIa, mas ufana aun de la influencia que en
ella ejercian sus diputados Donadio y Acuña, era la ulti
ma quc debia ceder. Asi, escepto Córdoba, Sevilla y Huel-
va, toda Andalucía estaba bajo la direccion de la cen-
tral, que, ti peS[lr de las defecciones, reuJ}ja tropas y se PD-
nia en ademan de dicta!' leyes.


Contaba ella principalmente pam realizar este designio
con el cuerpo que, reforzado con los soldados de Latre, se
habia internado en la Mancha el mes anterior y que conti-
nuaba mandado por el coronel Villapadierna y el conde de
las Navas. Este cuerpo, aunque constaba solo de urbanos sin
valol' y de soldados sin disciplina, que entre todos llegaban


. apenas á 3,000 hombres, hacia temblar á los habitantes en
sus hogares, á los ministros en sus sillas, y hasta á la reina
en su trono. Navas, no solo toleraba los escesos de sus se-
cuaces, cierto de no poder conservar de otra manera su as-
cendiente sobre ellos, sino que aumentaba el desórden ge-
Ilel'al, apoderándose de todos los fondos del Estado y de
los pueblos y de los depósitos y almacenes de fmtos de las
Encomiendas, y haciéndolos vender á vil precio ú supo-
niéndolos invertidos en la mallutellcion de las h'opas. Los
pueblos, que no por eso se libertaban de requisiciones y
cargas de toda especie, se vieron reducidos á la necesidad
de pasarse casi en masa á las bandas carlistas, que se for-
maron ó se engrosaron al lado de las de Navas, llegando
Orejita á incorporar en la suya todos los desertores de la
Mancha y de Andalucia. Para acudir á la defensa del ter-
ritorio, la junta directiva de Ciudad-Real llamó a las filas
de la milicia nacional á los hombres de 17 á 50 años, de-
rogando las condiciones que pam entrar en ella pedia la




;110 ANALES DE ISABEL Il.
ley votada últimamente, garantía que el incremento pro-
gresivo de las facciones no permitia respetar.


El gobierno, por su parte, advertido, por la reciente
defeccion de los soldados de Latre, del riesgo que corria
enviando otros contra las bandas de Navas, no halló mas
medio de combatirlas que el de enviarle ó hacerle enviar
emisarios que le ablandasen. El nuevo Espal'taco los reci-
bió con desden en su campo, sin que los preservase de in-
solentes rehusos ni su gerarquía militar, ni la identidad
de sus principios políticos, ní aun la circullstancia de ser
algunos de ellos sus amigos particulares. Así hizo volver
desairado á Madrid á su pariente y colega don Rodl'igo
Al'anda , á sus amigos intimos el ex-diplomático Aguilar
y el procurador Chacon, á los pel'iodistas Espronceda y
Bernaheu, y hasta al comandante general de la provincia,
don Narciso Lopez, que en vano quiso hacer respetar su
autoridad. Aun á Quiroga, gefe de la revolucion de 1820,
detuvo en Manzanares sin pel'mitirle que continuase su
viage á Granada, cuya capitanía general acababa de con fe-
rírsele. Para que nada le quedase por hacer, Navas inter-
ceptó los caneas de la COl'te, examinó y detuvo la corres-
pondencia, y trató en fin al gobierno con él mas profundo
desprecio, marchando en seguida á Madrid donde su sola
presencia era un desafio y una amenaza.


La junta de Bal'celona, en medio de demostI'aciones que
-parecian de sumision, y que el gobierno recibia como si lo
fuesen en efecto, consel'vaba tambien una actitud que los
mas confiados calificaban dé neutral, y los mas perspicaces
de hostil. El 23 de setiembre, con preseÍlcia del manifiesto
(le Mendizabal del 14, acordó ella prestar cooperacioJt al




LIDRO QUINTO. 311
gobierno; acuerdo jactancioso con que dejaba traslucir la
intencion de tratar con él de igual á igual; empeño esté-
dI con que no se detcrminaba la naturaleza de la coopera-
cioll; fórmula evasiva con fIlie se dejaba subsistir el estado
de emancipacion antcl'ior, afectando modificarlo; promesa
ilTisori3, por último, con que se tenia el aire de dar al go-
hicl'l1o un apoyo que la junta no podia darse á si propia,
pues que en el mismo tiempo lo reclamaha ella diariamen-
te del gobierno para reprimir la audacia de las facciones
que asolaban el Principado. El 24, cual si temiese que la
promes3 de coopel'acion hecha el dia anterior pudiese in-
terpretarse como un acto de sumision, se apresuró á de-
clarar al gobernador civil que el interes mismo del trono
no le permitia disolverse; «pues solo una concentracion del
})poder, dijo, cual la que existe en esta reunion, y una in-
»tluencia como la que ella dichosamente ejerce en el Prin-
»cipado, puede sostener esta sagrada causa.» En la misma
eart3 ene3rgú al mismo gcfc decir á los ministros, «que
»como no faltasen ellos, la junta no faltaria; que asegum-
»sell cuanto antes la ley fundamental reclamada y que el
»veneimiento de los facciosos seria m3S fácil, si se decre-
)ltaba la reforma del clero sf;cular y se hacia depender su
»subsistencia del erario.» Asi, la junta, no solo no se so-
metia sino que manifestaba desconfianza de que se le cum-
pliese lo prometido en el progl'ama de Mendizabal y en la cir-
cular de Héros ; y, lo que es mas, se preparaba para pro-
longar la resistencia abierta, si como cra necesarIO rehusaba
el gobierno su asentimiento á la delicada y trascendental
medida de la reforma eclesiástica, cuya sola indicacion era
un onslácnlo mas para allanar las dificultades pendientes.




312 ANALES DE ISABEL lI.
Parecia que á lo menos habria debido la junta abstener-


se desde aquel dia ele invadir las atrihuciones del gobierno
á quien ofl'ecja cooperacion, siendo evidente que la mas
eficaz que podia pl'estade era dejarle espedito el ejercicio
ele su autoridad. No fué asi sin cmhal'go; y, á pl'etesto de
los gastos que estaba obligada á hacer para mantener cue¡'-
pos, que en ninguna parte se veian, y con cuya creacion ha-
bia coincidido el enorme aumento de las faccioncs, agl'avó
de su propia autoridad los impuestos. Empezó por sujetar á
los comerciantes, fabricantes y propietarios, que los desór-
denes ahuyentaban diariamente de Barcelona, á ulla capita-
cion equivalente al importe de los derechos de puertas que
habrian pagado por los objetos de su consumo si hubiescn
pCl'manecido cn la ciudad; y, como resultasen insignifican-
tes los productos de esta inicua imposicion, cstablcció á los
pocos dias otm de uno por ciento sohl'c todos los frutos y
efectos nacionales y cstrangeros á su intmduccion ú CSPO¡'-
tacion; restableció los derechos dc pum'tas sobrc el pié en
fluC cstaban antes del 5 de agosto; declaró sujetos á los
que, bajo cste titulo, se pagaban cn Barceloua, lodos los
¡.;éncl'os y efcCtos que entrasen pOI' los puertos habilitados,
sin embargo de que en ellos se pagaban los mismos que en
las capitales; mandó que el adeudo de los nuevos derechos
se verificase en el termino de quince dias; exigió, á título
de anticipacion reembolsable en un tél'mino indefinido, mc-
dia anualidad de los subsidios eclesiásticos y de comcrcio,
y, a título de anticipacion sobre las conwibuciones ulterio-
res, una capitacion ilimitada que previno cargar especial-
mente sobre los gl'andes propictarios; impuso una contri-
hueion de cuatro por ciento a los dueños de casas, y aumentó




LIBRO QUINTO. 313
los derechos de vinos y licores. Al mismo tiempo la comi-
sion económica, viendo que el estado del pais no pern~itia
que las autoridades municipales recaudasen el medio diez-
mo destinado á la movílizacion de la guat'dia nacional, en-
eargó á los comandantes y oficiales de estos cuerpos que lo
rec(\urlasen ellos pOI' si, cuando sus gestiones no bastasen
ú fluC las justicias lo hiciesen, y, por la intervencion necesa-
riamente desoq;anizadora de estos agentes militares ,com-
plicó, si no impidió, las cobranzas, {Iue la penuria de los
ticmpos hacia ya demasiado diticiles. Tal eea la coopet'a-
cion fIue la junta de Barcelona habia ofl'ecido al gobierno
en nn de sctiembl'e, tal la manera con que justiticaba la
ncccsidad y la conveniencia de su administracion.


Todavía estas medidas habrian podido cscusarse, si los
sacrificios á que pOI' ellas se condenaba á los pueblos hu-
biesen servido siquiera para reprimir ó contener las faccio-
nes ; pero, lejos de ser asi, estas se habian aumentado en
una espantosa progresion. Paslors, llegado á Agl'amunt
el 25, encontró alli un batallon de la Icgion estrangel'a,
ido desde Balagucr pam recoger los destacamentos de la
misma diseminados pOI' aquella pal'te del principado y di-
rigirse entera á Aragon, donde la destinaba el:gobierno. Re-
ducidas por la marcha de aquel cuerpo las fuerzas de
Pastors á poco mas de 2,000 hombres tuvo éste que tras-
ladal'se el 26 á Cervel'a. Alli supo que sus csfuel'zos no le
valían mas que denuestos de los revoltosos de Barcelona
que, cifl'ando su patI'iotismo en gl'itos y amenazas , calum-
niaban á los que combatían pOI' que cedían el terreno, co-
mo si pocos militares bastasen á contener en los campos el
mal que muchos alborotadores promovían en las ciudades.




314 ANALES DE ISABEL ll.
Pastors, replegado á Cervera, forzado á abandonar las an-
tiguas líneas de defensa, y dejando todo el tenitorio á mer-
ced de los enemigos, yió luego ocupados los pueblos de
Oliana , Organia, Ton\, Tuxent y otros mucllos, bloquea-
das á Bel'ga y Solsona , amenazada á Cantona, y á Sanso
establecido tranquilamente en San Lorenzo de MOl'lmys,
interceptando desde alli todos los recursos de (¡ue necesi-
taban estas plazas. En vano envió á Sebastian y Calvel so-
bre Cardona, donde no penetraron ambos sino pam (Iue-
dat'se bloqueados dUl'ante el tiempo que alli permaneciel'on.
En vano Ayerbe, salido de Barcelona para ahuyentar la:,
facciones que amenazaban á Olot, sostuvo el 24 un glOl'ioso
combate con las bandas de Tristany, Ros de Eroles, So-
brevies y Cil'era. ~\. pesar de habel' dejado bien puesto el
honor de las armas de la reina, tuvo que volvel' á la ciudad
convencido de serie imposible mantenerse en el campo con-
tra facciones que, solo desde las inmediaciones de la Jun-
quera hasta Cardona, contaban mas de 1':->,000 homlJl'es.
Paslors mismo , dando cuenta de su situacion el 1 . o de oc-
tubre, decia: « mis relaciones no se estienden mas allá del
»radio de dos ó tres leguas, que es hasta donde alcanza la
»fuerza moral de mi presencia, y la física, aunque muy
»eseasa, de mi escolta.» Las guarniciones que en la misma
fecha tenía en aquella plaza y en las de Calaf, Agl'amunl,
y Guisona, componían en todo 270 hombres, inclusos los
músicos y la plana mayor de un batallon. Y « he aqui, dijo
»)en una comunicacion á Castellar, torlas las /iterzas rlPl
»ejércifo que se hallan para cubrir un inmenso espacio
»de terreno, aonde circulan una porcion de pequcñfls ga-
»villas que asolan el país. )




LIBRO QUINTO.' 315
Pastors, esponiendo esta situacion, pidió recursos COII


urgencia al gobierno; pcro, seguro de que este carecia has-
ta de los necesarios para mantene['se á sí mismo, se dil'i-
gió al general Serrano que, en calidad de segundo cabo,
acababa de tomar el mando dc Aragon. Este no tenia
menores apuros que Pastors; pues, á pesar de las vic-
torias brillantes que decia Nogueras haber obtenido en
O['ta, Peñaroya y Muniesa sobrc Quilcz y Serrador, ocu-
l)aban ellos todo el bajo Aragon, donde habia sido forzoso
enviar las tropas destinadas a mantener la paz en la partc
alta. A pesar de eso, dió órden Serrano al comandante de la
legion estrangera, reforzada antes con 350 hombres de su
depósito de Tolon, y completada entonces con 450 que, re-
zagados en Africa, habian llegado el" 27 de setiembre á Tar-
ragona, de volver á Cataluña, bien que encargándole no se-
pararse mucho de las fronteras del territorio de su mando.
Con este anuncio, y con el de haberse apoderado una
columna cristina, salida de Tarragona, del castillo de Que-
rol, y de haber sido deshcchas las bandas que acudieran á
su socorro, pudo Pastors trasladarse á Manresa, dejando á
Niubó con cortísimas fuerzas encargado dc la baja Catalu-
ña, donde, á no comprimirse por una gran vigilancia, po-
dian las facciones tomar tanto cuerpo como habian tomado
en la alta.


Ni eran solo los desórdenes que toleraban ó promovían
las juntas los que el gobierno y los pueblos estaban conde-
nados á llorar. Mientras los que aun se mantenian en esta-
do de disidencia continuaban disponiendo de los fondos pú-
blicos, exigiendo contribuciones, aplicando á las necesida-
des de la rebelion el pI'oduéto de las ventas de álhajás y




316 A,NAI¡ES DE ISABEL n.
existencias de los conventos, y autorizando la indis~iphna
militar, que tan funesta é'ra ya, y debia sel' mas tarde, á la
causa del trono y á la consolidacion del órden público, sc
cometian esceSDS del mismo y de Otl'OS genel'Os en algunas
de las ciudades que se habian mantenido lieles á la ¡'eina,
y cn otras que ya habían. hecho su sumision. Dos dias dcs-
pues de haber hecho la suya Zaragoza (el 4 de octubrc) lle-
garon alli, heridos en la accion de ~Iunicsa, cl comandante
gcncl'al ~ogucras y algunos urbanos de aquella capital. No
fue menester mas para que se alborotasen de nuevo sus
compañeros, y pidiese el populacho favorecido por la mis-
ma milicia, como lo acababa (le hacer en Valencia, ~Mul'cia
y otros puntos, la muerte de varíos individuos presos pOI'
una antigua causa de conspiracion, empezada á formar en
marzo de 1833. De resultas, reúnense á media noche las
autoridades en casa del general, y á las seis de la mañana
del 5 acuerdan todas satisfacer la rabia de los asesinos, en-
tl'egando al verdugo dos que se supusieron mas culpables,
cntrc los cuarenta y dos quc habia prcsos, (los antiguos ca-
pitanes de realistas Villary Arroyo), y otro (un aguador lla-
mado Arreglo) que, condenaclo áprcsidio pOI' un dc\i~o comun
y aguanlando en la cárcel la hora de ser trasladado á su
destino, fue designado nominativamente por los conjurados
como víctima especial de propiciacion. Sel'rano, que cuatro
dias antes habia tomado el mando, y que en su proclama
de instalacion habia recomendado el respeto á las leyes, los
hizo fusilar á las véÍnte y cuatro horas. Pam calmar la scd
de sangre de los que todos los dias reclamaban tan hOlTcn-
das rcpl'esalias, anunció que el presidente de la sala del
crímen le habia pl'ometido no levantal' mUllo hasta eOllcluir




LIBRO QUINTO. 317
las demas causas pendientes; y, añadiendo a su deferencia
por crueles intimaciones el sarcasmo contra sus víctimas,
aseguró que esto se hacia «sin violar la l;eligiosidad de la
»ley, áncora única de la sociedad.)


Lugares pequeños quisieron tambien elevarse por el
motin á la altura de las grandes poblaciones. En Rivadeo,
pOI' ejemplo, des pues de circulado el programa de Mendiza-
hal y la circular de Hcros; en Talavera de la Reina y otros
pueblos , despues de publicado el decreto de convocacion á
Cortes, y de haberse obtenido cuanto se habia mostrado de-
sear, se pidió y se obtuvo la supresion de los conventos y
la remocíon de los empleados desafectos. De San Roque se
espulsaba por la misma causa de desafeccion á una porcion
de individuos, en tanto que, pOI' la razon opuesta, es decir,
por las simpatías revolucionarias que escitaban, se arranca-
ba en Aljeciras de la mano de la justicia á reos de delitos
comunes. Veíase, en fin, por donde quiera, la relajacion de
la disciplina civil, la autoridad hollada ó desconocida, y las
feroces y siempre Cl'ecientes exigencias de un partido que
no podia medrar sino en el trastorno sustituidas á los há-
bitos de obediencia y á las prescripciones de la ley.


tas autoridades mismas parecian querer entretener, yaun
aumentar por disposiciones atroces ó por precauciones exor_
bitantes, la tendencia general al desórden. Por un lado, el
gobernador de CasteIlon, Castaño, amenazaba á todo veci-
no que abandonase la ciudad para buscar asilo en otra,
con borrarle del padron y no permitirle que volviese á es-
tablecerse en su casa cuando se hubiesen disminuido los
riesgos. Su sucesor, Loredo, autorizó, por un bando, inves-
tigaciones inquisitoriales en el seno de las familias, contra




318 ANALES DE ISABEL n.
las cuales hubiera prevencione$ Ó sospechas de desa/'ec-
cion, y decretó la prision y el embargo de bienes de los que
no presentasen -á la justicia sus hijos ó paricntes ausentes.
Por otro, Peon, comandante gencral de Burgos, mandó
prender á los parientes mas cercanos de Merino, a los de
los cabecillas que le acompañaban, y á cllalquiel'a otra per-
sona desafecta al gobierno. El gobernador civil dc Huesca
conminó con grandes multas á los pueblos que no prendie-
sen los desertores que pasasen por ellos en menos número
que la cuarta parte de sus habitantes. Pastol's dispuso in-
demnizar á un individuo á quien los facciosos habian cogi-
do sus dos hijos con cuarenta mil l'eales, exigibles de los
desafectos de Manresa, e hizo responsables de la aprehen-
sion de cualquiera otro á los vecinos del barrio donde hu-
biesen tenido su domicilio anterior los apl'ehensol'es. El go-
bernador civil de Zaragoza, Adan, mandó echar de la ciu-
dad y de la provincia á los que no acreditascn un motivo
justo de permanencia. ¿Qué mas? Hasta cl ayuntamiento de
un lugar (Almagro) usó del derecho de estrañamiento que se
abrogaba impunemente todo el que ejercia alguna autoridad,
y lo usó hasta con mugel'es inofensivas, quc seguian pleitos
eon algunos de sus magnates. Era imposible mostrar mas
furor, mas arbitrariedad, mas ignorancia de los elementos
del órdcn público, menos respeto á los del'cchos, reconoci-
dos en todos los paiscs del mundo como el primero y el
mas esencial de los lazos que ligan á los hombres reunidos
en sociedad.


En tal situacion, cada uno tenia la facultad y aun el de-
ber de protcgcrse á si mismo, puesto que no habia gobierno
que le pl'ote¡¡;iese. En fuel'za de esta conviccion, unos tras-




J.mRO QUINTO. 319
ladaron sus capitales á Francia é Inglaterra, otros cerraron
y pl'ocuraron liquidar sus establecimientos comel'ciales, fa-
hriles ó agrícolas, y todos disminuyeron sus gastos y se pre-
pararon asi pal'a concr la borrasca que se presentaba con
apariencias de dmadera. Consecuencia de tal estado fué
la pat'alizacion de todos los trabajos, en que estaba cifrada
la subsistencia de centenares de miles de familias. Solo en
Barcelona se quedaron sin ocupacion 20,000 operarios de
sus fábricas de algodon , y 6,000 á lo menos en las otras
de Cataluña. Pocos meses antes, los salarios de los emplea-
dos en ellas asecndian á 150 millones al año, á 200 los ca-
pitales i!lvertidos en edificios y máquinas, y á cerca del do-
ble los que circulaban en el movimiento general de esta sola
industria. Maltratada estraordinariamente en los trastornos
del Principado, acabaron de hundirla las enormes introduc_
ciones de géneros ingleses, hechas por Cádiz y Málaga, que
en dos meses pasaron de 50,000 libras esterlinas. Por San.
t:.Illder, Bilbao, y demas pueblos de aquella costa, se hicie-
ron, entretanto, a fayor de su ocupacíon por las {uel'zas au-
xilim'cs ingle sas, iguales ó mayores importaciones, que,
acabando con la fab¡'ícacíon catalana, amenazaron aca-·
bar con todas las demas industrias del reino.


¿ Se creería quc los hombres del movimiento mira-
ban tantas calamidades, no solo con indiferencia, sino
con cierta especie de placer? « Las luchas encarnizadas,
decía uno de ellos, «las venganzas feroces hacen á
»veces retrogradar las sociedades al estado salvage; pe-
»1'0 hay épocas en que estas pruebas son inevitables y
»muy preferibles á. la inmovilidad egoista, al entorpecimíen·
»to brutal en que el despotismo sume á los pueblos. Los




320 ANALES DE ISABEL lI.
»males de la guerra civil son inseparables de toda transi-
»cion política, son inherentes al progreso, son la sancion
)>necesaria de todo Ól'den nuevo.» A estas doctrinas, que
se predicál'an tambien en los anteriores periodos dcl régi-
men constitucional, habia debido España la pérdida de sus
ricas colonias, la desaparicion de sus cuantiosos capitales,
el deterioro de sus cultivos, el atraso de su industria, la
ruina de su comercio, la division de los animo s y la mise-
ria y la desconfianza general, sin que tantas plagas favore-
ciesen el pretendido progreso, al cual debian servir de
sanciono Al contrario, el progreso se contuvo por la violen-
cia misma de los esfuerzos que se hicieron pal'a promovel'-
lo, por el vicio intrínseco, por la insuficiencia mdical de
los medios que para ello se emplearon, y pOI' la Imormidad
de los perjuicios particulares que el empleo de tales me-
dios no podia menos de ocasional'.


El gobicrno suprcmo parecia pcnsar tambien que las
instituciones liberales necesitaban este bautismo de sangre,
á que tan confiadamente exortaban los que nada tenian quc
perder. Asi pudo'creerse á lo menos, viéndoscle entre los
crujidos del edificio que se desplomaba, no solo impasible y
tl'anquilo, sino hasta satisfecho y ufano. En artiaulos que to-
dos los dias salian en sus gacetas, y quc por su ól'den se ill-
sertaban dcspucs en los boletines de las provincias, se anun-
ciaba esta satisfaccion con formas tan jactanciosas, con tal
cinismo de engreimiento, flue exacerbaba, en vez de calmar,
la inquietud y la desconfianza general. «La esposicion del 14
decia el 26 dc setiembre, «ha abierto todos los corazones á
»la csperanza, y ha cerrado el abismo de las pasiones polí-
»ticas.») Y en aquella fecha era aun completa la escision;




LIBRO QUINTO, :321
pues la noticia de la primera sumision, que fué la de la Co-
mña, verificada el 23, no llegó á Madrid hasta el 28, «En
»ninguna época, decia el 27, ha existido un gobierno que
»haga tanto con menos elementos,» Y aquel tanto estaba
¡'educido á un pl'ogl'ama anunciando concesiones que no
habia medios de hacer efectivas en la parte material y que,
en la abstracta ó teól'ica, aun no se aceptaban por parecer
insuficientes. «Los quince dias últimos, decia elLo de
»octubre, encierran el gél'men de un siglo de ventUl'a.»
y gérmenes nuevos de desventura pululaban pOI' todas
partes, y en ninguna las autoridades condcnadas, ora á to-
leral' asesinatos, ora á pronunciar destituciones, ya á Pl'O-
mover el mal, ya á consentirlo, anunciaban su presencia
por un solo acto de proteccion de tantos intereses ofendi-
dos. El 4, en fin, decia: «Apenas el gobierno ha proclama-
»do la reconciliacion de todos los amantes de la libertad
»contra el enemigo comun, ha cesado el movimiento.» Y
Cataluña continuaba en obscrvacion y Andalucía en hostili-
dad, y sus bandas, acantonadas en la Mancha, amcnazaban
.á Madrid. A aquellos testimonios de aprobacion que Men-


, dizabal se daba á sí mismo, acompañaban seguridades
igualmente ilusorias de bienes sin término que se iban á der-
ramar. «El gobierno asegura, decia el 24, que el ministro
»de Hacicnda tiene en su faltriquera las compañías y los
))capitales necesarios para ab~i~ las comunicaciones interio-
»res; para pl'omover todos los ramos de riqueza pública;
»para hacer útil y productiva al Estado la admiÍlistracion
»de los bienes nacionáles; en fin, para lanzar la nacion al
»gl'Udo de riqueza y de prosperidad que le es debido.» Y
huían ó se enterraban al mismo tiempo los capitales nacio-


TOMO n. 21




322 ANALES DE ISABEL H.
nales y, durante semanas enteras, no se hacia una sola ope-
l'acion al contado en la bolsa de Madrid. «El gobierno, decia
dos dias despues, «ha prometido ser y será altamente re-
»parador.» Y para obtener la sumision de las juntas nece-
sitaba correr un velo sobre desafueros, cuyos efectos no
habria podido reparar en mucho tiempo el gobierno mas
sólidamente constituido. Ocho dias mas tarde aseguraba
«que la campaña que debia hacerse contril el Pretendiente
»no duraria mas que UIIO Ú dos meses y que se ocuparian
»simultáneamentetodas las guaridas de los facciosos.» Y las
fuerzas de estos crecian en asombrosa progresion, en tanto
que las disensiones y los combates disminuian sin reemplazo
las de la reina. Para realizar tamaños prodigios aseguraba
«( que bastarian los recursos ordinarios y los del crédito.»
Como si los ordinarios no estuviesen, y debiesen continuar
por mucho tiempo, reducidos á la mitad de lo que fueron
antes, y como si los del crédito pudiesen ser Otl'OS que em-
préstitos disfrazados de esta ó de aquella manera. Lo úni-
co que pedia el gefe del gobierno para ponerse en estado
de cumplir tan magníficas promesas era la ll'nion; olvidan-
do que, á tenerse fé en sus palabras, debian todos creer-
la asegurada desde que él anunció haberse cerrado el abis-
mo de las pasiones políticas.


Menester era, sin embargo, que contase Mendizabal
con algunos medios secretos pam repetir todos los dias sus
lisonjeras seguridades; y con algunos contaba, en efecto,
de que, merced á los ensueños de su inesperiencia, espe-
raba un resultado inmediato y decisivo. Oíasele decir en
particular, «con 100,000 hombres y 100 millones se aC3-
»ba la guet'\'a;» pero, si los que esto escuchaban 110 creían




UBRO QUINTO.


dificil sacar los 100,000 hombres, juzgaban imposible pro-
porcionar los 100 m:iIIoncs. Mendizabal manifestaba sobre
esto último mas confianza aun que sob¡'e lo primero, cre-
yéndose seguro de que el gobierno británico le anticiparia
~quella suma en cambio delle"antamiento de la prohibicion
de las tclas de algodQn inglesas, y sobre la hipoteca de los
productos de un 25 por 100 que debian pagar eUas en las
aduanas españolas. Las personas sensatas é instruídas, co-
nociendo los obstaculos con que por de pronto tropezaría.
y en que se estrellaria al fin este designio, vieron desde
luego que ningunos recursos debian esperarse de su im-
posible ejecucion. Personas menos perspicaces, no calcu-
lando la influencia de aquellos obstáculos, se entregaron á
la confianza que se procuraba inspirarles; pero unas y otras
miraron las arrogantes promesas de Mendizabal como un
medio de reanimar las esperanzas abatidas, como una com-
binacion hábil para ganar tiempo, ver venir los aconteci-
mientos y ponerse en situacion de aprovechar una coyun-
tura favorable, para restablecer algun dia el órden y la paz.
Por engreimiento, por intcrés, y quizá por conviccion ó por
patriotismo, Mendizabal mismo pareció participar de estas
ilusiones, bien que no sin temer que pudiesen desvanecer-
se en breve delante de tristes y dolorosas realidades.


Con el objeto de convencer á sus amigos de la sinceri-
dad de sus intenciones, encargó á una comision, com-
puesta de Calatrava, Quintana, Madrid Dávila, Ortigosa
y Alcalá Galiano, redactar la nueva ley electoral, de la
cual esperaban muchos hombres de su partido, que nada
poseian, verse sentados en los escaños del congreso. Dis-
puso crear tres cuerpos de cazadores de la reina Goberna-




AK\LES DE ISABEl, JI.


dora" {{ue esta princesa ofl'cció vestn', armar y manlenm'
á sus espensas , aunque la totalidad de su dotacion alcan-
zase apenas á ello. Con este ejemplo y con el suyo pro-
pio escitó la generosidad de las clases acomodadas, de las
cuales arrancó mas ó menos cuantiosos donativos; hizo á
lodos los empleados civiles, y aun á muchos cuerpos mi-
litares, que abandonasen una part.e de sus sueldos, sin q"c
nadie osara rehusal'se á un sacrificio que se exigia bajo
la amenaza implicita de una destitucion; y se proporcionú
asi SOCOfl'OS, que eran tanto mas preciosos, cuanto que,
desconcer'tadas y malgastadas las renlas pOI' la rebelion
provincial, el banco de San Fernando, muy comprometi-
do ya por grandes anticipaciones que tenia hechas, se ne-
gaba á hacer otras nuevas.


Creáronse al mismo tiempo juntas de armamento en
las provincias, con el fin de dar entretenimiento en ellas
á algunos dc los mas exaltados que habian pertenecido á IflS
guhernativas, y de generalizar por su influencia y sus es-
fuerzos el entusiasmo que á ellos los animaba. ])ispúsose
que la oficialidad de los nuevos cuerpos que debian for-
marse se sacase de entre los sargentos, cuya clase se tra-
tó de contentar, como que de ella habían salido los autores
de las tentativas de trastorno hechas recientemente en Vi-
loria, Burgos y Madrid. Lisonjeóse al ejercito todo, á los
cuerpos francos y á la gUflrdia nacional, mandando con-
tarles dohle el tiempo de las campañas que hiciesen contra
los facciosos; revisar los I'eglamentos de la órden de San
Fernando, y proponer en los nuevos recompensas para los
servicios militares distinguillos ; erigir un estahlecimiento
de inválidos, y un colegio para las huérfanas de los que




LlllllO I)Uli"íTü.


pel'eciesen en la guerra; proveer, en individuos (¡ue es-
tm icscn haciendo u hiciescn en adelante la de las provin-
cias I las vacantes de eleccion. En fin , se trató de aumen-
tar el ejercito, incO/'porando en sus filas á los condenados
Ii. presidio por delito de contrabando, á favor de los cuales
se espidió un indulto absoluto y general, asi como órdenes
de sobreseimiento en las causas pendientes del mismo ge-
nero.


Para acabal' de alcntar á los amigos, se les confiaron
los destinos mas importantes; la secretaría del Consejo de
Miuistl'os al brigadier Sancho que, des pues de haber sido
secrctario de la junta provisional, creada en Madrid en
marzo de 1820 para la plantificacion del regimen consti-
tucional y diputado de la primera legislatma de aquel pe-
riodo, desempeñó el gobierno militar de Cartagena duran-
te la ultima parte-del mismo; Ja plaza de subsecretario de
la Guerra al coronel Infante, ex-ministro de la Guel'fa en-
tre los insUl'gentes de Bolivia, y antes oficial de los cuer-
pos insurreccionados en las Cabezas de San Juan en enero
de 1820, de los cualcs se formó lucgo el ejel'cito llamado
de la Isla; el.gobierno militar de Cádiz al general Lopez
Baños, uno dejos principales autol'CS de aquel mismo mo-
vimiento, ' y de los que acompañaron á Mina en su espedi-
cion de 1830; el gobierno de Lerida al coronel Grases,
desgraciado defcnsol' del Trocadero en 182;~ contra las tro-
pas del duque de Angulema; los gobiernos dc A.licantc y
San Felipe á los coroneles Bray y Merconchini, célebres
pOI' la constancia COIl que hasta la última hOl'a defendieron
1'11 182:l el r¿gimen restahlecido en 1820; el gobierno ci-
Yil Ile :\Iúlaga al coronel Lopez Pinlo, htTlllUllO de UIlO de




326 ANALES DE ISABEL n.
Jos geres de la espedicion de Torrijos, fusilado en Málaga
con todos sus compañeros; el de Cádiz á U"quinaona, an-
tiguo empleado superior del mismo régimen, y conocido
pOI' obras politicas en que respiraba un liberalismo ardien-
te. Para consagrar en principio la inviolabilidad de los di-
putados á COI'tes, se rehabilitó la memoria de Riego, cuya
familia declaró la reina tomar bajo su proteccion especial,
y, por respetosin duda á esta promesa, se confirieron des-
tinos respectivamente ventajosos á varios de sus parientes.
La. presidencia del Estamento de próceres se dió al antiguo
obispo de Mallorca, emigrado amnistiado de los diez años,
como casi todos los anteriores; un poco despues la coman-
dancia general de Soria al coronel Valdés, gefe de la es-
pedieion contra Tarifa en 1824 , Y uno de los que acompa-
liaron á Mina en su tentativa contra Navarra en 1830; el
gobiel'llo milital' de Calatayud al croato Minuissir, cuña-
do de Torrijos, y otros muchos cmpleos importantes, cn fin,
a pCl'SOUUS de la misma categoria.


Mientras que asi se alentaba á los amigos, se procu-
raba atel'l'al'.á los enemigos, autorizando ú los capitanes ge-
nerales á declaral' en estado de sitio las provincias en don-
de , por haber facciosos, estimasen ellos conveniente esta
medida, y se ordenó el alistamiento de todos los espaflO-
les de 18 á 40 años, de entre los cuales se mandaron sa-
car 100,000 en cinco semanas para el servicio inmediato,
solo redimible por una contl'ibucion de 4,000 reales. Como
complemento de todos estos medios de estimulo para unos
y de terror para ot['Os, se hizo á la Gobernadora pasar rc-
vista á las tropas y milicianos, y dirigirles palabras de Ij-
,sonja y oe confianza; se enviú con gl'an pompa á Bilhao ulla




LlHUO Qt.:lN TO. , 327
balldcl'a, que la misma princesa regaló á sus milicianos; se
hiciel'on resonal' en concUl'l'idas representaciones teatrales
cantos patrióticos, largo tiempo prohibidos; se exageraron
en pomposas relaciones las vcntajas obtenidas sobre los
enemigos de la reina, se ocultaron cuidad03amente los re-
veses suÍl'idos y el desaliento general, y no se omitió me-
dio alguno de cuantos podian contribuir á mantener ó pro-
pagal' las apariencias de la confianza.


Entre tantas medidas transitorias, de utilidad contro-
vertible unas, de ejecucion difícil, si no imposible, otras, y
marcadas las mas con el sello del espíritu de partido, se
adoptaron algunas de utilidad permanente, capaces de pro-
ducir grande efecto, y dignas igualmente de es citar la gra-
titud publica. Tales fueron un reglamento provisional para
la administracion de justicia, en la cual se vió con placer
el establecimiento de los jueces de paz; una órden á los
diocesanos para que propusiesen con preferencia, para los
curatos y beneficios, á los regulares exclaustrados; otra
fijando reglas para la enseñanza en los seminarios concilia-
res; la supresion del fuero eclesiástico en delitos atroces
cometidos por individuos del clero, y algunas otras, en fin,
que en tiempos tranquilos, habrian evitado algun mal ó
promovido algun bien. Pero ¿de qué podia ser"ir, por
ejemplo, la sustitucion del Heinecio al Vinio para el estudio
de las leyes romanas, cuando todos los estudiantes tenian
que tomar las armas y abandonar indefinidamente una
carrera que no podia continuarse entre el estrépito de la
guerra civil? ¿De qué las disposiciones para mejorar la
educacion de los religiosos, que de hecho estaban exclaus-
tl'ados, y que todo indicaba que no se VOIVCl'iull á l'eunir?




ANALES DE ISABEL ll.


¿Qué esperanza fundar sobre el pago de una triste pensioTl
que se les prometía cuando estaban barridas las arcas del
Tesoro, y gran parte de los bienes ele sus comunidades
habian pasado ó iban pasando ú las manos de los que, 13
ó 14 años antes, los compraran'? Aun las mismas providen-
cias encaminadas á simplificar ó mejoJ'ar la administl'Ucion
de 1\1 justicia. ¿Qué valor podian tener cuando, en las prin-
cipales ciudades del reino, malvados degollahan por sus
manos á los presos ó los hacian degollar por las autorida-
des encargadas de pl'Otegerlos? La pnhlicacion de estas
medidas de órden y de reparacion se miró, pues, como una
afectacion estéril ó un alarde pueril de buenos deseos; la
coincidencia de su promulgacion con la de otra multitud de
disposiciones revolucionarias se miró como un contrasen-
tido evidente, como un u\laoronismo grosel'o, y la pretenEJion
de introducir en las leyes y en las costumbres innovaciones
de tauta t¡'ascendellcia, sin someterlas al exámen pr'évio de
las Cortes, ya convocadas, se miró, en fin, como un atentado,
peligroso á un tiempo é inútil, contra el régimcn mismo que
se trataba de establecer. Asi, disposiciones loables fueron
confundidas en la animadvel'sion que inspi!'aron otras, des-
tinadas á trastornar todas las existen das y á atizar d
fuego de las discordias intestinas.


Ibase él estendiendo demasiado paJ'a que las juntas
que lo habian encendido no pensasen ya en contenerlo. La
de Barcelona, que veia de cerca sus estmgos, se decidió, en
fin, á enviar diputados á Madrid pma trata!' con el gobiel'-
no. Llegados á la capital, se apreSUl'Ul'On ellos á di,'igi,' á
los soldados de la central de Andalucía y á los hahitantes
de sus provincias una aloeucion enér~ica, iruplol'3udo Stl




LIBRO QUINTO. 32!:l
socorro y exhortándolos á volver sus armas contl'a los Cflr-
listas (le Cataluña y de las provincias del NOI'te. Pero, p,'o-
curando inclinm' á los andaluces á suspcndcr con este ob-
jeto sus hostilidades contra el gobiemo, cuidaron de aña-
Uil': «despues podreis conservar esa misma actitud, sr
»Ios gobemantes, faltando, lo que noes creible, á sus promc-
»sas, quisiesen privarnos de la sólida libertad á que somos
)¡acreedores.)) Lisonjeó á la junta central esta proposicion
ue armisticio·, que, no siéndole· posible mm'char con desem-
barazo, le permitia ¡. lo menos retroccder sin mengua. Ha-
Habas e Ilesopinada en Andújar, y su autoridad unánime-
mente ueseonocida desde aquella ciudad hasta Cádiz y Hucl:....
ya, no solo por las cuatro provincias situadas en esta direc-
cion, donde, disueltas las juntas, mandaban las autOl'i:dades
en nombre del gobierno de Madrid, sino por las tropas que,
ó impulsadas por su lealtad, ó aterradas con el escarmiento
de Osorio, ó humilladas de depender de una rcunion de
hombres sin carácter y sin mision, habian vuelto á la obe-
diencia uel gobicrno. Hacienda, pues, de la necesidad vil'-
tud, la junta de Andújar se disolvió el 19 , despues de en-
vial' á sus casas á la milicia movilizada, y á sus puestos ú
los carabineros de costas y fronteras, de prcvcnir á Espino-
sa, abandonado de las tropas Je Andalucia. marchar al pa-
I'age que le señalase la reina, y de comunicar órdenes á las
juntas de Granada, Málaga, Jaen y Almeria para que se di-
solviesen. En su comunicacioll á cstas, concluia la central
asegurando «que su pronunciamicnto habia contribuido á
»afirmal' la corona dc España en las sienes de la inocente
») Isabel.))


Lo mismo ¡tse~uró la de Gmnada el 23, al disolvcrse i.




330 ANALES DE ISABEL n.
consecuencia de aquella órden, añadiendo que hacerlo antes
habria sido contral'io al bien público, al honor y a la razon,
y encomendando al capitan general que nombrase otra jun-
ta de armamento y defensa, en la cual quedaron algunos de
los individuos de la directiva. Lo mismo hizo la de Almeria,
que desde cI10 habia mandado una diputacion al gobierno
y prometidole su obediencia, bien que pensando entonces
continuar reunida hasta que se instalase la diputaeion pro-
vincial. La de Jaen, que el 8 habia acordado entregar á la
eomision militar ,dos que, de palabra ú obra directa ó indi-
»recta, procediesen en sentido opuesto al en que se hallaba
»constituida,}) es decir, á los que no permaneciesen en la re-
belion, cedió el 21, aunque declarando que no se disolveria
del todo hasta que el gobierno nombrase las autoridades
superiores de la provincia, cuyas funciones estaban desem-
peñadas por interinos. Barcelona volvió el 22 á la obdien-
cia, y Tarragona el 23. En Málaga no se logró el mismo
beneficio sino des pues de nuevas y aun sangrientas vicisi-
tudes. Para interesar á los pueblos en la rebelion, á que re-
husaban ellos asociarse, continuó la junta dictando medidas
atroces, condenando á los quintos que abandonasen las ban-
deras de la insurreccion á diez años de presidio en Albuce-
nas y el Peñon , mandando, para el caso de no poder ser
habidos, encerrar en las carceles a sus padres ó parientes
mas cercanos, é imponiendo á los pueblos á que pertene-
ciesen los desertores enormes multas de que, por un singu-
lar capricho, hizo recaer gran parte sobre los escribanos ó
fieles de fechos. No teniendo medios de armar á los indivi-
duos que, en fuel'za de estas y otras medidas igualmente
til'anicas, logró reunÍ!', determinó darles las armas de al-




unno QUINTO. 331
gunas compailias de milicianos; pero estos se alborotaron al
sabet'la determinacion, y deshicieron la junta el 16, no sin
haber gritado durante dos dias contra su impopularidad y
sus malve¡'saciones. No correspondía á los urbanos y al po-
pulacho que obtuvieron este triunfo pararse en tan ancho
camino. Así, despues de disolver el cuerpo cuya soberanía
sostuvieron durantc cerca de dos meses, piden el pronto cas-
tigo de varios presos, ó lo que cra lo mismo. su suplicio; y.
no habiendo autoridad que pudiese contentar aquel horrible
deseo, pasan á la cárcel, estraen á cuatro individuos distin-
guidos que hallan en ella y los fusilan sin piedad. Los urba-
nos nombraron enseguida una nueva junta interina que. t¡;es
'dias despues (el 19) , fué reemplazada por otra definitiva,
compuesta de los diputados de las diferentes clases del
pueblo. El 21 , este nuevo cuerpo, anunciando su instala-
cion , dejó presentir su sumision pl'óxima, y en efecto,
llegado á pocos di as el nuevo gobernador civil Lopcz Pin-
to , se separó sin resistencia. Asi quedaron sometidas las
juntas todas, á los dos meses y medio de la ereccion de la
primera.


Erigidas ellas por los motines, su principal encargo
fué cobijarlos con su sombra, dando á las exigencias diver-
gentes de una faccion las apariencias de un voto público,
espontáneo y unánime. Temiendo ser víctimas de los de-
magogos que las crearon, las juntas se resignaron á hacer-
se sus cómplices, y constituyéndose los órganos semi-ofi-
ciales de sus pretensiones anárquicas, y prestándoles el
apoyo de una autoridad, de que contrahacian las formas
invadiendo las atribuciones, contribuyeron á abrir el abis-
mo Ill'ofundo, en que, sin ulla rara combinacion de sucesos,




;332 ANALES m: ISABEL ll.
:,ie habl'ia hundido el trono de Isabel. Fingiendo acatar su
nombre, del'ramaron á manos llenas el baldon SObl'C los
principales agentes de su poder, destruyeron el prestigio
del gobierno y se prival'on pOI' esta conducta del que necesi-
taban ellas mismas para hacel'se obedece('. Asi, con poder
ilimitado para cuanto podia halagal' á aquellos de quienes
cstaban condenados á recibir la ley, ninguno tuviel'Oll pa-
ra protegcr los intcreses de la gencl'alidad. ElItretuviéron-
la con esperanzas quimél'icas, no pudiendo dispensarle
bienes efectivos; deslumbráronla con sofismas, no siéndo-
les permitido ilustrarla eon pl'incipios; pretendieron estra-
viarla no sabiendo conducirla; y 10 habrian conseguido
quizá, á no haber ella ellcontmdo en el instinto de conser~
vacion que siempre domina á las masas, un medio de de-
fensa contra tan deplomble tentativa. Impotentes pa!'a ha-
cer el bien, ni aun para uniformar el mal pudieron ponerse
de acuerdo. ~1ientras que, olvidadas unas de las calamida-
tles que espcrimentó la monar'quía bajo el imperio de la
Constitucion de Cádiz, solicitaban desalumbmdas su resta-
blecimiento, otras sin atel'l'arse pOI' el peligl'o de encomendar'
á pasiones efímeras la fijaeion de los intereses permanentes
de la gran familia española, hacían obstina(las, de la reu-
nion de COl'tes constituyentes, la condicion esencial de su
sumision. Ciegas" unas proclamaban la illsuI'l'cccion cl mas
sageado de tos derechos; presumidas otras esperaban sa-
Ca!' los elementos de un Ol'den nuevo, del caos l'evolucio-
nario, donde habian sumido los del orden antiguo; desor-
ganizadora y absurda esta, ponia en libertad ti los contra-
handistas; atroz é inÍclla aquella, los amenazaha con la )le-
na rle muerte. ~o hubo, en fin, una ~ola (le las cOlltrmlic-




LIBRO QUINTO. 333
eiones á que el delirio de las pasiones conllena tal vez á
las sociedades y á los individuos, en que no cayesen aque-
llas corporaciones anómalas, ora descarriadas por ignoran-
tes, ora empujadas por frenéticos y. sucesiva ó simultá-
neamente, juguete de los errol'es de los unos y de la auda-
cia de los otl'OS,


Su disolucion misma se resintió de las diferencias de
su origeu y de las desiguales condiciones de su existencia,
Unas, como las de Valencia y Málaga. pereciel'on en los
motines; oll'as, como las de Sevilla y Córdoba, renunciaron
al poder por el poco apoyo quc, para su ejercicio, hallaron
en la opinion de sus administrados; algunas, como las de Ba-
dajoz y Cáceres, se separaron por iJ;lstigacion de los mis-
mos que las crearon; otras, como las de la Coruña y Sego-
via, cedieron á los manejos de las autoridades, que, reduci-
das á una oprobiosa dependencia durante el interregno, apl'o-
vecharon la primera ocasion de recobrar el pode!' que ah-
dicaran poniéndose bajo la tutela de un puñad6 de díscolos.
Las de Cataluña se sometieron al ver su impotencia para
conjurar los males que á la industria del Pl'incipado y al
bienestar de sus habitantes habia acarreado la escision; la
eentral de Andújar, al verse abandonada por las tropas con
que contaba: ninguna cedió sino á su pesar; ninguna tuvo
la buena fé de reconocer, al disolverse, que la confusion y
la miseria en que dejaron al pais era el resultado inevitable
de sus estravagancias; todas, al contrario, alegaron por
mérito el desorden que habian pr'omovido; todas solicitaron
por recompensa la aprobacion de sus actos, entre los cuales
se contaba el trastorno completo de la administracion, la vio-
laeion de los derechos mas legítimos, los ataques encarni-




334 ANAL'ES DE ISABEL 1I •.
iZados contra la.s propiedades y las personas, el empleo, en
fin, de todos los medios para disolvel' la sociedad y entre-
gar sus ruinas á un vandalismo que, mas que por lo feroz,
escitaba la indignacion por lo ridiculo.


El gobierno de Madrid, condenado por el interes de los
'qUe lo dirigian á acceder á estas pretensiones, no solo se
sometió á ellas, sino que hubo de completar el sacrificio de
su dignidad por actos mas decisivos de humillacion. Don
Cárlos Espinúsa, reducido á optar entre la capitania gene-
ral de Andalucía, que le habia conferido la reina, y la co-
mandancia del ejército de aquellas provincias, que le enco-
mendara la junta rebelde de Andujar, prefirió este último
encargo y envió á Madrid la dimision del primero. El go-
bierno, lejos de admitirla, le confirmó en su mando, igual-
mente que al comandante general de Córdoba, Ramirez, y
legitimó por esta conducta la rebelion á cuya cabeza prefe-
rian colocarse ambos generales. El coronel Osorio que, des-
de Sevilla, donde habia ido para imponer á aquella provin-
cia un castigo severo por su sumision á la reina, fué con-
ducido preso á Badajoz, pasó desde alli libremente á Ma-
drid, yal punto fué empleado de nuevo. Ni podia ser de
otra manera cuando Almodóvar, gefe de la insurreccion de
Valencia, ocupaba el ministerio de la Guerra, y era el pa-
dron vivo del triunfo de la faccion que provocara aquellos
movimientos. Para que á nadie quedase duda de que el go-
bierno marchaba esclusivamente en aquella direccion, se
envió de cuartel al gobernador de Cádiz, Hore, que se ha-
bia sometido antes, mientras se daban testimonios linsignes
de confianza á Espinosa y á Ramirez, que habian resistido
hasta la ultima hora. Navas mismo, llegado á Madl'id al pro-




LIBRO QUINTO. 335
pio tiempo que Almodóvar; Navas, cuyos secuaces asola-
ban despues de muchos días la Mancha, era objeto de aten-
ciones especiales y de deferencias señaladas. ¿Qué mas? El
gobierno calificaba esplícita y solemnemente de generosa y
patriótica la escision anárquica de las juntas, por estas es-
presiones memorables de su Gaceta oficial. «El movimien-
)lto de agosto, bien considerado en su esencia, no ha sido
»ffias que un acto de hostilidad contra el partido de la usur-


, »pacion.» Pocos dias despues decia, hablando de las sesio-
nes de las juntas: «ellas han demostrado estar arraigados
»en España Itls dos grandes principios en que se funda la
»Iibertad politiea; á saber: trono legítimo y libertad.» Por
este conjunto de declaraciones y de actos, quedó probado
que el sistema de 1823 se hallaba restablecido en su inte-
gridad; los mismos hombres; la misma circunscripcion al
CÍrculo vicioso de un partido; la misma esclusion de todos
los que no pertenecian á él; la misma ignorancia; los mis-
mos furores. A todo hombre de juicio parecia casi inevita-
ble, en tal situacion, el hundimiento de~a causa de la reina.


Ninguno de ellos pensó que bastase á conjurarlo el de-
creto que declaraba soldados á todos los españoles solteros
de 18 á 40 años. Esta declaracion era, sin duda, un acto
de energía, como parecia serlo de patriotismo la confianza
que se ostentaba en el alistamiento de 100,000 hombres.
Pero el autor de la medida, contando con que su ejecucion
seria tan fácil como fué general y unánime el alzamiento'
de 1808, se engañó entonces, como se habian engañado
otros un año antes, creyendo que el nombramiento de Mina
para el mando de Navarra, produciria los mismos efectos
{IUC en aquella época. Hundióle, sin embargo, Zumalacárrc-




836 ANALES DE ISABEL n.
¡mi, favorecido por la opinion de los pueblos, é hizo con
Mina lo que, apoyado en la misma fuerza, hiciera este 20
años antes con DufoUI', Reille y Dorsenne. Por idéntico ú
análogo motivo, el llamamiento á las aI'mas de toda la ju-
ventud española podia ser, y en muchas partes fué en
efecto, una bandera para reclutar gente en favor de don.
Cárlo&. Sabia á la verdad el gobierno que, salvas las rtsis-
tenciasque el directorio isabelino de Madrid Ol'denaba á
sus cohortes de milicianos, los hábitos de obediencia arrai-
gados en el pais facilitaban el cumplimiento de sus órdenes;
pero ignoraba sin duda que, si asi sucedió mientras ellas
no establecian un roce inmediato, ni promovian un choque
directo con los intereses y las convicciones del mayor 11\1-
mero, no debia suceder lo mismo cuando se provocaba una
lucha entre aquellos hábitos y estos intereses. Mientras ca-
da cual esperó ponerse, por una obediencia pasiva, á cu-
bierto de vejaciones individuales, todos obedecieron; pero
muchos debieron resistir desde que se anunció la intencion
de arrancarlos de sus ocupaciones pacíficas para obligarlos
á combatir por opiniones que no eran las suyas. Si la fuel'-
za de las armas debia haccr prevaleccr alguna, natural era
(fue cada cual prestase á la suya propia el apoyo de su bra-
zo, en vez de prestarlo á la agena. Ni aun en la Vendea
encontraron dUl'ante mucho tiempo los dect'etos de las
asambleas Constituyente y Legislativa de Francia una opo-
sicion formal; pero cuando la Convencion ordenó la leva en
masa, estalló una I:esistencia, que fué séria desde luego y
que mas tarde se hizo encarnizada.


Los que en España no tenian una opinion fija pensaron
que los esfuerzos que de ellos se exigian no dehian serle~




LIBRO QUINTO. 337
útiles en definitiva. ¿ De qué se trataba en efecto? Declasc
que de plantear un nuevo sistema de gobierno. Pero ¿,po-
dian gentes ¡nespertas juzgar de su conveniencia, mas que
por los medios que se empleaban para llevarlo á cabo? y
¿ cuáles eran estos medios? El incendio de los templos, el
asesinato de sus ministros, la espoliacion de los .pieta-
rios, la destitucion de los empleados, el desquiciamiento de
todas las existencias, la ausencia completa de todo órden,
la ruina en fin, de toda esperanza de reposo. ¿ Quién echa-
ria sobre sus hombros la carga de la responsabilidad de
tantos infortunios? ¿ Quién prestaria su apoyo al triunfo de
una causa, manchada l)or la impunidad de tantos cdme-
nes? ¿Quién derramaria su sangre por que reinasen sobre
escombl'os dos ó tres centenares de hombres que, durante
doce años, no habian hecho mas que exacerbar resentimien tos
de que era tan estrepitosa la explosion? Debíase,: pues, es--
perar una resistencia, que se manifestaria por el hecho de
pasarse á las bandas carlistas la juventud que se llamaba
á los ejércitos; y en efecto, en las provincias donde habia


. J¡andas, al llegar á los pueblos la noticia de la quinta de
los 100,000 hombres, numerosos destacamentos de mozos
corrieron á incorporal'se en ellas.


Aun sin esto se habian ellas reforzado prodigiosamente
en aquel mismo tiempo. Creciendo la miseria y el desór-
den, los jomaleros no hallaron mas medio de vivir que ha-
cerse guel'l'illeros, no queriendo hacel'se soldados. Los
frailes, lanzados dc sus conventos y privados de todo medio
¡le subsistencia, vengaron su ofensa propia, arrastrando á
las facciones los jóvenes sobre que ejercian influjo, y ven-
gaJ'OIl la sangl'c de sus compañeros inmolados escitando á


TOMO n. 22




ANALES DE ISABEL n.


aquellos mismos jóvenes á sangrientas y hOl'ribles l'epresa-
lias. La ferocidad con que, á pesar de las estipulaciones
del tratado Elliot , eran por do quiera, esceplo en Navar-
ra, fusilados los prisioneros, aumentaba el furor de los
carlistas que, á su vez exaltaba á los de la reina; y, de ven-
ganza • venganza, de reaccion en reaccion, la guerra
llegó á tomar un cal'ácter tanto mas atroz, cuanto que las
divergencias políticas eran sostenidas por el fanatismo re-
ligioso. Asi, Cabrera, reforzado por fl'ailes y por gentes
arrastradas pOI' ellos, recorrió el bajo Aragon y la provin-
cia de Castellon de la Plana, llevando por donde quiera la
disolucion y el espanto. Ora, reunido con Quilez y Ser-
l'ador ,ocupó á Villafl'anca del Cid, Benasal y Villar de
Cañas; ora, separado, amenazó de nuevo á Requena y la
provincia de Cuenca; OI'a, vuelto á las inmediaciones del
Ebro, incendió á Alcanar y vengó sobre su valiente guarni-
cion la prolongaeion de una heróica defensa. Para liber-
tar aquella villa, salió el 18 de octubre de Vinaroz una
fuerte columna, compuesta casi toda de nacionales, dió
en una emboscada de lanceros de Cabrera, y perdió 61 hom-
bres , la flor de Vinal'oz y entre ellos su intrépido coman-
dante la Rosa y seis oficiales. El resto no se salvó sino refu-
giándose á Soldel'iu, desde donde pudo escapar por agua
á enjugar las lágl'imas que arrancára á la villa tamaño de-
sastre. Serrador (Miralles) saqueó al mismo tiempo é in-
cendió las casas de los liberales de Torre Blanca, cuya
guarnicion no logró sin grandes riesgos refugiarse á Peñís-
cola; y, despues de amenazal' á Alcalá de Chisvert, se reu-
nió con Cabrera sobre las ruinas humeantes de Alcanar.


Quilez, ú quien, como al Senador, pretendia Nogueras




LIBRO QUINTO. 339
hauer uesheeho ~ en varios reencuentros habidos en los últi-
mos dias de setiembre y los primeros de octubre, subió entre-
tanto hasta Cariñena y ocupó y amenazó muchos pueblos im·
portantes de la provincia de Zaragoza. Envióse de esta ciu·
dad contra él una columna de tropas y milicianos y se dió
órden á Verdugo de perseguirlo con la suya; pero, reforzado
el carlista por tropas de Cabrera y el Serrador, penetró el 26
de octubre en Calatayud, donde permanecieron todo el dia,
saquearon las casas de los milicianos y se llevaron una por-
cion de mozos, sin que SerI'ano tomase otra satisfaccion de
aquel insulto que la de destituir á Verdugo que, desde Tor-
res, observaba aterrado el saqueo de la segunda ciudad
de Aragon. De allí revolvieron hácia Molina , se corrieron
luego hasta Muel y Ateca y arrebatando por donde quiera
hombres y recUl'SOS, aparecieron el 1.0 de noviembre en
Vistabella , intimando la rendicion a Lucena, que habria
sucumbido, a pesar del valor de sus milicianos, si Buil no
acudiera á su socorro desde San Mateo. Las fuerzas de
Quilez , Serrador, Cabrera y torner, que obl'aban desde
las mál'genes del bajo Ebl'O hasta los confines de ambas
Castillas, no bajaban de 8,000 hombres, sin contar las
pequeñas partidas que, en las provincias de Castellon y
Teruel, mandaban el Catalanet, Rosell, eIOI'ganista, Cos-
ta y otros, que obligal'on á la guarnicion de la Cenia á bus-
car un asilo en UlIdecona.


Las bañdas se reforzaron tambien en las demas provin-
cias. Habiendo la del gallego Lopez fusilado á un correo,
el capitan genel'al Morillo hizo, por repl'esalia, sufrir igual
suerte á un hermano de aquel cabecilla, preso en las car-
eeles de la COI'uña. Viendo que ni sus rigores ni los es-




340 ANALES DE ISABEL n.
fuerzos de sus columnas bastaban para acabal' con las fac-
ciones de Buron, Martinez, Villaverde, Pardo, Ramo~,
Sarmiento, Lopez y el cura de Freijó, aumentadas cada
dia de resultas de la miseri3 á que habian reducido :í mi-
liares de familias el enorme sobreprecio de 13 sal y la pa-
ralizacion consiguiente de la pesca, ofl'eció Morillo 40,000
reales al que entregara, vivo ú muerto, á cualquiera de
los cuatro últimos, el indulto ademas á los facciosos que
hicieran este servicio y aun la exencion de quintas á los
pueblos que contribuyesen :í él. Mas como á nadie tentase
la perspectiva de tales ventajas, declaró el mismo general
en estado de sitio trece distritos de las provincias de COI'U-
ña, Lugo y Pontevedra haciendo responsables de los daños
que cometiesen los carlistas á los cahildos de las catedra-
les, á los curas y aun á los habitantes todos, é imponiéndolcs
la penade faltas imputables solo á la impotencia de su auto-
ridad. Lopez no quiso quedarse atras, y ofrecWpor la cabeza
de Morillo un precio doble del que este prometia por la suya.


Al mismo tiempo las bandas manchegas, corriéndose :í
la provincia de Jaen, llegaron á establecer su cuartel ge-
neral por muchos dias en la jmisdiccion de la misma ciu-
dad de Andújar, donde residia entonces el gobierno su-
premo de Andalucía, ejercido por la junta central. En los
Pedroches de Córdoba se levantaron otras quc dieron cui-
dado por algun tiempo y que, sin la activa persecucion que
luego sufrieron, hahrian dado al cabecilla AnsI' mas cele-
bridad que ganó Orejita en las dos provincias vecinas. En
la estremidad meridional de la Península, mientras los fau-
tores del alzamiento y sus amigos, aprovechando las faci-
lidades drl inlel'l'E~gno, innndahan su tel'l'ilorio de géneros de




UBRO QUlNTO.


contrahando y sacrificaban a los mczquinos beneficios de
este trafico infamc, la industria entera del rcino, otras
bandas recorrian las provincias de Cádiz y Sevilla. Algu-
nas llegaron tí. las puertas de es:a última ciudad, y de pue-


. blos situados á su inmediacion se lleval'On los efectos per-
tenecientes á la real Hacienda. En la provincia de Cádiz sc
multiplicaron en términos, que la junta tuvo que enviar ur-
banos para perseguirlos, y que crear comisiones militares
para juzgarlos. Aunquc ladrones y facinerosos, muchos dc
los gucrrillcros dc estas provincias, y presidiarios de losar-
mados pOI' las juntas de Malaga y Cádiz, estaban ciertos
de hall al' apoyo en los pueblos, lwoclamando el nombre del
Cárlos V, Y pocos de ent¡'e ellos dejaron de emplear este
medio de mantenerse y de engrosarse.


Pcro dondc la insurI'cccion cadista tomó un cstraordina-
rio incremento fué en Cataluña. Desde pril1cipios del mes, los
navarros que ocupabanáLladóyCistella se trasladaron áDa-
mius y la Junquera, y despues de demoler el fuerte, saquear
las casas de sus urbanos, y obligados á refugiarse á Fran-
cia con la udminist¡'ucion de la aduana y el ayuntamiento,
volvieron sob¡'c Figuc¡'as, que bloquearon durante algunos
dias. Aumentadas al mismo tiempo las bandas del país, se
estendieron a Besalú y Bañolas, cubrieron las orillas de
Fluviá y la canelera de Francia, y amenazal'on unas á Ge-
rona, en tanto quc otras observaban la costa entre Rosas y
el cabo Cerve¡'a, por donde aguUl'daban socorros de Gé-
nova, y otras por último atacaban á Olot. Cinco di as des-
pues de la batalla quc decia Ayerbe haber ganado en su:;
inmcdiacioncs, es decir el 29 de setiembre, intimó el cura
Masanas la rendicion a esta villa. Rcchazóla noblemente su




A:\ALES DE ISABEL n.


gobernador Fábregas, que al punto fue atacauo por los
cuerpos reunidos del mismo cura, el canónigo Tristany y
otros, mandados todos por Guergué; y ya habia este pe-
netrado en las calles, y se disponia á atacar el fuerte, cuan-
do la llegada del gobernador de Vich, Reccard, con las co- .
lumnas de Sebastian, Calvet, Sanchez y Nat, hizo el 9 de
octubre retirarse á los carlistas, dejando prisionero al co-
mandante de la caballeda navarra O-Donnel!. De Piera y
Capellades hubieron igualmente de retirarse al propio tiem-
po el Degollat y Mas Ros, y lo mismo hicieron el Ros de
Eroles y Orteu, que desde el 6 al13 atacaron audazmente
á Solsona. Lo mismo Borges, Cortasa, Amoros, Vidal, Pep
del Oli, Furadada y Artesa que del 8 al 11 amenazaron á
Balaguer; lo mismo, en los mismos dias, Sobreviés que
con otra fuerte c~lumna atacó á Tremp. Entretanto Boqui-
ca y Caballería disputaban (el 11) al gobernador de Rerga
el aprovisionumiento de su plaza. El vicario de Paquera
paseaba su banda por el mismo territorio. Albel't y Zorri-
Ha, destacados á la marina, se apoderaban de Pineda y del
armamento de los urbanos de Malgl'ut, Tordel'u, lkeda y
Arbucias. Merli oeupaba a Gerri, y otras partidas menos
numerosas reeorrian desde las cumbr~s de la Conca hasta
las bocas del Ebr{) y se daban la mano con las de la orilla
derecha de este rio. Asi, desde el límite oriental del Princi-
pado hasta los confinés de Aragon, desde las playas de Ro-
sas hasta las de Pineda, en el Ampurdan como en el Prio-
rato, tomaron la ofensiva todos los cuerpos carlistas; y,
con la juventud sacada de los pueblos no fortificados tI
donde les plugo dirigirse, llegaron á formal' una fllen:a
de 30,000 hombres.




LIBRU Qn~TO. ;143
Con' menos les habria bastado para tomal' las plazas


del Este y del Noreste de Bal'celona, y aun para bloquear es-
ta capital, si hubiesen tenido las divisiones catalanas la dis-
ciplina á que debian las del Norte su prestigio y su poder.
Desde muchos dias antes habia conocido don Cádos la ne-
cesidad de dar la misma organizacion á sus tropas del
Principado, y con este fin. habia conferido en marzo su cu-
pitania general al conde de España que, detenido llasta en-
tonces en francia, se hallaba ullimamcnte confinado en
Tours. Violando él la palabra de honor, en fé de la cual
vivia libre en aquella ciudad, desapareció á poco, budan-
do con precavida marcha la vigilancia de la policía; y pene-
lró en fin, el 13 de octubre, por San Lorenzo de Cerdans,
en Cataluña, donde se habia hccho anunciar el dia antes
pOI' una terrible pl'oclama. Aguardábanle en las salinas
cerca de Labajol el comandante general del Principado don
Ramon Samsó y los gefes de handa Carboné, Bonjoch y So-
lJl'eviés, 14 oficiales y 120 soldados; y ya marchaban jun-
tos todos á incorponu'se con una columna de mil hombres
apostada ú tres \eguas, cuando, cstl'Uviados por un guia,
se vieron antes del amancecr del 14 cn la aldea francesa
de Costonge. Alli les salió al encuentro un destacamento
de 25 homhres que, reforzado en breve por gendarmes y
guardia nacional, intimó la rendicion al conde, su comitiva
y su escolta. A pesar de las observaciones vehementes de
Sobreviés, que ú Iodo tl'ance quel'ia resistir el desarme, se
verifico este en seguida; y España y los gefes que le acolll-
paiiahan fueron trasladados sin dilacion á Perpiñan, de
donde, á pocos dias, se hizo salir al l))'imero para tila, á
SaJIIsú }HU';t M('lz, á SoJ)l'eviés para AITt\~ y ú los demas




344 MiALES DE ISABEL 11.
para diferentes puntos de lo interior. Notóse, como un ca-
pricho de la fortuna, que durante unos dias se hallaron
juntos en Perpiñan el general Mina que iba á tomar el man~
do de Cataluña por la reina, y el conde de España que
acababa de ser, por una equivocacion inconcebible, despo-
seido del que le confiriera don Cárlos.


Frustró este singular desenlace tantas y tan labol'iosas
combinaciones como se habian hecho para establecer órden
y convergencia enlre los carlistas de Cataluña, y quedaron
ellos, no solo entregados al desorden y la incertidumbre
anterior, sino reducidos á situacion harto mas deplorable.
Hasta entonces, en efecto, habia dirigido Samsó sus opet'a-
ciones, si no con gt'ande inteligencia, á \0 menos con cier ....
ta circunspeccion y cordura. Su 1l1'ision los dejó sin gefe
cabalmente cuando mas lo necesitaban, cuando cngrosa-
das sus bandas habrian podido estenderse hasta el Eb,'o y
ponerse en comunicacion, ya con el Senador y Cabrera en
el bajo Aragon, ya por el alto con las fuewls dc l'avana.
Entre los que mandaban en Cataluña parecia Guergué el
mas á Pl'opósito para rccmplazar á Samsó; pero ni cm ca-
talan ni tcnia antecedentes militarcs, ni ostentaba tal pure-
za en su conducta que debiese inspiral' respeto á los de-
mas gefes. Asi, cada uno de ellos se puso á maniobrar pOI'
su cuenta, y solo Tristany y Bur}O mostraron alguna defe-
rencia al caudilla de la division navarra. Con el auxilio de
aquellos geres unas veces, con el de oh'os cabecillas oh'as'
maltrató él al gobernador de Vich en las cercanías de Man-
I'csa, se adelantó hasta Igualada, completó la ocupacion de
la línea del Llobregós, restableció el bloí¡ueo de Solsona,
que habian levantado el Uos y Orlen, y no dejó'" lo~ Cl'is-




LUlRO QUINTO. 345
tinos uu momento ue descanso. Zorrilla y Mallol'ca blo-
quearon á Hostah'ich; Tl'istany hizo un gmnde estrago cn
los urbanos de Sabadell. Sorprendido el cabecilla Medi en
Gerri por una columna de la legion estl'angel'a, algunos de
sus compañeros acudieroIl á vengm' su muerte; y, lanzand()
á los cristinos, demolieron al punto las fortificaciones que
estos levantaran. Niubó, el mas decidido de sus gefes, que
quiso adelantarse á Tora, suÍl'ió sobre Vichfret é Iborra una
tenible carga que le obligó á replegarse á Guisona, y de
alli á Cervcl'a para preservar a esta ciudad de un golpe de
mano. Entre Bl'Unet y Casa Masalla, los gobcrnadol'es de
Vích y Manresa con sus columnas reunidas sufl'Íeron asi-
mismo uu gran uescalabro por las fuerzas de Llarch de Co-
pons, Griset, Vil ella y otros mandados por Tl'istany. ¿Qué
mas? Bandas hubo que llevaron la audacia hasta establecel'-
se sobre Esparraguera, San Cugat del Vallés y Pallejá, es-
tendiendo sus correrías hasta las puerlas de la capital; y esto,
en tanlo que, uesde Santa Creus, insultaban oh'os á Tal'-
ragoua, otros desue Vilasá a "Mataró y oh'os vigilaban la
costa eutl'c Llol'et y Blanes. La situacion del pais era, en
fin, talllUC, aun antes de conocerse en toua su estension
estos desastres, el rapor, periódi€O de Barcelona, que te-
nia la costumbre de recatados por no resfriar el entusias-
mo liheral de que era el mas apasionado órgano, decia
el 28 de febl'cro: «Aflictivo es en verdad el cuadro que
»presenta actualmente la Catalufla dcvorada pOI' la guerra
»civil. Pueblan sus cerros (sus t'alles haúl'ia podido decir
)'conig l/al razo¡¡) millares de facciosos y, con sus escUl'sio-
)¡nes, siemhran la dcsolacion y el estrago. Las comullica-
),ciones se notan cada dia mas intcrcC}1tadas. El movi--




ANALES DE ISABEL 11.


»miento mel'cantil é industrial es casi nulo. La misel'i:l
»empieza á dejar sentil' sus tl'istes efectos.»


Mina, llegado el 28 de oetubr'e desde Perpiiian, despues
de habel' hecho situar' sobre la carretera, para protegCl' su
transito, la mayol' parte de las fuerzas del Principado, dejó
vel' desde luego que complicaria esta situacion en vez de
simplificarla, El 25 publicó la proclama de uso, en que se
leia: (C\.l arma, catalanes, cspaiíoles todos, al al'ma. ~ingu­
))1\0 que pueda manejada sea exento de llevarla hasta que
»hayan desapal'ecido esas facciones ..... Guerl'U sin término
»á todos los que no se sometan.» Pal'a proveel' á los gastos
del armamento general á que escitaba, dccretó en el mis-
mo dia la formacion de una junta compuesta de dos dipu~
tados de cada una de las cuatl'O pl'ovincias, imágen ó I'e-
pl'Oduccion de la dil'ectiva, disuelta tres meses antes. Au-
tOI'izóla el nuevo general á o))I'ar con absoluta independen-
cia, y le ol'llenó proporcional' los recursos precisos para el
vestuario, armamento, subsistencia y pago de los haberes
de los CUCl'POS «tomando, para cubrir lo que faltase sobre
»los productos de las rentas, los medios que estimase
»)oportunos;» es decir, imponiendo nuevas contribuciones,
pues sabido era que no existían otros. Mina ofl'eeió «que
)}el estado se encargaria del reintegro de todas las antieipa-
)Jciones, luego que se estableciese la comunicacion con Ma-
)¡drid, cuya falta imposibilitaba al gobierno para enviarlc
»los recursos necesal'los para las operaciones militares.»
Asi, la era de venlUl'a tan suspil'uda empezó pOI' requisi-
ciones de sangre y de dinero, requisiciones de que nallie
podia fijar el tél'mino ni la eslension y que solo pal'eejall
dirigidas ti aSC¡!lll'.H' la ¡Wl'pomlemneiu de la pandilla quc'




LIBRO QUINTO. 317
invocando el nombre de la reina, se apodel'ara de la auto-
l'idad. Mina tardó poco en mostrar con qué intenciones
se proponia ejel'cer la que se le habia delegado: a los po-
cos dias de estar en poses ion de ella nombró su ayudante
de campo al famoso Cardero que, confinado en Mallorca po-
co despues de la rebelion del 18 de enero, de que fué co-
l'ifeo, habia logrado, á favor de los desórdenes últimos de
aquella isla, escapar á Barcelona y 11échose alli el campeon
de los clubs y del sistema de trastornos que con tan feliz
éxito planteaban. Su influencia uesorganizadora no podia
ser neutralizada por los refuel'Zos que pOI' mal' llegaron en
seguida de Málaga, ni por los que de diferentes puntos del
interior se anunciaban como próximos; pues los cuerpos
llevaban en su seno cl contagio de la indisciplina y con ella
la levadura ue la disolucion.


Díjose que, contando con que, abandonaua la revolucion
á sí misma, abriria esta á don Cárlos el camino del trono,
habia resuelto aquel príncipe limitarse a una defensiva vi-
gilante cn Navarra y las provincias; y asi á lo menos es-
plicaron sus partidarios la falta de actividad que, despues
de la batalla de Arrigorriaga, se observó en sus operaciones.
A la verdad. lo interior del pais gozaba de una segul'idad
completa; los depósitos, los almacenes, estaban estableci-
dos corno cn plena paz; se sacaban y ejcrcitaban recluta!';,
se cobraban las contribuciones y se gobernaba sin la mc-
Dor contradicciol1. Abundaban las armas, las municiones,
los caballos, el dinero, de todo lo cual proveia el contra-
bando, ya pOI' las fronteras de Francia, á pesar de la vigi-
lancia que haci~ ejercer cn ellas el gobierno de a¡¡uel pais.
~a pOI' HUIr, á pe¡.:t\l' de los crUCCl'OS ingleses. ;\0 obstanle.




3-18 AI\AI,ES DE ISABEL 11.
ello, se mantenian en las bocas del Bidasoa cllalu}las cadistas
que, en acecho siempl'e, aprehendieron alguna vez ti. las
que de Soeoa ihan a llevar víveres ó pe\'h'echos de guena á
las guarniciones de San Sebastian y Guetaria. Pero este es-
tado era precario, mienh'as hubiese en las orillas del Ebl'o
cuerpos numerosos de la reina y llegasen diariamente á Bil-
bao y Santander nueyos y gl'Uesos destaeamentos de auxi-
liares ingleses de todas armas. Creíase, por tanto, que las
fuerzas de don Carlos habrian continuado atacando como
antes los cuerpos que cubrian la inmensa línea que, desde
Bilbao, con largas sinuosidades y con poca contigüidad, se
estendia hasta Pamplona y aun hasta Jaca. ~o sucedió asi,
sin embargo. Ezpeleta salió de Bilbao pocos dias despues
de la batalla de Arrigorriaga, y, favorecido por un movimien-
to de Có\'dova sobre Espejo y Puente Larra, situó su cuarlel
general en Üfla y su vanguardia en VillUl'cayo y ~Iedina.
Córdova fué entonces dueño de estenderse ti. su derecha
y de protegel' todo el telTitorio situado cntre Logl'oño y
Puente la Reina.


La actitud, ó pasiva ó circunspecta, que l'epentinamente
tomó GOl1zalez Moreno acabó de indisponer contra él los
ánimos enconados por varios motivos, por lo cual huho de
llamarle don Cárlos cerca de sí, y de trasladal' el mando al
conde de Casa-Eguia. Empezó este por réorganizar las di-
visiones, confiando el mando de la de Navarra a IlUl'ralde,
el de la vizcaína á Villareal, y a Gomez el de las castellana y
aragonesa: el de Guipúzcoa, que tenia cstc último, se dió al
hrigadier Sagastibelza. Masarl'asa fué gcfe del estado ma-
yOI', y se eonfim'on las brigadas á Goñi, Sanz, Tarragua,
Guibclalde, la TOlTe, Sopclaua, Perez de las Vacas, Vea-




UBll.OQUINTO. 349


InHl'guia y Ar¡'oyo. Esta nueva organizacion del ejército (le-
jnha tl'aslucir intenciones de agrcsion, yen breve se anunció
~ ,


en efecto, que Gomez dehia penetrar en Castilla por la pro-
vincia de Santander, llevando de flanqueadores á Cuevillas y
VilIalobos, á los cuales se incorpol'arían luego las dcmas par-
tidas existentes y que se levantasen en aquel pais. lturralde
debía operaren Aragon; Eguia mantenel'se entre Salvatierra
y Vitoria para acudir, desde Estella á Bilbao, adonde lo exi-
giese la necesidad. Atribuyéronse por de pronto las marchas
y contramarchas fl'ecuentes de estos diversos cuerpos en
los dias inmediatos á su formacion, al deseo de ocultar sus
verdadems intenciones, pero no tardó en reconocerse que el
plan concebido se habia frustrado por la singular captura
del conde de España, que, impidiendo dar á los movimientos
de Cataluña la unidad y la eslension que eran necesarias pa-
ra llamar alli poderosamente la atencion del gobierno de
Madrid, obligó á don Cárlos á diferir la ejecucion de SIlS
proyectos.


Córdova, queriendo aprovecharse dc esta coyunlma,
lwevino á Evans (fue se le l'euniese en Vitoria; y, mientras
Espartero con unos cuantos batallones iba á llevar este
mensage á Bilbao, hizo el 27 un movimicnto sobrc Salva-
tierra, que ocupó en aquel mismo dia, arrollando á los ene-
migos que en vano pretendieron disputarle el paso, desde


• el pie del castillo de Guevara. Al dia siguiente, regresó á
Vitoria, tiroteado pOI' su retaguardia y flancos por los cuer-
pos de Villareal, pero con la ventaja de haher llamado la
atencion de Itunalde y facilitado en cuanto pudo la libl'e
marcha de Espartero, sobre quien habrian podido cael' lo s
cuerpos carlistas que estallan en Arlaban, si Córdov3 no los




350 .\NAU:S JlE ISAIIEJ. H.
distrajese con aquel paseo militar. Tres di as despues, con-
lando con que Evans no dilataria incorporársele, salió á re-
cibirle por el camino de Durango; pero, el 3 de noviembre,
supo, no sin gran sorpresa, en Ochandiano, flue el inglés,
aunque reforzado por la division cristina de Guipúzcoa, man-
dada por Jauregui, y por algunos batallones de la de Vizcaya,
mandados por Espartero, habia emprendido su marcha con
precauciones, que tenia n todas las apariencias del miedo, y
tomado el camino de las Merindades, dirigiendo por mar su
artillería y equipages á Santander, y haciendo á su caballe-
ría dar el mismo inconcebible rodeo. Córdova se encaminó
entonces a Miranda, para darse la mano con Evans, que lle-
gó en fin á Briviesca el 8, sin que Castor, CueviUas, Saraza,
ni ninguno de los gefes que habrian podido caer sobre él
en su larga y medrosa marcha pensase en incomodarle, ni
hostigarle siquiera durante ella.


Por reparacion sin duda de esta falta, se dió á 11urral-
de la órden de penetrar en el alto Aragon, ya con el fin de
alentar a los que en el bajo peleaban con tanto ardor y ven-
tajas por la causa de don Carlos, ya con el de llevar a Ca-
taluña al infante don Sebastian, que, llegado de Italia el dia
1. o a Guipúzcoa, y reunido el 2 en Echarri-Aranaz con don
Cárlos, habia sido nombrado al punto su primer ayudante
general. Bien que la falta de esperiencia del infante le hi-
ciese incapaz de dirigir movimientos tan complicados como·
debian sel' los de Cataluña, creiase que su presencia. a la
cabeza de los cuerpos numerosos que alli se levantaban, so-
focaria las desavellencias y daria unidad á las operaciones.
Los batallones de Iturralde, sin embargo, no pasaron de
Verunn, Ol'a porque él temiese al brigadier Mendez Vigo,




LIBRO QUINTO. 351
desLacallo con una fuerte division pal'a pe¡'seguirle, ora por-
IJlle hubiese tenido noticia del movimiento que sobre Este-
lIa hacia Córdova en el intel'medio. Este genel'al, viendo
que unas divisiones cadistas amenazaban sériamente á Bil-
bao, en tanto que la de JLurralde mostraba qu~rer tomar el
camino quc, tI'es meses antes, habia encontrado libre Guer-
gué, creyó debe¡' llamar la atencion al centro de la línea, que
dejaban desguarnecido aquellas maniobras, y ocupar la ciu-
dad donde el Pretendiente lwbia tenido su cuartel mucho
tiempo. De Logroño, pues, se dirigió por Lerin á Puente la
Reina, y desde alli sobre Estella, que, sin mas que un ama-
go de resistencia en Villatuerta y en Arandigoyen, abandonó
el brigadier García que la ocupaba, dejando á Córdova en-
trar alli el 15. Bien vió este general que su permanencia
en aquel pueblo debia ser corta, y desde luego situó sus
tropas de manera que le fuese fácil la retirada. si, como era
de creer, Eguia llegaba luego á empujarlo. Estc lo vcrificó
en cl dia mismo, y al siguiente, los 15 batallones de la rei-
na alli reunidos, se replegaron sobre la Solana, y sucesiva-
mente sobre Lerin, no sin ser perseguidos vivamente y su-
frir, á pesar de los hábiles movimientos de su gefe, una
pérdida considerable. Iturralde, despues .dc un combate en
las crestas de Verdun con un batallon de la legion estrange-
ra, volvió tambien á la Ribera, y sus tropas y las de VilIa-
real se estendieron de nuevo á Arroniz y Dicastillo, y tor-
naron á amenazar, como lo hicieron antes durante muchos
meses á Sesma y Lodosa. Córdova hubo de volverse a Lo-
groño, centro de la linea que cortaba nuevamente el instan-
táneo recobro de Estella y la ocupacion de los pueblos si-
tuados entre Ciudad y Lerin. A esto, y á amagos mas ó me-




352 ANALES DE ISABEL 11.
nos vigorosos sohre Puente la Reina, la Puebla, Miranda,
Vitoria y Bilbao, y á demostraciones de mas ó menos aparato
contra las f,'onteras de las provincias de Burgos y Santan-
del', se redujeron todas las operaciones del ejército de don
Cárlos en las provincias durante dos meses.


Las de Córdova no debian ser mas brillantes dUl'ante el
mismo periodo. Ambos ejércitos se hallaban en efecto en la
necesidad de observarse recíprocamente. Sus fuerzas eran
casi iguales; pues si bien las de don Cárlos, en 1.0 de no-
viembre, no pasaban de 30,000 hombres, y las de la reina
llegaban á 42,000, las guarniciones de San Sebastian, Bil-
bao, Miranda, Logroño, Puente, Pamplona y otros puntos
de la línea, que Córdova estaba obligado a mantener, absol'-
vian con creces la diferencia, y aun daban una efectiva su-
perioridad numérica a sus enemigos, que, seguros del pais, no
necesitaban dejar guarniciones en ninguno de sus pueblos,
Córdova, por su parte, contaba reforzarse, no solo con los
ingleses que, a pretesto de la necesidad que tenian de ins-
tmil'se, habian diferido hasta entonces entrar en campaña,
sino con los portugueses, cuya brigada de vanguanlia, com-
puesta de tres batallones, dos escuadrones y cuatro piezas
de artillerla, hizo su entl'ada en Zamora el Ii. El 3 habia
igualmente salido de Madrid el segundo regimiento de in-
fantería de la Guardia, fuerte de 2,200 hombres, para el Nor-
te, adonde se dirigian al mismo tiempo los cuerpos levanta-
dos en Estremadura. Córdova, a quien desde mucho tiem-
po antes se lutbia hecho esperar la llegada de estos refuer-
zos, debia, pues, contemporizal' hasta recibirlos. Por su par-
te, don Carlos contaba demasiado con las simpatías de mu-
chas provincias, para creer que perderia nada en la dila-




U8RO QUINTO.


cion. Chocando con los inlereses, con las creencias y con
los hábitos de los pueblos la mayor parte de las medidas
que el gobierno de Madl'id adoptaba ó parecia dispuesto á
adoptar, esperaba aquel príncipe verse reforzado por insnr-
reccionessncesivas en las provincias, y c ompletal' su triunfo,
sin necesidad de arriesgados esfuerzos de su ejército, opo-
niendo la lentitud á la impaciencia de sus enemigos.


No hubo en aquellos roomentos linage de provocacion
(Iue los fautores del desórden no empleasen, ya contra la
generalidad de los habitantes del reino, ya contra estas ó
aq~enas clases. Las juntas de armamento y defensa en-
carecieron sobre las directivas disueltas por la fria atroci-
dad de sus violencias. La de Badajoz, notando «que cra
¡)corto el donativo de los eclesiásticos, determinó conver-
»tirlo en préstamo forzoso,» y exigió 500 reales de los
clérigos que tuviesen 6,000 de renta y un aumento pro-
gresivo de los que la gozasen mayor, hasta veinticinco por
ciento, con que obligó á contribuir á los que la tuviesen
de 14,,000. La de Zaragoza, a pretesto de sus necesidades,
redujo á tutcla y privó de sus rentas al clero de aquella
diócesis mandando sobrelIavar los almacenes de frutos cor~
respondientes á rentas decimales y pri~icias pertenecien-
tes á cabildos y otras corporaciones, y secuestró los bienes
propios de su arzobispo y los de la mitra, bajo pretesto de
que, temiendo ser víctima del furor que se manifestaba con-
tra su persona, habia buscado aqucl prelado un asilo en
Francia. La de Valencia, informada de que se habian au-
sentado de algunos pueblos muchos de los mozos compren~
didos en el alistamiento de 100,000 hombres, mandó que
se exigiesen de los padres de aquellos á quienes tocase la


TOMO n. 23




3:51
suel'le los 4,000 reales señalados por el oecreto de la
quinta como pl'ecio oe la exencion, y que, cn el caso de no
tener bienes para pagarlos, los aprontasen los padres de los
otl'os mozos ausentes. La de la Coruña hizo responsable á
los cabil~os eclesiásticos de los progresos de las facciones,
que ni ellos contribuian á formar, ni tenian medios de re-
primir. Aunque sometidas en apariencia al gobierno, mu-
chas de aquellas juntas continuaron invadiendo sus atribu-
-ciones; y, mientras la de la Coruña aumentaba el porte de
las cartas, la de Bat'celona no cesaba de vender los efectos
de los conventos. Casi todas se distinguieron por disposi-
Ciones del mismo jaez sin que al gobierno se le ocurriese
protestar siquiera contra la usurpacion de su autoridad.


Los mas de los geres de las provincias se pusieron al
nivel de las juntas. El comandante general de Palencia
adoptó, entre otras medidas insólitas, la de que nadie viaja-
ra de noche sin un pase de la autoridad, la cual seria res-
ponsable de las condiciones de su entrega. El segundo ca-
ho de Aragon, de resultas de haberse marchado á los car-
listas algunos mozos de Tauste, mandó prender á sus pa-
dl'es y pat'ientes mas inmediatos, y confiscar y vender sus
bienes. El comandante general del bajo Aragon condenó al
desticrro á las mugeres y los padres de los que estuviesen
en la faccion; declaró st~jetas á demolicion sus casas; amc-
nazó con castigos severos á los curas y á los individuos
de los ayuntamientos que le pareciesen mas culpa-
bles, y dicto otras providencias que probaban que el des-
potismo revolucionario habia perdido el último resto de
pudor. El gobernador civil de Zaragoza, en vez de
observat' en particular á los clérigos que diesen mo-




LIBRO QUINTO. 355
livos justos de desconfianza, protegiendo al mismo tiem-
po á los inocentes contra los crímenes de que mu--
chos de su clase habian sido víctimas, prefirió con-
fundir cn una misma caL~gorÍa á inocentes y culpados, y
hacer mas dura la condicion del clero, ya harto maltratado y
escarnecido, amenazándole en masa con sus rigores, «si la
»conducta de los clérigos no cambiaba de fisonomía política
»y se hacian amar de sus conciudadanos, en razon del influ-
»jo que ejercian.» Al propio tiempo desterró el mismo gefe, é
hizo llevar de justicia en justicia, á las pl'ovincias de Cuenca
y Valencia, a eclesiásticos respetables, sobre la sospecha no
probada de quc influian en la emigracion de los mozos, á pe-
sar de que estos no necesitaban de influencias estrañas pu-
I'a sustl'aerse al alistamiento; confinó sin esccpcion á todos
los frailes esclaustrados en los pueblos de sUllaturaleza, en
donde los mas debian perecel', no teniendo en general pal'ien-
tes ni relaciones; suprimió por sí y ante sí los conventos de
Calatayud y Ateca que habian sobl'evivido á 1<\ destl'Uccion
Rnteríol'; declaró que trataría como «fautores y conspirado-
»res de los rebeldes») á las justicias de los pueblos que permi-
tiesen, con los ocupados por estos, el tráfico de los productos
sus groseras fábricas de suela y de cáñamo, que formaban su
única industria; señaló, en fin, su administracion por las me-
didas mas adecuadas para completar el trastorno del órden
social. En Badajoz el gobernadol' civil, despreciando las re-
cientes prescripciones de la ley de ayuntamientos, nomb¡'ó YO-
cales del de Mérida á individuos que habian sacado menos
votos en las elecciones, aunque los mismos nombrados protes-
tasen contl'a la lweferencia ilegal de que el'aIl objeto. En LCOII,
~'mno la pobl'eza de}territOl'io. el bajo Pl'ecio de los Í1'utos, la




ANALES DE ISABEL n.


eesacioll de las ocupaciones que mantenian á lo!'! jornaleros,
impidiesen satisfacer puntualmente las contribuciones, de
({ue, aun en tiempos tranquilos, no era raro que se retrasase
el pago, el intendente, despechando pOI" la insolencia de su
lenguage á gentes ya exasperadas por la miseI'ia bajo que ge~
mian, no titubeó en decirles: «y pues las consideraciones
)¡que hasta aqui he tenido, han merecido el desprecio pOI' re~
))compensa, sttfrirán los pueblos el azote.» En Mallorca los
presos de Manacor, juzgados pOI" la audiencia, no habian si-
do condenados á muerte. El populacho se alboróta y pide
sus cabezas; la autoridad se deshonra, hasta ofrecer que se
volverá á ver la causa ya fallada; y, marchando de bajeza en
bajeza, promete separar al gobernador civil y á ciertos em-
pleados que se designan por los amotinados, rehusa la po-
sesion de sus plazas á ciertos profesores de ciencias, y cuan~
to de ella se quiere exigir.


Asi, mientras que en unas partes los agentes del poder
entregaban á las venganzas populares individuos que debian
escudar con la' egida de la ley, y, cediendo á las intimacio-
nes de la hez de la plebe, se humillaban hasta hacerse los ins-
trumentos ciegos de su anti-social frenesí, en otras un gefe
militar, siguiendo las huellas del procónsul feroz, que
cuarenta y dos años antes (en octubre de 1793) enarbolára
el martillo para condenar á la demolicion en nombre de la
ley suntuosas casas de Leon de Francia, amenazaba con los
mismos furores las endebles cabañas de los antes pacíficos y
ahora irritados moradores del bajo Aragon. Aqui se fijaba un
premio á la delacion: alli se hacia responsables á las muge-
res de los delitos de sus maridos, y á los curas de los de sus
feligreses: acá se mffi!traba el azote á los propietarios á




LUmo QUl!(TO. :357
quienes la calamidad de los tiempos no permitia satisfacer
sus contribuciones: allá se llenaba la medida de la exaspe-
racion del clero condenándole á vejaciones especiales, y
consagrando, por la intervencion de la autoridad en su per-
secucion, las tropelías y los insultos de que era objeto.
Por su parte, las comisiones militares, dejando en paz á los
actores de estos crímenes y á los de los cometidos poco an-
tes, y ti. la sazon el} Madrid, Zaragoza, Reus, Barcelona,
Valencia, Murcia y MáJaga, no ejercian su terrible minis-
terio sino contra los acusados y sospechados de carlismo.
Por dondequiera, en fin, sangl'ientas parodias de la dictadu-
ra de Robespierre, coaccion humillante y tiranía brutal. Los
ministros de estas abominaciones eran muchos de los que
se daban á si mismos el titulo de liberales, muchos de los
proscritos de diez años, que habiendo á favor de la amnistía,
que con mas humanidad que cordura se les otorgó, y que
ellos fueron ampliando sucesivamente, invadido los principa-
les empleos, parecian querer justificar con su desempeño la
dureza con que, durante aquel período, habian sido repelidos
del seno de su patria. Por colmo de humillacion, estos mis_
mos hombres osaban exhortar diariamente á aquellos á
quienes tan cruelmente provocaban, á hacer dones e impo-
nerse sacrificios para asegurar el triunfo de lo que llama-
ban la causa de la reina, y se los arrancaban a la fuerza.
cuando el despecho ú la imposibilidad no les permitia ha-
cer los que de ellos se eXlgia. Y por una hipocresía, que
ni aun· la indignacion de la raZOIl ultrajada puede calificar
debidamente, se pretendía cubrir tanto cinismo de perse-
l~l\cjon con el manto sagrado de la libertad.


La misma violencia que en las provincias empleaba la




358 ANALES DE ISABEL n.
faecion desorganizadora en la córte, bien que en ella fuesen
por de pronto menos palpables sus consecuencias. Los isa-
belinos y los templarios salieron de los clubs á la puerta
del Sol y á los cafés, y alli mantuvieron y propagaron, por
vehementes declamaciones orales, aquel timitado y faeticio
entusiasmo que diariamente presentaba como unánime y real
la peensa periódica. En breve empero la puerta del Sol y los
cafés fueron teatro pequeño para la pompa de su triunfo.
En breve hicieron imprimÍl' sus disposiciones, y una circu-
lar del directorio isabelino, publicada por la Revista, ex-
hortó á los confederados á tomar las armas y á prestar su
apoyo al gobierno; acto solemne con que laasociacion qui-
so anunciar oficialmente su existencia y su intervencion en
los negocios públicos. Asegurada ya de su poder, y la
prensa libre de hecho de la censura, no quedó medida re-
volucionaria de que ella y los clubs no tomasen la iniciati-
va. Insistiendo sobre la necesidad que tenia de socorros
ininediatos el exhausto tesoro, escitaron, ya con sarcasmos,
ya con amenazas, á sacrificios tanto mas duros cuanto mas
instantáneos y premiosos. En junio habian los revoltosos
recibido con entusiasmo la ley de las elecciones municipa-
les cual la de diputaciones provinciales en setiembre; pero
como, á virtud de -sus disposiciones, hubiesen entrado en
diputaciones y ayuntamientos algunog- sugetos juiciosos, el.
directorio ciréuló órdenes para tacharlos de desafectos, y
de serviles ó retrógradas las leyes á que dcbieron su elec-
cion. Los sargentos de coraceros presos pOl' la tentativa de
sublevacion de setiembre, fueron al mismo tiempo objeto de
las l'eeomclldaeiones apasionadas de la prensa, que, no sin
apariencia de I'azon, ¡mocaba para ellos la misma impuni-




LlBRO QUlNTO. 359
dad tIc que gozaban Navas, Espinosa y los demas qUé, du-
rante algunas semanas, emplearon contra el gobierno las
al'mas de la patria. Ningun medio tenia el ministerio de re-
sistir a las órdenes de reuniones que, clandestinas hasta en-
tonces, osaban ya intervenir públicamente en los negocios
del Estado, y poner por precio de su cooperacion la acce-
sion á sus exigencias. Condenado al oprobio de esta alian-
za, sometido á esta condicion de existencia menguada y
l'aquítica, no pudo, pues, mantenel' el prestigio de su auto-
ridad ni velar por consiguiente sobre la eonseI'vacion del
órden público. Una compañía de la guardia nacional de
Madrid habia rehusado recibir un oficial legalmente nom-
brado y adornado de las cualidades propias para el desem_
peño de su encargo. El comandante general, despues de
emplear en vano los ruegos y las amenazas para reducirTa
á su deber, hubo de disolverla; pero, a los pocos dias, le
mandó el directorio isabelino revocar su decreto y aceptat'
la dimision del oficial legítimamente elegido, y revelar pOI'
estos hechos deplorables la dependencia en que estaba
constituido el gobierno. Lo mismo le sucedia cada dia con
los empleados que nombraba, a los cuales se l'ehusaba con
frecuencia dar poses ion de sus destinos, á pretesto de no
ser bastante puros sus antecedentes liberales. Pero ¿qué
mucho? Mendizabal mismo habia devorado igual desaire en
la persona que, l'ecien instalado en su ministerio, nombró
subseCl'etario de Hacienda. ¿Cómo haria rcspetar la auto-
ridad real en cll'esto dell'cino, un gobiel'llo que no tenia
poder para lleval' á efecto sus disposiciones en el seno de
la capital?


Los justos recelos que inspil'aba c¡,ta silnllcioll no cnlll




."-NAU:S DE ISABEL lt.


los unicos que trabajaban los ánimos y mantenian á los hom-
bres moderados en una observacion inquieta y desconfia-
da. La intervencion del enviado WiIliers en la composicion
del ministerio Mendizabal habia dado á la política inglesa
una influencia esclusiva en el gabinete. Fortificóse yesten-
dióse ella en seguida por la que personalmente adqUIrieron en
los negocios los hombres á quienes, durante diez años, pre-
servó la hospitalidad británica de los horrores de la mise-
ria. Fuese deseo de pagar en la prosperidad las deudas de
la desgracia, ó que, prendados en realidad de lasinstitucio-
!les de que gozaba la Inglaterra. quisieron aclimatarlas en
su pais; Al'güelles, lsturiz. Galiano, Calatrava, Gil de la
Cuadra y algunos otros contribuyeron por su parte á estre ....
char con el ministel'io de aquel pais las relaciones que las
simpatias de Mendizabal y Alava habian establecido desde
la instalacion del nuevo ministerio. El ministro ingles fué
desde entonces el alma de los negocios del gabinete, el di-
rector de la política española, el árbitro de las desavenen-
cias entre sus liberales; y el embajador frances, mirado co-
mo el representante de un justo medio proscrito y befado á
la sazon, tuvo que ser espectador neutral de tras tomos que
debia desaprobat, su gobierno porque contribuian á mante-
ner y estender en sus fronteras el fuego de la guerra civil.
En la predileccion con que se miraba á la Inglaterra se acu-
só á la Francia de favorecer ó tolerar los envios de pertre-
chos de guerra para el ejército de don Cárlos. En vano, para
acallar estos clamores, hizo el gohierno fr:lIlces redoblar la
vigilancia en 5US fronteras, ya estableciendo una policía es-
ll'aol'dinaria, que encomendó <Í nucvosy especiales agentes,
ya aumentando el número de los \'egistl'o~ y oficinas de




LIBRO QUINTo. 361
aduanas; ya 1 en fin, doblando casi sus brigadas de gendat'-
mería; en vano estas y otras medidas de prccaucion parali-
zaron todo comercio legítimo entre la Francia y las provin-
cias españolas limitrofes, á pesar de que tratados de tres si-
glos de fecha, observados hasta en la guerra de la re~olucion
francesa, autorizaban las crnmmicaciones de las fronteras,
y aun durante las hostilidades permitian ciertas especies de
tráfico entre sus habitantes. Ni estas demostraciones, ni la
consideracion de que hallándose estancada la pólvora en
Francia, era imposible que se introdujese por las fronteras
de tierra otra cantidad de este artículo que las muy peque-
ñas que el contrabando, mas ingenioso y mas activo que la
autoridad, hacia pasar con mil riesgos y averías; ni la noto-
riedad de que en las provincias vascongadas se fabricahan
pólvora y armas en una proporcion quizá superior á las ne-
cesidades del ejército carlista; ni las protestas y segurida-
des de interes y de cooperacion que todos los dias repetia
el embajador Rayneval en Madrid; ni la dureza con que se
trató á los gefes catalanes que, cogidos en Costouge con el
conde de España, fueron trasladados de cárcel en cárcel á
las fronteras septentrionales del territorio frances; ni el vigol'
con que, asociándose á las hostilidades del destacamento
cristino que guarnecia el fuerte del Bidasoa, tiraban tal vez
los cañones de Behobia contra los carlistas que lo sitiaban;
bastaron á atenuar las acusaciones que los órganos del par-
tido ingles hacian diariamente contra el gobierno de Fran-
cia. La conducta circunspecta del comandante de una fra-
gata francesa sUI'ta en Pasages que, en circunstancias im-
periosas, I'ehusó prestar su apoyo á una falúa española pel'-
seguida por los cal'listas , fué mirada como un indicio dI'




362 ANALES DE ISABEL n.
complicidad con don Cárlos, é igual carácter se dió á las
fraudulentas introducciones parciales de caballos y efectos
militares. El gobierno frances, que privaba á sus súbditos
de los departamentos de los altos y bajos Pirineos, de los
Pirineos Oricntales, del Arriege, del Aude, del alto Garona
y del Gers de las ventajas de un comercio lucrativo y nun-
ca interrumpido antes, fué acusado de mala fé, en tanto que
se ensalzó hasta las nubes el desinteres de los ingleses, cu-
yos buques, despachados sin ,'ecato de los puertos de Ingla-
terra é Irlanda, abastecian de mercanCÍas prohibidas todo el
territorio que se estiende desde las bocas del Bidasoa hasta
las del Miño, y desde Gibraltar hacian otro tanto en el litoral
que corre desde las del Guadiana hasta las del Ebro. De esta
manet'a cobraba anticipadamente la Inglaterra el precio de
las armas y fornituras que con pl'ofusion enviaba á diferen-
tes puntos de la Península. Sus legionarios, reclutados con
tantos dispendios entre la hez de las poblaciones de los
tres reinos, no osaban entretanto presentarse en campaña,
ni medirse con los rebeldes á quienes afectaban despreciar;
y esto, mientras que la corta legion de Argel, aunque diez-
mada en los campos de batalla, impedía ó dilataba por com-
bates la organizacion de las masas sublevadas en Cataluña y
el incremento de las facciones en Aragon. La preferencia
que el partido ingles daba á la alianza de la España COIl
esta nacion, la nulidad á que se condenaba al embajador de
Francia en Madrid, yel desden que se mostraba por el siste-
ma político de su gabinete, difundian el recelo de que se
"csfriase la amistad que él manifestaba á Espafta; y bajo
este punto de vista eran otros tantos presagios una gran ca-
mnidad. Los hombres modcrados y .juiciosos la deploraban




LIBRO QUINtO, 363
tanlo mas amargamente cuanto que ella coincidia con otras de
que elespiritu de partido, condenado siempre á rodar de ilusion


'en ilusion, parecia no conocerla estension ni la importancia.
La Europa entera estraviada por las indicaciones erró-


neas y por las esperanzas quiméricas de la prensa liberal,
no conocia bastante la profundidad de las llagas 'que la re-
volucion habia abierto en la desventurada España. La mano
de arpia de las juntas, habia secado en su origen el venero
de las contribuciones. Las rentas del pais, al pl'incipiar el
mes de noviembre, se hallaban reducidas á un tercio de lo
que eran en el de julio. El comercio paralizado y los puertos
llenos de géneros ingleses introducidos en fraude, no permi-
tian contar con producto alguno de las aduanas. Los dere-
chos de puertas, enteramente suprimidos del todo, ó re-
ducidos considerablemente durante el interregno, no pudic-
ron sel' restablecidos como lo estaban antes; ni aun siéndo-
lo, habrian producido mas que tenues rendimientos, ya por
las cuantiosas existencias de efectos introducidos en franqui-
cia en aquel periodo, ya por la disminucion de los consumos,
y ya, enfin, porque, relajados si no rotos los lazos de la obe-
diencia, no habia medios de regularizar debidamente la exac-
cion. Los efectos estancados eran 'de un producto absoluta~
mente nulo. Gibraltar proveia álosconsumidores, á bajísimo
precio, de tabacos, de que la direcci(tD del reino no podia
abastecer los estancos, ni aun á :preciosexorbitantcs. La
ley votada por las Cortes sobre el régimen de la sal habia
cscitado por todas partes, y señaladamente en las provincias
marítimas, un clamor general, y sido abolida ó modificada
pOl' las juntas, con gran contentamiento de las clases po-
bt'cS y mas aun de las interesadas en 'Iaf: salazones. Lns




364 ANALES DÉ ISABEL n.


I~omunicaciones interrumpidas disminuyeron los ingresos de
las rentas de correos y loterías. Las frecuentes incursiones
de las bandas de Cataluña, Aragon, Valencia y Galicia, hi- .
cieron desaparecer los de las rentas provinciales, ya por el
saqueo de los depositarios, ya por la cobranza que las mis-
mas bandas hacian del importe de los encabezamientos. Las
rentas decimales perecieron en la conflagracion general, no
solo por la facilidad que durante ella tuviel'on los labrado-
res para no pagarlas, sino por la rebaja general que hicieron
las mas de las juntas en la cuota de esta prestacion. La
administracion de aquellas y de mas rentas de las provincias
se entregó por lo general á los corifeos de los motines, y
sus manos infieles ó inexpertas completaron el daño que tan
grave hicieron las demas ocurrencias coetáneas,


Con esta disminucion de los recursos coincidia el au-
mento de los gastos. Pasaban de cinco millones mensuales
los haberes y suministros de los auxiliares ingleses; de dos
millones eran los de los auxiliares franceses de Argel; en
millon y medio (60 contos) se habia fijado el de los portu-
Sueses, sin perjuicio de los auxilios que se habia mandado
á las autoridades franquearles en el caso de que no tuvie-
sen medios de aprontar el importe de todos los suministros
que exigiesen. El presupuesto ordinario y estraordinario de
las tropas españolas, reducidas á 119,000 hombres en con-
formidad de la ley de 26 de mayo, era de 403.000,000. El
estraordinario de cuerpos francos, batallones de campaña,
milicianos movilizados, cte., pagados todos ellos sobre un
pie exorbitante, importaba 80.000,000 á lo menos. Los ha-
beres de los 100,000 homb¡'es de la quinta, aun reducién-
dolos á 75,000, debian costar 200.000,000, independiente-




tUlRO QUINTO. 365
mente tle los gastos de armamento, equipo e incorpOl'u-
cion en los depósitos yen los cuerpos. Asi, sin contar COIl
nuevos auxiliares ingleses que se pedian por todas parles,
ni con la legion francesa de Swal'ce, que su indisciplina
habia obligado á disolTer, ni con las retribuciones a que
tendria derecho la milicia nacional por el servicio que, en
ausencia de las guarniciones, se viese obligada á prestar, el
presupuesto de la guerra no bajaba de 60.000,000 men-
suales, y esto cuando las contribuciones no rendian 20,
que eran absorvidos con creces por exigencias de los dife-
rentes servicios civiles y la dotacion de la casa real; cuan-
do ascendian á 232.000,000 anuales los intereses de la deu~
da; cuando los pueblos, abrumados bajo el peso de las re-
quisiciones y de las demas cargas militares, maldecían á
los que los condenaban sin término á tamaños sacrificios;
cuando emigraban los capitalistas á millares; cuando en ca-
si toda Cataluña, en casi la mitad de Aragon y en una
buena parte de Galicia, los mozos sorteables se incorpora-
ban por bandas á las partidas carlistas; cuando, en fin, el
l'eino entero pedia ó deseaba que se pospusiese al interes
de su reposo y su seguridad la plantificacion de utopias,
mas ó menos justas en teoría, pero absolutamente imprac-
ticables en medio del desórden general.


Lejos de aterrarse Mendizabal con una perspectiva que
llenaba de espanto á cuantos tenian lugar de meditar sob"e
ella, proseguia él su marcha con una seguridad de que las
personas bien informadas hallaban la escusa, si no el fun-
damento, en la confianza que le inspiraban las promesas
que coetaneamente le haeia ViIliers en 'Sus conferencias di-
plomático-mercantiles. En la de 2 de noviembre, quedaron




366 AX.\tES l>E ISABEr. n.
ul'I'egladas entre ambos las condicionesde\ tratado pam la
admision de los géneros de algodones ingleses en la Pen¡nsu~
la, cuyos derechos debian I'ecaudal'se por comisiones.com-
puestas de inglcses y españGles, que se establecerian en los
puntos que se habilitasen para aquel tl'áfico. Estipulóse en
la misma conferencia la anticipacion de cien millones que
haria la Inglaterra sobre los productos del derecho fijado,
los cuales, ademas del pago de los intereses y de la amol'~
tizacion del empréstito, debían servir para señalar indem-
nizaciones á los pl'incipales fabricantes de Cataluña, cuya
,'esistencía se esperaba . neutralizar por este medio. En la
misma conferencia, en fin, se fijaron las bases para un tra-
tado de comercio de' que resultarian tantas ventajas para la
Gran Bretaña como perjuicios y ruina para la industria es-
pañola.


Aguardando la aprobacion del convenio, que ViIliers
envió sin dilacion á su gobierno, y contando con recibil'
desde luego algunas sumas mientl'Us se llenaban las for-
malidades necesarias para convertirlo en tratado definitivo,
Mendizabal, que ya juzgaba disponible la anticipacion, se
entretenia en ponderar la importancia del triunfo que su-
ponía haber conseguido sobre los partidos de que él, sin
embargo, no era mas que el instrumento, mientras le
llegaba ]a hora de ser la víctima. Gozábase de haber esta-
blecido la unidad administrativa, cuando, si se esceptuan
Jas provincias de Andalucía, de Castilla y de Estremadura,
no habia en España una donde las autoridades no obrasen
por si, y sin siquiera cuidarse de un gobierno, que ni
tiempo ni podel' tenia para pensal' en las provincias, las
oprimia en vez de administradas. Complacíase en pro-




LIBRO QUINTO. .367
damar que, ceuiendo á las intimaciones de los que rccla-
maban progresos, no hacia mas que seguir sus propias ins-
ph'aciones, y se desvirtuaba en probar en las prcdicas dia-
rias de la gaceta oficial que no era hacer concesiones acceder
a tales deseos, aunque con todo los calificaba de contra-
rios á los habitos y á las necesidades del pais.


Tal era la situacion general de este; talla particulal' de
Mendizabal á mediados de noviembre de 1835.


nN nEI" LlORO QUINTO.






REAL DECRETO


AUTORIZANDO AL MINISTRO DE HACIENDA A CONTRATAR


UN EMPRESTITO DE 4·00 MILLONES DE REALES •


.t.PIENDIf:E NIJIIIERO 'l."


Doña Isabel 11 , etc., etc. , yen sU real nombre doiía Maria
Cristina de Borbon, eomo reina Gobernadora duraute la menor eua!!
de mi eseelsa hija, á todos los que las presentes vieren y enten~
dieren, sabeu: Que habiendo juzgado conveniente al bien de estos
reinos presentar á las Corte~ generales, con arreglo á lo que pre-
viene el artículo 33 del Estatuto Real, un provecto de lev relativo al
arreglo tic la deuda estrangera y empréstih) de 1.00 InilJonc8 dI'
reales efeetj.vos , y habiendo sirio aprobado dicho proyecto dc lc\'
VOl' ambos J<:stamenlos, como á contiuuaeion se es presa , he leni¡((1
a bien, despuesde oir el dictámen del Consejo de Gobierno y del dp
Ministros, darle la sancion real.


"Las Cortes generales del reino, despues de haber examinado
con el debido detenimiento, v ohservanrlo torios los trámites Ir for-
malidades prescritas, el asun'to relativo al arreglo de la dencla es-
trangera y empróslito de 400 millones de rcales efectivos, qlW por
cirden de V. M. de 4 de agosto último. y conforme con lo pre\eni-
do en los artículos 30 y 3il del Estatuto neal, se sometió a su exá-
men y deliberacion, presentan respetuosamente á V .l\f. el siguien-
te proyecto de ley, para que V. M. se digne, si lo tuviere á bien,
darle la sancion real.


ARTICULO. 1." Todas las deudas contraidas por el gobierno en
el estrangero en diversas épocas, y señaladamente los empréstitos,
tanto anteriores como posteriores al31io de 1823, son dellfla dcl E~­
larlo.
To~ro JI. 2t




:310 A:\ALES JlI': l!UBEI. 11.
AUT.2." Stl proc\\derú inmediatamente al exúmen y liquida-


("ion de cnentas con los prestamistas. .
AnT. :l." TOlla esta deuIla eslrangera se distinguirá en adelan-


le en deuda activa y dej/.da pas/m; Sil conversion en deuda activa IJ
,,1/, lleuda paR/va se fljecutará en la proporcion de dos terceras par:"
tes en lleuda !.eliva, y Ulla tercera parte en deuda pas/VI'.


ArlT. i.n Sr. creara IIIl fondo nuevo al ti por 100 que represen-
le la deuda activa, en el que se convertirá la parte de los antiguos
Hmpréstitos estrangeros, comprendida en la deuda activa. La pl'O-
porcion de esta reduccion tendrá por base, no el capital de las obli-
gaciones que se conviertan, sino los intereses que están afectos :í
cada ulla de dichas obligaciones. A medida que se vaya liquidando
la deuda activa se verificara el pago de los intereses.


AlU. 5." La deuda activa abrazará la deuda con interes que el
gobierno, con acuerdo de las Cortes, crease en lo venidero, y la
parte de la deuda antigua mencionada en el arto 3,° que entrase á
participal' del pago de intereses que deben aplicarse á la deuda
aeti NI,


ART. 6.° La deuda pasiva se compone de la parte de deuda
mencionada en el artículo 3.0 que no se hubiese convertido en
¡(euda activa. Los intereses atrasados de los antiguos empréstitos,
asi como los billetes llamados de premio, sen\n reembolsados con
valores de la deuda pasiva. Esta parte de la deuda pasiva pasara
sucesivamente á ser activa en el espacio de doce años, que empe-
zaran ~ contarse desde el 1.° de euero oc 1838, sin perjuicio de
los otros medios que podrán aplicarse despues al reembolso ~ la
deuda pasiva. Las obligaciones de la deuda pasiva no gozarán in-
teres; se proveera ulteriormente á su amortizacion y reembolso.


ART. 7." Todas las obligacioues y títulos que representan aho-
ra la deuda estrangem se cambiarán por otros nuevos en el térmi-
110 de un año despues de la promulgacion de esta ley. El secreta-
rio de Estado y' del despacho universal de Hacienda tomará las me-
dida~ correspondientes para que se verifique dicha conversion en
las plazas de Lóndl'es, París, Amsterdam y Amberes, Pasado el
término arriha fijado, todas las antiguas obligaciones y títulos que
no se hubiesen presentado, perderán por lo mismo los intereses fI
que tenido derecho.


ART.8.0 Provisionalmente se aplicará un fondo de amortíza-
cíon de medio por 100 al año sobre la totalidad del nuevo fondo
¡,reado que redituará el interes de 5 por 100.


ART. l/. () El fondo de amortizac:on se aplicará esclusivamente á
la deuda activa; pero luego que se haya comprado una cierta su-
ma, que se fijará mas adelante, se anulará esta, y entrará á la
;;uerte uua suma equivalente de la deuda pasiva en la deuda acti-
va, y participa.';! por consiguiente del pago de los intereses y de
la amorlizacion,


ART.I0. No padeccra alteracion ni se incluye en ninguna de
e~tas disposiciones la parte de deuda estrangera creada para satis-
farel' al t(,;;OI'O de Fl'anria en virtud del tratado concluido en 30




APENDlCE NmlERO 1 . ú 371
41e diciembre de 1828, ni las reclamaciones inglesas, comprendidas
t~n el tratado de 28 de octubre ele 1828, ni la de los Estados U nidos
.Ie Norte-América, á que se refiere el tratado de 17 de fehrero
de 183i.


ART.11. Se autoriza al secretario de Estado y del despacho de
Hacienda á contraer un empréstito de iUO millones de rs. efectivos
destinado á cubrir el déficit del tesoro, y a hacer frente a las aten-
ciones estraordinarias.


Lo contraerá bajo las mejores condiciones que se le oel'ezcan, y
que le den mayor garantía.


ART. U. Queda autorizado por esta ley el secretario de Estado
y del despacho de Hacienda para la creacion de un fondo de tí por
fOO correspondiente al valor de este empréstito, como tambien pa-
ra la arllOrtizacion que se lijará conforme á las bases establecidas
por el artículo 8. o


ART. 13. Queda al cargo del mismo secretario de Estado y del
despacho formar Jos reglamentos que exija la ejecucion de esta ley;
debIendo haber en todo la mayor publicidad.)


Sanciono, rejecútese.-yo la reina G\Jbernadora.-Está rubri-
cado de la rea mano.-En el Pardo á 16 de noviembre de 183i.-
Como secretario de Estado y del despacho universal de Grácia y
Justicia de España é Indias, Nicolás Maria GareIly.


Por tanto mando y ordeno que se guarde, cumpla y ejecute la
presente ley como ley del reino, promulgándose con la acostum-
brada solemnidad, para que ninguno pueda alegar ignorancia, y
antes bien sea de todos acatada y obedecida.


Tendréislo entendido, y dispondreis lo necesario á su cumpli-
miento.-Está rubricado de la real mano.-En el Pardo ~l 16 de
noviembre de 1834.-AI conde de Toreno.


CONTRATO CON LA CASA DE ARDOIN.


Madrid 6 dI! diciembrl! de 1834.


lIabiendo sido admitida por S. M. la reina Gobernadora a
nombre de su augusta hija doña Isabel 11 la proposicion presentada
por Mr, Ardoin al concurso abierto en 20 de noviembre ultimo para
Ta negociacion de un empréstito de ~OO millones de rs. vn. efecti-
vos, y la liquidacion de la deuda de España en el estrangero, au-
torizados por la ley promulgada en 16 del propio mes, los infras-
critos don José Mana Queipo de Llano, conde de Toreno, conse-jero de Estado y secretario del despacho universal de Hacienda,
autorizado por real úrden de S. M. de , del corriente mes, des-




.~:-¡AI.ES m: ISABEL 11.


pues de habel' oido al Consejo de Gobierno y conforme en un lollo
ton el Consejo de l\Iinistl'Os.


y 1\11'. Arrloin, banquero de París, en su n()mbJ'l~ y el de otro~
~ocios suyos, han convenido en el tratado siguiente para arreglar
la ejecucion de las dos operaciones de que se trala.


ART. L." En conformidad de los artículos 3." y -i.o de la espre-
!lUda ley, se crearan para la liquidacion de las di versas deudas de
la España en el estrangero, reconocidas como deudas del Estado
por el artículo 1.0 de dicha ley, dos nuevos fondos, denominado el
uno deuda activa con interes de 1) por 100 al año, y llamado el
otro deuda pasiva, que no producirá lIlteres; este último fondo se
subdividira en dos clases, en conformidad del artículo 6.° de la mis-
malev.


ART. 'il. o Adem3s de la cantidad de deuda activa que haya de
emitirse para el objeto arriba espresado, se crearan, en conformi-
dad de lo prevenido en los artículos 11 y l'il de la precitada ley, tí-
tulos del mismo fondo por un capital nominal de 701.75i,386
reales. vn., salvo la reduccion eventual prevista por el siguien-
te artículo 7.Q


ART.3.0 El gobierno de S. 1\1. cede á Mr. A. Ardoin, bajo re-
serva de la condicion especificada en e\ citado artículo '1.0 que si-
gue, la referida cantidad nominal de deuda activa de '101.7M,386
reales. vn. con goce de intereses á beneficio del contratante,
:i contar desde el dia 1." del presente mes, mediante el precio
de 60 rs. vn. por cada 100 rs. vn. de capitalnolllinal, ó 5 rs. vn.
de renta que producen, deduccion hecha de la comision estipulada
por el artICulo 6.°, la suma efectiva de tOO millones de rs. Vil. que
t'l gobierno está auto\'Ízado:i tomar prestados para las urgencias del
Estado.


ART. t." Los iOO.OOO,OOO de rs. vn. efectivos que habrá de pa-
gar e.J" contratante en consecuencia del artículo precedente, sedn
entregados por aquel en el real tesoro de S. M. pn los dore plazo:>
siglli{'nt{'~,. á saber:


30.000,000 en :11 de diciembre de 1834,.
30.000,000 en 31 de enero de 183r;.
30.000,000 en 28 de febrero de id.
30.000,000 en 31 de marzo de id.
-i5.000,000 en 31 de abril de 1835.
30.000,000 en 31 de mayo de id.
ao.ooo,OOO en 30 de junIO de id.
30.000,000 en 31 de julio de id.
25.000,000 en in de agosto de id.
25.000,000 en 30 de setiembre de id.
'72.000,000 en 31 de octubre de id.
23.000,000 en 30 de noviemhre de itl.


85. VII. '\00.000,000 en junto.
r , -; ....


,




APESDlCE NUMERO 1 .. "
Estas entl'egas serán realizadas en letras ue camhlO ~obre las


(liversas plazas de España en monedas que en ('1 dia tengan cur,o
nn lo interior del reino, ó en barras de oro ó de plata.


Respecto á las entregas que haga en pastas de oro ó plata, el
contratante conviene no obstante lo que su proposicion estipulaba.
en que sean arregladas conforme á la tarifa que se aplicó á las en-
Iregas de las mismas especies efectuadas para los empréstitos de
l8U y 1822.


AUT. 5. 0 Asi que haya sido firmado el presente tratauo, se POll-
dníll á disJlosicion del contratante por via de anticipacion título;; de
la deuda activa por una cantidad equivalente al importe de los tre~
primeros Ilagos que habrá de efectuar, ó sea pOI' un capital nominal
de 150 mi Iones, y á medida flue yaya hacieudo estos pagos como lo,.
subsecuentes, le será entregada una cantidad de deuda activa,
equivalente al imJlorte de cada uno dll ellos, á escepcion de los dos
últimos pagos, sobre los cuales será imputado hasta la concurrencia
debida al cspresado adelanto. .


ART. 6.° Se abonará al contratante una comision de 3 por 100
~obre la cantidad nominal del empréstito.


AUT. 7." El contratante se obliga á abonar al gobierno de
S. M. sobre la última mitad del empréstito, ó sea sobre 350.877,193
reales vellon, 6 por 100 sobre el precio convenido por el artícu-
lo 3.°, si en ellérmino de tres meses, que principiarán á contar
desde el 20 de noviembt'e último, fecha de la proposicion, el curso
de los I\fectos del empréstito se hallase y se mantuviese durante los
ocho di as siguientes en la bolsa de Lóndres, de un '/8 á 1/4 por 100,
á lo menos sobre el precio de 66 por 100.


Si llegase á -realizarse este caso, solo se entregaria al contra-
tante por el importe del empréstito una cantidad nominal de deuda
activa de 666.666,666 rs. vn. en vezde lade¡701.75i,386 rs. vn. es-
pl'esado en el artículo 2."


AUT. 8. o En el caso de que el gobierno de S. M. hiciese uso de
la facultad que le concede el tralado hecho en 7 de octubre último
entre el Excmo. señor ministro de Hacienda y los señores de Roths-
child hermanos, de reembolsar en efectos del empréstito los ade-
lantos que han sido hechos por aquella casa, la cantidad de efecto~
me dicho empréstito que sena dada en pago á los señores de Roths-
ehild hermanos, serian en deduccion de la cedida al conlralantr,
por el artículo 3.0 : y las entregas fijadas por el artículo 4.", se re-
ducirian proporcionalmente.


AUT.9." El contratante estará encargado esclusivamente bajo
la vigilancia del Excmo. señor ministro de Hacienda ó de las per-
sonas á quienes delegare este encargo, de operar la conversion de
las antiguas deudas de la Ei\paña en el eslrangero.


AnT 10. Esta operacion se hará bajo las bases y en el térmitw
lle tiempo fijados l)or la ley de 16 de noviembre citada.


Se arreglará en términos de evitar el que se aglomeren los mer-
('allos con los nuevos fondos que han de emitirse para la~ conver-
,iones. á /in de no contrariar el espendip del empréstito, y podrá




:374 ANALES DE ISABEL 11.
aun, segull las circunstancias de dichos mercados, ser efectuada
por medIO de un sistema de convencion , combinado con entregas
en numerario, sistema del cual uno de los efectos seria de suplir en
todo ó en parte el empréstito arriba espresado.


ART. 11. A fin de facilitar al contratante la operacion de la con-
version, se pondrán á su disposlCion, á medida que sea convenien-
le, las cantidades necesarias de títulos de la deuda activa v de la
deuda pasiva. •


AUT. n. Será concedida al contratante, por todos gastos de la
conversion arriba citada, Ulla comision de medio por ciento sobre
el importe nominal de los efectos convertidos, cOllversion que se le
allonará mensualmente y en razon del importe de las entregas efec-
tuadas.


ART.13. Queda convenido que en los gastos que el contratan-
te toma á su cargo, mediante la comision arriba acordada, estarán
úomprendidos los de la confeccion de todos los títulos que hayan de
crearse, tanto para la conversion como para el empréstito.


ART. U. Los intereses de la deuda activa que ha de emitirse,
tanto por lo que hace al importe del empréstito como tocante á la
conversion de la antigua deuda, serán pagaderos por semestres los
dias primeros de mayo y prímeros de novIembre de cada año en las


I,lazas de l'IIadrid, París y Lóndres; los pagaderos en París al cam· lio de cinco francos y cuarenta centésimos el peso fuerte de á vein-
te reales vellon, y los pagaderos en Lóndres á razon de cuatro ehe.
lines y tres peniques, tambien por peso fuerte.


Si, durante el curso de la operaeion, el contratante juzgase ne-
cesario, para facilitar la ejeeuelOn de ella, el domiciliar el pago de
los intereses de una eierta cantidad de los títulos en las'plazas de
Amsterdam, Bruselas ó Amlleres, el gohierno de S. 1\1. no podrá
negarse á ello; el cambio para los intereses que podria haber que pa-
gar en la una ó en la otra de dichas rlazas, se fijará ulteriormente.


AIIT. 15. El contratante tendrá e derecho de determinar la pro-
porcion en la cual entenderá domiciliar en cada una de las plazas
JIIdieadas en el artículo precedente, el pago de los eupones de int\)·
reses.


ART. 16. Los títulos al portador podrán ser, á solicitud de sus
propietarios, convertidos en inseripciones nominativas, pagadera¡¡
en Madrid. .


Los títulos domiciliados al estrangero podrán siempre ser oan-
geados, á voluntad de los tenedores de ellos, por títulos pagaderos
en 'Madrid; pero los pagaderos en esta última plaza no podrán sor
convertidos en títulos pagaderos en el estrangero.


AIIT. 17. Sin embargo de lo que queda espresado en el artículo
que preeede, el contratante se reserva la facultad, para el caso en
que lo juzgase convenieute al buon éxito de la operacion, de pedir
que los títulos de las rentas, que se le han de entregar. sean paga·
deros indistintamente á eleccion de los portadores de ellos, en cual-
quiera de las plazas designadas en el artículo a, y á los oambio,
en él prefijados.




.\l'ENDICE lSUl\lElto 1.·
ARl'. 18. En confol'lnidad de lo que qneda e:;pl'esado eu los ar-


ticulos 8.° y 9." de la ley de 11) de noviembre úllimo, ser;! cread o
lit) fondo de amortizacion de medio por ciento al año del importe
de la deuda activa emitida para la Iiquidacion de la antigua deuda,
el cual queda consagrado esclusivamente al rescate de los efeclo~
de la deuda activa; las partidas que asi se rescataren serán anula-
das y reemplazadas sucesivamente en el gran libro de la deuda ac-
tiva por una igual suma de efectos de la deuda pasiva, designados
Jlor la suerte por medio de sorteos periódicos.


Se aumentará el referido fondo cada año, á conlar desde el dc
1838. en la proporcioll de la parle de la deuda I)asiva, creada para
la ¡;ollversion de los intereses atrasados de los bonos de las Cortes,
que pasará á la deuda activa, en conformidad del artículo G.O de la
ley de 16 de noviembre último.


Segun se desea por el referido artículo 6.°, el gobierno de S. lU.
añadirá á la accion del medio de amortizacion, precedentemente re·
.~ordado, los ulteriores de que pueda disponer para acelerar el re-
embolso de la deuda pasiva.


ART. 19. Ademas de los fondos de amortizacion que ban de
crearse, segun queda espresado, se aplicará á la amortizacion de la
deuda activa, en conformidad del articulo 12 de la precitada lev,
otro fondo de medio por ciento igualmente al año, sobre el imporltl
ue la deuda activa que ha de emitirse para el empréstito.


ART.20. El gobierno de S. M. se obliga a no hacer. durante el
año que siga á la fecha de este tralado, ninguna otra emision de deu·
da a¡;tiva en el estrangero, sino aquellas que tengan por objeto la
ojecucion de dicho tratado.


Si pasado este tiempo se hallase el gobierno de S. 1\1. en el caso
de tener que recurrir á un nuevo empréstito, el contratante seria
preferido á igualdad de condiciones, en consideracion á las circuns-
tancias en que S6 ha her.ho este empréstito.


AUT. 21. Las medidas reglamentarias. particularmente en lo
(Iue concierne á la forma de los títulos, á la liquidaciOll de la anti-
gua deuda y al pago de los semestres en el estrangero, formaran el
objeto de una convencion particular entre los infrascritos.


El Excmo. señor min!slro de Hacienda enviará inmediatamen-
te á Lóndres sus delegados, que tendrán la mision de refrendar y
de entregar los títulos al contratante, asi como igualmente la de
entenderse con él sobre todas las medidas relati vas á la ejecucion
del presente tratado, y de la convellcion que se hará en seguida se-
gUll queda esprcsado.


ART. 22. La~ dudas a que pueda dar lugar la ejecucioll del
presente tratado, serán aclaradas COII la misma buena fé que ha
presidido á su redaccion.


Hecho en Madrid por triplicado. á (¡ de diciembre tic 18:14.-
Hay Ull sello de armas rcalc,.-El conde d(> Torcno.-Hav olro
~eJlo.·-Anloill. .




CONVKNCION l'ARTlCULAIL


Lo~ infrascritos Excmo. señor don José Maria Q ueipo de Llano
conde de Toreno, consejero de Estado y secretario del despach~
ulliversal de Hacienda, autorizado por real órden de S. M. de ~
del corriente me~, des pues de haber oido al Consejo de Gobierno y
conforme en un todo con el Consejo de Ministros. '


y Mr. Anloin, banquero de Paris, tanto en su nombre como en
el de otros socios suyos.


Habiéndose reservado por el artículo 21 del tratado concluido
entre ambos el 6 del corriente mes el determinar por medio de
una convencion particular las medidas reglamentarias y de ejecu-
cion de la doble operacion que forma el doble objeto de aquel tra-
tado, han convenido en lo siguiente.


CAPITULO 1.


/k las entregas que ha de efectuar el CO/ltrlltante t3/t pago
del empréstito.


ARTICULO 1.0 .EI contratante podra efectuar en tal punto del
reino que juzgue conveniente las entregas de pastas ó de dinero
de oro ó de plata que se hallare en el caso de hJ cer, y se le dara
el correspondiente descargo por medio d e recibo de los agentes
del Excmo. Sr. minist ro de Hacienfh, Ó del director general del
Real tesoro, deleg ados para percibirlas.


Queda entendido que los gastos y riesgos de trasp orte del di-
nero ó de las pastas dejaran de ser de cuenta del contratante,
desde el instante en que hayan sido entregados á los ag entes ar-
riba citados.


ATR. 2.° Se abrira entre el Real Tesoro y el contra tante una
cnenta de intereses recíprocos, a razon de cinco por ciento al afio,
en la cual se debitarán al contratante los plazos del pago del em-
préstito en las respectivas épocas fijadas para su realizacion por
el artículo 4.0 del tratado, y acreditado por contra de sus entregas
y de sus remesas, segun y á medida que se efectúen, dando por
valor 'Í las letras de cambio sobre España el dia de su cumplimien-
to, y a las entregas en dinero ó en pastas la fecha de los recibos
de los agentes, en cuyas manos habrán sido hechas.


ART. 3.° Como podria entrar en los intereses del gobierno, asi
como tambiell en los del contratante el apresurar la emision del
empréstito, a /in de evitar los riesgos de fuerza mayor previstos al
fin del presente convenio, tendra el contratante la facultad de an-
ticipar los plazos de los pagos bajo el abono á su favor de un des-
cuento de tres por ciento al aiio; quedando altemas convenido
1101' otra parte que tendria que abonar el Real Tesoro, a razon de
5 por 100 al aiio, los intereses de la" sumas cuya entrega retrasase
por efecto de las circunslaneias eventuales arriba mencionadas.




CAPITULO 11.


De La entrega tle lo~ titulos al contratalt(,~.


AllT. i. o En ejecucion de lo estipulado por el articulo 5." del
tratado, el gobierno de S. M. hará entregar al contratante por me-
dio de sus delegados en Lóndre~, títulos al portador ó cerlificaciu-
ues de la deuda activa, á saber:


En los quince primeros dias de enero próximo por el imporle
de la anticipacion convenida por el espresado artículo.


y por cada uno de los plazos para el pago del empréstito, se-
gun y á medida de la realizacion de dichos pagos.


Todas estas certificaciones, sea cual fuere la época de su en-
trega al contratante, llevarán el goce de intereses á su favor á
contar del mes de noviembre último.


AaT. 5.° llespecto á los títulos de los nuevos fondos, necesa-
rios para la liquidacion de la antigna deuda de España en el es-
trangero, queda convenido conforme al espíritu del artículo 11 del
tratado:


1.° Que los delegados habrán de entregar al contrataute por
via de anticipacion quince dias á lo meuos antes de la apertura de
las conversiones y por un solo reciho, la cantidad de efectos de
los nuevos fondos determinada á continuacion, á saber:


Doscientos millones reales vn. capital nominal en deuda activa
goce corriente.


Doscientos millones tambien capital nominal en deuda pasiva
de una y otra clase.


2.° Que no obstante esta anticipacion, destinada á mante-
ner al contratante en disposicion siempre de proveer á las necesi-
dades de la conversion, le serán entregadas en títulos de los refe-
ridos fondos el equivalente importe de los efectos convertidos se-
gun y á medida de la entrega que haga á los delegados de los es-
tados de entregas de que se hará mencion en el siguiente ar-
ticulo 15. Queda ademas entendido que á la espiracion del plazo lijado
para la cOllYersion por la ley de 16 del mes próximo pasado, el
contratante habrá de devolver al gobierno de S. 1\1. con el CUpOfl
del semestre corriente, los efectos de los nuevos fondos que la con-
clusion de esta opl'racion dejase sin empleo en su poder, y serian
anulados inmediatamente.


CAPITULO 111.


Ve la con{eccion de los títulos.
AIIT. 6." Las certificaciones de deuda activa y de deuda pasi-


va 'lue han de crearse para la ejecucion del referido tralado, se-
rán confeccionadas bajo la vigilancia de los delegados en LÓll(lre~
del gobierno de S. 1\1.




378 .-\JliALES DE ISABEL 11.
1\nl'. 1.° Estas certificaciones seran conforUles it los adjulllu~


tllodelos; su division en séries, v el capital que cada certificacioll
haya de representar queda a voluntad del contratante. Serilll lif-
madas por el Excmo. señor ministro ¡Je Hacienda y por el direc-
tor de la real caja de Amortizacion por medio de sus respectivas
estampillas, y llevarán ademas la firma autógrafa de dos de los
delegados, asi como tambien la del contratante ó de los agentes en
cuya" casas se domiciliare el empréstito. .


ART. 8." Como las certificaciones de deuda activa solo conten-
drán cupones de iutereses para cierto número de años, el gobier-
no de S. M. se obliga hacer entregar libre de gastos á sus porta-
dores, á presentacion del penúltimo cupon vencido, una série de
cupones para igual número de años, haciendo lo mismo en lo
sucesivo.


AIIT. 9.° La obligacion contraida por el contratante en el artí-
culo 13 del tratado solo se entiende con respecto á las certificacio-
Ites que hayan de confeccionarse por el importe ¡Jel empréstito y
de la conversion de los antiguos empréstitos; los que puedan ha-
ber que confeccionar mas adelante a cousecuencia de la admisioll
sucesiva de la deuda pasiva en la deuda activa, o por la conver-
sion de los títulos pagaderos en Madrid, serán de (menta del go-
bierno de S. M.


CAPITULO IV.


Del pago de los intereses.


AIIT. 10. El gobierno de S. M. se obliga á tomar las me¡JiLla,
¡;onvenientes á fin de que los fondos necesarios para el servicio de
los intereses pagaderos en el estrangero, se provean siempre quin-
ce dias á lo menos antes del vencimiento de los semestres, para
(lue su pago se haga con exactitud en las diversas plazas en que
( ichos intereses fuesen exigibles.


El contratante estara encargado de efectuar estos pagos me-
diante una comision de uno por ciento que ~l gobierno de S. M.
deberá abonarle sobre su importe.


Respecto á los semestres que venzan en el intervalo fijaLlo para
el cumplimiento de los plazos del empréstito. se tomarán los fOIl-
flOS para ellos por el contratante sobre las sumas que haya de en-
tregar en pago de dicho empréstito.


AUT. 11. El pago de los semestres se hará en la forma que "e
(Ietermine entre los delegados del gobierno en Lóndres y el con-
tratante para el primer semestre que venciere: quedando enten-
dido desde ahora que el contratante no será garante de las falsiti-
eaciones que puedan ocurrir, ni de los pagos que fueren su COll-
tiecuencia.


Los cupones de los intereses serán estampillados :i medida (jUf'
se fueren pagando.




CAPITULO ".
De la C"onversíon de lus efectos de los anttglw8 empréstitos esp(/itoli:s


en el estrangcro.


ART. 12. LU' conversion de todos los valores de la d·uda de
España en el es-trangero, que se hallan en el dia en circulacion, se
operará conforme á la ley de 16 de noviembre último, segun la!>
siguientes bases.


1,' Las diversas deudas tanto anteriores como posteriores
á 1823, constituidas á razon de 1) por 100 al año á razon de pe-
sos 66 % capital nominal de deuda activa.


33 i/3 id. id. pasiva.
ps. 100 en junto por cada cien pesos fuertes, capital nominal en LÍ-
tulos de las referidas deudas.


2. a Las rentas constituidas al in te res de 3 por 100 al año á ra-
zon de


ps. lO capital nominal dtJ deuda activa
20 id. id. pasiva.


ps. 60 en junto por cada 100 pesos fuertes, capital 1I0mina
ell LÍtul~las espresadas rentas.


3." Las certificaciones de deuda sin interes conocidas en el es-'
trangero bajo la denominacion de deuda diferida á razon de ps. 60,
capital nommal de deuda pasiva por cada cien pesos fuertes, capi-
tal nominal de dichas certificaciones.
~.a Los intereses vencidos, a~i como los billetes de prima del


empréstito de 1820 á razon de
ps. 400, capital nominal de deuda pasiva por igual suma, eu


cupones de dichos intereses á billetes de p'rima.
Serán admitidos á la conversion los billetes de prima, bajo el


pie de veinte y dos pesos fuertes,
Los títulos de deuda pasiva que han de aplicarse á la conver-


sion de los referidos billetes de prima, asi como los intereses atra-
sados de los empréstitos de las Cortes, serán estipulados reembol-
sables en deuda activa en el término de doce años, que empezaráu
á contarse desde el de 1838 en conformidad del artículo 6.ú de la
ley de 16 de noviembre último.


ART. 13. Los intereses de los valores presentados á la conver-
sion serán abonados á los portadores v liquidados en deuda pasi-
va, hasta el dia á contar del cual los Intereses de los títulos de la
deuda activa que les fueren entregados corran en beneficio suyo.


ART. U. El contratante entregará los efectos convertidos á los
agentes nombrados para el efecto por el gobierno de S. 1\'1. en las
ciudades de Lóndres, París, Amsterdam, Ambcres ó Bruselas, y ú
medida de que estas entregas se efectúen, su equivalenle le será
entregado en títulos de deuda activa y de deuda pasiva, segun ~e




ANALES DE lSABEL 1(.


e,;[lresa en el articulo 5.<> en vista de los estado,; cerlillcadus Jlor
dicllOS agentes.


Los títulos de deuda activa llevaran el cupon del semestre
corriente con la misma fecha de los estatlos, debiendo el contra-
lante abonar al Real Tesoro en cuenta corriente los interesescorri-
dos hasta el dia primero del mes en que las entregas hayan !lido
efectuadas.


Por contra los intereses de los antiguos efectos, cuya equiva-
lencia lenga que recibir en deuda pasiva, le serán abonados has-
ta el dia de la entrega de estos efeclos.


ART. 15. Los efectos convertidos deber~u antes de ser entre-
gados por el contratante, ser señalados con una estampilla que
constase su anulacion.


ART. 16. El señalamiento de las épocas en que los efectos ha-
van de ser admitidos sucesivamente á la conversion, el órden en
llue serán llamados :\ ella, su cuota, la designacion de las plazas
en las cuales se harán las conversiones, y en general todas las
medidas de ejecucion relativas á la liquidacion de las antiguas
deudas que no se hallen previstas en la presente convencion, se
arreglarán por el contratante de acuerdo con los delegados del go-
bierno de S. M. en Lóndres.


El contratante será admitido á la conversion de los efectos de
que sea poseedor, sin estar sujeto á las épocas y séries fijadas
para el público.


La referida liquidar ion segun se espresa en el artículo 10 del
tratado, debiendo ser dirigida de modo que no se contraríe la mar-
cha del empréstito, y hasta en caso necesario servir de auxiliar il
esta última operacion, los señores delegados deberán arreglarse en
consecuencia en sus relaciones con el co.ntratante, y sus instruc-
ciones especiales serán de ayudarle en cuanto no sea contrario al
espíritu del tratado y de la presente convencion, en todo cuanto
tenga por objeto el mejorar las disposiciones de los mercados, de
facilitar el espendio del empréstito, y de relevar el crédito de la
España. Queda ademas entendido que los gastos á que pudieren dar lu-
gar las operaciones y trasposiciones de valores que el contratante
juzgase necesario hacer con esta mira, serian de cuenta del
mi8mo.


CAPITULO VI.


Del (ondo de amortizacíon.
AUT. 1'1. El fondo de amortizacion que ha de crearse ell eje-


cucion de los artículos 8.° y 1'2 de la ley de 16 del mes pasado no
principiará á obrar hasta el dia 1.0 de enero de 1836.


La suma anual que deberá formarle, será empleada por duo-
décimas partes de mes en mes, y repartidas entre las plazas de
;\Iatlrid, París y Lóndl'es en la proporcion de los intereses pagado-
ros en cada una tle estas plazas.




APENDICE NUMERO 1. o
Aur. 18. El golJierno tomará medidas para que los fondos ne--


l'esarios para las compras ó rescates mensuales que han de hacer-
se en las referidas plazas se apronten siempre con la anlicipacion :'1
lo menos de quince dias.


AUT. 19. Las certificaciones compradas ó rescatadas se anula-
rán inmediatamente, á escepcion de los cupones de intereses que
venzan en el inter\'alo que l' aya hasta las épocas de los sorteos de
que se tratará en seguida, y serán entregado;; en ahono de las
cuentas de dichas compras ó rescates,


Los cupones de intereses arriba mencionados, serán cobrarlos
Jlor cuenta de la Real Caja de Amortizacioll, y Sil importe allmenta-
rá las sumas mensuales destinadas á la amorti:wcion de la rleuda
activa en las plazas de Lóndres y París,


ART.2.\\. Las operaciones de la Caja de Amorlizacion en París
yen LtÍndres serán efectuadas por medio del contratante, y se le
abonará la comision de 1 por 100 sobre el importe (le las ('ompr~s Ú
rescat.es efectuados por el.


CAPITULO VIL
De la cOnllel'sion de la deuda pasiva en dcu,!lfl acti1'fl.


ART. '21. El dia '2 de mayo de cada año, á contar desde el '2 de
mayo de 1836, se hará un sorteo para designar los números de los
títulos de las dos clases de la rienda pa&iva, llamados á pasar á la
deuda activa en conformidad del articulo 9.° de la precitada ley, en
reemplazo de la parte de dicha última deuda comprada ú rescatada
durante el curso del año precedente.


Asimismo el dia '2 de mayo de cada año, pero á contar solo
desde ellO de enero de 1838, se hará ademas otro sorteo particular
para la parte de denda pasiva reembolsable en doce años en confor-
midad del artículo 6,° de la enunciada ley,


Cada uno de estos sorteos se compondrá de la rluodécima parir>
del importe de esta clase de deuda pasiva, sin atender á las partida~
que serian retiradas de la circulacion por efecto de los demas me-
dios de amortizacion que le son comlHles, con la otra clase de deu-
da pasiva.


ART. 2'2. Los sorteos espresados en el precedente artículo Sp
efectuarán en Lúndres y en París en la proporcion de las convel'-
!\iones de los efectos de la antigua deuda operadas en cada una de
las citadas plazas, y contando como convertidos en París aquello;;;
cuya conversion puede haberse hecho en Amberes, Amslerdam ó
llruselas.


Se harán por medio de agentes delegados al efeclo por el go-
hierBO de S. M., Y con todas las formalidades capaces de garantizar
su regularidad á los ojos del público.


AnT.23, Los títulos de la deuda pasiva, llamados aSI á pasar ~
la deuda activa, serán cangcados por títulos de estos últimos fon-
qos, Jlagarl(~ros {¡ e.\eceion de los portadores, en una de las pla7.a~




382 ANALES DE ISABEL 11.
designadas en el artículo U d el tratado y con el goce corrien te.


ART. 24. Mientras el contratante permanezca encargado de las
compras ó rescates de la Real Caja de Amortizacion y del pago de
los semestres de intereses, los canges mencionados en el artículo
que precede se efectuarán por su medio, sin que el gobierno de
S M. tenga que abonarle comisionalgllna por este objeto.


Artículo aelicionul al tratuelo ele 6 elel corriente y á lu presente con-
vencían.


En consecuencia de la estipulacion espresada por el contratan-
te en su proposicion del 20 de noviembre último, todos los com-
promiso!! contenidos en el tratado de 6 de este mes y de la presente
convencion. son para él obligatorios, salvo los ea sos de fuerza ma-
yor que pudieran poner trabas á su ejecucion.


Hecho por triplicado en l\ladrid á 7 de diciembre de 1834.-EI
conde de Toreno.-A. Ardoin.-Es eopia.~Rúbrica del conde de
Toreno.




EL MINISTRO DE ESTADO AL EMBAJADOR


DE S. M. EN PARís.


!lOBRE QUE SE MANIFIESTE AL GOlllERNO FRANCES LAS IN-
TENCIONES DE LA REINA DE PEDIR SU AYUDA y COOPER..l-


. ClONo


Mayo 19 de 1835 .


..... E~D.(:E ~I1J11ERO ".'


Excmo. Sr.-A pesar de 105 esfuerzos que ha hecho el gobier-
no de S. M. rara terminar la guerra civil que aflige á algunas
provincias de Norte, continúa esta tan tenaz, ya por la naturaleza
de e~ta clase de luchas, ya por las circunstancias peculiares, asi
físicas como políticas. de aquel territorio, que S. M., ve con pro-
fundo dolor, lejano el término de aquella contienda, con ruina de
las provincias que le sirven de teatro y con ~ravísimo daño del
resto de la monarquía. Reducido el incendio a aquellas provin-
cias, era cierto llegar á apagarlo, aglomerando cuantas fuerzas
pudieran reunirse para conseguir el objeto, si bien habria siem-
pre el riesgo de que quedara tan devastada y empobrecida aquella
parle del Estado que se resintiera el cuerpo entero de la nacion.
Pero lo que aumenta la (1ravedad de las cIrcunstancias no es pre-
cisamente la guerra ciVIl de las provincias del Norte que podria
sofocar ó contener el ejército de S. M., sino el fundado recelo de
que, prolongándose la lucha y casi desguarnecidas las demas pro-
vincias del reino por acudir ladas las tropas hacia las del Norte,




ANALES DE ISABEl. ll,


110 seria difieil que se desarrollasen nuevos elementos de rebelion
t'n puntos distantes, para distraer la at'3ncion del gohierno, ó hien
que, aprovechándose de tales circunstancias, Ó quizá como único
modo de salvarse de tun grave peligro, se desencadenasen las pa-
Hiones populares por un estremo opuesto, y colocaran al gobierno
en la e~harazosa situaci~n de haber de comlJatir á un tiempo ú (\O~
(~las(]s dIversas de enellllgos.


Esta situacion que las precauciones y providencias del gobierno
de S. M. hacen poco probable, pero que .al fin eabia en la esfera
(le lo posible, ha escitado en la prevision y sabiduría de S. 1\1. la
idea y convencimiento de que el medio de poner pronto término ÍI
la guerra civil, y de arrancar de raiz hasta las esperanzas del
partido de la usurpacion, y de los que, á favor de las re\'ueltm;, jJudieran intentar promo,-er el desórden, es apelar sin demora al
medio previsto ya al celebrarse el tratado de ~-2 de abril del año
próximo pasado.


S. M. conceptlíh que es llegado el caso de reclamar la coopc"':
raciou efectiva de sus augustos aliados; y como ha I"Ccibido ya
tantas Illuestras de sus amistosas disposiciones, S. l\I. ha dad(l Óf-
(len espresa de entablar esta importante negociacion con la ma~
cumplida esperanza de su pronto y feliz éxito.


Considerando el interes que los angustos aliados de S. M. de-
ben tomar siempre por la seguridad de la monarquía española. y
hallándose ademas animados del mas vehemente deseo de conlri-
uuir al establecimiento de la paz en la Península, como en todas
las otras partes de Europa (segun en el preambulo del mismo
tratado se espresa), seria inútil in~istir en los poderosos motivos que
deben influir con unos gabinetes tan ilustrados para persuadir1es
de la utilidad y conveniencia de contribuir de un modo pronto y
eficaz á poner fin á una contienda tan ruinosa para la España,
que puede ser tan embarazosa para sns antiguos aliados, -y {Iue
pudiera, con su prolongacion, y por efecto de sucesos imprevisto~.
llegar a complicar la situacion política de Europa.


Estas consideraciones que tanto peso han de tener en un go-
hierno tan sábio como el de S. 1\1. ell'ey de los franceses, senan
por sí solas bastantes para decidirle á prestar la cooperacion de sus
armas, á fin de terminar la lucha intestina que está asolando á va-
rias de nuestras provincias, fronterizas de a(Iuel reino; pero ni si-
(Iniera hay necesidad de apelar á razones de tanta fuer7.a, cuan-
do va la prevision del gobierno francés le estimuló :\ ofrecer ge-
nerosamente en una estipulacion espresa (como lo es el artícu-
lo 4.° del mencionado tratado), que prestaría su cooperacion cuan-
do se juzgase necesaria para conseguir completamente el fin de dicho
ronvenio, que era, segun su literal contesto, establecer la paz en la
PeNinstlla.


Asi, pues, el tenor del mismo artículo ha indicado {] S. 1\1. el
camino recto que debe seguir al reclamar su cnmplimiento, y co-
mo 105 de~eos y sentimientos de S. M. se hallan tan conformes
ton el espíritu y espreso conlel'to de la estip1llacion citnda, el ~ni-




APESDlCE NUMERO 2.v 385
mo tle S. 1\1. y su decidida ¡ntencion es que en este punttl se pro-
ceda de cOlnun acuerdo entre todas las potencias signatarias de di-
cho tratado.


Cemo muestra de estas rlisposiciones, S. 1\1. me ordenó previa-
mente <ltie tuviese una conferencia con el embajador de S. M.el
rey de los franceses, y otra con el ministro de S. ~I. B. en esta
corte (segun lo he verificado en este propio dia), con el objeto de
manifestarlrs con la franqueza y lealtad que son la norma y divi-
sa del gobierno de S. M., asi los graves motivos que la inducen á
reclamar la amistosa cooperacion de sus poderosos aliados, comtl
fa plena confianza que tiene S. M. de recibir este auxilio, confor-
me al tenor del tratado de 22 de abril, y de sus articulos adicio-
nales, y de lal manera, que honre á los augustos monarcas que
11resten á su tiel aliado su poderosa ayuda, y que deje en eláni-
IRO de este un profundo sentimiento de gratitud flor un servicio
tan noble y desinteresado.


El contenido de este despacho indica suficienlementeá V. E.
PI grave encargo que S. lH. fia á Sil lealtad y celo, debiendo V. E.
participar á ese gabinete cuales son las intenciones y deseos de la
augusta reina Gobernardora, y aun, para dar Ilna nueva prueba á
esc gobierno del modo franco y sin reserva con que anbela S. M.
llevar á cabo este importante asunto, está V. E. autorizado para
leer al señor duque de Broglie este mismo oficio, y entregarle co-
pia de él, si asi lo desease.


Dios guarde á V. E. muchos años. Madrid 19 de mayo de 183:).
-}<'irmado.-Francisco Martinez de la Rosa.-Señor embajadoT
de S. M. en París.


PROYECTO DE NOTA DIRIGIDA AL GOBIERNO
FRANCÉS.


SOBRE tA COOPERACION ARMADA DE tA FRANCIA.


París 20 dp may() de 1835.


La prolongacion de la guerra civil que aflige á algunas provin-
das de España. los peligros á que puede dar lugar en otras la
aglomeraclOn de la mayor parte de las fuerzas para ahogar la re-
belion en Navarra y las provincias Vascongadas, el natural senti-


TO.\fo IJ. 25




386 ANALES DE IS."'DEJ. JI.
miento ue ver devastarse aquella parte interesante de la monnr·-
quia, y el justo anhelo de poner térmiGocuanto antes á una sillla-
cion que lal vez durando por mas tiempo pudiera comprometer
graves intereses y dar lugar á peligros y azares, han convencido
el ánimo de S. M.la reina Gobernadora de que es llegado ya el caso
previsto en el tratado de 22 de abril del año próximo pasado como
el medio mas fácil y espedito de conseguir el importante fln de
aquel convenio, que, como en el mismo se espresa, no fué otro que
establecer la paz en lo. Peninsula.


Asi, pues, S. M. se dirige llena de conflanza á sus augustos
aliados, contando á la par con sus benévolas disposiciones a favor
de la España y de su legílima reina, y reclamando al propio tiempo
la cooperacion estipulada en el ya mencionado convenio.


Con el objeto que en él se indica y del modo y forma que de su
tenor se deduce, S. M.la reina Gobernadora desea proceder en tan
grave asunto de comun acuerdo con sus augustos aliados, á cuyo
efecto se han dado las órdenes oportunas á los agentes diplomáti-
,cos de S. M. C. en las cortes de París, Lóndres y Lisboa.


Por lo que á mí toca, he recibido de mi gobierno el mandato
es preso de reclamar del augusto aliado y pariente de mi soberana.
S. M. el rey de los franceses, la cooperacion á que se prestó tan
generosamente al ratiflcar el tratado de 22 de abril y sus artículos
adicionales.


A 1 cumplir el graVé encargo que me ha confiado S. M. la reina
fi-obernadora, creeria hacer una ofensa á la ilustracion del gabinij-
te de S. M. el rey de los franceses si me detuviera siquiera á in-
dicar las causas que concurren para esperar que dicho soberano
preste la poderosa ayuda de sus armas. a fln de poner término á
Hna guefl'a encarnizada entre hermanos, que tantos daños causa
:i una nacion unida á la Francia con tantos v tan antiguos víncu-
los; guerra que, prolongándose, pudiera ño solo lastimar intere-;-
ses vítales en España, sino causar embarazos y complicaciones a
sus aliados, y tal vez, en nn plazo'mas ó menos remoto, tener un in-
lIujo de incalculable trascendencia en la tranquilidad general de
Europa.


Sm apelar, pues, á estas poderosas razones, ni álos sentimientos
de amistad y benevolencia de que tantas pruebas tiene dadas S. M:
el rey de los franceses á la augusta reina mi señora. me limito a
cumplir el deber que mi corte me ha impuesto, reclamando confia-
damente de tan ilustrado monarca la noble cooperacion anterior-
mente estipulada, necesaria en el dia por el encadenamiento
inevitable de los sucesos, y que ahorrará, desde el momento mismo
que se anuncie, ulteriores peligros y desgracias.


Aprovecho, etc.) etc.




EL MJ~ISTRO DE ESTADO AL MINISTRO DE S. M.
E~ LONDRES.


Co'\ll":'iICANDOLE 1.0 QUE SE DEClA AL El\IBAJADOR EN PARIS
PARA QUE PIDIESE ESTE LA COOPERACION /lE L\ ,,'RANCIA.


Nayo 20 de 183.5.


Al señor ministro de 8.1\1. en Lúndres.-Excmo Sr.: tos ofi-
ciQS que con esta fecha dirijo de real órden al señor embajador de
S. M. en París, y cuyas copias acompañan, daran á V. E. una ca-
bal idea, asi del objeto importantísimo de la negúciaeion que ya ¡¡
entablarse, como del modo y forma con que S. 1\1. ordena que esto
se verifique, á fin de lasegurar su feliz exito sin que se vulnere
en lo mas mínimo el decoro de la nacion ni la dignidad de la
corona.


Desde que se celebró el tratado de la cuádruple alianza en 2:!
de abril del año próximo pasado, se previó que podria llegar el
caso en que, para conseguir cumplidamente el importante fin de
aquel tratado que se estendia (segun en el mismo se es presa) á
asegurar la paz en la Pen!nsula, se viese España en la necesidad de
reclamar la eficaz cooperaciJn de las potencias signatarias de di-
cho convenio, como en sus mismas estipulaciones se previene.


Terminada de pronto por aquel mismo tiempo la guerra civil
de Portugal, contribuyendo tan poderosamente á su buen éxito la
,,"igorosa y desinteresada cooperacion de España, y continuando
por desgracia la guerra civil en estos reinos, los augustos aliados
de S. M., convencidos de que 108 recientes sucesos ocurridos en la
Peninsula, entre ellos la entrada subrepticia del Pretendiente, exi-
gian necesariamente nue/'Gs medidas para lograr completamente los
objetos del precitado tratado, segun en su mismo preámbulo se
espresa, convinieron en añadir varios artículos adicionales como
suplemento y nueva confirmacion del anterior convenio.


V. E. esta enterado del curso que siguió la negociacion de uno
y otro, y de la lealtad y franqueza con que el gobierno de S. M. B.
ofreció su poderosa ayuda, asi en el arhculo 5.' del primitivo tra~
fado como en el segundo de los adicionales.


En esta "irtnd, y creyendo S. lH. en su prevision y sabiduría




388 ANALES DE ISABEL 11.
¡llIe es llegado el caso de reclamar la cooperacion de sus augusto~
:iliados con arreglo á las mencionadas estipulaciones, asi para ata-jar los males presentes, como pam alejar peligros posibles, S. M.
encarga al celo y lealtad de V. E. que concurra por su parte a que
tenga cumplido y favorable efecto la negociacion que se entabla
con un Jin de tanta gravedad y urgencia. Aun cuando no se dedu-jera del contesto y espíritu del tratado que haya de procederse de
'comun acuerdo entre las cuatro potencias signatarias del tratado
de 2'2 de abril, la intencion y deseo de S. M. seria siempre que so
procediese en tan grave asunto con la mayor union y armoma en-
tre sos augustos alIados, asi para alianar dificultades que de otra
suerte pudieran suscitarse, como para que la cooperacíon simultá-
Iltla de las potencias aliadas presente este asunto amistoso bajo su
,'erdadero aspecto, sin escitar fuera y dentro del reino susceptibi-
lidades y recelos.


El encJrgo, pue!', que se fia a la ilustracion de V. E. tienc dos
objetos 8rincipales.


1. o ue ese gabinete, por el grande influjo quc le prestan mil
'Circunstancias, contribuya al mismo tiempo a que algunas poten-
'Cias de Europa no pongan obstaculo ó impedimento á la coopera-
cion de la Francia estipulada anteriormente en el ya citado con-
venio, y á que una vez conocido el objeto y verdadero caracter de
,Iicha cooperacion, no se opongan por parte de ese gabinete dificul-
tades, que pudieran tal vez detener la inmediata cooperacion de
la Francia en favor de la causa de S. M , ni ocasionar, con gravísimo
daño, incertidumbre y dilaciones,


Al contrario; es de de~ear que la misma decision que mostró ese
gabinete al celebrarse el tratado de '2'2 de abril y sus artículos adi-
-donales, se muestre ahora con igual franqueza y energía cuando
~e trata de poner en práctica sus principales disposiciones en
ravor de España, ya que esta nacíon cumplió tan lealmente por su
parte la obligacion que por dicho conveulO Sl' la impuso.


2. o Reclamar de ese gobierno la coo,Pcracion de sus fuerzas na-
vales, eon arreglo á lus ya citados artiCulos, pues con solo ver
ondear el pahellon británico en las costas del Norte, enviado pa-
ra sostener la causa dela reina nuestra señora, y con la mas levc
demostracion hecha por S. M. B. en algun puerto ó punto de la
c.osta, bastaria para desalentar á los rcbeldes mas obstinados en
su mal propósito, y para quitarles hasta cl último I'ayo de eSlle-
ranza.


S. 1\1. da tanta mayor importancia á cualquiera demostracion
vigorosa por parte de la Inglat.erra, cuanto produciria al mismo
tiempo un influjo político muy ventajoso á favor de España, res-
pecto de todas las potencias de Europa, y especialmente de las que
se han mostrado menos afeclas á la causa de la reina nuestra se-
ñora, y cuanto que, por otra parle, dentl'O del reino mismo se con-
seguiria lambien el buen efecto de presentar, con la cooperacion de
dos naciones tan poderosas, asegurado y próximo el triunfo rJefi-
Jlitivo, desvaneciendo cualquiera desagradable impresion á que




APENDlCE NUMERO 2." 389
pudiera dar lugar la presencia de las tropas francesas, por re-
"ucrdos de otras épocas en que no han entrado en nuestro suelo a
sostener, como ahora, el legítimo trono y una prudente libertad.


Inútil seria indicar a V. E. las fuertes razone" que habrá de es·
poner á ese gobierno, ya respecto del influjo (IUC puede tener la
prolongacioll de la lucha de España en la suerte general de Euro-
pa, y ya la inmediata é indispensable accioll que ha de ejercer la si-
tuacion de España en el vecino reino de Portugal. Se puede asegu-
rar confiadamente que no pudiera ascender al trono el Pretondien-
te á la corona de España, aun cuando fuera durante un breve pla-
zo, sin comprometer gravemente el trono de S. 1\1. fidelísima doña
María de la Gloria, y que si desgracias ó sucesos remotos, pero IHr
imposibles, consiguiesen desencadenar en este reino el desorden y.
la anarquía, la mIsma confusion y desórden se estcnderian infali-
blemenle en toda la Península.


No es por lo tanto necesario inculcar á la penetracion. de ese
gabinete, que la cuestion española envuelve en su seno la cuestion
de Portugal, y que la cooperacion que ahora, preste para afianzar
la paz en nuestro territono (aun prescindiendo de otras muchas y
gravísimas consideraciones), no es mas que una especie de adelan-
to que hace, para evitar en un plazo mas ó menos lejano, tener que
bacer mayores y mas costosos sacrificios.


Procediendo V. E. en todo tle acuerdo con el embajador de su
magestad en París, y asi que V. E. tenga seguridad de que, por
parte de uno y otro gobierno. no hay obstáculo que impida la coo-
peracion deseada, la reclamaxá V. E. de ese gobierno, conforme
al tenor y espíritu de los ya citados artículos, y en una forma aná-
loga al proyecto de Ilota lJue COIl este objeto se remite al señor du-
que de Frias, y cuya COpia se acompaña á V. E. .


Dios guarde, etc.-:Firmado.-Francisco Martinez dela Rosa.-
Señor ministro de S. 1\1. C. en Lóndres.


EL MINISTRO DE ESTADO AL EMBAJADOR DE
S. }1. EN PARís.


RAZONES EN QUE SE APOYA EL GOBIERNO PARA PEDIR LA COO-


PERACION DE LA FRANCIA.


J/ayo 20 de 1835.


Excmo. Sr.- El olicio que adjunto remito ú V. I~. me aborra
el lImer que repetirle, asi su objeto como su gravedad e imporlan-




ANALES DI, ISAlmL 11.


cia, limitándome por lo tanto en esto á aquellas consideracione~
que por su naturaleza deben quedar reservadas, pero de que debe
est.ar enterado V. E. para dirigir con mas acierto y lino la impor-
tante negoeiacion que se le confia.


A pesar ue lodo~ los esfuerzos hechos l}or el gobierno, y de le-
ner reunido en las provincias rebeladas un ejército de mas de cin-
cuenta mil hombres, perfectamente abastecido de todo; á pesar de
las esperanzas que se habian concebitlo al encargar el mando de
aquellas fuerzas y de las existentes en las provineias limítrofes al
digno general d(}n Gerónimo Valdés, ministro de la Guerra, reves-
tido pOI' S. M. de las mas amplias facultades, ha hallado este al
ejército en 'al siluacion por causas que seria tan largo como inú-
til referir, que no cree dicho gefe posible el emprender operacio-
nes militares de importancia. y con probabilidades de buen éxito,
sin reorganizar previamente las fuerzas que acaudilla.


Mas la situacion de aquel pais, el espíritu hoslil de sus habi-
tantes, y el género peculiar de esta clase de guerras, que no con-
sienten descanso ni respiro, hacen que sea poco menos que impo-
sible q:ue haya lugar ni tiempo á propósito para la reorganizacioll
del ejercito, ni consienten tampoco en que se aguarde á que se le
incorporen dentro de uno ú dos meses refuerzos cIue ha de dar de
sí la ya verificada quinta.


Aun con estos inconvenientes tal vez no habría resuelto el go-
hierno de S. !\l. reclamar el auxilio de sus poderosos aliados, si no
hubieran estimulado á ello dos consideraciones del mayor peso: La
que el general Valdés ha eS[luesto olicialmenle y de la manera ma!)
terminante y perentoria, que no halla ningun otro recurso mas
que el espresado, ya por el alloyo de una fuerza material estran-
gera , y ya porque el solo anuncio de su venida reanimaria el es-
píritu del ejército, al paso que quebrantaria el ánimo obstinado de
los rebeldes. Es de advertir tambien que, habiendo consultado di-
cho general, separadamente por escrito y bajo su responsabilidad
ú los principales gefes de aquel ejército, casi todos han sido de su
propio dictámen, lo cual ha debido inflnir grandemente en la deci-
sion que ha tomado el gobierno de S. M.


Otra consideracion no menos poderosa que ha influido igual-
mente para hacerle adoptar esta medida, ha sido el preveer que si
por desgracia acaeciese algun desastre á una ó mas de las divisio-
ues del ejéreito del Norte, ó si los rebeldes lograsen estenderse ú
esta ó esotra provincia limítrofe, cualquiera suceso de esta clase
padria producir simultalleamente dos efectos opuestos, y ambos de
Cnnt'stÍsimas consecuencias, á saber: insnrreccionarse alguna otra
provincia del reino por hallarse casi todas ellas con muy escasas
guarniciones, ó producir la misma gravedad del peligro, tÍ su te-
mor abultado un desencadenamiento de las pasiones populares, á
impulso de un partido C]uc propende á los desórdenes y á la anal'·-
qUla, como acaba de verse por desgracia en varios plintos del reino.


Estas razones principales y olras de menor cuantía, han deci-
dido al Consejo de l\linistros , reunido de órden soberana con el




AI'ENlHCE NUMERO 2.° 391
COIl~ejo tIe üobicl'llo, á que creyese que era llegado el caso do
aconsejar y proponer á S. 1\1. que reclamase la cooperacion y au-
xilio de sus augustos altados.


Afortunadamente el tratado de 2'2 de abril del año próximo pa-
sado y sus artículos adicionales, previeron ya esle caso y antici-
paron el remedio, siendo aquellas estipulaciones de tan conocida
ventaja en las circunstancias presentes, cuanto por una parte qui-
tan al relacionado auxilio el aspecto indecoroso y sensible de una
intervencion estrangera, reduciéndolo á la categoría rcglllar de una
fuerza auxiliar prestada por un aliado á otro en virtud de un pré-
vio convenio; al paso que por otro lado coloca al gobierno de S. M.
en la favorable posicion de no invocar la cooperacion de sus alia-
dos, hajo el concepto general de huena amistad y correspondencia,
sino de reclamar el fiel cumplimiento de una estipulacion esplícita
'f solemne.


Bajo este concepto quiere S. :\1. que V. E. enlable esta nego-
ciacion con el tacto y. miramientos que por su naturaleza exige,
asi rara allanar las lhficu!tades que pueda ofrecer por parte de ese
gablllete, como para que retlucida á ese objeto y sin desnaturalizar
su propia indole, no vulnere ni lastime la independencia de la na-
cion y el decoro de la corona. S. TIl. cree que seria suficiente para
lograr el importante objeto que se propone, el que ese gobierno
enviase el número de tropas que conceptúe necesario para ocupar
la Navarra y las provincias Vascongadas, en tanto que el ejército
del Norte, aumentado con doce mil hombres de la nueva quinta,
impedia que los rebeldes estendiesen la insu rreccion á otras pro-
villL:ias, y colocaba al gobierno en una posicion bastante firme y
elevada para dominar asi todos los partidos y enfrenar sus demasías_


A V. E. le será fácil dar á conocer indirectamente á ese gobier-
no lo mucho que le importa que se afiance lo mas pronto posible
la paz de la Península, sin dejarla espuesta á tantos peligros yaza-
res; siendo claro y evidente que no pudiera entronizarse en Espa-
ña. aun cuando fuese por poco ticmpo, el Pretendiente y su parli-
do, ó bien, pOI el estremo opuesto, trastornar el órden existente y
desencadenarse la anarquía, sin que, en uno y otro caso, se susci:
taran riesgos y compromisos sumamente graves para esa nacion y
para la dinastía que la rige, sin contar con los peltgros Y obstáculos
con que pudiera hallarse algun dia, si se complicaba la situacion
politica de Europa, y tenia que combatir en otras fronteras contra
poderosos enemigos.


S. M. confia bn qlle estas consideracione5 rencerán cualquiera
incertidumbre que pudiera detener á ese gabinete, y que cabal-
mente el recelo de que pueda la prolongacion de la guerra civil
llar fuerzas y espermzas á los que desean trastornos y revolucio-
nes, podrá contribuir á que, por parte de ciertas potencias, no se
ponga impedimento ni obstáculo á la cooperacion de la Francia-,
para conseguir un fin que aleía tantos riesgos de lllas de una cla-
s.e, y que ofrece una prenda de estabilidad y firmeza á la tranqui.
lidad general de la Europa.




392 ANALES DE ISABEL ll.
El ánimo y los deseos de S. ~L son proceder en un louo de acuer·


d" con ,>us august05aliados, á fm de que, reclamando á un tiempo
de ellos la cooperacion respectiva á que cada cual se obligó en el
tratado de 2~ de abril y en sus artículos adicionales, se logren tres
objetos de suma importancia: 1.0 ofrecer á la Europa un testimoni(}
irrecusable de que subsiste en vigor el mencionado tratado, y de
que se realizan sus efectos: 2. o aprovecharse del influjo moral ue
semejante union entre las potencias signatarias, para quitar to-
da esperanza al partido rebelde y evitar que se derrame mas san-
gre española por una y otra parte: 3." lograr que, viénuose á un
tiempo la cooperacion armada de las tres potencias que tirmaroll
con España el convenio, aparezca este paso bajo su verdadero as-
pecto, alejando toda idea de inlervencion de una naciün lilas po-
derosa en los asuntos domésticos de otra lilas débil, sino como la
concurrencia de varias partes interesadas mas ó menos en que se
consiga un fin eomUll.


La intencion, pues, de S. M. eS' dirigirse simulláneamente á
sus tres augustos aliados, con el objeto de ver si se logra que al
mismo tiempo se pongan en ejecucion los artículos. 3" y i." del
tratado de 22 de abril, y los artículos 2 o y 3.· de los ;;.dicionales
al mismo tratado, de suerte que, al mismo tiem{lo que pasen lai-
tropas francesas el Pirineo para ocupar las provmcias "asconga-
das, aparezcan los buques de S. 1\1. B. en las costas del Norte para
proteger el triunw de S. 1\1., y desengañar á los ilusos que siguen
todavía las banderas del Pretendiente; al paso que una divlsion
de tropas portuguesas se acerque á los contines de aquel reino
con el nuestro, pronta á cooperar en caso necesario.


Esta combinacion de esfuerzos simultáneos ahorraria á la na-
eion incalculables daños, y seria al mismo tiempo el medio mas á
propósito para que la cooperacion de les augustos aliados de S. ~I.
fuese par.a ellos menos costosa y menos duradera. Estas refle-
xiones son tan poderosa&,. que no será dificil á la iJustracioll de
V. E. inculcarlas en el ánimo de ese gabinete, y con el mismo ob-j.eto, y para que los Feprcsentan!es de S. 1\1. en las tres cortes
aliadas proGedarl de comun acuerdo, comunico de real órden co-
pia de estos despachos á los ministros de S. M. en las cortes de
Lóndres y de Lisboa; siendo la voluntad de S. 1\1. que V. E. esta-
blezca con el primero las comunicaciúnes que exigen la importan-
cia de este asunto,. y la necesidad. de que reine el mejor acuerdo
y armonía entre ambos gabinetes para asegurar el buen éxito de
esta negocia.cioH.


Con lo espresado en este oficio, y con lo que contillne elosten-
sible de feella de ayer, tiene V. E. los datos suficientes para en-
tablar con aquel pulso. y detenimiento que por su naturaleza exi-
ge, sin espollerse en ningun caso á una negativa ó repulsa, que
seria tan poco decorosa al gobierno de S. 1\1., como fecunda ell la-
mentables consecuencias, por cuya razon es la voluntad de S. 1\1.
que hasta que V. E. vea allanadas las dilicultades que puetlall
presentarse, y tenga todas las probabilidades de obtener el auxilio




APENIlICE NUMERO 2.· 393
que se reclama, no presente V .. E: á ese ~eiío,r ministro de ~ego­
cios eslrangeros la nota cuyo onglllal remIto a V. E. de real orden,
para que en su caso y oportunidad la comunique á ese gobierno
en la forma acostumbrada.


Juzgo inútil encargar á V. E. que, una vez decidido el gobier-
no de S. ~1. á dar este paso por lo grave de las circunstancias y
por evitar peligros posibles, urge que se lleve á cabo cuanto antes
esta negociacion, y que ese gobierno se decida sin demora á
prestar la cooperacion solicitada. Este solo anuncio produciria un
efecto sumamente favorabl~ á la causa de S. 1\1., atajaria tal vez
las intrigas de algunos gabinetes que quieren poner trabas v obs-
táculos, y ahorraria el derramamiento de sangre en las provincias
Vascongadas y riesgos y desgracias en otras. ~Iotivos todos harto
poderosos liara que S. 1\I., atendiendo igualmente á los cálculos de
la prudenCIa y á Jos sentimientos de su corazon, desea ver cuanto
antes realizado un proyecto de que tantas ventajas se promete pa-
ra la pacillcacion de estos reinos.-Dios guarde á V. E. muchos
años. Madrid 20 de mayo de 1835.-Firmado,-Francisco Marti-
nez de la Rosa.-Señor embajador de S. M. en París. .


-----=~~=-----




EL Ml~ISTltO DE :3. ~1. EN LONlmES


AL EMBAJADOR DE S. M. EN PARÍS


SOBRE LA ISTERVE:'iCION DE LA FRANCU.


LÓlldres 4. de junio de 1835.


Ex.cmo. Sr.-Muy selior mio: en este momento ljue ~Oll I;¡~
do~ de la tarde y regreso de casa del lord Palmerstoll, tomo la
pluma para informar á V. E. de la respuesta que este gobierno da
,11 de S. M. el rey de los francescs, relativa á la cooperadon pedi-
da por el nnestro pam acaba¡' con la insufI'eccion tIc las provincias
sublevadas, y restablecer la paz en la Península, sl'~un el ohjeto
y espíritu del tratado de 22 de abril, y artículos adicionales. Dicha
contestaeion no es satisfactoria, yen verdad que no la esperaba
tal, pero al menos es eoncisa, clara, y sin dar lugar á nuevas dis-
Cllsiones, que no produeirian ninglln resullado, porque para dar-
la se ha mirado la euestio!l hajo lodos aspectos por este gahinete-.


Preguntado este gobierno [lor el de Francia, si aecediendo á
los deseos del gahinete de.Madrid, yemprendiendo la cooperaeioll,
estaba determinado á correr con ella in solidum todas las cO!lsecuen-
cias de este caso, si él acarreaba á la Francia el resentimiento \'
las hostilida(les de las tres grandes potencias, se ha respondido i)
se va á responder dentro de \Ina hora al embajador de Francia que
no; que la Inglaterra 110 cree deber correr semejante riesgo por
las razones que yo diré ;\ Y. E. mas ¡¡hajo, unas [lúhlicas ':! 11010-




APENDlCE NU~IERO 3." 395
rias, y otras que, aunque lo son para todo el mundo, no pueden
uarse sino con toda reserva.


La Inglaterra, al dar esta negativa, declara que si la )<'rancia,
entendiéndose con la España, quiere emprender esta operacion por
razones y motivos peculIares, la Inglaterra ni lo desaprueba ni
se opondrá á ello; mas que en todo caso advierte que no so
obre con precipitacion. Entretanto se aconseja á la Francia el au-
mento de su ejército, y la ocupacion inmediata de todos los pasos
de los Pirineos, para el cumphmiento del artículo 1.° del tratado,
haciendo u dicho efecto adelantar los treinta mil hombres que ac-
tnalmente ocupan la frontera; lo que no dudan aqui se hará.


Los motivos que han obligado á este gobierno á dar esta res-
puesta, son principalmente de politica interior, efecto de la posi-
cíon vacilante en que se halla relativamente al rey, al parlamento
y aun al pais mismo, pues siendo necesario en el caso de una
cooperacion completa, hecha por las tres potencias, el formar un
nuevo convenio, y presentarlo al parlamento, por hallarse esto
reunido, Jos ministros están seguros (y creo que con razon) de
la desaprobacion, no solo en la cumara de los Pares, sino en la
tle los Comunes. El gobiemo cree que una guerra l'mprendida
contra las potencias que la declarasen á la Francia para resta-
blecer á Cárlos X sobre el trono, Ó á su línea, y arrojar al que ac-
tualmente le ocupa, obtendria la aprobacion del Parlamento; pero
no para el caso presente, pues no creen suficientemente pro-
bada la necesidad absoluta de la cooperacion ó auxilio, aten-
didos los recursos de la España respecto de los rebeldes.


A esta razon muy fuerte se añade la reservada de la posi-
cion del ministerio respecto al rey, que no disimula el disgus-
to y repugnancia que le ha causado la separacion del otro, que
convenia mas á sus gustos,opinion é inclinaciones, no pudiendo
olvidar ni perdonar el modo con que le han obligado a despe-
dirlo. Seguros de que no la aprobaria S. M. R como parecen
estarlo, no es de estrañar que eviten la obligacion que la Fran-
cia pide; pues, desaprobada por el rey, seria motivo suficiente
para que ellos á su vez desocupasen los puestos, y para esto es
menester que cuenten con la opinion de su partido.


Por de mas será, pues, el entrar á discutir sobre lo acertado
ú desacertado de esta respuesta, porque cuanto se pueda decir
sobre ella no produciría la menor alteracion; y cuanto se ha dicho
por 1\11'. Villiers y por el coronel Wylde (sin contar con nuestras
esposiciones) sobre el estado del ejército, y la necesidad indispen-
sable de una fuerza estrangel'a muy fuerte que intervenga pron-
tamente para restablecer la paz, sopena de ver disueltos y rotos
lodos los lazos sociale~, v las consecuencias horribles de esta diso-
lucíon con tanta fuerza: como lo hace presente MI'. Villiers, no ha
movit.lo a este gabinete á condescender con la demanda de la Fran-
cia, y de la nuestra crea V. E. que cualquiera otra esposicion será
inÍltil y no producirá efecto alguno.


Para que V. E. esté informado sin pérdida de tiempo, y lo mis-




396 .\.NALES DE ISABEL ll.
mo el gobiel'llo, de esta determinacion, despacho el la corle ¡;;auan-
¡Jo horas, al correo de gabinete don Francisco Sanz, suplicando
el V. E. al mismo tiempo que lo detengan lo menos posible, pues
mañana diré á V. E. con a]iTuna mas detencion cuanto la falta de
tiempo me obliga á omitir ahora; y que son solo particularidades
sobre el asunto principal, pero que no alteran nada la posicion en
que nos va á dejar esta respuesta.


Hios guarde á V. E. muchos años. Lóndres 4, de junio de 1835.
-firmado.-Miguel Ricardo de Alava.-Excmo. señor duque de
Fflas.


EL MINISTRO DE ESTADO AL MINISTRO DE S. M.
EN PARlS.


SOBRE QUE INMEIHATAMENTE SE PASE NOTA AL GOBIERNO


FRANCES PIDIENDO LA COOPERACION ARMADA.


Junio 9 de 1835.


Excmo. Sr.-He recibido los despachos de V. E. señalados con
los números 377, 380 Y 381, cuyas fechas alc.lUzan hasta 30 de
mayo último .


. S. M. se ha enterado detenidamente de cuanto V. E. mani-
fiesta en ellos, tanto respecto del espíritu é ideas que se notan en
las columnas de los periódicos de esa capital, tratando de la cues-
lion española, como de las diligencias' que V. E. practicaba para
llevar a efecto las órdenes que se le comunicaron referentes á la
negociacion emprendida para solicitar la cooperacion de la Francia
en virtud del tI'atado de 22 de abril. y tengo el gusto de participar
á V. E. que la augusta reina Gobernadora se ha dignado apro-
bar toda la conducta de V. E. en este importante negocio, mos-
tralldose muy satisfecha del infatigable celo que V. E. emplea
tln el cumplimiento de los gra\'Cs encargos que se confian á su
lealtad y acreditadas luces.




APENDlCE NU~lERO 3.· 397
El número 381 en que v. E., con motivo de las insinuacio-


nes que le hizo el lord Granville á su llegada á esa, espone
las dudas que le ocurrian, relativas á si debia dar curso des-
de luego á la nota (cuyo bosquejo remitió á V. E. mi antece-
sor) para reclamar el cumplimiento de las obligaciones que con-
trajo la Francia en el tratado de 2'2 de abril, Ó si seria conve-
niente esperar que el gabinete inglés esplicase mas claramente
sus disposiciones de la cooperacion francesa, ha debido llamar mas
especialmente la atencion de la reina Gobernadora.


En efecto, de su órden han sido consultados los consejos de
Gobierno v de señores Ministros, dándoles conocimiento del despa-
cho de V. E.; y S. M., de conformidad con el dictámen de ambos.
se ha servido resolver que, aprobándose, como S. 1\1. aprueba, la
prudente circunspeccion de V. E. en tan delicado negocio, se or-
dene á V. E. que sin dilacion proceda á formalizar la negociacioll,
pasando uua Ilota oficial á ese señor ministro de Negocios estran-
geros, al tenor del bosquejo que obra ya en poder de V. E., y que
al mismo tiempo se comuniquen las órdenes oportunas á los repre-
sentantes de la reina nuestra seilOra en Lóndres y en Lisboa (co-
mo lo verifico, remitiendo por el estraordinario • portador de estr,
pliego, al general Alava una copia del presente despacho) para que
reclamen en la misma forma que V. E. de aquellas dos potencias
signatarias del tratado de 22 de abril el aUXIlio que respectiva-
mente se obligaron á prestar á la España.


Enterado, como lo está ya V. E. o por las instrucciones de mi an-
tecesor, de los poderosos y urgentes motivos que obligan á S. M.
á reclamar la cooperacion de sus poderesos aliados para consolidar
la paz interior de estos reinos, y para apagar el fuego (le la rchr·-
!ion que arde en las provincias del Norte, asi que de las justas es-
peranzas que S. M. funda en la buena fé y la puntualidad con que
las potencias aliadas acudirán á cumplir las estipulaciones de un
tratado solemne, se hace escusado que las reproduzca yo á V. E.,
y por tanto me limito á manifestar á V. E. que la mudanza ocur-
rida en el ministeri6 por dimision del señor l\farlinez de la Rosa
en nada varía la marcha del gabinete español respecto á su políti-
ca esterior, pues S. M. está Illvariablemente resueIta á seguir la
línea de conducta franca y noble que ha emprendido, contando
siempre con la cooperacioll y auxilio de sus augustos aliados, para
consolidar el trono de su augusta hija, y á su sombra restablecer la
paz en toda la estension de fa monarquía.


Dios guarde á V. E. muchos años. Madrid 9 de junio de 1835.
-Firmado.-EI conde de TOl'eno.-Señor embajador de S. M. en
París.




MEMORANDUM


DEL EMBAJADOR DE ESPAÑA EN PAR]S.


TRATA,,"DO DE PROBAR AL GOBIERNO FRANCES QUE ERA L],E-
GADO J<:L CASO DE {,A COOPERACION y LA NECESIDAD DE
QUE LAS TROPAS FRANCESAS OCUPASEN LAS PROVINCIAS
YASCONGADAS.


París 8 de setiembre de 1835.


,.,PÉNDICE NIJMERO 01. 0


La cuestion española lal como se presenta en el dia ha dejado de
ser, aun para las potencias que no han reconocido á la reina doña
Isabel n, una cuestion de sucesion, puesto que en su esencia y
consecuencias es puramente monárquica.


La reina Gobernadora, deseando contraponerse it las ideas abso-
lulistas de los partidarios del Pretendiente, y sobre todo contra-
restar toda faccion revolucionaria que intentase proclamar la in-
practicable Constitucion de 1812. otorgó el Estatuto Iteal, fundado
sobre las antiguas libertades que gozaban las diferentes coronas
de España reunidas por el enlace,de Jos Iteyes Católicos. S. M. la
reina Itegentejuntó las Cortes bajo la base sancionada, y no rehu-
só dar su sancion soberana it aquellas leyes que eran favorables á
la causa pública, y aun espontáneamente propuso algunas que so-
lo eran consecuencia de sus maternales deseos. acreditados desde
el fallecimiento del rey don Fernando. .




APEND1CE NU"IERO 4.." 399
Entretanto que S. 1\1. dedicaba sus desvelos al bien proc(\mu-


nal dcl reino, la faccion del Pretendiente, favorecida por la loeali-
ciad del terreno y rudeza de los habitantes de las provincias suble-
vadas, se engrosaba en númcro, y acostumbraba á los combates
contra las tropas de doña IsabellI. S. M. en aquellas circunstan-
cias mandó toda su fuerza militar contra unos pueblos que com-
batian, ya por la seduccion de sus gefes, ya por conservar privi-
legios ominosos al resto de la monarquía, siendo de notar que las
provincias sublevadas son las únicas en España que, á pretesto tle
su~ fueros, protestaron en 1713 contra la esclusion de las hembras.


+ para reinar en España, ó sea el informe é ilegal auto acordado de
:Felipe V. lA tal punto ciegan las pasiones cuando la ambicion ó
los intereses parciales son el móvil de las acciones humanas!


El gobierno de S. 1\1. C. creyó haller llegado el caso de pedir
el entero cumplimiento del tratado de 22 de abril, no porque juz-
gase que sus reales armas fuesen insuficientes para vencer á los


.cal"listas, siuo porque previó que lo desguarnecidas que queda-
ban las provincias fieles á su soberanía pudiera facilitar á los re-
volucionarios demócratas el poner en agitacion el reino: S. M. sa-
bia tamllien que, hermanados estos r afiliados en sociedades secre··
tas con los que existen en otros paises de Europa, podrian com-
prometer, no solo la dignidad de su trono, sino tambicnla de los
soberanos sus aliados, y aun la de los monal'cas que no eran sig-
natarios del tratado de la cuádruple alianza. Razones que no son
de este lugar hicieron que se negase la cooperacion armada, y su
negativa fué el grito de alarma ó toque de general;¡, para que los
revolucionarios de España alzasen la bandera de rebelion.


Constitucion de 181'2, federalismo, demagogia, todo ha sido
puesto en accion por ~entes ambiciosas ó pérfidas, que la pr('srn-
cia de un pueblo obediente y mas circunspecto que ellos ha con-
firmado con su indiferencia la opinion que tenian de él los hom-
bres honrados que deploraban tantas calamidades.


Asi, pues, puede repetirse que la cueslion española no es ya
eueslion de sucesion, SIllO cuestion monárquica, que tiene el apo-
yo de la fuerza numérica de una nacion tan fiel á sus reyes como
la española, y el voto de los hombres de bien que lienen que per-
der, y que por lo tanto se hallan fraternizados en sentimientos con
todos los que se hallan en igual situacion en los demas paises de
Europa.


La vecindad de la Francia y las antiguas relaciones de ambos
paises, las contínuas comunicaciones, y las dos veces que sus
ejércitos han hecho mansion en España, hacen que los intereses
hien entendidos de ambos pueblos, y la conservacion de los dos tro-
nos actuales se hallen muy comprometidos, siempre que'las teas de
la discordia ó la cuchilla de la anarguía se alzase en cualquiera de
los dos paises. Bajo este punto de vista parece debe mirar la Fran-
da la actual situacion de la Península, ya que tiene la fortuna de
1111/\ el cetro de S. M. Luis Felipe pouga á raya las faccione~ revo-
lucionarias que al otro lado de los l'irineos alzan la cabeza contra




400 ANALES ])E ISAllEJ. JI.
una menoría real, á favor de las pretensiones de la usurpacíon, ó
quizá de acuerdo con ella.


Al punto que han llegado las cosas, cuando la unidad y el deco-
ro de la corona de eárlos 111 se halla desmembrada y ofendida por
pl'etensiones ilegitimas por un príncire de su sangre, y por las vio-
lencias de un partido tan enemIgo de trono de doña Isabel 11 , como
de cuantos eXIsten en el universo, parece haber llegado el caso de
que una nacion vecina, poderosa y aliada de S. ~L e., acuda á sos-
tener la corona en sus sienes, y á facilitar con su auxilio el que
las armas de S. M. se hallen libres para correr á los puntos ó pro-
vincias donde se profana su augusto nombre, y se entroniza la in-
surreccion.


Tan poderosas razones deben convencer al gobierno de S. 1\1.
el rey oe los franceses, de la conveniencia de que una fuerza mi-
litar francesa ocupase las provincias Vascongadas, á fin de que,
ahuyentada por este medio la faccion carlista, llegase á desapare-
cer, y por lo tanto el ejército español se hallase en estado de com-
batir l.1 anarquía en las demas provincias de Espalla; pues si en
Madrid una guarnicion de tres mil hombres escasos ha podido res-
tablecer el órden en el mes de agosto pasado, y el gobierno ha te-
nido tanta fuerza que ha desarmado lres batallones sublevados de
la milicia urbana, no puede caber duda en que si hubiera guarni-
cion en otros puntos no se verian las juntas insul'I'eccionales de al-
gunas provincias mandando descaradamente y di.sponiendo delos fon-
dos públicos, ni tampoco en las calles y plazas tropeles de asesinos
y de incendiarios perpetrando impunemente el roLo y el asesinato.


La cuestion que forma la base de este memorandum tiene ya
tal importancia, que es para el trono de doña Isabel 11 cuestion de
vida ó de muerte, y no para que suceda á S. 1\1. en la monarquía
española este ó el otro príncipe, sino para que el cetro español se
vea destrozado por una Caccion revolucionaria europea que ensaya
sus fuerzas en España, porque lucha con una menoria real debili-
tada por pretensiones del que, si considerara los males que causa
con ellas á la dignidad Real, se apartaria de un camino que, aun-
que le híciese Ilegal' al logro de sus deseos, no le cOMtituiria un
trono mas seguro que el de su augusta sobrina que trata de derri-
bar. Si el obstinado príncipe llegase á convencerse, como pudie-
ra probársele, que muchos que toman su nombre quieren destruir
su poder despues del triunfo; y si el pueblo español se convencies,e
igualmente de que muchos de los que proclaman lihertad, Consti- •
tucion de 1812, derechos del hombre, etc., son agentes de la usur-
pacion, y que se hallan muv en acuerdo todos ellos para destruir
la monarquía, cualquiera que fuera el monarca, pronto so resta-
bleceria la paz de la Península, pues Ilon eárlos renunciaria á su
empresa, y el cetro de la reina doña Isabel, sostenido por la opi-
nion del convencimiento, caeria sobre los revolucionanos demó-
cratas. Empero la espantosa calamidad q,ue aflige á España ha sal-
yado el Pirllleo, y ya que el sangriento )3cobilllsmo no puede al-
zar los puñales contra los retirados cenobitas, como ha sucedido




APENDlCE NUMERO 4.° 401
en Espaiía, en las calles de París, al' frente de una guardia nacio-
na) tiel y numerosa, y llUrlalldo la diligencia de un gobierno tan
ilustrado como justo, ha buscado por abrigo una casucha para
amarrar unos viejos caiíone, tic fusil á una mala laula, y aten lar
contra la vida tic un rey que hacc la felicidad de sus pueblos, y de
unos príncipes que por sus virtndes presentan tantas esperanzas
de ventura á los paises quellegueu á gouernar, ya por su derecho,
ya por los enlaces que cU!ltraigan, Mas á qué punto ha llegado el
cncono contra la mUllarqUJa, puede verse en que en el atentado
del '28 de julio no es una venganza personal la que armó á un
asesino para deshacerse del rey y de los príncipes, sino que puede
decirse (Iue Fieschi era el asesino dc la humanidaJ en masa, pues
que tiraba sin discernimiento sobre eIJa, para destruir la monar-
quia. Ejemplo que quedará cOIl5iglJ~d~ en I~ historia para 'probar
basta donde ha llegado en el SIglo XIX el OdIO contra la dIgnidad
real.


Pues si el 'liS dc julio, cuando apenas habia noticias de los asc-
sinatos de IteLls, y que se temian algunos otros, se ha visto con
tanto escándalo atcntar contra la vida de S, 1\1. el rey de los fran-
ceses, ¿que no podra l'sperarse cuando la reyolucion anarquica se
haya sentado de firme en todas las provinci;:s de Espaiía? ¿qué no
podrá esperarse cuando 105 revolul:ionarios españoles se hayan
perfeccionado en la perfidia con las lecciones de torlos los que acu.
den á la Península, y con las de los prófugos del proceso de abril
de los cuales se sabe que alguno ha acaudillado los grupos qu~
asesinaron al general Bassa en Barcelona'¡ Las sociedades secre-
tas se hallan minando todas las sociedades políticas, y con mucha
lilas facilidad siguen su camino en los paises en donde la beneti-
cencia de las leyes protege la libertad individual, y la espresion de
la opinion púb~ica interpretad,a las mas veces por las pa~iones; pe-
ro en España ejerce un Impeno mas poderoso por las Circunstan-
cias en que se halla el pais y la índole de su gobierno de tutoría ó
regencia. A semejantes daños, solo la l·'rancia se halla en el caso de
hacer frente. U na nacion donde el Haludable justo medio no es un
ente qui~é~i~o ó teórico, ~ino ,un ~e.r que tie!l~, por decirlo asi,
existenCIa flsICa, que debe a la JustICIa y prevlsIOn de su rey á
los intereses públicos, á la industrin, á la agricultura, á la ilustr'a-
cion, á la administracion departamental, á la opulencia de su ha-
cienda, á la disciplina de su ejército y á la perfecta organizacion
de la guardia nacional, es á quien corresponde tender uu brazo de
salvacion al trono de S. M. e, y al poder de su augusta madre: y
salvando el trono español, será la l·'raucia la que preservará á to-
dos los demas de Europa de los embates de la democmcia anárqui-
ca que quizá aguarda completar su triunfo en Madrid para triun-fa~ en otras partes. No se trata para conseguir tan sagrado fin de
una espedicion que debiese ocupar toda la Península: bastaria que
una fuerza militar proporcionada al objeto ocupase las provincias
Vascongadas y Navarra, at10yada en las plazas fronterizas de las
mismas que las tropas de S. M. la reina conservarian ó partirían


TOlUO II. 26




402 A~ULES DE ISABEL 11.
su guarnicion con la fU!l'll auxiliar de la que un tratado particu-
lar podia arreglar el modo y compensaciones,


La caus~ de la justicia, la causa, de la humanidad, ~la causa de
la monarq~la reclaman la, cooperaclOn armada de la lirancia, y los
fusiles carlistas que continuamente hacen fnego sobre el puente
de Behobia, y:i. que ha tenido que contestar repetidas veces el ca-
ñon francés, reclaman el que la bandera tricolor aleje de las fron-
teras francesas el ruido de la guerra, lanz:lndola al otro lado del
Ebro para que las tropas de la rein~ acaben con las fuerzas del
Pretendiente Y puedan enfrenar las pasIOnes revolucionarias.


Si la }'rancia desoye la voz de la verdad en esta ocas ion si no
se asombra al ver el abismo que se halla abierto á la linde de sus
fronteras; en una palabf¡l, si no acude á la dcfensa del trono de la
reina doña IsabellI, la l<'rancia en esta cuestion de vida ó muerte
para la monarquía, á mas de Ios peligr~s lllle la amenazan para en
adelante, queda responsable a la posterIdad de todas las calamida-
des que van á caer sob~'e una na~ion vecina y aliada suya, y de
todas aquellas que cornendo el tiempo trastornaren á la Europa
entera em?eñándola en guerras y revoluciones, cuyo fin no verá
la generaclOn presente ni tal vez la venidera.


París 8 de setiembre de 1835.


EL MINISTRO DE NEGOCIOS ESTRANGEROS AL
EMBAJADOR DE S. M. C. EN PARÍS,


CONTESTANDO AL MEMORANDUM DE ESTE DE 8 DE SETIElWlRE
DE 1835.


Setiembre 15 de 1835.


El gobierno del rey ha tomado en séria eonsideracion el memo-
randum presentado por el señor embajador de España, con el ob-
jeto de probar la conveniencia "'t la necesidad de una ocupacion de
tropas francesas en las provineJas Vascongadas, El gobierno no ha
bailado en los argumentos en que se funda un motivo suficien-
te para acceder a lo que ha nerrado hace tres meses con mo-
tivo de una peticion semejante. El tratado de '2'2 de abril de 183i,
y los artículos adicionales de 18 de agosto, tienen únicamente por
objeto, en lo perteneciente á España, el impedir las tentativas del
Pretendiente contra el trono de la reina Isabel. No puede decil'se
que la cooperacion indirecta acordada con este fin á las tropas de




APENDICE NUl\IERO 4.0 403
S. M. C. por sus aliados haya sido ineficaz. En efecto; bien
sea que la naturaleza del terreno y la situacion particular de
las provincia,; Vascongadas ha)'<111 permitido al Pretendiente el
prolongar ha,ta hoy UII c,;tado do guel ra, que puede que no ce-
da ~illo ron la ¡¡c('ion del tielllpo, s('clllldadl! por un. conju!lto de
melhrlas hal¡de:i y pnHlpnle,;, es hoy en flirt tamblen eVIdente
que e"te. príl\cipl~ abla(]o dc lodo a¡lüyo est~rior y reducido. á
sus propios recur,;()~ que se agolan de (lia"M~Ia, no esl;\ en POSl-
don de intentar nill,~lIn golpe decisivo, y que no podrá sin es-
pOllerse Ú Hila ruina casi segura salir del estrecho círculo ~n
que pp,lp,a (IHince meses hace. Su presencia en España es, SIl1
duda alguna, el origen de muchos desastres particulare~, pero no
amenaza de manera alguna la existencia del gohierno de la Reina.
En este estado de co,;as, hoy menos que nunca es la oeasion de
una determinae:ioll l:ln gravc: tan fecunda para los dos paises en
conseeuencias c;¡,.;i incalculables como seria el mandar un ejército
frantés al territurio c,;pafio!. Esto manifestado, el gobierno no se
ceñirá de la manera mas in(lircda á las estipulaciones convenidas
el 3110 último, no seria sino separ~ndose dc estas estipuladones
relativas únicamente ú don C;¡rlos que puniera hacérselo aplicable
á una clase de hechos que los negociadores eiertamente no pre-
vieroll. No es, pues, admisible esta interpretacion: los intereses de
la política francl'sa, los de la nacion española, tan celosa por su in-
dependencia, y tan contraria á tocIa mezcla de estrangeros en sus
asunlos interiores, rcclwzan igualmente un sistema semejdnte, y
el gubierno frances eree (Iue seria desconocer sus intereses en lo
mas esencial el dar á las c ilusulas del tratado de 22 de abril la es-
tension indicada en elmeuwrallllulll de S. E.


Aprovecho, etc.




~IANIFIESTO DE MENDIZABAL.


... PE~Dl~E l'U¡UERO :P.o


SEÑOUA:
Doce años he vivido ausente de la patria, y cn medio de lanlos


acontecimientos COIllO me rodearon uo pasó un dia sin que mi me-
moria y mi corazon 110 formasen un voto ardiente por la felicidad
de es la misma patria.


Si asoLÍarlo a la empresa sublime de IIn príncipe p;rande é ilus-
trado, la causa de la humallidad cntnl'a nll' hacia celebrar con en-
tusiasmo los triunfos que sent!lrOn en el trollo de Porlllgal á su
augusta hija la rcina fiddbill1,l, mi alma se Cll1fji'llaha de gozo al
contemp!al' en ellos un presagio, ó mas bien Hil [)reeur';ür, de olra
suerte no Illcnos venturosa para mi pais.


V. l\I. se dignó l1omhrai':nc p;1r.1 dr,;l':l1pciíar el ministerio de
Hacienda, y me ill1puso asi linos deberes, ya que no superiores á
mi resolucion y buena voluntad, muy e;;pilloóos y graves en las
circunstancias en que!'e ha!la el Est'ldo. La illillensillad del peso
hubiera Jlodido acobardarme, si de ulla parle 110 me e,tilllulara la
gratitud ;·1 la real cOlJfianza (it) Y .. \1., Y de ülra 110 lllU infundieran
nliento3 las .-irtucles y el palriotismo de tanto,; hombres elllinentes
y distinguidos, que 50il el ornallwnt() y la,; e';JlI~rallz:¡s de Espaiía.


Dcdiquélllc cntoncc,: con aran al arrc~;I() de lo:; llJuy importan-
tes negocios que, enlazados con el cródilu y bicnestar del reino
vecino, se hallaban puestos ú mi cuidado ¡wr el gobierno de S. M.
fid~lísill1a, y al fin logró concluirlo." oi !lO eOll la !mwcrlad que
deseaba, con toda la a¡;tiVIdad tlue fué pusilJlc.


Pisé, p:)r lln, Sejjora, el ,Ilplo amado de h patria; y con fran-
queza lo con tieso ;1 V. 1\1., por primera vez de llna vida no i1COS-
tumbrada a cedo)' al le:llor Ili al sulm'3alto, CIIllOLÍ delltro de mí
mismu qlle \¡15 diticulLades habian erecidlJ ha:;ta lal punto, (jlle tu-




APENDICE NUMERO 5.0 405
das mis fuerzas no bastarian para sobrellevarlas. Hombres de bien,
de virtud, sin mancha; cuantos me han saludado á mi regre-
so, todos á portia hall intentado per~uadirme que mi sobre-
cogimiento no se ajustaba con la o/)inioIl pública ni con lo que
ella se prometia, JIIas ljue de mis uees, de mi celo y de mi an-
ligua decisioll por la "allla causa que está defendiendo España,
la causa del trono de Isabel 1I y de las leyes fundamentales, en
que descansa la úllica y \erdadera libertad.


Gratos y de consuelo podian ser tales anullcios; pero la voluntad
de V. 1\1. acabrí de triunfar de mis temores. Yo he oido de su au-
gusta boca que se halla resuelta á formar un ministerio que sa-
tibfaga las necesidades legítimas del pais, que quiere no se pier-
da un momento en dictar con lino y ejecutar con acierto todas
las medidas que sean oportunas para calmar las pasiones, reunir
y conciliar los ánimos, eslinguir las discordias y hac!'r que la ~·o­
luntad de los ('spaiioles sea una, y esta la de salvar y hacer feliz y
poderosa á su patria. Las bendiciones del pais, acompañadas de
lágrimas de placer, recibirán estas medidas de ventura, á que es
tan acreedor el leal y magmmimo pueblo español.


Constituido un ministerio compacto, fuerte, bomogéneo, y so-
bre todo responsable, que se robustezca con las simpatías y el apo-
yo de la representacion nacional, el gobicrno de V. M. habrá de
dedicar simultánea é incansablemente sus conatos y tareas á po-
ner breve y glorioso fin, sin otros recursos que los nacionales, á
esa guerra fratricida, vergüenza y oprobio del siglo en que vivi-
mos, y mengua de la voluntad de la nacíon; á fijar de una vez y
sin vilipendio la suerte futura de esas corporaciones religiosas, cu-
ya reforma reclaman ellas mismas Je acuerdo con la convenien-
cia pública; á consignar en leyes sabias lodos los derechos que
emanan y son, por decirlo asi, el único y sólido sosten del régi-
men representativo; a reanimar, vigorizar, ó por mejor decir, á
crear y fundar el crédito público, cuya fuerza asombrosa y cuyo
poder lIIágico debe ~studiarse en la opulenta y libre Ingla!erra; y
en pocas palabras, a procurar y afianzar con las prerogatIvas del
trono, los derechos y los deberes del pueblo; porque sin este equi-
librio es ilusivatoda esperanza de pública felicidad.


Eslas leyes levanlarón y dar~n concluido, segun lo ha prometi-
do V. M., el magesluoso edilicio de nuestra libertad lega!' yeleva-
rán la nacion á aquel grado de gloria, de grandeza y tIc poder que
la Gran ll.·claña debe á los principios consignados en su Carta mag-
na y en su celebrado biU de derechos. Solo de este modo, Señora,
puedo arrojarme al árduo desempeño de la inmensa obligacion que
he contraido; y solo sometiéndonos todos al imperio sanlo de las le-
yes, y sin mas esfuerzos que los exigidos por ellas, podremos decir
muy pronto: "La patria se salvó, y con ella el trono de Isabel 11 y
sus garantías legales.»


Madrid H de setiembre de 183B.-Señora.-A L. R. P.
de V. 1\1. con el mayor respeto su mas obediente y fiel servidor,-
Juan Alvarez Mendizabal.






INDICE DEL TOMO 11.


LInUO TERCERO.


Discusiones y rlecision sobre el proyecto de ley de Hacien-
da.-Reconocimienlo dela deuda estrangera y autoriza-
cion para cUlItralur un empréstito de iOO millones.-Ne-
góciase este con la casa de Ardoin. - Discusion del proyec-
to de ley tle milicia urbana.-Apruébase este proyecto
de ley.-Fisonomía de las Cortes de 183i.-Proelama tle
:Mi lIa.-nloqu,~o {le Elizondo.-Encucnlros de Espartero
con Villa real y Castor.-Operaeiones tle Córdova.-En-
Ira un convoyen Pamplona.-Zumalacárregui sitia y
toma a Villafranca.-Brillilnte defensa de 108 urbanos
que la guarnecian.-L1auder reemplaza á Zarco del Va-
lle en el ministerio de la Guerra.-Sale I\lina de Pam-
plona en persecucion tle Zumalacarrpglli.-Combates de
Sorlada y Unzué.-Parle Córdova á 1\1adrid.-Estado de
las bandas carlistas en varias provincias de España.-
Accion tle Ormaistegui.-Accion de ArqUljas entre Lo-
rellZO y Zumalaeárregui.-Sflblevaeion militar en Ma-
drid y muerte del general Canterác.-Vivas interpela-
ciones en ambos Estamentos.-Deja Llauder el ministe-
rio de la Guerra, y le reemplaza el general Valdés.-
Toma de los Al'cos.-Aeeion de Ciga.-Silio y toma de
Il'urzun y Echal'ri-Aranaz.-Aballdono de Olozagoitia.
-Ataque de Eraso contra Bilbao.-Combate de Monle-
jura y Arroniz.-Sale Córdova de Madrid al frente de
una division.-Petieion de sesenta diputados para que
saneiolle la reina la ley de :Milicia Urbana.-Al'tíelllo
adicional propuesto por el ministerio._Parle Valdés pa-
ra las provincias del Norte.-Dimision de Mina.-Llega




408 INDICE.
Cabrera al cuartel general de Zumalacárregui.-Conre-
reneia eo'n los gefes carlistas.--Regresa á Aragon.-Pri-
sion y muerte de Carnicel·.-Córdova fortifica á Vitol·ia.
-Obliga á los carlistas á levantar el sitio de ~Iaestú.
-Preparativos de campaña.-Accion de las Amc~coas.
-Tratado de lord Elliot.-Interpdacion~s en las Cor-
tes. -·Agitase la cueslion de la inrcrvencion estrangera.
-Nuevas interpelaciones. - Tentativas de asesinato
contra Marlinez de la Rosa.-Proposicion de Caballero.
-Precaria situacion del ministerio.-Ciérranse las Cor-
tes.-Solicítase la intervencion de los aliadOS.-Contes-
tacion de la Francia.-Mudanza minislerial.-Zumala-
cárregui toma varias plazas y Valdés abandona otras.-
Sitio de Bilbao.-Muerte de Zumalacál'regui.-Accion
de l\lendigorría.--:Alborotos de Zaragoza y Reus.-Ama-
gos de conflagraclOn general. . . . . . . . . . . . . .. 1


Discurso que en la sesion de 2~ de octubre de 183i, debió
pronunciar el prócer don Javier de Burgos, etc., etc.--
Apéndice al libro tercero. . . . . . . . • • . . . . . . . la7


LIBRO CUARTO.


Graves desórdenes en Barcelona.-Asesinato de treinta y
dos (railes.-Quema de varios conventos; de la fabrica
de tejidos de Bonaplata y de los papeles de la policía.-
Muerte desastrosa del general Bassa.--Formacion de una
junta gubernativa.-Pastors , presidente de ella.-Deja
el general L1auder el mando militar de Cataluña.-Tu-
multos. quema y suprcsion de conventos en Igualada,
Vich, Léncla, Gerona, Montblanch, Valls. )<'alset, Tarra-
gona y otros pnntos del Principado -Esliéndese este
movimiento insurreccional á las islas Baleares y á las
pt'ovincias de Valencia, Zaragoza y Murcia.-Escursio-
ne' de los earlistas.-Estado de Madrid.-l)ificil y pre-
caria situaciotl del ministerio.-Actitud amenazadora y
exigencias de la milicia urbana.-Tentativas de eoncilia-
cion hechas por el general Quesada.-Mediacion de don
Vicente Bertran de Lis.-Toma Quesada el mando de
la capital.-lIando de Latre.-Desórdenes en Valladlllid,
Millaga, Salamanca y otras ciudades del reinó.-Juntas
revolucionarías en Andalucía.-EI princi[le de Anglona
deja el mando de la capitanía general de Sevilla al mar-
qués de la Concordia.-Juntas del }<'errol, Badajoz; la Co-
ruña , Pontevedra , Lugo , Orense , Palma de Mallorca,
Valencia, Barctllona y casi todas las ciudades de Espa-
ña.-Salida de Pastors de Barcelona.-E~cesos cometi-
dos en Igualada, Gerona, Rosas y Lérida.-Llegada de




tNliiéE. 409
la leglon auxiliar tráncesa a España.-Movimientos del
gefe carlista Guergué en el alto Aragon yen Cataluña.
-Llegada y dcsembarco de las tropas auxiliares ingle-
sas. -La division anglo·hispana á las órdenes del general
Evans ataca á Hernani.-Infructuoso resultado de este
ataque.-B1oqlleo dc Bilbao.-Aeuden tropas de San Se-
baslian y de otros punlos y ohligan ;í Marolo á levantar-
lo.-Medidas dc Toreno contra las juntas revoluciona-
rias formadas en toda España.-Dejan el duque de Ahu-
mada y Alvarez Guerra sus respeclivos nllnisterios.-
Reemphizanlos el duque de Castroterreño y don Manuel
de Rivaberrera.-Don José Sartorio nombrado ministro
de l\lal'ina.-Nuevos actos de rebelion de las juntas de
las provincias contra el gobierno de Madrid.-Multiplí-
canse las bandas carlistas en Cataluña, Valencia yel
bajo Aragon.-Esfuerzos combinados de Gurrea y Pas-
tors contra el Ros de Eroles y Gucrgué.-Correrías y
operaciones de Cabrera y de Quilezell el bajo Aragon.
-Aparicion de nuevas partidas ctlrliSlas en las provin-
cias del Centro y del Noroestc de España. -Actitud
agresiva del ejérciro vasco·navarro.-Mcndizabal nom-
brado ministro de Hacienda.-Pormenores de su viage
desde InRlaterra por Francia, el Norte de España y Por-
tugal.--Crisis ministerial.-Caida de Toreno. • . • •• 161


LlllRO QUINTO.


Advcnimiento de l\lendizabal al poder.-Su m:mifiesto.-
Observaciones sobre las disposiciones contenidas en él.
-El general Alava, ministro de Eslado.-Gil de la Cua-
dra, del Interior.-Sucédele don Marrin de los Beros.-
Mina, capitan general de Cataluña.-Espinosa, de Sevi-
Ila.-QUlroga, de Granada_-Palafox, de Aragon.-Car-
ratalá, de Valeucia, y Rodil de Eslremadura.-Latre sale
de Valencia para detener el paso á la division mandada
por las juntas de Andalucía.-En Santa Cruz de Mudela
se le pasan sus tropas ¡'¡ los insurrectos.-Vuélvese solo
á Madrid con algunos ofic.iales.-Tumultos en Valencia.
-Almodóvar, salvado por Fuster.-Dcportaciones y des-
ticrros.-D~crelo de creacion ele las diputadones provin-
ciales.-Almódovar, ministro de la Gllerra.-Gomez Be·
cerra, de Gracia y Justida.-Convócanse las Cortes para
e!. dia 19. de nOYiembre.-DiSIJ~'lvens . untas.-
"\ Iva reSistencIa de olras, y en'. Má-
laga, Granada y ~aen.:-:Aclitl) .. '. .d ""as
en la Mancha -DISposlclúnel'iA1e a na.,
Progresos de los carlislas.-'fra- . generaL. l!ÜoI:r-
plicadas y cnérgicas dispOSléiÓ~.~ .:M~:d~Z?l'í~~. p~~


,.; . -~ .. '. .
'¡ . ..; .~, .~.. !


.... I ..... ~. ".




410 INDIGE.
poner fin á lá guerra civil.-Empréstito forzoso.-Dona-
livos.-Reemplazo de empleados.-Quinla de 100,000
hombres.-Junlas de armamento y defensa,-Disuélvese
la junta c.enlral de Andalucía, establecida en Andújar.
-Sucesivamente se disuelveu tambicn las de Granada,
Almería, Jaen, Barcelona y Málaga.-Inercmentü y ac-
titud amenazadora de las bandas carlistas en la Mancha,
Galicia, y las prvvincias todas de la antigua corona de
Aragon,-Prision del conde de España eri la frontera
franccsa.-Llegada de Mina á Cataluña.-Su proclama
del ~¡¡ de octubre,-Modificaciones importantes hechas
por don Cárlos en los gefes y comandantes de sus divi-
siones del Norte.-Movimientos de Córdova, Espartero v
Evans,-Reunion del infante don Sebastian con el Pre::"
tendiente en el pueblo de Echarri-Aran3z-Disposicio-
nes de las juntas de armamento y defensa.-Alborolos y
asesinatos en Man3cor,-Estado deplorable de la admi-
nistracion.-Proyecto de tratado de comercio con Ingla-
terra.-Posicion de Mendizabal. ... , • • . . . . • •• 263


APENDlCES.


Número 1.°-Real decreto autorizando al ministro de Ha-
cienda á contratar Ull empréslito de -í00 millones de rs.


Numero 2°-El ministro de Estado al embajador de S. M.
eu París, sobre que se manifieste al gobierno francés las
inten~iones de la reina de pedir su ayuda y cooperacioll.


Número 3, "--El ministro de S. ~I. en Lóndres al embajador
de S. M. en París, 50bre la intervencion de la ~'rancia .•


Numero 4."-Memorandum del embajador de España en
París, tratando de probar al gobierno francés que era
llegado el caso tle la coopet'acion y la necesidad de que
1;15 tropasfrancesas ocupasen las provincias Vascongadas.


Número 5.u-Manifiesto de MendizabaI. .••.••••.•


FIN DEL TOMO SEGUNDO.


369


383


39i


998
~Oi




ANALBS
DEL REIN!\DO DE DOÑA ISABEL 11.




Esta obra es propiedad de los herederos del autor,
los q1te perseguirán ante la ley al que la reimprima; á
cuyo fin llevarán todos los ejemplares la sigu~'ente 1'1¿ -
brica:




ANALES DEL REINADO
DE


A D. ISABEL JI.
OBRA POSTUMA


DE nON JAVIER DE BURGOS.


TO~IO 111.
,f


"


. "


MADRID


.... -- ------






OON FRANCISCO MARTINEl DE lA ROSA


',l' ll) t 11 \~r;\nada \'\ dÚO 'i~~, : 1i,,'illiú una cdlll'arinn nlll) .'..,lHt'rdd,J. 1111-
',:rtdO"í' dl':"I.t(' 11l1'~() ~(l \.!:lhlo por la..;, bl'lIa", ldra~ ~ pOI' la:'. ci[,lLt'ia~ politi¡';l:-\ \
:llllral ..... ~I' Il.dlaha d(''''d'm¡ll'flalldo una rútcdra en la lIni, l'Tsidad de Granad-,
'l/,!IIt!n I'-.![dlo la n"Olll\':OIl dI' ISOS, PIl la ([ur tomó una part" mlly att\\.l p'll'íI
rltlt!ldrlr d 10:-; 111\ a ... nrp:->. 1"111' dipllt:ldll ('H l;¡~! Cór{{'s di' Ll.Ji/" ~;¡ 1'lllorWI'-


" (j,lln jlM ~1! dOI'lIl'IlCi,l ~ l'Ll.ro \ah'nlt): lo IlUi~ \l' \"alió :-,1'1 ,k:o:.t¡·nado al 1',.-
111111 di' la (;nml't'i!. 11110 ,k IJIl\' ... trd~ Ilrr~idio:, dr Africn Lo~ ,1l'on!erill!lI nln ...
j,. P'dl. \0 \0\\1('1'0\\ d ~\1 patfla. tbHH\P \0 rceill\\'\"on enn ar.~o:-. ~k triunfo. ~ \'\1


ir, ... 11'1· ... ,'litn-, qUí' d(llÚ d r('~iml'll ('()n..:.til!J('io~al. fL.!:uró l::':n110 diputado ~ 1111111";
'.ll~ d(' \a \'(¡rlma. En H':2:L tli\c) fint' CHi\l:!;rar á Franl'\;1, d()nd~' pennaneci{1 'H'/¡n
!'-jl:",., alll IlIi' ¡jl)!ldi~ 1':,(Tihiú ~u .tl'le podien, la tra~~edia d(~ L'!lipo, la ('(,11--
7l1r';I'¡rJfl de l'ntl'ria y llllll'ha..; dl' su,; po('sía~, ([Uf' ron la ,ida lit' 1I1."1 n;lt:
l'¡'j'¡'7 dd J>lll¡!;ilr. publicó 1I11'~lJ dI' su n.'~n·so dí' la rmigracion. ::Uurrlo 1'1 I ('~
h'rll.ITl¡]'1 \ n''';llI'lt;1 1;1 ;llI!!lbl;, \11101,1 ji al.t",lI.al 1,1 lT:.!'llllC'11 Cflll"titlll'l(lnd!
IltllD m,'dllr !ll' .,al\';l1' (,1 trono dI' su hi.¡a, 1!:II11Ó a 'Iartiol"l de t;1 Hlbil pd.ra !or-


Itl,U' 1,1 lllilli..;l('rin :-otlce.;o!' eI('} I{lU' prt'~idia Cea Ikrmlllkz Desur I'lltonl't'~ hil
\j~tlp,¡do "ll'mprp r,U('Slo~ impol'tantf's) y alwsílrtle :iU:-i a(lO~ I'S foda\Ía 1'1 oradO!


,'llil'lII'ntl' '! el pod.\ ilJ~piradl) lit, la.; l'ilwl":t.;; df'l (it'TlII. ('nltl,1 !t' :1111111'(1:1 f'·'I'l't¡
:q(l~l'd¡11 Illotl('rnn










Abrese la kgillatura ,le 183~.-Disrurso de la Corona.-Promcsas irrcali1ablc~
contenidas en ('1.-Voto de ronfianza dado á ~Icndizabal en los do, Eslamen-
los.-Comentarios ,refutacion de las ideas emitidas acerca de crédito por la
Gacela de .'ladrid.-Satisfaccion dada :í don Jinier de Burgo. por el Estamen·
lo de Próccrcs .. -Proy('cto de n'forma de la Milicia Crbana.-DisclIsiOllrl sobre
la ley elcctoraL-lli",lucion de ¡as Cortes.-Llegnda á Espaila de una legion
auxiliar portllgucsa.-Efl'etos de la quinta de cien mil hombres.-Situacion y
operaciones dr los carlistas.-Yllelve Guergué á CataluiLU.-Toma de los fuer"
tes de Arramharem y d .. Son Dartolomé.-Bloqueo de San Sebastian.-Armi.ti_
cio.- ,iage del ministro de la Guerra á las provincia:; del Norte.-Precaria si-
tuacion del ejercito de la rwina.-Es(',e~os de los chilpe1gorris.-Justa severidad
dE': EspartrTo.-PUH'!:lm.1s de (~órJoYa ~. de Almodó'"aL-Acrion deArlaban._
Estado de las bandas en Asturias, Galicia, la ~lancha, Aragon, Valencia y Ca-
laluila.-Acrion de "olina.-Sale ~lina á campaña.-Dloqlleo del santuario de
Nue.tra Señora del IIorts.-Cluevos dC'sórocnes en Rarrelona.-Ase8illato do
ciento y setenta pri,ioncros rarlistas.-Rcgreso de Mina á la capital del Prinei-
pado.-~ledidas que toma para hacer cesar los alborolos.-Toma de Nuestra
Señora del lIorts.-Trágico fin de los defensores do este santuario.


Bajo tales nuspieios se abrió la segunda ¡legislatura de las
Cortes convocadas en virtud del Estatuto Real.


Creian algunos que el discurso del trono (1) pronunciado
en medio de males de que era geneI'almente conocida la in-
tensidad, no pal,ticiparia de la jactancia con que la Gaceta
afectaba mirarlos como de pronto remedio, ni del contra-


(1) Vease apéndice número 1." al fin del tomo,




6 A:-iALES DE ISABEL n.
dictorio charlatanismo con qne, pl'oe\amamlo fúeil c~te 1'('me-
dio, lo recataba con e~llJdi<llb rc-cna: crcian :11 contrario
que el dÍscUI'sn ofreccrÍa el cuallJ'o jie! de !n ~illlaeion y la
enumeracÍoll e~p\ícita (le Io~ l'eenrso~ ron ([HI~ ~(' cl/lltaha
para mejornrla. E~perahall, en fin, franqueza y Yf'l'llad, pCI'-
suacli(los de (¡tIC si, solo con ella" IO¡:l'an llls pal'ticularcs
oprimidos por contratiempos escitar las ~impalia" tic [a:; al-
mas generosas, solo con I'l[as pueden los gohiernos, estre-
chados por cireunstaneins difíei[es , ohtener la cOllpemcion
de los gobernados. E[ 16 de noviembre desyancció estas
ilusiones, y el discurso acabó ¡JI' ¡]esgfllTal' el w[o (lile has-
ta entoncc'i impidiera ú mucltos Yel' la sima rloIHle se ilwn
hundiendo pl'ecipitalbmente lo~ mengundos restos (le la for-
tUlla pública y de la cOllSidrrncioll naciollal. IlJsult,lIIdo ú las
vietimas de los últimos ll'astornos, se anunció en af[ucl do-
elli1lenlo lwbcl' p¡'inripi;1Iln Illla lllle\-a era de reconeiliacion,
como :-;i este bien lmclic.~e l'e~ultal' de la tl'l'!)IW (¡ne acalJa-
ban de haeel' con el gobierno unos epnlcnarcs (le anan!uis-
las ([ue, habiendo roto con él para aJlOllerarse de 10:-; em-
pleos públieos y de los hienes r!p las corporaciones rrligio-
sas, se le habían reuuido dl\ J111rYO cIlaudo lograron el oh-
jeto que se Pl'opusieran en la escision; ó como ~i, ('11 la ma~
6 menos dlll'ndera recollciliarÍon de ,\I[tlcllo~ lllllllbre~, IlU-
diese el pais yer olra cosa flue la prolollgaeion y aUlI la re-
gularizaeion de la tiranía ([ue, dei'dc algunos meses antes,
estaba pesando sohre él.


I\l(lieose en seguida Ianccesidad de que se autorizase
al gobiemo con un voto de conlianza ó, lo que era lo mis-
mo, de que se I'eyistiese Ú Melldizahal de hl dictadUl'a; co-
mo si su limitaua capacidad política, sus simpatías escIusi-




LmRO SESTO. 7
vas por la Inglaterra y sus Mbitos mercantil,es no dejaran
columbrar desde luego el uso (Iue haria (lel poder que soli-
citaba. Pam justiliear ó cohonesta¡' á lo menos af¡uella
preteusion, l\lendizabal, renovando sus promesas I ofreció,
llO solo acalHII' con la guena civil y hacel' frente a las
ciernas obligaciones tIel Estado sin nuevos empréstitos ni
aumento de cOlltl'ilmciolles, sino mejorar' la suerte de
los acreedores nacionales y eSLI'allgeros; como si no fue-
se ya una ellorme cOlltl'iburioll la de 4,000 rs. im-
puesta á los flue se hubiesen de eximir de una quinta que
comprendia sin rscepeion á toda la juventud e:;paüola; como
si 110 dehiesen resolverse t'n empréstitos los arbitl'ages que
ya proyectaba sobl'e mejoras de calegoría de las diferentes
deudas ó sobre anticipaciones onerosas, garantidas por hi-
potecas en papel; como si, dado caso de encontrarse me-
dios de Vropol'liÍonal' con eonrliciofles duri:'>imas nlgun di-
llera al exhausto tCSOI'O, bastasen ellos á cubrir mil ó mas
milloncs en (Iue por de pronto escedian las necesidades á
los recursos: como si, pOI' último, l\Iendizabal tuviese el
don de los milagl'os, ó pudiese inspirar con palabras, des-
mentidas con los hechos de cada momento, mas confianza
que la que, para ruina de miles de familias, inspiró algun
tiempo á un pais vecino el osado charlatanismo de Law.


Del achaque de charlatanismo adolecieron mas ó menos
tmnbicn las demas promesas (Iue se consignaron en el dis-
curso del tI'ono. En él se habló de una ley para la cuage-
nacion dc los hienes de propios, combinada de manera que,
sin disminuil'se el precio de las tincas, pudiesen tal vez sub-
venir sus productos á los gastos del sistema de caminos y
canales que debia plantearse en un corto número de años.




8 ANALES DE ISAllEL JI.
Este anuncio envolvió muchos supucstos tan poco fnnGarlof;
como la ¡Iusion mi~mrt (¡He se pretcndia ~\creditar. Desde
luego, las fineas tic propios eran mlly pocas, consistiendo
pOI' lo general los caudales de este ramo, ya en d(,t'ef~bos de
puertas en las ciUllarle~, ~~a 1'/1 el lIlonopolio (le los consu-
IllO"; ell las pohlaciollcs de 1I1('110S cat cgorja , ya ('11 el pro-
ducto (lc I'c¡mrtimientos veciuales en los puehlos llollde no
podian cuhrirse por ninguno de aquellos medios las atencio-
nes locales. Salva una ú ott'a escepcion, eu Ilillgun pueblo
cubrian las fincas los ¡.rastos dc la depcll<lencia, y, una VPZ
enagenadas, se habrian de socorrer con contribuciones nue-
vas (flue se promrtia no imponer) las necesidarles Ú fine, con
los produclos dr~ afIllcllas f1nras, se atelldia. Eslas no el'l\l1
5010 las de la policía municipal, ya eonsidcl'ahles y vas-
tas por sí ; estemliallsc II las rle la adminislraeion de la
.i1l~licia ('11 pI'illlPI'a instancia. y á las de la instruccion
primaria ó elemental, flue ~e costeaban de :tflHellos fOI1-
dos en casi todos los puehlos del reino, y aUII, en algunos,
á varios ramos de la enscüallw superior ó secundaria. En
todo caso, el corto valol' respectivo de las ilnras de pro-
pios estaria adcrnas muy lejos dc sulm:llir ú los gastos
de un sistema de eamillos ." canales, (IHC necesitaba para su
plantiticacion fondos tanto mas cuantiosos, cuallto flllC no
existian en Esparta mas carreteras que las de CúLliz á IrUIl
pOI' Madrid, y de esta villa á la Comita pOI' un lado, y ]lor
otro á Barcelona por Valencia y Zaragoza, ni m:t, eallales
que el fIlIe á esta última ciudad va desde '1"(I(le1a, y un ra-
mal del de ClIst illa rlllc cune de.'rl.: Alar :'t Ia~ inmediacio-
nes de Valladolid, En fin, la dejwcciacion siempt'c crecien-
te de la propiedad y la disminucioll progresiva lle los Ca-




LInRO SESTO. 9
pilalcs , fIlie dil1eultahan ha~1 a la enagcnaeion de las lineas
patl'imouialcs, ddli:\ll, por llIayoría de l'azon, impedir la de
la~ j1l'opied:ule, I"ddic\~, so,,!'!' 10(!0 cWllllln, aporlel'a<la una
faceioll de la di,'('ccin!\ del pais, debían l'('acciCII)('~ f,'ecuen-
tc~ H't' con~l'('nellcia ¡le sn de~lwJ¡iel'llo. Gl'adll~H'Ollse , pues,
¡JI' qnit}l("l'ieas la~ l'~lwmnz<ls de rt}¡1).(enar la~ liBcas de pro-
pios, LIs dr hacedo sin menoseaho de sns valol'es, y las (le
(Ie~tinal' sus solt::ldos protluctos it la ent\slruecion de cmni-
nos y c¡\nalt'~.


El mislBIl jnicio ~e 1'1 Il'm 1') (Id ,oo]ll'rjll'eeio r¡\l(' , de I'C-
.'nl!a~ tll' la ,'('alizacioll ,le al[lIellns 11l'!H~lil'io~, se pretendió
qlle adr¡uil'ii'i:1I1 los [mlo,; y las pl'lIpil'iht,lt'S; dc la ofl'ceida
Ú illsinnada ~nlllliplicaeioll di' los I'l'g,ll!ioS; tIc la cOtl\el'sion
de lo, pósitos eH baucos .le pl'o\iucia ; de las veutas de los
hiencs llilcionalPs, y 11eor juicio aun de la estension al Miüo
y al Gmlílianfl de llJ1f1Il:\Wp::H'ion I[m'. ('JI el dis('urso, :-(' su-
pOllía oblellida para d Dllcl'o porque Sl~ hahia hecho un
tratado en los gahinet('s de Li,hoa ) :\Ialll'id, lle los cuales
lIingnllo tenia 1111 mlirllH'llí quc dedical' á esta ni á las otl'as
empt'esas, ni ofrecia srgnri.ladcs á los eapit::llistas para que
por sí las acometiesen. En cirl'uusl::llleias ordinarias, la in-
dicacjon lle algullos dc esto:,; biem's ó la promesa de rcalizar
una pequeüa parle de ellos l'n llll periodo mas ó menos lar-
go, hahria sido Jllir~\(la con cierta t!1'sl:ollllanzfl, que parecia
ll'pil imada po!' la notoria eSCasez hahitual de los medios in-
teriores de fomento; pero el alarde pomposo de tantas me-
joras; el agl'Upamientn (le lodas ellas en un per¡uello cua-
uro; la afectaeion con fllle se pretendía persuallil' la facili-
daíl de Sil l'ealizacion simultúllea etl uu tielllpo en que no
se podia pagar los sueldos de los empleados, ni aun los de




10 ANALES DE ISABEL JI.
la lc¡.rion estrnngel'a, (lue tantos servicios estaha haciendo á
la causa (le la ,'eina, fueroll mit'ildos como un ardid para
deslumbrar á los iflcautos y juslilicar la cOll\'etliellciu de la
dictadura, como el complemellto, en fIn, de un ~i:-:leltla que,
entre otros muchos iucoll\'l'niclIt(,!" tcuia sohre lodo el de
:';('1' irrealizable.


Calilicada generalmente (le tal la ejrcucion (le la~ pl'O-
lllc;;,as de bicncs nutlcriall'~, poca cOllfi,Ulza llclJia inspil'al' la
dc someter ú la rlcliJll'racioll de las Cmles las cllestioncs
nh~ll'aetas ó teóricas de la lr>:v declol',d y de la de libertad
de impt'cuta y respollsabili(la(~ ministerial, curo ,lIJllIICio fHe
desde luego reeihido por unos con indiferencia y pOi' otros
con inf¡niplllll. Nada ('11 efpctn Jl(hlia (,s¡H't'ar~(' de ulla ley
elrctornl I'ctlaetilda en el sello de las IlldllJle/ll'ia~, y cllya
eondicion esencial de vitalidad em la de favol'ecer la amhi-
('ion de los que la pl'omnyicl'an. Sus alltnl'(~~, aU\l(\ue esco-
gidos entre los llIas hilhiles ~' e'.:ag(,r:\d(l~ dc los pt\)~n'l'si~­
las, 110 habian podido ponerse de <lcucn[o elltre sí, resul-
tando de su l'eulIioll dos proyectos eonll'adif:lorio:>, liorma-
do eltlllo por tres y el otro por dos tic los cinco iwlividuos
(lile la componian, Unos y otros, jll'oclamando en ulla (~Jloca
de cOllflagraeioll y desorden el principio elústico de Ju:- ca-
pacidades, minaban el principio ~úlido de la propiedad y
amcnazaban elltrcfrat' la "uertl' dd prlis ~\ homhrcs sin con-
sistencia CIIlC, grilladas bien Ó Illal unas cuantas matl'iculas
y afiliados ú una sociedad secreta, hubiesen cOIl~cgllido que
ella preconizase sus talentos y vil'tudes y (llIe las n:eo-
mendase despues a los electores, amenazánuolos, (,ll el caso
de no acoger su eandidatma, de deshonra con sus plumas,
y de muerte con sus puñales.




unno SESTO, 11
~inp:nu hien ,Iehia pro(ltwit, tampoco una ley de impren-


ta que hieil'sPlI, ('11 ~n "alidad di' pl'ocm(\(lol'es, algunos pe-
rindista~, Ú I/lli:'lll'~ (,J [rillllCo recicllte dI' Sl1~ opiniones exa-
gerad;¡~ y la f,l(~ilid,\l1 eOH (llll~ Il~aball de la palabra daban
tilla inl1u(,lH'i:1 miu'cal"l solm' sn~ cnlegas ,lel E~lal1lCllto
pnplllal', Sa]¡ía~(' I[IIC iha :'( l'elloYal'~(, ('11 la nUi'Y<I ley el [u-
IIbtO elTo!' de la \'('(laCl,HIa por Mal'liill'z (l(~ la Rosa etl 18:20,
ú ensayarse (le 1l1te\O el ,inicio po!' jm¡jljos y asegttral'se de
e~l(' modo la imPllllidad de l(ls e~l'i'il()l'e~ /'I'yoiucionarios y
la illlnediata 1'('pl'I'~illll ([(' los quc O~flSCll dCllunciar Ú la ani-
m:lIl1el'"ilill pllblica las nllel'I';wiolles ele! po!ler, Temías" COll
l'azolllllH' la 11'\, redactada hajo Ja dil'eccioll Ú lo" allspióos
de 1()~ J)(,l'iodi~,,~,; k!!Í~h\(lot,C~, ,;cria tan hila cual come-
nia {l "lb illlt'l'I'';I'~. cifrados en gran parte cnla impunidad
dei las llrovoeaciOl1\'s individuales y de lo~ ala(lue~ contra
las inslilllciolWS Jlúhli('a~ quc no (';;tIlYi(,~1'1l en al'tl1ouía con
~llS IIIopi;IS di' !'(';!('IlI'l',lcioll por ellsalmo. Como pel'iodislas,
apo~ arian ellos en sus ¡liarios las doclriuas de libertad
ilHlelinida que, ell el sellO del Estamento, proclamarian como
procUI'adol'cs, y la ky sancionaria, como en el allteriol' pc-
riodo cOll~tItuciollal, lo,~ estn\\ío~ de la licencia. Si alguno
Maba levaulat' la YOZ cOlltra ella y ¡[esCOlTel' el velo con que
trataban algllnos (le eJlcuhrir )1roye('lo:,; de desorganizacion,
f>C haria ohrar el llliedo sohre los que huhiesen de yolada
,\ :,;e les al'l'anraria uIIa a pl'obacion forzada, de fIue mas
larde po(lrian ellos mismos :-;('1' víclimas, cual, pOI' ,il'lud
de su ley df~ 1820, fu!' ~ral'tillcz de la Rosa cscal'llccido y
vilipcndiado COll muchos II01Ilbres de bicn en las inmundas
pa~inas del 7,11/'/'1((90 y (le la Ten'CI'ura. ~\ favor del siste-
ma de las ca\)acidades ficticias, que debia st\llcional'se por




ANALES DE ISABEL 11.


la ley elecloral, los jurados se sacal'ian como f'lI 1820 dc
los clubs donde se habian rcuuido tOllo~ los que, 110 ¡m-
dienrlo vivir con los pl"ollnctos dc ~u Jlrofe~ioJl, Ill'ocUl'alJull
hacerlo all!llando á la oplllioll dominan le, cOlldcllaw!o á los
c~critorcs model'ados y ahsolviendo ú lo~ revoltoso;;, Sllii co-
l'ifeos ó sus amigos. ¿ De (¡né ~(TYiriall eH cnall!lli el' ('poca
leyes que 110 dehian aplicarse sino pOI' tales jueces? ¿ de
(¡ué, en una época de anarquía, aun a1luellas cuya eje-
cucion se conliase Ú oh'as autoridades'! ¿ de que hahíall
servirlo últimamente las (Iue imponian pellas ,'l los iUl:f'lldia-
rios y ú los asesino", cuan(lo sus (le;,;rl:lcllO~ para Jo;; CIll-
pIcos, que luego imat!ieron , se habian lil'lllado Ú la luz de
las hogueras ([ue convirtieron PIl cpniz,h lo;; templo,;, y
entre los alaeidos de lasvictimas (llle inmolaroll Ú ~Il fUl'Or'!


En fin, cn cuanto ú la ley de l'e~pom;ahilidatl millislerial,
¿f¡Ue" poclia f:er eO'la rll Ult país f'l1 Cjlll' los a¡!cnlcs ¡;uhal-
teI'JIos del pOller eran otros talltos dl'spotas ú lJui("Je~ Haclie
osaba cchal' en eara la violencia de su tintllia'? Cuando co-
mandantes de destacamentos cristinos, impotentes para rc-
chazar ir los carlistas, se vengabaH de su nulidad despojan-
do ú los habitantes pacíficos y haciéndoloti al'ealmecal' sin
proceso, por infraccion de disposiciollcs inicu:\s ú inl'jccu-
tablrs; cllallllo aun las lIulol'irlacles eivilcs usaban del po-
del', (Iue no sabian ó no podian emp le ,11' e1l la lll'oteccion
del órden púhlico, para hacer, por sus vejaciones gratllita.~,
insoportahle la situacion, que ya hacian dcmasia(lo dura las
disconlias interioees; cuando un gnlJel'lladol' civil (el (k Za-
ragoza) lle..-aha su ciega dcfeeencia ú las iHstigaciones de los
elubs hasta prohibir que se tocascn las campanas en el
ejercicio ¡lItel'¡or del culto, y que los {Ofj/leS para 1ft




LIBRO SESTO. 13
convocacion de los fieles á los templos dto' asen IÍ lo mas
cUlltro minutos; cuando no solo quedaban impunes tan
crueles y tan estúpidas al'lJitnu'iedades, sino que se proui-
guIJa á Sil:' autore,; las c,¡¡lifieaciones mas lisonjeras, ¿qué
podia significar la responsabilillad de los ministros, sobre
lodo cuando eran sus cómplices los que se reservaban ellle-
rccho de f'Xigíl'sela? La de sus agentes subalternos, instru-
mentos inmediatos de opresion, era la única qne impol1aba
en realidad ú la se¡!;Ul'idad y al reposo de los habitantes; la
úllica (Jlle podia ha(:cl'sc efectiva pOI' otros agentes mas e1e-
vndos ell la l!cl'arquía allmillislrativa Ó militar. La ley lle
re~ponsahilidad de los ministros era, pues, lo mismo flue 10-
da~ las demas (lile se allunciaban, una illlsion, no ulla eSlw-
l'<lIlza: \lit lazo, IlO un bl:llplirio.


Ellllistllo arlilicioso \en~uage se empleó en el llisclll'-
so al tratarse de las ¡'elaciones estraugeras. El autor de
:tllllel ¡/OCU1llClI(O ¡)[tIlló Ú la~ COl'les de HII auxilio de
di(,z mil pOI'lu¡.;ueses (lile supuso estipulado COll el goLicmo
de la reina fidelisima, siendo asi que, en el convenio lll~ 24
de seticm)¡l'c, ú que únicamente podia aludil'sc, 110 se hahia
e~tipulado mas (lile el de sei~ mil. El dc diez mil cea solo
Hila t'ycutualidall (I!le no pOllia hacerse efectiya ~sino pOI'
ulla eomcllciou ultel'iOl', el1(lue 110 se habia pensadosifluiel'a,
yen (lile ni alln podia pensarse, pnes qnc la entrada de
dlls mil portuguC'ses escasos que llegaron á Zamora a prin-
cipios dd mes habia ocasionutlo gnm llisgusto en Portugal
y contrihui¡/o mas ú menos ~l la disolueion del ministerio
Palmplb. Con ignal (Iohlcz ~c hahlú de la anloriz[lcion ,la-
da por rI gohierno ingle~ Ú sus SÚ\Hlitos de armarse en favo\'
de la ES1)uüa .. \ sus costas septentrionales estaban, á la




ANALES DE ISABEL n.


verdad, llegando desde julio cuerpos levantados el mes
antel'Íor en aquel pais; pero, Ú }Jretcslo ú eon motivo de sel'
gente bisoila y colecticia, se tardó mas de (res lIleses en po-
Herlos en movimiento, y cuando se hizo, f;elos dirigió solH'e
Briviesca, á retaguardia del ejercito mismo dc resena. Un
llIes despnes, no se les hizo adelantal' hasta Yitoria sillo
persuadiendo al geneml Evalls de ({ue alli podiall completa!'
Sil instl'l1eeioll, es decil', prometiéndole <¡ue 110 se \es oJ,li-
garia á pelea¡', aUll cualllln se les e'\hortaha Ú ir tulc\antc.
~[as aun que en lo l/Ile osadalllenlp ~e dccía, mallífcs-


túllllSC el artificio eH lo que l'l'rJid,\lllClll(~ ~c c<lllalla.
) 1(/50, ('/l decl:" qlle, ('JJ 1Il1¡1 COllllJ¡JiCilá()/l }w}'Ífrw/Jl]mte


destinarla ti r!,'sVa¡¡eCcI' tC/llOl'ei', Ü li,jal' (,~pcl'<lIlZa<;, ;', f!ln-
dar sobre dato:; autf~llticO:-; las comicciollps dI' los hahitan-
tes del reino y la opinioll de los cstl'Gngcf'os, 110 se habló
una palabra de la confiagl'aeion qne, llul'ante onee semanas,
llrn))'ó al p~lÍs, <lui,¡nilil ,,1I~ l'rclll':-o~ y l" CJJll'c¡;"ú ti 1" llWS
horrenda anaJ'{!uia. ~i una palalJl'lt de la amnistía concedÍda
á tantos crímeues, de la impunidad ascgurada, de las re-
compensas concedida,;; á lo:,; autores y ('ÚllIp\iccs de tautos
trastomos. Ni mw palabm (le las cil'run~tnllcia~ (Ille Jiloti-
val'on la p¡'ome~a de variar la ley fUlldanH'lllnJ dC'] E~tndl) y
de revisar el Estatuto acogillo poco autes ('Ol! entusia"mo.
Ni una palabra de la 1'C'iIUisicion de ~cisciclItos mil homlJ['cs,
IlÍ de la Icva de eÍCll mil, ni de la eonll'illUeÍon impuesta 1'11
camhio (le la r\.cucioll dpI servicio milital', al cual'[llt'dart)JJ
solo ~olllctidos los ([I\(' 110 podían p,,!:,arl:1. .\i ,ulla l'HIabl'<l
sohrc el enganche lJi h1 du/,¡\(;juJ( {) ('II;¡jid"dt'~ d.'1 empeño
de los militilres illglc~es, Jlol'lllg,w~,'s ) '¡I~ "al'ias nuciones
que formahan las legiones cstl'Llugeras, sobre su costo, mc-




LIERO SE STO. 15
dios de pago, conuicíones de su servicio, ni sobre nada de
lo que era nec.:sario pJi'ajuz.ga¡' de las ventajas ó illconve·
nientes de su coopemciou . .\i una palabra, en fin, del pre-
supuesto de gastos, ni del de ingresos, ni de los medios de
niYClal' unos y otros; y esto á pl'etesto de que las circuns-
(aucias no permitian hacer tales calculos; como si en aque~
Ilas, en que se necesitaban colosales esfuerzos, no fuese mas
necesario que cn otl'as cualesquiera determina¡' su natu-
I'aleza y ~u cSlcnsioll, en vez dc abandOl13l' á una dil'eccioll
empírica la ~IlCl'te dI' catoJ'(~e miiloncs de individuos. ¿Qué
cOllfianza Jlodia ill~pira\' un gobierno (Iue, gual'llamlo sobre
t'~t(JS illtcrcs('~ ,italc:> el mas incalificable silencio, daha cuen-
ta de halJCt' m311llado e"tullIecer un cuartel de ¡malidos y un
colegio Ilü lillérfano~, sohrcseer eu yarias causas de contra-
bando, cambiar In tlt-nominucion de .\Iilicia Crhana en la
de Guardia Nacional, y dictado otras medidas de adminis-
Iracioll, ,la flailcs ¡) illejecu[aJ)!es pOI' de jll'onto, ya de utili-
dad equivoca, y cuya importancia, en todo caso, era [an t(~,,,
[lHe como extempol'únca su adopcioll?


A nadie, ú pesar de las disposiciones c¡ue se haJ)ian to-
mado para (¡tIC lll'odu.icse \lB gl'[\ude efecto, satisfizo, pues,
lllJ discurso preparado COll tantos auxilios, anunciallo con
tan!:) enfasis, e~pcrado con tallta impaciencia. La prensa
liberal de Inglatcl'l'a y (le :Francia, preconizadora obligada
del ministerio }[ellllizahal, pretendió en vano fijar la opi-
Ilion ~olli'r el mérito y la oportunidad de las especies trata-
da~ ú omitirlas en aquel doeumcnto. A pesar de sus iulcl'e-
saJos ('\ogios, amigo~ y l'llrmigo:, le hallaron al mismo tiempo
fanfal'l'on y cobal'lle; redundallte y diminuto; vago y mis-
terioso en 10 <[uc convenía achll'al'; minucioso y prolijo en




16 ANALES DE ISABEL n.
lo que no imporlaba decir; quimérico en lascsperanzas;
sospechoso en las reticencias, y calculado, en fin, pam bUl'-
lar la espeetacioll pública que sus aulol'es lIO tenian la ill-
leneion de calmar ni los medios de satisfaccr. Asi, su pu-
blicacion ocasionó una baja en los fon(los Cll ~1allrid, como
en Amsterdam, Amberes, Pads y Lóm!t'es. Eu las holsas
de estas dos últimas capitales, la baja sohre la deuda acli-
va fué en pocos dias de seis por cicnlo ~ohre. el yalol' HO-
minal, ó, lo fIne cs lo ll1ismo, de doce por ciento sobre el
valor real; pues de cincuenta, :\ (fUC poco mas {] menos sc
hallaba al circular se al¡uella lllallifc~lacioll, lll'~ú ell hreve
ú cuarenta y cuatro, sin ([tiC 1<111 ~új¡ila y l'IlOl'lne depl'eeia-
cion pudiese atribuirse :\ los sucesos lllilitares , paralizados
en aquellos di as , Ili Ú olros moti vos de pcrt urhaeioll, de qlle
ningun,) nuevo aparcciú por clltouee~. Pero Ú )lesar dd lllal
efecto (Iue pl'otlnjo el discurso dentro y fuera del reino y de
lo lllal (¡ue, por do (fniera, se illtcl'pl'l'lal'U1l su,; baladro-
nadas y sus reticencias, lo~ Eslamclltos, dirigidos por los
amigos de:\Iellllizahal ó subyugClllos por el miedo que le;:;
inspiralJllI1 sus satélites, :'le apl'eSllral'oll á eOllsignal', el! ~us
1'('Spllestas á la aloencioll de la reina, la espn'sÍoll de la
rontlanza ilimilaLla (¡ne tenían CIJ su i)oIJÍel'Jlo.


Hahíanse tomallo para ello nH'dida~ jll'(,\{,llli,·as dc:,dc
las pl'imel'as juntas preparatorias, eu la" cuales se llehinll
nombrar, segun lISO, el 1)J'('~idl'J\tl, illtcrillo (lel Estanwu-
to popular y los ~ccl'c(arios lIe este y tIel de los PrÓc('l'CS.
El primero de estos llomJmmlÍelltos rcea, {) eH dllll Jayi(~I'
lsturiz, lIO sin halK'l'le ~jd() disjH!ladu pOI' dOIl Schastiall
Ochoa, en cuyo raYOl' YOI,U'Oll los lli['lItados millisteria-
les de la legislatut'a alllel'iol'. Las phlz,\::> de secl'elaJ'iu:j




LIBRO SE~,'l'O. 17
rrCayerOll en hombrcs (1('\ 1'0101' político del ¡wesidente;
y', Ctl el E~t~ll1l(,IJI'1 de Jl¡','¡;,C'l'I", 1'111', con~el'vado CII la su-
ya el duque di' Hi\,I~, rl)l'''~() <lp"l.'1111 ¡Ji' In:, mismas doc-
tri\l'1s. E~('J¡I\ ú~dc. ~iH "IlI]¡al')2:il. l'1l la L,j¡'l'cinn dellnitiya
qUf' ~p Yl'l'dic,') el 11; pel'o, Il'\(llllúnt!usl' de t'l'sl!lla~ \ltl gran
yocl't'io ('l} 1'\ partido (·",dtado. 'Iil'IH]¡Z,ll;;d H~ rlpreSllrú Ú cal-
marlo IlOlllhl'<\ndr¡ a Hi\";!,; \'ice-pl'e~idcnÍl' del E~lal1lclllo,
Desrltyaviúnllok a,;i lid dc~ai!'l' 11(' ~lt esclu~ioll, intimó imli-
reetamenle ~\ ¡()~ pl'ú!'('J'('~ qll(' deí¡I'Íl~~I'tI Ú SlI yolltntrlll, cuyo
cumplimiento !l"dI'Í,l ,{jI," [¡I\Oi'I'I'('l' 1tll'jnt'de~(l(~ el ~ill()1l de
b i'l'c-i¡/('lici;l. \i,la hi IIi:da ~allld) ,\\'<1I1Z:llia í'lbddel ohis-
po Yalkjo, llollllH'alio p:lt'<ldi:1 :\Illel'ilJt'lilcnll'. Tamhien, en el
Estamento de PI'i1CI11"'-/Oi'I". d:lIl FI'!'llIiIJC\!Jallcl'O, confirma-
do pOI' íos a~i~l(,il¡('~ Ú 1:1 ;¡¡il':l ;;1'('1I:II':1I0['i:, en b plaza de ~r­
cl'clario, que cje;'c0ra 1'\1 [,\ \l'gi~Í;lll\i'a antcrior, fue ese\ui-
do fl1 hacerse lOSn()ln1)!'(~lni()!!ln~ !ip[¡!lili\"f)·~: p(~I·n. nnrnhr'ado
presidenll' híliJ'iz ~ l'¡:'c.:;::I)~ 1,1" Il}¡¡,: Cl: ¡n~ c;l'cl'mal'io" CII-
trc lo~ h(llltl)l'c~ del p;'il~I'l':,I), 'jllc:lú po;' (ll[uclla pal'lc tanto
mas tl'f1lHI"ilo ~ill'lldiz<dl:\:. 1'1l:(':ln cl'e:a !'IIJri' conlar eOH
el apoyo de 1:1 p:Il:d'l'<I dl'\hú, C:lliallo y \rglicll('~, :- eOIl
el silcllcio fOI'wdo dI' ~I:'il¡'::-Z di' I:t Hosrl y TOI'('IIO, ú quie-
ncs se '\I11CIlClZall<l. ~i lo 1'0111;\1:111. con \Ígol'osas ho~tiliJades .


. \nlcnaztN: :\,jjll'~IllO:t llj~ JlI'~Il'e\'(.'s dc introd\tcit, en e
Estamento hOlIlIIl'('S de reYolllctotl ~i dejabaJl collll11bnu' el
mellOI' sintorna de I'csistnJl'ia .. \ pesar de rsta situacion,
sc intel'cctló, en la rcspuesta dI' aqul'l E:'otamento al discmso
del trollO, \liJa clÚ1H1Lt rcbli\":I :d l'I'ciCllle ('i~l1la de lf1s pl'O-
villcias, la cUiIl, ,1\11111'1<: c;lIlI!lalid" pUl' Callo }hlllUel y por
el mislIlO 'Ilclllliz,lbaL fUI' apl'uiJCI!;,l ~ l\updó ('OlllO testimo-
nio. hicl\ qUl' d.isl'I'<I¡wÜO ) Je~r:oll)rido, de la repl'obacion


TV)[I) m. 2




18
dc aquellos llctoS. ~o ftH~ 1:1)\ feliz nna \\'ll\ati\'ll <[ue hizo el
marqués dc '\lir:ül(JJ'("; Vil',l illl;':¡;!I:!'lr, ,'ji la ¡!arte i'd:lli\a
al volo de cUJllianziI illdi('i)(lll ('ii d di·.('llI',';IlI'\Iilll) 1J11~1 llC-
ce~i(lad ¡Iel gohienlLl, cil.'i'la l\'~;ll,jn'iilil p:i!';! ilO hacer ilu-
soria la iutel'Velll'ioll dd pOll(1' k~i~latiyo ('lllns :'f:hto~ pú-
hlicos. Melldizahal, l'olllh\li(~:It¡iI¡1' ('OH ~\I'gIlIlWIIIt):: flttilc,~,
-,(únleu y tn\lll!uilidc\ll-llij¡:--e:.; 1(J úni¡'o Ijue t!ese[\-
nmos. Con el, con una lll'il~,'e:;ioll gI'HIll1i\\ ¡jp los SlIf'PSOS llli-
»litares y eOIl lo~ ('sf!lnzo~; ;::¡'i!('j',,,O,, d(: la 11<\('ioll, sp pro-
»mete el gohiel'llo l'lJlheguil' IIJ~ IIO!¡]¡',: ¡iuf';,' 1\UI' se ha pl'O-
puesto.)


Fúeil el'n en et'eeLn cons¡';.:uit'ios ,j los ricos pagnhall, si
los pobre..; marclmh,w Ú ¡¡¡l':lly::,,!j";I! (,JI I<h lilas lId ('jl"l'cito,
si estn dOt:ili(hlll y e:;t:):,; ~:~Cl'i:ic¡n~ h:li:i:ul O!JlI'IIU' Yi('tlil'i:I~:
y IlO era menester gnlllüe \¡,\\¡ilidaÜ par" con.im:ll' peligros
que" PI) Inl cn C(), 1'I'snllal'iall d(,~Y;liIecidi)~ )lPl' ~i mi:-:mos. Pe-
ro ¿el'l'i:\ \lentliza!:,,: ItTíhi:IJií, 111 ;1lI1l ]lo',iide, 'ílll' ~e 111'-
nasen 1,15 C01Hlicinlll'~ il'W iija]¡:\ pnl',l ,\~e;'::IlI'~\' los hieHcs
que se prometia (,¡I!l~(';,lIi(! ¡lju(. :\IlIi:(,I'lI!'lItl'~ le ill~pi\'<lhan
la confinnza üe <¡\ll' j¡¡ nacjl))) ,'i' 1'l'·,j',Ii'Il'i;\ :'\ lll~ C;;rll(,I'ZO,~
que exigi" <le ell,,'! ¡.110 ~cl'iil jl:!i' I)j,:\ p:\I'I(' 1111 IlIdlO lllGS
se~UI'o y sol)l'e tndo lI1il' líOl!i"':O d,' ¡¡\ilí':I('rllJ~ d Iklcl'lfli-
lIa\' desde Juego ~n cnl!';i,lenci:\ ~' ~iI ('~ll'll~i(n¡'! , 1'11 ctt:lll-
to al ÚI'(11'1l \ Il'aIH¡llilid¡u] I!¡¡~; l'c!'l¡IIll;¡!Ja, ¡.If'li("li los hahia
tUl'bado, qui{:n po¡ji" 1\ll'lJad(¡~ ¡j" !I\lt'yo mas qlle S11," ,lIni-
gos'! ¡.fIué gar;mtia:-: (bha (',1, /'1::1\1'" \('lIi,\ \'lllli'lllil. di.' 1J1Ie
ellos ue. lo~ yohii'l'illl :\ ::;d::,.') ('¡,:, mi;! :1:::lIi¡'e~laci(l1l tau
equiroea, lal: ',,1:2:, ~'I",!:) :;:,11:'::., ;, 1,1\ ')1' <1(, II1 "líal Pl'('ICII-
oia nITal1t'l\~' el ,'<;1':;', ' ::' ,'I';i r:\d, I'IwBdu II:ilb
1 ." " 1 l' " 111i)h~l'a he-:'hd 'ji;! iíh n\¡l::l\'~' :)"', ~'q,~III"I!,~\:~L ~P('i' ~~;i.t!1_~ \\)-




UllBO SESTO. 19
to, le plngnie~(' emple'\I'.ill~tiril'<ll'~l~ llieiendo:-" Yo exigí,
¡'pum ~alYi\1' ('1 p:li,'_ 1I1",!,'i1 ,\- U-;lilijllilida:L y no los hubo;
)'HU,] pl'lI~I'I',il)1i 'll;lIiti;¡[ di' I,I~ ,,¡¡!,,";!),' Illililal'rs, y conli-
)lIlIliH'OIl p:¡¡';¡/ií,:1l11l": 1·~ri!(:l'Z(l" ;':1'il(:l'O,n~ di' la ,!aI'ioJl, y 110
¡,lo.; ClIlllpk¡ú k¡sla d;¡l'IIl" el úllimo mat'a\edí. :\0 so:'·,


jlUI'S, ['('~lil)'t,;,¡,lc de llalla. J. Per!) u<tdie ('11 el Estamento
di: 1>1'1\('\:1"1''; Ibl\ It:icn e,;la [l'i\ ialisilll:l n:'pliea, ni la 011-
s('n acioll mas ii~l'ra ~nl)l'e lo almlta¡[o de las pl'Ollle~aS,
lli solJí'L: la l'anlela I'UH IjlW l'I'(';II:\JI<\ ei mini~ll'o los me-
dios de l't',lIiz;¡,'l<!", ni ';11111'(' hl ill.i¡ll'ia (Illl~ haria ú los
lcgi,;LtdIlIT,~ l'l'iIH~aild(l 1;":~l'LLhl'irl(:,; hl Illj"tpl'i().;a rccela que
ya IwiJja ¡,¡lIicul iz;u!o di' <lnlt'mauo la opinioll ll11úllimc del
¡¡ai", d('~i!-!lwl:dl) :'1 \íc!l\iizukd ('011 ('\ apodo ile ,,[ ~-"¡ri.r;¡co.
\Ia~ COlllpll"t<\ ftu', ;',1111 b dl'!'\'l'l'liC'I<l il la mIHonía f'1I el


Estamcnto popnlar .. \l'¡l:údles, (;alimlO, CtIllO :JlaIlUel, Fer-
1'el', l)uc1w, .\('uíl:\ y C,Ih:dk:'(I, 1', 111'cil' lll~ pl'(wnrn!lol'cs
de JI);I,S i:dclllíl \ pl'}iHI.:n';\!lcia Cll rl jl;l~iidl! dI: J[cudiza-
l/al, fnl'I'IIB ('lll',\I'!!:líios de L\ l'c>\nli's::\ al Ili~r1li'so. Flei" y
el mim!1u',,, di' bp¡Il,U'(ill ilil'ii'!'()ll Ú ln \l't'(lad pilrll' de la
misma c(J]lli~illil; pe'n, !;:.; npiu¡!l11l'~ ¡¡!le hai)ian manirestado
eH la ll'~i~ialHr:l <l¡¡:i'l'iol' : la illlíl('ll~a 111:1) orla que en la
comisinll II'lIi,lIl ¡us di!)]]ladlls 1l1ll'\¡:Jt)f'iltc lilillisteriales illl-
pOllian Ú ilqul'lllis dos el 1Í1'11l'1' de la Cil'('UlISPl'ccioll y (le la
l'(~sena .. \~i. 1,1 jl:-O~('I'il) ti!' ],('~pIJt'~la llO ¡'¡¡(', Illas que la
pm'¡:ri'a'iis lkldisclll':.¡). ~illl,11W\hll'I¡IJ('Z ni -¡-orcllo se a(I'(,-
\j,¡""n Ú [lill);¡J'la palahl'a contl'a el 6i~lellla miuisterial pre-
cOHizado CH ¡11¡ll(,¡ dlil':llíll'll!li, 11i ('1)1I1 I';i l'i yo!" dl' cOlltianza
{¡ I\lle a,;pil'alia\ll'lIt1izail,¡j, :-;0111 ,'í pl'nn:nlllOl' catalan PCI'-
piilit, o pOi' ~i, {¡ l'li r~'l¡'T""III,\{'IOIl del Pill'lillo de los anti-
guos JlJiUistl'OS, impnkJlío U1Jí' Ú uno ca~i todos los pálTafos




20 A'-ALES DE 1<; \lid. 11.
de la respuesta, prrn eon ;1l'!!:\1menlO~ tan tll',J¡ih's, (/llC sus
defenso!'(~s .'\rFúrlll'" :- (;;:li:IJlO )lO !m i .. I'()l1 necesidad de
gr:1uL!cs rsflll'l'ZIIs par:l jllllvl'riz:u·i'I-';. (:I)Il~igll¡'hC, pues. en
la mal cOlllh:\lida re"IH;e~ln, 1:\ l:U~ (',.;¡¡licita <lpl'olmcioll de
la condud:1 y dI' b~ Op(,I"\('¡illl .. ·~ \le \lelllliznlJ:1I, y In.; sesio-
nes con~agnllla.; Ú su C'\Úilll'lI :bL'g\II':lI'Otl PI tl'iulIt'o COtll-
pleto de su sistema. ",uuca milli"lro al~llllll 1l\,\l'cJ¡ó al pa-
recer con lilas siJlido apoyo; lltlllcn tUYO mas cnsanches el
gohiel'tlo ni mellO, contradiccioll d pndl'l': 111lllCa. en fin,
habria sidu lll:b fúC'il haccl' .. 1 ¡lÍcll, el ll'1I('1' los <[Ile mau-
daban clIpacitl:ul, cmilwiiiliclIio na('[o de la Opillioll 1'1'<11 lid
pais y algun lazo Illt(~ los UIl ihe :'t 1"1. Ú Ins asociase ;t su nr,-
cesidatllll'!(ente de !lt'o.;\¡"i'id:ll: \ I'(·pll~(\ .


.\lcmlizahaL qUío no I'oll¡wi" 1:1,- !l!dio" l\IW la cienci:t del
gobicmo seüala ó lH'l:sel'ibe para satisfacci' igualcs neccsiüa-
des. pensallJ remedi arias con ~1l s eSjwcilil'os de cien mil hom-
bres y lUUmilll)]lc,; JIla~, pOI' desgl':l<'ia. ,\I'UIII('('illlil'lllo~ (jlle
él !lO hahia prC\ isto, auuque fuesell Illuy l'úcile~ de pI'cn'I',
vinieroll luqw ,l üesyil'llI,u' esle últitllo recurso, sin el cual
debia ser poco elic¡lz el pl'illH'l'O. El conde de Ha)ncyal, in-
fOJ'llwdo del cOll\ellio de 1/\1(' 11':lí:\i):\l1 ~\¡>Il(lizahal~· Yillil·l's.
avisó á Sil cot'le, que al punlo sr :ljlI'CSIII'I" ;'1 dirigir '''i~rias y
\'i¡::Ol'OSHS \,"clalll:ll'ioIH'S al ¡.:aIJilll'll· illg!l>s. Eslt~ hubo, 11IlCS,
de ccjar ! pl'l'\illo ;'l su a~clllc ('11 ~l:ldl'id suspeltllcr toda
plútica sobre la 11l;¡lcl"in, l-elmL'l:\l' pOI' I'ollsiguientc toda ga-
rantía lk CllIpl'cslito ~ dt's\ illll'CCI' loda idea (It; protllesa
de anticipo. Ti\ll tl'i~\\; d('~CIl:I:1ÚO Iwhl'i:l :ilcl'rallo ú todo
otro (¡nc :'l jlcndizahal; 1':'1'0 ('''11', ,in tle~allíll\ar~e si-
quiera, pelbú ('~p!I)I:\I' tlc,dc IlII'gIJ el \ oto de confianza,
eomo hahia p('n~¡1I10 l'Splot:ll' 1'1 Inlll,do ele eomereio, y, "11




L1H1W SESTil, 21


conscC'ucllcia, ,liú Ól'dCll Ú la comision dn HaciclHb de LÚIl-
dl'CS p:1ra pl'opoJ'cioll:lI'le f'l;ld",; ;t ('\lcnla l]r, los quc, ('lian-
do hubiese obtcnido ('\ ~\I:ll('l<l:lo \010, (,~p(,l'aJJa S<lcar de la
conver~j(lll de la dC\lIb dil'nill:l ,'ti ;)¡'\i .. :\, Jl\('llianlc' el
apronto de \lna ~\ltna ¡¡nt' pa;r;)\,iail I'H diHc!'o lns leHedores
df' lítulos d(' la primcl':! dc' a,\udhl:; dClllÍa,;. lloll Pedro Zu-
luel", prcsilll'lI\P dI' 1<1 ('m!li~,i(lll (l(~ LÚlldl'C':', 1'L'l1l¡';Ó ejecn-
tal' la ól'llen como l'onl¡',I\'ia Ú b I:.y dí'l ¡; lk lloyielllbl'c
lid aüo anterior; y )!ell(liz:dnl, t':llh:lI':¡z:uio ¡le nuevo pOI'
este l'elm,;o, Ü') <¡IlC trnia f[W' acw11l' :'1 oll'OS medio,; para
jllnlar dill('ro, Ptll''; I,~ lj['(){lnl'ia lIlm por'o la ('\('llciOll d,~ la
(luillta, de ¡¡lit' hahia ("!Il'rado ~~n1l1de,; cantida\!l'.';,


El \"oto d(~ cOIlIIaIlZ:l era ('\ que delJia allanal' los ohstá-
culos, y Iras <',1 huho por I:UI10 de cor\'er etlllillí:,;t!'o, Para
obtenedo, era neccs¡H'io la ('oopcracion de los homlJl'cs del
movimiento, (¡ul' cmn lo,; únicos (1(' 'P](' j1o(lia temel' resis-
tencia, y ('(lllfellfar/o- tÚI' :!,',;de ,'IlIOllt'I'~ ~ll única alcllcion,
¡;n único ohjeto. La le~ ('1,'('11)1'[11 rra el c~)]¡allo de h:1talla de
aqnel partido, ('OIllO qlle ~ol() )lo\' ella podía (',\ en las próxi-
mas elecciones ('~dl1il' d,' la \,ep¡'e-('nlacíoll popnlal' á "ns ad-
,'el'saI'io~ y ~elll:1\' ell los escaúos dd e'llJF:I'('~o:í sus amigos'
destinados ú da\' :'t E~pal¡a lIna cunqi¡w:inn ¡]cll1ocrútica, La
eomision nomhrada po\' e1 !!O!,i('1'1I0, 'I\W no esta ha de aeuer
do en vari:1s (le la" d i~p()~i('i(lI\l'~ (le la l('~', lo eqllYO PI1 f¡Ue
~,: ('onfil'icse el voto eleclOl'~)1 Ú ahogados, Im'dicos, botica-
rios, Cil'llj;lI1os, docLore", \íccIleiado~, cal rlll'úticos, I'mplra_
dos, oficial e:,; d" la milicia llacio\l¡¡\ y I,('tirallos: Liases que
desl\1' luc'1!() "r' d,'~í¡:n\(') h:ljo t'l 11(1111)1'1' ¡l:ell,;¡'ico de capa-
cidades, Galiano, redactol' del proyecto dI' la ma~ orí3 , dijo
Catcgoricameute:-((Sc han admitido estas porque I'cjll'esen-




,\ ¡>ALnS DE lS.I.BLL 11.


dan la up/nio1l r/úeml, ,ij ¡JO/' lo mislI!o SI' !tu ¡,elfll"/Ilo I'l
»lIlÍml'to dr l'ofoi'!:'S ('.'lill,iíi!i!!(';:/{,s, i\!I hahi("Jldose
»)atl'cviüo lo~ all!un" lit'! jli'O\ ,'1'10 ;1 !'dlilja¡' el ('PlbO, ¡'/lni
)l((bi('!'fo (a IlíllllO 1I 1.'0((/)//(','; ilr- I)':;'I{ ('S/V";" , . ('!tIre lus
»cnales hay HWllO~ pdi¡n'lJ tk ll'O¡lI'ni' eoll c:ll'¡i,'\<l,~, ('rgia
llenll' ú c,dJO d('~ilmin.; :plt' ~I' :1l!l!I!('i,ik\l1 ('IIH 1:,llIi:1 fr:lIl-
(¡ueza, fijar la pl'epnlldCi'Hnria !lt; 1:1'; l'l:hl" !lO pl'''pif'!;1rills,
dar al ¡mis ulla ]'ep]'('~l'llt:\I'i()1l ['al'lil'ia y cumplell\!' así el
II'Hslorno en que se I !';~:::¡:\]¡:I, Ell ('OllH"'\Il'!ieia. el ~! pl'e-
sPllló }II'mlizalJal al ¡':C-tallH'ill:> di' FJ'/lI'ill'"I!OJr'; lo~; dos \11'0-
yectos de ley rOI'mallos plll' 1" '11,,:rI!'!;1 .\ 1" :¡¡i/JOí'la de la
GOluisillll, pero d¡'C'idil'lllllhe pUl' ('! P:'¡IIII'I'O l/lit' dd!ia ~('l'
dcfcndi(lo pOI' Gall,lllo, ('¡¡ya lb!l'i'\~L:l ~n';¡ ~ cuya hrillante
y fú¡:il elol'ncio:~ le ¡ll'UlIHiil,¡ lU ¡il'íllC "0:.'11',1.


En se¡:ni\ln, :;l: rn':;¡:nl,') llll llllt:\O pl'()~ ('('\0 dt' ley para
la reforma tlp la {~H;ll';l¡a l\;H.:iollal, Pi! el!: a ('sposicioll de
moti\¡Js se ,il" ('OH SOI'IH'I"i¡ qm' ,./ )!.,,),il','Jill 1IJ:!:ljrl'~i;¡}"1 ,';()-
licilHl' ill(llllgl'l~ia ¡'¡ pl'l'llll!l JJií! i/c i!il! 'liI,·iJ(I'¡ po!' la Ya-
¡,jacion il('gal ó estl'alcglll 11\1P 1l:\IJia l!"l'!:!) ('ji ,'.\1 dl'lIumina-
cion, emlllllo !lO le ,;,;lieit;d¡;\ [lii\' llll:l. :'cl!\li,i"¡II~1 de ~l'i~­
cientos lllilllOll1lll'e~, ni po!' otra; llllJl'ha~ lllc:lid;lS I[III~ lta-
brillll dehido sU,ictlll' Ú SlIS ;¡Ul');': .. ,; ú lilas SI'Ti" n'Sllilll.';¡lhi-
lidad. PI'e,,('nIIISc a:,illlisIIW Iill pl'n~;'(':() dl~ k\ p:lra la re-
pl'csiolJ lId II'úl¡en di' ll('!;l'(j,~, dis/llJsicioll :i¡allll'l'lpil'a :,in
duda en prillC'ipiu. pCi'o ¡ii;:::ia ti!· illdi\,\l'~l' 1::'" ~n iltlluCll-
cia en d eult.i\o de Lt,.; ~\ll\iIL:~; Ull'il ~\)IJl'(' 1:1 1¡:H'l'Lu; de illl-
prCIl\a, en qnc pOi' 1:" p,'llJI10 Iln \i:\¡,j:1 ;;),1': i,;(,'¡'i'~;\do~ que
los cuatro lwri'll;::,II" ¡1I)id!!',,', ,i:: \L,drj,:, plll" lu:ó de las
pt'oYineias 110 l'l':\ll illel:' Ijll!.' lo,,; l'1'P'; dI' all,lt'lh~, ~ I,,~ de-
mas producciollc,,; lilcl':\l'i:h 1') l'il'lIljji,~;:~ 1,~t;dmJ\ eJ-el\la~ de




cCllsnra ]ll'óvia pOI' la ley de 'i de C1H'I'O delllúo antC'riol', y
otro ,le rcspolls¡¡hili¡J;II! :Ililli.,.:,,:¡:!\. f'~teril garantia L1r ó¡'-
den, cuandu el úl1jllill d(' lll~ a!H'llil'~ del gohierno ejercia
pOI' (\0ude q¡¡ina Hila <w'm'idad ~ill Ji~'L':dila('inn ;; "in tl'a-
ha~, \,j In l'l'e')!lol,i{, \l"ll'i'z:·h,¡ lili':lllO clIalH10, reconve-
lIido eH la ~1'~i¡)1I de Pl'I,1'ill':l;I:I1'c:' di. 1 ! .JI' didl'wlll'l" de
la anarquia rll qne ~l~ h:!l!(\~\:nt ¡nacha..:, tlt'()Yii~l'ia~, y scüala-
dal!lcnte C:llaluiw, ,l\'t'hu'ú (":plil'ilal'11'1I1t'-(:(¡IIC el gohicl'llo
"110 po,lia lu\e(,\, ()li~('n:u' h:: 1<,\ L., ('It :lil!lf'llas que, en 1'a-
»)ZOll :'1 las l'ir(,l!II~'!:lli(,¡;¡S, !':\llj,;;! puólO lu~ C;\pit:llles gCJl(~­
Jll'aJf':--; ('JI p . .;(;uln ::I{~ ~i! ¡q. ")
l~~I"s !Iroyillí'i:ls ('1',\11. ,;¡Jt ('mÍli!r;:o, las ll\a~ importan-
te~ de la mOlwI'CIHía, Para las cn:¡[r \ di' C:tta!nllil hahia 1111-
hlil'ildo ~Iill:l el :~~) d(' llori('illlt¡'(' el hando ll\:I~ atroz de que
hacen \Ilencinn 10-; al\al('~ íh~ la~ l'c\"oluciOl1C", Por él, no solo
f:e impuso \a lH'lW (lc mlH'I'le :'i los qne (le r/lalr¡/fil'l' ma-
JI"!,I{ ~lllllilli.;II';l'I'11 1\ l'I):I:il!jl'~,,11 ,í\'ITI'~ :'1 lo.; f¡l('cio~os,
~illO ú lo,; (¡\le lll\'i('~ell (,lIlTI'~pOltllell('ia con ellos, /ursr ('sta
tIc If/ c/as!' (jliI' lúes!', ú lo~ alcaldes y pÚIToeos de los puc"
hlos, ," Ú h\ pl'l'~Olla P¡l'IC:¡U! di' cada una de 13~ familias
(Ine 1mbila~ell l<\~ Yl'nl:I,: Ú t'::,,,h dUll\i.I' ~C' alojasol l'elll'ltlcs .
. \ In~ pad\'('s Ú ('il1l('I.:I' de i':\1nilia. :'(' ks 1111.0, con sus pel'-
SOllaS; y bi('ll('~. l'I,,:pOII.;:\hi<-s di' los d:II-:IlS call~ados por aque-
llos, y h<l~ta ~(~ ¡Ulllll'lZÚ :'1 li1~, cum:w!l:wle,; de armas á re-
.;:t/'cit, eslos ¡h¡\Os ('Oll :\l{lIl'lJ,b biellc:;. y ell ca~o de !lO ser
ello~ h:l..;lallh~~, pOI' reparto cntre Ins t!esa{'pclos. Lo~ alcal-
des ~ p:IITIWO'; .. illlpnl<:lll<'~ b~ lilaS ¡ll' las vc('es Jlara J1('ga\'-
~c Ú ~lIIni¡¡i:~li',\I' Ú Il)~ r:l('!'i¡),u:~ (jW' :dL'l'IIativ<I Ó sueesiva-
men\e. imadi:\I\ ~ll, pu('hlo.;, las ,U'j\l,b, jll'enrlas de equipo y
]'(lCiOlleS (Iue a'luello~ pediJll, no hallaiJau lllas medio de po-




24 \.';AJ.f:'l ]lE I:'AnEL 1I"


nel'SC Ú enhiel'to (lp lit ll(~na I"nn que se los eónmínaha qUe
Sll~(rarl'se Ú sus COIli1)l'l)ll1l'lirl¡¡- flilli';I)JIt'~ y i'l'll'aCI'SI' Ú los
puntos fOI'\ifir~1(l(¡". PI'!'" ('1 ~'f)!)ei'II;I;I{)I' ciyil di' Hln'celona,
Pral, agraY<llldo cll'i!~(ll' de b ('ollmilJal'ioll' ;1>1,'iÚIl¡J(1~C asi
a la resJlon~alJilitlall del ¡,:cllcrld, Í1ll!'q-n Illldl:h y fulminó
apremios contra los (jlll' 11[1 ~I' l'l'slill1~ L'~I'1i 1" 'u~ domiei-
lius para ser en ellos <!e!,wlindos pOi' I{)~ ('"riiq:l~, si les
opoui,w l'esi~tcneia, Ó fusii:lIlos 1'01' lo~ ('riqin()~. 'Si no In
intentaban. Las :l\\lql'id:I:!I'>' ,¡:h:li"I'II:h !'l';:tli:¡1l el ejem-
plo de ]a, ~111)t'i'il)!·('~. \"i, ,1 :1!:'¡tI,J¡, ¡JI' HiIJ'!'eíollll, Ca-
halll'~, parH dal' "lllllplililil'l!iil ;') idi;! úl'd"1! ,it' .'<¡illa, di-
rigida ::t [umlal' l'0l1 ¡'i~ l!lií:"¡:i'\II . ; '\'1, h¡\c¡\inj!l''; de cam-
paíia, mali(lú ill~(,¡'jj¡il' ,'1 lo::o~ jil'; ,¡¡¡l('ro.; ~. ,indo,; (le
1 R ú '!O <l!Wc ell L, :~.!til\'(i::1 ll(U:'OI"d, d('J!:ll'atlllu des-
de luego t!lo\iiiz;"d:' pi (Icen' :;;ul,bdu, Ú tildo el que no se
illscrihiese, y 1''\.i!l\iCl)(~O d,'l S"t',i"W al que lh~t1ltncia­
,ir ti oi¡'o. L\ ,jl!ld:! lit' :11'111;\;,1,':1111 .' dl'i'Cihi1 !Id Pl'lIlei-
pado cOllyidó ú lus luiJilan((', :1 It:lCl'I' pl'\"-,l;tIllO~, q\le 01'1'1'-
('iú l'ciu!egr:n' ClI ld!'a~ pagaÚI'I',1' Ú eClI'!,,:, : l:lzo~, y ú euyo
pago f\Sit:LlÓ~ por hipol(lca ~~('n(lr~:i, vi P¡'~h¡¡H'lo de LI~ COB-
Irilml'iolleS reah'" y, [11)1' ('';PI'(';:d, ¡u., ;::1'111" ¡¡He' l'staklll Ó
c~tll\il',;cn afectos al (,i'('JilU pÚ)¡!l)'II. :':lgo;¡¡'I':t:t;IIij' de \Ian-
rCS::I, Cal'hó, fllé ::1('[1,,1) m:h "iiú, ji\:ilii/¡¡Ililli :2'1 de dicielll-
brel laJlZal' lIt> la ('ílldild ~ (1 1, 1", ¡lII('híli~ del ('()i'l'i'?;illlicnto,
('n el término de ('I¡;jI'enl,1 ~ IWÍI(I hllra" :1 Ill:; jlilrll'('S, 1l11l-
trel'es (' hijos de lo,; LiLTio,;o.; y ""{I'!'I/!!!'!!!' ¡¡III','I' 1/1'.1'/(.1'
casas Ú 11)s olcl/(des, p:'oilihicll:io ú (',ifl" :I'¡'il!¡i,' ('11 :-;\IS
pueblos ~lllill¡ntll illdi\idll(l dc i:1~ fallli,!;¡- I'~pl!i"al:,h J con-
denalldo Ú 111111'l'te ú lu.' t¡li(' !('., ';¡l'';('1l a~i¡iI. io llli,;Il\o 'Iue
Ú lus que, desplle~ de L'~llL'liJu~, 1l',Ii,N'¡¡ di.' yohcl' Ú sus




UIrRO 5E~TO 25
hOf!al'es, l¡.jual('~ (J senwj::mles medida~ se dictaball en Ara-
¡mn, Galieia y (1(1'~1' provincia!' pneqa" en estado de sitio
por declo dI' la ('Ot¡ll~l!U'~ll'i¡)!1 general del pnis, En est,1(lo
de silio IlIIho Cúr(]lwa de ponel' pOI' e~ta razon lodo r! ler-
l'il(lrio comprendido desde In" fl'on!('ras <le Salltander hasta
las crestas del Pirineo en lo') conGnes de :\ ragon y Cata-
luila.


Cuando laf; aHloridnd('~ ]lrincipait':- (li~ponian del pro-
duelo de 1a~ <,onll'ilnu:ione" IlPrlt'llC('iellles al E"'aclo, y aun
de los bienf's lI:1('iollall'''; . ':(llll'(' cllya ahultada consistellcia
H' prC'\t'ndia flludar 1.1 (,O!l¡¡~lIIz'J de IlH'jo nll' la eondicion de
I()s ael'('(',lores Iweiollales ~. estr:mgNos; clIando hasta las
autorídade~ JI1l1llif':p:lles disponían por sí de to(los los r('-
tlll'SIJS di! sus pueblos, y, aÜ:Hlit'lldn la opresion á la inmo-
rali(lad , alentahan cun premios púhlieos el espionuge y la
debcion; ruando el lleSlWhi('l'Ilo, l'Omllll Ú todas las proyin-
('ja~ d('cJal'~j(la~ 1'11 e~tarl(J de :-;ilio. ~l' e~t(,llllía ~I la mitad de
bpaiía; cuando, pOI' último, .\le!ldizahal dcclaraba solemne-
l1Ielll(~ en el seno de la l'l'pl'eselltacion nacional su impoten-
cia para hace\' respel~lI' las Il'.\l'~ , hasta poco antes aca-
tadas, ¿ quien podia dal' illlpol'laucia :'1 leyes nuevas e ina-
pli('nLI('~, ú parodias de garantias constitucionales, al reeo-
nocimieuto, en fin, (le derechos de que, solo en circullstan-
cias tranquila,.; era posihle haeel' uso"! "\si, !lO se consideró
la !m:scnlaeion de las le~·e:-, quc el partirlo del p\'ogl'eso afec-
laha miral' como hase á un tiempo y complemento (Ir! rc-
¡::irneu re¡Wesenlalivo, "ino corno IIna Ilueya cOllcesion hecha
iI a(l"e! partido, como el Illedio de mantenerlo uni(lo entre
si y con e! goIJíel'llo. :'1 Hu de <¡ue no se opu~ie~e al yolO de
eonfianza con que pretendía ~Icndizubal ejercel' de del'ccho




2(j A~ALhS Jm IS,\BEL ll,
la dietadmfl (pie ~.~ dI' hecho ('jel'cia lh:sde ~Il 1'1(:\ aciol\ al
pode!'.


::\0 dejahan cnl¡'c tanto '[1' c\:i~fil' en ('] Eslnmcnlf) p0l'll-
la l' alp;nlHh demcntos oculto~ dI' opo-;il'ion; pel'!) iIllJH'diilll-
Il's d(~s('nvolvl'['~e el asccnd i('HI (' (¡Ile h~lhian lomado I()~ PI'0-
curadol'es favol'<lhlios al 1ll0,illli('nto \ ¡o[ 1(:11)1)]' dI: las I'{'-
criminaciones eOll que ello~ ;lnlenazak\ll Ú '1'0]'1'11') y ú
.\Ia]'tincz .. \cechú eslc Ilna oea"ioll de \'1'(,0111',\1' ~H POPll-
laridad, prodigalllln ;.m1!ld('~ ('Io:::io<; al ('j/'I'cilo dl'1 SOI'I(',
COH motivo de halH'¡'Se JlI'l'~('111;1(lo, ('11 la ~('~il)lIIH .) di' di-
cicm]¡!'c, una felieilal'iotl tlel¡!('lIel'al U)l'(lo'<t ;'l los E~lallll'II-­
tos po\' su in"lalacioll, (~ iutel'eal<mt1o dI' P:I';O fl'a~e" ['('J)['O-
hativas Ile la intel'yeneioll Ú l'~ol)(,l'a('ioll ('"I[,~lll!!('I'a, <¡He (,1
mismo hn]¡ia ~oli('il:\(lo (11: la Frallcia dlll':mll' ~1l lllilli,t1'rio.
Escilú aplausos ~u tliscUl'so; y (~<lI¡ano, autor de ulla pl'O-
posicioll para flUI' :;;(' ¡leela I'a~l' lU'llcmérito (le la patria ú
arlud ('jél'cilo y á ~1L gl'l'c, 1ll1l~ll'Ú ;l(lhr'l'i,' ú las indic:lcio-
!lCS que hizo :\1aI,tiIlCZ para lllor\ilicarla. La~ apariencias de
e:-Ia n:collciliacion llegaron hasta Illlirsl' cIILramho:; para
r('rlaclar rlr' mnl1COmUII b1 pmpll('sl,I, ('H la clLal .;(' {'s[elldie-
rOIl, Ú Ia~ fue/'za,; 1011a" de llIar y ! ¡('ITa y ;'lla~ dI' la gllardia
Jlaeíollal, las gracia,; (IUf: ~(' dinoll :11 ¡'jh'('itn del \01'1(' y:'l
~il ¡refe:-- la drd:tr<lcioll de linlH'r lIlerecido hi('1l d(' 1" 11<1lri:l,
E,;ta ('~p('cje tic aCUl'l't!" (,lIt!'e lll~ j.!r'['c,.; tic: l';ll'lido I'('cordó
las :'('siones (h~ !as COl'lr'~ dc ~): JI de ('¡¡e,'o <le lR~1, l'JI
<¡'l(', l"utúllrlosc de la~ llota~ pasal1a~ al gobic\'llo ("'l'n,'lu! por
10:3 sobel'unos rculliL!os Cll YPI'ona. la idl'lIlió);¡r! dI' !os ~(,i1ti­
miento:,) esóla(los po,' aqu('lla~ comu lliC:ll'i()Ilf'~ oca"iollú la Ct:-
lt:lJl'e l'cconciliacion del mismo (;:lIi<1l1o con ~Il CO!I'l!:l ,\rgúc-
Iles, divididos hasta enlonces en opiniolles. ~o produjo, ~i¡¡




I.umo :;E~TO. 27
Clllhal'iw, ('\ mismo dedo la sesion de 5 de diciemlJl'e
de 18:33, puro., JllnqJ'úlldo~c '[nl'ellO ofcmlido del modo con
qlH', sohl'(~ la ililt'n cllciou c~ti'aJ\p:l'ra, ,c hahia esplicado su
antig\lo cnlc¡.r:I, ('~.;t(', !lill'il d:ll'l(' silli~faccion, hizo insertar
en h (~acl'la ulla nueva ('dirioll d(~ su diSClll':;n, eO!T('gido y
eUlIIelHhtdo ell :lqud s(~Jllido, Pero alguuas fl'ascs, Cll que
manifl's(il]¡a repruhar la ('~eisioll Ile las ,iuutas, diel'oll ,i
(;~\liallo ocasiOll ú prctl'slO pal'a ataeal' l'l dis(;l\l'sO impreso,
rJlH' tan a!..!T~H1ahle sl'll,;acioll pare"ja haberle hecho al pro-
nunciarse. Fillahl¡'¡~(' de l'('~tilla~ HlIH llOlt"llliea entre la . \1)(~¡(l,
dia,'io dI' :\larliuez, y la :'ter/s!;;, periódico de Cnliano, .Y
('~te, ealilicanilo ('OH ~nl'l'idad desd(~ Ille~o 1" {'olHluda de
aquel au!igull ).(1'1'/: Ilel ministerio, le amenazó ('Iln c.\ami-
ll,\da JIl,h profundalllente ~i IlO ~e l'educia al silencio que
se !labia exigido de él como condieion para no ser molesta-
do cn el Estamento. ~1,lrtinez ('e<1ió {¡ nna conminacíon que
(;alüuw li~Jlja JI]('di()~ de lIeHll' Ú cfe~[(), : la oposicioll al
ltlillislerio de .\IcllJizaJlal t\[('~ asi so['ocalla (les(\c el pl'in-
CLllLo.


y 110 lo fu(' solo eu el E~t:Hnellto popular; fuMo tamhien
en el d(~ PL'ÓCl'l'es, l[unde hallia r¡unido ol'gmlizar ulIa el
lllarqlH's de jlil'a/1ores. Contando ("sIc con los amigos que le
dabaLl ~ll cln~e, "liS ril\Llew~ y ~m patriotismo, hahia COI1-
eehillo desde Sil salida dI' Parls, dOlHle permaneeiera desde
(lllI', en el aito anterior, resiglló ~115 fuuciones (le minisLro tic
E."pall<! l'H Lúndl'es, la itl(:a lle oponer {¡ los c~tl'ayí()s l'evo-
Incional'ios la \'('~i~l ellcia ([u(, le prl'miliescn las circunslall-
('ias. Somhralln prime\' sl'cretario de Sil Estamento eu lugar
tll'l duque de ninl~, bllho (le tkfl'lIdel' cn los periódicos las
facullades que lcllia aquel cueqlO para tlejl1l' de l'atifien!' en




2R
las elecciones detinilivn:'i pI 1I0rnhl'amicuto (Ille Cll la Ill'e
pnratoria hahia hecho CH fan)J' de e~te prúcr\', tI 'Iuicn la
prcnsa liberal prcstaba un ~poyo ilimitado, Pero, 1'11 la po-
lémica ~l1Scitada pl'imel'o sobre esta incidencia, : pl'olonp;a-
,la desJllles con otros motivos de po('a impor'tallcia, (;aliano
y CU['llerero, )ll'Ílll:ipales l'erlactol'('~ (le la f(1'I'is{a, lall-
zal'on contra Miral1ol'es sal'casmos y epígramas y le all1CllH-
zaron con disgustos muy gl'avcs, si continuaha mostrando
intenciones de opo~icion contl'a ,,1 partido Il'iunfallte. nesa-
lendióse al mismo tiempo \lila illdieaci{lll justisillla '[lIC, cn
la disc\lsion entablada :-;o)lI'e la felicitil('ioll de eónlora, hi-
zo el marques sohre la necesidad de lIlill'Cal' yjllrespetal' la
línea de la iniciativa dr los p()(I('res púhlicos; con lo cual,
y con el vuelo qne al partitlo cid movimiento ,¡ahan elllre
los próceres las (lec\amaciolles de Cano ;\lannel, las illllica-
ciones reyolucionarias de Gil de la Cuadra, la amistad de
éstr y del \ice-pre~i(lente nir[1~ con .\/elldizaha/, la igllo-
rancia de muchos y la pusilauirnidall de casi todos, \Iiral1o-
res yiú que dcbia rennnciar al escabroso apostolado que, al
obtener la secretaría, se habia propnesto desrmpe(lal' .


• \. fclYOI' del terl'ol' qlle II los homhrr~ modrrados de los
cuerpos legisladorcs inspirahan la actitud helicosa de los
a(lalilles rstamentalrs del dictador y la facilidad COIl que
('~¡os podian conmovrl' las tribnna~ y las tUl'has famélicas
de clubistas mal avcnirlos con la inactividad á que los con-
denaba la tregua, prcsentó JIelldizahal el 21 Sil famoso JlI'O-
yeeto de ley sobre el yoto de confianza (r; pPI'O no ai:"latla ú
separadamente, lli como 1[1 medida de lllas trasecmlt'lIci[1
que podia proponerse a una asamblea Irgislatiya, SIIlO tU-


:.\) Véase apéndice número 2 al flll del tomo.




LIBRO RESTO. 29
vuelto en otra meuida ue fórtnul a , y como uisposicion se-
cunlhu'ia (Ir, In alllo['iz<lcion que ~olicitaha pal'a continua!'
l'ecaUl!amlo las e~lIl1l'ilJllciolJes dc t 88Ci sohre las bases fija-
das en el pl'eSUpUl'sto del alío allt('l'iol', POI' una confllsion
de (Iue solo 1'11 tiempos de :.lllanluia se podian hallar ejem-
plos, se pidiú ('JI el mismo artículo, y aun en el mismo pe-
riodo en que se solicitaba esta autorizacion, la ue iutl'o-
uucir, pOI' I'/a de Cllsrt,l!o, en el sistema de administrar las
rentas, las Yariacionc~ <[ue el ministerio estimase convenicn-
tes, proclamalldo ('ste asi sn illdecisioll y S1I ignorancia,
qlle no ('nlll ¡j(, cstl'alíal' Ú la yel'da(l, cuando se hallaba á su
cabeza un homhre quc !lO con ocia i'iquiel'a la 1l0lllendatUl'a
de lo~ im/Jllt'stns, POI' el articulo segulIIlo del famoso proyee·
lo, pedia su aulul' se le autorizase ú 11lIscar todos los I'CCUl'-
sos Ilecesarios para pOllel' l~:mino á la gUPl'l'a interior, y aun
})ara asefrUl'ar la suerte lk todos los acreedores tlel Estado,
!lO ~()l() sin ji 111' ros (! lIi Ji 1'1:,1'( ir U8, como se hahia ofrecido an-
les, y sin IWI'(,(/S (,ol/Ir/ullt/unes, filie, al tenor del articulo
prillll'I'O, ~(~ ohli~aha el !!obiel'no ú no alimental', mas hasta
sin dispone¡, dI' lus úieli!'s IIwiuJlII{es, COIIJOS l:ualescrcian
aignnos quc contalJl\ }IeIHlizalJal ClllllO eOIl una hipoteca es-
)Jeci~IL La prensa periódica, cómplice de estos amaúos , se
apl'esl1l'ú Ú el('yal' á la" nubes los talentos y el patriotismo
del ministro que osaba ofrecer :i Espaüa ceutcllal'es de mi-
llones, sin otro fllJlllalllellto que la conliallza que él tenia en
el (',\ito fayorable de I'uillosas operaciones dc bolsa.


Huho, IlO obstallte, de temer :llendizahal que los elogios
pOlllpOSOS de los dial'i~las no bastasen ú engaüal' á la lI1U-
chedumurc (llIe, dc~colllialldo de aquellas promcsas, se
H50mbraha (le la petulancia con que se le hacian. Creycn-




30 X"'.\LES DE l~AnEL ll.
do desarmar tI UIIO:-; y J1eull',l\izal' á oll'os, rnallllú \Iplldiza-
hal inserta\' en la misma (;,\1:('1,1 del ;¿~, t'lIljIW seuiú cnellta
de la ses ion de Cnrt('~ del dia alltl'!'iol', UiU di~crt:tcion ~ohl'c
las venlf1.ia~ dd c['(:dito y Ulla ~t'l'je de illdil'aej()Jl('~ ~Uhl'l~
lo flue, P,\\,ll fomentarlo y !1~sell\lIhl;d(), cOII\I'nia hal'!'l' 1'1\
general; eOlllO si la l'ne~[ioll \ Cl'~a'c ,;ub!'e \lrill('ipio~ CI'Olll'l-
micos, ell que lodos estaban de <lL\ledo, y \ll) sohre la
aplieaeion de estos principios al ('~latlo adu:ll del reillo, CIl
ól'den á lo ClElI e:\i~\ia el tlisenti:llicntli mns lll'ollnnl'iallo;
como ~i, l'll Ull ene\'))o social, 11':lIJ<ljadu pOI' hOl'l'elltl,l~ COII-
vlllsiones y lnchamlo COl! Ulli\ l<triJa :1!!01"", ~e jlwlil'"e
ohrar del mismo modo que el! 011'0 sólida ~ \jtíoI'O~alltelltl'
l'ollsLituido , Ú como si CH l.'\wl'(lIil'l'a caso uo ('\i;.ril'se 1'1
empleo de medios fllntla\llCnlale~ de \'q"('I\(~\'ill'i()1l HW~ eil' .
cUllspeccioll y prmlenew \¡ue 1a~ 1l100liGcacillllcs I'Il el-si~­
ICllla de illlpueqO~, ell la:, cuales se or],\~l'ia , sin emlJargo,
110 11l'0l'l'del' sino ¡)(JI' !'I!{ di' 1'/1 ',!I!jo . . \ IIl'~a/' di' ('."I;¡~ COIl-
sideraciones, el alllol' (le la mallifl'~la('ilJlI ~l'llli-ojici,¡], i'll-
poniendo faeilIllcntl' aplicahles al pais las teorías dl'men\a-
Irs ele! CI'tltilO, habló de la illlllediala ('Illl~olid:l('ioll de la
deuda, hiell (jlw ;lIllltlei:u)(¡() (¡ti!' ~(' sujr!al'ii\ll los c:'l,itales
de la llnc no de\(,II;mha illlel'es Ú iiil<l I'l'dlleeioll qlle, COIl
presencia del cu!'sI) actual 11<- lo~ ,1l<liglll)~' ",IOl'cS eOllsolida-
dos, die~e ú los liW'YUS llll pl'l'('io igual ú ~lIpel'iOl' nI Il1f1S
\t'lIhljOSO qlle hubie~l'1l (Clllllo dC~lk (,llt'I'O 1(1'18:!\). p()!'
mas qlh~ esta di~p()~il'lon lmdie~ese\' útil:'t lo:" tl'I1I'IIIII'I'." de
papel ~ill inleres, ella cllYohi,\, no olhtilllk. 1;1 ,llilClI:iW di'
Ulla h:iIlC:lITOln; lm('~ tall'~ ~iC¡llpi'il t'!l dl'lillili"l la l'l'lltlf;-
eion arhitraria de III~ c"pílalto~.\,i, ell ('1 :11.'10 lllislllO de
pl'oclamar lo:; priHejpil/~ flllltll\lll('lIli\le~ 111'\ nóditn. se t11'.~-




LHlRO SESTO.


cOllocinn y::nm se hollahan po!' el modo eOIl (IUC se anun-
ciaba (lllC se rll'()('c<lI'l'ia ú ~ll ap!i(·¡leioll.


Este 11l1ldo de 'I'!'Ílíi',;¡Ü parel'ia lIW~ digno dc ccmura,
cUillldo 1,1 !"obil'l'1l0 110 I tni<l medio" para llevar á cabo la
ClllblJlidal'ioll all1l1ll'i:llhl, cnalljuil'l'Cl 'lile fuese la rebaja ({U e
~L' hici('sl~ 1'11 d c:\\lil:11. .\~i Iwtlic ,iú el! el anuncio lilas (I'H'
lln el'110 pl'('~l'lllatlo iI la C~\ll'clllaeion, UIl medio de !'I'OlllO-
HI' 11l1:l ~lIbida al'litleja\ y efímera en los [011(\0';, con la cual,
so~p('l'll:1l'OIl algl1110~ I[ue, Ill:1S 111Ie pl'oporCionaL' r('cm"os al
Estado, ~(' !lm!l0¡¡i:liI ~.':(·:Il' ~lt 11l'OY('cho inLli\iduallos illi-
('i,ll!o~ ell el ';I'I'L'l'IO I¡l' aqliL·lIa~ lllaniol)l'¡I~. El capital de la
dcw!;1 ~i¡: inll'!'es !lO lllHlia, en efe do , con aL'I'eglo á las ba-
"p,; Im])]i¡,¡\(J:¡~, l't'lhl\'ll"(~ Ú IIlCllO:-i dl'l tercio, \ i~lo que la
mayo!' P" ll(' de I'!l:t (;ol'l'ia al ll']'('i:1 ¡]('] p¡'('('io ú que se ha-
llalla la ('on~olillada, y mm al;jUlla, como los yalcs no COll-
:;olillallos) los CUPOIH''';, ú la lIlitall ó mas .. \dmilicndo como
).:(-11(-1',11 ,lI{1l1'lla JI:hl' di' rcdul:í'illll, la ('OIhujidacion llchia,
llla~ \mk Ú IIl,b lcllllll':lllll, jll'OdilCil' IIUC\ I)~ titui()~ de cinco
po\' cielito pOI' 1111 \:lIOi' di' II'I'S mil llIillolJ('s, siell(lo
saLido tille na dI' Il\H~\I~ mil pOI' lo mellO"; el ill1lllll'(e de la
d('nda ~ill 1lI11'1'l'~, : lkhi('li,::' ~ilP()!Il'I'~e Iflle las dificultat!t's
Ú ](¡,:. ll'úlllilc;; de 1:1 líqllidac:Uil llO impedil'i,\Il i\Ue, Ú lIle-
dida qlle ('~l<J ~l' ('IJllclll~ t'~i', ~I~ ()]¡l':l:'l~ la cons()litlat~ion de-
Huili\,\. !Jodí", jlues, ('st¡ll1at'~l' I'H 1:íO millollc~ el aumento
de illtel'l'st'~ ('UH ¡¡Uf' Ikbia g¡-,-¡yarsc anualmcnte el Tesoro
por 1'(',.;ull:IS de la Opl'\':li.'il)1I pl'lIyeel<lila , y siendo Holol'io
q\le, ;':1"\('i:l~ a[ tle~¡'¡l'Ikll illtl'lldll('itlo CH lutlo~ lo:;; n\lno~ de la
adljJjlli~tl'¡H'ion, 1111 poll¡:! el T('~oI'O eH llLudllh anos cuhrir
las 1l(:l't~id;I!¡(> on!¡jJ:li'l:l~ dl'¡ ~eni('io cOlTicnte allti3110,
1']':1 J'vi'.It.:ltt(· 1\1Ii' 11(, ~(' P:I!Dll'l:ll! ¡(I~ ¡HII'I'P';I;~ Huevos, ~ qu~




A:"IAtES DE ISABEL 11.


la ununeiaua consolidacíon lIO ~el'ia á la posll'" mas que ulla
de las muchas il'l'ealizahk~ PI'OIl\(~~~i~, COIl r¡\lf~ IlüiI'iamente se
pl'oelll'uha inspir¡)r ú I()~ )lucIJJI)~ 1IIla cOlllianza ilu~nri,\ y
condenal'los ;'\ l'~fl1el'zl)~ (IOC debian acelerar ~ll l'uina. Aun
los tene¡jol'e~ dc la deuda acti\ a lll'lJiall rl'~(,lIlil'Sl' (k la in-
novaeion, pUl:stO (Ille, 110 solo llisIIlilluia dla la~ pl'Ohahilida-
des del p"go puntual de los intercs('~, ~ill() que agobiaba al
papel que hasta entonces los rlr'\ l'l]~al'a eOIl b eOJ1eul'I'cl1cia
de la pasiYa conH'l'tida.


Anlicipó5C el n'llac(ol' dl' la cilada Jllallife~laci(lJ1 f'emi-·
oilcialá comhatir, si \111([ie¡\1, e~lo~ ohyjos al'f!IlIllI'llIOs, qUI'
pOI' dOlllle qniem se hacian, -: ú d('~Y,IIJ(~c('r 11l~ ¡'I'I'!'ÍOS (lile
ellos pl'opal!ab~\l1, ('Hllllll'I':mdo h\~ '('llt,\.i'\~ ([lH' Ili',itlllCil'iall
el sistema general lle eOlllllnil'<\ciollC:', la crl\\ciOIl lit' k\llco;;
de pl'ovincias y los (lcmas bendí/'io, ,1I111111:iallos tn el dis-
cueso llel tl'ono, y qne se pl'esentabancotno consecuencia lid
pl'etendillo I'c,lablecilllÍ"ll[O del en"ldo, \ ('01110 ('I'a cOlloci-
do que nallie se dejaria deslllmlmu' po\' \l'lIla,ia~ que debian
resulta¡' de una mcjora irrcalizahle, .\ quc <1"11, lo¡rralla esta,
las medidas Illte\'io¡'cs (le jl¡'o,-;pcl'idatl ~e\'i,1lI 1ll'l'csal'i,lI11en-
te de un efecto lpnlo y 1;11'1110, ~I' pretendió iihpil'<I!' couliall-
za, seualallllo, como medio,; de hace\' fl'l'lll l ' ¡t l()~ ¡.raslos que
exigiría la prolllctílla cOllsohlaciotl , la dl'~~llIl¡)\'lizacion (It:
la p¡'opiedad eeksiúst¡ca.\ alltl lle la ~('('llhll', ~ hasta imli-
cando que se suprimiria el diezmo capitalizúndolo, ) se PIIIl-
dria el clel'o Ú ~llcldll; tomo si, suprimilla ,\I{llella pl'l'slacioll,
no hubiese dc ~l!brogat'~e I)()l' 011'<1 mas OIlt'I'O,-;] (¡lIió; como
si, cualesquiera (1\1(' I'lH',en lo~ !'i'O¡ILH'lOS de ('~tn, h:\,[a,I~J1
ellos á dotar al clero. el!) el a~ignacioll, po)' Illlm¡uina tille
fucse, debill lH\S[\1' tk l.)0 ll1ill(JII'~s; (¡ COIUO si, pUl' último,




LIURO SESTO. 33
fuese posihlc Jn,H!kllel' aqllel ('UCl'pO con (lotacioncs sobre
('1 T('~()1'o, t("lHil'~ Jl('(,I'~;:ll'i:i1lH'1l1C, ellmo fijallas por las pa-
SiOBl'S de ~U' l'I¡Cmii:!0" ~, l:m pl'l'l'aria~ l' inciertas como las
de l()~ d"IIi,h 1'llIpll':ulos en tod:\~ b~ rll'pellllel1eias del s('r-
-vicio. En li/l, elltl'l~ ll)~ J'l'C!1I'~O:, con quc S(~ \1fcctah\1 contar
P:II';'\ OClll'l'il' Ú ¡:\S :ulli)!lIa,' y ú las IlILeVaS l¡ec('sidatles, se
sellalnha ('1 :11101'1'0 IJIW dehia 1'(;slIltar ,le la itltneLliata reduc-
cion lId ej<"l'cilo: como si. por ~Il aumento reeiente, hubiese
Ile t('rminnL'~I' J:¡ gill'l'I':t ci\ il, <¡lit; e:--aceL'IJalJan al contrario
la ip:llliL':uwi¡1 y b lil'<lili:\ dI' ¡IJ~ l)(lllllll'es Lid podel" Ó como
~i. cII:¡iqui('L',¡ ([lll' fu(',1' la di~llIjllueion lid gasto del ejerci-
lo , ¡l\l"il'~e 61 ('11 lllllCho" :1I1(h ckjal' de absorber la mitad
1¡lIió di' b¡, ,'l',lIa,; p¡'dllil':i~, <[\le, c\c,adas ú duras pellas Ú
GíHl mill()lli'~ ante-, del dl'~cOJl('il't'lo I'noll1cionario, 110 po-
dian, sin ~Tandcs l'~rlw\'zo~ , eontinnatlos por U1I largo pc-
r¡ollo, pl'0!lfllTill1l:l1' de /ll11'YII ;)11'1(:11,), j'elldimií'll!oS. E~tc
alarde /":JI:II di' 1'~JlI'I';Ii!Z;I'. J'idknla~ 1Ill:l~. nhsmdas olnls,
inrjecll(:dJlc, 1)(11' de j)!,Ollt d lodas . fUI'; lo '{\lI', á fnel'za de
1)l'O\ol'acjllll('~ lila~ Ú IIWIIO;; ¡]j~f¡'azada" de testimonios mas
Ó mClLO, (';'IIi'('~¡\lh di' (11'''l'Uilli;1I1Z:1. se Pildo ,1I'l'aIlCar de
los s(,(Teí()~ dt' \!cndiz:ihaL _\po(',díptico comentario d!·¡ dis-
ClIN) del t¡'IIIIO: \ a!!:\ y estéril :1I11pli{icnejoll del prograllla
de 1'1 de s{'li,'mlll"', la m~nl('staeion ~ellli-oficial llO satis-
fizo ni ill1ll :'1 lo" 1"II('ellladol'l'~ de la hnlsa, que "iueinauos
pUl' ¡dglllios mOllll'nlib ('(11) la idea de n:Jllajas, ,le que todos
SI' ¡'('SI''''' :lh:1I1 ('\::llllinal' I(I~ nWllios de ejecncion, vieron
(l('~\:lIiI'cid,ls iu('!;o ~ih i!ll~in!l(,~ y ¡'('¡lucida ú eI1S11eÜOS Ó
tl'i\illlid:1l1('~ la llli"lel'io~a l':Ulacca ¡'nn fJue se lisonjeaba
~'¡l'l\dizaIHII de cn!',,\' (!l\ poco" meses Jos males de muchos
siglo~.


To.uo I1I, 3




34 A,ULES llE ISAlmr. n.
No embat'i1Zó, :cin cmhar¡ro, rl desaliento general cau-


s(tilo pOI' un llesl'ngailO la1l Cl'lld la marcha impúvilla lle los
campeones del dictadur en el E~(;ltlH'\lt() popular. El 21 se
hahia pedlllo el \"oto de cOJlliallza, yel 21, tle~IJ\l(,s de lar-
gas coul'erclIcias, en que el 1l\¡lli~I\'O dl'jÓ columhrar ú la co-
misioll el conjunto de cYellllWlid:Hle~ cn quc consistia sn fa-
moso sec1'cto, presentó ya esla Sil <liclúllH'Il, reducido :'t qlle
se le otol'ga,;e "in l'estl'ic('ion, H11aJicnclo qne de su otorga-
miento llepellllia la ,;ahacioJl ú J¡¡ ruina lle la patl'ia.J\i nno
solo de los ciento cincuenta hOlllhl'(',~ (fiJe sc 1I:I111alwn man-
datarios de la Sacion, se mo~ll'ú ilHligllado de ('~Ia illtinw-
cion, ni maJlifestó l'e~eIltirsc del ultl':¡je IU'ellO pOI' dla ú
catorec millolles de imliyi<!\lo'i. \allie osó J'l'l'lamal' coutra
el esdIHlnlo y el op]'()hioh~ Clltl'l'j.!:\I' Cit'j.!allll'llte los llc~(i­
nos del país á un homlJl'c que appnas lo conocia; nadie eu
tln, ~t' [¡tl'c\ió Ú den1lllciar Ú la anima(hel'~i(l1l púhlica los
ammios d(' UIlOS gohe1'llnlltc~ sill m('tlio~, la v<l"id<ld de ~IlS
promesas, la tinlJlía lle ~lb ¡¡gcllte~, 1Ii la eOllllivelll'ia l¡lle
mostraban con los autores (le 10:-; erÍlnclles <[ue deshonraban
y YCl'mah¡m el reino.


Orellse, diputado por Palt'llt'in, ti Hnl') la palahra en eontra
dcl dictúmcn; pero, por la calilicCll'lOll dc h01llhre de capa y
espnlla f¡l1C, al principiar ~11 di~cU\'sl), se diú ú sí mismo, se
viú dc~dc luego que llO se proponia hacel' mas '1uc OIJsCI'-
vaeilllle~ triviales; y tale,; fucron, en ('rCelO, las suyas, ¡lit.'l)
(¡lle en ellas dejase COlulllbl'ar ell'ccelo, p difundido Cll el
público, de <¡tiC el voto snlicitndo a\llol'iz:l~c la cnageuacion
de algunas de las p()"t'siOll('~ l"lw 11Oi<,,, 1Il) Ull'aJnal', El coude
de las ~avas, illsl'l'ilo i¡malmellte cOlltra el proyecto, no ha-
bló sino para hacer ulla lliatl'ih¡¡ r,nntra la allministracioll




uuno SESTO.


anterior, aCllSill'la lle 110 ha1)(')' ('slalllecillo cátedras en un
lugar donde 110 hahia qlliell conclI)Ti('~c Ú ('\\as, y manifc~­
ÜW sus ~iJllpalí:l~ ('I! fayol' de [o,; mi~(')'ahl(·s que habia he-
cho fll,il:lI' J':~pa\'!t'l'o ell cnsli~o d(' ('noJ'nl('~ alentado" co-
me/illos }lO]' el hat;¡][o]\ ú que pertellecian. ~aYas, condc-
Ilando ar[llrl arlo jnstísimo dc sCYCl'illatl. "eia hipll ([lH" á
no d('sapJ'olj¡\l'~e esplirilnmente, se podria con mayol'Ía de
r:)Z¡)ll aplicar mas ta\'(ll~ ú su propia conducta los }ll'iucipios
que JI)'ec('dicl'OlI :Iljuit'io 11(' lo~ l'hal)('lgorl'i~ rusilados. Asi,
hizo, ,le la sati,f:lceiOlI I[He se le eliese sobre allUd h('eho, la
cOlldicion di' ~Il rolo 1:11 fa \01' cid minisll'l'io, coult'a el cual
habia liu¡.rirlo lomal' la pabhl'il, y solicito lle este modo. ('Jl
su ('alidad de 11l'OClll':\llol', \lna nueva e ilimitada anmislia
en fayol' de t()do~ lo~ l'l'íllll'l1l',; ll[lel'io\'l~~ de la rcyolucioll,
como complemento lle la l\IW, el1 :-;ll calillad oe gcfe de han-
da. hahia ohll'llido pilcn ailll'~ 1'11 ¡'¡nOl' dI' lo~ CI'íIiW]lCS pa-
sado.,. Mal'lillez rll' 1:1 J{O~¡" di' ¡¡lItel! ~e ('~r)('l'a!Ja ó 1111
si[eneio alJ~()lulo o Ulla (ipo~ieioJl decidida, se limitó, (\es-
pues de (,ol\,illl'i':\('iolie, ~ill illt!'re..; ~(JIJl'l' ¡i,iailas fallas de
formalidad en la [lI'(,~l'llta('inll del pl'oyecto de ley, Ú e~lli'c­
sal' dudas sohre la ll<1tul'aleza (h~ los mc(lio~ <[ue elllplcal'ia
el gohiei'llo pal'" cOIT('~)londel' á la confianza I[lle solicitaha;
})Ci'O cuidó di' :I1C1l1l3.1' COll pl'eeclUl'iollCS oratorias el ('fecto
de OhSCI'Y¡ll'í()n('~ qllt' 1111 miedo ('~clisahle Ú la Yl'l'dad en
:lrJllI'llas eircnllstaneias, ó I()~ escasos conocimientos II1Ie tc-
nia de[ 1lIr'I':lni-\l1o <Id eredilo le impedian por otl'a p:li'te
dl's(,IlY()IY(~]' •• \bJllilla ;Ifl'el{l. COln'l ~a\as. njlOlH'I'Se ~tl yoto
pedido par:l ,ledamal' eOlllra l'Illl,d l!~O que el úllilllo lI1i-
lli~lel'io hal;ia lH'eho del Ijue ~e le diú en la anterior Irgis-
\atUfa y hablar ue faltas ó uesonlclles administrativos, in-




A:¡ALES DE ISABEL n.


sigllifi"a1üC's f'll ri;e'>l'. rn:m,];, ,;,' f'(lmpam~t'1\ con ln~ 111:\]('::;
}ll'Ollucillos pOI' lf\~ ú11 i:lI"~ lni"líI!'!!:;-;,
E~('ila¡l<1 !!'l'<lll t'lll'in"i,hd el nwdo ,'!III !Pl(' ~t' l'~p\il'a\,ja


Torcno ('11 a(j()('lhl :b(,lI~illil illlpOI'!;\IlI('. ~¡(Jlí¿¡';l' '1111' las
Ci\'c\l11~taJl('ia~ eH (¡ue ~I' ha]\";',I'111 le pl~I'Jllili!'i"lI liar('!' ulla
oposicion fOl'Jlwl; jll'\'o, lwhit'nd,) pI'dido 1;\ l'a1:l"1'<I ('11 ellu-
tl'a, e~lwl'ahan de 1'\ ~us allli;xo~ \'c\daci()Jll'~ 'lue k~ pl'l'IlÚ-
tiesl'lI continual' l\l()~tl'úJl(lo~(' ¡¡dí'~, Y ~\lS cJH'mi~.!J)~ ilH\is-
crcl'iones '1111' '(I~ nlil()l'iz,\~l'I: Ú ca:'l' ~illll'l~ l'" :- d('~]letl:\zal'­
]1'. Blll'lÚ ,',\ \(I~ ('ak(JI(l~ dt' lucio:,;. ~, d(~,;ll01'<lIHlil al'l'lIa~ la
CtH:~tioll Jll'illCipal, I'llldi¡"mloh C!lil dl'.,II'l'Z¿I, ('1'11 ('ul{llcle'
ría, allullciúndo~(' dll:'I\.) del :'(,(,1':'io d(' \ll'jldiz:tJ¡al, ) \<'11-
diendo ú (",le la iiili'Z¡¡ d,' :'{'\'¡\i;li':(J, I1I'g¡'¡ )iO,' 11Il'J ~(~l'ie de
II'all~ieiO!H'S húhi\l'~ ú !,(,l',H';' ,:¡I\ti'" ~iJ :\!!lIlilli,;(n":lolI; ('eltú,
hahlallllo de ella, los eimielll.o..; de Sil rdmhilil:tciulI parla-
menl:íl'ia y H' jll'C)I:I1"'\ Ú h:il'CI' lilHS 1:\\'(lp liBa oposicioll
lII('n03 di~rl'azad<l. El di~l'lIl'~" l'l"ilillll('ia!ill jJlIl' 'l'OI'!'11O ('11
la ~CSiOll llel 2(l, ¡HlHl[llC "di¡il',ll!O eH g('l\('r:d de lÚIli-\llido
Yd(,~Cll\Ol'ido- hl,;, ¡jO (\l)~lalll'-', ulla libra 111,\1'';[1'<1 de aslnei~l'
ti -, , - ,


pUI'~, Iw!:l;'::i1Jldo y (k,:¡¡i'Hl:Uld,¡ CDII d ú \\I'lIdiza]¡al, rilo ('Il-
ya actitud ('~i,l;i¡\il jll'lId¡('III('~ l:i~ : ,'¡liU!í,\': y la ~r:\ll JIl¡f~'I)­
ría de lo~ pi'lK'lll'adoi'l'~, III;~!'I') (':tHi i\ ¿ti' la all'JH'ilJll de i'~lo~
y de al!ll('lta~, y aun e,;cilal' l'IlIlJl)i'('~ dI' illll'Idlill'ioll. r enlal!
el; que TO['I'IW hnhia lomadl) pl¡',,~ 1I1l'didas para }H'odlleir
este efl'l'lO;, (l\1e S(' lwJ¡i¡¡ i'I'('(II),'iliado ('011 algunos lIlil'lH-
bro~ il\ilu~(,llt('s (Ic' la,; ~!lei('da<ll's Sl'\'l'<'la~ y ~;I)Ji('il:ldo y
oblcuido su lH'llll'a\ilÍ¡\(l, 2 <1 qu" nu ~ll CIl/ljJ('I'¿;cillll, } que,
proflllllllJllcnte \ ¡'I'~¡\dil eH ¡Il i:iI ¡'iga, pll~l\'dOl' de 11I~ se-
cretos, no ~iem¡)i'(' j¡i!ICl'lIíl'~, di' :;lIS lllíliglloS l'útnplil'c:;;,
disponiendo aun de ellos }l0I' ~ll O['U y pOI' la superil)ridad




UBno SESTO, :3'1
(le sus luce", ill\p()ni~ ('011 ";11 :l('lilnd resp('lo á sus fluemi
;ros. 1\'1'0 JI() ('~ Jlll'JI:h (,I"I'!1) ¡¡til' \\¡olldizahal cayó en el la-
ZO, y q{]I', li,oll~~I':id{i ;)¡)!' Tili"''''', ,;1' ¡li\i'l'~lll'l'l ~l Jl):U1ikstar
la ~ali~r<l!,,'ilill Ijlli' 1,' c:\I:,;:\~I<I la ]>;':\ld 1'I",,,'~'\a ('on <¡ne ('sI e
"e haliia ('''pn',::<lII. l'l'::n[i;\il,:rl (11'l d¡,"('lil'~() por (',! prriltun-
ciad() ('11 :HllH'lhl ~r,"iIlJl l!11'!lll)l',ddl~ 1I1i1y JlI'I::lill'IlH'ule lllC-
jO\':It!a b jlosieioll dI' ,l( auto\'. ¡;di:\llü wi"lllo 110 (itulle!) al
siguipn\(' dia en llennrk de dog¡,,~.
Yi~lo COIllO ,p h:lhi:lH I'~:)¡¡(,:li!n !:,:; do:, m:l.S di~tillguido5


Ol'adil\'I''; d,,1 :1J1!¡"iliI lIlil!¡~II'lill. {ilr; 1':'1("il (,()lli'('C']' qne el
l!1l('YII 1('lIi;: /101'0 qtl(' \('111<'1' d" la ()!l0,i('inn.\ la \1'l'Ihd,
J>('l'piil:'1 J'('Y¡~\i¡'¡ In qllt' ili!." J,' rOl'll1:l'; lli! pOr'O !ll¡\~ ¡H'I'lhas;
]l('ro, limilúllllo:,(' Ú ("i('l'ili'~ ('nlllll:\l'l1('illi"'~ ('l\{!'!' jo pas~íl[o
y lo I'lIllI\'O, Ú ¡llllplili!'¡H'i:¡¡I('~ \<I¡:a-, :'t :li;!I'('sioll(,~ [l!'Olijas,
110 cmpleo pOI' de pronto nillguno de los argumentos vigo-
rosos que la J\lil\pria Slllllilli,II'¡\]¡a ~. ifU(' dl'!llro y fuera del
r('illll ;llId:';':11I ('11 IJI)(':I di' Illdo .... \li'dl':lilO n'pilió t11'~pn('s
obcn<lciOlll':-: vlllgarl'~ y YiI'IJll'i"":;UHl'IlII' refntada~ en la
disel1~ioH. En ella, SI' Il¡~lili!-(!li('I'Oll eH rayO\' delminis{crin
(;ollZnlez i,don\!I10llill \ \kal:'( (;:di:lllI), y ,;llS di~('III'~OS
<l1'I';\:;;II';II'on In ¡1~i\lll]¡\roJ, ;o a lllily \1'lli¡lj()~nll\elli(' di~pue"la
en fayo\' de 1111 \010 de cllll:i:1!1z:I. qlll~ ~c tllYO el arle de
pre:;mlar ('OIIlO I'l !'!uito Illedio ¡JI' ~C\l\a('ion que qll('d¡l!ta Ú
la cansa (ll~ 1:1 l'eitw \' di' J¡¡ liIH'l'lad. ~\,.:i, SI' aCI)I'I\I') Ú nn<lni-
mirla(l proccder a\ C:'\ÚIlICII de J¡)~ a!'lienlos. Cont\'a ellos ha-
iJlf' l't'/'pi'-IÚ I11l'jor 1(lle cOBIl'a la totalidad del pl'oye('(I; ~1I
diah'~dica fUI': 1Il;1~ lúcl't('; >11 ('~l'i'e~ioll mas C!I(;I';.!ica; } aUIl,
impu;.!IJal1do ('[ yn{o 11\0 l'illlli,IIlZiI, ~:(' Ikl:Il'OIl CI1 ~n discUl'so
mo\imil'lI!o" oj'~lt(Jrio", (Il\(' h,dJl'ii\u \ t'['o"jmilll1cllte produ-
cido efeclo, ~i la illlllell~a Jlwyoi'ÍlI dc los [ll'oeurallores no es-




38 A;';ALt.S IJl, ISAllEL U.
tn\'ic~e ue anteman,o rrsuelta ú a(luella concesion. :MllChos,
sin mostrarse cOl1w!H:ido,:; d(' ~lb VI'I¡(;tja~, ~!' prestaron ú
ella po!' evilal' cO!llJlrnllli~()s, ¡,IIII0 (lI[e, dI' ('i(,lIto (,¡¡H',lIeuta
1)J'ol'ul'allol'e~. vol,ll'on e!l ~ll faHJI' <.:ielllo ll'eiula .' ('ineo, y
de e~le nÚlIlero rué el lllismo conde de TOl'('1l0, ~;olo ~aJll­
pom', Pal'llillas y JO\(']\ (le :),das lo hióeJ'l)n eJl ('(I!llra;
(/o<.:e ~e abslmieroll de yola!', y en la lisla d(~ ellos se vie-
ron los nombres de Perpiüú, illfalip:ahle illlp\l~l\allol' del
proyecto, y los de lres l'\.-milli~tl'os, }lal'lilll'Z, iiivahel'l'l'l'a
y ~Iell!'ano.


La Iaq.:H y acaIOl',ula {Ii~cus ion ~olJl'(' el \010 de t'oIlJiall-
za produjo la veulu.ia de revelar llIu<.:lws SI'lTI'los ~, l'Jlll'e
ellos, d ¡le qne ",IelldiwllallllJ teilia nillgU!lo. - «\:0 es UlI
s{,N,'/u,-dijo d,-lo íj'W ~ () lellgo; (',~ Ull .";S/CII/II; 'i pel'O,
espiicútlllose asi, !lO H\hil'liú ([ue l'~l<l~ palabras emol-
vian Ilna conlradiccioll, puesto ([\le, l'el'alalHlo su sislcllw,
le cOllYel'tia CJI UIl SI'('/'I'!O. En ip:lla¡ clIlI(nlliiccioll illClllTió
cllaJl(lo dijo <¡ue nllo tic los lllcdios que trataha de emplea!'
era-cda auion sineera e íntima tic todos lo~ e~paúoles))­
SiCll(!O n~i (lile, nI mi:,mo tiempo. (leslituia :'\ cmpleados len-
les y juiciosos pnl':t Llisll'ilmil' ~LlS despojos ú hombres inlo-
lerantes y e~elusiyos, y aun ú cslrallgel'OS, <':Olw<.:idos UIlOS
po!' atrocid:Hles ó por apostasías y to(l()~ pOI' la ('"allaeiou
(le sus principios políticos; al e~l!ll¡z:lr() Ho!lcl\, al belga
Yan-Halen, al cl'oato ~Iílillis~il', allutle,;co )'ullel', al irlall-
des Flinter y ú otros de meuos Homhre. Ili.iooie a:-;illlisllJO en
aquella ocasiol\ r¡ne lo~ ~!'I(,llta mil IWllllJI't'S Ú 'jll(' se auulI-
eió hallel'se !'pducido la (Iuiula de ciell mil, ~(' ycslil'ian y
e(¡Uipal'iall con el pl'odul'lo de la~ ('.\l'lIl·.iol¡(·:--, ~iclldo asi (lile
su vestuario y ('(¡uipo \lO podia hajar de :l.-, lUilhllCS, Jllicn-




tras las exenciolle<; pasaban poco de la mita<l de esta suma.
Díjose, en !in, fIlie la lllauulclIcioll de los mismos setenta
mil homlJl'es ~e haría ('Oll llH'IlOS de JI) <pI<' costahan veinte y
nueve IlIiJ illdiriduos de I()~ CW'l'pOS fl'ancos y diez mil mili-
cianos movilizadoA, qlH' ~c ofl'('(:iú \li.snhel'; eOlllo ~i fue~e
posible, ni aun comenienle, dC~IWdil' lksl¡¡'luego cuarenta
mil lLOmlJt'es ya aglH'lTi([os, para reemplazados al punto ]lor
quintos (le mala \olulIlad y poco á propó~ito para toma!'
parte en una ~l[('lTa como la <Iue ~e estaba haciendo.


Tanta t!obkz ~()lll'(' Jt) </ue se \eia tleja]¡a coJl1Inhrar el
si~[(~JIla ¡¡ue se ~i('guiria ,;obre lo que sc oeultaha. De UlIl-
(h'es llcgabau ya rlltllore~ :;obre la hoJlt'o.~a l'e~istelleia qne
oponía Zulueta ú los mauejos Ú que ~c prctewlia asociarle.
Eutre lo~ atlli¡.;o~ (lel tl1itli~tl'o se ~üsnri'aha ademas (¡ue los
títulos nueYO:-i de "cUlla, (Illr, con arreglo ú la ley de lG de
noviem\ll'c, sc hahian f"brica(lo para cambiarlos con los que
se jJ1'(! . ;ellla,;cll :'t la com('l'~iUll y <[ue habian (IUedadw ~in
empleo por halJ('l's<~ r('husado ú ella muchos de los tene-
dores del empréstito Gue]¡ll<l!'ll , podrian ponerse en cit'cu-
laeiulI y Pl'opol'cín!lal', COH ~u Huta, los rcel1l'~OS qlle se
esperó antes O]¡lcHC]' [1m' otros medio:; , y <¡lIe habían falla-
do recientemcnte. Los quc hahlaban de esta opcnwion co-
nociall, lo mismo r¡l1c el ministro que la concihiera, que ella
se resohia en 1111 ell1llJ'(""lito '¡lIe la ley dcl roto de confianza
pl'llbihia esplicitamcule; p('ro jJ('ndizalmi se hudaba de las
cOl'tapi,<ls <¡ue habia fingido imponet'sc y, Hel ú su sistema
lwimitivo , /lO jl('usó m;\s (lile en reforzar (le un modo ú
otro el cj{~l'cito de Có¡'dova, dat' !lll golpe ú los carlistas,
reallima!' pOI' e~tl' lll(~llio las esperanzas ahatidas y hacerse
proclamat· de rcsltllas el :;alv;I(lol' de la patria, como, con




40 ANALES DE ISABEL n.
harto menos motivo, se hahia hecho prodamal' anks l'l pa-
cificadol'. ¿Qué importaba ell t;d ~ il u¡\t'iO!l wnlkr lo~ HUI'-
vos bonos solmllltL'~ de la (~(lllY(,I'~i(l11 1'('l'il'lLll' , Jii raJ¡l'il'~\l'
otros por el importe de los ilJJliglllh t'lIlpl'l",lilu~ di' C<\lIllJ-
bell, Lllhock, Beruaks, ele., Ú 1[1Ie' b~ (lCl!I'I'I'lli'i;¡:, dt' lR:2:1
no hnhían permitido tln!' sali(la'? bcipi'lIl, :lnfl' nil j)lll'lJlu
turbulento y desconfiado; (;ulIzalo de U'l'dO\<I, tIlite uu IIlO-
narca suspicaz y somhrío, confumlicrtll' ya Illl dia acusacio-
nes de (lespilfal'l'o con ;¡kp:at(ls de trinllfo. ;~'('t'ili llH'lIil~ po-
deroso el mismo arp:nmrnf¡) ('11 ¡){lca d(~ jj¡'lIdiznhld (¡¡W ('11
las de Escipioll y el Gl'an CapilllIl ? ¡. Podría \'(lII:'i'ilil' el mi-
ni:"lro cristino h\l temor, tu,ilIdo dd)i,w ~,:¡' ~ll~ jlll'\'CS los
templarios, isabdillos y II'abaja:!ul'('S dd I;o,'qw~, qnl', en ,i¡,-
tUlI de la nueY<I ley declil",d que iha ;\ \o!<I:'~(', se ~I'lltari,ltl
en hreve en los e"callos del congre~() naciollal'? ;.;\0 erH de
esperar, alconll'al'io, que, pOlll\(,I'~Hla pOI' ~\!~ cillnplicl'~ laha-
hilill:'I! tIc esla~ Ill<lnlOhl'a~, ,llegad,) ('lliilO 1'1'<1 /,I'I\('I;a dI! ('a~
pac:i¡]ad y un acto ill~igne dc pa!l'iol¡~J1}í), H' d('yal'ia¡ ú fa-
yor lid apoyo que prestase ú ('~l:b idc,b h pl'l'II~:I 1"'I'iÓlli-
ca, el ¡¡['('cio de los ,-,do['(;s c~pa¡l()les 1'11 \'¡,; 1IH'1'(';¡dus es-
lrangeros y se acabal'ía pOi' !lac('J' \lIl ,':l(\i'lll(' ('lUjln"slilo,
quc diJiriese pOI' algunos tlle~l';, la iUeYilalll(' ('aiú:;ll'oi'c de la
bancarrota?


Bajo el inllujo de esla el'C'1' licia , tilliallll'lIl(; combatida
por los amigos de .:\lcllllizabal, pasó el 11l'oy('Clo (le ley al
Estalllento de PI'6ceres, a enyo jll'l'sillcnle ,;(' 1'1'(,():liCI!dl'¡ su
pronto despacho, y, por la cOllljlosicinli lit.: 1:1 ('II!ili-:jOll (¡HC
se nomhró par:l I'xamínarlo, ~(' \il') )lI":_~(1 In ¡¡¡:I' h:d¡i,¡ (lile
esperar (le Sil dietúnll:ll. Esel'j:tll:ulllll ,11 ('un:;(' dl~ Ot\tli¡\ (¡nc,
pOI' su instmccion J su húbíto de llcgoeio.;, )Iud ia du\' UIl voto




LUlRO SESTO. 41
I')til, cl1lmdo \lO conicra el l'il'~go !le dcsagl'adal' con el á
I1l1dic, ~. {\ 11on\lJloJliil Jl:lI'tilll'Z y don JacoLo Pat'ga, que
pOI' 1Ial\l'l' ~I'l'\idll 1'11 d \'allW de 11<1I'iclIda, se dchian supo-
ller v(']'~adl" ('tl L!~ lll;l\ni,!~ <¡Ile ihall Ú di~ettlil'~c, pcro cu-
yos l,,'dliln~ dI' ('OH1I'lllporiz:wioll y ('uya posieillll C(jujvoca
IJrl les p(,l'Itliti:lIl ,!plil':II' Ú a'ludIa ein;ullslallcia los conoci-
lJ1iclllf)~ qlll' pll~('ian, los lil'Jlla~ llomlH'aüos eran de tal ma-
llera pel'l'!-!I'illOS l'tI Ia~ l'l'gioncs (]¡; la hal'iclllla y de la ad-
ministl':\('ioll <¡lit: l'l !'\:I!I\('1l comelido ú ellos no sc miró si-
no romo Hila f()¡'llI:didad !li¡SOI'¡;I. :\o.,c debe disimular, sin
('llll¡ill'!!ll. <[111' ('ila[¡.~!I!li(,l'a ¡¡II\: lmliic"l'!l ~id(l los encHrfrados
de aqllel tr;;llaio, la oposi¡'joll que bi;'iescll ~c blirin cslre-
!lado COllti',\ ,,1 ¡:'L'lido PI'ol\\lIH'i.1l1o l'l'snelt<llllellte en raYOr
del proyecto. 1':11 la s('~i()1I del 1 t de euero, leyó, pues, el
cond(' <11'\ ~lf)nti,io el dict(Ullell lh: la comisioll, confol'mc en
un tOllo al ,H'lll'l'llo llr los P¡,nc1lt'[u\oI'CS, y. en la del 14., se
¡¡pl'ol)('" sin <]111' /¡1I)¡j¡.'~I' 1tl:1~ \1)10 en cnutra qlle el [lel mar-
(Iués de ::;an .\lartin (le OltlIH'l'il'o.


Con ('~ta lt1('dr()~a il d(:spcchada demostrncioll ue con-
fianza, coincidieron otl'n~ ado~ illteriorcs de los Estamen-
tos, dI: mellO~ importallcia ~iJl ¡hula, pero <¡ue probaban dis-
po~i('i()II(,~ ¡') miras lil: que llIl'l'eeC hacersc menciono Don
Juall Kinddan, jll'Ol'lll'adol' pOI' la lIabana, trataba de ill-
Il'otlucil'se en el Estamenlo popular con certificaciones que
IIIl 1tlagi~ll'a¡lo de aqud pais llell\llll'iú como fa¡~ificadas, ci-
tando I'Il 1'I'IIl'1m de -;\1 aserto \"rio~ documentos exis\('ntes
(Hlas ()Jleiua~, d(' I()~ ('lla\('~ 1'(,~lIltal)a, clltre o[ros vicios
de la l'ieceioll de 1\illll('I<III, Il'le 110 teuia la edad exigida
pOI' el btlltuto. ~ill haccr ta~o de tan respetable denuncia,
~jll penSil!' en í.bluelltidll, Ó lilas bien, sabicndo f¡Ue se




42 ANALJlS nlc; ISABEL n.
fundaba sobre hechos fllle no hahia medios (le desmentir,
el Estamento pasó adelanf!' y a(!mitiú en su ~cno al candi-
dato, llisimulall¡]o sus tachas Icgale~ cn fayOI' (le sus cX<I¡.;e-
radas doctrinas politicas. POI' el contrario, (Ion llallloll Cabo
de la Torre habia sido legalmente elegido In'ocllradol' pOI'
Santander; pel'o, al estalla!' el motin de los urbano:; CI1 agos-
toúltimo, el'a secretario de la SUpCl'illtellllcllcia de polida y cn
esta calidad habia tomado parle cn la prisioll de Galiano y
Chacon. Era menc~tcr castigar est!' crímen; y, Ú )lI'elesto de
una falta insignificante de formalidad qlle, aUlI 1'(~S\l!lanl!()
tan acreditada como apareeia desmcntida, 110 habria ej(','ci-
do la menor influencia en la e!eccioll, se anuló ésta CII odio
del elegido. Por estos actos, el Estalllcllto populal' se mos-
traba el órgano aparentemente leg:ll de las nigencias de los
clubs, de los cuales eran miembros muchos de los pl'OCU-
radol'es fIlie llevab,m la voz en la asamhlt~a.


De esta misma influencia s(' l'esillticron eH el Estamen-
to de Próceres los aclos lilas lll'gcntes de justicia, las llledi-
das de que pendia la rehabilitacion de su propio concepto.
Desde abril se le habia pasado la deci~ion rcal, dictatla Lt
propuesta del Consejo de .Jlinisll'os, por la cual, conflll'lllún-
uose con el dictámen de la cOllli~ioll ,le Próceres y P"OCll-
raJores nombl'Lllla en octubre dcl alto Llntcl'io!' Ú instancia mia
para examinal' la interveneion que yo tuve en el empreslito
GuelJhard, 5e deel:ll'ó no hallel' en ella motivo dc censura. _\
su viL,tnd, la mayoría del Estamento, avergonzada IlHWho
anks del acto de ini(¡uitlad ú (Iue habia sitio al'l'astmda,
pidió que se me cOllVocase llestle 11lcgO Ú las sesiones; pCI'O
los instigadol'es de afluella tropelía imaginaron t\;H' ¡<ll'gas y
ganar tiempo encargando ~\ una comision el extLllIen del ne-




LlEno S.ES1'O 43
gorlO; como si, pal'a fonllulm' Sil inmotivada acusacion, se
hllhi('se ('xigitlo scmrjante formalidili!. Al abrirse la legis-
latura de Il()viemhre, d IllWYO lwr"idente Vallejo man-
dó (Iue la c(lJIlisioll pl'csculase su dictalllcn, el cual, des-
plll'S de Jlue\a~ dilariones sll~eitadas por el conde de Par-
sen!, se leyú allill en sesion scereta el23 de diciembre .
. \ 1l1l(jUe en su redm:cion se cuidó <le no chocar con los au-
lores y cómplices de la" alllel'iore" mar¡uinaciones, la co-
misioll se vió obJi¡:(ada a manifest,u', de acuel'llo con la de
Próceres y Pl'ocmadore;; encargada lid exalllen de aquellas
opcri\('ionc;;, (lile Ila(la hahia (Iigno dI' cellSUl'a cn la ¡Jarte
(jlle cn ella~ tuve, y cOllclu~ Ó proponiendo declarar que, «ha-
),IJÍendo ce~;\(ln los motivos (le mi suspcnsion temporal, se
)\ lite citase de lluevo ti las sesiones.)) Asi se aeonló unúlli-
memente, añadién(los(\ (IUC este acuerdo se proclamase en
sesiOll pública, lo enalsr verificó en la del 2 de enero de 1836.
COIII 11 JI irú.-cllle al ~j;!l¡jellte dia, y, desde París, domle eOIl-
tinuaha residiendo, cOlllestl~ ([ue, aceptando la parte disposi-
(iYa de la I'('solucion, en cuanto declaraba desvanecida la ca-
IUlIlnia al'ticulada eonlI'llIllÍ; me restituia al ejercicio de llIis
fllnciolles; prolesté enél'¡.rÍcallleule eOlltra el supuesto de que
¡ullll'lIa ealullInia hubiese sido antcs Ullllloti vo legítimo de sus-
pen,;ioil, y seüalé en mi protesta las consecuencias que po-
dl'ia telle!' mas tarde ell'ceonoeimiellto virtnal ú irnplicito de
a1lu('\ anárquico principio, reconocimiento c[ue no era en ri-
gor sino nll homcuage lrihulatlo ['( la omnipotencia clubisla.


Los Pl'ocmadlll'l's rindieroll enlre lanlo al mismo ídolo
otro homenagc lilas peli¡rl'OSO aun. Tratóse de reformar ó
modincal' con an'c;.!]o al nuevo sistema la ley riela ~Iílieia Ur-
kllla volada Cilla legislatura anterior, y 110 se temió propo-




ANALES lJE ISABI:L Ir.


ne!' qne los ayuntamientos pudiescll inscribil' en ella :i los hi-
jos de familia sin el (¡r'!ll'j¡{,Íf'i/l)r!c,\"I,\'j)(/("'I'S; iumoral pro-
vocacion á la de~ob('dicll('i<\, tallto IIll'Il(l~ e~(,llst\h\e '~lI<11110
qne el ohjClll :'1 (Ine se a~pil'Ulla hulliel'a plld ido olitrllcl'se
sin ella, como se reelllwciú :1I1ill, 1ll:11I(¡;'III(I{)~e :-iljll'ílllíl' la
fl':tse, (Iue era un elemento de lli~c(ll'llia (lIlJlléstlea. 1'01' la
llueva ley los ayuntamientos (!ll(~dal'oll !',\cultados pal'a ills-
c¡'ibir de prefcrcncia cn las lilas de la millcÍ<\ i\ los 'PI\' me-
jor les parl'cicscJI, lo íjllt e(llliyalia i\ ltal'er de la ill~l'!'il'cion,
y por cOllsi¡.(uicllte del ll~O de b~ :u·tlla~, el !llOllillHllio de
un parlido. En /in, lo~ mi~IllOS a~llllt:lIllil'III()~ tu\il'l'flll la
SillgUla¡' facultad (le alistar ú pel'souas 11'11:, por cjercer ¡ün-
ciones de alta imporla!lcia, c"lah:lIl l'\I'ill<l~ ]lOI' la I{~y anle-
rior, y los Próceres del Rcino qucdaron ouligado~ Ú I'l'ci-
hil', Ú arbitrio (le su zapatero ú de ~ll sasll'c ([tte I'ue:,;cll l'e-
gidores Ó a1eahles, las órdenes Ile ~ll harlJl'l'I) ú (le SIL caI'lli-
cero (IlIe j'1\('5ell cabos Ó ~al'geJl((j:-> d(~ la~ C()lIIl';lIija,~ eH (lile
se les inscribiese. Losm,lgistrado:-; cslu\ielOII Ú pique de ~cl'
cnvuellos en esta especie de llepellllclH:ia COlllUll tle la auto·
ridad Jl1l111ieipal y en e~la '1IIla~.!;lllla de clasc,.:, quc los ha-
hria hecho eamal'atlns de sus algllacilc~; ) solo el apoyo
(/ue prcstaroll Ú su exellcioll pl'OCUI';tllol'cS illlc['csados en
el hOllor de la magislrallll'a, los liiH'l) .le la tlescollsÍllel'aeioll
a (lile la comi~ion y el gobicl'Ilo prelendian someterlos,
Dispo:-ieiones tan contrarias ~l los hi\bilo,; del pais, (an pro-
pias para romper los lazos de la genU'l¡uía social ]1(1 podian
menos de ser mal recibidas y de autlll'nl al' el di~gu~lo con
que se mirahan la5 audaees inllOY<leill]lCS II'LP s(~ illtentaball
todos los dias y cn que se hacia cOllsistir el [lreconiza(lo
regimcn de progreso.




I.InnO SESTO. 45
~rl1ch() (lchia COlll\'ihuil' Ú Sil completa plantificflcion el


nuc'\'!) ~i~t('ma ekc.to\';¡i qlle ,;e trataha (le establecer, y so-
bre el eual s,' tl'~d)¡ljúl'a d,,~de ante,;, COII poca al'llloníu, á la
\'enlaLl, ~1J¡J1'I' JI)~ m(',lill~, perll ,'OH \lll acuerdo perfeclo so-
ure la JI;I,-';t', La comi~ioll IlIl1JJiJrada I~Jl sdiemlJre pnra C~­
tl'ndel' el pmypclo d(' l('~- 1 l<\1J i:l , en efeelo, reconocido ú
lIJ1;Hlimi,bd el fall11l~lll)J·ineipio de la" eilpnei(latles, sin cell-
so eflmo electore,; y CIlIl lIllO mny múdieo como elegihles,
y la rchaja ;\ G,OOO 1'';. dd ('('lbO de e1igihilidad de la
pro]lie(bd ~- la indll,tl'ia. ('Il IlIgal' de los 12,000 exigidos
pOI' ('1 1':,I:lillll) He-al. Es decir que, ell el srúnlilmiellln dl~
la.' ,'"lid:l'k, P;\l'" ~er de('[o!' ó elegihle, se !liIl'tiú (Iel prin-
cipio (11' qu:' liI~ 1'_'pl't'~Clllallles (le lo, ¡Ill(,l','q~~ peJ'lllUlIen-
tes dc la ,;o('i,,!I;¡i! IHHli(,~l'll ~(~i' In~ que solo poseyesen intl'-
\'ese~ (,H'lItllal('~ l\efílI1CrOS; pll(,~ Ú esta categoría pcrtclle-
ceJl ilalndal¡\rmclIle los cmolnnwnlos (le las profesiones acl-
lllitid:l.':. I¡¡¡jo d llolilJIl'\' d,' rap:ll'j,bdes al g()CI~ del yolo
eledontl ncli\i! y pa~iYO. _hjlliéndo~e :-;obre e~lo~ plllltos,
las do" fraccilJlle~ lle 1:1 cOllli,lon disintiel'on, !lO ohstnnte, en
ot\'o~, ) pat'licularlll<'lll(' ('11 el (iLO la dr'l'l'ion direela. La
minoría, l'1JIi\11lI,~,1;t ,le C:íhlii':JY<\ y ()¡-¡igosa, ('om!Jillil'¡, COIIIO
illap!il'ablt' Ú la siliWcilJll dd pai:" :Hluel principio, que el go~
I¡'¡cl'llo :qW) ¡') ~HI()p[¡\Iltlo y 11l'1~"i'ntnllllo como suyo el pl'O-
ypclo (1(, la Ill<\) tH'ja compuesta lle Galiallo, Qllilltrma y
'\!"dl'it! núvila.


::-;('gllll (,1 liSO, nOlnhl'al'oll las Cortes una comision pncal'~
gada Ü(' c\.:.\Illill<ll' allllin~ proyectos; pero, multiplic{lllr/ose y
pl'()longúlHlu~1' ~Ib cOllf"l'cncias "in IliIllnt, modo de aYCllil'i'e,
se imaginu un ,;i~Le\l1a mi\.lo, en el cual debian cntl'ar elec-
to\'('s por derecho pl'opio, es deeil', individuos que, pa-




46 ANALES DE ISAnEL n.
gando cierta contl'ilJUeion, se l\a\lasen sometidos ú varias
condiciones, y delegados nOlllhrados cn juntas (le ,ceinos
cuya renta no ofl'eejc~c suficiente garantía para confrl'irlrs
el del'eeho de e1egil' dit'cetamentc. El gohierno, Cil'CllI1Scri-
hiendo el del'echo electorul ú los ripn mayOl'es conlrihuyentes
de cada pueblo, quiso que amuenlascn estl' Húmcro indiyi-
duos (¡Ile ejerciesen profesiones literarias ó eientíJicas; y co-
mo si esta agl'egaeion no fuese ya una semilla de diseol'dia
3l'l'ojada al campo (1(, las eleceiones, la eomi:-;ion alwdió la (le
un delegado pOI' cada cil'nlo y eincuenta weinos privados del
volo. Esta comhinacion realizaha r:n:-;i la utopia d"l volo uni-
vel'sal, introduciendo unos electores ¡ktir:io:-;, e~peeie de ill-
terme(lial'ios entre r1¡mehlo, (PW no :-;ahia lo qne (Iehia
({Uel'e!', y los intl'iganles rlue, pOI' miras intel'e~atlas, s¡' (lis-
pulaban su manrlato; zurcidores semilegalrs (le voluntades
políticas, que harian recael' la e1cecioll p()pular el. fayOI',
OI'a de los lJllC simpatizaScll COll sus ()pillilllle~, ol'a de los
que pudiesen dc cllalquier modo pagad!'s Sil eOITelagc. Pa-
ra apoyar este falso y ahsU1'(lo sistema, s,e trató de desa-
creditar el de la mayoría de la comisioll primitiva, d cual,
aunque, !l0r la agl'eg~lcioll de las eapaci(lad('" ensanchaha
desmedidamente la esfera del electorado, fIlÓ tachado, sin
embat'go, (le aris\ocrú\.Íeo y aun de oligúrr¡uico.


A¡ empezar, en la s('~ion del ~l (Ir enel'O, la disCllsion (le!
nnevo proyeeto, ([lIe falseaha ent('I'<1111cnte el prespntado pOI'
el gobierno, ::\[e\l(lizahal se apresmo á tledal'ar ([IW no eon-
síderaha como de gabinctc la euestioll (11lC iha Ú eX~lrniJWI'­
se. Sahia (~l fllle t Olla" ¡a~ opiniones ~l' 11:111i:1I1 reHuido pal'a
comhatir la hetel'ogénca amalgama de la ('1.)]lIi~ioJl, y, (~spe­
rando que, desechada esta, se volvcría al proyecto prillliti-




LIBRO SESTO. 47


vo, pensaba poder apoyarlo con tanta mas libcrtad cuanto
mas esplícitamente ll!lbi¡~sp rehusado asociarse á las mOllifica-
CiOIlC" introducirlas eJl el IllleHl. Pel'o la jlrecaucion de ~Ien­
rlizabal dcbía producir, y produjo en efecto, otros inconve-
nientes; pues, sin contar la ineons centneia de separarse de
os :uuígos qne tenia ('ni I'C los oradores del Estamento, (~\l'-


güelies, GaliaHo, Lopez, Caballero, y CaldeI'on Collantes) que
lan e1icaz apoyo le hahian pl'csta(lo en la discusion del voto
dc eou1ianza, y f[l1C, COBlO llliemlJt'os (le la comision, estaban
obligados ú ddelHler ~Il dicfúllleu , la neutralidad que afee-
taha Pilla clII'siillll e(llIi\alia a una renuncia del derecho de
iniciativa qHe el goJ¡icl'llo se habia resenado cselusiva-
mrnte en d E~latllto. Esta cllnducta, (¡Ile era imjlrudente ú
lo mellOS, pareeió des¡le luego peli grosa, porque, separándo-
se del partido con cuyo auxilio tan solo podia consel'vat' la
ma) orla cntre los PI'Ocul'3tlores, se entregaba Mendizahal á
di~('j'('ci(lJl de sus clJ('lIligo~ y aJwlltlollalJa el timon, cuando
la IH\ye tellia Illas nece~idu([ de piloto.


11al'lilH'Z de la Rosa comhatió el siskma tic la comisioll,
¡jel1lllstl'fl los incoJl\'l'llil'tltes de la elceeion indirecta y prohó
las ventajas de la dircda; p ero habló tanto de sí, ponderó
1unto lo ([111', ~egun su COSIIlIUhl'c, llamó el Sil sistema, aun-
que era el de todo:,; 10'- hombres lh' alguna razon; se dcdaró
COII tan !loco minllniellto aulor de la ley vigelltc de cleccio-
IIC":, de (¡l1e no habia sido llIa~ (lile el redactor, que habria
atenuado el efeelo de sus argumentos si ia gran mayoría
de SIlS colega" /lO (':;;lmiese (les(le antes penetrada de Sil soli-
dez, Comhatiólos IkhilllH'ntc Caliano, que manifestó COllocel'
muy poco el cspÍI'ilu de la asamblea, euando dcelaró-ccque
»~e trataba ueulIa lcy de cil'cunstnncins,») cuyo objeto, segun




48 A:->ALES DE ISABEL 11.
lo anunciaha 1'11 fll'l iClllos ([\le con sns iniciale~ pllhlicak\ l'()(~­
túneamcnte en su periórlicli, la ,'/1' l' ,'" íl/, hPl'i'S\) sel'-l«('l (k
»)alejar tIe los cnll'::il)~ el('('II,¡,,¡j(·~ Ú lo" )1:)111111'1',; de opo~ieio­
»)nes estacjl)Jlal'ia~ y de aUlllelll:ll' d IIÚll)(~I'() dI' los lihrl'fI-
})Ies", como si cn clll()]lll¡¡'<1il1il'lll:l dp di¡llIl:\I[()~ 1111 t/(·]¡jescll
Cnll'al' lodo" ln,~ elellll'nlos (;t~ la yo\ulIl:l!1 \I~I('il)ll<Il. ú ¡lO
cOllspil'ase Ú falseal'la \111 si~tt'lHa tl'<ln,illll'io de ('k<'('iOII(',~
combinado cn el inlel'e,; e,du~i,() tll' un p<u'tido, La eOllli-
SiOIl, pOI' su pal'te, i¡¡.;isliú ell que la !'1'jH'oIJaeioll ¡lel plan
mixto tic clP(,l'i(lllc~ (kiJia ('illI,;idl'l'ai'~i' ('lIllIt) la I'ltilln dI'!
sistema (Ir pl'Og:l'C~I),) (~nliallll 'Il)(¡) Ú ('~I;I idl':¡ l'Ull dr'('hlllla-
ciones i¡!Hall';'; (Ila~ (lile, COl! t:l!! ('Olllpll'tll ('·.\i[o, <lcah,I!J:lIJ dr~
cUlple~l'se pal'a :lI'1'an(;,1\' /lit yot(l dI' l'Ollli:lllZa, dl~ ([lIe
apcna~ I!¡,hia <¡uien 110 pl'l'sjlltil'~I' III~ l/'i~II'~ I'l'slll"uln,~.
TOlTenwjía dcfcllllió tamhicl\ ,i¡:"mNI/J1Clltl~ la ('kcciün di-
recta y la diyision por pal'lido>;, a,ini('I\(lose ú ([ue, con un
cellso illr('I'iOt, ai ¡](~ lo~ dt'III:'I,. ('\I'I'ílll';',,., ,'t' 1'()J¡J¡I'il'~C el ¡J(.-
I'Ce11O cleclo!'al Ú b~ l'iljJll('ir!(uí,':;, Ton'no so,llI\(1 lo~ mi" ..
mos pl'ineipi()~, l)l'npll~o ['csenal' Ú b~ Ct)I'l('~ l'r,¡"ol'as la li-
jacioll de la rd.d de los 1'1'I)('¡II':¡dtJi'('~ 1" ¡lIir'n,.dt') (~Il Sll dis-
curso iJ\di",a(:iillll'.'; (lJlOi'l\lil:¡~ ~I)~,I';' Ll ;'''il\ 1"lil'1:Cla di' <lU-
]1H'III<ll' elCl'lhiJ tlí' elegibilidad, ('/1 \('/. ,:1' di'i\lilillirlo, ,\' so-
bre la fOi'ma de lilS p0J(:t'I~~, 1lI:\llil'i'·,iail';') I'I¡'('('I'III Ik I[UI' la
que Sl~ ll'alah,) de dal'l('~ :11'gll~e"I:];¡ illll'/lcioli de al>olir l']
Estameuto dc PI'Úé'Cl'CS, Sobre ('~ll~ úllimllpllllto, PI'()('III':II'¡)Jl
tl'all(luilizar!c 11I('go lo:;; )ll'illl.:ipales (';lllllll'tlliC'; ¡\('II!I'II~TI'III,
cult'C lo~ cuale" se di;;lil!;.mir:l't11l Lo]H'z y \i'gí!I'!I(',; pOI' los
esfucrzos qlle lIi('[('I'on pal'a ~¡)~i('III'!' :-.11 inddplIdihli; siste-
ma, que fué lamIJiell t'1It'I'i!i('a/lll'llte l'Olll"'ilitlo por B(·lda.
Meudizabal, acosado !lo\' los lIliCllIhl'oS dI' la COl1lisiOIl y sc-




LmRO :'iESTO. 49
Iwlallnmeutc pOI' .\q-siú'\i,'''. \" II'mcl'oso de f[Ue los dos pro-


Ull,( l'c!lmh,u':oll ;'O'I;:!il, ('11 (;11~n ('a~o ~p pllcontraria impo-
sibili\:1<11i !il' ¡TI;lIil' I:H'~:(I !eh (:()I'~I'" 1'('\iSOnIS, ücclal'ó Cll-
t()]i('i''; i1dnl'l:\i' h; h¡bl'~ ill'¡lleipale~ llel dictÚlllcll de la co-
mi"jtJII, Ú ,.:111:"': 1:1 1111 [illl de 10.- tlwyol'es contribuyentes con
las l'¡'i',lt'id:,ti,,-; i:: ;'1"1:1.1:, de la elhul y del censo de los ele-
gihle,;; b,; ('\.'e('I;lI:':" p:ll' pl'o\incias, y la facultad de que
estas cH'u:.::i:';I'1l li!:'I¡¡; pl'(i:'l!l'¡u¡,)l'e~ aun ú los flue no tu-
,iesf'tI 1'11 ,,1!;1.' ,,¡¡ ,1, Idio Ú .~ll Ill'ojliedall. Con esto, se
:1CIII'(I(, jllli 1111:1 ¡[f,Hi'.;'l\! ;li'oceliel' Ú la diseusion de los artí-
culo,.:,
1~1l la "csi:I): ,h'l in, :liH',ías hlllJll dehate mas que sob¡'e


In \al'lneicJll .id L:ilii~,' P¡';)(;!li'~\\tOl'es, aleual sustituyó la
comisioll el (le di[l\\t\\lí!~ , ([\le les diera la COlIstitucion de
Ciuliz.-' F~ ;1\("\1';I(,,',--:!i,:,1 ~ ;:lil¡llll).-ltacl~I' Hl' (lile las
»jJJ'(\,!! !: ") 1:;:.\"1.) 'I"e fu.\' j!usllIlas ; y pal'a
dlace,' \l')' ¡PI{' I::"i,) 1'; ,I"i, ¡(('lJi" eo:nellZal'Se po!' <la l' á
l;~\IS illdi\idu",; p] 1:li,aifj Jw:n;;re;), pahldin:t m:mifesl:lciOIl
de ~i~kllla "dl' 11::;,' !i¡ p:>,\\in:í tu pl'e~eJlt('), C\l~H plalltifiea-
cion iha ~a l:llt :i'lcLII~I<l:la_ .\ pe~a\' <le h oposieioll hecha
por InlT('!III',iia, S:\!!lP')!I~, \Ial'tillcz de la llosa y Pel'piñá
Ú UIla nl'iallk !<ln "iglldil',lIiva file esta adoptada, asi co-
mo los ,\l!\ic\llll~ ~,u '. 3.°, tontos cuaje::; se cOllfol'lnóigual-
1lH'llI:' 1'] ~()hiel'IlO.


\0 ,,1H'I'diú a.;i rUH rI ,~,() <¡Ile el'caba los clectorcs
dck!.::!'!"" ,\ '¡ii" ',f,,!!¡i¡:lll:t1. ,egul'O de la rcsistencia
que encotlll'al¡", y IIIl (~ill'i'il'!J(lü participa!' oc la mengua
de h derruta, a:"1l1-lllllú Ú ~ll suerte. Impugnáronle
CIl In seslon ud 1:3, bomel'uclos, que babia disentido
TI)~w UI, 4,




so A:"i',\LE;;; DE 1S.\HEL 11.
en esta parte drl dic!úmcll de la 1'(I!tli~ion ¡le I¡UC era miem-
))1'0, e !zaga eil \ill ¡]i",Z'!lí':-,U ¡¡('IIi) :k i¡¡:lil',wiollCS lumino-
sas y llc ,u,!jllltl('!ll;)~ ¡¡'¡'('['n/al)I"" \1 di:{ .;igllil'lIíl', le com-
batieron (amblell ,\1<"'\;1[('1: di' la ¡h,<\ :' Pet'piitú. Galiano
conll',;t:HHlolc,;, (li,io>-Si .:r'j!oj¡¡;ílii,; la 1l11C\<\ ley dd eH-
»))'úclel' de Jlopularidad (lue ,'lí t'j(',ta~ eil'l'lllhl;iill'Ía.; I:~ Úl'-
llÜCIl, y ól'llei! sólillamcnlc e"h\]I!cTíllo, la lc~ üeSI'OlllellLI-
»)l'á ~l toLlos los <-"palio\(',; , :' las CIlI'I<-'s ]'I',i.;or:\s que BOS
llVan :'\ ~l!Cl'déj' iI:!ldl'¡\n 1")11 ";)i ¡'o!, juíUil'() ú cjeeutar
),;;U mis ion. ) Y, eillpll'ail¡[o ,i"Illill'i.' In.,; lIli;;lllih :\I'g:nmelllos
de i¡¡liillitlacioll, ¡¡tJi: eil :\:¡1ll'\1:i iiZ':\.;ÍOil ~~l' dil'j;:,i:ill I:ullo
contra la IIJlliSici(1:1 1':\1 hm:'i)\:)!';" "¡U¡') Ciliil:':\ d /lIbicl'llo
lInido :'1 dla (lOi' lO ¡'i~htl¡\ ; ;1 :1!!:¡~'l :1¡'licnlo, ;ll\l\(liú:-,COll-
(sillel"i.uJ que LOL1a"L\ no h¡t;! IH~:\:i;:o :~n {'('O nn~lS [Ihtilllcir)-
»ues \las de C{\ÜiZ) I¡Ile, \ivicmlo PII la memoria de lo" l'spa-
»)]¡olts, l('~ ]¡:1C"1l <";pel':li' '¡III' il'nd,'Ú!l I()dll~ el¡ las e\l'ecio-
)t1l'~ la paril' <[Ile ;\I11('~ ~(', 11" t'IiJlICdiú, \'''1''11111'0, PUl", !l!l;\
))ley gl'ata Ú ellos. ,) :lanll; fu,; aUll lln~ aHú ¡¡\lC (;,lliano;
pues, apl)~tl'Ofl\lHto :\ ¡o~ indiyi:l\lils de la comi;;ioll-c( :\alb
)importa, ,(,Ülll"'~,-¡c~ dij" .• ,--qilc echell ahajo <'l plO~ ('elo ..
»L'[ ¡JI/c{du Hi'Ú la 1'(,~1l111c¡nll dI'! ¡':',!;\ilH'llln, -: \lO fali:mí
))Jnas adelaute quilo:1 ha;!;\ ji,!": iela;'¡ ll\W';¡ ¡'Ih ltllí'lIib d.,,('o,;. i
E~ia a:W:llaz:\ iío allllTú, "in 1:i11',CI¡'¡.!O, Ú lo., Procura.lorcs.
Iloyeala y sicte YDlal'OIl e aira .'[ :ti'tii'lllil, Y <'litre ello,;
Lllpa, {;;U'cÍCl C:U'l<l~C(l y n(I'th mlw\¡o,;; (Id lIloyitlliclllfl, y,
lo que .~" mas, el mismo l¡l'l'o,~, el únieo tic l¡¡..; J1JiJlj';ll'O';
que era Pl'lll'lll'¡1\lu¡'.


La I'OlJ1ÍSiOll, ,'c,(:lIli,:', d:' '!l ,!nili¡,;, ~ 1ll,IS aUII de f¡nC,
para cOlllpletal'ht, se hH:¡i(\-l' ,ié !il'¡".[U Ú ~ll'; t'llLlllli:¿()s el i-fO-
hiemo mi5il10, á quien le


'
;, (¡Uf' la \'oillponilllt hahian }lI'c'-la-




LIBRO SESTO. 51
do anle~ conslan\e y dcciílillo apoyo, declaró, por el ól'gano
de _\e~ii.dl(·s, ípl<' I'l'liraha Sil dil'lúmen, cuya diseusion no
continuaria pOI' 1~1!l11), :1110 ~el' í[ue lo ]ll'Ohijnse el millistel'io.
Este, redllcido:l lres llIielllhl'O~ solamente, careciendo de
COJl\iCl'ioJl(',; Jija~ y de talelltos oratol'ios y poco versado en
la ¡úcliea p;H'!amclllal'ia, \lO se atrevió á mula pOI' de pronto,
yse lilllilú ú comidar ú la comisioll, pOI' el ól'gano de Heros,
¡l reyocal' Sil despechado propósito. Calderon Collantes de-
claró ellloncrs ([Ile hl (;omision :-;r, tomaria tiempo hasta el
dia ~i!!lIil'llle P;¡l'~¡ ¡ll'lil)('I'al' ~ohl'e ~i accc¡leria al deseo ma-
Ilife.-:[ado I){JI' IIe¡ü';, Ó H'!-jlúeia su propia inspirueioll de re-
tjeal' el ¡1i'O\ ('cto. Y cumo este ineidentr, !1I'o!11oyiese una
gl',\lHI(~ agilacinn en h a~n!lihlea é introdujese en la diseu-
sioll una c~peeip di' ~11l:IL'i[llín, el pl'csídenlc levantó accl'ln-
damente la sesion. En la noche se diel'on pasos de concilia-
cion l~lll\'e la comisioa ()f(~IHlilla :r poderosa y el ministerio in-
d('('í.,!)) all'lllilil. ri¡';lIlo \1í'll:lizalJal que llO podia il' adelante
5iJl el all.\ilio de los illdiYidllos de (lile a(lllella eslaha com-
puesla, se SUlIll'liú ú las cundiciulIes que ellos le dictaron, y,
ell la sesion lid l.), hizo una ill'Cllf!a cmhrollnda y eontradieto_
ría, declaraudo (111(~ el gohií'l'Ilo prohijaba el resto llel pl'O-
yeclo de 1;\ eomijoll, eOIl lo cual {'sta, aunque mostrando re-
com ('ni" ú l'lS llIinisu'os de que no se hubiesen unido antes
COII ella, se ,Iiú plll' ,,¡\lisfecha; y sus miembros, no pl'evien-
do \I'l'osimilllll'ule la,; eoutradicr,iones que debia csperimen-
tal' aUIl,1I diclúmen, se ilyiniel'on a continuar defendiéndolo.
~e lla~'·' al ,lI'líClllo ;).'] ¡¡ne dalla el derecho de eleccioIl


a uu nÚllwL'o lijo de ll).~ Jlwy0/'('s cO!ltrihuyentcs. Este prin-
cipio no se CUlb:\~rÚ en 1:1 L;y l'lecUral de 1,,:3 í sino á ins-
taneia mia y poe haher yo dcmosll'udo, en l~ í consejos en




52 A:;\L'ES DE ISAnEL n.
que se agitó aquella ('1wsl inil , {[ne P\'a imposihle pOI' de
pronto adoptal' lIil<1 "c;,:!;: I n,;~ ¡"i' I ir <11 ¡ ",1 " mellOS e~pu('sta
á error. A ;;u pC~i\i',;,ill <llllb, hullo f'lllllJl('(';; \l<ll'lincz de
la Rosa de aCl'etlel' (\ ,illudia id(~,\, p\l(~,lo 1(111', habil~]\uo
cle~p\lf'5 rl~lh1Cl,lIlo la k: (':In ,:I'I'(':~lo Ú 1'11 a , 110 tiluhcó
en combatirla ('11 la 1Imy" dj'I'II,;!OJ\, pl'l'lellllil'lldfl que
debia prcfcl'ir~e el métodu de (;\\O!,:.\ Ji,¡el , il\(li~pUla!Jleltlen­
te slIperior al de los 1II,\yOl'c>; t1mtl'ihu) cules, pel'o de apli-
cacion J11ns dificil (', iIlCil'!'!:\ ('1] \el- l'il'('\lIl~lalláb en íl'lC á la
sazon SI' hallaba el l'I:il10, ,\pl:\ :11'!)]t I'~!H '<il'iacioll Falees y
Pel'piúú, y la l'omh:lIil'l'ilH (;,\li:WII , L,lh:dll'l'O y\I'~i'lI'llrs.
Esll' úllimo qu!', ,\l1SCIIII' ]jIllC\¡U~ :II'I"~ dl'l pais, 1111 podia co-
nocer su situaeillll, ni S<lf':il' di' (':,1;1 In, :l1'¡.!:IlIlH'lllos pcrculo-
rios quc ella llIi,lIla ~t:lIlilli',I!';!h;! P,¡¡'<\ (';)]IlIJ<lli¡' la ojlillion
contraria, lió al despecho el tl'úllli'o di' lIlla cansa (Ille 110
sabia (ldende\' con n\ZOlll'';: bllZú la amenaza 111' que en lo
slIccsi\o no ;\l't'\)lal'iu I'<lllli-illll Ilil!;.'J¡aa, \ i~la J;¡ ()IJl)~icion
que se l!ncia :d \11'0) 1'l'lu t'ol'llJ<ldu pOI' la de que era miem-
hro, y aun malll'ató l\ los atl\e\':,aril)~ dI', p!-'tl' pl'Oyecto, á
quicnc~ supuso la inlf:m:ioll (ic ill1iH'dil' la fOl']nacioll de ia
ley e!pctoral; (úr,¡ic:I poco diFlIa dl' \lU hOlllbre lle capaci-
dall, y IllCllO~ aun del qlle Iitl llal¡i:t debido la l'e!>lIlacio!l
padamcutaria lle fIlie g;IZ,úl ~ill() Ú ~Ib modali~S O]I.';l'lllliosos
y ú las fOl'lli;\S pulidib ik Sll 1l'1l~\la.ie.
~Il'llllizalJ<l1 ,iú IUI"':o (J1~l' io; ¡Jli'dios cllIpleados pOI' \1'-


güelles en la ~l'.;ioJl lld io HU Lu'jlt!i\\'iall el :llTl',.do dc J:.¡ di-
flClllt3(I!H.'illlil'll(\', 1\111' ';(' h,!j'la !J1',\\'I~iJl)" pa]';¡ el miJJisterio
si se '.\lloplalJa d ~i,t(,Ill<\ ,;" ,',:D:a :¡j,l. Fu cOlhcrueIH:ia, eH
la sesioll lid 1'7, dC'lJl(l's d:.: J'('('Ui'll:l1' I\IH' \;¡ ley (IlW se \'o~
taba rra transitoria, y rd'o\'lllaiJlp pOi' tanLo en las C(lrte~




próximas, se rrcon\e1l\lú lmmildl'l1H'nte (t la llene, olellcia de
la opo-;icion dicii'll¡]o;.-rr :-:! ".I,::i!'!''lil ('SIlI'!'a c¡ue,reeonocien-
,)(10 el E~I:lIlIl'!l11l In (';ll!¡:'i'~IW<:l (1I1i' ~:'t'i:! ~n posicion si la
)¡referid,l b:¡,;!' '.Ia dr: In,; Itl::q);'("; .:':mlrjiJ!lyl'Hk~; no se adop-
"ta~c, ~(' l('n~a e';(1) (';! i:llil<dl':',\I:ioll y se Cn!1elllTa:'t rrmo-
i)Yl'I' lo~ oh,;lún¡!né' 'Itl\' di' pi 1'1) nw:b ap'll'I'(,:'l'ian.)) Pero no
SurtiCllllo "f('I'lo ('~Ia sum:q ;íl.("!al'i~l, X:lvas empll'ó sarcas-
mos l' i1lYl'c\jya,; cn,llra \hr!illl'Z de 1<1 I\OS:1 y PCL'piilú, acu-
só S\1S iUll'IU'.iOlH''; ~,' lo, ¡JI'c.!é[III'¡. I'll el ('a~() probahle de un
prúxilHo molill. al jlull:;! dI' In..; a:;I',iilil-,. Y eslas amenazas
fueron III('g/) )';11 ¡licad;l"; )l/H' L\·; \ l)('if,'¡'a('i()JH'~ mdll'f¡llicas de
corrillo,; 1111 mel'(hns agl'llp:\\¡()~ :'\ las puertas del palacio del
Eslarn<'n!n. El empl('o ~illl:ill:'!II(,o di' 10(1u,; \'stns medios hizo,
en fill, lo <¡nI' ningullo di' l'¡¡!)~ hahia prdido hacer aislada-
mente. :\111(:ho,; p\'()('ur:\(\nn~~ \ota\'O!l en faYOI' de una medi-
da, contra la clIalllls 1,,!l,i:l!! il"!i'!,ll/'''IO los argnmen!os de
I()~ of'lIloJ'('.' di' la IIpo~i,'illll: .iI:mll()~ ~(' ah~t!l\i('rnl1 tic YO-
fal'. y el ~i,;tl'llla de 10'- 1l1:I,Hli'(',; (,ol!l !'jimyelltes triuufó del
de la ellO!:1 lija [101' HIl,1 ~~!':"I m¡¡~ Mía. ",fereeiala ú la yercIad
pOl'Sl1 hnH(larll'l'~l)('('I¡\'a: ¡¡('¡'O Yl'l'n~imilmenlc no la habria
ohtcnillo si !'\ dl'~!l(,,'i\l) m,1i ¡Ji~rraza;n de\t'gúclles, la su-
mi~i()1I aparellle dI' \Irndizah:d, el .i,wlallcio~o I~inismo del
coude lit' l,,~ \IIY:\~' ~ J" 1'\D~P('I',H'ioll ¡h: lo~ duhis!as y sus
satélites no Illlhj('sclI 1I('ellO Ú 111111']10'; dr' los pl'Oelll'adores
prcsciIHlir de SlIS cOllYi('eiolll'~ y tli'~l'I'1<\I' Sll bandera en la
\otacioll d(' aquel ar\ ículo.


Con!l'a eIlJ.", !fue eOIl~;¡gral)a el prillcipio de las capaci-
dalle:;, hablaron, ('lila ~l"jnll lid I :l. yi;:rnm';:lInenLe Perplñá,
hitbilmenLe TOITt'lIwjía, IlIl'di;\ll<lUH'Ii(c 'IIetln\llo y admira-
hlemente Torcno. En vano les replicaron Lopez, Argüelles




5i AXALES DE ISABEL II.
y Galiano; en vano el primero (le estos o1'(l<101'e,; ac\\~ó ;'¡ la
oposicion dc ([uerer r"lilj¡lei'(~r Lt nli!.!:lI'I¡:Ii<l tl:~ ht pl'opie'
dall, cSclUy(~IHlo el los hOlllbL't'S d(' ~,d)('I', , Ijl!f~ JiI'\'I<\\i'cie
scn en los di~tritos las inllllcnci:ls locait',;; (")illi) :.,¡ l!l~ pl'O-
pictarios, por serlo, delJi('~('1l ~eL' i!.!lllll'<lllll':;; CIIIIIO ,;i IIH I ltu-
lo ~;c licenciado ú de J¡oticario rue~e Hila g:)l'<llItía de >:lllc\';
y como si el conocimiento (Iue en los l)lli'hlo~ ~t :¡¡¡qn i(~l'e
dc las cit'cunstancias de cada uno de SI1~ hnhil"Il\(~". ilO fue-
se una garantía mayo!' del acicrto dI' Ins pll'('i.'iIH](''; ¡¡!le la
repntacion amallada ([He, en las i!1'¡lIHlc,; tJ'i,,;, Plllilic:h, ~e
forman casi siempre los corifl'os di' los jl<ll'til!O'i. ¡':"I:I', C()[j-
sideraciones 11I'eyali'ciel'oll conlra lo~ ,;(I¡¡~lI!:I~ IÍI' JIJ~ ()j';l(¡o-
res de la mayoría de la ('omi~iull; y. ¡Jl'~i'('ilada~ l:t~ pl'clen-
ltiLlas capacidades, se :1l1nplú !'l :¡l'lj('lIlo d:' 1:1 minoría. qtIC
las admilia pagallllo Hll censo inferio)' nl de In::; de lilas elce-
tOl'('S.


Los debates siglliel'oll con poco c:lio!' 1'11 lu.'; ,;;'/ icul()~ ~j­
guientes (Iue, no )ll'cseutallllo gl':lntl(' in!l'I''''~, hl\'l'Oil ~Ill'n­
siyatllenle aprobados. Pero, sol/!'e d 17, que (!et(,l'lllinaba la
e\ccci()fI pOI' proyincias, ~c renoyú h di~l'lI':¡()n colí tanta
fuerza como nulos rdGtivo,.; ú dell'::<1¡[O;; y !'<1p:¡¡'idadi". ~os­
tuvieron la eleccioIl por di~tr¡t()s, elltr(' 1I[!'lh, .11ai'lilLl'z de
la Rosa, BelLla y Torcno. Comhati("l'OI11:l, di' llCl¡W !Id ).:0-
hierno y di: la comision, .\l'gúdles, C:tli:lllil, I.0Pi'Z y Caha-
1Il'1'0; pel'o, á pesal' de los esflLi'I'ZI).'; di' e~tu~: Ú pl'~IU' talll-
hien de la oposicion de .\IellllizaLal, flllld:\(la Cl! lil." diJ:I(:io-
nes ({ne ocasionaria la dcccilll\ pOI' parl id!!';; Ú PI',HI' , en
fin, del medio conciliatorio fllle Jll'llpn';l) C:di:\Jw, lte IlllC se
tomasc en estos una Jl0l'r~ioll (k [I):i mayo!'('.; cOlltl'ilmyellles,
evitando así (Iue las capitales mOllo!)oliza~cl\ la c\eccioll,




LIBRO iiE:·nO,


el articulo fn(' d('~eclu\(lo rll la se~ior\ del 210, !l\llIdiélltlose
eOIl ;;;11 reprOll<lcioll !oh, '::< ('~p('r:l1Izns 1¡lle h~ gentes
dp! J\1ilYimil'llllJ bah:,ill ~'Ill!('¡'ilido dd dl'~\(,11l11l'[\(¡o pi'oyec-
lo. Con ('lla ~1' Cllillplclú la ,11-1'1"1:11, dl'h:d,¡ I'li ¡¡:\!'le {¡la ral-
ra di' IJI'i'li,;iull Tt(' 1\:,/" <'l ¡ií¡i\i~le:';o\"l,\\'('()il\l':\ el \':'\ie1l-
lo .í.", Ú h di\(']"!!"III'¡;1 ¡¡,¡C 1>1:1 ""!l';u,:!;¡ ]ll'om:wi,', en[I'(' d
y la comisioH, ¡d alii'iltnl[IH' ¡\(p1dh di\l'í'gl'llcia dió ú los
eilemigos de IllIO y pti'8. , Y :, hl L';~Íí' n(,'~I'.;¡t!aJ ('n que S(~
\ ji), al Itn, ('\ ~((J\¡¡('l'1l1) ,:e :b"!'i:I:'-e :'[ ¡¡na comi~jon ya
\encidn.


T/'1'il/' !~I':1\í',])('Il\(~ Ú In: (""lI! adi)S ei ¡,eyt>s t!ecisi\"o del
2L que 1(", illl!lI'dia ~II]¡¡!' plll' Jlw;l\n~ Ie~all's Ú los C5eaüos
del E~la!l1rlltn, .\ dlll,; e'lw,'ahall ('III[)(ljai'~(' pOI' ~\l volo pro~
pío, ya como I'let'lo)'(':-i \kb~",lo~, qlH' POdi:\Jl ser, dc las tm-
ha~ pl'ol('\(II'i:\:" ya comu eapaedatles, ya como (~mpleados
dI' ea\c~oi'ia. )'a, cn \in. por bl in!]l1PllCia dc las sociedarlcs
~r(')'('la." " \1(' la '¡iliria \;(([1111<11 I'll I:I~ (',Ipilaks di' las
pl'o\illl'¡a~, donde, en el úl¡imo í's1I'ClllO, habrian rmplcmlo
c~l()~ ('nl'l'poS, ('11 f:lYIll' d(' ~C1iS nmigo;:, su ascendicnte 1'1'\'0-
lncioll<ll'in, Cit'l'lns ¡J(. fJI1;', pOI' lel" disp()~¡e¡ollt's ~-a yola-
llns de la Ic~ (pI<' "l' disemia, hlllll:'ya a"amlJlea S(~ CLllil-
llOlldl'¡;t casi c,.dll~i\':111l(,1l1(~ dI' lwm!lri's dr ('<HHlal, Clll'llli-
g()~ lIatos de "liS ¡¡hiles ill' 1¡'H:,IOl'ilO, ,ie!'01l (/1It' JlO tellian
tiempo I{lle !lel'lll'r para pl't'~('nHl'~e de la nnlid<:lí[ Ú que se
! 1',llaha tle eondeual'los y 1'lI1pl'Zn!'Oi\ Ú lllOYer~e pat'a COll-
jlu'al' arJllr'! l'irsgo. Los dllh~ secretos die1'01l "us ÓI'¡]I'Ill'3 al
cluh púlJlico d('[ c:tfl"\;ne\o, y f1l ("[ ~e fO!'JIW1'OIl en COllse-
cU(~llcia li~l:l~ de pI'O~('I'¡p('ioll , ú la ('~¡JJI'D\ de las cuales se
yiú (ip:\ll'at' los 1l01ll!Jl'C~ ([" TIII'I'IlIl , ~I:ll'1 ¡i!t'Z de la nosa y
PCl'piilú. P¡\\'a compkla¡' el dcclo de esta couminucioll.




56 AS.\tES DE 1".\BEL IL
Mendizabal fingió [lllcrcl' I'r(¡l'~m~(', 11) eHi\I, ('!\ a:;l:dlos lllO-
mentos, er¡ni\i\lia :'t la <l11ll'1!::;.a [ ,',,';1' :!\ p,:'"i!l ,"IIl!U'l'-
no, sien{lo notorio f{ll:_', d!l~-';IJI!~I ~i; .. :¡: !" !"!/~!;' '>~~<'i:-, c:H'gal'
con la cnorme' re~pl)1I91)ilid<id '!'!\! (1 ~:¡:'la ~ ¡[¡i:t ('ch,\l1o
sobre sus ltom]H'os.


Asomando, pUe':', ]lelii'¡'()~ pOi' \,){!rh ~:\:(),',' ":'lf:]¡r:" ,Ir'
los mismos in(liYidllo~ fjne [()~ ('i'l'iU',\!1 eH'Ii:':""':;' ,', Ofi'I'Cl'l'
Sil interve'neion ami~lo~a p¡lra (" iladll~, y "~l'!.!ri('l'nll :'t
l\Ienclizahalla i(lea l]t: ])1'(\I1II'}(':;:I' l:i <1i''':,](':;;)1 'i': l':,L\!lIl'n-
to popular. Hc~i~li/¡"e i·! d'¡",:¡Ii¡' :;:"11:, " " ,
sin duda q\w. C'Il L\ :'l',ioil di'! r'í, 11':'; í ,1'\';'1
»110 hal'~l tllanloe;-:,t(~ (Ji!;.;upai'l¡' ;;:~r¡:fr:' ,1", ,1.:U'~l!!)~¡;_·¡~1~tI
»)cslé reunido, si C~ pnsihlt-¡ ::Cb~~i 1<1 \ I,_~:~J, ti :¡~¡..,;n{l d(11 dia
»en que el otro le ¡'l'e~!Ipl:\('('" 1':"" :') ("'i, '" . :,: (',J':íD ¡¡ji" de
)lbs t1la)Ol'CS !:':l¡',mtta; ('11 ;l'~i' \luc,:,' !::1" :' ... 11" pedido el
»voto tic eonlbnzr'., con la intl"wi"ll ¡1" 11 :':' ':(' ¡~\ «(:)) ,IIj'!'-


cía presumil' [ple ~\t('J!"liz<lJ¡,d 1:'1 1\<1:' \,:::'i:\(':':i:~ , C'IJiJl'C
tallo CUilllllo el haher si:lo ([,,:(,,(,1\\,,;: Vi' :"~:l ('oí'la llU~ ueia
el artículo 17, 1l1\'1l0S i:lIp::':l:i::í¡' • Y" "
ulla mayoda mas fuci'le. piU'("'::· :i:i :;, ,:,;,i
para provocar \lila l'lIi:h~,,\ ("(';'~'J,:


¡,;, "":.i1':n, por
""':::,;:',:!o fúl il


hlieos. FOI'!ifh:ósc e~la (';'e:'lL'i,: ';i -.:;' (1:::'
sc juntaron el2;)pal'~\ COH!ln:i;i" ::: d",('" . ,'í: :¡,'::i('. Pero,
ya rennidos ellos en el ~:d{}d~ : ~\q 1:;7; !(il)H::~;.:, f',:; il()]U¡H'{'~
de 17 de julio tle H:U í) 111: :h' i :'1 ':1' (';::'['0:
to tic 1R:1;J, recibi!') el !)!'(,~iii"i:l' llll ':'1'0
en que, anUlleiúlldo!e la ll;\',,,,[,::,ri "~': "¡ ,::1


• ,_ 1


~,~ (¡{' :\~,(h-


. ):,,::l¡/.;lbal


gas de asistir ú Lt (¡i~cl1~illll )¡¡'!l'i,;!; .. .' : ': 1,.;J¡¡;idall en
(fue se hallaban de "critical'Ío ttl¡:I:'1 ,::,1, 1;1:,:','.'J<I ('1\:1\l'l::I"




L1l11lO ~ESTO.


al S,'j'yjeio de S. \l. y (le In pal!'ia que se su~pendi(~sc la
"e'ioll, lo <:[1<1\ ~l' :1('01'<1:') <i:: diiillll!:lrl.


En\!',·, L\lilo ';[,'II:li/:I;I,\I \ ¡i, ~. 0\ ú lI11w]¡as veces:'t sus
Clllli¡.<o,;, 11'1" \ \ ¡no ;JI p,lI'(ln, IlOllli .. ~I~ hl\i1aiJa la Coherna-
llora, n'lIlI¡ó 1,1 COil~I'.iI' (ie .\rilli~ll'()': y, alelllatlo pOI' llllOS,
all'l'radu )101' (III'(h, i\,\ll'(!il:n JlOl' 1111105'0, n'celoso quizá de
'1'1' l'IlYil!'illl ('1\ Lt anilllal¡'\I'I'~iuj, ('OH que se amcnazaha á
!o., pi'ncHl¡:Hlorc~~ de ht ¡~\ayni·.iLl (1!:.,:~\1~lnte~ adoptó, en fin, el
\cmpe(':llnclIlo lit' ('''I'''1l1l~,l' al ('illl,.:'jO dr (;ohie!'no fIue,
l'l',llll'id(l d",'pll(,~ d,' lilW';¡:) tiC,:I/li) 1" Illla lI\¡[i,Jal comple-
t:l. fl!(" (·Ul!;.:·l·{l.~·a:LI p:~~':!. :~·'"H·i¡11'~n Ú la i'(~:ipoH~ahiii{lfHl de la
medida qlií' ('(1'1 1¡¡l!íll :11":(11' ~I' ,o!ici'a!;:l. '\0 ('nlró en ella
di' Ilu,'p:\ \I:l!li!!:l' ('~k ('w'I'PP; [h'i'O, i:hll"lillo lL; fIlie lo,,;
dl'lIl,q.::oc.:'b ",:Ullall i·'·~IIl·I!()~ il ¡)J¡(('llc'l' pm' la fuel'l;a COllce-
SiI)LH'~ mi\~ I:das 'lile Ilb que porEan rc~nllar de la disolu-
eioll, y \ ien,lo q\H~ ('~ta I'['a pl'O!'\lumHla tlllllultn:ll'iamente en
In, ('A,"'; \ :·:II..;I'·lIi,:;¡ ('(\11 al'.1Il!' ,'11 l()~ di,ll'i(J~ ('cdactarlos
jlur jli~ PI'O('lIl·:\t!III'l"; lIli(,ltdJl'o,,; di' la cf)Jlli~ioJl ,ellcirla,
:wl'l'di/I Ú 1:1 di,,;pí)~j('ioli, dalldo 1'\ jo::; mi~mos periódicos y
:\ I()~ dlllJ~ C'!H',ll'!l() dI' ju..;!illC:\r!;¡, ~ ':"j:lIl11o áotro~ cuerpos,
entre lo:, ('Ilalc~ -:e ,iú, HO ..;i" :'ili'jl¡'(OC,;¡, al (:()lI~l'jo ¡le Ia~ 01'-
,1(>11(''';, l'l clli,bdll de 11:\( .... ,. l'!'[li'(,';('IILlCiolll;~; á la rcina para
¡¡ut' llO :u!Jilitie..;t: b ,11l1l1ll:iada diillisioll dr \Iellllizahal. El
"2'7, se le~ Ó ,'11 Ilh ¡':~I:lIllL'Il\I¡'; ~'l <1(,('1'do flllt' 'di~oIYia el de
lo,.. PI'Oe\l\':d()lT~, ! ~l'úabha el 17 dI> fellrero, para hacer
h~ UlI··\:!S f'1e('t'iOl\l'~ COll <lIT('glo Ú b\ l(~y electoral "¡gellte,
y el :21 d(~ J!lIII'Zil pal'a la <l;)l'I'llll'a lit> la nW'\1\ sl'sion.
L(ln l'~to ~(' diel'lJlI P"I' ~al i,k(·llíl.'i lus revoltosos, y el
Jlro~f'('lad¡) Ih(',ill,lliI d,: I,)~ ;:,·rr~ ¡JI: In oposicion par-
1:llllelltal'ia se redujo ú una l'l'llt'el'l'l\lla (pie se les dió




58 ANALES DE ISABl'I, 1I.
pocas 11Ol'as des¡mes de 1Iahcl':,c promulgallo la disolllcion.


Asi acaharon, á los se[cnta ¡lia- ele rC¡ll'Ítalada~, las COI'-
tes, en cuya r('naion hahian fUlldado :llgllllOS li:;oll!:(cras e~­
perallZtI'Í. Proclamarlas el paladio n tI(, la liherlad, mientras
(Iue se creyó pode!' J1('ut\'alizadas !lO\' ('olltl'J1lpOl'iz<lr'iolles o
suhyugarlas por amenazas, se iris disolvil" COH mell!.!lla,
c\W1Hlo se vio levantarse en su seno una oposieiotl <¡ne, ('n
el telTeno mismo de las (liseusiones [HlmilliSI.I'ativas, tomo
un pronunciado colol' I'!llitieo que hizo jemer ú los ealta-
dos el hUlIllimiellto rlelll1iJli~lt'l'i() en I(W' l'Ilo~ ~l' apoya-
hall. El yoto de confianza, que COlllil'i6 la dieladl1l':\ Ú \Iell-
dizabal y tl'asiatló :'\ sus manos el pode\' ah~(Jlul(), tan m:t1
mirado cnan(lo lo ejereia el he¡'c!lero d(' mnellOs reyes, fué
el único fmto de larca s legislativas <[He se anunriaran COJllO
destinadas á poner un término inlllcllialo á las calamidades
de la patl>ia. enieo fmto, ~i; Ime~ las Illo(lillcariones fine
se hiriCl'Oll eH la ley de !alliliria ~:H'iollaJ, 110 11('g:tl'oJl Ú
discutirse si(¡uiera en el otro E~tamento, COIllO no Ilega\'on
á discutirse en el Jlopular las variaciones hechas 1'11 el de
Próceres en la ley de espl'Opiacioll por {'an~a de utilidad
púhlica. En el seno (It: nmbos rIH'I'pOS, se hicieron, ú la ver-
dall, interpelaciones sobre ILHTibks as('~inalos comr:lid()~ en
IIna gl'an capital; pel'o, en lliJlgnno, tliú el gohiel'llo Illas I¡ne
re~jluestas evasivas, ni procUl'ú call1lar la llnsiedall de los
illtliyicluos (Iue ~olici[aron esplicaciones francas y, en ('lhs,
alguna garantia de (llIC no (lllt:(larian impunes los delluncia-
dos crímenes. Las Cortes rcunidas tlpstle mediados de no-
viembre hasta fin de enero fUPI'OIl, IHWS, entone('s, eomo lo
f:lCl'on easi siempre Ins asall1j¡[ea~ le~i,lativas ell Ia:-; I~poeas
de transieion y entre los horrores ue la guerra eivil, lIlla




LlBRO SESTO.


trisle parodia dr, lo que de mus aU¡J:llsto y solemne tiene el
rép:imt~n rcpl'f'selllali\il. Con rila se rlió nn nuevo golpe á
la f'o!lsi(lel'f\('inn flllllr;\ deja 1'C¡H'l'SClllncion nacional y, de-
moslnmdo en UIl [crcer ('lisa) o (¡He las supereherías de
llllOS Jloeo~ jll'l'valecian sohre In:; intereses de la generalidad,
y frns(l'alla~ )lOI' Irl'('('!'i\ VI'Z las esperanzas que los pueblos
dI' F~]lniía. eoneibicl'oll de la reunion plilJlica de cms man-
datarios, se alejó imlefillidamenle el momellto de que ella
illSpira~r, conliallza.


Si, pOI' la di~ülll('i'HI del Eslamellt o popular. conjuró Me n-
diwJml sus 1lí'1 i;.:l'Os propio:, y los de sus amigos, no le era
iguahw:llle fú('il conjurar los que pOI' tantas parles amena-
zaban al rei;¡o. Su i¡!llol'ancia ,¡t!ministrativa Iwhia de tal
mancra comp!ieC\(lo d Illecalli~lllo sencillo de la máquina del
gohiemo (¡ue uellia paralizarla el mas pequeño de los mil
incidenlcs flue ¡\ cada hora ¡.;c ,lgolpaball y Sl' sucedian con
espanlosa rapidez. Jficnlra,., (luC', d,llIdo como \lU hecho COI1-
slIluado las eventualidades lejanas del tI'atado de 24 de se-
tirll1IJre, se anuneiaIJa la lIega(la á t:spaüa de dir,z mil auxi-
Iianspol'lugm'srs, Jlovc(hHles oCllLTidas en Lisboa detuvie-
I'on el envio tll~ un cUl'rpo que nunca sc pensó elevar ámas de
la miiad de a1lucl número. ;\Ianifestúndose divcrgelleias en
aquella capital sohre las eleeeiones dc diputados, el gohiel'l1o
r1e~tit\lyó enérgicamenlc ¡\ algunos ofil~iales q\le, coulando
('()lJ I'! apoyo lle los progresistas, habian lonulllo con respec-
to ~\ d una actitud hostil. Intel'esóse por ellos uua parte de la
gual'l1ieion tle Li~boaJ :- la reina tloüa ~laría huho de repo-
nerlos en sus destiuos. Clamúse entonces contra el envio a
Espaüa de ulIas II'Op~~ que 110 lllo~tl'H1Jan ir (le buena vo-
luntad, y de que se supuso (Iue pouria necesitar el Portu-




ANALES DE ISAllEL U.


gal, pues que en algunos de su~ pueblos habian poco antes
celehrado con estr(~jlito lo~ mignclistas la fiesta de San Mi-
gue\. Palmella y sus colrgas hicieroJl llimision; y, (¡!lilados
los estol'bo~ que (lurante algunos d ias iltlpidicl'oJl aceptarla,
fué renovada en el momento llli~mo cn (Iue se abrian las
Cortes en ~Iadrid, formúJI(losc \k rcsultas uu millistcl'io
nuevo, á cuya cabeza se puso el 1\1¡mlues rk Loul(~. Este
cambio ministerial sllspcl1llió la mal'dm <le los auxiliares
portugueses, de lo.; (~l1;\l('s ltnhian IlP;:nul0 dos mil homlJl'es
á Zamol'a eli (le noYiemlJl'(~ Ú la~ '\l'Ilel!rs rlel IJal'on de las
Antas. La segulIlla hrigada, malu!<l(la por el ¡Jamn del
Pllente de Santa JI aria y Cotl1JlllcQa de ignai fucrza, no lle-
gó á Ciudad-Hodrigo hasta fin dl'l ~iglli('!l\.(' mes, al con-
clui¡' el cual se dirigió lentamente ~l Salamanca. La escasa
fuerza de la legionlusitalla y su mala cOlllposicioll frustraron
desde luego la~ e,:peranzas qne di: su cooperacion eficaz se
habian concehido. Ll primel'a ]n'i;zatla, [('jo::; de m<lutener
el ()J'den en Zamora, como lo halJl'ia dehido, ya ([Ile no se
mostraba dispuesta ti pasar adelante, le tmhó al contl'ario
algunas veces, promoviendo SI1S ~oILla<lo~ a~l'ias y aun san-
grientas reyertas con el paisalla!.!c. Acalltonada en las
fronteras de los (los reino,' peninsubl'l's, no Sil'yió alli mas
que para aumentar los armos (Iel tl'SOl'() espaiíol.


Pal'a esto solo sÍl'vió iguallllente la legion in~lesa, com-
puesta de poco mas tic ocho mil hombres. Los soldaLlo~, fal-
tos ele instruccion y de disciplina; la oíicia\irlad reclutada
entre la juventud radical; sn general F\:tllS, JIlantcnielldo
con Cónlova una at'lllollÍa so~p('('h()~<I y cspcl'ando suplan-
tarle en su manuo, para lo cual hizo desde el principio e:o;-
fuerzas lIIendizabtll empujado por Y¡liiers; lales eran los




UBRO SESTO. 61
elementos (le afluel cuerpo, que quitaron luego los escesos
y las cnftl'medades, ya (11I(~ í10 ¡n~ combates, á que nunca
m3nifl~staron ínclin:l('Íoll. AlgllllO~ de sus gcfcs, desesperan-
zados lk podel' con tal('~ hOlllbl'es scr útiles á la causa de
la reina, sr vol viel'oll á Sil pa ¡~ y rehusal'on contrihuir por
su parle ú la mina de E~paüa, ;1 la cnal conspil'aban, quizá
siu pensarlo, los que, consulllit'ndole cinco millones mensua-
les, no le lll'csl:mm en seis meses el menor servicio. El
duque de Fría" había 11 e <:110 ali"lal' en [l'ancia otra legion
auxiliar de fllIl' ::;(~ diú d mando al coronel SWal'ce. Entl'afla
en Espaiia, ('\.:I~pel'ú en hreve ú lo,; habitantes pOI' la vio-
lencia lte sus ~l'opelia,;, y fué preC'iso Iiccnciarla despues flue,
durante al¡!;tlllas ~(,lllalla~, hubo asolado partc del alto Ar'a-
gon. Los m~h de ~ns soldados, rcclntados como los ingleses
entl'(' la hez de la Jloblacion, no pudieron atl'aveSaI' la
Francia, para volver ú sus hogares, sino ohservados de cerca
pOI' la R"(,l'lLll'lI1('I'i:l, ;'1 la clIal ('ran cOllocidas sus rlisposicio-
nr's de pillage . .\0 :-iC e'IH'j'aba mas de otras hallllas llc
aYelltu\'el'O~ ¡'e<.:lutados en Oporto -: Lishoa pOt' el coronel
ingles Dodgins y rl it,diano Bol'so di CaI'minali, entre los
estrangeros que, lle'Jlp¡jido~ del ~l'l'\"icio de Portugal, tan
prontos se hallaban i\ senil' la caus~1 constitucional cn Cata-
luila tl01H[C, en número de mil:" qllinientos hombres se les
trasporto ú hlS úl'dencs de .\[ina, como la de la 1 il'anÍa en
Egipto al senicio (Ie:\lehcmct Alí. El partido ingles levantó
HO oil",I:Ulte iI las IIU!JCS la importancia de esta cooperacion,
afectando mirar eon tle~den la (le la legioll de Argel, úni-
ea quc, entrc todas las L'stl'allgl'l'as, prestó ú la causa de la
reina sen icios rfeetiyos.


l.a quinta <le cien milllOmhl'es fine, bien dirigida, habl'ia




62 A~ALIlS DE I!UBEt II.
podido libertar all1l\is del ~t'av~lInen ue los auxilios estrau-
gel'os, no producia entretanto, Ú }ll'S¡U' de las otleiosas
ponrlel'aciones de la prCllsa, H'utajas mur:ho mas sclíala-
das. De las cuatro provilll:ias de Calallllla, sc fueron casi
todos los mozos sorteahles Ú cllgmcSal' las facciones (l'lC las
rl'eoITian, y lo mismo sueediú en mucllo~ ¡)11l'blos de bs tres
pl'ovineia~ de ~\.ragoll, de las de Castelloll, Cuenca, Ciudad
Real, Toledo y Logroño, y de las cuatro <le Galici~, En estas
últimas, no ~e pudo hacer la (luinta SillO di.;trilmyclI(lo en
los puchlo~ las guarnieiollc,; enter¡\~ de Yi¡:ro, el Fei'l'ol y la
COl'uíla, y dejnndo eslns plazas ú merl'eÜ de los lllilieiallos :
de eompaflías COlHjllIeslas de illú[ilt,~ exrllLos hasta en-
tOll::es de aquel sel'vieio. PCI'O eSl,b pi'ccalleiolles 110 c\i\a-
rOIl <[ue el cabecilla topel se lley,bc un fllert(~ depó~i!o de
los quintos ya reundos en San Mal'cos, mirarlo como un
alTabal de Santi3go, ni Cjue de la provincia de PonLevetlra
pasasen oh'os Ú Portugal. La mi~nla dil'('cejOll [limaron nm-
ehos de las tIc Zamora y Salamanca, sin tille Ú retraerlos flle-
sen parte las ól'llenes de la autoridad milil:\l' que eondenahnll
á los pueblos á pa¡.wl' ~,O()() ¡'s. 1'01' cada UIIO de los ([\l!' :,C
ausentasen, eumHlo ellos ó sus parll't'~ no tll\ies(~!I mediosde
satisfacerlos. Iguales (li~posicioll('s dictaron :11 mismo [ie1l1-
po casi toLlos los tlemas gdes lllililal'cs:- ('iYib, y tampoco
impidieron ellas I[ue se marchascll ú ~llS C:l~as muchos mo-
zos (Iue no podian in(,ol'pol'at'~e :í bs ÚH:l'iones ó emigrar ú
uno de los reinos Hcinos. Los (11W IIf) tenían otl'O llIedio tic
libel'lal'se (lel servicio lo Jogl'ahan apl'onlnlHlo lIlla suma
tenuísima con tlHe, e~c('Jl[o en las l'api{:¡\t'~, r,!allan ohliga-
das á contentarse Ia~ alllul'idatll'~, t'u l'azon tle la pel'Cllto-
rie(lad de las atenciones que las abrumaban y de su falta




LIBRO SESTO. 63
de ¡'ecursos para cubrirlas. En algunos pueblos, ademas, hu~
bo ¡'eycl'las !:;ravcs p,lra impcllit· el s0rlco; en varios, se ape-
dreó al ayl1ntamiento, } l'l! Illas dt' lIno el grito de viva Cál'-
los V I'cspo\lllib al lIamamiellto de los sOI'leados. En las pro-
viucia..; vecinas de/leal ro de la gU('\'I'a, en las de Burgos, so-
})l"C todo, LI'groiío y Sanlanllcl', fuémencster admití!', en cuen-
ta dc su conlingrnlc dc qllinla~, los s0ldados que componian
los cnc!'pos fl'ancos, pOI' miedo de engmesar con los sortea-
bles lle llIala voluntad la,.; fila~ de don Cádos. Así, la quinta
de que se esperaroll setenta y cinco mil hombl'cs y 100 mi-
Ilolles pI'Odilj'l :,010 :2,) millones y cincuenta mil homhl'e~, de
los cllalc~ ~i)I)í'¡' treillla mil tan solo se inrOl'pOl'al'on (les de
IUI';m culo, ['egimi,·!! lo:,;, ~\ un 1'~1 os llicieron 1m sel'yieio lilllita-
dbimo, fctllo~ cUIno lo e~lalmll (le ~\l'tnas ulIas veces, de vestua-
rio olras, !1m) fl'eeueulemcllte de pugas yen general de ins-
trueeion, pues el movimiento eOlltílluo Ú que estaban conde-
Jlado, tod'J.-; lo,,; ClW¡'PD'; del l'j¡"l'cito imJledia jll'OP01'clollarla
ir lo~ rrciell illeol'jlol'atlos, Emhrollados asi los negocios (lel
pai~;, (lí'~(1pal'('eiú pOI' todas pal'l('" la confianza que, t1ll1'an-
te un tiempo, ill~pil'ú:',lIl ú lo;; ('l'('dulos las jWOmCSH" del
(¡ictadi}\', Sus mayol'es amigos se apal'rjaban ya para aban-
donarlo ú la befa pública, (le q\lC ;lebia 11Icgo ser el triste
blalll:O, } las disposieiollrs C'llllÍ\-OCflS, sino hosliles, de los
hombre.; tll~ sn parlido olmlbau :1 su "ez sobre ~Ielldizabal
mi"mo y ~o1Jl'e el ¡t:ohiel'llo, ú eU~'a eaheza se elleonlraba.


El! ]lH'dio del (lesconcicrto (¡ne reinaba en la Corte COIIIO
en hs provitlci:l8, \lO ('ra posihle que se aprovechase nadie
ue la \aeilaeioll CII que pOI' entonces se hallaban los carlis-
tas, ni de la diYCl'gelll'ia l{lIe se nolaha en sus designios.
Esta divergencia se PI'OllUIlCiú, con mas fuerza que en nin-




ANALES DE ISABEL 11.


guna otra parte, (On el seno (le la (l¡vision navarra eSlnhle-
cilla desdc agosto cn CalaluHCl ~ que los eomhalcs y la IJe-
sel'cion habian tlisllliunido l'."t~'aordillaJ'i'llllrlll('. 1'ollayía no
es ca rmentados con la des \(~IlIIll'¡\(la SUl~ ri /; q 11(' ('l1]W á los (le
sus compañcros que allle~,;e Ile~(,I'I,\i'IIII, qlli~iel'on oll'OS
soldados :-eguil' el mi~lIlo canlillo. El tlj de ilnvic¡¡¡]II't'. dos
compañías cayeron sobre Fel, atravesarOll PI Esc¡'" por la
barca uc Estada y, ücspues üe costear las faldas Ild Pil'ineo
aragones con mil fatigas y [li'iyariollrs, aenl':I\'oll pOi' l'clHlir
sus armas Ú un puilndo dc lllilil'j,IIIO~, 11I10~ ('11 los llloulf'S de
Ohll'l'iela, y 011'0:i en llJs de ikbul'. igual J'I'\ (',~ sufl'iel'OIl
ya dcntro de sus mi~lIl() paí~ d(l,~ CO!lIP,II'li¡h de ¡';llÍas Cjue,
separadas del gl'lI(,~O de la diyj~ioll, ilegal'oll ;\ S:ulf!.úesa
con algunos caballos üe Cal'lleu, rOllocirlo pOi' el Hojo de
San Vicente, y cayeron en mallos de lrial'le, {\ Liempo tple
parte de la bamla de illallolin, (11lC habia acw.li(lo ú socorrcr-
lo, caia en la~ (le "\Iendí, ii. _\iu~tl';lJliio j!!II;t1('~ di~llll,;¡cjoll(,s
á la dcsel'l'Íoll ca"j I()doslo~ ~olda(in~ !l(~ la d¡\i~il/II C;llel'glll;,
no halló éstc llIas medio de clJ::tcnerlo~ '¡ue tli~ponel' él mis-
mo elrcgl'eso dc toda ella. En eon~(~(~Ut'IH'ia, t!l'slllmlll'HlIdo
Ú los cl'istinus con ¡jircl'cnle~ lIlulliohl'as qm', t'j) ,:oll dcl'\ar-
gó,Ol'g:ltlia, Scllellt, ,\¡na;nulIt ~ Pohi:l de ;-;I'mu', hizo eOlI
la ¡)I'igalla de BOI'!Y~s y coa los h,ll,li]¡IIIC'" de Lérida,\Jau·-
I'esay Tal'l'agllua; illfoi'mado ,1I¡(,Jlla~ d(~ l[ll('1II1a divisioll Cl'is-
tina, que del alto '\¡"\f!.OIl habia aC\l(lido ,;1 SII('()I'l'Ü de TI'cmp,
se hallaba en ar!uella villa, y pl'lICll'fHlo d~ la lleec~¡tl:HI de
cvitar un cncucnll'O C01l dla, (pHC~ la ~u~a <;[' lwllaha redu-
cida ú mil y lrc~eiclll(Js llOJllhn'.- con ~esellla ('almllos)
salió el 21 de la Pohla y de l;c!'i'i, para yo]vel'sc ~l su pais
por el mismo camino ({lle Ú la ida haJlia seguido tres mc,es




URno SE-TOo 65
antes. Sin ser ineomolh\ílo ;¡lojó en el Jllismo dia sus tropas
I'llltotla) La.;r'll:llTt', al ~i!.!l!i('!l!i' p:t~/J el {:inca y, segnido
á re~Jlet\l()~a di-;I<lill'i;\ plll' d COi'Ollei \lil'<iIHIa, que habia
salido de ¡;t'l'l'i al JIli':1l1J lielllpo IjlH' (',1 d(' 1;1 Pobla, fue Ú (\01'-
llIil' Ú ILII'lJ,I',[!'(J. ,\Hi, COII 1111:1 coaliallza (Pl(~ tellia risos de
pn'';lIl1l'ioll y :IUIl de leIlH'I'idad. ,(' (lduro ha,t" d;¿3 ú me-
dio dia, :q,;n:ll'd,llltlo ¡!lIl~ ~(' le illC~UI'pOI'{\,;ell Sll'> rezagados, sin
que \{¡l'amla pasasp de ElIate , 11 i ~e adelanlase ú la ciudad
hasta (Iue supo h sali\h (le Sil ~\\\v(,l'~ario. I~ste continuo su
mal'l'ha COII dil'l'I~('ioll Ú Sil"lamo. ~- en\llgnc:-> tropezó COH
ulla t'olrlllllJ:l dI' Ll Il"fiilll ('~l!'allg('1'n llIalHl:lIla por el coro-
lid COIlI':id, qllC, CO!l lwlici:\ dd 1IlOyillliclllo de los enemi-
j:!:O';, habia c:lI'l'idll d¡·.;dc ¡ lltl'Sea Ú ¡li~pularlcs el paso. GlHcr-
ílU{' le ml'ollú ~ill 1,~r!l~~i'I:I), \ , ]H'(hij.wicnrlo :'>11 camillo sill
ser Illl)\e~\¡llln, pn:;(l ú la Yi~\a (le Hllesca, c3\\la y medrosa-
mente I)h~('\'Y<\(lo pOI' COIII':ld :- \1 il':llllh, :' Ú ma:- (lislam~ia
por Ikl'lldll' mi';!I:!). ifll,' 1;1I":t' « JI\;lIiJlIlc'llle H~ Uloyiú tal11-
l¡iell de '\[OIlZllIl. Dl',.pill'~ dl' lUla JIl:II'ella tic ocho clias y
¡J(~ 1 111 rl: \1' la Yi;2:ilallcia lb, .\L:I1'\\'Z Y¡¡ro, qlle ~e lwllaha apos-
tado para di'Plli<ll'¡" P[ ]lil:;n, (:I\li'ú el gel'e carlisla cn :\'a-
vana, doud¡', Ú 1I1',al' de lo.; C¡\I';2:0' Ú liU(~ dio lugar su con-
duela cn Calalnú:l, ('~I'itú gl',lllde entusiasmo su casi prodi-
giosa l'(':lparic·ioll.


He311imú ella el espil'itll de los realistas de allucl lelTi~
lOI'jo, I"lt~, en illaccioll dl~sde el 1l1l'S de setiemhre, no saca-
ball p¡¡!'tido d(~ la snpcl'io!'itlad nUIII~rica de sus fuerzas dis-
ponibles :-. daklll ;'l jo, cristinos tiellljlo para allllH'lltal' las
suya~. ~\.tl'ihu¡a:-;e en p:I:'I<: e~la inclc:li\i¡latl ú la influencia que,
sobre el ánimo dd PI clenJiellte, ~c tleeia ejercel' su ministro
don Cúrlos Cl'IlZ ~layol', ~, (¡uiel! acusl\ba la voz pública de


TOllO lll. ;)




úG A';ALES DE JS.\TmL TI.
aleje1\' (le la pCl'son,1 ,1 ~ ~I\ ,¡::¡n, ti,., ~\l\'l',;ii¡el!c¡a tic Ofíate,
y auu de su:; ¡,edw'idll- \ di.,;:,¡):,::,;·. dlJlilinim:, ú milil:u'c:s
esh'angero~ que ¡h,I,:: r ID r:n'li(':ll'i:\ ú oi'n'c{'j'k ('[ ilpoyo de
sus brazo:" y :'t 105 ¡l c'l'lllrs ¡'¡ rl~:~"r¡():. de (':'l;¡l:¡]i~t,\s lille
se presentaban Ú oÚ'Cl,(,:·l;, l'('('¡:~':::'; n:li'I'()c.(i:, ~ill t!lHb,
pel'O indispensahles CI1 c,i¡ ::ilu,',l'j':lt, í!!!I0i'¡':l\lh,'c l'lllullCCS
que la política estreeha del fa yorj \'1 era conforme ú 1:1S mi-
ras limitadas y al f:uwlisiIl() (':'iúpúJ¡¡ de su rey, mlllle c1a-
maha sino contra el b!mh¡'c r[1I(' ::1.' ~lIpOHi~, dil'i!!il'lo, y los
oficiales mas aYl'\ltilj;!d!)~ d,·;t ",:"¡','jl o, in¡]i~!i\<ldl)s d(' la
actitud pasiva Ú !fUI' ~(' I(':~ (!I,;:,1..':l::kl, P¡lI'CI'i¡lIl ¡'IH¡,'al1l1'lIte
ilTitatlos cOlltra la \{llli:h:d y d ("pi!'illl ('~dll'¡\o de Cl'llZ
'Mayol'. Eguia, mutilado.\ I'ni' ;'!Uo, !l'1 ::H;:lmlIH mm la ac-
tividatl propia para <I"('V'u':Il' h (~:)'ii¡HC\('i()iI ,;,' UIl pl'Íllcip(',
en q\lien vecinos paeitL:os,C<\I\Ill'"í'd;:- (',,',\\'::('('i:!oO' plll' de-
magogos, pal'e(,¡~:l ('ik,~' \:<1 y:';: c'y'i'ilnz:\:, de se¡::Hl'ilhl
y reposo. Lo~ 1lJi~IlJ'I'; ,¡::(' le!." :¡],illl'::i::l"m Ic':ili:lji yerIns
desv:mccillas en la prim,lH'i a, ,,¡ ~e pl'(,!nll~:ili:\ la lllPI'cia
en que yacja el ejéi'cito dI: <1" Il Cúrlos y si, ú hwor (le ella,
se I'('forznha el de Sil riyal.


Para lnr.:el' algo, l!elrnll¡ll:m)ii h·j e¡ll'btas ílcsll'uil' la
endchle casilla (¡He, Ú la ol'il1" i;cr'::'nh del \'i:i:l~():\,li:1-
bian fOl'tiUcf\do !O" nisti!l'is ~,I!;;'<' ,.; ¡)lit'HI(' de lkho]¡ia, y
que era un p;)(ll'on "i\'o lk b ¡'~ll:,nkll<'i01 lir lo~ '1ur, I!I'S-
pues Üe cuatro IlW;W", :a :;ili:1I)'I11. l',l\'i\ impedir :-;in dulla
que de San Schaslian se ('mi¡\o.eH l'd'llel'zo~ Ú aijlld Iluuto,
Saga~tihl'lza, (lcSllllC-; de bl!¡liLn' CE h Jll('h(' del JJ de Ilf)~
viemlm' las eo\'I,lllIlI'HS lid C:l!¡¡ldli (:e UlTil<llli, illaeó el :2:'1,
con tl'es piezas de "meso caii;);·(, y :I)~\('nido pOI' (los hala-
ones de Guipúzcna, el fnei'le í¡J' Sl','am h nl'l'cm , situado ¡t




LlnIW SESTO. 67
corla distanci(\ <le 5(11) Srh(\¡;,liml y mirado como una de las
lllas im}lorimil('~ OJ¡I':I~ ('~leriol'e" de la phza; y en el mis-
mo üia ~e apoden'¡ de d \ de. ca~i tOílo el destacamento que
le gl1:11'IlN'jn, sin <[ue la cillllad, mandada por el hrigndie¡'
Trll:l, liici('~l' ma~ quc cslt:rilrs dcmo~tri\cioncs p(\r(\ impe-
dil'l(l.IlI1<'iI(I~ dí~ :lfj\H'1 plinto y pudiendo estl'ecl1(\r lksde
d C'I hloqlll'O de la pbza, pasaron los carlistas, en número
de mil ~- lIuinicJlto,; lwmlJl'cs, Ú 11'1111 y cst(\blecieron una ba-
tería contl'a el fortin ddllUcnlc (le! Yidasoa. El brigadier
cfll'li,l<1 Gillllez, :llH!iH'i:mdo al general Ilal'ispe su inlencion
de :11:1(':11' <lljlJ('i ]íiíili:>, le recomendó hncel' l'etil'al' los pues
[O~ rl\lIlCe~('~ de h orilla dCI'('l:lta, Ú (¡unue no pollian menos
tie llcgnl' nl;'::lIll:b (!L; hs ll,lIas dc ~n hatería. Hnl'ispe, por
toda l'I")I(I('~l:I, ¡lizo ~ld!'I¡\1I1nr de Hinrl'ilz y S:m Juan de Luz
tropas y artilleria :t b\s ()j'(lí'lH's (lel general Nogués, y re-
fOl'zillo, \)\ll':·;tO:;; I:C IHlOl:ia, UlTniia, "\ndnya y Bil'iatu; é,
ill:il'il'lldo, (;(' i;¡ ,!lÍciliJd el;] (file Ú "il'lud de SIIS anteriures
inlj¡llal'jilllc~ k:1Jian d('\ udln lus cal'lj~I,ls Ins 1l'incnlluras
(lllr poro :\Ille,; :-;,\l',\I',,1l dt',lrh¡ljo (le los fnegos (le Andnya,
la fac¡lida(t I'I);¡ 'Ilit: Cl';!Cl'i:.\i1 Ú las IIlle IIllcvamenle les hi-
ciesr, emiú ú ~1I ;lylld:1l1!r 130i5 le COllltc ú intimnr á los
}¡l'¡i!ndjl'l'e~ e !llllI'1 y \Ioll!elleg¡'o ({1W-' en conformidad de
lIlas estiplllaeinn('~ de varios U'all!los entre Espaiía y Fl'an-
)leia, (¡ue 1Il'\\ltiIH'B IcS:111lal' fOI,tilicaeiones en cierto rndio
Hle Hila y oll'a fl'olltera, deulOliesen las que acababan de
;.C(li'é:(j'uil'." EII yallO los gefes carlistas exigieron qne, con
al'l'f'glo ;í los lllislllO'; tl':iladns, hiciesen los fl'nnceses destruir
la ([\1(' los erj~till()s j)(hl'i:1ll :i la ('nll'nda lid puente. El ede-
('[ln ¡le Hal'j~pe conlcslú:- c La l'nwci" 110 reeOlloce en Es-
); palia otro SOhel'a.llo que Isahel Il; con ella hablan los tl'ata~




(l8
)dos: I:on sus ell('mi"N 11O h'llI' "inl" b Fl'ilnria (l11e la VO~
»Junlad dI> ~\l gO!;;P1"!1u, \ \'.'L' .. ! :'::.11 ('" <¡¡Ii', I'H .. lt('j'l1li-
»no de will(e \ ciI::i1'i1 j¡'ii' ,¡J:'!':'::: '¡., .. :,',:11',\; i'o!'¡i;ie<lci,)·-
»nes.)) Lo~ gefes c;l;'!:';:lt·; ,::!ll¡lli'()i~ ;¡.\ ~I;·~¡);·¡,il· ~¡l¡a úl'{h~n
que IlUll1el'o~n~ CgCI'pO:; f¡':i:::'(":\:; ~,\ ,lll/:::do' :'t h d,'il!;\ de-
recha del rio esia]l:lH ('H d' d:' rj""II!:\!' 1'1)(' :-i. POI'
colmo dc humillaeioll, un n:Íl':,\Il't'<I'i:'¡":; P:\:-I\ cl!)lli'lIlp ~I iJh-
peceional' la dCIHolicinn. ([ur ('\ :!'.) qtl:~I:Ú ,'Ií dt'i~!() (',Hll'.lui-
da á su prr~rlleia.
ll<:~lwch¡\llos, los cal'li~!:~: \ ::Í\ ii',"),! ~1i:; Ili'III:IS ('¡;llirll el


come1l10 fOl'tiJit'adu dI' :-1:1:1 ¡:';!I'lp¡ ",:i' , :;iIHado h:I.i0 ('¡ ca-
üon dc Sall Sl'h:\:':,liali, ~. ('1 :i i'(' d:,';¡'::d¡;'l' ~,,' :qilldl'l'Ú dc d
Saga~lihelza, igualme:lli.' :il;(~ ti" L,::'L:\: ::;"/"\ dI' lll'lill('l'Ía
que en (~l se hallnhl\tl. ~u !!;!:,i'ili,;,::: 10,","1 1'\'linu',;t' il la pin-
za, donde, llesÜe la tn!na {~I~ ~\~'~'iunL~H\'~\~ll, ~(~ h~\bii\il VJHpe-
zildo ú adopt:'ll' HH:d!dH~~ {~~, pITI' -:;lll pn)'t\ e-1 ('i.\~~O (1(1 Ull
sitio que todo i!ldica!¡a \;('j;:'I' r~!!'¡:;:d~Z~~;',"'\{' ~;;r)P. i :tel')~(~ IIHa
junta (lr dcfpllsa :\ ~ll~~la'ida¡~" :--c L:\diÚ Ú Lt~ ~\l'ln~::-~ Ú 10:-:: hi.t-
bilanles de diez) odw ;1 c¡n('\lCal,\. ¡1111l:'" "l~ hml¡') Hila COlU-
pa"ia de ¡\rlillcl'()s dc nHIí'\Ii'< !',.';'II!'i:Hlli< (\lll' lllí",I¡'alJ;i1l
buena voluntad, ~,e Ill'[!I:,!'UIl ¡ :::¡¡'i\l!i1\k~~' ~l' 1I1:\IHlú Üel'-
ribal' mllclws casa~ del l\l'!',lkil ,:,' : 'c¡q \bl'lill :- \oh!' q
maglliliro pucnle li\ ~~;;i'l\l : ::,('\;:;,,:. U (í, ;¡!llllll'i,lllilll qlW
iba ÚhOi1l])('lll' Llj:Í;IZ,I, inl¡:!),'¡ ~'¡i ;,:1',::';':;'1) ¡'¡ ~II ;.:olll'rlwdol·
que le ('1\\ i:\se (: P,I!'iI ;,\,;,." (:c la 1','ll<ii('ioll; maS
como ('~l(' IlIl eOlltl'~Ii1SC ell (t,d" el '¡¡<l. l'm!I\'ZÚ :1f!1!('1, 111'-
gada que 1'11(', 1<\ lIill'hc, ,'I,P:;:H'l' ]'0:' (l:,I',l ~Il ;lllicn:m:. r lit]
conslel'lli1cioll dil'tllldi,'J'i)J! ('i( 1;: (':;;.<:: ¡ jo': 1'~li'llgo~ call~a¡jos
pOI' las )W])1!J:;¡s (¡ne lus k,!,¡¡:1iH"'> , :dclllos ~ulo Ú Rahal'-
se, lo vel'ilict\l'on clllbal'CÚllllosc nl¡'oJlellallamcnlc cculClla-




Ll1mo q,Sl'O. G9
res (/p famili¡¡~, ([11(', ¡!W'1'0"I;\(h3 Ú Soroa, ]lO ('lWOll-
tr:m)[l por 1l\l1eho li"!!1;'!) ,:: :i" ri! <,:,;1 ,Illilll ,lc Luz; pues, ú


pa ('n aql!!'¡LI c:'i,:::d. 1::, 1:;:" (,:,1,::" " "";:1' ¡¡l' plL,!'\ gcne-
ra) JL1!'i:':pt' . En p) ~¡¡)"l':j .; 1, l:l ,;,,~:~ lo ,~(I ¡!fuJ~in;'¡ qnfi, flH'se el
cúlt,a.ll ¡](' Fi,,;lci:\ :'\ ¡'¡·'il":·· .. ! (':11 ti,,!:! nn armisticio,
dlll'<\llll' PI cli:',1 ;!i'!::', ::('!.'h':\\'::, 1::. ~:t¡¡da de hs personas
inhúhik~ pal':\ la I!d'(,¡~·<\. \lilnktl(':~:'() comino en un [\1'-
mi~\ieill di' ~(,¡, (;i,1,; :. (';:1\ 1',1;\ í¡I'!~I!:l. í!f' que pOI' cierto
U'nia gran ]H't'i"¡';¡II! i:' d";,ql"i'Cillidn dl'l lodo y rc-
ducida ;Í m::! ~1::U'l!¡"¡P¡! ji:, ";('I':('¡I'líl;¡~ ]¡Ol¡¡hn'~; con el <lll-
~ili() d(~ dos 1¡·:Ilí':I.llli';I;;:- ,!(' dos hnn.'ps de Yapol' que el
cOllJand:I!II(' d., 1:1: 1 f!ln?::>' Jlc¡Y:d('~ fl'anc('sas, ~Ilrtas en Pa-
sa¡.!:('~, dil') pal':1 Ll."i1ital' ('[ ! ;,~::,pO\·t(: dr' lo.;; hahitantes al rei-
no vecino; y llIt'I'Cl'll il 1111 vapI)]' ¡lIgl('~ 1\11(" drspues de
1I1'.¡a¡· Ú los ~i\i:ldo~ ~Il" 1l1nnicir)])c", ~e encargó de llevar de
llllrm Ú Hilb'!(I .\ ~;JIII:lIl,1('¡· J,)~ ('I:tIllOrc~ que, l'll tlelllulHla
de S()\'Ol'!'O, LIlIZ:th:1I1, q¡¡:;jI't' di:!~ kH'jn. ~IlS illtlt'fcllsas au-
100'ilhHles. p"do I'c.;pi:·¡lI' h cimLH! UilOS IhlS y prepararse
para resi~lir Ú otro" :lUl{ll(':~. ~i ~(' i¡¡lentah:l!l. Cónloya hi-
zo, t'B e¡'('('!o. jlnl'lit, de :-:':lIlL,Il!lCI' l!c,;[e luego el regimiento
III'oYilll'ial .1(, SP,"O\ ii), :nllclllb :lI'l¡lIel'O~ ingleses y copia de
ViYCl'C'S y jw:'ln't'lws d(~ gll\'IT:t. ~ ~lle(,sivamcnte otros
cuerpos, COII Ijll\; il pocn ll11edú hallililada la plaza, no solo
para la resislt'IICi:i, si!lo pill'" la apl'c:,iulI.
~'!lll'llllll'al'UIl los ('"rlista~ de la tl'egua oLorgada por
~llJnl.('Ij('gm, : II1<\S .11111 de l1a1](·[, hecho óq(' l'l,til'ar tle las
inmediaci()lH'~ di' :-)all :-)ellil-ti:lll ak:lIla arlillf'ría g;t'ucsa. Di-
l'igioscb Ú CUl'lal'ia (llle, ¡j('~tl(' cllH dc dieicll1hre, fué ata-
calla con vigor. El :W ¡ué alJa~tecilla de c,HTonauas y pro-




70 ANALES DE ISABEL ll.
yecliles, y t'U gnal'llicion, l'eforz,ula CIlll tropa:", de ~';,\ll ~e­
hastian, hizo el 21 llllrl ~;)lid;l yi;'-:IH'lhl ('11 qne 1'[1(" i'eduz,l-
da. En el mismo di¡! (¡twdú ,I]¡il'l'la la 1l1"Tl!,i: y, jH',\elica!Jk
en los sigllicllle~, rw', alacada el 1." 11,' CIICi'il l'!)ii !iH pni\alllJ
de hombres, eH lauto 11lH~ la lila) ()[' pan!' 1:'.' i,; :¡¡"l'iJitiull
saqueaha las casas lle leh H'l'illo:- ,\ (llllI hl'; di' iu~ li;¡¡i!'¡mJO~,
mas Ó menos ocupallos de la defell~a, .\.e()~:I,d():, lo,; :·;(¡idalio:>,
asi dispersos, pOI' los ~it¡adl)l'e~, ¡¡:le habian jl¡'i'''\\':\'\o eH la
villa, tu\ierou I¡\le I'elil'¡\l'>,c ('11 de~úi'lkll :IÍ ['!l('ríc de ~":\U
Anton, donLlc en lJI'C'C el com,IlHhnll' lil' la,; ;'Ii;'i'Z<\~ :1:1\:,'-
les, Primo de Hiy('r¡l , y el di' I<!~ [11'0\ ¡II,'!:"'. j¡-i,L'I¡', lU:1
prove)el'on dn todo lo lH'l'í'~al'io !,llra Ud;', L:I';'-:;\ t!l'fi'lh",
Esta 110 era difíL'il, ('11 H'l'd,I(I, :\tl'lIdida~)a (':~(':~:',ez ¡pte 1(~lli,Ul
los carlistas de Jlle.dios para e~\I'('c\¡al' d <¡jo, ) ~ohl'e lodo
de ollciales de arlillel'b é ingellicl'ol'i, J b \(';ll<l,io~a ~iltla­
cion del peñasco, de ú~pera snllida y \lIIitlo :-;010 ú la ticr-
ra pOI' Ull isllllo e~II'Cl'J¡I), nii;C¡I¡I"I~" !~I';'i':i('!iI(']lie "u acce-
so pOI' medio de parapctos y ('(JI'ladill':¡";, ¡¡(',;;Ir dmlde grue-
sos lleslacamentos emiados de S,lll ~elm"íinli, Lel [I.teilio ,
Portllgalete y Sanlandel' plHliL'!'01I 111('1:'0 tll'~aJi,\L' Ú ~,\lS eue-
lIugos.


Lomismo sucedió al propio tiempo L'H ~':'nn Sc'ha,'(i<lH, dou-
de hahian emprenllido los curli:ilas algllllC ,: [¡'ah:ljos de :;itio
yestahlecido sobre el puerto halei'Ías tleslinad,i~ ú impedil' la
entracla de socorros por UW.I'. Pero la', fllCI'Z:h H:lya\cs es
tl'an¡:reras inutilizahan en gl\H1 pnl'lc Sl:~ Illl'didas: fl'lls!i'a-
ban sus progresos; IlUe~, mol('~\alHlo lal H'Z ,'¡ ¡¡;lO 1'1011'0 de
sus buqucs las balas de a(IUl'lh~ klll':'ía~, el \ ¿¡]l0l' fl'allL:és
"\Ietcol'o lauzó conlra (' lla~ SIl:; ¡llllbil:l: :'''' \, (':):1" iri :{"lIllose
en auxiliar dircclo y eficaz lle la plaz¡\, obligó ti los sitiarlo-




I,llIHO ~ESTO. 71
n's ú economizar sus l\lr~()" y ;\ di¡'igidos con cautela. Es-
lasdit¡cnllatle~ <¡nr: ~I' '\'I"y~,II:::I 1', :'i,:a llOra, esla necc:,itlau
de minlmi/'Ilt,,·; ('OH In:: :::,il::',':':i. :ié' la "l'jna comprimian
los 1110\ il'!i:,:¡I(,: ,i, : : eIL":,:,;; (';i+,:II,' y hacüm ,muy
clllbal"llzO:-;1 h (> ::1.1:;¡':¡1:Wl,;;lille,; pero, en medio
de l~Húa !'oln;)li¡.>H'. ¡J\ , íl;'¡¡ d(~ ~¡,L:lj:.':H· 1:1 ~HII.lne¡a con que
HilO~ c('illl'ilat'e', Ile ¡¡IOí lt:,,-u> 1':; dl'~':didi1.3 , no :';010 hacian
frenle á lodo el '¡:I:Ic .. ,1(: ," '>"11:1, ;il:I!'ütllb la ú:lica plaza


ll·Op:.l~\ dt~ L\ ~'(1:~1.~1~ ;~¡~).:) :¡H:', :j~~:'l' ;.';::LL1~ Ú ca~nal(~~ pl'oro-
c~lci!)He,-.;, ~~;\.~.(d¡;i:¡iU! ~'l !::: ~!,;i' (te L\ t:Lla ni'l'\(II-~a ) de l,"rnll-
cia, en~ ~l do;,!t l c.;n~)rrai'~()n ¡~n ~~¡e:np¡"\ ~)~l~tahu Ú libel'lar
ir Sil ~üi:¡da del :\:'lj:,.(l'():~ ;J."; ¡¡Iafllies ni (le la mengua de
los ¡'c\"csC:'.


A !in de comiJill:U' ¡,).; m:dius ,le \WllCI' i1n á tan opro-
hiosa siltuH:'tI\ll, dclí'i"JIlillil ,'1 ¡;:lhici'Ilo (le '1hull'íd que pasa-
se el Willi.!¡"1 :!:' !:I:;;::·".I11 :::¡ :H SCll'le pam fine,
-.( ,'Oll PI"':.('Il:::a 1\:1,';'::: ·,1 ,: :~:::'¡'h :b la "i Ilweioll ele af!UC-
,1Io~ pai~e:.; y de! ,' ... ~,::l'l J,' Lh :;\l;m.; ;'~,>i:;t~!llcs, y (lile van á
,iwlll:'ni:m;(', al';·c'.:.h tI); :)::\:l:'~ ,le ;:'\;npaüa, a~i en (licho
)ej,;rcilo ('o:no en !iI~ ;tI' ,~¡¡~!:b y \ .. ¡'a~l)n, pl'ov(~y(m(lo á
da (li~ci plillCl, ~lli!, ;~Il'lí(' iJ Y lbn:\:' ,'lImos milital'es, pol1-
)Jtieos ;' eeOllúllÜC(l:' ('JllazadilS con h guel'l'a, de la manera
l)(IUC lo juzgue Illl\S nlllHlliclI(e." E~la sllstitueion de la die-
UlIltll'a de ;\Iemlinlml fll!; !c\tl inútil p~ll':l d alTeglo del cjél'-
('jio ('01110 lo CnI la de ~{clHlizahallllismo para e! (lc los
Ü('mas 1,lIiiO~ df'l ~l'l'\"iei(). A('()[llpaüetllo de! gcncml Ala-
Ya, nomli¡'udo úll iill:lllll'll[l' elllh~lj:idlH' lln E~paña en Pa-
rís, lIegú\IIllO(\¡')":H' el t:J de diGiC!lIhrC' ú Bmgos, donde
se hnhian reunirlo Córd\l":1, EY:1ns y Zarco del Valle, des-




72
pachado ya :mtcs COH el ¡itulo de ill~pl~dor e~,ll';)ol'dilln­
rio y reputado por el lll<l' I:ú],il ¡('(\I';('O I!el (',¡i'l'('jl!) c~pa­
ilol. Tantas ihl~lrac¡(lIIl'~ !Il¡I¡i<lI'I'~ "1' :'eulIi('l'lJit, ~ill ClIl-
hal'go, ('11 PIII';) jl("rdida; I)\\l'~, de ~I!' L\I'!!<lC' ('(llirl'l'C'lIeia~ y
de sus I'I'(:c1II'1I1('s y [l¡'olijos j'(~I'IIIlí)('i,"i(:iI¡(l~ (',1 loda la
línea desde PtWllk Lal'l','\ Iwsla P,ltllplulI:l, ;liI l';'':i:li¡', 011'1)
fruto (lIle la tl'i~te cOll\iceion de 1\1[\' (,l'a iill)l0,¡¡¡\l' aco-
mcter sériamcnle nil1::>;\\'m C'lIlp¡'csa úl il. Las li'op:b 1'[',111
pocas, y lo~ rct'IH'l'ZO,' r¡1Ií' Ilc¡!:thall (':lllsis\ian l':l qllill\n~,
lIO solo inúlilcs jlllra IBI ~('i'\¡('il) illll!l,dinlll, SillO 1'1'<1-
YOSOS pOI' cualllo ;':<'lIIIl':;]I,liI 11,' Lh lib,; Il:!d¡illld di' \('1('-
ranos (¡lIe era [OI'IOS0 dl'~íi:I:\:' :'1 illsll'liií,J;¡-. ¡ji' 111., llli('\lh
¡'('dulas, cuyo uúm(,l'il ,;0 l\"'!,l~:,l C;l!Oll(,('~ :'t di('z lIIil, )
que, completado,; algul!os llll'~e" dC'pll,'~, t111IH'<I escl'dil'l'OJl
de diez y siete mil, lIltH'IIOS pasaroll illllH'tlialallwllle al
enemigo, y otros ~u('.\IJJl]¡iC'roll Ú la~ faliga,; Ik ~Il lHwva
pI'Orl'~j()ll y llClHlI'Illl I()~ 11I),;¡;i!aJ.'~, dfl!ill' eOlllriJ¡II,' croll Ú
aumental' las l'~casecc;-; COH qnl' ¡!wh,d'<lil 1:1'; \ í('liill<ls Ira~
('inadas en ellos. EIllúmel'o de ("la::; ('¡,('cia a(1l'!lla~ pOI' lo
cl'udo de la eslacion, coutra e\\y(J~ l'i¡.rIlI'\'S UI) [elii"il 1(1'; \ ('1('--
ranos mismos otro abrigo (\1IC Sll~ lle'~(i\rl':ld()~ i',\JII,ll(lIll'~ di'
Yeeano. Como el ye"lido, nndahall In:;; P"E:I~, ('\1:- o ddicÍI
mellsual ascendia l\ 1.) lIlillo/il'';; y, COlW) la,- p:lg<l~, ,íIldahall
los víveres y los tl'aspol'll's. Descrihicndo ~1I ~(¡~uaeion de CH--
tonee~, dijo despnes el mismu 1'cllel'i1ll'lI !!('f(~:-"d~a¡'l\lchns,
)ltlilleI'O, raciones, bl'ig.illas, alIlWCl'llCS, v('"ttwl'io, ",:Izado,
»útiles, tl'alJ~jadol'cs, (II!ÍI) ¡;,I!U{!li, 01'<1 jHH!O, ora ~t'pal'a-­
))tlo. Sin los l1Ietlio~ para oClIlTir :'l (':'I,,~; JI('('I'~idad('~ Ilada
)Jvalilll1 las jnntas y COIÜt'l'c!,,'ia" dI' \<1,,,, ~~(,Ilcl'i\ks, Ili los
)Jpodcl'es confcridos al minisll'O de la Guel'l'a. l) Los tales




UURO SESTO. 73
poderes eran, cn cf cclo, tnu ilusorios como cstcrilcs las
eonferellcins de los g('fc~, como inútiles lns ngl'egncio-
ncs ~ucc~iY:b de IIJlOS )locos mi Il,l!'e~ de rapnccs, alis-
tallos en J¡<lll(ltT:I~ :[1lI: no ~il'lllpI'C cran !iIS de ~I1S familias.
3[edin" 1:llllilllil:HlllS y Jllez(¡lIi!ln~ no permilian que se :tyetl-
IUI':l'C ~iqll¡l'¡':\ \llla dl'lllll,;in\cio¡¡ h<1~!il, lli :-;(: J¡i('ie~l' un
all!a¡W pa!'a [billar la aIClIl';OIl de los ~iliadorc:-; dc San Se-
ha,tiall, ni :l\IlI para ludlal' el 1'1'l"1,,0 de Eguia. Este, desde
Yillal'l':¡\, hC(!I'i:tza~ S,\ljll:t:~, O)¡"f'J'\;\)¡a :llo~ ingleses elleCl'-
r;:\\los en \illlria, ('IlI:lIlln que la diyj,ioll vizcaina, :\Yall-
z:lIla (:11 ';,dd,'I('<lnll, Dlll':wgn y ZOl'lloza, illt •. :iTl'ptaha ó
<llllell:lZ<\ha h~ I':\!!i:nos t11l(: \ an dhüe la capilal de Vizcaya
ú la de .\Iar<l, y que una hrigada dt: la diyisioll wwal'ra
lIllllllC ¡allá hal'lT 111\ mov imienln ~(llll'e _ \ra¡!On. Don C:úlos
era ue tal manera dueüo del pais (Iue Bilbao no tenia otea
eomunieacion eDil Y¡loria que pOI' Santander, Briviesea y
'Iit'allda.


Era adcllIas llt:Cl'SClrio, p:\['¡\ f[lle pudiese el ejército lan-
zarsr :'¡ algulla ()pl'raeioll importantc, empezar porrestalJle-
cel' I'H ~1I sello d ól'Ilcu y \:1 di~('iplina, y ui crHn muchas
las ot:a~iones favo",d,ll's que para ello se pl'e~enlahan, ni los
gefe~ podian apl'o\echar ::-it'!llpl'e Ins tIlle el :\ea"o les ofre-
cia, ni, aproyechada~, podian l'jel'l'cr UIl inl1lljo decisivo,
yj~la la I'CSi"tcllcia (11lC los interesados cn los (lc~(,rdelles
oponian siemlll'l~ ú hls medidas de reorganizacion. Bien lo
('~l'Cl'illlcllti) Espal'lcl'o C(Hlllllo, hahientlü los ehnpelgol'ris
que ha('iaH pal'll' (le su di\isioJl cometido, al entrar en la
Bastida, honi]'\(,,, pi'oLillaeioll(,~, lll:\lldi) instruir la eom-
petente Slllll:ll,in COIl únimo tle ciI~til!;¡\i' Ú los (Ille de ellas
resultasen reos, Pero estos, ligaJos pOI' los juramentos




71. ,\N,\LES DE ISABEL !l.


de las societlallcs SNTcla~ y ej('['(:il')H\O, pOl' rl gl'flll IlU-
llWI'0 ele !'oH"d;):, 'p](' ;'1 (,Ii:i" pnf('lJl'I'i;\tl Ill\ ilI'HI1ih~ ¡\~­
C¡'lHiicnle ~;ok(' ~¡''; , i'nl:,I;Il'IIH el d/'do de
}LlS dilig()Jh~i.;ls o~'JeilJda~~ pn~> ~;:lj .~~T¡'¡l Y ('l"'~ (IrOl! l\~:LIt:nl'a­
da ~u lllljlllJlid,u\. p¡l('O¡- \;i¡h !lC.;¡;IJC;, ellll';\t'OIl ()¡['IIS ('lw-
}lelg:,)JTis eH OllaY:IlTi. l'l::W'Olll' iil(';']l,li:II'OIl la i:'~r,,¡;\. y ('(¡-
metieron igllr1ll'S atcnlldos en Suhij::l.ll:l. (:onY('IH'i¡!o ¡~'pal'-
1(:1'0 dI' (jHe las PC"';¡\li:;,i~ que l\l:llidi1se h.W/'I' p:11'(\ 11l'sell-
bl'il' ]ns ]lrl'prll'¡\(ii'i'!'~ (iC l'~k Cl'l!l1rn lIn Ill'lHhw¡j'i:m ma:;
efecto que lns pl'~1Clil'~H¡a~ p~U';~ (I\-e¡>~r:'f¡~:!' po!' (~lIilIIlPS fne·
roa eonlrtidn'--) los (:,,1 la B;\ ;¡í:ln, l'(l¡nl~:'¡ ::~i d¡Yi~·.¡nil ('(It'('a de
C;o~u(,t'ha l' inlilnó ull,ntaiL:.l ,~;' 1: :;!:\l;:ll;!"n:Ti~. ~~\!¡: ~e:·!;JL·,:~c :'1
10:3 Jelim:l!Cil\C,~. ~'() 1'l't'iLi"IHln )'í"pl""';lil, hizo ~nl·tC¡\i" \\11
hombl'c 1'01' cOElpallii\ ,Y f'¡C;',lar :\ ;::; :.;¡¡·te Ú Ij\lil'lH"; IlIcr, la
suel'lc, y en seguidaú ti'es ~:t\·~i~ii)l\!c~OS pOi' !\iF\~\Uo~-; enrno an-
101'c:, de al,.mnos lI,' lo:~ !'O1::,; \', ()h:',:\l':'i. E~ie :lelo dI' ,c-
Y~T~\lt~tl, quu t'oll!l'~~~~t~~ha Hnhj~'¡)L',:i,' CUl! Lh ;T'¡'();;!lI('n,>~as
de¡'i'Hlntulas Ú IntU~O~ Hena'~ ~O¡H'(I I:J:~ (lutOl'ílS de ('~ee~o:s igua-
les ca O!l'03 ¡mnto:; d('! rcino, 1l1Z0 por ,k VOlito nlla grilnde
y salu(bJ¡le im¡)l'c~il)il: 1)(;1'0 d~';)Y;:li'():Il:\ l'll hl'(,H~los ).!Tilos
!le simpÚlico (lcspeelw qm' h\iil.',\ b~,,(,) d ('oalle (le la:: SaYa~
en el E~,:alnr,nto d\~ Pi'O!.:u;:~u:nl'c:-\. E~~p;H'h~l'O, aU!lque acl1C-
\lilil!lo pn¡' imp0l'tilBle,; ~e,'Y¡¡':lO~ Ú la cail~a de la reina, fll(~
pOI' dunde (¡trienl ;¡lilIlC:1 de J¡OiTi'íl,l:l:" i\(,ll~;wi{)nes, qlle,
esfm'zadas POI'Ia Jli'l'll~:l, dipj'ol! 1111('YO alicn\n ú los s('di:~jo­
~o~ t' illJ1nyeroll al'Ztso en el salpIco de G\lelal'ia, ¡'jl'Cl!l:l-
do Ú poco !l0l' Hllfl pnl';(~ de ~1.! 'ma)'Il["¡:lIl, ('1I]'l,"; PlOlllClllos
mismos cn qm' hl i\[,tiíL'l':,\ (',~:'bl:l ci'ha:n al sudo "liS en-
¡lch1cs UlmaHa:; •. '~"i, H': ~:¡[o ¡I:, :ljl)'i!Yi':'\Ii') al ej¡"j'l')lo '\(lllt~1


, tenilJlc ejemplar, con r[lW;C halJia pCllsaüo eslrllMeci' eH (,1




LIBRO SESTO. 75
1<1 ~lilJol'dillal'i()l\, sino fll1!' tle"l:'l'y¡') t1:~ tal mancra tO(!a cs·
pCl'auza (~{~ r(~lncd¡n 1;;1{1!'¡n{ {¡ne L':~ ?\'f(l~ de los cuerpos
:-){\ Pl'(·~~eul:.H·'I'!l ;'¡ ;'> ;~tl'!"ll'n} d(~t'i:~t'¡L; ;!o no po:1ell respolltler
ya üe ~H di.:'C' i!dj:¡.;\) plltl>~ :i(~:\ eH ti l~~lnIlH~ltlo se ran~;trah[t
l~l\Ilo illki'!'s jlOi' lo:; ¡¡ni' [:'\l t'~c,iHiL! .~,,\mclll~' la ~\lt'Op2-


11011'<1'1.
CIllIdcllallo C¡'mlO\,) ú la jp,1'2,io:l po!' b tlcsmon\liza-


cion ,b S;h tropa,; :- plli' sn f:¡b, L¡;:~;IIl;l.1 de tCtla especie
tlp m('diíl~, hll:10 dI' ¡;iH:l:l!'~~: :\ " !,I.:.r:·:;-.;i\:\ circ\lll~pecta'


prílti~~I{) de ;:i(1~·~I!I·.~i· !~~:-; \'i);~l:;n:!.';~~<,'~~c:~ ~~;,\ !v~ :,>ar:¡:-~tasdela
HiIj{ll·n; j);II'U ;'¡] l, .::id:ld P~li;l Ú c~d,~t\', lo tlL' su~ ~O¡p~IS
de mallo. llíll':;\i Ódl'IlI~(:íl¡'!"'¡;(; in ;\lll11i'nn f:l!'1 iflcacjolles en
Ti('lJo~¡ el Pcn]nJ\ y nl;'lh plllltus de ~i\\,lIl'a, y aUllcn Ari-
ñcz y :\andal'cs. ~oJ¡l'e b liuca de ;\Iil'~\lIda á Yitoria, cuyas
eOllltlllil'aeiolles se lemió 110 por!PI' eO!l~el'\'nr cspellitas ~in
cslc ('~{'('~I) de ¡1I c(~;lIli'i:)lI, i'>P;l;'t,'i'il ((';lin ¡¡!le ewplea¡', en
la jll'ofccejoll de estos Il'akijü~ y ('j\ COlhenar las ayeni-
da~ de Jc¡ IhllHilli\ (li'\hYél, ia IJI:1:, ni' pal'\c de sus fucrzas.
La~ de EVClllS cOlllill\wlt,\!\ ll\ll'('Il¡[¡l'!)¡'n el <¡crcicio en Yito-
ria y mostnlllllo pOI' los ('(lIllIHlll'~ tUI hO!'l'or de IIlal agüe!'o
para d POl'YI'uit'. J':zpdl'la, ú la (',¡bez:¡ tle litla reserva com-
puesta de cll<\ll!'os, ,;c limilaÍla Ú l'uin'il' los (ll',;lib(leros de
la izquil'l'lh Ile Cúrdoya, po!' Ikg::e ]':d¡dlolleS ca~tel:a­
lIO.'; Ú yjzcail\l'~, l'efni'Z:\(I()~ 1'01' la (';:::HllerÍ<\ ;'011 (Iue ú la
fll'ilb dCl'cdul (Id FIII'o m:lIIiohnlm ~,ll'i'iHO, lallzado rcciell-
lelllentc dc ~llS ~)'IJ~ll'¡d:\~~ ',h~ la ~Í(Tr:1 d(, Soria~ podjan raer
de frente sobre CaO',L!Lt \l, )lol!' :'H ¡[(')'«(']1:1, ::,(IlH'e ~btlU,jas á
d:il' fl\\'Ol' y C()]\si"lci1ci:\:\ hl ill'lil'l'('iT;;;:, :J,' (;,\lici:1.


bta acliltHl de Conlo\l\ era CIl w:'(h\d tristísima; pC¡!(;,i,
/i;'\·-4.
~:'ft¡lti ~.~
:.: \-' ~".
; ":l~~l:"
\ ;:~~:~:~~:' ~ :


s




7fi A:-iALES VE ISABCL 11.
en ella hah,'ia podido agmmlal' la IIr¡.;alla de los ref'lIrl'zns
lle hom),l'cs ~~ de \'('rnr,~()~ l)('(,llllial'i()~ fine todos ln~ tlia~ ~,e
le anuuciahan, si hll1Jie~c l'! lL'nido rnJl(i,IIlZ:\ en 1,1 elllllpli-
miento lle a([llellas promesas, :\ll'!Hliz,¡lial, i1pl'ernialln pOI'
la PCl'cutol'icdat! dI' L1S c\ig'.'nci<l~ 'lile ,1(,~<Illnll ~lIhl'(' ('1,
(let('rminú l'ehaJ¡ilitar~~c en L\ opini!lil pOI' IIll ).!·ol¡H' (,!II"i';~iro,
alentar con una victoria lo~ únilllos ,Iha tillo~, y aS(,!!lIl'úl'
eOIl ella los l'eeul'i'OS que no po,lia ya propO\'cionm'sp tln otra
manCl'a, Con este lin. e\ho1'I,'1 Ú Cl'll'IIOH :1 h,i('er Hit moyi-
micnlo sobl'e la~ Jln~il~io])('" de F;,!nia, (,Il~a Hclilu:l p¡¡~i\a
atrihnian las gelllc~ delmoyilllil'1I10 ú illlpoll'lIl'ia,'¡ d(']¡ili:iad,
No SE' oCllllalmn ::lI g<~lI(,I'aI ('1'i·;lillo j,¡~ 1iJ¡~I"II'!lI(), COH ¡¡nI'
tenill'i" (PIC luchal' para eonlt'nla¡' l¡)~ dc~('os 111'1IIIiniQ1'O
dictadol'; pero, estrechado pOI' ~I:- )lo\' la Ill'ctlsa de \Iadrid,
quc todos los dias lison~e[\ha ú su part i¡lo ('on la SP!.Wl'id:!\l
de Utl triullfo inmrlliutn, ~(' rrsol,iú en lin :\ mnninhnll' ¡m-
m ohtenerlo. En con~('('l¡encia . hizn P,I'<U';'¡ \~il()l'i:l 1:1 le-
f'ion argelina y la diyi~ion de BiwI'O, f¡\ll' e~tah:m en \":1\:11'-
l'ai dió las órdenes OpOl'lll1l<l~ p:wa 1!11:~ dn Logroüo saliesell
hrigachls, eonvoyps de ,íY('l'('~ y t:)lJ:¡ cI:I~(, de úliles (le guel'·
ra, yrlt: Burgos ::lrlillel'ia d(~ halil' ~. de eampalla, y equipa-
¡res de puente; mandó acele!'ar la nUI'dw. de los l'cfllPI'ZilS
('~pcdi(Ios de JIalll'id; hizo pl'aelieal'. ~. practil'ó 1'11 IH'l'SOlJa,
l'e<':ollOeimicntos sohre el eamillo de ::-lal"atierl'a; fOl'lilicó
Y::ll'ios punlos, y sitnó sus cliyi,itlllcS de Illodo (Iue pll:liL'SI'H
to:L\s nhl'¡u' simultúllcamenlt: en \lna línea qlle. d('sdl~ :--;ah',\-
tierr:1, (kbia cslcnt!el'sc llflq;l Villat'('¡¡I, an1l'llazalldo alll1i~lllO
tiempo Ú Oehalldi:lIIo y Ú O,-,ale. Pr"p,Il';\tlo lodo para ade-
\antar el bloqueo lil'LTa ar!('Il{l'O, y c~lt'echarlo tJ1a~ cuta rli:l
por la fortificacion inmediata de las posieiones de ({l1e COIl-




LIBRO SESTO, 77
taha i\pOdei'3I'se, Im)zú C¡'mlovf\ llna enérgica proclama r¡ue
se ¡'il'tllló ú 10-; (,lH'I'P(I~ ¡'Oil 011':1 1ÍI' ,\llI1odúv:w, en (IHe estc
<lnUlleialm Iwhel' :\IIlil¡'izado al ;!l'llcral 1'11 gl'l'c pam eOllferil'
eOlHleeol':Icillili',.;, gl'ado~ ~ clllpico~ mililares en el call1po
,le lJ'II'llla. ~. 1'.;('jlaiJa a.;i (,1 elllli~iasm() dp lodas las clases
del l'jI"l'('ilo. <llIC'ili";,h dn i'('(,!)Jllpe\l~'1S~· (le asccnsos. Los
eadi~la~, fOi'lilicado~ ('!I Glle\i\n\ ~. cste!1(lidos solll'e las
cI'(~~las de Arlahan. OClIp:IÍI:11I una ¡¡liPa pill'alcla Ú la sicrra
rle\1Il1ia. d('~d(~ Yili<ll'(',d (lc .\I,\\a hasla la parle de la
coniilh'l'a qlll' ('lit' (,llrl'l'lIt¡~ tit'. Sah:liim'l'a, El cenll'o de esta
linea la ocupaba I':guia ['OH Sil C!IClI'll'¡ g"lleJ'al ('n Salina~.


LI J(¡ dt' e:lei'U, Lizo Cúnlova IlIOYC\' sus col 11 1111la s ; la
!I(' 1,1 dCI'C('it:l. !,\:\Illbda pOi' ban~ .Y compuesla de la l('gion
illgh-~¡I ) ;:1' "h'lIl!b Clll'll"l~ e~pClI\llle:" dehia maniohral'
soln'(' l;\l(:\ "r,l y elcalllillo d" Salyalierm, tigmallilo el ata-
q\le pril\cipal en aquella dil'('tcioll: la (le la izquierda, com-
))11(',1<1 :11' diez ¡JaUlloilí'';. ;¡ ¡ ¡¡laudo de ¡':'pai'lero, dcbia caer
~lJhre fillar,"ll ¡\¡, ,\ta\a. EII el (,ClltI'O. la legioll argelina y
la hrigada (le Hi\CIO, mandada,.; ]Jor 13 L'l'lIellc, estaban des-
tiJl,II;a~ Ú ,1[li'O\t'dlal' las Yl'lllaja,; ([ue se ohluYie~clI i'olll'c
las a\:\s \ (';\1'1":11' !lO\' la l'aiTclen\ de Francia ~ol)L'(: el cuar-
tel di: ¡':,!.!uia. cill'laJldll;1 (',!(' gl'Jlc!'al, pOI' el moyimirnlo de
Esp:1i'lem solll'c ~!I dl'l'cdw, la ('l)iiHlllieacio!1 con sus divi-
siones ¡I(: \ ize,I:;¡, E\illh, de~Jl"(,s dI' Illillliohral' en ,ano
sol,n: .\rlJlllo, LulJiail:t ~. ~Ieil(¡ijul', de alaeal' inúlilmeJlte ú
eUC\ ,U'¡I ~; 111' esperimelll,'" alli y (,ll tOllaS parles una ,i-
gOl'lJ~il re:-i,-kllC'ia. layo, al 3eaha\' rl (li8, que ¡'('plegal'se
SOj¡I'(~ ~ll izquierda, para aj>o~¡\I' el Cl'lllro de ¡nUnca y man-
tencl' su comHnicaeioll ('011 Bel'llclle. Esle se adelantó sin
gmnde o}lOsicioll ~o]¡rc las alturas dc ,\r1ahal', que Goüi ue-




AXAL"ES DE ISAIlEL 1I.


fendió durante al;nuy; bOi'a,; ton Ill\icbnalor, pero con cs-
ca"fl f\lCl'Z~¡, 11lic;11~':¡~ 'i ,é', :;¡Tu!l:li¡do las i!.!ll<1\i\~('n\e 1'('(111-
cit1a~ (le Sll i:é'jllic'\l<l, (;i.'lIp/¡bp:n'll'l'O ;'¡ \il1:\I'\:<ll. FO-
níeHllo~c 8si ('\ teatro :: h\ iZ'illie;'h de UIJ'¡j¡)\<I en (lisJlo-
sitiOB tlp c0l11pleliql al :11,'D ;li~l :-.::.::.: \'(,llt('.}t\~ y de P]'o~(Iguil'
Su al,u!uc COl! éxito lIí~\:: eh'c>;,u,


EMula e,moció lucgo qut' el ti" ~;\l ízquiel'd:\ . cot\lhdo ;,
una divisioll bi,:oüa é ille~p(,l'la, ni) pOll¡a se\' mas que una
cstl'al:1grm[\ pal'" Ibll'ilC;' ,-u n~c;¡c;ill:, y adi\'illi'¡ ~illl'~flll'l'­
zn la inkucic:\ de CÚ¡'t!O\:;, dC' ,"::lIZ:1I' \l:',~I:\ \[olldl'a¡:oll,
lnlrHll-'n~ qH\~ T~:~parl(,l'o ~e :HL,'!:!ll¡:t'~e Ú ()(·hnflí:i~!II(). ]~~!l
consrrnrHeÍa , tl::ll~~O Út'J\'H Ú '"ft1:r:¡,r::uítl del, dt'('c'ndt '!' ]us
lll'siHa¡]I'I'()', (k ;-l:m ,\Ii!iillio d(~ ll'l[uiol:!, Ú T"I'1'(1).':118.1 de
ajloslal'~" :30]m' ~\[a¡'\~\I'ia, y Ú ~\l (',ddl\'r!a, inútil pOI' el mo-
menlo, (le sil¡¡al'~e CH 1'('~,Cl'\'" h:\tia üuran¡.:;o, sacó cn la
noche alglll10s hu [¡\llul\eo, f/\E' ('~t;¡ll,!n Ile mas (')1 Cllcnl'a
y m:ltl,iú :l \¡iLu'l'al :I¡~\('ii!' COH ('llu: d i'l Ú:kl'llcllc :- Hi-
YPl'O I:ll "n:~ po~ici()lib de ,\1'1:\1):ln. ,\qnd gt'ú~ . lIey:ulIlo Ú
sus (¡l'denes al wlI¡'i:-;c,d tie campo Tol'1'c y al hl'iga(licl'
Sopclana, y ~os\(~nido !lo!' las j)l'!g:\das ¡[l: COlli y dI' PI'I'CZ
(]r las Yacas, dl'~Clt\PClll) :1l Cill::\l'~O con nna intl'cpitlrz
(li~na (le sol~Lltlo~:) a~Hel'l'idn~_). l~n~; y\tl¡eHl(!~~ dt~ \l'.'l'~li hicil'-
I'on nn:1 o!Jst;¡¡a:~:\ lterclh:l; ;)('i'd ('(HO ],):.; ,ie;;,) Cón!nva
all1Cnaz:1IÍos ti:' :ié,' cilytlcltn~ y t',,:lil:l'!n el C<lIllPO de sus
eHlú\'el'cs, hu]¡u;;:' ¡'¡:liulIClat' :\ ulla ('mJll'(,~:l (¡llf' podia
::I\'oIl1111':W Sil re¡lIltaeiOll ~ ann la ca\i~:I dl~b"b!'l, ~' Ol'!l('l\Ó
desde 11\eso Ha t!lUy¡,,1iclllo de cOIl('~';lIl';¡('ioll, \ I'Il sc¡:uida
su retirada, l'nn 1:; <'Jd lll\U i'>p,lI :1'1'1) Jlli,1ll0 fI'W:lkllldo-
nal' á Yillal'Cal de ,\b\a , du;¡dl' ya lOlnal¡a di~posicioJles
para fortille3.l'se. Todas las eolUllllHls yolyicl'Oll, pucs, Ú ~us




LIJ3110 SE5TO 70
acantonamientos llelante :ÍL'. Yil:);'Í;t , y Ccmlova rcgresó cn
pc,''':[)]la Ú cqa cin¡!;ld, <íI::,i'I'i';¡:¡ ,le: B¡:l'llcllc, Riycro y E~­
pai'lel'O, pno C,JII\ ,"H'iiÍo :11' :n ¡)nI'O Ijue hahia ([ne contal'
con los iJlgl:·.;!, . .; d(~ ¡':\':I!;~, ~. '::1' h llL'Cé',id".¡ (le no aeomc-
tpl' llli('\ el:; i':llpl'(::;¡\~ illil'IlII'¡¡~ no :;r, ¡:('t'¡l;il'~cJl cOH~;idci'a­
lile>, l'I,CUI'I'Z:IS. LÓi'd(l\~\ jil'I'!¡'lldi,') 1H1]¡Cl' CililSl'guido el oh-
jelo de "11 ll'lIlalÍ\CI ,': i:nplllú In insi;~lti¡icanlc tlell'csuliaJo
al <ll'llor con qne algu!\lis tlJeI']lOS dr la d¡Yi~ioll del ccnlt'o
se hnhian ¡¡¡lticip,\;lo (,1 Hi :1\ :¡!:\Tl:'. cU,Hlllo aun uo csta-
han PJI lin(,illnJ:l~~ !lb ;:, ¡~~(l\l;t,:. _'_~~~lía nn d;¡) lilas rcspuc~1a
ú lo:; hiill;¡'¡,; di' (;';:iilri) T:l' e,II'HI:\'¡:1 :,,,competidoi' fine man
tC;IC¡' :~1I."; p~l:··I:{';{)n~\.:? ~\ ~~¡t!l(H' ~~íi cai\l'tctg{'n(~ralen]~s(~:¡j·jaza •
. \1 ;ni~,,!HO t!~':H;)(), ·¡!~~{'i('l!'.~O alil!'d(~ dp UH¡\ l'~)HlinDZa iliiHil~ula
en ~n~ fuc('z~~"~, ~!:¡') (')j' :~,';l ~~~ jH·i;J(~(llC'l' (;Jl'cia lle rnanio:)1'al'
t'1\ el ,\lile (;(; l\z:\i\n ,',011 \lU.\ fl'HCSa \Í¡yi~¡rm, con ([ue amc-
n¡IWI¡;\ hace\' una ,¡w'\a ("'iH'dic¡,¡tl ú Caialnüa; y sin lluda
C¡"{),\ el-nn I¡)~; ;!"t'í'II,:.., \ .. ;·i~: ¡;I:):~ ;..:,~'¡'¡J e'~¡:t d:.-!Hq:~t¡)jv_'ion, ('luuuln
ri ;?~tHll'al ·~tl'i'nilO ~(d¡~) ~¡;!l'l·~tU,;,t~bun¡'iltc de ,Z~n'a~~'oza y,
tlil'i!,i¡':n:ln:;(; ú\Y!'I'YC y he;), ~\dl'l.Iutú lI'OP(IS Ú \"enlllll, cn
(;mlo qUI' otl'a; saliOlIl de P(\lll¡¡!Ollil p<ii'<i di'pll¡~\l', I'n llninn
ron nq!H·tLls, el pli~~U (~~. 1~1 (¡i\"~~\;;;lJ t'nl·ii~.:,L1.


S;1/;1/:\ \' C:\~IIIi' cC'''!>::'::I')!; LloL'~l¡lIlJo ú Billlao y
:\Inl'lli\Z,llldl) Ú Leqm'¡¡i,¡, W!e:;lLh ," ,¡!Hlill'iaha In l!al,tilla
(le olm ,'''pt'dil'lOIl ~;];l'(; 'V.lu!'i'l~, llJ,lldaJa pOi' },brolo ; y
(',:10 COII lah,s apal'il'lll'¡"':, que el i)('l!\'l'al },fall~O lumo pre-
('allci(llJ('~ (,';l)l~cia\es JI'U'¡) l'!lill'[' Ú cubierto "quella pon'ion
del tel'l'ito!'io de ~!I IiWdil. 1':z¡lI'l<'la por :;n parte se atl('Llll~
tó ú YillaliJa de L,,;a, c'm 1) ta,;íiiin C,,:'li'ICú en s'~gllida , y
situó :-us II'opas en Il:l'illilll)~ de nWlltCl\l'I' sus comunicaeio-
IH'S COH ~leJiua Je P01l1l1\' ) PUflltdlllTÚ, de proteger espe-




80 A 'lALES 1m ISABn n.
eialtllellte los val!e~ Jp\Iew¡ ': ,\e 7~()lJa, y de favol'/'cl'!' la
organizaejoll de la milicia 1lC\I'.illll,,1 de ll\~ 'll~l'intl¡ull's. ~o
era ni se repnt,¡lJa ('~I'(';;i\'a llill;!lllla de ('~(a~ pl'ecauei(llle~,
al con~itlcral' b~ cOllseclH'lll'ias 'lue ¡1('IJia 11'11('1' la Hjlilrieioll
en .\sllll'ias de un Cllt~I'P¡) d¡':,liiladl) :'\ faYOI'¡'("'l' 1:1 di~p()~i­
ei'lll ú subkv¡u'sc que hahia ClllllllelWS dI; ~Ih It:lhil:lllt('~.


POI' alII1Cllos djas hahia sido, ú la H'l'dad, e~ll'l'!lliJll\da ]¡\
facejon de leda en elllchollal', y malll'al<Hla la Ile Villanneva
en Bl'lIllr¡l1ete. Pcro la tic B!lI'OIl, hieil que atacada ('11 \[\5 p,:-
üas de Bl'l'll'[o ~' en LJ('J¡(:ia;, va'!!'. :lurallle algilllti('!]l[lO en
las fl'Ontrras de (}alieia \ , l'()l'l'il"ll:l!.~t' IIlI'!)O :', lo illll'l'ior dI'
arIllel reino, se hizo alli l!l¡1~, Il'llIilJlc que la dI' :->,li'lIli"lIfO
mismo. Otras hauda" mpa()~ imp!l¡'ÜIIIII'~ (:~perahall vel'~e
I'CfOl'Zatlas euantlo eOlltase el Pl'illcipado COll el ;tpO~f) dI' IIlI
cuerpo de tl'opaeS I'egulal'c~ ('1)\110 la~ 'llle poLliau ir lle Vizt'a-
ya Ú Xavarl'a. Camol'J'illa, Hn y Pa.;cua l'pcol'l'iall los limi-
les dt; Ia~ \)1':)\ illcias de Pal(~lIcia y BII \'g(l~, "'gllJ'O.>; de que,
llegarlo aquel caso, se COll\ el'lirian iguallilelLll' ~n~ d('sol'de-
nadas gavillas en cllcrpo~ I'c~pctal)lc~.


Pero lo (¡Ile sobre tOllo dehia tClH('I'~(~ de un lllOyjlllil'lI-
to carlista en aquella tlire('cioll Na el yalllJ' que ilLl'ulIIliria
a las baudas de Galicia, I\HP se lwci:llI cada dia 11I:IS IlI!JIlI'-
rosas. Su g:de ~upel'jOl', Lnpez, de,;pIJI" dt' (\c'C]:U',Il' ell e~ta­
do de hlnr¡ul'o t()¡jo~ los pUlIlos ocup:t([os en aquel pais pOI'
las tl'opas de la reina, recogió por ~í mismo, ú hizo 1'l~t'ogl'l'
pOl' los (lrma~ partidarios Ú sus Íll'denes, Ilua ¡mella pal'le
de los quintos de las provincias de Lugn , ()l'ell,;e y la Co-
ruña. Esteulliel'on en rila la iIlSllt'I'('ct'ioll Pelta, d seiiol'ito
de Bllll<ln, Samhl'eil'o, ltegllt'il'a, el Erangclisla y otros, en
tanto r¡ueFI'. Basilio, cOl'l'iéudose pOi' las Cl'estas de Tal'deza




LIBRO SEqO, 81
ha~tn las orinas del ~liño, ntrlTó á Pontevcdra, á cuyo ter-
ritnrio 110 Sl~ hnhin COIllllllicatlo aUll el fllcgo.Batidos al-
gunos de ~lIllH'llil~ ca "1'cill,l~ rn Yal'iil~ rrellcuenLI'os, apa-
reeicron m,¡.; 1'11('I'il'''; d('~Jlll'::;, atacaron eOIl fruLo cOllvoyes
y ('senlli,s, y ha-:la 11l1('~h; rOl'tifi('ar!I)~;. lIeg¡judo llullnll á
ell1i,,~,til' al del Cl'l'('zal, tll'~pUl'~ de rl!~ilal' ú dispersar á ein-
cnenta hOlllh:'C's di' ('1 , fine :wenlmaron una salida, y dis-
lill¡¿uil'nllosl' en ip:nales cmprcs¡)s el as(miano rcfll¡riado Bu-
ron. 1.a "ilnaeioJ1 del p,li~ c!'n tal Illle LatI'c, nomhrado ca-
pitan gener:1l ell l'!'elll"i:¡zo de 'Iorillo. no 1)11110 llega¡' á la
Cüt'W<l.1 ~ill() di~fl':1Z:ld() hajo un L\bo nomhre ; y habria sido
nl'calJl!ci'ado, ~i Ii 11 ft':d(' I\U e!l!:aüasl' Ú los facciosos que
troppZlII'()1l con l'l, a~I'!:Ill'úllllol('s que lo habia dejado en
Lu¡:!o. P"I'Ol r~\H' 110 f,\lt,l~;(, ('~peci(' ahuma de complicacion,
rste mismo Lail'l'. I{\\e ,\('"lla\)a tI(, correr tan gl'an riesgo
para tomal' p()s\~si()n (1(' ~1I llwnr!o, fu(\ ill~l1ltado yescarne-
cido ú POC() pOi' lo,; l!Iili¡'i;\lI(¡~ de ~:lllli<lgo, con motivo de
quc, alt'lTado ('na la idea tÍI\ h1~ hOI'i'CIH]¡\S represal ias ú quc'
sr clltl'egaha Lopez. illdllltú de la pt'lla de muerte :l unos
carii~tas Ipll'. p:\I'a :'ill<rid:l, e~tahan en capilla. El segundo
('aho SanjlwlH'na ('1':1 :d llli~;1ll() tiempo ('\ Idauco de los tiros
de lo~ pr()gn',i,;la~. los C'Wt!I'S 110 alirmaball la illt1uellcia que
en dailo eOlllllll (',ir'lTian, sillo sfllll'e la tll'graclanle depell-
rll'lIcia PIl <[1Ie tl'lIinn ú las autoridades.


b:\l:illcha s('~.!.llia asillli~mo a~olada pOI' numerosas ga-
villilS, fjl/(~ se ('slelldian hasta Estl'emadlll'a, Acosadas por
la pel'~ecu('ioJl ;wlil:t <ir'l eOl'olll'1 f1inter. comandante de las
fl'onteras tic e~ta !ll'f)\i!Jé'ia y clr~ la "lanclla, y por la del ge-
l1C1'al isidro, eomal1lbn\c de la de Toledo, I'eparahan luego
sus pórc\illas con lllÜulO::i descrtol'es y con multitud de jor-
T()~lO III. 6




82 AX,\LES DE ISABEL n.
naleros sin ocupaeion 'fue lu!io~ los IlÍi\S se 1<-s atrregah~lll.
Los cabecillas Escat'pizu. el \ jI,¡:'I:\::¡¡, jlpl'feclo Sauclícz y
Bias Homo pcrCeil'l'illl eH III~ l'(III1:I:ttc~ di' \,\\a~ de Ten:\,
Molinillo, ~Iarjalizay Helechos;\. Cital¡'('1) 1'111' :/I":i('('1\1)(,11 y(~_
vcnes; Corulo en Guadalerza; lll'l'f.:llei;\ 1'.11 BaLlJ[(lt·jl1(J~; Tel'-
cero, Cipriano, Peco y Boroteo, en ()ll'(¡~ i'('CllciU'i1i¡'u-;. Pe-
ro la Diosa, Jara, Reycnga, ZallliHTa, Paltlillll. el [>I'I'SCll-
tado, el Hubio y otros mlwl¡()~ cOlltilluaron, IW ~olo burlan-
do la persecucioll, ~illo acoml'lielldo l'lIl!)1'l'~"~ (le itl~jgne
audacia. [nos saquearon ú ,\l'!!("~, Ú 11IIa k,ma de Toll'do,
rcsitlencia del comandante gelll'ral; ¡)t/'l)~ l'¡ ()Il(,['O, .\lgodor
y Villallludas, ú corta Lii~tallcia de Oc,u'la, dOllde SI; halla/J¡l
acantonado un regimiento de cc\:l<\lil:l'ia; ()tl'l)~ Ú Puebla i\uc-
va, rica y populosa villa dd P:\l'lidú de T al:I\CI''', y alglllw~
se llevaron de l\ranjuez lIli~1Il0 la jl:ll'k 11'll' (\IIÍ"icI'OIl de la
yeguada de la reim. ~Iellas,\ih:\~ ~ \,\\,lht'l'HIOSa, ('''pilal
esla (le los ')lontc~ dI' foil'du, .\ <llj!ldh la lIj:l~ l'oll:,idcl'a-
ble de su~ pohlacioncs , fucroll ala,,:ui,h Ú :lllli'iíalad,h pOI'
muchos llias. En los mismos rnolllr~, ulla l'Olllllllla lid PI'O-
vincial lIl' Ecija, m:llldatla JlOi' jl(HT:I:-:, rUl' l:t''']¡cc!la, ) :'010
la fuga Jludo sahal'la de 1I11 C~I('l'llljl\il) lotal. L-u pueo lilas
allá, la del eapit<lH TeJlol'io tl!\ () la lI1i~;1l1il c-l1Cl'te ('11 la
siena de la Huel'la, de la lll'o\iill'ia rle Ciud"tl- Hl'al. en
poco mas lIlIú, ün'jita y .\la!aLill\lga, lij¡rc~ CH ~lIS 1ll0Ú-
mientos pOI' la s"lida de E~piill",a ¡¡iU'a ,\l'a;)OIl, ('olltinll:l-
ron sus correl'ias hasLa ccrea (lc Bailcn, Los pueblo." 1:011-
vencidos de qne el gobiel'llo i:",. iiu!lillell[¡; jJ~\['a pt'oti'¡':l'r-
los, se vieron en la JlCCl,,,id,ill de 1t';ill:,i!2,il' con los ¡.iucrl'i-
lleros, y de LUSClll', en deferencias ¡¡,u'a eOll ello:;, la segUl'i~
dad que no podian pl'opol'cioual'sl' üe otra manera. Solo eu




1-.U31\O ~;GST(). 83
AnrLI!u ~ía, uonÜe hahia cundido como en la 'Mancha el cs-
pll'iln uc ¡rUl'i'l'ilkl'í-1I11J :,e COHjtll'Ó c~ta ncccsiuarl. El
Cllalo y Callelk ('11\ <i" bandas illrl'~:al'{\jl dUl'aule algunos
dias (lifel'l'llb p¡\t'li,II)~; de la~ pl'l)\"iJll'ia~ lie Sevilla '!' Cór-
dollH, ['!lel'llll í'1l~il:ld():" y el I{ClíCg¡ldo, dC~jluCS lle reCOl'l'cr
lIl11cllOS I'UClJ\i):' ¡le e,,!¡\ úllima, tUYO que acogerse al in-
d\tltd.


En eamlJio, l'lJ1¡li'I'O, las faccioncs de l\ragon tomUt'OIl
un ¡:;ran inc\'elileulo. La !le LiOl'ClC, reforzarla pOI' destaca-
mcntos dl~ ()lIilez. L"ill'\'I'<I y i'ot'cadcll. ~e presentó COIl
dos mil y lI11illiclJi" . ; lltlmJ)I'{'~ ~I)j¡l'e Bcnicarló, que ocupó y
saque u siil l'e,j~Il'!I('i" l:¡ (le 1l0yieillhi'l', retirándose los
Ul'ballOS al fncw' : el ~\\utll~l!nielllo Ú Peiiíscohl, sin que
el lJl'igadi('1' .\ mol'. lj\1e se hallaba en hls inmediaciones,
osasc accrCC\I':';C Ú la villa, de la cual se !1\,u'chal'on con los
cal'lis\\\s los J\la~; (1(, lo,: I\\:IZO" ~nr\('nliks. Ocho dias dcs-
pncs. CaJ)I'('!'¡¡."' (),¡;¡I'I., ;1 1" (,¡dJ('z<l dr scis milltotlll)\'es,
nlncarOIl ell .\ln(liz ;¡ .\O;~I!í':''':' que se cstimó dichoso tIe
pode!' reclli1z:u', ('ji !el c¡,pil¡¡l mislIw del tcnitorio ele su man-
do, Ú aqll('l!¡)~ CH'(' il)~n~ 'lit(' :\fecl<lba de~l)t'eciat' en sus
proclamas. El ()!'~:¡\ll¡~i:l, ;1 qniel} íos p<1rles de los ge-
fe,.; l'l'istitlc¡:; :iupollian 1'~I(,i'mill:!do 1'1\ los Arcos, cnlro tl'an-
quil:Hlwllie III UH'ha en el !:ll,iHO dia Ctt que 011ilez y Ca-
lll'cl'<t alacaball Ú .\k¡llliz. El eapilall j:(eJl('ral (le ArilgOtt,
~;('ITallO, al \('1' <[Il~ llO 1!1'i!¡lIml1 alli las tropas llHlltda(las por
\ilhq)<ldil'I'11a elln (¡Ile se le lwhia pt'omeli(lo refot'Zarle, y
(\ne los fa('ci()~o~ rld pai.., pl'ololl~aban su infatigable ofen-
siva, mnellHzú con d('j~\l' su mando, (' il':;e Ú servil' su pla-
za ue Procura(lo!' ¡'¡ eOl'les. E~pillosa, salido de Andújar en
el mismo tiempo, se tlil'igia pausallamente á Cuenca, no sin




84 A::\ALES DE ISABEL n.
causal' en los puehL:, qur ¡¡\¡'wes¡,ha lantf1S yejacioll(,s
como los facciosos mismo;:.


PaJal'ea, nomlJl'ad.o -1'::::lIlIdo (',\:i()tl!~ \';t!I~n('ia, ~epnso cn
tanto á la cabeza lh UII:;, rllrl'll~ ('(¡]¡U,lll:l, H' reuni/¡ con No-
gueras y ohligó á Onili'!. \. CaJIl'I'i':\ ú di,idil':"Íl', E:;h\' Cil'CUlIS-
G ~ e, .... •


tancia, y mas quizá b 1Ic('(',-i(I:1<1 de fll!llll'lllfll' I()~ medios
de l'esislencif1 en Cfllal¡;ü:1, dOlld(~ lo~ racl'io:;()~ :'(~ l't'eIl/-
taban sin tél'miuo, hizo ú P:\brl'a pasm' (~l Ebro; pero ape-
nas los cf1r\islas del Bajo .\ ragoll lP ,i(~I'OIl ('H TOl'los:l. dc-
terminaron cmpl'clIllPr nn m'wi:ni('lllo llIas decisivo f¡lIC to-
dos los f¡UC habian IWe\lO Iwq:1 rHlolll'(,S. Ollill'!.. C:l1)I'(~I'a,
Forcadell y el Organista ~r l'rllllie['OIl, ]ll[eS; ~, allll'naZ:11Hlo
á Dal'oca, alelTalHlo pOI' dOIl(k IIniel'a ú los urhano,,", (¡ne
al alistarse en la milicia 110 halJülll creido (,~p()ller~e Ú tan-
los riesgos y siusa hores, marchli'lJll :-;in oÍJ~,lúculo la yuelL<I
de Calalu~'lHl. Entl'l' Il'I'n'!':- ;\¡I'C<I I¡'opczaron con una
columna lle quinielllos ltom)H'('s. fOl'Jllada IÍn v<ll'ia,s parli\ias
sueltas, unirlas ú lI'es compalIÍas de z<lIlat:lIl'('s <¡lIe se diri-
gian á Zanlgoza, la ala c"mll (~ hicicl'O\\ prisionera, esca-
pándose apenas veinle ó l!'e¡nia de ~IlS soldados. El lel'l'(l)'
que inspiró á lo:> ci'istiuos la nlan:ha de tan considcrables
fuerzas, que hajaban poco lll: seis lllii hombres, hu; lal <¡lIC
en Bl'ihuega mismo no se l'i'("l'l'lin ~(,;:lll'OS los 1Ictciona!es,
y se refugiaron ú Clwlhllajnnl; :' (·~;i¡). ('11 l<tlllo (Jue muchos
de los lrgales tic Si!lLIl't1z:l ~e !Íl'l'idicI'OIl por Cúrlo:-; V y a1l1l
algullos amenazaron las casas de los yolunlal'iof:. Palal'ca,
infol'Jllauo tic esta O}lenlcjoll all'l'\ida, y COllOCÚ'Ut!O el daüo
que con ahal1lloIHU' l'i di~[l'ilo de ,;¡¡ lIlalldo lwlJÍa hceho ú
su causa, repasó jll'ecipiladallll'u[e el Ebro y se puso á
perseguir las facciones, cuya m<ll'c1ll1 casi triunfal agitaba




LlERO SESTO. 85
f!l'alHlemenlc las provilwi,lS de SOl'ia y de Guadalajal'a. Al-
canzúlas en el camino (jílC Y<l (1(' lO1'1 uera Ú :\{ülina, iris ata-
có y ohlip/, Ú !'eplegal'-c ~"ll!'~' las a;¡ili"l~ lle esta ciudad.
Alli, aIlJl(¡t1f' ~lIp¡'¡'¡ln:,; ('!I IlÚ~lI(,I'(), hls embistió de nuevo
('1 t.í ¡/(~ dicie¡n:n'(' y I,,~ ¡\I'~'o\lú :' rlisjlC'l's(¡ Cll una <!ceion en
(In(' el nÚ!l1('¡'!l ~. el yalo;' ln,l;i('i'O!l de cede\' {¡ la llisciplina.
Los ea\'listas Ill:Y:'!'OJl, :únl'1-mnn:lo los prisioneros (file
hieie\'<ln en Tel'l'~'l', :lt'l'njanllll muchos las armas, acogién-
dose otl'O~ al ill(lul¡o \ (¡¡~¡':nitl¡lildo.;;(' (~1I'e~10. por partidas
llHlS Ú 1IH'1l0:" lIl!:lIet'n~~b, CH dirc:'I:!lICS dil'l!ccillnes.


Esla 1I1'ilhllll(' jom.:oL. ,,¡ji;' ú Palarea la \'cstilucion de
sumando, de lJi!(~ "e \¡, 11<\\)1:\ separado ú la primera noticia
de sus Y<\ciluull':ó ~. e(!lliyo('os moYimicntos sobec el Ehro;
teullquilizú ,ti gohiel'llo q~\(' al saber hI~ de las facciones reu-
nidas, se hahia apI'CStll'<\\\o á enviar á Guadulajara un bata-
Ilon de la Gnunlia Hl'ul (kilinado antes ú reforzar el ejéecito
del \ol'le. )" le p('I'llli¡i;') de,arma!' ;'¡ ;\([L1('I:o..; miliciallos de
Sigiicllza, (1'il' ac:d"¡i,,m tle Illo~ll'al' üisposiciones favo-
rables á la can:;a ,lel Pi'ctl'IHlicnle. El cOl'oncl Orive, que
durallte nHtclll)~ dia~ ¡labia lll:lrcha:ln o!,~ei'Yanrlo la gmesa
tliyision ellellli~a, ~e ¡'ctmi,) Ú p¡Il:\I':~a dps¡)IIe~ de la aecion
de \lolilJ<l, :- pl!('~ln~ en c()ml1!lic,u~ioll rOIl :\ogueras, á quien
<!l\uelia vidOl'ia ¡j('jalm momcnlúneamenle dueiio del pais,
sc tlcdieal'Oll Ú pel':,c).!:llir Sill (le~eallSO lo~ restos (le las fac-
ciones tli~pel'~allas .. \1 dedo, diYidiel'on sus fuerzas en va-
rias columnas (Iue aeaso la:; habrían csteemiuado total-
mente ó h¡"cllUle" pCl'llel' la e'Speranza de rehacerse en mu-
cho liempo Ú \lO l'lIlllral'iar ~llS I1wl'dlas ell'igol' de la esta-
cion. Pero los frios illtCIl~()~ y el lIIal estado de los cami-
nos dificultaron tlluto sus movimientos como facilitaron los




86
de los carlislas f{tW, acogidos ('11 los plwll\os como herma-
nos, hallahan donde C¡lli(,I'~1 !n,~ :I¡¡\iiio~ (!'w, ~íli,) po!' fHI'I'Za,
se fl'all(¡UeahaH Ú Ia~ II'op:\S d(' la J'ti!!:!. \ f·, (Ji' (1;> estaS
disposil:iollrs, Crdm!l':I (,~l'i\pi¡ i, 1n pl'I'~I'('iWillll di: Palarea,
y Quilez á la de :\'Ogll(,l';¡~, ¡I!.'n ([111: s¡!Í'!'iclldo "mi'O" fllgi-
(ivos enormes hnjas pOI' la dl'~cl'{'ioll, EII (,1 dr",,'¡l'd¡'i1 ~~(:1I(,­
ral, Allon, coman(lallle de la cC\l¡alkrla de ~)¡¡i\t!i'z, J'('llllió
un gl'l1cso ll'ozn (le dif('l'f'Il\('s glwiTillas, en la.; t'1i'\1l's 01'\1-
pó sueesivilmenle ú E~(':\tI'OiL ()Ililllo, Bl'lchit(', ! : ('l'l'(' 1':\ y
otros pm:blos (](> !ll('ll<:~ ill1]lOl'U:U'¡il, dOIlI!!' c¡('¡i:x"¡ ScY(')'a-
mente J:,s úUl'banos del :qlOYIl 1;11" pi'r'slah,':: ;': los t'i'i.;1ino.;,
Añol1 amellaz0 en 5q'i!idil Ú ¡);11'()~'a ln;i:l !:i ;,:Iilln !le qnr,
para ponc\' Ú í'H:Ji/'l'ln ~u l'ill('i'<1. r!l~ illl'Il(;~;!('¡' envinl' de
Zaragoza nne\as r¡J('í'za~, (',,\n cuyo :\II\ilio Pildo ia cnlumllil
de Foxil cJlltnlmi:' ú eyilal' este [1cli f!lo.
l~n poeo llU~ \íh8jo de! lr'nll'il dr ('~Ii,~ O¡H'i':ll'Íolle,;, :iI1-


d:1Íla tnnhiclI aCliya ~ alla Ci}('<il'lliz;¡;!" i;¡ ~n'i'i'l':l. 'fil'lllr:l':
que desde Terne! se dil'isi:m ()nilez : (:,l,hI'C!':l ~1)J¡1'(, (:ala-
[aylHl, y qlle, ufano~ del íl'innl'o ¡!c ,\,('l,\,(,i', pl'n~('gt!i:llI ~u
marcha Ú :\lolina, el S ('!')':\¡[;¡¡' \ ToJ'lll'i' )'('rnIT;an 1111;\ !~)'all
parle de la:- ]ll'oyineia>; dr '{cí'He] ~ (1(, C:\~iI':iOlI .. \('os,\(los
pOI' Huil, hubieron (le ¡J:\lare('CI',{' ('11 la~ '¡(,l'iit;; ,1(, J:mllillll-
hre; pel'o, I'dOl'Zaltos hll';YO por h,; :"lllí!:¡'; do Tnn,!da y Bu-
hell~, y Ú poco pOI' la dI' C:dIl'L'I'H. (¡!lr, Ú pe,:):, de la aCliya
Iwrseclleioll de P:llal'(,i\. hahia 1:l~ml(lo I'Cllll¡i'~('!!'S, se cs-
tCI1II¡cI'OI1, tlesplws ¡le PC([lll'il:h n'fl'ie!>:a.; di,)!'!:1" " sorpre-
sas \'e('ípro('a~. el] Y:\l'i()~ jllli·hlrs <J¡>] \Í;'(""'::;::;:1 ~ </1'1 cor-
regimiento dc Tq¡,to,~:,. ~illi:1:I:b 1" J¡¡ :;:",('\,1\:\ ,':'1 Ehi'O, Y se
dic\'Onl:J mallO con O:tile¡: (!'l,':llli1:t:¡Cl pUi' ('\ 11'1'l'i:ill'io (!('\[-
cañizo El mismo Buil, CanOYHS, el martIlles del Palacio y olnJs




LlBRO RESTO. 87
gefe~ los csll'('chul'OIl pOI' marcha;; comhinudas. Este últi
mo penetró pOI' los ¡¡liCi'!"; :d ~lal'~,!l'azg() y ocupó el eonven~
lo dI; BCJliLt·,ú, cU:li'll'i ;:('l{~l':d (!l'dinal'io {le! ¡.rrucso de las
facciol1(,~. illlii"I'(:ol'i'iú I(¡; !11i~mns ¡¡¡I\'l't\1~ y pI cOITcgi-
miellto dl'\hl'l'll:l, ~ C:::lli\:\~ el (¡i~tl'ito de\leaíliz; pero
~ill pode!' l'lll¡lí'Ú:U' :'1 h; í'H!;{'('!lh,:; ú comhales ~él'ios, sino
CH lé<~ posicinlle,; Ijlle "¡lo~ c,;co¡riall y I¡Ue, el! easo lle l'ev{~s,
les ase;mrahan b l'('~il':\lht :1 -,lb ina('I~l'sibles guaridas. Pa-
P <1:': (' ('11 , Chllll:i, eiL nolz, ('IIUI';lo ,le Liria y otl'O~ gllerri-
lll'J'Os. J'od;lIldo ,in ('f"::::' :·:[)1;I'I' lne: c:lIllinrs tle .\t'agoll, Ca~
laIUlia~' \::!('l!Ci,l, hli;!.::bu pOI' rl'('el!i'nte~ eOl'l'et'Jas Ú los
jlllehlll.,, 1[111', aililílUl' ;\f'.iíliltlll;' pOl'l~llo~, sl'guian mostrando
i!ltl'I'('~ po[' Sll (,:\ll~~. ni:) ú todos alienlo la I'caparieion del
anligllo :lkal¡Je ¡JI' Yil',II'('d ,Llorens) que, cscapado del de-
sastre que ell u~;n Lll:uh6 1:011 sus antiguos compañel'os
de la faccion I\P '\lord\¡¡, pa,;(l clltonees á NanITa y, regrc-
!'ar[n l'i'C!I'rllt'lIll'illl' ('Oll illl('\':h in.-;lrIlCciolll's de don Cál'los,
jlllll¡') lllc¡ro Ulla lln!l)('l'I)~:\ partida. Hcuniél'onsele al punto
la~ (k Pelejana , el Hojo ,le Bcehi, Hoyo de ;\oguel'llelas,
Perlr610 y I)tra~; (il1(, jllnta~ l'ollciilií'I'OIl pl])['oyccto dl' ata-
ear La Plall:l, y aun ~Il ('npitnlCa~le\lnn, ú lo cual debían con-
Irillllil' i:nwl:llclllc la h<uda del O¡'gallisla y partc de la del
ScrnHlor, eOllcl'llll'ada~ all'f¡'l'!o l'H Ruhiclos. Huil alcanzó
rl23 de CllCro (~ll Toga ú una fuerte columna, l'ompuesta de
\al'ia~ (le aqnc\la~ partidas, y les dió una ~evera leeeíon;
pe!'o la facilillad (Ille tenían de dívidil'sc cn pequeüos gru-
po~ :- de aÍll'i~:!l'<c 1'11 lll~ plH:hlos, le!' pel'lnítía hurlal' siem-
pre la vi¡.til:\Ill'ia ¡JI: la:-: 11'0]1:\;; d(' la I'l'iua (¡lIe, míl'adas por
lloll<1e (¡uiera eon deseonliflllza, !lO hallaban ú veces asilo
rontra la intemperie, ni aun calzarlo con (Iue continuar la




88
activa, pero casi siempre inútil pel'seeucioll Ile i[\le estaban
encargadas. En n\HO ni)('iotal'.':' ':1' J .1iCI'lla, Ile Yill'¡lllald" y
oll'os pUlltOS obtmicl'oll lill Ú ClIal \ 1~!li ¡j'l ~ulli'c l()~ pdotOlll~~
diseminado". ~o se nwjorú por c~t() b cOlidici;¡1l (Id }lai~, y
el capilan general, C;u'i',;Íillú, f,lllo dI> ,:¡:,di()~ !!,!:',\ i'l'dncir
por la fuerza tallta~ gn\ilias, !lO lIallú 0:/'1) Pill';\ dC:I¡iil,I;'!:IS
que el dc ofrecerles el indulto, t;¡lIla~ \ cee" dl':'I'('\¡ado po)'
ellas dmante dos ailOs. Lila HH'llitla, Illte I'ndl') ~\ los 1:,\1'-
listas la impotencia d(' los agl'tlle~ del !2-o11iel'll'l, no pI'OrlH)O
efecto y fué I'e}ll'ubada PO[' esla l',iZilll pnl' lo:, pi'(Igl'c~i~las
que adcml\s afectahan sielllpre c¡,('el' [Ieji el ('~Iel'lllini(l dl~
las facciones.


[-tarto peol' Cl"l. aHa la :,it,HH'ioll di' C,Il::1\1i::I.\ pesar de
hiS conminaciones de .\lil!a, Ú pl'~;iI' d(~1 ¡!c.;ón!eu ell qne,
pOI' falta ele Ull gefe ~u¡lC1'iol', se lwllah,\l\ la~ lJanüas carli,,-
las eH el Principado, desól'llell ¡¡ne hc\hia ido en aumento
d(~ I'cs!llta~ de la retirad" di' C:al';'!'I:¡'" (·!la.; l'I'I'OITi:111 ~ill
oposicioH todo su tel'i'Ílol'io y lJ10'l1!1',d:::¡¡ ,i!:rti:t;c'; de :';ih ¡lia-
zas ya que, podalla de ,Il,tilll'l'lci } l~l' ill!!\'i1inu,;, uo pOllian
sitiarlas cn regla. Intel'milla1,l;' S('I';:\ la l'I:hll' ;llil de !o~ l'lllll-
Lates, rctil'adas, sorpresas, ti'itmr(J~, l1(':TOi,I:-" n¡:uThas y
contramarchas lle tilia gllCl'r:\, ca que IlO kIli:;; ¡¡lail, :;1'1'('5,
disciplina ni asomo ¡le únieu ea lUlO ni Oli'O 1¡::1I':;). lhste
c1ecil' que del de los carlista,;; prol'l'dia ,'¡lsi SiClilpl'C la a~rc­
SiOIl, y f¡lIe el de Ins criqjnlls c';i"ll:\ por lo ('Oml\ll ;'('!lucido ;'1
una defensi\i\ impotenle. Tl'emp, \lonl!llaill'h, San Cc!olli,
¡\gl'alllUllt, TIerga, _\t'htl('in~, BIT:!;:, ~~,¡J:.(J:lil, '(;:Inll)na
fueron atacada~, Ó sufrierotl 1111 l'~tJ'(,(,J¡:! i:I::ijl:(,II; y el Y('n-
drell, 1Ioni~tl'ol, ~\.1IH'1'! (íll'()~ ¡¡HiCL::, pUil!O~ IH'lIp"dos Ú
viva fuerza. Unas Lamias se adelantarOll;J ,\Ilafulla, Ú ulla




LIBno SESTO. 89
jegua de Tana¡¡;olw; utras il San Yieeule del HOl'ts, :idos de
Barcelona; alguna S¡~ lICY/1 Jíl~ I¡UinIO" de Sarriú casi bajo el
callOll (le I'c!;\ 'lIi~!il'i phlZ:I; otra, ú la ,i-.la de In de 10l'tosa,
ataró (,Ji lo~ \Ir,lljlle~ la Irijllllaeioll de \lll J¡¡'l'galllin de
gucl'l'a IfuC (le~cIJI)¡al'l'ú (¡ hacel' agw\ll¡l; oíras ell liJl !lega-
1'(,jI ('ji direl'('llll'~ ocasiollc:, haslala .. pI[e'nas (k UI'ida. Las
<lulol'ilbdcs de esta rinda,!, no creyendo seguros ú lo~ pri-
siollcros dC!ltro (le SIIS lIl\lrailas , huhieron de trasladados
al ahrigo 11e la:; ¡tI' Tal'l',lgouíl, 1:" donde ~e podia traspor-
lar!lh ú las B:dl'ares ú ú l:b \ulillib. LIS autoridades (le la
CCni,Il-la, dl:l \<lli(' ¡[('\r;lll ~',111t! di: ,ügnnos ¡JIlillos del
.\wjJlll'(lall 11(1 podian t:Ol'resjlOlHl:'1' eOIl BClrl'donH "iut) pOI'
la yja d¡~ h':lIleia, ) hacicudo conduril' sus despachos á
POJ'I\elllll'c,;, dl'S(k üonde pOI' mal' Sl' dirigian il la eapita!.
POI' lIIar lambien teuia c~la que corresponder con Madrid
por la \ia ll(~ YalenCÍa, y e~to, ú [n, o\' Jl1uclws yeces de los
IH[(jlH'~ 1'~II'allg('I'o~ que ('i'(lzaklll ~()lH'I' ID'; lJoCH~ del Ebro.
Xi UJI lllal':t\l'dí en tarllo ell las urea~ públicas, ni otro me-
dio flnl' el de bs e:\Clcl'iollCS ¡¡¡\l'a jli'UH'L'I' de de~igllales e in-
eil'rl()~ ~Ol'OITOS Ú la,; lropa~. Ell'uido de la:; armas, sustitui-
do al de los lt'hu'(',;, la ai'hitl'aricllad Ú la jn~licia, la violencia
ú la pl'ol!'et'ion; depOl'iadas lilla~ LHllllia~ :-;in forma de 11I'oce-
so, I)(H'ljlH' t('nian un !I,ll'il'ul¡' Ó UII arniso en las lilas relJeldes;
otras, ú Illlielle~ la autoridad rleji\!J:l el e~lól'il pl'ivilegio de
pel'IIl:HlceCI' en sus hO¡xal'es desolaJos, saqueadas por una sol-
Ihdl':il';( h1'lllal, pOl'I¡lle no tenia n medios (le pagar ilegales y
c,ill'bi(aHle~ illljJur~l¡)s; lalt'l'a l'l e~peetúl'tllo tIlle prl'senla-
lllllln pai~, sepat':lilo dl,,,pl\l'~ de cillco Ú ~ei" llleses de las
yias de Ill'OSIH'l'idad, pOI' donde lelllall1Cllle, pero ~in l'etl'nCe-
del', y aun sin pararse, eaminalm despucs de algunos años.




90 ANALllS DE lSABllL 11 .
.\'ada importnl)nll eu 1:11 estado las ventajas parciales y


efirnerns de tIlW parte d., 1:1 11''.!illll ¡j .. ~\I'i!'d ('11 l:t PIIP\¡1a (]p
SegUl', el SOCOl':'O mnnlrn¡;'1I1PO 1]P T\'elllp plll' UIla l'OlUllIlH\
del Alto ,\l'agoJl, l(l~ golpe:, darl()~ Ú alglllla~ d .. Ia~ ]¡;lm1as
por los coronele,; "\~llit'oZ, Himbau, ~,illilú, P:d:tcio y olros
gf'fr~; el suplicio de Yidal, Cal'dina, el ~I'lI, C:l!llarlof }
olros cahecillas, ni nun la Ilpgaüa no illlcl'l'llmpida Ú Ikll'cc-
lona y TarL'agona de gI'!ICSOS tle~tal:amellt()!' de yoluntal'ios
allllaluccs ['('unidos Cl! \1:t1:lga , y ¡le (lY('llt1ll'ej'()~ dt' tOllaS
I1aCioll(,~ reclntado~ en Li~h():1 y O¡)(\1'11l enll'l' los !l('~p('di­
dos del ~cl'Yi('io dI' Porlugal. ~\ l)('~al' di' {'~i:l~ flg·,'P;::lciolies,
h~ fu('rzas de )Tina e['an tan in"l¡ficicilí ('~ par" ,'IIIlIC';iel' ;'1
lo,; carlislas, como, pal'a atrndl'l' Ú 1<1'; !H'cc;.;idade:, (le sns
tl'llpas, lo ri'an las üaeciones \ ¡olellla",


:\lina vió, pues, que LlclJia suplil' su falla de metlio'\ mi-
lil81'e~ y pecuniarios con el jll'('q ¡gío qne <1UII eOlISCI'ynha
sllllomlJl'C, y CH COll~c(,llrllcia s,di,') Ú c,lnJpal-l;l, tl'<l~l:tdÚlld()­
se :i ::\lal1l'e;;;a con el (iu de pl'ole¡¡:e)' (\eslle illIi l;IS plazas
dc Hel'ga, Solsona y Cardona, y tle rcunir Ins nWllios lle
l!eslrnir :\ San LOI'ellzo de Pit e¡;:, f[\1(' , d('~;tlc qUf' l.l:mdc¡'
llla!l(bra (\ClI101<>1' :-;II~ fortificacio!1es. era la ¡¡:narilla eons-
tante de las facl'ioile~ de a(llldla p:U':l' (!i; ia m01l1all:1. (;lIal'-
LlerÍ,mle :'\ la sazon ~cjseienlos h()lllhl'('~ dd t'IH'I')lO dl'. Tl'is-
tan: (llIe, no pmlirJldo \'e~i~lir Ú lo~ :l,OOU (ille lleyaba ~lin:1'
~c apl'esUl',u'on ~\ ('racllado, ¡Jr.i~lll¡]() ú e~lc (\\1(' le 0('1I])"-C
el :D de dicicmbl'c, Doscientos de los ma" t!l'rididns sol-
Lindos del e:lIlóaigo, ¡]C~.Pl1l'S de dis¡Hltal'~c la ]lI'Cfel'rllcia de
lan anicsgaLlo ~Cl'Yi('in, ~l' hl'ind,Il'llll :'l e!1C('lT<1I'Sl', y ~(' PLl-
CCITaron cn efecto, hajo el man:lo <[l' :\l¡lInl'e~. PIl c1 :;,1;1\n:o-
rio de Nuestl'a Señol'n deIs HOl't~.




Llllno SESTO. 91
Exi:;!ia c~lc C1\ el CC\1\I'O di' 11\1 pl'ÜOll escarpado de cien


jo ('im'lIcnla val'a~ dn altlll',!, : ('on~ist¡a en uu cdiflcio só-
¡i(lamenlc ('lliI~;II'I!i:!o, <tIte. dlll',UI!!' ~1l lal'[:a ¡ll'l'Inanencia
cn el pucblo, I,aliian lo~ cClJ'lj,;las l'odea(lo de l'edllClO~, mn-
t'O,; ,1 JII¡rl'18~ f(ll'l';l(h~ de pla!lcha~ de hierro, y aba~lceirl()
1''¡,ilJI<lllWIlII' de 'JI ('1'('';.'' 1ll1lIliciollC:; \ln]'fI 1m Illrs. Di~pú­
sllse Illt'!)O ~Ii!l:\ :'t a~:\\I::í'l(). ;. lo hizo (~n rfcc\o 'al'ias \'c-
el'" ;.;ill fl'lIlo ~' :-;ufl'iendo COtl sid('ndJ¡(~ ph'clid,1; por lo cual
hubo (lc lilllil:\I'se :\ ('~t,lhll'I,t'I' ,'H J'igOI'ilSO hloqueo, micn-
Iras le li<'gali:! la fll'lill"l'ia )lI'\I('~a qUe. pura bal¡do, lwhis
pedido ú Cal'dona; ll1a~, I!O qIH'I'ielH;o (1('jUl' de cn~plear CIl
al!lo d li:'lilPo Hll(' pila ta]'(las(' en llr 9:[\ \' , d('1el'minó atemo-


r_ - ~ i - r_ I -


rizal' con ejclllplo;.; tcrrihle.: ir lo~ f'itiados y á los habilan-
Ie:- de San Lorcllzo. Habían esio~, eH los meses (Iue aque-
llos ocuparon la \ ¡Ha, c~ll'echiH¡o con ellos las relaciones (Iue
la neccsidad de la lll'O]lia C()II~('I'yat'ioll ohliga sielllprc á los
illradido- ;\ (',,",,allle!:('I' ('011 lo~ ill\:I:'Ol'í'';, Pcro, en una ('PO-
ca CH ([Ile e,;laball rolo,; lodo.~ los luzos sociall':-: y se hacia
gala ¡ir de~eí)noeel' lo~ ';(,:11 lmien[os de la naturaleza, Sr) im~
pu1unHl Ú cl'ím('n ~'l l()~ hahitanles la~ relaciones necesarias
q\lr hal,ian 1ellido COH ';l1S fll'mndo;, hIH;spede:" y }Tina hizO
en ('Oll"l'(,lll'llcia fll,;ibl' Ú drpol'lm' ú uno ú otro de los Yeci~
nos. ~o habl'ia ~ido "ql'uuo qUI', indign<1r.tos los cal'lislas del
fuerle (1(' il({llella ajl'oeidad, tl':ll~\,;ell de H'llgal'la sohre los
liI'isi¡)ll!'I'()~ nistillos que leni,m en ~Il podcr; mncho mas es~
tUlldl) ~('g\ll'()S (le (1'1l', por mOllrrada ([Uf fuese ~Il conducta,
~c\'iall sin ('~('('lwioll ('ollt1elra¡]il~ Ú Jlllll'l'tc si llcgab<111 Ú cacI'
en mmw:-; (Ic! ]lm-e/lllslIl. Pcro ora fwscn l'ccelo~, oras eu-
1imientos lit' humallidad lo~ flllc (le ('\lo los rell'nc;Pl'H, lo
cierto es que no se eutregal'on ú tan indignas _represalias.




ANALES DE ISADEL 11.


l)jjose, sin emhargo, que hahian fusilado ~\ 33 de aque-
llos l)I'i~ionel'Os , : í~"LI !l01 [('i,! lll'gú :\ Han'plona ú tielllpo
que sus c\l1h~, de aCll~l'do ('nillll~ :11'. Ol¡':¡S capitales del Hej-
no, ~e c~talJall pl'l'pa¡';ulllo Ú pnH;I;Ullal' la COJlsti\ncion tle
Cúdiz. [lIsistia~e e¡ieazmente s(¡j¡n~ el 1(,~t,\hk('illlil'llll) (le
aqne! c(¡:ligo por eOllsiclcl'arlo llll 'lldio ~t'::llI'O di: haccl'
pennanellles los alJ¡ol'oto~, ú fayo¡' de lo,.; cuales ]>Ollian 10S
asociarlos }ll'opol'cional'se ¡os ('mplco~ ó la l'ollsideraeion que
no sahian allquil'il'sl' pOI' mcdios l(';.;iliJllo~. Yic!'Oll, pues,
en el atcnlado de ([Ile se ae\1~:dla Ú lll~ cal'li:'ta~, un ]lt'e!('~­
to plausible para entregarse eOlltm t'llo~ Ú ('~el>O" (le los
cuales seria fúeil Il:\el~¡' \tI! b('aloll p:\i\: III'g,I,' ,Ji ::jll'kl'idn
cambio de 1't"gilll:'1l político. EII eOllSI'Cllt';l('i", ('11 la 1<\I'(!e
del ;j tle eUl'i'O, cmpezaron al).!;nllo~ dllhj~;tp-; Ú (\I']'clllOlinal'-
se y Ú alTcmolinal' Clll'ioso:-; y pel'llillos , y, l'~;¡cl'l'blldo {I
e.,(os con la rdacion de bs jH'I'!f~n(1:id¡b :1ll'ocilblks de los
fal'ciosos lle :-)anla \la;'ía deis ! hrl ~, 11'.1 l,li'lm dI' e,;-
cital' al pOlmlacllo {¡ Yen~,mdas, 1!e!,!:nll:\IIdo 1111 ~l'[lfl nÚHw-
ro de :llTcstados por callsas (le illíidencia, y de prisionero:'>
de 1:)1Iel'l'a c:1di,..(a~ que, rell'llido" Pll los calallm:os (le Ja
ciulbdela y \(IS ~\ ([U'IIZanas , ¡') Cl!I':llldo,..(~ de Slh hcridas cn
el hospitallllilital', se pt'l'jHll'aJI,llI Ú ~lIfl'il' la t!('plll'taclOll ú
que dehian se\' eondl'lwtloS. POI' aqad dia se lilllit¡') el (le-
SÚ¡'I\Cll :'1 vociferaciones mas Ó l1lClIO.' ;«'alol'<lllas; pero, sa-
bil;llIlo:-e al siguiellte ljue', el :H de diciembre, las bandas de
Trlslany y Caballería ltahi:11l sorprendido en pI camillo de
E~pal'l'3gue\'a Ú \h\lll'('~a ulla columna d(~ miJiciallos ~. ~ol­
dados de Sabo~3, dcj:md,) tt'lldidri~ (~il Id call1po Ú !lm" Ilt~
doscientos ) obligando ú los ]'(',t,\lItes ,l !JIU', d Plll'"!:tcltO,
capitaneado pOI' nrbauos de Bal'cclon~l, y en particula\' por




LlERO SESTO. 93
los riel balallon ue las blusas, en cuyas filas se contahan
los mas ardientes dllhi'~¡'lS, fantOl'0S (le los cl'Ímenes de
a~osto, ~c rp11Jliú po]' la [¡\l'(lc e1l la plaza del T('al.l'o y en
la Üe Vahll'ill, De~(k alii, l'~eilal¡o ~ escílantlo coulos gritos
de ril"1 /.;¡d¡,'! I¡ y !ilil¡'f'U,¡{¡J:, ('¡I/'l/sil/s, :,;e cncalllina al
allol'lwcl'j' Ú 1.1 cíndadda; \;, ¡!Ilal'd!" hnee alleIllan ue lenllllal'
el ¡mente levadizo; la dlU~ill,l d('~enrl'ellada en númcro de
cillco á seis mil \lOlIIlJl'e~ salla el foso, a\Tima escalas y, au-
xiliada ponllllc\lOs tic lo~ sol¡!:tdos de la fOi'laleza, penetra en
su recinto, ~iJl 1111(; )JI! Imlallilll n'cienllep:allo de volunl¡wios
malagueiJl)~, lIi \a\'i¡l~ l'"lIIpa)¡ia~ di' guardia nacional, 1'01'-
mallas eu Hl' ¡~llIled¡al~iolle~, Ilieiesetl la mcnor deJl1oslra-
CiOll para con\cae)' lllos a:-;('~illo~, Dil'Ígclbe cstos ú los ca-
lahuzos CLI,' U~ (,C1TOjO'; ~(~ l'lIIllPl'i1 ir su YOZ, SU pl'imcl'a víe-
tillla e~ d cOl'one! don .!u,\;; O' üOllcli, cuy o C[lltÚ\el' mu-
tilado horriblemente, es al'\',ISU'atlo con una cnenla pOI' las
r[llle,;; de la ciudad, ,í Cli\ a l'al!l'z,¡, ~l'p¡ll'alla dclu'OIlCO,
"in!' ha~la el aIll<llll'ce!' dl' pdota ú los lllUchach os, !fue se
clIs<lyan y St gozan ell esle jUl'!-'() de ec\llÍhales, mienLl'a:-;
<jlW los a~biIll)s inlllolan Ú lo~ (lemas pl'esos de la ciu-
dadela, ('\1 nÚlllel'll dl' ('lelllo Cillcw'llla, Cuhicl'los de
sangre, \uelal' de la ciudadd¡í Ú h\:i .\lal'aZallilS, n:ebman
los PI'I',05, IIl\(, el goIH'l'il:ldul' de ¡,) óldad,\lyarez, les mall-
da enll'('gar sin l'eIllOl'dilllicillo ) ~OJl fllsilado, Sill piedad.
lk alli marchan aquello:; Jlwhados ,,1 hospital mili lar , don-
de C,olltillúan la matama ('n hiS antiguas torrcs lle Caudc-
las, snC:l'iJie:lIIdil, COIl lus presos que alli se hallaban, al al-
raid(', (¡\le Iwhia facilitad(l la naSJOll dc dn~ Ú lres (le ellos.


Desüe que oyó los pl'illlCI'OS gritos (Id mOlill, el gcnel'31
Alvarez, IlOCO seguro (le S\l~ escasos medios de represioll,




'\:-<.\U,,< DE ISAllET. U.


reunió la comisioll milita)', n:1 para j'lz~a\' Ú los sllb!('VfHlos
é impedir bs cunscc\}('n:'ia~ dc ~n Illll"imicIIlo, sino par.)
dal'les sntisfaccioll, ~I)mcl icndo Ú Hll sinlll!:\(,1'1l d(~ jnicio á los
p\'i"iollC\'US (,~ldi~ilas ifll¡~ a'jlldlo~ d('~igll~ll'~!n de ¡-¡JI[emallO
po\' sus ví('tiilla~, No I),\~tallllo c~tn de]lll)~tl',lcioll p:II':t cal-
mm' la ple)¡e dcscllCadcn:l(la, Jll'0pll~O .\h :ll'eZ cOlJlial' J0S
lwesos á la cnstodia de la gn:mlia nacional, ínterin lo~ juz-
gaha un con~c.io de guerra, cOl1llmc~to de o!icialcs de este
mismo cuel'po. Pero los ¡rd('~ d(' lo~ :unot im\(lo~, ('!'eyenüo
que pOI' (',te me(iio jlo¡jl'i:lIl l1Iiil'h(); <ll' ::qlll'\lo~ infelices
susll'al'\'~e Ú SIL furo\', y es]wl'aJillll lleva\' ú cabo, ú f"yOl' tic
la efencsccllcia que habian ]ll'OIIWyido, ~II pJ'(j~('et() L\\"o-
rito de l'estahleeer el famoso cód i~o de C:',d iz, l'dmsnl'on
admilir la pt'oposicioll, ~\si eilU"·\lIll,\I'OlI t\ ht \el'tl"d el hol'-
reIltlo J¡olocal!~lo de tantas v¡ctimas; pero evilaron ~\ lo nw-
nos ú las autoridades el oprolJ!o de lllln complicidall olicit\l
lle lllle ya, cn \·alcile!a, Z,lI':l)lnza 'iJlro~ pl[('I)lll~, se lwhia
dado P()Co~ meses allte~ el odioso e~pecl:'I('!II(), ,\hnl'ez, que
}H'oponiendo tl'at\sacei()Ill'~ 111lmillanles, habia a]'dicnLlo su
clignilhul y qUl', tle~el'h:\(la~ tltj\ll·l1n" , <\c"M (le dr~ll'lIil' ~n
prestigio, pl'('~tallll() ú gr<lllt!l's c;'ilHl'Jl('S el ;IP")O lle su to-
lcrancia, ]lO temió ir Jl1a~ l('jn:~ .. 1 dia ~;gl!i(,lll(' y, rcunil'lldo
la ¡!lInl'di:1 n<1f'i:m,ll, Ir diú l:l~ gl'¡\Ci,h jI')[' ~Il (F¡'//I/I/II' ('()1J/.-
jlnt'tullI¡'I'liflJ, cl!:lIldo aun l'~1"li<1I\ ('alil'ull'S lo~ m\(lúvrl'e~
lle cicllto y ~l'l(~nta \ ídiilICh, <¡lI\' su al'I¡lml, Ú conni\ ('lItl' Ú
pasiY<I, habia (,oillrilmido ú inmola¡', El a)lI!1lmnir'lllo ('11 el
mismo tlia se limitó Ú \,('1IO\:lI' ~ll" (',tl'l'l'()lip<1d;\~ l'CCOllWll-
daciones dr ónlen, qUI', "ill <¡!Il~ nadie J¡a.;I:I~e ú protet:erlo,
se tmbaha enda dia ~l al'bitrio dr Hll C(,lItell,~l' dl~ perdido:,:,
Ni en la alocucioll de [tf¡nel cuerpo, ni el! la de Ahal'ez. se




UHlW ~ESTO. 95
noló Ulla sola c~pl'esioll quP l'cHlase la indignaeioll (Ine
animalia ú cuanlos ll~lJia:1 l'1I1¡'aúa-; de llúJll])l'cs: y, al contra-
rio, su lellOI' \¡lgll :. (':"):\1'(1<.: ('olltlnllú la idea de f(lIe, b<ljn
ell'egillll'll i!alllado dI' lil)('rl:\lL !lO p"islian Ie,\es lIi gobiel'-
110. ~' '111<', l¡ajo la IrICladuI'<1 nacienle ,de j[endiz¡)J¡al, conti-
llltaba por donde (llliel'a la ,,¡¡¡mluia Ilue, COH ridícula jac-
tancia, ~e li.;onjeaha él de lmher sofoeado.


Complct.1II11o el lcn¡J;lIage pllsilúlllille de las autol'iclalles
de R\l'celoll:l el triunfo 11111' o]¡lll\il'l'lJll el rlia alltel'iol'los
revollleillllHI'ins, ('I'n ('¡'1)11 r~los t¡tH' no debian detencrse en
UlI camillo (fill' lau llano ,,(~ I('~ pl'<,sclllaha; y el.) yolvicl'on
Ú !'l'lInil'~(, l'il gl'lijll)~ llumCI'OSO~ cn las calles y plazas. Los
grilos Ib~ :';"'!! fu ('Ui/:;!,"[/(I'¡(jJi ([ue cllIpez:1l'OIl á lnnzal'sl',
uo !l1t¡SII',\l'(lIl Ú la \'('!'1Ja¡1 sino débiles y lejanos ecos; pero
110 c"i:,Lil'lhlO pOi' otra ll:1i'le la meno\' oposicion y mostl'ando
los etWl'pOS (l(~ la gllill'llil'ion y la milicia mhalla la misma
ilHlifl'rc!lcia lfill' ('1 dia :inleriol', Wl pelol!m d(~ ItI~ dulJistas
11l¡1~ :\11'('\ idos "Ht'1Í dl~ tU ca!'(; nlla lahla cll'~lillalla Ú hace!'
wec~ lle L'lpida eOllslillll'\Omll. I )i~pat'all(lo liros yall:\'rando
('OH ello,., :\1 Y('llcidal'ill, ~(' dil'i,'1i(,l'on Ú la pinza de Palacio.
CIJIOCli'Oll hi illlP!'o\icnd:,¡ lúpida ~()!ll'I: el pórtico (le la Lonja
~. dr~p~\('ha\'ulI ('lllisai'ill~ ('11 t:jdil~ dil'('('ciones para alhertil'
Ú lo~ ]¡il[aIlO\Il'~ Ile lI:i!i('i,lIl(o~, 1[,1(' se ¡hall I'I'UlliCllllo, que
l'(:pi¡jc~eil ,;us i!\'i!us ~. pl'oda!lla~(,ll el l'e~lablecimiento de
la m,\IhalhHla COIl~lil\l('i()Il,


,\II':tl'cZ,I\lle, con b~ demas auloridades, se hallaha en
Pnbcin, di~IIIH'~!O, como el dia anles, :'t cuanto se cxigiese
de el, IIlandú e"plol':ll' la illl(,lIcillll lle la guat'dia nacional.
ya comp\ct,\lllclIle ['cuuida. La acl¡lUlI ¡ucl'[e de esta parecía
deber proporcionar ú los sublevados uu nuevo y decisivo




!:lo ANALES DE ISABEL n.
triunfo, tanto mas, cnanto que IliHlrt habian ellos omitirlo
para asegl1l'nrlo. Gil'olle 11;1, q!lf' dlll'[II1I(~ ht~ tllrhu\ellcia-: de
agosto. habi" prcstado ú la fill'I'joll fllll' h~ Pl'ollloviern
el apoyo de ~\1 popubrilhd. fué encargado de inducit' á la,;
autoridades ú sancionar la y,II'i,H'ioll tic 1'('!~ilJ1en /file ~e so-
licitaha y dc intcl'/)]'rt,1l', como csprcsion del :\,i~lllillli(,llt" de
la milicifl, PI sih'HCio flpúliro q\H~ reinahf1 cn S\lS filas. ~y
acaso lmhrin ]w('va\pci(lo rsla slIgl'slion ~i. ~osteni(la e\l¡"l'gi-
c:wwntp la opinioJl contraria plll' p} i'Oll1alltlanlc dI' la ci1ha-
Ilel'ía d,' la lHi~llIa milicia y pl'OIOll,,::'IJlllo~c, di' l'(·~tlllas de la
di\'l'nn'Ill'~ia de estos iJll1uio~, la i¡¡dl'('i"ioll de 1:IS :mtllrida-
des, no se Imhi('se dado lugar Ú HIl dcscn/;lce eOlltl'<ll'i() (1
las prcvisiolles de casi tod,)s. La calmll('ria d(' l:I gll<mlia
ui1eional se pI'onunció. Ú impllbo (k su )!el'<" COIIII'<I ,,1 mo-
Yimiento; ~. no fue 1l1(~l1l'St(,l' llla~ para 'lile algunos tic los
batallones ;;i¡miesell su ejell1plo, pues lo,.; tli:-:irlenll's se l'E'-
ll'¡¡jc\'on y amcdi'cuhlrOII desde <¡W' Hot:li'On I'I'~i..;II'llcia. eOIl
esta singular pel'ipecia inU'rior coin(,idil') o\l'a c~tl'all¡H·t'a 110
menos sin gubr: el c¡¡pitan Hyde Pa¡'Ch, comandante elel
navío de gnrlT:t inglt'·s Hotluey smin cn el Imerlo. ol'r;.'ciú Sil
cooperario u ('11 defensa de In Ci1IL~a de la n·illa: y pOI' COII-
siguiente tld "i~(('ma polilico pl'oc]a¡¡¡ado por el Estatulo.
:\lentatlos los amiJ!ns del ónll'1l ron (·..;Ii1 p],()I!H'S~I. se pro-
ccdió ú dcrrih:w la I:lpilla, y l:1 ca!laH('rí¡1 I1l'h:ma hizo rlrs--
pejar las ealles eOIl tanta facilidad, como lo ll:lllria !tecito la
tarde anterior si en ella se blihi(,~e ¡lI'o!lunci,ulo COIl igual
energía.


En la lIoche. c\inll'ez, nlellO de su ~<)I'pr('sa y ~lll1'OVC­
chándose de la eOJlstcl'llaciull 'llll' sl'lllhrara entre los eon-
jUl'ados la nohle actitu<l de la caballería naeional. hizo




UBRO SESTO. 97
prender á los pl'ineipalc~, ,Y enU'e ellos n\ funestamente ce-
lebrc Avil'alleta, <¡He klilia o~tellt<ldo ¡';lIci'~ivalllente sus fu-
ro\'e~ 1'11 Zal':l!!Oza, H:lrCl':olla, al cómico G8lindo, al go-
!Je\'llat!ol' dI: Ll ~(,\l de r I'gel, 'Ilolllel'o, y al desventurado
Ginllll'lla, conden<ldo ú lW('('r sil'mpre un Il'i~tc p[l}1el en bs
l'ey¡,luciollc:-; de ¡1([1l1'11:l ciudad. "\lIim~l(lo por la impuniehd
con (lue se cuhriel'on IIJ~ acl(l~ lle la jllnta \'cyoluciollal'ia que
él Jll'c~il\iú ai;wno~ Ilte~l''; ~lI1t('~, cl'eyú Jl()(\el' servil' nueva-
mente de ÚI'¡!:<lllO di' C\.ig('llCia,; <lnúl'(juicas, y se hizo, á su
l)('~n\' <¡llizú, ~ aIT¡¡~ll'ado pOI' las circunstancias, el campcon
(le ulln COI1:-1 illl('iilil d('c':lcl'erlil:ula y el reprcsrntan te <11' los
1\lJlIliJn~s 'lile ~o:i('ilc\h¡\t! ';Ill'<'sbhl¡'(:illlielllo. Pero aun des-
IHH'~ de Yl'llei(II)~, ill~pil,¡¡Jl<l!\ ('"tus tal miedo ú las autori-
dalles, <¡ue no Sl~ ~lll'ni('l'oll ella;; á depositar en los fuertes
Üe la pbl.a Ú lo" pI'P~O~, y \0._ ('mial'on á horda del Rodney.
Esta \¡lImill:1ll1(~ ]lí'(,I'~n:l'illll ,;,' ('''lilW'¡ l:~lll() mas neccsHI'Ül
ell;lIllo 1(111" ('" Ll 1¡¡I"dl' del ;lli~lIlo dia, habian pt'opalado los
sllblL'\ado~ ~ll iilll~lll'i(l1l d\':\1:1I':'l' d(l~ hl't'l.;anlinc:.; fnmccses,
donde se sUl'0lliall ¡'í'r\l!~i:l¡]l)" al:.':lIllIi" iJlfdices escnpados
de la lualanz:l: : la ¡lI11('IlC\Za P:lJ'('('i¡') tan sél'ia, que los co-
millHlantl's dt' ¡1I11le!l¡h 11lIqw's hubiel'on de Ol'r!CIl¡)1' sus za-
f¡ll'l'allcllO<;:k ('lilllh"lr.


TOllavia 1'01' );¡ tl':l:-dn('ion ¡j(~ HilOS cuan los alborotadorcs
Ú un llH(\uC l'stl'allgl'\'o "'Ir!!) r!l el ]Hwrlo, lelllia la a\ltol'Í-
dad ('~p(lIlI't'~C Ú algllll l'il',;gO 1l1lC\O de lW'll' de los r¡ue
qUl'd:¡\':\1I ('11 la ei\Hh\tl, Pal'a C1llljUl'<lrlO, se aprrsmú el
ayullt<llllil'lllo Ú jllildil',11' d () lIlla JIlI('\'a proclama, en que,
COII ¡¡([ue! a¡'~ ('elo d(:~c~Il'(¡ dI' ¡¡He cada lIIlO de sus actos era
UIl tes\Ímonio il'l'('('\I:,;¡lill~, o~ú decir ú los barcc\oneses,
COlls1l'l'IIados y atóllito~ ell' la implllliclad de tamaños cl'Ímc-


To,)1O 11I. 7




98 ANALES DE ISABEL 11.
nes:-<c\.yer disteis una leccion terrible á los viles agentes
»de la usurpaeion y á los pocos y malos eiwladanos que,
»haciendo causa cOll1un COll ellos, habiall cOllcehido e! te-
»mel'ario empeño de introducir entre nosotros la tea de la
)ldiscordia. Pero sus esperanzas fueron ,-,mas, y el cuerpo
¡)municipal de Barcelona, lleno de júbilo (¡qué júbilo! ¡Cfué
»euerpo municipal!) se felicita y se complace sinceramente
:t.>al ver terminados los momentos de agitacion ... Hegoeijaos,
»pues, barceloneses.» En este mismo documento se <lisClll-
paLan en cierto modo los horrores de! 4, calificados sim-
plemente de-«escenas lamentables fIlie debell oh'idal'se,
«por ser agenas del caráctel' de esta poblacioll;), y se notó
que, no habiéndose dictado medi<la algulla para impc<lil' su
repeticion, se amenazó traLar severamente ú los 'llll' lH'oli-
riesen gritos subversivos; mostl'úlIlJose asi que, para relwi-
mil' estos, se contaba COII algulI apoyo de la gllimlia nacio-
nal, mientras que ninguno se tl'lIia para illlpedir los a"csi-
natos de los carlistas ó de los tenidos pOI' tales. El mismo
Alval'ez, en la cuenta que dió al gohiel'llo dc aquellos su-
cesos, teató como de jnstitlcal' los asesinato" <id ti, PI'CSCII-
tándolos motivados en el pl'ctendido fllsilamiento de los
prisioneros el'istinos por los carlistas del fuerte deis IIol'l:-i,
yen la imlignacion que causara al yceindal'io la noticia que
circuló de habel'sc escapado i la faceioll un oficial y un sar-
gento presos pOI' un delito mililat'. El golúel'llo, tan sati~­
fecho del desenlace de arluelll'úgico lharna como el golJel'-
nador y el ayuntamiento, prodigó dcsllledidos elogios ú
estas autoridades y a la guardia nacional, encomió la
sensatez del pueblo barcelonés, y maUlló que á todos se
diesen las gracias. Y no contento con dar ú tan inauditos




LmRO SESTO. 99
horrores la sancion de la alahallza, quiso añadir la de la re-
compensa, y displlso \'eg-alnl' una kllldel'a a la milicia na-
cional ,-(cC\I.\ a ('()tulllcla noble y ejemplal' babia visto la rei-
)¡na con la JIlayol' eomplacencia.)) E~te acto solo bastaria, á
Ü1ltfl dc otros, para juzgal' llel cal'úcle l' que los clubs hahian
dar/o ú la I'cyolucioll, y de la degradaeioll á flue tenian
rC([llri(lo al gobierno.


)Iina fine, en San UOl'cns, donde presidia en persona al
hlol¡\léo (Id ('OIlVl'llto de];; Horts, hahia sabido lfls atrocida-
des tld 1, se ]l1'('~eJllú el G, cuawlo ya todo estaba acaha-
do, ('11 Bal'Cl'loll:1 , yel 8 hlllZó tambien su proclama, mas
eonlrn la tenlativa del restablecimiento de la Constitueion
de Cúrliz, qlle conll'U el a;;esinato de ciento y setenta indivi-
ll\lll~ depositarlo:; ell las cúrce!es h:ljO la salyagllardia del
derccho (le gentes, si se les miraba como prisioneros de
31101'1':1, Ú bajo la, del derecho COll1l1l1 , si sr les eonsidera-
1m como a(,II~:Hl()s del cl'ílllell de rehclioll. 'roelas las dispo-
í'icinne~ del pl'ücúllsn! :;;e I'r<1njl'l'on Ú enviar al ejel'l;ilo el
famow ba(alloll de las b!ll~as, y algullos ele los lilas anlien-
tes \,('Yo!lleional,jil~; ~l dt'~paeltal' Ú Canaria~ los }H'esos ele la
noe)¡e tll'l .J, ([íH' hahria dehido enlregnl' Ú la justicia para
(Itle les i/llpusie,;p llIa~ 01' pena si el'<m culpahles, ó los ah-
:"ohie~e ~i iIlOCl'lltes; Ú (Iuilal' el gohierno de la ciudadela á
Pa~(ors ; {\ hacer Cél'l'm' el eafe de la '\oria, donde dcsde
agn-to ~e reunían lo~ principalcs revolueíonal'ios, y que era
en Rll'celolla lo quc el eaf(~ .\llevo en .Malh'id , y á apl'oku'
}lOl' de pl'llIilO el "illllllaCI'O de cOlllisioll militar, instituido
pOl' ;\hal'cz, y cuya l'olllposicion hizo prC'sagiar desde lue-
go (11lC no ~e ensangl'elllal'ia con los exagerados. POI' yia de
COI'l'ccliyo ue \0 que e~ta:s medidas equívocas podiall pre-




100 .\XALES DE ISABEL n.
sentar tic hostil á la ransa (1d j)j'O;xl'CSO, hizo d!'portal' á
algunos que paS¡¡hilll pOI' c:lrli~lns , mil'llt¡'ilS que lo~ a~esi­
nos de los pt'esus eonlillllaL'UIL ('11 la ('ilLdild "i1l ser molesta-
dos; y ni la ruellu]' ¡)(,~I!ltisa se hizo l'¡¡nt¡'a llls insligadol'es
del cl'Ímen , sin ellllmí'go de Iple el LUl!(J:io !('\Idutiullal'io
Xaudel'o, redadl)!' (Id pel'ió,E('o !;'¡ C,I!U!illl , habia ('11 su
pl'isioll hecho Ú 11ina rCY<'I<icio\l(':O; il\lp()L'lal\ll~S sohl'e el Ul'j·-
gcn, tdunilcs, autores y eÚlIlpliCl'S lle cUllle! hnL'l'ih\c movi-
miento.


La l'ej)J'csioLl del \'cl'i:¡'>ailu ('11 B¡\l'Cf'lllllCl el ,"í impidió
que estallaSclL oti'OS ibll(llc~ ('u í:tl'io:i PUllto,; dd PL'illcipa-
do, scgnn se hahia eULlYt'ni,lo para ('1 (':ISI' ,'11 IJlIi~ qlledase
tiefinili\aIllCnle prueL\ln:\lj¡¡ la C:llIAilutioLl tU la eapilal. La
noticia de Jos Slle('so:, del'! ¡¡,';r:\ :ll:\i:\ "i;cuil'lLle Ú T:I1'1'a-
gona, donde al puuto ~e l't'(jIl~I'I'U~1 lo:, 1I:\('iliuale" p:\ra ll:lI'
muerte ú los fi\cci(HI~ que' (',;i<l,~!,:¡¡ ('il l'¡ l1rl'~idio , cill't'cl y
hospitales, :- Ú w!llliiu:l ,il' ,'k'ri¿.i)";, fl'aib,:> ()¡i'il~ dl'~:lrl'('_
tos; y en yano ]wlJJ'icl illl¡'j'H'llido h\ allloi'id,1cÍ P:\I'« C\ ital' ¡el
ejeclIciun de c~te !ll'ojlú,iio, ~i JlO ,:n('i'(:i('~(: IIll';2:0 il :I¡¡\ldla
primera nuela la del ¡¡ni ,"',itl; ri,' la klli:lli\:1 d,,1 ,l. :~~Io y
la gencrosa oJ1ciosit1:d del :¡¡i'.l l!lc";ht!'il', ('Uili:IIHI:lntc del
huque de ¡ttU'l'l'a ¡ll¡J,',,, í'l Tyill' , qUl', ¡¡!litalldo 1:1 ('illldllL'la
de su gcfe Hytle Pal'k, Ofl'eCiÓ ~li'; :·¡nicill:'; :1\ glll,it'L'11ll Y
prometió ae0i!I'I':\ ~Il hu rIlo :\ lo" ;i1!','¡:,('~ 1'1:\11':\ quiell es lilas
inmediatamclIte "e ¡¡\z>;¡I:\]¡a, CI)Iii.ll\1I :d:!1! Ú In., allltll'ota.]ol"',-'
fIlie se allanaron ú lt':\lhi~¡l' l'ljl\ ('1 a~ llllta:nienln "Il':i'C la ~;n('l'­
te (¡llC debian sufrir lu~ il.l,liví,Ítlii' d"',:!!';¡:i¡:O- 1'1 dia alltl'!'iol'
para el llOloc<HlSlo. DC~¡llLe.; ,;c ];¡¡';:;,¡, i'lúl¡ca~, l¡lIe dieron
tiempo para l¡Ue mtlcllU~ de ellos :\pl:lt::I~CIL, ('OIL doro Ú COH
las influencias amistosas, el fu!'oL' de sus venlngos, se eOIl-




umtn SESTO. 101
vino enl!'e los milieiann<: y las auLoridades emharcar á los
{<tceiosns; lo ¡¡u(', ~i!l (",,111¡:' :', I:b II'H' ('slahan con la uncion
en el hO~Jlil<il, ~;() \',,,,ili"I') ('11 1Il! htH[ili: ill)!l(',~~: otro cspa-
üol qw' "l' h::!I:d'!!1 (':1 (,1 ;)l!:'¡'!n, in!"I'i:1 !It'!.(ase mIO fIne los
1J'n~p()!'¡;I>(, ;'t L~:--: \l~~i!h\,~. ~;~Il l'U~:j!!O. Ú Ju~ ,.hl~~lfectos, los
llIilil'i:llln~ fr,,'m,n',)!! ;:n:\ li~i:\ dí' i 1':'~l'i('ll¡o,;. rn la clIal rsta-
ha clllrqli'('llIli(lo l'l (',l\¡;VO c:lkdl'al rn m;lsa ; pel'o se logró
J'elmiados l\a~l:\ ('II:\l'cnla, qi\r tn "f'!.(Hilla fneron üespacha-
do~ p:\I'a ¡hiz;¡. F:\ :ku". ~(' ('o¡np¡'illli¡') con ]\11:nos sac:rili-
¡jo ~11l11 el Jililli::. ;':T:wi:I.'; :'\ '!'I" d:';:ii' Inl';,:!) <lil\lIlcial'On :-;us
Lmlu]'\'" 1:\ jilll'i];';"'l ,1,' ;,(',;laiJ!,'('C';' la COll~titn¡joJ\ de Cá-
diz. di',j'.mi" ¡¡,:l' n:) hlicd,:\) i'll al;wnas !'rac'ciones del par-
tido liheral, d l;ll,'!ílO ,'pn: ¡) !111C el a~rsiH:\to de los fl\le sc
fC']wtah'1I1 ('IH'!lli~~o~ de. ~ii'I('1 ]'('ogimell.


El hlo(I\l(~1l Ileh; Hol'\-;, de I[ue hubo de separiH'se Mina
paril vrl' ,1,: SO ['0(':11' 1'\ ¡n('pudio dI' Bareelonil, se estl'ec:hó en
tanlo J¡;¡jo ,,, d i¡'(,¡,('inll di' .\ illhl'), qlW, clliJiel'tas ladas la S
aY(,liid:l~ dl°];¡ mll!!!;\II,!. ~¡O :!!lli!¡') (, illlpedíl' (JlIe -;(' Ir socor_
ríesr ínterin, Ih'.':,da la :ll,till:'i'la quc se hahia pedido á
C:mlona, podia ¡'Oi'IILtlíza¡' el :-;iti:l. ';omlJinúronse para re-
hahilittwel fu (,l'\(' ,'¡ lúdil:li' L1 ~:tlida ú los fllIC e\1 (,1 se ha-
Ilahan, hb b:lIuÍ<,s dI' Blll'jn, Bnr¡lIica, Calwlleria y Caslell,
(Iue sllcesi':lJlH'nt¡' ~fO flleron l'I'I¡llil~lldll en Saldas, Balseb¡'c
:- drmas pueblos ínB1l'llialos, El :W, n'forzados pOI' Tl'ista-
11,\, alaeal'llll Ú la \I'Z lo~ c:lIn¡mnll'utos llel Pl~l de Sobol,
CilS:lS d(, Pllsad:l~ y Hoea FOI':ublla, puestos avallZarlos de
\ill]¡O, : d ¡1I~:lI' J1\i~IIlO dI' San 1.0¡'CIlZO, dondc d tenia su
cuartel. lkfendiL'l'Oll nli¡'llt('III¡'ille 1:5la" posiciones dman-
le ~cis hOl'~\~ (los mil ~ (l\lilli(,lltn~ J¡OllllJI'CS coutl'a cualeo mil;
pero yerosimilmcute habrian acaballo arluellos pOI' ceder, s'




102 ANALES DE ISABEL n.
en lo mas recío de la pelea no asomara la columna de Sc-
haslían, que, escoltallllo la arlillería lle~lill:llla nl ~i\Ío, yall-
vcrlido del rie:,!)o (Jue cOITian In" ~iliadOl'I'~, :tccler\.;;u
marcha; y, desllllcs de al'l'olbl' \;IS gavillas de L1al'ch (lc Co-
pons, Graval de GUiSOIl<l, y, olro~ (Jlle p['('I(~lldicl'OlI l¡i~\lu­
lade el paso, sobrevino en clmomenlo oJlllrlllilfl ¡¡al'el I'I'e-
servar a los suyos de un desastre. A la ü.¡!a de aquel l'e-
fuerzo, los gefes cadistc\s huhil'I'OIl de yolvl'rse Ú las po~i­
ciones que dej,H'on pOi' la maiwna y eSpl'l'al' ilH'jO!' oca~iOH
de SOCOtTCI' á los sitiados, Xo pl'(~Selll:'lItd{)~t: e;;la en tres
dias, y vienJo ellos [1!l'oladas Slt~ pl'Oyi;;il)ll('~, ('~ illlp:l~i~jili­
ti)(los de agwmlar ú 'Jue se hicics('n tllH'\a~ kalalir:ts para
socol'redos, salicl'oll dd fllel'le eu lIÚIIlL'¡'1I dc doscieulos
homhl'cs en la noche del 23 al 2í, rC~llellos Ú abrirse paso
con la espada, Sintióse!es y se les alacó con ,i¡.jo!', :\licu-
tras ellos hajahan pOI' un lado, los ~itiatlorcs OcuIl<l!'on la
altlll'it por Otl'O, y, cogid()~ lo:, fugilivo:; rHln: dos fllt'iWS,
pereciel'on ca:si todos y enlre (·]Ios ('1 COIll:lII:!<llllc ~Jiralll's,
Pocos, d('SCO¡g~lllllo:sc !l0l' entl'c los !wctipieios, 11lldicl'ou
Ilegal' al campo vecino de T\'I:-t<lll,\; los mas al illl<'lIlado
fueron cogidos y fusilados, En el S<lnllL;\l'io ell(,ollll'úl'ons(~
los cl'istinos con los cienlo yellall'()Jlrisi()lle:'O~ 'jlt(', "l¡'!lce\'-
rarsc en el, llevaban consigo los carlbla:, , y ~I~i (JlIt'lIó de-
mostrada la falsedad dc la imputaeion (Ille ~il'\"i{¡ de }ll'clcs-
to para los asesinatos del 4.


FI~ DEL LIBRO SESTO,




l'i""y:\, dispo,icione, d" 1I,'n,li/ah,,1 con respecto á los r,'ailes.-Paso. dados pa-
ra completar el ¡:;()llil\de.-ComlJinacion¡>~ Hllancjrl'as.-Espcdicion del calló-
llig-o natan{'r().-Pl'()~ rdo:, di' (~úrd()\'a contra el Ba~fan.-~u entrr,'ista con
lils .1u!llIirlildl's rral\/'l'~;¡C-; lIt- 1;1 fronll'ra.-Toma de Balma~ellaJ :\lercadillo y
Plr'f]('i:t por E,-\lIía.-Cotuhatc d~' ArramhalTC'1l y San Bartolomé.-J:usilarnlr[l-
lo de In n~;-¡dre de Cahl'erJ.-H('prr.~alias horrihlt·~.-.\ma~os de rf'yolucion en
YaIClleia.-Silual'jO!l di' C~ltal\ll-la.-Con\,pr!'iinn de la dcuda.-:\lanifestacl()4
IW~ dí' las pro, inri~)s.-EJ('('{·i()n{'~.-~üriella(lps serretas.-Abrcnse las Cor-
tr';;'.-Hi"('\lr",o ti!' la Corona.-Di-;rnsion dr.l mcnsa~('.-Toma rlc lequeitio por
los rarli"ta~.-D(;sónknc:s en Zarago1.a.-l:orrrrias llc Cabrera.-l\lovimirntos
de lla1arca ('11 Sil prl's('rl1don.-l?~ntra Rodil en el ministerio de la Guerra y
pa~a Ahno(II')Y;11' al dr ES\<1{lo.-0po~ichll contra l\1f'ndizabal en elseno de las
Corl{'~.-IJllp()[('n('ia d~;l Gnhil'l'!lo.-Falta d,~ r{'cur~o:;:.-1fedios Yí..'jatorios
clllpkarj(j':; por a]:.wnns g-er('~ militares para proporrionár.,e!os.-Arcionrs de
Orranlia, de L;ll'ra;.,nilil,l ~ (k la line,l del rrumea.-31ucrlL' de Sag-a.,tihelzaa
- Exi~{,rlcia¡;; el!'! pal'li~lo ultra-li})cral.--:\Iultiplicarion y progrrso de las han-
das carli"ta ... de Catalufl<l, .\ra:;on, Yalcneia, GaJicia )' la :\1anrha.-Uimision
¡le ~l()lHli7.alJal ~. SI):';' rnlq~a:;.-hluril pr('~idcnte del Consejo de n-linistros.-
Cotlstitul'ion pafcial de ,Il gahinete,


LA coincidencia de tantas desgracias, la impunidad de tan-
lo.~ ¡;t'Íll1rnc~ y la intlifcrencia con que las Cortes parecian
VCI' el desmOl'onamiento rápido del edificio social hicieron
mir~r la disolucion de csl~s como una peripecia insignifi-
cante del drama de (¡lIe al 1111111<10 entero estaba dando Es-
paila el lúgubre espectáculo. Aun continuaban reunidas, y




104 ANALES Dl~ ISAIlEL n.
}lclHliwhal, atroprlhnllo los l'cS¡1l'lo:-; :1 Ilue sc l~<.; decia
ac!'ecilol'as, se Iwhi,l I;lIlz,\llo Ú d¡~po,il'¡()ll('~, <¡nI' ('11 lodos
los paises cOIl~!iluidll~ Ir lwbl'i,w (',pilt'~lil :'\ ;'(','()]IY\'ll('io-
HCS graycs , ~i no á 3l:l'ia \'('~]lo!l,,:I"ilid;¡d, En el'('('lo, cnall·,
do parccÍa ¡¡!llol'li;..nwdn Lt il'l'it:l('ioll ('-;1'11,11::1 ('(IIi1n l()~, fl'(li-
les ('n el Yel'allO último . .\ llegado d lilll/jllclll'¡ .1(: proccdel'
con calilla al e",:\mell de LIs l\1('did:,,: qll(' ('(ji! \'("])1'('/11 ;1
los in~lillltos monúslico:-; (,ol1\('lIi" adoplar; c\I<llIlIo :'1 !o:-;
agenlcs Ilel por/e!' I'jl'('utiyo (']'a rúril (',il:\[' Il)do com-
promiso, sOllletieIHl<! I'~t(' [I',\-;('('III!('lIlal J1(",rwill :'1 11\ dl'lihi'-
racio!1 ,le lo., E"lam~'lllo,:, '¡¡"Hlja!:,íl ~iH ,Iljllil'r<l ('Oll-;\¡]-
tarIo con ellos, ll¡::ll l¡lIC Ú Lt ~i\Zf)H -;(' IWllp:bí'll d(' ;¡~;tllltOS
menos Ilrgentcs, m,liH!I'¡ ('('ri'f(¡' de 1111<1 -n'z ! od:1~, las (':t~:t~ rc-
ligiosas, y, aüa<li(',HIII lo c!'l\('1 ú lo ilr;!,,¡, llizo l]llC el f!:ober-
nado!' civil Olózaga, :lL'Olllpaitat1o di' ~H': ('~\¡il't'IJ~, ~l' (l'a~la­
<lasc, en la 1Ioche <Id 1'7 al 18 de ('!ll'l'il, Ú lo:,; COllvcutO<; de
la capilal, lallW~t' di' ;%h Ú l()~ !'!';¡í!r" y I/I~ :th:IJl:lona~e Ú
merced de IIlla C~tl'i(b¡: que !a lII;~(,i-j:t pú:i1jciI jl-a cada dia
l'l~tluciemlo Ú lilas ('~ti'cch:t c~reri\. IJ :2,), ,lp:'t'miado el mi-,
nist!'o pOI' lo~ f:mlores (le lo~ nlOt ¡II(''; Pill':¡ ('ompll'liU' ~ll ohra
de violencia y cSJloliacioll, llllmJ¡t'ú ulla ('(llIli,,!u:\ para COll-
ve!'lil' los ediGcio-; ('\ilcn:Hlo~ en Cll'll'ld('·; ~; i;iaz:\~: y UII'¡:Z:¡-
ga, \ayas y olros illlliYidll()~ dl'Í mislI10 1'01(,,' pilliijeo. dl,~ig­
mHlos para dc,;cmpcüal' a:[lldl'lll':\l'gll, ~!' ¡'()II~lilll~(,I'OIl lue-
go en JUlltll de r!I'!I1'J!iclon. ¿()m', l~l'ail \a~ Cortcs cuando, á
Sil \1l'cseneia y :-;in Sll inlel'Yelleioll, ~e rOn~1Ii11:\h:ll! I,Unl\IIIIS
atcnfuIlos'! ¡.QUl' imporlaha al ptli~ l{nl' I:on[lilll;\ 'ell ]'('Illlidas
ó quc fuc;;cn disuellas '?


Pero la JisolLlI~ii)1I dalla Ú 'Ifl'JIIlizahal IIJla Il'q::na pal'a
completar su ministerio, reducido, dcsde su úllima foril1a~




DON JUAN AlVAREI i mEHOIZASAL


.··~al'lq i'H C;'1(1l1 !Iat'ia el dlln 09u. y no tomu VJrtc; '.'n 10:; nl·~CI('I(J ... ¡.!j¡-l¡,',"
1\:I .... la '\i)2,o, 'lue cOlltljb\l~(l ;11 rt~:,tahlec¡mií\l¡j.() (1(' la (nnstltlll'¡nIL I,rl'~jandl
·1 11 '(i \ 10 .... dI..! dlIli'rn ;d '\.i~'II\ltf) 'IUl' SI' in..;urn'I'I'IIJllr) I'!I L, hla. H;¡bH'lld.-, elIli~ri1di


'1 Londrl'-; ,'ti t~L:. ",,' d"dli"O ~I\ 1~t)mC1T11) ,"(in ¡:n"\~t;i ¡ni lll:i:¡ \ -!\.'11 ~,I:", .1 ':1] pn-


:n I'JI ... [¡ "ilqJl"~;1 '1" J,' .. !111:¡;¡! ;1 ,jll!) .HI;'::U,-: ¡d"'tH1!, "-¡;l.l:llj,'¡' !rtt"II'h " J' 'j:'
: .• 1 Ilf,' 1111""- r¡',) 1'1 I;¡':':'l:,'tT.¡ El I (¡ruie ,j(' Tlll'c'[i'l i'l Tlí:JldH',· l:~ij¡¡··rr" ':( íh·
'1,·!¡(j~1 ")1 l'd.\, ¡111':'<Lfldld" :ll,rl/po ... ¡!:) para [,rop"l'l'i:,ndl 1¡'I'ur';"..,,JI li''',I)I), e,j-
!a \<'2', LlId.., ,·\¡l,l\~ . .:il, IlId 1'le¡-111 d,~ I~l ;:!Ul'rT" ei\!! \'1!l!"\ jIclIdlz:llJal ·t E"i!LI¡-1
,'n;1d.· (¡JI


'
[I'I'jIHdd ('fimo un ... a!\:J¡lof. ~ IHlj~ l\l,~~n I'I,pmpl;1z¡'l ,í. Inl\'uO ;)n tí!


pw..,idl'rll'ld del j·Üll .... I·JillÍl; nl1lll..,trn"" lo;;rantln di' Lh CorL':-- un \q!o ¡JI' t'/)lJnd!l-
1..1. I:n \ lrtud lid \;U<ll ~uprlmió 1,(1:0; cO!1ltll1iJad(>~ relig;iosas, Jerrr.lo )J Yf'n¡a IL
..,u:, bww'::" \ ;l,10pVl \,UI;l ... IllI'llÍd;¡s con ohjctü,k termlrwl' la :':;:lIcr'l':l fJl!P de..,·
'!I'(irlarlanl1'IJ",· 11(1 IHIldlll,'!'nll (,[ ('1.:1'[11 qur' "1' :)("1',-;11(1 -"..;) "lJ '-'¡)!I",'('U,·;I,'j;¡
11j\(1 'Ir!l· ,1"):,, ,.] IlllIlr"'¡I·f',f). q:H' dl'~I¡ljl>'" lid d"IJ[:¡¡t11) 1)I['ij ... d~l'" I! 11',: .... 1'( i"'; :1,1 ...
','¡ 1.;;¡,iL ijiW I !!\jJI'!¡q 1'1) Id 1';lld;J 11(' E",;pilrtl'lil, "l1li~.Ij\,j ~'raljj'lol ,L1 .J,,(¡:J\\ 11
_!TI'~ll ;'¡ P')I"), '-1m IJ;¡}wr Ylldln :i !I':IJrar dt'~dl t'lllnlli'I'S rnmn hnmtil'l' pnjlrir· •.
-in,) ;;\:.1!l'ld \. ¡ ,'11 .'1 i"'rL;.r,'..,:l dI> dIlJl¡L¡¡ln-










UBRO SÉTIl\IO. 105
cion, :'t cn~tl'O individuos , (le los cuales ninguno era e~paz
de hahlar cn públiro, y 11110 (\lmo¡li'¡yar) se hallaba ausente
dc~pues lk Jl11[(:li:l~ ~(,Hl:H1:1~. bllU'iz, .\r¡¡:úellcs y Galiano
fueron (,JI C()JI~l'cli('lIcia ('011\ idados :'t cntl'ar en el gahinete,
~ á [l1'('~lal' Ú la ilJ('ap:\(~id<ld ~a notorin .11(: \[curliz:¡hal el
¡1)l()~·O de su prc~li¡¡:io ell los club" , y de su pal:dml 1'11 el
Estamento. Ilchusando ellos el IH'ligl'oSO hOllor con ([ue se
le~ hrindaha en Cil'culIslaneias tan ('l'itit'a~, se pensó en San-
c\lo, Lopcz, Calmll('\'() y otro~ d(~ 1:\ llli~lIl:1 opillion. Todos
~c. m'garoll, !l1o,tralldo :I~i la pOi'a :-;('p:lI)'idnd qne tcnlan en
la" ¡lI'()IlIl'~a~ 111' .\II'lIdizah:·[, y e!l'f'C'e!o de 'llle Sil falla de
ClIlIlplÍllliclIlII I'l'lidlljc:;e ('H el reino una initaciotl de f¡Ue
podrian se)' ,¡ctima" l()~ I¡lle se asociasen {¡ la respollsahili-
tÍad que IH'saha :;ohre ('\.


¡'\O se habria !lidIO, sin emhargo, (\lIe este recelo era e
que los retraia :11 \('1' la Jl]'i~a llnl' se dic)'oll mudw~ :lutol'i
d:ldc~ de la (':¡pila/, l':I.,i lO([a~ la, de las pl'Oyincias, y Y:I-
rio.~ (,1l(,1'1)()~ (k la l1Iilici,1 Il[lCiOllal dc las mismas, para di-
rij!il' eS[lo~ir:ioll(,:-; :'i la (;obl'l'IIador:l, lamentando la (u'ccsi-
d¡\l! CIl Ijlle la mayoría parlamentaria hahia puesto ú :Men-
dizahal (\e amell:lZal' eon ~u dillli~ion, y felicitando ú la mis-
llla pl'ince~a de la clll'r;rí,\ t[lIe mostrara disolviendo el recal-
citralll.: y hostil ¡'\lamcnto popular. Estos sentimientos se
lllanifestaroll, 110 solo "irnultúllcamcntc', :;;ino con tales apa--
ricllrias (le ullanimidad, y hasta CIlIl tales visos (le entusias-
1II0, (1'1f' df'hiall ell¡¡:aüar il los <¡ue 110 conocian su origen co-
nmn y Sil fll'ocedl'Jwia illtere~ada; pero no {¡ los individuos
Ú lluielles, en los aplll'il'; tle su propia siluacion, llamaba
.\lenclizabal ú la pal'ticipacion del poder. Estos sabia n bien
(!UC las autoridades y corpol'aciones (!ue re¡wesentaban en




106 ANALES DE ISABEL 11.
favor del ministro, no hacial1 sino proseguir la marcha que,
en setiembre, les trazara el club ccutral isahelino, en el CIIn}
l'esidia en l'ealillad el gobiel'l1o sllpl'e 1110 del E~tallo. Consi-
del'aclos en aquel cluh bajo aspectos diferentes los aconteci-
mientos relativos al desrcho del proyecto de la ley clecloJ'lll,
no se habian pueslo aun de acuel'do sus corifcos Roln'c la con-
ducta (Iue en adelante debian seguir, ni alterado pOI' tanto
lag antiguas instrucciones que prescl'ihian á 'O~ ailliados
ostcnta!' [lila contlanza ilimitada cn ~[clldizalJaI. Este eOIl-
tinualJa, pues, apareeicl1Llo el ídolo del partillo, en tanto que
los directores, creyendo pasada la {'poca de Sil pl'esti!úo,
eYitahan lodo contaclo con c'-\. Varios ¡/p ('Ilos j!l'Opal:¡]l<IlI
qne aquel hombre, en (Iuien deposital'au antes su eOlltianza,
no hacia bastallte pOL' la causa lle la liherlad; y aun HilO
(CahalleL'o~ habia dicho poco antes (Eco de 7 de diciemhre).
-« El pl'ogl'ama de 1'1. dc setiemhre llenó de dolor el eorazon
»ele lo~ patriotas mas acclldL'alln~ y peri'picace~, de los hOllL
)!JI'rs sábios, los cauto5, los escarlllentaclos. ¡Yol' (Iué"? PO/'-
»)que el Plwhlo cI'cia ú los nllevos ministt,os ¡ieles IÍ una rons-
)¡(¡"{ue/ulI (la tic Cc'uliz\ Ij/U'./II),(lI'Itn guardar, quc lanacion
»)ltizo, l'estahleció y defendió, !tasia ([IlC la perndia y la fllel'-
'iza eslrangeru de~tL'llyel'oll su uso, no su valiclcz. j)


De iguales sentimientos se mostraban aJlimados muchos
de los (IUC paSaLtUl por mas acalorados partidarios de JIen-
dizahal. El canónigo Riego hahia I'f'cihillo en Umllt'cs el de-
Cl'do de l'eltahililacion de la memoria de su hCJ'fllano; y, cn
vez de llar gracias ú su autot', declaró rl'!lU~ar' los h('lleli(~ios
que en el mismo dcct'eto SI' arlllnciahan para su familia, y 110
aceptar la rehahilitacion sillo rilando la naeioJ\ la dce!'('lase I


se restaúleciese la Constitnrion de Cádi~. Para ver tle




LIBRO SÉTIMO. 107
acallar estos damores, interesó ~lenllizl\Ll\l en su propia
Sltel'te Ú los que Ilcvaban la uandera (le la faecion; c1ió plazas
en el Consejo SlIpremo Ú Sancho y ú Galiano; gohiernos ci-
Yi\c~ al ~;(~l'J'(~tHt'i() dI' la jllllta revoluciollat'ia de Culiz Vi-
lIallm, Ú L~([lliuaOlia, ~lIj¡ez .\renas,Pastor y otros de su
cla.;;e, é inq)()l'taules dc~lillos militarcs ú Bt'ay, Mei'collehiui
y .'lallcha; rCllO\Ó, Ú hizo renovar todo el personal de
la jnlliealura y la magistratura; dejó impuUfs los asesina-
tos ll(~ enero en Harel'lona, COIllO !tabía (j('jallo antes los de
juliu y a~o~t() ('ll af!llelh eill!bd y otras del r(:ino; é hizo, en
lIu, ClIiW(O pudo p;u'a rll'~!lleulil' la imputacioll ijue se le <1iri-
i''ia de !lO ]¡,(('Cl' lJ,btante por la revolucioll. Pero en vano sc
prestó con eslc ohjeto ú levanta\' de sus camas y :'¡ lanzar ú
la call(~ ('1\ una lIodw (le enero ú los rrligiosos que en ellas
llonnian al alll'igo de las leyes, las tradiciones y las ereeu-
eias (le! ¡mis; en Y,1ll0 Sl~ resignó á la mayor parte de las exi-
gl'Jleia.~ COIl qlle se le ahl'nmalJa. nI' la fneilillml con que
cedia ú las UtWS, debicron ¡lace!' y nacieron otras. ~\si al-
gUllOS de ~lIS amigos iml¡cHt'OIl la llecesitlatllle eseluir de las
elecciolles ú los que habian llcndo el escudo de H(ldidad en
los diez allOS últimos y á lo~ que 110 habian padecido per-
sCcuciolles durante el mismo periodo; ott'os pidiet'on que se
I'eslahleciesell los tlccretos de las Cortes sohre vínculos y
mayorazgos; <¡uien la lleslitneioll en JIlasa de los empleaclos:
f[uien hasta la snpresion de las inocentes maestranzas de
raJ"dlel'ia . .'\Iiclllnls los llamados libel'ales no pensaban mas
(¡ue en des[nlit', :\Iell(jizahal, temiendo (/ue no quedase e¡ltl'e
tantas t'uinas elemento algulIo de gobierno, oponia ú mu-
cha:,; üe afludlas (¡iH~I'gel\t('s pl'etensiones la inercia consi-
guiente a laimposibilidacl de satisfacerlas, y gastaba en esta




108 A:Ü.LES 1m ISABEl. II.
resistencia apútica la po¡mlaridall faetieia de (\l1e, ('ll el in
leres de un partido, ~(' le rorle,lra Jloro :mlrs.


_\ punlalarla c\'('yó "\!elldizc!llal, ¡'I'llIlil'lIdo dc cnal(!nil'l'
lllollo Ú pOI' cna¡llui"I'n via algl111'I~ l'eclll'~O~ ])('(,lllliarios lla-
ra cOllllevar la :-;itllacioll. Con l'~[(' nhjl'!o, rl'llst!'a¡J,,~ :-;\lCC-
~ivalllellte las eSJlel'anz,,~ qne lwhi" con('('l,i:!o ¡]p jll'OjlOI'-
eionados pl'imero po\' (-lll'alallo Ile ('OIlll'ITio, y despl](,~ JlOl'
atrcvidas opcraciones de Cl'{'llito en Lún:lres. imaginó y
mandil fahricar litnlns 1l1j('\'OS dI' IklH1a ,le:iYillHW 1111 capi-
tal de cerca (h~ :}Oo Illilllllll'~. ma~ di' :~,)O de deud" dirl'I'i-
(la y eel'ca de L3fl 111' p:l~i\", I¡:W di,:)!)·.,!) ('iI1llC'I-I,ll'
(Ic~de luego y vender en ;;qr\lirLt: lodo e!ir) ('OH ('1 1'<1-
rúelel' de re~lo~ o procedencias dpl l'Jllpl'('>;tilo contl'atado
pOI' el gohiel'l1o de Cúiliz en lH:H ('on los ha!l(l'li:l'O:i de
Lúnd!'es, Campbell y Luhock, empl'\':,\ito (le ([lIe, pm' b'i
oenrl'rncias (le la ('pOCiI, no h,lhian Ilegn¡]o il 1'll1ili!'~(~ las
obligaciones, .\ c~t()~ tÍllllns se :1!:,i'cg,mlH ()11'1l~ po!' y,",IOI' (le
:nG millones (In b~ tres chlscs de dl'lHln , :'O"!'illlll''; dl~ los
fakieado~ pam da!' en camhio de lo~ antiguos honos, y (le
que se l'I'eyó pOlle!' (ti~poll('J' !lo!' tJl) hahcl'~p ';11:' !('Jl('¡]OI'('S
j)['eslado ellos il la eonHi'sioll. De l'~t,\ Cl\Ol'Jlll' ;nasa de
papel se rnilgenó po!' valol' de reL'ca de ."'iO;) Illillnli(,~, fine
pl'ollujl'J'on apclla~ 150 I'n lIH'I:'tlicn, ';1I!lla 1l'llllí.;ima p:ll'a
cllhl'il'la~ l\I'cl::,idade~ que iíe agolpaban .. \,;i, no la:,; cttlJl'iú
~in() par'cia; (' ill~;ulieienlelll('llll~ y, Ile cmhl'ollo ell t'lll"l'IlIlo,
be fuó ahondando le\ ancha sima en que, veinle JI1c,e,; des-
pues, dehia el mi~m() rnini~li'n hU!ldir tll'liililiY<llllenle las
últimas esperanzas de los ae!'(~('d()I'('~ dc la E~pal¡a.


Hombres mas hábiles que el eOlllil\(lo dietadol' se hahl'ian
sin duda eslrelh\do talllbicn contra los escollos de [Ille pOJ'




URRO Sf:TUro. 109
dOllde quiera se mostl'aha cuhir'I'to el mal' en que él nave-
gaba, Los pdigl'os CI':111 [aulos, 1an !lO illlcl'l'umpidos, tHn Ya-
riados, que ni a!llt se COIlL'('hia la po~i¡'ili<lad de hacel' fl'cute ú
la pal' Ú [od(l'; e!lo.;. La~ (liliclIltadc . ; (¡HC hallalJau los cadistas
dd .\o1'le para eHyiar e~JlcdiL'iollcs de cou:,;ideraeion á las
Pl'oliucias sllblcyadas les hicieron reusar en Llirigil' una com-
pucsta de poeos homhres, pel'o úgilcs y dcterminados, ú lo
illterio\' ,1l'1 reino, (IOlllle "(0 necesitaha ~()Slenel' los esfuerzos
ó las bIHol':lllza!' tl(, lo.' p;\I'l idal'io~ del PI'e[clltlicule. Bl'in-
dúse ú mandada el canúlIÍ!l:() de Cucn('a don Yiec!ltc Hatane-
1'0, 'jll(' kdli,1 ~cnid(l ,IIIU',; ('OIlJO p,u'lidari<) hajo las (¡rdenes
de llcssil'/'('s,:, 1'C'('i,'IlI('lllClllc haju las dc }lcI'illo. Salió él
de Oil<ll(' 1',)" lIllH ClIllIlIlIla de tlosl'iclIlos eilll:ul'uta illfan-
\t'~ y ;';"~i·nl:\ c,,¡l'IHo..:., IlíCH '\lTl"lllos )- equípallos, la enal
so~,iuli\b pOi' 0\;'0 i~l'\\l:sn \¡~,,;taca\llclllo que Llj6 hasta Scs-
Hl<l, Sl' dil'i;j¡'¡ I1nr los _\n'll": Ú J[(,Hli"yia y al Eb!'o, En la
lIíw]¡(' del :2:; ;d :W (~(' l'::tl'O, p~I:'I') l'~lc rio por Jo~ varlos
clIln: ,\gl)]l('illo y .\ITUk\!l, ('on la infanlcrÍa ú la gl'llJla tIc
~1I~ laIlC('I'O~, al'l'oll:lIldo ~- di:'II\:I'~alld() d puesto cl'i~lino ~i­
tllad(l Ú b ol'illa dl'i'l'cila. ~, m<li'('halJ(]o á L1l'fP~ jOl'I1iHlas,
jl~bÓ el :) ¡le rl'!ll'(,1'1l pll!' b, illlllcd¡aciollc~ (k Sigüenza, y
d "¿ ~l' (',;I:lb!eeiú 1'11 Ti'Il!!) :: C:il'w'nlcs, :\ diez y seis leguas
de "l~l(il'id. CIIl'riú Ú "lIl'ilt',ll'lItill \,] cilillandalllc gelicnll de
la jll'O\illCia l11' C!ilulnl:\j,H'(\, :-;;(,1'1\\, IjW', C()U ulla gl'uesa
flll'l'za d(' inúmll'l'ia y ealJalll'l'ía , "tacó el R Ú Illl des1<wa-
mClIlo 'lile, pa r;\ pl'Olegel' ~\l I'elirarla, lHlhia (tejado CII Trillo
el caHóf)i¡)().\llII~ l'III.'dll :-;¡nT:l l"ÚcilmeHle ('ogi{~Ill¡olc algu-
nos pl'i~iollel'()s, qlll~ li'<l"lalblo.~ llle~~o ir .'.!adrid, pl'oYoearon
testimonios púhlicos dé illle¡'cs y l'eYdarOIl ni gobiel'no ellau-
to, CI! o(lio de el silllpatizuhunlas opiniollcs de los presos eon




110 A;\ALES DE ISABEL n.
las (}p la l1lullilml r¡lW acudió ú verlos y Ú llislribuirlcs soeol'-
ros. En vez de SI'gUll' el alcauce (¡ los fugitivos, SiC1T" y ('1
coronel Herrero quc, C01l una partilla em'81'gada lle protegc!'
la corl'espol1llencia de :\ragou, habia acudido ú rrforzarlr,
hieieron alto para escribi!' pomposos Im\'I(~S, el) qlle, :"('lnlll
uso, (Iieron por deshccha lola\mcllte la faecioll . .\leJl(lizalJ:l\
que ueslle luego calculó el mal efecto r[ue prollneiria en Es-
paña y eH los paises estl'allfjcros, la inslant{lllea aparieion
de una columna carlista en el corazou (le Casi ill:\ la
Nueya, se apresuró ú (Iespachal' correos en toda~ direccio-
nes anullciando Sil estl'rrninio COillP[l'lo.


Burlúllllose lle las baladronadas de ~llS pretendido,; e~­
tel'minadorcs, se iutemó por lle pronto Batanero en la :;iel'-
ra; y, mientras el comandante general dc encllca, I.opez,
que habia acudido ú perseguirle COH otra coluJllna, se batia
crl"ivoca(lamrnte en Tiel'ZO con la (!c Guadalnjara, ~Ufl'i('n­
do t'ull'C ambas uua pénlida de mas de Hillle J¡olllhl'!'s, d
audaz parti(lario hizo una Mhil contramarcha, dividió Sil
tropa eH partidas, l'(~cot'l'ió á Jadl'a(¡ne, Almallt'ollrs, Gra-
janejos, T01Tetllocha y _\tienza, llcY:'mdo~e pOI' dnlldl~ f¡llie-
I'a camlnles, armas, cahal\o~ y lllllUiciollCS. ¡lel último de
estos pueblos :;e IIPyó allemas el 1.) ;11 ('X-PI'o(,!ll',HlilI':"
Col'lesCalTillo "\Ialll'ii[Ue, I[UC, cllall'odiasdp,pn('~, pudo ('s-
caparse ll1i\agt'o~al\lellte, ú favor de la yC\cilaeioll que pro-
dujo el1 los c"distas el inespet'ado tit'oleo I[ne, Ú ~n enfrada
eu B!'!l'iül, le hieieron unas eompaúins cl'islinns :dli clllhos-
ca(bs. El tPITO!' que las mnl'chns del c¡dll'cilla ill~[lil'al'on :"
la provincia l011a de Guadalajal'!J fUl' tal IIIU', ('H la escuela
de zapadores tic su capital, se determinó forlifieG]'sc pa!'a
¡'CSiStil' á un golpe de mano; uctel'milltlcion que lOmal'Oll




LIBR.O SÍ,TlllO. 111
asimismo los gefes del colndo de artillería d(-\Icalá. Algunos
quintos qne ~c dirigian tl Si¡.rúellza sc illcol'poraron en la co-
lumna del cnnúlligo, a~i como otl'O:'> mozos dc los pueblos
que temian :,el' llamados un poco desplles á reforzal' las fi-
as crislina,:.
~\lal'\nóse ~Ialll'id con estos sucesos, que el miedo y el


deseo almlLahan l'especlÍvamcnle; y rcunidas algunas com-
paüías de infauleria y caballería de la Guardia Iteal, salió
en persona Ú Sil cabeza el eapilan general Quesada el 17, en
busca de Batanero. COl'l'iúse este sohl'e Tnmnjon y en se-
guida :,;ob¡'(, ;';oJl]osierrn, Alwcia y Yillalonga, coroneles de
la Brilla y (le eora(;er¡)~, Sierra, Lopez, ;\spiroz y Agunrlo,
con cuantas t\'Opas plllliel'oll reunÍ!' y los mili(~ianos que
llegaron il mo\iliz'II'. ln siguieron el alcance hasta sobre la
cO\'llillel'Cl que separa las dos CasLillas, El cabecilla la saltó
rúpillalllcllle, y, (lespncs dI' seis (lias (le marcha, se presentó
ell l\arafria, Il(~"d(' d()lldl~, el :,H, pit! iú raciones ú Segoyia.
DlIa partida lle cien ho m 1)1'(: S , que ill dia siguiente se envió
de aquella capilal ~l reCOllOCCl' al elle III i¡.ro , tuvo quc relil,nt'-
se :', su vi,;la, y semhró lal pavol' su vl1elln, que se traspOl'-
tal'Oll al .\leúzar los caudales de la tesorel'Ía y se hahilitó
el pllente leyadizo di' a1lllella fmlaleza, pe\lsúllllose que no
hastarian las fllel'Z,b distriLlIillas en los ¡¡UlItos mas impOl'-
lallles 11e la eimlml para defellllerla ~i era rllacada, Las 110-
tici;lS q lIe, ell la \loche, reeihiú Batanero de los movimientos
de las collllllllas que le perseguian , y en particular de las
ll1allibtlas pOI' el corollel Aspiroz y el comandante general
de Suria, Yaltlés , le hicieroll corrcrse sobre Aguilafueute
el 23, no sin amcnazar al paso á la Gnll1ja, de donue anuu-
vo ú media legua.




112 ANALES DE rflAllEI. n.
La miseria de lo~ puehlo~, IlO permitiendo á muchos de


ellos proveer ú la~ llec('~idl\dc~ de la colllmna, oh1i~ó tl Ba-
tanero ti (Ii\ idll'la Ú H'ce,; ('11 l)L'ql1eÍlIl~ destacamentos, de
los cuales l\llO file aleaEz~l(I() y maltratado cilla Lastra lle
ClIella, el ::!:i, y otrus sllfrierun lll'qlll'iws lla.ia~ I'H l'('zaga-
do~ y estravia(los; pero l'~to nll illlpidiú I¡lle, p;)~alld() de la
provincia (le Segovia el illfatigali1e parti\lario ú la de \alla-
dolid, y f;\lcesinunellle Ú las di' Pall'neia y Hurgos, obli-
gase Ú Sl1~ e(ltnalldallle~ ~eperak~ ú d('~taenl' en "n pel'se-
cueion ~yu('sns colulllnas . .:\in;.!lllla de ella,; jlllllo ale,mzal'le,
ni menos l'l>(hteil'h~ Ú ellljl6wI' 1111 ('Olllll:\I¡'. } ('1 !:!I'lIC~f) de
la fa('cion se cncamillú ú L\ pl'oyillL:ia tll' :-;¡II\!<llltll'1' , donde
hizo pl'isiollCl'O un ¡je~;tacalllclllo dc eúnlalll'o,; ('1\ :-;<lll Pe-
(11'0 (IPI Romeral. l)es(le a\li. oponiendo ú la )wl'secncioll ora
la acli\ idad y la vigilancia, oen el <11'(lill Y la llesll'('za, y
fl'eellL'lllcllll'II\(~ (,1 ,¡¡lO!' ~. alll1 la di~('iplilla, pudo ('nll',H', en
jin, Ul Yizl'¡1~ a pOI' t~1 \alln de LHl'I'all!.a .. \ lo ,'¡\Iilllo e~pe­
rimentó en esll'a\iados y enfermos las hajas consiguien!cs
á la rapidez tle mal'cha~ hechas en la lilas (,l'uda es-
tacioll y con temp0l'al dUI'ÍsilllO, pl'1'O ella~ no di~llIillU_
ycron cOllsidcl'<lbh'lllenle !'w- fllct'zas, 1[11<' habian <lllIlIl:n-
tado en las ol'illa~ t!¡>! Tajo ~ lid J)l[l'I'O alglltl()~ IllIIZOS
at'm:\(lo~ con fll~iles I(UI~ lr'~ lH'(lpol'cinli'" el glll~l'l'ille 1'0
Baco dt~ Ollale, y con los fJ!((' Ú qt P,I~() [ludo reco-
get' de lo~ ll1iiici:lIIl)~ d\~ los pnddo". Sil ajl<ll'il'ioli ~ ,;¡¡"
COITCI'Ías alelll<ll'OI1 Ú lo~ pal'lillal'io~ d!' dOll (::'¡¡'h; CH
tres proviueias de C::~!illa In .:\11('\ a y eH ~I'i, de Ca~lilla la
Vieja, y tuviel'on l'l\ 11I0rilllit'll!o dal'antl' mes} medio !ti"
guarniciones y la milicia l\(u.:loua¡ dd e~ll'Il~o lC1Titot'io que
COl'l'e uesde ('\ Ebl'O al Tajo y lle la Aleal'i'ia al nll(; de




LIBRO S\;;TDJO.


Paso \T uchos ('mas, alcaldes y vecinos acomodados k Sll-
ministral'on gllias, :Irmas, ha!!njes ~- Lodo género de auxi-
lios; y la marl:ha di' doseientos sesellla e:ll'listas en odIO
províneías ('('lIll'al(':, ) Hila litol'nl, la inntili(!nd dI' los es-
fnrrzos d(~ ~ei~lllil(¡ ma~('['i~tillr.sqlle, salidosdesusr¡¡pilales
y de Sll~ !Ha,; lllllll('l'osns pueblos, los pel'sigllieron en lodas
díl'ccrio/1cs, pl'Ohal'Oll sin r(\plica PI poeo apoyo (Ilte tt'nÍa
en ellas el gohiel'llo de }[adl'i(l. l\o hahía sucel[ido asi antes
{¡ las eolllmna,; lihl'l'a!e,; dI' ~h)J]zall:lre,;, TOl'rijos, Valilés,
Bnan ~- otro,; 1[1](' dmanti' lo,; diez ailOS últi\llo~, prete\lllie-
rOH invadir dirCI'l'llte~ pUlItos (kl t('ITito]'io. Todas fueron
CilZ,ulns :- r~tl'rlllil1<1!!.b pnr los habitantes, y no tuvo me -
jOi' Sl\(~l'[e la tentatiya lit> >\[inil en lH:W sobre Guipúzcoa y
~aya\'\'a.


OCUl'\'ian, en tanto, en t'~ta últimrl pl'oyineia y en la par-
le de Ara¡joll (\11(': cOl\\ina con sn~ valles del ::\or(\cstc, sllce-
S().~ Ú (pie /11)1' de Pl'Illl(O ~(' diú HIl,1 !l'l';llllk illlportancia y Ijlte
hicif'1'01l ú CÚI't!OY:l l'illlCí'liil' (";Ill'rallza~ llllly li"olljrl'a~.lla­
llia este g('llf'l'al Jlt'()JlOI'CjlJlI:\(lo,;(~ illtdigeneias en nlgnllo:,
de ¡¡(lUellos YaH('~" y por yirtlld 111' ellas llIostl'nlian disposi-
eiolle:,; eil fayo\' (le- Lt callsa de la reilla los lid ROllcal, .\ez-
coa y S¡llazal'. El ],:\1'011 ue ~Ieer yel eOl'ollPI [rial'te tmie-
1'011 ¡'¡['(leu de favorecer al[llel llio,imiento y lo verifiearon,
iH'llla111lo al;nlllo,; lito jo" natul'nl('~ y d:'llldole~ Ú ofl'cciélHloles
iluxilios de vilrias ('spe('ie~. Llln enhlllllln carlista, mandada
pOI' el H ojo, (\\1(' pretendió sofocar' cn su origen el )1l'onnn-
('i:\lnicllIO, f¡¡l', I¡:ililla po\' el t'OI'oUel O'Donell, ('11 quien el
t\'úgico fin tle ~u ]ICI'J1I,lllO, reciell[cmclltc ase~illado eH [a
cill\hulda <le Ba\'celoua, 110 liahia dclJilita([o d eutusiasmo
COl! que senía en las lilas (Tistinas. El armamento <le los


TOMO lll. 8




ANALl':S HE I:'AlmL n.


valles al'agone~es de Hecho, A nsó ) .\ral-(úes .l('liia I'ompl c-
tal' el efecto (Id alzamiento 11(· JI)' C'olilllbnle-; de .'\'\\'II'1'a,
apoyándose el de tlllO~ ) oll'O,; ,:,,]m' Uila liaca lle 111J(~~to:,
fortificados ([ue, des"L' Yel'llllll:- Til'l'Iil,h, dC]Jia jJl'olon!!,ll"('
á Sadaha y Sah-aticlTa, ysuke laqllelk~I¡"I';llllp]ollChees­
tenllin hasta Lumhier, eulnando usi las ('111 I1U 11 ¡I';WiOIH'S del
Aragon, del Arga y del Eh\'o , y tI del primero dt' l'slo" ríos I'IIJI
Francia. El gohcrna(lol' de Jal'a fué ellcul'i\ado d('. pl'OBlOH l'
una felleraciolll'nll'l' tOtl:h arllll'llos yalles, y y,\lllbll'n (1<>,,-
plegó Ulla grande acli\Ítla(1 pnl ;:edcl'ar b ]'o('tiliC';ICÍUll ¡JI'
los puestos de"linatloi Ú dar .ó:'!,mrid~í¡] y ¡]uraci,)jl ú la lmc-
Ya alianza, Con e~ta comhin:lcÍoll,' ('l'('iaillll\('dir .'1 dilicul-
tal' el ll'únsilo ú Cal,llill-I<I di' bs n::\;IiTO" , l'jITIIII~cl'illij ~\I
esfera lle l\ccioJl, [lcabar <ll' :J!;~'!l'!lil'lc~ h,~ \'('I'lil'~~I, <[ile la
cOI'lallma de los ¡mCilleS dl'l\\'i(,1 ~ h\ (tcrLu',u:illll (le! blo-
queo dd territorio halJi~lIl ya (li~Jllii1\lillo :\lí\el'iO\'iIlelllc , y
cn fin, I'Cllllido~ ir fllco:a de J¡¡·j\,,(·j(Jli(,~, ya IjlH: Iln ('¡,a 1'0-
sible Yl'llcerlo~ l'lI los eOlll])ales.


Ansioso Cónlova tic honal' la 1lI;t!<\ imp\'('~ioil que 1l,¡\lia
dejado su fl'lI~trnda leJlI~l\iYa ddl íi lÍe CIlC:I'O, : lodo jI['C\ t'-
nillo para poner en cjecueion su~ IlIl(,\O~ ¡:I:III(,~ d,' liI¡,lílll'iJ,
salió de Yitoria el ;30 lb'l\ll:lo ('CllI~i;l() b ](';líO'1 dl:\I'!.:('i :'
la \}\'igada de 1\iycro, } tl('j,UH:I) d lll;\ildo ¡¡l' la" dl'III;I~ II[C')'-
Zfl~ :'t Evan!', con encargo (le {1)j'¡¡¡¡(,;I(, :1 Tre\ il'l!i , Ilalt::¡¡'tll
del camillo de Y¡lnria ú\!il':\I:iÍn , ) (ir ¡PI(, E-partero Ili-
ciese lo mismo e1l Prli"celT,ld~l, Han jírin!'ip"¡ de ];¡ ¡¡ioj,l'
La di\isioll lle I'escna de E/pr'lel", ~¡tI1<ld;1 ;1 ]" ('';!i'('llIidad
izc¡uiel'da de esta linell, 'el!: a d('i'CCJ¡" .ce ;;)10:' ;lIla soÍl!'e 1 fa-
ro y Logl'ollo y ~c aSI'!.;!lI';ikl 1'11\' la ¡,('('¡ellle fOl'lií¡c:tCjllll
de San Vicente de la Snnsiel'l'a y de Bl'iolle~, parecia tlC-




LlnIW SErnlO. ti,"}
!iI'l' ¡¡Irjal' lorlo I'cel'lo (Il~ sor¡ll'esa, \I'nel' en respeto los
cllel'l)!)" ('adi,;\a,; \lc _\1:1\:\ ,\ Y iZI,,\ya, y ,lllUyenlal'lle la Hioja
a\a\('~a las IJCIlld:l~ Ik lJ~ll'lidill'i(l~, (lile tal yez illlerrumpiall
las eOIl\~illil'aci()II(,~, :- l,d diiicllll,lklll hts pro\isiones y em-
IJ,ll'<lW!J¡UI 1,\ ~lIll,.;i,lcIICi'L _\si ascgnrarlo, Illal'cllÓ CÓl'lloYa
pOi' L(,i'ill \ P\I('lIle L\ 1\('ill,\ Ú l)¡lliljilu!:a, de (Ionlll', e~calo-
1I,lIIdil b.; di\i"iolle~ de .Mellllez Yi160, Escalera :- 13el'llcllc,
S(~ alldalllú d 10 (le febrel'o pOi' el \ alle lle Llzuma y el ue
Eslirilnll', m,\I11blldu Ú ~u pa.;o {'oi'lilicill' Ú ZalJaldica, Zubi-
ri, LaL'I'n,ill:\i-I:I y lllli'~uell', y li~uJlj:<llllllJ~e con la idea de
(lile la 11\11'\<1 liJl",i, 'Jill' ,;(' ]lt'lljllJllia prolollga)' J¡n~la la froB-
(el',!, 1¡I\'¡¡¡iaí'ia el pI'UílllllCi:lJlli('ul" del lhe,\i\u. El U llegó
ú lo:; _\ldllid(': y pl:llcil'Ú eH FI',IIlCi,( para teuel' COH Hal'is-
pe lltla l'llh'\ i"hl, ('Ii la ('H;tl, ú prc\cslo dc !lO c~lal' hicll
(k~liIIlLltl()~ h, 11m ¡ll'~ de ,\lllÍloS l'l:inn,; pOi' a(jlH'lla pal'te de
la fl'OHICI'<l, rensallC\ ind\lcid(' i\ avauzar nI Hastan su liuca
(11: O]J:i('I'Y:U'¡¡III, (':;II'I'I'II,:II'!" :I~i :'( 10:' (,<l1'1i~i'i~. En el ClISO
dc ílij j!il¡!U' !";c:r,¡1 ('·,1:' "hj¡:ln, ~l' ¡lI'u¡:l)lIi<l CÚl'do\a oble-
nI'!' el \la~:) de "l/lii'i¡S ¡¡,()pa~ de la l'l'illit pOi' el lcnilol'io
fl'<iI l!' 1',:; , p:II':\ ('0;.)\'1' pUl' la {'~palda lo" cnl'rpo~ dd PI'f'lI'll-
(Iicule CII CnipIÚ('O<l ) dt'"IJ'llil', ('11 Hllinil COII la i)lllll'llÍl'ioll
Ile Sau SI'Il<bti,lIl , l't'cil:nlcilll'i1le n{!)i'ZCllla al decto , las
frll'lilil'ill'ioul':i t¡lll' !t:\i\Ill:IIJilu «I[udlos eH lnlll y Fuente\'-
I'ahia, ll:tl'i~IH', ':llfl'i'l!liJ, ilO pIUlo i\~;isli\' ú la cOllfcl'eneia y
,;(' 1¡milo ú ,lliloi'iz<ll' ;doliria1 1J1ll' l'n\iú Ú l'ccil,it, ú COl'do-
\:1 I':¡¡';í }lllllCI' Ú :-olí di~!I'i~,i(,¡Oll algtlllo~ millal'es lle fLl~ile,;
y C;\L'lllcltu,;, qlle l'~le inüicú lIl'cesilal' )lul'a anllal' y llI1L1ti-
('ion:\!' lo,; "dlc~, 1'11) i\ iLl:'ltl'I'l'eci(ltl c\'l'~ ¡') l'~ll'll(lcl' \1('1' este
al'lll¡lInelllo :- 1'111' la i'uiliiÍl'ileioll tic su lIuc\a líllca uesde
Yalcarlos ti P<Ulll'lollil.




116 ANALES DE ISABEL 11.
Pero aUlI no hahia él SUEllo lle esta l'iudad para la fJ'on-


tera, cuando Eguia, sustl'aYl'udo;;c, Ú raYOI' de UIIa gl'all lle-
vada, á la ohscl'Yacion de que era ohjl'lo y bmlando la yi¡.ti-
lancia de Eyanf' y Espartero, hace dus mardJas J'ÚpillaS y
peligro~as y, al amanecer del "1, cae con euatt'() batallones
sobre Balmaseda, la ataca yigol'os(1!llente , y ,,1 terccI' dia
la obliga ú capitular. Su gual'llicion , coml)Ue~ta tic euatl'u-
cientos hombres del l)l'ovincial de Tuy , rinÜe las armas y
deja en poder del gefe carlista cinco ealtoncs:" pOl'cion (le
munieiolles de boca y gucl'ra. Sin dl'leJlcl'se, pasa Eguía ú
Mercadillo, gual'lleeitla )lOI' cien hombl'es tll'l mi"mo eUl'J'-
po, la ataca igualnwllte y la rinde el 11, dl'~IHll'S de 1I1l fue-
go vivisilllo tle pocas horas, o!Jligallllo al coronel CIstaiícll;¡,
que, con dos batalloncs lle la rli\ision lle l'esena, ocupaba ú
Villanueva y Yillasana, Ú I'eplrgal'se Ila-;ta Yi""IICO, y [\ Ez-
peleta, reducido á cuatro batalJolles, ú maniohrar cnlrc Yi--
llalba de Losa y Uña para culll'il' 1a~ 'Trl'illdadl'~ amcna-
zadas. En seguida, como si qni~il'se ea(,\, sobre BilJ¡:IO, ha-
ce pasar Eguia desde Llorlio ~\I,tillel'ía gruesa en dil'ceeioll
tle aquclla villa, (¡ue alcnan al mi;;l\lo lipmpo los atrl'virlns
ata(¡ues de Samsa sohre sus paseos mismos y sus arraba-
les.


En la lIoche del 8 recihió Esparlel'o en Priwcel'l'atla la
noticia de hahel' tomado Eguia la rlil'l'ceion dI' Halmaseda.
Despues de I)()nrl'~e (le acncr(lo con Evans en Trcviiío, par-
tió con ocho batallones y, forzando ~l1S m(1l'chas, llegó cl1l
por Puente 1.al'l':1 ú Esprjo. ne alli, infol'mallo de la remli-
cion tic Balmaseda y ~rel'ea dillo, y <in f¡lIe tropas de Eguía
habian penetrado pOI' el ,allc ele ,r(,lla, contramarchó ú San-


v. Gadea y Pancol'bo , á Hu de volver sobre JleLliua y Yi-




LIBRO SÉTnIO. 117
ll:H'Cflyo y, junto con Ezpclelfl, lihertar á Cflstilla de una
invasion; ri('~go que (;OlljUI'Ó, ell efecto, uniéndose el 14C0l1
aquel gelleral en Leciiwna. Eguía, que amagaba por varios
¡mnlo:,; para caer COH mas ~egUl'i(lad ~ohre aquel ú que se di-
rigia, re\ucl\(~ eJllonce~ sobrc Pkucia, abre la brecha eI2.í,
a~últala al pUllto y, rneontnHlIlo fuerte resislencia, ~e dis-
pone ú inl'í'llllial' la villa COII gl'anadas. En lal siluacio!l, el
gobel'll:tllor capitllla; (pJellnn pri~ioneros doscieutos cincuen-
ta hombres llel Jlrovincial de )[olllloiicllo, sesenta urbanos
<¡ue la eapilubl'iotl Illi~tlla ~lIjeta Ú ulla grucsa multa, y au-
rnenl:llI la illljlot'lalll'ia de la captura trece callones y gr¡\[i
eaulidad tic al'lllas y prl'tl'cchos. Asi cn quince dias, tomó el
gefe cal'li~ta t I'(,~ Illleblo~ fortií1eados, ochocientos cincuen-
la lll'i~ioll('t'o,,;, Yeinlp c[lIione~ y lllas de mil fusiles, y con-
tl'al'estó eOI\ eslas venla.ias inmediatas las que mas tarde es-
peraha Cill'(lov:l obtenl'r (lel establecimiento de su nueva li-
tlea ha.~I:I la fl'OIlII'!'a (le Fr:meia.


El JIlovimiento hecho con este ohjelo por el general en
gefc hubo de iJl[utHlil' aliellto ú la guanltcion de San Se-
hast jan, lflle un :::010 halallou dc Guipúzcoa lcnia con~tante­
mente enl'cnada dentro tle sus tllUl'OS. Ell)t'igadier It'iarte,
lle!óado últimalllentn á la plaza con t'efllCl'ZOS considerables,
tlctcl'minú lallzarle dc sus inmediaciones, y ellO hizo salÍ!'
dos mil h()mhre~, (Iue, provistos de útiles de demolieion y
;¡poyallo~ por los IJlHlllC~ de vapot' )Iazcpa y Reilla Gober-
lIadora, la Imlallllra Alalaya, las calloueras Edua¡'do, Clotil-
de y\Iarina, ,Y olros ((uinec hWll1eS pcclucños, conYeniente-
mcnte tripulados y eflrgados (le tropas de desembflrco, se
adelanlaron dctlod:lllalllcllle ú las ohras de los carlistas.
Cuatrocientos de ellos sostuvieron la linea de pal'apetos des-




118 AN.\LES DE IS.\EEL JI,
dc San Barlolomé y 1:1S a1t1l !'¡lS de, \l't':\lnh:\l'l'ern dllrallle \lila
hora, al caIJo (le la c!Ud i'uel'oll d(~s,d(lj:ldn~ po!' lil~ \'\\:'11('[-
gOlTis .. \vanzú ('ll ~l'g\1id:t el i'l'Il('';O ile L\('o[lIlI1lla, que l\(,~­
tl'Uyó 1'11 1II'('Y<' la" IrinrlH'!':ls ~ I¡('gil ~ill U¡l:l.·¡c::nl! h¡¡..;l'l
Orialllclllli; jl('l'O, l'mbring:ula (':.1ll ~II r:\(~i1 irillili·/l.' "i'('Y'~l\­
do no lelle!' llIas cllcmigos ([Ul' l'lllnlmlil', ~(' :ir~j¡:Ill¡ÍI') l;l('~u
pOI' lo~ easerios illmellialo~, q\le :-;:U¡Ill'\) (- ine:'IHlió :;in ,¡i;;-
tincioll tic los (pte pci'lCllt'ci:m :'t e;\rli.;l;h {) l'I'i"lii\os. 'u'llllió
al pllllto Saga~tilJdz:l, COill:UL:¡¡:lk dd Idnllue!), cn:) ti,," lla-
lallollt's y, e:l¡'¡':::lnt!o Ú la ¡,()lnillll:1, h an'"ill') y [ky,\ Ú h:~ 0-
11I't~ZI)S hasta el gl:l~i~ I:C b p!¡¡za. ('O;! ¡(";Idoll' :il!!!II)Il" pl'j.;in-
llcros y c;lusúut!olc un ¡il"\ll JlÚi\l(:i'í) ,le illIlc¡'[n..;.\ :Ii,,'idn·;. \1
ahrigo de la arLiIl(~\'ia de !eh j;)lu,;lllas "dd 1'\U'1-\.) :1:: b ('~­
cl1altL'iiLl, se l'chicil';':::! J(:':p;,:(l,~ ]:):-,; lH~i'~l\~Hidn~ : qnpdai'ou
duel-Il)s dc ios ¡mestos de :Jan Bal'lo¡o;1H'~, LI \1i:"l'I'iconlit y
San :\Ial'lin; pel'0, Ü¡l~l¡l:!:L¡í):-; iHJl' la:..; pt\J'did¡\:~ d,l ~u i'elil'a-
da y pOI' Lt llt~t'e~~i~LHi {ln 'llt!,-,', la~ !l()1 lL'iJ ~ dI} Yi!.~'a: a pll~i('­
rOIl Ú l¡'iartc de ll'asladal'~e ,,[ día :CiYHicilli' ,'1 ;'.)['IIi;.!:al:'k COII
algunas lropas :11' la gl1ilrnicion, 110 sacarOll parIdo [llli' (le
pronlo de su nClIp:lcion, al IL' h aCCi')ll lIliSI\W ,:1:1 1 O!í'()
fl'lllo (¡llC el doloi' dl; Ulla del'I'Dla P!I <[lIe C¡lll'¡]:) fllei'a dr;
combate la cllarta parle de la ¡.!:lt:\l'lIic;Uil.


L!rgú ú CÚl'llon la lllleva dc (',le dc . .;""tl"· y di' l:I:; mo-
viJl)i(,!II()~ dc E;;ai;) :~olJl'(; YiZl',\~:I, :ilieill¡',h (,il ~~all L:\II
Pic (lc Puerto I'c¡;ilJia los olJ~('(I'ÜII~ de la~ Hlllol'iiladl':; J'l'all-
cesas. \1 pUlltO regresó ú Y"lc,l'Io';, y de,i:\lldo !; 1~1;',::'Ci:la
la nueva li!lea eon al;rUlllh ]),,(;1110111':; :11 Ill:IIL;';¡ (/1'1 ;:I'lll'l'al
ncmelle, se tl'Ll:-;\:HU) Ú Pamplolla, de tll)llIll' el! ~:':nlida
yoIYió soLre Lngl'OÜfl y I la!'o Ú ;\1~1.i:\l' In~ pi'()¿l'l'~l)~ (le E;rlil;l,
que Llespues de la toma de Hctlm\lserla, jlcl'c,~dillo yPle;j('i Cl,




LIBRO S~:Tnro. 1:19
ampnaz::¡ha ú un tiempo ú Lef[\leitioy ú Bilbao. ~las \la hien
h:\!Jia clejac!/) C,'ml,)ya:, \<1\ :11'1',1, cuando ltul'l'alllc, (IlIe
<imante la "~I'I',li,'io!l dl~ ;',¡¡lId ~(' ¡!;Ibi" manleniclo con al-
¡':lll\O~ hat:dlll!!l h ; I'H !I'lII'Z\lIl, ¡'>':niT;'¡1 y d(,llIa~ llUrhlos si-
tuado,,; ~,ol¡¡T el :hll('1) ,]e hl:I!'\,~ U!J!"I. (';I:'oIÍ ~()]¡re SOl'an-
n'JI ! <11:1(';) y [lf'r~i;~lli¡') ~:¡ gu;mliciIlJl, HU ilhslanle (le estar
~I)"li'n¡d:l pOI' l:l,~ ,le ,'¡Haba, Z"iJii'i y los Benios. POI' su
"Jl'dell mal'chú ca ::;r'j,tilb d hI'i!,:;\lliel' G,\l'l'Ía sohl'c Engui de
,101lllc IIl1 11<\1,,1\0]\ d:' .\1'1'[(':\ m:\!HLHlo pOI' (}ayoso hubo de
('~(':¡P'U' Ú la ~ordiJla ¡':Il' ¡:lie",) :le ~('I' ctlyuclto. Signióle
(;~H'C:;\. I(~ :¡]C:IIlÚI I:ii Ci!y('!; : 1(' hizn pedazos eogiólldole
¡ud", .-;u' :ll'IlI:\~, y ohli!!:wrlo 1', lo~ ([Uf' ~o]¡t'eYiYie\'oll ti la
lIlalam:a Ú I'dll!!i:II's(' CH Bj,c:\l'I'd al abri;!!) (le la columna lid
CO\'o]l('lli'i:¡¡'lc. POI' eslos :;;1ll'(,~O~ se encontró cortada desdc
su l'ol'lllacion la linca, dc cuyo establecimiento se espemban
tautas \('lltajas.


E!I 1'11Ili~lll() dia 1'/1 qul' ~()lJl'e la deredm de CÓl'dova, los
¡'al:dlillH;~ de (;'¡¡'t'Ía Ili~pl'l'~al'llll Ó hicieroll prisionera la
mayll!' pa 1'1(' del (]c e ayo~o ,) de marzo'" obtmo E~pal'tel'o
Ú ~n iZ'lllit'I';(¡¡ lilla ,('¡¡Iaj:¡ en UI! l'('conocimil'nto (Iue llrSllc
BCl'lil'l':mi\ dl'lel'tllill:, liac;'I' s()IJl'(~ Ol'lllllJa. Entre los earlis-
ta~ ([11(' ocupaball la; <111 1 [I'a", del camino (k la Peüa y algu-
Has f':b¡\~ Ile Te!'l:lll).!:a, ~(', hallahan val'ios (le los !ll'i:,;iollcl'os
Ile Ualll1:ls('(h y \L'I'ca(lillo, Ijue illeOI'[loraclos ell las filas
d(' :-;n~ venc('(lores, las <1 e,.: (' l' [:\1'0 11 al Yl'I' Ú sus antiguo~
COIIII'¡'1-I!'/,()~ dl~ arlllas, y facilitaron a:"i la enlraua de Espar-
(el'O 1'11 ()n!II/-I:I. t'1I~ a gual'llieioll sorprendida tuvo apenas
lug;u' (]¡. I'í:lil':ll'~(,. COII jl("l'!lida de cieH prisioneros. El cris-
lillo \'PgI'CSÚ 1:11 ('1 1Il1~11l(j dja ;'1 BnIJci'ana, yen el mismo á
Ol'dUI-lil Eguíll, 'llledaudo pOI' eslos hecltos demostrada la




120 ANALES DE ISAllF.L ll.
poca impOl'tancia del suceso, flue, tal cual rué, no se ohtuvo
sin embargo sin perder al corond Elio, UIlO (l(~ l()~ Illa~ va-
lientes oficiales del ejé!'cito de la reina. _\~i e~ta PC(pH'IW
venl3ja no fHi~ mirada como mm COtll\lCll:-;l\cioll d(~ la:" nlltc-
Jlillas atltes ó al JIIismo ticmpo pOI' Eguía, .r IlIllc!1O mcnos
coincidiemlo ella con la desercion lI"e clll]wzaha Ú Jlolal'sc
en algunos cuerpos cristinos y sus a11\.ilial'e~, La de II)~ in-
gleses de EvaJls rué lal, ([llC en el campo (le \loH Cúrl()~ se
formó un batallon de dios ú la~ {)['(knes (1(;1 ('apilan llescl'-
tor W¡]kinson.


Esta situacion cl'a lanto mas I)('n()~[l P:lI';) (:,'II'(](1\':1, ('min_
Io ([lIe los pcriódieos tic :\la(ll'itl COJlH'IlZ;d¡;\t1 Ú eOJloc\'l'la, y,
estraviados algullos por la p:lsion, ó ('lllp"j¡lIlos )lOl' eles)ií-
ritH ele parlirlo, no t¡'lliall reparo en all'ill\lil'~cla. 1\H't\ r(~('llt
piazul'!e en el mando designahau sin rebozo ú ~I illa , ú pe-
sa!' tll' que eH seis lIleses (¡Ile autes lo ('j~ITió eH el mismo
tel'l'itorio, \lO haJ)ia e.,;pl'ritllculado lila'; <¡III' Ik.;a"I)'(~s, y de
<JIW col'lúucalllenle !ellia la llli';lUa ,,([el'le el! Calallll-I<I, IlI-
rligllatlo de lal proeedel', CórlloYa hizo sllllill1i~ioll, pel'ocoll~
tm ella pl'otestal'on los ¡na,; de lo~ g¡'llel'alcs ~ gdl's (k llis
CUC1'jlOS dc Sil ejét'cito, pidiendo ú la reilll\ (1111: Ir- conse\'-
vase en el mando. :\1as como, Ú pe~al' tle ('sta Illc\llif(~~t,\(~illl\l
era posible tlUl' se le sl'pal'nse de d ~i 110 c"dia ú [¡¡ illlpa-
ciellria con t[IlC los bobis!ns de\1a(ll'i\l d('.;('¡dl:tn tina gran
batalla, ú la eual espcraban deIJe\' la mejora del papl'l ('11
l[lte traficaban, se l'esolYió, si no ~l <tHllllIl'al'la, ;'1 I¡¡¡ce\, de-
mostraciones (Iue ¡mlicasen ('.;ta ¡nleueioll .. \1 cl'ecto malHló
á la !livision de ],CSCl'Y:1, I'Cl'i¡;Jl(clIll'llle I'dill'z:ula con la hl'i-':'
gada pOl'tuguesa, que, cOlllpuesla de dLl~ mil illL\IItcs y (Ios-
cientos caballos á las ól'llellcs del IJlIron tle la:-; "\lllas, había,




LIBl\O SÉTnW. 121
de~pues de una 111[\1'cha lenta y Yagos 1'O(1e08, llegado á Yj-
llarca.'o el !i de mm'lO, addaJltal'~e ú Balmaseda. En segui-
da ol'dplló (Ille la diri:-iOlI de hpal'lero, rstendida antes
deslle Bt'rlH~nllJ:l Ú Espejo:- Pllelllelarrú, sp conCt'ntrase en
Vil()I'j~l, t[(lllde se IwllalJa:l reunidas las brigadas primera y
~('¡":'Hllda 1.'011 la Jegion inglesa, libre ya (le la cnfermedad
cpid(~lIli('a (Ille la hahia l'eduei(lo á cinco mil hombrcs. POI'
su pal'le, los eadislas sn ~iluahall en lCl'Ininos tle mostrar que
uo l'el\ll""han el ('mulla!c. lllllTalde, que hasta entonccs
<lmCJl<Izal'a los plllltoS fOl'lilic,\f!os por CÓl'llo\a desde Pam-
plolla Ú V:!lt:al'io,s, s(llm' lilS cuales aC:,lhnha de ohll'ner pc-
quc/-las Yl'lltajas, se COl'l'ió ú su derccha y se siluó entl'l~ Sal-
n\lit'lTa y t':dillas. ;\ la dcrcckl tIc este, Yillal'eal tenia su
cuartel en el pueblo tle su Hombre. Egnía, desue Ochalluia-
110, vdalla so]¡re la eOlltigúidad (le su e~lelldit!a linea, que
pl'olollgaha J¡a~la Bilbao con UII ala en o]¡s('l'\acioll sobre
13¡lllJla-et/il. EII esla "j/llacioll se ",,;/)cl'a1>a de UIl dja ¡'¡ olm
UH C'1l('tU'Jltro ,i~l'io , para el cual se presentó luego la oca-
:,;ion lilas favorable.


El 1n atacó el general tadi~ta Torre á un destacflmcH-
to portn¡!I1(~s aVilllzado sohre el castillo de la Piedl'a; y Ez-
p('leta, lIeg,lIlo el 12 tI B,t!llla!'wt!a, tuvo que pOller en tllO-
\imiento cil..;i toda Sil di,isioll pal'a socorrerlo. Córdo\<l, a
(jlIÍl'1I ('~'c sute;;!) ,'pv!'lú la necesidad (le reforzarla, destacó
al efccto las bl'igatlas dc }lendez Vigo y EscaJera, y temien-
do tllW flLt:SeU atacadas en el camino, las hizo escoltar por
la primera di\i",ioJl almélmlo de E~partero, acantonada dns-
de el i 7 eJl \llll'guía. Eguía , salido el J~ de Oehalldiallo,
dejaml.o alli la IJl'igat!n de Tanagual, y cncargando <'1 VilIa-
rcal observar los movimientos de CÓl'llo\a, se dirigió á jli-




122 ANALES DE I~AnF.L lI.
ravallcs, y cnlrr¡jdo (Ir la m~l'('ha dI' E~}larlel'() ú Amurl'in.
siguió allú, ell nl'a~i()ll ([I\(' ('~II' !!1'111'I'al kllJia !lecho sa-
lit' pOI' ~'tl'f~illi:'pl, el! dil'cec:olI Ile Ibl!l1<1~eda, el i'IlCl'pO de
~[clldl'z Vi!.;!). de,;! itl~1\lo (¡ \'cfol'z:ll' :'1 EzIJ('!c[¡l. En ('nllI'OI'-


e - 1


mi',hl! d(~ ~115 jn~t;'¡H,'ci<):\('~;, Ik~)ia E'p,)]'!"I'" yollel':'l' :'1 Yi-
loria, apoyúntl()~() ,0!II'e la bl'igada de Hi, Cl'll, 111[.' ('UII 0,11'
(ill hahia reciliil!O oi'llell de aJclall\aI'~C lw~lil [1I:t.:l. !':ll~1I
retirada, le carg/¡ E!rui¡¡ ~'lll'T ()i'lhüla, ~' ~ohl'f!\l'llImalln y
Cnza el '1 () , .' l(~ !¡Im 1'l'til',\l'SI' po}' ('amino,.: íhwnll1'll"n~ Ú
YilÜl'ía, wlnilih! lll'¡rú Ú llll'dia lI<ll'hl' d,'¡ 2il, :'11',1\1)1' d(! 1lI1
moyilllil':!iolllle. :;olm' \[mj.(uía. !li\'O ;,,,:':1 1'\10 que !JaCt'!' la
lc¿iull ini·de;;,\. jlelld(,z ri;:'1) efl'l:IIl<J Sil l'í'![llinll COII [1:1'('-
11'L\ sin :~(,l' tmbatlo i'n ~u lllal'l'h'l. y E"I"t!I'l'a b IljZl) PO!' 1'1)-
deos, d:;~pue,; lle ' U : lC I' ~o~leni(l() Ú !'~~I);\!'lcrn ('iI h\ ,l\;CiOll
del HJ. Preludio :')olamclltl~ (le olr:l~ m,,~ impOl'\:ln\C~, ella
llió lH'i!lrijiio :': una nucva !'ampilll'l. (,(l<Illdo, ~('gllll In" )lm-
nlrsa~ dtll h:);nhj'~' de 1 t :1;: :~,:ili~l:ll¡'¡>(I, d!~1;i:l (1~lal' :-a tel'-
nüwH[G l:I gUf'i'l'H, pUl~S habiall t::.;pil'¡\lln ~i)~ ,;('i~ me,;;''; Jij:l-
dos ]lo!' d pal'f\ cO\1cluil'l::1.


"ino cat;'!:!;)I]!') ;1 e\i\l''''l']ul'la UH ';\1'(,,;1) \¡1)1'I'ilJ!e, di'
que <ljll'IW- ~e ('III':)1II,,:,,'ía :'wnwj'\Ille I'!! lll~ l'a,lo,; dr la~
eOllYtll!"io;I~, ci\'ile~ :le h (!dad 1í1I"li:1. !.:\ :I"ii\'id:ld di: 1::1-
brCl'¡l l::tbi" Llgl':ulo :'~'pal'al' d d(''ia~l;'(' :1:'\ll)lill<l, ¿ \'1'111:11-
chíllil ,m:, lila;, Illll.\' di~:n¡'mi;h~ pOI' ;"'·;"lla.; ¡le ¡"I.\ la
ea]Jez:l tic :nil y quinil'iltrh inranl/', ~' ciell c:lh:dlll~, 10011:'
11('~lk ¡Ji'incipil);-i lle fl'hl'el'o 1<1 ol'ton:;iya, ,llal'I') (,1 ,Ji ;'( llll h:l-
lallo!! del Hey, y le obli;!ú Ú l'IlC('JT:\l'~l' {'Il la IOITl' de C<I:"-
le1"('1':1"', elll:llllll 'íI!C 1)lIit¡'z, '[OI'Ji'!', 1,1 ()!'g:lJli~lil, ~('ITa­
(lo!' y FOi'l'adell, 11\1(' !U!J!:lil ],l'!IC"J¡1J emllo t'oI cm,; ;\!lliinlO~
cuerpos, volvían ú reuuir h\s iIlislll:b fllerta~ COll ¡[Ut.' du,~




unno SÍ<:TLMO. 123
meses ~\lltes conci\Jiel'on su a\lllaz ICJilati\t\ contra Castilla.
Jk :\!:nenlo Ci):\ ('1!,> \' ('OJl P¡';:r, ¡w, \u:,: y drmas ealll'ei-
l!<lS de b,; L¡c('i:llli", '::,;'iH'¡,\Il:h, m:d ~,:l!I'llid:t:-; pOI' Buil.
.\g\litTC ,\ Oli'l):;
)illr~~ de iHl¡li\¡!~t'; (lil rt'ldh',', (,¡~J:r(\, Pa'tol~lf\l' y S(it~lll'n ~ y al
~~rli':- al ~:>~Ic~ ~c !licit\¡'O:l dtUI!-lO'~ d(~ l:t~ c~:!nlHnii~(!cioue~ <1e
Tt~!'~¡{·l ('Uil lli~ pll(~¡'t~¡~ Y L\~ l'ihel'¡~~ del E~,~>o~ ':\oglllll'as~
::;;lt'lnpn' en ¡n~u'('h(l cnnll't\ (\H~¡:-:~ ¡lizo !~!'nnde:~ r~(\t(lJ'zos para
alt'anzt\rl;¡s: pri'¡) lj)¡(,Il~!':t~ (:'i ~~e tll(l\ ¡~1 C!Hlt~'a 1\}]'ill'l' húcifl
T)l';ulccOHfe,; ()nij(\;.; y C;;:n'ei'a l~l iLlul:,~)aa l:l nl.:ncÍoil sobt'c
las L'Oll¡(T;I;~ dt l C(Hlilt'i~ y ~l!d(;i!ltZtl:)n!i de H~lllr() Ú ~~()I;ll¡L
C:dll'(':';J (11''' (11 nL!l¡\ ·,l(~ cn-.:.Í lo:ln~ (';·~iIJ<>; ¡no\i:n;(lJ!ti):-~ flU(~, Ú
fncl'z:1 tIt' nlj'o: ¡,,::u!('~, h:_u-.i~l tnn l';'¡pi(io;.; y S{lg'\~!'OS COlllü
al ill\Pi'i{!\' di' ~il i"\i:..;a ('oll\cllia, En conf,)['lIliilad, p\les,
tIc lo~ ll.i:l': a\;o))ill,\lJ\l'~ (1(~ :)(plClla gUf'i'I'CI fl'<1~ ricitla,
hizo rll~ihl\' :i lo., :::,:'Jl:L'" ¡I:' T;)l','<'cill:l y \,:lldt':Il'!:5Ol'-
fa? (1'[(: L'll¡~lll inl;l!j;1.~~;li~::I.~ C:l!l ~:l:~ cri.<jBn~. Illff):'lllado
,,"1l!-!'l/('t'¡I~ di; C:;!C :\11'111:1110 illl:i2illú Yi'llg:':!; de una m:\lll'l'a
e~(I'('pilü"<I; ~, :\g¡'a\alldü lo.; ful'ores I!!' <¡ltl' ha~ta l'ntouces
lw.]¡ia~i(¡f) lCl!tl'O :I<¡ud pui.; , d('[('"¡¡ti,,ó fusilar ú la lI1adl'P
riel gIH'i'l'illl;ro. COtll:1 ¡,{'sidía eH Torlne:!, y e~ta ciud:lll
PCl'!('II(':'i:¡ al (li~ll'jll) del mando (Ir :',tin<l, ~oiic¡lú de lJ
('18 1]" fei:i'l'i',l qu(' :llll(jl'iza~l' ["1\1('1 snedil'io , yel jll'ocún-
:,ul de CaLdili¡;\ ~t' pl'l'~ti'l con t'1lJl1phU'l'lH'ia )' comuiI!cú Úl'-
dt'Ill':~ al ('1"'('[0. La ]l1,hlt'l' de edll'el'a rli;" rlt~i:aJa el lG.
¡':-~i('J;!'.'l'i¡'I:,;~ :tlnliílo :Ic cste e['¡mea b COl'ona de ~\l'a­


gOll, la F,,;,P:II-¡:: 10:';1, ,\ ,11m hl :':um¡l:,\ l'IlICl'<I. El clinde <1(\
,\hcnlci'!\) el dllqlll: \YI'llin"lo!\ pidi('j'()il l'll la CÚIllHl'<I ,le los
IOl'es ÜC ln¡::bll'I'I'é\ qltP :-1' I'l'lil'a~1' de E~p,lI-l" la Il'giuJl ill-
¡Jlesa, jll\l'Cl fILie \10 lIlml'eL:il'sc CÚlIlplicc lle tan horrihle mal-




124 A~ALES DE ISABEL n.
dml. El gobierno fl'mleés hizo pOI' Sil parle comunicaciones
en el mismo sentiflo, amcnazHllflo al de ~Ialll'id, con rrtil'al'
la lcgion de ,\rgel. La prensa Ilaeional :- cslran¡:;el':I lanzó
un gl'ilo ull(\llime de 1101'1'01' y de l'l'jll'ohacioll al cual tUYo
que cedcr JIcmlizahal mismo, cllYianr!o Ú .\ogucras de cuar-
tel Ú Valencia. Peeo el mal estaha heeho. El 1 U (uvo Ca-
hreea en ValdelTohles nolieia de lo OClll'l'ido, y el;W
lanzó un flll'ibUlHlo bando rl(~ represalias, pOI' ,'irlml del
cual fueron fusiladas al (lunto cnatro inoeentes e~pllsas de
olieiales de la reina, y en seguirla hasta treinta (Ine el ilTitallo
hijo scüaló como víc(illla~ cspiatol'ias. Igual prlla anwllHzú
imponer en lo sucesivo ú yeinte pCI'~ollas 1'01' cada tilia (1Ilf~,
de las (le su lml'tido, inmolasen los t'l'istillos, eOllll1i!lacioll
atroz, (Iue sin embargo contl'ihuyó ú calmal' la ferocidad,
con flue, ~l pesar de las estipulaciones del eOllvcllio E\liot,
al'calmccaban los cri~linos ú los pI'isiolleros. ;'\0 creyó con
e~to satisfecha Cabrera su veugallza, ~illo f¡lle, pIIllít"ndose
luego en movimiento, y 1'eunicmlo lodos los euerpils <[lle 110
juzgó necesarios en cl13ajo .\.1'agon, se culeó el 1.0 demL1l'-
lO pOI' el tcnitol'io valeueiano basta ,\leublas, en tanto 'lile,
con pÓI'(lil!a fiel enhecilla Pcl(~.ialla, hatian :i Hllil, (~IIt.l'e ,\I'es
yYillafl'anca, el alcalde de Yillal'(~al y la Coba.


])esfle algun tiempo mllcs, se IlHlI'llllll'aba l'H Yalcllcia
(le la impotencia de Carl'atalú, que los revoltosos eaiilicahan
de apatía. Yal'ias yeces habian pellsado ellos alterar la
tralll[llilidad, y otras lantas lo habia evitado el ¡XI'lleral; 01'<1.
malHlan lo aecleral' las causas (le infid(~llcia, cuya pl'elellrli-
(la lelllillHl el'a un pt'eteqo ('on~tallte d(~ lentat ivas de ll'as-
tOI'llO; ora cnlt'cgal1llo il la !::ill{u'dia Ilacional suhkvada HilO
de sus individuos, preso pOI' haber maltl'tüado gnwemcllte




Lumo SETUIO. 125
nI cónsul de Francia; ora, en fin, accc(lienllo á otras t)('elclI_
sioucs de los anal'lluistas, apoyadas por aquella milicia.
Pcro estas eondcscr.ndcncia . .; no nwjor',u'on la condicion de
la aulor' idad, lj1l1\ ltO Pllllicllllo Ilt'csltu'se sicmpre ú todo lo
fIne de l'lIa sc ('xigin, hubo de estrellarse al primcr rcll1lso.
Tl'atú!Ja~~ tll'l ltombrnmiellto dc los oficiales de la gll:mlia
nacional; y I'! i'obemarl()]' civil cuidó de rccord:l1' á los mi-
liciallos las cnali(lmles que la ley exigia, ell los que hubiesen
de ocnpar a(lllellos pnestos. "'pellas un iJl(livilluo de los
que se proponian los alhol'oladore~ cIeyat' tellia la;;; conlli-
ci(JIl(,.~ 1'N{(I(!l'idu..;; r :1/ [HUI/O "e pelJs<Í en flll flwrill p:H'<1
ohli7:U ú b :mlol'idilll ú sancionar r1eeeioncs, cn que ella
no Jlodia lll('¡\I)~ de n'¡' IIlteVO" motivos de d('sór¡\(~II. EII
csla ~illla~illll llegil ú la ciUlb\l la llotieia de los progresos
Ile Cabrera.


P:u'<l eontenedos, hizoCalTatal~t salirhúcia Segol'bc al-
gll110S f(ltilllos y milieimlOs:' ll1oyiliz,lI' Ú Jos de estos últi-
mos fJlle (¡ni~i('s('tl ir Ú cOlllbali¡' la faccioll; pero' d!.lS, I[He
teJli:lIl mas (J1w ganar en los tumultos ele la capital que cn
los comhatl'~ eon los enrmigos, no se ll1oYiel'on sino para
acelera!' la csplosion que ¡Jl~ I:wgo tiempo prepa¡'ahan. El (j
de marzo se hicieron ma~ nlln]('ro"o~ los grupos que en los
dias antcriOI'('S hahian pl'e!ellrlillo formal" y se empezaroll Ú
oil', con los gritos, nnnca lanzados hasta enlonees de ril'lI
{(/ /{('jJliúlim, otros con (pJe se pellia la excal'eel'acion de
cuall'O de Jos l'eyoItosos de setiemln'e, que eontinuahan pre-
sos desde a.)lld 1 iempo. Con patrullas y exhot'taeiones de
los municipales se logró pOI' aquel dia dispcrsa!' la rClllliOlI;
pel'o uo sin ([ue ella itl~}lira~e al gcneral bastante inquietud
para obligarle á retracl'se ú la ciuuauela. El 7, publicó a({uel




l:W .\NAT.F.~ IlF. l~.\nEr. n.


¡[efe la pt'odama ,1(' liSO, 1'11 flnl' ,liú ;!I':\Cins Ú lo:~ Illilici:lll()~
por Sil eouilllda ¡le1 dia :llI[l'l'i,w; 1)('1'0, <[\l(~l'iclI:ln mo~li'al'~(:
contempol'iz~dol' y (,lH~:'i'i('o alllli.'illiJ :i,':npíJ, y ~ill ]'('P:UiU'
ell el cOlll:'a~lc :¡llP, COIt lo):; ('!,)gi()~ di~pl'IL;<ld()~ Ú lo~ HaeÍu--
nlüc',~, i'0i'UH\;J:.l1l hl~ ~dlC,di\.Lt;'~ '<_'St'Ta~~ en:l qll~~. pl'etclHlia con ...
1 {~Il('l' h rlTlIlellt ar;¡oll 1[ He a HII ['l' i mi: i:1 • \¡ i ZII P 11 J¡ I i (,:1i' ('H segll ¡ d:\
UJl h:1i\(\;), a,IlCllazallllo ('OH la últillla \,1'1I<l Ú ]()~ q\[,', ('H ('<1",)
rle motÍIl, no se ¡'Ctit':bC]) al Oil' ei C<llUllI de la cii\\bde\;l. E~t,1
dÍ,;pu:"¡{~io!l y la cnll'ada cn la ('Ílldatl de ¡In,; corto.'; ¡\r~li\ea­
lIICHlo,; ([lli' ¡":III de l':lSIl, y (iil(~ H' :;lIpll~'l ¡la('('I' jlarl(, (le
fll(·t'!.<b l1l«Y/iI'l''; ll;lilí:\;h~ pOI' l'l !"('ill'~':d pil!':\ l'l'i1i'illlÍi' el
IIwtÍIl, il'1'Ílill'iJi! Ú lo:' 1',1111111-"::, 'l'¡¡: iil:L:n:I:l<h 1",; ~Illiit)(h
con h kclnl'a ~lP¡biillJ,l:b ¡k lill El .. 'l'1 l'IJJl!i'<l ~\lrlli'i gl'l'e lll-
sel'lo C'J el Eco d'! (''):ii'~i'{'¡() y Ikf(,u!o \l1l!' <l~a:;o Ú ('1111
P¡'("1JdÍta('ioll pO!' el COl'l'l'O dl'l Jlli,;¡¡lO di:l, \i,'l'ílll IlIe}:11 la~
plu:\,-: y silÍos mil.:" cnnclIITiilos ¡le h c:illlbd eulli<'l'los ¡le
la hez ¡le 1:1 pnlibrioil, ¡¡¡¡,' l:lIIz,1!n 11IH'\11::11':11,' I¡)~ ).:I'itos
In~d ~nr(lcn~!()~ eH la H(H'he. úl:ilda. (:;);;1:1I1;:¡1 d(,"';)llll~-; ('n!i LJ
simpa 1 i:1 Y I'on el apo)';) de 1,\ gual'llia lli1\' inil:d, 1: ¡l';l'l'Oil ú lliH'
de ~us hunhnt,C's tOC'8.1' g('l\('I'l\L!; y, I'plI:,i,h 1,1 ('Ul'i'pO lodo ú
C~'tl l()(Ph\ D¡){la lui!JO ~ t\ qU(' i::lpi·:'{'>(· !,:< ¡Jj:lt'I';IS ;tt ~:'(I_.
llCl\d, at':)::1i;:!i~1:utq ... , d(' \i\:\·~ :11 :::Il('(',"';íll' i{;¡{\ lt ', dc~igl\ul)ll!!,
Ú don P¡O,:\'1l ~.,[rll'kz \i,,!o, Pi';'~¡) Ú h ",IZ,'i\ ('11 1,1 ('iI~lil¡:) '/¡'.
San F('lipll <l(' JútiY¡L ,-(\ la ('hu:~n~(: ~~..:.¡ i\Pd,\:HL\ h~\(I,ia l\tll ',-
JlIHll Ü(~ ah~l;.u\z(u·:~e, Ú Ll cjíi~!;\dcLL \'u:\ndo (11 g(1)(lj'jl;lth,r
ciYiI, (¡Ile en y~tll') lí(\~ta cnlonces balit,1 I'n'\('lIdido (';¡)I¡i¡U
la il'l'ilncÍondc ¡¡'Iucllo,; rL,(,llélic()~;. :;(' \lri'l'l';') ,'1 1I1';'OC-ji\l' Hila
1I'HnSnc~inll; y~ aconl;):túa~lo (le aL:'!¡I¡~;',¡il:¡¡l';¡\Il!)~, pn~~') :\ Ja
f()rl:\kzil, dOJl(lr o]¡lilYC i" diJl1i~;j(l!1 :¡l': L,'('itel'Hl, ~ll ]l!'IHlll'-
sa de dl'jete la ciudad, y aun la únkll de pouel' CII liJ)cl'lillt




UURO SETUlO.


á 10-; alhol'ol allol'es dp selieml)]'(~. TOllo ello sr <',icrnlt'l I'll
sc;.mi<]a: Carralal;'1 lomó COil jll'l'ci\llcion el camillO de Jh-
dl'jll; (h'sp~\('hú~(~ lIll e'I)J'l'~1i al ~l'01111do caho Pajarea, qHe
m::uulalm la di\i~jujl dd E~te, Y los c1llbislas se retiraron
rel'OI'zad(¡~ ('1111 .-;l[' Clll1i;!u,.; que ~;aearOll dc la IlL'jsion y con
la '('!~III'i(/;\t¡ dI' ljue HU l'.\i~lia llla~ alllol'idad (jli(' la dI'
(,l/o.; ('11 j¡¡ ca¡¡ilid, Ilac ll\lC\all1l'nle l~m¡\I1Cipahiltl (Id goj)¡l'r-
no de lIIaLll'd. El ~I Y el 10, :ié colnmlJl'almn amago~; nnc:Yo~
dc lllotin pan\ illstalar cn d IllfIlH!O ¡'\\f('ll(ll'z Yip;o; pero
HI'(,~~()lI, qUl' 111 l'ji'I'cia ha~LI la He¡tad,1 dc P,dare:\, lo;!l'ú
fL'l1~I!':lI':II';, ('011 ¡'II) 11 111:11:\0 el aYlIlll,unirntu, lid :, ht~ Il'a-
dicllilll':, j'C\I)/lI('iOIl,il'j,h, cdebl'ú dI: HU('\ O. ('ti 1111,\ p¡'nc]:II11ií
d('/ ¡ ¡, la ~e:ll~i\Ií'Z de: los li,\('illílall":. : ;\Il'i]¡uyó ú h; CCli'-
li~,l,h lll~ JlIiJ\illli('illu~ó (~l~ ¡Il~ l~¡i\:; '\íl\ci'iol'C:;.


Dl1l'<lIlle dlo~. la:-: rael'iolle~ Cl'e¡;iall ~' c,\II1¡ll'ah:w en la~;
fl'Oulel'tls orientales tle: C\<!ud reino. CalH'cl'a e~lalJlcció ~ll
cuartel !!1'1J('l',t1 ('JI Bl'l'('ill' :'. I'l'flll'Z,ldu (,Oi! J:¡,; il¡¡¡¡ll.'I'O~a~
¡ml/d:¡.; de ¡':iL:Ill';a ,\ ,\1':;,011, hiz,) pUl' ~í ,\ 1'0;' (~l!as CO!'-
I'('¡'ia~ hasta b~ illllll,Ji,l('iolle:,; ¡h, {:a~~l'llüil, Tl'J'l1el, .\lci\-
üiz :' C:t~P(', T<li'HC¡', COH llIil \ ql!ill¡t'illo::,llOmhr('~, atacó ú
G;\ll(h'~n, mi(,1I11';¡ , ¡,'o:'C;liL'l¡ y -'Jwll, ('()JI d()~ mi!:, qliilli('llln",
se adl'htnlal'OlI lHII' UH'h" :- C;m,!:1'1 [w~I,\ la PI'O\ inci" !le
CIH'l!t'a, dI' ¡JuJlill'. dl"-il\((,s Ik nl(;I<'<I['\;\ COll su ,,¡'¡hIn npn-
I'i<:ioll y de ohl igiU' 1'1 I)ill'~:\ílil ,'1 (lile cJI\iasl' ;'¡ Si! ,;OCOiT<l
lus \,l',los de 1.1 !!ua¡'lIicioli (k\ladt'ill, ~ al cotltallibulc !!l'-
111'1'~d Lopez Ú ll:1(,(~I'~C fuerte CJI Sal \ ,\l'aül'lc, LOl11arOIl tl'all-
ljuibmclliL' la ímll¡¡ tle .\llJal'l'acin. (Juill'z, el OI';';<lllj~l<l) el
Senado\' y Ho:\ (¡ di' :\O;!lICI'UcLb ('oniall ('OH llilll\la-; ya
muy ll1HnCl'n~,h, COl'l'i¡\íl illltlllli('lih'llLC ll)~ tel'l'iloi'io~ limítt'O-
fes de Arao01l y de Yaicllcia, de donde llesaparccicl'Oll las




128 ANALES DE ISARET. n.
tropas cristinas, olJligadas a cncerrarse en los fuerl<'s. 0(,
tou05 los pueJ¡lo~ del Biljo _\mgoJl tnvieron flue emigrar los
milicianos y los compl'Olllcti(los, y husear tlll asilo, no ya ('n
los pueblos considcrilhks, iBva(lido5 IIllO~ y amenazados
oteos Ú Cil(la hOI'a, sino en Zal'agozil misma, l[llico punto
f¡Ue cn todo aquel reino se creía por cutollces al ahl'igo (le
uu golpc dc mano.


No se limitahan a(¡uellos emharazos á los motines de
uua gran capital, ni al anmento (I"C ellos y las al!'Ocillades
tlc uu gefe militar tlahiln ú la;; facciones nll'ncianas ~ ara-
gonesas. Las dc la yccina CatalulIa erccirl'on al mislllo
tiempo cn nÚlIlcro y osadía, ú pc~al' de la illlpnl'laltcia cu
quc los cl'istinos llcl Principado dahan ú h ~azon ú la loma
llel fuerte dels Horts .. \nunciúbase confia(larneute cn narce-
lona (Ine, destruido lo que se llamaha la ma(lriguera de la
faeeion, iha esta ú ser e"tel'minada al punto. Para aseguml'
y ar,dcl'al' e.~tc re~lIl!atlo, -'fina, rpnov~\Il1lo Hila de bs di~­
posiciones (11lC dictara en 1S::n, dividiú el Plillcipado elt
sielc distrito!' militarcs, ¡Iue (lehian set' ocupado,; pOI' otms
lalllas hrigallas, cuyo mando, con ilimitallas facu1t~ules, con-
fió ú Gllt'rl'a, _\zpil'oz, :'Iiuhú, ~pJlastian, \<lt, Magra! y
OSOl'io. Pcro cn vallO reforzó suce:-;ivamcllte "u,; ('.OllltllllaS
con quintos (IHe le llegaban Llc diret'ell[(~~ punto~ dd reino,
y con avenlUl'l'ros de todas las J1aeiOt}(,~ ellviado~ de las
bocas llel DnCI'O y del Tajo. Las nc('esitlade~ crecían etl
pl'ogt'csion mas rápida que los medios lle satÍsfacel'la:-;.
!\Iil'lItras e nrre:l batia á negollat y :\Ias).!:ol'cll CII ~all ()uin-
tin; ¡I-'{al'cú. :\tiró y Sivadel'as en -'lolll'eal; Ú Llul'cJ¡ de Co-
pons, Sendr(¡s, Pitclwt y (;t'Í~l'l eH Sancal y llocafol'l, y ú
llorges y Momhiola en Yillunuc\u de ::\leyá; mientras los




LlnRO SLTlMO. 129
CI'l,tIllOS Capell y Viíbs hacian fusilar al fl'aile servita.
des pues de 11all('l' estcl'l1Iin:Hlo su faceion rn la Puebla de
Cienol~; Jlli('ntl'a~ ~:lt maltl'ataba tI Tl'ill('het en San Quil'se
y ~illh¡') JI(,!,~,,!!tlia ~l GI':t\at. Tri"tany y Jep (1('\ Oli en Sa-
nalwj:l, POIl~ y Tudela. los carlistas, supliendo con In acti-
vidad} la a\1llacia lo que les fallaba de iuteligeneia y de
disciplill<l, hacian l)agar caro {\ sus enemigos las yeutilj,\S
r¡ue lal vez 01Jlrnian sohre ellos. BUljo, Zorl'ilJa, Casulle:""
ras, Sircl'a, J(,P Ih1 S:ll'l'iú, don Juan (!f, E~pltlga, Gran,
\lallol'ra, B'HJnir';\: Cahallcl'Ía intel'ceptahan diariamente
COIIYoyc~ y CIII'l'CO~, se apodcl'ahan dc sus numerosas cs-
co[la~, y ora, para llcstnlirlo'i, atraian fuera dc los mul'OS á
los milieiallos, COHl() cn Bcrga (20 lle [ebrcl'o), ora los en-
cel'l'ilban dcspl\e~ ¡le !l¡I!JCr]OS hatillo, como en Olot (1. 0 de
febrcl'O':. I'~ngreilllls asi, llevaron el arro,jo hasta hloqueae
estrechatl\ente ú HljlOll, Pral de LlaUS<lnl'S y Bel'gn, y eon
mcnos rigor ú Jf!)~!~¡[rich. ú Uel'ona y aun ú Yich, cogicndo
con ft'ecuencia lo~ destacamentos que gual'l1ccianlos puntos
intertlll'Llio~ de la~ polJlaciones notables, cn r¡uc la necesi-
dad de mantener la" comuniraciollcs ohligaba ú los Cl'istiuos
ú diseminar sus e~l'a~a::i fuerzas.


PI')'O dUllIle las hallllns ealalallfls hieieeon mas esfuerzos
fu(~ sobrc las fl'olllrl'us lid ~\ll() "\ragon. Veinle (lias!lo ta-
lIian J)~)sallo rlesllp la toma (leL~ lIorts. cUillldo BOI'!)es, Jep
del Olio COi'taza y \Tombiola atacaron en Santa Liüa ulla
('olHllma de ,viscil'ntos homhres, mandada por el comandan-
te llunwsnil de la legion (lp "\rgd:8 de febrcro; la cual, des-
he('ha ~l pesal' de su het'I'lica re~i~lcncia, 110 [ludo soconer á
Bahlguc\', y huho lle YO!\CI' en tlclTota á L(~\'ida. A sus ven-
cedOI'CS se a¡:;regal'on luego el Ros de Eroles y Ol'teu, qne,


TOllO 1lI. 9




-


130 A~ALES DE lSAlrEL U.
bajo las órdenes (le TOl'l'r~, no ~ol() ocuparon tndo el terri·
torio compl'cndillo t']Jtl'\, rl SC'i!l'l' y la :\O)!;I1Cl'iI lIilllll';.:oznlla,
sino que se e~tclldil't'()tl Ú la~ ilJlIlediacio!lcs de U~I'id,1.
Grave cra el rie~go de 1¡\lC atllcn<lz,lhan ;'t :j(JlH'lla frontera
los refuerzos succsiYos Ijul' lIeg:ll1:1Il :'1 :"us hnlldH~; pero, ('~­
timúJIllosc mas gl'aYc el dI' (lite la~ 1'l'fl)rza~('11 klialluJlcs
que pal'a este ohjeto se anlll1Ciclhan prq)arallüs e\l :\anl't'a,
s~ dió ó1'llell Ú Ynll-Hal('I1, lw:'l" cnlonecs cllcal'~,\llo dc
obsel'Val'llest1e Bl'll,naITC' l().; ]i10\illlirlltl):-; de h, l'OlnIlln:.lS
calalana::;, de tra~hulal'~l' Ú VCI'cluII. ~J"l'l']¡ó "Ilá el con llll
batallllll y la poca l'alJalll'l'ia que l'\:l:"lia Ú b dl'l'cl'h,\ dc la
~oguci'a, y el C01'01ld Zaillin 1¡\l('tiÓ (,ilc:lI~ado de cuhl'il',eoll
mil y cien homl)l'e~ (¡lIe SI' Ir' dej:lI'oll, UIl !l:n'itol'iJ eslenso,
vulncl'ülJle pOI' toda;; pnl'le:,;, y agotado (le l'eelll''íOS pOI'
seis meses lle oCllJlaeioll pCl'mallellt{'. Los cal'li~las se apcl'-
ciLil'l'on luego del mall'~lado en que la salida ¡k Yan-Iblcn
hnlJia dejado a([1Id di,ll'ill), y, C:1:('tl(!O ~o¡JI'c llJl ~nll's(l dl'S-
taeanlC'nlo situado en \aelt"l, le hiciel'on ¡li'dazos,l'lidil'udn
á duras penas l'efugial'se en \lonzoll sus reslos. La,,; <lemas
flll'I'Z:)s de Zaidin, ~ilm)(la'i ell E~i(l!lij¡¡,1l y Tam~ll'il(', Illl-
hi('I'OIl lle l'epl('f(¡il'~L' ¡hitlli~tlw, y d ¡¡:Iis (¡uedó t()do enll'I'O
á disposieioll (le las r<lcciolll'~.


Z¡¡irlin dejó el mando ú ~lil'anda, y c~k Ú CislIH~; ]1Cl'O, lau
e.;eaSJ de lll,odios enmo Sil'; anll'(;l':'Oí'l':', no pililo l'.~le últi-
mo O)HlIICI'SC ~l í¡llC lo~ cal'li~t~ls nellpa~ell Ú CaLb,lllz, FO!ls,
Graus, y otros pueblos de las orillas del Cillea; 1ll0' imiento f¡Ue
anunciaba la inteul'ioJI (lc pasar aquel río y de ~uLil' pOi'
Barhasll'0 ú darse la lllallO con la diYÍ~iondc Carcía, qlle se
esperaha (le .\aYarl'a. Por cnlllw dc dt:sgl'neias, parle de la~
fuerzas de Cislue yacia en los hospilales vícLima de las jlJ'i-




LIBRO Sf:TIl\IO. 131
vacio!H's y elc la" fatigas quc tcnían casi inntilizado el rcs-
to. Los !HOZOS de los puehlos, cal'ccienclo de ocupacion, no
hallaron nwj()\' IlWI[O de pl'OJlOl'cionúl'sda (¡UC l'cunieullosc á
las faceiolll'S HllcellOl'as, Ú cuyas Jilas los llcvaban quizá
l.am]¡iell S¡¡"; o]lill iOlle~ [1oliticas y sus ereencias rcligiosas. Para
IlwjO!'a:' [,111 dl'ldurahle situacion y pOllel' Ú Cistue cn estado
de jll'O\('¡Y'!' lo~ pueblo.; tic <Hluella fronte!'a, sc dió ól',:cn á
Azpil'oZ de l'eforzarle con sn l)l'i~aLla, compuesta de mil y
sei"cienlos il\ranLe~ y sesenta caballos, y, en 28 uc febrero,
saliú él de CHi<\lI<I \ Penllilola en dircccion de Pons. Infor-
mado dc ~ll Illill'(:lt:l el cal'li,la T()I'res, (Iue habia llegadoalli,
cJlla I;¡l'd(~ alllcriol', de vllelta dc.;u espcdicion á Gnllls, se
apustó Cll el call1ino yatneó ó !tizo prisioncra la vallguanlia
de .\zpiroz, Llel'lc de doscicll(O" ciucucntahombres; y, a~u­
diclIllo luego {\ su "Ol~Ü1TO el !'e~l¡) tic la bl'igalla, sc trabó el
mas ,,~\lIgl'iel\t() de lo~ comhaLe~ empellados (lescle el )1l'iueí-
pío tic la ~1[(~I'I',1. Tn'.,c:il'IJ!O:i c,III(I\ I'I'I'~ (le cl'istiuos ([llclla-
rOH en el campo; 1l1l1e!Wo' ~f)ldados de las m¡smas filas se
ahogaroJl en el Sl'gTC, y qllinirllto~ prisioncros y lodo el
hagagc cayel'oll I'!! poller del vpncei!ü!'. Pocos mas tlc qui-
llÍenlo~ fugiLiyos jlutli('roll l'l'fugial'~t) ú Solsona, doude lIc-
nron el de~aliellll) c'Hlsiguicillc ú la importancia dc su tlel'-
rola.


Determinó Yl'ugarla el segulHlo cabo dc Calaluña, Alva-
rez; y, l'cunicmlo :\ la eolullllla que él mandaba cn pCl'sona
la de ~~chaslian y los ['csLus tle la dc .\Zpil'OZ, empezó n. ma-
nio]mll' ~()I!I'I' TOlTCS. Estc, segul'o de no pode!' hacerle
fl'cn\e y dl~ se'!' ViY~1I1Wllt{' pCI':-,cguillo si Sl~ 1'{']llegaba á la
COllca dc Tl'elllp, couciIJi,', el proyecto dc iuvauÍt' la Ccrda-
ña, nUllca hasta enlOllces pisada pOI' los carlistas. El 2 de




132 .':'\ALES DE ISAUEL lI.
marzo, salió de OI'g'C\nia, P'\SÓ ú Liro de call1lll dt' l 1'i','L p"-
nctró luego á :\lal'lilll'Í, Belh (,1' ,\ ,\Ip , H~ a}lodl'I'¡'¡ de l/Ha
compañía llel¡n-flyillcial dt' t;\ladi:\ que gu:u'Ill'I'ia ("t" pUII_
to, y, dcspues de atel'l':11' á la ('apilal Plli!!"i'l'ilú, ¡j"UUi¡l,Il-(1
muchos habitanlt's ú hll-C:,',;' un <l~i!o cn Frallcj,I, di' I'('cn;':!'l'
mIDas, cahallos y cu¡mlo Plldo :illlllilli:,il'ai'lt' ('1 p:¡i,,¡, ,1' (':1-
trú en el yallc 'le Hivas, y el 7 se Pl'(,:'Plllú I\¡.hl~ile dI' ;L-
poli á refol'zar ú Cahallel'ía, qne tlc~üe Ilia~ "l\l;'~ la leH!C(
bloqueada. AllllislllO tiClllJlO. Tri:o:ta!l,\, aCillll]l:I,lo ('OH mi] :
quiniclltos illfallll'~ :' :,ctcnl:l ca"allll~ l'lí 1:1, :Iltlil'¡h (](' ',1:111-
rcsa. parecia ofrcccr ~<lli~ú\c(' ina ú la IIlllltitud d\~ LllIlili:\'i
solJl'c las enale~, Ú pJ'('\e~[o dI' d(".:II'('I'I'I/llI, \i'1I!j::h:111 la.>, aH ..
toritlades, por pel',;ecllciOlw,; illll'0lílic,h, el ojll'obio ¡(¡o ~ll
impotencia. A la vi~la t1(~ la, ('(llt!\!I'l~\~ Ile,tin:HI,h ;'t [>1'1'';1''-
guir al canónigo, el ~ TOlTl'~ l'e~{)lY¡(,I'()ll de~ln1Íl' hl:; t'1I!'ti-
llcaciolles que al al1lpal'll ¡le L\ lH'j~;llla mand;\l1a pi)!' (I."m'ii)
se lcyantahall ('n el BI'Ill']¡ p:I!';! Olhíl'lIit' el ('!'i!I','I'(1 di' :-;:1;:
Quintín Ú '1Jollistl'ol, gll::u'ida Ili'diw!t'i;¡ lit- 1,,:; 1';1<'(,:;)/11';.
El !ti, caycl'on entrambos :0;1)111'('. Ca~a '\la~:IIW, h ieil'roll l'l~­
plegarse ú los l)(~lgas del se¡.:Hlulo li:\t<\\lOIl d .. Oporlo, \ ln"
persiguieroll hasta rI Bl'I1('l!, ell ('11::h ,':dle,,; hil'il:I'OIl 1'11
ellos una horrol'l)~a malall7.:l: y, \oh il'lldi) :111';'¡~; d('~pn'," di'
habel' batido la ~('Iinm lil'ig;ula, ('el> ,','1111 d i S '->IIIJI'" la pri-,
mera y sc~la en las mOI\!alJas di' 1:1 ,;,,11::, y IIhlil\j('I'Oll'L'J)-
tajas propias ]J<ua ill'Jlil'nl'll~~ 11111'1 liS lll'ills y l'UliI [11" hll' d
desaliento de sus eOlll¡'¡\l'íll". \:1, ~('i~ d,ia,; :l1llc~ ',el I:,¿. la
tiipntacioll Jll'ovineial de H:H'('('h!W lí:lhi1a l'I'(·idll 1I/'p,I'IIII' ji;\-
mal' la atelleioll del go])i(,I'IlIl,,,lll'(, e,,!:\ ~illl;\I¡IIII.-'(.\o ';01,)
¡¡(dijo) I'eeol'l'C la LlCciol\ ('Il IIl:i~>Iii'I.'~ P¡\l'lldas J:¡ pl'm i!l!'i:l:
))sino que, pOI' tallas parles ,,\ga illlplllte en ]WI\W'-




LIBRO StTDlO. 133
) ¡cln~ grupos ....... En \,,! esl:ldo sr halla del todo pri-
)I\;"la la l'Oillllllil'lH'ioll ¡¡¡liTiol'. pal'alizndns el comercio r
),Ia" al't('~ , :' 1111 '~¡IIIII'liill'l'II tll' ()ji"I';Il'jO~ en tOllos ramos
,~in ol'lIpa(,:,lIl. Pi'I)!){'li,Ci),: Ú (:OlllC('I' ;(\'i)ill'lli'iellnde~ y ¡Il-
)ibo!'ol!).';; :,. como ~¡ lo didli) ¡lO fUfi'a lilas (¡IlC sobrado pn_
.. l'a ¡'\i'''Pl'i',U' ('! jI:,i~, no dejan ([1' \'olll¡'ilmiL' {'IS lu'(¡ill'((,-
l' '.i::.!'x J !¡'!ji)!'liIU' :1:' /,)S CI!.'ilili/!{llil!C8 de lit /¡U'i'-


Ji ;~(f, l'\\ o!lI'I)l,io y ()PL'l'~iOll d:~ !()~ puehlos patl'iotas y pe!'-
";·Ol\;\~ p:ldli('a,- "


El rip:III' di' (',t:1 ~;illl:W¡i):1 JIO podia atcnnarsc ~illo 111'0-
!'ol'CiIJlI,IlIlII) 1'1'1:1/1',0, ;\1 ('j"'i'I'ilo . ." ¡lO 1,lS prop0l'cionaha cn
(':I!di,bl "Idil'i,'illi' 1;, ('ini.,i:llI ('laLld('~tina (]l: tÍlu!os (lc to-
d::~ b~ c!,\'.(',; de ~kl!(la <[111', en la hota de LÓll(ll'es, COllti-
lIU,tI", H'1l11il'luln ~r(,Hdiz:\\¡al. Dominado él por la idea de
Ilu(', forzando ('H :\iatlritl~, Cúdiz Ja subida de lo:> fondos pú-
lJlieo,;, po¡]\,ia, :" \'¡\\OI' di' ('~lc movimicnto arlillcial, haccr
('lIllira!;IL' (''1 lill lIil gran::' CIll¡J;,(""liln :- hacel' fl'cnle :'110-
d;¡~ leh 111~('('~id,lI!e~; l'lIljlllj:\!lo a!lcmas pOI' los intcresados
t'1l el jmp:o íll'. la 1\lIba. <[liI' ¡"iH't'ahan ¡jl'tlesos beneficios dc
Jll('dilla~ que él 11Ii<!Ilciaba lellel' i'l'ep:ll',lIlas para Jl1cjo/'(u' la
cOll\lieion de la dl'\Ida. Pllblicó el l!l Ile febt'cro, r,n uso del
"'010 di' ('(Hdi;\ilz,\, IlIl decreto malHtan: lo proecdcl' á la li-
quidaeioll dc los (,1'I"(lillJ~ \lO eOlll¡ll'cndidos en la memoria
jll'l'.senlalla :i. las COI'les por ~n :\ulecesol', en diciemlll'e
,j(' 1 ir) 1. :\bs como esta llisposicioll Jlodia lll'oducil' el in-
l'1)lI\l'lIil'IIII: di' alcl'I'al' :"t 103 tencLlorcs lId p,lpd consolida-
110 ('011 la Cillll'!U'I'('IICia indelilliüa de los nuevos títulos, (¡lle
111'hi,1lI l'l'sltllaL' de lit (lt'dl'll:HIa 1i'luidaci:ltl , :J[cllllizahal se
iijl¡'(,:;UI'il :1 ,lIcl:ldil',-"SO (',; la cuantía de la dell!la lo (lllC ha
,de illlimiüar en Ilue:;ti'a ~itLlacion, sielllpre que los medios




134 ANALES DE ISABEL n.
)ya aplicados, los que se esl án apliramlo y los qne ~r píen-
))san aplicar alcancen eOIl tl('~al\()g(), como el gnhiel'llo ~c
))pl'omete, á aseglll'al' todos lo~ l)('lld¡('io~ de la misma. í)


A '!larlil' podían Irilnqllilizar eslas ~I'glll'id:\lles, cuando
tocios sabían que los tales n\{,t1ios e"lahall kjos de haslnl' á
Ú la estineion Ó la eOllsolil/acioll de In dcnd:l ya !'I'~'(}II{l('.ida,
y que en nada pOI' tanto se apoyaba la I'ollsolidaeioll Ó la
estincion de la que I'esu!tilse de la IifJl1illacioH IIILeya. Asi,
la lmhlicaeioll dd decreto e~citú ulla polé'mica \ ¡ya !" :lIllHI'-
ga, !I(' !file, como cm nalll\'al, empl'zú Ú l'l>rllli¡'se el cllr,:o
de los efeetos públicos, soslcnido slIlo ]¡a~l:i ('1I1011CCS pOI'
operilciOIlCS á prillla y Ú I('~l'lllill() !' pOI' (ild;IS las co/nlJilla-
ciolles y tl'if{lIiiiudas (11'1 ilgiotage, Sintiú Y(,lldizaL:d la necc-
sidad de acudir :11 rCllledio dc c~tc m:d, p;lra l"1 gravísimo;
y, ú pesar de las pl'olllesas e~p1icitas (P1(' habia hecho de 110
disponcr tle los hieues n;'lcÍollalcs, y d\~ qne ('~ta~ pl'ome~ns
parccian cOII{inllarln.~ por un d('('['('(o dt~ 1,) de fl'brero ([\le
creaba en cada ]lI'oyincia una junta CO!ISt'I'Y:lt!(jI'<l de cUas,
«con el fin de qlle no sc los distl':ljcS{' de SIL ll'!.t:itimo ohjc.
((to,» lanzó el 19 otro llecrclo, pOI' el rll;d, en I!S() de! coto
de crm {tan :a, puso cn yen(a todos los hienes raiees de cual-
quiera clase (Ille hubiesen pCl'tcllecillo Ú la" eOl'pol'aeiolll'~ n'li-
giosas estinguilhs,~" los llell1a~ adjllllicado:; Ú (IlIf', pOI' cual-
quier título, se adjlldica~ell ú la .\',lcioll. 1\11'<1 lq;ilimC11' esta
mcdida, fIue nada autorizaba ú aeele!'ar, ~1l!JI'C tndo cU:llldo
estaha tan próxima la rcuniOll dc las Corte,;, y l'lIando nill-
gun ¡'('curso inmedialo po¡Jia Pl'opOI'cion¡¡¡'''!1 cjl'cllcion, lk-
cla¡'ó JIenrlizalml,-"Cfllt' lln la adopl<d':l ('(l!lj() espeeubcion
)Jmel'cantil, ni como OpCl'aCiOll decn\li(o, ~illll como e1emeJl-
»to de animacion de vida y tic \'entul'<\ de la E~palw, como




LmRO SÉTmO.


y,complemento (le Sil \'(~SllHIl'[\l'ioll polHica ..... plan fUll(!a(lo
¡'Pilla alta illea (le ('1'(' ,u' Hila !:o]l:o.;a familia de propictarios
)'CI1Yos go~es y ('\.i,I('IIC[:1 . ;c ,lp"y,\q'll principalmente en el
') tl'iuufo eompllll I1 d!' !'I:; acll1alc~ illqjt \lCiOlH"'») Del pI'ccio de
la~ rill(,<I~ ClIl\¡';Cll:l!Jlcs, se debi,) pailar la quinta partc al con~
tado} d r(l~to po!' od:lvas p:ll'tl'~ 1'11 odIO f1l10S , Ú \'azon
de lO p.O:O ('11 c:\lla UIlO; lodo ello en tíllllo~ de dCllIla
eon,;olillalla ú '¡ y;) p.O'O. E~to, CfluiYf1lia Ú f1djndical'
aquello,~ hicncs :'¡ 1I1l recien pl'ccio. :- cqe paga<ll'l'o en UIl
plazo \:1l'glli"iJl1o, ú. In r[lw !'.'; lo llliSliF), Ú deshal~crse !lesde
¡!lego de la (billa sin <1 1l1Oi't izarla , y Ú ¡]l'sll'uir las cspe-
rallzas ([IIC ldi,lll'lItlU',1 Íl:\:i!a l~nlonces la \I(~~conoeida yex:l-
(!c\'lllla importancia ll(~ la hipoteca misma.


Como ('sta (li~jl()~ic¡()1l 110 admit j,l rulas snha~tas dc hie-
nes nueionales b dcuda sin illtel'cs, y pOI' cOIIsiguil:Llt l ) uo
nwjoraha Sil cOlldieion, 1:0 ~n I is/lzo ú muchos jugadores que
('~prcII1;11Iall ('~I'lu~i 1':tIlLe!!! f\ ';!lbl'(' ella: ,,', a1ltH[Ue, (le la eoin-
cjdLllIC'ia de ~II baja )lI'll;:I'('~i\n con la pnhlicacioll de l(\s cle-
Cl'l'to~ de~tillad()s ú impedida, se habria dehido inferir (file
110 eran !l1CtlilJ:¡" de arluc!la (\sp('cil' la~ rjlle podian l'Pstahle-
cel' el cr('(lito, ~c insistió en qlW ~\[(,1I:1izalJal acahase de dar
Ú lllz las «(ll\~ lenia (\lIllIlei:\(!as y (!e descorrer el velo f[Ue
sc :-iupollia encnbril' S1I f,1I1l0S0 seel·r:[o. Dóeil á intimacio-
nes cuyo tin cra conforme ú su propio propósito, cspitlió el
~8ellan anlw!:1\!o (l('CL'elO tlL\ eOlllel'sioll. Con <Il'reglo Ú sus
PI'('~('l'ipciOlH'S, lo(la la deuda lIO cOllsolidada, rlrhia sedo, :í
~ah('l'; al lH'('('io de 2:) ¡¡,()JO la denomina(!:1 sin l¡¡lNJs,
al dI' 3:3 la de 1'11 (('s ('ol/s(lfirlllr!us y al de 3~ la ('011 ¡¡¡{eres
ú pa\ll'l, eallgl'anrlosl' :l ('~Ins pl'l'eio~ lo~ titlllo~ de las tl'es
deudas 1)01' otl'OS de .:-, p.O;O, al CUl'SO flue tuviesen enlos




1.16 ANALES UE ISABEl. II.
pcriotlos señalados para el cange. Esta operarion cra rvi-
t1entemenle l'Uinosa para el E~t:\lIf), fllnr~la pnl':l lo,.; lelle-
dores del papel con interes, (' inútil p:1I'il lo,.; (l(~ \n" [ilulos
quc no lo rlcrrngahall. Era l'lIino;;n pan! el E"l,ulo, por
cnanlo, aseemliemlo la (leuda sill illll'rc,; de Jllle\-e Ú dirz
Illillllillones, que dehian eOIl,.;olitlar~e por UII y:llol' l1Iedio
dei;' y pagarse con lilulos (Ille ¡¡el'ltian ,'l() p.'';" 1:1 !lIle .
va (hmda con intl)rt~s que se erealJa dehia a,,('(·.nl1e1' de 3,700
á 3,800 millones y sus crótl iros <luuale" Ú lUO, <[\le el Es-
lado no tcnia ui podia tener mCllios Üe pa~al'. Era rnlle~la
ú los lenet!ol'es de papel con intet'(\~, por C\WlItll, circulando
estc por valor de S,Bi'G llIillolle~, cuyo,; redil"" JlO ~c pa)2:<l-
hall ~illo 1'011 l!rallde~ "pUl'O';, era impo"iLdl' que continua-
seu aquellos disfl'lllalldo de la misma YClIl:lja cuando c,.;l()~
se duplicasclI, por el hecho lit' P¡l~,lI' if!Ual canli,latl de deuda
sin inlerós á la chiC de consolidalla. EI'a, ('n till, inúlil ú los
ten('dol'('~ dc (11'w!a Jl:l5i\~1, pOI' CII<1I1I0 (·1 11'11101' d(' la COII-
eillTclleia de estos titlllo,; 1111eY,II11rllle cOllsolida!>le,;, .Y In
~eglll'illad de no pOllcl'se satisfacel' SI\S r('llilos, que, nnillos
ú los antiguos, compondrian la cnorme ~l1ma anual de 570
millones, no podían menos de ]JI'OIllOVCI' \lna ¡j('pn'riacion
rápida y silllultúnca cn todo:,; lo,; valorcs circ'IILlnte,,>,


Algo se debilitaha en \ c!'llad el rigor d(· es LIS COllse-
cuellcias por la consítleracion dc III\C, eon ,11'1'(';.:10 :'1 lilla de
las disposiciones (lel decreto, no dehia eOtlsoli(hlr~e la den-
da sino por sestas partes en el termino tle :;eis :Iitn". P('1'O
esta eil'eunslaneia, f¡\le al principio ~c lt:lbi,l oCllllado eOIl
cautela, fu(~ cabalilwllte la (¡lle Illas d('~alil'1I10 Jll'OdlljO; pues,
difiriendo por tau largo tiempo la o¡lel'acioll y abaudonan-
do al azal' de los sorteos la lenla mejora del pl'ceio de los




LlBlW SÉTIMO. 137
cr('·(lilos rOl1vcrlihlcs, era claro qne no contrihuirían
illlncrliatalllenlp Ú dn ado c\l'nlnalidaíles lejanas de qne
el (':-;lado ('ada día lIla~ Ikpl:ll'alilc del ¡laIS dehia dife-
ril' ilHlelillidalllcJlle lll~ ]wJldicios. j.;i la deuda hajú CIl po-
co~ dia:-; :,w p."n (1,. ~r(,lldiz:\hal pl'l'-lelldiú acudir al reme-
dio, i'dWlldo Ú YOlill' el :) de marzo otl'H ,li~Jl(lsieioll, por la
clwllils )ll'llpietarios de lincas gl'aYHlb-.: con censos CH fanH'
<le los cOllYCll10~ fueron ,lUlOl'izado~ Ú ['('ti imirla~ COIl litulos
(le las ll'l~~ das('~ de dl'lHla pa:-;iY<l, lo 'llIe, atendido su curso
atlual ::t" pcrmilia alllol'liztlr el capilal con 2fi p.% de dc-
';(·Illhol~o.


()j¡'i(,I·YÚ.;1' l<l il']'e!)nLu'idad de di~pOllt'r de los Licues de
las COI'I)(l!'<l('il)lll'~ i'digio~as, cuando aun esi:;(j,\l1 lIl11ehas ,le
dlas y Jlill¡'WII aelo (Id gohiel'llo hahia ordenado su Supl'e-
siou. El volo lle eOlllianza vino luego ú allanar esta dificul-
tad; y, cn lISO d(~ ("1, ,1lHll'Cciú d \) otro (lecI'elo supI'jmielJilo
todus lo:; mOlla~II'l'ij)s, ('lill\Clltn~ , cole¡:io~, (,oll!:,l'egaciones
: CO/llllllidade.; rc ligil)sa~ (le hOl1lJ¡l'c~, illdu~as ht~ lh~ cll~l·j-­
gos ;;eclllal'es y la~ II,~ I:I~ ól'llclICS militarcs y Sau J lIall de
.lel'lI~alcn en la Penins\l!a, isl;lS adyacentes y pose~iolles es-
paúolas de _\I'riea, sin otl'a e~c"l)(:ioll que los (res cokgios
de misiiluel'os para las pro\im:ias de c\sia , lLis clérigos de
las e~cuela~ pías y los ho~pital(·s ele San Juan de Dios, en
los \!IICllS ¡\Uulos dOl\lle los habian respelado los furores de
agosto últilllo. }btHlú~e al mismo tiempo disllliuuil' d nú-
lllel'O de L'onveulos de moujas , <le cuyos bienes se dispuso


\ I De l:j:1 11; ;'t 'JI/(' ."C' II,tlLJ!Jil, \¡;I,l~ me'Uos de I:l.
El'd d" ~') cllll- la delld;1 "()l'l'iellk ;'1 1';llll'l: de 2 '1 el de \0,; \'~­


les con;ulidildos, 1 de 11· \ mcdw el de la dl'llda ,Ill inlerés. Adlllili:lll-
-C' en p3~O uus lercilh ell'papel dC' [;1- dos prillll'ra, clase,; de tlclllla
Jlor touo su valor ji \ ¡:J en papol de la última por una CClIlLidlicl dupla.




138 ANAU;S DE ISABEL n.
como de los de los frailes, dei:\lI(lola~ redllci(l::I~ ú una pcn-
sion alimenticia de enalro t'I';de~ diario:", la cunl, P,ll'<I las
(llIe ahalldona~rll d c!ausll'o, f;(~ eIt'\<ll'ia :'( eilll',(), qlle ,(' ~e·
üalalwll ii!lwlmenle ú los fraite, 1'''cl:lll,ll':uios, Pal';) haeet'
menos desagt'adallle la illl]lJ'esion ([Ile ell hls cO!lcil'lIeias ti-
moratas dehia prouneir esta s¡'~rie de IroJlelía~, ,~!' Jill!)iú ~('-­
ñalar para el pago (le aquellas pensiones fl)tlllos (~SI'I'I'ial(',;
como si, atentlilla la lH'l\11l'ia ~icmpl'e ct'C'l'icllte (lel Tesoro,
y de la Caja Ile .\mortizac¡on, l'll rlowl(' ¡licho.; rotulo" se
I'eeau(labatl, !'tu',;(' permitido COIH'tllil' la c~p(,t':)t\za lit> ([Ile
se l'espetase ninglllla especialidad; como "i ('11 IlIdo L'''SO la
tolali¡lacl tic los ingrcsos de lns d,,~ c:aj:h tlO dl'hic,,,;/' 1'('..;-
pOlldct' mcjol' (Iel pago tic la ohli¡.:aeioll IlW'\:I, 11tH) 1111;1 par-
te lle aflut'lIos mi:;mos fOlldos, .le (¡ue se IIl'llellal,,, la qlli-
Jl1l)l'ica segl'egacioll: Ó como ~i, ell lin, pudiese esta Ú <l11\\C-
lIa limitalla ct)n~ignaciotl eS]lC'l'ial enhl'il' Pt'Il-;illll('S, p:ll'a l'U~
yo pago ¡lIlutual 110 ,1Ic:IIIZal'iall !I¡ l'Ollll\lWho LI~ 1'(,lIt:l~ to-
das (le las cOl'/lOraciOlll'S :<Iljll'imitlas .. \,i :'1 ll;lIlil' d:'.·;/lIilllu'ó
la pcrspectiva tle atllllܡ'il' lo~ hielle~ i)l'()C(~(l('lIt(,~ tIe la :-;u-
pl'l'sion por !llenos de la mitad de "U Y<llnl', lIi la tI(, JI(1I1(~I'
l'edimil' pOI' la cnal'la parte In:; cellsos illlll\1("tos so!)\'l' las
pl'opieda(lcs pal'lienlarc:; etl fayo!' de los colt\'Plllos. :'Ifi('n-
tl'as mas lucrativo pal'l'cia 1,1 (~tlípl(,() lJue podia dars!' ú to-
dos los lilldos de la deuda, mas SI' d('II'l'il)¡':dl:l el CIII'SIl di'
l':;los; y asi IL'hia SCI', ¡Hll'sto qlte' <l1¡t[('1Ias lIH'llidas , mal-
1J~\l'alall(l() cn fayo!' de los intcreses dillle('o" ti!'l :Igiol<lge
los últimos reclll'~o~ del pai~, pl'iyaba dl~lillili\ :l!III.'tlte :11
mayor nútllcm de act'('l'dlll'(,~ llc Lt hipllteca, ([tiC se (~lItl'e­
gflha ~l tlisel'ccinn de c~pl'l'lll;\ll()rt's atl'('\'idn~.


Llevaron estos muy Ú lIlal f¡ne los eapitalistas \'ehl!s;¡~(,1l




LIllRO sÍnI.\Io. 139
ahril' sus cajas para favo!'rccr lan ruines combinacioncs; y,
atlll'didos con UlJa JJ:¡ja con!iil\W, di' fine ¡lesconocian 6 fin-
gian de~C(lllUrel' el H'l':lndcl'o origell, ~e rt~nniel'on para exi-
gir mH'va~ (:i~l)()"i cio!lI's Ll\'ol'ahle~ Ú Sll~ illtel'e:-;es. EllO
de llW I'ZO , lll~ .iu~radOl·e.~ ú la ak\ hiciel'oll , en nOlllbre del
rOlllel'eio de ~l¡tJl'i(l, Uíla l'e[lI'esenhICio;( Ú JIell(lizahal, en
1.1 cual deci:m cntre otras cosas:-"El deereto de 28 de fe-
),I)l'(~I'O no ene;ClTa bs coudiciones neel'sal'ins para haccr
),efectivas la~ Ill'oJ:!'~a~ 'UlHIlCi,\,Ja,:. El si~tel\la de e['éllito
))(Ilie se hahia iil'ochull:ldu teni,l l'll e~pel'lat'ioll ]lO solo ú la
)'¡':'pHüa, si/lo :'t la F,·a;\c'l:\: ú la !;Ig!akl'l'a .. ". :-;\lS ('~pe­
I rallZas ;;l~ han eclipsarlo .. , .• La ,:iluilcion de llllestl';) Bolsa
)les Ill'ploJ'ahle, y un cúmulo tic; Yellcimientos ú subidos calll-
),hios anullcia la milla de muchas familias, (fue se verían
)S((cri/iu(({({s por llObrr (eHido ronji(lll "a en las pl'OIllI'-
)JS(IS del yo{¡irrllo. Las Ih'~BTaeias quc a\lll'llaZ~1l Ú esta
)JBoba se COllllllliearúll J'Úpid:lIlWII((l (¡ l[1s pl{\za~ prillcipnles
l!(lr:/ rcillo.)) Y en efccto ~e cOlllulliearon; y, en Cúdiz, don_
de aun cra mayor que cn \1adl'il1 el fmol' del juego, el sns-
pinHlo (Iecrelo de c()llvcl'~ion jwolllljO ign:lhncnle ulla b<lja
rúpiüa ydiflll1(lió Hila eonstel'llacioll tan gelleral como la
'l"C pl'Odlljo ('11 mayo último la repentina eonc\usion de las
sesiones euandn estalla pendil'ntc dc la dcliberaeion (le los
ll\'llceres el al'l'eglo dl' la denda inll'l'inr. Comerciantes I'CS-
)l('[aJ¡le~ no lHldieroll saldar su~ difel'clleias y contnljel'oll
panl aplaznrlo!' empeüos ollerosísimos. "lsi sc apresuró ú
manif('starlo la JUllta (le Comercio de aquella ciudad en una
rcpreselltacioil a(',dorada, ell IpIe manifestó ([ue el dccl'eto
de 28 Lle febl'Cl'o \lO Itahia jllstilicado las e~peranzas quc el
gohicl'tlo hiciera cOllcebí\' cn el programa de 22 de dieiem-




140 ANALES DE ISAUEL 1I.
IJt'c (1 j Y flnc el lipo ~cill\la(lo para la eOllYce~ion dc los y¡¡_
les eJ'a infcl'io!' (jI cnrs!I 1Il"~ <lH'IlI:1j:do qlll' luvil'l'OIl tIl",-
de 1R20, que pOI' el cil:Hlo pl'O¡!T¡Hll:l ~(' lmlJia pl'ollH'1 ido
e,;tabl('('cl'. :JTclHliza!J:lll'elmlió e,la y oll':l~ :dl'g:\('il)lle~ i)!ual-
ll1en!c t1lll'ilS y desceudió hasl:, /'eI'lIl:td:l~ 1'11 lllla (¡['dí'll
fine dil'igiú el 1.1 de marzo allllilli~ll'O de 1<1 ¡;()l:"I'Il:l('ilJll:
pc!'o, atcl'/'ado eOIl tan simultúneas Hlallif('staci()l\l'~; lCltli('ll-
do pCl'dcl' el apoyo de ,liS alllol'e~ ~i (jl'j:\ha cl)n~umal' su
ruina, y ere~ endo como cllo~ I[lle ~e JlO(ltil ('vilal'la lJan,lo
mayo!' latilnd al (/('(']'1'10 d(~ :2H de ('1'IJl'I'I'Il, ()rdenó al
Jlli~mo tiemll') i, d j:3 dí' ma!'zo, Il<1cl'l' la ':011\ l'I'~¡¡)Jl en
tres aüos pOI' I('l'ee¡'a~, p~u'tl'S, I'!! n'!. de 11:11'1'1,1:1 pOi' ~(';' CH
:-;cslas, y admitir el te('cio (le Ills lítlll()~ di: (',\11.: t('¡l\~dlll', en
"ez de los (lile r!csiSllasc la ~llel'te. Y COlllO l()~ al'gumcuios
quc ~e hahian hecho contra las dispÜ';iciol\e~' dcrogadas
serian n1!1~ rll(,l'tc~ cnaJl(lo f'(' cJl)plc¡¡~cn ('ont ra h~ SII:-;I i-
tn¡,;a~, yj~ll) quc ('~ta~ L'lllldcJl¡dl:Ul:¡[ Tl'~or(l ¡'¡ ":\I'l'ilil'ill~
mas inmediatos, cuidó de fuudar la yal'ia('ioli sub!,!, 1;1 l"PC-
l':lllza lle lo~ enanl ios()~ pl'odllctos quc delJiall rcndir In"
yculas de hienes llaciollale~ y la, \'('dcncinlll'S de (,C!I~n~.
]>el'o í'~!a e~p(,l'anza na tnu \:\lIa como lOllas las que (k~ik
su de"ar:ion al pm!el' hahia hecho 1':1 concphit" )- la BoJ,;:,
llli,-:na JIO la I'ecihi¡) :;iao con la lllleYa klja dl~ ('('¡,ca de 1
p, r\ sob!'e el nlot' l'eal l"luiyalellte ~l g li:! p. °/" :-;()bre 1,1
\:dol' Hominal >~\.


La eon:-:lanle cOllnivcncia de :\lendiDlhal con jllgat1o!'c;;
lluc, in~(,llsilJlc~ Ú h~ tlesg\'acias púhlic,b, 111' jllz¡rahan lus


: \', LI;¡mu,;c a"l \lna m:lnib'l:¡!'i!lll enll e r)liclU-:J r ufll'j:l\ IlCl'l,Cl CIl
llll'¡¡rt.ielllo ¡[p 1:1 I":teda du :l'lucl di", "


It) De 13 á U,




LIllRO S"t:TDIO. 141
,)r'lOS de la adminisll'flCioll sino con relacio n tI la inilucneia
eJl la SIlI,i\\a dc l()~ rOlldo~, iudignú lanlo mas á los hom-
bres ¡le J¡im ¡Ir> [lldlJ~ lo.'; pal'lid(l~, cllanto (¡n e bs medidas
,le I'l'fludl'.\ de milla, ('j;¡pl;'adas en \Jl1n pal'fl sll~tcncl' los
)ll'('cjo-; lit' L .. Buba, ('Oill('itlic\lI r;)ll lotla~ la" cspecies tle
f'nl,lIllidad con I{ue la rúll'l'a cid cielo puede ngohial' Ú UII
]lai~, ;\0 eran solo lo,.; male~ de Hila gncl'l'<I civil, estendida
ya á h mita¡t de Ia~ pL'Ovillcias dell'eillO, los que le alligian.
1\1111 en aq\lellas en que no hahia Jlrcndido el fuego dc la
ill~Ul't'e('cil)ll, 111) ('"isll:; UII "itlluhei'lJ siquicra de I'll'llell, lIi
U!la';I)!llJ¡~a ~,¡ ¡lIii'l';\ él: lcgalid:Hl. POI' todas pal'tes lo~ mi-
Jici:llllis Ih'ud¡,\Il b ley ú la aulol'i:bd, f{tH' no lingian ncalal'
~jlli\ c¡wlldo Sl~ an~llia Ú haccl'~,~ rl inslm:nPlIlo dI! ~liS pa-
si()H,:~, L~\'l,i\¡;\l~;~ de ar:\l,,.:IPlllo y !ldt:lha fFle: I't'pmplu,-
zal'on Ú los I'n olllCional'ios de agoslo y se\ it'mke eetliel'oll
Ú su vcz el plll~S\O i\ hts dilml~leiollcs ])J'oYincinll's, ,le las
cllale.;, fil'll"; :d~lljJ"s Ú ]:IS Iradi('jollcs de Sil OJ'i~¡;il, eonti-
JlU:!I"!!1 1l':llalldo de igual ú igual eOIl el podci' stlllí'ell1O, y
<li!'i~:i("nd(lle d!'~<lhl'iJa~ y aun ill~olcntes intimaciolles. La
dI: Z:ll'<1;~IJZa, tleslmes dt' II'nZ[II', eH \lila j'('pl'('~ell!al'iollÚ la
J'ein:\, d cilndrn \'sp:\1I(·I'.O ;11' la siluacion dd RIjo .\1'" t):O 11 ,
y dClIlnslnll'-(((!I1C P,l!':! l'Olltc:l('I' l'1 Jll'lldi~ios() ill('l'CIl1rnlo dl'
"LiS L\l'C!()IlI':', HU lU\Ji\1 I'il ('1 mas f(lll: 1111 puilallo dc SO'¡¡ln-
,!los, ellla !ll<b completa tll'SIl\lIkz) miscria, y f{\ln e{ des-
)JI'oa!!','II/) ¡¡¡¡/¡fit:() (,()I/iI'il ~(/¡)/( IÍ ¡i/Un/ji'sta;,.';'!' rOJl IW{iI'({-
))¡'¡':JiU'S ,11' jí)¡"::;lIrlíI illrli(jlUlCio}/l) se quejó sin rebozo ¡JI' la
Lll,a ,le elllilpliJlli(~IIIO d(' las pl'olllrsas hcch<1s [11 Jl,li~ yosó
¡lecil,:-tY\tl',;ll'u~ l·\IIL;;('.i('I·I)~ /lO puedcll d¡:,;colloccr f¡lIC el
),cum\llimielllo de ~II~ CI)JIlJlI'()JIliso~ toca Ú ~u término y (¡lIe
«el olvillo ue semejan le deher ('o!c('ria acaso ú aúrir Irt




142 ANALES DE ISABEL TI.
»/¡oJ'l'unr!a sima de raNearileion (lile en ¡1gos1o amenHzú
))t¡'agal'se b llariül1 en"'nl ..... La eOHlbllza pl·\¡\ici! es la
)!única 1Ia3e dd ]1IHle¡' (1<: Ylle~11'O lIliJli~(l'ri'); y d reino (le
))_\l'ugol1 l/O pliede cUllti)/lUU' jj}'csliÍu!osl'/a jllJi' mucho
»)[ielll/JO, ~i u])a consolado¡'" es¡wl'iellcia 110 comienza ~l ha-
»)c('I'lc selltí,' IO:-i efeelo~ prometidos rie1\ H'ces dl'~de la
))esposicion (le sn programa.) La (le V¡\lcneia, lk,puL'~ (le
los sucesos de () y 1 de mal'ZO, pilliú al goLierno, para ¡'c-
pl'imi¡' las L\cciolles flue amcllazai"m su suelo, tropas de
qnc sahia (ílll~ d no podia <lispolIl'¡'; y, }lrcYiellllo un rehnso
nccc';:ll'io, y pl'cparúllllil~C pal'il flllHla¡' 1:1l d Ull derecho ú
la emf\l1cipaeioll de Ilue)<l tli~rl'lIlaha (¡(~ lwelto, aúadiú;-
«La impel'io~a ueeesillatl de sJ,.;lellc¡' la libel'tad hI prccísa-
))l'ia tal vez il w{;;jJlol' j!U/' si las mellil!aci llue, Sl:!jun la~ cil'-
»Cllll:-itancias, Cl'eyese mas conduccnles allogl'o de Jine:-; tau
»sagnlllos (la lihertad


c
dellieallllo esclusivalUeute ú es te oJ¡-


))jeto tlll!O~ lo~ reClli'sn- de la P¡'ü,ilii'i,l illYel'lidn~ hasla
))allOra CH la dcfl'lb<l de Oll'ClS,)) .\lgclllII!S dc los lIlismos
cuel'pos, imallil'ndo las preí'ogali,as llel tl'ono, impolli;Jll
contrihuciones ú empleaban apremios para l:xigil' lle lo:,
pucblos sumas cllantiosas quc, ú ti lulo (\1' dnllativll, hahiull
of¡'ecido las juutas revolucionarias. ~lielltra~, eseilando
ch\ll1ol'es tmúnimes, dl'sempeüaba asi la de .\licautc sus
atl'ilHleiones de hendicencia y pruteeciílll, la de Sl'go,ia
imponia gruesas ltlulLas ú alguLlos pUt'bio,; pm' inexacliLude,:
cOíllclidas en la fonnaGÍoil de cUcldros e:-itadbtico~. La de
lkulajoz, como si los ltalJitantc,; de su [clTilOl'io líO es(mie-
sen ya eOllLlenados Ú iJi\~l<\lllt:l' s:tt'rilicilh, les HllpllSO el de
mellio diH lle trallO\jo eJi eula dr¡¡nilí!!Il para compollel' los
caminos. La~ ma~ dirigieron Ú Jlellllitahal abyeclas fclieila-




unno sínmo.
ciOllrs por la disolncioll de las Cortes, que verosimilnwnle
dcJ¡ia (,olllplje<11' la ~,ilil:lcioll dd pnj~; casi todas, ell fin,
preslaroll P] :qlO,' ,) de ,;u ('(l"í\,()ca :mtol'idnd ó el de su
CO\1lliYelll:ia fOl'zada :'t las sll)'c"tioIlCS (lile pOI' donde (¡uie-
ra :\lizal¡,11l el (!e,¡'Jl'(lt'u, ú difnlldÍan la im¡nil'lud. Lo Jllis·,
mn hicieroll nllldws aynlltamil'llloS (¡nt~, Ú pesa\' de la 1(;)
(Iue ks pl'ohihia delibcr,\l' sohl'e otros ohjelos í¡Ue los COI1l-
}lI'Cllllillos en la c~fcl'a (le SIIS atl'ilmeioncs, no tiluheal'OIl
rJ) e,lrlldc\' ~ol)l'e la ;;illl<lcioll políliea l'epJ'c~clltacioIlCs
CO\)(.:el)itla~ 1'11 I¡)~ llIi~llli),; [I"nnillo.; (¡He \¡'S que algunos me-
s\:-, ,mll's dil'i~i\'I'IlIlI¡¡~ jUilla~ I'cYOlneiolltlritls.


Pt'l'il ¡(Ill(~ lllllcllO! ITH~ta lils agcnll's del pOllel' se 1'11-
lt'OlllCli,lIl ('H ('~I:1S IIIlCt'('llit,;, y por ¡u[nlar alllUCYO, (le-
no:-;taban ni caid", y nua ~'l la Illayorin de la rcpl'c-
scnlacioll mH'iot1al. El f¡:ror ¡[r flt Isla, Qllit'oga 1 (,api-
tan general lle Gnllnda 1 dcc!arúnrlosc el órgano (le lo~
:\ul,uil(';.; dc la [j[wl'lad :; del tI'OIiO, llecja Ú ::\Iendizabal:-
«~j (';ifb b<ln \j~lo nlla cOl'la mayol'ía decidid,. ú cntor¡wccl'
),in ¡'clInion lIt' lH~ Cnrt!'s revisoras ..... f'i han mirado con
),t!l'.';d{:ll: (,,;palllo la condllf'la (k Cii'l'los hombl'c5 pre~ull1i­
ndllS y olJ~lin,ldo~ )lnl'lil\('z y TOl'l'Il<i, que, yariaudo de llle-
))(Iio, no abandonan ~lh jíl'¡l\cipios :- fincs, tieucll la eOll-
cdianz,\ rll' qlle llnlllilli~ll'¡'ill :-;úlJio J previso\' dl'stl'ltil'ú los
)'Jll'oyl:r:lll~ (íe los CilCilli!Jl).) (h Uijlll'líos S'[C/'osun/os ()l~jl'­
)){O·:." )'lil:IlII'as <¡ue, cnUllciaullo tales ideas, daba el gefe de
un \ a;;to Il'ITitl)t'io la seüal rlel desól'llen y de la l'ehelioll,
otros ell1pll'a]¡all HIl'llios tlil'l'l'pllle" pal'a mauteneda ó :l!i-
zal'la. El f(o]JI'l'lwt!or ci\'i1 di' .\[¡ll!l' ill, OIózaga. no tcmió
aln'i¡' 'Y ('oIlJi:-;cal' ell el COITCO ejemplarcs, f¡lIe el ex-
Ill'OCUl'atlor PCl'piüí\ enviaba á sus amigos, de folletos




1U A:>'ALES D1~ ISAIlEI, 11.
sobec las )wóximas e\cecion~~, y ~()hre la Ilis(,llSioll de las
últimas Corle" l'elati\J~ Ú b ley dl'j,.tora!, y el auto[' IlIi:-;mo
habria si,to all'Opcllado en ~u [ll'[,';:l!l<l. ,j IlO ~e sllstl'ajc~e
oc\[ll:\iltln~e ú la pc[',ceueioll de que cra objeto. Poco alltl'~,
el mi SJllO OIÓZC\iX<l lw hin ltl~eho tUl "iilirl' Ú _ \ Icalú, CC[T,lllo
los COnV('lltos, (1: I{ll(' illlll llO ll:lhia 4'1- gobierllo dC('!'t'!ndn la
~llJm'sioll, dl'stcnado ú los jesuitas y ~I Hila po\'cioll dI' doc--
lorcs (le SlI danslro, y destituido ú los c,ltl'llráticns aru:-;<l-
dos de deS~lfertos, sin dejar por eso ~atisfl'chos Ú SIlS acu,;a-
(lol'!'s, que!lil estimal'oll "uJiciellte Lt I'I~rnl)eiOlll)!)r 110 h:illl'l'
"i¡lo eolocados dios eu los }lm'slo:, Ijlll~ dl'j:ll'OIl V:lr,mtes los
1'l'1l1l)vidos. El golJl'¡'wulo[' ci, illll' Zal'agoza, _\dall, :lJl}('II~lZÚ
cucelTar en la _\ljafcl'ía ú un Clll'a porque, no pag;lIIdolc ~1l
cónijl'll:l la caja dc _\mot'lizaeion, sub¡'ng:\(la 1'11 I:I~ obliga-
ciones tic 1111 monasterio suprimido, aml\lciú SIl intpllcion de
celTal' la iglesia, y ;t'¡\lclla eonminacioll iniclla ~e clJlIlltllicú
ell ulla eíl'l'ldar CIl quc, ~\I-wdit\lIdo~c el ~al'(',hlll() Ú la c~)lo­
liacion, f;C osú tleeil', IlIle-(ld malltellimiento r/1'f'Ii/'ilSU del
l)Cnlto (¡¡yino era Ull ohjeto Ilc b mayO!' alclIcion.» El (,api-
lan gcnel'al dc (~,dicia, Lat['c., clIl'aI'CCil'lldo ~nhl'c ll)~ I'Í;O-
res dI: su <luleci'sl)!', :'\10I'illo, allll'Il:\Zaha l'OH la ]leila tic
presidio Ú lo~ alcall1e~ I\,W no (,lllll]lli(,~(,1l ('011 ('il'l'ta~ fill'-
m<llid~HIl'~, eOil ([ue se li"lmjc,d)¡\ dl~ ('01111'111'1' Ia~ 1'<\l'l'io-
lIe~, que la l's('a~ez de Sll~ !lledio,; JIlilitai'l'~ JlO le 1)(,1'I11i-
tia [lt'I·SCgltil'. El ('apilall g;'Ilt'I'al dI' .\l'agon, San \liglli'l.
vieudo que una veleidad de pudo!' hahia ohligado al !!o/¡icl'-
110 de :Üadl'iJ ú dbapl'ohal' Hila (,ollll'ihw:illll enorme im--
jHlC:ila !lO!' el illlClI(kllle dI' Zar;t¡':iJZ;l, ,ll'udil') ~\ lIU clwlltio~1J
préstamo fOi'wdo, quc ¡'l'partió (:nl['(' los plldiUl\CS de
'HIneHa capilal; la misma operacion hacian coclúncamellle




LIBRO SÉTIMO. 145
en Pamplona el baron de ~Ieel' y Mina en Darcelona, y de
iguales Ó mayO\'e~ yiolctlcias cran tcatro ~d mismo tiempo
todos los jlllcblos del rcino, y víctima todos los hahi-
tanles.


No podia sllcc(lcl' otl'a cosa, cuando el gobierno tic Ma-
drid, oClI¡HHlo solo de la Daba, se mosleaba inseusible ú los
a,esinalos, ú las exacciones, al despojo de los mas califica-
dos de sus agentes, (llle eelln, á voluntad tic 105 alborotado-
res, lam~ados cada dia de sus pucstos (1) y á las consecuen-
cias todas de la anal'quia que asolaba el pais. Ni se limitaba
á los emplr~Hlos el ricsgo de las destituciones. Escolares pi-
diel'OIl en Valladolid, Salamanca, Santiago y Otl'OS puntos
la remocion de catrLlrúticos y el estl'añanlicnto de docloI'es,
y al punto ::\ceediú :'\ uno y otpo la auloridad, altel'llativa-
menle cómplice ó victima de tales estrayios. El gobiel'l1o
mismo eontribuia ú hacer permanente el de~ól'llcn. POI' una
aberracion propia :-nJn d(~ \lila l'eYollleioll ael'fula, dejaba los
pueblos ~ill jueces, liaba el clll'áelel' lle interinos á los (Iue
nomlm,lm y nUll los removia ó destituia antes de (llIe tu-
viesen siquiera tiempo de lIegHI' l\ Sil residencia. Una de-
nuncia anónimn, una acusacion inlel'esada, una insinuaeion
maliciosa en Iln diario, baslaba para separa!' al juez que se
habia llomlmulo el dia anterior. Asi, el que, transigiendo con
lns pasiones Jc la epoca, ('I'a baslante diestro ú afortunado
}lal'a llegar {\ instalarse en su Jestiuo, no tenia otros medios
d(~ mantenel'se en el que pl'estal'se á las instigaciones de los


:\, Ademas del \:apítan generai de Valencia, Car¡atalú, lo fueron en
aquellos llias el intendente ele Sego\ill, Montaos, y otros empleados de
menor cuenta.


TOMO Ill. 10




14.6 A:'iALES DE ISABEL Il.
milicianos ó de los cJuListas, ahullllonnl' la capit,lll1c Sil jlill'-
tido y los Ilcgl)eio~ jlillici,dcs piH'a JI(':'~'(·;.o:llil' raecio~o~ y !lace!'
á sus amigos escribir iIlclllll'ilso~ al'li;'ido~ qlle <lp:m:ei¡lll lllC-
go cn los pcrió(licos y, ('~t:lblcci('ndo su j'('jHl!ill'¡OIl (le rc\o-
lucinnarismo, los afirmah,m, entretanto que olro l'eyolucio-
nario mas decidido se Pl'CSL'll!aha Ú l'l,dalll¡\I' ~ii plilzn, de la
cual á Sil vez le lanzaban ú el otro y olros. 1.0:- CSCL'jli¡¡llO~
mismos, aUIHfuc ejereicJHlo las mas \('ecs oficio:- propios, 110
estaban cxentos de la llcsli!neioll. quc se fUlldalla siemprc
ell el PI'ilH:ipio de (¡ne-do~ Clilph',\J()~ de~afl'l'tlls pel'j\llli-
))ealJan al de,alTol!o de las illiC\:)'; iil~lilllCi(jIl(,~ .. )1 Po)' el
mismo el'Íml'lI se (lepol'tahn lid ycz Ú :llIli).!'lloS lIl:l~j~ll'ados
que, arrancados violenla ó il¡;ili!liv<ld~lI~lClll<: de i'lIS ca-
sa" (1) fueron ú bnscal' el! la jll':¡¡('('('¡Otl tic <JOB UII,1os UIl
refugio contra los alropellos ¡;p1 301J¡U'IlO de :;u solll'inC\.


Lo que con los jueces y d(olll,h de!lelldii'llles dI' .ill~li{'ia,
sucellia nsimi~lll(l 1'01110" cde,;iú~;íit'o", pi·('.· .. 'l'\ad,I.~, (1llnlllle
algun tiempo, pOl' respeto:'\ su e<lI'Úclel', dI: Hjaciollc,; :- íl\)-
pcJías. El al'zohispo de Zara~oza y el olJi,;po de UI'p;¡,J fue-
ron los pi'jmero~ coulra quictle~ e.:,;:t'imiú el Illitl¡~'l'o .\1\<1-
rez Becerra el a\'l1la dd esll'aÜalllicnlo y ol'\lpaCiOll de tem-
pOl'aliuacles; itl'l1WS (11lC las leyes de bpaila jlll,;icl'OH de a;¡-
tiguo ('n manos de su,; I'C\ e,;, pill'i\ d(,;'t'tldcl' las prel'o¡pti-
vas del tl'ono eontl'a bs ill\a,,¡()a('~ di:: c!ITO. pel'o (\lle nUIl-
ca SC usú "ino eOIl prelados recalcilralllcs y di"clllo,;, ú e¡¡-
Ja cnlegnría no fUl\ probado ([lIe pcrlell('cj('~ell lo~ ('~Il';¡úa­
dos de Zara!"oza y (k ¡ "¡,gel. !'nC,IS ~(,IIIaII'I.' dl'~plles se
dió óruen ~l Ull juez de primcra iJl~[Clll('in para allamll' ~\Jne-


(1) Lo;; consejeros A,ta y Gil, loo alcC1\lk, ue córlc, Ca\icl y SC30-
vía y otros muchos en touas partes.




unno SÉTlJUO. 147
día noche la casa dcleardenal íll'zohispo (le Toledo, con
mol iyo de hoslH'<lal'se en ella ~¡¡ \ ic,u'io genel'al, acusado
de ¡¡abel' circlllado un !Jr('ye pOIl!ilic;iü, }lOI' ei ClInI se all-
10l'izaba ~'l In~ cOlJksol'es {¡ aplica!' los beneficios de '" hula
de la Cruzada {¡ los q\le, aUJI(lue /lO la tuviesen, (kdicc',SCll
al ,'f)COITO de lo~ pO~I'e~ la limosna con que pOi' ella d('Íliall
cOlltl'ilmil'. El ,icario general fue sllcallo con eslr('pilo del
palacio del cal'l!enal flue, peliKros,lIl1ell((~ enfel'lllo ú la sa-
zon, sintiú a¡rl'a\<1I'se ~ll enfermedad de resulla:, tIc la vio-
laeion de su a~ilo. : IIHll'i¡') do~ (¡ íl'es dias de~pues .. \1 mis-
mo lil'mpo 1'11(; ('olllinad(J Ú C,\l'IOl~ella el obispo de .laeu, ú
pl'cteslo dc h:dlCr rehll~:tdo ejeculal' tina (¡1'(1(~1I ¡'('Ialira á
ciertos religiosos. ~()lll'e los eu:des, vigente :\l1n legalmellte
su in~titllto, no jllJ\lian (',¡creer ,iL1l'i~diccion sino sus sUP('-
riOl'es, Sin nin~\lll prcles1o, en lin, fuó cO!l(in¡ulo Ú .\lic<lnle
el cardenal arzobispo d(' S('\i;la,b[o~;- otl'OS i;.nI<lle~ [1[('11-
tad(l~ C:11l~:ll'nll 111I1t illdi~II,\(:ioll lIliÚllilllC, 1j1le SI' ('\<[cedló
suce~i"llnell1t~ JlOl' la noticia de los l'ic~g()s que al lIIi~mo
tiempo corriel'on los m'zolJi,:pos de ~~:H1tiago y TalTagfllj¡1
en la~ Bale,Il'c", tlOlllle ~(' hall:lklll eOl;Jinatlos dc:;(le mIles;
por las conmillaciollcs dial'ias coulra los cmas; pOt' las
traslaciollcs frec\lell'e~ de los canónigo,;; pOI' la miSCI'Ü\ ) el
ahandollo eu IllIe f)('!I1!an c('eca de ;j(),OOO fraill's cselalls-
lrados, it los cuales, de~pll('s de uo pag:\I'"elc~ la ll1ez(lui-
na ¡H'llsion (\111' se le" habia ofrecido, ~c conliuaba ú pue-
blos dOllde no li'llian medios (le vivir; en liu, por la ¡'¡"dl'JI
(lada antl'l'iOl'lllt:nlc ú los diocesanos para que !lO habilita-
sen oe liccncia~ de confe:;al' y predi¡;cH' ú los ciáigos que
no fuesen aüie10s á las nuevas insliluciones, y pOI' la auto-
rizacion dada en seguida a los goLcrnadol'es civiles para




A:'i\LES DE ISABEL 11.


que impidiesen el uso de las lllisJiwS lieencif\". a aquellos á
quienes, COIl desprecio lle la orden anteriol', las hubiesen
conccdido los ordinarios.
~lielltras el ministro Becerra redueia los eclesiústicos ú


la condicion de los parias, eontillllClba su colc¡.r<l Jlcmlizabal
prodigando promesas, 110 solo á favo\' del clCl'O, sillo dr to-
das las clases que se lamentahan ue alguu lJa!lo. La pl'O-
vincia de Huesca, empobrecida pOI' malas co~echas y fllertes
exacciones, c!eyó al trono la espl'esion de sus necesidades; al
punto Jlendizalml mandó socorrerla con doscientos mil rea-
les al mes; pero la noticia de este mentido auxilio no llegó
á la capital sino pOI' los esbit'I'os encargados dr' aprl'miada
pura el pago de contribuciolles cllle sus habitan Les 110 podian
satisfacer. Espuso dilajo "\I'ngoll que las gavillas carlistas,
reunidas en gruesos cuerpos, l'ecol'l'ian sin estorbo su tel'-
ritol'io todo, que las escasisimfls fuerzas de la reina no po--
dian pl'otegel'. Al punto ~\Iendizaba[ mandó formal' UIl cjél'-
cito de veinte y cinco mil hombres, de que, para hace\' erecI'
la realidatl, confirió el mando á Rodil, y esto mientras que
con las mas enérgicas intimaciones no olJt.ellian ClH'dova.
~lina, Sel'l'ano ni Latl'e el rcfut'rzo tic un solo batallan, de
que no era posible disponcl' en ningun punto (lel reino.
Quejúl'onse algunos comerciantrs lid perjuicio que les oca-
sionaban las irregularidades cle! senieio dc la COI'I'CSpOIl-
dencia de ~ladl'id L\ Bal'ce\ona; al punto se mandó qm' est(~
se espidiese al mismo tiempo pOI' Zara~()za y ]l0l' "alcncia,
cuando de muy antiguo tenia la pl'imcra de estas ciudades
intel'ceptada la comullicacion eOIl la capital de Cataluña, y
esta no podia comuniCa!' con Valencia sino por la via del
mar. El ejército del ~orte, no l)agado despues de muchos




unno SÉT[~IO. 149
meses, reclamó auxilios, y ,,1 momento se espicliel'Oll órde-
ncs pam soeort'crlo con rnlllualirlad, aanrllIe era notorio
que las cajas púhlieas e~taban y debian eontinuar Yacías,
ascemliellllo ú mil cuatrocientos millones el costo ele todos
los servieio~ púhlicos, ~ pa:iando poco las rcntas de la mi-
tad de r~ta sUllJa . .Tamús mortal algullo mosll'ó Jllas ancla-
cia que el (Iietador, J1la~ deslwecio de los hombres, mas in-
¡jifcl'encia pOI' las eOllseeurncias dc una situaeion des~spe­
rada. Cuando el edificio ~e de~plomaba entero sobre él, afec.
taha la misma seglll'idad, (¡U e si fuem dueño de apuntalarlo
con un drt!o,


Menester era para qne esta conlianza continuase cles-
ltllllbnllldo ú muchos, (¡ne apareciese fundada en algo.
~o era ciertamente la situarion malerial del lmis la que po-
dia justi1lcarla ; pero existían en los paises estrangeros, y
partieu\armente en Ing\aterra, tantos intereses ligados con
la causa dr' l-.a])('], rJue no f([(; difícil á ::\[endizabal presen-
tarlos como unidos para pl'estade lll1 apoyo eficaz. En efec-
to, circulaban en la Gran Bretaña créditos españoles de
ulla illmen.~a cllflntia, filie dcbia hacer caducar el triunfo
definitivo del Pl'dendiente. Las fúbrieas de a(\uel reino,
am!'nJZada~, p0l' la espiraeion del tratado de Jomercio con
Portugal, de vel' cerrados a sus pl'Oduetos los dos gl'andes
dppósitos (\lIe hasta entonces tuvieron CIl las Locas del
Dllero y del Tajo, hallahan mas segUl'os consumos en las
estendiflas costas de España, donde el hábito del contra-
bando y la falta aJJsoluta de meelios de represion facilitaban
las importaciolles, pl'opol'cionmHlo al comercio británico
incalculables heneficios. Para asegurar su duracion, el go-
bierno ing1és prodigaba armas, municiones, efectos yequi-




1.50 ANALES m~ ISAnm. II.
pOS militares en canti(la{les asomlJrosas (1), en las cuales;.
pOI' el hecho de no {,"¡gil'se el jll'e('¡o al cOlltallo ni eSlipll-
lai'SC la ('~JlOCi1 tlr ~;ll P"?;U, se ('OliIIllJíl'¡¡!J¡¡ la illll'lICioll de
eoasliluil' UDa f:m;~a dI: la defel'l'!Ieia dd ga]¡~ll('le espalto!.
Ln~ mill!"ll'()~ in;!lese-;, 110 de otro 1H'ldo '¡lie ~i q¡¡i~i(',~('JI 1'01'-
L !iear hl~ l'~pe¡'aJlz¡\~ (PH' algnnos ('~paüoks l'lIiH;;¡];;\11 ~oh¡'c
(~"Ias apal'ieucins (le inteligencia) al'lllOlda, pll~iri'On en el
dIscurso que, el1 de fe;)l't_'f'O, pl'onlllleiú cllllou~\I'(~a :'( la apel'-
tura dd Parlamento, csl,'~; memorahles p¡,lalll':I:;:-« L\ ¡Iru-
ndi'ni!' y f'I.'l()I(¡,O(( ,'ollducla lid gohi(~l'l1o ,H'lu,d dc E~]l:lila,
¡me h:\l'e couc('l!i,' la '.'~I)('t'¡,llZi1 de qll(,\¡l<lullli'jdad dela rej-
"nn qnL'd,1I'ú hi"!! jl,'I)lllo iT,;[:¡),!:,,'i:l:1 :'11 [(I:!(¡,: In,., pt!lll()~ dd
»lt'l'l'ill)rio.)l ¿, ¡le ,lt'lJi,\ ;:'1\('1':11' 'teildizaL<d de luglalel'-
ra, cllando ibi ('djli,'aha ~\l ~o!;erall() la conduela lle llH p:o-
liil'i'l1O IjlW ilP,¡,li!:\ a~!'~i!lal' Ú los l'eligio,;os 1~1l ~ll" templos,
Ú l()~ 11l'j~ionl)l'os en sus c;1Iahozns, y en los 1':\\"'1"0:-; Ú los
il!felices (¡ (l¡¡¡t'lIes ln~ ;111tUl't" de aqllcll().; !:rilll('HeS uo t.e-
¡~¡tlH UC¡j~:{)!1 de ~~acl'i~ical' en ~[!~ ;F,¡·,',ione ~.! POI' ;-;¡¡ ;)(tl'lc, la
prensa pCl'ió(liea, 1lI<l., nacional ('JI lll!)hlei'l'<t que ('1\ lliUplll
otro país, ddemlía dial'iatlll'llle, en Hila !l0!(¡mil'a apa~iolla­
da, en slllllle~las Cll;Tc~Jlolldeneias y en Jlll'!lliro~()s bole-
lilles, al gobiel'llo, el! enyo ~oslen lihraban tantos de SIlS
cOJllpatl'iolas sus eOlllollillades y aUH su e_\i~ll'ne:a.


En FI\HlCia no eran ú la \Cl dad hm ClI<l!lliosos los ¡nle-
rese~ C()illl][,(Jll1(~lido~ 011 el é\ilo de la lueha :~mpeitalla Jd
olro lado de los Pil'Íncos; pero sohre no ser :le~pre('ja¡J!es
los c:ljlilale~ imcl'lillos ('11 pnpel e~pnúol, el l'lllu-;j:blllO pOI'
las doctl'jutls lihentlcs, '(¡ue pOI' tercera H'Z ~e pl'etellllia


(1) De fllsiles solo, habian CI1\ i~lllil, uesllc el principio uo lo. lucha
hasta el m~s do febrero de este alío, ':220,000.




LIllRO SÉTDm. 1.51
dcsanollar en la Penlnsula, hacia en bs orillas del Sena tan
yjyO el deseo de que 1l'Ílil!fa'ie la causa de la reilla, como lo
cra l'1I \a~ o]'ilhl~ del T(¡Ill('~i~; por el riesgo que ú sus
eapila\i~l<1s y ;, su,; ('~,iJl'¡L'i1!llcs aHlciwzalJa ~íIlO. Estos
jllll'\'(,H'~';(l(o(':di:1!1 ('n 11110 :- 01,'0 país los clamores de los
hom¡)l'('~ siilccralllellle dl'~:l'(),,(I~ ,in la ¡)!'o~pe:'idarl de Es-
I'úla, y se coli¡rahan para disfl'azal' su yel'dadera situ3cion.
El gahin(~te de las Tdlel'ias, empujallo pOI' elrle San James;
y mas altll pOi' la~ ~impatías dc la prellsa francesa, mani.
fesl<lda~ sill (k~(,:\llsn de un modo YC!WlllClllc y cncrgico,
tl'lIi,1 quc !'t',;cal,lI' ,1I~ ¡:'npia~ cOllriccioncs y qlle prestar
11]] :Ipoyo o!'t('¡:·;iilh' Ú ¡:Ila CDu~a !JUI' pOI' un trlltll¡[o se ha-
J¡ia oi¡li¡r;\i!o Ú defendcr "uHlltlo era buella, y (¡lle no le cl'a
pel'mili,lo ahlllHiolla,' ;~m\1lrlo hI de~acrcuita!)(\ la frccuencia
y la magnitud de lo,; e~cc~os flue Ú Sil sombra se cometían'


}IelHlizahal c:-; piolaba CIJt} habilidad el apoyo intcrcsado
dc la lli!!blclTa ~' la cüo)le¡'acioll l'a~i forzada de la Francia.
La ¡¡1'i'H.,a di' _lJad¡'id pllJlilnalm d tacto COl! que, por
merlÍos (le <¡Ile deseolLoci" (¡ Hll~ia desconocel' Ins conse-
clH'ncills, ¡Jla d eunllcvailllo la ~ilnacioll. En la pl'enSll, apo-
J aban ú su Yez la.; 'iuciedndes S('Cj'('[,lS la palalll~a COIl (IlIe
Ú su arhill'io ~;ahi~¡:1 Cl! la ol'n~il)n COll:WJYC1' la E:spaüa entc-
ra. i] lHa~ poderoso iH~ll'lllllelllo de [ll\udlas reuniones era
la g',I<ll'llia ll:\ciollal, ~icJlljlrc proula á prestal' Ú exigencias
aJlúl'ljlüeas el apoyo de las armas que solo sc le confiaran
para 1I1,llllellel' el úl',lcn y la paz; pero, como se conta-
sell ell :,lIS lilas Jlluehn,; homl)l'(~s honrllllos, y en su oficia-
lidad pel':,ollas de ,irlud: de in:1ujo, que 1:11 vez e,itaban
los males y tal vez ateuuaban los (IlIe 110 [Jodian evital', se
tmtú üe \lUscal' un mcllio lle elimiuarlos. Al efeclo se sugi-




152 A:SALES DE ISABEL n.
rió á Mendizabal la idea de sustituir, á la ley de In milicia
nacional votada por las Cortes ell la ses ion de 18:1í Ú :J5,
el pl'oyeeto yol<1(lo por el Estamento de PI'oclll'a!lol'es en hJ
del 35 al 36, y que, 110 discutido en el de Prúcl'res, no 1)0-
dia cOllsiderarse sino como In espl'esion dd (Ieseo de lIllO
de los cuerpos colegisladores. El dictador, fill;:ielHlo creer
que el voto de confianza, limitado á determinados olljclns,
le autorizaba para touo, y quel'iendo sin duda mostrar su
reconocimiento á los alLol'otarlores de la~ }1I'ovineias (JlH',
en nombre de aquella milicia, felicitahan:'t la reina por la
disolueion de las Cortes, se prestó ni d('seo que ~e le ma-
nifestara, puhlieando ar¡uella !l1orlifiea<:ioll. Su resultado
inmediato dehia ~el' la rello\'flcion de t()rlil~ los oficiales,
que, hecha 1'11 momelltos de exallaeioll y delirio, no po-
dia menos de producir nombramientos fatales ú la causa de
la tranquilidad.


Prolijo sobt'e inút il seria enumel'ar la~ ónlcnes y decre-
tos que al mislllo tiempo eSJlidieroIl :\Ielldizal y ~lIS eolegas;
unos pam contental' a los amigos del pretclltlido progl'eso;
otros para satisfacel' las pl'etcJlsiollCS de esta ó de aquella
clase, y alguno, en fin, para mostrar (¡ue ~e oeupalJa á la
vez de la multitud de objetos comprendidos en las atl'ibu-
ciones de sus diferentes ministerios. POI' uno di' estos de-
cretos se scñaló ú los descl'torcs carlistas \lIla pension dia-
ria, estensiva á sus paclres y paricntes mas inlfledintos;
pel'o esta, pagada durante algunos (lin5 ú los pocos indivi-
duos qne á l'eclamarla se pre:,;ental'oll en Bayolln, l'esultó
luego anulada pOI' habrl'se dispuesto {I'a~lad:w el depósito
de ar¡uella eiurlnd á >\lont de :Uarsfln, donde, pl'cfil'iendo
aprovecharse de una amnistía de don Cúrlos para volver Íl




LIBRO SÉTHlO. 153
sus fibs, rehusaron confinarse los mas de los descrtol'cs.
POI' otra de ar[ucllas disposicioncs se encomendó á las di-
¡mtacíoncs de Ala\<l y Yizcaya cl scn"icio ele las subsistcn-
cias y dI' los hO~jlilales, que no tenia medios de hace¡' la in-
tendencia dd ('.it'~t'cito, librúndoscle apenas cada mes por el
tesoro la cuarta ó quinta parte de su presupucsto. Por oll'a,
se prcvino ú los ayuntamientos prescntar, cn las oficinas de
la intervencion militar de cada distrito, los recibos de los
cuantio:;os suministros que hacían diariamente á las tl'opas,
sumillistros quc arluellas oficinas dehirlll liquidUI' :r satisfa-
cer clIlihramicntos sohl'e I:J~ depositadas de I'entas, cuyos
ingresos futuros se hallahan siempl'e consumidos pOI' li-
hranzas anticipadas por el Tcsoro. Asi, las mas de las me-
didas ¡¡ue circunstancias tan imperiosas obligaban á dictar
110 cran mas ({ue suhterfugios para ganar tiempo y alimen-
tal' esperanzas, en cuya imposible y siempre anunciada rea-
lizacion fundaba elminisl.el'io ~us medios de !!obierno y las , .
probabilidades de prolongal' su e,"istencia.


Aun las disposiciones encaminadas en apariencia á so-
correr á una ú otra necesidad legitima eran objeto de befa,
por ser notoria la imposihilidad de su ejccuciol1. Y ¿f{ué
otea idea poelia formarsc, por cjemplo, de las pI'ecauciones
decretadas para la cspcdicion de las guias con que, en las
aduanas, debian pl'esentarse los géneros cstrangcI'os cuando
el contrahando se paseaba impune y trinnfante por entre las
libs dI' los resguardos, y las juntas mismas de comercio re·
conycnian á \In in tendente (1) de la energía con que atlUl1-
ciaba la intrllcioJl de estinguir la plaga del fraude? ¿(Iué va-


(1:1 Asi lo hizo la de Cádiz con don Pedro Massa, que eiercia esta5
fUllcioues en aquella ciudad, .




154 ANALES DE ISABEL JI.
lia la creacion de una cátedra (le matemáticas ó de agrt-
culLul'u en este ó aflue! ¡millO, cuando, t1('saleil(lida~ pOI' f,lI-
ta de recUl'SOS las mas perelltol'ia~ lIl'eesi(lade~ lL: todos Jos
rumos llel sCI'vicio público, era e\ldl'llle (flll' HO po(lrian sa-
tisfacerse sus !tonol'al'ios ú lo~ IlllCY¡)~ jlI'Or(~SOI'CS, ni pOl'
cOllsiguiente llevarse ú cabo d pl'cleliLlido JH'Ili'!:i'io! Eslas
cOllsideracione~ eran todavia mas rigmo5amelllc apli(,<II"(~s
:i los decl'etos qne, con la inlencion apru!'llte de simplifical'
la marcha de la justicia, publicaba COII fl'ecuellcia el minis-
tro lle este ramo, y cuyas dispnsiciollPs fO!'lllahan 1111 COl!-
ll'aste espantoso con el lle~órdl'n :\ que lns pasi()n('~ .le la
plebe y la impotencia del ~()lJi('t'll() 1('!li:lIl l'dllCido~ Ú ¡n~
jueces y magistrados, ¡.Que valian, t'll d'ectu, ¡'Cghl:n:'ulos
esteriles sohre el repartimiento (lo lo~ negocio:'> eivikc; y
criminales en las diferente:., salas ücl IrilJllllal, Ú :-;o]¡re h\:-;
fOl'lnalillades de los jnicios, en llll ti(~mpo P1I qm no JwlJia
juicios, ni jueces, ni I'l'S¡)('(O ;', :nngulla l',:pl'cie de propie-
dad, ni ~egUl'itlad p¡¡ra el goce (/(' nillguna (':a~'(; (re ¡kl'c-
cllO~, ni otl'as leyes, en lin, (llIe el PU\l¡¡\ "iempl'e enhi(:sl.o
de los ¡¡sl'sinos, ú las (liaU'ihas (l(~ una prensa apasionada y
J'acciosa.


Eajo la inl1nencia de tales elementos debia l)l'occLlI'I'~e Ú
la clcccion de los nuevos proelll'atlol'cs Ú Corte;;, dCI'l'ioll
cuyo resullado no flJ(': dificil por ([1nto prc~a!úa¡' llcstle lue-
go. Para ([ile nadir: pndiese e<¡lti\Oem'se ~ohl'e las disposi-
ciones del pm'titlo (t'iUllfall~e, sus eorifeos ~:llid:\1'1)1l de t'S-
pl'e~arlas sin rodeos, ni el'eUJlloqllio~, y Gnliallo, fU!':I'HI:'lH-
dolas esplíeilamellte, lli.io; '.J)-'(~Il(,S(I'O parlido Hilillo al
))goLiemo (¡uiere una ¡¡/U/llIl'ju/u CUI/;S{ ií Uf/OIlUl de!lw-


(1) Rerista de 3 de febrero,




LIBRO SÉTIMO. 155
»)(')'rítica .... quiere gobenlOf ejecutando su programa (el
))ue 14 de setiemhre) y apoyarse en los intereses del pa1'-
»tido liberal ú Jin de (ltlc ..... cuando, pa~alla la agitaeion,
)¡{('nga elljO{¡¡"¡'/'illi jiil'¡':'u de po/' si, pueda mudar el pun-
)\0 (le apo) o." E"la l1ccLII'~\{~ioll ingenua, inlliscrela quizú,
f'OlIIt'Jlia la confe~i\)ll paladim\ de que pa!'a nada se contaha
rOH la uncion, puesto que esta debia juzgarse indiferente á
Jos inlerese, de tO(!os :05 partidos, y aun hostil á los del
pm'lido lhlmado lihcral qnc, de~quieinnüo todos los elemell-
tos liel úl'llen público, jamit,; ofrecía otra indemnizad;,n qlle
\:J le.inna Jlrr~l)('cliva lit' I!il'fl('~ ql](~ no pndiall n!Jlenel'se pOI'
lal /H('di~). ¡':sla ¡/ec!araeíon era ["moien uu alluneio solemne
de la lllllidad dd gohiel'llo, ú qnil'n se presentaba como no
{I'ilinul,) /111'1'';;(/ }Jo/' sí y nn pudiendo marchar sin el apo-
yo de un pal'lillo qne, pOI' el hecho mismo, le tleelal'aLaim-
potente. Toüavia, como si se temiese flIlC, solo por pel'tene-
cer ;'( d, acudi(,~(,1l mll('ho~ illdiyidlloS :í réclamar parte en
los dCf'POj,1S ijlle se :;upollia pel'tl'lleeel'lc eselusiyamcnte, se
c!lid,', de ilH¡;ear al mismo Ilem¡W que no dehian contem-
plarse COII dCl'echo Ú :'1105, sino los que mas se llistillguie-
seu por sus flll'ore,,;; y c1mislllo Galiano dijo: (1)-«1,a di-
« "ollll'Íon del Estamento gana al gobierno la voluntad de la
))!w/,(e clI/r,r¡ica del paríido {¡{¡cm/, de los hombNsde ae-
lle/oll, para hablar claro, sin cuyo II}JOIjO soTiOl'l'1I r¡liietud
))('s /In absurdo.») ,\si se detel'mino el espíritu fllle debia
prC'sidil' á bs elceeiones, de las cuales se aüadiú que deLian
~(,l' escluido:; los que hulJiesen prestado algun servicio al go-
Lierno de los diez ulios últimos. ¿,.xo e(Iuivalia esto ti reservar


(1) l1edsta del 2 de febrero.




156 ANALES DE ISABEL Il.
el monopolio de la representacion nacional á los emigl'ados
y á preparal' la proscripcion succsiva ue los próceres, Cllya
mayol'Ía estaba compuesLct de altos empleados ue a(luella
época? Los corifeos del pal'Lido, y el gobicrno mismo, (¡ue,
confOl'múlHlosc con su silencio ú la uee\al'acion (¡ue ú los
ojos de Espaüa y del tlllllldo, lo pl'escntaba como pri"ado dc
fuerza propia, seguia ciegamente el impulso que se le Jaba,
se lisongeal'on asi de rcunir unas Cortes }1l'opias para lleyar
á cabo sus prctendidos planes de progreso; y, a fin de remo-
ycr todo obstúculo que pudiese encontrar la ejecncion ele
este Pl'oposito, se envió, ya lluevos gobernadores civiles á
las provincias donde se temia quc pl'evaleciescn pI'incipios
conservadorcs, ya á otras partes agentcs cspccialcs dc las
sociedades secretas que, poniendo en movimiento i\ sus ali-
liados, prestasen, en caso de necesiLlad, á estas nuevas au-
toridades o II las antiguas el apoyo de los motines.


Pero estaban los l'eWl!tosoS tan engreirlos con el triunfo que
obtuvieron en la disolucion del Estamcnto, tan aha(jdo~ los
moderados con aquel revés, y tan cansados los hombres
pacHicos de las fal'sas sangrientas en (¡He otros mas atre-
yidos que ilustl'ados hacian consistir la cscelencia lid nuevo
régimen, fIue en ningnn pueblo habrian tenido que acudir a
las asonadas, si no se huhiese pl'\~len<liclo en alguno complctar
la degradacion y el descrédito pOI' 1l0mlJl'amienLos fIue , al
anunciarse, cseitaron una desaprobacion general. Para lle-
var á cabo uno ú o(¡'o de los que meditaban, los revo!to-o5 de
nIúlaga , temiellLlo no poder contar con los clccton's nom-
brados por el partido de la ciuriad, di:,pll~iel'on removcrlo~;
y un cilpitan de la guardia naeiolllll, I'cuniendo algunos de sus
soldados, intimó en nombre del cuerpo todo al gobernador




LIBRO SÉTlMO. 157
civil (Ille anulase la eleecion, por habe\' recaído en perso-
nas que no tenían la. cli/ljian::1l dd Jlueblo. Los electores
nornlJ\'ados Sl~ llegaron á \'enunciar á su mandato; pero, des-
pues de largos desórdencs, y de no menos largas pláticas,
uo se les COJlsiuliú de~ell1peüado, sino con la cOlldicio\l de
eOIl(ribuil' á uoml)l'ClI" procuradOl'cs por la provincia á Do-
Iladio, pre~ideute de la junta revoluciouaria de Amlújar , á
Lancha, comandallte de las fuel'zas que levanto la de Má-
laga dUl'allle el intel'l'egno, y al tcnicnte Cal'del'o, famoso
desde el aüo anlel'iOl' pOI' su capitulacion con el gobierno,
des pues de la muerte dada al capitan general Canteráe. A
este precio se permitió ti los electores del pm'tido el ejcrci-
cio dc sus funcioncs, y se les otorgo la escasa indemnizaciou
de completar los nomhramientos de pl'ocul'allol'es con los del
gobernador civil Lopez Pinto y el t1ictador Mendizabal.


Fuera de este ineillente y de alguuCts irregularidades en
el seno de una Ú oll'a jUllta eleelol'al, no bastante graves
pm'a dar ¡liga!' á motines, los nombramientos, concertados
en genel'al de antemano, I'Ceayel'on, con pocas escercio~
nes, cn los ilHlivilluos designados pOI' las difcrcntcs socie-
dades secrelas, en proporcion del influjo dc cada una de
ellas. Uno solo de los procuradores de la última mayoI"Ía
fue reelegido (1). Casi torIos fUCI'on reemplazados por hom-
bres conocidos por la exageracion dc sus principios, y en-
tI'e ellos apenas se conto una docena que gozasen de la ren-
ta ex.igida por el Estatuto, como gal'anlía del desempeiío de
su mandato; muchos ninguna poseian absolutamente, y de
este número era el mismo gefc del ministcrio, Jlendizabal.
Este, \1ue el'eia robusteeel' su lwestigio y su poder vacilan-


(1) El marqués de Someruelos por Soria,




158 A:'I'ALES DE ISABEL !l.
tes presentándose rodcado lle gran popularillad , se hizo
nomhrar pro:'nra(lm pOl' siete jlroyincias (1), El conde de
las Navas lo flló por U'cs (~'" Jlitla. htUl'iz, LOjlez (don Joa-
quin;, Sancho, Lopez Pinto, Pel'ez üe ~leca, Olózaga y Cal-
deron tle la Barca, lo fuei'on pOI' :ios. Pocos de I,)~ llomIJl':\-
dos eran conocidos pOI' otro ti lulo f¡lIe pOI' el <11'(101' con (pIe
antes ó cntonces antepusiel'oll á todo otro bietl, el de Hila
declaracíon dc derechos, que pOI' lle ')f'outo uo pOllia mcjo-
rar la eondicion del pais, y al goce de los euales no era per-
mitido Ilegal' sino por entre eseomh¡'os y catlú\'('rcs.


llesultat!o lnn conforme ~ los d('~eo:-; d(~ ~Iendiza­
hal debia en ap;1I'ieneia Ú lo ll11'IlOS ~,lti~face¡' Sll vanidad
y tt'alH\uilizade sobre la eontilluaeioll de su pode\', Pero
muy presto se vieron asomar, en veleidades (le re~isl(,lIcia y
amagos de oposieion, sÍnlomas de nueVrlS eomplieariolles.
Habiase presentado l'cpcntinrlllwlltn en ,\hd¡i(l don Juan
Vanhrllen, ) la \ oz pública le desigwl ha ('01110 el CllCill'g:Hlo
de p¡'esidi¡' ú un movimiento dirigido á ¡'('sueital' la Constilu-
cion de Cádiz. En aeelel'al'io I\'rllmjrlha asimismo el proeUl'a-
dor Caballcro, ú pesar lIL' las am]¡ilk:\ll'a~ pl'('callL'ionc~ con
f¡UC, en el periódico El Eco del COi!le)'clo, continuaha I'e-
catallllo esle designio. Pusiél'onse en I1lOvimi!'lI[o los prin-
cipales apósloks de la J¡) ven I tI/tia, dI' lo~ lr' ji ado/'es Es-
coces!'s, tle los Telllj¡{(li'i()s Sublimes, y de la .\soci(/cion
de los ({er('c/tOs del !/Oii/{¡re , y se repartieron esquelas ú
los eonCUlTentes al café Nuevo, afiliados Ú lino Ú 0[1'0 de
aquellos clubs, para t[ue se reuniesen ú coneertar los me-


(1; Barcelona, Cúdiz. Gcron;¡, Grnnada, l\Iálu¡;iI, l\ladrid y Punle-
veUr::t.


('2) Córdoba, Yatladolid y Salamanca,




LIBRO SÉTIMO.


dios de llevar ú caho su jlroyecto, flue uebía ejceutarse el
Hl de man.o, aniYeI'~al'io de la prollllllgaciol1 de aquel có-
digo político. Con el 11I0YÍllIiclltO (]p )J;Hlrid debian coinci_
díl' oll'OS ca difercnte" plintos, y al cfl~elo se habian dado
ins(I'lI('('i()Il('~ Ú los revolto~os discminallos cn algullos dc
l'J1o~. El canónigo Barbcl', ya eOlJoeillo por tentativas he-
chas con este ohjelo en dos ó tt'cs pueblos del Alto Al'agoll
duranlc la escision del verano último, (UYO el encargo tic
cOl'I'ompel' al cncl'po d¡:sl imlllo, ~l la;; {¡I'llcnes dp Cistué, á
protcgl'I' la lillPa dd {:i'lca. En Ihl'celoll:l se tI'abó (;Oil el
mismo fiu lIua ('IlJl~pi¡'aci()lI, Ú I(ue debia darse pl'iucipio
(fl)CI'131H1() ;11 p¡¡pa eH c¡¡¡.rif'. To(los estos plancs sc frusll'a-
ron: la COIl'¡!Il'¡¡ Ile lbt'ee!ulIa ftl(', descubicrta, y SU" autores
fueron ellel'l'l'aJo~: Cislut' y (kire se apolieral'o\l Je Barber
y (le su e()iI\l'iice Goieoeehea, quc pusieron á (lisposieion
delcapitall ~!I'IIl'I'a\ d(~ ~\I'agon. :\IgI1l10~ patriotas sinceros
de .\fadrÍ!i l'(~\dal'lll1 la~ illlelleiiJllc~ de los clll\¡i~tas, ~ .. para
[/'lIsll',Il'l¡¡~, la aUlOl'id,u[ illsll'uilla ú tiempo, tomo mc(lidas
que apoyada~ por el hOITOl' que in~pira]¡all ,uluellas tentati-
vas, (:yjl:mlll al pais la ellllllagl'iICioll que su auulIcio elllJle--
zilha ya ~l producir. Hl11Jicroll, plles, SIlS f:mtol'cs de renulI-
ciar ú ellas; Y<l1\11<11\:1I, hnlll',1lto eon 1111 milJl(!o con fjnc pOI'
de pronto se mostró sali,['eeha su amhicinn, de,ió la capital
para tomar pilsesiull de el; Caballero mudó de lengullge, y
aplazaron sus csperallZas Al'gúelles, Gil tIe la Cuallra, Ca-
bll'a\a y olros de los liberales de Cádiz.


Los lllas d i('su'oS ó menos ohstinados de ellos habian
visto dcsde antes la imposil'ilidad (le ¡,('stahlecel' con el mis-
mo nomhre su famosa COllslilucion. Adiclos á las doctrinas
de Pitágoras, a (ltüen traJíciones uc secta hacían el honor




160 ANALES DE ISA.nEL n.
equÍVOCO de supone¡' autor primitivo <le las sociedades se-
cretas, creian f[lle el difunto código debia sufrir la suerte
que reservaba a las almas la llelil'<lI1te filosofJa del sofista
SI'iego, y someterse á las condiciones de su metempsicosis.
A favor tic la ley electoral que iba á elabol'al'~e, no dudaban
<luC en bl'eve se ¡'eunirian en el Estamento populal' todos los
amigos del régimen proscrito, los (males le hal'Ían renacer,
lleno de vigol' ~- de brillo, en la Constitueion nueva que de-
bia l'esultar tic la anunciada I'evision del Estamento; y, se-
guros de obtener una victoria mas decisiva pOI' este medio
indirecto, no mostl'abau iutel'es por el tl'iUllfo del antiguo
ohjeto de su culto polítiro, Esta diH'l'gcneia Cl) Io~ medios
con que hombres unidos por los lazo3 de principios comu-
nes se proponían conseguil' el mismo tln , produjo entre
ellos un cisma, que los hacia aparecer como divididos en
partidos distintos.


A marcar la línea de sepal'aeioll que hahian trazado es-
tos acontecimientos, contribuyó el mal éxito de las gestiones
que renovó coetáneamente Mendizabal para completar su
ministel'io, reducido á cuatro individuos, cuando, pam ileu-
di!' á las complicadas atenciones de la siluaeion , no habria
bastado ciertamente un numero doble, Pero, rehusando UIIOS
al principio asociarse á Mendizabal mientras 110 se :res-
tahleeiese la Constitucion, y Otl'05 últimamente por no car'-
gar con parte de la responsabilidad f¡Ue, sobre sus hom-
bros, echara él, hacíase preciso que continuase lIevlílldo-
la solo, ó que se resolviese a repal,tirla ('ntl'e ambi-
ciosos oscmos, á quienes deslumbrase el menguado ol'opel
del mando, Desechó él ú unos y entretuvo á otros, conven-
cido de que ningun apoyo podian prestarle; y halagados es-




UBRO SETBfO. 161
to~. I'esentidos fI(IUellos, S(~ dividieron tamhien, agl'upúudo-
se los linos en (lenerlor <ie (',1, Y pasúndose los olros á bs
filas tic los (jlle Jlla~ Ó ml"IO~ abiertaltll'ute declararan su di-
sidencia. De e"la manera, el apego á la~ tl'orías y el amor
pl'üpin empellado en hacerlas tl'iullfar, la amhicion q\le se
engl'eia con ([\limeras, la yanidall que se resen! ia de d(:sai-
r~~, la igllol'ancia que ([escolloeia los riesgos de una situa-
cion poco mellos f[ne üesespcratla, otros mil intereses opues-
los :se ellcolltl'anHl en l'oee, y uo fué difícil prevect' que es-
le ll'aeria lllego el c¡¡O(llle abiel'lo que, mas larue ó mas [eJl}-
Ill\lllO, jil'o:!llce ~iclllpl'e el cOlllaeLo de dementos lwterogé-
JJCos. L\da \lila d(: (',las fr:\cciones dd partido libeeal, mo-
"ida por un inler(',s diferente, se apoyó en la Opillioll de
los illtlivi<lllo~ tIlle olJeueeinn ;11 impulso del mismo móvil.
Asi lle la~ altas regiones del gabinete corrió la eseision á
las cavernas de los elllhs, y de alli salió luego ú los cafi~s, á
ps ealJes .\- Ú ll!:, p('I'iúdicli:'>, de Jos cuales los fin [es fldie-
tos ú H(,t)lliz,,]¡:¡[ empezaron ú hacedc ulla gllcl'l'a abiel'ta,
Ú (flH~ en bl'evc se asor,iaron algunos de los anles ncutmles.


Ya en este liempo ~e hahian reuni(lo en jladl'illlos nue-
vos pl'ocul'allol'e~, 1l0mlJl'ado,; bajo la influelleia de pasiolles
eHln las cuales reinaril hasta poco an[es un acuerdo COI11-
pleto. La desavcnencia promoviua en el intervalo que medió
desde el nomhl'amiellto ú la reunion uc sus nuevos repl'e-
selltllllles hizo {\ muchos de estos titubefll' sobre la di,'ec-
cion (IIW Ú sus esfllerzos dehian dal': y, aprovechimdose de
esta vacilaeioll necesaria, los enemigos declarados ó encu-
bierlos de .\Irudizabai reullieron touos los votos para que
conl inuClsc eH el cargo de IH'l'iirlclIte del nuevo Estamento
el lI\ismo lsturiz, <(ue le desempeñara en la IcgislatUt'a an-


ro",[/) JIJ. H




162 A~ALES DE ISABEL 1I.
terior. Esta ueeision, pareció satisfacer á to\los los ¡¡al'li-
dos; al ue Mendizabal porque, fresca aun la memoria de
los sel'vicios que en el uesempcüo <le ac¡nclbs run~ione:-; ha-
bia Isturiz prestado últimamente á su ministerio, no creia
que sin causa osteusible le reh\lsa~c en adelante el mismo
apoyo; al de los ambiciosos y al dc los I'esenlidos, pol'(lue
la firmeza con que umantc la interrupcion de las se:siolll's
habia el mismo Isturiz l'ehusado entrar en el gallincle prc-
sidido por Jlendizabal, era ulla prueba eviueute ue la diyel'-
gencia de sus miras y una pl'esuucioll , si 110 uua garantí,l,
tIcl apoyo que el los csfuel'zos quc para dCITibal'lo se hicie-
sen estaha dispuesto á da/'; los constitucionales de Calliz en
fin, pOI'que hasta el momcnto eu l)1ll', clc\ado al silloll (le la
presidencia, sofocó ú recató sus simpatias en favO!' de aquel
pat'tido, habia sido siempre lsturiz uno de su~ cOl'ifeos.
Asi, en la junta preparatoria de 17 de marzo, rué nombrado
á unanimidad presidente interino,


En la misma sesion, rué nombrado secretario el pcrio-
dista Cabal\el'o, que, mientras pudo hacerlo sin riesgo, se
habia d¡;clarado el paladin del có(ligo diflluto. Esta cirCIIIl'-;-
tancia hizo abrir los ojos ú los amigos tic jlendizahal y aun
á otros pi'ocurallores, que, enterados de la amenflza hecha
por el gabinete de las Tnllel'Ías, de !'ctil'al' su elllhajador eH
el caso de fIlie se restableciese alIUe! régimen, concibierolJ
inquietud al ver al mas fogoso de SIIS representantes senta-
do en la mesa del Estamento. Su eleecion misnw, IjW', si no
revelaba los designios ultel'iol'es de la m;l)oría, cfimel'a é
incierta entonces, dejaba columbrar la Jlosibilidad de que
se organizase mas tardc una oposicion fnerte y compacta.
hizo temer que esta fuese favorecida por el nuevo presi-




LIBRO SETrMO, 163
dente, de quien al puuto se exageraron las disposicione"
e({nirocas, mnnifestadas en ~llS rcspectivas ncgativas de
entral' en el millisterio, Por su pal'tc, la mayoría, f[UC habia
hccho tan significativo nombl'nmicn1o, se :lpI'CSUl'Ó, como
si qlli~icsc justiJical' los rccelos qnc' el inspiraba, Ú 11105-
1¡'al'se engreida dc su tl'iunfo f[Ue, con la jactancia onlÍna
l'ia cn todo partido vencedor, presentó como definitivamen-
te aseguril(lo pOI' la cleceion misma de Jsturiz, Mendizabal,
sin atel'l':wsc pOI' \as cstrepitosas manifestaciones de esta
Ci('gil cOlliianza, echó al punto mano del ¡mua dc quc, con
tUlI feliz éxito, sc sil'yit~ra en la crisis dc enero, y presentó
Sil dimisioll,


Mas hJs circunstancias hallian cambiado desde enton-
ces, La reina GObc\'lI::lllorn, eansarla pOI' una parte de tan-
las intrigas, y deseulwiendo por otl'a el sombrio poryenÍl'
que amenazaba ú la hel'encia de su hija, se rcsolvió á sim-
pliliear ulla sj[uacioll (¡UC se iba cOlllJllic:llHlo demasiado, y
sc llegó á admitir la dilllision de su minislI'o, Ú título de que,
habicnuo éste obtenÍllo un yoto llc eOlltianza ilimitado, de
hia dal' cucnta ú las COl'tes del uso que de él habia hec;w,
Desconcertó á !\lendizalJaI, no el rehuso, que él deseaba, y
con que contó lleslle lucgo , SillO el motivo cn que lo fundó
la Gobernadora, y el rccelo de que, l)atentizada su igno-
rancia y su nulidad, le aballllonasen sus mismos amigos,
(Iue has1a entonces pl'ccouizanlll sus talentos y su patrio-
tismo, ,\ presuróse él á conjurar este riesgo, llamando tÍ su
soeOI'l'O á los especllladol'es de la bolsa, á cuyos agiotages
acahaba de sacrificar, aunque sin ventaja para ellos, todos
los I'CCUl'SOS y las eS¡Wl'anZflS de la monal'quia, Acudiel'oIl
ellos puntualmente al llamamieuto, y el 21 dirigicl'oll á la




164 ANAT.ES DE J~A lln lT.
Gobernadora 1I1H\ ¡'rp¡,escntaeion. 110 para '111(' 110 a('rp!a~('
la dimisioll de su milli~tr() • qlle ya :J.(f1J(·lIn lwincpsa hahia
declarado no admitil', sino para I'o(lcal'k de Hila 11\1('\<1 au-
reola de pOJmlal'idad, y \,p!lahililarlp ~lsi en Ja opinion, Ja-
más en ninguna de las mallifeslaciOllr, illtel'('sa(!:Js, tan fr('-
cuentes en los períodos (le des!Ilol'alizaeioll social. se
mostl'ó mas abyecta la adulacion, mas (lesc¡w¡"la la ji~o:l.ia,
Cuando la guel'ra civil agitaha sus leas en ('así la ml\all (Iel
reino; cuando 19. misel'ia ani([lIilaha ellrrritorio ¡Iue no yer-
maban los combates ó los molilles; cuando los soldarlos llIal
alimentados, mal vestirlos, y llUllca pa!-(ados, no podian sa-
lil' de sus acantonamientos, ni, ú l)('~at' de ~1I pOlldcrildo IlÚ-
mero, el'an bastantc fuertes pal'a medirse con sus enemi-
gos, á quiene,;, por nna constante y contralliclOl'i,) ahcl'ra-
cion de su ])['opio orgullo, suponian siempre poco numero -
sos y cohardes; cuando los atar[ucs de estos, (lo!lCI'(bLIIIlCIl-
te auxiliados pOI' las rslrnvngnn('i:ls dI'! h()lllIJl'(~ ú quien
habia cncomendado la Go)wrnadonl los illlcl'e.-cs de ~ll hi-
ja, hacian bambolca¡' su trono, alrellcdor del cnal se api-
fiaban en vano ciento cuarenta mil e~JlailOles Y veinte mil
auxiliares de todos los paises; cllando la nar,ioll, vudta ú la
ferocidad y al desgohiel'no dc los siglos h(\l'ilaros, n~ia tll-\c\-
didas á las plagas de arluella epoca la del revolllciollal'is-
mo, que destruye sin intcllcion dc J'ecdiiical', y la del Jilo-
sofismo, r¡ue seea el cOl'azon á pretesto de fortificar la in-
teligencia; era de ver la audacia con fj1W unos cllnn[os ju-
gadorcs de holsa, hablando :'l b luloI'a de b:lbd U, lla-
maban Ú 11ellllizahal «el homhre (Iuerido del/fra, uprecill-
»do {¡¡era de la nacion espaiiola, y Ú (¡\lien esta IH'oelamó eH
))circunstancias las mas críticas, el caran fuerte, quc, aL'US.




UllRO SÉTIMO. 165
) lllmbrallo Ú combatir por la libertad en tierras estrañas,
),([ehia combatil' por clla dc nllcvo en la que le sallldó con
)¡entusiasl/lo, ell la que debia sel' allello leat!'ode sus Iriun-
),[os, y r('cog('!' gr;llltll'S laureles; el solo que pudo ofrece)'
))Id troi/O Ui/a JIWi/O )'obusta ellla tormcnta; el que hizo
!J¡'('('o/mll' ú la soc¡'l'dw! Sil pcrdido JI/vd; el (Iue .... » Pero
la pluma se rehnsa II ahondar en este cenagal de hajezas, de
(¡ue hasta \1ahel' )'et)ol'l'ido la superficie para hacer ver el
estado de (lcgt',Hlueion y de oprobio á fIUC llegó en tales
momentos la poderosa monarquía de Fernando V y de Cár-
los 1lI.


Para que nada faltase ú aquel estúpido testimonio de
conniven<.:iareyolucionaria, se cuidó añadil' al pie:-"Siguen
)) I3s lil'mas en número de mas de q 11 in ie n{ as, de (liferentes
))grandes de España, pl'opietarios y comerciantes de mas
l;l101a de esta Córte.») Pe!'o los grandes se apl'esuraron á re-
clamar ('oJll!'a aquel aserlo, y su J'üelamacion obligó a pu-
JJliear los Hombres !In los c¡'en verdaderos firmantes, en-
tre los cuales habia solo ~eis Ú oclto comcl'ciantes de
crédito y otros tantos propielarios, componiéndose el
resto de personas de quien nadie habria indicado el domi-
cilio, si la COllclll'l'eneia Ú la bolsa no los hubiese hecho co-
nocer d(~ los que la frecnentaball. El apoyo interesado de
cien il1lli,-iÜuos de esta dase y el amañado nomhramiento
de procurador por siete provincias, eran los titulos con que
iha Melldizahal á presentarse al Estamento, a da!' cuenta
del deplorahle ('51;1(10 á (llle su ignorancia y su deferencia
á las exigencias <lll(mlllicas hahian I'educido al pais, dc que
poeos mese" antes le habian sus amigos proclamado el I'e-
¡.!euentLlor.




166 ANALES DE ISABEL n.
Aunque se creyese que no Jlouia él 1)['010n3al' su eXIs-


tencia política, sino fiando ensanches nuevos ú su sistema
constante de fraude, todavía se pensaha f¡lIe el telllOl' (le la
oposicion que conll'a él acababa de formarse le obligaría á
empleal' ciertas pl'C'cauciones para ponerse ú cuhierto de
algunos de los ataques de que iha ú sel' blanco, Crcíase,
pues, que el discurso del trono, al ahrirse las Cortes d¡~ 22
de marzo (1), contemlriainrlicl\('.iones mas ó menos esplicita~
sobre el famoso secreto, la ellumel'acion lle algunas Yenta-
jas pOI' (,1 obtenidas etl la paz ó en la guerra, el uuullr;io si-
quiera de estil. ó aquella esperanza inmediata, al¡!IIua e:"pre-
sion, en tln, de consuelo para lo fu till'O , si no de disculjla
para lo pasado. Pero, retractando las promesas h('chas al
abl'irse la legislatura de lIoviemlJre último, ú limitanuo el
númel'O de objetos r[ue entonces anunció dehel' someter á
su rleJibcl'acion, no ofeeció esplieitamcute :1Iendizabal pre-
sental' otros ú las J1ueyas Cortc~ que la 1e.1" electoral y las
negociaciones con [as antiguas colonias espaüolas de ~ \mé-
rica. frases tt'ivialcs sobec las pmehas lle amistad q\le á Es.
paña daban las potencias Illlidas por d tratado dc la
CUÚdl'uple Alianza, y sobre la continuacion de la buenrl
armonía con las otras de AmórieH)' EUl'opa ([lll' llabian l'e.
conoeiuo ti la reina; elogios al ejército y ú la gual'dia nacio-
nal; annneios de que seguían prepal'{llldosc mejoras en la ha-
cienda, adelantándose los códigos, y eor)'(~~pond¡cJl(lo las
diputaciones provinciales y ayllntamicnlos Ú la~ e~prranzas
que de su creacion SG cOllcihicI'on, ('ti Jin. repetirlas
promesas, sobre cotlstruccion ue caminos y canales llena-


~1; Yéase apéndice número :1. 0 al fin del lomo.




UBno Sf;Tll\lO 167
ron el discUI'so que, un año ~mtes ó un año despues, habría
podido ú podria e~lcIldel'sc en los mismos términos, con
solo suprimi¡' un pÚl'l'afo flue se illlelTaló, relativo al voto
de confianza, llel cual sr anunció haherse usado con la ma-
yor círCllllsjlcccion .Y rcsel'\'a. Los l¡ecretos que lanzaron de
sus casas ú los rcligiosos y aun prctendieroH lanzar á las
religiosas; los que condenaron a tantos millares de indivi-
duos (ll'Oscl'ilOS en masa, á proveel' ti las inevitables nece-
sidades !le la ,ida tendiendo la mano ú los dones eventua-
les de la compasioll; los (¡ue, ccl11liseando los hienes de los
frailes en pl'oH'cho de los bolsistas, no mejoraron la condi-
cion dI' estos al empeo¡',\!' la de al(uellos, fueron presenta-
dos-« como el complemcnto de promesas acogidas del pú-
))blieo con CIltusiasmo. ))-Hablando de esto se aseguró-
«(l}O haberse exigido sacrificios de la nacion, ni im-
»plléslole gl'avámcncs,)) con el mismo desenfado con (!ue t
en \lila dÚlIslIla inlr'I'('alar del¡H11'l'afo relativo ti la guardia
nacional, se afit'lllaha-c( haberse conservado la tl'allquili-
lJt!all en todas partrs, cserpto algunos ligeros disturbios,
)ltan pronto apagados como encendidos.)


Fúcil es de calculal' el rft~cto f¡IIC producirian tan falaces
scgnridadcf', cuando, por una parte, los habitantes de mu-
chas provincias cnm s(trlllcados alt(~l'l1ativamente por las
tropas amigas y enemigas, y los de las de mas lo eran ha-
bitualmente pOI' las autol'idades, ya ú titulo de donativo, ya
de préstamo, ya de multa, ya de indemnizacion de este ó
aflue! sl'I'viej();.r enanclo, por otra parte, el desól'den estaba
constiluido en permanencia en el reino todo, y particular-
mente en Valencia, Barcelona y Zaragoza, cometiénclose en
esta ultima ciudad nuevos y mas hOl'l'ibles escesos, en el




168 ANALES DE ISABEL n.
mismo dia y en la misma hora en ()\1e se hacia á la I'eina
ponderar el reposo de que sr gozaba en 1'>paü:I, lpw\ illl-
presion produjo la cautela COH 1[IW se evitó eJl el IliseU!':;o
toda iudicacion <¡ue p\ldie~e I'OZal'Se COH illtl~I'C"(,:-; l'om(ll'o-
metidos, ó suscitar cuestiones delic:1tlas. \i !lila palabra se
habló de presupuestos; ni de la c\all\leslilla ]H'go('iaeiou (llIe
se hacia en Lóndres de masas enorlllcs de papel; ni de la
esperanza que se potlria funLlar en el mo ul tcriol' de ar\nc-
Has medios furtivos, de f[IIe uo se indicó la natlll'alez,l, 1'0-
busleciéndose pOI' esta reticencia la l)l'evencioll qlle los su-
ponia gr-avÍsimos. ~i una palahl'a, en /in, sc dijotld estado
de la lheien(la, del de la (~uel'l'a, del de la ~\dll1illi,ll'acjoll,
del de b. JustiCia; ni una tille acallase !'eedo,;, <¡ue tnulllui-
lizas e intereses, 111Ie pel'miticse colulIlhl'ar ~iquiel'a un rayo
de cspcranza. Empirismo y audacia en lo (lllC sc decia, ¡lCI'-
lidia ó ignorancia cn lo que sc callaba, dl'~pl'ecin )11'0-
fllllllo de la Nacion en lo (fll(' ",r c:tllnlla y ~l\ llecia,
tales fucl'on los eal'actél'es del discnrso de apcl'tul'" de las
nueras Cortes.


Dc creel' era que, entre los ([lIe últimallll'ntc "eab"lJan
dc alistarsc cnlas bandcras Ile la opo"icion, hubicse alguno
l¡Ue hiciese sobrc cuallluiel'a (lc estos puntos indicaciones
f{llf', desenvucltas y ampliarlas en una (lisellsio!l detcnida,
se trasform'l~cn ú la postrc en cal'gos contra el ministerio.
Mucho podían favorecer csta comhinaeion , ó contribuil' Ü
este resultado las malas disposiciones del pi'e~ideJltc rIel
Estamento popular; y tal ('a('úeter habian (,I/Ilado la~ d(~
Istlll'iz en los últimos (lias, :í "il'llul 1') por ]'esultas dc ges-
tiones de sus amigos y de los de ~II~lldizaiJl\l, filie, {¡ torpe
Ó illlliscrelumcnlc o!1ciosos, c\.ucel'!Jaron el llc:-;,lbl'ilHien[o




LlllRO SÉTl:\IO. 169
producido Jlor el rehuso del primel'o de estos eorifeos de
asociarse al sistema del seglllldo. Sintió, pues, iIlendizalml
la neeesidall de e~elllir á su antiguo amigo de la presidencia
Ú (lile acaba ha de ser elevado por uultllill1illad. Para ello,
ganú en particular á diez y sei~ pl'ocnradores, que, Yat'iando
el úrdcll convenido eon sus eolegas sobre el modo de dis-
tribuir su~ YOlos entL'e los cinco can<iidatos (¡lIe debían ]11'0-
pnLlerse en la sesion del ';n, repartieron I,)s slLyos entre los
cuatro últimos, y, IJO habielldo leniJo allel'acion los otros
votos d()~tillados Ú estos, I'e~ulló (IHe el que debia apal'ecel'
jH'oi,ue,to l'll priJller lugar (fueda:"e eH el último. Por esla
cOlJlhiuaeioil, de <¡\le se guardó pl'ofuudamente el secreto
hasta la hora de la votaeion, reunió la mayoría don Antonio
GOIlW\eZ eon (Iuien se habia eontado solo para la vieepre-
sidencia. AL'gúelles, ~l f¡\Iien se habia daLIa el tercer lugar,
se halló en el segul1llo, y fLlc nombrado vieepresidente, y
COI! asombro uc la mayoría quedó lflllzado Istmiz de la presi-
dCJlria. POI' los mismos medios lo (¡\lelló iguahnenle Caba-
llero \In la seerctaria.


PCllHler,lI'oll su Iriunfo, y se gozat'on en 61 los amigos
del dictadol', y este se erey,) tunto lilas seguro de Sil ma-
yoría en las COL'tcs, cuanto (¡Ile eoetancamente le llegaban
rcpresent,leioncs (lile, Ú illsligacion de sus agentes particu-
\are,;, le dil'igiel'llll ú la yez algunas corporaeioncs de las
pl'ovineia,; y algunos batallones de la milicia nacional.
Pal'iI'LlJllir ú la illsulicieneia eventual de estos medios, cuyo
orí¡!ctl illlpllro cra gcncl'almente conoeido, se ol'ganizó una
haLllla de c\uhislas (,lIc<lI'gatla de alenlar eon sus lIIurmu-
Ilos dc aprolJacion, desde las (rilmnas de los Pl'oeuradol'es,
Ú los partidarios de ~Iendizabal, y de ntel'nll' con sus gritos




l70 A~ALES DE ISABEL n.
á los miembl'os ue la oposicion, coulos cuajes se empIcaron,
pOI' otra parte, para rc(lucil' su número, ora los hal::lgos y
las espm'anzas, ol'a las amenazas y los sinsabores. Bajo la
influencia de estas impresiones, se procedió al nombra-
Illiento de la comision que dehia ('stellill'l' la r('''puesta al
disclll'sO (Iel trono, y pal'a la cual 110 se de~ign¡'¡ Ull ~olo in-
dividuo de la oposicion, Asi, "JleIlllizabal se (Teyú a¡¡fllla-
do en su poder, sin (Ille le inspirasen inquietud los conatos
de resi3teneia (Iue se eolum})l'ahan eu el Estamenlo de PI'Ó-
cel'CS, c,Ollatos de (Iue conocia la impotcncia actual y calcu-
laba mal la tendel1l'ia defiuitiva,


Estos aparecieron, uo obstante, cn la rcslmc~tn al dis-
curso elel trono estcnclida al mismo tiempo (file la riel Esta-
mento pOlmlat" Vióse entonces un raro fenómeno p()lítico,
á sahe!': ((líe los Ill'oyectos de mellsage prescntados á la de-
liberacion de los dos CUC¡'POS clllcgi~ladol'es difel'ian entr'c
sí, en srlllillo inY(~¡':·;o (In aquel ml (IUf:' ~ielJl)lre dilirinron lo~
documentos de igual Ill'occllencia. En efecto, lit res)IlIP,;;ta
de los P!'ocUl'adorc,;; era, con respecto al ministerio, se¡'vil
hasta la sumision; con rC!')leeto Ú la~ p{\sionl'~ Ilcseuca(lena-
das, complaciente hasta la lisonja; la (lc los Próceres, obse-
quiosa sin arlulacion, inclepelHliente sin orgullo, pl'Ogrf'siva
á un tiempo y consel'vadol'a, El alto Estamento e1amó-
,(contra la feroz é inhumana !'epresalia (el ascsinato de la
H mad¡'c elc Cabrera '¡ I'c)ll'olJada con indignacion por el voto
Dunúnimc de la Espaila y de la Europa entera;)) protestó
con model'acion,-(cOllt¡'a las modificacionn~ hechas sin su
Iiintervelleion en el sistema (le la guardia nacional, o¡'galli-
))zada antes por una ley;)) se pronunció con dennedo,-
(contra el elemento desorganizador, origen de clistul'uios,




LIBRO SÉTIMO. 171


"que falsamente suponia el ministerio a})agados al punto
lif{ue enccndidos, y f¡ne el Jl1cnsage mostró renovados en el
))aeto mismo en (¡HC :;;0 daba ú los Estamcntos la ilusoria se-
))guridad de su desaparicion;) exigió-u que se sometiesen
JI al exúlllcll de las Cortes, con arreglo á la ley, los de-
))Cl'ctos espedirlos ell uso del yoto de confianza;)) y acabó
por anullciar-(, la inutilidad de ocuparse de la Iry clectoral,
"objeto ücaqnclla legislatura, ínterin los lilas caros intereses
»)soci:llcs, la pública tral1f¡uilidad, la seguridad individual,
¡)\a surTtc (le dascs dignas de la mayal' consideraeion, la
))(Ie los e~pal-lOle~ todos ('olltinuasen en una situacion prrc(\-
¡,ría; íllterill l:l ley, en fin, no recobrasc Sil imperio.» El
JJ1ensagc pucs, articuló cargos tcrrilJlcs, parcciendo li-
mitarse ú apuntarlos.


Diferentc, si no opuesto rumbo, se siguió en e\ mensage
de los Procuradol'es, cn el cual, simpatizando lo mas que
era posilllc con la idea dc Cortes constituyentes, se hahló de
rI(~J'echn~ políticos, de acta constitllcional y de rcvision de
lIuestras instituciones fundamentales. Con estas fbses se
pensó contentar á los revolucionarios anatematizando desde
luego por una parlc el Estamento, que nadie podia consi-
del'al' ni con~ideL'ó como la eoleecion de las tales institucio-
nes, y ahL'icndo por otro \arlo á las esperanzas dc reforma
política un campo tanto mas vasto cuanto quc nunca las })I'e-
leufli(las instilucioncsfulldamcntales, cuya rcvision seallull-
ciaha, existieron reunidas en un código espaiíol, y que,
salva una Ú otl'a disposicion escritas, nunca consisticl'on,
lilas que cn l'eminisccJlcias cquivocas ó en tradiciones con-
tl'Ovel'lihles. Yeudo mas allú de lo que se pedia, y antici-
pando sin examen un voto decisivo sobre la mas gmve y




172 Al\ALlIS Dl<~ ISABEL 1I.
complicaua cueslion, los autores tlelmcnsage no temieron
ofrecer deslle luego la Clutorizacioll uel E~lamenlo pam la
desmemlmli'ioll de las antiguas co!onias espallOlas, sohl'n la
cnal se e~plicaban si[)lIIltúneanwnt(~ los P,'úcel'cs con <lecol'O-
su n',w\'Yl\, Hespontlielltlo al pÚl'l'afo dd discurso I'elatiyo Ú
la c()opcracioIl (le las potencias (le la (:uacll'upll~ .\liallz'l, la
cOlllisioIl de los PI'oClII'adOl'es atl'ihuyó con jactancioso de~­
den este tralado -n\1 instinto de la comun ltcfensa;o-di-
cicmlo-i((¡ue para laspnteucias que lo Hl'Iuaron era dulce y
)1 ]¡Oll\'OSO encontrarse en el campo de los lihrcs, )1- como si
estc campo fuese Espaüa, que, en la opinio!l de los I'l~([acto­
res del proyecto, no teuia aun eOlbtilucioIl, Ú I:OlllO ~i Ili ('Jl
Fl'<lllcIa ni en Illgh\leITa pudiese nallic ('sp(~r:1r al:.!lIll a\l\ilio
de la eooperaeion española al triunfo (le la eau.;;a lihel'a!. Los
autores (le! mCllsage (¡uemal'on inciellso tl los pies de Melllli-
za!Jal por e! armamento de los cien mil homh!'es , como si
]¡uhie~e sido efectivo ó huhiese llH'jorado la :;ittweiotl mili-
ta!'; po!' los progresos de la guardia lIaeiollal , c!lyO.~ fnsi-
les estaban sinicuc10 <'l la misma ho!'a para armar las ban-
das de Cabrcra y Forca(ll'll en YalclIcia, y las de LOJlcz y
~ai';nicnto cn Galicia; por la ~alisfaeeion con <[ue suponian
haher <;abido el Estamento que !lO se habian impuesto IlIH3-
YOS sacl'iricios á los pueblos, cuando to(los eJlo.~ ¡:l'lIlian
:dH'll\Jwlos hajo su peso; y pOI' la oferta que hicieron de
da", con el voto de! Estamento, mayO!' consistencia y segu-
ridad <'dos intereses crearlos á ,.il'[uu de los dec\'ctn~ (""ll('di-
dos po\' el dictadol' en liSO del yoto de l'onfianza, Ln HII, la
comision !lO se l'on{('utó conl'cjlctil' Ú la faz de la Espl\lla,
in([igna(la de talllaü" jmlmd(~II('ia, ([IIC los di~tul'J¡¡o,; se ha-
llian apagado tan pronto como encendido, ~illo que, lidú la~




URno sf:TnlO.
doctrinas I'evolucionr\\'ias qne dehian luego procb.marse y
deseu\'ohel'se en la Ili~l'l1~íon de :H¡llel nwnsage, cuidaron
de alenual' y aun e~l'll5al' los crimenes que pOI' donde (¡uie-
ra sc cO:\let ian con ulla pel'~eY('l'allcja )ll'njlm'riolHHla tI su
imJlllllilhld, e~pre:;antlo fjllc-«\lliraban como consecucncia de
))ljC'lllpO~ lurlllllenlos la diliclIltad de quc cada uno sc C011-
»)tllYíl'~p en el círcnlo de la le galidad.» En resúmell (y he
aquí la lliú'reneia mas esencial de los dos proyectos dc
mcnsa¡;c) los Ill'I'¡ccrcs pedian cuenta del uso (¡ue se hahía
hecho del voto de ronfiauza, y la reprcsion eficaz dc los es-
CC~()S, indicando dependcl' de la accptacion de estas dos
rillldíciolltS \ ilale~ Sil allhesion al ministerio; los procura-
dores se Ialhhall Sinl'('sll'iceion, manifcst~llHlose displlestos
á disClllp~I', si no ú jU~1 ilical' lodo lo flue en Sil conducta pu-
diese haher lle debil, de desconeertado y aun de punible.


La lliscusion !le este m(~nsage ha})l'ia ofrecido un cam-
po ¡!;I{)\'io~o ú los paladines rle la oposicion , si la sllscitalla
j'(~('i¡'lltelllenle en el Estamento popular huhiese Ilchirlo su
ol'ígen á scntimientos dc nacionalidatl ó {l inspil'aeione:-: de
patriotis\lJo. Pero !lO lo dehia sino ú quisquillas de amor
propio y ~l lll'ctensioncs de partido; y principios tan impu-
I'OS !lO p('rll1ilian Ú la oposicion unen lanzarse Ú I'eye\acío-
nes (Inc, descubriendo lOlla la profundidad del abismo ahier-
to }lor IllW iHlministracioll inc¡¡paz y presumida, habria olJI¡-
gallo :'t ]lf'lh,U' en los modos de crgado, si aun era liempo.
Elllpezt'J la lllcha rn la scsion tld 5 de abril, en qur el di-
putado de Pedro r('comino al pl'csidenle del Consejo por llO
hah(~r completado el lIIini~lcrio. ~Il'llllizahal manifesló las
malas l'nOlles que le hahian hecho diferirlo dU\'ante seis
lIle~es. lsturiz l'etirió los trámites de la negoeiacion con el




174 A:'ULES DE ISABEL U,
entablada para que se eneaq~ase del Despacho de Estado;
presentó los motivos de su renuncia, y entre eHos seiialó,
como el principal, el temor tIe C<1I'g,u' COII la responsahili-
dad dcl voto de confianza, ú que declaró habcrse opuesto
desde el principio; indicó que los metlios empleallos pOI'
Mendizahal en los paises estl'angeros para pl'oJloreionar fon-
dos, estaban en contradiccion con las promesas 11(,c/lil.\'
para obtener aljuel coto; puesto que, enuso de el, se con-
sumaron opcnlciones mas ruinosas que los empré~titos que
se habia p\'oJl}elillo no levantar; aliatlió l[lIe en lo interio1' Sl~
habian barrido los depósitos y vendido las campanfls , col-
gadas aun de las tOl'l'es de los cOJlventos; censul'Ó los ele-
Cl'ctOS espedidos para favol'ecel' el agiolage de la Bolsa, )'
que, sin favorecerlo, en efecto, coml)l'ometiel'on Otl'OS mu-
chos y mas respetables intereses; se f[Uejó de la falta lle fue\'-
za y de justicia f[Ue impedia constantemente al gobicl'Jlo la
represion cficaz de los desórdencs f[lIt' atligian al país; de-
nunció á la animadversion pública la hOl'l'íhlc J'epl'esalia hc •
cha con la madl'e de Cabrera, «cuya sangrc agrupadll, di-
)Jjo, caerá gota á flota sobl'e la cabcza de los mini:;(l'OSi»)
y, por último. enunció la dUlla elc que estuvicsen satisfe-
chas las necesidades del ejército.


Estos cal'gos eran justos; ¡leeo, ú e~eepciou del de la
venta de las campanas y el del asesinato de la madl'c de
Cabecra, todos ellos fueron articulados de una mancl'a va-
ga, tímida y poco propia pOI' tanto para Con\Cllel'l' ,i los
pl'ocuradores del dalio quc hahian causado ni rcino las llis-
posiciones del dictador, l~tUl'iz estaba cntcrado del modo
ilegal con que se habian negociado en Lómlres valores es-
pañoles, por qué suma, con (llIé perjuicios, con CUÚIlI,\




LIBRO SÉTUIO.


mengua; sabia que en Madrid se habia hecho otro tanto con
gTtmdes cantidades de papel amortizado ú amortizable; co-
nocía á pUllto fijo la cnormidad dcl clé1icit, la nulidad de los
productos dc las l'clltas, e! dcsól'dcn cn (pie, por falta de me_
dios pecuniarios, se hallaban todos los ramos de! servicio
público; sahia fIne los suministros pesaban inmediata y cs-
cJu~iramentc sohre los pueblos á quienes, con ulla audacia
sin cjemplo, se atirmaha que no se imponia nuevas contri-
buciones; habia sin duda calculado, como todo el mundo, la
despropol'cioll flue e:\islia entro el valor pl'esurnihle de los
bienes nacionales y la inmensa dcuda consolidada que ya
cil'eulnIJa, y flue aun sc pl'etcndia duplicar pasando á esta
calegol'ía la masa illcalculablc de cl'éditos sin intel'cs ; po-
:wia, CII ¡in, todos los datos pan\ demostrar el deploJ'able
cstado á que en scis meses habia llegado la adminislt'aeion
del pais. Díjosc quc tcmió el mal efecto que podian produ-
cir en la opillion revelacioncs complctas, ó (llIe de comple-
tadas le relrajo la considcracion de haLel' debido los dalos
fjue poseia ú la conllanza que hasta enlonees im:pirara á
)lendizahal, no pareciómlolc generoso puhlieal', hecho enc-
migo, los secl'dos que, cualldo era amigo, se le descubl'ieron.
Sra lo que fuel'c dc los lliOtivos (Iue rcdujeron su oposicioll {¡
intlieaciollc:-i desprovistas, ya de pl'Ucbas matel'iales, ya tIc
elementos (le eonviccion, el hecho es fIne JIendizahal JlUllo
comhatidas lanto mas yictoriosamenle cuanto que la "euta
de las campanas, único c3rgo determill3uo que cOlltrH (,1
al,tieuló su nucvo rival no hahia llcgado á COllsum3rse.


Al'gúelles, ú (¡uicn con gr3n sorpresa se vió pl'eslal' 31
ministerio el apoyo de su deennlnda verbosidad, se en-
cargó de rebatir el cargo del asesinato cometido en una íno-




176 A :"':ALES DE ISAB1L TI.
fensiva anciana por (n'uen d(·¡ proeónsu\ de Calalniín, JlI'csrll-
tando una carta ¡le este e,.;e!'ita en \' alls pI 1.5 de marzo (un
mes despues de la consumacÍon d('1 alentado) en qne pre-
tendía (¡ue aquella muger ~eptllaW'1I(11'ia habia sido conde-
nada á muerte pOI' un consejo de i)llCI'l'a, t0Jl10 cómplice en
una con~piracion dirigida á entregar :'t lo~ faccio,;os la pla-
za de 1'ol'lo,.;a. ~adie en el Estamento, ni fuera ¡le el, ere) ó
esta ruin impostura, con que se agl'avó el horror fine inspi-
raba el crímen por el insulto hecho :'t las cenizas de Sil víc-
tima; nadie (lejó de reproiJal' r¡Ul~ I1n >\I'gúclles, ~l fInien
muchos negaban juicio, pero Iludi() prohidad, se hi¡;i{~~(~
el ól'gano dI' at¡llella imposible y en ,auo illt(~II'ada jm;t ifica-
cion. :\las existi,\Il en el Estalllcnto tantas silllpatias etl ravol'
dc "jlina; sc contaba ó se habia contado talllo con su eoope-
l'acion para planes ultcl'iol'cs de progreso; se reputaha tan
peligl'oso pum la causa de la l'cvollleion el e~ellrlrillar 1:1 con-
ducta (le uno de sus corifeos; veian, (~II /in, Ilwcllo,,; de los
}lI'OCU1'a(\ol'cs tan !lr(njma la oe,bioll de reclamar para ~í
mismos la il1llulgeneia de que usasen enlonees eon d g(~ne­
mI de CaLalulla, que la maY0l'ía 110 tituIH'l') 1'11 dec!<ll'arse
sati~feelta COII la I'idícula escusa contenida CH la l'~l'ta leida
pOI' Argúl'lles. El ministel'io mislllo parcció participar de
igual con viccion, negándose al lH'opio t il~mp() :i admitir
la 1'(~II11ncia que, cierlo de que no seria accpl:lda, se habia
apresurado á haeer 1Iina , ya como I'Spl'('sion de reseuti-
miento, ya como alarde de desinteres,
~o, por el poco efecto que pl'odujeron las primeras ma-


nifcstaciones de Isl\lt'izeolJtra '[elldizalJal, ~e desanimar'oll
los individuos quc habian resuelto COI'I'CI' COII su allli~rlO
pl'esidente los ricsgos de la oposicion contra el dictado!'.




unRO SÉTI:\IO. 177
Los procuradores Florez Ca\deron, hijo del antiguo dipu-
tado, al'cubuceado pocos ailos antes en ~Iúlaga como com-
pañero de Tonijos: el conde de las ;\'"avas, Lopez, Parejo,
Galiano y otl'O,S hiriel'OII oiJ' Ú )lenllizahal vCI'(lades dmas;
pero llingullo fOl'lnuló los cargos de 'uancl'a que no pudie-
srll ~el' desvanecidos; ninguno, sobre todo, desconió el velo
que cubria sus opel'aciones de hacienda y de cl'cllito ; nin-
gUllO mostró pOI' cálculos irrecusahles la enormidad de los
sacrificios ;'1 que pOI' sin fin condenitba el ú la nacion. Entre
aquellos orallores de la oposicion hubo ademas quien, como
:"lavas, mezcló, con cUl'gos justos, pretensiones estravagan-
tes ó illoporlunas; quien, como Lopez, atribuyó los males
que denunciaba al sistema de fusion , y á que continuasen
ocupando los empleos los cles:Jfeclos; quien, como Galifll1o,
debilitó, con lo obscl[uioso dcllenguage, lo severo de la re-
convencion. Casi todos, por último, mostraron, en lo que
hablaron de sí mismos, en las profesiones de fé que mas ó
menos espIícitamente articula['on, (fue los preocupaban, si
no los dirigian, intereses personales, en cuya categoría se
comprenden el resentimiento, siempre escltsable, de las in~
jurias propias, la amhicion, lal vez legitima, del poder, y
aun el deseo, tal vez elevado y hol1l'oso, de la popularidad.


Pl'olollgóse algullos dias la discusion sobre la totalidad
del proyecto de mensClge , no sabicndose qué admirar mas,
si la divel'gencia, el desóeden, y por consiguiente la debili-
dad en los ataques tic la oposicioll, Ó la audacia y la sau-
Sl'e f['ia en las defensas de Mendizabal. Sin pensal' este en
lo que presentaba de vulnerable su sistema, ni en lo fácil
que eea ¡wohar que los aclos de su administracíon eran solo
la consecuencia ó el producto de las dive l'gentes y hetero-


T0'[o Ill. 12




178 ANALES DE ISABF.L n.
géneas sugestiones que se le hacian , osó hah\:H' dl~ <;¡ con
la misma jactancia fine si hnhiesc 1'\~¡,liz:H\o hls IIl'O/lIl'Sas
con qne pOI' mas (lc i'eis IllPse" lH\lij~t ('llll'C'\Cllillo la credu-
lidad de sus admiradores; o~ó ['cpí'lil' que no hahia ¡:!:1'3Ya-
do la naeion con lluenlS coutl'ilmciollcs, Jli coull'aido 1I1Ie-
vos eml)t'{~stito,,; añadió qlle l!;lhia COlhCl'\udo el ¡'JI'den y la
tranquilidad, y recibido m3S ue llos(:icll\as einClIl'llla f('lici-
taciones por la disolllcion de las Cortes; \' aun presentó


. ,


como un testimonio de su pO¡lUliIl'id,Hl, ei llombl'amienlo \Ir
procurador heeho á :'ll favor en siete provincias, lla"h\lldu
de las pocas ventajas ohteuidas pUl' la" di~p()sil'ioll(,S que
dictal'a en uso del ,oto de l'(Jll:i<lllza. illl'ilJllyú 1.\ falta de
cumplimiento de sus ]lI'Ollles:\S Ú la e~eisioH padaHIl'lIlaría,
á pretesto de que, en uua euestioil ~eeulllbria y que el Illi~­
mo habia declarado 110 ser de ¡jalJincte, triun[ú la o[lo~i­
cion pOI' una corta mayoría. Y como si \lO cOlllas(~ con el
efecto, f¡Ue eieelamente no dehia e~peeal' de SIL ill~istellcja
sohre tan liviano pl'etesto'; como si temiese (jIte 1'~1i' 111'
baslase á eximirle de la neccsilhlll tle llar Cllell[¡\ del lI~O de
aquel voto, ni de la ohligaeioil de [ll'cscntal' lo~ 1)['!'~IlJ)l\('~los
que él no habia pensallo en f(lemal', y que, aun (~,íII'IHlidil,:,
no podl'ia somete!' al exámen de las Corles sin pOllel' de 11IC\-
nifiesto cosas (Iue le imporla]¡¡\ ocultar, Jlell~ó elilel'nCee¡' ('1111
las lúgrimas á los que no podia COnH'IIClT con los hl'l'\¡(\~, ) bs
denamó l'opio~as eu la Sl'sion Ile! 7, 110 sin que la aplic;l-
eion nueva de este medio oratorio ú los debates p"rl:lllll'lI
tarios, diese oeasion Ú punzantes S¡Il'ca~\lI()~ •• \poF"'Otl la~
escusas del ministro algünos jll'Oé'lll'"dol'es alltii!o~ SU) (jo;;
Fel'l'el', coetilllealllente halagado pOI' aquel eOll la esperau-
za de confial'le el ministerio de ~larilla: Olózaga, (lile, e1e-




LIBRO sínIl\IO. 179
vado dc repentc nI gohicrno eivil dc Madrid, se creia eon
(lcrecho de completar lucgo su carl'cl'a; Infante, suhsccI'e-
t<1l'io de la (;11('1'1'<1; scit¡,lúndosc entrc todos, por lo eOI11-
plaeiclllc, Barza, (llll~ llrgó hasta dccl<1l'l\r (jllC los procura-
\lol'(~S hahiall sido cll\iarlos á las Cortes con el cncal'go ele
del',~lId(,I' Ú \[cllllizalJal. Estc vió lucgo que' la oposicioll sc
limitaria ú clanlOl'cs estcI'iles que, aprobado el proyecto de
mrllsagc en ~u totalidad, no podrian menos de ser igual-
mente illútiles en la (liseusion dc sus párrafos.


En ella sc reprodujeron con mas ó menos fuerza los
anmmcn(os hecho~ ('onU':! d conjunto; pCl'O los dcbates fue_
ron V(~lWilwlltes y apa~iollados sobrc val'ias cucstiones, y
e1l p~1I'lil'ull\r sobre b illtcf'Vcneion cstrangera quc, dcspues
de mueho tiempo, sc consideraba como cl único mcdio dc
haeer triunfal' la eausa de Isahcl. Las revelaciones de los
procuraLlol'cs r\el lClTitol'io quc cra teatro de la guerra
prcscntaron esta eau.;a COlllO insostcnible con los solos me-
dios clllpleado,; hasta entonces. El prcsbitcro Castells, di-
lHltado ]lo\' Lórirla, lI'dzando cl cuadl'o del cstado de su
}H'ovincia, dijo (I'le-(({\Ill'nnlc tl'es meses no se habia comi-
)Jl1o pan CllllWS de tl'l'scienlos puehlns;) y combatió las ilu-
sioncs formallas pOI' los pnrlcs milital'cs, cuya falsedad de-
Jilílstl'Ú pOI' el aumento pl'ogrc,;ivo de las faceiones, El pro-
curador por bOl'in, HalTio Jyuso , magistrado de ~avarra,
pintó con los mismos colol'cs la situacion de esta provineia,
y mosll'ú tI los carlistas bicn vestidos y provistos de todo
lo nccl:~:ll'i(), y ú las tl'opas de la I'cina luehando con toda
clase de privaeioncs. El mililar Blll'l'iel , diputado pOI' Te-
!'Ud, haIJló con igual energía de la sitllllcion de aquel pais,
} declamó contra la conducta de las autoridades t que




180 ANALES DE ISABEl, n.
falsamente anunciaran haberse acogi llo al gohicl'Jlo al in-
dulto millares de facciosos. A.hanlllo, pl'oeurallOl' por Ol'cn-
se , prcsentó el estado deplorable de las cuatro provincias
de Galicia, en tél'Jl1¡no~ de aterral' al optimista mas impasible o
Todos, á pesar de la difercncia dc sus Jlrofesiones, y aun de
la de sus opiniones políticas, convinieron en la in,:;nliciencia
de ,los recursos nacionales, y elamaron }l0l' los ~(lelilTlI"
estrangel'os, llegando alguno üe ellos (Barrio Ayuso) hasta
decir:-((Pues estamos a pique de sumergil'nos, yo recibiria
))SOCOrl'OS, no digo de Francia, nuestra "Iialla, ~ ino de
»)los beduinos, de los cosacos, y hastll del diablo mis/Ilo:})
y estas palabras produjcl'on en las tribuna~ públicas una
esplosion de aplausos, flue Jll'ohó sin d'plic3 CU311 g(~­
neralmente era conocida la necesidad lle auxilios estl'aiíos.
De casi todos los bancos del Estamellto, partieron ó quejas
ó es citaciones en el mismo sentido, y los proemadores que
mas hostiles se mostr<1l'On hasta entonces á la intel'\"en-
cion reconociel'on, ó con sus palabras ó eOIl ~u silencio,
que la causa llamada nacional no podia sostenerse ,ino con
el apoyo esli'an¡jcro, ni tl'iunfal' sin el de Ir1s ll'01><15 cI(· don
Cárlos, que los clubs y sus órganos los d¡aristas suponinu
al mismo tiempo desalentadas, poco Ilumel'osas. y soste-
niendo pl'incipios condenados por la opinion del pais.


Solo Al'gúellcs, acostumbrado de muy antiguo á e:\.hahll'
en impotentes alhal'aeas las inspil'acioncs de un patrio! iSll10
Sil i {Jeneris se mantuvo durante «(¡uellos debates ol)~t ¡liado Ú
iluso, y se levantó en diferentes oca:-;ioncs Ú cOJllhatí/'la crceu-
eia, ya unánime, del Estamcnto, El solo pensó que Espaiía no
tenia necesidad de au:\.ilios de fuera, ostentando grau confianza
en los pretendidos cien mil hombres de la llueva quinta, (¡ue!lo




LIBRO SÉTIMO. 181
llegaban ti srscnta mil, y ((ue, sill pan, desnmlos, armados con
fusiles de difcrcntl's calihres, y provistos en gran parte de
cananas en vez (le cartucheras, !lO podian prestar sino ser-
Yicios IiJllítadí~imos. Con ellos, sin emhargo, declaraha A1'-
giielles IJa~la[' para concluíl' la gllerra de las proYinci<1s del
~()l'te, esperando que la guardia nacional esterminaria entre-
tanto la~ facciones ([lle asolaban las del Nor-este y el Oes le,
facciones, de que desconocia aquel procurador la consistencia
ostensible y las ramificaciones ocultas. En el discurso que so-
bl'c l'sto pronunció en la sesioll del 10, manifestól'ecclar que la
illtcrVt~nei()n pediría el desarme de la guardia nacional, pro-
movería la ('scisiotl de las provincias, y acabaria por pro-
¡¡Ollel' tilia In\Ilsaecion con el PI'elendienle, á quien en de-
finitiva seria mas útil ((ue á la reina la llegada de un ejército
auxiliar.-«Dcclaro eSlo,-aüaclió:-1.° para que desistan
JJde su idea los estl'angel'os, si a(q1lllo fa ha tenido de in-
»)tal'l'nir ('JI ¡¡lll'sf/'os (IS1/1ltOS, y 2." para que el gobierno
»"p muestre impasible y dé In lihl'rtad de imprl'n ta.» Al
Yel' á AI'!!iic\(es \)I'etellllicllllo suplir con esta libertad la
insuficiencia de mctlios para tcrmillar la guerra civil, y
moslrau(!o \lna desconlianza injuriosa á aquellos de quiencs
eH su intel'iO!' conoria necesitar los auxilios, se recordó la
jactalleia COIl f[lle, en 9 y 11 de cncI'o de 1823, dcsafió des-
de Sil silla cUl'ul á la Europa entera que, indignada de los
estl'avios (le la revolucion española, aconsejaba á sus cOI'i-
feos \'oIva el decoro al trono y la paz á la nacion.


Eu la lIoche del 10 sc hicieron, con moti YO del discurso
pronunciallo pOI' el procurador asturiano en la sesion de
aquel dia, comeularios poco lisonjeros SObl'C el estado de
su l'aZOIl, y poco favol'ables á la reputacion de capacidad de




182
que gozaba en el círculo de sus amigos. Atlvcl,tido Cl, ll'n
tó de atenuar en la scsion del 11 cl mal efccto (\Ile hnhia
produeido en la anteriol', formulando csplícitallll'llte la dis-
tincion, que ya habia inllicado, entl'e ill!rn'('!I('ioll y CU()-
lJel'acion, y aüadiendo, qnc no se oponia Ú c~ta úllima, si
se creia necesana, pero declarando al gO]¡il~l'llll 1'(";Jlon~a­
ble del uso que hieiese de los auxiliarcs qlle llamase ú coo-
pera 1'.-Vengan anxiliares,-aüallió;-pero iI disposieioll
))del gobiel'llo han de ocupnr el lel'l'itol'io (lile S(~ les lle~iJ!nc;
»no illtrigarún; no fomcntarún nucsll'as lliscol'll i,IS in k-
»)riores ; no prestarún apo)'o, ni servirún lle protcctores á
),Ios unos ó á los otros.)) Es plicúndos(' así, !wnsal¡¡¡ :<ill
elnda }\I'gúelles hacer imposihle la coopcl'acion Ú (lile afec-
taba resignarse, sicndo notOl'io (IUC l1\lI\ea gnlllllcs poten-
cias prestarian su apoyo ú una revolllcion, sino estipulando
de antemano los limites ('11 que dehel'ia contenel'se, y rc-
servándose el derecho de coutelleda por sí lIIi~\llas, ~i la
rc\'olueioll osaba saltarlos. Bien (IUC los procuradores que
uc~eaban la inlel'vencion conoc,icscn que seria imposihle
obtenerla rOlleállllola de las rcstl'iceiollCS Ú (pll~, l'JI el ill-
tel'es de un partido, pretendia Argúcllcs ~lIjelada, todos
mostraron aceptar las que ól seüaló. En su ignorancia de la
sltuacíon de Europa; en la confianza (lile les iJl~piraha ,la
interesada IWlIcyolclIcia de la Injl:latrrra, los maS de los
proeuradol'es el'eyeron que la cnmnnillaLl !le principios (IlIe
suponian existil' cnll'e Espaíia, recienlemente lilllzada en
las vias revolucionarias, y la Francia de julio, ohligaha :1
esta nacion :1 unirsc estrechalllente COII aquella, cualesquie-
ra que hubiesen de ser las cOlllliciones de la unioll. Las
personas de inslruceion lloraron al ver los de8tillos <le la




LlIlHO SETUIO. 183
p~tria ('n(I'('gLldo~ á homh!'e~ (¡ne se dejaban deslumbrar por
Inle;; ill\o;iollCS, y (1I1{', l'(~conoejcndo la necesidad de socor-
l'OS esll'aiw,.;, lleva hall d Ol'gllllo hasta mostl'Llrse antieipa-
!lamente ill;';I',d¡¡.; ;11 h(,ll'~iil:io, po!' las trall<ls (llIe preten-
diall impollcl' Ú lo~ qw' pUlliall disjWllS<1l'selo.


\'arias itll'ir/c>II:;ias de eslos debates, (lile duraron Lliez
dia~, pl'c"enl(\l'OIl (;orno m:\s incscusahle aun, la (;ollfianza
que ]llOstl\U'O:¡ In, !H'I)(:IIl':Hlo!'cs cn la ohtencion del au-
silio (le la FI':IIH'i:1. Los pOlleces de muchos p!'ocuradores
qlH' pOI' llOtol'iedallnl) plbeian rcula alguna, y de Otl'OS que
!lO kui¡¡n la :wiülada pOI' el E~tatlllo, fueron aprohados,
;1)ln'(llldo~(', plll':! slIpli¡' ('ste ú otros de los I'equi~itos fija-
dos pOI' la ley, ('1\ l'i patriotismo y los sel'vicios de los nOI11-
l)l';ulo~, l'lUlIldo 110 en presunciones, mas equívocas aun que
aquellos ~el'vi(~ios. IlllliviUuo hubo (Esain, ayudante de
\Iina) Ú ([lIien Sp :!(Imitió sin ningun título, á prelesto de que
se illl('l'cepla]¡,l <ll~llna HZ la corrcspolltlencia de Pamplona
dI' (I(lJllI(~ habían (le remitíl':;('le [os suyos. VaI'ios procUl'a·
dore;,; di~culpal'on d aSi'sinato (le la madre de Cahrera , y
uno 1, H!ll'l'if'l.' se esfol'zó Ú pl'Ohal' la buena inten(;ion con
([ne lo Ol'rlenó Xogncns. Otl'oGamimlcz) pl'elen(lió ([lIe,
para aen]¡nl' eOIl los faceiosos , hastaba proclamar los de-
rechlJs !,o!ílil:OS, en vez de e:-icatimados por una pandilla,
fine en Espaila como en Francia, dijo habel'~e apoderado del
!!olliPI'no. Seplien so:-;luyO ([ue la condusion de la gucrl'a
civil ('j'" (,1 fill, Y el medio para conseguir' este, la formacion
dp la ley electoral, ;- en seguida la de la ley constitucional.
Donudit> clamó contra la disposicion que hahia mandado
('OITI'!' un velo '-'obre los dcsórdene~ lle I:ls jUlltas (en que
él fuudaha sus titulos (le gloria; y no tuvo l'eparo en aña-




184 ANALES DE ISABEL n.
dir.-({Nosotros los revolucionarios pensamos asi.» enos
se encarnizaban conll'u la autoridad pontificia, porque el
papa no habia reconocido á la reina; quien rcvelú el enol'-
me déficit del ejét'cito; quien presentú á los [luilllOs hacina-
dos dmantc el inviel'l1o en las cuadras (le los cuarteles, sin
cama, sin vestido y faltos de toda illstruccion, como de casi
todo alimento; apenas quedó una llaga que no se dcscubrie-
se, una teoría de trastol'l1O que no se enunciase. fúcil es de
calcular el efecto que estas manifestaciones dehian producir
en los paises estl'angeros, y particlllal'mcntc en Francia,
donde tumultos, [lllC mas dé una vez pnsiel'on en peligro el
trono ele julio y la (linastía elcvarla ú el por aquella ('eyolu-
cion, habian p demostrado los inconvellientes de la pro-
pagacion de las snbycrsivas paradojas [llW, en las Cortes es-
paüolas, se enunciaban como múximas de gobierno.


A pesar de las revelaciones hechas por la nucya oposi-
cion durante la discllsion del lIlensage en el Estamento po-
¡lUlar, uua mayol'Ía, formada en grau parte de procuradores
qU! se reunian en casa de Caballero, hizo aprobar sin en-
mienda el proyecto de la comisiono ~Iendizahal , engreírlo
con este triunfo, de que fllé poco ú poco sahoreando los
placeres por la atlopcion sucesiva de los pÚl'rafos, Icyantó el
tono en las últimas sesiones consagradas ú su esúruen, ha-
ciendo lo mismo uno ú otro de los diputados ministeriales.
lzturiz, vehemente pOI' tempcI'amcnto, y resentido de su
rcciente desaire, creyó vel', en algunas de las cspl'csioncs
del presidente del consejo y de sus amigos, provocaciones
ú su pel'sona, y se entabló de resultas una lucha, en que
los adalides se prodigaron l'ecI'imillacioncs y aun denues-
los. A las que mediaron entre lsturiz y Carrasco, :se puso




LIBRO SÉTmO. 185
termino con esplicaciones pública5 de satisfacion recip¡'oca;
pero, no sucedió lo mismo con los desahrimientos ~nlre
Istmiz y ~Iendizabal que, enconados por sus amigos y alle-
gados respectivos, panlron en un desafio. En b mañana del
1.5, Jsturiz, acompañado (Iel conde de las Navas, y Mendi-
zahal del gCIlcl'al Seoane, salieron á In crmita de San Isi-
dro, donde, á veinte y cual¡'o pasos de distancia, cangcaron
dos liros, de qne, como el'a presumible tratandose de tira-
dores inespertos, no resultó daño ú ninguno. Los testigos
declararon satisfecho el honor de los pala(lines, y aun hi-
cieron insertal' e1l los periódicos la relraclaeioll múlua de
las esprcsiolles que motivaron el combate; pero, sin que
por eso renunciase Isturiz á continuar en su oposicioIl,
}Iendizabal, ufano de haber realzado su victoria parlamen-
taria con la ameola de un desafio, se creyó tanto mas se-
gmo en su silla, cuanto que el partido Caballero, elevado en
poco tiempo al númel'O de sesenta procmadores, le IH'ome-
lió Ull apoyo ilimitado, bajo b comlicion de que el ministro
~e prestase ú sus exigencias de progreso rápido, es decir,
ú completal' el traslol'llo que muy de antemano :meditaba el
campeon de la Conslitucion de Cádiz, últimamente erigido en
corifeo de la maY0l'Ía del Estamento popular.


QLledalm, no obstante, en el de Próceres, abierto un vasto
campo á la oposicioll, y bien pl'esentia "Mendizabal que esta
seria acalorada, cuando, imposibilitado de asistir á un tiem-
po ú las sesiones de los dos cuel'pos colegisladores y de
reparti¡' entrc sus eolcgas poco numerosos el cuidado de
dirigir las delilJeraciollcs sirnuItúneas de entrambos, solicitó
(lile los próceres difiriesen las suyas hasta que se concluye-
sen las pendientes en los procuradores. Accedió a aquel




186 A:'i.\LlcS DI<: lSAllEL 11.
deseo el pl'esitleutc del alto EstHl1lellto, impil\ielldo rOH ()~Ia
(;eferencia (l11C se de~('nYol\"i('s('n mas vigOl'Of;~í1n(,l\te ('11 d
oteo los al'¡nUllCnlos contra d dietadO!', los cnal('~, c,fOl'za-
dos al mi~mo tiempo en el ~(,IlO ([.' ambos CIWqlOS, hahrian
he~\¡1) lilas profunda jmpr(,~¡oll y fl'll~II',\(lo ae;¡~!) Ú IkiJili
I;Hlo ni Jlleno~ el triunfo que d ohlu\o ('11 Ll a~;\llIhlea de los
Pl'ocUl'adores. Al abrirse, en Gn, el t8 la d¡SCll~i()1l diferida
en la de lo" PI'ócel'ps, c\[clltli:t.abal reclamó contl'U el tell!)\,
del p:uTafo 0. o del mell~~age en '1111' sc hah1aha de hs pa-
~ion(,5 e\leonadas, de las alrocitlailes lle la gl\(~I'l'a ('ivil, y
de la feroz l'epi'esalia, \'('¡ll'ohada con illllignacion pOI' el
voto un:\l1illle de la E~paüa y (le l:t :':III'OP"; y ('(I!li 1';\ ('1 i (l. ()
que condenaha ú ignal rcpl'olJacioll [.¡s úll ¡mil:; :lit'lIla:!o.; ih~
Zaragoza. El mini~tr() no osó pl'OpOIH:1' h supl'r,illll lol:1I de
~~tos pal'L'afos; pel'o llamó la alcneiuH ~uhl'e ('l\u~, ,'1 ¡in tic
litUO S(~ vie~c si podian olllitil'8C.
Pidie~('tl la palabra ('11 rayo]' de] pl'nYr(~to de la ('ollli~ilin


d n]¡i~jlo lk CÓI'dnha, el electo de .\IIIH'l'ía, ti <lI'ZiJhi-;jlo dp
:\l¡"jié'o y el dl\ij:H~ <Ir, lEvas, y en contra los mal'tlne~es de
Mii"t!lol'l's y Sallrd:ee:i , ~ d (ltllí'l\~ de Y('l'¡lglla: pl'I'O, por
una pal'ticulal'idad !lO e;:tl'alla vl'nladel'amellte en ,\lIIlCI
caso, cuantos hahlal'oH eH pl'O Ó eH ('ontra del 11¡clúillcn, L)
hicieron sin (li~lillcion conll':! l'l millislcl'in, arliculando
l'é\l'!!I:S :,;eYel'()~, (!c Jos cuales mw:hn,;; fucl'on ('sprcsados
con gratule ellcl'¡úa. Todos los o\'aJol'cs illsistiCl'01l sol)['(~ la
ma:mitnd y la coC\.istclleia Ó la contil\\laeioll d(' I(J:; ¡Ii',lllr-
bios ((\U' en el (lisClll'SO del trollO se cali!il'aban fal.":I!lIí'IlIC ¡le
li¡!cros, y se ~lIJlolliail apngado~ tan !lmB!1l como encendi-
dos; todos elamaroll contra la Sllpl'c~¡nn p\'('(~ipitaüa (k lu~
institutos reli~iosos, y ulglUlos pUt'licularmcnte eontl'[1 /:¡~




LlBRO Sf:TBlO. 187
di,pnsiriones relativas á las mon.ia~, distinguitmtlose pOI'
la fllena de sus al'p:IlIlH'lltos los tl'e~ preh\(los que tomal'on
p,\\'te en la d i~Cll~iilll. El dllfllle de \' eraf.ma reclamó la
(l1'('Selllacioll ¡le Ir);'; /'l'esIlIJlles(os, COH arl'cfdo al (ellO!' C5-
plitito de la le,' flllldame!ltal. El duque de Hiyas seiwló el
incrcmcllto que habian tomado las faccioncs y la ur¡reneia
de la ley de imprenta, para evitar los inconvenientes de
lllla eell~nra (I\le permitia la Cil'ClllaeioH de doctrinas des-
organizadoras. El mal'qnes de :-;"lIfl'lices hizo ulla resella
de las ])l'OIlH'Sas del gohiel'l\o, delllostrando qne !lO SI' ha-
];ja rllltlplido la d(' termillar la gllcrl'il civil en el t~rlllil\() dp
'-'I,i" llIew,;, lIi b di' cubrir las atcllciones del btado sin
1l1lrYa~ cOlltl'ilmeiones ni empréstitos; den\lnció el mal uso
Iplt' se lwhia hecho (le! \0\0 de conlianza, la impotencia del
¡¡:obicl'll() para n~pl'imil' los tlesól'denes interiores, el despo-
jo de la pl'opiellall, las depol'laeiones ai'hitrarias, y otl'OS
IlHlclws lIlale,~ (lIle ;¡l1i;óall al pai~: y esto, si no eOH galas
di; diccioll, e01l la cnergía y la frau(!llcza propias (le ulIa
alllla W;llel'osa. El príncipe de Anglonil reveló cUl'iosas
pal'ljelllarillade~ t!('1 lanzamiento de los frailes, hecho el
YL;rano último por las autol'idalles 111' los motines, eoutra la
iutcllcion y aun ~in noticia de los habitantes honrados.-
«En C,iLliz,-dijo,-CHalHlo se vió cxclaustrados á los fl'fli-
»le:-;, todo el JIl11udo, escalldalizado detal medirla, se apresuró
»:t re¡:ogedos en su::; casas. En Sevilla, euando se creyó ame-
»)ll<lzad() el C'ollvento de los capuchinos, ,¡ yo por mis \llis-
"!llOS ojos Cy pudo verlo hicn a({llCllo y lo de Cftdiz, pues,
'era ú la snoll eapitall ¡relwl'al Ile aquel t('I'I'jtol'io) llegar
" (odo el pueJ¡!o del han'io (le la }Iue<ll'ellu á ofcccC>J'seles pa-
»)';( Jdcl1ller sus personas, si alguno alentase contra ellas.))




188 ANALES DE ISAllEL n.
El mismo Ol'adol' convino, en tln, con los mus de los ([ue le
habian precedido, en la importancia de la cooperacion es-
trangel'a, cuya necesidad habia fundamentalmente demos-
trado el marques de Miral1ol'es.


Solo en este último punto estuvo dc acuerdo el minis-
terio con los próccres t¡ue lomaron pal'te cn la discusioll;
solo solJI'e él se esplicó en términos categóricos, pucs; bien
(iue rehusando hacel' ciertas ac1amciones 'Iue se le pedian,
y (¡UC tal vez la pl'Udellcia le obligaba ~l difcrir, abj 1l1'Ó cs-
plícitamentc la jactanciosa pertinacia con que antes creia
podcr terminal' la guerra sin otros medios que los naciona-
les. Pcro ni á lino solo de los cargos 'Iup duranl!) In ,lis
ellsion sp le hicieron, re::;pollllió sino con malas escusas que
los hombl'es de bien de todos los partidos calificaron eOIl
severidad. El ministro de Gracia y Justicia, Becerra, preten-
dió justifical' la supresion total dc los conventos, alegando
que la parcial clccl'etada anteriol'tnente (\ prOlll1esla (le la jun-
ta eclesiastica,~l([lO satisfizo el anhelo púhlico, y al c()n-
)) tl'al'io aumentó los deseos ele que se completase; que algunas
)) (liputacioncs provinciales y gohernador('~ ciriIPs. y hasta el
))mismo general en gefe avisahan (Ille muchos de los c1aus-
))tros eran abrigo de faceioso:-, y (iue adema s en las dos terce-
) l'as partes dell'rino estaban de heeIJo cenados los eomentos;
»Hrguyendo tOllo ello la necesidad de no andarse con medin~
»)medidas;») como si, pam completarlas, no se pudiese a¡:';IHlI'-
dal' ([uinee dias (llIC ll1eLliaroll desde el decreto dí' ;;lIpre-
sion hasta la apertlll'a de las Cortes. :\iendizabal HIWdió
que-« el de~eo I1HcioIlal estaha manifestado en el voto de las
))COI'tes generales del I'eino en otra epoca;)) (~Ol\lO si en la
de 1820, á qlle aludia, se hubiese decretado la supresion




LIBRO SÉTI::\lO. 189
de otras casas religiosas, que las de monacales, y esto con
UD objeto mas económico que político, como un medio fIs-
cal, como uu recurso )ll'cunial'io ; ventaja qUe no podia tc-
ne!' la mcdirla adoptada últimamente, ya por la disminu-
cion Ile hlS l'l~ntas de los monastel'ios, ya pOI' f;U inf;nficieu-
cia IlotOl'ia pal'a cnhrit' las pensiones asignadas á los \,Pgll-
lares no comprendidos en la calegoda de los antes supri-
midos. 'Fuel'a Ul' estas tristes esplicacionc!I solll'e esclaus-
trae ion , los ministros, en las dos sesiones empleadas en <lis-
cutir la totaliuall del mensage, se all'incheraron en su sis-
tema de reticencias y subterfugios. El proyccto fué apro-
lindo Ú llllanimidau.


El :W empezó la llisctIsion sohre 105 pÚl'rafos; y, agi-
túnllose de nucyo en hulel!i." laeuestion de la inLel'vencion,
al['ibuyó el duque de GOl' el incremento de las facciones y
la consiguiente necesillad del auxilio esll'angero ú haberse
apal'la,lo d gohicrllo :- apartarse mas cada dia del sistema
de l'l'collciliacioll y de olvido, fuera del cual en vano se es-
pel'aria que hallase la nacion un punto de descanso. El ora-
dor condenó con fuel'~a la l'eaccion estúpida, ol'Ígen de to-
das las calamidades del pais , y el ministro dc la Goberna-
cion no pudo oponel' á sus patrióticas increpaciones mas
(Jlw escusas fundadas en las exigencias siempre crecientes de
los partidos, que con nillguna concesion estaban satisfechos.
IIahlanüo sobre el p{m'afo 9.", el rm\l'llucs de Sanfelices de~
IlIOS(I'Ó viciada la institncion de la guardia nacional pOI' la
inll'llsion de pl'oletarios alborolal1orcs.-«En algunos pue-
llblos y e!l algunas ciudades, -dijo -!lO se puede salil' á la
))calle de noche, lliaull de dia; todos se hallan en inquietud,
.. ,domimHlos por un corto númel'o (le hombres que quiel'en




190 A~ALES HE ISABEL 11.
MIue SUS opiniones sean las únicas.)) lleros, como si 110 in-
cumbiese al gobierno el cuidarlo de "clae ~o\m~ todas la~
depellLleneias del servicio púldico, ú eomo si 110 le consta-
scn los tlaüo~ dCllllnciados [lOI' S,1llrclicc~, de(:linó la respoll-
sabilidad de sus caegos, que dijo ¡[eh!:!' [ll;,.:al' ~OJ)\'l' Ia~ au-
tOl'idades suhaltel'Jl[\". PCOI' c~r;usa Liió alm cuando imJlu-
tó ú i<Js Cil'CllllstcUlcias la csclaustracir)l\ tolal lle lo.s frailes,
cont!'a la cual, igualmcntc (iHe contra la dc las mOIl,ias y la
inallgnracion de hiencs nacionales, hicieron mucho,; pl'6ee-
res ohsenaciotlcs yigorosas. \lcllllizahal declaró ([ne ~c es-
lremccia al oir que sc sllspenl\ic~(: la Ortll'II~Hla ella;!cl\:lcioll
y lll'('[cl\dió .ilt~tilicada con la" \Clllaj,¡-; (lile dijo habel' p¡,o-
ducido cn Portugal, ~ill ¡¡ut' hubiesc (:il la asamblea IIll ;;1110
individuo quc l'etol'eiesc el argumento y rllnda~c CJI la di:'io-
lucion, (le que pOI' falta de l'CClll'SOS e~laha <llllCll<IZatlo aquel
I'eino vecino, lo inútil y funcsto dc la mcüida que (lercndía
el llIillistl'O. -'It'llo~ feliz [lI(' este (,\l~1II11o, ú las inc.\actas
ascyeeacioncs C011 (fue prctcl\(lió de~vaJlI'cCI' lo:; car;:o" (flll'
sclc haeian solJl'c laseseascees ¡[el t'ji'reito, eOlltcslal'011 dcs-
lIlinlivndolc todos los generales del E~lan)¡,llto, y lilas i'lli'r-
gicalllL'llte ()ucsada, !fue, despuc~ dI' haber leido :3oll11I1li('a-
eioncs i¡llC le anunciaban el üeplol'ah\e estado del ejército,
a¡-HHliú:-ld)e Pamplona mc escrihen (¡\lC t.'1l1lllien ,dli los sol-
))llados riel/en liuu'(!r/I/{IIiI'l/le (¡il!' }llellilijlfl' su sustento.)'
A pstas Lel'L'i\¡lc~ cYid(,llcia~ (,I'l') Ú :'Ilelldjz,lltal cOlltestar, (\('--
rJal'<\I111o que las dipllt,tcioncs estahan cllC'<\I'ga(la~ de l()~ Slt-
I1l¡Hj~t!'O~: C01l10 si eH as pUllicscn cmllpll,tal'l()~, 1111 J'acilitúu-
rlo~('ks medios p,ii'n ~~ltisraé('l'lilS. El llliJli-(I'() de la (~UClTa
se contclltó C01\ 'b('¡.ml'ai' -(dlllC l()~ ~()ldado~ c~paüole~
),sahil\l\ sufrir ('\ hambre y la miseria:») eomo ~i su sufl'i-




LIBRO S}:TmO. 191
mienlo jl1~lilicase la illcmia tle la a<lminisll'acion, que ú tal
siluilcion los COllllcllUha. El tlIi~lllo liIillislro a¡¡allio - (<(\ue,
"en emmlo á privaciolles, !lO las sufria lIlellores el ejército
('adi~\a ;)) como ~i las tic ble, rcducido ú un pequeño
ICtTilOl'io, plidi(,~(,1I j!l~li!ic:w Ia~ Ile] de la ¡,cilla, cuyo go-
j¡il'l'!lo di'pulli:\ de l()~ l'I'CUl'SOS <le In llaciou l'lllent.


Parecía cOlldnida la discusioll tlelll1ellsage pOI' la adup-
('iolt sucesiy,\ (le lodos sm pÚl'!'afos , vel'ifiealla en eim'o
lat'~(I" sesiones, clJallllo se suscitú en la del 23 una acalo-
nllla dis¡\Illa tOIl motivo dl~ ('il~l'ln ad ieion del pt'illcipe de
.\np,loua dit'ijlida Ú Iit:mif,'slat' JJ)¡\S e:,;plicilamelltl' los 111'';('0;;
de! ¡':~I¡tllll'iil() sol¡¡'(' la C()opl,t'aciotl elieaz de parte d(' lo>;
aliado, di) la Espnlü. L:l elúnslIla con ({\le propuso el ¡¡!'in-
cilH' r~;pli('ar e~te deseo pasó pOI' aCllento nn:'¡nime de la
a~amlllca, ¡'¡ la conlisiou, que lo intercaló en el pÚlTafo re:;-
Iwcli\o, ~\ pesUl' (le ¡¡ne rn el eslalla ya suneientemrntp
nWllifc~ta(l:t la misma illleJlcion. \1l'lldizabal. 11lcgl1lHlo con-,
:.;i!ll~t'nl'iollr.; de t'e~('t'\'a diplOlllúlica y de eotlwniencin pú-
¡diea, se opuso ú r[lw la ¡\dieion fnese adoptada, y la comha-
tiil ('ut! 1I1l I('~oll qne eonll'ilslalm singuhwl11clIle COIl la
ap~li'cHL' futilidad del m'liilo, llalldo tanta importaucia ú
aqllcllos cn l[lIC ftltlda]¡a ~¡¡ n~si~lcJ!cia, <IllC antes de la sc-
SiOli dl'l'l;\ró cn pal'lil'ulat':\ illgnnos pl'¡'¡ePI'es que, pu¡lictldo
eOll\prOillC\é'I'S(~, eOIl la inll't'ealacioll, el e\.ilo de las lIegoc.ia-
cio:lcs pcntlietltcs, se ('l'lit'eli'ia ¡lel millistl'l'io, si el tIliniste-
rj() L\ apruhaba. Esíaamcnaza (Ille, Llc:,:Lleeucro, estaba~icll­
llo el at'Hl~\ Ill<t~ po(lct'o~a (le! millislro. retrajo á lOllos lo,.;
prúcl'l'rs de 1l0ItlIJl'<lIlI¡('nlo rcal y aun á algunos hcredila-
rios, que, (!(~ aClll'l'do d i:! sobre la oportunidad Lle la CIl-
mi(,ttlla, la repudiaron r,l 23, mostrando de este modo «(ue




192 ANALES DE ISABEL n.
sus veleidades de oposicion cedian) ya á intimaciones en-
fáticas, ya á combinaciones estériles, que se sahia no debel'
lIeval'sc á efecto, y flue :'t nadie por tanto dehian alel'l'al'.
El pl'cstigio de que se rodeal'a el aILo Estamento en ulla
discusion solemne de seis elias, en que muchos de sus
miembl'os se distinguieron pOI' la franqueza de Sil patriotis-
mo, quedó en paete atenuado, ya por el desail'e á que es-
pondria á la minoría el aedor de sus votos de coopel'aciou
si, como era indudable, la Francia no se prestaha á ella; ya
por ignorancia de las verdadel'as disposiciones del gabinete
frances, en que enunciando tau vivamente su desco , mos-
t!'aba hallarsc aquella misma minoría; ya, CII fin , pOI' In
resignacion con fiue, ciegamente y sin haber ohtenido es-
plicaciones, se sometió su mayoría á una coaccion moral y
se plegó á la voluntad del dictado!',


Atribuyóse en gene!'alla insistencia de este á cálculos
de vanidad, suponiéndose intercsada la suya en que el Es-
tamento dcfil'icsc á alguna de sus indicaciones, ya f[Ue !lO
habian prevalecido las que hizo pam la suprcsion de los pár-
rafos que él designaba como hostiles hasta cierto ¡mnlo al
gobiel'l1o. Pero personas mejOl' informadas viel'on el origen
del teson de l\Ieudizabal en despachos que acababa tle re-
cibil' de París, y que le comunicaban la decidida negativa
de aquel gabinete á la coopcracion qne con tanto ardor ma-
nifestaban desear Anglona y sus amigos. La situacion de
\lcndizahal em tan embarazosa en aquella cucstion, como en
todas las ciernas que las necesidades de la gllel'l'a y del go-
biemo le obligaban ú resolver di()('iamcnle. Hatificando la
temeraria cOlltiauza (fue en sus propios medios oslental'a
siempl'e, habia él dicho, ú mandado decir, en la Gacela o/i-




193
ei:¡l del :¿I (k m~í1'zo-u(/r!l!i¡i¡¡, lo /n!rl'l'r;¡ciOIl seria fal-
)llar públil'u y o,;adalllPn\(' ,'¡ In 'lile el ¡mhil'I'IiO deLe á la ~lo­
d'ia y la in¡]('ill'll:!(~lIl'ia Ill' L\ pall,j~¡, al d~(,OI'O de nuestras
¡)al'maS, ,11 ,1jll'L"'¡() lllcn'eidn dd yalo!', COJl~laECia y fi¡Jpli(!cul
) ¡jI' lIw'.-ll'O cj,"I'cilu, ~' ('11 (ill, :'\ ,11 pl'opio 1101101', eom[ll'o-
"¡l:elido ) <l ell lill(,t'l:\!' ,'t E~p:lIÜ lIt: la gatITa civil eOIl J'e-
¡,('JIi'S(), í!ll¡'(/!!I!)i![¡> ¡¡({c¡ollur!'s. ~y(¡; (lI¡{es IlIIJi'iJ' fIlie
i'i!I01Irhlll'."(' Clllll1 sll10 aelo eonlantas ignominias.)) La dis-
¡illCioll lle iIlII'I'Yi'iWi:lll:- coopel'¡)rioll, imaginada pOI' :\I'giie-
llc~, Pl'iliHll'ci'I!l,'¡ Ú h \ ('I'd:\d ú \Iendizahalllll ¡¡rete,;lo ¡la!'a
1'C[I'<1CI:11 ,iijW'¡ c:npell!J (',1 lo,; E"lalllclllo,;; y, modillcúmlo-
lo Ú inlcl'\lI'()i:'lIu!oln ,vi, d ~;e¡llido de la C(lojlci'acion nn:\ni-
!íH'IJH'lIle d('~(':l(h\, l\('~:I') lli\C,!:. decla!'ar fll1(, d cstimaba como
}'('{'(I)''<;I}.; ;/orlrJiiUí'" lo.'; IIlt(~ 11)~ aliad()~ le SUlllillistl'a~('n cn
confol'lIlilbd de h.; e~lill\llal'io\ll''; llel tentado de la Cnúdm-
pie ~\Iianza. jl('¡'1I c.;LI illl('I'Pi'I'Í<u'iull, aceplahle acaso en el
sello de 1:\" ('¡!:I}¡\I':I'; k~i"l:l!iYil~ de E"jJ:liÜ, 110 ]>ollia sedo
jlOI' d !!nfJilll'(¡' dl'la~ Tl1lít'I'L\~, úlliro c.lpaz (le prc~tal' au-
xilios l'li('an',; p:u'a ICl'lllin:\!' la gl1I'IT,\ ei,i!.
c\elli:'III:1~c dl' \l'i', cn dt'do, ('1 frulo quc SI: dehia cSJlc-


1':1l' (le los ([II!', en!! ;~¡':lnde e,'íl't"pitn, !lI'I)lt\('lin la lnglatel'l'a
: calilil'ah" tI(' (l('cisivos la PI'Clb¡\ lihceal de Lóndl'es y
'Madl'id. EII (d illi~illO dia ('1\ qne la rcina Gobel'lladol'a
ah!'ia las Cortes, lord lby, cOllwndallle de las fuerzas na-
y:¡j{,,; i:l¡~h'~as en b,; costas drl ~lll'lc de Espaüa, comunicó
Ú (>')I'dO\:I, dl'~(l!' las <lfjU:lS lle SantalHh:l', las ()['(!('llCS filie
!lc1J¡i" l'('cihido d,' eH ![ilbi(,l'Ilo,-"jl:lI':1 pl'eslal' la coopcra-
ll('ion mas a('li\~\ a lill de illlpl~llir !jUI' ca!(,~cll eIl podel' del
))Pretendiente los pUIl[ilS Úll~d(',; ¡ilol'alc~ que estaban pOI' la
))reill:l, ¡'¡ I'eeolm\l' ue los rellcldcs los (Iue hubieseu caido en
TO~IO III. 13




HI4
),su pOllcl' y pl'OIC~('I' ena\!lltiCl'a o!!'a OPI'I'ltl'inn \k h c¡)~la."
Cónlova se apl'e~!lI'ó :'t h:ICCI' ill~(,i'ta!' ('11 h lli'ilen .11'1 ('jI"!'-
eilo c~ta I'csolllcion, [lrcscnlúnl!o!a ('llilíOL\ p:a!'~\iilia de IHI
trinnfo inmediato, que po!' alltiei;íacioll ,'elchl'al'on su,; tl'O
pas con himlws patl'iúlil'o~, :- !:lS ¡J:L'~d(), Il('¡¡patl:,:; jlor dl:iS
con g('n(,l'ale~ l'cpii¡UCS dl~ campall'b. ~lttld¡z,¡J;,d :ni',I1lIl,
quc, en 2 t dc marzo, hahia cl'eillo Yel' rn la inl el'\ ('Ii:'iilll ('--
tl'angcl'a lJIuch({s ignominias, se npl'l'smú el :.t7 ti \\ed,lnll'
con reconocimiento, con cnlu,·j'hmn, con delirio, la <lcep-
laeioll de aquella l'OOpl'l'<ll'ioll illl'SjW;':IIIa, que d lió) \whia
solicitado y de (llIe no l('nia ü[¡'1l ('oJl!)('imil'Ií[\l qlle (,1 qUl' le
cIió CÓl'llova di' la cOll1unieaeiotl <it'! l'ollllldJ)J'l) (,c'li'CllI!-!i'l'lJ.
El ministt'o c~lliliiolllo tilubeó eH ,1Il11 lI('i,lI' ql\(~, COIl ~()lo
aquella detcl'lninacion del gahiu('ii' ill;.J(~S, ~I'¡'ia cOllduida
la gucl'i'a; y este anuncio pUllo dl'~l\lm~m\l' Ú lo~ llOlllh¡'c"
vulgarcs, con tanta mas raZOIl, C\WIl[O qlle, Ú PO('o:.; (1¡,h :d
16 ue abril), se oyó al primer lIlilli~[;1) ill!!ll'~ l()['d \[l'lbolll'lle
deeil.' cn la ClItIlara de lores de ln;.rl:\leJ'l'a;-'(:\IIl'~!i'a illlcl'-
llvcncion cs realmenlc /11/1[ lil!el'VI'IICiulI ui'}jjw{a. No nie¡w
»que este es uu estallo de guerra y que CIl rigor ~c jllledi'
»COlbirlel'al' como cnemigo 1l\l6Ll'O el ¡¡adillo Ú (lile nn~
»)oponemos.)) Y como si temiese que esla esplicacinn ¡w
alenlase lmslaute ú los eapiLllisla:; que ]lo,;eiall lilulos de
deuda espaüola ni:'\ los fabl'il'anlcs que iUlIndaban la Pe-
nínsu hl con SIIS mercadcrias, aüal!iú :-( I lasta qUl' plluto
»podrú en lo sucesivo emprüal'se 1:1 In¡.:la[I'IT<1 I'n la lucha,
))me c,; imposihle deeido ahora, ~il'iltll) I¡I~ (' il'l'!IIbluncias
lllas que debell dclcl'II¡ill<\l' la ('ol¡;lucla dd golJi('l'llo. Lo
»que puedo declaral' es que lOlb~ las eonsidcl'ueiones de
»política nacional y de humauidad nos obligan Ú pOlle!' liu,




un no Sf:Ti'IO. 195
nlo antes po"iblc, {l la guel'l'a civil quc ensallgrienta la Pt'-
!'llinsula.l!


Pel'o si la-; llotilic<lciollCS 1lL> lby Y la~ declaraciones d(~
-'lelhl)ul'¡H~ ('1'<111 sllí¡ciellte~ para illfullllir CtluJiallza al go-
bi('\'ljo dt: 'I!;\lll'id y Ú los especllbtlol'e~ de las holsa:;; ti!' Pa-
I'í, ~ L,')I¡dl'c,:. lit) lo craH para inspirarla ú los que eOllO-
cian el earÚdl'i' lle la cOlltil'nlla espaüola, El refuerzo de
diez, ",inle, y aUll mas llUl\lleS inglcses, no hasta ba, como
jactallciosamente se decia, ú estCl'I1lÍnal' al PI'etclllliente, ni,
aun destruido ('sIl' pOI' esfuerzos de mil:'. lllimla, era pCI'mi-
lillo ';IIIJOllCI' (jllt' se lel'lIlínase por ellos ulla gUCI'i':! que,
m;(.' l/ue elil,,'(' C:írlo,; ~ balJl'!, e~laba empellada entre lIue-
Yas tl't)l'Í<h y v i('.ins 11',lIi iciolles y Cl'eeneias . .Ko eran na"
vío~, cl'tlzando en mayol' 6 !HeliOl' númel'o enll'e San Sehas-
lian y San!<\lHlcl', 10:-; que debían poner tlll Ú lucha Geme-
janle; esta, al conlrat'io, no podria menos de clleflrnizal'se
a p1'0j101'CiOll qlle J';1iIf,UTollad¡ts e~terjies alelllas(:1I pOI' IIll
1:ldo ú los J"ctcndidos l'dol'llwdoj'e~, é ilTita~(,ll jlOl' otl'O Ú
los que j1eleah,\I! pOI' :-;II~ 1'0I1\'icciones íntimas, ó si sr quiere
}Jo\' pl'eocllpaciollc~ ai'l';li;::ad:l~. ípl!' solo la aetion del ticl11-
P(), a) wlalla pOI' un gohicl'llo \'('JKIl·ador, podia eOJ'['cgi¡' Ó
cslil'pal'. ,\~i, micnll'fls (Iue las campanas ue los pueblos ocu-
patlus po\' las tropa;,; tic la rcina se haei¡)Jl pedazo:> anuncian-
do los bendlt.:io,; de la nueva eoopCl'aeiOll ; micntras que la
Gacela de \burill proclamaba que, pOI' Vil'lllt! de ella, era
ya il1lpo~iIJII~ (111(' se ¡\Pol]cl'asculos faeciosos de punto algullo
tic la cos[a :-;('jlll,tlll'iOllal, Eguia, partiendo de E~cori¡¡za el
!) de abril, eslableeió el 10 su cuartel general en Omlal'l'oa
y, yencientlo 105 oh~túcul()" qw: le 0polli,1Il la nalllnlleza tic!
terreno y la crudeza de la estacion, trasladó el11 sobre Le-




196 AN.\LES DE ISABEL n.
c¡ueitio SIL 31'tillería [¡Ile ascstú eontra la villa. ~illgHn hu
que inglés cuidó tle illlpc(lit' est:1~ (Jpel'aeiIlJl(,~, y UlIO que,
en la ((mil' del mismo tlia, asolllú al p!ic!'to, JlO hizo otm de-
mostracion [¡lIC lanzal' algllna~ gl'allada~ coutra ];)s h~leri::H
que se levantaban y I)I'(H';":;lIil' :-;\l !'ilill]¡O ú :;an Sehaqi:m.
El 12 {¡ medio dia, ulIa halería de ~('i~ piCZ¡h Cll11'('Z¡') el fm'-
go conlm el fuel'le del Calvario, a\l\I) t~nlalltl() al lIIi~lJlI)
tiempo dos trincaduras que ~e :\cercab:m al Sn(;OI'1'il de la
plaza. Algunas compaüías cai'li~tas ~(' addanlal'OiI al 1110
mento al asallo del fLlP!'le, t¡,epaudo pOI' I)('j¡a~eos y del'·-
I'umbadel'os ; y ocupado aquel p:lIlto Ú las lj'('~ de la lat'-J
de, bajó de d IIn de~tae:lln('nl() Iw·;la In p];¡za del IHlclllo,
donde hizo pl'isioncl'O al ~~()I)(,I'lladl):' ) IIlucllOS ()Ii('iale~ y
solllados, en tanlo que oll'as ¡,OillpailÍas avanzarOIl hasla
las puertas de la ~lagllal(,lla y de ¡'parle!', y otras asaltaron
las l11Ul'allas, SacesivamcJlte fueron los cuerpos gUipIlZ('lla'-
nos y vizcainos OClllHlIlllo tOlL,~ LLi dCll1<1s o!)l'ns de la 1'\;\-
za y, penelrallllo ti la vez ell Sil rCc'illlo !lo!' (Ii('~l'elll('" IHIII-
tos, impidieron el emhar(!ue tle los ¡,estos de la gll:tl'llieioll,
,¡ue, despavoridos, conian á apoderarse de bs lnlll'h'h.
La isla pidio eapitlllariol1 , que le ¡'liÓ otorgada. A las cin-
co, la plaza, con todos sus fllert('S, tlil'Z y Ilucve caüolles)
pOl'cion de provisioues de hoca y gliel'l'<l, '!IlCl1ó ell POdCl' del
vencedor, adclllas de odlOcicnlos pi'isiollCI'OS de los l'egi-
miclltof; proYiucialcs de Honda y LO¡.tI·OÜO, de los cuales (Ios-
cien los pidieron y o]¡tmicron la incol'poracion en In..; JiJas
carlista". Ül balallon del2.o ligero, m:llldado po!' d (;Ol't)-
nel Clavería, deslneado de Billl:io pill'H SO(,()I'I't~l' la plaza
no llegó á la ,iSla dc ella eH ht larde dd 1~, sino pal'a ,el:
desde el mar á los carlistas en POSCSiOll de la villa y sus




unno SÍ<:Tl:\lO. 197
fIlCl'!CS , y VC1'osímilmcntc no habria llegaJo antes sino pa-
ra aUlIlCll!:\r el llÚllli'I'1l de ~llS prisioncros.


La noticia lIt' c,;ln ilil"PI'I':lIlo drs:l~lrC, ~llfri(lo á pre-
sCllei:l casi de lo, ];WjtlCS illg!i'se..;, de ell~ a eoopl'ral:ion ha-
hi:ln pOlldl:l'<ldo b", YI'IlI:I.ias (1tll'<\lII(,'l'in!'~ días torlas las
ll'olll)leta..; di' la fama, lIe¡;ó ú 'h\l.ll'iíl en d momelllo ell que
~(' abria la (bcn~ion ¡le! mensagc eH ('1 Estamento dc Pró-
cerc~, y Ile'i\~\llel'i¡') bs i\u~ioile~ que haLia hecho concebir
la comllll ícal'Íoll di' lord Hay; de :H)ui la i\l~istencia para
qne ('\1ll1'1I";:1!-,1' l'()llllII"i(";(~ la espresioll cllergil'a del deseo
de una r()op('í"lt'ioll llln~ ('!leaz, flUl' torlos sabian no poder
ypnit, ~jllo de Frallcia. ,\I:n-a, nombrado poco antes etn-
haj::1I1or CII aqlld n~illo, l'1I reemplazo del dur)uc de Frias,
bahia tantearlo (\ sus \llillistl'o~ para eonocCl' sus diposicio-
nes sobre inte\'Veueioll y ase¡!lJI'udose de que el gabinete
ft'anees no aecerlt't'ia :'\ t'lIn ron ninf'lll1 nomhl'e, y mucho
mel10s con la~ hlt"lilla"ll'~ n'~I!'il'('illne~ ú que jll"etendiL\r-
¡:ilell('~ sltjetarla. ,\ ello ~e hahia, Ctl jUlIio de 183.5, ne-
¡::l(lo el !;oJ¡!Ct'110 ft'alld~, akf!:an(lo no scr lIeg[l(lo rl caso de
lH'('('sidad jlt'l:\i:;to 1'1) el tt'atrlllo (le ahril de 183.í. El caso
parecia {\ la v('!'llad IIcg:ldo I'tl'1Jn!i; [lues, cstendida y exa-
eerha(la la ¡!UelTa, se ha\¡i~\ dClllo~tl'atlo la impotencia del
gohiel'llo de l:t rcina para terminarla; pero eslos males pro-
eedian de la cOlluivellcia ú la debilidad dcl gobiel'llo mismo,
(¡ue, instrumenLo de una faccion, 110 tellia [uenas sino para
II:I('I'!' \'.il'(~t!lar sus intimaciolles. ¿Para flue adelantaria la
FrCtlll:ia Slb [!'Opas con!ra don Cúrlos? ;,Para r¡lIe las lanza-
ria [\ comhates de t1cslilad('t'o~. ('n que, sin potlcr dar glo-
ria los lriunfos, dl'hiau los l'eH'Ses cau~al' ignominia? ¿Se
cOIl(lellllria a(\uella Iladon á sael'iticios p:ll'a sostenel' á un




198 A"IALES ])E ISABEL n.
gohierno, cuyo desronciel'lo hahia ~ a puesto un fll~il ú un
puñ<ll en las mano" de calla lino tIc lo,; IwlJiianlb de {Itlill(,(~
pl'ovincias, y lwcia ~l1eesi\'amcllte lo !l1i~;rno COII los \11' to-
das la~ (lc'm:ls del n'illo"? ¿Pollria siCjlliera cOlltrihnir, cml el
apoyo (¡lIe le prcst:N', Ú aseglll'ar el ¡'('POSO de ESp:ÜIfl,
drpelllliellllo este esclusivamenle del arrC'¡.do lit- !el nd\llitli~­
traeion interior, en el ellal se e"i~ia (¡He no inlenilljesell
los auxiliares?


La Francia no se lisonjeo con estas ¡(Iras. Ella ~:I1¡ja por
o(['a IHH'te que no podria realizarlas sino con UII ejt"rcito has-
tante fuerte para ocupar ú 'Iatlrid, Bat'cclolla y Pamplolla,
m:Hltrner la cOll1llllic;lCiol\ dc ('qo~ plllllos, tanto l'Jltr(~ ,';í ('0-
1110 con FI'anria, y OIJl'<ll' al mismo tiempo ('01\11'<1 los carlistas
de las proyineiJ' ti;" ~'\Di'tC', Y contra de la~ Ji' Aragol\ y Ca-
taluoa. Sabia allcnns que las grandes potellcias del l\or-cstc
de EUI'npa, rstalmn ¡'r~\Icltns:í no con!'i'nlil' lllW illtel'H'Ill'ion
de In F:'ai1cia ('tl los Ilc!!;(Jcio,; de E"P:lIW, ~ que la Inglaterra
llli~llla, ij!ll' pUl' I1w¡lio d(~ I!)l'¡] (;I'''Il\i!k~, ~I\ ('1I11J:!jadol' en
Pal'j;;, reforzado pOI' ~!l'. Ellicc, ('H\iado (I¡. Lúmlrcs al
efeclo, empu.iaba dÜ\l'jamcntc al ¡.::n];icl'llo fl'i\lIl'("S Ú estable-
cer ulla línea militar desde los A!duitlec; ha~tn h\l'llt('rri\l.lÍ<I,
pam cil'f'unsc'I'ibir a~i la rsfera (le af'cioll d(' los ('aIli~tas, 110
hahria tolel':\\lo que 1111 ej<'l'eito l\\lIlleI'OSO JI:\ ';:N' el Ehro
y fnese :'t ~in(ll'id Ú disputarlí' 1:1 illtlllf'IlCia dI' Ijlll' I(~ ha-
bi:1l1 puesto en po:"csioll los mnlwjos lll' ,,1I~ "Ktll(CS ('11 <1lJlH'-
lla capital y la importancia darla al inútil aUilIcnto Ik sus
fllc\'za~ navales. En Ji!) , la ))['('n,a lille!'a! de 11l).dale\'l'a ¿-
Francia, llechll'Glla llIlÚllillH'IlH'II((' <.'11 f:l\lll' del ~istclIH\ de
progreso inrldinido ]Jl'odalllado JlOI' la pi'ellSiI de \l:tdl'ill :v
aun pOI' la mayol'Ía dd E~I<1mel\to de ProeUl'ado\'t,~, hnbia




¡,TlIIIO siümo. <Hl9
dr antemano 1'<,\11'01)(\(10 una iutervencion dil'igida á conte-
Ilel' aquel espil'iln fine, en sus predieas diarias, pretcndia no
luhel'se descnyuelto ~lIli('i(,lltcmcnte en Inglaterra por la re-
forma pal'1,ullPlIlal'i;¡, ni en Francia por la J'eyolucion de
julio.


COll In~ plúticas oliciaJes ú oficiosas de ¡nlel'vencion ó
Cnulll'l'aeioll, ('"inálió Hn S\lee~o (¡He debió fortifkal' al ga-
binete fl'anc('s ca su !lplerminaeion de no prcstada de nin-
guna e:'lwei(·, En fl mismo dia en que se ahricl'on las Cor-
tes; en el llli~lill) dia en qlle lord Hay anunciaha la ('sten-
sioll dada :'t la l'Oopcl'<!cion de su pal,;. ddel'lninal'otl lo!' rc-
vn\[o.'o.s d(: Z:li':I':nza l'CllOV:H' los ]Hl1'l'OI'CS de l¡Ur, con tan-
ta f,'ecllcllcia (,O'!l') ill1lmnid:\d, cst,lban dalHlo de mueho au-
tes el triste esp(,('(:\l'ulo, :'\0 ~alisfechos con las víctimrls quc,
el.) de orlnhre, les hizo inInolar el capilan gencl'al SC1'I'rlnO,
hahian cxigillo qlle ~e cOIH:luy('sc dentl'o de un mes la causa
(Ir ronspil':l('ion inco:Hla, CIl pl'incipios de 1833, pOI' yir-
IlId di' la dCllllllcia de UlI illdi\~jdllo confinado en Tertwl.
E'pirado el plazo, y(¡!yir"¡'on,;c ú nolar sintoll1r1s de agitaeion,
y. esrilalla la ~1lI:li(:n(:in po!' el gcnentl, p¡,onunció esta en
fin su fa\lo, ronilcn:lllllo ú los j1I'e.::os a rlifcI'entes p\:nas, y
cntrr l'll()~ ú ceis a In de m 11 e l'tc . Ejecutóse luego la sen ten-
cirl cm I'c'!H'!'I:> :'t ¡Jos condenados pOI' U1HlI1imidall (1); y, á
los cuatro (I\lC no lo habian :;itlo sino ú la simple mayol'Ía,
:0;(' admitió el rec(\I'SO de súplica en confol'midad tle una
1'(',11 Úl'd('!1 dietada á consulta del trihunal Su!wcmo dc
J\lstil'ia, para IJlW no f!lc~cn cjecutivas en causas politi-
cas Ia~ COllll('naciolll''; Ú IllIIPI't(' pl'olllllleiadas POl' un trihu-
llal jllzgando en jll'illlcl'a illqallciH, sino cuando el fallo fue-




200 AXALES DE IS.\BFL n.
se ullúnimc. Vista (le ,ilWYO la cau~n, no rrsHtlú SPl1lpllcia
de muerte, y circulando 1'111<1 l'illd,1(/ eq" H<it1('ja, y la dl~
que, 1)<1I'a POI1I'I' :1 ~ahn la,; l)('I",:)llih de los (,1l1l\kll,\I!OS
Ú llIellOr pella, se lnllalm de 11'i\~lad,Ir!I)" ;1 .1,\(':1, Sl' alhol'o-
tm'oll·de JlllCYO los miliciallos eJl la 1:11'11,' ,¡pi ::;2 ¡J(,. Jli<lI'ZO,
c,,-igiel1ljo In jlublicarion dI' la ,I'lltl'lll'i<t. \ ,j ¡,) prUIlH'tic--
l'OH el general y el gohemadol' rivil, aUllq\ll' 1'\ ['c;l"llll' de-
clal'3se que el nw !lO autorizaha tal flll'tll<\lilh,l "illO ell hls
senteneias de muel'tc. llesjmes ,le lIIurk", 1'1:\(:,,;],.; t,:ni,las
con los oticiaks ,ll~ la milicl:J-' para \1'1' dI' (':lj'I,Il' hs (,OIIS(~­
(tellrncias ¡!lIL' )lll(liel'<1Il s(,~lIiI'SI" si el;/¡11o 110 !1('I!IIfil! {os
(((!('seus de! ¡'('('iIlJu}'il)," ~(' "('(1 I'd 1') qiit' el !I('!m('in },I jllz-
gado se viese otra vez, y, jl,ll'a qlle el LII!" 1:~Il'\O ill"piJ'ilSI!
toda ll! CO!lPU!!':;iI q,,~ {'fU (Ir' (/,"U'¡li', :'l' :'\1pllSO di~e()rdja
en la última yo!;winn y "e mallilú 1111\' ;na!2;i,;ll'allos (lile 110
hubiesen tllmallo p,Il'lro enia>; a;lkl'io!'l'S ill~tan(:j;h la diri-
mie':!'!l, c'~Il~ti{lI.' ¡"ildo~(~ para ('Iln I'll ~('~iUll pel'Ill:!llé'llle.
A las tres de la tarde de] :2:l, :;(' ,'('11/1('11 lo.> IIIH'\-O"; ,jucces,
mieutl'as que, ú las pllertas IH {l'illllll;d, ~!Tital\ quiniell[os
freIl('tieos, pilliclHlo SIIS cahn;;¡s ú h" dc' los pl'I';;n,,\1 I'C~
tle.io úe sus puüaic~, ('IWl'iJOÜ,(u" ('!I d !cm pro misl\lo de fa
iuslicia, :1 elltre el (',stl'('~)ito üc S\lS \ocikl',\C\()\w,s, ~,\', i\\\yl\'\I~
visan en la till'(le y noclw Ins (ldensas de Ilna ('all',;( L'OIll-
pursta de gr3n número de piezas de altlo:;, qll': ln~ ahn-
gndos no son sllIuiel'Cl duclIi)'; de ojl';\l': y, al di,\ si;;llienll" el
tl'ihuual superior ele .\ragoll, L'oIlYC'l'lillo ('11 ilhli'lIJl),'lll(l de
las venganzas lle la hez lle la 1'11'1)(', ('mi;) :d p;~:i!;i"O ú les
cuatro infelices)' n]¡sucllos pUl' el {l'iillll!:d ll'gítimo. POI'L:om~


(1) Dlm Yi['~n(c Ella, dOllI'J':'lld í'
y don Tomás Baile.




Llmw SÜ'DIO. 201


jilell1t'Il!O 11<'. la defcl'enci,\ cOll que !Jomhl'CS qne se llamaban
Jll'l~i~l\'all()~ acataban tan ~;:!1,!.:llill<ll'i:h intimaciollcs, la sen-
teDei;} de lllml'te, pl'onllnci<llhl Ú \;l~, doce ~'llI'2dia dd z'i, es
Ilotilicada (,JI ~l';m¡da y, una ho\'a dC~pllCS, son puestos en
eapillllllJ~clllLdclladn~, y ,ljlhliciadn~ el :2G. POl'lo([a satisfae_
('ion di! rS[I' atl'lIt;U[o se lllalídú [ol'l\l:tr ei)U"a Ú los jueces que
dieron (~l place\' II(~ una vengallzn c,cmijul'idici\ Ú ulla chusma
ClI1ll'opófasa, ('11 tantoqne e~ta, illcilladn por la impunidad,
se Ili~pollia Ú (:rí'lleH(~S nlleVIl~ )' h~lcia lemhlar bajo el dosel
ú los jUtC('S, como en ~lb eS(;a¡-IIl~ Ú lo'; legisla(lol'cs. Entre
<'.~'Il):i bllllO al!!IIlI':i 1;11(' 1)l'(~telJ(lil'l'Oll ('~ca"ai', ~i !lO jllqi-
lirill', el (Tí':!I'JI. .. ltl!'rid, ('nln' (¡[¡'os, osó lll'cil' en el Esla-
lm'Jlto pOplllal', IptC 1,1 rtlltlOl' dl) ¡¡¡W los presos iban l\ sc!'
lra';\adallos Ú .lal:a y el de llllP los facciosos se acercaban á
Fucntes CI'Cinl\loti\'o~ para t¡uese exaltaran lo,;zan\gozanos,
<disculpú ;'\ SCI'I':11I0 de Sil (,olllplieiLl:1l1, alegando q 111' se 1/(/-
1n'a ({,\'CSO)'I{r/o mi: los njir'il//f'S tf.' /11 I/!!({)':!/a ¡¡ac¡ol/flf; y,
/lO ~olj) :-;c c"liIlW]'f)J\ sllJieil'\lk~ (',Ia~ l'~(,ll~as, sino CInc el
goj¡icr!lo, sati~fl'cl\O tic la comluda del general, quiso COII-
~L'l'\al'lt> en ~1I )lll<,,,to, y el bt:l.lmuto, mas sali~fecho aun,
le autorizó ú trol'ado [l1H' su asiellto de }lI'OCLlrClllor.


El cseúlIllalo lle e,;lo~ ase~illatos aumentó la cxaspera-
ci01l producida por el (k la madrc (le Cabrera, con lo cual
pl\llo este pal'tid:u'io cmpl'cnc1el' lu<'.¡!,o lllWYa~ y nHls atrc-
,idas l'oITl'l'Ías. Con cllatlo mil infalltes y ll'escientos ca-
kill!)s . ;aliú, ¡ll1es, de Huhielos el "27, y, pOI' Vibel, Caudiel
y \I''I'iea, lIlal'(']¡ú sohrc Liria, tloll\lc se presentó al nmnnc-
ccnld 2~L "\lli d(,~;lI'IIIÓ ú lo,; lIlilicianos, scnpod(·l'ú dI) ocho-
cientos fusilPs, dI) )llu('ho~ millal'l'.'; de cartuchos y gmll
nÚlIlet'o de ca\mllos y 1I1011turas, hizo fabl'ical' cantidad tic




::W2 A:s".\LES Hll ISAllEL \l.
hHlzas, é impuso lIlIa CllOI'llle eOlltl'ibueioll, micull'a:" vnrios
(le su~ dc~tae:\lnent()s se eal'gahall de iguales rl('sP().i()~ en
Bellaguacil, Yillamel'chanle y oll'os Jluehlos Yecino~, a(I(~­
lanlúmlosc algunos hi1sti1 las illmellia('iolle~ de TOI'l'I'nle ~.
de Cuarte, á ulla legua de ~Yakll('in, Allel'ó~(' e~la capilnl
al S:¡)WI' la proximillml tle aquellas bandas, cuya fluna,
demasiado numcrosa en realidau, exagel'ahan aUII cclll<'.ll:l-
res de familias, flue por torlas partcs acudian Ú I'cfn¡:6arse
en ~us Illuros, eausalHlo con ~!l hacinamiento ulla ('onfu~i()n
cOlllp,ll'able solo ú la (lllC, 2,) aiios antes, prod1!j(,l'a la :lpari-
cion de las hueste" YietOl'io~as (h: SudH't. ,rll('ho~, 110 ('t'('-
yénllose segllros, ]ll'osiguiel'oll Sil (':unillo Ú lo., pl!('illll~ de!
Ponienle, en lallto <¡Ile los rCYI)II().~()s dt' la ciudad pl,;'p:l¡'a-
han IIna ason(\lb, con (Ine se proponian ycn;.;'\!', ~{Jhl'c ;mlll
JlÚmel'O de pl'esos por causas polílieas, el oJll'ohio ,le su
pl'opia impotencia, El gobC'l'l1n,!ol' Hl'cs~nll no !1l\'O m:1S llH'-
dio p"rn JlI'(,~(,I'Ynl'ios d(~1 fUl'ol' di' 1<1 ehlhllln, (11lC ."1 ~(' :11'1'('-
molillaha eonll'(l l'llo~, 11m: (~I dc cJIlh:\l'('ill'los Cl! L, lIochc
del :W pan, "\licanle, Unos fluillicntos ó :"ciscienl()~ mili-
(:iano~ lillC ]lutlicl'Oll l'cunirse ~:e contentaron con ,\(\\llIpa!'~c
e1l el ll1i~;m() (lía en las inml':li:\l;ionr~ (Id almacen ¡k p,\\-
vOl'a de Brnimamct, pa!'a VO]Yl'l'se en la maiüllla si~liil'nk ~l
la ('illllad, (le dDlIlle, poco ('ollflallo sin ,luda ('Il ~lh mCllios
de defcllsa, se esca¡ó p] mismo dia pa!'a la Cúrtc el ~oll\'I'­
ll<Hlol' eivil, á pl'elt'~,lo :Ie (¡lIe le llamaba allí el :l('~elllp(,I')ll
de S'l phlza, men!)s eOlllpl'Ollletilla, lle ¡mwlll'ndol',


Palal'ca supo en Ontl.a el :2\) la I'úpida ~ :111:1:17. jll(,\II'~;ioll
llc los eal'btas, y, para cllkil' la ]flli'l'ta d(' Yakll('i:\, dnn-
(le !lO hahia IIn soldarlo, "r replegó el lIIi~rno dia Ú .\1;::\1',
PI1 pI sif!uienlc á Beteza ~, no el'('yéndo~e alli sl'gmo, :í pe-




UBRO SETDIO. 20;3


sal' de habersele reunido parte de la fuerza mandatla por el
gollel'nauol' de Castellon, corrió hasta ulla legua de la capi-
lal. El 1.° ,le abril, pa~ó el 1mia por el puenle de Paterna
y se siluó el! 'l:wiscs, resuelto ú mantenerse sohre la de-
fl'll~iYa al "poyo de la ciudad .. \.lIí IG representó lkesson
que, p~lI'a l'onSf'I'y,ll' {'Il ella el úrden, t!(']¡ia Palal'ca adelan-
tal',e en husca de los facciosos, flnp, desde Liria, habian lo-
mallo la dil'ecei.on de Villal' del A!'ZI)\¡ispo y eaido dcspues
sohn~ la s l'ieas v ilbs de Chi ya ;. de Chesle: y, para que pu-
djf'~e f'mpl'l'n(ler la marcha, le envió 1111 hatallon y dos es-
eualll'llucs (1(' la I-jilal'<lia naeion,,\. Con este l'cfnerzo, eOlll-
pnso Pillan'a ulla columlla d(~ tl()~ mil lI'escil'tll()~ inf,llltes y
l'iplllo cinc!lenta cahallo~ , ron b cllal se adelantó el mismo
dia l. o Ú C!lPsle , de donde el 2 salió para Chiva, Cabrera,
'Iue Lle la primera llC estas villas habia salido al mismo
tiempo pan\ Re'¡\ICIHI, rctrocedió al sabc!' el movimieuto <lü
Palarea sobl'c "II~ ('.'paltlas, {~ hizo :'1 SIIS I !'Opas tomar po-
~icioll(,s CII la, al(uras i!lmcdiala~ Ú Chiva. De tOllaS ellas las
rlcsalojú sucesivamentc Palart~a , y su triunfo h:1hria com-
pletado el (le ~Iolilla, si la escasez de sus fUf'l'zas 110 le hu-
Liese impedirlo C\co,>ar ú Cahl'(,l'H en su retirarla. Este pasó,
l)]t('s, d Glladalavial' por Chlllilla, cargado del copioso ho-
tin hecho tH la reciente correría, y Palal'ca, reducido á dos
hatal\one~ de C('ula y 11110 de LOI'C:1, casi cn clwlll'O, Ú UlIOS
pocos cahallos, y ú los milicianos dc y,dcneia , se moyió el
:~ SU()/'(l {'('dl'a/ya, micn(l'a" Senadol' , con dos m;{ ;n{~ll(cs
r trescielltas ca/milos, atacalla ú San Mateo, r Ollilcz á
Tm'l'eve\illa .. \mhos cahecillas fucron redlazado~; !~'ro sus
esfuerzos simultálleos manlllyierOll, ell las PI'ovillcias de
Ca~lellon y de Teruel, In misma inquietud que ell la de Va~




:l 04


'rnria acahaban de infundi!' h\s marchas de Cahrcra. Ydase
claramente que esto" csfucrzos se I'cdo!Jbhan Ú Ill('(lilla que
¡os at('ntados cometidos en las eindades ¡¡o¡mlos,,,, c:\acl'l'-
Iwhan las malas dispos iciollcs de lo~ pl1chlo~ !lC(I'1CÜ()S C01l
respecto al gobict'llo de ::\hlllt'id.


Contra la coopel'acion {'sll'angera, qlle lo(los mil':lh,lll co-
mo rl único medio (le conjura!' ¡os peligros \le tal situJcioll,
se suscitaban en tall(o c,Hla dla (lifleuHades lluevas, y no
en\ per¡neüa la 'lile resultaba del intcres <¡ue :\ la sazoll IIIOS_
1\'"lla el gahinete (le San Jalllcs al 1I1ll'YO l'S]lOSIJ (le <101"1<\
\["1'Í,, de Porlugal. E~plotallrlo clres('nli!lliellto dI' l'Sll~ prín-
cipe, eseluido dd mando del ('V'rcito por Hila dl'ci~iO/ll'l'j i¡',de
de la cúmara de los diputados, ]¡"bia f(JI'Iuado ellllini"ll'o in-
glés en Lishoa un nuevo gauinelr Pll f(lIe hizo entral' Ú Car-
y[(lllo, el Mendizahal (le POrln¡,m], y :1 jliraLHb, el compa-
IJCI'O de e~!l) en el manejo lle la dl'lIlla IlIlrltlgur~a en Ll'lIl-
dl'('~. Asi ¡WllSl'j Ilml1To\\ al'il!k Yal:J¡'lI ,dlalla\' la~ diliclllla-
,les de 'llIC hasta entonces eIlCOIl!I'<lI'Cl para 1'(~Il!l\a\' !'III':ila¡Jo
de l'olllel'cio, e~pin\(lo el ;30 de ahril, y de euyo al'l"l'~lo fué
ellc:u'gado su allli¡m Palllll'lIa, como lo el'a \fl'll!lizabal ell
:\hll'id ¡le p[(rte ¡le ~ll amigo \'illicrs. E'\ UIIO y otro !'eino,
ml'ITerl al patl'iotisn1o (le Hnos, ni intere~ (le otl'O~ y ú la
inercia <le casi tlHlo~, l'neontl'aha mnlliplil'a¡J()~ (~sl()r1)()s la
rnncl:tsion dc las fllllcslas ll'alls,\e('iones ([Ul' ]lor t:)(la especie
(lc lIle,lio~soliei(nhnn \'illicl's y Yalden. Y sicndo ('vitlellle íjlW
la intel'Yencioll (le las ill'I1WS fI'aneesas en la <¡llPI'cIL¡ illJeriol'
de la ma~ pOclel'osa de las (los ll\OnaI'IJlli:l~ p(,lIill~lil:ll'('s, de-
hia Hnmentat' aqucllos ,'mlJai'azn~, lo ¡'I'a asimismo que In-
glnlena insi~tirja sobrc la~ (,!JI'l:l]li~,\s eslahleeilb" pOI' ,\ 1'-
gúelles y esfol'zadas des¡mes pOI' los esel'itOl'es rple se IliI-




LIBRO SI~TmO. 205
Imhall Ú sí mismos los ól'ganos lle la opinion. El gobierno
frallcI'·,:, seguro lle 'Ille ~ll coopenwinn, limitada al estermi-
nio dl~ IL):; cadi,ta.', lW debia cOllljlellsar con Yl~ntajas de nin-
gUll génel'o lo~ ]'il'~g(),; y los sat'l'i fil~ios Ú f(lle se eondenrH'ia
lll'e~tú!lrl()la, ¡]('l'Ial'ú, ¡Hle" (,JI los ll"rminos mas esplíeilos,
<]lIe 110 la jl!'(',;laria t[ircela. Pel'd, pOI' llllaespreie de eontelD-
pol'izacioll, al' ;edió ú qne entre los solllatlos de su ejl'l'eilo
próximos Ú l'lllllplir el tiempo de q¡ senicio, se reclutasen
cuatro ú tilleo mil ltOllll)J'(~s destiJlados ú reforzar la legion
tic .\rgcl; y las vcnlaja" ('011 I[ue se hrindó ~\ los oficiales y
la Carrera que ~e ahl'iú (\ la flmhieioll de los soldados bieie-
rOJi Ú Ill!iclw,: :tli,lal'sl~ 1'11 el lllJeYO Clll'l'pO. ,\ csta eventlla-
lidall tle SOC()I'l'O, sc diú ('n ~laÜrill tallta importancia que ,
h"hióntlo,¡o di\lt!g,Hlo r"ls~lln('nle en los últimos tlias de
alJl'illa noticia ue estar pr6~ima la lIegatla de a(lud refuel'-
zo, las frac/'ioncs 1 Olla s tlcl partido liberal se elltl'egal'on á
demostraciones d(' uua ,¡JI'¡:/'ía (~Sll'l'flito"a, \,cyda(lora de la
pllcn cOII/¡ama fIlie illSpinll'l1 la insuficiencia (le los l'cemsos
n<leioll"I('s.


COlltando COIl los de fucra, y empujado pOI' el pl'oclIl'a-
tlorCal'raseo, aceptó 1l0dIl t'l dia :!.7 el milli~lterio d¡o la Guer-
I'a: .\lmo(lovar past'l allllillislt'rio de Estado, y, cuatro dias
[Jespucs, t'tll; ('1 hrig~illi!'d:haeoll elcyallo al de jlarina. Pero
ú nadie satis/izo esta JIlezquina cOllllJill<lcion, y mucho me-
llOS, Yil~11l1oscla coineidir con la salida de París de los du-
fiu!'!> de Orlcans y de Nemours para Berlin y Yiella, donde
~(' pens,lha (file i/Wl Ú e~(¡'eehal' las relaciones de la llueva
dinaslla lle Francia COH las anliguas de DralH1¡ombl1l'go y
de Lorcna, lIlal d ispnl'~las por lIolol'iedall húcia la revolu-
cioll eSl'aüo\a. Los anlecedentes <le Almotl6vat' eran, por




20G A'IALES DE ISABEL TI.
otra parte, mas pI'opios pal'a aumental' las in<¡uietu es qne
la marcha de la misma l'CVOlllCioll in~piraha ú los gahi-
netes de EUI'Opii que para !lacI'r eficaz la c:oopl'l'acioll ill ..
rlii'l~cla il qtW se pl'es taha la Francia. Los atltr'ecr!e lltc~ de
HOllil llehian adelllas pal'ccel' cqui\ocos Ú lo~ homb!' .; nue-
vos, (pie no disimulaban ~u avcrsiotl Ú 103 (jllt~ tigltl'al'Un
dut'anle los diez años últimos del reinado de F(~l'lIalldo.
A(IUel gene!'al y el hl'igatliel' Chacotl enlelHlian ha~lallte
la gUCI'l'a y la m¡¡rilla para desempeitai' t'l1 l'il'eullslancias
ol'dillarias lo~ ministerios de cstos ramos; pero ni ellos Jlj
Almodúyar poseian los eonoeilllicntos lleecsarios para allel'-
mu' en las disellsiones gravb y \al'iarln~ ¡fue iban Ú jll'fI-
moverse en el seno de los Estamenlos, ni el 11011 lk la pa-
lnbl'a para sostencl' en ellos los Jlrineipios ó el sislema del
gobierno, dado (\ue se les supusiese eapaces de formal'
uno. ~i]Jguno de: ellos, en /ln, podia cantal' eon simpatías
bastante yjyas ('H lo;; euel'po~ Irgislnrlot'ps, ni con el apoyo
de partidos baslnntc tlUmel'OSOS para COlllpOllt'l' tilla ma-
yoría. Asi los llli(~VOS 1l0ll1bralllielllu~ no dieron t'lH'l'za al
ministerio, «ue llO po(lia ad([uirirla momenlúnea, ~illO re-
forzándose eOll h~mhres, ó muy eapaecs ú muy pOlmlarcs.
ni delinitiva, sino marchamlo en las vias lle la leglllillad y
de la justicia.


ellO y otro era, sin emual'go, imposible; y ~Ielldizabal,
obligado á eubrir con el yelo del mi:,;tcrio sus opcl'aciones de
siete meses y el consiguientc dese:oneicl'to de todo~ l()~ sel'~
vieios públicos, huho de contentnrsc con lo~ colegas que se
le I)l'esenlal'oll , creyendo Ifuc, Ú pesar de su poea capaci-
dad poliLica, podria manlelll'I'Se, con solo deferil' :'t las su-
gestiones de la efimera mayoda del Estamento popular ca-




unno Sf:TDlO. 207
)Iitaul't\lla pOI' Caballero. ~\ 1'ayol' dl'1 apoyo que ella le pl'es-
1<1:1<1, '.lt'lHlizahal hallia sllstcni(lll I'H pleno Eslamcnlo-c<llo
dwhcl' (~spiJ'atlo el plazo del \'0[0 tic conlianzfI ,y que cra
,,(lu(losa su olilig:lCioll de pl'c,;cnlar ll)~ presupnestos; f¡IlC
,no (](Ohi" d:ll' ,HIII ('lIí'II!;\ dI'] n~o q\le hallia hedlO (le ar!nrl
),volo, ) (/111' el E,latlwllto se suicidaJ'ia si 110 aprobaha los
))decl'elil~ l'~l'er\itllJ~ il S1I yirlull solJl'c csclaustracioll de 1'('-
·)gulares y v('\lb\ de Sil'; hiellcs.)) ,\lgutlos Üc los amigos del
minislro, d('seatlilo conjUl'al' los peligl'O~ a ([ne podria espo-
nerle esla declarneioll o';cula de elllaneipaeíon, se J'Pllnicl'OIl
p:ll'a esll'llllel' \lila prticioll dirigida ú que se SOlll(,-
ti(',O;'11 Ú la I'('\i~illll :> llUeyO eS:llnen del Estamento lo~ pr(~­
S!lplj(:~t()~ de 183;), ea (!lll' <11lLlllciaban podcrse inll'otlu('il'
economías (11' ('oj¡~p(,llencia. Pero, di~ellli(1a csta peticion
cn las seSiOllC'i (Ic! 22) 23 de ahril , hubo de lomar ea los
llcllate~ un eal'i\etcl' llistiuLo. y concehir'se cn tél'minos me-
llOS a)!r:lll:lJ¡le.~ para "rí'JldizaJlnl. Prl'!('wliose (Jue , rigien-
¡Jo pa:'<1 el al~1lI de :lG Jo .. 11J'(~";lll'llesto" dc ;3,), en virtud de
olla de las llispo~icioIlC~ del voto de cOllllanza, el pxúmen
llehía COIllI'I'elld(~r la~ uecesillades y rec\ll'sos del senicio
cOlTieale. E\.i¡.;iúse allellla~ (llIe se pl'escalasen las cuenlas
de ;35 .\ los Ill'e:i\lp\1csto~ de ;)7 , e~pcrúllllose que la COI1-
fl'olllat'ioll ¡](~ lodos estcs doeulllcntos y las ínYeSligaeíone~
Ú '1IlC el\os darialllugal', POlllIl'iall en claro b sítuaeioll tic la
Il<Icicmla cn el aüo l[lle iba conieado, ú pes,u' de la oposi-
('ioH de ~,l(,lll¡izahal á (Iue esta apareciese en púhlico. La
pl'lieiOll que CI'll,oII'aha asi sus esperanzas y su ]lroposilo
rué aproharla c,bi Ú llIt:1l1i!l1idaíl PIl el Estamento popular,
mipl1t1'3s (1'1C aquel ministro se elltrctcnía en el de próce-
res clIl'omhaLÍI' la adicion llel príncipe de AlIglona.




208 A:'ULES nE ISAlll\!. \l.
EI25 sc yoló otra !letirioll, para (¡Uc ~lclllliza}¡al pl'e-


sentase los decretos rL'bti\o~ :t la supI'csion de 10:-; illqitll-
tos religiosos; y lo ll1iSlllO ~(' h¡llll'ia hecho en los dias ~i­
guicntcs con otra, til'lllf\(la pOI' gran IlÚllICl'O dc )lI'ocl1l'ado-
rcs, para flllC 110 sc lle\'ll~(: ú erecto la 1'1l:lf'('llaeioll di: lo~
[)lenes llacionales, si las illtrigas del dictador líO J¡iei('~ell
fIue la mayol'la tle dos de las tres comisiones Cll(,:ll'gad¡l~ de
su exúrncn )ll'óvio rehusasen SIL e()Il~(,lltillliCllto para (lis-
cntirla cn público, En la SCSiOll del :2R, ]lI'otL'~tú Pa]'(:jo
contra este dictÚIllCll (11](', lfl<\S ql1izú que en la ~11~l;lll('ia de
la peticioll, :-oe fundó (~Ill<l dlll'('za d(~ li)~ t('~i'llIillO~ en quc
estalla ['c(lactada, El 1)I'e~id(,II(I', ,\{l'iJlcl)(,I'ÚJldn~l' ('JI e1l'e-
glamcnto, llegó la palabra ú los pri)e\lradorc~ que (llli~icl'oll
r~c\amnl' contra la arhitraria llcgnti\a (le 1:1:; c()lIli~il)lIc~;
pero, por una anomalía no I'ara en lllOJlWI\\OS (le duda y tic
illlleci,;ion, cincuenta y od\O pl'ol'Ul'allíJl'cs C'ontra diez y
llUCYC Yatal'on el 3 tlL' lll<l) o por la ill~ei'('ioll de la Jlrotes-
ta de Parejo en el aeta; sicndo de lllltal' (j\le Ilglll'¡') CIl la
mayoría el voto (le! pl'csidente, fIne, en In s(~~ioll (Id 28, se
mostl'ara tan inl1(:'\ihlc eon los antol'ps y ¡Jd'('lhOI'l'~ tI(, la
pcticion, QUl'Lló, pues, esta, (t Jlc~al' de la dceisiou que pro-
hibia discntida, virtual ó illlplieitalllcnte apl'ohada, y 1'1'1111-
cilIo ú nua minoría d<"hil el parlido lllilli~t(,i'ial ('11 l'UI'~liOIl
de tanla lr'bcclldcncia.
~Ias compacla , y suhrL' lodu llW:-; esplicita , fllé ntm la


oposicioll en el Estamento de Prócl'res, (:ollde, 1'1 G.,(~ {I'aló
de otra pl'oposicioIl, ~eJJlcja1l1C Ú 1:1 lfile do.~ ('()lJli.,iOlles (Iel
de Pl'oenradOl'('S HO pn'lllilicl'oJl di~tll{il' ('11 público .. \1 abrir"
se la spsion rleclal'(¡ \Icllllizahal (11111', de dar Clll'SO Ú la pf'-
))licion presentau:J, se seguil'ian gl'ilvísimos pCl'jllieios ú la




LIBRO SETlllIO. 209
»causa púhlica,)) y, contestando ú Sanfeliccs, GOl' Y Es-
peja, que soslenian lo contrario, aüadi6 en f,eglliua,-((!lIe
»!a suspensioll 6 rdlll'llla de sus decretos para la venta de
»biencs nacionales tlp~tl'lIil'Ll el crédito, c:ompl'ometcl'ia el
),1101101' IIHCÚJJwl, lkhilital'ia la eOIl/i¡ll1Zl\ en el gobierno, y
»)f:l('ilitaria l:t I'!lli~ion del empréstito ([Ile acababa de eon-
,dl'at,Il' don Cúrlos en Lónul'es.» En vil,tud de cstas consi-
deracioncs, ¡leclaro ((llcligrosa la eoutinuacion de u([uella
)ídisCll~ioll, JJ c~Pl'c,¡\lHlo «(¡lIe mientras lllas se prolongase,
),¡HaS se J'esl'lltiria el nédilo, y mayores em])¡wazos cnCOll-
)JLI'3ri,l el !!O!JiCl'IlO para sus operaciolles.»]'\o atCI'l'al'On ti
los jl¡'¡'¡('CI'Cl; l'J;lilS ;\seí'los, desmentidos pOI' hechos BotOl'ios
y repl'obados pOI' la l':lZOIl pública, ni baslal'oll á defender
l:ls rui aOS;b d is pOi ieiollPS (Ille, para levantar momentilllea-
nW!lte el precio de lo;; fOllllos en la 13olsa, cntregm'on los
hicues lIe tOllos lo~ institutos religiosos del reino ú agiotis-
ta~ fine acopi,lh:lll 1('llt"lJll'llIl~ el ¡¡,¡pel, de,acl'editado pOI'
las IIJ,lllj()IJI',I~ ¡lli,"lltas empicadas para mejorarlo. Cuarenta
-: cinco 11I'OCCI'('s <lpro]¡aí'oll la peticioll; lJuince solo se pl'O-
1l1l1lc:ia1'01l en contra; la derrota del miuistro fue com-
pleta.


Ya c~lc la habia previslo al ODsC'l'var el giro fJlIr desde
el prillcipio tOillÓ la (li~cllsioll; pero, resuelto á conservar el
podel' ~\ lodo Il',lIl<'c, ,1l'lIdi{) ni ¡Junto Ú lIua dc las sofisticas
di,;lineioncs con (lile iha s\lc:e"iyatncute rctl'actando todas
SU.-; pl'O,l1('';,I~, Y (lcl'bl'ó que el gobiel'l1o no cOllSid('J'alm
como de g;¡hillcl(: la ClIe,;¡iOIl ~l1scilada. 19lwlllleule ¡]('('bl'ú
íl\l(~ , llUIlI!lll~ ,;(' o]lollia ;'1 la peticioll, 110 IIlil'al'ia su aprolJa-
ci01l COI\lO un (11:5:;i,'<" ('ua! ~i los peinl'ipios estahlecÍllos y
lo~ yoJos ellun ciados en aliuel documento no fuesen la COIl-


1'0.\10 111. 14




210 A~ALES DE ISABEL n.
llenacion mas solcmne de la coutlncla del ministcl'io; Cllfll ~i
este fuese dUeño de cali/lear segun :m conveniencia 1<15
cuestiones de gnhillete, ú no e~lu\it'.~e lijada la catl')!oI'Ja I!P
csta por la Índole misma tic los llegocios, por la itllportancia
y la estension de los illteJ'eses qne ~e agitaban; ú, en Jiu, cllnl
si pudiese en llinguu caso (lejar de mil'al's(~ COIllO clH'slion (le
esta especie cuahluiera en que se maniresla~e Cllll'(~ ('1 ~o­
biemo y los cuel'pos legislativos un disenso ea\illcallo. Y
este existia C1I efecto sobre lo,.; intcrcses vitales del cl'eüito
nacional, sohrc el 1110(10 de dispone\' de sus rlipoteeas ('spe-
ciales; sobre la suel'lc (le )ll'Opictladcs flue la cOllfis('a-
cion habia l'cunillo al dominio púldi('o, pot' Jtj('di()~ de 11'W
em. indispensable cxaminar la Icgalitl<HI; sobre la latitud,
pOI' último, que cl gobierno pretendia dar ú un voto tIc con-
fianza, arraneallo, mas flue ohtcnillo, Ile la kgi~lat1ll'a 111Ie
rcebmaha contra cl ahuso I[ue (le l'l se ltahia hecho.


MCJl(lizahal. IllTlclldiclldo manlelH'rsc cn ~u Jlllcqo :'l
favor de una distillcioll mdafbica, !lO solo !lO miró ('Oll]()
desail'c la )'('probacion esplícita de sus actos, ~illo flllC aYi~;ú
al pl'esitlente del allo Eslamento 1\1](; la I'cilla !lO recihiria la
comision nOll1hrnt!a para lll'l'scnlnl'lc la peticiIJIl. E~ta \ io-
lencia inútil, ]ll'opia solo pam tlll'lJ,\I' b ~\l'Il)()l\¡a <¡ne l'ulon-
ces mas que HUlIea C\',l necesario 1l1<11ltencl' cnlre lo~ POdCl'C'S
púhlicos, hizo rccordar la disolacioll dd Estamento pl)l'u-
lar decretada eJl enero tic l'esullas de no hallel' ohlenido
la mnyoria e¡ministerio cn una enc'ilion I/lle Sil grf(~ habia
declarado tambicn !lO "el' dc ¡wbinclc. La pelieioll de 10:-;
pr¿,ccrcs tenia Ú Sil j;lvor, !lO ~O[1l d roto de las trcs cual'-
tas partes de ellos, sinil !lna mayoría igual dc los pl'oeUl'a-
dOl'CS, pronunciada en la cucstiOll ele la p¡'olcstl\ dc Par('jo,




211
y, lo fIlie es mas, su justicia evidente, la opinion unúnime
del pais, y aun la de toda la prcnsa indepcndiente. En la
itTitacioll quc mostró Jlendizahal por el hecho de pl'ohilJil'
á la diputaeion del Estamento su prcsentaeion ú la Gohcl'-
nadora, yieron UlIOS el pllcrilllc~pi(lllC del amOI' propio hu-
millado, otros la intcncion de conSCI'Yal' pOI' cualesquicra
IHedios el pOI!cI' (¡U e se le escapaba. Y necesitaba COl1senar-
lo cn YCrLlall hasta contratar un empréstito, á euya sombra
se regularizasen las emisiones ilcgales de papellteehas has-
L: f'ntonccs; Il\lC~, de otl'l) modo, dcscuhicrtas estas mas tar-
de Ó Illas tCJilpl'ano, hahrian eOllcÍI,Hlo una oJlosicioll
yiolellta contra su aulo!', comprometido ú tel'minal' la gucl'-
ra CIl sei" mr:-i(';; sill illlXílios cstrangel'os, rmpréstilos ni
rOlltl'ihucIOllCS. ln ministl'o de eapacidatl y de patriotismo
halll'ia PI'oclIl'allu alCllual' su el'ror, atl'ilJuyélldolo á ilusio-
BCS gtnL\'o~as, y l'ontribnido ,,1 I'ellledio del daño, no reca-
tando ~Il c~ll'lI~iOIl Ili ~n llj¡\gllil([(1. PCI'O esle procedel' e:xi-
jia Illl ;,acl'itirio dc aIlLH' JlmJliu y una abncgacion dc si
mi,;mo, tic qlle son por (Iesgl'acia ral'os los ejemplos.


1\0 sintlt'lHlosc }Iclldizahal capaz dc c:ste csfuerzo, pre-
firió (~OI'I'Oll1pel' con L\ slImisioll Ú los <¡lIe acaso habría ga-
mulo por la fl'a!HllleZ<\; hacer sus cómplices dc los que de-
bían ~el' "IlS jncl'c,;; ~1l,,!raCI' al exúmen su cOlHlucla, COIl-
víl'lil'I1(!ose en instrumento de los llamados por SIlS fUllcÍo-
I]('S Ú fi~calizada, y se l'csigllú, en suma, :'1 la Immillaeioll, en
eallllJio de la illl]lullilhul. No siél1(lole posiblc completal' el
rnil!i~leri(), ('11 \allO rcl'orzarlo rccientemente COIl (los mili-
tares, (pliso dc~lllll1J¡l':lI' COIl la confianza quc aparentaba
tenel' en sí mislI\o, y traló df~ adjudicarse Cll propiedad la
pre:;idcllcia ud Consejo que, llunUltc CCl'ca de ocho meses,




212 A:'lALES m~ ISABEL n.
habia desempeñado illtel'inamentc. Hipn que fI'lIslnlllo, 1lH'r'-
ced ú la l'elmencia de la t~ohel'l1adol'a, el de~igl\io üe ~Icn­
dizabal, [ll'osignio ('~le millisll'o SIL C,)ITC'ra; y, con las rc-
mesas de foudos que de París y LÓUlll'e~ le haGiau; con la
cooperaGion de ulIa Illayoría iictieia en lo" ProclII'adores;
con el apoyo lle los bolsistas de >\fadl'ill y Cúdiz, ricos al-
gllllOS é inllllyentes los mas cn la gnardia naciollal, de (PW
hacian parte; con la audacia (lile oponia ;Í los ala(lues lle lo,.;
}H'oceres y a los sarcasmos de todos los hombl'cs iwlcpcn-
dientes; Gon la actilml llmcuazadol'a en que mantenia ú
los clubs, de que llispollia sobcranamenle; con cl silencio,
Ú lIllel'e~ado Ú O]¡SCflllio,;o, de b pl'(,ll~a ('~fl'¡¡llg('ra, ,\ In
sllbyllgacion de la ¡lI'ellSa Ilaeiollal ,!llclldizalial i'(~ cn',\ Ó,
no solo segul'o en su puesto, ~jllo llesliuallo ~\ la Jiela(IUl'a
perpétua: :Muchos tClllie ron "el'k UIl dia parodiando :\ Crolll-
"el, (kspucs de haher parodi,Hlo ú La".


Las complicacionrs filie :lSomall<\ll pOI' lorlas pal'les no
le llejaball, sin cmlJargo, el li(~!llpo maft'rialllll'llle Jlec(,~:lI'ill
para la cjecllcioll de este \lI'opósito. Las diputaciones de
casi tollas las pl'ovincia-, y parlicnh\J'lnellle las de Bilbao,
Logrolio y TCl'Ud, scilalaron {'II los [('.l'Ininos mas doloridos
la coopcracion e~tl'angel'a como ti único mCllio (](: poncr jiJl
Ú ulla gnel'l'a, llc cuyo progresivo increllle uto 110 os,1Imll in-
diea¡' el ol'Ígen, al lamen lar llls í'e~\Illados. Las jlllll:\S es-
peciales (le sUlllilli~ll'OS, ir eu: o ciu'go se pusieron los ser-
vicios de suhsistencia:-, \¡ospilale~, traspol'les y (lemas C()]'-
respondientes á la intcllllcncia del ejército, repl'esenlahan
caJa dia en los l érmillO., mas enr"l'gicos el ahalHlollo en que
las dejaha el TCSOl'O, r la illlp()~i]¡ilidarl en «(lle la falta de
pago de los suministros de los pueblos constituia ú estos




IJBRO SÚTi:\lo. 213
dc scguil' ulwonluntlo los (Jlle reelmnulmn las nccesid~Hles
(Iel servicio tliul'io. Siele Illillonc~ probó un PI'OCUl'UtlOI', en
unu scsion de Sil E~'alllcalo, IlllC imporlaball cn 21 (le abril
lo,;; sl1ministl'o~ hcehos pOI' la junta dc TuLlcla con los I'C-
CUl'~OS de IIIl di~trito qnc solo contaba vcintc y cinco mi
IlalJiíanles. sin hallcl' Jlo!lido olitellcl' e\b, ni ninguna dc lus
forlllarlas Cll lo~ partidos vecinos, el rcembolso de ulIa par-
le grallde ni PI'([lIClta de sus anticipos. Y, en lanto , ul
ejb'cilO destinarlo Ú OlJI'Cll' en aquel lelTitorio, sc le debiull
sctcuta millollcs ('.n los side meses de la adllliuistraeion de
:\IcudizalJal, y se Ic reducía por cIlo ú continua¡' en el pie
de IIlla ddell~iYa llJengl!:\íb.


De exaccio!les semejanl\'S viYiun, y á igual atraso <le
pag,ls estaban cOllllenal[os tOllos los cllerpos dc tropas quc
militaban Cll las tlcmas pl'oviucias al1igidas por la guena.
San ~liguel, f¡\Ie, nomhl'arlo rccientcmente comandantc ge-
neral de fI Lle~ca, se eJlCat'!"Ó, duran[c la ausellcia de Scr-
l'allil, de la capilallia geueral de Zaragoza, tuvo quc cmpe-
zar su cm'rera nigicllllo nn pl'éS(;UllO de tl'es millones y
agravando lo cnOl'llH) dc ¡a suma jlOt' lo ~lI'hi[l'ario dc la re-
particion. Para {'onlln<ll' las a[cucioues del vasto telTitOt'io
de su Illatlllo, tli~pllSO LItre de bs conlrillUciones de las
cna[ro provillcias gallegas, sohre las cnales lihraba antcs
el TesOI'o ocho Ú lIucve millones al mes. Lo" sacrificios de
las exacciones semi-Icgales de los generales ó de las dipu-
lacio/ll'''; se aumentaban, a(luí por las requisiciones, HUll-
ca intervcni(las, dí~ la:.: colulllnas móvilcs; alli por las mul-
tas {[ue, bajo prelnslos ya livianos ya inicuos, imponian sus
eornalll1a\\te~ :'t los \Hlchlos; acú pOI' prestamos forzosos,
l'eemuolsables con los pl'oductos inciertos de contribucio-




214 ANALES DE ISAIlEL JI.
ncs futuras, ó con el de libramicntos no autori'la(los sohre
el Tesoro, que no solo 1\0 los prle;alJa , ~ino 1\1l(~ l'clihi'alJa
sobre los tiradorcs, cierto él y cicrtos ello~ dt~ <¡Ile yoln'-
rian l)['otcstados sus gil'oS rccíprocos; allí, eH Hu, por Y(',-
jacioues personales lle mil cspecies , en qHe :'C 1'l'~olYi:1II Ú
yeces las tentativas inútiles dc la auto\'idall para <[uc los
pllehlos aprontasen lo flue no tenían. Estas w.ial'iolle~ 1Il~­
gal'on Ú punto que muchas \"eccs no cllJliel'll1l l'lI las forta-
lezas los alcaldes y rcgiLlorc~ cl1('(,l'l'ados ('n clLts pOI' n,lle-
)les dc los suministros; y csto sin 1)(,l'jllicio de 111((lIe, ('11 di-
ncro, YÍ\'crcs y efeclos (l(~ [Olla., clas('s , ~ll',d)aJl los callis·
las cn las COl'l'cl'ías (llIe impnJlClllcJltl' hacían eJl ia lcrcera
parte de las jll'oyincia,; del reino.


Todos e"los ma\r,s el'an en yenhul la consecuencia ill-
mClliata de la ralta de l'ec1ll'SO~ ; pera esta lalla procedia a
su yez (le la impotencia del gobierno pan) hacer ellJil'll, de
Sll nnlirlad para impedir el mal, y solil't' lodo de ~u o)¡~li­
nacion en ('onll'al'iar los húlJilos del pai~ j)(}l' saIÍ,JaCt'/' Ú
las exigencias de Ull partido, mas ((nc JlOI' lo numeroso,
temido pOI' lo audaz. Pal'ccia quc tantas calalllidades dc-
bian abrirle los ojos y empellilde iI Yeneel', pOI' otros me-
dios fine los empleados últimamente, la I'Csistt'llcia <]1](' ~c
iba haciendo general. Pel'o, en vez de eso, se ('('i"ó has-
ta rl punto de aumentar esponlúuc<lllll'ule sus motivos,
cl'cúlldose asi cada (Ua nncvos y mas tenihles embal'a-
ZIlS. Fll caso, cull'e mil que pudieran ('i¡,lrsc', pl'o]Ia",',
la pcrtin:lcia d(~ su c1f'sallllllhnullielllo. I)I,,¡JI' s('lil'IIlIJl'e, se
habia comuuicado a( Consejo B('al de .\a\-a!'l'a ell'e¡.(lalllcn-
lo lwovisional, fonnaclo pOl' Cal'cÍa lIel'l'CI'OS, pal'a la allmi-
nistl'acioll de justicia. La lliputaeioli de a(lucll'eillO ,;e apl'c-




LIBRO SÉTIMO. 215
SlII'Ú á rcprcsent::w los ineol\Yeuirntcs f¡ne en él producirian
la variacioll de sus liSOS le!!alc~ y la atlOjlclOll de reglas es-
plicitamcnte contrarias ú su~ fueros. Becerra, desatendiell-
llo las ob~l'l'v;\i'io!lcS de ,Ullle! cuerpo, mandó converti\' el
COII~l'.iO 1'11 :lll(lilmcia e iustalar los juz¡)illlos de primera
ill . ;lallcin; mOc'IL'alulo pOI' estas disposiciones el poco favor
(jlw debia e~pel'al' del gohicl'l1o <le la reina la pal'te fiel del
ICl'l'ilOrio ntnalTo y vaseollgado y legitimando la I'esisten-
cia(IUe, ha.io la halLllel'<l (le don Cu'los, le oponian los mas de
los pueblos de Ins mismns provincias. En lin (le marzo, pl'e-
viuo Cllllilli~ll'o al 1'(';';C'llll'dcl Consejo (¡lle, en un COI'tO tCI'-
IIlinll, )levase ;'l eft'do las iUllOyaciolles dccrcladas; y, ú pe-
sar dl' la ['!'Sistl'llt'ia llellJal'OIl de :\lecl' , con quien se ha-
llria dehido contar, 110 solo pOl' hallarse en cargos de vi-
rey, :-:ino pOi' su calilhHI tle comandante del tel'l'itorio de-
rlal'i}(lo en p~t,\(lo lIt' sitio, el 28 de alJl'illlevó {\ calJO el re-
W'll[(: Ia~ di.'po~iei()n('s dI'! miltis[erio. Siu tituhear, arrestó
de j'csultas el ,irey ú aquel magistrado en la ciudadela, y
al dia siglliente le hizo conducir preso al cuartel genenll de
C¡'))'(lova y, como Jli este )woeeuel' rctl'ajese á los mini:-;tl'os
(leltl'ihunal dI' continual' la obra cOlllenzada por su presi-
denlc, el Yirl:y los snslH'ndil) ~\ todos de sus funciones. Asi,
por dar ~atisfnecion ~\ los n<lvanos, con razon resentidos de
la inteneioll pOl' el gohiel'llo manifestada de destnlÍl', en el
Consejo de aquel reino, el guanlian de sus privilegios pro-
,illcialrs, se yiú un agente dc aquel gobierno mismo en la
l)I'ceision de [¡ol!m' púhlicamente sus disposiciones y de
hnmillar la Illa~isll'at !ll'a ('11 la persona del presidente de
un lrillUnal SUIWI'iOl'. Esta violrncia inevitahle debia acabar
(le destruir el lll"cSligio de la autoridad, ya harto debilitado




216 AcULES DE ISABEL n.
por los dcsacatos frccncntes de los súhditos, y mas aun pOI'
el apoyo (lile, Ú los csccsos hnllitllille,.; de ulla H1\H'IH'üull1b¡'e
sin frello, prCslall<l la autorid<!(! misma, ol'a COIl su loICI',\II-
cia forzada, ora COII Sll t(r!llieseeJleia <'''pOIlI<'lIH':\, y lal wz
hasla con ,.;u sancioll csplícila, i.QI[('~ jllicio fO/'lIlal' de llll
gohicl'llo rlue, lll'ivarlo de la fLlct'za llccc,.;al'ia pOi!'a casi ig,\l'
los erimenes que alligian al pais, no ostclllaha í'ncl'glcl :,;illO
para la plantilicaeiotl dp una medirla (\IW, ,i",.;la ,Icaso ('11
prilldpio, llevaba, en su inopOI'Lullidatl, el ,.;('110 de la l'l~p!'o.
hacion y, en la insistencia pant plantearla, el C,\[','tclr!' de: la
temcridad?


El descrédito o.,tlinal'io del gohir'l'IIl) , :lllIllCII[;H!O pOi'
colisiones tan lorpemente provocadas, ]lO P"l'lllil ia ('['('('l' r{lW
el pOlll'l' se conSl'rvase mucho ti('mpo en las manos (le \len-
dizahal, poe mas que, pan\ rctcncdo, hiciese él calla dia
mas y mayorcs esfuerzo,'. Pero, para r¡1l/~ est()~ cOllli-
lI1W~CIl ~Ul'licllllo el cfeclo :Ipetecido, era n)(,lll'~ter qlle
[llgun importanle ~\1eeso milil:11' die.;(; tl'l'glla~ ;'t la i!l-
quietud públieil y rcanimasr jlor (llgull ticllIpo la eonfiallz<\;
y, C0ll10 Conlma alegas!', para )'eI<In!a1' la.~ op('l',,~iolll's ;\
que diariamente se le elllpu.ialJa, su falta ¡I!lsolula de l'e-
eUl'SOS, se aemlió ]lOI' de pronto ~t YChellH'llll'S c~('itaci()ll('s
orales de ([Uefu('l'oll eucill'gados clubist,\s de \fadl'id, y succ-
sivamente Ú lasexagcl'aciollcs dc la pl'clIsa, y ú las declama-
ciones de la tribulla. ~lielltras (¡lle gl'itat!ol'('';, en la PW'I'I:1
del Sol y en el eafe "nevo, y Caballero, cn el Eco del
CO!llerclO, clamaban contra la apatia de ,)tlllel C;llltlillo y ha-
cinn incr~s<lnles eSfl«~I'zns pal'a (]es;lcl'l'dilarle, cllll'ocmarlor
Val'olla lanzoc!l clE3tallll'lI10, ,:Se:iioll del ~2 (le abril) eOlltl'<l
él y los generales de su ejereÍto ulla ¡ilipica atralJllial'ia, Iflle




URRO SÉTDIO. 217
11l'lWOCÓ una accrha (lisclIsion púlJlica entre el mismo pro-
c,lndm' y el milli~tl'o di' la Cii('l'l'~l, ,\lmo(lóvHr, acaloradas
l'cyel'l<ls ell do,: ~¡;,iom'~ ~I'l'j'('[¡)~ y cotlte~laciollcs scvcniS
de lo~ ~l('u"l(ln:" Jl'aJl,i;~i('ron OSlCil~ih\¡onwlltc In tlc,ayc-
uiellcia ("';J1lica('ioil{'~,',j'c!I':t('I;I('inlle'; recíprocas; pel'o, l'01l-
[ilitu', CJI ,('crelo la opn,jcioll, alimcntalla pOI' la idca ('l) (¡ue
e:-i:¡J¡:1ll lo~; \'eYoltH~ioll(\rin" de fjue no po(lrian hacer al
('j('Tcilo tOIll<lI' parle l'n las querellas polílic<lS, micnll'as á
~1I f;,\)(:za Pl:l'lllclll('cie-;e el gl'lIcl'Hl Cónlora. Yislo lo cual,
n'~,ohiú (','le acallal' k; clamores, euln\llllo al punto en
c n iIl P,Il'W,


,·\),I'il'l/:I el ¡:2 de abril, hacirll!lo p:wtil' <le YitOl'i:1 pal'a
Salllall:\'\' la I('¡.rio!! illi)L'~a :- l(ls c1Wpl'lgOI'l'is, elH'Hl'gatlos
de k\<lnl:Il' el hloqnco 11e San SelJClHi,llI, y de adelautal'se
ell H'~lIida lm~l[\ \ krnalli é Irún, p<lra rcstahlecC'l' l:1s co-
'lJllutl':\ciOlH'S por lie!'ra con el fnrtin del 11Ilente de Ikllovia,
J pOI' cOIJ:;i.~llielllc {'Ilil FI':lll\'i~l. La ll'gion portuguesa, qlle
]1:1,1:1 ('ill(lll(,('~ rOl'lllal,~t p:u'(c tk la l'e~el'Ya de Ezpelela,
B('IlÓ en la ('apilal de\Lml d "<lcío (PW hahia tll'jatlo la
parlida de Jo~ ill~le~es, ) CÚi'dOY:l S(~ adelanló cn persona á
lIlul'f!uia p<lra o];set'Y<l1' ú Eguía que, de~dc Uodio y:Mil'ava-
Jj('~, oh~('\'\<I];a p::\' sn parle ú Balma:-;eda. Este movimiento,
(pie p~1I'l,,'ia allllll('i~ll' la inlrncion de un combate (lecisivo,
COiHl:.idiú con los l'ecollocilllielltos qur, alwn:1~ desellllwl'catlo
ell S:l1I ~ehaslian el 21, cmpezó Enl11s Ú pl'ael:cm' en los
r:ia,;, ,;i,"'l!icJlI('~, con lit rlcsll'Uceion de un puente echado so-
l)! .. , ti .\rg:1 pOi' Jf)~ c:iI'li~l:l~ cerra de Villatll'l'cta, al apoyo
de h\ ('ol'lli!Jcl'<I de lllont<ilws ([I:(~ pOI' ,dli domina el clIrso
de aquel rio, y COllllloyimiclllo:; allúlo¡;;o::; cn loda la esteu-
~ioll tIc la linea. Eguia, (iue desde enero estaba dando




218 ANALES DE ISABEL lI.
pl'llehas (le uetividu(l y de inteligencia, tl'a~lnci{¡ el dc::;ignio
que ¡¡([uellos movimielltos rcn'taban y ::;c ucklan\ú ú B,d-
mnseda, dOil(!e Ezpclda presidia ú la cOlIstl'lIccioll de 1'01'-
til¡eaciones, dcstillat1as ú poner la villa ú cubierto de \lU
1I11eVO golpe de mano. El :2,), atacó, COIl <Iiez balallolles, la:;
posiciones ([tiC, con cnatro, ocapaha ,rendez ríglJ ell las ill-
lllc(liaciones ele Orl':m\ia, y, {¡ pesa\' (le la llegada ell' mi[
y f¡ninientos infantes y ochenta cahallas, con ([ue le refor-
zó Ez¡wlela, se apodero ~llce~i\aml'llle de tod:\s dlas, é
hizo Ú lo~ rristilloS ]'eplt-gar~e ú Jijallo y la -'laya, sitUúll-
dll~e él ell Ol'l'CllItia, el BCI'I'OIl y puehlos illmediatos.
Las brigadas de ~Iendcz Yig'o y Penn dejaron ell eJ campo
cienlo cincucnta tnllel'los y tuvieroll selecicllt()~ ltl'ridos,
eontúmlose, en un solo batallan ({PI pI'imel' 1'('gimicnlo (le la
Guardia, eieuto veiute lle los últimos y diez y ocho ele los
jlrimeros: el mi~mo comandante en gct\', Ezpelcta, rlll'~ del
númel'O ele los h<~ridos. 1-:1 2íi, se 1'l'llOVÚ el cOlllhalt\ ya¡¡uei
genc'l'al luvo de sus resultas (llIe l'eplegar~e Ú Yjll<l~alla.
POI' su pu]'le Eguia , alhel'li,!o de lu marcha de Córlloya
sobre M ul'guia, a]¡allllouú el 27 las posiciollC5 gallllllas en
los dias anteriOl'es, y se situó clItre Llodio y ,\rciniega, pal'~l
aendil' tleslle alli ú don(\P de lluevo le llamasen los movi-
mil'utos de Ezpcleta ó CÓl'lloya. Yillal'l'al habia ~jdo tll-
e;:l'gado <lc incomodar ú é~te en su mal'dw {t J[ul't\uía; pero
el [!'mpol':d llO le pCI'mitiú desempeüal' su'eneargo, como no
!)('!'mitiú á Cónlon adelantarse en busca tic E~!lí:l. Una
huena parte dI' la 1'C,,('I'va lu\'o que eYaClléll' 1,11 ~('gnilln el
nlle de JIena, y tl'aslallarse al de LO.-a.


En los dias mismos en (Iue, pOI' su d(,l'eeha, ohtellia EgIda
estas Yenlajas y, á su frente, la de cOllllenal' Ú CÓl'lluvn ú la




LIBRO SÉTIMO.


inflccion, oeupanllo asi ú los dos calHlillos del ejercito de
operaciones y del de re serya, Gal'cia, por su izquienla, ataea~
1),\ Ú 1;\ lc~~ioll de ~\r3d y la cllcclTaha en SIlS alrinehera-
lnicnlos. El 2,) pn'<'1 Ú OL1;J1H' ;u!1¡c1 gefe, eDil ¡'¡nimo (ito hu-
1'1'1 lIll l'I~C(lIlIl(:iJl)il'llt() ¡[elIdo tk Zubiri, yen la larde obli-
gil Ú J'epl('¡rar~,~ Ú Lll'l'aSOal-l<l Ú UlI hatalloll de aquclla Ic-
¡rion, (¡He Bel'llcllc habia emiado por la maúana ú corlar un
j¡o~qlle, de~de donde los carlistas incomodaban con sus fue-
gos la !ll"'l'lIieion de llll fOl'lin ~illlat!o en 1::15 alllll'as de Ti-
1">¡H';.)lIi. El :W, OCllpÚ Carda aqueHas allmas eOIl cuatro ha-
"diones, adelan!;lllllo lIllO lk ellos para provocar la gmmü-
cjull !Id flll'l'lc y la dn L<ll'ra~;Oalla. ElIlpcüúrollse pOI' de
]lrolllo cuall'o ('1l1Ilpaüias de lcgiOlwl'ios, (l"C, ya {¡ punto ll~
sl'r el\\'u(~lta~, f(\(,\,oll reforzarlas JlOl' un halallon mallllado
por Bemclle en persona. Este SOCOlTO les permitió salnu'-
~c, rl'lirúlIllosc todos ú Larra~oaüa, d('~JluCS dc un comb~\lc
dcsi!!ll:ll, en qw: la ¡egioJl sufrió Ulla Pl"l'llida dc ellarcnta
1l11!('I'[OS y cicllto Ir\'inl<t hCl'ido~, cOlllándose el mismo ge-
llel'alcll eluúlllcro de los últimos. En todas cstas aceionc~,
los carlislas sufrian tamlJiell pr"l'di(las ; pero )a~ hacia mc-
llores la facilidad de socorl'OS y la puntual asistencia <ILle
se dalla ú sus heridos, de los cl/ales muchos cran traspor-
tados ~\I ~eno de ~us familias y los l\cmas hallaban conwe-
los eficaces en las simpatías <Ir sus comllilll'iotas. ",olóse que,
:'t l)('~al' (le <[\le, durallle todo el dia, se oyó CH Pamplona el
caúollco de Hila acrion empella(\¡¡ ú unfl legua de la ciudad,
('1 \i!'cy, haL'oll di' 1\J('('/, , uo pUllo (lispOlli.'l' (le tropa alguna
de la plaza pflL'a ucwlir al f;OC()l'I'O de sus aliados.


No }larccicl'on i!l(lUil'tal' Ú CÓl'dOY<l e~tos sucesos, ya
po)'(!ue Ezpclcta y Rcmclle los prcsenturon casi como veu-




220 ANALES DE ISABEL n.
tajas, ya porqnc contaba 61 mucho con el cfcrto que ú reta-
gual'dia del grueso cadbta d('bia prodncil' la aparicIO n rc-
pentina del cuerpo reunido coetúneamenle pOl' su im\en en
S:mSehnsti'lll. E~te, por la Ilegal!a suce,.;i\a de fllCl'tcs dcsla-
call1eillos rmh:wcallo~ ell Salltan(lcl' t!esde el iR, pasaba, cn
fin Jclll1es, de ocho mil hOllllJl'cs, f¡ne aun (lelliall aumcntar-
se con algunos batalloneii rezagados. Evans, Ilcs¡mes de ya-
l'ias tcntatiyas para echar HU puente sohre el Urrnmca y ocu-
pa!' algunos puestos cste¡'iol'es, di(') el1 de mayo SllS disposi-
Clone" IHll'a UI1 ataque general ~llas líneas enl'llli!-)a:, , fot'nwllas
por una tt'iplc cadena de parapetos, enlazados por fortines
repartidos {\ tl'edlOs. Antes dd amane('('l' I[d ,), !':tlil'l'o!l de
la plaza, en t¡'es ,livisionrs malllladas por gl'¡'¡~s inideses,
cuatl'o mil y quillientos hombl'es de la k!-)iou y mil y qui-
nientos espaüolcs de los regimientos rk Zaragoza, Oyiedo,
Ja,'n y Segoyia, ehapclgol'l'is y naciouales, y con poca l,('~jS~
tenej:\, 5e apodcraron de la IH'illll'ra Iínca (¡IlC, Ill:st!c \ln ca-
:-;('1'10 sitll;)!!o en ulIa altm'a solll'e el rl'¡'UI1Wa, S(~ (~,;i elld ia has-
ta el .\I'ellal. En seguida emhistieron la segunda linea, (llIe,
tlHilqne cOlTiellllo desde Pu~ o ú Lng,\l'iz, ~. mal guarnecida
pOI' su cstellsioll misma y por la esca~ez <le fuel'zas de
Jos cadistas, fn{~ Ilefellllil!a con ohsLinacioll, Hechazadoslos
asaltado!'es, renoyaron el ahullll' COH mayol' hrio; pero
la,; h,l) olletas de sus encmi70s y sus halel'ías (ic .\yc-
te, Halllolllll'gui y Lngariz los hicieron de lllleyO rell'ocedl~l'
ú b Hanlra. Ya cl'eian los atacados coutal' COIl la ,ietoria
cumlllo se apareció ell la bahía el 1'Jl'(1 JIay eon los
Yapol'es de gucl'ra Fénix y Salamandl'a, y mil y tl'e,,-
cientos hombrcs Ile los regimientos lÍ.o y 8.° de la iegillu,
que IwJ)ian qUCllado en Santandcr. EsLos, descmhal'camlo al




LIBRO SÉTIlIIO. 221
punto, reforzaron y dieron alienlo Ú sus diezmados com-
patriotas, en tanto que el Fl'uix empezó á lanzal' granadas y
bajas despcdillas de piezas de enorme calibre sobre los
alt'ille!lprallliculos. Su punteria certera les hizo esperimcn-
tal' dlll)l)~ l/lIC 110 k,)¡ja porlil[o calharlcs ulla IHllcl'ia, colo-
cada desde el [ll'ineipio de la aecion eel'ca de .\.J'HlljW'Z y
di'slIlonlalla luego pOI' la (le c\) etc. Algunas bala~ eacu sobre
uuo de los lJastione~, tIlle incendian; y, abierta de resultas
una aneha hl'echa, trepan por ella los illgleses al asalto. El
general carlista SagastilH'lza, conociendo la imposibilidad
de l'echazarlo, daba órdenes p:ll'a rclil'i\r las piezas que
rorouahau c1reduclo, ruatlllo Hua bala de fusil le !tare pe-
dazos el C1'~uleo y le derriba cadt\\lT Ú los pies de S\l~
!'oldado~ constel'llados. El coronel ~\I'alla, romalldante del
primel' batallon guipuzcoano, le reempi:lza; los ingleses se
apo(lernn (lel puerto de Lngal'iz, ahall<lonado desplIcs tic
ulla Yigol'o~a ddcnsa .. \I'alla, rodeado de tl'ipl('s fll('i'Za~,
picllsa en la I'l'linllla, y la (~.i¡~ellla lt:\{~ia Ol'inlill'udi, dl's¡Jlles
de dejal' \l1i puesto ayallzado ell Caeltola. EYilllS, ~in ata-
car este último 11Il1lto, se eOlltellta con (le~trlii!' la~ obras
con I{lIe, durallte algullils SClIlclllas, C~(uyiCl'Oll los cal'[¡slns
alllcnawullo el lle San ScIJastiau, al l:lIal hace traslada!' las
eillco piezas aban(!ouaÜas eH los reductos.


Eguía, como si quisiese nenlmlizar la ycntaja que sus
cllcmigos oblenian el .) en San Se)¡astian y des"aneeel' la
<lellsacioll <¡lIC se pOlII'ia hacerle lle no habel' reforzado ú
tiempo las tropas destinallas al hloqneo de ar¡\lclla plaza, se
prcscntó en cl mismo dia eH riIlalba de Lo~a con propósilO
de tomar ó deslruir las fortilicacione~ eOllstruidas alli itlli-
malllcu(c, y al abrigo de las cuales sc habia replegado Mcn-




222 A'SALES DE ISABEL ll.
dez Vigo por resultas del llescalalH'o ([n e sufriera t'Il los
días 25 y26 del mes antel'iOl'. ,\1 punlo, esle genel'al se re-
tiró Meia l\Ierlin,\ de POlllar, ahalldonando Ú su SllcI'lc el
caslillo de Yillallm, (llIe Eguía empezú ú balir; pero, infol'-
mado ú la noche de que CÓl'llova em]ll'endia 1111 ll1oYimien-
lo para SOcol'l'erlo, cejó lle nue\o Ú sus cantones. En L!orlio
recibió en seguirla la noticia de los slleesos lle San Spha~­
lian y, sin detenerse, lomó el 7 con ::.lgunos b::.lalloJles el
camino de Hemani, donde llegó el I 0, ll1iellll'a~ don Cúdos
~\ llllien estc movimiento, tardío pOI' ulla parte y peligroso
por otra, dejaha cspueslo Ú una s0l'lll'l'sa en el OITio, se
tra,,!aJó!\ \'illafmnea de C;lIipúzeoa. Ull'ilora, (jlH', al ;;,dICI'
la retirarla de Yigo hahia marchado I'Ú pirlalllellle ú Espejo
y se disponía á caer sobre Egnia ell Yilh\llJa, Ó ~\ alcanzarle,
ú sn regreso, en Ol'lluña, ó Arcilliega, supo lucgo la salida
de aquel gefe para HCl'llaní, y cOlltnull31'ehó ú Yitoria pOI'
l\Ii¡'allda, no pel'llütiéurlole lo intl'allsil,lhle de los erlminos
scguit' sohre Ol'lllllb, rleslle dOlllll' j¡,¡]Jl'ia ,,(errado ;1 lo me-
nos al cuerpo carlisla, (Iue, ,'\ las ól'llelles de La Tone ,1),
ill(luietalm ú un ticmpo ú Ballllaserla, y alllcllazaha Ú Ia,~ i\Je-
rim!ades. Egnia, (lile, partiendo para lIcmalli, anullciar3 la
inlencion dc desalojar tI EYans de los puestos (11lC ocupaha Ú
la visla rle Oriamclllli, no larJó en eOIlOCCI' d p('li~l'o Ú quc
se e~pollia alejimdose lle sus Iíncas de ,\rlahall, qne, r1cs-
gual'l1ccidas l11omelltlmeamcllle. pudiall ser atacada:.; )lO/'
CúrlloYl\, Asi, dacias las lli~Jlosicioll(,s OpOl'llIlW~ :1 jiu de
que Itul'l'iza, que habia ¡'Cclllphtzarlo ú ~",,!!a~1 i/¡c1zlI, p11l1ic-


,'1\ ¡':,le gel'c c" el 1¡,"'I1:hl,1 ;J'I"i \,' rle,iC:l¡:l'lro ,''!lli\fJ'::I,]:¡mclIlccuJl
el nombro de Torr~ ",tUl! "'::UIJIl . 1':11':1 l'\I[,lr la cUllllhiOIl '[Ile ,ic' otra
manera podri:1 re . ;nILIt' de '>;[;l uivcr..;iu:lll ue IltIlIihl'''. neelllU.'i illl[lvr-
tallto hacor esta <.kcbracioll. ~N. U\; los B,j




LIBRO sf:TI~[Q. 228
se oponerse ú las lrntaÜyas que hiciesen los ingleses para
flpo(lcral'sc de cualquiera ¡JUulo de la eanetera de Francia,
relroeedió enn pl'i~a, y se situó el H en el mi~lllo pueblo
de Saliuas, d('~de pI cual habia (Identlirlo en enero las po-
siciones cutre GlH'\tlr:1 y ~Yilial'eal de Alan.


Pcnetrado (le la neeesidalllle refOl'Zal' la gUilrnicion (le
San :-lehaslian, diez malla por los úllimos eombales, y de la
diilellltad de hacerlo con tropas lle Santandcr, detel'lllinó
CÓI'llova emiadas (le Ya\earlos, y solicitó y ohlmo del ge-
nerill Harispc ([ue se le pel'JllÍliese el paso pOI' el tel'l'ilorio
fl':\ncós. :\lil y cien hombres, ú las órdencs de JÚllI'c1:;lli,
Jla~aron, cn ('feclo, Jlor "e(liollllo ú San Juan de Luz, \lO
sin proyol',lI' ob~l'l'\aciones de parle de los l'epl'eSelJtantes
<le Hnsia y Prusia en Pal'Ís, En Sau Sebastiau, donde pl'O-
metió CÚl'doya reunir hasta doce llIil hombres, dese m-
!Jarcó ar!llcllil escasa fuerziI para obrar, en eomhill3ciOll
con la Ipgioll de, \rgcl, reforzada con o(l'a~ [ropas ('spú\Ola~,
sohl'e Jos Jbllco:; : espaldas de los cal'listas, mi(,lItr<ís ("·1
en pcrsolla alacaba (le frcnte las lincas tic _\daball ([ue, se-
gnll su espl'tsiOll, formaban la te\'l'ihle ciudadela de Gllipúz-
coa. EIlJ, anunció desde }lil'illH!a eslos llcsignios y, el
Lí, sufl'ió ú la esll'emidad iz([uiel'<la de la linea don SimIos
Sall ,\liguel un fuerle llescalahl'o, en ulla salilla que, con <los
mil y (\uinien[os IlOlIllH'es, hizo de Bilhao, sielllpl'e 1110--
f(lIl'ada pOI' las fuerzas de Sarasa. Un poco mas allá, Yi-
lIallJlws se apoderó en Qllinconces, eli 0, de eienlo y ycillle
infantes, y corrió has la :\ledina (le Pomar tras la caballeria
<[\lC hacia parte de a(lne! lle~lae:llnenlo. _\ la derecha, sufrie-
ron el 1o, otro l'eYós los nczcoallos en Garralda, sin (llIe
hiarlc y Berncllc pudiesen hacel' ¡nas que tardíos 1IlOvi-




224
mienlos para libertarlos. A poca (listancia, sufrió olro al
mismo tiempo en los Bel'rios el coude (le Clonanl, en cuyas
mas, cOlllpuestas d(· \¡¡lipnl(':o; ~oldados de la Gll<\l'llia Heal,
dejó 11,11'10 ~eJlsiblc,.; neíos la cahallería de 'Ilallolín. A reta-
guardia, Er<lns, durado cn las po~iciolll'" que totllÓ el él de-
Jante de San Seha~liall, no o~a]¡a si(I"¡(~ra O\dC"IIlI;ll'~(~ Ú Ol'ia-
melllli. POI' el freule, en !in, CÓl'lloyu eon~cl'\alH\ ('11 los
cuntones, al l\:orle de Vitoria, la mi"ma actitlld eireulIs-
pecla que mc\lIlenia el cuud illo iJlgle~ cn las lincas de AJe-
te y 'Iiramoll.


Pllblicallllo atl'evitlas combinc\ciollc'i y ImciciHlo pre-
scntir tl'inllf()~ illlllclliatos, ~e jll'Ol'ilJlia CÚl'dOY:1 1111 d('~i",­
nio polilieo (le imp0l'l<meia ¡lO illÚ:l'iol' (1 l;t~ \ clltajas milita-
re,; qlle anuneiaha. Ya, desde nl~l\Il()s llias <Inles, h"bia di-
rigirlo ú la Gohemadol'a una llUeya Llillli~ioll, l'ulllh\da en
los gl'itos (¡ne contra ellanzahan \;¡ pl'ellsa tlc \htdl'iLl y la
trihUlD tle! Estamenlo pO¡JllL\I' y ('U el ]loeo ill\el'l'~ que l(~
manil'eslc\Jm el gohiel'llO, no cOtlln\l'(:~i;¡lld¡) ,i!"OI'()S;IIIH'lIle
;}(Illellas aeusacioncs. Como Ú C-'Cllx:l'lml'las podia cOllll·¡IJllil'
la I'chclllcllcia lllisllla lll'l ll'llgU<lgC ljue ¡¡<1m lleSY~IlICel'rlas
empicaba el gencl'ctl, pCllSÓ cste (¡ue bs ~·orocal'ia in:ipi-
raudo confianza cn los proulos y deci~iYos resultados de
la enmpmb. Pero, pOI' ulla Coillcillelleia COllllllI ('11 tiempos
de rC\olucioll, CH el llli~mo día el! ([Ul' élltal'ía l'.sll'lHll'r en
~I¡l'nllda sus '\llllIH:io.i de \ idoria, cOl\spiraba 1'01l\l'a d Cl!
)¡Iatll'id su <llIli¡PlO amigo y ~d'(:, Iludil, eil I'l'Pl'I'Sl'llt;\CíOll
rld ¡¡,Tlido Cnlwllcl'O, (illC' , al npo) o COll t¡1ll' l¡lilld"lla alll\i-
lii~krio, pOllia In l'llildi('illll <1l' 'l1lZ' eSil';;: l'L111r(}I'I11,h~ ~\ ~lIS
c"igellcia~, COlll~lllllo.~C cutre JiJ~ que fOl"llwlH\l\ la (;ollUl'le
capitaneaua pOI' el paladin oikial de la COll~titueioll de C~-




UBRO Sl:T ,10. 225
diz muchos de los que se habian distinguido por' sus es-
cesos dUl'ante el intel'l'egno de las juntas, claro era que
af¡ucllas exigencias no dehian ya sel' vagas ó genéricas, sino
formularse en términos de frustrar las combinacioncs del
partido moderado, que, sobre tocIo desplles de la sesion de
los Próecrcs del G, tomaba un incl'cmento visible. El club
Cahallel'o exi~ió pues: 1." fine se Cl'easc un gran númcl'o de
nuevos pl'ÓCCl'es, escogiéndolos entre los hombl'es de opi-
niones mas exagcl'<ulas, á fin de dal' al ministerio en el
:~1!() Estamcnto, mil'ntl'as no se procedía á su slIpresion,
UIla mayoría tan compacla como la que en el de los Procu-
radores tenia ó creia tener: 2. 0 que se quitase á Quesada y
San Homan el mando de la infantcría y de las milicias
pl'ovinciales de la Cual'(lia Real; que se confiase este á
olt'os gp[es de la eilnlianza del partido, y se debilitase ó
neutl'alizasc asi la influencia de aquellos cuerpos, declam-
dos hasta entonces en favor del {¡('(len: 3. 0 ffue se sepa-
rase a.,ill1i~lII() al conde de Ezpelela de la illSpcccion de
infantería, a Hn de intl'orlucil' en los regimientos de aquella
arma á multitud de olieiales indefinidos, no empleados
antes á causa de la eX<Jgeracion de sus pl'incipios políticos:
4. o Cjue se removiese dcstle luego :í L<JI1'C, "Manso, Isidro y
otl'OS comandantes ó capitanes genemles, con quicues se
conLaha poco para el tl'aslol'11o genel'al que se meditaba, y,
eu la pl'imel'a ocasion favol'ahle, á CÓl'llova, euya ¡)ecisioll
pOI' el ~islemn consel'va(IOl' Cl'a genel'almenle conoeilla, y á
(!uieu no se podian perdonar sus anleeellentes realistas: G."
que se despachase ú las pl'oyineias dd Xorte toda la gual'-
nieion üe :Madrill, dejando encomendada la seguridad y la
custodia de las dos reinas á la gual'llia nacional, á cuyas
TO~lO 1II. 15




226 ANALES DE ISABEL H.
mas pCl'teneci:1l1 todos los hol8istas de la capital, illtcl'e~a­
dos en el sostenimiento de .\I('JI(lizahal. Con estos medios,
de los cuales UIIOS debian emplearse de~t1e luego, y otros
difel'il'se algunos di as para Illej ur ase¡.JIU'at' Sil logt'o , se
pt'oponi¡,n Caballero y i'lIS amigos acaba!' dc anular á la Go-
bernatlOt'a, ú quiell, en el caso de (Iue se le ~mL¡).i:lse Illas
tarJe l'esislil' á la ejecllcion de sus Ill'oyeclos, ~Clllelll'i;lI'OIl
en secreto á set' separalla lle la regencia, que tlispusit~1'01l
conferi!' en tal caso al infante dOIl Ft\\Ileisco, Asi cn'ian
llegar al restablecimiento de la Con:-:tilllcion ll\' Cúdiz, ú ú la
fOl'maciotl tle una nue\-a, ell (IlIe se consagrasen y a un se
eslentliescll los principio:, eOIl,jgll<ldl)~ en f\(flI l'Il:l, .\lclldi-
zabal, tÍ quien se pl'ometió aulnt'izill' para l"onlt'alal' un em-
préstito, si aeeedia á estas conlliciolles, no luyo reparo ell
admitirlas, bien que estipulamlo prcyialllcntc-«qne, en el ca-
»)so (le tener fpW abantlonal' el ministerio, pOI' reslIII¡\s de la
))Iucha (¡lIe tlehian rmpl'(~I\lll'1' para IlcYal' Ú raho lns inlclI-
»ciones de sus flpoyatlOt'cs, cslos l(~ all\ilial'i<ln p<ll'<l (Pll~
»volvicse ú ól, presentando su yuelta como ulla YCl'dallera
)) necesidad púhlica (1),»)


Hodil fnó el encargado tic tanteat' el terreno, y C01l rs\e
objeto se presentó en el Pardo el 10, jH'opouicnllo conreril'
á Eyans la gl'an CI'UZ de San Fel'll<lllllo por recompensa tic
sn victoria del ;), En la mancl'i\ con qne PI ministro diú
cuenta de Sil inlencioll, creyú la Gohcl'llallol'i\ tl'a~llll'il'
designios contra Cót'<!ova, y, no I'ceatún(lolos SlI (j('icllt(~­
mente Rodil , y estelHliéllllose al contrario ¡'¡ ~()Ji<:ital' la I'C-


(1) Fernnndez I'ereim, pt'(j('nr:lllot· p:)[' (;:llicia, lo ueclarú así en un
ar~ic~\o que insertó en la Revi:óla uel 21j uo mayo, y que muío ue,-
mmtló,




LIBRO SÉTDIO. 227
mocíon tIe los inspectores (le la Guardia y de la infantería,
reelaIlU\(!a, seglln d, pOI' la opinion publica, se manifestó
afjllclla princesa dc(:ididall1ellte opuesta al sacrificio de sus
mas leales dd'ell~Ol'es, Inslmido 1lemlizalml dc esta resis-
lClIcia, p<l.'JJ al Pardo, el 11 , é insistió sobre las pI'opues-
tas de su colega, que la l'eina, infol'lHada ya privadamente
ue las intenciones y aeuel'llos de la rcunion Caballero, re-
chazó de nuevo con calma y llignidad, á pesar de los anun-
cios (le asomtlas, escisione,; y desónlen general con que
~;l' ¡ll'e\cnllió atemorizarla. Los ministl'os, v icndo quc ni el
!('lIlOl' de ('sto~ I'i('s!jos quillléricos ni sus réplicas pol'fia-
(Lh ('I'¡Ul par!(: :'1 cOlltra~lar la YOlnlltal! sobc\'alla, se reti-
raron Ú cOllfl'l'eIH'ial' ~o]¡re el pal'lillo que tomarían y, des-
pues de laq!a~ plúlÍcas, se decidieron á usar de un medio
(lile el'eian dehel' lll'odllci\' un efecto decisivo sobre el áni-
mo tle la l'cilla, El 1 :3, la amenazat'on con su dimisioJl co-
Iecliva, fil'llwnlClllc 1)('I'~IWdidl)~ dc (11lC l'll¡¡ 110 se all'Cyeria
{¡ acepl:ll'la y de 'lile Iwdie o~¡¡l'ia t¡¡mpoco cUl'gar COIl los
clIlllfll'azo,: y complicaciones que, alretira\'se ellos, legarían
tI lo~ minislros ¡¡1I<: \es sucedicsen. La GolJl'l'llaclora, sin
aterrarse pOI' la cOJllllillacioll de una rellllIlcia, que deseaha,
ni pOI' el \'lImOl' <le (llIe luego lloverian pOI' todas partes re-
prC';I'iI!<lcionc:-; cn f¡Ue se pcdil'ia la reposicion de ~Ielldiza­
lJal, ni aun pOI' clletllOl' d(: la oJlosieion que anticipada-
lllenle ~e habia compl'olllcticlo á hacer la mayoría parla-
lIlellLlria t'onll'fl ell1l11'YO gnhincte qne se formase, ellcargó
COII enlereza ú sus miJlis!l'OS I'cílexional' sohre las consc-
cuencias lid paso :'t (I!l(, SI: resolvian, declarándoles no obs-
tanl<: (IHe les atllllilil'ia b di:ni"ion, si en eHa se raLitlcaban.
Halil1cúl'onse y, el 14, rué admitirla.




228 ANALES DE ISABEL n.
Así acabó, á los ocho meses de naeillo ,-un m 11115


tel'io, durante el cual, un pnilfl.do de díscolos u ilusos entl'e-
gó los destinos de la patl'ia ú un homhl'c filie, no teniendo
motivos para conocel'la, menos podia lenel' en su mano
lOS mellios pat'a saharla. IIollll)l't~s hOlll'ados se hicie-
ron cumplices de esta ahllicacioll de la dignidad nacio-
nal, por el fundado temor unos de perder sus empleos, por
miedo otros de las flechas de la calUllmia ó del pu
lial de los asesinos. Los aclos positivos de rebclioll fueron
el primer título para medl'ar; el flll'OI', el pl'incipal 1ll('l'iIO;
el crímen, tal vez, la via pal'a cl po(l<:r y pm'a la fortuna.
Elevúronse entonces ú mas U mellos impol'l:lIll('s dpstino S
al{uellos revolucio narios que, pOI' una e:o,perie de pudol' na-
cional, ningun ministerio auteriol' se habia atl'e\'ido ú sacar
de la oscuridall en fIuC se agitahan. Confióse, á hombres
cuyas manos estahan aun lcilidas en la sangl'e de ulla an-
ciana inocente, en la de un ('apitan gellel'al íntegro y en
las de presos absueltos pOI' un ll'ilJllllal superiol', el sacer-
docio de la legislatura. Ni una sombra (le legalidad, ni un
sentimiento genel'050, ni UII solo acto de proteecioll de nin-
gun intel'es legitimo; vandnlisIl1o, tirania, la dilapidaeion
mas escandalosa de la fOl'luna púhlica, la licencia Illas des-
enfrenada; tal fué el espectáculo qne, dUl'allte aquellos oeho
meses, de funesta memot'ia lIió Espaiw al t1llltlllo, atóni-
to (le la audacia de los gobemantes y de la abyeccion de los
gobe 1'lIados.


No el'a e~la tan gcnel'al, sin cmbal'go, (/tI e !lO fuese
cundiendo la resistencia en val'ias provincias. En Catalulia


,


á pesal' de hallat'se cubiel'la de plazas (le guel'l'a, de pro-
pender hácia las doctl'inas liberales los habitantes todos de




LlBRO SÉTIMO. 229
los pueblos de la costa, y de haberse formado crecidos
cucrpos de volunlarios, pOI' efecto dc la eesacion del tra.
lJajo cn las fábricas: las faccioncs tomaron, dcspues de los
ll'iunfos de To/'l'CS y Trislany en Oliana y el Bl'llCh, un
incJ'(~nwnlo alcnador. Mina, acosado PO!' los clamores (h~
los pucblos, instigado poe los llamados patl'iotas de la ca-
pital, y obligado á mira!' por su rcputacion militar, muy re·
bajada pOI' su conslantc inaccioll, tomó cl pal'tido de sali!'
á campaña, El \) de mal'ZO, dejó á Barcelona; pero, cuando
sc espcl'aba ([ne tomase el camino de ~1anresa ó de Vich,
dondc las mClniolH'<ls (le las [ll'iJlcipalcs bandas facciosas
dehian iljal' su aleneion, sc Ic vió con sorpl'csa tomar el de
TalTagona, cuyo tcrrilol'io dcjaban ellas Iihre por enlonces.
Alli, no obstante, asomaha una complicacion gravísima
p!'oducida por el mal espit'ilU del batallan de OPOI'tO, en
cuyo seuo se de:icnvolvian telTibles génuenes de indiscipli-
na .. Milla lo (lesarJlló, y, cl 13, hizo embarcal' para Lisboa
ciento treinla y Il'CS llOmb¡'cs (IUC,!'¡ ilHlicacion de su mismo
coronel, Dodgins, separó de sus filas cómo miguclistas.
Ellos justificaron ~¡ pocos dias la pl'cvision dc su gefe, pues,
el 21, a vista de la costa de los Algarues, se suuleval'on y,
amarrando al patl'on y) los mal'iueros, uararon su buquc y
desembarcaron, pl'oclamal1llo á don Miguel, ccrca dc Vi-
llal'cal, en el l1li~mo sitio en que, cuall'o años antcs, ha-
bia pl'odamado el condc de Villano!' á don Pedro.


Milla yió luego que su viagc á Tal'l'agona escitaba
lllUl'lIlullos, y desdc el 11 dijo:-c(que sus marchas scrian
llvdoces, para dal' Ú la guerra toda la acrion y la vida que
»reclamaba.») PC1'O, á pesal' tle esta oferta, se conlenLó con
trasladarse á Ctl'vera, de uonde no marchó á Lérida, cua-




230 ANALES DE ISATmL n.
renta dias despues (19 de abril), silla pUI'a impone\' ú la
ciuelad mm eOl\trilmcin!l tic diez mil dl\ros, y vo!versp ú
poeo á Barcelona, á ]1\'(·testo ú con mol ¡Vil (Id lll<ll e~'la¡\1)
de ~u salud. Entretanto Jfauresa, Sobona, niJloll, G('I'Om"
0101, todas las plazas y puntos fortilicarlo~ pontinuaron 1;]0-
(¡Hcndos mas Ó menos rigurosamente; Barcl'loJia Illi.sma Sll-
feió pOI' la propin causa grandes privaciones, y los mante-
nimientos llega!'on ú encarecerse en «\l'Inino" que á cada
hora se temian esplosiones (lel disgusto (lile Ú 10(10<; aqlle-
jl!m. Unos gefes earlislas atacaron ú Ha;;:', y ú Bel';:;), dOllde
tuvo ([IlC C[Wl'\'I'ar~e ~at; otro~ ~e llevaro/l lo,: naciollal!'s
de Calaf; quién illcclI(liaha ú Yidl'i('I'~'~ y all1enaz:dm Ú
Rlanes; quien se pl'eselltaha Ú sac:1l' l'aci()lIe~ de lo~ arra-
bales mismos de T<1l'rngona y TOl'tos<1. Tones penetró (le
lHlevo, ell.o de mayo, en la Certlaüa, al mi~mo tiempo que
Momhióla en Bena~que, de cuyo ten·itorio, pl'esel'Yado ha~­
ta entollces de los honores d" la ).(\H'/'I'a, ":1e{) cllallliosos
recursos en dinero, cahallos, y víveres. De Yllclta de ~Il
espedieion, sorprendió en Campo ú un gl'llf'SO (1('~I~li'all1ento
del hatallon de Córdoba y le hizo Imen nÚtlll'l'O de pl'isio-
nel'05, sin que el hahe!' sido alcanzado y hn\ido unos dias
des pues en COI'llUllella por el eoronr.! ~liran(Lt di,lllinll~('s(~
el terror (lile inspinllm su nomhl'(~, ni prodllj('~(' 011'0 deeto
q\le el de dar (liferente direccion ú sus eOITel'las. Cien
hOlllhres del 5.° hatalloll de Cataluiw, salidos de B('r;:a el1 :3,
ú las ól'denes del eapitan Cal'l'eras, perecieron Ú IlI<lIlOS de
una faeeion. La de ~fota alncó el 21, :í COl'\llldella, doudc
vengó la I'ccicntp ¡\PlTota de :'I1omb;ola. La del nos de Ero-
les ocupó el valle de Aran yatacó (el 2:3; Ú Viella, (lo\Hle pe-
reció la gual'l1icion compuesta dc mas dc tl'escielltos homhres,




LIBRO SÉTIMO. 231
s¡¡lvúllllose ¡¡penas ocho ú diez ú fUCI'z¡¡ de pl'odigios de v¡¡lor.
Pocos di¡¡s anles, la de Gl'avat hizo pedazos á los nacionales
de Santa eoloma de (Jucralt en i\Iolltmanell. Tomaron a la
verdad sati,f~Il:('inn d(~ ('slos reveses AlvHl'ez, Nitlhó, Se-
hastian, CI(:lllellle Campruhi, G IIlTea y BJ'eton, dando se-
H'J'as h'C'iollcs Ú BOl'j.jes, Col'lasa, ~lelgato, Blll'jó, TI'islaIlY,
LlalTü de Copons, Degollat y (Meu. Gnrrea persiguió sin
descanso Ú 101Tes, le lanzó de la Cerdaila, y, de puesto en
pllesto, le llevú hasta las fmuteras de .hagon. Pero estas y
otl'ilS ventajas fllcron compradas :'t suhido precio, pues, ellas
diezmaban las ('olumnfls de la reina, y sus cOIllalldan-
fes, delJilil~lIlos pOI' combates diarios y fatigados por mal'-
clli\s lWL'jH;tnas, ~e vieron en la necesidad de aumentar el
nlllllero de puestos fOl'lilicados. A los en fIlie ya sc abriga-
han, aÜ~Hliel'on entonee,; los de Gil'onella, Naval'c\es, Sc-
lIelll, BabaJ'eny, Artés, Caldes, San Pcdó, Pons, Torá, y
mas l,tI'(h~ jo~ (In Monislrol y ,\rhllcia~.


Los CIIl'I'jlOS catalallcs que obl'ahan entre el Segl'c y la
::\ogncrH H¡hagol'zaua, y los (Iue dcs(le alli se eslendiau al-
ternativa ó sucesivamente hasla las bocas del Ebro, se daban la
mano con In~ divisiones de In orilla derecha de este rio, flue
lOl'Iler pa~aj¡a ) repasaba á su placer, inspirando tal vez
vivas iu(!uiellllles ú Fruga. El hl'igadier Noguel'as, que, mu-
chos dias despues de Sil destitucion, habia conservado el
man(lo de la orilla del'echa, le cedió en fin, el 4 de abril, al
general Hotten, (llIC al tomarlo se aprcsuró a manifestar el
e~pí\'itll 13011 qut' lo llesell1]lcüal'ia.-((Espero,-dijo en una
pl'ociama de la misllla fcc!ta,-C«jue lo~ veeinos de enspe se
"inscribirán vol,rntarirtllli!lIte en las filas de la gmll'dia na-
})cjona!; pues, si no, sen'tn considerados segun los grados de




232 ANAJ.ES DE BAIIEL lI.
»llesafeccion a que, diesen lugar.)) Y, no creyendo s ufi-
cien te sin duda la cOllminacion sobre el ali~tamiellto cu-
¡untario, f\Ut; dehía sedo tanto como los dUllalicus c.ng/-
dos por Mellllizabal, ofició (el lG) al vicario (le la capital de
su mando, anul1eiállllole-((quc, ase¡:jul'ado pOI' las noticias
Mlue adfluil'ia del mal comportamiento (le casi todoslo~ ecle-
))siústicos de la diócesis, le hacia responsahle de los nelos
)lCle aquellos que estl'Uviasen la opinion.)) Poco, sin emhar-
go, aterl'al'On á los halJitalltes las intimaciones lle esle ge-
nel'al, lanzado sin metEos milital'es ni 'pecuniarios á un
pais cn que Cabl'cl'a, Qtlilez y <lemas gefes cal'lislas ejer-
cían U'ta autoridad no disputarla. A~i, ú pesa\' rle su~ ame-
nazas, hubo de mantenerse muchos dias encenado en
Aleaüiz, viendo á los carlistas vagar tl'iunfantes des tic
las fl'ontel'as de amhas Castillas hasta Vinaroz. Van-Halen,
ChUl'I'UCa y otros comandantcs de puestos ó columnas cris-
tinas estaban reducidos á una humillante defensiva, cll)a
causa inmediata y cuyos resultados probable" reveló el
cOi'onel Albuel'l1c, dicicnrlo á ~Iendizabal, el 2l de abril,
desdc TCl'uel:-«las facciones se han vuelto ú engrosar
)¡como en dicicrnlJre ...... adviel'to organizacion en las ma-
))sas; han fOl'maLlo batallones, tienen faclores de ]ll'ovisio-
))lleS y comandanlcs de armas, cuya audacia llega hasta
»r\Uedal'se solos en los pueblos con uno ú <los asistcntcs.
»Cahl'era ha cil'culado ó!'llenes :¡)(Ira /la sacar raciones ni
))coniribllcioncs de los pueblos y para interceptar Jos
) pliegos de las alllol'idaeles de la reina, lo quc hacen en to-
)lelas direecioncs. Dicho se estú (Iue ocupan el pais todo.
)lEI 18, sOI'flJ'cndieroll en Alcotas ciento y cincuenta hom-
nbres del regimicllto de Ceuta ..... y los fusilaron á todos




LIBRO SÉTIMO. 233
)(le on{en de CabI'Cl'u .. ,., Esta plaza se halla sin recursos;
»Ios hO:ipitales llenos de enferlllos sin habe!' que darles.))
E~te parte, cuyas 1('ITibles revelaciones hacen inútil todo
comentario, anunciaba [HIrmas desel'cion de (fllintos, el
lluevo <lI'JlHIJl1enlo de los rebelde:; indultados y la pronta
tl'<lsfoJ'macion del pais en una segunda Navana. En los
de~paehos de los demas gcfes tic la misma provincia se em-
pleaban aun tintas lilas negl'as pal'a completal' el cuadro.


Consecuencia de ac¡nrlla situacion fuel'on las espedicio-
nes al novillas fIlll' Ú la vez tentaron los gefes carlistas so
bre pueblos illlpol'tantes. Cabrera amenazó á Teruel, al
tiemJlo que algunos de Jos cuerpos de su diyision se ade-
lalltaron sobl'e la provincia de Cuenca, y que ellos y otros
llevaron el terro¡' ~\ la de GuaLlabjal'a, hasta cl punto de
mallllarse) pOI' miedo :i sus incursiones, fortificar en Hrihue-
ga el convcnto de San F¡'ancisco. En la madrugada dcll. o
de mayo, illvadió Llangostera á Caspe, se apode¡'ó de mu-
ellOS de sus nacionalc;;, y los hizo fusilar al volverse carga-
do del Lotin á ~Iaella. En todo el territorio que, desde la
canetera de Zaragoza á ~ladrid, se estiende hasta los eon-
lines de Valencia, Cabrel'a, Qllilez, Forcadell y Torner (Ié-
cretaban quintas, lllle ejecutaban con tanta regularidad
cual si estuviesc sólidamente constituido el gobierno del
príncipe cuya bandera tremolaban. Con el mismo Ól'lleIl y
exaclilnd cobraban las contl'ibuciones onlinarias, que pro·
veian ú todas las necesidades de sus tropas, en tanto que
las dc la reilla pcrecian de miseria y sus gefes estaban por
ello condenados ú la inaccion.


Los carlistas de la parte oriental del reino de Valencia
combinaban al mismo tiempo sus movimientos con los de




234 ANALES DE ISABEl, lI.
sus compaücl'os del Bajo Al'agoll. El SCl'mdol' halló un po-
deroso illstl'lllllClltO para el desarrollo de sus designios f~1l
la po¡mlaridrHI dc Llol'rns (el a!ca!tle d(~ "Vi\la!'!'n!) <¡IW ha-
cia ú SItS tropas pelea!' eOIl deuuc(lo y l'l'~peta[' Ú los hahi-
lautes. Eu 13lll'riana, dOIHle dcsllUe~ de un comhate Cl1lra-
ron, el 19 de ahril, ~e l)!,oH~yeron amlJos W'fc;;, de muchas
al'mas y caballos, y reforzaron de resultas sus lilas con IllO-
zas (le toda la eomarea, que, instrni(los de sus pl'Ogl'CSOS,
aC1Hliel'on Ú relln\¡'sele~. El fraile de la bpel'Hnza se ade-
lanlú dI, nueyo hasta la )ll'oyinl'ia de Yalcnl'ia, l'el'orriendo,
eOIl el apoyo (le las pohIaeione;;, los eampos (le Liria y de
Cheste, (le ([lte antes ltalJria (lllCdado dllClio Cabrera si {'JI
Chiva mOSll'DSI'l1 sus soldados mas disciplina y ,aIOl'. En la
~i{'I'I'a de ChelYa (lcjú afiuel f(efe, al rClil'arse, fOl'Inada una
parlida de naturales, con el título de colulllna móvil (Id 'fu-
ria, la cual, junta con las tlelllas drI mi~mo lCI'ITilOl'io, oj¡li~
lIÓ ú los Iwhilantl's comprornelidos del t1i~ll'ilo ú refllgiarse
dc IIIlC\'O ir Yalencia, de donde Palat'ca se acJehmtú Cll Yl1ll0,
el 20, (~n husca de los agrcsores, y ~l dOlllle, poco satisfecho
di'! '_::;píritll qne reinaha cn la ciudad, huho tic yoIYel'~e en
sl'~mi(la. Tambil'll cl Tucrto de Lil'ia sacó de ,\leudia dc
Yco, E-litl:t, Jl:l'ica y otros puehlos, armas, mozos y caba-
lIo~. La mayor pflrlc de la provincia de Valencia pareció
en fin deber eOI'I'cr la Slw¡'!e de las weillas de Ca~lellon y
dc 'fi'l'lll'l, aunf¡lle el eOI'ollcl Iri,lI'le, (lcslaea(lo de TorIos;],
el :!:3, lmhiese t1estmido, el 24, las fOl'lilicaciollc.' 1111(:, ellla
Cenia, el \lal'tincte y la subida de ¡HllIelll)~ puerlos, acaha-
han de COIbll'llil';;C por {)J'dml de Cabrcra.


Igualmente enCl'eSllallas llllllaban las cosa~ en Galicia.
Las antiguas bandas de aquel país se habian ido rdol'zalldo




LIBRO Sf~TnlO. 23.5
ú mrdi(!a (¡nr- l::Is tropas ellcargG(\fls c!r- pE'rsegnidas gene-
ralizéll'oJl las Y('.i:l('iOlJ('~ :' ('~lp¡l(licroll la miseria. Sal'miento
:' d Seüorilo d(~ Blllhlll. d('~pllcS ¡le ICllel' ellcel'l'ada mu-
chos Ilin:-; In gual'llicion de No¡.mlcs y de ocupar los dcsfi-
ladl'l'O~ dl'! "ir'TZO, COIl el ti!! dc illtrrcrptnr los clI\io:-\ ele
fjllilllos y fll~ile . ; (¡ur ~e hacian II Castilla (lesdc la Coruüa,
se reunieron con Pcrez y, el 26 de fehrero, se apodel'al'oll
(le 'lollforlc (!C Lemo~ , el mas ['ieo Jlueblo de la provincia
(le L\lgo, hicieroll pI' isionera la gl1ilrnicion y, il(!emils de
Sll~ al'llHb y la~ dI' II)~ milicianos y eantida(l (le Dlllllicioncs
y ('fectos (le Yestl1:ll'i(), 1'l'('ogiI'I'OIl sesellta 'nil r!nl'os en di-
1l('I'O. ,\I¡ll 'llas lHiSIl1<\S hall(]aS,-HlO ya desprcc¡ahlcs,~
))decia b cOl'l'rsponllrneia olkial,-plles hajan las lllontaihs
!'Y ~ltnean 1<15 poblaciones de considerarion,») amenazaron
eH srgui!1a á Mondoltedo, poco desplles á Orense, y GllB :"e
a~(lmarO\1 Ú la \'i~l:1 de Santiago; unas atacaron el fllrrte del
Leira, r ()ll'a~ lo~ Il(~ :\rl'llill y Puerto Marin: cortos dl'~ta­
('amelltos dieron la Bled ¡(la (le la seglll'iclarl r¡ne gozaban las
columnas de (llIe (1('1)(~lllliall, pre~entúllllose tal vez en las
ferias mas eOlw!ll'l'i!las del pais, c illlpidiendo ú los eristi-
nos de Lugo y (le otl'OS puehlos considel'abl!·s salir {¡ paseo á
sus inll1cdi:1ei()nc~. Alguna,;; no se limitaban ~\ intercepla!'
convoyes ni ú alaCéll' con mas ó menos cxito puestos fOl'tiJi-
eados, sino (¡ue ú veces aeeptahan los combates ql\(~ les
pl'('!'enlahan las columnas de la reina, no sacGndo sienl¡lI'f!
eH dl()~ la parle pCOI'. In Iln (le mal'ZO, ~TOSlcil'o, Dullall y
SomJm,iro baliel'OJl al ('onuuHlanle del caulou de Fucnsa-
31':1(la e\1 Frrl'(,ira; el :H de ahril, Lopcz maltrató al cl'isti-
tillO ~liehdena e\l las inmedi¡1Cione~ r1(~ Osende, le pel'si3llió
y, alcuuzúnclole al dia siguiente en Ferreiros, le embistió de




236 ANALES DE ISAllEL 11.
nuevo, y le hahria aniquilado á no acuclir en su socorro la
gnarnicion de ~Iellid . .xllevas pal'lidas se crearon adcmas
como pOI' encanto y Silva formó en pocos dias una nume-
rosa cn Cmces, Be:,;ejos y Cumeiro. La dd :Jlancheguillo
habia aparecido poco antes, y aquellas y las otras se au-
mentaron luego con antiguos sohIarlos miglldistas, llegados
de Portugal, capitaneados á veces pOI' oficiales de la misma
nacion. AI¡wlloS de cstos fueron presos, el 9 de marzo, en
Puente Arcas, y varias de las bandas deshechas en diferen-
tes reencuentros. Villavel'dc, batido primero pOI' IratlCla ::el
19) en Sanlalla de la Devcsa, rué casi c~lel'lninado por
Boan (el 7 de abcil) en lajuri:-;diccion de Taboarla: fray Ba-
silio fué mucrto en Golan, Pero, en Galicia como en Cataluña,
los revescs pat'ciales mantenian la ¡tTitacion en vez de sofo-
carla, y las autoridades, al anunciarlos, cuillahan de aüadil',
-( si se tarda en cnviar tropas, la insUt'reccion cundir~l hasta
llgcneralizarse.» Pensando cOlltcncda con rigot'es, pu-
hlicó Lat¡'e, el20 ue abril, un bando en que amenazó {das
justicias con grilletes y ú los curas eon enciert'os, y hasta
eOIl la muerte, si no daban á los comandantes militat'es,
avi:,;os puntuales dc los movimientos de las facciones. Pero,
atcndido cl incrcmento qua estas hahian tomado, el terrol'
que inspir,dlan á unos puehlos y el apoyo mal encubierto
que les ddJan otros, no podian ch'~t'igos ni ayutltatl1iellto~,
abandonados á sí mismos, llesplegat' una enet'gía (le (¡ne al
punto habrian sido víctimas. Hodeados de ricsgos pOI' todas
parles, el ip~tinto ele su consel'Vacionles obligaba á sOI'lear-
los pOI' contcmporizaciones.


En la 'lancha, Toledo y los confines de cstas provincias
y de Estremadul'a y Andalucia, continuaba fcrlllentando




LIBRO SÉTnlO. 237
igualmente la antigua lcvadura de discordia, sin r¡ue basta-
sen á impcdirlo la actividad y scveridad de los comandantes
militares. Orcjita, intel'llándose CH fin de enel'O ell la SicI'-
ra sIol'ella, atrajo SObl'C sí ulla colunma que, en 1.0 dcfehre-
ro, salió de la Cflrolina para castiga!' las atroeidacles cometi.
das por él dos dias antes en las ventas de Cúl'l¡en as. El ea-
IJCciJla atacó y deshizo la columna, fusiló ú hizo hui!' ú los
milicianos ó solJallos que la compouian, amedl'entó las
poblaeioncs mas importantcs del otro lallo de la Sierra y,
VO:ViCllllo luego ú sus vcrticntcs septentrionales, se silllÚ
desíle ellas hasta Ciudad-Real. Las autOl'iílades dí' csta ca-
pital, creyendo privar ú los handidos de hal'inus y cal'l1es,
mandaron ([lIe se cCI'rasen los molinos y se coneentrascn
los gflnados de los hahitantes en un estredlO recinto; pero,
en vez de htleel' dalla á la faecion con estas providencias, no
Pl'ollll.iel'Oll ellas mas que la escasez y carestía del pan en la
ciurlall, y la Illllerle y la disJllinueion de los ganados en los
campos; I'esult,llltlo aumentallo por UIlO y otl'O sacl'ificio el
disgusto de la provincia, vejada ademas por las e~accio­
nes y C'ontral'iaíla en su~ húhitos por las novclladrs. El 17
(le abril, Jara, Chaleco y la Diosa ataearon el destflcamento
de Casas de Lerma y le obligaron á huir. Pocos dias despues,
(el 10 de lllflyO) Jara cayó sobre la Hetuerta, donde hizo
prisioneros cincuenta hombres del provincial de Erija, con
cllyo a¡'mameuto y veslual'Ío armó y er[uipó otros tantos hom-
bres de su banda. De las otl'as del mismo te\Titorio, unas en-
traron en Vrda, el t:1, otrasen Consuegra, c123, aITebatando
cllanto eneontraban yarealmceallllo ú los milicianos; estas ata-
caron á Cuerva y San Pablo; ar¡uellas llegaron ú amenaZf\l' :í.
Mora. SantiagoCanasco, antes indultado, volvió á aparecer




238 ANALES DE ISABEL Il.
sobre Santa CI'UZ de Retamar y Cas al'l'uhios. CoruJo, dl'S-
pues de cien dCI'l'OlilS, en varia" dc las eua les sc Ic dió pOI'
mucrto, se pl'escnló, cl 5 de mayo, cn la )H'oyincia üc :\la-
drid y, con su inespcraüa aparicioll, obligó ú poncl'i'c en
movimiento ú los milicianos de .:\avalcaruero, :\Iéntl'ida,
Chapincl'Ía y otras pohlaeiones ha~la Ar:llIjllez, Para hacer
mayol'es los embarazos tlel capilan gencral de \fadrid,
obligado á repartir su atrneion en li1nlos puntos y tI lener
ademas fija la ,ista sobrc la parle orientallle la }1I'0\ineia
dc enenea, constantelllente alllenazalla por los al'agone~es,
se aparecieron d(~ rl'pellt(', en los l)j'iIlH~i'O'; dias (le mayo,
en Snn :\Ial'LÍn de V:ll([n-Il5lc'Íia~, lilW\'th pal'li([al'j()~pJ'Ol'(,­
dentes de las proviucia de .\ vila; otro,;, cn CasarrlllJio~, de
la de Tolcdo; otros, Cll las iUll1clliacioncs de TOl'relngnna ,
!le la (lc Gnadalajara, y tOllos á una lli"tnlwia de solo odw
ú llUCYC leguas (lc la cilpita[ uc la monarqula.


De esta tel'l'ihle nUlIH'I';1 jll'OlL'slalm lllas (!e la mita(! del
l'eino eoulra el tl'astOl'l1O Ú (IUC empujaban ~ill dl' . ;('an~o C/l
1ra(ll'iLl pocas docenas de escolares üe~illllmhl'ntlo", in~ti­
gados ú su vez por pocos ccntcnül'e" (!(~lwJlllJl'il~lllos. 1k fj!W
apenas se contó LUlO ú otro hOlllbre lle importancia en las
partidas levantauas en difcl'enlc~ }ll'ovineias, se )ll'etelidiú
inferi!' ([Ile el principio (!ue prodalllaban s\¡,:; gc[es no telli~t
raiccs en ni telTitol'io, en vez ele inferil' q IW, Ú I'c¡lIlgn:l!' lo;,:
puehlos la dominacioll ,Id pl'Íllcipc bajo cuya enSt'iü\ Illili-
tahanlas pal'tidas, se hab!'ian arlllado torlos pa!'a cslel'lui-
Ililrlas, eomo sncedió dlll':lnte los lliez años l'dlilllOS dd rei-
liado ¡Je FCI'nanllo, EII HZ d,~ hacerlo asi, "pella .. llUllo lt\_·
gal' donue ellas 110 hallasen ~oeOITO'Í y simpatías, :l pesar de
las ycjacioncs que debian comelcr pal\t subsistil' y dc la




LIBRO SÉTUlO. 239
resistencia que, en muchas pal'lcs lq~~oponian los milicia-
1I0~, e~eilados a ello ma~ tal vez pOI' sus comp¡'omisos que
por sus pl'incipios. Si !lO se agl'egaron á las panidas lWI'sonas
de sllposieion, [liÓ porque ullas IlO tenían húbitos de guel'l'a,
otl'as no ([uisicron cspoDel' sus bienes ú la coufiscaeian ó al
seclll'~tl'(). ni sus [amili:\s ú los insultos ó ú la dep0l'laeioll,
y lOllos tnviel'on {\ mellO:'; asocial'se ú gavillas, mal com-
puestas siempl'e y capitancauas las mas veces pOI' hombres
de esll'aceion oscma ó (le anlcee¡}enles poco homosos.


No sucellió otra co~a, ni se obró (le otra manera (,Ji la
!';nclTa misllIa (le In Illllepcndcneia , donde, si se (,s(,cJlll~a :i
Porlicl' y al;rllll 0[1'0, lo~ gefes de las guel'J'illas fucl'on siemprc
¡¡el'sollaS de lllllnild(~ condieion, sin ({\le apenas Jlgul'asc en
C'lla~ \lila sola dc claseo de caudal. Pero, entonces C0ll10 aho-
ra, pocos illtlivilluos notahles, fucra de los milicianos em-
pleados Ó compl'ometidos pOI' e\lalr¡uienl otro titulo, (lejaron
de (:ontl'iliuir :'t S\lS pl'ogI'CSO~, ya eon so inel'cia sis[rmú[i-
ca, ~ a eOIl Sil 1:'lcila apl'OlJacillll. Enlonccs como ahOl'a, fue-
ron pel'judicados I()~ illlereses, contrul'iallos los húhitos y
esral'nccidas las erceneias tle la i!cncl·alitiad. ~\hol':1 como
entonces, mil\al'(,~ de ]'(·ligi()~¡)s lanzados de sus ('lausll'Os y
de empleallos despojados de sus deslinos 11l'ellie,1klll la I'e-
sisleneia, ya ostensihle ya lli~fl'azatla, al gohiel'lIo y pl'OCU-
rallan intel'es:1I', en faYOl' de los que le haeiall la gucl'l'a en
los ('nlUpos, la Il1nyoría de los habitantes. Ahora mns que
CIl[nIlCI~~, el "arllleo el'u permanente, perpéluo el sacl'ilicio,
inminente la depol'laeion ó el confinamiento, yel ostracismo
volnnlal'io el medio único de ]lI'CSCI'VUI'S e del insulto y de
la C'spoliacion. Sin las calamidades ocasionadas por la dis-
putada invasion del tel'l'itol'ioy por su ocupacíon permanente,




240 ANALES Tm JSAnF.L JI.
la rcsistencia ue las ''lasas sc hahría cntonees amortiguado
poco á poco, como uo se habría generalizado ahOl'a, ú uo
aparecer succsivamente los mismos dementas de disgusto
y de oposicioll. ~Ias potlerosos dehiall ~el' estos ahora que
entonces, puesto que, ahoril, se de~ellvolviall ú pc¡;al' de los
medios eficaces de reprcsion de (lile di¡;ponia el gobierno,
mientras que, anles, no lo hahian hecho sino ú f,lVOl' dt~ las
facilidades que tl su desa1'l'ollo l1l'estaha la presencia de nu-
merosos ejércitos espaüoles, portugueses e illglescs. Las
disposiciones de las provincias del reino cn los primeross
meses del año dc 36 no fueron, pues, muy difcrentes Ile las
que 1Il0SII'ill'on cuando, oprimillas pOI' la illvasioll estnlllge-
ra, protestaban por su mala voluntatl contl'a las vejaeíonc s
de quc el'an víctimas. l\nimallos, ahora como entonces, los
habitantes todos del deseo de mejorar de cOllllicioll, nauie
reparaba en los medios que pOllian pl'opOeCiOIHll' este be-
neficio; deplorahan los males (I"C callsaban las guel'l'illas, y
apenas columlwahan, fnel'a del trillnfo de la cansa (llIe ellas
defendian, elcmento alguno de mejol'a Ó de hien estar. Aho-
ra, temian ademas que, en la clevacio!1 de llon Cárlos al ll'o-
no, cmpezase una nueva era de retroceso y persecucio-
nes; y, resignado ea da cual á esta necesidad, se pl'epal'uba,
por ulla conducta circunspecta, á preservar SlI pel'SOlla y su
familia de los peligros de la reacciono


Pensóse que, en situacion semejante, ningllll hombre de
impol'tancia sel'ia bastante all'evillo pal'a echar sobre SlIS
hombeos la pesada carga del pollel'; y)anto ll1a~ justa:pa-
rccia esta cl'eencia, cuanto (Iue, no omitiendo \Icllllizahal
medio alguno pam l'econlIni~tar el ([ue, por un falso cúleulo,
ahdicara, era evidente quc sus csfuel'zos aumental'ian las




LlRRO SÉTIMO. 2U
dificultades que legaba ,'t sus sucesores. Desde el momento
en que él vió aceptada una dimisioll r¡ne no habia 11echo si-
no para aterrar :í la Gobel'Ilarlol'a, puso en movimiento á
sus agentes y lt's mandó solicitar orll1l1s para una csposi-
cion en fILIe debian decrelúrsele de lIueyo los honores de la
apoteosis y solicitarse su permanencia en el ministerio. Los
:lmaiíos flue algunos periódieos manifestaron habel'se
emplearlo en las gestiones IH'ilctieaclas antes con el mismo
objeto y los sarcasmos á que diel'on lugar sus revelaciones
re lI'ilj e 1'0 n á muchos rle los que coOpel'ill'an á ilquellas
maniohras, temiendo desael'ellitilrse con Sil repeticion. ;'\0
pudiendo, pues, reunir fil'lIlaS bastantes pal'a que apm'e-
ciese apoyarla la peticion llueva, hubieroll de limitarse los
amigos del ex-ministl'o Ú amenazas, á vociferaciones, á de-
nuestos, con que cre) el'on llcsalentar ú cuantos aspil'asen al
mamlo. Pel'o ni estos medios limitados, ni la seguridad de
estarse combinandu otros mas vastos en las tinieblas de los
eluhs, ni la L\elivÍllad con ([llt: ¡¡gelltes británicos fomentaban
b escision, dejando columbmr que la continuaeion del fa-
vor de su gohierno depenrlia en pal'te de la eonsel'vacion de
Mendizabal, hieie!'On cejal' Ú la l'cina, que, fi,'me en su pro-
pósito, nomlll'ó el 15 Ú lst\lriz ministl'o de Estado y presi-
dente del Consejo, eOH encaI'go de rOl'mm' un lluevo gabi-
nete. Trató él de desempeiíar su comision en el dia mismo,
designando para el ministel'io de la Guel'l'3. al gencl'al Seoa-
ne, comandante general de la caballel'Ía de la Guardia
Real; para el de la Gobem<lcion al pl'ócel' duque de Rivas,
y para los de Marina y Hacienda á Jos procul'adOl'es Alca-
lá Galiano y Aguirl'e Solarle. Vacilóse, sobre la eleccion,
para el de Gracia y Justicia, entre el procurador por Cádiz,


TOMO 1lI. 16




212 ANALES DE ISABEL lI.
llallcza, y cll'cgcnto dc Pamplona, COI'tazar, confinado ú la
sazon de (ll'dcJI de CÓl'llova en Burgos, pOI' l'esulla~ de su
reciente querella con el hal'on de Mn'!'; y esta inuecision,
junla á la ausencia de Seoalle y de Aguine Solarle, presen-
tó pOI' de pronto reuuciuo el gabinete ú tres individuos.
Para suplir á los ausentes, se eneomemló, e117, el despacho
la Guerra al brigadier SOI'ia, y el Ut~ Hacienda al direetol'
de rentas Egea, quc, no sicnuo próceres ni pl'oclU'al!OI'C's,
ni contando con clientela, enm poco ú propósito para tlar
consistencia al nucvo minisler'io. Casi cn cI mismo caso sc
halló el procmudor BUl'I'io Ayuso, que, c118, fué nombrarlo
ministro de Gracia y Justicia.


FIN DEL LIBRO SETnTO.




DON LUIS FERNANDEZ DE COROOBA


Ildlili'l¡JoI ... ,dll ..,0 p;¡dr¡' !.:PIlI'!';11 ,!I 1:1 :\Llll!¡ I ~'II' .1":1 ,H .... :' j'(1 \:-;1,· (i !, t:
¡,jI'I) d,' ¡'/ldl"" d,- la l,uar.!'.1 ¡{1,,¡ldp JIlI;IlI','II:l. I'¡'-' jilj',,"
... 1 '¡¡,1(, ... Iltl!,! Id,. ,dli'I('/I'!! 1;-.1'1 ¡'¡ir 11:11'1'1' "d 1"1"",1 ., \:':",:
,i," jld¡" (!I' 1,..,;1:1 ... , '" .. ,!II.JI nl,-!!!!II 1:\ 1(1, hl1,lldl,i~ ~',·I,.II·'"


11;11[,\\\" 'ji ,,1 ,11;11111" -Id rrm'ddd'" Ln -;;' 1111\ li nl\q·· I,'!" 1,",'
-j, :dil'l,;( 1;1' 1I pi ¡tW'la .... nl'i.,II;1 dl'l ,1"'1;J1 h" ,l,' E,I,~,'I


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Ill\llhlJ'n 1"'111, 1'11l1¡d"1 11¡" 11< ilil'!.\·'n ;II!I"'~I" II'i ('1 ~\ I <.t,'


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1




ILI8RO OCYJ'fl. ,"o.


)Iiuh1vrio lsluri/.-Yiolpnt:l oflosirion quC' ('IIPllP!11ra (In las Corlc:=:.- Di:'¡Uf'he-
las ~. conyora (jlras.-::Uanilill:-.to di' la rrin'-l t;olH'rn<ldora.-:\rcion de ArJa.
híln -Yia~r r!(' Cúnlo\'a ;'¡ ~Ia:~ri I.-T(·ntatlv<ts de d¡:sonlpn comprimidas en
.'Iala:!:l, (;r:¡n;Hla. f.:U'Ll!-:'('Jl:1 y o!ro" IlIlllt0s.-TIcmocifHl ~,. l'crnql1aw ¡J(' :llg-u-
na ~ ;111(01 idad.'s lIlilifare.-;.-C;¡]¡rel'<l {'H Canta\irja .-TriUll!'O:'; ~ Tl'\'csr:-i de las
lialld:b {'al'li"la~ de Arag1lfl, Yil!¡'[lCi.:J. y (lJtaluila.-Espl'dkionrs de GOLllrz y
Ilon B,¡s¡\i().-:UO\ in~ien:(j" di' Yi 1:11'\';11 Pil las provini'ias del ~ÜH tl'.-A{'u,S ur
indi~r'ip\ina "y' :-;int{\tlla~ ti\' dC ... or;.ranizaeion en él t'j¡"rcilo de Cúnlora.-Pro-
IlIlH('iamil~!ll,) d(~ :Ual(1~a.-Ase:-.iilalos. - ilrollún~ ian~c coutra l'l ~olJ¡l'1'1l0
varia" (',qütah'" del U"inn,-H('\'olIlCi'lll .1., la Granja,-Pf()('lúmasc la Con~li­
llll'ion 11 .. IRI:!,-C:lida tl!'llllitli~fl'l'¡o r"'(l!ril.


L\ eOlllpo~ieioll lid lIue\'o ¡!ahillel<: p;Jl'CC;Ó pOI' UC pronto
lan e~ll':ll\a que :lpCll:lS huho ]wlllbl'C de alguna impOrl:ln-
cía política (Ille f;C all'L'\iL~,e Ú aprobada. ,\1l11 estaba dema-
siado fresca b. memoria del ardo\' con fiue Isluriz y Galiano
hahian }H'ovocado en el Estamento la plantificacion de teo-
rías exageradas, para que pudiesen iuspirar confianza, ele-
vados al poder. Seoane participaba de la misma exagel'aeion,
y la misma se suponia en Egea, á quien, por una anomalía
illesplicahle, se encargaba suplÍl' al model'ado Aguil'l'e So-
larle. Tan imposihle parecia la conformidad de ideas entl'e
este y su suplente, como que abjul'asen de repente las su-
yas clgcfc del ministerio y su nuevo colega el de Marina.




ANALES DE ISABEL 11.


Cl'eiase que, si estos pcrsisti311 en las (Iue, Jurante su vida
cntera, habian sostenido, la val'iucion Ile las pCI'sonas no
inflllir'ia cn la del sistema, ni rcmelliaria ninguno de los ma-
les públicos; mientl'3s que, si rencgaban su antigua fé polí-
tica, la acusacion dc apostasía uesvanccel'ia el prcstigio de
que gozaran hasta entonres cnll'c sus corrcligional'ios. En
el primer caso, stl'itlll vigorosamcnte hostiliztlllos por el
partido conscrvador; cn el segundo, lo sel'ian mas vigoro-
samente aun por sus antiguos amigo:>; cn uno y otro el'a
muidifícil que pudiesen contar con una clientela capaz de
sostcncrlos.


Los Estamentos cr'an el campo de balalla donde dclJia
decidirse la sucrte de la comhinacion, Ocup3rase el de Pró-
ceres, en los dias anleriol'es, en el exúmen y apl'obacion de
la ley de l'csponsabilidall ministceial, y el de Procuradol'es
en la discusion del proyecto de ley electoral, de que se
aprobaron sucesivamente muchos artículos, sin otra va-
l'iacion esencial qne la esclusion de los empleados, com-
prendidos en el entre las capacidades, y la rcll3ja á nueve
mil reales del censo dc elegibilidad, El 13 , se anunció en
este Estamento el nombramiento de lstur iz, y, deslle
el 16, se pronunció contra el en su seno la violenta opo-
sicion á que debia reducirse por entonces el apoyo ofre-
cido por el partillo Caballero al minisler'io saliente, y COII la
cual se debia suplir la insuficiencia de las oh'as maniobras
empleadas en vano para sostenerlo. Cuarenta y cuatro PI'O-
curadores fil'ma¡'On una. pelicion, proposicion ó propuesta,
(pucs, entrc los autores mismos de aquel documento no
hubo conformidad sobl'c su título) para que la asamblea de-
clarase en el acto:-d.o Habel' cesado, desdc el principio




LIBRO OCTAVO. 2.f5
«de la legislatura, las facultades estraordinarias concedidas
»al gobierno por el yoto de confianza. 2.° Que, en caso de
»disolverse las Cor-tes no se pndiese cobrar contribucion
»)alguna no votada pOI' ellas. 3.° La nulidad de touo ell1-
»préstito contratado, la anticipacion de fondos obtenida sin
MlI1ucncia ue las mismas.)) Pensóse por estos medios pri-
val' al gobicl'I1o de todo I'CCurSO, imposibilitarle para disol-
ver las Cortes, y forzal'le por consiguiente á retil'arse de-
lanle de una mayoría compacta, decidida ú no acceder á
ninguna de sus pcticioncs. La cábala pal'lamental'ia no se
limitó á esta hostililhul colectiva, sino (Iue, ú prctesto de
no habersc rccihirlo CH el Estamcnto la comunicacion oficial
de los nombramientos de los nueyos colegas de Istul'iz, ac-
cidental ó maliciosamcnte retardada, se ensañó contl'a Rivas
y Galiano, únicos que estaban en Madl'Íd y concurrian á la
sesion, acordando que abandonasen el banco ministerial
que ocuparan. POI' yil'tud de cste acuerdo, Galiano se
trasladó ú su asiento de })l'OcuradOl', y Rivas, que no lo
el'a, hubo de evacuar la sall, hasta que se subsanó, pOI' la
presentacion material de los decretos publicados ya en
aquella mañana en la Gaceta de oficio, la pl'etendida falla de
formalidad.


Aunque indignado de es le incidente y calculando por
él la il'rilacion quc es citaba su elcvacion al podel', opu-
so Isturiz mucha calma á los atafIues, se resistió con la
leyell la mallo á fllle se tomase en consideracion la pro-
posicion de los cuarcnta y cuatl'o, y defendió con vigor
las pl'crogativas del tI'ono, que ella minaba. Pero ni la dig-
nidad sostenida de sulenguage; ni la indisputable legalidad
de sus doctrinas; ni la notoriedad de sus antecedentes, ni




246 ANALES DF. ISABEl. 11.
la parcialidad evidente de una oposicioh , quc atacaha indivi-
dualmente y en masa á ministros flllC aun no habian empe-
zado ti ejercer su autoridad; ni alln las declaraciones cspli-
citas de aquellos mismos milli~tl'os de que entendian ca-
ducado y anulado con I'e:,;peelo Ú ello~ el yoto de confianza,
de flue por tanto prometian no U5ai'; mula en /in, Iwstó para
dcsal'mar la mayoda, que, por novrnta y seis votos contra
doce, aprobó la hostil pl'opo~icion. Ahstuviéronse de votar
SObl'C ella los ¡,ccien sepilrallos ministros Melldizahal, Be-
cerra y Heros, y pOI' ulla conlra(Jiccion, (11lC ni aun se haria
escusable pOl' el deseo de ¡,ctanJa!' una cscision ahierta en-
tl'e el Estamento y los nuevos ministros, los dos fIlie de
ellos eran procUI'adores (Isturiz y Galiano) Yotal'on en fa-
vor de la medida que acababan de combatir. Con esla sin-
gular condescenuencia, parecieron rcsignauos á qlle la:,;
Cortes continuasen hostilizúndolos, y decididos ú no em-
plcal' contra sus ataques el arma de la (Iisolncion, única
que para rechazarlos les uejaba el Estatuto; pues, ¿cómo em-
plearla cuanuo pOl' su voto mismo reconocian en los pueblos
el derecho de 110 pagar contribuciones mielltl'(\S no estu-
viesen votadas pOI' las Cortes, y declaraban aceptar la anll-
lacion del voto de confianza, que hasta entonces autorizaha
su percepcioll?
~i fucron estas solas las particularidadcs llotahles de la


ses ion del 16 ue mayo, En ella Olózaga, L(\Ildel'o y Lopez
cOIlYil'tiel'on ea si en cal'gos fonllulp:'. los rllmorcs que en los
antcriores días circularan soJji'(~ la illlel'\'l'llcio!l del Illa[,([IlCS
de Míraflorc-, el dlIllue de Omna y otras pel'~onas notahles
en la aceptacion de la l'cnullcia de ~l cllllizabal y sus cole-
gas. Lopez, eSlwesál1l10se en tel'minos mas calc~ól'icos <fue




LIBRO OCTAVO. 247
Olózaga y Lamlero, no temió decir:-« ¿Quién puede habel'
))inl1uiuo en el nombramiento de los nuevos ministros? Un
)Jtercer 7)({l'tido enemigo dcll1t'ogreso, (emel'OSO de las re-
JJ fOl'lllaS , que ¡.roza de los ah usos que quisiera perpetuar,
»y que acaso se intenta yaler de los patriotas mas puros y
»C!cl'cd itados ra!'a que, si n eonoeedo, sinan de instrumen-
»(0 á SlIS mil'as y :\ su cgoi~m o ... En los di as de la ,sepal'a-
J,eion lle los antiguos ministros y del nombramiento de los
)lactuales se han pl'opalallo amenazas po!' pel'sonas de cate-
llf!oría y en sitios muy respetables, de hacel' intervenir en
¡)nuestras dcliheracioIlcs, como en la eontinll<lcinn ó tél'lni-
»))]0 de IlUeSII'a l'epl'esenlaeion pública, illl1l1jos (Iue no re-
)¡conoce el Estatuto, ni se admiten en lIingull pais libre.»
Lo enal dijo ahHliendo á las 'pláticas pendientes sobre la
in(er"eneion francesa, en que el pat,tido moderado, repl'e-
sentado por b mayoría lle los Próceres, fundaha su espe-
ranza de enfrcnar ú los exaltados, (¡ue componian la mayo-
ría de los Procuradores. Galiano rechazó estas indieacio-
nes, (\ Istlll'iz negó esplieitamente la existeneia de tal pa!'-
tido, Las declamaciones violentas de sus denunciadores
provocal'on mas Ó menos estrepitosos aplausos en las t1'i-
¡muas púhlicas, al mismo tiempo que mas ó menos violen-
tos IllUl'Jl1ullos las exactas observaciones dc Isturiz sobre
lo estraflo de las hostilidades, dirigirlas pOI' antieipaeion á
su millistel'io, y de los medios constitucionales de que se
valdria para sostener las atacadas pre!'ogativas d~ la eoro-
lla, Gritos dc befa de la misma tribuna acompaií,u'oll tam-
biell la vuelta de Galiana desde su asiento de procurado!'
al escaüo ministerial, é iguales seüales de improbacion ar-
ratlcó el aserto del conde de las Navas, de que los antiguos




248 ANALES DE ISABEL 11.
ministros no habian dejado sus puestos por orden de la
reina, sino por su pI'opia voluntad. La tUI'ba que ocupaba
las tribunas se hizo m;i árbitra riel vitupel'io y de la ala-
banza, y las pasiones (Iue la agitaban en el llamado santua-
rio de las leyes se os tentaron con mas violencia y descaro
al sepal'arse los l1l'ocUl'atlol'es, entl'e los cuales los minis-
tros y algunos de los que se mostraran amigos fueron
blanco de amenazas y denuestos. Tales medios de intimi-
daeion reducian la represenlacian del pais al mismo estado
de coaccion y de senitlumbre á que acababan de reducir
en Zaragoza al tl'ibunal sup erior de A ragon.


En la ses ion del 17, se cOl)tinuó la disclIsion de la ley
clectoral, sin otro incidente gl'f,ve que la manifestacion
hostil de Caballero y otros contm la organiza cían del Esta-
mento de Próceres con motivo de la disposicion del arli-
culo 50 del proyecto, que prohibia nombral' los procurado-
res, y que se adoptó por una mayoría de sesenta y ocllo
votos contl'3 cuarenta y seis. Pero ni la singular aproba-
cion que el dia antes dió el ministerio á la peticion de los
cuarenta y cuall'o, le libró de ilitcrpelaciones nuevas. Gar-
cía Carrasco. Lancha, Garnica y Olózaga pidiCl'on esplica-
ciones sobre contraórdenes que se suponian espedidas
para detenel' la marcha de algunas tropas enviadas á Ara-
gon por el Hntel'ior ministerio; solH'e un artículo flue COll-
tl'a él sc habia publicado en el Jorubado; ~oJ)\'(~ la analogía
de las doetl'inas de los nuevos ministros con las proclama-
das pOI' mluel periódico, y que se tleeia ser las del partido
llamado de la Gl'allja, pOI' Supolwl'se forlllado nlli en 1832
duranle la enfel'medad del rey; y en Iin, sobre los recur-
sos con que contaban ellos para hacer frente á las Ileccsida:-




LIBRO OCTAVO. 249
des del servicio. Tambien se les echó en cara su proceden-
cia de la minol'Ía del Estamcnto, y de csta consideracion se
dedujo la consecuencia de que no podian contar con la ma-
yo l'Ía en él. Isturiz declaró que el tiempo solamente debia
decidir' es1a cuestion; en órden á recursos, manifestó que,
Cllundo le fallasen, acudil'ia al Estamento para oblenedos,
dcsaprobó el articulo del periódico acriminado, declaró no
conocer los principios politicos del partido llamado de la
Granja, y no tencr idea de la contraórden dada a los cuer-
pos destinados á Aragon. Obsel'vóse quc sus colegas no to-
maron parte en la diseusion, de que le dejaron lodo el peso.


En la ses ion del 18, el procurador Cantero, uno de los
mas fuertes jugadores de la Bolsa, interpeló á Istmiz sobre
el retl'oceso flHe, en las cotizaciones de los dos últimos dias,
se habia notado en los fondos públicos, retroceso de que,
con evidente exageracion, evaluó las consecuencias en 216
millones, imputando al lluevo ministerio la baja de un ocho
p. '/, en los vales no consolidados y deuda negociable dcl 5,
y de un tI'es en los otr·os valores, como si esta baja no hubie-
se empezado y seguido bajo el ministerio antel'ior, y como
si elr'ecien constituido fuese responsable del estado en que
afluel dejaba al reino. Echevarria preguntó si serian paga-
das unas letr'as del ejército, que no lo habian sido, á pesar
de estar vcncidas desde el H. Egea eludió la respuesta,
alegando que solo desllc aquella maüana se hallaba encar-
gado del dpspacho de Hacienda. Isturiz manifestó que la
baja de fondos deLia imputarse, mas que á desconfianza del
ministerio, cuyas intcnciones no !labia aun datos para juz-
gar, al empcüo con que anticipadamente se trataba de desa-
creditarlo; pero, al hacer esta justa vindicacion, cuidó de




250 AXALES DE ISABEl, n.
halagar á los bolsistas con la segnriducl de qnc, al exami-
narse los decretos relativos ú la denda, proharia flnc sus
opiniones en la matet'ia no se diferencialm mltcho de las de
su antecesor. Este f\1é al propio tiempo nombrado itlllivi-
l1uo lle la comision estamental encargarla tic informar sobre
<)!JltcIlos decretos mismos «(ue él espidiel'Ci siendo millistro.


El resto de la sesiO!l del 18 se llenó con la discnsion ,le
los últimos seis articnlos de la ley electoral, f[Ue fueron apl'o-
hados. Hablando sobre el último, relativo ú la t'ept'esenta-
eioll (le las provincias (le Fltramar, comlnllió Olivan victo-
riosamente las indicaciones del conde tle Donadío y lle otros
de sus colegas dirigillas ú quc ~e unifoJ'Ill<lSl'll los derechos
polilieos de los hahilanU,s de arlnrllas posesiones con los
de la Espaüa peninsulal'. Tralánllose tle la forma de las
eleeciones de las pl'ovineias exentas, se elevó tambien He-
ros :', considel'aciones impoI'tantes sohl'c los file ros de las
vaseongallas. Beccrra, para defclIllcl' la" imjlolílieas inl1oya-
eioues (Iue últimamellte prelendió inll'odl1eit, ('11 i\ar<ll'l'a,
sostuvo que alluella provineia y las tle .\lava , Vizcaya y
t~uipúzeoa habian renunciallo ú sus I)['jrilegios pOI' el he,;110
de aceptar el Est;)tllto y de envÍat' sus procmadores al Es-
tamento; como si, hajo el imperio de los fllcros pl'oyinciales,
110 hubiesell concurrido antes tI las Cortes de Castilla los
proemallores de Tolo~a, Viloria y otros pueblos del mismo
territorio que tenian voto en ellas.


"\ pesat' de que la formacion de la ley electoral cm (' I
objeto principal, si no el único, (le la r(~lInjoll de la~ COI'tes
de lIlarzo, la-; :lltel'pelaeiones que últimamcnte se mezelal'on
en su tliscusion disminuyel'on sobremanera el interés COl!
(¡ne al principio se la miraba. Tampoco lo escital'on muy




LIBRO OCTAVO. 251
viro los (lrhatcs de la scsion (le! 19, sohre unu peticion de
gl'an número de procl1I'adore s, dirigilla ú que se restable-
ciesen las leyes cOllstituciOl\ale~ sobre diczmos, mayoringos
y seüol'Íos; aunque la rehabilitacioll tic aquella~ disposicio-
!WS flle~e el preludio del restalJlecimieuto dr tOllaS las que se
dielill'Oll en el prl'Íot!o constitucional de 18:20 Ú 2:3. }, a::-e-
p:l1nu' el cumplimiento de este designio parcció encamina!'se
Olózaga, illtimando á lstnriz que se esplicase sobre la Icga-
lilhHI y legilimidad tIe afluell'égimen; pero lstlll'i z, que has-
ta f'lItonces hahia sillo sn mas impúvido sostcnellor, rehusó
ponerse eH tan resb,dadizo tcncno y cnlrar en la discusioll
de las !lO 1ll('!lflS espinosas euestionl':-; , (IUC la pelieioll sus-
citaba. Esta ftlé aprohada por una inmensa mayoría, en la
cual íigmal'on los ministros anteriores. Menester era flue se
fUlllbsen gl'amles esperanzas sohre el efecto de las interpe-
laciones, para fIlie estas interesasf'n mas r)tIC Ins eurstioncs
vitales filie coelúlleallleilte se agili!l;all, y par~¡ C¡lIe, mientras
las de mayorazgos, ~eüol'il)s y diezmos prollucinn llpenaS
una imprcsion pasagera en el Estalllento , la causasen pro-
funda las Im~glllltas fine, en la lIli~ma scsion, se hiciel'on á
los ministros sohre el envío de tropas ú la provincia de Te-
mel, sohl'e el tic la gllal'l1ieion tolla de "Madl'id al ejército
dd NOI'tt', Y sobl'e los fonllns con r¡ue se cstallll pagando el
semestre tle la denda I'strallgera velleiuil en mayo. Con es-
tas pl'Oyocaeiones, intempestivas unas, impertinentes y ri-
díelll;¡~ nlri¡s, l· inronslilucionales ca~i touas, se trataha en
efeclo de f:lIiplI' Ú I~(lIl'iz y de ohligade ú dejal' el puesto
ú empcüarle ú i¡('('plell' las eOll:lil~i\)Jles (llIe le impusiese lIna
lIlayoria resnelta ú hacer del Estalllento , por este medio,
rI eentro de í\ccion de todos los poderes públicos.




252 ANALES DE ISABEL H.
Isturiz, sin embargo, con ocia bien el modo de acabar


para siempre con la reputacion facticia de su antecesor, y,
con el apoyo que le prestaban sus amigos del Estamento, y
fingiendo acceder a los deseos que le indicaban los órganos
de la oposicion sistematica, decla['ó que en breve presenta-
I'ia al Estamento el cuadro de la situaeion del reino. Ater-
ró este anuncio á los defensores deMendizabatlos cuales, co-
nociendo la parle que les cabria en la mengua de que iban
aquellas revelaciones á cubrir á la dicta dura, trataron de
impedirla por el molino FruslI'ado este por la actitud enér-
gica de la gmll'nicion, la cábala parlamentaria resolvió des-
hace)'se á todo trance del hombre ú quien por unanimidad,
elevara dos meses antes al sillon de su presidencia. Pero,
como los antecedentes mas que equívocos lle Cahallero,
permitian atacarla con ventaja, mientras continuase acau-
dillada por aquel proeurador, determinó ella reunirse bajo
la bandera de Carrasco; y congregada en número de sesen-
ta y ocho el dia 20, es tendió y firmó en el mismo dia y pre-
sentó en el siguiente una proposicion asi concebi(la:-ccPe-
»dimos al Estamento se sirva declaral' que no obtienen su
»confianza los actuales secretal'Íos del despacho.») Aplaza-
da, con gran satisfaccion de los revoltosos apoderados des-
de temprano de las tribunas públicas, la discusion de un
dictámen de la comision electoral, preguntó el presidente si
se tomaria en consideracion la peticiono En vano Isturiz hi-
zo leer el articulo del reglamento que á ello se oponia; alegó
el derecho que tenia de ser infol'mado con veinte y cuatro
horas de anticipacion de las interpelaciones f¡UC se tratase
de hacerle, y leyó el oficio en que se le anunciaban las mate-
rias señaladas para la discusion de aquel dia. La mayoría fir-




LIBRO OCTAVO. 253
mantr pasó por encima de todo, y declaró que su peticion
se uiseutiria en seguida. Isturiz protcstó contra la inrracciOIl
de la ley, y declaró quc él y sus colegas no permanecerian
en su banco sino pal'a defendel' las pl'erogativas de la Coro-
na, si el'M} atacadas.


tu insólita dec\aJ'<lcioll qae se provocaba fué defendida
por Caballero, AhIay y Olózaga, como consecuencia de los
acuCl'dos de la sesioll del 16 , como medio de impedir que
se consumase la nueva cscision que, contando con el efecto
de sus pl'Opi3S instigaciones, aseguraban elJos l}[lbe!' pl'inci-
piado ya en las 11I'0vincias y como precaucioll anticipada
contra un ministerio salido de la minoría del Estamento.
Lopez esforzó estas considenlCiones con el mal efecto que
hahia pl'oducido en la Bolsa el cambio de gabinete, y repi-
tió y aun eslendió las insinuaciones que ya hiciera en la se-
sion del lG contra el tercer partido, al cual tachó de-(po-
»co decidiuo pOl'la libcrtad, y de no haberse acogido al trono
»ue l:snbcl II sino por Cl'cer quc este rcspetaria todas las
»existcncias legal ó ilcgalmente adquil'idas. Este pal'tido,-
»añadió,-podcl'oso, estenso, procuró minar la administra-
»cion pasada, toleró un escandaloso contrabando; y consin-
») lió en flue no hubiese ingl'esos en el er¡¡l'io y en que de-
)ljasen de ser batidas muchas veces las facciones para poder
)¡decir que los antiguos ministt,os eran incapaces de soste-
)l1el' tan grave peso, y que debían sucumbir al descrédito,))
y sospechando sin duda fIlie nadie compl'endel'ia sus alu-
siones, no hallándose en partido alguno de los que existian


,


los cal'actél'cS qUl) él atribuia al que denunciaba, concllly Ó
con hacer cargo á los minisll'os de haber sancionado con su
voto las pl'ccauciones acordadas por el Estamcnto en la se-




2.54 ANALES DE ISABEL n.
sion uel16 para impedir' su Llisolncion , y rehusado tomrll'
parte en la discusion de! I!) sobre el restablecimiento de lt~­
ycs ['evolucionarias; procellc[' fjlle (,JI ambos easo" caliliclI
de ardid ingenioso para f¡Ue !lO se les pudiese echar' en cara
que su e!csaeion al podcr hahia sido sa hlllada por dos yo-
taciones penlillas.


Varios procmadol'es impugnaron la petieion, y, aludicll-
do á alguno de sus autOl'cS, )'('conI6 :\lorales las inteligen-
cias secretas que tenia :\Iil'abcau COII la corle de Luis XVI,
mientras que eH público la atacaba con vehemcncia y cn-
cal'llizamiento. Hablando dc la I)j)O~ieion r/lw S(~ hacia Ú lIli-
llist['os, cuyas opiniones libel'¿dl's nadie lJli:li:¡ dí'~r(llln('rl',
atl'ihuyóla Castells á deseo lle los (,ponente,; d(~ onlpar Stl~
puestos; reveló que á las }lrovinci:\s se habian enviado emi-
sarios encargados de prOlllOver alborotos, que pOI' eso se
anunciahan como inmincntcs, y eonclllyó exhorl:llldo Ú ~Il~
colegas á qnc dejasen oLear al nuevo mini~tel'io ¿mtes d(~
pt'Ollllncial'se contra él. Sot'ia ponderó l()~ j>!'li¿¡'o,,; di' lan
inJiscl'elas y apasionadas discusiones, Parejo ('~lra[-IÓ «(tiC se
hostilizase ú hombres quc, aC'cul¡l'll(lo ú los de~eos del
Estamento, hahian ol't'ecil!o Ill'csclllade ('U un hreye tórmillo
los pl'esupneqos, que :\Jellllizahal no rll\i~o ó no pudo j1l'C-
sentar, y califh.:o la Jll'OposicioB de auli-collstilllcioual é in-
justa. Puesta tl votacioll filé, sin embargo, aprohada po\' sc-
tenta y nueve volos contra diez y nueve; treee ¡H'oeurado-
res se abslmieron de yola\'.


Esla deci~ioll puso dc manilieslo al fin el cspil'Ílu de la
asamblea, que los allleeetlellte~ de Jos lIla~ de Sil"; miembros
hicil~ron presagiar' dcslle que fué conocida Sil e!eccion. _\pe-
Has ¡'cunidos, revelaron su tendencia pOI' la docilidad con




UBRO OCTAVO, 2.35
(pIe se lll'estaron á autorizar ó disculpar escesos que ull~I\lL
Illelllenle l'cprohal'a la Opillioll pública, y por el poco rcspe_
to quc moslral'OIl ú leyr's que j\ll'ill'on gllanla\'. A pesar de
ellas fueron aprobados los podcl'e:, de :.Iina, onlcllarlor de
un hOlTilde aSrSill<llo, y los de ~l'!'l'3nO, mandarlo encausal'
pOI' Sil parlícipacioll (~ll nll'Os poco I11l'1l0S atroces. ES3ín, sin
IwlJel' pr('sentado título alguno (IHC juslificasc su capaeidall,
!Ji aun los porlcrcs quc llclJiall p\'olml' su mandalo; Fel'llan-
dez ~loratin , que no poseía otra renta flue la rld arrielldo
amaúarlo lle una botica en una isla lejana; Cal'llel'o que, á
falla de hicnes, exhibió llllüS títulos de delula, (IUC no eran
SIl:O~, y rflle, :nlll ~iéll(¡olos, 110 I'ejll'csenlabau sino accidcII-
tal é insu{ieicutcll1entc la renta exigirla pOI' el Estatuto; y
nlal..e, rllle 110 tenia la edad exigida por aquella ley orgáni-
ca, fueroll admitido:; á volar como }H'ocuraclores. Pcro el
Estamento, atropellando en favol' (le l!ombl'es de doctrinas
exageradas las condiciones de su jlropia existencia, violan-
do las leye,~ «(líe tmiau l'e\aciou cou su d isciplilla interior,
parecia qucl'er pOI' enLonces limita!' ú ellas sus infracciones,
y \lO (lestruj¡' las principales gm'anlias del rcgimen recien
cstablecido. Llsoujeúbausc los eorifeos de la mayol'Ía con la
cspcrauza de hanellal' arlue\las leyes, por la mano misma
lle! poder encargado de hacerlas ejecutar, y no se pusieron
en hoslili(lad ahiel'la coulra el trono sino ctwndo vieron á
la C;obcl'l1adom resistir á las mcdidas eOIl (lile inrlil'cclamcn-
te) pOi' J'odco~, se proponian minado desde lucgo, para llUu_
llido llll poco dC,;plH'S. Seguros de que la accesion de af¡UC_
lIa pl'illccsa :'1 Ins inlimaciones rlne le hieiel'on pOi' medio de
Bodil y rle ~!entlizahal les pCI'JIlilit'ia restableecl' el régimen
proscrito de Cádiz y \US leyes promulgadas en el último




2bG A:'iALES DE ISABEL Il.
período de su duraeion, uo intentaron rehabilitar las relati-
vas á diezmos, mayorazgos y señodos, sino cuando la caida
de ~[endizabal les advirtió de que sus exigencias revolucio-
11m'ias no pl'evalecel'ian sobre los intcl'eses púhlicos; cuando
la elevacion de Isturiz les hizo tcrucr f(ue el trono rehusaria
accedel' a ellas, y no consentiria en suicidarse, Dispuestos
entonces a llevar á cabo sus planes de trastorno, no titu-
bearon ya en atacar la prerogativa real que hasta entonces
afectaran I'espetar, y se decidieron a anular'la , (Ieclarando
que los ministros nombrados pOI' la Gobcl'Iladoru no obte-
nian la confianza del Estamento.


Despues de tal declaracion, no tCllja el Illjnjsler'io mas
que dos partidos que tomal'; el de l'ctil':lt'sc. 6 el de disolvCl'
las Cortes; ambos llenos de inconvenientes y de peligl'os.
Lo primero hahria dejado el trono á merced de sus enemi-
gos; lo segundo podl'ia renoval' la cOlltlagl'acioll del vel'ano
último, y pl'0ll10Vel' el I'establecimiento de Ins juntas. Desde
el 14, cOI'l'ia de boca en boca esta amenaza, y, desde e115,
flleron conocidos los pasos que se daban pal'a realizada. Se-
gun lo denunció oficialmente CasteIls, habian mal'ehado, en
efecto, en aquel dia y los siguientes, pal'a las Ilt'fwincias, emi-
sarios de los clubs, autorizallos para disponer de sumas mas
ó menos considembles, segun la mayor ó menor importancia
de los pueblos donde debian desempeiiar Sil comision, En
Madl'id, sc abonaron durante dos dias á los alhol'otadol'es de
oficio las dietas de uso (1) y se tt'abajó la opinion en lodos


(11 Sesenta n'ales á los clubi~trrs de rrne ó levita. encargados de dar
direccion al mo\"imiento popular; ocho ú Jos ¡:311apnnes (j¡~ chaqueta y
palo, encargadus de maltratar y a'icsinar en caso necesario ¡j los (lesig-
liados por los directores del motin; y cuatro á los muchachos que de-
bian formar la comparsa de gritadores.




LIBRO OCTAVO. 257
sentidos. El gobierno, pOI' ~11 parte, cuidó de contramina¡' es-
las disposiciones publicando, el 1 D, en forma de circular un
programa (1) feclto el 1:'), en que declaró su inlenciol1-«(le
l¡llevar Ú cabo la r('\i~ioll ¡ll'omclida dr Ins leyes fundnmen-
))lalcs; de alender con jll'del'eneia á la lel'lnillaeion de la
lJ!jIlCITa eiyil, auxilianllo los medios nacionales pOI' Cllflntos
¡,purli¡>sen saearse de la mayol' estcnsion que ofrecia dar al
))tl'al,1(lo de la Cuádruple Alianza; de emprender y pl'ose-
)i!)ni!' f!1':lllIleS I'efomws, y de !lacer cumplir y respetar las
)Ie~ I'S , I'l'primienllo C01l la preyisioll ó el escarmienlo tOllo
))atplItado ('olllra ella.';. ))- raga, geuél'iea, y en ge\leral Ír-
1'i'¡diz,¡iJ!e, pareeió Cll ve I'(hll I eqa mallifestaeioll; pero dla
!Jc\s(ó ú calmar ú muchos liherales, que, no temiendo ya yel'
COIllIll'Ollletidas, por lrl mudanza dd gabinete, las reforlllas
por que s\l~pir(\\JaIl, rehusaron asociarse á la" maniobras de
~lIS eorreligiollarios polilic()~, 31:1;; aunr¡ue esta desmemhra-
eioH (lel pnl'lir/o fogoso, aumelltada por la actitud vigorosa
de la !)"U¿ll'lIicioll de \bdl'jd y por fl pronuneiarniento de
lodos lo~ ,1IIUlltes del LH'lkn, relll1ridos hasta entonces á
cOlls(¡I<ll'se con epigrama~ ¡le los desastres de .la dictallu-
l'a. fl'llstl'ase la,; telll,lliYa~ de tl'astorno en la capital de la
mOllarquía, tcmíase, y con l'<tZon, (¡Ile fuesen mas felices en
las de las provincias, donde, por no haber guarniciones y
hallarse aliliados ú los clubs muchos guardias naciollales, no
disponian las autoridades de medios eficaces de represion.
Cil'clllan's en("I'gicfls espcdidas ú todas ellas; órdenes para
que se traslada~eJl ú punlos no sublevados, en el caso de
que no bastasen á illlpedir ni á seüol'eal' el motiu; amena-o


'1'1 Véase 3[l6nclico número 1 al fin del tomo.
T(nro m, 17




258 A~Ar,ES DE ISABF.L n.
zas, PI'01l1f>;;:as, nada se omitiú de In qne }1c)(lia intimidar ú
ahatil' á Ins ~ílhorotad()l'rs, (\ inspirar :'t los habitantes 11 ~'::­
quilos la confbnza PIl que, ú falta (Ir medios materialrs,
veía el gobirrno sus mas inmediatas )ll'ohabilillaues de
triuufo.


Por poco que él contase con ellas; pOI' lilas f(llr, disuel~
tas las Cortes, reputase imposible el cumplimiento de la~
condiciones de su programa; pOI' mas que e'lhausto cual
nunca el Erario y L1cyorados anticipa(lamente sus tónues
ingl'esos ulteriores, fuese demostl'ada la necesidad lle dp-
satencler todas las obligaciones o de cuJH'irlas por al'hi-
tl'age~ ruillosos, el lllilli~llTio prefirió COt'!'!.'/' todos estos
riesgos, á dej:1t' el timon del Estado en manos de una
oligal'fluía desconcertada y frenetica. El 22, hizo una espo-
sieion (1) á la Gobel'l1adol'a en que entre otras muchas co-
sas, dijo:-«E! Estamento populm" cediendo ;'\ motivos no
»conocit!os, Sp ha dedarado (,O!ltt'a los millistt'os de V. tIT.,
,..de un modo que valdria poqubimo , ~i ~olo Sll,~ personas
))hubiesen sido desairadas, prt'o filie importa mucho, cuan-
»do se atiende tí. la índole lk la oposicioll y ú los medios
))dc quc sc ha scrvido. Proposiciones no consenlidils
»por las leyes .. , .. peticiones hechas para qnc sean SllS-
»)tituidos á los trámites legilles ..... otros de naturaleza
))singular; y todo esto, hecho en desorden hasta por
»pal'te de los cspccta(lores, ha presentado un espectá-
»)cuJo doloroso, asi como lleno de escándalos, licuo tamLien
»)de peligl,os ..... Los sccl'clal'ios del de:;paeho, ([nI.' ven pe-
))Iigrar el trono y la libertad inscpal'ahle del ól'llen, y con


(1) Véase apéndice número 5 al fin del tomo.




UBRO oeTA YO. 259
))ambos objetos ti la nacion entera, no pueden aconsejar á
»)V. M. que ceda ú las pretcnsiones injnstas en sí, mas in-
))justas aun por rI modo con filie son hechas. enlazadas de
»)necesirlall con otras cuya venida es infalible y propias pa-
))J'a tl'act'lJOS Ú una contil~nda cncaí'nizada.)) En cOllsecuen-
cia, propuso la disolucion de las Cortes y la convocacion de
h~ revisoras, elegidas en la forma adoptada últimamente
pOI' el Estamento de ProeUl'adorcs . .:\"i á este ni al de Pró-
CPJ'es rOllcUI'l'iú iHlucI dia ninguno de los ministros, y, el 23,
leyú ell amhos Islul'iz el denclo de tlisolucion, dirigido ú
hundil' lanlas e~peranzas criminales, y á dar al trollO y a
la nacion ulla c"pecie de tl'egua, Egea, que no convino COll
sus colegas en la justicia de esta medida, dejó el puesto que
interinamente sel'via Olhllhel'¡'iague, dil'eetor de la Caja
de .\mortizaeioll, mientras se decidia el propietario Aguil'-
I'e Solarte , que, desde Pal'ís, (lulltl(~ ú la sazoll se hallaba,
lo 1'('II1I~ó delillitivanwlllc.


La (;ollCl'lladol'a publicó al mismo tiempo un manifies-
to (1), en (lile, de~pues lle enumerar, asi lo que habia hecho
para proporcional' al pai" todo lo (11lC se le asegurara dcber
¡'t'(lIm(lar en su bien, como las hostilidades del Estamt'llto
popular, anullció habel' leni(lo motivos poderosos para de-
ci(El'se Ú la tlisolucioll (k L\s Cortes, y su inleneion tle pl'O-
seguir las reformas lL'gale~, de tCl'lninm' la guerra civil, tle
pl'OCCdel' ti la revision de las I¡~ycs fundumentales , por un
Estamcnlo elegido del modo mas propio para represental'
la opinion y el iutcrcs genel'al, y de mejorar el crédito pú-
blico, ocupúndose con particular atencion de los intereses


(-1) ~ VéaS0 apémlice número 6 al fin dol tomo.




260 ",,7I'A1.1<:S ])'8 J!;AllFT, 11.
ya cl'cados pOI' los decl'í't()~ ",) IIW I ¡IIOSi :'l la I'('vi~i()n llí' lo"
Estamentos en la última legislatl11'lI. La (;OhCI'I13(lol'fl I"ll-
c1uyó tleclanuHlo anojarse en hr8ZOS d,~ los espallOk~ , ex-
hOl'l:indoks ú dejar todo recelo, y mallif,'"I~IHI() esper~rln
tOllo de su )lflll'intisl1lo y sellsalrz.


Efectos diferell tes produjo esll~ maniliesto, amplificacioli
vigol'Osa de aquel en que, en rl mismo dia, fumlaron los lIli-
nistl'os la necesida ti de la disolllcion de las Cortes. A los
que compusieran la mayol'ia dl'l E~lamelllo poplllar y ú
sus adherentes, causó il'l'itacion y dc~pceJ¡o; ú los <Jlll', :ulll-
lállllosc con quimcras , l'spl'ralJall hiclles inmcdiatos di' b
revisioll del Estatuto, inspiro s~lti~facci()1l y cOlllianz(I. Lo-:
que, lanzados en aventuradas operacioncs (le holsa, soi\a-
ban solo en I'ealizal' los hencficios con lIue atlmlidamenle
se halagaran, cl'cFI'on debc!' aguanlal' el cumplimiento de
promesas q\le , aunque no J¡a~lante ('atr!!óric~\s) se miraron
en yel'dad CDmo favorable,,; ú ¡'J~ tel1e{I,)l'c~ dc p:1}1d del E~­
tado. Aquellos á <luienes ni deslnmlll'lIlJan las l('()l'í<l~ políti-
cas, ni esrilaban los ¡nlel'ese" de "ol~a , ni o('a~iollaha Ilu-
millacion ó pel'juicio la rcpenlina tli~!)lu('i¡)lI d(' b~ Cortcs,
vieron en la pl'omesa de convocar las lluevas eOIl <ll'I'eg\o ¡d
proyecto de ley electoral recien votado por los PI'OClll'a(\o-
res, un acto de ilegalidad, ya en el hedlo de allularse pOI'
una real ól'den la ley electoral vigcnte, ya 1'11 la slIslilueioll
de un sistema de elecciones, no discutido pOI' los próceres,
ni aun aprohado totalmenle en el 011'0 E~talll('lIl(), dOllde
aun estaba pendientc el exúmcll dc lllu('ha;; arlicioucs , to-
madas por el en eonsidcracioll. rie!'oll asimismo en la es-
pecie de sancion pro!l1elilla Ú los dccrl'tos de la (lif'tadllra
50bl'e la suel'te de la deuda y de sus hipotecas, llll atellt<trlo




UBRO OCTAVO. 261
ú los derechos de los encepas colegisladol'cs, en cuyo seno
h311ian algunos de SIl' individuo" l'eclarnarlo enérgicamente
COlltl'<l lo,; ill('OllHlIielltl's y pcl!¡:l'oS de la ejeeucion de aque-
llas lIH~(lida~, ri<~ron, en lin, en la promesa de tel'minal' la
gUl'I'l'<I ('¡,il, ulla bala¡j!,()ll.ula :;;ell1ejantc :1 la de Mcnuiza-
hal, l;lllll) Illc\'; irl'('~liiza\¡le "lwl'Cl, cuanto lila:,; C:icaws e!'an
lo,; 1'('('l\I'';OS naeion<lks, y mayo!' la segueidad de no porle!'_
se cOlltar COII la cooperaeion francesa, últimamente rehusa-
da el! lo,; 11'l'Illinos lilas positivos, Pero, bien (Ille estas con-
l:'ideracionc5 110 pCl'll1itie:,;ell :1 los amigos del orden fundar
ijl'<llldl'S <,spcr:lllzas cn el pl'ograma del nuevo gabinete, to-
d,n íet no Il~ recihieron mal, y, mil'úmlole como un padron
levantado ent re l'i desconcierto y el ó!'dcn, se manifestaron
dispuestos ú cscnsa¡' ill'gnlili::ldrs momentáneas en favor dC!
rcstahlecimiento deGnitivo del regimen legal.


Fiel á sus pl'olllesa~, publicó (el 26) el ministerio un de-
creto (lel :2 í, pOI' el cual se COllYOCarOIl para el 21 de agos-
lo h~ IlU('.\':l~ Co!'les llamadas Ú rcyisal' el Estatuto, de
acuerdo COIl el trono, y á despachal' los negocios pl'Opios
de las legislallH'as ordinal'ias, Acompañó al decreto ue cou-
vocaClO1l la nueva ley ekctoral, pOI' la cual se uebian 110111-
hl'iíl' doscicntos cineucnta y ocho proclil'Udores, en lugar de
Jos cicnto ochenta filie cxistian. Obscl'vóse que, atendidos
los tl'úmites de (lividil' las provincias en partidos á juicio ue
las dipntacioues provinciales, de formar listas de mayores
cOllt¡'ilJuyelltes y capacidades; de 11llblicarlas en las capita-
les y yo! vedas ú los distl'itos, con las demas formalidades
eomplirllllas y Ililalol'ias l¡llC cxigia la nueva ley, era dema-
siado lJl'evc el plazo fijado pam la reUl1iOIl; pero, visLa la im-
paciencia con que esta se ueseaha, no quisiel'on los minis-




~62 ANAU:9 DE ISAITm. 11.
tros dar márgen á la resistencia con la dilaeion , ni dejar
con ella pretestos para fllle se (hlllase de la sinceridad de
sus intenciones. A virtnll de ulla cspo~ieion que hicicron á
la reina el 28. se espidió, pues, UIl dccreto de la misma fe-
cha, por el cual se previllo quc las lista~ elr'ctol'ales , flue
dehian formarse por las diputaciones proyinciales, (Pleda-
sen concluidas y eS¡meSlaS al público el 25 de junio, desde
cuyo dia hasta ellO de julio debian estahleeerse los reclll'-
sos á que ellas diesen lugar; qne ~e hiciesen las deeeiones
del 13 al 15 del mismo mes, y el 23 el escrutinio de los vo-
tos y demas oprracionrs suhsiguientes; y filie, en el caso de
no result[\[' eleccíon Ile uno Ú Illas dijlutado~, se procedie.o:e
nuevamente á ella antes del dia 31. Confiados los autores
de estas disposiciones en la favorable impresion que en la
mayo da del partido liberal debian ellas pl'o(lucil', sC'pararon
de sus empleos á diez y siete de los procUI'adores que se les
habían mostrado hostiles, y entre ellos al famoso Cardero,
que, de teniente de un regimiento de infantel'ia, hahia t'uhído,
pOI' un ataf[Ue á mano armada contra el gohieI'llo, ú los es-
caiíos de la I'epresentaeion nacional.


Esta aetitud enérgica no podia, sin emhargo, mantenerse
sino en cuanto la opinion de, las provincias de:-guarnecirlas
se pronunciase tan abiertamente en faYOI' delministerío, co-
mo lo hacia la de ~1adrid, apoyada pOI' una guarnicion nu-
merosa; pero esto no era permitido esperarlo, al ver coml)
se movían los agentes de Mendizahal. tlespal'hados de la ca-
pital para pl'omovel' la C'sciswn ú (orlo tl'allce. üC'yó~e con
razon que solo po(lriall fl'llstl'al'.~e r!etlllilivamellte sus ten-
tativas, si, realizando Cón[ova las e~¡1l'l',\llZaS que hahia he-
cho eoneebír por sus recientes anuncios de Jlimnda , diese




LIBRO OCTA YO. 263
un golpe decisivo á los carlistas situados al Norte de Vito-
ría, y favorecie~e COIl t~1 lo~ movimientos ([Ile Remelle y
Evans podrian hace!' ell tal caso sobre el llaneo iZ(Juiado y
la !'etagua!'dia de Esula. }l01' su parte CÓl'llovu se vió tam-
lJielJ olJligado ú justilieal' la confianza que habia querido ins-
pil'al', y tanto lilas cuanto <¡ue, habienuo ayudado ú la caida
tic \lelll!izahal, tenia un intel'es personal en que no sur-
tiesen decto las maniobras ([ue se empleaban pnra volvel'lo
ú levalltal'. 1k C:;t<15 se ll'lllal'on alguuas cn el mismo CUaL'-
ld general, donde, llegada la noticia de la l'emoeioTl de
(u/ue! ministerio, se empezaron ú oir cOlllra sus sucesoreS
IllUl'llIltllos f[Ue la indisciplina de algunos cuerpos y los an-
tecedentes sospechosos de muchos oficiales hicieron mirar
corno pl'eclll'sol'es de alguna esplosion. Córdovu conoció que
llalla conll'ilmiria mas eficazmente á evitarla que un movi-
miento húcia adclanle y, desdc el18 de mayo, tomó medidas
para Yl'l'ificarlo.


El 21, salió de Yitoria por el camino de FI'ancia con una
grucsa division , mientras lo ycrificalm Espartero pOI' el de
Navarra con otra, componiendo entre ambas la fuelza de
diez y ocho mil hombres. Deslle la carretera, torció Córdo-
ya á su derecha, y, dcspues de haccl' un rcconocimiento so-
bl'e G neyn!'a, se encaminó ú Salvatierra, dOl'ue se stuó sin
oposicion el mismo dia, como lo hizo E~partero en Alegda
y los puehlos inmediatos. El 22 se reunieron los dos cuer-
pos, y eonlilllwl'on su marcha hácia Galarreta y Zalduendo,
apotlel'Úlltlose el general en gefe cn persona del pl'imcl'o de
dichos pueblos, trepando Espal'tel'o por cntrc peñascos in-
aecesihles hasta las cimas riel Al'alaz, y ocupando otra co-
lumna á Araya , donde fué destruida la fábrica de pólvora;




264 ANALES DE ISABEL U.
todo ello, á pesar de las maniolJl'as y esfuerzos del genc,'al
carlista Villarenl y ~u segulIclo Latol're, <¡IlC ClI uno de aquc-
llos reencnenlros salió herido. El :2:3, Egnía, tcmicll(lo (Ille
los cristiuos se dirigiesen al impor/al/te plmlo de Ofwlc, se
trasladó ú el, situando parle dl~ Sll~ tr(lpas en los lJos([l1es
de Al'allZaZU, y cuhriendo con las (lemas las aH'llida~ de' San
Adrian y el puerlo de A l'l'iola, CÓI'(loya, jnzgalHlo, por las
dificultades que hubo de superar para orupar alguna'i de las
crcstas de aquella yasla cordillera, las qne IClI(ll'i,t que ven-
cer para penctl'al' hasta Oüate, )ll'elil'ió correrse ti su iz-
([uiercla, envolver con este moyimielllo las líneas de Arla-
han, y obligar ú los carlistas á ahandoll<lrla,;, .\~i 10 hizo y,
acampando aquella noche en Ins alturas de Elgl1ca y Sali-
nas, se descolgó en la mañana del 21 sobre este último pue-
hlo.


Informado Eguia, adelantó á él tres column3s á las ór-
denes de Iturraltle, Gomez y Guil¡elaldp, hizo /Ilaniobrar los
cuerpos de VeamUl'guia , lle Goiri y de Sam , que, herido
Itul'l'alde, tomo el malHlo dc su hrigada, y empeü¡'¡ un COIll-
bate vigoroso. Sostúvo]e CÓl'dova ('Itielllpo qne rslimó ne-
cesario para que Espal'tel'o se situase convenicntemente ó
Sil izquirrda, y, hecho esto, abandonó él ú Salillas y se re-
plegó sobre las mismas line3s carlista~ de .\ daban, cuyas
fortificaciones habian eJllpezado Ú destruir dl'slle aquella
mañan3 dos compañías de cazadores destacadas por (~I con
este objeto. Para que no se completase su pomctlzada de-
molicioll , ó para probal' qul' 110 \wbia di~lIlilillido los lirios
carlistas la rúpitla iucursiotl de los eri,tillos en su tel'l'ito-
rio, Villa real alacó por la tarde la drrceha de al¡llellas mis-
mas posiciones; mas, aUllf¡He ll·e:-; yeces subieron SU"




LIBRO OCTAYO. 265
soldallos ha~la la cumhre, fl1(~rOn rcehnZt1llos ott'as tantas
por los del hl'ip:allicl' E~calcra <¡tiC la cubrían. POI' el en ca\'-
Jliz~\llliclllo del ,¡(,Ique pl'o]ong,lllo hasla las diez tIc la no-
che, filé f:lcil ú Ctll'lloY<I jll'eH'¡>I' que al dia ~iguientc se I'C-
1I0\(1j'i,l, y CH cO[becuencia lomó PI :2:) la rula dc Yi!lal'eal
dI' ~\I¡na, con d fin lh~ complelar, Jlor la dcstl'llCcion de sus
[(I!'ltlicaciulles, la de la linea lolla fllIC esten(lia hasta alli
desde GneYl1l'a. Y cl'iflcólo sin estorho , lwhi(\lItlo~e retirado
Ú SlI llegada rl lJalalloJl yizcaillo (IUl' gual'l1ecia aqnel pUIl_
to, y, conclnitl:\ la opcl'acion, hizo relirm' SlIS II'opas, en c¡
lIli~lIlo dia y el ~jgHil'llte, ú sus autiguos 'lC'ilJllullallliellto~.


,[,;¡l rlll~ el 1'(,~1I1Iil(lo de llloyimientos al11llH'irlllos con c:-;-
ln"pilo muchos dins [llIles, proclamarlos como decisiYos du-
l'~\llle su ('jeclIcioll, y jll'esent:Hlos Ú EspDita y ú Europa co-
mo ]'('snlta(lo de eomlJinaciones profundas de parte de los
gellcrales, y como tcqimollio inccusalJle dc heroi~mo de
pnrl e del cjl'l'citü.-ü Las úgllila~ ,-dccia Cún!oY<l ('n ulla [11'0-
i ('I:I/na del ~7,-\0Iahan Ill[l:; ha.ias que Ins cimas de los [lllcr-
»Ios de Al'anzazu y San .\dri~ln ..... fuislpis mas arriha que
»)las uieycs de mayo, tan <dIo COlllO il'ú un dia la fama de
),yueslro esfucrzo.)¡ r tOllaS las YCnla.iCls de este c~fllcrzo se
I'cdujeron :\ (lemolcr ullas malas fortificaciones, que, dcstlc
el tIia ~iglli(,J\\l' 1'1ll]lPZ<lI'OIl los carlistas ú repnrnr con Ilue-
YO al'llol'. PcrdierOIl los cl'istillos en aquella l'orrel'Ía
Illil y quinientos hombrcs, y entre ellos algunos oficiales de
IIH~l'jl(J, de lo'i enales fué gm\emellte hel'illo el brigadier
0-lloncll. Ln~ ('al'ii~la" alL'lHlidas las ventajas de sus posi-
ciones sobre ll}()nl<u~I(\S de (fue conocian perfectamente las
troehas y lo~ aÍlrigos, luYiel'oll tilla pérdida menOI', aUIH¡ue
~(t1ieroJl heridos lo::: gener81es Ilunalde y Latorre y el




266 ANALES DE ISABEL ll.
hdgauier Ello. Los pueblos de Salinas, AnioIa, GorJoa
y Galaneta fueron entn\dos ú saqllco , talados sus campos
y rohauos sus ganarlos. Yilla¡',;al de A];l\l\ filé inccndi:lCla y
Ulas ele ciento tle sus casas llcyoradas por las llamas. La
exa~pcracion que produjeron estos y otI'O:'; dailOs come-
tidos en aquella campaüa de cinco días, hahria sido el
ulliro f/'Uto que lle ella cogiese la causa de la l'eilla , si la
pompa ue los boletines ele sus generales, 110 hubiese empe~
ilaelo a Evans á una operaeion de lilas illlportancia.


Desde el 5, había este general hecho trahaje\!' sín des-
canso en la fOl'lilicacion de vario5 punlos delallle tic San Se-
bas lían. Inslruido, el 26, de Iwlwrsc Gmlova allelaulado j¡as~
ta Salinas, determinó al1l'ovec!l,u' la ocasiOll (lue se le pre-
sentaba, y, el 28, salió de la capital ele Gllipúzeoa sobre Pa-
sages, haciendo otl'O tallto al mismo tiempo los vapores in-
gleses Fénix, Salamandra, Cometa y Corza á las ó¡'(lenes
de lord Hay, y, (\ las (lelIJl'i;;adic¡' Primo de Hivera, los vu-
pores españoles IsabellI, Reina Gobel'l1adol'l1 y Jlazcpa, con
treinta trincuLlUl'as y lanchas armadas, destinau,\s á auxi-
lía\' los desembarcos y trasportes. Un cue¡'po espaiiol mau-
dado por Jálll'egui, compuesto tIc dos columnas á las (¡\'-
dencs de los cOl'oncles Van-halen y Araoz; dos regimielltos
ingleses á las de los coroneles Chichestc¡' y Filzgel'ald, yel
hatallon de la marina real britúniea ú las dd mayO!' Owcn,
fOl'lnallllo entre touos ulla fuerza de cinco mil homhres, sos~
tcnida por trcinla piezas <le artillería, se allclanlal'on ~oJ¡I'e
el Ul'I'ull1ea y ataca¡'on las posiciones cadj~las cn la orilla
derecha, Ya'lcanl!o a(llIe! rio algllllos de los cuerpos, mien-
tras que sob¡'e el se echaha un puente para pasar la arlillc-
ria. En breve, un batallan de Zaragoza coronó las alturas que




LIBRO OC'fAYO. 267
dominan las bahías y, despreciando el fuego del castillo
([ue defiende su entra(la, penetró en ella al mismo tiempo
la escuadrilla, cuyos marineros se unieron á las tropas de
tiena para desalojar ú los cadistas de las posiciones que
sucesivanw/lle ocuparon. Ya se di~pollia ú atacar el cas-
tillo Jlor filar y tiel'ra, cuando su guaenicion, entera(la de la
S1Icrtc flllC le aguardaba, lo ahandonó , y en el cuatro pie-
zas de arLi\\el'ía y mucha pólvol'a y municiones. En la bahía
quedó igllalmclIle una trincadura armada, de f¡lle se apode-
raron los vencedores. 1\5i se YCI'itleó en poeas horas la ocu-
pacion de aquel plinto ill1portanlL', que permitió á los ingle-
i'l'S c~{clldcl' S1IS lropas, antes apiilac1as en un recinto es-
trccho, le~ facilitó medios de ahastecerse de p¡'ovisiones fres-
cas, los (lcsembarazó para moyimientos ulleriores, y sobre
todo para amenazal' mas de eerca y con mas Yenlaja á Fucn-
teITa})i", Oyal'zun (; 1\'Un, y proporcionó a1ri;..;0 y seguridad
ú sus bll(¡llCS.
;\lgIlJlo~ de la marina francesa (¡ue ocupaban la bahía al


entrar en ella los ingles2s, emhar'nzaron las opel'aei.oucs
de estos, sitnúlIr!ose delante del castillo, y estorbúndolcs pOI'
Sil inlcrpo.,icioll dirigir sus fuegos contl'a ¡~J. Esta Ci,'CIIllS-
ínlH'ia, que pOI' de pronto se inte"l)l'eló como un apoyo da-
do l1 los carlistas, hahria mantcnido un resentimiento, que
muchos se esl'ol'zahall Ú pl'omovel', si no lo calmase luego
un [lelo enél'gico de la autoridad mili tal' de Dayona, quc cIió
Ú la coo/);,,>;¡ciol\ de la Francia en favor de la eansa de la
l'::i!l¡) una ]"litu(1 con <¡lIe ha~la entonces narlie se había
alrevido <Í cOlltal'. El 1:3, llliell(I'é!S que cinco batallones de
ItUl'riza atacahan las alluras de Ayete y las posieiones con-
tiguas, pegaban fuego a uno de los puntos fOl'tificados de




268 ANALES DE ISABllL H.
qne se apoderaran, y ponían CH moyimiclllo lOllas las fllcr-
zas que guameeiall la línea flllglo-Iti'pana delante tic Sall
SelJastiall y Pasages, Soroa, ('1)jIl:lIIdantl~ Ll(~ h'un, hízo
IJajat' por el "idasoa Ilos Iml'cos gl'ande-i I'1latos unidos con
tahlones en forma ,le baba, ,;olH-e le\ cual se planló ulla !H\-
teria cubiet'la con algunas saeas <le h\JJll •• \Il1:1t'l'Ú~I~ e~la mú-
(11tÜlfl á uno de los ojos del puellle de Behovia, desl[l~ dOll-
de se tl'ató de demoler el fOI>tin cl'istiuo, sin que las halas
pudiesl'1l lkga¡' al tel'l'illll'io fl'allce~. PeL'O esla [lrecaur:ion,
meaminada ú qnitar tOllo motiyo (le intervencioll ;\ la~ lluto-
rirhules de la ol'illa dd'(~cha, no impidió que c~tas se in-
fJuietasen, y Sfal'ispe <lió ó¡'den al .!.)1~Jl(·I>:tl :\lJglles para des-
truíl' la Lalería notaule ú caüonazos ) :ll)()(lerarse de las
barcas. Yel'ifieóse en se;mida lo pl'imel'o, y para lo segun-
do no se titubeó en enviGl' Ú las [lgllas csp:JlLolas un desta-
camento francés, (llIe tl'élslatló el lIladet'Ú!lle11 á la OI'ilLl
opuesta, e\'il~lll(lo a,;i la ,lemolicioll (le la caheza del Illll'll-
te, y pl'oporcionanrlo con su c011sel'\,¡\('ioll un apoyo u[tcrio¡'
Ú las opel'aciones (Ine los anglo-hispanos plllliescll tent:\¡>
so)¡¡'e el rjo. ,\si, en el c~]l~lcio de tl'es dia~, la cooperacion
inglesa y frallcc~a se mostró mas tlccidilla y dicaz que ja-
m(\s lo habia sido desde el l)t'ineipio de la guerra.


Sin agnal'llar estos rcsull:Hlos , C011 1!l1(' prolmh1emenle
conlaha, CÓl'llo\' a , ufallo eOll :o;u COlTl't>ía por las 1l1OlIlaiü\3
y con la demoliciotl de las líneas dl~ .\rlahall, llctcnnilló Il'ilS-
hlllal'se á Jlatll'i(l, :'\ llar ú sus nmigos llel \Jucy!) ll1illj~lel'io
el apoyo de su preselwia ) el prestigio de Sil tlOtllIJl'l'. lle-
gó alli el 3:1 I'n efecto, dalHlo lu!!nr su inesperada aparieion
:\ conjeturas varias segulllas opiniones Ile los que la juzga-
I'on. Los que en sus últimas victorias 110 "ieron :,ino lIna




URRO OCnyo. 260
rsll"l'il ~l"rie de f'Sein'nmIlZ:1S ~(lJlgl'irnlas, r}'('ycnll1 que Cúr-
doya hahia ('mprendido Sil viage P,lI'<l ahogar las reeonven-
Cii)IlC~ Ú '111(' podl'Ía ("'I)(IIIl'l'II~ ~,II in~i!!llificanle l'c~ullatlo.
lk los (I"C (,I'('.'('ron ;.;loI'Íoso~ (' impoi'lantes los eomhates
del 21 :d :2.), 1IIl()~ !lCIlS31'Oll q(le ahandoJlaba el ejet'eilO pa-
ra I'pc:iIJit' 1'11 la capil:lllos honores tll'llriunfo, olt'OS para ~o­
licilal' los ~UeOl'L'OS lh; que ~u ejei'cilo caeeria; (¡Uiellle supo_
nía la illtellcioll de hacerse lluque, I(uicn la de I1'0eal' el eOI11-
I)l'ometido mando dd ejól'cilo pOI' el minislerio (le la (~\lCl'­
fa Ó [l0l' la clllbajalla lle París. P(']'o ú todos sin csc(~p('ioll
P:lI'('cio e~ll'ai\O qlle un gell!'ral a}¡anllonase su cj(\rcilo en ('1
!110111Cli!ü de habede lJllZaüo Ú combates quc, rcnoyúndose
pOlli:m resolvcrse Cll descalaln'o:i , y de,jado sobre todo fo~
mental' ell Sil SCllO la levadura de diseol'llia cllle le agitaLa.
Su lIl'f;Cllla Ú _\Iadl'ilj jlrodnjo, sohl'c todo cn la Bolsa, mala
illlpl'e~inll) aUIl(JlIC ~erc\l:1las, feq¡\lrs y r1ogios de los allli-
gos del III1l'iO Jllilli~lel'iu dieseJl iudicios de ulIa satisfaecion
CJw' parccia gClH'l'al.


Como lllliera <[Ile sea, su ('spedícion á Salinas y Yilla-
rrillejcl'ciú IIna illlllli'lH'ia salllllablc cn bs dcmas jlt'ovill-
cia~ (Id reino, e, illlpidiú pOI' d(~ pl'onto la cOllsumaeion de
Jo,,; pl:IIIC,i ti,' ll':l,;lol'110 que eu algunas de ellas se medila-
ban. ~ol() se [lI'OIlIlIlCiú \lila cscision mOll1cntúnea cn ~Iúla­
ga, dotllle, lI(·;;~\(lo en la m,\11:1ll11 del 2G el deCl'eto de la cli-
¡;olll('ioJl d,' Lb COl'les, ~e ajital'oll mas los ~llIilllOS, ya alte-
J'ad()'; pOi' ('1 anulIcio <Interior de la separaeíon de JTcndiza-
ha/. POI' la 1:\l'de ~c YCI'ifieú la esplnsinll, y al to<[ue de gene-
rala se rculliú la guardia nacional, desde cuyas mas se inti-
mú ú las flutOI'illadl'S b ÚI'lIl'tl de-u fOl'mill' ulla junta po-
)Jlllhll', en quien se depositase el poder supl'emo, hasta que




270 ANALES DE ISABEL JI.
»Ia reina reinstalase el anteriol' lIlinisl(~rio, Ú nombrasr olt'o
¡¡que tuviese la confianza de la llaci(lIl. J) A meuia \loche fue-
ron en efecto designados los individuos de la nueva junta,
que, el '21, fluecló instalada. ~\I punto, los aulol'cs dd moyi-
micnlo exigieron que, pal'a J¡ac(~1' rl'Clltc á los gastos (le la
emancipacion de la provincia, S(~ imp\1siesen fucrtes cOllll'i-
Luciones á algunos de los mas ricos COI11cl'ciautcs (lc h1 ciu-
dad, tachados de {usiunarios, cs{a(lIlis(lls y rrlrr),'lmr!os.
Advertidos estos del riesgo que corrian, sc reunicron para
conjurarlo, con oll'os Sllgdos de influcncia y dc eilw1al, y,
coincidiendo las gcstioncs (IIIC al efccto sc practicaron con
la noticia quc llcgó el 28 dc las vrlll"jas últilllilllH'lIle oblrni-
das pOI' CÓl'Clova, la nucva jUllta ~e (li~ohi6 pOi' si llIistlla Ú
las cuarenta y ocho horas dc su instl\hcion, líO sin {\('clar~lI'­
Se-(01111Y satisfccha del singulal' comportamiellto (le los ma-
)lagneños.) En Granada se IlliluifrsLal'Oll a~illl i '1l10 ~illlll­
mas tle UIla rebeJiou, (fue las noticias de! illstalltúuco tl('~ell­
lace de la farsa de .1Iúlaga sofocal'on en hrey(', 110, (,lll jH' l' ° ,
sin fiue tuviesen lugar algunos atrlltullos contra ex:-voluu -
tados realistas, y Otl'OS ill([i"illuo:, tach:Hlos tic dc~arectos.


Mas graves fueron los esccs(¡s eometillos en Cal'tagenfl,
durante siete diflS eonsccllti\os Jlor el jlopulacho tlc:ienfl'e-
nado, capitaneado por dos ofieialc~ de la gual'llieioll .. \. pl'e-
testo de haberse decretado el \(j la pl'ision dc :llgullos imli-
vi<luos comprometidos por la~ rCHlaeiollcs llc uua carla in-
tel'ceplada, se U1'l'rmolinilron unos cuantos perdidos, y cm-
pezando por el asesinalo de un sO~Jlcchado de cal'lisla , al-
borotaron la ciudad y se enll'cgal'OJl Ú llOl'l'ihlcs vengauzas.
El 20, se hizo general e! motin y, despues de sacrificar á in-
defensos eclesiásticos, la chusma se dirigió ú la cúrccl, don-




LmRO OCTAVO. 271
tic ha})J'ia acabado con to(los los presos, sin la oficiosa in-
tervencioll lle alguno,; hO!l1]¡re~ de hie!J. El 21, se reunieron
las autoridades y, rloeile~ :-;cgllll n~o Ú l:1s intimaciones de
los revolto~es, llCol'dm'on ([llP la guar(lia nacional señalase
las personas sospechosas de lle-afeccio!1 que, por via de
tl'anSaeeiOll ofreciel'on deportar ú Ceuta. La milicia designó,
en efecto, cincuenta y dos, y entre ellas algunas aulol'Írla-
des y ger~s [le marina (llIe, }ll'esos en la noche, fuero!1 em-
harcados al dia siguiente para e1lugal' de su eonfinaeion,
sin que esta indigna con(lescenr!c!1cia impidiese la conlinua_
cion (le los asesillatos. Animallo:, sus autores por la il11¡m...;¡
nida!!, YOlllilaban ya amcnazas coutra varios lihenlles mo-
derados, y se llisponian á ejeculadas, cuando estos, hacien-
uo, para cvita¡' el pcligl'o propio, lo que no osaron empren-
der para ataja!' el daüo público, se reunieron y cayeron, el
23, sohre los )ll'incipales delincuentes, que condujeron pre-
sos, en número de cuarenta, al cuartel de confinados. El go~
bel'nadOl' O-Daly , 110 teniendo valo!' pam hacerlos juzgar,
sc contentó con muudar emharcarlos para Cúdiz y , solo
despues de su pal'lilla, creó por la fOl'ma una comision mi-
lit~H' que, alejados los pl'illl:ipales reos, no tenia con quien
ejercital' Sil severidall lal'día 6 inútil. La tragedia concluyó
con una alocucioll del mismo gefe , en la cual, segun uso,
se ([io las gl':lcias ú la bl'ill'ilu:j'ifa guardia nacional ([ue,
dlll'lll1le mia semana, toleró, si no aumentó tan deplOl'ahles
esces()s.


Informado de (']]os, el gohierno desaprobó la tl'aslaeion
de \clS asesinos ú Cúdiz, m:mdó f¡HC volviesen ú Cal'lagena
para ser nHi juzgados con al'reglo ti las leyes, y separó al
general O-Daly del mando de esta plura, que confió al COIl-




-272 ANAT,ES m: ISABEl, H.
tle dc ~Ii\'asol, con cncal'go Ilt~ formal' 1111 consejo dc gllelTa
f¡UC debía entemhT del casligo (le aquellos crimenes. Del go-
hicl'llo militar de }l:'tlng<l fue ~l'p,\I',Hlo asimismo el coronel
Bra)" que, lh,,,ignaclo pOI' TOI'l'ijos pill'" drsempeñ:1l'lo, el1i\l1-
do este general hizo ú aquel ]lai~ la rspcdicioll ('11 quc 1)P-
rcció, no hahia tOIl1ili!O posesion hll~ta el mismo -J.í de Jnil-
yo, en que fue insh,\ai\a la última junta revolucionaria. El
bl'igadiet' San Just fue Bombeado pal':t reemplazarle, y ~('
eonlló al mislllo ticmpo el gilhiel'llo eivil al eOl\ile dd \)olla-
,\i(). '\\~n,()"ií)s\' \'\\ \in, (\\~ h \";\\,i\c\\\\';\ \!-\'ne\";\\ \\c \;n\\\~\\b
al general Quil'o ga, que, aUlli[lIC p¡'OIlHlleia(lo eonWl hi~ :1\-
tcraeiones de c~ta eiudatl y de ]a d(~ ~rúhlg:1, 110 se 1Il¡)~Ii'I"
tan vigo\'oso como eonespondia ú b~ illll'lll'i()llc~ del Itiilli~­
tel'io, y se encargó aquel mailllo illlpol'tanle nI ;~(,lIel'al LOlWZ
Baltos, ú la sazoIl gOhCl'Uildol' de Cúdiz, Po!' la l'l'iilOCion de
aquellas autoridades, manife~l{¡ el !)o!!ie!'110 el prllp{¡,il,) d,'
lllanlClICl' Ú todo trance hl ti'allf]uilidarl y el imperio de Ia~
leye~; pero, el carúeter y los allt('ccd('nlt'~ di: ca,i toda~ 1:",
pel'sonils f¡lle designó para l'l'emplaza\' Ú lo.; l'ellloyi,los, !lO
inspil',H'OIl gl',\l1 conl¡allza, lllll", j>"llg,'¡',i,¡a, l'1'¡1II Lopez Ba-
110S, UIIO de los gefes de la l'('YI\lucioll de J 820, San J llst hi,in
del famoso COll\'l'lll'innal fl'ancés de este Ilomlti,c, y ])Olwtlío
que, presidellte pocn anles (le la jUlIta rehelde dc _\ndúj:1I',
acabaha tlc lanzarsc en el partido de bturiz. POI' estlls me-
dios creyó el ministcrio de.;urmal' torla la oposicioll lihe!'al, y
en parlicula¡' la de las soeie(!a(!es secretas, ú qUl' )1 l: 1'[('1]('(' i,m
los rceien nomhrados, y 110 se r¡'IHllÓ iluso\'ia c~la C~pCI'''Il­
za al ve!' cuall gellerallllcnle sc malogl"u'oll todos lo:, es-
fuerzos hechos por los pal'lidal'io~ dl~ }lendizahal eH las pro-
vincias. Za¡'agoza misma, dondc lllas <¡ue en ninguna parle




unno Or.TAVO. 273
existiail poderosos elemelltoR de cOllf/;)g:rncion, huho ,le re-
signarse á obedecel' á un JIlinistel'io quC' no presentaba flan-
co por dondc pudicsc atacado con \enlaja fmccion alguna
del partido libel'aJ. Así, cn quince dias, pareció ascgmado el
podel' riel gabinetc TstUl'iz, lan obsl-illadamcnte combatido
en los pl'jmcl'os dias dc su fOl'lnacion.


No tardó, empero, muchos en vcrse de nuevo envuelto en
conflictos dc mas trasccndcncia y cn peligros todavía mas
difíciles de conjurar. En tanto qne, en las provincias, no sin
mucha agitacion y COIl un caracte\' reconocidamente hostil
al recien instalado gabinete, á quien llamaban reaccionario
los apóstolcs dcl progreso, se tI'almjaba pOI' una y otra par-
te para la próxima eleccíon dc procuradores eneal'gados de
revisaI' el Estatuto Heal, oCllpúbase el gobierno en pl'epal'aI'
el pl'oyecto de Constitucion que, aCOl'dado que fuese pOI' el
Consejo de Ministl'os, del,ia srl' p"l'sellta,lo para su apro-
hacion á las futllras Cortp~,


No sin dolol' cOlltemplahan las masas pacific3s é inerte:"
el peligI'o con que á toda~ horas amenazaban :"u reposo hlS
audaces PI'ovocaciones y las siempre cI'ecicntes exigencias
del partido ultm-lihel'al flue ú nada mcnos aspiraba que á
ver restahlecida la COll~tillw¡oll !le 1812, y, atenadas,
empezaban ú rccordal' eolito ulla especie <le bieu pe\'(lido la
paz que, en los últimos ailO~ del absolutismo de Feman-
do VlI, disfrutara la nacioo.


Lucha teniblc prepamban al gobierno los homhl'1'5 del
progreso en el palrn<)ue ele cloral. En el dc la gllcl'l'a á ma-
llO armada, si bicn llalla acaecib <file ('11 511 pronta tel'111i-
nacion pudiese e,jcI'cel' intllH,neia alguna deeisiya, habian,
desde el advenimiento al podel' dc Jsturiz y consortes, to-


TOMO 1Il. 18




A~ALES )lE TSARF.T. H.


mado Iris cosas un nspecto fllgo menos ,leSCOIhobdoí. 1"
fOI,tuna, decididnltwlItc adYl'r~a Ú bis ~\l'nl:1S cl'islilla'; 1'11
los primeros mrses de J SaG, templó IlOl' un momenlo su~
rigores pum con ellu~, y, ya que nu "l' le" Ill(l~tl'a,;(\ eOInp\e-
tameule propicia, les permitió ú lo JIlenus alcanzor en los
meses de moyo y junio, ú tl'UCljllC de alguno qlle otro I'l~\eS,
alguua que olra Yl'nlnja,


Los esfuel'zos hechos en aquel tiempo pOI' EiJllia para
rompe¡' la línea del Yidasoa y apoderarse tle alBul}l)~ de Sil';
puntos fOl,tificados sc habian estrella(lo contra la (~I\él';.;:i('a
actitud de numerosos batallones de línea cI'istino" y d(~ ,1\1-
xiliaresingleses, podel'oSanWIlI(·¡if)().'Hdo~ UII(J.'Í .\" olm." ]lOI'
log movimientos de la marina bl'itúniea y las tlI'IllOsl¡'acio-
nes favol'ables de las autoridades fl'uneesas, Algunos I'l'¡.ji-
mientos, oportunamente colocados pOI' ellas ú la ol'illa d('\'('-
clla del rio, impidieron \!las de una wz ú 10:-; c:1rlistn~ ha-
Cet' uso de las "aledas J1o(allte~ con que se iljll'C'sla]¡llll ú
atacar tal ó cual punto de la línea. Limilado Ú l'stil ílllpn
nente defensiva y á algunos paseos militil\'es de Ilcmani .'t
San Sebastian, ó de esta ciudad ú Pasnw's, l};lda, dlll'.1lJIi'
la ausencia de Cónlova, emprendió el ejl'l'cilo Ú ('uya calH'-
za, regl'esado de su viage ú~Iaul'i(1 y lll'oyectando ulla ('~P('­
dicion á Navarra, sc hallaba :\(1']('1 general eH Yitoria el
dia 20 de junio.


Baudas cal'lislas conlillualml1 illfcslalHlo \arios provin-
cias de Espaüa. Cahl'era, instalado en Cantavi('ja, comhi-
naba planes de conquista para cuya l'r~¡jíza('ioll e:.;taba ha-
ciendo fundir unas piezos de rtl'líllel'ia ('on IjW' atacar los
pequeños fuel'lcs que todavía ocupaban [lOl' alli las Il'0pa,;
de la reina. Estahleciendo, elltl'etanlo, ¡'rlaeiOlll's y IWllllc-




LlBRO Or.T A YO, 275
níendo in\{'ligencias SrCrf'tils ('on lo~ D'pf,>- Ó las guarnicio-
nes de la JIlt\)OI' )I,\I'(e de l'~to~ flll'l'le~ :' ~lllll con los de al-
gllnas plazas de IlW~ I'ollsillci';ll'illll, Cl'l'íasl' el audaz torto-
sino segmo de Ilegal' pOI' UIl mdi!) ú otro ú hacerse antes
,le mucho dueúo de tOllo el pais; pel'o fÚl'júbase en esta
parle lllas de ulla 'llliJll('l'iell ilu~ioll, de '¡ue fUl~ consecllen-
cia IlWS de un triste rle~cl\gaüo, En Morella, pOI' ejemplo,
padados ya CUl! parle lle la f)namicioll cristina el asesinato
dl'\ ¡,johel'lladol' y la t'1l11'ega de ht pinza, se descubrió la
tl'ama y se fruslró el inlellto .


. \l1igido, ])('1'0110 ,!cs;llcllt¡\(lo, del mal C\.ilo de esta l'JIl-
11I'I'~a , l'l¡';osc el ¡rcfc carlisla ú rL'volver en su meute los
Illedios de <I('olllclcl' oll'as, Enlanlo, pues, que sus geules
Il'elbajallall eOIl unlol' CII las fOl'liíieacioncs clI1pezada~ en el
?llal'lillde, o¡'([puaba Ú Clllpl'{'llIlia d pOI' olm parL(~ lHovi-
B1ieuttl~ Ú t'~Cl1\'~iOlll'~ eOlll'lobjpln lit' disl¡'nel' la atrnciOIl tll'
las ll'o]la~ dt'. 1;1 !'l'iJla y ]l''I'Jlclll<ll', ) a r¡U(~ oll'a cosa 110
plldil'>¡', (,1 r~tad(l dI' alarllla, ,1(' disemillacioll y de incf'-
~:lIJit' faliga C()\,POI'¡1l ('11 qlle bs Icni¡\ll IriS l'rileradas agre-
SiOll('~ y la illr.:e~allle movilidad lit' un ('uemigo, que á LImas
pena,; les era dudo alcallZ¡\I' (k la\'(!e en tarde, En confol'IlIi-
¡j,\\1 de e"-le plan, COI'l'iú"e ]lOl' <l1111Cll.'IS dia~ el Serrador á
la provillcia de Cucuca, 1'11 1;\1110 que, ]l01' el lelTitorio de
Haüon, iha QlIilez rt'cn;!:iclldo llllllliciollCS y efeclos de to-
tla clase, con quc aljl\slt'ce¡' lo~ gl'¡IJl(\cs depósitos que, ell
u'luellos montcs, dondc acaso sCI'ia forzoso pasal' el illYipl'-
110, sc \lahia p\'opnc~lo formal' la previsora actividad de
Cabrera.


En el distl'ilo de Dal'oca, operaba ú la sazon el cOl'onel
(ton fnlllcisco Valllés , comall\but.e general rle la pl'ovinria




27G Ai'lALE~ rlE r~AItEr, H.
de S(H'ia, con encargo (le 11I'otcgrl' rI pais qne nH'dia ('lItrf
aquella villa y T(~l'llel, ~. de o]¡SCJ'V¡1I' d(~ ('('I'ca al enemigo,
evitando, sin emhal'go, tOllo encucnll'o ([UC jludiese acar-
reade sél'ios COlllpl'omisos. Xo creyelldo IrlH'I' Iwtla (Ine te-
Illel' en esta parte, y deseoso pOI' 0(1';1 de pOller colo Ú las
exacciones de Quill'z, emprendió Valtlés su lll(ll'l'ha hácia
Calamocha, donde pernoctó el dia 30 de mayo; r, informa-
do aUi de que la faccion, en cuyo seguimiento iha, ocupaha,
en fuerza de mil y dJscienlus illrantcs y (loscÍelltus calmllus,
el pueblo de Baüoll , (OIllÓ al tija siguiente, pUl' yjllal'Pjll,
el camino de aquel punto, donde <lió tn efecto con clla y,
atacándola inesperadamenle ell la maüallG del 31, le hizo
muchos prisioneros y le cogió huella parte dc i'U malc¡'jal
de guerra. La victoria de Va\Llés y la (lerrota de Qllilez pa-
rccian ya comp\etas: mas como este último, ell su retiralla,
tuviese cuidado de att'cll'¡' al gefe cl'isl ino ú parage (le donue
fuesc difícil h\ sali(la ,y como ú reforzar' al carlista ,iuiesen ú
poco Cahl'era y el Scrrador COIl fuerzas cOII:-;illcraIJles, I'e-
sultó que, envuelta y destrozarla, huyó la columlla (le
Valdés, dejando en poder del ellcmigo qllillimtos ¡H'i-
sioneros y tendido eH el campo bucll númcro lle sus sol-
dados.


Poco mejO!' libmda sali'" algullos días desJlllcs otra co-
lumna de mil y quinientos hombl'es que, al mando del co-
"Ollel \¡'ial'tc, despues (le habcr con buen h::ito (lestJ'uido
las ohras de fortificacion empezadas por Cahrer'u en la ü;llia,
~ulió (1'1 17) de Ulldecolla, COII únimo tle pcr;;e¡_mir' las ban-
das ((ue, asolúndolo, rcc()l'I'ian el ('ITi{Ol'io de Torlosa.
Sorprendida pOI' CaLI'e!'a, solo ~d e~pjt'ilu de su gtfe <1rliíb
aquella columna no sel' eompletalllenlC des hrcha, si liien,




LIBRO Of.TAVO. 277
o/¡Jjgada á l'epll'gal'~e sobre ,\mpo~ta, perdió en el camino
Illas (le eien hOI1lIJl'(·s.


POI' el cOllfin occidl'nL\I dn Calalllü;\, C'onicl'onse íll AHo
Al'agoll, COJl la mira sin duda de influir ell el I'spÍri(u públi-
co, e\idl'lItellll'lIte f:lY(H'¡tble alli ú la causa de la reina, los
calJl'cilla~ Torrcs y ~Iombiola. \'0 consiguieron su intento;
allles hien, convl'lIcillos muy ])['01110 ¡le la inutilidad de sus
e~fll('.\'zoS trataron d(' rl')!I'f'f'ar Ú Calahll-\ft. \la~ como, allle-
gar ú sus fronteras, se viesen delellido~ ('\1 Sil lIlarcha pOI'
tropas ¡le la hrigada de Gml'ea, al paso ¡Il/e vivamente
perseguidos por varios !I1'"lac:JlI1l'nt()s de línea y de nacio-
nales tlcl pais, hnhil'l'oll ¡le pensat' sÓI'iamelltc cn I'dngiar-
se en Naval'l'a. Contl'amal'chando, pues, llegaron lai; han-
das [Iue dios capitaneaban tI Canas y {\ Sieso, donde, em-
IJestidas pOI' el comandante de la G nal'dia Real, don Jase
Orive, y por los nacionales del valle ¡le SCl'l'ahlo, fueron
completamcnle denotados, con Illucha pérdida eH muer-
tos, heridos y prisioneros, sientlo de estos últimos los dos
cahecillas.


Igual suerte cupo pOI' tlllUellos dias á Borges en Cata-
I!liía. Atacado por la sesta division de aquel Pl'incipado al
malldo del coronel Niubú, 'lió deshecha su hueste; y, l)I'eso
con los ll'einta hmnlJl'es [[tiC le servian de escolla, fné con-
ducido á Villanueva de 3h·yá. ScbasLian atacó á Tristany,
el dia ~2 de junio. y en el encuentro perdió la vida el ca-
becilla De¡wllat. POI' cntonc('s tambien tmieron luga!' en el
PI'incipado ott'as ac('iolle~, I~UyO re~t1ltado, Ol'a favorable ora
adYel'so ~I las armas de la reina, en liada contl'ibuyó á me-
joral' tilia situacÍon (Iue, )lOI' el mero hecho de prolongarse
inddiuidamente, empeoraha ('.1\ I'calitlad.




278 ANAJ,ES ]lE ISABEL lI.
La })rigada carlista que, cu la pal'te de Al'(\gon litHlan-


te con la provincia de CHCIlC<I, t:lpit<~tleahalt e! fraile E~r}('­
ranza y rl gnel'l'illel'O Peinado, na oh~('I'Y<llla po\' Hila co-
lumna que, á las órdenes del gdí~ ct'i~1 ino Lopez, t'eCOITia
el tel'Titot'io de .\Ihat'l'acin y Tl'rllel dl':itl:~ 1t1liJielo.~ Ú \I()~ a
y desde las Cl'estas de la sieri'a de :\[olina hasta el cOllfill
occidental de la proviul'ia (le Valencia. A opera1' en t'str
mismo territorio Ilegal'on por :llIllellos dia~, pel'siguienllo á
Quilez, el gene¡·"l Itollet1 (11](', el :W ti,· jllllio, ~e hallaha en
Camat'illas y el 21 en Tel'llel, y el cOl'oncl ~a1'Vae'l recien-
temente destacado de ;\avat't'¡) al rl'l~lIl(' tic Hila (le las mas
aglletTidas brigadas ele! ejércilo del .:\ol'le. El 10tal de I<1S
fuct'zas que a estos dos ¡Jefes aeompaüahan ascendia {\ cinco
mil y quinientos infantes y (!uinientos cahallos.


Sin perdel' de vista el plan !le (Iue en gt'un pat'te depen-
dia el huen éxito tic sus fulma,,; opet'aeiotll's, vat'ia" bandas
aragonesas, reuuidas cn lIlla ('olltllllla (lile aprlla~ ('otllaria
doscientas plazas, diel'on ÍI \lOI'd\;l, en los último:, di:l~ ,JI'
jnnio, ]'ppetidos ataques, ~in olro ],(,~lIll:l'ln IJIH~ l1lole~tar il
su gllat'tlieioIl y causade algllllll~ !¡;Ij;¡s. Con !lO !IWjOl' 6;:ilo,
otras haudas dirigidas pOl' Peinado ellthi~liernn luego ú (:i-
ral. cuyas puertas les cerró la f(lI<II'(lia n:ll'ioIlal, .' Ú Calig,
dOtl:le fueron SOt'pt'entlidas y ese:lt'!I1Ptllad<1" pOto algl1tlH~
fuerza,,; de tropa y de Jlaeiottal('~ 11m', de Bellicadú, COtl ~Il
COIlHIIl\bnte dc annas á la cabeza, aeudierotl sin demol':!, Y
este mismo, eon t',)l'ta (lifet'enria, 1'111', ('ll'(,~I!ILi(lo .1,.1 ('nco
qlW, COII II'(:~ lIlilinC"lIt,·, , 1':1:1:! IwiI'Jllil." 1',,!I:dlos y Ilo~
piezas de las r('cien flllldjda~ ¡'II (:;111[;1\ i('ja, luvieron Illlr~­
lo los cadi~t<ls po!' (~~[laei) >i:: <\1~llillh di:\:.; ú los ll111r(l~ ,.1 ..
Gó1Hde=.a. nps\l'nilla~ ya la, ohl',,~ d,' f,)I'li:¡i':"'¡')¡1 \ :I""t:,--




LIBRO OCTAVO. 279
d()~ los medios de l)l'oll)\lg~\l' su desrspel'fula resistencia, re-
:->\lt'ht'll los siti;\(lo~ h:\(~cl' ulla ~;11ida, Cien valientes, man-
llallos po\' 1'1 ('apitall de lIaciollales dt' Batea, se (lirigen con
~ill:neio :- rll Jll1CII úrden al hal'ranco donde estaha oculta
la ftl('I'W c:¡IIi~ta <¡II<' Ikhia daI' el a~allo; la SOI'lll'ellden, le
llI:ll:1l1 ú la primel';! de~('aJ'ga al)!lllIOS lIoIIIIJ1'es, y, obligados
los demas á salil' lle a(llle! pamge, sufl'en, al efectuarlo
atl'o¡wHadarnclltc. ti fneg!) de nIla de la~ hatel'ias dc la pla-
za y, Ú eonsecucncia de dIo, ulla pél'dida considcl'able. Al
Ilia siguiente (!) de .¡ulio) I'ritcl'Ó CalJl'cl'a sus (!cmoslnwiollcs
contra la plaza; p(,l'O, eOllveneido pOI' último de la illUtili-
dud Ile sus esfllerzos, al paso que sabed!)l' Ó temel'050 dc la
¡¡proximarion del general notlcn, levantó el sitio, y, Ile~pe­
challo del mal (~xilo de SIl tentativa, y alli¡!itlo pOJ' la pérdi-
da 111' algunos de sus mas apl'eciados oficiales, I'eliróse pOI'
e! camino de Bol, {l los puertos de Heeeite.


Pel'seguitla. enlret¡¡nto. pOI' el general rn gefe del rjt",'cito
del cl'ntro, la division de Quilez, ((ue, huyendo, se elHlere-
zaha tambien {¡ ¡¡Ilucllas inacccsibles guaridas, tomó, para
ocultar su vel'(lallem (lirrccion, el camino de Calltavieja, Il(~­
vallllo tl'as si á la primera brigada (le H«(lldla division man-
dada pOI' :\farvaez, I'eeientemenle !)l'omovido, en p,'emio de
huelH):-; sen irio:-;. al grado (le hrigallier. Con la segunda, si-
tuóse ~lontes convenielltemente p¡¡ra oh"el'var al enemigo,
illl<'rin llegaha la artillería neee~aria para embesti,' á Canta-
y jeja , Ú (':na posesioll dalla ti general en gefc del ejel'eito
del rcnti'!) toda la jllljlol'tanci¡¡ (¡nI' real y ven!allermnenle
[('nia.


En Lahall de \lxiJ. ,;al!¡' l'llll'etanto Gl'ases, comandante
j.:l'lwral dt'l (Iislrito (le CastelloIl de la Plana, que, con dos




280 ANALES DE ISABEL U.
mil y quinientos infantes, mas de doscientos cabanos, y un
inmenso bOlÍn, producto de sus I'('cientes exacciones, se ha-
lla el Serrador acantonado hace linos dias en ;\Jfal'a, Algar
y Sol. Sin pel'llel' un momento, pónese (~rascs en marcha
hacia estos puehlos filie, á la noticia de acercarse tropas de
la reina, evaellan los cadistas; ) {le allí, dirigi(~lldose estos
á Soneja, dan á las llamas la poblaeion, las mieses ya aco-
piadas cn las eras y las no segarlas aun; todo ello en pre-
sencia de la division cristina, (llIe 110 lardó en castigar aquel
acto de vandalismo. Creyénllose fllem del alcancc de la di-
vision dc Grascs, yeegado allemas por el humo del incen-
dio filie por aquellos campos se eSlcndia, Ha sospechaba el
Senador ser por entonces ata callo , y, tranquilo en esta con-
fianza, entregábase y dejaba á sus tl'opas entregarse al des-
canso de que tanta falta tenian, cuando hé aqui que, des-
pues de pose"ionar~c de las alturas circunvecinas, y de si-
tuar oportunamente en ellas á sus soldados, dispone Grases
caer sobre los enemigos por varios puntos ú la vez. Sorpren-
didos de este brusco ataque, dispel'sanse y huyen ellos aban-
donando todos sus baga¡;cs, muchas armas)' otros objetos.
Trescientos cadável'es carlistas tendidos por aquellos cam-
pos atestiguaban á la mañana siguicnte d t['iuufo de los cris-
tinos.


La denota del Serrador y la actitud ofen"iya que por en-
lOllee:, pareeian t0Il131' en aquel territorio las tropas de la
reina, I'etra.iel'on Ú Cahrera de la cspeclieion que tenia pro-
yectado hacer ú la Huerta de Vall'lIc'ia. Cambiando de plan,
dispuso que Uuilez con alguna flll'l'Zi1 JI1¡II'{'has(~ hácia Vi-
Ilarluengo y amenazase á Alcol'isa, ú !ill {le llamar' por aque-
lla parte la atencion de la~ tropas de la rcilla. mientras él.




unl\O ()CTAVO. 281
unido al :senador, se dirigia por la parte opuesta á la Pla-
na de Castellon. En seguimiento de estos marcharon inme-
diatamente el general Breton y el brigadier GI'ases, y, tras
de Quilez, Narvaez, estrechándolo en términos que le obligó
á I'ch'oceder á la Higueruela en busca de la division de For-
cH(lell. De alli, no creyéndose todavía seguro, bajó Quilez
á Rubielos, y pOI' Barracas se encaminó á Liria. El25 dejunio
pernoctó en Albaida, donde, atacado por la division de Va-
lencia , á las órdenes del marqués de Villa campo , sostuvo
con ella una reñida refriega, de que sacó la peor pal'te, á
tiempo de que, en SieleilgllilS, batia el comandante Ovalle las
bandas de Curllét y el fmile Esperanza que, con mil dos-
cientos infantes y doscientos caballos, l'ecorrian desde Utiel
y Requena hasta las márgenes del Turia, La cuesta de For-
lanete y los campos de Villarluengo fueron tambien testigos
del escarmiento que, primero a QuiJez, recien regresado de
Valencia, y despucs á Cabrera y FOl'cadell, que acudieron á
reforzarle, liió eH los primeros tlias de agosto la columna
del general Soda.


Mientras esto pasalJa en el territorio de la antigua co-
rona tle Aragon , graves sucesos militares, ocurridos eulas
provincias del Norte, y horrendos atentados, de que fueron
mas tal'de teatl'o algunas del )Iediodia , complicaban la si-
tuacion y hasta amenazaban la existencia del ministerio Is-
tUl'iz.


A consecuencia de la entrada de don Juan Bautista de
ElTo en el Consejo de don Carlos, habia sucedido en el
mando en gefc del ej(~I'cito vasco-naval'l'O, al entcndido pel'o
anciano Eguía, el jóven y eIH'I'gico ViJIal'eal, cuyo sistema de
guerra, ¡¡ue hasta entonces no habia lo¡rrado prevalecel' en




282 ANALES DB JSABRL n.
el cuartel gencral, acabaha por último de sel' aceptado por
don Cádos. Rasúhase esle :-;istcma eH la formacioll llc cucr-
pos cspcdicioual'io~ (IUC, al mando de gefes de inteligcncia
y prestigio, fuesen ú difnndil' la guel'l':l y Ú ,'crlular gcnte
pOI' olras provincias dell'eino, descargando ú las Vascon--
gadas del gravámen (Iue les causaha el so~LI~nilllieJlto de tan-
tos ha tallones , innecesarios pal'u defender su terl'itol'io, (;
insulicientes, sin embal'go, para lanzar ú los de la reina,
mas llumel'OSOS todavía, de los poeos pero bien pertrecha-
dos y hien defendidos puntos que ocupahan. El pensamien-
to de Villal'cal, puesto por ohra, oIJliganllo, eomo parecía
natUl'al, ú Cónlova ú destacar uua parle d[~ SIIS tl'opns en
seguimiento de los espellicional'ios y Ú llesmemlwar pOI' lo
tanto su cjcl'cito, ofrecia, hajo este punto lle vista, al caUlli-
lIo de don Cúdos una ventaja de casi lanta eousidel'ltcion
tomo la tic agilar el pais , harto conmovillo ya pOI' 1(\5 con-
ticndas eleclol'<llt':'>, llamar húeia di~till!os punto~ la alellcioll
de Ins tropas de la reina, pl'Oporeional'sn lllWVOS ¡,ccursos
en homhl'es y (lincro, y agotnl' los cid i!0hicl'llo d(~ \Indrid.
Imbuido de cslas ideas, adopla lucgo Yillarenl las 1Il('lli,!as
conullcentes Ú su ejecucion.


A virtuu de ellas, sale de :\mlH'rio (1), en la madrugalla
del 2G de junio, un cuerpo espellicional'io, eOlllllllcsto de
cuatro hatallones y dos escuadrones de ca~tellanos, con (los
piezns de montaüa y algunos oficiales csredentes, formalll!o
1111 total de tres mil homIJt'es. Signiellllo su I11m'clUl, dispolJÍa-
se la csp('llirion Ú I'rhaSnl' ~Hlnrl mi~mo día ('1 (':1lll ¡no real de


\) Y('as,~ ap,;udir,' 1111111. ;. :11 fin el,,1 l',)Il\:l, Illl J\'tal\:Hlo y :lUII'lll,J-
e,) !liner8rio de la espedicion riel ,-!cre car[¡sl a don ;\lign!'1 í1om.'z,




LIBRO OCTAYO.


~,\Iltalldpl', cuando ú las diez de la nOl':1C tuvo Sil ¡re fe , el
hl'ig,Hlicl' don \ligllcl Gomez, aviso de hallal'se cubierto
este lmnto por la I'CSel'V<l ('l'istina, fjlW mandaha el general
IcHo. En (,ollsl'cnencia, mandó GOItICZ contramnl'char á
rillalazaza, dOJl(!c acampó; pcro cOllvcllcido de la IIrgente
lIec('~idad de rompel' la linea sin dat' tiempo á otras tl'OpllS
dp \euil' Ú reunirse á las de Tello, atacó, en la mailUllH
del 27, i\ las Ile este general flue, 1Il1l)' snpcriore~' en núme-
1'0, trntahan de cenarJe el paso, y, arrollándola~, pl'osi-
¡!lIió su marcha luicia Soneillo dctlollLle, sill tropiezo, llegó
el dia ;¡ de jlllio ante los mnros de la capital de AstUt'ias •


. \ la prilll('l'a noticia de rstos sucesos, Espnrtel'O, <[ue á
la "nZOIl l'e~idia ('1\ Villareal de :\lava, se dil'il!ió á toda
Pl'iS¡l :'( las Eneal'laciones )', Ilejal1(lo para cuhril' esta pal'te
de la linea, desgnarnccidn pOI' la del'l'ota ue la tlivision tle
l't'sel'\'a, \lila de las Il'es hri;!:adas cspaÍlolas, cuyo mando
le con/iara UlI'lloY:l, 1'('l'iclI qlido pnl'<l el l3;l~ta!l, ll1ill'Cl!ú
rOH las 011':1" do:; en ~e¡rl\illli('nl o de Comez,


.\ la :'lll'()\:imaciol\ de (':;t!' gefe ú OvicIlo, ('1 hl'i.!.!:atli!'l'
Pardillas, !fiJe mandaba en e~ta cflpitnl, la evacuú pl'cci-
pila(tamrntl' y mal'e\1¡') Ú situal'sr en Puente (le Soto 110mle
fllt': at;¡rado y hatillo pOI' el mal'í!llCS de Bóvella, seljllIHlo
gefe de la e~p,·¡]il'ion , en tanto que GOlllez, apodel'úu<lose
de aI'ma~, ve,ln:u'ius y 1II\111icione" encontrado,- en Ovicdo,
:'c ()(,lIpah~1 ell fOl'ma¡' UlIlluevo hatalloll (le cuatrocielltas pla-
Z;I~, 1-:1 S, ~:.¡Ji¡'¡ pnl'aGl'ndoy, cl12, sinhalJel' qlH'lll<l:!O (,JI el
11'ÚIl-.ilo 1111 <;;010 r:Hll1rhn, llegó {1 (~I'alllla" d(' Snlime, Ya,
po!' aqnd tiempo, Jllerced Ú los II'es tlia~ ]lasallo~ pOI' Go-
Illez en (hiedo, hahian !o!:'I'a(!o aC!'I'l'Úr,de las dos b¡'igadas
,.it~ E~plll'\(,I'O jlJ'occllenles del ejél'cil0 del Norte y reforzn-




ANALES DE ISABEL n.


das en aquellos dias por un batallon de francos y algunos
caballos que á su disposicion puso el general Manso, capi-
tan general de Castilla la Vieja. Desde Oviedo, dado que
hubo á sus tI'opas nuevas instrucciones y distinta organiza-
cion , echa EspUl'tel'o Ú eOITel' en busca del enemigo que,
continuando su rápida caminata, apareció (el 15) en Fix bar-
1'io esterior de Lugo. En esta ciud(\{l, se hallaba á la sazon
con alguna fUCl'za el capilan general de Galicia, Latre, el
cual, no atreviéndose á salil' de sus mm'os, adoptó las me-
didas conducentes ú defenderse dentro de ellos. Sin dete-
nerse en atacarlos, "adeó GOI11CZ el }liüo y entró (el 18) en
Santiago, donde hizo un lluevo y grande I'('puesto dc armas
y municiones.


Perseguianle, en aquellos momentos, Espartero, que
se hallaba en Vaeolla con seis mil infantes y trescientos y
cincuenta gineles; Latl'e fIne, situado por la parle de Orense
á dos ó tres leguas de alli, ocupaba el ¡Hlente de Carlejana
con cuatl'O mil homlJi'cs , de los cuales (loscientos y cincuen-
ta de á caballo; en el Patll'on, con avanzadas en la Escla-
vitud, á dos leguas y mcdia de la di vis ion espedicionaria,
se hallaba el marqués de AstUl'iz con dos mil y fJuiníentos
hombres de tI'opa y gran llllmcl'o de nacionales del pais, y
otra columna de dos mil infantes, }woce(lente de la COl'Uña
y á las órdenes de su comandante general don Santos Allcn-
de, ocupaba á Siqueiro á dos leguas de camino. Todas es-
tas fuerzas dehian, por un movimiento concéntrico, (Iirí-
girse, al amanecer del 20 (le juli(), ú sorprrJl(Ir,r Ú Gomez,
cuya situac;ull , sumamente crítica, apenas dejaba otro 31'-
bitrio para frustrar la combillacion de Espartero que el de
ataeal' sohre la marcha Hna de la~ columnas y dejal'. a fa-




LIBRO neTA Yo. 285
VOl' tic la oscUl'il\¡l(1 de \a noche, \as demas á retagual'dia.
COIl tal Ilesignio llispuso el ¡:jefe cal'lista ([He, sin tocar ca-
jas ,formasen los cueq)l)s Ú ¡DS diez de la 1I0che, y, á las
doce, ellll'l'endili Sil lIlal'elw por el camillo l'cal Ile la Coruña,
desde donde sin dificultad, apoderándose de Siflueiro, tomó
pOI' la del'echa la dircccioll de Monüoñedo.


El dia 1. h de agosto, puesto que hubo á las ól'delles de
un gere del pais el batallon rccien cl'eado en ~\sturias, tomó
el caudillo espedicional'io la vuelta de Leon, y de alli, donde
se hizo dlleüo de cllatL'ocielltas y cincuenta arrobas de pól-
vOI'a y lle otros efectos de guerra dejados por los cl'ist ¡nos,
marchó, el 4, á pel'lloelaL' en Gl'auefes con el objeto de salir
P:)[':l GJ'aüo á la mañana siguiente, no muy seguro á la ver~
üad ya de sus movimientos ulteriol'es ni de la direccion en
que (lehia ejecutarlos, pues la alarma misma que pOI' do
(Iuiera infundian su audacia sorprendente y su increible
celeridad aumentaba calla dia elnúmel'O de sus perseguido_
rcs. A la divi~ion de Espal'lel'o y á las columnas del mar-
qués de .\staríz, del coronel Pardiüas y del coronel Sierra,
acudia á reunirse por la parle de Palencia y á defender los
puentes del canal de Castilla la brigada de Puig Samper,
con un e:.:cuadl'on de gl'anaderos de la Gual'día Real y una
balería de artillería ellviallas por el capitan general de Cas-
tilla la Vieja, Desde las provincias Vascongadas, llegaba
tambien C6rüova á Víllarcayo, eldia 31 de julio, y, situan-
do al general li'iarte con dos l'egimientos ingleses destaca-
dos de la division <le Evans en los pasos pOI' donde, desde
la l)\'ovineia de Oviedo, podian las huestes espedicionarias
penetrar á la de Sautander, tomaba él, con la idea de sa-
lirles al eucuentro, la vuelta de Reinosa. Sin conseguir dar




18G ,\¡'LH,F.S nE rSA RET. JI.
con ellas, ¡]irigió~c CÚl'lloY:l ú\§{uibl' de Lampó y, IwjaJlt!o
Ú ~lclgnl' de FerllamclIlal , illlpidiú ú ¡;tlllH'Z que se apode-
J'ase de CIl"J'ioll } le oIJligú Ú 1'l'll'Ol'l'IIel' Ú .blmias, donde,
alcalizada pOI' E~partcl'o Ulla pal'le 1[(' ~Il llivisiol1 1~1I el
puerto de Tarna y hatida olra iyl H; pOI' .\Iaix cn las nltlll',lS
dc bca1'l'o, tUYO la espedicion que empl'l'lIllel' uua jleJlosa
reLirada Ú Oseja de Segambre. PemoetanJo en esle pUllto,
salió atropelladamente de él en la maüana del Ilia ~igl1iell\\~,
y, fingiendo un movimiento solJl'(~ LiI~Y"lla, Ik~ú, 110 sin
muchos apUl'os, Ú CUllgas de Ouis, ellO.


Penetrado de la iIllJlo~i!Jili(lnd en qlle, ('11 l'aZOll Ú Sil ('~­
casa fuerza y ú la actividad con IJlle ~e. la jll'I'~I'~lli¡l ,"1' 11;1-
naba de estableeel'la guerra (~Il A~llll'illS J C;,dlcia; l';¡]IO,
ademas, de todo l'ceUl'SO para contillu,ll'b, y COlltlCiell\lo la
dificultad que ya pl'esentaha su \'egl'(',1) Ú bl.; pr(J\in('in~
Vascongadas, reunió GOlllez pOI' <lljU('llh dia~ eH PI';\di\111l~
de laOjctla á los gefes de la divisioll (,~pl'llicj()H,II'ia para dr-
li!Jel'a¡' aeCl'ca del plan de eamp:,üa quc, üil:l~ la~ Cil'ClIlh-
tancias en que se eneonlralwll, conyenia allo)!!:u'.


Es de advertir ({lle, por ('1 mismo liclllpo, aprovecha nllo
la ausencia de Cól'¡}oya y eOBsecuente con Sil sistema de
espeuieiones, hahia Yillarealorganizado olra (Ille, alllHU](lo
de don Basilio García y fuerte de linos mil hombre", pa~ú el
Ebl'O, el dia 13 de julio, por h, l'el'eallía~ de l\;,:olll'illo y,
JlOI' Juhera, :\runilla, Yallglla~, Villa¡' dd Ilio, Vi~IIl:11lo~ y
Ahnal'za, cayó (el 15) sobre SOl'ia, (!Olll!e entró ~ill di¡i-
cullad y encontró ¡:ralllles reelll'~os. De allí se di¡'i!.!iú ú Hia-


.: c. Cj


za, y exigió eieu mil I'cale~ d(~ eOllll'ilmcion, II'W se llevó,
juntamente con toda la plata y alhajas (1\1\; alli pUllo \'cco-
gel'. Siguió despucs á Sepú\yeda, Roa y otros pucblos de




LlllRO Or.TA YO. 287
lllas Ó nwnos eOllsi(!naeioll, y, r,wgada de hOI in, mal'rhú Ú
ponerlo 1'11 SC¡:;UI'O y Ú d6ean~Dr di' sus c01'l'rrías en las
fn\gosilhllll',; de b ~il:ITa di' :-;()l'i~l.


EIIIl',ldo el JllI',; lIu ¡¡!-llbtO, lo~ dm; !lul ¡lIblllcs y tlos-
ciplllos calJi1l!os de: CjU(' ya ~e componia sn r~I1l'(licioJl pasa-
,'on rl J)UP1'O pOI' ~\¡mazan y, dil'igiC:ntlose Ú ~\redinaccli dI'
Sigi'tcnza, emprcllllicl'OIl varios movimicntos cuyo Ycnladc-
1'0 ohjeto era dificil adhimll'. AlIlcllazallllo Ul\a~ veees it
Soria, fOl'lilicada y ~lli\l'llCcida ya; ,\l:ercúul¡o~e otras ú
AI'agon, cuyas bandas Jlodian ir Ú l'cfonar; ol'a mostrando
dcsI'os de inyadil' la provincia de Cneuea ú intel1(:iones de
1'('1':1";<11' 1'1 Ebl'o; (11',\, eH Jiu, eOl'l'icndose J¡~leia Lt pl'o\iucia
de BUI'jl:o~, en adcllIall de irse á dar la mano con GOll1ez á
P:llI'I il'i<\ ó Vallallolí(l , alal'l1Iahadoll 13asilio Ú los hahi-
[anlpe; (\rl lrl'l'itorio í¡Ue asolalm al mismo tiempo con :;;u:;;
('o !'I'(~I'¡a~ y C \aCCiollcS. Para panel' colo á tanto desman y,
JIla~ 'lue todo, para impeílir la reunion (le esta hueste con
la (¡ne acullllill,,!m GOIl1CZ, hacian esfuerzos increibles, "1
fl'I:n11' Lle numerosas lropas, los gcnel'ales Córdova, Manso,
Rin'I'o y Cal'olldclet, los IJl'iga(licl'cs Buel'eus y Bcl'I1uy
y los corolleles ,\spiroz y Puig Samper.


Pm' los mismos (lias en que, vadeando el Ebl'O en Agon~
cilio, pl'llelra]¡a dOll Basilio á la l1l'ovincia de Soda, pasa-
ban el ,\rga, }lOl' los vados de Ibcro y Vclascoaiu, otras
bandas qne, al maudo de otro Garda, se encaminalJan á Ara-
gOfl. PI'OJlto, empero, el hriga(liel' hibarrell, avanzando en
cOlllhillucioll COII Bl'l'llell solwc Puente la Reina y Lúrl'aga,
inlimidú al gefe c~pedil'iollal'io, y, haciéndole desistir de su
rm)II'I'Sn, le obligó ú repasar el¡'io y á intel'llUl'Se en Na-
van'a.




288 ANAI.ES DE ISA DEL ti.
Esto no obstante, generalizada la guerl'a en varios pun-


tos á la vez, y desmembrado el ejéI'cito del :'1orte por la
ausencia de las tropas quc, al mando dc Espartero, Córdo-
va, Rivero, Irial'te, Bel'lluy y otros gefcs fué mcnester des-
tacar en persecucion de Gomez y de don Basilio; por el en-
vio á AI'agon de la J)I'igada de Nal'vaez, enc3l'gada st'manas
antes de ir á poner coto á los desmanes de Zaragoza, y de-
finitivamente destinada el reforzal' el ejército del Bajo Ara-
gon; por el descalabro de Tello, y por la necesidad
de conservar en San Sebastian un cuerpo respetable,
con cuyo apoyo pudiese Evans, ya que no oll'a cosa, de-
fender Jo conquistado, juzgó Villarcal que era ocasioll
de dar un golpe á los de la reina; é, infol'lmulo de hallar--
se Córdova á la sazon en la izquicl'da de su línea . detel'-
minó reconcentrar sus fucrzas en :'íaVHl'l'a y lomal· alli
la ofensiva. A consecuencia de esta combillacioll, y, eomo
base de ella, concibió el pensamiento de apoderarse de Peña
Cerrada, para lo cual estaba ticmpo hacia de acuerdo eOIl el
famoso don Isidro Ruiz Eguilaz, cura de Hallo, el quien el
gobierno de la reina, promoviéndolo al grado de coronel,
acababa de confial' la custodia de aquel fuerte. Frustl'óse,
sin embargo, el plan; pues, descubiertos Opol'tuuamente los
traidores designios del CUl'a, tuvo este que pasarsc solo ti
los carlistas pOI' no J'ecibir de los cl'istinos el castigo de su
crimen, y, acudiendo CÓI'dova á toda prisa al SOCOl'l'O de la
plaza, obligó a Villareal á alejar~c de sus muros.


Otro reves de no escasa importancia sufrió pOI' aquel
tiempo el gefe carlista en la linea de Zubiri, que, con sus
catorcc batallones espaüoles y franceses, defendia el grne-
ra! Bernelle. Atacado en ella el dia 1." de agosto, Bel'llellc,




URno OCT A YO. 289
no ".010 I'I'r-hUZt't ~~ los fI~I")~OI'()<; • C,ÍllO ([lli' , acometiéndolos
Yalt~I'o,,"'lwlllr, les mnll·) tln~Cil'lltos \¡itlidll'I'S y les hizo casi
oll'os tmltos pl'i~iolll'\'o~. EII Lnl'l'aSOal-ICl lambien conlt'al'es-
tú el gr-lIcral b:ll'oll de\T('('I' 10:; e~fLl(,\'zoS que, pOI' apo-
del'ar~e de ('~Ie punto fortilicc\llo, hicieroll los batallones
('arli~la~.
~h~IlOS feliz, pocos tlins antes, IIna columna man,latla


po\' el corollel Clavcl'ÍfI fuó utaculla en el valle (le Mena pOI'
fll('rz~,s mlly supel'iol'es, y 3ITollada, uespues ue uu vivo
('omllatr, sil! ((lw ni doscieutos callallos I[ue eH el valle t(~­
Hin n In~ (le IfI ¡'('illa, ni Ins dcnUls tropas acantonadas en
I()~ plle/¡Io.~ illlnerlialos hiciesen movimiento alguno, ni aun
la 1I11'llOI' deHlo~tl'aeion 1m ea sostener á los cuerpos cl1lJle-
fiados; sie\l(lo ¡¡si 'IIW. segulI lo afinnó el mismo geneml
Cót'dlwa, hasta pOtlian h¡¡hpl' loma(lo la ofensiva.


A lfI IIr.smoruliza(~iilll, eOlISel'll('IlCia fo\'znsa de la f¡¡lta
de ¡'('cursos fJlW rt)lIslnllt(~IlH'III(' :H(nejnhn á lns tl'opas dc la
reina, y :í la indisciplill:l de ,\111' ('I'a eYidente indicio la COI1-
rinda que ,Ic"haltall JI' olisc\'y,ll' Ins aCfllltonadas en el va-
lle dc \lella, daban de tlia ('Il Ilia mas yudo ó impI'imian
m¡¡s ;Ilal'malllp carúel('¡' las lIlaqltinaeiones de los partillos
(¡lIe, t11·'bilt''; para Inclwl' t~1)1I sus pl'opias fuerzas, h'aba-
jalJaIl JlIJI ('''ptarse In \olltlllad del ej("J'cito, ('n enyas IlI¡¡S
eehallan larga seltlilla de a;:,:il,lf·ioll y di~enJ't1ia. En la divi-
sion dd general Hiv('J'o huho seJ'ios conatos tic insurreccion.
fIne cosIó mncho reprimil'; los soldados, sordos ~l los tOqllf'"
de ordenallza. d('"o~ ero n la \OZ de los olh~iales y solo tí fa-
vor de U113. elll'\'i'ía sill lilltill'-';, logró Hivcro impedir que
se desconociese su autoridad.


La t1ivision (le raha\l('ria flcanlon"tla I'Il los Arcos II¡'O-
TIl~f() TIl. 1~'




290 ANALES DE ISABRt IJ,
clamó JlOl' aquel tiempo b Con~litllcion (le 1812. EII Lo-
groño, se descuhrió una cOIl~piracioll dil'jgida á uhanUOlí<ll'
la ciudad dcspues de clavar tOlla la artillería) marchar á
Aragon á defcllllel' la libertad. E~eitall!lo, JlU!'~, pa~i()nes
políticas y agui,jando ambiciones persollales, trataban lo~
exaltarlos de hacer' cundir en las lilas !lel ejército la dis-
cordia y con ella 10:; desórdenes de que, con motivo de Ia~
elecciones, habian sido teatro varias capitales y e~IC\IJall
amenazadas de serlo todas las de la monarquía.


Complicábase esta siluacion con la renullcia hecha !l0r
Córdova del mando en gefc del ejél'cito (Iel :\Ol't!" Y dclilli-
tivamente aceptada pOi' el lIlillistel'io. Estc, sill elll]¡al'!!O,
no sabiendo con quien reemplazarle, había tcnitlo (lile su-
pliear al genel'al dimisionario continuase al frente de las
tropas hasta la llegad¡¡. de su sucewl', 50111'1' cuyo nombra-
miento le pedia consejo. CÓl'llova, <tUlH!Ue con dis)!u~to, St'
prestó á ello; pero el mal estado de i'll saluí], su lllala (lis-
posicion de animo y el carúetel' de intcriuitlad con (lile
desde aquel dia desempeüó un mando tun t~~pin()~o ('1':111
Cil'cUllstallcias poco á propósito para e~Lillllll"I'I(' (t lll'()~\~­
gUil' haciendo los colosales esfuerzos (Ille de d hahl'ia l'\i-
gido cualquiel' nueva trntativa eneamina(la (t l'c~taj¡lc('('l' en
las filas de su desmoralizado ejél'cilO el Ól'lleU) la disci-
plina.


El temol' de ve!' á la naeioll eOITel' sin rumbo eicl'lo pUl'
las vias UC UIl sistema llamado de jlrogt'eso ; pel'O, (11J(' en
['ealidau no debia conuucir llJaS que al t1esún!eu'y ¡'t la
anarquia, lanzó á millares ele hOlllhl'c~ CH las lilas de dOIl
CH'los, y atrajo á las del gobiel'lIlJ Ú mucllOs que, rcforzalldo
el partido model'ado , conll'ibu)el'oll a usegUl'al'le ,,1 tl'illnfo




unno OCTAVo. 291
en bs elr,cciones ,Ir b m~,yOl' pa!'l!' dl~ b;; pI'ovincias. Pel'O
este lt'innfo de los moderados fUI' la s"l'¡nl ,le Iluevos tras-
tornos, fIlie, eJlsClil,IllUO los úniJllo~, hicieron correr la
sange .


El pal'lido eSall<1110 vCllcir!o en el terreno legal, y re-
suello ú tOllo lll'imel'o (Ille Ú llejal'se anebalar impunemente
la vidol'ia, apeló á la violencia. Málaga, una indudable-
mente de las capitales dOlllle mas influencia ejereian los
l'evolucionarios y mrllOS el gobierno, fué e! pnnto designado
paca lIaeel' estallar la I'cyolucion. En la noche de! 25 de
juli,), funesto aniversario del motin de Barcelona y Jel ase-
sinato de Ba:ssa y de los fl'ailes, se I'CUniel'on tllmllltllal'ia-
111!'llte algunos guardias nacionales y obligal'oll Ú los tam-
!JOl'l'S Ú salíl' i\ las ealles tocando generala. A este acto de
ill~llbol'díllaeion tratll tic opollel'se el gohel'l1<\(I01' milital'
don Juan San Just; y como, ,il'llllo desoídas SIIS ninonesta--
eiolH'~ pací¡¡ea~, <JuisicJ'(' e~tc flllleiollario público recurrir ú
la f!ll'l'za para hacel'sc olH'll('c('I', cayó mortalmente herido
¡)(JI' las hah~ d(' lo~ ~lllJle\'atlos. ]\'0 lIlellOS desgl'aciada
slIerte CllpO al gohel'lladol' eiyil eOHIle de Donadío que, de-
seoso ,le reslableeel' el úrllell tall yiolentamente altcl'aJo,
acudió pocos mOJllclllos tle~p\ws al sitio del tumulto. Duellos
de la ('illdall .Y lIrallOS de ~u triunfo, los l'evoltosos proela-
maron la COllstilueioll de 181:2 y, scguI'os llel apoyo de la
milicia mbana y de la gUfll'llicion, crearon una jllnta POJlII-
lat" :'1 euya caheza figUl'uha cl comalHlunte de carabineJ'os
dOll Juan JUlOllio Escalanlc, UIlO tle los principales jlromo-
vedol'es dc allUclla tlwlaz rclJl'lioll.


En "OIlO, para utnjHI' sus 11I'ogl'esos, tomó en Gl'anada al-
gunas disposiciones cl general Lopez Baños. Sublevada la




292 A7\ALE~ DE TSARF.L IT.
milicia y una p:wtr Ile la !!ll~Wllil~ioll, IIIVO, ron ('\ l'('sln Ili"
ella, que salil'St~ ¡\l(IlPl gefe militm' dI' la capilal tld Ili~lrilo
de su mando y «(liC ponel'SC Ú I'CCOI'l'cr d paj~ , vicndo ,tI'
evitar, ú favor de la prudencia, esc:'IIHblos como los Ile\Iá-
laga, (Iue no sc sentia con fuerzas panl rl'¡JI'illlil'.


A los prollunciamientos de :\Iillaga y Granada SigllipI'Ol1,
en pocos dias de intervalo, los de C{¡tliz, Sevilla, Córdoba,
Hueha y otras poblaeionf's imporhlllles de laB¡¡,ia :\nda-
lUCÍa, cuyo capilan general don eúdus Espinosa, no solo
llalla hizo para oponerse ú ellos, sino que, stlncionalHlo ('on
sn aquiescencia aqncllos aclos culpahles dc califk:Hla l'('l)1~­
lion, admitió el cm'go de pl'e~ld('nlc dl~ la jlllllil I'cvolllcjo-
naria (¡Ile se fOl'mú en la capital Ilel distl'ilo de su Ilwnd",
Ütl'O tanto hizo en Zaragoza el gellPral don T~val'islo San
\lgillel, y este deplorahle ejemplo, seguido por otras muchas
autoridades militares del reino, puso Ú 1111:1 gl'an pal'tp de
el ú mel'cc(l dI' los homlJl'!~:-; qn(', entl'!) Sllllgl'iplltos mOlines,
tremolaball la halHlenl de 181~.


En Madrill tal1lbieu, foco principal de l(llltlla vasla ill-
slIl'l'eceioll, se dejaroll pOI' aquellos dia~ ~cntil' ~ílllomas
alm'mantes; pero las elll~f'gicas dispo,jeiolle:,; Ilel capitall
general marflues de \lollcayo haslal'On por elltmlee,; :'1 dc~­
concertar los ¡¡laue:,; de trllstol'110 I[ue, en la llOc!W del :1 ni .1
de agosto, trataron de pOIll'\' por obl'a los agl'lltes de lo~
clllhs. Como cl'a con~ig\ljcnle, declat'úse aqul'lla mi~l\1a no-
elw Ú :,Iadl'Íd ('(1 eslt1(lo (k sitio; publicúsl' uu hando ClIlIllli-
uamlo con las pl'll<IS IIla~ sevel'as:\ lo;; que lílllla.,eu j',trlf'
en la insulTl'ceiou, y disolvj¡')~e, [lo\' ;)1'111'('(10 del Consejo di:
~Iinisll'os, la guardia naeional Ik \1adri,l, lIlnmlanJo !JIII' SI'
reorgauizase con arreglo ú la le) vigl·llle.




UBRO OCTAVO. 293
Con la pllhlic:\eÍotl lle IOllaS e~l[ls Blcdillas, tan .iustas


cumo en aqnd IllOIlll'lllo llecrsHi'ia~ para precaver ó sofocar
Huevos \L':\sIOJ'llll-:. coillcidió un Illauilie,;to de la teina Go-
hemadora :11, ell qlll'. det:lal'ando hallarse pronta ~l deferÍr á
los deseo,; d(~ la Iw('ioll, ('spl'l'sallos Jlor sus órganos Icgíti-
1111','. se 1l1O:'tl'aha I'e,;udla Ú hl1cel' I'e~pctar las lcyes y á im-
IH'dil' <Ille se melltlscaha,;l' la ¡licnidad de la CI))'olla. Desgl'a-
eiallanwnt.e, la voz de la llelllago~¡a sn[',J('ó 10<.; acentos <le la
IllIHli1rquÍ:l, y mienlras esta, tr¡"m\lla y a¡mlliwutt" haeia en
~Ja¡ll'itl un ú\lil!lO l'sl'lwrzo por defl'ndcrse, aqnl'lla, engrei-
da con sus an('I'Í()I'I'~ t.rillllfo~ y akntadn JlOI' ominosas e,;-
pCI',lIlza" levantaha clltrc c"tl'l'pilo.'~ sallp'c lacaheza en casi
todas las C<lpilales llell'eino.


El gohicl'lIo en(retnllto, i1l1H'naz:\(lo á la vez por los C:\rll-
tarlos y por lo:" carlista", sin mel!ios propios para oponcr-
se á las cOITel'Ías de eslo~ y ú las mUlIiolll'llS dc aqllello~ , y
¡\lneIlClzl\(lo, [l01' la e';LÍsÍoll sucesiva de las pl'ovillcias, de HT
reducido Sil poder al ra~tro (le la capital, creyó (lclJel' acu-
dil' Ú. 1\110 lle sus aliados y, en 5 de agosto, enc:ll'gó ~ll elll-
Im3l1<10!' de S. 51. etl Pal'is solicital' lle aquel gabinete un au-
xilio, con el cual-((csperaun podel' retirat' del ejél'eito del
))Xol'te las fnerzas necesarias pal'a castigar ú los reueldes
"del :\lediotlia.»


Lisonjeóse el ministerio lle <[lle, demoslnlltas la mognit.ud
,\ la illminencia !lel peligro, y la imposibilidad de atenuarlo
Ú de lle~\ anecer!o de 0(1'0 moLlo que PO!' la eoo¡wracioll de
la Franeia, !lO ~(~ 1H:!!aria e1 gO}¡i(~1'1l0 de este pais [\ prpstaI'-
lo ('(¡caz, ~n\Il'(' todo Cllall",), p01' yjnud de su Hutol'Ízacion




2940 ANAtES lll<; ISABEL ti.
esplícita, gruesos dcstacmnentos de diferentes cuel'pos II~
su ejército se reunian ú la sazol! en Pau, y se ol'¡mnizahali
en batallones destinados Ú J'efOl'wl'los de la rcillll. UIl agen-
te especial (Bois-Ie-Comte;: acahalla, allt~Ill¡\S, de Ilegal' Ú 'Ia-
dl'id, con el ellc,H'go de al'l'l'glal' algullos pOl'mellOI'CS relati-
vos á aquella eoopenlCioll (Iue, ¡,pputada e¡¡eaz desde lll('go,
se supuso que seria decisiva, cll<lllllo la actitucl conciliado-
ra a un tiempo J cnórgicl\ üe \as nuevas Cortes (IUC i\mn ú
reulli¡'se desarmase ú los alla['(lui~ta:; lIe las 11I'ovincias, pa-
I'alizamlo el inl1tljo de las sugestiones de los (le '\Iadl'ill. El
vigoJ' que mostraba el capilan genl'ral de e~ta l'(~si¡)('n('ia y
la confiallza que inspiraba la disciplill<1 de la Guardia HeaI,
pal'eeian alejar el tcmol' de un lmslorno instantáneo, únieo
suceso capaz lIe fl'Ustl'ar tan patl'iótieas esperanzas,


Ignoraban, sin embargo, los que á ellas se eI1ll'cgahall
la constancia con ({l1C, pal'a illlpedir la I'ellllion tic las Cor-
tes, trahajaban las sociedadcs seCl'<'tas. fglloralJau asimi~mo
que el único ministro que residía cn la Granja ccrca de la
reina (BalTio Ayuso), mil'ando como III l'spr('~ioll ([e! \010
de las provincias las exigencias de las junta,; e~lahlecitlas
últimamente en muchas dc ellas, ineliualm á la Gohernado-
ra á que las contentase, nombmntIo prc~i(lclltr, ([(,1 gabinete
á Cala\I'ava, ú (¡uien a(Juel ministl'o suponilll'l poder necesa-
rio para eonjUl'fu' la tempestad <Iue el'cia amenazar al reino.
Iguol'ahan, en f1n, que, para asegurar y completar eltrastor-
no, contaban sus (Iir'celores con fondos, c~ca~os sí, pero
suf1cientes pam cülTompel' algll11()~ ~arg(,lI\()~ y cahos de la
guarnieion de la Granja, ,. la cllal ('ra fúcil (1esea1'\'ial', ya
haciéndola vislumbl'[ll' l'eCOIll[ll'n~,\S , y,) ('xalt~\lIdola con d
viDa, Doce mil rimos, que ellO de a~oslo ~e eliyi¡\I'OIl (k~-




lIBRO OCTAVO. 295
I/f' \T:H1!'id al Sitio, debinll, pues, hn~tnr, y hastaron en efec-
lo para pl'OmO\'l'I' ell 61 lIna in"lIrl'c(~cion militell'.


Elltrc ocho y Ilurvc dr la noche del 12, lo~ gl'anadcl'os
<Id primer ]'I,!!illliplltO de provinciales de la GU:1l'dia salie-
ron de ~II ('uart('l, sitnallo fucra Ilcll'ecinto de la Gl'anja, y,
:H'<:Il¡Jil!ado~ )lO]' ~\l~ s:1I'gl'ntos, avanzal'on Ú la puerta de
lIíe.I'I'o, gri\nndo l'i/'(( tu COlIs/Ulle/(m. nl'l teatro, donde
se hallah:1lI lo,; lllas (le SIlS oficialcs, eO!Ticl'on al punto á
atajar el 11:1110, poni¡"ndose al frcnte de sus compaüias, y cl
COlll:\IHlanlc f!cnel'al de la GlUmlia Provineial, eonde de San
Hmnan, se jlrcsl'lItú :t"imi~llloú arengarla". Los soldados que
¡hall :'t !a cabeza de la columna mostraron ce del' Ú la voz de
"ti W~lIel'al; pel'o, rcconvcnidos por los de las últimas tilas, y
I'dorzu(lose:-;tos pOI'los Ile!.i." l'egimiento de infantcda, que,
all'opellalHlo la guardia Ile pl'e"eneion, habian tambien sali-
do (le ~ll cuartel y Ilil'igídose al mismo ¡lUuto, trocaron
~ll~ aparienci:ís dc sumision en denuestos conll'a San Ho-
111 a 11. HI'[i['(')se este, y los amotinados, fOl'zando [a {Hlel'la
tic Hil'ITo, (Iue 61haIJia hecho cenar, se encaminaron ú lus
inllalmt'nle cel'l',ulas del palacio, cuya gwmlia hallal'on re-
forzad" pOI' otras compañías del mismo 4. 0 regimiento,
(fllL', ae(I:lI'l('lalla~ enla plaza, no hahian hasta entonces to-
lII,lilo P¡lI'\(~ ca la inslll'J'eccion. Atronaban la residencia real
lo~ ,i\l\S á la Constitucioll, á Jlina y la Inglaterra, los mue-
1':1:' ;'1 Olles:l(!a y San J{oman, y las voeifcnlCiollcs contra
la (;ol)(~l'il:ld,))'a, ú las cnnles los Guanlias de COl'pS dc>sde su
tual'kl I'('~p()ndiall c()n viva~ ú Isabel II y ú su ma(h'e, no
sin I¡ne cqa~ aclamaciones ))]'o\oeasen, de parte de los su-
h\¡o\'¡\ilo~, .lem'htraciolles pal'a atacados en su asilo mismo.
-FIlIl'l'tanfo los !!l':ílladf'ros á (:ahallo (le la Guanlia, re-




296 ANALES DE ISABEL 1I.
chazando con illdígnacion las jll'tlJ!osieiollcs que les hicicl'OlI
los IH'ovinciales de nllil'~e Ú clIo~, ) cchando ú hajo la jluel'-
ta del \Lltadc¡'o, ClllJ';ll'l)JJ ('jj el ~ilio, ,\ ~l\ forlllaron ell la
plaza llamada de !el Cachal'l'e l'j " , dunde ClI Ll'c\e se les
unieron los Guardias dc COJ'jls , COlllpUllicllt!O cnlJ'(~ alllbos
cucrpos ulla fuerza (le cicuto y l¡,¡,jula caLallos. COll cllo:o;
habria sobrado l!llra ac,l1111l' en tilla hora COH los seisciclllos
ó seleciell(os n'beldes, si la algaz;ll'a que eslos promovían
110 aterrase á los gcl'cs sUjlel'iol'e~ (111C, encerl'<ulos en pa-
lacio, liada lli('icl'OH para dirigir, lIi alln jlal'tl aprovechar
el entusiasmo de los lealeb.


La actitud vacilante ú lIH~(ll'Osa dc ;lll"('/Io,s gl'l'e:, alent!')
á los prelol'ianos, ([nc resolvieron enviar tl palacio lIlIa
dipulacion, compuesta de s,ll'¡;enlos, cabos y sohlados.
Recibióla la ['cina, rodeada tle su ministro de e; l'aeia y
Justicia, del capilan de GII<ll'llias, <!tltlue de Alagon, lid
cOJl{te de San lloman, del cab,dl('l'iw mayor, 1Il,1l'(jUl':' de
Cerralbo, y de todos los eOlllandalllt·s ) llllll'hos oficia/t'';
de los cucrpos. La diputaeíon inlillló Ú la t;o/)cl'llC(lol'<l 'lile
jurase la Constitucioll de C:üliz: eouk"tú!e la madl'c de
JsaLel que las Corles, (Ille ¡han ú I'c\lnir~e, tomarían sus de-
seos en considenlcion. Los comisionados insisli('I'Oll y la
I'cina l,,~ mallllú salíl' á la anlecúmar(1, lIlielltra~ ,1l'ordalJfl
la l'esolncion conveniente coulos pCl'sonages l'cIlI¡j¡los CJI el
salon .. \llledrcnla<los estos, pro¡msirl'on (1eeedel' Ú la pe-
tiCiOIl, Ínterin se rCllllian lns COI'les; peJ'o no ,;a[i.,Jizo
esle lell1)lCl'tlllICII(O Ú la dil'lIlacioll '111", deSjllIl'" de I'c¡;jhil'
lluevas instrucciones de sus podl'l'daJlIl's, t':\igiú, a las do.,
de la madl'lIgada del U, d I'ccól.l!lk;'itlli.'lllo absoluto de la
Conslilucion, con un h~lI"ml;)\~ l,\ll ¡n-OI('IIIY ¡'/lIllO Jo ','I',l!)




tmRo OCTAYO.


lo~ gl'ilo~ <¡HC, rntl'e descargas I'cpetill<1s de fusilel'in, lan-
zuba debajo de los halcones Ile palacio la soldadesca em-
briagada. BHl'l'i() \Yl1~O hizo dirni~ioll, y el alcalde ma)ol'
del ~ilio, Izaga, e~telllliu alli llli~lllO el decreto (¡ue se pedia,
y quc fll('~ cOllcelJillo ell estos [(~rlllillo~ :-d:OIllO reina Go-
"JlCl'JIildül'<\ dc E~p::tiw, orlleuo y maudo que :se llllblirl'w la
»)Collslilueion poliliea del alto de 1812, en el íntel'in (¡ue,
,'('CUBilla la naeioll cn CÓl'les, manil1cstc cspre~allleIlte :su
»)\olulltall, Ó dc otra Constitucion COnfOl'llle u las JII.'cesilla-
des Ile la misma, n LtlS rcJlddes, ú quieues Sall HOJllHnle-


yó est.e célebrC' documento, c:\igieroll I¡lle la reilla lo til'llw-
~I', no l'UI1II'II!:'Ili(lo,.;e cou la rúhrica Ile uso; hicicroll eH
seguida qlW j\lI',lSen :;L[ cumplimiento los gefes de palut;io;
lo juraron e!los JIlisJl10S al fl'ellle Lle handeras; ), hecho asi,
~e t'elil'aJ'on Ú sus clt:\l'telcs ¡'l la~ cuatro de la mallana. El
original qllt'dú 1'11 ll1aJlO~ del l'nmalHlanle del cuarlo regi-
micnto de la (; lIardia, Hamil'l'z, "in qul' Jl inguJ: lbU pudiese
)¡a('('I'se dl' (o! pnl' no e~tar e~telldl¡Jo pOI' un secretario de la
rl'ill<l, ni dil'igido ú un :;ccl'elal'io del Despacho.


En la Hli~!lt:l lIIa1liUW, Ilegú Ú '1ladl'itl una earta de Bar-
J'io .\yuso, I~Jl 'lile, sil! referi!' parlicularillad alguna del IllO-
,imil'Il!!) ,dc,'ia:-<\uxilio prouto, pronto; ó no s(~ lo filie
,~II('('del'ú de SIIS magestalles.)) .\pl'emiallo por la IIl'gencia.
lId peligro, ~e a\Ístú al ¡llllltO lstmiz con el eapi!an gCIle-
/':i1, ()lIcs:\lla, y juut.os acordaron marchal' con fuel'zas res-
l'l'l:J!¡j¡'s ú la Gl'anja, castigar á los autores tle la. rehcli()ll,
y !t':bLubr la~ /'eiIJas Ú 'IIadl'itl. Pl1'a sancioual' e~ta I'eso-
hlt'ioll, fUl'l'OIl eOil\llcadu~ e! COllsejo (le '1lillistros y el de
!;oJ¡iCl'llü, d ('apitllll gt'!lt'J'al, y l'l11l'L'sil[CUlC de! Estamento
de Prúc('l'c'i, 1l1l1l'I!Ue~ de \lil'at1ol'c~. Empczóse pOI' leer 1"




298 ANALES DE {SABEL n.
comunicacion de Hal'l'io Ayuso, ya completatla po\' la noti-
cia yerbal rlue un oücial despacbado por San lloman tlirí
de haucrse jnrado en ar¡uclla malll'llgalhl, pOI' e~lc y demas
gefes y pOI' las tl'opas lorlas de la gn~lI'I!icioll dd sitio, la
COllsti tucioll rle Cúdiz, Quesada lH'olHl~o marcha¡' allú, y
todos parecian de aCllel'tlo sobrc la ncee:;;i(latl de ~acat' Ú
la GolJemadom del esla(lo de coaeeion á (¡lle la lenin redll~
cilla la soldallc~el\, c\lC\I](lo d duque ,.I(~ .\hllmada insinuó
que, pam logt'al' este objelo sin COUljH'OlllelerLI segl!l'i(ladll(~
la capital pOI' hl 8alirla (le su gual'nirion, hastaria r¡ne mal'-
cJta~e Ú la Gl'auja el mini~tl'f) de la C1HTra, :\lcJldl'z Vigo,
que, con el ascellllienle que se le :-;uponia..;olll'e lo;,; 1lllloti-
uados, por haherlos mandarlo antes en ~aYa\'l'a, lo~ redu-
cil'ia sin (IIHla á ~n (lehet'. Esla pro¡lllcsla, esfol'zada pOI'
la elllU11Ct'aciol1 dc los riesgos (Iue podria COl'!'Cl' la reina
cuando sc supiese C11 el Sitio la mat'l·lt,\ (le las [ropas d'.!
Madrid, flll\ eOllllJalitla pot' Mil'aflol'e:-; l~ htlll'iz con lanta
mas cnergía, cuan lo que sohrah:m t¡,opas para c:lstigal' Ú
un tiempo los rebeldes de la Gl'D1Jja y mauLener el Ól'l!ell
en la capital. Puesta á YOIDCion, se (,llCllIltl'al'On divillido~
los votos de los minislI'os y de lo:" consejel'os lle Gohiemo:
pel'o, no queriendo Ahumada !Jue apareciese adoptada solo
por la inllucllcia lle cstos, ni (Iue ;.;r irnllllla~('n ú cllos so-
los las eOllsccuetlcias posiblc~ (le su allopciol\, U'ató de
ponderal' los inCOllyenientes (le la llisitlencia de tililli~tt·o~ :
consejeros en lllalcria t,m grave. Ú:lllil"!'O!J!os Ca!i:ll1o y el
dlHlue de Hiras y, J'(:fnI'm~\I}{¡f) en :-;egulIlla Yulaeiou el voto
rIue habian .:a(lo ell la prilllera, jll'cY;I!ecil) en fin la SH~CS­
tioll (le Ahumada.


LI¡ propio sucellió eOIl o Ir:.!. J!() Illeno;.; fl!IlC~tH que hizo




unno OCTAVO.


y ~o,;tu\O el mismo um[ne, en \1\1 nuevo consejo crh'lmulD
JlOl:as horas deS¡llWS del JlrilllcI'o. Carell)' insiuuó qlle ha-
lIállllo~e pre~8 la ¡,ciua, se eslaha en el caso no solo de HO
o)¡cllecf'r sus t'll't!ellcs, sino Ile ellc8rglU' Il\OnlenlÚlleamell-
le la re!!cJlcia al COllSCjO de GobienlO con arrcglo ú lo tlis-
P11I'stu por un caso anúlogo en el testamento delrcy. }lim-
llores esforzó esta idea, (¡lIe, acogida pOI' el Consejl1, ha-
bria conjurarlo sin duda las calami(hulcs (IlIe soill'e\iniel'on
,\hulI1ada la eomhatió, pOI' temol' tIc e\entualitlatles <UI'ies-
¡Jadas, (\IW illtlieó; como si, cntre cuantas fucseu (le tCllwr,
huhiese algulta Jllas pdii)l'Osa (Iue la iuterHncioll forznda
del poder real para el l'l'slahll'Gimil'lllo tic Ull l'egilllen
prosl'rilo. Prevalecieron, 110 obstaJlte, las eonsiller(\Gioues
del t1lHjUe, iguales ú las que, en todos los trastomos del año
úllimo, hahiall alegado siempre las alllol'idallcs pal'H )lI'OS-
tel'lIal'Se dclalll(~ del motin, y el pod(~l' sc resignó tl cspcra!'
los resultados de la iJlstllTCccioll militar eH una actitud
cfllliYoca, tan impotellte pam cOllciliar, eOll1o para rqlJ'i-
mil'. En ,allO, desdc cnlollces, callones cllhriel'on ln~ pla-
zas; pall'Ullas J'('cOITicron las calles, ) C1l plazas y cn calle~
se ostentaroll la lil'llleZa y la decision qlle, elementos co-
lllUlllneute de l!'iuufo, debian serlo de l'eaccion y de mina
cuando parecia sancionallo pOI' la reina el movimiento que
se aspiraba;'l sofocar, y ({lIC, no lleclanllla la coaccion (Ille
e!la sufria, tenia todas las apa¡'iencias tle legítimo. \0 era
CH _\ladrid, suhol'dillado á las disposiciones de la Granja,
donde dehia Ilecidil'se la clIestioll; la victoria ohtenida )lor
el ministerio en la ('apil<t1 de la 1ll011111'lluía del)ia edipsar,;e
ddauk lle la dClTot'l. de b Gobcrnadora en la rcsidencia
f('a 1.




;300 ANALES DE ISABEL n.
En esta se completllba [lcclenHlamcnlr el trastorno,


mielltrlls en )Iadl'id se tlelihcl'alJa sin re'olveI'. ;\ las dos de
la 1 arde, los COI\~('jos (le Gohicl'Jlo y de _\liuistl'o"i se limita-
han Ú pl'eeanciOlIe~ [li~hHlnS Ó in~\lJieienles, y, ú la:" tl'es, el
conde de San HomHn, ú la eaheza de la gnal'l1icioll de la
(J1'{l/l}a, de los guardias <le COI'[ls y d(~ los Illiliciallo~ , pa-
seaba procesiollalmente en H(IUe! Sitio una tabla con ell'Ó-
tulo de Pta:,u dI' ,(/ ('o/lsl/t/l(:io/l, clestinada ú servil' }lI'O-
yisionalmenle de lúpilla de la pinza pública. Llegado ú ella,
el gcneral enlrC'¡.;ú la !lIllla, emblema delll'iullfo de los rc-
heldes ú uua dijlutacioll (le 1'11 os , I[lW la colgó ('11 ulla (~sIJui­
ua, I'I'alzando el [lelo los yj \ as dados por S,1Il HO/llan, y
repetidos por la chusma sublev:llla, ~l la Gohel'llallol'a, á la
COllstitucion y ú la lihel'hlll. La columna dcslilú pOL' delante
del palacio. Cll~ a~ ,('ntalln~ ceI'I'Hda~. daban indil'ios de la
conslerna('ion que dentl'o I'ciuaba. A la noche huho illlmi-
naeion; peeo las calle~ estllviel'Oll desiertas, ~ill qne ú nadie
Hl'I'anCaSe un solo YÍ\l\ la victol'ia ohtenida pOI' tan los Illlle-
ras eH la noche anteriol'.
~\.l amanecel' del 14, llegó al Sitio el milli~tro de la Gucr-


ra, }[ellllez Vigo, acompaüado del comandante Villalonga,
(luien, pasando al punto al cL\nI'lel del 'i. Q regimiento, tmtó
lle persuadir ú sus soldallos que mal'thasell Ú -'Iadrid donde
se pensaba poLlel' lleutrnlizal'ios. Pl'est~~l'OllSe á ello Jlor de
pronlo, y tanto li1flS gustosamente cuanto (lile. hahiendo
cil'culado en el cuartel la noticia tle que la gual'llicioll de la
capital no habia reconocido la COllstitucioll, (~mjlezaha\l Ú
teneL' miedo los fautol'cs delllIOYiJllil'UIO dcl12, y deseallan
oeasion de espial' t\r!uella falta volviendo :l la ohcdielleia. En
breve~ no obstante, ¡;ambil) ,~,I,I'; Ili~plhi(~iolll~'i d 1'111)10]',




LIllRO OCTAVO. ::JO 1
,¡ue lliestramenle sr hizo eOlTer, de quC' Val'íos CIH'I'pOS Ile
los ejl'~rcilos Ilr~1 Cenlro:- del \01'14' se llflhian deelarauo en
fa VOl' (Iel códip:o gadililllo .. \1 ~ahl'l' esla lIovedall, pen¡¡ú
Mewlez Vigo debel' cutral' eu plúlicas con los s:1l'gentos Go-
mez y J IWII Lllcas, (!1W p[lI'I~einlJ entonces los IlIas influycn-
tes entre los slllJkvados. y 1'0'[ cl tamhor mayor del 4.° re-
gimiento, ([lle, teniem!o antcs cl mismo oficio en el batallo n
de realistas lle TlIlaYCl'a, rué dUl'lInle l!¡ez ailos el nllls encar-
nizado el}('llIigo de las opiniollcs liherales. Pero los eorifeos
dec\arat'oll al ministl'o, ({ue hahia pasado en persona al
cuartel con aquel objeto, no estar autorizarlos para eonsell~
tit' en In marcha (le las U'opas, y lo mismo l'epitiel'oJl á otros
lIl'gociadol'es quc sc les cnviaron cn seguida.


La insubordinaeion, generalizada pOi' la abundancia del
vino y h\ eerleza dc la impunidad, parecia dispuesta á rc-
SOh'El'SC en un nuevo y mas tel'l'ible molino Para evitarlo, se
solicito Üc los conjlll'allos que pel'miliesell Ú la Gobernadora
ir Ú JIadl'jd ú junll'la Conslilucion, dejando en rehencs á
sus hijas en la Granja, No cnlcnbndo ellos las consecuen-
cias de este paso, manifestaron no oponcrse ú él; pero, ce-
diellllo luego ú las sugestiones de los illstiga(lores ocultos,
110 solo rctraelaron Sil cOlIscnlÍmienlo, sino que detuvieron
lo:,; canos del servicio de Palacio, quc salian ya para la ca-
pilal; y, lkdal'ada otra vez, y aun cneamizada la lucha pOI'
('sIl' llUEVO alelll<\do, osaroll dirigir ú la l'eina un papel con-
('('lIido en ('stos tÓl'minos:-c(Súplieas fllle hacen los batallo-
»)ll('~ exi,,\('Hll'~ eH este Silio ú S. ~\. la reina GolJel'lladol'a:


1." rdkposicio!l 111' sus dcstiuo", tic los seilores eomle dc
l)San Roman ~. \llal'r¡UI'~s de ,\[ollcayo.
~," (( Heal decreto pal'll que se denwlvan las armas ú los




»)nuriollulrs de 3Ia(11'itl, 1) al mrnos ú hs dos [('rcrras pal'tes
»(le los (lesul'n1u(10s.


3." d)e(:reto circular ú Ins pl'ovillcia" y ejól'cilos, para
JJf¡ue las alltol'itlades principales (le Ullas y otros jlll'en ¡'~
),ínsta))len la COllstitncioll del allO 1~, confOl'mc la licne jn-
))rada S. M. en la mañana del 13.


'i. a «(Nomhramiento ele nuevo ministel'io, úescepl:ioll de
»105 seüores Mendez Vigo y fial'l'io Ayuso, por llO merecel'
»]a cOllfianza de la nacion los fJue (lejau de nOlllhl'al'~e.


t).a «S. M. t1ispondl':í.que, en toda esta tarde, hasta las
»)12 (le la noche, se espillan los (leel'eto~ y lll'de!lC'!' qlle
,,<11'1%::1 se solicitan. La )¡oIHlall 111~ S. ::\1., que 1;wt:IS
»pl'uchas ha dado á los cspalloles, ('ti pl'opnl'ej()lIade~
))la felicidad f¡Ue les usurpó el despotismo, miral':'! con c!i-
))cacia 'IHC sus súhditos den el mas pl'Ontn Clllllplimi¡'lllo {l
ncualllo aniba se ll1euciolw y, vCI'ificado ¡¡II<' sea cuan10 ~('
nlleva indicarlo, tendrú la glm'in esta gUill'llicion (le aCOIll-
Mlllal' á SS. :\[\1. á la villa de ~fadl'id. l,


Este papel, fechaLlo en 11, no tenia firma".
Antes de someterse ú estas lluevas íutiJl1:lCiolles, la (~()­


bernadora (pliso oír al minisll'o inglé~, Williel's, y al agente
franees, Hois-Ic-Co!l1\e; pues el emIJajauol' eOlllle rl(~ IbYIII'-
val se hallaba peligrosaml'llte eul'ermo. :\quello" IliJllolllúlí-
cos pensaro!l (Iue, ú ser ([!lcila la (;ohernadol'a de ('s¡;()~er
enlre su surnisiotl ti las e:-.igeneias lit: Hna soldadesca
bl'utal ó la aihlieacion de su hija, debía hu¡;erl" ]¡;I-
JUI' tligllCl y dl'COl'l)samellle del trollo, allll'~: que COlbl'lItil'
qUl' este trollo mismo fllese cubierto de intllilllllícia y de
sangre; pero que, tratúlH!ose de oplal' enll'r~ la aeeptacioll
de la ConsliLncioll y la mucrle tle la I'cina viuda y de sus




r.mRO OCTAVO.


hij,lS ipncs Lall'l'a la allcl'llaliva ú que. cxagc!'at!a ú cnúnca-
nil'nlc, sllpouiatll'etlucida ,'1 la GolJcl'llatlOl'a; , la elcccion no
pOllia sel' dudoS:l; ~I)¡'l'(' L~)dil. clt:1Il\lo ni aun el asesinato
de Iasll'c~ priuce;"as iUll'ediriaell'l'~lalJlecilllil'llIOdc la COll~~
titueioll, adoJlladacutllo la cnseúa lid padillo <¡lIe tan e~ll'cpi­
lOSilllll'Jllc acaLaIJa dc pl'onulIcial';'e. Aüadic['Oll que habien-
do, ú virLuu tic esla:; l'()n~idel'aeioncs, l"l'slalJleeido ) a la
I'eina el imperio de la \~OllstilLleioJl, era fol'zOSO Ijue se I'C-
signase {t lo das las cOlIsccuell(:ia~ de at¡lld pl'imel' acto, y
sancionase lo (Iue los l'evollosos cl'cye~cn indi~pl'n,;ahle pal'U
cOIllIMlarlo. Jusis LÍeI'OIl, solH'e Iodo, en que Uila resistellcia
Illih ú menos t'IH':l'gica tic pade tle la GobcJ'lladol'it pl'oyocaria,
de P:II'\e de los I'ebeldes, de~acatos de mas ó menos monta,
lo:'> nmles ohligal'ían Ll los gobiel'l1os de Franeia é Inglaterra
ú ['elil'¡\I' su apo):} al de Espaüa, aUllleutallllo así la fuerza de
lus cal'li:-;las y Llismiullyelluo las probabilidaues del triunfo
delinitivo pOI' la causa dc la rcilla. POI' mucho que hubie~
se (1 lit' dc(:ir COIlII'l'l la l:xaetilud tIc es Las obsen'acioncs, y
aun sobre la forma COll <[ue cran prescllladas en circuns-
tancias tal! premiosas, la Gohel'llilllora, priyada de tocio
apoyo nacional, 11Il}¡o tle cOllformal'~e al consejo de los dos
CSlr:lllgt'I'O:-;, y l'esohió que el ministro Vigo volviese ú
~latll'id para hacer jmlll' aHi la Constilucioll. Pel'o los su_o
hlevados 110 le permitieroll salíl' sillo aeolllpaüallo de dos de
~\l:'> ~,\['gelllus y lle UIl naeional (le la l;ranja, y todavía exi-
¡xil'l'(Il1 rrlle, antes de Sil p,\!'tída, se cslcndiesenlos dcel'cLos
y únlcnc,; <¡lit' solicilaban. Xo halúellllo ya metlio alguno tIc
I'c:-;islclIcia. se tAl:lldicl'on sin dilaeion las destitucioncs de
los millistros blul'iz, Cnlinuo, Hlallcu y (lmlUe de Hiyas, y
In,; de San U.oman y Quesada, llomLl'úndo:ie, para l'cell1-




:104 .\XAtE!' m: To:,\REL n.
plazar á estos últimos, ú lo¡; ~rnt)l'alt)~ Rodij y S('oanr, y,
pa!'a sllcrdrl' Ú al(1H'lIos li1i!Ji~ll'lh, :'t Calatl':\ya, Gil dt· la
Cuadl':\, lJlloa y Fel'I'('I'. :\ll:ll[ll(' IlO anduvierun pel'ezoso~
los oficiales de la SCCI'e\aria encargados de eslelHlel' los de-
cretos, los soldados, cansados de agl1al'dal'los, p!'orumpie-
ron en amenazas de degüello si, para las doce de la 110-
che, 110 estahan firmallos. La Gohernadora, CClliClIllo ú la
necesirlacl, los fil'I11Ó, en efecto, llespnes (Inc los hubieron
aprobado los dipularlos, á IIllienes se leycl'Ol1. El sargento
Gal'eía los repasaba (le lluevO, desl1\les lle lil'mallos )101' el
minislt'o de la GueITa.


:\Iicntras t¡lle, pOI' estos actos l'epeti(lo~ de cll/ldesCI'II-'
deneia, se amengnaha un pode!', (lile halll'ia "in dllda CO/l-
servado su prestigio si, en las llelll'l'encias dell:!, hllhi(~st'1I
los gefes de la Granja desplegado ('1 \ ig:flI' C'o!l\('lIiplltp, In
ostentaba homoso, tllllH\Ue l~\l'llío. <li~I:\!11l i~ inútil, la 311111-
ri(larl (le 'hull'i(l' hajo cuya dil'eccioJl Ó por ('uyü i1ll111l1,o
reprimió la guamicioll, dmanteto<lod (Iia ! 1, Ia~ lelltatiYa~
de los instig~Hlores alllllwiac1as por lo~ viYa~ fl'eclj('III('~ Ú la
ConsLitucioll. El COI'Oltel Cal"et, ('oll1:lIIdallle del :J." hala-
llan de la Hcin3 Goberuac1ora, pereció en la t~\I't¡e ~l m,HlOS
de UlI naciou:ll; pel'o SIlS so\(bdos vcngal'on luep:o en otl'OS
milicianos la l1lUel'te (le Sll :~di'. En la une1\(' , lIIIO, cieH ('('-
heldes so¡,pl'en(lieron el allli~:uo ClllIVClllo de S:(l1 Basilio,
gual'l1er,ido pOI' un ¡'eten de pe~elcl'll~; !lt'l'O ePI'el¡ al puntn
el edificio una compaftía enviad,l COH UII callOlI po\' el (':Ipi-
tan <renel'al Y lns de ~llenLl'() se ('illtlit'l'IIu COH ~ill() el :1Ill,I-n ' ...
go. Creiase que estas noticias infundirian aliellto ú la en-
hel'lladora, y el Consejo, IjlI<' SP l'('lIuia llos veces al (lia,l~s­
l)craha con impaciencia la vuelta dc ~lclI(lez Vigo, en e11\ o




UlJlI.O OCTAVlI. 305
iuJll1jo {. illlcl'vencioll Sc: habiau fllndado pI llia anle" lison-
jel'Us ,·spel'unzas.


Satisfechas des pues de mcdia noche todas las exigencias
Jc los sargcntos del Sitio, iba 1'llllilli~tl'O de la (;uel'l'a Ú salir
parll \hdl'id, el/millo llegó un eOITcodespaehndo de aquella
cajJitnl pOI' Istmiz. Apoderarollse riel pliego los l'evoltosos, y
exigiel'on ((lle Vigo los acompañase a palacio para elltenu'-
se alli de su contenirlo. ~Ias, ú pes al' dc la altanería con que
~e hizo ú la rcina esta llueva intimacion, ella rehusó abrir-
lo, y mandó á su millistl'o que no lo alll'iese. en músico del
! ... " l'egimicnto puso fin á ar¡uel iwleccnte debate, haciendo
fledazo~ el pliego; Illa~ los sal'gcnto~ y eabos l'eutlitlos en el
salon ~e opusicron ti (Iue el ministl'o ma¡'chase á .\Iulll'id,
ll1ienh'as no se supiese hahel'se jlu'aLto alli la Constitncioll.
y como, á pesar ne habersele~ leido de nuevo los decretos,
manifestasen desconfianza rle su ejecllcion, y aun de la
lealtad de los adjuutos qHe df~lJi:IJI aeompaital' {¡ Vigo, P¡'O-
puso la I'cilla flue sc Eombl'asell otros, e indicó partielllal'-
mentc al saI'gento Gal'eía. Escusóse este, pronunciando en
tOllO compunjido las siguientes palabras, que dehe conser-
var la his!o\'ia.-«De:,;pues que yo he sido el que ha hecho
da reyolueion ':pues ya ~e puede deeil') no se (bu de mí, por-
Illfue diceu (Ilw estoy de tOlllplo! ('011 V. \1. panl engaña¡'-
))105,)) Y, abatido y sollozallllcl, ~e (!pjó eael' sobre un sillon,
mientras 'Iue se hallaban de pie todos los circunstantes,
elllpezallllo pOI' la reina mi~ma. El hombre que, á pI'esencia
de los l)t'incipnles de sus cómplices, y sin ser desmentido
por ninguno, acahaba de pI'ocbmat'se gefe de la revolucion,
era sal'gcnto segundo del regimiento pI'ovincial de Segovia,
y no pet'tenecia á la guarnicioll de la Gl'anja, donde no Ic-


'f0)1O m. :.W




:lüG A~ALF.S HE ISAIrf:T. JI.
nia oll'a l'alidll<l q\le la d(' ('S('l'iltil'IM llt'l {'(JIIIII' ll(' ::)HIl j{o-
mrm. El nllevo rarúclrl' ron (flW sr allllllciaha G arcia ohligú
ú la reina ú ddcJ}dcl'~c del cal'go lJu!' ~e le hacia de f{1ll'I'CI'
engaúar, de acuerdo con él, ú lo" ~lIhle\ad()~; pero, inll:r-
rumpiénrlola lino tle los pl'ovillcialc~, SOSluyo la a'?usHciOIl
alegando no haberscle dado la cruz. de MClltligorJ'Ía quc
decia pCl'tcnecel'le, 1·:1 millistro Vigo corLó cstas humillantes
recriminaciones é, il\JI\(~ie\lllo ú lodos ú retirarse á las do,
de la madl'ugada dd 1.), Y observallo pOI' los gllHl'llas (Ir
visla {I\le se le nomhrilroll, S.l\i:¡ ('n fin para ~Iad I'id, dlllllll'
llegó ú las neho ti\' la /mÜl'lIla.


En vez (le la paciticacioJ) que se e~lwl'alJa obl('Il!'I' pOI'
Sil medio, Vigo lleyó á Lt capital los decretos (1) preú:Hlos Ik
calamida~es, que se habian pslcl\(lido 'cn la 110c!W, y, rl1 vez
del suplicio, ya decl'etado, de Ul1a pal'te Ih~ los pl'isiollCI'O~ de
San Basilio, todos ellos /'cciIJi(~I'on Jlal'abielle~, pOI' haber eOIl-
ü'ibuido á lo tIlle llamaban su,; allligli~ el ll'iunfo de la liJH'r-
tad. A la vista tle la,; tli~posiciones de flllC Yigo cl'a ¡¡orla-
dor, se disolvió repentinamenle el go]¡jel'llo, y cada IIlIlJ d,~
los que lo componian, )'I[e los ([He ti 11l';1l1 le las úlliltl:l~ cllal'l'llla
yocho horas haLian tomado partc en sus L1cli\¡el'aeiolles, ~c
apresmó á snstl'ael'SC al fmol' de los demagogos, kgil ima-
do ya Cll la "pari('ncia pOI' las !'csolucioncs quc :leallllhan di'
al'!'aIH',)l'Se á la I'eina. Quesa(!a que cra el (llIC lilas tl'nia 11111'
telnL'I', y e1r¡ue debía pOI' consiguiente emplr:ll' mas 1)1'('-
caucioncs, :-;c ahalHlonó á su hahitnal lrmel'itlad, y "ill di~­
fl'az ni oLI'O aeolllpaúamiento '1ue dll.' 11/1 ho/'telano, sc di-
rigió al vecino lugar' tic HOl'laleza. l\lIi se le l'econof'il') y


(1) ,éuse apéJluice núnll'l'u 'l al fillllt-lllolll{J.




UBRO O(TAYO. 307
Jt'IUYO, y, Ilegu,ln la 11111'\a Ú .\fallt-id, 1111lt-1lOs ti" sus mi-
Ij('i:lIlo~ ('()]'I'jpl'OIl tl';1S ,:1, l., a~e~i 1I:1i'l!iI i "defenso, le mu-
liJal'on "~bill:lilo, y YIlI\'i(~I';)1I Ú la (,¡Ipilal, lIeyal](lo en
triunfo los 11'()Zll~ sall!Jl'i('ntll~ d,' ~u \ íetillla, que fueroll
recihido,,; PII el c¡lf(', :\ eleVO COIl lo,; mism()~ alal'idos de júbilo
s:11I :I!:!" (¡lle lanzan lo~ alltl'OpM¡lgos en sus execl',lbks fes-
,ilh:S.


Puea" ho!'a,; ,!e"puc,¡ ,It: la ~alitla ,le Vigo de la G l'an.ja,
la ~¡)l¡]:\lI('s('a r1('~"llfl'!'lJCIt1a sp ¡¡pot!el'¡'¡ ,le la corrcsponden-
('in tle Lt CÓI'k, la ahrió to,1a y, leyendo eu alglll1;lS cartas
'lile (JIIt'~ada iha ú marchar eOIl lropas sol)J'(~ el Sitio, rlc-
[,'['milll', lIer;l!' dI: Sl'govia t!'es piezas pe'llleiias de al" il1e-
I'Í;\, deslill:lilas alli ú hl in:,tl'ueei')ll de lo,; alumno;; del Coll'gio
.\1iliL\I', ~. ell la I.al'dl' las ll'a,;l:ulal'oll, pn efl'ctO, mal'chando
tí la ('alll:zlI ,le 1I11i1 !I\llllPr()~a ('~I'illla ,,1 sargento Gal'ría, ~ a
rc,'olll)(~id() l'o!l1n gdl' ¡j,. 1:1 ilhlll'I't"'I:ioll. Ell (j, vo]yió\léll -
dpz \'i::o ;'1 la 1',',illl'lIl:i:l I"(';d, dOllde Ilegaroll al mi"mo
liclIlptl el gt'lIL'I'al l\ndil ) el IIIH'V!) pl'psidrmtr, del Consejo
di' \rilli~tl'n~, Cala! 1':1\ a. (;arcia signifirú á e~te el disgusto
f[1I1' le cau~akl d ,[lIC Vi!),) y lhl'l'in "\yuso no hubiesen
qlli'lhHlú (',1\ el mini:-;tel'io, y, a\'l'oj;llIdo ~olll'e la mesa la (~a­
cl'ta c~tl'a()l'(liwu'ia, eu (\IIC ;;" notaba variado el nomlll'a-
miellto tic mini~tro~ hCl'!t1) el Lí, yen que apal'N'ia dirigido
al mismo Vigo (,1 ,lccreto snlm' el juramento de la \'o!lsti-
tllcion, que no habia si,lo l'dl'ellila,lo pOI' secretario :'Ilgulln
del J)esp:lel!o, aiiadiu:-', Yo no sé cómo la tt'opa lO1l1<ll'ú
))ta1 disposieion, po!'([ue eso de que, l/ill!1'I'IIt!o hecho IIOSU-
»tI'US la rcvolul'io/l, quieran ellmelltlal'no~ la plana los de
)) \Iadrill, cso no ha ¡le ser.)' Carda acompañó á palacio
ti CalrtlravfI y Rotlil, yen el camino insinuó á este último la




:)08 "~ALF.~ m: TsABEL Jf.
recompensa f¡tU' exigia PO)' so alr'lllado, dicit'~lill¡)\r;-,¡ .\YlI
)llos muchachos 1111' pl'oclalllíll'llI) capilall.»


Aenrici¡'lsell' como se pUllo, necesi!úlldose de sn in-
fluencia llal'a hacel' ú los reLeldcs mal'chal' Ú ~ladl'i(l; PI'I'O
ellos \lO consintieron sino con la conl\icioll de I[ue la rcina
Isabel, con su madl'!' y su hel'lnana, fuesen en el eClltl'o tle la
columna, la cual e'i.i!~iel'on I¡ue Íllese l'cfo1'7,aIL\ pOI' los Bli--
licianos de ~latll'id. En vano se les demo~tl'ó la imposihili-
dad de que e5tos, ([e,al'mallo,; como e~lahall, pudiesen ha-
cel' afIuel servicio, y de que \as 1105 reinas y la infanta ea-
minasen al paso tle la tt'Opa. :\0 solo ill>.:i-ticl'OIl en SllS prc-
tensiones, sino (IlIe algull()~ dC;;Jl1nnrla¡]o.~ dclL o I'q;,imií'1I10
asaltaron la casa ('n dO\llle suponian oelllto á San Homall
y le descuhrieran y flsesinaran sin lo sel'eni,\ad (le su (l\le-
ño, y la firmeza del teniente cOl'onel Entceo que, hfliJii'urlo
inútilmente solicitado de los milli~tl'os qoe lll'otegipsclI Ú
aquel gcfe, se encaminó al cnartel de p]'minci:lles, los ín-
tel'esó en Sil fayOl', y logró que se t'llviase ú ~l\ ca~a ulla
guardia para defenderle. _\ In tarde. ('ll fin, ~(' l'cSlllvil'l'!J1lú
salir los sublevallos, lleYatHlo Ú ~II e,t1lt'za al 71'Ill'I',II Hodil.
y marchando alIado dc ('ste el saq!elllo (;:m'ía. El 17, IO.~
siguieron las reinas y la infanta, rI lHWVO 1'1'(',id(,1111~ dl'l
Consejo, el genl'rnl Yigo y los mini,;teos d(' 1 Ilgl:l\ 1'1'1':1 ~
Francia, haLiclltlo fallecido r1 dia nnlel'iol' el "mh:lj:HIOI' di'
esta última potencia. Al paso de la comili,a ]'1':11 po!' Tol'--
1'elo(lollcs, las tropas flue alli se hallnhan e.\igil'I'oll qUl' SI'
detuviese la GoIH~l'nndOl'a pal'n ('11!]':11' ('011 I'llas c)\ 'hlllrid,
él que á lo menos saliesc <lf[III'lIa pl'íll('!'~a :'1 )'('eihid"" al rlía
siguiente. Disl1adióselns cOlllllil ('·;f!i('I'ZO" y :llltol'iz¡lrla ('11
fin la humillada seilOl'a ú contillll,U' SlI viagc, UI'i!¡'):i 'I:ull'id




UBRO OCTAVO.


Ú bis :-;eis de la tarde, V ríase rn sn srmhlante abatido la
huclla (Ic las ofeIlsas hreha~ ú su dignidad durante cien
mortales hor:l~, y guardaban los pocos curiosos (Iue con-
currieron ú la elltrada de las dos reinas el silencio lúgubre
y la C01J~It'I'nada actilud , [\aturalc~ <'1 espaiioles que c['cian
('~t¡l/' a~i..;tien(l() Ú la~ excfluias de la monal'([uía.


Con tan triste ccrcmonia parecían acallados los escán-
dalos dados Cll aquellos tlias; pero, al (le la pompa fúnebl'e
rlcll7, dehía ~eguil', ellS, la entrada ostentosa de los cOl'i-
feos !Id molin. Verificúla d sargento GarCÍa, acompaiiado
:-iempl'(' dI' Hodil, (llIe, con esta det'et'encia, allanó la senda
por dOlld(' dehia sulJl[' al ministerio. J\pena~ se ha-
hia "pendo Garda de su earro triunfal, euaUllo insolentes
retos ;de los engreidos reheldes del 4. o regimiento á los
Ir'ales del :L o hicieron temer una nueva y ma~ sangl'ienta
conGagraeion. Auxiliaroll á los IlI'ovocarlol'es muchos mili-
eiano~, y lo:; (lrovoeallo;; huhiel'on de encelTat'Se en su
cuU/,tl'l, e~eitando :;ll hOJll'o~a aelitud y sus pl'epal'ativos vi-
gOl'o:->os de defensa las voeiferaeiones y denuestos de los
turlmlclltos genízaros. Xo halJrinn ellos, empero, desarmado
Ú lo~ leales dispuestos á una resistencia tenaz, si la íntel'-
YC'lIcioll cOllciliado\'a (Iel coronel (lel ;l." apoya¡1a pOI' las
e1icace:s g('~ti()n('s del llUC\O capilan gelH'ral, Scoanc, no hu-
lliese ealma(lo ú un tiempo á los que ya hacían fucgo desde
';11 ('ll:\l't r!, ~' Ú los (\\lr, con \'('('clo y en (!esórdell, mosll'a-
hall (Ilf('!'('!' asnltarlo. Al fin los esfuerzos (le amhos gefes
l'c<;lahleci('I'Oll OSlcllsihlelllel\te la paz, atlB([Ue la diferencia
f\lndanwnt:ll ('!Jtre lo~ "t'lltirnirlltos y la el)lHllleta de ambos
""'-'!"I:t'ntüs, y I¡l Ot'CIlS¡\,1 iactauéia de los soldados del 4.°,
'iO ll!'nnilif'~,~n necI' eH la :,inceri(\"d tle la l'eeonciliacion.




:310 A;o;ALES !lE ISABEL II.
r;o fué necesal'ilJ estc 1lI1CYO triunfo tic lo~ ~ll¡'k\:\(l()~


pal'a (llIe desap:ll'('cil'S('1I lo~ millistros eompl'orl\dido:-; jlOl'
su firmeza, y los pel'~OIlH¡;e~ adielo~ it ',u~ principios. El
mar(ll/es (Ie\ril'aflores y los dllq\ie~ (le (bulla, Yel'a¡rua y
Sun Cado~ se oCllllllI'on, como blll/'iz, C:dillllO y el dl/l[Un
(le Rivas. Los colegas (le estos lI1illi"tt·os , \lellllez Yi!Jo \'
Bal'l'io Ayuso, no telliel\llo (l'U' teme!', pues desde cl pl'ill-
eipio exigiel'on lo,> l'cvollosos qm' ~:e les eonSCI'VlIse en su~
pllc~tos , no se llloYÍcron, y :\1111 este úllimo se volvió de
la GI'lInja á ~la(lrid sin rceal0 ni illl[lliellHl. lslul'iz fué de 10:-
otros 1'1 post.rel'o [/'](' alnUlIlolló Sil )llll'~:I(), y, acolllpaúado
desde el ministerio ú su casa pOI' Seoanc, sc UCldl¡') ha.'ta
{lIle, con pasaporte y disfl'az dc correo inglés, pudo salit· para
Lisboa, de donde marchó lurgo ú Lól\(!t'cs y Pal'is. Con un
disfl'az semcjante, salió al mismo tiempo para Francia el
cOII(le de TOl'el1o; y, COI1 las mismas ú otras pre('aucione~,
eSCapal'OIl sucesivamente O~llll", H.i\as, Galiallo y .\Iil'a-
flol'es. Este último llegó bajo llll 1l!)1lI1Jl'(~ SlIllllcslo :'t ~,11l­
l:lndCl', (lofllle hallú ('11 un huque in!!!t", la Ill<l~ hell(':vohl :1f:0-
gitla.
Talt~s fueron los hechos, lal(':~ \a~ eil'cun:-laneia;; que


aenmp"ñ:il'on y siguieron la in/llell~a ¡'''plosion ¡'('VOllleioll:l-
ria tjlll', ell PI tl'<lSellrSO del mes de ¡¡go~to df' 1 S:W, pllSil
Ú la 1l3cioll e~paüob al bordc (le un pl'eeipi('io. Plle~, ('n
(an!l) tIlle los demagogos proclamaban uIla COl\qitlleiol1 ('11
tales tél'lllinos i!lC:Oll1jl<llihle ('011 los intereses (kl II'o!lfl, ('¡)JI
los hábitos, las idea"; y :11111 la:; pi'i'/)l'llpacilllll'S del país, y
con la práctica de UIl,\ libl'rtad hi('1l ('IIIC'ndida , (lll!~ ('1\(\,
enm los pt'illlel'os l:t1 ¡'eculI¡)l'l'1' L\ IIt'cl'.si(!<u\ de l'cvisad:!.
I'P('O!JI'flha aliento PI !jefe earlist<l (;()illCZ, 'j, latlza/ldo !lltl'-




URno OCTAVO.


YO grito de gucl'ra en varias pI'ovincias, (llIe I'cconia, lle-
vúba!',c gente~ y dincro , y ocupaba cn :-;n persecucion tro-
pas t'l'islinas <[tI(' , ;1 ha]¡crsc Ill<llltr\nido lides al gobiemo,
hahriall podido sin tltllla algtllla aeah<lI' con los ['c\olucio-
llanos,


Como quiera que sca, IlueilOs cstos del pai~, y de~tilui­
do 1,1 ministerio btmiz, aumcntóc,c el ejercito espediciona-
rio lle Cl)mez con una pOl'ciol1 de homh)'(';'; Ú (!'Iienes inspi-
I'al,a mas miedo, y lllas ~\Y(\rSiolltambil'n, el nuevo lellla
¡)\(('sto :'1 la Irallllel'a de babel n, l(lie el dc alltiguo escrito
1'11 la tic la de don Cúrlos.
~i (Hé ('ste el único mal (¡U e ú la cansa de la reina y


de la libcrtad atrajo la p['odamacion (Id CÓlligo político de
181 J. El ejército sonia, pero profUllllamenlc minado tiem-
po hacia por homlJl'es (llIe Ú todo trance habían resuelto
tremolar (\((twlla fatal cnsrüa, se hallaba 1'11 un estado de
(Il'~ullion y dI' indisciplina 'Ilte \racia Sllllwrnellte 1)\'olllel\1ú-
tit'O d I'e.~ultado d~ los servicios (¡lIe \le él cea darlo espe-
rar, y critica en e;;tremo la posicion lle los homlH'es que le
lIIalHlahan, Cúnlova, en cuyo ánimo ~ este motivo de des-
contento se agregaban Otl'OS muchos producidos, O['a pOI' la
falta de l'ecUl'sos a lllle hilbitualmentl' se le tenia condena-
do, ora por el aumento de poder llue de clia en dia toma-
han los eadistas, o['a por la guerra encarllizada fiLIe le ha-
cian IrlS perilHlieos <le Madrid; Cónlova, digo, que, por to-
das f>,t as 1':tznl1i',;, yeia ll1al¡ml'alla la co~a, aprovechó aflue-
1\a oea~ioll pam dejar el Jlla[[(lo que, aunque ya varias ve-
ces dimit ido, (1) (,()][scl'yalla Ú instancia de los minis\['os hasta




312 A:'iALES DE ISABEL 11.
la llegada de Sil sucesor f[Ue, sCijun imlicacioues (lel misJIlo
general, dcbia ser Espartero. Sin aguardarle, pues, no bien
llegó á sus oidos la noticia de [os acontecimientos de la
GI'anja, juzgó concluida su misioll, y resuelto á no asociar-
se ni pOI' un solo dia al nueyo ó¡'dcn de cosas, entregó el
mando del ejel'cilo al gencral don Pedro Mendez Vigo, que
cm de todos los gcfes de el el mas antiguo en su grado; y,
por Pamplolw y Valeados, se marchó á Francia, reeihien-
rlo en lo~ pucblos de su tráll~ito illC(!ujyocas muestras del
aprecio (Iue lc habia !)I'allgcado su conducta, pcro con el


desconsuelo de Ye\' malogrados tantos ('sfucrzos y sacrificios
como, IHlI'a poncl' tél'mino ú la guerra de las provincias del
Xorte, hahia hecho duran le cl afio que pasó al frente del
ejército encargado de pacificarIas. Pasiones polilicas, enco-
nadas por miras particulares, no permitieron quc entonces
se hiciese justicia á la alta cflpaeidad ue Córdova, ni á los
relcvantes servicios que como gcnel'al en gefc prestó; pero
la historia citará siempre á cstc gencl'fll como el mas cono-
cedor de la índole cspecial de aquella gIlCI'l'a, y como uno
de los mas entcndidos, valientes :r afortunados ('audillos de
la reina,


No tardó en cundir en las filas .lel ejél'cito del Centro
el espiritu de rcbeldía quc, por las del que mandaha Cór(\o-
va, hahian pI'opagado COII sus manejos secretos y COIl sus
públicas jll'ovocaciones los agentes de los cluhs, Así se ,ió
á 1Iollles I'enunciar el mando ú la !)J'imera noticia !file (nvo
de los succsos el .. lí : 1,) de agosto. Ot ''o tanto hizo, inmellia-
tamente despnes, su s(,~lllldo, ~Ol'i:l, El lH'igatlil'1' Grases sc
"ió obligado :'t retroceder ,¡ Val¡'Jll'i:l, : el de igual da~e
Nal'Yllc7., temiendo por su div¡~ioll cl c()llta~io del mal ejem-




LIBRO OCTA YO. 313
filo, ~alió del distrito de Teruel so preteslo de ir a lH'Olegel'
el sellol'Ío (le 1folina y la ~\leal'ria contra las flterZas espe-
llieiollurias de rlou Basilio García, (Il[(' pOI' la parte de So-
¡'ia vagaban: y, (Iestina(lo luego pOI' el gobierno á pel'se-
1o;1lit, it GOll1ez, cesó desde aflue! dia de formal' parte del
cjt''l'Cito del Centro.


Consecuencia nalUl'al de esta diseminacion y de tal des-
barajuste fuó Jlodel' Cahrera, lihrc ya de ohstáculos en sus
cOI'rerías. OI'ganizar nuevas fuel'zas y hacerse aun mas te-
mible de lo f¡Ue hasta eutonces se mostrara. De los euet'pos
pOI' d recientell1ente organizarlos, em uno. y el mas digllo
acaso dc e~pccialll1elleion el fIHe, con clllombre de divisioll
del Turia, reeonia, á las órdenes (lel gefeLlangostera, el ter~
ritot'io situado ú las márgenes de este rio, donde no poco
daba que hacel' Ú las columnas de Gl'ases y ,Vadeta, el1-
cal'gadas de protegerlo. Pet'segnida pOI' estas, sostuvo pues
dicha division riel Tmia aJ¡!lInos encuentros, hatien(lo, e1l
UllO fl'W pOI' al/lidios dia:-; tllYO Ill~ar en las inlllediaciones
de Alclthla~, Ú olt'a rolllnrna tl'istina que, ell perseeneion su-
ya yal,mando del corond d01l ~\.ntolli() Bnil. hahia salido de
este pucblo. Por allUelllJs dias, tmnhien, ol'gauizó d011 José
:\rillan. ut'cipl'cste de Moya, un batallan que se titnló de
Cuenca, en cuya Jlt'ovincia operaba á las ónlellcs do Cahl'e~
I'a, á tiempo f/ue, pcnetl'alHlo otl'a vez en la de Burgos y
amenazando á cada instante las limítrofes continualm don Ha-
~ili() dando ~Ilert'a Ú Aspiroz. Bcmuy, Buerens y Puig Sampel'.
~- ean~alll¡n In~ l1laynt'c~ vejaciones :'t los pueblos lle Castilla.


Ilc:lnintado, ell!r'elallfo, e/ decaido l'spít'ÍLu de Gomez
con la noticia de los t!eslm!enc:; oCHI'l'idos en varias ciuda-
des y de la revolncioll C01l8UIIlaLla eH la capital de la mo-




ANALES DE ISAIlEL 11.


uarquía, e infiriendo de este estado dI.' cosas la indisciplina
del cjército cristino y la divisioll (le los {mimos, (letel'lnilló,
es pIolando e~ta eireun~talleia, illterlllu'se 1.'11 Castilla, lo (Iue
hizo, apOdel'Úllllosc sin di¡¡el1lt~H1 dc Palencia, el dia 20 de
agosto. El 21, pel'lloctó cn Batavillo, ) el 22, en Peiwfiel,
COH la iJea dc ir á ataeal' á Segovia y presentarse en seguida
delante de j1adrid; pCl'O, rcforzada con uos hatallones la
gual'llici(lll del pl'imero de estos puntos, vió el gefe carlista
fl'Ustl'a(lo su intcnto.


En Calalulla, lo mismo (lile en todas p~H'tcs, los ]lI'OllUn-
ciamiclltos dcl]Hlchlo y lIe la tropa en fuyol' de la Consti-
tlteion (le 1812 eontrihuyel'oll podel'osalll('nte:'t «(al' iucre -
mento á la insUl'rcceioH. Los carlistas, lIivididos hasta en-
tonces en purlillas de mas ú meno:-; número y cOllsidera-
cion, volvicl'on á l'cnnirsc, engl'osaroll sns l\wrzas, Sl~ apo-
del'al'on: de algunos pCflllellos fllel'te~, ~0l'fll'elldicl'Oll des-
tacamentos, pascal'oll impuuemeulc clcalllpo de T'lITll¡.joua,
y ocuparon !oteos muchos punlos impol'lanl(~S, Ol'a pOI' la
rir¡ueza de sus [H'oduceiollcs, Ol'a pOI' la~ ventajas (le sn 10-
pogl'afia. A fayor de esLo pll!li(~I'on I cont,\!' con Ilnno~ re-
eUl'sos 'en los momentos cabalmente CH (lile empezaha ~\ lle-
hll'se sentil' notable escasez de ellos.


En Galicia, en AstUl'ia-; y en alguna IlllC olt'a provincia,
cOllÜnllahan fati~m\(lo Ú las tl'Opa~ lIda I'ál(\ é illquietaullo á
los pueblos bandas raceiosa~ «ne, Ullnl¡Ue rara vcz alcaliza-
das y nunca di~neltas, medmhan rl:almcnle poco. SoJo en
la 'falleha, Ofl'(~cif1 hl .l'(~hl'lioll pc1i¡';I'(l~, Cll)'O (':II'úelcl' \'C-
nian ú ag"l \ar la~ lluevas ciren IIslaneias COll (IUl~ en al(Ue-
Hos momentos se iba enmarallUudo el horizonte politico, POI'
las provincias de Ciml(lll-Heal y Toblo, vagaha, eH efecto.




unuo oerAVo.
al 1'1'('11 ti' lit' algunos celltellarc~ de f()l'~lgitlos, el clllwcilln .h1l'a,
I\\l(" hllrlando la pPI'~I'cucioll dl~ los eOlllnlH1anlcs generales
lle aquella, do,; pru\i !lei,l'; y de la de Cú"dOl!ll, adolllle ~olia
de Cltallllo el} l'lI,ulIlo c~tclldcJ' tamlJicu sus COl'l'crJas, !cuia
(l1(,JT,l(lo~ y a~oJad(),~ lo,: Jlnl'lllns de a([udJa \,1sta COIll'\l'ca.
(:Oll "aZOIl, pucs, pOilia temel'se f[Ue, si en Sil 1'1'0) cctada
I'~pl'dil'il)u pClIetl'akl GOll1CZ en la :'\laneha, halbse CJI las
h,ll\lla~ capitancadas pOI' Jara nJl útil y podc¡'oso all,ili,u.
n;'lpido~ y ~11:\I'l}la!¡\c~ progresos l!<leia, Il\l(,~, la guena


('ivi! pOI' tOllos los ,'¡¡nlJito~ 11e la Península eH el me~ de
agil,to de l:nG. El cjército, [l'a]¡ajaLlo pOI' la íil~lJ¡'1' rc\ plu-
('ioll,H'ia y lllilla,lo pUl' la ill~nlionljllaeioll, llabia perdido
parle lk ~ll fl", dt sn enlnsi"s!llo ) de su fuena .. \!Jali\lo
pOI' lo,; l'rt~i\'¡I\I'~ ¡'I,'\'I'~('S, pUl' '" ralla ahsolula Ile I'I'CUl'SOS,
,\ !I0l' las Ill'1Ialidallcs de la ltICha, \cia:ic, sin clIllml'go, cu la
"it'mlll'!' ;qll'l'ílliaute nl'l'l'sida\1 tic contener á llll l'lIellugo
IIsallo, I{lle, d(,splle~ di' J1\ejol'al' notablemenle Sil caw'a en
1:1.- lll'(J\ill:ia~ Ya~cIHla\;\i'i':I" :- en las (le ht anli;)ua co-
l'Olla dl~'\¡-;¡!.!Ufl, :\I';t!,:t!¡,1 di: Ill'\:\i'\a i)uerl'a Ú las ([;o Cali-
eia, .\~!\Il'i;l~; \ L¡~lilb, ) Lllllcllazaba 1:1~ Ilemas ile! ¡,('illO y
hasla !:, I'l'siill'lIL:ia tld IlWll'\j'('a. :\lieilll'as lanto, el partido
lillt'I'a!. 1l1;1~ divillillo qlW Illlllea, sc entl'egaha ú ('~e('~os al-
talllclllc \'il¡lpl'l':thk~: :l'l'sillados algunos dI' Sil" ci!lHlillos,
t{'nian oll'os que I'~Jlatl'i:II'';{, por e\ ¡lal' igual SUt'rtl', y los
\ í:lJ('ctlores humillalJau el [rono y lc imJlonian con la pUllta
dI' i:¡~: ba,\ 1lJ\l'l,IS le:('~ f¡\le estallan en de~aeLll:rdo rOJl lo:;
IJI'()!,m:-os di: la I'í\ iliz:H'iOIl )' In,.; illll'I'(':'('S (le Hila lihertad
hien l'llll'lldid:1. T<l1 t:i';¡ el c\latl¡'o qlle, inmediatalllente lh'~­
¡¡lIe,; de' los Sllee~o" de la (; I'all.ia, ofI'l'(;ia la ~iluaeion del país.


FIX DEL L1BHO OC'L\ ro. ,,'i-""'~
.,:i->,'-"






"'PE~DU'E ~UMEBO t."


DISCURSO


QU¡'; mI u SF.SION RÉGIA PARA LA APERTURA DE LAS CORTES
GE!'I'ER.\LES JlEL REINO, PRON¡;NCIÍl I.A RF.INA GOBERNADORA
DOÑA ~lARIA CRISTINA DE BORBON, EN 16 DE l\"OVIEatBRE
}1" U;;~5.


ILUSTRES PROCERES y SE~ORES PROCURADORES
DEL REINO.


Siem\lre me ~erá grata la reunion de las Cortes que, de acuer-
do ton e gobierno de mi augusta hija, han de deliberar sobre las
cuestiolles ma, interesantes al bi~n ~e ~a nacion y del Estado; pero
Illlnca Illa~ ljllC ahora, cuando Imnclpla unanueV3 era de reconci-
liacion y de patriotismo. Mi corazon se complace sobremanera con-
telllpbndu la lealtad y sensatez del pueblo español, y concibe la
fUllllalla/;;p\\l'anza Ile ver terminada~ f~n breve, ]lorlos sacrificios de
psla gran Ilaeion, las calamidades de la guerra civil. Tengo la ma-
~ UI' I:onl(llaeencia en espl'csar ante vosotros ~entimientos ljue me
SiJn tan u¡xradalJlrs como mUllre de IsalJellI, y como reina Gober-
nadora de J~spalia.


lIe depo"itadll mi confianza en los minÍ,;tro,; (¡lle veia honra-
uo~ con la de la nacion. Si los representantes de la monarquía cs-
palíola, que ro(kan en este Illomento el sólio de mi amada hija los
fa\oreccn igualmente eon la suya, esperolque, sin nuevos emp~és­
titos ni aumento de contribuciones, se hallarán recursos, DO solo
para terminar la guerra de los facciosos y hacer frente á las demas




:11R .\:-;AI.E~ nr r~,\HET, 11.
'ilJli;r;¡cionc:i del E~l;\lI,), ,illli 1:lIII],i"1\ P:1i':1II1"¡OJ'.1J' Id "111'1'1,' d,' ';1],
acredo!'l'';, ¡j.;j 1I,lciull:i1,''; ,'UlllO ,·:;lr:lll·.:!'I'Ii~. V ¡'111\llar ~,lJlir .. J¡;bl'';
s(¡lida~ el n\'dito JIU blie". '..


Lo; soberano,; ,;ig'nal:lrill:,.H ll'al:ld'i d.! la (;1I:1IIrllplo ,\Iiama
cutllillllilll d;tlldoll)(! prlicl,:¡,; I'¡<[,,'lid,¡.; d,'';1I adh,'.,;iulI al,,,, p:·illci·
pio:':l L'()ll~i,~'llado:-; t'll ('11. jll't':-:Llllrií!"'\';: ('Ií;H~!(j ttlj ~()hi{\rll:)jlll.,:{~ r;l··
vor¡¡I¡l\' ¡¡ la ,;¡1I1a C;IIl,a IltlC dC'¡'''lld',IIIU-, .\ c:'le lral:lIl0 del)): IlIi
aUf!II,l:1 lii:a lu- CUilll[i,,:,U, all\i!iu:, de ilrl]];!.; 1 1IIIIIIi1.'IiII1"" IJI'".;-
ladq~ i)¡lr:l ~~(l:-:I\~ll('r -:;u lrono por fnj ;HI.~!I:--;, ;diadq el j'(lY d(\ 1:1 {; j':lfl
llr('!;1I1:1, y la aulorizClcioll dada pUl' at[lIcl 2,ulJicl'Ilo Ú 'h; ';\lIIIIIIIJ,:
illgk:;es paril IOlll~lr las él!'l1\,('; '!ll ,;u <l1'I';'II,;a, 1-'i',,! a la Il\i';,I::1 ,,':11'"
fed¡'r.1ciulI, el rey de lu;; lr:Jli',:C<"';' lIIi ¡lIl~:lblu lio, ha :lul,)ri/:¡dll
tamiJicll la Ira,;I:lciolJ dl':,dl' \'h ('(,,,Ia, d,'\l'l il'a ál.,il;tilll'I,' de ("':1
lc~ioll c-lrill:gera fjUl' t.11l (':il'llcÍal.", é('ni( iu,; II;¡ l'illJ'I'/.Idq 1,1 a
hacer 1\ 111 U' , l ra j l;,ita call~a, 1 gu:Il(" I'l'''ultadlh delwlIlu- (':'Pl.' 1',1 r (1<-
hl cOIlI'llrrl~llcia di' lu,; die!. IlUI Jlurl UgIIP:ii':" Ij 11(', :"'gllll 1,1 ce"l \ ,'o.
nio 111'('111) con S. JI. F" Illi lllUy :1IlIada pl'lllla, l ('U1110 l'\J11';('CII':1I-
cia de aqtlellraladu, ball CUlllClli.lIlu yil a elllrar en 111ll'''lr" 1,'1'1'1-
torio, :-;:-;, 'DI. el C:llpi.'i'cltlrll' d,'l Bi:¡,;l, 1(" i"'~ 1''; d,' lJiJl;llll:lr.-;¡,
Suecia, lklgica y Grecia, y 1:1 rejllliJli"l¡ di' 111:, i';,;I,IIIO';--\lIidll'; ,J"
Nurle-AIHcrica, consurYiUl con nO~lllI'O~ la jll', rl,:,t a \\;)1\;1\ ~ í!!lli ... -
tad que C()nSlallll~lllentc nos hall pror('-:lIlu ~(\,':-:lra,; 1','\;I,illl\(:'; ('tI!1
otra,; potellcias :iUII cOllfortlll'S Ú la lin(',1 ,:,' \,ulilic;¡ lInl.' ,¡glll'il ItI-
da\ ia su gobil~l'llU~, y ú la di(!,Ilidad (\ '1lt!l i :},:id dI' 1\11\': .. 11'
nacio]),


Se han enla\¡I:III,1 llI~gul'ia':lUnl''; el,.: !.I:i ]-;.[;\:1",; ¡[(' 1:1 ,\III"¡i",
espaiíola, y h\~ rl'l'ido I'lJIIH'llil'lIlt':1 Ill'; illll'I'I'';(''; di' la 11:1,'11111 l' d,'l
trOIlIJ, y muy propin di' la clJll:iailza Ijlll' IJlI) ill:'l\il'illl 1;1.'; I:lJl'll"
COII:'Il!l:lrlas s()lln', llllllcgoein de lallla i;llplll'lalll'ii! \ 1 ril.';¡','III:" 11"
cia, ~alnl la prerof!ati\ a di) la CUrOIl:l,


La Jiddida..l dl~1 \ ali.'llle I'J"'l'l'il.) d,'. lIIi aU¡.jll-ilil I:.ja, ltnlil 1'1',)--
Lalla ell las alll'l'ualil a,; di' Lt ('('lid :~llrrr,l di'! ~,lIrt,', \'';(1 adlil\-
sion constallk á la causa n:lCitlllal,' son sU!lCriol':':-' :í [()do clliciu;
haste decir que ha :;ooilcllidu dir;ll<llill'llle el lllJlld,['(' de 1',j(;I',:'llll ,'"
Pililo!, Han "idll, ]l11!'" .ill:;[ns y Il1rrl',:i,lo;; 11):; lil'lIpli,'i():; qlll' 11' hl'
dispensado, aillH¡UC infJ'l'iDl'e.; il l1li" dl"I~iJ:i pnr \:: 1>lrl'I'III\/' di, 1::.;
cirennsLanci;!:s Solo ha~ IIIlO q\l(~ ,kU'l !lll~ ,·ot(J~, y tI"; h el"l'c¡' OH
de la casa 11<' 111\':lli,lns, ;,51:1;111'l'i::lil:I:I,) di"llU ¡Ji' \111,] IIll'i"ll I'.:!ll'·-
Jica y guerrera, .


La nc('('.sidad llrgrnlc d,' il'rdlilur COl! prolili[lId [;1 ~'III'I'J'.I I'i·
vil harú crecer I,lla, ~lIa di! los lílllirl'~ (]rdlll:l~',¡'h 1'1 ('jl'\'I'ilp" ;¡¡¡-
Illctll:Llo ya COI1 ¡¡b tUI'rz;¡, c,;lrall/,'r:l" all\.III.II'I':;, ell\ il \ "1,,;, \
cscek:lil' 'di';l'iplill:l illl1111111'1I la,; !1:('.Il1l"'; ('''III'r;lllza" E'! -,ln:li"I;'
serú ;.;rande, illlllljt\(\ il!O-llIl'lILIIlI'O; jlero I;! ",II;¡[d;¡t! COll qllr~ se Ila
di;;pul'sto ('1 alh[;l!ni, nlo ha .;i·l,) :¡pl'ul):¡,!:¡ jI:)1' ¡',li1 11.1,'il\lI, illí1i,!:il
esencialmeule de la jlb[icia, L<¡,; prlll'),ilS d,~ ('lli ¡¡-iil"1I10 y dl'''prCII-
dimienlú que 1'l'.ci!J0 diariamcnte de I'JlLI:i la;; eLI::,"'; lid E-lado, dc-
IlIll1':,[ran que para los eS[lililul03 nada hay anlll') ni ('()~I,)'i), ('II:!II·
do se trCltCl dA deft'llller ¡ll trono y la [latria,




,U'ENnICE NU:,\[F.RO 1."
JI<> li'nitlo [l01' clln\'l'uienle llar á la parle de la uacion at'luadJ


en ddI'IlS,] I \¡o 1 Úl'dcu iutrl'ilil', y 1ll0\ ilizada en ca:;o ncee;;al'io para
el ,;l~\'\ icio adil o, elUOlllhl'l' tll' (;nal'dia nacional, qne pan~ee (~,;­
Il\'(,~ar con lila, ('\alli!II:I 1'1 oJ¡jl)11I Ik tau ,;lIndahli> ilJ;;lítucion: su
reglallll'nlu uec(~,;ila di' alp:lll1a.i IlIO:lilil'aciIHJ(~'; '1110 ,e os propon-
drÚn.


Mucho.; J¡elleIJj(;rilo~ l'':jlaiíilll~:i, lo.: IU:1:' dl~ cliu:i ill;;Cl'ilos on
la (illardía .\acioJlal, hall d:lrlu leSlilJlUlííll ¡'OU';iL o:lll,,;re del palrio-
lislJIIJ qlle éll'llia 1'11 ,11': l'Ol'a7Onl's. Yo 110 podía uhidar tan nohles
,acl'iJicios; y asi Iw Ili'IJll\':'lo Ilue las ]¡(¡erfanas di) los que haY:lu
pcrocido ó perezcan a lllJlllh de los faCclO:i'IS, YÍL'limas de :,11 ¿id·
!lC'"ioll Ú la ea \Isa tlel trono k:-;ilimo y d,; LIS libertades palria~, ,('illl
eduI:adas ('11 el colegio de la Uniol/, llornlJre que Ille ha pa\'l',cido
cOIl\cniente, pllc,;tu qlle la epoca du ;O,U rlllldaeioll es la misma en
que ~l' reuncn y reconcilian lorlos los Y0rdadct'll:o 1.','; pa !i IJIl's ,
Trc~ proyectos dc los mas importallles se prc,;cutarún ú nlCS-


tra tIPlibrra¡:ion; rl rle rleceione,.;, hasa dd gohierno rrpresclltati-
YO; ('1 de la lilil'rtarl dc la illlprellla, (liJe es su alma; y el di; la re,,-
jloll,:¡ililidad IIlini,;lcrial, (jUI' t':i su COlllplclllelllo, 8,;1'g'lIl'ant10 y al
11Ii:'ll1t1 til'IIlPO haciendo compatibles la ill\iolabilidad del lllOllarca
\' ¡ " dl'l'l'dIO:i de la nacion.
. \;II'ill': dcnl'lns úliles"e. han cireulado Jlor la seeretaria de
l!;¡ril'ilila, sciía]atlamente el que tiende á disminuir las condena~
por r;\u,;a,; de elJlllralJal\llll, y (¡\le es tan grato á mi corazon,
pl)l'i¡lln ,;u objdo o,; ali\iar ínfortuni()~, y restituir á la sociedad
1I1l11'llll:i brazo,; útiles, cun provecho de la agricultura y de las ar-
Ir,,;, ;; 110 Ilwll:;r velllaja de la llloralllllblica, _,las no ha sido po-
,iblp formar todal ia un plan general de este ramo yaslísimo. Es-
pero 'lile alltoricL\is a mi gobicrno para haccr en ¿Ilas modifica-
ciOIl(''; q Ill' COll\ I'n::;an, y que le pongan en situacion ele presentar
á la~ Corle,; venidera,; 111\ ,;i"tellla completo de administracion de
Hacienda. Cuando ,;ea cOllÚI~idl) ('[ ingre,;o de las rentas Cjue pro-
ducen c;,ta~ modificaciones yel total dfl lo,; gasto;;, así ordinarios
como extraonlinarill', S(' presílularit el preSllpncsto con la exacti-
tud dl'hida, la cual, nlellllidas las circullslancias actuales de la ua-
CiOIl, (', illlpo,ible nrilicar en este mumento. Creo it mi gobierno
di;:nl) de (''ila c:)lllianza: il la,; Corles loca aplicarla en 105 casos que
rOIll (,1l~;L


En lol orden jndicia] han desaparecido mUI~hos ahnsos, y SI'
ha l':,laJ¡l('cillo un ,i,tl'ma n'gular y uniforme en la mareha de l()~
triiJllllales. Cl)nlinúa lrabajillldosc con celo y teson pu la reclaccioll
di' JI), nue\ lle; cúdi:-;o,; yen el arreglo del clero, cuya junta, COlll-
]llll',:a tle jlrela:!:):; y dI) olros inili\iduo~ llcnos de virtudes y co-
llocimilólltos, 110 ('(',arú en sus trahajos hasta completarlos. Se os
\
lrpO'pntaril 1.111 proyl'clo de ley para lijar de una manera decorosa
n :;llI'rl\' tic lo,; l'l'glllnrt·,;.


!l('IJi'l11O, dar gracia,; ú la divina Pnnidcncia Jlor el buen es-
tado dI' la salud púlllica, y por la co,;echa , sino coln13tla, á lo me-
nu' "uli<'it'IlIl', de e,;te ailo. Las Cortes podrilu enlerar:;e de Cuanto




320 AXALR~ mI I~Amlr. 11.
,t, hil heeho y se medita liare\' en l1latt\ria~ allInini,I('rttivas ;í fa\'or
de los pueblos. A e~tas materia,; pl'l'lcnrCt'1l la urganizaeion lk I()~
ayuntamiento,; y (1\'\ la,.; dipltta('i()tH~~ pro\ inciales, UI1 I1\1C\'O I'l'-
glamel1to de gohit'rno,; ci\ ile~, pi caraetcr tllunicipal y popular qm'
se dará ú la pulida, latle:;trucci<Jlt di) IO:ilJlJstaculo:i ylrabas lIUC,;tl
han opuesto ha:ita ahora ida libre circllladon (k las per:ionas y p;é-
neros de un punto á otro dc la tnolwl'iluía, yen tin, las lIJeJura:i
hethil:i y proyectadas en el si,.;telll,l de cll:icIlauza, para CII ya per-
feccion ninguna suma me pareeerá l',,('('si\a.


Lo,; bicnes de propio:;, los munte,; y los pu,ilu,.; hall Ilallladu
pnrtieularmente mi ateneioll. ~eo~ presentará una laypara la nua-
genaeioll de los prllneros Gombtnada de talll1anera que, :;in dismi-
nuirse los precios de la,; tineas ni parj 1lI1icar,ü lo, pltcblo,;, ]lnedall
tal vez lo,; produdo,; de su,; \"Cilla, suiJyellir :i lodu:i los p;~¡,;tos del
sistema de camillos y canale,; q ne ha tle plalltear:ie l'U curio HU-
mero de aIlos y que, fayorecientlo 1'1 trasporte y el cOllll'rcio, daril
valor á los frutos y por CO¡beeUellcia :í las tierras, cuyo pre(~io ,p
habr:l aumentado ya con la lllulliplicacioll dl\ los regadíos, La ri-
({ueza priyada yla del Esladu crCt:eróu il,i PlI !lIla r;lpida pr¡)!ir,:-
SlOIl, y lus lllene,; naCIOnales, a1eclu,; a];l eSllllCIIJ1l de la dCllda PII-
bliea, poclrán \enderse t~on la deiJida e"lillla,,:ioil: 1I1urllil lila'; "i
los pósitos, cOIlserYando, siempre su anlip;utl y bl'llI;n¡,O de,;lillo,
sirven tamblen de base a los bancos de JlI'III'IIlC/(l, llUt' "e [orlllarall
para favorecor las cspecnlaeion1l5 indu:itrinll'';, y elltr!' ella~ la llUI-
Importante por sus eOllsecucnetas ¡Jubile,.,; y jlrt\ad,b, !JUI' e- la
compra de los bicllt',s nacionales. El glllJierllll, ellll\'i'lIcidlJ lh~ 'lile
nunca es buen administrador de esla clase de' projliedadl',,;, s,~ prlJ-
pono, con la concurrencia de las Cortes, poner en renta illnwdia-
tamenle tollas las que se hallan ahora en ~Il poder, ~. IlJel,l,; las ij 'Ii~
por ip;uales causas puedan pertclll'eerle en adelante.


Al sistema (le comunicaciones, q Ite ns la prilllcra nccc:iidad d!~
España en el ól·tlen material, Sl~ retlcre el eOIl\'i'llio que lte con-
cluido con S. }J. Fidelioitl1<l sobre la na\o¿;clcilJn del Duero, y que
se hará estcnsiya á la del Tajo, 'liño y G uadiana.


Tales SOIl, ilustre:; Prómres y seiíores Procura¡]lIrb Ilel Hl'inu,
las euestioIlcS ,{ue hall de SllIllrter,.;l,);\ Yllc,;lra dl'lilll'r:ll'iull D(, 1¡1
lealtrlll, patriolismo y s:lIJicluria q 111' o,.; distinguen, ¡"pl'ro In, 111<1';
felices resulladu,;. El gollÍl'l'IIo n'pn':il'lilali lO c,: el t¡ nI' lila, con-
,ieHe a la ci\ ilizacion actual: I1li illl('!J('ion I'S qlll'. e:ila nacillll, tan
di"na de ser libre y feliz, ~tJCü las liiJerlad(~, ([11,' emanall dr' alJ"('1 r()~imen, unidas al urden público, cOlldicion lll'ce:iaria di, t"da ,,1-
cj¡"dacl humana Grandes sacrilicios ha hechu \ c(llIlillúa hari('II,Ju
este [lucblo magn:inimo por ;;ostI'UeJ' el tt'OIlO, líe Illi <1l1gll';I:,1 hij.l,
Mi numbre esta aSOCiado, qUlza Iwr una ]larllelll;}r dl'IJlhlCIIlII dr'l
cielo, á e,los generosos esfuerzo" y yo (111 1',r:IIS;lIt' lamputo ni
desvelo, ni sil(:rilicio alguno para q lIC rccibal! IIJ" l',paiioles la dig-
na rcc,ompensa en la eotlsolidacion de ,u lilJcrtad y de ,\1 \ l'nlu-
ra,-Yo la reina Gobel'lladora,-Eslá rubricado tlela real mallO,




CO\TfST'\cIO\


DEL ESTAME~TO DE IIXSTRES PROCERE::; DEL REI:-íO AL DISCUR-
SO PRO~H;'\C[AnO POH s. ~1. LA HEI'\A GOHEHKADORA EK LA
SESION REGIA DE 1 G DE ;\O\'lL\IBHE DE i 83i:i.


SEÑORA:


El Estamento de Pr(¡cere~ del reino se presenta á V. 1\1. á orre-
cer rlP n\levo á sus pics su fidelidad y su respeto, y al mismo tiem-
pu Jos sentimientos de la ma,,_ vil'a y pura gr~tilud.


Scgund:l Irz ha abwrto ,. l\f. el .-;¡!lluano de la representacion
nacional; y otra n'z ha malllfestado alll la benevolencia y coulian-
za t[lIC la auiman húcia el puehlo magnánimo l(lHl gohierna á nom-
bre de su hija la reina lsahel !l, nuestra señora. La lealtad y sen-
satez de los españoles, como ha manifestado V. M. solemnemente,
son ,;in duda grandes y ¡ulIlliraldes: pero no lo son menos la gene-
rosa disposicion dd únimo de Y. 111., Y su nohle teson en llerar-
nos por el call1ino de la librrtad política, que su augusto dedo nos
sdialú en un principio, y ele lo, ;)(klantamientos so!:iales que son
cOllsiguiellles {¡ I'lIa. A esta :ntima llnion ([r, Y. M. con su pueblo,
no hay dificultad (lile St~ re,'lsla, nI e,lorbo que no se aUane, ni
triunfo que no se facilite. ElllluIHlo político, que nos consideraba
ya perdidus en el torbellino de nuestras pasiones, ha visto con ad-
miracion, v :wa:iO con asombro, que la ,"oz de V. 1\1. , oida eon entll-
,ia".lllo a';11 cllllledio de la agitacion. ha ,ahido serenar las tempes-
lade:; y sutrar la magestad del trono y la libertad del Estado de la
des[¡echa horrasca que rOl'l'i all.


E! Estamento congratula a Y. ~1. por la halagüt~íia esperanza
l(uP nos presenta, ele 1I1le, sin l'l't'ul'I'ir al ruinoso arbitrio de los
em\m\stitos, ni :i un doloroso n'cargo rn los tributo,:;, su gohierno
hal ara recursos para acabar eOIl las faccio]le,.;, hacer frPllle a las
atenciones ordinarias del Estarlo, mejorar la suerte de ,liS acree-
dores, v consolidar el er{~dito. lJipna es tan grata y hermo;:a pel';;-
pediva del gobierno, en ((uien V. M. ha depositado su contlanza;
y el Estamento contl'ihnin t:on 10110 ahin(~tl, en CU<lnto estl~ de su
parte, al cumplimiellto y rpalizacioIl de esla magnífica promesa.


No menos grata" y ya realizadas, se ,en las consecuenei<ls
del tratado ,le la Cuúdruple Alianza, en la sillcera v útil coopera-
cion de los aliados de Y. ,¡. para sostener el trollO de nuestra rei-
na contra los embales de la faccion. El Estamento de Próceres fe-
licita igualmente á V. M. por ello, y 110 duda que la sinceridad y


'1'mlO lll. 21




AN.\LEs !lE IS.\RET. JI.


eticat·ia de ésla rilo(ll'racioll Si' drn ~l COIlI)('(~r cad;lllI;¡ 111;t,; con
H>IlI:1ja Illle.;tra y con e.'carmil'nlo ¡)r llllP.;lrllS enl'llliglls.


,\ I del'ol"ll y dignidad del trollO tI<' \ 111',;1 ra hija, 1l1} nWllll- 'Illt'
i, 811 lirilleza, l'llntrilJllyc lamlJirnla hnClla inlcligpucia en que ,.:,'
halla el goblerllo de ,. ~1. con los E,:la¡Jo,.; qlll' han rceonol'i¡Jo ~l
l~al.H'llI, y dl~ cuyos gohierno,; conlinúa r. M. reCibiendo 1l11le5-
tras de <)llhe"i',n y ami"losa ,iIJlpali;l. 'Ianl¡"ngall:-;e en hurn hora
los dl'rnas en la IÍllca de "U5pCIl.-ioll poliliea qllt' aduplaron 1111:\
HZ; pero, Y :\1., ftielte con la kallad dI: Sil pueIJ!o, fuerle con l(Js
principio,; de gobierllll l¡ne ,igne, tan conformes COIl la cililiw-
ciuu europea, S1brl t;uardar con esos Estallos la circun"[lecciIJIl y
el decoro (l\leeUrrC~p"lldcll á la gralllle nacio\lI\IH' v. ~l. gubi,'rn,i,
y csper~ra con una IIl1hle y Iranquila seglll"ll ad el IIIUlllenlo (~n
'Iu\' al tin, cllgall a rl',r,lllu\"('r \;¡ legilimidad y la ratUIl.
:'\~cesario na ya ([Ul' S(' lel"lninasl'n las r!cs;nI'IH'IlCias que 110,.


separaban de nuestros herlllauus de ,\mérica, y unir otra HZ, I'lJ
t'lmodo qne es ya posible, los lazos tI!; la IIwtrúpuli 1',;I¡aI-iolil, con
las qlie en otro tiempo I"lIeroll cololli;¡s suyas. \". ,1. se ha dip:na-
do decirnos quo, para consl~¡ruir (~,;te laudable ulljdo, se ]¡;11l I'lIla-
blado negociadone,.; 1'011 :HIIWllos nupyos Esl;ldos; y en prlll.'I;;¡ I~'
la cOlllianza que la, CDrlp., la inspiran, se prOpOlll\ eOllsullarlas sl)[¡n)
Ull Ilegocio de.tanla illljlllrlalll"ia. El E,;lallll'nlu de l'r)cen'~ agra-
dece esla llIueslra de aprccio 1(111'. Y.'\1. le dispell,;a, y clillcurriril
por su parte COH la mayor. sati-f¡¡crioll á que se lkllcn las lllira~
justas y nobles tle \. JI., clfr;lIla,;, ,,'11 dnda, I~n q\ie e"le paclo lk-
sendo <le COlwllrdi,l haga r(~\i, ir y rdlll'rll' los \ illclIlos Illorall':i
que nos unen con aquellas rt'gIOIll''', l que las \('Iliaja';l'oll,l:illlt',;
y recíproca, tlUI' de ellas r('sulll'n cOIl.;olidl'll y ¡;l'r¡Il'IIÚ~1l la re-
coneiliacioll de los c,;pafíole" de allll)l}s 1l1UI1IIo,;.


Grande,; son, aunqul~ no ¡J!'"iguall's;'[ :-'11 IIH'rilll. y pI,r lo IIli,;·-
IDO juslos, los elogios d:lIlo,.; por \". i'l1. all'.iI'l'rilo yalil'I¡{(' y Il'al de
vuestra augusta hija. El E,lallH:nto (k ]'ron'n's UIH: 'u \ oz ("1111 la
de la nacilln toda, ;1 tan merl'cido ;¡plau.,o; ) :ll'ltllljlalia :\ \. :\1. l'lI
estos senlimirntos de agradccimien to y de alaballza ,\ i lllCllOS ,k-
jará de cO/nenir en la nece"idad del eslraunlin;1I"ill a\\IIII'I\I(I ljlll'
V. M. se ha propuesto darle. La naturaleza lk la gunl'a Ijll(' SO-:I'--
nemos. y la~ eirCllll,;tancia,: l()tak~ ljlll' la al"lIllll'ill-lall, C:l.lgt'll (':.Ie:
acrecrulamienln para que ,'11, 1](,1"I'lil:O'; l'~fll('l"Z()" "1':111 COI"IIII:\tlil"
con IIn {'xilo pronlo y 't'1I1Ilro:,0. A la Iidl)lil!;ltI y t11'l·j.;iou e,pafioia,;
no e,; pelloso sacrilicio al;.\lIllu cuaudo se trala (k JlI,III!I'IIN ius de-
frcho,; de I~aj¡el TI v la lilierl;(t! del Estado. l'ruclJanlo incoll!t':ila-
bll.'IlI!'llle la proulilllll COI1 que en todas parks ti!' prl'~tall lu,; JlIII:·
bIliS al "lIrleo I1li!'.tar, y los illllUnll'r;¡ldl'" donati\ o" flll(' di: III¡\;¡';
la!; ela~es y lodo, los dias se pl'l'''l\ntall en ofrellda ,IU[I' las I-(rad:h
dellrollo; en (,:ila hourosa Jlorfia, 11):; I'Sjliliioll':' salwll, mUlO lallla:;
"('Cl'S lo han hecho, moslrar:,!' 1111'110.- ,1\;U·o, di' sall!'l"f' y de dillc·
ro que codiciosos de honor y dp laurele,; .


..\. la recolllcndacioll de las \ irtlldl'.'i gunrl'l"as. a~lJl'i:1 Y. JI., la
idea de. la, recompensas que ha dado y "e prlJllIJne dar ú (a Il rel,,·




,\ pF.~mCE ~mIERO 1 .. 323
,-,ml(', ,nl'ncio,. 1,:1 ea,;a rlt~ 11l\;\lido~ y f'1 enlí'gio de la [JliOIl,
¡)J"o)eélados por Y. :\1., 1'1 príll¡l~1"O par;¡ ;¡,i!o dl~ lllÍlilares illlposi-
IlilíladiJ', el se~lIl1dudc hller]";lIla,; Ik c';P;¡:"lil!,''; IIIH' hayan ~id(l \ ir-
tinla, de los fan:ioso", c'pcclallll(~lIlI' lo" qlll' pertellezcan á los
ali~ta(]os en la (J lI~trllia 'i.lCtúllid, S01l p('lb,nllll~lllo, grandcs y be-
nr"'líl"I)S, .Ji:;II:)'; 111'1 g,'IH'ro,;o corazol! dc \". JI El EslanH'nto dr,
Prr')('crc,; ltú PUl'c!I\ mt'IlO" rJ.> ilpl.\I;,:írlrh, COlltO tud!! cuanto pucda
coutrillllir al hollor y len!;)Ja .ID lo,¡drf0Ilsol"l\S de la patria. Espc-
ralljO';. SI,1]1I1' a,:cgllrado,; ClI CIllllClIlos ,;r!lldos de COlll.odlllad y
alllllldallclH, 110 prescnten estos eslableClllll~lItos las dl/¡cull<ldes
!JI\{', ,;(; hall p,;perilllelltado en otro,; de su clase; y (fue el bienestar
yel agradecimiento de ';l1S alumnos añadan con ~llS bendiciones
("qe llUe\-O ti ¡ubre al allg,usto nOlllbre tic su esclarecida fundadora.
~o contenta con esta delllo,;tr:H',ion de intercs para con la Guar-


dia 'iacional, \. ~I. pien~a hacer mejoras saludables en su organi-
Zi1Ci,I\l, q\lt~ GIIlltnbuyan a ele\ aria a cuanta perfccclon sea posIble.
Cualldo Y. ~l.lo ordene, Sl~ ocupara el Estamcnto de cilas y COll-
tribuirú, pnla manera IlllC su celo y luces alcancen, Ú (fue se rea-
lin'lIla" llIir;¡,; de Y. ~I. rc,pcclil de (',ta importantísima illSlilucioll,
:lpoyo ",.cllcial de la Itlwrtad [Il1bllca y del orden.


elln i(2;lIal r!P6I'O que re';J1etu, aguarda el Eo,talllclIlo la hora de
delilwrar ,;o\)re lus t\"l','; proYI'r:ltJ:i dc ley, que puedcn considerarse
COIlJO el objeto principal de la~ 11I'e,;cntcs Cortes, Con estas disposi-
ciollP:-i lcgislali\a:-i (',; tic cS[lnar que aC~lbe de call1larse la illlpa-
cienl:ia y anhelo lit'. lus espafíole"por !Ja:'I~'; fllndamental",; 4UC ,l,;¡~"
(2;Urt'll la iilwrtad política, a !JUI' \. :\1. 11l,; ha llanwdo, La ley cjec~
toral dar:1 el CIH:lIll"hi' dl'lJitlo ;1 j:l \"I'jJl"l'3clItacion pú!Jlica, y forma-
rá una trilJlllla parl:1l1ll'ntana ¡;dpal de e::presar todos los intereses
y ner:l',;idilllc,; IJ<lciunalc,;. En la dt' lilJl'rLíd política de la imprenta
,p mcollocl'rá l' Iljarú el leg,ílillllJ pjcrcicio de un derecho, (¡\le e~
cOlldiciun prc,tj,;a de tur!1J l',,;lado li!JI'I~. La úlli\ll<l, el! lin, rdali\ a á
I:~ IT:ipOII:-iahilid,¡rI mini"terial, lllallifl~'t:¡r;i :1 la Europa toda l]ue
"\. ~I. qUIere d gollll:rJlo reprl'';I~l!tall\O 1'011 todas sus conscc\leu-
I'ías; porque uomle lo,; a~l~nt(',; riel puder 110 ;:on responsables ante
la nacilill de UTl modo po;;iti \ o y SlIlCllllW por lo, ados de su autori-
dad, la lihertaü C~ una quimera, el gobierno rl'_prI',l'lltatiro una
ilu"ioll los 11Iílli,;lros :iun rne-;, lo,; ciud;lIlallo,; c3r~la\u,; .


. ~() '¡~,; dc,.:c.onocida al E,;lJI1I1'1111\ de l'rúl'cl'es la dilícltltad suma
que en\ul'lI e la prunta fUl"lIlill'iol1 de uu plan completu dI' Hacien-
da, y Jlor lo mi:,LUo no e,;tralla I¡ue 1'1 (2;oiJil\rtIo de Y. JI. ~e hara
ah"tl'llido!le prc,;enlarlc ahora. Cierl.llllellll' esle ramo \'asli,itilO
\lI~ce,;ita tle reformas y lucjora,; prontas y radicalc:i; tauto mi),; di-
fícile,;, cuanto es mas neee,arioyroceder en ellas con circlln"pcc-
¡;iOll y cordura. ;'>\Ilc,tra S!llla<:IUll, a~l respecto de uue:,;lra deuda
e'i\er"lOr como lll\ la 'Intrr"II)\", qUI~ q\lCtló por arrl'!_;]ar Pll las Cortes
pasJtla,;, 1I11~ prcscrilJ0 llllH:]lü ¡Jdcnilllicuto y [('';cn a para que no
de,;tl'llya\llu,; ,in haber cdiJicadlJ ante,;. ni el crédito padezea dell-
Irt) V fllna por innoy:)cioncs sobrado aceleradas. No duda, señora,
el 1~"lallll'lIlo, YÍ:ilas la~ IllC(,~ y l'sprriencia que asisten á Yllt-'slro




321 ,\SAU:S J)E lSAIlEL n.
¡;I)llit~rnfl, 'lne cn la~ modificaeione~ qlle intenta f'n rslP ralllll. Pll'
ceda con la eautela dehida, yljUI' ,;ahla unir fl'1izllIcnte la rnsollll'iUII
con la prudencia. Y. M. le juzga a{'rl~(~t1or ;'1 ¡¡ur ~" I(~ dú la confiau-
za (Iue propone: no se la w'garil talll]locil PI E.:l'!'!lento de Pn'w:'I'rs
en os ea"os que cOlnenga.


La adminislraeion de justicia ha recibido de r.l\I 1ll1~j(¡ra3 !IIU}
importantes, y la,; espera todayia nlayures, luego que se prc"clIlt'iJ
105 nuevos código,; que con tallla anll'lacioll eslan cllcargados por
V. ~1. á r1if('renl('~ comisiones. El Eslamento rinde á V. M.la,,; dc-
bidas gracias por la particular alencion que ha tenido á bien po-
ner en el arreglo de la autoridad judicial, en cuyo recto rjercicio
descansa muy principalmente el órden de las sociedades y consislt'
la estabilidad de los tronos.


No menos útiles reformas se preparau por V. JI. rc"pecto de uno
y otro clero, con las cuales espera la naeíon ver re,lablecida la
armonía que en toda sociedad bien organizada, debe reinar ('Id re
la autoridad civil y la autoridad eclesi~lstica. Entre tanto, por I'Oll-
sel'lwlleia de sucesos, 'fue SI' ab"ticlw de calil.icar el l\,;talllelllu,
imitando la prudcnt(~ rc"ena de r .. \1., Illla partr, del ckro regll-
lar padece los rigures de la llIiscria y LId d":ialll]Jaro. \. :\1.' Ila
ofrecido presentar 1111 proyeclo de ley que fije de IIIla Illallera d,'-
corosa la suerte de 11)5 indi"iduos de esta clase: IlPIIloS oiilo (·ou
grande satisfaccion esta benélir:a promü5a, r concurriremos gu,-
tosos:\ UIla dis/)osiciOn, que reclaman poderosamrIlte ir UII lil'lll-
po la religion, a humanidad, la jllsticia y la conveniencia pública,


En cuanto á las demas medid;¡~ adlllini,Irati\ as dr que Y. jI.
hace mencion, pI Estamento de l'rúcrn's HO Illlclle Illl:lIll'; di' apm-
bar las mira" y tendencias a que prupclldpn, y felicita ;1 Y. 'J. por
el cuidado y \igilancia de su goJ.¡ierno ell oI,jrllJ' dI' t<lll 1I1'¡'¡ri;1
utilidad. Tales son el buen apronchamielltll de lo,: monte" ('1 ;]('1'1'-
tado arreglo tle propios y de pósito,;, Id renltll'JlJlI de lo,: ,,1¡,;I;IClllu,;
naturales y políticos que SI, OpO!lCIl ;'¡ la fHl'il ClilllillIÍt':lcioll por
tierra yagua, las m('jor;r:; ya hechas y que se prlJyvt:l;11I harer ('n
la enseñanza pública. Pero, clIlre los alkl:JlIl;lIlJil'lIlo" Ú qlle Y . .\1.
se refiere, ningunos merecen tanta all'll,'ioll romo la,; Il'yp, Ilr;.;a-
nicas de los ayuntamientos y tlipulaciolil's pro\ illCi;dl", )'1:11111';1-
¡\aH ir COllseClll:ncia del yolo de cOlllianza qlle o!or~;ll'llll a ,;u ~iI­
hiernll las últimas Corte,. El Est:lIlJelllo l'oJIIl'IIITira 1\11 la,; 'lc1ual,'."
con todo el r:elo de que es rapaz, Ú que n'till;ln ,,1 :IIIIIIL\1I111 y 1'('1'-
fe,~ci()1l posible estos dos podero:ius agentes de Id IJrI)"IH~ri¡];1!1 )'
bien!':;tar de los pueblos. Purqlle 110 hay duda, "I'I-Iora; de un hipll
r:olllltinado rrgilllen muuicipal y de una súhia plan la adlllilli,trati-
va pnlas pro"incia" drJwndcn easi'(';;('lu,iQll1ente la cllw;islí'llci;l,
el ,igor v el lHogreso de las grall¡]p, rdurnl;l:, qlll; ':(' c,ta/¡J¡.c('1I
entrc'·nosillro,:; y si ,,1 árbol dl~ la liherLr¡] poliliea y (',il il no se 1'1'-
cunda y nutre bien CIl ,us raie!';;, lo deJll;¡s (:s \ alla pOlllpa <]111\
desmaya luego y perece 1)('1' falta dI' Jllgo y d(' ;tllll:l'lIlo.


EHtas son las irleas quP han pseilado en rl Eslanwlllo de Prú-
ceres del Reino las palabra:; pruferidas pOI' \ M. ell el :;I'IIU d,' 1:1'




Corte:;, I':~lam(), scgllro~ de :'1'1' gPllerallllente acolllIJailados en ellas,
J1(1)'qlle Sil C,qll'l',ioll ,.~ (,1 IrilJlillI d(' 1I11l':'lra fide idad inalterahle
a 1I11l~"lr,1 rl'illa 1"tlH'1 11, ) de llul',lra ,in"era gralitud <i V. M.
por lo~ illllil'lI"h 1lI'llI'li,iO:i q\ll~ .',;Ia Ilacilill It: debe. No es posihle,
:;efjlira, 'pI.' lo,.; 1"P;¡I-'ldl''; 10< (11\ idell, lIi que raltl'1I jalllíi,: Ú la con-
Jiallza '1UI' \.11. ha ]'lIc,lo en cllo,'. Los mislIlo,; SOIl (pIe. al apa-
I'<'('cr Y .. ,1. 1'1111\', no,.;olro,;, la :;;dndaron COtllO la auror;1 de su fe-
licirl,l/! de,puI':' ds' lall lar!,"1 !lodle ¡[,' infortunio,;: lo, mismos que
l'I'I'llaZ,1l'I11I COll ira los in,;clIsalos proyecto,; lll!\', profanaron la joro
11,:<1:1 Ii!- :-;all Ilddiln,;o, y,;upieroll )'('dllcir al ,ilencio y al('rrar a
1'1' 11'II:erario, qUI~ ¡'¡,; CIlIlI·ilii"roll. E,;os lIIi';llloS ';011 los que ahora
1ir'1i1'll!kn (:1111 1;lnl" \';¡J()J' CO!11(l {'0I1:it~l~ci;1 lo~ dl'recllO' lh~ Isa-
lid I1 Y la li\Jprl;HI del btado. CUJllpll:1I 'bi ¡;O!lIO I('al(', las prom e-
,a, Ijll(" Itil'il'l'o!l PlllolJl'c,;, y \('n ('011 a!\'gria y l'Jltusi;I,;IIIO que
Y. ,1. \;1 lila..; :i1L'1 dl~ 1;),; I'Spr:l'<lIlZaS qll'~ di' ,;u llla"II;llliIllO cora-
ZUII :'1; prollil'lil'l'OlI ('11 aquellos d:tdLl';I):i dia:i. Y. ~l. inlenta, yes-
!\' es Illl dl'"igllill rnd;¡dorallll'IllC real, I¡U!: por Sil; nueras illsti-
111(;10111'';, gll('\' el pueblo espaDol de todo,; los bienes de la libertad
p,¡Jilica, y dI' loda la sPf'uri:lad r¡ue da el cíJ'dcl1. Para esto era ill-
cli'Ill'lIsalJle 'l"O Y. M. l'l'sllcila"e la opinion pública de la nulidad
I:illlclIl:lbll' CII clue y:wia sepultada: ,. 1\1 lo ha hecho asi, y 1;1 ha
cllloca¡{L1 Vil dlrollo :lllado Ile su augmta hija. f:sta opinion públi-
ca 1111 ('S IIlgrala: ella eifíp la,; sienes de los rcye,.; cun roronns que
Jlunca se marchitan, y premia eon la inmortalidad los lJeuelíeio5
qlll' hacclI ;i ,;IIS pueblo,. \ladrid2:í de nOliemlJre de '18:m,--Sc-
f1111·a.-A. L. 11. 1'. c/P V. ~I.-T. ElllIarr[ués de Santa Crnz.---Ma-
nllrl Jo,;\', (,)uintauil.-EI dllc[ue de O,;ulla.-Antonio, arzohi,;po
el 1'1'1 o dI' \ ali'IlCla.--.Tuan .1m;!'. obispo de CIÍJ'(loba.--.J. El duque
lit'. (ior.-:'íicolús María Garelly.- Miguel llicardo de Ala\él.-
LIIIS Balanza!.




COYrESTWH\


DEL E:-;T:\.ME:\TO DE PI\OCI'HADoHV:-; DEL I\Er'iO ,\L m:--C\T\<;o
pnO~['iCIA\)U 1'01\ s, \1. L\ HEl",\ I;OBEH"\IlOH,\ E'i 1.\ :-;r:-
~JI):-; HEI;¡A m: 11, DE :\1 lYlE\IHl\E DE 4 H:\:i.


Lo,; PrU(;llradore" del Heillu l'IJllgre¡,.;'adll'; :;cgllulla le!. para
el d(',:ellllll\j]O dI' la, alla~ fIlIlCiolll'~ d(' ';11 I:are'o, han oidH COIl
elllo¡;ion la, liel'll:ls} patrióticas Y()(:e:i de Y. J1., Y IUlIl li"lo el!
ellas la prenda ocgura de los precioso,; objellls en que y:\nlihrado,;
el trono de vuestra escelsa hija y los destinos de la patria. Tan ha-o
lagüefias é interesantes manife:;la¡;iolles hall resonado ya en tullo,;
los ángulos de la mOllarquía, y los rcprcscnlanll:s de esta nacioll
nwgnallillla y gellero,a, intérprete" abora de sus yoto,; y :'l'ntinlien·
too, no correspoIHkrian dignanH.'l\le ú "u Illi~ioll sino ele\ ",1'11 h",.;"
ta el trono la espresioll franca 11u(' los signilica. COlllO Ill~dr\' de
JsalJel 11, y como reina (iubernadora de E,;palia,.;e cOlJlJllace \. M.
en la Icallad y sensatpz del pueblo espaool, y fUllda en ella,; la
nI) ilusoria esperanza de ver terllliBillla" en bre\ c la,; calamidades
de la gnerra ciyil: y CSll' trilmll) agrad;i1,!¡', p¡'rll d\'bido a ,111"\'llas
"irlude" ';('I'Ú IIB jlodero~() e,linllllo parn (jllI' lo" 1'''p'1!IOIC::i a:ipirrn
a CO!berval' Sll ille~tilJlable prc¡;io 1'11 la BIIl~\a era de reconcilia·
cion y de patl ioti,;UlO. El enemigo de la causa nacional l¡abril de
sucumbir al deslino que le repple de llucc'lro ;;lIclo; \, :,1. Yerá
alirlllddo para ~;iclllpre el trollo de bCllJcl, y LI lIaciulI Cl)llscc:llidll";
los gr;lIIdes lines dc SlIS deseos y de ':lIS sacrificio,.


I'rolltasicmprc á \escoger medio,; elicaces para realizar e,;-
perilIlZ,\:i t¡¡lIsúlidas y li:iongeras, ha depo,;itado Y. :\1. ';u confian·
za en lo,; mini"tro,; I/"e veia honrados ~()n la de la !laciu[I, ,\ J
anulleiar las ventajas de que los rcprc';l'nlallte, de la IIIUIJal'lllli.:
e,;paulJla Il',; falorczcilll igllalm('ldl~ ('1)11 la :;U! <1, ha prCli,lq \. ,.r
el juicio del E~talll(,llto, J ha <li,til'ipa:ill 111I hech(), ell)'a n,is[Pllcla
Sl: fllll(j¡l en dato,; IIIUy pllblil'u,"" IIIII! illlporlanl('" y H',rd:1I1\!ro,;,
No podria, ,in dc,:eolloITrlu.;, [J(,gar ;lljlli'IL1 cOlllianza lIlI eul'l'po
donde se hallan rCIIrl'Sl'lIladuó lli:!i),.; [1)'; ilill'l'('';c,; naciunales; 1111
(;uerpo ljue desea pre,;lar 'u apoyu al ,b;:,rroi!o de lo,; gr:;¡;t!l'"
medios qlH~ tiE'ne la l1i1ciol] pan hilel,'!' '1"'11[,::1 ~U:i ,1\Jli:.::acioJ](''', r
eontrilllliJ JI logru de hl ¿,rald IIiOfll~';" di; \. ~1. "k ¡iUI', 01i; lil'IS




APENDICP: NUl\lEHO 1.6 327
elllpl'(',;lilo3 ni Ilueyos tribu los sr sali~farán las necesirlmles e¡;-
traordinarias de la ('poca pft'sr'llle; Ull cuerpo, en Hu, (Iue no
picrdl'. do vista la (,lJn[:l'Ilt'ntl~ apli(':!('ion dI' aquellos medlO, á !a
IllPjora dl'l cr¡"dilo plllill('u: Ú t',;la ¡¡\('lIciulI prrferpnle en I()~ pal-
se,; liien !.(olJ('rn;uic:" {'1l11 la 1['1(', ,;e hallall Ji!.(;1!1'l'; L:nla~ olras de
un illkn:s lli¡,;ilil {) ~. de J;I q\I(' deJH'lIL1c 1!l11c.k1'; \ cel',; la I1liSllla
existl'lICla pulílica do las Jlill'iIlJlI'~.


La,; Iprlll,I¡;I" ["(,/,('ti!!;¡,; qlle los sobn:lll!t" ~ii'natarios del
tral;ldude J;I Luadrujllc Ali;IIIZ;lClllltilluall dando a Y. ,,1. dl'SU adhe-
,i(lIJ Ú Joo ¡¡rillripios (,oll,;i:.;nadll" en t\l, y la pl'Onlillld ron que se
pre,;lau á cuanto el r;obiel'llll de Y. M. juzr;a f;lyprable á la l:ausa
que defendemos, proporcionan al EstaIJlcnto la nla)Or eO!llplaGell-
cia, COIl ella, V p'hcido dI' la lll:h' il:1 gralitud, ha oido que vues-
tro au!.(usto aliadu ('í rey de la (;rall Bretaiía ha facilitado CUi1ntio-
so~ auxilio" de arJll:IS y '1l111lliciom's para soslelll'r l'l 11'0110 ler;iti-
llilJ. y que al mismo cfe!'lo ha autorizado :'110s súhdito,; ingleses para
tO!llar l;h armas ('n defellsa dI' ulla (';1IIS;1 q 111' protegió desde el
principio ('OH (lJ'edill'cciOll y gpllprosidad, TalllIJi('1l ha visto con ,a-
lisrael'ion Jo,; ('';I'Il('iall~s :;1'1'1 i,'io,; que ha emJlezado á hacer la le-
giolJ C:ilralli','ra, ClI! a lra,:ldcioll dC:iLle las coslas dI' .\frÍt'a I1 Cata-
ll!!la autorillí lucstro augu~;lo aliado y tio el rey tle los fra]](:I':;('''.
liel á la misma cllnkllr'I'acioll. Los dirz mil portllguesl's, que, ,1'-
g\lH d t:OIll l'Hio hec!Jo con S. ~I. F., Y\1('slra muy ;~[]]ada prima, y
(")1lI0 con"cl'lwncia de aquel tratado, han empezarlo ya :i entrar
('llllllCslro territorio, contribuirán granllemcJlte ~ lo,; felices re~ul­
lado,: que Y. M. se prDllle!e, e~pceialmcnt~ ,irndo idt'ntiea IIl1c,tra
causa a la q!lI~ ('011 tallla gloria dcft'lIdió y wstiCllC ('tita nacioll \P-
cina. ~() I~S JlWIIO'; satisfaéloria para el EslanH\ntlda perfecta UlllOII
y allli,.;lad que gllartlall con llosolro:; SS. ~BI. {'I <'nlperador del
Br,¡,;iJ, lo,; reyc,.; de Dinamarca, Suecia, Bélgica y Grecia, y la re-
publica de lo..; E,tados-C'nidos de ~ortc-AJllérica; y si no lo (', tan-
lo que otra,; potencias conscrl'en toclayia la línea polit ica que se
han trazado, basta a sus representantes saber que [l(¡rmanecen
ilpsa:- la dignidad ó independcncia de la nacioll.


No 'siJl placer se ha pnterarlo el Estamento de t¡ue se hallan
pendientes Iler;ociaciones COIl lo~ estados de la Aménca españula.
y, con el interüs proporcionado á su importancia y tra;;cendencia,
tomará oportuIlamente la parte que corresponda á 1:15 Cortes en
este llegocio, proc.urando ademas 110 desmentir la confianza (¡!le
inspiran i\ V. 1\1. lo, pl)(lero~o;; lllotir(ls que la tl('.('idl'11 á consul-
tarlas.


ALTl'rdol', muy acreedor e,; el laliente ejército espaiíol á los
clogi(lS que ,n fidl'lidad y constancia han mrrecido á Y. "l.; Y los
brnclieio,.; di,;p('n,.;a,[o, {I lo,; pechos generosos que sinen dc muro
illlpclletrablr, eo]]!r;] los ('sfuerzos !I(' la IIsurpaeion son jnsla re-
compc!lsa I.k ,11" s:H'rilkill'i. ~i!lo I'S proporcionada Ú ;;\1 mlÍrito,
tiah .. v. ~I., la l!¡li:io!1 y 1'1 Il!lillt!O, 1]!1l' los ;;oldado~ cspaiínles se
CO!l:!:ljeroll ,;icmprr' PII SI!"; cmpn'sas por motivos Iluble~ y glorio·-
;,I)S. v -:JI'I'I! pilos !;I!IILitll ('qúnlll -i¡!fJiiira la ju.;ta r,au,a ¡fr' Hila




328 ANALES DE ISABEL II.
reina inocente, en la que, a enruelta la libertad y ventura de la
patria. Esta les ofrece, por la Illano de V. :\1, en la ereccion de la
~asa de Inválidos, un testimonio de reconocillliento muy "l1perior
a otras ¡]emostracione~,


(na e" la \oZ:, UIlO el "elltimielllu de lo,.; c,.;pañoles cuall(lo
se tr~la de contrillllir á la prollta terluinacilJll de la guerra de las
pro, lllcias, Cnalqui!'r ~aerifici(). por e,;lraordill<lrio que parezca, se
emprende con entl1,iaSIllO Ú Yisla de la ~antidad dd olJjdo á (11lE'
':1 dirigido. La lIeeesidad IIrgellk y pl'relltoria y la gelll~ral an-
sledat! lIlter¡1retada.oporlunamcnte han dictado la medida, ¡Jc ar-
Illar cIen mi españoles para acabar de una vez con el monstruo
qun lleyora la nacioll. Cuando esta sp ha Ilfrpeido y [lrestado gusto·
sa a tan !!:rande e~fuerzo; cuando por lodas parte,; abundan los du-
nat.i\'os, las oferta,; y llls llIa~ Ill'Ollllllciadus deseos; y, cu liu, cuan-
do cXlste ,iya la ocasion v la fuerza imperiosa qlle inspiró aquel
peusanlieuto, mal podrian los Procuradores del ltcino dejar de como
placerse y de CIHll'urrir almas seguro y legilimo t\xito de \lila t'm-
presa de ¡iltllle han de cogerse Illucho,; frutos ó inten:ses yerdade·
r?s, en tre (' los el de que se econuwice la "<lugre preciosa de los
Ciudadanos,


Quien conozca los prodigiosos efedos del entusiasmo y la in-
fluencia dc los nombres sobre las cosas, cspecialmente en determi-
nadas circunstancias, comprenderá bien las razones dc utilida(!
corroboradas por los deseos mismos de los ciudadanos armados gue
han inducido á V.:\1. á dar el nombre ele Guardia l\'(Ji'il)nal a la
fuerza interior que tic estos se cOlllpolle, El Estamento aprecia los
fundados principios LIt! la conduela de Y. i\I., Y se halla dispueslo
á examinar las modilicaciones que, acerca de la le!) orgrinica de la
misma, ¡Jeberán proponerse á su ddiLer:!(;ioll,


Feliz ha sido, scilora, y propio de lo, sentlmipntos lllaterna-
lps dc V, M, el establecimiento del cllle~i() de la l:nion, tas ino-
ccntl'S huérfanas :ll]uienes se ele,till:l, SI)]1 dignas d(' la di,creta com-
pasion de una reina que sabe honrar la memoria de los que per-
dieroll la ,ida por el trono y por la patria en los eampos del hOllor
y de la lealtad, El Estamento se congratula ,i('\](lo ~ la HZ CI)!l-
si!!:nado pn este monumento reciente \lll t(',tilllonio auténtico y


. pel'cluralJle de la gratitud nacional, y un recuenlo, i\ o ¡Je la era
¡¡un principia con el ¡Je recollciliacioll general entre los c"paiío\(-s.


Los tres proyectos de ley sobre elecciolles, libcl'lall de im-
flmnta , responsabilidad ministerial, que Y. 1\1. tOnsHlt!ra hasa,
alma y elJlll]ltclIlcnlo lid gobierno repl"'sentati\ o, ~on en efecto
asunto illlportante y propio de la t1i-cu:;ion y delil)l'racioll de la,
Cortes, y darán lugar á lJue CIII1 e,le motilO se examinen y re-
suehan principios y l'llcsliotlC5 IUll1illO';,I:' y necesarias; ('(¡ltrIlian-
do en todo caso la iln iolabilidad t!cI1ll01\:lrCa y lo,; derechos de la
nacíon,


Los decretos dictados por \", M. 1'1] el ralllo de haciéllda,
señaladamente el que se dirige a dislIll11 Iill" las eondenas ¡¡nI' cau-
sas ¡Je contrab¡lIH]o, dan te~tirnolllo por una parte de la n(llliral le!!--




AI'"E)'J)lCE :sr~lJmo l."
II!>II( ia lll: Y :\1. al aliviu Ih: lo~ illful'llllli()~, y por otra de qllP !la
pPIJl'lrado la lIc¡,e"idad dI: fUI'lIUlr un plan grllcral dí: atllllilli"lra-
CiOll p,lra (':ila yastl"IIII,1 dl'IH'llduIII'i", ,\ lan ulil ('!Il\ln:s<l cOllcur-
lira ti L-lallH'!llo, ddll!lO ItI !;'lIi1i"l'lllJ l:i alllliriz;ll'ioll competente
paril lllll', lH'c]¡a, hi 1llodiilcaciullC::5 y cll:,ayl''- ojlurtullo:,. pueda
pl'l'';(:lltar,;(: a la, Corie, l"U"illll]'; Ull si~lt:lll;1 l'Ullll'll'lil y ullifurme
iI!'I'I'ldlldlJ ¡j LIS lucc,; del "i;.(lo v 1, b,: cil'I'IIJI"ll1ncias pcctllial'''~ de,
la ll¡l('ioB, :-Jj, pUl' las cilu,",l;illd:cada" e~.ili¡po,iJ'¡c al,pl'l':iPlll¡:cOll-
""r;!Iil' un CUIlIJI'i!llil:lllo c,l]¡allk lo,; illgl'c:iuS y g<l:ilo,; del crariu,
t:l !';,;(alllclllo C,;lll'!'a que el gobierno lraiJajarú COIl ,tl':iOn y asidui-
dad Íla,;lalugrarlo, llillh\ndo~e tli,;¡J\lcsto clIlre laulo á :;ttlJ\ l'lIir cOIl
HI \ 010 de ('{)JltiaJlza a la,; lIcccsida¡jf':; p"hlica" que' nI) arlnli\l:n di-
lacion.
~lll'.:h() celebra d EilillilClll" I¡IIP. (:Idre tant:1'; ,!lcJlciollCS,


110 "e haya perdIdo de, j,la la ~\,,;[Jirada ordt:llal'ioll dÍ' 1"" ('o¡jigos,
CU)U illllujo ellla publica relici¡bl es tan illi[)lIrl;:lJl~: ljue ~l' ila-
)<111 tlesarrCligadll "rall parll: di' lo,; ,IIJll:;li'; que l'1l1 11rpcciall l;¡ :111·
millislracillH dI: J IHicia, y lJ lit? la J l!llta I'de~iaHil'a creada ¡'OH la
saLía pl'l:l i.,jilll d,~ prl'parar J:¡ rcl'orma III'c(',.¡aria d('lclel'o (':,pailol
CIIlltilllW ¡'(J1l ('elo ::511'; lrIlII<IJ0';, El t~lamelll() (¡"pera ~ e"alJ1illarú
!'u,;loso el pruyecto anullciado [101' y, i\l. (llle ha dI: Cljar de lIlla
manera dl'curo,;,\ la ,;tlcrll: de lo" rC!r!llan~",


Lo,; I'rllCnr¡ltllJl'(',:', ,djO],il, 11 !l(~1I SlI \I\Z á la de \". M. para
dar graeiü'; a la diYill<l Pruvi,knl'ia pUl' clllllcn ('sUdo dl\ la ~alu¡\
jJublica y la ~Illit:icllle 1'1J"I'cÍía d" p,,\¡: ailo; ~ ,I~ l'l,l(~ral':'tn con in-
lere~ y sali~facl'illll dI: cllilnln ,:1, h,l lil'Cj¡¡) y Sl' medila en maleria:;
J.dlllillislJ'dliLIc' :\ fil\ 01' dI: 11,"; pll:,I¡]II';, T:d!'.' o'll11 la IJr,:,1Ilizaciull
de los .1yllll/:1II1i¡'1I11l . .: ~ dipI11,;¡'IIIIII" PI'O\,lllf'i,¡]I";; 1'1 11111'\ ') 1'I',,,la-
IIll~lI!O de go)¡i,'ml\s ci\ de,:; l'[ '::11'111'1('1' IIJllllici[lal) popular l¡lle
se pie lb:: d;;r ú la pulil j¡¡; la d¡':'Il'IlI'cill!l d,) los oh,lal'ulll, y lrabas
que ;,le han IlIIIIl'''IO IlI\,;la ahma:1 la lilm' circ\¡]aeiull de las jlcrso-
lW:i y dI' lu,; !;1'lll'l'lh tic 1111 punl,);: 1,11'0 di' la 1l10lJal'flUia; y l'lJ fin,
las me.iora:i hecha, y prllyt'L'l¡¡das en el "islema dc ellseilanza, Ob-
jl'lUii lollos digno,; dI' la sallidllria y de la prcdilcceion con q\!C alicu-
di' V.:\1. ú la fl'!iL'i!l,ul ~. gllJria dI" (',.:11' 11\lc!Jlo tall acreedllr ;\ l'llas.


LI!- ¡'ic'II('~ de pl'opios, lo" IIllJnle~ y I()~ lHl~it()~ han 1111 IIIat!rl
parlicularJl,l'llte la att'JH'illIl de y, M., Y el E~I:1ll1I'nlo se dedicará
con eSlllcru á L! di,;clI,;ion de la]P1' acerca dc la l'na!.\'cnacioll de
lo,; primeros, ¡["piralldo por los Jlll'i!ios ma,; ('O!l(IIICl'lIlC,; a que i'C
J'(;;¡licclI llls hicJl(''; 1[111' illdil'a \. M., Y hall dI' ser ~II t'oll.;ccuPlleia.
Creciendo ,1,-i la ritllll'za pri\ ada y 1,1 del blat!n ell 1\lla rúpitla pro·
grcsjoll; \ 1'lIdidos los bicn!',; uaciollale,; con la cstirnacion debida \-
aplicadl)'; lo.; p:!sito,; iI la hrnl'fiea inslitut'ion de los /!aI1C08 de ¡11'U:'
IÍIiCia, lendl'all 1lI1 prlJdif;ioso aumenlo las l',pel'ulacilJlll's iudus-
lriak,,; "1' !l0!¡t!rall 1'11 IlC,'illll lolla, In,; rU('rza~ y lo, lalenlo,;, y la~
LIl'lulla, prjvada, (',;pl:rillll'nlar;ill lIl1 iurn:ibll' impulso, siendo el
J'l'sultado una nla"a illll1en"a li<' rique¿a [lliI¡lica, Acurde con V.;\1.
el blanlelllo en ljUl' 1\11\1(',] el l!ilIJicl'll11 \'3 IlItcn administrador do
dfjuell", J¡iell~''', tll:,\~;I, ,\1I1! 'Ij~ y,:riliqnf; (lJll ~u concurrencia Li




330 ANALES Jlt; lSAlla 1I.
enagenacion de los que ahora le pertenczcan () puedan pertenecer-
le en adelante.


Un paso de la mayor consecuencia para facilitar la,; eomu·
nicacione~ interiorrs es el cOIlYenio ('clehrado con S. M. F. ,obre
la nayegadon del Duero, yel Estamento e:;]lera \ el' cumplida, las
helléficas intenciolles de Y. M., Y hacerla f'stcIlsin al Tajo, Miílo
y G uadiana, cuyos beneficios serim incakulalJles.


Las últimas !lalabras, señora, que ha dirigido V. 1\1. á las
Cortes espresan os felices resultados que se promete de la lealtad,
IJatriotismo y sabiduría de los representantes de la nacíon: á estos
toca haeerse dignos del concepto que merecen á V. M., Y se esme-
rarán por conseguirlo. ]~ntre tanto, se congrntlllan, reeordando las
régias espresiones, tan ~igniticati\'as e11 lu~ labios ue la reina Go-
hernadora ue Espaiia, (\n (¡U e el gohierno representativo es el Illas
conveniente á la cirilizacion actual; y que es intento de Y. M. oue
esta nacion, tan digllu de ser libl'l' y feliz, goce delas libertades lJue
emanan de aquel régimen sin menosc"ho del ¡'¡rilen Illlblico. Asi lo
habia11 presagiado desde (jue, por una disJlosicioll particlllar del
ciclo, se encargó Y. M. ele la reg('ncia de la lllOIl<lJ'(jl!W. r. :11. COIl-
firmó tan halagüeiios pronósticos poniendo lllano dl:sdc el prillcipio
á esta grande obra que las últillla~ palabras y a11unciauas intencio-
nes de V. 1\1. han auelanlac\o inlinito. El ]~s\all)('nto de Procurado-
res, señora, concluye asegurando á Y. M. su conformidad con los
sentimientos y deseos que se ha dignado manifestarles: y, Hel á sus
dehrres, y lleno del respeto que le inspiran un Pllcblo y Hna reina
adornado~ de tan las virtmles, repite á Y. :\1., ú lo:> ojos de la na-
cion entera, que 1l1irará con 1'1 Il!avor ('ncarecimiento cuantos ob-
jetos se hallan identificado, con ef trono de babel JI y la libertad
nacional; procurando tener en favor de ello:; lus delJcres del clera-
do caraetnr con que se miran revestidos y 1:1'; fllnciones (IIIC Ir';;
corresponden.-· Agustin Argüclles.--An lonio Alcala Galiano.-
Joaquin Fleix.- "iccnte Cano :\lal1l1el.-~larr(lI('s de Espillanlu.-
Joaquin )laría de Fcrrcr.-I'erlro Antonio Acuña-Fermin Caba-
Ilero.-~liguel Puche y Bautista, secretario.




HE AL DECRETO.


Para ljtlO, al espirar esleaño, puedan recaudarse legalmenle las
con(rilJuriolll's pl'tll/icas, sin IlIrno:,calJo ni entorpeeimientu en las
gravc\,; a tcnciollcs del ~en icio pe rSOllal, y tumando en consideracioll
quc las rirCulbta111;ia~ estraordin,lI ias en que se halla la lIacion 110
hall IWnnili¡lo á mi gobiernu la furmaciou detenida <le lo,; presupues·
tus de ingreso,; y gasto:;, ni ocupar,;c de lus arregloscull \ cnienles eu
la allmiuislr,lcion lit; la Hacienda púlJlíea para proponer ;í las Cur-
tes los medio,: cI~ cubrir tudo,; los gastos ordinarios y estraordilla-
rios del J:,;tallo, \ ('ligO, en I1UllllJre de mi augusta bija la rl',ina do-
!la Isabel JI, 1'11 autorizar ú mis ,.;ecretal'io~ elel Despacho pnra que
propollgau á las Curtes UIl proyecto ele ley pidiendo 1111 voto de
cUllliallza del modo yen lus {('rlllillo, que hallen mas COlll ellil'nte.
~ Tcndn:i,,!o ('11 tendido 010.- Estú ruhricado de larcalnJallu.


"Los minbtros ¡le S. ~l., á con~ecuencia üe la autorizu\;ion que
les ha sido conf\:ri¡la por el aJjl1nto real decrdo, tienen el hOllor üe
presentar it las Cortes el siguiente


PHOYECTO DE LEY.


ArlÍculo 1." "Se autoriza al gobierno de S. M. para 'lue pueda
l'olllillUar rccalldalldo en el aiío pn'rülllode 18:l6 las rentas, contri·
lIuciulles é illljllLCstos sciíalados en la ley de:26 de mayo último, y
para que, sin alterar los, tipos esencia.1es de ellas,. pueda hacer. por
via dc ensayo las variaCIones que estll11C convementes en el 8181e-
ma de adllJi!listrarla~ y exigirlas, con el objeto de aumentar :;\lS




332 ANALES Dl~ ISAllEL Il.
valores y disminuir en lo posible las trabas y perjuicios que causan
á los contribuyFmtes y al lrállco, aplicando SU~ prúdudos á los
gaslo~ del Estado, sujetándose en los ordinarios á las partidas pre-
vistas y espresalhls en la misma ley de presupuestos para 18~IJ, y
pudiendo dismiuuir lli¡;hos gastos, pero no aUlllcntar!()s .


. \rt. 2." "Se autoriza igualmeute al gobiemo de S. ~1. para (pie
pucda proporcionarse cuantos recursos y medios sean necesarios á
la lilas cumpleta asistencia de la fucrza armada, y allu¡;ru del alto
ohjeto de poner un breve término á la guerra interior; paú, ~ill
puder buscar ni tomar estos medios en nuevos empréstitus, ni en la
distraGcion de los bienes del Estado que están des~inados Ó en
adelante se dpslinen ~ la cOTlsolidacion y aI1lortizacion de la deu-
da pública; antes bien procurará a:iegurar y Illejorar la suerte de
todo,; lo, acreedores de la nacioIl.


Art. 3.° « El gobierno presentará 105 presupuestos del aoo 181fj
y dará cuenta á la,; CarIe,; en la primera legislatura inmediata, del
u~o que hubiere hecho de c;;tas facultades eslraorr1inarias.-~Ja­
drid .21 de r1iciemure de lil:3[,-.Juan Alvarcz v l\lendizabal.-l\lar-
tin de los lleros.-Aharo GOlllCZ.Jl •




DIscrnso


¡.I(TE, E~ LA SESIO~ nEGIA PARA LA APEf\TUllA DE L.\.S conTE~
GENEHAJ.ES DEL HEC'¡O, l'l\O~C~CIO LA HErSA I;OBEH:->ADOHA
DO\,\ l\LUHA Cl\ISTI);A DE BOnBO); E~ 2'2 DE ~IAHZO DE ,18:~(j.


lLUSTllES PIWCEltES y SEÑORES PROCURADORES.


Con igual s3ti"ra¡;cion que siempre, os YCO reunidos alrededor
del trono [le mi augul'ta hija, dispuc~tos, segun el principal objeto
de ,"estra ¡;unvoeacioll, á manifestarme el voto nacional soure una
de las ba';l1s principales con~titutins del Estado.


Mi go1liprno prc5cntará inmediatamente á vuestras delibera-
ciones el proyecto de ley cledoral, que espero examineis con la
madurez que exige su importancia, y con la prontitud que pI'CS-
erilJl' la Ill'ce,idad. Esle es el camino legal de revisar nuestras ills-
titu{'iolll'~ fUlldallll'nlales, para alianzar de una vez todos los bie-
IlP,; Ú que por SI! leallad, sacrificios y constallcia, esta llaciollmag-
Ilúnlllla ~e hace cad8 \ez mas 8ereeduru.


(,:lla8 aUllque c,ta ley sea el ohjeto principal y preferente de
vuestras tan'as, otros asimismo muy importantes se presentarán
a Y!le,tro eX;¡nIPB. Entre ellos llamaran muy particularmente
\ueslra alpllcion las negociaciones que '0 han entahlado con los
E,;tadlbde la ,\llIéli/'acspaiíola. Ticmpoes yade que dm; pueblos
que la natllrall'l.a hizo llr:rmanos, sean para siempre amigos, y
que ú los YÍnculos disnellos d¡l slllJOrdinacion y dependencia su-
cedan otros mas dulces y duraderos de igualdad y de concordia,
fUllllado:i en el proHlc!lo recIproco y comull.


SUlua satisraccion os causará, como á mí, saber que los augns·




A:'IALE5 DE ISABEL n.


los monarcas 1I nido; á lo,; inter,·'!'" de 1,,;¡IH~1 IT, por rol trntatlo
Ufl la Cuádruple Alianza, ofrecelL t':uhdia kstilllOIlio,.¡ lllle\O"; de;;1I
3mistJIl cUlIslantn y de ';IIS sil1(:C'l'tls drseo,; por el triullfo dl~ 11111'';-
tra legítima ca\l,a, y por la re,;lauracioll dda paz de la PI'IlÍIl';1l1a.
LJ Fr;liIcia y la IlIglaterra IlO"; prl'-,;Iall 1:llalllw.; allxilios les pedi-
mos, y IfJman la,; Illas eficace,; pro\ ilkllc-Ia,; para Ijue lIi por 1'1
mar lIi por la frontera los reciball lIucstro" encUlif.!;:Js. EII fill, la
di\isioll dc tropas portuf.!;ul'sa,.;, IIllC CIL \ irtlld del cUll\t'llio de
selit'lll(¡re ú !limo elltrlÍ en Castilla, va ';0 I'stú unielldo á las 1I111',tl";l,
para cooperar cun ellas contra el eilemigo COlllun.


No han recibido tampoco altoradoll ninguna las l"í~!¡Il:i'lill~~ I\¡>i
gobierno ue mi augusta hija con otros gobil'rIlOS (le Europa, ellll 1,1
emperador del Brasil, y con los Est:lltu,; U lIido,; de América: lüd(¡~
se mantiollen en el IlIislllO pie de r(·.eiproca amistad y bUl'Il~ cor--
responuencia coumigo.
~ingllll elogio, pur magníliclJ que fllt~~e, ha,taria Ú pOll110rar


debidamente el mérito contraido por llue,tras trupa,; di) mar y
tierra.
~O menos dignas de encomio .-;un la,.; lI'~i()nr,; francr,;¡¡ é ill;,>;"'-


sa y portuguesa que uneu sus esfuerzo~ ;110'; 1II1e,;(nh dl:rTilma¡Hlo
su sangre, y que, parlicipalll.lo de nuestra,; fali.:.;as, CtJlllu de nll:"';·
tras glorias, dan llue\'a prueha de ser, en causa i:lJill\\lI. ('ulllllllr;;
los sacrilicios. Ln in\iernoc:;traonlillariallll~llle crlldo \ ,uhre [lla-
nera largo llO h<l "ido obstáculo ill'illlH'raIJii' Ú ,Ijo; 1!;lz;lJi'h. :-;11 fi-
delill,lil, ~u sufrimiento y su activid,lrl SI' :lcrl'(·('nlab~1I con la,
incollw!lidallcs yrit;ol"es de una e5ilacluJI laJl nud, y lJllllti¡:li';III·-
do,.;e á fuerza dc lIlan·ha, continuas y lH'1JIl';;h, t!ond" ljuie.!"a !JIII'
estaba el peligro, alli se hallaIJan, y donde lJnj¡~ra IllIll el ('nl'llligo
se dirigiese, alli las enconLraba preparadas á cllntl'I1I:rle y l'Sl"ar-
mentarle. Su heróico ejemplo ha despertado el ful'¡!;o del \alor yidPl
ueber en los valles de Navarra que han leyanlado la \ 0/., : ,¡]/.at!o
bandcras por mi augusta hija; y los setcnla mil hombres prodll-
ciclos Jlor el último reemplazo, que vestido,;, armados y suficiente-
mente instruidos, van incorporandosc en las tila,.; de nuestros vete-
ranos, rivalizar:\n con ellos en glnrias y en Yirtntl. !le rsperar es
qne sus e"fuerzos reunidos acalJ(~n con la guerra ei\ i1: la lIéwion
a!lmiral·ú conmigo los lallrl:les que \;lll Ú n~el)ger. lallle\(.,; ill!l' ';1'-
rian toda\ía llla,; agradahll',; para Illl siuo hubieseu de IJrolar por
ent,re la sangre de infelices qlll~ auuque rebelde,; y dt.>inalllraliza-
dos siempre sun hijos de Espniia.


Objeto constante de mi ,.;olieitud e,; la guardia naciollal ("IIIllO
la in,;titucion conservadora de la libertad y d"llÍr¡]clI. I'aré¡ ;111--
lIlentar su fllerza v mejorar Sil orgunizacioll, he mandadu IHJJj('r l'1I
planta el prfiyecto 'de lt:y, aprobado ya por el EstamenttJ de Pro-
curadores t~n la li~gí,;latura anterior, y, con elliu de cOlllpll'lar 'ill
armamento, hay ya en almacenes Il!l crecido UIlIlH:ro dl~ fu,;ilrs
que ,e irún distribuyendo a proporcion de la Ill~cc,;idad y ¡\p b ur-
geneia Conno en que, 1.levada:1 la pcrfe(:(;io!l po,;ihli', .Ia guardia
nacional corresponda a Jo~ 5alut!ables Itnes de Sil Jlbtli IIGlIIJJ.




.\PENnICE NlJMERO 3.~
:-it'1'I irlO,; ('millrntl'~ tiene heehos sin duda ('11 e,;ta ú1tllua época,
]lIle, la tranquilidad pública ha ,;ido rOllsl:rvada en ladas partes,
e,cepto alguno,; Iigel'()~ di,;lurIJiu,;, tan ¡¡routo apagados comu en-
('l'ntlid()~, \Ii gobil'rllll h;l IlImado la" medidas que ha creirlo mas
propia:; para qUl' no ,;¡' rl'pJlall, y yll I'~pcr() que me ayudeig con
vuestra cuoper,lrioll y rllu,;rjo,; para hacerlas eOl1J[Jlelamcnle efi-
caces.


La,; Curtes anteriOl'es cüncedieron cun loda frallqueza el yoto
de eonjianza (Iue 1<:,; pirliú mi golJiCl'lIo. Este al Jledirle, si bien as-
piraIJa ú robustecer,;c el) la oJliniol) publica con una [an manifie3-
ta arlllonia entre los plldcrc~,; dd Estado, y ;\ hacer asi mas llano el
arduo y espinoso cneargo que tiene sobre sí, contaha tambien con
no tener (Iue reeu'rrir a esta gral1lle confianza sino á la vista, con
el apovo y hajo la ill,;pirilcioll de la:- Cortes. Fallóle ne pronto
tal) jloileroso ~ltTillJo, y hubo de resoherse a no hacer uso de sus
estraordinarias facultades sino COIl la mi1yor cil'cunspeccion y re-
serva. La promesa de mpjorar la suerte de los acreedores del Es-
lado rué acugida del publico con entusiasmo, y mi gohicrno miró
~u ('lIllJplilllienlo como ulla de sus lilas sagradas obligaciones. Tal
ha ,ido el origen de los decretos espedidos desde lIll'diados de fe-
brero b;bl a princj pios delmrs actual: tocios se encaminan á este
iIJl[llIrl:mtbimo lin; 'f alguno de ellos, ú la ventaja de aumentar ga-
r;lIIlias a ladeuda pública, aliade la de satisfacer un voto nacional.
~() !tilY duda en lllle los institutos religiosos han hecho en otros
lii'lllj)(i,; grandes scnicio~ á la Iglesia y al Estado; pero, ¡;¡O hallán-
dose ya eH armonía con los progresos de la civilizacion, ni con las
11rt:(';idade~ del ,;iglo, la \ oz de la opinion pedia que fuesen supri-
millos, y no era jU:;lo ni COll\"ellicnte resistirla.


NillgUII ,;acrifieio cuesta á la naeion, ningull gravamen nuevo
8l' le ha impueslo it consecuencia elel voto de confianza; y aunque
COIl diliculla<lcs y algun atraso, se ha procurado hacer frente á 105
ga:'tos púhlicos con los solos recursos (pIe antes tenia á su elispo-
sicion mi gobierno.


Las refurmas, nwjoras ~ economías que conviene introducir
en In,; lli,ersos \'~1110,; <le Hacienda siguen preparúndose con la
nH'ditacion y c,ludio detenido que son de absoluta necesidad en
rilo,.;, 111\(',;111 1{1I1) niugunos se resienten llIas de mudanzas prontas
Ú in('oll;iid('r:lIl¡¡s. ~Ii gol!icl'l1o, que no trata de sustituir teorías ar-
ril~,;'Ulllm; á lJenctici()~ posilhos, se ocupa en 105 arreglos importan-
te" de este ramo para r,;tahleccr UIl sistema completo y bien tra-
liado en tod:¡;; sus partes. Enlre tanto las rentas públicas siguen las
\ ici"ilndl';i de las circunstancias en que se halla el reino, y á me-
dida q Ile pll:ls 1111:' tlP\ uclran la paz, que no (lpbe considerarse le-
jana, ;;cr:ln lllil, cuantillsos los productos, y menos ¡Jen05a la rc-
('aIHlacion,


Si los pueblos ncc(;sildn de la paz, no necesitan mcnos de la
justicia; Sil H'cta adlllinistra(:ion depende de la acertada formacion
tle los códigos <le que dimana; y lengll en esld parte la satisfaccion
de anunciaros que el ciyil se halla sometido á su última revisjoJl,




qnl, l:1 pellal y nI di' IHol'rdimí"IIII)-: nilllinall'" ,'~t;'¡n ya trrmina-
Jos, y que pI d" eOJ1lcl'eio lo p,;I;ll'ia lalllhien, si !lO lo dilata" .. la
nc('('''id;ul de C:Hllil¡al' de n:>IIi'I',111 1'1111 1'1 civil PIl tOlla" la" matrrias
qUI' les ,.,on COmllll!'"


Tambicn me c,; nluy Jj'lJiljCI'O dcciJ'i):; 'FU' las di[luiadoIli'S
proYin,'ialc,; '! los a~lIlllaillicilt(:" hall COI'J'I'Spllllilido dignallli'lllr fl
las eSlwranza,: (1'11) me pJ'olllcll de la !IUl" a !'orma if ue Si~ le,; ha
dallo por lo,; últimos dCl'J'CIOS, ClJlllpue,;los de los ciudadanos mas
tlislillgnidos por su probidad, por sus IU(;l\5 y por su ceJo, f¡~n llc-
nado iíd moLlo mas laudable el obji)to de su instilnLioll, y \0 deho
darlcs este testimonio público de aprobacion y de :lplauso, 'no ,010
por su anhelo ~n promonl' los intcrese~ J'e~\)('divos de su pai" si-
no muy especIalmente por el auxilIO cheaz I¡ue han preslaüo :¡ mi
gobierno para el grande y cslraordinario aUlllento que últimamen-
le se ha dado al ejército,


Una vasta elllJlre~a para conclnir todo,.; lo,; call1inos PI1IP"Zillloi
en el J'l'ino,y jlilra abnr otros llU('\O,;, ~eri;¡ en cualr/uii'r lil'Ltl[lo
el nws Iligno objl'lo dI' loS lili'dII:H'ionrs I\l'/ ,,,Ii] li el'llo , ]lo!' el 1111)-
vimieulll y YI~or IJlle COIrtIIlIl','dr¡;¡;1 I<ldn'; 1'1'; ind""lri;l", P,'rl), ('11
la actualidad debe c,o¡b¡dnarse COIlIIll'1 ill:;(!'U!lIí'lIll! 111;1" !,or!nilso
para estirpar en E;;pa0a hasta el lil ti IltO ::;1"I'II1CII di' la ¿lInra ci\il.
Mi gobierno, por lo nusmo, I!0 cesa de oCllpar,;c dl~ 10:i uli'llios 1\(0
llevarla a efecto; y no I;stil d¡,;tallk el (lIa en que, l!l:slrlli¡l;lS Pi)]'
nuestras armas \ictnriosas las locas e"pl'rallz¡¡s de 11)'; 1\)J¡eldl'';, \
re:;lablecida lJ conlianza cln 10:i e'.lpilali';l:!" n'!cillllal." y I'~tl'an~(':"
rus este gl'anilio,;o y hl'lH'~lko pl'oyl~cl') jlrdplrcilllli~ lrai';ajo y ,,'¡¡fl-
si"tencia honesla~' trallfluila ú tallto,; inr,'lie(',;, a quil'lI'2S ;11¡llra la
miscri¡ arra"l]':! Ú ali,.;I:1r"(' ell la,; Jlalldel'a,; de la usurp;:cil:ll y ;\
hacer armas COlllra S1I jl:lIJ'la,


Al llamar vuestra a1L'.ncioll Ú (,lilo,; i-!,raIlIh':i 1l\1~dius ¡\(~ utilidad
general, no l'.'; mi Úllimo, ilustre,; l'rúc(']'(',; y ';1',1111]'(''; ProclIradures,
distraeros Hn mO!lll'llto del ohJclo a IjUC I¡;III ';Ido clln rocadas (',.;-
las y las Cortes ¡¡nlmio]'c..:, El Ikbe ser :,ill dllda el primero, l'l
principal, ci)m~ ~~I mas ur"cnlc y 1\1 (;I;sario para cOllll'li~tar IIlIl'fi-
tm rcfornw poll\ICa, Pero 1\1) he lIUI'I'II!o lll'garlill' al dl':;('1) di) I'I~­
corllaros v jI]'()PO\Jl']'o,; 1;\ lll('jora 111"' pucd('1\ l'I'I'ilm :li!'cn'nlt's ra-
1l1O", II(~ lá" alllllini,tr:lc'iol\ [lIIIJli"(l, 1"",'cialllll'IIt.~ 10:; de (i 111'1'1';] )
Ilaclclllla, que ,011 IlIs 1,11'1I1\'lllh 1"',lllll'stra c\l,li'lIl'la, y ('11 </IJi'
deben ellll'!t~arsc COllllltla pri'L':'('IlL'I:¡ lIUi'sti'1I 1'"IIICro \' solicitud
redproca, Ya nw:,lra rcunion 1" IIlla ;IIleora de sl'gllri;lar! para 1;1
felicidad di' los jlllcblos, ,In ;¡poyo rlllJlhlil P;lr:l 1l1i gohil'l'lIO,1I1I
prL'"a::(Ío fl\lh:sto para los clll'llligo'ldel ¡'¡rtll'l) y dI' 1;1'; ll~~(,", y 1111;1
seo;11 di' !'luna para 01 hando de la rl'IJl'lilJli, i!'ara 1111 ,11 rni'llJlJ
tiPllljlll es 1111 manantial in,l:;ul:ilJII' dt' ('1)11:":1'1(,,: (i"IJI'madora IIl\
esta íneliía JI<ICIOIl, Iill alllO[' l!:Icla ('l/a "!' ;h'J'I'l'II'IlLI 11Ias cada tlia,
mientras mas cOlIlI'1I1 p/o el ;¡ !!lO l' IJ 111' lo:, 1',.;p;liílll,'" IlW tribulan:
m:lllre (le ballPl I1, cOlIsidl'l'o cifrada,; ('11 Yllblrll ilustracioll, ,i]'-
tlilks y IntriolislIlo la sl'gurillad y la gloria de ,,\1 lrono,-lo la
reina GO!Jeruarlora,-Esla rulmCalllJ tic la l'I'allllaIlIl,




DEL ESTA\IE\TO 01\ ILlSTI\E:-' rnOCETIES AL flTSCrnSO Pl\O-
i\'1'\t:rUH) POli 1.\. I\EI\.\ i;OnEn\AUOl\,\ E;\ L:\ SESIO~ HE-
L1.\ 111,: 2! IJE ~L\I\z() nr: ,IR:lli,


El E,laI\H:nltJ Ii\: PI'UCCi'I~, Ikl !\PÍuo Ill'p:a Ú los pÍt', del trOIlO
para I'pi le 1',11' 1'1. sine!:ro 1('~li\1l1lIIÍI) de ~u k,lllad inaller;¡ble: y para
ofn'cer la 111,1' 11';:\ ("loIH'r:lel!)!1 Id p,','II:O y c,llJal ctllllpll1l1lCnto de
lo.; ,!cr:lllIlio.;",; d,'..:i:!!IÍ'" qUI' I'¡ <'1'10 dI' \. M, se ha propnc,;to al
aÍJrir pr,r lerCl:ra' ,'Z 1,1 qllln;trill de hh l,'yc,;.


En el i"<llll\'il del pruy¡:clo dI; II;Y l'II;l'loral, ¡¡ue se s()]netl'rú
illn,,'dialallwnlc Ú la Ili":I'II,,¡Oll di' k; E,;I¡¡llll'nlo;', ~C?;lln se digna
lII:lllil'l;,;larllo..: V. ~í., lo:; ilrúccn'" i,(¡lltrilJi,Írún con t:ldo" SIIS i,:--
fll\'l'ZO'; para ({ni' S:IÍ;"I tan 1'{'\'1'c:'[a (';;1110 \" JI. di'.;ea, Suma es cn
10110s lir'I\llllJ' ~ll ;';1':11 l'ILlIl é il1!JlOrLlllc;a; pero mucho J\layor en
la;; circ\lllolallcia,; jl;'1':'I'i, 'o.;: [lD!'([I;C'l¡¡s Prucuradore,; ú Corle, 1]11('
J¡:l\l di: ,el' Jl(JllIllr:!d(!~ a (,,;:<,'1'111'111:1:1 di: jo qll(' en ell:1 ,e di,;Jloll-
0';1, di'I!I'1I clJllellrrir;¡ Lt dl'lir':ldj..:iiil;¡ ojlcraciUll üe, re\isar el Esla-
I¡¡iu I\c,d p,]J';l dar e¡;[;¡lJilidad y ¡¡nuez:J á las leyes flln¡[:1meJltale~
dI' la 1l1{)llarl[ lIía,


L1i'g:ldo 1', ya ,il! dllda vI 111(1Illl:n[0 ¡]I~ ,([ue las .Ilegociaciones
enlahlad:l': (';)Jl lllll',lr",; h:'rnJ:lllu, ile "\i!l('J'JI:a recd¡all 1'1 sello de
\lila illCUlill'u\ ('rlihie 1";.i:llidad, y ali:1111'l'1l del modo Jllas ,(ílirlo l:1s
¡-(,(,Iprol':!,; \ Illllaja" ~\ Cll~: o gll!'l' !lU'; cOllúdanlos "íncnlas de S:lIl-
!'rt' y la 1lll'Idad de illioma, ti,': [\'\'I;.;ioll, lit>. lISOS Y co"tumhres. El
¡':,I;lill\,lilil :'1', cllmplal'l\r:'¡ I'll dar pruI'kl;; di' qill' ';1\, ';1'lllllllli'lJl()~
,O!II'C I"!" iJllpllrlalll1' 111',",1)\'io !]il dc.;¡Jicr:n deIIUi1;.iIl:Úlilllo carác-
tl'r d,\ 1,1 Il 11(' 11111.. III di'';1I d¡~¡li:l,iil, ni de lo.; principio;; de e([uidad
y 11(' jll"IÍcia q\l\' dl'lJI'II prhitlir Ú lodo;; lo;; con\ cllius,


7\0 (';; decible, ;;l'iíllra, el pl;lC('r q nI'. ha causado 1'11 eJ
úllillill del E~lan1l'1\lo la illliula ('(¡i\1 iccioJ] de' lo,; felicl's J'('snlta¡]li~
<¡III' \,'1.: dandll ya, ) la dI' lo, maylirC~(lllr ;;c l'';lwran t'lda\ ia del
CIIltljdi!!lil'lllo jllIllll!i¡l (""1 tratado de la Cuildr\l[lle .\líIIIIZil lJl1e,
con 1:111 :11'1'1'1;111:1 111"'\ ¡,illll, Y ¡'1m 11l1:l :le!!\ itl;ld IliwO ('\1111\111 en
Il(lgo(:ia(,¡(¡il~\"; ¡Jjl !:tl ;'!l;lllti;l, P\'(iHlO\ j('¡~, ~\ljlO ji,'\ al' a C;!1lO Y.l'l.
La CI)I,pcJ'llciiJil lJlI¡\ 1'11 ,Ii 1 i¡-I¡¡" 1111' 1'1'(',1;111 la.; potl\lIl'ia:.; "ig-
llalariil;;, Clllllll'ral'illll dr\!,ida 1'11 pllr'" ;i la III,!:' ju:'la rcciproci .. ·
dad, l',lIl';lllidara, k,jlb dI' n¡<'llu:;cahar, la illikjlelldelH:ia naciollal,
y acl'll'r;lrú ('1 slI!illirallu lllQlllCJ]lo üc la paz inlerior del reillo, ~ill


TI"m 111 2J




la cu:d ';Pl'ian tal'din..:; y 1l1¡tU!·jl:I\¡fl~ ,~Iíi Il!;¡\Oj' \'1{1~!(1I1 tlt' ~,iI!~U
p,paiíola lo- 1'lJlimn,.; rrilli!~ IJ!I~ líl>:' p:I'I'III:) '\ 11,'-11:, 111111111 111'11"["';:
d(',;¡J" qllt' tOlllo la,; ¡il'ud:í,; lid !,rdJlerllO,


A tan plausilJ1L' nn cuulribuirá Llillliil'll !a ÍlUI ua ,1r¡;WIICI "'"'
fJno ~iguen, set!1l11111l~ a.'t',!.!;ul'a V. ~I., las n\,lil!'j()n(l~ (¡'.~ \ ~lt':";!J'() ;(1)-
IJil'rno con lo" d(~ :lllilJo:, hl'lJii,;fL'f¡u,; I[UI' 11:111 r,:clil¡¡lt,i,;o !:l 1:';(lli-
midad de la reina Jll!l~str.1 :'eiíora tllJI,a h;al,('] JI.


Doloroso es el'j;;I.!'::\ i') (!c lo:; l'''llitUiI]''': q!il' ("::'; UII ;',:JiI'!'i:: I'¡,
duda, por preOC\lllJcioll UlíO,;, > ulrr,,.; pUl' sórdido 1;lkl',", \11 l·
llwnle criminal fué su l','Lelion arlllaua, v HO es IllCilO; d"i,i'ii',IÍ,[,'
la ciCfja obslin:lcion COI, :¡m: han desoído'los rcilerallos lllll:kn:i(,i'-
tos ¡¡ue les ha prorli!jadu \ :[(',;tr:! 'cll'lllencia ';Olll'J'alla. ElllrcL!lllu
forma un COnll\lste C01HJladllr la k~ll1 "ti di' JllIl',trd:i tropa, d,'
tí(~rra y mar, Su yalor ¡'Il lo:, CUill:¡:l.lc,.:, su~ co¡¡lilwa'; [ali~:I'; :'';1\';
pade,~jn1ientos indcl~ihle:-;1 que 11'11':1. ;il\¡~ 11 ¡: " ¡ldi,),I'U'; pi ,.;iJl~lIl;ll'
elugiu flne tan jll:ilalll('ntc' lt':, trihlt!.l \ .H" ",¡IIi]l;) jlrcn:l:t ."(',,:1'
ra de que se !lollrlrú proulo t('r,i\¡¡w:\ Ill:(,,,:;,,tro:::.1 lucha qll\', t!",-
pcdazil y :1niiJllila la !l:lc;iUIL Chria ,,'1'/) (~,i:: ,k mi::,,;l!'!)::: '1IIi,'nll''',
gloria (¡UI\ no podrón 1ll):Jlciliar:Ji I;i:, p:: . ;i';ti",; "IIC',I1::;):I" dt: l.:
guerra Cilil, ni las alr,y;id:ll!l':' tan CUlll\lUi':; l~l¡ (,:;,;,;, ¡¡i d!lll :";;
tan feroz é inhumana \'('jli'e~alía qtll'. ha reprobado CI,a illdi::II,1l:iull
el voto unánime de Espaiía y ele la ElI!'0jla C\\tcJ'~. y ('.\\ la qUi\ !lO
insistirá mas el Estamento por nll alli;::ir ,,1 animo de' \'. :\1.


Parle lcndrún talllJ¡j(';l culo, laurp)(',; ,\11('. n()~ Pl'!lIlI('I\' (',1:1
call1paiía las legio¡;e:i aliadas <[U(' ¡¡¡ililar. )¡:,.in ]!i:('.;.lr<1' ]¡:llId('-,
1';)S; la di \ i~ioIl I)(;l't¡¡i;lle~~a l1 ue nn-; ~n\ l ril)u),' t' ~ {lit \i! ¡n (i up Ll di~'·­
ram()~ Ull dia; la lJi/;trra ju\cntud l;t' Ci:ó'L' ~'l ~11\·u:'ptlr,ll' .. ,t' (',11 !;l~
1ila:; du llue"tl'lJ' I duran,)" , de i: ¡i:,L' "il'; ., il'i:I<II" \
úlllula de SIlS J¡;¡;.allas, yel lluiJll.\ jlt'II:L::\"::; :l;,',¡,' ,: 1" ... ;:i!,"
de ~a\arrll. .


La imlh)llCllb~ 'pn~~{'llcL~ d(' [lH.'rZ;¡"': LI11 L"~"/,'~,!!,:\" .¡:¡ :¡~.lr(1
Ú los lnas o}):;lluadu.) y h;l),;~ qtli~ ~l\ cntJ,:j',~',l Cll;tllt" :;;lll'~: ('! ¡ril;l~rn
dscisiro, y que c~lc~ ~ca j)lcn¡)~ amar;..2,'i), ec:u:ldj,jií,;lJl~¡O Lt ," ,d..!,I\' ~¡(I
tantos infl'lic¡~s, que seguJl la ('slJII'S¡OIl [:;1\ ]1t'opia dd C'.lillll:¡"i\o
corazon de V. ~I. aUlI'llle 7'cbdl/es U des¡¡(({II""li~(¡(I(I,:, ,,!lil ,¡"".!,(" í,i·
jos de E~P(/lI¡¡,
\)i~lIa c,; de los mayores clo;rio,; \IW"tJ':l Slllici:u:l ;hldll:¡ P(II' I:¡


guardia uHcionaL Llamal!:] Ú ('o\\,('I'\:1r 1:1 lik'rl:l',¡ y d <;ld",I1, ,"
l'l'üci~o y llrgrlltl~lmo ql1e rc~cIJ¡a L10I'!PllilZ:lC'IOH 1IW' dll;l[í),:l<l iI
los line; de:iu instituto, Bil'll 11('II!'trarla V . .\1. ¡k (>t:t, \ n,[.t;i,'",
se ,;ini,') III:lIl¡]ar qUe'.:il: jll¡,;in<! en planla (k,de !ti(',!,') (,1 ¡¡!'(II("!"
de ley adiLillllal J!1'i',"'lllado ('n la :lulnill!' !,,~¡,;I:I:l\l'a, q::,' :;1 ,'('('_.
rar:-;p, e:-;la h:lbi;t ~:d() ;qH'\):,(ldu ya (In \'1 i~,.:.l;~lllt'j:l(J d~\ ~.! .J:'¡¡J'::~;il
rcs, PUl' Illedio de J:¡ tI¡'I':I·;il"lCII l'l di' 1'1'",','1','';. ,'In :,¡ ("lii' 111'
rencia de cnlraml)(l:-;, ~i ltuj);l l :'l; jil .',ar;\ (.jJ:¡, ro,',.';; 1:1 í¡l:'~l,1 il!'\j
yecto el eal'úder de ley q¡¡,' i\',¡il ¡:~ f::j¡l~, ! \'1,1:: a" ~¡;i r¡;~';'i'.a Lt
pcrfcccioll (1\1(\ anhela \", .\í,


El Estalllento Sl~ CIlIl:!lll'J" en ir:JIl IJiall('1 ,¡ d,- l:IA :,I~('! ,:: ," 1"
que ha sufrid,) la tl'anL\llilid;\<! !¡lIl,li,:::. 1,:) :dil 1i",JI"! ¡-,II';' ;, d,




\'. \1. t;l'lloc:e 11111 y )¡i('nlllli~ ,·1 1,lrJllni!o dl'''fJr[\~nizarlol' nn ,p apl:i-
ea ,'(¡JI J¡ala,~I)~; ap:I\'I'lil:t oi t:;i!:II<lr,,'; 111'1'0, l'II:llIrllJ menos ~(~ ('slll'-
rakl, IlrI~lalil"lItlli,'~ l"'clI<JIl!lIil'r;ll'l't~II',llJ, IlIdll_' Ú le\:lJllar su
fr"llte lt'-IIII'1'aria, y :'1\ lallza 1'11 C:óCllJl de]u sociedad para hacerla
11lT~a de ~ll iil1p!;l<'ilIJle, ,aiia ,i IlIIdiesl'. Trisle 11I'1l('ba de tan
am"rga I l'rd;¡d 111'1'1'1'1:111", odio:.,;),; y btalc" c,.;ccnl¡,;quc prcsenciaha
la capiLi! ;/('1 ;llItigulJ rCilliJ di; Ara;.\oll, aeaso en el IllOIlll'nto mis-
lllO 1'1111111' \ •. \1. lkrralllaha UIl húbamo consolallor. en el coraZOll
ti<' "!I' ,I'ales "ltllllltO':, ll:'I';.\\1I'<lllllulcs que se llllUlil¡¿ (iu:!o!lu las
h/('dulfls J¡/lIS l!/'¡;¡'¡tl~ ¡léU'a r¡1I1' no se J'i')liticsen los di::;{ul'[,¡os 11111<,-
riu)'c-. Ft'\¡Zlll('l\it, ,ue,lra profulllla [l1'l'Yi,ion ha ill\ oeado la ('0-
opl'ra.:i\llllli' IDo E"lal~íI'IlI()s, á ¡In ¡\I~ qlll~ las providencias ya acor-
ILIIl;¡'; fllr:'l'11 (Uillj;!l'!u!ili'IIll.' elicll",:". Los I'rú¡;eres amlJicionan la
¡1;lul'i:1 di' ,-"n:l-j:'uir ('1111 1,1 111;h ardiclIk I'clo para f[IW la illljluni-
(\;1<1 1111 'Ig.l ;:!clll,llldo a lo,; cllellli"o" ddónlell y di' las leyes, y se
l'i:'ITI' di' lIua H':~ el ahi,~mo l'n que intentan sumirllos.


El \ ulo lit; clJnfianza que, lan frallcamellte otorgaron las ,Corles
Ú \ lIeslro guhil'I'Il:), prcol'lIla la ]ll'llcbCl mdS irrecusable de la cor-
dial arlllCoIlI;) elltre lus podl~rl':i del Estallo. Para no desmentirlo en
la j!I'Úl'lit:,I, ('unlal,a vuestru gohil'rnll, como SI' sinc declaramos
r. ¡\j" !lO hacer uso di', tan alldl\lrosa concesioll sinoá Zavist({, con
el !I/JUY0!l [n/jo /It i¡¡.ljJi/'w:ion de las Corle,; y ~i, disueHa6 estas por
V. 11, cn su uso de Hl re,¡]prcrogati,a, 1l0hall podídocjcrcer la in-
lel'\l'tH.:iol1 que le l'ore6¡Jondía ell los reales decretos ]lub:icados
dp'lll'. mediados de klll'l'ro con el plallsihle (\psignio dc mejorar la
~ul'rle¡JI\ lo:; acrt'I'(\ol'l''; iH E~t;1I1(), pI E,tamenlo e:ipera que, SE'-
gun I"ta c,pre:,ado cn 1" L'y·_ Sl' ~lIlll('[erú al exálllcn de csta~ Cor-
le" L1:i ILII~dida,; Ijllll aqllt:llu-; cl/oliellcn. Su inmen:ia lrasccllIlencía
bajo lo,; a-pectos p,díli,:o, religio,;o y ecolllJlllico reclaman illlJle-
rilJ,;allll'lllc q!le s,~ o('upell la,; Corles dc objetos de tanta nlagni-
tud y gr;lI('dad. El [,I¡¡mento, al hacerlo, sin perder de ,¡:,Ia la
sill1a('ion prcsl'lIll~ de las CII'"5 y las Hrdaderas necesídades dp.la
nacíon, prl!curará hermanar los jlrincipio,; de la política con lo;; de
Ik b]\htil'ia.


El E,:tamenlo s(\ cougral\ll:! 31 oir tle la boca de V. 1\1. que,
Y\[('-I ro grllllerllo. lkl Ú>II ,;Oklllll\' I'rollll':ia, ha hedlO frentc, aUIl-
qtll' COII ¡[ilit'\lltad,:..; y al!HlIl aira-o, á los gastos Jlúblicos con los
rccur"lh ordilJarilJ~ <1[1l'ui,ado, pUl' 1,):; Curle,;. TamlJiclIobserra con
sati,faecioll 'lue "e pl'Cjlar,1Il reformas, mejoras y econolllías en los
dir,-m~ntes r.11l10~ 111'. la lL1ciclida, aunque con la prudentc cir(:l\TlS-
]lI'cl'ion y tlelenillliento qll0 a~('gllr.l 1'1 acíerlo de toda inno,adoll,


),U h: t', nl('nll~ lisonjl'l'u el illlllnci() de I[\le pI ll\lCYO código cí-
\ il, !Jd'l' <lt'_ tl)do.; lu..; dl)llla:i, ~e halla ya en estallo de su re, i,;ion
ltililll.l, ,it:l!d" por l',,:¡-iguil'lllc ¡le C:ilWrar que, en rl I¡\le rige al
COIl1l:1t-:O ,l~ !¡;I,~;¡¡l l'll:l,¡[r¡ ¡¡¡¡tt''; Lb lIlodilicaciollé,; necesarias pa:a
]1()ncrlt~ en 111'1111111;:[ ('011 ::'illl':, :'1":(ill1 lo Ill\~'>illl) Y. :\1.; y estando
adl',i1Ia;; conclllido,; el 1)('lJ;¡] y l'l dl~ jlr()l'l~¡]ill¡jelllo, CrillJlllales, el
E,;lanll'ilto I;olllia \1:1' pronlalllellle llll'jonlla nuestra legislacioll, y
1'01\ dl:.t h [l,.\!ltillj~\r,v:i¡)H de .i'.!'l.irüt. .




:HO ,\:-:ALES DE lS,\JWL 1 i.
l,l':llo ,''; ~1¡\Jl'\~ 1I1all<\ra ('1 tt~,;(ill\lIlll<) 11111111('1) dl~ ap!'o!lncioll \ d~'


aplalH l1 que trihuta V. ,,1. ;'1111'; ~ylllltalllil'll\(H y ;1 la,; diplltai:io-
nes proYillciales. Vuc3lro gllilil'l'IllI, qlli~ 11I'pvI~ia In" Illa,.; (dirl" )','
sulta(los, ansioso de no J'(,tar¡]arl()" pillin ~ ohl!! \'0 di' la" (;01'[1'" 1I11
yolo de conlianza para la creacioll y H!!ela planta (k [l1[!!rll<1'; 1:111'-
lJOl'aciolle5. El examen de los reale,; decreto,; ([111' [!!i'!'(In ,'olJ:ii-
guil',nte~, prodllcirú la !!lit,; cOlllplela urg llIizacioll d,~ ill,tilllcioncó
'an bcnéjjca~,


L:l cOllstruccion de camino,;~' canales, que ha ll!; dar;1 1I111'~lra
agricultura, industria y comercio el grande y pCl'lllallclIl,.~ illljllll-
!lO que reclaman eou tallta razon, 1ll'Ojlorciouar:'1 ,ulelllas IJcnpal'iIJII
y Cólllo(la >iu]),islcnl:i:l Ú lI1ill:1re" de mi~er;liJlcs q'lP, por careecr de
ella, viren c:;p\le5Io~ Ú la i;cl!al'ci(JIl rli'l partido n'belde,


Mejoras tan illlpori,lIlles adclanlariul la nJUl'1ll11 ]lolitie~ Ú qlll~
aspira yuestra solicitud maternaL y par;l ,:!I logro (lrr',;lar01 el
E,;lamcnl0 con ('lmayor e,!lloro lolla la cüojll'racioll <[Iil' I':'t:~ el :ill
alcaIiLI~. ~i podria :;in llICilgua, cliaJjd~ nu 10 c\.igie:,c ~II Ih:hl'r. lll~­
garc á secundar las C3jlerallZa,;]i"unjc:'¡¡s r¡ 11(' !J,l l'oilcclJill1i \. ,1. dI'
la ]ll'e:icnlü rClInioll IIc"- 1,1':; Corll'". El, ulla; (:l:C,Jl¡(r;II',1J1 111; 11:If',I"I):;
la úneora de:-in f{~li('jíl.!d: ',U~'~lj'd ~~'{jlJierliO un l'()j}[;:-,~(; ;!P('~O; ;-;u
bien llH'rceido frcno lus CIlI'Il,igO~lkl (¡nlen y tl(~ I;,;.¡ 11'\ 1',;, } 11):' 1'1'-
beldes Sil estürminio, A"i lo ha presagiado \'. ',1. En \<lIli) llIh Iléll-


!)aríalllO;': de la I1Il'JOI' IW':;¡JII',;cy d,~dúr,d, \,ilje[o Pt'I',ft',I'¡'lltc (](o C,;la e~·l~laLura,:SI l()~ lna~ car¡y, lH\.crl'~V:) :-:Ol'ii.lU'::', Lt l'UJ¡!ll'¡: ll';~llqI!1l1·
¡!;ld y consiglliellte 'i'gllrid;¡ü i"dil'i,:II,d Lí ,-U!,rl:: ,il~ I'lli~i.''' dl,,1I11~
dü lit mayor (';)J~::iidcl'al'iolJ~ la de 10:-:' ~it'¡'·.':';i\Ii\.':-\ {¡','i !':~L~lh~ 1;, 11(' ¡il~
p~p~n-lOll\~ f{)d(j~), l'(q;tinu:ll'an en llllt! ~;Utld~'¡l)n prc('(¡ria) V;¡~;l,~(\rd
si la ley, (,Jl ti!!. 110 j'el'Obl'n:-:i~ de UlTd) :-'lt itLIH'I'IO. \ .. \1.
conoce'la nccc.",i,j,:t! llJ'~Cilk di' pUti(\t' ]i¡;ll;il t'll (~tj¡¡. E! ('1\111 d(' i;I'~
Cortes salJr:'1 conciliar la Cliily¡,¡:il']j[C l'('krlila¡J é'::i I,j ,I,i"rll): I ¡,;¡-
liará el llledio d,' Clil'i',',;pUlIi;"r ir la !J1'i:r;1 'lUI' k, !:;t ,:i-IIi'I',";I,¡'
V. ~l. ln:Jllirf'~;ljúl(iÍJLh q¡;¡I, \/: j'{'11I/lull t'.) ji/ti i~ .. :1. l,':i /¡.'///u/ni/lfl
ina(jo/aMi! di! ('(111'111'10:" l:l i,:;lrlillI'lIt'l, ,'1'11\)1';:. ';1' eI,'!';I!':, ('!I ("iI:lri-
hUIr !le uua 1ll:IIH'ra dicaz y pI"i:i\ a ,1 J;) C¡:lI:;:,iid¡¡l'i


'
lll I[¡-¡ 11'¡,III' IIn


vuestra all¡.';l'sla hija y de lus indl':itrIlLlihic, cillli\'illo,; :k !;1 i'rll:'-
peridad !lacional.


Sala dI' la comision del Est:nlwllto ¡Ji; 1'r,'II'I'1'1':; 1 n tic al'l'jl di'
lS:\j .-.\.rzolJispo electo de y,i1':lIcia,-1J1I1.{ 111' de (),;lIllil,- EII'O!H!c-
de l'11!íonro"trll,-)Jalllil;1 ,lO:iÓ (JllilllaiJa.-~LlIjlll'1 1;:1I'I'ia I!('rrl'-
roo:,-'-.1, ('1 dIHIII(' <In (;01'.-.1<11',,1;0 l\laría dI' l'ar~;I.-EI ('111111,' ,]1,1
MOlllijo y ¡](' )lirallda,-~icola:i María liarelly, :icneUtrill.




(o:\TEST.\C!O~


IlEL E<-;TA \lE\'\'I)])Io: 1'1\01 :\."i\.\DOHES AL DlSCU1SO PllU\li\CIADO
1 'UI\ :-;, ',1. 1..\ lil-:I\\ I;ilLH-:¡;\\UUI\\ L\ LA SES!U\ DE :22 DE
\1.\1\/:1) m: 1,\),;,


1.0'; !'r,I('¡; ratloJ"t's del nl'in0, en fjuicnt:s acaba 111> recaer la rlcl'i'ion
para "UI)('liITir ~llu' trallajlb kgislali\oo, Ile::aI1 en \irlud lid Ila-
IIlilllli\"lilll Ik \, ,11. ;1 mill'::r el Irll!IO ti·: ;<\1 an:':n,L\ hija la reilla
t!liI-li! 1";:¡\1I'1 ji, l'l!l :111,(1)';11" di: :lne¡litar lel lc;ilt"d \' el palriolismo
q 111' CIl,'L'rral: ",1', 1)(,c!1lI,", éOll1ú C"S]II'I";llIzado,; PH \:; alla sabiduría
'¡p ,,- \1 y \"1 S\I~ w})in.; y 1 1 (\11('1'0.;/)--:. il!lf~l;li(\ll'~" ~ r<':'l::--.¡~::tdi:l;;'.; 'd'¡\' qll'~' !',~ 'l¡Li~~',Ll Y ~\t;')r{ktl -l)'Ú~~¡i:·~'C!l que e~¡ri!Jf1ll
llol::h Ja"- !!U'.ior;l~ :-.()l~¡:¡!r-..; l\'(ILilll L'CIl la ~rlh aMuaJ'llia de d(ln~chos
plJlilico,;, (,liJO l'jl'rciriil dimane ele! act:\ conslilUl'ionill <Id E,ladll,
;1i'O,~l'1l 1'011 :~rillillld y reslll'lo d nllllnci" (lllC \" :\1. se digna hacer-
le, dl:1 proyt'du di' ky eieclonl, pni\.imo ú ser presentado á Sil cxá-
IIH:Il. PUl' ('sta ley hall lk, "cr elegidos ]0" llamado, ú la grarc y de-
licada l1Ii'ii'lll di' !'I'\ i,ar ]l1H'"lr:l, ín-lilIICioll(,s fUlIlla\llClllall's; y los
Pl'ilCllr:lIlol'l's dl:lll\'ino, qlll'llc-dl' csle pllnto aspiran {¡ reH's[ir de
luda i'1I11,;i¡JI:I';lCi,JIl la ohra (\" SlIS SlIcc,"ores, ofrecen á Y .. M (",ami-
llar sin tardanza la ll:y ('lcélqral, disclltirla con rd\í'xion, y procu-
rar q 111' salga de SIIS lll:UllJS di"lla !le liJo' l!estillOS reserrados él la
llilcion e,;paiíola.


El E,;tall\ento de Proc\ll'aclores, !lO solamente se halla dispuesto
:1 ¡[¡Odiear ,u,; tareas il la ley elecloral quc forma el principal objeto
di' Id )Jl"t:'l'tllc c:JJ1roca,:iun, siHO (JllI\ recibir;l con igllal celo yar-
dor lo..; d(:liI,b pro) ,'clo,; de ley qlle Y,)!. II:H!!a á bicn llirigirle:
liIi~lilra.., 11I'i'¡¡¡:l'l<.'!.¡;a rellllido, trabajar;¡ con cOlhtancia, seguro de
b;¡()!'l' apru\ I'cltado 1'1 til'llljlO, oi I"ol'l"e,;ponrlierc ('] acierto a su bue-
lla y llollr;llla \uIIlIlIO\d.


Particular ati'llcion ]lontlr:í en (~] úrdu() negocio de la emancipa-
Cillll de la ,\ illl'ril'a e,;paliol:\ y al dar SIL yoto para autorizar la des-
1I\1'IJI!"';I,'iilll d,' [an \a"ta" [losl',iones, ~l'arlara la \"iSla llP lo pasado
pa!',¡ 11'"11'1 L: I'n 1'1 ]11"('';('1111': I'onsnllandll únicamente el d(:coro na-
dlJ!lal y las l"\'~LH de I"lllidad, COlll11 ill'S Ú lodo,.; lo,; llOmhre~ y {¡ to-
do,,; lo,; ti('Ill[lus, llora c,.; 1:1' q\le scan i1mi¡ws dos pueblos que la
nalur¡lIeza lllZO hCl'Illi111íJ";, dI' I¡\le,.;¡; bOl'l"cn los vesligio~ de las pa-
"Jtla~ IWolilid;¡(\(:,;, y de que, !l0l' la permuta de la:; respectivas pl'O-
ti!IC\:iolll'';, ,;ca laH Ill'Hcliciada ]a industria de los IIUCYO:; estauo6
.¡nwricauu;; CI)I\l"la lle la r.:"lH\iía (:mop('a, Y la lit' la" ricas y feli~·e~




AN.\LES DE J~.\nEL ll.


Antillas y Filipinas, (l\\e forman sw.; aetllak~ pr(),íncias eh' ul-
tramar,


Muy satjfactorio es it tOllo,; llb Imenos l'''pni'íolt\s ('\ l':iCllt'i1ar d(;
lo~ augustos labio~ de V. :\I. la Ib:laraciull de qlle lo,; 1I!'IJlarCa" ,ig-
llalario:; del tratado de la Cuúdruple .\Iiallza l!fl'l\C('ll ""rla dia Ilill'-
vas pruebas de ,m cunstante amblad y lJ¡o ';II~ sillt'C!'I!' dl'-;I',I, I:el
restablecimiento de Ja p:1Z el! la jll'llill:iuLl. La.; lJal:ilJill':" ~·"',·,f)rll.
cumo lo,; imlil itlllOS, se Illlsean y ~e'lInl'n illlpl'liri:ls por I'¡ i,,:tilll')
de la COlllUlJ defensa; y cuando dos principios Upll~>t(J:i, ll!il, dI' ¡,illl
y otro de mal, uno de lihertad y otro üelirallia, s'" hacl'lI c!'llda
guerra en el anchuroso espaGio dc la puliti"a uni, rrsal, tlillcl: y
hOllroso es el enconlrnr:,C) en el t:illnpo ti\' 1", lilirt',;, y CUidar, !lO
con el apoyo de tcncilrusa,; iliaqllillacilJ!lI':', ":110 COII la dl'cl,lI'iHla
simpatia de gobiernos y pucblos ilu"itraduo; \ [IlJlicru,;o6. La [-LIIlI'id,
la I Ilglaterra ~ el Purtugal ticncn lIJo Illi:;i!¡IJo i!llcre'l''; qlll~ 110")-
tras; y la decididn YfJlulIl;¡d ('on que 1I0S prestall "lh ¡¡¡¡,dio,; para
ahogar al falJalislllO y la rell(\li,)]J, gt¡;¡ l'ccid,h 1'11 la,; 1ll1l1¡IMi¡b \ il,;-
congadas, delJe ser lJast1ule all'CliI'Iulliz¡(1' ],¡';¡III:lli,b lila,; ¡ljll)(';;do.;,
conrcoper,to al óxito de uIIa COlllil'nda, que cll', lIelle 1'1 ]lun l'Ilir
(le la ci\'ilizacion y el progreso,


En siLuacion tan (;ollsolatol'ia, el f:s\amento se fl:lieita (\e que
ninguna alteracion havan recibido li¡,; pal~ili¡;as J'('IQciuIIl's üel go-
biernode Y.:.\1. con eí emperador dd Brasil, cUllla l't'¡ntiJlica lwrll'
americana, y con lo,; E~l¡¡d(),; cllrupl'os que I¡an n'conocidlJ a
lluestra augusla reina, La plJlítica ['¡-iIIlca y liIJeral que t'lJlTI':ipundl'
it nucstrasituJciun y {¡ lluestras Íll:ititllcillilC:i, delH' h¡dJl'I'[ll'o:lllcidu
el de~t() de (lue, 3,Ü las llaCiuIlc,; q'll' llu,; llllll'''lr¡¡nlll'llü\ol,'lll'la,
como las Ilun lIOS lIliran ell silcI:cJI), hlgal¡ .I11:i\icla al (':11',\('[1:1' '~"i­
paliol, de tan abonado \elllpil' para mlligo comu pill'lI (,IlI'llIi~(I.


Las ralicnws tropas ljlW por liena y pUl' llld!' c,ln"'l!dll de "id
en dia cllrj'j'itorio donde trelllUl;) ellH'¡.jI'l) ,'''I;¡lld;¡)'I,~ ¡j,' 'a :'1':"'-
lioli, aCI'lnl'an 1'1 instaniL' del triuufo ll.lriiJll¡¡l. :'lIi'l'ida.'; I:U la,; ['''ll"dc,
y pri\ aciollcs, i!lln".pidas en los cOlulla\es, l: im;unll'clslal,Il:,; el! lit li--
delidaLl, sustentan el bonor de lllll'stra,; al'llla~ ell las, ici"illld,-", d,.:.
una guel'J'a, donde todos l()~ accidl'n\e, lOC,tll'; t'~lil:¡ CIi ¡,uld ('¡I -\1-
ya, A SlI valor indomable, dirigidu por la illteligl'lIcia, l ruLliI'Ólccidu
por una sc\'era disc.iplina, eslá rescnada \;1 YlélOl'iJ 1'011 el e,lcl'-
minio de la,; hordas sanguinarias, euya prl'Ol'llcia cUlllalllillil el 1,,1'-'
ritorio cspaüol. ltl:sultailo ('s este llue á ]lallie plll'de jlil¡'l'l'l'r dli:k-
SO, y cuya pro.\.illlidatl abrirá el mas alH:lw call1pll Ú le 1'''!I;1II,llII1 ~
al regocijo, ~i no \ iuie;c ú dar lugar :1 la COIlIP;¡:;iull 1'1 l'<'l'III'(', t, ,[,,
que LJllliJiell son hijos de ESJla~a 111' r::lll'I,[,'''. ;Prllpil,.!.:¡j .'- d,· :I:.a
patria misnw la ,augre de.ullo y otro 1<\110 dl'I'i';¡illClI\;':


Los Procu)'adul'e, del lh'illlJ :il' CCIlllpiil('('1l 1'11110 lil'l'!'allllar del
merel:ido aplauoo:i jao; !lizar)',¡.; ['nll".'''I, ill/le':'l ! 1"'1'111-
glll'~a quP, pr\')diga:-, d(' ::\lh Yid'!:":':llll' 1,¡ ,'i!t¡ ... a de la lil',~'rL~i:, ¡,''¡~ )--
parttl !1 la~ falig:ls y las glUl'lll:-:' dt.' \'tk~!i'\1 ¡:ji'red\l: \¡i~¡ll):":' ~I' :' ~:l
mostradu ollS ,,,Iienles e[¡~ ri\ all/ll!' \'UI; llIIC-II'U'. \ ;¡I!<,lllt'o.


El alz'l.mientll de )\1" V,\lIe,; Il\' \:I.\~I.rr;1 qlll~ ~,··(ti'l!lI :l': :";:' .'0




1", arma,: ,'n l'i1\·11' ¡J,\]:¡ i'l,1 J, I'lll':l, elche flllVí'l'tir al nWIl;';llilllo
i'r"I"lld'I'nl:' 'ill" (",!ú :I":'illl') ,'1 t,'rr(,llll 'lile [lisa, y fIue acaso no
1', tll·,~,',:1i'ia IlIi\', q!i.! illi,il'ili';i! plrll pl'odllcir una esplosioll. Es-
p l!-l"~I'" ,,'Ii) !.;, Ti!', !,"I' 111;,·· .. <I('ioll 1" Pllr II'JTI))", siguen:;u bando.
Il\l!¡"1;,J.i :"'('}' L:l !.!~ ;p!" li!:ill'tl 1'1 lwldC' (Ijl'llqdu de \ olver en ~í nI


d,' id ;"I:!'I': :. 1"" L'HlIlll'l:IC!¡,j "n Ll ; ["!·IJl' 1 ion pilCO tardarán
,'11 'I"j,' d:'~il!' '. :lId,' :.," \ ',':era;!!),: illl~ pllt:ldallllllt':'lras/i!as
y :j: I j h ·;·.·t~·ll¡:! m!f ,]1)1, ('!1 1' ,; (ir!~~ lnaL'\_'Lall Ú illc()rpor{\r~p en ellns
.11 1, ;¡<l''', di; 'll:e 1[1:l\li,'('1I 1tJc, c()ll\]¡nlcs. A'luí cp¡]e
,.; ;'¡¡·:i." ii .:11 -:':llimi!!llli) qni,' nI) deh,! reprimir. klicilando ú
\ . ',j :;O\, l:t '\ ;-¡l¡l'll:j,l C'::l qU¡_~ : ... u ~'old(lrll') concibió este grande ar-
Lid' :IL: :I,:,.iill: iL : p!ll' 1;1 (\"('¡~¡'Jll y ,,¡ ('lIllbia"mo C(lll que los
rl(::',l'.': : 1.:111 ,',,!'r¡'¡1I (lll tidclI<¡¡ de la palría ú la seiial de Ulla
r¡';w: r~'~;kf;1(1:t y qU(:l'>~a. Cutlndo otro:, 1nuI1\"0:, de confiallza no
1:1: l!l'illl JI, )\,\!,,- i';~1.' <;,j;) lie,jllJ "IIÜ la "l'lllene!:l dt) lUlHlrle de.
10 ... l r;lido \'( ~.


Si la " '::é di' \'. \1. ,,;(('11:1 ¡;il'!í1¡m: i1;jr"-da1Jk :1 10:; oído:; de los
l'r',,·llr,¡¡!'''';·,'' d·'1 HI'iilll. llllIlI a mi''; ¡¡1!1.' '-'lllllldo Il¡;lllifil',;[:l su
('[lll'~l(ll;1i' :.,1)11 ~d,¡ Plli' J.t i_;'t!"~i'd¡;l ll:lL!()!l;d, C01:l() ill;-;¡ituciOll ('011-
~,\n :¡dílJ'(1 d!~ Ltl¡[¡crl:td v dl'¡ ('ll"dCll. Difí¡:il :::,vria el!)~~ial' de)¡ida-
1l,;'ll!c' j,¡, " i;-lud," q:I" h lll;]¡ .. ia ciuda:lllll<l ÜC"GuiJrc ú cada lIlO'-
ll(('nl!) i':l 1',..; (\:\"'"ri'nl{',; !ll¡a:, .. , de la l'eliíll:iula. ~o tan solo ha 10-
¡il'l\!\) :-;(I!¡J\' ~i t:! ~('n i~~io d{~ :11'llla~, l\\\('l\~arif) para dar fuerza á la
J;.\ , 11! l!d~lll',r 1:1 ir.ll)(llIilida,] plt!ilicil. 11<\ 1l1Odo Illle la,; lropas
:;l.lL\d\ji] d¡j'i,~..,ii·~l' ú Ll; ¡Ji'O\ in('ia,~ ~l!hie, ada~, ~illo (lll\" elllprPIl-
di:'!1<!'1 1:II'p,as \' jI'il,,,,;I' :ili)l','lia,;, rcland{) llo:'\¡e y rIla, yacudien-
(h "i{'IIIJlI'l' '1111; :,:¡¡;'II:1 la !J:)l'a tI,'1 pi'Ji,OTO. ciJa escolla COI1\ oyes,
Ik~k/l.k ..;r1.'~ hq:.<;ll'(,~ ('OlllJ'it !a:-: !);1I::];::-; f¡lccío:-,a::, y IH~r~igtliólld\)las
!¡;J...:LI 1(1:-; n!;L~ ('!lriScld:l:, ~!ial'idd~, cOlllpilr ('Oll el t1j(ll'cito (11l \ alor
y "11 IlIcrCi'imil'lItn. ;!JlIll!'a y prez Ú I!,lo,; ¡fi,till;';lIiilo,; eiu¡}a!lanos,
'1111' i1 ii!ljllil';lI del lllit' jlUi'., pillriolislllü, y sin l'''perar olra reeOl1l-
11l':i1l Ij 11" ('1 iljlJ"I'l'io jlú!,lico y la propia sali,rilccion, son el terror
'.\(' lo,; In ala,; ) la u:J¡>craIlZi1 de los lJuelJlJ~~ El Estamento tiene su-
ma cumplaccllcia en que el gobierno dt) \'. M. haya tOlllado sus
illl'didas para pro\ ce!' de armamento ú los guarrlias nacionales que
Jo ]\(,,':,,!l<'n.col1)o :),illli-!l1o clllple procure 3Ulllclltar el alisla-
111;;'1111) di' Ir" <¡lll! rlil~!"l'n di!!:lio,; de H,lir taa !lO!lr050 uni-
r".!"I!I", I[¡llld,,],'.' 1,1 lir~illliz,¡('i"l! '!lil:; jJropia para utilizar ~u ser-


l¡"l,ri:':;' 1,'''. s, ~nr:¡. hal,e!' di' r¡,cordar Jla~aclos 11istur!Jios.
ir,' tili, pJ"UI!ld :¡pil;~a:lll" {'¡¡m!, elicc'llilídos. Los l'rocnradore"


d,; i!li', "i Ilil'l! lllirall ('1)1(II! ('(I1F\'('\!('I\('ia de liplll[lOOi lllrbulentos
1;, di!:"I!:,',l di' '! "Idl !'!!":'P "Ojl!I'!li(iI 011 el círl'ulfl de la ll'ga-
JLd:t,!. ¡JI " 'Ii,! . 'l.QII lt!l:-t YU? [l1r:1 rpproi)ar JI)~ Gnlllf'l~es po~i­
li\,,";, ': . ii ¡ -l~'ai'!:¡" ,.t ül.~t¡ll'trll\\i"T;i(idll qU¡' merecen. Sin vaci-
I,,¡' !!:! "1>11:1;',11,, ... :' .1i1!i:'IPi1i1 i¡ IJi"r"':u al !!:,)lJiCl'110 de, V. 1\1. S1I
'1',,;:1:\ y ¡!¡¡"il, ('()',p"r:i,·i.1I1 ]Jar.l n!illllcnrr la allloridarl tlr las !e-


"l!\'r;llli!r, 'jll" ('''le "'I\'Hl':'q1~" ofr¡'cimienlo dí'mostrar!¡ ;'¡ h
F ,1' """1': '111" I~, na"inn leí",; dí' srr U\lllplir!', "í'tf'sla 1o,'




3Ví. AN.HES DE ISABEL !l.
crímenes do unos pocos, y ¡[I1I; I',lú l'l'slldln ú im]lCllir ú \od~ (,O:i-
ta Sil rcprotlucclUll.


El E,;lal1len10 c';lwrilllcllla ll:t:l ,ali,f:lccio!l 1,'11 ,al'l'!' q:I(', I'a
ll1cdll! lid 1',,1raonlin<iri,¡ :11111:(',,' ; d:'j,):, 1i!'llilil"" lilid¡",;I,lo
pOI' la ,j(I{'lTil el\ d ! ",1 ·ai'lt\~~;!I:.'ti" '(¡ul, :t;i':'"U!l 'l(T¡~
Ikio lwcuiliari(l ~!\ 11:1 imp'I""ll'l ~t II)~ p:w1>l~i~ p:l:' !'(\ . ..,l!li,·¡.;(k! \ pl~,d\,.
t~ulllillllza, cOI]('\'didu al ,:.2.,l!,¡('ITII· di' \,. ~\i Ll:'; l¡:¡ ... ;:t!;l>'; i' ·r!(':-i.
El 1':~LjjlJC'I:t() :1~ll(;l'd t ['il 1.1 p' ('~\'l[k 1".~I~·j,1 '.lt';( L~ ¡"]' '!'(;: d('l :¡ .. o
Itl'clw Jlllr lo, J1Jiili:'l¡¡,~ ,11' Y. \1. di' aljUI'!!;1 :lIII,,"i;:,JI'IIi¡' 1"',',1,,["-
dl'I,Jrt;I, :'iCgllll la cundíciJil COI! qlle ¡,.S [UI', li,:!ll\('di,!ri: j LI ::",1;1
ClJlI des(Io de enconlrar illUli\u:" lIt) ikl'jCITI'l' CI~Il'\ira, ~illl) .1 il'
l'iU apru]¡aCi<lll. DI' ludo:; lllOdo:; 1111 dll¡\:1 ('1 i:'l:lllll'II\O ;¡''e'C;IIl'ill' a
V. i\l" ([Uc los bielll'': qlll~ su r;ol;i,'rill) lillllil"(I Ilbrad,) ('n \ ir[ud
de aquel \ulo, y lIJo ini,'I'('w:, qll(~ I!\lliic"c l'l'l',ldo, 11'.10'; d(~ ("lri'1'1'
jlC[lol'U en e[ exúmcll, d"J¡en ad'1¡¡jrir Illayor con,¡"I\'Jlua y cl',,!lri-
dad; PUC", (Ine l'Il'l'"u[lado :il'l'a él[li)Yarll!'i en d car;¡t'lcr SUli'IIlllü
de Ulla lev.


La,; rdllI'JlICl', IlWjilJ';l:; y t'CIIIlOIllí:" q lit' ('1 ,',,¡lli,'I'II') de V. :'11.
est~1 pr('pal'amlo en 1115 di\ ,'r';ih ]',)'liJ', dt' ILIr';,"!'!;¡, i!i¡iI¡¡¡¡¡ pri\ ¡-
leSlada:IWIl[¡', la :llcllCiúll dd E,;lalllCll


'
U, ;Iilll alli",; d,' ,,'r [l!'("I.'ltI;¡-


da,; á su di:iCllSion. Lo,; l'rucllra¡[uJ'(','; lIlIl ]',,,illl), \a (IHIIO (UIl-
l,ribnyentes, ya üOlllO tc"ligo,; (k la,; e,;c,lsece:; üe \o,,'p\I\\l!lu,;, ya 1'11
1l1l (;Olí\O escrupuloso:; inli'l'\ enlores en la,; clJlliriIJlll:ione,; pllh\il'a,;
y su ill\cr::lion, tiC[)i)1l IJor lIllU de ,11, Cllidadu:; pl'l.'l'l'r(,lli('~ t:1 ((uad-
yll"al' a tuda di"[l!J::,icioJll[ul' ,illlpli!iqllc y ri'~jl!l:irin) lluc,.;ll'O
cOlllplicado sistcma de r:'caudaLliJ!I, tanll) di) la, I'l'ul:I", rOIIl'J de
la,; impO'iiciollé:i di"l'ra?:u[CI;; l'lln l'! IliJI¡¡li:'e di' ('¡,{¡il,'ills, 1'<'1"11:1-
¡[id,):; I':,lún de qw' ,: l,)¡J:b 1:,,: !"In',',l,]!!,'; qllll ;11::I<ll!III'II[I) ,e I'\i-
g"!l;¡ lo;; Plleblu,.; por di\ t'I'-I''; ,'i)IH''epl:j, \ CUII IIj,I'I(I,;I'; 11"II'lilli:I,(-
Clone" S\\ l1ti\iza~l.'n ::lia 11I,b :lc'l:U('Jllu 11111' 1') dc :11111 1', 1I1""'ii>":
rccallltll~ioll, tlldos Jo,.; gaslo,; púlili"iJ:; p"dnall ILIIIII'::lIIII'III,' CII-
])rll';'l\ talllo le" ,,\'III'!'IIII''; !:()mol(),; 1])'1)\ illl'I:lI,',;) illlli1li'ip,¡h:i, L;-
ta [ler,ma,ioll (,:i la q!!C, anl'C\illlilll:lu Lo ill'P;¡tí¡lIC1il de !u!' ll'il!>:t-
jo,.; quc \ . .'11. so digna allUllcial' l"l.lr'l! jl!':tclic,lIl!\O :;1)\,1\: la,.; ren-
tas pulJ\ie~s, IlO CUll ubjeto d() sustituir arril'~gada,; 1('lIria.; ~l 1)['111'-
licios [lositi\o,;, ,ino para eslablece!' Ull ,1,ICiJl;! ('olnplellJ ) ::j,'n
trabado en to!la,; sus partl'';, pOli!' á íu, I'r",'urill\I)['(', dJI It"III" t'lI
el C:I,O de allh:~lar la proltlil ClllIcllISillll de ~I:¡UC\!¡¡-; Ir,i1lajú.;, pilr-
qUl) los SUpOIlCll cnc;llllina(\os ;'tl:1 :,I'llcilit'z y liilil'lJl'llIidlld, ('IJIIlP:\-
üera, tic lo huellO, y :l la e1l'ccioll de llledio.; (jUI' prolll,'llU1 \ afiau-
ecn Ullil prnllcnll' y alillaLla cjecncion.


Enlre tanto, era ¡JI' presumir qU(' 1:1'; ]'(\ll[;.'; jll'l!Jli:';¡'; "ul'r:l'iall
(lu('!Jranlu, por dcelo l1¡>lesladll P')CI) :;'1Ii"t'Jclul'io di' :lt:II!!:¡"; d.:
las prorinci'b. El ¡;>lanJi.:ul,i e,L'¡ jlr()(o~:I:1 ,-IJ:Jl'lIiTjr, ('11 el 1l11)(lu
que 10 es dado ala!i\iu dt, ('",11' 1I,¡t!, ':U}iI l'ulnl'[t'I:1 !I('.;ap'lricioll
no se promete' ha,:la la \ lIell:1 dI' ir· i'¡I/:, '11(1' l';¡ ¡¡(~I'IiJl),:', y c,'I'C<lnil
pcr,;pecti\a hace V .. U. cuírl'\ 1'[' iI 1'1'; t"i'itl-lU\"';. ElIlollce~ :;('rUII
ofeetins tOlla~ la" cOII"et.:lIl'lll'ia., ,1,' l:tlll:t;':'ILllliluidad (k V. '1, y
11,\5 desYelos Lle SIl gobienJO; en\Ollces ~f' \ I'l~t cuuclullla Id. pJ'u~ ('l',--




tad1l'mprc"a de cnmino,:, y ,"," rnr:nar:m olra- con qHe enpilali,las
n'1:'ioil:¡\(,~ y e:.;tl'~lllj(\nl~ al'\l¡jir~íll ¡'t fq:lli.',n1ar: p(\rft~ccional' la pro-
1111('1'1(';1 d{~ 11!H'--!rd ";I\I,I¡I; ~")rql1:\ '\\:I)!ll't':':', :~I\fi()l'a~ t(~lldl'an ente-
ra (_·~\l1l¡all:~;L. 1:1;'h ¡¡'ti I':lll \ ;,,'1) ;'1 C~~;l n;lC'll)l1 !Uil'2:u;'t:linl lL cuya di-
\ i:-I:' !" l' '\:','1'!'" ",', \":1('t'l', V, ci¡it':ui.-1 Lt nJi\':} tl~·, la" paz,
;d¡,,¡t·~,¡, 1 '1 ";,';'11' -··'.1 r",~.:r:'I~~:~·,\:_·¡,_);t ilil-'d, ('nlregar~e
Ú Itlf::!'~ r,;.;', ; '! I~;'':'' .. !'\¡:":' ~'i ]';!l\:~t() a\{~ll~:ljildtJ IJUÜ en
1:1 1".:1;' !i,¡ 1;(1 ::. ,':,¡",,' ,);""\.


0 1 ,.:. , ., .... jo> !\' :;¡ :.:'.) (!.' [;t .,"l!¡~;¡l'ld de r. :U, ia fuhn;ni~tr:1l'ion
fi<' ,'Ii'¡ 'Í¡l. p~il<,¡1l "lla llll [!\l:lil'l'a e:xi~lir la socil'd:ld. El E,UI-
TiJ:'illo L'ou.;idl'l'a, lo llli::11l1l qUl', V. }1., dL~ suma imporl:iIlcia la for-
1l1,lCiu;¡ fk lo,; !;i'lIli,:';"" 11'11'1[\::\ 1,]'. !Ilira ('0111') lHUy purlern30s au:xi-
lilll'i'S \l.ll'a ('1111:1111',) di' 1:1 !',\, :. la :::',':rlri,l.!d de h- pt'r,ona, y p;,o-
p·l('dad'.'~·,. t;r~_':i\d:i"'i:!l r i':-' ~'i. C,jll\'¡u,~i()n: y :d~ Pl'dCill'adul'Il:-:' de~ Hpi-
no, al!n'lIl(~ tli! .~(' III !I;!:~¡:¡dl;~ :', enl~'nd')r {In c:\!o:-: ~ t~~P(\I'(lB fl1Je las
]I':,i,'!allli'a'-Ui't';LY:b h:lrllll ¡'lil"lho hje'1l al pai,;, p'(anlilllllll];l, lal1-
to 1'\ (~odigi) pCIFd y el de pro('(\11iilli(~ntos ('ri!llill;d('~~, quo .~e hallan
cUll('lni¡L:'~l (,~~:110 d {'i~¡;1 ~- til r,·~'i)ri~Lhln d(~ C()illC'rci(l~ qne de!>f'Tl
('...; I:¡!' ¡ ¡) ;' n ;, r~ 1 \ i'.
Li-;')l~.i;\;·¡¡ ¡j¡'!Jí' ~(';' ,11:1--; dipllt;J('i()n(~~ pl'O\ incia!c:-; y a 11)~ ayun ...


[;llltil'lll¡¡, del l'l~;lI[\ d c\O;.'¡il qll(~ Y. ~í. lt~, dispC'lb:1, 110 t:1.ll "Ido
por :--;\1 a:t1I¡':'~) ;~d p1';)11I':)' -]' (;h illt~~lr:--\,>.:, )l¡(~..:t(!s ;"t :ill re:spí:cli\"o
cl.1idat!o, ~sind 1:;\1:. pUl' el (Hl:~~Ji(l I,'!i::az (1111~ han
prt"¡,:ltlO :d ~:obil'I':1<1 dl\ y, ,'<1, ]lil':1 I'! ~I'andt' y e.;lrallrdillario au-
Illt'lllu dado :¡\~~I:I:l!:H'¡llv 11 !'j:'\r(~¡l:l, El E~lalllPlllo t~llt: lllUy de
!"r~tll)':1 ('l>/íél ::1 di' .,. )[ • C:11l 1,1:1t') m;tYllr molilo, cuanlo (¡lle
:1 LI":' {'I!!'pit;',,!'ill~j\ ; ;:Ii::,j'!:,',j' '¡;I:;!'';., pro\"illcirrlí 's y mllnicipak~ps·,
t:'t (\Il,'\);:l!\l~¡L;do .'! ¡IiI,' 1;'1 ,ti ~'.j:.tl"~·11 de lIa ~(\r tO"ar Ú lo~ P\l(~­
I,J, '. !n .. ; '" ¡II::!II" ri"'¡di"t!c;' di' 1:1, 1111i~\ 11:' i!l;lilll!'i"lIl''; IlOlilica"
;') lit! ,it' !j1li' P:¡I'd;lll ;[:11 :¡'I.,":, > !1·!>;1':(:rla:-;.


:;(lrlor;I.: "j !~~,LI:!:{'!lli) d:· ~lr':("'!l',ul\lre . ..; COllclnirú con l'~p()npr á
'': )1. Ll ]1111\;1 ¡I() l·\I~¡¡¡¡!\·¡.l qlU' ~(~. pru;)unf:'. ~I.'~llir en ia~ difícile~
l"llT\ll1:-'!:lIH:I~!~ tI!'1 11.lPUjt'11!r¡.


Las 11I1'.IIII';h ,1]li'lr','it!lb 1'11 liil'el"Ii)s l'<lllllb p"r el llJa:.zll:'tuiIllO
,'or:!Ztlll fltJ Y \I,,];¡ ni\ "I:'ci,)!, de Lt,; c1l's'a,; I'úhlicrl" con \¡¡~ rell-
¡'I,'- !;¡ 1"':1 d,'] n,",];I,) 1I1,'io/lal, la llli'lila adlllini,lracioll de
]l1:,li,'ia, ¡,il'lh'.;!¡r <1' 111> !a lil¡crl::d. el úr¡]lill. .... Iodo
n'~!lIil,l"e l/na ¡-;)ndi¡'¡I);l ¡d(~: j¡¡ !(lrlllillllcinll d{~ la ~(l(lrra
ci\ il, E:;la (', llti,¡ C!I!'\ i""¡!:!i q'!:' n"I!:1 l'll l":i illIÍIllU';, v I¡ue\e ha-
!'(\ .":t'nlir ('011 h)(la~ ~:!~ (,'¡ll"'{\l~IH'ncia;-.. •


Pi'!':! Icrtni!l<lr la :',\!I'lJ':1 ,'í I ¡¡ , ~:J necesita en el I'()\¡icrno de I
1,:.;1;11:', !iJl:! ,,('[il\ld Vi::Ol'f)'i,l, illlpOlwnli', irrc,;i-lible. EII·:,t:llll(!ll-
!i\ d:' l'n.;'I!";¡do!'I''i ('IT(\ ClII1l]1!ir con :illllli,ion, y l'I',;plIllder:'t la
Yoz ¡J" !:¡ p:II!'I!!. 1'!'I'I'/'i"lIdo al inlento IIIl apoyo fr,lIlci) y (kcidido
al ~!o¡'i"I'JlI) di' Y. ,",' )Ion]'.!,' ITI'/! 1] lit' t',111 Jll<wifl':itocioJl le pres-
I:l\':~ flll'l'!.t1, ~ flll ('¡¡·!·!Itl...;!nll('¡a~ d¡\ l'l'í:..:i~ ~ de acriun, la fuerza PS"
,., prin,('1' l'í~qui,il¡) di" ¡:I:llldu, Cuando Y .. U. con Iloble desinlerés
:Hllla ~ "I¡,;lipll\~ hal,tlliJl!lI';, ]Iroillu~ ~a;'1 lallzar,;c sobre el conll'a-
nu; CUdllc!O 11)'; plle!Jlu,; ';1.) dC-IIl'f.'jjl,kll de ~W; hijos sin exhalHr lFl




A;>;,\LES HE IS,\llEL H.


~nspiro; cuanclo la jmcnlucl c"paiíola ,;e prc'0.nta {¡ porfia ú lwccr
('n cl altar de la palria el saerilici" Ik Sil ;;allgre gl\IlCflt,a ; no sc-
J',in los aclllales Proéurallorc", del J\eino los (lllÜ delengan (·,;te mo-
.inlil'nto ¡:;randc y naci'Jllal , que debe d(',;l.r\lir de ua golpe & la,;
fac.ciones, jIuy al contrario, lo ilJloyarún COIl tildo ';\1 poder 1" in-
tlllcncia; lllullipli':,ll';lll los csfucrzo~ y, si nece';;ll'io fl1ne, los ,;a-
l'I'ilieio,;; y al terminal' la brcn\ legi:ilatura que ('lllpl'clldclI, tl'l1-
drün la eOllciencia de l¡¡¡ber legado \In ('jl)l1ljllo ,illttda/¡le ú ,u, .;u-
¡'('SOI'l'S, que en tiempo ya üC:icglll'idad y entre lIll~1I0, ;¡;;ilarla:i pa-
,iOiH'S, J'l\alizari1l11:l:i mall'l'Ilale, promesas de V. M., COIl:iigll,lIIdo
en el acla (;onstilllciollalla~ liberlades públicas üe un mOllo eilc;lz
y n!edcro_


y. :\1_, l1la~ [eliz IIuO uno, y otro,;, habrá parlicipado d0 alllha,;
("llIle:),.:, habrá dado la paz á los pal~hlo,;, y 111'; habra ¡JU!,,,tl) ell ple-
lIa I)O,;tlSioll de la liberlad_ y, ;\1. rccibira entlJllCI'S du,; Jl\wvas ('1)-
rOlla,.: de UllllO d(~ la gratitud naciollal; y de,¡krrado,; par'l "il'llljlfl'
loo, múu,lrtw,; (k I;¡ g'Ul'i'fa Y la tirania, I'l1Iolnbl'l) de Y. JI. ir;'t
aC'Jlllpaiíarlu dI' la~ bellilicioll¡::i de la,; marln'''', rl'"lilllida,; al oO,il'-
go, Y del aplauso I\'pclido con Ij lit; los /llIcld,l; fCCOlllP,:II';¡1I1 a 111,
huenos n:yl's. La júren reina dlllla babel sc:nlirá palpilar ,;tt C1Jra-
ZOll candoru,;o: y al c1Jlltellljllar Jlor una parle ú V. :\l. raliianll'. (h',
gloria, y por otra 1'1 <l:illl:eto di' la progrc:,i\ a pro:'jll'ri,.lail púhlica,
fúci! é illScll,;iblelllcntc ir:l aprcnuiellllú CIl \jUó ('()n~iste PI haCl:l.,.;e
alllal' tic los ('';P,1I1o]e,;.


Palacio tic! Estamento tle Pror~uradllrcs (lr;l ltl'illO;'¡ :¡ l de marzo
de 18:¡li.-Agllslin Argüelll\':.-AnllJllilJ S,'oall~.-.JIJ"I' Alitll'O_--
Pedro _\.nlliniIJ di' _\clll-ta,-Joal[llill Jl,lI'ia l·'l~rrcr.-.\nllrl', \i"l'tin.
-Salll:;liallll OJ,izaga.-JosÓ Lafllcnte !l1'ITCfo.-Akjallllro Oli-
van, secretario,




l'I\I)I;l\.\~L\ LIHI:I'UII J>PI·III!I\.\ \Oj)\'; I \-;\1 l'1)!\lI)\DE" flEL
1\1:1\0,


Al (I1!(';l:'~:lr,,\~ rlj·l df':,p;u~il" dI) lr)~ lle; .. !J>cio:-i, lj):~ consejl\rl):~ n~~ ..
P'IIl:;:t1de" a Iluil'n!',; :-i .. \i. ,;¡l ita of'!'\ido humar con Sil cuuliaIlza,
!lO 1'1'1'1'11 ([11:,' jlllelkn di:-pclI';:lro''' (11: decla!':lr ]m'., l'l1H'Iil\' a q\ll'
prillL:lpio" pi,'I!'lIll :¡,iU::!;I:" 'it l'llnrlll,'[a 1'.:\:1 <la\' \'1"'( to y ClIIlIJlli-
nticlllo :1 !;1:-\ ~·:,\dC¡lilll'·~ pnljJ):\"';:" \ L:i'·jj(';:;';.l:-i ¡lItCl\l'¡(j!lI;~ de~. JI.
la reina (;ulH~l'lll1.tkr;\. - ,


La gl'III'!'!)-:1 \ 1'1"1111':1 ¡!"";:,;'Q':iO!i de S -'1. por la cuall1amú :i la
n;¡Cillll \~1l\1\1 (,JI j,:i]nl\~~ ;¡ n\\ l':~li', lk CI¡¡-lci(\l'l() l'0n e] trollo, lllH~:"Í­
tras k\'L'~; ttdl::;¡!llCllLt!I'':', [';1\', \:l~ ;~~'l¡J ('i:l:ln:l(}o <in ~u f!\¡ll únil11o,
d(~ 1111{~ ~ll:-\ t;¡i!l!:;~ru..; ::rtilak:; llU :,¡1,'1l~'1l la nl:,;pull:..;aL¡~jd;ltL ni para
Ja :t!;¡t¡;lllZa lIi p~ll'¡t la Cl'll";U!'o'l, Plll'O d Ln~ o C()(llp!CI1lCllio e~lnll re-
"lIcllo,; ú ¡¡, .. dil';lr "lh fllerz:! ': lIH!.¡'; cuando lle"a"e la ()~,bil)n, no
mllY dí"taul.l' dl~ \ 1'!'Ilt,'al' 1:,;1:1 I'n i·:ioll ,¡¡¡helada. E1iloI1CI'o', en
CUIl'I~lIrrelll'ia el!!l 111'; 1'llel'p:J:; clJl('~si,]ali:Jrc:,:, lratarú la CUl'OtlH de
,bcgllrar de 111\ mudu {',;I;¡blc y !ll'l'IIIJIl\'llle 1'll'llleril Clllll[JlliUil'lllo
dl~ las allll~\Ia,; k: eoi rllllllallll'lIlak, :le lillllOlwrlJlIia [lor Illedio de
la ]1I1'.Iur di:'lribllcioll y ciludilJl'iil (k ]u,; pOdl'rll,; ]Iúblico,;, de ]a~
[Ircro;.;ati \ ;1'; del 1I'IJllil Y di; lo.; üercdllls de l<lllaciulI, zalljlllldo ;¡,:i
tuda,; Ja.; cUl>IIIIIII', po!jlica" y dalldo a lllll',lro edilicio siJcia] la
]Ilallta y forma CIIIl \ 1'llil']]IC'; ell llllc,lra- l':rClllJ~tar:cia'.


Perola jlrÍlllcra y /lId': llr;;l':lte llL'u>id;u] de la llaci,m es tjue
~('a IJ¡~\ ada addallte CUIl 11]cj')r SIIl'l'';1J y l';:IH'rallza" y lerminada
jli'(lIJla!III'lill' la guerra ('i\ il, lIlIO 110'; (',;lÚ dl'''llL'dazalldu ú la ¡¡;;-
(',ll)i] Y ;tl !l"iliul'II:l, .\l<'l\dn \ i\ a y c;¡-i C:iclllSi\ dllH~llte por allora
Ú ubjelo l:ul ililJlIII'I:tllk, ~1'I';'1 el prilJler cuidadl) de los !lliilí-lru,;,
q\lip!\I' s C':--.l;lil n",¡¡,\ltiJ-, Ú ('iilplC'C1r para e~lc Jiu ¡'naalo::, Illl\dio~ ~(la
!Ld!h' t.'n~IJl1ll'<ll· I,:!':l~ro dl\!d .L!I·¡nl(~ ~ ¡,'!lillllo:; puedan ,::;al'ar~e
I[i' [,1 ~!t;!YIH' \: ... ;\.'tl .... :'ld P'.I":'I¡';I~ '_u.lILl ~d tl';jl.ddu ;\~ la Cnadruplu


\ • I d 11 ,~d •.
1'11111,'11(\1) I'lt \'11\u 1'll(lIlCia¡)u nllao d priucipal de to(lo, su urjo


,h'!':, I,!,"UCIIIII, HIJ \IV!' "~l\ '!"';I:uiü,lrúu Iv,; !llillbtrf)~ aC(I!!Sl'jl!i il




ANALES DB ISABEL II.


S. M. que se emprendan, prosigan y lleven á cabo grandes refor-
mas; pero cuantas eLllprendieren ti siguieren, ú terminaren, t()da~
lkhen huscarse por el camino de las lpyes, úni('o por ('1 cual se
c()n~igucll bi('n, y ya conseguidas (¡lI('dall ,(ílidallwllle al1allz'I(la,.


Por lo mislIlo, cUlllpliendo cun su o\¡ligacioll, y al tlli'il1lo tiempo
COll ,ti (]lN'O (~ ideas dl~ lo lJue importa al bien publico, pOndr,lJl
especial :esmer,) lus minisLro:; de :-;. :\1. en hacer cllUlplir y rcspolilr
las leyes, previnicndo ú contrihuycndo [¡ I¡ne :'(';111 castigadas ClUIl-
tas infracciones de ellas se hiciesen ú inlclllasell. Como no es olra
CO,"l la libertad que el úrden legal, y como vaiycnes yiolento,; ('11
vez de fa\ orecer el yel'llallero progreso lo deticncn y embarazall,
reprimir aten tallos con la preYÍsiuJI ó el c~carmicnto es el princi-
pal inleres público, y el delj{))' de los encargados del p:olJicrno, de-
11!'r que los ministros de S. i\I. estan resueltos ;\ cl!lllJllir en su
plenitud sin omision ni di,illlU!O, ni aun lu~ lilas len,;.


El conucimiento (le I~slo,; principio,:, q\le ,011 hase del prc,;('nln
millisterio, dclJO sn gelleral, y Jlor lo misJllo cOllviene darles la
Pllhlicidad !leee"aria.


De real t'irden lo comunico :\ V. para su Illtcligcncia y c\lmpli-
llliento. ~latlrid U lle mayo de 18:J6.-Dios ele.




"1'E~DJfjE l\'()MERO $."


ESPüSICIO~ DE LOS SE\ORES SECRET.\nIOS DEL DESPACHO A
S. :\1. L.\ JlEI~A GODEI\~AVOR\.


SE:\ORA:


Cuando lo, actuale;; secretarios del De;;pacho, aclHlicntlo al Jla-
mflllli('1I1.0 d¡~ V .. \1. ~Iuv en uso <le la rea~ rrerogat¡Y3 se dignó
c11"1H'Il,;ark,; Sll conhanza, lomaron sohre ~l e graye cargo de drs-
[l0rhar los ]1('gOCi05 en la silu:1cioll prc:ienlt\ lJien conocieron las
dtíkulla¡]es eh' que ihan ir ycrse rocleados. Pero conocieron lam-
bil'lI tille el inlerc;; illllivisilJle del (rono y de la naciou esigia de
dllll lal sacriticio para acertar con el mecho de Jleyar <!¡lelaule las
reformas, coutrillllyendo al dc'scmpl'fío de Yllestras reales pro-
111 l''; a s, vd¡~ llla¡¡lcllCr asilllblllo cl"úr<!clI, 110 oJ"idalldo la guerra
ei"il. ('\¡~'a feliz pro';2('ucion y tCl'lllillaeion ('5 la primera' v llIaS
urgl'111¡~ IIcce,;idall d!'1 J~~laüo. Con ocian tambien (lIle, form,úlo el
E,;lallH'lllo poplllar con arreglo a una ley, por la cllal el den'eho de
elegir [os ]lrocul'cldor('~ ,~,l<lJ¡a reducido i¡ pocos, y hl'clw la llllima
e[c('elon en CiJ'(:IIll,;I:lll(i~!" singularcs, Ulla mayoría lkl cuerpo co-
Iqc;i,;lallor elcdiyo aparecia ell\lH;lta en cumpromisos de ljuc aca-
:iD plldria no qUl'rl\r dcspremlersc, aunque por otra parte era illl-
jlo';ll¡]c l'ulllplir con ellos sin graYe perjuicio del Estado.


:\ada de eslo :ll'l'cdni Ú los al'lualcs secrelario,; del Despacho,
qUiCllC';, Iiadu,; en 1'1 fl'slilllonio dI' 'us conciencias, y COIIII('il'ncln
Cllúntl¡S lil\lllJ~ bien ¡¡c!¡1 uirido.s y rcclillOcillu; tielle r. JI. ú la COll--
fiallza de lu,; e,;paiíolcs, se prupusieron ilevar adel<lnle el gúbiernn,
para dar cumplimiento :í yuestras bClll~licas intencionc,; en todo
Clllll'lIrnH''; Ú las ideas pasaüas y presentes ele yueslros éOllspjcros
I'CSj¡(!Ih:¡blcs.


El éxito, s6íor¡¡, HO ha corres[lorulielo il esperanza,; tan h;¡la-
giiefía,;. Por dl':i¡,;raiia, el [.:;tamenlo popular, cediendo á motilO,
no 1·.llllllrido;;, "e ha declarado contra los milli~lros liD Y. i\I. de UIl
Illlido que Y,llilria [luqui,;iJllü; ~i ';010 ,11':; persunas hubiesen sidll
c1l'''ilirada.:;; pero «('te imjlorta mucho cuando se aticnde á la índole
(lc la l1j1u,,¡cillll y a los lllci.liu~ de que BC ha ~cryjdo. Propoúciollcs




lIO l'I)IN'nlil\;¡~ por la, It': t·.;, y ,j .:11:1'0 :lilluriz,1dn, COIl PI'I'('I'III'il··
te.; (JI\I:, cOlllr;lpllI',,\II" :'1 la It,), Iillllkll ,11 \ allJr: :llllorizatl"" ,t>l,I-
nWllte PIl C,bO, 11111' 111) It:lll prllrllll'ld,) 1'I::;"lucioll eliJo,; dl'I'lu'i
fUl',;1\1l 1¡'clSC,'1ll1C'utah·,: IlI'llt'I<lIII''; Itl'd,,,, pala tjllt~ ;;t:all ~ll"lil,llj­
dilo Ú lo.; trámite" Ir,c;:II(', llt)]'lllh"I' !tat'I'11 1:1, I,')'l''' olnH de lldlll-
raleza ,jnglll.IL y lo:!o !',li) lit'IIIO (Illl :k'i!rd"lI, 11;1,1:1 jI"r p,lrll~
de lo.; (',p(,l'l:1d()I'I~";, h:.w ]1l'PiP:lIad,) Hit "'IIt'I'!;lt'Ii!" <I¡¡¡III'".'I), :I,j
como lI('IJO de l· .. ;dlhlalqi., lit'IIO 1:::,I!JII:!t <I¡; Il('li:.·l't,,,;, Lt, qll() d 1-:" .•
tam,'lllo ¡:o podia ¡¡aen \'t"I'''::I;,::) 'a, J.'.I 1,; !I,) \ 1I1.¡du·. 11) Ijlli',
hahria podido h:lcer lega1tllenk, 11) 11;: 11'11,,) ¡"ir 11:1.1 \ ¡:I 11(',,,.11, ,"1
ponllle su ~iluac¡O¡~ no l0 COllSl'lllia.penkr lil~llIp'.l, lJ llUí' "IJI'III',:,-,r
lllcallLa l,a mayo na a :;\l;2;t'';\tllllC';, 'illl~ P\'\'I'ljlll,lI11I,l\a I:U llll '1ill'·
hrantallllcnto dc le), la llJ,lIl aC;J~IUI!lj¡r;¡il"" a '."I!tr'.l~ dt~ la :;t:llda
legal, y :1 cnll'ar:iC pUl' ulra dUIII\[: aiJl.lBlLIlI lu.~ precipiCIO" 11')
e:itú pUl' j"'J'lllinlll'llli\'ll de la 1'<111'1:1.


En talllo apllro 1".; .;e,('rdarlll:'tll'l Ilc'l':wit", '11i1~ \ ,"1 '1'
al t.t·ünl) y la Lherlad in:-('pdr;!:¡;~' dr'¡ Oi'l!"il: ,'. t'u:! :li!¡] j'¡',il'lU';
la naC¡Ull l"nlera, lIU pltr\dl~n :~I';\li:;·(, i:.r :l \. ;:,~. q~j\' ft'tld H 11l'~~¡('il-'
siolle~ illju~tas en :-;1~ !~l;I~ ¡i~jH-;Ll~ '"U!) J":!( 1', I¡¡í.,d,· ('Ui;;Ll ~.lJ;l lw-·
ellas cnlazadas de llcce,ülatl ('OH "lr:b el!\ a \ ,:¡¡iti,l ,'; iilL!lil'¡l:, \
pt'Opia,.; par~ ~J'aernos a UllU GlllltlCIl\la C.lIl;:'l'I\iJ:ltla, nliCJilra, I'''Ú
la guerra CIVt! ahrasando gran ¡larte \le la IIIUnan¡\i\a.


'Si V, 1\1. elllllenOI' aplli'o, di:;inlicllll();~1 11Iin!,;lerio IIi', la ma-
yoría dcl Estamento ¡lO¡JtllaL íflll';O !i<lt'l'i' 1I la 1I:\,:iOl1 ,Iriltll'a l'nlrc
el uno y boira por elmdio legal til~ 1:1 d¡ ;"iIICiod y Illll~\ ;l~ I·lel>-
ciilnc~, lo, acluall\'; sccrl'laric:; IH j),'''p:Wl¡I) liD d:!dllli ('.'jl.'::í:r-ll-
mi:iamenle ú V, :\1" qu('. ercc'n IIt'.'::hlu d ca") dl' ¡'1']J"tir 1111;1 pro·-
vilkncia qnc rara ,"ez ('(I!I\ ¡{'n,; rd:l'i'ili': ¡tl'l'U 'i~H: pill\'Ce Hlil v
!ta:;la iIldi:':[lcnS:lhle en la,; 1'1'1\:;"llII''; l:irC¡Ll,iallci,¡.;, Y til'I!!'11 1;1
honra dc C:i[lOlll'l' rt\l\dirlallll'Il!C '! y, "', ql!l~ l'1.!i\I'lldrl;1 la "I;¡j\ 0-
cacioll, no ya de olra,; Corte,; ClJlllO la,; 1I1Iillll1.', ,¡lit! dt; :t1j11l'P;¡'i
tan de:illalla", pOI' las cuak- I\a d,: h:l:"'I'~I' I;t reli.,ilJll di' !llll':,lra,
ley\':; política:;, y cuya ('1,:('I'ioll dl;111''',1 1'¡'I'I'\¡:ilr-t' dt' 1IIU¡j() '1\1(' 1'('-
prc:;enteu de la mpjor llLlllt\ra qlle ,ea rlaillt: el \ ertladt'l'Il in\"I'\':1
y opiniones dc la nal'io!l, y (\11 la rill'mi1 q\\e !til p;lr,'cillo lIi:'.ior :tI
últilllo E",tallll'nto de Pro(',urad;¡r,s, pra q lit' e'le l't'qqi,;jto J,: ¡JI', Ll
mayor <1111orizacion po"iblr"


FUlldados en los princir:i0': (PW ;:,'~:¡,~n d,' :1 1.'1'lllral', l·,~ ,('('¡','-
tarios del IlC':[l;I,~110 q1l1' lirn¡:lll¡'c", 1'l'lcnl,':lit;Illt', ' .. Ulill'lCll a \ lIl',;lra
Hl'al aprobacioll d :;i,2\licntl' ¡:I'GI'I':iI:
~,ladrjtl 2l de lIIal 1) de 1~:1Ij-~:':¡:lr;¡,--\, L.]t, P. ,1( y, \1.


(Si[(\lell la; ¡irmil' '\(o·\'j(io,; 1,)0; ¡nint·,lr,,;:.
E~] lllJllllll'e dc 111! ;ll¡~(',i<;¡ lti.\::, f!U¡¡;¡ ¡"dl:i\~ 11, :í' t'l¡jJ ((1']'(',:.:'10 a


lo preYl',llidn (:11 el arik·~IL) ~'l d\'1 E--:,[;¡[\!(;, n,·;¡:. !J .. o ~I'i¡¡d() Ú Ili(,1t
rc:sol\'l'I' qHe ~(' di .... :¡¡·1 ''';1 il !;I:=.l :l~'tU;i!(':" CI,!·if'~. '!'¡'nd¡\li' ... [d Plll('¡i'-
ditlo, Y dispolldrl'i" lo 1\"1'1 "ll'i" ;¡ '''i:IPili)I;,:III;.·-'o t:l ]'('lli,)
(jollcrnaclol'a.-Ell el ¡'~t!du ri 22 de Illli\'1J di' IB:¡¡;.-.\ tloll Fran-
ci~co Jayil'l' lsturiz, prc';üknl,-: dd C'Jl\;ejo de l\lill;.;lru:i,




JllUIFlESTO


DE S, l\l. LA HEINA GOBEHNADOHA


,\ LOS Sl!JlDlTOS DE SU AUGUSTA IlIJ.\.


E,¡nnoll": Dr,;do </110, por 01 fallecimirnto do mi alllado e"po~u
',ij. E. E. (;.1 1I1I('d,', l'I\I':1r6:lIla lid ;2,0¡'iert1o dI' (',.[1),; !'('illos dllralll¿\
1;) Illi'll<ll' dad Ik Illi mlly cara y all;,nl,;ta hija 1:1 l't'iua doiía L,a-
11<'11 L dl'dilju¡" lodo,; u\i,; cona lo,; ú mirar por 'UI\,;!ra felicülad, r
a,;p;illr:lrla ,'1\ I'llilllt,) Jl11\ fIIC>I\ IlIl,ible. COllrencida de que la ma-
yor [ul'('za dd tnulO cOlhislp en lt'llcr ]lor apoyo la wrdadl'ra opi-
nilJll plilJlic:l ilm;trada l' iudl'jlcllIlicnte, l"lIt' mi priucijial cuidadu,
tr11110 PI! la l'l('c(~iOIl de ministru,: cuanto en la <1dopcioll dl\ 1:1, pro-
lidellcia,; (lile me proponian aquellos en quienes habia (\I'j!o,ilado
mi ('oliliallza, adquirir 1111 cabal conocimiento de las ncec,id:uk,;,
dI) lo, ju'lo,.; dr,('o, y dl'l hil'll t'lllcndillo inkrl'S del ]lUCillo, cuyo
r~oi)icrno me; (',;[al,a ('.llI'OJllCllf]ai!n, para ~ati,:faccr lc¡,; primn:l:',
~ll'I'\'lkr COll\O cOllyillicrl) á lu~ ,cg\lnclo~, y jlor e"la,; \ ia~ prOlllli' ('1'
y ;diallzar ~úli¡\amclIll\ el kn'l'rll. Al ~()1l\ ocar la,; COi'les por l'1
E,l:IIIlllJ Ilr:al de 10 dI' allril di' lS:l'I, ubranllu con arreglo n1 con-
sejl) di' <jilil'lle,; rlJl'lIlilhall enlllllce" el mini:ólerio, traló <le !lnr ;'¡ la,;
le) 1:'; flllJdallll'lllall''; 111\ la llIonanluía en lo tocante :'1 lo,; cuerpos
eUjlarlil'ip:li1ll':i d(~ 1;1 PIlII',I.:il11('gi,ln!i,n, 1111<1 ClJllI]lo"icion y fur-
lila IlUI) :;ullIl'jallll''' :1 I:h hoy adlllilida,; ('!l llal'iolle~ ilu:ilrad:ls v
1'1;licc,;, y ,;(\gulIla lilas flllldada l'l"i'"Ullcinll. muy l'oJllenienl('s ril
(',;lado de Eopaiía. ItccolllpelHJ por algllll liempo b ,;ali,facl'ioll
Jllll¡[il:a lI\i aran y ÜCti\;;!o por ,ue~lro hicn, Juntas las Corles, :í




~1I (·.,piritn ó índol(' l'~lll\O al"lJl!l¡'l';I¡]a ia i'llIldllela di' mi gohirrnr,
porqlH~ asi r1'a mi indin:willll y Jlli idl'a dl~ lo qlli' lll:h, f'lJll\('llia:1I
E~lar\o,


l'ero tic rppenle, ÍJ'l'I[ado,., lu..; ¡llllllln~ por lo..; ,.,IIU',OS ¡J" la
guprra civil, y ('ll;j(,lHlralldo la irril:lL:ioJl d"':'lIltfiallza, I)ell rri,~ rUll
llloyjmiento,;, a[leraeiollcs y di"clbioncs e\l) o , r()('illli('nlo 1'11'; l'Ú-
l)idO y terrible. Atenla lO ,il'llIl'l'I] ,,1 IJil'll jlllidicu, ,in ('l'iiinM 1I as rígidas furmas ll'galc,; cuaudo \¡ ú];, Ilill'illl! Ih>e(¡~:1 dt' cil'rl:1S
rcf()rllla~ en su lcgi:ifaciol\ pulítica, II}(~ ajli'í";ul'l" 11)i1 ~II,I(! a ,','gnir
y lllunlLr llevar a efcc.lo 100 COil,;¡'jU" lit: ,\llÍcl¡CS "ill ":!I'l'ilicili"
grandes y ppruióoso;; de Ja J1rcnJgaliY~1 real, ¡¡JI: propn"icn,n ¡¡:e-
dio de conciliar upiniones de"arcnici;H, de :'I'llta;' ",,\;rl~ )\\1(,\",; Ci-
mientos la paz y las I's[l:'ran,~:¡,., do \ Ill'sl1'il kiil'iddd I clli¡]l'ril. lle-
:;cando sobre todo la COli"l'l'\ ¡Willll d() J¡i(~lj('~ l,l11 I:u~IO",lIlll'lll(' ad-
quiridos, cuando receló lllll!\ib (,(,l1I1Il11'1'''W, ('11 d 1:,[:111 11 , ¡\II';[;
por llleüio de la disolneiulllk LIS Corlt"1 ú la ni'I'i',)ll P!II' 111'; :ira ti"
la dil'er¡;ncia de opinion ucurri',¡ ('lit!':: 111i, .1""
.Y IU5 PI'I~c\lrado!'l''' ¡H :';¡:',I,.i", ('1'" t" ';i"
yo, C~p:.\ilO!e:-;, por ·-rlle.;lru i'!t,!!, ~L)I> !'; ,1, ;,)i '.1 i: :;1.:1.' ;\.;
CllllislllO, por el illLl're:i del iruIU y Ikl:1 ;!lil"":! 1;::" ' "
.Y lo he Iwcho eon el pla(;l'l' llías ¡¡lirIJ, , il,l"u'" ;' W',"" '1':, f'II'I'<!
de aqui adelante. Guiad;) ]lOI' ('';\1)'' dl"("I' 1','::'11\11 ¡,:!,:: iido :;:liidlJ
fa1Jidas 111uchas C-:::P¡;l\lJJZat~::: H~) \:[; Ji,' I :·;Ir.~:-.i'::\'í·:· :'¡ l¡':'l)-
l)uest~l:i, cuyo f!llltl:\lllcnt,) HU era :1 ;1':'" 1,' .1:'" ,'''11-
yeniencia jlllldica ,u ilISI'!I:ll':liJle ::U¡,¡r,,' ",':\ '",'" ¡ ,'11 ,': ,':,'
aeeptal' LldinJi:-;iuii dn !u~ 'qlli! Cl)!¡ll:;_~': L'O¡>:I;;,¡¡l,::¡ {,¡ ;l~
elegí por ~llS :)uces()rc"5 a hO¡llhn'."; ('1I~¡~ \ id~l poií:icH Jí\:~
grilllgeauo la coufiall/:a dc' ~O~, ;¡E¡,¡;jlt:"~ d{\ [.! lil¡:'r[;¡d 111¡:S ;qu:"<in-
liado,;.


Pero ill1]lell~adlillll~Il!C \'1 <¡!Ji' CIJl1l1':1 ci u,o 1l'.'I'IIII po!' Il:! ¡Jt' la
1'e;)J jll'el'ogali\a, ~l~ :;u~r:iló y alw ¡¡;l:' !r¡J1I i,'¡IIt! "iol:'III:I, 1',iI:lI¡ d ,-
minada pUl' Uil cic;y,o [llrul', jlli,;"lilllu;1 !" ,,'r!'I'I;Il'l"j dcllJ.."P:lCI!,)
por 1118 intenciones ([ue le, illi¡Jul:1i¡all: iI[lII-¡CllIlI 1'!;\!';;:Il,:nte hl'ch;¡
no por amor de jusli~ia, ~ilil) jlor a\l:I',;ioli Ú !,l'r'1I1J:l';, pl\l' illl\llIbll
de las pasiones, y 110 en ddensa dd ¡'¡rden lli ll\' CiI,llIliJ ('uIHit":\'
la paz y yenlnra del r,ia¡Jo,


l'l'opo"iciIHlI':; pl'l~';l'llt;¡d;¡.; y fa·, ,'11 :,1 ::';1,11"",111) ,:" í'rll-
cnral!ol'(,:-;, 110 ub:;tanle que vI i'l',.'[:I:;ll'llLO ~ ;,\::1 ('i L.-,1;d~d() !~(1:1I
no eOllcl'dclI la iuir:i'llila ú lu' Clil'I'[¡')c; l'O!I';':I,l:ldll],\"', jll'lll'il:;il'il!-
nes, si bien 3poyada:-: en algullp:,,; pn'l',,:dt\ll~(':'"Íl rli~ () \ ;dIH' ('~ :Irdr\
si bien ,011 contr:uia:, altc'\.lo ::!;Il'(l y li'I'!'lill:lilk di' la 1::1,', ¡¡jll!\ :1-
da,~ :iolo en ]lrct:p.fcntcs IjlL' JlO jll'il,!¡¡('j:l:1 1' ,1.;,);",'il);( 1i'¡bl'I'l":i'i!Í'¡::
llrop\)~icioLh\~ h~ida:-;, dbculida~ y '(Jlad;~s (,;~l; ¡¡Ila ],t'l'('jpir;!( ;(/n
increihk; peticiones parasll,;lilllil' al 1111;;1;) ('I)IIi,,'id'i jJl' II,W"I' I(',)¡'~
otro de inlencioll Huela: illkrj!e!;l('i'dll'." di' 111:I"k I'';!!':lllil, ('IIID
carácter y fr;:cuencia dccL:I':i1,;¡ .. : illil':!Ío di' :1:i',:¡l'::z:\r;tI :~IIj¡il'],­
no: por fin, sU:ililui¡\o clllletlill ill'~;ll di' lIlIa j1l'ojllJ,,¡¡;illll;¡1 kg¡tI
de una ]Jelicion en un caso en (¡\le ill úllilllél, "lJhre ';I'\' ('IIII['il1'IIII: ;¡
las lcyc:,:, /wlJria siüo ,;u(iciClll<:; cU1l!IJ.,i.;\: ljlll.,ic.;¡: adrede IJi'"I,I.-




pil:l!' (1lalllln ¡'nnY0,nía la ¡'II'i'lIlh!"'I'I'illll ~ dl'lrnimienlo, y nhl'il-'
zdl'la i11'¡.!,alitlatllllll' alit'ilill I !l,'J'il kd,illl,Il','~ a ella; en tln, todos
t',ll)~ adll~ i'n ,j ¡.!,I'a\(~', Iln arlu.; ,1 callll el,[re el lumulto, y con
"l'<lil dl',óll'al'¡ di' lu,; 1'lIlh'I1I'1'I'lll,':, I1 la,; ,;c:iiuncs; [al, ('SpllIJolcs,
('3 la pilillli'óI di' In ¡}('IIJ'l'j¡[o CiI el ClII't'pli rcspc[aIJle dc Jo,; 1'1'0-
cqrad(ll'r~ (k 1.IllarirHI 11 :1 C~(()~ tllli¡]!:b d¡a~.


Llld dl,cLll'ólCIUtí c'Jlllra ¡lli" cull'iCicl'Il';, de suyo g'l'a\'I~, ,ino ¡'¡
,ni e) 1,:¡II,-, IIJ,h Jiur II:dler ,i¡Jl) dada cl)lIlra el reglamento, con[]';\
el Illí';,,'1 J:,llllllln[kal , y ;¡demih CII!l jll'cI:ipitacion, igualllll'nle
CUII í I:IÍ la a \1) (11'1'\ l'!lido l'n 1:\" kye:i, l'llc:,la en la lrislc silllaciOIl
di' \(rlll'l' q\le pl'On:llel' en \ irl!!11 lk Ulla declarilcion tan indiscre-
[a, hl) u'l'ldlJ oÍlli:,:ólCilJll lllía, !I,ll',¡ ;¡(clldl'l' al bien ¡Ir, muchos que-
rido:' y lJl'ccil),;u:i ulljelo,;, ('lira c¡I,lllllí:: y di'/'en:;;¡ I1W e,;lan cOllfia-
da,;, 111) :,1 ('pl:1i', 1'11 J;¡dll]';] dl';:,¡¡llli\ :11'11 !Jlll' mc leia, t'lprOjlul's-
111 l,ll'ClIlu d,' :i('jlardl' del dl':,pacj¡o di' lu,; Jlegocios a hombre, á
lI:ti,'.!,." ¡¡II p",lidll ,;\15 ojll':iilUI\'Ó J¡:lITí' UJl cargo con ,i,os tle fllll-
li:¡:lll',lliU, ¡'I 1\ Ui.'lll"l, I;Jl n,:o de 1:1 ¡\l' 1\ pruoC;aliva, en cuyo ejerCicio
,',ll):, ::,¡\Jia :- u di"PI'II:i,ldll IlIi l',liI!i;¡IIZ;L :; ú quil'l}(''; las cirCUlI';-
L¡i¡¡"i¡¡-, 1:;¡;t[,1I1 \CIll¡J¡¡ ~¡ \'(HI:,¡i((l!i t Jt (k¡'l'!l~ül'e:-; del illlerc~ eOIlJlIJl
dl.'( ¡ /'i¡¡!H ) (h': PlitJ.;!\,o, H"[li~!l\lldll, pu\' . ...;, tllL1HIllC Ú l~e:.;;;ar lnio, la
¡,r-{JII!, 11)1: [U!i,l¡d:1 l.OI' 1'(¡Il;iCj'.) <11' JI\:.; 1lI11l1stros anlcnores, he ae,·
el'tildl) :1 11) \11'11\1\\1::,11 !l!lr]:" aduaks nllbc,jero,; de la eorolla, y he
\I'lIi¡;,1 1'11 di'ull')'1 ];1:; CUl'k"


t .,rallllu Cl,i, (',palloli''';, ]¡" U,¡¡¡Jf) dt' UIJa pr('ruga[il'a in,.;tituida
11" '. ,1) para pro\ echo d"llrulJl) "iuu muy cf'pcciallllcnle para lIien
lit- 1:1 naC!IlIl, En \ uL:"lról' ,l\lllloS c,!ar:l otra ,ez yuestra SIlCl'lp, y
'! ~ll 1'111,1\\1.1' al decidirl)'! (\¡', jlor[;1n'is 1'1111 la maduJ'('z y cordura qne
';01\ tli:itllllll () de Ylll',.;lro carili'lel'.


l.a guerra ti\ il esli\ ill'lli\'lldo anll, l':,pai1olcs, y amenaza con
lila I (jI';''; t',ll'ago';:ii no lll'ntlilllos Ú lt:rlllinarla; terrible delito Co-
Illi'¡nll q:li:'ll di,lr:qi'l'l' di' elia la akllcion del púlJlieo y (Il~l 1-\0-
hil'l'Il1J, Pill'''; d"llll'lIl'ia ,;,.'ria pelJ:':lI' <.'11 rl'i'()rIllaS "ill sujetar tÍ le ..
nl:I' ~l rala 111l:IJl'lIli~o, t¡l!:: ni rdlir¡;¡¡¡s ni paz siquiera comiente
S'III J'ICIl';\ ar IlIICI110rlits an"H",:h; sin Cillp1cal' rc¡;ollYenciones po;
/0 P::'<l,.It), pl'lhCIlIO,; que f'1l lu \l'llltlcru nu pnrdc la naClIJ1l diri-,
¡(ir.;" ";11 !-,rall IlI'li~r() Ó I'¡¡,i t:l~l'l('za ¡J(: prl'eipila]'sr, en Sil. rnillfI.


]'1'1'111111 dl'''I'II, IIli illil'lll:), ('''P,1I1ulI',;, 1'0 Jlro,;egllir {l/a par la
l'il1lli'I:,;a di' 1<1, rt'l'liI'IIJa, I:'g:lii>;, ) i"Jllcr léJ'Jllillo ;'¡ la gncrra, cu-
Vil (' .. Iilo é,il'l e, lo (¡lIil'o (JlII' puede :I,cgllrar\as. Para este ultimo
¡l/lid,) CU('lllo COll,\Illl'jI"rl'ilo, IIIUllcl1l de Ic,tltad, valor, patrioli'lllo
y ili';"lpiína, C,IIIl la i;1\ardia nacioual, cllyo';,scr\'Ícios SOJl tan)'ellli_
JlI'lltl"', ~ ('(In la cuoJll'raC!OIl ¡Jt' la,; [1'(''; naCiones, cuyas lropas l'i-
1¡¡Ji/,,111 1'11 ill'J'tlil:idad jli'll~lll\dl) Jlo]' nlll',lra causa.
~li, pr(\llrt'"I'; ,"II'I,tlll'illl'ltil' (mpe '"I¡J:h :<1'1';)11 C:lllllpJirlas: (';:[)


]lid,' Illi til'I'IIJ'1J . (,1 /,íl'll 1:1I1dil'u y 111,.; inl'líllóleiones; lraspasarlas
por \lll lado Ii por utro 1111 :,ni,] 1í1.i'I'['; ni 11111. Cmlr,; las hire asi
1,1, d"o'I'III\;CII<\l'l',, \ll\IC\'LiÍt'II¡[', a la ]'t'1 i,ioi! dI' las leyes fu lllla \;1('Il-
tal,', d,' ia 111unarcluia, ~\lf!,\ln JI) e'pl'esadu en mi decreto de 2~ ¡JI'
,clÍeudil'I', IdliJlí0.


To,\\O I1J. 23




J5'! ,\'\.\LEs ilE h\HH, lI,
Para lograr "sie olljl'lo Ill!' l'íi',i,:'li i;¡, ilt"clllHI:1llU:h ;'¡ :lj¡]'azal


medio,; co;traol'llill:uio" .\ /in di' 110 !'IIJ'('ililril~ (j 1'lll'edar:1 mi ~o­
hi,~rno cn un círculo 'icin"o, ;,:'irrlndo ,'11 ,d 1:1l~1 na<l;l adl'I:llllari,l-
mns para arribar ú la re, i"ion f1IJelp,'ida, 1'(¡111O ,'n la "'!loca 1'(~I'il'll
citada (le ~eli('mlJre, diclarl' Yo proYi,iollill!lH'nll', y :1 1'1'11[1111',1:1 di'
mis consejeros resJlon~ahh',;, pro\ i¡]PIll';,l, por 1;1" i\\all'o Ius 1111('-
YOS rkgidos de los JlIII'lJhi lo ,Célli di'lllllillo Illejor p:lI'll rrpl'I',I'II-
tal' el interés y la opiniüll general; tl¡>IIlICr.!U illi':llIiI, I'll /ill, (,O!1iO
lo propuso en su proyecto delcy el J~slanjl'lIlo de I'r([l'lir:1dil!','" di'
la:; f:Ol'll'g úllimas.


El ('s talio ¡]pl crédilo p:'lhlico y su n!c'jnra serún oh,ido (i(' Ili i 1':-'-
perial ~(J1iCitlltl hbta:la ri'!I!I:I!!1 ¡JI' 1:1" pl"'I\illl:l'; enrk,;. Enll'l'lilli-
111, In:; ílller(',l''' ya c]'t':III:" pUl' lo..; (kt'l'l'k'" -I'I1II'lil1o, Ú la l'l'\ i..;iull
de lo:; E:ilallh'11lo~ en la \lltii11il il',~i..;l:d\I\':1 uCUpilri\lI mi parli"ul:lr
j)t(~llei()tl, cuidando de c{)ncili~U' (;pi:¡iiJl: -, ";¡¡i LdLtl' ~i~ll';¡~O 11~Hc¡i­
no :tIa considc.l'al:ioll \' r\, tl~'~,¡da d ',,- ,:'rl\'(hl\_\~ dl'l i>·,!;\lío.


Oslw üeclaradu mí, ti"..;!,,'),; (; ;,:" ,,'!l!'.liiíi!I:II:::"; iI '::,,:,11,\
felicidad. CUIl ,uma ('(llJjj:I,IIZ:¡ llíl' 111 \ 1!;'..;lr,i:: lír,!:'\\' ""1';1-
ñules) alllptiando eldcrecL\l ~k ('li,',,:¡' ",,¡¡:~ ;_I't'.l\·~·()jl Y!H"~~',,·; ':!!i.
mos n'prescnt:mles que ,L'hia Sl'l' :illlp!ia¡\'J, 1,lalldud la ('iL',',:i"ill¡r¡-
pular lanta dilataciol1 cuallla ('oll..;ic\!len n\lc..;lr~..; ci)'('u 11"; \:1111' i:1,""
"cuanta tienen ('11 la, m;CÍ!IIlCs lloJ'(','il'ld'" 1H1(!";\l'as Y('I'illa,; v alia-
rlas: con Sllma I'OnfiallZ1l lile ('IHllplaz .. " ,'1\ rl']J('\ir: plll',' lIi) Ie't!l,)
que mi' f;¡lIl'.i:; j:lln;\~, ~a\¡il':ldll '~\\I' \'\1 ¡:l""" 1);' ¡J" Ldl:Jl':);,
l~~pai1iJles: el pnclni~:o eOllillll (\>~\;! (';1 :'.i~\ ~. p·\lj:lll\:\. :lIln\¡tF\ l)Oi'


forlulla ll\lcstra no h~,lal1l(' P'):!"!,,,"I) :: ~," :l ::-tí"'; ¡I!.;I()~ ["1110("'';
tic crup ;dCflllCC. :~!1 r!H'l'/a ú 'CJh'1i~'ni): J :'~! : :!.(·';·jL:~ d\'~b :::l:2;¡¡w:i:\ i't'lw
ua lHi hija, {'lllli,,'i 1 \l! yuc<ru, r..; t:':¡;¡¡l'II' :11' Ll rf'¡)('lic~l ': l~t'¡ 1'1~';~1-'
cipio de 'la rlIIlL~ljqn. pllnil'IJdd i'll :-,\1 I ,,1 :'¡\¡:~!'~;r:;(' \~\ iL' J;¡ \;¡,\.(-
tad, S\l eoutrariú. CUIII1l'il~llii" \e;,:1:1,] i: p :1"1,\:'" : di' -'",,-11-'
tros todo n~cplo, y Jllirad ~'t Uit',l ij~ ¡:":pll'::¡'i).-;,I (:¡i¡!il ;1 I¡I!
enelnigo, y cn('l~li,~() ;l~lpt{); jnt:':::, . r¡,.':¡;![t;'l:l .. L¡IJ;-: \.'¡)ll
la dl~Sl1Jlion, lo que ])0 ¡l!,dria COJl":(':~tl:i' P;'j' :;:[ fUI'!'Zi,,;i della il[l!l-
si{',cmos la nuestra unida. Por c'I.],' ::::.:!i:h ,altlI'Cn~lh 'id" 11,' '.
seguros tic la borrasca qucnos c~tú C!i,li;,:¡lii'l:r:": :l:)j' {'¡J:, ,¡rrill;::-
remos al puerlo ad¡)l1lh~ nos 1Il'\ an llill"¡ ro '\;':-"iJ \' II ¡;(',;I n ('IIJI \ 1'-
nicncia. E~ln ('~pel'o de Yosotros. y r'...;!'} ('(:'ll:io qt¡t~ e ")Jl":I':~,\l¡n'" ~;¡
no nw (,Jlgalía la alla opillil)n !jUI' tl'l\:':,; !'I'l'J1l:!,1,¡ dt; \ III",!I;[ ¡I,:tl,
lail ú mi Hija y Ylll'sll'a l'I'ill:l, de \'111'-1;1'1) pall'iuli';11111, di' \ 111'..;11"1
sell,.:nll'z; f'1l slIma , di' \'1\1',.:11'110; i irlu,II'_--\O L.\ HI:!\ \ fiIJ
BEn'l\lJllIl \.-,EIl n/Pardo a '22 dt' milrll dI'. lii:)li,--Bl'I'n'lIt!II!!')
-Ja\'Íer dc hluriz, [1I'l;,;idcntc inll'rilll.'-I!:'l CUll~l'jO (k .\lilli,[ro,.




4PESDICE NTlIERO ' .. 0


ITINERARIO


ilE LAS ,UnellAS QUE HIZO L.\ DInSIO:¡ ESPEDICIO:'\AnIA AL MA:'i:-
!JO DEL '¡AIt1~nL DE CA ,¡PO IJO:\ :\lIl;UEL G01IEZ , CO;,,\ST!I.;,,\IJO
Á ~Ií S.\LTll\ DE l'ROVf:'iCL\S , VE CISCO J3ATALLO:'\ES, DOS ES-
CL\JI¡HPiE~ y DOS T'lEZ.\S DE \W"T\~A, CO:\ LA FUEIlZ \ DE
DOS mL y SETEClEXTOS I'iFANTES, C!EXTO SESENTA CAllALWS


y IllEZ ATlTU,LEHOS.


FECHAS. ASO DE 18:JG.


'¡uni\) ..
ni.\~ .


• • ,;!(i. Amu\'l'in ...
HcspaJdiza ..
Quepna ..
:\Iaroiío.
Salnwnlon ..
Peua del Haro.
QlIincoccs ..
L~slra,; de la Torre.
Ca,;tl'ejana ..
YilJ¡¡\ clIlin .
Vilhlla,;ana ..


'2.7. • La Colina.
Tabliega.. •
Hcvilla, (accioll contra}


'Iello .. ...... .


DISTA~CIAS.


Le~lla~. ellarlo ••


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Tabliegu. . )) '2
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3.56 A~ALES PE JS,\RFL n.
Dias. J.t'gl1 a,-=., Cunrlu."


Suma anlerior.. . . . 10
Junio.. . ... 28. Larrivas .. .


Tahliega .. .
lleYilla ... .
Qnisiccdo. . ;¡


2U. San Martin. 1
Argúmedo. . . 1
Soncillo ....
CiIleruelo.. . . 1
Erhosa.. . . . 1
Santa Gallea.. . 1
Los Hiconc]¡o, (pasodcl t 1-


río Ebro) ....•.. \
Los Carabeo;; .....


30. Y cnla de Ol"llligucra ..
¡\J ;¡Iarre!lllilio. . . .. .
l\lalaporq lIcra ..... .
Concejo (lc las Quiula- t


mllas ... , ..... \
Villanga ....... .
Cillama\·ur .......•


Julio .. ....... 1. 0 C,plada." ........ .
La HCrl'l'I'llf'la ..... .
San ::\Iarlill de I'rra[lerlú.
San Sahador de Lo-¡


bunza ....... .
2. 'idricros ... .


Triollo .•.•..
Alha ...... .
CaJ1ljlarrctlolldo ... .
YalYerdc do la Si\)ITa.
Siero ...•.....
Boca do llllergano.


3. Pcdro:ia del Itov.
Escaro.. .. •
Lario .... .
Acobadu .. .
l\Iaraiía .. .
Tarna ... .


.í, Sobrefaz. . .
Hozanes .....
Call1Jlo de Ca:iil.
"\1I:1,;ll'u.
TallJ(\~ .• ~ ••
nio:icco ....


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Julio.


Al'E~mCE Nr:mmo 7.0 3,57
Leguas. Cuartos.


Suma ~lllcriol'. . 59
ti. Condado de Urana. )J


!\l i ií Ue' la.
Cillcruela. »
Pula de "iana. '2
PullJerrcro. . 2
Sama de Langrco. »
Villa. . . {
(hiedo. . 1


fi Y 7. Descanso (aceion con-j
Ira Pardiiías en Puen·
le de nareo Soto.-


8. Yenta de Escampredo.. 2
Peiíafi.or: !puel~le sobre} 1


el no i'lalon) .....
Grado.


!l. Descanso
10. Ca,;as elel Puente. 1


COl'llcllana. • »
Salas. . 2
La Espina. • 1


11. Borras. . i
lIIontejurado. . II


B. Lap:o. . . . • . \2
lkreluccdo. . . '2
Salillle-pucnte solJrc l 1


el rio NaYia .....
(; randa,; de Salime. 1


U. l'eflafucnte . ~
Fuenfria. . »
Fuell,;agrada. . 1


H. Pudron.. . . . )
Paradayella. 1
San Juan de Lastra. 1
Funtacina. ,)
Rolaiío \2
Casll'oyrrde. . . »


1 J. Soto de Torres. »)
Villar de Castro. .. )l
(-'londas. »
San Fix de Lugo. . . ;;!
¡{io jlijjo.-¡Sc pasó por}


\ ado). . . . . . • . »
Tulda de Lugo.


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358 ANALES DE EL\BBL 1I.
l\Icses. Dia5. LegHi.I':; Cltarlo-.


Slll1l~ anterio\' ...... IO:¡ .)
. Julio .... l:j . Santa i\Iaria Alla,--En-}


I:llcnlro (k Ull C\ln-
voy., . , ......


113, 1\>\.:1 ..• ,
Isha .. JI
Santa ('adea. n J
Hume]"o .. · . . . . 1.
F.l ca]'raga1.-~-persc-1


CUCiO!l . del ('on voy 1 2.
antenor. ......


Piedramayor, . 2
Sobrado. · ~. .. 2


17. San Lorcllzo de Carolla. 1
Bll\ll1orlo . · ...... 1
l\lu'la de San Uartolollll'. J
San Gregorio ...... 1 ))
Santa María de Gonzal'. 1 »


18. San Tirso. 1 n
Alancolta. » 2
San i\lal'cos. ~ ~
Santiago. i


19. Descanso
':lO. Siqueiro ... , •.•. 1. ))


Santa i\farÍa tic Rriiía. 1.
Cidadclla . ;¡
~1. Cruces. I


Grijaln. 1
riJar de Parga. " jl<llllonde. 1


.:12. Santa l\Iaría \le la Torre, 1
Yillalva. I
Carballino. :1


:n Mondoñcd o 12
21. Yera d~ Hia,


San Ju '1 Il . 1
Aguas" mia ..


" Goyo )¡ .j
PueBte N neyo. 1
rilladriz. 1
San Alld['(~s ele Ligan:s. 1 2


1.:>, llralía .. 1.
COllecju dí) J;I Trilpa. '3
Salllalla de los OJos. 1
Santa Olalla de Jo:; Ore- 1 :.;


.1 0 :\ .•. , .••••.• j
11'.! r;-




JllliD ..


Arl~~DICE l'iP:\IERO 7. o


:illm:l anlt'rior.
1:i. :';)Jl .Ill1iall.


lLtliuils
Sugucira::;.
Yiilamor.
l'('zu~ .


llj. (; ralld,t:; de Sa]itll~.
:;alilll~.-:l'L1~~lllc sobre I


el no Nalla ..... ¡
!le rl]ucedll.


D. 1',;1:: de 111icnde.
'; 'I'~'c(lda.
,Ldol1.
['rema.
f.J¡lero.
1.011\:.' ..
_\ j:;plll~l'O
Lr,l'l'!':.
Call~{L'; dl~' Tineo,.
~Í'! y 2!1. D""I"1Jl").


;:0. L: Ul~):'.
fu!llcciclla.
Ti':!lllall de Carballo.
{ :arb¡dlo.
Cl!bca ..
iLIILlO.
¡ir.tlu de: Ahajo.
!:I'<I¡la ¡le Aniba.
l'lIl'rlo de Lilaricgos.
C:J,~lil'lII'S
\ illaol'r.
:Jan .'ligue!.
\ illabrino.


:¡I. lI.io Oscuro.
\' dIal' di' Sanliago.
:\luria,.: ..•....
Seura.
\ illanuel:l de OmaITa.
OiJl~l!lon.
Yf'ga ..
San tibaITez ..


l." l~atccha.
Palltlorao, .
Hittllo.
La Y clilla.
.\.drados .•


~59
I..{'~llas. Cuarto5.


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360 ANALES DE ISAIlEL 11.
Di",.


SUllla antt'rio\'. J"n ,)
Agosto ••. l. o Espillosa de la lliJJcra.


rerral ....
.)


~an Andl"l'5. 2
Tro!)~.iu" ..
1.('01l. 2


2 Y ~L ne~can:'l), .
. 1. l'ucnlc del Castro.


Yaldclafllcnto. . . )) .)
A lcagücja ...... ))
Pucllle d(~ Yillarcllle. 1
E:ica!:lLl'l .. .,
Ca~asoJa. ., E;lo'n;'a~


.,


1\10 n as te r i o do '.)
Cifuentl's. t
G radures. ,


J. YiJ];n ieja . 2.
llorreros. }) 't
Llamas 2.
Almanza .• l2
Calavera:; de Abajo. ))
Calarcras de Arriba. '2
San Pedro (le C~Jlzol¿~~
Ermita dd SS. Cri,-¡


lo dd Amparo. . (
(J ll~ll'Ilo ..


Ii. Dl'scall~o.
1. }:rmita del SS. Cri;- (


to de la Tillla. . í
Yelilla.
Jksaude. 1 2
Sicro .. . .. .. t
llüca do Gurrgallo. 1
Pcdrosa del Hoy. '1


8. HiaJ1o. 2.
La l'uert'l. 1
l~s~aro.- \crion ron·- ¡


tra Espartero .. .,
\cga do Serin ..
Santoycnia ..... ¡
Oscj a de S('jal11lJl"(~. 1
~, . SuLO d(~ Scjand))'(', 1


" I'u,'rtu tic Bcza. .,.)
Vcnla Ir..: Lan;!,ü. !
AllJic\ ,lo L


21)1,




A¡)o~tu, ••


lha',


'''~~··~i(:l'_'-'\:Or. , •
10, 1", ': " ~' (:,,-' _\wteYi1 ••
f:·~l!l LU~.íl~:lj Ü~ Anüt: \'a.


C:J,';.). . ..
CaDgas l1\e OH"IS.


11 U, Y n. ])"':.~:!i:iO .
11. CL'>I,


']'


l f'; . 1: (~(' {) :)1' (l.
~' ~L .!') t;, J8 \ l\ga de t


S, lIJ.. ..····5
~J;alH.':-::. . •••.
f>l i >'~':":' •• < • o • • • • •
~":'.t': í~:-)L;(l;; h: ,\lllÍCYa.
,"(\Jila d(' Lill1¡'O ..•
:PHcr!O d(~ Beza ...
~~:d,) ¡.L\ :-:\ej.lillhre ..
(t~,.-.i;! ti: <_'.i~tLl1)1'e ••.


lJ. Í'i[cr,o ":" l'illldnrlleda,.
c,¡!¡!"j :!le:". ' .


lii.


~~~oLI \ aldt~nn ..
!)jL";¡líl;l !~r;ldu.
;--;ai: 1;1 1 iJ:;1.. .
F\lult' d'.1 \\rmoiíJ.
E;;~¡;-;i:~:¡\::;·.
(: ... I:.':~;,¡,~ .:~'
"tl1 ,)'lJ!t, <
Los LI:iJ10:',
Cal1i~leito. ,
San í\'I~yo ....
H((:.',,j ',' ](1 1"]'('('110.
Tu(ic]lJ.


C(\¡)?ri(~í~.O '
C~tl!(~ZUíl. •
Pi'l'l'OY.O .•.
~all .\n,11'(·",
LL::\'dIL •......
l' ",'\'¡,) ¡J,- C:'¡)I'zucl~.
P¡l,¡:l'a~llk'JlS:H '
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362
l\Ic.¡e::. llia;.


Ago:;to ..


Ll'~nas. Cnarlos.


Sum,! anlerior. • '2!1l
17. AreiTo;.. ))


Ycnla dL~ OrlJQllcja. ))
San S~ill :Ido!' ele Le-I


, :lllza. . .,
18. Y cnla de :'-\,1JlH Irlolollll~. ))


\" euta de Esculo.
llaiíes.. .v ••••••
Cuesta de S~ntibaílez ..
Cenera de J\io[liwcrga. 1
P('razallca~ ... a , • •• ~
COIll cuto de Calalran:;. 1
Sau Andréo di: Arroyo. )
I'rúl!:lllUS de la Ojcd:l.


-1 !). Herrera de Iti(Jpi~lIcrga. 1
'¡¡"lillo di' n:i1;"I. rll el ¡


I'tl¡;;J! (k Cil-,;t:l1ll. . J
Ventosa.
1\lolino de papel en el'l 1


CalFil. . ...
~a\crl),~. u
Aballilt!c::. 1
thU!'i!ilio
Lauladilla.
IkIIIlt;lla ..
Frúttli,;Ll.


:20. húa de C<ll!I[lO~.
~\lllU';CO.
MOllZIJ~l. ••. •.
fuen[c,') lÍ l: Ya!dcJlero.
Pakllcia ..


,21. Calahaz<lllos.
Y(~lll~l de Calahazanus.
Taric!!;os.
llena" iilo.


::2. TurrcrOl\flleliida.
l'jn:1I' de Arriha.
l'i\\ar 'lG Abajo.
]'es([ucra. . ..
PIlCllle ,:ohre r-! rio~ J


Duero. . ..
Pe iIaJiel.


2:3. HaIJ::lllus: paso del ríu)
llurautull. . í


LlgUlllt .•
El Yilhl.l' •.


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Dias.


AgO:-lO.,


Al)Ji~DJCE ~(l)n:l\f) 7,"


"mlla anlerior.
~:]. ['III'IILtlllciia.. •••


El \,::1" de Fucnlitluciía.
TnJ'!'C'I.'ilLI. .• ~ I •


2't. PIII'¡:!l' :;qlil't' eldo Ccga.
,\ "11: 1·'rl'Cllli' ~F;l ~;;'il\~,'
l\\l'c2,.mo.
~l \;illj,'('ro~
~:;. \';d(j('í'.¡lln-::.


tullíl]!). , ..
El Cuij;tr. ..
l.d Y\'lil!il.
ta :\i:1r:!la.
C~~',:,I,I,',I,d;J COllllarlo r!


t "." .. 1 ••• 10. . j
l'l'rorrllhilJ.
!'n':'!leda.


C:h!iii,·jo.
2G, SlJ~!1 de n iaw.


Hi;lza.
27. \j~l:lcorla.
:'T;~(lríg'~::l\l.
('r:lt!".
Call\:lloj:1S.
~H. (',II\"('z.


COI"!I'l:lio,; de Arriba.
C'!lI\¡l'níj,,~ (le Al)a;o.
AI:clldic~o. "
I "C" " J\f¡I~lir, del Camino.
l'cd roe he,;.
Alil'llW,


::!(I. 1tl'1J(:Ilo:.;a.
Ycnladd:\\c lUaría.
CidruCljUe .... , ..
I'lwnle del llclJollo~o 1


"obrc el rio Heuares, )
.latlral]llc .. .


:10. BujaJuro .. .
'ILJlill'I-.--:\ccioll cou- (


[ra tOpét.. . j
L..:dalll'<l .•


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Leguns. CuarlO';:,


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llril,q('[;;\. ...
~11.;tlll![Urra ..
() 1 '!~ t\~ 1;1. •
C¡t'!~(lllk~. .
;;,ltlH'dnllllo
Saz ,lel CorlJo.
]\"plP((;)n's ...


Seliembre ... , • , 1.0 TIi·) ,\l!,J:lllq\lrjo ....
HarrIa lÍ('. l1\'rnantlo.
l'l:pn!Ic di' Tahucllca I
~()¡ fr~: d l'¡~l ':':1.10 .. ,


HlI('!'ln ¡1( .. l'chyo ..
ZahOI\'ins. ., .


.) Puellic' (ji) l'ural('jo~ I
;::p!)I'(' e! rin T;ljO ... J


Pn,¡jej,,:, ..... '.
:J. llarr:1I1(,(i dn los Encar'l


celados. . .....
Allma ¡ji' TOlTczuda ..
O!'ri1 ......... .
Orif'lll\'h ,.!,,¡ Tremedal,


.S llH l\ragoll ....
1. ];I'l!Jctlc".. .


Allllr:l de la, \;¡y:¡,; de ¡
Bi'o!lca:e~-j. . . ~


Torre,; ..
Hnvuel2 ...... , ..
Ca':a~ de lo,; ;)Jolin:lrcs.
Teri'i,_'rltt' ..


(J. Toril.. . ..... .
Biu[¡io ... .
Ca'icrír de CanerJas ..
Salncai'í¡'I.; .
AJcn!:'! (~C.\ la ; e{':'(1 ••


¡j. el:/,i!!\) ....... .
C~:::cJ'l() di: Olllll'dilla.


T~)l~1\ UCI0~ •.
7. L;t 'fOft'í' .•


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A~05\O. . 1!. lk:'l':l\bo.


1:). Heclll)'H'lmic::i(':, ,lc la I
ft)l'\i¡k'acííJ:l d(\ Ht',· ,'1
(fU '1j'1 \- J ~"TC':":O '1
L: i ~~~'~l.l. ~ : \ ';. : . (.


1\. fkiC,¡i¡;;O.
13. C"{l.~;l~ (\e,1 lk?~!~. ~;fl\10. . 1


'cut,l ,J 1 .U',lil),.. 1 l'
Casas dc I\LJY~. , • • :~
PUL'nte ~'OlJl,' ('1 ri) Ca· ( 1


lll"[(,1. • .' "" ,1
C~];ricl. . < ••• , • • 2
Ca3::<3 tla [b~,J¡cz .... ' 1 :2


:;;plilOIllhrl' .•..•• lli Hadiel. . , . , 1 ~
C',:~I" de ¡,Li :"ijllgucs.2
!'un[Ui'::;' . 2
P\lt:IIte, ~:u\;{,: ('; rji) .Tu- 'j 1 )l
C~ir. • ~" , •••


AII;;¡cc[,' . :l:,
17.
18.


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~ t(::~C~¡llS().
Guillt'ta. o
La ¡¡odi! ..
l\Jillala. '
Yill:ú·¡',dclIo.
Accion en los campos¡ ti? di(,!~~)lUelJiO con-


tu Aldl., .. , , ••.
o~;¡ dt' l\l!JL:ie!.


21. Yillal!u[;w':L , .
Fonll:mCl.
IlIfante, 2=. \illail)(llll'i{íIiC. ,
rellLl XU(I.\ ~1 ••
/']1; l' J" Ll n " , ,;" l' 1''' ~J. l;~l~~lt\: Uj~Lr"ec~~\'i l;:io t


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ypnU~ de PUl'i';(S •••••
\illll,¡¡~\a tU .\rzo-)


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Y:'!t1d ~:l'l ~:cl'ro,
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ANAT.ES nr IS.\ nF.L n.


Seticmhre., ... ' 2:;.
:-illll1a anterior .•


,Encínarcjo.. ..
Baeza .....•..


Descanso.
2(j, llrjijnr .... ,
27. Río G\wlim:\r.


llailcll .. , . • . .


128.
2U.


;)1) .


Anuu.iar ....... .
Puente ~obre c 1 r i o ¡


(iuadalqui\ir., ,i
Santa Ceei!i,\
Aldea del \tíu,
Pedro :\!JalI. ..
El Carpio _ ..
Pllll1~.!j l,L' .~ !Cd.ro:l :""!o-)


1.;-" 1: i :" ! ,-I:,\d,11- ¡
(lU111I' •• , . ..1


reBla dl~ Akok,l. ...
l\lonzon üe la Tierra, .


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Cúrdliba.--AI:H¡Ur Y)
o~lIpac¡un (".' !a ciu- \ "1
dad. .. ., ...


Octnhl'e .....


Octnhre.


i.n RCl1d:,~i,,:: :".: ¡'-)" Flll'r-l
tes .. ,. , .. )
~ y;l. De,cDu.i';.


1. Torro de ArJ;Js.
Santa CrU7 ....
Ca,[rlJ del 111(1:


¡¡o Bae 11<1. • •


1).


7.
S.


Derroia de la colul1lna )
de 3h'1!a,..::fl lit lll:.111l10 ~
de 1>:;:I;,ul.' en ¡a~,'
in::h'\ii;1l'i'.Jil;·' ti e 1\
1'10 "\k::l'/:i'll' .... )


'Vuelta a iLicl!¡¡,
(~alJra.
l.ucI'lia
Moulilla.
;.\;uma Carlt'!;¡
Cabra.


9. Priego.
10. DcscülJs(), ,



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Odllhrl'. '.


APENDICE Kr:\nlRO ";."


:iUlilfl anterior. •
11. Calml.-JkJTota \Ie ll11fl}


columna de cahalle-
ría .......•..


Monlilla ...... .
42. CunloJJa .. .
D. j)c"cail~o.
1'1. \' illall a . .,
n. Pozohlanco. .
11). L~ CUIll[llisla.
17. FUl'llcalicllte.


LdS "~J.\"as. .
iN. La :-;olana del Piul!.


FllulcDlielllu •..
H). La t;oIHlui,ln
20. TVl'lU·;I¡L[)lJ.
21. J¡CI;lu~;J'.':) ....
22. l'lIzolJlallGo. .


Torremilallo ...
23. Santa JilllGlla ..


AhnJillo .. o ••
21. Ali,][li!éll.-·A(aqlle y 1


OCll]ladoll ue lJ. po- ¡
hlaClOll .•.....• )
i~. ' IIcndi¡;JiI d.,~ l()~ rll.l~r-J


lcs.-.\J as :'ci~ de l~
lal'llc se rOlll pio la
man']¡a ú Chillon ..


;11;. Cirut'la. . .. o ••••
TalarrulJias. . ...•.
lIio G u~ldiana: se pasu l


por ndo ...... )
'la', ailillar de Pch .. .


2í. (;lI:IIJalupc.--;--D"I'l'ola ')
dI' l~11a l'Ollilllllil de ~
ll<l('iflllak, tk E'lre-)
madura ...... .


28. Caiíalllcro.
LO[l,rv,;au.


2.':\. l.ur't\a. .. .
Conqubta .... , .
Trll)illo ...... ,


:-H). nes(-~an~o. ,
:n. Cifucllle".


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~!1nw anlerior ..
Ca~Trc~ .•. " ..


NoviemLrc ..... 1.0 lle,":;il:;o.
2. Marcha ('Il ,iiit'<'('l'i>lll ¡


:d "1:,. :1, iLía lc-
t~~~\l ('(~.;ll!lU cuu-
Ir¡lIl¡;¡rc l!a a C;.cercs.
~{. Torre l.le Ür,'ilz.


TOl'I'C(lHViiLld',: .
TOl'l'C,llUl'Lii, ..


1. AITO\ <J\lluiiilu:i ..
AIIIl(Jarin. . .
~liiljad'i'; ...


[l. YiiL~r di: Jic,;,\.
lIi'Il" .. ,
HI(I~:i~d': j¡d.- :~\\~


{':¡I¡:<l tl:I" I p:l~
ra ~u ¡;l:'~U. . .. "'


\'ili:lll1l('\,1 \,[ ,;: ¡TUi\.
ti. La Aba ..


La íj l1"rd".
nio Orle:,:!,
t1llinl:1I1;;'. ...
Zllll; ¡!i~\( la ~:L'rl'ILl


7. H::rl:iil,.,l.
AlliIJIU':-:, , .
(; twdalc;:tlaL


S. Descallou.
!), Al:lili,~ .. ,
CI¡~¡~, ';i; i ¡,u de' I,'! S¡(\rra,


10. l':,('ida de iu'; i¡Jallll'~,
niu e il'HL!'iui\'ir.-Sn \/
~dr L: l~;lrca ~
r,':;::i~:,:i?:'. e;,' ~()~h: ,1


I'allil:i ,:1 ':i
11. J~ci.ia.-:·" ":i:lO el)


plli'il[(, '",:; ';'0 ,.¡ 1'lI1 ¡
(;cui;.. . .")


1 i) 1)c"',iil'U.
n. 0 .. \11:1. .
1 L ·r,Llr(-!ILI II(i.
1;¡. (11 \ ('¡';l. •
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APENDICE NUMERO 7.° 369
l\f Il"I~S. Oia<. Leguas. Cuartu:-i_


Suma anterior. ti;/'! 1
No\iemhl'c. 1 tI. Atajate ...•. :2 2


20. I1cn3galiz ..... t
"""".-·010<1"" d,> I


su tilslillo \: accioll
con l~ .. Yallguardia
de RlVero .....


':H. Rio G uadial'o.-·Se pa-)
sú por pucn tes que, !¡
se construyeron ...
~ Sall Hoque .......


Z:!. Hio (;ual'rallque'-~'\e)
P:1,(¡ por la harca y • )
vado tlel Loro. .)


Rio Palmoncs.-Sc hi-'
zo su paso por la l


" harca, puento de lOS)
narrios v vado de
J:t,; Cigüeiías. . ..


AI¡.)cciras . . . . . . .
2:.1. Los Ilarrios.-puente}


sobre el rio Palmo- 2
nos. . .......


Yenta del Castaiío .. !l ,.
'2'1. Alcalá tIc los GilZUleS. " ») .)
,," Hio tlc ~lajaCcite.-sC} ..... ,J.


pasúpor ]lucn tes que !¡
se construyeron ...


Inmediaciones de Ar-l
cos de la Frontera.
-Accíon con Nar·
vaez.. . ...... I


Villalllarlin . !¡
2!i. Monzan. :.J »)


Osuna !j
27. Estepa. .' ...... 1 .;l


l'uente de Don Gonza·( 2 28. lo sobre el río G enil. 1
Los Zapateros. 2
Cabra. . ... 2


29. llaella. :¡ AI",,',ic: -A;r¿x¡,;,~ 1
ciüll de los ClH'1l1irjoS ., 1 .)
á la ulla dc la mat1a-
na del 3U .....•
~ -;¡


TOMO 1lJ. 2,1




370 ANALES DE ISADEL n.
I\Ie9cs. Días.


Suma anterior .•••
Noviembre. • 30. Martas ..


.Jamilcna ..
TOl'l'ccampo.
i\J cn j ibar. . . . • • • .
Bio G~adalqui\'ir.-Scl


paso por las barcas,
y vario .•••.•••


:Bailen. •
Diciembre. •• •• 1.0 Guarroman.


CarJloncros. •
La Carolina. •
J.as Nanso o •
Santa Elena. •


2. tas Correderas. •
Despefíaperros ...•
r cnta de C:írdcna!'.
Almol'adicl 6 Yisilla.
Santa Cruz tic l\Intlcb.
Yaldc\ll'iias. •


:1. La So ana .... o •••
Argamasilla de Alba.}


-I'uente sobro el
rio ti uadiana .•••


1'OI11('lIoso.. • .•.•
Ií. La !\Iota del Cucrvo .••
(i, tos Itloj()~os .•....•


Yillalllayor dc Santiago.
Ol'cajo de ~all tiago.


G. 'l'orruJ¡ia (lel Campo.
Yillarruhio ... o •
l'clé".
Alcazar del Rey.
Huete .....


7. Bucntlia.
8. llucntc sobre el río)


Guacliela • • . j
Poyos.
~aceclon.
Auñon. • ...... .
Puente de Au.ñon 50-1


. .bl'e el no TaJO .•..
Alúntlíga ........ .
TendilJa .......• o
Convento de PI'. F.ran. }


ciscos de la Salceda.


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APENDICE NUMERO 7.° 371
Meses. Dias. Leguas. Cuartos.


Suma 'anterior ...• 752 3
Diciembre. '. . . 8. Armunia.~Pucn!e so-: 1 hrc el no Jarama .. »)


Orehe .•. 2 2
n. Torija ..• :> »


ReboJlosa. 1
Hita ........•.• 1 »)
Espinosa,-Puente so, t


bre el río llenares.) l
Cogolludo. 1 »


10. Arroyo de las Fraguas. ., '.2 ¡)
COlldClllios de Arriha. '2 2


11. C:lpisahalos. l'
Cafíicera ... 2 i)
CaraccJla. , 1
C:ll'rUScflsa .•. ~
¡en'sllo dc Caraconll. '2


1 ') Yillalll\()Ya.
Pllcnle sobre el Duero.
J\lalama. 2 '2
(billa. . . ~ »
Bcrzosa. . 2 »
l'1ll'11 tchcrmegil. 1 »


13. Fllcllcalicn(e .•. . ») 1
HiulIjo;;;r, • 2 »
lillcrla del Hey. 1 1


a. Silos. •• 'o . '2 2
Jll'lucrla .. ...... '2 2
COJ¡illTlllJias.-pa'::1ll-1


du [lo!' Jlllcnlü el río
ArLlllzull .......


)) :1


1 r¡. ~1l'JI¡[)rilla. (~
Lara .. »)
Lo,; dos llarrios. 2 »
YilJ:llllel. 1
\ il1asllr de Herreros. 2 2


11" t; alarde. :1 )\ San .Juan de Orlega. 1 2
Fresno de BOIElla .• 1 ~
C;¡lIlporcdollllo, . 1 »)
J\njas ....... 1 2
~ll1illlallilla CnlJorrojas. 2
l\!orilla. » 2
H(,nllo,jlla .. .. ) 1


17. ;:;ala~ tIc UUl'clJil. • . 1 »
8I1 -¡--




372 ANALES m; ISABEL 11.
lIIeses. Di",.


Suma anterior.
Diciembre.. i i. Castellanos. " . . •


Tenninoll.
Tama\'u ....... ' .•
Pucnte JI.' la Horadada}


sobrc el riu lIbro ..
Mijangos.- I'neule SO'I


hre elrio Nela.-To·
ma de la ca~crn')(lue
lo uefcuüia. . . . •


Cadiílanos,
Estramiunu.


18. Quintunilla. •
San l'antaleou. •
San UorCllte.- Puente ¡


sobre el rio tosa .. j
Qlliucoecs ....
Peila de Augulo.
Angulo .... .


19. Sa1tllanloll ... .
Maraílo.
Isoria.
Alllurrio ..
Onluña.


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Segma lt) !le mayo de 1839.-Es copia.-P. del C.




MANIFIESTO DE LA HEINA GOBERNADORA


A. LA NACro!S ESPAÑOLA.


Desde que por Iá cnfermedad de mi augusto csposo (Q, n, G,)
cmpuiié interinamente la,; riendas del gobierno, dí prueba~ de


lo,; sentimientos de mi corazon en favor de esta nacion magnúnimil,
Plljl1p;nntlo las lágrimas de millares de fatnilias, v anunciando, con
PI oh ido de las pasadas disensiones política,;) una nueva era de re-
coneiliacioll y de paz,


Muerto PO(:O (kspues mi augusto esposo, y encargada de la re-
gencia lid Brillo, no rctanlé un momento en ratificar mis benéfi-
cas mira,; é in[()neione,; con muchos y saludables denetos, hasta
(jue, para asentar sohre ba,;(~s súlitl:1S y verdaderas la felicidad
(e los c,;palloles, restablecí S()h~nllli'll1ent(' las antiguas leyes funda-
mentales de la monarquía, en que e,l:ill consi3nndos jmtamcnte
lo, derechos del trono y los fueros y libertrrdcs de la nacion, l:on-
Yuealldo las cortes p;ellerales, que hall sido en totlas épocas el ha-
luarle lilas firme de aquellos sagrados objetos.


En la,.; cirl'unstancias mas críticas; en medio ¡Je ulla gllcrra ci-
vil y de los c,tragos de I1n<1 Iwst(~ a~;oladora, abrí en p'cl'sona las
puertas dl'l santuario de las leye, ; y desde a1[uel mell10rable rlia,
ltlcp,ant!) ha sido mi anhelo, con"lantes mis afanes para presentar
ú las Cortes leyes encaminadas :i la felicidad de los pueblos, refor-
ma.; útiles, mejoras saludables, habiendo !lcyado á tal punto mi so-
licito ~1Ii1l('1() ell pt'omoycl' cuanto pueda contribuir al bien y pros-
peridad de la JI.1CiOIl, IJ 11<: no yaGil(~ en llt'cretar quo se llevase ú
cfrcto pi méludo lIW, :illlplio de clcc('iol1es qll8 j;¡llIá~ habia cono-
cido la nacion, :1 fin ¡](' qll(" J"ellnido 11ll1.1 y I.Itro Estamento, y de
3ctlf'rllo rún I:¡ Corona,. sr reri"a,eu las Je\es fundamentalrs del
F-[:t,¡", " c(' b'jr'"'' :.llill l11as iutillJJ, e llldlSoluble la unirm del tlC'-
ji.) y lb j,¡~ pUt 1,I'J>




374 ANALES DB ISABEL Ir.
1\135 cuando estos acab:lIl de nomhral' sus dipulallog para que


maniliesten en las Cortes las necc"itladl~~ y los votos de la naeillu:
cuando urge que c:;ta oC cIltere cumptillaUII'lIte lid uso que ~Il ha-
va hecho !lLJ sus reCllrso, y sacriiicio:i para 5umini:ilrar lealmenle
ro:; <jlle exigr;n las atc!l,joncs tlel Estallo y la tcrlllillaeion de la
guerra ('ivil; cuando ,;e c11I'1I1a ya por di:¡sl:l ilbtal:lciuUlk las COl"
te,; n:li:iora.;, ohjpllls dl'lanta~ c."I!l'ranz:H; una faccioll :1narquÍI'a
y dC.iol'¡,';<lniz:lIlora intenta :1 jll"'¡ I ('('llar';l' de la,; mi,ma:; cal:ll11idat!"s
de lel p:ltri,1 para s()I)l'(~p(Jll(:rse il 1,1 \lIlillllad dc la U:l<'iOIl, arr0l-'ilr-
se lu,; dcrccllOs Illle solo cOlllpeten:l S\lS h:(!;ítimos repre,;entaull:,;,
y ultrajar a I;¡ magcslar¡ real, ¡El(!;allllo con la mas negra ingratitllll
tantos y tan recientes hencficio,;.


COI11I) cllcarg:lila p<lr he lcyc:, de Sil c\l;;toclia y (ler,'.n~a; como
reina (ilJ]¡el'llallora rld n'ino y Cllillillutora de mi augusta hija rlofi:l
I"abelll, por Cllyos Ir'6ililuo:i derec!Jo;; e'ilún derramando Sil san-
gre millares de raliente,;, sabré clIlllplir los dl'bere,; ([UI) me impo-
nen :í un tiempo la dcf,'nsa de L1~ prcrogaliras de la Corona y la
dc los ¡[()recho,; y biell",,:ar de Lll\lwioli; v [¡lll prollta como nw he
lllo,;tl'ddll y lllostrnn', sicliI[lrc [lara "II'III/I'r;'¡ IIJ." Yl'rdadcl'u.o lolu..;
de la nacion, cspresadlJ.' por :;lIS lírgilllo, kgitilllo~, laulirme r ru-
suclla C¡itOY a no con,;c:llir por ningllllll"rillíllo ni hajo Ilingun pre-
te.;to que ulIa lllillur¡a lill'iJlIll'lIli1, ~11\\ili:\ll(lo!le hl\~lto a\ parlilll)
rehelde, usurpe Ltl~,llllellle ];1 IOZ di' la l1a~iljll, para sOlllelcrh\ il
su yugo y hUlIlillar a la lllil(!;I',;1:1I1 n'al.


Para lle\ al' Ú cabo mi prop¡'!sit\i, UD Hleno,; importante :í l:l yero
¡ladllra lilH'rlaél <jIIC alllecuro tll: la Corona, cm'nt') clln el apoyo de
la llirin:l Prol idcncia. (Ille lllllli_'a abandona ,\ lus mOlwrca, cuall-
do lleiknll"il las leyes} ,1' ¡!co;I clan pUl" 1'1 bien de 111, pueblo,;;
l:on la lealtad ¡JI) ulla nacioll g\)llcrosa, q II!, uo pur:lj¡: aliarse IlUBC;1
con la illgratillul y la n,heltlia; con el I\.;!'urzallo l'jI'\l'CilO , IJI1I' I'sloí
sellando COII ,u saugTI\ l:t Iidel'ldad it Sil, j lll'a IIJ 1'11 111';; ron el illllll-
jo :ialil¡[,llJle de lo' IIlilli,·lro, lli'l "alilllilri(', dI' las clase,; Illali I'!tlla-
r1as del E,;lado; cou hi ;;Iurdia-; Ila .. i)jil,lbi del reino, ta!} Inl(:res¡¡-
dos en el mallLcnillli('lllu del ¡'Jl'den : ('011 el honrado pueblo, fiel
siempre:l Sil, mOllarens; con tudos lo, I',;pafiole,;, el! fin, que apre-
cien lo (llIe \ale (',;\1; nomhre y l[11l' no l[uil\ral! nrln (k.shonrado {l
los 0.:0'; de ]:¡" dl'lll:l:i naci'Jil(~';.-YO LA n I:C-lA lIOllE1U-d.001LL
-En San lltlcfoJl:5ü ú í du ugosto tleltlJti.




&1'E~DICE NUJIERO 9.~


RE.\LES DECRETOS.


Como reina Gober!ladora dn [,paiía, orrleno y mando (/lIO so
pllhlújuC la COllslilul'ioll puIiLical!,:l ~II¡O 1S1:!, Pll pI ínlerin que
reunida la nacian P!I Carlt'.;, lll;:Ili!i\'c'l<' CSPi'I:,;;¡mcnlc su, olulIla:l,
u dé otra conslitu¡;ioll confl)l'JIl\) ;1 1;;:; Ilcl'e,;idadc,; ti\) la mi81lw, En
San lldefonso á l:l dc agoslo dI) lS:lii,-iO LA REiNA GOUElt-
l\ADOUA,-A tlon Santiago l\Iclldez Yig;o.


Hahi('ntlo desaparecillo las circunstancias por las que tuve á
hien declarar cn eslaLlo lle silio la capital, he venido en mandar en
IlflllllJrc de mi augu:;la hija la reina doiía IsabellI, qun cesen tIes-
de IllCgO en lodas sus parles los electos de aquella tIisposicioll. Ten-
tIréislu entendido, y dispontl rel:' lo ]lI'ce,;:lrio :í su cUlllplillliento.-
YO LA IlEINA (;OllEH'íAD01L\,-En Sanlldefollso ú H de agos-
to de '183G.-A don Santiago Melllll'z "igo.


Como reina Ilegcntc y GobernadMa durante la menor edad de
mi augusta hija la reina dufl:l Isahclll, Hll¡!;O en nOIllhrar para la
secretaría del despacho de E~tado I'on la jlI'bidencia úel Consejo
dl',~linislros, :í don José ::lIaría Calall'ara; pdfa la de Hacienda, á
don Joaquin F('!'rer, y para la dela GobCl'llacioll Lid Heino á don
Hallloll (i¡¡ dp la Cuadra, en reelllplazo lle don Francisco Javier
lsluriz, don Felix J)'OlalJerriague y Blanco y el dlHjUP' de !liras,
(Iue rcspcetiYatllclltc lus deSCIlljlciian en el dia; siendo mi ,"aluntad
flue el nuevo prei'idcntc del con~l'jo lllC proponga á la brevedad
]lo,ible los sugctos mas actos para susLituir á don Antonio Alcalá
(jaJiano, don Manuel Barría Ayuso y don Santiago Merlltcz YiO'o;
continuaudo éste entre tanto para la conHmicacioll de n¡j5 i'ea1es




.316 ANALES DE ISABEL n.
decretos. Tcndl'éislo entendido, y lo comunicareis á quie.n corre~­
Jlonda.-YO L\ REI:'\'\ GOTIERNADORA.-En San lhlefonso;[
,1 i de agosto tIc 1~:lti.-'\ don Santi~go Mendez Vigo.


Como reina Gohet'llatlol'a y en nombre de mi ::lIl¡:(\1sta hija la
reina tloITa Isahel Ir, Il(', ,cnido cn decretar (Ille se rCiJrf!;anice la
!-\uardia ¡wciolwl dc ~ladrid, \"oh iendu dp,sde luego la,; arllJa,; has-
ta la" dos terceras parles, á lo mOIlOS, de los g nanlias última-
monto desarmados. Tendrl'j"lo enteudido, y disponllrcis lo COII\C-
nirnte para su puntual cumplimientll,-YO LA REI~A GOUER-
NA])OIlA.-En Salllhlefollso á tí de a~osttJ dt\ lR3ti.-:\ don San-
tiago Mcntlez Vigo. '


En nombre de mi :Hl2'1I,ota hija J¡¡ reina tl011ft J,ahel If, Y como
reina Re !:!;c n te y t;olJernadora dc esto,; l'I'iuo,;, lle venido en relevar
de los cargos de capitan general de Ca,<tilla la Nueva y comalld:w-
te general de la guardia ]'cal de infanlería al teniente general
marq\l('~ de ~lolltayo, y nomlJrar para t¡ue le reemplace al maris-
cal de campo don Antonio SeOallt~, (¡\líen ademas volrerá á encar-
garse de la comandancia general de la guardia real de caballería.
'fclIIlrt"i:ilo entrndido, y (li,polltlrei~ lo neec,arío:'t :iU cLLlIlplimicn-
to.-YO Ll REI~A (;()Jl[;rr:\ADOIt\.-l\ll San IlLlefolloo á 1í d(~
agosto de 18:JIj,-A don Santiago Jlcn¡[cz Yigo.


Como reina Regenta y Golwrnadora durante I.1lllcnor edad de
lIIi exccha bija la reina tloila l,alH'1 JI. he, cnido en relevar de
loo carf!:os de in,;pcl'lor ~I'ne!'al de Hlil:ei;t,; p]'(IYinciales y coman-
dante general de la guardia real tl~ la IIli,;nJa nrma nI teniente ge-
neral ('{lllI!C, tlí' San !loman, y nlilllllro para l'l'I'IlIJ11:1Zarlr, Cll amlJlJs
llJalltl()~ al de la mi,lllil cla"c marq\ll''; dI' llndil. TI'lIdrt"l~l(J ('nl('lI-
t1ido. y 1,) comunican'i" Ú ifllil'll t'l,rrc'''pOI1lta.--)O L\ HEI:\.\
GUllElCHDOR.l,-En San lltlct'onw ú J lo de agosto de 18~)().-.\.
don Santiago l\INltlcl. rigo.




U·K~DICF.~iJ.lH;no 10.


OFICIO


Dll\IGlDO POH EL (;E~ERAL CORDOY,\ Al. l\n:S¡STnO DE L.\
(;1"1:1\1\\ ~()llr\E L\ ~JTnr:[o'i y DrflCITL\DES DE US 1'1\0-
Y[VI h IlEL 'i()[lTE \' L\ 'iECESlDAD DE CO'lFIAH EL 1\1.\'1-
no SU'ElUOlt ,\ OTHO (jE'IEl1AL.


EscllIO Sr.-He m;lIIifeslatlo á Y. E. (!ue ('1 liempo ha parali-
zado, y por cOIl,;i;)uil'llte r!:lardado lIIuchu la cOll"lrucciulI dc lra-
!J,¡jo': en la 1II1C\<1 lÍlH'a. En ella esl:'w oClljladüs todo,; los zap;Hlo-
re,; (1 ue kll;.jO, y lu c51arall por alsuIl liempu, aunquc au:-.ili;¡dos
pur las {rojlas.


A In gUdrnil'ion y proll'ccion de esta linea y de los valles (; inte-
reSl''; ([\\e drJ¡(: allri::;;¡r r,; pn:ci,;o dcc,lin;:\' li!la fuerz;1 por lo 111('-
nos t1<: ,;pis IlIil hOlllbres, <lunqw: la mitad qucdando mó, il. bien ,i-
(uada y dirigida. puede ligar,;e ,] las o!Jcr¡lCiulll''; gt'lH~rall's por Sil
izqllinda CUll \'¡lIuplona, ) al ('slrl'11I0 o]luc:,lo cun el JlaslalJ. De la
pro:iccucioIl u ojlorlullo dc,arrullu lid plan tic campalla (lile tengo
e:5plll~:,lo. forma parle 1;) ol'llpaeioll de este ultimo ralle, y sic'udu
progresi yalllenle jlo,.;ihle el lig,ula con una linca de flll'rl('~ soure
el Birlasoa ha,.;la lrun, ú ha,la su de"cmllucildura en Fuenlerrahia,
(lui' esle plan (~,; ('ll Iui! COllceptos \cnlajuso, no nccesila delllos-
lraciolll:";; hasla l'lIn,;idcrar ljUI' l'CI'l'all(lo. Ú dilicullando lllllChbilllO
Sil ('jn:IlCiOll, la,; COlll\lllicaeiones del Pllelniso con Fraucia, que
han ,ido el rchintlo de Sil alilllcnlo, y forman lod:wía ahora mas
la cundirion de su rida, se' logran lamhien mil ycnl~ljas mililares
de que mi correspuntlellcia uficial y ('onljdcncial y mis COl1nl'sa-
('il'lICS con V. E. han tI,idu ,ulieicnte e"plicacio!1. Uesla ocupamos
de la \l",:i¡'ilidmlll'~ ~ll e¡erllcioll y de lo~ grande,; !npdi()~ Ú o[¡-!ú-·
{·I¡JI". ijil'·I'dY !JII!' erlJl'lear Ú '1'1\\ ,Pllcer pitIa lU.!.;lilrla, ~¡¡; Iv rUéd




378 ASAU:;S DE I~AIim; u.
tollo plan bueno ó malo es un conccpto ahslracto, ú una sombra
sin cucrpo.


l'crmítamo V. E quc en fayor de la importancia y graverlar\ Llfll
asulllo, hag:l algl111l1,"; rcJL''Lio!l(l:-; pn\l¡nlilL.lre~; para Ile!~ar Ú h~r­
lllillO r~()ll m:l:i jtlsl.rul~L:(\n y rluí) ,'el:O!Jll1'il,h aljllclhs Ú 0\1 lllas ~c­
ria lIH'lliLlcio!l.


C'I:lIIdo lo,; nQ'cntcs y dipnladlls dl~ los Y:llle;; ~.l E, al Al'ga en
la mOlllafl:l (10 ~ía\',ll'l'a, llll: c:lpu,'icroll qile r,,[aiJall prontos ;'1 al-
zar"l\, I('s ()"hor[('~ y alimenló 0\1:' felices di~]Iosici()Il(,'; sill rcrific:ll'
!lO olJslallle su pronunciamiento ha:ila r¡lIe yo diera la ,('oal, para
no \'01'80, como otras veces, el1lis ab;¡nclunal1os y yo en ~rand('s
embarazos y cOllilic[o:,: a:,i rCI'llé'l'rlo Ill!l' lu dije lambien al [':0-
hlí.~r!ln. Pel'() ()ti'I}~ (,dll~,:\jfH ~H;l:) itDJiac:(\i1tc:~, aillHI11e Lil \ el
rneIlO,~ (I:~peri!}lc\!~t~d(¡s en (1,-:((1 gurrril (:!IC 10:-:' lniü~ prcYJlericroll,
y:iC a!-':il¡'¡ jl{ii' Fratl('¡~ v r'~,:;)a!il c11'::píl'iln jli,ldicll rle ar¡1iel!o,.; ha-
hitallh.'s, 10:; cuales d(ll:~dn ('~ :~Tito (!l: JiL,.'rlad CH' hi(:¡proll Ú mí ('~­
claru (k la nuera, d¡ . .;t¡~l~~ Y'f;Zl[[¡"ld;~ ;1tcnc¡cHl qll{\ se n;(~ (:1'(1;)1,:1. ~l
c::;!.!"('mo dc}'CC:1G d: l ¡¡ji hr!í_\'l, i'1.'¡·:(';ll:~I;llllell~e pUl" ('~te
hrdHJ de 1l1{(i'f J ,'J~7 ,'0'1' r!(./.'<':, e\!:;;lr!:) :',' \!~:,::Jl).):~ rl'i-, qH\I~i,)~~ l'i.,:,1-
el)"; Ú t'libr¡r la qn'\ (~n r'l í:\I\\0l! d;,¡',;!:.:i\ 1: Y;1 t' ... ~:\ (':,"r('i~
l:~ (~~;l,}::!i¡t~J:;~}~:,~I:~If;.';,l.;\\l,\:;\:;~, i,;;}/.' "cl' ;,:',,;\\(','ii:li,!ll¡, i':'-
eskm¡,wn:}l¡'o, pee:-:, e:l 1'1'a {'(j¡;~I} C:!l
es relt:ttro, y una. l~li~::;:(:. c()~a puc\lu ;;l'r '(·¡:~.a,iu~<l. Ú perjudicial,
sPg\l1l su opoJ'tnnid:hi, Ú f;t!Lt d~~ l,na. C~Jill~~):ll.!,¿U;!) o Ct~\{'';i(e,) ('011
cllllayor grll(I~O dr'l c.il'~'cito en ALr. a, d \'O!';;/Oll y
corte de la relwlio!1, (1] prj':"lrr C'r'l't0 t~~.', ~qil~'l :¡!:::d:li{'ntu fUi" i::l.r:1-
Jizar COJllpk't;llUC\:¡lt~ b ;;('ciun oL'n<\ a (::-1 t';li_\rp~l d" ~!¡:'Z y ~[\i~;
halJ!lnlJCS quo tCl:ia sul¡r\_~ ¡~ii (l(:rc~';¡:¡ en l,.t H~h"l'i1, ('(lB j;H:I!!' Ú
E~lc'lla, de lo~ cu~d~~::; 'Ul}l):-; clltr;H'Llll ell 1'1 ¡LOI!t;¡;"":a !,l\':¡~:LHl;l, yel
1'(\:.;11) tUf" que (I·.;c""l!o!1'-u·..;:·, ('i' J'l ~:';-'''l') ¡!;J,,\.'('j¡'I} ]',"1"1 ".)~·!iqH'i'!{>·: y~ ;l't¡"m\)~ luye (ll1l:llrell\!]~:.;i:;·!: :1 1 L,;:j;¡~l'¡~~;I¡;ll;",'~,.\\~-l'~; ],:: ( ;~,¡~~' '",,:-:;':"<
por la ~f¡;jpL.~ ra;':O!l dl~ \¡1:¡~ ;-:¡ ~l C!l;';¡¡' q\!\~
ea1cullJ lll:!l e:ltzHl('t'::i Sll~ ¡lllcr\'..:(':~, P~)l' d di:lIl\\;l:-o ~\}hrl~
1111 derecha cun ~~H Hl;nrUl' i.!Tile:-;O, n~.:~::;tra.-" tl'0ll;l:; '{ \ allv~ q\!\:da-
ban COI11Pl\)[;l(~lido,; ¡J" p(,l'd¡dll~ piJ!' 1;) tidly [¡miÍ'i 11<i;;II'IIl'i:1 con
<IIW Jlotli:¡ llegar á "U S'j~lJrro yu, pl\'cisallu Ú I't'll'll,,",l'cldal' :":i,; le-
glla, hJ'l<1 :llinnda para ~ni'i'l'r llil'[:'() pUl' el ,J<1:ld',' arl'l) Ú cll'l'U 10
qU(~ forma el etll',"::) dí'l :~I;ro~ y p'i!' l';Hnilln~ qil 0 ¡1r;':í·tk::H:I\!dl: H();;
acaiJall do ¡[,:1ll0"ll'ilr '1',i(; "i IlO ,Id lu:lu illlraiJ,'ilaiJ:":i, S'lll l'(~11l1¡J,,~
y lelltbiJll{)~ I'n I;¡ jll'l'Sl'nll) c,'I~('ion.


Lo, ['c!Jeldl~s IlO slljli(,['ol\ aprllrc('har tail1po(~0 el liclllpO 'lile
duró mi Illar,~]¡a de la iZll'iil'rda Ú 1:1 1I('1'('(1Ia de 1I111':,ll':l li/l(::1, y
recordara Y. E. ljlll',le j¡j{li![lll~ !lIi, letl}!)!"', rilando /11 kl.l'ill, ;;i
bicIl un poco rlcspuc,s lI;¡n ¡'I~t',l!l() t"¡rpl'cIl1kl' la \i~il;¡l1cia de n\ll:s-
tras ge[I,'; {',n la i7,r[uil'l'd;\, lue; qlil' f;lltlh d(' !J;tl'lla, lll¡lida, :11'\11111',-
rOIl Lude al auxilio de do, jlllnlos ,J,"ilik, qll(~, :;i (\"l¡il'l'OIl SlIl'tUll-
bir ante los grandes IllCÜ[OS eon I[ue han sido atacados, [ludieron
con mayur defell:!a, ,lar tiempu Ú :'ier ~()CUl riÜo~.




379
Do lOllos mOllos mi situacion se hizo embarazosa y dificil, ]101'


las pxi~l~llei,H del mCllI'iOllatlo suceso polílieo, pues no era posible
suslraerse itJa dura alll'rnaliYa dl~ dejarlos siempre rsp11e5[0,;, ellos
y la~ trupas, ú los ri('''2:u' pr'JiJaLlc;:, por no decir incrit,lhlc" (le
(Jlle llero hccha ])lencioJl, 1': ,1;> Inralizarmc con el gl'llc:,o (kl pil~r­
cito n:l pl:rl'l'luo c\'!iliiJ','!a y proll'clor tI!' dichos y;¡lks, :io se cual
di' 10:-1 t('r.llli¡¡{)~ e/';i I'flor; r~:ru :~lllh:;:..: (:ran IllUy 111(11os. Pürn saltr
del ,(jluro 1'1":)" í an!i,'ip::r la c¡:eniCiOll (jUI' kllia mc:El~d:t para
cuando il(,{.!·;l~ell los !'cfu:_']"zos qae se pl'cp;-uan a c~~te cjé'rrllo, npe-
raciOil Ijlie i'onnaIJa parle del pl~l\ {~cn('ral tic call1]lai1a, Ú ~i"ll'i1Ja
de ~nl~l't'a Lon que, ;.1 ~11is corto..; ;11C;1!l(~(;~. pU(ldp, no dif.'o 1t!I',/OI',
siHo lí,ú('(lf}u'nf(~ ll:lc,'l':<\ y (,:llld!;l':L:,~: C~ll1 ~~¡¡cr:';); y ~iullqur' (\~te
~islema ~:'a \ j\ ;~Ilw~di! l'~';l: !Ii'::du pj.l~' y al!p por illte-
]j;':'(lllIc:-- d,:'¡ a(:', ~llti; ];) clli:¡c\:'~ d~ Jj siempre nle qtte ..
dar;'! /'1 d(lJ'ech\J de :,'JSkllt~l'¡~) (:i.'}!O l!nic~), y lllilit;¡n, SD-
]JI'.Ida:i raZillll', [I,!:'a c,tli:;I';~:' [:H:O otro de /UikD{U (1 illljllJiii{¡/c. lie
(¡(lui la euesUnli \ ~:l'dil\L:!'a quc' h:\Lr;\ dr' ~'X;¡r:JltE!L<~ ~i(l]Hpre, pero Ú L'U\"O ('\Ú~ll:~1I eo~:f¡('. n Ll() ce:l l~¡;'-t; CGUr:J!lZ1 de CnnYCll-


~\::i~ (;I~ y,ll (::~~(':,'\\'¡l\!:¡(i,!i}o:iil¡'::::!':: ~ ,¡
1;H;ií)!) y i¡d~\l_: t:' ~ ;",:~l:'r~tt ir>-', a~
y (h; 1;1 t\';\'-~~¡]',l llaC¡~;il:d, ~la (!¡~ 1'( .-T[,il~kr
toria d(', ;;u I',))l¡!\h'la, (':;1.:> r,:)rql~;) }~C'
~i~::~~¡~1;~:\I;l~:\!\~':;:1 nl¡!L~, :(/,:Ul:,:¡C[¡' jl::Ui':c, ~!c:'
SOlltC[(\I'S,,\ ~'llt) t¡~:\: la in
sl',!;ln. Clllpn:,k ~: ~;l!:) (~" ~ ~)j(l;-; si
jl{Ji'('()~l!¡'::; t'::n~;:!:l~:--.C Lb dI: l¡alr;c!, '"ucl-
'(l :¡ p('dir " , , ::,!.;¡ ;;;¡"~!',!,:,~:J,;j(!!~,~hi\\;':¡;ii(;;~:::!;;!OC:~II:~l~ \\~\<'~~'~~~l~;~II;';\\/;:~:,\;u;:!; .. ~:;~::.;I/(lt;;~: (\.( ¡(.l II :-' ,:,1 q~ 1, )) p:~ r;\ t1d'~'utc
o¡~je!n 1:~l(:C lll\~illjU, l:('i;)j) ~í) (:.;, Ul~ H!l'dico dc; C!¡~'i~j't!llj ir;!;;ciLlc y
1lOCO d()l'!o ¡¡Ut· 1\~ a('u~:a I~C la j,:,lltitl:d de tilla cur;1 ~~l'aYc y diLci!,
pnrq¡!(' d CI(ljo (jt:~: le L'il\ j., la cnfel'll1c(\;ld eslá de!;~u;:i{ldo allo para
oir ~li~; i:1j¡;f('C;:Cj~ill{,~, -,\¡::ltiHtl yo l'n':OllPzca llLd quP undlc y haya
CSpllC:,to de~dc el i;j':lltCr J;¡d:llC¡¡lu ('11 (ll~e 1l11~, \ i vr~L'¡~ad() ;'} (~cep­
tal' ('stc lnando, que Cllllt'dico que se c~1carbuc (!l~ curar Jus IHalL's
lJuc hoy al1i;;cn al pais, LlcllC poseer toda ~n co¡;fi;:\llza aun cuallllo
teJ;~~a illCI\\l:i nt:dito y ciencia,


Peri) \oh ientlo por 1111 Ú IOlllar el hilü tic mi csposicion, empren-
di (dcci:¡ :'1 Y. E.) la :ll'Ilua empresa de estahlecer lIna Iiuca de t!ol:e
á lrece pl1lllos forlificados, (iUC lIJlieJH!o al ]¡;Ijo con el aIlo Al'ga
hasta la f:'olltcra de Fr:1I1Ci,¡, y lcnÍcllilo por ceutro 31'1l0ral á Pam-
ploua, coul\ubla"e Y dUlilillaw lodo el pai'i ~¡J Estc' de ella, es decir,
desde la (k"cllllJocadlll':l del lega h;¡~la IOiÓ Alduidcs, He hablado ya
(le sW;:Hnlaj;¡s y utilidadl's pero no será dClIlas reproducir las prill o
f'lpah'o, L" lUliJlJ!U1Ü(<l(,iull wilit,lr ciltre ],b faccivlJCs de e,la:: lH'1)-




880 ANALES DE ISABEL 1I.
"incias con las <lel Noreste de la monarfluía Y las consecuencias
que esto encierra para la pacilkacion gelleral.~Y Disminucioll de
recur:;os de todo género para la rehelion, por la adqui,ieio!l de
cste \'asto, lluevo y para ello:.; muy prolluctl\o terrilorio, lo que,
C(luivalc á acortar su Útla material mas quo dio'l llalilllas, :3." J~s­
tablccill1icnlos de adnanas v comunicaciones con Francia, do cu-
yos efectos y resultados 110 'haré llll'rito sino recordando la parlo
en que disminuyen el principal produdo que Ita alimenlad:) el
tPoOI'O tic dlln Cúrlos. ~.o L:ondicion indispensable que cncierra 1',-
la linea para el e,:tahleeimiento de nucstras arma"- en el \:lIle dl'l
llastall, pues los dignos l~ ilu,ln's gi'neralr, <¡l1e me han precedidli,
y aquellos que IJoy opinando por ,u oell[1n~ion ilustran al f\obirr-
no, me permilirán obscrrarles aqui, \Ia~antll) alg\lna HZ el crítico
lInien tantas es como ador ohjeto de sus ccn,;uras, qUiJ (in/liill' 11
no (/~eqll),1I1" la eonservaeion de; lo fluC sc ocupa, es rcpro!J;ltla y
pernil'io:ia máxima en glwrra Climo a poliliea, (/f)),{I:lll" /!/as dI' ["
que Si' a!t:an:;i/ lan espneslo como ;.w:;tar mas c:lllllal dl'l q UI~ se po-
IlC. Se'ria esto incurril' en lo, C!Torco y l'OIl-i'CI!I'IJeias tic la.s Ill't'-
cc.lll'nlcs ocilpaciolle:.;, las enale., ....... ~I) dieroll IlIÚgl'lI ;¡ 1111(' ¡J:lra
asistir ú soeorrer al Rastan turipsr' el ejóreilo qno cmpl!'ar lodo Sil
tiempo, fuerza y at.l'ncioll, p:na Illego [ener Iple aballllonarllJ, re-
c.oIloeida que fu(; por eostosa y pesada car::;a la ocupacion, y C\lau-
do ya halJia producido grande:; derrotas y desastres q uc e"llIlsinoll
Illlwl¡r) la causa pública ~\ \In nallrra~io, y OCa,,¡Oltarun la pl'rt\ida,
ú el silio de tantos pU1\to,; fuerte;; Ú llile no era hlllnanalllcnle [lo~i.
ble acudir al mi,l1lo tiempo. TlL'[)lorablc lo irrl'parabll' pl;rdid,l flll'~
la de 1',IIiS fLL1~rtc';, plH~S ella alteró lodo el carú('[('l' dl~ es la ya
cnt01\I;CS lllUy difícil guerra, [10['(1111) aquello,; sin en dt' itllpr(',;cin,
dible apoyo á las o[leracionc:ó. Sin ello,; !lO hay a!tnar'('lIes par;) ali-
mcntar :1 las lropa:;, ni hospilales ('1\ que dl'jdr 1l1ll',lrOs Cllrl'rmos
y heridlls, que )]0 pueden ahalldnn,lJ':'(' al 1'1H'llli;w: Ili "I~ liI)rtll' rp-
}Jonor de lllllllieiolll':i la earllil'lil'ra tI;'1 "r,Ji/arlo, lli h,IY ;¡J)\'i;~() al:';ll-
no Cil 1'1 desierto llL\ C;ba,: !jlll' en ludr) \l~rrill\rio tlolllinado p!)r los
reheldd ofrece (':,le p~i" al ejl'rrilo ..... en tlld\) r¡·ducitlll :'t "i colo.


Ahora bieil, c'\C('.IClIli,illlil ';I'lior, Ú \'IS docl; punlo,; illtli'lwn,;a,
bIes l'lIla nll(~\a I¡nl'a hay (IIIC C(llb;l:.;rar, ;;(';;lIllllc'\o dicho, IIna
fuerza pa:ii\a y olra m()\i! qlll' nr) [I!Il'dl' aiJ';il!tI!:lIl1l'lllc I:,ljar tic
seis :) ,iell) Illil hUlllllrcs. ::;illl\tll;lIl!',lIl)('lill~ Ú ,1II\II']la" ,l' (',I:ín
cOll"lruvenllo olras obra, en lu:; IllInlo,; de :-1an \ iCI'ntl~ (k la Sun-
sierra, 'l>eriaecrrada, Trr'\ iiíll y' raria:, ycn(;\;; coa 11), objeto" que
lengo anteriormente C';Il\lcslo,;.-La ,Cilla (J¡) Talllarilcs I'il 1'1
Ebro.-EI 1'I'l'don y CúcctIa en ",narra. Se acallan tic CIJ!l.-lnllr
tres So!Jrt' la linca de Zadorra.-Dos 50Iil'(' d \ aJlc dl~ Losa, todo
para Ii!'; objeto,; y por /;;" razone,.; ljllL: l,lI!lhi('1l tengo Ill<lnifc,;l:\-


I:n I.ns orig-illall':-; ¡k {' ... JI' ~ d,' lo.., ... i"::ll!"!lk..; Il!i!'i,~:-, Ij!H' dl'l ~\~Il\'ral ~:I'l!'lll)r;]
itbl'rtal!lo~, en p..,lp lll~al', han dl", .. ;¡parl'l'lrlu 1'11 \111 iil('~11Hlio ¡ip in ... areh\\th dj'~
n¡jllhll'['i~J d(~ la (~nl'rl'il, p',)\, 1":) h"lll')'-, Itllirh, l'I;~n ,\ jlt"·'ar 1111,'-111' ,!Ij¡' r·'-
Hl';:::', ,JIL'!';I!'!l'- J ¡i"(i1tt I;I'I'J, d\}'~\ll:~r'~lfll' l'l.:!'\>dil". ',,'Jj ¡1)U~c';'lw,
¡'\In pl!ll~~)" .,16V li:;¡l\ 1/'" \ d·- 1'1" L




jú'r~NmCE NUMEUO 10. 381
dn~. \ cuallllo lolla,; la, trujlas ('"l<in en aceíon y protegiendo \'ol,I"
trabajos, lUllus lo~ Imlzos utile, ('lIlpleados 011 cllus, tollas las guar-
nidul\('s en call1paíla y tall reducidas IJlll~ su" gefe:; IlIllen L10 to-
das parles C011 clamol\',; l'ul'rza, fuerza y furrza (y ojalá 110 pidie-
r~\I1 lila:, !jUl' fuerza," llJi sitlla¡;ioll es t:lIltu Illas a]l\ll'i¡da y dificil,
(;\Ianto 'lile ,ill ha,,'ar t:(HI lo I¡ue kl\go il guardar 10 ([UI' pm'C'o es
preciso y urgl;llte OI'U par el Bastan y f;Jnll;lr otra hile;) lIt: ~'Il\llllll,i­
caClOII cun l'l lima clIl[lI't'i1dcr drsde ahl olra l:lrga y di 1 (('11 "'11 11 a h-
]lea lllillLlr qllc l'~ indispensable para lI,'gilr Ú la Ik:il'IlI!Jocadura
dd Bidil"oa.-L1cf\o prCeiS:llllente aqui á la i:(ran cuc:;tion gel\(',l':11
q lit me propongo s\lInder ti la ilu5lr,lcion L1el gobierno. ~lullipli­
cado :\ tan\o grado el dl\l"or dc las atencIOnes ¿como lw qnedarlo
d di, iLlol1do di' la funnl que) ha de clIllri rlas y [ll'olegnla,;, y la que
ha dt~ oJlerar 1'11 C:I11 Illaiía'! ll¡¡llIla,;eda y :\lcreatlillo alltil:ijl:!1l I:t so-
IlII'i<l1l tI!'l pl'lll'¡cn!a. ~i las lr\lpas, ni los hont!J1'I~,; lit'lli'li la pl'I'l'O-
gal!\:! dl~ llall<lr,e ClI cstrl'lllll" distintos, La lín(;i\ Ijllt~ ¡!lIarda el
ejl;rcilo liene "11 centro en )lir<tnda, y ücsüe este punlo al eslrclllO
dicho !l(/!l3G 1"(111(18. El camino militar practicahle al apoyo Ik los
fl\l:rles existclltt'~ ha,la la c,lrclI,::¡ izqnicrda, la por Oiía segull
acaba dn y,'rSi:, y por ci"rlo que lIO es mas corto que el anterior.


¡,CÚlllO rClllctli:\I' it C3tuS illCOnYl'nirlltc'~ org:lllic,os Ó inlH'rent('s
á la ~lII:rra que hacell1o,; para di,';llIilluir las HllliljiH (Jlil\ en ella
tielll: 1I11 enclllii:o, cl'lltrallllcIlte I'llca,tiliad(l (~II uua t'ilrla!¡'za ¡/les-
li1I1Jllab[c, illl'SPII;';lWltlo aUllljue no Jet gllal'lkn sus arnws, lltu's que
foima todo el terreno ('n M c.olllprendido un páramo y desierto ill-
grato eH que e1l'jh'cilo no enCIIl'ntra auxilios ni subsistencias, ni
las puede lIelar par,; el n\¡mero de trop:!S COIl que es Jl"C'ciso \lI:Il'-
chal' ]101' él'! ¿et'lIllO'! .\ul1\clitando las fIlen:!,; y estrechando las lí-
IlI~as, pero es el 1.::1,0, 1.0 que estas fuC'rzas no han aUlllentado J
sí di:'llIillliido;:2," 'íue para estrc(:har las líneas es menester con-
cluir las nucres "in abandonar las y ieJas y que las primeras (iellcn
\o(\ay ía que ser Illuchas, y d(~ ICllta y t1ifkil ejccncion; 3.° Como rl
encmi~o no se dl'ja tLlllqllilalllcllte CllC(~lTar por In paleta del alba-
oil, ni los fuerle:; nacen alli donde se siembrall, ni eslm' se pueden
hacer sin ur(/~üs y tiempo y bayonetas para guardar los lrabnjos
cOlltra todas las q\ll' el enemigo jHlerle concentrar ]lara destrllidos
y como mil'ntras ('sto se hal'e, !lO se hace ni ~;c ]luede hacer otra
cosa, ni se está ell otra ]lartl~; ó como el ene,m igo \lO ha estipulallo
I:star"e ([uido elltre tallto, (¡ se ya este sobre la mellor i'llt'rZa, tÍ
al:lC:l p\llltos lI{'hiles no protegitlos por la fllerza que estú ¡;nhriendl)
los IlHelO'i tra!Jajos; y ]lOI'l[UC los cjl'rcitos tIc Xl'rxes y Gcngis-Kall
lIO Ila"Llrian ;'l cubrir y 11l'IJlcgcr lodos los punlos ntlllcr;liJI{'s, y
mas cuando se Iri\la de un I:ncmigo r[ue, repilo, no lo,; tit'lIe en
llil\~\Il1a parl,', y "i,;(\ It) puelle como a .\qlliJ¡'s ('1\(,01111':11' 1111 len-
tllIll Ylllnl'l'a!t!l1, IlO JlII(,¡J(~ ;:1'1' ,ino ellwl\J/)l'c, y I'l b:llll]¡l'I' no ,r. le
da ,ino por el call1ino 'fUI! ('Oll 11Il1l;ln" 1\\eIlO; llledi(j~ lJue loo' lll~­
cr,arios, ~ palkdendo Ilo,;ulro,; tic; la misma 8nfernwdad, se la he
ido y Yoy pro!;lIranllo [ldl' e,;ll\ Illi lentéJ ~i.;tem~ (IllO me hace culpa-
ble de apatía, lIlulicic, cllurlal:lIlería, ele.


...




382 ANALES DE ISADEL II.
Sin entrar aqui a hacer un paralelo de la guerra de hoy ú lo que


ora hace un aiio, pues cse trallujo e\ip;iria dos volúmencs, recor-
daré tan solo que elc'nellli¡:;n tenia cntnnecs la mit~d tlp:la fuerza
actual; que esta estaha di, idida en todas las alcnciollC, qne para
él formahan yeinlc y tres puntos lorl¡licad()~, por lus cnali',; era
circulrrble el interior del pai!', puntos q\le fUf'l'IIll a]¡andonadu,; ¡)
l'cnlido.', y cuya falla hac~ hoy illl!HbilJle la cOPlUnicacion fúeil ó
jlo,ible entonces. Que el l'jc'n:¡[o nUI.':-lro IClIia ademe],; di: Slh ¡rilar-
ni¡;iollcs cincuenta 11 cinca {¡a,alloncs lIwl'ib!cs en cililljwila, sin con-
tar e\ln los cid c.iército de rcseJ'Y:l.-Qne la yicloriz¡, e1licIllJlil, y
lo,; granllcs anxilios y allrFl;t,icioncs uo hahiall con,li\uillo CUIIlO
hov ú la rclwlioll en Ull ejército hecho y l'úrmal, con la, grandl':;
sill1[laih" u;prranz~ls y C-riICl'::OS <j;¡.~ h:;ce Cl) E¡;r<lp¿l el p::rttlln Ó
lH'illl~iili0 (:,uyu~ int(:i'cs\2,~ d(~nend{\.--(Jn0 le Cl;i:lh:1 (11 ¿~TliCSD par-
(jlle (]c arlillería que ha l't:unido, y \li) ,'.'Iaha '<1"h'llid'l p<1r la gran-
de y ju~la con:iJ.u;:-(t <í.uc para :)\i triuufo le Orn"2(lllll\[.(I~lrn:-; dl.-'lln-.
~iultc~ paS[ll}:¡;, :¡~ltaclolles presentes y las pCrillrl);l:~l:)!lPS q~l(~ SO
,-li\-i~,(~;l (\11 (;l 11ori7.ui~t(; p{):l\i:~o de, lI11C':.:.\ro l';~i~.,.-tc. guc1l'la PI1-
tOl1ee::i ('r:~ ()CIl:" c':t d\~ n:;t;..;!ra 1,:;11'\;'. nn\- no ~i)1() se
cxi!.:.e C'~Ll condiciun, S1l10 que In nli~¡-;1a f\i{\r-za qU0 ha ~d0 l¡:H::,·rJa
ha líe, pro,eer Ú 11 parle. dd(~l\'iYa en \ln~ :hca tan ~,t('IiSJ y din~
cl1 C()ill~) In qnc c;;bre el c,;~:rcllo; ,s CUfl:10ü lG~ l'cl l;el ' le'5, (k~e~pl\­
l'ado:-; di~ poder prn~\¡·~\.:~(~r cn .:5t.l paL~, q~ilC!Tn ~';.:.!(:n(!;~~· y pn,lpn~ar
le! rcJJ(.'lJOIl por l'''['l:llllJúIICS a l,h olras lirll'~IIl(,::F .. ¡]C,\:UlJIl'i'LIS,
alt:lIl'loll p8ra ;ln;;::'Ll'rlS ar;~:rr3 conll'l,,-cllclofJ;). IlllP()~,;!;le, pl:(,:) qnc
1}ü pueden ocnp;~¡: todo:~ ~l)S runtus do cnl!"!,d:l, 11l",t,;.:;c·1' ludn~; lo~;
"ul!)('rJh!~\~ Cd e::::te lc:rnloi'ly, :.1Ya;i:':ar la'~ L:L;('i y fJj:cr¡lf Cll ('aill~
pa:ia al rlll'::iln~J ; y r~-ll~'ntr;:~..; nn ~'~\ L\--:TC <lcmoslrar quC' "l~_
ta:-; alci:cioIlC:-) nr: r~)l';:~lln U1;tS que 1l!;:11~~¡ ~l:t~l, y ~!('., ~~icnd:~ ,~'(IJl¡,O


::¡\t;;~\l:;:t:',' ~:::;:'; :¡I;;~,I~,,:~I':.~:'\: \.'::;:¡::¡i: '; '¡;:;.: ,/!"~Il)i,:'::i;\:;~
Lu\ \41\1(1,_': l'l ¡:,c:I,'¡tdl ,1e ... :1,"\ d"l'" J,,~\l id:") .}O1'('(l111-
l'Llzad~ls, y (·1 01'(l~'!O ~i bi~l: 1;:u:',~ C:<"l¡('!'~~{)::' > ¡Il'/Id ¡~¡()~
:-:0:-:' iwra atcil\l('l"ilOS, e~~~O;311[)r l~ll:{~~lbl('s no <L'.1inl'l11 dI; ~i\r iirf:.l!'iu",
res al ohjeto y ::rrnutks nr~'csid;'¡(IC's Ú qne ~<), dt l ,-'·llr:;'ll1. Y l~l'; ~:~d~­
Bi~tr.I1\',ia:-:. que lwce un afio eran alJllllt\;lntl':~, !;!ll'll;l:; y SPt.¿'ura:o:,
llov son tlilici!isillLl:; y nras CIl llnr"l;'[¡~ IlIi":;::l'; JíIW,¡" ('{)lIlpkla-
mClltl~ illl]1o,;il:ks d(',!lc (pie Ja,; ;¡lJandonaillo, y no ll'[l-porl:ilJles
(au1I cnando las tU\ ióraJllos) al p:ü,; el](,l11i~(), piJl'qllcni L¡ llntUl'a-
Jcza del lcrl'('no~ 111 la grande c:)cala nUln~'~r¡C'a rn qnc sr oLra ya
sol!n' l'l, ni la c:,cascz de 11)" tra"porlps, lIi la IIh,lnlccil¡lI y Ic:!lilud
y ]leli~r() qne de lellcr y llerQr lllucho'i n,,'u!I;Il"ia ('11 la'·'l1IGrdws
por tle:iíiladero", lJarra¡;co" :; monl:ll1;1' Ik e,te pilis 110 la;; ]lm'de
procurar; y es claro <jIW Ú ]IPsar di' lo ]lOCO en 1[1\1'. c,timanlos ('al-
culi"l:H y proyectistas eslo:i ill(,IJIIIClliclltcs, es el mayo\' de lodos,
lHIC5 sin comer no se vile, sin, ilil' !lO se comhate ni se marcha ...
Alas ¡cuándo acabaria yo dc enumcral' las razoncs quc se oponell




APENDlCE NUMERO 10. 383
:í esa palabra vnga, insensata, indctnrminada, que nnda hoy en
todas las bocas y entra en tan pocas cahezas, oper{(ciones! ¿Yeuú-
jcs son eslas? su ohJdu? sns medios? SIlS rrsull:Hlos?--Las opera-
ciones ,011 batallas ¡¡¡a lile,; y costo,;as, ljUC luego critican, victorias
y trinnro completo que ll!('lIOS t!esealllos que pascando y delirando
lo piden ú gritos, que aquccllo:; q lW, llluriendo, trabajando, sufrien-
do y Ilello;; de criticas nécia,;, é improperios, ejercemos un maneJo
incjercij¡lc ;'1 gu.'ilo de r,;a lirúnica y alllcinada opinion que recom-
pellsa COII ilhllilo" á lo,; que mnercn ó se saeriíicall YÚlHllllenle
por snlrar Ú lus agitallores. Ojalá no tcngan eslos que deplorar el
lerriIJln efecto de sus inp;rato,;, injustos y escandalosos dcnuestus.


Pero e,;ta opinion dOll1inantl' no puedo salisfacerse, porque en
su eslra\'Ío no ';I;!O qnipj'(\ lo malo SillO IJlIO 110 sahe lo que 'l"iere,
lHlt',; bo:- criliea hi ¡,alalIas y rqJudia los [riullfos y recomip!w
cOlltra ];¡,i fallas dc su, rc"ult~,(\oo y maíiana las exigQ y aconseja:
aFT reeomiellda la prudencia y hoy la temeridad y lo imposilJlc.
Citando el ficnera\ eslá en la iZIIUi¡'nla, lo H'eonYienü porque no
está en la dnct;!la, tÍ \ ke n:rca, y enlre tanto ulla Yerdadera ope-
]',]CiOll que conqllista u¡¡a pro\ i!Jeía, que aSf~!,'ura Hll krrilorio, IIlIe
di,;millllYI' la fllerza, r('cnrsos Ó inl\ujo del cllemi¡¡;o, pasa desapcr-
cibida (¡ illllirt'rrlll(~;l su \ist:l.-En \'aun es h~;blar de razon; lIi la
po!acioll, lli cltrrr"l\o, L! \,) :,nj¡;:i,:ll,;:('j~1, ni \'l ('alzado, ¡¡i ..... llada
jilJt:rla al ¡((;)lI'l\li. ni:l la3 lrop"", ni al oolJieí'llo rl8 esa lurba de
¡¡gi tadores ú tlc,;co¡¡[enlo'; .....


A,;i, pUC',;, YC r. E. ,',ja UJ'¡J,cn[ü nccc~idad de aUlll~ntar Jo,; me-
tliu,; de ('j"ClIci<lJl y ]l1'()[CCCiOll, IÍ de SO 111 el <'l'" e al alcance y c,rl\('rzo
mall'l'ial v ;\];¡,; ]11\('1\.1:; () JlI::las cOildiciülWS de lo,; ¡file "l~ j)(l'PCll.
~.Il l.a 1tO ]nCn0~ l'C'conot'ida de d;)r ~1 c~ta CDlno á todas !ti3 enlpn1-
,as hlllll:lIla,; ('1 agente gel\eral :k [odas ell:!s, quc c- el [iClllpO ljlle
1'(11:l1i', ;¡nlí'n{c ]'(:cl~un\'n, su illt~uk" ~::1I~ ncc(':;id;1Lle~; y su situacloll.
::." La dt~ d::I' :'11:1 ojlin[!)!1 ó ilíll:aciellcia jilllJlica j]Wj:ll' y lil:l,; ju'[a
y ;l('t-rl.;¡da tliri\(·('icl.l~ pc·rq\il\ ~-:ll ('~,tl'{1\io irr;li~!(!llal y ;lPl:~¡i)llnd(),
¡Hin ('il LI~ cla:-:L~ i!u,~lr\¡(L:~ lra¡:I1H!o l:C. :~~l¡¡';(:;lL·'l~ H: il'rd,t contr:l
('l q\le tu l\:~lllrLil; ':~\ Li;'l) enLi~l!l,lo (~ll nillC'!ic:_, cUll(ypl\J~;, (y lo :1nl' .....
JIlU (1111 la cOllL'i,'nl'ia !le un L\len ci ¡\ll~\lLlllO y eOIl la n"'ullicioll de
111\ J¡onr;¡do IlIililar) ríllt~ el LWjOl' y únido m\'dio dc [r~nquilizarla
es ,onldl'r Ú olra, lll:lnlb la di!\'cI'itlll (]I: l':,I;; ól1l'l'ra,} coa!iarla
á ljuiclltl'll:.;a llll'j,,!l'(~'; [itulos y po,;iciull ([lit' yo para rl~\c"tir,c de
loda a'jlll'll:t con,irler¡:ciun, conli;lJlza y ¡'O~;;l pública. l¡t¡e ni !\lis
~lllceedelltc:; ni mi caritckr IHe haccn propio ú aceptar, v mCllos
Ú solieilar. .


Ell jas !-,uerras ci\'ilcs hay necesidades alL'oliilas y ('xiz~llcias
]lroJlit¡, 'flIC e;; ]lr('ciso atl'lllll'r, y r!mando de la fuú/a armada
en per-Oll:! d:' 1;1 {:po!'a es la princip;¡\ de dl:b, (;lllto mas urgcate
hoy, cuanto qlle mi ';:111111 y IlJi yida SHe'lllilbcn, y ('11:lllto las intri-
gas, criticasó illljlll(;H:ioill':i d,~ <jlj:' el)il piJca JU31icia t'ov el blanco
h::tn acallado de afeelar lui úni¡¡¡ü, lal \ l'Z llla:i que deiJicrall, cm:
bal'p:ando mi ra7.011, acabando con mi paciencia, que nunca fué
mucha, y debilitando todas mis facultades fbicus y morales; y tall-




384 ANALES PE ISABEL n.
to menos pelip;rosa me parece tamlJien esla medirla, cuan lo cual-
quiera que me reemplace en el maullu \lO ]lotlrú ya lj(Jy :;itlo ,rguü'
bajo la impeJ'Josa ley quc le relclará la Ilccc,irlad, el canliuo que
yo he trazado, ]lor ser todo otro itlllJO,;ilJle,- \ o mi-mIO ([Ul' 110 \i\le
por lI~('(~era \'ez al ejército SillO para pagar la dl'Ut/;l de UI! hOllllire
de hieu en lilS terribles circullstanci3S eu que me Jlamó la palriil,
aylldal'ú de Illis con;;pjos y cS]lrricncia i) cualquiera que "ea ('11-
cargado de sC'gnir cO\lslruyendo el edificio I'n qlle he sido Iwrto fi'-
liz con colocar algullas piedras f'lIllllalllenta!c,;,-- !'('jo:; de mí la
idea de hacer un lllonopolio ¡lc, la razon, y ojala que tudl!:' los ns-
pailoles me igualasen en sacrilic[lr al bien Lle ~u palria sus afeclo,;
ó intercses particulares, lmes es cierto que no se nria hoy al¡Ue-
Ha tan ilesgrilciaLla ni amcnazada de Ins grandes y ]l('ligro,;~ti COll-
vubione" que;;e olben'al) en un horiznnti.) r,ercanll y c.ar::;adü,


lluego al golJipl'llo clue al tomar en consideracioll todo lo r¡ uo
sincera y fUlldada, aunl[ue de,orrlelladalllelll,(~, le JJC\O C;;llIIcslo,
no olvide que en la sitllacioll generalllul paio, l:l opillioll publica
e,; mas que nunca un poder superior;\ todos l!ls dCl1la~ poderes; que
la liburtad de illljll'(~llta (Iue le sine dI' orgalJo, Jo I'j(,rce nla,'; fuer-
te y lllas absoluto cn eslos tiempos de revueltas y iJulTilscns, y (jlle
cuando esta opinion, .iust~ ó inj\Hta, acertada ú errónca, condena
ú e"cluye :i un SCl'\'idlll' del Estado, de poeu yak (lHe le ab,;ueh a ~\l
conciencil, ni qHC le dciiendan la !'azol! y lu:; hechos, ni llue sc
oll,;lillc ell Hlslenerle l'I gobierno, JlUI~, ('ste mislllo gohierno solo
se apoya ell a¡¡He! poderc~lrao\'(lillario y S\lprC))lo. Hetul'Ilarle el
triunfo es solo C:\ilsporar Sil deseo y dar nacimiento iL llUC\ os em-
harazos, 10 no puedo dar ú la Opillioll lo 'Iue la opinion reclallla;
impaciente, mal instruida y completamellte alucinada, C::i jJues
menester que el gCllcral que se lo rehuse ofrezca con sus anleee-
dente3 garantías confúruws con las ideas dominantc:i, fjue inspire
mas c.onliallza con Sil espcriencia, con su sabcr, con el recuerdo
en lin de sel'\'icios \Wl'stados ('11 otra época, Ú IlIs principios políli-
cos quc han triunfado en el dia, y to))lra luo cuale~ yll mi\itú en
distinl~s drcullslaneias,-Y que ))0 :;0 c,;[longil el gobierno á I\au-
fragar, irrilando con la re:iÍslencia un doseo (¡\lO la organizacion,
ó para hablar con la propietlad y la fl'alH[UeZa que acostulllbro, la
d('~(ll'gani"(lc¡on actual de la sociedad CSlwllula ha de coronar triull
fando dc tollus los obstáculos,-Si los rc,;u\(ado,; fur,en hucnos pa-
ra la guerra, tollos los cclclJl'arelllOS; y creo (¡lle llla~ malo, no plll~­
den ser porque el espíritu público alentado con el IlIlC\O múdico, y
('"le auxiliado por las c~licacc,; lIlccJiciuils que se preparan, (¡ cOf'cra
la eorolla (lllC no a1camnroll ni mc)'('cieron lllis celosos l'.-fllerzo.;
en menús \cntajo"a siluilcion, ó acabar;'1 por illlstr~r,;c y rt:ll'lar,c
:'1 si propio, (¡ne la cnlid;lIl del achaque es sn[ll'rior [1 lo,; llIcdil'a-
Il1enlll,; ha"ta allOra aplicado" y buscilrú otros lila'; elkaces y sc-
guros,-Es doloroso, Jlero la hi,lo)'iD clltel'3 110, eilsdia que los pllC-
hloo no se ilustran ni de~('ll:;aliall siuo cou la,.; leCciones q\le Ú pre-
cio,; muy caro,; cOlllprall de la eS[lcrieneia, y mas cuandu CO!110
::lhora están afeclada::; de la enfermedad nacional hasta la~ clase,




APEXDTCE l\l::m::RO 10. 385
ma~ ilustradas, qlle ,cm la , el':bh!ra ~Hislocratia de los gohiernos
Jilm's.


filllllllcntr', exrl~IcJlli,il\\o ,;¡·¡jur, yo quisiera poscpr las yir-
lud,\~) d(~ un gt'i(I:~);O Ú ¡¡n ri)Ji:;lll'l {ltlr;l ~l'r i¡¡di!"ercnlr. Ú itllpil~ibl~
allk Lb t'\l",l .. ,:,(\I·i.U¡~th; J Jllan\'jn~ d,\" q\i;~ ~·;ny h:h'(' ~i::'l;-q)O \íl'tim:l~ y
r:la~; (:¡~ 11;,; !Li(¡n¡i)~ di;1'~ pero iu c(j!ll¡e~\\ ¡¡;r f¿1¡!;111 r:(íll(\lb::.;~ yCllall~
do:só !Jl~e lw ~;acj'i!¡\_';ld\1 al ~;rryic¡n de 1n~ pni:-: lodo CUill1tn podia
:-:,ílcril¡I.';¡rI('; r::;lil(h (:) ('! tl.~ljlíin ln:!'~ ¡1(\/lloraliln dl~ s::lud, ú V. E.
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ll'(\ ! ' "\\;1:0 (ji::' l!{! . .;('a pr;r;¡ 1:11 nn~l'I(l, ~In
11:! af l¡'} (i l:~ ;ii."it':a .... ,. ;ll Y,'r:¡'j~ ;!Ctl><!t;l} ü' defendido


! -, , "~o i· ¡ 'p ')'-' 'í J 1)\' in '~'''''\.ll'i~l /' 11\ d,,'1' , ... 'el' n (,( i JI. Ld" (L ('lJ,ll.ll'. 11", (, L.l(!; ~[<\1<.~ ,) L~. (J,¡ u:-- lO._,u'" 11\,0-
r(l~ at!'iul~il: ll)CIl(;:~ U.tn·(T,;· Cl'IT;ulo lk lil Y de agt'llt{~S que
iiel:(~n eilt>ti'~~O t:;\ (1;'. ,. l't} i:)t!;!...; p:1!'l·.'.s, JLiCC qne el
1.0l'ill('llt;J í';l qL': ¡le \ ¡',l!~", ;'":J P,':lL.<:l.:(.<¡;\' "',np~!r[~u:(), ~e COllyicl'-
1:1 ,'11 U!I/l: , ¡:) iH¡U~~,'Ld'l: ... <jl:;'}l; lHt t'ar.úcl\~r, ni la jl1~t¡('1:1, ',Ji
(11 ;linol' UG 1n¡ 1\'1li.1L1UUn 11~ L,~~ t,'i,:;·to~ fH'¡l!lil;UUt) (Ph: 11;1 protlUCl-
(lo ('ti n1l ~alr¡,(\, nlP, 1"( l,'n :;:)L:'\,~~n\'~H' m,l-; U(":1~FíI, pr¡\~i.!'ipll(lo
1rl11 Y~Cl~:i :.:/:¡11l' una ~::;::~.::,:;~ y ~~:¡;l¡il:;·.\ í'~_: . ..,L'H\'¡.l cnn :lli lrahfl-
jn íj:l(~ no li~;ilral' en, el <'1.':' . . . ('iI:1 (:1 in:illllo, la
C:-1tllllillLl, y ;;:-~¡/¡1:\:td(J!11('!a Ill.l¡!,:tU.'tll y ¡;l~.;/~(t¡lud por rel'Olll-
}1t),n~;l. LS('ll Ú a;)~>~l'll cl:~:¡L.) q!JierJll de tan :-:,a~~r:1do drrcrho Jos
f¡liC ~e Cl'¡~;(,:! ;~rt d',;cil';.'; \~\: .[:1 1, ~~:_:L} JIO sil'ra yo j{ll~lilS do
4;C{1~i(),:1 Ú 1I1.:;1:¡. ¡i)~t!~:(~~c~;.: \:('~. _ dl' l~!l pa¡~~, lli de pre ..
tl): .. t~) ~~ :<L· '"'.~ti'a\ :0:1 y t1lh',I\,[::,'WD. !'¡¡r~t CJ;l:"(,~~ll¡rlO y L~JJÜCllcrnlC
jilJl'c en la li;)L~rlad, ('qJdU Ele J;¡ctu de llal)~rr,) :.:.idJ por 1Jlt lcnrl"ua-
ge \" s!_'iil¡~:;¡L'nL,:-: ~~;l luda ll)(JC'~~, rr;lU:1Cl8 Ú este. v ú lodosO los
JnaÍ1dn:-=, y ~:i C:-i " :,l) r.\;\:!:IC;(1i"~· L::',:Lic¡~ Ú ll:i PQ!.ri:l.
ltn(l.¡~() r\:(\;-; t1 \. E, (~I~C' d\~ ('~:\--':J(l (;l.: (>l,(l COJllilnicrrciell ti s.itr ..
]Xlr~ que, dl~ ::;~\ y;jj~ÜCLin " !a r':';"l:li:cicl'l ¡HOida y eJiLaz quo
;::11 rnrjnr ~[1r\ lel;), eOillO illl ~~iL¡;l;'H¡;l fl:31l'~1 y ~().~ tlc'rccÍli::~ qUí~ tcn-
gú :í. d(,rt'l~dl'r llll h~Jtl!}'y 1>\:·:(~;~,'ioLl . :.:i l:."'uol' de lo que
tall H':'jlclulJ';;:in,.:t;; (:l'.i" ;\ \ . ¡" :;)¡1l! yen el Cili1é'C'jllo de
4]Ue la ~1~~rar¡¡~~iuil !:t~ l!li~ (~()~~'1l!:1;h 11(1 1 a p~H~to eDil ~a:-=. fati-
c:a~ y ngore:.; lID (' . ..:.!.:~ L'l';H'llll\ lt'l"lH!, l'O:l l:i~ eH1U;¡(lU:'; y dl~~p;ustos
¡íp ('~l0 dil'íc;! y 1lI'i10"O 1,\:c';lol;,ie iIIé f8 ,,1;solufuliíIlI!,' imposible
{'ill/ti/III(/}' ,j,:rci,:nr.l1J1,', y de I[!lé! si larda \'ll "('llir el general que
])(J¡llhn~ S, 1,L p~na rccilll1hlzarnll'J n1C \"Cl'Ú dolorusa y probable-
l1lClll:~ pn.:ci:,a:lo Ú <l1'1\'1.(:\r ('\ I1lalH.lo en (\u;('n ('orrc~p()lIda por la
811cc:,ion S('lIt'r~11 q lIe :'C;i,;];1ll [,¡S reale, onlenallla;;, Dio:;, (·le.-
Cllarlcl geil(~ral de til,¡1/(l, ::21; de febrero de J R:]¡j,-Excclcnlbimo
S('[íljr.~Lllio remandl'! ti<' Ci)n10ra.-ScDor secretario de Estado
y Jel despacho de la Guürra.


To:¡w m. 25




~(in!~¡er:¡1 {k in Gucrra.-Exc(·,t"lltí:~11l10 S~~iíOL IA'JO:; f'~tnhn .
. ~, .il. d~ ;'l'cil:ir la ('omunica:;¡'ill tlc y, E, (\e líj del me" :tnlerjol
\ I¡!il; c;)]H'llln:; el)1\ l'<a·; :lI)l;li}¡l'~ lía1.1!)!"l.i, ,die es lllisollltllmcnlc:
",ililpOoilll,! (u'!ili'Ii!(Ir ,.:, y [ll'lilnlJlemclllc prccisa(\o it
,r~kltlt';;l.l' (;1 ¡H;-\lI¡'~) t_"!11 q\ticn Clll"l~C';-:'pUiH!d, pr)}' la ~t.¡~'esi()n (tUl\~e­
"iI:dan 1;1.) l'l';t!c'> l)l't1í I H(llL:-1:.),J) L(\{!-', purqtl[; de!Hi_:¡ldole '\.1<... al
:.~'¡)bil'rll;) de ~;. =,1. la ¡¡¡j'; ill;lt¡tt:~Ja c,jliii:ij~.':;'¡, L;l priICurado luani .....
r\':.;L\r~.i']íJ P{¡i' CtÍ~ill~~,':~ :¡ll~;di~J.:; h;~2j ¡>,~!;:do Ú ~;u akalH~(~; ll'ju~, Pl}l'quc
¡la:)l~\H:l,) t,~;:l~i:;d lJ :,~l~i'j'J ;jil ;)-<H'l~l'~l n!d~., fll\vraiJlü que nUllca,
:k ,¡ji' !'i'c~ qL.,.>L~ 1"):I";¡::;: Y. ~:. (L;:; ;';lJd¡~;lil;! lail J¡úIJi!iIlCIl-
I\~ l:dll<~'l)ida::; L().¡¡l~~¡;:.;\id, t:~;n l;:¡~ LltC:¡ l'~\.¡t,) en el punto eH (Iue
\'. E. Lt;lntL~ iHEil1diaLJ1:Ii'ill(;, ::- hljus, tanlbien ~lhora (1\le las pro-
,i:Jl'ia., Im;¿('nlan ;:':;,; ;;;'¡::cill\:::ll' [tlihn;c\;\s al ¡2;llIJicrno uo S. M.
q~I.{,~ !,u:~.:p,l.i¡,l.¡~)~¡.l,li,(,i.~'~~,l:::: ,\,\,~\~:?·i,l>:.~· .~,J~: .~::~-i:.~ (¡,~!' ~\j~'~r::,i~o:, q~lC l~l~a
r':Llc \.\; -' il,d,J J,~ 'din .. \...U~",,<q·-, :J v ¡lld,:(u;l..lD. tJv1 Lt(dll~tl {JllC (l.C-
r\\!l.de~lH¡~~ y q~l() ;l¡¡t'-'\~i'O:, C:l ::!l, llU:~ dan pnll\ba~ diarias
de:-ill l~,,-lfi,):\>: ~>-;;' l~~ ~'('_i:;:r l~:i\\~ll';l ~·,~\C;\):';!. Sa;;c, Y. E.Lkn qw' 110
t~:-, ::,;)10 <:el ¡;ll :). ~il. d(~ q¡¡kil1t~ll'; eij,¡do s~;i1ak~ de nprc-
.; (' ,Ji""¡",'; "'\1- '''~'il''''!l,{'' ;';,' 1,\, jl'l'l (1'1110 '1 \~ F J(I" L' 'lCllllcn
Ltl> ,':\:: ':: 1::; :' ,,~,\ ,J'I:""\",~':~" ~~\',,,Hl~\ ',d<,I". '¡( 1',' ..;..~. ) 1 \ t: ,,'),.!:'''¡ (1 I ~
t():"" ílt,t) ~\lll ~_t \d:.:).tu~1 h\:l U,,-, t'vlld:' L:,~ '_jd,,~.", CL .(1 .,0t!LlI~1l1, o:;
l)(trlirld(i.~'''>:, L111r\'n<11lii~;:I~a ~( sohre li)(~O S. ~U.la reina (~ol)prna-
d¡)r~l. E\ iL:l.' L1,~ 'JO eriliqiU\H, ql¡~; ;a:~ {·(l.~[h !lO se
\ ('aH CU!lJ,) ,:,;'t' \ ¡,,:,l:.:~, e ' ~:-¡l l::;l~ ;ili-\ ¡¡;'i¡;k: ¡:l;d dn ludo') lo~
l¡C-glpl.!~j /~;: ~:)(~~J:~ ::,;~ ;;:,l;¡l':'¡:,¡:; y {;lL .. , ll;d:l q¡¡e :.,0 :.:.ujclallcuan-
lo_~ 'l-U;,¡:lll ;: ~;\: l~lH'g~i : . .';'(1j:,:~_> e!;lpl\_',~;i:). CU~lULC ·Y. E. qUQ si dc-
ja~e al!nra (;e ~:ll:¡~~l,r 1:1 ijti~; ~~'. ~L l~: ht~ VIH~On1elld~ltly y fI.UC (~iri-
"0 enn lado ;;¡';ll'Ul ::,:~'i;; ;;J!)tl\ () 1I ,le: la 1IIall:dlcl'IICl<l Ic JllZ-~a3l~ de Hila Llc~~:,;l'a l)n:~u Ll\ Ú 1:1 C:lti~)a de lllle~tl'a reilla y
;k~ 1l1~c~~t:';J palrj¡!. ~;~¡1l pUf (sLa.; rr:.-:onc.'" puc~), -y pUl' 1:15 düilln~
mn.!lil"l'.:-;tZ:Jl:l.';, ~ii.l~ ;;. ~j. la relEa C;~~l;~!':);¡dura, l1H~ 11l:uHla diga á
Y. E llU ;tdlliilt~ la dillli,..;iui! qlle ~wcc \'. t':. dcllllanw; de lo~ cj(~r­
t'ilo~.:, üe nl!(~ra¡'¡Qaé3 > d(', re:-;(:i'\;J .


. \! ;,',~'j' 1':~:llln, ¡;¡¡t,' d()lHL~ :-"1...\ Í!.~ t")J"¡',',:i!¡C{\ Ú Y. E. pst.:l. nueva
pn¡l'1,:¡ (~e L~ ~',\:1¡ cCJ1::i;1l:Z:1, d{~¡i;J !¡¡,:t!l¡L\,·;tarj~, (:\~l: la rl~ill.:1 (~(jIJ(\r­
ll\HLli'a Hl!,~ ii'~ ('·:~('dl",:i/~,'} .. ~c; 1;1 l:¡::i:;:r¡¡ !~.:l."¡ p'·pi:.( ¡l;¡} h':-JlIjn;¡I~1~,
ser :-:.u rc;;l \ O:',;l,: .. ~'" ;"] ;;1 :_:;·;~n!!l~ 01;1' ~ oc, parllt-
¡'al' \:~:1S rn'c')Yi:!C;,l,:, ~ ;,) ,¡':;. ~:\ ;;;'" ¡~¡ CUlnp\C'l:t 111úon
¡le \q:Ja Lt ¡';;l~;¡~;(l ~~ ~¡:~-:' t ,".1 1\ ,;. ,')1' ~~~, (~¡¡ (['UllO, ~íLllbl)to (ll~ 11-
\;c\r!;,(; t\; " \\:\ln:'a. ':'. de) lo ;¡:!;.: ¡]:;~() ;'l \". 1:. de, real í~!l'(h'H para
lu~ --Dio:-;, flt(~. :\~adl'id ~} de ¡¡wr/o do Hf~G.


d:" t;:~ !'\";.('\1. (:<",t ~~)rte y de l\~~Crr~:,




i":\('ülf;lllhinlU Scilílr.-Hl~ dú.:iw ú V. E. la iildisj;( ¡ha:)!\) 11(1(,0-
;-..llbd en oue n1C 1Iü Yi~~lu de: 1'l\gi'l'::;al' Ú eda, pu~ t\¡ ti\\::~p(\
tan 0\:\10 l'olno [U~tl';-; v In;! ri.}.:i;¡,o:~n C();~;q pn (j¡\:¡C'¡~! ;'J Ll'¡/;'l
dier \igo con !;~ .. di\. !:·:ion C:-;~! ~l:l \ ¡¡].¡; .. ;"! ¡~(\ L,;<l, íl~·;;d~\
ddDdu l'(,~,¡¡JO 1111:1. -'\ 't:.ljll'\ Id J , ";-
¡!Ii~'~[O iii\ h\~ L \'!,I li, 11) :lqJ PHd \ t't" ¡;e Jll(Wqr::r~t(l ~\ -. j\l, l¡ ..... ,j ....
q¡¡\~ han Cúil:-iUIlU:¡U ¡a:-; Iro¡::L':' :; ¡;rJiL'l'j:h~ ¡"H ¡]i~IH)<¡cl,\n \:l~ ¡ll;~r-
Clidl' ~tl prjllll_'l' :1\ I ·,d, (": l't:;lii<~j ;,,¡ !;\~Lllj,(l, 1::1 ~i¡', ','--:¡;':;(lrdi
Tl;lrio~ ri~~orr..:, ]'¡.1\ ,11"1:).'1 \~d ~Ll\\C~'i\):1 (:H
que el ~"I)':'!¡ii;}, :~l\ pr:)Jl.:t:t~'ic,.-~,~t ~~(I.;;2rt11 L/P,·t~·t.¡, :~p~ll'ad(j por
'li,! .... l\\lH:lid()~; l;lt,'aj'~;\)~ (:0 lll~<\.¡r ;:U'l~Ucria en ii(tL.ll~L':'Gd:1, nle, e..,-
cril),~\ eL ()lIci.o que l;~tll:ii,\l~l l'·~ (:lltU. . .


J· .. lllJ'(\L(i~td, j,\\~~:"!(\lllhlHlU r, \C'':) j'\)"l! ~;¡~ SC,!d!li~!(\ ~]t(J, q!!t'.
no ;h·jl.~l'tU Ú (',~pl¡(',((r ni Ú e¡1(i.H\;[~~~r, Ll·~ t\'ITilill,',; a~'u ~~U-,iOlW:'; tL: Iju\~
~ e !, '.,! e .!: ,\] t'\\~ •. ~.', i,'~ 1: t i e,;,1 !11~.~ \ l,l,t~, :,1 \1 \' l (~, Y,\ \,f~~, li ~ ;,1 a ~¡ ,i}, t: ::(~ ~. [:\1 ',ll¡¡ l,'!'~ ~~,!~ n Cf\I, y o
"PO,"')"" !1t\ ..... \-,ltl'\¡1 C,'\L\\lJ.) llC ~,I~ 1 .. ,~ ~ lL:l\ \. I()d l.,,' q,<\..' ¡JI;' 'l,lH
('1 (l'i,..;ll~ ¡!\'j'('( Jj() ¡;~ dl'p!urar í'i ori~'C~E 1'li;i\i;::,¡C,!ll'j dc~' tolll cal¡¡tn-~
Ll~()S(I,": l'iUil\H\.>;,;:.. ;'lll;'~ 11~~: ;'1' ('\;n [i;'\ ,!a:~!(\ !dc~"ri,¡, si no
[Ilaca;..:,cn rii~IS tltU~ l¡!j ¡,a'lji:\'id~l~J, lJ \P~' t,'-i '1 1 " JUl·...:, j'i'l1 ~\'~ tI' ll'¡


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';)!t Ú J;li 11l,jlra :~. pUlld()I:~)l". (~i ~:'~;!pc: i.a .... \, !la herido L);li) c¡¡:ll1ln
prillli d~;-;e;ll' la lH:I!lO l· ... 1 !{> d~(' .. i J Y aJO (,i\ d q~,,' \'1 ~\kt'd\ lLl t\~
('cdidn la l'~";jlcr;tL,~'l i! ... \ qUllJl Id dl!¡~ :(!tl, \0 tllCli 'lilIlÍ llll
f'l :.t~jlo do llli C'uni.'il'ili.'i:l el ¡'l;llC'f) ('on,;uf'[¡) (ltlC puede h;dH~r coniril
Lamaüa~ in.iu~~1 il'¡a~ y dt~~<~i\l('¡.tS, contrn ('in {2,TJ.llde p¡'r~eellcin¡¡,
porqne h\~ ,(;nido lid y cl;l()é.:lI~1\,ih' Ú mi p:llría. cm' ludo cll"'Jln
dl~ mi" ,'orLLi Lh:uILlriL':o, l'()lllo:!a 1a {'¡'n":'JIl y lI'al(:1(1 (:(, mi ('ora
ZOil. ~í) ¡!i('{~ 111:1:: (j\H~ un <1('1)("1' p:)"rqul~ :\¡ei:li)i'í~ \_~!ll:.~iidi qUE; !;{) (\:,
po:-:.i!,¡·,· ;iic('í\!' :;!,'~:~ 'll¡(\ el (lt'i):)l'~ pPl'd (,~L~ll~lo ;) (l !lO Li' r 1:),)0 \
j'Han~~o ¡l;l¡';t [:,'!] ¡-',) i:: ~\;l';:l<(} \Hij' ¡:la:;I:', ;~¡;>'~:i ~)ji,· , ::!~'!'¡~¡~',.II·";
\:~'/~';~:: ¡~~\:l:"':;'~¡"\ ¡~ ;o\[¡':':';:.,.; ';'" . ¡ ¡,' ,r,";'," 'p' ,i;,,': i,',: "~,;i:l\l~J: !~;11l I i :',Ii,:','; __
~~lr ;)¡'¡('¡;~1 C~-Intl'..\ {\HCill¡~"i;,~ ': ~( ~'·'l; ;"!1"': '!i¡I' ]Hi~~n~~l¿l"; \ n (;1':11)':
('1 ""1"\\, 0 11 :' I'¡"" 1"¡ ,'(:::'TI";"'h i}:t(t\ i;l r,:J"l,l:;¡),' no '.);1(',~¡\!j·'(I(~~¡IJ';",'f.;I"


.Jt!, >. ¡ ,1"',' ,1 ,1. l. ,.,.c . t .


HU aLll~~ ~;lll Jlcclar ~i.'a\t.:il!clll la C{.Hisa pública y el crédito d{d




388 ANALES DE ISATmL 1I,
mismo gobierno, quc en 8([nol mc mantiene; ora me [all\~ 1:\ leal-
tad, ora la rlcci,ion, 01'8 la intciigcm',ia <¡un ns preciso l)[Ira desclll-
pciíarlo. ?\i dcsdciíO, lli (kscicndo ú jU:-ilifica:'illl': prro oí :iulicilo
del gohierno que', para llt1t'(\l'l:L\ Ll jH~licia ql!(: ('.j dchí~ Ú t(ld(l~-, sus
súlJllitos y para í'i.jar la Ul'iHiull ¡I\!!!lica, ya :, .. :1 iJilpiJlli('II,lolJ\" la
pena que haya 111Vl'C'cil:,J. ya n:,--:llIÍJkc!"l:d.J mi j;lil_'il lldl1liJl·c a11u-
gar que mi pruccdl:t.' i~ICrl'l'(~ l,jiL<:J'\ al', !J:~' ¡¡1;¡!:í!.: r.)l'nJ~1i· rnll:'<l
y jllz~;ar eH ('nns{'jo de g\1cr':';t lli'()\·\.~.; ~:j}d¡) ;l nJi r\'~':-,~;rlazo cun 11
lllilyor urgencia, Cr.ll10 ('x' la dC"C\J;lsidcr:ujoll J d(\~_:cn"di¡!) en
que so 111 pllP:-',tn l:lÍ y pí:l'::nn:l, pti.(,'~ por el curre'o do
i~~\;:~:lh;:y;\,~;I'\~ 'i;lj l'c<:',,::,'i,ii,';l/i \::\;',':ii\:~",.~,:'.~;l\,\:\,l!':,",y':}l~~:"il\l\)(.I~ll\,j,
Cir(Tl~ilh::;. C~"; t~.:¡~~l 1:.'. L'~\iU) (', :l ]':>:.:. , .. ~ ,::,' ~
V lo ~_:;(1)(\1l l()::".; 11 L; Ci:' 1;~~ ¡" ~ '¡" ",;! e:": j~:¡·~;r.1p(l-
fih:t~ ('¡in \\~ !¡¡:L1,LI (:í~ \'j;! :'.l y ':i::';:~/'¡ :' l!';¡ilq~;i;¡-
d;¡d q~:c lll'.,;':,it 1 el ~:',[:~ 1,1.:; :l!;~) í';):·;~r;,·(). j'~:;\d;l lni


':'!'I:\'~ :'lil,;'I;,,~.II':,',),()l ~¡'~,:,,::I ~'.;¡:,':,',,:l,',~', 1",:,: ;1: ,'",,'I',¡', ,'!",'_J "."¡,',:":":i.,,,,,i, .. ,,' '"i,i)'; ,"1' ,:,; 1 !" ;: ";",L" :,':; :~:I::;~:: ,(:\il-~
, ,. . '. -, _ (;0 H:;ty~}e,-~jl C_':..I~·.:Jcl~U~;jtril)
Sl'I!'\!' luilli:;lro lk la ('uen;!.


nEL CE\T,n.\L C'()TJ)(~Y.\ .\L ~':p~L~fjr¡) nI: ! '\ ('rTT~f:.\~ PT\'T,\\~·
DO 1,.\ AlTll\n\ ~';1TL,\Cf¡)" Ji,:', 1:1: :;'.;I'd),;, FlE1V\'; y
nECt'n~U3, y lU~l'nUDCCiL:-;l)U ~l~ ~!Lül~i( ¡:-..


Es.eelcnHsin1o f'l\¡;()l'.-COi'i lr!~, l;riL';'L~¡'; ¡r;!'~:·~~·.',,_¡riC',~ (!:; 1;) qlli:
pasaha en nnestl'il i>:qHit~rd:l~ ]u-: nldll:la'1n ¡'()ldr:~-:ll:¡~·{"~i:-¡.¡' ;':1 :-Hlt1clia
direc('ion al ót'ner:d ¡Uvern d:>/{\, !¡Il('H~(~ !;l :'.Ci:l:1 (:it'l{' h< pro-
ridellcia:-; Ú j!):-:tl'UCL:inn:\~~ (;U~) i'l~l~ ¡;;\l:\:l~: \-,¡ nl!pd!)
J¡~ll'rlll, ill~lrllirúil Ú \. ;:. j;¡" t!"\'Il:t J.;
filll)('rioriilall, El
no~ sé ~ino por l'Ulllorc::., y !a H('l\\~:(~;l,~ \'n ::i' l"L';;illl-
ciar ú las Upl\rl~c:()l1~\~ (':i'\\n~',i\ ~l:~ (p:(~' ::~:;' ::i¡l l ¡ .~, d .!.:)~ (~h;111í::--i-
tran la falta de fuej'z{~s ~ (:,'~11;1 ~ ;t¡;;¡ '~I; , J::''' CilCI~el}tro y
ju~ti.nC[1I.11o crílilo.d~~, In! .p'f::.kin¡¡ ~- , diric!l C'~~ la ;:.,2 111; gC'~1(:-
ral a <ltllcn una opllllon clcga y (':,lr:1\ ,ada "olm' !IiS ,1l(,(',O", pide
en su JFti~ y en Lmopa la \ic[liria ,in ¡;Oll(wer la ,,:lli~ICiull (11; he-
Cho, ni cOJl~ullal' llla~ II\le su ÜC:iCO Ú su llccc~iLi\ld uo la J1éiZ, sil¡




389
tener mm~a ~u(',nla dc circunstancias, cIClllcnto~, dificultades, ni
de nada absolutalllente. HU1'i'OrOé;:} excclcntbilllo seíIor, es mi po-
sicion; h{)IT0rn:~b:¡;~n:; L)~. mnti\ o:; '(lut:, 111e ha.11 llcch.o y ~Hle~ll so-
l)l'l~ll(~Y;lrla; 11 l.: ro 11;ljl:.:i'l:.!:J:l :' iCl':llúen l~lll0!Jll~'aclon de
t1e~c(lr¡::ar Li.:l ! ¡l:r~ ~l:~:t i.\' , cU~:¡0 por' ruua~ l}art('~ se


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S, ?ojo ¡'Ji l'ctlCtllcia: roz,'twl()k í::1C;¡!'CcÍ\1;¡lllcn(e




300 ANALES DE JSABEr.. n.
que la acepte y prote~tal1l[o (JlW inynriahlcs serún mis i3entimientos
y dc~eos :1,' "en ;1'1" y de Ji\orir ei 1':!l"" prrci,;o por ~lll'all",l en
u11'0s pHi'~ln;·~. ~~,i ~. :-1. ~~t' di~'!)[l (-u1mitirla 1)10 erce1'0 (tI Ültt., 'Cll-
tll1'o::;o de !OS il:J~11:)rc..,; ~~:¡ pOI' ('1 cOlltr[!riIJ la 1'('!nh;11lo pu!lr¡.5 fallilr
Ú lu ln 1IC'J1IJ (fue le ddJO r ~cL~r\,l;í~r;¡n\ (J;I.~:i;t dl):!dt\ l1!jS ft!l'rza:--; 10
i;; jl~1¡¡:111, ;'l ~a!ta rn¡~~););!"d:lq¡::l ;::: ~l;!':):¡¡ud :~!.d:) :'.; 1::1: pTíl.lid(~ co .....
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Al'EXJlIC¡:; NDIEUO tOo :l\l1
dad, todo (',s(á (lomin,l¡],) y pCcll\i'.'n i ,: de .. sta s;\'aH' v honil;\(: ":-
tu,lI:IOll, Los l'acciu-:lts [1,'11("1 I'! jiwiJlo y h l'~";'\!l : y lJicll Ó lJial
cnh1'(']1 ~u:-; l1r,('\-~illadc:.:; ll(\í'O C!J(ll!,'~i) ~;c ~n cr11~'C!1 Ll~; dd :-::old~tl().,
]}() C:1 en aqilpJ t~n ([ni(·:! ~_,<~\~ !lw'th~ ~!l1l!nr :~~iyi'J. \'. E. lo ~i1he"
De 'lIJlli 1'1 111 11 l"ll'li"'I'i')lj 1'11"'1 el ,1"""',1'''1 1'' l" ,L·""cl'iolJ De·
C· ['¡: ~I \r :.~ l'I)III')'II'I'(',t;I_~\' -ll:ll,.~) 1'~'~!"l ~'i\ i·.~<;.·;,:! e" ",." .' -{. . .J. . I J (,'o ,'t, (, _, .... '(\L
larg'o V dir¡('il. Por i~·}rtuUtt 1::::I:-;:\1} ~::l'i;~ ;y';1
Yi\~o jtllel'l'~ . ; (fUC !o]no po!' j;l n<;-:~l'll~'¡:t (j¡.j :n:, ~:,i c:\!(! :~ ;:c-
t¡r¡dad, Illi:-; ('..:f1ieri:o.; por proC'!¡rú~·,s¡:ja. E~L: :L~I! rTíH 11 k.'; y
lal'g'a;-; ilnprcsioncs. Lo dc~;tl(l al l'j('l'citq :;f' (1Ull:l';,Ll. (':l;\;l l;¡:¡) y
lalllbien su,; gastos; al ]laso 'plO di'~'I11;llnyl'lli¡O ln: r,'(;;¡r,:n;i , [<;<1,,-
lo,; C\lerpo~ apuran SU" fOil do·: ;i~r!i(,lI!"!'c:" y crecen lo, !liD! iY\lS
dú tCllll'I'lIJ1:l di:;o1licion, !le (':',:I'ilo ill (::111:;\11 ilú Ba,~,}na para (lllO
haga imposilJks )lor hal1:'l'!llD ;:nd):; ; r¡[r:'l'i(;¡t!onv ú firillar lodo
jlo\' gl'¿lIlflc fIlie sea eJ s:tcrilkio; pOl'lIlle c!¡'mp!'c ,c1'ú lodo lliellO!'
tIlle ('1 pc!i.!:ro en qUi' c:,lalJlOS,


'foil:" las tropas dn! ~'I'ncrD.I BiYC\'ü ljucdarOll ayer y hoy sin
pUII, y Ú la IllJ:l de la ]1oc[w e!llp¡'cndicron UllJ leu';!:a marlll<1, ¡En
la] e-lad" se (/lIÍ('I'(' (¡lIn [!'ill!!r:'ll~


En realidad yo !lO ,ó ha:ila qll(! l)\lil~() COlllin\1a\' :,icnclo L1 \Í<.'!i-
IBa de lantas acu~acion('s (; inj\1::;ticias cnUlO ~Oil cll'(~~tlH;]dQ del e~­
lra\ío qlle:,o h~dado ¡\ la opinillll en J~S¡('ií:l y ('!l Enl':J[la. Al J'C-
tiral'll!c lIcro el CIIIlYCll,:imi(,'llo de ¡¡ne ningun hiJll1hrc, por ¡;ran-
de'. <¡ue'. 1'110,0 Sll \ irlni! y l'\lll"tancia, l¡a1J:"ia sopurlado por la C:'L!r-
l~ p;lrl(! del tiOlIl\lO lü, mab, y 1\¡"!jIl"tO.;\ t¡UI\ ya CUlll;,.-"O al"lien
IBis fllcrz;)~ t'í:-:.ic¡l.~ y H10l'ale<.;. i':~L~:: S{~ ;¡,q..:k:t']rian '\ ~lcr,'):::',~n1cHL(~
si ,,1110 I¡,,¡eran r¡'IC\ Ilii;]¡;¡r Cl)l: J:¡ tu:',I'''ii!)),U: ~,l:i ::i:il;ulladcJ di-
I':'ct;l:~; pero :;¡¡\:t!Jllh~~!l al ,"('1' ¡tln HI,¡l r¡lleLiI:H:\I' y j¡L,::~'adus, pUl'
lo~ l¡li:-i'\ln~ 'Hui l'()~ l'l1\t'\·" 'lr!l'lp,,; P'\':"lI'C-) ,- ~ 11C":('': (' . ¡'IIL'r';')::;


. ji I:';,';,~ :'~,~' l:,f",~:~ ~~""~"'1'1' l~-~!·'-"-'I.' "' I ,~u'1,'~.~';~':I~-"~~4
,1, (¡ljuliO'¡ .Id p."II, .... , ".,,,J, .11" ,,,.. 1.\ ".,1 ,1,J)JI Y


.Ie la \erdc!(L \' rue~'d Ú Y. E. {'~,Ctl~(\ el íle:~()i·(L.~ll ('011 q~~(~ ale Le
~~~r:l~¡:,i;Oá <'{l. (';~~c l~;';~ tFr;:' :i¡;;/~< i:;,'i:~,;~ ¡";:\:i) 1', ] ]'l\¡:¡¡S,~I\~ ::~:: l'(:'~;'~~
ojos lli [i('.mpo para lec\' qiwja; y nii,,,.'!!;]-), rO!l,¡icL¡s y diikltll;:-
des, y c~lo ('1I:llUjO 1~(',.'C':~¡[n tiLl .. :'; ~.('rclidaJ y ~~!i)y:l:(!lld ¡;;ll'a COIl ....
lr:ln~~ral' I()~ (L";j'UC'J'ZO.';;' dpl ClICi;li~~·(). O\!;l r.']"' ):('l'~lP L} [udll,
y qUt\ ~~ohl'e lodo pnl!lUllI:lC', PI'I:d ;;;¡""tl!'!¡,.'r :;~L\:;;.l ';'(¡h;~ ('...:pu-
lJiÓlldulo, "Y ofreci(\!l\!n lU¡ lltl;,:,.;I\I p;il'tl (p:,\ otru coa Ji::l'; !'(Il'!¡¡lIa ti
c:1pacid:.1(l \{lupa ;'i tk",:p¡upcii;I:'!O. \'u tiulu ~bpil'd Ú HICl'('l'(\i" a!~U!lll
cOI1,iderilcioll Pió(' la ,;,',lll \ ¡ni.id (lue. para COil"i!nal'lo eJl lIIcdi"
(In tan lnala~ (,¡~\~ul:sLl!\L'i¡\:; \' c)ntrar:l1dlldc,: 1!;l ~idu llc¡,e~al'iCl.-­
Dio~. dc,,-l'nlllpll'lla l." di' j,¡lin Ij¡: ]:-l;¡:;,--Al E\!'Ul'l, Sr. nlini~­
tro dI' In (;w!'J':!




rLTmA DBnSION.


Excmo. Sr.-.\llnH~nI1d<1s mi,j ~n;f~l,li;lS y graws d,)lcncia~
con do:-; ;Ü1'1~ de Li nl;1S i~a¡~l:'~lj~a \' C';)~~ t(ldu . .; 1.1~) d!-::~n"lo~.;,
y cnid:1:/!}:; ¡:lb·:'~":iltC:;! al . ¡lL~: Lo en ¡,'~In :'d-
Llmo, l1h' re!) el 1:1 ~l: ~DL~~.l ili:¡)i) . .:::::;:~L·:\l d(~ t'iJnl1ilHr\1' l\\~,":l~lllp .. \-
fiúJl(!;)ln, ecq',~) Y~:)',l \C, t. ~ ';;d· :'~~;' ~\l p'Il'(\t',l~t' (~\, to'~ p1'l-
nlero:~ ::y!\\;.; C)'_'~,:~,d:, ,j id,·! . 'l'ci J 1::, _~:~d'~") ~~(~()aHC y 1!'J~l Fr~lll-
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::;us C'fcctn·~ ll:Pl ~~¡I!n ~ql,:\:t :.:)~(: "\~¡ c.)l:C:(\i:r·¡~l. i;~~ ¡¡;\'il:¡¡r::t, j;¡",;
~:~Cl~)~~<: :~](;~nl;~./~l:/:i(i;);':,'!:'i(~:,"~: '¡'/l: :¡,'1 <,\jl~:;)" "1).) !;;;,\!!;'i,I;;,~
arOl'!unn.d:l mi P!'!.~\·i:"::\~~, ("-;':li'Z~';l~l) ::li :1:"" r, y '¡~I':·(~~;n -''::l.!'r!Jj~
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~aniza:10 la t',<~illlHl1ia v Ir:¡:',::j,l ;),)1' 'l.':"dilo, lH,!-,.-~¡"pL;.tld, tr';~~
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dt l l11b e:..luc,rlo,S y ~~er\ lGtv~ J y li~;;~;H_l~dlllU ~,,!L} :1. tl)(~ .. ~ L'l::-Lt L




APENDICE NmIERO 10. 393
ruina de mi rcpulnci 011 y hasta la do mi honor, que mucho mas
q llC mi vid[\ amo, y (Jlw no JlueLlo csprcsar BulicieutcmenlC el do-
lor con que lo HO alaC,ldo y yulncrado.
Toda~ c,la, can,;a.:, las intrit;as y manejos de quc soy el blan-


ca, la dl':;I'oJl'iilJ¡>r;:ciull, ([IW aea!J:1rán por pCL'llcrme (:o!l]a" tro-
p,1~, {'(ll1mo\ ié:H!U/;l.S C'1l d¡\·(~I'.,;q.; st'llliJos y por mil lllt\dio;,; de ~C'-
du('cio!l ~ I:H 1J'.I!Jn.r[~~ de! y 11)~~. padecilllicnlo~ {kl únimo,
Jlall po . .;tr;uh iÍ Ld (1':i(rt'I11:) Illi que Ili pu:...:do, rPllito, eOilti-
nl1:lf ('{jll el ma!h:O (pie la L'dnEllnza de S. :U. se dis:n\~) ('(}lIrcr¡rnu~.
ni n)c;uizo ('11 lo rna:-i llrofunzl'J de llli cO!lyieeion y ('on('i~\llCia qll(~
C:;lÓ l~,ll ll):~ int(~rt\:~c;:', d~~ h C:lu~a públi¡:a el que yo I;J COll:-'Ci"Y{\, ba-
jo el inl\lni,) (I¡~ l:1i t¡'I'I'ilJ!,>l ('irC\ltl"I;,nci;lo y 1\'1 di' 'crédilll ([lIe
han fnl'l,L¡do las C,'Hl-:=::.\ (;1;1', ;;('jr) il~dic(}das y lo.) ~~fl\\_'lo~ ~:-:.e(\1l,1i{',;I ..
t(l~ qq(\ ~Oll pro:)¡ej:) ;'1 P¡\)'!l:~'i;' (~n tlld;l:-i par[('~ d:q1(l:: akdIlzall la
~U',ti\ idad de lo~ 'i~Ii~ t'!tl!.'J h~Ul aL~llad() y Uft1:.nl por logr;;l' l:li
l'_\.O!l(l(::('iilll, (\1l1¡}('Z{l1;r~() ¡:or deshujJrarll~c.
i i I i /;':;:: ::;:;I~ j,ii ~,~',II :", i ': ,'¡,':i:: ;:" \': 'I~ 1: ¡~: ~ I !;'(~~; tlll~ 1\; ~,; 11: ,;'~ \i ;~I / 1.'lll~~~:i:l 1; 1 ~~
::!; 1;: ¡,I,'i'!:'; ir '[ !'{;; ;;1; ,i¡':~¡ I;;i ti' ; l' '1;"i'¡;O ;~~Il'i~~n I¡ :,1 ~ 1::: I:t;; i;!¡o, I ;I,~: :.',:; i:'II,~~
:~::r 1:1 Iklll!;: ,le Ita J¡\l()1l C';\1<111;,1 á su reina y pais, Mis dll1enci;IS
lile ""l'ill'Cll'lJll do,; yrcc,; tI.; h,ó liLb, ¡- olr;¡, talltas li1~ tll\'e (I\le
}l~}~pqlll,\l' al C()!){'('pto ~'J'll\\!'(ll (IH~~ ppdia llli nlg;n~cio i\ ~\lLL). Pa:sada
aquella I~p!)('a d(~ ('nllliaIlZ(!, y llla~; que all,le~ elj!pput"l(l~~~ mi::; yche-
!!ICIlI!.';; a('1l;1(p!~'.,:;, Icn:":'°fl (!iJe ~3UG18l0rrnc a la liara 10\' de la ncccst-
dad y ]"('liranuc d(~ llllt:YC,. ..


(':11 ddell;;~ de mi ('()rl~ rCjlllt~cion, hurn celo y humilde cap<1-
cil1,lIl, 111C cal", l~ ,alisf~ccion de crecl' y de poder siempre deIlHI';·
ir<lr (IlI:~ lllil\lllras 11) rjcní, cllmplí liclnlell(Q con mis (lelwl'e,; 1Iil:e
(al \ ('Z :ilgllll0~ ,['l'yir'iO):, á l;¡ (';¡n,;1 llilcional, y no ¡]pjó (]¡o, prilcti-
cal' 1:11<l11!0 Cl'cí '¡)i) :ihil' p:1l'a ,'11 lrilln!'u; p:;r 1:llinlO, Ijti(~ CIII;uanto
1It¡ p;drinti:';¡llO, (I~liLHl y gratitud Jo e\.lc'-¡;l!l, y lIlis ('Jrlo~ talpiltos
l01Wl'I!lilil'l'on, YÍ tic corrcsj)l)i!(!er Ú la cÜ:lii,llJZa que S, rlL, Id pa.
tna : ('1 P1¡"'l'cito me nWllik,:~ilron, 1'I1pda mi slIcc:<nr ser tan l'clir.
COliJO yo 111 de,:;'(), y tmiJlljH' ba.io ;¡lb)lil'¡()~ nw'i felices q\le ;-¡:¡tll~-
11"" qlil' hicieron 1:111 (1ifi('il y pellll<o el ej,'rl'i¡;ii) de mi ~t¡tllJ'idad,
cOlltra Lt cllal "'1; el,',\ :til [:llltD:\ clalll')I'l~" (!i;nlro y fuera del rci-
lIO, (III(~ Ú 11;1(;CrllW tlld:t, ía mi :,alud p~"i:Ji(; su tlesl:"lllpcfiu, h;lbria
de l'l',"1\ ('1'11\1: Ú dil1litirlo,
H\ll'~1) :'t r, E, !:ílcaJ'('cidamcnte que al hacer pl'l>~cnto {¡ S, ftI.
f'~la rc\ c!'üllle l~:-\po~il},ion, se :-:-irra asegurar lo prOfll!ldílmciltt~ gra-
J¡;lda 1111" (',;t;'1 cn lili {'llraZlln su ]¡I~ne\ukll>:ia y confianza , ~- mi
1II 1,Icho (/¡o",O de poder tlldalÍl lItilizill'llli' en Stl llll'jllr "I~l'\icio y
('11 defl'II';¡1 dn 111"; d,'rel'lino ,;e ,ill Iltl!';\Lila hija, cuando mi salud rc-
(uÍlrada y 111l:.i 11 1'1',; I'irclill,;latll'ia.; lo [lcl'll1i!an.


Oio;; ~11:Hd(~ a V. E. 1I!1¡r:f¡(),.; ¡¡iI(),;,-Cilai'l,'1 general !lo l\iir:m--
Ila de EÍJro,-E:-"cll1o ~;1'. mini:ilro d0 la Gtte1'l'J.


ll:'-l DEL '1'0\10 TEHCEHO.






LlIlllU SESTU,


Pat-!,s.


AlJrese la kp;i,la[llra de lS~:í.-Discl1rs() de la Corona,-
l'ruIIH'';;¡'; irrf';¡]izalill''; cuntenidas en l~I.--YOto dc con-
fianza dado ;1 :\h~ll'lizélktl en lo.; do,.; E,tamcnlo:i.-Co-
11I1,"larill,'; } l'cflllacioll dL, la,.; idea,.; elllitidas ;¡cerc;¡ di,
t'l'l'~dltll por '1;\ GacI,'ta de :\rildrid,-Sat¡"ra('l~ci()1l dada ú
¡JOIl ,1;l\il'r dI' Bul'.,"'u,; por el Estamellto de I'rlÍecres,-
1'1'(J\ ('1'ln de reforma de I;¡ milicia urbana.-Discu,ionc,;
S()J¡I~I: 1<1 ky ,,1()I'l(]ral.-])i~,()lu('i()n de las Corlc::i,-LlB-
g;¡da;1 E-piUla di: Il!la h:~i()llau\iliar IHJrlllgu(,';".-EI'¡;I~­
lo~ de la quillla tÍ" cienlllil !lowlm:5,-Situacioll y ope-
raciol\L''; de lo,.; carli,l~h,-\ u",! le G I)"ri!;lll: ;'1 Cata\t;iía.
-TlIlIla di; lo,; fUl:rll'''; de ,\rrallllJarreilí y' 111: San Harto-
IOlill;.-il!'1I1 IIt'O dl~ San ~i'IJH,.,ti¡¡n, - Al'luislicio.-Yiage
lkl IlJillislru d(~ la (;Ilcrra ú las pruvincias del Nort(',-
I'n'c;lJ'ia ,illli1cioll dd t'j¡\rcilo de J:.¡ reini1.-EsCeSll:i de
11I~ I'liapnl:;oJ'ri,. -.1 lisIa ~e\ eridaJ de E"parlero.-l'ro-
,'I:\llliI'; de Curdo\ i1 v ck ,\'j:Il'JdúYal'.-,\('I~illn L1e }.rla-
iJ'¡II,-Esladll di' la,;"halllla,; 011 Aslurü¡,;, Galitia, la :\LlIl-
,'lla. ,\ra~ulI, Valellcia v Calalinla.-AcciOll lit) Molin<l.
-"'ale Milla á call1pal1a.-llloljuco del santuario de
!\ 1I1~"lra ;,;,'.!Iora dd llorts.-l\uCYOS üesórdenes en llar-
cel,)]iét. - .be,;illillo di; cientu ~ setenta pri,;ioncros car-
)¡,;la~.-H(';.;re.,o d\) :\Jina ú la capital del l'rincipado.-
~I,:dldas que IUllía ]lara hacer cesar los aliJorotos_-To-
111;.1. ti,; "IJI:,lra SI'ú(,ra delllorl" .. -Tr;JJico fin de lo-
ddu,,,,'J,' (k, I',ll~ '''lilllan'),' ;)




LIBRO SUDIO.


N lIeya, di,;posiciones !le :\IcndizahaJ con respeclo ú JllS
fl~zule~.--Pa~os dad0~ para comp!cta-r l'l gaiJi1H;te.-Colll-
Llllauones nnanciera~ .. --E-.:pedi\~i(ln (:l)! C;1I1IJlli~~o B;)t~t­
nCl'o.-Pnp·:ccliJs de Cúrtlu\ a C¡lntra el aa~l(\ll.-=-~~!l ¡~Il­
tl'l)\'i"la ('o!i las alltol'id:Jd8~ I'ralll'v,:a,; (!(~ la I'I'Ollkl'<l,-
TOil11 dI' ll:t!1lJ:l,,:·i!a, .111'l'('C1:lillo y Fkil\'¡n 111)1' [,(ni él,-
COlllhil!e lk Arr tt:l:urn'll y ~;:ill B;rl\,I,illll·.-,FlI,,¡la-
nli~,lllo d(~ la 111~;(lr~' (:\1, \:¡l¡Ht·j'd.- Il(JtTl!¡:l\:;,
-Aillll;'::ü:, :~I\ r~ \()~.lC!;:} :';~ Yll:_ .. ~.---:·~!:tq(::'¡O;l ¡\.,\ Ca-o
1a'tll-!:!.~C{}nYC,r:~;0n :.:1', L! d\)I.l(~:(.-- ~·1·~1.1¡L~:':!:::·¡'lIH'~ d(\
]a~; pro\" i II('ia:~.-·l~lc,'I-' :():' e ,;.-.:-,:,(:('¡~'( [¡¡{I(l:, :",',_' ru t:l,~.­
AI)l'i'jl:~P, L!:-i Curtes.- P~~<!.~r~u del, la Coro:.: ~t.-j)¡ ",~'n>l !il
(!i:l n~!'il~¡lP('. -TO!~1:1 dt~ ti,) ¡":~i' :0; .. ]: ,'1:1 ~.­
n·::~:·¡!' /'::' \ :~;~.-- ,:;~'i' '~'¡': ,It' (::1~)i"(\: :~(I~
\ ¡¡lJl,'Id;) d;) ~J.;;,li··',l ,L[ pi';'" ":, i·! !.-~·!·~;l::·,l li:j¡
ea el l~1ini:-·,~.t'rio d\~ la ¡;;l~l\¡';'\l :. !l:~-.:,a .\:\I:~)di·}\ ~lr :ll l~\\
E~lallll.-Upíbi(:i()ll Cll:ltl'il .~,1t\ndi!.~~b~d ('a e\ :-:,('n:,1 (l~~ \;u
COl'lPs.-Illlpot(\ll.'ia ~L¡l {;(lbit:nl:j.-FI~lLl d\\ J't\~'Ilr:-',('.~':'.


'l'll¡o' ""i'-ll ",¡", L":' !:,I.; "::'11 ;~~ I\J'l'r't~ l">"')1~',~,,;',~"::q"'d~l)' _ ,,\. ,: ':\" _,' ,!.\ \l"'·'I~'J·i'·:1 :]~ J.~-n~t~~t;a¡¡·/l· ~~\i(:' ¡~~ )1i:(1!:~~ ,1¡' .• '''1' !'i;~\l(\~, '1\:~:'::1 ';,:\~\:.t,,: ;':;:~ :." ¡. \~, .,
~;~~!¡:¡\;: ::; ~\~:;::'n;;:~~:':~~;;; I!':': 1!\i~\i:,\J\!,;~) :;;\~ \'i:: . ."~ :,',: :;'1 '/;",,!!I,:::
nlcJld¡zalrl1 y ~~t:; <l!r~:: !(\ (~t\l :>~,~


de :Jlll¡;'J'O:).--'~'Cll'~t¡lU.-,l',i~l :¡:~_:" . l,~ ~" "'I~I, ~(¡~;


Minislerio I'luriz,-Yiol,'i1:1 fp:C (,:l~': "nrr" r':.
las C()rte:-).-H;'~ut"l\;cl(~:; y Ci;~lY~ ','el (,·t¡ :>:<.- ."' ~',!'< '-.tJ d,~
la reilla (;{)Lcr:la:L)¡';l..~'·~·"'¡(¡:l \:'~:~>'-;l~ ::' . .'~\ d¡\
Cúrdura Ú :Lld!'id.-Ti:jlLlli"\-~l::; (1;: :> ..... 'H·(~\":¡ .',; .. ;;,
1~::'~n~:I~¡¿;~ ,~.li,~,l,;:'1~: Il::~\;\'l:::' (:1 \\.\'c,' ::: ,L~ ¡:; .\',! :,:, i' I ":i',:,:",~~
-CalJrnra (In CallLl\ú)i,l.-'~·riuJ)r)< y rC,,-'.\:~i\~ d;'; la:::
1>an('1a:'\ -c,arJ¡,~t;¡S dl; Ar(1,;~I);11 Y ;t!en,:'iJ ~,-- C,lt.d:~ ¡¡(L~t':. \~
I)edil..'ioll(~-': (k {~:)mcz y d(~~~ g:l..;ilio.-\I¡)'¡ ¡'ni\'I.1I ;~' di: ~.;. Jarc.ai Cil lJ~~, nro\ i:l¡'¡;t:; d('¡ ~~,1rl/l.,-,\'·[;¡< :,;,\ !!f~:l"'!l;·:
113 v ~ílltomn7,~ d~~ d~\:nr:..,;ln¡Z;j( ¡I);l t\jl :,1 l'.> (~.' C~'¡r-·
drn;a,-':'Pronullci'lin;::lllC) d:· .':r "::l',::í. -,\'::~::l:lll\l" ---Pru-
núlll:ian,;c eUlllra d fio\¡ierno \ :lI:ia,; l'api\1l<"\ lid !\PillO,
-i\,,,·olucillll de la \;ra\li:t.--l)roll:tlna;::~ la ':I)!\,I,:[:;-
ciiJ, de lTJU,-Caida tH l1lÍnio\erio ["lmiz, ,




APE~DICES.
'¡,I;¡ ]'I':~:¡a p~rn la nl'cr-
de! ¡'('lno, pl'OlllllH'i(\ la


rrin:t (;1'];,.:-11:;<1"1':1 :,Lírí,l Cri,;lin<1 de IlorlJolI, en
1 (j (/¡; JI!)', i!'IH í,;\' d~~ ~::'nJ. 1 • ~ ~ -........... .


]'11'1111('1'1) .:,"-:','::1 ¡!,"'!'('[O ..•••••••••••••••
r'II:ilrrO :l."-i'¡:',l'lI¡·~() quc, en la "C,iOll l'l'gia para la
;lJ)(li'ltH'~ de L~s Cílrtc ~ , del reino, proHllncL> la
reina (;(,llf'l'na¡],)i'll ¡'''lrj:¡ Cri,:tina Lie, BorlJon en
~:! (\r, nlarzo !:~', ~!~~;:) .................. .


:Númr-i'o 'l. '-¡/:'o: ~';::lla ci:·\'ll~:1i.· C:-:'iL~llida ú todas las 8.U-
turid;ldl¡~ :':~! ~'cilll) ....•..... ~ .... w ••••


I\ ¡c¡ Ji l(\ ¡'o ;').11_ ::-,: ';1«' i,j.: de lo·; ~,,:- ;\j'~'S spcrctal'iGs del dc~­
P;)l'110 ;': :;~. ~\:.·Ll \ ~':il;': C\;~,~'l'!I;:I.;(Jr;) .•• ~ ••
f'~úlI\(\i'{) i~.(j--:~i[l:l¡ <o .;1' :~. :~L la l\'ir;] GoJ¡cru\adnLI ú
~ ,!()::,.:-'¡!~I(,~l!.,~,.:.:\~.:~:~,,, .:::\".!\¡'~,¡,'.~ .\h.jj:1:1'.~ .. ·, :, " -.,. " ·l:~-:,'. 6


¡\ ;,1l1l1 íl ¡--II <1" ,,1I ,oI ,,,_ 1",. IJ,]] ( ",,:, '1 "L hiZO 1.11.1 \ hlilll
(I,;pI'dil:iouaria al 1I111l11\O d('ll1lari,;cal de campo don Mi-
guel C0Il10Z, conslanüo á su ~alida de proYincias, (le
cinco hatallllnr,,;, do': 1',;('\1;:11'0)\1';; y dos pil':~a3 dI' lllOIl-
t;lJ-l;'~ Cdll 1;1 rl¡('!'za dn d;J~ l~l¡I) s\ill'l'i\i:llo:~ iLfallk~~
cielito S{~:;eHt~1 c;.-¡lj;1l;o~ y diez ai'lili(~ro:-l ........... :


NÚII:eJ'o ~.n_'ij,'iliJie"li) dcJa r~iJla GO]Jl'J'Hal!ora ;'¡ la na-
cion 1':"Jla¡¡ol~" ...........•.....••...


Númerl) !i."-!\p~;ll',-; d, CI\'lo,: .....•.••..•.•.
l'!t1111('j'() [0.-0[;('1,) \: ' Pi:\' (,1 ,:2ncial ú,rtloy¡¡ al
milli~l]'o dc la (;UcrCl :i)!:i'l' la ~illl:\cioll y ildiculladcs
tI.e la ¡(11ClT;], y la llccc-:,idad de conliar el mando Eure-
nu!' a otro general. ..... , , •. , .......•.


...


:n:l
:37:;


;l77




· ANALES
DEIJ nt~I~;\DO DE DOÑI\ IS¡\BEIJ 11.




Esta obra es propifdad de los hetederos del autor,
los q!le }JfrseglIirlÍn anle la ley al que fa {eiJII]iI'I'/)/a; rí
cl/yo fin llevarán lorlo.' ~()S eiflll)lfal'es ,(( si,r¡lIien(e rlÍ-
brica;





DE


OBln POSTmrA


n F. D O N ,H H EH n 1\ In] R G o S.


/ .~: ...
'fOlIO IV.




'., o,'


....






líON fRANtlSCO ESPOl y MINA


'·,,111.' Ir d,' 1.'lq,"¡'HI" \ 111111'[1'1 ~n !1;¡dr1' !{IH,¡]<'1 di IIIHLHII¡ d,· "11 ¡1"ljIH :\:,
¡',I"I' Il.id li.l ,Id [,l' d<lll d~' Iriil'j', "','1", \!i,~I' qnl' ..,"n(p Ida;;. dr' ..;nld;"I,\ \11


;;1:1,111') !IO ,,·;:111 dt'l (\I¡tU"'¡.htldl qlll' ('11 lnd:¡ 1.1 iíi\t'¡¡!lld lit: aqlH'll,¡ ,'P(lI';\ "1'11
ill¡H 1,1 :..',1(1'\ )';1 di' Id l\ldl'pl,tld~'lll'i(¡ Al 11/1( il i;,~HIJI(l '-r' ill{'olj\()ro ;1 l!tl{! Pdllid,:


"I1I'II'lIII'llh IjIH' 11,,111,1 ¡\llm.ldo) ~u ,,;o\lIínn, d¡JI\ FI'!lnri,,('/) .Id\I'.'1 "1111;\,
l. r!o>I:ldn \ 11l\('11i1Illi"'HH]I'J'O ¡'.;Ir',..t tii) lomó d mando d(' l;¡ partid;!, H'IJllil'\\-
1.1 ('o 1\)',,\\, tH'l!Ipll ha..,¡;! /,no !ton~\l\(·"'; Illll' "ih ('\'.;,;:n m()lc~idt'()ll.í 11l~ fr;lllt't'
r', I nn ;:"I)rpn'~a:·. IIlII'ICPplilI'IOH dI' (,()I'I'\tn~ " (,()Il'O~-lt" ~ f'illl r:-,(,;\l'Jl11117,h \'11
! '11' ... ¡I·llqH'{' "ali<lll Ttldl parado.,:;. pní' ('II~ ¡¡ lllOtiro PIll[H'I'Htlij'l'nn unn ppr;;'t'clI( !tlH
Itl "1 tl\ :ll'()nlra \'11':IW1i!1(), qlll' "1' "in prf'ei ... ;ulo;'t "h;:lIdonar h'1l'lufrilln1l'1ll¡'!;h


!IIJHlúla ... di' l\;n arr¡j ) r ... h'lItkr"¡· por .\1 <l8,0I1 Y C,htilla ~lill;¡ ('nlllinuó durilllt(·
1 \ ~'.1J('1'r(] pn·:..;lalltlo ~t'f\I('I()" t'1l.lir)l'lllc~ \ rí'ronió lntl;, la t';;,('~:.\a ha~lill\t't!.·.'Ir;1
\1\-. pr¡IIWI"(\·~ (.:;1;\1\0" tlt' la milif'i;l. En t'lll'a~('ur.,() dt' la l'tl.mpafla diú \ ~í1-;,I'J\"J
"1 11ln (ll"ll~\llja \ ln'-; 1),,\;1l\:¡~, .... IB "nnlal lo ... crH'Uf'll I ro:;. dí' pOI'a illqHlltallr'l¡]
1'1110,,1 l'Il!'I!II_d Ilt'I'(' pl.ll.l"; 1111'1 ti· ... , JI' Id/n 1 ~ onu pri"'¡iI!lt'I"():-;. EII la I'PO\',l
j" 1."'1; ,1 t~20 111\ 11 qn,' t'llll:!r.ll f)()j ... 11';: \)[ljlliolll'~ pullt¡¡·,¡ .... ,' lo llli~lll() 11'
"1 Irll'I';', 1'1 ,¡tlil :! \ - /1a ... l;1 ql1(' nl!Í('rlll FI'I n:1Jlllff \ II \ j'!I('I'lldl¡la I:i ~(1i\rI ..
1'. ti ¡'{l \,)" plln ill(·ld .... (}¡tI 'nrtl.'. ":\' k t'onflrit"' t 1\ I (nl~ ~'l lll;!udo dd cjl"H'jln di'
11.1'., 'rlll,· .... qll~' dt''':('ltlPI'II,'1 pO('o (¡¡'lIlpn EH !ill dI' :-.dl·'mhl"í''-d' ji' d('(·l;)ll', un.¡


1'1'11\,,11\111.1 IPII' :lt',tlIO f'jflt "11 \',,';II'Ilt'la I'I:H di' dll'U'lllllr,' dl'IIHI'~11l11 ;1111'






i¡' y MII\]!\






LllJllO ~O"'E~O.


Cnnstitllrinn tk t81:2 rl's(ahl('rid,l.-n¡,,¡);'):-.il'iolll'S ¡jd ¡:(ohicrno,-Sus inron\'f'-
nic!llt'~ ('un H':-'Pl'('!0;' [;\ :-illl:l: i H1.-C\llllrndierinncs )' i1nowalí:I50.-GnmL'í;
prllPlra eH C;I~lil1a.-A('('i(J1l ¡h' .Jadr(.\(llH'.- \ill.nolJlc,lo.-Pasa a ,\ndaln-
el,l ~ '-;1,' i1jl~l(It.\ról de L('lrt!o:jíJ. - \hn'Il~(, b .. Ci)lll'~ ,k 2,'1 d(~ octuhre.-Uisl'ur:-;o
di' la Cnrnna.-E:;pí':!il'ion dI' San"/.-TOll1il dI' . .\1maden por Gom{·l.-E~tado
de la guerra en (',llh.in .\ragon y C{\t.tlu¡itl.-:iI\I(~anlaS minit-llerj:¡ks.-Suhle-
lJ,'irlll l~n :\L\(lrid.-Gom ~l org;mizil una p.lr\ ida en Ec;lrcmadurrt. - '~uéh ese
;t A!l\\a\nri,\.-Es hati'\o 1'11 A\!'"w\"ll'. - PrOllllllrlasr en retiraua.-E~ci::;ion
('nln' lo ... J.!;d(~~ nistino~.-l'nc;l!l('f':-; qn\' ~,lIlre y ri~~s~o:; que corre Cabrcra.-
HlIIIWrl'S de :;11 Illw'rlt',-Tul1la S.\[I Jilt';llt'l ,í Callt:nil'ja,-Sitio de Biluí.lo,-
1 nridellll':-. - Pdigro:::., -1 ll'f"ll:::.a J¡~_·n',i 'iI.


EL nuevo mllllsterio, fOl'lll<lllo ell aquellos momentos tic
<lllgllslia y de indecision , no pudo ([uedal' llefillitivamente
constituido ha,;ta pasados al;~lIl1oS rIias, y dcsplles de mu-
chas eonfereneias entre los hOll,¡hres lilas notables del par-
ti(lo del progl'cso. Los ministros nombrarlos cl dia 1'Í cl'au
dOll.!os(;. ~\[al'Í:l C;¡lall':lya, de EsLldo con la pl'csidcncia del
COllsejo; don llamon Gil de la Cuatll'a, de Gobel'naeion, y
don Joaquin ~Ial'Ía FCI'I'l'I', de [hei(']lda. ~Ia:; t¡mle reempla-
zó ú cste último don }fariano Egea, elltrall<lo en el ministe-
rio de la C:ul'l'l'a e1gcllcl'al Hodil, y ell el (le Gracia y Jtl5li-
cia don Jose LamIno y COl'challo. El día 11 uc setieJ1lbre,




6 ANALES DE IS.\IlEL 11.
sustituyó ú Egca en el de lIacielllla (Ion Juan Alval'cz y ~tCIl'
<lizahal, pasan(Io Gil de la Cua(lra ú ~I:ll'ina y entl'lHlllo en
Gobernaeion Jon J oa(¡uin :\Iaria LO]lcz,


La indisciplina de las tl'opas fIlie gll<1l'llecian Ú :\[a<lríd,
continuaha elll¡'etanto inspil':llldo serios temores, y, para !'cs~
tahlecer el sosi\'go público en la capibl, aill'llas era licito
conlar eOIl otm fuel'Za que la de la milicia nacional, dias
aIltes desaJ'lnada á consccnencia dc sus conatos <le insur-
receion. Las mCflidas f¡Ile en ¡¡r¡nelbs cL'ilicas circnnstall-
cias lomó el gohiel'llo IUYiel'on por objelo acallal' la:-; (¡uejas
y satisfacer' las exigencias, justas ó injustas, del partido
exaltado. Devueltas las arlllas Ú los milicianos nacionales de
Madrid; levanla<lo el esla(lo (le sitio de la C¡¡pilal; dcstilui~
das bs autOl'idarles y hasta los cmplcados subaltel'llos de la
adrninisLI'aeion; repuestos pOI' un decreto especial en SIIS res-
pectivos de~lillos los fUllcioTJ:\l'ios púhlicos (¡tle habia ~epa­
rado el lllillistrl'io autcriol' pOI' haberse, ea Sil c,didad de
procuradores a Cortes, a~ociatlo al voto de CClISlll'a fulllliila-
do en el úllimo Estamento; Jll'o~et'ito, clllia, pOI' todas [Hl1'-
les el partido liberal cOllsel'\'adol', pc¡'segllidos sus e~lUdill()~
y camhiada entel'amentc la forma de gohicl'llo, poco (pll'(lakt
que hacer al millistcl'io Calalt'a\'a pam satisfacel' la~ j11'ime-
ras amhiciones <¡ue se dcspicl'tan en los momentos inllledia-
tamente posteriol'es al triunfo (le tina revolllcion. Pl'ro, )la-o
sados estos momcutos (In conJ'llsio:l y 11':1~lnl'lln, mil cllestio-
nes, a cml mas grave y delicada, fllCl'Oll prcsclllúlHlose su-
cesivamente á la consideJ'aeioll de los minislros, eapaces
todas ellas, ó la mayor parte, de Illl'h,u', cuall<lo no de aba-
tir, el ánimo mas esforzado.


En esll'emo difícil de resolvel' era la cl1estion politica.




LIBRO NOYE~O. 7
El cóJigo que (le restablecerse acababa no era, catorce
aúo:; hacia, ley tle! Estado; y en este tiempo habíanse, no
solo espetlido leye~, decl'elos y órdenes que estaban vigen-
tes y erall iucollIl'aliL!cs eOIl aqueJia COllstitucion, sino Cl'ea-
do autoridades, tl'ilH\llales y cOl'port1cioncs, cnll'e las cua-
les exi,lia la mi~Illa incompatibilidad. Derogar, anular to-
do lo heeho en tan largo período de tiempo, yolvel' al aüO
de 182:3, huhirl'il sido \lila medida escandalosamente reac-
cionaria y de imposible ejecurion. Dejal' suhsistentes ins-
tituciones opllest¡IS Ú las f[Ue se l'estaLleeian, era pl'eseill-
dil' a la yez (le las ullas y de las otras y con s tituil' una espe-
cie <le gohierno monstrno ú qne no podía busearsc un nOl11-
hi'e CII la historia de los gohiel'l1os rcyoluciollal'ios. La mis-
ma difieulta<l de adoptar una marcha «ue se fllll<lase en
IH'ineipíos ¡¡jos, imariahlrs, hacia (¡nc fuesen muchos y muy
ellroll[l'ado~ los lHIl'ccel'c~ en el seno del partido dO!llillilllte
Los que ([Herian at;ljal' la rcvolucioll y los CJue de~cahall
llevarla JllLl~ adelante, todos elH'ontl't1IJaIl, en la rcvolucion
misma, ¡'azones poderosas para justifica!' sus respectivas
opillione~.


En tal conflicto, hizo el gobicrllo lo que, en casos seme-
jantes, hacen los gobiernos déhiles (IUC, 110 teniendo fucl'za
propia pal'a mandar, necesitan apoyal'sc en la que pasage-
ratllente les of¡'ecen, ú tl'uer¡lle de cOllcesiones, los partidos
ffue, 1>:1I'a ~u!Jil' al poder le pl'e~lal'oll Sil intc!'esi\(lo cOllcur-
so; en tal conflicto, (ligo, procuró e! ministerio contenlar II
to<los los (¡lIe hahian l'epresentarlo algun papel en el san-
gl'iento drama que empCZal'il con el asesinato de San JusL y
concluyera con el de Quesada; y ora ostcntando ideas con-
scrvado!'as, ora inelinúndo~c ú los pl'ineipios mas dcmocl'á-




8 ANALES DE ISABEL Ir.
ticos, apareció vacilante siempre en su sistema, sin un pen-
samiento que fuese grande y elevado, ni que tuviese pOI' sí
virtud bastante pal'a gt'angeade el respeto, la sumision ó
la consideracion del pais.


Con d manilieslo de la reina GolJernullonl, en el cual,
dirigiéndose ú los espaüoles, justillcaha aquella seíio!'a la
obra de la rcvolucion y llamaba leallad y Jlatl'it)¡¡~tno al des,\-
calo que en la Granja hahia hecho ú la nwgeslad Hea¡ ulla
soldadesca desenfl'CI13t1a y soez, coitlcidiú la COJlvoc<1cion de
las lluevas Cortes, (¡ue debiall reunirse el dia :2'1 de cnero,
-«para manifl'stal' eS¡)I'csamente su voluntad aCerca (le la
»)Collstilucion de Cúdiz, ó de otra conforme ú las neeesida-
lldcs púhlieas, y para provocar elbie/l y la felieid¡\(l de la
»nacion por lodos los medios que la lIli~ma COIlstitueion
)¡ prescribia. \) Ahora hien; el código de 18 L 2 no reconocia
mas que Cortes ordinarias y estraordin:wias, y l .. s que eH
1836 se convocahan, siendo como el'¡\ll esencialmente es-
tt'aonlinuri[\s, asi pOI' el motivo como pOI' el objeto tIc su
eonvoCi\Ci01l, no pOllirlll, sin embal'1)o, lomar cslc carúclel',
pOI' cuanto cabalmcnte las COI'll'~ cstl':\Ot'r1ill:llil\~ lle que eJl
la Conslilncion se hahlabrl, teuian facultades lllas limitad:",
flue las ordinal'ias por eslal' pri\'adas (le la iniciativa rJllos
negocios; y he [\(Illi, sin tlulla, POl'(lllC ¡)(lopt6 el minis-
terio el cómodo partido llc uo llamarlas (k niugun modo.
A la costumbrc y al IJlIl'1l seutido debierOfl el !I011lhl'c de
cunstituyen/es; pcro cu ellas,;e \Ív la :1I10líl:dia lle qlle
unas Corles cuya kgililllillad se fundaha en la Cou:-::litueioll
de lSl:.!, no erun lo f¡Ue la Consti{lleion llIi~ma ql1('l'ia que
fuesen, ni podian funcional' denti'o (]e la órhita en que ella
encel'l'aLa sus atl'ilmciones. U na cosa anúloga suceJi6 I'es-




LUlRO NOYE~O, 9
pecio á las elecciones y ú los r1cmas rCf!uisitos que, para la
reunion y In organizaríon del Congreso nacional, r'\igia e]
CÓlligo ya yigcnte, Las elecciones dchinn Jwcel'se preei~n­
lIlenle rJl ciertas epocns y en cintos pinos, y el minislerio
disjluSO lJuc se j¡icic~ell etl t'pocas distintas y Cl! plazos Lli-
Yer~os, allerallllo ademas, con perjuicio de la unidad adllli-
Ilislraliva, el sistema f¡lle en la" de :\ayal'l'a, jll'oyillcias Y¡lS-
cong¡ll]¡¡s y Ultramar dcha srgnirse . .El golJicmo suprimió
las dic!¡lS sC1H1ladas Ú los t1iJlutndo~ pO!' ,ia de ill(lcnllliza-
eioll, y JllOtliticó la fiJl'mnla dclju!'HJl'eulO lle fiddid,lll nI tro-
110 :- ú las in"titlleiolles que (lcbian ellos ¡Testa!', Jlolli('mlo-
In rn armonía con la índole es\wciali,;ima de lus nur\:lS Co!'--
le~. POI' últilllo, la CÜJ!StitueiülI redecía clllÚ[l]el'O tic di-
putados ú uno pOI' c,\lb ~etcnla :;lil alm~\s, y ellllÍnistcl'io
ordenó (¡\le fuese de lino 1,01' ealla cillcuenta mil. Estas ul-
tel'aciotlc.'; c,clIci,des eí':m (al HZ dicta(bs ¡)(ll' la conycnicn-
cia, y b:1SI,1 si se (¡Hiere jH~I¡Hcad:1S pOi' la ncc('~,idC\tl; pel'O
¿qué juicio fm'm:u' de una l'c\olucjoll ([Ul', proclamando le-
yes inaplicali1e5 Ú ht situar ion del pais, impollia al ¡johi(~l'llo
la olJlig,\l'illll de illfl'i1l3i¡'la~ y hasta lIt; rcfOl'Dlal'lns pOI' su
pl'opia allloi'idad?


En la illlpo~ilJiiida(l (le c~t¡¡Uecel' tUlbs las leyes y ¡]c-
c['dos emanados de las Cortes cdeLr~\(las ell Ins dos l')locas
consti\ nciOlwl\'s (le 1812 Ú 181'1 y tÍ<' 20 {¡ 23, sc hullO de
t!('chlnu', POj' dcc;'etn de ~o d(~ nvn.~lo~ qUt1 ~.o1o ~c con~i;le­
l'<ISCIl J'c~laLkl'idas, i¡¡[(,¡'jll !;¡s COlles delihl'ak\il lo COllYe-
nil'lllc, a(llldla~ (ii"jlu~ici()lie~; que el gullirl'110 Ill<llH!:IS(' ha-
ce\' olJsenal'. Este def:l'el<J, fUlllhltlo tallliJicll en la illll'e-
rio~a ley de la l\CCe~;ilhh¡ , era Ulla prncIJa mus de que, 8\
P¡'oclalllar y l'c~tal)lel'el' el código ¡.;mlitallo, ~:c lwlJia comc-




10 ANALES DE ISABEL lI.
tillo un (lesacicl'lo. POI'f¡lle, Ó Ins leyes cl1)anadns de 1as dos
t'pO(:HS consti~uciollales cran Ic!)itimas y ohli galoria:;, CH
CU,YO caso cl Illinistcrio 110 podia cxill1il'''C de clImplil'!as y
hacerlas cllInplil', Ú In cOllvenicncifl púl¡Jica y lo~ illtCi'C~l'S
P,\I'liculal'cs poSlt'l'iot'mclJte Cl'ca(los exigían la aJiOlil'ioll de-
liaitiY<I dc ~llg1111as dc cllas, y cn estc caso no era el minis-
tel'io (llIieH dcbía determinar las fin!', sin gl'aY('~; i!lCOll\elliell-
te~, podiGIl rteobnll' el yalor le!),,1 fílle Iwhi,llI pel',li(lo, E,;-
lo, en la csencia, Cl'fI convel'til'se el goiJicl'llo en legishdul'
supremo, tOlla vez f¡ÚC se arl'ol)fI!Ja la facu!tad,le rcsol,cl'
sohl'c la yalidez, la legitimidad y la convelliencia de las
kycs.


HalOnes I1n tflnto plausihlcs Plldo fllegal' el mini,terio,
ya rrue las c!l'cn!lstallciC\s le ohligaban tI lIacel' l1W Ile esta
facullad cstraol'llinal'ia, para re~(ah\cccl', CO;110 l'c~(a\Jleció,
lui' dCCl'('(OS de b~ COi'tes de 18, ~O, 21 y ~~ ~n:ll'e !ibeJ'la:1
de imprellta y lllilit¡a ll<lcimwl, POI'tllle ~¡ hil'!! cs H'l'dad
<¡HC, c'n la sitnacioll calalllitosa en (Iue :'C halhdJa 1\\ p~li~,
era 1'~;pmH:rlo Ú )!t',we" peligl'OS conceder ú \;¡ impl'Cll(,\ la
lihel'l,\ll desmdi:hI r¡ne en las nntcl'iol'e~ <'pocas l'ons!itll(~io­
Jl,dc~, había di~rt'tlta(lo, y orgauizar la milicia ell la fo]'ma al-
tamente dcmocl';'üicn en C¡\lC entO!lce~ lo e . .;[mo, Yel'lLtd cm
lallllJÍcn r¡ue al ministcI'io, hijo de una rc\'olncion 'lIw en
ll1uch<\s !l,lrles é'l' habia I'calizado pOI' la imim']'l" y b milicia,
¡JO lc eL\ dallo Jlcgal's(~ Ú lHl(~I'i' Ú la llIn:: Ú h rd 1'<1 las COlH'C-
sioilcs qtlC, cua! ¡)['ecio d:~ sns ~el'\'iein~, c.\i,siall a!llli:t~ ('11
lIoi!lllre y con el apoyo de la ley política (llIe aealJalm de pl'O-
Illulgarse. Plausibles podrían sel' tamlJíclI las razolles q\le al
ministerio intlnjel'on ú restablece!' otras kycs (le IIlili(Lld
mas Ó mcnos dudosC\; pel'O, dictadas, eomo lo fucron, por un




UBRO NOVE~O. 11
rspil'ilU de Ól'tll'll y eOllSCryneion y pO!' un \a\llhhle (Ieseo
de me,io!',,!' la cOlldicioll de ri('l'las chlscs ó de rcfOl'mm' al-
gllllOS ramos de adillillisll'acioll y gO!Jie!'llo, eran areplalJles
y dc llO ltllly difícillli peligl'o;;ct ejcGllcioll. En esle ea~o se
IJaihdJilIl lo;; dCCl'dllS de la~ Cortes de 17 de ulll'i[ (le Hl:H


(IlIr ~6H11"IJaIl las pella,: CDI'l'('''pOIHlicnlcs ú los C011~p¡l'~\ílol'l's
l'ollll'a la C¡)Il~li(\leio~1 del K"l:\llo; el de ~;) de ~eliem!ll'\: (le
1820, pOl' el eual se hacian YJl'i,,:; acbl'aeiones sO]¡l'e el
IllOl1o de Pt'occ(ler ú la rrisioa ó dctcllcion de e¡¡ail{niel' c.s-
p;¡illll; el de 1.") (:e agosto dl\ 1811, SGIH'e alJUli('ion tle pl'lle-
Iw:'l de llOhlez;I, y otros lllurllOs, l'cblíyos Ú la ~\jlillill¡stl'a­
cion dI: jllslicia y ú la tlH'jol'a (le In ins!l'll('cion y de la he-
nelicellci" púhli::a.


Pero si razones huho atell\1iIJles y y¡¡lc<leras pal'a resta-
bleccl' r,lo, decretos á (¡\le el t!0lJí"I'1l0 (lió J'ueí'za o!Jli~,llol'ia
d('sdl~ Si! 1l,WY:t plIlJlicH{'!nll, !lil hts habia :"'::lirailll'llte p,ll'a
Piw'l't/el' del llli~lllO modo COll los dl'cl'l'lo~ de 1,1'; Cort('~ de
':27 de ,;clielllht,(' de ! S2D, L') y Hl (le m~Iy~) ~ !;) de junio
de ¡ S21, que suprimían bs \'i!l(,IlI~(,¡'\llCS d,~ toda C~IW('ic,
I',,~ti(\lyl'll(io ú la cL\se de also1utamcllle liJ)l'es lo~ lli('lll'S
(le cualquiera Ilaturaleza ({ne las ('ompolli,\ll, y coa el de 3
de setirml:l'(' \k I R:n, qne ol'~alliz¡¡ha el golJiel'llo ('('otlómi-
co-politico lle las provincias. HCeprrto ú bs ,inellbciollCS,
el millisterio l~tl1l'iz hahia pl'epf\l'ndo mm reforma que, aUlI-
qlle llli'lW:'; c"kll~n, lnllJie!'n cOl!['ili:llh pl'lItlel1leil~ell(e ('1 iu-
t(~i'l'S de la dl'~all1()l'lizal'ion con el de hb alta, da~es Ctri,;to-
Ci'útieas, <¡lle son siempre en b:; n:\(ÓíOlH~S \In trasunto (le
sus glorias y Hn recuenlo q!le ¡lelle pOI' lo lanto Irasmiti;'5e
Ú la po~tel'ida(l. Justo era e~penH' Ú ([lle las COl'les ¡'c,o\Yie-
1'an cste gTave t\~tmlo en que tantos intereses iJ¡a11 cnvncl-




ANALES lJE ISABEL U.


tos, mayol't1lCnte Cllal1l10 uo hahia nna l]('ccsi(h1l1 ti pl'em ian te
(¡nc pusiese á los ministros en el caso de echar solH'e si sc-
Jl1cjantp responsabili(lad .. \.UIl mas injustificahle era la dis-
posicioll adoptad,\ acel'ca lle! gobiel'llo de la~ ])roYÍneiils. La
ley dc 3 de febecro teuia defectos tales, se ha['alw fUll!hl![a
en principios tan t!emocl'útieof:, dehilitaba ¡Ir' la! modo 1,1
aecion del gobiel'l1o, quc ponerla en 111'úctica e([ui\alia ú
atarse las manos los lllillisll'OS para palIe!' ¡;olJC\'Iwr: 1,) eua!
si, en cual(juil'l'G (~poea cm nn gl'avbimo mal, tll'lJia consi-
dCl'arsc como el 11n)OI' de los abstll'dos en aquella CH (lne
tO(1a la fucrza del gohicl'llo era poca pnrü 110:niil:1l' h ~illla­
cion y nlejal' el inmenso cataclismo (lue ,w1el:azaIJa Ú b llW-
lJal'tlnía .. \!íUella ley llaha todo el podel' Ú los "ylinl<lilli('I¡([\~
y ú las rli¡)\\[acioacs pl'oyineialcs, eorporaciones amiJas que,
elegidas tmnul!llal'iam:cntc, trnian, rn'Te otras omníll1olias
f¡\cultal!es, la de form:ll' Ú Sll 3\l~lo la milicia n:wlo!l,íl y di>,-
pone!' de c~la fuerza púhlica, lo propio ¡¡!le el golJicJ'no dis-
ponia dd ejcl'CiLO pl:t'lnanellle. Las }1l'o\incias vcni,)lI por
cOllsi;~lIi(,llte Ú ser oLI'OS Lanlos per¡llCüos estallos, semi-in-
depelllliclltes del PU:lcl' central , con qaíen !lO 1:\:; lIuia
mils vínculo r¡nc la ilulol'ill:HI riel f)cCe l'0!ílieo, la cual so-
melilla Sil'mpl'C á la nuLoridatl militm', \i,ia cOllllcnada tl
sufrir- desaires frecuentes y á reprC:ieutal' HU papel ,leslaci-
do y snballel'llo en t:lll monstruosa y illlúllda ol';~~\I\izaci(lll.


,\ e";(¡H rnedillas illlli-po!íticils y lbal'l'l'tC!i:as dl'] JIli-
ni"tel'io Calatrava, ~e ~ifaiIT(ln oLi'a~ ([UC, te¡¡ielitlo, eOlllo
tenían pOI' objcLo sojuzgal' pOI' cl tCl'l'OI' Ú sus a(lvCi'~<lrios
de tOllas clases, Cl'l\ll iuienas en el ['Olido y '\l']¡it .. al"ia~ ú in-
cOllslllneiouales en la forma. De ell<ls cm Uila 1'\ rall1()~o de-
creto de lG de selieml)l'c, pOI' el cual se mallllalmu ~ccues-




LITInO NOYEXO. 13
Iral' los hienes de las pcrsolla~ ({ue, despucs dd 1:) de agos-
to, habian marchado al cstt\1ugcro sinlieencia, pasaporte ó
autlwizaeioll del gobiel'llo. Este castigo, impuesto ú los cau-
dillos dd partido moderado, que era á ({!liencs compl'clHlia
d dccreto, :11lf1l'ccia como una inft':1ccion cscalltlalosa tIc los
Jl1flS incuestionahles principios tIc justieia, yera iHlemas una
Yel'rladcra iniquillatl (,Ollllcuar, so eolot' de secuesLI'o, con la
clmllscacion tle bielles , pena aholilla en los CÓlligos de las
naciOlll'S ci,iliZi\lbs , y sin prévia formaeioll de causa, ))ol'
)¡'oyidellcia gulJcl'natiya, Ú hombres fIue hahian tenido que
e:':lllltriarse pOI' poner sus ,idas ú cubierto de llesmancs ó
flll'Orc~. Igualmcnte irritantes é imjlulilieas fueron :1lgmH\s
mcdilbs de tenor contra el partido carlista (lile eonsignú el
ministerio en un (leereto de 17 de seticmbre, y cn una real
{)l'(len de 2í del mismo mes. A la vez que se mandaba eJ11-
kll'gal' los bienes de I:ls pcrsonas que hubiesen tomado par-
tillo con don Cúdos desde!." de oct1l1n'e de '18:33, pum
illdemnizar COH SIlS productos ú los patriotas que sufriesen
]l('~l'(lida ú daiw en sus intereses por eOllseclleucia <In los
tlcI'!'etos del Pretendiente, declarúbanse nnhls las ycnla~,
ce~iO\~es, traspasos y enalesf¡uiel'a otms tl'ansaccioues he-
chas pOI' los dneüos tlespues de su ingreso en las lilas ent-
migas, y s\1,jrtas á üúmeu y J'c\'i~ion como sospechosas las
formaliza(las anles, llámlose así un efecto retroactivo
:í disposieiúlles que, aun sin este "icio, el'au eYidcn-
lementc injustas, cOllsidel'atlas de~Lle el punto de vista
(le una elev<léla impal'cialillnd. A los ,"eeinos pudieiltes y
mediana 111('12 [e ¡¡udiel! (es que no ahandonasen los puehlos
(le su I'esillcneia al aproxiJl1:1l'se las fllel'ZnS enemigas, se
les mandaba procesar como desleales. De In" contrilJUcio-




ANALES DE ISABEl, Ir.


lles que, U su transito por las poblaciones, exigiesen los ('fU'·
listas, se disponia que fuesen ÍlHlemnizados los ll'alcs, pOI'
lo que de mas hubiesen pagado, Ú cosla de los Oll'OS COIl-
tl'ibuyenles agl'aciullos por urluelIos. A costa tmnhiell dt)
estos agraciados, ~e mandaba resarcil' Ú los )lI'ime¡'os Jos
dallos y pérdidas que, por incendios, robo" Ú Otl'flS C:lusas,
se les ocasionasen. Si los lcales pel'ecian Ú manos de los
invasores, los sospechosos rjlleüaball obligados á Inallle-
ne[' sus familias. A los padres se hacia \'c~pollsa]¡les de la
condHcta de los hijos. Si ú e~los se yiolenlalm (t mar-
char eOH los carlistas, [\rjucllos se eximian dc toda l'cspon-
~alJilidad, siendo cOi/ocidamentl' [calc,\'; pero ~:c le,; o]¡J¡-
gaba Ú pClgal' Ulla gruesa caulidall ell caw de (¡He la o!lilliuil
los calificase ue i\tlielos ú los rebeldes. POI' este ónlen se-
gnian las tlemas disposiciones contenidas en los decl'etos
('il¡ulos. Esta legislacíon de sosprc//Osos, nucra en los fa~­
los de la rcyolncion espaüula, I'Cbaj¡lha conside¡'allkmrnle
al goJ¡ierllo de la rcina ; poníalo casi al nivel de las lmes.
tes lle Call1'el'a, ó de las hor(!as ue la Mancha. Afol'tnna(la-
menle, aquellas órdenes tel'l'oríficas, violentas, pl'eüatlas d(:
males y capaees de CllCCllllel' en cada pueblo ulla llueva
gucl'I'a civil, eran de dificil si no imposihle ejccueioll.


¿Ni cómo era posible (Iue, en sus aclos de rigo1', se olvi-
dasen del clero unos minislI'os fIne, como hombres politicos,
hahian fulmim1(lo sieJlljll'e los mas tCl'I'iJllcs anatcmas COll-
Il'a una clase (¡ne , en su mayol'Ía se 1110s1 !'aha tan contl'a-
ria ú la causa de las I'cfOl'mas? Asi flH~ (Ine, pOI' I'eal órden
ele 9 (le setiemhre, se man(ló ocupa!' las tcmp0l'alidatles de
los al'zohispos, ohispos y dcmas eclesiásticos (¡tw pOI' des-
afectos hubiesen sido separados de sus des linos . U 11 dccl'e-




LlERO NOYE~O. 15
to de 13 del mismo mes, instituyo una comision que dehia
ocuparse de proponel' el ¡¡rreglo fJlle en el sistema de diez-
mos y primicias conviniese introducir. Por oll'o decreto de
21, se dispuso que se ocupasell tambiell las tempol'alidarles
de los ec!esiúslicos que estuviesen en el cstl'allgel'o : y por
último, con fecha de 8 de octulJl'e, se declaro que cual(¡uiera
prelado diocesano que confiriese órdenes mayol'cs Ú un es-
pallol o cSlrallgero domiciliado cn Espaüa , seria estraüado
del I'ciuo y despojado de sus temporali(latles. Estas medidas
y ütras mCllOS importantes que por aquellos dias se adopta-
ron, dejaban pocas dUl]aS acerca de la suerte que al clero
se le prcpal'alJ(\.Y este que t,)llto tC!lia fjue telDcr de la 1'('-
vulncioll, !lO compl'('ndió, viéndola yeui!', fJue ól mi~mo In
abria las pucrta:; del podel' co locúmlose, como sc colocó,
pat'a combatirla en el campo dc don Cúl'!os.


TodilS a(íllc]bs mcdidas cllyo]"iau uu )lcllsamiellto flnc
[cnia su OrigCll cn la íUllolc y cn las tClHlencias l'cyollleio-
mIrias (leI ministerio; )lel'o ihan tamhien encaminadas ú faci-
litar la conelnsion dc la guerra civil, como si la gucrra civil
pndiem concluirse por unos medios que mas conducian ú
eucclllleda, aun en a(\ueIlas provincia:; que hasta entonces
sc habian visto libl'cs de sus honores.


Con el mismo ohjeto de comhatíl' el carlismo, adoptú el
ministerio olras mc<lidas igualmente enél'gicas, ú [ayO!' de
las euales se ]ll'opollia rcunir los rccursos de que, en
homhrcs y diucro , cal'ccia. Fué en esta parte la hasc de
~u sistema y de sus proyectos militares formal' un ejól'eilo
(lc l'e~Cl'va qnc, destinado ti cU]¡l'il' totlas las gual'llieiones y
aCflll lOlH\lllien tos , d('jase libre para el servicio mas activo
de campaüa ú euantas tropas huhiese en la nacíon .• \1 efcc-




lG AXALF,g m~ K\B'EL n.
lo se ll~cl·('tó en 26 de agosto U11111lkVa quinta de rincucn-
la mil hombrcs; pcro COIllO el golJiC'l'IIo calculaba ([ne de
JOs soldados ([lIe [11'olllljese csta (¡uillta no podia tlispollcl'se
hasta paslHlos seis mese:, pOI' lo llll'IlIJS, hullO dc lll'cretal'
COII 'la propia fecha lllla movilizacioll gCllCJ'Dl parn aqlH·l
plazo de lodos los milicianos nacionales , ~oltel'os y Yind¡)~
~in hijos, que tmicscn la cdad de 18 á 'iO ailOs, man\lallllo
(lue se organiZaSl'll en batallones y CSCIWlll'oncs para 11l,Il'-
chal' innw(lialmncnle húcÍa los puntos ú (1l1C se los ll(·;;!iltas{·.


La movilizacion, tal como se on!ella!m, cl'a plinto mc-
1l0S que il'l'ealizahlc. De hecho la milicia estaba ya movili-
zalla ('n lorlas las plazas y poblaciones iJllpo['t¡¡lItl"~, lll!e~
(1[11)(\ el sel'yicio (le gual'nicioues y mm salia, cUClndu las <.:il'-
cunstullcias sc lo permitían, ú comlmLid los cr\rlislas. Pl~dil'
mas que esto, era pedi!' lo imposible, em hacel' un rstt"ril
alarde de fl1rl'ZfI y, ú favOl' dc él jll'OlJnIJJclll('lllC IIl1a tCll-
\fl\i\-a pal'[\ ohtellel' algunos fonuos cou (j1\e atcnde!' Ú SIIS
rada dia mas alwcmiantes nece:'.idal!es. PonlHe es lle
aqY¡:'t'til' que el t1ecl'eto de 2G de agosto dedal'aba libl'es tle
Inmoyilizacion ú los milicianos que desde lucgo entl'rgasl'1l
Biil y quinicntos reales, si el'lUl de infauteI'Ía, y dos mil.-;j
de cnhallerJa. Y hnho muchos puehlos dOlllle los jóvencs
flue, por eximil'se de este servicio, aprontaron tales suma",
tuvieron que arrepentirse de su credulidad al ver que aque-
llos de sus cUlllpaüel'os qne Jl(\lla habian dado pCJ'lIl<U1eeiall
tmllhien cn sus casas ú pesar de lo dispuesto.


Tambiell respecto ~l la (/uinta se rcpitió el ensayo dd
alío anterior, permitiénl!ose redimir la suerle C01l dillcl'O;
pero COIl ulla muy notable (liferencia: pucs (tutes se üimi" ú
los (IUC, siemlo ya quintos, cuLI'cga\)all cuall'O mill'eales, y




17
ahorli Se tleda\'~I\¡<I que nadie ~el'ia e:;el~pIHalltl rlespues de
Iwr:bo el :,;ol'teo. ESC{~plllú!Hl!1Sr, si, de,'lltrl/i' e¡¡ sl/Nle lo,;
tille enll'rgasl~n tl't~ mil l't:alt's para el L") lle noviembre, ó
do:,: mil.\ dosciellllh ¡(1111'S de] l." di, oclubre ; y no solo se
escl'jl{uCI !tall de PJI! I'ar eH ~lll'I'II' (lIpIdIa vez, :-;ino que debían
SuZ,Il' PI'I'!H'IU¡lilll'llit' dI, aquella ;,(1':II·i;":' I':~tl, injll~t() privi-
k)T!IJ cOlh'er!ido al dill(~I'1I . .' cdlll'edid" JlOI' I\n pl'l~eio I'es-
jxcíÍ\¡lIúl'lllr> lan illtimü. lo p¡'t·;'.ent¡dd ti j:(o!Jicl'llo t:Oll1tJ IUH:l
cLlil,eCUl'l!i·j¡, dl~ la IIPI'r~.idad ('11 '¡tI"~ ,'13 6laha de que 106
liüüüU1Ü¡ liIil bÜ!!¡\ll'h íll!.<I""<I~ell (:ll SU iutaíiuad eH lo~
("!lb'pOS .Id l'j"'j'('iIO; !len) ¡ü' '1lieJa~ '¡lIC "e ~tl~eital'on eon-
\i'il \\Ilü nwdidn, 1'01' la eilill Sé disminuia consitlcl'ahlemenle
PI llÚlllei'ü d,' l¡)~ sOl'tenhlc~ c,m pel'juicio (k lils clase ... po-
Li't':';, obligaron al ;jolJil']'1l0 Ú e~pedil' UIl..\ real úroclI pUi'a
'lUf', co],]'iescll l\lmhicn la ~ucl'le lo~ esreptnildo~ pOI' diuel'!),
-' I¡II<' (·1 1I1'lInel'(I de (",I¡}~ :\ q\le l,W:bP In (11' "nllla(lo sr' ]'é--
k'_¡~I~t' ,!el ('lIfi() (/¡o cada jltle];I(,.


EraJl, ;o,ill ell1bargo, delJw~ia,[n C,)I·tt)~ lo,; l'eellrSú:i t{lle
POI' eslo~ metlios [Jodian 0b\('Ilel'~p, para que 110 tI'atase el
lÚ¡níslt~I'io Ile )Hl~Cal' "t¡'OS mas cuantiosos con que salir de
,",us Pl'illl'i¡d¡;s apUl'ils. S\l sitrlilC;OIl uo podía ~el' mas ail-
,¡¡usliosa; puP,'; ni hahia lJO,;ibilida(! de eslahlt'cl'l' JIlH'\-aS COll-
tri\¡llcio[íe~ (;11 medio tle la miseria puhliea y de los eSl1'agos
que cn casi todas las pl'ovilll:ias rstaha IwcicnJo la gllel'l'li,
l,i se ('ol)I'.('I,i;\I1 l'~p('l'anz~¡;; de IJI)il(~I' I'c:1Iiz<lr éll el c:>ll'an-·
~é;¡'G ojl(:j'¡¡(·j<J1l al;':lln;\ dI' ('('(,di!" ú cr.lllli,'iones siquiera 10-
1,'I'il¡J1e~, La bJciélhb púhlicH (',lid)) ,ll.'sül'ganizuda; las cíc-
!:\Ubt,Hltía:-i lamentahles .lel pais, )lor lIua jlllrte, y las díspo-
5ícione'i de la junta revolucionaria, pOI' otra, habían destrui-
do el poco ól'lleu liue e1l la administl'acioll existía, y redu.


Tml0 IV. 2




18
cid o ti \ll nulidad [03 pl'Odlltlll": d!' ~ilS\íIl()S impt1f':;[o:;. Ll
ministerit), COil (latos <[lIe i'(,l!ni\ ilizollll 6dcu[o 'l]Il'(jximt:dn
de los pl'od ncl!h fu! 1l1'1I~'d l' I:\~ 1'!'Il! ::~ :- d I'l i lIljH;)'t (' de \¡\s prin~
('ipales oblig¡IC::)j\('~ qUl' COH el!.l': kili:! !in,' (,(lill'ii', CI!;Jlpl'l'lI'
t1ielllL¡ en ti número de ella, lo,; inlerc-e,; de la dl'!id,1 pú·~
blieu, fI~i inlpl'iOl' como ('~Il'l'io:' , IjIW a'iCC'lldiill1 ;'Ji ni) JI:i··
Ilone~ :\' IIt'IJian ~¡lli:,l'acl'I'~(, ell In, 111(''':(', dI' OC\llhl'(' :- Htl-
,,¡cmlll'/'; l':\a~('i'Ú t'lIilllln pl\'lo ti ,Iltlla pl'IJj¡¡dlll' <11' In..: in·
~yesos , :illjlOllií'Il;\() <¡lit' la~ conll'i!i!H'ioll:'S Oi'dill:Il'i:u :;('-
I'ian I1lflS pI'Odlll'liv;l~ <1,' lo \jUI' .1("+:1(', lo 1'11(:1'011, \illic!lilo,
por último y ú pesiIl' ¡J¡: lodo, :'1::1(':\1' ('1 li'i~l(' C:III\'cIH.:imicild
lo de que, en lu:, l'iIH'.O lil('~e,; pO~l/'l>iOl'(,s id l." di' :;elicm ..
LI'{', plazo qlle se juzgaba IlCCCS:11';O pa!'" qlle I:I.~ COl'le"
reunidas, pUtliesen aJ'!lill',\[' I'CCUI':,n; , lIIJ h,¡j,\l'ia el delie¡l
del Te~oro d(~ :20l) rni\l¡)ile~ d,- l'l'ak~, "in lH'l'jllil'it1 lIt'! in-
menso (\Ile allle~ f'\i,;li:l.


Para "Ilplil' en II! po"iLlt ¡¡qlll'] (/¡"tii'il, :\r(H>d(I~:(' (,¡II fe
rha tic ~W de a70,;lo IlPdii' Ú h lIaciofl UII illltiri\ltI ¡le 2ili)
millones de reale~ con el intl'l'l'S de!) 1\" auual, p:\grHl\'l")
pOI' enartas partes I\('S(\(' l." de oetllIJi'I' :', l. () dl; ('Jl('['{J, ,
¡'eintcgl'í\ble lilll1hiell (101' C'n,ll'ia-: P;\I'II'~ t]) lo~ ;111:):, de I S:C'
á 1810, pOI' medio de 1l1lO~ jlf1gill'i\'; dd T('~ol'() ¡¡!le dl'-
hian admitjl'~e ('11 pago de [oda" las cOlIll'iIIllCiolll:~. b~1<'
pl'éstamo forzoso ~e e:\ ivió en forma (le reparlo ú las pl'O-
vineias, scñalúllilo~e bs cuotas de 1111 modo :tl'lij[r;1rio , .,,' ,
gun las cil'cunstanl'ias di' C:llh IOl'alídnd "e la flll'lllll:l tI;< r,\-
(la contribuyentl'.


No bastaba, empero, e:; ta illjU~[fi y ¡ ¡rúnica nw\lirb p:t-
I'a colmar el Miicil prohnhle tic los cinco mCSi'" .\C,)l'(L'¡~i',
pues, pOI' otro dl'(,l'elo di' la mi<';!l1,1 kelw , PO¡H'I' en YcnlCl.




T.nmo :¡'OYllS0, 1\:J
LJ~ edilicíi)~ tI(" los COilYCII!OS y millwslt'l'ios suprimidos, las
('~mpUllils dr Sil'; ¡!.d('~ia,', y [a:i :dlwjas, 1Il1lchles yenser'cs
lli'o(~r;ll'lIles del Hii~fllo olí;:ell. E~I:I llll~dida que, sin (lal'
IIUI"; t¡¡!I' ("ca,í:;i:no~ jll!.'I'C~(I" <:l EI'<H'io, alarmó á los limo-
i'~lln" Úh' !Ji,IS (('i'lIIHIa l'lI e,;cúlllhlos <¡lIe PI! bienes positi-·
Vii,;, J:t minislerio ,;e [ll'oilwtia que, con las e"\eneiones uel
;PI'yicio miliinl' y 1n I11l)\ ilizncion de la milicia naciollal, con
d :tdeLmlo d(~ lns ;2()() millolles, :' COll la venta tle los bie-
llf', df~ l:l~ ('Olllullillades religiosas, reuniria los 300 millones
(í!1l' 11l'('(':;ií:I!)¡\; 1wI'0 ~ns c:dcnlo" salieroll [alti(los en gl'an
pal!e; lo~ Jll'od1i<'iils no llc;':::ll'oll Ú la suma C::liclllalla; los
!-,:I~ICls se :\uJn"iltal'on; lo:" illlcl'c'~('~ de la delllla no pudie-
¡'OB ]l,\!!~ll'~C; el cl't'dito ~e lIl'l'uinó, ~. pI délicit fll(~ l'l'eciell~
Üo en l~~pantos{\ pl'u¡.(I't':,iOll.


EH una silHaciOIl francamente revolucionarla, ¿ como
1'1'<1 ¡)I)~~ibl!' qw: tlI\"il'~t'lI O!J'U l'{\l'úclcl' lo- aclos todos del
iJiíili'[(,l'io"! H¡'\(¡lllCiollili'ia~ n¡11l , COIIH) se ]¡a vjqo, SllS
illedid", polí!icas, cco!lt'lmic:\s, ll\ili!m'l',~ y linancie¡'as; I'e-
\o\¡¡ci:)ila¡,i:1'; I,,~ qu(' il¡]opló pa!'" suplir en cierto 1110110 la
;:ll'!I":lcia de (";[;\3 últinus. PIll' real ó¡'den deJ') de agos-
\:l, se m:lIldú que la, .iUIJU\'; ~lIhl'l'Jl:\liYlls cl'callas en las pro-
\in('i~h en:! mnli\'O llél pronunciamienlo ll:nnado nacional,
':C ;bocin~C'n ú Lis diputaciones provinciales y constituyesen
¡,omisiones di' ill"iJI(lIilell!') I1 dl'ji,nw encal'gndas de propOl'-
í"iOnfll' [(¡:ln., JI);; fl1<'rlin,;.\ 1I~C1l1';;OS esü'aol'dinal'io;; para, sin
IOl::)¡' Ú !~" contrihucio\les y rentns (Iel Estado, coadynval' Ú
los deseo,; del !!oJ¡il'l'nn ,\ conseguir la ¡je~lt'\lccinn de las
lnt'I'7.~\S del PI'l'kndil'lIll'; de t"ul'mn, que no solo se tl'asmi-
tia ú las junta:; ulla parll' L1e las atl'ii.mciones del podel' eje-
cUli\"o , ~iilO í[lIl' se las j'('Yestia de ulla autoridad pl'i \' ltiva


"




:!o
de las COI'les en los paises cOIlstituciollales, facultúlluuia"
pal'a hacel' e\:[wciones no prcserita:-: ('I! la ley di' pt'(,~Il-'
puestos,


Algunas otras medidas de menos impOl'talJeia y tI'HSl'ClJ-'
uencia adoptó el ministerio en el poco ¡iemjlo qllt' llJ('tlió
desde la revolucion de la (~ranja hasta la apertura <le las
Corte~, Por la secI'elaría de Hacienda. ~e espitlieroH varios
decretos y órdenes para actival' b enagenncion de los hie-
nes nacionales; se dispuso que, dúnl1o:-;(' la llla~ eSClllSiYH
preferencia ú la" atencioll('s dd senieio lIIilitar aetiro. ct
ninguna otra se a.cudiese hasta 110 estal' completamente sa-
tisfechas las necesidades de aquel; se ordenó el sccuestl'O de
los bienes de los que, sin licenei a, pasaporte ú aut.ol'izacioJl
del gobierno, habian llesde el tlia 15 de agosto salido para el
eslrangel'o; se mandó crear en bs pI' uvincias juntas especial-
mente encargadas de entender ell todo lo l'elati\'Oú la vcnta
de editleios rnollástieo~; ~e estableció ulla rebaja gl'adualdl';;-
de el3 al 25 p."/.) en lo~ sueldos de los empleados; se ee\ebra-
ron varios contratos con capitalistas ddbdrid, ú fin de 01.-
tener anticipos de fondos, con premios: ú condiciones exor-
bitantes, y se aumentó el número de los illtelldl'llte~, de
tI'einta y dos á cuarenta y nueve. que era el de las jll'O\jU-
cias de España con al'l'eglo ~\ la division territorial de ;JO
de noviembl'e de J 833, Los demús ministerios publicUl'OIl
tambien diferentes esposicjones encamillad;l~ ú facilitar la
ejeeucion de las medidas impl'riosamellte l'edalll:Hlas po/'
las exigenciJs de la gllel'l'a, los ,1IHll'O~ de la h"ei¡~nda y el
mal estado de la adlllinistraeioll de justicia, : ú poncr CH
armonía todas las dependencias del gO)Jiel'Jlo con el uue\ o
régimen constitucional. El ministro de Estado, l'c"ocl\ndo las




LlRRO ,"OYE'iO, 2t
Ól'delle~ (htllü~ pOI':m 811teecSOI' Islmiz al embajauol' de Es-
1'l\iHl ('11 Pal'ís, I'elali\'<ls :i coopcrar:ioll y auxilio de las po-
trneias "ljudas, le Pllviaha en nucvas instrucciones un abo-
minable libelo ('Olltra 10:-; mini"ll'os lanzados dl'l poder pOI'
el Jllolin lle la G l'<tuja ,1,.


\ todo esto, ahuyentados de Segovia por la llegada de
tropas ;'1 esta ciudud, toman los esprdicionarios, hácia su
izquierda, la dil'l'ceioll (Ir Gllallalajan\, y, en la tarde del
29 de ago8lo, C1IImll : se alojan en Jadraque. jlas, como,
al anocheccl' delllli~IlHl dia, llegase l\ este pueblo aviso de
IpJe el brigadier Lopez, COH ulla colulllna de la guardia
real, hahi¡\ s:\lido de Si¡.jiiellza COII ohjdO de obsel'Val' la es-
prdieioH, y I¡Ue , adelantalldo sus reconocimientos, había
sorprendido el puesto (le BU,¡ahll'ó y hecho lH'isionel"a parle
de su i)lIal'llicilJn, deja Gomez il Jadl'::\flue, en cuyos
ruedos aeallljlLl aquella Iloche; ,\, bieu (Jue, pOI' a,isos con-
fidelleiab, ~llpie5n rpw ú media jornada de alli se hallahan
fuerzas enemi¡ras, con las cuales se suponia ti Lopez en
eombillaeiolJ, resuelve el gefe eadista alacar ú esle general.
.\lltcs, pues, lle ([lIe I'ompiel'a el dia, púsose (el 30; en mo-
vimiento y, sin srr ,isto, hizo alto ú media legna de Buja-
laró. Lo~ [ll'isiolll'l'OS, hl'igada, olicinas y hospital, llevando
pOI' escolla UII PCIOlOIl de mozos y el 4. o escuadron provi-
:-ioual, recien creado con los caballos cogidos al enemigo y
rC1Iuisa(/u:,; ;1 q¡ Jla~(l Jl01' los pueblos de Castill¡¡, marcha-
ron ú tOBlal' posicioll el! Ull alto ú la del'echa de la division
~l'istilla, ('OH ÓI't!r'lI d(~ formal' en batalla y estat' en di:;po-
,j"ínll di' ('mpi'l'lld"I' 1:1 1'I'lil'<1da, b:l c0l'oncl cadislil FlIlgo-




22 A~ALE:' DE l~AllEL 11.
sio, con dos hatallolles y (1IgllIl0~ cnb(\IlI)~, Si~lliclld(\ la
misma (lil'e~cion, llIill'rha:\ [ln~c~ioIWI':'I' d(~ los altos del
pueblo tIc JIatillas de lIcllare:,: ]l('1'0 el l'Olk1 de mas de
una legua que pOI' un monle Ilello de maleza hU!l') ell'
dar, I'clal'ílél ~1l morilllil'nlo. L'lpl'Z, (,llti'(~ laillo, j'cn:wlH'ci,l
COII los suyos en Bnjl1ltm'¡; pel'O, illhil'liendo que iha la Cll--
lUIl1Ilt\ de Fulgosio Ú POIlI;¡'sele Ú l'ela!lllai';]iD, il])l'(~~U\'ú~e ;'\
Ilegal' ú la:, posjeiolle.'; que [r,,[aha este de lo;!!:::'. SolJli'
d[a~ crll'gb etltOJlee~ 10(1:1 1;1 di\,i~inll (';i)'li ·Ll , : d ¡¡Lltl di'
ocupadas, q\l(~ :'1 1I110~:' otro:; anillla:'i\. di{, mÚl'!/c'll ('11
aquel mOIlll'tl!'.l Ú ulla l'l'lIida cnnl:l'li::,i. Pal'q)('[cH{O.; lo,;
erislillos en la pohlaei\lll, :: !lO ('1'<':('11;11) p():kr ~!'I' l1ail--
queados, baLÍailSt drliod,1dnmcH:(', ~1l"1(,ll¡('¡,d(l al lIii~:wJ
tiempo Ull Yi\'¡~imo fuego de ,u,ti!!,'!'i,\. Tl)d(i~ "n~ eSrael'-
zas cedie\'oll, ~ill l'l1l 1m l'¡-;O , nl i!l\¡lf'l!l de In; eurli:,t,L; qUé',
CllllWZHilr!o pOI' ¡¡POdl'!':l!':'(' di' h p'Fií'inll, ,i('ai!Ll!'Oll rOl'
hacel' prisiollera la mayo!' p,\i'!e 11" h (',;I!ll!ll\:\, ilW:;l:;() ~ll
gefe Lopez, cien nklll¡)~, Ull CH1WIl y llHlcl!O m:tl.cl'ial (ir
guel'l'a. Sin (ltl!cnrl'~c, d¡rf~~l~~C el ~l'ef(\ cndisla ;'l nl'iht!P~i'~
d(lnde 1)('I'Jl()CI<I, en talli() <¡¡l('. I'!! ,\l;l\il\:b, y:\1 ll\,¡Il¡:n I~(~
Espartero lni~iuü, entr~d~;lH tropas dc 1:.\ i't_'illa, el! r.';_~\1~\l·':
de l¡iez lIlil illf<lllt:~" : d:N.'il'llt;)., :.:,tl¡,d!u:" ,\ 1.\ lllúl:l:la :í-
1:íUiellte, tomó (;Otllcz!a \ildl;l d,' :\l.tl:\':U:'l':\, ('(111 Úlli;\lfJ, :;ill
!.IUlla, ele l'tlC,\I11ill:l!'::,' ;1 ,\i'w:n:l: :;:;'.'. J¡¡lli,¡!,h 1"\ ())'¡;:II+',
del Tremcdal {"nido ;1\1 -(1 I'¡' ¡¡¡¡r', " ;"'1'::< k,':!::' d,' ;:lií,
~" hallaba l'i ;;('1\1'\':\1 ?:Jau )ii;.::tlcl !'un 'e:'; !'I:l ;)\1','!I!'" y U:,'-
trociclltO:; ('ahnllu;-", d{~(~~rini~u') !'d!:d\;¡ll' (~i~ d;;'~'(';';:\;: . !::!.!:('j




('~tu~ IlIlill\(':' t'U11 do" IlIil.\ ('l!HlI'ol'i!,t1t1)~ iufallte:; y ílui~
lli"Blo~ l'<\lmlln" y (:"i)I'('I':I <11 fl'(~ill(' dí' unos enantos onle·
n:\Il'/.'b, (:rw ('.:;\:\.: trojlil' '1ni.,;o) I ; (1I!1i'Z lIpOdel'lll'Sl' (le Re-
¡¡¡¡f'JI:I: !na". 11(1 ¡I<l!!!"!!!!.' )lodido l'OIl';I!gl!ido, merced á los
JI!'!'I',icOi ,'~fll('i'lJb di' ,"u ('OIllP:'IiIlWI itia ¡,:w\l'Ilicioll, nWlI-
,r,ida pOl' Sil COlllililiiil:ll1' Iililita,'. el e,H'!}III': dOll J()~¡' ,\1-
j'0l'110Z, fil¡'~ 'r! 1,-) :1 pC'I'IlOl'lal' ;'1 Lasa,.; l/¡¡Iíwz, ({ue Stl~ ha-
)Jil¡l;¡!cS \;a\I\:\l1 alJ:liidniladll, \' qtll' pOI' c~tn l'azon pcnsaron
:'H:, iIlYi\'OI'{'~ el¡ l'I1I¡'l'~~;H' ;1 la~ lbilla::: IH)I'O Ú ello sc opu-
'·iel"'JI l:h "dc". :- ji¡ll"\ el il:!l'h CiI(" pl'eci~o 11t(('I'!' acampar
1c' ¡Ji\i~ioll. El !ti, ik ,:¡') l'~I:\ ¡l ,'lh(Jede, el 18 {l la Hoda y
dl~¡ i, Yilk,'O!lkdu, '¡oll:le, ,;Ol'pi'cJldilLl el :W;, {lJle~[\1'de
lil~: reilel'ado . ; ¡\\i:i(l~ :\1' I :ahr¡:¡'a, pOl' \¡¡ divi,ioll del SClIcnll
l!<Jn biti\'o .\bi\. y cili'SCl¡la pOI' ei I'l'i!illliclllo de hú"a,·e~.
de 1\1\1' rrll 1;1)1';\\1(,1 /'\ hizal'l'o don Dil'go Leo", rué puesl.n
C!l ('ollwl('LI liCiTOI;!. (>'1'(':1 d(~ d:l'; mil !l'Jlllhl'C" ent.!'e llIuel'-
f¡)~ ,\ llel'ido:i, dos "Jil !'llsilc~ ~ ol,'O:i !l\;¡e!lOS efedos lIlili-
tal't':i CO:i('\ :'1 (;0:))1'7, (',la 1J:1(alll, de cuyas l'e~1.l1tas fue pl'O-
IilO' idn 1'1 CIiI'IIIlI,I 1.1'011 ill ,"'ildo de hl'igaJiel'.


¡J"ro l'l mi"mil ("\ilt) !iI'i!l:\I1Ie oht"llidn 1)0;' los cl'i:-:tillOS
el! L¡; Cilillllil:i de \'i!lrll'i)j¡klÍn ('oiltl'iIJUyó al poco licmpn ¡Í
lw,ÍIJ;'<ir h po~i(:i:)lI de la:i hll,'~II':i (','ipe¡jieional'in~, Obligado
\1;\i\ ¡'¡ Ikl('lH'i':il' p:ll'<I \,(,l' de dal' tli"('t'I'ioll se31!1'a Ú h,
1';'i~i'II\i'i'I1~ ql!f' ('!Ilh:\!'11Z;lkUl "11 Il1a\'t'1I:I, l\lulo {;olllez 1:01\-
1¡'¡1I;1~' ~i:l [!:¡er1h li'(l;'!¡~'z:;.'"Í la ~u~'a, prl!' In ()~fl dp ~roll1irl.
\·;)b!ul~·;n(' . .;a ('. Inf,llll¡I,\, ;'¡ (:h:rl:!!l;\ dl l Sfl~ltl'a • qnr OCllp/)
,i :..:~. F!l (',-li' l'\WI:ln 1"'1" !Iolld .. , ('011 ,,1 I!O!¡]f' Ohjl'lo (le 1101-
{';'j' ('e<~il' ;,?aY!'~ d{I.~-.\\e:l{\ll¡>i(l·'\ qi!i 1 ,.IIl!¡'P ';n'~Hlz ~. Cah,'cll¡J
"i' ',u,;d~)I'JIl ('{):l iii'di\iJ dl'l m;!l \,\it¡) dl' I:ls ,ll'\'iolle:; (le
l;'T\r!\il .. <ti' Vii¡',l'l;i¡k k , \' \,,'y':l.li' lo m~n eOnl,'Elúeute




2<1 c\~.\LES DE Ii'.\IlEt 11.
entre dirigirse all'eiwl dc \JuI'('ia pOI; h ~iel'l'a di: ",,~:urJ
para volverse por alli ~ AI·agall. Ú entl'¡¡[' en las .\1ll1a!ucia:·.
se celebró una .illlll~1 de ¡:ct"':s, ú la nw!, ell e,did¡u! de tL\Ic~,
úüneurl'iel'Oll, "dellw~ dt' los d,,~ ;lITi!;a ciladn·'. cllil"l ¡j"'"
de Bó\'cda, Cabl'el':l, Quikl, ;\1'1'0.'0, Yilla]oJ¡o,-,' el S~rr~­
doro ,hilliél'onse, eH ;lpat'jellcia al rnello~, [os dos (~llrmi,­
tados caudillos de la eSjledicioll , y de eomun aeucl'(lo 1'l\-
solviósc invadir las provincias <lmlaluzas con el Iriple ob-
jeto de llamar lÜl('ia aqnella ¡);\1'te la a(eneion de! ellemigo,
de obligarle ú desmelllhl'[l[' ~u ejercito; ) dI' ln\l~crse lle ca-
hallos con f¡Ue I'l'molltlll' el qllt' Ú !(lS r'>rd('l)(,s de "(lUello,
befes mardmba.


De Chirlaua, amenazHndo ,i .r ,J('!!, I'a~ó (; nmc! ;\ \'jlb-
nueva del Anohispo, Vilhv:ClTrillo 1 [!Jedél , Baeza y Bil!-
len, desarmando á lo~ nacionales dc estas y otl'ilS ]wblarí').
nes, y sacando por donde 'luÍera !'(,l'l!!'~os de torla clase.
con que mantcnel', ve~!ir y ef[uipar Sl!~ hucstes, Fu _\1)-
dújar, tUYO Yillalobos \cl :21" un pequt'üo cnC1!cutl'O con una
partirla de eabllllel'ia, á la cual maló varios hombres y co-
gió algunos caballos. COIl t!'einla de e~tos se pJ'l'~Cllt¡') a]11
Ol'ejita el último tIia de selÍemlm', en 1ll0llll'ntos en IIU€"
salia para el Cal'pio la diyisioll espclliciol1at'ia. De! Carpl')
avanzó esta en el mismo dia hasta el puente ue .\leolc<I, :-
de alli á Có['(loba, en cuyas calles ll1isma~ [miel'oH al¡.;nnos
gilletes carlistas, que leme!'a!'Í<Hllfnte :ie adelantaron prJl
ellas, un encuentI'o en que perdió la vida el brigadier Yi-
llalobos. Il'l'ilado de esta desglóacia el caudillo tOl'lo~ino , )
reforzado por nuevas tropas carlistas (Iue aCllllen, y algu-
nos soldados cl'istiuos y hombres del pueblo <[ue se le agt'('-
san, resuelve tOlllal' la ofeu:óiva , y, eayendo sobre los lla~




25
cÍo!),des , ll'llpa~ t¡lle ¡';Ul\I'IlCCi,11l la ejl!(\;:ltI, los olJli¡;a á ['e-
\ll{'~.(l\'se {'H lo" fllel'ft>~, de dutJdc, rillllí¿,lltluse <\ di-,;cl'ceilJn
ell núm"ro tic mil ~ .. ,('i~(·i{,lllos hombres, saliel'oll • junta--
mento> l'('ji 1,1 ;:"I'f(' pulílil'/) , ;1 1;1 IIlnilana siguiellte, En los
~I(¡(, dia, ([I!C 1'11 Córdoba pasó la di\i~ion e~pedieiolla!'ifJ,
0::;up<ÍI'Onse sus gde~ ('11 crear UBa junta suprcma, de la
mwl hacia parle el <lean lh~ la ciltedl'al , ~ en dirigi¡' Cíl'Cll-
la!'ps Ú los pnehlo~ ín\itanllo ;. su~ haLitantes ú tomar las
al'lIla~ en pro de los derecho:; del pl'inci pe ú (¡uien llamaba n
su rey, los au(ol'ps y Jinnantcs de aquellos documentos, y,
ten la ciudad. con efecto, la-- tomaron casi todos lo~ in~
div¡duo~ dd l'slinguido balal\oll (le voluntarios l'ealis!;)"',
Cü!) 'lb ¡;['f[~s ~ ofíciules; la Illú~íca de la milida se presentó
a senil' \OlulI\lll'iallll'nte, ) fue uestinaua pOI' (~omez al La-
ta!\i)!) ¡Ir ¡¡I'unadpl'os, Yarias pal,tidas, quc por alluellos dia ~
sr: formaroll, IIPga['(I[l Ú reuilir "Ipie de doseicn!o:-; eaballo~;
con !Jui!licnt(\~ arrollas de balas que ~e cogieron en Lina-
re~, se elaboraroll cien !lIil cal'tlleho~; y, apl'Ovechando
~(¡llello~ Ilias de descanso, "e hieiel'ol1 Ó se rcfol'mal'on lan-
za!', ,estuario, calzado y monturas. En el fucrte, que
nunca se el'e) Ó llegase ú cac!' Cll podcr dc 105 cal'lista~.
encontraron estos gl\\ll cantidad dc génel'os, depo~i­
hHlos alli por lo~ comerciantes (le la ciudad, mueho~
fondos pl'occdenles de las administnlCioncs de l'eut3s del
Estado, JIO Jl.wo~ de particulares, y todas las alhujas de
1)1'0, plata .' pe((rel'iil f)(~I·!t~llecienlt's Ú los conventos supri-
lI!ido~, euya eusto(!ia se confió á una junta I;ompncsta de
algunos in(liriduos riel cabildo de Cónloba y otros eclesiRs-
licos que :lco!llpaüahau la c~pc(licinIl,


Engecido sin lluda con tales ¡'csullados, y al Yel' que ua-




die l!p¡,;',dn ú alae<ll'k, dj~pOlli;hl' I ;:lilll'Z Ú [0111<11' 1.1 'lldl:\
de Spvilln. "Y pHI'a ('11'!';\ c!it~w...,!il':'l E..;pin!)..;¡\, ¡PH', eOIl ~ei~
Illil ilifa!!le~~ .\ ('{Il'('(l de iui¡ i>aha!!n:--;, <,tI e.){'~)u!l'ld)(, (\11 Cal"--
IllOII;L !'u:lnd'); ~:'lb{,d~n' eil Lt n:)ch(~ del :~ ;11 '1 (;1.' !lcluhi't' di!
qne In~ p1H'Ll;x~ tL! 1~::.t\ll:l. C:llJ¡';~, \;:)1)\::1'1 , t.;¡:·~\iJ;¡ ,Y (11
Pl::I~l ntl'(I~ p!'oHn!l'~i;\tln:.: ()n L\\'ol' de d~)ll (::'Il'In", :-:;e \Ci¡UI
:l!HCII'1zadrs })Ot' r!fer/~L~ qite d{~ :11úL¡~.~~\ tl'aia :'"~~1 ~'J:,¡cl'Ha~lf)1' 1
el {'n;d;Jil:;J~:t(l ¡lqf} Ju~q~ ,\.lli l l!lio E...;cftb.llI¡P~ 1UYl) qllP ~:di!' :'\
din q con \lIla f1~\i'te ,1:0 ;,:b Ir¡)]la~, d:'j:\Ild:J el l·('~t:) ('¡¡ (:I'¡I"
d(¡]Jt\ Ú I~\~ Ól'd{li)¡';;, d:. l ¡ Plll'¡¡!l('l", dp B:>,-t~,LL l)jri;;.iú,-,(\ ;'
13L-l(',u~L dl\ doud(l ~i~ !,l_llil'(\ !~>c:.daul{\, iil('~ ~.i~_l'il¡i\ljl el (:;11'--
Ji'[<I. \ liahiell'l-J Cll b d(·ilC~:1 Ik\!CHU!t;[i' ln;;,',\!¡¡ CilY',J-
YLT Ú lo~~ ei~r:u:\nt~J ("d\:tEo~ q~le p\'(lle~;¡(\!} hl i'(',il'ad;\. (,;I,~/l
~ohl'(, la COLU:ill,1 (,I'i~lil::\ , la l\('ueh:III'I. ~. pe¡':;¡~\[il'tlíhh
!:¡I>L\ ~l:lrl¡)~, hizo P!'~~iIH1L\:'O) f·u~\~!·!);-;~.\nlns h~)¡l}!)i'P:' r!('
un l~:ll::dl~}l} dt\ ¡):'()Yl~~(.<r!hl,~; ~' ;l!!ns ~t\~~l¡¡t:~ ~.:'¡::('I{'--.; dt)! ('~­
CL~Ddi'l)il dI' \~:Id¡·;d. y de (,~H'0h¡1~C'¡';)''; de ('li::(;J:, ~ f,'oll!el'd5,
IL~ alli, enll Ú!lin~i! d(~ y()~rej~ Ú C:ól'JoL\;t, ~,:d¡ó d(\ llaeyo pa·-
J';\ B~\('n'l; pero. ::,:UÚ'l{:o,;¡' f'il \!nllti\!n lit' !,il,O p:lra ~\(P!I'­
'la ri¡¡dad 1 ~ll.\ r!lc'nu!;':') c()¡} el H;~u';~ue:-~ d(l ll('~\c\ia q;t(l~
~~h;l!~(Li!l:',;)dol:l Ú (':!:~~:{':l,lH';:t':a dn nn:¡"!~l"~ (;~\,I It:\·~) d,,~ l':lC:l ~
j!1¡~~,;l'~,C ;'¡ l':L\ .\lt~¡\, \T:l;;.l. CO!i ('1 r.,·:--:I~) l~í\ la di\ ¡ ,.;l\:~, ~~~l,ipll-


;, :':Uq!)i;l~' :1:1 ph1!l y ~'¡ !"'::~~;·(\.l)l:,jl~'~I:~!' ;\ P¡'i!"~.q, \~(\q:,;\, \lP~;'~l:¡:':
1,1 :.l ;'¡ Lt,,~ ¡¡':I-; <;"; t f'II,;" ,<; ~';l¡¡<;':ll(l,t) e! ~¡;. '!;¡S ('n:ll: 1,




dl'l!;.)iHlll del 11, y. de~pllc~ dI' haller telli:l<1 el! la~ CCl'ca-
lli:.\~ <le C:J})l'¡J Uq PIH'H('!d¡'o ~'illl un (h~\~tU\I!I'Ull de ('31'ahi-
IH'I'I)~, pi'nsi~lli¡') su J:1,!i,(,!::; L:::ia i .. úi"hl;a. t!OIl:J.. l\(~;J.}
dUo


{;I';II1(!;1 r¡I.~ !~l ¡If' q':!,.: :rh\ e;!!re lu~ l'('t'iC~1 ('nl~q~;.·OtHe~
l¡dn.., {':1 (Ir pal'¡i:~n c(l.r¡i~lil C:HI;,Ú Lt ~e,:yaH;:a Hl'~rn\la de (~I)~
!lH'Z, {;\It liUI:'J) l'n!!lO ~¡l:)ipl'i)n /) !"in",:pc,t'i!aro¡¡ ct Hlodn dp
f);\H";~U' ¡j(1 c'~1e ('(\uddl~). L()~~ flliclnl)l'ns de Ll jUHid ~¡Ihr.t'-.
!~;\tl',:l ('¡'cGíbl nPl' ¡')~. L'h (1', ._\ ~dU!lL¡¡·il.~.") i·¡_~:di.~¡l\:-; ilr:tTito:-;
°n su>, 1iL.\:' , " t'q(Uitc~ p{)d;:~ll tt\;!lí'l', ;,~j ¡¡tlt L)~~ l'(lrlista~"
. (~ ;:d"¡:J~f'n . ll~:~ t{~ll\I!,I'" ¡(t~ 1111;\ iTdCCIOll J'fpi'CSt'i¡UH'nn ;~
{~OJ:H)~~ I:lIH'{'(':-.:dad de li!~¡). l::! Y~'/ dL~ in!li':. L'\-¡~(u' ('jj·.'UC!!--
t!'o~ P')j' pO!ler (IH : (ll\'n pi ¡'ni!') dc ~li~ C¡!lTr;'i{!:-:.~ Yil}~e de
protei2:e\', )- no dC,~(\l', ('nnilJ iHlte~, lo hi/.o, :'Jhaildollt.\dth Ú ::lil


!i'J Ci'J dt¡e¡~¡'¡ íL! n'); \H> del 1·11'(; ;;l~~¡H;"al C'Gute~tÚ '¡tiC !O~ (l':e
cu COl'doha :~') ' .. (1 !'~liH!t:)~r'll ~('L:'!Ii't)S d(I.,p:le~~ :h', 1(\ ;~alidH de
L;\~ fI1()p:"~ (\"'p(~dit'i:;i:i:l'i;l-':, ~:~) :ilcn ;!l)!';¡:--:I':l ú ~\!Ll:"'t.\ ~:~.'liil!­
'<:.'j} :-u ;.;ael'l{'. ("):11:), !:;.::,~~:l') q"!\ r~~{'· Ll! ('~¡ :P, In \'cl'l¡i;'aJ'oíl
~d~l\llU~. p~\~,o. ~':: l';'.-e!(), l;p~'Ó 1.\ :-.e;;.un¡j¡, n ... tcdH'j;\ 'file, (,.~
Córdoha hilO ;,1 1'>1"· .:¡-i"il , ¡'ll:' , ,:e ¡,,:.; :h\., q:¡1' de~,L"ll
~a\ill\\ dI' ella :>:);:~)!i 11Ir :!:~dl, ;:~~ ~':~H'!}\'("'h{!r~:H I,)~ dI.' 1:1
i'Plll:l P~\¡':\ (~'<);\~:)¡¡l<l¡' :;1;" !'j\(': d ioq~~:-:, {)::;1'f):.:,:t, <¡til;~d() en


\I;li\ r;¡ ¡ .l!(··':l.~, \ j<" "I¡ en!! I¡¡' >: p¡iI il()!;lld'¡'~ P(~!' la }JfU't("'
de \u'~Hi,ll' n);~I'(·l !J¡J;\-~l d ilJl ti,<';1ql,) f)Í:l'I,~ ~ ::'1' l!l1!l!. t ,OilO-




'~.\LEi! HE IS.\DEL 11.


IH'isit)!H'I'O~ l)(Jjo la nbtoclic\ d,' d(l~ halallone~ ~ ')[I'u~ lall-
tos e~ell(\lll'o!le", IOnl,') COII tre:; dI' c~to~,' dos di' a'¡lI,~llil~
posjeion Ú II1rdia le)!lIa de la ciudad, CII hl (,lIa! enll'Jl'Oll la:-
cuatro di\i-iones crislinas. (,lIya fllerza ,junta a:-:cclldia Ú d¡ef
y seis mil infantc, con llIas dI' Il1il Y doscicntos calJa¡¡()~. Sill
pcrdcI' tiempo, elJcamilló~e GOJllez Ú Villalla, y, el13. e~lHJ¡;¡
ell PozoLhtnco. donde dió lihel'lall ¡'\ linos dos mil U1'uanos
(Ine consigo IIpvaha pl'i~iollel'os, y de cuyas armas se hizo
ducilo, asi como de las tle otl'OS 1l1111:hos de los llUeLlos del
tránsito. Al Ilegal' ;'1 Fuenealiellle, ell la maililllU del lí,
supo (Iue en .\Imodovar de! Campo se hallalla HOlli! con
no\ecientos iufantes y mil r:ahallos, C11 IJbscnacioll de los
cuales destacó á 01'(~.iita ;'1 la ca],c7.CI de HU e~clladt,o!l. COll!·
puesto dc cieuto y veinte hombl'e~ hien al'tl1ado~ y equipa-
dos, y él, retrocediendo, se fue ;, pC1't10Clal' tI la COI1([ubta.
El 20, lo hizo en Tone del Campo, y desde alli, ~ill (Iue
nada dc particular le aconteciera en el camino, y per~c­
guido, annqllc de lejo~, por las llivisiones de Rodil y Alaix,
apareció el dia 22 en Santa ElIfemia, ¡lc donde olieió Ú
las autoridades de Almadell, y al dia siguiente ante los mu-
ros de esta pohlacion. El brigadiel' don Manuel de la Puellte
y Arangnrell, su gobel'lladOl' militar y superintendente de SIlS
ricas minas de azogue, habia previsto la prohabilidad del
ataque y la imposihilidad de la lldensa, pues las furtifiea -
ciúnes que teuia .\Jmaden bastall<1tl apruas para 1'(:.,i~til' ¡i
los ataques de las handas mallche¡.ras: y, para la llefcnsa de
su recinto, no contahaeon lllas l.I'opns (11Ie las lllalHlada~
por el brigadier don JOl'gC Fliatel' , gl'fl' tle la hl'i!)ada de
E:;tl'cmadul'a, las clIale--, llllida~ Ú lo~ llaeioualc,; (le la po-
blaeioll, fOl'rnabau Ull total de mil y doscientos infantes y




tÍ(!lllo odwllta (,;¡/wl/os, l'!IlJU';¡ odw lIlil de lot' 11l'lIl1el'O~
y mil y (losciellto~ de los ;;egundos ) dos piezas de arti-
Heria, <le (llle eOllstaua la di,ision enemiga,


A pesat' de h\s ]'eclama<.:ione~ del hrigadiel' Puente, Ho-
llí! COlllllllicó ón¡('lIe~ lel'lIlinallte~ p,u'a que AIlllauen se de-
li'll(li('~e ; llla,~ no procul'ó silIWl'~e eOllycnientemcnte para
poder acudir ú tielllpo ell su SOCOl'ro. Lf'jos de rso. desde
Almodoyar dd (:ampo, á donde hahia avaJlzado, y llesc!e donde
poclia fácilmente ('[l(,I' sobre los espedieionario:'i , retl'oeedió
¡~ -;anla CI'UZ de \luclela, distante nad[l mrnns que ycinte
leguas de Almaden, Imhuido de la i(lea de que, á favol' de
combinaciolles estrategieas, le seria fácil descubril' y fl'usll'ar
los movimienlos futuros de Gomez, H()(lil, que siempre su-
hOl'dinaba los suyos ú lo flue ele sus cálculos deducia, sa-
e('ilieó ú estos las necesidades del momento, y contento con
¡w¡,srfwÍ!' pOI' el lIlapa ti los c[ll'lislas, gaslaba en estudiar
cieJlI i/iCll IJlCII te el [('rn'lIo UII liempo pl'ecioso que habría
clIlpleado mucho mejor ell 1'('('(11'('('1'10 con rapidez pal'a ]¡w,--
cnl' y lJHlir ni enemigo.


De este !llal sistema fué UlIO de los Jlla~ Ilolol'OSO~ !'t'-
sultado3 la pt"l'dil\[l de Almadt\lI. Embestida la pÍlblaeioll á
las siek de la mall,lmí del lEa 2:3 lle oc !nlJl'(") , la gllamicioH
pudo impedir durante algunas hOl'as la entl'ada 111', los ('al'-
listas; ¡ll'I'O, llegada la J\ol'he, ill(!'ollnjr"l'onsc esto:,: por v¡)-
J·io~ lJlJIjt()~ Ú un liclllpo, y la tropa y la lllilicia, acaudilla-
da, pOI' PUl'lItl' ~. Fliu(cl', fU!'¡'OIl ¡'¡ bll~c::lr refll;.tioen el ca~~
tillo, del cual se ~pode(,¡il'oll lo~ ¡'¡\cciosns ,·114, como lo ]la-
bian 11Crllfl d dia ilHlel'iol' del hn~;pital y tic la iglesiu ; eOll-
verlidos en fuel'te:,. Con f'slo~ CUyt'I'Oll, pOI' consiguiente, ell
rOller de GO!1lez los soldados que los gUUl'lleeian, y eon ellos




~1I~ g:cfc~;: P¡if'íllt 1 r l:í¡!:!I"r~ l¡/~ ('¡¡:d!·~· .. ~'Hnqll(' \rn('id()~,
d(lj,ll~nn h~I'H fil1(\.~t:t ~:H !'I':r:¡(;u'¡ntt de L1i:ifHl'e~~ ,:diej}ll;~,~


~!3d¡'¡d :I!:!'i;' . ..:e r:l :--n :"\'t1l) hl:~ (:~i¡'lr~' '·(I;>,¡¡t¡¡ri·jlli.I;~. ~'I
1111'Iitlo r\::llndn; 111I6!\1 ,,1 1,';:(11111<1 di' LI ,iii1:W!Oil,.(' !dl:dt:1
V~l P¡'uJ':iJhL¡:l1f:llite di\'ididu, Lc~..:; !,l,Ji',;}i!f"; ~. lo:; ((}i/j(. :!r'f i)\
d~~ lH'~A 1'(i~qru·t\.(~i:ll·Ili1~ :tunq!lt' cnn Jl:,tinto,,: lIor,1hrt~~, (111
':t r~t)pn~l pJ}¡¡i{'a q'l(~ se ~l~!';:! i!n ! ;"tL~, ~ ll:-,,,-,i:'t I¡¡tenfil-
rOIl I'e:~t:l~;ie{'e¡~ 185 rt;Jvl::':¡:~ sne >·d~Hl;~<.:; p:-tI ¡'¡¡'¡I i(':'L":' ~ llil JI ¡ \ d
dt 1 t:lllln ll,-c;'u~d:dlll y \)l'í~l:C:~ d(~ l::~d1) d(>:!¡'(~\'n {I~1 I~~:~ ;ij}-
I ¡'.t'inl'e~; l~pO(1~~:-: i.1 on:-: t;l t1clonale:--' .


El r"¡d)jp¡'110, pi'nhihi(,~1d!.) rl~!;\s i't1iUIldll,\l., , {'yilando
,tll'~~ denwslra('iol1Ps poplll:~l'('" :'11 :¡lli~ (,1 (,\,,'1;\ \('1', \ ,'íl
pfeclO se de~c\lJJI'iall, ~;¡I\\()l1\:\" de ]\I\~lilidad, (":,Ircl'Ílah:\
rOlil!'a tI las pil,il)ne~ pl)lili('~:" ¡le l()~ lihel'ü!es llHl', r\a!:(' ~
1'n"o:.:. :-;11 ndrniil¡~~i':¡l';:)ll Ci'J t';l!l!:J;'dida ¡'IiJi;;) all¡¡('(jti~li1lt-­
('ioll;:! : :1l'l,jil'al ia~ d:'! HLd l'>~f:{d(¡ dI' la ~:-lií!i'!,¡~ Sil 1,1 h!H'¡;l
r\-::.:..pon~:1LL~; se !l' ~\C,,:--::dJ~l d(~ (ud;l":' LL1 d(l:-:~:'jln;',i:'l~, d{~ tíi'
d:ls la,; cnillp!i('\ci,liH';, tii' itidu: lo¡, Ih'ii!~iIH qll'~ l'ü:tl·:diJí)
:d pal'lir!o dlli¡¡iiliml(' , ('1)!l1i) ~:i !odi)~ i'~I()" nl:\i,,·; I\:) i':[(" ('Ji
t'r~I1IICldo 1I:1tllnd li;< 1111:\ I','\nlw,¡o¡\ l'idi,'ilb \ ::,II',I:l:,I'!
qHP c(u'et1ja ll(:. fl1(l¡'Zlt p¡l\)pia p~u'¡\ ~ah ¡U' pOI' J ¡lt.~d j; h ¡'L'\-(,~
lucional'i"s el l!'ono de \sal)(~t ¡¡ \ tl¡ lihertad, di: ('i1~O n01l1-
hrr ~ de (,!l~ í).~ dej'í'!'::Ü~ Sl~ (lh~L':'~~Ji~ llln l'~c,uHlaln~a¡llpnti\
f~:1 di8 :.!-! de nelllhl'e, (\ ·,i.~ti\~) L1 ~'{';:ln ~!!,!!i,-\¡'ilndnl:1 :~I ~11'­


lo dI' la aprl'llll'fl \k la," COI'li':; " ["\ ¡') d d:,'('IlI',:¡¡ i ti" l:t
C(Jt'OIl:1 1I11f', f'll Ilwdio di' ~II:; (',:I¡¡di,i'li\~ \ li<\lw,t'I'li'; 1'1 ::~
q'~, lllllliu biCI! ¡l,' Illnnifip.;lu b.; ~Uioll: ,iJ': ;/,,] ",·Lit:i'U"




"1 l.


la del IOl'JLlr "ilu¡)('iO!1 d,·! :<':", !'" 1'11',,;:0' qUl' ('OI'll:\ii
la~~ it~~titt1'inl1(l~ .. i}t.' h- n~;:~I~:('¡~::: :~q:)a!1!f'(T~l:< sn~\l la eran
B~'et~!ú.:l~ ~.- (l;";O PO!" j¡l¡¡':;.< :":l1l:.~·j¡'j<;:"; {\ l<i'¡~')llI!j~ dt1 i~~t(\l'rs,
alixi¡¡::\ha eJit'::1;~I¡J{lill(' Ll 1'1'", :)!!l~'¡ l¡l ~:(' l~tlC' ~;¡'l~b~d,~\ de :<er


¡,~¡¡.!¡)l:t. L:\ i:llltll·i:~ 1':l~ntd¡:: ~',¡!I ¡¡lJ¡¡'/tl \ il~· ¡¡i,1!,\ ;~~lij;! 1:1~~
li;¡}i~J('il'¡Jj(~~ q1H l Ir i::!):!'¡ili:1 {Ii 1¡,:d~uL) di' !:1 Ct~:HII'¡qd·~
\1;;tI¡Z~I, ~\. lu~l:1 S(I h~111;a nt!~.~':~;~O ~l;J>:fl:\!lji)lltl~ :t !l: I Yill' ;;tle-
Ldllrl d¡.~.p;):-;¡i<dll(l:-; 1'~·('i(l!lIPi:l(·n!\¡ I;-I;u:-Hl·~~ IJ[Il~~\ ~1:npli,H'
-,!¡ Cdnpp~I~H_'i¡)iL PUl'lil~';d j'V¡,L;::1'l;¡:: :':\t !!I_~:dl! !ir)!' ll.') ~',c'l·L·
l'() . .,i!l!e dl~.~pl'(\¡Lhll·.-:(l :~ni' i:¡:!'; 1:Ci\l;::! d<' 1~nJ";' tl'i)P(\~ qlIi.~
!H,\,p:-:ila;;{\ para d(~r(~ndtl;' I,'H :.'d p:'oP;:J p;l¡.~ tll /\¡'d{~n ('¡)n~-­
¡it¡leian3L ~ln!!II:,Jz~do lfHn:)!l'll ~dli pot' l:l l'e\~Jin(';on. _\lgn-~
Has dr I~~ potencias t[lle no bbian \'cconocido lo~ ¡](,l'cehn"
di' bnl:d 11 H('.alJahall (\(. I'dil'al' de ,,[nlhitl sus \¡~P::,CiOIlCS,
\ ('1 .~,:-:\¡iliC'li' ;1" 1;1; ¡h~ ~;:,¡¡¡;\:~ 11:d¡I,1 :blo tal·':, Jil\1e c ll'a-;
,Ií l !li¡>(ili:l;¡d qlll~ I l ¡ nlj.'~i)jl)
Ill'i¡Hl1'~:e ;\ I¡)~ de~;\n,~ d~· ~UP;(I!
!'>':lHlúH :\ ~il cl1e[n'~~':1di; dt: !l(·~~d~·¡.l.-~. F!l (11 i~ll(¡¡'¡()l'" ln'~,
\;\I'('illl1l" l'I'(';!ni:1ll \ a"oLlb:\ll II p~'i,:; ¡.! (!l,¡i"it dI' b 1.:1-
,'¡(l::ti:t Pi'~l (' I::~litj)':,-); l~l~ I'('n!a~~ l.tld:)~ t' . :,t:d}:~n (':npl'¡i;~d~\~~
por priln~Ta \ llZ h:d:itl :-:id 'J r!'tl['¡~:r) IJpjni' d{· P¡¡~~~l' l(;.~ in-~
\pi'('~es de la ,kud:\ ; ~\~!J):u:l:1-~, ('i! lia, It)du~ l:,~ I'lIrnles d,>
LI riq\lc'l,i) p¡'¡i¡\ip:1, el milli"\!'l'io Id/i¡, I('!lid!), dedl' ,,1\)I'j.


¡'l,tlil:-;.


T:1! (!1'\\ la ~;¡l\t:~t'¡dj} q\le 1I1}:-;'ltH,lj(lb~t ('1 di~tlt!,:--,;) dt~ Ll
(:C'¡'(¡lI:l. \Ull:l, ('1111'('1'0, '111(' pl1,li(',:¡' !llejoJ'8!'L\ <(' ofi'(>ci:¡
tu 1'-.\1' d(lI'llIlIl'I!lO : d Il1jlll:~li'i'jo ~I~ jlonia ¡'; ¡¡H'!'!.'!',l d" la,
l:IWll'S. ne I'lb~ tI('í'ia \.\ lo r~pri'¡11,8 lO,!/) : \, ubdicanllo




\:-ALE~ \IE HL\!JEL [1.


su !lllllCI' , ~1I illiciatiYá , :,ll illt1ucncia, t:lIl1'c3úbase ciega-
mente ú la ","Olllllta<l omnipotellte de los t'rpl'c~Plltant~s r!pl
pais.-:,Yucstl'as decisioncs, \dí'<:i~11I los lI1illi~lt'os pOI' b()('Ci
,;,Ie la reina' sc¡'ún sin duda conforllles C¡)J) la nl'g('nc¡~1 )
"la gl'ayclla(1 (le las cil'cllnstUlr;ia~, ) ,'11 ¡,)~ Ji)i'di()~ ,¡Uf
))pl'opOrCiOIlPis ¡'¡ mi gobierno, .\ (~n ¡ns Ilw(li(la" ftíCl'lh ~
;enél'gicas l¡lIC tolJlcis, i~slú eil'mdil la ('oll[iallza de tel'mt-
"¡liU' esta lastimosa ¡l;llrl'l'a civil, pI'illll'l' anhdo! nf'l'e~itlA
)l)l'~neJ'il del pueblo espa¡jol, !file ludo lo CSjWJ'il dI' ~ u,,~
"oll'os.» Y:lgO é ií,co!ll'!'rlllc, clIandu bl) i[j(~\(\l'l() en ¡aLiúó


',-los tiernas puntos que abrilzaha, soio ('11 IIIIU de pilos apa-
.'ceia el, dbcurso de la COI'OBa csplícilO y Cüíl~C(,lIcllte, Es ..
te punto era la necesidad de la rcfol'lI1a de la COllstilu<'iUlt
que acahaha de proclamal'sc, reforma fine no vacilaba eh
l'eCfI\nentlar eon todas sus fllel'Zfls .. \si, l)Ue~, la Constilu-
cion er-a ~ ti \lll e~tot'h() pal'a afIlie! gohil'1'1l11 '11u' Indlia Ila-
ridli 13011 ella y (/ue pOI' ella i'\i~li'l.


Este di:-;cUl'~o, Ú '11If' pl'ccl'11ió \;1 ('l'r(·!llOllia dt~1 jllca-
melito jlrestado solctllneme¡¡ll' pOI' la l'eilla t ~ Obl'l'naÜl1I'd,
lllé conlesta(lo en el a('lo, segun Cll~tl¡¡IIJ¡I'l' <¡lIe pl'eserilJia
el l'eeien adopta(lo código político, por el pl'e"idellte de b o
COI'tes, don Alvaro Gómcz Becel'i'a \l¡ y, dos dia;; lle~pne5,
votó el Congl'eso un proy.ccto de respuesta 1'('(lnci(lo il \'\'-
produci¡', casi teslualmente ~. en el mistlla úrllen, las ideih
cOllsijl,lladaó' ell el di~elli'f'O ,18 la Co/'o/lrl (~ . (:Ol!fl';í ];¡ (,(h-
tut1lhl'c gencralmrntr ohsi'J'Y<ldn ell l:lk~ ltl'H.¡iúlll";, llilJ;'¡Uil
¡ncid¡'ule notable Ofl'('('ió ('JI a'llwlln la di:;Clbioll tic! iHell-
sage en respuesta al disCllI'SfI n;gio, hahiendo lo~ díputado:!


(1) \'~ase apéndice número 3 al fin del tonlV.
(ji) Y"3"C apéndice número * al fin dd tomo.




t'on\"cnhlo ,-:ll nu ~>'n;:~,L~r¡¡¡'!;' (",'}H1 í1 ~~alül'() p;¡.nJ iJt;:~('i.lf' 111
para lh:úi\Hter rd \rti!\i ... h'i ,/1,


LI) lYI:i\I.'¡'j\I" ti, ",I(''''':¡I
h~ fflallclla r!'tI' 'o,1)L¡'l 't ('d-,") ~;Hji,r:;lI L-~ .... c'~f·;J.tldilI(¡s d{~ Ja
Gt':Jllja, <llIh¡I; .• j.:; ;'i'.:" ,'" ,: 1" , ;'!"C ,í" L¡ IJi:i.~¡f>Í1 "\ ~Hlle la
1:H((Jl'{( tnd~l C(I(llq ¡ni JI;if'¡id¡) ~rid:lJ.¡¡e 11(" {¡'OHí):; de nquef.


~ílltl:J¡J("'(,CI ~í,Cl, "jli f":I"'U, p¡¡e~, un 5,.L. Üü" [liJeu;¡s
hnl,inH lH3 C\)!'!(,;-, t jú: ~¡_I-'t,· !(~ ,~d'~ !l'({t~;ljtf~ f fliC ~Oi,il:llJli á
su drl¡¡¡rl',íCioll mw prnp(l~¡cíOil de n,:!;C;:in y seis Jipu[n-
dos, l"c;!;¡d¡¡.!:¡ el! t'~1 e,,, lenl! ¡ji(, .-~< LI~ Cnl'¡e~ i!cncl'<lles
,de la J1¡¡Ciílll ,:o!HLm:;n Ú S, \1. b l'eín:J (.d¡CrnaJOI'3 el
'Utulo; '" \;l "UI¡li't¡!¡H¡ de Lit, dill':l/i¡C la PlCIiOl' edull de
¡¡su a\l~"~l\~\a hija doiw 1~;l\¡el H. '; 1>\:1 disj111o,icion, conti'u-
rí:.l, en cuanlo ¡jI fOIl!lr" al testo líter:"!\ de la Constiiucion.
la cual, '~n liíll~llI1 1":',-". ,¡tll11i¡í¡¡ 1;1 j'r:r,'ilí'j;\ de una sola
rel'~n!i;j , /1' ':1'<1_ f'/l "II;llilol ;l 1:: [Ol'm,l ;le "U pl'C~Ctlí8Cíon,
al rl·~!tlnlt't1in de. J¡,.: {.(tríe' .. ~iU!~ 1)l"''''!'!'lh¡;l f·ic~:fn~ !¡~(ÚlliiL;S
y f('l"ln;!líd;lth~~ p:U'il tH·(-'.~~'lll;\i'. d;,;",'~~íi!' ~ ;-~pr()i,(ll' Ll~ pnJ-~
1)(i~í(:ilJiJ(',c tll}d oll,[ein ft¡:,,¡.: ,dll'!i'¡' ¡¡I.~nl¡ ;ll'!l';olo ¡Ir: líl ley
fundm!lJ~!lI;d: p"ro 1:.1- (.')1 [ó, I'l'c';':i¡¡diendf, dI eSli), NlllS¡~
¡h'r:lCi"IlI". (fiie l'i"'Cíil'¡,kw kwcL' \';1!ci' ,jigtllHh diputados"
y ha.;(',,::dn \'\1 ~1I l:illil('l.cr l[¡' con-lltul cnte" la outoriJad
ifue. p<ll':\ :tll' (',1,\ mHc~U":\ ¡le ;l(lL'>-l'"'!i illa r'cin:t GOh('l'llíl~
d('f'd~ 11/; }('':'' ('F.ílíl.)j"I.I, i:J. ji ~ ~ :.~)jllJ:'o:¡ ell ~-'1~tn~¡dcl'ni~¡tH1 dit"ha
pI'O!",I!C";~, J"'[' ,'i'l,'p""I"" ,¡,,; \ ,¡~.!j> ':I,lilj'a (JllCC', \ la ill)l'fl~
j¡flrnil '¡("~¡'¡II", ,,1 J:¡ ti, lI.-:<,i,'mLt'"" ':i;\ dI' dq')¡I !s:¡]wllI..
IjDtl eil:<¡l() Y(~i}:lI~ y ~:n;¡(L! \.;)!r; .. f>·)n~I':·~. ~f'!S~
Ya~ lil1;IJ':¡-()'<I. I:m¡;r'l'n. d .. lo fjl:C- l'H ["Iao. \'olaeioilcs


P3i,p('ia. la í)po~j<:;r;n ¡lI'(";('ul¡¡ha enil ¡, ~'riH'lI('¡a propo~icio-
rm¡I, 1\, :3




lle~ elll'~\líJi!l,lda~ ora Ú j>ilIJ('i' ":: lr!¡\ ,\" jltil'\11 111~ :H:,(",
de! mitli51E'l'io, UI'¡i Ú 'U~í';(¡lr ni!, l:'(,¡il;)~:\ be ler"I'¡J1a~ qUe
no se HcolnodaL~tll con Lh iLli:i.I·; ¡') In...; ill{('¡'(I~r~ polllíc()~ de
la fl'flccioll lJl¡H (~\¡dl¡lda del piii t:riu ¡iLe!';l!. ora 11wdmenic
á im'ndii' In" ~iI ¡,ih¡ellni!', dl'l ¡"" :1' l' ejl'f'il! i \ () Y redllcirlo
:.'i in impOI!'iíeia ó la l¡lilid'HI. Fi!;uj':l'¡a ti! cl 1Illiilf'I'O dc (!~­
t¡l~ Pt'ojlosir'jollCc' Uil:\ ('nc:\:~liilild:í :1 pi'dil' qtí(: la~ COl'tr~
nombl'¡!~(,ll dipllb,do;; !pI\, rl!I'~I'!1 id CU,II'I('[ tl'l'!l('I'flI dI' ('aria
lino- tic los riTcjto" de 0/lI:I',\I'Üi1Il", ('(lB L!rull::I] de [OllH\!'
cuantos llatos)' ll()[ici¡l~ ,iIlZ!.::\<Cil (ljli,rll1IJ,I,'; al eh'lo dI' 1!'nf'1'
á las Cortes :ill'OITil'\I1e de' í'l!;1!1!r) ;', t'-LI- fil<:,,' ,'I(il ti Cl\llvr-
Ilielllesal)('¡" Hidicula imil;wi;ll\ di' 111;\ :::'1.1-' 111,\- ¡,11;11('-; 11)1'-
dida~ a¡\oplildn:~ por ll}~ n'\ !illW!'lIii1rid"; 1;,' 1:: " "I'illa ::",lllci¡t:
complie¡)cion de ll\ln ¡l, "':('('¡I' :¡lIe 1''';\11\ 'í, (¡ I,,'-¡\l' .ido~ 2:1"1-
ves illCOIl\,(,t!i(,lllc~ que l'll "'" :¡dl,liíl.'i'm vl;i:lI\ 10doo.; IIIS hom-
hl-¡e.-: ~e;}~lltu~~ Ú piqne de ~¡¡);",lb¡tL''''';; idIC-'-'¡1I q~'e ~u!O por'
cual)'o \O!Ii~ f:ll', de"eck ',:'1 :i L. :1(,.11',


GI'ilude dj":'l!'t!S~~' ('~I;i~Ú Lii :";:ld¡,].¡ };¡ H,dj,.·¡;1. ~:p jI) (H~UI'-


l)l','~eclh'iG<l de (~{:j:-~L'/: .:..!.:- L', ,t:: l.:- ~ ld1'¡j ,;;:\' 1"dd:tHi~1I ("1111
¡úPI'zas Iiluy ',\lp('j'¡"II'~ ,'1\ 11\':\1,;'-' : ",:itd,l'!. i!" hdJ!:;il jJCt~
dido da,' ~llt:JllCe ,deBe;¡;:,," l:'~:;jI'''''' ,1;; [;¡ j,)":''':;', di' Villa-
rohletln, n! ~~'.b;(k~ e\ li:_q' L\ j~ld~'~';':¡ t\' Pila l¡;dJl:i(;inn itilpOI'"
tanll~ ,\' L:! l-('¡¡'dirif!' tI;, ;,)": In:! : i'u;d¡ '1: ;~ 111(1'- "-~.l1¡]::dl',~ t1.1l ('11,'1
ri~fugiado~. ¡':if nb~~HH~{' i':3;'! ¡''':I' #,...:1:,·" ~:\:!'l'j¡:.; \;11 ;dji dllJ'lliltc.
m¡¡~ tlell'l'illla 111'L\~ ¡'«nl,"1 1,'1:,\; 1.\, !i:,';/'h" 'l"'i¡ií'iollaria",
Ohjeto pl'ineipal dpl d;-:"il c !1I 'li!:' IJi' d" ¡¡:Il,!a t~wdi,l Cl'J l~l
gobierno de ,\fall¡'id, :'t e,,;, :CIl.l'f)J,¡ I:lZOil, pOI' cierto,
se ha(~i¡¡ l'P;pnnsahle ,]" ,'.10" ¡k"',,i¡d¡l'o-, ('\lipú\ll;oJ¡, aLÍf'-




,o 1


(i.(1 las (1ispo~i(~ifJn~ ~ :le ,,~~~-.. grji: j·¡l!t~.::;.e dr'jnhn conocer.
):n, y Cll \l:--L.t tL; ~ <.(" ~;~! ,;u;;~~\ ~C l!:.tJ}¡¡)~ de~tlc la~ pri-


una i'i'dlli:':!Otl !Ji.' 1l¡~'¡, ,;¡pui~\~L; ... P t';~ ifiJ(' pl't)pH_~i~l,;;"¡\ ~n rl
InY~ ~¡¡'«(J 1¡:¡'¡nIIIP ¡¡" ... :!:l;· ¡(¡~, nH.'~¡_~p~ d(' !l'¡":niu,tr L\ HEí:>I'Ll
~h;t. \ ('11 ('r~'¡~¡n, (':.l,\ :"~;;I!'~!(f;l, C~-!~lqfHI:~;.t dI: rr¡"}Z[:.S·-' t
Cnhalk~l'u) (~¡d'(';:1 L;!! ,';¡ ",!,~'I, ~_ .:q·dt·c¡,I~ ~\j'(!(~L\. rl~pnuHdel
<\lrj;), ~\r¡¡na ~ dnn PII;L',-· Gil, pJ;·TdJ~¡). \' 1!J:- CGl'te~ fUCl"On
sucesÍ\'Híi),'ilte "i,l',~h::ln :JIi'U!)~h r:¡cdid:l', pOi' lo comUil
cllcnmij¡;í([¡'~:1 C"níl:nl<1l'. Jii)l¡)¡~ll' ¡'¡ m0dificar las ya nlÍop-
ladas pOi' el milli~ÍlYc; ;uiÍ:'- ,¡l' ,llJl'ít'se h lrg¡~lallll'a para
aumcnl.w le" n'¡:lll~n;: ik ¡\(irnh¡'t'~ y dUií.'ro, para' sofocar
1:1s cOÜ~pi;'ilc¡onI'S C,)¡llI'a el orden c8lalJÍeeiüo, pan) perse-
gUil' Ú lo:; cnemi~o~ de h ¡'i'cien pt'ocbmaua Conslilllcion, y
pcm1 rH'(~rni¡ll' ¡'nllllJ:,: lí" Ó IlW1H)j' hl';'Llt'z:\ ,'¡ ';IiS 'icct:1l'ios Ó
lll~fen.;;tJ;'l;~. \1:.1 .... í1~'¡:TIII (·~t;)" ji (I! , /ina pi.lrt,~~ n0 Bell3s:: los de--
5C():3 d{~ fllilChu";, I\'ií('. ¡¡tI\ er~~~H'lt~-:; ILJ in!ni~ü':i'jo~ tenjJB liu"'""'" . . ,
l~~r~',: \ !J\:-¡~ti·¡!L:ttl 1;;-,1:); lió en que el Congrr:::o se pro-
I¡Uiiáj~e l!t;.,¡:I;,hmh:ir (Olltr'a lr,s,"'cr('í;:U"i(l~ dd des-
p;lrh~-" üi J¡a;lli~t'i p~-t¡' 01T~¡, a (:alrn~u' la 3n;ledzHl ¡lÚ-
htil'fI, pi'c~.,(:n\iJ;;i\ elJ l:i ,;r-,101l del 31 de OC<Ujíl'f:, una pi'OpO~
~irí0¡¡ tll' IWi!U dlpliU\iin~, (\lIe rué ¡¡p¡,oblilla ('o 1'1 acto, y
I'ij, l' \J\I.¡\~\n ('['1\ '(Uf' ,,(. ¡lieif'~(' cnmp;';i"ec,:l' unte In l'eprescn-
Ll(~¡¡¡p 11;11 ¡,;It~d ;'1 L-.~ jJ!'I!\'~\i!1r)~ dí'l ~nhJi!ete ~'l d~ii-' L'uriltU


[~I;.L c'~ h 't:r-t~;·~i:. !.,j'j <f'Lt¡¡L:! PdÍ' (':d'-~I.i,,--'I~~, P,)CíJ i'nyoilahli.;
~\sl)CClO~ En ('l ~\()l"Íf¡~ ílUL' :.'r;-; t~":l',t~~ nL.'¡lU~ íHal ü;3ill;JS CO",
~a5, I"'lltli'l:,ro. ;:( lel ',,;Z':lJ, no ilnhírt podiclo por
Hí~\l\l \iC'IHPO,'liC¡¡i'C¿M',' ,le! 1"¡¡8il\Í¡, .. 1I ~[rf(' dpl ejército,




l'omo ~a, por' igual ('3HSf\. ~(' h¡,I'¡¡, \'i~ff1 ('11 \111';, ut:,,~inll im-
posibilitado de cOillilHliof' Í;1 Jl('j'~d;II¡'i"ll ,1(, Con",z, nuranlf
e'ile tiempo. rslllYO HI 1'1'('nll' d.-I í'jl':j'('íIO d ¡:rllel'nl /)l'ua.
pues don }'P!ll'() .\It'lldpz \i(!'o, 1'11 "liíPJI. !'IHW, lila" llllli!!llO,
hahia heeho ellt¡'!'¡:<I del nlHlllo ('1 gPllI'l',d (JWdO\;1. rué ~p­
parado Ú In~ p(leo~ ¡]ia~ j"ji' ", l:lilii~\f'['i() Ldafr;l\a. '111(;
tlrs!'onlhha de d h:\qa el I'tlllin d., j¡,¡hel'lí: Hl~,lJ(b{lo alj.\ulI
tiempo despul's ,;alir dI', '\i¡lIli'id. PClí' ~n~pCC,'I¡¡S ti" '111(' p:,I,u-
"iese eOlIlplici1do en !:h Hl:lq\,il¡:H:'(1Jii'~ dí'! !l¡)í,tid" ultl'a-n',-
yolueiouf\¡'io .. \ntes illlli d" dej.,¡, d 1I1:lIldo \kndrl. \'i¡:o,
habia dado el kigaLliel' l¡-jll:m'clI, !:nn';lllliallll' !!,uH'I'al de la
divisioll ¡In In RiiH'l'¡'. 11,11:.l In ill:Jlllo ;W('i'lIl ,'11 la" alln-
ras inmet1ia.\:\" :1 la ., ill~l .. k 1,lIdo",. 1':n,'ollll:III:I" illli :d !,U'-
nerill carlisla lIll1'í'alde ti'!) d(l~ ll:\I:dl"I\I:- \ I.'II:d,I'O esetltl--
rh'o lle S , lo 3ITojó de ht r-rt,i,.i.íli 'jlh' "f:\I 1 ,:'\)(1 , eml"úlllhh·
una pél'did:l ,'úll-ídel';¡]iI,· P!I IIp:!'r'¡,,, ,\ l\i·n.!')',." no\','-
cientos pl'i~i(1l1"!,(I<; II,iIJid,' I;Hjj,¡ 111'" 11'11.;],1.: "¡ilIHI¡¡ 'In,<
las trop:l" '111(' lo ohí"'li:,11i ;11,1";,11,,11 ,¡" 1'1'¡III'I"I' 1111 ,letO de.
indisciplillil, l'i'r,,+nfl:,d¡)¡, ¡,It!, "dl!ill:l\1 JW¡)Jli:" \ 111) por
ól'(leu di' ~1I" ;11'1"1-. h (,;'i"ji:¡H'i!iJl ,1,· 1~'¡l'). El gí'Hi'l'nl
O['ún, r'n los tr,'int;, \ 111' dj.," .11/1':1111<' 1"" "U,"l'''; l'-liI\(i ,,1
ejército Ú :-'11' ,\nltHl:" , ~"'~i1\',) ,¡,,:. "i,,:[1('I)\I';;;; \'1'I\I'l.iI,';')~, ~
ganó 'yl !.t de ~dieinlll'" In k:hlb (le \j'jllll'jU1TII. en la
cual fllel'lin n'(;h:\Zf\d:l;: i',m pi'j'dida h~ fUI'I7.as rndi,,-
tas jICI'íl'llC'r'jl'Il!"- :1 ni!':'; '-'I,,'¡]i"inl! ,¡¡:I' ¡.t.d", !'¡-qi01j'"d:1
pfll'l\ Castilla,


)'landadas pnr el gellt't al eadj';!¡J :':';\flZ. lllJ:¡'H¡'On~ sin cnl-
bargo estil~ fn('l'za~ jl¡:¡';:\1' d Elit'n al'!l!iii):, d¡~l" d!',;pIlI'S; ::'
c¡¡ número ¡le unos dr,s mil:. cmdl'ol:i¡<litos \lf¡mbl't'!', dividi-
dos en dos bal¡:¡IIOlw~ \ Irp~ p,"lIadl"'IH',. ~¡, Pll;';¡mil\arOll ~




.\S\lll'ias. L,pn¡'[:'i'1), '[lit' 1'1':( ,\ iI :[i'llt.'I'al él! !jefe, t , hizo
mUI'dwl' eH ¡;('l'~('(~tli'¡"h dI' ]¡,~ í"IH'di,'ional'ios y II las Ú¡'-
llenes ¡lrl 1I1'\;'i-il':d ik CI'IIJlIl dO:l Jo'/' \hil'b PCOll, una
¡'¡¡('l'!" IlI'i;'::Il!;!, \'11,\ ;:..; II ,p;", !t:d)(I !!uT~idad de lCi~!llll\azal'


, .


eH J;¡ ... E,!!:;jrL;(·íill1·:·.",~ di/lidi' 11:'¡.lli¡Ui:d;¡u!ut" l'1)",idii.Hl, con
nt!':I'" Ipil~ ~I' I¡¡/I) ,¡IIl!i' ;!¡.¡ [':H'I'plJ d,' f'jf~I'('if(, d~~ ~¡til ~tl­
h:I-!iall.


FII ~~~:I ~!':u ... tl¡.I'· ¡J'I'~¡¡~'1l !~~l'¡¡ ¡JIII t'ntl)l!CI.·...: I~\au~ que
"'Hba:'¡;;II' 111'j';I" p:ol'" ~~:¡J¡t;Li;:'''', d,' duu:I,'. II'il-lad~i(la~ pOI'
lilat' ;1 Jlj,,¡¡, ,];'\¡i,líl li,':",,' :, """ ¡!lH'l'i", ;llIk~ ¡'o ¡11 mism"
tiempo qd l ! ,,1 ",;:"; (":II'!: ,ii, ';:1111, n¡..,)lii:\li¡lla~, pl\e:-:, )ltJl"
('..;[n nIZUiI!¡,.' ¡"í" /,\:' "¡"i q~;I' '\ P"LI,'í,:', l',,\'n d,·felldl~l' 1(1
linea (\1'\ Y¡d,¡''':I, ¡thl¡'lI.¡lÍ;, ti 1'"'' , ¡,.~ ':ill'i¡~l:1" pOI' Yal'io~
punlOS ú nn lil"llll"', Fu 1'l~ ;\11,,- ,1,· \1!h'iZil'::"tlél Y de C1Io-
!'ilo1llli, I'('CiJllí'I'liil"'llll" "\i,.'¡'(;" l~,,..t'a~ ,\ ~cntl~ ¡u'trmd¡. pudo
I'el!lli!" dI' In;!". lu-: 1';111'''' d" 1:1 1'[')\ ¡¡¡ .. í,!. !"tiZI' GuilJPblde
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fcll'tUllit d,'1 ~'_;:H·¡',d P~'\!H ¡:n :;~;j!jil""j\ da\¡r, lU;~4;!l' ¡'¡ oeUl'l'en-
f~i(l~ tL.'~~(~;;'I'ad~d¡Jl'''' ¡¡ti:' :· . .':id·;~i~;-,J\I h p;;ll :-:(~í'rH~¡on de Sanz ~
l'\I~jp!'on ,'JI iJl':i;,!IO [¡ "in:!:.:! dI.: Lt:"il. El ¡,(olJiel'llo d¡~\llhO
¡'Ol't\\;l\' C:lIt:'" :'\ :\\\\il'\ ~l"L: :- ;1:;' ni llUcYO c~lpilan gcncl'al
Ik l~a~li\\:, la "¡",i:l, \1'11\ \¡\[illlio ~Lu'LI \Iv:wez, lH'llen de


FO:'ln:di¡Hl id ejc¡'I'¡l¡¡ del t'L'P\.¡ o~ pnc:~to Ú !:L~ lwdcl1C5 del
gCllei'al d(n! EYar~-:,Ii/ Si-'!; ~d¡;.~ít('!q dift<;O{lnL> IH'¡~:H¡as, (le lus
cuales algulla:;, y pal'lielihn'illl'Hi(' la lllnlllludu pOi' cllH'ig:\-
dier de !a Lgion pOj'lt!~)!lCS,1, ~;J]l CJyet,HIO r:)l"o di Curmi-
!)3tL :~c:. di::,~in~n~r',~~on rH 1:;~: ~¡):~, :-(~('n(lH'~lt:'J;'~ y rre~~:~xo1.




Cul!¡.'f'ra. Hland;~b;1 I;¡ .... l~íiT!;!...: ~·\i: ¡i"'líi:-' ,í!'l B'Jj1} \.t'a~:)n el
cnro!,c~ !~'-'H .1(")' .. / \f.¡¡.::.\ di- \Y"'" :dr. !P¡!:, !llCJIlI:- (! p,onpósitu
qUI~ ::-;lt ali!;.'~_·;~...,!~!r l";~'~'. I!~l !:~¡;. ,)\¡~!;_.¡¡~: ;:Ui'!';';i, !1il!~nna ven-
ii!j¡'~ 0btu\;¡ 1_";, '.¡11;(,i.:!rJ IjUi: dUi'I) >1{ nl·llldd, pr!'l) (:~t(1 1"1}!:3nJiJ
~:dJ~' fJ'.:¡·.;i,:\! /! ¡no~.~i',,'3tr) ~¡ L~:,: II'I~'.!'I:-" l~l~l! tO~qltt'a 1.'1 ;_!(Jhipl'nn
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~:r ~!ll c:~\..';\¡!~hdL\ 'jilt a ,~~, ~,~: t··.~J!·O\·t~l·'l~¡:"cn ;\q\h~U(¡ ... , ~norncn­
tn~ {lH '[lit! (>dq t'¡ • íJ:¡;L. ~.~ 1!t~·jJ'"'; 1.'J.ud Ik •. ,; Bl~~:-; Ó H!eilC~
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Hahíase, tl)!l fCt'\lé\ de 1 :llk Sdiel\l'!!'(', e~p('didú Ú !lum-
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Imll1do Ú don Fl'aJil:¡~co I>i"'? ~. 'lina il'~:,(f't()I' gc!!c¡oalde la
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,<r,clu(jnes !lJ 11' PC!'!lJ!li:ia:) ('ilC1!'5:11'''l' de e,le malldo ti'll
(( pronto como b" eil'l'llI1qnnci:i~ lo l'ccLilnakm)', , (estos ('¡'(ln
los lérm¡no~ de! dcc!'c!lJ, ~c le dió l:ll el mi~m:) d,,) po!' su-
plf'!lIC al 3(,1)(,1',\\ do:! J()~C S:l1!!os Ld,c:!',! ), ; y ,le led n[l!~\­
ri.dpzi.~ c:~a!1 ü~los (1c;h:~qtH'~, y (:11 le !n!!1o': i~o~· ~HIUl·1 t!c!~1~;OSl
35l'<waI'OD, qlóf, illlllih:únJülll desde luego, b I.c,-c'l'ún muy
pt'DlllO al ~('pu!cro, Y :.-n el !))3lll[l) ~uilt:l.iul Lle \as armas del
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G~·il!H.tcs era1i~ cutrCtd!ltt:'~ L,>: { .. :>:,!ü:~·rl'l:: ff'~<. llUI' d!HHiUtH'


(!, PO!- l!('('r'()tc ('ic~ n::'""IY!') d.'l. ,~(~, n'ld]]I!"': í~,ll:l l;l '-('('t cl(tI-I(~ lil' e",,~
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C!lpon~ : L'!I'!l~ ,':¡k'l'j:!;I" 'Pll', "Ü¡I\f! e""". !;,,]¡ian ~¡do II,'~~
de 18:33 lo;; \l'l',hd,';'u" gl'!¡,', ,j,> \;1 ¡¡hurl'!,!'I·i,,". \ pl'i!l-
ripios 111' sr liellllm' " tr¡\!ü :\l:1rotü, pnes, de illaU~UI'al' la
e:llHpllÚa e('1l l:t Imil:l lH ill\pÜl'!~,ntc l'lU1l') de Pl'ab de
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socorro de lo" sil¡¡¡dn~.'1 fll,; nw~ fl'iil en l;.~ opel'3ciOI1\'''
q\lf' poslf'l'iorml'l,te "III!,rcndió, :- '(I!'~ tl(,~l'!lJjeci'lai'ün casi
~i!'mlll'e lu~ ¡!l'!j('I'i\h'~ dí' la 1'1:11):). El di:1 ,i dI.' (I(,lubl'c. lUHI




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eotlceptuuth) y turt'ldH. lIdhu dl' J1,jiU' clln\~n,,!jj -: d(· l't'l'u-
.:::iar:-:e e!lFi'alíC'i~-l Cnj¡ (~i ildl_~lld~lui:' i.'\\~llitL'ru~ 1';IH'()uj¡;:¡~\­
h\"5 trIa:") tle ;":"·a~hli.H·il_qi qH(~ l,~ tL':))!-,:~i~Ú,\: ~;n ('li --q v¡;~,~){~ ;-d
PI'illCip;uill , Lejtl" dI' dl,,;;¡JI.::i!,¡)"P 1"';' 1;; III;¡:',,'::< ,1, ,¡l Di'fe,
lo~ e111~li~la2' c¡J¡aL\l1e::<~ qHt: ;",;il.~IrqH·(~ 11) lIlij'ill'llít l"¡¡j;. JIi~d(Í~ pjn~~
eeleÍJl'U¡"OH ~1I Í'lH"tida. Ut'~t¡t: ;lií1Jt.~~ ¡U·I;¡í'.'d!.I} \ uÍ\ In ia
¿.!llC1Ta ti lom¡u' en a!li!,:~b~ pl"lJ\i,,;:i,,, el e arúí.:li' l' ,¡ue an-
tes ~t'llia~ \ contiuu/¡ la opiniQH P!';);lUnclúnJq:)t~ d!~ d¡:1 f'U


gl'(~SO~ dl' (~:-'!i~ nl:~L ;'cc:(:."'¡(" /.! :..··i·¡~;;~·;d ¡ ~!U'i'¡'<t ~'I 1:\,., !nPth~
das de l'i:¿or< .\ d.·! l'i;!'!I' P,:-:Ii!d'1 a la cn:dd,lIl, !lDi'!lO de·~
eÍl' ~l la iJiH'll:U'il'. hizo ¡");:I'~::i' Ú 11" l:;III':I~ I'! pueblo de
Pillt:r,~~ t~H t:(l:"ti;.,uI dl_' ~t~dl!_'!' ~l¡-.. i¡d!,i!i¡¡dl;.~ ~_\\~',í'ii~H¡n :'u~ 110-
gflec~ ~'l la ;Jpl'O\i!H;'.¡~;~::1! {L· L·...; Il'(~p~¡"~ (ti' la )'\);1);\,


!';lWYO illCl'l'llwato t'.ItIl:l¡"'II, l,i!,' , ¡--n' i";" ':1",'''. ¡')~ 111;\-
le~ r.!é la gIlCI'i':; ¡·¡,il l[nl', '!.'iWI,;,¡i/.;,J;\ \a h:>!;\ ell 13s
IH'oyincÍ¡j" tilas pa,'Ji:c';\~ ,l·,; rCIDII, ill.·'lii':';'i\ \ 1\ ¡,,[I!l:b lll-
(plÍetatlc~ Ú 10~ ¡i¡HU:)!'i~~ ¡;,i\_'j ~"';dd~-¡~ p~~" 1'1 ; .,i¡I¡¡(,_l de 1.J
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f~ld .'~ ít1.\íÍl'i::·;u~z Lt\~d. ~ :;I~;dih'l'O ,\ !1~lU>;.lk~{IHdo td~~nno de
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~u~ patdJ!'.!, \i\o:"! al¡;~UI~~!\'" dí.' itt II'¡l .. IHla }iúhli~\l. H\UnZÓ
~I{JutlJ~a Ú d('l'i¡' i{l!.·-\:~·l ::(111"1'(1] l: !,li!. j':HIi:) l¡llni:-;tL,o de
I la Gtle~Tt\~ H,j dcl,¡:¡ ¡'¡I";jli)llíÍt:r ¡il' :,,',0. t,.'nd\:~·h~ ({,¡i 11t~¡ndS
,J)fj!/(J t:!:: In t n/u! ~q.;; i ,d -(1!IJC,IIi'~l\·;:) tl·¡~nl;t¡t'¡;-l d\d IHiH¡~tro
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t!'cpito~;,~ h(l~'i('u(1iJ !~Ul'. al ;--;,'gul,du tli¡J dt~ !~\ dL;etL.;ioll, ~e
1¡('(:I;II';l~e b l ;¡ !!'!'II,¡"".Í¡t, ':' I'l'il,,¡,:¡¡,'CI' ;'1 In \'u!aciolJ, la
el"d 11: ri!l: 1:1\, ,,':d!lc f'Oi ",'~elll;1 \ Cil;¡(rp \ ()l(]~ coutl':l
frlJiuf¡¡ , ¡k".


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lital' dl,~de e! dia :.t J di', :: 'c'\ l .... ,l~l!jilf·. en ([UC In \ n lug~H' la ac-
cion dl~ YilLíI'l,Joiclll, EXf)!];'!;¡dn Ho'lií ~ dimitiendo Cnm-
ha, ocupó illtCl'¡:HlI!l;:lltc ('1 1H;!lbtel'iü d.· la GuelT<I 1'1 Ilt'i-
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fllSioll Ú CfIW 1'11 \Lltl¡'[ll. ,\ 111:1, aun '1111' ,'H \j,idl'id 1'11 d
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lJ¿Qué Íll'llen se ha c~tahle(~¡,lo I'tI \;l ;1l1millí'-ll'<\I'ioll milita!''!
,,¿En qué l"ituacioH ~t' b!b b lllili.,i¡1 n~í'iOllill eH todo d
~)reino'! ¿4)lH:1 p\!(·Ldo I~S'<Ú :--l1_·,:.!'IIJ'{! d!l )1(: ... er jl!\¡ldj,'!(! ." ~aa
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,'llliHI,lh· ... j'l ~(I." ~Hi(\l~l".,;. \ di.' tí,dJ1; 'p;H'lr:-:, ,in {~J1J¡jiHlgo,
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"el eji-l'l'ilo ~jn \ j\'('l'r~ lli hn'f.it"k< L\~ I'l,H:~ P:¡-;¡V<l';; cnll
)'''i'i~ nlC'SI'~ dl'all,,:,'1 "JI '-l! !ili,r:I',d¡]e kt\¡:'i': 1<1~ plJ(~Lln~ ::"0-
, 1"11'\¡ll\d: 1 ell f!T:\1I p;II'11' 1:1 jl¡'{\\ i,il;f¡ (k! I'.!é:i'ci¡o ¡illt'llíaS del
)iP"f!,1l (le ~11" ",will'iIIlWlílltl·,. ¡;l!I'~ :dglll1ií lHlv (lue ¡lIIclle
I'\'uhl'il' b" ¡Ir dl)~ 1', Irí'';' ¡lÍlÍl;i ('OH d ¡Illporte tI" lo quc ha
','-uministrad'l: I;l mil:!!l ¡k 1:1 1'f'(':mJ;\í~inlj dr;;¡illada al pago
¡,d,' l'd'slail¡;,~ n¡·li.-j", '¡Il", ,':1 (,1 111,,:1111. han ,,¡do pl'ivi\¡~­
l)gi{l~ ~\!nHÚild(,~ (~jl Pi'jj de "'fiÚ:1L:d;1~ rC!'~()na~ ~ ~ la n1n~
;'profunda Ih'uri¡]:1d. "1">111,, m:) .. 1101'I'i1llo' (''llll'j' la- cucntlb
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paím ~1l1i¡ri:)!l. '\I'W~\kl :', 1",- ul¡ni~Il'(J'" fUllil;(ildoH: en mHui-
fI'SI¡jciO\l(-, I¡tl:' ¡\ J:¡" ClIl'lb ~if'¡lhaJ¡l\ dí: ItclclT d (]¡, Hacicll-
dn, (11.1 clij'Í~i" ¡I~:>; ,..,11 ,!li')Jt'lfH¡ il q!lI'l'¡ICÚ)jtt~~ th: [)giola~e
¡'iJ pI 1"[1';111",,;,,, !in :l., .I'~:;':,ir ,:!,;t'l"f·~tl'f' de lo~ inlel'ese"
dI' la del1¡j;L-~- ,:¡ ;,:: II,lÚ:I,li:\ CÜil lit lrwla ,,¡¡cl'lr: de no
,haher pndith J'('aiiz¡¡,j", ',' ,,;f)Il¿: fnmilia ;PI'(j;,f',2,uí:1) hay de
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"lwi'inWHI;íl' ~,i"I!('~ , 1\1) kmr:. '{lit· 111)1':11' t,f('f'l,,~ de pl'ed~




"'p¡t~ll:ilia, (ll'hil¡'iH,i¡"hd e ú:i,¡,til:i,,: ;,I¿tH' fUllI:ionClI'jl) ¡1Il-
»hlico, pOl'rn~l'~iu(:lt!:-¡. I'i~'ltl>f\.\ r',"!~. :{jL~ ·lil!:.:sl'~l~ P~\ÚSt"~Hlu
;,en ~u enlpleo~ :,i f!u~..,(' ¡~"I_<:_'~;::'; ~ ;'J. t·(;.~l' ti!;;" \ ',111!lan:t.J. ~a­
))cial' Utl j'C~Y~Ul~:~l~\:iltn. "(~O~H¡:! :d ~~\<):.; :ff)~d~)l'~ih!e in ~
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»)t',iou c\('upan\l¡~, ti !'j!!';_!f d;~~tij!~tJ¡¡ ;.1. hl.' i¡~tud a ¡l( j~(";'­
llÚ¡'tlell en k,.; ;:;I~'U", ¡,l ¡".iil~1 í¡'¡;; \ h l':u'/'¡<t!idc!',[ <'11 la
!,np!ieaeion d,!. h" !'I'/':::i;¡" \ 1,1; ":"¡¡~:;'. ,\ 'ji!" ['¡ l'~lado dt<
¡,la gU('l'l'it ~e h~I(:~' e~;·j;l. \ ~'! : a:"I." .. :::-i!¡(·, • í"""lhadu ~¡'da
);·pel1~jH' ell ~~iueiu;;d{\ í'!J.!l ¡tI·¡'(trid.~p", ,'i)!j !Jt IJf(;ti:','-. t~\)n pro~
, Iile:"::I', ~ pt'Otí'Si:I': .1,' ,i 'll;eí'Ílhd, \ i!jltl'\¡O ilí'nos ('1m ab-
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¡,(U/ill(1 \' ~.:,". l'¡ ¡.~l!~~L,i¡\ ,1'-' ¡.; .. pHci.:i,,·~. \ L~-·. ~¡¡,;';¡~ d!;1 driH;d
j)fllilli,~t{'! id! ~~ h:,!l, tI:' .i¡i/~":',d'~~I.· ¡¡IIj' .-1 \'..:l:lllI' Ú ;F!l' h~IJ tr'ai-
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i'od¡nja. ~i('H¡¡Hd;u¡;!d : .. ·d.:'~'iI·.~ ~'d¡d¡'a (·1 ;!-qhil'rUo )0 f't)n-
It~l¡lIld" dI' :iuh'm,.ulil Ú 1,,, i![¡·:" 1"" \'l~)pic;f)i' ¡',~í~; 11~IJ\iíi,j(;
POílii:\Il ll:\('erll' l\h jí:!;::" ¡",¡[lbi'," ,¡:te, "\,,I:'uíl'lh[(Í (1 lo"
lnini~tl'()s~ y dL'~;~;J.nJi¡ ::-U j'''}n'';(:¡'\C/\(:If);I~ :1:'L·jpild¡an ql\t~ ('~i'H
neecsal'ill uHir:~.t':\ ,J¡I}:~ ¡. d:Jdc." r¡¡lor/~~., ;l~ei~, Ú couliunn~
eiou el eihllJn pc~ iú' ;il'/,' ~ ~--..¡ '- :;_~d:! II!; Hj-"'H !.:. t; r!di\ 1'1nJ1,HUhIJi--
),te iHilihie, ~'altt Jl!li)~'idold rO' ')ií \ I'l. ¡.llt) )¡:I.lI ·,idu :" :--1);1 dU'{I'-
¡¡[::In[os solJenUII\, Hh~i\lll!\)<! ¿,\u lí¡,¡U iillflil\'SlO ,t ~¡¡ c\i'hill'iu
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n¡-S\~';I:':' ¡'ji \;1 i¡'il)Ji~I:( :~l;"';:'l:~ di 1 \ ',d¡l~~'~' .~.) na(·lOna!. :\l~:ro}
Ú !:t \;~l'J'I,l. ,L··.~,q!'" lit' ILi~~~:' Hodi! í'¡ P¡i¡\¡,.;let,jn. rnrjo-
r/~. ~¡q!litT;1 1:;1:.,':, ::!-\I;' '. ", j\n~! {':\:~U~d¡H(:ntL!, IHlt'dL' \lCtlll-


;..:.ilf'IT;j: .":'{·¡J.I~~-'. ,-.\:: t'!il;);u-"~n. 1\';12 Id;-! \¡¡¡(1; ~¡ ~dJ.!ullo qU!,1
~dr(¡ t¡'ÍIIUrd {!"il' <"'!"'(' l¡-~:· ¡'~ldi:-·Lj·~ í)11!n\j~.'''~IH ¡1Ii1' enlOH-
I't'~ L:" !l'Ü\'i!-' ,lí', h j'l'il\:\, ¡ll<: dellida il!¡Udht 1lH',ioria, tle In
ella! no ~\ll'i,;:,(li\ eH \ t'l'Ja,!,ne:lt> \Il1rlil!n ¡US llliHistl'os, á
111~ d"'::¡ci:'('l! 1'. lL· J!lPI'!!~\ ~1')1t~jdci>;tCl!ln (PP'¡ p0r pntonrp~


LI ,'''Ii': '1,:1 ¡':,:':;',I::, "11 'llil' L:II'IJ:'¡ ,';);;\1,,1 .Ir' la pl'O-
\ 111('1;1 d1; l.i !~:! :1 f'¡,/' ':'lil:,~¡lil ~<)Ii¡. ~':. ll:d,¡;~ \'i~to ohligada
¡i ,','í 1'(,"1: !, ¡';I i .i,¡¡¡'U" U ~ I d. "I'inlor¡', 1';1\ 1" 1I11eYanWJlli'
'"-¡íhr(' ~ h ir¡,;,\, I:í' .pl¡¡III' !'!t \ j~~H'(j~nlrltlllt{~ l'Pi:hf\zf\da por ,.:1
t ~!¡'I~¡Hit í\tl'~,!ilL,. tI; !di '¡¡'ji) q¡¡c cn;ttro nl1~~I~~, antt!~ PYHf'lHU'i{
\,-,\n riud:u! ,1 L '1\"'l'\IlII;\riílíl d,:] tlll'l'pO espi:ÜicioH:.\l'iü de
(.nmu, "\h\ll/;\'!.' :lIl"!;iJ ei¡ P6WJlOl' pOl' la diYi~ioll de
\Í\;,¡"'Z, 1;,,',':""',1;:' ¡'¡O" ::i'/'o,ií\l;a dt: ('~I(; punl0, que defendió


I"!!;'/;;::'¡;l,,. 1;,',:':1 ;":'" "~";Pl;(':'; !HtI' la lIli~lI1;l division ('jI
e'Ji ,H'¡b¡¡:¡. ¡j"lId,~ l' "l.! \;¡¡ :I1I,:,,;;I¡:1 1:, [llí'na ¡L' do~ mil \
:.;f¡tecirn!(,:.: ~;:í-:;idf\< ec;, ~·i{·):tft y \~cint(; e3b:::dlr,~,. 11rsue C:h-
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tal1d~.' ~u gl~Hh:~ hl ('n:d hi/~.i ;'1 B:)di! , i'~;!! Ii)!i!rid·~ dla~ de
~n Inn.ndn~ puhlit'¡-Il' nu ~J;),,:ljf II~rd\!ntl¡lt. L:t l'''llf'¡h l,je,iL
Il~g[lda ú TI'lI,jill" el di,1 ?:i, "di,', 1"Ii! I';ir,.\ 1:\1(-1'(';', y <,12
pal'fI \ ¡[[[\IIIIí',." dI' i,1 ~!,'fUICI, !I'H,d,: k (lliiu<1/, hi1e(~I' :11\0
su gef.' , ~:\IJl',Jnl' d., 111[1' h di, ;.",'1 ,j,: L, '!11;1i'di:l lI'al. ['u--
yo lHeJLHll1 ardL:d:;.\ d~' iit'j;:¡, i{údd L:\Lj;, !11'i,.!~I,L·¡ ~'! J,¡r:tict'jo
\ ~;,: dii'i!.'ia Ú 1, r¡¡j¡i!<;, '111.' \L1i','" h:oii:,j,a, ,'11 ~il'wla,
(fUe .\::l!'\:.H:f d¡'bi:~ d,~ !!jI II¡lJ!iI~:L~¡~1 :¡ ;.'dl (1 ¡ iJ.!iUI:·~(· al p!'i~,
mero lit.: I:;,tll,' :~,:lI':I';db, F: :l ,le' lI.i'-' i"'I\1\o,',', ('1!l!'¡"'l\dió
la ('~lwdi('ii)Ji "11 lli;II'dw 11:'wia T'il'I'i'II,ítl:I,i, dO!l,!!' 1""'1.,11'1/,
~u Yi:lHguGrdi;)~ :- d~· d!.Hllie !·l di;} :-i.~·uii'¡I~\' :-'~lliIJI',ll¡ l'qr ¡"i'-
den ,le Gonwz ¡'Uf'a Hl" l'[.;'jli'I'¡i\ lb, 1I,:',n:lo,.Je ,\(';1,::::011 \
Yil1l'n('i~\ C:.hi'i'l'H \ d S"!'I';lilui', "," .. ;1""[,,, ú,.il"liw nl.t' Pi!¡
HnO:--: ;~U¡¡hh,:-. ;.:ilt(·\I, ..... (,n!l ~'l j'¡'~!d d,' 1;: .... !; 1,;:;1'- 1¡1t¡1 Ú c·~t.."
gcfc~ ~t.eO(HpfHl(~l)~:I\ .. ,!.' qu,.ld,', ~ ,(,nll'/, r;''''~H:¡!{r ;:1 ('(í!I~~'·:'"
';:~IT'la~ eOHSJ!.!(J JI;i~t.t qlllfd 'lile. jI1f)IIIII:ld;i b ¡···.ppdic,j(l!l,
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dispusie~e lo mejui'. Yr\ pOi' <Ir¡uel ti, ¡1l¡tO, ;1I1,l:tkm entt'c
lo~ g(~r(~~ (',ftrlj~Ll·~, \' ;;(¡t~f!~ i~),l~¡ PiH¡'{i €,~(ltrHII. v t.:f,~}l~eCa




LIlll\O :-;OVE:-\O.


mny di"ididas la~ opilliones ael'l'ca de 1.1 m:lrcha y del par-
tido (\l1e para el I1wjOl' lo)u'o dL'¡ ollj:>!i1 dt' b es pe die ion im-
portaba ¡\(IOpI31'. Como quiu';1. ![lW ~('a, hullo en 3(luell3
or<]sion de plegiilSt' In ~ :¡[JI'l'hill dd ;:;rfe lol'losino Ú la \'0-
luniall de Sil ~lIpC'l'illl'. di' íjllÍí'n l'cci:¡jc'¡;ll pUl'!il' la~ (¡¡'denes
mas íCi'llli¡¡:llltf'~ .; oh I'i' jo 'jilP del)i" llflcer, y hasta trazado
d itinerario Ijue bahia d(' Sl'gUil'.


Ai am:Hli ('1'1' del :i, pi'imullció t;oll1ez su movimiento
pOi' \Iif1jf.¡Ja~, "OH nilÍmÜ de llarnar pOi' aqueíia p;Jrle ia
aíencíon del enr!i1Igo y [;¡eililar ia mal'l:lw de la coiumlla de
caballería. De,-tarando, pile', pal'a qn!' operasen pOi' la pUl'ie
de Cúc('!'('s, Ú los P¡1I'lid::n'ins HÍlH'OI1 y \'Io!'alrs, marchó él
á Villanue\a de h Srrrna, donde prrnnrtó. ~bs, ol'a liD i'C
Cl'i'yrse sl~gl\l'O en ar¡ud [('['reno, OLl f,~prl'ase sacal' mas
\rlüilj¡¡S en 011'0, tom¡', dl'SI!e E~ll'cmflll\ll'a el camino de la
Srmlll)n ¡Ir Bonda, pa~¡1 Jl'w Guadaleall:;l en la lrmle Jel 7.
Y rl lO P(li' P;ll¡¡¡;\ dl'¡ Hin. dr',-jliles de kdlCI' ('slaLIf'cido al
r[',,¡ir. un pllrllÍc ~(,hj'lo !'Il,uadal(/ui,'ir. ,\( anoc!icc('[' del
mislJio Ilia. ¡,t!cilJió OH'parl!' confidenci'll dc {IUi' la- alltol'ida-
.le,; de C¡,¡!'lloba • con un lmlallCln tlt: mai'ina y algulJos uaeio-
!lales, abandonandll 1';.;1 n ciudad, ll1ái'chaban ti Sevilla y debjilll
pel'nrH'linl'lIla Cllbta. hmediatamente mJndh que húeia este
punte. ~(' 8tlPl'Il:\;,;;e la ralmlb'ja, la cual, :-i hien llegó lai'~
lIr p¡¡ra l'ÚIFr~llil' ~u ohjrlo, lüi!l'ú cn r:iunhio sOI'pl'endri' en
ííll~¡ \'Cnla del ('¡uní!!!) IIll (,OH"',' dI' \'l'~tlmJ'¡o r rU'iIlarne¡d"
,l.'-illl:ld, al pro" Ífll'ial de F>ij,¡ !J din liJ, !¡lIt' Jin, ]I"gil
'in lí'Opip70 rdp:ullo b i'~p,;!ieio;¡ ;'1 Hnlldn. dt,lldc í'il'
11'\\. 11" ubst:1111t, I;:lllar"(~ :tltí Ur',k,¡iu ('011 mll ) (flli-
¡¡lentos illf¡llllC',~ y ciell cc\hallo~, DI' Runda, dr'spur's ue dar
dos dias de tle~('an~f) {\ ~li~ tropas, ~' dI' hu(,cl'se con veinte


Tom IV. íi




50 A~AC(S m: ISABEL 11.
mil cartuchos, ¡,alióGonwz P¡II"1 Gauein, de cuyo fUt'I'le ha-
bia ya tratuIlo, 111'1'0 "1\ q\l](l, d,~ apo(lel'al'~e el (,01'01H'1
Fulgosio. Igualmente iilfructlltNiI" fllf'/'OII Cfliltlla<; tentatiyu'i
para lograr este ohjeto hizo el c,H!(lilto dio la ('~pel¡i('ion; tu
vista de lo cual y de la illlpo~ihilidad i;ll 111\(:, por falta de
artillería pal'a destruido~· de I iplHpo para bloqueado, St
hallaba de haccr~e dueito dr úl, I'alifi(~ó el empeüo, ante-
riormente contt'aiuo por Fulgo;.;io, dI: no bacel' fuego contra
el fllerte, siempre qnc no ~c le hostiliz:lse, aun cuando del
pueblo se apodel'asell sus trora~.


Como medio de poc\rr prl'm:ulP("'I' í'1l Hlllle[ pais y ,1e
desembarazal'se de sus enfel'mos. J¡,'!Ja:!('~:- lH'i:-;ionernc"
concibió Gomez la idea, 'Iue I.'H ('\ mi.-mo dia t'llljll'ZÓ á po-
ner por ohra, de forlifkm' ú Cazal'e~ y de lomar ,\ San Ro-
que y AIgceir<ls para PIOvcPl':;e tle artillerJa, nI' la pl'imet'a
dr estas cillfhll!rs :,;c hizll dun-w, 1'11 eferlo, d dia 21, obli-
gando á OJ'(loiiez, 11111' ('11 ella manda ha, ú J'prilr;tal'~r al Campo
bajo el caüon de Gibra1t:u'; y ú Ld fillllto 1I('gó la audacia
Jd ~rfe cal'li~ta quP, p:lI'll contpnedil en ,,11:; CIIlTPl'ías, \1l\·,1
el gohernador (le aquella phz,\ '¡tIC e~(,l'ibil'l\: díci("ut!ole f(llf',
si atacaba ú O¡'llol1Cz en tC\"t'ilol'io ilJ~le~. le IWl'ia fuego la
arlillel'ill de los fuel'tes. Dejando, puc . ;, (~n San Roque una
pal'te de sus tl'opa __ , siguió Gunlt'z su mal'c\w por la playa.
donlle huho de soslellí't' un vivbimo lil'oleo con lllJ(IupS
ingles e;; y l'SpailOles (11Ir', ~itllados :i la emhocadura (le! rio
Guadiaro, por IlolHlcedwl'a c'l un Il\IenlP, Il'alulJan de c('nade
f'l paso. FOl'zólo, sin emhargo, el cnl'li~la, yd 22) enlró eJi
Algecit'as, doude, olJligamlo ú su gual'llieioll Ú I'l'plegal'se Ú
la Isla Vel'de, se apoderó de va['Ías piezas de gnH'so cali-
bre y otl'OS dt~ctos de gnt'IT<l.




LlBIIO N'OYEN(\, 51
En Algecil'~)s Ilesú :'t cOlloeimiento del gefe espedidúlJa-


rio f'! YC1'lladcl'o estado dl~ b-; fw'l'ws el'i~lilll1s. HI!Jel'o, que
habia tomado el lila 11 dll dl~ la divisioll tle Hodil, estaba en
('amino para Hondél, d'¡í1,l,· d .. hí'l jll'l'lliJctal'; por la p(lrte d"
:}IMa¡.m, .\Ini\' ~e dil'igia ¡\ ~~(\l} HU'[llt':\C\I'V,\CZ, ~ilUaJo en
.\j'('OS dt: la FI'ont'~I'a, ~1¡ItO'!l;IZaha I)(,U]1<1I' lo~ p<lSft~ de .\1-
calá dIO lo~ ~;azl¡]('~, I~H lnll!o <¡tiC Butl'OIl :_¡O 11¡¡II,lha '~H
.\I!Odina Sidollia, y E"pilln.-a en Jerez de la Frolltera; tOllo PlI(,
~ill prl'juiri(, tll' otras \af'in" rnlnmn:l- fllli' clllll'ian dit'ei't'Il-
tes a\"('llid~~, : ell p:il'ticllh1l' ,jI' la ¡JI' OI'doIWZ. rlllP, ",itUf,-
da en (-[ canlll') ¡JI' Gilll':lltal', !i0dia npPl'al' "il.mpl'I' que /le-
cc"zü'jo fuese cn cnrnhil\:il'ion eon las .l()~ pl'irnl?i'as de aqüe-
¡las di'.i~ione". Los rl'i~, i!l¡)~, en íin ¡ contaban 3lli contra
Gomez cerca de CllUrf'iita rni¡ infalltcs con mas de do~ mii
cabnllos.


Compl'pildH>lltl'i ](¡ ¡wcc¡¡¡'ia 'Jlle, ,'H \i,Üi de esto, ~"
h"ci~ '(1 po"ino¡¡ (-¡¡ üí¡¡H'iio, "iiiO~ , la impo5ib¡¡¡Jod de
,GSiE'iler~e en 2li¡í; ji,)r mas lieinpO co¡llrJ iüen:u; t:l" su-
pel'jore e;, j'psohió el gt'íl' cadic.ta aballt!Oilar im ie¡TitarÍa de
tan dificil y peligl'(lSa ~alilla. K.:ti¡'anrlo, pues, las tropas
que dejara en 1\011(1<1, Cazares y Gaucin, l'ellnióse toda !a
espetlicioll, el 2:1, CIlIos Barrios, y. el 24, ~e fllé á pernoc-
tar a Alcalá de los Gazulrs, El 2o~ de madrugada, emprendió
>ti marcha en dil'eceion á .\rco:; de la Fl'outera; y, pasado que
lwbo el río Guadalele pOI' jlllcntl'S construidos al efccto, tro-
pezó á la, dos de la tarde en \Tajaceite con lH diyision de
\3i'\HeZ, contra l:.l cual :;o~tIlY(J un rruido eombate, en que
prrJi,) baqantc gellte y gran parte de sus k1gagl's. El 2il,
al ('mprend\~1' su marcha húcia ~Ioron, tUYO GOl1lt'Z a\i~o de
que las divisiones de Hibero j" Aiaix, reunidas .\ b. lL· Nal'-




ANAl,~S lJY. ¡SAllEL H.


vaez, se en,'¡\lUin,lhall ;'1 \¡edin;, ~j(lútlia y llf'gaball ti Vill¡í-
martin. Con ('slo InnWl'oill :'( Imh p¡'¡"a h~ huestes expedi-
('jollaria~ la .Jin'c¡'it'lj ¡j"O"m:,._ !"""i'l::"id:1"-,,\ Illlly lle erl'ea,
po!" /,1 aetiv,) 'al\at!., (,1 ,'j';"I, ;, "11 l'a-n pOi' '~Iontp­
Ilane., tlt,'Hj,> ce h~dl;d.'a \l:,i\, "",', ,'11 JU;l.llI)~ de "slr'
fPllenll IIn j,lil'W' i'n (!Il,~ dI' ",_,,,1 :lHJí'1l 'w 11' pr(·~c¡'ihi¡¡
t,nin'S:N' :lf:'lilf'\ f!pfp 1·1 mando ill~ h lt','l;l'.ra ¡l¡visioll. Con--
testól!, \Iai\ que ~:1 jI¡ hahia dill1it~do eu el coronrl Canla
~U iUllledi,lio "l1e(',I'I; \ ;1 cq\, ,'¡ltil\ll¡j.,Ó :.IUI'Y¡l('Z en
COJl;;,ccuew:i;\ !:"" i)I'd"Hh 111,,~ :!Jd';llliéilltl~ para qUí',
dirigiélllLJ:'!' enli la inranlt't'Ja Ú Cal!!':l, :1¡':lInr'¡b-i(' ~\l 11\'-
~acla aH i. Pno (·1 mili l'llmplirn ¡,'¡;Id d:\(lo pOI' Canla ú
e~lns úl'r1(:lle~, fl'lIct,!'{; la, ('Illllhill:w¡"i:{'~ "lihh d" ~;"" ,l.t'Z,
Este que, cH segnitlilt'llti\ dI' (;01111'1. lwbia t'\ aCtl,ldl) Ú
Osuna y ,le alli !1iIl'/'\Ut!" Ú ',,,lml, \11\,f) ol'asioll, al


Hegfll' á eqt' último plinto, di' l'l'llil,'('¡' ¡pie carecia Ile la
fU('l'za iliOn.! liel'l'~fil'i~\ J!'!I'~I 1¡,I('(':'"I' q!wdl'l'l'I', ." ),('sllcltn Ú
evita\' ml\yul'l'~ Hwl('", IIjIl!Ú ,,1 po' ni'!.) lit: di'" 11\('[' el I1Wllllo
:\. Sl~ I'ival) de !'dil'ill'"" ton ,q d¡,'j,jOll. DhallilOlmnllo In
pel'seCnCitlll tl!~ \"~ (,llt'lí,:!;.-. POI' \'[ 1Il¡~1ll1i li¡:nlpo y en
,jl'lml de ¡)I'delil'~ antel'it,I!'C-. 'i'mlÍ n¡lwl'!l ,'lIn ""~ li'Op<ls la
vuelta ,le I<l" C:t~ti!l¡l~,
ne~mol'alizados y f,lIigH(li!~ !¡\~ ('Ill"I'l'0~ e~pl'(lic¡¡)uflrio".
ú\Íto~ ;1l1(,\Ila~ ¡!L' bllCIíO~ cf);lnllell\e". y 1.'11 retirada ya , ""-
~u¡an, lll: sill ha';(illll,· c',nfu.;joll,' dí'<,,'di'1l h rnta!le LUN'iLI.
i:Uauíto llegaron ú -u ¡:tt:fe /l<)li(i:l~ qlW 1\' Ili,'jCl'oll1 \:li'iac dt,
plan, C~ deeil' t,,1l1:ll', tU H'Z .1..: 1 .. .1\' :Hllll'Í!a ('¡llIlad, la dit'(,í'~
eion de Cühra, (1Ilude, <1('51"]('" di' 1iJl chor¡llp Ir~lIidü en pI ca-
millO con algunos 1l11ciona!t>s rk ('"ÍJ¡¡ileria, ~(' rlló ú prl'l1oetar
el 28. D{''irh' ¡¡c¡uc! nWJ1)cu\n "p hizo, p(\r (-rec\o JI' un mal




53
eúltulo de GU!!\t'Z, 1!J,,~ critica il'\(~ k\-Ia entonces lo h?,hia
~ido I~ p,)~icion de h,~ c'''l'ellicÍ')IHll'io,;, Si, rcduei,b~
Ú la" fllet'za~ '1'1" ("Il!,i!.:" ¡¡l'\~,ha '\¡,i:\ !;b t'lleargDIJa"
d(~ -11 Pí'¡'''¡'I'!!I'i,¡IL llid,i,'j'¡j ,'! !:d,' j',\I'\i,I~\ rclard,ld,} "U
p){I['cha .'" d:,d'l 1¡"lnlH' :, ni'd',"'; \- \;\f'\"nt'7 ¡le ~dpj~n'~':. d~'
~(IUellu~ ,i[i!)" :,",,;n lul,,'j;! i'ó",di,¡ ... la '·~lw..!if'io!) !ll;:Wll'.
!I(:,!',e dlit'<lfll,' a!'lllll tilnp') ¡¡¡,h f'lI A:¡;l:ll'leia, Pi'I'O "O ",u-
('ellio así. lh' L:III',' ,-e ,ii\i:::i,'; bOill;'Z :, ,\bH!,letc, donde,
-ol'prendirlo pOI' ,\lai\, ('11,\<\ l'i'I:':~lI:H'dii1 l'lilJl'i<ll1 alm :\;¡r.
\.iH'Z y Ri1.·~.~ro; ~nfl'ii'~ Hlli{ íl"'JI~I¡}!.I)~;l .1¡liT(d .• l.
Hehaci("Jldn~{' de t'lId ('/.)¡ilf) p!¡iLt, ¡iil~t'). :""111 tlHbi:u'~o,


el rio Gn:\llalqll:' ¡,', "!1\ ,( !J;H',,\ ¡¡¡I¡¡dill'" .\ !lc¡.!l) Ú B¡IÍ-
len, IOilland" ,(íll['l~ ~I!" P"¡"'.';.cilidl'l't> IlIh\ inlllell~a de-
hl\\\cra. El:{ dl~ diei.'illhi<'. ('.;\ah'l en ,\rgamasill<l tic ,\1-
ba, <lolldl~ ~uú'i(', 011'1' t'n(',~, 1,1 1), Hegú ú Huele y desde
:llli, d('~l",li:" de '11101 "(,!lil'it'IH';;¡ 'jiu' (I¡\O Ciill los demu:,
~f.fC~ j<'l\rli~t;( .. \ I (~:-~¡" i!\ ;¡¡;~~'I'Ji:II' ;'j J,,-.:. fiinarl~~ dt~ BllI~tO~.
En .lad l\lfllle , dUilik 'j' bl:i;, ,,'¡'¡iÍ,'''']'' la un,jl)!! de ;iO de
agocto, lll\O 011'" .'III.'I!('ni!'p '¡:le k IUl' 1',1\<11 y. con repetido,;
[letns de itl.¡ulwrdil,:¡"j"l! di' -n- III)IH-. Ik;':/H'] Ji,\ t:l ú Hl1cl't:1
rIel H"y, dl,~dt' dU!I.Jc "~'·I·i\li.', :d ~".\ n ¡'spúlli"'!lllok h 111'-
.:esidad:, b" \('t1If1j,l' de qn,: s,~ k ellvii1sí.'u nueva" Iru)la~
para complrtal' diez mil lH!m\H"'~, el)ll ll):i cuales se ofl'eria
á dirigil's/.' Ú 'b,h'i,L ,\ (1l-!IJ:\l".Lu' h eOHtci'taeioll tic esta
carta ~e prnpU~q jr' ~'t JI!" Jtin'!!'j:, dt_' ~,)!'ia: nUl". no. en~n
de e~f[l o¡¡¡lIioJl 1"" d¡'llJil' c:d',', , ld- cLHde~, df'"rlc Co-
hafl'ulJia,;, d'J!ldi' ti di:! I J S(' \t"li:¡l¡;o¡l. detel'lllillal'on mal'-
chal' á la~ PI'O\ illcía~ (~0'Il", :1 pe .. ;¡I' ,le l,l~ llillcult,Hlc::: '1Uc
esto ofl'ceia, y relltiélltl,)!uS illlllell~aS, lo \'cl'iticUI'OIl pOI' lo:,
puentes llc la Horadada, Tra;,pudcl'ne y }licanjos. E12!) de




Jiciemhre, en 11n. Hepron lo~ l'eslo~ de la cspedicion á 01'-
duña, dc:,pues de una campaña de seis meses, y de haber
andado mil lc¡.;ua~ y rel'fllTido veinte y <los pro\'inria~ de la
monarquía.


\0 Illejor qlH: la ~lIerte tle GOlll('Z habia sido la de Ca-
!n'era, CUélllllo el allliguo estudiante de Torlosa, elevado ya
por ~1I rey oí murbeal de call1po ~e srpuró, ;'¡ pl'illCipios de
IlOyiem!Jrl', del gnlcw de la e~pcdici(Jll, tomó dcsdc Cúceres
el camino de la ~Jallcha. IIc\,lll(lo cOlIsigo la escasa fuerza
de cahallel'b quc le lwhia P!'!'~turlo G011}('Z. EII la "'lancha,
,e le iucorporaron cun su cente lo~' p<lrtid,il'ios don Jo~é
Jal':), f!l1e ~c titulaba cOlllalllhlllte Felle!'al de la provincia. e)
llamado On'jitH, yel cOI'une! don HUll1un Hodl'iguez Cano
:l'ono·~ido pOI' la Diosa;. Los eal'lislas sorpl'cndiel'on los
destacameulus de Ahanojar y .\llllotlovar del Campo, apode-
rúndose de la ll'Ol'a que guarnecia estos puntos, y fIlie tomó
partido cut! eJlos : rec()!,l'íc¡'OlJ adl'llla,~ Jos ¡JlIeLlns de fa ca!-
'-ada de Calall'C\ld, ,\lma¡':Yll, Y,ddl'P!'lws y Villanueva de
los Infante's; im:H.lie!'on t;, p¡'ovill('i:\ lk ,\Ibaeele, pene-
"'ande en ti e¡)~tillo de 1;\:- Pciwc de S:1I1 I'C¡l! o, donde l!!-
cieron alguno,: pJ'j:-,iIJlle\'l)~, y, d:W de !1m iellllJl'c, "t,lcaroo á
Qui!ltana!' de la 01'111'11, ell) a gual'llieioll, compuesta dc
II'e~eicntos y cineuenta naciolln\es y doscientos H'iule y oeIto
~oldados hCI'idos y rezagados de la aerion d{~ Villaroblcdo,
!'('chazó Y:dcj'o~amellt(' el alaflue '1 .


Cllbrera, que hahi:l l'f'('ihido mal",; l1!1c\n~ de AI'nglllJ,
Irataha lle P[\~fll' Ú '\,¡YHml panl kill'j' U1LI entreYi~t;1 CfJn


(1' rara recompensar el lIlé¡,;to coutraido en CSLl oca'lOll por el
pueblo tleQululo03l', se le concedió. pUl' decr'cto de 1.~ del mismo mCe,
el titulo de JIu') leal que debla esculpir en \)1 escudo de sus armas.




55
;u rey. Con ohjeto de llama¡' h~Lia ol!'a parle la ateneion de
sus pcrseguidOl'c~, f(Ue lo ('!'an las tl'01H1S todas de la~ pl'O-
"incias pUl' doude pas'llIa. ~c dirigió ti Taralleon, desde
donde hizo t'l!ClIII iO~!l~ pedid(Js Ú lo~ plli~lJl{)s mas tel'canos á
,radrid, El 2111egl') :', Cifll('l1[¡'.;;; el :11 ,IIlwn3zú Ú :-;igúenza;
lllego, eontinll:ll1do ~Il Ilwrd,a h,'lcia '\Iedinaeeli, Almaz:l!1 y
,\r311da, ocupó [los dia~ eu marchas! COlll¡'<llllal'ch:ls, Con
el Jiu de ocullar ~ll~ \'cl'd:.\iki'o,; !llo\imi(,lIlo~: ~, el 1." de
¡licielll},l'c. ~illlúul.lI)~I' PII Hinl'!"l de ~IJIIJ eOIl Iloycr.:ieu-
tos illt'aull'~! ('IJafl'o('il'l¡ln~ I'Hllillli)~, de~paC'hó un ayudante
~1 cuarlel i!t'II I 'rul de dllll i :úd",.; p,II'3 '[IIl' las trop_1S de Na-
'lll'!'a ayl\lla~('ll :'1 f~j¡'ililal'k I'l p~I~U !Id Eh¡'o,


Haeialllo dilicilí.;illlo en ¡U[ue! Illomenlo lo avauzado dr
la eslacion y la po~jej()n I'l'~p~('ti\a lit; los cOlllendienles.
Esto 110 obstante, Ya h:lhi:\ lol'lll:\do Cabl'cI'u la I'ésolllcioll
tic pa:,al' Ú la oll'a par[l', ~ pit:'I ('lIo tenia tomada:, algll-
lIa~ dispo~i('iolle~, cU:lIldl) Ijui.'w ,,11 lIl;lla estr'ella que )lOJ'
aHí ace!'lase Ú \ eníl' en [l1¡!le! dia '" gelleral Il'iba!'!'C!! cun
una fuer!l' eolufuna pl'fJcede!l1e ,le la division de la Hibera
Atacados los cal'list<l<' en las iilJllcdiaciollcs del puelJlo, su-
frieron perdidas de alguna cOl1sidel'acioll, y se retiraron á
Torre de _\ré\-alo y _\ré\':110 de la Siel'I'a, pueLlos distante~
enlre si un cuarlo de legua, )Iiralles quedo en el primero y
Cabrera en el segundo,


:Ucclia hora haLia llpena~ trfbCUlTido de!icle la separaclO!1
de los gefes carli~ta~, cuando, ~i)J ~aLer que por allí anduviese
C~lJ!'el'a, llegó a A l'é, alo de la Sier!'a la IJrigada que man~
llaLa Albuin, A Jos primero:; til":-', ,,¡¡lió Cabl'cra y 1113 cucan-
tró ocupado el pueblo pOI' las lt'opa~ de la l'eina, en tél'm!rlO~
de que en vano tl'ató de vol ver a:;u alojamimJto para montar




'\1",\L1'5 DI: i~A[lEL [J,


a cabailo. La noche el'D !ó~r('ga, y tan apunllla la situaclofl,
que, reuniendo algunos pocos lil'uclol'c5, detcI'minó Cabrera
flh!'il'~e pa'o ;'01' ell(l~, po!' mediodc "Ih r:nntl'ul'io<.. rna al'--
remetida bnbc¡l. lenwl'a¡'j¡1, de~esJlrnl,b, le facilitó la ~ll­
li(h d,·l put'blu. 1)" ,;" l'el~¡h;l' tu, h;I~"l'lÍ!:I:I,,(l 'en t!1W l'!"!'DC!
~' U!!J clIch!ila!l:1 ~!l Id c:-:pald:l,


\ pt~;JI' de ella~, ~ig\li(. Cnbl'lTa <.,u '!!;(l'cha, } ~<.l1!l.'!"!l10
dd pueblu UlIll" pudo. ed,,') Ú COI'!'l:!' por It·s eumpo~ , y
"altandu ¡ii'l"I~ (1, ~. \ al!Bdo~, rUl' Ú CHe l ' t'llJ¡il'I'!O de ~¡Ingre
'" de eO!lli!~¡ülJ(:~ ¡'H nll ¡'liBIo 'll!.'il di~t,:!lte del ~il¡o de la
.... I ~


pelea. En e,,;lL' \'liC\\ClltI'U , ¡'1l1l .. ~1i) p::I'<1 h., eClrli~las, tU\"ú
la eOIUil!!!a 1!¡'llJ'.hb ]JO!' C:.lIJ1'l'¡"¡ -denla !IJlIC¡'(OS y nw~
de cicn l)\i~iol!l"i'O~. El ]"(~~ll) de ('i\:\, [Jri\aJu de ~ll gcfc,
d;'~band¡l\lo \" dn:-;I~Oi',lzoliad() • '(' mIS!) • '~1l dircl'entcs UI'U-


, ' j <--


pu~, ell call1illo para .\I':I;:L'I"l.
En l:~k (C¡'i'ítlll'iIJ 110 ihan. tlc-pllr's de algull tiempo,


mudw I!lel1lb Ill¡IÍ pal'a JI!"; "tll'lj'[a~ bs ('I)~a:-; d .. la guerra.
En lo~ lll!l!IICl1lo~ ell que Clhrcl"a, i'ICÜ1"POI';'IUl!ose el1 ellel
a Gomez, ce~"ln de dirigi!' en nljlll:lh¡.. pl'o\ineias las ope-
~'aeiolles ma¡tarcs, ~upo d "1;ll'i~",d di' eampu don FI'¡I!l-
cisco :\anaez , e~lpitall intel'iull de \·,I\,.ncia y l'o!lwlldantc
de la segunda divisioll de arlue! ('jl:\'cilo, 'l11e l()~ eahccílla')
Lmw y Lhgl)~I('['a, enll flH'l'za de mil y (¡o~.:ic!llos illf<Jl1-
t\'s y cientu y einCill:llla I'[d1<\11o-, se llClllí,lt¡l 1:11 Calldiel.
Inmedi:lt,HneIlI" m:II'ch\ Ú ~I[ C'llelll'lltrp. ~ d(' .• ,i/ojando ;¡
los ('arli~l:ls de bs pocieioi]¡'s que ol'lI¡l¡dJ<lll y '[lit' defen-
dian con le~oll. lo~. hizo ~,hai1dolla¡' rI campo !.'pu IH"I'dida
de !1O p()eo~ muerlos y h(,i'ido~ , y algllllos caballos, :lI'lnas
y otros cfce!nb de gucl'l'a. A !llleo dI! esta aecion, lu\'o lu-
gar otra, cuyo I'C~ltltildo fllé mata!' el co!'ol!cl Comes al gdc




L1ERO :'i'r)YE'\fl.


::arlisla Tena mll~ ll:> Cidl humlll't'~ en las inmedineiones de
~I3nre~:1. POI' el mi~mo tiempo, hali6 el gobernauO!' de .\1-
eaüiz al ('abecilla Pdli'YI', OCllp'\ Ú DI'L'I!j(í' • y, retirándose
PO!' YH¡'l'~I"'¡'¡"", ['''Ir/' ,¡,.¡ I.nrnl'te y Fnrnolí''', i'('~call'¡ [11·
:!!!/J"S !.ir<lllO' di' !I(1I' <1' :l:il,¡nn :1[",il"¡';ldo) lo.; ''¡lI'lbl<~s. :
'¡rle n;;!lld,', ,1t:1 oh tI' ;', ';I!~ d\Jeit'F.


lllli'Lllitc la ~\Il~("!I(·ia de Cabrcra, OH,tillllú, IHtl'~. O!Jlé-
11;:,,](10 H,ItI"j:1S , .. hi,' ln~ ¡':\I'li~1;ls d,' .\l"ilgOil y Valencia
h di\i~i(lll l'I'i"lili,1 ¡(!li~. ,,¡ !lIando del 1!,';l1ei'¡¡] dOH Fl'<l!l-
¡:i,cp :\<lI'V;It'Z. oF,'I';,l,,, en (';tllS r("ili('~, En .\ndiJla, fueroll
P!'l"!''' po!' 10.- nacillll,d,',. dI' Vi"e! 111, ¡"liIl[\Il,I~llle ('a]'li~!a
y diez de SI.i :::\\illil. I:.:II"! -w,,'\e ellp" :1 ,,11':' partida CH
la Illa~ia de \ :<illll"'~ \ 1'11 BI'l!:lj'II'I". ¡]¡Hld" ,¡jglli.OS hombres
y mas de trcinla (,¡\lH:z::< de !'!';·'Il;lllu ":.y,'rnn tU pOdl')' de
lo~ tic la n'ill;\' En UH'ha . ]111 n1.o Iwslil ('lllftlll'PS dominarlo
PlW I¡)~ ('adi"l;t". "I~ c'il!i.;IIII.' ,', ulla r'lrtiíir¡¡ciOI1 '[lIC gUal'-
lll't'ia/J ~!'i,,('i'-'ll '", lW/iI!¡¡i'C. I.a l,artida dI'! ii!,,'ipl't'slc de
\loya .;e di'll!'l'~¡" lJII r¡¡uli.:iJ!lo ",.~t,'ll(·l' pflr lila- li,'mpo la
1J{>r~eeueinll 'lile '(: le \I;lCia. Bol'~o, t'oman,L!lIte dI: la hl'Í-
;rada HtI\.ilial' de la dcrecha del Ehl'l). hatia ú los cadi~tas
ell la Cl:lliCl. S¡\1l \tigncl. t1l fin. 10111(\(1:1" todas las dib-
p()sieioll('~ 1';\1':\ :"\[¡1(~,It' Ú Lalllayil'j¡\, ~¡lliú lle Caf>tellon, :.11
(.fedo de d¡l'i~!i[' \I!H' ~i n!i~ltw h\~ opcl'aciOlI(~~, el dia 21 de
ol'luhr,'. lle":llHllll'/lII"i!:,o \1'(''; lJflIUlloIH'''. 1111 regimiclltn dü
"abalfcrht. tn.·.;('j('lllos (';11'1'0' ";JI'g;HIf,- d" Jmlllj('i\lne~ y uu
i!llllen~() IIlÚitC¡"¡ de ¡\c¡;lIlil:¡s. L1'l1 1:11' emhill'azoso aeont-
j1¡¡ií,lmi('Jiln 1"111(; el camillll ti" la Illolltaúa, c'JI'lado en di-
ferentes I'nn\fl~ pUl' d ¡':,cfe '~ilrli~l:l .\1'\:\ ido, y fUI', en la
noche del rniSlflo dia 21. :\ de~cans,li' en Cabanes, El 22 lo
llizo en Sals<lllella. \ el 2:3 Cll Sall }lateo. d.onue recogió




A:'I"ALE:> DE lSABEL 11.


dos piezas de á diez y ~eis, un 1ll0l'tl'I'O , lreinla bomhas y
todo el malerial de guelTa J'ecien lIci'ado de Peflíscola. En
San \Ialco, tamhicll, se le incOI'pol'Ul'Oll la ll'l'eera brigada de
;\Tngoll CjIW l1wllr!aIJa el lll'ig:ldiel' dOIl FeJl'l'ic<) Tollel', :-
las fllCI'za:,; dc illf;\Il[o'ía ! ca ha I leí ¡a COH ({ni>, dias anlb,
fue despach:1tlo el brigarlicr :.\ogul'I'as Ú :'!Iol'l'lla en la jll't'-
\Í~iOll tle UII tonalo criminal que, lle~euhiel'lo oportuna-
mente, sc fl'Uslt'ó (1). El :H, salió de San :'.lateo la columna
espedicional'ia. b cual, Yl'1H'ielldo ('IJaula;; dilic\lllaLle" le
('ponian la tl!po;!l'afi:l (le! pi\i:-; y los esfucrzos de los car-
li~t"", lleoó el ;¿8 :i la Igbul'la , ! el ::.9 lH'ilH'ipió \as ho~­
!¡lidaLles ¡;onlra la p!aza, 110 obslallle las l'l'ilt.'l'ada~ l'eprt'··
~el!laeiones f¡lIe oGci;ilmenle le fuel'on di¡i¡.;ida:; por su go-
hel'lHltlor don ~la¡::in '¡ligue\. EII ellLl~ prclellllia {;!'\Ie ha-
llarse la plaza (IUf' l'[ rnanllaha Ú ellhipl'!O, :;ei;nll lo!' W'liS
de la !!lll'l'I'(1, dc todo ata(l'~i;, eH atellcillll Ú po(ICl' ~el' COIl-
siderada COtllO Il!I drpósi/o dI' pl'i:;ionel'o~: :Hlvil'{IClIdo qlH'
á I:Js llOYCcicntlh Il'le ~illi \l'nia (~n ~II ]l()(!el' I'a~a\'ia á (;U-
chillo. "i se le eontillualJtl IIOSlilizalldi,l, Pel'oui esta terrible
amenaZ;l, ni los ()!JslúGuios que lo (lifícil del lelTC!)O y !o
rigmoso de la eslaeioll oponian Ú 1:1S nl)(,I',1('iolle~ dcl sitio,
fueron parle á dolJleglll' hI firmeza de San 11iguel, a quien
por otra pa\'le, no era ya posible, sin ll:lcel'se el lwlilwio
de las gentes, tl'allsigil' ni menos l'cll'occdel', El sitio COl!-
linuó , jlues, c~tl'eehúntlo~é pOI' monlenlo.'; , y Jl'llloIida él
poco Illenos la poblaeion , ini'elldindo d fllCi'le, Y ¡Ipagallo~


, .\ ,,-irl.ud df·l Ldlo l~;·':II\tll,-·l,ld,) ['Ul' d bl'i~,ldi,_;I' B(~l".-.·J.'lI ":_~,1
'~ailsa ,:Ac Lunspit ~Gic,n -: cUl1ni\'cnCl;1 (on 1(J~ Ct!~l!slr.~:;. p,ur(l ellt~'L's.0r ~
plaza), llleron fllstlados en :\Iorclla eu lú, dlas 2~ \ 30 elel ,I:ol!!ent
mes dé noyicrnhre, Cjllillce, hombres y una mug~r . ('sposa de lll!O J
ellos.




LIBRO NOVE'; O. 59
casi todos los fne30~ de sus piezas. Cl'eyel'on los s¡t¡ado~
lt!l' c!'a llegado el momento de ('''acnar la plaza. cuya de-
fensa se hacia d:J todo ¡¡lIl1to illlposiblc p¡'o!ongar, habiendo
';uhrc tudo. COIIIO acabaha de slleedel' , OCUp,H!O l\'ogueras
con Sll~ !iradorc~ el fucit" ('s(('rim' • lLimarlo <le la El'mita.
En tal l'~tado, la !)uarllil'iou, '~(JlHjlllr;la de un hatallon !la·
,liado de! Cid, de \,<ll'tp del dl~ Cm'Jlca :> {In \liJa cOlllpaüia
·Ie :Jrtillcl'j", rOIl su ~I!l¡rl'lladlll' al fl'ellle. {'\'atlla en la
Huche de! :30 el pueblo, y, dl'~coll.(úlldosc pOI' lo~ lJtUTHlll'OS
'lHe lo I'odean , ~(' diSpt'¡',';;:I en to,]as di!'ceciones, 110 sin
st'!', al Yel'iticarlo, ale:íl1Zada )lO!' lo~ dt, la rcina que, nc-
3u!ldose :i da!' elliute!, le Il1ataroll IIl1lh tlo';('lI:'ntos hOIll-
bl'e:,;, Ell Cau\¡lyil',ia, cncollt,'ó S¡\lI~Iibll('1 • no solo eel'ca
de l\o\'ecielllo~ p\'i~i(mclo~. PI'Oi'c<!entcs la mayor parte de
la den'ota de Ja(lrafIUc, y ('ntre ello~ al brigadier don Na¡'-
eiso Lo¡wz, ;;illO tallllJien al gi)Il('I'U! pOl'tugues Piñei,'o y
(·tl'OS 1IIlH;J.lü~ nlÍci;l!"" ,J..¡ I·VI'I~il .. ) cadista 11(' :\aval'i'a l¡tle,
JI paso de UI1I\]('Z pOI' .\ra¡:oll, SI' (j1w¡]at'on ell1'I'I'IIW"- en el
\'n-pi!Bl e"labkeiclo alli,


La 1l!;l'llida de ClIlllc\\ieja filé 1'01' Ile pl'onlo UI! golp€
fatal pal'a l!l~ carli~t;l~, JI)"- ,:ua!.~~ . pel'~eguido~ y desalen-
tatlo .. , quen¡¡¡]'I)Jl I)()¡~(I~ Iliih despue~, y auamlolla¡'on en se-
guiLla, las f')l'tilieaeinllcs \101' ello:, al!-jllll tielllpo autes cous~
II'1li(ln~ eu 'Yaldel'lihh's v Bcccile. Para (:ontcnel' la dCSC1'-
ciun, !Iia~ ('oJl~idl'nd)!e cad:l dia, fu(:' mcucs!cl' apelal' á la
il!ljlOsiciutl de ('I'!lllo:, e~~li¡:/)~ . .\ :il.[O la espcl'allza de vol\er
¡'I ver it Calm>I'<I, alelllaba :'1 lo~ lllílS ~l ~cgllil' soportando la~
11I'i,aeiollc:,i de tudo célll'l'o y la~ fi\(i!-\a~ de HIlH 1:)uel'I'U que,
pOI' falla de ¡Jefes y de l'eClll'~O~, iba haciélldose en aquel
pais dificil, insosleniLle.




\. alal'¡1\al' tOIJavja mib Ú los tIlle, pUl" don C~dos. la
haei,nl en el Injo .\rattOll , Yalcnria, ,.ino por aqnr:11(l5
d¡l!~ (~l nllJlOl' de h 1II11tl'k de C'lk.'I'iI. PI'I'(I esl\' l'll!ll':l',
hien ([lIe h¡hl¡I c¡r['to punto t'ulldlllh., !',I l'I,;tli,btl '~i'¡l (l\~",
ralll',:!';) vivi" iiUII, 1':I'I',lrll'-, jlrH' I(,~ {'alltp(" dlil':iIlfe II!'~I
IllJetlC ente!'il , fut, ,:nr:úllln\!lo, oí pUlIjo e,,~i tl" e~pir;¡I", 1',:-,.
e! cOl'onel CiliO na Ilic"n) ~ nCltgido 1"\1' don \lannel ~1al'¡a
\101'011, cUI'a p(¡ITOCO dc\lmazall, el cllnl lo tl\VO '",ulto
('11 su eas" el li('mpo lIecc~al'io p:1l'<\ l'ill'HI':,e de ~11~ heri-
da,; y l'e~t¡\hh'('I'I'~(' d(' ,lb !Jlldc{'illliCIl\(J~ IlIo::,.le3, E,ra
gellel'l)~a Hc('ion (',ILl,Ó luc¡:u III(1clIü~ ~ ..,t'rios ¡(j,;gustos al
l'i1l'it;Itivo P:'II'f"Jeo, 1\11\" el1\llí'lto ('11 un:1 ¡',ilha cl'illlillal, IlJ-
tl'Ó úhli'as 1l('II:b';U~II'¡\"l'se ¡I\ "uplicio de lo:; II'aid()re~.
jTI'I~te eoutlieioll de b;; ~1I1'\'l'H5 ci\ile~;; I\poca <teiaga en
tJ\le las leyl'~ de la pulíticiI estáll I'cúillas ,.OH la~ kyc~ eler-
)!,IS de h l!1I!1IHlI¡(!:,d: "1\ ,¡tIC Ha l,rílll"lI lid vez eUlllln.:e a
la ap[)leo~i~, ,\ ;', la jwi,-illll i. ¡d p;¡líI'ulo j'] l'jl'l'I'icin di, q:'"
,il'lurl!


.\!;:I) d¡~lllirlilyú ti hilen dedil,' la el, 'H'"blc illlpl'c"iull
que jlt'O(llljl'I'Oll II)~ ~lli',(>I\~ ,1" (:,nl,lvil'i" In lOina de ,\!'-
tOS, pueblo de la I)\'I)' ineia de TI'¡"iel , ¡tOI' UlI:) (HlI'tida dI'
carlista" I¡UC, kH'ien:lo pl'i~¡!)lIel'¡1 la gn;il'lli,'ioll " IIcván-
dos(, eOllsiSIl :'t lo;; ~den!il y eilleo hOIl1I\l"·~ 'ple la '~I)lnpo­
uian, I,)~ fl\sjh', illh!liIlHll;,Il1Pllle el! 1n~ iIlIlW¡]iC!"i')IWi d!, At.
lH,!ltos,L \{jl'!"~l' ('~la nl"ili:idad l"IIlW J'cpJ'['~ali" de l;¡ COII-
duela o!.sel'\"\lla por I¡)~ "¡Iiadure,, ('OH dr,SI'j,'JI("" de los
pl'ófll~OS de C'llllI1Yic,i:\: hecho qne, 1'11 P,lI'I" 11';l~illitido
en 1. G (lc Ilü\'icmhl'c nI COI'Olle\ :\b('(~iil por ~"ll \Ii¡md,
esplie:lha este gener·al, dicient!o,-,' La opol'll1l1<1 l\Cc('~i­
))dad de m:mda¡' algunas fuenas en su persl'eurion (de




»)Io~ sitialloó'¡ ha h,'che, fJlL; dejen i'h l'I G~lInpo ma" de
),do;cientos r¡¡tI:'l\"I't". ,;in cnnlal' ,dl'OS nllIdlOS Ú que hr
rm,lnll:Hlo d;l!' sl'I',J!fUt':1." r ,lIjyil~I'I;\,(' ¡¡u/' f'-;ln~ eadú"r-
re~ üau loc d,' lo." :1(J!l¡]ire~ ,!,I(', ~¡:i '¡uil¡H' h yida Ú UllO
so!n, llflbi:\Il cn/lscI'\:ld,) ,'1, ~Il pntln In, noy¡'ci(,llto~ pi'i-
.,iOIWl'ilS dI' .I¡¡dl'¡IIj'1l',


\i en l~a[¡)bJI-I: •• IJi ,'11 !lItl~li{\ 011'01 11111110 dpl l'eino,
,>i'lll'l'ieI'OIl ,'11 l,.~ ti';'" úll iml1s nil'Sf'~ .1(' 1í~:Hi ~1i"'·.~S()S dí:
línpol'íancia C¡lp:Ií'e~ dI' ill~pil'al' ¡\ 1(Je' ('al'li~L) .. la ¡,"pel'aIl7:'
de iill cambio L\\"OI'abl., ;'\ I¡)~ illtel'e~l'~ de ~11 ('ansa, ni ¡Il'
¡WI'IHilil' Ú \1'''; ¡ihr'i'itle~ lisolJj(,:Il'~'~ COIí la idea \11'1 triunfo
iill!wdinlo ~ ddlnil i\ il tll' la "IIY¡1. A d¡J11 U\l'lo-, l'nccrnlllü
~íl':npl'!' 1'0 hi~ l'j',)yíllci;lS Y¡Hcoll!::all:l~, dOllde ú la yc¡'d<ld
['O ¡l¡,j¡\!tan ~li~ Ul'llf'I'¡\lp~ th· ji' sicml'l'l~ gilnando tt'l'reno,
,;" prpscnlú pnr t'lIl()nC{'~ mm de Ifl~ o(';\~il)lie" mas pl'opi-
Cj¡l~ (pI<' pa!':, d 10::1'0 d(~ '-.11 intenlo pOllia d(~pal':1de la
.;nene; !'l'!"", it¡¡IjH'!,i"ihida, rkjúia p,,~m' 1',1 ~ill adnptm' nill-
guna de C,,;1'; i-!t',illde>; lil~did;J'; (111(' en l'il'Clln~talJl'ia,.: dalIas
pnr,t!elJ hacl:r \¡¡l'jal" I'Umpll'tilllll'llte la f,l/. dC' 1".; lJ.winnes.


Ello ('~ qur 1:\ 1'I'\'o]I!f'itllJ de 1:\ CI':mj.\ Iwhin ld,lI'iIladn,
~. 1:011 J'aZOli, 11 :lIIa .~:r"lJ ¡HU'k, :- la nHls Si'i;~¡¡ia pll!, ('il'l'-
In, del partillo lilleral, tl¡;';I)['gallizaílo el e.i(~l'ciln, {; inll'or!ll-
eillo en 51l~ lih" d i'~piril\l de insnho\'tlinaeion y 1'] bábilo
de In I'eheldin. B('lil'¡Hlo di' la p:.\('<;ll'a rl p:1l'lido morll'l'<1rlo,
'jíllOtbkl ~(jln ji,,!';1 ItWli:I!' Ú'l'nl(- :í frl'nrl' crIn In, l~adi~la"
J;¡ f¡'<ll'f::1l11 ('\<ill;¡d .. '/111', irnpoklde )'01' la !'\;I!l:I'l'(\cioll de
~Ih !)l'illripi(" I':ll':\ l":lil~I¡lllíl' UII ¡:tolJicrno {Ut'j·te , ('sla!J¡¡
,{,lpnns dividida 1:11 l'¡¡I'i.:ialill¡IJt·,~ que .-e tli::.pul,\ban COíl
<:'Inpeüo aquella .-.OlillJl'a dI.' },,:.1I'I' '/lIl' en \hub'i(1 habia de-
jado la reyoll!cioil,




ANALES DE 15AllH, H.


En el es\rriur, Frallcia al1nj,dJa ILls b~os (ple h,,~ta en-
l<HH'('~ lil 1IIlil~I'H!1 Ú la E"pail~\ 1'''lblilUl'iOll<tl , ~ las potClJ-
ría;; dd '\!oJ'lt mo~ll'ab~\Il mas ~illlp:ll í:l~ que nUI1efl pOt' la
eall~a ,le don C(u'los. ¡¡U e elllpeza":l Ú ~i't' (,('lI~i¡\l'l'a(i:t ell
Emopa como la c~pl'c~i/ln :,imhúlica, :- hi1~la por rnuc!¡o-
romo la l'elwl'""II[¡lcilll1 \togilinm I¡" l .. ~ intrl"""~ dI' la m"-
lliU'c¡uí:l,


'famhicll cn Madrid oeul'I'iel'oli por aqlll'llielllpo nHP\,i\<,
e~{'.I'tl¡¡S de tles,'mll'II, \(itlad,l~ I:I.~ It' .. p:\~ po!' j,\, I'nrllligns ;lel
¡l;obiemo, y pOI' ln~ fple, Ilnm:\tldn~j~ lmdidarin~ <id pl',1gl'eso y
no eneonlnlllrlo Ims\<lut(, JlI'(l!,I'e,i~hl ¡oda\Í;¡ I,l mini"lpl'io dí'
la Crllnja, lt'atah:m de d(,IT(lCarll~ y ~u~pil'aklli ;;jll Cí'~:H' po.-
una cosa ([ue, enalquiPI'¡¡ f¡lIe fur."I' el nombl'e (',111 ilW' sr
la designase, ¡WCSell\ilha lo\¡o~ lo~ ~intomlls y IIp.i:\ha lt'aslu-
('il' to(los los ineotlvl'llietlte~ de la allarr\llia, intenlóse. eJi el
~eil() mismo de l:t capital. una ilbíliT"4~I'inil militar', cllya~
cOilsecuencias pndiet'nn ~('l' fllIlP~t:\llJ('nl(' ti a~eellf¡t'll!aies.
Ei día 2~ de nnvi¡'mlll'l', ~(' ~\Ibl(·\'ú l'li ~u (,.\wl'll'l el srg:undo
Lalallon delL u I'('gimientr. dr. In ~lI:1t'(lia real dt' ínt'anlt'l'ia,
cuyos indiyiduos, dundo desHfol'ado:-) vil<1s Ú la liherta,! y
muel'as al goLicl"tlo ~ ú las autOl'id:ltlcs, tl'~I:\I'oll de a~csi­
na!' á su COt'Ollel i: hiriel'oll n\ :<egulIdn ('olllHllIlanle del
cuerpo, sin f\1I1' :1 impl'llil' e~lo~ IlP"IUCltleS Lastasen ('liau .
la'i Il'nlativa:, :"1' hi¡;iel'Oil de lIHIH:tlcia Ú eotleiliaeiotl. Desd¿-
las ~eis de la maÜallé1 J¡,l"ta la~ once ¡]pl di[l. IlIcdiaro¡¡
á esle fin ncgociacione,.;, hUlI1illalilt's ('11 defilli1ira, y l13sla
vel'gonzosas ¡¡al'a, cl gohicl'110 fJue :lsi sc l'ehnjaha II'aihigiclI-
do con una soldadesca soez, Agotados (illalmente los medio"
pacificos, mando el gene:'al ScoHlle Ú la guardia naeiolla I
y Íl algunos pocos ~oldatlos, únicas fucl'zas de filie di,polüa,




hace!' fuego eonll'(i el l:uartt'l, Con hl", , I"! ~!I! ~df'lI11 tr,,·-
bajt), pudo consl'j.!nil'se i~ll fill qm' IfI~ slll)It~Y,\(lo~ drpll~ie­
l'an las a1'm:1S, y poens llHlIllPlIln:'( di'':llili'." t'1II'I'0I1 fu .. ilallo;;,
trc~ de rllos rll (Je.;n~rra\,j() dI' la;.; 11')<" m:lilal"¡'s tan csean-
dalosanli'lllr ultl'ajadas. Pel'o, ¡.Iv kl!¡jan sillo ¡¡caso meno"
en la Granja pOI' lo~ faulo!'"" del mo!ín :·1 que debian Cal:1-
i¡'a\a y consortes su l''\i~l!'Il('ia lllini~\et'i,l\"? El ministrl'io
Calatl':wa que k¡]¡ia ~~\Ilt¡ficado la ~Ilhlcvueion de 1:1 ti!.'
agosto ¿podia en eoncicncia castigar como lo hizn :'\ los au-
tores de h de 2!l de Iloviemhl'r? ;.EI") esta pOI' vrnllll'u oll'fl
\'o'a qne \lila ('(ln;.;e(~l1ellf~ia natill'al (le aquella? Amhas fue--
/,(¡n reprohabl('s; Ci'imitwle" amhas; y ú amb:!,; 11('1H' f'JlYolYr¡'
la histol'ia (~n la lIIíSll1tI eOlluenucioll.


De esla ¡'c\!HiLm tle eil'l:ulIstalleiBs \"elltajosas pur'u la
causa cBdi:-;la, hahría Plldiuu sacar gl'au partido IIn prín-
<'¡PI' jlll;;tl'ado :- preyj,,!))'. EIl PI momelJto !'Il que f'l tmilo
,le Isah"I, vilipclldjado )- eseal'uel'ido JlOi' lo~ lIli~IlI(}~ que"c
Jeri,ííi ~Ih ~l'l'Yidnt",~, {"OITi,1 peligro (le ~lll'lllllhil', Y hi
que a~csilí¡¡lo~ Ilo/TilJirs y pcr~crile¡OI1I~~ inicua:, hadan
p,'eSí'nlit, un¡¡ I~l!';.;a ~I'·t'ie de eaLltllidatles : (ll'~a~ir'es, don
Cál'hs hahl'ia quizú ~(),-pl'enlli¡ll) agradablemente ú la llll-
cioll si , ~obr(,pülliéllllo~e ú las r[lllcias prcocupaeioncs rll~
~íI l\'~ ~Ulwl'~tiei()sa Y á las misenlhles intl'igas ó interesa-
da.; exigencias de 1111 11'110 s de sus plll'eialc~, huhif'I'¡\ Ilil'[-
birlo ulla voz nmíl-l<l ú IlIs espniioles, bl'illdúndoles con la
Jlaz, COIl la IIlIioJl, COH f'I ol\ido de lo pasado, ron la prl's,
pec:tiva, l'tI ¡in, de 1111 gobil'l'llo jm;[o , lolenlllte , allPclIatln
en cuanto ú Stl fOlllla Ú los de~cos de la mayoria de la n:l-
eion, y compulihle en sus miras y sus tendellcias con los
intereses de la !~pOrll.' los pl'ogl'l'~()S dr la cívilizacion.




~o faltal'()!) ni Cl! la ¡':ll'te lii I'n d ('anillO de don f:<í l'l o"
cOllsejcl'I\;; iUk¡!l'O:i ;. }Jril,¡('lIt¡·..; I\lte ilH'nk,\~cn estas ideas
de moderacioll y tl'lllpl:lI!Z.); lli itlnH'!lC¡:\~ esl.l'aJlg(~I·as quc'
sOIH!eanm pOI' ¡'O))(';:I')', \ i\!lH tt·.t!J:\,i:1i'c!H pUl' .lit'í~il' las
idell~ del go]¡ji'1'1I0 ,I\' d"lI C:lI·l,,~, l'1)1l (lLjl~Il), ~ili üuda, Ji'
ofrecer il e-le, ~¡ aqlldla~ t;l'an ael'plaj¡le~, 1I1l apoyo etl-
caz; ni esp!\ilOle" vcrdatlel'::mH:ll[¡, lil'(;I';t!e,.;, ,\ IJom!Jrcs ,lE
ord¡;!l pOI' tanto, flU", ,ontl'r \len,1¡z,lll:l1 ." don C<ido,;, i¡
hab!'l' debido set' dUI'aupl',¡ la "'!!1Iilli,II'f!('j'¡j\ lId ¡¡l'¡!ilcre,
optaran pOI' el ~l'gllnd(,.


Abandonado, como S(' 11,\ tlil:lliJ, el campo pOl' lo~ 1110-
del'ados, displlIÚl'ti!l~f'\I). }lile" (,'i': ij.:,wl "nlcll' l,)s dos paí'-
titlo~ 1~~ll'ellJo~; pero :\tllbu" CO!lli'l i(~i'OIl [alLls i':l,))'mrs;
ambos de::~'pl'o\echal'ou ¡a-, H!llt:ljih f(Ue, en lilas de HIla
O(~¡¡SiOll, !c~ dió ~Il pl)~il'iOlll'(:~pei'li\a; ;lIuhG';, por fin, de-~
LiC\'OIl la pt'olollgal'iotl de' ~Il ('\i";\¡'jíi';;, ;'1 In, dl,~it('iel'(()s ,iel
cOllt¡'at'ill. ¡le h1 ;lIl~ul('i¡¡ pl'í!llU'¡', .\ d""!'l!I',.; di' J;¡ d('I'I'Ola
¡(l' Caln'(,l'<t; lle ,.¡u 1:'1'''' e Y !;l'ülija l'ufe!'I!l('dad, .' aUll ¡le su
slljlursta IJlUei'l','; de h d",;wlJi'aliz,,;;ilill, pUl' ú\lioli1, ~ ¡Jd
dl~s:dieljl¡) que, !éntl'e los e¡ll¡i~\¡\..; ¡k ,haj!"ll y Yakncia, ('<lIhÓ
esta noticia, Pildo ,'"elH' d fwlJicnlV Lildo Illa~ partido,
cuanto (I'"~ esla l!llticin y H'ltl','¡ ¡\i,~,,\li\'llt() coillcidían ell¡¡ h
del forzo:;n ! P¡'('cii,¡iado 1','¡CI'i:~<J di' la I:spedicioll d! G0--
Ulez á las Pro\ íliCi¡\.; \¡"t:llga,b~ y ~i.j¡I'C lodo, (~Ol\ b tl~
uno de lo~ Bld\1 't'I'~ t"llil'al.ít'mp(l~ qm', (!i d Ii';: ~('U¡',o ,L
aquella !WrIT:' e~pcl'j!j¡('lll;H'I)1l lo~ (';!I'/¡"¡¡'.


Bilhflll, .'[\I¡,la:! ltl'í':)¡";I, norle de la~ hpt'rnlll:l~ .\
!llaneo de la" :u)¡hi .. iOltt'" ,kI p3didu c¡jrli~la, ól:dJ¡¡ (/"
lluevo sitiada PiJt' lo~ kll:dlnlJ('~ ,he YilLrl'al ((ue, en ¡¡úme-
ro dc diez y Ol'hn, ellH iJ¡¡.,\,llllc nrlillel'Í:l, ÚmUnl1<lU un to-




tUllIO NO\-1;\\).


tul de diez mil homhr·es. Ya, ücstle mediados de octubl'c.
se hahia aeol'llaclo ell una junta (le ministros y grnel'ules. ce-
lebrada COIl este ohjeLo en Oüale, atacflr decididamente la
rica eapilal de Vizcaya: ~, (!psde el 22 !lrl mi"II1O tnPS, habia
empezado Ú rOllel'~(' pOl' obl'a este proyecto. Cil'culIvabda
b plaza desde la madl'uJ.wda <Id 24, pmpezó en la llel 2,3
un fuego hOlTOl'ü.~O, qUt dlU'Ú lodo aquel rlia ) el ;,;iguiente,
logrando durulllc este tiempo los carlisLa~ d('smuniehl' varios
Ú¡erles, deSlllontar dos de ias prillcipuies haícrias de la
piaza, drj,lI' ~ lo"" arlilirros fuera de combate, ia hl'ccha
abierla, y tOllo ('n dispo~icion df' d:1l' p1 a~alto. niél'onlo. en
f'fe(~!o, los sitiadores ú las once de la noche del 2G; per'o
sin J'1:;;ul,~Hln. _\ la mafíall¡\ ~iguiellh>, vohib ú empezal' el
fuego: \IPI'O, alenlallos ya los de la l'cina pOI' el LI'iunfo con-
.:;rgnitlll cn el combate de la Ilodlf' antel'ior, acomrtiel'on en
difel'l'ul" .. pllJlln~ nI elll'mi:;:o. el cIHlI, tanto pOI' 1':;;(0 como
pOnjnf' E"pal'tern \l'lIia t'n sncnno de los ~ili:l¡Jos, ~r reiiró
ahandonando pnj' el 1I1011wnto la empre~a.


'\"0 fllt', empel'o, «(¡: Im'ga d\ll'aeioll este abandono. Don
C:lI'los :,(, situó (~Oll 511 CÚl'te en DlIl'ango¡ ~. l'(,Suelta alli la
i'enOyaCiÜll del sitio, y aumentado ettrcn de batir, ;;c des-
tilló ú \as opel'aeionc .. eouíl'a Bilhao la ma~-ol' parle de las
fuerza" lli;;;ponihles dl'l e,i¡'~I'eito cadista, cuyo mando sllpe-
rÍOI' fll{~ rnl'omenllflllo al !,wllel'al coude de Casa Egnía. Yi-
nlm'a! dl'lli;l !H'ote;rl'de~' all'ar'[' h{H~iil sí {I Esparter'o, en
<'!l:\ n ca.'o 110 dUlhdlan lo;; f'al'lista~ .¡ne, dl~sdr' Irls po."icio-
ne~ Hntajo~aR ([ue ihan ;" nr'npill', ,'('cklzal'ian ~- hiltirialJ
completamente á In" cúntl'ul'ios, HilbHl), elltl'etanto ~(' apel'-
('¡liia para la defen:"il. Er'a ¡rolH'l'Jwrlnr militar' (le la plaza y
l'Iilll;\IHlallle !!,elwI'al df la \1"0, inria 1"1 L,'i¡.!llrlif'I' don S~lnt¡)s


r'mo ly.· .)




GG ANALES !lE IS.\RFL 11.
San Jligucl, y scguudo callo el de 1:1 misma daH' don ~Ii­
gucl Al'aoz.


En la noche drl R de noviemhre, Iwjnron desde Mul'-
guia ú Santo Domingo, ocho Ilfltallnl1l's carlistns con dn~
piezas de al'lill(~I'ía, y al r1l1lilnC('el' del!) ::;e dívi~I') 1'.;1:1 flli'I'Za
sobre las alturas dI' Al'ch:lnda y BalHI('ras, ú cu:"a;; inmr-
diaciolles lI1[llHló Eguia coloCH!' las dos piezas, (:11 lIlIa ha!e-
ría que al efreto hizo cOll~tl'lli\'. Unos ('lHllltOS llispal'os di-
rigidos contra el último ,le a· Illello~ fllpl'tps le ol)ligal'oll j
entregal'se. quedando ))I'i~iollt'I'()S los spll'nta homhres que
lo gual'llecian. Los qUf' oCI1Jl~\han el t'UPI'tp dl' Capuchinos
lo abandonaroll elltollc(',,; prl'd, al intenta\' J'('lir:ll'sr, ea ..
ycron casi lodos ellos ell podi'l' de los siliadorc~.\ In
maüana siguiente, (lil'igipron f'stos sus ataf!\le~ contri! el
convenIo de San Jlnm{'s , Cl1: os defensores, il \ caho dI' sei~
hOl'ilS lle fuego, se I'eplegaron Ú la iglesia, donde tambirli
eüpitulal'Oll al fin. Lo mismo, (lesplles de comllale~ Illa~ (¡
menos l'l'üido~, hicie\'o\l los der('n~()['es de los fuertes lid
Desie\'to y de Hlll'Cl'fla, (le qltr lnlll:li'llll posesioll los ('al'li~­
las el dia 12.


Ducüos. pues, ti" tOllos los JlIIIIIO~ IIU(' dominilll ú Bil-
bao. empl'emlcu pi dia 11 su~ operHciones eOlltnl 1:\ plazcl,
emprzanclo pOI' la pflrte (k hI E"tnfa, y el comento tlr; ~nn
Aguslill. EII't'~imicnto de TI'Ulillo, <¡11l' se hallaba aellal'-
tebdo en e~te último (·¡¡¡lieio. hilO fue¡:o loda la IlO("]H' "<'tela
los puntos ocuIHHlo" pOI' e1l'lwmigo, ('Il"ns tl'alJ:ljil~ lp oldigú
i, inteJ'I'Uíll¡.il' tlmanl(' 1,¡(lo el dia siguiellle. El I (j, sill l'lil-
hai'go, tellian ~a los carli,;la~ collslJ'uidas tl'I'S klleria~ Ijlít'
.<'117) fliel'on artilla(las y rrf')l'Z:ll!aS l'OIl iltl'''~ tI'es. Entoll-
ce~ I'ompiet'oll los ~ili[Hlo!'f's llll fUl'!',l hOI'I'OI'Oso contra d




67
convento, que at HCal'Oll \'nl'ill~; \'rces, no sin halhll' ell SI!S
defellsOl'e~ UlHl i'1I/:'¡'!!i'.'a l'i',¡,II'llcia, ({Uf' e" ]lI'/lIOIl¡rO h:1sta
1'1 Ji 1,.


E,(e dia, lI'l'I'il,le (I:tl'n 11), llilhaino~, rl[(~ llll'\ (l\~ ];J"
lIla.;; Illelill!l'a'de~ tic aquel llletllf1l'alJle "itio .. \ la Hila, "'01'-
pl'endie/'on ~i!últ)~a¡llelltc lo~ cadistas cl eUllVeu(o d,~ San
~\bll"till, pelletl'alldo pOI' III~ lugares CI)II111IlC" :-:ituados ('11
el piso principal, dc~de donde cllfi!alJ<l1l la ('lltl'¡lda de la
porte!'ia y lo.~ claustros hajos. facilitaullo plll' esle nw(lio Sil
iiJlrodw:cion (1 la ~acl'i~lia. de la sllf'l'i~tia l', la i;.rle~ia y de
la igle~ia (1 la ca-a eOlltll.:ua. conocida !lO]' la de JIPIII'//{I"Il,
-'Iu) 1:lr;:to, Sl' hicit'l'/HI dnelto, de Io<ia [¡l pal'tr alta del
edifieio, l'll)a pi\,;c~ioll Il's ]ll:l'mitia dil'igit' :;ns lit'os contra
la plazuela de enfrente,) molestal' pOi' lo tanto la ~egllnda
ljlle~\, qU(~, ullOyallllo su iZ1luicrda en la ca"u palacio de Quin-
tanil, (Jlwdaha dl'~I[C c'lItonees t:()nstitllid~\ eH pl'imer'u. Del
l'rp'illliellio de Tl'ujillo que gual'lIccia este editirin, ,\:1 des-
moronado pOI' el fuego incesante de los dias anLel'iores, mas
dí' me/lia compaüia ltu', !techa pl'isionera el! aquella de~wa­
eiada SOl'/JI'csa.


la noticia (le quc lo~ elH'migo:- el'an t1ueflOs dd convrnlo
,lifnnüió el espanto y la COlhlel'llacioll entre los habitantes
¡le Bilbao, 1)('1'0 110 hastú ú desalenlal' á sus defensore",.
En ('\ plinto (le ma~ol' pdigl'O, 'pw el'a la hal'l'icada tjuc
¡Jpff'udja ('1 pa~o de San ,\gH~till ;'1 h r.ellcleja. se ¡wbia im-


Del [,ri~.llldt lk t',-II' ¡i!,) () IlIJ".('llli :--1.' hall e,-tn1\ l(I~ld ~in qütl
~'Cp,irjl()~ cJe',qul l• fII:l11L'j'¡j ,¡[~lIn~t:-- !¡u}!~, .·-,Llt'lt~.;; que ~ pn;na In compe-
tente> :tut()rIZ~IC1Ün, lwn¡f)~ 1'{\i lo lnpLJ'¡:ulo t'on trn?mentr,:;:, f1l:l otra ohra
J.rlÓ}:,~3, !l1\l\- ~q}r eciad,l Pl)¡ 1._'1 ;¡lltl'¡· dI' C'~tl')~ .-\n~llC'~, \- titnlada H'is-
{ ./ ¡,I -¡Ji'¡(0ti¡.~ra IJ," "(;¡¡urlr; ·[1' J.~ll!'(,1 lf.


L :\. d¡1 h)>.:. l'li.




68 ANALES DE ISABEL n.
pl'ovisado ellf1, día de la reina }"ahe\, una inscl'ipeion
'lile conlenía estas IÚgllhl'(,:;; palah¡'i's jtJ'll/l~¡lo tí la ¡¡¡llntl'!
yen la batería, conocida antes con rI nomhl'e de las (JIjas,
apal'eció al poco tiempo lllla lúpitla sepuleral de fOllllo lH'·-
~ro en cuyo cenlm se veia \lna calaYcl'a sohl'(' (I()~ hlH'Sil~
cruzados, y en gl'andes cat'aCIÓl'cf; blancos {'sta !Cl'l'ihll' lp-
yenda ¡bateria dI' la mlll'r!!!! ,\ rcforzal' aquel punto irn-
pOl'tanl(~, mal'chal'on tl'es (~ompafíias de nacionalr:-:, qut',
nnidas á la !t'opa dc linea, lup.l'al'on al pl'onto algunas ,,!'li--
tajas, conteniendo ú los carli~tas ({lIe, desde los clalls\t'íh
,uperiol'es del convcuto, haci: .. ) un fnrgo hOI'l'Ol'OS'l , mllí'~
tifero.


Ott'o nuevo infortunio vino ú acrecellta!' lo~ pdj!-;l'(I,~ dt;
aquella, ya de suyo tan angustiosa situarion. Hel'ill()~ en In~
Il'inchel'as el comallllante grnrl'fll San ~liguel y :'11 ~egllillliJ
Araoz, quedal'oll los sitiados sin gefe que los dil'il"ii'l',L
Reuniose inmediatamente la jUllta de al'lllamcnto y d('r('il~il,
y de acuen]o con el comandante gene!'al, nombró para ~\lS­
tiluir á este en calidad de inlel'ino al hl'igadiel' don Jli!.(Ilrl
de Arechavala, dcual, á las tres y mellia ¡IPla !imll', e:,lalln
ya en posesioll de su nuevo cm'rro y adoptanllo di:,posi(~io­
nes pam salvar á Bilbao. De estas fué una la de ineclIIliar
el convento de San Agustin, y la casa de .l[('i!rf¡(f!'((; (1)('--
racioll que, auuque al'l'iesg¡\(b, y aun lemenH'ia, ~(: IIpvú ;'1
cabo con tanta diligeneia .' tan hilen c'\ito, Ijue :11 ponrl''-,'
el sol yaanlian los e(lilicios eonquistados hOJ'as antrs pOI' lro·;
cadistas. En este dia de tl'ibulacion, tllviel'OI\ las tl'opa~ ,].,
b gual'llieioll ~. la milicia dc Bilhao mas 111' :;0 muertos ~
dohle numrl'o de heridos, ent!'e los ('Hales figuraban el ¡:t¡,f¡~
de la plana nH1Y(lI'. dOIl '\li!!llP\ So('ies. Ipll' murió Ú, }.)-




UBRO l'iO\K\O.


pO(:OS llias, el ayullantc dc la misma don FCl'lialHlo COtOlle!'
" hasta tt'cs avudalltes tic (¡['dcne:,; del comandante general.
. L' t..i


.\. este oneió Egllia el (lia siguiente intim{ll1dole la relldi-
,.ioll y anunciúndolc (Illr de lo eOllfl'ario estaba resuelto á
tOJlla!"];¡ plnza;'1 \ in) fm'l'za, ,-teYo IIIU'I'I'líIoscapit/llacioll;
"/U!!{I! Ile fl'((!!.\O"c¡Oill'S ('0/1 ,.¡ ,'íU'l/lirIO; mur/r ú ve¡¡cer;»
la]í's cranias voces que l'e~ollak\ll en los flJel'te~ y en las ca-
lb de Bilbao; tales los ~('lIlirnil>lItj)~ hajo eUjO illtllljO se dic-
tó la re~ptH'(;la ¡¡ne al oficio d(> Eguia ~e dió,


El 2\1, r!esput's de COllsII'tlil' tilla nueva halería jUllto Ú
1;1 en,:) de /(111'1,,, f"l (,1 hanio Ile \Iena, jUl'isdiceion de
.\\¡<1I1c!O, yoh iel'oldos cal'li~ta,; Ú l'omlll:I' el fllego, dirigiendo
principrtlmenlp (1('~(1e dicha }1<llI'ria sus proyectiles á la cas:.&
;lspillcl'atla y al eOllyenlo lle la COllcepcion, cuyrtS fortiti-
nleiOll('~, i'olllpllesla~ de ~ill\ples tapias, presentaban h\1I
I'0ra I'c~i~I('Il('iH <¡11(" ~I ('aljl) de ~Igllllas hOl'ns, habia )<1
\arja~ 1:I','cheí;; p"'H'ticaIM.;.


POI' In princil'fll de ('ilas illlclIlaroll !o~ carlistas el asalto
;1 t'Mrt de las cuatl'¡) dt> 1<1 ta['de; pel'o los cuall'oeiento~
hOIllIJl'c,,; iJue, ~llas ónlelll:~ dd comBel don )lauuel ~alilluet.
defellllian a (I'\(' I punto contuvieron al enemigo, rcehazán-
flolo VHl'i,b H'P(~S, Ú pesar de la impetuosidad del ataque,
'lIJe cosió ú los "itirtdol'f's srl\'nla y seis muertos y ciento
cincuenta hCt'ido~.


El tlia ,j dl' dicicllIhl"l', ltizo !lIJa ~alida la gunl'lliGioll ha~ta
d puu(o de _\l'1agau: pl'l'O la l'OlllllllJa formada con e~lr
I!bjeto nillgulI l"esull,ltllJ importante oh(lI\o di> su tseUrsioll,
y, c3I'gada pOI' fuerzas ~\Ip(·t'illl"l''', ~e yi,', ohligada Ú ret i 1'<1 ¡'Se.
habiendo tcnido ¡]I)~ IHuclt',h ,\ "ll<ll'(,III<I hf'l'ido:,. Lns l',U'-
listas \ 1'\1\\1' tHi!O, hahían ¡'Tlipl'fllílido lilla mina ¡-.ara ha~




70 A:U.LES !JE IS,\llEL n.
CeI' volar la casa fuerte de Quinlana y faeililar de cc,te moLlo
la remlidon de la plaza; pCl'O el PI'()~l'clo se d('~I'uhrió á
tiempo, ~ descuhierto se frltstl'l'l,


Esto no obstante, la ~ituneion tic los ~iliadü~ continuaba
'¡)lurutlbinta, y una espcranza, Ulla :,ola los ¡mimaha pal'll
-,lIft'il' pOl' tallto ti('mpo las fatig:-ls del sitio y los estl':l!!()~
fJlW dial'iamente c:-lusnhau en la pohlaeion las ¡mlel'ias dc
l(l~ sitiadol'f's : esta C,-pCl':"UlZa cr-a la lleg,Hla del ejól'cito de
l;I reina. ESpat'[el'O, al fL'(,llte de calOl'ce mil homh¡'(>" t'~­
taha :letl!llonatlo (lcsde el 2,) de Iloyiemhl'c en el pueblu de
PUl'lugalele y sus ¡nlllc(li:-lciOlH'S, y, pOI' medio de un [cjé-
,!l'afo OpOl'tlllJallll~llle e~lnhleeid{), se cOIJ1uuicaÍJa enn h
plaza, á la cual ofrecia auxilio, escilúllllola Ú pl'ololJgal' ~ll
defen,a . .:\0 el'H, f'in emba1'go, f<lcil cumpli\' ~.\!lue\la palalJl'a
,in compl'ome1ct', junlamente con el b .. ito dc la~ o]lct'acitl-
I!C~, la suerte del t'j¡;t>eito y lwsLa 1;1 ('all~a de lsallel JI. V
bien ú las dal'ib hubo de COllO('t'I' el genenll el! gefe las di-
ficultades de la empresa ('llnllllo, deseoso d(~ caer ~,I)l'(~ el
g¡'ueso dc los fuerzas r1n Eguia, quiso rOl'zat, el pucnte de.
Castl'ejana. Defenllido eSlp pOI' los carlistas con incrcíhle
obstinacion, vió el gefe cristiuo fruslt'adas, ú pesar dd valol'
de sus soldados, torIas sus eomhinariones, y tuvo, ¡tTitado y
mohino, que Yol\'(~\'~c:'l Portugalelc, ,\lli situó ~u cuartel
general, y, puesto de neuenlo con los gef'es de las fuerzas
navales espaiíolas é inglesas de la costa de Calltaltria, se
a<!chll1ló hasta el Dcsiel'[o, de~de t1olJde, lo mislllo t¡ lIe tles-
de Porlugalcte, p!'illcipió ú batit, las ca~aS y fOI'lilll'S que
protegían el puente (le Lucltatlil, y con el objelo de pode¡'
atender a un tiempo ú amhas orillas dd -,ervioll, donde
continuaban las tropas batiéndose sin desc:ll\so, mandó




r.mno :'\OYE:-iO. 71
éOllstruil' otros val'io~ pucntes con !()d()~ los barcos que alli
hahia.


La situucion (~Jltn~ tantu S(~ Ilflcifl cada vez !lIas critica.
Bilbao reclamaha un pronto ~OCI)¡'I'O. y el ejercito lIO
jlodía !JI'eslúl'sc!o ~ill a \ etltlllal'io tOllo ell una batalla de
dudoso éxito. Para lOmar lIlIa rcsulucioll tlecisint cclc~
hl'óse llueva jllnta (le ¡¡efes, ~, llespues de cOllslllt;lda~
(odas hls Opilliolle~, prevaleció la de qlle era allsolutalllcllte
lJeeesal'io haCCI' un gl'<illde esfllel'ZO y s,lIvar á Bilbao á toda
ro,,!a. Espnl'lel'o arengo ú sus tropas, lllle junll'ull morir ó
\ CIJC'.el' eu la dcmanda,~· el 17 de diciembre empezaron
por fin las opel'ilCionl's preliminnres, que ocupal'oIl algunos
dias, para poder "l'nCCI' Ins inmensas dificultades l{Ue ofre-
cia la cOlllh\Ccion lle la al'lillel'ía y el eslablecimienlo de las
haterías destinadas Ú jll'O!('jCI' a(IUella empresa.


PUI'a facililar el ,.a~1) del ejl~'I'('itl), era ante todo jlldí~·
fH.'ll~ahle rcstablecer el puente llc Luehann, y tanto mas 1m·
pOl'taha e~tn Ojlel'3Cion, cuanto ([ae el puente venia á ser
la da ve de la posicioll del monte (le Cabras y de la r.al~
zada, donde habia dos baterías eneuliga:-:, y dc toda la cOl'dí-
llera de .\l'ehallda. i\ las cnall'o de la hu'de del dia 21, en
medio de 1111 fl1l'ioso hmacan, acolllpañado de nieve y gra-
nizo, se e m km' lll'O n , en Y31'i:\s lanchas y dos balsas, ocho
eompailias ll(' raz<)llol·ps mandadas l '¡)J' t'I emn:mdante don
~e1Ja~liall L i1iJaITcllil; y, ~'~:c()ltadi\~ pOI' las l:-illcallul'as de
la lIlal'ina IlClciollal <¡He dil'i!!ian los brigadieres Cañas ~.
\Iorales de los Hins, ~ pr(ltc;.;idas pOI' el fuego fIlie rOIll-
pieron en afIlie! illqalltt' todas las haterías y los til'adol'e~
de la t1el'ec,l1a {. i!.quierda dt~1 \f:I'\'ioll. IO;!l'al'on pnsar á la
otra orilla arrostrando el lu('~,) de t'usilel'Ja y canoll del ene·




72 A;\ALES m; lSAnRL 11.
migo, que fortificado á la parle opuesta de ia cortadura de
nn arco de puente de Illas ue t:lw!'cnla pie:; de t1iúlllc(l'O.
posesionado de val'ins C<lsas itlllletliata~ Ú él, y co!ocatlo en
zflujas y parapetos tliestnullente establecidos, cOIl!a PI'U"
teeeion aJ(~IIHlS de sus do:', hatcl'ias, Jlodia eOllsidcl'aI'se, no
si!! razoll, punto menos que iuvencible. 1\ada IJll,,;to, ~i!)
clIlLuI'gO, Ú conlenel' a lus Y<llicuks que á ~us órdenes lle-
vaba ClibalTella, Despl'cciallllo las balas enemigas, y hasta
la furia de lus elcmentos, quc pal'ccian conjul'<ldos ('O!!!!'U
ellos, sc pO~CSiOllaI'O!1 tlCSJlIICii de lIlla ernpeñadí,ima re-
friega de las fortifkaeiones tleI pueule, de I<ls ca"a:, cunti-
I)uas, lIc los parapctos, y finalmcnte dc b~ LatuJas. El ea-
pitan de fragata don Francisco Armel'o, a pesaL' de hallarse
herido, fue el lwimrwo fllle, poniendo el pie sobre una ue
cl!a~, se hizo dueño de un eañol!


Rchabllitado por los ingcnieros el puente en meno" de
dos horas, trl1sladóse inmediatamt:nte al otro lado de la l'ia
la division del baron de ~lcér, á quiell se habia cneal'g,ldo
apoderarse del moule de San PalJlo. Vucltos ya (le ~II SO!'-
l)('csa los carlislas ~ eonsidel'ablernentr, L'(~fol'zarlos, dcstCIl-
dicl'on cnlonces lle la eumbl'c de Bandcras, Ú cllyo pie ~e
tl'abó de nuevo la batalla con grande encflmizamicnto. ne
una y oh'a parte se daban rcpelidas caI'gas Ú la hayO!!!:ta
sin fIlie los enemigos pudieran ~er desalojados, !!i la di,¡-
SiOll tic ~Iec!' lanzarla de a!fue! eel'!'o, eu) a defe/lsa le había
sido encomelHluda. El bm'o/J estaba 'ya herido; :,:u segundo,
ell)['jgadicr don Fl'oilan )lcntlcz Vigo, eOIIIIl~O; Ia~ tropas
tenia n centenares de blljas; la Ilieve cubria lllJ e¡'ccido IlÚ-
mel'o de cadáveres cn ll(lue! campo de desolaciollj eltem-
poral al'l'eciaba pOI' momentos; y, para colmo de males, Es-




LIBRO ~OYE'iO.


pal'tcro, cuya pl'e~ellcia animaba siempl'c al soldado, llf)
parecia: enfermo y postrado en cama, hallía teuido que rc-
~¡g\la\' en el gelleral Ol'áa el IIIaudo l¡e! ejercito y la dil'ec-
"!OH de las () pe['acio¡¡('~,


A las ollce de la noche, JJI't~Sclltase Ol'ÚU al geuel'al en
tl'fe, : h;lccle la llIa~ tl'istl~, al pa~o (Iue Illas e\acta piu-
lura del a~Jlect() qlle cn ~ulllellos momentos ofrecc el C31JlI'0
de IJalalla, S(llll'l~ lo dicho por Orúa cucarcce el corunel
folerlo, tille llega pr1co despues, Espartero ha envia.lo
ya de refuerzo la divi~ioll (lel general don Hafael Ccva-
Ilos ESI:nlel'''; sígucle ú poco la brigada del coronel )1i-
Iluisil'; pel'o esto no ha~ta: es necesario hacer p['o-
digios de valor; es forzoso luchar eontm los elementos;
es inuispensable Hlwerlos. Si el combate se prolonga algu-
na~ horas mas; si llega el dia y el enemigo COlloce su po~i­
eio!!, lodo e~!{¡ perdido. COllYeucido de ello, Espal'tero
monta tÍ cahallo, f'llfel'lllO y lodo COITO al Jugal' de la pelea,
habla tÍ las tropas, las eJlal'dece, las entusj(lsma, y ti la hora
lllisma en fILie la igl(~sia ce\cbl'a UIlO de los mas gl'andes mb-
torios de la religioll cristiana, el estruendo de los tambOI'es,
d ruido de las armas, los gritos de los combatientes, el
fuertc soplido de los "ientos, el imponente bnlluido de I'JS
mares, todo pal'cce (Iue se reune pal'a anuncial' de U\!
modo lúglllJl'e y l¡a"or'o~o flue EspaI'lerO y sus soldudos
eS!;11l hacie"do el último esfuerzo pOI' cumplil' la pala-
bra solemnemente clllPeiiada de lIlorir Ó salrar á Hillwo.
En el punto culminante de Bandel'a~. ondeaba con efectu
<JI alllaUéCCI' del dia 25, el estandarte de Isabel II; y. á las
llueve del dia, enflledio del repir¡ue gencml dc campauas
y de estrepitosos testimonios de júbilo y de entu:.iasmo,




74 A:'íALES DE ISABJ::L Il,
entró por fin Espartcro cn aquclla villa, 'lllC, pOI' espacio
de sescnta y cuatl'o (lias, sufJ'iera casi ~iH intel'rupcioll fa-
tigas y peligl'os, á que puso por ClltOllCCS término ellcvi1n-
tamiento uel sitio, y escaseces y pl'ivacionrs, :1 quc signi;'
por mucho tiempo condenando á sus habitalltes la pCI'lIla-
neucia en sus mUl'os del cjél'cito libcl'tado\',




"¡In rI(' hn7 - :o\ilnarilHl ~ di.;,po~irlqjll'~ re ~lH:l'li\ (1:';' ~k 1'1:-' ('j'~I"!'i,(.~ {lpSIJlll'''' ~ a
':n!l~I.'Clll'll(·ia del k\,llllanli(,lllo ~k\ .. ¡till d,·1:illHln.-CalJrt'ra. I'('~tabll'('¡do de
~tb belld;¡..;, ::i:!1¡' dí' Iltll"° a I'ampafla y loma 1:1 orcn...,iYil,-Cnl'l'prí;¡s de f(Jr·
(~adrll, Tallada , Lla~o!'lll'r<l! ~nrad()r,- \ITioIW:-: de HU¡-101 :- ~Iiramhcl,~
A;.:'itarÍ'IJI y prncLIJ!la" eli Bill'l'!'lnIla.-;iul'\,(I or~aililal'ioll d,~l pj¡"I'Cito rrj¡,-
lillO ~ npl'ra('ionl'~ {'n filtalurta.-))i ... po:,i(':u!H~:-' dI' don Cilrlo~.-neorbaBil,(l:.­
"'ion d(~ ~u pFn:ito.-])po;(l('i('rU1:-' tk'l :.!nbkrllo dI..' 'l<.l\lrid.-f.ort('~.-Pr()po~í­
¡'¡ones intelllpl'sti\·a:-;; COlllro\('I',;ias l'..;tt"l'ik~.-:\\'(¡()rii\i.'ioIlP~ con el ministr~
inglc5 "rilliers.-,\rrt':,la('iolH·S ! rnlllillilmkntos.-hulbciplina ~ rehrlioll.-
"'Uf>,Yii demanda di: ('oop\'ra¡j,)u lraHec~a.-~('~ati\·a del ~obil'rno de Luii
1;f'lipe.-Dbeu~i(11H'S r()tll'::,ll' moli,'/) pJ) las (·timaras fl'anel'sa:;,-j"l. Thkr ...
. \ "011'. - lI(\nl{ll,'11' politi¡·o.-l)j"l'llI':'d lk 'Vi Ili ... T. ... - Udolrm.l d¡~ la Constitll-
f·jorl.-AJiI"f· ... ro ..... JI' ~IH'I"ra.- H (1\ illl i!'1l In"; dI' t rnp¡¡:-;.- '-~'f1la.iil., oh!l'nidas 1".''''
F\al1~} E~p¡Ht,'r'; 1'11 !;t ... pr!l\ irH'ia" dt·j ,"01 (l' -:\UI'\";I." (·orn'ria.-: de Cabrct~
.l Fon·adcll.-.\I"I'ioll d.' llllr.ia~nl.-(.r;,a ('¡lIdtan gl'lI('I<ll dI..' _\ril~on ~' Ya-
Jenc!".-l)i ... po:-:if'iuTU.· ... dd m;ni ... 1ll1 df: la Gnl.,"nn('jrqJ Pit,\ Pi;:¡1l'ro.-Pro~I'(>
11.1., dt~ ("oll:"oHIlarion dI' la dl'ud,c o..;n!Jrc.,irJlJ tI(,} tiiezl1lo. f't,~.-Di~ru~innL'~
acalorada.; ¡'n r\ parl;.m··ntq.-Dc:"(·lrd:'rw ... prOnl(H idlJs por lo~ carlhtas Ile
n.elJs.-~tH~\O alboroto r'n Barcl'lona.-Pri.'5inll y suplif'io dl' Xauderf'.-T'1-
mil dl~ Cant;nit'ja l'oI'Cahai'JI'l'n.-He:lIlilln 11(' fllf'rl.a~ cristinas PIl Guiptú-
f>Oil.-Pt'l'paralirn:-; dI' lo, carlbtlls para Ilnil 1''Ipctlirion á Ca:-;tiHa,-Llega(h
flr I·:::.parlf'r\) ú San ~1'ba~liaIL


BH;~ (IlIe el auxilio dallo á Bilbao y la derrota (le lo~
('al'listas delante <le a(llIClla villa sc auullciasen COIllO el
preludio de JllICV(lS y Illas sciialados triunfos, cnm muchos
los que de aqncl sueesn no esperaban mas Yelllajas quc la~
f¡lle habia producido 11'es meses antes el igualmente ponde-
rado de Yilhll'ohl<·t!o, Entrando Cll Bilbao los batallones de
Espat'tero, situ<Íl'Onse los dc ViHureal en Galdácano, SOI'.r-·'-'· .. "
/!:~.;-~~'Ó>
'.~ i~~ ~f,· ;~.:.-~. '~. ,:.




iG ,\~.\LES llTi IS.\JlET. 11.
Hoza, Mi¡'avalles y 'lUl'gllia. eufll'iendo ú un tiempo :'\ Dur31!-
go y la costa. DueilOs de sus movimientos, no lardal'oll
('11 enviat' avanzadas casi hasta el Puente \nevo, blo(¡Uell!ldp
asi ;" Espa¡'[et'O mismo, que 110 tenia e~pedito Otl'O e,ullinn
que el de la costa de Ponieute. SIIS (liez y ocho ú "eillt"
lIJil homhres, apiüa(los entt'e POl'tugalete y Bilhao. ,[IW dn-
rante ella"go sitio habia agotallo torlo:.: sus r(,Clll'~O~, e~lc\~
hall rCIlucidos á los que pOI' mal' se les cm iaban l]e val'ji>'
puntos de la misma costa, y pal,tieularmeule 111' ~ant(lllllel',
Pero estos reenrsos, insullcientcs tal vez. I)],cl'al'io~ sieIll-
pre, proveian apena~ ú las necesidades Jll:I~ urgentes de la
vida, y 110 pel'mitinn al gener'al ell gefe COlll'chil' la idl'fl
de adelantarsc sobre DUl'allgo y asegUl'ar a~i la tranqllilidad
de Bilbao, sobre cuyos habitantcs cstahan Jle~alldo n\l'l,w~
(Iue, en l'azon á las siempl'e crecientes e"igenci:\~ del nu-
lllel'OiW ejército alojado en sn rceiuto, ~(~ le~ iha haeicud,)
fHlla dia mas dificil 80POI'UU'.


No bastaron :'t remediadas ni los autói:(l'afos ¡JI'alulato-
rios que, pOI' acueruo de las Cortes, di,'igió su presidente
al ayuntamiento de la "illa, al gcnel'al Espartero} ,11 co-
modoro Hay; ni los honores fúnebres que ~e ordenó hacer
á los militarcs que pereciel'oll en aquel sitio mCll1ol'ahk,
lIi lo~ monumentos (Iue en una época indelcl'l\\inlllla ~I'
acordó el'igir pal'a perpetual' sn memoria, El Hlilli~tCI'io,
reputando dec~isi\'o d triunfo, 110 temió lanzar un terrible
anatema contra la villa de Oüate, dicIellllo, en la :>esion I\C
las Cortl's del 2 de Cllero, pOI' el ór'gano lid ministro Lopez;
«El gobiel'no rennirá to(los sus l'cenr~os, pellctr:m't cun
»ellos en el eorazon de la faceíon, pl'oclll'al'ú ocupm' la c¡'¡"le
)¡dc\ Pretelllliente y levan![1I' en ella un trof!'!) ;t \a jnHicia




~D~ BALJD~ERO ESP~~TER~


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UBI\O UECDlO.


'plhiriO!lu\ y Ú la libcl'lad de la patria, con unil inscripcioll,
. '¡W', pal'.'eida ¡\ la 1[11(' /',I;lmpl" el ¡rohil'l'1l0 de \lila nacion
,,\('I·jJ/il 1'11 lJi';i de ~Ih I'illd:tdl'~, dig;¡:-/:"Ii' pi/!·l,!/i ji!l; .. !
/;)"01(1' 1" .'/'1"1 {'Ií '/II!' "1' ili:.o 11 /1/ {¡'{¡('r/'UJ . .'1 /,S(I' I}I'('~


. I'¡o l/I/ /1'1 (."isfl'. Esta ('~ la illlc'n('ÍOll del!!obi¡'I'lio, ú ¡,,.;It~
!,III,II) \a ('!lCamilUllla su marcha.), Pero \lO tenia éllllCdi'h


¡llI'<l líe\ al' ,'\ efecto su arnellilZiI. 11 ¡ aun Jll'ohahil idad dí:
ií .• ¡'(·¡', dd !nanl'¡mielllo lid sitio dc Bilbao. csealon p[1ia
¡¡:j('\¡b \('Hlaj;¡.,.;, Emiar ú Ei'purtcl'o algllnas librallza,.;, Ijue
,'¡! ~i\ mil.' (¡I' parll' Ilebian :;el', .\' fuel'oll ell efecto Il\'ol('~­
lddil~, ~ pspedir únlcllc~ ú Sanlilllue\' para <¡uC' conliuuas/'
\'!iyialido {, Hilll:\IJ au:xilios qll,~, pOI' pI hecho de ser indc-
tillillo,.;, 110 \lodi;1I\ ser lIi tau ,'\wntio,.;os ni \¡1lI l'cg\\Jare~
"OIlíO lo I't'dalllahan las lH'ccsidaúes; lié aquí casi tOI\O lo
'l\ll' hizo pal'a :1])ro\Cchar la I'('ciente \ietol'iG, \' digo C3f;i,
píIP.- .JI' jllH'O 1/('lIi:1I1 ~e\'\'il' para cqc fin lo~ Illo\'imientos
1lj(';f'I'I()~ Ú ('(I'IÍ\/lI'(h di' S;¡I'~ti('ld. Illle imp¡)~ihilitado • 1")('
I;! P"llll!'!:1 qlll' :dli!!i<1 ,'1 Indo,; lu~ (,IIPI'pOS dl,1 ,'jl"!'cil!) , d,'
i'lItl'('gar~e :'1 np"I',¡('jollcs dig:Ila~ dL' :'\l 1'l'[lutat:iull, consu-
mi;\ 1'1\ p,;rUl'I'zn~ c,t¡,¡'jll's ~\I illllul'i:lati \ ,u illleli~cll('ia,
1'111' ]Joco (,¡llllli"ll dl'hil') C()lItal'~e \;\ \\leita de la di\i:iioll
j.'(¡I'(ugUCS;\ :'¡ In,; pl'l)\illcia!' del \01'11' de~lll' hls ¡le Cúccl'es \
>,:\hm:nw;1, dllllll(', lle l'csu\tas ,le las cOll\ulsiones ¡le POl'-
1;11,:;11 pll el \1'I'ano último, halJi<l1l (cnillo q\le marchar, pal';!
~lí'lldl!' 1'11 la 1I1';I."iOJl :11 SOCIII'I'II d(' ,,11 gobierno, Elll'iullfo di'
¡ i 1'p\'"IUl'ioll di' .-l'liCllliJl'" ClI Li~hl)a, con"ccllt'lli'ia ,!PI dl'
\'1 t~l';\Ilja ('nI'! HH'S allll'l'ior, prl'lnitiú qne \ohiese ar(l\(~­
!;i\ !i'giou it intl'l'll:lr~e en E~pnlta, y que. a eOlht'ClIclleia del
!('!.!I'(,~1l di' (; illlll'Z ;'1 \¡¡ izquit'l'¡la tI,,1 Ebro, ~e la hiciese illll'-
L\ili;ll'ha ... la \l1l\',-,1I~, ¡]f1nde lIt'gil, nwdii1do \11 ('ll1lp~ de (,!I"l'[',




'78 ""'_\LES VI' 1:i.\DEL tI.
:Volwhiendo allí Ijll(~ ('(1111' 1', 'I.' II'(I,\;\I!,'\:\ lilldd lJIi~l!lIJlII{,,'
:'1 las 'Itl'illdad('~, \ ¡:lli " ]l1I:,il'I'''1I ;d pltlllo;'¡ I;J,~ in'dl"
BCS tlPl gi'fe ('~ll'allg('1'f) II)~ d(~j¡ili'" dl',I;\C<llllellt¡)~ 'lue. I¡¡I-
jo PI nOIílIH'l' de l',ÍI;l'cito de 1;1 iZ'Illi''I'd;l, IlwIl<lúl'a ha~t:t
t'nt()[¡ee~ el bl'isadir-I' (hiedo, ~' di' 1", ('II:dl" 110 !lf'hi:l ",;,-
pl'i'al'se en 1,) ~1l('('~i\ o 1111:1 ('()(ip"I'ilCi'\1l ,'íil'il"


Ti\lllpOCIl podia ~,'l' lid la 'lIle dl~"k !IlClm IH'C~t;l;:;I'1l
la~ divi~ionrs dI' \lihrro y' :'.'i\n¡wz, l\eg:all¡1~ Ú B1ll')!oS \
ll'a~I:Hlilda~ lalu}¡icll ú Lb \Ji'l'ind:ull'", (';I:-;i ('JI lo;, mi,¡)jIF
días que los pOl'lll!rlll'~('~, .\mlJas diYi~ilill(~~; 11"l!.:¡}"1Il ¡'illi-
gilda~ de las lI\ill'cha~ fll1(, ,'11 1'('I'~I:('\li'inll di' (;Ollll'Z l1il'il'
ralllllll'ante mucho tiemp", ~ ];uh' .\¡lI'Yfll'Z, tr';,!J;ljada adí'm",
PO!' el de~pedlO '1111' ('1\ ella habia eilu.;,at!o la l:flIl1hH'!a d,.¡
~'nhicl'llo COll ~\l gellcl'al. E~I!:. ell~ il \'I~~el\lilHi(,I\II) pOi'
ln~ ~n('esos de LII('('I\:\ !l,,\iiall calm;\.lo 1'11 p:\rl!' lo~ (lhSI'-
r¡l\i()~ IIUf' SI' le hiciel'llll ;1 ~II tl';'IJI"-'i·¡) JIPI' \ladl'id, r('cibí,',
1'11 Burgos 1:1 110lil'in d,'l f¡-iulI!'1 dI' j¡¡ !/I'''IJII('¡\iclll'i:i d,'
Alai", (llIe :" pe~¡il' dI' I,I~ 1'II'dl'III" I.kl !!O]¡i"1'1I0, ~ 111' 1:"
oh~el'\"ciolles ~eYl'l'as de la PI'I'Il"iI de to'¡u~ lo~ Jlal'lid¡)~,
¡:ollsprvalJa ('1 1ll:\I1I!n de ~Il diYi~if)1I ('11 "i¡(jl'ia. \:11'1:11'/.
¡'('sentido dl~ In ill1Pllllill:ttl de ~Il rivaL pidi'" ,11 gllbil'l'l\(, "Ii
li¡;encia ahsolnla, y ('Iltl'e Innlo pl'('selll¡'¡ ~l\ dimisio!l Ú I\i·
!i('i'i) (Iue, ~Hllllili¡"IlII()q'la, le ilulnriz") ;'¡ PiI-';;II' ;\ \T:ldl'id,
1-:11 la \legada de \:II'ViI"Z Ú \:¡ capital vii, (" lIIiní~tl'lI dI' '"
L:H'I'I':\ 1:\ ('1'\"111';) ,k ~lh ('IlII!.ellll,,¡¡'i¡,;\I'iolll'"-', ,\. !11'11.;¡;¡rI,¡
Ijlll' podria COillill\l:l!' ('n (1l:1~ ('011 ""JI' ,k':II'IIl:tI' ::1 ~I'¡'"
o!'t'lIdidll, le l'l"ii, ,,1 ,:ipl¡;I:l:1 :1" !" c:',i;¡ I','IIZ 1\.0 1,,:1111·1 L,
Cat¡'1Iil':I.I{(']¡n':1l1d,d:, ¡"I, ,', ill~i,ti"ll,io) ,I,hl'l' ,11 lic('lil,j;1
ahslllnta, el lIIini'il'o ti' l1l;;iI'¡,'\ -:!lil' dI' \L1dl'id \'11 \ illl;-
('\l;I!I'¡) 1\1\1';1': \, ,',li:HI ¡\ I'\\n :." l'l'~i,I¡;'-I' \;'l";I('I., d,II1du




unno TlECDiO.


}lO l' mOliyo el mal CSI,ldl) lle su ~allld, ~e le lt'usladó ton
p,;colla ú CllenC:l, piu'a ~I'I' alli juzj!,lIlo po\' un cOII~ejo Ll(~
~1H'lTa. [llrlJ,'!lli\!ll)~ di' (·..;I,",s ~1l('1':;O", !l1lJ~II'al'llll Sil <1(':iC011-
11'1\[,) nll\('hl)~ olil'Í,db ,le la di, i~inll vl'llccdol'a en \Iajacei-
t,', \ <l/,II,I,ll'OIl en ~1I~ allLigllo~ "oldados el elllusia~lllo
,11' q!ll~ SI' IIlOsl\',ll'all allilllado~ eH su campaúa de _\ndalll-
í'I<í. Eíl[}~ .'" lo,; di' Hibcro. conlillll;il'OI1, sin cmbnrgo, ,;u
t';lillino il ~,lnlallllel' , tlo!Hle :'c cmbilrc8roll p81'a Ca:'ll'o-
¡ i'd¡alp~ \ POI'luj!nlete,,' dcspllcs pUl'a San Sl'ha~liall.


\!irlllnh qlle ell d So\'le ~e t'CllllüllIlenta "difícilmcli-
j," In~ lIH'dio..; de abril' una IH¡CY:l campaüa, Ca/JI'p!'a, ú
'1llirn ~i' ,lJlllll('iilha 1)('li~ro;;(\Il\(~HII' herido, ~ aun ll11wrto en
la Hl:cillll Ik I\illl'ull de ~I)I() ~o!Jl'C el Ehm, cruza pOI'
lhu'l'la la el\l'l'c\el'l\ 111.' \1~\(lrid Ú Zc\l'l\¡roza el H ¡Jc cnrro, y
:1pal'i'cP de reprlltl~ Pll Yalllel'ohles: h.\ee el 12 aYanzat' Ú
Z1lc<lllia b,..; II'(lp:l~ di' Lacnkl " lo~ S;\k~, ([ue ocupan el 13
:í rilhil)(,J'/I1<l"a:- \ i"i,I!Il'!la, " CH el Illj;/ílil di,l ~r pOIl(, ;'¡ la
ealwza di' In- I'llerpll~ de l'lIl'caddl, Llagll~tl'l'a, P~l'cihn,
Pl'Ílladn ~ oll'll~ 121.fI'S dl'l Bajo \,'aj!1I1l ~ Yah'lIeia, 1:11<1
l'ill'I(,lh'b~ Irujla~, t!l'~pll(,'id(~ ncuparei 11 al Yillat', Llo-
,',1 .\ 1 lllil1i'IlO, alal":' el t.) ú Cltelya, que ~(~ tldClHlió Vi¡:!ll-
í'I)Salllelllt'. (lll'a :\\llllZÚ por Bcnii'anú. Iknaguacil y PlleLla
de Vallhnll<l h:l~la Benift'l'I'i, y (11~sl)tles de SlU[UCHI' :, BUl'-
jil'iOI, Pall'l'llil, l;ndella, ~lullis('s y Cuarte, :'1 la ,"ista ¡JI'
\ akllria . .;i' !"'lllJi,'¡ 1'11 Clliya, sin ([1le la capital opusie~(' Ú


:1<111(,11<1 iIlUlld:ll'iull ull'o~ diqlle~ I[ue el (le su~ puertas, IllW
I'P/'¡'ú. d('~plj('s dI' da,' :l~il() dentro d!' sus muros ú millal'c.,
di' Llil1lli¡¡s rll~ili\"" del \a~l¡) :> [,ico lel'l'ilol'io invudido,
Ir'r~,'il'll:()"; I'~ilmllll" II'(,~ mil fusiles, mil I[uintos, ).(l'an-


1;1" (';',II\idildl'" dI.' IIlI\llicillW:S, '"¡,el'!'s \' diJlel'O fuc¡'oll




80
dCf'tlc luego el f!'llto de ~lljuella ill(~Ur'~iOlI audaz, verificada
en solos lre~ lliil~, ~ de I:t cll:ll fU('I'OIl \,¡ttinws !1lI\I'ho~ lI1i-
[iciano", :\li',nln\:-: LrIJ1'C'ra, e<lI'!!,lLlo di' Ih'~poj¡l~, revohia
sohre Castellon, IlHlrehaha (; I'a~('~ :'\ ':(leo!'I'e!" Ú Cheh'a, ,\
'iU llegada ('l 18 ¡(·yallló P{'l'eilw 1'1 ~ilill; P¡'I'I) Gl'a~f'~,
!H'l'viclldo que qlliz:t no podria \"olvel' Ú ~()I'OI'l'('I'I¡¡ '~ll d
('a"o de I'eno\"al'sc el at:H\IlC, se "lwe-Ul'I'):'r (\eml)l(~I' la" fi)j'-
¡ítie3Cil)lle~ y ú retil'[\l' Ú Y"leneia las fucrza" que la.; guar-
necían. Cabrera, de;;pachallllo:'1 o\kol':\ ~1l ('1)11\'0,\ o sr' ¡j¡-
!'ígiú ú la lluprla rl(~ Castellllll, (lll(~ sarrll('¡'); .' 0(,1:21, Il'o!,rzo
rll TOl'l'ehlallca COB la legion de Bol'soo qu!', des¡J(, Villal'I'/..
Hcudió al soeo!'I'O de la eapil:r\ amenazada,\)('slllles de una
I.'Searamllza, en flUl' Cabrera fll(~ uue\ amenlr ]¡e!'ido. m:lI'I']¡"¡
B()l;~;¡) Ú Castellono (Ir tlolHle, I'cfI)I'Z;lI\i' pnr Ig\r"ia~, ,'0-
lilfllHIallte de una brigada (Ir,[ ej("l'cíto lid \',I'nll'll. vnhiú él
..,ali)' el2i en husca de Cabrl'l'a. Brll'Stl H~ !1I'OIIf)llia ~I'!.(Uil'l,~
;1 la Cenia; pero Iglesi¡i~o ('nr:¡lI'gado pr'illl'ipalJlII'lIil; dI: CIí-
u¡-il' i. Casl,ellon, ['ehll~I') acolllp,Ü"¡¡II'iI', IJ piamollks ilTitad,)
~e l'ctirú ú Yillal'o?" de t10lltle ell ~egllitla I'mil\ la dimi~i¡,lI
de su maullo. lfl'I('~ías ,,(~ volyió ú la ('apital, «(111' tenia hl'tll'IJ
de culH'i)'. Las rllerza~ cal'li~tas "e di~tl'ilJlI\ ('!'tlll dI' m,,,,,,
fllJe amell<1zaball Ú HU tiempo ú YiIHlI'OZ, La~lell()11 ~. "aii'll-
cia. Sel'l'ador, desde Foreall ~ Hena-;al, ('~taha jltlI· "11 iz--
tfUirl'lla f'U contacto COH (:abrem. El ['¡'¡Jill' ,le la E<;!lt'l':tll/d
o.;ifnado (·1 2ti en \ illahel'1II0~a ,\ Cnl'\('-'. ~I' Ibh:l 1;1 m,II,,,
,'Ol! ,,1 HOH). 'I'W ol'Qpab:l :. l.ilJ;IiO,,-, I't~n'iha tl'/'Illll!"h;t h¡
llant!e'!'a de don (:¡tl'ltl,:-n[¡,'" 1·1 I"III'dl o dI' 1:111'1\" dellllllíd ..
('11 tantn (!W' LI:t!!,()~II'IO¡L ('011 I'! IJlI'~"11I'!,'1 ,jI' L;\c;'¡m \ ,,1¡00':,
0';(' ('Ill'l'ia d(,;;t1I~ ,\dZ¡IIII'1;1 Ú \lr'M:I, \ 11I:lIl1l'lIi:1 h irHlllir'tl;.!
en Cn",pl!nll,




E~lC\ culoeacíoll d~ IJ:-; fuerza" c,\rli~(¡\s pCl'lnitia infel'i!'
qu~ HO lal'üarian CH h~lcl'r olra lllkYU y mas tcniblc inem-
síon, ú la cllal no pOllrjall (¡pnJle\'~c las tropas de 1.\ reina,
infel'iOI'c,; en número, abalida~ por las pl'iyaciülIes, traha-
j:ld;¡s ¡)llí' 1:1 illdi-;eiplina y la1lZada~ (¡l'~lI esfera de ohcdicn-
('Í;) !"I~j\-a :i la al'C1W ¡le la, paSiill\l'-; polílicas. Para aSI'j!;\l-
l'ni' el ('\iiO dc las IlllCVaS elllpresas que, retcnido cn la
(:cilia !l0r sus Ill:l'idas. L:lli;\ ([lle ennllar Cahrera á nno de
"lh tcnil·ntes. tl',\tú d dc inspil'<1i' eonliallza ú los pueblos,
,', illlj1:1i\eI' i'(:.;pelo Ú ~us :-;OIILlllos, Jl1,\:l(lan(\o qm' los ayull-
t,(¡Hie!l[os l\O die~(~n allljamiento, l'::teiuncs ni auxilio alguno
;'( los lllilii:Il'i:S que flO l!"yC\srn pasapol'le ell rcSb, y pl'CS-
eJ'ihi,'líllo la~ fn¡'illaliila,¡',s COII <¡lle debi,m ;)('I'l'ditar"e los
swniui.,ll'ns bC'('ho~ desde 1. (1 (le lIoviemke (le un,), el} que
tomó el Jl\allt]ll. ,\1 l1li,l1Io ticmpü confiú á FOl'cadell d de
lI!la li!lt'\:t e-lli·.Jit'illIl t'o:IlJllle~la Ik los cuerpos tle este ge-
[t' , tic lil~ de Ua,:';O,lcr,l y Taliada. Despucs dc \':Iri",;
('itdllri,lllc~ CUl! <[lIe, jill)!icllllo amagar ya ú Srgorbe ya
¡'¡ j[un iedro, oIJlif'¡') Foreadell ú las tropas cristillas ú ¡¡e-
]l:has Jll,tn:ha~, :cdla con rapidt'·;, ¡as provincia:; de Caste-
11 .. 111 y Y ,,!encia , y, cl12 ,le fc!J;'cro, apal'pro \'epentinamente
('on CUJll'O l\1i¡ inhlltes y cnatrocientos caballos en eLlel,
pa:',\ i\ ~lillSbHilla, 111icsta y Yill,\ii1lc\a de la Jnl'<l,;lllH'-
¡;;Iza Ú Tal'aZi)IL\ y ,\lhan,tiO, que :d plinto (,Yc\Cll:1ll sus au-
1td'id'ld.,-, pidt' 1';,1';0111'0' ha~t:\ UCÚlll y consterlla ú Cuellca,
;. aUJl :\ JLld¡-id. De l'~ta ('[Ipilal ~ale al ¡lIluto la gll:lrllieioJl
tIlda, ('(llllpllcc;t,j de dns Lat,lI!ollcs Oc la Gohcl'nadora, {I
i'lIanb!' ln~ p<bUS (le! Tajo, Don \arciso Lopcz que, ¡ihl'c
de,lle que Jo::; carli~t:ts alJalltlnnaroIl ti Callta\ieja , habia
\ ucHo ~\ lomal' el ml\udo de In provillcia ue Cuenca, se aue-


'1'o,uo lV. Ü




J', ~.~' .'\ ¡.1': ~, J. ¡ .". J .; 1_ j, 1:.


¡ieianos, y se Jnalli¡;l'~la lbl'¡lí',l,l Ú 0ro:¡"r ú b ill\"a~inll la
I'csi~lelleia que pel'mi¡inli su;, (k:li ¡ k·: !lli',liiIS. FOl'Ca<l('li, lo-
grado su oltjetn; recogida una ~TaH L'~¡nlidad dr ~T(\ll()~, sa-
nados y fnsiles , y ¡¡ eYú!1(:nsc COllCi,c:o to:10.'; h. lilClZih que
querian ~rSl1ide, l'ett'occ¡lc y klcl' inl\'l'!!~il' ('JI hi" Jiwlila-
!la:; qne separan los l'eiilOS de f. .. :'[)gon y Valencia sus re-
clutas, firmas y provisioncs.


A la noticia de su ií'l'npcinll en la ;\[[\¡;Clta, tI c~lpili1i!
gencmllle Valencia kl]lia Ol't!COJ<ll!O al 1 iI'J<!adiCI' "\¡mar, co-
mandante (Ir \lna hl'igadil d('1 ('j':'I'I'!lo del Cí'lltro. mnl'í']¡:W
solll'c la 1'C'lagnal'ília (\\' Fo:'ca!leil. YUt']to ('ql' Ú ~i,'ic \,(l\,¡:-;
d 11, .\znar, ([He esl:\kt PI! Bl1'"lIIl ('i'lI ¡lIil Y ijllllli('l:lih ill"
f,\l!tp.s yeien eallaHos, l'e"ue1Ye dj',putal'Í:' el Pi\SO, y, dlS,
sale eon es le oL,icLo po!' el C~\lnill() de ~ietc ;\pla~. Tl'\'~
COlllp~\üias (le Sahily:\ , qn l' ~e ndeh!l!:\ll 1':1l'a I'd'JI'Z:il' ];1,::
f;n(~rl'illas de la Y;u!g"unrd¡a, :=.,on ('llYn('!~:>; 'v j'ota3 ld!~l'~ de
cOll~eguir su ol)jcto. ~\(,luh~H Ú ~u ~(); ;i)'!'() in3 jutHll()JIl'~ \1(,
la ncina y Ceula : l'úIT:\llll)~ la~ )¡ripti~\c, (le Lh!:()~kl'a y
Tallada, cIlll1¡lUe~la~ (le l::s hatallnncs 11:1!,:::\1I1:-3 de Y"kn-
eia y TOl'lo:,a, y de los (le! Ci!\, ~rnl':l y Cm'llC;1, y eH 111(:10":
de (los 1101'(15 los env\ic'lYcn y :mill"ilan: 'i\¡i!¡i('lllil'; 1l'lJl)-
hres 'lucibu tl'mlillos cn el rampo y tl'e s:~i('l\to~ ("¡ilC\lenta
]1l'isioneros: el!'C',to f,C (li:;wr~~ arroj:HH[O S1<S fll~ikc que,
en _númel'o de mil y fluí lliC'nlo~, J'('i'¡'P:(~ l'I \'C':::,I',;¡"" ¡.:¡ cs-
cUl\lll'on del Hry, que soh;'('yirc ~·/;In ;\ h dl'ITola , ~e ~¡Iú:\
en Cuarle ú la somhl'atle J,:, r'HII"J~ dl~ Y;dl'!ll'ia. La t1il:ula-
cion prOyillCi,\I, el 1"1'[1' jll!lítico, el (',1pi\:11I geuC'l',d e~Jl¡dt'll
(el Hf ]ll'oelalllf\s dil'igit1:1~ :'( cal mal' la inflnietwl de e-la ea-
11ital (Ille aumentan al mismo tiempo milhu"cs de familias fu-




gítl\"<b: su lItunel'o es tal, que es preciso Jades asilo en
lus COllycnlos.


En el Hli.';1Il0 día ('11 (jlt(~ F,)!'cnJ('lI de['¡'olaba :" ,\znar,
\:~\ÍIi'e\'a, aUlll)ile c:t.;j Í111pu~il,i~¡ladl) ¡¡di' 5U3 heridas para en-
tt'<1r ('11 C:UlIP:¡¡-¡:I, Ílizr¡ co:¡ el prL'tc.;lo de un pedido de l'(l.-
,'¡olle:; 11!1:1 ¡billada :'1 .\1callil!' , ~\llu!l(le al punto acudió un
kll:dloil cl'i,lilld pal'a impcuii' su e~:acciun. Cargóle CalJre-
l'iI en pCI'Silll:t, le malú dl)~ciellt()S lw:nh¡'cs, le hizo l)l'i~i()­
\lL'l'O:, sdellta, y, Yillvil'ndose ú sus ~,lJ~u'ilhu de L1 Ceilia, de-
~ill;¡) Ú HUi'SO y lÍlt'o.~ !-:I{(,~, r¡nl~ poco ~('gl\ros de ~n~ s'll-
da(lu~ nu ~e ntf't\icron ú ::tac:u'k ca d:a:; .. \1 mi~m,l tiem-
po, SCl'J'il'¡Ui', h:ljaiLl (le ~us :U'Jilt:\I'jilS de nenas:ll, llera ú
]¡l~ ('ei'l'a~ de :\iul'vie¡ll'o; r('cngt~ en ~n rorrcl'ia Cltatl'ocien-
tus mozos y lllUl'lIOS call,dLiS y al'Illa:;; pl'OYCC de yestuario
su lli\'i'iilJil; y, l'l'yolYiCll(lo el 21 ~ol:re ellIo['cajo, eflr sobre
d'j:"ciclllo,; hOI:dm's quc llJ:lf'í']¡¡t:I~lll :1 l'l'!cvar la gnarnicioll
de (::¡:¡:;nil'j;l, y k,; [:I::la ¡'¡ JI¡¡CC: jl¡,j,;iml<'l'u:_ (el ~:):) ('il ::'Ii-
1';l:ll:;CI. :-;i , ;:pl'on:cj¡úlld()~c del e~p~wto (íllC c:;to" sucesos
s¡¡;llíllúl!\'o~ diflw,li;m en Yal¡'ne;a·y ~ll hne!'l:), se ltulJie~e
t:nlC'lICTS Flli'caddl acc¡'eulo de llUCYO á la eap¡tal, la ha-
lJi'i,\ H'J'oc.imillllcnl.e plle~lo eH SI'Jn:I,l' :lpnro. J\() !l<'l'lliú
til'¡¡'PO, ~ill ('m]I:¡r;::!), en aliie.;1 [':11' Ú la Illultitud (le quilltos
<¡\le \'ec:),c¡,'I';\, y, 11i~enÚil,lllJ¡) lJ:l!aHo:lI:s lUcilio orgallizatl()~
Cll la provinei:\ (le, Ca:~le1l0il, la ocupó tolla enlem sin Illas
c;;:;'p,'in:¡ (Jil(' la c:l]lilal , las l:lilZ:l~ de P6lÍ~cola y ,\[01\,-
l:¡t y [d;"; ptH'hkl.~ fni·tjfi{':\(l()~ de SC~:'j¡l';n', :_;~\:} ~[alc() , -Yi-
il;i!'nz, Bellic<ll'l:l, LlICf'll~ y Yill:lf<lmés. ~\i ~(~ liulitó la
o(,lip~\l'i0u Ú e"ía [l~\l'k lId territorio Yal~nciano, sillo qne
mi~IlII'üS FOi'cauell y :-;~l'i'ador unillos , u la cabeza de un
cuerpo uc mas de cinco mil homLl'cs, marchaban de nuevo




AX.H.l:" 1m F.\IIET. 11.


Ú 11I'inr.ipios dí~ m~T'zn S()J;r(~ Yall'llri'l, ()lI'O~ cn 01'j1O:;, m~n­
dallo . .; }1il1' Tallé\ILt, el ,\!'ci¡¡l'("[" y ¡'>¡li'l'¡fnz:t , ~I' I:\il\ i;m
al Poniclltl: de a:pw)la ('¡lpil:tl !t:,,'ia [til'l, ) nir:;;; g¡,re~ l\co-
v;lban L\ a\HL\cia ha.;la fartille:\!' ú Chiva, ~¡J:nlle¡;lIdo ~\~i
la illtClll'iou de ¡,]orIllen!' :'t Yalr-l1cja Jllj·.lI!a.
~a¡ja pude d,11' tilla idea mas cOíl1¡deta de la siilwcinn


Ú (Iue l'c(lnji'l'o!l al pni,; estos mo\imicllln . ;, t¡nc d c¡¡adro
que (l'azó pocos dias (lespuc';: la dijlllL)cioll )íl'(}vinci<l! ¡le
Yalelleia.-(Faltus de ¡'('Clll'SO:';: d'j:l en 1i de Ilwrzo cn
))Ulla rcprcscntacioll ú la reiBa.' los faccio.;oq , ;\l\,iu.';o~ de
¡,adquirir armas y ca1J:lIl()~, lían pcnctrado dirr'l'('nt('~ WC('S
))(:11 e~la riquísima hucrta y i'iJ¡('I"\' POI' do (¡¡¡icl' ij!l(, (1'<111-
»)sil;\I1, dc.i~nraótl'os d~ ~ang!'e ;;:\f'['iíii:.~\llllo eC'il¡!'Wli'I'~ ¡jI' j1,l-
))tl'lOtas; sc ¡¡clan ú ~\lS gUill'ilb,; JlUll\(~l'OSO,;; cOIl\'oycs dc
))(.feetos; m~s (le SC5cllta \luc1llos agrícolas !lO jlllC(]Cll Si:-
»)¡.rnil' cultivando !¡js ticl'l'i¡s; la (,¡Ipitall'~[¡\ 11('11:1 di' pl'lIpi¡'-
"l:tl'ins I'ieo;; qlle llilll al!i¡¡trlonadn Sll:~ lwcicllt!¡¡,: :. (',[1'
)'''\¡i\ll<lO!lO C~ la e[\ll,n de la mi~i'l'ia grllCl'éd, dI' la tlC::.lilO-
M'aliz:lcioll de los pl'npiel~rins y dl'l a:;(illllJ['o,o ilHTCllll'lIln
»(lc las faccioncs ..• En ('~tc momeJlto Ilii~tu:), {,,,¡<'In ¿¡Clldil'lI-
))llo Ú las capitales y puntos [ortillc:I(los crlltl'W\l'<,:; d(~ {¡l!ili-
)jlias llenas dc espaulo por uJ\a lluc\'a ir!' upcioll , que ]llS
)!moyimicntos (lc los carlistas illllirall como muy prúxima ...
)),\lguJloS pneblos ,ceinos ú esla ca¡,ila¡ qne, Ú )le,;,\!, de ~n
)¡opiníoJ1 carli~ln, sc habíall, hasta :dlOl':l, rOll~en:dn J1('k'i
Mil !-'oJ¡ici'l1o, han flllf:Wllt"r!o hl" íil:ls de ll)~ l'('l)('ldi's y ~í­
))FlIcn l\lllllcnlúIltlobs lodos jos ¡ji:i';. Cuat!'o arlllilllnos Cill'-
))li~tas son slIlicic[]l:::o ¡¡ara saca!' (oull'ibuciuilcs di' pu<'i¡lus
¡)gl'ande3, hacel' CII ellos rc(!uisicioll (1<: caballus y n\'ma~, y
dmst<\ c::,lablcccr portazgos eH la Cl\rretera Ú siete lc1:)lIl1S




Ll nRO ;-:OYL:\O.


¡de b C'1pil:ll. Lo.;; pllc]llos HO purllrll mas ... Si los faccio-
,,~(h, lIr:\Ill1~ ) ,dl'HI":!I):; ('n:¡ ~¡¡" Yil'llíl'lHs, illyadcn dI: nuc-
)'YO la 11l;l'1'1;1 y ];, ri;Jl'i';!, IIOS (,':]lc1'a un trisle pOI'Hlli!';
das ctllllrilJllcirl;les ,o;t'I'ÚlI illclJl!r;¡]¡!cs ..... la tll'SCl'l:iOll 110
»)]iodr¡"t C\ :I~ll'~e, .' jl):~ pu~'Ll1J~ C~ul~;Jtl¡)~ de L.lllto ~ufl'il'., ..•
) ,; se Jl/f}"!.I! Ffi(¡irla"t':;s r!('! (/,'(1' ¡'cn:f!, 6.1.1 d~\!';\ll rien-
.' d~1 ."\l!{'lla Ú ~u l'iLl'Oi', )', flH Jnc!dio d~~ su de~(~~,p(il'acioll, tal
jlH'( LdJl'CH ;,in rrilr'J'CI' la í'Ili,l(l de su lhill'j,l. l) La di¡lH!a-
CiOH C()l~('luja pidie!l~lu l,rop:ts, lLtlCl'l) y un gcnÜI'lll. Pero si
era fú:'il :'H'Ci:{L~[l Ú 1(, 1I¡~l¡1'l::'iull qun prli'a C':"tc encai'~O ha-
('j;1 CII ¡'ayo!' de P:t!,ll'l'a, era imjlo.,¡lJk SUcol'l'crla con tliile-
t'iI, fIlie en ninguna P;tl'll' c,i~li,l, ni COi¡ so!\lauus, (Ftr eH
llill~nlla La~lah"lI ~\ k\Cl'I' freate ú IiIs facciones, por dowle
flllil'l'f1 refnrz,\\bs lk IllOlllcnLo cn momento.


j\" ('l'di1 ll1CIJO~ tl~i'l'ihl,'s y ;;;allgl'iC'iltas las peripecias
di'J d:',lma :1(' (lira ("I)('('i(' (¡LIt' se rL'p¡'e~e!ll;)ha (:l1ll'e!anlo
('!I la ]):»)llIh';1 B¡¡'('.('!OIl:I, Tit':npo lJ:tl'iJ r¡ile sus halJilanll'';
11::('i;il'll" O]¡';I'i'\:':Llll ell!! ill:]!lidu:¡ h ac!¡rillad quc ¡,('illaLa
'-'Illi)~ cl!lh.;, Y lo:n:t1J:m Il1cJid,¡:; para no !l1,,'I'C('l' en lo~ r.ta-
'l'¡¡'~ Cr)!I[:'¡t el <ln!cn IJllldico, que las pl'oyocacione,,; di;\riD:-i
,le El rU/JfiI', del S¡II/I'!/II (,¡,Júl.,/,)uulol' y (le El é:'lI([n!ia _Ya-
cimoianuileialJ:\!lcolll'l imnc,ti,\to:; y ten'iUcs.-"SicljíUC-
"b!o , ]w:ji" 11il:1I0 HilO (\¡, ,\I]Ul'llos pCl'iúJieos :EI Yapo!' de


1," d:' dir'il'lllki') !lO ,(1: llccide :\ arreJI:.!ar de las manos
'.' 1;\, dl'l !llill¡~(l'O Ca!:ltrfiY¡¡ y hs Crll'te,,'. la di-


o •


JlI!Il'I¡{C Illll'Lldn,; con ('l J,I!'/Illnf'a'¡:ll' dl'l Estatuto.») Cua-
1\'(1 di:\'. dc"p\w.; ('] m:~:n() Pi~l'i(h1¡co dijn:--<:Enullcipcsc
~l(\l pnl'1!lq d~l e.:.;a t'l\fiLl d~l pnlili()(j~~ -:: ('!nhns1l'l'ns que le


"I!lb.w':il\; 1l1il'e :'1 '\tulriü cr)j¡ ()il)~ (,p,llllado~, COIWJ si




AX\LES DE l.',UlEL n.


nnil'ase Ulla eOiTomjli,b ;;':o'¡')]í];¡: Jl:~2a pO!' :c¡ solo la 1'(:\",)--
dllcion ú que el cido le c,"fú ll:l1u,:nt!o, y l'lItnnC'i'S la C/il'sl ¡u¡¡.
)J('sjirtiio!a SI' Jccidiní I'/i f){f'fI (/" {(N/U:; lus ¡l!fth1us.)~Lls
l'lll·r¡.:ieamcnlc se c~F['r~alJa El (¡'I"U',!iU .Yec/O!Ii¡{, dicil'lIlh:
¡¡Si ~iS¡¡r~ su pbn la (,o<lEcion al'i~lncl'úti:';¡ dd':ul'opa, JlO ba
)·(le pasai' mucho" auo:, sin (liJe UiI feudC\Ji:.~!1l!), IlW~ :!(I'IiZ y
))rrjl1l2nantc' (IIlC el antiguo, horre hasta lo~ vesti¿;ios de E-
libertall y embrutezca la especie lmlli~I!l,1; ú sin r¡w" po!' es-
);tremo opnC'8to, una S;¡ll;~l'il'l¡\a y fnrio-a !'c:\C"joll ('lln!yo-
»)(IUC el nivc'l re!.!'uhllol' CO:lla 2:n:::L\:·u de la m;l('i'lr, y I)I/f-


e ' ~ ~ 1


)'C'cnú hasta lus cI,'lIientus de in.,' [¡"Ji!!;, !J ti' {:!do lo
¡''IilC ),(,i'!{('}'l!c pusiúi{¡'rf¡(,¡ Ile opi'~:;ioil.») Fu /i/l, el ,)":O!_
c!/() rlo{¡r I'Il1u/o1', pO!illl'I'~:ll\lll ia j)('cl'sid:\\l tle PI'0i~I'l'~O cn
b reyoluciol!, tlccia.-" Si se del!enc, Yl'mh<t ¡Jl':'plll':' lll:l';
»!ll''i(¡'\lcIOJ'(\, PO!'I]l!C es tic ~u f'~r!l('ia ]¡nll:n' Indos los iUII:-
)'i'(, .. ~C~ r~i~;tcntes y crl~~!l'lo~ lHleYO~.))


A r~t¡¡s y ú otras i¡ruallllCIl(c fl'l'II(;li;':\, ('~cjt:!Cj()llC~, !lO
OPOUíUll, ni pudian 0POIll'l', Jil'" :tlltili'idadcs ~tl¡)(,l'inl'\'s del
Principado dcJlloqrnci()nc~ de rl'~i,:L'Ill'ia, ni :Wll ::pal';('n-
Gias de j'Cpl'l'Sillll; pUl'S el pOller loc,,1 ¡)r:¡]r:¡kt (~(' de]lni-
(arse en m:mo~ (le los afililll(ilS ü tll'jH:llJil'llle:; de la sl)cie-
(Iad de Jos 1f (' l' Ji? m,)3 dI' la !J ¡'{{)Ur" II ¡¡ In ¡¡, en h cnal ~I.·
lwlJi'1l1 j'ccicnlcl!wnle J'efnnlliJo ca~i tOllaS bs ([HC, con di-
fl'l'CIlle~ títulos, pululed!:Ul (ll'sd(~ mncho nllt('~ el! la rai,it,ü
y )os puchlo~ Ina~ c()n~id(~"n;:l(' . ..; d¡~ hl.; cu:tf:'o pl'~)Y¡n('i~(~.
E~to:~ lu:['rll[\n()~, c!'llyendo a~~)~ln'[u' e] {"~\¡!(J dj' ~us (i~ilt~tti-­
vns dt~ tea~L)1'no en L\ conHiy~i!lt'i~~ de h, ~i1ltorida;!, rdi jal'on
de l:1~ elecciones mnl!il'i:~;\lI'~, ('(Ill :tll1{'[l:IZ:\~ ¡'¡ ('ilil in(
ú la lIlayu!' parte de los homkcs !l\()IL'l'Jdo,;, <'- h¡r'it'i'on 1'1'-
e,H~l' k\~ llombl'cHnicllt0s UI p(','~ "11l1~ de~!l CI)ll!LIJ1Z:1. El




;1:\litLUllil'llln ~"i l':l';iln, (di;~ido Ú P~)~i\l' cn (lefel'cHcia::l
('\ pn~~'io de ~··n c\'C~.';:;Il, :-~\~ :¡¡)i'(\ .. ~ur;') j'l ldn'(\l' tle toda tra-
l)~t Ú JI)..., t:ljlr~ann,~ d{~ l~\~, !eo:'L;,~ (\nú¡lquit:1s, no~nbealhlo
llllí'\"O j\ll',l'¡'l par,} ¡de, di{:')'i dí' im)li'(,Il:~ , y llU:'YO l!~eal
qll~\ II) ~ l!l'l)!(',{~';l'·<~ t\11 ve:,: :~c ;H·~~:~p~:.nlli'L')~. ~~'\gnl'03 a~~i, los
f!rdli~!;!~ L!l¡Zal'n~l Ú P!,jl!~~'~:il!):~ dL~ tli:'i;:nlh~'c 1:1. horrenda
jirn:;!;'ill:l, lLui)::ib (k [.'1 /¡ilJI""i'(I, eil ljPf:, pOllll¡'l'ilwln los
p~.Jl¡,:.~Tt,,~ ql1c: n;H;':lx'::)~;:¡il Ú ll~~ ii~H)l':llt'::', «.~~i rnntir;unha~1 ('H
)'('1 pndl'¡' 111H1l1Jl'(l:-~ p'\rtt):};l{'il'tlUl~; ;\ L\ fa~?cinll d:~ iH) partido
);y~1 lTy\)('adn y nl;H'¡:Jnndi),!, JC:C¡~)~l: _,c( L~ n !nc\lio ~olo puclle
)).';tlVin'll(I~; H!L int~dio suld i c;;r~udo~~o~ P[\r'o lH~CC~~trio,", la
)¡i"'I'rJf(('/nll ••• ·Pel'o e;;. pl'll(':.sa la iniciativl\; (iS prce,iso
);cnal'Lolal' fll\h:S 11na l"uJ"I'I1. .. ,)s()('i:~nHln(l~ lmes; el fne\'-
de pl'\',;lc "n~ lli'¡1zn.;, el sa\;io StlS h\\entos". Enarholemos
)ltilla k\llíl\'l':i \'0:1 (,1 h'iil:t sn!~l'~\llo lle rfl'i'i'c!/Os Ite! f¡f)mbre;
))pí·L.'e!nd~ Indn:~ h:l.10 :-'H ~l)ll~lJL':1. i) 1~ , l;~vfln~nnd() despnrs


lCll~""::,"" aÚ;ld¡:.'r;):~:--," ;<~;!:(l1·,; q!~~:'\ilC" ~;()!l lHIC~;~!'O~ cnclni-
!?,:".! L()~~ fn'i:--l('¡~il'~~~L!S, e.;,!):" (PLO ll r) qql{I!,(iH niYehH'~e eon
q~¡2 \ i\ 1_1 ;1 Ú ;i~::"¡~~~~t.; dl~ nlL',..;l¡'o siulol' y que


.' tit']l(';l ~L:!'¡ll'ho Ú u!1 l'aj ¡JI' HO:"; , !HH'íiHe el f:JYOl' Ú L1 intriga
) lc~ ll:\ (l;lt!:) HU~l r,ij~.l, ó pn:'qllC C:)l)SC1'Yt\l} pCI'~~nnlin()s de
) S1i~ ~;ll;]l,ins, •.. \ h', :,\"¡'\l¡,; (kl'!'l¡H;:W)S los ilcrcrllOs de
)}h~ :\i'i,tl'I('l':II¡)~, ,I,'i'!'i/¡,'illli\' S,'I,~ ('I'({¡r"::i/s para que no lrs
),rj:lf',I" el :1I'i,;1 ¡,in dI' i':'('::lJ(!\!i~!;ldilS, Con ~,ll ~allgl'e rl:'ju-


\ ,.·¡!~,(·:,¡·~'t e ',,~::J~:!;-I:!, !,~ ';P'\j-;:~ 1 ~'>ll··)P'-l tnda ...•. \ ('llu:s~ ...• ))
PJ'l)~lu.i:) ('~ll~ l":¡;:I:;[I) ;') d')('U:IlL'llt /) Ull h'I'l'l)l' y lIna ill-


Ili,lltH'j/))\ "I'líl'l':'l. ¡] :l~ 1I:1i:l:'1¡':i;!'} 11:;,) Cilíl1'l fIne ilueria
cal:t~:;¡'10, ll:.d~~il~\\:! !:) ~,¡ t t i UU~1. pl'ol'la~na ea fIne rt:tieen-
ci:;c, \' allli)'"l,):;i:;. r':d::uhld" dl'~\rU\f'ron el efeclo ú que




A".',LES DE IS.\EEL n.


pm'ceia aSpil'ill' con la de~~llll'l)lwcioll osl(\Jlsible ¡jt' L\ 11'1'-
menda profesioll de fe de' In . .; c!UJ¡i';[¡b, E.;tos, lClIlicm!o !lO
haherse e.;plicado baslanle, hicieron cil'cu!al' una especie
de himllo acrústieo, en filie rl'an cclip.;ar!¡¡oi las abolllillaciu-
nes \Id libelo pOI' la gl'o~~el'ía (k uua pl'l'tellllida ('l)ll1lJilla-
ciun mell'ica formada por l'euglollC''i que apt'ltas Jlrl'~l'Jlla!Jélíl
un YCl'so. La intencion de aquel ah orto (le la ii'l101'allCia y el
furor se revelaba particularmentc por las iniciales lle cada
J'cnglon qne reunidas daban esta leyenda: «:'Iul'l'te Ú lu:;
);Liranos; (/{¡/1jO lus trunos; el ¡meMu es suíN'rollU; )1:lll'i:l,
Jllibcl'tad, justicia, igualdad, \il'turl, rc}ni/;/¡,('(( IIlllrCl::r¡{, J)
Desyanccierollse con esta manifcstacion las dlld:!..; (¡tIC 11~1~la
enlonccs 1ll0stt'ilran alguno" sobrc los (\e~igllios de lllla su-
cicdad en cuyas satul'I1ales se habia illlhllluc!o poco antes l'\
fanatismo rC'gicida de AlilJaull; y ni al homLl'c mas eOIl!iado
Ú mas eslúpi(lo Pililo ocnllal':',c ht m:1~milUll y la illillillPllcia
del prligro, sohre torIo cualHlo ~e hizo al ]1rillwl' ¡;!(',t!¡]c
constitucional, don :\Iariano BllI'l'c\, a~()ei¡¡l':,p Ú Ia~ IH'oY()('a-
cioncs de la ]lroclam:1, dirigiendo :'\ sus aulorcs, (In(: 11: da-
uan Ulla serenata, csta singular alocucion. (,CollcilldalLlllo,":
)soy hijo dc un mancebo allm~lil. La ari~tol'l'acia y el ('<11'-
dismo son nucstros encmigos, son sinónimos .. \1('1'1<\, lti-
»jos; guanlcmos las lihertades popnhl'cs, 'yjya la libe!'!,,'] ".
lIla conslilueil)ll. Siempre me hallareis pronto ~l ,1('f~\IIll'l'
»csl(lS ¡{"['('cho~ COH mi s:m!-(l'e y !lO dr,iIlI'i'/IIuS !-I\' (JI'(//f!\'
)'¡{({sta estl'l'mi!ll/J' (,~ III1Psfl'(),\' ('}/I·!iilr¡os.))


Pero, pOI' llla~ importancia II'W di('~en lo,.; rr\'olln~th Ú
e~ta cl)rnplicidad olieial dt' la jll'inwl'a aulol'i/bd UrlJCIJI:i,
conocian bien el estado ,j/, ht ciudad p;'I':1. ~:'\¡Cl' ({J"', :'~
dar:'l~ la sci\:.tl tle b Illahml\, 111) seria tl/.'ci:iví' el ¡IP O :,·') ¡J,:




uuna :'íOYE:'>O. 89
m~i;:i~li'ad() popIIL\l'. l':n ('OnSe2uellcia trataron de COlTOm¡)(T
Ú i¡¡[imidal' ,tl~llIlO~ J¡;¡lallolll'~ de la Illilicia, tlllpl'Ü,lI'llll (1
m\ll:ho~ dl' ~I!e; i:lit¡yidufi'Í ú linll:l!' ! Ú diri~il' ú Lh COl'lcs y
ú la rCIlla ¡'(jll'l:SI'¡¡ta('j(>lIe~ ell 'íilt:, deira.; de !lI'Clell,i:'lll':-l
L\tl'l~yida:'~, ,-.:e dj, i.~:liJ:ill ani{'lIaZa5 dp ('nlall('ip~lLil)n; y, CU1-
IJII.i"llldol<:.~ ,'1 [r)lil<ll' parte CII Illei u;J:'eilllin, e.'ll'Cp:lrHH <¡\le
('lliJ~ IJ<ll'ian :'[ LIs JIIlI'Ji'id.\!k" de su ell'Cl'iOll, lUYIC'I",lll el ai-
re (1<; inlilihlr ú los .lcmas qlle lo,.; l'l'Sjl(,\~hl'll. Los !l\odl'-
I'ado~, ,'1 CUy:l c:tlegm'ía pcrlcl!ccian 1Il',!oS los ricos, ya dl'-
,,¡!nt:\(l!)~ con la,.; ('ali!ic,u.:iolles de tlrbtol'l'alL\S Ol'etrÚ!;I'lu¡OS,
,ill'lIll ([IlC JliJ tenian tiempo fllle perdcr, si HO queríall
:-1'1' \¡('Iilllas lk designius, Ct1~O o;ljtJO s(~ anunciaba COII la
,;c\l'I,\I\eia Ijue ll:l la pl'l'~llllCi()1l dd [l'iunCo. Lllil'I'OllSe, pucs;
i¡lCicl';)i\ ú hllll<lyol' parte de h milicia rcprobal' ar¡udhts IIW-
niohl'l\s; g,Ill<U'Oll :'t IlllO (11' lo~ 1H'l'lollicos i'cyolllcionarios (el
\'~¡)i(JI", ('11 el e:lal dl'lIl1ilCi:¡!'oil la COil.;pil'aeion urdida, y \0-


m:I"II¡¡ 1';1 lin 1IIIa :Ic(illld If'l(~ :lllilll!'iaha el l'llHlj"lllíellto j¡¡-
Jil\',ll:t!O tILo Lt.'· 11:l~liU:\lk~ I'OHt!'" lo; clll:,;,t:h. El ayullla-
Iílielí[o, lil'l Ú ,Il OI'Í::;r::l, no tl':ni\¡ lk:l:u'ill'';l' en Ltyor (lc c,;-
t'h L:t'Ll i'c.;¡~lil' en') d('..;,l'll Ú Ulla Ú (ltr,\ SCllliCOllCili'\i.!or<l
imlic,wiilll tlcl !)l.fi~ !l1l¡itil"j.


El U, II)~ seri'''; d:·¡ ClltlJ director flieron úi'llen ú 103 afi-
lialJo;; pal'a 1','lIl1ii',C :'1 k; L'c" de la Lmlc del dia si;:miclllc
i'lI b ¡¡liza dl'\ [í.':lII'O, \' :'l lll~ m¡li(';,lIlO~ I'on r¡lt:('nl'~ coula-
I'illl, 1'1) el 1")IIYI')l~n ¡J" S:nl ,\gl!~lill. E~l(1; úllimos, fOl'lIla-
r.i()~ ('11 I,:lt¡¡\l:l ('Jj llÚlill'J'O d:' mil y dn,('iclltns lt{)tIllJ¡'('~, /lro-
1 iilllpiel'Oil en i!l'it[l~ ('(ln!i':¡ el ¡.roLiel'lIo , ú prrll'3lo de las
L¡¡:nll:)dl'~ fillC ar:,l!:¡Lc\ d:' c)!lce¡}cJ'1l' las Corlcs parll (lc-
ll'll'll\l' (1 hl~ l~L~;.., l1J.' iJldiYiJuo~ qn~~ jn~~~a:::;e ~~)~pechn~os.
lf'~ lllí~II)U~ i!l'ill)~ hUIZill'il]t ,11 propio licolJ!¡:1J l'll la phw, ,kl




1cal!'o lo~ anlia~lu~ pai::':¡Ul()~ nlli l'(llll!ido:..:: pr¡'() ]tH lHIlC(~l'!):--;
de b gual'd ía IW('!I)JI"l, :1\1 \ í: j,) :tCh P,\\, :d;:'u\lI);; h:li,II!¡)lIc~
ik1e" de la misma. /l1i' d:J~(,¡('iílns l;ili;llll'('·; (!C L1 lil:\:':l!a,
que ~)l t1fl1t1to de~e:1l1,a¡'c~li'CJn, y P/)ll n1!;llllf)::; :'li'¡::L\i'O~ :\" Zil.-
padnl',"-1~ del ('jl"ITiLI, los i:dlnyl1llt(\j'un en P(:~':}:~ Jllillntf):~. El
g('J\('i'<l1 Pal'J'l'I'lO, qUé m:\lll,bk\ t'n 1,( Cillll:Hl JlIlI' :llli'¡Wj:¡ di'
~1'1'l';\lI[), pllblíca la ley mareü\ y :lllll'a:\z:\ C!¡,'T::i,':ul1l'¡¡i¡' ,'1
Ins :'tlhkY~lllos, qnr en la llnchl', se l'illl\"ll Ó ;;;e ¡Ji~¡)I'I':':\i1.
I)l'oc('\(lc~e en sr.:.:·ni\la ú ~!l (L:.";~li'ln:), el ell~l!:lO ~>:t~ Y(ll'ilic¡\ :~ill
cnl¡);H'nZU~ y l't'~i:'H~Il{,!.r;~, (lil qli(~ (~1 ayu;¡l:iil',ii'illn tn!lLl lHl~l
pal'le ;\L'li\¡¡, llUc~ !'epil(' d:' ¡'e~\lILI~ 1.\ d¡llli~ir;il COi! ql!!'
:IIIH'Il:IZÚ¡',1 Hinle di:tS tll1ll'S, y (fne e,;t:\ HZ ('~ ~1('('jl!;III'I. El
ún]l'!\ se I'('~l"l!lccl'; PC['O 110 ~ill d,'j:\[' b ¡lOhl¡¡('illil il'¡¡!;:lja-·
da de una inqnietUll sfmla que, Ú no ~CI' po\' h acli\¡¡ll \i-
¡;o!'o~a de P,\lTelIO, ldil'ia e~I:l1blo (],' IllH'\'O :1\ día Si"l¡i"il-
tt Y l'l)prCHhu'i;l() ht~~ abl)nlil~!.l!dp,,; <'::.;('("':1:1 .... d~, j¡di I Y :l,~Il . .;lo
de :3,) y rnCl'n de :Hj. ~>-ljn:··_~¡I)¡¡r~~ de IOi;tl.":. Ll~ (·dl)l)nl'(j·'¡()~
1)(\> y gI'eJni(),~ de JJaj'('cl:)jj~l lo ('.<i)i¡(I~:::':):l a . ...:j ú Ll l'l,jn:l (,~l
una P¡Ül'il)tita l'cp~·c~en~Jc:nn q;l-"~ h· di:'¡~il\l'nn el ~7 .--
",Bal'l'clona-l!('ci,tn ru clh-,no ha 1",(,1:0 lI1a~ ¡¡ile !'i.',,;i',ii¡'
),ú!a opi'e~ion de un p~\l'lid!f ',all!i~nl·¡ill..H Jn, l:n:-U'lI{¡1 P!'{'-
»)vcllilla ('.üllll'a sus anlol'illa:I",; )l0llllLu'c':;, S~' sahú ú ,t,,-;-
),ppcho riel 1'111'01' l'(~Y!)lllC¡(1;l:\i'i() ..... LIJ:', li1:\h':Yh~ yj,'i'{)][ :"11
)da public!l¡'lílU dt~ 1a ley nlfH'\'i~d p\ll'(1i~Ll la (':-~p~'~',li}Za dl1 ;;.t{
)lti'jtln[o; pero ,".'iN '·Pl/::.'t,'-'lu), tí {,r i'.'.',Ij':I'!."I'''!n/l Ji··: .. ;): .. ~·I¡'ll-~
»tatiY~t"; .• l'·().:¡u:~· se h:d~:.l!l b~!.ii) <·1 ¡¡() ;~"lj' í~¡1 la i:\,Y, nl¡'()~~ h¡IH
));\p.,:];u!<J :1 h fUi!a 7i hs i:iliS en::l;:l:::\!: li'«'!,:j:\ll\10 el! la
))n~{\u'~d~\¡l, 1j~H\1 lll\lil' n\lll\";1~~ ¡!':ll:l(!~. El fH{\~'·~) !!l:d ap;\~ra­
)JlJtl y oculto en1,;: L,'; ('t'1':Z'1~, l'\l:'I~', jil,,'!:df'l' nl:", vez -Í
'¡'!lO ~t le (\::~ii1}:l~e: l,~~ í~iH:lil¡.(';!.\:: del j\j\l'~lll hall ::·tiJIJ refll~-




unRO i'iOYE~O. 91
))n~idl)s, pcro existen aun; ::;010 enél'cieas medidas puede l'e-
)'primi¡' Sil audacia l\ illllliliz¡lr sus conalos.)) En yano, siu
cmJJrIl'50, e,\)¡"lal'oll aljlldh1s corporaciones tan bien senlillos
aycs; en vmlO Pal'l'eüo, (¡ile en el momcnto del peligro mos~
l.ral'a ulla IOilUe firmeza, parcció animacio del desco de su-
ti~fac(~1' la "llldicta pública C¡'CilUdo un consejo de guerra
1lal'a jllzgal' Ú los I'ros cId lluevo ¡1I(~lltado. En la situacion
f(cllcl'al de Cataluili1; en la pcenlia¡' ¡le su ('~pilal; en la de-
pClldmcia cn qne sr: ktlhba (1~ los c!ulJistas el gobiel'llo de
~L\(lt'id, la inslilucioll (le aqllel [¡'ill\lnal filé mas una cOllll1i-
nation r¡llC un (ll'S¡¡!'l'avio; mil<; un ahll'lle aterradol', que
uu síntoma (lc Ir\ fllcrza nccesaria para hacer triunfar la
jll:sticia.\si el e(llI~ejo (!c l:jllCITa llalla hizo; :í nadic juzgó;
y, atemoriza(lo el IIUCVO 3yun\3ll1ictllO y reecbnllo :í eada
instanle la I'cpo.,ieio!l lld l'l'puLlicano, ([ue, ya aI'l'rpcntido
dI; su dimision, m:llliohl':¡J):l en Ha¡'celona y cn jladl'id pa-
ra allu!,II'!a, no se ¡o¡.;t'Ú Illas f]ne (hemina!' los elelllen:os de
11\\stOl'llO, en vez de de,ll'uirlos.


La coincidencia cle conatos rcyolneionarios; el apoyo
qne les l)I'e~ta\¡an, 110 solo l;;s pCl'ióllico:; de llarcelona sillo
La Jóccn ESj)(!iia de H(~llS y hasta Ef [acetano de JIanie-
Si1; la defereneia (¡lIe, 110 solo las autoridades municipales,
['ino ha~la las militaré':> estaUé\l\ oLligauas á mostrar ú los
jH'oruo!orcs de (¡lDtos c~cúlll1alos, todo itlllieaba (llIC sc re-
)J:)YHl'iall ú h P¡'iillCI':l ocasion; y diar¡am(~n!~, jlo!' de~gl'a­
ei:1, jlt'l';,l'llhln lllq('.J¡~\S 1:\ gnei'J'i1, que habia tomado ú la
saZ01l un cal'úctcl' illll y inr¡uiL'lnllte.


p¡\l'(l ael'l(,i'a:' su te;millacioll, se dió I1c3(le {]!lCS del alío
una ol'gallizaeioll llUé'\'a Ú las tropas de la reína ell el Prinei-
pajo, nWllUl1ílas en '-(de pOI' GUI'I'ca. Dividióselas en diez




Al'iALES ])E ISABEL H.


brigadas de inhntería y una de rahall(~ria ú las órdenes de
los IJl'igadicrcs ~\yerbc, ÜSOl'io y 1301'50 Y llc los Clll'Olldcs
Morcno, Azpiroz, Sebastian, Olivcl', Clc,nente, Canal,
Col! é lri,1l'le, formanuo un lolal de quince mil y quinientos
hombL'cs. Otros seis mil gailmecian las plazas y pUlltos
fOl'lilieados, yotros tanto:; milicianos mo\'ilizado~ l't'!'ol'z,lbau,
segun las nceesi(latles, las gual'lliciolles y hs columnas.
Ochocicntos enfermos f¡nC cxistian en los hospitales á /In tle
ailo completaban el ejcI'cito dc Calaluüa, fuerte en totalidad
de treinta y cinco mil hombres, de los cuales hacia n
parle trescientos de eahallcria y ciento y veinte d¡~ ill'tilleL'Ía
con seis piezas. ~\. mediados de enel'o se formaroll divisio-
nes de dichas b:'igadas. A estas fuerzas, susceptible~ de
aumento caGa dia, ya pOt' la a¡yegacion suecsiva de quin-
tos, ya pOI' la coopeL'Ucion de los milicianos ~e(leLltilrios en
sus 10caliJatle,~ rcspecliY:l~, no pOílian oponer los carli~las
Illas f[lle once mil homlJl'c~, dirididos en scis lJl'if!:ldas mau-
dadas por BUl'jo, Subl'cyies (el jIlLc1wc:ho); Ca:wllería, Hos
de Eroles (Porredon), TristallY y Llal'eh de COpOIlS, (lba-
ücz). A las órd(~lles de estos gefes se Illlbian reullido ZOl'-
riHa, Metgaló, Boc[uiea, :\bllol'ca, Santa Ana, GL'au, ,\lli-
mil'a, MOlldedeu, Galceran, Pcp del Oli, Griscl, Pilchot,
Gl'abat de Guisona, ~lasgoret, Marcó, Semlrós, Camas-
crllas y Casulleras, que ya se hallúlI1 (lado ú conocc¡' ú
la caheza de sus halIdas respecliyas, y cuya illcol'jlOra ...
cion en cuerpos regulares, que ~\lltes llO h~lbia po-
llitlo lograrse ú pc~ar de los csfnerzos hee110s en distin-
tos tiempos por Gnergn6, Torres y :\1;u'olo, l'eYClaha ciertos
pl'ogrcso~ en la ol'gauizaeioll m;lilar. OlJraln adl'IllCls, 50-
)Jre Ins fronteras <le Al'agon. Rélll101l8t ó el ArlJon(;s y 1 á




tumo NOYEXO. 93
Sl1S ul'(lcnrs, Tornel' COH muchos aragoneses, Caslcll y otros
:::dl~S (lc 111('no1' nombre. Tocbs estas fuel'zas estalJan bajo
el m~ll1do militm' tic don BI<lS ito}o, llOlll]Jnldo por don CÚI'-
los capilan !-(encl'al de Cataluúa, y l)Ojo la dependencia ei-
vil de una jUllta compucsla de val'jas pcrsonas notables del
pai~, presidida hasta fin del aito pOI' el obispo de Cegel, y
cuya l'csitlellr.:ia ol'lliuaria el'a en San Llol'clls deis Pitens.
Poco~ dia~ de~pues (el i7 de cneJ'o) se I'cffll'lUÓ esta junla y
~e dil') la pl'csidencicl de la l!!leya al brigadier Ol'teu, fllIC
la instalo en BonalLt donue al propio tiempo se estableció
llll pel'iódico con el tílulo de El JtÍV('1I observado)'.


A pCS3I' (1(~ sn inlllensa infcriol'idad llumcl'iea, y de no
posceJ' un ~olo ]1l1nlo fortiGcado en toda la estensioll del
ICIT[IOl'io C¡\I,I!an, las fuerzas cal'lislas tenian en movi-
miento continuo ú las de lü reina y en in(¡uictud permanente
las plazas que ellas pI'olegi,\ll Ú ocupalJaIl. e mmuo no ha-
lIían vuelto aun los tic BadJasll'O de la SOl'presa (¡ue les eau-
~al'a la I'erienle illY,lSioll de Ca~tell; mientl'as este gefe, r,n
romllinarioll con COl'b~a, Bos de Eroles y otros, I'ecorriall
~ill oposir.:iol1 bs ol'illas de los dos ~ogl1eras, <Id Cinca y
del :-legre y all}('llaz;\h~\ll con IllW\,¡[S invasiones ni Alto Al'a-
gon, Tl'islany atacó ú Slll'iú el 9 (le enel'O, se apollcl'ó de
cicn hombres del regimiento de Z¡unOI'a flue le guarnecian,
hizo fnsilar :1 los que no tomaron pal'tido pOI' don Cúdos y
demolió la., fOl'tificacioncs. ,\dcl<1l1tóse cn sCj:l1ida !,'I 14) so-
lJl'e el CH'lloJlcl', all,,:jo cn FOllo!losa nn kllallon dcllllismo
l'('gimicnto salido de jLllil'csa Ú la:;; órdenes de Novella, le
(',ligó (': Liz') pCdClZllS (,SC~l ¡¡alldo Ú el lIl'as Jlena" poquísimos
de lo~ (lile le cornponian, y al lIia siguiente se presentó de-
laute de aquella })opulosa ciudad. Al punto sus cIuListas




qUIsIeron vengar en los habitantes indefensos la denota del
batallon de Zamora, y, sin la encrgía tle la autol'illaLl y la
cooperacion de los vecinos honrados, lwlJria \:¡ s~1llgre COI'-
rido por sus calle,., como hahria COi'l'irlo por las de Heus al
mismo tiempo sin la I'cpenlÍlIa apal'icion de Scrrano en
ar!ueHa villa y la ól'llen para que f-allescn de ella lo,; lJalldi-
dos qne formahan el ba\allon úe caz:ulol'es tle Oporlo.


Tristany, cierto lle que aquellas tlemostraciones revo-
lucionarias 110 ¡¡odiau menos lle facilitar sus t['inliÍo", COll-
cibe y ejecuta nuevos y mas atrevidos ataq1les , se propor-
ciona un caüon y, el 5 de fehrero, bate con el un torrcon
clue defendía las salinlls de Cardona, El lG, ocnllJ ú Salla-
huj,), hace pl'isionel'a casi tOlla Sil gnal'llieioll , obli,:;a ú los
pocos miliciaIlos (Iue formaban pal'tc de elb á encelTat'se
cn el fuerte y determina Cal\l' en sC~tlilla solli'e ulIa hrigada
miera, que, Ú las órdenes del corollel Oli\'el', (';,coltaba de
L!~rida ú lhrceloua Ull rico COilYO)'. El 18, el dia tlIi~IllO CH
que ForcaJcll hatia la Lrigada lle "\zllal' ccrca de BUlle.!,
ntaca Tristany la de Oliye¡' en las inlllediaciones de la Pa-
nadella, le mala (juinientos hombr('s, cntre los cuales al i~efc
mismo, y le coge prisioneros do~cielltos y eillcllen[<l. Los
otros mil se disper:ian ó toman partido con el, y quedan en
su Jloder novecientos fllSilcs, muchos miles de carlnchos,
doce cajas de gueJ'l'a y el COI1\'Oy tallo. A poco, reyuelvc el
gnel'l'illel'o sou¡'e el llano de Urgel, ¡'(Tone los ayunlamien-
tos de 1S:-n, establece nll~~ conlriLlwioll rncllsn:d en cada
uno de los \II1C11105 <le a(~uelb comarca y sc asegUl'a así rc-
CUI'SOS periódicos.


Entretanto ZorriHa, des pues de fatigar por marchas y
contramarchas en el llano de VieIl á Aycl'hc, Rouriguez y





Simonet, durante los lll'inwros Jías de feb l'C 1'0 , revuelve
húeia la marina; sOI'IH'ende, acu¡:hiJln y dispersa la guarni-
cion de Tonlel'a, que relevada Ill:ll'dwba ~l illalgl'at, y coge
y fusila una cOlllpaúb de la milicia de Tonclló, ~aliJa en
busea de bL'l'ido~ ('arlic,ta~ diseminarlos en las casas de las
inmediaciolles. Lo!'· pocos milicianos que coa Villa lograron
esropar cOlTicl'Oll a Ileval' Ú :\1,lta['6 las nuevas del desast!'c,
que al punto s(! delerminó nngar sobre los prisioneros quc
alE:-;e hallaban,)' aun sohre algunos vecinos del pueblo, que
<le tiempo antes cslalJan (les ignados Jlor los revolucionarios
al furor popular. Los prisioneros fucron sacrific:Hlos, el mo-
tin coni6 las calles, y las habi'ia manchado la sangre de res-
petahles hahitantes ~l HO impedirlo la actitud "Vigorosa del go-
lJernallOl' Callelas, auxiliado por el ayuntamiento y, todayía
mas cllcaznwnle, por un hatallon franco que lleg6 ú tiempo de
cOlltenrl' ú los allJOl'iltadol'es. Pl'rsenlóúestos el golJcrnallol',
en la jJl'Oclillll:l ([lle jlllldicú con motivo de aquellas tristes
OClll'j encias ,-« COIllO un Jluüarlo dc miscmblcs sin I'cpulacioll
)llIi concepto;)) pero, ¿,'lUó juzgal' de un pais en qne hom-
iJl'rs sCi1wj:mtes turbaban ú cada instante ell'eposo de po-
blacioncs 1l1111H'l'OSaS, sin que las autoridades, fucl,tcs llll
wz para ,\tilja!' los dc~6rdenes, pudiesen jamús ostentar la
¡¡rmeza ncccsaria para impedir su rellovacion con el casti-
go de sus autores?


,\clo continuo nliíca ú Grnnollers y rivalizan en ac-
li\'idnd COH (',1 y COII Trisumj' los dCB1as gefes carlistas (!('I
Pi'incipa(!o. El comandante general noyo, illformado de ha-
berse deslinado ti reforzal' la déhil colllmna de Ayerhe el ha-
\<1\\on de Guadix (Iue glull'llccia la Ccnbüa, delermina re-
coger ganaLlos y ,'íveres en aquel territorio. El 5 de febrero,




A:-'.\LES DE ISAm:L 11.


llevando consigo mil infantes y trcinta caballos mandados
por 130quica y Cahallcl'Ja, se csticmlc pOI' aquel rico valle,
y, p¡¡ru que nada ni lladie pueda c:seapál'selc, enyia dos
compililias Ú ocapar ú Lli\'Ía, enclarada en tel'l'ilol'io fran-
cés. Cuando, ca¡'gatl,H de despojos, volvían eslas pOi' el ca-
mino neutral ú illcorporarse con el grueso de la divisioll,
un gl'lleso destacamento fnmcés salido de Bourg-Sbdame,
lllS soq1l'cnde, lns hace rendil' las :1l'mas, y las cOllllucc lwi-
sionel'as á Sallagollsc, sin que esto fuese parte ú impedir IluC
Royo y Boquica hicieran cn la Cenlaüa un consiJerable bo-
tin, el Cllill, sin ser molestados, trasladaron luego ú su cuar-
lel de Castellar de NllCh. De las Oll'ilS columuas carlistas, Ulla~
atacallll Capellades, otras rClluevan en lIorta y San Alldrés,
á la visla de Barcelona, la impune cslraecion de I'ehenes, que
ya hicieran, llevándosc de dehajo del caüon de esta plaw al
médico Ibaüez. Ca~lel\:'; nlerra Ú lli~rga, fusilando al pie dc
sus ll1lll'allas Ulla pOI'CiÚll lle lIlilicianos cogidos por d Cil Be-
na varre. La patukya cu tanto coL raba Jlor donde quiera los
impuestos establecidos por las autorilladcs cadi:;tas, sin que
los esfuerzos (¡ue para eslermillarla hacian los gefes de las
columnas crislillas produjesen otro credo que el de ha-
cerle tal vez camLial' el tealro de sus exacciollcS. Las ftler-
zas <le la reina en fin, á pCSlll' de su slIlwl'ioridall absolllta,
se mostrahan numél'Ícamrllte infcriores en cada uno de los
Jlllntos alacarlos, y ~\y('l'ilC mislllo, ellcar¡rado de lel de(c!l<:<\
dd corregimiento de ,ralaró, declaró IlO poder dCSl'lIlpCÜal'
su <:omisioll sin un ('efllel'zo de caballería, (¡ne ('slalm Sl'¡rn-
ro de no ohlenel', pues :1pen¡¡S l1eiJalm Ú l'uareu!a el númcI'o
tle caballos de cada hrigada.


Gurrca, viendo tI los carlislas SUplil' la infcl'iúridatl del




liÚnll'I'O con la aeli\ ¡l~\ll de l()~ !l}()yi:nicnlos, llamó pOI' su
parte el f\!I'Ol' ~ll ~(JrlllTO de la i:llpoicllcia, y á pl'ctesto dc
lJH¡!~I¡' sm ~m:1!,jd;¡:; Ú Tl'i~I:1!ly, 'lile cOlilaha con casi tantas
C0mo 11l{('h!os hailia el! lel iIlÜilLifw, hizo qucllla!' Ú 1":)110110-
S<1, .h';\lÍ;¡,;" ,l¡''¡"llli¡ y 011'/.):; lugarcs vccinos. Pel'o, l'CCOI'-
d~lllilu s;;¡ duda ('[ Hui cfcc(;¡ (PlC Pi'odnjo c¡liorce aillls an-
le~ 11~¡ ado j';:u:lÍ de yauJa!is¡¡w cometido pOI' "Jlin<l en Caslcll~
f;¡Jlil, tl):ili') (,ll':t~ tm-un:ciollcS, dió lilas C-,:lCllSioll al si~te­
Jll:t de hl"íiiicnl' plintos, hizo aeal)<\!' las (lcfcllsas de 1'01'-
r(';':l·O<~ y ¡!l' h; ]¡ol'lh, de rr~:1'! y cl11pl'cmlcr ulm\s igua-
le,; (hJiil:' 1[:¡:Ci'a que ~'C hz:lLtball p:11'<I ello algullos mc-
dio:-. St'i'i\UlO, al mismo ticmpo, uhliga(lo ú ateilllal' con cs-
jll'nlílzih h:¡b;;ú('¡,~\S el I'igol' (le rcalilla(lc~ (!oIOl'osas, pl'O-
meliú (,el 1 :3), \()lviprHlo ue U\111 cspetlicion al campo tic
TalTilg¡)]ta, (¡lll\ se ¡\(loptl\l'irlll mcdillas pal'a pel'segui¡' las
L\(.'ei()lil'~, la~ cu¡¡les asre;ul'aha haherse aumcntallo de I'C-
:~!illa, dc!llIoti,! lid JlW~; anterior. A pocos llias (el 2()) el
;,yunía:l¡icji[(j dc Barcelolla llamó ú lu.~ habitanles ú un nuc-
\0 a¡i,~:\lni,-'¡¡(o yolnntal'io y probó asi f¡tIC las cspenmws
qne babia heclln concc]Jil' el capilan gCl1l'l'al se fundaban
~I)!il ell 1:;" C'.c;¡ll1alitblh's tic una eoopel'aeioll il1llividllal,
para hI nd n"lEe se ~('nlia eOIl yocacion.


Esta impOll'ncia de nm parle; csta aUllacia de oU'a se
JilO;(¡'aha i,~Hal!llf'ntc en ]a:, fronteras del .\110 ,\l'auoll. Ro-
~, u


.' n, :\ l:1 nLez;l de los cn(,l'!l0s de Ho:, y Cnstclls, fuertl's <1(\
(:II~lilil h.lllll¡¡'('s, ji;"'!¡:) ¡]l' .\!Il11tatWllrt ~t'l2G), ocupó {{ Gl'ans
y ubligó ú ~alil' de J ¡jea híi' pJcas fuuzas que de los ,alles
Ye('iilo~, pndi(,l':111 l'c¡¡¡¡ir:,r, micntras (IHC los milicianos de
Bal'lw:-;!ro ~e cileclT;lll,lll cn su fucrte. Con estas illCursio-
m',; pc\'ió,lica~ allimahan los C'arlistas ú sus partidarios y di~


lO',;1) ¡y, 7




98 AXALES DE ISAm:L II.
flludian el desaliento cutre los llIilicianos; pagahan sus \1'0-
pas con los recursos qne en otro caso se hahl'ían dc~tillado
Ú SOCOITC\' las urcesilh.les de las columnas de ht reina; y,
entnsiasmallllo ú unos, n(~llt\'aliz~lIlrlo :í oll'Os, callSallill) Ú
torlo~, creian preparat' el trillllfo de ~1l call,;a, La~ 1'1'('-
cuentes COl'l'crías ¡le los cad¡~tas les prop ol'cin¡wlwlI ade-
mas la veutaja dc establecc!' pOI' mas Ó HleIlO~ tiempo co-
munieaciones eDn los ell('rpo~ lk las pI'O\illCía~ veei1\~'s; y
la e~pedieioi1 (ie Cnm; pll~O (';bi l~n contacto dlll';\JlIt' algu-
nos días :'[ Royo con Tell" , C:I]¡alll'l'o, JillH~1l0 y otl'O'; ge--
fes (lcllli1,jo A\'[lgon.


Hostigatlo pOI' bs l'('elalllac¡f)lll'~' de los nlcllc1cUioS, que
\'Ciau frecuentemente tala(la ,,11 l'ica huel'ta, !'l !)obi¡'I'i10 se
(lecidió á refOl'wl' las tlivb iones (Ille en c(IIHellel'l'ilOl'io o\,c-
raban, con aIras que creyó poder f~H\a' (lel ;\l'<lgon, El ejé['-
cito llel C('I1I['O, q!le la\ cr[ld nombre (¡HC StO d~dlH al CUl'I'pO
de Iropas l'nrm';:!at!o de la dcll'llf'a de c~te pni~, ¡mi) l',!'!lm
<le CnVi;ll' Ú Yaleneia alg¡¡¡lü~; lJ:¡lal¡oll('~, : (jllt'lió de I'l'sul-
tas l'cílucido Ú Ollce mil hombrcs, de In" f:lwlcs tl'es mil y
quillientos destinados'" las gil;ll'llici;lll('~ d(~ la orilia dcl'<~­
cha llel EiJ¡'o y dos mil y quilliel\los ú l'IS de la iZ'lliil']'(l;¡.
Esa fucrza, ya muy pC(\lleila pOI' Sil número, lo era altl] ma~
pOI' sn helcrogcllcilhlll, pues ~e eompollia tle rksl:tc:lmelllos
pcrtenecientes l\ ocho l'egimil'lltos muy di~mill11ido,; y faltos
de todo lo necesario. Los carlist¡¡,; recOl'l'ian, pues, ti pfli~ to-
do dcslle Calatayud hasta la pGl'l(' del (,ol'l'l'hiltlielllo dI' 1'01'-
tosa, situGda l\ la defl'c1lG dcll'io, y el l'stado de ¡\l'~:goll l'l'a
tal que QlIil'oga, j'\oglleras y otl'OS VGI'ios generak~ cristino:'>
hllhicl'OIl (le hacer dimisíoll de Illalll!os, en cuyo dcscmpeüo
no habia llIas que l'e\'c~cs (llIe sul'J'it, y pesares (¡lIe devorar.




LlBno XOl'lcXO. S!)
En Antlal\lcJa, rcs!ü!' mas 6 mellOS numel'OSOS de las


lianda,,; lle AYik'~ y J 1II'ndo ('(~corrinn aun la provincia ele
C6rdoha; rcstos de Ia~ de Limon y el cura de Olrera in-
festallan aun la de Sevilla. La de Jael1 Cl'a asola(la pOI' las fac-
ciones de .\rollgcro, Chinchilla, Morilla y Peiíuelas. Dúban-
se es [os la malla con Palillos, ([ue, reforzmlo cn la ,\faueha
plll' ¡a~ tll' Ol'('jil~l, ~r(1l'ago, .'Ilolero, Ciprian, Gmino y otms,
ful'l'll's l:JJas de UII;)~ quinientos calwlln,; y OII'OS laulos in-
fall!e~, :\tacó Ú AI!ll~\gl'o, el 3 de fehrero; hizo, el 1, fusilar
Wiillc y cinco IlflcÍoualcs dc 13olaflOs; incendi6, en los dias
sjgllil'llte~, ú COZ,ll', ,\\ellllillas y Bl'aZf\lorlas; amellazó Ú In-
fantes, y ¡'(;eorri6 el tel'l'ilol'io tudo llesde el Tajo {l Sierra ~Io­
remo Pocos días tlespucs, atravesó tambicn esta ~icrra;
cayó solJ1'e l\~(lr()ches; deshizo eerca ele TOl'l'cmilallos al
cHpilan E~lela; le fusiló ninte lwisionel'os y malliohr6 en
U"l'lnino,; (le illipil'<1I' vivos I'ec<'los Ú Córdoba misma. El ca-
pitall genera! de (;rClnada, P,darea, sali6 en persona contra
Ins facciones (le .Iacll y las lanz6 a la Mancha; pero, l'egl'e-
~ndo ú ~u I'esit!(,llcin, yolvi,:l'on ellas ú ocupa!' las sienas de
Caz orla y Sl'Bul'a, de doude, capitaneadas jJOl' Isido/'o l{uiz,
conocido por Sil apodo de Jamila, seílol'caron las mÚI'p;enc"
del (~ual1aj¡i\li\Í1' hasta el p,ie Lle Baeza.


Tamhien contra HilleoLl, (!'le <lmanle alguil tiempo 1Ia-
hi,l aso1n(lo vnrios par! i(los lle Estl'emallma, ~ali6 de Bada-
jnz el C:ipil:lll gelleral, San :'IUl'lill, (/lIe se situó ell Trujillo
pant dirigir pOI' ~í mi:~mo la pcrseclleion del guel'l'illel'o.
Filé este eH hreve cOlEido Y [\l'eallllceado: pel'o el gl'lleso de
Sll gayilhl, fUPl'te anll (le cicn infantes y cincuenta caballos,
se l'l'plesú pO!' (le pronto ~l SIlS guaridas de la Abadía de Ca_
h,\II~I~ , (le donde salió if5nalmellte {¡ los pocos dias ú )'('1'01'-




100 ANALES DE 1~""JlEL 11.
zar una llucva ualllla acaudiilaJa JlO!' un nuero ¡merl'illél'o
(Juan ~\nlollio ~Ial'cos. Incoi'poralla csta COil la lk J.\l'a, co-
mandante cnrlista (In E.;ti'cnwJI1l'a, y \'efil!'Zllda~ all1:)¡\~ Cllll
las de Ol'l'jitn, Palillo,~ y Snnchrz, e,e ilitci'!l~\l'OIl CII la pro-
vincia !le Cúcel'es y üeupan)\\ '( L (le Hl:I:,il la l'i('a Tl'lIjilh.
Lanzólos Cil el mis mo llia el cOl'onel C¡'islillO ¡li:l;;; pei'o L-
ra, qne conlaha con flll'l'Z,b ~ll;ICriol'('s, :\\1mcntadas ~,in in,-
tel'i'upcioll pOI' agl'cg'll'iollc,; ,;ll('{',;iy:\~, ~c m:1illllYO tnulIluilo
en la pl'oyincia, en tanlo qar' 1l1l:\S de ,:lb :1!lii;l:llaS p:\I'I¡(l:lS
ocupahan los mOllle~ de Tülellu, y ot\'n~, m:llllbdas pOI' los
lIue\'os gucl'i'illcl'ü';, Felipe de la Saya y el t:dlOliCI'O de la
Puehla de ::\IolltaIY¡lil, hacian cOiTci'Ías impuIIe,; desde el
centl'o de al!ucllo,3 monk~ lwsla hls pue¡'las de Tnla\cJ'u.
Los pal,ti[lat'ios mauchcgos se \'Oh[\'I'OI1 entonces ~\ su pl'O-
vincia, dondc lE\dic cO~\l'lalJ,\ la lihC'l't<li¡ dc ~\lS !llovirnien(03
Como Quil'Oga CH ,\l',lgnn, (nYd ::1:lili que hacel' dilllision (il~
su mando de la l\Llllc!la,." LCJH'z del ~:lIy() de ClICil(':1. I.:)~i
dimisione~ de los ¡.jefcs milit:1.l'l'S, ti111l'ai':\" y mal vistas 01'-
dinal'iamcnte dllranle la gU('I'l'<l se !Ji~'i('l'on \lila lleec~jd:l(l,
cuando el ahandono ('11 íj(W !i);; d;~jnha d go]¡ic"lIo !lO ll'~
permilia agU::\i'llal' ImlS fj¡¡¡5l¡l'~:hti'eS y !l0l' COlhi!;llicllte la rui-
na de su I'cputacioll. El golJiei'llo [lOI' Sil p:il'le, como si í¡ui-
siel'a pl'oteslat' contea estcls aC:Isacionc,; de abmH!ollo, se CII-
tt'egaha al mismo tiempo ú al'l'ehatos de Cilt('i'C'za faClici", C\ll-
tieipúullose Ú llestilnit' ú h, Seres Cjue Y::Icih¡]¡:i1l ('1l1'l'Jllllll'ial'
ú sus compL'omelillos enc.ll'g()~, De (',:Ie llÚI1W!'O fuc' el l'apit:\ll
gpocl'al de Estl'emaLlUl'u, S~Ul :\Iai'lill , eH quien se hizo al:1r-
de de c::Isligar la imp:)lenl'Ía Ú ([He ~;2 le cOilllellah,¡.


La acliyidatl ¡le h~ hanlbs en h~ primen~ :Sl'mauas del
aúo coincidió eOIl la que, cn el illi~,no periodo, dl'~p!\'bÓ




L!!\IW :\OYE:\O. 101
don C:\\'Io:; cn LIs pl'OVillCia~, n:illli:milb el prestigio de su
cau:;;a pOI' d Ievallbmicn!o del sitio de Bilhao, sintió afiuel
prínrillP la llecesidad d" hace!' csfue,'zos y empezó pOI' dal'
lnleV:..1 oj'~;a!liza:':oJ} ~l su ~ohicrno y :\ ~n (~.ióI~eito. S(lpnró Ú
El'ro ¡le! Illilli'[ei'io lllli\'¡'I'S~ll y tnromendú (,1 ¡]¡,spacllO Ile
(;cilcia y .la-lil'ia ~:l ohi~po de Lpo]]; al gpnernl Cabfl:ls el
de la GllCi';'a; l'lll:~ Hacil'lIda aLlllligno inlr'iHll:nle La\C\llde-
1'1); y el de E~ladí) al ;)lIli¡>[:w ofil:ia1 de secl'ctal'ia, Sien',\,
n:ó rlllunl,) del ej,;,\'ilO ,11 inLlIlte don Scba~tian yla ph-
za de gt'fe de Sil e~i:\:l¡) llL\yOi' al ~!\'ncral Gonwlcz jIol'rno,
dcjalllln ú Yi¡¡al'eal el tilulo ¡le primel' elleean de! generalísi-
mo. El ejl'l'eito filé didl'i~;uiJ() en seis di\'isiolles, mal1lladas
bs (10:> (ic :\avarra pDi' (;pili y Gurda, la guipuzcoana pOI'
Guiheb\üe, la a\aH;;a p0i' ;-)Jp:olana, la vizeainu por Soraza
y la (le C:hli\b pill' t~i']¡i~t¡):lilo, Tal'I'~16'lal, Zuhil'i, Hipahla,
> \ 1/.:1:1, í'lIITiz,l 1, [:)11 Bl'l';}¡l;'dll, hUl'be, "\fo!'cno, Elguea,
Cnil'i, Ycrúslt'j!lIi (doll JIU;} ~\!lL"¡¡i):I, >\ndeeluga, Pe!'!'/.
(le las Varas, Arroyo y (jaikz \('\ tic >\I'agoll, lIcga(lol'ccicn-
t<,mente COll Comá tom¡mH\ el mando de las brigadas,
(¡ue se compo!linll (!(: ('\1<1I'<'lil:1 y seis batnlJones de opera-
('i",!('S con Lt fU\'I'za de treinta milltOlllhl'cs. Hennida ú esta
1,( tIc Y~lI'i()s Lleq:;ciunl'i1ln~ ~\Il'ltos f[\le, Ú las órdenes de los
~c:;llntlos caho~ ,le b" (~uall'() provincias, Za!'iatcgui, Itlll'-
riza '(!on P(~lI'O JOS(~\ t~ul'l';mé y YCl'úskgui ~don Yalcntin)
CUitlclli:\Il dd s(,l'vicio illlei'iol', y la de algullos cue!'-
pos e~pel'iak" f¡Ue ~',~ jlo:lian llamill' (le Casa He:)l, bs tl'O-
lLh del Prl'lendiente Cil Jih ll!'(iYineias as,;endian ~I tl'einta y
cuall'O mil homlJi':'s. Ol'dell();c reforzarlos con toLlos los sol-
(¡'ros, ca~atl(),; y \ j\l"ln.~ ~ill ltijilS (le diez y ocho á cillcnen-
¡~l aüo~, y l'I ali~talnielilo etll¡H'zó Ú ejecutarse con tanta ac-




l;\": i:', " \,~¡'~ :.d C¡'~~ .jll ';'.:~!~¡'l ~¡ .. :(; t·¡ t1:nh;PI'IV) tle "\1i.Hlrid
ll<le¡a ¡),ll'!:\!lL:¡' ,d,:)(,:I:I, Ci!"i'!';h Ú Ia,; pl'oYincia,,; con la ill--
leneíon sulelllllemcllle alllllleialÍa de alaca¡' ú la "ez ú ínlil
y Ú l)\u'ango, los earli~la~, pt'Cpal'<lut1o Illedios fOl'midal:li';;
para culJl'il' eSlo::; punLD;;, ahriellllo zanjas, le\'<tlllando y al'-
li!lallllo parapelos, reforzalldo sus gllal'llici:mes con ~n!:l,\­
dos lie('neiad()~ y con pai~::lnos <Ir, huena \oluntad, almace-
Hando municioncs y VÍ\'-'I'CS ClltOtlOS loo; Ingal'(':'; sus('('plihlt>"
de ~llefen'm, y I'c~ueItos Ú dejar yel'lllOS y ahalH\ollados lo:, (pi(~
no lo fuescn, (lispnuian ó lingian disponcl' Illla Ilucya e,;¡w-
dicioll pam C::lslilla, lleslacmHlo cn tanto ú Ca,lol' :-ohl'e los
yallcs Ol'ienlales (le la provincia lle Scllltallllet', de donde ú
poco yohió earg,H1o de despojos. Eslos amagos y la:-; \al'ia-
riones hechJs en la atlministracion civil y militar de la re-
dneida monil['(!llía de don C:'\i'los, hahrian, sin embargo,
ill~pil'al!o p:w¡j illr¡llicllll[ Ú lo:, atliclo~ de la reina, i'i hubiese
exi~lirl() en ~Jadrir¡ UJI simulacl'o siquiel'a de gol,icl'lIo.


PCl'O ni ,;imubel'o sir[uici'a exi~lia: ~relltlizab,,[, ohli:-.:u-
do á cont::ll' COil el "poyo de Al'gtdlcs, 110 osah,l I'('eti!ica¡'
el iniello l'<'j)al'timicllto del prestamo de lo~ ¡losei('li[n:i mi-
llones, d cual no era ~mseeplihle ¡le Cnmi('IHla sillo ell ellall-
lo se cOllt1cna~e la pal'eialirb<l eOH f¡lle en el (le ;\la~lri(l se
había proeetlirlo, En \'allo la Lleil col)],lInza (h~ las cuola~ ",¡¡!-
Ililr!as Ú la,; pl'ov¡ncia~ d,~ ,hila Y Lngl'olto y repartidas e01l
cf¡\1idad y justicia ¡'cY('ló el medio SCglll'O de !.;:r~ller¡¡lizarIa
en los demas pUlltos (le! reino. En \ano q\lejas sentidas dn
millares (le agl'ayiado~ en los \,('p;¡rtos de Ia~ otras }ll'Ovin-
das d(,llull~¡al'Ol\ LI !ll'cdilcccion COil filie lil~ dipulado,¡ 111'0-
yincialcs eximieron dcll'epal'to Ú los mil'llI]¡l'os (le las :H)-
ciaciones clandestinas y elrigo\' con (!ue gl'avaroll sin medida




unl\O :-;0\1::\'0. 103
y arruinaron con 3!wcmios Ú los I¡Ue no estaban aflli¡Hlos ú
ella,;. En vano, en fin, la e~poliacioa pl'orlujo apenas la mila(l
de las s\lmas con IJue se cOlllaha. Xada hastó ú ahril' los
ojos (le los ;ulJ¡cl'lwnlrsj na'la plld r) Iwccl'los volrer al prIn-
cipio de la i!:u:tldnd en h rrp,ll'licioJ] (¡lie !tullia (lC~Cllll()cido
\rgüellcs. Poco importó no o\¡~tante Ú Jlel111iznlmlla illCOlll


p!e!a cobranza del pl'elenlli(lo empl'éstito, ~ohre rl cual,
con mas illlpwidez ([lIe si c~!\l\'iC!'a rra\iz~\ilo, eontinuú ('s-
pidien:]o lihnlllzHs y eOIl~tilll~eIldl) obligaeionc:i, por stlma~
1lli1}Ol'('S aUI! de las r¡IW pl'Od\leiria, si, pOI' impo:;ihle, Ile-
¡.;al'a:'t l'Olllplctal':'c. Lo., :ll'I'ecrlol'e:3 ~\ quienes se entregaba
e,;la il'l'i~ot'ia hipoteea no se cng:lllalml\ Ú la YCl't!:HI SO]ll'C
Sil poca solidez, ni S()~H'e :'On limitada cstensioll; pero tenian
(¡\le (:onlcnl:\\'se eün nn papd, que tles(\c luego se negociaha
conW ó ,')',) p.O!o tl;~ p{~j'Ji·\a :\' sc cl'ei:lIl dichosos dc no sel'
dr'poj:lilo..; lll:l, qne de la milad tl(~ sus cr(;(litos.


1k oll'O (;mIO;1 lo menr:; lo ('¡,an al mismo tiempo Ins
emple:Hlos de lo!l~s clases, ú quielll's apenas Sl~ pafr:lha de
Ilos mcsal!:l..; ulla: Ijp otl'O tanto ú de lilas los cOlltl':l(i~ta:-;, que
1l11lwa cohrahan el importe de ~~ns snminisII'os, sin haccl' en
fa\!)!' de lo~ agentes inlel'lllC¡lios el sacI'ificio de la mitad'
Ciertos (lc no sel' ~ntisrerl\Os, :\ ninguna suhasta se pl'csen-
lah:llIlicil"llol'cs nuevos y, cn consecuencia, así se encontra-
!\:l!l (k,;alcnllitlns la,; nl~cesi(htles ¡le los hospitales como
];1"; de y('"llla!'io y cnlz:Hlo; asi los suministl'oS d(~ víveres
('Olll') ]0" ~;a\;\l'iil~ de las bl'i;!CltIaS (le tl'a:;poi'te. A estas
dn" úllimas atenciones se oClllTia, hien qnc de una manel'a
ill~nficicnlc y pecca!'i,l, Jl81' metlio de l'efluisiciol1f's, dl~ quc
\lUlIca sp (¡uiso !i1!lIi¡!cI1' el importe y flue liada, pOl' olm
parte, habria Ylllidü ]jr!llitlar cuallllo no bahia medios de sa-




101
t!~':¡'aCt\i'l¡). !'~l h¡¡;}r~l, i';).llP:'~L¡}C!i,!o píH' {IHn:'li1e,,,; nHliL'ip~ll'in­
Jle.; lJecLa~, ,ille5tH'U, ll'Í ~¡' pr(;"í~\:)~\ Ú otl'as ~ill jil(j\li('lll-
des, y soLl'c toJo ~iH Cipl'emiu" cun los c\lak~ tan ~1)lJ [10-
(lia SlI (til't~cIOl' ju:,!iílecll' la (¡¡,u'ja illrl'accioJl de sus n'gh-
lIlelltus. Los ¡'ell,¡ilJliclllos de las Cilllll'jlJilci'IIlC'; enllll1ero-
l'aLl(;~ macho antcs de f¡ne Yl~ncicl'an, y hs a1'(~:\S (/r,l !e~ü¡'1)
HU lenian con (pIe provee!' ni ú la !'onsi:';lla~:io!l de la C,l~a
!teal, lIi aun al randlO de lae"ca~a gl1i1l'lliClllll de ),lalli'id.
La~ inmellsas C'.\.islcIlCi'\5 de mil ;. I\meClPIIl(IS ca~as
l'eligi!)~as supl'imilh, "e dilapidililllll (,(Jll tal de~cal'o rplíl
la prensa :sciíalalm, E,in se!' de~mentilh, h:-; ¡¡e¡,,'ona:; en ca-
yo pOlle!' parakm las alhajas IJe las illlúgelles y los orlla-
mClItos de 10s templos. El martillo ignalaha ,1] sud\) ~;ll" cú-
pulas; el vanllalismo entl'cgnhn ú ,lgiolislas sus call1pallas,
sin que en ¡t'¡ue! l\[\cinami(~nlo ~L~ ricos rl(~~pojos cllpic~e Ú
ulla pohre p,\lToquia de a\tlc,( la pal'le lllel!'),; (~/)tli('iaLll', 1111
kl'l1O :siquiera CUlI (¡lie re<tlznl' HlI !loco la pOlllpa (kl ndi)
palTOl[uial. .\ pesa¡' de la CI10l'II1 idad de tall'~ y,dol'l's; Ú PI)-
sal' de la ncgoí.liaeioll eOHstaale lle !J¡lkl:~s, o]¡li¡~aci:)ill's y li-
11l'¡mZaS quc, aunque ~CglU") rl t, no [H):!ei' ¡'cem:J:Jis<ll', 110 1(,lIia
el minisll'o de Haeien1la l'epal'O clll'l\1itir, llt':;ú;, pUlil () la p,'-
Ilul'ia (le fonlio~ T;c filó nccc~:trio dec¡ll'llil' los c\]('1'\lo:,; de
miliciano:-, (lue las necesidades l1e la g\lel'i'a lmhiall (:Lli;m-
(lo {l illoyi\iznl', y pan (':.1)0 ('quipo h¡¡bi,lll heeho los ¡1HC-
blos cll(lntioso~ ~~lcl'ifi:~;D~. Lu lJ¡1I1C~lri'()!a (),-;!t'Il~i;Jle di' ¡ ,"
dc II¡)Viellllm.' habia all;quih:1o el ei'l',dí[,) (;~I('J'illJ', y h Lan-
c,llTüta tlisfl'awIla de 1,0 de oc!ulJi'C no podia J!l('jn¡'i\l' rI
intel'iOI', iutcl'I'ulJ1pil'mlose con fI'CCtll'Ill'ÍCI el pago de hs llH'Z_
(luilla:; caulidru!cs con que, Ú l'l!ellta del ,,:cllle~ll'(: ,cacido
cn aquel lIia, ~c iha entreteniendo Ius cspclanzas de bs




10,)
p{;¡1~al1ul'e . .; I:.:~ 1n·; C~::~\)n~'~ .. \ r~i, ~¡·;t0S J~ ~1e~C'::,pCi']c]on en
la:~ eilhh\lll's, llo!Hle ¡t)~ (!:npie~l¡Jd." n:) iH).L~\il vivir sino con
d producto (le COillliHiIL'j,iS Ú !ir' pi'('Yai'jcacilliw~, y donde
la j\lYL'tllnd sr' ycía cilllc!ella:h Ú en¡;l'Osal', illildill:danwnle
y ¡;in illlr:l'I'!!pc:Oll, be; lilas i!:ll' , in·jeíinilbmcnle y sin ill-
tCi'l'npcinil, di~\ZH!aLtan ht, ratiga~ y la nli~el'ia : gritos de
d¡;,('~per[\cion (oH las Yill~H y kgat'cs , dOillk, adcllla~ de
lo" ili):lliJl'C~, CI'¡lIl al':'I:lnl;\i,lcls ¿, calla momento ~ill COllsnc-
~o y sin il!di l l1lUizi.\C101l 1 !o~ l'nItos, ganfulds y npr~ros; gi'itos
de llesc'l'l'j'¡l\eiOIl, en lill, en el cjr"I'cilO, dOlltlc, pl'omoyi(la
1.1 in;]isciplina P;)[' bs pl'iYC1CiollCS, el pill¡ltY~ era UIla uccc-
"lilad, sil! (kj,tI, de scr UIl clril1ento <le disohlc!Oi1.


¿(2:1(: haciall eilli'~la!lll) las CiJ!'lcs '? Dé'SpUC~ de PCl'tl(ll'
la mitad de C~Hla SeSlO\l en ('Xaminal' solicitudcs dc dispell-
~;as ¡'¡ COllllllltac:ollcs lle cursos escol;irc~, dc cxellciones de
quiJita';, de l'ci,:lja de cllota,: pccuniai'ja~, pOi' c~;I(; Ú 011'0 Il1Q-
¡iiO, Y di' i'(,iI~¡()/l(,S Ú las yiud:lS y ú los hijos de los que mo.
¡¡:Iil Ó 5(' illulilizab;ill eJl la glll'lTa; di! oir cll¡~mrs sobre iu-
!'Ot'lll:dldmll's Ó ,¡]JIl~O~ en las eleccioncs m:lllicipalc5 yen las
de olieiab; l1e la lIlilici,! llclcianal; de <li::;Clltil' !)l'elemlidas
iliü'acciOiH':'; de h\ pl'l'\cndilla emhlil\l(:ioll, ([\U' n;:I(1ic, elllpe-
zando pOI' h:; Co!'lc~ y el ~~()¡;iel'llü , olJ~cl'nba :;illO cuando
le comeDia, y ik \'(':;0\\1'\' cculenarcs (le e"pctliclIles admi-
n¡:;l:'¡\li\'o~, de cuyo (lcsllach) n') era el incoi\Ycnicnte me-
1:1)1' la pI"¡'d:lh ~H (¡cm]'O l¡'lC I'CCblllU1Jc;1l mil necesidades
ul'~ellIC~ , CIlI¡'(;lt'ni:l!lS¡~ en rc:;;(a]i!cccr mnchos decretos, ú
¡ilSiSili¡b1:l\{'~, 1\ l'croltlci')ili1rins, Ó inO;)n:'111110S, ó incjecu-
l<\hles, C'sprdi'los en hs Gnleriol'es PCi'jO¡!os del n'.¡íilllell de
CúLliz ; en l¡¡,cutil' proposicioncs ClHl!l(!O menos illlemprsti-
Yas, sohrc I'cfol'llJ<ls cclc~Jiú:óliea5; en clec:al'al' eslcllsi\a ú




1013 A"í.\LES DE IS.UlEL n.
los inL,ll(cs (ha "I¡;:ucl~' don Seli:lsl:an y ú la malli'c tIc
eSle la anulaeion de sus derechos c\'elll\lall'~, de IlIll'VO llc-
ei'lctada conll'a don Cúdos; en da!' ú ~r('wlizaJJ:1l otro
vo[o tle cOllfi~\II;.:a ¡Ia!'a ullifoI'lllar la Ot'g:lllizaeion ('('onómica
lle la~ p!'oviucias eOIl Ie\ ,\llillini~t!'aliYa; cn imp!'imil' al re-
conocimiento nacional que cxigia la hl'!'óica (lcfelisa dI: B!l-
))ao el sello (le un pantlillagc vocinglero, IIC!:!i'ild:\ílo, :í pe-
E~\l' de su habitual jaelaneia , lwsl a cansen! ji' <¡W) el prc~i­
dellte lle! Consejo, escl'ibicndo Ú un comotlol'o ill;~II;" le Iri-
hutase en nomh!'c de la nacion el ílOl!I('IWjc dI' ~I\ r('~pelo;
el) confe!'il' al I¡'ihunal de Corles ei'igido pOI' la Ci)I\~1 itueioll
tle C~tlliz la exol'hilante pl'el'ogativa de COllOCl'I' de b,; cau-
sas lle los diputados electos, ann c\lamIo, pOl' carCCCl' (le lo.,
l'l'f(uisitos exigirlos para sel'lo , fuese sn nomln'amien\o ile-
gal y nulo, yen otras melli,lns scmrj,ll\tl'<;, d\~ las (,\1:11('., lIi
una sola remediaba ¡Je~tle lucgo un Illal efeclivl), y lllul'has
cOlltrihuyeron ú cnagellaI' mas los únimos, (JllC lanl,1' call-
~as de disgusLO itllli~pOlliall ya. Tales flleJ'Oll las lIlodifh'acio-
llC~ hechas en la ley de imprenta, 110 destilladas por de prOll-
to ú favorece!' otros intl.'l'e:ies <¡ue el del amOl' propio de los
mini~II'()S, coclúncamenle humillado JlOl' las puhlical'¡one . ..;
pCi'iúdieDs; la l'equ!sieioll (le cinco mil eah~\llo:" ó Blas hien
el llcspo.io, puesto que aquellos dr f¡Ue no se l'ellimia la CIl-
Il'rga !lo!' la derrama lle cuatro milrcales \lO enlll pasados
S:!lO c,m un papel semejante ni (Ille se dalla pOI' !(,--;gllardn
del llam:\llo pl'ó,tamo de 200 miHon('~, t¡lle, cU:!l{) tolln el
papel <le ~IIcmlizabéli , pcdia ,1e:,:le 5\1 :\pal'icioll la mit;HI
de sn valo!': la ley de pensiones en fine, envileciclIllo y ea-
Illmni31Hlo los sCl'vieios hechos al E~tado en rI l'Cill;Hlo ,1:1-
tcrior, apenas se rccollocian oleos dignos de recompellsa




lWTW :-:OYF:'O. 107
qU;1 l;l~ prc~·.~~~:l:1::; :'1 1:\ cansa rryoluci()ll\1ria. ¿. (¿lit'· n)(}S ? ~\
pl'llp\le-\a dd diplll:\llo C]¡¡¡I'CO, (~cll¡a lIua comi,;joll in<lieal'
m,'llios para trl'millal' In ~{\('l'l'n ei,jl. Ofendí/Jo, SlIS indiyi-
dnos <k 1[1[(; se des!'c]¡a"cn al~mna~ medidas que con el mís~
lHO ob.ieto projlusieron nnlt:;, tlec\nt'fU'OIl (ille lIillgUIlU le-
lIi:lIl que pl'O poner, y las Cortrs , c()lllcnlúndo~e con c~la
llJ:l'lifesl:\cioll, y, !lO ill~i~til'l1(lo :;;olll'c su <llllcl'i(ll' aencl'do,
!ii ado[llamlu di,:¡lOSil'ioll <llgunu para socorre!' la Ileecsidnd
Ú IjlH' ~H (,o!l1ió;¡o[í !lO J¡"llaIJa medios de alcmlcl', l'CYelal'Oll
impoteilcia y autorizaron el l'cre!o (le (¡ue f·C hundiese la
('(lusa Ijue Cnli! llalllados ú ild'(·llllcl' .


. \un mllclla~ (le la', Jllcdi(h\~ que jllsta¡i1cntc tlesaproha-
km las Corles \ll'omoyian inr¡llicllHl, porque (leSCllbriall en
los dil\1llados, fillS au\ol'es, una tCI1!lencia funesta, Ó P0I'(II1C
l'scilalldn, pOI' SIL esln\\a!![\l1ria ó fnlilida(!, el dcspl'ceio
¡¡ú¡IIjeo, di,'lllillUiHII el lli'r~li~¡o dc ulla flsamhlea obligada á
pe¡-dcl' el l¡(,BlpO cn ~1I C-,ÚIIlCil y dis(;ll~jl)n. Cabrera de Ne-
\~iI'CS, Pl'clel de Cozal' y Tal'in (lllisicl'on l'enoYaI' usos de
la j',u\!lsa CilllH~líCioll de Francia, y pidieron que se cmiase
;'¡ lO:i ('j(",'cito,; r!iplllado~ u rqll'e~cntanles del puchlo, como
"j ~i!l dlü~ 110 ~e fll('~ell dL'~ell\oh'ielldo ya cn las fLlas bas-
lantes gél'lllcnes IIe (:isconlia. La desaprohaeiotl de esta
1ll1'(\¡(la no impdió :i lki'll'au de Lis I'cpl'oLlueil'la pocos dias
,l!'''PIH'S, lIíen que Jimilúllllo!a á Yalellc¡a y fundando la nc-
;:(',idad de Sll n('i'plfl('ioll {'n el esta,lo la~t¡lI1oso de aquella
p!'o\inci:l. A\ll::¡u(' dcsech"d:l lamhicn la proposicioll de
Ilr'l'lnm, el i("hiel'llo se :qll'C'SmÓ Ú al!opt:u' d principio (lile
1<1 d[clúra cmi:\Il<lo ú Vizc:lya y Nanll'l':l {\ los (¡¡¡mlados
TJl.i<l1l y Ynl1c, sill 'llw la:,: Co!'tes mostrasen scntí\' (¡IIC se
les diese e~ta e~peeic de inlcl'YCncion en los ne!)oeios de la




108
gUCtTa. E'l tanl'!, el dip¡¡Ulllo _~]¡~lI',~uc.' 1'1';ljlonia como me-
dio mas :'l pt'opú~;ito para tcl'll1ill<l.la, euyj:u' ú las lH'oyineias
~lll¡]cYatlas gnlll eopia de e,Íempbl'cs (Id proyecto (le llueva
C(Óll~li[ucioll que acalla ha de t'epat'tit'se, yen h cual, como
si la comhillacioll ailúm,da (k ehnclJ[o:-; 1H'II'!'o¡::(;neCls no
hubiese de HIscílal' pOI' si sola ba::,Llules eOlllp!il';l"inll(,~ y
(~lll]m¡'azo:;, se cuiJo de hacerlos Illayores pOI' PI'oyocaciones
dil'cclas ú la itlSUiTCccion. CarcJa Blanco prtípone b:\utizi\1'
cu imicrno con agn:\ liLia, como s; bs tli>';jlll~¡l'ioil(,~ sitlo-
(bies de casi tOlla,; bs diócc<:i no lo autOl'izaH'll rn caso dn
Ilcccsida{l. rno, ~iil calenhr el l'ir~!)o de (k'jH'I'!:ti' pa~ioile~
<lllol'mecillas, pille flue se rehabilite la mellloria de un anti-
guo partidario, llama ~lo Chaleco, eOlll!cnatlu:\ muerte pOI' la
chancillería de Granalla po!' ci'ÍnWIlt's no pn\ili,'os; e,le gri-
la pOl'([lIC se recojan los rsrndos de íLleli,h.l, ¡¡l'cmio alguna
H'Z de hOIll'osos servicio:,; ar¡lli'i r¡l1¡'~I'C (l'w se q\litl~n
Ú lo" nh'~dieo~ dil'(~c(()[,!'s dr lo~ hill-l:)S l:lS :1~i:":I!:1('i:llIr:, :'. ra-
\01' ¡]:~ las cuales lwlbn ~o¡o en rllos In,:; cni'(,I'mo~ UI! Llenl-
tati\o ú quien eonsull::H'; quien, eontrm'i:ll1do los votos)' los
i¡¡l(,l'l:ses de ll'es Ó cuall'O pi'oyin::i:l:i fwoi'e:,¡(bs por la re-
tiente ]H'olollt"acicll del canal de Ca:;.;\illa h:l~;ta Yallado]id,
pille ¡¡ue se rescinda u:\a eOlltt'ata, Ú vil'tnrl (le lacHal se babia
¡)(\('lalltado mas aqul'!la ohra impol'lc\l\te en cmlll'O altOs (lile
en tOllo lo que iha de si;.;lo; !lIlO quiere qlle se JWl'!lelúe la
¡;h'i¡n:':;l ¡le anti,;nos y ya ohitlados resl'atimic!!tos cOl1r]{I-
yl·!ldu::.L~ el nlOnU!nen!8 (~nc, (;uinc1c aüos :U!tC'~, :--:e f~nlpezú Ú
el'i~;:l' (';1 hO!lor ¡le lo~ l)l:\(ll'j~l:¡lO~ f;,\~'l'ií!l':ldos por' hs li'a1l-
«'~es el 2 de 11lC1yO de 1808; otros lfll~ se COihil'll:il el
cuarld (le inyúlidos en UIlO de los solnl'e.~ de los COllYentos
deuw!il!oS, ohidantlo c~te y aquell(ue HO halJia un solo ma-




umw XOYEXO. 100
l'avClli flHe dedica¡' a e~({)s ol/jetos, pues fplC aun las sumas
IIIczl\uiuas (¡llC exigía tI tnih PI'ljllcila dc las ncccsillalles
diarias no se potliall pi'oporeioiwI' sin empellos oilci'osbiíl1os.


}Iil'ntras (11](' sill otnl guia f¡lIe las ll'adicioill's de 1(.;12
y tk20, ~e llli):;u\dJau cclo.,as h~ COi'lb de ¡.t01JCI'tlal'
pOI' ~j, iil\,ltliall las all'ilJaciolll'S del pode!' r,Íl'cat¡yo :- e:n-
j}llí'ilzalJail sus lllOYimil'll10s, (¡¡!e el !lleciI:lismo de la m(lq:¡i-
!H1 conslitllcional cxigia dl'j:ll' c:;;jldil:,,, en los iimjle~ de Sil
csfera de [1eCillll, el ministel'io, eH HZ de I'C,;Clllil':;e de <"le
pedagogislllo, se lllostraba Illas sati~fl'cllO de c;n (lcpciHlen-
cia, 1'l'IlUllCiaha pOI' sistema ú la illiciali\f\ íjue le l'orl'c~pon­
lIia lOIlI<II' ell la f'Jrmaeioll dc b3 I!'ye~, ¡:)uill'llaha cn su dis-
cusion uu sileneio servii y !ll'odulIlnba pOI' medio ue sus pc-
rióllicos asalal'iados f\Ue-cwquc! fjoúic¡'J!u C}'(l iJ/ejur que
»/1/1'110, fjobn')}u{¡a.)) POI' su parle las Cortes como si qui-
~iC~Cll l'eComJlcll~at' al milli~tel'i() de ~n ahllcgileioll, ó mos-
lnl!' fillC, llSurp:lIldo la,; ,1Irilmein]}t,s de los olros podelTs
J('gítimo~, 110 erun llloYidn~ po!' b amlJicillll, t,ino ('~tt'<\\ i,~­
Jos pOI' la i;;llol'¡meia de las leyes del equilibrio político, ~,]¡­
dicahilll sus propios derechos, cunnllo se 1 I'al" 1::1 (le ejrl'('er-
lo~ en hien de la ca lisa púlJlic,1, comprometida ú cnda pa,;o
por la cOlllltlcta de jlcmlizalJal. Y no solo le dieroll carta
¡¡limca pal'a aumenlar ú su al'hill'io el númcro de illlriHlen-
Ci,b, llisrninnil' el de las administraciones y conlatlul'Jas (le
partido, y lta~'cl' Cllanto ijlli,icsc para lo f¡lIe ¡'·lllalll<llm '(jio-
))}ICI' CiI UJ'I/IUdirl fuwlllli"i;¡{¡,([ciui/ cíel¡ !J fu CCUllr;¡iu'cu,¡
sillo que ulla mayOI'Í<I, Ú a~alal'ialb, ó cmpcllel'nid¡1 en :'llS
antiguos elTm'es polilicos, Ó docil ú las sugestiolles d(~ las
societlallt's sel'l'cla~ , sofüt.:aha loda dis cUSiOll tIc que hullie-
ra podillo resullar el cOllocimielllo mas 6 mcnos completo




110
de los males del pai", y tal vez nli)lI11a lll\\icacioll propia JU-
ra disminuil' su devornnle inteJlsidad. En YHIlO, los dipUlc\-
dos Y¡ln, Domellech, SlIllllces, Hodriguez Leal, Ca~lro, .\1-
Yat'o y otros interpelaron muchas veces al llesalalenladu
millistro sohre lo~ pl'ogl'l;sos y la illl¡lllni:!¡HI (!el coalm]¡a:l-
do, ~ohl'e al'lJill'al'icduLlcs odiosas en el I'epal'lo de b CO¡¡-
trilmcion llamada empréslito, soke el abanüono tic los [1,<1i-
les esclaustl'ados, sobre Cucllta~, jwcsupueslos, fall,~s ¡L'
pagas y al!\ ilios á los cuerpos del ejl'l'cito, ('IlCnl'g:H\OS di'
l'eprimir la insolencia lle los facciosos y otros mil oh.il'iil,
de igual importancia. A estos Cal'!;OS, cOllle"t{) ~r("l\lizah,¡J
con evasivas, con divagacioJlcs o con sarcaslIlos. CII:llldo
ninguno de cstos metlios bastaha ú sacade del atolladel'I),
haJ)laba, ó hacia que amigos o11ciosos hahlascn dcsp\ll'~ tlc
la sesioll á los (liputatlos intel'pclall!es, ú qllienes, (le hllella
Ó mala yolu111ad, empeüaha ú declarar en la sesion ~igujell­
te qHe e~t(\¡'Clll satisfechos de bs ('splie<!ciolws ¡1I'i\adc\~ 1j1lP
les habia dado (1). Cuando halbha l'csi~leJlcja, asc,' [,11m h,\-
tedas contra el diputado illLlcpendicnle que osaha le\'~\lllal'
la voz, y le obligaha Ú pedil' lIua ¡¡r('llci;\ yú allsen!al','C IC!I1-
pOl'almenle ('2). CtwnJo la inílcsibililhld del diputado no l~i'-­
dia ui al halngo, ni ú la amcnaza, el ministro deYol':lha ¡'('-
signado las injlll'ias de unos ú otros, sin flue nallie 1(' piJi('-
se cuenta de la ignominia de (llIe ellos cllllri<1n al po-
dCI' (;3). De todas c;;la:-; maniobra", asi como (le 1:1~ (IIW "l'


ir', A·,i ,;nrc,l:ó CO:l Jo" c.lipill~,l,)< Cl!:¡]'lI1C,< qw', en In """i,-,'] ¡J,-,] 11;
de'enero, le 1111bi;lli intl'rpe,l'l.do su Ll'l\ !lO 1!:¡JJ(~rsD :·;all<lccLlU pUl' b IlH-
gac1\1l'ía !-;('ncr;¡l del c"I(~l'('ilO 1!l)i';1I1Zi1C; C~C:--tlIl(HLh (11 ";~:[~{)IT(' dl: 1¡1s trn-
p:l." Jel Principado \ c;()]m~ el cOlll,';¡I'al"]u 'I!lO dl>;jnll;l 'u,; C'd'ri,-,¡'.
I/~ .\~i surr.di(') ;ll dipuLld l ) H:)'.L 1..l':II, dt\ rl'~tdLl.., de. l¡id'''i'"vl·"
l'e~[lollClido CO!l d"'!llle,ilu,' (¡ ([na dl'lll!llCj;¡ 1[11>: hilO de 11); !I"·"jrlÍ"III'_'
Jc h admini,str,lCioll.


(:1) Asi suc.cdi,) en h . ..:;c~ion \..le t.o l~e In~lrz:) ¡.~n qllC :irl_'lHli!11};ll :,i.




LlImO "OYE:"i O. 111
empleakm para eorlal' las di6eusiones cuando Ile¡;nbim Ú
haeel'se grans y animlH1as, era cómpliec la mayoría de las
('mlcs, en la cnal, pOI' la constancia del ::lpO}O qnc pl'esla-
1m al ministerio, se dislingnia Argiiclles, el cual csll'aviado
siempre po!' su anglomania y ¡¡gl'av iado ú la sazon por las
invectivas diarias dc la prensa pCI'iúdicil, osú hilecl' la apo-
logía de -'Iclldizahal en estos tenninos:-cEI golJiel'110 1'('-
)J('Olloce pOI' ejemplo, que CH el dia tiellc cien obligaciol1l'';
»)(!UC cllmplie y qnc solo pnellc sali:.:L\ClT yeinte. i.Olll'~ l'~
))llUes lo ¡¡lIe ha de haecr? Tn/llljll'llI' ..... sali\' del HW-
)llwnlo;» )" aflatlió:-« E~to lo digo como exordio y pal'a
))juslifical' lost!I'S!l{il/os y dispura/es filie conozco YO) Ú de-
»)cit'.)) 't. cumplió su palabra, pues en efecto, dijo muchos,
llasta olJligat' ¡¡l pt'esidcntc Ú lIamal'le al {¡nlell.


En la misma sesiol1, ¡¡Lnl¡¡do sin (Inda pOI' la juslifica-
cioll f¡He habia pretendido hace\' .\rgúellcs del ~istell1a de
tl'l/lIl))(fS del milli~lcI'io, MClldizahal, halJlalHlo de los ¡¡lra-
sos de lus mililares, dijo: <cXo 11ft Y CUt'rpo ni olici,lI, (ilie
)lPuetla ilccil' que se le dehen mas de cualro Illese~; y ~icn­
,¡<lo asi, el oficial 'lIlC IlO sc l'IIll'pglie al juego Ú 01:'05 place-
,·res, ¡JIO /rlltl;,!({ /lil ("III/U di' oll:as que !IeYlll' cO!lsigo'?»
Los silbidos dc las lribunas J'(:chazaroll desde l!l('go e~;te
insulLo, hecho ú la ehlse militar; y C1l seguilla pulilic:.1l'on los
ppl'iódicos mnlLitllll de reclamaciolles dc ollciales ú quienes
se dehilll1 sf:is, ocho y mas ll1esallas, y aun ¡¡lgunos de ellos


,11lJ Ú .\[\":11'0 que c~[llicaóc por (¡\1(\ h;¡bia Jicho (\lle se ElGrCha\la ,k,
cml1ro!\o en l'lllbrc,llo \' d,' ('I1~;lii() en clIgallO. Alvaro respu!luió qllP IIl)
lenia r¡ue lhI' cuenla de l;¡.~ r:¡ZOIH'S (:11 q\!(' apo\"aba SIiS ,-olos . .\kll¡]i-
zilbal insi~liú: AI\,;1I'0 se sosluvo; cllllinistl'o \'cncido oblt1\"o en dl'sfjui-
le que ,,~dc'soc'lJa,c un:\ pl'oposic'on el1 qllo ,"erios dipllLldos :,olicila-
ban que ":0 informase ú lJ, Cortes del cst8L10 CIl 'luc se hallólban los
ramos de ('llcrra J llacicmln.




112
acudieron personalmente ú pdi:' al mini~ll'O s:t\i~facL'it)ll del
ultl'3je qnc les hacia, acusúal;u!os de üestiual';\ vieios la"
pagas (IllC IHllli'a cobrabn. ;\0 faltó entre los agraviados al-
guno quc o~ó llevar las manos subre SlI Iwr~ona, como d
dia:2 lo halú, J1('eho el cdelJl'c sal'genlo (;arcLl, (pIe, !lO :;<]--
tisfecho con los empleos oscuros CUIl f¡Ue:'le k brindaL:i,
atacó a ~\Icndiza!)al, l'celmmmr:o mayo\' sahu'io pOI' su n,j¡e -
lion y aleganclo ljllC Ú clla debia este su nuevo cncumhra-
micnto. El sargento rué pOI' de 11I\)lltO ('nce¡,\,[\!]o ('11 ¡¡n;l
prisioll y de~pues lanzado (le :\ü1\lrid; y la mi~m:l ;;m':!,'
luyo lino Ú otro oficial (IUC qnÍ~o Ycngar en el homln'C' h :U'-
rogancia del ministro. Sordo ú tOllo::; los eh\lnorl'~, i!l~('li~i­
lile ú todas las inj\ll'ins,~lellLlizalml Jl1o~t:'alJa llcspi'cri:tl' la
opinion, pOI' mas que Ic const,,::;c habel'se !ll'onulIciaül) C01l-
tm el.


"'0 csti'floaban su cOllllueta los homhrcs que lo COlllJcÍa:l,
"'¡lIie!'s hallÍa r!cclal'flllo eOIl l'epeticioll f¡lie !lO snfrij-ia 11111'
se qUelwClSC de nuC'Yo este instrumento de la iuJ1ucllc¡a lll'i-
túnica ('\1 la Pcnínsula. Por su mellio e~pcl'ó mueho tiempo
aquel dip!o!l1útico <lrnmcnl' cn fin la I'<ll iíieaeioil de la ¡'l'Í¡¡<l
al tl'ala(lo (le comcreio, eomcuido enlt'e el y jlclllliza!):d.
Por oll'a parte, mientras este e~lUYicl'a Ú la calle;:,l dc la
Hacienda, no cOlTian ¡'il;SgO de inlclTUmpil'se las ¡aii'od HC-
ciones de gencro~ ill;;\csrs pOI' todos lo~ ¡mcrlos dd reino.
l\UlI<¡HC la ;nnl'ina c:;p¡xüola l'ontHba dos ll(\yío~, ll'(~s fl'nga-
las, do:,; cOdJe(~ls, Cll¡¡[l'O l:cl'gallt:Il!':; !- !illIClw.~ ('allOlle-
ras ~I) lodo lislO, ú ea¡nz (le cstnl'iJ ('OH (;ol'lbiwo gasto, se


(1\ Los lla\ín,~ lllil'oe y l~uc]'r'-·:(). L,~ fl'~l;::d:l~ C['i~tllU, 11('i'1:1 y F.:..-,
pC'I'íÚ1Z;¡. los Y~lpon'::-, ~]nil'p~i y lkill:: {;'.)hCrnildul'~l y lu~, 1)l',r~lu;1 iJw . ...:
GUDd~lkL~, j!J¡IZC\llJI"o, J,l,C:l y l'clll'¡U!cl,




LlilllO DEC 1-\10, 113


preferian lus vapures ill¡;le~e~, tripulados pOI' IIlarinos t.lc
la l\1i~llla Jl~\ciOll y !:olltl'atallos Ú precio:; fabulosos,
.\lllll¡Ue el lllinisll'O de la \Jn!'!'ra llcclara:ic no tener Ilecc-
"ida!l dl\"p,'¡h"OI'a cstl'<III!!(~l'a, :\l(,lldizahal la pedía iI lngla-
tena, cuyo Ful,¡erllo, JlOI' Sil pal'll', no ~p rlc~cllid:.¡\lU en
l'el'ol'lhu' lle líeilljln ell ¡iclupo al de E-;paüc¡ la cifra enor-
me de los suministro,., ltel,ll:Js pOI' d ú esta nacioll, f[lIC, al
principiar el aiio, asccllllian cn cl solo ramo t.le fusiles ú tI'C~­
('ientos Ct!an'llta mil, t1¡~ los cualc~, aunque cargados en
cnenta como HueVOS y úliles ú diez y :;;iC'le shellilws, esta-
¡I<1ll ill~;el'Yi\¡lcs las dos terccras partes: quince lIlil fusiles se
cal'WIl'oll adema" por el al'mamelltu de la lcgioll de Evalls,
cuya fuerza Ilunca pll~Ó de oeho mil homlJl'cs. Ni en el
precio ni en la calilla¡\ I\P esla;; y otras armas podia I'Cpal'ar
un hnmhrc e!ev:1I10, ¡¡rimel'o, ú la t1il'eecion t.le la lIarientla
1'~p,¡II¡)la pOI' el :'po)'o lWI'~ollal del ,'¡¡\iado bl'itúuico, y l'rins-
fal.t,lo, dl';;p\l;'~, pOI' In ~llhle\'flci¡)1l de la GI'allja, favorecida,
,i uo l'mpllj;\lla, pOI' ¡l!¡tH'¡ envi:\lln mismo. ,\si, cuando la
prensa indcpcnllicnte, cn ullioll COIl los dijHltal[05, Ó illllcpen-
dientes ó resentidos, hflcia al millis1!'o los cargos mas ine-
sislibles; cuando muchos gefes militarcs se retiraban t.lel
sel'vicio porque no se les daba tI'opas con quc combatíl' á
los enemigos de la reina, ni dinel'o p:H'a alimcntarlas y ves-
tidas; cuautlo no lwodueian el menOI' efecto las escitucio-
nrs oficiales del gefe de la Justicia (:31 de enel'O; en l'ayol'
de los magistl'fldos de casi todo~ lo,; trihunales ((flue llecc-
"silaban vivil' y gUI' 110 !ellial/ COII qUf por la falta alJsolu-
»la de pngit CI/ I/ulchos mcscs;» cunlldo, á coro y con el
acellto de la imlignacion, J'\'pctinn tOllas las clases que vi-
viaH del pl'ario las pl('gitrias inútiles de la magistl'alUl'fli
To~(() IV, 8




111
Cl1i1Jl([O la ballCilJ'l'ola l'ctlucia Ú pl'ccio,; !ll)lllillak~ ti ('1I1'~()
del papel del Eslado; ClWIl¡]O, dc~ll'lljda la iu\lu,il'in fnlll'i!,
aniquilado el cOJ)lel'cio, abl'limi)(b~ di' cxac{,iollc.'; la hJ)I':IIl~
za y la g,\lliHIl'I'Í<I, !lO hahia quicn !lo .. w illllign:l.';c dí: y('\' J(I~
IIc:,linos de la patria c,paÜI¡!:1 flb;!1IIIo¡¡:ldo.'i :'1 1:111 de;;(mk-
llada dil'ceeioll, rI flgClll(' ingll's \YiPicl'S ill~illllaJ¡a id !.'I'f(~
del gahinelc C~p,lilOl quc la pennaneIlcia de ~Ientlizah:d ('n
él, era la eondieioll SUte IJUII n(ln dc la cooperaciou ulteriol'
lIc la lnglatelTa al triuuCo de la Cilllsa de habcl.


Cnlatl'ava, en r¡nicll los ail()~; y largos infortunio:', sin tlt'-
hiJital' las inclinaciolles anúl'fJuit.'as, habian :llnol'!igu¡ulil la
Cll(~rgía COIl que cu 011'0 tielllpo las so~tmicra; LOjlez, Ú (¡1Ii!'ll,
pOI' deferencia ú los cl\lj¡~, se (¡('jall:l mostl'ar ('lllo~ adl)~ dI'!
millistI,o las pa~ionc:;; tld tribullo; llodl'i¡)ucz Vera, 'IUl" <.:k-
vallo sin ~ahcr CÓlllO Ú la tlil'cccioll ~l!periol' lid l'j<''\'ci!o, ('~­
laltrl :!,.hcl'lido dc que se le ech:1i'ia ú rodal' ¡]i'';¡]C el punto
rn quc ~c le alltojase 1('l1CI' yoluutad ]ll'nJ1i~l; Gil de ];¡ Cua-
dra (¡lle, cncHI'ga(!o l1(' la sinf'I"Il'II tll' la marilla, disfl'ul:ll,:¡
el pnt!rl' sin renunciar ni ú sus húhitos de molicie, Ili Ú su.;
tendencias de II'Hstorno; todos ve:all con P!::CCI' g:ll':mtidn pl)l'
la insinuaeioll lle "Tilli!'I'S ,;u ('.\isll'lIeia Jilinistcl'iul (lIlC,
dehida solo á la l'elJelion, c~,~mallllelllc ,,[ol'llmada (k \In
f'argcnlo, no conSCI'Vakill sino por la proleccion, csen('iul-
mente efímC'ra, de la", sociedalles s(,Cl'cl:,s. CU:llHlo, un poco
tlrslH1r~, ,rilli('l'~, trmiPIHlo que esla jii'ol('('('ion I¡;('¡('<;('
ca('l' ~ohl'c el \lna parte de la aniJ1l:1dHl'siOJl ¡¡ne pes~dia so·
bl'c su jll'olrgitlo, lingiú akll1110 ti a 1'1 ° , ks ott'OS milli~;ll'os
huhicron de temblar pOI' ~1I 7;nt'I'I(~ propia, que los ellll)s,
obligallos thl yez II I'ecal:\!' sus sitllpa(Í¡\S, IlO tl'alalmn pOI'
si solos de nscgUl'nl' Ó sosleuc¡'.




umw ]1EI::D\(I. 1E)
Erll imposihle IjlW lal desconcierto en la atlmínisll'acion


Sllp('I'ilH' \lO produjese uu cIllhar;¡zo pel'JlCtllo ell la marcha
general de l(l~ Ih'gorÍos, y !la Jll'(,scIlla~c ú cad,\ paso CO!l-
11'i1di¡:('i')Il(,~ y rllloltwlia~ .. \~i, m¡ellüas (pie el ohispo de
P,llellcia, ~(ll'Jll'Clldido y ftlTcslallo en su marcha:d cuarlel
de dOIl Cú¡-]()s, Na confinado ú !lJiz;¡ eon una pcn,in];, sc
cOllJisrahan las ICJl\pol'alidades dl'l obi,;po de Bal'hlQl'o , se
YCIl(li:ll1 sus 1I1lwh!es cn ~llllloIlcda pública y se le estnüwIJa
lid reillo, por habcl'sc negado ú instalar ulla junla diocesa-
na, l'llCal'g:\(la de lbl' lIlla apariencia de Icgali,Lttl Ú lns C:,-
p()li:\ci(Jllt~s ejl'l'l:ilbs contl'a rI dero; y una desobediellcia,
:'1 qlle las l('j'cs cdcsiú,tic~h y las obligaciones del ministe-
rio pasto!'al pOllian llal' alguna ap~\l'iencia tic fanlbda ú (\('
ll')!ítima, Cl'a rasliga,la con una pena mncllO mnyol' flnl' \;¡
{1'III:1I;\:\, h:\I'[:1 !lH'!10S cscltsable, del ]l1'cl:Hl() pakniillo,
'i,f¡('IIII':ls qlll' liin:::11l I'¡gll!' ~,(' {'~Iinl:iln slI!i(';I'lIle P:II';I
con ('cll',;i:'lslic¡¡s :l('II~:1dil'; (k h:lill'I' fOl'mado 11:11'Il~ de 1:1
jUllla c:lI'lisl:\ Cl'P:1ib ('11 C¡')I'(lo];a d!1l':lIl!e la ill\':l"iilll ¡]l~ LIl-
lIll'Z: mipIlll'as qUi' cnnt!"Il:\(!ns ú l:t lh'I")I'lacioll pOl' el CIlIl-
s\'jn dr i':l1r!'l'a l'!lc<\l'!:,aLlo (k juzg:\I'los. las p:\SiOlll','; l'c\'()lll-
l'inllal'ins se I'x:l]lah:lll <1~w':1!ld() 1:\ lenidar! del Irj}iIIllill, r
pidil'lIdo (,dlll!'a ellos LI pena de Il1l1el'le, se dj~pu:~o, (¡ pcli-
,'ion (k los jaeces (k !)l'ime,'a inslaneia lle "\T:ltll'i¡j, ll':d:)I'
(01\ ulla C'ollsitL'l'acio\l e,;pcl'i:\¡ Ú los !llilie;~\lj()~, I'Co'l di'
dl'lilo:: ('():Illlll(,~; ~C' k,' csiltliú de la l'etl'ilJilci'lIl l~t~ 1':11'('('-
1.1~l', Y ce \ioi:', pOI' Lt:,~ pr(,I'n(~:I\i\a" fine ~I' ks oiOJ'ga-
ron, el p:'ecollizailo p:'illcipin de 1<1 i;!lInltiatl de!:m!l' ¡J(. la
ley. ~,Iielltl'as que, pOI' l'a:~ti¡.r:ll' Ú lo~ que, J'e~idiclldo f\]('I'<1
del l'l'ino, no hahian pl'estado jlll'nmelllo Ú la Conslilu-
('lon rcsl<lLlecida por el motin de b Gl'l\lljU, les negaLan las




l1G A7ULES l\E IS.\DEL TI.
lt'gaciones rspaünla~ pasa 1'111'1 ('.~ paLI yolYC'l' ¡'¡ Sil pai~, sr
1I"gali:lII i"II:I1I1)('I\II' ('11 E:;P:II-I:t :', h, qlle 11):' solicil:I!t:1\1 pa-
1';\ el t':;tn\lIgl'l'O. iIl1P/\ilit'lll!:I ('on:n ":t.:li;.;:n :'\ 11111\-; in '111(' Ú
tlll'O~ Si' I't'hlls:dla ('llIllil ;':I':I('i:1 .' l:;¡cit'lIt111 , .Id I'c!llhll ~i­
llllllt:hco de jI:\saporte~ )Iara (,lIt!'a\' y ~;:tli!' tIt'l n'ill'), 1111
dolll(~ iu~tl'lllllellto de opi'e~iOll, ~liCllil':\:; qlll~ ~\I(,lldiz:\h:d
dirigia estrechas ('scit:ll'ioJ]es ~\ los gefes lle la ihaci"lld~1 ('11
a:-; PI'oYiucia,; para reprillli!' el cnlltnl i ;)lI(lo, se haci" e"lc
pCl'illllicamclltn !lo\' !'(,(II:\:-: de ochellta y ('ien mlllo~,
qlle cada mes sallall d(~ Ht':\~:lllza, ('al'g;t(l,,~ de gólI('l't\s
illgle~e~, y (1U!~, pOI' Jlediua del Campo) _\l'l'\'alo, llega-
ban ~ill estoi'iJO Ú ~\L\lll'id , eu LHllo que O(l':h l'CCH:t·;, :1',1:-
gUl'Culas I)(H' lo,.; l'c~gual'(¡os lili:illlil:i, ~e dil';¡;i:m :\II'l'ino de
Leull, y <¡Ile para Ca~tilb hallia tllI 1lIl'rc:lllo púlJli,'u de (li-
chos gellt'!'os en Vilb],HI. \Iielllras (pie los ral'l'io~lIs j'('t:UI'-
l'iau ill1jlUlH'IllCllk ca~i tlhLt~ las Pl'(),illl'i:h "ill que ell 1l111-
eha., O~:l';CIl bs lropa,; S~llii' ('¡¡ ~;Il s(';!lli!nil'il1o y O'llfl'icJltln
tal vrz las 'llte Ú ello Sl~ a\'l'llllll'ab:lrl l'eyes(',; Ile mas Ú me-
nos monta, el cO/llalld:\Ili,~ (k Hurgo,; hacia l'ed:\cLll' 1líln
larga instruceioll ,8 dI.', fe]¡rl'l'o, p:\l'a qUI' h milit:ia cnl;i'ic-
se estos r'l aquellos pUlltOS CH e:1SO tle iuv:\sioll, y el ('Olil;Ul'-
(Jan le ,le Toledo lllambba ellO: q\le p:\\':I i¡:;lnl caso s,' fo\'-
lineasen y PI'O\cy(,~l'n de ,íYcl'e~; los pl!l'bl,h , dUlllh' Jl:l,lil~
tt'nia que come!', ni :\l'ma~, lli \ ululll:ul ~Idll'i' tildo P:\I;I
}\I'(\\ol'ar, ('Oll ulIa l'esisll'llCi¡\ (,';[("I'il, la 1'I'1I0\:il'itJJl di' lo:,>
1'l'\'iéll!C'f' tlesas(l'l'~ de ~\lc!iIJi¡l<ls, Coz:u' y BolilIW';.


Sin presentrll' conlra~(('3 \;\11 Ilwl'c;¡du.;, "CYl'i:t1':lll C;\.]:\
dia otros Sll(,C~(),.: L)~ Jll'¡)i:'r(~:;ns d,' 1;\ di~()ltf('it)ll :coci,1! , y
Ilcnalmn la lllcliida de la ('\¡l~pl'l':ll'inll púhlica. EII lI'() d"
su ,lu\orillall cnnúnic:1, lIombró el 1'¡IIJildo (1(, (hiedo fltl1",!'-




LTDRO DH:mO. iJí
IW(!OI' de la (liócc~is :\ un (lean, El ministro Lamlero mandó
(¡lIr ~c cOIl!¡ri\'~l~ :\fjlll'l Cllc;ll'gn ,11 ccksiú~tico (IUC sc habia
dhignado p~\l'a obispo, y que !lO podia , como llinguno (le
I()~ l'¡,(':-;elllado,; jiOI' ,,1 WIJ¡¡¡~I'¡¡O, oLIl'ncl' las bulas de no-
llla, 1'~1 (',¡J¡jido ~(: ratificó el! "u p¡'lmel JJ(iIl11Jl'<1ll1icnto, y al
puntll 1'] ¡.',I'!',: jlo!itie!) ~e Il'a,hH[¡', en Ill'l'~,Hla Ú la ,j;da eapi--
lulal', l' hizo Pl'l'lI(!cl' y cOlllllll'il' Ú Cijoll ~l cinco canólligos
qlle, Jll'iY;\I\n~ (k ~W; teln¡)ill'aj;(hld(1~, flleron (,ll segnitla de-
portados ú C:lIwl'ia,c, Li' jlluta t1i()(,(,~~llIa d(' Sevilla pilliú (lile
~c "llspelllli('s(~ la o(,llp,v'ilill, qlle Si' estaba haciell(!o, de las
linc:\s y ef('('los de ]I)~ COllyento:; alln ('\ .. islcnles de monjas,
dl'lllo~ll'all:l() 'lile ,;1I~ I'l'lil~h no lJa~tnklll ú m:íntcllerlas. El
intendente illSi~liú CII que~(~ llevase úc,IlJO lamedida, yelgo_
lJcl'lladol'llc L, di0l'esi~ lmoque mandar Ú lus rdi!)iosa~, «((¡IW,
;'\'e~i¡:núndllsc Ú la" di~posicioll(,S tlc la Providencia, uo opu-
),,,iceell u:,stúclIlo ú la 1''''j)i1fil{i'¡iil! de SIl:; biL'lIc~,)) ElIcargtl_
l'¡¡'d' !'Oi' lIIia ¡'¡nll'JI dl'l ¡I!IO <Interior Ú Jos ;::I'fe,; políticos 110
IH'['1l1itil' qllt: lI~a~I'1l lus dl'l'i;.(;~ r!,'m/i'{'íUS lh~ LIS licencias
(lItl' k" di¡'''l'1l ~\I" ['I'('J:¡d,) .. ; p,lra cilllf,'sal' y 1ll'l'dic,Il', yes-
ta au!ol'iWi'inll se h:l!Ji:l ('q('ndido 1'l'C'ieJ1tl'm('nt(~ Ú !o~ jlle-
ccs de Pl'i:!1l'I',¡ ill,;I'l1l1'i:1. :'íi I'sin:;, ni Ju:o.: gl'fl'~ jlolHico,: se
habi,1l1 all\;yidl) h:\Sta PlllollCl'S Ú INíl' dL' lan peliY;l'osa faeul-
t¡Hl; pCl'lJ, l'l'i).'illo ('11 "il'lllil ell'SpÍl'itll (le perseellcioll, y I'e-
jllltilll']OSt' ¡¡el')) de Pilll'ioli"l\1o hl~ ll'opelías cOlltra los d(;-
l'i,:':(l~, el illll'IJi!L'lll" lk Ba¡!<linz Lll'~;ii{ljl) de ~1I,~ !iCCllcia, ú
\~ll'io~ cclL'~iú~til'oS \ \.'lltl'l~ ellos :11 I)(~llilt'nl'ial'io de h\ c~lle­
dl';;I, dil'('clol' al lIli~liln ti¡'lllpn dé' Ll snri('lbd CCiJll{lInic:1.
El; \:l1lI)";(' <[ni'jl') I'~II', dl'lilll¡ciall:lo "flnd l'~el'~')-(' d(' los


;';I1";(h (', lii!li"t'l'i::¡- lilll'I',d,',,; qllf', ¡¡¡¡jo \;1 pil'l de oYl'ja, SOlJ
};\~dl\¡~ )";ql;H'('; ~ \, IIn dl\ ... ~ld~l ~¡nu J¡(\~ '~'i'ltl'i{ln;l~ ~ tt'(\.:;tOI I -




118 AXALES DE ¡S_lila n.
(OlaS ¡HU'a me(]ml'.)) EII ya nI) se qurjal'on fll mi~mo tiempo
las <I11{ori(hull's de Jerez de la iJlljlosil'ioll di' un ('IlOl'llle Ik-
reeho de ak,lhab Cí)Jl qtll', ~in rOllsul(al' Ú la~ Clll'tl'~, l'\'lllJi--
d<l~ ú la sazon. !!:1'<lYÓ ~felldizaJ¡;tlln.' \ ¡jI11.' d!' Cll{ud Il'I'l'ilo-
rio, e:~(,llt0S (le (\1 dili':lIl((; mcdio si;.d,). _\ G rallada ~(: ('mi:l-
I'OH J>!'r.'iidi<li'io~ para acelera!' la dCIl!olicioll d(' lo,; CI)I!\I'lIlo:"
'llIC, sill l'c';pl'lal' los !IltltlUmciltos prc(;illsn, di' las ;[1'[('" ~;(:
PI'u'I':5tlia 1'011 el lllismo ardor quc, en 10110:; llls p:¡¡"cs ci,jli--
zado,:, :,oe empI(',I!;:) pnl'tl jll'í';cn:n' de L\ d(;~tl'lIccillll h; ¡'I',,-
tos Jlllllihulos (k llil:l cslútna ;;:1'11':::1, Ú bh milla,; de UIl :\ldi--
l<'all'o I'OllKIIlO. i ClIal sCl'i", eU(;'l'1 :lIILJ, ('I¡'Olll'('ptll de 1['11' F:I)-
1:1\1:\11 LIs Cortes l\u,',llllo el ¡;1illi,lro üe Cl',ll'i;¡ :- J!I-l;t:lcl tc-
uia que l'CCnIHPHt!;U' Ú ln~ re~rl~tc\s de btl..¡ ~llld;ell('i:'L, 'l d(;
Ill,ll'ZO: el clIid,,(!,l-q!l' IJm' L\ prellsa 1H'l'il'ld¡(,il I\() I'l'h"ja-
)\;";l\ la con3ideruc1nll dphida ú la I'Ppl·f.~:...:eíd:\l'idn 1l~\C.l011;d·! ')
¿Cu:d la npil'iOll qllr ~lcll:liznl,¡d t(';,i:l dI' la jll~li(:¡a di' 1,1
i{ll('j~;" q\t{~ !H'Oynt';lball ~n'~ a,:!¡pL\,:_~\' . ..;,. l'{l(lll:!tJ, !l~lí\\ tI ¡firl":
dl'''PI!(''; l'Í 1:3 , lll:\wlaL:1 ljia'flwl' i:h ]):1,':):'; d()('lt'Ilt'Ii\(\~ d,!
('rédilo (pI!: !lO s(' 1l:I\¡iilll 1lI'!!Jl('i:\(lo Hl!n illlH'llli' d(' lo:; ['1'--
('I)i!id()~ po!' b caja lk i\llWI'liz,)cioll, y, (,:lllill'll,lildll ('1 :':111-
SI) IIIW dl'cia halll~I'~1' hec\)') Ik d\il.' ,'11 (}II':)~ li(,:lI[I:)', d,'--
IIIlIH,i¡¡]¡a Ú 1:1 aililtl,\ll\'('l'~i()ll dd !Hl!il\¡1) 1';1"'1'1)';11 :lIbIIÍ-
lli~\r"l:inll mi:-:IIl:1. Ijue LaVa ¡]¡\,lu ú aquel a\¡u~ü IIW:i l'11,:1Il-
chl's <¡lIe lIill'-!:tlll:l ¡[(\ !:I:'; qlll' le: li!'C('('di(,l'¡lll~
¡\~l'Il, ¡lUll!l'tC (':\ lud",; ! l:; 1':\:'1,):; di' L\ ,dllli!!i~tl'¡l('i,)ll


pública !;a\;i¡\ de.·;{mll'Il:'" qill~ !'.lií[('l!L\i', tll nilli:llll\() (,l'a !I},h
gl'ilcl',ll d !ll':',coul'il'l'll) (¡I!:! í'>l i:l md¡\'j,l. \l¡ellll'<l~ que Ull
deCl'etn lanyl y pnln¡){\~~q (~l'd{lp:.\h;, ;!~~:~~\l' una l'('vi·.:,ta p'Pile!'~d
ñl <',il"rcito, l'e:-·nl~q·i!:u· :.:n..:. d;!\\\';\í11¡,\:~ ~(ll'Yi¡'in:~ y l'(I~t{lbl{\('(:l'
eii :,,:,H .:L\q~J 1.'\ ú¡'¡lilll ~\. Ll d·I:~(.':rL¡l,~, .\;.\'\-' ... ~'(!~li'i11Ui)\Il\ Vil Yi-




LlTInO JlECmO. 119
IUi'la con ~n maullo, que el gl)J¡icl'I1o le habia relirado r('pl~­
tid~\s H,(,l'~,} eu que para ~(¡~t\'l)(,l'se pl'octll'uha ~allal' la
:IUll:,taJ di' lile; s¡¡jd,lli1,', l'i'lll',:mdo l'i oidll Ú hs q!l(''¡:lS de
la., aH!(ll'j(\¡¡dl'~; q'!(( L di'liUi!\'iJ!),,:] :'Ii,; í'Sl:t~';O~ di'\l'ilJ~. ,\
lo.-) Inj.';;¡ltí)~ ~!' cntl\IFah:.lll clt,i nl{lqHiii~t1tneute fl'aeeion(~s
JI1~1'; :'¡ 11I(']Jlh ¡Jllllli'I'U~¡\~ de 1,,,, ('\lC'i'pO~ qllt' l'O!llpOlliall las
;':'~l~II'Jlicir)!l(l~ de ;-;lUl ~,.:<j)¡)~tia!l ~ :~~\llt~uHl(ll' y J~ilIi~lo, cuyo
t'"lad:) de dl'~lll!(I('z ()J¡!i;!:dm (¡ los "des Ú CClTal' Ius ojl¡S
solll'e ~n'; dellltl~.Lt:;. P~UnpL}I~a H1Í:-;ll1;l¡ ú pesal' dl' la s{~y(~­
l'¡,lad de ~':1l'sliL'I:l, yj;') all,-'l':\"Ll ~!¡ ~O:,¡'~:W pill' HU choque
¡:¡"J\l.' ::'0 de fl')¡¡'l'l'() (,litl\: p::iS,\ll"S y su[lhlllljS dc vario:;
('ll"J'jll)S de h !:'u:ll'lIi('ioll, del cllal I'l'SUllnl'oll sobl'l' "eillle
1ll1ll':'lus y 11l'1'¡(¡o~. TI'I~'; lbs de~¡;m':.:, 011'0:; :,;oldadlls del
l'l'Cil'lí lll'l!i\\[n rc;rillli"lilo tle CI)i'(loln, reHOyarOn el tU!\l1ll-
lo y, 1';;!2l'illlil'lldo po\' hs cal\e~ SIlS a\'ma;, mm e0111!'a sus
ofit'¡~dt':-;, il·-.;e"ill:l1',ll! ;'t un cnl!li:~~ll'i() de polie!tl ('\ hil>i¡~)lon Ó
Jll:ll::r',¡ll :d,:~I!li¡)~ mili('l:lilCl'; ~' ~1'l!i1(LI:': (k línea. El! ¡{C11:':,
tilla ('¡)J:¡:;1II,1 i'chu,t'! :<di!, (':';I!;':; lo.~ ¡'ancio·,o, 10 de f('J)I'(~-
1'0' :.:i PI',"Yi:Ull(,1!tl' 11') ~(~ :e d:\Íu la ,;a\i,Ltl'('j¡)1l <ti' fllsila\'
Ú 11111) de e!h, ¡¡¡In CS!iI!l:1 PI'l';'1, y no Sl~ obluvo fllle mal'-
ckbe lw,:\a II\!(' :':i' C¡:¡'ll!ll") ,,1 ~::]I'l'iii('i,l. Dns dias d(,'p\l(,~,
\l'lll'idn" ('1\ ulIa fl'\'l'l'Ll COll :::¡Ida¡los l\e Sabo::a, UilO~ dd
[)," li12I'I'O, !lIlC c.'lalJ:lll en Y:llb, \:\i\WI'Ull el partido dI' pa-
~:II'~(, Ú itl~ ClH'lllipI\:'. ]lOI'l); di:l~ :\:;:e~ (e1:2U (ll; en('I'(l1 111)
d"';:lI'olil di' ¡¡:II':'i' O!:'() I:lillo (':1 .l'¡I'lI in., ,,()I,Lt:;II~ llL: jlllrc.i<l,
f[!le hll!cw \'I,:.i:lo Ú I:!~ 11',lIl('; COll lns mil¡ci,JlIC~ llI()\,j!iZ<l~
dl)·~, ~inn li('I;'¡PH\ P~)l\t (1al' ~(\li:-;f:H'!~'i J~! Ú c:.:.to~;" ~e eoniinú (1
11~~,()ld:i:lh (':1 (,1 ','I'i!]il lil;"I:' dI' \'¡¡Idl'pelus. p()('n.~ tli¡l~
dl.,~.pll(·:~, In:, dl\ p~jJ1~n, (lh\~;;;ltd() L: rtdl~J di~ p~l~a:-:, se IlC;:cl-
j'l\H !\il ~~.:\1t ~LiL\n Ú J't'lc\lu' L~ :.~·u~\I'!I¡(·i~)¡i de Jlnl'l'lla l y ell




120 A:'íALES DE ISAJ;EL !l.
seguida ú salir eontl'a los carli~tas qne amcnazab[\ll á 1 :asll~­
lIon, y aun ú pasar á Belcra para cubril' ú Yakncü, compro-
metida (le resultas llel (lesastre de Bulw!. Cuando ~(\ (,l'nú


. -


haherlos contentado, pagúndoles ~ns atrn~os, aumenlaron sus
pretensiones y declararon que no ma reharian hasta (lile ~c
les proveyese de camisas .. \lgllJlOS 01iciales, ohidados de
filie las exigellcias crccen cn l'aZOll dil'l'ela de las COllCC"J()-
nes, quisieron, lanlc ya, l'eslalJ!eel'l' en sns lilas la di:-;ciplillll
con 'lile no se hahia (les de la ereaeion (1(\1 cucrpo falllilia-
rizado ú los ([ue le formaban, y al pUllto fueron ~acl'i(i('ad()~
por sus SOlllallos misl\los. Algunos dias d(',;pues (-1 (le lllCtl'-
Zo': Buil, en (luien, por la anulacion sucesiva de los gefes
de mas presti¡rio, yolvió á recaer el mando, tmil que su-
plieal'ics hlllnilllelllcnte fplü COOpcl'<1scn Ú intrOllucir un so-
corro cn Yillnfanü's, (Ine iha Ú l'eIHlil'se, y JlI) ~c olJlU\'o r¡lli~
marchasen sín t1ar\('s diez días de paga, para cuyo apronto
fué mellestel' iI1lJlo[lI'l' IlllU Ilueya eOllll'ilJllcion Ú los hahitan-
tes .. \ la misllIa vcjatoria rncIlidn filó Ilecesario acudit, ocho
dias <les¡lIles cn Yitoria para que HIl batal\oll de .\IIl1i1tl~a
se somctie:,e ~l la ól'ltcn ([ue se le hahia dado de tl'a~l:\ll;lI~e
~l otro canlon. En Tcmel, en :\lcaüiz, cn Salltnllllcr, po!'
donde (luiera, sucedía coclall":Ullcnle In mi;;mo. Protcs\atbs,
se3un liSO, unas lihranzas quP, para pl'()vel'l' Ú ~IIS IIWS 1Il'-
genles JlN'esillades, SP ('lIviaroll :'l un hatalloll IJ¡~ lIlilil'i<llln~
movilizado:; tic. :\LlIlrid, acantoll<lllo ('1\ _'folilla, se ~!ll)If'\i;
cst(~, prclllliú al alcalde cOllslitucional, se :lIojó milit:u/lH'n--
te, l' hizo pe~al' ,;ohr!' d Heilltl:tl'in l'1ll!lnhl'('cil[o la C~I'!!;\ di'
~I\ Infllllltt'IICioll.
FOl'W~O era Ifllr, ('11 lal silllaeioll. se (1('SClll~:\lll'nas('1l1n-­


dos eOnlt';l el de~Yl'i1tul'a<lo lllilli,;tL'ü lid n\!110 :,- le ¡¡ltl'lllllll-




LlUIlO DECmO. 121
sen de desaires y <le insultos. El general Lorenzo quc, sc-
P<lI'[I(\O del gohi('\'IIo de Santiago de Cuha, habia llegado tI
Cú(liz, filé recibido alli con brillantes sel'enalas que, con
0(1'0:'; Illas signiíieativos oiJ,er¡uios, fueron l'epeti,bs cuando
eutró en ,\licallte, de paso para el ('a~[illo de las Peiías dc
Sa¡¡ Pet/I'o, ú dOlHle debia sel' juzgado, Con el geIlcral Na\'-
va('?', arrestado en Cnenca, no solo se hicierou alli igualcs
dcmo,;II',wiUlH'S, sino que, obligado el comandante general,
Lnpcz. ú salil' de su capital eonll'a Fo/'rade 11, le r1cWcl man-
do de la provincia, ú pesal' (le la des::lpl'ob::lcion formal (le!
gohiel'llo ¿Qué mas'? El mismo ~al'Yaez, confinado de unleH
~lIpl'l'iol' y en ,bprl'ns de ser jllzgndo pOI' un C01lS('jo de
glH'I'l'<I, emió 111Ia circular ú los periu(liros en ([1\e, aludien-
do á la TllalH'I'[I C01l que en una scsion de Corles se hahia
es plica do solH'e su cOllllucla el mini~tl'o Hodl'i~uez Vel'a,
dijo; ,dlilltiú S, E. bllja y co{¡arde!/lellte y contlújosc
»;¡delll<lS COJl]O l'I'fl'I//O, queriendo (k~llOnl'al' Ú un ausente y
<1 un pl'C~O, ]lItes :;alJl'ia el SCÜOl' Hot!l'igucz Y cra, ú sabcl'
»);111)0 ]ll'opio de uu caballero, qlle el honor del preso ([ehe
»I'cslwtar~(~ ..... .1/in tirí en cl Congrrso nacional y faltó :\
»SUS dehel'es corno miuisll'o y como caballero.)) ~arvacz
conelnia annnei,u\!lo su i\l(('\lcion de exigil', ILll'gO que estu-
viese en lihertall, otl'a satisfaccion del ministro; y este, sin
atl'e\'('I'~e (\ opollel' Ú tales provocaeiolles una demostl'nejoll
olici:d, ~(' lilllill') pUl' toda l'(~~pll('"ta ú illllledil' COH pl'ce<lU-
ciOIl(':' iH'l'snwdcs que NaI'Y<lez, ah~llL'lto, p!l(lie~e I'ealiz;~l'
~1I an)('\I:lza.


En /in, y por cvitar y l'rasumil' ti un tiempo (Irlalles que
pOI\¡'iall p:lrecel' pl'lIlijl)~, ]usLt, decil' qlle 110 existía "i:slllll1-"
hee (le di~ciplin(\ 1:'11 Hin)!I!') cllerpo, ni ,\1: cOlll'icl'to en llill--




122 AXALES DE ISABEL U.
gun ramo del sCl'vicio púhlico. Las lH'.CcsiltlHtes, C1'O-
cielHlo á Pl'opo;'cioll (¡lIe el dCSÚl'lÍCIl, llnilJuibltan II)s I'e-
CUl'SOS; las eonlriiJ1L'iollcs, lllcll;:n];ll[o Ú Pl'0I)l)ITion que
los lllediil~ de pa.~ada~, ~e ltulldiuiI ei! ('[ ahismo dt: la:;
rCí[lli~)icioIlI'S; los C,;C,hO, l'cm¡¡mienlo,; de las rcnlas qlle
aun sobl'cYi\ j,m ú la di~olllr:il)ll, sufriclldo h:\j,¡:.; C!IOI'-
llle~, por fldmi¡il'3C cn pflgO de cOlIll'ill\l,~i()ncs l()~ IJilkte:-:
y liJH'1\llzas qne el Tesoro Clllitia Sill trabas ni rOl'lapi,;as de
JlingllllCl c"llC'cie; la llci'ociacioll ue c~t()S misllIos bill('[l'~ Ú
libranzas hechas el objeto de \In l\¡.;il)t~lge qnc aU!llelltlba
los gravúmcncs del Tcsoro al mismo tiempo que su (\escrrdi-
lo; el goj¡jcmo, humillado pOI' diatl'illas ú con "al'ca~;illOS,
privado de fuen:a, :v ostl'lltall(lo, sill emhargo, Hila C(lllÍi,lllZ,\
e~lólida CH Sil po\lel' ~iemp!'e eOlltl',\l'ia\lo y ('Il ~\lS lle~Del'e­
dita(las teol'i:1~ po!í\ica~; bs Il\;\sas pO))\ila;,,, .. , ell;~I'lli'~alld()
las f;¡CÓ111I'S, 1') l¡'¡lhnj:l!lllo po!' L11~¡lita¡' "u 11':,lllfo; inl('!'('('P-
t<\(la~ !eh C¡;¡nl1:li('a(~io:!:'s de h mayo!' pal'le dl'l 1':'iIlO pOI'
las band"" !f!l(' ll' 1'(,(,OI'l'i,lI1, )' ('ll('¡¡,'I,('idos por dIo ('JI TIlU--
cho" puntos los ohjetos r]p consumo; la llli~('I'¡a l'llIpnjando
al cl'imell, y h cfhiecl'tcza de la ill1jl\lilid:1d inspil'alldo úlo."
IadJ'oae~ la awbc'ia HeeL~,;ari;\ para av('n[III'a:'sc Cl! la ('"pi-
tal, y (~ll medio del llia, ~\ rohos ([l](', a\lH Cllllll'tidos ('11 la
oscuridad y en el sikllCio (le b lloche, h,\\il'iall sido PIl
cllal'[uiel' otea ójlOCl\ \lU ohj:.'to ¡le (,~(,Úlllhl(); tl'llliclldo llld!l~
la I'í'solwlio!l de la (,I'i,;i,; por los dl';·a~.lrc,' ¡¡'ll! dcLi,\!l aCOIlI-
patuda, y dl',r~lildola lilncho:, C'WLl l'i único ml~di() de ~ill\'­
pEli:::![' la :;itllac:o:l: t:d ('j';t el cludl'll ([lte ('1\ lo interior
pn~.~cntll~}a !,~~,paúa al cn1IH~í'~u' el ~ll~ln di.~ J [·r37.


\i ct'<1 Il1 p i')l' Lt !'il\l:I~'i!Jn e~t\'I'i()I'. C'\\;\II';\\'<1 <¡ne, (,ll
los último:; di,\s (h; il':O,;lo, h~\\,i;l n'pl,<)b~HI() qill', CH I()~




UflRO DECilIO. '123
primeros (lcl mismo mes, solicitase Isll11'iz un auxilio pronto
fuerte y cficill. tic la,; al'llla:; frallccsas pan\ acabal' con los
eU'listas y pOllCl' on l'azon Ú los l'crolnoioll,u'ios, voia ya,
al priucipial' d lllll~r() nllo, 1" Íll1j)JsiJ¡i!i¡!ad d(1 tel'minal' Ja
gUCl'l'a civil sin la coopcl':wioll y aYlldadli sm aliado:" (lllC,
('UH HH1~ eU(lrt;in aun qllL~ tU 28 de ugo~to, eIH_':'H'~aha al
JIlinistro (k la reina ell Pai'i~ solicila!' del gabinele de lél'-;
Tui"'!'ia~, hiL'll (lllC lilllilúlIllo!aal eSll'l'lllillio de los eadi"la~,
La opilliull ya cOllocida lle (~,;lc ~;llJil!ClC pennilia ú la Yel'-
d;Hl c"pc¡'al'llluy poco dl~ d, PCl'od dl~ :\falll'id cOllta!:(\ COIl
los c~rllei'zo~ d(: ~li', Tllicl's ljUl" no rCllillwianllo al de:,iguio
¡¡\le ;uallir¡,~t6 ~iellllo l;iilli~ll'O de COlltillll<l1' Ú la royolucioll
de h\ t;ranja I()~ soeOlTo" solicitado:, po:' Istlu'iz, m,\Ilio-
])I'a\¡;\ en el sentidq lit> la coopel'ilcioil, ¡\\ ahl'i¡'se, (~Il ]ill
dd alll) ~\llkl'iOi', la" cúmaril:'; fl'::U\CCS:1S, Thicl's hizo al pt'l-
J¡¡¡"o I'cyclileiOllt'''; implll'l:\IlI('''; plll' mcdio de U!l p('l'iúdico
lJI!C >(, sllp:mi:\ bajo ~!l iJl!11ll'!lcin, ]H'(I('1II'lllldo:t1 llli~lllO
I¡rmjlo lllilltll'lH'j':\ ";11 dl'\'[)cioll los mir'mll!'o,; de Sil illlti-
gllillllayOl'Ía miHisll'l'ial y a"I'f';:Clndo f'1I lin ú su partido LIS
do, o!lll,icillllCS 1l11¡'alillí'I,;,1 y kgili¡,lista ¡J,' que an[es llilhia
~ilh el lllilS fOl'lllillal)k adH'l's¡¡¡'jo,


.\bil'l'las ias c;'U!lill"<\'; en :2."l de dicil'mhl'c, illH'('Slll'úse
('1 millisll'O ~ll)k Ú h:w('¡' ~nhl'e la en('~!ion ('~paJi()]¡¡ Sll ¡¡!'O-
f,',;i'.I!! ¡ie fe'., :- la !'OI'llll¡]¡') ('11 el di:"clIl'sO di, Jil Corulla ('Jj los
IC'i'IllillO."; si¡.!ail~lIl(',;: "La l'(,Il¡Il~lIh l'slú tUl'kula aUII pOI'
,; t'ai,des desgracias, ()('ul'l'('llcias gl'l\YCs han desquiciado In,~
i inslitnciollcs en ~Ja:il'irl ~ Li"IJOa y la [.[lll'lTa ('¡"il \lO ha
,ce~:d() de n~o];¡1" ;1 j':~pail'l. lntilll:uw'nle llIli,lo siempre
"con el rey lLe Lt Gl'iHI BI'('\,Ü!~I cUlilillULI llaeil'lIllo e.iecutal'
) t'111':1\:1ll1) dI' la C\l:dl'lq,l\: .\li'\l\za ('oa Hila lidl'lid:Hll'di-




124 ANAJ.f;S DE ISAUm. 1I.
»giosa y confol'me al espÍl'itu que lo dictó. Hago los votos
»mas sinceros por la consolidacion del 11'ono de la reina y
))espero que la monarquía constitucional triunfa('¡l de los
»)pcligros«uc laamenazan. Pero me aplaudo de haber pre-
))servado á la Francia de sacrificius, cuya cstension no
»seria posible medir, y de las cunsecueUr:las illcalcnlables
)de tuda intervenct'on armada en lus neyocios interiores
»de la Península. La Francia (Juarda la sangre de sus
))hijos para su propia causa, y si se vé reducida tÍ la do-
,)lorosa necesidad de {{amarlos á que la derramen en su
defensa, los franceses no marcharán al combate sino ba-
lljO su gloriosa enseña.) La discusion sobl'c la respuesta ú
este pál'rafo de la alocucion de la Corona fue el eampo de
batalla que eligió MI'. Thiel's para empezar su oposicioll
al gobierno de que poco antes era el gefe.


Abrió esta discnsion el pl'esidente del gabinete con un
discurso notable, suhre todo, pOI' la franqueza de las espli-
cac:ones. Despues de recol'l'C!' con rapidez y exactitud los
trámites !wimeros de hll'ebelion esplíJiola y de fijl1l', COIl el
texto del tratado de la Cuádruple Alianza y de sus articu-
los adicionales, la natUl'aleza de los empellos contraidos pOI'
la Francia pam sostener la causa de la ('eina, rerutó los ar-
gumentos con ,{ue se pretendia interesal' á la nacion y al
gobierno frances en la plantificacion de las instituciones li-
berales en España, demostrando ser aun lllas dificil esta ClIl-
presa ({tiC las qne, pOI' consideraciones tic familia ú otros
intereses de la política coelúnca, habian acometido antes
en la Península Luis XIV y Napolcon; seíialú los inconye-
nientes de ir a sostencl' fuem del territorio una guerm tIc
principios que, aun cst,llJleeiLlos) no producirian tí. Frall-




URno DRC¡l\IO. 125
cia ventajas Pl'opoI'cionadas á la importancia de los esfllel'-
zos flue hubiese de haccI' pal'a planleados; anunció Ylwo-
hó en fin ([Ile ningllllo de los minislel'ios que, en francía se
sHeet! ieron despnes de la muerte del rey fernanuo, habia
(¡uel'ido íntCl'VellCioll ni cooperaeion ellla C[lusa española,ni
aUJl el (le MI'. Thiel's, hasta el ultimo pCl'Íodo de su exis-
tencia. En el primero, cs decir, en marzo de 1836, cuando la
Ingbtel'l'a mosll'ó desem' que las tropas fnmcesas ocupasen
el Bastan, Pasages y fllenleITaLía, y aun una línea mas
cstensa, si el gahinete frailees lo juzg[lba conveniente, ha-
bia dcclal'Udo esplícilamente aquel minislro:-« filIe ni la
»inlervencion ni la cooperacion parecian practicables a lla-
»die en fl'ancia, dcsde (¡IlC el incremento constante que
)ltomaba la ana/'quía y la no interrumpida renovacion de
nescenas hOl'l'OI'OSas lo habían tI'aslornado todo en la Pe-
»ninsula.») Molé, eslrauando con razon que el gabinete
Thiel's huhicse camhiado de política cuando la cuestion es-
pnuola sc habia complicado mas gl'avemenle por la l'cbelion
dc la Granja y 1'1 restablecimienlo de la Constitucion de
Cúdiz, que fué su consecuencia, declaró que el gabinele 110
pensaba (¡Ile dehiesen enlel'l'al'sc en la Península los tesoros
y la sangre de Fnlllcia, sin dignidad, sin objeto y sin vell-
tajas para ella, y ahalHlonando el sistema seguido uumnte
los scis ailos últimos.


Tl'a tando de jllstificUl' el c[lmhio de que se le recollVenia
pretcndió Thicrs quc, solo imitan{IJ la cOHllucta de Luis XIV
y Napo1eon, sc tendrian guanlallas las espaldas en una
guelTa 501l1'e el 1\11;n; como si la~ hubirse !cHillo gU[lnladas
Luis XV cU[lndo, ú poco de 1IHI('['IO su aLuclo, le deelal'aba
la guel'l'a su lwimo Felipe, senlado y sostenido sobl'c el




126 AAI,ES HE ISABEL 11.
trono espa ñol pOI' los prodigiosos eSftlel'ZOS del almclo co-
Il1UIl Luis XIV, ó como si, mas hll' ti e lacesion de aqucllllis-
1Il0 11'0110 Ú un miet1l!.H'o de la dinaslla de Napoleoll no IHI-
hiese, en vcz de culJril' sus eSJl<llda~, :lhicl'lo á los ej(~l'citos
enemigos el suelo, vÍl'gell hasta entoncc~, del impC'rio fran-
ces. PONjlle, en veinte y cinco años, se hahian he<.:ho cn Es-
paña tres revoluciones dil'igidml, segun Thiel's, ú establecel'
el régimen liheral, pretendió el ex-ministro ([ue la Península
estaba ya madura pnl'a a(IUell'égimen; como si la avel'sion
Ú la Constilucioll dada á .E~]l~\ila ell Rayona, y el <les('o
de mantener el antiguo órden polilico no huhicsen sido, al
contl'al'io, las cansas principales del alzamicnto de 1808, (f!l('
fue la primel'a de las tl'es revoluciones Ú ([\le se alUllia, y
como si la segunda, pl'omovitla pOI' la insul'l'eccion milital'
de 1820, ó la tercem, ocasioua(l" por la prepouderancia
qlle IIn gohir!'l1o débil !lc'jó tomar en l/Ui ú las so(~iedad('s
sec)'rtas, pl'epOlHlel'ancia fIne se r'~sol ,iil Ú poco CII la ('lt,(~-­
cion de juntas rcvolucionarios y mas t¡\l'd(~ en ('( motin de
la Granja, pudiescn Iwcsental'se romo illdicios (le ((lW la
Opillioll tlel pais Cl'a favol'ahle ú la val'iacion cJeI¡'é¡.!ÍlllCII po-
lilico. El tratado de la Cuúdl'uple Alianza, pOI' el clIal la
Francia no contrajo otro empeño esplícito (IHe el de eonr:er-
larse con sus ali[ldos para lija!' la natul'a\l'za y los llmitcs
de la coopcl'Heion cn el caso (le (lllC e~ta se estimase Ilcee-
s:\l'ia, y los articulos adieionales qnc, realizada la cvefllu;lli-
(lad prevista, le impusieron PI debel' de impedir (Ine,
pOI' sus fl'onlel'as y pucl'los, Ilcgascn ú las Jll'ovincias alzf\.-
das en faYOl' de don Cárlos víveres y efeclos de guel'!':l,
(lu\\~t\\)\\I\ a\ ~()\)\e\'\\() \\';mces, en \a opinion de\ antiguo
ministro I a dar á Esparta auxilios mus eficaces, cuando




UDRO DECl:\lO. 127
a parecian illsuficien l es los medios del gobicl'llo de la reina
por eree lo uel encal' ni zamiellto dc la gnerra civil y por los
desúl'llenes y actos de rehelion enlilieados pOI' el ol'auor
intervencionista de complicacioncs escusaLles y fOl'zosns;
como si la existencia y la impnnidnll dc aquellos desúrde-
IleS IlO fucsrn las cnllSflS mns poderosas llel ellcal'flizmnieu-
lo pl'ogresivo de la guerra civil, ó como si, en los I'eyolucio-
wwios diseminad os en la Península toda, no tuviese la reina
enemigos lan tel' riJJles tIlo menos corr.olos cal'listas mismos.


Thiers no negó (Ine, solicitauo en marzo del año anlel'iol'
el gohierno frances pOI' el ingles para prestnf á Espnña
una cooperacion mas aeliva, desigmHla entonces, por mie-
do de il'I'i tal' el quis(¡uilloso nacionalismo de los españoles,
con el nombre de lraslilllilacioll, la rehusó ahiertamente
alegando que, cstent1ida la insufl'eceion en España, pOlh'i:m
(,I1Contl'al' los fl'alH'CSeS, al Ilegal' á Madrid, no al gohil'fnO
que fuesen ú soco 1'1'('1', ~ino :11 de la ConstituciOlulc Gldiz, si
romo era de teme!', se hallaba esla p['odamada á la sazono
En agosto se proclamó en efecto, y Thiers exigió entonces
¡¡ue se diese al t1'ns(orno eonsuJ11ntlo el apoyo que, por mie-
do del trastOl'IIO temirlo, hahia él mismo negado solemne y
ellél'gi eamente cinco meses antes; como si el crimen ¡¡ue hi po.
tético ú posible, provocalm una animadversion justa mel'ecie-
se, despues de consumado, illllulgencia y aun apoyo. Para
jnslillcal' esta eontl'arliccion alegó Thiel's (Itle la ['evolucion
de la Granja no se hallÍa conducirlo violentamente; como si
cupiesen violencias mayores que la de sustituil', por un mo-
tin de clIal'td, al ói'dell legalmente establecido, 011'0 cual-
qlliera; la de ohligal' á la Gohel'lladOl'a á firmar decretos re-
dactados en los clubs para envilecer el poder, y dictados á




128 ANALES DE ISAllEL Il.
los ministros dc la rcina por uu sargcnto gallado pOI' el oro;
la dc anular los pOllel'es r~cientementc conferidos pOI' la na-
cion entel'U á los diputados que iball á l'e!WCsenlal'la cn las
COl'les convocadas para ulla semana llcspues, la ll(~ cubrir.
en fin, con el Illallto del poder ú los antropófagos (Iue mos-
tI'ahan con orgullo en el café Nuevo los miembros palpitan-
tes de Quesada.


Contestando al argumento sacado de los desastres que
aeal'l'eó á Napoleon su invasion en Espaüa en 1808, afirmó
el ex-minisll'o que la España de hoy pertenecia al jll~lo rnc~
dio, de lo cual alegó como prueba el poco apoyo que d~cia
haber hallado las COl'l'el'Ías de Gomez ell la opilJion (le los
pueblos; como si no hubiesen estos reforzado con doce ú ca-
tOI'ce mil hombl'es la escasa columna con que aquel salió
de Vizcaya; como si á su llegada á CÓI'doba no hubiesen va-
rias poblaciones impol'lantes de la pi'ovineia tremolado PCI1-
dones pOI' C:hlos Y, y coma si en 111'0 Ú cn contra de l:ls
disposiciones de los pueblos, pl'oba;;e algo la aelilud cÍl'-
cunspecta ó pasiva que en genel'"l lomal'on al vel' las co-
lumnas de Alaix, Hodil, lUvero y Nal'Vaez, marchando COIIS~
tantemente sobl'e las huellas de Gomez, y no dejúndole des-
cansal' ni menos Ol'ganizal' la insurreccion en ninguna pal'-
te. El nuevo paladin de la oposicion insinuó, en fin, y POII-
deró los perjuicios que podl'ian resultal' al comercio fl'aucés
lIe estl'uderse y al'l'aigarse en Espaila la influencia hl'itani-
ea; como si tuviese la F¡'aucia medio algullo de contl'al'es-
tal'la despues de la revolucion de la Gl'anja, ó como si los
hombres elevados pOI' ella al podel' pudiesen dejal' de S el' •
en cualcluicl' hipÓll'sis, los instrumentos ciegos de la pOIÍli~
ea eselusiva del gahinete de San James.




LIBRO DECHIlO. 129
NaJa em mas fácil flue refutar las suposiciones erró-


neas y las cavilosas quimeras de ThicI'S, que él mismo, en
su caliJad de presidente del Consejo, habia refutado de an-
temano , ya en sus comunicaciones con el golJiel'Ilo inglés,
ya en sus instl'ucciones al embajadol' francés en Madrid.
No se l,erutaron , sin clllbargo, de un modo tan completo
como lo exigia la necesidad de que no se renovasen con la
misma fl'ceuellál quc hasta entonces los debates sobl'c ar¡ue~
lb il'l'itante cm'.-tíon. A pcsal' de que, elegido este terreno
pOI' campo de batalla de la oposieion, la necesidad de con-
fUlluida ó acallada obligaba ú los millistt,os de Luis Felipe
ú estudial' y comparar los hechos cuyo cabal conocimiento
tlelJia eontribuil' mas que nada á la il'l'evoeabilidad de la tlc-
cision, ninguno de los millisll'os fl'unceses ni de los diputa-
dos de su [lal'lillo (Iue hahlal'oll en la diseusioll que se abrió
en las cúmaras de aquel pais, se mostró profundamente en-
terado de la situacion de Espaiía; llinguno indicó cono-
CCI' las Cilllsas de las auomalías endémicas ele aquel tCl'l'ito-
rio; ninguno alegó, pam justificar la política del gobierno,
mas que los pl'iucipio~ gcncralcs lle justicia que le autori-
zahan ti atcncl'sc al tcsto de los tl'atados, Ó las reglas comu-
nes de la pl'UdCllChl, !IIIC le impedian lanzal'se, pOI' una que-.
rclla agcna, en una cancra scmlll'ada de aZl1l'es y peligl'os.
Los argumentos de este género, que enll'c l'cvelaciones cu-
I'iosa~ csforzaron los antiguos 'ninistl'OS duquc de Bl'oglie y
de DalnHlcia, y lo~ nuevos cOIHle de J]olc y MI'. Guizot, pa-
rceiel'on, no obstante, sin réplica; la cooperacion rué I'c¡m-
diada como ulla mengua, y, la intcl'vencion, reputada poco
mcnos qne imposihle, ({uclI6 como objeto eventual ele nueva
discusioll en una época imlefillida.


TmlO IV. 9




130 ANALES DE ISADEL Il.
Esta doble decision desanimó en España á unos y exa-


cerbó á otros. El partido que estaba en poses ion del podel',
viendo con gusto rehusada la illtel'vencion que debia hun-
dido, se mostró irritado de que se le negase la eoopel'acion
que solo podia sostenerlo, prol'Umpió en (J11t'jas contl'a el
gabinete doetrinario, y renovó sus aCll~aeiones sobre la pl'e-
tendida falta de cumplimiento lid tratado de la Cuúdrllple
Alianza y de sus artículos adicionnles. POI' motivos dife-
rentes, se mosÍI'aroll asimismo qlH'jOSOS de la politica del
gobierno rrauces, solemnemente ratificada pOI' Ins cúmnl'ns,
las dos fl'acciones mas importantes del pal,ticlo mo!lel'a!lo
cspaflOI. De c1las la Hila no el'cia posibles la eOllsolidacioll
dd trono de Isabel y el l'establecimiento del óedell, sill la in-
terveneion simultúnea y completa tic la Frnneia contra car-
listas y demagogos. La olm pcnsaba que la opinion general
se pronunci[\l'ia en{'rgieamente eontl'a estos últimos, cuan
do los fl'aneesrs hubiescn cstel'minatlo ú los eflrlislas. Cnfl y
oll'a fl'accion proclamak\ll (¡Ile, sin fuel'zas (',:trangcl'as,
obrando en una cscala mayor Ó meno!', acah,ll'ia España
por convertÍt'se en un yel'mo clIhiel'to de ~SCOlllbl'O:-; y catlú-
\'el'es: á enl1'ambas abatió, pues, \tila t'esolucjon qlle hun-
¡Jia sus últimas cspenmzas. Desalentó igualmente ti las cla_
ses productoms qne, ahrumrulas por las cabmilla,les de la
guel'l'a , viel'on su l1l'olongacion indefinida en el rehnso de
la asistencia francesa. Las mnsas populares, rJlbiO~<lS de
rompel' el yugo de hieno ú !¡ue gemían uncidas, yolvieron los
ojos Mcia don Cárlos, cuyo de~po\istllo el'cian menos brutal,
y sobl'e tOllo menos humillante que el de ulla faccion dcs-
organizadora.


PI'esto advirtió el gobict'Uo fl'anccs que la manifeslacioll




LIBRO DllCIJ\[O. 131
paladina de su política con respecto á España, podiadesani-
mal' á los compl'omelidos por la causa de la reina é infundir
valor á los carlistas; y, temiendo sin duela que adquiriese con-
sistencia el cal'[.5o que se le hacia de quel'c!' favorecerlos, ac-
cedió á una solicilud del gobiel'llo espaiíol, pal'a que se die-
se de lluevo tÍ la esti¡Hllacion supletol'ia del 18 de agosto
de 183 i la e~tellsioll C[11e le hahia quitado el míllistel'io
Thicrs. Ce(liellllo este al clamoL' de los habitantes de los
drpal'talllcllto~ fl'Oule!'izos , había en 183G pCI'lllitido espe-
di!' de ellos al kl'l'itOl'io ocnpado por las tl'opas de Don Cál'-
los todo lo que no fuese municiones ó pel'tl'echos de guer-
ra. En cnCI'O de u~:n, rcvocó el ministcl'io Molé esta am-
pliacion y pl'ohihi() la ei'ipedicion de vível'es, efectos de
equipo y dcmas (Il,ticulos ol'dinarios de comercio. Pero aun-
(Iue el gohicl'Ilf) Ile JTall!'id se mostrase satisfecho de esta
¡JI'ueha dc amista,1 ¡'~ intel'es dc pal'le dcl gahinete tle las
Tul/el'ills, uo r1i';illilluyó ella la ilTitacion y el descontento
t[lIe ea\l~ó Ú todos los parlitlos la declaracion anterior. Sa-
hiase en Espaiía que el gabinete :lIolé, blanco de los til'os
<le todas la~ fracciones tic la oposicion , tenia la neeesidufl
de contentadas altel'l1aliya ó sucesivamente, y de tlismi-
nui¡' de esta manei'a la pl'ohahilidad de (¡ue se coligasen en
su dalio. Pcnsahnse que la l'eciente lli::;posicion del minisll'O
DnchaLcI para esli'eckll'el blor)lIco dellerritorio cadisla el'a,
mas qllc un auxilio rlarlo al gobiel'llo cspaiíol, una concesion
hccha á la opOSICiOll lihcml tic Fl'ancia, ansiosa de empe-
ilal' al gohicl'l1o de su pais en el SOCOI'!,O mas eficaz de sus
amigos de la PcuíllslIla, Em nolOl'io <¡ue, cono cilla en la
fl'olllel'a la llueva prohibicion, muchos días anLes que em-
pezara ti cjeculat'Se, los especuladores habían hecho á Es-




132 ANALES DE ISABEL II.
paña en pocos dias enormes remesas de efectos que, no al-
terado el ól'den anleriol', se habl'ian vel'il1cado cn mucllOs
meses, resultando de la disposicion dictada ¡HlI'a disminuil'
los medios de subsistencia y equipo de los cal'listas, un in-
menso acopio anticipado dc estos ,'eeUI'SOS, y un cuantioso
aumento de del'cchos, y pOI' consiguiente, de ingl'csos ell su
aduana de Irun. Vi6sc, pues, que la IH'ohilJieioll no impon-
dria por de pI'onto privaciones á los cal'listas, ni mejoraria
por tanto la posicion de los Cl'istillos: que COIl mas Ú menos
costo el contrabando proveerb á arlllellos rle los géneros que
no les suministrase el tráfico lícito, y que ell todo evento
la escasez que en el telTitol'io vascongado se esperilllelltase
de este Ó de aquel artículo, no podia tenel' lal inllucneia en
el éxito de la lucha (¡ue se debiese reputa¡' como una venta-
ja' y mucho menos como un beneficio. Asi,los cl'i~lillos mi-
fal'on con ncsdell la meditla; los carlistas casi con indife-
rencia; los f.'anceses de los bajos PÍI'ineos COIl dj~gllsto; y,
espcl'imentando la sncl'le COll1nll á todas las concesiones
que se hacen á las exigencias de los partidos, la iutel'eepta-
cion del tráfico en la fl'onlem descontentó :" CGsi I.o¡)os, sin
satisfacel' á ninguno.


En lnglaterl'a hallaba el ministel'io de la G¡',"'ja simpa-
tías algo mas vivas. 'Villiel's, anunciando pOI' dehujo de mu-
no á los agcntes dc aquella l'chelion, y aeonsejando ú la rei-
na ceder ú sus intimaciones, no habia sacado aUll, al !win-
cipia~ el aito de 18:37 , el partido que, algunos aitos antes,
(en 1823), sacal'a en Sevilla UlIO de sus antcccsol'CS (Wi-
I1iam d' Acconrl) del ministcl'io San :\ligllel. La Gohel'lladol'a
rehusaba ratificar el tratado de comel'cio hec;-,o entre Wi-
lIiers y Mendi7abal; pero restablecida, aunque nominalmente,




LIBRO DECIMO. 133
la Constitucion de Cádiz, era posible obtener de las Cor-
tes lo flue no el'a fácil recabar de la tutora de Isabel.
El agente bl'iLanico empezó á acariciar á los miembros
de aquellas COl'tcs, y una cir'cunslancia feliz le puso cn con-
lacIo C<1~ i olicial con los de mas iufhijo eutl'C ellos. El capi-
tan JTaillallll hah:a llegado ú ~Iad['id con la contestacion
dl~l romollol'O lIay á la carta autógrafa, en flue el pl'csidell-
te ¡le las Cnrtes le dió gl'aeias pOI' su cooperaeion allevall-
tamienlo ¡lel sitio ele Bilbao. ClHU'e¡lta y ocho diputados tle
los mas notahlcs disl1Usiel'on dade (20 de febrel'o) un gl'an
banquetc, al que, como cra natmal , se hizo asislil' á Wi-
IIiers. E~le no ¡Iejó pasar la ocasion Illle se le pI'escnlaba dc
enlablar relaciones útil~s al logro de su propósito favol'ito,
dc flHe, segun costumb¡'c de los ingleses cuando se trala de
algo fIlIe pueda consolidar ó cstencler su prepondel'ancia
Il1cI'cantil, se ocupaba con la pcrscverancia de un mOlloma-
]JO, En 1111 discl\l'sO ill ta jllJí'/r!({, cl diplomático inglés plan-
tó su hallilt'l'i\ dieir,nllo:-:I La alianza entl'e Espaüa y la
»G l'[lll Bl'r,laüa, f!'tC CSpCI'O - sc in} l'estableciel'do sobl'c ba-
)¡ses mas sólidas y dUl'adel'as, es un punto nuevo é impol'-
)) lante cn la política de Etu'opa. Ha IIcgado el tiempo en
))(Iue la necc:,idad de un nuevo elemento en la balanza dcl
)'po(lel' se hace sentil'; 1, y dónde se puede buscal' eslc tan
))llalura lrnenle como en España'?., en una nacion cuyos 1'e-
»llI'cscntanlcs han hecho mas e11 pocos meses para la COIl-
))solidaeioll dd ól'llen y los intcreses de la vCl'dadel'a libe¡'-
)lad, fIlie nillgun ot¡'O cOllgt'eSO nacional de que hace men-
)¡cion la histol'ia, y cuya modet'acion, cuyo juicio en las
))circunstancias mns difíciles, cuya sensatez pueden servir
»)de modelo á otras naciones., En España. fuertemente alia-




134 ANALES DE ISABEL 11.
»da á la Inglalel'l'a; en la alianza enh'c dos paises mas á
»pl'oposifo Ijui::rís que ningunos otl'OS para una union ín-
))tima y que abundan de manantiales de ventaja y uliliLla(1
»I'ccipl'ocas. Inglaterra llene Yaslos inlt~rcses POlilicos «UC
»cuidar, va~(os in{ercsrs co/lt('/'cia{cs !jIlU })/,OIlIOL'(JJ'. Su
»deseo es ([ue Espaiia sca poderosa pm'a quc sea indepen-
»diellte ... y opulenta, POl'llue Ius vcntajas de hacer el co-
»JllI~¡'cio mas bicn con el rico que (~Oll el pohre son }luten-
)tcs. Espaíh pOI' su parte tielle Ins mismas miras, lue-
»go nllestl'os intereses S,)ll illélll ieos. ») El Iwesillenle (k
hs COI'les, ZUlllalacúrl'egui, que lo ei'[l tal111Jil~1l llel banque-
te, re~polldió: <dJf' creo anto/'i:,w[o }!ll/'a oí/rllla)" (Iue el
»)congreso de la nacion cspaiíola jamás faltat<l Ú las olJliga-
»)ciones que liene con la nacion inglesa.)


E"la seg!\\'id,d solemne, csta manifeslaeioll casi ofkial,
acogida CO!l un cntllsiasl\lo unúllimc pOI' los diplIl,Hlos prc-
selltes, (I\le componian mas del tercio de la representaeíon
\lacional; los brÍlHlis de varías eSjlcl'i(~s, l'll ([Ile :'e ¡!ltel'c~t1a-·
.'on llUeYOS y mlly csll'epiLOsoS les! ¡monios de gl'aLil\lll á la
nacion [H'itúnica, hicicron Cl'eCl' á lord Palmcl' . ;loll (lile la
política de su gabinctc hahia t¡'illnrado 1'11 el de },Lt,lt'id y ell
sus Corlcs; con lo cual, no luyo reparo en rcpetíl' el 10 lle
mul'ZO en el parlamento inglés lo que ycinte Llías antes ha-
bia dicho su I'Cp¡'('.scnlallte Williers ell el banr[lIele del esta-
h[ecimicnto de Sordo-mudos.-«.\ las siniesLI'il:' pl'ofecias so-
))IJl'e h\ SllCl'le ultcl'iol' de la Conslillwion cspatiola,-dijo,
»eonlcstantlo á un (liscUl'so lid lord Mahon-I'espondc vic-
»)tol'iOSamellte la cOllducla de las Cortes tan marcada de
»jJrudencia y de moderaeiuiI. E/cgidas en virlltd de las
»{eyes mas democráticas, han probado por sus actos ser las




LIBRO DEC1l\lO. 135
»mas ihlstrallas y nacionales que hubo nunca en España.»
A tan impudente aseveracion , escusable solo en boca del
minisll'o dc un gabinete que no cnlieIllle de moral cuando se
trata de cOinereio, y pam quien liada impol'ta la ruina de
un l'eino con lal de podel', durante pocos ó muchos meses,
vendel' en el algunas yal'llas de percal ó de muselina, aña-
dió PalI¡w¡'stoll ,-C«f!1C ningull gobicl'llo podia aprohar la
»('cvolueiotl mili tal' de la G 1'¡lllja; pero rlue esta no bastaba
llÚ tletermill::tl, al gohiel'llo inglés á retiral' sus SOeOl'i'OS á
l)lu rcilla de E~paua;)) sarcasmo atroz con que se fingia ig-
llorar que la reina, 111'1nando al reflejo de los plluales cll'es-
tablecimienlo de la rapsodia de Cá\liz, habia, momentánea-
mente <JI mellOS, abdicado su potlel' y su dignidad; sol1sma
insolcnte con fIlie se aspiraba á 11I'CScntal' como 50COI'ro da-
do ú la reina lo que era en rcalidad t1efel'encia húcia sus ca\'-
eelel'os. [)e~plles de atl'ibuil'la inslIl'I'eccion de la Granja al
deseon[l'lIl.o producido pOI' la jll'olollc311cion Je la guen<l civil,
)lI'OClll'Ú ill~pil'nl' r;ollliauza Ú sus oyentes, ,1isonjeantlo su na-
cionalismo y haciéndoles e'ipcl'a¡' cl Suspil'ado tI'atado de eo ~
mCl'cio eOIl estas palabra".-(~O se puede ncgat' que existen
)lell Espnüa prevenciones y disposiciones para hacer toua cs-
)lpecie de sncl'ilieios á la pl'oteccion de los intereses de la in·
»dll~ll'ia nacional; pero la pl'opagacion tIc las luces h\lI'á desa-
l) pal'cc(,\, es las 1lreoclIpaciones, yen bl'eve las relaciones dC'.
))E..;patia eOIl Inglaterl'a tomarún un incremento tan I'Úpido
»)como fecundo.» Para esto, ascgUl'ó Palme\'ston (¡ue era ne-
cesario el establecimiento del\'égimcll liberal; y como, ha-
blando de cosas en que mostraba profunda ignorancia, era
imposible uejase de caer en gl'oseras contradicciones, añadió:
-«Este glorioso y feliz resultado se deberá, no á un movi~




136 ANALES DE ISAIlEL n.
)mientó revolucionario, (como SI, pOI' confesion del minis-
tl'O lIIismo, tuviese Otl'O crorácter el movimiento de la
GI'anja)- «sino á la vuelta ú !Sus antiguas illstitllciollCS, (co-
mo si a ellas v ú las lluevas no se aC:1La~e de subrogar la


" u


mas aLsmda democracia)-c«1l restablecimiento de los "ie-
jos pl'Ívilegios,)) (como si el motivo prillcipal de la guerra
del NOI'te no fUCI'a la destl'uccion de los de a(¡lIellas proyin-
cias, ó como si el odio que los revolucional'ios mosll'aban
á los privilegios de oll'a especie no los p~travi[Jsc hasta
ellyolvel' en la 11I'0scripcion !lc las 11l'eslaciOlH's seuül'iales
los derechos dc IWopic(lall, confundidos mucho tiempo con
cllas)-« y al cuidado que se leullrú de modelal'los ~ohl'c
))los húhilos populares y las necesidades del tiempo (como si
lo qne los utopistas considel'ahan como tales necesidades,
no estuviesc en conll'adiccion con [J(IHellos húhilo~\, Pal-
llIerston conell1yú-«proclamúndo~c feliz, si podia teIH'!'
»1Ina PC<ll1ella IHlI'te l'll la realizarion de esta eomJúnacio!1
»política, l) como si lo que d Ilamaha tal, no fllC~C CIl rcali-
dad el suelío ele un calenturiento, ¡Y hombres <¡ue tu'ticllla-
ban tales dislates, qne fnndahall un sistema polílico ~ohre
t ;les inepcias, dirigian un gabinete y Imllahan f;impatbs en
el pal'lamento de la nacion <¡He pOI' esec\cneia se llamaba
ilusll'ada y gl'ande!


Pero los homenages que al cl'Ímen tal yez ll'ilmla el intc-
res no siempre tl'allC¡llilizan al (lile los I'ccihe. Esperando o)¡le .
uer de los re\olucional'ios ventajas para el comercio de su
pais, Palmel'stoll no (¡tIeria exaspel'al'!os; pero, obligado ir
mil'<lI' por el dcc)ro tle su gobicI'II0 y por la conservacion de
la paz y del ól'den público, debía reprobar la revoluciono
Defendiendo y aun justificando á los hombres elevados por




LIBRO DECnIO. 137
ella al poder, se cal'gó con el peso de una espantosa com-
plicidad, y no les satisfizo, sin embal'go, pOI' el hecho de
anatematiza!' el aclo á que deLicl'oll su eleccion. Asi, no po-
dian ll'anquilizarlos sobre su pOl'venir fl'uses anfiLológieas
de tribuna, pronunciadas solo pUl'a adol'mecc¡' á unos, en-
tusiasmar Ú olros y ganat' fama de habilidad y pl'cvision,
cuando, desaI'rollúndose los aeontccimicntos, pudiesen mas
larde interpretarse con arreglo á ellos las promesas ambi-
guas, las vi:';\lImlH'es ele espcl'anzas Ó las insinuaciones de
reprobacion.


POI' equivoca que fuese la situacioll llel goLiel'llo de Ma-
dl'id con I'(~speeto ú los dos gobierilos sus aliados, era mu-
cho peor aun con respecto á los 5úhllitos de estos, y parLi-
culal'lnell\e á los interesados en los titulos de la deuda espa-
üola. La medilla de la confianza que inspiraba 4 estos el ga-
binete de }fadl'id apareció, pOI' el modo eomlue fue reeihi-
rla la di~posieioll dictada pOI' ól ti propuesta de ;\Iellllizah,11,
para dal' hOllos del Tcsoro ú corto;; plazos cn pago (Id se-
JIle,,[¡'e venci(lo en noviembl'e. Sus agentes (Iiplomúlicos cn
PaTis y Lónd['(~s anunciaron con pompa esta pretendida
conversion; pcro ell ena los clil'cclOl'CS de la holsa (le Pal'Ís
\'iel'oll solo un lazo tellllido ti la el'edulidatl de los especula-
dores, un anlill para sacarles mascapit<1\ en ycz desatisfacel'-
ks los I'Mitos del antiguo. So~pechóse en efecto (¡lle, emi-
lidos /lUCVOS nlores se fabriearia de ellos ulla cantidad
mucho mayol' quc la IIcee~nria pal'a la COllVcl'sion y l¡UC se
Ilegociarian pOI' cuenta de! tesoro, al mismo ticmpo que los
arL'eedores pusiesen cn ei¡'culacion los (!ue rccibiesen cn
cambio de sus cupones no pagados. Esta inteneioIl pareció
tan evidente cuanto era notoria la imposibilidad de satisfa-




138 ANALES DE ISABEL n.
cel' los bonos á su primcr vcncimiento, que se señaló para
el 1. D dc mayo próximo, sin emuaq,o de que en afluel dia
veneia Otl'O semestl'e flue tampoco se podia paga¡'. l\"adie
cayó en el lazo y la cúmara sillllical de los ngentes de eam-
bin (le Pal'Ís prohibió cOl'lal' de las obligaciones el cupon
yenci(lo, con lo cual se fl'ustl'Ó la acuiJaeíon de moneda quc,
dumlo en lllgar de a(lnel papel oteo de lllas fúeil circulacíon,
~e pI'oponia ¡HlCC1' jlendizabal.


Los dir'eclOI'es de la bolsa de Lóndl'es 110 tomal'on una
medida tan decisiva como lns de Pal'Ís; pero, en al¡llclla co~
1110 en esta cimIad, hUYCl'on todos de !t'alieal' en los bonos,
al vel' las pl'ecauciones de que ~lelllIizalJal rodeo su cmision.
Desde lucgo la COIlVCI'sioIl no podia haeel'se por cantidades
ll1enOl'es de U'einta libras eSlel'linas, (llIe, pOI' el hecho de de-
hel'se componel' de gl'all porcion de cupolles, llificullnban
estl'aorrlinariamentc la operaeion y aun la hacian im[H'acti-
cahlc para los tenerlol'es de eorlo número de obligacioncs,
.\ UIl las Stllllf1S mayores lie treinta lihl'8S e~ferlinas no cran
adlllitillas sino en cuanto cl'eciesen elllll'ogl'csion aritmética,
cs deeil', de treinla á sesenta, lIoventa, ctc. No llevaban los
tales doeull1entos fll'ma <lel minisll'o, ni llel dil'CC10I' del le-
soro, ui de !Jni1flnel'o alguno, ni de 011'0 ag('nle público (I\lC
del sceretal'io (le la Iegacion, á cuyo Homhrc se aüallió 1'1
tIc un dependiente de la cnsa de Goldsmith, (¡Ile sc daha tt
sí !lIi~!11o la Sillgulal' calificacion ue (csl(r¡o. La desconfianza
IJlle illspil'aban foemas tan illsólidas se anmentó al YCI' fllIC,
lIi de la dcn la inglcsa garantida pOI' el tI'atado de 28 dc
oclulJl'e de 1828, ni dc la a\l1(~ricana reconocida pOI' cl de 10
de febrero de 18H, fucron pagados los scmesll'cs venciuos
en aquellos días, aUllflue las dos sumas no llegaban á dos




LIBRO DECUIO. 139
millones de reales, Asi no solo fué limitadisimo el número
ue los cupones convertidos, sino que pel'lliel'on, por su nue-
va forma de bonos, la calidad de negociables, de que con-
tinuahan gozando como cupones,


El parti(lo rcvolucionario, condenado pOI' la ley comun
:'t todos los partidos :'t no ver los ohjetos sino por el pI'Ísma
dc las pasiones, pensó atenuar el rigor dc una situacion tau
complicada danllo suelta Ú UB nuevo elemento dc conflflgm-
cion. La comisioll 'Ille, bajo la presidencia de ,\xgllClles, fuó
encargada de la rcforma dc la Conslilucioll, lanzó el 24 de
fehl'ero :;u proyccto cn que, ncutralizando por combinacio-
nes mczquinas ó pérfidas las ventajas que se cspcl'ahan tic
las IJascs recientemente adoptadas pOI' las Cortes, y reju-
veneciendo por una llueva l'eJaccion los errorcs mas peli-
grosos L1e la Constitucioll de Cádiz, desvaneció las ilusiones
'Iuc, durante al3"uuns (lias, se alimcntal'on sobre su reforma.
Dando pOI' scntado un hecho Ilolol'ia:nenlefal:io, y, ú los mo-
"ill1iclll\ls de algunas de la~ j\lntas 11l'O\illciales formauas en el
\trallO úllimo, el cari,clel' de un jll'olillllciamiellto nacional,
empczó la Gomisioll por su ]lonc!' cn cl [l1'l.:úlll\)1I1o, f{lIc-«cra la
« \Ollllltad dc la nacion ¡,c"isal' la COllslitncioll ,le Cúdiz, 1) co-
mo si la lH\eion, incl'te delante (Id motin (lue la restableció,
la creyese snsceptihle de cnlllicm13, Ó como, si en el caso
de sedo, pudiese c;"pcl'al' esta mejora de hombres que mi-
raball flqllcl plagio revolucionario con un supcrsticioso aca-
tamicnto. Xcccsitalldo los zlIrcillorcs del proyecto justificar
el mandato poplllar (¡ue ellos y sus colegas obtuvieron en
agosto, !)\'etendieron adular la multitud dotándola de del'(~­
ehos quimél'icos, y, no osando p.'oclamal' en un articulo es-
pecial el dogma de la soberania popular, ingirieron en el




140 ANALES DE ISABEL 1I.
pl'eámbulo una frase incidental, en que declararon que la
tall'evision-«se hacia en uso de la soberanía de la naeíon,»
y, no contentos con negar á la corona toda participacion en
esta sobel'ania, basla la despoja]'on del derecho de S¡¡nciOll
fIlie le reeonocian en el lwoyecto de ley, empletllHlo en el
Iweúmbnlo la fÓl'nHlla de ((Las Cortes generales decl'elall y
»)s(/lIciulI([/1 la siguiente Constitucion.))


De la misma manera ó con el mismo espÍI'itu procedie-
ron ~,I fa I'IllU1 at' las innovaciones esenci"les <[uc poeo antes
~e hahia determinarlo introduci¡' 1.'11 el eórligo reyisahle, .\
1" sl'guwla dmara que, por deferencia ú la ~pinion pública
y ú las insinuaeiones lle los gabinetes ali~tlos, neabaha de
]'eeonoccl'sc como una rnerla' necesari:\ (le la nueva lI1ú([uina
política, se le puso el nombre exótico de Sena(lo, sin antece-
d('ntcs en la histol'ia nacional, ui analogía con sus tnHlieio-
Il(,~; y la Ol'ganizacion f¡lIe se dió á este elemento de podel'
hizo de él 1111 eugendl'O hermafrodita. Sin hahlar de los ;11_
cO\l\'cllielllcs de su origen popula¡' y de las dificlIltalles ((ue
este origen mismo oponia al desempeño de funciones eon-
sl'l'Vadol'as, bastará observa¡' que la libertad (Iue sc dejaba
ú la Corona (arl. 15) de escoger sus iú(lividllos entl'e los
propuestos en lista triple por los electore:; de cada proyin-
cia cc;tablecia mas un contl'aste que un equilibrio entre la
calldidatura popular y la inyeslidura real, f¡lIe, sin ofl'ecel'
g:lI'anlías al tl'ono, podia tal vez esciLa!' la descollri:mza del
pucblo. La misma ley orgánica echaba las semillas de es la
(leseonfinnza, deeJat'aJHlo anulable por el congl'cso de di-
putados el voto del Senado en matel'ia de conlt'ibueiones y
el'edito público (art. 38) y privando á este último cuerpo de
una intenencion dectiva en la formacion de las leyes I'e-




LIBRO DECl~IO. 141
lativas á estos intereses vitales. Recusar para tales casos
al Senado, erigido con condiciones pI'ivilegiadas de existen-
cia, equivalia á declal'at' que estas condiciones mismas le ha-
cilln inferior al bl'azo esclusivamente populal', (Iue á este
solo se confiaba el cuidado de los· interese.~ materiales del
país; y ((tIC creando una segunda camal'a, por respeto a la
opiJlioll que ullanimemellte habia reconocido su necesilhul, 110
se tenia la inlencion de establecer dos Estameulos cülegis-
ladores, sino de consagl'al' la influencia demoCl'atica, pOI'
el apoyo fOI'zado que halJl'ia dc darle la supel'fetacion se-
natorial. ¿Cómo, cn efecto, podria cl Senado oponel'se, sin
chocar, á los acuer(los (lcl Congl'eso de diputados'? La su-
pCl'ioridad que en él I'cconocia la ley para la decision de
los negocios de mas trasccndcncia establecía una prcsun-
cion en favor de su volo, cada vez que hubiese disidencialen-
tl'e los dos cuel'pos: y, pOI' una analogía fundada en el testo
mismo dc la COllstilucion, se dehia iufcl'il' que el acuerdo llc
los diputados cn los negocios ordinarios CI'a, como en los
priyilegiados, de mas pcso y autoridad. ¿Qué cilllsideraeioll
porlia ({uedar á un Estamcnto sometiuo a esta uependencia
sCI'vil, Ú obliga(lo a chocar con el 0[1'0 quc se reconocia su-
l)cl'iol''? Agl'egúndose á estas consiLlcl'aciones la de que el
¡woyccto de ConsLiLucion no detcrminaba mas cil'cunstan-
cías para scr scnadol' que la de sel' cspañol y tencl' cua-
rCllla flÚOS de cdad (ar!. 17), la crcacioll del Senado parc-
ció mas una tr'eLa dit'igida á dcslumhrar los incautos, qnc
un mcdio para ascgul'UI' el erjuilihl'io de los podcrcs. 11[\[,to
mcjol' mostraban cnlcndcl' la natl1l'alcza de su mccanismo
los autorcs del pl'oyeclo de Conslilucion, }))'csentarlo pOI' el
mismo tiempo ti las Cortes de Lisboa. En él, ó. lo mcnos se




142 A:'{ALES DE ISABEL n.
daba á la COI'ona el derecho de nomb,'ar desde luego á los
senadores y el de aumentar mas tarde su número, y se
exigia de los que hubiesen de ser elevados á esta dignidad
el goce de una renta propia de dos millones cuatrocientos
mil reis (sesenta mill'cales), elemento de independencia,
que ninguna otra disposicion dcl mismo proyecto coal'taha
ni envilecia.


La prerogativa del veto ilimitullo que, por una de las
hases aprohadas pOI' las Cortes, se concellió á la COrOIl[l,
se hizo en el nuevo pl'ograma de Al'giielles y consol'les, tan
vana ó ilusoria como la cl'eacion de una segunda cúmara.
El artículo 46 decia tan solo.-c( El rcy sanciona y promulga
(das leyes;)) de donde rigurosamente se infet'ia la imposihi-
lidad de rehusar. su sancion, sin la hipótesis establecida en
el al'tÍculo 40, que admitia esta posibilidad, PCI'O, indicada
ella en un período inci(lental de un artículo en que no
se tmtaba de las faculto des del rey, y no mencionónr!ose
esplícitamcnte en el titulo que dcterminaba estas, no resul
taha reconocida la pl'erogativa, no aparccia fijado el dcre-
cho, y este podia pOI' consiguiente controvertirse II arhitrio
de las pasiones, lue, desencadcnadas á la sazon, no Ilcva-
ban traza de enfl'enarse cn mucho ticmpo. Al I'Cy, en quien,
contra el tenor de la base aprouada antes, se rehusaba de I'e-
conocel' el derecho dc negar la sancion á las leyes, se ohligú
pOI' otl'a parte:á solieitar una autol'izacion tic las Corles pa-
ra casarse y casar á sus hijos (cláusula (¡uiuta, del al'lÍclllo
48.) Estos podian ser privados de su sucesion pOl'las Cor-
les (art. 54.) Estas debian jlln {!Irse lJlwis({nwi/ te sill eon-
"ocacion el 1. o de ¡\ieicmbl'e, si el rey no las habia
reunido untes de aClucHa fccha, y, en el caso de cspil'a¡' cn




LIDRO DECnlO. 143
el mismo año el mandato de los diputados, las elecciones
debian hacerse sin órden, sin intervencion, y aun á despe-
cho de los agentes uc\ poder (art. 28.)


Erigiendo asi la insurl'eccion en derecho y aun haciendo
de ella una obligacioll, los autol'es del proyecto lluevo susti-
tuyeron á las cautelosas rcticcllcias de escolares timi(los la
fnuHIlIeza salvage de revolucionarios decididos. Los hom_
bres de 1812, no osando chocar con los húbitos mOllúrqui-
cos de su pais, 5e limitaron á calmar, con lwecanciones in-
juriosas á la dignillad real, la desconfianza que eOlltl'a ella
abrigaban en secreto. Los dc 1837, acostumbrados á vcr la
apología de los asesinatos y los incendios, en el silencio
inerte de las poblaciones consternadas por aquellos críme-
nes; hastante audaces para darse por ól'ganos de la opinion
pública, mientras ella no se manifestaba, ó para recusada y
cuhl'i1'la de lodo, CIHlI1(lo ella los ficiialaha como instl'Umen-
tos de opl'esion y misel'ia, osal'on formular, cn una hipótesis
esplíeita, la posibilidad del alentado (le parte de la Corona,
y seüalal' ó pI'escribil' el remedio en la l'ehclion. Eludiendo
las cuestiones mas graves 0 difll'iendo su decisioll pam le-
yes ulte,'iol'es, de que uacla fijaba el espiritu ni detcrminaha
la ilH\ole; vago tal vez é indefinido, tal anfibológico ú miste-
rioso, tal en fin tajante y dogmútico, cl proyecto de reforma,
equivalió en realidad á la l'eproduccion de la rapsodia de
Cúrliz, con sus pl'ecauciones il'l'itantes, con sus COI'13pisas
odiosas y con su cinismo de oJlmipotencin padamentat'ia. y,
3iiadiéndose ú estos defectos subst3ucialcs otros de forma
Ó l'edaccion, y pareciendo un insulto hecho al dolor que eg-
citahan las calamidades públicas la discusion de teorias, in-
tempestiva u lo menos en la deplorable situacion del país, el




142 ANALES DE ISABEL II.
proyecto escila mUI'm ullos casi genel'Ules de repl'obacioll.


Lanzábanse al mismo tiempo geitos de baldon conll'a el
empirismo de los gobel'l1antes y amenazas é impl'ecaciones
cOllll'a sus personas, y se señalaba su I'emocion como l'I
fundamento de toda mejora posible, como la comlicion esclI-
cial de toda esperanza ulteriol'. Ellos sc afenaban, sin em-
baego, en sus sillones, contando no solo con cl apoyo del
agcnle ingles en Maddd, sino con los triunfos militares que
aguanlaban en las pl'ovincias tIc! XorLe, donde, al pl'incipiar
el mes de mano, paeec.:ia todo pl'epaeado pal'a abril' la cam-
paña. Desde ellO dc febl'cro, lo hahia Eyuns anunciarlo á su
cuel'po de ejél'cito denominado dc úpel'acioncs de la costa
dc Cantabria, dicientlo:-«pronto atacarcmos á los encmigos
»que vencimos en Arlaban y ante los mUl'os dc Bilbao .....•
>lEl despotismo, cubierto de sangre ..... se l'eLÍrarú á vuestl'U
»vista, avergonzado menos de Sil derrota (¡He de sus nefan-
lldos cl'Ímenes.)) Para asegural' el cumplimiento de esta me·
tafól'iea jleofeeia, acelcró la I'cunion en San Sebastian de
muchos batallones enviados de Porlugalete, Salllandel' y la
Coruña. A las divisiones de RivCl'O y ~al'vaez, y á los des-
tacamentos dcstinados á completar los diferentcs cuerjlOs
ue la guul'lIicion, siguió un brillanlc batallon dc l1lal'ina de mil
y cien pl3Zas. San Sebastian vió reunidos denll'o tle sus Il1mos
f'obre diez y seis mil homl)l'cs y en sus aguas una IllIl11itud
de buques espaiwles c ingleses de todo:> portes. Solicitúsc
del gohicl'llo fl'allccs el paso por Soc.:oa de al'tilIel'Ía desti-
nada á obrar cOlllm Inll1, refol'zando desde luego la cabeza
tIe puente de la orilla izc¡uienla del \ idasoa. Se distl'ibuye ~
ron SOCOl'l'OS pccuniul'ios ú lodos los cuel'pos y nada se omi-
tió para asegUl'al' el triuufo. "Crgia este al gohicl'l1o de ~Ia-




LIBno memo. 143
drid, flue sin él no pc)dia mantenerse; U1'gíllle á Evans, á quien
los electores de '" eslminslcl' esll'cch:llJan pUI'a que estaLle-
ciese solJl'e un ]'e~tlllarlo decisivo la reputacion, hllsta entonces
equívoca, de la Il'gion amilial' lli'itúniea. El'giales ú bs tropas
mismas, demasiado flpiíiadas y eSll'éehas en b ciudad, CII-
yos hahiUlIlles no Jlodian ya sllfril' h c~I'ga <le los alojamien-
tos. Comenia qne los soklatlos Ha consumiesen impeoducti-
YanH'nte vível'es que no se aeopiahan sin gl'alHles dificulta-
Iles y llispell!lios, y cmpujaha , ('11 fin, ú to(los b segUl'idad
de t¡lle mas t:mle no podrian l'cnovat'S(~ los rsfucI'zos que
úllitll~llnellle se 11~lhiall hecho pa¡'a pagar sus ¡¡ll'asos en los
regimienlos. El Il'i:\IIfo allelll~ls pcll'C'cia tan s~gUl'o que, de
todos lüs pueblos tic la frontera Ile Francia, acndiel'on emio-
sos á Behohia y A ntb)::1, Ú pI'esencial' el espectúculo de (lile
se sUJlonia ih::1 Ú ser tl'alro la orilla opuesta (lel ¡'io, el'ryén-
dose gCllel'alnwnle ijuc el ataquc se empeilUl'ia desde luego
sohl'c FuclllerralJia é Il'llll.


La parle del ejól'cito del :~OI'te (¡He en Navnl'l'a mflndaha
Sal'sfield. y qne se llamó cjé'l'rilJ de la <lcl'cc11::1, recilJió al
misino tiempo un impulso igu(ll (pIe el de b cosla de Callta-
bria. ,\ullC(ue lllellOS eficazmente soconiLlo pOI' el gohiel'no,
su genel'alle proporcionó dinero y víveres, ya excilando el
celo de las autoridades SUpel'iOl'eS (le la pl'ovincia, ya some-
ticndo Ú l'igmosas e,acc¡oncs {¡ los hahitnnles ú quienes se
8uponin en e~l:Hlo de hacer sac¡'iíjeios. RcfOl'Z::1r!O Illego COIl
algunos cuerpos de la divi::.ioll (11lC b51a entonces 111::1nrlara
Alaix, y con los q\le g!l~I'Jl('ci,ill ht línea de raleados, qne,
~ pesar de los cLlmol'l':; l~e los Y:d!e~. protegidos pOI' ella, fué
preciso ¡'elil'::1r, S:1l':;!icld :\llllIlCió d 1. 0 de marzo su inme-
diata salida, I'econJembll\lo Ú sus tropas una disciplina scvel'u.
TO~IO IV. 10




1U AXAT_ES DE ISADEL II.
Esp:lI'lel'o, en tanto, tenia que ludlal' en Bilhao con dí-


ficultades, mayol'es mlll qne las que en San Sebastian y
Pamplona esperimentaban Evans y Sarsflt'ld. El 1. o de estos
dos generales tenia agentes eficaces en ~IeIl<liznbal y Wi-
Iliers, y recibia por consiguiente auxilios mas Ó mellos cuan-
tiosos. El consul de Bayona y varios conll'alisl:ls d8 BUI'deos
le proporcionaban ademas cames, hal'inas, y easi lodo lo flue
necesitaba. Sarsfield pudo todavía sacal' {le la rica Navana
quinientas mil raciones y empeüar á la {liputacion provino
cial á nuevos lIprontos de dinCl'o. Pero E:,:p:lrtcl'o eslaha
encerrado en una villa cuyos recursos tenia agotados un lal'-
go y obstinado sitio. Los carlistas ocupaban las alturas (Iue
la dominaban y le impedian salil' en busca de ,ívercs ú las
inmediaciones. Abl'umado de necesidades, impnsibilit(\{lo de
salisfacel'las, se quejaba ágriamenlc al gobierno, {llIe por
toda respuesta le enviaba ó tenuísilllos socorros en efectos,
ó ilusiones efímcras eJl libl'unzas flue luego eran pl'OteEta(las.
Para reunir medios mas efectivos de subsistencia, hllho pues
de adopt:H' arbill'ios funestos, y el bel'gantin Ulisrs, ([Ile, sa-
lido de Santander para la Habana con mil y qllinientos ]m'-
"iles de hUI'ina, se vió ohligallo pOI' un temporal Ú J'ecalar
en Porlugalete, rué confiscado en favo!' del ej¡"I'('ito, cuando
estaban rebosando (lel mismo artículo los almaeclles de San-
tandel', y nado r1cscflh:ln SIlS dueitos mas que venderlo.
:\Ias lal'(le, Imscnndo llinero bajo su l'esp()ns~llJiljdad jlel'-
sonal y no encontn'lIltlolo siempre, HutOl'izó la intl'oduc-
cion de génel'os ingleses en el litoral por éi ocnpa(lo; sin
que este ni los demas sacl'ilicios Ú que eil'cnn~tancias tan
imperiosas le obligaban ú sometel'se, bastasen á estable-
cel' en los suministros aquella l'cgulal'irlall pcriódica, (llIe




LIBRO DECmO.


solo mantiene la disciplina y pe¡'mite espe¡'ar en el poryeni¡'.
Con estos medios, aunque eventuales é insuficientes,


pudo sin embargo combinar Espartero el ataque simult:ineo
de sus t¡'CS cucrpos dc ej¡\¡'cito, que, el 10 de ma¡'zo, dehian
á la vez pone¡',;;e en movimiento sob¡'c los cal'listas, Ve¡'ifi-
cólo Evans en la mau¡'ugada de aquel dia, con nueve mil es-
palÍoles á las tmlenes del mariscal de campo JÚllI'egui y de
los IH'igadie['cs Hendoll, Santa Cl'uz y Llanos; t¡'es mil
hombres dc la legion b¡'ilúnica, mandados pOI' los b¡'igadie-
res ChichcSlc¡', Lcmarchanl, Fitzge¡'ald y Godfl'ey; sciscien-
tos del batallan dc la marina real inglesa bajo la di¡'eccion
del coroncl O,,"eli; un fuerte destacamcnto de a¡'tillcda de
la misma ma¡'ina, lwovisto de cohetes á la cong['eve y de
toda especie de proyectiles, y mandado por el coroncl Col-
gnhoun; otro destacamento de marinos, sacados de la escua 4
d¡'iIla de la misma uacion, y acatHli'lados por los capitanes
Pe\ham y DaL:\'el, y otro l\e marinos ue los Imr¡nes cspaüo-
les á las órdclles del hrigadie¡' Callas, formando en todo
una fucrza de Cétloi'CC mil homb¡'es COII diez y ocho callones,
Lord Uay, comandante de las fucrzas navales hritánicas; los
co¡'oncles Wilde y Senilhes comisal'ios de IlIglater¡'a y F¡'all-
cia cel'ea del ejército hispano -britano; el diputauo á Co['tes
Lujan, enviado ]1:)[' el ¡;obicrno de Madl'iu al mismo ejército
con una mision e~l¡'aoruina\'ia, otros homb¡'cs notables; en
fin, siguen á E\'ans Ó tmbajan en su favor desde San Se-
hastian, dOIlUC, para parlicipa\' tle la gloria del lI'iunfo, lle-
gan al mismo ticmpo ú poco tlespues los mal'iscales de cam-
po Oraa y GUlTea y el h\'igadie¡' hial'te, ú quien nI punto
se cúnHe¡'e el mallllo de una ))l'igada. Con cl auxilio de las
fucrzas sutiles espaüolus, se apouel'a Evans de Renteria;




146 A~ALES DE ISAllEL n.
adclántase en seguida sohre la carretera de Hemani, ocupa
las alturas de Amezagaüa, de (\l1e no sin esfuerzo uesaloja
á los cal'listas, y acampa ú un cuarto de legua de Astigar-
raga. Estas ventajas, bien que obtenidas tI subillo precio,
pues le costaron mil 110ml)\'('s fuera lle combate, presagia-
ban olras mas decisivas, y tanlo mns seglll':lS al parecer
cuanto que los carlistas, que solo l'outalJan en línea doce ha-
tallones, habian espel'imelllado en a(luel ti ia una pél'tlidn
casi igual á la de los nll!;lo-cristinos.


Hallándose la posicion en (Jl1e estos pnSC1I'OIl la noche
dominada pOI' una sien'a escnl'pada que ocupaball los car-
listas, Evalls hubo de gasta!' en precauciones el dia l1.EI
12 la bl'igada de Chichester pasó el lJ l'l'llll1ea, y se ilpode-
I'Ó á viva fuerza de Loyola, El 13, la misma hrigu(la,
sostenida PO!' la muriucl'Ía inglesa y el batallon de la m¡u'i-
na real, lanzó á los carlistas de los fOl'tinc~ que tenian cons-
truidos en sus alturas. El tI, refol'zó Ú ,\lIllcHa lJrigflrla la
de Hendon con alguna iafank!'Í" illgL'sa ; y la uc JÚl\I'egu i,
con la al'tillei'Ía y marinos (le la mi,;ma !lfleioll, ocupó el
oonvento de San 13,il'tololl1l', situado en el camino de U ('1'-
nalli. Sangrientas escal'~\muzas, l:lllPcll<lllaS ~I un tiempo cn
diferentes punlos y p\'olongaJas danllllí~ el dw, cntero, pa-
recian deber diferil' ¡mm el sigllienlc el ala(Ine de la yenla
fortificada de Oi'iamelllli, que los ¡.;uipuzcoallos se anuneia-
han resueltos {I ddL'udCl', Pel'o, al anocheccr, se cneaminan
allá un hatallon l'spaüol y t :'e:,; in;;lc~(',;, se Jallznn sO]¡I'e
los parapetos, y, al'l'o:lando Ú ,~\l~ dl'i'(,I1:;()\'c~, ~c apodcl'an,
no solo de ellos sino dd fUel'Il', artill:H!o cna cuat!'o piezas,
y acarn¡xm en las alt:lr;l~, dc.di1¡¡¡]e :,(' Pl'OPUllCIl caer sohl'c
la villa al tiia Si¡!;llielltc.




LIBRO DECOro. ti7
Espnl'tero, por su parte, ohtuvo pOI' de pronto ventajas


igualmente importantes. Salido de Bilbao con quince mil
homhl'cs el 10, como EVllll~ tic S,1ll S~lJastian, atacó á los
cal'listasflue, apoyado.;; en uua linea de parapetos, ocupahan
con sci~ ha[al!i)Il:'~ la~ "liBras de Santa :\[a¡'ina y Galllúca-
110, lo~ al'l',)II/) cn 1'J:h:; !ll~ pn:llo~, les hizo doscientos pl'i-
~iOIll'I'()S, ~' cn el 11Ii,.;m) ll:¡l ~i!:I') ~1I cuartel gel)('rnl en este
último puelJlo. Sapll~') él t¡'1C ('.'le Ill'wimicnlo Llcilital'ia los
dclos cncrp')s de S,lj'~íi"hl y E\'al\~, Ih1ill~llJ(lq IlJlallollcs car-
listas ú Vizcaya: 11l~l'O ;'0:\11) se liil1;1:1~CIl los (le c~la provin-
cia Ú 1lIl1 dekn,¡yt) ('il'Cll:h~)(~e,a, y HO aCllllie5ell luego los
de las otras, SI: :dplnnlú el 1:2 Ú Zo('noza, c11:3 ú Durango
y el lG {l Elol'i'io. "\Hi hnllo (k hae(~¡' alto, y cscaloHa¡' Sil
cjel'Cilo paea 01hCl'Yl\¡' Ú los enemigos f[\le, Ú las ónlellcs
de Villal'Clll y UI'1Ji~t()i\clo, o';u¡nlJail ú El;;ucta, )Jaüal'ia y
]\[onlll'llgon, y ~Ulii:li'¡Ú h iiltc:lci:)!l de da¡'se la IIDIlO con
Erans, po!' 1)]('0 (¡'te ('~[e a,;"!illlL\,C' ~o]ll>e hI calTetcra de
Vitoría. El kmm de I:l~ !.nLis, ¡¡calltonado en las \IeriIHIa-
des con !'llS p:}l't\l,~il:'';i':; y p.)~"s 1u!:il[illlilS csp:lñoles, reci-
bió ól'llell alllli:im ) ¡iC'in:>!) de ~'nlltrillllir al feliz éxito de la
comhinacion oCUin~ll) el \,I~lc dc \bu , y apo:lerúndosc
de Arciniega. La pi'Íe,) coa q\l~ :h Darg::ls se enyial'on ar-
tille¡'os y municiones Pill';) la l·.il·~ncion (le esIc propósito,
pI'OlJl') la i:npol'tanl'ia TI(' :':~ le daba y le mostl'ó enlazado
con el plan gelH'i'a! 11(, O¡H';'J\I'illll ~, Ú qll:~ ~e espnalia de-
IJeI' ell sl'suida el ('''tel':ni"if) Ha! de 1.1S fuel'zas dl'1 Pre-
tCllllicnle en las pl'oyilll'i;\s.


Tarnhien Sarslil'll , ¡IlI:l'!II,~ tlelellillo durante muchos
djas pOI' la falta (le sHbi~!elll'ia" y po,' la indisciplina de
algunos de los cuerpos de Sil divi~:Oll, se puso en movi-




H8 ANALI':S DE ISAllEI, 11.
miento con dit'cccion á Tolosa, dondc, scgun la combinacion
adoplada, debian l'eunit'se los tt'es cuerpos del ejército del
Norte. La brigada de la antigua division Alaix, mandada
por el cOl'One! erbin<l, la ¡egion francesa, mandada pOt' el
bt'igadiet' Courad, y ú la cual aCflbnha de dflt' mas homoge-
neidad y convergencia la reduccion á dos batallones de los
seis que en su Ol'ígen compusieron la otra division, coo1-
plll'stn de seis batallones, ú cuya cabeza ¡ha d general en
¡jefe en persona, y uua fuerte columna de lirallol'es y flan-
queadot'es mamlada por el coronel Irial'te, dahan ú su cuer-
po de ejél'eito una fuerza de diez mil infantes, que aumen-
taban c@(rociclllos caballos de nOl'bon y dc la lrgion eslran-
gera y ocho piezas de campaüa, Con eslas fllel'ZflS, nrrolló
S:lI'sfie~d el 12 al batallon lle Ripa\da, que quiso deft'uder
la Jlosicion de Ericc, se adcl:mtó en el dia ú Irurzllll , y
acampó en po~icione,; que dominaban ú un tiempo los ca-
minos de Leeum])el'l'i )' de la BOl'lInda.


Eu aquel dia Illi~mo el illfallle don Sebnst ian , Ú 1:1 ca-
lH'za de siete batallones y dos escllatll'0llC5, alnlyeSÓ el ca-
mino (It, Pamplona ú Puen(e la Heinil con direecion OSICll~i-·
hle á la !tibcra. En este movimiento escénlt'ico , hecho en
,'calidad sin otl'O designio qne llamar la ateneiOll de Sars-
lielti para impc(lil'le m:H'chnt' hácia Guipúzcoa, vicl'on al-
gunos indicada la in(cneioll de pnsar el Ebro y de realizar
la tantas veces anunciaJa escllI'sion {¡ Ca~till:l; y, ó movido
pOt' estc t'ccelo, Ú in(IUidO pOI' la falla (le notieias dc Esp:w-
tero y de Eyans, ó persuadido de que la defensa que se
proponian hacer los C3rlistas de los formidahles desfiladeros
que le sep31'3b:111 de Lecumhcl'ri podia dar lugar al iufan-
te á Caer sobrc sus espaldas, ó contl'urindo por un temporal




UBRO DECmO. 149
de nicves y frios que sobrevino, Sarsfield se replcgó el 12
á Saruza y Erice, y en scguida á los nenios, desvaneciendo
asi las cspcranzas f¡lIe sc fllndaron en su cooperaeion. Ufa-
no don Sehasliall de! resultado de su conel'Ía hácia el AI'-
ga infc¡'i!1l', rclroeedió y, dejando csealonndos nue,'e escua-
drollcs d('~tle las inmediacioncs de Puente la Reina iI los
A/'cos, y algunos hatalloncs dcsde ll'll['zun Ú Lecumllerri,
tomó con olros Ú la lijt:l'a y sin se¡' scntido la vuclla de Gui-
puzcoa, dOlllle las rceientes velltajas de Evans eon(:enl¡'a-
¡Jan Ú la ;;;azon todo e! illtcrl'S <[uc cscitaba la lucha, y cl15
llegó ú To!osa.


El lG, Ú las sielc de la maüana , Evans, dueño de las
ll1a~ importanlcs posiciones ganadas en los cinco dias an-
tel'iorcs, empcñó la accion gcncral. El cuerpo español de
Rendon y el auxilial' de Chiehestcl', qne fo¡'mabJIl la izquicl'-
da, avanzaron sohrc :\sti¡;aml;ja pOI' el centro (le la Vega,
en cuyns estl'cmidades ocupahan los cnl'listas reductos co-
ronados de nrtillcl'Í<I y <!cfc¡Hli(los por gl'uesas Illasas de
illfanlcría, colocadas en Ia~ sinuosidades de los ramales de
múntaiia qne, cn declive pI'ogresivo, se I)!'olongan hasta el
llano. La dereeha, compuesta (~Sclllsi\'arnelltc de lt'opas es-
paiiolas, ú las órdenes del gcneral JÚl\l'egui , debia amena-
zar la ermita de Santa Hlwhal'a y al grueso del ejército elle-
migo, ma¡'ehando en tanto pOI' el eenll'o á Hernani la b¡'i-
gada Santa Cl'Lll, y 011'<\ de auxilial'esitlgleses, destlelas al-
lmas silllndas cCl'ca dc la venta. Por de pronto, las bl'iga-
das Relldoll ~' ChíchestcI' obluv ieron vcnt¡¡jas so))('e la dere-
cha cadist<l; pero, rcforzada esta pOI' las t['opas de don Se-
bastían, filie ¡le repente desembocaron pOI' la carretera de
Tolosa, varios batallones guipuzcoanos y alaveses manda-




150
dos por Sopelana é Itul'J'iza all':l\ie~nll ú la Carl'l'l'll el puen-
te: de Astigal'rag3, y ataC31l la iZr¡llicl'lla :\ilglo-hispana COII
un ímpcln tCITilJle, C(~dl' ú él el primel' ualalloll de la legion
inglesa que es un'olia:io, y e¡nPiljado ~:ohre oll'o hatallon de
Castilla, Inl¡'ollúccse la eOllfusioll ; el miedo se hace gene-
ral, y las dos brigada,; c~prl!lola é intiles:\ Jlllyell y no pamll
ha~ta el fucrte de Ol'iamelldi, Yill,II'cal, llegado el dia allles
de las inmediaciones de D\lrango, atae3 al propio tiempo eon
sus tl'opas fresca3 la hl'ii)i1da Gü:lt'¡o¡~y, sillHl,h en las altu-
ras del centro, ~' la dCSO!':l('iW y pone CiI fuga, mientras
(¡ue Quilez é Itlu'i'iau:l. con oil'os bt,dLJ;ICS !,(Ui¡lÚZCOallos v


r---, • e' <1


la hrigada at'agol1l'sa, ~e descuelgan de las ,llllli'as de Santa
B~I1'hara , y ú paso de carga avallzan so!:!'e la derecha de
EY3IlS para completal' la derrota, Y b htlhi'j,m completallo
!{uizú, ú no se:' p):' el lmlalhm de la n\al'illa I'cal illglcsí1,
que, ill!nóvil cn Sil pll('~lO, y contenicndo, con el fuego 11 lO 1'-
tirel'o de tlila La\('ría dl~ odIO piezas, ('1 ar!lo!' de lo~ carlis-
las, qlle ya emolvi;!:) hlS po;ie¡()!l~:' de Loyola y ,\mczaga-
Ú:1, dió lll;)al' Ú eraella\' la \'~!l!i\, ~. Ú ¡'cluce!' UIl poco los fu-
gitiYos. A las 7 de hllloche enl¡'a:: ('.'!:J~ (~Il delTola eH ~;1II
Sebastian, pI'cccJitlo::i de mil y (luilliel:l:l~ liel·idi)~. :,hs de
Ii'cseientos fjuetlan eJl el call1po J y dos ud flisiles y mm COIl1-
}J:1llia de Ovietlo cn pOller' del "e¡¡cdo)', Eslo no impidió ú
EYHIlS deelal'<ll' el U) cn la ún]('n lU día que -«su cOlllianza
~Cll ~us tropas no llahia sido t!es:I':¡id:ljlCl;' la jOi'J\:dadellG; J)
y, auur(tlc atrihnyen,.lo ~ll~ (lc~Clst['('S Ú ---« h~lbcl' cl!as fal-
l)laoo al ó['(lclI y tli~eiplilla, l) ,1il:dió,-(<!l1:1rchcmos de
~llllCYO al comln\e y ¡ncHlrclUlS f[ne SO:IlOS dignos solJauos
«( de la !i1let·!ad.»


No CI'ciu el, sin embal'go, n1 creyó nadie que esta cxhorla-




UiIHO TlECDro. 151
cion, qne l'ecataha Ilial el despecho oC<1,;ionado pOI' la delTo-
la, sUI'tiria ])I'onto el ef\~cto con (llIe fingía eont~r el caudi-
llo eslrangül'o. Asi, libre el infante de inquietudes pOI' aque-
lla parte, dejó alii en o!J:,Cl'Y<leion seis batallones á las Ól'-
denes de Guibelnlde, y rcyolrió eOIl vein[t, al dja siguiente
so]¡I'c Esp<tl'trro (lile, Ú In noticia del i'cyés de "\stigrIlTaga y
dela flparirion de la fuci'za enemiga, se replegó el 20 sO]¡I'e
Zurnoza, e!)lI Iilntt II1i1S l'ilZO!1, enanto 'pe los batallones
Yizeaino5, ]lO[' el ahuyentados ,,1 eJl1¡Wcw!el' su movimiento
el 10, Y los f¡lle para rcfol'z:lrlos se a lcLll1(\ 1'011 ú hls fron-
leras de Gnipúzroa, le ol¡ligaJI:llI Ú pl'i'(~:1\l('iOlll'S. Ista po-
sicion sostenible mientras se eon~el'Y:dJl111 e~peranzas de ba-
til' ú los gnipnzcormos, no lo era desLle que las fl'tlSlró el
(lesastl'e del 1G. ESpr\1'tel'o, cnli'amlo en Ca ldúcano tl'iun-
fanle el 10, hallía el1cOllll';1(lo yel'm~s sus ci1~as, y pOI' don-
de (¡uiera 103 hahit::llltrs, sumisos ú los pl'c('rptos dt'! qne I'C-
cOllociall C()1ll0 t'U :'-Ol!Cj',lIl0, se ¡,('lir,,];;]n cn nwsn al aso-
lIIal' las cO!!lllllla.~ rri:,tinas. Pl'iYil:lo a~¡ de ~;¡¡bÍ';lcllcias,
recelando que flll':',l'iI hati¡J;)s ¡·n detalle ~us llat:dlones di-
seminados en un ~ne10 tan ];:):C;lil, y qll(' ~c k corlasen sus
comunicaciones con Bilhao, r('ool"ió contillU:l1' c:u ¡,('til'ada;
pero, moleslaJo el :W pOl' csrnt'anmzas sobre la I'clagual'-
dia, lo fllé mas sel'iamf'nte el :21 por a[aflilC';': simultúncos tI
e!la y ú los tlaneus. Fstl'C('húl'Olllo fiié'I'¡C:nClíl(~ Goüi, Gucr-
gné y 1 '1'IJi.-[onr/o, fjue, sohi'e todo l'll el puenle (le ZOl'l1oza,
Ilicieron sufrir' lJlucho ú los ('ncl'jlos que cubl'i~lll la retira-
da, Alln la llalJri¡lil hecho m:H; eos(osfI y tlii'í:;il los ha tallones
f¡Ue eOlltlueia el infante ell persona, si, acclcramlo Espar-
tero el paso, 110 se alJl'igase de nuevo en mlbao, abando-
nando á los enemigos las alturas mismas de la villl1, de que




152 A~ALES DE ISABEL n.
los habia desalojado al empezar su campaña de 12 dias .


.Mas tr'iste aun habia sido la del cuerpo de la derecha,
puesto últimamente porla enfermedad de su gcfe, Sarsfield,
bajo las ónlelles de IlTibarren. Este creyó que el mando
aeeidental de 3(Juella division le imponia el deber de hacel'
algl1na demostracion sél'ia; y, mientras Espartero se retiraba
ú Bilbao, reunió sobre Sarasa todas sus fuerzas, acanto-
liadas, desde la retirada de Sarstield, en las inmediaeioIles
de Pamplona, y eOIl ellas tomó (el 20) la c1il'eccion del valle
de CIzama, con intencion, sin duda, de penetrrll' eH Leeum-
heni, ó de amenazar al Bastan. Traslalh\I'OIIse al punto
ú Efaso los hrigarlieres Tal'l'agual y Zal'atiegui, des-
de Lal'l'lllulJe y ~Iuzquiz , y empu,jando á Il'l'ibarren :\ este
último puehlo, le alejaron de la fl'ontcl'a oricntal de Gui-
púzcoa. El nue\'o gefe cl'istino mandó á COl11'ad, que eseol-
laha un enorme convoy de víveres, encaminar::-:c t\ Larrain-
zal' y establecerse alli con la legion de su mando, mientras
que él iba a situal'se en Lizaso ; COlll'ad llegó en la noche a
su destino, y conociendo el riesgo ú que esponja su legion
la \'ecindad (Iel has que que domina al pucblo, hizo (el 21)
cOllslt'uíl' y gual'llecer un pequeño fOl'tín ell sus alturas. Los
ear1istas le atacaron al punto, causando una pél'llida de ciento
y cincuenta hombres á la 1egion, que hubo de acudil' al SOCOI'I'O
de la compaflía encnrgada de la defensa. Conrad, hatido,
se \'olvió ~ Lal'l'ainzal', de (londe sus batallones, COllstante-
lIlente caI'gtHlos por los carlistas, tu"iel'on que l'eplegal'se
Ú la noehe solH'e Lizaso, Tanta y tan vigol'osa resistencia ha-
cia necesal'ia y ann Ul'gente la retil'ada: hribal'ren la 01'-
denó el 22, Y se puso en pel'sona á la cabeza ue la reta-
ual'dia , que debia defendel'!a contra ataques continuos,




LIBRO DECllUO. 153
En Latasa se decidió el hostigado gefe á volvel' caras y ha-
cer uso de su artilIel'Ía; pero las J)I'igadas Ripalda, Tarra-
gual y Carmolla, prácticas en el terrcno, no le dejaron de-
senvolversc; con lo (fUC, sit'lDpre empujado, hubo de reple-
gal'se l)I'imcro á Ostiz y succsivamente á SOl'auren, Villaba
y Hum'lc. Las tinieblas dc la noche y el rigor de una gran
nevada permiticron en fin á sus tropas hacer alto al abrigo
dcl caüon de Pamplona, y poncl' término ti los dcsastres de
tan malhadada espcdicion, que en trcs dias lc costó tl'cscicn-
tos muertos, mil hcridos y cien prisioncros, ademas de la
desmoraliz3cion tol31 de su cucrpo dc ejército. Micnll'as que
asi le batia Zaratiegui , el coronel Bcnliel , enviado por él
pal'a observar á P3mplona, se 3poder3b¡1, debajo de sus mu-
ros, de los rel}3ÜOS dcstinados á la subsistencia de la guar-
uicion y de un destacamento que de Puente la Heina pasa-
b3 Ú l'cforz3r1a.


Con rI deplor;¡blc resultado de t3ntos C~fIWI'ZOS I'CUlÜ-
dos, coincidió un nuevo movimicnto de Cahl'cra. Antcs dc
empl'cndcrlo tl'ató dc que se hiciesen estcnsiv3s á la gucrra
tiC! Bajo Aragon y Yalencia las estipulaciones del tratado
Elliot, y con este objeto escribi!) el 2G llc fcbrero a los ca-
pitanes generales de Aragon, Valencia y Cataluña, lmun-
eiánrloles que iha á panel' cn llcpósito en Bellcslas trescien-
tos veinte y dos pl'isionel'Os (IUC consern\ha de la accion
de RujIO], yen Rcnifosá los heridos y enferlllos, pirliéndoles
qlle hicicsen ¡'espeta¡' a([uellos puntos, y amcnazándoles con
represalias en el caso conll'ario. -«Solo de~ co, añadió, sua-
llvizar los honores de esta sangl'ienta lucha. A nadie cedo
)len clemencia y gencrosidad, y si los gefes de ese ejercito
)lllO aceptan la convencion que les ofrezco, las "íctimas de




154 ANALES DE ISADEL n.
»mi justicia deberán f¡Uejal'se (le sí mismas, y de la pertinacia
»de sus gefes.» Estos empero, como si quisiesen cargarse
con loda la I'e~pollsabilidad de las a(ro,'idatles dc (IIIC se
acusaba al gcfe carlista, no contestaron ,¡ ~u inlimacion; y
él, mal rcstahlecido de sus heridits, dejó sus abrigos de la
Cenia, yc\ 13 de m,il'ZO, ap,ll'cció de ¡'cV'111e cn el Yillar, en
tanto que SernHlol' arlela \lIaba sus C01UIl1!laS Ú Vill:ll'l~,:l y
Nules, y olJliglllJa ú los milicianos dc ar[ud ICl'l'ilol'io á re-
fugiarse al nhri!!:0 del ('¡¡¡JOll de ?;lnnied,'o. CalJl'('l'<l :-;c
~ t.


trasladó al punto ú Chiva, y, jw:tilic8do I()~ u'isles lll'l~­
sentimientos que la tliputllcion !)I'(winl'i,d de ,",¡!cueia
consigllaba al mismo tiC:.'1pO en ~;n s!'l1ti·.h ('" Jlosi;:inll Ú la
reina, recorrió el ¡litis Iodo, Ú J1c~~lr :le la aclilllll vi;ym]sa de
un gl'lJeso cuerpo cristina, qne, siln;Hto (~n Lit'ia p;\l'a Ile-
fendel' la capital, 01)s('j'Y,Ó:l Ú \in tiempo Ú ;)t'i'nHlo¡' y Ú Ca-
III'el'a. Estr, lhi:lic1llL¡ e,ti COIU:l1Q:1, f:u'I'!L' :L'. ';eis :¡lil 110:n-
bres, en dos cllerp:)S, (0,11') ~Oll tillO la Ca¡'¡l'll'¡'a p:l:i:\II:lo
pOI' las illllle(liaci()l1c~ ,k nC:¡UClla, ll:zo llni'clwi' a[ otl'O al
SUI' tle esta cinda(l, h¡\ll:!o~ as c:l';el'Íils; y, el ti, Ilej:\lHlo
á la visla de elLt dos lFltalio!lc:; para hloT¡'~:\l11, se rcnniú
con mnhos cllel'ins en rlid. A la I1r;\iC¡¡i de e,la mll'Ya apa-
ricio n del telTible gefe, salieron (le CU~llca tl las ól'llenes del
lluevo cOll1alHlanlc ¡JeBel'"l lJOD Fn\llcÍseo Vnlílr"s, HlilllOl1l-
bres escasos filie lllli sc h,dl:1klll cntre 1ll:ll'iilO~ y lllilician:)~"
El capil311 genel'allln ~lradl"i.J, AIYarez, m:wcllú con sei,:eiclI-
tos homlll'cs flllC pndo rellnir, en di;"l'('cioll de Oc:¡¡-W, y el
lIueyo comandante ;;cncl'al (!l~ _\1'8;;On, ~ogl1el'as, hizo [l(le-
laular á las órdenes del coronel E2¡¡~lgllil"i'e otl'OS (los mí! que
lIt)garon el ;¿1 á Segorbc. Rácia [llli se encaminaba tamhicn el
mismo Noguel'íls e118, cllfllHlo cayó en S\1 pOller nn pliego de




LlUr.O DEClMO. 155
Cabrera en flHe este anunciaba llil'igiese el Calatayud. Tal
el'e)Ó el caudillo el'istino sel' en efecto la intencion del cm'-
lisia, y mien(rns qne este, bul'inndo el aquel con su es-
tl'atagema, sc illtel'llaha en la .Mancha hasta Tarazona,
Nogueras, cl'eyéIHlose (luelio del secreto de su contrario,
en vez demal'char al Slll' hácia ~loya, se encaminó al Norte
húeia ;Uolilla. AlIi (UYO conocimiento del ardid con f¡Ue le
haLia alejado Cahrera, por la ól'llen que reciLió de salirle
al encucn(ro siluúl1llose en .\.ihaeclc; pero, lHlllúlIuose descal-
Z:1 su (ropa, sc eilcaminó para proveerla de zapatos el Cuen-
ca, donde, ¡'euuido con Alvarez el 31, se eonceetó eult'e am-
hos la manera (le perseguil' aCliymnelltc á los enemigos.


Ocho dias alltes se IwlJia Fo?'eadcll auelantado hasla Al-
lJacctc, y Cabl'cl'a, marchando para apoyarlo, estaLa solll'e
Cofrentcs, dispucsto ú alacal' cste punto y ú pasar elJúcUl' en
s('guilla. Pe)'o la marcha de algunas fllCI'zas de la ['eina Mcia
HCflllellu illlpidi6 la ejecucioll de uI!nel designio y ForcadeU
pl'iY:1 llo de esta C:JÓlwl'ncion y te1lliendo las resultas de la
conccntl'acioll (lllC debia hacel'se en Cncnca de las fuerzas
lle(a:~lilla la l'IllCYa y .\.I'~lrWll, retl'oce(lió el 2G sobre Al-
mansa. El 29, enld) en O¡'ihllela, y al punto se OI'uenó le-
vantar fOl'tiíicaciones en ~rul'cia, y se l'efOI'Zal'Oll los puestos
en Alicante lllismo. Despucs de permanecer tres dias en
Ol'ihllela y de incol'porar ú sus lilas mil y quinientos mo-
zos de la Il11cl'ln, FOl'c¡1l1dl mUl'ehó el 1.° de abril á Elche,
donde snhi¡l lla¡l:lI';:.(~, Ciln dos mil homlJl'es del ejóreito del
Centro, el coronel de LCOll, Hidalgo, (iue pOI' su parte lomó
lambicnta Y!¡el!a de Orilmela. Avi~tÚl'OIlSC en el camino los
dos encqiOs ('\l(,llJi:!;o~; pCl'O el co:nantlante cl'istino evitó el
encuentro, sin emhal'go de L1 nH'jol' calidad de sus tl'opas,




156
y oe estar eoronadas las sienas oe Crevillente tIe milicia-
nos movilizados de aquel pueblo y tIe los oe Elda, Aspe, Mo~
noval' y otros, de todos los cuales confil'ieron ellos mismos el
mando al general Lorenzo, de paso en Alicante para su
confinacion oel castillo de las Peñas de San Pedro. Los
soldados de Hioalgo, indignados oe lo (Iue lIamahan la co-
bal'día de su gefe, se sublevUI'on, y habl'ian sin duda aca-
hado con el, si, agotados en vano todos los metIios de conci-
liacion, no se escapase á Alicante, donde se presentó en
calidad oe preso, calmando, con el deseo que ostentó de sel'
juzgado por un consejo de guel'ra, la efervescencia que
COIÜI'a él cundiera tambien en la ciudad.


Ya en ella, desde la prinm'a noticia de las marchas de
FOI'cadelI, se habia manifestado una gnm fermentacion que
luego se resolvió en un motin. Empezó este por la destitucion
tlelteniente de rey y á ella siguió la de los comandantes de los
castillos de Santa Bárbara y San Femando, ú quiencs, segun
uso, se imputaron intenciones tl'aidoras é inteligencias con
los facciosos, y que, segun uso tambien, fueron reemplaza-
dos por los milicianos, alma por donde quienl de toda se-
dicion. El comandante general hizo dimision del mando,
que fue al punto ofJ'eeido al general Lorenzo, cuya conduc-
ta reciente en Santiago de Cuba inspil'aha ú los I'cvoltosos gl'un
confianza. Fuese pOI' respeto á su posicion ó pOI' crecl' que
su aeeptaeion sel'ia tanlo mas escusable cuan Lo mayol' apa-
rcciese su resistencia, Lorenzo rehusó aquel maudo, ofl'e-
ciendose á salil' con los milicianos en clase de simple gm-
nadero. La desorganizacion de la bl'igada de Hidalgo y la
cautela que, a pesUl' de sus baladronadas, empleaban los
milicianos siem¡H'e que tenian enemigos al fl'ente, permi-




UBRO DECnW. 157
lieron á Forcadell pasar, tl':mquilamente y sin disparar un
til'O, de Elche á Monfort, Novelda, Elda, y Villena, y enca-
minarse al JÚcar. Dc los milicianos de los pueblos de sus
riberas, reunidos para disputade el paso, solo le opusieron
alguna resistencia los de Cortés de Pallas, los tlemas cui-
daron de mantenel'se siempl'c Ú una distancia respetuosa del
all'evi<lo y esforzado guerrillero.


Habíase él retirado ¡lpenaS, cuando la autoridad superior
de la provincia, que no hahia sabido presel'vae de la inva-
sion ú los pueblos, determinó vengar su propia impotencia
en el mas importante dc los invadidos. El gefe político de
Alicante se trasladó á Orihuela, no á enjug31' las lágrimas
de aquellas familias que las exacciones de Foecadell habian
redllCido a la miseria, sino á imponer multas, á eslal1lecer
categorías de desafectos, y á agl'[lVar asi el rigor de una
situacioll, imputahle solo á la im¡)t'evision y á la debilidad
del gobierno. J)espues de mandar que se exigiesen 20,000
eeales-I.ó los (Iue mas hub iesen mostrado su desafeeeion,
);illclu so el cabildo ec!esiús{ ¡CO,)i deteeminó <¡ue-« pU\'U es-
))lahleeersólidumente la tranquilidad y I'egenel'al' el espÍl'itu
»)de sus habitantes, se fortificase la ciudad, y se estableciese
)¡en ella una guarnicíon de milicia movilizada, satisfaciéndose
))los gastos, así como los de la espedicion del gefe politico,
«por el vecindiH'io de Orihuela en general, pOI' exigirlo así
))SU IH'opia segul'idad para lo sucesivo, y como correccion á
M¡Ue por su singular conducta se habia hecho acreedol'.») La
ejeeueion de estas inicuas disposiciones fué ellcal'gada al
ayuntamiento; pero sus indiviJ.uos presentaron su J.imisioll,
de resultas de lo cual se empeñó entl'e ellos y la autoridad
superior una lucha, en que, seis meses despues, triunfó la




158 A'íALES DE: ISAllEL 1I.
justicia, pero quc entre tanto encal'nizó las reneillas y con-
virtió en un teatro de diseol'rlias Ulla ciudad aules obedien-
te y pacífica.


Cabrel'a, reconociendo (/ue su pMicion entl'e el Calj\'iel
yel Júear era eomlwomctída, Y podía haccl'se cl'Ítica all'c-
tÍt'arse FOI'catlell, revolvió sobre Sirte ,\gnas y se cncaminó
á Chiva, donde se le l'eunió Llagoslcl'a de vuelta de lIlla COI'-
reda que desde Uliel aeahalla de hacel' hasta las lmerlas de
Alcil'a, para protege!' cll'etil'o del mismo Foreadel!. COIl
el propio designio, envió de Chiva Cahrcra (el 20) \lna 1'0-
lumna pat'a salide al cnclleutro; é, infol'lnado en tanto de
fllle los restos de los halallones de Amar, (¡ue dct'I'otadoo,
antes en Buñol se e~lahall reol'ganizalldo en Liria, ha-
hian recibido Ól'dcn de repleg:1l'sc sohe Valcneia, salió rn
su husca cn el mismo t¡¡a. Divisólo" lurgo, los alcanzó y
alaeó eerca de Burjnsot, dispersó ~u cahallcrÍa é hizo
pl'isioncl'a su infnnteria IOl!rt, cOlllpHc~la dc ochocientos y
cincucnta hombrcs dc los hatallones de Salloya y de CenIa.
Sobrc ochcllta J1lílS habian (!lle!laclo muel'los cn cl campo.
Mil fusilcs cogidos habrian sido el mas útil I¡'ofco de la ac-
cion, si los prisioneros no pilliesell ~el'\·ir á las ór(lencs
(Ic! vcncedo!', que, admitiéndolos en sus filas, aumentó aun
con soldados "i('jos sus h,ílalloile~, (¡UC aeauaha de I'C-
fOl'zar con quintos recogidos en su espetlicioll. 31anci-
lIóla CaJJl'el'a al dia sigllielltc haciell(!o fnsilal' cn BJrjasol
tI doce lle los oficialos Ill'isionel'os. Con cste sacrificio qHe
}H'cscncial'on deslle sus· mnro~., los halJiLlIltes tic Valencia,
los constemó de modo, que cOITil'ndo algunos cal'lislas tras
los pocos el'islinos fIne pmlicl'on con la fuga preSC1'Yal'SC del
dcsash'c, apenas hulJO quiell se lanzase sobrc los temel'U-




LlllHO DECmO. 159
rios perseguidores, que osaron penell'al' en la" calles de
aquella populosa capital. Cabrcra se uetuvo á la visla de
ella touo el dia 30,


Estos acontccimielltos 11I'odujel'On cn la ciudad una im-
pl'esion !)I'ofunda, y sil'viel'On de pl'eteslo pat'a nuevas ten-
tativas de trastol'Jlos. En la noche dél 29, cuando aun hu-
meaba la sangre de las víclinLls en BUI'jasol sacrificadas
aquel dia, UIlOS rcvoltosos lmlaron de alarmat' el vecin-
dario apoderándosc de un lamuot' de la milicia y tocando
generala,-((POl' fortuna (decia el capilan general en su pl'O-
clama del 30, dirigida á callnar los ánimos alterados) (POI'
)¡fortuna se ha contestado con un silencio, de desapl'obacion
»á eseitaeion tan intempestiva.» Pet'o mas que sínloma de
desapl'obacion, el'a aquel silencio indicio de miedo (n unos
y de cansancio en otl'OS. A favor de estas disposiciones,
flue una guel't'a lal'ga y asoladoJ'a iba haciendo genel'ales,
los carlistas de la ciudad se atl'evicl'on ú mosh'ar puulica-
mcntc el júuilo quc les inspiraban los triunfos de sus ami-
gos , y lo hicicl'on en tél'minos de obligar al gefe político á
dccii' dI;') dc abril, hablando de la rcciente del'rota.-(cLos
))soldados que tantas vcces Ilcvaron el espanto y la muerte á
»)las bandas dc fOl'agidos, se han vislo envueltos y sido presa
)de los mismos á quicn tanlas veces hicieron huil'. Si al-
¡¡gullos deslcales pudieron jactarse de estas pasagcl'as victo-
»)rias p,'onto vCl'ún un amargo descngaño.)) Las palabras de
consuelo estaban sin embal'go desacl'editadas. Micntras el ge·
fe polilico pl'etellllia calmal' la inquictud de sus gobel'llados
COn esperanzas dc viclorias solll'e los cadistas, Cabrera
ocupó el .\ á Lil'ia , donde pel'maneció tres dias , recibiendo
homenages y recursos de toda la comarca, y humillando


TOMO IV. 11




160 ANALES DE ISAllEL 1I.
con ~u impune y prolongalla residencia, á los milicianos
acol'ralados en el fOl,tin. El 1, infol'mado de qur,FOl'eadell
hahia pas¡ulo el GUllllalavial' en Chulicha rl1ill'chó al Yillar,
donde (cl8) se incorporó con éJ, dando entrambos la manoa
Esperanza que se mantenÍll tl'alll]uilo eH Chclva, ú pesa\' de
que pl'egonaba Noguel'as haberle balido en una escaramuza
que en Siete Aguas tuvieron sus tl'opas con la retflgual'rlia
de Forcadell.


DUl'ante lodos eslos movimientos en las provincias de
Cuenca, Albacclc, Murcia, Alicante y Valencia, SCl'I'a-
~or, encargado de mantener la gue\'l'a en la parte oriental
~ell'eino de este último nombre, reyolvió desde las playas
de MUl'viedl'O sohre San Mateo, f¡Ue, deslle el 22 al 24 de
mar'zo, atacó con mil y (Iuinientos infantes. Becllazado de
alli, se adelantó de nuevo solJl'e Yalellcia, ocupó á BUl'rialla
el 3 de abril, y en los dos dias siguiente" alaco e\fuerte, (le~
fenllirlo pOI' 400 hombres de tl'opa y milicianos y por Il1llltitlli]
de voluntal'ios qne se habian refugiado en t'l. Ya empezaban
ú e:;caseal' las municione,:; cntl'e los lldcnsol'es cllllntlo desde
Caslcl!on acudió en su 50('01'1'0 el CO!1lalldHIII(~ gcncI'al Bllil
seguido de la lcgioll llc 13orso y algulIos milicianos. Senadol'
evacuo á Buniana y maniobró para cnvolvel' á Huil; pel'o
este se reti¡'o luego, y ~l poco se l'etil'ó la gual'l1icioll del
fllt?rtc ahamlonanclo un mal eaüon filie lo defendia. Sel'l'allor,
recogiéllllole el 7, marchó ú ataeal' con a á Luccna; y si
bien no fue mas feliz cn a(JlIella te!ltativa qlle en las de San
Mateo y Burriallt\, seüol'có!lO o]¡Hall:e todo el pais sin
mas esccpcion que h1 de los puntos forliflcallos. En vano AI-
varez, quc desde RerJ lIella sl'!:jllia ú L\l'ga distancia á Ca-
bl'em y FOl'cadcll, llegó hasta Segorbe y, con la illtenciol1 de




LInRO DECI:.\IO. 161
apoyar á Nogueras, que volviera á iolel'nal'se en AI'agon, se
adelantó luego hasta Alveolosa. De alli huLo de retrocedel'
de nuevo, ya por la necesidad de observal' ti Serrador, que,
rechazado de Lucma, se mantenia en A Izaneta y Alcol'a.
ya por habel' llegado al [call'o de la gut'rra cl nuevo capitan
general, Oraa, á quien, pm'a dal' unidad á las opel'3ciones
de Valencia y Al'ngon , aeababa el gouicl'llo ve conferil' el
mando de amuos rcillos. Este gefe no pudo, sin embm'go,
impedil' que Lbgostel'a y Esperanza continuasen hnciendo
desde Che!"a COITCI'ías dinl'ias hasta Ulie! é lniesta, man-
teniendo sus comunicaciones con los guel'l'illel'Os de la
Mancha.


Por su pal'tc estos lns mnntenian igualmente con los de
Estremadurtl, Montes de Toledo, y Valle de Tielar. En
todo el lelTitol'io que, llesde las inmediaciones de Toledo,
cone pOI' la fl'onlera Ol'iental de Estremadlll'a hasta los con-
filies de ,\ndalucía, 110 (jlledó, despues de la eapitulacion
de Flintel' en el Almndell, mas que una pcrrueíia colum-
na cl'istina que se estableció entre Siruela y llel'fcl'a,
y cOl'los destacamentos atrincherados en Tl'ujillo, Mon-
tanches y Cáceres. Asi se levantaron á poco, y se refol'zaron
en seguida numerosas gavillas nuevas, de las cuales ullas
acosaban aquellos deslac,lmentos, mienll'as que otras, pa-
:;ando y repasando el Tajo mas aniba, ocupaban á Cebolla,
l\lalpica, Calera, y Ot¡'03 pueblos de la~ inmediaciones de
Talavel'a. Desue el Tajo al Guadialla; desde el Guadiana al
Segura y al Juca!'; desde estos dos I'¡OS al Segre y al Ter;
desde las bocas del Ebro, ell ¡¡u, hastl las del;\"el'vion y las
del Vidasoa, lodo el'(I l' ,1slorllo, de::-:olacioll y pillage.


Privando al gobierno de medios esta situacion y obli-




162 ANALES DE ISABEL 11.
gando ella ti las diputaciones pl'Ovinciales ti exijir cada
dia nuevos sacrificios tie los pueblos agotados, exllala-
ban estos, ya quej as sentidas, ya acriminaciones vio-
lentas, ya amenazas no disfrazadas. La diputacion de Teruel,
despues de clamar cOllll'a el abandono en que estaban las tro~
pas de su pl'ovincia, y de asegur3l' que-a ella tenia anticipa-
das en suministros las contl'ilmciones de ocho años,» aña-
dia (9 de marzo) «si estos pall'ióticos aviso~ no son atendi-
»)dos, no permita el cielo que un desengaño fatal nos haga
))conocer lo que valian, pOl'que los pueblos, en medio de su
)'patriotismo, de su constancia y de sus ueseos, están al
»borde de la desesperacioll, y de esta al (¡¡rorno hay mas
lJque un paso.» La de Toledo (4 de abl'il) despues de Ja-
mentar las calamidades que el aumento de las facciones
del't'amaba sobre la pl'ovincia, de hablar del fusilamiento de
cuarenta soltiados del pl'oYincial de Ecija, sorpl'enditios úl-
timamente pOI' una tie ellas en Camnñas, decia :-« Si la pl'O-
»vincia, no es socolTitla prontamente se verá en el tiuro caso
»de pl'ocurar'se la defensa echando '/11((110 de los recursos
»que hoy ponen los pueblas á (lisjJosicion del !Jobierno.)¡
:Mas audáz aun, la tiillUlacion de Cuenca cl'eyó 110 ticbcr
limital'se tÍ amenazas, y á pl'ctesto ú con motivo de fl'audes
cometitios por los empleatios en la recaudacion de los de-
rechos de puertas, los destituyó á lodos, y aun separó y des-
lCt'ró al intendente, porque este exiguió que se siguiesen
para la avel'iguacion tiel tielito los trámites prescritos por
las leyes. El gobicmo, eseal'tlceillo y anulado por esta
usUt'pacion de sus alt'ihucioncs , resolvió volver por su dig-
nidad, y suspendió á la diputaeion; pero csta, redoblando
su insolencia, publicó el 17 una proclama de tiespedida en




LIBRO DEcmo. 163
que dijo:-llCesa en sus funciones, muy satisfecha de haber
)lobrado con el t'i(Jo/' que el patriotismo inspira conh'a el
:\)impuro manejo de los infieles agentes de la administraeion.»
En fin, las diputaciones de las provincias catalanas engrei-
das como todas de su ol'Ígen popular, y pel'suadidas de
que este les permitia eonducil'se como entendiesen conve-
nir/es, se opusieron al deseo del nuevo capilan general ba-
ron de Meer, que les pidió ellvial' vocales para una junta
encargada de regulariz[\(' los sel'Vicios de pagas y subsis-
tencia del ejército; y, compromeliellllo por su resistencia la
suerte de a(luellos servicios, halJriall contl'ibuido á la fll'o-
longacion de la guena civil, si tojo e~fuerzo local 110 hu-
biese sido impotente para lel'minada.


Las diputaciones provinciales que habian heredado las
tendencias antm(uicas y el espíritu de destmccion con que,
desde el rel'ano de 1835, se dist inguieron las juntas de ar-
mamento y defellsa sus predecesoras, no tenían poder en
efecto sillo cuando adulahan las pasiones ó fayorecian los
intereses de los c\ubisLas. Los de Zaragoza exigían de su
diputacion disposiciones que ti lodo ll'anee asegurasen su
preponderancia y mantuviesen la efervescencia. Mas como
las calamidades que el aumento de las facciones derramaba
sobre aquel pais impusiesen á la cOI'poraeion encargada de
disminuirlas, la obligaeion tIc 1ll0Sll'al'se Cil'cullspectos, los
Templarios sublil//es resolvieron reco\'(larlclas condiciones
revoluciotlal'ias tic su existencia, y lanzada en las vias del
trastol'llo y la llisolucion. E( 9 de abl'il, ti pl'elesto de hallarse
la faccion de Tena á dos leguas de la cindad, se empezaron á
reunir grupos, en los cuales, á vista y presencia de las au-
toridades impotentes para dispensarlos se concertó el de ... ··~




164 ANALES VE I~AIlEL H.
saeato {¡ue debia conS\lmal'se al dia siguiente. A las 10 de
su mañana, los revoltosos, apoyados por la milicia nacional
en númcro todos de mas (lc Illil y (fllinientos hombrcs, dic~
ron cita cn la univcl'siuatl al segundo cabo y á la diputacíon
proyincial, y, entre gI'OSCI'OS denuestos, les hicieron terri-
bles cargos SObl'C lo (¡IlC llamaban su aratia y sus contcmpo-
rizrlciones. La larga y apasionarla scsion se terminó por un
arrcglo, cn virtud dcl cual sc unicron á la dipnlrlcion trece
adjuntos, tomados elltl'l~ los miliciallos Illas fogosos. En el
número se contal'Oll un car-nicero, \In hojalatcro, y otros
individuos dc igurll clase, cuyo encar~o p31'liculaI' fUl~ soli-
cital' cl secucslt'o de los bicnes dc los rI\lsenles, y Sil }'('})(II'-
licíon y la de lus bienes naciollales entre los quehuhiescn
padecido pOI' la causa (~C la libcrtad. La primcra disposi-
cion de la diputarioll asi l't't'orzatb fué ol't1enar el levanta-
mi('ulo dc mil homhl'cs lle infantería y cicllto de caballería,
p:ll'a cuyo pago, Ú razou de ,) ['cales dia['ios ú los primeros
y 9 á los segundos, impuso ú la ciudad Illla contl'ihucion
dc 250,000 rCrlles mens!w\c~. El ayuntamiento convcncido
de b. imposibilidad de exigil' periódicamente tan eXOl'lJilanlc
suma se negó á rrpal'tirla y col)l'arla, y lIl'gÓ 11asla llaeel'
su dimisíon colectivrl. bta actitud el1crgica de la autol'idad
muuicipal, apoyada por los sng,'tos acomo(larlos, á ({uiellt's
se tl'ataba dc dc:;pojal', intimidó ú los alHll'fJlIistas, que, I'C-
plegúndose delante de la re~isll'lIeia, hicil'l'on lllego ueja!'
el ! IlcstO oí los que acahallan de iJl~talal' como sus reprc-
sentantes en In ¡Iiputacíon. Coula srpal'aciolllle estos, sc cal~
mó un poco h, inr¡uietud, y aCllSO se lwhriu res\ablecido
tldln¡tivt\Il1~!!IC el ól't.kn ¡.;i l.\(\I.ld cuerpo, hnmill"do pOI'
lit 118r~sncio" !l\lMlluHI'j" de los trcce, 110 hubiese m~jdo de ..




UIll\O lJECDW. 165
her vengarse de ella en el ministl'o de la Gohernacion, á
(¡u¡en, en una csposiciolll(Ue dirigió álas COl'tes el 15, achacó
los desórdenes del dia 10 y siguientes, Esta imputacíon,
absUl'da cn la slIstanci:l, injllrio~a en la forma, contenida
en un papel el! que se dalla ulla importancia no merecida á
una ridícula cil'<.:ular del illillislro acusado, (,l'a ulla nueva
tea inCClldial'ia CllToj,da en ll1l'llio tic las pasion('s mal apa-
barias de la inllamable capil:ll de Ai'ngoll.


El ministro cOlltra <¡uit'll :':() dil'igi:lll los (lespechados
dennC'stos de la rliplltacioll de Zaragoz:l, C'l'(l e\ dip1l1ado Ú
Cortes (Ion Pio Pila PiZ:ll'l'O, qlll', l1alJiel1llo, el 27 de marzo,
sucedido al !'o¿\o,:,o Li)pt~z en el lle~paeho de la Goherna-
cion, pensó I'cc;lableccr el decoro del lIlinisterio de pl'O-
[cceion il flllC era lhllniHlo, t1iet<lllilo llisposiciolles favora
IJles ú muchos illtcrese~ l!C~CllitL\(los ó comprometidos pOl"
la npatía ó la iglloi'<lneia de :1I;)1\n05 de :';lIS antecesores:
con este fin ('~pidió llliil[illld de ('i¡'cub!'es, (jHC argüian á la
verdad IJlIellilS de~eo~;, pCl'O qlle 110 Jlodian pl'odueil' el me-
llOl' ¡lícn, pOI"IIH" ('1\ el descollcierto en que se hallaban
todos los I'amos de la administrucion, ninguIl medio 'habia
de ejeelltar lo qne en ellas se pl'cceptualJa, La del 1.0
de abd, á (¡ne ntribuyo la diputacion de Zaragoza los desa-
calos del 10 Y los desúl'llel1t'c; de los dias siguientes, conte-
nin ~,olo el recu(ll'llo de otras disposiciones, dicta\lns en 24 de
scli('/JlIJl'(~ y I'epelid:;s en \'HilO enl," de dicicmbl'c, pal'U
que los lJllCl,los 0plisit'st'n Ú las il1Y,ISioncs de los fac-
eiosos toda la l'csistellcia posihle. Ellcal'gúbasc en ellas á los
gefes políticos exigir rcspons~lllili(h\(lcs, imponer correc-
ciones y mult<l~ ,distrihllil' illdemniz¡¡ciones y recompen-
sas, c01l8ll'uil' fOl'lilJcacioncs y cl11pkal' ot¡'HS medidas del




166 ANALES DE ISABEL n.
mismo jaez inejecutaules casi todas, cuando los pue-
blos oprimidos y cxhaustos, lejos de podel' sufl'agar gas-
tos nuevos y de esponcrse, pOI' provocaciones esteriles, á
combates desiguales y á dolol'osos escarmicntos, solo an-
helaban el reposo de que los alejaball sin /in aquellas dis-
posiciones. Odiosa no, pero ridícula, fué la que pre-
vino ('" de ab,'í!) situar las esencIas de pI'imeras lelms
en sitios sanos, y pagal' puntualmente á los maestros,
cuando era noloria la falta absoluta de medios, no solo para
cul.ll'ir aquella atencion, sino ha:,;la para cocer c1l'ancho del
soldado. Rhlícula o poco menos fné tambien la que, cuando
era notoria la impotencia del gobierno (t 8), l)l'ev ino á los ge-
fes políticos de las Iwovincias en q\lC las cOI'I'el'Í",s de los
carlistas hahian sCJ'Vi(lo úlLimamrnte de reeleslO para mons-
truosas ilegalidades,-:( infol'lllar sob,'c las que se huhiesen
)){'omelido en sus territorios I'espeetiyos, y /'establecer el im-
»pel'io de la-; leyes, rll' que el .f/oúifl'110 l/O permitiria la
»(rans.?resiu//. 1) ~ol()rio era asilllismo ti mal efecto que ha-
hia producido el incoherente ya Ilomalo ['(:~gimen mUllicipal
establecido por via de ensayo en 18:35; él'alo que el desorden
causado por aquella tentativa cmpÍI'ica se habia agl'avado úl-
timamente pOI' la instantánea planlificacion (Iel sistema mu-
nicipal de Cádiz, y qne Ilada habia qne hace\' sol)!'c este pun-
to, mas que dictar una ley completa, para la cual estahan
desde mucho anles rel1llitlo~ todos los elementos. Y no obs-
tante, Pila. no resolviéndose ú haeel' lo que cOJlvcnia, y que-
ricmlo mostrarse dispuesto á hnccr algo, mando (22) ú los ge-
f~8 políticos infol'nlr\!' ~ol)l'~ 10<; in!~oilYcnicntes Ó YC/lt:.lj<líl Ilel
RislenH\ ,'igrllle I y (,$\eoficr nhs('r\,¡¡ciones y suministrar
motf;'rialc5 para la fOI'i1l(lc:·ioll de una ley definitivil. Notoria




LIBRO DECll\lO. 16'1
era en fin la eslraeeion de pinturas de mérito que, de los
conventos del reino touo, y en particular de los de Sevilla
y "Mulh'id, se habia hecho para París y Lónul'es; y no obs-
tante, Pita, I'eencargando el cumplimiento de órdenes es-
pedidas en los reinados de Cúrlos JlI y Cúrlos IV, mandó
(28) flue no se pel'mitiese la salida del reino de pinturas, li·
bros ni manuscl'itos antiguos. Pero si estas disposiciones;
la suspension de la diputacian (le Cuenca; la destitl1.'.ion de
algunos gefes políticos, inhabilitados pOI' la exaltacion de
sus prineipíos pam deselllpeñal' atribuciones de proteccion
y de paz, y otras medidas de igual índole adolecían del
aeh:H¡Ue de inoportunidad ó de insuficiencia, y se reducían
á la postre al alarde estél'il tIc un podel' f¡Ue nadie acataba,
las mas de ellas, no obstante, al'3iiian actividad, al¡¡;unasde-
mostraban inteligencia, y muchas anunciaban el deseo de
contener el pl'ogl'eso de la revolucion.


No sucedia asi a las disposieiones de los dcmas colegas
de Pita, dn los cuales ninguna dietahan UIlOS, mientras
otros se complacian en 1)(~I'pclunr con las suyas la ill'¡uietllll
y ellaumentar las calamitlade~. Distinguiase cntI'e estos
ultimos Mendizahnl, que, segl1l'o ya de Sil pOlle!', ni aun de
los bolsistas se cuidaba, y que, rclirando ddinili\'amente las
sumas destinadas al pago tlel semestre de la (¡euua interior,
vencido en el último octuhr'C', no les dejó para eompletm'lo,
y satisfaceI' c1lllleyo semestre, vcncido en 1. 0 de alJl'il, mas
que eSlw\'[lIlzas (Iuimél'icas sobre la pronta terminacion de la
guerra civil, cada dia mas eneal'llizada, Ó sobre la negocia-
don dc un empréstito, Hunea n¡¡¡s (¡UC clltonces irrealizable.


Este empréstito, flHe 1" holsa de ~hH.l{'id, cmpujada siem-
pre por los agentes del ministl'o, saludó con una subida




168 ANALES DE ISAIlEL 1I,
notable en el curso dc tollas las especies tle deuun, hahia
sido pl'opuesto desde el mes de encro pOI' un capitn-
li:sla de París; pcro las cOlllliciolles cran tan lluras fIlIe su
pl'oposicion fué (leseehalla. Intel'Ineuial'ios oliciosos vinie-
ron un poco despues á I'enovat' las plulicas", y ~c formo un
lluevo proyecto cuyas eonllieiones principalcs fueron alian-
zal' el pago periódico de los intereses y la nmot'lizacion su-
cesiva del capilal de noo millones con los p\'oduelos lle la
isla de Cuba, garantizando ú su vcz csta aplicacion los go-
biernos inglcs y f,',mees. Los fOlldos jll'oc:cllellles de la ne-
gociaeion de los lIuevos títulos dchiau p{l~,Ii' Ú !llanos del
una comision, que en llayona sc forlllaría prcsidida pOI' el
cx-minislt'o de la Guel'l'a y ex-:;ellcl'al en gel'e lid ej¡'ll'eílo
del Norte, drn Geronimo Vahlés, y SCl' esdusivamcnle apli-
callos á las nece~ilhdes del mis!llo ején.:ito y tic los de Ca-
taluüa y l\ragon. Los cupones de la deuda interior, ven-
cidos en octubl'e de HnG yen abl'íl de :37,) lo.; de la dí'lt-
lla estcrior, vencidos cn 1l0yiCIlllJl'C y mayo de los mismos
ailOs, debian ser allll1il idos en pago dc los dercchos de adua-
Ilas y de compras de bienes nacionales, COII eo;las dispo-
siciones sc ctcia, primero Ilegoci~u' velltnjllsall1clIle el nuc"o
papel; segundo obtener en consccuencia fOllilos cuantiosos
con fjne pagat', "estir y "limentiH' los ejói'citos, cit'cunst:ll1-
cias de (Iue se hacia depctIller esc\usivamentc la eOtlclnsioll
de la guena intcl'iol'; terecro inlcl'csat' Ú lo:, lelldo/'es de
bonos españoles an1iguos, halagúlldolos (lO!' de jll'outo con el
empleo inmediato dc sus cupones vencidos, y hacibllJoles
columbrar para mas adelante el p"go pUlltnal de los qnc
fuesen 'Venciendo.


ToJas estas c¡;penll)zas qUCdt\I'Oll ell un in~ttlnlc frus-




LIBRO memo. 169
tradas; pues, apenas conocido el proyecto, se levouló con-
tra él un grito gene!'al de rej1l'obacioIi y despecho, Señala!'
por hipoteca especial del nuevo crnp!'éslito las rentas de la
isla de Cuha, era un acto evidente ele espoliacion, pllesto
filIe aquellas rentas, como torlas las de la mona!'quia, es-
t:lIJan ya afectas al pago de las ueudas antel'io!'es, y parti-
cularmente al de las cont!'ai(j;ls en los paises estnmgeros,
La oferla de arlmil ir cupones \encidos en pago de bienes
nacionales y de del'cchos dc alluanas era al mismo tiempo
\lila sandcz y una supel'ehel'ia: lo l1l'im('l'o por cuanto pri-
yaba al Estado de los ingl'c~os de una !'enla flue, aUJl(!ue
rcducida momentúneamente ú la nulidad pOI' las disposi-
ciones de las jUlltas reyol!lcionarias del yc!'ano lle 35 y por
los desaciertos posteriores de MendizalJal, debia sel', al res-
tablccimiento del ól'llen, el lilas sancado lle los recursos del
tesoro : lo srgllndo por euanto, en 1" illuntlaci()n aclnal del
l'Olltl'ahando y en la pal'alisis gcncl'al del Cill11cI'cio, los
¡¡delirios (Ir, aduanas no pasahan de iR ú 20 millones al año,
cuando cscetlian de 2aO los cupones de dClllla intel'iol' y
esterior, venci(los ó vencibles en el periodo (le la opcracion.
:N"i cm menos ilusoria la aplicacion (le e,;los títulos ú la com-
pra de bienes nacionales; pues, no pa~ando de 2;) á 26 p."l.
el¡wccio del papel f[ne CH su ach¡nisieion se emplea m hasta
alli, Ilil podi::m Icnel' 011'0 yalol' los enponcs, y aun debian
tellcrlo II1r1101', pues la pCI'iorlicida<l de los ycneimicnlos
haria renuil' cOll~lalllemCllle ú los IIlcrcallos sumas enol'-
mes de aqnel palwl, cuya eOllcurrcllcia, perellne como el
Clll'SO de un n1[IJl(lIllit\I, ocasionaria desde hwgo, y mt\ntcn-
drlu sin término, \1Bf\ th'!1l'ccincion progresiva {~n todos los
,'alores cil'ctlh\l\lce.




170 ANALES DE ISABEL 11.
Pero lo que aun hacia mas odioso cl proyecto de em-


préstito era la intervencion que necesariamente debia dar-
se en los negocios de la isla a los agentes de las potencias,
en cuya garantía estaha cifrado él huen éxito de la combi-
nacion. Clal'O era que ningun empeño contl'aerian estos
cuando no pudiesen ejm'cel' una vigilancia inmediata sobre
la inversion, y aun sobl'e la recaudacion de los fondos des-
tinados a pagal' los intercses y amortizal' los cal)Íla\cs del
empréstito por ellos gal'antido. Clal'o em igualmente que
esta vigilancia no podia ejel'cerse sino pOI' medio de dele-
gados especiales de Inglatel'l'a y Fl'lulCia, y no habia es-
pañol que no temblase por la suerte de aquella poses ion ,
desde que, con el eal'acter de fiscales ó interventOl'es de la
administraeion, se estableciesen en ella agenles eslran-
geros. Cuantos sabia n la facilidad con que en aquella isla
se podian revolvel' los elementos heterogéneos de su po-
blaeion, los intel'eses encontrados y las pasiones al'llientes
de sus castas, y cOllocian la política (lel gabinetc britelnico,
tcrniel'on que el establecimiento de un agenle suyo en Cu-
ba, encargado de la contralol'Ía de la hacienda, equivaliese
de parle de la Inglalel'l'a el una toma de posesion, y de parte
de la España á un acto de abdicacion de su soueranía. Al-
gunos homb¡'es, que se anunciaban confiados, ó se prcten-
dian illstl'Uidos, l1l'ocmahan desvanecel' Ó call11ar esta in-
quietud, con la idea de la oposicion que harian los Estados
Cnidos á que mudase de dlleño la perla de las Antillas.


A nadie, sin embargo, illspil'aban confianza tan patl'ió-
ticas ilusiones; pues si la gl'au república vecina podia
impe/tir quc Cuba siguiese la suerle de Jamaica, quizá no
pouria evitar qnc tuviese la de Santo Domingo, y, en la 5U-




LIBRO DEC¡~IO. 171
posicion mas favorable, no evitaria ciertamente que tuviese
la de Méjico ú el Perú.


La animadversion con que, por virtud de todas estas
consideraciones, era mil'ado el proyecto de empréstito por
vil,tud de todas estas conside¡'aciones se fortificaba por otra
mas importante, á saber, que los fondos que, con aquella
combinacion. se iba á arrancar de nuevo á los capitalistas de
Europa, servirian, no para defender la causa de la reina, si-
no la de una revolucion, cuyos progresos contemplaba con
dolor la mayor parte de aquellos mismos capitalistas.


A pesal' del apoyo que al hombre que la representaba
y dil'igia prestaban á un tiempo los clubs secretos y el club
público á quien se daba el nombre de Cortes, minaban diaria-
mente su existencia ministerial los lamentos del ejército,
cubierto de andrajos y careciendo á veces de pan; las que-
jas de los aCl'eedol'es del Estado, de las viudas y huérfanos
de los miliIUl'es; de los empIcados de todas clases; los ay es
de lo~ in felices excIaush'ados de ambos sexos, a quienes no
se UI'rojahan siquiel'a las migajas que se les prometiel'on al
consumar su espoliacion ; las maldiciones, en fin, de todos
los mayores contribuyentes, á quienes hubo de estenderse
la eonlribucion llamada empréstito de 200 mIllones, des-
lmes de arrebatadas violentamente enormes sumas á todos
les tachados de moderacion ó de poco apego á los procede-
I'es revolucional'ios, Continuando la falta de medios, no podia
menos de hundil'sc el minisll'o encargado de proporcionar-
los, mientras que, si los fondos procedentes de un emprés-
tito, malo, ú hueno, le pel'mitian conjurar los embarazos del
momento, se prolongarian las vejaciones y el desconcierto de
aquella deplorable administracion.




172 ANALES DE ISAllEL n.
y habrianse prolongado en efecto sin la entel'cza con


que el rey de los franceses se rehusó á ¡westar la garantía
que de él se solicitaba. El millistt'o de España en París,
Campuzano, la pidió por una nota diplomática al ministl'o
de Negocios estrangcros y vel'lla!mente al soberano mismo.
Negósc este á lomal' conocimiento dil'ecto de la pretension;
insistió poco comedidamente Campuzano, y ~I rey hubo de
volvel'le las espaldas, agravando pOI' su desabl'imieulo per-
sonallas diíieultades que habria encontrado siempl'c el pro·
yecto de garantía. Campllzano no sc dió por vencido. El
consul español ~Iarliani , que, aunque no autorizado con el
exequatur del goLicl'no ft'ances, era, no obstante, conside-
rado como tal pOI' la legacion española, y que, por el in-
flujo que le daba ~u calidad, llaLia conciliado en un viage á
Madrid las desavenencias que exis lian entre aquel gobierno
y los banqueros de Pal'Ís, Nlat'liani, digo, l'eeibió ól'llen de
ir á lenlm' nuevamente fol'luna en LÓIl(ll'es. El gobiel'llo
ingles, aunque ponderando los inCOnyellientes y los peli-
gros de la garantía qli(~ de él se solicitaba, dejó á Mal'liani
fOl'mar nuevos proyectos pal'a combinarla, y Jingiendo lo-
mal' pal'te en unos, reservándose examinat' 01t'05, é il'l'i-
tanuo al negociador con reticencias equivocas, con esperan·
zas eventuales, con todos los subtcrfugios en fin que la po-
lítica emplea á veces para impl'imil' á la asechanza el ca-
ráclcl' del beneficio, maniobl'ó para que la Espaiia aniqui-
laua recibiese como lal una convencioll que debja acabar
de hundít' los restos de. su industria. Los Llgentes de aque-
lla desventurada nacion se ¡isolljeal'on de oblener en fin la
garantía apetecida, y entretanto la anunciaron como segura,
esperando, mielltms llegaba tI hacel'se efectiva, pl'oporeio-




LInRO DECUIO. 173
Bar fonuos, si no para socorrer ninguna de las necesidades
U1'gentes ue la España, á lo menos para pagar los bonos
dados en camhio de Jos cupones de noviemb¡'e de 36, y que,
vencidos en mayo de 37, se IH'OrOgaron hasta junio, sin que,
de lHule tIc los lrnedores, siempre deslumbrados por espe~
ranzas, diese esto ¡115l\l' á la menol' reclamacion.


Tampoco, aUJH!Ue pOI' motivos bien lliferentes, la hacian
en ~bdrid los interesados en la deuda interior. Esta conti-
llualH\ teniendo un empleo constante para el pago de los
bienes nacionales, que, u pesar de la afectacíon con que se
l)ondel'ahan los subidos precios de los remates, se regala-
han mas quc se yendian. Las mil quinientas ochenta y siete
fincas vendidas desde el principio de estas enagenaciones
hasla 1." de ahril, habian sido en efecto tasadas en ~ 52
millones y adjllllicauas en 257, ó lo que es lo mismo, con
UIl sO]J1'e\wceio de GG p.o/o pero de los 166 en que apal'ecía
I'{'malada la fine;], solo se pagah;] al contado la quinta parte,
y esto en papel que valia 25 p."Io cn metálico, lo cual redu-
cia el pago }lrimcl'o Ú de cntrada á 81/4 p.o/o efectivos. Los
80 p."/o l'estanks el':!1l pagaderos en el mismo papel en ocho
aiíos, ti razan tic 10 p."!. en calla UIlO, Ú sea de 161/2 pOl'
los lG6, quedando asi cada pago anual reducido ti 4, 1/8 en
(linero. Y como las fincas rematadas eran las designadas por
los licitadores entre las de mas copiosos y saneados réditos,
y no cra posihle que de estas dejase de producir nin-
gUB:! ti pO/o ú lo mcnos, cm claro que los pagos de las ocho
anualidades se hacian con las rentas mismas de las propie-
dades adquiridfls, rrsullando serlo eslas en definitiva por
la suma aprontada al otorgarse la escl'itura, es decil', por
poco mas de 8 p."/o' Si de parte del gobierno era es la una




174 A~ALES DE ISABEL JI.
deplorable dilapidacion, era una especulacion lucrativa de
parte de los compradores; y la ventaja que producian estas
operaciones repetidas mantenia en la bolsa un movimiento
que, aunque efccto solo del pillage, parecía argüil' cierta
confianza en el gohiel'llo.


Mayor todavía dehieron mostrada los intel'esados en
estas maniohras cuatlllo vieron al ministro pl'oponer á las
COl'tes consolidar de una vez sobl'e 1,587 millones de deu-
da sin interés, 56:, en deuda con interes á papel, y 411 en
vales no consolidados, aumentando asi los intel'eses de la
deuda interiol' en 128 millones, de los cuales una quinta
pal'te debia satisfacerse desde 1838, y las otras cuatl'o en los
cuatro años sucesivos. Tan inicuas combinaciones no tenian
mas objeto que favol'eccr momentáneamente el agio, intel'e-
sal' á los homhl'es adinerados que en él se ocupahan, man-
tenel' ó aumental' el curso de los fondos, y esperar en esta
actitud la noticia de una ¡jl'an victoria con que siempre se
contaba. Ct'eíasc que ella e1evaI'Ía esll'aor'dinariamente el
Pl'ccio de todos los valores cn la bolsa de Madl'id, que este
aumento refluil'ia en las de París y Lóndl'cs, y qne, á favor
de esta mejol'a facticía, se podI'ían enagen31' nuevas obliga-
ciones, única eventualidad con que en toda hipótesis se pen-
saba ocurrir a las necesidades de la situacion,


Bien vcia Mendizaballa poca solidez de estas esperan-
zas; bien conocía sohre todo que no pal,ticiparian ue ellas
las clases fine ignora han el .necanísmo de las combinaciones
del crédito. En su inagotable fecundidad de medios de sa-
lir del paso, pensó es tender á los lahradores la con-
fianza que inspiraha á los holsistas , y con este objeto pI'e-
sentó á las Cortes una memoria de que hizo til'ar y uistl'Í-




LlOl.\O \)llCmO. 175
huir diez mil ejilmplal'es, proponienuo la supl'csion del diez-
mo, caq;a inmemorial que pesaba sobre la propiedad, y cu~
yos productos, no solo sel'vian para la manutencion del clc-
ro y del culto y la dotacion de muchos establecimientos de
beneficencia, sino quc PI'opol'cionaban, en tel'cios, novenos,
cscusados, vacantcs y subsidio, un ingl'cso de 70 millones
al TesOl'o. POI' la suprcsion de un impuesto á que las preo-
cupacioncs de los que lo pagaban suponian un origen di-
vino, iba el gobiel'Ilo á privarse de una I'enta pingüe, que,
en las cil'cunstancias del pais, no habia medio de reempla-
zal'; iha ú despojar al clero secular de todo medio de sub-
sistencia y I'cducirle á la mendiguez en que gemian los l'e-
gularcs cxclausll'ados; iba á hacer cCI'rar los templos por
el hecho de dejar las f<'tbricas sin dotacion ; iba, en fin, á
despojar á los participes legos que, poseedores por titulo
oneroso, habrian de exigir una indemnizacion que las cir-
cunstancias hacian siempre, y entonces mas que nunca, im-
posihle. Atropellando todas estas consideraciones, y la del
escúndalo que, en un pais religioso y aun fam\.tico , iba á
}J1'omover la proscripcion del culto de la totalidad de sus ha·
hilan tes , Jlendizabal no solo insistió sobre la supl'esion de
los diezmos, sino que hizo á su colega de la Gobernacion
circular una memoria á los gefes políticos, y uno de ellos,
(el de Alicante, don Antonio Bl'ay) circulándola á su vez á los
alcaldes y ayuntamientos, les pl'evino-l(comunicarla á las
)lperSOnas (Iue, pOI' su ilusll'ucion y celo debian interesal'se
)len el fomento y prospcl'idud dcl Estado, pal'u que apoya-
»sen el beneficioso ·proyecto de que se trataba en pro comua
llde los españoles.» Con esta medida pensaba Mendizabal
captarse la benevolencia dc la numerosa clase agricultora.


TOMO IV. 12




1'16 ANALES DE ISABEL 11.
Ignorando sin duda que esta no se cl'eeria exenta del pago
del diezmo pOI'que asi lo mandasen las Cortes ó el gobier-
no, y que cuando, en el último pedodo constitucional,
se redujo á la mitad aquella pI'estacion, hubo gl'an númcro de
lnbradores quc no creyeron dcucl' aprovccharsc del hene-
ficio de la rebllja.


A nadic hahria aprovechado tampoco la que se hieicse
en aquella ni en cualquiel'a oll'a contt'ihucion cuando, cc-
diendo Mendizahal á ilTcsistihlcs exigcncias, habia tcnido
en fin quc dcseolTcl' ulla partc del velo que cncubria Ius pl'O~
fundas misel'Ías del pais. El 30 dc mal'zo, cs decil', casi á
los seis meses de abiel'tas las Cortes, les presentó en fin el
)lreSupuesto por que de todas partes se clamaba, y con es-
tremecimiento se vió que los gastos dc 1837 asccndían á
1,570 millones, de los cualcs la mitad casi (774) para solo
la guerl'a. Previendo MCl1llizabal la impl'csion que produci-
ría esta revelacion, anunció haber hecho en el pl'csll]meslo
general una I'educcion de cel'ca de 400 millones, pucs lIuC
la suma de los pl'esupuestos particulares de caela ministe-
rjo subia á 1,939. Tan aterradol'a corno csta, cra, sin cm-
bargo, la de 1,570 , Y tan despl'opol'cionada á los ingrcsos
)lI'esumídos del Tesoro. Pero, suponiendo estos de dificil
existimacion, é insinuando que la disminucion que espcri-
mentaban en la actualidad no podia ser sino momenlúncll,
(''\lidó el mismo Mendizah,\I, de retardal' el dcsengaño y de
prolongar las ilusiones, seguro dc que, al haccl'se público
que en solo el pl'csupuesto de 1837 resultaba un d(~fieit de
mas de 1,300 millones, el clamor de los pueLlos obligados á
cubrirlo, úel del ejército condenado á soportarlo, aealJal'ian
de hundir al autol' de tantas calamidades.




LIBRO DECUIO. 171
A aumentarlas contl'ilmian las Cortes por el apoyo que


le pl'eslaban, y la resistencia que oponian á que se examina-
sen los cargos que contra él articulaban muchos diputados.
Cincuenta de ellos firm3l'on una proposicion-(cpara que los
)JsecretUl'ios del despacho se presentasen á dar eucnta del
)¡estado de la nacion , y á responder á las reconvenciones
J)(IUC se les hiciesen;)) y, fundándola, decian;-{(Ios nego-
)Jcios públicos se han complicado mas y mas c3da di3 .......
»Desobedicllcias reiteradas de autOl'idades y gefes milita-
))res; el vuelo que han tomado los pUl,tidos enemigos de la
»)Collstitucion y la inobservancia de las leyes ... hacen con-
))cebil' sospechas fundadas de falta de energía en los man-
)¡datarios del podel'. La guel'l'a fratricida se ha visto esta-
))eionada mucho tiempo .... se han multiplicado y es tendido
))bs facciones de Valencia, Cataluña y la Mancha .... han
»)lleg3do, en fin, á un punto estremo los apuros del el'ario;
)¡c\ att'aso de Jos pagos, el descontento de todas las clases,
»y el consiguicnte desconcierto en todos los ramos de la
)¡administracion pública. ¡¡ Temiendo el partido de Mendi-
zabal las revelaciones que se hm'ian en la dj.gcusion que se
provocaba, dispuso que esta se entablase el 30 de marzo
en ses ion secreta, y en ella, por sí ó por sus amigos, se
mostraron prontos los ministros á dejar sus puestos si se
pl'esentaban diputados capaces de ocuparlos. Este reto ofen-
sivo no podia scr aceplado, ni su aceptacion bastaba para
resolver la cucstion. Justificados los cargos por la notorie-
dad de los hechos sobl'e que se fundaban, no correspondia
á las Cortes mas que declaturlo asi, y dejar á la Corona el
libre ejercicio de su prerogaliva para la eleccion de nuevos
ministros. t:n vez de eso, una mayoría de nueve votos de-




178 ANALES DE ISABEl, n.
sechó la PI'oposicion de los cincuenta, y cuando se tl'ató de
proclamar este acuerdo en sesion pública, se opuso Infante,
pI'onunciando estas singulHl'es pala])l'as-(( ¿Y di¡'cmos á la
»nacion que no tencmos un maravcdi? ¿ Que 110 tenemos
»crédito pam buscado dcntro ni fu~ra del teino? ¿ Que el
»ejército no tiene disciplilJa?» Y succsivamentc CnUl1lel'Ó
todos los males que afligian al pais , y que solo, cuando se
revelasen al munuo enle¡'o, podian tener probabilidad de
remedio.


Desesperanzados de obtencl'lo POI" el exúmen Ilne en
vano se solicitaba hacer de la situacion, Viadera y otros
diputados pidieron en la sesion de 9 de abril-«c¡uc las
» Córtes declarasen que, para el mejor éxito de la gucml,
lfse necesitaba que el gobiel'llo desplegase mayor c!1cJ'gia,»
Cuando se gritaba para que se procediesc á votar, el pre-
sidente levantó la sesion, y en la del dia siguiente fué de-
sechada la proposicion por ciento siete votos contra cin-
cuenta y siele, Pe¡'o respuestas evasivas, disculpas fdyolas,
confesiones humillantes, dejaron malparado al ministerio, é
¡!'ritada á la oposicion contra la mayoría connivente.


Las Cortes, empero, al paso que desechaban las propo-
siciones dil'igidas á poner coto á los eseesos, acogian otras
de indole bien diferente, propias solo para mantener la
efervescencia promovida ó aumentada por la mngnitlld de
las desgl'acias. Recomendóse de nucvo la aclividad para el
fenecimiento de los procrsos pcndientes contra los gClICI'U-
les Peon, Tdlo y Rodil; dccrctóse la compulsa de docu-
mentos que obraban cn el proceso dc estc último gcneral,
y la de los relativos al jl\l'amcnto que hizo prestar ú la COIlS-
titucion en Santiago de Cuba sU gobernadol' Lorcllzo, {l fa~




LIBRO DECIMO. 179
vor del cual se manifestaban simpatías tan vivas, como vio-
lenla era la animadversion que se ostentaba contra Rodil.
Rec\amóse asimismo la correspondencia del general Córdova
con el gobierno, dm'antc los trcs meses de la administracion
de Isturiz, y se pidió-( filie sc exigiese á este la I'esponsahi-
»Iidild pOI' hahel' eohrado contribuciones cOlltra un acuerdo
)¡dc los Procllr:ldol'e~; eontraido empréstitos y empeüos pro-
)¡hibidos; puesto e1l boca de la reina las mas ncgl'as calum-
)!nias contra los rel)J'esentanLcs dd pueblo, y separado de
)¡sus destinos ti algunos empleados pOI' la emision de su voto
»)Iilll'e como Procuradores ti COI'tes.» Autorizados por la
acogiua que en el Congreso hallaban estas indicaciones, unos
diputados preparaban cómplices ó instrumentos para los mo-
tines ulteriores, pidiendo filie se recomendase al gobierno la
reclamacion hecha por el batallon de milicianos de Barcelo-
na, llamado de las blusas, que se quejaba de haher sido de-
sarmado por su pal'[ieipacioll en el motin de enero; otros pro-
voc3h3n recompensas para si Ó pal'3 sus amigos, solicitan-
do (Ine Sil declarase haber sido gratos ti las Cortes los ser-
vicios prestados á las provincias pOI' las juntas creadas en
agosto último, y beneméritos de la patria los que, des-
de el L° de octubre de 1833 hasta la amnistía, tomaron
las ormas en defensa de la libertad; otros, como si no fue-
sen irreparables los daños que por todas partes ocasiona-
La la gucl'ra civil, pl'etendian que se indemnizase á los pa-
triotas de Valencia, que hubiesen espel'imentado pel'jui-
eios pOI' resultas de la úllima illvasion de Cabrel'a. Quien
<Iueria que se form3se causa por su conducta durante la
misma invasioll á Sequera, que ningun medio tenia de
oponerse á ella, y á Hidalgo, cuyas tropas insllI'reccionadas




180 A:'íALES DE ISABEL U.
llevaban en su indisciplina la seguridad de la derrota; quién
que se pusiese á cargo de los ayuntamientos el suministro
de pan y prest á los soldados inutilizallos en accion ele
guerra, como si no abrumasen ya á los pueblos cargas muy
superiores á sus fuerzas y fuese posible gravados con otras
sujetas á un incremento indefinido. No hul:o eSh'avagancia,
usurpacion de atribuciones, confusion de podcrcs, !li mc-
dio alguno de trastol'110 y desórden que no promoviesen, ya
muchos, ya pocos diputados, y que mas ó menos completa-
mente !lO recibiese la sancion de los qne se llamaban rc-
presentantes del pueblo. Por una disposicion tan larga
como apasionadamente discutida, se mandó abrir juicios
fenecidos en los diez últimos años del ¡'égimen absoluto, á
pretesto de que, dUl'anle ellos, se habia suprimido uno dc
los rccm'sos autorizados pOI' las leyes del antcrior pcriodo
constitucional. Por otro decl'cto se trató de modificaI'los que,
sobre señorios, espidieron las Cortes en agosto dc 1811 y ma-
yo de 1823 , Y en vez de deroga¡' la obligacion dc pl'esclllal'
títulos quc un articulo del primero dc aquellos dccl'etos
imponia á los señorcs tenitoriales y solal'irgos p.ra el dis-
f.'ute de su propiedad, se sancionó contm ellos la allulacÍon
del titulo mas universalmente reconocido, el de la }wescl'ip-
cion imnemol'ial, sin embargo, de que, suprimidos d~ hecho
des pues de veinte y cinco años los señorios, no conservaban
los antiguos señores olros derechos que los de propiedad,
que á ningun particulal' se disputaban. A!)\'ohóse asimismo
la reparlicion del Impuesto conocido con el nombre de em-
préstito de 200 millones, no obstante, la dee\aracion fOl'mal
de Mendizabal (13 de abril) de haberlo herho sin base ni re-
sta y ((á ojo de buen cubero;» se consel'vó á aquella espolia-




J.mno DECUIO. 181
cion el mentido carácter de 3nticipacion, que, con el fin de
hacel'la mas exigihle, le habia dado el ministro de Hacienda,
y se eslenuió á cierto númel'O de individuos no comprendidos
en la rcparticion pI'itnitiva, mandándose hacel' una nueva.
que, poco mcnos viciosa que aquella, no debia bastar tampo-
co ú hacc\' efectiva la exaccioll. POI' Otl'O decI'eto, CII /in, se
autorizó la illlrouuccioa , por los puel'los de Bilbao y San
ScLastian, durante los meses de alJl'il á julio, de ochenta
mil fanegas de tl'igo estrangel'o, ú doscientas mil arrohas de
hariuiI, cien mil anohas de vinl) y otra multitud de comesti-
bles, de que hahia sob¡'antes enormes en todo el reino, y
aun en el mis mo litoral cantábrico y en la provincia toda
de Santander, perjudicada, como las de Palencia y Valla-
dolid, con la innecesaria concurrencia de granos estran-
gel'os.


De tautas disposiciones antipolíticas, antieconómicas ó
eslcmporaneas, cI'eyóse atenuat' el mal efecto acelerando la
discusion de IaConstitucion nueva, aunque, dehiendo laguer-
l'3 civil hacer imposible su plantificacion é ilusorios sus bene-
ficios, conviniese buscar ell'emedio de los males públicos mas
Cilla concentr!lcion del poder que en su division. Tal habia
sido la práctica de todas las naciones en épocas de trastornos;
y tal la consideracion en virtud de la cual las Cortes mismas
hllhian, poco antes, concedido exorhitantes facultades á la
oJig,lIY¡uia ministel'iaI. PCI'O, no famiJial'Ízados los autores del
proyecto con los medios prácticos de gobierno y de protec-
CiOll, cl'~yel'on dispensarla eficaz á los pueblos rejuvene-
ciendo un código politico que, pOI' su constante descrédi-
to, tcnia á lo menos la ventaja de no sel' obedecido, y cons-
truyendo una nueva maquina de gobierno: cuyo mecanismo




182 ~NAI..ES DE ISADEL 11.
complicado no podia menos de promover conflictos entl'e las
pasiones y los intereses.


El 13 de marzo empezó la discusioll del pl'oyecto de
que, pOI' mas de cuarenta dias, se ocuparon las Cortes. Ca-
ballel'O, Alvaro, Lopez y otros diputados llescnvolviel'oIl y
esforzaron en varias sesiones muchas de las teorías politicas
que, pI'oclamadas medio siglo antes en la célebre asamblea
de nn pais vecino, habian pel'dido ya su prestigio, hasta bajal'
de la clase de axiomas de gobierno a la de sofismas anúrllui-
coso Desde el segundo dia de la diseusion, habia dicho el mi-
nistro-diputado Lopez-c(el hombre que debió suaparicioll en
))Ia escena política a los primeros movimientos del espíritu
)¡novadol' en el año de 1834; el que ha debido ocupar la si-
»)lIa ministerial al gran movimiento de agosto último, no po-
»)(lia venir aquí á ponerse en contradiccion consigo mismo,
»)á abjurar sus opiniones, y á sacrificar al (l/Iso y misc-
»rable brillo del ministerio las ideas del patriota y los
»)sentimicntos del diputado;» y en seguida ,-c,c! principio
)(le la sobel'allía nacional es el gran eje, el resorte de la
))máquina en el gobierno representativo.») En el mismo dis-
curso, lanzó una filípica fUl'íbunda contra el Estatuto, á cu-
ya publicacion confesaba haber debido su aparicion en la
escena politica, cubrió de lodo la memoria del márti¡' del
Ól'den, Quesada, y reservándose la facultad ele hacer, como
diputado, observaciones conlt'a el proyecto, que aprobaba
como ministro, se !weparó con ~sta distillcioll Ú abandona¡'
los intereses de la Corona, que tenia, cn calidad de conse-
jero de ella, obligacion de defender. AUnf(lIC libres para de-
sempeñar los deberes de este oficio los otros ministros ((ue
no eran diputados, no hubo entre ellos uno (llIe se ellcal'-




LIBRO DECIMO. 183
gase de defender la garantía mas sólida del órden público
en las prerogativas del trono, ni que quisiese representado
en la discusion de la ley que debia ol'ganizal' los podere s
del Estado; resultando de este abandono que la dignidad
real no intervino en el debate en qüe se fijaron las conrli-
ciones de su cxistencia, y que la Constitucion nueva no fué
un paclo libI'C y contl'adictol'iamente discutido enlt'c el mo-
narca y sus pueblos, sino una ley (IUC los que se decian re-
pl'esclltantes de ellos, implIsiel'on á sus sohel'anos. Ni DUU
contm la fórmula anárquica del pl'ocmio.-«Las Corles
«aeuel'(lan y srtllcionan la pl'csente Constitucion,» levantó
la voz ninguno de los ministl'os, para demostral' la conlra-
diccion que rcsultaba dc dcspojal' á la dignidad real, para la
sancion de la ConslitucÍon, del del'ccho que esta le recono-
cía para la sancion de todas las de mas leycs. Asi, aprobada
(cl 18) la totalidad del pl'oyeclo, lo fue (el 21) el preámbulo.


No contento CaJatl'ava con dejarlo aprobar sin reclama-
cion, procuró, en la ses ion del 11 de abl'il, justificar csle
abandono. Puesto á discusion el artículo que trataba del nom-
bl'amienlo de los scnadores, e impugnado por unos como 31'is-
tocráticoy como democrático por otros, tomó Argüellessu de~
fensa, y enll'c otras cosas dijo,-«que conceder á la Corona
)lla facultacl de elegir lilH'cmente los miembros del Senado,
))habria sido el prescnte mas funesto que pudiera hacersele,
»)pues Jos ministros se verian acometidos por intrigantes para
MIlIe los nombrasen á ellos, y los obligarian á nombrarlos
»)en efecto.)) Esta observacion, que revelaba la dependencia
en que los denunciados intrigantes tenian alministel'Ío, de-
bia, por esta sola razon, ser rcfutada pOI' él; pel'o, en lu-
~ar de eso, Calatrava ratificó esplicitamente los recelos de




184 ANALES DE ISABEL 11.
Argiielles, diciendo:-«En el estado actual de las cosas, la
»Corona y sus ministros creen que seria un don fatal
lJjJaIYt la Corona misma conceded e á ella sola la facul-
"tau de nombrar los senadores» añadió,-(cf[ue el tl'OUO
))estaba bastante garantido con las demas pl'cl'ogativas
))fIue la Constitucion le concedia , ) y pl'etenuió jllstifieal'
asi ti los ministros de no haber tomado parte en la discu-
sion de aquella ley. El artículo fllé aprobado.


Aun no pareció ti la mayoría dc los diputados ~ufi­
ciente garantía de los pretendidos derechos del pueblo, el
ol"Ígen popular de los senadores. Todavía se creyó que su
calidad de vitalicios era un atentado contra la soberanía
nacional, un medio de disminuir la influencia escIusiva
del Congreso de diputados. Domenech, Vila, Diez, hablaron
contra aquella prerogativa, que defendieron Sancho y don
Antonio Gonzalez; y, puesto á votacion el artículo que la san-
cionaba, fué desechado por noventa y un votos contra ochen-
ta y tres, conttlndose cutre estos últimos los de los minis-
tl'OS Infante y Pita, que sin embargo no lomaron la palabra
para sostenel'lo, y los ex-ministros Heros y Gomez Becel'fa.
El artículo, vuelto á la comision para ser redactado confor-
me á las ideas emitidas en la discusion, fué presentado de
lluevo, concebido en estos términos:-«Cada vez que se
)haga eleccion de diputados, pOI' habel' espil'aclo su enear-
)go, ú por disolueion, se renovará por antigüedad la tCI'-
»cera pal'te de los senadol'es, los cuales podrán ser rec\e-
»gidos.) Aprobóse estadisposicion pOI' noventa y un votos
contra sesenta y uno, sin que nadie obscl'vase que la apti-
tud para la reeleccion era poeo menos que quimérica, como
subordinada á ,condiciones contradictorias. La reeleccion,




Lmno DECI:MO. 185
en efecto, exigía el concurso de los electores para incluir
a los senadores salientes en las nuevas listas de candida-
tos, y el favor de la COI'ona para el nombramiento. Disuelto
el Congreso de diputados por falla de la conveniente armo-
nía entre él y el trono, y arrastl'ando l!'as sí ::tquella diso-
IncÍon la de un tercio del Senado, la candidatura pal'a las
plazas vacantes de este último cuerpo no debia dc ser un
título de recomendacion cerca del gobierno, sino en cuanto
los electores diesen a este muestl'as de deferencia, no ree-
ligiendo á los diputados cuyo espíritu de oposicion ó dc
hostilidad provocara la disolucion del Congreso. En 011'0
caso, es decir, si los electol'es volvian á envill.r a él los mis~
mos diputados, la designacion de sus candidatos para el
Senado seria un título de esclusion de parle de la Corona,
como lo seria de parte de los electores la predileccion que
ella mostrase á uno ú otro de los senadores removidos.
Este riesgo, probable en situacion tranquila, era incvitable
mientras las pasiones continuasen agitadas, y todo indicaba
que continuarian asi por lal'go tiempo.


Los optimistas, que nunca abundan mas que cuando peol'
van las cosas, aplaudieron no obstante aquella esencial mo-
dificacion introducida en las condiciones de la existencia se-
natorial, fundándose en que, cuando los representantes de
las pasiones del momento, únicos que por entonces podian
figural' en las listas de la candidatura popular, ocupasen de
por vida los escaños del Senado, se arraigarian y perpe-
tuarían en su sello las tradiciones revolucionarias, y estas
harian la guerra a las innovaciones útiles que el espíritu de
justicia y de moderacion (l"isiese introducir algun dia en el
nuevo código político. Pero si esta eventualidad mer(lcia ser




186 ANALES DE ISABEL n.
tomada en consideracion, no era menos cierto que, quitado
el carácter vitalicio á la dignidad senatOl'ial, desaparecia el
único contmpeso con que se podia modificar la movilidad
inherente al origen popular de> la cOI'pol'acion y el solo me-
dio de atenuar los peligros de su fOl'maeion anónwla y dc
su cadetel' anfibio. La institueion, despojada dc las garan-
tías de inamovilidad, no podia ser ya un resol'le para con-
Lener el movimiento acelerado de la máquina política y re-
gulm'izar y uniformar su accion; al conteario, debia ser una
rueda destinada ti embarazar toda maecha, á desordenal'
todo movimiento. Como si se quisiese agl't\Yal' la complica-
cion, ó hacer mas chocante la anomalía, se adoptó al mis-
mo tiempo la disposicion (Iue hacia senadol'es natos ti los
hijos del rey y á los dcl príncipe heredero; poniendo asi en
contacto inmediato á los representantes hereditarios de in-
tel'eses permanentes, con los representantes amovibles de
intel'eses efímeros y acaso de pasiones desordenadas, y
provocando con esta fusion de elementos antipáticos, cho-
(Iues que, inevitables siempre, pOtlrian alguna vez hacerse
violentos.


Fuel'a del desecho del artículo 77, que prevenia que
-,<las ordenanzas del ejercito y armada fuesen aprobados
)lpOr las Cortes,» y que no fue admitido á pretesto de que
coartaba en esta matel'ia la iniciativa de los cuerpos cole-
gisladol'es, ninguna olra variacion importante se hizo en los
demas del proyecto, que fueron sucesivamente 3¡1I'0hados
por una gran mayoría. Varios diputados distinguidos com-
batieron el que escluia á los clérigos de la representacion
nacional; el que mandaba que sc reuniesen las Cortes pre-
cisamente el t. o de diciembre, si el rey no las habia con-




UDno iiECIYO. 181
vocaJo antes ue aquel (Jia; el que declaraba que el rey ne-
cesitaha de una autorizacion especial para contraer matl'i-
monio y permitÍl' que lo contrajesen los de sus súbditos
llamados por la Constitucion á suceder en el trono. En la
díscusion de esta última medida dijoSancho,-((que el ma-
>Jtrimonio que el rey contrajcra sin licencia de las Cortes
llera nulo, y que, pOI' ser esto tan sahido, no sc habia es-
)¡presado en el artículo.» Asi, los constituyentes de 1837
tratahan á la reina presente en Madrid con menos defel'en-
cía que, veinte y cinco años antes, habian mostr'ado al rey
ausente los legisladores de Cádi'l. Estos, sin oh'a doc-
trina política que las paradojas del Contrato social; sin
otro modelo que la Constitucion francesa dc 91; regentan-
do el reino durante el cautiverio, que suponian perpétuo,
del monarca, pudieron creerse autorizados en cierlo modo
por esta cÍl'cUllslancÍa para ealmar con precauciones eXOl'-
bitanles la desconfianza que abrigaban contm el podel' de
la Corona. Pero, en 1837, la renovacíon de las precauciones
de 1812 y la afectacion de la antigua desconfianza eran al-
tamente ofensivas á una reina. que estaba en el pleno ejer-
cicio de su soberanía, y á la cual, aunque presente, aun-
que digna de la gratitud de los diputados á quienes habia
alzado un lal'go destiel'l'o, no se permitia protestar contra la
dependencia y la humillacion á que se condenaba á su hija
y á sus sucesores. Estos podian algun dia revindicar los
derechos de quc se privaba á Isabel y reclamar el decoro
ele su dignidad, vilipendiada por muchas de las disposicio-
nes de la Constitucion nueva; y esta eventualidad, objeto
de inquietud desde luego, podia hacerse mas larde un sín-
toma de disolucioll.




188 ANAJ,ES DE ISAllEJ, 11.
No lo creian asi los autores del proyecto, que, satisfe-


chos de la poca oposicion que encontraron, y tran~uilos con
la seguridad que, en nombre de la Gobernadora, dió Cala-
trava de estar bastante garantido el tl'Ono con las 11l'eroga-
tivas que se le concedian, determinaron celebrar la fiesta
del 27 de abril dando fin á la discusion del nuevo código.
Concluida en efecto, dijounode sus autores (Acevedo)-«este
»dia es altamente glorioso por la coincidencia de ser el cum-
»pleaños de la inmortal CI'istina, la madre de los españoles,
»y haberse acabado de discutil' el pl'Oyecto de Constitucion,
»que hará inmortales los nombres de los qtte compone-
» mos la co'mision.») Respondióse á esta baladronada eon bl'a-
vos y vivas que no traUf!uilizaron sin embargo á los que,
en la nueva ley orgánica, vcian falta de equilibrio en los
poderes ni desarmaron á los que, desde que empezó á dis-
cutil'se, l'eprobal'on que se alterase en ella el espÍI'ilu de I
famoso código gaditano.


Enlt'e este y el nuevo, señaló Caballero veinte y nue-
ve puntos de difel'encia, en todos los cuales pretendió sel'
cunll'arias las innovaciones á las prcrogativas de las COI'les.
Declamando, como se habia hecho antes en Cádiz, contm
los abusos del poder real, insistió sobre la necesidad de
reducirlo á los limites mas eSlt'echos; y su colega Alvaro le
apoyó vigorosamente, sin que nadie ohservase que la sola
disposicion del articulo qne autorizaba á las Cortes á ,'('-
unirse por sí cuando, el 1.0 de diciemb¡'e, no las hubiese
convocado la corona, repo.raba con creces la supuesta di-
minucion de las atl'ibuciones ·seúaladas en Cádiz á aquel
cuerpo. El mismo Caballero habia pretendido establecer
antes (17 de marzo) flue el partido liberal fué el (IHC hizo la




LIBRO DECI}IO. 189
revolucion ue 32 y uesarmó á los realistas en 33. Algunos
tlias despues, sosteniendo que, la reina, al firmar en la
Granja los decretos de agosto, se habia limitado á reconocer
un hecho IwocIamado en muchas ciudades importantes, cen-
SUl'Ó que, en el decreto de 1:3 de a¡:j(}sto, se hubiese añadido
la cláusula que atribuia á las COl'tes la facullad de haeer
otra Constilucion diferente de la de Cádiz, cu::mdo era la
restablecida por la voluntad nacional, contenida y espresa-
da, segun el, en las alocuciones tle las juntas revoluci ona-
rias. Estas observaciones contra la reforma del c¿digo ga-
ditano el'an rigmosamente lógicas en el sentido anarc!uistn,
y los hombres que solo dehian su illvestidma de legislado-
res al restahlecimiento dc aquel código no podian en ver-
dad refutarla sin desconocer el orígen de su mision , sin
sustt'aersé á las condiciones exigidas por el moti n que los
elevara. Pem, unn vez elevados, creyeron muchos dc ellos
podel' l'enegal' sus antecedentes, y darse, en nuevos he-
chos, títulos nuevos al poder que usurparon. Combatido
por estos hombl'es , el partido Caballero, pensó oLlenet' tle
ellos por la amenaza lo que no podia conseguil' con los
recuerdos que en vano les hacia de su orígen comun; y en
efecto, empujó á un diputado de Alicante, llamado Ta: in, ti.
pl'esentar una proposicion (3 de abril) para que-«suspen-
»diéndose el éxámen de otra Constitucion que la que la
»)lIacion tenia jurada, se tl'atase solo de terminar la gue!'-
»l'U civil y dispensa!' Lienes efectivos á los pueblos. j) En el
caso de no sel' acogida esta idea, Tarin amenazó relit'al'se
del Congreso ,-«por no creer estensivos sus poderes á ad-
»milit' las val'iaeiones presentadas.» Olózaga, encargado de
comhatir al nuevo campeon del partido gaditano, quiso que




190 ANAL!S DE ¡¡:jADEL u.
se le oyese; pero Tarin no acertó con las palabras pUl'a
sostener su proposicion, la cual no solo no fué tomada
en considel'acion, sino que, segun elltonces se declaró, fue
oida con desagrado por las Cortes. Algunos diputados, alegan-
do un precedente del año 14, pidie\'on que se formase
causa á su auto\'i pe\'o no se creyó bastante fuerte la ma-
yoda para tomar esta dcterminacion. ConlI'a el acuer-
do que espresaba el desagrado de las Cortes) protcstal'on
tl'einta y dos votos; pcro no se elevó otm voz en favor llcl
diputado comprometido pOI' su ridícula docilidad que la del
famoso Cardero, que miró la proposicioll como un desahogo
de celo. Algunos de los instigadores de Tat'in pensaron tarn-
bien protestar, dándole una serenata, contl'a la decision que
le condenaba; pel'o la autoridad lomó pI'ecauciones y IO¡jI'ú
sofocar la manifestacion de estos sentimientos. La avel'sion
Ó el desden que inspiraban los debates sobre los plebiscitos
especulativos en que se entretenian las Cortes, se aumenlú
por el singulal' espectáculo que llió un rninistl'o, abando-
nando su silla pam interpelat, á mansalva á sus colegas, y
reconvenides de fa\t.as de que era cómplice él. El ministro
Lopez, que habia dejado su puesto en 27 de marzo, atrihu-
yú, en 8 de abril, su renuncia al temor que le inspinllJall
los males que veía ag¡'uparse sobre las proyineias de Va-
lencia y Alicante. Denunció que las facciones hubiesen pa-
sado el Júcar, pcnetrado y permanccido en Orihucla , en-
gl'osádose cn sus corrcrías, aniquilado los pueblos y desa-
nimado á los nacionalcs. Acusó al gobiel'l1o pOI' no habcl'
nombrado á tiempo un capilan genel'al pa ra Valencia, ni des-
tituido al que no impidió el paso del Júcar, y concluyó pi-
lliendo castigos y dcdal'ando subordinado á esta condicion




LlllRO llECllUO. HIl
su voto favorahle ó con1rtu'io al gobiel'11o, Nada era mas fá-
cil (IUC l'ClOl'Cel' contl'a :-;u autor estas imputaciones, a80-
ciumiole á la responsabilidad de 10:-; cUI'gos ¡¡Ul' articulaba.
PCl'O Lopcz hahia cuidado de l)['esl~lltar\os CH vuelLos en l'e-
ticencias conminatorias, y l'l mierlo A las revelaciones con
que amcnazaJnl hizo it SHS antiguos colegas limitarse ú dUl'
cHenla de las insignineantes medidas lIue hahian adoptado
¡Jara contenel' la illvasion de Cabrera, de que los l'eeOll"e-
l)ia el ex-ministro. El diputado que, pOI' indisposicion del
conde de AlmodóvUl', despachaba intel'inamente el ministc-
rio de la Guerm el'a don Facundo Iufante que, emigmdo
en 1823, habia ido al Nuevo l\Iuudo á ofrecel' sus servicios
á los inSUl'genles de Colombia y desempeñado en aquel pais
el ministerio de la guert'a. Escusándose con lo reciente de su
elevacíon á igual puesto en su patt'ia, puJo sin mengua no
completal' las esplicocioncs C[He nflllie, pOI' otm parte, necesi-
taha menos qnc el (IIlC los ))1'o\'ocaba, puesto que en su calidad
de ministro de la Gohernacion, habia contribuido á las medidas
cuya insuficiencia sc all'C" ia á llenunciar, La interpelacion
de Lopez, no dirigida á remediaL' ningun daño pasado, ni a
impedil' ningun daño flllUl'o, no em pues otra cosa qne el
anuncio de que rompia los lazos que hasta alli le liganm á
las tl'adiciones del poder, la declaracion de que, no rcte-
uido ya pOl' su carúcter de cOllsejel'o de la Corona, se el'i-
gia, eH fin, ell ól'gallo oficial de las exigencias del partido
(Iue ([Ileria establecer su dominacion sohl'c minas.


Pila medida consel'vadom y bcnéJiea fué la sola tregua
(lne diú la asamhlea al cspíritu qne la dominaha. Tradicio-
nes absUI'das de Cúdiz, esll'Uvagantes teorías de igualdad,
CITores cometidos por la admillisll'acioll del 1& de agosto en
TO~lO IV. 13




192 AN.\LES 1m ISABEl. tí.
JOS primeros dias de su advcuimiento al pOllcr habían com-
plicado singularmente la cucstion de la representacion de
¡as provincias de uILI'amar. En confor'mitlad,de las prescrip-
ciones del código gaditano, que las llamaba al Congl'cso de
la metl'ópoli en union con los diputados peninsulares, los
millisll'os de agosto mandaron, en 19, 21 Y 25 del mismo
mes, proceder á las elecciones de diputados de CulJa y
Puel'to Rico, las cuales se verificaron en seguida, y aun fue-
ron aprobadas pOI' las CÓI'tes las de esta última cülouia. Entre
tanto, la insurreceion de Lorenzo en Santiago de Cuha;
los clamores flue ella alTancó á los homhres acomodados de
la isla toda; la pintUl'a enél'gica que hizo el capilan gencml
Tacon del riesgo que se corria de vel' alterado su sosir[jo,
si se estendian á ella los derechos politicos concedidos ú los
habitantes de la metrópoli, hicieron crjar' al miuistel'io y l'e~
conocer la necesidad de que aquellas posesiones se gohernasen
por leyes especiales; y asi lo propuso á las Cortes la
comision ene:ll'gada de itlformal' s01['e la materia. Comhatió
Caballel'o el diclámen, califieando de ama fíos las esposieiolles
en que, desde la Habana y Santiago, se habian ensalzado las
precauciones de Tacon, y acusando á Mcndizabal de haher
sacl'ifieaclo, á los recursos pecuniat'ios f¡He esperaba ohtencl'
de la isla, los intereses de la política y de la justicia. El di-
putado Torrens, conocido como autor de ulla historia de la
emancipacion americana, descrihió con exactitud la sillla-
cion de aquel pais, y, cediendo ú sus obsenaciones, apro-
baron las Corles, en b sesion del lG de alll'il, la propuesta
del gobierno, y alejaron así de 1H~ Antillas espaüolas los
elementos de discol'dia inmedialu y de emancipacion ul-
terior.




LUJHO HECIMO.


Pero si el exámen ue los intereses de una p(lsesion dis-
tante no ponia en juego las pasiones de los diputados; si
esta calma permitia discutidos sin acl'iminaciones y fijarlos
sin recelos, no sucedia lo mismo cuando se agitaban cues-
tiones de amOl' propio ú de interés de partido. El respeto su-
pel'slicioso con que los ex-diputados de las COI'les de Cá-
diz mil'3JJan los decretos que ellos allí dictamll en ot!'o tiem-
po, hizo desoir los raciocinios irrefutables de Tarancon en
la cuestioll de seiíoríos, y decidida en perjuicio de respeta-
IJlcs derechos y en el sentido de las l)l'eocupaciones de la
asamblea gaditana. Ante el amor Pl'opio de Argüelles , ce-
dieron tnmbien consiueraciones de ól'den superior con que
Alvaro comhatió el proyecto de ley destinado á dar una
apariencia de regularidad á la exaccion del pl'etendido prés-
tamo de 200 millones.


y loLiaYÍa eslas discusiones, agl'ias las mas veces, pare 4
cian lempladas en compal'acioll de muchas de las que se
promovían en algunas de las sesiones secretas. En una de
ellas, se llenal'on de denuestos los diputados Pizal'l'o y San.
eho, de resultas de haher insinuado este cn ses ion pública
((ue ar[ucl hahia ido á cumplimentar en 1823 á la junta de
Oyarzun. Pizarra, uel'l'otado en la contienda, y coniLlo del
cOllll'ustc (¡Ile prcsentaba la exaltacion actual dc sus princi-
pios con sus antecedcntes absolutistas, tomó el pm'lido de
no conClll'l'il' mas ú las sesiOHes. En oll'a !'le tomó eH consi-
dcracíon un m'lÍculo del Castellano, cn que el diputado 1\1-
VlH'O, S11 I'edaclol', rcvelaba los 1l0ll1lJl'es dc los de sus cole-
gas con~titui(los en jurado, que habian votado pOI'(lue se le
fOI'mase causa pOI' otro aI'lículo cantea Mendizalml, publica-
do en el mismo periódico.




191 ANAI.ES me I!lATIET. n.
En IfI flcalOl'afla lliscusion, se lanzó Argiielles á dicterios


soeces, y FelTcl' dijo f\llC-«era mcnestel' decidíl' la cucs-
»lion á palos 1) Nuevos imlwoperios conli'U 1\1 eI1llizalml; gas la-
das declamaciones sobre los males púhlicos; aflui pasioncs
de pandilla; alli intcreses pel'sOlUlles; amhicion en unos, ga\'-
l'ulilhHl eu ol¡'os; ignill'(lI1cia en casi to¡\o~,,' he ar¡n¡ el espec~
t{leuio (¡ue jll'esenlaron dlll'autc aquel lleriollo !as s('~ionc5
secretas de las Cortes.


Natul'Ul era que los enemigos de la causa de la reina
desacreditasen {¡ los autores de tan lo desconcierto, y f¡ne
)wocUl'asen envolvel' en el mismo descrédito, aun ti los que
la defendian en los campos. El general carlista de Catalu-
ña, Royo, anunciando desde Pon s la formacíon en hatallo-
nes de sus hasta tntonces indisciplinadas gavillas, pomle-
ramIo la victoria que dehia a esta organizacion y ensalzan-
do-«la clemencia con que su rey acogía ú los ilusos f¡He
)lsupiesen mCl'ccel' la disculpa de sus estl'avíos,» hallia ((i-
cho (28 de fcbrcl'O) á los catalanes-Hlejad las armas; ahan-
»donad á esos scductores, antes que os ahandonen pm'a ir
»á comer en país estrangero el (nr lo du sus t'apiüas .» Es-
ta aeusacion , calumniosa sin duda por la gcneralidad con
que cstaba concebida, fué repetida, no obstante, pOI' los ha~
bitantes de los puelJlos, cmpobrecidos por las exacciones y
humillados por los insultos; y el despceho ocasionado por
ellos, y solwc todo por la ¡ntcndon que se all'ibllia {, sus
autores de escaparse cargados de los despojos del pais, en~
gruesó las filas carlistas y les pCl'lnilió cstcndcl' por donde
quiera sus impuncs COrl'cl'Ías. Trislally sorprendió a Calar,
mientras Hoyo estrechaba á llag(l, y Al'hones y Castcll ame-
nazaban ú Lél'ida. El 10de ab¡'il, el segundo caho carlista




LIBUO lIECIl!O. 195
Sohrcvies, con cuatl'o hatallolles, atacó y deshizo, entre San
Quil'se ue neSOI'a y TOI'clló, la }))'igada de Ayerbe mamla-
tia entonces pOI' el cMollel de Guadix Y ollel', y compuesta
de dos hatallones Je Amél'ica y algunos caballos. El gefe
de la columna, los COIlHlIlllautes de "los batallones, muchos
de SU5 oficiales y sesenta soldados qUCtlal'Oll , pOI' resultas
de '!JI sangl'jcnto combaLe, tendidos en el campo; oleos se
ahogaron queriendo vadeal' el Tel'; uoscientos y cincuenta
fueron heridos y muchos falleciel'(l11 en seguida; el resto,
en (lispcrsioll, pudo refugiarse en el fuelte de Torelló. Tres
dias despues, Osorio, bajando de OIOl á Vich, fué atacado
pOI' una l.ll'igada de la division dclmismo Sobrcvies, mandada
pOI' el coronel Siljes, que le obligó á l'etil'arse en ES(IUirol.
ZOl'l'illa y Mallorca recorrian en tanto y asolaban el Ampur-
clam, y, por colmo de desventura, Tl'istany se apoderó de
Solsona. En la noche del 20 al 21, se inll'odujo en el pala-
cio episcopal, cOllVedido en casa fUCltC, fl'anrlllcando un
centinela la entrada ti sus soldados, (¡UC sOl'pl'endicron y
dcsarmaron la guardia. Duo de los Illilicianos quc la COIll-
ponian, escapando á la ciudad, difundió en ella la aIUl'ma:
el comandante dc armas, Roca, hizo l'cunil' en la plaza los
retenes situados en difcI'ellles puntos, y, apodel'tllldosc de
las casas que hacian fl'cntc al palacio, quiso cncerl'Ul' cn él
á los carlistas. Estos destapiando cn la mañana dcl 21 una
puerta de la cateLlnll, se intl'otlujel'On por ella en una casa
vecina, de ¡¡omIc se eslcndicl'Oll pOI' el pueblo en disposi-
cion de cnvohcl' Ú los que ({lH'l'ian CIWl'I'!'fH'los. nora hiiU
replt'gal' entonces sus cicnlo y eincuenla ([lIiulO.; .1(' ~~:l!1iO­
I'a y CiPll llf\f'ional!'s al hospital y al convcnlo de mOlljrl~,
(jl1'.', (kc;d\~ el IIlUlIlt'lItn ([<: la ~U!PI"!';i:\ dI'! fw!!'tp. SI' h~,h¡a




196 ANALES DE ISABEL n.
empezado á habilital' de vivel'es y pel'tl'echos, y, ¡'ecogicndo
á su paso las familias todas de los eompl'omctitlos, se llis-
puso á sostenerse en su asilo hasla recihi,' SOCOI'1'05. Tris-
tany avanzó al convento; pero, hallúmlolc guamecido y apa-
rejado á la defcnsa, ocupó la ciudad toda, mientras rcunia
los medios de I'endidos. Mee¡', notando que la continuacion
de estos sucesos desalentaba á los lcalcs y exaspcraba á
los anarquistas, pensó reanimal' Ú los unos y desarmar II los
Otl'OS, saliendo á campUlla, y partió en efecto de BarcelollU
el 25 con dil'eccion á Espal'l'aguera.


Pero no em aquella capital el foco único de I'cvolucion
en cll)l'incípado, pues, desde dos aüos antes, estaha Hens to .
IllUlHlo la iniciativa de todos los desórdenes que le afligiall.
Sus dllbistas, infol'mados de que Meer debía ml\l'char á la
montaüa y ciel'tos de que las considCl'ahles fucrzas carlistas
reunidas en ella le darian cn flue cnleudel' pOI' mucho tiem-
po, ,'csolviel'oll acelera!' el movimiento (lile dc tlias atl'ús )11'0-
ycctahan, y á los gl'ilos de viva la Consf¡{/lcion, lIlneran
lus estatutistas, all'OpellUl'OIl, cn la maÍlana del 2G 11 algu-
1105 de sus pacilicos conciudadanos. Hellniél'ollse ni 10f/lle
de genel't'la la milicia nacional y el 40 • batallon franco, cuyo
gcfc, Bellera, arengó a ambos cuerpos diciéndoles que esta-
ban vendidos y exhortándoles á sali¡' en busca dc las fac-
ciones, El cOl'onel del 7. 0 regimiento de caballel'Ía lijera,
comandante de la villa, conoció luego que la escitaciolJ !lO
cra mas que un pretesto pal'a hace\' lomal' las armas, y flllC
cstas se emplcarial1, mas .que en dañar á los cnemigos, en
tmstornar cl ónlcn. Sin tiluhcaJ', empezó, pues, ádictUl' di s-
posieioncs clli)l'gicas IWI'a conset'vflrlo; [lCl'O, no solo filó de-
!'oi(la "1\ VOl, sillo q:1t' sr' ale¡¡!ú tOllll'll Sil Ill:I'SOlW )' la:;




LJIlRO Dllemo. 197
ue los oflciales que le aeompailaban. Uno tle estos fué muerto
de un halazo, é igual suel'le haLI'ia sufl'iJo el coronel, si al
vcr herido, tambicll de mucrte, su caballo, 110 se retirase
luego á su casa. Triuufante clmotin en la villa, llellera, en
vez de pCI'scgui¡' á los faccioso." cOllforme á la intencion
que propala])a, determinó estenderlo á TaJ'l'agona para don-
de salió en seguida eOIl su batalloll, rcfol'zallo pOI' muchas
cOlllpaüias de nacionales. Acababa de tomar el mando de la
ciudad y la pl'ovineia el )))'igadiel' Ayel'he , gefe hasta
eutonces de una de las brigadas de operaciones; el cual, avi-
sado á tiempo de las oetlnencias de Rcus, reforzó la guar-
nieion ele la plaza con un batallon de Saboya que se hallaba
fuera, requirió la milieia, pl'epUl'ó los cañones, y tomó, en
fin, la aelitUll conveniente para no ser sorprendido ni vio-
lentado. A las (¡'es de la tarde, llegó llellera y, haciendo alto
ccrca del pueute lle FI'allColí, escribió al gohel'lladol' y al
gefe político, auulIciúlHlo!es su rcsaludon-«de Clltl'al' en la
))ciudad, dc consGl'wr!os en sus puesto~, dc fratcl'l1izal'
»can los Iibcrales y con la gUfll'Ilicion, de pel'scguil' á los
»)facciosos, y dc separará las autoridades que no abundasen
»)I'n sen [imil! ntos de patriotismo.» S0!'Jwendel' debía que
un puñado de rebeldes intentasc cOl'I'olllpel' á los dos gefes
superiol'es de la pl'ovineia, ofl'cciéndoles como una SI'acia
confirmarlos en los mandos que les cstalJan confiados pOI' la
autoridad supl'cma; y 110 era en vCl'llad una gamntía muy
I'cspetah~e del cumplimiento de esta promesa, el propósito
que los mismos rebeldes anunciahiln de remover á los em-
pIcados uo pnll'iotas. No pUl'eeia, pOI' otra parte, que fllCSC
necesario, para \len!' á caho el designio que anunciaba de
}lll':;r¡;uil' Ú lu, bet'io:;():-;, estcmh'l' Ú la capitul de la 1"'0-




198 ANALES DE ISAnEL n.
vincia el tL'nslol'J1o (lile hahiau!womovido cn la mns ¡'ica e im-
portanle de su~ poblacioncs. Asi, la manifestacion de Bellera
no inspit'ó conflanzn ú n (lUellos gefes, ú la diputacion provincial
ni al ayuntamiento, quo, ¡'eunillos en una junta, ti la cual fue-
ron llamados los oficiales superiorcs tic la plaza yuna dipula~
cion de la milicia nacional, aco¡'(lal'On Ullúnirncmente cxho¡'~
tarJe á que se volvicse á Reus, desde donde ¡¡oLIda significa¡'
sus intentos y sus pl'ctensiones. El gefe político, damlo, en ulla
}J¡'oclama del 27, cuenta de estas oCUlTellcias, aseguraha
que-cdas autoridadcs no sc prcstarian á deshonrosas tran-
llsaccioncs capnccs de deprimir su prestigio.»


En el mismo dia, los amotinados que, á virtud del
acuerdo de la junta, hahian regl'esado á Reus en la noche
anterior, enviaron á la capital ulla diputacion del ayunta-
miento, á la cual se asoció des pues otra de comisionados de
la milicia. Duraron Ins pláticas hasta el 30, en cuyo dia,
despues de mil deLales, se ¡'esolvió (Iue la provincia de
Tarragona, con independencia dc la de lJa/'celonase dedi-
caria á pcrseguir la faecion, continuando la ¡}j¡'eccion de
las ope¡'aciones militares á cargo del comandante general
Ayerbe, é instalándose en Reus una seccion de la diputa-
cion provincial, con encargo de proveCl' de lo necesario ú
las columnas. La misma diputacion anunció todas estas dis-
posiciones por una proclama, en que, despues de escila-
ciones pa¡'a perseguir tI los facciosos, de pl'otestas de Sll-
mision al trono legitimo y á la nucva COllstilucioll, y de
exhortaciones ú respetar la ley y soslener el ó¡'den público,
se añadia : -«Este es el g¡'ito que se dió en Reus el 26 de
»aln'il, grito el(~ctl'jco Ó imponente (¡tw, conocido su ohjf'lo,
llÚ pc;;:ar l1e euallto hicicron los c!lellli~os de la patria para




Lmno DECllUO. 199
»desligural'lo, (lice la p,'ovineia entera, csc cs mi voto,
) va1JIOS á CUlltlllirlo,» Despues de esta singular m:mifesta-
cinn, no cl'a posiLle Ill'gar á los de Heus la entrada CIlla ciu-
dad y, el ~1 de mayo, la hicicl'on dos hat<.llloncs de sus mili-
cianos y los f!'aIlCOS de Hoset y Bellera, con el ohjeto tic
descarriar la gual'llicion, semhl'ando en eHa la descoullanza
y la iudisL'iplilla. Dos días des¡lIles, (!uiso Ayerhe sali\' hasta
Va lis pa\'a apoy:lI' drsde alli los movimientos del bnl'on dc
Meel'; pero, como desde luego se resistiese lkllera ti eOI1-
cunil' con &n batallOll, hubo PO\' dc pl'outO de suspeIlllersc
la espedicion, <¡ucllando nsi demostrado que no era la pl'O-
damada persecucion de los facciosos el objeto real del pro -
nunciamiento de Heus.


Algo mas esplícitnmente se manifestaba este objeto en
la primel'a proclama del2G, que aparecia fil'mada por Bellet'a
y los }}(tll'ivlas de óllcnajif.-c(NiEstatuto,-seleiaen ella,
JJ-Ili faccioll, ni traidol'cs. No hay mas (/ne tomar las ar-
Mllas, y unirse con los cinco mil valientes decididos en esta
»villa, y defcnllel' el tl'01l0 y la ley, pel'siguiendo hasta vc!'
»)culJicrtos con la yerba del olvido los restos del injámc
)¡carlismo, (¡ue, con mengua nuestl'a se saborea con la
)sangre de los libel'ales.) Suponiéndosc que aquellas pl'O-
vocaciones agitarían los ánimos, y flue, á favor de esta agi-
lacion, se pOLIria COllsumal' el tl'a8101'l10, se estendiel'oll de-
ere los declarando soldados á todos los solteros de lG
Ú 50 alíos, ofreciendo cualltiosas gl'utíJicacioncs y fuertcs
pagas ú los que se alistasen voluntat'j¡tIllcnte, grados ú los
ofieiales del cjt';i'cito (/uc prestasen jmameIlto de fidelidad al
flobierno }fl'ol'incillf, y se displl~O, en lin, lodo lo necesario
pam illSI,llül' e:ile gohictllO. }la~ CUlttO solo CH UllI'l'dona




200 ANALES DE ISABEL n.
existian en realiuad medios generales de insul'l'eecion, se
creyó oportuno slIspenllel' la publicacion de aquellas me-
tlidas hasta yer el I'esultatlo del movimiento (IHe ue anti-
guo se preparaba en la capital, y de (lile oel1l'l'ellcias re-
cicntes no podian menos de acelcl'ilt' la ('~plosioll.


El goLiemo de ~Ial1rid, Hel ú su si~lellHl (le contempo-
¡'izaciones, é instigado pOI' los muchos agentes que cerca de
él mantenian los I'evolucionarios del Principauo, habia mau-
dado leyantar el estado de sitio estalJlecillo á consecuencia
del motin de enel'O, y ¡JI'oreüe!' Ú la l'enovacÍon del ayunta-
miento provisiollal instalado elltollces, y ú la l'eol'gallizacioll
de la milicia nacional. PancÍlo, (¡ne, pOI' ausencia del btU'oll
lle Meel', estaha elleargallo del mando, se decidió ú ejecuta!'
desue luego la primera meJilla y ú lom(\l'sc tiempo para la
ejeeueioll lIe las dos últilllas; y aú lo <1llullció, el 28 de alJl'il,
de neuel'do con la (lipntacion provincial que, pOI' su pal'le,
I'l'cselltó la disposicioll adoptada y las jll'liximas á adoptarse,
-«como pl'Clllla de la completa conciliacion de los únimos y
»)Ile la tolerancia de las diji'rciI/!'s opiniones l¡ha(([es.» 1\0
lo elllcllllíe¡'OIl asi los órganos tic algunas de ellas, que lljll'O-
yechándose de la libel'tad que les daba el levantamiento del
estado de sitio, empezaron á exigir, no ya solar:1cntc la pro-
metida reorganizacíon dc la milicia nacional, sino la nucva
formacion de los batallones desarmados en encro, Ú los CHa-
Ics únie::llnclltc IH'ClCndian set' ap!icalJle la inlcneion mmll-
ciada, 11Uc-,to cInc de Ilillguua rcfol'lna (,I'an slIs('epliJJ!es los
otros batallones, siempre sumisos ú la YOZ de las autorida-
des. Conll'aestas se circuló (cI30) un libelo atroz, qlle desde
el mismo dia lIió luga!' Ú recriminl1ciones y I'eyertas, !)['c1uuio
dd gnHll'w:I II!'!!'J ([lb':/.' Pi'tp,lr;;!,CI, El aVlIlltallli¡,,,\/) (IUl' (,tl




LIBRO DECnIO. 201
nr¡uel folleto, y otros f¡ne con )1\'ofnsion se I'epfll'linn, cra de_
signado con el cpíteto dc Prll'l'l! Mf, por haber sido instalildo
pOI' Pancúo, resolvió Sllsll'¡wrsc ú los fmores con qne se le
amentlzuha, e hizo su dilllision el 2 de mayo; mns como la
dipntacion provincial le exhoJ'tase 'ú mantener el ol'c1cn
mientl'ns ella dclihel'aba sohre su solicitud, los municipales
hul¡icr'Oll de resignarse á su sucl'te; y, creciendo la
cfel'vescencia de hora en hora, lanzul'on el 3 unn \lI'oelnlllil
en f¡lIe se mauifestaron dispuestos ú emplenr, si cl'a necesa-
rio, medios enérgicos para la eonsel'Yacion del ónlen.


Esta amennZ3, aunquc llehilit3da pOI' intenciones de
concilincion, enunciadas en el mismo documento con espre-
sioncs lisonjcl'3s, exaspel'ó Ú los albol'otadol'es. L1egó\cs en
seguilla la noticia de que sus amigos (le Reus 1l<J.hian afl'3S-
tl'<ldo tras si á las autOl'idades de Tanagonn; e, ignol'alH(o
las modificariolles hedws pOI' eslas al acta de ell1ancipa-
cion, crcyel'oll poder llevar ú callo sus designios, que su
ponian debel' ser apopllos por los puehlos mas illlpOl'tlln-
tes de a1luclla provincia. En la misma noche repartieron,
con fecha del 1.0 una (ll'oelama cn que, anullciaIlJo-cdw-
,)lIcl'8e bnz[lilo ell el campo de Tnl'l'agona el gl'íto de I'eac-
))ciOI1 cOllll'a los tt'3ídores) y quejándose de -«no haberse
)>tlnelo eontra la faccíon disposíeion alguna, desde que, en
))('ueI'O úllimo, uwrpó el pode!' fa sor:ieJar! de serviles es-
» (alu listas,» manifestaron qne iban-el á reconquistar el
"podel', arnme:índolo de mallos dIJ los tinmos pum que 110
»)Ios vendieran ú don CúrlOS,») Concluían con vivas a Isahel,
la Conslitueion y la soIJeranía nacional, y mueras tí los trai-
dores (IHe sostclliall b f'l('(:ioll .


. \ \:1; "ielp dr la !lWlnnla (!d ~, b mi1YIJI' \'[I]'!(' (!c' los




202 ANALES DE ISAlIEL n.
milicianos pertenecientes :'t los batallones dcsarmarlos y al-
gunos de los fine conscrvaban sus armas, se encaminaron á
la plaza de San Jaime y sal'prcndiel'Oll la guardia de las
casas consistOl'iales, donde enarhobron la han de m lid prí-.
mel' batallan allí depositada. Hefol'Zlll'onlos luego oll'os LOO
sublevados, y, dejando algunos en ar!uel edificio yen el de
la audiencia, que tambien ocuparon, sc di¡'jgicl'on Ú la plaza
del Teall'O, sin hallar oposicion en las partirlas dc fucI'za ar-
mada situadas cn su camino y en las calles mlyacclltes.
Informado de estas oClll'rellcias, cllwigadicl' Puig, goberna-
dor de la ciudad, envió tI'opas á la plaza de San Jaime,
dondc se p31'apelalmu los rebeldes, mientras el, en pel'SOlta,
acompañado del sub-illspector de la milicia, m'eugaba ú los
que, en la plaza del Teatl'o, difundian con sus gl'itos una
consternacion general. Desoida la voz del gohel'lladol' y
amenazada su pm'sona, mandó cste á los mozos de la es-
cuat!l'U que le acompaiíahan romper el fuego; y, muel'tos
algunos tic los amotinados y heridos otros, se I'efugiat'oll en
desorden los demas á algunas ca~as de las calles vccinas,
klcicmlo ademan, en la del conde del ,\sallo, de hatirse en
guerrillas. Desalojólos una columna compuesta de mal'ine-
ria, que acahaha de desemhm'ear, y de tI'opas y mozos de
la escuadra, que los al'l'olló y pel'siguió hasta la mUl'alla de
tierra. Al mismo tiempo hahía desembarcado del navio in-
glés Hodney y fOI'múr!ose en el haluarte tic Atarazanas HU
fuerte destacamento de marinos de aquella nacioll, qne,
tremolando su pahelloll, se moslnlboll dispuestos á senil'
las piezas que enfilaban la eallc Ancha y la llamhla. X<lII-
t1CI'Ó, antiguo redaclol' del pcriótlico revolttcional'io, llamado
El [01 0 1'111, Y tlit'r't!ol' de lodos los alhcl'olos qw', dlll'lllltl'




J.muo DECIl\fO. 20:1
ccrca de dos ailos, haj¡jan en:'iangl'enl:Hlo pcl'iódicamente
las calks (le 13arcelolla, animaha en .tanto á los quc, al aLri-
go (le las casas consistoriales y la audiencia, continuaban
levantando parapetos en la plaza de San Jaime. Rodcóscles
I'n ella; exhOl,tóseles á dejar las armas, y como I'espomlie-
srll Ú las lH'oposieiülles de coneiliacion con las pretensiones
in~:ol('J]les de C¡He fie les coullase la custodia de la ciul]adela
y }Tonljuich, qne se eligiese nuevo ayuntamiento. y se vol-
viesen las aemas :í. los de las hlusas, se dispuso atel'l'ados
con algunos tlispUl'os de la U1,tilleria, colocada en las bocas
calle~, á los cuales contestar01l ellos con uu fuego vivísimo
de fusilel'Ía. A las cinco, los rebeldes enviaron un parla-
mentario, y consumido el resto de la tarde en pláticas inú-
tiles, se llegó en la noche á deliberar sobre la úllima de sus
propuestas, reducida a que se les permitiese salil' I'eunidos
{¡ perseguÍ!' las facciones. DUI'ante esta negoeiacion, los ge-
fes abandonaron ú los sublevados, con lo cual fuel'On e~los
desfilando ti sus casas, escepto unos doscientos, flIle, per-
maneciendo en las t!rl ayuntamiento, entregat'on ó ahanl\o·
nal'on sus al'mas; quedando asi, sin nuevos esfuerzos, di-
suelto el motill, en que pel'llicl'On los alborotadores cien
muertos y mas de doble llúmel'O de heridos. De estos los
mas lo hahian sido llO\' los lanceros de la milicia, que se
(,olHlujeron en aquel dia como las mejol'es tropas de línea.


El tí, puhlieó Parl'CllO una }1I'oe!ama, en que, srgun uso
de la ópoea, se ntrilmyó ú los cndistas la tentativa del dia
anlcriol' .-c, Un corlo número de alucinallos, (deeia el anciano
generan, úsc ]1l'rscntal'on incautos ~i ejecuta!' planes de sc-
»uicion, que ha concebido el carlismo y IH'ocUI'auo ejecutar
»P01' meuio de sus agentes en esta populosa ciudad.» Esta




204
indicacion, dirigida ti disculpar á los c1uhistas, autores no-
torios del a tcntado, probaba fIue la autoridad no se sentia
con fuerza bastante para reprimidos y escarmentados de
una vez. El ayuntamiento, aunque menos fuerte que el ¡jefe
milita!', no contemporizó, sin emhargo, con ellos, ni trató
de atribuir á otros su cl'Ímell; al contral'io, Ill'ocuró atCl'-
rados, dicicncloles en su alocucion del mi smo clia:-(da en-
»seua (!ue se plantó ayel' en estas casas consistoriales serú
)la }lrccU\'sol'a de otras adornadas de gl'iI\os y:cadenas.»
En la noche del 6 fué descubierto Xaudel'ó y preso en las
AtUl'azanas: el 9 se le formó cons(\jo dc gllel'ra, quc Ú una-
nimidad le eondenó á muerte, y en la maii<ma ({el 10 fué
fusilado; pero este acto tic jnsta sevcridad, sin tranquilizar
la pohlacion, acabó de cxasperar los ánimos de los rcvol-
tosos, ya il'l'itauos de su dcnota del /le, Y les hizo prorum-
pi!' en lluevas y mas terribles amenazas. En vano se trató
de calmados, dando libertad ú muchos de los que se ha-
BaLan presos pOI' la parle que habían tomado en los acon-
tecimientos del 4; en vano se alJl'icl'ol1 suscriciones en fa-
vor de los heridos del mismo dia, y se lcs pl'Olligal'on so-
conos de toda especie. Carteles cOllmiualol'ios, folletos in-
ccndim'ios anunciaban á cada instante que los I'evolueio-
narios no se calman con atenciones, que la benevolencia
los irrita, qne las defel'cncias los engl'ien, y ([lIe á pesal' de
las que se cmpleaban para calmarlos, ellos contalJall, pal'a
consumar sus proyeclos de trastol'l1o, con el apoyo tIc los
sublevados de Rells, cl1yo ¡lI'ognlll13 de indisciplina y de-
sórden iba haciendo numel'osos prosélitos. Guanlias lIaeio-
naIes de Gel'onu I l"iguems, Palamós, San Feliu y Otl'OS
pueblos se reunieron pUl'U solicitar la destitucion de las au-




LiBRO lJECHIO. 20:J
tor>idadcs civiles y militarcs de Barcelona. En unas parles,
dccrctm'on los clllhs la mucrte de Pm;l'cíio; cn OII'[\S, se tl'ató
dc intimidm' á :Mecl', amcnazúnr!o!c con la dl'fcccion (le sus
soldados; y hien (IlIe ninguno dc cstos proycctos sc llcvase
á calJo, y quc todos se cstl'cllasen coilll'a el instinto de eon~
SfTvucion que dominaba á la inmensa mayol'Ía de los habi-
tantes, muchos de los mas acomodados de Bm'ce1onu se


• apl'csll1'al'on á dpjnr una ciudad, dondc se rozaban sin tl'e-
p;na tantos clcmcntos dc confiagl'l1cion.


Otl'OS no mcnos tCl'I'ilJlcs se agilahan al NOI'lc de aqnc-
Ila capital. ;\ ntes dc salí!' de ella MecI' panl soconer :\
Solsona, hahia pl'cycnido á Aspil'oz, que eon dos mil hom-
hrcs se hallaha cn San Hilal'io, mm'chase ú situarsc en
Cm'dona, y ú Niuhó, quc con otros tantos estaba húcia Agra-
munt, se encaminase ú TOI'ú. Aspil'oZ llegó á Cardona el
26, miellll'as lIIccl' lIcgaha á Esparragucra. El 28 sc ade-
lantó ci'le á Calaf, y cl 30 á Tonl con dos mil cuatl'ociclL
tos homhl'es y media halería de montaña. T\iuhó llegó ú
Biosca al dia siguiente, y Meel' le mandó mm'char :'t I'PU-
níl'scle en rl pucl'lo de las Birlotas, en la dil'cccion de Sol-
sona. Ell.o de mayo, ~iubó (ornó el camino de L1obcr'ola,
y Royo le atacó con siete batallones, y le derrotó y persi-
guió hasta Saualmja, causún dole una pél'dida de seiscien-
tos hrri(los y mas de cuall'ocicntos mucrlos, en cuyo lIÚ-
mel'O se contaron el mismo Niuhó y cuarenta oficiales. El
resto (le la hl'igada huyó dcjaJl(lo en POdCI' de Custells, (Iue
mal1l1nha la uC'eioll )Jujo las ól'dencs dc Royo, casi todos
sus fusiles y su matel'ial de eampmia. 1fecl' en tanto, igno-
rando lo que pasaha á su izquierda, y contando con la coo~
pel'acion de Aspil'oZ á su derecha, continuó su camino por




206 ANALES DE ISAREL n.
Vallferosa, y se adelantó á Pcracamps , venciendo los oh s-
láculos que se lc oponian, y ahuyentando las numerosas
guclTillas que sin cesar caian sobre su I'etagual'tlia y sus
flaueos. :Molestadosiempl'c, llegó, ('J\ /in, aquella noche á 110-
hel'a, á una legua de Solsona, y nlli huho dc aeampal', m~­
ditando sobrc los riesgos de Sil situ:1cioll. Yo!ycr á Cal'l!ona
Ó ú Torá, silu,Hlas á cinco y cuatl'o leguas de su Cí.\lnpa-
mento, cm csponerse á lIuevos combatcs, cuyo rcsultado,
dlltloso á lo menos, podria quizú sedc fnnesto: contlllllrl\'\a
mal'Cha Ú Solsona, dc que dcbia suponerse en posesioll Ú
los cal'listas, era situarse cntrc dos faegos é imposibili-
hwse toda retil'ada. Meel' prefirió, sin embargo, este pUI'-
liJo, y al amanecer llel 2 se ellcaminó Ú la eiullad. POI' di-
ella para él, ú la noticia de sus movimientos y dc los dc
l'iiubó y Aspiroz, los carlistas la hahian cvacuarlo; y poco
!'rsueltos estos, ó faligados del eomhate del tlia anlel'iol',
ó tlisl'minados pOI' la necesitlad dc pc!'srgllit' Ú los fugiti-
vos, no OPUsicl'on ti la marcha dc su tlllvel'sario la I'csis-
tencia vigOl'osa, quc habria acalJ[tl!o con ól ú pcsar de Sil
habilidad, de la sel'cuidau de sus oficialcs y <Id tlcnul'do
ue sus soldados.


Entrado en Solsona despucs dc cuatl'o hOl'as de ulla
marcha constantementc cmbal'azu(la, 1\1cel' vió luego que
no era alli menos CI'ítica su posicion quc lo ruó en L!o)¡el'a
la noche última. Insli'uyósrle de la denota de Niubó ) tlr'
las yacilaeiones dc Aspil'OZ, que habil'ndo ~~ditlo dc Cal'-
dona la h:\I'(lc antes, y hecho un paseo rnilit:u', se volvió ú
la ciudad ú lns dos hol'as, aunquc durantc el dia entero hu-
hiera oido fuego ti su iZ(¡lIiCl'lla.


Interceptadas tOllaS las comunicaciones, ignoraba estc




LIBRO DECUIO. 207
gefe de tal modo lo clue pasaba, que, tl 2 , deslmes de ha-
ber enlt'ado su general en Solsona, salió en su busca en cli-
reeeion opuesta, y ni aun en Fonollosa fué informado de la
uel'l'ota ele Niubó sino pOI' pal'tes de Cardona, adonde He'
val'on algunos dispersos la noticia ele' a(lud desastre. Asi,
lIIeCl' hubo de pens:lI' en retirar la gual'llicion que, dUl'antc
un sitio de doce dias, habia hecho una defensa heróica, aun-
fIue el segundo huhiesen capitulado los quintos situados en
el hospital, que era el puesto avanzado del convento. Asal-
tos, millils, seducciones, nada se perdonó para rendil' á
aquel puñado de valientes. Meel', retirándose á C::lI'lIOIl3 y
Mamesa, los llevo consígo, y eon los comprometidos qne se
a¡wovecharon de la oeasion para ponerse en salvo, los des-
pachó a BarccIona, donde, escitando mUC~iO entusiasmo,
obtuvieron solo tenubimos socorros.


Meel', obligado á dar' ulla satisfaecion al Principaelo, que,
con razon ó sin ella, acusaba á Aspiroz pOI' su falla de
eoopel'aeion, le suspendió de su mando; pero, sublevandose
el regimícnto de este gefe y rehusando consentir en la se-
paracion de su coronel, tuvo el general que retractal' su
tlisposicion y que ccrrar los ojos subre actos de indiscipli-
na, quc, causa principal de los males pasados, cl'an sín-
toma infalible de oll'OS males futuros. A iguales ó mayores
esccsos se cntregaron al mismo tiempo los migueletes de la
Cerdaña, malll'alando al goLemadol' de Puigeel'da, á pre-
teslo ú con motivo de falla de pagas, y obligándole á pct>H1itir
la elltrada de trigo dc Francia, sin que la disolucion de una
de las compañías sublcvadas destl'uycsc el fCl'm2uto revo-
lucionario que sicmpre dejan t,'as si iguales tentativas. Los
mismos habitas de indiscitllina, en fin, entregal'on al enemi-


TmlO IV. 14




208 ANALES DE lSABH !l.
go el fuerte de la Panadella, que ahal1l1onó su comal1llnnle
para reunirse á los revolucional'ios de Heus y que los eal'-
listns se apl'eSUl'al'OIl á demolel'. Divididos en columnas mas
ó menos numcJ'o~as, se cstendieron estos al punto desde
Ripoll y Bel'ga hasta Igualada y Oll'sa, bloqllCat'OIl y asal-
taI'on á San Quintin, San Sadul'lli y casi toJos los puntos
fOI'tilicados de aquella comarca, flpodcrálldose dc unos y
atc!'J'[llIdo ú los defensol'es de los olros. Mallorca, con poco
respeto al castillo de Figuel'as, osó Ill'escnlarsc en la villa,
mientras, por el lado opuesto, Valls atacaba ú Gl'alallops.
Mee!', multiplicándose por su actividall y cOI'l'iendo sucesi-
vamente desde Manresa ú Calaf, á Igualada y CCI'vcra, no
podia ni evitar ni alellual' los dcsasll'cs que el I'ellllcído
númel'o y la indisciplina de sus tl'opas pOI' una parte, y por
otra el prestigio que hahia dado á los carlistas su vicloria
sohl'c ;\iubó, debian hacel' caela dia mas frecuentes y dcci-
sivos. Asi, la junta carlista del Principado, no temió insta-
larse definitivamenle cn Solsona, de llonele empezó á circu-
lal' sus órdencs, con la misma segurillad que lo hacian las
de las provincias Vascongadas.


En el otro lado del Ebro hizo, d;¡rantc algunos momen-
tos, concebir la esperanza ele mas lisonieros resultallos el
nuevo capilan general de Al'agon y Valencia, Orúa, llegado
el 17 de abril á la capital del último de estos dos reinos.
Dos dias antes se habia tI'atado de restableeel' en clla cl
honor dcl uniforme milital', dcspojando de él al fl'enle de
banderas, y amarrando con grilletes algunos de los sol(la-
dos que úlLirnamellte sc sublcvaron en Elche eonln} su gcfe
Hidalgo. La compañía franca de AlcalTia, azote de los IHle-
Llos, fué disuelta y su comandante encel'l'ado en la eiuda-




unno ilt:CUtO. 20g


dela. Estos cjcmplos de seycridad podian encaminar al rcs-
tablecimicnto dc la disciplina, sobre tOLlo cuando, revcstido
Orúa dc las facultatlc:" qlle cn cl ~\orte se habian eonfcl'ido
antes á Valdés, AlmoJóY31' y CÓl'llonl, para I'epal'tir cn el
campo dc batalla cruecs y cmpleos h(lsla el de coronel, po-
dian todos esperar de la subordinacion y del valor los as-
ccnsos y distincioncs quc, dcsde los sucesos dc la Granja, es-
talJan sicndo la rccompensa de méritos dc otl'a espccie. :Mas
confianza flUC los eristinos, mostrabiln en sus fucrZils los co-
mandantes earli"tils. Cabrera, Senador y Foreadell, carga-
dos tle los ricos despojos que lcs valiera su rccicntc espedi-
cion, se hahian l'ctil'3do á Roscll y la Ccuiil y cstaban en ob-
servacion cn el Macstrilzgo. L1agostcra y Espcran73, adc-
lantauos hasta Chclva, abanuonaron al capitan gcncI'al de
Castilla Alvarez, cluC regresaba á ~Iadl'id, aquel punto
avanzado, con enfcl'mos de sus tropas y muchos descrto-
res de los que, mudando dc IJUnderll cada dia, se hahian
poco antcs alistado Lajo la de don Cárlos; en fin, cl nuevo
guenillero aragonés Lafiera rué maltratado por Villapadiel'-
na. La coincidencia dc estas ventajas, que en los boletincs
no dejaban de }lrcselltat'sC como victol'ias deeisivas , gene-
ralizó la confianza (lue desde lucgo inspiraron la prudencia
yel valol' conocido de Orúa; y la prensa pel'iódica, siempre
dispucsta á propagar esperanzas, miró en aquellos sucesos
el preludio de la conclusion de la guerra civil en Valencia y
Aragon.


A dcstl'uil' aquellas iluciones vino en breve un aconte-
cimiento tan grave como inesperado. En la noche del
24 al 25 de abril, ú los ocho dias de haber tomado Orúa
el mando de dos reinos, Cabañcro se introdujo en Can-




210
tavieja pOI' un ponillo qlle hizo aLi'il' en una de sus ea-
sas; sOl'pl'enclió y de~n\'Illó ,\ los centinela~; cogió I)['isio-
nel'a la guamicion, compuesta (le cinco compaltía~ del re-
gimiento del Rey, y se apoderó de cinco caltones y un Illor-
tel'O con doscientos tiros pOI' piez,l, y de Illllchas municio-
nes y aI'mas, Canlaviej:l habia aJ([uil'itlo pocos meses an-
tes una gran celeDrillad por lo:; prepm'ativos que hizo San
~ligucl pal'a tomada, y por la impol'lancia que se dió ~i
su ocuparion. Hotleada de escarpados y jlrofundos bal'l'an-
cos, solo era accesible pOI' un lado, y este se hallaba de-
fendido pOI' el fuerte de San BIas, tambien al'lillado como
el f,'enle cle la plaza que á el cOI'I'espollde, y que eslaba
rodeado de un foso lleno de agua. La posicioll de aquel
puesto, que en ulla guerra civil podia mirarse como un
baluarte respetable por su pI'opia artillería y por la dificul-
tad de subil' hasta él la arlillel'Ía enemiga, aumentó el
prestigio de los carlistas y llismilluyó en propol'cioll el de
Oda, tanto mas, cuanto que los caltones de Cantavicja
lwoveian á Cabl'el'a y Sel'l'fltlOI' de la sola :ll'ma que les fal-
taba. Asi el gobiel'l1o envió óI'den sobre ól'llell para rceu-
perar la plaza; como si, una vez esta en poder de los caJ'lis-
tas, no se hiciesen tan difíciles los movimientos de los CI'i5-
tinos de aquella parte del Bajo Al'agoll, como fúciles ('ran
antes. Cabrenl, despues de ponel' en su nueva conquisla
una gl1arnieion de mil hombres mandados pO!' un cOl'Onel,
y de abasteceda de vivercs, J¡;zo h<ljal' de ella c(lltones, y
empl'endió el silio de San I\faleo, micntras Senadol' se en-
cargó del de Benicarló.


Apremiado pOI' tan tristes é imprevistos succsos, Ol'úa
se trasladó el 1. 0 de mayo á Castellon, emiamlo ú su paso




tumo DECDIO. 211
desde ~Iul'viedl'o una columna contra el alcalde de ViIlareal
que oq,anizan(]o (¡Uinlos se hallabl en el Val! de Dxo. Re-
tiróse este dc~pllcs de una e~0a!'amuza sin consecuencia y
el 2 continuó su l'tlla Oda Ir,fa haeel' levantar el sitio de
BClIicarlú y S;III :Ualeo, ú el}'o Cfet~lO mandó á ~ogue!'as
accrcnr:;e ú LIS I'roil[l'i'as de Valencia, dcjando. pal'a mas
pl'op/cia (lca,,;oll el ['e('o!)! o de Canl3Yi(',ia. Pero San Maten
se hcdJia I'cndido en (I1/lIcllos dias de,.;pues dc cineo de sitio;
su gnal'llieion , complwsla de cuat¡'o compañías del rcgi-
llliento de Ceuln y de Ircseiclllo; ifuilllosqned ó prisionera, y
tl'CS c,nioncs, qllillielltüs fusiles, ~. muchas munieione~ au-
menlaron el matel'ial del caudillo carlisla. Bcnicadó, sin Ile-
gal' Ú rClHlil'sc, sufrió pél't!idas mas considerables; el 30 de
abril fOl'Zó Scn'atlol' la primcl'a línea lle <lefcnsa, hizo ú la
gual'l1ieion fine "c I'cfllgiac;c:lI fuerte dc la iglesia y ocupó
el plwJJlo. Los siti:dos incendiaron algunos edificios flue
pel'judicil!Jan (¡ la dcf('n~,l, y In :11'1 :I!cria ue dos faluchos
cuviados de Yina!'oz :d sot:(H'l'o lb 1<1 pbza, ahuyentó COll su
fuego ú los siliadol'e~. El 2 de mayo intcntaron cstos un
ataque; pCI'O, adHl'lidos de la apl'o:\.imacion de O!"Úll, !evall-
llll'On d c,unpo y el ;1 quedó libre la \illa, nunquc habiendo
cspel'imcntado Cll sus campos y almacenes una pél'Jida de
cien mil duros.


Orúa no dehia contentarse con habcl' alejatlo ú SCITado!';
su Of¡lig<lci!)1J ei'a pcr;;couido; pCI'Seguil' Ú Cahrcra, cncel'-
I'arlos en las 1ll¡)lltaiJa~ v cillas, y dejar lihre la orilla dere-
cha del ElJl'o y las cOillllllieaeionc,.; con Castellon. Conven-
cido dc esta nt:ccf;idall, ell\ió el mismo dia (:3) dos hl'igadas
á las ol'llenes de Dorso y (le SancJ¡cz ú la Cenia, donde se
hallaba (obrcra, y otra, ú las onIcnes de Mcnduiüa a Rosell,




212 A:VALES DE ISABEL U.
donde se hallaba Serrador. Este y Cabrera se retiraron,
sin que de los movimientos combinados de las tres bl'i-
gadas cristinas resultase mas que un lijero combate que
la man(hula por Menduiña sostuvo con un batallon y
dos escuaul'Oues de carlistas, y ell el cual per(lió aqnel
cOI'onel, entre otros oficiales, al gefe de su plnna mayor
Hrodet.


Mientras pelea 1m Orúa con tan poco fmlo, a veinle le-
guas de Valencia, esta ciudad el'a mnelluzada pOI' Esperan-
za y Tallada. El :3, sOl'pl'cIHlió este á Belera, y un carIo pi-
t(uete de sus lanceros se pI'esentó COII órdenes en MOlleada.
El ti, se asomó Esperanza á Bnrjasot, y su columna y la de
Tallada se cstcndiel'on en seguida de Liria á PatcI'JlJ. Ser-
rador mismo, sobi'e quien Ol'<\a suponía haber consegui(lo
un lriunf,) h:\eiémlole evacual' ti 1\05ell, apareció cl6 cn Vi-
lIareal, y ~ulcs se presento en las calles de MUI'viedl'o, y
repJl'tló sus u'opas desde Canet a Mazamagl'ell mientras
(llIe Tallada y Espcranza, inclinándose á Chiva, señoreaban
la Hoja lle Buiíol. El 9 se adelantaron ü Torrente, y sus
destacamentos recorrieron ú .\ndaya, J\lagllrls y YislalJella
hasta el pie de los muros de Valencia. En el mismo dia, y
al siguiente, Truquet, comandante Cl'istino de los cantones
de Liria, Villar y Chelva, que qlliso hacer l'eeonocimientos
hasta Pedralha, fLlé obligado ú rctil'al'Se con p"~rdida. E112,
at:Jcaron los mismos Tallada y Esperanza el fuerte de Liri:J,
reforzados por el Royo tle ~ogllel'UcIas, que hajó de Alcublas
al efecto; y los habitantes del llano de Cnarte y elc los veci-
nos hubieron de refugiarse lluev::uncnle á la capital. El 17,
marchó ti ella Senadol', y, situando el gl'llCSO de sus fUC1'-
zas en San Miguel de los Reyes, adelantó sus guerrillas




LlDRO DEClMO. 213
hasta el puente de Sena nos y ocupó la calle de ~Iurviedl'o y
las huel'las vecinas.


A la noticia dc los primcl'Os movimientos de los gefes
carlistas, resolvió Ol'úa tl'~sladarsc ú la capital amenazada;
pcro, jlrevicndo que !lO jl0dl'ia yoh"cl' tan pl'onto Ú la parte
oriental, dctcrllli¡;ó deja\' Socol'i'ida ú ~!ol'clla, sohrc la cual
SlIjJlI,O COIl rnon quc 110 dl'jal'ia (le C<ll~¡' Cahrera, desde
(llIC yic:oe ahaIH1o!\:Hlo pOI' I(I.~ Cl'i,til1oS aqnd territorio.
Preparó, P{]C~, 1!11 t:l'ucso cllnY::~ de Y¡YCI'CS y municiones,
y pOlli(;lldo~c ú la c;illl'za de LIs l¡'cs brigadas de BOI'SO,
M('l!dlliiw y Salll:l¡cz ~llUe~, ~iil c~ponersc ú ser batido, !lO
pOllia lhl' Ú una brigada sola el cuida:lo de escoltal'lo), salió
de Vinaroz el 'J Y OCllpÓ en la lloz:hc ú San ~Iateo, cuyas
fortiticacioncs hahian :ya dcmolillo los c:1I'listas. C,IlH'cra,
que desde la Ccnia ()]¡~ri'\"ha ~"s moyimicntc __ , siguió desde
aquel PlllltO lIna dii'cccioií ¡::li'<1kla ú la de Orúa yen la mis-
IlW noc!w ~e ~illló en Che!'t, pensando podcr el dia si-
guiente disp:¡I,ll' rI pa,;o Ú ~1I Cclilt¡'Cu'io. ,\1 efccto, hizo
ocupar en la Il1tHll'llgatla dd í {} los d('~maderos de Valli-
hOlla, llolJfle fúcilIllC¡¡!t' :'e lwlJl'i,l apod(~l'ado dell'ico convoy,
si el jl¡'I!llenle Ol'aú \JO huhie~e lu('go camhiallo de rllmlto,
en vez uc empeñarse ell \as gargantas donde Calwcra le
esperaba. Bul'lado eslc pOI' aqll('lla maniol)!'a, hizo hajar
sus tropas de la mOlllaüa y carga¡' el flanco derecho y la l'e-
lagllal'(lia de Ol'aú; pero los csfllerzos de Llagostcra y 1"01'-
catlell, ellca¡';rados de c~tos ataflues, se estrcllm'oll contra la
actitud Cil'cllll~pecla de la columna cristina, (llIe aUII([lIC vi-
gorosamente acosada Ikgó ú Catl ú la 1I0ebe, sin mas pérdi-
da (Iue la de cien hom!)['(~s lllllel'tos Ó hc¡'idos. La cilballcria
que para l'eeoger los dispersos de la derrota que esperaba




2U ANAU:S DE ISAlJ.ET, JI.
causarles en 105 defiladeros, tenia Cabrel'a apostada en
aquel lllgar, hubo de replegarse ú Benasal. El 11 Orúa si-
guió pOI' Ares ú :Xlol'ella. donde, \llU'ante un combate san-
fjl'iellto, empeñado en SIIS inmediaciones pudo hacer entral'
el cOllvoy y entl'al' él mismo con sus t¡'opas, despues dc con-
tenidos y rechazados los de Cabrel'a,


Provista y reforzada ~Iorella a¡lI'esUl'óse Orúa á tomal'
la vuelta de Valencia, adonde desde Teruel corrió tambiell
Nogurl'as, 'lile, Ile¿ado el lG á Segol'lJC, avanzó sin dete-
nerse sobre lIIm'viedl'o, mienll'as Oda lIrgaba á Castelloll.
En su marcha fuel'on infol'mados ambos gefes de que, CH
vista de las demostraciones, que con sus pocos soldados y
algunos milicianos hizo el 17 el segundo cabo de Valencia,
Esteller, se habia retirado Sel'l'ador á Burjasot desde luego
y des pues ú Betera y Benaguacil. Noguel'as siguió en su
busca hasta Liria; y Orúa enlró el 18 en su capital, no de-
jando tl'as sí mas que déhiles guarniciones compuestas cn
su mayol' partc de milicianos, y autol'izal)(lo COIl esta me-
dida el recelo de ver repelil'se las conerias, fIlie de muchos
meses á aquella pal'te talaban pel'iódicnl11cntc la yastn y
rica zona comprendida entre el Ebl'O y el JÚcal'.


1'\0 era en ella, sin embargo, donde debia decidil'se la
cuestion de la succsion al tl'ono, ni la del sistema politico
que en España debia regir. Desde la derrota de Evans de-
lante d(~ Hernani el 1 G de mal'zo y la consiguientc retÍl'ada
de Espartero e lnibal'l'cn á Bilbao y Pamplona, se estaban
haciendo cn las provincias dd :\orte esfuerzos colosales para
vengar aquellos desastres y restableccl' la pl'eponderancia
de las armas dc la reina. Eyans, oLligado ú volver en junio
a Inglaterra, no podia presentarse en el padamento de




LIBRO DEc::mO. 215
aquella nacion sin habel' lavado la mancha de sus anterio-
res reveses. De la misma cOlldiciondependia que su go-
bienIO continuase ejel'ciendo sobl'e el de "Madrid una in-
fluencia esclllsiya, en cuya continuaeion se interesaba á un
tiempo el amOI' propio del enviado Williers, el del ministro
de Negocil)s estl'angeros Palmerslon y quizá hasta la exis-
tencia del gahinete l\Ielhourne. Espadero tenia que jllsti-
/lcat' pOI' alguna victoria decisiva la inaccion de que se le
acusaba despucs de! sitio de llilhao. Los gohernantes tic
:Madrid, teuian tambien que buscar un apoyo en ventujas
militares, sin las cuales no podian mantenerse en el poder,
{!lle no se resignaban a ahdicar; solo por la obtencion de
las mismas ventajas potlian, en fin, cesar las agonías con
(IUC, tlespues de mueho tielllpo, luehalla e! pais, ya amena-
zado de una próxima disolueion. Asi, se determinó que los
esfuerzos para triunfar en el );"orte fuescn tales como lo
exigia el compromiso dc tantos intcrcscs.


Eligióse la Guipúzcoa para teatro de las nuevas opera-
cioIles, y desde fin de mal'ZO la caheza del puente de It'un
fllé reforzada con cuatl'o piezas de nl'tillerJa gt'uesa, que,
descmbarcadas cn Socoa , se traspol'tnl'on á su destino por
el territorio frances. Por el mismo tiempo los buques del
apostadero del i\:el'vion empezaron a embareat' pOI' Portu-
galde, Algora y Santuree numerosos batallones y fOl'mida-
1)le matel'ial de guerra, que cada dia eran traspOl'tados á
San Sebastiano El gcnenl! Scoane y los cOIlli~arios ingles y
frances '" ylde y Scnilhes iban fl'ccuentemenle de Bilbao a
San ScbastiaIl, y volvian dc esta a a(!lIella plaza, a allanar
las dificultades que suscitaban de ulla pnl'te las exigencias
de Evans, no sicmpl'c conciliablcs con los medios, ni aun




216 ANALES DE ISABEL n.
con las intenciones de Espartero, y por otra la tenuidad de
los recursos pecuniarios con que debia atenderse á los gas-
tos ocasionados pOI' los movimientos y el trausporte de tan-
tos cuerpos. El diputado Lujan iba igualmente de Bayolla
ÍI Pamplona, y yol"ia de esta ÍI Uf¡lIella ciudn(l, para con-
certar las operaciones del cueqlO de (jército de Naval'l'a,
flue debía adelantarse al Bastan, cuando el dc G uipúzcoa
emplljas(~ Ú los carli~tas hasta Tülo~a y Montlragon y por
victorias sueesiYils los acol'l'nbsc e\1 bs .\mezcuas. El vi-
reinato de .:\"ayarra y el rnnndo de las tropas (Ille dehían
ohrnr en aquel reino se confirió á hrihnrren, de cuya ro-
bustez y actividad se cspel'ah::m srl'Yicios que ú SnrsficJd no
le perrnit.ia prestar rJ rnnl estado !Ir su ,alud. Heslahleciósc
en el mismo pnis la línea de Zuhil'i 6 t!pl .\Ito AI'ga, (!uc,
en los primeros dias dc marzo, hahia tenido Sal'sfieltl quc
levantal' por la necesidad de reunil' sus fuerzas y cuyo aban-
(lono habia producido desde luego males de mueha monta.
El general Escnlera, nombrado gefc dc c~tado mayol' ele
Espartero, ol'ganizó Sil ejercito y le distrihuyó en divisio-
\lCS, de qllc se dió por de pronto el mando á CfllTca, Hi-
bero y Rllel'ens, y que se subdividieron en brigad3s á las
óI'denes de Hoyos, eJihal'l'i, Castaiw<la, Chnrl'Uca, Otero,
Mendez Vigo y PeTla. Despachados de Bilhno hasta los pI'i-
mm'os dias de mayo veinte y siete batnJlones y reuuidos cer-
ca de tI'einta mil hombees en San Sebastian, se nsociaron
á aqucllos gcfes, y aun reemplazaron ú ¡¡Igullos ellviados Ú
otros destinos, jlit'asol, Cal'ollllclet, JaÚl'e¡;ui, Remlüll,
Santa CI'UZ é II'inrte. Evans y sus brigadas inglesas com-
pletaban el ejercito.


Hacinando en un I'incon de Guipúzcoa fuerzas tan con-




LInRO DECU\lO. 217
siderables, no se dejó de reforzal' los demas puntos de la
línea, dcsde donde se podia ohscl'var y contener los movi-
mientos flue los carlistas anunciaban sobre Castilla, ó coo-
perar á (lile se eompHascn los tl'iunfos que se aguardaban
sobre San Sebastiano Con este último objeto se hizo á los
portugueses adelantarse de JlinlJ1da á Vitoria, amenazar
desde allí la )ínea de Arlahan y dividÍl' asi la alcucioll d~
los carlistas, q!le desde sus cl'estas se cslelHlian hasta las
de Ol'ifllllcndi. Pal'a impedíl' que, acosado, penetl'ase eH
Castilla algullo de sus cuerpos, se reforzó asimismo la Iillea
del Alto Ebl'o, se gual'l1eció convenientemente á Miranda,
y sc allelantaron dc Burgos á PancOl'bo y VilJm'cayo cucr-
pos de infanteria y caballería, destinados á aumentar las
fuerzas del bl'igadier l\lcahí, encargado de la gllarda de Ins
l\lerincladcs. I3uel'ens con UlgUIlOS ha tallones pas6 tamuien
de Sanlanrlcl' Ú ViLoria y se dejó caer en seguida soure su
del'eekl para darse la mano con Irribarren. El brigadier
(hicdo luvo el encargo de cubrir dc:-:de Lcrma la siena de
Burgos y de impedi!' que partidns levantadns en las antiguns
guaridas de Merino ohrasen i\ espaldas del cjército mas ó
menos süias diver~iones. rna gual'llicion 11I1l11erOSa en Bil-
hao dejaba ar!ucl punlo importante á cuhierto de ataques
como pareeia estado la linea toda, que desde ar!ueHa capi-
lal bajaha con I'odeos hasta Lo(105a, y volvia á subir de aHi
por Puenle la Reinn y Pamplona hasta Valcarlos. Para
qne 110 opusiesen \t'allas á las operaciones milital'l~s, ni las
{'cc)amac'wlles ile lOS pUclJIOS, ni la cil'cllUspecclon lwl)itual
de las aUlol'idadcs civiles, se declaró en estado de sitio la
provincia de Santander y las ~Icrindacles de la de Burgos,
sin que las ohservaciones enérgicas de arlueHa ciudad, ni




218 ANALES DE ISABEl, 11.
la amen na que hizo el comercio de retener trescientos mil
reales, que habia pl>omelido anticipal', logl'3scn la revoca-
cion de aquel riguroso propósito. Para (Iue los exorbitan-
tes lÍCl'edlOS impuestos pOI' la I'eciente ley de 30 de marzo,
que autorizaba la importacion de gl'anos y hal'illas estran-
gel'os pOI' los puertos de Bilbao y San Sebaslian, no difi-
cultaseJl la concurrencia, ni aumentasen e! precio de aqlle-
Ilos artieulos, se mandó que contiullasen pagando el módi-
co derecho ú que [a aulOl'idad militar los ]¡abia slljetatlo
antes, y no se vaciló en desobedeccr [a nuenl Ic'y de illl-
pOl'tacion de cel'eales, pOI' la misma raZOil que no se Y<lciló
en ponel' bnjo la depelldencia militar las PI'ovillcias quc mas
sacrificios habian hecho y estaban hacicndo para la maJllL-
tencion del ejercito. Nada se omitió, l'll Iln, lle lo que se
crcyó OpOl'tLlllO pat'a ohtener un triunfo brillante, ni para
apl'oveeharlo despucs de obtrnirlo. MlnHla su conseellci0!1
eomo la pt'imel'a y aun COlUO la esc1usivn atelleioll (leI mo-
Illento, tocios acabalH\tl pOl' someterse á las mellidas (Iue se
~upolliall pl'opias para sati~fHcer lan pCl'l~ntol·ja Ilece~idad.


POI' su parte hicieron oli'o lanlo [os carlisUls. jU(]l'i('JI(lo
del envio de gruesa artillería al fuel'le de Behohia y tic la
llegada sucesiva de tI'opas á San SclJastian. q\le era en los
campos de Hel'llani donde debia traharse la nueva IlIcha,
situaron veinte batallones entre Tolosa y Üprzun; fortifi-
caron este último puehlo y cubrieron de nue"os reductos la
Iínca de O¡'inmenrli, que ligM'on con la de "\sligflrraga. En~
tretanlo cinco batallones mandados por Guerguó incomoda-
ban dial'iamente ú Bilbao, y ,HllI 1)(1cian demo~ll'aciol\('s
contra Balmaseda; otros dos ó trcs, (¡n e mandaba Castor
en los valles occidentales, amenazaban ú Santoña y hacina




LIBRO DECll\IO. 219
rorl'crIas hasta cel'ca de Santander; otl'OS tan los , estendidos
desde Guevara á Villal'eal, coronahnll los pnmpelos de AI'_
laban, }H'ontos Ú I'eplegarse sobre Dumngo, Salinas ó la
BorulIlla, segun la dit'eccioll del ataque que se les hiciese.
Pel'o en lo que fundaban mas csperaIlZas de distl'aet' á Es-
pal'lero, era en el proyeclo de cspedicion ú Castilla, que no
solo anullcinban sin rccato, sino (Iue se prepamban á eje-
CU[¡\I' con oslenlacion. A mediados de abril, cuando ya vein-
te batallones de Espartero se hallaban incorpol'ados ú los de
EYims en San Sehastian, doce hatallones y cuatl'o escua-
dl'ones carlistas ocupah:l\l con ocho piezas los pueblos de la
Solana y oll'os seis ó siete se descolgaron de Salvatiel'l'a
por Pieul'amillera y Sorlada sobl'c Estella, donde se hahian
rcunido los genel'ales Sanz y Quilez y el brigadier don Ba-
silio Garcín, con (Iuien siempre se contaba pm'n aquella cIa-
se de espe(liciollcs. Estos gefes y sus soldados tOllos, no
solo p¡'egonahan su inmediato prlSO del Ebl'O, sino que ell-
tre cstos últimos hasta se fijaba cl pUlltO pOI' dOlHle se dehia
vcritica\'. Para que á nadie quedase duda del proyecto pl'O-
damado, hicieroll COllstl'llil' un rucnte yolante (Iue, sohl'e el
A\'ga ellsaya1'on con gran júbilo y a¡lal'ato. IITibalTcn,
ostigado por estas demostraciones y por la afectacíon con
que los gefes carlistas reunian arliJIel'Ía gruesa cerca de
Puente IaReinn, anunciando asi la inlencion de alGcar aque-
lla villa, salió cn su dil'cccion desde Pamplona, sc adelan-
tó hasta Lodosa) acanlonó sus li'o}lns cn LCl'in, Peralta y
pueblos inmcdiatos. Alli pudo mostrarse tanto menos in-
(luiclO del óxito de la tentativa anunciada, cuanto (lile, ocu~
}mlos los puentes del Ehro e illYaJenblc á la sazoll este ¡'jo,
era imposible atravesarlo sin un combate cn la ribera, don-




220 ANALES DE 15AllEL 1I.
tie parecia afianzaua la victoda en la formiuable caballeria
que mandaba don Diego Leon.


Evans tenia prisa de volvel' pOI' su reputacíon nnles quc
Espartero llegase al ejército, Confiado cn los cmu'cnla 1)a-
tallones accidentalmente reunidos IJajo sus órdenes, empe-
zó sus operaciones el 3 de mayo, hacicndo echnl' un lmcn-
te sobre el Url'umca y tomar pOI' la division dc Jaúl'cgui las
posicioncs de Loyo1a que ya ocupara dUl'ante su antel'iol'
campaiía de marzo. El ,i lentat'on los carlistas apoderarse
por sorpresa de la artillería eDil que acaLaLa a(fHe! gl'l'c de
corona¡' las altUl'as, y fueron rcchazados con pérditln. Lns
brigadas cristinas se situaron dc l'esultas cn los puntos mi\S
á propósito pUl'a las opcl'aciones milital'es; y tal el'a la si-
tuacion del ejél'cito, cllando en la lal'de del 9 llegó Es-
partero á SanSebastian.


FI~ DEL LIBRO DECl\IO.




1 ... lono lJNDECI~IO


Toma Espartero á nom.ni, Il'IIn y Fuentcrral,ía,-Espedicion de don Cárlos.-
AC('ion tic Utll'_ca.-Sorl'rcsa tlt' J,orin.-Marcha de Espartero á la lIibera.-
Atcion de BJrhaslro.-Aceion de Gra.-~Iovimienlos de Tallada) Esperanza
en la proúoria de Cuenca, y de Cabrera, l'orcadcll y Serrador en la de Valen-
t'ia.-Cortes.-Cueslion de Hadenda.-Interpelaciones sobre ('uentas,-
Apruebasc la nueva Constitucion,-AdL·iones.-Ley electoral.-Proyectos tic
ley relativos el suprcsion de institutos monásLicos, á aholicion tic di:'zmos y
primicias, amni .. tía, rcvocncion de secuestro, etc.-Dcsól'dcncl5, turnr:ltos"
sublevaciones, alropellos,-Situacion del ministerio.-Desórdcn y abandono
en todos los ramos de la administracion pública. - Descrédito financiero y cau_
sas de é1.-Negociaciones para un empréstito.-Miras interesadas del gobierno
i,,~le' al ofrecer su garantia.-Herlamaciollc" de la junla úe fóbricas y de los
diputados catalanes,-=Rómp"tlsc las nc"odaciones.-Estado de las relaciones
diplomáti"~".-l'roycctos de una expcdirion militar al mando del mari,ea
Clausel.-Frú,trasc esta romIJinacion.-Ciérransc los puerlos españoles á los
buques sardos.-Concc,iones heclJas al gabinete ingli:s.-Expedicion de los
marroc!uies contra Ccula.-Cuerdas pero ineficaces disposiciones del ministro
del lnterior.-1\Iaquillaciones conlra este ministro.-Es reemplazado por
Acuña.


No aguardaba al parecer, otra cosa don Sebastian pa-
ra vCI'ificar cl movimiento con tanta rcpeticion anunciado
antes, y sicmpI'c tan poco cl'cido. En la nochc del11 a112,
levanta su real de Hcrnani, y, dejando alli diez batallones á
las órdenes de Guihclaldc, toma el camino de Tol05a con
olros tantos, á quienes embriaga el rumor, que se hace
circular en sus 1ilas, de que marchan á Madrid. En Het' ~




299.
-""


ANALES DE IS.\IlEL n.


nani, antes de salil', y en Tolosa, ú su paso, se les Jistl'i-
huyen vestuarios, y, eH tres dias, se situan en lI'Lll'zun,
enviando sus avanzadas hasta Eeltaurri. :\i cl abandono de
formidables líneas dc defensa, en cuya construccion se ha-
bían empleado por mucho tiempo millares de hrazos, con-
sumido cuantiosos l'ecursos y fundado brillantes esperan-
zas; ni la ruina inmincnte de los inlcl'csCS de la Guipúzcoa
toda, entregados ú la vcnganza de estrangcros humillarlos
pOI' anteriores revescs; ni la sucrte infeliz quc sc resel'-
vaba á las guarniciones de Fucntcl'l'abia , Oyarzun é T!'tlll,
al'l'anCal'on una queja, dcsr¡uiciaron una eonviccian C


'
] rl


}mis, ni provocaron una dcscrcion cn las filas de sus de-
fensores. Al conll'ario, muchos de ellos llevaron la rcsis-
tencia hasta la tcmel'idad, y ])I'obal'on asi lo que habrian
hecho cuando huhicsen defendido en sus líneas sus hoga-
res amenazados.


Rehusó por de pl'onlo Espartero crecr la noticia dc es-
tc suceso, que, hul'lando tO(};¡s sus pl'evisioncs, lc abría
los oj os sohre la enormidad del yCl'rO que cometicra en-
cenando la mejor y mas numerosa parte de sus fuerzas
disponihles en una posicion estrecha, dc difieil salida, é
inútil desde que la gucl'I'a iha á mudal' de tcatro. 1'\0 puJo,
sin embargo, quedarle la menol' duda dc que tal era la in-
tencion cuando, al otl'O dia, vió á los carlistas retil'al' los
cañones que guarnccian sus llncas, cvacua!' al siguicnte á
Rentería y las dcmas posiciones avanzadas, y dejarlc así
el paso lihre para HCl'nani é Imn. Al mismo tiempo, los
hahitantes del tel'l'itorÍo (Ille la marcha dc don Sebastian
dejaba abandonado, cn vez de sometcl'se á la dominarÍon
de su ya il'l'csistiLle utlvcI'sal'Ío, evacuan, sin distincion dc




DON MANUEL lLAUDÉR.
,",JI'IO t'lI :Halaro á tilles del pasado sIglo, y habiendo hecho ~us prillL'l'O~ V~­


fr/li¡o,..; l'lI Jos t~olegios dela t'~('uela Pia y deD~'lén en BarccloniJ, abrazó la ¡',H-
{"era dc la .... armas, ('mrantlo dt' ea¡ll'tl' t'!1 el re~Hhiellto infantería 0(' Yitoria. Se
halló en G('rona ¡'Il rl asalto dC' :lO de jUlIlo 11(' 1ROR, y dcspucs pn otras mucha~
<!rClOnes de la g-uena de la lndepl'lIdl'lIria; ;" la condusion tle psta gloriosa lu-
eh;l, rué nomhrado gobernadur del eastiHo de ~lolljuich) } en sl'guida, SifllLrlo
l;¡ eoronel dd regimiento de Soria, comandante de la segunda hri~ada de la tcr-
eera division del rjiJrcito de Cataluña, en cuya época tuvo el encargo de pcrse-
~Ilir al inforlunado Lae)' y Milan" á quien aprehendió. Durante la époea del 20
a123, esluvo .Iestin",lo de cuartel cn un puehlo de Aragon; peru vuelto el anti-
l\uo regimen, desempeñó mandos importantes, enlre otros el de inspector de in-
fanlería, capitan ~eneral de Aragon, ~ virey de Navarra. A la muerte del último
monarca, abra7.o la cau:sa de la Heina, y se hizo notar por sus famosas esposi-
(·jolles~ siendo capitan ~('neral dr Cataluña, pidiendo el restablecimiento del ré-
gimen cOllstitllriollill. En 183~ ucsrmprrló el ministerio de la Guerra poco tiempo.
~'t'l1 se~uida \ohió á pncargarsc del mando de Cataluña, del que fué destituido
á ~onsecuenl'ia de los sucesos que causaron la muerte de Basa. Despues se re-
tiró á la vida privada, vIajó por el e,trangero, y hacia 1844. vino á Madrid, donde
ha [lt:>rmaneeido alejallo de los nr.goC'ios ha~ta su fallecimirnto.






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LIBRO UNDECDIO. 223
edad ni sexo, sus moradas, y con sus muebles y efectos se
tmsladau, unos u" los monles y otl'OS á los pueblos, don-
de creian qne por de pronto no se estendel'ia la ocupacion.
El 13, hizo Espartero adelantar tropas á Astig;m'aga, y el
14 salió tic San Selaslian á la cabeza de gl'uesas columnas,
mandadas pOI' E\'ans, Gnrrea, JÚlll'egui, Mirasol y Rendon.
Acom¡JaIi,'tballle la gu:.\I'dia real, la legion británica, el ba-
tallon de la marina real lle la misma nacion, la artillería
española, reforzada por baterías de grueso calibre y de
cohetes {l la congl'eve, sel'Virlas pOI' los marinos uel 101'<1
Hay, el mismo 10l'd, algunos de los oficiales dc su escua-
dl'illa, los coroneles W ylde , Senilhes y Pinto de Lemos,
representantes de la cuádruple alianza eel'ca del ejército,
los diputados á Córtes Arana, Santa Cruz y Lujan, el ge-
neral Seoane y otl'as pel'sonas notables. A la a proximacion
de este formidable apal'ato militar, abandonaron los cal'lis-
las la P¡'illlCl'a cOl'ladufa del camino rcal, en 'seguida los
parapetos dc Oriamendi, poco despues las altul'3s dc Santa
Búrbara, y sucesivamente se retil'aron de puesto en pues-
to hasta el camino de Alldoain, sin que de las esca-
ramuzas que para gana¡' tiempo empeñaron, resultase mas
que un corto número de heridos de ambas partes. Espar-
tero entró el mismo dia en Rernani , siguiéndole el ejército
entusiasmado de su marcha tl'iunfal.


El 15, obligado ú dar á Evans la anhelada ocas ion de
rcstableccl' el concepto de su Icgion, conflóle el mando de
dos divisiones cspaüoJas, que con la inglesa componian una
fuerza de doce mil hombees. El 16, marchó con ellos Evans
sobre hun, dOlule al punto se replegal'onlos puestos avan-
zallos carlistas del Vidasoa, componiendo entre ellos y la


Tmro IV. 15




224, AN.\I.ES !lE ISABEL H.
guarnicion la fuerza de novecientos combatientes. Al me
dio dia, Evans dirigió al gobernarlo\' Sorba una intimacion,
á que él contestó con la pl'etcnsion atl'evida de que se le
dejase salir pal'a el sitio que eligiese. Desechada esta, ten-
tó el ingles duranle la tal'de y la noche ataques parciales,
que fueron rechazados, y en que consumió sus repuestos
todos de municiones. Proveyóle copiosamente de otras el
general Hal'ispe, qne igualmente puso á disposicion del ge-
fe estl'Ullgel'o todos los cirujanos de su division, asi como
las autOl'idades civiles de Hayona nwdicamcntos y toda
clase de auxilios. Los carlistas recibieron alguno por su
parte; pues, á pesar del rigOl' con que desde el 15 se re-
chazaba del tel'l'itol'io ft'anccs á todos los que en él que-
rian penetra!', el 16 se pennitió la entrada á las muge res
y niños, que, en lo fuerte de la refriega, se hicieron salir
de Iwn. El 17 se plantaron nueHlS uatel'Ías y se redobla-
ron los ataques conh'a la villa. A Ins diez de la mañana,
los sitiadol'es se apoder31'on del fuerte del pal'que, y una
hora desplles capituló la casa consistol'ial , uonde se halla-
ban refugiadas Ins aulol'idades. Al punto In polJlacíon es
entregada al saqueo; los ingleses desbandados destl'Uyen
cuanto encuentran, atropellan al sexo débil, se encarnizan
contra el fuerte, y pasan á cuchillo mas de un centennl' de
rendidos. Evans, Chicheslc¡' y otros gefes tl'nuajan pOI'
hacer cesar el esl¡'¡¡go; muchos de sus oficiales parapetan
con sus cuel'pos mismos ú cuatl'ocienlos pl'isionel'Os que
]a soldadesca quiel'e asesinar, y que, Ú pes3I' de todos los
esfuerzos, habria asesinado en efeclo, sino se la relevase
en seguida por tl'opas cspnñolas que, haciendo justicia al
valor de los defensores, restablecen en breve el órden y




LInRO UNDECmO. 225
la seglll'idad. La historia debe cOIl~ervar las palabras me-
morables ue Soroa , respolluielluo á los que le reconve-
nian de la tcmeriuau de su defensa.-((La hice -dijo-
»porque me atacaban ingleses, me miraban franceses, y yo
»)soy espaüol.»


En seguida, se dirigió Evans contra Fuenterrabía, cuyo
gobel'lladol' Otamendi, convencido de la inutilidad de la
rrsistencia, propuso una capitulacion, que fué aceptada
el 18, bien que, en cOllfol'midad de una de sus cláusulas, no
debian los ingleses poner los pies en Fuenterrabía. Qui-
lósele á esta exigencia lo que de humillante tenia para
aqnellos uux",liul'es, y se transigió sobre ella, acordando
que la fuerza inglesa que, en representacion de la legion,
asistiese á la entrega de la plaza, la evacuase luego, de-
jando á los españoles el cuidado de guarnecerla. En ella
y en Irun se tomaron trece cañones y ochocientos prisio-
uceos, no habiendo sido muy ¡nfcl'ior á este el numel'o de
hombres f¡Ue delante de esta ultima villa tUYO fuera de com-
bate el ejél'cito venccdor.


Dió Evans tanta impol'tancia (¡ la ocupacion de aquellos
dos lugares, como habia dado antes Espartero, y se dió
luego en Madrid á la de Hernani. Hablábase de estos suce-
sos como de victorias decisivas, y se suponía seguro é in-
mediato el restablecimiento de las comunicaciones directas
de 1!'U1l con Viloria, y por consiguiente con Madl'id. Atri.
blliase la marcha de don Sebastian á miedo de verse ar-
rollado en sus líneas y se contaba confiadamente con (IUC,
fllera lle ellas, corl'cría los mismos peligl'os de que habia
pensado prescrvarse al abandonadas. E119, trató Esparte-
ro de completar el efecto pl'oducido pOI' estas ventajas, di-




226 ANALES DE ISABEL n.
rigiendo á las tropas carlista!:' una proclama en que, des-
pues de hablar de la inmensa supet'iorida<l <le los recursos
de su gobiet'no apoyado por dos naciones poderosas, oft'ccia
la conservacion de sus gmdos a todos los que, desde general
á sargento, se le presentasen con una fuer'za igual á la que
por su clase les cotTespolllliese mand al' ; el reconocimiento
del gl'ado inmediato inferior á los que se presentasen solos,
y el del que habian tenido en el ejército de la reina á los
que hubiesen servido antes en él; á los sol<lados ofl'eció su
relit,o Ú su inco¡'poracion en el CUCl'flO fIue dcsignasen. En
el mismo dia, dirigió una proclama á los habitantes de Na-
varra y P¡'ovincias Vascongadas, en que, dec\arando-«que
» jamas se habia pensado en despojarlos de sus lue-
»)t'os, les prometia conseI'várselos, si dentl'o de un mcs se
»sometian.» Al <lia siguiente, la <liputacion de Guipúzcoa
dió tambien su manifiesto en flue, lwblando del !le Esparte-
ro, decía á sus compall'iotas;-«alli ycreis gal'anlidas vues-
)jtras personas y propiedades; ¡'espetadas y ruesta~ fuera de
lltodo cargo vuestras opiniones políticas ....... en fin, una
»promesa solemne de la consc¡'vacio/l tle vuestros velll'l'an~
»dos fnel'os, de esos fueros, que aeaso los agcntes dc la
»rebelion os han imbuido maliciosamente de que se !ta-
)lllaban en peligro .. ) Pocos dias des pues (el 30) la diputa-
cion de Vizcaya, refiriéndose tambien al documento con
tanla satisfaccion comentado por la de Guipúzcoa, se espli-
caba mas enérgicamente diciendo:-d.o que á los vet'dade-
»1'05 vizcainos pUl'ccel'a mas lisonjero y consolador, es que
»p¡'omete (el general) conservarles sus instituciones res pe-
vtables y queridas. Asi aleja con polilicu conciliadora todo
»motivo de recelo .... y quita á la rebelion los especiosos




tumo UNDECIl\IO. 227
:lpretestos que le han servido de escudo. La diputacion ju-
»ró guardar y defender los fueros.... y puede asegurar
»con intima y pl'ofunda conviccion, sin comprometer su
)veracidad intachable, que no serrm nunca S1tpriml~dos
lmi hollados, porquc la augusta rcina Gobemadol'a y el se-
))ñor genet'al cn gcfe ticnen cmpeñadas palabl'as demasiado
))sinccras y solemncs,» ¿EI'an estos anuncios de las diputa-
ciones de Guipúzcoa y Vizcaya prcmlas de la seguridad con
fluC esperaban ellas el cumplimiento de las promesas del
general, ó una estratngcma empleada de acuerdo para
adormccer y desarmar á los habitantcs dc sus provincias?
Muchos pensaron esto último; al vet', que, contra el tenor
de las prescripciones forales, se hallaban instalados en San
Sehastian y Bilbao los ayllntamiento~, jueces de primcl'a
instancia y demas auloridades constitucionales; y que, dia-
riamcnte adcmas llegaban á FucnletTabía, individuos des-
tinados á formal' los I'csgu::m!os que iban á establecerse en la
frontera. Estos hechos dehian inspil'ar poca confianza en
las promesas contenidas en la proclama del gcne¡'al; asi,
aunque ratificadas por las diputaciones forales, nadie las
creyó, como á nadie sorprendieron las declamaciones que
eseitó luego en Madl'id la publicacion de aquellos documen-
tos, ni los testimonios de ('epl'obacion que eon tal motivo se
prodigat'oll al conde de Luchana.


Mientras pOI' afluel mcdio aspi¡'aba este á pacifiear
un pais, que recela ha no poder subyugar por las armas,
don Sebastian habia llegado á EsteI1a, y á las poeas hOl'as
agrupado sobre el Arga cuerpos numerosos. Don Cál'los,
flue sill que nadie lo hubiese sospechado antes, tenia loma-
do la rcsolucion de marchar con ellos, confia el mando su-




228 ANALES DE ISADEL n.


perior de las cuatro provincias á su ayudante don José
UI'anga, promovido al mismo tiempo á teniente general;
el 15, se traslada a Salinas de 01'0; el 16, mal'cha á Echau-
ri y cl17 atraviesa aIli el Arga, acompaiíado de sus minis-
tros, de cual¡'o balallones naVUl'ros, trcs alaveses, cinco cas-
tellanos, dos aragoneses, uno valenciano y uno compuesto
de los descl'tores de la legion de Argel. Ocho escuadrones
con selecientos y cincuenta hombres montados y t¡'cscientos
desmontados, seiscientos oficiales escedelltes, algunas pie-
zas de montaña, una brigada de (Iuinienlas lIlulas y un er¡ui-
page de puente completaban la formidable especlicion man-
dada por don Sebastian y en la cual marchaban Gonzalez
Moreno, Villareal, Sanz, Sopelana, Zabala, La Torre, Qui-
lez y Manolin.


E119, pasan estas fuerzas el Aragon en Galípienso, y
el 20 publica en Caceda don Cádos una pl'oc!ama en que,
despidiéndose de los habitantes de las cuatro provincias y
manifestándoles su gl'atitud, les anuncia-cesel' necesaria su
»presencia en otra parlc para salvar el país de los escesas
»y los crímenes conque le afligian las bandas de la USUl'-
»pacion. »-Vuestl'a conducta,-les dice el mismo dia desde
Galipienso don Sebastian, «debe ganaros el alIlor de los
»pueblos que vais á salvar, y que os llamarán sus liberla-
»dores.» El 21, el destacamento que formaba la guarnicion
de Caceda, y mas de cien miñones de las Cinco Villas, se
incorporan al ejercito espedicional'io, que, sin detencion,
por Egea y Luna, se encamina sobee el Gállcgo.


Sorpl'endcr debia á lt'l'ibal'ren este movimiento, cuyo
objeto, indole y fuerza nadie Itabia podido fl.ja!' ni aun pre-
veer. Tendidas las tropas (h~ aquel gefe desde Lárraga ~\




LIBRO UNDECIMO. 229
Ál1dosilla y Lodosa, parecian convenientement.e situadas
para impedil' el paso del Ebro, único designio, que, aunque
con poco crédito, anuncianlll hasta entonces los carlistas.
Al ver ti estos subir' desde E~t(~lla hasta las inmediaciones
de Pamplolla y pastll' (lOI' Eclwuri 1111 rio que J.'s habria
sido igualmcnte fúcil pasar mas abajo, Irribarren no adi-
vinó por de pronto la illlrllcion de sus enemigos y se limitó
á marehUl' sohre eHos con diez balallones, otros tantos es-
euadl'ones y diez y seis piezas de arliHel'Ía. Desde ~1c1ida
y Caparroso, donde sr h"lllloan concentradas las mas de
estas flicl'zas, ['(;Volvió el 11 sobre Al'tajolla y Ohanos; pero,
informado alli de que la esp(~dicion se encaminaba hácia
Lumoier y Sangüesa, costeanuo la O['illa derecha del Al'a-
gon, relrocedió al dia siguiente ti Tafalla y Olite y, el HI,
ocupó de nucvo á CaparI'oso y Molida, de donde saliem cua-
renta y ocho horas antes eH direccion conlraria. La marcha
lenta y al parcce!' vacilante de la cspec!icion, no permitia á
!rribarren sorprclldce el secl'eto de su destino definitivo;
pel'o, creyendo siempre que su propósito inmediato em
atravesal' el Eor'o pOI' el punto en que hallase menos obs-
taculos, se acercó el mas a este rio y (el 20) ocupó á Val-
tierra y Arguedas, como si fluisiese impedir el paso por
Tudela. El 21, despues de encomendar la defensa ue este
punlo a Buerens, que acabaha de llegar á Calahona, mar-
chó él á Tauste, donde hizo noche, mientras (Iue la espe-
dicion ocupaha á Caslilisear, Biota y Farat'dues. Cuando
el 22, se encaminó esta al Gállcgo, hribarren, suponiendo
que tentaria ella el paso de este rio por Zuera como ha-
bria sucedido si la inlencion de los carlistas fuese en efecto
acercarse al Ebro, se adelantó á aquel lugar; pero, mientras




230 ANALES DE ISABEL n.
llegaban á él sus tropas, la espedieion, cuya vanguardia se
habia apoderado oportunamente de la barca de Manacos,
y reconocido los vados vecinos, pasó alli el Gallego, e123, en
direccion de Huesca. Picado IlTibarren de habel' conocido
tarde su designio, toma sin dilacion la l'uta de Alcalá, donde
su vallgual'dia, mandada pOI' cllwigadier Leon, no llega
hasta el amanecer del 21. Cuatro horas despues eutran los
cadislas en HueBca.


En Almlldebar supo al punto el ¡jcfe cl'islino el es ceso
de confianza á que se entregaban eH aquella capital sus
enemigos. No habiendo estos visto á Irribarren durante
una marcha de siete dias ni sabido de él sino que los següia
por su flanco derecho á respduosa distancia, no im:1gina-
han ser alacados en una cilHlad, donde tenian mas medios
de rcsistencia y aun mas elementos de tl'iunfo, que en eU:1I-
quiera de los punt,os por donde atnlvesaran desde su sa-
lida. Ninguna precaucion milital' tomar::m pues, y su des-
cuido llegó á punto qne cuatro de sus batallones, situados
clltl'e la ciudad y la vtcina ermita del Cristo, tcnÍan en pa-
bellones' sus armas, cuando desde las altlll'as de Almudc-
bar, los observaban algunos ofieiales d.e.l cuerpo de lrribar-
reno Este, creyend.o poder sorprenderlos, dispone acele-
radamente dos columnas de ataque mandadas por Comad y
Van-Halen, y compuestas de ocho cscua(lrones, muchas
piezas y seis batallones que en breye podiau ser refol'zados
por (! tros cuatro que se hallaban rezagados. A la vista de
estos movimientos, el gencl'al carlista Sanz se apresma á co-
locar sus [l'opas en posieion y á (\csplegal' algunas guer-
rillas. El bl'igallicl' Leon las ]ll'ovoca y ella" se rcplegan al
abrigo de sus balallol1rs. Leon, atribuYCllllo á miedo aflue-




LIDRO UNDECIMO. 231
lIa circunspeccion, las carga al frente de algunos de sus es-
cuadrones, penetra con ellos hasta el centro de las masas
enemigas, y alli él yalgunos de sus oficiales hallan la muerte,
y sus escuadrones una resistencia que los obliga á retirarse
COIl gran pérdida.


II'I'ibarrell, queriendo vengar la muerte de su amigo,
1130e adelantar la bl'igacla Conl'ad : síguenle COIl poco órden
los otros halallones, a cuya eaheza, arrostl'ando toda clase
d(~ pcli~Tos, se pone el mismo genCl'al en gefe. Sopelana
¡lpareee con cinco batallones cal'iislas, y su fuego amortigua
el dc sus enemigos. Cerca de eualt'ocienlos hombres de la
legion de Argel, entre los cuales veinte y cinco oficiales,
quedan fuera de combate, bien como algunos cenlenares
de individuos de los otros batallones. El mi~mo Irribarrell
es gravemente herido, y se hace forzoso por tanto pensar
en la retil'ada. Villal'eal acude entretanto; refuérzale
ú poco La Torre y estendiémlose sobre el flanco iz-
quierdo de los cristinos, los envuc:vc amenazallllo sus re-
servas. El movimiento de retil'ada se acelera entonces; la
eaballcría encmign picnsa uesol'denarla con atrevidas cargas;
la cl'istina vuelve caras y dctiene á sus perseguidores. El
regimiento de Córdoba ayuda á la caballel'Ía á sostener la
retirada, que los cadis\as, ó contenidos por la actitud de
cstc cuel'po, Ú fatigados de la Jl13\'cha y de los combates de
a(jlld dia, no molcstaron; de mOllo que la division vencida
pudo yolvcl' Ú la noche á Almudebar sin mas contl'3tiempo,
Desde alli significó Conrad á Bncrens, que, siguiendo pOI'
la derecho del Ebl'o el movimiento dc hribalTen, acababa
de lIcgar á Zal'3goza, que acudiese ti reforzal' aquel ejército
y á tomar el mando. Bucrens partió al punto con cinco bata-




232 ANALES DE ISADEL 11.
lIones y tres escuadrones, y llegó á Almudebar el 26, en
el momento en que espiraba Irribarren, de resultas de su
hel'ida. Con la muerte de este gefe se aumentó el desa-
liento produciuo por la derrota; con lo que don Cárlos,
despues de celelJl'al'eI25 en Huesca la festividad del Corpus,
partió el 26 para Bal'bastl'o, donde llegó c127, sin que nadic
ineomouase la mal'clla de su ejército, por mas que, como
es natural, la emIJarazilsen el pesado bilgage y los muchos
heridos que consigo llevaba.


En e! mismo dia, dos solos batilllones de los !l'einta y
tres que habian f¡uedado en las provincias de! Norte lleva-
ron á cabo una empresa, que aun antes de la salida de don
Cál'los, 5e habl'ia I'cputado temeraria ó imposible. A las
dos de su madrugada, dos compaúías del primer batallon de
Navarra acaudilladas pOI' el auditor ue guelTa Lúzaro y el
capellan del mismo batallon Alonso, se intl'Odlljcron en Le-
l'in por un boquete, que uno de sus habitantes les abrió en
su casa, cuyas pUl'edes esteriores hacian parte de la cerca de la
ciudad. El cuerpo de guaruia, flue pOI' csta circullstancia
existia en aquel edificio, fué sorprendido y desar!l1auo; fué-
lo asimismo Otl'O puesto vecino, situado en un ángulo sa-
liente de la muralla, fuéronlo en seguida cuantos se encon-
traron. Despues de encerrar en uno de aquellos cuerpos de
guardia ú. sus prisioneros, los atl'cvidos invasores hiciel'oll
entral' cn la ciudad Sil batallon y cl 3. o de Navarra que
aguardahan fuel'a, y, dueños del santo, scña y co1l1 rase ita , se
adclantaron á la plaza, cuya entrada les fué fl'anqueada
creyémloscles urbanos ue la guarniciono Apodel'ál'onse eu-
tonces de las pnertas, penetraron en la iglesia y, gritando
que el enemigo se acercaha, despertaron al gouernauol' que




LIBRO UNDECmO. 233
al salir de su casa hicieron prisionero, igualmente que á los
oficiales, á quienes sorprendiel'on dormidos. Al acercarse al
fuerte de Capuchinos fueron reconocidos por carlistas, y, para
asegurar el triunfo de su estl'atagema, les fué ya necesario
recurrir á las armas. Careciendo de artillel'Ía con que batir
el fuerte, se colocaron en la torre de la iglesia que lo domina,
y desde la cual podian á mflnsalva hostiliZ31' á sus defenso-
res; y estos, no teniendo vívcl'es en el edificio, hubieron
de rendirse en el difl. DU\'31lle él se introdujo en la ciucla(l
una pieza de á doce, con que fué cflñoneado el baluarte de
Isabelll, cuya gual'üicion capituló veinte y cuall'o horas
despues, quedando entel'amente (e118) en podel' de los car-
listas la plaza de Lerin, célebre un dia por la heróica defen-
sa que mil til'adores de Cádiz mandados pOI' CI'lIZ Murgeon,
hicieron contra siete mil franceses; Lerin , recientemente
fOl'tiflcneb y hecha ellwlllal'te de la Solana y de la Ribera;
Lerin, único y bien provisto almacen del ejército que defen-
dia ambos terl'itorios. Una caIltidad de víveres y muni-
eiones, tal que para trasportarla (leclaró Uranga que se ne-
eesilaba mucho tiempo y millares de caballos, siete p:ezas de
artillería de bronce, setecientos fusiles, treinta caballos y mu-
chas cabezas de ganado lanar fueron el fruto de aquella SOI'-
presa atrevida, en la cual quedaron prisioneros sobre qui-
nientos homlll'es del provincial de Ronda y cincuenta urba-
nos de la ciudad y de los pueblos inmediatos.


Mientras Ul'anga hacia demoler sus fortificaciones y
trasportar á Estella sus ricos despojos, marchó con la arti-
Hel'Ía alli tomada el comandante de Navarl'a, GarCÍa, sobre
Lodosa, que empezó á cañonear vigOl'osamente el 29. El
temol' de que cayese en poder de los carlistas aquella im-




234 ANALES DE ISABEL 11.
porlante llave del Ebro t aquella puerta de Castilla, hizo al
bl'igadier lriarte salir de Pamplona, de Vitoria al baron de
las Anlas y de Logroño al comandante de las do;; Riojas.
Cuando todos se hubieron puesto en movimiento para acudil'
al SOCOI'I'O de la ciudad, los carlistas se I'l'til'aron á Sesma y
Estella, no sin haber amenazado á Peralta y demas puntos
fOI'tifieados, ni sin haber incorporado á sus filas muchos
mozos de la Ribel'a.


Aun mas que los movimientos de Irial,te y de los por-
luglH'SeS, contribuycron á la retirada de García los filIe,
micntras el atacaba á Lodosa, hacia Espartel'o en Guipuz-
coa. Quince dias habia permane~ido este general en Her-
nani sin haccr demostracion seria contra los hatallones de
Guibe\alde, acantonados entre aquella villa y Tolosa, aun-
que, desde el 17, le habian estos provocado, atacando en DI'-
niela los puestos avanzados de Mirasol y empeüando una
accion con su division toda, que á los pocos di as hubo de
abandonar aquel punto. La falta de recursos obligaba á Es-
partCl'o á mantenerse en el recinto estl'ecllO donde le habian
encelTado las mal meditadas instrucciones de los gobernan-
tes de Madrid, sometidos á la influencia del agente britá-
nico. La noticia del desastre de lIuesca y el temol' de que


,


pOI' resultas de él, pudiese maI'char sin resistencia don Cár-
los hasta el punto donde le piuguiese dirigirse, arrancaron
en fIn á Espartero de su inaccion fOl'Zalla y le decidieron á
encaminarse á Naval'l'a. Presentándole obstúculos e incon-
vcnientes todas las direcciones por donde podia verificarlo
pl'cfirió la rula que, por Arezo y GOl'l'iti, conduce al puert~
de Lecllmberri, y que, aunque mas dificil que ninguna otra,
podia hacerse mas espedita y practicable, si se lograba




LlIllW UNDECll\IO. 235
alejar de ella al enemigo, engaiíandole con falsos movimien-
tos; a este fin, se adelantó (el 29) Espartero sobl'c Andoain,
donde halló á Guibclalde ocupando las dos oríll as del Ol'ia,
entre parapetos y casas aspillel'adas. Atacóle bravamente la
pl'Ímera division mandada pOI' el brigadier Uliharri y, en-
contrando esta una viva resistencia, fué reforzada por la
segunda mandada pOI' Gurrea, el cual rué muerto al atra-
yeSal' un puente, cuyas altUl'as coronaban los contrarios.
Forzado este, y pasando el rcsto de las tropas cI'istinas el
rio pOI' un vado quc se cncontl'ó despucs de muchas ten-
tativas , pudo Espartcro acampal' á la noche en las altmas,
haciendo á Evans situarse con el cuel'po de cjército dc Can-
labria en Andoain y dejando así columbl'ar la intencíon de
atacar al dia siguiente á Tolosa, en combinacíon con ac¡ue~
lIas fUCI'zas. Distrajo este amago la atencion de Guibelalde,
quc, no osando abandonar la eanetcra por donclc)e amena-
zaha Evans , pcrmitió á Espartero adelantarse por los des-
filaderos dc Yillabona y Amasa hasta Elduain y Veraztegui,
donde, aUUf¡Ue til'oteado durante el dia entero, y abrumado
de fatiga y desfallecido de hambre, pudo llegar des pues dc
media noche.


Visto por Guibelalde este movimiento, se corrió ú Gas-
telú y Lizarza, dejando á Iturriza el cuidado dc observar á
los de Andoain. El 31, creyendo ya estos en salvo á Es-
partero, se retiraron ú Rernani, con lo cual pudo Iturriza
avanzar por la eal'rcteI'3, micntras que su gefe, libre del
recelo de sel' acumetido pOI' su retaguardia ó su flanco, ata-
có á su vez los flancos y la retaguardia de Espartel'o en los
puentes de AI'ezo y de Hurto con tal denuedo, que fué ne-
cesario hacer retroceder muchos cuerpos cl'istinos pam




236 ANALES DE ISABEL 11.
ahuyenta!' la nube de tiradores carlistas que diezmando sus
filas dificultaban su mal'cha. A la noche, acampal'on en GOl'.
riü los de la rcina, y á su vista los guipuzcoanos, que, no
pudiendo nlejarse de su telTitorio, fueron al dia siguientc
relevados por los navarros. Estos salicron al encucntro en
Lecumbel'l'i á Espal'te\'o, que no sin esfuerzos pudo Ilegal'
á Echalecu y Os coz á descansnr de sangl'ientas escal'amu-
zas que debian hacel'se \l1ns encarnizadas al dia siguiente.
El 12, en efecto, fué vigol'osamente atacado en Muzqlliz, y
durante siete horas sufriel'on su l'et3guardia y SIlS llaucos un
fuego mortífcl'O, en que pel'ecieron hizanos gefes y oJicia-
les, y fuel'on desordenados algunos cuerpos. En las inme-
diaciones de Larl'ayoz llegó el combate á ser tan vivo que
el gcfe del estado mayor, Escalel'a, que ya llegaba a Pam-
plona, hubo de ret¡'oceder con fuerzas respetables para
contener al enemigo y poder acantonal' aquella noche todas
las suyas en los Benios, nI nbl'igo de la capital.


En esta espedicion de cinco dias, tuvo el gefe cristino
dos mil hombres fuera de combate. Componian su fot'mida-
ble columna veinte batallones, á cuya cabeza ihan los gene-
rales Escalel'a, Rivero y Carol1llelet; los bl'igadiel'es U1iuarl'i,
Ponte é Irial'te, el coronel Churruca, que lomó el manuo UC
la division de GUl'l'ea, muerlo en la balalla dcl29, y multitud
de gefes conocidos por su pericia y su valot,. Sei~ ó siete
batallones guipuzcoanos en Anuoain, tI'es ó cuatro ue los
mismos en los desfiladeros de su provincia, y otl'OS trcs ó
cuatro de Naval'ra en los ue la suya, fueron las únicas fuer-
zas que sucesivamente" malll'alaron á aquellos brillantes
cuerpos, con que pocos dias antes se habia pensado termi-
nal'la guerra del NOl'le. Espartero, sin detenerse en Pam-




UBRO UXDECnIO. 237
piona mas que el tiempo preciso para darles descanso, se
adelantó el 5 á Tafalla, y de alli á Lerin, que halló desier-
to. Disponíase á refol'zar luego la division de la Ribera,
tan fuertemente disminuida en IIuesca, cuando quince ba-
tallones enemigos, reunidos en Estella, le llamaron de nue-
vo la atencion; con lo cHal, limitándose á despachar á Zara-
goza la brigada de Il'iarte, fuerte de cuatro batallones, se
quedó sobre el bajo Arga pam observar á los carlistas é
impedir la salida de una nueva espedicion, que, á las ól'de-
nes de Gomcz ó de GlIel'gué, se manifestaban dispuestos á
lanzar á Castilla ó Asturias.


Tal fué el resultado de las pondel'adas combinaciones
de diez semanas, tal ellte los esfuel'zos hechos durante ellas
para concenll'ar la insurreccion en Guipúzcoa y darle all¡
un golpe de muerte. No solo no se le dió, sino que ni aun
se le pudo corlar las comunicaciones con Francia, que era
ciertamente un medio seguro, aunque lento, de combatida.
Conservólas Zamtiegui, amenazando siempre la línea de
Zubiri, y Guibeblde dominando por sus destacamentos el
CUl'SO del Vidasoa. Este mismo gefe, defendiendo desde An-
doain la carretera de 1'olosa, impidió restablecer las comu-
nicaciones directas de San Sehastian con Vitoria. sin que'
de las jormadas del 14, 16 y 17, resultase otra ventaja que
la de poder Íl' por tieITa de San Sebastian al fuerte de Be-
hobia, y esto con las convenientes precauciones; pues fl'e-
cuenlemente obstl'llian aquel tránsito de tees leguas dcstaea-
mentos de un cuerpo franco mandado por Ibero, qne caian
sobre cuantos viajaban sin fuertes escoltas. Mil'asol á quien
al retirarse dejó Espartero el mando de Guipuzcoa, no podia
moverse mas que de Hel'l1ani á Irun, obligado como estaba




238 ANALES DE ISABEL n.
á guarnecer con diez mil hombees que le quedal'on aquellos
dos puntos y los de Fuentenabia, Pasages y San Sebas~
tian, Tl'es batallones carlistas, situatlos en las mOlltaüas que
dominan el ca millo de Vitoria a Salinas, tenia)) en l'espeto á
los pOI'tugueses: á la iZf(uierda tle estos, Castol' y Guel'gllé
continuaban obsel'vando á Alcalá, mientras los cuel'pos de
Garcia y de Za¡'atiegui cOI'rian ya desde Elizolltlo á Lerin,
ya desde Pamplona á las inmediaeiones de Logl'oño, E,eepto
los entleblcs fortines de la línea de Zubil'i, toda la p:1I'te de
Navana situada al Norte de su eapitltl les quedó, tlespl1l':'
de la espedieion de Espartero, tan líbl'e como lo estalla d(',~­
de dos años antes. Esceplo el espacio compl'endido elltre
San Sebastian, Hernani é h'UlI, quedaron igualmente due-
üos de toda la Guipúzeoa; quellarolllo de todo el terl'itorio
que poseian en Alan y Vizeaya y en la parle de Nav<ll'l'<l
situada al Sur de Pamplona, La cOJl(lieior! de los carlistas
en aquellas provincias se mejoró tanto mas, cuanto que de-
jaron de pesal' sobre ellas tl'einta batallones y veinte eSClla~
dl'ones de las dos partes coutellLliellLes, cuya permanellcia
prolongada eH aquel tCITitot'io habria acalJarlo con sus ya
limitados recursos. La legion inglesa se disolvió al mismo
tiempo pOI' resultas de la espil'acion de su empello; y Evans,
Chichester y los de mas gefes abandonaron un pais, en (lile
ni los esfuerzos hechos últimamente para pon el' fin á la ma~
lanza de los rendidos bastaron á atenuar la it'l'itacioll que
desde el priueipio inspil'ó contl'a ellos la conducla dc sus
soldados. Los que de estos se alislat'on de nuevo en un
cuerpo que se formó dcspues de volulltal'ios de su nacioll,
dieron á poco tantos motivos de inquietud y de disgusto,
que fué tambiell necesal'io despedidos. En fin, la pérdida




LIBRO U,\DECBIO. 239
e~pel'imcnlada pOI' 10:3 cadj~las en hnn y ruentel'rabb (¡liC-
uó compensaua pOI' la que ú Esparlcl'o cansaron en Alltloain
y en su retirada á Pamplona, y por mas de quinientos pl'i-
sionel'os heehos en Lel'ill.


Ni rué peor su SUCl'tC cn cllluevo teatro adonde ll'asla
daroll la guerra, Buel'clls, despues de enviar á Zal'agoza
sus heridos de HlIesca, mal'cM á esta cimlad, apenns
supo que se bailaba evacunda. Con una fuel'za de ocho mil
iufantes y mil caballos, !Ia(la mas podia hacer que seguir
la espetlicioll sin alcanzarla. Asi, mal'chó detras de ella,
llizo (el 28) pasal' cl Cinca á sus húsal'es cerca de llarbastl'O,
é imp\llió con esta demostraeion que los hel'idos carlistas,
que se enviaban á 13ellaval'l'c, lo pasasen por Estadilla.
El 29, previno desdc I\lollZon al comandante genel'al de la
lH'ovincia dc Hllcsca, l~\'asscs, quc con unos mil milicianos
movilizilllos se IwLia relirado ú Fraga, que ~e le reuniese
pam impedir ú los enemigos el paso del río. Grasses pal'-
lió, dejando ya en Fl'agn allwron de ~Ieer, que ála pl'imcl'a
noticia (le la marcha (le los carlistas so!we el Alto Al'agon, se
llabia adelantado ú las fl'Olltcl'as dc estc rcillo. Sus fucrzas
ú la vel'dntl, 110 llegah:lIl ú trcs mil hombrcs útiles; pues, ha~
IJiéndose ú',limamcntc aüadillo ú los distul'bios de 13al'cdona
y Reus los escúmlalos promovidos en Cer\'cl'u pOl'los albo-
I'otadores que (¡Heria n dil'igil' las elecciones del nuevo aylll1-
t:\Inicnto, Meel' hullo de dedal'al' Ú b ciudad cn estado ue
sitio, y COnnal' Ú S(,]Hl~tj~iil el cuidado de mantener cn ella
cl ÓI'llCIl. Esta nlcncioil era tanlo mas urgente, cnanto los
cill'list.as, que alHlahan cel'en, no llall!'ian dejado de ap¡'o\'c-
chal' la ocas ion de un motin para hilcel' alguna tentativa
contra la ciudall, Dcjando á disposicion de Sebastiall las
TO~10 IV. 16




210 ANALES DE IS.\IJEL lI.
(uerzas necesal'ias para descmpeüar su nuevo cncargo, tUYO
Meer que dar tambien á Aspil'oz el de conlenel' los ualallo-
nes de Royo, que, engreidos con el tl'iunfo del dia 1, e con-
tinuaban corriendo el pais en todas direccionl's. En fin,
untes de alejarsc del tel'l'itorio de su mando, tuYO ([ue re-
forzar la guarnicion de T..el'Ída, reducida á cuatl'ocicn-
tos homlJl'es del provincial de Tolcdo. Asi, las fuerzas
de Aragon y Cataluña rcunidas contra la espcdicion cnlll
de doce á trcce mil hombrcs, que sin duclfl habrían bastado
para disputarle el paso á Cataluña, si desde algunos d i;lS
antes no le hubiesen allanado el camino varios cuerpos ca-
talanes que se acercaron á la frontera y ocuparon á GI'UUS
y Benavarre, adelantándose alguno hasta :Estadilla y apo-
deranuose entre unos y Otl'OS de tOd3S las b31'cas hasta Baí'-
Lastro.


Importaba sobre ma~er3 en tales circunstanci3S enco-
mendar la direccion de las tl'Op3S cl'Ístinns destinadfls :i
obl'3r en ar¡ueltel'reno á un gefc de catl'gol'Í3 y de presli-
gio, c3pazde dar impulso y sobre todo ullidad á Jos moyi-
~nicntos. Confióse este enc3rgo al genel'al Or:'w, que, I'egl'e-
SUdo el 19 de MoreHa á Valencia, tornó á salir PUl'3 el A l!o
Magon el 21, Y p3sando por Ternel, Caspe y Z3I'agoza \Jc-
~ó el 31 á Monzon con tl'escientos infantes y cien caballos,
á que se unieron mil y quinienlos ([uilltos y trescientos ca-
ballos enviados de Zal'3goza b3jO las (Jl'(lencs dc Villapa-
dierna. En Monzon, supo Ol'úa qlle 1Jecl', obligarlo ú no ale-
jarse del Principado,' sobre el cu::!l l\llInahnn su ateJlcion tan-
tos objetos, no podia coopel'al' directamente ú impedir á la cs-
pedicion el paso del Cinc3j y creyendo á los c31'lisl3s apll1'fI-
dos en BU1'baSlrO¡ atribuyendo su no esplicada detencion en




LUlIIO UNDECIMO. 211
aquella ciudad a int1ccision sobre sus movimientos; supo-
niendo enlnzadosestos con 10sueRoyo y Cahrera, de los cua·
les el primero estaba enll'etenido pOI' Osol'io háeia Berga y
el ~egundo en la línea del Cenia pOI' ~ogueras, resolvió, á '
pretesLo de reconocer las fuerzas y las posiciones del ene-
migo, hacer una tenlativa sobre la ciudad. El 2 de junio
fué el dia señalado pam esta opei'acion, a que el nuevo ge-
nel'al lIió un apal'ato corrl'spondiellte á su intencion, aun-
que poco confol'me con la idea que anunciaba de un simple
rcconocimiento. Distribuyó sn fuerza tolal de diez y seis
batallones en tees columnas maudadas pOI' Conrad, Bue-
rens y ViIlapadierna, y, repartiendo en ellas sus mil y dos-
cientos caballos con diez y seis piezas de al'tillel'Ía, salió de
Berbegal en la maünna por el camino de Barhasll'O. Conrad,
que mandaba la iZl[uicl'lln, se addanló husla la altura de
Nuestra Señora del Pueyo, donde plantó una Latería y se
uispuso al comhate. Los carlistas atacaron el cUltro; ue-
sonlenal'on dos batallones del regimiento del Príncipe,
mandados por su coronel Fajardo, y lwbl'ian arrollado toda
la division, si 110 aCllllieseil luego BUl'l'ens y el bl'igadier
Solano, que, con unos batallOlles de Cúrdoba y Almansa,
lograt'on restablecer al tin el órJen de hatalla. Entretanto,
la columna (le la izrluienla, cortatla por el uesól'den de la
del centro, fué acometida con vigol', y Ol'úa le <lió ól'llen
ue retiraJ'se. Para haeel'1o COIl mas seguridad, llamó COll-
raJ en su auxilio la 1'0SCI'\'a, de ([ue hacia parte uno de los
batallones de su Icgioll; pel'o cejó estc tamhicn, sin (IlIe los
esfu~rzos tle Sil comullllante Meyel', los del gcfe del estado


" v


mayol' Mazal'l'etlo, ni aun los del mismo Conrad bastasen á
coutenerlos. En vano este último, puesto a la cabezo a de a1-




242 ASA LES DE 15.\!lEL n,
gunas compaflias, quiso yolrcdos al comlJate; el plomo ene-
migo le dejó teldillo e!l el campo. Oda hizo prodigios pal'a
reunir los batallones, cuya retirada mandó ú Villapudiel'llU
cubril' con su cahalleda; y autlf]ue e~tc no pudo desempelrill'
completamente su encargo, como el enemigo no les persi-
guió largo t!'echo, 1031'al'on estos l'ehaCei'sc Ú la s,;lida dc
los olivares y pudiel'Oll en fin volver á DeI'begal, con lllas
de ochocientos hel'idos, de los cualcs cel'ca de la mitall ¡ll't'-
tenecían á la loginn de AI'gel. De mil y doscientos hOll1hres
de que se componia ella á su salidn de Tafalla, quedó, pOi'
¡,{'sultas de los comhates de IIuesca y DUl'bastl'o ¡'c<lucida
apenas:i quinientos, dc qne sus oficiales mismos pidiel'QIJ
la disolucioll, y que Ül'úa hizo en consecuellcia partid Pall1-
ploua, á las ól'Clenes de un capililll, pOI' habel' perecido
11" gefes. En la accion, I11l11'ieron I.ambien muchos oíiciales
e,;pailOlcs y {¡ O¡'áa mi"mo le inlltiliz<1I'Oll dos cahallos.


Fácil es tic infl'I'il' el efécto qlle lwoduciria en sus sol-
dados esta lIucva calú~tl'orc. A fayo¡' d\~ ella, los cadistns,
detenidos demasiado ticmpo eH Bal'basll'o, pudieron ocu-
parse libremente tie los preparativos de su v iilge Ú Cula-
luila, y (el 3) hicieron salir sus hCI'itllls, que (l'l 4) pasaroll
el Cinca pOI' Esltlllilla. POI' el mismo punto y el ue Eslalla,
lo vCl'ificó en seguida gran parte de la cspcdicion conlal rc-
sel'va, que cuando (el 5) annncialJa Odia dl'sde BerlJegal que
iba á adelantarse á BaI'lJasll'O, ignoraba n\\Il (¡He el dia all-
tes la habian c\"aelwdo los enemigos. Estos acabaroll de pa-
sar el rio el 5, sin otra pénlitla qlle h de cicnlo y setelll<.
hombres, qne, pOI' falta (le tiempo ó de aetiviliatl, se man-
tenían aun en la ol'illa dd'eclw, Ú tiempo <¡ue llegó ú Est:!-
dilla la vanguardia de Oda. Dcs(l'ui(:as pOI' los c3l'lisiH:3




LInRO U;,\DECnIO.


las Lareas de aql1cl pueblo, y de los situados mas al'riha,
no pudo el genel'al cristina seguirles cl alcance, pues, para
pasm' ú la ol'jl!a iZifnil't'lln, hUDo dc bajal' hasta Monzon.
De ,¡]Ii se corrió (el 7) húcia Tamonte, donde, velando sobre
la frontcl'a dcl lCITitol'io dc su mando, sc hahia situado el
bm'oll dc ~ICCl'. La espcdicion pa:-ó cntrc tanto la Noguera
llilJagorzana pOI' Tl'agr'l, y se acantonó dcsde Ager á Os,
haciendo (h~moslrac¡on~s (1<' querer pf1SUi' el S~gt'e pOI' el
jluentc dc Canw:'nsf1. Orúa, dcsliando ú volrct' sobrc el
B:Jjo Aragon, cnlt'('3& el mando (le sus I1'0pas Ú Meer, f¡Ue,
viendo á Ros de Eroles, Ortcn y oh'os ¡scrcs catalanes ma-
niobrar con fuel'zas consillcl'ables sobre Agl'arnuut y Bala-
gUCI', se trf1sladó ú estc último plinto, y ocupó el puente
amenazado del Segl'e, cstendiendo sus avanzadas á Cas-
tcJIó, dondc sc loca!Jf1n con las quc en Os tenia el cnemigo.


Dueantc algullos dias, agUfll'lló e~le alli el rcsultado de
las cmpresas (¡ue, cn lo iu[('riot, del Pl'incipado acometian
en[re tanto los cf1udillos cf1!alanes. De su pal'te Ot'iental dc-
bian retirarse las tropf1s de la rcina ((tle la cubrif1n, y accr-
carsc al teatro dc las gl'alldes opel'aeioncs. Con cstc ohjeto,
bajaba OsOt'io el 4 de Bcrga, cuando Royo atacó Sil Yan-
guardia, que obligó a retirarse á Olban. Al dia siguiente, la
misma yanguardia, resuelta á abrirsc paso á toda costa,
cayó SOhl'C el coronel cf1dista Mallorca, qne guardaba una
dc las salidas del lugar', y le hizo pedazos; arrolló en se--
guilla otra fucrza quc cuhría las espaldas á Mallorca, y vic-
tor'ioso, habria continuado su IlHIl'cha si !lO acudiese luego
Sobrevies al socorro dc los snyos. ~licntras contra él ha-
cia nuevos csfuerzos OSOl'io, sobrevino Castells con \rcs ba-
talloncs de l'cfl'eseo, y cal'gando con ellos á los crisliuos




244, ANALES IJH ISABEL H.


ya fatigados t obligó ti su gere ti reliral'se con una enorme
perdida á Gironella. Uno de sus batalloncs, que no pudo
reunírselc, sc hizo fuertc en una casa vccina, donde, al dia
siguiente, se rindió cn fuerza de cuatrocicntos hombl'cs. El,
con los reducidos rcslos de su IH'igada , pudo CIlCCrr3l'se
en BCI'ga, dc donde, solo para guareccrsc en Puigccrdá
logró mas tardc salir.


Tristany, en tanto, con ll'es mil y quinientos infantes y
cien caballos, se hajó ú Tons el 8, pasó el !) ú San Quinli,
amenazó á Piera, y su apal'ieioll oLligó ú los gefcs tle di-
fCl'entes puntos fortificados á replegar::;e á las poblaciones
considembles, siendo evacuauos ue resultas los fuertes
situados entre Igualada, Espal'l'aguera y Villafranca, sin
que pudiesen los destacamcntos fIlie los guamccian retirar
siempre sus efectos, ni aun sus armas. Rccogicndo mu-
chas el audaz canónigo, osó adelant:1I'se el 11 á Ballirana,
Begás y Torrellas, obli¡pndo ú los nacionales:i enCCI'l'arse
en casas fortificadas cuando espcraban l'esisti¡', 1) á refu-
giarse en Barcelona, cuando temian 110 Jloder hacerlo en
a(luellos asilos. Pastors, advel,tido tic estc movimiento y
del que al mismo ticmpo haeian otras columnas carlistas
sobre el Vallés, mandó al coronel Tayll que, con doscientos
mozos de la escuadra y algunos individuos de las rondas
volantes, unioa fuerza de que podia disponcr en Barce-
lona, se adelantase á Molins del Rey, donde debia srr
reforzado con algunos soldados del tercel' batallon franco.
Desde Molins pasó Tayll á San Boy, cuando ya le estaba
l1laclll1do Trislany, y algunos de sus voluntarios, cruzando
el L10hregat por aqucl punto, desafiahan desde COl'l1eJlá á
108 milicianos de la capital. De estos reunió Pastors dos,




LIBRO UNDECll\IO. 24.5
mil, que se prestaron gustosos á marchar á sus órdenes al
socol'ro ue Tayll; pero el gllel'l'illcl'o, despues de una esca-
ramuza en San Boy, sc volvió á Gabá y, Bcgás, sOI'teó du-
rante dos ó tres dias á los gercs cristinos y, conmovidas Bar-
cclona y su llanura con Sll corrcrÍa provocadora, regresó á
la montafía ú rccibir al Pl'ctendienle que se internaba por
aquclla pal'tc en Catalufía.


El 9, pasó aqucl pl'Íncipe la Noguera Pallaresa por el
puente de FOlltllollga, y sus tropas se estemlieron pOI' la
Ol'illa del Segl'e. EllO, atl'avcsal'on estc rio y se situaron en
Cubells, Monc\at' y Donsell; el 11, se adelantaron á Malfet,
Renant y Cosco. En el mismo dia, llegó Meer á Agramunt, y
al siguiente continuó su marcha en direccion dc Guisona,
donde halló á los carlistas en posicion ocupando á Gnl, la
Morana y San -:\lartí. BlIercns se adelantó hasta dar vista al
primero de estos puehlos, Van Halen se apoderó del segun-
do, y Clcmente del lcrccm, no sin espcl'imentar estos dos
últimos gefes una vigol'osa rcsistencia. Muchas horas ihan de
batalla, y aun la hatalla estaha indecisa, cuando un ataque del
bl'igadier Leon hizo aflojal' la dCl'ceha eal'lista; Clemente em-
bistió entonces á Gra, donde halló la muerte, enll'e muchos
oficiales y soldados, el brigadier Doddgins, comandante de
los granaderos dc Oporto. A reforz31' á Clemente acudió
UI'Lilla y no bastando este auxilio, y, siendo el momento
decisivo, Mecr se puso en pe¡'sona á la caLcza de una bri-
gada y rompió el ccntl'o cncmigo, en tanto que el coronel
Mazarrcdo atacó de frente á Grá, Y de flanco el brigadier
Solano. Intl'odújose cntonees la eonfusion en las tropas ca-
talanas, no acostumbradas á combatir en línea, y acaso habría
acabado por una del'rota fOl'mal si no acudiesen algunos ba




246 A NALES DE ISABEL 1I.
tallones navarros á contener el desal'den y á protege¡' la ,'c-
th'ada. Verifleáronla ol'delladamente los vencidos á lborra,
no sin hahel' tenido mil hombl'es fuera de combate, y es-
puestose con aquel I'oves Ú ahogar en su CUlla el elltu~iaslt1o
que habia escitado en los montauescs catalanes el anuncio ti e
la llegada de don CárIos.


La actiluu de las tropas de este uespues de la accion
fue lal, sin cmbai'go, que Mee\' hl1ho de ahandonar al día si-
guiente el campn de bnlnlln; dejando en él nws de cien
muel'tos y tI'asladándose ú Túrrega y Ccrvera con los seis-
cientos heridos que le eostára su victoria. A favor de este
movimiento pudieron las ti'opas carlistas estcndersc hasta
Illas abajo de Castellfollit y el Pretendiente (r'asladuI'se ti 501-
sona. El 15 hizo Sil entrada en aquella ciudad, donde le re-
cibieron su obispo y cabi!do, el ayuntamiento y Iajuntade la
provincia, qlle desde el 10 habia anunciado la clltmda cn el
territorio del que clla aclamaha su rey, y llamado á las ar-
mas los catalanes todos-« pal'a tomar pal'te en la gmnde
»obra de la restauracion española.»)


Con un bagage inmenso cOI'l'ió don Cál'los en menos de
treinta dias de lar orillas del Ega á las del Cardonez sin sel'
molestado seriamente. El Arga, el Magon, el Gállego, el
Cinca, las dos Nogueras, el Segre, que no habl'ia debido alt'a-
vesar sin dificultades y esfucrzos, no le fucron dispulados
pOI' li'ribal'l'cll, Buerens, Oráa ni Mecr. El primcro dc cs-
tos gcfes no le acometió sino en una ciudad donde el ala-
cado tenia mas ventajas que en campo ,'aso y muchas mas
que al paso de los rios. Ol'áa en ocho dins que tuvo el
mando, no hizo mas que un reconocimiento, fIue dcsdc lue-
go Sl\ convinió tambicn en halalla cerca lle ulla ciudad, y




LIBRO UlSDECIl\lO. 247
á la postre en un imp.:lrtanle reyes. Meer obtuvo á la venlad
ventajas el 12; pero vcntnjas que, por tardias, fueron
inútiles, pues, no impidieron ú los cal'listas pOI' de pronto
la oeupaeioll de una vasta pOI'cion del PI'incipado, ni un
poco mas tal'(le la cjcclicion completa dcl propósito que fOI'~
mal'OIl al s,di¡' ue Navan". A pesar de la dccision dc que
sc suponia animados á los milicianos del Alto Aragon, unos
se subieron á Jaca, oll'os se h[lj[lron a Monzon; ue las gru-
tas del Pirinco, de los v[llles de Benasc¡ue y de lkoto, se
cOl'l'icl'on algullos al Alto Cinca, de donde los ahuyentó ya
la iUllleLliacion de los catal[llles que faldearon el valle de Arán,
ya la falta de armas y de SOCOl'l'OS. Ni a los !!;efes de los mi-
licianos, ni á los de la tropa (le linea se les ocurrió inutilizllI'
á tiempo las barc[ls del Gúllego y del Cinca, ni apoderarse
de los pocos y dcfendibles pasos de las Nogueras. Moyimicn-
tos inciertos ó tímidos, combinaciones mezquinas ó compli-
cadas, indecision cuando cra nccesaria la actiVidad, al't'ojo
temcrario cuando cOl1ycnia la prudcncia; he aqui el espectá-
culo que dicron las t¡'opas de la reina durante los treinla
dias que consumil'l'on sus enemigos en trasladar el teatro de
la gUCl'l'a á las montañas de Cataluña. Instaláronsc en ellas,
no solo sin oposicion de pl'esente, mas lambien sin ¡'ecclo
dc oposicion ulteriol', pucs para haccrla eficaz, importaba
cortal'!es sus comunicacioncs con Francia por el valle de A l'an,
la CCl'(laña y el :\ntpmdan, ocupal' la costa desde el cabo de
Creus hasta los Alfaques y establecer Uila línea de obscna-
cion de Bcnanll'¡'c á Fraga y cnlazarla con la de la Cenia.
Nada de c~to sc hizo ni sc pudo hacel', reducido .\Ieercomo Jo
cstaba, no solo Ú ohmr con fuerzas llUml'l'icamente inferiol'es
á las de la espedicion navarra, reforzada con los batallones




218 ANALES DE ISADEL Il.
de Royo, sino á luchar con toda especie de privaciones y
a tolerar la indisciplina, que es su consecuencia inevitable.
Así el Pretendiente mejoró notablemente las condiciones de
su antes compl'ometida existencia, al paso qne se empeo-
raron las de los ejercitos con que se contaba hostigarlo údes-
truido.


La salida de Oráa pam Zaragoza de resultas de los
primeros movimientos tic la espedicion carlista, dejó des-
cubierto el reino de Valencia, donde, fuera de la escasa
columna mandada por el coronel Sanchez, no quedaron
mas que los belgas de Borso; pero estos soportaban mal el
abandono en que se les tenia y que en una esposicion á la
reina formulaba asi el italiano que los capitancaba.-ccEs un
»arcano que ese hombre (l\Iendizabal) consienta que el
»desprecio y la injuria hayan sido los halagos con que se aCIl-
»gia su entusiasmo (el dc la Icgion) ... contaba en sus mas
»mil y seisciclltos hombres, hoy ha pcrdido untel'eio ... ham-
l)brc, fatiga, desnudez y peligros fueron las I'ecompensas que
»ObtllvO la bl'Ígada auxilia!' por sus hazaiias;» y atl'ibuyrmlo
luego con razon la indisciplina ti la falta de pagas añadió:-
«el soldado estl'angero no puede llevar la estupidez hasta 01-
»vidar las páginas de un contrato solemne, cuya falla de cum-
»plimiento exacerba su desesperacion.» Fúcil cra de ver lo
que podia esperarse de soldados á quienes ni aun este len-
guage cnel'gico les hacia obtener los SOCOITOS que reclama-
ban. Asi, Cabrera y Senadol', ducüos de todo cllel'l'ilol'io,
disponian sin embara:zo de sus tl'opas y caminaban libre-
mente en todas direcciones. El 25 de mayo (4 dias despues
de haber Oráa dejado á Valencia) se entraron Tallada y Es-
peranza en la provincia de Cuenca por Ademuz y al dia si-




LIbRO UNDEcmo. 249
guienle se adelantaron lJasla Cañete, cuyo fuert~ hicieron
ademan de atacar. Volviéronse luego por Talayuelas y Si-
narcas á reunirse con Forcadcll, que estaba entre Chelva y
Liria, cn tanlo (Iue Serradol' desde Cuevas hacia demos_
traciones contra nellicarló y Vinul'oz, y obligaba á BOl'SO á
penosas marchas y contmmarehas.


Vn poco mas a¡;riba, Cabrera, viendo en Gandesa la ca-
beza de Ulla linea, que, si se fortificaba á Ulldecona, podia
emharaza!' sus movimientos en la Cenia y alejarle de las
Millas dd Ebro, mandó á Llilgosteru formalizal' en la noche
del 23 al 24 el sitio de aquella villa que, desde un mes an-
tes, bloqueaba estrechamente Solanieh. El 24, la atacó con
tres baterías de las piezas sacadas de Cantavieja y San Ma-
teo , y el fuego continuó hasta el 28, oponiendo los sitiados
lIna resistencia igual ú la que, en el mismo período del mes
anterio!', habia hecho la gual'llicion de Solsona. Informado
Noguel'as de estas ocurrencias, voló con todas sus fuerzas
de Calanda á Alcañiz, marchó de alli sobre MaeHa (el 29) y
dcspues de ahuyental' una gruesa columna carlista, que ala-
caba este punto, C:I)Ó (el 30) sobl'e Gandesa, ya muy apura-
da. A la vista de su division, compuesta de las brigadas de
Abecia y Riego, con caballería y artillería, Cabrera, quehabia
acudido en persona á apretar el cerco, rehusó empeñar un
combate sério, y desplIes de ligeras eseuramuzas hizo re-
til'ar sus lJalallones á not y Prudeconte. Con esto, pudo No-
gueras introducir en el pueblo municiones y víveres, filie
por de pronto remediaron las necesidades de la guarnicion;
pero el vecindario quedó sumido para mucho tiempo en la
miseria, y de la tala de sus campos, de la destruceion de sus
cosechas y de la ruina de sus edilicios, no enconlI'ó indem-




250 ANALES DE ISADEL 1I.
nizacion ni aun consuelo en el estél'il título de cludad ql1e
se (lió á los escombl'os de la antigua villa. Retirado ~oglle­
ras, Cahrera se lHljó al punto a Canet y Chert , amenazó á
un tiempo á Amposta y Bcni.cadó, y obligó Ú BOI'so Ú I'eti-
rarse á Vinaroz para velar desde alli cn la consel'Vacioll de
ambos puntos; y esto, en tanto que Serrado!' se eslen(lia
desde Alcora á Villa real y Jérica, Espcl'anza ¡k;rle Altura
al Guadalavi~t1', y Tallada á Irts fronteras de la J\lancha, y
que unos y Otl'05 cansaban pOI' moyim¡cntos continuos ú las
columnas encargadas de pcrsrguirlos , dilicultnhan ~us ope-
raciones agotando los pueblos, y burlaban sus esfue!'zos
cambiando sin cesar de ruta y ele designio.
Estrañába~e vel' diseminadas en tan vasto territorio las


fuerzas del gefe carlista de la orilla derecha del Ebro, fIlie
la opinion general supollia debel' sali!' al encuentro de las
que, con don Cúdos ti su cabeza, se movian al mJ:.;ll1o tiempo
en la orilla izquiel'da. Scgun unos, Cabl'el'a tenia la orden de
subir hasta Tarazana y maniobrar alli para facilita!' Ú Sil rey
el paso de afJuell'io. Segun Otl'05, su encargo el'a ¡¡Il'aresarlo
para reunirse con él en la confluencia del Cillca y del Segl'e.
A todos asombró, pues, que, mientras don Cárlos negaba á
Bal'bastro, se intel'll3sen colllmnas de Cabrel'a en la provin-
cia de Cuenca; pero no se tal'dó en conocer (lile el objeto de
este movimiento comhinado con el (le otros batallones del
mismo gefe en las provincias de Tel'llCl y Zar'agnza, er'a di-
seminar las fuerzas contl'arias, recogel' quilltos y hacel'
acopios de víveres para alimentar y l'erOI'za!' en su caso
la espedicion navarra, quc faltas de sus gefes ó esfuel'-
zas de sus enemigos lanzt1l'an á las úspel'3s y empobre-
cidas montañas de Cataluña. Con tal designio, Tena y Ca~




LlIlllO UNDECmO. 251
balicro atacal'on á Cariñena y amcnazaron á Molina, cuya
guarnicion fuc uecesal'io reforzar. Cargados de despojos,
ya se bajaron ú Cantavicja pal'a ponerlos alli en salvo, ya,
pam recoge¡' OII'OS, subic)'oll hasta Alagon , ya l'evolvjel'on
de nuevo sobre Molina, fllll1ilia¡'izando á los pueblos con
sus fl'ecucnles apal'icjoucs, y enscüúm!olos y rcduciclldolos
Ú. obedece!' órdenes llevadas á veces por cuatro ú seis lan-
cel'os.


Por su parte, CalJrel'a, dejando en Valencia una especie
de cordon, (fue, empezando en fas inmediaciollcs de Nl1\1'-
viedro, se cslendia pü!' el Villar y Jc¡'ica hasta Chiva y la Ho_
ya de Buiíol, revolvió sob!'e Aragon, y, des pues de mal'chas
y contramarchas con que entretuvo á Nogueras y llamó á
la orilla derecha del Ebro la brigada de II'jarte, que, enviada
por Espartero á Cataluüa, daba ya vista al Cinca, se l)I'e-
sentó (el 12 de jUllio) en Hijal' y Ramper, y el 14 envió á
Llagostera, CahaIie¡'o y Teua con ocho batallones y cua-
tro escualh'ones Ú atacar tI Caspe. El 17, cuando ya f'J
fllerte cstaLa muy aplll'flllo, acudiel'on ú su soco 1'1'0 tropas
de la reina, y segull uso se I'clil'al'on los sitiado!'cs; prl'O
no sin incendial' bIS casas de los milicianos, desde las cua-
les se comunicó el fuego ú oll'as de habitantes neulI'ales.
Lo mismo hizo Cnul'el'n al I'etil'arse de Samper, de donde,
como de Caspe, y Jc casi lodos los pueblos vecinos, hizo
[I':lSpO!'UlI' ¡\ Calltnvieja y los puertos, cantidad de g1'a1l08,
gnll<Hlos, "illos y aceite.


Las fuerzas COll <¡\le Oda habia acudido al socorl'O dc
Caspe y Sampcl' e¡,¡¡n, no obstante, muy limitadas, entrete-
nido y ocupado como estaba Nogueras en Calalnyud, en
yela!' sobre un cOll\oy de dinero y equipo, salido uc ~Iu-




252 ANALE!l DE ISAllEL n.
drid para Zaragoza. Pucsto cl convoy cn salvo. mflrchó
al punto este gefc á rcforzar á su gcnct'ill, que, visto el au-
mento y la orgflnizacion uc las fuerzas carlistfls, y cono-
ciendo la I1ccesil!ad de acometerlas simultáneamente pOI'
varios puntos, acababa de distribuir sus tl'opas en divisio-
nes capaces de obrar aisladamente donde convinicsc. De
una de ellas, compuesta dc ocho batallones, I'epartidos en
dos brigadas á la3 ól'denes de Rebollo y Lebron, liió el man-
do á Nogueras. Don Fermill Idarte, que, vuelto del Alto
AI'agon, pareció mas necesario en el Bajo, tuvo el mflllllo de
los cuatro batallones que de Naval'fa acababa de Sflcal'. A
Villa padi el'l1 a , relimdo tamuien de la izquiel'da del Ebro
desde que don Cúrlos pasó la Noguera, se confió ulla divi-
sion de caballeda, que, compucsta de ocho rscuadl'ones, dis-
tribuidos en dos brigadas al mando de Ahecia y de Amol',
completaba las fucrzas destinadas á obl'ar cn el Bajo Aragon
á las inmediatas órdcncs dc Oráa. En la otra pm'tc del
rio, cuatro batallones organizados en brigada de rcserva ú
las ól'llenes del coronel Ül'íLe, dehían pOllCI' al abl'igo de las
correrías de las bandas catalanas totlo el lel'l'ílol'io regado
por el Cinca, y guardar las espaluas al hal'on de :Meel'. En
1in, ocho batallones distribuidos en dos brigadas, mandullas
pOI' Borso y pOI' Sanchez, tenian el eneargo de protegcl' el
reino de Valencia.


Esta fuerza de euarcnta y cuatro hatallones y ocho es-
cuadrones, mallthulos pOI' gefes tle pl'esligio, y apoyados
por una milicia nacional numerosa y ulla artillería rc~pe­
table, el'a, sin embargo, insllllciente, no solo para dominal'
el país, sino para tenel' á raya a los carlistas. Micntl'as La-
tiera, Bonet y olros gucrrillcl'os conian de las inrncdiacio-




LIDRO UNDECIMO. 253
nes de Calatayud á las de Daroca, y aun llevaban la auda-
cia hasta acel'carse á la vista de Zaragoza; mienll'as Tena,
Cabañero, LIagostera y Forcadell eran dueños del rico es-
pacio comprendido entre Hijar, Quinto y Caspe , y aun al-
guno de estos geles acampaba en las calles de esta última
villa, Serradol', despues de deslumbrm' á Borso y ~anchez
por movimientos equívocos, se presentó con mas de dos
mil hombres en Burriol, y destacó de alli avanzadas sobre
Cafitellon, despt'ovista de todo medio de defensa. Voló á su
socorro BOl'SO, qne, salido el12 para Betel'a, se habia ade-
lantado el 14 al Valar, para atacar, en union con Sal1chez,
á lt'es mil y quinientos hombres que tenian alli Tallada y
Esperanza. Pero, dejando la marcha del piamontes libl'es los
movimientos de estos guel'rilleros , señOl'eal'On ellos desde
Chelva parle de la provincia de Cuenca, y ya, provocando á
PlIig Sampcr, renovaron sus incursioncs hasta Utiel, ya, ba-
jándose á Chiva, <lmellnZal'On el llano de Cuul'te, dandose la
mano hácia llar-este con Senador, que, replegado de Cns-
(rllon á Onda y Artesa, lleYaba sus destacamentos hasla Je-
I'ica. El alcalde de Villnreal (Lopez) OI'a, desde Eslida y A 1-
sin, observaba á Se¡:;ol'bc, OI'a, cncelTaba á los miliciano3 ('11
el fucl'te de la Vallle Uxó, y obligah a á los habitantes adic-
tos á la causa de la reina á guarecerse en Murviedl'o. Mas
U1Tiba, Viscal'l'o en Suer3; mas arriba, oll'os sitiando á Luce~
na ; mas aba,jo, otros desde Calig amenazando á Benical'ló;
estos y aquellos reuniélHlose en la ocasion para caeI' cn pe-
riodos casi regu'3res sobre las huertas de Caslellon y Va-
lencia; Sanchez y BOI'so cOl'l'iendo en tod3s dil'ecciones al
socorro de los pueblos amenatados, sin podel' preservarlos
¡¡icm pre de las tropclias de los carlistas, y al contral'io




251 ANALES DE ISAllEL n.
agravándolas por las de sus propios soldarlos; tal era la si-
tuaeion del tel'rilol'io valenciano desde su f¡'olltcl'a OI,je llta1
hasta IfIs inmediaciones de Re(\Uella. c\gravóla aun el sc-
gunuo cabo Estellcl', que, acusado por los revolucionarios
de apatía y de mala voluntad porque no remediaha t~1l1l0
daño, pensó desvanecel' el cat'go encal'llizanclo pOi' dispo-
siciones atl'Oces la guerra que no podia sostener con las al'-
mas. POI' Ulla ól'den, que pareció cruel aun en (HlueHa
época de furol'es, impuso ellormes multas á las familias de
que, entonces Ó en adelante, hubiese llll individllo en la fue-
cion; mandó quemal' diez casas pOI' cada una (¡ue las fac-
ciones Ilestruyesen, y resarci¡' las vejaciones flue contra
poblaciones ó individuos cometiescn ellas con los bienes ¡j{~
los padl'es, pal'Íentes y conexionados de los qlle uel mi~-
1110 pueblo hubiese en la faceion. Estas meuiJas se fUJl(Ia-
han en la consideracion de (¡ue-« era ya tic IJIjJo de pOIlCl'
>lun dique á los escesos que cometian las hordas facciosas;»
como si desde mucho antes 110 fuel'U tiempo de llenar esta
obligacion, Ó como si fuera un dique contl'" lalcs esecso.~
amenazar á los facciosos con la pél'dida de bielles que tlO
poseían, ó a sus fnmilias y conexIOnados con la lle los que
en ningun caso debian responde¡' de fallas ó delitos agenos.


Sin mostrar preocuparse sét'iamcnte tic tantas calami-
dades, se ocupaban las Cortes elltl'etanto en discutil' abs-
tracciones, ó en culJ I'Í l' con la egidlt de ~u poder los desa-
ciertos del ministro, contra el eua!, porque diese cuentas,
clamaban sin descanso Ios pueblos, la prensa y gmll númcl'O
de diputados. El honor del I'égimen rcpresentativo y el de-
coro mismo del gohiel'llo exigian conlental' tan justo de-
seo; pues 1 desatendidas toJas las necesidades del sen i-




Lumo UNDECI~IO. 255
cio público, rehusaban los pueblos prolongar sacrificios,
cuyo producto temian que fuese, como el de los anlel'iores,
devol'ado por la rapacidad ó por el desórden de la admi-
nistracion" Insensibles á clamor tan unánime, las Cortes di-
firieI'on durante veinte y cuatro di as la lectura de varios
dictámenes pl'esentados el6 de abril por la comision de ha-
cienda sob¡'e muchas de aquellas reclamaciones. Quejábase
ella de que Mendizaba\ no le habia remitido documentos, que
desde principios de diciembre le estaban pedidos, ni cuentas
reclamadas en diferentes épocas, de las principales depen-
dencias, y exigía que se señalasen quince dias al ministl,o
pal'a desempeüar aquella obligacion. En la sesion del 3 de
mayo, se empezó á tlisculÍl' esta cuestion, y en la del 4 el
diputado Domcnech, formulando espHcitamente la intencion
de muchos de sus colegas, dijo;-'<Si el señOI' ministro de
»Hacienua nos cree dispuestos á volver á nuestl'as pl'ovincias
~y cal'gar con la maldicion de nucstI'os conciudadanos, yo no
»10 estoy á sufl'Ír las l'cconvcncioncs de los que me hom'al'on
»con su confianza.) Rodl'iguez Leal, Madoz, Vila, Castl'o y
otros muchos articulal'on cargos tel'l'ibles contl'a el gcfc de
la Hacienda; pero clamaron, como siempre, en el desierto;
el dictámen de la comision fue dcsheehado, y no solo no se
dieron las cuentas de las sumas enOI"meS, que, negociando
empréstitos, vendiendo títulos de deuda, multiplicando exac-
ciones y cntr'egúndose á toda especie de actos sujetos á
responsabilidad, habia sacado lVIendizahal, sino que paJ'eció
decidido que nunca se l~ ohligal'ia á darlas. Algunos dipu-
tados, corridos de habcr contribuido con su voto á este de-
plorable resultado, se aprcsuraron á declal'al' que absolvien-
do á Mendizabal del cal'go de no haber suministrado los


TmlO IV. 17




256 ANALES DE ISAl.lEL n.
documentos que le re,clamaban, no entendian eximirle de la
obligacíon de dar cuentas. Pero, para que en ningun tiempo
se fundasen en esta manifestacion nucvas reconvenciones,
cuidó él de anunciar que habia perdido su fortuna con su ele-
vacion al poder, y que no dejaba a su familia mas que lúgl'í-
mas; y esta asercion sil'vió despucs de tcsto a los periodistas
asalariados, para probar que no se debia insistir en cOllocet'
la inversion que á los recursos del Estado diera el ministro dc
Hacienda. La misma suerte tuvo olm interpelacíon hccha
en la ses ion del 13 por Garda Carrasco, sobre no haberse
pagado el semestre de la deuda cstrangcra vencido en no-
viembre anterior, y que aplazado para ser satisfecho en bo-
nos con interés á seis y doce meses, acababa dc ser IH'OI'O-
gado últimamente. Mendizabal responuió que fallaria á sus
deberes, y comprometeria los intereses ue la patt'ia, si con-
testase entonces á la intcrpelacion, y ofl'eció bacel'io, cuan-
do estos intereses no se compl'ometiesen.


La oposicion no se dió POt· venciua. En conformidad del
artículo 4.° de la ley de lG de enel'o dc 1836, que obli-
gaba al ministl'o á dato cuenta en la próxima legislatma del
uso que habia hecho del voto de confianza, pidió Font3Il el
10 de mayo que se cumpliese esta obligacioIl tanlo tiempo
desatendida. El 16, Mendizabal sin desaprobar la proposi-
cíon, pretendió h3her cumplido con las disposiciones de la
ley, informando á las COI'tes en Yal'Ías ocasÍones de las me-
didas que, en ejcl'cicio de las facultades que se le confirie-
ran por aquel voto, había adoptado cn 10 interior, y refi-
riendo las operaciones hechas en Lóndl'es, en la mel1l01'ia
que últimamente habia presentado al Congl·eso. Añadió qne
el gobierno tenia facultades para hacet' mas de lo que hizo, y




LIBno UNDECIlIlO, 257
qne-(Cno eran las Cortes las que habian dado á él el voto de
»)coIJfianza, sino él quien ú ellas se lo habia dado.»)


En las sesiones del 17 Y 18, le aCJ'iminaron duramente
enlt'e olros diputados Alvaro y Castro, y como en el dis-
curso de este último se le hiciesen- cargos que no deja-
ban lugal' á réplica, acudió para ¡¡tcnuar la impresion
pI'ofnnda que habían lwoducido, á uno de sus ardides
habitualcs, é hizo leer un oficio del cónsul de Bayona,
anunciando la ocupacion de Rentel'ia, Asligat'I'aga y Her-
nani, y eH seguida, ú pesar de los mmmullos de la t1'ibuna,
hizo levantar la sesion. En la del 19, quedó apl'obada la pro-
posicion de Fonlan; pero sin que esta aprobacion hiciese
concebíl' la menor esperanza de que serian cumplidos los
deseos de su autor; pues ¿qué exigir en adelante de un mi-
nistro que declal'aba tener ya dada la cuenta que se le pe-
dia, y no haber empleado, en el uso qU\! hizo del voto de
confianza. ni aun la plenitud de atl'ibuciones que, s!n aquel
voto, hubiera podido usar como ministro? Y así lo enten-
dieron sin duda las COI'tes cuando, dos clias despues, rehu-
saron admitil' á diseu~'ion una PI'oposicion de Castro pam
que Mendízabal cumpliese en ocho dias la obligacion que se
le imponia por la aprobaeion de la propuesta de Fontan.


De otra dc Fcrnanuez Baeza-errara que una comision
))informase sobl'cla ocupaeion y destino de los bienes y al-
)JI13jas de las comunidades suprimidas,)) se dió cuenta en
la sesion del 24, dcspues de los tramites dilatorios de uso.
Apl'obóse como la de FOlltan; pero no sin conocer lodos que
no surlil'ia mas efecto que aquella, pues, en la discusion de
entrambas, como en las suscitadas pOI' otras proposicioncs ó
interpelaciones de Nuñez, Rocll'iguez Leal, CaI'rasco, AI-




258 ANAU':S DE BAUEL If.
varo, Cabrera de Nev31'es y otros varios, el gobierno y la
mayoda de las Cortes enunciaron doctl'inas, con arreglo á
las cuales quedó sancionada la irt'esJlonsabilillad de los mi-
nistros. Díjose que estos debian dar cuentas, no rendir
cuentas, aunque el artículo 2J7 de la Constitucion les im-
ponia teslualmenle este deber. Díjose que Mel1llizabal,
contl'ayendo obligaciones que aumentaban en mas de 106
millones anuales las cargas de la caja de amol'lizacioll, ha~
hia obl'ado en los límites de sus facultades ordimwias.
Díjose que, en no haber dado cuenta á las Cortes el
mismo ministro de los motivos que obligaron á inrl'in-
gil' sus acuerdos sobre el pago del semestre diferido de
noviembre último, habia obrado con delicadeza y patt'io-
tismo, cargando sobre sí solo la responsabilidau de la inde-
finida suspension de pagos, que de otro modo habria pesado
sobre las Cortes mismas. Aun sin decil'se nada de esto, el'a
sabido que nunca la mayoría de las Cortes, forzada tal HZ
á al)l'oba1' ulla proposicion contl'aria al ministerio, entellllia
someterse á las condiciones de este acuerdo, que siempl'e
tenia ella mil medios de eludil'. En efecto, mienlras el mi-
nisterio rehusaba las esplicaciones, cuando tenia el mas li-
jel'o pretesto para cohonestar su negativa, ó se fingia dis-
¡mesto á darlas, cuando te!!lia no poder eludidas, la mesa,
representante de la mayoda, ora difería dar cuenta de las
mociones hóstiles, ol'a embarazaba ó sofocaba las disen-
siones que adquirian este carúctel', ora componia las comi-
siones de manera que la oposicioll 110 estuviese represen-
tada en ellas. Para Ilegal' á estos resultados, se hacia allel'-
nar la presidencia entt'e los Acuñas, lleros, Decenas, ¡\ 1'-
slieHes, Sanchos y demas amigos del ministerio. El mayor




LIBRO UNDECUIO. 259
riesgo que este corria en último evento era que no le fue-
sen favombles los dictámenes de las comisiones, y, en tal
caso, ú se detenia su exámcn tres ó cuatro semanas, á pre-
testo de olros negocios mas U1'gentes; ó se desechaban, des ..
pues de agolados todos los medios de dilata!' su discusion.


La accion de Mendizabal sobre las Cortes no se limita-
J)a á hacerlas desaprob31' lo que podia incomodarle, y san-
ciouar lo que declaraba couvenide; exlendíasc á hacel' apro-
bar y desaprohal' al mismo tiempo lo fIue, pareciéudole útil
un dia, c!'cia no acomodarle al dia siguicnte. Asi sucedió
cou la venta de la plata y las alhajas de las iglesias, que,
so color de ponerlas á cubierto de la invasion de Gomez, se
reunieron eu el otoño último eu las capitales de las pro.c
vincias. Antojósele des pues disponer de ellas, creyendo sa-
car de su venta medios con que cubrir algunas neceúdades,
y pidió á las Cortes la autorizacion para enagenarlas. Dióse
cuenta de esta peticion, pl'imel'o en sesion seCl'ela, despues
en sesion púhlica, y una comision, nombrada para infol'mar
sobre ella, presenló (el 28 de mayo) su dictamen con-
forme á los deseos del ministro. Pero, habiendo estos es-
citado, desde quc fueron conocidos, la desaprobacion ge-
neral; estando resueltos muchos diputados á manifestarla
completa en el seno de las Cortes, y observándose por los
amigos de Mendizabal esta disposicion, contra la cual no
osaba declararse la mayoría, se dispuso dar largas, haciendo
imprimil' el dictámen, para discutirle si se podia cambiat'
las convicciones de los unos, ó desvanecer la irresolu-
cion de los otros, y dejarlo dOI'mír en caso contrario. De-
cidióse á la postre esto último, y Mendizabal, que acababa
de emplear su influjo para que la comision apoyase la me-




260 ANALES DE ISABEl, IJ.
di da pOI' él propuesta, le empleó con igual éxito para dife-
rir indefinidamente su discusion, bien que hubiese deela-
rado pocos dias antes serle absolutamente indispensable el
producto de aquellas alhajas, de que pl'imero aseguró no
poder determinar el valor, y que des pues estimó en 50
millones.


Lo mismo que con las propuestas relativas al desurden
de la Hacicnda, sucedió con las que dcnunciaban excesos de
otra especie, con lilS que ilcusilban liI direccion viciosa, y la
prolongacion de la guerra, yen gene mi eon todas las que,
de una manera u oll'a, envolvian cargos justos ó iujustos
contm los ministros. Alonso, diciendo, en la sesion del8de
mayo,-<<!a nacion estú sin gobierno» no fué oido, aunque
dijo bastante para probar su aserto; y su voz fué sofocada,
á pretesto de que era pasado el tiempo fija':!o á la dlll'acion
de las sesiones. El 12, fué desechada una pl'Oposicion de
veinte y ocho diputados, que entre otras cosas pedian que la
comision encargada anteriormente de presentar medios pro-
pios de terminal' la guerra, propusiese los que estimase
oportunos ó fuese reemplazada. Vila, declamando (c13 de ju-
nio) contra varias medidas de proteccion y de órden adop-
tadas por las autoridades de Barcelona en el motín del mes
anterior, y pidiendo aclaraciones sobre ellas, no mereció de
Calatrava otra respuesta, sino quc-«daria mas esplica-
llciones de las que apefecia el últerpelante, si pudiet'(~
'JJltacerlo sin perjuicio de la causapliblica,») yVila, aUll-
(Iue ofendido por la alusion á él encaminada, y protegido
por las simpatías de muchos de sus colegas de la mayol'Ía,
no pudo recabar del ministro mas esplicacion. Igl1al suerte
tuvo ot1'3 proposicion de diez y siete diputados, así con ce-




unRO UNDECIMO. 261
bida,-«pedimos á las COI'tes se sirvan declarar que no
»)satisface á las necesidades de la Nacion el sistema seguido
»hasta ahora en la direccion de los negocios públicos, y que
» es indispensable cambiarle.» Igual sucl'te otra de Carrasco,
que, en la scsion de 23 de junio, des pues de hacer la mas
espantosa pintlll'a de la situaeion del reino, preguntó al go-
bierno-«¿si estaba dispuesto á pl'esentar la correspon-
»dencia seguida con los genel'ales en gcfe de los ejércitos
»durante los tres últimos meses; si contaba con los medios
»)neeesarios para cubrir las atenciones públicas, y si en los
»)tl'es meses que quedaban de verano podrian, con la fuerza
»actual, destruir el ejército de don Carlos?» Calatrava, se-
gun llSCl, dijo que seria perjudicial tratar de aquellos pun-
tos; y, seguro de su mayoría, añadió que la proposicion no
em solo contraria a la conveniencia pública, sino á la vo-
ImItad de las Cortes. Igual suerte tuvieron en fin, todas las
concebidas cn el mismo sentido, ú encaminadas al mismo
propósito.


Aprob ada la Constitucion, em necesario proceder al
examen de las adiciones que muchos diputados querian in-
troducir en ella. Este examen se empezó, con efecto, en la
ses ion del 11 de mayo, y, en la del 13, se aprobaron las
que sujetaban á reeleccion a los senadores y diputados que
admitiesen pension, empleo que no fuese de escala, comi-
sion con sueldo, honores y condecoraciones del gobierno.
El 16, hablando Calatrava contra la denominacion de Reina
de los Españoles, que, por una adicion desechada por la
comision, se trataba de sustituir á la de Reina de las Bs-
pañas, dijo entre otras cosas-«Mediten las Cortes el efecto
»que produciria esta -variacion cn el pueblo. El atenderá




262 .ANALES DE ISABEL JI.
»mas á nuestros antiguos usos, y no habnl fuerza en el
llmundo que á la generalidad de los españoles obligue á
»)adoptar esa innovacion fl'ancesa.» No pensaba sin duda
el ministro que esta observacion juslÍsima era mas rigur'o-
samente aplicable á otras de las innovaciones que sc plau-
teaban desde luego, ó que para lo sucesivo se preparaban;
pues ¿qué era, en efecto, una alteracion de nomb¡'e, com-
parada con las que se introducian en el órden politico, y
se pl'oyectaban en el órden religioso? La comision tuvo tamo
bien el buen sentido de desechar la adicion, dirigida á que
se conservase la diputacion permanente de Cortes, creada
por la Constitucion de Cádiz, y destinada á ser un fiscal eno-
joso del gobierno ó un cómplice inutil; la que pl'escl'ibia un
término dentl'o del cual no se pudiesen hacel' refOl'mas en
la Constitucion, y levantaba por ello una barrera contra la
esperanza de verla mejorada; la que pretendia sancionar la
inamovilidad de los empleos y honol'es de los diputados
durante su diputacion y un año despues, y otras de mas ó
menos trascendencia.


Con esto, y con la discusion de la ley electoral, comple-
mento inevitable del nuevo código político, se pensaba que
concluirian su tarea las Cortes, convocadas especialmente
para estos objetos; pero, contra la creencia y las esperan-
zas de la generalidad, el 2;3, cuando se acababan de acor-
dar las formalidades con que deberia la reina aceptar
la Constitucion nueva, y de determinar la forma de su
promulgacion, se pl'esentó Calatl'ava á las Cortes, p.'opo-
niéndoles, en nomb¡'e del gobierno, no separarse hasta la
reunion de las oll'as, é indidndolcs, como asuntos de que
eOIl Iweferenci¡¡ Llebi¡¡J} ocuparse, las bases de los reglamen -




unno UNDECIMO. 263
tos de los dos cUerpos colegisladores, los presupuestos y
los negocios urgentes de Hacienda, y con especialidad el
señalamiento de recul'sos para terminar la guerra civil, la
ley electoral, el arreglo del clero, la suspension del diezmo,
y otros proyectos dc los cuales unos exigian un examen
prolijo, y largo por consiguiente, y otros debian ocasional'
trastornos que, en las circunstancias del momento, parecia
peligroso premovel'. La comision encargada de informar
sobre este mensage, convino no obstante en la utilidad de
que las Cortes continuasen ejel'eiendo sus funciones, has-
ta que se reuniesen las nuevas; pel'o-«verificandose esto
»ú la mayor brevedad posible.» Esta cláusula restrictiva
desagradó a Calatrava, que, como si temiese contrael' por
su aceptaeion el empeño de reunirlas luego, pidió su sus-
pension y la obtuvo sin dificultad.


En la discusion del dictamen, probó Olózaga que seria
un congreso mónslruo el que, constituido pOI' la ley po-
litica del año 12, se pro rogase bajo el imperio de la de 37,
que alteraba el elemento legislador del primero de estos
eódigos.-«¿Ocuparia, dijo, un cuerpo nombrado por elec-
»cion indirecta, el lugar de los que resultasen de la- direc-
»ta? Si, hechas las elecciones, no somos reelegidos muchos
»de nosotros, ¿continuaremos haciendo leyes? ¿representa-
» remos entonces la vol untad nacional?» A pesar de la exac-
titud de estas obsel'vaciones, y de otras igualmente irre-
cusables , hechas por otros diputados, y por la prensa de
todos los colores, el dictamen fué aprobado por una inmen-
sa mayoría en la ses ion del 26, despues de un debate hal'-
to menos detenido, que el que diariamente provocaban las
mas futiles reclamaciones. Las Cortes, resolviéndose á con-




264 ANALES DE ISABEL n.
tinuar legislando de un modo contrario al señalado en la
Constitucion nueva, á desempeñar con un solo Estamento
las funciones que ella atribuia á dos, á prorogarse á si mis-
mas un mandato que habia cesado desde que ellas le so-
metieron á nuevas y diferentes condiciones, no solo viola-
ron, al nacer, el pacto que acababan de establecer, sino que
se despojaron del titulo único que debian alegar, pam dal'
el carácter de ley á sus decisiones; se privaron del solo de-
recho en que podian fundar su pretension de ser obedeci-
das. Este titulo, este derecho resultaba de su mandato
anterior; que, bien que controvertible, atendido el vicio de
su origen, no aparecía sin embargo alterado, mientras no
se diesen á la Constitucion nueva los honores de la pro-
mulgacion.


Pero de nada se ocupaban con mas ardor que de esto
sus autores. Firmáronse con gran pompa por la Rdna y
por las Cortes los ejcmplares que debian quedar archivados,
y, el 18 de junio, al mismo tiempo (Iue diez y siete diputados
fOl'lllUlaban contra el ministerio la mas tenibIe acusacíon,
se hizo á la Gobernadora prestm' juramento en el Congreso
al nuevo pacto social. Compúsosele al efecto un discurso,
en que, sin hablar una palabra de la guerra civil, ni de las
calamidades de que aquellos diputados trazaban en el mis-
mo dia el horroroso cuadro, hizo un comentario apologéti-
co de la Constitucion nueva,-(cuya tel'minacion (dijo) ha-
»)bia desvanecido como el humo las locas e~peranzas de los
»enemigos comunes, que presagiaban al gobierno una ver-
llgonzosa disolucion en-la mas deshecha anarquía;») se mani-
fesló muy satisfecha de la fuerza dada á la prerogativa rea 1
por la facultad de convocar y disolver las Cortes; aseguró




LIBRO UNDECIMO. 265
que la sabidurla y la generosidad de estas habian ido mas
allá de sus esperanzas, y declaró de nuevo á la faz del cielo
y de la tierra, su libre, entera y espontanea adhesion á las
instituciones políticas, que en nombre y á presencia de su
augusta hija acabaha de jurar. A esta dirigió en seguida
una exhortacion patriótica, y des pues de moslrarse-
l(reconocida al saludable apoyo que las COI'tes prestaban
»a su gobierno, »-concluyó su arenga con estas me-
morables palabl'as.-« "Ylicntras subsista inalterablc este
»concierlo feliz enh'e las Cortes y la Corona, ni la agita-
»)cion de las pasiones, ni la alevosia de la intriga, ni la
))contraposicion de intereses y de opiniones, ni las vicisitu-
»des mismas de la fortuna prevalecerán contra nosotros; y,
))con la ayuda dcl Omnipotente, la legitimidad triunfa, y Es-
))paña libre se salva,) Contestando el presideute Argüelles
á este discurso, repitió-((quc el juramento de la Consti-
»)lucÍon por las Cortes y la reina acababan para siempl'e
))con todo pretcsto y todo efugio á que pudieran aspirar la
»ambicion y otras pasiones reprobadas y aleves,») y añadió,
que":"-«del cumplimiento de sus halagüeñas esperanzas em-
)¡pezaba ya á ser feliz presagio la esclal'ecida victoria que
»acabahan de conseguir las armas nacionales en los eam-
))POS de Gra.» Con estas ilusiones políticas y militares, se
consolaban los diputados delas calamidades públicas, y, pal'a
que la degradacion de la dignidad real fuese mas completa,
se adoptó la siguiente fórmula de publicacion.-«(Sabed,
»que las Cortes generales han decretado y sancionado, y
)Nos de confoI'lllidad aceptado lo siguiente .... })


Pl'orogado pOI'las Cortes mismas, á escitacion de la Co-
rona, la duracion de su mandato, no se limitaron ellas, sin




266 ANALES DE ISABEL 11.
embargo, al exámen de los objetos señalados en el progra-
ma de prOl'ogacion, sino que se estendieron al de otros
no contenidos en él. En esta categoría se hallaba un nuevo
proyecto de ley para la supresion de institutos monasticos,
sobre los cuales, aunque suprimidos de hecho desde 1835,
y casi de del'echo en virtud del decreto de Mendizabal de
2.1 de marzo del año siguiente, se creyó indispensable
dictar medidas conformes a la opinion, que se habia pro-
nunciado contra la extincion absoluta, Por deferencia a es-
ta opinion, se conservaron por la nueva ley los tres cole-
gios de misioneros para las provincias de Asia, y la casa
de los Esculapios, bien que estas últimas como estableci-
mientos de enseñanza tan solo, y sujetos, como los colegios
de las misiones, al régimen y organizaeion que determinase
el gobierno. Autorizóse a este tambien á conSel'Val' algunos
de los antiguos conventos de hospitalarios y de las herma-
nas de la caridad, algunos beaterios dedicados á la hospita-
lidad y la enseñanza, y al~unos conventos y colegios de los
Santos lugares. Se permitió á las monjas que lo deseasen,
quedarse en sus conventos, con tal que no hubiese en cada
uno menos de doce religiosas, ni mas de uno de cada órden
en ningun pueblo; se ratificó á las que prefiriesen quedarse
en el claustro la pension de cuatl'o reales, por indemniza-
cion de los bienes que se ocupaban a las comunidades de
que hacian parte, y se confirmaron, y aun aumentaron las
pensiones antes acordadas á los esclaustI'ados, aunque to-
dos sabian que no les serian mejol' pagadas en lo sucesivo
que lo habian sido hasta entonces. García Blanco, aunque
ec\esiastieo, UI'lluinaona y otros se pronuncial'on contra los
articulos que determinaban la conservacion de algunos ins-




LIDRO UNDECmO. 267
titutos; y para que se aprobase la de los esculapios, se ne-
cesitó recordar que se educaban dos mil y quinientos alum-
nos en sus dos establecimientos de ~ladrid; asi como, pam
que se permitiese queuaI'se en su convento á las monjas que
lo deseasen, fué necesario que Gomez Becerra recordase el
mal efecto del decreto que, pal'a su esclauStl'acion, espidió
siendominist¡'o en 8 de maezo de 1836, y la necesidad que
hubo de modificarlo á poco por la real órden del 20 de
abril.


Haciendo estas concesiones á la opinion que reprobaba
las medidas de rigor antes adoptadas sobre esta mate¡'ia,
llO se dejó, sin embargo, de contentar, siempre que se
creyó poder hacerlo sin riesgo, al partido pronunciado por
la destruccion total de los institutos religiosos. En obsequio
de este partido, se pronunció la espulsion inmediata de los
novicios de ambos sexos de todas las comunidades que se
consel'Vaban. escepto los de las misiones de Asia; se conce-
dió, primero á los gefes políticos, y cn seguida á los alcaldes
de los lugares, la facultad de esclaustral' á las monjas que lo
solici-tasen; se prohibió volvel' á sus conventos á las que
hubiesen salido de ellos; se declararon aplicados á la caja
de Amortizacion todos los bienes y rentas de las casas reli-
giosas, inclusas las de las que quedaban abiertas. ¿Qué sirvió,
despues de esto, la solicitud con que se afectaba acordar
mas fuertes pensiones á los mas ancianos de los esc1austra-
dos? ¿qué sil'Vió encomendades al il'l'isorio patronazgo de
las juntas uiocesanas? Estas no podian dirigir sus l'eclama-
ciones sino al minisll'O de Gl'acia y Justicia, y la Caja de
Amortizacion encargada de pagar las asignaciones, estaba
bajo la dependencia del ministro de Hacienda. ¿Cómo po ..




268 ANALES DE ISAllEL H.
dria el de la Justicia mejol'ar la condicion de los religiosos,
cuando no podia mejomr la de los magistrados y jlleces?


Tampoco estaba enunlel'ado entl'e los negocios de que
debian ocuparse las Cortes pl'orogauas, el de la concesioll
de un nuevo plazo á los tenedores de créditos, que no los
habian presentado á la liquidacion, aunque hubiesen sido
llamados muchas veces para ello. Estas esperas sucesivas,
estos términos siempre ampliadosdejaban abierta indefini-
damente la ¡merla para la fabricacion de créditos nuevos,
de que, solo en la provincia de Sevilla, se habían falsiticado
titulos por valor de mas de 30 millones. A pesar de esta y
olras revelaciones de la misma especie l1ec11as en las sesio-
nes de 29 y 30 de mayo, se amplió el término por dos me-
ses en favor de los menores y de las corporaciones, sin que
de las discusiones de tl'es dias se pudiese inferir el motivo
que influyera en el otol'gamiento de esta prerogativa.


Con mas celeridad aun se discutieron en seguida las ba-
ses de los reglamentos comunes á los dos cuerpos colegís-
ladores. Entl'e ellas solo pareció notable la de que, en los
casos en que se reuniesen el Senado y el Cong['eso, toma-
sen asiento indistintamente los individuos de ambos cuel'-
pos, y votasen por órden de asientos, presidiendo la reu-
nion el mas anciano. Las bases todas fucI'on apt'ohadas en
la sesion del 3 de junio; pero no sin un incidente que des-
cubrió las intenciones que habían presidido á la redaccion.
Preguntó el diputado Pascual ¿qué se haria cllamlo el rey,
á quien se atl'ibuia la facultad de señalar el dia en que pum
los objetos determinados en el reglamento huhiesen de l'CU-
nil'se los cuerpos colegisladores, rehusase fijal'lo'? A eSla
injuriosa hipótesis hubiera debido responderse, como lo




LIBRO UNDECIMO. 269
hizo un antiguo legislador, reconvenido de no haber seña-
lado en su código pena para los parricidas; pero, en vez de
eso, Sancho, árgano de la comision que estendió el pro-
yecto, dijo;-(Para ese caso está la responsabilidad de los
»ministros, y si á pesar de ella sucediese, ahi están Cár-
»los X y los suyos ..... Ahi está tambien el Juego de pelo-
J) ta, y nadie ignora que cuando se quiso echar del Congre-
»)so á los representantes de la nacion f¡'aucesa, se juntaron
»alli, y salval'on la Francia.» ¡Poca Cé tenian los autores del
proyecto en la cooperacion de la Corona; poca deferencia
mostraban á la persona que la ceñia, cuando osaban en-
volver en suposiciones odiosas tan estemporáneas conmi-
nacionesl


Dos dias des pues, se presentó el proyecto de ley elee-
toral, en armonia con las doctrinas consignadas en la Cons~
titucion y en las bases de los rcglamcntos dc los cuerpos co-
legisladores. Por cincuenta mil habitantes debía nombral'se
un diputado, y pOI' ochénta y cinco mil pl'oponerse un se-
nador. Pagar 2,000 reales de contriluIcion directa, á 3,000
de arrendamiento' de fincas rústicas, ó de 1,000 á 2,500
de alquile!' de 'casa, segun la impo!'tancia de los pueblos
del don)icilio, ú poseel' llila renta de 1,500 !'eales, proce-
uentes ya de bienes muebles ya del ejercicio de cie:'tas pro-
Cesiones, fueron las cOlllliciones del electorado, adema s de
la eelad de veinte y cinco años, y de la calidad de español
domieiiiado.


No se exigió censo de elegibilidad para los diputados, y
el de 30,000 reales, que para los senadores se fijó, podia
consistíl' en renla ó en sueldo. Asi, el mandato para repre-
sentar el pais en la cámara popular no exigia del elegidQ




270 ANALES DE ISABEL 11.
ni arraigo ni lazo alguno que le ligase á su pais, y que le
hiciese mil'3r pOI' sus intereses; y esto á pretesto de que,
despues de haber exigido garantías de los electores, seria
injUl'ioso sujetarlos á cortapisas de elegibilidad. Los capi-
tanes y comandantes generales, los regentes de las audien-
cias, gefes políticos é intendentes no podian ser nombrados
diputados ni senadores por las provincias donde desempe-
ñasen sus cargos. Los de senador y diputado eran gratui-
tos y renunciables.


El 5 de junio se aprobó la totalidad del proyecto, y su-
cesivamente todos sus articulos. En la discusion, se rebajó
el censo de inquilinato 1lasta la cantidad de 400 reales
anuales en las poblaciones de menos de veinte mil almas.
En adiciones presentadas despues por varios diputados, se
cstendió á los magistrados de las audiencias, contadores,
administradores y tesol'eros de las provincias, y á los se-
cretarios de las intendencias y gefatUl'as políticas la pl'Íva-
cion de voto, acordada antes conll'a sus gcres. Igual esclu·
sion se pronunció en seguida con respecto á Madrid conh'3
los secretarios del Despacho, oficiales de sus secretarias,
ministros de los tribunales supremos, directores generales
de los diversos ramos de administracion, y contra los em-
pleados todos, que en las oficinas de la Córte tuviesen igual
categoría á los esc1uidos en las provincias. En la misma es-
clusion se comPI'endió por fin á los empleados en la casa
real, á los obispos, y á sus pI'ovisores y vicaeios; y todo
esto, en tanto que el derecho de elegil' se cstendió á los la-
bradores que con una yunta propia cultivasen tierra uc su
propiedad, y á los que con dos yuntas cultivasen tierras
propias y agenas.




LIBRO U~DECll\IO. 271
Así, en la desconfianza habitual contra el poder, se prí-


vó del mas importanle de todos los del'echos políticos, no
solo á su:.- agenles principales en las pl'ovincias, sino á los
clepositarios de la autoridad suprema en la capital, sin con-
siderar que, en épocas de pasiones y de conflagracion, en
nillguna parte era mellar que en la capilalla influencia de
los ministros, y en ninguna por tanto importaba menos pri-
vados de ventajas que podian con mas seguridad obtener en
cualquiera otro puulo, Por una aLenacion dimanada de la
misma desconfianza, se introdujo cn los euel'pos electorales
ú una multitud de individuos, que, por el hecho de al'ras-
lrar una precaria existencia, se supusieron independienles,
sin notm' que el labriego, atenido á las eventualidades de un
eultivo mezquino é imposibilitado de sostenerse sin el apo-
yo de unos ti otros de sus conciudadanos, 110 podia ser en
una asamblea electoral mas que el instrumento ciego de los
que le ayudaban ú suhsistir, ni ejel'cer pOI' consiguiente la
mas alta lwerogaliva social, eon una independencia de que
no gozaba en sus negocios particulaI'cs, ¿No eran notoria-
mente mas faciles de cOl'l'ompel' estos hombres que los ma-
gistrados y los empleados supcl'iol'cS del órden civil y mi-
litar? ¿No podian estos últimos alejar mas fácil y segura-
mente de los escaños de la reprcsenlacion nacional ti. los
intrigantes, ti. los avenlUl'eros y a los díscolos, que ellabra-
dor rudo, tan accesible al soborno como á la sugeslion, (11
temor como ú la esperanza, al entusiasmo como á la indi-
fe¡'encia? Y ¿no era mayor este riesgo cuando no exigién-
tlose propiedad, industl'ia, carrera ni titulo alguno pam sel'
diputado, podia aspir3l' á estc eargo todo el que tuviera un
poco de o~adia y de ambicion'! A estos y otros riesgos es-


'!'o.\lo IV. 18




272 ANALES m: ISAnEL 1I.
ponitln al p3i~ las prescripciones de la ley electoral que,
en opinion de sus autores, debia completar y asegurar los
heneficios del nuevo régimen político.


Los tit'mpos, no obstante, eran tan calamitosos; la opi-
nion estaba tan estraviada, que la ley, á pesar de sus de-
fectos y vicios, pal'eció casi mod erada y equitativa, con
respecto sobre todo á lo que habria sido, si se dejasen in-
troducir en ella adiciones propuestas por algunos diputados.
La comision rechazó una de Charco y otros de sus coicgaíl
que, como si se necesitase estimul3l' por el cebo de una re-
tl"ibueion pecuniaria la ambicion de los aspirantes á pInzas
de senadores y diputados, proponian señalarles dietas, Re-
chazó otra de Verdejo y consortes que, queriendo alejar de
los cuerpos legislativos á los empleados, pedian que los
que fuesen nombl'ados diputados ó senadores dejnsen de
percibir sueldo mientl'as desempeñasen estos encargos, Re-
chazó otra de Bertran de Lis, fIue, sometiendo el desempe-
ño del mandato legislativo á una ignara y divel'gente direc-
cion, proponia que pudiescnlos electores ¡'evocar los pode-
res de los diputados, cuando no estuviesen satisfechos lle
su conducta parlamentaria, Rechazó, en fin, otl'(1S vt\l'ias in-
elicaciones del mismo jaez, que, admitidas, habl'ian con-
vertido en lucha de esterminio la contienda electoral, har-
to violenta y hal'to encal'l1izada ya por las progresivas dis-
posiciones de la recien adoptada ley,


Como si las discusiones á que esta dió lugar no mostra-
sen suficientemente la tendencia de sus autores, y aun la
de la mayoría elel Congreso, se cuidó de manifestada sin
rodcos ni anfibologias en la I'csolueion de un negocio, que
poco antes escandalizura a la nacion entera. La dipulucion




LIBRO UNDEC1MO. 273
provincial de Cuenca habia acudido á las Caries, queján-
dose de la suspension dccretaua contra muchos de sus indi-
viduos por el minislI'o de la Gobernacion, de resultas de
haber invadido aquel cuerpo las atribuciones del poder
ejecutivo, destituyendo á varios empleados en rentas, y
confinando en Moya al intendente mismo. La comision en-
cargada de informar sobre el mérito de esta queja propuso
que se exigiera la responsabilidad á los individuos de la dipu~
tacion que, entrometiéndose cn negocios que no les competian,
fil'lnal'On la uestituclOn 6 suspension de aquellos empleados,
y que á estos se les exigiese igualmente, pOI' habel' cometido
ú autorizado el (I'aude de hacer entrar en las cajas públicas
billetes del tesoro, cn vez del dinero quc se reeaudaba en
las puertas. La justicia de esle dictámen era tan palpable
{Iue todos esperaron vede adoptado sin discusion. Pero los
diputados de Cuenca, Falero y Caballero, amigos de los di-
putados provincinles de que la comision condenaba los ex-
cesos, extraviaron la cuestion, reduciéndola simplemente al
crímen ó á la falta cometida por los empicados de rentas,
pretendiendo jnstillcar así á la mayoria audaz de la diputa ~
cion. Este sistema prevaleció; y las Cortes, declarándola
(ellli de junio), exenta de toda responsabilidad, disculparon
su atentado, que canonizaron en seguida, sujelando á la
responsabilidad de que eximinn á la diputarion, á los agen-
tes del poder removidos ilegalmente por ella.


Pcro, cualesquiera que fuesen los incollyenientes de las
mezquinas combinaciones eleclol'ales, ó los peligros de la
impunidad de corporaciones provinciales, bastante osadas
para invadir las atribuciones dcl poder ~upl'emo, todos pa-
recieron peqneilos en compal'acion de los que debian resul-




274 ANALES DE ISABEL n.
lar de otros proyectos mas atrevidos que de antiguo se con-
cibie1'3n, y sobre cuya realizacion insistia Mendizaba\ con
incontrastable perseverancia. Desde febrero, en efecto, habia
este pedido la supresion de los diezmos, aunque despues de
cubrir los cuantiosos gastos del clero y del culto, y la dola-
cion de muchos establecimientos de beneficencia y educa-
cion, produjesen al Tesoro 60 millones al año. ~o se adivi-
naba de qué manera se atenderia a los enormes gastos
que, en un pais unánimemente católico, y acostumbrado á
la pompa religiosa, ocasionaban la dolacÍon de Jos minis-
tros del altar y las solemnidades del culto; y ni aun se ha-
bria adivinado el motivo que hacia a un ministro de Hacien-
da I'enunciar al mas cuantioso y saneado de los ingresos del
Tesoro, a no sabel'se que la abolicion de los diezmos el'a la
condicion sine qua non del apoyo que habian ofrecido al
gobierno los directores de las difel'entes sociedades secre-
tas. Dóciles a este mismo impulso los mas de los veinte y
cinco individuos que componían las comisiones de diezmos,
negocios eclesiasticos y hacienda, 11 las cuales reunidas ha-
bian cometido las Cortes el encargo de informal' sobre la
materia, presentaron (el 26 de mayo) su dictamen, conforme
en lo sustancial con el proyecto ultimamente presentado
por Mendizabal, sobre las bases fijadas en su memoria de 21
de febrel'o.


Esta mayoría propuso abolil' los diezmos y pl'imieias,
y declarar propiedades nacionales todos los bienes del elcro
secular y de las fabrkas de las iglesias. El y ellas se man-
tellllrian por de pI'onto con los prollLctos de estos mismos
bienes, y en cuanto no alcanzasen, con una contribucioll lla-
mada del culto, que podda pagarse en frutos. Esta se iria all-




LIBRO UNDECIMO. 275
mentando á medida que aquellas finca!. se enajenasen,lo cual
se haria por sestas partes en seis años, empezando desde


el de 1810. De la contribucion del culto percibirian tam-
bien sus habel'es los participes legos hasta la misma época,
en la cual serian con bienes del clero reembolsados sus ca-
pitales, valuados en veinte y cinco anualidades. El gobierno
propondl'Ía {l las Cortes los medios de indemnizar al Tesoro
de los 60 millones que perdia por la supresion de los diez-
mos. Asi, á una contribucion religiosa, establecida de tiem.
po inmemorial, conforme á los hábitos del pais, y enlazada
con las creencias de la generalidad de los habitantes, se in-
tentó subrogar otra contl'ibucion civil nueva, sujeta en su
fijacion y cobranza á los inconvenientes de los demas im-
puestos ol'dinarios; á una prestacion de productos seguros,
otra de rendimientos inciertos, y no realizable sino por la
coaccion y los apI'emios. Asi, se subordinó á eventualidades
lejanas é improbables, la manutencion del clero y del culto,
y á muchos llegó á afligides la idea de que un poco mas
tarde ó mas temprano, hubiese que cerrar los templos.
Clérigos, pretendidos defensores de la disciplina de la igle-
sia, eran los autores principales de tal trastorno.


Un eclesiástico de instruccion y costumbres severas, Ta-
rancon, dió la idea, que adoptó una minoría de ocho miem-
bros, de otl'O proyecto menos inicuo á la verdad, pero no
menos inejecutable. Redu~íase este á hacer de los rendi-
mientos de la prestacion decimal un acervo comun, del cual
se sacaria la parte correspondiente al Estado y los partí-
cipes legos, administrándose lo perteneciente al clero y las
fábl'icas por una junta diocesana, que les repartiria el im-
porte de una dotacion quimérica, yaplicaria el residuo al




276 ANALES DE ISABEL 11.
Tesoro; pues tenian tan huena fé los individuos de la mino-
ria que contaban con un residuo. En fin, una terccra frac-
c:on de las comisiones, compuesta de tl'es individuos, pre-
sentó otro sistema, con arl'cglo al cual se debia estable-
cer una contribucion general del cuILo, que se estimaba
en 98.400,000 realcs y otra de 68.100,000 reales denomi-
nada de subl'ogacion, pagadera solo por los propietarios, y
consistente en un aumento que estos debian satisfacer so-
bre la del culto. Tales fueron las tres combin:rciones con
que se pretendió descargar al pueblo de un impuesto que,
oneroso sin duda, y merecedor de refol'ma, no podia abo-
lirse del todo ün condenar á los contribuyentes á mas du-
ras cargas, y sin conmover hasta los cimientos del órden
social.


Temiase entrar' en esta discusion peligrosa, quc desde
luego chocaba con muy respctables intereses y sembraba la
inquietud en las conciencias; pero Mendizabal insistió; y
cuando, en la sesíon de 16 de junio, se pronunció el dipu-
tado Esquivel contl'U esta insistencia, el ministro le recon-
vino ásperamente de haber abandonado la bandera del pro-
grama de setiembre, de que un dia fuera ardiente defensor,
y dijo:-«La cuestion es vital; de su exámen result.an\n mc-
»dios para cubrir las atenciones de la patria, que no po-
),drian cubrir'se de otro modo.» Creyóse en consecuencia
encontrar la piedra filosofal en la supresion del diezmo, y
se resolvió en fin entrar en el examen de esta cuestiono Des~
pues de varios debates sobre si debia entablarse la discu-
sion del dOlcli!men de \a mayoría uc la comision mix\a ó \a
del pl'Oyecto del ministro, se COflvirlO empezar por el de la
comision, y su díscusion se abrió en efecto el 21 de junio.




LIBRO UNDEClMO. 277
Val'íos diputados hicieron contm el proyecto argumento5 tan
perentorios, demosh'uron de tal modo, no solo los riesgos,
sino la imposibiliuad material de la ejecucion de muchas de
sus disposiciones, que nadic crcyó yedo adoptado. Un clé-
rigo (Garcia Blanco) recordó el pas;¡ge uel Exodo, en que
se refiere haber mandado Moises,-«que cesasen las ofer-
»tas del tabernáculo, por haberse concluido el templo;.
sin advertir que, no habiéndose concluido en España la
obra á que se destinaban las ofrendas del tabernáculo (la
manutcncion del culto y clc1'o), su cita en vez de un argu-
mento favorable, suministraba otro contrario á la abolicion
que defendia. Tal fué, durante las borrascosas sesiones em-
pleadas en la discusion del proyecto, la manera con que los
jansenistas de las Cortes aplicaron los testos de la Sagrada
Escritura y las disposiciones canónicas que tal vez cita-
ron.


En la sesion del 25, Esquivel, insistiendo sobre los so-
corros que los depósitos de fl'Utos p¡'ocedentes del diezmo
habian proporcionado á las t¡'opas, faltas siempre de vive-
res, y evidenciando la imposibilidad de cobrar las contri-
buciolles que debian establecerse en lugar del diezmo supri-
mido, arrancó, en fin, á Mendizabal la declamcion de las
ilusiones que le hacia concebir la supresion. Entre las ven-
tajas que de ella se prometia, enumeró el ministro la de
cnagenar por valor de 600 ó 700 millones de baldíos,
valuados en 1,000, Y que, segun él, no se habian vendido
por estar gravados con el diezmo, como si, por brevcs
pontificios y rcales cédulas, no estuviesen los baldios que
se redujesen á cultivo exentos del pago de diezmos j ó como
si, gravados ó no, pudiesen ellos enajcnars e, cuando, á




278 ANALES IlH ISABEL I!.
pesar de poder adquirirse casi por nada. no encontraban
compradores las mejores fincas nacionales.


Igualmente supuso que estas aumental'ian de valor
por el hecho de queda!' descargadas del diezmo; como
si fuesen los propietarios, y no los colonos, los que lo
pagasen; como si, pendientes los contratos de aniendo,
fuese posihle anularlos, para rehacerlos con arl'eglo a las Ya-
riaciones que exigia la exencion concedida al colono; como
si, aun suponiendo esto fácil, la contl'ibucioll suhrogada ó
suhrogahle en lugar del diezmo no debiese pesar tanto como
este sobre el propietario, ú, en fin. como si la anunciada su-
presion pudiese en ningun caso favorecer a la propiedad,
desde que incurriendo en una contrarliccion, hasta chocan-
te, hacia el mismo Mendizahal esta famosa declaracion.-
«Al dia siguiente que las Cortes voten el primcr articulo
»del proyecto (la abolicion de los diezmos y pl'imicias), se
»p.'esent3l'á el gobierno á perlir que, por este año, se pa-
llgue el diezmo y que, destinándose ulla parte de él al
)¡clero y los participes legos, se aplique la otra por cucnta
»de lo que toque a los labrado"cs en una contribucion
»estraordinaria de guerra que ha de establecerse.» ¿A qué
mostrar tanta prisa para abolir una contribucion que en se-
guida debia pedirse que se prorogase por un año? Espirado
este, era cuando podia vel'ificarse la abolicion, si entonces
se estimaba por conveniente. Pero el'a menester satisface.'
las exigencias do los clubs, y de estas era la mas urgente
estender al clero secular la pl'oscl'ipcion ya consumada.
con respecto al regular. En vano, pam conjurada ó dife-
rirla, pidiel'oll algunos dipulado~ un es lado de los pl'oduc-
los del diezmo. y otro de las demas contribuciones. La to-




LlDRO UNDEClMO. 279
talidad del proyecto se aprobó por ciento y diez votos con-
tra treinta y dos, en la ses ion del 24.


La del 26 demostró la exactitud del rumor unánime que
atribuia el teson de Mendilabal á las órdenes que habia re-
cibido del club director. En ella reveló el diputado Nuñez,
las maniobras empleadas pOI' varios agentes para que sc
rehusasen al pago del diezmo los labradores, llegánclose
hasta á amenazar con la muerte á algunos de ellos .-(! De
la extincion de este tributo, (añadió) «ha hecho el minist¡,o
»un puntal á su populariJad;» y nada le replicó Mendizabal,
aun(lue Mata Vigil declara~e que-«era una tlesvergüen-
»za no contestar. Y) El 27, fué aprobarlo por ciento y nueve
votos contra treinta y dos el primer articulo que detel'luina-
ba la abolicion; y fiel Mendizabal á su promesa, presentó
(el 30) su proyecto de ley-«para que, durante el año deci.
»mal que concluiria en fcbre¡'o de 1838, se siguiese co-
lJbrando el diezmo como hasta entonces, destinándose la
)lJUilad de sus productos al culto, clero y participes legos,
)'y la olm mitad al Estado, y admitiéndose á los labl'adores
»las cantidades que pagasen en descuento tic las que les cor-
Hespondiesen en la contribucion estraordinaria.» Esta pro-
posicion, aunque anunciada de antemano, sorprendió aun
á los mas familiarizados con las inconsecuencias de su au-
tor, y nadie supo quc admirar mas, si la contmdiccion que
existia entre la supresion y la continuacion del impuesto,
ú la confianza con que se contaba con los productos de aquel
impuesto mismo, despues que, en la diseusioll teuida para
abolirlo, se le hahia calificado casi unánimemente de ini-
cuo, inmoral, odioso y absurdo. ¿Qué pensar de un go-
bierno y de una cámara, que, desacreditando asi la presta-




280 ANALES DE ISABEL n.
cion, estableciendo que era general el deseo de verla abolida,
declamando contra su origen, su desigualdad y sus vicios,
miraba sin cmbal'go, su cobro como un recUl'SO indispen-
sable para hacer frente á las necesidades públicas?


La comision de las Corles encargaua dc informar so-
bre el nuevo pl'oyecto mostró tener en los resultados mas
confianza que su autol' mismo, En su diclámen rcglamentó
la distribucion de los productos decimales, de la cual tomó
por base, con rcspccto al clero y al culto, las mezquinas
asignaciones que para ellos se proponían cn un ¡woyecto
presentado poco antes á las COl'tes por la comision ecle-
siástica. El dictámen para la prorogacion que empezó á dis-
cutirse el 6 de julio, quedó aprobado el 12, á pesar de ha-
ber observado val'ios diputados, que en las provincias me-
ridionales estaban ya alzadas, ó á punto de alza¡'se las co-
sechas, y que no podian llegar á tiempo las ól'denes para
que se les exigiese el diezmo, que, por virtud del acuerdo
de su abolicion, se hubiese dejado de pagar. La discusion
de la ley de supresion, con tanto ardor solicitada, se sus-
pendió despues de adoptados los articulos 2. 0 y 3.0 que,
sin oll'a escepcion que los palacios de los obispos y las ca-
sas de los curas, declaraban aplicados al Estado los bienes
todos del deI'o. Por una anomalía, de que solo aquel gobierno
y aquellas Cortes podian ofl'ecer ejemplos, la ley que pro-
rogaba por un año la exaccion del diezmo, se cil'culó antes
que la que lo estinguia, y el restablecimiento rué ordenado
cuando aun estaba pendiente la ley de la derogacion.


Con la discusion de estas medidas alternul'on otras
de mucha trascendencia, y entre ellas la de un pro-
yecto de amnistia por todos los delitos políticos come-




LIBno UNDECll\lO. 281
tidos por otros que por los carlistas, y la de la anu-
lacion del secuestro decretado pOI' el gobierno en se·
tiembre anterior contra los que, de resultas de los aconte-
cimientos de la Granja, buscaron fuera del reino la seglll'idad
de quc en él no podian gozar. Elpl'imero de estos proyec-
tos de ley, presentado en la sesion de 19 de julio, se em-
pezó á discutir en la del 2.8; y, en la del 29 y otl'3S poste-
riores, se aprobaron todos los artículos, no sin que el tenor
de algunos de ellos redujese á limites mez quinos el benc-
ficio de la medida. Este se circunscribió á los habitantes
del tenitorio peninsular, y, cntl'e ellos, á solo los que se-
guian el partido de la reina. Aun de estos mismos fueron
basta cierto punto excluidos muchos individuos, por la di5-
posicion que dejaba-(cxpedita la accion del gobierno para
»reponer Ó no á los amnistiados en los empleos, honores y
»condecoraciones que hubiesen gozado: » disposicion que,
justa y aun necesaria con respecto á los empleos, era clás-
tica é il'1'isoria con respecto a los honores y condecoracio-
nes. ¿Cómo, en efecto, los que las habian debido á servi-
cios hechos al Estudo cuando dominaban principios po-
liticos opuestos a los proclamados en la Granja, podian es-
perar que se los conservasen hombres de revolucion, que
miraban aquellos servicios como faltas si nó como crímenes?
No se pensó, pues, que los que profesaban esta creencia se
mostrasen benévolos, ni aun justos, con los que profesaban
otra distinta. Pensóse al contrario que, con respecto á ellos,
limitarian los ministros el olvido completo de lo pasado
al simple indulto de una pena, y que no usarian de la exor-
bitante prerogativa que se reservaban, sino en raYOr de los
hombres de supandilla, y aun esto, cuando los encontrasen




282 ANALES DE ISABEL 11.
dignos de lal favor por la servil sumision que de todos exi-
gian. Asi, la amnistia se desacreditó en su origen, por la
restriccion que impidió completar y gcneralizar sus bene-
ficios. Para que no qucdasc duda de que la ¡ntencion era
cil'cunscribit, los de la nueva ley á un circulo estl'cchisimo,
se desechó una adicion del diputado Alvaro, para aplicar
la amnistía á los delitos de impl'enta, de los cuales tenia n
evidentemente los mas el carácter de politicos.


Lo propio sucedió con la revocacion del secuestro, ile-
galmente establecido por aquellos ministros mismos, al mes
de apoderarse del, mando. No habiendo las Cortes decreta-
do la pena, no tenian por qué mezclarse en su revocaeioll;
pero los gobernantes pensaron que, interviniendo ellas pa-
ra anularla, se. legitimaba por este solo hecho la odiosa me-
dida de setiembre, que Calatrava dijo haberse dictado para
contcner la emigracion. A ella y á otras de su clasc, decla-
ró Landcro-«debcrse los progl'esos y la tmnquilidad que
»se disfrutaha;» y nadie hubo que desmintiese este aserto.
Las Cortes no rehusaron, pues, ocuparse de este negocio,
que les daba ocasion de intimar á los ausentes del reino,
que prestasen juramento á la Constitueion nueva. Contra
los que no le prestasen en tres meses, se intercaló al efecto
en la ley una conminacion insidiosa, pues quc no anunciaba
una pena detel'minada desde lucgo, sino que se determina-
ria despue~ que espirase aquel término; combinacíon inicua
con que se subOl'dinó la tardia é insuficiente reparacion de
una injusticia, á una condi~ion incoherente y heterogénea;
se puso á una restitucion legitima el precio de un jUl'amento
forzado, y se redujo á los propietarios desposeidos, á ha-
cerse cómplices de trastornos que reprobaban, por no ser




Lumo UNDECIMO. 283


viclimas de una venganza de que no se fijaban los limites.
Este sistema de desconfianzas mezquinas, de precau-


ciones irritantes, se dcsenvolvia á la par que el espíritu de
rcaccion, que arraigaba los odios y difundia y gencralizaba
la avel'sion con quc el'an mil'adas las innovaciones. En la se-
sion del 24 de mayo, fueron recibidas como una alhaja lllS
esposas con que fué al suplicio el Empecinado en Roa, y, en la
del 10 de junio, la bandera de la milicia nacional de Cabeza
de Buey, escondida por una monja despues del hundimiento
del régimen de 1823. En:la del 27, propuso un diputado in-
demnizar á las familias de los que, dUl'ante la administracion
del conde de Espaüa en Cataluña, fueron condenados á muer-
te por sus tentativas contra el régimen establecido. En la
del 5 de julio, la comision de recompensas nacionales pro-
puso inscribir en el salon de las Cortes los nombres de 1'01'-
rijos, Empecinado, Riego, Miyar, Manzanares y doüa Ma-
riana Pineda, que, víctimas unos de la severidad de las le-
yes, si oLros de ruines pasiones, habian perecido en el su-
plicio. Cuantos tuvieron la misma suel'te por haber, en los
diez años últimos del reinado de Fernando, conspirado con-
tra él, se eonsideral'on como sacrificados pOI' la libertad de
la patl'Ía, por la cual se declararon adoptadas sus familias
huérfanas. Antes (en 11 de mayo) se habia anulado la con·
cesion de la laguna de Villena y de las minas de HeHin.
hecha á favor del primogénito del general Elío, ajusticiado
en Valencia durante el anterior período constitucional. El
gobierno, á quien las Cortes dejaron la facultad de conSCI'-
val' Ó revocar el título de marques de la Lealtad, concedido
al mismo, no solo se apresuró á consumar el despojo, sino
que, agravándole por el escarnio, dijo anular aquel título, y




28.\ ANALES DE ISAIlEL lI.
el de conde del Real aprecio, y marques de la Fidelidad,
concedidos en Otl'O tiempo á don Francisco Eguía y don Pe~
dro Agustin Echevarl'¡ , porque-:( queria borrar los vesti-
»gios de reacciones funestas, y de cuanto podia oponerse á
da union y concordia de todos los españoles.»


Destruyendo, por la apoteosis de unos y por la proscrip~
cion de Otl'OS, los elementos de la concordia á que flngian a3~
pirar las Cortes y el gobierno, cedia este a la influencia de
los clubs, en que residian esclusivamente todos los poderes
del Estado, como las COI'tes cedian al impulso del gohic rno
qne asalariaba su mayoría. En diferentes ocasiones preten-
dieron varios diputados desvanecer la opinion, generalmen-
te difundida, de que este salario em el pl'ecio del apoyo
(Iue ella prestaba al milliste¡"io, y, en la scsirn del 18 de ma-
yo, se esplicó sobre esto Argüelles con vehemencia. Habian
hablado muchos diputados sobrr, una adicion al nuevo códi-
So político, por la cual se impoma al gobiemo la oLligacion
de pl'esental' á las Cortes las cuentas del empleo de los cau-
dales públicos. El diputado asturiano, despues de ponde¡'ar
largamente su prohidad y su pall'iotísmo, dijo:-(puesto
;)que los que me han antecedido han hablado de cuentas, yo
»)tambien puedo hacerlo. Es neces3l'io desmentir una voz que
),corre por el vulgo de que la mayoría de este Congreso está
¡¡vendida al ministerio, y que cada individuo de ella percihe
)lIlos mil reales por votar á su favor.)) Pero nada valía esta
declaracion en boca de Argüelles, á quien nadie acusaba de
recibir el estipendio con· que vivían muchos de sus colegas,
ni sospechaba iniciado en aquel misterio de iniquidad. Era
este, sin embargo, conocido de todos, y lo fue mas desde
que, en la ses ion del 1& de junio, el diputado Esquivel, re-




LIBRO UNDECIMO. 285
convenido por Mendi7.abal de haber abandonado la!! filali
ministel'Íales, respondió:-do he hecho, porque yo no SO)'
¡)diputado mercenario.» El honiLle tumulto que cscitó
esta espresion dejó infcrir que eran mercenarios otros mu-
chos, pues a no serlo, ninguno se hubiera hecho la inju-
ria de aplicarse tal calificacion. Bicn que, con las convenien-
tes precauciones para no incurrir en responsabilidad, los
diarios partian muchas veces de este supuesto, para espli-
cal' las anomalías de ciertas votaciones, y nunca fueron se~
ria ni formalmente desmentidos. Asi, la asercion de estar
pagada la mayol'ia por Mendizabal fué la única que pareció
unánime en aquella época de escision.


Como en las sesiones públicas, continuó el escúndalo
en las secretas. En la del 18 de ma)'o, leyó Calatrava un
despacho confidencial, en que anunciaba Campuzano que
el gobierno fl'ances manifestaba opiniones contrarias al mi-
nisterio de la Granja, y favorables al restablecimiento del
Estatuto. Calatrava, ostentando en su prccaJ'io poder la
misma confianza que, en las sesiones del 10 Y 11 de enero
de 1823, manifestaron las Córtes al instruirseles de la in-
tencion de los soberanos reunidos en Verona, enunció con~
jeturas sobre la disolucion próxima del gabinete Molé, y
dió márgen 11 las descompuestas observaciones de varios
diputados. EnlJ'c ellos, Burriel se distinguió pOI' la jactan-
cia con que insinuó la necesidad eventual de recurrir ú las
armas para sostener la dignidad nacional: insinuacion que,
sobre estempol'únea y audaz, se miró como profundamente
ridícula, cuando todos los esfucI'ZOS del gobiel'llo el'an im-
potentes para acabar con los cm'listas, que se suponian po-
cos y desunidos.




286 ANALES DE ISAllEL 11.
Todavía fue mas acalorada la sesion secreta del 2 de


junio, dedicada á Oil' una interpelacion del diputado Almo-
nacid sobre la proclama en que Esparter'o, usando de los
ámplios poderes que se le confirieran pal'a pacifieal' el tel'-
ritoria vascongado, prometió á sus habitantes la conserya-
ciúll de sus fnel'os, El ministro intel'ino de la Guerra, In-
fante, negó haber autorizado al general para hacer aquella
promesa; pero, del tenor de las instrucciones que exhibió,
apareció, no solo la autol'izacion que negaba, sino la espe-
cie de compromiso que contrajo de obtener la sancioll le-
gislativa para las medidas que la necesitasen. La mayoda


• prevenida contra Espartero, hubo de calmarse, al ver que
la I'esponsabilidad del acto ,'epl'Obado pOI' ella no podia re-
caer sino sobre el gobierno que la pagaba; pero de la dis-
cusion resultó que las Córte,> no ratificarian la pI'ometitla
cmancipacion del pais vasco, y no fué dificil ver que este
aumentaria, en vez de disminuir, su resistencia, cuando
supiese haberse desvanecido las esperanzas que le hiciera
concebi,' la proclama del general, y fIue confirmaron por
lisongeros comental'ios las dipulaciones cI'islinas de las tres
provincias. Asi, provincianos de los mas comprometidos
pOI' la causa de la reina, no tardaroll en dirigir á las Cor-
tes representaciones enérgicas pam la conservaeion de SIIS
fueros; y aun de los refugiados en Francia muchos rehusa-
ron prestar juramento á la Constilucion nueva, por la sola
raza n de que vil,tualmente los auul(lba.


No era estraño que, perdido por estas circunstancias
el prestigio de las Cortes, sufriesen ellas clcsai¡'es califica-
dos y solemnes, que en ningun otro pais se habrian hecho
á la reprcsentacion nacional. En la sesion de 20 de junio, se




LliH\O U\DECDlO. 287
dCCI'elÓ, Ú virtud de lwopucsta del diputado Pa~cllal, pre-
gllular al gobierno que medidas habia tomado conlt'a un ar-
liclllo-« subversivo, injurioso á la souel'anÍa nacional, al trollO,
al Congl'eso y á la libcrtalJ" , inserto en el diario intitulado
El Purven ir? Esta invasion de atl'ihuciones, esta denuncia,
hecha por las Cortes, de un escrito que no tocaba á ellas
calificar, tuvo la suerte que mereeia. El jurado absolvió el
arlÍculo; su fallo, anulando una decision del Congr'eso so-
berano, y declanimlola pOI' esle hecho apasionada é injus-
t~, acabó de millar el respeto con que, pan\ ser obedecidas,
necesitaban ser mirauas sus uisposiciones; y la opinion,
ciñendo de una aureola de gloria a los jurados que absol-
vieron, pudo I'evehll' Ú las COI'tes lo flllC tenian que es--
peral' de ella. La falta atribuida all'cUactol' de R 1 Porven ir
no dejó por eso de sufril' un ca~tigo digno de los que de
falta la calilicaron. Treinta asesino:,;, sacándole de su casa
con engaños, cayeroll sobre él, y I(~ hicicl'an pedazos si Sil
arrojo y otras circullstancias felices no le salváran: y cuan-
do, en la sesion del :30, el diputado Cahrera de Nev~l'es,
npoyúlIllose sobre el aeuen]o del :20, pidió que se pl'cgun-
tnse 31 gobierllo que medidas hahia tomado para castigal'
al¡uel crimcn, su pl'oposicion no fué admitida á c\iscusioll.


Lo mismo '¡ue ú las Cortes, subordinadas al gobierno
l'epl'esentaclo pOI' jlellllizahal, sucedia al gobierno sumiso
á los clubs. Pendiente de las disposiciones apasionadas de
los revolticiollarios fjue I,·s dil'igian, sus actos todos iban
mal'cndos COIl el sello Ile su ori¡~pl, y rcvelaban Ú la nacion,
dcsfluiciada y CIJ\ilccid<l, la nulidad del podel' cnctll'gado df~
la (ll'oteccion de los intereses sociales. Mientl'as huho ahm-
[lOS recursos con que alende!' á ulla Ú otra de las necesida::-;'


To:\1O IV. 1~ . -


,,'
.' ,




288 ,\N.\U'::::: Dl': ISABEL II.
des del servicio público, se acudió al gobierno a reclamar-
los, y se acató, ú se fingió acatar la autoridad que pouia
¡'ehusarlos ó concederlos; pero cuando, en una cuarta parte
del reino, lt'emolaba el pendon del carlismo; cuando, destrui-
dos por las mismas autoridades cristinas los recUl'sos de
unas lll'ovincias, devorados los de otl'as por libranzas anti-
cipadas y por suministros no reembolsados, de nada podian
disponel' los gobernantes de MadI'Íd, sus decisiones fueron
mil'Udas por úonde quiera con desden, si no con desprecio,
y la accion del podel' quedó ineficaz, si no nula.


Así las diputaciones pI'ovinciales dirigidas por los clubs
suba1tel'llos, encargados de generalizar la desorganizaeion,
movilizaban un dia milicianos, y á poco los hacian volvel' á
sus casas, despechados U!~s veces pOI' no haber sido pa-
gados, y maldecidos otras por habel' exigido el importe de
sus pagas á los puehlos empolll'eeielos; creaban y di~o:­
vian cuerpos fl'ancos; levantaban fortificaciones; imponían
tl'ibutos pUl'a cubrÍl' estos gastos, illúlilcs las mas vcccs, ¿-
acordados siempre por miras, ó estrechas ó interesadas; (-
invadian á un tiempo las atrihueiones ele las Cortes y la~ de
gobierno. Cuando este desórden, aumentando las resisten-
cias y la confusion, acababa de hundir á los habitantes en el
abismo de que, con medidas tan desconcel'tadas, se habia
pretendido sacarlos, las diputaciones acudian al gobierno ú
al Congl'eso, quejándose de los embarazos que cllas contri-
buyeran á promovel', y amenazando con escisiones, que
ellas mismas parecian provocar. El 20 de junio, acordó la
diputacion de Ciudad Real formal' una compailía de escope-
tel'os y un escuadl'on de carahine¡'os de la Mancha, y, el 9
de julio, despues de haber alarmado en vano á sus habitaBles




LIBRO lJNDECDlO. 289
con la amenaza de una exlraol'dinaria exaeeion mensual
de 60,000 reales que debia costar aquel armamento, decia
en una exposicion al capitan general de Castilla la Nueva.
-« Nacionales asesinados continuamente pOI' los facciosos,
),familias desoladas, campos talados, robos en los camillaS
)} en los pueblos, llanto, desolaciOll y lulo por do quiel'a ...
"Pl¡>gue á Dios no llegue un dia, en que, perdida toda espe·
),ranza, abandonen (los pueblos) la unda det honor, del
(deber y de la obedil'!/cia, que !tasta aquí cun tanla pa-
('ie ncia han se,q uido.» Dos dias antes (el 7) la de Bada-
joz, despues de babel' armado á espensas de la provincia
una parte de las tropa~ que, aunque destinadas á defen-
del'la, no lo hacian.-((No ha mucho, (decia á las COl'tes ha-
hlando de los cal'listas) «no ha mucho que estos mónslruos
);sanguinurios, infel'iores en númel'O, buscaban un asilo en
»el eorazon de los montes ... pel'O, reff)l'zauos en la aelua-
»lidad estl'aol'dina¡'iamenlc, ataean con freeuencia nuestras
»)columnas, saquean, I'oban, incendian .... ¡.\/1 de la patria
»y del trono, si la yuel'i'll esticude sus horrores ú las
llPro¡;incias del Jledio'¡ill!)) La diputacion de Cáceres re-
solvió moviliz31' mil milicianos pOI' todo el t¡rmpo que du-
rase la guel'l'a civil, sin pens31' que el damor unánime de la
pl'ovincia sob¡'e la imposibilidad de cubrir aquel gasto le
ohligaría ú revocUl' la llispo~icion, cuyo solo anuncio llehia
indisponer los pueblos, en lugar de tranquilizarlos. La ¡'e-
si~tencia de estos á disposiciones de autoridades elegidas
pOI' ellos probaha que ú estas disposiciones presidian otro,.;
intereses ll'le los de los pueblos mismos. La connivencia
del gohicrno de Madrid con autol'idalh's , que, saltando el
límite de sus pod,~l'es, vejaban en vez de protegc,,, pro:Jaha




290 ANALES DE ISADEL 11.
que no habia gobiemo en Madl'id, como no lo habia en las
provincias.


Otros actos de algunos de estos mismos cuerpos, com-
pletarán la idea del desórden que reinaba en su seno, y de
la imposihilidad en que por él se constituian de mejorar la
condicion de los territorios á cuya cabeza se hallaron. He-
petiJos descalabros, sufridos pOI' las escasas guarniciones
de varios pueblos de la p¡'ovincia de Toledo, habian indis-
puesto á la diputaeion eOIl el regimiento á que ar(llcllas
guarniciones pertenecian, y ella al punto, atribuyendo ú cJ'Í-
men las desgl'acias , y no estimandolas suficientemente es-
piadas con la muerte de muchos valientes, sacrificados ta-
da dia por los facciosos, hizo redactal' una atroz filípica
contra el regimiento, en la cual se leia esta frase;-«seria
)prolijo é incómodo enume¡'ar todos y cada uno de los ac-
»tos punibles del provincial de Eeija.)) El coronel, recha-
zando con vehemencia aquella acusacion, volvió á la dipu-
tacion sus cargos, y le lIió lecciones propias, no solo para
retraerla de nuevas I'sclll'sioncs fucl'U de los límites de Sil
Ól'bita administrati\'a, sino para disminuir el prestigio de
la autoridad, sin el cual no podia esta ser útil á los pue-
blos. Mas lejos fué aun la de Valencia, que, ofenuilla (le
una circular del gol)iemo, dirigida tI que se señalasen los
actos ilegales cometidos en las l)l'ovincias invadidas pOi' los
facciosos, creyó ver un cargo contl'a ella cn csta Jlledida
general, y osó pedil' á la reiIHl-({(/llC desean.mse el prso


. ~ ))<1e su justicia é indignacion contra la atl'oz calumnia fllle
»)hahia osado empañar su opillion.») ¿Qué mas? El a)unt::t-
miento mismo de Madrid acusó al ministl'o de la Gobcrllfl-
cion , á quien tan ucscnfrenadamente aludía la diputaeiIJu




LIBRO UNDECIMO. 291
de Valencia, y pidió que se le exigiese la responsabilidad
por habe!' suspendido la i'jecucion de uno de sus acuerdos
cn materia de policia U1'buna; y la comision de las Cortes,
á quien se mandó informar sobrc cste negocio, dió la razon
á los acusadol'cs.


¿Que eslnulo el'a que el dcsconcierto de los primel'os
poderes del Estado se estendiese á los últimos rincones
dell'eino? A la apl'Oximacion de FOI'cadell á Murcia, habian
los revoltosos pedido a la autoridad que se demoliesen los
convenlos,-((par'a aprovechal' sus escombros en la cons-
))truccion ele una mmaHa.» Por mas que se supiese que la
muralla no se levantaria con ellos, y que, aun levantada,
sel'ia inútil, se accedió á la peticion como muy conforme á
las ideas de los gobernantes, y se decretó la demolicion.
Empezada, se cl'cyó no debe!' limital'1a á los templos, Y, en
la nochc del2 al 3 de mayo, fue decapitada la estátua colo-


saf de FCl'llflm[o Vfr, co(oea({a en (a p{aza úe [a ConstÍlu-
cion á la yista de los miliciauos que tenian cn ella su prin-
cipal. La está1ua mutilada fué, cuatl'O dias despues, arras-
trada pOI' las calles COII cuel'das, pal'a depositada en un al-
macen. Tres di as despues de cste atentado, se cometió otro
del mismo género en una capital vecina (Granada) mutilan-
do la cruz de piedl'a que existia en una de sus plazas (la
N ueva) y como si se quisiese revelar el origen de esta profa-
nacion clandestina, la milicia nacional se encargó al mismo
tiempo de otm profanacion mas brutal, si menos impía, pa-
samIo en cuerpo á demolel' el sepulcro que á un ajusticiado
habia cl'igido su familia. En un lugal' de la provincia de
1Ifurcia (Cill'avaca) habia sido pocos dias antes destituido su
ayuntamiento y apaleados sus individuos, y el gobierno ad-




292 ANALES DE ISABEL U.
mitiendo su dimision forzada mostró no condenar el atenta-
do. Con los desórdenes promovidos por Bellera en Reus,
coincidiel'on asimismo otl'OS en Cartagena, dondc, á pl'ctcs-
lo de la misel'ia que aquejaba á la poblacion, se tl'aló de
31'I'ebalal' el pan destinado á los pl'isioneros de Villaroble-
do, detenidos en el arsenal, y no hubo mas medio de im-
pedir el trastorno que con tal motivo sc mcditaba, que tras-
ladar los presos á Cádiz. Por todas partes existia, en fin, la
misma tendencia, que tal vez se rcsolvi¡¡ en un mo!jn, y
tal, haciendo mayor daño, se anunciaba por una amenaza
pcrpetua de trastorno y disolucion.


Haciala mas grave aun la indisciplina del ejercito, mo-
vido pOI' los mismos resortes y sometido al mismo impulso
á que obedecia la adminisll'acion general y local. El 21 de
abril, presenció Bcnicarló una sangl'Ícnta reyerta, pl'omo-
vida por los movilizados de Castcllon, que prctendian sc les
entregase uno de los suyos, preso de ól'den de llll oficinl
del regimiento de Larca. Cinco ú seis mucrtos y mas de
veinte heridos, fueron el resultado inmediato de aquel cho~
que, menos sensible aun por la sangre que en él se vertió,
que por el triunfo de los amotinados. En Lárraga, se suble-
vó el (3 de mayo) el primer batallon del 6.° de ligeros, y fué
necesario desarmarlo. El 5, se amotinaron en Tcruel los
soldados de Decref; sin que, ni dándoles el dinero que re~
clamaban, se lograse apaciguados, ni se impidiese que ro-
basen el lugar y la iglesia de la Puebla de Va!vcl'de, al
trasladarse al dia s iguiente á Mora, donde sus escesos obli-
garon á confinados. El 15 se sublevó en Córdoba el batallon
de voluntal'ios de And<llueía, y hubo que acallarle con di-
ne¡'o y despacharle á Cádiz. El 1.0 d~ junio, se amotinó en




unno UNDECIMO. 293
Leon una de las compañías de seguridad de Asturias, y so-
lo á favor de una estl'atagema, se consiguió desarmarla. El
5, tuvo Oraa f¡Ue mandar, entl'e otras cosas que probaban la
desmoralizacion de su ejército, que, al entral' un cuerpo en
combate, se situasen soldados á l'etaguardia, que pasasen
pOI' las armas á todo el que se retirase sin autorizacion ó
sin estar herido. El mismo gefe tuvo que disolver una com-
pañia del provincial de BUI'gos, por los terribles escesos
cometidos por ella en Calanda. En Pamplona, el 21, los
flanqueadores salieron pOI' la noche de su cuartel, acome-
tieron á sablazos á cuantos pasaban por las calles, y llena-
ron de consternacion la ciudad. El 21, fué menester de-
sarmar en Cárliz dos compañías de voluntarios de Andalu,
cia, que se rehusal'on á prestar su servicio,


Pero la mas gl'ave de estas insurrecciones casi diarias
de la soldadesca, fué la ocuáida en Hernani, el 4. de julio,
de que diel'on la señal unas compañías del regimiento de la
Princesa. Acudió el bl'igadicr Rendon á contener el motin,
ca~tigando á sus autores; mas, reforzados estos con solda-
dos del Infante, llamados para contribuil' al restablecimien-
to del órden, y lanzando unos y otros vociferaciones y aun
mueras contra su gefe, se all'incheraron en las casas de la
plaza, é hicieron fuego contra el mismo comandante gene-
ral Mirasol, y contra las tropas que le acompañaban, resul-
tando muertos en la refl'iega varios oficiales y muchos sol-
dados, y gravemente herido el brigadier Rendon. El gene-
raltuvo que cedel' el campo, y refugiarse por de pronto de-
trás de una batería, de donde en seguida se retiró a San
Sebastian, despues á un buque de vapor surto en el)uerto,
y últimamente á Bayona, donde pudo entrar el 8. El bri-




294 ANALES DE ISABEL 11.
gadicr O-Donen no logró sin grandes esfuerzos calmar a los
rebeldes. La opinion designó como instigadol' de aquel aten-
tado al famoso Aviraneta, que, paseando la tea de la dis-
cOI'dia en diferentes puntos del reino, se habia presentado
aquellos dias en Hernani, ocupado en propalal' eull'e los
soldados que los genel'3les se apl'opiaban los recursos que,
segun él, no dejaba el gobierno de enviar en cantidades sn-
ficirntes, para el socorro del ejército. Mirasol le OI'denó al
punto mal'char :i Fruncia; pel'o las insliga,:iones hllbillll ya
producido su efecto; y, cuando pocos días despues, "o/rió su
autor á Madrid, y el cambio obrado en la opin¡on, prOllllll-
ciada recientemente en favol' de las ideas model'auas, le
obligó á desmentir su pllrtieipacion en los desórdenE's ue
Hernani, lo hizo de modo que todos se I'aliuearon en el con-
cepto que de ella formaran, y que tan completlllnente jus-
tificaban los antecedentes de aquel hombl'(l.


En el mismo día 4, se negó en Bilbao el regimiento de
Tl'ujillo á hacer el servicio, art'astró tras sí casi toda la guar-
llicion, y, por la consternacion que difundió con su actiltl(1
amenazadora, turbó el júbilo de que pretendían las autori-
dades rodear el juramento de la COllstitucion que debía
prestarse aquel diu. Otro tanto sucedia al mismo tiempo en
Portugal~te, Castro-UI'diales y otros varios puntos, sin que,
de todos estos cl'imenes, se bubiese pl'occdillo sel'iamellte
contra Otl'O , que contra el cometido pOI' los voluntarios de
Andalucía en Cádiz; y todavía, como si se temiese que el
castigo que l'ecayese sobre ellos apl'etase un poco los lazos
de la disciplina, el ayunt~miento de aquell~ ciudad intel'pnso
oficialmente su ml~J¡aeion, y ~dieitó I~C la ['cina la gl'"ci~ (le
¡.~ ~'~' ,\;'.1 i"L .. ~¡ ;l\\,'~l: LI. ,"ll.! ~'.),~ l~:l.\Jo·: a IliBerte. f3olo




LIBl\O UNDECmO. 295
se dió un ejemplo de justa severidad en tres ó cuatro sol-
dados, que, desertando con otros seis ú ocho, pOI' instiga-
cion de un sal'geuto de In gual'llicioll de Peüafiel, fuel'on
apl'ehelldidos y pasados pOI' las armas; pel'o pOI' este acto
mismo se l'eveló al ejército que sol(} se eastigaha en él la de-
sereion al enemigo, y qne touos los delitos, incluso el de
volver las al'mas contra sus gefes, hallaban tal vez indul-
gencia y escusa, si no proteccion y favor.


A ningnno de ellos podia en verdad oponer el gobiel'no
la mas endeble hanera; con lodos, al con lrario, su ol'Ígen y
sus antecedentes le obligaban á contemporizar. Las insm-
reeciones casi diarias de los cuerpos militares provenian
plll'ticularmcnte dd abandono en que, sobre todo despues
de los sucesos de la Granja, se les dejaba, no socol'riéndo-
seles sino á razon de dos pagas por año. Los oficiales, los
gcfes mismos tenian que vivir como el soldado, con su \'a-
cion, arrebatada siempI'e á los pueblos, y tan desigual é ¡l"
regularmente distrihuida, como conespondia á su origen
eventual y precal'io. Tan incierta como el suministro de la
tl'opa, era la direccion de la guerl'a, ahandonada, mas que
confiada, al conde de Almodóvar, cuya mala salud agravaba
los inconvenientes de su incapacidad reconocida. Su substi-
tuto, Infante, inferior tambien á las vastas atenciones de
aquel ministel'io ; poco graduado para dal' órdenes á los ge-
nerilles; distraido ademas por la necesidad de asistir dia-
riamente á las COI'tes; subordinado, en fin, mas que nadie,
á las inl1ucncias divergentes de los clubs, á los cuales debia
en gran parte su desmedida elevacion, no cuidaba mas que
de la materialidad del dC5pacho de cspedientes, yentl'egaba
la ~uerte de la guena á las illSpil'aclOlleS incoherentes y ais-




296 ANALES DB ISAnEL U.
ladas de los generales, cuya atencion distraian á un tiem-
po las necesidades de su administracion, y los movimientos
rupidos del enemigo,


No era menos imputable al golJiel'llo la agitacion per-
manenta ó periódica de los pueblos, promovida, ya por las
in.,tigaciones secretas de los revolucionarios, ya pOI' la
frccuencia de las exacciones, ya pOI' las al'bitrariedades de
la autoridad, ya, en fin, pOI' la connivencia del gobicl'llo
mismo con las autoridades populares, y su desconfianza
con respecto a sus pI'opios agentcs, El miuistl'O de GnlCia y
Justicia, que cada dia lanzaba del reino prelados, ó que,
pl'etendiendo someterlos á una disciplina que no era la de
la iglesia l'om:ma, les obligaba á espatl'iarse pOI' no faltar á
los deberes, ni ahdicar la independencia del episcopado,
llevó el espíritu de lI'astorno hasta prescribir, en circular re-
servada, á los jueces de primera instancia, quc vigilasen
sohre los movimientos y conducta de los gefes encal'gados
del mando de tropás en su disll'ito; y esto, en tanto que los
jueces á quienes se encomendaba tan desorganizadora fis-
calizacion, y aun los magistrados mismos de quc cada dia
se proclamaba la inamovilidad, eran á su vez objeto de
iguales desconfianzas, y trasladados ó destituidos, no solo
pOI' virtud de la simple queja de un gefe militar, sino por
la vaga denuncia de un miliciano oscuro, ú de un perio-
dista desacreditado,


Pero en ningun ramo cm mas general y sensible el des-
concierto que en el de la Hacienda, pues que por él se mal-
versaban los pocos recursos con que habrían podido socor-
rerse las mas urgentes necesidades, El empleado que queria
introducir un poco de I'egularidad en aquel caos; el que se




UBRO UNDECUIO. 297
oponia álas medidas empiricas que debían completar su e011-
fusion, era destituido, sin que ni servicios por él prestados
á la causa, ni su alta categol'Ía le pusiesen á cubierto de la
cólcra del Law español. Asi, los dil'cctores de rentas Egea,
MontcvÍl'gcn, Ozol'es y Escobedo· fueron sepUI'ados de sus
destinos, por haberse opuesto á la supresion del diezmo, y
las funciones de aquellos altos empleados fueron confiadas
á oficiales de la sccretaria de Hacienda, dcpendientes inme-
diatos del ministro, é instrumentos cicgos de su voluntad,
Roto por este medio todo fl'eno, imposibilitada toda intel'-
vencion, á ninguna se sujetaban sus opel'aciones y cada dia
se emprendia una ruínosísima para ocurril' á la atenciou
que mas abrumaba. En 6 de junio, denunciando la diputa-
cion provincial de Barcelona los enol'mes perjuicios infel'i-
dos al tesoro por las contratas celebradas en Madrid para
asegurar los diferentes servicios del ejército del Principado,
decia:-c<No es fucil reducir' á guarismo el espantow im-
)porte de aquellas dilapidaciones. Por millones puede con-
(darse.» Y el dailo denunciado continuaba, y aun se agl'a-
vaba cada dia, sin que la au~ol'idad superiol' manifestase oil'
tan repetidos y enérgicos clamores.


Al contrario, devorados los enormes productos de las
exenciones de quintas, movilizacion y rcquisicion, los del
pnpel negociado en Inglaterra, los del empréstito de 200
millones, que, á favor del desóI'den del I'eparto y la recau-
dacion, era un manantial inagotable de repI'obados manejos,
los dI'¡, libranzas hechas sobl'e las cajas de Cuba, Puerto
Rico y Filipinas, los de los muebles, alhajas y campanas
de los eonvcntos y los de las contribuciones ordinal'ias, se
multiplicó la emision de deuda flotante, admisible en pago




298 ANALES DE ISABEL 11.
de ellas á punto que se abrieron tiendas públicas de bille-
les del Tcsoro, y hasta en los boletines oficiales se anunció
con mas ó menos dcscnento la venta dc los que, con rcbaja
hal'lo mayol', reciiJian de Mendizabal los tratantcs. Las
libranzas de la direccion dc rentas protcstadas por falla de
accptacion, las aceptaciones del Tesoro ¡JI'otestadas por falta
de pago, eran descontadas á vil precio por los cspeculado-
res, que, en contratas con cl gobierno, las hacia n uespues
recibir por todo su valol' nominal. PUl'a cuando esto no
fuese posiblü, logr:u'on primel'O fIllC sc admitiesen aquellas
libranzas en pago de bienes nacionales, y mas tanle en
pago de campanas, para cuya pronta enagenacion sc adop~
taban al mismo tiempo las mas eslravaganles uisposiciones.
Mientras qUe á cuenta de contt'ibuciones se l'ecilJian los
billetes del Tesol'o, cmitidos sin autorizacion, circulando
sin contraloria, desacreditados pOI' la clandestinidad de su
ol'igen y los vicios dc su adjudicacion, eludíase el reillle-
gl'o de las sumas arrcbatadas, mas que exigidas, pOI' la rc-
quisicion de 200 millones, se diferia indcfinidamente la
entrega de sus pagarés, sc alejaba asi el pinzo en que de-
bian empczar á eorrcl'los intereses, y se fl'llstraba la espe-
ranz,\ concebida por los despojados, de cubrir con aquel
papel alguna de las nuevas y tcrribles cxigencias de una
administracion devoradora. El desl¡rden el'a tal que, en fin
de nbril mandó el intendente de )Iadl'id á los administra"
dOl'es y apodel'ados de las comunidades religiosas supI'imi-
das hacer entrega de sus cuentas é invcntat'ios, cuando
dcsde la supresion iba ya pasado año y medio. Mientras
que el gobernador de Jacn, imposibilitado de eOnHeVDl' de
otra manem las neccsidades de su guarnieioD, arrebataba




LIBRO UNDilCIl\IO. 29!)
por fuerza los fondos de la aduana de Canfl'anc (5 de julio)
Mendizabal á su vez echaba mano de los destinados· á la
limpieza del puerto de Cúdiz, sin que le hiciesen impresion
los clamores de su Junta de Comercio, que mostraba estar
intransitable su bahia hasta el punto de cometerse robos
en ella. Mientras (Iue carceian de pan y zapatos los solda-
dos españoles que cada dia derl'amaban su sangre en los
comhates, Mendizabal provocaba y acelel'aba el reenganche
de unos Jl0COS ingleses, que el gobierno britanico queria
siempre conservar eH la costa de Cantabria, y en San Se-
hastian conlinuabannovecientos infantes, cien caballos, yal-
gunos artilleros y zapadores, prolongando los inútiles sacri-
ficios, que, desde dos años antes, impusiem á la desventu-
rada España la fuerza ol'iginariamente décupla de aquella
legion. Despues que las tropas de la reina acantonadas
en Vitoria aniquilaron todos los recursos de sus habitantes,
la administracion militar pI'etendió invadir hasta los ad)i-
trios, que, destinados al pago de las atenciones muniripales,
estaban hipotecfldos adcmas al de las enormes anticipaciones
hechas por la ciudad al cjél'cilo, y apenas pudo el ayunta-
miento impedir por algun tiempo que se consumase la cx-
po1iacion, amenazando sus individuos con dejar desde luego
sus puestos y abandonar en seguida la ciudad y la provin-
cia. ;\las ¿qné deposito podian reputar inviolable los agentes
snhaltcl'llos de la administl'acion, cu:mdo ningullo estaba :11
abl'igo de la rapacidad del gefe de la Hacienda? ¿cuando
esta rapacidad se cstendia á lo pl'i"ado como á lo público,
á lo sagrado como ú lo profano, á los contrarios como ú los
amigos?


Entre estos sc contaron un tiempo los traficantes en pa-




300 ANALES DE ISABEL n.
pel del Estado, seducidos durante un largo período por la
esperanza de ver reanimado el cl'édito, que la coincidencia
de tantas especies de desastres no podia menos de destruil'.
Destl'uyél'onle en efecto la bancarrota estrangera, la inte-
rior, la siluaeion cada dia mas encarnizada de la guena, la
eseision siempl'e creciente de las oposiciones, las pasiones
calla dia mas vivas de los clubistas, el vandalismo del go-
bit'mo, la connivencia de las Cortes, y sobre todo el can·
sancio de los pueblos, que no columbrahan el término de
tantas calamidades. Asi la Bolsa, donde, ¡Í pesar de los
estímulos dados á insensatas especulaciones, se hahian
arruinado sucesivamente cuantos á cUas se cntregaron, llegó
á tal estado de abatimiento y de nulidad, que se pasaban
semanas enteras sin hacel'se una operacion importante al
contado; y los precios que, antes de las ventajas concedidas
á diferentes tiLulos de deuda, llegaron á cincuenta en las
inscl'ipciones de 5 p. °/0' bajaron de veinte á veinte y dos,
sin que las compras de papel que se hacían para pagal'
bienes nacionales, hastasen á mejorar este curso. De tielll-
po en tiempo tan solo ap:u'ecian ráfagas de esperanza, fun-
dadas, mas que en las siempre esperadas y I"al'aS veces
obtenidas victorias del ejél'cito, en un proyecto oe préstamo
que, desde algunos meses antes, em el objeto de la especta-
cion general.


El marques de las Marismas, que continuaba brindan-
do con él al gobierno, se lisongeaba aun de negociarlo á la
sombra de la garantía del.gobierno ingles, que todavía, des-
pues de desvanecida la esperanza tic logl'ar la del de Fl'all-
cia, se lisongeaba obtener. Con este fin, hizo marchar ú
Lóndres al cónsul Madiani, autorizado por el gobierno de




LIBRO mm EcnJO. 301
~fauriu á hipotecar al servicio del nuevo préstamo las ren-
tas de la isla de Cuba, cuya percepcion y distribucion se
ponul'ia bajo la salvflgual'dia del gabinete ingles. A este se
dejaba por el convenio, entre ot ras exorbitantes facultades,
la de apoyal' con la fuerza las reclamaciones del agente que
debia velar en su nombre sobre la aplicacion de los produc-
tos de la isla al pago de los intereses, y á la amortizaeion
progl'esiva del capital. Por mas que esta condicion debiese
hsongear tanto el orgullo ingles, como humillar el español;
JlOI' obvia que fuese la idea de que los apuros habituales de
España hal'ian realizarse en breve la eveutualidad prevista
de la inlervencion oficial de Inglaterra en la marcha de la
administracion de la colonia; por claro, en fin, que se viese
en aquella intervcllcion el preludio de su dominacion defi-
nitiva en una época mas ó menos distante, no era difícil
calcular los perjuicios que desde luego podian resultar á la
Inglaterra misma del ejel'cicio del del'echo que por la cou-
vencion se le atrihuia, y las reclamaciones á que al instan-
te daria lugar por parte de los Estados Uuidos de Amél'iea.
Fuese por este recelo, U porque dcsde el principio no hu-
biesc el gabinete ingles alternado cn estas. pláticas sillo
para asegurar mejor el designio en que, hacia muchos años,
trabajaba, Palmel'ston alegó de repente las complicaeiones
y embarazos q1lC podria producir aquella combinacion, y
suponiendo al gobiel'l1o español bastante apurado para acep-
tar cualesquiera condiciones á que se quisiese subordinar
el apronto del dinero que sus necesidades reclamaban, ofre-
ció la tan apetecida garantía, ell cambió de un tratado de
comercio.


Esta indicacion habría bastado pOI' sí soja para romper




302 ANALES DE ISABEL 11.
toda negociacion, si la entablada lo hnbH'se sido por hom-
b,'es que conoeiescn el influjo ue semejante lransaeúion en
la suerte de la industl'ia española. Dcseonoeiéndola sin du-
da, ó ignorando la oposicion que debia escitar, ó ereyell-
do que podian sacl'ifie[1l' á un auxilio efimero é insuficiente
el porvenir de su patria, la legacion y el consulado de E~­
paña en Paris, no miraron como subido precio ud SOCOlTO
solicitado, la I'uinosa condicion que se les imponía. Con
ella, haLria Palmel'slon hccho oh'idar la mengua de que los
progresos de los carlistas cubricm la coopcracion británica
en la Península, sofoeado la indignacion que pOI' donde
quicra provocaba la desnudez y la miseria de los auxiliares
ingleses vueltos recÍentcmente á su pais, y ofrecido alol'15u-
110 humillado de este, la indemnizacion de ventajas mer-
cantiles, con furioso ardor deseadas. Ya de antemano, el
agente ingles en 1Iadrid habia trabajado en vencer ó atenuar
la resistencia, que el odioso pacto debia halla,' CH las mas
rieas é impol'tantes provincias de España, y hecho al efee-
to circular estados, en que se pl'etendia demostr91' lo limi-
tado de la fabricaeion nacional, lo insuficiente de sus pro-
duetos con respecto á los consumos, los beneficios que pro-
curaria al comercio la estirpacion del contrabando, y los
ingl'esos que propOI'cionarian al Tesol'o los dereehos im-
puestos á mel'cancias, objeto en adelante de un tráfico Iíei-
too Temiendo ni) obstante Villiers t¡ue la publicacion de estas
'1uimericas ventajas no produjese la cOllYiccion que inten-
taba generaliza!', hizo apoyar estas manifestaciones por los
clubistas, que indujel'on ú unos mCI'ciHlel'es de Zaragoza ú
solicital' que se levalltr.se la pl'ohibieion dc introducir en l'l
reino generos de algodono La Junta de Comercio de Cataluila




unno UNDECmO. 303
y Sil Comision de fabricas, reveló luego el bastardo ol'Ígen
de la inleresada peticion de aquellos mercaderes. Despues
de enunciar los inconvenientes de la medida solicitada, de
pl'eselllar reforzadas las facciones por la cesacion de los
trabajos falwiles, de mOSll'al' como .instrumentos de los es-
tnlllgcros á los autores de la esposicion, y de señalar en
esta Ull elemento nuevo de subversion y discordia, decian
aquellas corporaciones:-c(Semejantes ideas solo pueden te-
»)uel' orígen en las mismas maquinaciones estranfJeras,
MllIC para acabar COIl nucstra industl'ia de Otl'O modo, han
))eonl11ovido las masas, e incenuiado los edificios fabriles,
))y los taneres que mas honor hacian á nuestro pais.») Y
hablanuo en seguida de los medios con que se promovian
esposieiones como la de Zal'a30za, y de la facilidad con que
se cuJH'ian de firmas de pm'sonas que nadie eonocia, aña-
dió:-ctEl inleres y la seduccion lo minan touo.»)


Desde el 15 de abl'il, en fIlIC la Junta oe Comel'cio y la
Comisioll de fabl'icas de Cataluüa dcnullciahan á la animad-
version pública las maniobras de los agcntes ingleses pa-
ra anir¡uilat' por un medio ú 0(1'0 la limitada industria de
Espaiía, y UUCil' esta dcsycnlmi!lla nacion al cano de su
tl'iunfo, hasta los pl'imCl'Os UC julio, en quc Palmerston
puso pOI' cOhdicion dc la garantía que sc solicitaba de su
gabinetc para el nuevo cmpréstito la aceptacion de un tra-
tado dc comei'cio, se haIJian exacerbado las disposiciones
hostiles de las provincias fabricantes; pues la gucrra, obli-
galldo á CCITal' lodos los taIlcl'cs establecidos cn pueblos
abicrtos, impellia la cil'culacion dc las elaboraciones de
los pucLlos muriulos. QlIed~ha a los fabricantcs de 'lIlOS y
otros la cspenmza de Yel' un dia reanimauo su tráfico, y


TmlO IV. 20




304 ANALES DE ISABEL n.
resarcidas sus pérdidas, y las solas pláticas de un tra ....
tado de comercio habrian destruido para siempre este con~
suelo lejano, si no le mantuviese la fil'meza de los diputados
catalanes en las Cortes, Contra ella debian estrellarse las
maquinaciones del enviado británico, la connivencia de su
protegido Mendizabal, y aun la de la mayoria misma del
Congreso, no tan atrevida que osase arrojar el guante á
m.s cuatro provincias del PI'incipado, donde en breve el
despecho de los habitantes habria aumentado prodigiosa-
mente las .lilas del Pretendiente. Mendizabal, no sin-
tiéndose bastante fuerte para superar estos obstáculos; ha-
llando por otra parle poco ventajosas las condiciones del
empréstito, y poco en :ll'111onia con las esperanzas que sus
medidas anteriores hicieran concebi¡' á los acreedores na-
cionales, se atrincheró, pues, en un prudente silencio, cada
vez que fué interpelado sobre las negociaciones pendientes,
y hubo de pedir una contribucion estraol'llinaria de guelTa,
cuando la imposibilidad de que fuese aceptada la condicion
impuesta por Palmerslon para g3rantir 13 operacíon fl'Usl¡'ó
las esperanzas que sobre ella se concibieran.


Todos los servicios quedaron en consecuencia abando-
nados á las eventualidades del acaso, ó al desórden de las
requisiciones. Durante algun tiempo, habia dado á estas
cierta regularidad la intervencion de las autoridarles pr'o-
vinciales ó locales, cuya composicion popular servia (lna
vez ú otra de f¡'eno á las exigencias de la adminislracion
militar. Pero, creciendo. estas á medida que disminuian los
recUl'SOS, y rehusando tal vez las corpol'uciones populares
ser loa instrumentos permanentes de la opresioll de sus
conciudadanos, declaruron mm:has no poJer conli,luar ('n-




LmRO UNDECIMO. 305
cargadas de los suministros, y aun algunas anunciaron es-
tar resueltas á disolverse, si no se proveia por olros medios
á las necesidades del ejército. En Rioja, en Alava y parti-
cularmcnte en Navarra, la autoridad militm' sc encargó de la
subsistencia de los soldados, y de la exaccion de los sumi-
nistros, y los labradores no tardaron en ver arrebatados
los granos de sus eras, las caballerías de sus establos, y de
sus manos hasta el pan destinado al sustento de sus fami~
lías. Como si tanta vejacion no bastase á agotar todos los
manantiales de la riqueza y á secar en su origen el venero
de los ingl'esos del erario, Mendizabal libraba cada dia su-
mas mas ó menos cuantiosas sobre las proviucias; y, acu-
sando luego á los empicados de la Hacienúa que no podian
pagarlas, de no mostrar bastante rigor para recoger las mi-
gajas que dejaba tal vez el vandalismo militar, renovaba de
mes en mes el personal de su administracion, introducia
en las oficinas gentes que, por illcspel'iencia Ó pOI' corrup-
cion, viciaban su mal'cha, y cargaba sobre el exhausto te-
soro el peso de enol'mes cesantías. Para completar el tras-
torno, Mcndizabal, que acumulaba á las atribuciones de su
ministerio las del de Marina nunca desempeñado pOI' el in-
dolente y siempre enfel'mo, Gil de la Cuadra, dejaba morir
en el hospital capitanes de navío y gefes de escuadra, á
quienes se habian dado tt'es pagas en dos años, y á tal pun·
lo desat~ndia aun á los marinos empleados en el servicio
activo, que al comandante del vapor Reina Gobernadol'a
se debian en julio úiez y ocho meses.


Lo mismo que en los departamentos de la Guerra, la
Justicia. la Hacienda y la Marina. iban Ins cosas en el de
Estado. Calatrava creia cumplir los deberes que le imponia




306 ANALES DE ISAEEL n.
este alto. puesto., manteniendo. Sil amistad co.n ViHiers , co.-
mo. cI'cia desempcñar la presidencia del Co.nsejo, defen-
diendo en las Cortes la co.nducta del ministerio., y rehusando.
co.nstantemente dar esplicaciollcs so.Lre ella. Ya f¡lIC no. el
tl'atado de comercio, rechazado pOI' la opinio.n , Calatrava,
sin consulta!' Ú las Cortcs rcunidas, cstendió ú Gibraltar el
pl'ivilcgio que, en 1834, o.to.rgó el eo.nde de Torcno. ú lo.s
puerlos de Burdeo.s, Bayona y "Marsella, co.ntra el tenor de
la (\i:,:posieio.n de 1830 , flue pl'Ívaba del privilegio de han-
del'a Ú lo.s Luc¡ues espalío.les (IlIe illJportasen de ¡¡(Juellos
(Jepósitos generos estrangel'os. La funesta cOlleesion al'l'<ln-
<;.ada á To.I'eno por las impo.rtunidades de Rayneval, habia
abierto los ojos a los comerciantes todos solwc la eno.l'llÜ-
dad de sus perjuicios; y, á la vista dc la ampliacion decre-
t¡Hla por Calatnnu, se lcyantó un gl'ito de indignacíon, quc
las representacio.nes dc varías Juntas de Co.mercio. hicicron
resonar en el reino ClltCl'O. La de Gttdiz, esponicnJo nI ill-
'.eudente los males (j1Je la dicha am pliacio.n debia inferí¡' al
comercio uaciot1al, y cn e:.;pccinl nI de afjllella p](lzn, lc ohli-
gó á suspendel' la cjcct~cio.n de la mrdida. iiIil'ada esta co-
mo efecto de la sumisio.ll lle MCllllizahal ~t las inlimacio.nes
de Villiers, aCI'ecentó el descontento que otras dispo~í­
eiones igualmente desconcertadas habian alli co.mo donde
(¡uiera, escitado conlra él.


Lejos de sel' tan íntimas como con el agentc inglt',s Ins
relaciones dcl gabinctc dc CaJatr(lYa COll el rejlt'esclll:lllle
de Francia, existian entrc el gobiel'llo dc este país y ti dc
Espaüa muchos get'lncnes de tlcsco.llfíanza recipro.ca; pel'o
no impedian ellos (lllC sc COllsenaseu uparicllcias de al'tno-
nla, ni que se siguiesen ncgociaeiones oí1ciosas, dcSlilJal!as




LIllllO UNDECTMO. 307
al parccer á consolidarla. Desde 1835, habian pensado al-
gunos que el mal'iscal frances Clansel podia restablecer en
ESpUI1U la pl'epOndel'aIleia ele las al'mas tIc la rcina, debili-
tada por las dcsgraciadas comlJi1.lncioucs del generalisimo
Valdés. Proyectos sucesivos modificaron y aun desvanecie-
ron csta idea, ele f¡l1e, contando con la aceptacion de las
últimas proposiciones de empréstito, se apodeló de nueyo
Campuzano en el mes de junio, cuando el mal éxito de la
espedicion de Conslantina y las acusacioncs que afluclre-
vés Sllscitúl'a contra el mariscal, permitian Cl'cel' f¡He este
110 rchusaría ponerse ú la cabeza de una espetIieion de otm
especie. Clausel, á quien 110 se ocultaba el apoyo que para
esta empresa encontl'3l'ia en el partido liberal, y que, con
ligereza f¡llizú, se lisongeaba de organizar en breve un
ejél'cilO (le veinle y cinco á treinta mil hombl'es en Fra'lCia,
y de obten el' con él pt'ontos y segmos triunfos, entró en
pláticas con Cmupuzuno, exigiendo, entre otras cosas de
menos monta, que se depo~itusen cn el Ilanco de Francia
las sumas necesarias pum h snhsistencia y las pagas del
ejército que debia mandat'. No hubo dificultad en pt'ome-
terselo, pues no solo se suponia que iba á ser aceptado en
Madl'id el proyecto pendiente de empréstito, sino que pro-
duciria GOO ó mas millones en metalico, contándose con
negocia!' títulos de 1,000 millones en 3 p. %, á mas de 60.
La combinacion pareció tan poco es puesta ya á alteracio-
nes, que muchos oficialrs de todos gl'atlos solicitaron del
mariscal que los emplease bajo sus ól'denes, y ya muchos
viel'on delante de sí abierta una vasta carrera á su ambi-
cian ó á sus esperanzas.


Pero incidentes diversos vinieron al punto á desvane-




sos ANALES DE ISADEL 11.
cerlas. Subordinado el empréstito á una condicion irreali-
zable, y no aceptado por con,iguiente; faltaron los fondos
con que se debia proveer desde luego al enganche, arma-
mento y equipo de la tI'opa, y en seguida a su sueldo y ll1a~
nutencion. El gobiel'no ingles, por otra parte, no habia oido
sin inquietud los rumores de una expedicion, cuyo gefe, á
favor de su alta categoría y de las ventaias militares que no
le seria dificil obtener, podria mas tarde adquirir influencia
sobre el gobierno de Madl'id, y conll'astar la que á la sazon
monopolizaba Villiers. El partido exaltado en fin temia que,
á favor de las disensiones civiles, llegase Clausel á apode-
rarse ~de la dictadura, que, ora ejercida por su propia cuenta,
ora por la de su gobierno, Ol'a por la de la reina, seria igual-
mente funesta á los hombres de aquel partido. Estos se
pusieron luego en movimiento, y haLdan sin duda frus-
trado el proyectado socorro, dado caso que no lo impo-
sibilitase desde su origen la falta absoluta de medios pecu-
niarios. En tal situacion nada podia hacer mejor el gobierno
frances que negar al mariscal el permiso que habia solici-
tado para servir en pais estrangero: y se lo negó, no sin
que la maledicencia atribuyera su rehuso al movimiento coe-
táneo de don Carlos a la. derecha del Ebro. Calatrava, que
habria aprovechado con placer el ausilio de la apetedda y
adelantada cooperacion, se apresuró á desaprobar el desig-
nio, y a desmentir hasta las conferencias, de que eran cono-
cidos muchos detalles, como poco antes habia desmentido
la comunicacion que hizo a las Cortes de despachos diplo-
maticos reservados.


Con el rompimiento de estas negociaciones coincidieron
otros sucesos, que demostraban lo poco que habia que es-




LIBRO UNDECIMO. 309
peral' de Calatrava en la direccion de los negocios es tran-
geros. Sabida es la cautela con que entablaron algunos sobe-
ranos cicrtas relaciones con el gohiel'llo de la reina, y cuan
precal'ias y equívocas eran las que la proteccion de los in-
tereses mercantiles rcspeclivos 'les obligó á tolerar en los
puel'los dc sus dominios. En el de Génova l'esidia un agente
cspañol, que, sin embargo de no haber obtenido el exe-
quatur del rey de Cel'deña para desempeñar funciones
consulares, las desempeiialJ3 de hecho, cn cuanto el ejer-
cicio de ellas no sc oponía al sistema político adoptado por
el gobicl'llo sardo con respecto á España. En mas de una
oeasion tuvo este que reeol'llar al agente español Letamendi
la necesidad de no entrometerse á actos para que no esta-
ba autorizado; pel'o, prohibiéndole los que habrian argüido
elrcconocimiento de la jurisdiccion consular, no se le im-
pidió defender los derechos de sus compatriotas, á quienes
llevaban á aquel pais las necesidades de su comel'cio. A
pesal' de estas defcrencÜls, el gobiel'l1o español, aquejado
siempl'e de dcsconfianzas, instigado por alborotadores,
creia ver en cada bUI!ue sa['do un cal'gamento de armas y
de municiones para el Pretellllienle, y un conspirador en
cada uno de los agentes de aquella nacion. Cediendo á este
impulso, habia manllado antes Calatrava negar la entrada
á lo~ buques procedentes de los puertos de Cerdeña, si no
llevaban certificados de los cónsules españoles residentes
en aquellos parages; y ni las l'ecIamaciones de la junta de
comercio de Cádiz, fundadas en que no existian tales agen·,
tes en los PUC1'tOS de la América del Sur, donde solo trafi-
caba aquella ciudad por medio de los buques sardos, bas-
taron á hacer revocar su injusta disposicion. Un poco des-




310 ANALES DE ISABEL n.
pues, se agravó esta, escIuyenclo aquellos mismos buques
de los puertos españoles, fuera del caso de arribada fOI'-
zosa, haciendo salir á los que en eHos se ellcol1tl'aban, y
sujeh'tndolos á otl'as vejaciones qne dieron lugar á quejas
que el ma rc¡ues de Brignoli, embajador del rey de CCI'(k ...
ña en París, dil'igió el 8 de mayo á Campuzano. Articu-
lándolas de la manera mas esplíeita, y pidientlo satisfaceioll
de ellas, el mal'cfIH's anunció al minislro español (Iue agual'-
daría hasta 1. o de julio clrcsultado <le su reclamacion; y,
no habiendola tenido hasta aquella fecha, el gobiel'llo simIo
mandó el mismo dia celTar á los buques espaüoles totlos
los puertos de sus Estados. Calall'ava, que habia provocado
por sus medidas vejatol'ias esta rcsolucion, fingió enfa-
darse al verla tomada, y ordenando usar de represalias,
y mandando ceSal' en sus funciones ú los agentes sardos,
añadió con arrogancia,-(ctodo ello sin pcrjuieio de las
»providencias qne conven,é!a adoptat, para obtencl' la dc-
»bida reparacion de tales agravios.))


Exhalando su despecho en tan impotentes halaurolla-
das, resignábase al mismo tiempo Ú lllas scrias y !I'USCCIl-
dentales humillaciones. El 14 de julio, un guarda-costas
español apresó en las inmediaciones de Algecil'as un hu que
contrabandista. Una corbeta inglesa flue cruzaba en af¡Ue-
Uas aguas corrió al punto sobre el guarda-costas, le arre-
baló su pl'esa, la pnso en libertad, y dejó columbra!' pOI'
esta conduela la índole y los motivos de la cooperaeion (fllC
prestaban a la causa de la reina las fuenas nayales britú-
nicas, diseminadas desdc las bocas del Guadiana hasta el
golfo de Rosas. No solo no hizo Calatl'ava reclamacion
alguna sobre aquella violencia de los derechos mas sagra-




LITIRO U~DECIl\IO. 311
dos; no solo no obtuvo la meno!' satisfaccion, sino que,
ocho djas des pues ~el 22), á peticiol1 de Villicrs, y con
derogacion de justas disposiciones anteriores, autorizó
el establecimiento dc depósiloS ele carhon de piedra es-
trangero en Barcelona, Alicante, CtHliz y la Coruña, y
dió asi al agellle británico una nueva muestra de deferen-
cia.


Mas ¿qué mucho (¡l1C en sus c03tas sl&iesc España el
illsulto que ú su )wbellon hacia un bU(IUe dc gucl'l'a ingles,
cuando, en la olra orilla del estl'eeho donde se cometia aquel
atenlado, se le baeian al mismo tiempo ultrages, qne, igual-
mente graves pOI' su natUl'aleza, eran doblemente sensibles
pOI' la ('alillad del agrcsor'? Ln pl'incipc moro, de quien un
simpleedecan del minisl1'o de la Guel'l'a de Fl'Uncia,
acahaha t¡ la sazon de ohtenet' satisfaceion completa pOI' el
secreto apoyo que sc le acusaba de dat' al emit' Abdel-Ka-
del' contra los eonr¡Ubtatloles de la autigua rcgencia de Ar-
gel, osó cn el mismo mes ele julio hacet' reconocimientos
bajo los' mUl'OS de Ceuta, y adelantar tropas en aquella di·
reccion, sin (lile, conl!'a movimientos sospechosos si no hos-
tiles, se tomase otra providencia que enviar de los puertos
de Andalucía algunos víveres, de que la plaza tenia gran
necesidad. Pocos dias eran pasados, y el sultan marroquí,
instruido pOI' la voz pública del mal efecto (Iue produeian
en España las temerarias innovaciones que se aeometian, y
la impotencia ú que ellas condenaban al gobiemo, hizo á un
puñado de negros apoderarse de la línea esterior de la pla-
za, que pocos y hambl'ientos soldados 110 bastahan á defen-
der, y donde algunos hombres de importancia, alli confina-
dos por desafectos ó carlistas, del'l'amaban sin cesar la pon-




312 ANALES DE ISABEL 11.
zoña de sus resentimientos. Tal era en tan triste época. el
estado de las relaciones estrangeras.


El ministro que cuidaba de las de lo Interior era el uni-
co entre todos sus compañeros que parecia no haber acep-
tado la funesta mision de dcsOl'ganizar lo que administra-
ba. Pita dictaba disposiciones como si hubiesen de ser eje-
cutadas, y ostentaba, por el órden y la justicia, un celo, que
hacia mas honor á su carácter que á su inteligencia. Desde
luego restableció en sus puestos ti muchos funcionarios des·
tituidos por sus antecesol'es y confió destinos importantcs á
individuos que manifestaron disposiciones de sCI'virlos en
el interés del pais¡ pero no conoció que la idea política que
presidia á estos nombramientos era contrariada por las que
al mismo tiempo hacian sus colegas en favor de personas
conocidas pOI' la exageracioll dc sus opinioncs; no vió que,
en la lucha que necesariamente debia establecerse entre
funcionarios dil'igidos por principios opuestos, triunf3l'ian
siempre los que los profesasen COnfOl'nlCS á los que procla-
maban los clubs, y se hundirian los que defendiesen los de
ól'den y justicia. El 21 de mayo, mandó Pita que rindiesen
cuentas todos los establecimientos dependientes de su mi-
nisterio, sin pensar que esta disposicion, que Mendizabal mi·
raria como una invectiva, no seria ejecutada por esta sola ra-
zon. El 27, ignorando acaso que el baron Taylor acababa
de es pedir á Francia una rica colcccion de pinturas de los
conventos, es tendió al rcino todo, prevenciones. que ya ha-
bia hecho antes á las autoridades de Salamanca, Cuenca y
Barcelona para la clasificacíon y conservacion de los obje-
tos artísticos y científicos de las comunidades suprimidas;
y á los pocos dias sin embargo se arrebataron de órden su-




LmRO UNDECIMO. 313
perior del museo mismo de Cádiz, cuadros magníficos, que,
con otros centemll'es de ellos, acopiados en val'Íos puntos, se
espidie¡'on á Inglaterra. En el mIsmo dia, hizo publicar un re-
glamento para el regi men de una escuela nor mal de instruccion
primaria, cuya eeeccion no podia menos de quedar por fal-
ta de recursos en un simple proyecto, como los del cuartel
de inválidos, panteon nacional, y tantos otros, dirigidos á
atenuar con ilusiones el rigor' de la situacion. El restable-
cimiento dc la dil'eccion de Montes (31 de mayo) suprimi-
da por las Cortes, valió á Pila acusaciones apasionadas que
impidieron la ejecucion de aquella medida pI'otectora de pre-
ciosos intereses. En 1.0 de junio, recordó en vano el mismo
ministro el cumplimiento de muchos articulos de la orde-
nanza de presidios, contra cuyas prescripciones se entre-
gaban varios agentes subalternos á dilapidaciones y abusos.
El 25, mientras que se hacia una pl'Oposicion en las Córtes
-«para que á nadie se empIcase si no era adicto al nue-
»VO codigo» habló á los gefes políticos de indulgencia y tl)-
Jerancia, y les ene3\'go que no omitiesen medio de conciliat·
y reunir los ánimos. El 29, mandó á las diputaciones pro-
vinciaes formar el censo de poblacion de sus respectivos
territorios, en el momento en que, devastados muchos por la
guerra civil, iban á serlo casi todos por las espedíciones
que se preparaban, y de las cuales la que conducía en pel'-
sona don Cádos pasaba el Ebro el mismo dia.


El terror que inspiró esta ocurrencia hizo á Pita esten-
del' la famosa circular del 3 de julio, en {{ue, atribuyendo
aquel movimiento-leal apuro á que tenia reducido al Pre-
»tcndienle su impotencia en las provincias del Norte,» y
calificándole de-el último y desaforado esfuerzo del atroz




314 A~ALES DE ISABEL H.
»)pUI,tido que se siente casi en la agonía,)) autorizó á los
gefes püliticos y diputaciones pl'ovíllcialrs ú empleat' cuan-
tos nw{lios jllzgnsen cOllvenienles pnl'lI ¡'crlwz:H' la inva-
SiOll, lwümetiendo "prolJarlos toc¡o~. Esta (le!cgacioll íu(1e-
flnida de atl'ilJUdoncs iudelesahles, fuc mirada como una
abdicacion dcl gobicl'no; pues por la lalilml con fIne estaha
cOllccbida la trasmision del poder discl'eciOld, y por la
promcsa ilimilntla de apl':)J¡acion de sus aetos, f;e ataha 61
las manos parn impedil' d nJwso (jHe Hu!ol'idadcs slllm!lel'-
nas podían hacel' (le conccsion tan e,\ol'hilnn!(', de f¡ne en
efecto 110 tardaron en almsat' muchas de eHas. El G , Pila,
como si quisiese sujctl1l' ¡'t cic:'tas reglas el cjereirio de las
iumensas faenltades de íjue, eon tUl Ill'ca l'ef1e:..ÍOll, se des-
prendiera, mos!!',) qUCi'Cl' toma!' eonlra los ahusos de la au-
tol'idad pl'ceallciones, cuyos límites a:;pil'alJa ))cI'O no se
atrevía á fijar .-cd,a pruJencia y la Cllel'gÜl (dijo) la sflga-
»)cidad y el disimulo, la I'CeOmpClls1 y el sen"ido, el deli-
)10 Y el castigo plleden y dchen m:dal' jnnt0s.» En I1n, el
mismo dia, mandó llaS11' una I'cyista Ú lod" la fucrza al'ma-
da de eada ]wovineia, y recoger las al'!1U\S de la milieia na-
cional que pudiesen eaer en manos de los facciosos, pl'iván-
c10se asi de la cooperacion de muchos eomprometidos, dis-
gustándolos pOI' ello, y haeiendo pOI' eonsiguientc mucho
menor la resistencia que de tantos modos aeonsejaba Ó pl'es-
crihia.


Salvas estas últimas disposieiones, la (Ille, en cjeeu-
cion de una de las Corles de 1823, dictó para que se
acelerase la cnagcnacion de las fincas de propios, la que,
anticipándose á deseos (¡lIe de~pues se consignaron en otm
ley, espidíó rara que el día 18 de junio se anotase en el




LIBllO U:-íDECBIO. 31.3
calendario el aniversario de la lwoclama y jura de la Cons-
titueion, la nueva refundieion de su secretaría, corrompida
inevocablemente por pretendidas refundiciones antel'iol'es,
y algunas otl'as meJidas u (¡He le al'l'aslrm'on tristes nece-
sidades , no huho que cenSlll'al', en ninguna de las adopta-
das por Pila, mas que la falta de oportunidad ó de sazono
Pila creyó que su obligacion era hacer, y no vió que se lo
eslorhalm el dcsól'dcn general; no vió que, prll'a eontrares-
tal' este, SIlS disposiciones parciales, limitadas y Cil'CUIlS-
peclas, serian insnllcieules si ejecutadas, y ridículas si
dcsohedccidas: no vió, en fin, (¡ue el remedio de los malcs
Jlúhlicos no podia resulta!' sino de la }llantifieaeion de un
sistcma homogénco y completo de gohicl'llo.


Los corifeo;; de los partielos llcyal'on á mal, sin emhar-
go, qne Pilrt protcslase por algunas de sus medidas eon-
lt'a el desónlcn l)c¡'I1l¡mente que ellos promovian , y en
consccuencia se ligaron para lanzarle de su puesto. A
principios de junio, los diputados que se reunian hahitual-
llH'ilte en ca:;;n de 1"cl'l'u', se .illut:.1l'On e1l la de FriTo ~Ion­
lao~, Ú pl'e:cs!o de lomill' en cOllsi(!ei'neion el estado de¡
j1f1is, y ell !'ealitbd para oeupal's~ de los melEos de modi-
lical' el ministcrio, en f¡nC varios de aquellos diputados
aspirahan ti entrar; pel'o, siendo muchas las ambiciones,
y pocas 13s plazas con qne se podia eontelltfll'lfls, la COIl-
fereneia no produjo ol¡'o efecto que adyel'tir ú los míllislt,os
filie se tl'at:dm de SUplall{::tl'lOS. PHl'a conse;rdl'lo, se illH'll-
taroll llifel'enlcs comhi!1[1ciollCS, se presentaron diYCl'sOS
sistemas, ú cuya rjecl1cion opusieron siem!)l'e las pi'!:ten-
siones (le los I':ll'tidos obslúrulos insnpel'ahlrs. EI.1 de .in-
lio, cougregó l"el'l'cl' en su c[l~a einrt1Cnla y un di¡m !Gl!os,




316 ÁNALES DE ISABEL 11.
que, conviniendo en la necesidad de una modificacion mi-
nisterial, no pudieron ponel'se de acuerdo sobl'e los reem-
plazantes. Creyeron algunos que una renovacion total del
ministerio facilitaria el arreglo, satisfaciendo, por una parte,
mas ambiciones personales, y dando, por otra, a los que
querian un camhio total de sistema, la espel'3nza de ha-
cede adoptal' por los nuevos gobernantes. En una nueva
reunion tenida el 5, se desechó esta combinacion, y se acor-
dó la permanencia indefinida de Calatrava, y la temporal
de Mendizabal, la cual, reconocida como un mal, fué de-
clarada un mal necesario. Entre los diputados que le fa-
vorecian hubo quien dijo, que-«su sepdracion traeria ine~
»vitablemcntc la bancarrota;» sin que nadie osase obser-
var que la bancarrota se hallaba consumada des pues de ocho
ú diez meses, y que el solo medio de que no se prolongase
sin tél'mino era sustituir al empil'ismo, la regulal'idad en
la recaudacion é inversion de las contribuciones. Infante y
Cardero defendieron á Almodóvar, enfermo é inútil; nadie
se acordó del igualmente enfermo é inútil Gil de la Cuadra,
ni de Landero, y la deliberacion quedó limitada á la remo-
cion de Pita. Esta se acordó al fin-«corno base de un sis-
tema de energía,» que, en la intencion de aquel club, equi-
valia al establecimiento de un régimen de terror.


Una comision compuesta de los diputados Ferrer, Pas-
cual y Alsina, fué encargada de llevar esta detcrminacion
á Calatrava, que, de acuerdo en todo con las ideas cnun-
ciadas en la junta, alegó no obstante dificultades para la
separacion de Pita, á quien la Gobernadora mostraba una
benevolencia especial. Decidióse entonces que la diputacion
misma insinuase á este la necesidad de Sepal'1I1'Se, y asi




LIBRO UNDECIMO. 317
M hizo en efecto; pero el declaró que preferia su des ti tu-
cion á hacer su dimision sobre motivos tan livianos como
los contra él alegados En vano Calatrava le significó
-«que su separacion era un sacrificio necesario para la
~conservacion del ministerio.» Pita se mantuvo firme, y,
por decreto de 9 fué removido. Reemplazóle el diputado
Acuña, miembro en 1835 de la junta central de Andujar,
que, aunque poco versado en matel'Ías de gobierno, y poco
capaz para formar por si juicio de ninguna, era, sin em-
bargo, bastante dócil para prestarse a inspiraciones agenas.


FIN DEL LIBRO UNDECUlO.




LIBRO DUODECIIIO.


Continúa don Cárlos su espcdicion.-DirígesD hacia Yalencia.-Accion dn CllÍ-
vn.-~Iovimit'lltos de ("ranga en las provincias Vascongadas.-~farehas! con-
Lramal'rhas.-Sale ESV31'kl'o para Aragon en s(,~lIimi('n¡o de don Cárlns.-Es-
Jlrdi(~¡on de Zaraticgui ;1 Cilstilla.-Entr,] eH Srg0\ ia yen Sall !/tIdoIlSO ~c ame-
naza á Uadl'id.-Llegada tic ¡·:,partcro á Madrid. - Relirase Zaraticf[lli lIócia
S,)goli,l.-'lúJiftr.'li..'ione3 tuini~ti~l'Íales. SulJlevacion de POl.udo de Arav.1,r[l.-
-Nuevo rninisterio.-E:-.Lauo del pais.-Cal:llulla; Al'agoIlj La 1'tlancha; E::;t,'C'-
madura; provindas Yascollgadas.-Insurn'cclones; asc:.-inatos.-Cortcs: su-
pr(~Sii)n del JL~l.m[) y ihtarion ¡L·l ('1(:1'0.- ClH·~tiOl1{,s eunúnicas.-Cllcntas.-
eontrihucion c::tri..lonH!laria,-:'ll(~\ as modificaciolles lllinbtcriaks.


Pl\RA esta y otl'as val'iaciones, habian sCl'vido de pretesto
los movimientos que, con gl'an sor¡)\'esa de todos, acaba ha
de hacer don Cados, Ú (¡lIien los partes, los pcriódicos, y
hasta las alocucioncs padamcntarifls nacionales y eS(I'anw~­
ras suponian poco mellOS que estcl'lniuallo en Gl'á. Al miSlllO
ticmpo, en efecto, que Argüelles felicitaba á la reina pOI' la
coincidencia del tl'iunfo alli obtenido con la jura de la COllS-
titucion, las Corles de Portug::1l acordaron, con igual mOlivo,
(21 de junio) pI'onuncial' un voto de hOIlOl' al valiente ejel'cilo
espaüol, por su fil'meza, fidelidad y Yalor; voto que se estell-
<lió al mismo tiempo ú la division portuguesa del hal'oll tic
las Antas , sitnada ú la sazon ú ochenta leguas ele Grú, y
no empellada hasta entonces ell cOlllhale alguno, y á las
tl'opas auxiliares, rcduc;das ya ú los res los de los belgas




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Nació en la lIabana en setiembre de 1782 y I'ino a España el 31)0 li96 para
I'lIlrar de cadete en el regimiento de Guardias Walonas. El2 de mayo de 1808: se
bat~ en lladri¡j contra los francescl, f despues rué a Estremadura donde )['
unió á las tropas nacionales, y peleó constantemente con ellas en toda la glo-
riosa ~uerra de la Independencla, En la balalla de Burgos recibió once heridas,
y fué hecho prisionero y conducido al depó¡ito de Dijon, de donde se escapó l'
vino á España á pelear de nuelo hasta ellO 00 diciembre de 1~13 que la Regen-
cia le nombró' gobernador de Santander, De resultas del restablecimiento drl
régimen liberal en 1820 emigró á Francia, pero abolido esle fué nombrado ~l'­
~undo cabo de Caslilla la Nueva, y luego capilan gener,11 del reino de GrAnada.
r sumivamente de algunos otros puntos, A la muerte del último monarca se le
desterró á Jaen, vero á poco se le confirió el mando ¡le Valladolid Ill'sd(~ donde
hizo la famosa esposkion á la reina Gobernadora, manifestaullola la necesidad
111' reunlr córles para salvar el Irono de su bija, Desde entonces Ques3¡la dl's-
rmpl'ñó alternativamente cargos importantes; fué nombrado ~eneral en ~rfl'
Ikl ejército dl'l Norle, ins~rtor ¡le la GuarJia Real, y capilall general de ~a­
Ilrid , en cuyo dl'slino le hallaba cuando la insurrerrion de la Granja en I~~I;.
Temeroso por m vida salio de incógnito di' la ront' ~ fui' mgoJlzoiamrnll'
ase)inado rn 1'1 puehl0 de lIor!alm,






I


H BlaliCO lit'


I
I
I






LIllRO DOUDECDlO. 319
reclutados dos años antes en Oporto, á los de la legion ar-
gelina, desmol'3lizados últimamente en Bal'bastro , y á los
de la inglesa, cuyos escesos continuaban siendo el terl'or
de San Sebastiano


El 17 de junio, el gl'ueso del ejel'eito eadisla de Cala-
luila, acantonado deslle Sanahuja y lliosea hasta las inme-
(!iaciones de CaI'dona, se puso en movimiento; el 19 se ade-
lantó don Cárlos deslle Solsona á Suria, y, al dia siguiente
estableció su cuarlel en San Fl'llctuOSO de Bages, amena-
zando á Manl'esa desde JUl1cadella.


Meer, que, desde la aecion de GI'á, se mantenia en Cer-
vera, supo alli (el 20) la marcha de don Cárlos sobre Mau-
resa, y sospechando fllIC su intencion seria dÍl'igil'se al Va-
lles, rcpitió la maniohl'a de h'l'ibal'l'cn en Tauste, y el 21
marchó de flanco sobl'e Igualada y el Bl'ueh. Algunos bata-
llones eal'lislas desde Castelló y Varearisas, habian pasado
enll'c tanto á la vista de Tarl'asa, y adelantádose en segui-
da hasta Castell-Bisbal y San Cllgat; con lo cual )leel' hu-
Ilo de COrl'e!'Se Ú Mal'fol'ell el 22, tendiendo sus tl'opas des-
de el Brueh hasta Molins del Rey y Pallejá, y tl'3nCIuilizan-
do asi la capital, que correl'Ías en el Vallés no podian me-
nos de inquietar. Don Cá,'los, manifestando miedo ú vaci-
lacion á la vista de los batallones situados en el Bl'Uch, re-
tl'ocedió en el mismo di:! del llano de Bages hacia Suria, é
hizo sospechar fiue su intencion em l'ctirarse de nuevo á
Solsona. La so~pccha pareció mas fundarla cuando se supo
(Iue ciento cincucnta milicianos encerrados en San Pedo!',
despl'eeiando las intimaciones de rendicion que les dit'igió
en persona el primer ayudante de campo de don Sebastian,
(Villareal) le habian opuesto el dia autes una resistencia
TO~lO IV. 21




320 ANALEi> DE ISAnEL n.


hcróica, y ohligadolc a alejal'se. Al }mnlo que el comandan-
te carlista dcl Principado (Royo) vió á :Jleer acercarse al
L1obregat, y prolonga!' su línea sobre 1-U5 dos orillas hasta
tres ó cuatro leguas de Bal'celona, revolvió sobre las inme-
diaciones de )Ianresa, aunque manteniendo al frentc dc
Esparragucra y Mal'tol'ell cueqlOs sucltos, quc sc anuncia-
ban como la vangual'dia de otro mas numeroso y compac-
to. Meer, obligado á cubrj¡' á Vich y Mataró, y solll'c todo
á Barcelona, de donde solamente podian lIegade los vive-
res y el dincl'o de que tenia necesidatl, hubo de clavarse
en aquella línea, dejando asi su izquierda poco menos que
abandonada, y libre ti don Clidos el camino del Ebro. Tal
parecia haber sido dmante ocho dias el objeto de las ma-
niobras de los genel'ales de este príncipe, que, alejado
Meer, lomó (cl24) dcsdc Suria la direceioll dc PI'ats de Hcy,
y cayendo en los liias sucesivos, pOI' Dclpuig y Mollel'llsa, á
la siena de Llena, atravesó á Gl'anadella, la Bisbal y la
Figuera, y (cl 28) llegó ú Ginestar y Tivenis, 501)['c el rio
dc ellyas margenes le alejal'an dUl'allle cuarcnta dias los
movimientos combinados dc ulla parle tic las fuel'zas del
NOl'te y de casi todas las del Noreste de España.


Aunque, despucs de la batalla ue GI'á, sc creyese gene-
ralmente que i.!on Cúrlos hahia de renunciUl' á su Pl'opósito
dc llev3I' la guel'l'a a la derccha del Ebro, no dejó Oda
de tomar las prccaueiones convenientes para impedirle el
paso de este rio, si á él se accrcaba. Al efecto pl'cvino ti
Nogueras apoderarse. de las lHll'cas lle eutrc Flix y MOI':I,
y ú Dorso dil'igil'se á Jerta , y dcsll'uil' las quc alli tenia
reunidas Cabrcra. Bol'SO ocupó cn efecto d :!7 aquella vi-
lla, que, retirando las hUl'cas, había evacuado el gcfe ca\'-




UflRO Dt:OllECmO. 321
isla. mienll'as Nogueras, despues de marchar de Aleañiz
501Jl'e Gandesa, y de rechazar al enemigo hasta los pueL'-
tos, llegaba á Mora, para concertar sus operaciones con el
mismo Borso y con Trillo, que mandaba en Torto~a. El
2:1, contando con aquella eooperacion, quiso el gefe pia-
montes seguí!' los pasos á Cab!'era, que fingia retiL'arse , y
ya iba á cael' en la emboscada que este le tendía, cuando fué
instruido por TI'illo de la \legada del Pretendiente ú Gi-
nestar COII direccion á Jrrta. Lo escabroso de los senderos
que, pOI' JIiravet y Pillell, conducen á Jerta desde MOI'a,
intimidó á Nogueras, el cual, desde e~la última villa, habia
visto tambien en la t¡¡rde antel'ior al cuerpo espedieiona-
rio dirigi¡'sc ú las monlaii¡¡s de Pl'ades por el camino de
Torlos¡¡i .Y esta conside!'acion y la de la inulilidad de sus
esfuerzos pa!'a resistir á un enemigo tan superior, le hi-
cieron regresal' á Alcniiiz, Alejarlo asi de BOI'SO, quedó es-
te abandonado á sus propias fuerzas, y hUDo por tanto de
pensar en volverse ú TOI'Losa, que desguarnecida necesi-
taba se!' euuie!'La poI' su division. Hostigóle Cabl'éra en su
marcha; maltratóle cn Aldover; amenazó envolvcde mas
allá, cuando se vió l'cfol'zado pOI' algunos CUC¡'POS naval'l'os
qm' pasaron á la orilla derecha, y el gefe estrangel'o no
escapó del pcligl'o sin gralllles esfuerzos, ni llegó en la
larde del mismo dia tí Tortosa, sin veL' diezmada su co-
lumna, compuesla de los cazadores de Oporlo, de los ba ~
tallones de Saboya y Lorea, y de la cauallería del 7.° de
ligeros,


Mientras Nogueras se l'etiL'aba Ú Alcaiiiz y Dorso al otl'O
lado del rio, la espeLlieion comenzó ~i pasarlo pOI' Jerta en
la mañana del 2!) sobre barcas (Iue 01' dias antes tenia reu-




322 ANALES DE ISABEL 11.
nidas Cabl'era, y al apoyo de cinco de sus batallones y dos
piezas de artillería con que señoreaba aquellos montes. En
menos de veinte y cuatro horas, trece batallones y seis es-
cuadl'ones, con fuerza de siete mil y quinientos infantes y
quinientos caballos, se encontral'on á la orilla derecha, sin
que ninguno de tantos cuerpos destinados á observarlos ó
perseguidos les disputase el paso, ni aun les molestase en
los escabl'osos desfiladeros que, para llegar á él, hubieron
de atravesar, estenuados de fatiga y de hambl'e. Los })I'iga-
dieres Ayerbe y Aznar, salidos de Montblallch y de la COll-
ca de Barberá en los dias 28 y 29, llegaron á Tivisa y Gi-
nestar, en momentos en que la espedicion navarra estaba
ya acampada sobl'e la mál'gen opuesta; ni, aunllegalldo an-
tes, es probable que le estorbasen el paso, atendida la es-
casa fuerza de sus brigadas. Por el mismo motivo, hubo la
que, al mando de Oribe, obraba enll'e el Cinca y la Nogue-
I'a, de limitarse á marchar desde Barhastro á Fraga, con la
idea de cubril' á Lél'ida y ~le(fuinenza, que nada á In ver-
dad tenian pOI' entonces que temer de los movimientos carlis-
tas. :Meer mismo, que, sOl'pl'ellllido el 21 en Jhl'tol'ell por la
noticia de la rapida contramarcha de don Cárlos, se apresuró
á yolver, por Espal'l'aguera é Igualada, al confin occidental
del Principado, arrastl'ando tras sí la brigada de Carhó,
destinada antes á observar ó perseguir las bandas catala-
nas, tuvo que hacer alto en las llol'jas, luego que, realizado
el designio que se proponia impedir, reconoció ser tan inu-
ti! su marcha como las de Ayerbe y AZIlat' en la orilla iz;-
quiel'da, y las de Borso y l\ogueras en la derecha. Asi, se
limitó á destacar á Buel'ens , con su division del NOl'te al
n'njo Al'agon, donde no pudo penetl'ar sino subiendo hasta




L1BRO DUODECUIO. 323
Zaragoza, para pasar alli el rio, que los enemigos atrave-
saban por donde les convenia, Oraa, en fin, confinado des-
de el Hl entre .\lcañiz y CalalHla por falta de víveres, no pu-
do, pOI' esta razon y pOI' lo limita do de sus fuerzas, hacer
otra cosa, al sober el paso de la espedicíon, que acercarse
á Tcruel, y reclamar desde alli enél'gicamente socorros.


De creer era que don Cádos cayese sobre él, antes que
le llegasen, y, ó le hiciese aceptm' una batalla muy desi-
gual y arriesgada, atendida la inferioridad numéI'ica de las
tropos de la rcina en aquel territol'io, ó le obligase á aban-
donar á Teruel, cuya oeupacion hubiera dado desde luego al
Pretendiente grandes ventajas para su campaña, En vez de
esta operacíon, que parecia fúcil y segura, don Carlos empren-
dió oll'a que se .estimó desde luego inciel'ta y aventurada. El
2 de julio, se dirigió á Ulldeeona é hizo sobre Vinaroz demos-
traciones que, no llevando consigo artillel'Ía, debian resultar
infructuosas. El 3, marchó á San Mateo, ocupando sus tro-
pas un rádio de ocho a diez leguas hasta Benicarló y Castellon;
y el 6, cuatro batallones de Cabrera rodeaban esta ciudad,
cuyos muros coronaban desde el 4 denodados defensores.
El 7, desecharon estos las intimaciones de rendicion, con
tanta mas firmeza, cuanto que, sin esperarlo, se vieron re-
forzados por un batallon de Saboya, enviado por mar, des-
de Vinaroz , y cuyo desembarco en la playa y entl'ada en
lo ciudad no osaron ó no supieron impedir lo,> sitiadores,
El 8 al amanecer, rompiel'on estos el fuego, y se apodera-
ron del convento de capuchinos, y de la iglesia del Calva-
rio; pero, lanzaelos luego de estos puntos, y rechazados su-
cesivamente de todas las posiciones que ocupál'an, sc re-
plegaron a la noche á su campamento de Burriol, de donde




324. ANALES DE ISABEl. lIt
al dia siguiente desfilal'on hacia VillareaJ. El mismo dia,
como si las autoridades de Castellon quisiesen mostrar la
confianza de que los llenaba su heroica I'esislencia y el or-
gullo que les inspimba su triunfo, hicieron jur31' la Cons-
titucion con la pompa que permitieron ostentar las perdi-
das sufridas pOI' la ciudad en la tala de lodos sus campos
y en la ruina o delcl'ioro de muchos de sus edificios.


Don Carlos, que desde el 7 se hallaba en Villm'eal, se
auelanto e19 á Nulcs y Almenal'a, yen el mismo día sus tt'O-
pas todas rnat'charon igualmente en dil'eccioll de Valencia.
Dcsdc el 3 , reuuidas las autorillades de aquclla ciudad,
habian anunciado su intencion de defendcl'se, despues de
concertadas para atribuir la invasion á la impoleneia y los
reveses de don Cárlos, y en una proclama del mismo día
dijeron:-«Las hordas del Pl'elendiente, para huir de la
"proxima mina que las amenazaha, han pasado el Euro. El
»cjét'cito vencedor en Grá debe caer de nuevo sobl'e la
l)faccion; Uopas del ejército del centro ocupan á Mora.»)
Estas artificiosas seguridades, con que se ¡JI'ocuraba disfm-
2:al' el miedo que no podia menos de illSpit'HI' la aproxima-
cion de una gruesa division de tropas organizadas, no ha-
brian ciertamente tranquilizado la capital, atendida sobl'e
todo la heterogeneidad de los elementos de que estaba com~
puesta su poblacion, á no haher visto que acababan de es-
trellarse contra los endebles parapetos ue CasteIlon los es-
fuerzos todos de los carlistas. El j 1 se adelantaron estos há-
cia Valencia en dos divisiones, de aragoneses y valencianos
una, y otra de teopas del Norte; estas bajo las órdenes in-
mediatas de Sanz, Sopelana y Cuevillas, y aquellas bajo las
de Cabrera, componicnuo entre unas y otras la fuerza de




LIBRO DUODECmO. 32;')
once mil infantes y mil y trescientos caballos. Tallada y
Esperanza haclan entre tanto, con dos mil y quinientos hom-
bres, COI'I'CI'Ías en la l'ibel':1 dd Júcar, Serrador atacaba á
Lucena, y el Fi y oÍl'os seguian hostilizando á Vinal'oz. Del
Ebro nI Júc:ll', en fin, no bnjnball los carlistas de diez y
ocho mil hombres.


El Pretendiente, con Moreno y Villareal , llegó el 11 á
HUl'jasot. El 12, envió Cabrel'a avanzadas hasta la calle de
Murviedl'o, de donde, despues de insignificantes escaramu-
zas, los de la ciudall se I'eplegaron al abr'igo de la mura-
lla. El 13, saltó en el GI'ao la bl'igada de BOI'so , que bu-
ques ingleses y fl'anceses habian ido á buscar á Vinaroz,
y cuyo descmhnrco se vel'ificó tan tranquilamente como se
habia vCI'ificado seis dias antes el de uno de sus batallones
en Castellon. Con esto y con la noticia de fIue Oráa, sa-
lido de Ternel el 8, habia caido el 12 sobl'e Liria, seguido
de cerca por Nogueras y á poca distancia por Huerens,
cnció la confbnz:1 de los valencianos, se disipal'on las ilu-
siones que alimentaha la corte del Pretendiente de apode-
rarse de aquella ciudad por un golpe de mano, y se reyeló
á aquel príncipe la falta que cometió, descolg:lndose Mcia
la marina en vez de atacar á O¡'áa. Esta falla dió tiempo á
los cuerpos de Buerens y Nogueras, diseminados oe Alca-
ñiz á Daroca , de reunirse en Ternel para reforzarle, á
Oráa ocas ion para pasar los montes, y á la campaña de
la orilla derecha del Ebro, un gi ro que, sin los sucesos
de otra naturaleza que luego ocurrieron, habria podido sel'
funesta para los carlistas, En tal situacion, don Cárlos se
corrió (eI13) sobrc Cuarte y fue á haccr noche en Chiva,
dejando dudat' si su intencion el'a marchar á Madrid por




326 ANALES DE ISABEL 11.
el camino de las Cabrillas, ó inclinarse hácia el reino de
Murcia.


Alejados de Valencia los enemigos, pasó allá Orría (el
J4) para proveer de víveres y calzado sus tropas, reforza-
das el dia anterior pOI' dos batallones y un escuadron, con
que se hallaba Sancltez en ~lurviedro. El lllismo dia, se
adelanta¡'on á Cuarte, donde las rcfo¡'zó aun la brignda de
Borso, compuesta de tres batallones, fOI'lnal1l10 en todo un
cuel'po de ejército de diez mil infantes, fciscientos caballos
y cuatro piezas lle monlaiia. DesJlues de malldm' Ú Pnig
Samper, gefe de la columna de Utiel, reunil'se á Bllerens,
á quien se esperaba ver aquel dia situado en la misma vi-
lla ó en Requena, salió Orúa de Cuarte (el 15) con aquellas
fuerzas, mandadas por BOI'so , Il'ial'te , ::\ogllel'as, Sanchez
y Amor, y atacó ú los carlistas filie, con igual fuel'za nu-
mérica, le aguardaban en Ches te y sobre el camino de Chi~
va. La batalla se hizo general, nellll'alizando por mucho
tiempo las ventajas obtenidas por unos cuerpos los reveses
esperimentados por oh'os. Oraa , á quien impacientaba la
indecision del combate, hizo asestar contra Chiva una ba-
tería, cuyos disparos causaron confusion en las filas de sus
defensores, que no podian oponer á ellos sino fuego poco
nutrido de fusilería; pues, escasos de municiones, tenian
órden de economizarlas. Aprovechándose de este momento,
ordena Oráa un at:lFlue general. El IDa/'Cfues del Palacio


se apodera á la bayoneta de Chiva, llave de la primel'3
linea enemiga, y perdida esta y el pueblo, los carlistas,
obligados ti l'etiraese, verifícanlo en lees columnas en di.-
receion de Sot de Chera; Orcia, sin pensal' en perseguirlos,
va á pasar la noche á Buñol, que, cal'gados de los despo-




LIBRO DUODECIlIIO. 327


jos recogidos en su reciente correría desde Cofrentes á
Cullera, evacuan Tallada y Espel'anza. :\Iil hombres fuera
de combate costó la batalla de Chiva á cada partido; PCl'O
la fuerza moral del dc la reina creció, no solo por la im-
pOl'lancia que f-e dió generalmente á la batalla misma, sino
porque clla frustró los designios de la espedicion carlista,
y la redujo á marchar de Sot á Chelva desde luego, y en
seguida, por la Yesa, ·Manzanera, Sarrion y Rubielos, á gua-
recerse de nuevo en las áSpel':lS montaiias, desde donde
quince dias 'antes parecia amenazal' al I'eino todo. Oráa,
ignorando por dc pronto el rumbo que tomaria el Preten-
diente, mal'cM de Buñol á Requena ; pero, pronunciado
hácia Aragon el movimiento de aquel pl'Íncipe, revolvió
sobrc Chulilla, y de alli por Villal' á Alcublas, siguiendo su
flanco del'echo. Pasó, en fin , á Rubielos cuando lo hubo
evacuado don Cárlos, y aguardó que se le reuniesen las
tropas de Espal'tel'o y de Buel'ens, obligadas durante al-
gunos dias á marchar en falsas é inciertas direcciones, pOI'
miedo de que contramarchase la espedicion hácia Madl'id,
á cuyo resgual'do y ampal'o habia recibido Espartero ór-
denes de acudir.


Desde su vuelta de Guipúzcoa á Navarra, daban á
este general harto que hacer las maniobl'as de DI'anga, y
sobretodo los preparativos de una espedicion nueva, con
que amagaba á Castilla. Las frecuentes asomadas de algu-
nos de sus batallones pOI' la Guardia, San Vicente y hasta
por las inmediaciones de Lodosa en los primeros dias de
junio, obligaron á Espartero á refol'zar este punto, y los de
Logroiio y lIaro, tnviel'On en conLÍnuo movimiento la guar-
nicion de Vitoria, y debilitaron la de San Sebastian, d.~




238 ANALES DE ISAD"EL 11.
donde fué necesario sacar cuerpos que, destinados por de
pI'onto á guarnecer á Santander, amenazada por Castor,
hubiel'on de COl'l'erse luego á las mel'indades, y en seguida
hasta Alava y Rioja. No bien habia Espartero cubierto asi
su izquierda y su ccntro, cuando once batallones carlistas
allal'ecen repentinamente sobre el Arga, y lc obligan (el 9)
á marchar de Tafalla á Puente la Rcina, Ellos l'cvuclven al
punto sobre la Solana, le arrastl'an á Lerín, y le hacen pen-
sar en restablecer sus fortificaciones desmanteladas. El 11,
cuatro batallones naval'l'OS y dos vizcaillos penetl'an en la
Ulzama, amenazan la línea de Zubid, y hacen retroceder á
Puente y Obanos las tropas que apenas acababan de acan-
tonarse entrc Lárraga y Artajona. Al dia siguiente, oh'os
batallones caen sobre Tl'eviño, fuerzan á los portugueses
á mal'chas estél'iles, y los burlan des pues por nuevas con-
tramarchas. En la noche del 15, pasan cien hombres el
Ebl'o por el vado de Agoncillo, matan á los pocos soldados
que lo cubrian, saquean á Anubal, y asegurados de repetir
en grande la operacion cuando les conviniel'3, se vuelven
cl16 á Mendavía, de donde en seguida los batallones r[ue
habian llamado la atencion sobre aquel punto, marchan de
nuevo sobre los Arcos, como si quisiesen desmentir la in-
tencion que con su movimiento acababan de manifestar.


Reconociendo, en fin, Espal'lero la inutilidad de su per-
manencia sobre la línea del Arga, se traslada pl'imero á
Lodosa y des pues á Log¡'oño, y al punto Uranga, resuelto
al parecer a fatigarlo sin tél'mino, vuelve de Estella a los
Arcos y de alli, sin detenerse, solH'e Pcñacerrada, y ame-
naza a Hal'o y la GUUl'dia. El 26, Espartero, receloso de un
movimiento que anunciaban los enemigos sobre el alto




Lumo DUODECIMO. 329
Ebro, donde dir'igian con misterio algunas tropas, llamó las
suyas á la izquiel'da, y al punto se cOl'fió Uranga a la lla-
nada de Vitol'ia, mientl'as Gat'cía y Za¡'aticgui, situados en
Al'I'oniz y otros puelJlos de la Solana, en oh~ervacion de
Esealel'a, f{Ue hallÍa qucdado alli con escasas fuel'zas, enlll
dueños de verifica¡' pOI' el vado, ya tanteado el ¡15, el pa-
so delrio, f[Ue en vano se hahia entonces disputado mas
aniha á D.'anga. Este encaminó sus batallones en seguida
á los valles de Mella y de Losa. A su vista, Alcalá, enc3I'-
galio de la gllal'lla de aquel tel'l'ilOl'io, se replegó á Gayan-
gas, y, comunicando á las autol'idades de Santandcr clre-
celo que ú él le ato¡'mentaba de que fuese invadida la pro-
vincia, las hizo ocupa¡'se en fOl'tificar la capital, y refor-
zarla con huena parte de la reducida gual'l1icion de Santo-
ña. Castaiíeda, que debia cul)l'i¡' su f¡'ontera oriental, se li-
mitaba cn Villalázara á la obse¡'vacion circunspecta de un
batallon enemigo situado en Bercedo, mientras Uranga, qne
tenia estendidos otros diez desde Al'ciniega á Lcchedo, no
solo amenazaba á Balmaserla, sino á Medina y Villarcayoj
no solo amagaba in vadil' las provincias de su derecha, sino
vel'ificar en fin, la invasiou de Castilla, que nunca mas que
entonces fué temida desde las merindades hasta las vertien-
tes septentl'ionales de Somosiel'ra. Espartero mismo creyó
tan realizable esta amenaza, que (el 30) se adelantó de Logl'O-
110 á Haro, y dió ó¡'dcn al bUl'on de las Autas de situal' sus
portugueses en Cuho y Paneorbo. Refol'zados alli estos con
cuatro escuadrones recientemente formados cn Madrid con
los primeros caballos de la rcquisicion, tomu¡'on luego la
vuelta de Ofía y MeJina, mientras Anlas, con parte de su
Icgion y algunos cuerpos españoles, marchaba á Puentelar-




330 ANALES DE ISABEL n.
ra desde Mil'anda. A la cabeza de la division de Ribero, sa-
lió de este mismo punto Espartero (el 2 de julio) para Espejo,
resuelto á continuar su marcha a Ol'duña, y limpiar de ene-
migos el terl'itol'io; pero nuevas y mas sél'ias demostracio-
ues, hechas al punto por estos para atl'avesal' el rio por las
inmediaciones de Logl'Oüo, obligaron al caudillo cristino á
retroceder en esta direccion, mientras Castor, ocupando á
Colindrcs , Limpias, Ampuero y buena parte de la costa
ol'iental de Santander, amenazaba á Laredo; yGarcia, desde
Cirauqui, iniel'ceptaba los convoyes destinados á Pam-
plona, y tenia en perpétua alarma las guarniciones, poco
numerosas a la verdad, de la línea de esta capital á Val-
carlos.


Cuando mas necesaria era en aquella provincia la pre-
!5encia del general en gefe; cuando, ni aun multiplicándose
por su actividad, bastaba este a pI'oveer las vastas necesi-
dades que le abrumaban, recibió el6 en IIaro órdenes pre-
miosas para COITer á Aragon, y contener alli los progresos
de la espedicion mandada por el Pretendiente. Asi, anun-
ciando dirigil'se á Calatayud con cste objeto, hubo de reti-
rar á Vitoria la division portuguesa, que, reducida desde
entonces á una actitud puramente defensiva, proporcionó á
Uran¡¡;a con ella ventajas señaladas, y le permitió lanzarse á
los pocos dias á atrevidas y ll'ascendentales empresas. El 8,
Espartero, dejando el mando del ejército del NOI'te al general
Ceballos Escalera, salió de Logroño con la division de la
guardia real, fuerte de ocho batallones y dos escuadl'ones.
DesdeAgreda, donde llegó el 11, marchó por Cetina y Ari-
za, y, al saber que don Cárlos se hallaba sobre Valencia, to-
mó, en vez de la direccion de Calatayud, por su derecha, la




LIRRO Dl:ODECmO. 331
de Cuenca, desde donde se podria cubrir á Madrid si se
aproximaba alli aquel pl'Íncipe, ó caer sobre Valencia, ó
revolver hácia Á¡'agon, segun lo exigiese el rumbo que él
omase. Espartero, suponiéndole desde luego el primero de
estos designios, avanzó del 15 al 19 por Alcolea, TOlTemo-
cha, Cifllenles, T¡'illo y Priego ha!>ta TOl'ralba y VilIar Do-
mingo Garda, á las puertas de Cuenca. El 20, enterado ya
de que, despues del reves de Chiva. volvia don Cádos hácia
Cantavieja, retrocedió por Albalatc, Cañamarcs, Beteta,
Pel'alejos, Checa y Orihucla, y (el 23) llegó á las márgenes
del Jiloca, y se situó en Santa Olalla, teniendo desde el dia
siguiente á su izquierda, en Monreal y Villafranca á Bue-
rens, que, despues de marchar de Teruel a Molina, habia
seguido desde Aleolea los movimientos de Espartero.


Parecia que la rcunion de sus dos divisiones con la de
Oráa, llegada dos días antes a Rubielos de Mora, debia
circunscribir la guerra al territorio comprendido entl'e estas
posiciones y el Ebro, donde ademas poseian las tropas de
la reina á Temel, AJcañiz, MOI'a. l"loreHa, Gandesa y otros
diferentes puntos fortificados. Pero no era tal la intencion
de los cal'listas, que, sin tomar en cuenta los riesgos con que
los amenazaba la reuníon de tantos cuerpos en tan estenso
recinlo, mantenian diseminados varios de los suyos desde
las inmediaciones de Zaragoza hasta la Cenia por un lado, y
hasta Chiva y Chelva por otro. No bien, para h'asladarse á
la provincia de Teruel, habia Oráa evacuado la de Valencia,
volvieron los batallones carlistas de esta y de la de Caslc-
Ilon, á dar a sus movimientos la unidad y la coherencia
que los últimos de Oráa le habian quitado. Tallada, que,
mientras don Cárlos se adelantaba á Valencia, penetró en




332 ANALES DE ISABEL n.
Utiel y destruyó sus fOI'tificaciones, y que en seguida re-
forzó á Esperanza en su cspcdicion hasta las hocas del Jú-
car, se corl'ió con el á )Iontl'oy, luego que vió cll'cgrcso
forzado de su amo hácia las montañas. Apenas habia c-ste
traspuesto las de Yesa, marcharon juntos aquellos gueITi-
lIeros á Chiva, donde cntral'on el 18, tres dias despues de
la célebre batalla en que se suponia aniquilado aquel prín-
cipe; y de Chiva, por Villamarchante, pasaron á Beteta á
rellnÍl'se con Viscarro, Gonzalez y otl'OS de los suyos. Re-
bollo dijo haberlos batido juntos el 1!J, como Puig Sam-
per dijo haberlos batido separados el 16; \lCrO, juntos y sc-
parados, burlaron ellos á Samper, á Rebollo ya cuantos te-
nian el penoso encargo de perseguidos. El 21, se incorpo-
raron con Sanz y Forcadell que estaban en Onda, desde
donde Tallada subió lllego á Ayodar y TOl'ralba, dando así
contiguidad pOI' la siena á los batallones de Sanz y tÍ los
del Pretendiente. De allí cayeron pOI' Vivel' á Alcllblas, y
en seguida á Cheh'a, de donde el (29 y 30) sc adelantaron de
nuevo hasta el Villar y Pedralba. Al mismo tiempo Sanz y
Forcac1ell avanza¡'on á Villal'eal, y situaron en Almazora
un grueso cuerpo de cahallel'Ía que acababa de bajar de
Benasal, talal'on la plaza de Caslcllon, y enviaron enol'mes
convoyes de víveres á Cantavieja; Lacoba y Pel'ciba rcvol-
vieron entre lanto sobl'e Lueena, siemjwe tan amenazada y
combatida como Gandesa, y, para complct31' el cfecto dc
aquellos movimientos y llama¡' la atcncion solJl'c la falrIa
meridional de la sierra, los carlistas de Aragon destacaron
algunos batallones háeia la Cenia.


Casi igual poreion de territorio reeonian al NOl'te de la
sierra los carlistas de Aragon. Al emprendel' don Cárlos su




LIBRO DUODECL'lIO. 333
expedicion á Valcncia, 113Lian quedado en aquel pais Lla-
gostera, Quilez, Aznar, Cabañero, Tena, Lafiera yel Orga-
nista, que le reeol'l'iel'on pOI' muchos dias desde Rubielos
de }lora hasta Mallcn, I'ecogiendo por donde quiera fl'utos,
ganados, armas y IlOmbres, que reunian en Cantavieja sin
experimental' resistencia, ni de los pucblos, obligados á I'e-
signarse á su tl'iste suerte, ni de las columnas de la reina,
demasiado reducidas para intentar nada útil. En el dia
mismo en que la apUI'icion de don Cádos al pié de los muros
de Valencia ponia esta ciudad sobre las armas, Tena y Ca-
hañel'o, ocupando á l\Iuel y la Almunia, y enviando desta-
camentos hasta el puente de la Muela, tenian á Zaragoza
en la misma situacion, y en la misma tenia Llagostera á
Daroca. Quilez, mielltl'as su rey era batido en Chiva, se
apoderó de la Puehla de Hijar, clue incendió, y llevó el es-
panto desde Caspe hasta el Jalon.


No se alteró esta situacion por la posieíon de EspUl'-
tero y Huercns sobre el Jiloca, ni por la certeza de las ope-
raciones que, en uníon con OI'<1a, iban á emprender desde
luego. En el mismo dja en efecto que aquellos dos genera-
les tendian sus tropas desde Santa Olalla á Monreal, Lafiel'U
5e mantenia entre Mallen y BOI'ja; en el mismo, se situaban
en las márgenes del Alfambra, y adelantaban destacamen-
tos hasta Visiedo, cucrpos llegados el dia antes á CanLa-
vieja; en el mismo, otros reunidos en Mosqueruela, sc pre-
paraban á reciLÍI' á Orúa, que suponian pronto á alacill'los.
El 24, mientras Huerens llegaba á ~lonrcal, destacamentos
cadistas rccorrian el espacio ~que media enll'e Cutanda y
Dal'oea. Seis de sus batallones lomaban el mismo dia la di-
receion de Villafl'anca, como si quisiesen caer sohre la Cc-




33.1 ANALES DE ISABEL 11.
nía. Otros conian el campo de Cariñena, y, ocupando el 27
á Longares, dieron á Zaragoza lluevas iIH[uieludes. Hasta
de los pueblos de aquel campo, situados algunos á tl'es jor-
nadas de Canlavieja, se llevaban diariamente víveres pal'il
las guarniciones de este punto y los aemas de los montes.
Los generales de la reina cuidaban poco de poner un dique
á este torrente, ocupados en el proyecto de lanzar de sus
formidables posiciones el grueso del ejército enemigo en-
castillado en ellas, ú obligarle á admitil' una batalla á ori-
Has del Ebro, donde se reputaba inevitable su destruccioll.
Una semana bastó para desvanecer estas esperanzas.


El 25 Y el 26, Buerens y Espartero adelantaron tropas á
Visiedo y Alfambra, no sin corl'er el l'iesgo de aumentar
por este movimiento la pcnUl'ia de víveres en que se halla-
ban; pues destacamentos carlistas, indicando la intencion de
correrse al campo de Cal'Íñena, ocupaban á Blesa y Hue-
sa, y privaban al ejército eristino de los recursos que hu-
biera podido proporcionarle aquel tel'ritorio. Superando toda
especie de obstnculos, Espartero, salido de Visiedo el 28,
llegó á Camarillas el 29 y el ;jO ú Fortanete, obligal)(lo Ú
García (don Basilio) y á Cuevillas á replegarse con cil)co
batallones navarros y cuatro escuadrones sobre Cantavieja.
En el mismo dia, 01'33, arrollando las fuerzas con que Sope-
lana y QUllez defendian los desfiladeros de Linares, pene-
tró de Rubielos á ~Iosqueruela, y (el 31) Espartel'o á Igle-
suela, amenazando entre ambos generales á Cantavieja, á
dos leguas de distancia, .con diez y seis mil homlJl'cs, que en
caso de necesidad podian ser reforzauos en pocas horas con
otros seis ú ocho mil. Con esta actitud, que todos reputahan
formidable y que muchos suponían uecisiva, contrastaba




LlllD.O l>l:ODECDlO. 335
prodigiosamente la de don Cádos, cuyas tl'opas tendidas al
Norte uesue Tronchon y Aliaga hasta Ejulbe, se estendian
al i\'oreste desde Jerta ú Mora de Ebro, y aun ponían sitio ú
esta última pIna, mientras el Pretendiente mismo, tranquilo
enlre }linuubel y Fuorcall, parecía no repat'ar en la eombi-
Hacion formada cOlltra sus guaridas ue la montaña.


Muy luego se descubrió el motivo de esta confianza.
Ya estaba Espal'lero en marcha para Villafranca, con la
intencion de I'odeal' :ll enemígo y (juit:lrlc cn su caso los
medíos de repasar el Ebro, cuando, reunidos todos los cuel'-
pos cadistas avanzados en la dil'eccion del rio Martin, ma-
niobraron como si fuesen ú realizar uno de los designios
fIue de tiempo antes les suponía el general cristina. En opi-
níon de este, don Cárl03 sc proponía repasar el Ebl'o enll'e
Caspe y Súslago, ú con'el'se por Albalale y Belchite al cam-
po de Cariüena, y volver á Navarl'a pOI' la Almunia, Aranda
y Agreda. La noticia que, al emprender su movimiento so-
lll'e Cantavieja, recibió el mismo general de haber penelt'ado
eu Castilla una llueva espedicion uavalTa, que por uos pun-
tos diferentes acabaLa de pasar el Ebro, le ratificó en la
idea de que el movimiento de los espediciona¡'ios de Ara-
gon hacia Belehite tenia por ohjeto reunil'se con los que,
procedentes de las provincias del NOl'te, se adelantaban al
mismo tiempo por Belol'a(la á bs sienas de Burgos y Soria,
y sin mas detellcion, por Yan!ue, Mezquita y Torre-los
~egl'os, rctl'ocedicl'oll apreslIl'adamenle á Calamoeha, donde
llegó el 4 de agosto.


Onia f¡Ue (el 31 de julio) habia ocupado á Villafl'alH'a
para cooperal' al feliz exito del plan combinado, se ¡;;uhió
el 1. o de agosto á MOI'ella donde supo la resolllcion tomada


To:uo IV. 22




::l36
el mismo (Ea por E~p:1l'lero de vohel' ~übre Dal'oca, Al
propio tiempo veia sus tropas perecel' de misel'ia, sin que
la mas iul1z:;\ilJle ~evel'idad hflst;lse Ú eonlenet' la illdi"ci-
pElla (illC las cscflseces proyoeaban, i\ada llm'ú ulla idc;l I;lll
cabal lle Plbs COl;1O la l'dacioll publicada poco LÍ(':;llllc,~ pOI'
uno de los o(]ciales de la divisiol1.-(A los dos di;\s, (¡j,:o),
Mle empezallo el mü".imiento uos hallamos S:U ÚHl'C::; ,',
)dos tres 110 hubo Ulta I'<\cion en el campo del rumIe \le L;t-
))c]¡3nU; soldu(!os Sl"yo/) se ilUU /rj"ol( d(l/~'{{i)ll'I'(" y el g;tncnd
»)se vió olJli¡pdo á yol\'('1' ú For'lm:etc, Pill';] íí'!C HO k S¡¡C(,¡]l<'c:C
))10 mismo á todo su ('jól'eilo. El¡lel centro siguiú llul'nlllc dos
)dias mas la pel'seeucion; el soltlauo no tenia !'aeiOlles, ni
)Jaun los miserables siete cuar~os de socorro; hubo ¡Jins que
»el cjél'citoclllero no eomiú mas que hl'en~; los caballos
»perccian ue hnmbre; solo los dos CSelW(j:'ones del scq()
»)regimiellto de (',lÍlitllc~'ia ¡¡tlTfI t\l\iel'Oll mas de ClCíl L\-
rjas ... hay IJatallcnes de que e~[ún sin call1i,;a gnm ]Jale
))(le los soldados ... ObligaL1o el C01H!c de Luchana a falu\[' ú
da comlJínncioll, no ¡wdia s¡:¡' úti! ú b púll'ia (Ille cOllliilll;'¡--
))SeHlOS pereciendu de j,'fli;¡(;,'C fn el Maestrazgo. Fo:'('n-
Hlell y Sauz estahan ~bolalltlo la huerta ue Valencia;
(,fuimos á echados tie ella, y iÍ GOlller.» Así Oda lw-
ho de mal'eha¡' al SUl', mientras Espartero mm'clw1Ja <'l
Norte, y don Cál'1os que seis dias antes estaLa en el ma-
) 01' apmo, se (!uedú sin uu ellemigo al freBle, y dueiw de
dirigirse a donde le coUYiuics(' Ú sus lll!el'iol'eS dc,;iglliü~.


El motiyo que, "flemas \le ]¡t Lila de sulJsislencia en Jos
montes del flajo AI'ilgOll, llr:malJa urgentemenle <'1 Orúa ti
Valencia, era Im~l;;'llle ¡)i'aVe, en ('reclo, para (lllC', po:;tl'l'-
gando ti difiri~lldo la e.kcueion de olros pl'opúsitos, se ('11-




ur::w DU:Jll¡;CI~10.


C;¡:llinnse allá sin diL/ciJll, Dc;;tle los últimos dias de julio,
Tallada y E~pel'l\nla c"ti'cdwhan á Valencia por Po-
lliente y J\"ol'lc, micntras Sallz ) FOi'cadcll, adelantados
el,2D ú Yillal'cal, la amenazaban por Levante. Des-
pucs de saquear la liuel'la llc Cas'tellon, avanzaron estos
(Lo; gefes ú ,\lillenal'a, y (el 3 de agosto) refol'zados por los
hat:.tllones lle los Blas de los gucl'I'illeros de la parte orien-
lal, arai'ccicl'on con fucl'za de seis mil infantes y ll'escicn-
tos cahallos, cn Puz:)l, Puig, HafelbuilO. y pucblos inmedia-
tt)S, 1':11, distribuyendo casi toda su infantel'Ía en muchos
de los de la Huel'ta, enviaron el resto al Gmo con su caba-
llerÍa, quc ocupanuo el corlo trecho que mcdia entre aquel
[ll'l'abal y l¡t cindatl, :;e apollcl'o dc ctWlrocicntos ó mas ca-
lJalIos dc las tarU\ll,n, (!e"tinfl,hls al sCl'vicio de las fami-
lias, fllle alli diariamente concurrian á tomar baños dc mal',
Va(leando 1'11 seguida el Guadalaviar pOI' su misma emboca~
dura, pisaron los cal'lislas pOI' primcra vez el temlorio si-
tllado cllll'e su Ol'illa ,Icl'ccha y la Albufcl':I, sin que mas de
cicn c;tüonazo; tir~1;l:ls pOI' la fl'flgala inglesa llarham, sur-
ta ell nquclbi agnas, lli lo . .; f¡Ue al mismo tiempo disparaba
la ciudadela, hiciesen otro daño ([lle aumentar el estrépito y
la constemacioll ocasionados pOI' la mas audnz y significa-
tiva de tOLlaS las CO\'iwÍl1s hcchas hasta entonces. ~1as de
dos mill'aeioncs cxigi(bs ú cuarcnta pueblos, todos los fu-
silcs y caballos (¡ue en cll,]s queJaban, ulla nuc\'a tala de
campos, lIna rle,:.ol'g¡,nizncion de totlos los l'nmos del sel'-
,icío público, y cn cforce¡al de la cobranza de las contri-
uueiol1ps aumellla¡'\ill los cnormes sacrificios que, ])31'3 po-
del' dar la hallllln de C\J¡ra, y volver en seguida tI'as de
don Cái'los, ha\lia cxigido ÜI'tla quince diílS antes en lus




338 ANAI.TIS DE rSAIlEL JI,
tres pl'ovineias de Alicante, Valencia y Castellon, La briga-
da de Sanehez acantonada entretanto en Liria, no oso ha-
cel' la menOl' demostracíon para impedir males que la limi-
tacion de sus fuel'zas le imposi bilitaba atajar,


El .5, Sanz y Forcadell se conieron á Monsel'l'at y Chi-
V:l, mientras Oráa con seis míl y quinientos infantes y
cuatl'ocien!os caballos llegaha a Castellon. Alli hizo jUl'Ur
á sus tropas la Constitucion, en tanto que Viscano y Lama
se adelantaban de Alcora ú Onda. Para este último pueblo
se adelanto Nogueras de Castelloll (el 7) cuando Onía tOlllaha
el camino de Murviedro. De alli, e18 siguio este su rutaáChi-
va, de donde Sanz y FOl'eadell se retiraron al punto á Pc-
dralba, y en seguida al Viii al' • Oraa torció de resultas ú Li-
ria, en tanto que el alcalde de Villa real revolvía sobre Al-
menara, y que Esperanza hacia una nueva espedicivll á
Uticl, abandonada pOI' Puig Sampel', Ú quien el pcligl'o coe~
táneo de Madrid llabia obligado ú salir en aquella dil'cc-
eion. Oraa, fatigado de t¡¡nlas marc!las , no sabiendo il qué
pal'te aeudí¡', no eneoutramlo enemigos cuando corria tl'as
del que creia mas ayanzado, tomó el partido de situarse ('n
Segorbe, desde dondc pensó 110dcl' contenerlos ~l todos, y
escarmentar al que le agual'dase. Su posicion CI'a, sin cm-
bargo, tanto mas crítica, cuanto flue, adema s de los cuerpos
cm'listas dc tlue va hecha mencion , Lacoba y Pm'ciba des-
dc Adzaneta y Vistabella amenazaban la Plana; Fi y Ol-
meda desde Chel't y Calig amcnazaban ú Benicarló , y
otros batallones de Cabrera, <lueilos de casi lodo el elU'-
so del ~lijares, se estemlian hasta la siena de ElIgal'-
cel'an.


Menos complicada sin duda, pero no menos dificil, era




unRO DUODECmO. 339
la situacion de Espartero, a quien las circunstancias impo-
nian muy arduas oblígacione s. El 29 de julio, aceptada la
dimision que hahia heeho Almodóval' del ministerio de la
Guel'l'a, habían CalalrJva y Mendizabal conferido cste peli-
groso cargo a Espartero, pensando atraerle asi a su parti-
r1o, é inteI'esar en su propio sostenimiento al ejército que
mandaba este genel'al. Bien que él no se mosll'ase dispues-
to a asociarse con su aceptacion a la responsabilidad (¡UC
podia exigir'se algun dia ú los f¡Ue le nombr'aban, todavía la
uecesidad de corTespontle¡' Ú la confianza fIue se afectaba
mostl'arle, y la csperanza de mejorar, á favol' de la influcn-
cia de su nueva posicion, la con die ion de sus tropas, le
obligaron á no imprimir' ~l su rehuso el carácter de irrevo-
cable. La invasion de Castilla, que fOl'zaba a Almodóval' a
dejar un puesto que, por su mala salud y la complicacion
de los negocios públicos, hubiera debido abandonal' antes,
obligaba á Espartcl'o al mismo tiempo ú miramientos y con-
temporizaciones, que hacia mas indispensables aun la cil'-
cunst:lI1cia de "flllarse él en f¡'ente de las gruesas masas
(lue desplegaba don Cál'los en Ar'agon. Ocho mil infantes y
cuatr'ocientos caballos de este pl'incipc ocupaban á Blesa y
Moyuela desde el 3, es deci.', uesue el dia antes de la lle-
gada del gcncral cristino á Calamocha. Este en consecuen-
cia tomó (el 5) la resolucion de trasladarse al campo de Ca-
riñena , desde donde pensaba podel', ya oponcl'se á que
cruzasen aquel territorio pal'a trasladal'se á Soria , ya cu-
bl'ir a Castilla la Nueva, si ellos revolvian sobre Molina. Al
dia siguiente, Quilez se adelantó á Belchite, y Espartero se
situó en Daroca, aguardando el resultado de estos movi-
miectos, de que los progresos de la espcdieioll carlista en-




340 ANALES DE ISABEL n.
trada en Castílla podian á cada momento modificat' la di-
reccion y aun variar la nalul'Uleza.


La idea de esta espedicion bbja sido conc()uida por el
general don Juan Antonio Zaralirgui, desde el momento en
que supo la salida de Espartero para AI'agon. lJl',lllgit, COllO-
ciendo cuanlo favorecia los moyimientos dc dOll Cu'los en
este último pais la preseneia de ulla gmesa columna de sus
tropas en Castilla, apl'obó cljll'oyceto y organizó pm'a ejecu-
tarlo una dirisíon compuesta de dos hatallolles navnl'l'OS,
dos de Guipúzcoa, uno de Castilla, uno dc Valencia y dos
escuadrones de lanceros. Cincuenta oficiales csccucntes de
caballería, setenta de infantel'Ía, y muchos sal'gentos de Ulla
y olra arma, destinados ú for1l1,a¡' nuevos cueepos CIHln(Jo la
ocasion lo permitiese, fueron agl'cgatlos Ú la cspedir.:ion, cu-
yo mando se confió á Zaratiegui, lleva!ldo ú sus ó¡'dcncs en
clase de segundo gefe al D¡'igadiel' Elio , y al COI'OIle! Oi'ti-
gosa con cl carácle¡' de comandante de la cahal:el'Ía. El 1U,
el genel'al dirigió ú sus tropas una proclama en la cual les
dijo:-(cNo hay ya mas lineas de CÍl'cllllvalacion para las
llpl'ovincias leales: ya no hay Ebt'o. Las vastas lIauuras de
JJCastilla, y la fidelidall nunea desmentida de sus hahilan-
»)tes os esperan. Adelante ... Vosotl'OS vais II contribuir po-
)lderosamente á decidi¡' graIllles sucesos, y (lllizú ú acelerar
)¡el desenlace ue la lucha, y ú Iljar la "ictol'ia.)) El 20, se ¡lU-
so en marcha la especliciüll de Galvarill para Salinillas, con
la intencion de pasar el Ehro pOI' un puente (¡UC ~c 11:.1IJia
mandado construir en "las Conchas de lIaro; pero fmstraron
este designio las malas medidas del ingeniero encflrgado de
llevarlo á cabo. Entretanto, la ¡woclama de Zuratiegui ha-
bia alarma;lo á los gcfes el'i~tillos de Ahv~l, y cn la maña-




LIBRO DUODECUIO. 3U
na dcl 2l se cnvió dc Armiñon un grueso destacamento á
reconocer su fuerza. Atacarlo este pOI' los carlistas, se hizo
marchal' Ú su SOCOI'I'O desde el mismo punto un hatallon por-
tugues, Ulla~ comp,1úhs de ~\Ii1lansa y un escuadl'on dc lan-
ceros, qne se adelanlal'o!l hasta cerca de las Condlas; pcro,
cargados por fucl'zas supcl'ioj'cs, hubiel'on de retil'arse á
~lir¡ll1da y ;\l'miiíoll. De este último puchlo, acude sin dila-
cion el hal'on dc las ~\ntas con tl'opas frcscas, y ataca vi-
gorosamente ú Zal'atirg'ni ell S:\Ilta Cruz y Cembt'ana. Este
le rechaza pOI' de pronto, le car[ja e!l se,guida, le pone mil
homhl'cs fncl'a (le comkltc, y le ohliga ú rcfngial'sc el 22 á
Vitoria. Zaratic¡jni, despucs de empleal' aquel dia y el si·
guiente cn panel' eH segnritlarl ~us l)!'ovi~iolles y sus heridos,
pasa, en fin, el ¡,io po!' el vallo de Ireio, en la noche del 23
al 21, y ellla maüana de este dia reune cn las el'as de aquel
pllflJlo su division mermada pOl' el comhate de Cembrana,
provista de escasas municiones, mal calzada y falta ahsolu-
tnmcnte de tOtlo l'ecmso pccullia¡'io. Siguiendo su marcha,
se situó ú la nochc en L~'i\a y Tonn::l!ltos.


U rnng<1, hien pcnetl'<H!O de la importancia de la empl'c-
sa Ú que sc lauzaba , hahift mandado desde ,1I11es que una
brigada compuesta de dos hatallones de Vizcaya, de los cua-
dros de otros uos castellanos, y del escuadl'on cántabro,
pasase el Ebl'O pOI' Cilla¡wdata y 8e reuniese en la sierra
con el grueso de la espedieion. Aqnel nuevo cuerpo, man-
dado pOI' el hrigadier Goii'i, á (¡uietl seguía !ajunta llamada
de Castilla, compuesta de llQS frailes (Huerta y Leiva), ve-
rificó en cfedo sn movimiento el 22, ignOl'ando el aconte-
cimiento que retenia á Zal'aliegui á la orilla izqllierda del
rio, é hizo alto en las inmediaciones de Oña, hasta tenel'




342 ANALES DE ISABEL U.
noticias de la marcha de su gefe. Pero, no creyendose alli
segma, atravesó sola y sin apoyo la carretel'a de Briviesca
á Burgos por Castil de Peonis, COIl direccion á la Sierra.
Zaraticgui, recogiendo prisionero a su paso el destacamento
cristina de Casa la Reina, marchó pOI' Santo Domingo a
Belorado, donde (el 25) se puso en COlllllllicacion con la co-
lumna de Goiri, ya adelantada á Prado Luengo, llegando
las fuerzas de amhos gefes á cuatl'o mil y quinientos in-
fantes y trescientos caballos.


Ya que no impedirlcs el paso del río, COITel' tras ellos
habl'ia sido el debcr de Escalera, si, desde que se encargó
del mando no absorbiesen esclusivamente su atencion las
atrevidas y frecuentes maniobras de Uranga. El 14 , mien-
tras Osma bajaba de Lárl'aga á Lerin, se llevaba de sus
inmediaciones los caballos de la oficialidad de Sil gnarni-
cíon y el destacamento que los escoltaha, y adelanlúllllosc
en seguida á San Adl'ian y Andosilla , recollocia los pasos
del Ebro, hacia la confluencia del Ega, Uranga atacllba á
PeüaceITada y llamaha alli la gua\'llicioIl toda de Vitoria.
El 19, marcharon Tarragual y Hipalda al yallc de ErI'o,
amenazó GarCÍa la línea de Zubiri, y entre todos obligaron
a Escalera á acudir (el 20) con todas sus fuerzas á Pamplo-
na. Desde el camino, dirigió algunas el mismo dia ti las al-
turas de Zubit'i, yal dia siguiente á Unoz, cuando, carga-
do de despojos, habia salido ya Tanagual y Garcia, reple-
gado primero á Engui y Cilvel,i, se habia corrido hasta
hUl'zun. El 22, cayó de nuevo UI>anga sobre Peiiaccl'I'ada,
sin que la columna cristina de Alava, ni la gual'llicion de
Vitoria, desalentadas por el descalabl'o de Cembrana, pu-
diesen ni acudir al SOCOI'ro de aquel fuerte importante, ni




unno DUODECIMO. 343
hacer demostracion alguna contra la espedicion entrada en
Castilla por Cillaperla 13.


La !'ápida sucesion de tantas desgl'acias hizo a Esc:lle-
ra partil' de nuevo en dil'eccion de Lel'in, y l'evolvcl' de alli
:iObl'e Logroüo, no sin que le inspil'ase Sél'ios temol'es la
actitud de sus mismas tl'opas, de las cnales ,al volvel', el
21, de su espellicion á los valles, se insurreccionaron ya al-
gunas, rehusando acuartelarse, exigiendo y obteniendo sel'
alojauas y dcjanuo prcsagiar el tumulto harto mas grave, de
que, pocos dias despues, dchia sel' victima el mismo general.
El 23, salió este, con cuatl'O batallones, dos escuadrones y
una batel'ia uecampaña, de Logroño para BI'iones, y, ade-
lantándose luego á Casa la Reina, Iwevino desde alli al bri-
gadiel' Alcalá que, ú la mnüana siguiente, se hallase en Vi-
Ilafl'anca de JIontes de Oca. Los movimientos de los ene-
migos impidieron á Alcah\. cumplir aquella órden, y Esca-
lera, no encontrándole al llegar alli, el 26, hubo de I'etl'oee-
del' á Pradanos, el 27. El 28, mal'chó de nuevo sobre el
Ebl'O, al saber por una parte que las espcdiciones habian
llegado :i Santa Cruz de Juarros, donde no le era posi-
ble alcanzarlas, y por otm que los alavcses estrechaban
a Peñacerrada. Por colmo de desgracia, la division portu-
guesa recibió órdenes á la sazon para volyer á su pais; pues,
habiendo el baron de Leil'ia proclamado en Valenza del Mi-
ño la carta de don Pedl'o, y I'euniéndose bajo de esta ban-
dera YUl'ios destacamentos de las pl'ovincias del NOI'le de
aquel reino, estaua resuelto el gobierno á oponer todas sus
fuel'zas a las de los (Iue pl'etenuian resucitar aquel código .


. Menos dichoso, si cabe, que el general Ceballos, era por
aquel tiempo Alcalá, comandante delrcducido cuerpo que,




3H ANALES UE 15ABU n.
con el nombre de ejél'cito de reserva ó de la izquierda. es-
taba encargado de la defensa del alto Ehro. Los movimien-
tos que, desde antes de la sali,b dc Espartero, hacia por
aquel lado Castol', eran tan n\pi(los y acl ¡vos como los que
]l01' la derecha hacia sill ce~al' l'¡'nngn, l!rsLl~ la llanada de
~\Iava hasta Lodosa PO!' un larlo, y hnsla los y¡dles al Nor-
deste de Pamplona por otro. Castol' corria impunemente
los de Camlllza y Toranzo, y (,m pronto amenazaba á
Cas!¡'o-Lrdinlc~, como avanzaha :í la Cavada y ú 1'orl'('la-
vega, inquiclanllo ú San!nndcl'. El IJl'i2:adiel' Castaüeda
cncargado dc hacedc frenle, no bastaba siemp¡'c ú impedi¡'
sus correrías, y cuando tal vez lo intcntó, csperill1ento ,'e-
YCSCS, cntre los cuales se eOllló C0l\10 importante, c· (Ine
sufrió en la Ncstosa al ticm,:¡o cn qne G oil'i se rli"ponia á
pasa!' el Ehro.


El 21, supo A\ealú en Mena los moyimienlos del gefe
carlista sobre el rio, y, con clos mil y seiscientos infantes y
ciento y noventa calJal!os, marchó al plinto Ú Medina y de allí
ú Traspad!:l'lle, uonde llegó en la larde del :::.2. jI dia si-
guiente se le reunió alli C;l~t:Hlcd:l, qne dejó por este mo-
vimiento abandonados los valles de Sunl8IHler, y cnt¡'egada
toda la parte oriental de aquella provincia a discrecion de
su activo competidor. Creiase (Iue (el 2:3) habl'ia corrido Al-
calá sohre Goil'i, que, ilgllanlallllo sin duda ú ponerse en
comhinacion con ZarAliegni, reteuido ú la orilla izquierda
pOI' los sucesos de CemlJl'ana, b~\hia permanecido todo
aquel dia en Solas y otros pueblos de In BllrclJ3; pero,
obligado ú no alejar á Castañeda llc la orilla iZ(Iuierda que
tanto importaba 111'0[('3'('1', Y no contando con fuc¡'zas sufi-
cientes para acosa!' activamente á los espedicionul'ios, se




LIBnO nrODECIlI!O. 345
limitó Alcalá á pasar de Traspadel'lle á Oña, de donde solo
marchó á la noche, cuando ya los enemigos, salidos al
mediodía (le Solas y R:1j:\s, cruzahan el camino real de
13m'gos con dil'eecion á la "icrra. Entonces, Alcalá se encami-
liÓ á 111'iyir~ca, y Casl,üieda se yolrió á las merindatles.


NaJa podía hace!' Aleal:, desde que las fnel'zas expedi-
cionarias se hallahan l'culliths en trc B::lorado y Pt'lIlloluengo
en fuerza capa?: de l'csi~;t¡¡" !la solo ú su reducida column:J,
sino ú la de Escalera, dado qne, contra toda pl'olwhili¡lad,
huhicse eslc gCllcl':d IWllC[t':1,!O en :J(flld territorio. En vano
¡lIleS, se reunieron al pl'imel'o de aquellos gefes doseienlos
caballos, que el c:Jpitan general de Castilla la Vieja don San-
tiago Mendez Yigo, á b snwn Hegndo ú Hurgas, puso ú sus
ónlenes en rillat'l'ia. Cn:m;\:¡, con este l'efuerzo, y en COI1-
formida(! di) IriS ordenes de sn gcnel'rll Ceh<lllos, se disponia
(el 26) á sali¡' Alcal{\ para Villafl'anca, recibió parte de (lile
los enemigos se hnhian conido á GaJardc, con dil'eccion :JI
parecer á la llanalln de Burgos, y en c0118ecuencia destacó
contra él toda su caballería, que, al nwndo del coronel Lacn-
nal, se adelantó ú San Pedro de Cal'deüa. El enemigo, cam-
biando la direceion que anunciara, marchó á Santa Cruz de
JU3l'ros, con lo cual Alcalá creyó debel' cambial' tamhien la
suya y oellpnr á Lerma, desde donde pensaba poder cubrir
la provincia de V nlhHlolid yel fuerte de Arandn. El 27, en-
tl'Ó en efecto en la villa, mientras nvamnha Z[lr[lliegui hastn
Cova\'l'lihias v Retne!'la. Ul'illwa hahia hecho conceJ.¡il' ú este
~, ~.J


gefe la espernnza de una cooperaeion eficaz de parte de la
Ilamalla junta de Ca~tilla, que se c¡,ein vel' reforzada con
personas de inílneneia y prestigio en el p~is; pel'o estas no
se presentaron y Z::u'ntiegui, reducido á sus propios medios,




346 ANAl.ES DE BAIlm. H.
hubo de contentarse con establecel' en la sierra algunos ele-
mentos de resistencia. Destacó, pues, á los pinares una grue-
sa partida de veteranos al mando de un oficial tlel pais lla-
mado Navarro; cncargó á 011'0 llamado Vinllesa el alista-
miento y la organizacion de los mozos, y confió el mando su-
pcriol' de la sierra al coroncl Barradas, á CllyaS órdcncs
dejó los cuall'ocientos hombrcs (Iue componian los dos cua-
dros castellanos, y, aseguradas asi sus espaldas, se dirigió
(el 29) á Pinilla de Tl'asmonte. El30, infol'marIo de que sIen-
dez Vigo se adelantaba dc Lcrma {¡ Bahabon, Cl'tlZÓ el gefe
cUt'lista la canetera por enll'e este pueblo y Aranda, y ten-
dió sus tropas entre Gumiel del Mel'cado, la Aguilcra 'y la
Orra, despues de haber reunido en Oquillas una columna
destacada por él para observa¡' al capilan general de
Castilla que habia tomado en Lerma el mando de la division
de Alcalá; pero como Vigo, imposibilitado de impedir el
paso á Zaratiegui y temiendo vel' atacada á Valladolid, se
corriese para pI'oleger esta capital pOI' Torquemada á Due-
ñas, continuó la expedicion (el 31) su marcha á Roa, cuyas
fortificaciones destruyó, y desde alli, por las dos ol'ilIas del
Duero, á Peñafiel, cuyos milicianos se retiraron al fuerte,
como, desde algunos dias antes, lo habian hecho los de
Aranda, pal'a no verse desde luego en la necesidad de ren-
dirse.


La rapidez de los movimientos no contrat'iados de la
expedicion difundió, como era natural, gl'andc inquietud
en Valladolid, El general don Pedro Mendez Vigo, en quien,
por ausencia de su hermano, don Santiago, habia re ca ido el
mando militar, hizo publicar, en la mañanadell. o de agosto, un
bando, en que imponia pena de muerte á los que levantasen




LIllIlO DüODECnlO. 347
ia voz durante la defensa, y á los que indujesen á ll'ansigir
Ó capitular; y, aprovechándose en la noche de la consterna-
cion que iban generalizando las noticias que se recibian
sobre la marcha de los enemigos, empezó por poner en pri-
sion á ;!1Uchos individuos que, pOI' el aislamiento en que vi-
vian ó por su oposicion conocida á las teorías progresistas,
eran designados como desafectos. En bl'eve se vió, empero,
que estas vejaciones eran tan inútiles como supérflua la
reunion de los milicianos de los Jlueblos vecinos de la ca-
pitfll, pues, llegado á ella Alcalá, y aproximándose el ca-
pitan general, no era lwesumible que cuatro mil infan-
tes y trescientos caballos osasen embestidos.


Zaraticgi mismo manifestó que no era tal su intencion,
aunque, para deslumbrar á su adve¡'sa¡'io, hubiese antes ade
lantado tropas á Curiel y Pescara. ElLo de agosto, tor-
ciendo aquel gefe á su izquiel'da, lomó el camino de Rábano,
y, en aquel dia y el siguiente, se estendió á Sacramenia, C~­
labazas y Fllentidlleña, sobre las dos orillas del Dllraton. El
3, continuó su mal'clw, por Cantalejo y Fuentepelayo, á En-
cinillas, y, al amanecer del 4, se IH'escntó SObl'C Scgovia, de
donde ladiputacion provincial habia pedido, desde algunos dias
antes, trescientos hombres y algunas municiones á ~1adrid,
distante solo catorce leguas. Los cuatl'ocientos milicianos y
ochcnta ó cien soldados de línea, única fuerza que habia en
la ciudad, creian podel' entretener á los enemigos durante
algunas hol'as , mientras llegaban de Madrid los soeOITOS
soli ~ilados y )1I'ometidos , ó acudia á libel'tarlos el capitan
general de Castilla la Vieja, libl'e ya de oll'as atenciones.
Asi , no permitieron al ayuntamiento contestlll' á una inti-
macion que le dh'igió Zaratiegui , y sc apresuraron á coro-




348 AS.\.LES DE ISAIlEL n.
llar las rnmullas, bien ¡¡ne su ('¡¡,mue c,tension de mas LIc
media legua, las lli~¡cse ilH:delh:iLle" pOI' tnn COI'lo núme-
ro de soldados. Los rspcl¡¡cio;l,íi'ios, {;i\ididos cn lrcs co-
hunnas ú las on!eilcs de !Js h¡':;;;:\ll:l'l'CS Itul'lJC y GOil'i y
del coronel XüYO::l, llieil'i'OIl cOllt¡'a cllos un fuego sostenido
uesue [os Yilrios pantos tl0 (Ine empcz~lI'on pOI' apoueral'~e.
Pl'otegillos por él, Llos de sus ualalloll:2s arrimaron en segui-
da escalas ú la eOi'lina de S,m CeDl'ian, y, penetl'amlo en la
plaza, dcsalenlaron ú los ¡]cl'en,iOl'cs de los otl'OS punlos, (lile
bllscarolll'dugio en el ,\lcúzal', dejalldo cula !IIl!l'alla dos pie-
zas de artillería de grueso calibre .. Hienll'as la soldaJesca es-
pcJiciollaria se entl'egaba a\ saqueo, á que, solo despues de
tres o cuatro ho¡':,\s pudieron pOllel' t{'l'!llino los csfue¡'/os de
sus gefes, fuel'on aqudbs piezo~ ::~e,il:v\as cOlltra el Alc:izar,
al cual ú la tarde se intimó ya la l'elHlieioll. Gaslóse la no-
che en pláticas sober. las cOl1l1iciollcs, (¡Uel'ielldo la gUat'ni-
CíOll ganal' tiempo para se!' soeol'rida , ciel'la Je que llaJa
podia por si sola, pues los ill3enicl'os habian decl¡¡rado que
el edilicio no pOllia re~;islii' ú la ariillería, de que ya eS(<lha
pl'OvíslO el ellcmi¿:o. Estc, ii;llorlllldo sin durla la mala si-
tuacion del AlcúzaI', y \lO puJicnJo C¡'Cel' (¡ue, por una Ú oll'a
partc, se dejase de socorrerlo, se apresuró á ofrecer Ú los
sitiados una capitulacion homosa, (¡ue ellos tambien se apre-
suraron tÍ acepllll'. Con lllTcglo ú el!<l, la gunrnicion consel'-
vó sus equipagcs y los oficiales sus espuuas, los cadetes del
colegio snliel'on con SllS armas :\Jolldc l!uisicl'Oll, y lo mis-
mo los nacionales, tlcjnndo las suyas. Al UllJaneeCl' deiS, se
hizo la enll'ega (lel Alcúzar, y los cadistas se ellCOlllnuOll
dueños de su m'tillería, y lanlo mas uLltlos de un triunfo
que el dia antes IJO osaran prometerse, cuanto (llIe haLía




319
sido oLLeuiLlo en mellOS de "e¡¡lte y euatro 11or<ls y á muy
poca cosla.


La nolicia de (';jI<) saces o en;]só en Macll'id una violenta
indignacioll, de (ltW Uil Will¡slcl'!O (¡ue no contase, como el
de Calatl'ava, eOB el apoyo del p~1l'lido e~alta(lo, hab¡'ia si-
do inmedialamellle YÍelima , pucsto t¡He el desastre haJ)\'ia
sido impulaJo á su impre\ision. AlTemoliuáronse en la
Puclta del Sol grupos IlUmCl'OSOS, y se oye¡'Oil en los banios
hajos gl'ilos sI!Jl\w:-;iyos, (fue hicjel'llll necesal'io el estable-
CillllC¡¡lo de l'C'leile,; y la l'Írculacioll de palnil!as. Para eal-
mal' un poco la il'ritaeio:l y desvanecel' los telllores, asegu-
ro (el G) el eapilan genel'al,-ccque la ocupacion de Segovia
))"'y su alcÚZ<lI' !lO iilfluil'ia en la suerte (le la eapilal.» Eu el
mismo dia, el ("efe político, COI'J'olJol'amlo esta seguridad, atlUl1-
ció, que-c( en }ladl'i(l y su provincia habia cinco mil hom-
»)bre,; de iuf"\lllcl'ia de linea, veinte mil milicianos, dos mil
»cahallos y cuarenta piezas de aI'lillería, sin con lar las fucr-
»zns que, á virlud de olt':lS di:;posiciones del gohicl'no, pel'-
)¡seglliau Ú la f¡¡ceioll; l) a"el'cjoll fluc, :'1 sel' tan ctel'ta como
era fal~a, habria hecho doblemente punible el aiJrll1élollO cn
que tkjul'a el golJiel'Ho Ú una capital importante. Y einle y cua-
tro horas despues de publicada la p¡'oeluma del gcfe politi-
co, el ayuntamiento, cual si rruisiese desmentir las seguri-
dades conleuidas en ella, ill1UlICió-c«(jue se iban ~\ consll'lli¡'
)¡obras de dden~a, tÍ íill de pOliC!' tÍ cubierto la poóla-
))clOIi do cualquier [('¡¡fatil'a de las l!Urdas ¡,('beldes, y
»ú alwil'se tlll ali~.latll;cllto voluutario de los patriolas.)) El
8, el capilan gl'!len\l dividió la villa en nucye distl'i!os mili-
tares, de qne COliriO el mando Ú OÜ'os lantos generales, dún-
doles por segunuos á olros tantos hrigadicres; y FcrrRZ, Man~




350 ANALES DE ISAllEL n.
so, Senano, Moscoso, San Miguel, Snn .Mal'tin, Espinosa,
Carratalá y Hich , (Iue habian serviuo las )ll'incipales ea pi-
tanias generales del reino, fLlcron cncUl'gados dc dd cndcr
los portillos de Madrid con tea una columna carlista ue cinco
mil hombees escasos, á cuyo encuentro se habria sali-
do sin duda, si se hubiese podido disponer de iguales y aun
de inferiores fuerzas. Pel'o ni aun eubl'il' se pudo aquellos
portillos, ni los puestos situados en la Plaza y puntos pl'in-
cipales de lo interior, sino con milicianos, no existiendo otra
tl'opa de línea cn Madl'id, ú peSal' de las asevel'aciones de
su autoridad civil, que un batallo n de la reina Gobernado-
ra, illgmíos caballos de lanceros y cazadores de la Gual'uia,
y pocos artilleros y zapadores. Los milicianos corl'ieron Ú
las armas; el ayuntamiento alistó un millar de voluntaeios;
el capitan general formó un batallon de retirados; la inspec-
cion de la milicia nacional movilizó el batallon de Alcovell-
das y Colmenal' Viejo; los jornaleros tuviel'on órden de con-
currÍl' para tl'abajar en las obl'as de fortificacion; por tOllas
partes, en fin, se tomal'on tales medidas, como cuando, veinte
y siete auos antes, ú la cabeza de sesenta mil veterallos, ame~
nuzaba Napolcon desde Chamartin ti la capital de las Espa-
ñas. El decreto que ponia en estado de sitio las cinco pl'O-
vincias de Castilla la Nueva y sometia al régimen milital'
el espacio de cincuenta leguas que separa á Guadarl'ama de
Sicna :Morena, completó el sistema de defcnsa intcriOl' de
la plaza, reducido á ostenhu' cn pl'ccauciones cxn¡!;el'adas
las apal'iencias del entusiasmo, y á sofocar, con el estrépito
de una autol'idad tardia, los c1amol'es que II lodos arranca-
ba la inercia anterior de los gobernantes.


Obligados estos á borrar las huellas de su 3patia ha-




LIBRO nWn[Cmo. 351
bilual, no limitaron ~us pl'ccauciones á las medidas interio-
res, sino que hicieron al fin salir de las Rozas, á las ó!'llc-
nes del coronel Azpil'oz, la columna l'c¡mida alli y en Maja-
dahonda, y que, aunquc destinada, desde que se supo ha-
llel' pasado el Duero la columna de Zaratiegui,~ reforzar
la gnarnicion d(~ Segovia, no habia podido ma~'char por
falla de tres ó cuatl'o mil dmos necesarios para su habilita-
cion. Recogida con grandes esfuerzos esta suma, mal'chó
flquel grfe (el 6) Ú Torl'elodolles para ponel'se en comunieacion
con Mendez Vigo, que no llegúl'a á Santa Maria de Nieva
(el 4) sino cuamlo Segovia estaha ocupada, ni á Ventalobo-
lIes, el 5, sino cuando el .\Icázflr estabfl rendido. Puig Sam-
pel', ahandonando las fl'OnterflS de Cuenca y lle la Mancha,
que culJl'ia desde Diel, COlTió tambien á l\Iadl'id, y Espar-
tero, ((lle des(]e Daroca espiaba los movimientos de los
cuel'pos enemigos a(lelantados hasta Belehite, hubo tam-
Ilien de dejar á merced de ellos las ricas poblacio-
nes del Bajo Aragon, y de con'Cl' sobre la capital que fuer-
zas meujuil1as alenaban, á pcsar de la jactancia con que
se las calificaba de hordas miserables.


Esta jactancia se flnnneiaba de tantas maneras, se
lwesentaba bajo tantas fOl'mas flue initaba aun á los hom-
bres mas adictos ti la cansa de la reina. ~lientl'as que, en
la imposibilidad de emiar ú Vigo los I'efuerzas que sin ce-
~aI' pedia, !'e procuraba enll'elenedc con la esperanza de
filie Escalera, flue no pOllia deshacerse lle un solo homlJl'e,
le enviaria cuatro batallones; mientras que, convencido Vi-
go de no poder medirse con Znratiegui, se I'(,plegaba (el 6) á
Villacaslin, y temiendo sel' alli atflcflllo pasaba los p"el'tos,
el 7, Y se traslf1claha á Gnadt1l'rami1, una diputaeion de la


Tmw IV. 23




352
milicia de Madl'id, tuvo con los minislros una confCl'e\1ci¡¡,
rcducida á protestas recíprocas de cntusiasmo; y al pnlllo
el periódico encfll'gado de culJl'il' con fanfalTOIIalbs la im-
Jloteneia de] gobicl'llo, dijo:-((Es(e acontecimienlo (la COll-
»fercneia) es uno dc los golpes mas terribles (hdos ú la
»causa del PI'etendicnle (1).)) Golpe te[,i'ible l'cpuial'on :\:;i-
mismo aquel y otros pCI'ióllieos la dcclal'aeion del e~:l:\d:1 de
sitio, que no solo atribuyó á los consl'jos de guerra el jui-
cio sol)l'e los delitos de espiouage, eOlljlll'aeioll }' oll'o.~ ,:e-
mejantes, sino que sometió á su jUI'istliccion-cda pulJlica·-
llcion ó propagacion de noticias () especies capaces (le des-
»alen lar á las tropas Ó al púLlico ... ó frustí>ar, impe-
»)(1 ir , entorpecer ó debilita¡> Ins disposiciones (Iue se fHlnp-
lltasen para la defensa comlln.») Los periodistas fueron
cOill}wendidos en esta vaga desigllacion, y condenalbs du-
rante algunos dias á un silencio solo intel'rumpiuo pOI' los
retos ue la prensa anlmluica y de la millisterial su G fi-
liada.


A pesar de ellos, y de haberse reuiJido Azpil'oz con
Vigo en GlIaualTama, Zaratie;;ui, (¡!lr, desde el !J, klbia
ocupado á San lIdefonso, hizo un movimiento sobre los
puertos, y por el de Navacerrada avanzó, ellO, a la 'ienla
de la Tdnidad. En el mismo dio, la jnllta eadista tl'ashula-
da de la sierra de Burgos á Segovia, hmz:¡!¡a en esta ciu-
dad una lwoc\ama, en que onlella,ha un alistamiento de lo-
dos loi' mozos de '17 á 40 años, lliciénclolcs:-((La J'eligillll,
»próxima á emigrar de nuesl!'o sudo, os mauda tOlllar bs
»)armas ..... ¡Ay del imprudeale ó lemCl'lll'io lJl1e no se 1'('11-


(1) El Patriota do i de 050sto.




353
)1\::\ Ú \:)s lr"l('s~ El f¡He no e:~l(; con los deL~nsol'cs del rey,
);SCI'{\ conlra elle), E, qi!e DO e,;té ca la nave de la sah'a-
),CiClll [Wi'CCCI';\ ell !i:::li¡Jl <Id Ilaliú'agio.) Al dia siguiente,
In lIliSllla jUllta, dcclar<lmio-"r¡l!c la SUpl'CSiOIl de los t1iez-
)lIlOS era uno tIc los atl'eYido~ golpes con que el gobierno in-
)¡t'uso de jIa(ll'id y el ,iallscnisll1o mas asarlo intentaran mi-
¡,llar los cimi(~nlos de la l'c\igion,) mandó que todas las
!,rrsonas cc\esiústicas ó seenlal'cs quc tuviesen dcrecho á
p(,l'l~iiJit, sus P!'O(]llC:OS p:oceL1iesell inmediatamente á su
n¡]ceioll.


En fucrza de estas cscitaciones, se empezaba ya á I'e-
('I)lectal'los, y se proccllia al alistamiento de los mozos, y
alllOl'irlndrs Iluc"as ~e oCllj13ban en la organizncion del ré-
gimen {,¡]l'li~la, c,mla:ldo tanto mas ~egUl'ametlte con su
cnmpleta pInlllific¡¡ClOll, cnanlll ([ue Yigo, replegado pl'imcro
Ú G~¡\all:lgat', cl'júen spguitla ú las Hozas, sin que Sil reu-
nion con Azpil'oz, ni los refuel'zos que l'ecibia Ú cada mo-
mento la hrig3da de este, ni cl elltusiasmo que mosl¡'ahan
los milicianos de I\1adl'ili impidiesen al gde eadista ade-
lailtar~e ca el luismo dia ú TOl'l'clodotlcs. Al siguiente, con-
tinuó su man.'ha Ú las Hoza" , desplcgallllo sus batallo-
nes á la vista de la capilal, con la misma serenidad que,
una semana antes, lo hiciera delante llc Scgovia. Vigo vió
que era necesario 3ceplm' una batalla, y lomó en conse-
cuencia \lna de b~ e:ieeiclilc'5 posiciones que lwesenta
¡¡(¡ud (('tTCllO cMlado. En ella le alneó el gefe naval'l'o; pero
~i ú rayOl' del fueno de fuel'tes guet't'illas llegó este ti situar
~olJl'e la ral'l'elcl'u dos de las piezas cogidas en Segovia, sus
Jisp3\'os fueron menos certcros que los de la :wlillel'ia de
su competidor, scrvida pUl' gellles del oficio. Las colum-




354 AXALES J)E JSAIlF.L 11.
nas navarras se sepnrnron auemas y sc (Iividicron demasia-
do, resultando por ello aislndos y divergentes sus esfuer-
zos. Asi, la batalla, importantbima pOI' vel'il1carse cn las
inmediaciones de Madrid, y á distancia tal (¡11e la Gooema-
dora estuve> mil'ándola desdc los halconcs de su palario,
qlledó reducida á una sangrienta eSC3I'amuza, bien flue de
sus resultas hubiese Vigo de acampal' fuera de las Rozas, y
de pedir con urgencia refuerzos al gobierno. Ya estaban
designados para este servicio 81gunos batallones de la mili-
cia, que, como todos los demas, habían pasado so!)l'c las ar-
mas las dos últimas noches, cuando la llegada de Puig Sam-
per á Canillejas con tres batallones y un eseuadron re:mi-
mó el espíritu de los habitantes. La infantel'ía fatigada pOI'
largas marchas fué tl'asportatla luego en todos los eal'l'ua-
ges de Madrid, embargados al efecto, por la MoneJoa, al
campo de las Hozas, de donde al punto hubo de retirarse
Zaratiegui ú TOl'l'elodones, y en ~egllida á la venta de la
Trinidad. AlIi, sin embargo, habria podido permanecer
aun, si la llegada de Esp:.lrtero no le hiciese pensm' pOI' fin
en la retirada.


Desde que nlpo que nada detenia en Castilla la mm'ella
de la espedicion navarra, pensó este general en trasladarse
á Madrid, de domle, al saberse la rendicIOn de Segovia, se
calificó oficialmente la idea de una feliz inspil'acion. Ol'{lcnc::;
se le espidieron en consecuencia para pOllel'se en marcha.
Ordenes se le repitieron clespl1es para acelerarla, y, confor-
mandose á ellas, renunció él á las hostilidade's que meditaba
contra el ejel'cito mandado por don Cúrlos; partió de Daro-
ca el 9, y e112, doblando las jOl'lludas lIegm'on sus once
batallones á Guadalajai'a, y él se presentó con cinco CSCUd-




LIDRO DUODECUIO. 355
dl'ones en Madrid, en oeasion que Zal'atiegui se recogia al
abrigo de las montaiías. Este, temiendo sel' ellvuelto pOI'
fUC1'ZJS tan supcriores ú las suyas, repasó al PUllto los
puertos y, haciendo rcplegal' á Segovia todos los destaca-
mentos diseminados en varios puntos,. se acantonó (cI12) en
el Espinar. A.lli, instruido de que Vigo habia dejauo en Vi-
llacas ti n lln cscuadl'on de voluntarios de Castilla y una
compaüía del provincial de Plasencia al mando del coman-
dante Aguil'l'e, destacó conU'a ellos al COl'onel Ol,tigosa, que,
sorpl'endiélldolo, se apoderó de sus ciento y cincuenla hom-
bres y ochenta y cinco caballos. Zal'Htiegui se corrió luego á
ViHacaslin, á donde en seguida concurrió igualmenle el
brigadiel' carlista ItUl'be, quc, salido antes para A vila á la
cabeza de las Ill'igadas naVHl'fa y guipuzcoana, tuvo ól'den
de relroceder. Rcunidas c\las (cl14) al grueso de la division,
pronunció Zaraticglli su retirada y regres~ en aquel dia á
Segovia.


Al mismo tiempo ú antes que él, habrian podido Ilegal'
alli Ins tropns de Espartero, si desde Guadalajal'a marcha-
sen directamente en nquella dil'eccion, como lo habia man-
dado al mismo gefc el gobiel'llo, y l)l'ocurado persuadírsclo
el general Seoane, saliéndole (el 12) alencuenlro á dos leguas
de Madrid. Pero Seoane era el agente menos á propósito
para hacer cambiar las rcsoluciones de Espartero, sabedor,
como la España todn, de las relaciones íntimas que el ofi-
cioso emisario tenia con cl ministerio. Este, seguro de la
animadversion que inspiraban al pais sus exacciones y
su desconcierto, y al ejército el abandono en que gemia,
recelaba que la llegada á ~ladl'id dc una fuerte di-
vis ion, resentida de aquel abandono, diese la señal para




356 ANALES DE ISABEL n.
precipitarle del pOlle!'. Pasado el prlíol'o de (lile le amena·-
zára la cOITel'Ía de los naval'l'OS, e~lalJa, puc~, el minif,tei'io
intercsado cn alejar de la capital al seneral en gefe, l\nda
se podia alcgar de mas plausible pal'a cOI1:,cgnillo, qUe la
necesidad de hostigat, sin descanso ú aquellos enemigos, ) la
probabilidad de exterminados si se mm'challa ú ellos en de-
rechUl'a; y marchado se halH'ia sin (lUlla, si los antece-
dentes de la persona que para este ohjeto medi,wa no re-
velasen á ESplll'lel'O el miedo qne inspiraba ú los minisli'oS
la pl'eseneia de sus tropac;, y la i'ucilidad (Ille ('s[(~ miedo
mismo le daba para del'l'ocados. Asi, sin toma!' en cucnta
las observaciones de Seoane, y creycl1l10 que, alrjado ZÜl'a-
tiegui, no debian causar inquietud sus ulteriol'es pl'oyeelos,
hizo avanza\' sus tropa~ ú :\Iallrid. La intcucioll dc gran
parte dc SI1S oficiales cra llaccl'las situar ell la pbza (k pa-
lacio, y pel'mnneccl' alli hasta la sppnl'aeion (Id milli . ;te!'io
y la disolllcion de las COl'les; pero, ti'll!JfIUilizauos por la sc-
gUl'idad de que :;e tl'ubajalm en la fOl'macioll de un milliste-
rio nuevo, se resignaron dos ú segui!' su l/larc:l<l yacctll-
tonarse en los pueblos de las illlll('diaeioJle~.


Trabajábase en efeclo en la tal comhinaeion, l1em con
poca unidad, con designios mal fijados, con elementos reu-
nidos deprisa, y cuya amalgama ofl'ecia pocas ~,('gUl'illat!es
de consistencia y de duraeion. El partido moderndo, que IlC-
cesitaba el apoyo dc la fncl'za, Ofl'cció al ¡Jefe de la f¡nC :1ca--
baba de Ilegal' Ú Madrid el minÍ:;lel'io de la G ll('l'l':) COil la
presidencia del Consejo, y eh'sign6 para el de E<[;;;lo al dLl-
que de GOl', mas leal cabnllcl'o t¡IW h,ilil diplolllútico; pal'a
el de la Gobel'llaeioll a HiyalH'lTl'í',I, que cra el alma. de to-
dos los movimientos, y para Haciclll:a ú Góazulcz AllcJl-




UIlRO DUODECmO. 357
de, (ILle con una confianza fine cl cstado del pais no justi-
íleaba, promctia I'CCLH'SOS pal'a haccr frente á ladas las ne-
eesidudcs del sCI'vicio dunlllte dos meses. Espartero y Riva.
lIci'l'el'a fucron ciluli';:at!os por la reiua de Ilcvar á cabo el
propósito coneeúido; pcro, llllbiemlo este último aventurado
insinuaciones sohre la ilegalidad de todo lo hecho despues
del 13 de ago"to del ailo ontcl'ior, el general tcmió el mal
efecto (llIe pouria producir esta manifestacion, desconfió
que se sostuviese un ¡Jahincte flllC obrase en confol'midad
dc ella, y eJtlpczó Ú titulJca\'. Yillicl's, (íllC no perdia de vista
el iutcrés de la COllscl'Yacioll dc SLI ill!1uencia, se aprovechó
de cstc momento de vacilacion, é hizo sugerir á la reina
GODel'l1adora la i(lca de intl'oducil' cn el nuevo gabinete un
l'<'jll'esclI[wtc de oll'[\"; dOc!i,j¡][\~ políticas, alegando la con-
\cuicncia de !jue cn él cstuviesen repl'csenladas todas. La
l'eina olJelleeió ú estc impulso, y, dcsignando á Olózaga para
Gracia y Justicia, hizo imposible la combinacion que antes
apl'obára. AllclHle sc declaró incompatible con el colega
lluevo (lue se le designara; este, segmo de que no se vel'Í-
liearía pOI' catollccs su nomlJi'amicnto, se hizo el desdeñoso
y declaró que no accptariil. La GODcl'llaLlora, tl'abajada pOI'
influcncia:; encontradas, vaciló tambien, y, queriendo vcrosÍ-
milmentc gana!' tiempo, indicó ti Esparlel'o que marchase á
Scgoyia, )1l'ometiéndole que á su regre~o se concluiria el
ai'rcglo ministcrial.


El 1 G, mientl'n;; Espartero iba á Aravaca para dis-
ponel' el movimiento que se Itj exhortaba á hacer so-
bre los puerto", !OS llIas de los oficiales de la segunda
IJl'igalla declararon que no eonlillUal'i¡.n sirviendo, mien-
tras el milli:;terlO no fuese separado. Calmólos el gene-




358 ANALES DE ISABEL n.
ral prometiéndoles que volverian á Mildrid luego que lan-
zasen de Segovia á Zaratiegui; pero no se logró calmar a los
de la pl'imera brigada que, al mismo tiempo habian hecho
igual declaracion en Pozuelo. Su gefc Van-halen, que qui-
so reducidos, no fue oido, porque poco amado desdc antes
pOI' la oficialidad, acababa de malquistarse con ella pOI' fre-
cuenles pláticas con Calatrava. Este, despues de haber tan-
teado en vano al general Balallzat pam asociarle á su mi-
nisterio, se habia fIjado en Van-halen, ofreciéndole, para pre-
pararle al puesto que le destin:lha, la faja quc drspues de
dos meses solicitaba él por premio de su conducta en la ac-
cion dc Huesca. Asi, las observaciones que hizo á sus ofi-
ciales pal'a retraerlos de su propósito, no produjeron ot\'o
efecto que el de que fOl'lllUlascn ellos sus quejas en una I'e--
presentaeion á la I'eina, en fIue manifestal'on no poder con-
tinual' sirviéndola, si, cn uso de su prerogativa, 1I0l'emovia
al ministerio eau sadol' de todos los males que al1igian á la
nacion. Tampoco el general Hi"ero, el gefe de estado mayol'
Mazal'l'edo yotras personas que se interpusieron, ya ofi-
ciosa ya oficialmente, pudieron recabar nada de los oficia-
les pronunciados contril la administl'acion r:alatravu¡ con lo
cual hubo que separados momentáneamente de sus cuerpos
quedando solo á su cabeza los sargentos, á muchos de los
cuales promovió en el acto á oficiales el general en gefe. A
ellos y á los soldados indujeron los dimisionarios mismos á
pel'manecer en sus filas, no dudando que las simpatías que
excitaba su atrevido paso, no permiti ian que se aceptasen
sus dimisiones, ni se los separase definitivamente del ser-
vicio.


Irritó tanto mas á los ministros la conducta de los dimi-




LIBRO Dl'ODECIl\lO. 359
sionarios, cuanto que la sospechabanfavol'ecida imlirectamen-
te por ESpUl'tero mis'mo, tÍ. quien se imputaba no haber agru-
pado sus tropas cerca de Madrid, sino para proteger la ejecu-
cion de a(ftwl designio, Con el !in de impedida ó dilatarla, in-
dicó 1Iendizahal á Espartero que Cl y sus colcgas estaban pron-
tos á renunciar al poder, al punto que, por su marcha á Se-
govia, los dejase él en la libertad necesaria para que no se
atribuyese á mieuo su separacion; pero el general, excitado
pOi' sus amigos de Madrid que iban y venian ú su cU31'tel de
Pozuelo, tCI'givcrsó, y, ú prctesto de falLarlc la artillería de
que decia necesital' para batir el Alcúzar, donde se suponia
que se fortificaba Zaratiegui, difirió su salida hasta quc
produjesen su cfecto las gestiones de sus amigos mode-
rados, apoyadas por la enél'gica manifestacioll ele ochenta ó
mas oficiales decididos. Los ministros vieron en ella el de-
creLo de su lanzamiento, y, despues de dar órden á Espar-
tero de tratar ú sus auLores con todo ell'igor de las leyes,
acordaron, á pesar de la oposicion de Mendizabal, que no se
resignaba ú abandonar el pucsto, hacel' su di misio n colec-
tiva. En la matiana del 17, la presentó Calatrava á la Go-
bernadora, que, no all'eviéndose por de pronto á aceptarla,
por miedo del motin con que, ya antes otras veces, y nueva-
mente á la sazon se la amenazara, afectó dar á aquel mi-
nistro tiempo para l'efiexioIlUl' y aun le pidió que designase
su sucesor y el de sus colegas. Mendizabal, informado de
las disposiciones de la I'eina, maniobró umante el dia ell-
tero para que se retirase la dimision. Calatl'Uva, no obstante,
se mantuvo fil'me, y la Gobernadora aceptúnuola en fin
quedó en libertad para formal' un nuevo gabinete.


Pero cuatro dias de maniobras y de intrigas habian re~




360 Al'LU~ES DE ISABEL 1I.
velado la dificultad ue que este saliese iI luz con condicio-
nes tle vitalidad. Dlli'anle ellos los !l,'oe!amallos GOl', Ri-
vahel'l'el'a y GOllzalez _\llcllde, fueron seíiala:los, pOI' los
amigos de los que ocuprdlal1 ailn las f'illas In!uistcl'iules,
como estatutislas y I'Gli'ó:Jl'ado3, y ,;o:¡Jcllac!o:;, pam cuando
saliesen de la osc!lridad eH que volllnt1riamcnlc Ó Ú m~\s
no podel' se sumiera antes su parti~10, ú los lil'os lle la ca-
lumnia ó al puñal de los asesinos. Escalera, (¡ue ú la sazon
espiraba á sus filos, Ollwbcj'l'Í:lglle, ?'Iancscau y ol,'os in-
dividuos sucesivamellte tlesigll::do"j para reemplazal' Ú Jos
candidatos model'aLlos que diariamente inutilizaba la polé-
mica de la exaltaeion, fueron igualmente maltl'ataclos; y
sordos murmullos primero, y llesplles grilos ft'enl~licos ma-
nifestaron la initacion í¡Ue cansaban á los reyolucional'ios
unos y ott'os nombres. Era claro allemas (Ille, aun cuando
la presencia de algunos cuel'pos del ejército cn \bllrid, y
el influjo quc esto~ ad(IUiriesctl como aulOI'CS del anhelado
hundimiento del ministerio de la Granja, purlirse !weset'-
y3t' lle alar¡UeS individuales ~llos (lUC compllsie~en e1l1uero
gabinete, nunca él pollría conlal' COH b mayoría de las Cor-
tes, compuesta en gran parte dc ambiciosos, resentidos ó asa-
lariados, momentáneamente reunidos bajo las enseüas dc la
exaltacion. POI' otl'l\ pal'le, reemplazar con homlJl'cs lle las
mismas opiniones á los ministl'oS salientes, era tIrjal' vivo
el mal flue la oficialidad disidellte dellulleiaba, y mantener ó
aumental' quizú la efei'ye5Cencia pt'oroenda pOi' In intensi-
dad recollocilla (lelmal mbmo. A Espal'lel'O solo era llallo
corlal' el nudo; pel'o esle general, Yaliellte y dccillido cn
los eomhates, no tenia lJnslallle eal'úclel' p~H'a rcnoyal' el
espectáculo que, treinla .Y nueve aüos anles, habia dallo eH




LITIRO DUODECIlUO. 361
San ClouLl ~l la Francia atónita un general !'epublicano.
lJecirlióse, pues, Ú ll'ansigii' con los rcvolucionarios, aun Ú
l'iesgo de deseontellltll' a los modcrados; y, el18 de agoslo,
la reina, cediendo ú las mi:illws consideraciones encat'gó cl
despacho ·de E,lu(;O ;'1 don Eusehio "Banlají y Azara, el de
Hacieuda al poco autes separado del de la Gobernacion,
uon Pio Pita Pizal'l'o, los de la Gúbernacion y Gracia y Jus-
ticia á los diputados VaLlil!o y Salvato, el de Mal'ina al gc-
fe de escu<ldm eliJaS, cOJ11rtnJanlc del aposlaJel'o de la
cosla de ClllU¡/ji'Ía, }", dlll'¡wtc su ausencia, al diputado don
Eyaristo San Miguel, en calidad de inlel'ino. A Espartero,
en íln, se confió la direccion de la gucl'l'a con la pI'esiden-
cia del CO!1scjJ.


l\si dc~;)p;lI't~ció el mi¡¡isterio del s:H'gento Cal'CÍa, dcs-
Jll1es de 1I1l año de e\.isteneia, Durante el la mOllunluía cs-
pniiola fue al1igida (le mas calamitlaties, fIue en el período
lle mas hOI'rellllo despotismo, lle mas aun IIHe en los de
plol'ables I'cjnados (le los dos úllimos monarcas de la dinas-
tía :lll~!l'i:!('a. ;~n los ochenta mios ([ue estos oeupat'on el
t!'ono, se eclipsó ú la \'crllad la gloria dc ¡¡ue, hajo íos pl'i-
meros príllcipcs de a(lucHa i'aza, se cubl'iera España en ar-
mas y let¡'as; pero, durante el año de la acimillisLl'acioll Ca-
lati'aVll, no hubo linage de desdichas que no esperimentasc
a(IUella nacion.


De ellas no fue la n1('nOI' la ignominia qne sobre elnombrc
español, objeto un dia tic vClleraeíon y acatamiento, derramó
HU puüa¡]o dt~ homhres, (ille, csplotanclo el miedo de ulla mu-
gel' sin defCilS a, osal'on conll'ahacel' las fOi'mas y dal'se los
ail'es dc UlI gobicmo. Hijo cste de In rcbe!!t!!l, Se mostró
desde t¡ue Yió la IUl, sometido ti las humillantes cOllLlieÍo-




362 ANALES DE ISABEL n.
nes de su existencia ilegal, y obligado a recibir la ley
del mónslruo que le dió el ser alzado SObl'C el cnvileci-
miento del poder real, su atencion mas constante fue des-
truj¡' el rcsto de su antiguo prestigio, ora haciendo á la Co-
rona rennncial' á la iniciativa, y aun tI la illlervcIIcion en
el arreglo de los mas alLos intereses sociales, ora obligán-
dola á mosll't1rse satisfecha de la nulidad á que la conde-
naban los que debian ser sus órganos y sus agentes; )'a
permitiendo que demagogos la dcsacreditascn, ya, en fin,
asociándola á todos sus actos de vandalismo y de anarquía.


Durante el último período de su cxisteneia, varias pro-
vincias del reino fueron teatro de sucesos, que pilr no in-
terrumpir la nal'racion de los que llevamos referidos ha sido
forzoso dejar para este lugar. Desde la salida de don Cal'-
los de Cataluña, la guerra adquirió en este pais un caráctel'
que la marcha de sus tropas, y la disminucion consiguiente
de las fuerzas del Principado no permitia presagia¡'. Con-
fiat'a don Cál'los la direccion al mariscal de campo Urbis-
tondo, que, despues de acompaüar á su amo hasta las
imediaciones del Ebro, le dejó, el il9 de junio, para YOIVel' á
Solsona, y entregarse del mando que se le eneargára.
El 4 de julio, llegó a aquella ciudad, y mandando suspender
las operaciones que su antecesor Royo habia comenzado
contra el Ampurdan, se dirigió (el 5) sobl'e Berga, contra
cuya plaza mandó reunil' en seguida todas las fuerzas de
que disponian los diferentes gefcs calalanes. En la noche del
10, dejó ya construida una batería, que al dia siguiente em~
pezó á hacel' fuego, yaterrando con él tI los defensores de
la linea esterior, adelantó en seguida sus piezas á la entra-
da misma del pueblo. A favor del desórden que sembraron




LlBRO Dl'ODECB10. 363
sus di~paros, unas pocas compañías mandadas por Boiguez
asaltaron la primera y segunda linea, y se apoderaron de la
casa fuerte de Gironella. Ya se pt'cparaban á atacar los
atrincheramientos interiOl'es, cuando Ut'bistondo intimó la
J'endieion, y, aceptada, se fit'mó (el 12) la capitulacion, que
le hizo dueño de una rica, fuer'te y bien situada villa, de
mil fusiles, muchos millat'es de cartuchos, y dos piezas de
artilleria. Doscientos soldados del regimiento de América y
cuatrocientos urbanos rindieron alli las armas, en el mismo
dia en que ochocientos infantes y ochenta caballos cristinos
salidos de Puigcerdá para socorrer á Urgel , estrechamente
bloclueada por Ros de Eroles, eran rechazados y obligados
ú regt'esar' Ú la Cel'daña ; en el mismo dia, en fin, en fine
0011 Cárlos estaba en persona sobt'e Valencia, y los gefes
arJgoneses inrluictaban a la vez a Zaragoza y Daroca. Los
rendidos en Berga tuvieron facultad de retirarse donde
quisiesen, y sobre cincuenta miqueletes y veinte y cinco ú
treinta soldados lo hicieron a la eel'daña y Gerona, pa-
sando los dcmas á las filas de UI'bistondo. El gobernador
Solarich, (lile marchó ú reunirse con 1\1eel', no se lihel'ló de
ser asesinado por los milicianos de Sellent, que le acusa-
ban de tl'uicion, sino dejándose conducir con fuerle escolta
á Manrcsa, donde se le encel'l'ó en el castillo hasta que
fuese juzgado. En el mismo dia, hizo el general carlista ade-
lanlal' dos batallones ú G il'oneHa , y obligándola á capitul3l'
rl 13, Y haciendo prisioneros los doscientos hombres de
su guarnicioll, marchó sin detenerse a Pt'ats de Llusanes,
á cuyo comandanle intimó la rendicion, el 14. Respondió-
scle con dignirlad, y el gefe carlista situó al punto los cuer-
pos de Galceran, Castclls, Zorrilla y Altimira, fuertes to-




364


dos de cuateo mil y quiuicnto:, ú cinc:; mil J¡om~Jl'(.'s, en las
inmediaciones, se apoderó (k' Ls a~'l'aldc~, y, Cilla maüa-
na del!i), plantó una k\[c,'i¡¡ CGllli\l el ruerie, y oll'a COIl-
tI'a una de las puertas, que ~iil fnito ¡¡tacó en SCgUilla, To-
das las disposiciones estaban tomadas para l'cpeti¡' el rlsnl-
lo, cuando la aparieion del barotl de :\lecr obligó ú sus-
penderlo.


Ilabia creitlo este general podel' acudi!' á ticmpo al so-
cono de 13el'1)a, para euya rehahilitacion contalJa con un
gl'an COllYOY salillo el 11 de Bareelolla. Llegoó e~;te al dia
siguiente al Bruch , a llonde Mc(~r se habia trasla(lado al
mismo tiempo desde Cervel'a, y lJUesto á su fl'entc tomó al
punto la vuelta de Manresa; pero, informado alli de la l'ell-
dicion de Bel'ga y Gil'onella , no tUYO ljlle hacer ~illO mar-
char al soeono de Prats.De Sellen!, á donde desde ~lall­
resa se trasladó, el 11, salió al di¡) siguiellte eon una co-
lumna de seis mil itlfalltes y doscientos caballos, reparti-
dos en tres hrigadas, en di¡'cccion lle San Fclill de Saserl'a,
en cuyos desfilal1el'os hahia m~ntla(l.) r,'hi~lollclo sitn~r~tO á
Tristany y Sohev iC5, <¡UtO dehiall eH la oca~ion f:Cl' rcforza-
dos por Llal'ch de COpODS y Borges. Pero la indisciplina
de las bandas y de sus gcfes fl'Ustl'ó esta combinacion, ([ue
hubiera podido sel' funesta a Mee!': BOl'ges no acudió allla-
mamiento de su p;encral; Llal'ch, ú la sombra de un l11'e-
testo, se encaminó ú BCl'ga, y Caslclb, destacado de PI'C1L;;,
se detuvo en San Fcliu. Asi JIeel' pu(lo armilar á Tl'i,UIJI)
y Sobrevies, bien qne sQsteniemlo durante el dia cntero JlO
intel'l'Ulnpidos y sang¡'ientos combates. Las ventajas pOI' el
obtenidas obligaron a u rbi~tondo ú abandonar el silio de
Pl'ats, en donde el gefe cristino logl'ó en fin penetrar en In




UlH'.O m;()D;,:r.nW. 3(jj
mallana (1e1 1 G. Sin lj('j'(lci' tiempo, hizo demolel' ¡ilS fOl'tifi-
caciones , y, dlS, llnúntlose cOllsi;:Í0 sus heridos, y la gua\'-
nidon y los eOl1lp¡'olllcll'Jos ~ll' b yilla,sn!ió ue nuevo pilra San
F cliu, en cuyo tl'úns:to sufrió aun a(flques, que se repitieron
con milS fuerza, c¡¡¡¡mIo se pmo dC'l11lcYO en marcha para
;;Ialll'csa. (JI f¡nlallon de ~lallol'ea que eulJl'ia su l'elaguDl'dia,
fue cal'gatlo con Ímpetu, y replcgúnJose en desónlen sobre
tilia de los hDt~1llonc3 francos, le desonlcnó igualmente é in-
trodujo la cOllfusioil en la di"isioll toda. SlI derccha era en
tan 10 emlleslida , y anwnnado su centro, cuando ,Meer,
poniéndose ú la ealJeza de un hatallon de Zamora, y ha-
ciéndose segnit' por oll'os cueq)os, que entusiasmó el arro-
jo del gcncral volvió solll'c su retaguardia, cm'gó á los ene-
migos, y dejó tielllpo Ú Cm·l.Jó para desembarazaJ'se de
los pocos flue le hostigaban. Este movimiento atrevido y fe-
liz dió una tregua al cuerpo el'islino , que á (ayol' de ella
pudo, aUllque hien disminuido, Ilegal' Ú Mamesa.


Recogida en esta ciudad la gual'llicion de Pl'als dc
L1usalles, :r eH PuigeenL'l la de Bi1gú, que, de~,pues de
COstosos esfucrzos p~lra sostcllerla hubo tumbiell de l'eliI'al'
Osmio, conió el gefc e¡¡dista SObl'C 1\ipoll, que, abi11Hlo-
mIlla Ú sus propios l'eeUl'SOS, fue hloqueada desde el 20
pOI' Zonilla, y en seguilla sili¡¡Ja en regla pOI' UJ'bis-
tondo mismo. El 2:3, tl'CS riezas de artillería rompieron el
fucgo con Ira la villa; el 21, se dió un asalto que los si-
tiados rechazaron, y el 2;'5 estos mismos desmontaron rol'
segunda vez en tl'es dias, la mala y mal senida artilleJ'Ía
de los sitiadores. En esla situacion, y ellando ya Meel', de-
semh:Ji':wHlo lle Llal'eh y Trislany, fIlie desde Suria y Fo-
llollosa hacian dellloslraciollCs contra Cardona, llegaba á.




366 ANALES DE ISABEL H.
Vich para socorrer y liberta!' ú Hipoll, ofreció la plaza ca-
pitular. Abrevió Urbistondo á fuerza de amenazas el plazo
que pedian sus defensores, y, en la mañana del 27, entró
en la villa, donde recogió despojos mas l'ieos (Iue en BCI'ga,
Tl'iunfos tan rápidos irritaron en vez de contentar ú los en~
vidiosos gnerrillel'os puestos recientemente á sus ól'llelles;
y ellos, que ya en las re friegas anteriol'es compl'ometieran
mas de una vez la reputacion del general, lt impidiel'on
srguir su carrera y apoderarse de San Juan de las Aba-
desas , á donde, en seguida de la toma de RipoJl, se habia
conido el activo gefe. Meer, que no llegó á Vieh á tiempo
de salvar esta última villa, marchó a 0101 para socorrer á
San Juan. Sobrevies, encargallo de disputarle el paso COIl
cinco batallones, defendió débilmente Ifls escal'padfls posi-
ciones desde las cuales podia impedll'selo; dejó batir y dis~
persar sus fuerzas, sin que apenas tomasen parte en el
combate las que se hallaban á sus inmediatas órdenes, y
obligó asi á Urbistondo á levantar el sitio. Meer tl'iunfante,
clespues de reforzar la guarnieion y de abastecer la plazfl,
marchó (el 29) á Campl'odon, donde aglHlI'!ló que se le in-
corporasen algunas guamiciones que mandó retiral', ya
porque le urgia reforzarse con los mil hombres que las
componian, ya porque, resuelto á ahandonfll' la montaña, no
habl'ian tardado sus débiles presidios en caer en podel' de
los carlistas. Retil'3dos, pues, los destacamentos aislGdos
que ninglln servicio podian ya prestar en aquel pais ; pl'O-
viEta de víveres y reforzada la gual'l1icion de Olot con pat'te
de aquellas fuerzas y con el depósito de quintos de Gerona,
Meer se encaminó al bajo Llohregat, y, el 8 de agosto, se
situó de nuevo en l\Iartorell, estendiéndose, como lo hiciera




URno DUOn::CIMO. 367


cincuenta dias antes, des(]e J\Iolins de Rey á Espal'l'aguera.
Así, en quince dias, contados desde el 22 ele julio, se apo-
deró VdJistondo ú la fuel'za de llel'ga, Gil'onella y Hipoll,
y de Pmts de Llusancs, llagú y TUI'Cllt por la forzada eva-
cuacion de sus gual'lliciollCS; y, en menos de otros quince,
obligó á su competidol' á abamlonade la vasta zona dc mou-
taitas, donde estrechos destiladeros y ásperas quebradas
permitian organizar una insurreeeion genel'al. Esta habría
luego heeho muy apUl'ada la situacíon de los gefes Cl'isti-
nos en el Principado, si el carácter indomable de sus ha-
hilantes hubiese podido doblegarse á las exigencias seve-
ras de la disciplina milital'.


Mientras la junta cad isla , reforzada ya pOI' algunos
individuos notabks del pais l'ecien llegados de Feancia, y
tl'asladada últimamente de Solsona ti Bcrga, tmtaba de l'e-
gularizar la guerra, aceptando las pl'oposiciones que )Ieel'
habia hecho á Urbistondo para es tender al Pl'incipado las
disposiciones delll'atado Elliot; mientl'as que el nuevo inten-
dente cadista Labanllel'o pl'ocuraba sujetar á reglas unifOl'-
mes la percL'flcioll de los impuestos, é introducir cierto
órden en el pago de los suministl'os y en el servicio de las
subsistencias; míentras que Ros de Eroles estl'echaba el
asedio de Urgel, que Urbislontlo fortificaba ti Berga, y que,
poniéndose de nuevo sobre San Juan de las Abadesas, fun-
daba en su ocupacion la esperanza de embestil' cn seguida á
Campl'odon y Olot, Tristany se habia bajado de las inme-
diaciones de Cardona pOI' Vallin\l1a y Piel'a hasta S¡¡n
Quinti. Hcunido alli con Pitchot y Llarch de Copons, di-
vidió su columna, fuerte de cuatro mil infantes y ciento
y cincuenta caballos, y por dos l'lllas se dirigió ti la mari-


'!'o,uo IV. 21




368 ANALES DE ISABEL 11.
na, atacó (el 3 de 3gostO) á Villa nueva y Geltru, y obligó á
Pastors, que, por ausencia de Meer, mandaba en Barcelo-
na, á enviar de alli todas las fuerzas tel'l'estres y marítimas
de que podia disponer.


El vapol' fmnccs Dclfin tl'aspol'tó dc aquella plaza arti-
llería y mozos de la escuadra; el hCl'ganlin ingles Childcrs,
y los españoles Patriota y Guadalele y }Iasla lmques guar-
da costas acurlicl'On al mismo ticmpo de Tanagona. Al
aproximarse estas fuerzas se retil'ó el gefe carlista, que,
cuando las vió pal'tir, se corrió de nuevo ú Silges, donde
volvieron á acudir tropas de la capital, que fueron apoya-
das por otras inglesas sacadas de uno de sus navios, . an-
clado enfl'cnte de la rada de Vill3nucva. Mecl' mismo huho
de salir para San Sac1lll'ni, cuando, despues de ocho dias de
correrlas por la marina, revolvieron (cl 9) los batallones del
c':lnólligo sotH'e aquel pueblo, y se corrieron (el 10) á San
Qninti, para proteger el I'egl'eso de una de sus colnmnas,
que obraba pOI' la parte dc Rivas, y amagar al mismo
tiempo á Vendrell. .Mce:' acudió á ticmpo pam libel'tal' la
gual'l1icion de TOI'l'cllas, cncerrada .en el fucrte pOI' L1arch
de Copons, y en seguida fl'Ustró ú . dilató pOI' movimientos
habilcs las tentativas osadas de TI'istany; pero, ni Mee\', ni
Pastors impidieron que este asolasM el tel'l'ilorio regado pOI'
el Llobregat, desde las inmediaciolles de IIIolills dcl Rey has-
ta su embocadura, y que por muchos dias tuviese en mo-
vimiento las tl'opas de BarcelollU y Tanagona, y aun las
del cuartel general de Martorcll. Estas últimas tenian
adcmas que observal' los movimientos de los carlis-
tas establecidos al OI'iente de sus cantonrs, pues Cas-
tells , Altimira y Zonilla, ocupando á Centellas, Tona y




LIBIlO DUODECIl\fO. 369
Torelló, l1aeian algunas veces demostraciones contra Vich.


No era entre tauto menor el conflicto en la parte occi-
dental. Las patuleyas y las partidas sueltas se llevaron, el ,11
(le julio, todos los mozos de CastellbcIl y )losté, á media y
ulla legua de Reus, sin que hastasen á impedirlo los milicia-
IlOS de esta rica villa, ni las fuel'zas con que en Tal'rago-
lla, contaban Aycrbe y Aznal'. Mas al Poniente, la pla-
za de TOI,tosa se hallaba blolJueada por tlelTa y por
:lgua, atacando los ca!'listas los buques que de esta ciu-
dad bajaban al mar, y durando este estado hasta que
(Iue se armó un cOl'sario que los escoltase en la travesía.
El gobernador, privado de toda clase de auxilios, acu-
dió en yana al gohicl'I1o, (fue por todo consuelo le autorizó
a proporcionárselos pOI' medio de exacciones á los pueblos;
como si estos, ocupados casi constantemente por los ene-
migos, pudiesen suministral'le nada, ó como si, evacuados
alguna vez, necesitase afluel gefe de autorizacion de na-
die para socol'rcr á costa de ellos las necesidades de su
gllLll'llieioll.


Mas arriha de TOl'los:.1, AyerLe y Azna!' tenian que acu-
dir al SOCOI'rO de un fuerte de Aragoll, que, aunque situado
ú la derecha del El)l'o, no podia sel' auxiliado por las tro-
pas de aquel tenilorio. Forzados dichos gefes pOI' el apuro
en que L1agostel'a tenia á 1.10l'a de Ebl'o y 'Por la cOllside-
l'acion de que, rendido af[uel punto, fluedarian descubiertas
las prmincias de Lérida y Tal'l'agona, hubieron de salil' de
esta ciudad y lIe Hcus en arlucHa dil'eccion. Al llegar Aznar,
e12 de agosto, ~ 1101':.1 la Nueva, donde ya se hallaba un bata-
llan franco, destacado antes con el ohjeto de lIama¡' hacia alli
la atellcion de los enemisos de la oi'illa opuesl,', vió 'lue estos




370 ANAtES HE ISADEJ. n.
eran dueños de las barcas, y que su artillel'Ía habia des-
truido los tambores de la fortificacion interior. Reforzado
al dia siguiente por Ayerbe, y convencidos ambos de la
imposibilidad de atravesar el rio, se acampan en la margen
izquierda, y establecen baterías contra los sitiadores. Las
balsas que hacen construir en MOl'a la Nueva y Garda
trasportan (el6) algunos de sus soldados, y al punto caen
los enemigos sobre ellos y los obligan á volvel' á sus can-
tones. Las tropas de Ayerbe, hostilizadas desde la orilla de-
recha, lo son igualmente en la izquierda por Mondedeu y
otros guerrilleros catalanes, que, apoderados de la Granja
desde el dia 1.0, despues de un sitio terminado por la ca-
pilulacion de sus defensores, se hacen dueños del Bajo Se-
gre, ocupan el territorio entl'e este l'Ío y el Cinca desde
Fraga á Mequinenza, bajan en seguida sobre Garcia, y obli-
san al gefe cristino á situar una de sus brigadas en Tiviza,
y otra de Ginestar ú Tibenis, sin que tantos esfuerzos bas-
ten á mejorar la condícion de los sitiados de Mora. Para
aumentar los embarazos, una diputacion de Gandesa pasa
el rio y penetra hasta Lérida, para esponer á Meer, que
acababa de llegar alli despues de libertará ToneHa, los pe-
ligros de su situacion, y exhortarle á proporcionar á aque-
lla villa, recien ennohlecida y elevada á la categol'Ía de
ciudad, pero, tan apUl'ada como Mora, los auxilios de que
él mismo necesitaba para defender su pl'opio territol'io.


Como si el agrupamiento de tantas dificultades no bas-
tase á agovial' al homhl'e mas determinado, complicaciones
mas graves quizá, aunque de difel'ente índole, asomaron
pOI' un punto, de donde á la snon no se aguardaban.
Abrigaban á la verdad las cenizas de los anteriores illccn-




LIBRO DUODECIl\IO. 371
dios de Barcelona, restos del fuego no totalmente apagado,
pero las autoridades creian que la publicacion de la nueva
Constitucion bastaria á hacerlos desaparecer. El 9 de julio,
el gobernador Puig habia recomendado en una proclama su
observancia; mas por una de las aberraciones tan frecuen;
tes, en aquelIa época, aduló en el mismo documento las pa-
siones que exhortaba á sofocar. «Juramentos prestados á la
)tirania, dijo, no es delito quebrantarlos ... los que se pro-
J>lluncian á favor de una Constitucion ... deben ser sagrados
lJé indelebles;» como si no pudiesen ser tirflllicas las pres-
cripciones de una Constitucion, cual las del régimen abso-
luto, ú como si pudiesen fijarse límites para graduar de de-
lito, en un caso, la violacion de un juramento que se pro-
clamaba lícita, en otros. 1\"0 eran ciertamente las doctrinas
del gobernador sobre la validez de los juramentos las que
debian servir de regla á los exaltados; pero, siempre era
doloroso ver al magistrado superior de la segunda ciudad
del reino proclamarlas tales que pudiesen prevalerse de
ellas los anarquistas, sobre todo cuando, en conformidad de
los deseos de estos, y á pesar de las tergiversaciones con
que durante algun tiempo se procurára eludirlos, se pro-
cedia, en fin, á la renovacion dcl ayuntamiento de la capi-
tal. Como era natural, recayeron los nombramientos en va-
rias de las personas que mas habian influido para que se
adoptase la medida, y el famoso BOl'rel volvió á empuñar el
baston de alcalde. Por uno de sus primeros acuerdos man-
dó el cuerpo municipal que se volviese á admitir en la mi-
licia á los proletarios, anLeriormente escIuidos de ella co-
mo autores ó cómplices de los pasados motines; y esta es-
pecie de satisfaccion dada á los alborotadores, si bi~~.¡·, .


,(. ~:; .. ~~"~---".<~




372 ANALES J)E ISABEL 11.
reció calmar por de pronto la efervescencia de que de
tiempo en tiempo se manifestáran enll'e ellos síntomas in-
quietantes, difundio y fortifico el recelo de que, dueüos
nuevamente de las armas, no hU'ual'ian en I'eproducir bajo
otra forma la escision de 1835, pal'a lo cnal ofrecian un
pretesto plausible la toma ó la evaeuacion de importantes
poblaciones fOl'tifieadas de la montaüa y el mal estado de la
guerra.


So color, en efecto; de dar ú la Cataluüa tOlla una
direccion uniforme, para ))l'()YCCI' Ú )(Js necesidades (Iue
la impotencia del gobierno dejaba ahamlonauas ó ucsa-
tendidas, se exigió al punto la instalacion de una junta
suprema del Principado, y, el 25 de julio, aniversario del
famoso tumulto, c¡ue dos aüos antes I'edujo Ú pavesas mu-
chos conventos de Barcelona, se reunieron sus autol'idades
para tomar en consideracion este deseo. Pel'o, aunque sin
duda se creian suficientemenle autorizadas pOI' las impl'U-
dentes escitaciones de las cireulLlI'es de Pila de 3 y:6
del mismo mes, determinaron eludir toda responsabilidad
asociándose comisionados de las oll'as pl'ovineias catalanas,
que hicie¡'on concurrir á su reunion. En ella se acol'dó des-
de luego la creacion de un consejo central, presiuido por
el capitan genel'al, y compuesto de los cuatro intenuentes del
Principado, de dos individuos de cada una de las diputa-
ciones pl'ovinciaJes, y del ordenadol' milita¡' y un comisario
de guerra. A este consejo atribuyó la junta la plenitud del
poder soberano en materias de hacienda y de gUC\'l'a, la
facultad de imponel' tributos y levantar préstamos, la de
hipotecar á su pago todas las I'entas v bienes nacionales, la
olJligacion de 110 pa3al' las lilm\Ilzas del gohicl'l1o, y de apli-




LIBRO m;ODECUIO. 373
car esclusivamente los pl'oducLos de las contribuciones or-
diuarias ó estraordinarias del pais á sus propias necesida-
des, y en fin , la de estel'milla¡' las patuleyas,-acon cuyas
»)exaeeiones, (se dijo) que practicaban hasta dentro de lar¡
JJluismas capitales, se aumentaba la faccion.» Para que la
creacion de este nuevo podet' ejecutivo de Cataluña no su-
friese opo~icion de parte de los agentes del gobierno de Ma-
drid, y que no rehusasen ellos asociarse á aquel acto de
emancipaeion, se cuidó de añadir que cesaria en sus fun-
ciOlleS-«CLWndo no fuesen necesUl'ias las medidas adoptadas,
»)ó cuando lo mandase S. M.» A favor de esta restr'iccion,
pudo Pastol's , enunciando la instalacion de aquel cuerpo,
decir, en 1 o de agosto; - (Un consejo centr~l com-
»PUéstO dc pe¡'sonas iden tiflcadas con la causa de la liber-
)¡tad é Isabel n, que el voto público ha designado, vá á
»restablecer la confianza y á quital' toda zozobra .•. Si son
»necesarios nuevos sacrificios ... to~o esfuerzo será plau-
»sible, porque será se¡¡;uido de la vicLol'ia ... Una bandera de
»)enganche dal'Ú lugar á los valientes de acreditar su bizar-
»rla.» Nadie se alisló; la victoria prometida se convirtió en
reveses y descalabros, que en las bocas del Llobregat, á
cios leguas de Barcelona, arrancaban coetaneamente quejas
sentidas y hasta Sl'itos de furol'. La instalacion del consejo,
verificada mientras Tristany alacaba a 'Villanuevai la reti-
rada de Mccr a Mal'lorell, cuando se prcsagiaban triunfos;
el anuncio de nuevos sacrificios, cuando los hechos hasta en~
tonces habían :Jgolado todos lo~ l'ccUl'SOSi la invitacion a alis~
tamientos nuevos, cU:Judo no habia con que pagar los ante-
riores, ni con que SOCOl'l'er a los veteranos del ejercito; todo
contribuyó a dar a la supel'fctacion catalana una fisonomía




374 ANALES DE ISAIJEL 11.
odiosa ó ridícula. Unos la miraron como concesion hecha al
espíritu de emancipacion que animaba á los exaltados; otros
como medio de poner en evidencia á hombl'es que no reca-
taban su ambicion; muchos como un elemento de trastorno;
los mas como un estorbo nuevo, destinado á complicar si II
término una adminisll'aeion ya inestricable.


El consejo procuró desmentil' todos estos juicios. Ape-
nas instalado, mandó movilizal' miliei::mos, y hacel' un alis-
tamiento de cuatro mil homIJI'cs, de que, con el fin de I'eco-
gel' dinel'o, eximió á los que al)I'Olllasell cierta suma; pero
los milicianos se rehusaron á la movilizacion; las provin-
cias de Gerona, Tal'l'agona y Lél'icla difil'iel'on hajo diversos
pretestos enviar sus diputados :'t la COI'P01'3cion central.
De todas partes lIegahan á ella ofieios y comisionados, pi-
diendo SOCOI'I'OS, y alcgando, para justificar las reclamacio-
nes, que los pueblos tenia n anticipadamente satisfechas sus
éontl'ibuciOlles de uno, dos y mas años. Tristany y los de-
mas gefes á sus órdenes, replegados al principio del mes
por resultas de los movimientos ele Meer, volvian á amena-
zal' la costa al Poniente de Bat'celona. Jep del OH hacia en
tanto una incursion en el Ampurdan, corl'ia desde Masa-
nes y Angullana, en las Cl'estas del Pirineo, hasta las Gar-
rigollas, renovaba en Llers 135 sangrientas escellas de ma-
yo, y, despues ele amenaznr ú Figucl'as, volvia cargado de
despojos sobre cl corregimiento de Gerona. En las agnas
de 1\1algl'at apresaba al mismo tiempo un buque conll'a-
bandista armado en guerra, á un guardacostas del gohierno
y mostraba asi que la impotencia de que las autoridades
del Principado dab:lIl diariamcute tantas pruebas por tierra,
se c~le¡¡dja hasta el tm!', <tUll(¡Ue, de~de el cabo ue CI'CUS




LIBRO DOUDECIMO. 375
hasta las hocas del Ebro, cruzasen varios buques de guerra
españoles y una respetable escuadra inglesa.


Esta escuadra, manllada por el almirante Stopford, y
compuesta de cuatro navíos de línea y muchos bergantines
y bal'cos de vapor recien llegados de"Malta, Rosas, Mahon,
Valencia, Ca¡'tagena y Gibraltar, se habia reunido, en la
primera quincena de agosto, en las aguas de Barcelona,
donde su presencia difundia inquietudes sobre la Sllel'te de
la industria del Principado. No alegándose razon alguna
que justificase la re un ion de tantas fuerzas navales en aquel
punto, se las supuso destinadas á apoyar la ejecucion del
tratado de comercio, que se creia próximo á firmarse en Ma-
drid, como precio de la garantía que debia prestar la Ingla-
terra al empréstito que aun se negociaba. Villiers instaba
por la conclusion de este arreglo, que conferencias tenidas
en casa del diputado Ferrer entre cincuenta de sus colegas
presentaban como anticipadamente aprobado por la mayo-
ría. Para disminuir la resistencia que debia el pais oponer
á aquella transacion, se habia hecho á un español estable-
cido en Lomll'cs, (Pebrcr) escl'ibil' una memoria, en que se
traló de probar las ventajas que á la España, euya indus-
tria acababan de sofocar en su cuna las querellas civiles,
resultarian de un tratado de comercio con la Inglatel'l'a,
llegada al apogeo del podel' y de la prosperidad fabril. Todo
el mundo sabia á que atencl'se sobre las huecas teorías y
los sofismas triviales contenidos en aquel y otros escl'itos, y
los catalanes en particular temblaron tanto mas de la suerte
que iba á cabel'ies, cuanto que no ignoraban las grandes es·
pediciones que paea inundar de sus peoductos manufactura4
dos el sucio de la Península, se estaban preparando en




376 ANALES DE ISABEL lJ.
Inglaterra. Las enél'gicas demostraciones que el ayun-
tamiento y la diputacion pI'ovincial de Barcelona y las
corporaciones fabriles y comerciales de Cataluüa dil'igian
al gobierno, las vehementes interpelaciones de sus diputa-
dos á Cortes, y las protestas que de todos modos hacían
circular cuerpos é individuos, anunciaban que si las pro-
mesas, las dádivas ó las comunicaciones. del ministro ingles
llegaban á anancar al gobierno de Madl'id aquella fu-
nesta concesion, se lenmtarian contra ella las provin-
cias catalanas. Asi se supuso que las fuerzas inglesas reu-
nidas en sus aguas tenian el encargo de oponerse tI su alza·
miento, ú de apoderarse á lo menos de los fuertes de Bar-
celona, de donde podl'ian dictar la Icy ú todo el Principado.


A estos motivos de inquietud se juntó luego otro, capaz
á la verdad de atenuarlos hasta cierto punto, pero propio
para inspirar pOI' de pronto aprensiones de otra especie. La
diputacion provincial de Barcelona, producto de la bastarda
eleccion restableciua pOI' la rebelion de la Granja, ('I'cyendo
Ú aparentando creer U1');ente la l'ecomposicion de la guardia
nacional de la capital, dispuso anticipal' el plazo seíialatlo pOI'
la ley para la eleccion de sus oficiales, á la cual hizo pl'oceder
en los momentos mismos en que tantas desgracias y recelos
tenian mas conmovidos los animoso Como era de esperar,
los milicianos ultimamente incorporados en las lilas nom-
braron para gefes y oficiales de sus batallones á los hom-
bres mas marcados en los pasados disturbios. Con esto se
calmó algo el temor que inspiraba la presencia de la escua-
dra inglesa, pues contra sus sospechados designios mani-
festaba la milicia poco favol'ables disposiciones; pero se au-
mentó el recelo, que no tardó mucho en justificarse, de ver com-




LIBRO DUODECIl\IO. 377
prometida de nuevo la tranquilidad de la capital, encomendada
á un cuerpo en que volvian á figurar' los revoltosos de enero y
mayo. Este suceso, la desconfianza con que de mucho antes
se mil'aba al gobiel'l1o ue Madrid, y la que últimamente pro-
movieron las voces de lo auelantada que se hallaba la ne-
gociacion del tratado de comel'cio anularon la inlluencia de
los agentes de aquel gobierno en el Principado, y por con-
siguiente la del consejo centl'al, que, incapaz de hacer nin-
gun bien, regmo de IiO ser obedecido, sin recursos ni pres-
tigio para [ll'Oporcionál'selos, murió á las tl'es semanas uc
nacido, y se disolvió por si mismo, sin que dejasen otra idea
su existencia y su disolucion que el convencimiento de que
los pl'oyectos de emancipacion que muchos abl'igaban eran
tan ilTealizables en Cataluiía, como lo era en toda España la
teoría ucl progl'cso indefinido y las demas quimeras revo-
lucionarias.


Tan mala como la de Cataluña era, entretanto, la situa-
cion de Aragon , abandonado de resultas de la mal'cha nl-
pida de Espat'tel'o á Madrid y de la de Oráa á Valencia.
Mientras este último gefe se lisonjeaba de impedir pOI' su si-
tuacian centml en Segorbe, los movimientos de los nume-
rosos cuerpos enemigos esparcidos en aquel reino, el Pre-
tendiente, salido de Mirambel, se adelantó (el 9 y cItO) por
FOl'tanele y el Povo, (, Ababux y Eseol'ilmela, y en seguida
á Alfambl'a y CelIa, mostl'Utlllo dirigirse á la siel'l'a de AI-
Lal'l'acin, de donde á su arbitl'io podia caer sobre Cuenca ó
sobre Molina. Al ver el movimiento de don Cál'los, pensó
Buel'ens encaminarse á este último punto, desde sus acan-
tonamientos sobl'e el Jiloca; pero, revolviendo Ora a á Bar-
racas , hubo de inspiral' I'Ci.:elos a los carlistas, cuyo gefe




378 ANALES DE ISABEL 11.
desistiendo del propósito que mostrára, retrocedió á
Alfambra primero y en seguida á Camarillas y al abri-
go de las montañas de Cantavieja. Con esto, pudieron
Buerens y Oráa adelantarse hasta Monreal y Barracas, mar-
chando ambos hasta reunirse, y situarse (el17) en Pel'ales y
Visiedo, desde donde obsel'vaban á los batallones enemigos
acantonados en Cañada, Vellida, Son del Puerto, y demás
lugares de aquellos montes,


La posicion de los gefes cristinos era ventajosa sin du-
da para contener las fuel'zas que tenían enfrente; pero, mas
numerosas estas, recorrian sin estorbo el pais desde las fron-
teras de Valencia hasta el territorio de Calatayud. En estíls
conerias incesantes consumian ó devoraban los recursos to-
dos, y condenaban á privaciones hOl'l'ibles las tropas de
la reina, que no podian sin grande riesgo destacar colum-
nas para recoger subsistencias. Oraa y Buerens , no pu-
diendo' pues, hacer solos lo que no habian hecho reunidos
con Espartero veinte dias antes, tuvieron que abandonar
sus posiciones de Visiedo y Perales, á los dos ó tres días
de ocupadas, y trasladarse de nuevo á la línea del Jiloca,
desde Daroca á Monrea!. Esta precaucion era tanto mas ne-
cesaria, cuanto que el brigadier carlista Lopez del Pan, des-
de Fuenferrada y Villanueva del Rebollal', se estendia con
siete ú ocho escuadrones á Segura y Huesca, y amenazaba
el flanco izquierdo de los cristinos, mientras Sanz y Forca-
dell, adelantados hasta Fuentes Calientes, se mostraban co-
mo la vanguardia del grueso del ejército enemigo que podia
atacarlos de frente. POI' resultas del movimiento retrógrado
de Oráa y Buerens , aquel grueso avanzó, el 20, sobre las
orillas del rio Mal'Lin, de donde, al siguientp. dia, se esten-




LIBRO DUODECll\lO. 379
dieron unos cuerpos hasta la embocadura del mismo rio en
el Ebro, y olros hasta Lecera y Belchite, amenazando á los
cristinos, y reduciéndolos á una circunspecta defensiva. Pri-
vándose hasta de la posibilidad de salir de ella, Oráa, ins-
truido de las calamidades que afligian á las provincias de
Castellon y Valencia, tuvo que enviar allá á BOI'SO, que sa-
lió de Tel'Uel (el 18) con cuatro batallones y cien caballos,
desmembrando asi un ejército, ya demasiado reducido, y es-
poniéndole al descalabro que esperimentó pocos di as des-
pues.


Cualesquiera que hubiesen de ser las consecuencias de
aquella desmembracion, la situacion del reino de Valencia
la hacia, sin embargo, necesaria. Desde lo alto de la mon-
taña, corrian los puestos carlistas por la Yesa hasta Chelva y
Llosa; pOI' Caudiel y la Val de Almonacid hasta VilJavieja
y Nules, y de alli hasta Cuevas y Alcalá de Chisvel't; y Sel'~
rador, Tallada, Esperanza, Viscarro, Papaceite, Eliodoro
Gil, el alcalde de Villa real y Perciba señoreaban casi todo
el territorio comprendido entre estos puntos. Este último
guerrillero, sorprendido cuando, al abrigo de una fuerte co-
lumna que tenia en Alcalá, se bañaba en la playa vecina,
fué fusilado ellO en Peñíscola, y, el 16, por horl'ibles re-
presalias, hicieron los carlistas sufrir igual suerte en frente
de la misma plaza á diez y ocho milicianos cogidos en las
salinas de Amposta. En el mismo dia, el gobernador de Se-
gorbe, obligado á salir de la ciudad para buscar los viveres
de que le hacia carecer con frecuencia el casi constante
bloqueo, de que alternativamente estaban encargados Vis-
carro, Noguel'llCla, Lama y Lopez, no pudo volvel' á ella
sino tiroteado por todos aquellos guerrilleros. Lucena, si ...




380 ANALES DE ISABEL H.
tiada despues de mucho tiempo, habda caido en poder de
Lacoba, si la marcha de Borso sobre Valencia no permi-
tiera á Sanchez, que desde BUl'jasot velaba sobre la segu-
ridad de aquella capital, {l.cudil' á su socorro y libcrtarla,
en union con el comandante de Castellon, ú quien dejó due-
ño de sus movimientos la llegada del gcfe piamontes. Pero
esta no impidió que, desde las inmediaciones de Benicarló
hasta las de Rcqucna, continuase devastando el pais el en-
jambre de bandas que lo surcaba oí lo largo en esta direc-
cion, y á lo ancho·desde el mm' IlasIa las crestas de las
montañas que separan á Valencia de Aragon.


Otto enjambre, que de mucho tiempo antes surcaba la
Mancha, habia adquirido en tanto un aumento prodigioso,
por no existir en parte alguna fuerzas con fIue perseguirlo.
Mientras que Jam llevaba la audacia hasta situarse en Santa
Cruz de Retamar, y presentarse delante de Navalcarnero, á
cinco ú seis leguas de :\-Iadrid (22 de mayo), Orejita, Pe-
ñuela, Morago y olros im:adieron la provincia de Córdoba,
saquearon á Torreeampo, Pedroches, Torremilano y Torre-
fl'3nea, y se adelantaron (31 de mayo), hasta los campos de
Montoro, de donde, revolviendo hacia Andújar, cayeron
sobre Javalquinto yamenazaron á Linares. Al mismo tiempo,
otra banda se corrió sobre Toledo, y desde Layos, á dos le-
guas de la ciudad, envió á ella un destacamento, que, el4
de junio, puso fuego á una de sus puertas, (la de Alcúntara).
El gobierno, sintiendo el baldan de que le cubria la impu-
nidad de aquellas iUCUl'siones periódicas, dispuso que tl'es
columnas sacadas de Andalucía, Esll'emadul'a y la Mancha,
se reuniesen en esta ultima provincia, y diesen sin descanso
caza á las facciones. Pero cuando todo se puso en moyi-




LIBRO DUODECll\lO. 381
miento paral'ealizal' la combinacion, ellas se reunieron , el 22,
cerca de Almaden, y en seguida se cOI'rieron sobre Estre-
madura, donde en los dias siguientes ocuparon a Zalamea,
Casluera, la Serena, Cabeza de Buey, Peña del Sordo y otros
pueblos, obligaron tÍ. las autoridades tÍ. evacuar la rica villa
de don Benito, y encel'l'al'on en Simela la guarnicion que,
desmembrada para reforzar la division que debia obl'ar en la
Mancha, no pudo oponer resistencia tÍ. las gavillas de la
Mancha. Estas, aeel'cúndose á las fronteras de la provincia
de Sevilla, in:,pil'aI'on ill(IlIielUdes tÍ. su capital, donde to-
maban las alltol'Ídades medidas de prccaucion y de resis-
tencia, en el mismo dia en que estaba sobre Valencia don
Carlos, y Urbistondo hacía capitular tÍ. Berga.


Apenas las tt'opas dc la reina l'cllllidas en la Mancha,
regresaron á los cantones quc no abandonaron sino para
condenal' tÍ. desastres los territorios que estaban encargados
de proteger, las bandas cstremeñas y manchegas volvieron
tÍ. diseminal'se en diferentes dil'ecciones. Jara, Sanchez, el
Barbudo, Lago, SlIarcz, Cuesta, Valencia, PatagOl'da, Pu-
lido, Felipe lII1II10Z, y Santiago Leon ocuparon desde Gua-
dalupe, Alia, Valdccaballeros y <lemas }meLlos vecinos,
hasta Pusa, Gebelo y Sangrel'a, dominando unos las ol'illas
del Guadiana y ateos las del Tajo, amenazando aqucllos á
Tl'lIjillo y aun á Caccl'es, y estos ú ÜI'opesa, Puente del
Al'zobispo y el campo Arañuelo. Galan, Revenga, Corulo,
Peco, Tercero recorrian los montes de Toledo desde las
fronteras de Estl'emadlll'a hasta Consuegra y aun hasta Hc-
rencia. Palillos, Ol'C'jita, Peüuela, Ciprian, Morago, Peñasco
y otros se estendian desde estos últimos puntos hasta el centro
de Sierra Morena. El 25 dejullio, atacó Palillos á un destaca-




382 ANALES DE ISABEL n.
mento de treinta granaderos ti caballo de la Guardia Real, que
iban de Ciudad Real ti Piedrabuena, y sacrificó despues del
combate á los que nO pel'eciel'on en él. El 9 de julió, cogió en
la venta de Cárdenas é hizo fusilar otro destacamento de
treinta soldados de linea, Lo mismo hizo (el 20) con cua-
renta carabinel'os del resguardo, que sorprendió en Almade-
nejo; lo mismo hicieron al dia 'iiguiente Barbudo y Sanchez
con veinte soldados de la reina Gobernadora, que iban de
Tarayazo á Almará7. Lo mismo hizo (el 24) Felipe Muñoz
con treinta ó mas milicianos de Navalmoral y Pelel'eda de
la Mata, que le atacaron en union con mas de otros tantos,
que soló con la fuga se libertaron de igual suerte. Por todas
partes ocupaban unOs y oh'os los pueblos indefensos, ata-
caban los fortificados, sacaban hombres, caballos, armas y
víveres, interceptaban las comunicaciones, asesinaban al-
caldes, empleados y milicianos, y completaban de esta ma-
nera la desorganizacion general.


En vano los comandantes de armas, las corporaciones
municipales, los hombres de caudal y de influjo dirigian al
gobierno ú á los periódicos quejas sentidas, sobre la deso-
lacíon de que eran teaLl'o los pueblos; la falta habitual de
medios militares y pecuniarios obligaba á cerrar los oidos ti
aquellos clamores. En vano una ú otra columna movil em-
peñaba tal vez escaramuzas, limitadas por lo comun al es-
téril sacl'ificio de diez ú doce hombres por cada parte. En
vano, al acercarse los facciosos, se retiI'aban las guarnicio-
nes á los fuel'tes, desde los cuales podian ellas defenderse
pero no defender a los 'pueblos, que eran, pUl' resultas de la
resistencia, saqueados siempre é incendiados las mas veces.
La situacion de la Mancha llegó á ser tal, que, para atrave-




LInRO Dl'ODECIMO. 383
sarla, fué menestcl' organizar camvanas periódicas, enten-
diéndose para propol'cionarles esco Ita de diez en diez dias 103
capitanes generales de Andalucía, Granada y Madrid. Toda-
vía cstas escoltas, aunque compuestas de gran fuerza de
caballcría é infantcl'Ía, fueron atacadas, en términos que hu-
bo que rcnunci3l' á este costoso é insuficiente medio de pro-
leceion, y dcjar que los correos y viajeros corriesen riesgos
de que nauie bastaba á prescl'varlos.


El gobierno, esfol'zándose á disimular su impotencia
lingió creer que los males que sufl'ía aquel terl'itorio de-
pendían de p,)ca actividad del comandante general don Ni-
colás 15luro, y cnvió para reemplazarle, al comandante ge-
neral de Soria don Santiago Allmin, á quien confió el man-
do ue las provincias dc Ciudad-Real y Toleuo. Llegado á la
capital de esta última en los pl'imeros dias de agosto, em-
pezó por eslender á una parte de ella la declaracion del es-
tado de sitio bajo la cual gemía la pl'imera, aunque la tim-
uja uc aquel régimen escepcional no hubiese mejorado su
condicion; yen seguida mandó l'clmir todos los milicianos
de la provincia, y los sollcl'os y viudos de 18 á 40 años, en
los lugares que presentasen mas seguridad, donde de-
bian mantenerse á costa de sus pueblos respectivos. Por es-
ta disposicion, se cOllllenó ú estos á sacrificios nuevos, tan-
to mas insoportables, cuan lo mas completa el'a la indefen-
sion en que se les dejaba, y mas inminente el l'iesgo de ser
~l\li([uila(Ios pOI' las cOrI'ef'Ías de los facciosos. Los mozos
mismos art'ehatados asi de sus casas y labol'cs, convencidos
de que su ausencia las entregaria al Sal¡lICO, y de que en
los pueblos donde se les confinaba 110 hallarian los socorros
diarios que la misel'ia del territorio impedia proporcionar,


T@oW. ~




384 A:SALES DE ISAIlEL 11.
prefirieron asegurárselos incOI'porándosc ú las bandas, que
se vieron asi l'efOl'Zadas por el medio mismo con que se
intentaba disminuirlas. Tampoco rehajó sufuel'za uno ú otro
uescalabro qne les hizo sufrir el nuevo comallllallte cristino;
pues, uispel'sándose en los montes se volvian ú reullil' al
uia siguiente, aumentadas con oh'os mozos ú r¡uicnes la su-
cesiva uevaslacion de los ¡meLlas pl'ivaba de un dia ú otro
de todo medio de subsistencia. POI' colmo de desgl'acia,
la cOl'rerÍa coetánea de Zaraliegui obligó ú retil'(H' lfls gllar-
Tliciollcsde la provincia de Toledo, y Jal'n, Sanchcz y Mu-
ñoz ocuparon á Puente del Arzobispo, Ahleallue\"a y Bcivis
y se presentaron á \a vista de Talavcra, mientras dgefe
navarro llegaba ú las puertas de nIfldri(1,


Peor aspecto, si cahe, }wesental'on dunmle este último
pCI'Íodo las provincias del 'X orte, A penas ¡\.lcalá y Casta-
ñeda se movieron al SllI' <lel EI)l'o, siguiendo los pa"os Ú
Goiri, cuando Casto!' UYHnZa de las frollteras de Vizcaya,
desUl'ma los nacionales tle Llerflna, Yiliacarl'iedo, Seluya y
demas puelJlos de aqnel valle, y se corre Ú Olltalleda, ~. CI1
seguida á la Cavada y LiergilllC's, :lIl1cnazando Ú S'llltandCl'.
Rico de armas y de ganados, revuelve luego sobre el "alle
de Carranza, fortifica aHi Val'jos puntos, amenaza á tllre-
do, y, el H de agosto, pOlle sitio ú Castl'o-(:l'lliales, cOi'la
las cañerías del pueblo, y le reduce ú la necesidad. oc (ple
le abastezcan de agua harcas de la costa toda desde San-
tander a Portugalcte. El8 de de agosto, el regimiellto 111'0-
vincial de Segovia , recien Hegado de San Sl'kt,tian, llc-
hia continuar su camillo ú Castilla; pero, I'ChUSallllo mal'-
chal' mientras no se le p"gascn sus :llrusos, se juu!a¡'Oll Ú
duras penas 20,000 1'('<\les para canlculado. Pareeiúlc l6-




LIBRO DUODllCll\lO. 385
nue el socorl'o y fué necesario proporcionarle para el dia
siguiente otra igual suma. EI¡1l'ovineial de LaI'edo, que llegó
dos dias despues, 110 marchó tampoco sino cuando hubo re~
cihido cUal'cnla mil realcs como el tle Segovia. En los dias
antet'iol'es habia hecho lo mismo el regimiento tle Borbon
enviado contra CaslOl'. Sanl3mlcl' sufria, en fin, de los sol-
dalIos dc la reina el mismo tmto que le habían dado sus
enemigos.


Bilbao, á pesar de estar gnamccida pOI' fuerzas muy su-
Jleriorcs tÍ las de ellos, cOlltinuaba en tanto blotlUeada, y
rl'an tales las dificultades que sufl'ian sus comunicaciones,
y tal la frecuencia de las sorpresas qne espenmentaban los
destacamentos empleados en el servicio de la línea, que
llubo de pensarsc en cstahlccel' nueros puestos fortificados
entrc aquella villa y la de Portllgalete. El disgusto que
causaba ('~la siluacion, las p¡'ivacioues á que ella condena-
ba á la capital, los sacl"ificios c¡ne á esta imponian en par-
licular sus costosísimas obt'as de defensa, y, en union
con el señol'lo. los frecuentes repartos de Escalel'U, obliga-
do ti provccr :'l las necesidades de sus tl'opas con exac-
ciones insopol'tables, la indisci¡lliua de estas tropas mis-
mas que, sil} tomar en cuenta los esfuerzos que hacia n
para sostenerlas, disminuian cada dia la posibilidad de
continuarlos, pOI' lns wjaciolH's con (Iue abl'Umaban al
vecindario cmpobi'ccido; la insistencia del gobierno para
qne la (Iiputaeion foral jurase la llueva Conslitucioll de la
monarquía, qlle, derogando los fucros, anulaha el carácter
de aquella cOl'pOl'acion y la sometia á exigrncia~ contl':ll'ias
á su instituto, cl "igOl' eo)) qne el eomalllhmtc gelleral San
~ljgucl sofocó las I'Cdamileiolles de los homlJl'cs mas im-




386 ANALES DE ISABEL U.
portantes del pais sobre la prometida conservacÍon de su
régimen escepcional, suprimiendo el periódico en que ellos
las consignaban; la mortandad, en fin, ocasionada pOI' la
aglomeracion de tropas en un espacio reducido, mortandad
que en los seis primeros meses del año habia al'l'ebatado
dos mil y cien habitantes, ó lo que es lo mismo, la sesta
parte de la poblacion; todas estas causas mantcnian en ella
una irritacion peligrosa, que ya se manifestaba tímidamente
en la falta de concurrencia del vecindario á la ceremonia
de la jura de la Constitucion, ya,' con menos recato cn la
cmigracion de los mas ricos propietarios y capitalistas, y
ya mas abiertamente en frecuentes reyertas entre los sol-
dados y los habitantes.


En una situacion semejante se hallaba la parte de Gui-
púzcoa ocupada por los cristinos. La necesidad de cu bl'ir
la linea desde Imn á Remani por la carretera, y desuc
Irun á San Sebastian por las Ol'ilJas .oel Vídasoa y la costa;
la de proteger los trabajos de fortificacion emprendidos al
mismo tiempo en casi todos los puntos del tel'ritol'io, y la fal-
ta de recursos tenían a los uatnlloncs allí acantonados en ulla
¡narcion perjudicial á la disciplina. A veces interrumpian
la monotonía de esta inaccion escaramuzas pat'ciales, sor-
presas reciprocas, talas de campos e incendios de edificios,
que agravaban las necesidades, sin dejar columbr3l' su tél'-
mino. Agravaronlas aun los desól'denes habituales de los
restos de la legion inglesa, que, aunque reducida á mil in-
fantes, ciento y cincuenta caballos y una batería no podia
hacerse pagar, y pretendia justificar, con la falta de cum-
plimiento de su nueva contrata, los escesos a que se entre-
gaba • y cuya impunidad contagiaba el ejél'cito todo. La




unRO DUODECIMO. 387
marcha de Alcalá á Castilla; la urgencia de reponer las
guarniciones que este habia levantado para reforzar su co-
lumna y la necesidad de poner á cubierto de un golpe de
mano la plaza de Sanlamlel' obligaron á Jáuregui á embar-
car pam esta ciudad algunas de sus fuerzas, y su des-
membracion aCJbó de hundir las esperanzas, que abrigaban
siempre los crislinos de Guipúzcoa, de ahuyentar á Guibe-
lalde y de ocup:u' á Tolosa y la pl'ovincia toda. Esta des-
memhracíon se aumentó por la separacion de buen númel'O
de chapelgol'l'is, que, insul'reccíonados tambien en Oyarzun
por falta de pagas, pidieron y obtuvieron su licencia abso-
luta. En Guipúzcoa como en Vizcaya, se llenaba en fin, la
medida del disgusto por los cholJues. que, con la diputacion
foral y aun con los ayuntamientos instalados en los pue-
blos compl'ellllidos en la zona de ocupacion, ocasionaba ca-
da dia la contradiccion entre los deberes que imponía á
aquellos pueblos la Constitucion por un lado y el régimen
provincial por otro.


En Navarra coincidió con el paso del Ebro por Zaratie-
gui la insurreccion en Pamplona de los provinciales de Ecija,
y Bujalance, precursora de la que, un mes mas tarde, debia
sacrificar ilustres víctimas, Ocho dias despues de aquel mo·
tin, declararon la diputacion provincial y el ayuntamiento
de la misma capital no poder ya exigil' mas contl'ibuciones
al exhausto telTitorio, y, encargándose de este cuidado la
autoridad militar (4 de agosto), empezó una nueva época de
pillage; de las eras fueron arrebatados los granos, de los es-
tablos los ganados, y hasta de las casas los muebles, sin
que, en la rapiña general, fuesen mejol' tratados los amigos
que los enemigos. Cuatro di as antes de que se dictára




388 ANUE5 DE ISAlJEL JI.
aquella destructora medida (LO de r.gosto) los carlistas ata.
caron á Lodosa; pel'o, vigorosamente rechazauos hubieron
de retil'arse, no sin haber causauo mucho dallo al fuerte y
á la ciudad.


En Alava, mientl'as Zal'alirgui pasaba el Ebro, se fOI'-
malizó el sitio de PeñacelTada, á cuyo SOCOI'I'O no aeutliel'on
hasta el 28 de julio los portugucses, halidos ocho dias antes
en Cembrana. A pesa!' de la aparicioll inslaIltúlle~ de
aquellos auxiliarcs á la vista de la plaza, continuó el ¡..itio,
como continuó uespucs que Escalcra, de vuelta de SlI espe-
dieion á Santo Domingo, reuniendo sus fuerzas á las de los
mismos aliados, introdujo en ella (el a de agosto) un con-
voy de víveres y nmnicloncs. Los peligros de aquella pla-
za y los apmos del gencl'l;! en gefe CI'('cicl'on en los tEas
inmediatos, en quc, Ú pesal' tic las gestiones hechas pOI' el
ministro español en Lisboa, ratificó el gabinete pOl'tugues
las ó/'denes dadas antel'ioi'lllentc al uaron (le las Antas, pa-
ra acudir al sosten de la Conslilucioll de su pais , atacacla
por los partidarios de la Cat'ta de don Pedl'o. La clivisiull
auxiliar dejó, en consecuencia, ú YitOI,j¡1 cn los dias 10 y
11, Y Escalera, reducido á sus escasos medios, hubo de li-
mitarse á observar desde Miranda á los sitiadores de Peña-
cerrada y aguardal' alli la noticia de su rendicion.


Pero alli mismo le esta va reservado mas deplorahle des·
tino. Para I'eforzar sus batallones, habia mandado que se le
reuniese el provincial de Segovia, que acabaha de seña-
larse por sus escesos en Santamlel'. El j 5, le hizo acanto-
na/' en las inmediaciones de Mil'anda, y (el 16) mandó fOI'-
mar en la plaza las compañias de preferencia del mismo
cuel'po, y arrestar a los de sus inJivíduos designados como




UBno DuoDEcnro. 389
autores de aquellos desórdenes. Al anochecer, se alborotan
sus principale3 cómplices, y, sublevando all'egimiento en-
tero, salen pOI' las calles gt'itallllo,-«l11ueran los traidores,
»fuera los preso~.» Eneaminallse desde lurgo á la cárcel,
saean de ella ú sus compaiíel'os, que pascan en h'iunfo , se
dirigen en seguirla al alojamiento del general, fuerzan las
puertas, y cuando este quiere arengados, le cosen ú puña-
ladas y le acribillan á balazos. Los oficiales amedrentados
no osan salil' de sus cnsns, y la soLladesca embl'iagada
cOl'l'e las calics, llevando cn la punta de sus sables ó de sus
bayonetas, ejcmplal'cs de algunos periódicos de Madrid, en
que se asegul'uha que el gobiel'Uo tenia remitidos al ejél'cito
Jos fondos lleees~H'ios pam el pago ele totlos los cuerpos.
La casa ele! gellel'lll es Illego saqueada, y en ella se encuen-
tl'an por todo tesoro die:, y seis duros, gloriosa refutacíon
de soeces calumnias, demostracion irt'ecusable del abandono
en ({ue yacia el ejército. El general Cal'ondelet logra, en
fin, restablecer cierta apal'icncia de ól'dcn, y toma el mando
de aquella banda de asesinos, á cuya cabeza marcha (el 17)
á la Puebla.


Llegada el mismo dia á Vitol'ia la noticia del atentado
del dia anterior, se alteraron los afiliados de los clubs, que
alli como en todas pal'tcs, tenian órden de sus directores
de acabar con los gefes flllC no perteneciesen á su pandi-
lla. El gobcmador don Liborío Gonzalez quiso tornar mc-
didas para impedir la consumacion de sus designios; pero,
declal'alHlo los gefes dc los cuel'p03 que no podian respon-
der de sus tt'opas, hubo de limitarse á establecer retenes
y patrullns. A pesal' de ellas, y quizá a causa de ellas,
empezaron, cerca ya de media noche, á recorrer las calles




390 ANALES DE ISABEL n.
grupos de soldados de varios eucJ'pOS, y señaladamente de
los batallones de Zurbano y Almansa, alternando sus gritos
de-(<1nucran los traidores» con vivas al mismo Zurbano,
á Alaix, á la Constitucion y á Isabel n. GOllzalez , . aunque
refugiado en casa de! guerrillero ídolo de aquella noetuma
apoteosis, fué asesinado dentro de ella, despues de haberlo
sido, al salir de la misma para llevar ól'llenes, uno de sus
ayudantes. Igual suel'te luvo e! gefe de la plana mayor, que
en vano buscó refugio en la gual'llia del pl'incipal, y la
misma tuvieron ellH'esldenle de la diputacioll provincial
Arandia, el diputado Cano, el fiscal Fel'nanuez, el J'edac-
tor del boletin oficial Aldama, y otros V31'ios individuos en
sus casas unos y olros en las calles, por las cuales fueron
armstrados los cadáveres de algunas de las víctimas. Las
tropas inmóvíles en sus cuarteles parecian no eslar en ellos
sobre las armas, sino para dal' aparato y solemnidad al sa-
c!'ificio.


Consumado este, los verdugos se relirat'on tranquila-
mente á sus casas, mientras se instalaba una junta de sal-
vacion pública, cuyo pl'imer acto de autoridad fué impo-
Del' una contribucion de veinte y cinco mil duros á los ta-
chados de desafectos. Despues de despojar de su dinero á
los que lo tenian , y de sus empleos á los que no poseian
otra cosa, la junta revolucional'ia quiso darse aires de le-
galidad, afectando mostrUl'se justa, y para ello hizo quitar
la vida á un soldado, que se aventurál'a á demasías con lino
de sus gefes; severidad loable si los ejecutores de esta sen-
tencia no fuesen los mismos individuos manchados aun con
la sangre de las autoridades milital'es y civiles de la pro-
vincia. Para derramada, sil'vió de pretesto, en Vitoria co-




LIBRO llUODECUIO. 391
mo en Miranda, la acusacion que se hacia circula\' contra
los gefes, de que se apropiaban los recU\'sos que les en-
viaba el gobierno para el socorro de las tropas. En Miran~
da, \'csulló yietoriosamcntc dcsmentida por esta imputacion
la pobreza menacal de Escalel'3, como rcsultó desmentida
en Vitoria pOI' una manifestacion que el ministro principal
dc la hacienda militar, temiendo ser envuelto en la catás-
h'ofe que se prepa\'aba, hizo insel'tal' en el Bolctin Oficial
y en la cual decia:-(((lesde 23 de mayo hasta 23 de julio,
»solo han illgr'csado en pagaduría ciento cuarenta mil rea~
»les, siendo asi quc el pl'esupucsto es de 2 milloncs y tan-
))tos mil reales al mes, sin contar con el ramo de provisio~
»IlCS.oo. Esta lastimosa situacion la he manifestado contí-
)Jlluamen(c pidiendo remedio.» Pero, por todo remedio, el
general Caronddct sc limitó á cnviar a Vitoria un nucvo
gobcrnador, cncargado dc contemporizar con una junta rc-
volucionaria que él no podia disolver. El gencral mismo, co-
mo si temiese sancionar con su presencia en aflueIlos luga-
res los escesos quc no tcnia medios de evitar, se marchó a
PeiíaccrI'ada (el 18) escoltando un convoy, y (el 19) partió
para Castilla, anunciando la intencion de impedir la vuelta
de Zaraticgui a la izquie\'da del Ebro , dondc se pensaba
quc iba a dil'igirsc.


En el mismo dia en quc Zal'atiegui arl'ollaba en Cem-
brana á los que pretendian oponerse a su paso a Castilla, la
diputacion provincial de Logroño se quejaba ti las,Cortes de
la enormidad de los pedidos y de la imposibilidad de satis ~
facerlos-(cagotados como cstaban todos los recursos de los
lJinfeliccs pueblos por las continuadas exacciones, y arrui-
)nada su agricultura por el exorbitante número de bagajes




392 ANALES DE ISABEL lI.
»y el vilipendio de sus jll'oductos.» TI'C5 o cuah'o dias des.
pues, una parte de la lH'ovillcia vio aumentadas sus exac-
ciones por las t!'Opas de la cspedicioll naval'l'a y pOI' las de
Alcalá y Escalera, cncllI'gallas dc pCl'srguida.


BUI'gos vio tambien talatlos sus campos pOI' las fuerzas
de Zal'aticgui, y pOI' las de Alealú y Menllcz Yigo, rlllc, ú su
paso por la capital, exigió de el!a aclemas una eno!'me con-
tl'ibucion en dinel'o. En Jillel'o tambicl1, en viveres, efeclos
de efluipo, y carros para cl jlronto ti'asporte de las t!'Opas,
la exigieron iguahnenle varios batallolles, (Jlle, ~alidos Je
Guipuzcoa y Vizcaya, atmvesa!'On sucesivamente la ciudad
pal'a reforza l' la division del capitan general. Exigiél'onla
igualmente los milicianos que, con el mismo objeto, se movi-
lizaron, y los encargados de conclui!' ó de ndelanlnl' las obras
de fOl'lificacion , con que se quiso haccl' tIc aquella ciudad
el balual'te de Castilla; y esto en lanto que, drelal'adas en
estado de sitio todas las provincias dc a(luella vasla comar-
ca, la queja era mirada como una seltal de desafeecion , y
la dcsafeecion ellsligada como un crimen. El 11 de julio,
mandó cl gefe político de Salamanca-« que 110 pudiesen I'CU
»nil'se en público ni en secreto mas dc dos personas de las
»tenidas por desafectas,) comlenamlo asi al aislamiento y
á la desesperaeion á los hahitantes pacil1cos filIe no loma-
ban parte en las estrepitosas exageraciones de un puñado
de díscolos; y como si se quisiese recatar el miedo que al'-
guia esta medida, se llevó el descllro hasta suponeda moti-
vada, en que-cdos enemigos de nueslI'a libcl'lad, para di-
»)simular su secreta desespel'aclon pOI' el !1l'óximo triunfo
»de la causa nacional, aparenlaban intel'pretal' á favol' de
))Ia del principe rebelde los últimos movimientos de sus llUcs-




LUlIlO m:ODECI:.\IO. 393
»tes.» A pesaI' de estas babdl'Onauas , pocos días des pues
obedecia la siena de Bmgos á la junta cadista, estableci-
da, ya en Quintana\' , pneh!o pCl'teneeientc ú la provincia,
ya en San Leonal'do, cOlTespondiente á la de Soria, donde
se espel'imenlahnn las mi:;mas iU(llIielUdes , igual penmia,
igual opl'eSioll. En el mismo estado puso la pennanencia de
Zamtieglli dmallle doce dias en Segovia á las vecinas po-
vincias de Asila y Va\ladolill.


En el mismo ú .\sturias el temol' de que los batallones
de Guel'gn(~, fIlie durante muchos dias hicieron movimien-
tos eClllívocos en las merindades, caycsen sobrc aquclla
pl'Ovincia, dos veces invadida y saqueada en la última mi-
tad del aJjo antcl'ior, y siellllwe amenazada pOI' las COlTe-
rías de Casto!'. Pal'a conjura!' el riesgo de invasiones nue-
vas, Ó preservaJ' de ellas sus poblaciones mas importantes,
se fortificó á (hiedo y ti Gijon , se demoliel'on editlcios en
esta villa, y se levanlaron obras que, defensibles solo pOI'
una numerosa guaruicion, que no hahia medios de esta-
bleeer, dehían abandollal'se, apenas se acercase á ellas un
cuerpo enemigo .. \ igual suel'te estaban condenadas las que,
con costosísimos sacl'itlcios, se construían al mismo tiempo
en Leon. En Galicia, las facciones, casi aniquiladas por re-
sultas de una constante pcrsecucioll, volviel'on á engl'ue-
sarse de repente, y la necesidau de hacer conll'a ellas nue-
vos esfuerzos obligó al eapitan general Hicafol,t, despues de
agotados todos los medios de proveer á la subsistencia de
sus tl'opas, á embargal' los pl'olluctos de las rentas, y á
establecer en cada depositada una intervcncion mili tal"
encargada de que no se dispusiese de los ingl'csos sino pa-
ra el socol'ro de las necesidades del ejét'cilo. ¿Qué mas?




394 ANALES DE rSABEr. 11.
Un motin de nueva especie, un motin de mugcres turbo
la t1'anquilidad de la capital de las cuatro }ll'ovincias galle-
gas, y no se apaciguó sino dando á las cignrl'eras de la
fábrica de la Pallosa una cantidad ú cuenta de los salarios
que se les debian, y que reclamaban con tanto desórden
como justicia. El NOI'oeste de España, en fin, aunque, no
trabajado por la guerra civil, sufria poco menos que el
Norte y el NOI'-este afligidos por aquel azote.


Aun las provincias mas meridionales se resenli:m de
la conflagracion ({ue devoraba el I'eslo del reino. Las {re-
cuentes correrías de las bandas manchegas en la parte oc-
cidental de la provincia de Córdoba, y en la septentrional
de la de Jaen, obligaban á mantener en aquellos tel'rito-
rios, á falla de soldados de línea, columnas compuestas de
milicianos y tropas irregulares, que aumentaban á veces
los daños que hacian los facciosos. A esta última provincia,
tuvo que pasar en pel'sona el capitan geneml de Granada,
que, desde Bailen, lanzó columnas en direccion de las sier-
ras, que, hasta Benamaurel y los distritos de Huesear y
Baza, recol'rian ~Ior3go, Mongero, Isidol'O Ruiz y oll'os par-
tidarios, é hizo concurrir á su persecucion las pocas tropas
que Málaga, constantemente amenazada de revueltas intesti-
nas, necesitaba para mantener en su seno una tranquilidad
siempre, por desgracia, precaria y efímera. El 1.0 de julio,
declaró en estado de sitio los partidos de Cazorla y Segura,
de donde mandó retil'ar los ganados, aunque, bajando de
la sierra en aquella estacion, no tuviesen donde pastal'.
A virtud de las disposiciones del mismo gefe debían ser
tratados como facciosos todos los que atravesasen aquel
territorio sin un pase de la autoridad militar, sufrir gran-




LIBRO DUODECIMO. 395
des multas los padres ó los tutores de los facciosos mcno-
res de edad, y costearse los gastos de las columnas encar-
gadas de la persecucion por los pueblos mismos á quienes
se hacia asi pagar á subido precio la proteccion que se les
dispensaba. Mongel'o é Isidol'o Ruiz sufl'ieron iguales
descalabros; el primero de aquellos guerrilleros se re-
tiró á la Mancha; el segundo dispersó su banda en los
montes; pero no por eso dejó de pesar sobre los pueblos la
manutencion dc las tropas destinadas á pel'scguil'los cuando
estaban reunidos.


De igual daño inmediato y de mas t!'ascendencia ulte-
rior eran las medidas que se tomaban en tanto en la tUl'bu-
lenta Malaga, primero en ejercicio :de la dictadura que
confirieron á las autoridades locales, las circulares es pe-
didas por la gobernacion en principios de julio, y mas tarde
a pretesto de haber pasado Zaraliegui los montes quc di-
viden las dos Castillas. Apenas recibidas aqucllas circula-
res, se reunieron las auto['idades de la ciudad y acordaron
fortificarla, restableciendo, para pl'oveer á los gastos que
exigia el cumplimiento de csta disposicion, los arbitrios im-
puestos en el ailo antcriol' pOI' la junta de armamento y
defensa. A cuenta de los rendimientos de estos arbitrios,
mandaron exigíl' en seguida cicn mil dul'Os, dec\al'ando que
se sacarian á la fuerza sus cuotas á los que no las apron-
tasen dcsde lucgo,_r( sin pCl'juicio (se ailadia) de mil'ados
)como inne,qablemente desafectos á nueslras sáiJias insti-
))luciones y ú la santidad de nuestra causa.)) Dilapidado al
punto el imp0l'te de aquellas exacciones, se determinó, po-
cos dias despues, arrancar otras, y, encontl'ándose resisten-
cia' se autorizó (ello de agosto) con el pago de ciertos de~




396 ANALES DE 15AllEL Il.
rechos la importacion de cien mil fauegas de trigo y de diez
á quince mil de cebarla, dero¡putlo asi el p¡'oteclor decl'eto
de cuero de 1831; invadiendo pOI' esta del'ogacion las atri-
buciones de la soberania; ahriendo hl puerta ú lal'gos frau-
des; dmlllo lugar tI vehementes reclamaciones de casi lodas
las autoridades de Andalucía y de Estremadura; sometien-
do la escasa cosecha de aquellas l)I'ovincias á la funesta
concunencia de los produJtos similares de las costas de
AfI'jca y aun de las dcl nUl!' Negl'o, de que existían enor-
mes depósitos ell los puertos del "'lediterl'anco desde Lior-
na ,hasta Marsella; y dando, en fin, el golpe de muerte ú la
ya exánime agricultura.-«Sí el mal hecho en Málaga, (elecia
pocos dias despues la sociedad económica de Badajoz) no
»)se contiene en su orígen, escusadas son las ley('s, y la es-
>'pantosa anarqlú vendrá bien pronto a d~lI' la última mano
»al cuadro, bastante cargado ya de hOl'l'ores y de miseria,
»que pl'esenta hoy nuestl'u malhadada patria.)


Inquielo po!' los abusos ú que dieron ll1ál'gen las cir'cu-
lares de Pita, hahíase apl'esUI'ado su sucesOl' Acuña tI intel'-
prelarIas en tél'minos equivalentes Ú ulla revocacion; PCI'O
el mal estaba hecho, y las alltoridadesprovineiales, que se
hallaban bien con las exorbitantes all'ibuciones de que en
un momento de lerror los lHlhia revestido el primero de
aquellos ministl'os, continuaron ejerciéndolas, so color dr.
'¡He aun amenazaban los mismos peligros que cuando les
fueron delega(las. Asi, la di Imlacioll l1l'mincinl de Cádíz
solicitó y obtuvo del capilan general la autorizaeíoll pam le-
vanlar en Andalucia una division de ciuco mil infantes y
seteeientos caballos, qne no teuia lli la intelleion ni los me-
elios de ol'ganizal', pam cuyo Pl'opósito, pomposamente anun-




LlIlUO DCODECil\lO.


cinuo, permilin a aquelln y ú las demns corporaciones de la
misma clase movilizar milicianos, imponer al>bitl'ios para
mantenedos y conSCI'V31> en la marcha de la adminisll>acion
una intel'yeucion tan coustallle como peligrosa. En Sevilla,
se decretó la moyilizacion pi'epal>aloria de nacionales pal>a
oponel'se t\ una inyasion , y aun se seiíaló la linea que de-
bian oeupal> desde Imajar y Osuna hasta los Pedl>oches. En
Mataga, se ofreció contribui!' al armamento general con mil
y quinientos iufantes y cien cahallos; y en todas pal'tes sir-
vieron de prclcsto estos prometidos esfuerzos para exaccio-
nes, cuyo efecto inmeuiato fuó gellernliznl> el desóellen y la
miseria. Mient¡'as, en Málaga, como por donde quiern, se 31'-
I'('balahan sumas cnormes para conjur¡¡¡> peligl>os imagina-
rios ó ú lo lllellOS muy ¡'emotos, sc imprimian en todos los
papeles públicos dos certificaciones, lilll'auas en 22 y 2G de
julio pOI> los habilitados de retirados de Granada y Mábga,
de las cuales resultaba haher muerto (c14.) de hamúre en es-
ta última ciudad, el tenienle cOI'ouel don Bautista Segunl,
en E~tepona el sargento Francisco ~aVaITO, y en Jimena el
de igllal c!a,;e Mnlluel Sanchcz del Castillo; y no se Lhl'aI'on
de igual suerte casi to(los los demas l'etirados de aquella 01>-
denacion milit,n', silla leUlliendo á los inciertos dones de la
compasion priyada las mallos encallecidas en el sel>vicio de
la pall'ia.


Pero ¿tómo no cundiria por todas partes el dcsól'den,
cualltlo las Cortes, no solo se mostl>ahan insensihles ú torlas
las calamidadcs qnc el provocaba, sino que lanzaban carla
día combustibles nuevos á la hoguera qne consumia á un
tiempo las ill~l:lliciones y los iutel'e,es y f¡tle dcyol'aba á la
par los res los de lo pasado y las cspcl'allzas de lo futuro? La




398 A~ALES DE ISABEL n.
discusion de la ley de supresion de diezmos promovió, du-
rante muchos dias, irritantes y escabrosos debates, de que
ni siquiera se compensó el escándalo por la abolicion real de"
aquella prestacion. Asi, algunos pueblos, que, reputando sé-
rías las discusiones tenidas pam aholirla, se lisongearon de
verse descargados de ella, representaron contra los agentes
á quienes se encargó recaudal'la, cuando, en el acto mismo
se declararla suprimida, se decretó por un año su proroga-
cion. Vióse entonces que el objeto de este doble proceder,
no era abolil' efectivamente el impuesto, sino deslumbrar á
los labriegos con la perspectiva ulterior de este beneficio
para despojar desde luego al clet'o de su influencia, confis-
cándole sus rentas; y este objeto lo consiguieron, aunque
no se aprovechasen de todas ellas. En efecto, una vez de-
clarada cOlltl'ibucion civil la presta ~ion decimal, pudieron
los carlistas, que hasta entonces la l'espetaron, apoderarse
de sus productos en las pl'ovincias que ya ocupaban antes,
ó que sucesivamente invadieron; y muchos pueblos de las
diócesis de Segovia, Valladolid, DUI'gos y Osma contl'ibu-
yeron con sus diezmos á Zaratieglli, mientras muchos de
las de Toledo, Cuenca, Valencia, Segol'be, Teruel, Zara-
goza, Solsona, Gerona, Lérilla, Tal'l'agona y Tortosa ase-
guraron con el producto del de sus tcrl'itol'ios respectivos, la
subsistencia de las bandas ó de los cuel'pos regulares que
mantenian en ellas los enemigos. El clero. despojado de lo
que el miraba como su propiedad, prefirió que se entrega-
sen á estos los frutos de que se le desposeia, antes que ver-
los aplicados al sosten del gohierno que se los apropiaba.
Reducido á la mendiguez 3Jluel cuerpo, con quien la poliLi-
ca aconsejaba contemporizar, se il'l'itó y comunicó su irl'Í-




LIBRO DlJODEC!i\W. 399
tacíon á las masas acostumbradas á oir su VOZ; y la esci-
sion se propagó, y las l'esistencías crecieron, sin que de
tantos males hallase siquiera el gobicmo una indemniza-
cion en el aumento de sus recUl'sos. pecllnial'ios, pues los
rendimientos del diezmo, como contl'ibucion civil, ni aun
cubrieron las sumas que, por breves y bulas pontificias,
pereibia el Estado de los productos de la prestacion ecle-
siástica.


Las Cones habian uec¡'etado, á la veruad, que la mitad
de estos se aplicase á los antiguos partícipes, en cuyo nú-
mero estaban comprendidos el clero y las fábricas de las
iglesias; habian determinado además que, cuanuo la parte
que los cOJ'l'espolldia de esta mitad no bastase á la dotacion
del culto y cle¡'o, se eompleLase con ellH'oduCLO de sus bienes
que, por la misma Iry de supresion de diezmos, se declaraban
propiedad de la nacion; y en el caso de insuficiencia de
ambas aplicaciones, con los productos de un reparto que se
haria á los puelJlos con cluomb¡'e de contl'ibucion de culto;
pero, estos suplementos eran tan quiméricos como la asig-
nacion misma, pagadcl'a ella dc ingresos, que, despo-
jada la pl'cstacion decimal de su carácte¡' religioso, debian
ser casi nulos y dependientes los suplementos mismos de
eventualidades, imposiLles de realiza¡'. ¿Qué medio habia en
efecto de imponer una contribucion nueva, para completar
la dotacion del c1el'o, cuando las antiguas no se cobraban
sin apremios, cuyo ¡,jgO¡' sccaLa en su origen los veneros de
la producclOn? ¿Qué cspel'al' por ot1'3 pat'te de las fincas
quitadas al clel'o, condenadas en adelante á los detcriol'OS
consiguientes á una administracioll descuidada, al paso que
dispendiosa, y dc cuyos ténues rcndimicntos no podia me ...


TmIO IV. 26




400 ANALES DE ISABEL 11.
nos de disponer el gübierno, obligado, para salir de sus siem-
pre crecientes apuros, á librar sobl'e todas las dependen-
cías que manejaban algunos fondos? No ofl'ecian. pues, los
que produjesen las fincas del clero mas seguridad que la con-
tribucÍon del culto, para complet3\';la dotacion ilusoria, susti-
tuida á la vel'dadera que el sacaba hasta entonces de bienes pro-
pios, y de la parte que le correspondia en el acervo decimal.


La idea de la tal dotacion, que todos sabian no poderse
hacer efectiva, era Ulla de las que se habian introducido eu
el proyecto presentado á las Cortes el dia 21 de mayo, y
que, con el titulo de arreglo del clero, iba á introducir en
la iglesia españDla un cisma espantoso. Nunca, despues de
alg.unos siglos, las detel'minaciones sobre ereccíon, supl'e-
sion y traslacion de las sillas episcopales, sobre circuns-
cripcion territorial de diócesis, establecimiento y abolicion
de fiestas, reserV9S en materias de dispensas, y mul-
titud de objetos análogos, se llabiau dictado sin Íntcrven-
(lion de la silla pontificia. Esta práctica fué respetada hasta
en la república francesa, donde, demolidos ó destinados it
usos profanos los antiguos templos, maltl'atados sus ministros,
proscritas ó befadas las cercmonias del culto y arrancadas
casi de cuajo las raices de la creencia católica, podia dis-
pensarse de miramientos con el papa el poderoso cónsul qUfl
le hacia el inmenso servicio de restablecer los altares. Sin re-
cordar que aquel magistrado supremo noprocedió á tan grnnde
obra sino a virtud ó en conformidad de un concordato; sin
pensar en los desabrimientos que ocasionaron mas tarde al
cónsul, hecho emperadol', sus desavencncias con el pontífice,
ni en la horfandad en que la fil'meza de este dejó muehas
iglesias de Francia, que el rehuso de bula privó largo ticmpo




LIBRO DUODECIMO. 401
de pastores; sin advertir que los usos de todos los estallos
en donde dominaba la misma creencia debian ser doble-
mente respetados en un pais en que nunca se habia roto
la unidad católica, ni alterado la disciplina de la iglesia uni-
versal, la mayoría de la comision eclesiástica de las Cortes
propuso suprimir antiguas sillas episcopales; establecer nue-
vas; convertir en sufragáneas las metropolitanas y aun la
primada de las Españas; erigir cn primada á una de nueVtl
creacion; conferir á los obispos el derecho de las dispensas
y absoluciones resel'vadas al pontífice; suprimir los tribu-
nales de la Rota, Ordenes, Escusado, Cruzada, Vicariato
Castl'ense y otros creados, ya á solicitud de los reyes, ya á
virtud de concordatos; suprimi!', á es(~epcion de seis, todas
las fiestas de la iglesia española; estinguir las colegiatas; re-
ducir á proporciones cxigüas los cabildos catedrales; des-
pojar de sus plazas a los oLispos y canónigos escedentes,
declaranuolos comprcndidos cn una calegoria semi-pros-
crita, y señalar, por fin, al clero activo y al culto las mas
mezquinas dotaciones. Calculábanse ellas en 150 millones y
debian sin duda pasar dc 200, y sin cmbal'go las fábricas
de nueve mil parroquias eran dotadas á razon de veinte mil
reales, que apenas costeal'ian la mitad de sus gastos inevi-
tables, sin contal' cntre ellos la reparacíon periódica de los
edificios. Igualmcnte maltratadas fucron las fábricas de las
parroquias de mas importancia, y mas aun las de las catc-
dl'ales, donde los fieles estaban acostumbl'ados á aquella
pompa, de que nunca llUede dispcnsal'se al culto católico.
A sus ministros, reducidos de repentc y sin transicion á
corto númel'o, se dejaban asignaciones que, escasísimas cn
todo caso, lo parecian mas cuando cra seguro que no podían




402 ANALES DE ISABEL n.
ser pagadas. Y ¿como lo serian, cuanuo los esclaustrados,
cuyos bienes eran mucho mas considerables que los del ele·
ro secular, perecian de hambre por las calles? ¿Cuando á las
monjas que continuaban en sus conventos, no solo no se
les daba su tl'iste pellsion alimenticia, mas ni aun para la-
var las albas de sus capellanes? ¿Cuando el ejército mismo
no pouia, ni aun con sublevaciones diarias, hacerse pagal'
una mesaua?


Una minoria de la comision quc compaginó este pl'oyccto
trató de disminuir sus inconvenientes, haciendo algo mas
numerosos los cabildos; dejando en ellos a los esceuentes
hasta que fuesen muriendo u trasladándose á Otl'38 iglesias;
~ubordinando á condiciones dilatorias el ejel'cicio del de-
recho de las dispensas y absoluciones ¡'('servadas, confe-
rido por la mayoría á los diocesanos, y procurando, en fin,
disminuir con cierto respeto á los intereses privados las
consecuencias del cisma. Pero, en las circunstancias del pais,
e¡'a este un daño tan g¡'aye, tan tmscendental, que ninguna
pl'ecaucion bastaba á atenuat' sus peligl'os, ni menos á con-
jUl'ar sus efectos. Sin duda la reforma del clero seculal' cra
necesaria, conveniente la suprcsion dc algunas sillas episco-
pales de algunas iglesias cated¡'ales y tic las mas de las co-
legiatas, y conforme a\ prcstigio l\e\ c\cro mismo \a rCl\uc-
cion tie los prebendados en las catedrales que se conser-
vasen. Sin duda impol'taba abolit, los beneficios simples;
hacer la suerte de los pálTOCOS lUCilOS dependiente de even-
tualidades, y quitat', en las anomalías de la antigua orga-
nizacion eclesiástica, motivos de escúndalo á los fieles, y
estimulos á los que por aval'ida Ó ambicion abrazaban aquella
carrera. Mas, pat'a eIlllwendcr esta obra de regeneracían,




LIBRO DUODECUIO. 403
importaba igualmente aguardar momentos de calma, pre-
parando, para cuando estos llegasen, los medios de llevarla
á cabo, sin chocal' con las creencias generales y lo menos
posible con los intereses privados, no proveyendo las va-
cantes y agual'dando del tiempo el remcdio completo de vi-
cios y de errOl'es de que el tiempo mismo remediaba diaria-
mente una partc. Importaba sobre todo que en el arreglo in-
tel'viniese la autol'idad de la silla apostólica; pues, cuales-
quiera que fuesen las razones con que se pretendiese dese-
char esta intel'vencion, la falta de ella no podia menos de
inquietar las conciencias y de privar las variaciones que
se hiciesen del apoyo de la opinion, sin el cual ni las in-
novaciones adquieren consistencia, ni las reformas son otra
cosa que tentativas de tl'astol'llo.


Apesar de estas consideraciones obvias, las Cortes, des-
pues de concluir con la ley de supresion de diezmos, em-
pezaron (el 24 de julio) la del al'l'eglo del clero, que aun
diputados progresistas combatiel'on con mucho vigor. Los
clérigos autores del proyecto (Martinez Velasco, Venc-
gas y Gal'cia Blanco) lo defendicI'on lanzando á cada mo-
mento invectivas contra Roma y proclamando á veces
doctrinas que estremecieron á la mayoría de los circuns-
tantes.-«La España, (dijo Venegas, en la citada sesion)
l)era un edificio viejo, se ha caido, y es necesario acabarlo
»)(Ie del'ribar, para formar sobre sus ruinas otro mas her-
»)moso. Solo entonces tendl'é la satisfaccion de renunciar al
»)principio disolvente, para dejar á las Cortes venideras
»el principio conservador, AllOra es preciso arruinar.»
y coronó su panegírico de la dcstrucccion con una larga
filípica contra Gregorio VII, Cado-Magno y el Estatuto.




404 ANALES DE ISABEL n.
En la sesion del 23, aplicó Martinez Velasco á loa clérigos,
que des pues de mucho tiempo no hacian mas que devol'ar
humillaciones y suf¡'ir escaseces, la odiosa calificacion de
fruges consumere nati, con que mil novecientos años ha,
marcó un poeta á los hombres encenagados en los placeres
sensuales. Dos dias despues, ailadió el mismo, que los cle-
rigos no hacian mas que cazar, bcbel' y jugar; y fácil cs de-
cil' el efecto que producida tal acusacion en boca de un ecle-
siástico que hasta entonces pasára por moderado. Tres dias
solamente duró la discusion sobre la totalidad de aquel fa-
moso proyecto, aprobado (el 26) por ciento diez votos:
diez y siete diputados tan solo protestaron negándole el
suyo. Entre ellos se habia distinguido el ilustre Tarancon,
pronunciando contra el proyecto un discUl'so que, tan lleno
de verdad como de uncion, habria sin duda persuadido á
muchos de sus colegas, si las convicciones de casi todos no
estuviesen subordinadas, ya á los preceptos ó a las sugestio-
nes de los clubs, ya al influjo de las malas doctrinas reli-
giosas y políticas de aquel periodo de anarquía.


En la discusion de los artículos, los clérigos autores
del proyecto y otros yarios diputados no perdieron ocasion
de emitir doctrinas antigua y recientemente condenadas,
y de ensangrentarse contra Roma, cuyas declaraciones lla-
mó moneda falsa Martinez Velasco, en la ses ion del 27 de
julio. El ministl'o de Gracia y Justicia Landel'o, dijo en la
sesion de 1. o de agosto.-(Roma, que es lo que todos sa-
»bemos, acaba de autorizar por una bula alin(ame Abarca
»(el obispo de Leon) para que pl'oYea por sí ó por sus de-
»legados á las necesidades de la iglesia.)) En la del 3, Gonza-
tez Alonso, dando a su propia obstinacion y á la de sus co-




LIBRO DUODECIMO. 405
legas de la comision eclesiástica el mismo carácter acerbo y
empedernido que dán alodio teológico las tradiciones an-
tiguas, dijo: «La comi8ion no retrocedería de sus ideas
»aunqtte la patria se hundiese, aunque reacciones escan-
»dalos3s viniesen sobl'e ella.» En la del 4, Garda Blanco,
tratando se de la supresion de las fiestas, dijo:-«El pI(;eblo
»110 quiere ya mas fiestas; la iglesia le ha dicho que ayune
»y vaya á misa y ni ha ayunado ni ha ido á misa ... Noso-
»1r08, suprimiendo las fiestas, no hacemos sino sancionar lo
»que el pueblo ha hecho, como sucedió con el diezmo y los
(<ft'ailes.)l En la del 5, Venegas se pronunció abiertamente
por el cisma, y mas allá del cisma habia ido Sancho en la
del 29 de julio. Trataba él de dcmostrar los inconvenientes
de un artículo, por el cual se encomendaba al gobierno, bajo
su responsabilidad, que las iglesias se pl'oveyesen de pastores
propios en un breve tel'mino, lo que equivalia a exigir que los
obispos electos prescindiesen de la confirmacion del papa y se
hiciesen confirmar por otros obispos. Sancho, combatiendo
esta idea, que la renuncia presumida de todos los antiguos
prelados á consagra!' á los que no tuviesen bula de Roma
haria inejecutable, añadió:-«Si todos fueran como yo , no
»se necesitaba esta ley; el que quisiera religion qtM la
»)pagase; el que quisiera misa que la pagase, pero no to-
»dos son como yo.» El escándalo promovido por la profe-
sion públiJa de tales principios cundió luego de Madrid á
las provincias, de los palacios á las chozas; y apenas hubo
un español apegado á sus cl'eencias religiosas, que no se
estremeciese del cinismo con que se las atacaba y no cre-
yese la destruccion inmediata del gobierno bajo cuyo im-
perio eran tan menospreciadas y escarnecidas. Un eSCl'itor




~06 ANALES DE ISABEL 11.
á quien su neologismo romántico no impidió adquirir repu~
tacion como publicista (Donoso Cortés) calificó esta situa-
cion diciendo:-c(con la jura de la Constitucion dieron fin
J)las Cortes á su revolucion política; pero, aprobando el
¡Jproyecto de ley sobre diezmos, y discutiendo el al'rcglo
»del clero, dan principio á la re~\olllcion social.» Asi lo
creyel'On tambien muchos diputados que, asistiendo á las
deliberaciones, se reti!'aban al momento de votar. FC\'l'el'
anunció (el 2 de agosto) que haria una PI'oposicion para
evilal' los inconvenientes que I'esllltalwn de la generaliza-
cion de este sistema, y Olózaga, esplieando sus motivos,
dijo-c(yo me hallaba en el salon al tiempo de empezarse
»Ia votacion ; pero, no creyendo pode¡' decir en conciencia
))si ni no, y no teniendo por el reglamento actual la facultad
))de abstenel'me de votal" huhe de salirme.») En el curso de
aquellos debates, muchos diputados Obrat'Ol1 en conformi-
dad del mismo principio, y á veces no se pudo en algunos
dias votal' un solo al'tículo.


Con estos trabajos ue clemolicion, alternaron, segun
uso, otros destinados como ellos ,í satisfacel' pasiones ó á
contentar intereses de par'liuo. Revalidál'onse pOI' una ley
los grados militares concedidos por los gcnerale5 en 1823.
Otra ley sancionó la rehabilitacion de los que, en los diez
años ultimos, espiáran en los cadalsos sus tentativas de
trastorno. Aprobáronsc todos los decretos espedidos por
Mendizabal en uso del voto de confianza; y esto a pretesto
de que, habiéndose dado cuenta de ellos a las Cortes, sin
que estas hiciesen ohscrvaciones en contl'a, se entendian
confirmados pOI' su aquiescencia. Mientras que asi se daba
un carácter legal á estos aclos, de que eran gencl'almcn!e




LIBRO DUODECUlO. 407
ignorados los pormenores, é imposible por tanto calcular
la trascendencia; mientras que á los muertos del partido
se decretaban los honores dc la apoteosis y á los vivos se
reconocian grados y se preparaban ascensos, las Cortes
hacian pesar su bl'azo de hierro sobre la generalidad de los
habitantes, abrumándolos con clwgas, de cuya inversion no
era permitido pedil', ni menos tener noticias. Una propo-
sicion 11echa por Nuñez (el 12) para que se censmasen las
operacioncs de Mendizabal en el negocio de la deuda es-
trangcra, no pagada en noviembre anterior, fué desechada,
el 20, valiendo su discusion á los acreedores todos del
Estado la esplícita y solemne declaracion de bancarrota he-
cha por Calatl'ava.-(Declaro fl'aneamente (dijo) que mien-
»)tras ocupe mi puesto, aun cuando el gobierno tenga mu-
»)chos recursos, no serlÍn pagados los acreedores nacio-
)>nales ni estrangeros. Lo pl'imero es concluir la guerra.»
Y, para combinar los medios dc concluirla, se desechaban
en tanto las indicaciones mas desinteresadas y se rehusa-
ban las esplicacioncs mas indispensables. Asi sucedió con
una proposieion presentada el 7 de julio con aquel ohjeto
por los diputados Fontan y Falero. La comision a cuyo
exa.men se envió declaró (el 15) que el gobiemo no le ha-
bia suministrado los antecedentes que reclamara, y el pre-
sidente, rehusando entablar discusion sobee este punto, ni
aun permitió á Mendizabal espliear los motivos de la dila-
cion. Pocos dias despncs (el 26) la misma eomision dijo
que el gobierno, interrogado pOI' ella sobee los medios que
tenia para salvae la patria, habia declarado no podcr con-
testal', y que acudiria tí. las Cortes proponiéndoles los que
no estuviesen en sus atribuciones. La naturaleza y la es-




408 ANALES DE ISABEL n.
tension de estos medios habrian podido resultar del exá-
men de los presupuestos, de cuya discusion propuso Vaz-
quez Parga (el 2 de agosto) que se ocupasen las Cortes; pe·
ro su proposicion fué desechada, como la de Fontrn y otras
encaminadas al mismo fin. A todas ellas habia respondido,
desde el 16 de julio, Mendizabal presentando á las Cortes
un proyecto de ley para la exaccion de una contl'ibucion
estraordinat'ia de guerra, fijada á 10 p.o¡. de las rentas de
predios rústicos, á 8 Y medio de las de predios urb:mos,
y á dos cuotas y media del subsidio comercial é industrial.
Mendizabal estimó los productos de esta contl'ibucion á 3U
millones, tomando por base de sus cálculos la riqueza resul-
tante de un viejo censo, de que los años y las conflagracio-
nes sucesivas del pais habian alterado todos los elementos.


Aunque la época fuese fecunda en anomalías, no dejó
de parecer muy notable la que resultó del modo con que se
dividieron los votos de la comision encargada de informar
sobre aquel proyecto. De nueve individuos que la compo-
nian, y que al principio estuvieron acordes pam ilesecharlo,
cuatro emitieron des pues un dictamen, cuatro suscl'ibieron
otro, y el noveno adhirió á uno dc los dos, aunque disin-
tiendo sobre un artículo importante. El dictamen de la frac-
cion que aparecia reforzada con el voto relativo ú parcial
del individuo aislado era el mas favorable á Mendizabal; y,
en consecuencia, en la sesion del 4 de agosto, fué declarado
el de la mayoría, En él, por una nueva singularidad, de que
presentan pocos ejemplos los fastos parlamentarios, se pro-
puso dal' 500 millones al ministl'o, que no pedia mas que
314, y que, poco seguro de la exactitud de los cálculos en que
apoyaba su esperanza de recabarlos, se habria sin d\1da con-




LIBRO DUODECIMO. 409
tentado con menos. Para el repartimiento de la enorme su-
ma que el generoso cuatrillo (con esta denominacion fueron
designadas las dos fracciones de la comision) otol'gaba al go-
bierno, se propuso adoptar las bases últimamente fijadas por
las Cortcs para regularizar la distribucion del empréstito de
200 millones, aunque, en la citada ses ion del 4, anunciase
Mendizabal que las diputaciones provinciales habían decla-
rado no poder cumplil'se aquella resolucion legislativa, ni
reclificarse las cuotas con alTeglo á ella. Los propietal'ios
debian pagar desde luego en tres plazos de á quince dias
10 p. % del pl'oducto bruto de las rentas de los predios rús-
ticos, 8 y medio de la de los urbanos, y los fabricantes
y comel'ciantes cuota y media de la que, por razon de sub-
sidio, pagaban anualmente. Estas anticipaciones debian des-
contarse del importe de los contingentes uefinitivos, paga-
deros de~de octubre en tres plazos mensuales, tan premio-
sos como los del adelanto por quincenas. Las rentas de las
fincas pertenecientes al Estado se ueclararon exentas de
pago, aunque, por el hecho de pertenecer ya á esta catego-
ría todas las del clero secular y regular del reino, la exen-
cíon en favor de ellas deLiese pesar doblemente sobre las
demas clases empobrecidas.


El cuatrillo que formaba la otra fraccion de la comi-
sion demostl'ó lo absurdo de estas medidas, lo desacredita-
do del sistema de anticipacion, la desigualdad con que esta
iba á afectar las diferentes industrias, y la dificultad de exi-
gir de pronto tan fuertes cuotas, dificultad probada irrecu-
sablemente pOI' el hecho de debel'se aun 80 millones del
préstamo de los 200. Para remediar á estos inconvenientes,
propuso aquella fracci9n que el gobierno presentase un




410 ANALES DE ISABEL JI.
proyecto de ley para exigir una cantidad determinada,
acompañandolo con un resúmen de los datos que hubieran
servido para su fijacion; que esta cantidad se repartiese en
las provincias con proporcion á su rirlueza, y que entre-
tanto hiciese frente el gobiel'llo á las necesidades con los
80 millones que no se habian cobrado del empl,estilo. Esta
última disposicion era evidentemente ilusoria y nula; pel'o J
las oll'as eran rigorosamente conformes á la justicia, y so-
lamente podian resistirse por un ministro que no tenia
coordinados los datos necesarios para saber lo que debía
pedir, ó temia que, del examen de los que presentase, le
resultaran cargos capaces de fl'Ustrar ó de diferir el otorga-
miento del pedido.


Zaraliegui, que, apoderado de Segovia, consternaba a la
sazon á Madl'id, inte1'l'umpió la marcha de estas discusio-
nes y de las de la ley del clero. El 7, el diputado Castro
llamó sobre aquella invasion la atencion de las Cortes, di-
ciendo: - «1'\0 es hoy dia de que nos ocupemos de oh'a
»cosa que de salvar la patria.) Y tan genel'al era el conven-
cimiento del peligro á que la esponia una con'ería facciosa,
que por unanimidad se determinó suspender los efectos del
acuerdo que obligaba á destinar a \a discusion de la ley del
clero las dos primeras hOl'as de cada sesion. Diez diputa-
dos castellanos pidieron que se pl'esenlasen los ministl'Os á
dar cuenta de las disposiciones que habian tomado para
atajar el progreso de la guerra.-(Las Castillas (dijo entl'e
»)otras cosas Fuente Herreros) se encuentran abandonadas,
»sin mas tropas que la division de Mendez Vigo. Alcalá,
»)encargado de defender el paso del Ebro, no lo hizo: Esca-
»Iera se volvió á Vitoria. En Ontoria se halla con dos ba-




Lumo DUODECIMO. 411
)¡tallones la junta facciosa, que espide órdenes á toda la
»provincia de Soria. Entl'e sus individuos hay uno que tie-
»ne alli prestigio.» Calall'ava respondió segun su costum-
bl'e, no estar en el caso de dar' las esplicaeiones que sepedian.
-('por no creerlo conveniente al bien de la patria, y no
¡)comprometer el secreto que cxigian tales matCl'ias.}) Ase-
guró en seguida que el gobierno habia tomado disposicio-
nes para que fuese perseguida la division facciosa por las
de Alcalá y Escalera, aunque era notorío que la primcl'a
se habia refugiado en Valladolid en razon de su inferiori-
dad, y que la segunda habia vuelto á Vitoria, que las tro-
pas portuguesas llamadas á su pais tenian que desguarne-
cer. Ficl el mismo ministl'O á sus antecedentes, apoyó luego
con la amenaza su negativa; y arrojando á las Cortes un
guante, que estaba seguro de que nadie recogería, aiíadió:-
«Prollullcien las COI'tes un voto de ccnsura contl'a el millis-
llterio. Asi no puede él continuar ... Lo que importa es que
)¡haya gobierno ... Las Cortes deben acordar' este voto, mas
»bien que ocuparse de una cuestion, cuyo exámen no puede
)Jacanear ventaja alguna.» A pesar de los argumentos con
que combatieron este silencio sistemático y de las acusa-
ciones que contra el ministerio fulminaron Vila, Madoz,
FOlltan, Olózaga y otros, en una sesion de mas de siete
hol'as, las escusas de Calatrava fueron admitidas, y la
proposicion dc los diputados castellanos desechada. Que-
dó asi demostrado sin réplica que ni las desgl'ucias que des-
pues de mucho tiempo pesaban sobre el reino todo, ni la
pérdida coetánea de una importante ciudad á las puertas
de Madrid, ni el aumento de fuerzas que la ocupacion de
aquel punto iba á proporcional' ti los carlistas, ni ninguno


.,




412 ANALES DE ISAUEI. 11.
de los males, en fin, que en aquella memol'able sesion se
revelaron, eran motivos bastantes pam que el gobierno die-
se á los quc reconocia como mandatarios del pais las es-
plicaciones que, en nombre de el, pedian de todos modos y
en toda ocasiono Quedó demostrado igualmente que la reu-
nion de aquellos mandatarios no tenia mas objeto que dar
apoyo á los ministros y á su desconcierto mentidas apa-
riencias de legalidad. Igual suerte tuviel'on las interpela-
ciones quc algunos diputados hicieron, en la sesion del 8,
sobrc la latitud que se reservaba á la autoridad militar
por los términos vagos y genéricos en que estaba conce-
bido el decreto que ponia á Castilla la Nueva en estad~ de
sitio. Calatrava dió sobre ello esplicaciones tan vagas co-
mo los terminos mismos del decreto; el presidente sofocó
la discusion, y la imprenta quedó sujeta á la jurisdiccion
del consejo de guerra, y destruida asi la mas importante
garantía del regimen por cuya pllmlificacion se afectaba
combatir.


El mismo dia presentó Mendizabal un proyecto de ley
para que se le autorizase á exigir inmediatamente ,la con-
tribucion cstraordinaria de guena, de que apenas en los
dias anteriores se habia empezado la discusion. El minis-
tro exigió que se le diese en el acto la autorizacion que so-
licitaba, y á pesar de la oposicion de Fontan, fundada en
la necesidad de observar los trámites prescl'itos para la
formacion de las leyes, fue en seguida nombrada la comi-
sion encargada de informar sobre la demanda. A COl'to rato,
volvió ella proponiendo que, inmediatamente y á cuenta de
la contribucion cuyo exámen estaba pendiente, sc exi-
giese 5 P-l sobre la renla de los predios rústicos y urLa-




LIBRO DUODECIMO. 413
nos, y una anualidad del subsidio industrial y mercantil, y
al punto fué convertido en ley el dictamen. La diputacion
provincial de Madrid acudió el mismo dia solicitando lam-
bien autorizacion para recat'gar los derechos sobre los con-
sumos; y sin demora pasó á una comision esta propuesta,
en tanto que se desechaba otra de varios diputados para
que se deelarase-(eque el sistema del ministerio no satis-
»faeia á las necesidades de la nacion.»


Tratándose y resolviéndose tan graves cuestiones bajo
la influencia de las pasiones que agitaban diversamente á los
diferentes partid6s, y bajo las del miedo que los subyugaba
igualmente á todos. las sesiones de17 y del 8 debian ser
fecundas en acriminaciones, en invectivas, en sarcasmos,
que ya revelaron misterios anteriores, ya pel'mitieron co-
lumbrar maquinaciones para lo futuro. El 7, ofreció Olóz3-
ga-«tender al ministerio una mano amiga si daba es-
»plicaciones satisfactorias;» y Calatrava rehusó sin rodeos
el apoyo con que se le brindaba. Al dia siguiente, dijo San-
cho que la oposicion de Olózaga no significaba mas que-
(variacion de ministerio,» y el hombre, cuya amhicion
era así denunciada, no cuidó de desvanecer la inculpacion.
En el mismo dia, contestando á Mendizabal, que hablaba de
reformas, dijo el diputado Soler:-(cla primera que yo ha-
»ria seria quitar al senor Mendizabal del ministerio de Ha-
»cienda¡» y risas generales acogieron esta hostil indicacion.


Mientras que aquellos y otros diputados se limitaban á
escaramuzas mas ó menos vigorosas contra los ministros, y
dejaban vislumbra!' sus deseos de suplantarlos, Argüelles
dirigia mas alto sus t¡['Os y mostl'aba ser m[lS elevadas sus
pretensiones. El 7, formulando con indicaciones insidiosas




414 ANALES DE ISABEL n.
una acusacion dil'ecta contra la Gobernadol'a;-«es mcnes-
»ter (dijo) que el gobiel'llo que ha de sucedel' á los actuales
»ministros, comience pOI' decir que la reil/a no está bajo in-
»fluellcias estrmtas; qne gobierna como regente, y con el
»Consejo solo de ministros responsables, para que tenga su
»gobierno la fuerza que tanto se reclama hoy; en suma, que
»S .. M. no se halla supeditada pOI' camarillas, cuyos ele-
»mentos son carlistas, influencias estrangeras y los descon-
)¡tentos que producen las revoluciones y las reformas. Yo
»tengo presente la época de 1823, y, aUIHjlW las cir-
»)cunstancias han variado en la apariencia, no han variado
»é61 el fondo.» Bien que estas espresiones estuviesen des-
mentidas, no solo por el conocimiento qne todos tenian de
la poca capacidad e influjo de las personas que la Gobcl'l1a-
dora recibia tal vez en particulal', sino por la l'esignacion
con que se habia ella sometido á todas las consecuencias de
su abdicacion de la GI'anja, ni uno solo de sus minis-
tros t!'utó de rechazar el cargo; y, solo en la sesion del 9,
cuando ya, durante cuarenta yoeho horas, habia eÍl'cu-
lado el dicho de Argüelles, manifestó Calatrava querel'
atenual' sus efectos, diciendo:-«mi deber es declarar que
»no ha habido aclo alguno del gobiel'llo á que S. M. no
)haya suscrito sin la menor repugnancia ..... En cuanto
))á las influencias estl'angeras, S. M. me ha dado el
»)encargo especial de declaral' á la faz de la nacion y de la
)Europa, que no reconoce otl'a influencia que la de sus mi-
»nistros, y si alguno ha dicho oUa cosa ha abusado tle su
)>Ilombre ... algunos enemigos de la libertad han tratado de
»sostener que S. M. fué violentada en la Granja pOI' ulla
»insurrecion militar, pam l'econocel' la Constitucion. Esta




LIBRO m:ODECmo. 415
»es tambien una falsedad fIue estoy encargado de des-
)}mentir. Mucho antes del suceso de la Granja, S. M.,
))por su propio convencimiento, no por consejo de nadie,
))dcseaba el restablecimiento de aquella ley.) Con este enga-
ñoso aserto pretendió Calatl'3va legiLitimar el moti n á que
debia su elevacion y calmal' los mentidos recelos de Ár-
giielles, el cual, aunque manifestándose satisfecho de las
esplicaciones insistió sobre la inculpacion, y aun la apoyó
en hechos equívocos ó controvertibles, que presentó como
pruebas.


Al dia siguiente, las Cortes calificaron la declaracion de
Calatrava de mensagc del gobierno; y, condenando al pare-
cer las pérfidas insinuaciones dcl diputado asturiano, os-
tentaron la satisfaccion consiguiente á los sentimientos que,
á la Gobernadora cautiva atribuia el gefe de sus cal'celeros.
En la misma sesion, uno de ellos, el ministl'O de Gracia y
Justicia, Landet,o, procuró echar los cimientos para la rea-
Iizacion ultet'ior de los designios de Argüelles sobre el es-
tablecimiento de una l'egencia, diciendo:-«He oido de la
))boca misma de S. M. que si su existencia á la cabeza del
»gobierno podia sel' motivo de disturbios ó causar algun
)embarazo á que la nacion marchase por la senda de su
))bienesta¡' (conocido era el sentido, que Argüellcs, Cala-
»trava y consortes daban á esta frase) se hallaba pronta á
)separarsc, estando dispuesta á sacrific31'se por la felicidad
))(le la nacion.»


El exúmen y discusion de la contl'ibucion estt'uordinaria
de Guerra ocupó las sesiones siguientes, en que varios di-
pulados mostraron la il'l'cgulal'idad del procedimiento de la
fraecion de la comision que sustituia al pedido vago é inde-


TOlIO IV. 27 .




416 ANAJ.ES DE ISADEJ. 11.
terminado del ministro una cuota fija, muy superior á la que
él esperaba de sus existimaciones. Vila declaró, el 11, que
no se debian entregar tan cuantiosos medios al ministro que
tan mal uso habia hecho de los que hasta entonces tuviera
á su disposicion, y denunció manejos culpables en las con-
tratas, el enorme aumento diario ue la deuda flotante, y la
emision indefiniua de billetes uel Tesoro (Iue, admisibles
en pago de contribuciones, hacian nulos los productos de
estas. Pita probó que, sobre injusta e impolitica, la contri-
bucion seria insuficiente; pues no se cobraria, como suce-
dió con el emprestito forzoso, ni cobrada bastaria á solos
los gastos del ejército, "aluados en 2 millones y medio
diarios. De insuficiente é incobrable la calificó tambien
Olózaga, y pretendió que no se debia tl'ata1' de ello, hasta
examinarse los presupuestos. Mendizabal sostuvo que, con
los 500 millones, se podian mantener ocho meses los dos-
cientos y cuarenta mil hombres, de que aseguró componer-
se el cjército, como asegUl'ó que solo debia costal' 8 reales
diarios cada uno dc aqucllos hombl'cs. Defendiendo sus crea-
ciones clandestinas de billcte8, ~Iegó que ellas no constituian
mas que un giro de letras sobre las provincias, aunque á él
como á todos constase que, no habiendo en ellas fondos de que
disponer, las libranzas no eran mas que puntales uel sistema
de entretenimiento, y superchcdas ruinosas en uefinitiva.
Contestando, cl12, á las obscrvaciones dc Olózaga sobre los
presupuestos, declaró que hacia cuatro u cinco meses que
los tenia presentados,. y que no era culpa suya que las Cor-
tes hubiesen desechado la Iwoposicion de uno de sus miem-
bros, para ocuparsc prefel'entcmente de afluel negocio; aun~
que á él, como á lodos, constase que sus insinuaciones di-




LIDltO DUODECIMO.


rectas y sus manejos ocultos eran la causa única de
haberse postergado su exámen. El diputado Vicens. in-
dividuo de la comision de cuentas. lo reveló esplícita-
mente en la misma sllsion, cuando dijo;-«La comision no
»ha !tecito, ni !tace, ni !tará nada. No nos hemos reunido
»mas que una vez, (en tres meses) ... Reconviniendo yo á
»unoúotro individuo de la falta de asistencia me contestó:-
))las Cortes no quieren cuentas.» Y á esta acusacion so-
lemne y terrible, no hubo quien replicase aun des pues de
declarar Vicens,-«que no queria pertenecer mas á seme-
»jante comision.» A pesal' de la oposicion violenta de mu-
chos diputados, de los cuales uno (Cabrera de Nevares) ca-
lificó el proyecto de atentatorio á la propiedad, y lo presen-
tó, por la latitud con que estaba concebido, como un nuevo
voto de confianza, se aprobó la totalidad por ciento y un
votos contra veinte y ocho.


Tres dias duró la discusion del artículo 1.0 por el cual,
para cubrir el déficit que se presumia entre los gastos y
recursos del Estado en el año corriente, se decretaba una
contribucion estraol'dinaria de 500 millones. Interpelado,
Mendizabal, cl14, sobre si estaba ó no de acuerdo con la
fraccion de la comision que fijaba aquella suma, declaró
con repeticion, haberse conformado con el dictámen á mas
no poder, y dejó traslucir esperanzas de proporcionarse re-
cursos por medio de un empréstito. Lacomision, dándose pOI'
ofendida de esta conformidad forzada, anunció, pOI' el órga-
no de sus individuos (el diputado Calatrava, hermano del
gefe del gabinete), que aun le parecian poco 500 millones,
y se empeñó de resultas un debate en que el ministro
hubo de contener el eseeso de generosidad de la comision,




418 ANALES DE ISABEL II.
alegando quc la fijacíon de una suma exol'lJitalltc alarmaria
los pueblos. Alva!'ez García (de la comision tambien) decla-
ró que de los 500 millones, debían destinarse 295 ti rein-
tegl'os, y que solo queda!'illn 205 disponiblcs. A pesal' lle
esta manifestacíon, fué (el 15) descchada la cuota, y, solo
suprimiéndola, fué aprobado el artículo, con gl'an disgusto de
la comision, que, empeüllda en hacel' tl'iunfa\' totlllmente su
pl'oyecto, anunció que lo I'etiraba. Contrariósc su celo faná-
ticamente obsequioso, hasta el punto dc disputarle al{uella
faculLad; y, despues dc prolijas I'cycl'las, tl'iunfal'on las su-
gestiones de ~lendizabal, votándose una contribucioll cstra-
ordinaria sin fijar la cuota, ni determinarse, ni aun cono-
cerse la proporcion que existiria cntre sus productos y Ias
necesidades á quc con ellos sc debia atendcr, y lo que es
mas, sin esta!' de acuel'do sohre el importe de estas ncccsi-
dades mismas; pues, la comision suponia sc\' de 740 millo-
ncs el déficit quc debia cubrÍ!' con la nueva dermma, y el
ministt'o la estimaba cn 250. Los flemas articulo s del pl'O-
yecto fucron adoptados con corta discusion en las sesio-
nes siguientes.


Interrumpiél'onlu momenlúncamenlc los rccelos que
atormentaban á los diputados mendizabalistas sobre la sc-
paracion dcl ministerio de que hacia pm'tc su pall'on. El 16,
quiso avel'iguar Suallce el ol'Ígen de las voces (¡ne SObl'C
aquclla sepal'acion se propagaban, y pidió que se declarase
permancnte la sesion hasta que el presidente del consejo
diese esplieaciones sobrc ellas. )Iendizabal manifcstó igno-
rarcl motivo de talcs ruinares, aunque la [tctiviLlad con que
al apoyo de Espul'tcl'O se movian en [t(lue! instante mismo
los moderado,:; pam apOdel'fll'Se del mando, acusase de




UBRO DUODECI1\lO. 419
simulada y perfida la ignol'aneia en que el suponia estar
de hechos que constaban á todo Madl'id. Algunos diputados
se oponen ú que se discuta la PI'oposicion de Suance, como
fundada pOI' una parle en l'umOI'es populares, y como aten-
tatoria ademas á la prerogativa de la corona para nombrar y
separar sus ministros: Madoz pI'etende que corre riesgo el
gran principio de la soberanía popular, proclamado un año
antes, si son sepm'ados los ministl'os que le representan.
Los corifcos de la mayoría, juzgando intempestivo el debate,
temiendo contl'ibuir con su inlcrvcnGion en aquel negocio á
que se acelerase en su pel'jüicio la composicion definitiva
del gabinete y dar á los nuevos ministros un pretesto plau-
sible pura disolvel' las Cortes, se opusie¡'on á que se discu-
tiese la proflosicion, que, conseguido en parte su objeto,
retiró su aulor sin dificultad.


Espel'aban el y sus enemigos que el desacuerdo que rei-
nalla enb'e los moderados, las vacilaciones de Espartero y
la irresolucion de la Gobernadol'a, trabajada a la sazon por
influencias opuestas, les PI'opol'cionaria ocasion de intel've-
nir en el negocio con mas vcnlnjas para ellos. La cesacion
del estado dc sitio, declarada por decreto dcl mismo dia,
quitaba uno de los mas poderosos motivos de írritacíon que
en aquel momento existian. Los manejos de Mendizabal, las
amenazas dc los clubs, las insinuaciones ele sus afiliados en
Ins reuniones de la Puceta elel Sol y del Cafe Nucvo, todo
parecia prcsagiades un triunfo, si lograban ganar el tiempo
necesario pnra intimidar á sus enemigos. Pero, fl'llstl'adas
todas estas esperanzas pOI' la declarncion de Pozuelo, y
aceptada, por decreto del 18, la dimision del ministerio, no
creyeron ellos que tenian mil'amiclltos que guardar, y en el




420 ANALES DE ISABEL JI.
mismo dia pidieron en consecuencia diez y ocho diputados
que el gobierno se presentase-el á dar cuenta de las ocur-
)Jrencias relativas a la sublevacion de algunos oficiales de la
»Guardia Real, que, seducidos por bajas intrigas se habian
»negado á marchar contra el enemigo, tÍ. pesar de las ór-
»denes de sus gefes.») Dióse á esta proposicion un barniz de
realismo, afectando algunos diputados un interés vivo por
las prerogativas de la Corona, quc supusieron ofendidas ó
atacadas por la declaraeion de los oficiales denunciados.
Igual interés afectaron varios de los militares del Congreso
por la consel'vacion de la disciplina, de que, despues del
triunfo de la insurreccion de la Granja, no habia quedado
vestigio en casi ninguno de los cuerpos del ejército: Seoane,
ascendido á la capitanía general de Castilla la Nueva por
aquel mismo motin: Seoane, sobre quien por esta !'azon
pesaba en parte el asesinato de su antecesor Quesada, se
hizo en aquella memorable sesion el paladin de la disci-
plina militar, tan indignamente ultrajada en los sucesos á
que debió su elevacion. Despues de esfuerzos inútiles para
lavarse de la mancha que ella le imprimiera; des pues de
imputar a la cobardia de los mismos oficiales de la guardia
el vilipendio que en aquella ocasion derramara sobre la dig-
nidad real la audacia impune de los sargentos y soldados
capitaneados por Garcia y Gomez, reveló los pasos que aca-
baba de dar cerca de Espartero, para retraerle primero de su
proyecto de entrar en Madrid y despues del de mezclarse en
cosas pertenecientes al gobierno.-«Espartero, (añadió) no
)accedió á mis indicaciones, y las resultas son esa revolllcion
»de sesenta oficiales, de sesenta genizaros que dicen, abajo
)¡el ministerio. Yesos, cuya mayor parte tienen malas




LIBRO DUODECIMO. 4.21
»opiniones, y no saben poner una firma ¿dictaran leyes á la
»nacion? .. Yo dije á Espartero que, en vez de meterse en
l)si el ministerio estaba bien ó mal visto, debia trasladarse á


»Ios cantones, tratar de restablecer la obediencia y, si no
»podia conseguirlo, tirarse un pistoletazo. Salió, y fué alUI,
»pero no tuvo bastante energía para diezmar sus oficiales,
»a1'l'ancarles la casaca por la espalda y mandados á Madrid
»con un grillete al cuello.» Y como si quisiese mostrar que
su filípica contra los militares que acusaba era dictada, mas
por el despecho que le causaba la separacion de los mi-
nistros sus amigos,qne por celo en favor de la disciplina,
añadió.-«S. M. ha sido libre para separar á sus ministros.
»Mintieron los que para recatar su cobardía, alegaron que
»Ia reina cal'ccia dc esa libertad ... El escándalo se ha dado
»por esos, no genízaros, pues genízaros es poco, por hom~
»bres que han que¡'ido escusar Sil poltronería valiéndose del
»pl'etesto de que se cambiase el ministel'io para quedarse en
»Madl'id.))


El gobernador de esta villa, Infante, aunque abundando
en las ideas del general, no se pronunció tan esplícitamente
como él; y conociendo que contra uno y otro se podian re~
torcel' los argumentos ((11e empleasen ambos contra la in-
disciplina, cuidó dcjustificUl'se alegando, en tavor de laque
él manifestara en mas de una ocasion, diferencias que solo en
el seno de una asamblea como aquella á que él pertenecia,
podian no ser refutadas.-« Yo fUÍ, dijo, revolucionario en
)¡otro tiempo; lo fui conll'a gobiernos absolutos; contra un
llgobierno legítimo y de libertad, jamás,» Despues de pre-
tender con esta elástica distincion justificar en su propia
conducta lo que condenaba en la de otros, trató de discul-




~MALES llH ISAIIEL Ir.


par la falta de energía de que se acusaba á los ultimos go-
bernantes, pretendiendo,-c, que no podia tenel'la el minis-
»)tro á quien diariamente se acusaba de ladron y de inepto.)


Desahogado en apasionadas y contt'adictorias declama-
ciones el celo de los amigos del ministerio Calatrava-Men-
dizabal, los autores de la proposicion la retiraron, substitu-
yendo en su lugar otra, para-«dirigil' un mensage á la
»)reina, espresando el dolor con que habian sabido las Cor-
»tes la violencia que se intentara hacer ú S. 1\1. en el uso
»)de su prerogativa, y declaralldo que ellas estaban decídi-
))das á sostenerla con toda su autoridad.» A pesar de la
oposicion de Fontan, fundada en que á nadie constaba la
supuesta violencia, pues ninguna comunicacion se habia he-
cho al Congreso sobre aquellos acontecimientos, la pl'OpO-
sicion fué adoptada por unanimidad. El 22, se presentó el
proyecto del mensage en que las Cortes oft'ecian á la reina
-c( su cooperacíon para evitar los peligros de la repeticíon
)'de acontecimientos como el de Pozuelo de Aravaca, que,
»)bar¡'enando la ley fundamental y trastornando el órden
»)publico, conducen á la disolucion del gobierno representa-
»tivo, y á la subversion de los principios soci~es.l) En
vano, para votar sobre este mensage, pidió un diputado
que se diese cuenta de la esposicion de los oficiales,
y de cualesquiera otro documento que para redactarla
hubiese tenido presentes la comisiono Esta, por el órgano
de Sancho, declaró que ninguno habia consultarlo, y no
obstante este indicio de rr,senlimiento y de precipitacíon,
fué aprobado en seguida casi á unanimidad. POI' su par-
te la Gobel'IJadora, mandando restablecer en sus grados á
los oficiales a quien~s tan violentamente increpaban las




LIBRO DrODECIl\IO. 423
Cortes, dijo a estas el 30,-«qlle su manifestacion del 22
))era una prenda mas de estabilidad para la COllstitucion
»)de la monarquía,» Asi, los grandes podel'es del Estado,
se entretenian en engañal'se recíprocamente; la Corona, os~
tentándose muy satisfecha de una imlicacion de las Corles
que al mismo tiempo desaten di a y desairaba; las Cortes,
afectando un intel'es vivo por la pl'erogativa real, que es-
carnecian por aclos coetáneos, y un celo ardiente pOI' la
disciplina mili tal' , desmentido pOI' el connivente silencio
que guarJaJxUl sobre los asesinatos del comandante intel'ino
del ejército del Norte y del gobernadvl' y las autol'idades de
Viloria. El poder judicial pareció asociarse á este sistema
de dolo, pues la audiencia de Zaragoza no temió parodiar
el famoso Illensage del 22, ofreciendo á la reina (el 29)
-«el apoyo del tribunal y de cada uno de sus individuos,
»)para llevar á efecto las medidas rigUl'osas y enérgicas que
»exigia ya la salvacion de la patria,» Y este tribunal mis-
mo habia enviado pocos meses antes cuatro inocenles al
patíbulo, y ningun intel'es mostraba despues pOI' Sarsfield
y Mcndivil que tres dias antes de firmar ella su revolu-
cionaria repI'esentacion perecían á corta distancia de Za-
ragoza á manos de una soldadesca amotinada ..


La actitud que con aquel mensage tomal'on las Cortes,
y las invectivas lanzadas en su discusion contl'3 los auto-
res de la caida del anliguo ministel'io, anunciaban al nuevo
los embamzos que le suscitaría aquella asamblea, si no se
sometía él á sus inspiraciones. San Miguel, qlle á la inte-
rinidad del despacho de Marina, vaeante primero por la
ausencia y des pues pOI' la dimision de Cañas, agl'egó luego
la interinidad de la guerra pOI' continuar Espartero á la




424 ANALES l>E ISADEL 11.
cabeza del ejel'cito, quiso desarmar la oposicion t fOl'mu-
landa la profesion de fé política del gabinete. En la sesion
del 19, despues de declarar-«que ninguna noticia ante-
)lrior tuvo de su nombl'amiento; que nada entendia de rna·
»rina, comercio ni colonias, y que solo habia aceptado su
»encargo porque él le colocaba en un puesto de peligro, y
»no era conveniente que el pais estuviese sin gobierno en
»tan criticas circunstancias;)) añadió :-«S. M., no ha
»echado mano de hombres de principios equívocos; si no
»tienen la confianza del Congreso, S. M. buscará otros.
)lEI ministerio será no retrógrado, sino de progreso, cual
»conviene al siglo de las luces. Su bandera será la Consti-
lltncion de 1837, y sn divisa la revolucion de agosto (la
»de la Granja).)l En el minbterio donde este San Miguel,
»nadie mal'chal'á atrás; siempre se marchará adelante ....
llmi adhesion y respeto al Congreso será hoy como ha sido
»siempre. La ley que asegma su permanencia sel'á para
llmí un objeto de veneracion.» Esta profesion de fe no se
reputó, sin embargo., la del ministel'Ío todo, hallándose este
reducido á Bardají, Pita y San Miguel, pues Espartero es·
taba fuera, y Badillo y Salvato habian hecho dimision. Este
último aceptó en fin, á pesar de los esfuerzos del club Ar-
giielles, dil'igidos á obligal' á la reina por falta de aceptan-
tes á mantenerse sin consejo ó echarse en sus brazos para
completarlo. Hasta cierto punto, consiguió el club esto úl-
timo; pues Espartero renunció por de pronto la presiden.
cia, y pocos dias des pues el ministerio de la Guerra,
que se confirió definitivamente á San Miguel; y Badi-
llo fue reemplazado pOI' Gonzalez Alonso, cuyas opiniones,
igualmente progresistas que las de su colega de Guerra y




LIBRO DUODECIMO. 4.25
Marina, debían ocasionar inmediatamente una escision en
el seno del gabinete. Solo Pila representaba en él el prín~
cipio conservador; pues, Bal'dají, cargado de años y falto
de energía, no pensaba mas que en mantenerse en su pues·
to; y la reciente conversion de Salvato á la fé conserva ...
dora inspiraba poca confianza á los que con ocian la cons-
tancia con que, durante toda su vida, habia defendido las
creencias opuestas.


Frustróse, pues, la combinacion, que la llegada de Es-
partero á Madrid y el apoyo de sus tropas hicieron por al-
gunas horas mirar como definitiva: frustráronse las espe-
ranzas que por algunas horas se concibieron de ver susti-
tuido á la tiranía disolvente de una faccion un sistema de
legalidad y de órden. Irresoluto Espartero, no supo sacar
partido del miedo que inspirára su oposicion para levantar
un gobierno sobre las ruinas de una pandilla: timida la Go·
bernadora no osó sacudir la coyunda á que soldados rebel-
des la uncieron un año antes en la Granja, y prefirió ar-
rastrarla sin fin á correr el riesgo de romperla. La única
ambicion que se mostró atrevida, se mostró al mismo tiem-
1)0 desalumbrada, pues, ¿qué podia esperar Pita de un mi-
nisterio, de que, primero por la falta de homogenidad, y
despues por agregaciones sucesivas se falseaba la base? ¿De
un ministerio, cuya bandera ostentosamente tremolada por
uno de sus miembros era la de la rebelion de la Granja, de
que, para entrar en las vias del órden y de la justicia, urgia
al contrario borrar hasta el recuerdo? ¿Qué importaba al
pais que ocupasen unos hombres el lugar dc otros, si los
principios quedaban los mismos, si se santificaba el tras-
torno á que se debian tantas calamidades; si, proclamando




4:26 ANALES DE ISABEL 11.
lo que se llamaba el sistema de progreso indefinido, se for
tificaban asi las inc¡uietudes que inspiraba el prurito de des-
truir sin edificar, la monomanía de hacinar por donde
Ffuiera escombros y ruinas'? ¿Cómo, por oh'a parte, pro-
meterse mejora de ninguna especie sin disolver las Cortes,
cuya permanencia habia declarado el ministro programista
ser para él un objeto de veneracion? El ministerio nue-
vo, incapaz por su composicion de hacer ningun bien;
obligado por los empefíos esplícitos de uno de sus miem-
bros á hacel' necesariamente mal; poco seguro, ü pesar de
la estension de aquellos empeños, del apoyo de las Cortes,
que, celosas de que este mal cundiese querian no ol)stante
que fuese debido esclu5ivamentc á ellas y á sus protegidos
ó protectores; el ministerio, pues, nació muel'to y su adve-
nimiento fué mirado como Ullil peripecia insignificante en-
medio de los graves acontecimientos que se sucedian con
rapidez.


Tanto como la celeridad eon que se agolpaban, debian
llamar la alencion las cil'cunstaneias de algunos de ellos.
¿Cómo en efecto podria no observarse que la declaracion de
los oficiales de Pozuelo contra el ministerio Calatrava se
hacia el mismo dia en que, dos años antes, la lanzaron igual
contra el ministerio TOI'cno los urbanos sublevados en Ma-
drid; cl mismo dia en que un año des pues derrocaron al mi-
nisterio Istnriz los sargentos conjurados en la Gl'anja? ¿Po-
dría no advertirse que el asesinato de Escalera en Miranda
coincidía con el aniversario del de Quesada en JIadrid, y la
ocupacion de la Granja por Zal'atiegui con el de la rebelion
de aquellos sargentos en la misma residencia real? No era
menester ser supersticioso para vcr, en tan aterradoras coin-




LIDRO DUODECIMO. 427
cidcncias, amonestaciones enérgicas á los gobernantes, ad-
vertencias saludables á los gobernados, la mano de la Pro-
videncia, en fin, que, por la renovacion periódica de aten-
tados idénticos contra cl órden publico, parecia querer rc-
cOI'dar á todos la necesidad de con~ertarse definitivamente
sobre los medios de conjUl'arICls.


FIN DEL LIBRO DUODECIMO.




I
I




4PENDI~E NliMEROI.·


EL MINISTRO DE ESTADO


AL EMBAJADOR DE S. ::\:1. EN PARTS,


Sobre la cooperacion y auxilio de las tropas aliadas.


Agosto 28 de 1836.


Excmo. Sr.:-8. M. la rcina Gobernadora, despues de haber
mudado de consejcros, ha visto con asomh.·o la minuta del despa.
cho que mi antccesor dirigió á V. E con fecha 5 del corríente para
que solicitase un auxilio pronto, fuerte y eficaz de las armas fran·
cesas, no precisamente con el oLjeto lIP ncelerar la tcrminacíon de
la gucrra civil, conforme á las mirns que dictaron el tratado de la
Cuádruple Alianza, sino para poder elllplear parte de las fuerzas
nacionales I~ontra la;:, provincias que negaban su obediencia á los
que entonces ocupaban su ministerio.


El real ánimo de la augusta regenta del reino se ha llenado de
amargura al advertir el abuso quc sc ha hccho de su nombre, y la
temeridad \~on que el dcspi(Juc, el amor propio enfurecido, la oLs-
tiuacion y cl de~eo de conservar el malldo á toda costa, no sola-
mente han supuesto en el maternal corazon de S. M., sentimientos
que no tiene ni ha podido tener Ilunca, sino que calumniando tan
atroz como gratuitamentc á la nacion mas leal y mas sufrida, han
osado acusarla ante un gobierno estf'angero, provocar su interven-
cian armada en nuestros negocios interiores, degradarse hasta el
punto de dejarlc á él determinar por sí la estension y las condiciones
de tal anxilio, y par;] en el caso de no obtclll'rla, escitar al rcy de
los franceses ú qlle en gnn ísilllo Jll~rjui('io de España mire como
invalidada una eonvencíon solemue, ;;010 porque aqui se adopten
tales ó cuales instituciones para el régimen de la monarquía, ó mas




430 ANALES DE ISABEL n.
Lien, solo porque S. ;\r lIcg~ra Ú adopt~rla,; por consejo de otros
ministl'Os diferentes de lo,; ql18 entonces tenia, lo que en sustancia
era lo mismo que hacer dependiente de la permanencia de estos
últimos en el poder la subsistencia de aquel convenio.


El goLiel'llu ue S. IIi. reprueha altamente y reJludia ron la ma-
yor il1llignacioll el IllPIlclollat!o despacho de ;j del co rrÍ<1 11 te , y lo
declara nulo y de ninguIl valnr y efecto, cual si nunca se huhil's()
concebido; y e,; la real yuluntad de la reina Gobernadora que V. E.
d~Yuelva lu(]¿;o d original y no haga de élningun uso si ya no hu-
biese emllt'zado a hacerle, y que en C:1S0 de haber IH)cho alguno,
no vuelva ú praclicar ningllna gcstion en el senlido de tal de~pa­
eho ni de otra ól'llen ú instruccion uue se le ]larez~a ; an nqnc sill
perjuicio de pIlo !lebera continuar promoviendo con toda elicaeia,
y para solo el fin á qne se encanlinó el tratado de la CU:ldruple
Alianza, la prc:;l,:cion d~ Jos a11'\:ili03 (fUC con arreglo {¡ él cstulie-
sen convemdos, o se c,:llillasc oportulIo aUllleular.


Quiere asimismo S. M. qne si V. E. huhiese ya dadu al go-
bierno frances algun conoeimicnto de dicho de;;pacho, se apresure
á inslruirme de las precedentes declaraciones, y le haga conocer
con la debida prudencia el verdadero estado d,~ las cosas y los v(~r­
daderos sentimientos de S. ~L y de su gabinete, conforme al con-
tenido de esta COlllllllicacion.


Se ha calumniado :i S. :\1. en sUJlonerla (]eseo,a de emplear las
armas naeionnles COllt!'a e:,pañoles üelcs y patriotas que tantos sa··
crificios han hecho y estauan haciendo Jlor so"lrncr en el trollO Ú
In inocente Isabel, y su eseclsn ~Iadre, y que solo se opollian ú un
ministerio estraviado, procurando el remedio de lo, grande;; males
que surrian: tale" scntimimllos HO caben en la bellólica princesa ú
quien con tanta raZOll apellidan madre los españoles, y que nunca
na vacilado en prestarse eOlllplacida á sus necesidades y deseos.


Se ha calumniado á la nacion atribuyendo el reciente 1II0vi-
miento de las provincias á ulla faccion alJili'quiea, á manejos de
sociedades secretas, fl miras de desónlen y luero y de obtcner la
impunidad de escesos pasados. Esto es chocal', aunque en halde,
COIl la evidencin de los hechos mas notorios. No: este mO\Ímienlo
lIn sido nacional, asi de las provincias como del ejórcito, comuni-
cado como una chispa eléctrica de un estremo ú otro de la Pellín-
sula; y neee~ari:HlIcnle producido, no por pasiones ni intere.,cs
particulares, ni por intrigas de sociedades secretas, impotentes y
desprecinbles en Espaüa , sino po\' causas grandes, púhlicas y la"
mas fuertes que pued:~n impeler:'t un pueblo generoso; á saIJer, su
propia se¡l;lll'idad, la lindicacion de su hOlll'3 y de SlIS derechos ul-
trajados, el sosten de su ¡i¡Jcrtad contra una disposicioll rctnJgrarla
y lil'{¡niea que empczabn á.oprimirla.


liarlo notorio es el di'óllslo con que la nacion miró entrar en
el poder a los qne COllllHl:'icron el último ministerio. Altamente cen-
surados de antemano por ~n ÍlII:oll:iccucncia política, y reducidos á
una muy (:orta lllinorÍa en ];¡s ,"orles, aca\Járonsc de ]l(order en la
opinion pública cuando, para elenrse al mando, se les Yió formar




APENDlCE NIJMEUO 1.0 431
una eslraiía alianza con las personas y principios á que hasta en-
tonces se habian manifestado siempre mas opuestos. Desde luego
protestó contra ellos el Estamento popular, y poco despues declaró
soletllnemente que no obtellian su conlianza; pero en vez de ceder
los lluevas lIliniotros , prelirieroll entrar en el peligroso camino do
la violencia, y disohieron las Cortes, denigraron y call1mninron
públicamente á los procuradores de la nacion, impidiéndolcs torlo
mcclio de contestar y justifh;arse por medio dc la imprenta, y ho-
llaron la inviolabilidarl que la ley vigente les aseguraba, destitu-
yendo de sus cargos en un mismo dia á diez y siete de ellos, por-
que conforme á Sil conciencia hahian estado contra los ministros.


Convocaronse nueras Cortes bajo un nuevo método dc eleccio-
nes, (Iue aun no tenian la sancioll legal. yen estas no pudieron me-
nos de escandalizar ú toda la nacion los medios Ilunca vistos que
sin rebozo alguno empleó el ministerio para reducir y forzar á los
electores, falseando la eSJlresioll del \'oto nacional y ultrajando el
mas sai;\rado dere¡;ho de un pueblo libre. Con tal objeto se llevó
hasta el úllimo punto la opresion de la imprenta, al paso que á los
órganos del ministerio les filé perntitida la licencia mas desenfre-
liada para estraviar la opinion y denigrar impunemcnte á cuantos
él wiraha como adversario:;. Con tal objeto y por venganzas ó par-
ticulares údios, Ó por mero favor, se trastornó en gran parte la ad-
mit1istrac~on pública con un sin n~mero de destit,uciones '1 nuevos
noltlbramlCntos, cuyas consecuencias por desgraCia lardaran mucho
tiempo en poder repararse.


Entre tanto no parece sino que desatendió absolutamente la
cuestion vital, la primera de torlas, el cuidado delas operaciones
militares en la guerra civil que asola al reino, Esta nacion leal
responlliendo á la voz querida de su augusta Gobel'Iladora , habi~
hecho recir~Tltemente clgrnnde esfucrzo de aprontar siete mil hom-
ure,; paraaumento del ejé!'cito, en cUY,as filas~cab;¡ban de incorpo-
rarse armados y blOn veslldos, con sUÍlcLente tnstruCCIOLl para abrir
l~ ca,tnpaiía en la primavera, La csp~dicion de Arlaban en la pro-
VITICIU de Aluv~, ,Y lo~ CIll:uentros felices de. los generales Ev.ans y
Bernell en GULpuzcoa y en Navarra, hablan hecho concebir con
bastante fundamenlo e;:]lcraB7,a,; muy lisonjeras, cuando con gene-
ral admiradon se vió al general en gefe del ejército abandonarle
para Hnir á Madrid, pertler en la capital un tiempo precioso en la
estacioll mas oportuna, y dar asi causa á que sc paralizasen ente-
ramentc las operaciones. El enemigo, poco antes escarmentarlo
ah<ltirlo y lleno de desaliento, tomó de repente la ofensiva por la Ji:
hedar! en que se le dejaba, y dc,pucs de haller amenazado rápida-
IIICHI() Il!H':ilra línea en los punlos III<lS distantes, destacó impune
dos cSJledicioues ú Aslllria:i y Galieia por UII lado, y Jlor otro hasta
cerca Lle la capital Llel reino. La inmovilidad que el g'rLICSO de nues-
tro ejército tcnia cL~tre tn,nto en las pro\,inci;ls del Norte, no podia
esphcarse solo por ILllpcrLt:IJ dc su eaudt11o, y naluralmente debia
atribuirle como la atrihuyo el pueblo, á cierta connivencia entre
a(Iut! ¡¡;de y lo~ ministro:,;, no para enLregar el trono y la nacíon


'l'o¡\lo IV. 28




432 ANALES DE ISABEL 11.
al Pretendiente, sino para hacet' mirar como indispensable IIna in-
tervencion estrangera, Ó para preparar una lransaecion vergonzo-
sa, realizable solo para ciertas g(~ntes qlle lli conocen el carácter
nacional, ni saben sacar fruto th 105 amargos dcsellgal1o,; frUe rc-
ciben.


Por todas e:'tas causas reunidas, los corazoncs estaban llenos
de descontianza y avcrsion háeia arlllcl mini5terio. el cual, en "ez
de moderar su marcha al ver tantos síntomas del disgush nacio-
nal, de dia en dia le aumenl;¡han con llueros actos, cada vez lllas
obstinado en (lesoir la roz de la razon. En tal e;;lildo de cosas b;b-
taba un solo grito para producir una conlbgrncioll general, y el
grito de una ciudad sola bastó con efeclo para prouucir loo re,;ui-
tados que V. E. conoce. 1<:1 prli;.;ro qllf~ Ú I:l naci(¡1l alllellazaIJa era
tan grave como inminente. y bif~1l sahido es [lile el lemor es cimas
fuerte estímulo que los ¡luelllos liollell para n~\·olll('j()nC,'.


Las provincias en su pronunciamiento lomaroll por IJnndera la
Constitucioll politica de 1812, como enSl\Ua la mas propia para evi-


, tal' estravíos en la opinion, y reunir alrededor del trono de Isahel
á todos los espauoles que aman la independencia, la libertad legal
y el honor de la nacion. Es de ,uma imporlancia que V. E. , en
cuantas oportunidades se le presenten, ha¡oa conocer cn:\1 es el
verdadero c,:píritn y significado de e,;te voto llacíoll<ll, en favor de
aquella Constitucto[) tan calunJ!li~\(la, sobre lo c,ual es lan infunda-
do ellemor que afectan sus enemigos y sus censare", como crró-
neo el juicio que por lo COlllun forman los ('stran¿~ero,.


Nadie en Espat1a ahora ha aclamado ni atlama 1" Constilucinn
de 1812, para que vuelva :í rpgil' en todas sus dispo;;iciones como
ley permanente; lIallie deseolloce la lIen,sidad que hay de refor-
marla, y acomodarla al estado actual de la nacioil y de la ]':ul'opa;
y nadie qne no dé por scnl~rlo fluC esla rcforma deben hacerla le-
gítima y prontamente las Cortes gl)l1cl'a!t>s dl'l reillo, qne van ;i reu-
nirse en '2!~ tlel próximo oclubre. Lo que ell rpa!iclnd proclaman los
españoles al proclamar Sil Constitucion de 181':!, es sulamente el
gran principio que la Francia \woclamó tambien de una manera
mas csplícita al reformar su Carta en 1830 , á saber, la soheranía
que eseneialmente reside en toda nacioll par~ d;~r,p las leYl's fun-
damentaes que mas le conycnga!l. A es le prIIICI[lIO se agrep;a en-
tre nosotros ;\ favor de aquella COIlstitueion, otro !lO meno,; itll-
prescriplihle y sagradu; el de int! p l1tlHlcneia lI~cional. 1'1 de aflular
lo qUB contra ella hizo la fu('rza e,;tran¡:cra auxiliada de la Ir¡¡icion
doméstica, derrihando en 182:3 la Iry fllndamenlal que la nacion
habia legítimamente establecido, y (Iue O'U rey de,;Jluc5 hJbia aéPp-
tallo.


ta euestion no es ni debe ser si aquella ley conliene ó no de-
fectos y errores. ]mpcrfecl<l s('guramcnlc como loda, las o]¡l'as hu-
mana,;. fué :ldcm:'ls lwcJ¡;¡ C'II circllll,l;lIl,.ja, tan difici!(', (,OU!O !!Io-
rio,:a:" qne no ¡Wl"Illili('rllll !:acn';j lJlcjlJr, LI ;:r:!lJ ¡)ludo ",' rl'Jilce
a que con ma, Ó llH'llUS ,j,'h·[,,;. i'u(' 111 :¡,'puiaIJ1CIl!;,!¡le tilia h'y
legítima, 0:itableeida eJl ll'gí,iIlJ'.s Corl,'i :,cUl'l'aIe5 del reíllo, J:.¡s




APEXDlCE NUMERO 1.0 433
de mas ámplia , libre y verdadera representaciún nacional que ha
habido nunca en EspnI1a , aceptada llllr toda la nacion con un Cll-
tU:3iaslllo sin ejclllJllo, solcmJlemente recollodda por las potencias
de Europa, consagrada con la sangr'c ele un lllilloll de espaJioles,
que bajo aquella baudera lidiaroll por e:3pacio de seis aoos, ha~la
rescatar á su cautivo rey; y. si lIien desconocida luego por este con
gran dailo suyo y tle la uaClOn, aceptad·a y jurada por él, y resta-
blecida en 1820 conforme al yo(o público, y mantcnida despues
en plena observancia por espacio de mas de tres ailos, hasta que
un ejército cstran:~cro, y violencia:; y crímeues sin ejemplo nos la
arrancaron en 1823.


Profundamente herido desde entonces el pundonor nacional,
diez afíos de la opresion lUas horrellda no fueron bastante, para
hacerle olvidar' lo pasado, ni para lIorrar en el corazon de los pa-
tl'illta,; el amor al partido representado por atluella ConstitucioIl.
]<'cmando YII absoluto no pudu virir trauquilo ni aun entre bavo-
netas estrangeras. Por su muerte se manifestaron mas á las cla"ras
los sentimientos cOlllprimidos, y la indignacion pllblica arrojó proll-
to de su silla el imprudente ministro que osó declarar que la na-
eioll habia de seguir gobel'Jlada por el despotismo, aunque ilu.~­
trado.


liecha va irresistible la necesidad de restablecer el sistema re-
prcsentatiYo, ppnsaroll algun~s contencr el torrente presentando
el Estatuto Real; que hubIera SIdo tal vez una eoncepcion practi-
cable ell tiempo dl.l Cúrlos IV; pero que era un verdadero anacro-
niSlllO en i8:H. Sus autures quisieron arrancar de en medio tle los
tiempos la gloria y los sacrificios de la generacion que aun vive, y
!lO couocierun que era una cOIl{radiccion monstruosa con las doc-
trinas proclamadas por ellos mi:im05, que era un insulto para la
narion (~spailola darle ulla ley fundamental sin contar con su acuer-
d(l, y darle como cOllcc;:ioll por pura gracia lo que ella teuía de
derecho desde el establecimiento de la monarquía. El Estatuto rra
podia Set' lllas que un~ transaccion, mas Ó I~lellos duradera segun
los resullallos que dIese para la conclllslOll de la guerra civil y
para las mejoras de las instituciones soci::les; pero Sil completa es-
terilidad por ambos rcspdos,.la repugnante iLJIlOVacion que hizo
tlfl introducirse en España lcglsl:l~lorcs natos, y la dcgl'adante nu-
lidad á que redujo las Cortes nacwnalcs , todo hizo irresistibles las
antipatías que desde su prolllulgacion se hal¡jan levantando con-
tra ól , Y ya no hubo probabilidad de sostenerle.


Asi lo hizo nr á los tlue no habian querido creerlo torJavía el
ulIifurrne f;Tito de las pl'oYincins cuando a mediados del afio ante-
rior ,c conlllovÍcroll por peligros y desacierlos parecidos á los del
prc!'cnlc.


Todas ó casi todas recordaron de una manpra mas ó menos es-
plícita la COllstitllCilJil de 181~. Y alg\lnas la im ocaron altamente.
No huilo 011'0 medio dc reL:Ollciliarlu,; ~Oll ('1 gobiernu, que la of{'rta
de rel i~ar el Estatillo, C:i del'I!", de de"lruirlo. Tul rel ¡,.ion hecha
a tiempo, de modo t¡lle restableciese las ucce,;idades y deseob de




434. A~ALES DE ISADEL n.
los españoles, probahlemente hubiera hastado para con tentarlos;
pero perdido cerca de Ull año por las dificultades y dilaciolles que
sucesivamenle se han ido poniendo ú la realizacion de esta pro-
mesa, el pueblo callsado ya (le (',p(~rar, y de,confiando de que
aquella revision fuese cual cotl\cnia, fijó sus ojos en la Constitu-
cian de 181:2, al alzarse contra un lllinisterio odiado, le pareció
justamente que su honor y sus dcrceho5 no quedaban en buen lu-
gar, sino restahleciéndola, aunque no fuese mas que por un mo-
mento, para que desplles la derogasen sus Cortes, y creyó con
mucho fundamento que esta COllstilucion y no el Estatuto Heal,
era la que propiamente dcbió servir de hase para la revision y me-jora que nueslras instituciones nccesiteu.


S. l\l. ha creido lú llIi"n1l1 desde que conoció el voto nacional,
al cual ha cedido voluntari anlente mandando pnbJicar y jurar la
Constitucion: porque en su constante ;;oJicit!ld por el bicll de los
españoles, ba visto que este era el mejor medio dc cortar la esci-
sion de las provincias, ahuyentar la escision de entre los so~lene­
dores del trono, y afianzar mas y mas los derechos de su augusta
hija. Asi á la maternal voz de S. ;\1., el orden público se ha ido res-
tableciendo espontáneamente por lodas partes, con tan adllJiralJle
facilidad, que no ha habido que hacer uso de ninguna meuidacoer-
citiva; asi renace la contlanzd y de todas partes dirigen bendicio-
nes á la magn~\nillla regenta; y asi se ha cerrado el abismo en que
estábamo~ á punto de caer si no !lOS hubiera salvado su mano bien-
hechora.


La Constitllcion de 1812 no es actualmente mas (jllO un símbo-
lo de liherta(l, de independencia y dc glori::t naciona : un punto de
reuniun hasta qne las próximas Corles acucrden lo que mas con-
venga á nuestras necesidades; y la proclmnacion de ella vend rá
pronto á dar el mismo resultado que la proyrclada I'lwision del Es-
tatuto; por lo cual la cuestinn es en realidad de meras palabras,
aunque con la gran diferencia ele flue siendo aquella COflstitllcion
la que se revise, las ref01:ma5 que en. su cOlls~cuencia se hagu(j,
tendrán una base mas legitima y sohda que SI se fundasen en el
Estatuto.


Esta reforma la har:1ll seguranwnte las Cortes qUfl van it reu-
uirse, tal cual el gobierno de S, 111. se la ha prometilllJ en la espo-
sicion que precede á la real conrocatoria de ellas; reforma que los
representantes de la nacion, ilustrados por la esperiencia y ]lor el
progreso que han hecho en las cicne~a~ políticas, .sabrá!1 cjr:cutar
de una m:mcra digna de ellos y del SiglO, y como tIelle (lIello nues-
tra augusta Gobernadora, guarde armonía cOlllos principios gene-
rales en que se fundan la~ IIberlades eUlypeas., .


A ello coopcrar:ill por cuantos merlIos cslen a Sil alcance los
actllales conSl'¡Cr05 de la Corona, C'11 qlliclles son hien notorios y
Ilunea 'ir, hall r'le,;me!llido , ni Sll~ j'l"llleipills monárquicos y mode-
rado,;, ni los sl'nlil1liento,; Ik nrl'IJi!I':1:\a Il'allad y adhl'"illn :i la rei-
na v :\ Sil c,;\'e!:;a nl:ltlrC', y de :lI11iJi':i ::1:' l,'p:::lid:ldl" y al órdl'll 'lO
meIios que a la libertad pública. De ¡¡i!lglilla lltallera le SOl! illl¡JU-




API,NDIeE NUl\nmO 1. Q 4a5
tables escesos y estravíos anteriores á su adminislracion, que sue-
len ocurrir en todo:; los Jl3i"es; y solo la calumnia <> el ciego espíri-
tu de partido pueden hacer cargo de tales incidentes ni al g(lbier-
110 actual, ni mellos á la nacion y á la ley qne ella ha proclamado.


Las idea, (lue quedan manifestadas son las que V. E. , desen-
volviéndolas como le dicte su buen j nieio, debe procurar inculcar
á ese gobierno y en ese pais, en lugar de las que contiene el des-
pacho de ti del presente mes. A todos· y por todos los mcdios posi-
bles debe V. E. esforzarse á persuadir de la verdad de que sola-
menle unos pocos hombres que no significan nada, son los que en
Espafia quieren anarquía; que los amantes de la Constitucion nada
apetecen gue sea contra su reina, ni C(lntra la inmortal Cristina, ni
contra el orden ni contra la tranqnilidad y el hien de otro pais; y
que al gohierno constitucional de S. }I. no le animan otros princi-
})i05 que 103 de modcracioll, lealtad y buenn fe, conforme á los cua-es no omitirá ninglln esfucrzo para cumplir religiosamente sus
empeños, evitar cuanto tHléda ccder en perjuicio de otras na'-ione5,
y conservar la mejor armonía con las demas potencias, e-pecial-
menle con los augustos aliados e\¡) la España, á quienes de he tan
fl:anca y generosa cooperacion en la actual lucha contra el Preten-
dtente.


Por último cOllyienc que siempre que sea oportuno decla-
re V. E. il ese gobie\'llo qne el do S. 1\1., aunque cuenta mucho con
la inalterahle fidelidad, constancia y patriotismo de los españoles:
aunque se propone cmplcar para la terminacion de la guerra todos
los recursos nacionales, no tiello la presullcion de creer que con
ellos sulus, atendido el estado en que ha queelado nuestro ejército
y lo exhausto que se halla el erario, pueda terminarla tan pronto
como necesita Elipaña, y COlllO le conviene ú la Europa; que por
tanto desea y necesita para ello cooppraeÍon y ayuda de sus alia-
dos, con solo el ohjeto del tralado existente y con arreglo á este
mismo; pero que si bien agradecerá C0ll10 agradece con el mas vi-
vo reconocimiento el auxilto (11H) por ellos le ha prest:alo y presta-
re paloa dicho fin, yen conformidad á aquel convenio, no quiere ni
querrá nunca nada que la independencia y el honor nacional no
permitan, ni nunca se separará del principio, que esta seguro pro-
fesan igualmente ese y los demas gobiernos, tle que cada nacion
es el Illrjor y el único juez competente acerca de las instituciones
que mas le con vienen. Todo lo cual comunico á V. E. de real ór-
den, avisando el recibo de este, y dando parte de lo que vaya ocur-
riendo.


Oios guarde, ctc.-Mallrid 28 de agosto de 1836.-José Maria
Calatrava.-Sr. embajador de S. M. en París.


; .. ~ .;-:
.9 ~
J~~~




A.VENDICE l'ItlD.EI\O :1.0


DISCURSO


PRONUNCIADO POR 5. M. LA REINA GOBERNADORA EN LA


SOLEMNE APERTURA DE CORTES, VERIFICADA EL DlA 21-
DE OCTUBRE DE 1836.


Señores diputados:
Al ver alrededor del trono de mi augusta hija los dignos repre-


sentantes que la nacion eHia para defenderlo y consolidarlo. y
para atender muy principalmente á aseí)urar para siempre el Es-
tado sobre las bases de la libertad, del orden y de la j usHcia, no
puedo menos de congratularme y de congratularos tambien, de
que se haya realizado al fin una reunion tan necesaria y deseada.


Sois llamados, señores, :í. uno de los actos mas solemnes y mas
graJl~es á q~e pU,ede,ser convocado, un con~reso lla~\onal.: vcnis
a revIsar la ConstJtuclOlI que la naclOn espanola sc diO a SI Illlsma
cuando hacia tres siglos que no tenia ninguna; cuando sostenia
por su independencIa una lncha de muerte con el poder mas colo-
sal del mundo. A tanto mérito correspondió igual gloria; y este
albor de vuestra libertad rué visto en muchas partes COII envidia;
saludado en otras con aplauso, recihido en todas con benebolencia,


No menor lauro os espera á vosotros que vais á perfeccionar
la obra entonces comenzada: porque si aquella guerra de agre-
sion era tan espantosa por la fuerza IllÍlitar y la sin igual capaci-
dad del caudillo que os la hacia, IlO es nWllos terrible en SIIS efec-
los, y es ruucho llla~ amarga en Sll ori:~en, e,la guerra civil que




APENDICE NU:MERO 2.0 437
tan cruelmente nos destroza. Pasiones irritadas que apaciguar,
opiniones opuestas que reunir, intereses co[]trario~ que conciliar,
enemig-os interiores lj nc vcnc~r, intrigas estrmlas que desbaratar.
¡Oh Cllúllto cl('mcnlo de dificultad y desórden! ¡ Cuilll tos obstaculos
al grandioso Un qnc !Hjui os rellne insuperables á cualesquiera
otros pechos que HO fuesen espatloles [ Pero todo es de esperar,
scI10rcs diputados, de vuestra conslancia y sabiduria; y sin duda
los generosos eSfUel'lOS de los que VIUI á triunfar en esta segunda
prucba, scr:l1l seguidos en la posteridad del mismo aplauso y re-
nombre (lue han seguido y seguirán á los que triunfaron en la
primera.


No bien me convencí de que era verdadera voluntad nacionál
restablecer la Constilllcion de la monarquía proclamada en Cildiz,
cuando me apresuré á jurarla,! Ú mandar que furse jurada y ob-
servada en todo el reino como ley fnnrlamelltaI. Y siendo tambien
\ oluntad Ilacional que esla ley s'ea revisada y corregida para que
responda mejor á los lines iI quc se ordenó, convoqué inmediata-
mente las Corles que habian de deliberar sobre tan saludable re-
forma. Al mismo tiempo llamé cerca de mi persona y compuse mi
gobierno de sugetos de mi entera confianza, que ya baslantemenle
cunocillos, creí que podian inspirarla tamhien á la nacion. Yo es-
pero que en la conducta gubernativa que han seguido, no desllle-
rezcan esta conlianza; y si en algunos de sus actos se han visto
preci,;ados il salír algUIl lanlo de la esfera de sus facultades, no du-
do que atendida la il'l'esistible necesidad de salvar por ellos el Es-
tado, hallen su j ustificacioll en la equidad y beneyolencia de las
Cortes.


Las potencias estrangeras que en uno y otro hemisferio reco-
nocen los indisputables derechos de mi augusta hija, cuntinúan
todas en sus alltcriores relaciones tle amistad y huena correspon-
dencia conmigo. Enlre ellas, especialmente los a\lgusto~ aliados de


.la reina, signatarios del tratado de la cuádruple alianza, se mani-
Jiestan siempre dispuestos á sostenerle; y con arreglo il él siguen
prestanuonos la cooperacion y ayuda que antes. A los cuantiosos
auxilios que ya debíamos il la generosidad de S. M. ll., ha aI1a-
dido despues el de apoyar las operaciones de nuestro ejército del
Norte cun la fuerza naval que tanta p'lrte tUYO en la gloria adqui-
rida al fl'eu te de San Sebaslian el ;¡ de mayo último; y acaba de
agregar ahora el de franquearnos otros cien mil fusiles, que tan
importanles nos son en Ilueslra situacion actual. Debernos igual-
I1lCntll Ú S M. el rey de los franceses el refuerzo (fue, con un dig-
IlIJ general, :se balla incorporado ya il la legion auxiliar argelina;
si bien aqllel gabinete ha estimado despues no llevar adelante las
di,;posieiollcs para ampliar la coopcracioll por parte de la Francia.
Calla lila S. ;\1. Fidelioima me da nuevos testimonios de su buena
voluntad, y aclualmente S~ están praelicando con su gobierno ges-
tiolles, de I¡ne me prometo un feliz resultado, para la ulterior y
mas útil coloeaeion de las fUl~\'zas auxiliares portuguesas.


Las demas potencias de Europa, con qnienes no estamos en




438 ANALES DE ISABEL 11.
iguales relaciones, no por eso dejan de manifestarse pacíficas ha~
cia España; aunque algunas han mantlado retirarse á los encar~a­
dos de sus legaciones en Madrid, por lo 0ual he espedido igual or-
den á los nuestros en sus cortes respectivas. Solo el gahinete de
las Dos-Sicilias me ha dado moti ros de justas quejas, que por su
gravedad y por lo que debo á la dignidad de la nacion y del trono
de su reina, me hall olJli!jado, muy á pesar mio, á llamar á mi en-
carfíado en Napoles, y mandar salir de E;pafia al agente de aquel
gobIerno. De este desagradable incidente informará mas por es-
tenso á las Cortes llli sCLrctario del despacho de Estado; pero las
medidas adoptadas no enyue!ren por mi parte sentimiento alguno
de hostilidad, ni estorbarán que continúe sobre el pie anterior el
comercio y la correspondencia entre los dos paises.
. Arduo es, por no decir imposible, atender debidamcn tP, en


tIempos de agitacion y turbulencias como el actual, á los ramos
qu~ constituyen la prosperidad pública y el progreso de la cil'ili-
zaCIOII. Mi gobierno, sin embargo, en cuanto lo permite el estado
de las cosas, !lO deja de cuidar de su conservacion y posible ade-
lantamiento; llevando constantemente por guia hacer conocer pn\c-
ticamente á los pucblos las ventajas del sistema constitucional, pa-
ra qne con los llUCVOS intereses qne crea, todas las clases produc-
tivas se identifiquen con él. En medio de estas atenciones sobre-
sale el cuidado que se n1<',reee la milicia nacional, fuerza protecto-
ra de los derechos del (\iudaduno, lJaluarle de la libertad y del
órden. Esta institucion ha recibido un notable aumento en su nú-
mero, y unas mf'joras en su arreglo que la hacen capaz de llenar
los útiles fines á que se dirigr. Si por falta de armas no ha podido
presentarse hasta ahora con el aspecto respetable quc corresponue,
franqueadas como ya están por el gohierno hritálllco ellla cantidad
que he espresado, jos batallones de la guardia nacional, temidos
por su completo armamento, como lo son por sn dccision heróica
y. por sn patriotismo, serán un mero illcsJlugnable de nuestras ins-
tItuciones y de nuestra independencia.


A pesar de los afanes v cuidados de que se ve rodeado el tro-
no de Il'l:i augusta hija, no "he desat~ndido los intereses de. n~estras
provlllClas de Ultramar. La situaClO11 de aquellas prOVInCIas no
permite ya el completo restablecimiento del articulo con;;titucio-
nal, que en la designacion de los ministerios dedica 11110 solo al
gobierno político ele ellas; mas considerando necesario para la pros-
peridad de aquellos fértiles paises, que sus negocios gubernativos
se dirijan pOI" Hna sola mano y en UII solo lugar, he lenitlo a lJicn
encargarlos al secretario del despacho de l\Iariua, en union C01l los
negocios de comercio, por la e:itrecha analogía qne todos citos tie-
nen con los de la navegacion mercante y la de guerra. El código
Ille~canlil, que neC\~i;jta de alguna reforma, será en breye tiempo
reVIsado y asimilaLlo a las instituciones que nos ngen, y presen-
tado á las Cortes para SIl exámen y aproj¡acion.


Las mismas dificultade,; q lle para otros objetos de ¡nleres pú-
tJico ofrece el eotado peno:;o en q l1e la nacion se encuentra, se




APENDICE NUMERO 2.° 439
hallan para que la administracion de justicia sea tan libre y desem ..
barazada COIllO debiera: no obstante, mi gobierno sr. ha esforzado
á superarlas; y contando con la aprobacion de las Cortes, prepara
los medios de organizar este importantísimo ramo sobre los dos
principios combinados de inamovilidad y estrecha responsabilidad
en magistrados y jueces. Ya el código civil se halla concluido: el
penal y el de procedimientos criminales se presentarán oportuna-
mente a las Cortes, y estún prontos á terminarse los aranceles pa-
ra todos los juzgados y tribunales del reino.


El estado de la hacienda pública, des pues de tan los sucesos
contrarios y fUllestos para que sus medios correspondan a sus
cargas, se os espondra por el secretario del despacho á quien esle
ramo corresponde. El mismo os presentará lambien, con toda bre-
vedad, el presupuesto de los gastos públicos y el plan de contri-
buciones (lue hayan de cubrirlos, á cuya formaciun está dedicado
con preferencia; y lo hará con lodas j;¡s esplicaciones y datos ne-
cesarios a satisfacer la solicitud que en materia tan grave es tan
propia tle vuestro encargo. Del mismo modo someterá al eX:lmen
y aprobacion de las Cortes los decretos es pedidos en favor del cré-
dito nacional, indicando lo que parezca mas oportuno para restau-
rarle yestentlerle.


Turlos los intereses de la deuda española están pagados hasta
ahora, sin mas escepcion que una, muy sensible sin duda para
mí, y es el no haberse podido reunir los medios de satisfacer el
semestre perteneciente á la deuda emitida en el estrangero, que
vence el t." del próximo noviembre. Tengo confianza en que mi
gobierno veneera los obst:lculos que le han reducido á este estre-
mo, á Hu de que no se esperimente sino una corta demora enlre
el vencimiento de la obligacion y su pago; demora que sera com-
pensada con el abono de un interes proporcionado durante el tiem·
po que se tarde en realizarle.
. Los apuros del tesoro público, agravados á un tiempo por las
exigencias de la guerra, y por no hallarse rcunidas I,IS Cortes,
obligaron á mi gobierno á tomar sobre si J¡¡ penosa, pcro indispen-
sable resolucion, de pedir a la nacion un suplemento de 200 mi-
llones de reales, reintegrables en cuatro años con el producto de
las rentas comunes y con el interes de ¡j p.ojo en cada uno. Las
Cortes en Sil patriotismo reconocerán las causa inevitables qne
obligaron a esta medida; la única de salvacion que se ofrecia en
[an congojosos momentos.


Ya están ejecutarlas varias reformas y ahorros en la aelminis-
tracion, que se continuarán con constancia y firmeza, porque sin
buen órden y economía en los gastos, no hay bases positivas de
prosperidad ni solidez para ning'llI sistema de hacienda. Tarnbien
se continuara la organizacion general y delinitiva del ramo, entor-
pecida hasta ahora por diferentes causas, de las cuales algun~s no
pueden ser removitlrs sino por las Cortrs. El objeto ele estos tra-
bajos no es otro que el de aprovechar de una vez todos los recur-
sos que tiene el reino. capaces de reparar las plÍrdidas, de repoQer




440 ANALES DE ISABEL 11.
el crédito y de nivelar las entradas ¡Jol tesoro COIl 105 gastos pú-
lJlicos, y sobre todo con la posibilidad de los pueIJlos.


La necesidad preferente, indispCllsable, dc dar un nuevo im-
pulso á las opcraeitllle,; militar¿s para terminar la guerra civil, ha
hecho precisas las resoluciones adoptadas para la nueva quinta
de cincuenta mil hombres, y para la movilizacion de la milicia na-
cional, en los términlls comprendidos en los decretos á que se re-
lieren. La comlJinacion de amIJas medidas alimentará notable-
mente las fuerzas activas, y apresurará el momento d'~ (Iue ~e res-
tablezca en el Estado la paz y el úrden, bases escnciale,; de lada
prosperidad, asi pública COl1l0 de partkulares.


l:ntre tUlto, asi el ejército COIllO la annatla, han conlÍnuu(lo sin
cesar dando pruebas admirables de su denuedo, de su sufrimiento
y de su Ilrllle deci,;ion por la causa de la libertad y la del trolla de
mi augusta hija. Illlpelido el ejército de su patriotismo, se asoció
al pronunc.iamicnto de las prol incias ell favor de la COllslilllCioll;
pero no perdió de vista, ni por un momcnto solo, el objeto princi-
pal de su de~tino; la perseeucioll y deslruecion tle los rebr,ldcs.
Con la manifestacion de la voluntad de nuestrns soldados han coin-
cidido sus victorias: huyen delante de ellos las bandas enemigas,
que desgraciadamcnte han podido penetrar en el interior del rci-
no, sin hacerles frente, sin fijar el pie, dando en la velocidad de su
fuga mas fatiga en alcanzarlas, (llIe dillcultad en vencerlas Males
y estragos callsan sin duda por donde pasan, corno loda plaga pe~­
til~Ilcial y funesta; pero tambien dejan sembrado en todas partes
el Justo horror que nace de sus desafucros, y llevan el tnste cs-
carmiento de no encontrar parte alguna donde se alee y tremule.
con seguridad y confianza la bandera de su rebelioll.


Tal es cn suma, seiiores diputados, la situacion de las cosas pú-
blicas, de que os darán mas cUlllplido conocimicnto mis secreta-
rios del de,pacho en 11s difúrentcs múlllorias que os presentarnn
sobre. los ramos que respectivamentc adlllinistran. Vuestras deci-
siones serán sin duda conforme,; coa la urgencia y gl'arctlad de las
circunstancias; yen los meJios que proporcioneis á mi gobicrno, y
en las medidas fncrtes y cnérgicas que IOl1lcis, está cifrada la con-
fianza de terminar esta lastimosa gilerra civil, primer anhclo y nc-
cesidad primcra del pueblo espatlol, que todo lo espera dc voso-
tros.


Al mismo tielllpo procctlcrcis á la reforma de la Constitucion; y
con mano tan diC,lra como lirme eslablccercis las base,; de la Ilue-
ya organizacion social. A esta elllprcsa noble y magestuosa sois
principallllente llamadas; yo por lanto nada propongo ni aconseJ'o
como reina: nada pido como madre. No es posible imaginar en a
generosidad española que sufra menoscabo ninguno la prerogativa
del trono constitucional por la horfandad v niI1ez de la reina ino-
cente que está llamada á ocuparle. La Elli:opil O;i contempla: ella
verá que amaestrados por estos 'einte y cuatro años de comhates,
de infortunios y de oscilaciones crueles, saheis aprovechar las lt~e­
ciones de la esperiencia propia, y las del ejemplo ageno. Subidos




APENDICE NUMERO 2. D 441
á la altura de vuestra mision sublime, sin duda os sobl'epondreis á
todos los intereses parciales y pequeños, á tod08 106 sistemas es-
clusivos, La nacion y el mundo civilizado espera de vosotros una
ley fundamental en que la potestad legislativa delibere y resueIYa
sin precipitacion y sin pasiones: en que el gobierno tenga para su
aceíon todo el desahogo y la fuerza que necesita, sin dar nunca re-
celos de que oprima; y en que la admjnistracion de jnsticia apoya-
da en una independencia absoluta, no dé inquietudes a la inocen-
cia, ni impunidad á los delitos, Tales son, sin duda, las miras con
que vais á emprender esta grande obra, digna de vuestra sabidu-
ría y de vuestra prudenciil: revisada asi por ellas, y reformada la
Conslilucioll española, se granjeará mas respeto y simpatía entre
los estraños; mas amor, si es posible, y mas estabilidad entre no-
~olros.




APELYD(€:E lY1JltIEBO 11.'


CONTESTACION


DEL PRESIDENTE DE LÁS COR1;ES AL DisCURSO PRONUNCIA-
DO POR LA REINA GOBERNADORA EN LA APERTURA DE


CORTES CELEBRADA EL DlA 24 DE OCTUBRE DE 1836.


Señora: V. M .. acaba de manifestar cuán importantes, y cuán
Mlemnes son las fUBciones á que es llamado este Congreso nado-
nal. Los diputados conocen los obstáculos que deben vencer y las
dificultJdes que tienen que superar; pero no se olvidan de que son
los representantes de la nacion española, que tanto se ha distingui-
do en todos tiempos por su sensatez, por sn cordura, por su fideli-
dad al trono legítimo, y por su amor á la libertad.


Yo me lisonjeo de ¡que corresponderán á la confianza que la
nacion ha depositado en ellos, y de que ofl'ocerán al mundo civi-
lizado una nueva ocasion de admirar las virtudes del pueblo espa-
ñol. No está lejana la época en que este pueblo heróico, al mismo
tiempo que vencia al vencedor de la Europa, se ocupaba en esta-
blecer la ley fundamental que era conveniente á aquellas circuns-
tancias, y que se ha de acomodar á las actuales. Entonces fué gran-
de, ilustrado y magnánimo. Ahora, imitándo,e á sí mismo, acredi-
tará su valor en el campo de baLalla, y su prudencia fria y rcllexi-
va en el santuario de las leyes.


Las pasiones irritadas se han de apaciguar: lasopinioncs opues-
tas se han de reunir: los intereses contrarios se han de conciliar:
los enemigos interiores han de ser vencidos: las intrigas estrañas
serán deshechas. La empresa es ilrdua; pero es la nacion española
la que está encargada de llevarla á cabo, y ha emprendido su mar-
cha magestuosamente bajo el estandarte de Isabel 11 y libertad,
tremolado por la inmortal Cristina.




... PÉlYDIt:E lYlnUERO 4.°


CONTESTACION DE LOS DIPUTADOS


AL DISCURSO PRONUNCIADO POR S. M.


EX 24 DE OCTUBRE DE i836.


Señora: el Congreso nacional se congratula con V. M. al yer
llegado el momento de su solemne reunion, de la que espera la pa-
tria el triunfo de la libertad combatida por nuestros enemif$os, y la
reforma de la Constitucion de 1812, que V. 1\1. se apresuro á jurar
tan pronto como se le conyenció de que esta era la voluntad de la
nacion.


La empresa es árdua en estremo , y las circunstancias no me-
nos difíciles que las que rodeaban á aquellas Cortes, cuando san-
cionaron el código que se acaba de restablecer; pero de entonces
acá se ha furmado ulla generacíon nueva, que no puelle vivir sino
para la libertad: la iluslracinn 11a cundido por todas las clases, yel
cjercirio de los derechos políticos es para los españoles una nece-
sidad que antes apenas conocian, por el desuso en que por espacio
de tres siglos hah!an caido sus leyes fundamentales.


Este señalado progreso, que toda la Europa debe ;reconocer;
los grandes intereses estrechamente unidos á la causa nacional; la
sensatez y constancia del pueblo espafíol , yel sentimiento de su
dignidad, hacen creer á las Cortes qlle serán vencidos los enemi-
gos interiores, y desbaratadas las intrigas estrañas que puedan
a~entar c?nlra la libe~lad Ó, su indep~ndencia .. ~s~gurados tan pre.
ClOSOS objetos se ap:1CJguaran las paslOnes mas ¡mtadas, y las opi-
niones mas opueslas enlre sí se reunir;in en una verdaderamente
nacional, que sobreponiéndose :i las de todos los partidos, escluya
solo á los que q llisieran privar :i la nacion e,pañola de loda parli-
cipacioTl rn su propio gob!crno. Las Cortes procurar:ln con el ma-
yor empeño acelerar este momento; yel patriotismo de louoslos cs-




444 ANALES DE ISABEL II.
pañales ilustrados, y la pCI'5ccIlcion feroz con que ;1 todos sin dis-
tincion amenazan los partid:lI'io., del despotismo, facilitarán esta
union tan deseada como nccc:inria.


Las Corles han oido á Y. ]\I. con 1ll1leha placer que en las cir-
cunstanrias singulares en que se halló el pais al prodamarse la
Constituciun, no so limitó á ceder en esto al YOto de la nucion, sino
que llamó para componor su gobierno á los húmbres que [lodian
merecer su confianza. Las Cortes osperan que no la hal¡r:in des-
Illerecido; y al examinar sus actos no se olvidarán de las [.!:ravisi-
Illas dificultades que en el ejercicio de poder debipron de hallar los
que fucron llamados á participar de él en esta época,


El Congre,;o 11:1 ü"lo con mucha sali:ifaccioll el estado de lllWS-
tras relaciones con las polencias amigas, y principalmente lo;; cuan-
tiosos auxiliU:i qlle debemos :·1 la generosidad de S. ~I. Bril:inica;
y aunque le ha ,mIo sellsible que llO se alllplie, COlIJO se ()~jJeraba,
la coolwraeion por parle de la Francia, cOllfia en que el celo r pru-
dencia de nueslro gobierno obtendrá de la buena fe del rey de los
franceses el mas exaclo cumplimiento del tratado de la Cuádruple
Alianza, yen que producirán el resultadot¡lle se desea las gcslion,'"
que se practican con el gllhil~rno (le S. 1\1. [Iidelísima par,] la ulte-
rior y lllas útil colocadoll de las fuerzas auxiliare8 portuguesas.


Si olras potencias que notOllian en Madrid ningun agclIle di-
plomático han retirado los encargados de su correspondencia, r. )1.
ha llamado á los que habia en sus cúrte3 respeclivas; y rn e,lo,
poco ó nada han podido alterarse lluestra;; relaciolles. Es t1cs~gra·
dable, sin embargo, el incidente ocurrido con el agente del gobicl·-
110 de Nápolcs, y las Cortes tomarán en cOllsidt\racioll lo que sobre
el parlit:lIlar esponga el secretario del despacho de Estado, siúndo-
les enlre tanto ll1uy satisfactllria la scgnridad qnc V. 1\1.,;c digua
darles de qne las medidas adoptadas con este molivo no cslllrbar:íu
qne contiuue como hasta aqui el comercio y la corre'llOndcllcia Oll·
tre las dos naciones.


tus Cortes aguardan con el in terés que el asunlo exige, las
noticias que el gobierno de V. M. tenga á bien darles acerca de
las negociaciones enlahladas con algunos de los nuevos eslados de
la América espafíola, y contribuiran en CIJ:lllto está de SIL IJ~rtc Ú
q IIC se lerminen del moclo mas conforme ú los principios dr den'-
eho de gentes, v á 105 inlereses recíproco,.; de unos paises unidos
aun por los vínclI los llla~ fuertes y duraderos.


No permitiell(lo la,; cireunslancias presentes que PI gohierno
de V. ~l. fomente de un modo directo y elicaz la prosperidad ma-
terial del pais y el progreso de la civilizaeion, no podia diri;iir su
cuidado á otro ohjeto mas interesante que á la seguridad dc 105 ciu·
dadanos y ó la tranquilidad ·de los pueblos. Para cslo era tic abso-
lnta necesidad alimentar la milicia nacional; y liada h~ly para las
Cortes mas satisfactorio que pI saher que asi se ha hecho, y que H
á completarse su :lI"llJamenlo, El C(¡Il:.(I'e~o nacional felicila l'1l !lO!ll-
hre de la [l:Jlria á los di,;till,juido,; cilldadanos l/ue ClJllllHlIlell e,;tos
cuerpos heneméritos que por tudas partes prestan seiialados ser-




APESDICJl NmfERO 4.° !U5
vieios U la causn dc In. libcrtad y del tralla, y no perrlOl1ilrU medio
alt;Ullo de cuantos puedan contribuir Ú Sil tllas pcrÍcda organiza-
Clon,


m cuida lo y la solkilud de V, M, se estienden ú nuestras pro-
yin¡;ia,; de Ullr:llllar; y Ja" Cortes (,I~s,ean "ivamente que alJ\lc!la
parte tan lnlcrc,anle de la naClUll <llstl'ut() el:' lodos los benelIClOS
que al resto de ella promete un gobierno ju,to y Jil)!:ra\.


Sensible es que la accioll de la justicia no pueda ser por la si-
tnadon en ¡¡\le Sl\ halla el pais tan libre y desemhal azada COlllO de-
hií'l'a, sobre todo cuanto tiene que ejercerse contra los que conspi-
ran para destruir nuestras instituciones; porque la impullidad, y
aun las e1ilaciones y lalcnidad en la ill1]losicion de la~ !l0ll;]" aliüll-
tan á los traidores y dan Illglr mllchas nces á e,'.'%o.3 ([Ui: impor-
la sobremanera Clitar, Lo,; abusos !In todas espe('ie" quc kly en la
adlllini,tra('ioll de jllSticia 110 se corregirán cO:llp!n1iHlll'nie hasla
que forllw:!os los cüdigos no sean todos los magistrados inamovi-
¡des, y como lales indepellllientes, responsables, y por lo taulo jus-
tieieros. l'or forluna se hallan lllUy adelantados los tralJa.ios de la
coditi('aeion de l1uestras leyes, segun V, ~l. se ha dignarlo anun-
ciarlo ti las Cortes. y estas los examinarán á su tiempo con fla de~
tcneion ql1C su il11porlancia exige.


No es menos illtcl\'Sa!Jle el i¡rreglo de la haciellda pública, que
~r rcsicnln la"timosamonlo ve vicios afíejos y de nl1cras yeslraor-
dill~rias lJecl':;idades, (lue son con;:iguientc:, al e,;tn,lo en que sc C11-
cuenlra la nacion, Las Corlcs tendrán [lrc,;cnlcs csla., circllllstall-
cias al examinar los recursos á q!le ha sido preciso ¡¡polar cn esta
época; proc\lrar~n COIl el mayor empelio eql1ilibral' para en adelan-
te los gaslos púhlic,os con las eontribuciolll':;, introduciendo en to-
dos los ramos de la ;)(]¡ninistl'<1cion la lIW:; se\cnl ecollomía; de mo-
do qlw no solu se C\1bran ¡;llil pUllll1:.llidad todas la,; cargas riel Es-
tado, sillo qlle 50 Jlueda al('lld~r ú la dCllda nacional yestrallgcra
como lo exige la huella fe dc la naciol! c:ipaiiola y el decoro de Sil
gubierno. Son inlllenso,; y aC,bO no conocido:; de todo,; los medio:;
quc, la Espaiia ofrece para la conscnacion y aumento d\\ nuestro
cn'\dito, y este será un objeto preferente di) las tareas de las Cortes.


Pero:) lo que desde ahora dirigi~n sobre :to!lo su atenciol1 es á
terminar pronta y completamente la guerra ci, ji, aunqnc sean nc-
cc:;arios para ello jo, c:ifucl'zOS ma" eslraordinarios y colosales que
haya he.cho jam:t,; puehlo algullo_ Cllando la nacion elllera haee
(:oú gllsto los mas !lnro3 ;-acrilicio:i ; í'l1<lllllo se mueslra dispuc"la
á hacerlos aun mayorc,; si c,;: po,;:ilJlp,; cuallllo el ejército y la arma-
da, combaten por todas partes con ~;IIl Igual denuedo y constancia
Ú lo¡; enell1i~:)~ de la lihertad; cuando de enlre la,; JiJas de la mili-
cia naeional sale tod:¡ la .iuYl'nI1Id espallula para preslar un scni-
cío ma~ aelil'o y al'l'¡,~;.;gado, lo; rcprc:,ci'tanle,; de la nac!oll falta-
rian :1 la ~Ita llIisioll qlle Si) le:, !oa ('OII:¡,1d'J "i!lo rksple;.;aSl'Tl lorla
la PIlI'r"ía dI' qlle 0':)1) ('ap:Jce, para prcp,;['('ion:lr ~ 11111',,110, va-
lielll(~,; mi:iciallo,; y ,;old,l(lo,; qlli~ ;i'¡:U pi,':I:i:J1l ('11 la victoria. los
medius indispensalJles [Jara ühleilcrla, para restituir al puehlo la




44.6 ANALES UE ISABEl. 11.
tranquilidad que despues de tantos disturllios ha menester, y para
asegurar para siempre el triunfo de la Constitucion.


En esta confianza procederán las Cortes constituyentes a re-
formar la que la nacion Iw proclamarlo para que sea morlificada
como lo exigen las circunstancias del dia, las lecciones de la espc-
riencia y lo~ progresos que se van haciendo en el derecho público
constitucional; pues cuando la práctica ha sancionarlo, por repeti-
dos y uniformes ejemplos, las buenas teorías, no seria cuerdo en-
sayar otras de incierta y peligrosa apli~acion; y sean las que fue-
ren las modificaciones que se crea necesario hacer en la (;onslitu-
cion, todas tendrán por objeto la mejor division de los poderes pú-
blicos, la garantía de los derechos de los ciudadanos, y la alianza
que debe existir siempre entre el pueblo y el trono. Asi cuando
llegue á ocnpnrlo la augusta reina, á quien sc reserva, no podrá
menos de admirar y agradecer la cordura y gencro"idad de la na-
cion española; y para LÍlayor ventura de esta hallará en la sabidu-
ría y en las virtndes qnc resplandecen en el gobierno úe V. M. un
modelo úigno de imitacion.


Palacio de las Cortes 2() de octubre de 1836.-Alvaro Gomcz,
presidente:-Francisco de Ll1jan, diputado secrelario.-l'ascual
Fel'llandez Daeza, diputado secretario.




INDltE DEL TOMO IV.


LIBRO NOVENO.


Constitucion de 1812 restablecida.-Disposiciones del go-
bierno.-Sus inconvenientes con re~peclo á la silua·
cion.-Contradicciones y anornalías.-Gornez penetra
en Caslilla.- Accion de Jadraque.-Villarobledo.-Pasa
á Andalucía y se apodera de Córdoba.-Abrense las
Cortes de 24 de octubre.-Discurso de la Corona.-Es-
pedicion de Sanz.-Torna de Alrnaden por Gomez.-
Estado de la guerra en el Bajo Aragoll y Cataluña.-
Mudanzas rninislcriales.--SuLlevacioll en Madrid.-


Pags.


o Gomez organiza UIla partida eIl Eslremadura.-Yuélvese
á Andalucía.-Es batido en Alc3udele.-ProIlúnci3se en
retirada.-Escision entre los gefes cristinos.-Percan-
ces que sufre y riesgos que corre Cabrera.-Rurnores
de su muerte.-Toma San Miguel á Cantavieja.-Silio
de Bilbao.-Jncidentes.-Peligros-Dcfensa neróica. tí


LIBRO DECIMO.


Año de f837.-Siluacion y disposiciones respectilas de
los ejércitos despues y á consecuencia del levantamiento
del sitio de Bilbao.-Cabrera, restablecido de sus heri-
das, sale de nuevo á campaña y toma la ofensiva.-Cor-
rerías de Forcade)], Tallada I Llagostera y Serrador.-
Acciones de Buñol y ~lirambel.-Agitacion y proclamas
en BarceloIla.-Nueva organizacion de) ejército cristino


TOMO IV. 29




4..t8 INDICE.
y operaciones en Cataluña.-Disposiciones de don Cár-
los.-Reorganizacion de su ejército.-De3aciertos del
gobierno de ~Iadrid. -Cortes.-Proposiciones intempes-
tivas; controver~ias estériles.-Negociaciones con el
ministro ingles Williers.-Arrestaciones y confinamien-
tos.-Indisciplina y rebelion.-Nueva demanda de co-
operacion francesa.-~egativa del gobierno de Luis Fe-
lipe.-Discusiones con este motivo en las cámaras fran-
cesas.-:\HI. Tlliers y Molé.-Banquete politico.-Dis-
curso de Williers.-Reforma de la Constitucion.-Apres-
tos de guerra.-lI1ovimientos de tropas.-Ventaja!
obtenidas por Evans y Espartero en las provincias del
Nortc.-i'i llevas correrías de Cabrera y Forcadell.-
Acdon de Burjasot.-Oráa capitan general de Aragon
'! Y¡¡lencia.-Disposiciones del ministro de la Gobel'lla-
cion Pita Pizarro.-l'rovcetos dc consolidacíon de la
deuda; supresion del dieZmo, etc.-Discusiones acalo-
radas en el parlamento.-Desórdcncs promovidos por
lo~ carlista5 de ncus.-~ucvo alboroto en llarcelona.-
Prision y suplicio de Xauderó.-Toma de Cantavieja
por Cabaiiero.-Reunion de fuerzas cri:ilinas en GUl-
púzca~.-Preparnti\"os de lo, carlistas para una cspedi-
eion it Castilla.-L1egada de Espartero á San Sebastiano 71


LIBRO U:.\:DECDIO.


'fama E,partero á llernani, lrun y Fuenterrabía.-Espc-
dician de don Cárlos.-Aecion de IIllcsca.-Sorpresa
de Lerill.-~Iarcba de Espartero á la Ribcra.-Accion
de llarbastro.-AccioIl de Gni. -}lovimiento5 di} Talla-
da y Esperanza en la provincia de Cuenca, y de Cabrera,
FOl'cadell y Serrador en la de Valcncia.-Cortes.-Cues-
lion de Hacienda.-Interpelaciones sobre cuentas.-
Apruébase la nueva Constitucion.-AdicioIlcs.-Ley
clectoral.-Proyectos de ley relativos á supresion de
institutos monásticos, á abolicion de diezmos y primicias,
amnistía, revocacion de secuestro, etc.-Desórdenes,
tumultos, sublevacioncs, atropellos.-Situaci(Hl del mi-
Ilistel·io.-Desórden y abandollo en todos los ramos de
la administraciún pública.-Descrédito linanciero y cau-
sas de él.-Negociacione.s para un empréslito.-Miras
interesadas del gobierno ingles al ofrecer su garanlía.-
Ucclamaciones de la junta de fábricas y de los diputa-
dos catalalles.-Rómpense las lIcgociaciones.-Estado
de las relaciones <liplomáticas.-Proyectos de una es [le .
dicioD militar al mando del mariscal Clausel.-l'rústrasp.




lNDICB. 4.4.9
Mta Mmbinacion.-Ciérranse los puertos españoles á
los buques sardos.-Concesiones hechas al gabinete in-
gles.-Espedicion de los marroquíes contra Ceuta.-
Cuerdas pero ineficaces disposiciones del ministro del
Interior.-Maquinacioncs contra este ministro.-Ea
reemplazado por Acuña.. . . . . . . . . . . . . . . .. Ul


LIBRO DUODECIMO.


Continúa don Cárlos su espedicion.-Dirígese hácia Va-
lencia.-Aceion de Chiva.-Movimientos de Uranga en
las l'rovincias Vascongadas.-Marchas y eontramar-
ehas.-Sale Espartero para Arugon en seguimiento de
don Cárlos,-Espedicion de Zuratiegui á Castilla.-En-
Ira en Segovia yen San JIdefllnso y amenaza á Madrid.
-Llegada de Espartero á Madrid.-Relírase Zaratiegui
háeia Segovia.-~lodifieaciones ministeriales.-Suble-
yacion de Pozuelo de Aravaea.-Nuevo ministerio.-
Estado del pais.-Cataluña ; Aragon; La Mancha; Es-
tremadura; Provincias Vaseongadas.-Insurrecciones;
ascsinatos.-Corlcs; suprcsion dcl diezmo y dotacion
del elero.-Clle,;liones eanónicas.-Cuentas.-Contri-
Lucion eslraordinari~.-Nuevas modificaciones minis-
leriales. .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . • . .. S 18


APENDICES.


Número Lo-El ministro de Estado al emhajador de S, M.
en París, sobre la eooperacion y auxilio de las tropas
aliadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. '~!I


Número ::l.o-Discurso pronunciado por S. M. la reina
Gobernadora en la solemne apertura de Corles, verifi-
cada el dia 2i de octubre de 1836. . . . • . . . • . .. '-36


Número 3.o-Conteslacion del presidente de las Cortes al
discurso pronunciado por la reina Gobernadora en la
apertura de Cortes eelellrada el dia ':.!4 de octubre
de -1836. . ...................... , "1


Número 4.'-Contestacion de los diputados al discurso
pronunciado por S. M. en 24 de oclubre de 1836 ... ' ua




ANALES
DEL REIÑlDO DE DOÑl ISABEL 11.




Esta obra es propiedad de los herederos del autor,
los que perseguz"rán an te la ley. al qUIJ la reimprima; á
cuyo fin llevarán lodos los ejemplares la siguiente rú-
bri'Ca:




ANALES DEL R~INADO
DE


A


D. ISABEL JI.
OBRA POSTUM.\


DEI) O N J A V lEn IH n [fU; O S,


10.110 \1


~,
, DltL ) IQ.~º-U~~


MADRln.
ESTABLECnlIE;>;TO TiPOGRAFICO DE MELLADO,


(jlle Ué S ,n!a 'ltres! núm.. 8.
MI¡CC( Ll.




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DON JOSf R~ma~ ROOll,


\;acló c1) dc f¡:JH,~!'o de 1789 en la ai'll'Íl de Santa ,rmía ¡JI' Tl'ol1r, J 'i!U\ :il 1;,
de Luqü, y 311S p;¡dr~s le Ji?dienron á la mrrra literaria: pero 1'11 ¡SOS, i! im:11
I'ion d¡' eaii todo; to~ mOI¡lI~~ de E5paña, trocó lo~ libros por la~ U!I!1~~. i'~~
"i¡l'pol'ándo~eell el hatullon de cadetes literarios, Conrllllda la gllcrra ¡Jl':" !:. .•
:lepcnílenria se emharcó pm Ultramar elll8lÜ, siendo ya capitan, y I~O Amf'~
rica so diit.iUguió en mucha~ ocasiones, adquiriendo gran renombre por 1:1 h[~
roiea del'f'nsa dd Callao, rucHo á España en 1826 desempeñó jmpor[antl'~ enr-
~I)~ mi:it8I'cS, y {¡ la muerte de Fernando Y1l se le confió el mando del 1'Ít'l'citl!
I! 111' p:.'!lCiró I'!l Portugal en auxilio del emperador don Pedro y contra 1M i nt'il 11··
;1', dQI'! )ligue! y don Cárlo5, La victoria fue complrta, y ROllil dilo (1 las II:~
ilWtlidl'iollCS de Madrirj r:oll su ejercito I desde llande marchó á las pro\jc!'in~
del ~ol'lc á encargarse del mando en gefe I que desempeñó poro tiempo! I'(li:
rsra~a fortuna, Relevado por Mina, no vollió á fi~ura\' hasta el ailO 18a~, ,[tiI'
df'~empcil(¡ el ministerio de la Guel'l'a por poco tiemprl; pero desde 18f¡O ú la, du-
ran!e ia regencia tle Espartero, siendo ya marqlll's y capilan genl'r~l di' "¡hl ¡-
lo ,dmmpeiló cargos de import¡lOr:ia, siendo el principal y pi úllimo 1'1 ::'
prr~ideIJtl\ ud miniwrio que sucumhió con el regente, DesOI' "IHonce, l¡n-Id ~It
m!lpnr, acaerida á principios de m:j! prnnaul'ciú 111' Cllill'll'l "/l !al'M!!' ~i:!
tOllla\' parir rn lo;; wCS¡J, polllicM,




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LIBRO DEUtRO SESTO.


Ministerio Frias.-Situacion do los ejércitos.-Espartero y Maroto. - Levanta-
miento del sitio de Estella.-Operaciones militares.-Escursion de Merino á
Castilla.- Las autoridades civiles y militares evacuan ¡\ Valladolid.-Aeeion de
Legarda.-Pasan el Ebro los carlistas por varios puntos á la vez.-Correrias
de Gago, Yilloldo, Rey y Murgllia en Castilla la Vieja; de Calvente, Nnarro.
Palillos, Chaves, Mayoral, Perdiz, Ganda, Patricio, Meliton, Caro, Montero,
Revenga y otros en la Nueva; de Orcjita en la provincia de Córdoba, y de
Castellanos, Cepeda, Rondeño y otros en la de Estrcmadura.-Destruccion
de las bandas de la 1\Iancha.-Quinta de cuarenta mil hombres.-Narvnez
capitan general de Castilla la Vieja.-Correrías de los facciosos en Aragon y
Valencia.-Accion de MaeJla.- Derrota del ejército de la reina, y muerte de
su general (Pardiñas) -Represalias.-Motin en Valencia y asesinato de Men.
del Vigo.-Comuuicacíones diplomátícas.-Uubart. ministro interino de la
Guerra.-Deslierro de Narvael.-~Iovimicnlos sin "esultado en las provincias
dcll'lorle.-Proc\ama de Muñagorri.-Frústrase su tentatíva.-Corte y campo
de don Cárlos.-Llegada de doña Maria Teresa princesa de Beyra y del padro
Ciri1~ á las provincias del Norte. - Abrcnse las Cortes en Madrid.


AL júbilo de los partidos y á la indiferencia de la nacion
sucedió la desconfianza de esta y de aquellos, desde el mo-
mento en que fué conocida la heterogeneidad y provisional
composicion del gabinete formado para reemplazar al de
Ofalia.


El duque de Frias, buen literato y cumplido caballero,
pero tardo de oido, sujeto á distracciones habituales, dota-




6 ANALES DE ISABEL ll,
do de fibra poco vigorosa, ignorando hasta la tecnologia de
la administracion y de la hacienda, no conocicndo por con-
siguiente medio ni camino pal'a reparar ningun mal, para
pl'omover ningun bieil, era poco á propósito para dirigil' el
timon del Estado en tan difíciles circunstancias. El incsper-
to diputado por Leon, Vigil de QlIiüones, denominado mar-
ques de Montevirgen , que, dc repente, y por rccompensa
del apoyo que en una ocasion importante preslal'a al condc
de Tort'no, habia sillo encal'gado de una de las depenuen-
cías superiores de renlas, dejó en ella recucrdos que no
permitian espel'ar quc sc mejorase pOI' su influencia la des.
tI'uida hacienda, cuya dil'cccion suprema se le confiaba in:-
tCl'inamenle. Valdl'ich , ya pOI' si mar1lués de Vallgorncra,
si antes de TOl're Megia por Sil mugel', habia SCI'Vilto co-
mo oficial en la secrctaria dc lo Intcl'iol', dondc cmpezó tÍ fa-
miliarizal'se con las teorias administl'ativas, pcro no con la
ciencia, harto mas difícil, de la aplicacion dc cllas á las ne_
cesidades de una sociedad anómala, y entonces desquiciada
ó disuelta. Al minislel'io de la Mal'ina estaba unido el de Co-
mercio, y de los medios de favol'ccerlo entendia tan poco
Aldama, á quien se confió el despacho intm'ino, como de ha-
cienda Montevirgen , y Vallgol'l1cra del mecanismo de la
organizacion interior. Ruiz de la Vega, que durante su cmi-
sracion en Inglaterra habia abjUl'ado sus antiguas doctrinas
revolucionarias y completado sus estudios de jUl'ispruden-
cia, nada podia hacer solo en la siluacion complicada en·
que se haliaba el pais y no poseyendo otros conocimientos
que los especiales de Sil pl'ofesion. El minislel'io Frias,
pues, nació muerto, como sucedió antes al de Bal'dají , y
como despues debla suceder'á.lodos los que al conSlituil'se




LIBRO DECnW SESTO. 7
no concibiesen el PI'opósito de I'establecer desde luego al-
gunas condiciones de exislcllcia social, sin las cuales todo
gobierno era imposible.


A los elementos de disolucion comunes desde mucho an-
tes a todos los ministel'ios, se agl'egaha en el de Frias el
ascendiente incontrastable, la in(!uencia esclusiva qlJ\e debia
dal' á Espartero el desastl'e dd ejéreito del Centro I desas-
tl'e que iha luego a servir de pretesto para que el del NOI'le
se I'elirasc de las inmediaciones lle Estella. Capitaneaba alli
a los cal'listas el g¡,ncral don Rafael ~iaroto, que, en desa-
cuerdo siempre con los hombres f¡Ue a su lado ú á sus
órdenes pelearon en la América del Sur, y que vueltos á
Europa de~pues del desastre dc Ayacucho, componian un
partido designaclo con esta denominacion, habia sufl'ido per-
secuciones que acabal'on pOI' lanzarle al campo de don Car-
Ias en POI'luga\. Mal'oto siguió a este pl'Íncipe a Inglatel'l'a;
pasó des pues a Vizcaya, donde se le empleó; fué puesto
en seguida a la cabeza de la insUlTeccion catalana; volvió á
Francia persuadido de la imposibilidad de disciplinar aque-
llas bandas indómitas; y, llegado el 31 de mayo á Guipúz-
coa, tuvo, el 25 de junio, pOI' I'csultas de la pérdida de Pe-
ñacel'rada, el mando dcl ejél'cito con el título de gefe del es ~
tado mayor general. El 30 dejnlio, hizo I\faroto á don Carlos
dejar á ESlella, cuyos aproches cuidó de obstruil' en seguida
por cOI'taduras y parapetos, y cuyos fuertes artilló con veinte
y dos piezas, destinando á su defcnsa catorce batallones y cin-
co escuadrones. Espartel'o adelantó luego en direccion de la
ciudad triples fuel'zas de infantería y caballería diseminadas
desde Logroño a Tafalla, y la artillería sacada de Pamplo-
na ¡y, el 20 de agosto, engañado como todos por las noti-




8 ANALES DE ISAnm. JI.
cias que corrian de las ventajas que 50bre Cabl'era alcanza-
ba diariamente Onia, y creyendo que se coronarian con la
loma de la fortaleza del Maestrazgo, dijo á sus soldados,
aludiendo á ella:-(SllCeSO que hace permanecer en ohsel'-
)lvacion al ejél'cito, y que impaciente espera como la señal
»de marchar sobre Estella, donde nuevos laUl'eles aguardan
»a los valientes del Norte,») El 26, con los auclantos exigi-
dos á las provincias vecinas, se dieron "einte dias ue paga
á los batallones, sin que Ú pesal' de eso temiese provocar-
los Marolo, descolgándose con solo siete de los suyos (el 2
de setiembre) hasta las inmediaciones de Lodosa. El 3, COI'-
rió aIli Espartero desde Logroño. mientras Alaix salia de
Pamplona en direccion á Puente, El mismo dia, alal'mado el
general en gefe pOI' la desereion que notaba en sus filas, im-
puso á los desertores, á los pasados y á los I'eceptarlol'es la
pena de muerte, {Iue declaró aplicable por un consejo de
guerra verbal, y que (el 4) se aplicó en efecto contra unos sol-
dados del regimiento de guias, que, no aterrados por la con-
minacion, se disponian á comctcl' el crimen, Al mismo tiem -
po se adoptal'on cuantas medidas podian anuncia!' ser He-
gado en fin el momento de las operaciones. Tal era la si-
tuacion, cuando llegó al campo cristino la noticia de lo suce-
dido en MorcHa, y poco despues la de la disolucion del mi-
nisterio Ofalia. Conoció luego Espartero el partido que po-
dia sacar de la silllacion para asegurar su influencia sobre
el nuevo gabinete, y se decidió á levantar su real y trasla-
darlo a puntos en que pudiese contener la desmoralizacion
de sus tropas. Pero, no conviniéndole funda!' su retirada en
este motivo, anunció (el 8) desde Artajon3 á sus soldados,-
{(que los rebeldes de Aragon, alucinados pOI' los sucesos de




UBno DEClllIO SESTO. 9
l) MoreHa, habian inyadido las Castillas, y que importaba
)¡marchar a su encuentro antes que su invasion asolase el
»pais.) Y, anticipándose á combatil' las interpl'etaciones si-
niestras que podrian daJ'se á esta disposicion, añaclió:-«De
¡)Ios panJpelos de Estella ya los lanz.areis cuando volvamos
»)triunfantes.)) El 11, relimdo su ejército ú la del'echa del
Ebro, mal'chó el gefe cristino á Lodosa, y el 12 se volvió á
Logroiio, de donde habia hecho el 9 avanzar ú Aruedo el
proyincial de Chinchilla para reunirse cou oll'os dos batallo-
nes y algunos cilhallos destinados á protegel' la Rioja, que
suponia amenazada por los carlistas del Bajo Al'agoll y los
de Soria.


De estos, s:n embargo, habian desaparecido enlretauto
los únicos (¡Ile podian dal'!c inr¡uictud y repasa(lo el Ebro á
las órdenes tle Balmascda, despues de campear libremente
pOI' Castilla en los últimos dias de agosto. A pesal' de ha-
bel'se reunido las dos columnas cristillas tIe la sicl'l'a de 13m'-
gos en Covarruhias, Balmaseda, que unido con Ca!Tion
acababa de lIeval' sus eOl'l'erín:,; hasta las puel'tas de SOl'ia
y de eneelTa!' en aquella capilal al comanuaute genel'al ~\l­
buin, revolvió so!)\'e Aheja!' y '\"a\aleno ; el 18 del mismo
mes, se descolgó de lIuel'la del Rey ú la 'na; el 19, cayó
sobre Roa, donde hizo fluema!' las casas de los nacionales
I'efugiados en el fuerte; y de alli pOI' Vnldezatc en seguida á
Aguila-fuente, Fuente Pelayo y otros pueblos de las inme-
diaciones de Segovia ateI'I'ando á esta capital. L n convoy tIe
dinero, Ilcgado de Madrid á Labajos, se trasladó á A vila
apenas se conoció el movimienlo del guerrillero, que (el 22)
entró en Arévalo. De alli, sabicndo que se movia en su se-
guimiento el comandante f;cnemllle Segovia, revolvió Mcia




10 AXALES DE ISABEL 11.
Coca, tlespues pOI' TUl'égallo Ú lliflza; en seguida, costcan-
do e! Duero pOI' Gormaz, ú Bl'I'langG, y el 30, desllc Nafria,
trataba lle! raugc de los pl'isioneros que en su marcha al
Poniente habia hecho al pasal' por la Ol'l'a. El 2 (le setjem~
Iwc, sahiendo en Covaleda (lllO el corone! Cava ~e hallaba
en. Quinlllnal' de la Siena con cinco rompailias de Barban
y" dos cscual!t'OI]('s riel 1." de lijcros , reeien remontarlos en
:\Iadl'id, detel'minó repelir la maninhl'a ((ue con tan feliz éxi-
lo hiciera poco antes en Ontol'ia, y cael' sohre aquel grfe,
á quien aeabahan de llat' cierto prestigio sus I'ee¡e!lle~ vic-
torias sohre Tan'agual rn el ,\110 Anlgon , y sobl'e CaITion
en Villaba del '10Ilte. B<t\:nascdl1 entro en la noche en Quin-
tana!', donde los de Cuva, sor¡lI'enJidos, hicieron desde las
casas una Yigol'üsa d!Jellsa que se prolongó hasta el dia si-
guiente. En ella perccieron ciento y cincuenta soldados cl'is-
tinos: los demas hasta el númcl'O de s{~iscirntos (Juedal'oll
prisioneros, incluso su comandallte. Apodl'ral!o de ellos e
gueITillcl'o, y de los cielllo y setenta caballos de los dos es-
cuadeones, revuelve al :\ol'-este, alt'a,iesa la can'etera de
Burgos por la Brújula y pI El)I'o pOI' Cill,lpel'lala, :" (el ;;) fe-
cha en Estrcmiana el pal'te de su :",0l'JlI'esa de QlIintanar.


¿Que enemigos invadian, pues, las Castillas, para que,
despucs de la I'etil'ada de Balmascda, atribuyese Esp:1I'tCt'O Ú
la necesidad de ltbertal'!as cl levantamiento del sitio de Es-
tella? Merino tan solo. Vuelto Cabrera lle su espedicion del
Júcal' y tcndidas sus tropas de AI'agon, mandadas pOI' Ca-
bailet'o , Uagostel'a y Garda, desde las puel'tas de Almona-
cid hasta las de Zal'agoza y el campo de Cariñena, sin que
P ardiñas pudiese hacel' otra cosa que observadas, el
gefe carlista de Aragon, que de nadie necesitaba ya auxilio,




LIBRO DECIl\10 SESTO. 11
5C decidió a despaehat' al gllttTillet'o castellano al teatro de
sus antiguas correrías. COH llos mil .Y quinientos infantes y
trescientos caballos salió, pues, Mel'itlO elLo de setiembrc
de Calumocha, en la provincia de Tet'ltcl , y el 3 ya estaba
en .\loron, en la de Soria, y el :'i. en .Almazntl. Dc alli, des-
Jlues de eobl'ar los dicZlIlJ:3, "endcl' b S[11 é incendiar el
fuerte, partió ~cl 5) pat'a FlIente Pinilla, .Y ~el 7) llegó al BUI'-
go de Osma, siendo tanto el espanto filie difundió su apari-
eion, (llIe de diez leguas á la rCl¡onda hnye¡'on los compt'O-
metidos, unos hÚl'ia ;:lcgOyill, otros hácia Valladolid. El mie-
do de unos y otros a!mltó sus fuet'zas y sus progresos, etl
tél'minos quc, mientras el Cmu entraba en el Bttl'go, recibió
:lYiso el h~ron de CarolHlelct, capitan gencl'al (le Castilla la
Vieja, de hallarsc (\f!ucl en Roa eOIJ ciuco mil hombres. En la
noche, el general, creyendo confirmada pOi' e~tas noticias las
que tres dias antes le habia dado el gobiet'110 sobre el movi-
micnto de ~Ierino, convocó una jllnta, compuesta (le los gc-
fes militarcs, diputados ú COI'tes, autoridades y algunas pet'-
sanas notables, y en ella se acordó evacuar la capital. Su
gU3l'tlicion, cOl1ljluesta de ochocientos hll!tlÍJt'e~ dc cuet'pos
francos, doseientos y cincuenta (¡\linIos y setccientos mili-
eianos, no se estimó suficiente pat'(\ resistir, en una ciudad
de veinte y dos mil habitantes, ú un guet'l'illol'o fIne ape-
nas contaLa COIl tres mil soldados, y (Ille se hallaba á una
distancia r¡ne luego habt'ia aparccillo enOt'!11e, si se hubiese
adelantado una columna ú reconoccrla. POI' una coinciden-
cia, <¡ue no ora rara (~n aquellas circunstancias, una parti-
da levantada pocos di as antes en el valle del Esgueva, aso-
mó en \a nocheá Qllintanilla de Abajo, y, calificada de avan-
znda de jicrino , contribuyó a acelerar la cvacuacian. Ve-




12 ANALES DE ISABEL n.
rificóla el general en la mañana uel 8, saliendo en direecion
de Palencia con la audiencia telTitol'ial, mient¡'as que otras
autoridades tomaban direccIOnes opuestas. El gcfe politico,
Alba, ¡'ecOl'dando el bien Ilue en la invasion de Za¡'iategui
habia hecho al pueblo la instalaeion de un ayuntamiento
carlista, crcó uno con el titulo de provisional y se mal'chó en
seguida. ~uevos avisos demostraron luego la cxage¡'acion
de los del dia antel'ior, y (el 9) reinstaló el gefe político cl
ayuntamiento constitucional, dando gracias al carlista por
sn escelente procede/'. Ca¡'ollllelet volvió el mismo dia á
Valladolid, pel'o no asi otras de las autoridades que, ater-
radas pOI' lo instantáneo y p¡'ecipitado de la cvacuacion, ha-
hian lomado el camino de Zamora ó el de Madrid.


Si en el espacio de un solo dia pudo el eapitan general
del mas vasto é impol'tante distl'ito militar del reino reco-
nocel' la mengua de que se habia cubicrto abandonando su
capital, por miedo á bandas bisoñas y mal dÍl'igidas, no de-
bió avcrgonzarse menos el gefe del fOl'midable ejército del
~Ol'te de habel' publicado que renunciaba á sus IH'oyectos
sohre Estella, por miedo á aquellas mismas handas, única
fuerza cOllsiJeraLlc que ú la sazon militaha en Castilla.
Bastaba dil'igie conll'U ellas tl'CS Ó cuat¡'o batallones, y asi
lo cl'eyó Espaetel'o mismo, cuando se limitó á envia¡' lIno
del Príncipe y el provincial de Chinchilla, flue con uos es-
cuadrones llegal'on á Soda (el 12) á las ó¡'denes del cOI'one'
Olloqui. Merino, avanzando desde el Ruego destacamentos
á la izquierda del Duero hasta cerca de Peña fiel , para im-
panel' contribuciones y recoger armas, diseminó luego sus
tropas en la sierra desue San Leonardo a Covarrubias y a
Huerta del Rey, mient¡'as las cristinas I situada¡) al mismo




LIHIlO DECHIO SESTO. 13
(lempo en Lerma y Soria, se preparaban el combatirlas en
las dos dil'ccciones. Con este drsignio se bajó Olloqui (el 14)
al Burgo, y con el mismo salió de Burgos (el 17) otra co-
lumna ti las óruenes del cOl'Onel Pana con direccion á Co-
varrubias, donde llegó al dia siguiente. Notando estos mo-
vimientos y el que desde Lerma l)l'onunciaba Albuin sobre
Bal'l)auillo, se cordó Merino á Villumel y Villasur de Hel'-
rel'os; y aunque esta marcha revelase su intencion de vol-
verse al otro lado uel Ebro, no pareció (IlIe 1" adivinasen
sus perseguidol'es, pues sin SCl' molestado atl'avesó por la
Brújula (cl20) y lomó el camino de San ~Ial'till de Line~.
El 21, l'rfol'zado pOI' Can'ion en Quisisedo, )¡urló pOI' há·
biles contramarchas á Castañeda y Ribrro, combillados pa-
ra impedide el paso, penetrú en las provincias por Cille-
rudo á las inmrdiflriones de Sedflno, y (el 22) se pl'esentó
en Balmaseda á su I'C)' con mucho dinero y mas de (¡ui-
!lientos mozos recogidos en la ll'avesía. Olloqui y Parra.
que en vano le persiguieran, mal'eharon, ti Villarcayo el
primero y ú lIara el segundo, y Albuin se volvió á Soria.
El mando de la siena dOIl<le ,rtl'iIlO hahia dejado el núcleo
tle nuevas facciones, se connó otra HZ al eoronel Rodri-
¡jllez.


Si, como lo habia anunciado, hubiese de vo!l"er Espar-
tero sobre los parapetos (le Estella lnego que triunfase da
los invasorcs de Castilla, yuelto hahria doce dias des pues
de su retirada; pero el riesgo denunciado al effil1\'endeda
no fué mas que un [lretesto para cohonestal'la, y para ale-
jar sus soldados ue un teatro donde la seduecion podia
aprovecharse del desaliento, y el desaliento generalizal' la
desmoralizacion. Delante y alrededol' de Estella habia en




ANALES DE ISAllEL JI.


tanto reunido ?llaroto fuerzas qne, apenas pronunciado el
movimiento retrógrado de su advcrsario ,auelantó al Bajo
Arga en ademan de desanadc. De Logl'oño, de donde en
seguida distribuyó éste sus fucrzas en los pueblos de la
Rioja y la BlII'eba hasta Cubo, salió (el 16) pUl'a IIaro , á
consecuencia de habet'se )Ifll'oto cOrI'ido á su uel'ccha, y
situado en DLH'ango, anunciando ya la intencion de ata-
cal' á POI'tugalete; ya la de cael' sobl'e Villa nueva de Mena'
y ya, en fin, la dc pI'otegee una nueva CSCUl'SiOll tÍ c'astilla,
pal'a la cualn'ol'gallizalm sus Il'O;)t\s Balmasetla en AmUl'l'jo.
Frustro estos dos últimos J(:~ig!lios el carollcl (,l'istino Bei-
liOSO, quc, encil!'i:)i\llo momentúneamente del mando de la
izr¡uiel'da, l'l'haIJilitó á Yillanncva y filé despllcs Ú situarse
eu Yilla¡'C<IYo, Al mismo JHlllto se dirigió tambien , tÍ la ca-
beza de una gl'llesa diyision , llibcl'o, (Jlle ya (Inc !lO pudo
impedil' el regl'CS:l (le ~Ierino y Cal'l'ion Ú la iZ(lllicnla del
Ebl'o, debia cstorba\' quc volviesen á la del'celw, El propó-
sito (11lC anunciaha Casto!' de invadi!' (te nucvo la provincia
de Sanlaudcl' fllé igualmente contl'al'iado pOI' el hrigadier
Castallcdn, quc al efecto se adelantó dc~(¡c In Cavada hast<l
Alllpuet'o y Limpi:\S. E!l íln, cl comandantc gene!'al tlc
Vizcaya, .\rcchavala, dcslmes dc recogel' ell Bilbao los
compl'ometi(los de I3egoiia, Al¡ulHlo, Densto y otros IHle-
hlo5 próximos tl la capital, dictó vigorosas medidas pam
manteuc!' sus cOlllullieaeiones con Portngfllctc, y defender
la ria si era atacada, Para completa!' el efecto de todas es-
tas disposiciones, Espartero, escalollando ll'OpaS Ú su iz-
quienla, se trasladó (el Hl) á Pancol'lJo, y sahiendo que los
cadistas habian I'cunido mas de vcinte hatallones en Bal-
mase da , Sodllpe y pucblos cil'cunvecinos, pasó (el 20)




unno DEClilIO SESTO. 15
á Oña, alargando sus cantones hasta Yaldenoceda.


Agolpado alli el grueso de las fuel'zas de uno y otro
partido, pal'eeia que el tel'l'iLorio que corre desde la BurelJa
{¡ las bocas del :\crvioll dcbia ser cl tcatro de la campaña
tic olOllO; pCI'O cn hreve sc conoció quc la táctica Ile Marolo
cOllsistia en amagar pOI' un lado para descargar por Otl'O.
A su dcrecha habia dejado ESpal'tcl'o, al rctiral'se de Este-
lIa, catorce batallones y siete escuadrones, de los cuales
parle pel'teneeian Ú la columna Ile la Hihera, cuyo mando
se confió al gelwJ'ul don Fl'l'mill Ezpc'leta , y el resto ddúa
Olll,ll' bajo las ún!cncs illlill'diat,\s del vil'ey cn cargos
Alaix. 1\\1',) oiJ~el'Y<1I' ú conll'<1!'e:-;t,u' estas fuerzas, contaba
el comallllan(c eal'1i,ta de :\3Y,\I'I'3 , Cal'cia, con otras lan-
las, que, acaLllollada~ al ~ur de Esldla, se tocaban alguna
"cz con bs Cl'iSlinas, cstcndidas dc~de P<1l11plona ú Peralta.
El in, illflJl':nado Gai'cía (L' que .\bi:.. habia salido de Puente
la Reina para C'scolta\' hnsla Pamplona el convoy de efec-
tos que, al rcpnsar el Ebro, habia d(~jado Espartcro en la
Hihera, pilSÚ (" ,\rga pOI' Bclasco3in y atacó ú su adversa-
rio cerea de !'eg¡¡ 1'11:1. POi' de pronto le rec!lazó éste, pero
h:dJiclldo IIlllerlo CII Il/l<! c:~r;.'a de cabDllerla el hriga<liel'
e[\l'liqa Echn<ll'l'ia, sus ~old<ldo~, (]esealll!o \pngar su muel'-
Ir', atacaron :í la haYGIll't,] las posiciones de Alaix, y las
forzaron, aUIl<J\lC' lle~dc Puente aeudipse ú su aUAilio Ezpe-
lela, (ille dunllllt' algullos 1ll0HlClllos quedó pl'isinllero, rilo
logro lilmme sino por d i\lTOjO de rdgullos !le sus solda-
dos, En esta aeríon cogieron loscadistlls tres callOlIes y
seiscientos fusiles, cincuenta caballos y quillielllos prisio-
neros, C¡lll'C los cuales se contal'OII veinte y sicle gefes y
oficiales. Ell'esto, en tlispC'l'sioll, pudo gual'eccl'se en puen·




16 ANALES DE ISABEL 11.
te, donde clltl'aron gl'avcmente heridos el cOl'onel de Má-
laga, Bayona, y el virey Alnix.


En el mismo dia pasaron el Ebro mil infantes y dos-
cientos caballos carlistas, y (el 20) entraron en Arnedo,
nunca hnsta entonces pisndo pOI' los de su partido, y se
apoderaron alli de algunos soldados, de las armas de los
milicianos, y de rehelles que ('espolldiesen de una enorme
contribucÍon que impusieron. A la tarde se dil'igieron por
Ausejo á Aleana(l!'e, donde cogieron un destacamento del
pl'ovincial de Soria, y mucho ganado, y al dia siguiente sc
volvieron ú la orilla izquierda COII los trofeos de su COI'l'C-
ría. En fin , el :¿3, ú favol' del de~aliento que illfundió en
los cl'istinos el suceso de Legarda, otl'a columna cadista sa-
lida de la Banlcna l'cpitio en Egca e! espectáculo dado tres
dias antes en Amcllo. Espm'tero vio la nccesidad de ponel'
tél'mino á tanto desastre, reforzando su del'eehn, y en con-
secuencia destacó allá á Leon con la cnballel'Ía y la artille-
.'ía de la legioll inglesa, tl'asportada I'ccientemente de San
Sebastian ú Santander. De Villal'cayo, de donde salió
(el 26) Mlue! !jefc I'cintcgl'ado ya cn el manuo (le la columna
dc la Rihel'a, pasó ;Í Logl'oiio, y, Ilcgado e! 30 á Puellk la
Heinfl, atacó el 2 lle octubre ú Cal'cía, le hizo rctirar á
EchaUl'i é impidió el tI'asportc dc gr'unos, quc Tan'agufll,
situallo en las inmediaciones de Sangüesa proclll'aba remes(lI'
pél'iódieamentc ú la llel'ccha del Al'ga.


A obserVa!' y cOlllcllel' hubo de limilat'sc igualmente el
mismo Espal'tcl'o, no pCl'mitiéndolc los !'Úpidos y fl'ccnentes
movimientos dc ~laroto adivinar su ob.ieto verdadel'o ni su
tendencia definitiva. Hecelando sin duda un ataque sobre la
linea de Bilbao á Portugalete, hizo marchar de San Sebastian




URRO DEClltIO SESTO. 17
:1 la co~la de Santrmrler e11'l').;il1liento pl'ovinc.ial de Oviedo,
y dos balallollc~ del Infante, En srguirla, viendo reunidos
en Amul'l'io, Bel'l¡cl'ana y "hcitliega ú Balmaseda y Merino,
reforzados con dos batallones castellanos, sc adelantó en
pcr~olla t\ Villarcayo. de donde 1\0 \'oh-ió (('1 2G) á Ofia, sino
dejando encargada á Hibel'o la defcnsa <le a~uella fl'Ontel'3.
Mal'oto entonces maniobl'ó como si quisicse atacar á Villa-
nueva de Mena, y cuando pOI' ello salió III1CV:Hueute Es-
prlrtel'o en diL'eccion de a(JlLCI valle, el carlista mostl'ó COI'-
I'CI'se á NJVaITa. Hihel'o rué dcstacado en conseenencia á la
Hioja, que, asolada por las recientes cOITei'Ías <Id cura de
Allo, I'cclamaba auxilios. La guel'l'a del ~OI'tC qllelló, pucs,
I'cduc¡tla á marchas y contl'aman:has, cn que el ejército se
destmia sin glol'ia. y cn (11lC las ill'o\'incias limítrofes con-
sumian sus l'eClll'SOS, sin podcl' COIUlllbl'aI' el término de
sus srlcri1ieios.


Aun aumentaba los de algunas de ellas la Iwescncia
de bandas mas ó menos numel'osas qne las l'ecorI'ian. En la
de Santandcr, ('11 efecto, invallitla ó amennada constante-
mente por Castol', se celehl'abrlll juutas para trata¡' de la
defensa de la ciudad, allnque la llegada de los batallones
del Infante y Oviedo, y la de sesenta artillel'os ingleses, en-
viados por lord lby, pal'eeic~e ddlC/' conjma¡' todo rie~go.
Villoldo y He)' bajahan (le la .Ie Palencia á las de "alladolid y
Leon. Gago se !lcvó (el 1:3) los ealllbles de MayoI'ga. E11G,
le alcanzó y hatió el co/mudanle (le carabineros y fl'aneos de
Palencia, C~\l'ailde, y, el :7, rué ~sle co¡(do pOI' Villoldo en
SahagulI, y cslel'lninalla SIL columna compuesta de OCh~lIt3 in-
fantes y cmll'enta caballos. El cristino ~alda maltrató en los
monles de Peraperlu al cal'lista l\lurguia; pero las ve~lt3ja)


TOMO VI. 2




18 ANALES DE ISAllEL. 11.
obtenidas po.l' aquel y o.tl'o.S ¡jcfes cristino.s en nada mcjora-
ban la co.ndicio.n dc los pueLlo.s; pues, so.b¡'e que, po.I' lo.
co.mun, alternaban ellas con los reveses, el pI'imer I'esullado.
de un pcc[ueiío lI'ill\1fo. era siempre el engreimiento. de los
vencedol'es, el cual nunca tlcjalm de mostl'arsc JlOI' ac-
os de indiscipliua, que nUllca ,'t su vez dejaban de ser fu-
nestos a los habitantes. :\ su vez tambien desfogahan sobre
ellos los veneillos el despecho tic sus derrotas.


Aun so.brc las provincias un poco mas distantes del
gran teat¡'o. dc la guelTa pesaban muchos tIc los mismos
males; pllCS si las de "hila, Se¡)l)yia, ~bLl\'id y To.ledo. 110
estaban cpnLlcnatlas ú las re<¡llisil'iolleS periódicas del cau-
dillo del Norte, lo estaban ú bs t~xaceioncs sin peJ'Íod.o fijo,
que haeian las Landas qne las inf('s\ahan. Perdiz, nulll'ata-
do y ahuyentado pOl' d coronel Cfmloya, salido dc Madl'id
á mediados de agosto, se cOITió hasta Nombela y (el 25 del
mismo mes) ocupó ú Casalcjos y otros pueblos del pal,tillo
de Talavcra. Enci:\l'gado CÓl'dova de cscoltar el convoy, en-
comendóse al co.mallllante Rniz la persccucion de Pel'diz;
pero Canda, Patrir.:io, .Mcliton, Cano y ot¡'OS, separándose
á ver.:es en (lifcl'entcs direr.:ciolll'S, llalllaban al mismo tiem-
po ú puntos distantes la alclIcio.ll del gefc cristino, y re u-
niél1llose o\I'as veces, ohligaban ú este gcfc y al cOI'onel
Crespo, enviado de Estl'cmadura, Ú no empeüal'sc sin p¡'e-
caueio.nes COIÜl'a ellos, ¡¡poyados, como en la ocasion po-
dian, pOl' Calvente, el Nayal'ro y Felipc. Este, rehecho
despues del desaslt'e de Ol'Opcsa, seüol'c¡¡])[\ llUeyamente la
Jara y desde a\li se daha la malla con un escuadran de Pa-
lillos, que situado habitualmente entre el puerto de San
Vicente y Navahermosa, saqueaba a Belvis, Alcauuete, ~a-




Lllmo JlECmO gESTO. 19
"almoral de Pusa y otl'OS Jluchlos (!c la izquierda del Tajo;
mienlras (Incoas los O[I'n~ d{~ Jo, \,\lIcs del Alberche y del
Tielal', ol'a se e~t(,lIdiall, desde las puerlas de Talavera á las
dechila, onl fatigaban COll sus incursiones la parte situada
III SIII'-este de le, \H'lwineia de ~1a:lt'i(l. El 9 de sctiembre,
el (,oll1:11lthllltl~ de h COIUlllIJa (le ,\ vila :ilellllZó ú Perdiz y á
otl'OS de lll!llellos gIlrl'l'ill(~I'os en las intllclliaciollcs de Na-
HlmOrCUl'IHJe y los di;;lwI'Só; pt'ro Ú cOl'ta dislallcia (eutl'e
;\I'ella~ y Hamaca:'ICillólS) al,H'/¡ F('lipe i,l mismo tiempo un
deslaeaillclllo de lrl'illta hOlllIJl'(~'; del balalloll cúntahl'o,
mall') 0(,110 en el combate, é hizo fllsilar en seguida los
Otl'OS \'l'inle y do,; !lile COi! su comandante se le rindieron.
Pel'diz y C0I1S0I'[C'S de:;hcchos el ~), se rejlll~¡I'I'on al punto,
y oeho llías despues HmellaZal'on Ú ,hila mi,ma, don:ll~ Lu-
YO que l'!'pleg:u'se la colullll\a HlleC(!or<l, amenazada ú ~u
vez de Ull desc~I:lj¡l'o. E121, Calvente, Chayes y Mayoral,
bajaron al valle tic Pietll'ailita, se derramaron por de pron-
lo en todos los paehlos (le la \lol'ai\il y no [('miel'on amena-
za\' (\espncs de."lc Salobral' Ú ¡\yila conslernada. Ganda al
mislllo til~mpo sar¡llcflha {\ Call1nrcna y amrnnzalJa ú Cas:ll'-
)'uhio-; dd Montc )' S¡ll1 ',LlI'till de Valdeig!esias, .CI1 la IH'o-
,illcia de \ladl'itl. En la dp Toledo rn fin los d(~ Palillos, Cill'-
garlas cl5 tle selielll~Jl'e en PUlg:ll', se I'cpl('gal'on Ú l,ls Ven-
Lns con Pella ,\guikr:l, y 1~1l si'g!\i!1a al ~Inlinil!o, de donde
\ton[rl'o y Hc\-enga c()ll!i!lIl~U'on Sll~ ('OITel'las. en tanto 'lile
P:lll'i{~io y otl'OS S:lflll,~ilhilll :'¡ :\lea1Joll, Vilbll1cng:l, E~l'al()­
nilla y O(I'OS !lHl'blos (le la del'ecba dd Tajo, La sitllaeion
de la provincia, cl'a tal en !In, flue (d iD; ~II diplltilcion decia
al gohierno: f( Las partidas !)I'llcsas, lns peqnclws é illsigni-
Ȓ1cuutes, y hasta un solo faccioso han hecho burla de los




20 ANALES DE ISABl!.L ll.
'pueblos ... han domin3uo el l)[lis absolutamente ... En los
»pueblos de la líuea de los 3t)Iltes no hay indiviLlllo que
»)quiel'a serlo de ayuntamiento, no se ha vcrificado la quin-
»ta en muchos de ellos, y lodo (lslá cn completo desól·den.
»1.os vecinos mejor acomollados se vienen á esta cflpital
»COI1 sns familias pal'a librarse y libl'adas de los asesinos.»
En el mismo dia, las faccioucs ocupal'on á 1.ominchar y
Villanueva de la Sagl'a, centro de la lIanUl'a del partido de
lIlescas, é interrumpieron las comunicaciones de Toledo y
Madl'id.


El incI'emento de lns faceiones en estfls dos pI'ovincias
y en la de Avila era en gl'an parte dehido á los refuerzos
que les l)l'oporcional'on los fugitivos de la )Iancha, qne por
uno Ú Otl'O motivo se veian obligados á ahandonarla. De los
de Palillos se estendian unos hflsta las IHIel'las de Talavel'a,
y Otl'OS se asomaban ú la Estrcll1uclul'a Baja. Castcllanos y
Cepeda atacal'on y cogicl'on (el 2 de flgostO), cel'ca dc Agu-
do, un destacamento del I'cgimiento de caballería de la Hei-
na. Siete dias des¡mcs, Cllflll'O de sus bandidos osaron pre-
sentarse en Fuente de Cantos. villa dc cel'ca dc seis mil
habitanles ; y bajo la amenaza de poner fuego ú las eras,
pidieron y sacal'on los caballos de los liberalcs, á pcs:)!' de
la resistcncia de sus dueños. El gllel'l'illcl'O estremeño No-
guera, mas conoci(lo pOI' SlI sobl'enomhre de Ronrleito,
desplles de entra!' en Zah1mea y de reCOI'I'e[' el disll'ito de
Ca,lucl'a, se npareció (el 11) cerca de "\l'accna, cn el con-
fin de la pl'ovincia de Sevilla, mientl'as Ol'cjila ocupaba ú
V culilbs en la de CÓJ'doba, y éste y aquel se comunicaban
por medio de otras bandas manchegas situadas en Bra-
zatorlas.




LIBRO DECDIO SESTO, 21
La diseminacion de ellas ell los terl'itol'ios atlyrwentes


lllspil'O I'eeelo~ á algunas de la~ ([Ile (Jlledal'On en la Man-
eha, de las cuales, pOI' rcsnllas de la pei'seCUCioll, f¡Ue se
hizo mas activa y eficaz ú Il1clli¡Ja lIue se fuó atcllual1llo la
rcsistcncia, I1CI'eeien)!} en los últimos lIias de agosto los ca-
hecillas )Ial'iano, GillCS y Eustal]uio Huiz, sieiHlo la muerte
de este último, designado gcnel'almcnte por el apodo de
Bailando, celel)l'ada como un [l'iunro en CillllaLl-Real. AI'-
chillona, Velieno y Pili I'ce!amal'on un indulto, de que no
gozaron largo tiempo pOl' haberse generalizado lllego el I'é-
gimen (le terror solicitado pOI' los jll'oi:)l'esistas, Elllrigadier
Balboa hizo fusilal' (el 21) ú un hermano de Palillos y á
otros individuos acusados de ocultm' un cajon f¡lle se supo-
uia contenel' efectos y cOI'l'espollllencia de alIuel gucITillel'o;
y el tal c:Jjon, eneontrallo mas tllnle , contenia solo papeles
de insigni!leantc inlerós, El miedo ([lle infundicI'on estas
ejecuciones acabo dc deseoncel'IJI' á los facciosos, y (el 31)
anunció NUl'yaez <lesue Almodoval' al gobierno que la -:\Ian ~
eha quedaba pacífica, aüadiemlo, como contestacion antici-
pada ú la objecion r¡ue potll'ja hace!'sele de filie la tal paci-
ficacion no se habia obtenido silla tI costa tic la exacerba-
cían de la gllel'l'a en la provincia de Toledo, la pI'omesa de
pacinear esta igualmente en treinta dias,


Ya movia ól sus tropas en aqllella dil'eecion, cuando el
nuevo ministerio, juzgando ocupado á Espartero en dal' á
Estella el golpe con que des pues de mucho tiempo la ame-
naz:Jba, creyó deber envilll' las fuerzas de la resel'va á Cas-
tilla la Vieja con el objeto de lornal' en el Norte una actituu
formidable y I'Cp:Jral' alli los rcveses suf¡'idos cn el Maes-
h'azgo. POI' yirlml de las onlenes que al efecto se comnni-




22 ANALES DE ISABEL 11.
curon a Nal'vacz, comenzó este ~ evacual' muchos (le los
puntos que habia fOl'tificndo en la ;\!ancha y á concentrar
sus tropas entre Temblci[lIc y Oeaih. Conmoyiéndoseá la
vista de este principio dc ab3n(!01l0, lodos los compl'olllc-
litios del telTitol'io, dil'igicron contr3 alllldla disJlosicion
enérgicas l'eeIalllacioncs ; y, coincidi('llllo el reciho de c¡;las
con la noticia de habel'se Esparlcro rctirado de Estel'a y
con la de reunirse cn los Jlontes de Toledo las facciones
csll'emeñas y los restos de lns Hl8llchrgas, 1113mh el go-
bierno suspende!' el mOyilll iClIlo de cOllcl'ntraeiou, Pero, rc-
velándole á los pocos dias el dcsf'alalJro de Alaix eu Na-
vana la necesidad de hace!' por' a(ille! lado grandes es-
fuerzos, repitió á l\'np"aez la ónlcil de pa~at' á C"qilla, dió
á Noguel'as la de l'eclllplnnrlc en el mando de la ~JanclHl,
y previno á Esparte!'o \oh'el' Ú ~avarl'a. Al mismo tiempo
decretó Ulla quinta de CUCll'euta lIIil homhres para completar
los cuerpos del cjército; y para provee¡' Ú su f;ubsistencia
mandó procedcr al reparto (~C la contrihucion cstrl1ortliual'ia
de gllC¡'I'a, (¡lIe, aunque acordada en jlluin , llatlit clIidaha
de ¡lacel' efecti va, Bien que: fuese ('\ ¡dente la eOllrellielleia
de estas disposiciones , lauzós(~, ;¡ pl'cleSlo de ilegalidad,
un grito de repl'OlnlCioll cOlltm toda,; ellas, y vn particulal'
contm la relativa á la tl'ashcioll de ~arraez (pIe, accc(licllllo
á las indicaciones de la prensa Illtl'a-lihe:'al, acababa de
conquistar el apoyo lk este partido" El gohier:lo, no f[Ue-
riendo choeal' eou el, ni pudiendo su"·trael'~e ú las exigen-
cias de EspartcI'o, á f¡uien c,Hlsaha celos la creciente po-
pularidad de Narvaez, Cl'CyÓ concilial' to(los los intereses
confiando á este general la capitania genel'al de Castilla la
Vieja, mandándole pasal' allú eOIl una pal't.e (!:! su ej«;,'cilo de




LIBRO DEC¡~IO SESTO.


reserva, y dedal':mtlo rple c:"lc COlIscl'yaria siemprc su de-
lIominacíon aunque disl'mina:lo en las dos Castillas.


Como cm Ilatul'al y presllIllihle , ú nadie satIsfizo cste
tél'millO medio, Pal'a jllslil1earlo, se rcsolvió su antol' Alcla-
ma el IIn paso que aCI'ccenla])" todavia el descl'édito del
nuevo gabinete. En la tal'ue del:2G (le setiembrc, convocó
aflnel minisll'o en el cuarlC'l de la milicia nacional (le in-
falltel'Ía al capilan general, al gohel'l1ador de ~la(1t'id y el
los gefes :le lo~ CllCl'pOS (le la guarnicioll y de la milicia, y
despucs de pOlltlcrul'!cs la llcee:;i:!ad de (lispone¡' del ejér-
cito de I'esel'va para envial' Ú E~pal'te¡,o los I'efucrzos que
reclamaba, los eS]¡()I'ló en nomhre de la reina á contl'ihllil'
ir la repl'esion de las lelltali\:ls (le motin que se me-
ditaban para impedir b ejewcion de aq\lella medida.
Quiroga lo ofreció asi ell IlOl1llJl'C de los concUl'I'('ntes; pel'o
se debilitó la eon(ianza (Ine por de pl'onto inspiráran sus
seguridades, cuando se supo (¡tlC en Toledo acahaba Nar-
vaez de pas:w por las armas á lilas de veinte individuos.
"Mientt'as el minislt'o de la Gue!'ra rcunia sus suho!'dinatlos
en un cum'td para esplieal'les los mOliyos dc sus disposi-
ciones, mendiga\' su npl'ohacinll y solicitar f'U apoyo, ~a.'­
vaez se l¡'aslarló á .\lanzana!'es, donde, descubierlas las in-
teligencias CIHC con ~\I'chidona, Veneno y Pili habia tenido
en 01.1'0 tiempo el comfllHbnte de f¡'aneos Calero, ~a) T.'o-
l1el'a, hiw fusila¡' Ú este y sufrÍl' despucs igual pena el los
cabecillas ú quienes tal vez no debiel'a indultar, pero que
debió respetar ulla vez indullarlos. Estas ejecuciones die-
ron gnm cl'édilo á Nal'v¡lez, el cual, despidiéndose (el 4 de
Oclubl'e) de sus soldados C'\1\lmagl'o, les dijo:-«algunas
))gotas de sangl'e vertida han evitaclo que se derramen tor-




24 ANALES mi I~AIlEL n.


)ll'entes." Cuatro d:as antes, el coronel Dal'ncehca habia
acabado con el bandido Ol'cjita en la siena de Mcstanza;
y ~al'vaez, el'eyelldo y haciendo el'eel' definitiva é irrevo-
cable la pacificacion de la provincia de Ciudad-Real, dejó
el mando de ella á Noguel'as, y se trasladó (el 8) Ú \ladrid.
Su presencia debia causal' alli grandes embarazos y sus-
pendel' la acordada diseminacion de su cjél'cilO , como flue
en ella no veian el mismo Nal'vaez y sus amigos sino la
inlencion fOI'mal de disoherlo.


Aun eontl'jbuycron á a urnental' el prestigio de aquel
gefe en Madrid los sucesos anteriores de la guel'l'a en Va-
lencia y Aragon. Dcspucs de la retirada de ~lol'ella , Onla
no ejel'cia ya sobl'e sus tropas alyuel ascendiente que debió
algun dia á sus lübitos de pI'udeneia y de conlemporiza-
cion. Los mismos que, suponiendo desalentadas las faccio-
nes, le habian empujado á atacarlas, le aCUSUl'on de habel'las
atacado, y le al'guyeron, entre otras faltas milital'es, de la
esccntrieidad de sus movimientos, ell1lll'endidos á un
tiempo desde Tel'UcI, Alcañiz y Castellon. Aun se mosll'a-
ron mas irritados al Yel' la indulgencia con que Latl'e, ell-
cal'gado de residencia rle, habia oido sus descargos cn Tc-
ruel y l'enovádole en vista de ellos las pI'otestas de su an-
tigua amistad. Pel'o como eslas no mejorasen la eOllllieion de
sus soldados cubiertos de :lndl'ajos, y de nada, por otra pal'te,
le pel'mitiesen ocuparse las hostilidades permanentes de los
despechados por sus reveses, Oda hubo de dejar á los car-
list3s de Valencia fOl'tifica!' Ú Villahermosa, alaeal' el casti-
llo de Villamalefa, imponel' desde la Vall de Uxó contribu-
ciones á las Valletas de SlIgunto y correr desde Chelva has-
ta los arrabales Je la c .. pita] f exigiendo de algnnm; de ellos




UDRO m;Cl!\lO SESTO. 25
el contingente que se les l'ep3l'lió en la quinta de eU3renla
mil hombrcs, decrctada pOI' Cabl'Cl'a 31 cmprender su espe-
dicion sobre el JÚcar. El ;) dc sctiembre, despachó el mis-
mo caudillo e3dista desde Benicarló y Ulldecona dos bata-
Iloncs á la izquierda del Ebro para hacel' su p['ovision de
plomo en Falset. El 15, lIeg31'on á Tuejar ciento y cincucnla
c3ba\los de la ~Iancha que aumentaron las fuerzas de A r-
nau en Chelva, donde al propio tiempo ol'ganizaba éste un
batallon de los dispersos de la misma provincia. Ocho dias
despues, se adelantó a la de Cuenca el mismo guerrillero, á
pesar de hallarse en Requena Valdés , y de eorrerse éste
luego á Sinarcas y Landetc. Los euerpos earlistas del Le-
vantc se eslendian hasta el Ebro y a['J'inconahan en la costa,
eulee Castellon y Valencil.l, las demas fucl'zas cristina s de
aquel ['cino.


Por deplo['able que fuese la situacioIl de esta parte del
territorio en que aun continuaba mandando Oráa , lo era
mueho mas la del dI! Magon á donde desde Segorbe se ha-
bia trasladado aquel gefe pam abocarse con Latre. De las
puertas de TerucI, donde ambos gene['ales acababan de cs-
trecha[' sus antiguas I'elaciones, recogian los carlistas am-
goneses los diezmos, las contribuciones y los quintos de too
da la pl'ovincia, y hacian llevar periódicamente á ::\Iosque-
rucIa sus pedidos. Con mil y quinientas cabezas de ganado
robadas á la izquierda del Ebro, que vadcara por Escatl'on
el4, pasó Bosque (el 5) á la vista de Aleañiz, donde, por no
haber medios de asistir á ochocientos enfermos ó heridos
hacinados en el hospital, se estaba á punto de repartirlos
en las casas de los vecinos. Oh'os quinientos de aquellos in-
fdices habia escollado tI'es dias antes Pardiñt\s hasta Zara-




26 ANALES DE ISABEL n.
goza; y cuando, pal'a socorrel' Ú los de Alcañiz volvia alli
con algunos l'eClll'SOS, (uvo que partidos con la guarnicion
de Albalate. Los enemigos, en tanto, completahan las fortifi-
caciones de _\liaga, y su gobernadol', auxiliado pOI' Calla-
ñero, que vagaha impune desde }[uniesa ti la Almullia, sa-
caba cuanto queda del campo de Visiedo, ,jIonl'eal y tocios
los pueblos del Celia, Como c\liaga, fortificada, (laminaba
el país hasta Terue! y Albarraciu y aun hasta la \'ibera del
Jitoca, se creyó necesario hacer contl'a la nueva plaza una
demostl'acion, y al efeclo IWI'lió ~Jjr de ;\Ifambra c113, y el
U, llegó con cuatro batallones, dos escuadrones y dos pie
zas a la vista ·de Alinga, desdc donde, no el'cyendo conve-
Bien(c avcntul',ll' una accion, se rué, !lO sill provocar mlll'-
mullos entre sus soldados, á pel'Iloctar á Hinojosa .


.!\i el'a mas aventajada la suerte del Bajo AI'agoll, don-
de, independientemente de las continuas escul'siolles de Bos-
que, el cura de Viacamp sorprendió en los últimos dias de
agosto á Campurels y Alcampe!. En vano la brigada de I'e-
serva, encargada de la defensa de alluelterl'ilol'io, empren-
dió ~ el 31) un movimiento sol)l'c _\gel', cual'tel general dd
guerrillero; pues, ahan¡lonando este el pueblo á la aparicion
de la bl'igada, no la dejó YOIVel' sino diezmada á sus canto-
nes de la linea del Noguera. En ellos la atacó en seguida el
CUt'a que, el 12 cle setiembre, sorpl'ellllió en Fet cuatro
compañías francas, de que hizo doscientos prisioneros. De
alli , engl'eido con estas ventajas, marchó á Camarasa , y
uniéndose á iris bandas catalanas de Gl'abat y Griset , osa-
ron entl'e todas amenaza\' á Graus y Benavarre. Ya se di-
rigían el 25 sobre Albelda, Alcampel y Tamarite , cuando
saliendo cont¡'(1 ellos Eguaguir¡'c, les obligó á separarse, y




LIBRO DECI!\fO SESTO, 27
dio asi al pallecer de los pueblos una tregua flue, atendidas
las circunstancias del pais, debia no obstante ser corta, Ma-
doz señaló despucs estas cil'cunstallcias en él Congreso, di-
ciendo con su fl'anql1Cza habitual.-«En Fet nos coparon
lJ('uall'O compañias, y tuvimos los ¡ililicinnos que correr á
»)l'cforzar aquclla brigada, para evitar quc cntrasen los cnc-
»)migos en la provincia de Hucsca, ... Su diputacion provin-
)Jcial nomb¡'ó una comision que fuesc á verse con cl seúor
))Lall'e, y cllando llegarnos á Zaragoza, ya este no era mi-
lll1isll'o, ni Ol'úa general en gcfe. Me dirigi á San Miguel y
»)me dijo que no tcnia fuerzas; vine ú ,radl'id y el lluevo
)lministro Aldama mc dijo lo mismo, PC¡'O nos dió una ÓI'-
lJllen p<ll'a que Van halen nos mand<lse algunas, Fuimos á
"Valencia) Yanhalen no podia darnos nada, Volvimos á
))Madrid y nalla pudo damos el señOl' Hubert. Vimos al se-
)lñOI' Frias, y este nos dijo (¡Ile habia suplicado al general
))del Centro que nos cnviase un halallon,») Aun mas com-
pletamente que Madoz habian pintado poco antcs la situa-
cion otras pel'solwS de impOl'1ancia y (le infllljo desde Zal'iI-
go],n, diciendo:-(( La faccion domina todo el pais absolnla-
»)mente, ~i aun las eaballcl'Ías de los labradores eslún se-
)¡juras a\¡'cdedol' de la capilal. Si alejamos In vista de esla
llhnerla, pOI' todas partes vemos subyugados los plleblos
~por cuatro tÍ seis andrajosos, f\lle comunican y bacen
)'cumplir las (mlenes del llamado conde de :\lorella , y re-
»)pal'len y exigen conU'ibueiones .... Con el mayor' descaro
nse prolluncian ya por los cabecillas los mas osados de al-
~gunos territorios, como sucede en la cOl'dillel'a del puel'to
))de Cariüena, á la vista de la guarnicion dc cste puehlo, de
») la Almunia y ele Dal'oca; pOI' manera quc Jluede temerse




28 AXALES DE ISABEL 11.
» ulla incomunicacion absolula pOI' todas partes muy pl'on-
»lo.» Solo del paisanage tic Lall'c, quc IIcgnLa á Zaragoza
al mismo ticmpo quc se cslendía esla manifcstacíon, se es-
peraba el remedio de cstas ucsgl'acias; pCl'O Latt'c, (llIC, cn
posicion C1luÍvoca desde la disolucion del ministerio dc que
hacia PaI'tc , no tenia podcr para remcdiadas , no pcnsó
mas que en aprovechar pam si los restos de su influcncia;
y, empleándola pam nombl'at' tenientc gencral á su suplcnte
Aldama, hizo á este que le condecorase con la gran CI'UZ
de CárIos 1II y quc le dcsignase en seguida para <lil'cclol'
del es lado mayor del ejército.


Despues de rehaLililal' á Alcañiz, cOl'rió Pardiiias \lnos
di as enll'e Hijar y A Ibalatc, observando á los enemigos,
que unas veces se adelantaban á al'l'ebatal' rebullo s hasta
Cadl'ete y Jaulin, á dos Icguas dc Zat'agoza, y otl'aS, desde
Chipl'ana y Sástago, fulminaban I'cfluisicioncs contl'a los
pucblos de la izquiel'da tlel Ebro. En seguida luvo ól'den
dc acercal'se á este rio y oponerse al regreso de los bala-
Ilones tle Llagostera, que, rechazados de Bellll1unl, para
donde habia salido (cl 24 dc setiembre), d~Lia volvel' ú la
ol'i!la del'echa pOI' Xcrla. Con csle objeto ~alió Pardiíias de
Maella pal'a Batea (el 27), reforzado con parte de la gUal'-
nicion de Caspe y los milicianos de Gandesa ; pCI'O, infor-
mado de que el tenicnte de Cabl'era se habia ya r~unido de
lluevo con su gefe, se bajó á Calaceite (el 23), cuidando de
acercarse á Alcaiíiz; y esto con tanta mas razon cuanto que
Cabañero, situado con fuerzas considerables en Olicte, po-
dia correl'se al Levante, y avanzando Cabrera al Norte'
cogerle entre dos fuegos. Este riesgo pal'eció juiciosamente
previsto, cuando se vió al caudillo carlista moverse, en




LIBRO DECIl\1O SESTO. 29
efeclo, en direcciou ue C('etas; y hábilmente conjurado,
cuando se vió al gencral crislino, receloso de los movi-
mientos d~ su advcrsario, ('eplegal'se sob('e ~Iaella.


De alli ljuiso (el 1.0 tle octubre) cOrl'erse á Alcañiz, á
Jle~nr de haber' CalH'era avanzado el. dia anterior á Val-
dealgol'l'a. Agu:ll'llóle este con su iufantel'Ía en posicion , y
su caballel'Ía soh('c cl ramino, componiendo enl1'e ambas
ar'mas Ulla fuel'za igual a la de Pardiiías, que consistia en
tl'es halallones de Córdoha, dos de M('ica y nos escuadro-
ues del Rey y del 1.0 lijel'o. A la pl'Ímera embestida fuer-
zan los erislillos el cenll'O y amennzan fo!'zar la del'echa de
Cabrel'a; esle, aunque herirlo ell UIl hrazo, se pone á la
eabeza de llllO de S\lS escuad!'ones , rechaza y desordeua á
los que )a envolvian nque! flanco, y logra corla!' y hacer
pl'isiollero un grupo de cuatrocientos homhres, Revolviendo
en ~('guida sobre su izquierda, atacada tambien al mismo
tiempo, se cmpeüa alli un combate sangl'iento. El segundo
batallon de CÓl'doba, cargado pOI' la caballería carlista, se
I'eplega sohl'e el regimienlo de Africa é introduce la eon-
fusioll l'll HIS lilas. En yatlO P:mljüas pretende restablecer
la fOl'llIarian y dispone la l'clirada pOI' e~calones, para ver
de tomal' po!'icion en el camino de Caspe; en vano, pal'a
ejecutal' e~te movimiento, se pone á la caheza de su caha-
Heda; los enemigos le envuelven y hacen Ij['isionero, y
acutlienuo á salvarle al~unos de los ~IlVOS se cncarniza la


'-' .


rcfriega, en que perece el genel'aJ. El desaliento y la cons-
tCI'Il3cioll se apoderan entonces de sus soldados, de los
cuales mil tan solo, al'l'ojando SIIS tmnas, logl'an guarecel'se
cn Caspe, cluedando muertos Ó pl'isioneros los dernas. El
númerO de estos últimos fué de tres mil y quince t entre




30 ANALES DE ISABEL 11,
los cuales se contaron ciento y veinte oficiales, Los prisio-
neros de cabal\el'Ía fueron ciento sesenta y uno, que, pOI'
un acto de hal'burie, de que hasta eutonces no habia pre-
sentado ejemplo la guerm civil, hizo Call1'era fusilar sohl'e
el campo de batalla, á pI'etesto de no haber dado ellos cual'-
tel á quinee de los carlistas que al pI'incipio de la accioa
cayel'on en sus manos, Esta abominable all'ocillad dió prin-
cipio á uua era de desolaeion en que I'el)l'esulias sungl'ien-
tas inmolaron en las ciudades la juventud que el plomo y
el hieno habian resp(:tado en los campos, Completó Ca-
LI'era el tel'l'OI' (Iue inspil'úl'a el, adelnntúnllose 1'11 seguida
pOI' Aznara al campo de Cal'iilena, de alli por Longal'es
hasta Epila y UI'I'ea; y, despucs de incendial' este último
pueblo y hacer prisioncros ó fusilar ú los milicianos qne no
pudiel'on glIal'ccel'se Ú tiempo en Zaragoza, I'evolviú sobl'e
esta capital é hizo desfibl' sus tropas (el 7) "1 la vista
de ella,


Con las quejas sobrc el incellllio <le sus hogare~' y el
asesinato de sus compailcl'os, exacel'haron los milicianos
dé U1'I'ea la iITil~1Cion qne desde tres di:!,; antes protlujcl'fI
e1l los de Zal'agoza el tl'úgico ~llceso de ~laclla, y eH el
mismo dia "7 empezal'on estos ú esigil' el fusilamiento de
los pl'isionel'os COIl gritos que \lO logl'ó acallal' el scgllnllo
caho San Miguel, SillO Pl'otl1cticndo tOIlWrlOS CH cOllsillcl'<\-
cion, Pal'f\ ello convocó en la noche una junta compuesta
de los individuos (lc la (lipntaeion pl'ovineial, del ayllnta.
miento y otl'as coqlOrnciones , que, viendo el deseo acom-
paliado de la amenaza, acordaron conjul'al'la, contenlán-
dolo, y lo contentaron decretando la )ll'ision!le gl'an nú-
mero de habitantes, que, pOl'flue no altel'l1aban en los mo-




L1BRO DF.CDJO SESTO 31
tilles, estnbnn tachados de desafeetos. El 8, se pI'ocedió á
elln pOI' los milicianos mismos, á quienes no inspiraban
bastnnte confianza los empleados de la polida, y el castillo
(le la Aljafl'l'ia vió en pocas horas Ilenns de arrestados sus
viejas cuad['as. El ~l, cscl'ibió San 1liguel ú Cabrel'a amena-
zúlldole con ejel'eer sangl'ientas represalias sohl'c estos
rehenes y otl'OS que los milicianos salicron á tomar cn los
puehlos vecinos, si el continuaba sacl'ifleant!o pI'isioncros
ó incen(li::mtlo p¡¡l'lJlo~; y para ejecutal' la anwnaza instaló
en scguida Ulla Illleya jUllla, en filie, con un mil'\l1hl'o de la
diplllaeion jll'oyineial y oll'O dd a) untamiento y un reprc-
seutalltc llc la milicia, eutearon el intendente y el pobe\'-
nador cele~iústieo. La faeciolJ progresista celehró y ensalzó
estn mcdida, y su ól'gano diario (el periú,lico intitulado El
lYol'icio), dccía cll1:-(,No mas indultos, llO mas contcm-
»)placiollcs, contcngamos la sangrc con la sangl'c ...... esos
»)tigl'es <¡Ile hacen hmla y escarnio de lluestl'a Icnidall, se
»amansuI'ún bien pronto, ,) Como si cadistas y cristinos se
hubicscn propucsto riyalizal' cn cruehla(l y en estravagan-
eia, Cabl'era contestó .,l'1 15; Ú San .\Iigllcl,-c< (1~le olH'al'ía
({como c('eyese útil ;'[ su causa, ~ill I'cp;mll' en la surl'le
»quc plllliese Call('l' Ú los jlre;,;os cn la Alji\fcl'in.)) Tl'es dias
tlespllrs, pI ayuntamiento y los milicianos de Calatayllu se
reuuiel'on para pedil' la fOl'lnacíon de un cueql0 <lc doscicntoS
hombres, costeuliks con las rentas de las familias flue, hu-
yendo primcro del cólera y de~IHl(,s de la anarqllía que aso-
laha el pais, lwLian huscado Ull asilo en Francia. Los mis-
mos milieianos y nyunL\miclltos solieilul'On que se erigiesc en
su ciudad una junta dc represalias-o para ejecutar en loS
))cOl'lislas las saludable., penas fIlie bastasen Ó contenerlos. 1)




32 ANALES DE ISABEL n.
Creyóse que pondl'ia tél'mino á estos fm'O\'es recipl'o-


cos la remocion de ÜI'áa, reemplazado á la sazon pOI' el
general Vanhalen, ú quien se quiso asi dar satisfaccion de
las quejas que le obligm'on á dejat' su empleo de gefe de
estado mayor del ejército del Norte, Entl'ó en Valencia (el :3)
en el momento en que, llegado á su apogeo el pl'estigio del
gefe carlisla, cil'culaban sin embal'azo sus órdenes desde
Mor'ella á Cal'cajcnte, cuando los cristinos no podian, sin
precauciones, movel'se uesdc ~IlIl'viedl'o á Castellon, El 1. o
del mes, miclltras Caurel'a [I'¡unfaba en los campos de Mae-
Ila, FOI'cadell, Cava, Rufo y Vísearl'o sacaban hasta de los
puehlos vecinos ú la capital los mozos lodos, que lI'aslada-
dos luego al dcpósito cstablccido en Ayodul' no lardaban
en haeel'se soldados Así, Vanhalell, anunciando (el 1) su
instalacion, decia ti los suyos:-«Nucvos tl'abajos, nuevas
»privaciones y nuevos riesgos nos I'estan,» El 7, salió para
Murvirdro , y de alli (el 8) pUl'a Scgod)(~, observando su
mal'cha los guerrilleros valencianos, que, derl'llidas pOI' tlll
(uel'te aguacel'o las fOl'tificaciolles dc Castellon, OSal'OI1 en
el mismo dja, preselllal'se sobre las alturas, y situarse en
segllilla en Villal'cal. COY a ocupaba ú Vibel y Arnau á Losa.
Vanhalen, sin hacel' caso ue estas demJsll'aciones, siguió á
Jél'ica, donde rcol'ganizó (el 9) su ejél'cito, nornbl'ando ú
Ayerve comandante de la tel'cera division , y de la reserva
a Azpil'OZ, Dos lIm'as despucs dc habel' salido sus tropas
de la villa, cnll'al'OI1 en ella Viscal'1'o y Cova y demoliel'ol1
casi ladas sus fortificaciones, El 11 , despues de anunciar
Vanhalen desde Cal'l'ion que marchaha en busca de Cabre-
ra , siguió su rula á Teme! , y de alli por Alfambra á Da-
roca, donde se puso luego en contaclo con Mir, ocupado




LIBRO DECDIO SF.STO,


hasta entonces en ahuyell(al' de la siena de Albarl'acin los
facciosos de Chelva, que (luiquilalwn con el robo dc los ga-
nados la úniea gnlllgerÍa de los hahilanlt'~, De J)aroea se
COl'l'it') (el 15) el nucyo general ú Belehite, al sahel' que de~­
de Hijar habia hecho Calu'em ocupal' á Caspe, y llegó ti es-
ta villa cuando Llagostel'<J <Jse~laba ya sus balerías contra
el f[¡el'te, El cadisla I'elil'ú sobre Maell" sus piezas ú la lle-
gada de Vanhalen; pero, mienll'<ls é~le daba órdcnes para
repal'ar la plaza deslruida y saqueada, el cOl'onel cal'lista
García, á la cabeza de mil y fluillielllos infantes y doscien-
tos cahallos, se adelantó PO!' el campo de Cal'iilcna Ú Cala-
tayt\(l, y, cnccl'l'anuo á los milicianos en el fuerte, é impo-
niéndoles una enorme conlt'ibucion, les demostl'ó la impo-
tencia dc sus vocil'el'acioues solH'e I'e¡u'esalia;.;, Vanhalen,
á quicn al mismo tiempo l!amahan la atcncion las facciones
valenciallils qlle, uesde Na(}lJl'l'él y St'JTa, illcomodaban á


Murriedl'O, y Ú "Villal'OZ desde Bellieadó y (JlIdecona, co-
noció al Hu la nulidau de sus reCUI'SOS, y, alJ'ihuyéndola á
la desmol'alizacioll introducida en su ejéJ'eilO pOI' efecto de
Jos dCBas/l'c~ de :lfol'clla y }laclla, pCII~Ó [I/¡¡jal' el daúo res-
tableeienJo la disciplina, Con este /in dieló algunas dispo-
sicioues impor/au/es, eu//'e ol/'as la de suspelldcl' de sus
empleos y encausa!' ti los gefes • oficiales y sargentos que
quedaron de los cinco hatallolles y dos escuadl'olles dcf'!'o-
tados en el último dc aquellos pueblos, y repal,til' en 011'05
cnel'pos los cabos y soldados,


Esta y las tlelllas medidas de la misma clase ernn , sin
embm'go, insuficientes para volvel' pOI' el honol' UC su cau-
sa, menos comprometida por la indisciplina milite\(' que pOI'
la desorganizaeion civil, ol'Ígen principal dc los desastl'es


TmlO VI. :l




34. ANALES DE ISABEL 11.
que se 1\01'aban. El 23, en efecto, mientras García, ocupan-
do á Calatayud rcspondía á las provocaciones (IUC lanzaron
sus milicianos, el 18 sc empezó á propagal' cn Valcncia la
noticia dc haber ~ido fusilados dc ól'den de Cabl'era no-
yenla y seis sargentos de la division de Pardiñas, acusados
de una tentativa de evasíoll. Pan¡ aumental' el despecho
pl'Oducido pOI' la I'clacion de este atentado, se aiiadió que ..
desde la tOfl'e de Cual'te, dOlllle se hallaban encenados al-
gunos pl'isionel'os carlistas, insultaban estos á los soldados
riel regimiento del Rcy, de fine bahia un piqucte en la ca-
l\e. Het'ol'ZÚI'Ollse con estas vo('(~S los grupos de ociosos y
malvados que, }ll'eviendo y acechalHlo el pillage, se habian
ido formando desdc la noche antel'iol', y .cuando pOI' las
agl'egacionl's succsivas ~c creyeron bastante fueltes, allun-
cial'oll ~1I intcncion-ccde no SlIfl'il' pOI' mas ticmpo 1111 sis-
»tema de ominosa lenidad 1) , Y exigieron la UlnCl'le de los
pl'isioncl'os. El general segundo cauo, don Fl'oilan Menucz
Vigo, cOI'rió á deshacel' la rcnnion, que dc momcnto cn
momcnto se aumentflba ; pel'o en vano arcngó á los que la
componifln y los exhortó á scpal'flrse, :\licntl'lIS se ocupaba
en esta larca, se le allunció habel'sc reunido en los claus-
tros de la Escuela Pia muchos milicianos con el ohjeto de
pI'CSU\I' su apoyo al motin, Corrc allú Vigo ahl'iéndose paso
pOI' entre los gl'Upos con su cspada; da á los milicianos
órden dc relÍl'tll'Se, y ellos se niegan ti cumplida. Vnélvcse
.dc~pechado, y quiere atra"csal' pOI' cntrc la tlld.la misma,
que, aterrada pOI' su actitud enérgica, Ic fl'anc¡ucúl'fl el paso
pocos minutos antes; pero las circunstancias han eambiado;
ya la chusma reunida sube filie cuenta con el apoyo de la
milicia y flue el geneml ceja delante de las exigencias de




LIBRO llECUIO SESTO, 35
csta; Jos malvados le asest~1\ las escopetas tle que, segun
uso dc las asonadas valencianas, iban provistos cuantos to-
mab31l parle cn ellas, y el gcfc milital' dc la ciudad C3YÓ
mucrto ú sus pics cntre alaridos dc júbilo salvage, Las
autoridadcs, inst1'llidas del SllCl'S() eO.I'I'ell Ú buscar refugio
t'l! la tilldaJe\a.


EI'a urgente tOllclllil' la o]ml eomCllZ;\l!a, y al efecto se
rcuniú Inegl) la milicia y lIumb,'ó Jos individuos pOI' com-
paüia para in Lilll¡u' ú la aulol'idad bs ól'dcnes tille ellas
aguanlalmn el! su :'bilo. El gCllcrJI dOll Casimil'O Valllés,
eH lJuicn tOil arreglo ú la ordenanza debia reeael' el mando,
tuvo la p,'mlencia tic rcnunciado, sabiendo (Ine los amoti-
nallos pensahan ca llti ,11 lo Ú don Xarci,;o Lopez, llegado po-
cos tlias anles ú b cindacl, y rceilJido en ella pOI' los pl'O-
gresista~ con lI11a scrcnala, La nlilióa, sostenida pOI' el ha-
talloll fl'~lllco, lIalllado lle Lir:llhwes dd 1\11'ia, que entró (el
24) el! la plaza, redacló luc:go una esposiciol1, pidiendo que
sc ellll'cgasc el 1I1allllo tI aquel gencral, y se 1I01111n'ase su se·
gllllllo al hl'igaJiel' Grases, y eOll1anuallle de la milicia al
coronel Huil, aitdielldo, con arrcglo ú la fórlllula ol'llinal'ia
ele lodos los mo[illc~ allle,'iiJl'(,~, que se removiesen los em-
pleallos desafeclos, sc pl'oeedie.'ic tI la )Jrision de los inicia·
uos de carlistas y al fu~ilamiellto dc los prisiollcl'os; se eli-
giese llUeya tliputaeion provillcial y lluevo ayllnlflmiellto, y
se crcase llllfl jUllta pal'u dirigil' \0'; negoeios cn el scntido
del pl'ogrcso. Y como }3.II'SO ÍlIspir,lo'e n'celos porque, al
anulIei:1l'sc c1movimientoci :.n, le ¡lelili" l1lrllllLlllo Yigo aeCl'·
cal'~e Ú la ciul[;1I1 para sofocrlrlo, se acordó darle contl'aol'-
dell, previniéndolc lilllilarse ti ob~el'\'al' ú los facciosos, Por
consecuencia de la llecision llc la milicia, Lopez I encal'ga-




36 ANALES 1m ISABEL II.
do apenas del mando, hizo fusilar cn la noche dcl 24 á tl'C-
ce oficiales carlistas, sin contcntar con su sacl'ificio á los que
exigían el de todos los prisioneros. En scguida fueron nom-
brados individuos de la junta que debia contenel', ó mejol'
dicho, l'egularizaI' el 11'aslol'1I0, los ex-diputados á Cortcs
Tarin, Salvá, don Manuel, y don Viccnte Bertran dc Lis, y
Otl'OS del mismo color polilic{), y á su cabeza sc puso luego
Grases, como presidente de la corpol'acion, Este empezó su
cm'rera decl'etando un préstamo fOI'zoso de 6 millones, exi-
gibles de los desafectos en vcinte y cuatro horas; y, no ins-
pirándole confianza algunos dc los oficiales de la milicia,
dispuso proceder á nuevas elecciones, Mientras se vel'ifica-
ban, la espoliacíon de 105 hombres acomodados que no per-
tenecian al pllI'lido triunfante f'l} el motin se completaba por
la prision de los que este I'eputaba sospcchosos. Las nuevas
autoridades anunciaban á las de los tenitol'ios limilrofes-
«que continuaba la capital disfl'Utando de la tranquilidad
»mas completa.»


Como cra natUl'al, los carlistas se aprovechal'on de esta
situacion. Arnau, des pues de obligar á Valdés y ú Sanz á
retirarse de Chc\va ti Requeua y MUl'viedl'o, hizo atacar á
Puchades en Pedl'alva , avanzó caballel'Íu hasta Villamal'-
chante y Rivarroja y volvió á establecel'sc en Chelva. Al
levante de Valencia, unos llegaron á bloquc:.H' á Castcllon,
y se situaron (el 25) pntre esta ciudad y Murviedro, Al ~Ol'­
este ataeal'on otros el mismo dia el easlillo de Villamalefa
que acabó por capitula/', y de cuyos setenta y tres defenso-
res fueron fusilados ell Villahel'mosa eilleuenta y einco por
ól'llen de Cabrera, y en espiacion (decia él) de la sangre de
¡OS oficiales qne sufl'iel'on igllal suel'le el 24 en Valeneía.




L1IlRO DIlCIMO SESTO, :-l7
Con el suplicio dc la gllal'llicion dcl castillo se cncal'llizaron
mas y mas las pasiones, ya ha~talltc exvsperadas, y se dis-
puso erigil' en Valencia una junta lIc rcprcsalias, que (el 1. "
de novicmhre) abrió sus sesiones decretando, para aplaca¡'
Jos manes de las víctimas (le Villahermosa, el sacrificio de
cincuenta y cinco prisionel'os, los cuales fuel'on pasados por
las al'mas al dia siguiente, El nuevo gcnel'al Lopez pal'rcia
felicitarse de este suceso diciendo en una proclama del mis-
mo dia:-« La lenidad con flue hemos marchado hasta el
»[JI'esente, Y cl fUlleslísimo sistéma dc contemporizacion ha
»dcsaparecido. Los enemigos del trollO y de la libertad tClll-
»b\¡H'ún al saber que el ,goóierno de S. N, ha recobrado toda
»)SU energía, .. , Si con sangrc pretcnde el dé~pota subyugal'-
»)liOS, con sangre destl'Uil'emos sus intentos, y con san!Jl'c
»cunsolidaremos el trolla de Isabel constitucional y la li-
»berlad,» El coronel Casasola, en quien recayó al fin el man-
do de la milicia y la presidencia de la nueva junta de re-
presalias, decia al mismo ticmpo:-((PI'eciso es, ó perecer
»sin gloria en la contienda, viendo como la patria se drs-
»ploma, Ó lanzar el grito de ('s!c/'millio de un encmigo que
»seüala sus hechos con la sllllgre de nuestl'os hermanos,»
En fin, el gefe político Dorda , viendo, no solo destruidas
por robos y asesinatos semijUl'ídicos las garantías constitu-
cionales, sino \'ot05 los últimos eslabones de la cadena so-
cial, osó, no ya imputar á los carlistas las atrocidades que
cometian, bien propias para escitar la indignacion, sino for-
mular contra su sistema político cargos Illas vigorosament~
aplicables a la calisa de (lue él quiso mostl'a1'se el campeon
cuando dijo:-tdla llegado el momento de (Iue los ellcrni-
~g(l;' Je nuc¡;tru causa ::ufl'un el el.l~ligo ti que los hace aCree'"




38 ANALES DE ISABEL II.
»dores SU pertinacia, y el aran COI! que procuran destruir
))IWestras instituciones.)) Nada pl'Obaba mas iI'recllsable-
mente la impotencia de estas flUC la espantosa 1I11ifol'mid¡1l1
con flue, hajo Sil impel'io, cl'ímenes horrendos inundaban de
sangre en períodos casi fijos las pl3zas y las calles de Hna
de las primeras ciudades llcl reino.


Las principales poblaciones de! de Valencia dehian re-
sentil'se de los desórdenes (le su ca pital , p\les la si mulla-
nrillad del impulso para prolllovedos era faYOl'ccida pOt' la
idenlidad de los p rete:;tos para prolongados. El gohemadol'
de Alicante, informado del a~csinalo de Mendez Vigo y de
los sucesos flue á él se siguicron, se apl'csllI'O ti trasladat' ~l
la vecina isla Ile Taha¡'cn lloscielltos prisionel'os {IHe tellia
en la cimbel, EI28 de octuhre, se albol'Oló la milicia pidien-
do el suplicio de ellos, la caheza del secrelario del gohiemo
político y la destilucioll de varios empleados, .\Iejados los
prisionet'os y escondido ('1 secreta!'io, no logró la chusma su-
blevada saciar en ellos su fl/rOl'; pero necesitrll1(lo sangre, pi-
dió la de los [lt'esos ya jnzga(los, de los cuales elullo hahia
sido absuelto yel 011'0 condenado ú prl'sidio. La junta crea-
da pat'a contener el motin se negó pOI' dc pronto á esta
exigencia; pet'o cedió al ved los milicianos ayalanzarsc á la
cárcel para cehal'se cn sus YÍctimas.-c< En la angustiada
»posicion (dijo afIne! cnel'po en su }wochlma del 29) cn qne
»todas las autoridndes se yeian, sus mil'as l.cndil'l'on con cs-
)pecialidad á restablecer el sosiego, poniendo cn ejeclIcion
)cuanlo con este o!~ieto /ir¡ sido imprescindible se ]J/'ac-
»ticase.») Por precio de esta hOrl'ihlc condcscendencia lo-
gró la junta que los subleyados no insistiesen pot' cntonces
en el regt'CSO dc los trasladados á Tab[)l'ca , ni en la confi-




unno DECUlO SESTil.


nacion de los desafectos, ni en ·qnc se trasladasen al casti-
llo unos canúnigo~ de Ol'ihllela acusa(los dc inlldencia , ni
en otras 11I'eten~iones iguales qne, á raVOl' del desorden quc
se generalizó en seguida, t'uel'on atendidas mas ó menos
completamente despues. Como l\licante no podia dejar de
seguir el impulso de Valencia, uo pOllia Jútiva dejar de se-
guir el de Alicante. ElLo de noviemlJl'f!, doscientos nacio-
nales de a{lne! distrito prendieron á algnllos desafectos del
partido de .\ILel'ir(ue y tratal'On luego de hacer lo mismo en
JáLiva. En vano pretcndió impedido el gobel'naclol' , decla-
rando la pl;¡za en estado de sitio; la milicia griLó, y con dos
de sus individuos pOI' compallia organizó tambien su junta
que manlló en scguicla prenllcl' Ú veinLe y ocho de sus COlII-
patriotas, de los cuales hizo fusila\' á UIlO al llia siguiente.


Tampoco MUl'cia , dependiente de la capitanía gcncral
de Valencia, poclia sustracrsc á la influcncia del club pro-
gresista que estcnclia su accioll {t amuos rcinos. El ¡¡retesto
para un alzamiento no podia, sin embal'go, seL' el mismo que
en Valencia, pOI'que á la }wimern de estas ciudades habia
llegado mas atenuada quc á la última la noticia de las eje-
cllCiones de Jlaella y Villahermosa, y porque en el sellO llc
su pohlacioll, mcnos nUll1el'OSa y mas tranquila, no se agi-
taban tantos elcmcntos de discOl'(lia; pero á los encal'gauos
dc atizarla no pOllian faltar prcLcstos en una epoca de con-
flagracion general, y en lJl'eve suminislró uno plausiblc la
embestiua flUC ~el 25 de octuLre) diel'On ti la diligcncia que
iba de Valencia á MadL'id ccrca de la Venta del Toboso las
facciones dc la Mancha, que fusilaron la escolta compuesta
de milicianos. Al difundirse esta nueva, los de Murcia, ya
alterádos' pOI' resultas de los acontecimientos de Valencia.




40 ANALES DE ISABEL n .
.


creyeron oportulla la ocasion pal'a I'epetirlos en su ciudad,
y sus corífeos intima¡'on al comandante general que, para
calma)' la ngitacion del pueblo, pl'ocediese al pronto cas-
tigo de algunos presos. Aquel gcfe ¡'cunió al punto una jun-
ta compuesta de los miembl'os de la diputacion pI'oyincial y
ayuntamiento, de los gefes de la milicia y de los jueces de
pl'imera instancia, y todos ellos, abdicando su mision per-
manenle de pl'oteceion y de seg\l1'idad, no solo se resigna-
ron a ser los inslntmcntos tle sanguilllH'ias exigencias, sino
que pretendieron justificar la lil'anía con el fanatismo,
y aconlaron - « que pal'a evitar la efusion de sangre y
»Ios desórdenes l'onsiguientes á las conmociones, se eje-
»)culase pro salute popnli, la pella de muerle que el
»)juzgado de Jlmcia tenia consl/ltada con la audiencia \er-
Hitorial con respecto a tres de los presos, haciéndola cs-
»tellsiva á dos oficiales prisioIlcl'OS, de Tallada uno Y olI'O
»)de Cabrera.» Y esta ini(luidad fué consumada en la mañana
na del 30, siendo inmoladas seis vict imas p0r sentencia de
una hetel'ogénea amalgama de autoridades, erigidas por un
motin en tribunal )'cvolucionario. Igual su(~rte flue aquellos
seis desgraciados habrian tenido el mismo dia los p,'isione-
ros del depósito de Cartngcna , si su gobernador no se hu-
biese apresurado á embarcarlos para Cádiz, al saber la fer-
mentacion que reinaba en Murcia.


Si en esta cilldad eedian las autoridades a las presCI'ip-
ciones del motiu; si en Valcncia, pa)'a dar'le vislumb)'es de
legalidad, se confiaba la direceion de los negocios públicos
ti los que lo atizaban en secreto, en Zal'agoza los agentes le-
gales del poder supremo, satisfechos de haber contentado ya
IQ~ de~eos de hHl1uclledumbre esll'a" iada ¡ inl·ch\¡U'Oll despues




LIBRO DECUIO SESTO.


apaciguarla entreteniéndola. Las tl'opeHas aUi cometidas des-
de e18, pOI' resultas de los asesinatos de 1Iaella habían dado
impulso á los de Valcncia, y estos á su vez sil'Viel'on de pre-
testo para nuevos trastol'nos enZaragoza. El 16, mas de cien
gefes y oficiales crislinos, prisioneros en el Horcajo, habirm
cscl'ito á San Miguel ascgurándole-«habcl' l'ecibido del
»general en g:'fe enemigo y de todos sus subordiuados iné-
»quivoCt\s muestras de su tcndencia á suavizar y mejorar
»SU situacion "; y, ponderando el consuelo que esto les cau-
saba, concluian suplicándole que-«hicicse á las autoridades
»dirig irse al pueblo, haciéndole ver que de su conduela
»penclian las vidas de ellos y de algunos millares de prisio-
»neros.» A pesar de haberse hecho pública es la manifes-
tacion, se ¡'cuuieron (el 31) en Zal'agoza los allnl'oladores
y pidieron que á las represalias decretadas alli antes se
diese la misma cstension qlle se acababa de dades en Va-
lencia. Por de pronto San Miguel se limitó á reducir la ra-
cion de los prisioneros carlistas, declarando que, para dar
á las represalias la estension que se solicitaba, se debia
aguanlar á que constase la certeza de las nuevas atl'ocida-
des que se referian; pCl'O el impulso estaba dado, y San
Miguel hubl al fin de lanzarse en la via (¡ue á él Y á todos
los que mandaban abrian á la sazon el encarnizamiento de
los parlidos y la violencia de las pasiones. Y ¿ cómo no lo
haría cuando el gobierno se apl'esul'ó á aprobar la ereccion
de la junta revolucionaria instalada dos dias antes, y las
prisiones ejecutadas al mismo tiempo?


¿Qué hacia Vanhalen cH:muo, en las capitales de los
tres reinos de su mando, sc 'acababan de romper con tal
des~!Jfrelll) todos 10B lazos sociales 't ContempQriulr (\on el




42 ANALES DE ISABEL lI,
desordeil pal'a no pel'ecel' bajo su gana y l'csignarse tí. la
hUll'Iillacion de los l'eveses que debian SCI' su consecuencia
inevitable. De Caspe, donde cntl'ó dCSplWS de la I'ctll'ada
de Llagostcl'a, sc movió e hizo 1l10Vel' sucesivamcnte á
Ayel'be y Azpiroz, en la dircccion (lIJe ltacian ncccsaI'ia los
movimientos de los enemigos, siempl'e vagantes desde las
puertas de Alcalíiz hasta las Millas del Jalon pOI' un lado,
y la SicITa de Albanacin por 011'0. Cuando la !jl'un canti-
dad de armas cogidas en 'laclla permitió á Cabrera hahili-
tal' con ellas sus quintos, y aumentar asi sus batflllones,
los gefes de las tlOS esprdiciones navana:,;, deshcchas ell
los últimos dias de ahril y en los !1l'imcl'os de mayo (el
conde de Negl'i y don Basilio García) refugiados desde en-
tonces en Aragon, detcrminaron volverse ú ~avarra. El '27,
con sesenta gefcs y oficiales de los cscllpa(los dc ambos
naufragios, salicI'on dc Muniesa escollados pOI' un escua-
dl'on dc Cabrcra, siguicron su I'uta pOI' Epila, MagalIoll y
Ablilas, y pasando cCI'ca de Cintl'Ucnigo , y alarmando a
Tudcla, atravcsaron (l'I 30) el Ebro por entre Calahorra y
Milagl'o, y lIegal'on á Arroniz. La cscolla se dejó luego caer
sobl'e Agt'eda, y en seguida, faldeando el Moncayo sobl'e la
carretel'a de Zaragoza á ~Iadl'id, 3presando muchos mili·
cianos en su marcha, quc , verificada ú la ida y vuelta pOI'
distintas rutas, y no conll'ariada un solo momenlo, probó
llallal'se espeditas doblcs vias de comunicacion dit'ccta en-
tre el Bajo AI'agon y Navana. Ni Vanhalen, llegado ú Da-
roca el 27, pudo impedir ellibl'c rcgreso de aquel escua-
dron, ni Mil', situado eil Segura,'el de Garda, que atrave~
saba al mismo tiempo hácia Fuenferrada, cargado dc los
ricos despojos recogidos en' su coelállea correl'Ía hacia Ca-




LIBRO DECIl\1O SE STO. 43
latayud. Impotente contra los enemigos armados, quiso
Vanhalen most¡'[lt'se poderoso conll'a los indefensos, y es-
cribió á Lopez lamentando el 'asesinato de Vigo, sancio-
nan.do el suplicio de los carlistas p¡'isioneros y autorizando
al nuevo gefe ti l'establccer una junta de represalias, pa-
,'a cuya ereacion habia ya, pOI' ól'Ilen dada en A\cañiz
el 22, 3uto!'izado ti Sil illmolado antecesor,


Rien sabia Vanhalen que si esta disposicion era allí aca-
tada como favorable al sistema recien establecido en Va-
lencia, !lO lo serian hlS que no tuviesen el mismo cal'ticter,
y en consecuencia se apresul'ó á diclal' otl'as que estimó
propif1s para mantone!' sn popnhll'idad , al nivel á lo menos
de la ([lIe Ú la saZOll adquiria Lopez. Desde Teruel, adonde
acahaba de tl'aslad[lt'se, e'ilell(lió, pues, e11. o de novicmbl'e,
á los reinos de Aragon, 1Iurcia y Valencia, la declaracion
del estado de guelTa limitada pOI' Lopez á la capital de este
último, y mandó que continuasen en el ejercicio ue sus
funciones las juntas de represalias. Por estas disposiciones
(IUeclal'on los prisioneros al arbitrio de los milicianos que
componian casi eSc\llsivamcnte estas juntf1s, y los hahitan-
tes pllcificos á disel'ccion de los militares que componian
los consejos de gUCI'I'3. Al mismo tiempo, destinó el nuevo
gefe el total de los ingt'esos tle lns tesorerías de los tres
reinos tÍ la manutencioll, sueltlo y equipo de las tl'opas,
pt'ivando asi de I'CC\ll'SOS al gobierno de 11adl'id, emanci-
pánuose dc él pOI' este hecho y lisonjeando con la eman-
cipacion á los anarquistas del terl'itOl'io, que creian tanto
mas podcl'osa y eficaz su influencia sobre la autoridad,
cuanto mas en contacto estuviesen con ella, y mas circuus-
crita fuese la esfera en que hubiesen de ejercel' su acciono




ANALES DE ISADEL 11.


Por su parte Lopez, animado con la aprobacion de aquellos
actos y estimulado pOI' el ejemplo de su gefe, publicó (el 3)
en Valencia, un mauifiesto de lo que habia hecho desde
que, en 24 del ante¡'ior, se encargó del mando.-:, Convenci-
'Jdo, les dijo, de la necesidad de las ,'epresalias, hice fu-
»silal' aquella tal'de trece prisionel'os, Poco era cierla-
»mente para vengar la sangrc derramada por Cabrera.
llUn numero considerable de personas relacionadas con los
»instrumentos de los desastres .... os insultaba con su pre-
)sen~ia .... Reducidos a prision en clasc de rchenes, servi-
lJran de garantía á los defensores de nuestra cansa .... Se
))han reclamado cantidades en calidad de présl,amo á los
))prillcipales pudientes .... nose ha olvidado la necesidad de
»cubrir la desnude:: dc nuestras tropas .... He coneentl'3do
llen mi las facultades necesarias para calmar la pública an-
¡,si edad , declarando esta capital en estado de sitio .... Aqui
llestaba cuando llegó la noticia de Villamalefa ... Autol'iza-
»do pOI' el ,gobierno mismo, he creado una junta de repre-
JJsalias, que quedó instalada (el 31). El l.', emprzó sus tra-
»bajos y pOI' acuerdo de ella, fueron fusilados cincuenta y cin-
)lCO instrumentos de la vil esclavitud .... Ved aquí como
)le! segundo cabo intel'ino crrresponde á vuestras miras,
»como participa de vuestra decision. Prendado de t'ues-
»tra docilidad ?J sensatez, está decidido á perecer ó se-
»cundar vuestras patt'ióticas mil'a~. Si una marcha de equi-
»vocada lenidad ha podido prolongar esta guerra, paralizar
)nuestras victol'ias.,. tiempo es ya de conocer que solo el
»puro, el verdadero liberal, debe ser el depositario de nues-
»tra confianza.» Lopez, esplicándose asi, señalaba a su gcfc
el camino de que ni á uno ni ti otro era permitido dc~vj31'§e




LlIlRO DECIMO SE:-iTO.


Lanzados ya cntt'ambos en él, mal'chaua Vanhalen de
Terne! á Valencia, donde le llamaban e~tos intereses, á par
que los movimientos de los carlistas, cuando rccibió un ofi-
cio que, c/mismo dia 3, le dit'igió Cal)l'el'a desde Cuudiel,
quejúndosc dc hahet' sido fusilados en Valencia sus prisio-
net'O~, que debian hahet' sido cangcados con anticipacion,
pues se le dcbi<ln ciento tres, CH cambio !lc oh'os tantos cris-
linos que desde junio tenia él entrega!los de mas. En la
misma comunicacion, pt'otestó Cabt'et'a contra las represa-
lias ejercidas pOt' I'esultas del fusilamiento de los de Villa-
malefa, que, segun él, no componian sino una banda de
foragidos, flue á nadic daban cU3l,td; alegó el hecho de ha-
bel' cOlIsel'vallo la vida á los tres mil quince prisioneros de
Maella y concluyó anunciando hallet' fOt'mado un tl'ibunal mi-
litar, encargado de respollller á los actos de las juntas !le
I'epl'esalins, El 4, le contestó Vanhalen desde San'ion, jus-
tificando los asesinatos de Valencia, con los cometidos de
órden de Cabl'et'a sobre la caballería de Pardiñas y sobre
los novcnta y seis sargentos inmolados postel'iol'mente; ale-
gó el buen trato dado á los prisioneros de Pietlrahita y Pe-
iiacel'l'ada, y concluyó amenazando á los ochocientos ofi-
ciales, y mas de ocho mil soldados y sal'genlos que las tro-
pas de la reina tenian en su podet', con la misma suet'te á
que destinase Cabt'el'a á los prisionel'os Ct'istinos, Estas co-
municaciones, lejos de aplacal' la animosidad I'ecíl'roca, la
initaron aun, y todavía la pl'ensa revoluciollal'ia tl'abajó
sin desc3nso y con éxito en exacerbarla.


Sin las escitacioncs periódicas de los pretendidos órga-
nos de la opinion, no habria sido imposible halla!' un bálsa-
mo pam esta llaga particular, pel'o ningun hombre, ningu-




4.6 ANALES DE ISABEL ll.
na I'eunion de homlJl'es poseia medios para alenuar el ri-
gOl' de la situacion gen.!rnl. Mas si pOI' eso nadie habl'ia
eslrañado que el nueyo millistel'io no pl'Opol'ciollase este
beneficio, la sél'ie de medidas (Iue empIcó pal'a pI'obal' su
rleseo de dispensado escitó altcl'Ilalivnmente el (lespI'ceio
y la indigllacion. Hombl'cs que, pOI' el hecho de aceptar rl
podcr, habian contraido la obligacion ue hacer algun bien
ó impedil' algun mal, cl'cyel'on cUlllplirla con disposiciones
ya I'eaeeional'ias y funestas, ya eSlravagantes y ridículas, y,
cuando menos malas, tl'iviales solo, ó illsignilicantcs. nió
la señal el pI'esiucnte t1lHjUe lle Frias, con una ci .. culul' (jue,
el 8 de srtirmbl'e, dos dias drspues de la formacion
dc su hetel'ogéneo gilhincte, dirigió ul cuerpo diplomúlico,
llena (le 11I'cscl'ipcionc:'\ CIl fl\le descollaba, solJl'e lo inútil y
lo vulgal', lo jactancioso y lo pueril. El primer artículo [1I'e-
venia á los agentes diplomúticos.-( Darse ]101' SI'lItidos en
»SUS conferencias con los I'cpresentanlcs lle ,\usll'ia, nu~ia
»y Prusia de la conduela dc sus gouicl'nos con re~pecLo ~l la
»España» como si cntre los I'epresentanles de é~te y aque-
llos estados cupiesen confel'encias, cuando 110 mediaha si-
quiel'a contacto. E~la imposihilidad el'a igual con respel'lo á
los gobiel'l1os de Holanda, CcnJeúa y ~úpolcs, de qlliplles
llebian qucjarse los agenles espailoles, pOI' vil'tud del al'lÍ-
culo seguntlo, El terrero les mandaba-« Tilda!' la cOlldllC-
»)Ia de las potencias flue , sin prévia declaracion de gllel'l'a,
»)hostilizaban abicl'tameLle á S. M. e,» aunllue 110 existie-
se potencia que hiciese tal cla~e (le hostilidad, El cual'to les
pl'evenia-«dil'igirs(Jcn queja á los gabinetes amigos ....
»provocando su mediacion contra las escandalosas a!J/'(J-
»siones de las pOlencias disiuelllesj») como si auxilios c\(lII-




LlflRO DECIl\1O SESTO. 47
destinos pUllicsclI califical'se de agl'esíones escandalosas; ó
como si ¡muiesen los gabinetes amigos prollunciarse contra
una ni otra especie de socorros. El artículo quinto ol'dcnaba
que-(,clI la práctica ue estas uiligencias no invocasen los
»agentes espaüoles el tralado de la Cuúdl'uple Alianza.»
como si la España tuviese otro título que este t!'tltado par~\
~olicital' la coopel'acion de los que se llamaban sus amigos.
En fin, el al'tielllll ~cslo les mandaba-« hahlal' con dignidad
»1) ji/'llle:;a;» como si ú un gobierno ((IIC no podía estermi-
\lar lo que d Ilalllalw llamlas I'cbcldes, ni aun enfl'enal' en
su pl'Opia capital la audacia de un puibdo de (líscolos, cum-
plicse mo,tl'(\I', con respecto ú grandes potencias, mas ente-
l'('za r¡ue con SIlS déhiles enemigos dornésticos.-«Lo flue
ncl gobil'I'lIo de S, ~L sc propone, '. se decia en el mismo
MIl'tíeulo), es que la cucstion de la contienda de España VOl-
»~a pOI' es los medios haciéllllo~e elll'opea; que suscite con-
))testaciones nrgalivas, I'epulsas; en una palahra, que e1ll-
»){¡oraee Ú lodos {os ,ljllbinctl's, y ,(ue, por uccil'lo asi, dán-
),tlole vida dcplomútil'a, se eonozea que no tememos á nues-
»11'05 en(~migo~, y que CO!l/}!l'oJl/t'tcmo.\'1Í l/l/estro., a!!ligos,
))sobrl' turll! IÍ /11 Fmllcill.) En el olieio de remision de
aquel cékhre documento, se dlil á las prevenciones en é\
conlenidas, la calineacion de-,e1nllcvo plan de política filie
»el gohierno se propone 8eguil', 1) En el mismo oficio se es·
p1unHI'On algllnas de las pl'c5cl'ipeiones de la eil'culal', y ('n-
\l'e 011'n5 cosas se dijo:-«No queda 011'0 recurso por dc pron-
»)10 sino molestar, clllbum:;al' .IJ allll compromelt'j' al go-
¡¡bierno 1'\'[III('l's con las Cortes que no !'econocen á nuestra
))reina, ya que no podamos declal'arles la guerm ... que se-
»guramente fuera el medio mas conveniente para caminal'




48 ANALES DI! ISAllEL n.
»all'cmcdio de nucstros males .... Las evasivas y negativas
»del gobierno fl'ances no impedir'án rpIe se hable de las co-
~sas de España, y que se consiga s'acarlas de ese olvido en
»que las han puesto tanto nueslro sufrimiento como la
))mala fé de nuestros enemigos y la poco buena \'olunta(l
»de nuestros amigos.)) Proclamando esta política, creyó
Frias haber justificado la temel'idad que mostl'llra colocán-
dose á la cabeza de un gahinete, no ligado pOI' el lazo de un
sistema reparadol' y condenado desde el instante de su for-
macion á la nulidad y al escal'l1io.


Pensó desde luego este pabincte dcsarmal' algunas re-
sistencias ó calm3l' algunas inquictudes , convocando pal'a
el 8 de noviembrc las Corks-c( al efecto (decia el dccl'cto)
))de discutir y aprobal' l:ls leyes imp0l'tantcs que espera la
))nacion como complemcnto de las instituciones libres de r¡ue
))goza, y de quc se adopten todos los medios que conduzcan
»a la pronta tel'll1inacion de la guel'l'a civil.)) Pensó conten-
tar á los que pedian I'igores, decretando el castigo de algu-
nos delincuentes, y cntre ellos el del geilel'al cal'lista Fucn-
mayol', que cspió en el patíbulo su intcnto de levantal' una
pal,tida en las inmediaciones de l::t capital. Pensó calmar la
inquietud que habia pI"oducido la Boticia del uesastl'e dc
Pal'(liñas, haciendo al pl'imel' alcalde constitucional de ~¡a­
dl'id, anunciar en una proclama que-(el gobierno h:lbia ya
»)tomado disposiciones para rel1l'imir la osadía de ~s rehel-
)des.») Pcnsó, en fin , cubril' las bajas de los escuadrones,
decl'etando una requisicion de caballos, de que mandó sa-
tisfacer el importe admitiéndole en pago de conli'ibuciones
atrasadas y de la estl'aol'dinal'ia de guerra. Pensó, en fin,
adquirir consistencia completándose, y al efecto, el9 de oc-




LIBRO DEcmo SE STO , 49
tuhre, se hizo ~ MontcvÍl'gcn y Vallgorncl'a aceptar en pro-
piedall el Ilcspacho de la Gobel'naciotl y hI Hacienda, que,
no quel'ielldo slljelal'~t~ Ú I'celeccioll como diputados, desem-
peñaban eu clase de intel'illos, El dipulallo pOI' Jlul'cia, Pon-
zoa, oficial entonces del rninislel'io de la GolJe('()acion y an-
tes 11I'ofesol' de eeonomía política, fllé encal'gallo del despa-
cho dI' la Mal'iua, A Alaix , humillado y deshecho vcinte
dias antes cerca lle Puente la Reina, y mandado procesal'
por los rsdllldalos tic Llleena en 18.16 , se confió la direc
cion de la gU('I'¡'¡¡ ; y romo aun rontinuase en ~avarl'a cu-
r,íllllose las heridas tille I'e,:ibió en la fatal jOl'llada de 19
de setiemhre, se encaI'gó hasta su llegada el despacho inte-
rinl) al genCl'al Fe('I'aZ desde 11Iej!o, y, por ('enuncia de
este al viejo b('igadiel' Hubel'!.


Poco tardaron en desvanecerse Ins ilusiones fOl'madas
pOI' e,.;la combinacion: en fin de setiemhl'e habian espil'ado
las contl'atas lle suministro" pala el ejél'cito y lIamádose en
consecuencia licitadores pat'a renovadas. Por de pronto
nadie concUlTió á las subastas; pel'o anunciándose que la
adminislracion milital' iba ú hacel'sc cargo de aquel servi-
cio, se supuso nallll'lllmcnte (Iue habia fondos ascglll',¡dos
pal'a costearlo, y pOI' Vil'tLIlJ de esla cl'ccncia se presentaron
al ministl'o algullos de los que hasta cntonccs se ocupúran
de ¡Ulud [rMico; pe¡'o, viendo cuan precUl'ias y falaces 1'1',111
las hipotecas lJue se señalnhan pal'" el reembolso, se sepa-
raron sin hacer I)(,llpae.;ta~. La malluteucion del ejcl'cito
quedó desde aquel dia depellllienle de la cventualidad de
las requisiciones, ó entl'egada ú los amaños dc contratas
p¡¡rcialcs y aisladas, insuficientes pOI' lo cOl11un y onerosí-
simas siemlll'e. La diputacion de Toledo, I'cquel'ida para


Tmw VI. 4




50 ANALES DE ISABF.L n.
proveer á las necesidades de las tl'opas que guarneeian la
provincia sin }1I'0tegerla, tuvo que desear'gar el peso de es-
la exigencia sobre los ayuntamientos, bfljo la ilusoria pro-
mesa de ((ue-«la administracion militar sati~fal'ja á los
¡)pueblos el impoi'te de sus suministr'os, con los fOlldos que
)'selialase el.r¡obierno», el cual ningunos tenia de que dis-
poner. Varios ayuntamientos manifestaron tí. la (liputacioll
que los bienes de sus vecinos no bastaban para cubrir tales
exacciones, y (ellO de octuhre) ahalH.!ol1[mm en masa sus
hogar'es los habitantes de PlIlgal', siguiendolos tí. poco el
alcalrlc y el ayuntamiento. Cu~lro dias despnes estaba l¡lo-
queada la c~pilal por' los facciosos, qne pOI' su parte suje-
taban á iguales exacciones aun ú los (Iue en ella habitaban.
Espartero renovaba sus cualltiosos pedidos habitu,lles á las
diputaciones (le Santandel' , Bnrgos , SOl'ia , Vitoria y Lo-
gl'oño. O'donell , habilitado momentú¡¡camcntc COIl algullos
fondos l'emiti(los de FI'allcia, luvo II la postl'e qne l'eClIl'l'ir
al comel'cio lle San Sebastian, ani(¡uihldo ya por sacrilicios
anteriores. En fin, Vanhalcll, cOllflscaldo ú favol' del rjcl'-
cito los illgl'CSOS todos de las tcsorel'jas de Valencia, Arflgoll
y Murcia, no hizo mas que imillll' al hflron de "Iecl', que
desde mucho antes habia adoptado igual disposicioll en Ca-
taluña. Moutcyírgen, pri"::ldo de todo l'eCUI'SO, imposibili-
tado de hacer fl'ente á la mas pequeña r!e las necesidades,
hostigado y desael'edilado pOI' ello y ::llcna(lo pOI' la riva-
lidar! de Pila, en quien los especlIlndores y contratistas
mostl'aban tenel' un poco m::lS de con !lanza , imaginó inuti-
lizal' á este contt'incantc, Ilombt'úmlole Jll'csidente de una
junta de l'eCUI'SOS, en la clIa! hizo entrar, entre otros, á los
hacendistas que mas se seilalahall pOI' su oposicion al mi-




UBRO DEcnro SESTO. 51
nistel'io. Luego vieron estos que la intencion ucl ministro
cra alTanear it Pita, Slll'l'Ú y otros de los reunidos en la
junta. el ~ecJ'cI() de los medios de (pIe ~c suponian poseedo-
I'es para conlleval' las Ilceesida(!cs , ú obligarlos a confesa/"
que no poseian tales medios. Pero Pita y conSol'tes, mas
húhiles qlle ~Iolltc\'iI'gen, delerminal'on frustrar In asechan-
za, C()II el ~lI'flicl de I'celamar lIna multitud de docum~lItos
que el lIIillisll'O \lO podia (lal' , ó para cuya remisioll Jlece .
silaba mucho ticmpo. Fingiendo la junta que le el'an nece-
sarios para eIlljll'etldcl' sus larca s • las difirió a IH'elesto de
la f<Jlta de ellos, y, allulúní!ose en consecuencia. mostró que
si na¡lie tenia podel' pan\ remp¡lial' los males públicos, to-
tlos 1(' lenian para imputados e~elllsi\'arncllle ÍI ;;us elw-
mi¡:;os.


POI' :"11 pal'te Huhert, :"omcli(lo Ú las inSli!!<lciOllt's de
los ([Il(~ le habian sacado (1<- la osclIl'idnd para selltal"ir por
1I110~, di,\~ en el sillon ministel'ial, se apresuró (el 1.í) 1\0
solo ti aproba¡' las trop~!ías cometidas e\1 Zal'agoza , sino á
antOl'izUl' la formacion de un consejo permanenle de ['epre-
salias. Una semana despUéS de sancionar' pOI' estas dispo-
~ieiones el :.11'01)('110 de celllenares de inocenles en la capi-
tal de Aragon, mandó quc-,al estalhll' en cualquiel' rUlllO
)lUna slIhlevacioll ó motin, se declarase el pueblo en ('~lado
JJde guerra, y qnc é:ile no se levantase JUlSta el ((t,t/'qo r!f'
)¡{os delincuentes)); sin Ilotal' fIlie podia hacer pcrpótuo
asi aquel estarlo escepcionnl, pues ("tI mas dc cineo af¡o~ de
motiill~S solo Xaudcl'ó habia espiado eOll la villa, y pocos
re\'oltosos de su país con el desliclTO, la pal'te (lllC lllvie-
I'an en los qnc lan frecucntemente inUn¡ial'oll de sangre la
r.npitnl de Cal~luII~. Del mi!'!1lI) modo (Ille. !<olll'e ('stos ptln-




52 ANALES DE ISABEL Il.
tos, usaba de medidas distintas el nucvO gefe dc la guerra
pUl'a calificar hechos itléllticos ; tlcl mismo modo quc, con-
denando el moti n en gencI'ul, apI'olJaba el encUl'celamiento
de trescientas pCI'sonas notables, tlecretado por un motin
pal,ticular, mal'chaban los tlemas ncgocios ue la guelTa.
Asi, Noguel'as, que habia sustituitlo a Narvacz cn el mando
de la ~Iancha, lamentaba en vano el abandono en quc ha-
bia quedado aquel tenitol'io. La linea de Ocaña a Bailen
no estaha, efl efecto, gual'llecida mas que pOl' mil y t¡'CS-
cientos infantes y doscientos caballos. Poco mas dc cien de
estos y de setecientos de aquellos cubl'ian los partidos de
Infantes. Quintanal' y Alcazar. Sob¡'e mil hombres ocupahan
de Y ébenes a Navahet'mosa , componiendo apenas un total
de cuatro mil soldados los diseminados en tl'einta puntos
de las pl'ovincias de Toledo y Ciudad Real. Enccl'l'ada en
cada uno de estos una petlueña guarnieion, pudieron luego
bajar de las sienas las pal'lidas gUaL'ecidas en ellas hasta
entonces, y ya, (el 8 de octulwe) entró una en el Bonillo y
otras recorrieron los campos de Daimiel y los de Tome-
lioso y Villarobledo.


Mientl'as se desoian los clamores del nuevo comallllante
general, el que le habia precedido cn alluel mando reunia
en las inmediaciones de Madl'id las fuel'zas con (Iue habria
sido fácil cubrir' las provincias abandonauas, y (ellO; las
hacia destilar bajo los halcones tIcl real palacio, y revistar
(el 17) pOI' la Gobel'l1adora. La fl'ecuencia y el brillo de es-
to~ espectáculos acabó tIe ellgreil' á Nal'vaez, que, no con-
tento ya con mandar nnabuena divisioll de todas armas,
yuiso ponel'se á la cabeza de un grande ejercito. AITas-
tI'arlo )lo\' este deseo, formó un plan, no solo pUl'a aumental'




LlllRO DECliUO !1ESTO. 53
la resel'va en A utlalucía hasta e/número de cual'euta mil
homlJl'cs, sino pa!'a somete!' á su innueneia y aun á su au-
tor'iLlad, los ayuntamientos lodos y aun los dos capitanes
gellcl'alcs del tCl'I'itol'io andalllz. TI'alóse, en efecto, de
ohligal' ú estos gefes ú transigil' con ~l las dudas y obstá-
culos que ofl'eeiese la cjecucion del llI'oyecto-( pl'e\'alc-
))ciemlo, en el caso de L1ivel'geneia de pal'eeel'es, el dict!Í-
))Jl/e)! del .fiel/eral ell fJ(P.ll Este debia S('I' autol'izado al
mismo ticmpo pa!'a tomal' eiel'las dclel'lninaciolles que juz-
gase conducentes ú la o!'ganizacioll , « en la inteligencia de
Mlue serian lodas aprobadas pOI' S. ~L») En fin, los ayun-
tamientos debian, no solo contribuil' con los quintos que se
les seualasen, sino apl'Outal' por cada uuo de ellos tl'escicll-
tos rcales para su equipo. El 23 se apl'esUl'ó Hube!'l á con-
vertir en un real deel'eto este proyecto, y á confel'il' asi á su
autol' la mas incalificable dicladura.


Tres dias el'an pasados solamente, y como si esta y las
demas disposiciones del caduco Hubel't causasen celos á su
colega de la Gohernacion, dietó este, aunque inscrito en la
C,¡legoría de [os moderado~, la medida mas atroz que hasta
entonces habia sugerido el espÍl'illl I'eaccionarío. Sabíase
que los esallados , alentados pOI' el buen éxito de las ma-
niobras que emplearon para impedil' la rcunion de las COI'-
tes en agosto de :36, se Iwoponian I'enovadas para impcdil'
la d6 las Cúl'tes de noviemlJl'c de 38. Para fmstral' esta corn-
binacion, el gobicl'l1o tl'ató de declara!' á Madl'id cn estado
de sitio; y ya cstaba para apl'Obarse la rcsolucion , cuando
Vallgornera insinuó <fue convel1lh'ia oir sobre la conveniell-
cia de la medida al general NHl'vaez, como gefe de la fllet'za
acantonada en las inmediaciollc5 de la capital. Este declaró




ANALES DE ISABEL n.


que la plantificacion dell'égimen cscepcional no pl'ol]uciria
buena impresion, y que, al conl\'ario, la cansarian muy sa-
ludable algunas t1isposiciones rigorosas conlra los cal'!istas.
En consecuencia Vallgorncl'a, fundándose-«en la illlpuni-
»dad con que, al ahrigo dc las leyes oruillarias, conspiraban
»eslos contra el Il'ono constitucional» espiclió el 2ti un dc-
CI'ctO mandando-«salil' ell el término tic oeho dias de ~1a­
»dl'id y de los puehlos situados en Ull ¡'allio de ocho leguas
lHl las l1lugeres é hijos JIIellOl'l~S de las personas que estu-
»)viesen al servicio lle tlOIl C{¡r1o~; prohibiendo bajo pena
YJrle In vida toda 1'0lTcspondencia aun trI lilas (amilia/' con
»ellas, y juzgal' y castigar por 1111 consejo clt, guelTa á los
»)([lIe les prestasen auxilio de Cllolr¡lIiera especie. Las mu-
llgeres y niños cstrañados debian ser vigilados pOI' las au-
») toridades de los pueblos en que fijasen Sil l'e~itl(,lleia.»
Fueron por virtud de e~ta proscl'ipdon lanzadas de Madrid
centenal'es de familias, quc hal)\'ian perecido luego bajo el
puñal Je los anal'fluístas, sí el instinto de conscrvacíon no
las hiciese buscar un asilo en las pohlaeiones que cllos no
subyugaban.


¿ Cómo el'a posible que estc desconcierto no aumentase
el disgusto general y no exacerbasc los sinlomas d€ resis-
tencia que pOI' donde quiera se columbraban'? El hombre
que acababa de dicta¡' una medida digna de la Convencíon
(¡'ancesa, luyo Ú fingió tener aviso de que debia estallar
a(luel dia un movimicnto en la capilal. Hube!'t, quc 50ure
la re¡wcsion del prepa¡'ado lllotlll queria consolidar el pl'es-
tigio tle Nal'vacz y juslilleal' la dislincion con que acauaba
de engrnndecel'le , le dió ónlcn para acerca¡' á la villa sus
tropas n(,fln\ona(hl~ en Jos r.<1fHhnnchdcs. El milli~lro, pcn-




LlllHO DECUJO SESTO, 55
samIo gam1l' una f<lja, y el general, ansioso de aiiaJil' un en-
tOl'chado á la ~l1~'a, creycl'Oll conseguil' sus deseos !'cspeeti-
vos, no pCl'mitielldo :t otro algtlllo tomal' pa!'te ell el noctlll'-
110 ¡¡I¡¡n!e (¡lIC meditahan , y cOll'.'inicl'on en l'ecata!'se de
Quil'Ogn, Ú (Iuicu, en su doblc caUdad de capitangenel'al ele
la provincia y dc inspcCIOt' general de la milicia, competia
sofocal' con las fuc!'zas de ést3 y dc la gual'l1icion todo pro-
yecto de trastorno, Nal'Vaez adelanló en la noche á las puer·
tas de Toledo y Sfln Vicente llos de sus columnas con Hrti-
Hel'Ía, y ú ellas fueron ú unil'se Illego dos escuadrones del
mismo ejército, que al efecto saliCI'OIl de \ludl'id, sin cono-
cimiento ni noticia del c¡¡pi\an genel'al. Este convocó al pun-
to Io~ gefes (le la milicia, y ellterúntloles de los movimien-
tos que ~e o]¡servahall, y ue la ignorancia que sobre su Ol'í-
gen y tenueilcia afectaba el ministro Hubert, obtuvo de
aflHellos gefes \lna pl'omesa esplicita de cooperaeion, Cuan-
do, á media noche, se tl'ataha de circula!' órdenes para ha-
cerla efectiva, se supo flue las tropas de ~al'vaez se vol-
vian ú sus cantones, y con es to se desvaneció por enton-
resb alarma. Al día siguiente, Qairoga, resentido de la des-
cOllfianza con que él y la milicia habian sido tratados, pre-
sentó la dimision de sus CLll'gOS, La !'eina rehusó admitirla
é hizo necesarias po!' este l'ehuso las de ~arvaez y Hubel't.
Quiroga, satisfecho, retiró la suya: Hubert se volvió á su-
mir en la oscuridad dc que !la hubiera debido salir. A Nal'-
v<\ez se le conservó ú la ve!'llad el mando de la I'eserva,
pero micnlt'as se completaban los cuarenta mil infantes y
dos mil cahallos de que debia constar, y que todos sabian
no sel' posible l'eunir, se le dió liccncia para restablecer su
salud. Con este oiljclo, partió el 3 de noviembre para Loja.




56 ANALES DE ISABEL n.
su palda, desvanecidos con el mal éxito de una tentativa 31'-
riesgada los sueños de una ambicion que, con un poco me-
nos del ardor de la juventud, y un poco mas de la hipocl'e-
sia de la época, habl'ia podido qlle/lar en poco tiempo cotn-
pletamen te satisfecha,


Mientras él marchaha al destiel'l'o, qnc, pocas semanas
despues, debia convel'tirsc en esll'aüamienlo, la discordia,
mal sofocada, agitaba de lluevo sus teas CII la capital. Con-
denan:lo unos la licencia concedida á :\arvaez, como cqui-
valente á una ueslitucioll; acusando OII'OS al gobierno de ulla
I.~nida I funesta, sp albo/'Olal'on lIluchos, el mismo tlia 3, y,
desde la maliana, hicieron cir,'ulat' lIlla IB'oclama, en la cual
se leia entre oll'3s cosas: -('[11 ministerio inmol'al, ciego ins-
»trumen:o de vile~ y cohal'des tnlÍdol'es, vendidos [11 oro
»eslrangel'o, cOlllluce Iluesll'a desgraciada patria ~l un alJis-
llmo insondable de telTibles desventuras.,. Entl'e nosotros
»viven .... los cobardes y enmasc3I'ados gefes de sus vel'flu-
»gos: entre nosotros existen ellos y sus infames cómplices,
"los mónslruos qne en sus negl'os conciliábulos concibie-
nron el ¡nrct'nal proyecto que abortó en la noche uel úllimo
l.ldomingú» (28 de oCllllll'c). Se suponiu que el pl'oyecto era de
promover una colision ent"c las tropas reglllal'es y la
milicia, y desal'mat' á ésta y establecer un I'égimen mi-
litar .... « ¿ A qué esperamos si ya los conocemos ... ? A las
»al'mas , á las arlllas, y no las (Icpollgamos hasta fllJe COIl
llSU impía saugre hayan cspiallo su~ espantosos cl'Ímenes los
»viles autores de nuestras terribles desgl'acius; hasta que
»Ia bandera nacional tremole vencedora soIJl'e el alcázar
»de la traicion.») En el mismo Jia el periódico, órgano ha-
bitual de estos selll¡ll¡jelllo~, (El Eco) ponia en hoca de uno




unno DECUlO SESTO. 57
de sus COl'l'esponsales-«se nos vende; pOI' la mano se nos
»)conduce al abismo; el tI'iunfo de la teocl'acia se acel'ca ....
)que los patriotas convencidos de la tOl'cilla marcha de los
»I'etrógrados .... no vacilen en adoplal' el partido que las
llcirCllnslallcias scñalan, y que todos los hombres libres
))ClIclltan como el único I'CClll'SO de salvacion. '" Una mano
»)oculta tl'abaja la mina cIela patria, y es mellestcl' que los
»Iibcl'ales .... se apresuren á cOl'lar la mano oculta que
llcn 1823 COI'tó el árbol de la libertad. A las armas, pues,
»eontra los tl'llidorcs.» _\tcrrado al principio por la violen-
cia de cstas escilaciones, se I'csolvió en la noche cl gobier-
no á tomal' la actitud (¡ue exigia la situacion; mandó entl'ar
el! MaLlrilI una brigada del ejército de l'c,erva, que, á las
órdenes de Aleson, iba á partir para Castilla la Vieja; reu-
nió la milicia, dechll'ó la villa en estado de sitio, e hizo
instalar en la casa de Corl'eos un conscjo de guclTa pam
juzgar á los perturbadores. Reforzados estos tI la sazon,
quisicron apoderarse dc aquel edificio, y, I'cchazados de él,
se dividiel'on cn gl'llpos. Varios de estos asaltaron las casas
de Isturiz, de Montevil'gen, y dc otros sugetos tenidos por
ministeriales ó por mode¡'ados, y, no encontrándolos en ellas,
saquearon las que encel'l'aban objetos capaces de escitar su
rapacidad, contentándose, a falta de sangl'e, con dinero y 1'0-
pas, 01l'as gayillas gritando como aquellas, rira la libcrtad,
Jl!l(cl'{llllos tiranos, dispanlban tiros de qut', aunque dirigi-
dos sololl amedl'ental', fuel'oll víctimas aigullos habitantes pa-
cHicos. La milicia se decidió, en fin, á intel'venil' eficazmen-
te, y, pl'ocedicndo á la prision de UlIO de sus oflciales que ca·
pitaneaba un pclolon de foragidos, los aterró y djlOpel'só ~
todos, fjlledando la capilal tranquila en la madrugada del 4.




58 ANALBS mr ISAllEL IT,
Si no el inleres del reposo público, la segundad misma


de los ministros e'\i3ia que ell aquel llia escal'lllenlase la
justicia milita¡' á los pCl'tul'badol'es constantes del órden, QllÍ-
raga, pues, rellnió en su casa, (el Ji) las principales auto-
ridades y los gefes de la milicia, para toma[' en cOIlsirle-
racion el estado de la capital. Pero, prometiendo todos ve-
lar en la conservacion del órclen,"in(licaron muchos fIlie se-
ria difícil conservarlo, si 110 se quitaba, con la ['emocion
del ministe['io, el pI'etesto Ú el motivo de lluevas distUl'bios,
Por su parte, en vez de impedil' la re!loyarion con el cas-
tigo de sus autol'es, los ministl'os creyeron desal'maJ'los
contenh\lIdolos. PUl'a ello mostraron creer pI'omovi<lo po['los
carlistas el molin del 3, y, el S, el alealtle constitucional,
dejando presagiar medidas harto mas terribles contl'a ellos,
mandó que no se permitiese salíl' de la villa ú los marca-
dos de desafectos, Quísose ejecutar es la ó!'llen, detenien-
do, a pl'eteslo de ella. ó algunos vecinos (¡ue alrarcsaban
la puel'ta de Alcalá ptlra ir á los toros; y la muchedumbre,
indignada de esta violeneia, tomó á su cargo impedida,
maltl'atando ú los agentes de polieJa encargados de llevada
á efecto. La antol'idad superior se decidió entonces á eje-
cutarla por si en escala mayor, y en la noche sor¡wend ió y
arrebató de sus camas á cicnto cincuenta individuos, que
hizo trasladar en seguida al cuartel de Leganés. Entre es-
tos se contaban militares de gel'arrruia, titulas de Castilla y
antiguos intendentes y magisll'ados, contl'a los cuales no se
formalizó, ni antes ni despues. el mas lijero cargo; y como,
salva una ú otra escepcioll, todos los al'rebatados cl'an I'i-
eos, se supuso dirigida la tropelía, independientementc del
objeto politico, a saca!' de ellos ITI;:¡Yr.['cs Ó mcnore:- SllnUl~




LIIlHO DECI~1O 8ESTO. 59
A algullo se les sacaron cn efecto pOI' precio de su libertad,
imitando así la conducla de Palillos que ~ la sazon cobraba
diez mil r1ll1'OS pOI' el rescatc dc un yerno del dlHlue de
Fl'ias fIlie poco antes cautivara,


Los males que, pOI' lo limitado ú Cil'cllBscrito de su es-
fera de accion, no podia el gobiel'llo haccl' sino en la capital
y sus ruedos, los eslelHliau y complctaban las bandas fac-
ciosas, que, llamados a jladl'iellos cue¡'pos que podian pel'-
¡,¡eguidas, fUl'I'Oll dUCI13S de acercarse á aquella capital y
de mantent'l'se Ú co!'la distancia, Calvente y los dcmas
gllefl'i¡¡el'o~, que ell fin de sctiembre lItwabun sus cOl'l'crias
dcsrle las ,,¡H'l'las ele Avila á las de Talavcl'a, ol'gallizaroll
en sc;,uída lIna especie de administracioll, e~tableciendo
comandancias pel'manenles de al'mas en muchos pueblos,
regularizando la pel'cepcion de las contribuciones, y adjudi-
cando ú los curas ulla parte del diezmo. Perseguido por pe-
queñas columnas de Avila y Salamanca, se metió Calvante
cl ;) de octubrc por el campo de Azalvuro y las sienas de
Fuentes, y (el 9) cayó sobre Belayos. COl'l'ieron tl'as él
los destacamentos de Villacastin y Navas de San Antonio,
que, cvacuando él la villa, entraron en ella y la saquearon
apaleando la justicia, y haciendo doble daño que los ene-
migos. Calvente, por su pal'te, revolvió á Sanchidrian, ocu-
pó el 20 ú Arevalo, el 21 á Taquines, el 22 á Medinn del
Campo, donde se instaló luego un ayuntamiento cal'lista, y,
el 1." de noviembre, durmió á las pUcl'tas de Avila. Pocos
dias antes P de octuhre) Patricio y Ganda, de regl'eso de
uIla tentativa infl'Uctuosa hecha contl'a AlmOl'Ox., tropezar'OlI
eerea de Paredes con la columna del comandante Busto, y
II~ ohlig31'Oll á relinll'se. En la noche del 12 entraron cua-




60 ANALES DE ISABEL 11.
renta caballos en la Villa dcl Alama, se apO(I~I'aron de la
guardia de milicianos y paisanos, recogicl'on las armas y
caballos, se lleval'on á los montes de Alamin todos los
compl'ometirlos, y alerTaron la v~cina Navalcal'llcl'o. El 2.5,
los mil hombl'es que componian las partidas de las dos ori-
llas dcl Tajo l'econocier'on por gefe supcrior á Felipe, y
bajo esla nueva <lit'eccion emprendieron cOlTcrias desde la
embocadlll'a del Tietm' hasta el pie del G Iladarrama y has-
ta la siel'l'a de Piedrahita, y el 30 atacal'on á la vcz c~te
¡meMo y el de l'Iavahol1l\¡lIa, cn dos dc las eslr'emidades de
estas lincas. Trcs dias despues, Ganda y los suyos invadicron
todos los pueblos de las inmediaciones de Tolcdo, y llega-
ron á amenazar á lIIescas. Nogueras, á pesar dc habel'
anunciado al lomar el mando dc la Mancha (Iue seguiria el
mismo sistema quc Narvaez, no pudo llevar á efccto su
amenaza, pu~s los facciosos volvieron á inlel'ceptar la car-
retcra de Andalucía. ElLo de noviembre, atacal'on un
puesto vecino á Ciudad Rcal, y dos di as despues se presen-
tal'on SObl'C Migucl Tuna. Al mismo tiempo volvian a aquel
pais ciento cincuenta caballos de Palillos que, acosados an-
les, habian ido á buscar' un asilo en el cual'tel de Amau,
en Chelva; y otras bandas recol'l'ieroll la vega de Duero.
El 6 apareció un grupo de caballería facciosa sob.'e Buill'a-
go. Cl'uzados igualmcnte los caminos dc las provincias de
Guadalajal'a, Ciudad Real, Toledo, Madrid, Avila y Scgovia,
pOI' los destacamentos destinados á pel'scguil' bandas tan
numel'osas, necesario fué que, independientemente de las
vcjaciones cometidas por estas y aqucllos, los habitantes
dc aquel vasto lerritorio partiesen con amigos y enemigos
BUS últimos mendrugos. Cuando parecia deber circunscl'i-




LIBRO DEC!l\1O SESTO. 61
birse al remedio de tantas desgracias toda la accion, la
fuerza toda del poder, [úeil es dc calcular la impI'esion que
jwodllcil'ia tilla ti isposicioll coetánea del brigadier Puig, que,
nomlmldo gefe político de Madrid, se estrenó (el 8) man-
dando an'l'star y juzgar en consejo de guerra á todos los
que sin sel' soldados ó mili lares llevasen bigote.


Ocupada en semejanles puerilidades la aulol'idad supe-
rior de la capital; suuyl1gado el gobierno pDI' I'eaccioua-
rias exigencias; estendidas de nuevo las bandas manchegas
desde los conlines de Albaccte hasta las montañas de Glla-
dalupe, y desde la Sierra ~lol'ena hasta el Tajo; vagar'do
impunemcnte otras bandas (Iesde la márgen del'echa de es-
te rio hasta la provincia de Valladolid; mermado, en fin,
y en desol'ganizacion el cjéreito del Ccntl'o, y exacerbados
el encono y la guelTa en el tCl'l'itorio (I11e él ocupaba, pa-
reciaB eifl'adas las únicas espel'anzas dc paz en el ejel'cito
dd i\"ol'te, de cllyo gefe se espel'lllm solo ell'estahlecimiento
de la desquiciada má(IUina social. Pero él pensaha menos
en esta ol)['a de repm'acion que en deshacerse de los que
podian t1isplIlnl'lc h dictadul'a fIlie de hecho ejercia. Asi,
I'epl'cscnlando (el :31 de octllbl'Cj conll'a el aumento f(lIe pOI'
el decreto del ~:1 clebin dal'se al ejél'cito de resel'va, no se
limitó Espal'tel'o el mosll'a1' los ineollvenielltes de aquella
disposicion, sillo quc, repl'oduciendo los cargos y empleando
la misma melúfol'a usada poeo antes pOI' su antiguo COffi-
paüel'o Seoallc, se ensalló contra Nal'vaez, diciendo,-«Este
ll¡;cncl'alno tielle á su favol' mas que la parcialidad de los
))(1ue le han exaltado, pel'slladiéndolo qlle ya tenia plumas
»para volal' ,l) El tono de aquel documento probó que sn
aulol' pensaba mandal' el reino desde su cual'lel general de




G2 ANALES DE ISABEL ll.
Logl'Oiio, é hizo vel' al gobiel'l1o qne, á los embal'azos que le
opllsiemll hasta entonces los enemigos que le intimidaban,
se agl'egUl'ian en lo sucesivo los que le su:>citaban los ami-
gos que \wetendian dil'igirle.


VCllt<ljas en la guel'l'a habl'ian qllizú atr'nuCldo los in-
convenientes de la inlervencioll del geneml en los negocios
de la paz; pero, como en los de la paz, habia e1l los de la
guelTa desconcierto habitual, l'eYeSes que abatian y triun-
fos que no 3lenlaban. Cuando, en fin de setiembre, se pa-
se3ba ES¡l3l'lel'O pOl' bs ~lerilldades y la BUl'eba, el bl'iga-
dier Me¡linilla, que con ulla brigada de la izquicrda estaba
encargado de ohservar ú CastOl' , hizo un Illoyimienlo de la
Cavada ú Solorzano; y si ú consecuencia de él se l'eplegó el
carlista pOI' de l)I'ol1lo de lbmales Ú J\mpucro, desde este
punto pUllo JI1a~ fúcilmente recogel' la ¡'osecha tle maiz de
LUI'edo; adelantal' de nueyo, cnulHlo retrocedió Medinilla,
destacamenlos Ú Villacal'l'i(~do y Selaya; reparal' en se¡;uida
el antes destruido puenle de Udalla, é inyadir uesplles cn
pel'~ona el valle de Soba, para llamar alli la aleneion y fa-
VOI'eCCI' asi la marcha de Can'ion y lhlmascda, flUC acccha-
ban la ocasioll dc ,"OIHI' Ú Castilla, El Iti de oclulll'e, em-
peiíaroll Caslor y LUfjui, con el bl'i¡,atlicl' Caslailcd", una
aceioll, á favol' de la cual pudo i\ledilliila apot!eral'sc (cl18:
del puente de lJdalla, que inccndio, y (el 21) Castaüeda de
la tone all'illehcl'ada dc Quintana, de que hizo l'Cpal'al' lilS
fOl'tiflcncioncs. Ponrlel'áronse, segull coslumlH'e, e:-tas ven-
tajas, y se SllpU~O f¡'uslrallo con ellas el I)('oyeclo tIc Cas-
tOl' de apoderarsc del valle tle Soba; ¡¡cm, retrocedielldo él
á la Neslosa, se eslendió desllc alli hasta Colinlll'es, aprctú
el bloqueo de Lal'edo, (IrCl'l'ló (; hizo efectlwl' la quintfl ¡,(e-




UflRO DECIMO SESTO. G3
neral de Vizcilya. y cmpezú los pl'eparnlivos para forlificar
iI Ramales y GUl'iezo, tIlle dcbinll mas larde sel' teall'o de
grandes aconlecimientos.


Llamando cntre lanto la atellcion de Espal'tero la ocu-
pacioll de Sangúesa por Tal'l'agual, los ataques de éste con·
tra el fuede de la mi sma ciudad y ~I\S cor)'erias sobre el
Alto ;\r3F,Oil, el llloyimiclllo rú pillo ele 'Ial'oto húcia Este-
lIa, y la coincidencia de los de Call1'era sobre el Jalon, hu-
ho de correrse á ;;u Llel'ccha el ¡jefe cristino, y deslac3r una
pnrte de sus filrl'Z:lS de Logi'oÜO á Cabhorl'a. POI' sus in-
mediaciones anH'[HlZnh" pas:lI' el Ehro ,'Ierino, I!pga¡]o á la
snon con :\l<1¡'olo Ú Navarra \' acantonado en A1Io y Dicas-
tillo; pero como lhlll1asl'lla hiciese iguales demostraciones
liellado de Traspallel'lle, y ~lal'oto se moviese de nuevo
sohre Ah\\a, E~p:1rlerO yolvió oe Logl'OIIO á Raro, y es len-
diú sus tropa;; de Casa la ¡{Cina Ú Olla, esperando pOLIel'
cubrir COH ellas los pa~os del Ebro desde Calalto)')'a á Ci-
Ililpcl'h\ta, y de alli aniha con las tl'opas de Rihel'o, acan-
tonadas desllc ~Icdina de POlf13I' Ú frias, Las de ~avnrra
debian at!e;m;¡:; oJ¡~el'\';¡r á \Ie¡'ino y los vallos desde Ca-
(ahona ;'¡ tOllo:,a. El ~!., hurl:mdo la vigilaucia de unos y
otl'OS, ~c descolgó de la Solalla el vieJo cUI'a COIl mil y qui-
nientos infantes ) l!'e~cielltos cahallos, pasó cirio pOI' en-
tre aquellas dos eiudatlC's, y Illal'chando en seguida, por Pl'a-
(I('jon y el Yillal' (le .\l'Iledo Ú TncIcli'!la, se encaminó de alli
pOI' la si,')'!'a de Y <),ngnas ú los Pinares. PO)' una coincidencia
notahle, cruzó CII la noche aulc)'io)' el mismo ['io pOI' lt'cio,
en direccion ojlllP~la, un destacamento faccioso de la Sierra,
que, perseguido y hostigado CII clla pOi' Rodl'iguez y AI-
bllin. volvió ú ]¡usca¡' en la orilla izqllipnla el apoyo fllle




64 ANALES DE ISABEL 11.
iba ú darle Mel'ino tI'asladándose á la derecha. Para pasar
á ella igualmente, maniobt'aba al mismo tiempo Balmaseda
sobre Puente Larra, y hubo de Cl'CCl'se I'ealizado su pro-
pósito, cuando, para opouel'5e á su l)J'ogl'esos ulteriol'cs, se
vió á Pllig Samper ponel' sobre las armas las tropas ten-
didas desde Cubo á Bl'ibiesca, Cenado pOI' este movimiento
aquel cmnino; fnlstr'ado Otl'O esfuel'zo flue tentó en seguida
desdG Osma de Losa el guel'l'illel'o, é informado éste \le tlue
su eompañel'o Merino llega ha ya ú tiel'l'a de Soria, peus6
podel'le scguir por la misma via, y para tanteada ~e cOl'rió,
a los Al'cos primcl'o, y en seguida á )Iendavía.


No habiendo pOllido impedí!' el paso de ~¡erino, debía
Espartero emplear'los medios convenientes para pCI'segllir-
lo y esterminal'lo. Pero, pOI' ulla fatalidad que se repelia en
tOllas las ocasiones semejanles, y que pal'ecia pOI' tanto
consecuencia ó efecto de un sistema lijo, el general desta-
có solo contra la nueva espediciou al l.ll'igadicI' Hoyos, con
dos mil infantes y doscientos caballos, y aun esta fuel'za no
salia de Calahona hasta el 2t), cuando los enemigos, a euyo
alcance debia COl'l'el', lIeraban dos días de dclalltel'a, Asi.
cuando, marchando rúpidamenle, lIegaha Hoyos (el 26) ú
Vinucsa, ya illerino se señol'eaha en sus antiguas gmll'idas,
desde las cuales ohligaba al comandante de la sierra Rodri-
guez, á I'eplegm'se sobre su cual'lel de A.l'anda, tauto mas
apreslll'adamente cuauto que el gucI'rillel'o Xozal, pel'sc-
guido antes por' el en la misma siena, cntrilba 1'126 en Se-
pulveda, el 27 en Riaza y amenazaba con una diversion pOI'
aquel lado, El 29, saqueó Nozal á Atienza, y el 30 Calonge
al BUI'go de Osma, con lo cual Rodrigllcz se resolvió al fin á
salir ue Aranda el 31 , con setecientos infantes y ciento cua-




LlBRO DECIMO SESTO, 65
I'en[a callallos, en oca~ion que 'Iel'ino, alcanzado y mal-
trata Jo pOI' Hoyos en el monte de Bclviesll'e, se llejaba
cael' á ~\I'anzo de "lie!. Rodriguez, (llIC acampó aquella \lO-
che Ú IIIW Icglla de él, ma¡'chiJ (el 1.· de noviembre) á su
encllentl'o; pel'o, mientras, creyendo seguil'lc los pasos, se
encaminaba el cl'is[ino ú Santo Domingo de Silos, el cal'lis-
ta torció ú Cillel'llelo y, atl'avesallllo la C3l'l'etel'a pOI' Villa-
fruela, tomó (el 2) la direccion dc Valtanas, y de alli (eI3'¡ la
de Castl'ojel'iz. El 4, pas{¡ á ~lelgal' de Fe1'l1amelltal; e15,
slIbió hasta Hel'l'cra tic Hio Pisucq;a; el 6, á Canuuela;
el 7, torl'ió á los Cal'abcos y (el 8) pasó el E!JI'o por la Al-
dea con dil'eecion á Soneillo. RoJriguez, uvanzndo en su
seguimiento (el 6) hasta Pamplicga, tuvo filie hacel' nito en
aquel conHn de su territOl'io para volvel'se ú Lel'llla. Hoyos,
salido el mismo dia de Burgos pal'a Villadiego, 5iguió hasta
los Cill'ilhcos y (el 8) pasó tambicn el Ebro cn alcance del
canónigo, Este, faltleando el monte IgeJo, se aCeI'cuha ya {¡
Sailcillo cuando, iufol'lnado de qne Hibel'o habia llegado á
a(luc] punto, hubo de rdl'ocedel' desde luego hasta Espinosa
de Bl'ieia y de de;-;colgal'~e en seguida húe!a Polienlcs. Alli
supo que Hoyos I'cvolvia sobre él; y no pudiendo valleal' el
rio, muy crccido á la sazon, se bajó pum pns~Il'lo al puente
deSanjbrtill de Line:;: cOI'l'ió de alli á las tOI'as y, tOl'ciell~
do al sur-este se ellcaminó (l'! 10) á la Brújula, ¡ltl'avesó
alli la carretel'a, avanzó aqllel dia hasta San Juan de Orte-
ga, y al sLguienle se halló cn Sal¡.;uero, en el centro de la
sierl'a que abandonura Ollce dias ante~,


El mismo sistema ([tiC ~lerino eDil Hoyos en Caslilla, se-
gllia eOIl Espartel'o i\!;II'Oto, cOl'l'i(~n(!ose sin descanso dtl
Vizeaya á Alava y de Alava ú Nélval'l'a, y el misll1" en Na-


10.\10 ·VI. !l




66 ANALES DE ISAm,L n.
varra García con Lcon, sin quc illlcrl'llnlpicsCll la mü;10to-
nía de esta situacion mas flllC las vulgares peripecias de
recíprocas sOl'presas Jl~\l'ci"les. Pel'O ¿(lllé "alia (PH~ Ull des-
tacamento dc la gual'llicioIl dc Bilbao incendi,l~;:' \ el 2 tic
octubl'e) una fúbrica de PÚL'OI'U (ille teliian lo~ cal'bUs eH
Dima; que Tan'agual hiciese prisioneros (el (j) , ú ¡'aH»)' (k
una estl'atagema muchos milicianos de Sangllcsa; que el
cura de Allo al'l'ebatase (el 7) de las PUC¡'\as lle Logl'ülio
los ganados que dcbían pro YCel' Ú la suhsisleilcia tle su
guarnicion, ni que los carlistas ,le Gui púzcoa pu"ie~cll (el S)
fuera de combate sesenla hombl'es de la colnmn,t CUIl que
ocupúra O'dOllCll el \l1i~mo día las alturas de ()ya,'zun?


XaLla dchian importa¡' tampoco ell tul silu~(e¡()¡¡, y ea
nada se J'esolvict'on , cn efedo, lo" pi'O~ji'esos q\l~ hizo pOI'
aquel tiempo =\Iuüagol't'i en el alislamiculo y ol'galliwc;oll
de los uesel'tOI'CS que se reuuian b:ljo s:: hall!ll'!'a. El ;2,-) de
setiembre, puhlicó en S~ll'l'C el campeon <Id 11111'\0 p!Ii'[idu
lInaproclama, anunciando su próxillw ll'<ls!,\eion al lel'l'il:l-
rio español; pl'omeliendo pagar al conlallo cuaulo COll:OU·-
Ini:.:se; aS8guI,t\l1tlo tener palla cll f) los ln~di()., ncell:"Ji'in~_:, :'
tendiendo una mallO amiga ú los que Sf! a:.:oci~\:'ell Ú S/I C,\lI-
sao En seguida, el scel'ctario de b janla que de Clni~~r\\(i0:;
libet'ales de las provincias habia compueslo .\ma;l el ;la) () -
na, pasó ú San Sebasli::m ú confel'enc¡,u' eón LOi',! lL\y )
con O'llollell sohl'e el mOllo de yeriíic<ll'la ('llll',¡J.l de ;,q;¡r-
\los auxiliarcs. El COlllOllol'O illglt':; ]H·O¡;W'O !]li!' \:ili·Wi!()l'l'l
se establcciese cn Guelaria; pet'o, 110 a\i¡Jil~lld(j';I' ell't¡el·j,;la
ti encerral'se en las h.:mli(IItl':1S de un pciton, lli (hlolleH ;',
que aquel pisase el tCI'l'ilol'io de su mando, el resul(,lllo de
as conferencias se ¡,('(lujo ú que ¡os ingk'és sn:;,;ni,;:l,¡;,.Cil




LIBRO DEC:~JO SESTO. G7
armas ú los cspcdicional'ios. :\IcJ'ced á la infll1cllcia del
marr\I1('5 (le la ,\bmed,l, aht\'t;~, de! condc de Villafucl'les
y de AllilllJ, gaipuzco;)nos, miei1lhl'o~ de la junta de Rayo-
na, la fuerza aseclIdia ya ú mil y (loscien~os infantes y sc-
~cllta caballos; mas, siendo muy disp~lldiosa su manulen-
cion ~' escasos los fondos que para ella l'emilia iI'l'egnlal'-
menle el gohiemo, se I'l'so!yiú (¡lIe :)lnlwgol'l'i rntl'a~e CI1
bp,u-I:t [l0l' :\"',<1I'1'a, ~a que no In i'()Il~cnlia O'Dollell pOI'
GHipúzco,\, Al accrca\'se Ú Yakúrlos, eI.J de novicmhl'c, 11'0-
pez:) d fue¡'i,;l,\ ell aqiic1!a f¡';l!ltCi',) cln las mi~mns dilicnl-
Ii.Hies q:H~ !e n1ejaban dc la oll'n; lllit~:úse!e de ÓI·¡J(:)I de l~s­
jl¡,rle!'o j,\ ('nlnula en el fuerte, y hullo pOi' lo tanto lle yol-
H',V~ Ú SalTe con los i't~slos (k~:lll)i'aiiza(los de su tropa, re -
tlucil;,t Ú la mitad pOi' la descl'cion, El gcnc:al cspaüol Júu-
1\'gilÍ, :m!irn:c Pl',)lcC[:ll' de ~q¡¡rlla C::¡Il~a, el corollel ingl(~5
C/)l;,~"¡i[l!l y otrü:; de ~us co:njlall';;)LLi qlu~ acompail,u'dll la
p;,;pt\litinn, ~(~ yolvj(!i'nn al inisl!10 tit!¡npo ú San S(llJ~isli:.ln.


:\0 produjeron m~1:i fruto 011'05 :;¡¡ecsos que pasaban ('11-
[¡'e \"nlo en el campo ellcmi;;o, En el, como en el cI'j,:\ino,
en la d:l'lc ¡lInllll!;!i;le dd Pretendienle, CO;;lO en la residen-
cia iija de la l'(~iil;l :<: sobi'ina, se agilaban i1;,ú,¡l~~, aUl1eplP
(1pli{'~llJ~, e!ell1cnlu, lle disconli,l , y se nnl .. kll1 los mio,lllos
<ulcmas (le e,;ei-,¡till, ~~¡, eJl ),iadl'id, 1111 puí'i,H!O ¡le [l1l:1l'Iíllis-
t,u oacl'i!k,dJa L\ ;~I'o:;pci'id,ld y el )'('[10:;0 de doce millones
de haLil,wles al de~eLl dt' "Cí' p:,Ii\lÍfit\\do SlI sistema de tras-
torno" tilla c¡lll1:llill" feroz :,- C::l¡'IPilh sofucalJa en las 1)1'0-
,iucL\s tG~:o ~cnlilllicnto (L~ CJl~:..:~~¡~~eion , t:~(ln idea de p~~o­
~~':'l:SO rae~onaL El L1idi:3L-';) _\ri~1'~ 't\j~liro, el fl'ail(~ Lal'l'8ga,
tO:lfl'~Cil' (le lloil CÚl'h:, el illíh;ye!lle dCligo L'lF:\'cnía, no
~atisft'chl)S COil <¡tH~, voh ¡ese E,~,p~l]l~\ ú 10:3 licinpos tic C:ár-




68 AYALES HE ISABEL n.
los In, se afanaban por hilccrla ¡'ctl'ocedel' á los de Cál'-
los II, Y llescal'gaban su cólel'a sobre caL'listas que querían
pcrtenecer á SIL siglo, como los progl'esistas descaq;ahan la
suya sohre cl'istinos que querian pcrtenccc!' ú su patria,
Zaratieglli, Elío, Gomez, Egnia, J!adl':Jzo y Vargas cspiaban
en prisiones mas ó menos dill'flS el cl'Ímcn de sentimientos
gellel'osos, que sus pel'segnidol'es calificaban de inspil'acio-
Des liberalcs. De un hilo, como la espada de Damocles, es-
taba pendiente sobre la cen'iz (le algulIos de a(lucIlos prc-
sos una condellacioll capital, pt'ovocalla pOl'los amaüo,;, dic-
tada por el odio y la cnvidia y Ú plinto dc sel' sancionada
por un despotismo brutal.


Huyendo de la pcrsecucion a que, en los paises ~ornc­
tirios al gobicl'no tle la rcina, estahan cOIHlcl1'1dos lodos los
que no pertenecian á la pandilla dominallte, habia llegado
poco antes al terl'itorio cflrJista el arzobispo dc Cuba fl'ay
Cil'ilo de Alameda, qne, pfll'litlario en vida dcll'ey Fernan-
do de su hel'mano don Cúl'!os, ejcrcia desde entonces sohre
este pl'incipe toda la innuencia que es posible adquil'il' so-
Ll'e hombees limilados y tcrcos. Vió lllcgo el reeien llegado
la necesidad de alejar {\ Sll soberallo del bOl'de del pl'(;cipi-
cio á (¡nc ya le lanzaba el dcslumbramiento de su~ COlh('j(~­
l'OS; y, enseüado á maneja!' fl'ailcs, y tlotaclo de cierla tlcxi-
bilidad de cal'áctcl', empezó {\ trabajal' en su propósito.
P,'ro el taclo del arzobispo, su dlilzura y sus húbilos pala-
ciq;os se eslt'cllUl'oJl contra la o]¡stinfleioll fanútica de sus
adversal'ios, que, seguros llclasccnrliente (IlIe ejc:'cian sobre
su amo, y del placel' que ú éste causaba la intolerancia re-
ligiosa y política de que cllos haei~\Il alal'dc, I'ompic!'oll con
el que se presentaba como apostol de (Mas doctl'infls , : le




LlUllO DECOIO SESTO. 69
llenaron tle di-gustos y cle humillaciones. ~o cejó pOI' eso
el fl'::li!P, y sin mo~tl'al'se I'C5L;tltitlo, pensó en Yengal'se de
los qlle le maltrataban, proporcionálldose eontl'a ellos un
apoyo en Ilila !l1!!)J<;I' flue ll(; muy antigllo lc mo~tl'úl'a ulla
IJellc\okncia e~peeial. Desposado eDil ella don C(u'!os desde
priucipios de fehl'el'o fuó fúcil r1ecillil'!e ú que consintiese en
~ll \inf'c; y la princesa (le Bcira, (Itle cuidaba en SalzlH\I':~o
de la ellucacÍon de los hijos de su nuevo esposo, partió
aeompaü::Hla del mayol' ele ellos para GuipÚzcoa. La ti'ave-
sta el'a dificil, pei'o la pl'oleccio!l de! gabinete austriaco
allanó los prime!'os ol,stúcu]os, y el diacl'o SUpCl'Ó los de-
mas. Con el P:1S<lpo¡'k que bajo nomb¡'cs supuestos pidió el
p¡'íncipl; de \[clernieh ú la emh,ljatla fl'uncesa en Viena,
llegaron sin ll'OpielO la p,inecsa y su sobrino á lasfl'onte-
ras cspañol,ls, dmhlc los aguardahan contl'abanliistas vas-
cos, cllcal';"allos de proteger Sil paso. El 16 de octubre, do-
iía :'lal'Ía TCI'csa, vcstida dl~ al(leana , llegó de 13itlal'l'ay á
Elizondo, domle se le incol'pol'Ó luego su entenado, que
huho de penetrar por otra via. Juntos marcharon en se-
guida ¡'¡ Tolos a y de alli :\ .\zcoitia, donde (el ::H; se ratificó
el matrimonio, celehrado antes pOI' poderes en Salzburgo.
Se esperaba Ijlle con flqucl li1otiro sel'ian puestos en libcl'-
ta¡\ los genel'ales jWCSOS; pel'o las gl'acias se limitaron al
indulto tic rut¡na dc llls I'COS de delitos comunes y á la I'C-
lHlhililacion tic algullos ofi~'iales de poca nombradía, ca idos
en desgracia pOI' otros motivos filie sus opiniones políticas.
La \legada de la prinecsa, flue las l)I'ovincias saludaron con
el nombre dc reina, no prodlljo, puc~, val'iacion en el sis-
tCllla de la COI'te provinciana,)' el desconcierto continuó
allí bíljO la int1ueneia. de los apostólicos, como eontílluaba al




70 ANALES DE lSABEL IJ.
otl'O I:ldo del ELl'O, Lajo la influcncia de Jos amhicio:,os Ó de
los anarquistas,


La diplon1ncia CSjlZlllOb l:elJia <1¡!I'oveclwl'se del p",o
de la princ¡;sa pal'a dil'igi¡' al gnlJinetc fcances rJ!lej:ts SCll-
tidns, y arrancarle, por vía de satisfaccion, pl'Ome:;,IS si liÓ
SOCOITOS. El marqucs dc :\Iil'a!loi'es, (í\w con cl c«¡'úetcl' de
embajallor acaLaba de rccmplnz:w en Pal']" 1I1m i nislm Il1~U'­
qucs de E~pcja, se (¡nejó al conde 'rolé ,le la hO:·lili(hlil f[UC
el gahinetc pr'csillido por d hahia br.:cllO ::1 gohil'l'110 de la
reina, no impillicndo la cnl¡';llla de arlHcllo:> Jlel'~f)ilag('s ('11
las Ill'Ovilll~ias. :\Io!é, y aHIl SlI mismo re}', :,!'ecl<1,'oll miraI'
eon indiferencia aqucl aconlN'imietllo, fine c:lIiíicaron llc
iJlsignificante; pCJ'o '\rii'al1ores, (Ille a~1l1 no S:dli,\ lo (¡ne
pflsaha {\ la sazon en ell'cal de clon Cúdos, lo juzgú de otl\\
mm1Cl'a clwndo (cl2i de octuhre) dijo ú su ~~\o~Jici'ilo.-:( Al-
>H'cdeLlol' de! Pl'etendi('nte hay dos partidos, el modcradu, á
»cnya cabcza cstá el padre Cirilo, y e! c'éaltado, de que es
»col'ifeo Cflbt'era. El Austria y la Pl'llsia favol'p,~I~ll al pri·
)¡met'O, y la Ft'<\neia !lO lo contnll'Ía. L~l Rn-ia propcnde nI·
»!)0 por cl segundo, pero sin chocal', Iloy preyal¡'ec ('stc, y
l)mienlras asi sefl kl) IHWO r¡IlO kmel' ; pi>ro si triunfa el
»otro (y la princesa (le Beil'lI parece encargada (le cqfl mi-
))sion) n/lestra c(11i~(t ('sfarirl en Uíl /J{'lir/ro i:!illiJll?ilt('.»
El emhajadol' f¡ne en teoría juzgaba aCCl'tntlallh'ilte dl\ la
sitaacioll, pues la princesa llevaba cn !'calid,d el CtlC,u'!:)o
de amansar á su esposo y de inspíí'al'lc sClllimipntos mo-
derados, cscribIó inmeüialamelltc al unqnr (le Frias demos-
tl'ándole la cOllYcnicllcia de insistil' sol!l'p el cumplimiento
de lil~ eSli¡lUlnci()ll('s del ('uúdrllph' ll'atarlo, y ha:"la d(~ ame-
nazar con la deshonn1 Ú bs l¡!lQ se rchll~a5en a panel' de




71
::\1 p;ll'le lo'> mCllins lle 1I¡:ynrlas Ú efecto. Estas i!lllieaciones
c···~nl Lu) .¡~L:,t{1'-~ (0::)0 L~n:iz i\lí:1 l~l l'csi~lcnci[\ que, á las que,
~\\ll[)I'¡LL» JI::!' :.'l¡J~, ll:;:D lue¡';0 al gobierilo fl'ances el mal'·
(ji';'; .;;. ;¡¡ ¡¡11¡)¡'e~, (l¡Jt¡~iet'Oa el .r·U!"i~ i¡;(,l'ol'lIrion de
'.¡¡'.' d(;, )' ia l'e~(,l'\a de L:iis~<c¡ip~, espre~ada pOI' la
li¡,di:,!'<\J¡:,; r,';¡'::wb ¡!C-("i'o quiel'o cmpellal'me para lo fll-
1,,';;1'0.


:'.;'11'.10 i\(":e.i~ll'i:¡ :HI,i',U' CUH:iUelO en alglllln paI'te y ate-
ll;l,\:' d ;-i;:!)l' (~;, LI:, l'e¡dirL,:]cs CClll alguua n).;ratlnblc ilusion,
"c ej:!'i);! lo,; oj:h e;) ia~ t:oi'lcs, ([ue, convocadas para el 8
ti ' lU\¡(,!!1i¡;'I~ "L .. iú la reina ell a'lud día. En el t1iseUl'so
de a¡;Uli'l'j il) ~c illllli1ciú que se prescntarian p!'oyectos de
ley ~:;l)i'(~ ~\y:l!lI,lmi('lll()s, dipulaciolws provinciales, esta-
lJ¡~"ilU;ctl\:y \11' i~\sll'llCcioll y beneficencia, libcrlatl d.; im-
]liTlll:l, m::i":,l nacional, rectificacion del CÓlligo mercantil
y !llejl;l'éh en el ónlcn jllflicial, y se solicitó la aprobacion de
b IjUiilla de ctu\'cn(a millwlI1bl'CS y la l'equisicion de caba-
llo:" i'j() \li\;I\Ú lk p!'CSUp\lí~stos, de trahajos pendientes para
nwjill'iu' Ll c(l!1ilieioll l1(~ los I encllo!'cs (Ir la deuda y, segun
Uc'él, jW ,;{' t''iC;l''C¡lron J¡¡~ promesas, las exagel'aeiones y
LIs ¡nhlllt',:Il"da~. Dió,e importancia al ¡'ccollocirnienlo de
h Pil~~J'I:\ OI')lllail:1 y ú la circnnstaneia dc haberse este ob-
lcnÍ;!o 1'0[' la mcüiacioll CSclllsiva del embajador de lngla-
[\":';':1. ~',r: C~ l)i';~';':J h:\bl'l'~e mandado a los representantes de
E'i¡nií:\ (':1 Lts Corl',os aliallas ¡'eclama!' una mediacion
fUl'mal con b:i pntt'ncias que no hahi::m reconocido á la l'ei-
Ila, IÍ /in J:' (j('il)'rir rí {or!i/ violClcian dl'/ drrecllO de gen-
te.,; ~;c U',lló tI;> cOlllt',Il'l'stai', eOIl I'spcral/:as de mejoras
b 11l:1\hW'ia del tlc~asll'e tle I\\l'Iliilas, tic que no se juzgó




72 ANALES DE ISABEL 11.
oportuno hacel' mencion esplícita; se ellsalzal'oll los sel'\'i-
cios de la milicia nacional, sin hablal' de la parte que habia
tomado en los recientes crímenes de Valencia. Tampoco se
hizo la menOl' alusion á estos cl'¡menes mismos, ni ú los de
Alicante, Murcia y Zal'agoza, ni á las reprcsalias, ni al es-
tado del ejército, ni al del clero, ni á otras muchas cuestio-
nes que necesitaban una decision especial y Ul'gente. PCI'O se
reconoció ([ue «el comercio sufl'ia los males consiguientes á
la siluacion del pais)) y halllando de la hacien\la se dijo:
-«Las rentas publicas son cada dia menos suficientes para
"cubl'ir las atenciones, y los recursos esll'aordina¡'ios que
~concedisteis ,qcncrusamcll te pam llenar el délieit no han
))podido realizal'se.» El disclll'so de la cOl'ona fué, pues, co-
1II0 todos los Ill'onUllCiauos durante lt'es atlas, diminuto y
prolijo al mismo tiempo, abyecto y jactancioso, :lnfibológico
sobl'e los puntos que impol'taba aclarar, esplieito sobre
promesas que no se podian cumplir, tan falaz en fin en lo
que decia como en lo que callaba.


FIN DEL LIURO DECI~vlO SESTO.




BARON DE MEER, CONDE DE GRt


:\at 10 en 8i.lrcell)lIa pi 11 tic enero dr 1787, Y c:-Hl'O ti ,;('rvir de c,,(ktt' f'[¡ t'i.
~{'gimirnto dI' Guardias "-alotlíh en i79~. Cuando i-i.apoleon sr apodt:ro por
~Ol'prp,~a di' la~ prin:'ipale:-¡ pinzas fllerte::; de España, MI~t-'r :-t~ haHaha eon !-u
1'I'¡;imit'nto t!n n,HI'(I!oua, y hal'Il'I1do iU!.Pllfado huir disfr:ll:/ljo {'Oll o/ro,"; ]0-
H\nt'~, fUI' sorp!'t'lIdidn por los lralJe('~t's ~ hecho pfl~iorlí'rt" ('i: ('U~ u ('~¡ado
de c;lIJthidad pcnnal\('ció durante toda la l;1H'rl'3 lk la lUllrp"lId,'[\cia. Yurl-
lO a su pai,;, (In .~i::t ohtuvo el grado lit' rapitan ¡le la Gnardi,] R(~aL y!l(' rc-
~llltil ... d,~ los :">\lI~I''''O~ ¡lt-17 ¡Jp juHo de t~22 ('11 Madrid se le dió- rl l'('liro: pI'ro
l'lltró de nue\O eu d ~(,J'\'kj() el ailO :W pa,soJldo a f~at;¡Jlljl¡1 á !;¡:- óldeJiI's !!c!
conde de España, A la nnH\l'tl~ dé Fr~l'lIafltlo VII el haroll de lJI'('r ~(' h:j!l;\hi:t
d{~ l'oron('1 dpl4,o re~imi{'nt{) de G!lardias y hrigadier d~, inlal1lt~na, ~ habhin-
do~e ¡JPI'idido pUl' la (':III:-;:! dI-' la fein.l, fu!', de Jo:; prim!lro~ qne ~ali\',()n a
1'omhatir lo.;; partidarios de flon Cárl(\~. Prolija ~\~ria Hila rl'lfl~lfIn de lod,l:-- ¡¡i~
haulllas, ¡'llruentros ~ ht'cho~ Ik armas pn qUE' ,~]f'{'r St~ hailó tillr;ml,~' la f!1It'f-
la ri'ti\; liaste decir que ('H toJa ... lIió prllcha'i de v.dor y CiJf'ill'it1a¡1. y HlU~
prineipalmcnl" en la d.· Luchana, qlle ,ahó la plaza de Uilb,lO, El baro"
tie I\o1p,rr por su ... sen idns ha obtenido los grado:-; :;'lIcP:-ho~ has:a el d~ trnif'utí'
~encra] qlw es hoy, "arias c(Jndec(¡racionf's~ ~ ¡'l lltu!n di:' I'Olldl' 1.1(' GI ;'1. Ha
¡Jpsemp,'il:H}O rn:Hldos iJllJ10f'LITlIl'~! t'ntr~ eJlo~ t'I ¡k g("[¡('rai I'Il gdt~ del Prin-
cipado y rojérriln ue Calalulla duranl\; la ~uerra y :::t('[u:;imcnll' (WUP;¡ lU,o¡
(dala l'O ,,1 TriuulI:.d Sllpf(\tnO ti" GUt'rnl y ,rarillil. ~ tIl) ;¡~jl'Jlt{) cllel Sefi:Ldo.




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,',[. li l ,






ILBlJUO DI~(jn;O S Ig'ITtIo.


~I)rtl':o'. -D¡-;rll~iOIlCs apa.:;ionadas y cstl'riles.-Enmiendas~· atliriol1rs.-Propc-
;:;idon de S;'oanc contra c1 conde d:~ Tore[}o.-Es apyohada. - Db.f.'tlsion de la
rrspul'sta al discurso d.e la Cnrona. - Yoto de ccnsura.-Correrióls y rstragos
dr las handas rarli~tas tic Calaluiia.-Insuficiencia de su pCl·srclIcion.-:ne-
(lidas ,io!en{¡ls adoptadas por el harnn dI' Meel' -Silio de Caspe; lnánlanlc
Jos carlislaio) á la aproximaríon dd ~cBcral .-\~ ('rlw.-J) :-.ignios y mm"imicntos
de Cabrcra.-Atrocidades~' represalias en Valencia, el Bajo Aragol1 J"la rihe-
rol dd Ehro.-llando de San ~1i~Ilt'1.-Coniltos de insllrrccrion ('n yaria!'! oc las
principall's ciudades de Anclalul'Ía.-CórdoYiI ~ Nanat'z á la cabrza dr rste
moyimiento.-Cambios y combinaciones ministcria1cs.- Formacioll del gabi-
nrte PrrCl. de f.astro.- Estado de la guerra.-l"rcc\lf'ntes, san~ri('ntos l' f'sté-
riles combates. - }Ial'oto y don Cúrlos.-I'rústrasc el objeto de la "¡>edicion de
-'fnñagor.ri.-EI conde dr 'Espafl:l ('n l:atalllña.-SuhleY(lrion en Alhucemas.-
Pro~eclo matrimonial y lrata¡lo de comercio.-Inraparidad del ministerio pa-
ra hacer rrrntr ft la an¡rustiosa siluacion del país.


AL reflexionar sol}l'c el tenor de aquel documento; la
ver que en él nada se indicaba que pudiese disminui¡' UllO
solo de los males que afligian al pais, pareció indiferente
tlue se compusiese de este ó de aquel modo la mayoría de
los euel'pos legisladol'es. Mostróse esla en el Congl'cso (el 9)




71 ANAU:S DE liLUmL 1I.


e~_~!:L>a Ci;1C'U!:n~~l qHC1 L~_yO ::;:~ t'O!~¡:;:'t:d:;l' i.'~ r:'(\~!nl~i,~il\ ZiI-
ll~~\L·,c~~i'i'L'!!li. PJi' L!:13 l>~lSi igu~d di(~ ;'enl'i:\ di.' Y;J!~)~ (it'i'un
1:)::; F!f)J~·;';;,.1~)~ n~Y¡l~:Ci'l'l'~'~l, ,J~lf!np dí: (;:Ji', t~"y y \rlnCll-


LalJ:ll'dil, y p::L' ]a ¡:!:.~l;na rn:ly,')~lia, li.i:-; s!~~el'el~ll'io:.; l~C:~l():):)\
f.Ia ,'., :-ul~" Gi:"lh1rt y ~,lt!l'n~ cnutra Luj¡\Il, Jii!('!Yc.", (J;iinto y
San;~,lt\.~z de la Fn~ll~tr. ~<~l prc~~¡~iido lH)l' -" nS(lf;~~O dp


Fel'natld~l~, l-_d~j, el C')¡i,~;: {!e ,Ti'~o ."" ~,~,'dl'a:lo, ~l'!c~~¡\l()~-i
!;~'lia!~HcDte c()n:)l',i!lo~ P/H' L, !n(Htc~~la~I:;)n d~~ Sli~, ()pin:oHl\~_.
L:1:"; pt':)~!i'e~c;!:5ia; ~)C (!c'~Cni':lIJ:~~~~!\)n c.Jntt':\ e:-::;I):"; il~)'H!Ji~l-
1'!i~i1lo3 :' l;¡~ ,1:,:1 i':c\s ú tille di"I'OIl hl!,al' halJl'inn compli-
c~ldo h~ ~¡lnl,~ion si t!~~ta pudie~je s:';!' !na:; (,J:'1i;!¡;~atLl. En
la fOl·H1:1eio~~. de la:; eOHü~iüHCS CllC~il'ga:las pOI' anl~)(),~ cuel>-
]lo" p~ra cslca:LI' la rc,:ncstí al Ji~~D;:l':) dd tl'OllO, ,;e
lllO:;ll'Ó mus mii'a:Hit;llto á la opo~icioll; pues Oi6/.af;'¡ y
~·~eo(lnp hicie;'o!1 lfHll!C de 1[\ cOillbion del cfHlgi'e:;o y C(\Lt~
t¡';,\'a y QUi:lt¡Hla de !a ddl S~:11[\d8, :Jlielltl'ns e!!n~ rcdacta-
(ilhan la CO~li~\sLlCion, aigull ;1iput:.rL.:s p~'¡)n)o\'iei~on cues-
lioi1l;s, (J irritanlc:; Ó c3tl':il]lOi'(¡!lCns .. \phu:co:J al'i':i'lcú Bc-
1I:1,,;'lc's l'!l la SC,iOil (Ic! 12, jll'opollien:lo quc c;e pidil'se al
;jO;'jel'110 U~la Ii:~{a de IDs diputado." (Ine hub¡e:;Pll (H.~I,lptado
tlnplc05 Ó cOILlecol'acif):icS, prH'~i'lC en rlla "jet'OIl los al-
]¡n;'olal!ul'C's de b tl'¡)Jllila un medio (;c elillliHilr ú c:;cl\lil' á
HilO ¡'¡ otro :llllividuo de la nWYOl'Ía. En la ,CSiOll del mismo
dia c\ll,,\t\l'ió .\avfls una interpelacion sobrc el cslaJo dc ~itio
eH ¡¡He se lw\l:tha Mallt'¡ll, y ?thrlin otrH ~:obrc Ji} ~i!n:1(;¡nn
d,~ l,j provincia de Toledo.




LHHlO .DEC_DJO SETC\íO,


FOI'mnlizóh rslc diplllt1:1n ('11 In ,cs:oa del 14, atl'ihu-
yendo Ia~ caht:nid:\!lc.' (jil" d~':m!l{,¡:) Ú la scp::1'3ciol1 de
~(H~Y(1eZ, {, (p:i~!;l se l'C't~i\'O dU¡'a:1U~ treint:l dill~ en ~Iat1t·id.
c~)i hf:ciH f'ldt;1 en Ca~;tilla la '''ú1ja, ~di.i()) ~ ;.r~,t~ quó BO fu{\
));¡!L',! Si IV) kH';:\ fa\I<1, ¡.pOI' ij\!;' ~;e le e,rpcll'ó de Tublo'?"
[-'¡,i:l" fUlld,\ la ú¡'!Iel! (!:Ida:\ :\¡n'y:w:: para pa~:al' Ú C:~:tilla
en la nece:·~id~:d tle cU:~~'¡i' 1:1~; pi'OYiJ1L'i~~s dt~ aqla.'l 1'2In~),
d:~:'~pues del d(',·:(·~:t~~~~:'0 de. _\Lti~. :'¡IJl1ifc:)t:') íj:!C en t.l)dü:~
105 pt~nt(j~. :n~:i~\ Ldt~l (~e tl'~)P~~~\ y (F!C no ~c PO(!i:~il en, j~u'
Ú e~tda H:~n 1:.1:; íT~c ('n iJ ~'~~,I ncc~: .. itah~L1: y conrt',-~tú~Hll)~'(~ Ú
In prOYi;l~'¡il de Toledo, aÚ'.Idi,') h{)Ilcl'~e tO::1~1Jü p:~11'a pro-
t('gc~'l~\ i!1¡\~1i~L~:~ (jt¡C !lO ~e podi~Ui pul;l¡Ctll~ ,vn;'~::,? no se
{r~s:},i'(((;;'(js:: (/ )'(1.', '~/!u,'[~:. L~i::, tl'iLun~~s yiC'!'Oll en ('~:ta re-
::crvael sLlbt~1.~'ftlJio habitu~11 de la itnpotcncia y pi'Ornt11pic!~()ll
c]] mUI'm::;!n:", Cll.'-;! rlldn~a e:~plosi()n hiz() lleccsari,¡ la in-
lervr::,;ioll fl'eCtH'lll:'IllClllc cf.ll','illle! pl\~:"dc.,[(~. Carahun-
tes, V,lltlló'; y \ayC1S "pGy¡¡ron yigOl'O:,¡¡Ilw:\te Ú _\hlrtin;
LOpCl, respondienJo á V"llgol'llera, que \1ahia di"ho set'
neccsal~ias alg~¡nas fUel'ZJS <::1 las i!uncdial'io1l2S tIc ;Ila-
¡]¡,d, dijo, qlle ¡¡pilirl'!:q ,111i el'a Illl illsalto Ú ¡(lo; pueblos
(ksatcndidos, pues c"na :ll!idlOS los que sc halLtban en el
Ini,ll1o e:so (lllC Tob!o. De,~pnc"de sendas ¡,eci'¡:11iDrleioncs,
se dió ~t'gllll IbO pOI' tel'l;~¡i:~:!a '" iulcl'pelaeioll de :,Iarlin
y :;;e elllpezó Ú tl',\lal' sohl'c In de ~:tYrlS que jE':Ii,\ rllCY,I!l-
laiiliculo del eslado de ,'¡lio, conlO cOllli'al'io Ú la libre Clllisiol)
de las opiniollcs tic los diplllados. OI()7<l2'\ ~o,lllvo la mis-
ma Lloclrina aunflnc Yallgol'll('l'a llllhicsc I'eeol'(lado ¡¡!le la
(:ollstiluc;on de 1812 naeiú l¡allúlldosc CalIiz en estado tle sitio.
Con C;;l~lS discusiones silll~,lcllIellle c:"tét'iles ó impci'lillclltcs,
alterilaron olr<ls l:1l (¡ue estalló la irritacion que existia enlre




7ti ANALES DE ISAIlEL IJ.
los quc profesaban difcl'cntes Jl!'incipios políticos, yalgu-
na en quc se revelaron los yel'lladeros motivr}s de cicrtilS
disposiciones del gobierno. T!'iltúnuose, cn la ses ion de! U,
cId ó('[len que se :Hloptaria con rcspecto ú los lIegocios pell-
dientes de la anlerif)l' IcgislatUl'a, se !'CC3yó sobre e! espe-
dicntc de clases pasivas, pesadilla perpetua de 105 )lJ'ogre-
sist:1s, r¡ne querian deja!' sin sueldo ú pcnsion ú algnnos de
sus enemigos. Xavas y Seoane atribuyeron el retraso (le
aquel espediente á conni"cncia de ~Ion que ~,en la scsioll
del 11) dcclat'ó calumnioso e! cai'go, y aun lo retorció COIl-
tl'a sus autores, actls:mrlolos de querct' ajll'es!1I',u' tilla lle-
cision, sin I'esp,~to á los derechos ::Idljuil'idos. Scoane, eon
su jactancia habitual, respolldió Ú ~lon f!Ue-«('II{f/U!O {{rvrrse
»!Nin[a (/Jios ((~ r¡dlldes,ij senicios como (:/, porlria
»!/olIIúl'i':lI'se IÍ Sil Indo, y 'Ion se contentó con apelar al
juicio de la posterillaLl, no atl'cvi('ndose sin duda ú rccOl"llat,
el qne ya habian 11I"0nunciado los eontemp06111cos solJI'e los
meritos tlcl gencl'al. Ellla misma sesion en qu~ se llalla el de-
plol'able espcctúculo de estas (!ucrellas, Vallgorncl'a, á ((uien
la coetúnea pl'oSCl'ipcioll de llluchos centcnarcs de inoccntes
habia valido el sobrcnombre de Iferodes, pretendió fundar
la reunion de tl'opas en las imediaciones de la capital en la
posibilidad de que Cabl'el'a cayesc sobre ella uespurs dc la
dClTota de Pardiñas. ¡Que situacion la de un gobiel'llo ohliga-
do á confesar que temia ver acometida su residencia pOI' un
fjllerl'illel'o! De grande ignominia sc eulll'ia dejúndosc atet'-
rar pOI' el rie;;go :-i este ~l'a cxng(warlo; pCI'O la ignominia
resultaba mayo!' si cra fllndado el recelo quc inspiraha un
enemigo á~r¡llicn se afectnha mirar como un gdc de bnn(la~
i ncl isciplinudas.




LIBRO DECDW SETDIO. 77
En la sesion del 15, se acaLó de desenvolver el sis-


tema fo\'!natlo pOi' la oposicioll para disminuir, o aternu',
o inutilizar la 1113) ol'ía, Scoanc y otros fOl'malizal'oll una
Pl'OflO~icioll para el nombramiento de Ulla comisioll de risita
qlle rxamilla"c el cSl,ulo de los sueldos dc cada ministerio,
l:.t dis[l'ihucion dc los illgl'csos del TesOl'o, In dCUlJa flolanle,
bs cOlltl'atas celehl'atlas ell los trcs ailOS últimos, las antici-
paciones hechas pOI' pal'ticulal'e~, cuentas, atrasos, gas [os illl-
¡1l'e"istos, conll'atos del banco COIl Hostschild sohrc azogllcs,
lihl'[llIzas de nll'ama¡', vCllta de alh::ljas de las iglcsias, y en
gÜllünd lodo lo I'cl:ilivo al estallo de b fIacienlla, Esta I)cti-
cion cra tan justa, tan confol'me al liCECO y á la cspeetacioIl
gencl'al, tan ¡¡I'opia para restahlecel' el hOllor del I'cgimen
I'eprcsenlativo, que haliria i'rltahil¡ta¡!o el concepto de su
autol', si, l'edactada por espíl'itu lle hoslilitlad coutl'a hom-
brcs notablcs del bando opuesto, no pel'diese por esta cir-
cunstancia parte de su conveniencia illtl'ÍlIse~a. Prcten-
diendo drmoslrl\\'la hlzolo SeoallL', con fOI'mas tan accl'-
bas, gene¡'alizo tailto algullos cargo..; que necesitaba cil'-
Cllll~(,l'ibil', Ci¡'CllIlSC¡'ibió lanto otros f(lIC le impol'taba ge-
Ill'raliz,ll', Sf~ ellc,u'lIizL. l,lIilo solll'e algunos, fIlie, Ú 110 Il1C-


\


¡'('cian censul'a, o !lO la merecian SillO levc, <[ue llió ú la pc~
tieion el c<ll'úclel' de una acusaeion, y le r¡nilo asi el pl'es[i-
gio de (ille su jIHiei" Ll I'olleara OI'iginarialllenLe. Con VCI'-
dall (lijo cn[I'e oli'as cosas:-(EI de';~\l'l'e¡rlo lL~ la admiuis-
nll'(\cinll es illll1ell.so, e~canllaloso, y nos lIeya llt'l'cehos á la
Htlina,» COIl Y(,l'dall se lI11C¡ó de la falla lle medios para se-
gllil'\a guc1'l'a; pcro ~;ill ycrl!."! al-LlIlió (!ue-( [101' esla falta se
)) hahi,m fl'ustl'ado operaciones militarf's pr1111e JI (e 1.'/1' 1/ le COIJ!-
))Úiilll:!US)) cuanLlo era lIotorio que no se habia combinarlo




78 ANALES DE IS.\JJEL lI·
ningnna. Con e'\:actiluu y preci~ioil dijo :-dlemos llegado al
»easo de qUl' los que dcliellllen la pall'ia .... carecen de lo ne-
))ecs~\l'io,)) pcro en lÓ;'111inos L.lnt!, n:as (~U:'(L~, cu~::l!o ~n[l:-; yu"
gos, aüadió -uy alm!sillo l:c::ll!1u \cmo; ¡¡¡il y íjuillicnt,¡s ó dos
¡¡míl sangLiijllcla3111uy llctws y muy repletas .... E~tas "Oll las
)Jque yo quiero descubrir y aplicarles una medit'iw\ pal'a (ílle
»)vomiten la sm¡gl'c quc han chupado.) Ui'lílilleió con l':\znll
los ~\li'¡¡SOS (lel cjel'l:itn ¡lel 2'\OI'll', t¡tle ,'lí lItl mes k\\¡:a ¡'(' ..
cihido el l1abe,' de ocho elig·;, elllc cinco en oll'O nH~S y el
de (,:<lt!'O y m2(\::) en ci !eí'cero. PCI'O, l! ';~J:1do lilcgo al oh-
jeto Y(,I'li~Hlf~r() de 1:1 pctic:O:i 7 r;.'c-,\y(\ :J)!J!'c las V~U'!:_¡~ji~)íleS
CO !'" 1"1:.1, -. lj P 'P.\l. 1'·'\ /' 1, (l' 0,1 , 1, dn.· '1'1 ),.~, 1 '¡l' 1',' lL~t!H\lUt1~ ¡-O. -.1_ tI. ~.~O ~'n l.1 ... ,d: .. d al,\ ,~L aZO,ylt.,., ¡le ,~' lC~ l ;)¡l
ltoslschild y dij(j:-:(~~,Ic acuc~'Jo (l~lC uu Ej¡ni~.ll'~), pOi' su
))IH~opia aulol'itLt:t, !'c!~~jú H.! cn~~t:'~110 .:()Ll~jr:~:; SO:)]~G C:1ya
»)llnJidn presen!~n'(\ tl:IH pl'opOS!eiOl~, p¡-'l'~¡ (i!H~ el qH~: la dict{)
sea juzgad,) COl;}O InalYr:'s~I(~O¡>, ~~¡:_\:LL) ):) (luie!! It~ ~;ellSC.»
rj~1all11anifcsl¡) C,::L\L-LU' qU2 se idt~lnta:::c ~'D:}tl'a un ~\U'3Cl1{C
uua acusaei!)n, qu.c c~t{\ll;L) pi'c;~cntc ILHll~~ le bizo. ~~,~:,0nile
conlc~tú ql;2 no b~lbia hast~l c~üO:lC~~.-} l'er,o~~idJ los llocH:nen-
tos nec,'~~~i'io.; pal'a ~'U!'11l~d;z~¡;'Ll, y qtU~ L\ ~:~n:~p~nilcj'i~l h:J~;tiJ
la Yu~~lla de l\}:'\'i~ü. \"i lo e::.tc;i1PC:·Ú;lC¡j de e~;te anuncio de
acn~~cion, ni lo ;y:~néi'ien lL.~. ~:1'; {L~~Lln}llc¡onc:-; contra l~¡~,
lllil Y qt1ii~ie~-:tHs Ó (!os :n~i ,::~~i¡~Hijn~:lils, debían l!ilpcdil' que
~~~ r~jI:)i(,~~(~il dl'l g';]~)~ll~'no lo~~ du~ ~~J q~!e S~: í'echllncdJJn pJ~'
la pj'or·OSitI{;il priu~,jpal; pei'o, no pOl ~FL~ P:;~:\ r~ll':se ;¡i::'O-
]ju~la Ú u!ia~linlid~id, c~pei~ó !Ll 1.1it\ (fE:! ,'_;L~ l·~".:Hnin:l:--:(~ L! :,!-
tuaeion de 1a iI(1cic~l'~J, ni q~ie :.;c re:~H~~L:lse Hin¿;U!lO lle
los l~Ldcs fIlIe f~,~~ cli.:¡111:1ri~lh(1;1 con Gt~·:) ();¡jeto (lue el .de
Yedo~ rcr:1cdi;.¡(JcJ.~,.




L1B:t~) DECLUO SETLilO. 'j0
, ¡ n '" l ' '"' 1 • '1 1 tic ii'ono. ~\CSpG~HH,':~~U0 Cl) CJ ~)(~J¡~1CI~ p(u~rfno a la segUl'it al
dada pOI' la corona ,lt~ c·,[~n' :,uh:;isll'ill~ cll:';'[,l'b tle la Cuá-
druple :\!ian!.", lia]¡ia tí Cdi¡¡¡~i()n iíllcrcahdo f .. ase:-, quc,
(le~,irn~td(l:'; Ú ~~d¡:"Liee¡: cx¡gcne¡;)~; d¡; H[\L'i:)nalj3iHo , tlehían
pOi' diO ,el' ~;¡',\ta~ Ú l8:h~ los p,u,tido3.-;,Si bien, ¡lijo, !lO
):<{~ !:f1 S(H~Jl_~O Je a, ¡l/el solc~n~lc pac:o iG\~o el 1l'uto que li a !Jit{
))r!c'I'cclt.J ¡(" e,-'jli'J'lif, kj!ls de dee;lci' ¡k únim:) la nacíon ...
)h~lHii.l':i eH e!ld un rn;eyo c::.U:nulo !;::H'ae~:lpte(ll~ sus pl'opio~
td'CcurSG<) y l'cdohLu' :;ti:) e;:~fup¡.'~{~S para ~;;Jlii' ~liro~a de la lu-
))eha.}j COI~I;1i:~l'Ú~}:L',e por lin~ p~H te en c~;1~t~ r'~1SCS la inten--
eion, ('llllrOí':~IL! ~'~ Li pnjilica Lit:l di:~í!i(; ~~c i~\'!H,:~, de ¡,pcon-
Yl¡il!l' y c:~¡::~~i'~l/:~l,i' Ú la Fr .. ,¡:~cit\, y p:-)~' c,l¡'a el de~co (1(1 illS ....


dn6 pai'a jn:-J in~~nl'l~~ ... \¡'~~~~:!n~)~ , iLl/ienJJ no Cüíllpi'(\ndel'
e:-lt(~ doi)Je l:P:;~L~ik;n , ,;') ilO q;lci'icnclo dC'~;{1pl'()rcch~~i' 1,\ oca ......
<1);1 t~i! i¡hi~1itil ~:.,I:¡~'t~ ~~u si: ~e:nZ1 ~¡~;li::co, 11i) iHenOE, singll~'-H'
frie el del dr¡:ple {L~ ri'¡a:~, l'¡J~¡:~ (í~:e ~;;,C C~_'l.¡lilJi~:~,e en CU~IH­
lo [ue,~L~ i}l-¡~i~;le~ la COI'I'C:~i:\)nJenci~t i'cLüiYi.l ~l ias llegoeia-·
ciones con Vl'ancia.-:d_Ia talJiJo /~:lta, dijo, pues no ,~t)
¡,fUi ,\'(f(':IJo !o!u el ("ir:',) I;,"j."7·1·~:/"~; Y('¡J::lJS P('f¡l L\ eOl1 rl::1pOn-
)id(~:u:ia l;;1 (l!t:t.:~l C~ 1:, rtd(~i.)' T'!,i;':ir(:) en :Jf¿'HIli¡l los (L!ogins


~;\l:i(li~~l:; di' p(~¡'i¡:.~¡~~ cOj~il'a ~~i. ~IU'{)p(\ , nll';~,U:-CJHlo , SCt,tlil
~'¡ """",' .. , 1'1: ,,,., ':' "1' 1., 1 C' )'1 (11'" ""'¡'1 ,1,;",;l.,'"" .'¡ I " ,~_ (i/:-.ili.:Hd. I~ ~ , l!U¡, •. :"'¡¡)! lU,,{ {¡ l _It~ 'L , '.', _.:-uunl .";\0 ~ dI:'
f)~·.:)~~¡\ulc~, Ú L~ ¡ill(~;~{'i;)n d~~ cne¡~ ¡;C~jl'e el1u~ C:C:¡1D (~:1 ~ 7u:3
. ,


lS()~j y_ 1~··j;:·1, y p;~L:~ :1ch~1'¡~(,¡Olll}S ::~!~;~\: h~ C'!)lHhi~~ta de Lui~
i<~eiir('--"qtO \i~~~L:o qlH~ lu\ ic-;,;_'::: L.:l'H1:¡S c()rpórcn~-; Sl~S ~'iil1-­
,'palitl~.), F l'i:~:~ pl'CiC~jJi;'), CCidtt':-\t~\n,::~lp, qnc---({cl !ir,cío ron
;.!t\ 1!:~~IHtern', la T'¡'nBCii.l yel Porld3a1 üc!;~{}, ~Lul1~u':)(" -¡'I'ula-




80 ANALES DE ISABEL n,
»do de 22 de abril y no de la Cuúdl'llple Alianza,)) pues que
esta última denominacion h:lLia hceho concebil' esperanzas
exagel'adas¡ y, procUl'antlo l,etlucir ó limitar las concebidas
has la enlonces, y jnsliiicar á la Francia, sosluvo que eltra-
lado con esta potencia no contenia obligaciones plJsitivas
sillo condicionales,» ~Iat'linez de la Rosa combalió esta idea y
t1efendio que eran positivas aquellas obligaciones,-~( Aun á
los menos iniciados cn los sccl'clos de la diplomacia pareciú
gravísima esta divergencia dc pal'eecres elltl'c el minisll'O
antiguo, bajo cuya di,'cceion se hnhia eslcllLli¡lo el convenio,
y el ministro nuevo, rJlW pocos nll'SC" :tnles l'eChlfltal'a en
FI'tl\)cia en calidad dc emb:ljador el bcneficio de sus estipu-
laciones.


No huhiel'On de satisfaccl' las esplicacioncs de Frias á
los diputados dcl progreso; pues, en la sesion del 17, l'epl'o-
dujo Seoane con su agl'lll'a ordinaria las ~lCl1saciollcs apasio-
nadas del tl'ibuno asluriano :-(,El traUulo de la Cuádruple
»Alianza, dijo, no ha sido mas que un medio de engañarnos.)
Despues de l'ccol'dar la facilidad COl! (IHe Urhislondo , el
cOIl~le de España y olros muchos cadistas, pasaban y repa-
sl1hau sin obstúculo las frontcras , aill1dió: - ( El goIJiel'llo
»fl'::ll1ces \lO quiel'c el triunfo de don Cádos; lo que hace es
))uarllOS ulla leccioll cuauclo la Imllluza se inclina á nuestro
»)favo,'. Lo quc quiere es que nos acabemos á 1I0s01l'OS mis-
»)mos; desea desmcmbl'al' esta nacion, desunida, tcner Ull pie
;)dominando la Ol'illa del EIJI'o, Y acechar la ocasioll de apo-
»der<ll'se ele nuestras islas del Jlcditcl'l'álleo.») Pal'a apoya¡' tan
estl'av[lgantes imputaciones, cilo el hccho (lc habel· exigido
la admillistl'acion mili tal' de I3ayona el pago de unos carlu-
chos pedidos pOI' el gobiel'llo espaiíol; como si la alianza, que




LlnRO DECUIO SETDlO. 81
ya había él eslenJído á no pagal' al franees muchos plazos
de la uCl](la contraida pOI' ¡'esultas de la ocupacion milital'
tie 182;~, debiese compl'enJel' ad~mas el suministro gl'atui-
to de los efeclos de guelTa que cOllviniese ú la España sa-
('al' tle los almacenes de su vecina. Con menos calor, pero
110 eOIl menos injuslicia, I'epitieron el mismo cal'go Otl'OS
Illul'hos lli(lulados en los debates ú quc dió lLlgal' la discu-
SiOll de la lot<llillad del proyecto.


DU\'aule ellfl se aventural'oll, sobre Otl'OS puntos no menos
delicados, mallifestaciones inútilcsVol'lo estcmpOl'áneas, y fu-
l!e~la~ pOI' lo irritalltes. jIulloz ~laldonado y Navas renova-
j'Oll las diatribas conll'a la cOl'te de Roma. pi(liendo que se
la obligase ú espcdil' las bulas para los obispos presentados
por el gobierno, Al contcs~:1I' Frias-Hlue la cuestion era
»dclicada, ') lanzaron las lI'ihunas púhlicas fuel'tes ml1l'i11l1llos;
y, al :\ltadil' aquel milli~lro-'( filie era m(,ncslcl' I'espelal' los
»scnlimicnlos rcligiosos de los cspaüolc:-; l) fué en ellas tan vio-
ICllla la e~plosiou tie los scntimientos opucstos, que el pre-
sidentc hubo dc I'CCU\'l'il' Ú la fl'ccucntemente desair'uda con-
lIlillUt;ion !lc haccdus evaellal'. ~IllflOZ Jlaldonado increpó la
condur,la tcnida por el ministl'o de Gracia y Justicia, Huiz
!le In Yega, CH una ocul'l'cllcia COH el obispo de Ol'ihuda.-
«En 17 dc mayo, (dijo el dipulallo), mandó á ésle el oLispo
llIlesde ~Ji\'amhel, corte de Cahl'el'll, que hajo pena de exco-
»mullioll llepusiese al gohe 1'lllHlo l' Saez lle Quiutanilla, nom-
))¡mulo pOI' el gohiel'llo. El cabildo cumplimentó la ól'den, y
)¡('I ministro le mandó procedel' Ú otra clcccion, y á Quinta-
Hlilla pasa!' Ú ~laJI'ill.» Huiz (le la Vega, despucs de I'efel'il'
la !listol ia tiel obispo y la del nomlmllnienlo de goLel'l1a-
dor, dijo:-(Este hombre no supo hacel'se amal' ni obeue-
TO~lO VI. 6




82 A~ALES DE TSAnEL IT.
»cer; las autol'idades I'epl'csental'on los pcligl'os de un cisma:
»Quintallilla mismo solicitó rctiral'sc. Llcgada la circulal' dcl
»obispo le miraban todos como excomulgado. El cahildo, (¡UC
»solo contaba cntonces nueve canónigos, fluiso cumplil' la
»)órden, y el alcalllc constitucional prcndió ú los scis que
»habian votado en aquel scntido, y los hizo trasladal' Ú la is-
»la de Tabarca. Po\' virtud dc cstas OCIII'l'cllcias fllc Ú Ol'i-
»hucla el gefc político y quiso pl'occllc\' con calma, ú lo cual
»lc exhortaron los mismos l['es canónigos disidentes. El go-
»biemo cncal'gó el exúmcl1 dc este negocio ú una junta, qnc
))PI'OPIlSO hacerlo quc .\raldollatlo miticaha y terlllinal' asi la
)lcuestion.)) Respollllicudo despues ú la aeusacioll dc debili-
dad que el mismo diputado habia dirigido al propio ticmpo
al gobierno, el ministro auallíó:-«Quc las Cortcs mismas
»hacian lo posible para debilitarlo.» I


Esta dcclaracíon rccl'imiualol'ia, vCl'illcada cl n, no fllt:
sino el preludio de otl'U mucho llIas csprcsíva (IllC dehia ha-
cer el mismo ministl'o al dia siguiente. Navas, sin alel'l'al'SC
pOI' los gemidos de los inocentes f1"C lanzaba ú la sazon de
Madrid cl decrcto lle Vfll1g0l'llel'a, ni tOl11al' en cuenta la PCt'-
secncion dc flllC erfln víclimas ciento y cillcuenta \"ecinas hon-
rados y pacificos, encelTa(los cn Lrganrs, imputó al gohit)J'11O
una lenidad tUI/esta y exigió de ('lnna marcha J'i9u1'usll.
Ruiz de la Vcga , poniclHlo, al fin, el tlcllo el! la llnga, di-
jo: «Yo Cl'['O) y con fuudamento, que, ]lor bucllas quc scan
)lnneslt'as instituciones, la plenitud de/ejercicio de ellas en
)Jla actual cl'isis no cs adecuada p:\n\ sat i~faccl' las cxigell-
»eías y los vel'dadel'os inlcl'cscs del pais .... ¿Quc (luicrcn
lltleeir esos estados de sitio .. esa suspension tle lales ó cna-
~les articulos constitucionales, esas medidas que se están




LIBRO DECLUO SETUfO. 83
)¡ejecutando aun por los mismos quc han l'OtO la unidad del
llgobiel'llo? .. Qllicl'en dccil' (Iue hay algun vicio I'adieal que
))no ('slú e/t las jJl'rsol/as sillo ('I! (as cusas .•.• La misma
») repl'cscnlacion nacíonaluo l'elH'esenla todo~ los inlel'eses del
»)país. Si tOllas han sido destl'uidos ó s'acudidos violentamell-
»te; si las fuc¡'zas mOl'ales estún dcstruidas, la represen (a-
)'CiOIl de estos intereses y (/¡~ esta (aer;anoeJ'iste. Y ¿que
l/se repl'escllta arplÍ, (hahlando con el calol' qllc exige llues-
))tra situacion critica y tl'cmeIHln) sino la (ermenlacion mis-
»ma de las jHlÚOIII'S? ... En est\) estado de cosas .... ni este
)liI i otro goúierno puede hace J' nada .. .. Yo, señorcs, nada
»)lemo .... Si cltiempo me lIcva al'l'nstrando :'t csos horrol'es
)'quc prcvco, sufrire mi sucrtc; pCI'O fJuil'l'o precavcl' Ú la
»)naeion, y dcsde ahol'il Jigo quc si no se pone l'cmedio COIl
llla S/lsjlt"nsioll de !iHIIIIIS, no podcmos continual'.)) NUllca
el salon del Cong['(~so fué !catl'o (le una esplosion tan ruido-
sa, tan prolongadn y con tantas apat'ieneins de unánime,
como la quc se manifestó cn aquel momento. Todos los di-
putados querian hablal' y ningullo podia hacerse oil'. Hcsln-
tlleeido al fin el silcncio, pidió Olózaga quc se lIamasc al
ól'llen al ol'adol'; y estc, viendo l~nncgl'ecel'se y espe-
SU1'se Ins nubes agl'llpadas Ú su ¡'edellOl', procuró conjurilr
la tormenta, atcllulUHlo con intcl'pretacionl's In dlll'eza dc su
decl'll'aeioll.-<Yo no me qut'jo (dijo) sino de la plenitud
»)!le las formas, qlle es lo ([He emhal'aza al gohicl'llo en las
»)CiI'Cllnstancias dc cl'Ísis. l) Y c~ta esplieacion fué acrptada,
y de ella sc 1I10S[I':11'On todos saii~fpehos , nunrlue el minis-
tr'o 11lIhicse aílnt!ido:-« Esto es como una postema, que si
))IlO se rcvicnta no sc cma nunca .• )


En la sesion (Iel 20, se rcveló mas esplícitamente aun




84 ANAtES m: ISAllEL n.
la disidencia fundamental que reinaba eutee la mayoría y la
minoría de la asamblea, y, lo que es mas, la iude<:i~ion del
gobierno entre los pl'ineipios profesados por ulla y otl'a
fracciono Defendiéndose tic la acusacio!1 contra él fOl'll1uJada
pOI' haber apl'obado la cOlHlucla de sus agenle,~ cn Zal'a-
goza y .'eprobado la de los ll~ Valellcia, Pl'elCllllió Valigot'-
nel'a justifical' la difel'clIcia de estos pl'ocedel'es, diciendo:-
«De Zal'agoza se anunciaba qne, vista la exasperacíon pro-
»ducida por los sucesos de }Lrlla, las autoridades tomaron
»medidas que en pal'te pOlliall mil'al'se COl110 (le pl'ecallcioll,
»y que el ministl'o dc la G lIc\'!'a c!'eyó debe\' aproba\', Des-
llpues, en una ciudall populosa se \'CJ1l'otlu,ic!'on r~tos SÍlltO-
»ll1l1S y fué muerto el seglllldo e~l1lO. \ a no Olmlllflll las :\11-
»lol'idades, y por otra parle cundia (,1 coulagio, y se cl'cahan
»juntas de \'epI'esalias cJl~\Inn:ia, Ol'ihucla y O[I'OS ¡Hiutos,
»En este caso Cl'cyó el golJicmo (Ille debia des~ll)]'oharlas y
»confial' sus facultades ú los capitanes generales,» Poco sa-
tisfecho con cst(lS csplic(lciollCS, nnnr¡uc para (lpoyarlas hu-
hiese prclcnc1i(!o el ministl'o haccl' valel' su decrelo (le pros-
c\'ipcioll contl'(l bs familia" cadis{¡]s, ill,isliú el diputado
Llljall sobl'c la formacion ele Ull !l!ill/s!a/u /ÚI'I'(C, Lopez,
conocillo dcspues de illucho lit'mpo pOI' ~u ¡I])ollü lk
Ruillas, esplicó en seguida lo que entellllian "'u~ amigo~
pOI' ministerio (lIe!'{e, seiíalalldo, COlllO Ulla ('¡lUSa principal
lIe los m¡]les públicos, la tcrrible pel'~tl'ncioll contra las
i(leas lihel'ales.~«Este odio, aíiailió, no se pl'OCLllna, pCl'O
¡¡existe y se disimula" .. Se ha quel'ido con[ral'CSlal' el \"lICIo
¡,del espíritu humano; se ha r¡uerido retrocede', ó al mellos
»cstacionar ellwogl'eso de las ideas, y con estc emllcüo te-
»moríwio se hu hecho e stall~I' el cisma cutre el podel' y la




LIBRO DECmO SF,TI~[O.


»opinion pública,)i ,'[al'tinez de la llosa, negando la existen-
cia dd SU¡llIcslO si-':ema de re:\c~ion coulra las ideas libe-
rales, il~1Jllllú b~ c;\la:nilla'Jes que se lalllelllab;¡I1.-t<Í,o A
)¡Ull;l ;;lIel'r;t de ~311cc~ion (Iue etl otro tiempo bastó pal'<1 mau-
)>Icnc¡' dcslroZtHla la nacioa pOl'lloee aüos, 2,° A una glH'ITa
),c!c pl'incipios, que l~mjlfz(') desJe el cl'cpúsculo de la libel'-
),tad en Francia, y no ",e halhdm concluilla allil. :3.0 A una
)'guelTa entre las rH'COellj1aeiolle~ religiosas y los principios
J ,de una n'ligio:1 pUI'a, " Combatiendo desJlucs el pensamiento,
tlpl'O!lirlO pOi' IIll pai'! ¡(~O )' l'eclwz<\¡lo pOI' otro, dc la nece-
"idad d~ \la:! tlic!adma , t\üadi:'): -«Ea Rspaüa no puede
))haberl,\, [lGi'fllll', sea l!,'S¡Jl'8cia ó fortuna , no hay espaüol
')ilac kY~nle tanto dcl 5\1('10 flllC descuelle sobrc 12 millo-
»ilCS .... Uncl'cmos ¡jolJiel'llo fuct'le, pCi'O 'jue la fuerza le
'J\'('wn, no de la dic'laJlll'a , SillO de la ley.» Esta era, en
decto, la V l'l'lladel'a , la conY'~i¡jenle leoría. Pero ¿fl\ücn cra
ti homln'c e,lp:lZ dc aplicarla l\ la siLuacion'! ¿Que valia pro-
elamal' este vul¡jJ\' axioma, cllallllo cm UlünimClllente ho-
llado y cscarnecillo de una á lo,las las estl'emidades del
I'eino'! ¿Qué yalía pOI' ot¡'a parte. la teoi'ía del pl'ogl'eso so-
IJI'e filie ill~ísLia topez, cuando el lal pl'Ogreso 110 había he-
cho hasta elllonces mil'; (¡Ile di\'i(lil' los úllimos, tlesencade-
nal' las pasiones y amonlolH\i' po!' llolllle f¡uiel'a las ruinas
([ne el llli~m() tribuno habia designado por pcdestal del único
espailOl (¡tiC solJrenadase CII el naufragio eomun de la pa-
tria'! Tales Cl'an, sin cmbargo, los principios que se dif.pu-
taban el mando; rlisolvente y funesto por su natUl'aleza el
HilO, bellctico, pero jamús aplicado, c inaplicalJle á la sazon
el oLl'o, nillguna confiallza podian in~pil'al' las suhdivididas
fracciolles de la rcpl'csenlacioll naeional ((ue Tespcetiva-




86 ANALES DE ISABEL U.
mente los apoyaban, Sus discusiones, limitadas á simples
disputas eseohisticas, escitaban tanto menos interes, cuanto
que el gobierno, subyugado sucesiva ó simultaneamente por
el triunfo altel'nauo de las abstracciones legislativas del uno
y del otro partido, no sabia ti. cuales inclinal'se, y cuia en
perpétuas contmdiccioncs, mas propias para aumcntar la
intensidad del mal que para disminuirlo. En la misma sc-
sion en que Se descllbl'ia la profundidad de estas nuevas
llagas del cuerpo social, fué apl'olJlHla la totalillall (le! 1)1'0-
yecto de contestacion al disCllI'SO de la Corona (1 L


En el mismo dia, se empezó tambien ú tratar del dicta-
men de la comision encal'gaLla de inforillar sobre la p1'O-
posicion de Seoane , p:lI'a que el gobiel'no suministrase los
documentos relativos al estado de la Hacienda. Vallgorner3
solicitó qne se apInzase la c!iscusion L pero Seoane no con-
vino en que se diese otro plazo que el de UllO Ú dos dias ,-
« Si no se pone, dijo, un remedio geneml ti. los desórdenes
"qlle hay en toda la nacion, lo mejol' (¡ue tienen que haeer
»Ias Cortes es disolvel'se y salir Jlor esa puerta cantando un
»)responso ti. la causa de Isabelll,» El 21 continuó este de-
bate, en que tomó parte GOIlzalez Acebo, halJlando contra
la clandestinidad del contrato de azogues que acabaha de
hacer ~lontevÍl'gen , contl'a las Mdenes dadas a los inten-
dentes para la preferencia de ciertas libranzas, y contra los
contratos oncrosos y los desól'denes de la atlminislI'acion,
que impedian hallar auxilios en el crédito. \Icndizabal de-
fendió los contratos hechos en su tiempo, y Mon , IH'OCU-
rando justificar los verificaclos en el suyo, dijo:-c(GavÍl'ia
»untieipó 16 milloncs á cuenta de la contl'ibuciQu I~slraol'~


(1) Véase apéndicu número '2 .• al fin del tomo.




LInRO DECmO SETnIO. 87
í)(lintll'ia de las Antillas, y solo ha cohrauo 7: tallos los
Mllle han hecho cOllíl'alos cslún ¡mJnlos Ú rescindidos: la-
"les sOlllas vClJt;\ja~ quc de ellos sacan,) Scoane, des pues
de declaral' Ijue un llIinisterio fuerte debia llrn'(//, ú la hurca
/lila Cl!arra ¡Jarto de los l'JI!}JlcaJos, aiíadió:-c(Yo se (¡ue
»)si tilla raeion de pan'ctlcsta Cllal'cnta mamveLlises, es por-
J(¡ne hay (¡ne \,ppartÍ¡' l!iez entre tales y tales empleados ...


») Yienl!o (pie Ilue~tnl causa se hUllllc, y r¡ue los lleslH'denes
))hallllcgado al ú:limo panto, me presento ú aplicar un cúus-
)Jlieo bien cargarlo (le llIo~taza que haga pt'ol'umpil' en un ay!
»al eufc¡'mo.}) COlltinuó dcn:uwiando abusos y malversacio-
nes, y sellaló entre ot¡'OS uno lJi"n u'ascemlental, diciendo:
-C(POI' ht costa dc Levante, rlestle Cal'lagella á Tarragona,
»se han iulrollucido eOIl pólizas espaüola" hasta seiscicntas
)Jmil [,\llegas de trigo eslnlllge!'o.... de que se abonaba un
)¡fnnlo pOl'fallcga (llos (llle autm'izahan estos fraudes.» Mon-
leYirgcn, auunciando esta!' pronto ú suministrar cuantos do-
cumentos se pidiescn, dcc!aró-Hluc el golJierno no acceder'ia
)íÚ que se nomlJi'ase una comision flue interviniese en sus
)Jactos, 'y los sujetase á nna residencia universaL) Espli-
cando Seoane que 110 se trataba lle visila!' las oficinas sino
los cspcclicnles, ccdió ellllinistro, y, el"22, fué aprobada la
pl'oposicion Ú unaniJl1illad.


El 2:1 empezó la disCllSioll de la respuesta al discurso
del trollo pOI' párrafos, Al 2. o habian pl'opuesto Scoanc y
Olózngn aiwdir, ú la espl'esion del deseo de conclui\' una
gUCl'l'a, esta frase-c(en la que no cabe tmnsaccion ni acomo-
»llamiento con el l'chcllle don Cúdos ni con su familia.)) La
lllayoria de la comisioll hahia desechado esta adicioll pOI'
inúlil é inoportuna, Pero k\s Cortes no lo pensaron asi, y




88 ANALES DE ISABEL 11.
ochenta y dos votos contra veinte y cualt'o aprobal'on la
Íntcl'calacÍon dc los dos diputados progl'esistas. En faVOI' de
ella votaron los model'ados Gor, IstUl'iz y oll'os, y en contra
los igualmente moderados Mal'tinez de la Rosa, V u'agua y
Rey, resultando osi desde el pr'incipio una escision entre los
hombres del mismo C010l', Disellticndose el párrafo /1.0 en
que se hablaba de las potencias flue no habian reconocido ú
la reina, Argüelles volvió ú la eal'ga so!)['c Roma, con tal
obstinaeion, que hizo necesaria la siguiente encl'gica res-
puesta del ministro Hlliz de la Vega.-"Si el sciiol' Al'giiclles
lJtiene valol' para ohral' el cisma, yo no.» En el debate em-
peñado el 25 SObl'C el púnafo relativo ú Morelln, se espli-
caron vigorosamente varios dipulndos contra Ol'áa, yalgu-
nos contrn la irnprevision del gohiel'llo. :\lon, defendiendo su
admiuistt'acion, enumeró los esfuerzos hechos por ella, y
dijo entre otras cosas.-cd)iez batallones y cuatro eseuadl'o-
»)nC5, que componían las brigadas Je Azpil'OZ, Mil' )' Pal'di-
)ñas, enviamos de refnerzo al ejército del Centro, yademns
»)se puso la bl'igada de Cuenca á las ól'dencs de Orúa .....
»fIue el 11 de junio, dijo, iba á tomar la ofensiva. Los re-
»ClJrSOS establHl de.tal manera aseglll'ados por contratas, c¡lIe
»eI9 de julio devolvió el intendente milita¡' de Aragon al
»intendente general llel ejél'cito una letea de veinte y cinco
),mil duros.... diciendo no sel' necesal'ia, }JOI' estar C1I-
»bil'l'tas ladas las a{rllciol/cs del ejército.») Pero esta ma-
nifestacion pl'Odujo poco efeeto, cuaudo Iñigo opuso á ella
las exacciones de veinte mil y cincuenta mil duros, hechas
pOI' Ol'úa al mismo tiempo ú Zar'agoza y Valencia. Poca im-
presion ca~:só asimismo el estado, que discutiéndose en la se~
sion del '26, el p{mufl) relativo á la milicia nacional, !wcscutó




LIBRO DECmO SETll\10. 89
el ministro uc la Gobernacion, pucs si de aqucl documento
rcsultaba ser la fuerza ciuuarlnna de seiscientos diez y nue-
YC mil seiscientos cuarenta y ocho homhl'es, nadie ignoraba
que U'es C!Wl'tas parles ue ellos estaban sin al'lnas, y que,
de los qlle L1S tenían, pocos las empleahan cn pCl'seguír á
los facciosos, y mcnos en mantl~nel' el órtll:n en l::Is pobl::l-
ciones. En las dos scsioncs siguicntcs, diseuti(:IHlose el pál'-
raro Idativo á los metEos (le eubl'il' las atenciones (le! Esta-
do, y con preferencia las de la gucrra, re"cbl'Oll Elol'lli y Ar-
lela las cnOl'mes anticipaciones hcchas pOI' los habitantcs
de Xa\'arra, Hioja y _\I'agon.-:( En solo la mCl'indall de Tu-
HIela, dijo este último dipntado, los snministt'os liquidados en
»)es[os aiios ascienden ull'a{ul' tolal de la rif/ue:::u calastral
)iÓ iJlljioll ¡Mi', Solo para la csperlicio:1 d{~ Eslella se le e~i­
»)giel'ontrcinta mil fImo:.;, (Iue e(luivale ú duro pOI' hahitante
Mle la merindac.I.») BUl'l'icl denunció contratas ruinosas.
Fuente reveló que, siendo intendente de Palencia, se había
presentado Hn genel'al en la te,;orel'ía, y sacado de ella fon-
dos para sus gastos pal'ticubres, COl'dero dijo que, pOI' no
hahcrsele pagarlo el impot'te de muchas de sus contratas,
habia dejallo perdidos ú algullos de sus asociados en ellas.
Hisl'uticndose (el :20) el púrrafo relativo al crédito, l\lenrliza-
hal, no curado aun de sus antiguas ilusiones, díjo:-c( pOller
»llseijmar que si se levantaba la bandera de reconciliacion,
»)!a España t(~lHIl'ia cuantos capitales necesitase, y con mas
))ventajas flue eti los cincuenta años últimos.»)


Entre esperanzas halagüeñas, y revelaciones alClTadol'as
se acercaba lentamente ú su término In discusíon de la res-
puesta al discurso dd trono, cunndo, en la citada sesioll,
los diputados Caballero, Lopcz y otros de su colo!' lanzaron




90 ANAT.E& 1m ISAnm. Il.
una tea inflamada en el seno dc la asamblca, proponiendo
aiíaLlil', al fin de la contcstacion, las ~igniclltes palahl'as.-
«El COllgl'eso crcc delllla)OI' intcl'es manifest,u' Ú V. ~1. su
»conviceion Íntima de ([ue parla Illareha scglliLla ha~la el dia
)llO es posihle terminar hI guena civil, ni lweer la felicidad
»de la nacían.» Lopez, illsistiemlo solJl'e las ideas que ya ma-
nifestara en muchas ocasiones, y l'eeienlelIlelltc en la sc-
sion del 20, señaló como funrlam(~ntos de la censura que
PI'oyocaha contra el golJiel'Jlo, haher colocado carlistas en
los destinos, perseguido á los libemles, tlestnlÍt!o los re-
cursos con qne dcbian set' atcndillas las ohligaciones dcl
Estado, y apagado el espíritll púhlico y el cntusiasmo.
Olózaga, empezando pOI' declara!' (!lle todos lo~ partidos
hahían cometido fultas, tachó dc insuficiente el Estatuto, de
fIuirnél'ieas las esperanzas de cooperacion estl'angera, de
hueco el programa de paz, ól'den y justieia, y de impoten-
te el gobicrno que lo proclamó, y qlle liarla hizo para reali-
zul'lo.-r,Por todas partes desmanes, añadió, opresion mi-
»)lital', desgracias; sin empréstito, sin nada, y á pesar de
»eso qucrer pel'si~til' cn sus ideas. PCI'sistan los (Iue crean
)colllprometido su amor pI'opio, pel'o el Congrcso no persis-.
» lira.)) Y asi pareció (¡lle sucedería cU:H1l10 procetliendose
ú volal' la adicion, fué esla lomada cn considcl'acioll por
noycnla y cinco votos contra treinta T cuatro. Pareciólo
mas cuando, al salil' ele la sesion, se vii,'> á la chusma ([ue
se apiüaba lliariamente cn las tribunas públicas, silbat' y
denostal' groseramente ú .JIal'lillez de la H .. ')sa, (Iue, contes-
tando t\ insinuaciones iüsidiosas de Lopez, hahia declarado
_i( e~tat' tan pel'suadido C0ll10 antes de la ell11vcnicncia dc
)IJOS principios (!He siempre había defendic!o.l)




LIBRO DECmO SETIMO. 91
AUllflue muchos de los que votlll'on pOl'que se tomase


en considel'acíon la adicíon de Caballel'o y consol'les es-
taban dispuestos ú comhalida cuando se entl'ase en la dis-
CUSiOll, los ministros y sus amigos temiel'oll (Ine las demos-
tracioncs hechas con ~lal'tinez de la Hosa en la tal'de del 29
retrajesen á los poco fil'mes en la fe ministel'ial, y reforza-
sen asi las filas de sus adversarios. Para impcllido, propu-
sieron Cal'l'aSCO y otl'OS (el 30) que se pl'egnntase al go-
hiemo que medi,las \whia adopta(lo para rc¡wjmil' los esce-
sos cometidos el dja <l!ltCl'jOl' con al~ullos diputados. Vall-
gomcra rcspondió (Ine , con las prccauciones tomadas, no
el'a de temel' la renovacion de los desórdenes. Pero se te-
nia tan poca fó en las seglll'idades millislcri"lcs, era ya tan
unánime la idca de la debilidad dd g¡¡binete , y tan gene-
l'ahnente reconocida la nece~itl::\(l (le su remocion, quc mu-
chos mOllerados pensal'on apl'obal' el yoto dc ccnsul'a con-
tcuido en la adicion propuesta. En tal coyuutma no habia
que haccl' sino difcl'il' su cxamcn y negocial' entl'c tanto.
Efecto inl1lClliato de las plúticas que en consecllcncia se en-
tablaron fué la formacion de Ulla junta, en quc cntl'al'on
lsllll'iz y Seoalle, é igualnúmcro de individuos de calla llllO
de los bandos de (llIC el'an cOl'ifeos a([uellos dos diputados.
Pero, como el'a natural, no se avinieron sino cn puntos po-
co importantes, y, el3 de octubre, se procedió, en fin, a la
discusioll, suspendida dUl'llnt.e cuatro dias. Mon, defen-
diéllllose de la parte (llIe tocaba al gabincte Ofalia en el
cargo hecho á todos pOI' la adicion, habló de las victorias
obtenidas cn su tiempo y del aumento lle las rcntas, cuyos
productos ascgmó escode!' en .')0 millones á los recaudados
durante el ultimo quinquenio de la yida Jell'ey. Al'güelles,




!)2 ANALES DE ISAIlEL II.
ú quien no contentaban CUl'gos l'etlucidos Ú límites fijos, de-
cluró que los hechos pOI' la cnmiencla de Lopez y Caba\\el'o
no se (lil'igian solo á los minislcl'ios postCl'iOl'C:i Ú ¡a nluc¡'lc
del rey, sino lftlC dcbian cstelHlei'sc al.que ueollsejó alejal'
(le 3!C\tl!'jd ú don CÚdDS.-( Este, ail~H¡;ó. es el pl'incipio de
))JlUcstt'os males, como si en Espa¡-w no huhiesc leyes (lile
»)ohligasen al I'ey á tenerle como prenda pl'ptol'ia tic la tnn-
))fluilitlaLl de la nacioll .... :lIe (lllt'jo, (prosiguió) de c~os cs-
»pailOlcs malvailos ó imhl~ciles que rlicl'on luga!' (\ fInc cl
»)}1l'Íilcipe l'cbchle se pl'c~entase el) ~iWal'l'a. ,) Yolviellllo
luego á su monomanía sO!JI'¡) LIs inlluGltci as cstn\ll;;c!'as , y
la Ilceesitlad dc COllsenal' la indcpcndencia nacional, con-
eluyó dieicntlo:-( P;1I';1 (Inc no peligl'C el trono, ddelllli:lo
»solo pOt' espaüo[es, pl'opu~e y;1 ([Ile hllhic~e (flliniellto~ mil
»milicianos, y no (lllinicntos mil sino UIl milloll llehcl'ia ha-
»)bCI'.» Scoallc, tan acoslumbra(lo como su colc!p ú pa-
SCal'se cn el vado, propuso aumentar la calm\lcl'Ía diciC:IHJO;
-«Quiero nn gohiel'l1o qnc ponga ocho mil caballos, SlI-
»)cúndolos dc donde estén, y en clllül (le empujc cien mil
)l)lUcionalcs, y que el cjél'cilo de la rcina ponga la halldel'a
),de b libcl'lad en el pillllculo m;1S alto tic los que ocupa el
))ellcmigo. Como es lo no se ha hecho, qniel'o otl'a 1111Il'cha.»


Despues de indicl1l' la (IlIe se debía seguÍI', y lJt) impug-
llur la ¡¡ne se habia seguiLlo, U[uien po(lt'ia el'cel' filie el ge-
neral eonclnil'ia su discurso, inlrotluciellLlo, en lllgar dc fa
cspresiva enmienda dc [¡JS paladines dc su pal'tido, oll'a des-
colorirla e insignijjcante, dcstinada II desvirtuar ó anular la
I'eprohacion, l'educiénuolaú un CÍrculo estrecho y mczllui-
1l0? Asi lo hizo, sin embal'go, }ll'oponieudo sustituil' Ú la aLli-
cion de sus colegas prog['esistas la siguicnte:·-:r El Congrc-




LlEnO DECTMO SETJ:\W. D3
»50 cree del nwyor inleres manifestar ú V. ~I, su cOl1vic-
)leion ínlima lle flue, JlOl' la marcha ({r!¡¡¡inisfl'aliva seglli-
»)(la hasta el dia, 110 es posible tenllinnl' In guelTa civil, ni
»hacel' la felicilbLl (le la naeioll.)) Tomada en considel'at~jon
inll1ediatamente, flil~ aproLalla (del) pOI' cil'nto VcilltC y
siele ,oto; contl'<1 doce, no sin f¡OC diese lugar á largos co-
menlarios la circunstancia de haber volado en favor ~lal'­
tiHez de la Hosa, bLul'iz y ~lrndizaJ¡al, contentos sin duda
COH que, limitarla la CCllsma Ú la mnl'cha admini:,tlaliva de
los gahillele~ qlW pi'e~jdi(,l'all, no se cslclllliese ú la política,
El golpe ]la se di:'igia cn ycnIall sino contl'a el ministerio
Frias, 1¡IW, Ú pesal' lle la l'cslriccioll pues la pOI' Seoane ú
la CC'llsma cOlllcnilb en la pl'op()~icioll de ~u:-; colegas, l¡Ue-
ll() al (in ¡lesquiciado, y :\ punto de h{lnt1il'~e en la pl'jmcl'a
ocasioll.
}Jello~ J¡o~lil ciel'lanwnle, pero no meHOS fecumIa eH I'C-


\claciolll's Si).!:llificaliYils, rué la (liscusioll eutablarla al mismo
tiempo en el Sellado sobre Sil l'espuesta al discurso uel tl'O-
no. El volo parlicllhw lle C~\\ati'ava y Quintana, miemhros
de la cO!l1isioll de ilquel ruCl'po, no tuvo tan JlUcna fOl'tunil
f:OlllO el de S(~lJCíll(~ y Olóz;:ga C!l el COJlgl'l'~O; pero Calali'a·,
ya dd'l'lll1iil l'I >'ll.'O con Ull \ igOI' (llIC l:ejó tan llla! pal'aclo al
lllini;!L'l'jo en I1na como cn oti'a COI'P01'Clcion, En la sesÍon
lid lG tÍc octuhre, PI'OCill'Ú fllildill'lo el viejo senador cLI Jl1il n <
do con encriJía cOllll'a varias Llispnsiciones ilc:f).Ilcs del 1'0-
bit~l'no, y s6wl"damclllc contl'a la contl'ibucioll de ll'cscienlos
l'ralcs, imptH',;ta pOI' el dCCl'elo de 23 d!~ octlllll'C por c;lda
tlllU ¡le los LJilillllb destillados Ú I'cfOI'Z,H' e1c,iél'eito lle l'eSCI'-
ya; COl\tm la disposieiOll H)lativa ú la dl'c!anlcioll de los cs-
tados dc sitios i contra la que lanzó de ~Iadl'itllas familias




94 A"IALE5 DE rSABEL n.
que tuviesen pal'ielltcs en la faecion, e impuso pena capital
á las que con ellos correspondiesen; contra las ueportaciones
de individuos no juzgados I ni aUIl acu:,ados, ú las Baleal'cs,
las Canal'ias y las Antillas. y contra otros esccsos, en fin,
que Pl'ovocallllo la animadversion gencl'al del pais, el'an dig-
!lOS de uIla severa repl'esioll. El 27, esforzó y cstendió estos
Cal'gos justisimos Gomez Bccerra, y desccndicndo á la el1u-
mCl'acion dc particularidades tan curiosas como atcnauoras,
cntl'e las cnalcs llamó la alencion el alcntado cometido COII
el juez de pl'imet'a installcia lle CÚCCI'CS, quc filé con(!ncido
!)t'eso á Badajoz porquc, nombrado asesor pOI' aquel coman-
dante gcnel'al, declaró que las atencioncs ol'dinal'ias de su
juzgado le impcdian accptar el nucvo clIeal'go. Don Antonio
Gonzalcz denunció ~e1 2H; la opcl'acioll hceha con un conll'a-
lista ([ne no hahia pagado al Tesoro mas (¡ne I i millones
pOI' 47 (Iue habia l'eeibillo en lihranzas solJl'(~ la isla dc Cu-
ha. Bien que estas acusaciones, ú que no hnhia que I'epli-
cm', no fuesen eontcstauas, el proyecto fué :11wolJado cn su
totaliuar! (1).


La disellsioll de los pÚI'I'nfos caminó ignalmcllte de pl'i-
sa, hasta el tIlle trataha de los dcsastl'cs dc ~Iordla. Ol'áa,
hecho 5cllallol', :lpl'OYC(·J¡ó la oea~io!l pal'a llal' las esplica-
cione5, y en Sil resúmcn dijo:-< Desdc ([llC totlle el mando
))manifesté la insuficiencia de los mCllios é hice dimision.
»)CabrCI'fl habia aUtllClllallo sus fucrzas con las de otros ca-
»hccillas, y hube dc ponel'me Ú la llcfensiva. En /ill, se dis_
»PUSO atacar ú }Iol'clla .... l\1al1lle l'l'lI11il' seiscientas cincuen-
lila mill'aciones de vívercs, y setenta y dos milllc picnso en
»Alcaiiiz, (que juzgué mcjor punto qlle Pciiíscola y Vinal'oz)


(1) 'léase apéndice número 3." al fin del tomo.




LiIl!\.O DECnTO SETnTO.


»)¡¡fU'U e120 de jllnio. El 1 de jnlio, llegué ú Alcaüiz, y halle
)lfllle no exislia lo pedido. La divi,ioll de Pal'diíbs llegó cl
»10; di !lucras órdenes para completal' los acopios, y el 21
))(~mprelldj el mo,iilli(,lllo. El 28, Ldlahan aun muchos vive-
)¡rcs cn ,\lrnliiz. El 10 tle agosto me avisó el gobcrnadol' dc
)¡este plinto que se le hahia concluido el trigo . Los soldados
))de la primera y segunda division , mandadas pOI' Borso y
))Pal'lliiws, tl1vieron flnc dar sus raciones de arl'oz para los
»cnfcrmos y hCi'idos, y estuvicron cnall'o dias sin 011'0 so-
»eorro que el trigo (ostado 11 cocido flUC recogian ell las
)lCras. Levanl<:ulo el sitio, no sc cncontr:J.I'on en MolH'oyo
»,,¡vcles mas qlW pa!'a 11lI di<1. Los refucrzos que recibí fuc-
»)rOIl cuatl'o Imtallolles al mando de Pal'lliiws, tres de ::\lj¡"
}'(res incompletos tic .\spiroz y sobre [I'cseientos eahallos.
»Vo, que Il:l!lia estimado pl'l~cisos vcinte y ocho balallones y
llc"tot'Ce (,~cllad\'ol1es, no reuní mas qne veinle (le los pl'ime-
»\'05 y IHll'\e de los segundos. El 2\), llegamos ú la vista de
»)~lol'elb , quc nos Iwcsellló bandcra negl'u.Calll'cl'a situó
»sus fuerzas eH ]1osil'iollcs inaeeesihles. De sietc raciones
l¡que ¡wbian ~acado las [ropas, 110 les (llledahan ll1ilS que
))dos. De nada lwhl'in sel'\ido tOill:ll' bs pOSiC~OIlPS, que IllC-
»)§.!:o sc¡'ia pl'cei~o alJallllonl\I'.») Sil largo y circunstanciado
di,cul'sO pl:OlJÚ :,ill réplica que las fuel'zas eral) [locas, é in-
suficientes los I'CClll'SOS para mantenerlas. Conti'a muchos
de los dcm:ls pÚi'l'afos de la eonteslaeion !lillJló Yigol'ostlmen-
te Cabll'aY~, y sohrc algnnos hicieron ohSCt'\'~ciones fUll(la-
das olros ~Cn~\lIOl'e~. El condc tic Ezpell'ltl pl'esentó nn es-
lado, de (\He l'e~lI11nlJa que dcslle 1. (1 (lc marzo de 3"1 hasta
igual dia dc :38 habia pagaüo Naytlrrtl, el1 raciones solamen-
te, 23.2Gli,235 rcales. Ochoa denunció escesos escandtllo~




ANALES DE ISABEL lI.


sos en la mlmillislI'acion. A pcsal' de loJo, los párrafos lue-
ron sucesivamente apl'obados.


Dos dias antes de abril'se la diseusion sobre aCjuel docu-
mento, se hahia agitado en el sello de la misma asamblea la
cue~lioll de las últimas eleecioncs de ~Iúlaga, lachadas de
ilcgales pOI' los progl'esistas, poco favorecidos cn ellas. Ca-
paz y Calalmva sosluvicl'on las (lenill1cias de sus amigos
políticos; pcro sus doctl'inas hallaron pocas simp¡¡li¡¡s, y las
elecciones fueron aprobadas. En clmisll10 dia ~:2j), se ocu-
pó del mismo ncgocio el Congrcso, y las pasiones, ell-
contl'únuose estrechas eH el campo de la contestacion al
discurso del (rono, apl'oveclwl'on con únsia la ocasioll de
hacer escursiones fuera de aqucll'ccinto. Al'giielles, Lopez,
Sancho y otros, empIcaron tOllos sus esfuel'zos para hacer
auulai' opel'aciones electoralcs de <¡lle t<ill mal Jl~lrados :;a-
lieran sus cOl'l'cligional'ios políticos, Pero el \ igol' de aque-
llos ol'auol'cs rué cclipsallo pOI' el de su colega Seoane, filie,
taH imperlurlmble pl'econizador lle si mismo como elicnl'-
lliz3Llo enemigo <le Paralen , acusó ú ésLe de haber perse-
guillo iÍ. los esaltados , pOI' eongl'aeiat'se con el minisLcrio
Ofalia, y de haber apoyado la candidatllr:l ministcl'ial, ha-
ciendo dqlOl'lal' Ú Jos corifeos de la pl'ogl'esisla.-'(Pol' es-
»10, (añallió) en una pl'O\illcÍa que yo Illlúic¡"(( JIlillldado cun
»1111 alguacil, 110 tiene hastantePalarca COIl muchas tropns.»
Lanzado ya ú la diatriba, l(lIe era el cal'úctel' distintivo de
Sil elocucncia parlamentaria, se ensangrentó contra los mi -
uistros l\Ion y Castro, que hicicron entregar ú la justicia
las viejas viudas de Cornnrcs. HeeJ¡3Zl1l'On ellos el ataque
con igual violencill, y se suseiló nn tumulto que no hubo
mas medio de sosegar que oplazando la diseusion. Scoolle,




LiBRO DECmO SETlMO. 97
retl'uc[ó en la noche sus illjllrias, y satisfechos los ofendiuos
puuo el presiuente {lel Congl'eso abril' la sesion ue125, PI'O-
poniendo que, vi8tns las esplicaciones del general, se diese
por lei'millDdo clnegocio. En aquella oeusion chasqueó como
en otras :l sus amigos el hombee que, con sus provocaciones
Jlcl'ió{lic~is, parecia no habel'se pl'opuesto sino halagal' á los
alieionadtJS ú eseúndalos.


"\ I hhlo de esta llueva rell'<lctaeion del mas osado de los
corifeos lid progrcso, la hislOl'ia debe colocar la humillacioH
harlo 111"yor, sufrida al pl'opio tiempo pOI' otro diputado del
mismo p~II,tid:J. Suprimida la hiblioteca de las Corles en odio
Ú llOl' e~lsligo del bibliotecario Gallardo, hubo ésle de hacer
la entrega de la de¡wndellcia; pero, al verificarlo, se echal'oH
de menos muchos libros, y ell panicular los IWl'tenccientes
ú \lna riea coleccion de lllanusc]'ito!l, que habia donado á
las Corlce; uu tal S"laz:¡l'. Preguntado GallarJo sobre el des-
tino dado ú ar¡uellos objetos, tCl'givel'só por ue pronto, has-
ta que, estrechado, confesó lm\¡cdos vendido a estl'augeros
ellc<wgatlos de acopial' las precio~iJades que, en la disolu-
cion dd gobierno y dc la sociedad espaiiola, se vendian e¡¡-
tonces por todas parles el vil precio. Los comisionados pUI'a
la Yel'ilicacion del calúlogo de la biblioteca temieron que
rellundase en Jescl'éJito {Id COllgreso la conducla de UIlO dc
sus indi,·i(lllos, y le ofrecieron el pe["(!on, que solicitó lloran-
do y de rOllillas, si hacia (¡¡misioll de su plaza. Gallardo la
hizo, pues, y se sumió de lluevo cn la oscUl'idatl, tic donde
asi para su propia reputacion, COItlO para la dc muchos que
injuslamente atacó, valíe]';) mas que nunca hubiera salido.


El descréJito que derramahan sobre las Cortes sus discu-
siones estériles ó ~\paSioll~H.¡as , sobre el gobierno su impo-
To~1O vr. 7




98 ANALES DE ISABEL n.
tencia y SU nulidad, y sobre los partidos sus interminables
rencillas, se habria aumentado, á ser posible, por el encar-
nizamiento y las complicaciones de la guel'l'a. En Cataluña
se habian aumentado las atencioncs de las columnas cl'isli-
nas, desde la toma de Solsona, que, por un cálculo cl'l'óneo,
se habia creido preludio de la ocupaeion sucesiva tic los dc-
mas puntos fuertes que los carlistas conservaban en la mOll-
taña. La necesidad fl'ecucnte de lIev31' víveres ú su gua mí-
cion ocupaba sin des·canso las tl'opas de Mccr y pCI'mitia á
las del conde de España estenderse por tOllo el Principado.
Llarch, que, reforzado por la caballeda de Cabrcra, había
hecho ya fructuosas incUl'sioncs cn julio sobrc el Panadés,
reyolvíó en agosto á su derecha y, el 25, se presentó sobrc
Valls, en ocasion quc, llamatlo Trillo hácia ~lanresa y Cardo-
na, no habia dejado á su espalda un soldado (IlIe pudiese hacCI'
frente al guerrillero. Reh'ocedió este en seguirla al levan le;
pasó el Llobregat, y el29 osó preseiil:)l'se en Hospitalet, la
Bordeta y Sans, a las puel'tas de Barcelona. Salió contl'U él
Breton; pero cuando vió á los bandidos repasar el rio y re-
tirarse pOI' Gavá y Eegas, hubo él tIe volvel'sc dcsde el Pral á
la capital, donde su presencia era nccesaria para contencr
tentativas de trastol'llo (Iue meditaban cutre tanto los pro-
grcsistas. Al mismo tiempo Mallorca y Pep del Oli inva-
dían de nuevo la Cerdaña, y Espafla hacía fortificar á Bagá
y San LOI'enzo de MOl'Uuis. El 3 de setiembre, Llarch se
corrió de nuevo al Vendrell á ímpellír la vendimia ó cxigir
una conll'ibucion por el permiso de haeerla; y ~lecl', que
con todas las tropas de su mando había permanecido
mas dc un mes entre Malll'esa y Solsona , regreso á Bal'-
celona para velar por sí sobre los movimientos de las




UBRO DECIMO SETIMO. 99
hanuas del poniente, haciendo á Carbó volver á Gerona pa-
ra contener á las del no¡'te y levante. Trillo, en fin, tuvo
óruen de obsc¡'va¡' los movimientos que uno ue los cuerpos
de Cab¡'el'a hacia ccrCa ue las bocas del Ebro. El carlista
valenciano no retiró sus tI'opas de Bcllmunt y Falset sino
cuando hubo, con este amago, Ilamauo 31li la division del
campo de Tarragona, y conjurado asi el peligro que habria
corrido el conde de España, si Meer se hubiese dirigido á
Bcrga. Y asi lo halH'ia hecho despues de la toma de Solsona,
á no distt'aer su atencion simultáneamente hácia puntos tan
distanlcs Mallorca, Zonilla, LIarch de Copons y Llagos-
lera.


Con los esfucrzos de estos coincidian las maquinaciones
tenebrosas de los cllluistas de Barcelona, que llamaban alli
al gcfc del PI'incipado, mas aun que los movimientos de los
cal'listas. El 8 de scticmhl'c, hahia ~leer vuelto á su capilal,
y, el 2.i, ya lanzó una p¡'oclama en que se leia:-(cSi las ope-
)lraciones de la guel'ra me condujesen hasta el último confin
»de Calaluüa, y algun pédldo, espiando este momento, osase
l:atcnta¡' al t'mlen púhlico .... me complace la idea dc que la
)guul'llia nacional de Catalutia existe pam contene¡' y casti-
»gal' al malvado .... De nuestl'a causa se t¡'ata. No es justo
»ni posilJle que la de cuatro perdidos prevalezca., .. Creo
)H\Ue este distrito sea, no el punto en quc se dé vida y ali-
nmente la hidl'a de la discordia, sino su sepulcro y el de la
tfaccion.)' Entre los perdidos (lue denunciaha Mee¡' á la exe-
cracÍon pública, y conminaba con el castigo, figuraban al·
gUllos franceses, con que los ba¡'cos de vapol' salidos de
Marsella para Cádiz en periodos fijos, refo¡'zuban frecuente-
mente los clubs. Meer, no olvidando que en sus cavernas




100
sehabia ensayado Aliuaud á esgrimit, el puiíal que asestó
despues contra el rey de los franceses, impuso ú los csll'au-
geros que llegasen ú Barcelona, y tia justificascn los moti-
vos que alli los llevaba n , la ohligaeion de (lejlo~ital' dil:Z mil
reales como fia llza de su conduela. Pero UUtH!tle, pOI' la es-
cepcion hecha en favot' de los que alegasen cansas legíti-
mas y por la prisa con que los quc no las tenían sc allslaball
en los clubs, no pareciese gl'aYo~a, ofensiva ni aun c"\agem-
da la precaucion del general, la ealilleat'oll dc illsopOI'lahlc
los que, no teniendo domicilio ni bienes en ninguna Jl::1I'll',
lban á ver si los hallarian tU lo~ trastol'llos Ú flUC se asocia-
~eu. Los cónsules esforzaron bs l'('cbmacioi\l's de c,tus Jlüill-
11'es, que en teot'Ía eran justas J alentlilJle~; pero Jlecl', in-
sistiendo soul'e los peligros de la siluaC'inn, IlHlI1luvo su Ót'-
den, y ~l comandante mismo de los lluqlle5 fl'alleeses sUI'tns
{'11 aquellas aguas, hubo de lilllilarse ú protesl;;s. La lit'me-
za del genel'al alejó dc Barcelona las lJ¡)lH!as de c]u1Jislas
estrangcl'os, y disminuyó así la resisteneia sublel't'únea
que oponian siempre los de la ciudad al restahlecimiento
definitivo dc ht paz y el Ól'llell illlcl'io!'. Ca!! e,~to, Cll1 susti-
tuir hombres de coneepto y dc ~l'!'aigo Ú los all¡\l'(l\li~las
que componían algunos de los ayuiltamientos <lel Principado,
y con- deporta!' :í Ultt'am31' buena parle ele es los ¡'evollosns,
logró sIecr, si no tran(íuilizal' deltotlo su capital, tli6miliuit,
á lo menos la inquietud flue conGlos constantes !le pcl'lm-
bacion semlJl'auan uespues de mucho ticmpo C¡¡U'E sus halJi.
tantes.


Pero cste bien no podia a!l(!llil'jl'se sino ú precio muy
subido, á costa de sepal'HI' las tl'opas, y dc di~t!'acl'!as de la
persecucion de los enemigos. Así, en scliemht'c , micntras




Ullno TlECIMO SlnDIO. 101
que Jlccl' se ocupaba en rcprimir ú los cJl1bistas de la capi-
tal, 6 cn cxi;~ir dc ella si\cri!lcios Pi\I'i\ mantener las tropas
f¡Ue vdaban en la cOllscnacion de su rcposo, nos de Ero-
les, (>1'1,15a y Bol'Scs c0i'rian (lc U~¡'ida ú D¡'gel , recogian
los diezmos y cohraban la~ contribuciones; Sabals y Pelegd
hacia n lo mio:mo cn la pa¡'te Ol'il,nlal del Vallés, y llesde las
lJl'(~j¡as (le la Ce ['¡hu-m :-ie bajaha }Iallorca hasta las playas de
Pilleda; Yilella lJlo(llll'aba Ú Igualalla, y ni de este puehlo ni
de otros fOl'linl:ados podian los lwbilantes salíl' á sus labo-
1'1'3, sino p:¡¡ramlo á los ['efes cadislas las cuotas convenidas
]lot' Jlrecio de esta libertad. Al fll'íncipiar octulwe, las !Jan-
das del llos se Jiscmin:\l'\ll1 po!' la alta montaña, y amena-
ZJ1'OIl siillllitúnea ó sncesi v[unentc ú GCl'l'i, Tl'cmp y la Pobla;
enlt'c Ltlllo BOl'ges, COl'tasa y el cura <le Viacamp señoreaban
el ""Ile de ~\¡;l'r 1l~1sla PI llano de LCl'ida, y Arbonés ocupaba
las GeH'!'ig:IS , nlulliplicamlo entre unos y otros los embara-
zos de las :1lllol'idades de b pl'ovincia en tcm1inos, flue la
diputacion provincial, imposibilitalla de proveel' á tantas
especies lle exigencias, amenazaba todos los dias con su di-
mi~ioll. Los cadisl.as del Pallallés osaron (ell7) entl'ar en el
~!aSllO\lll exigir las conll'ibuciones, flue, no tan eXOl'bitantes
como las impu~slas por los cristinos, se pagaban de menos
mala gana; y al mismo tiempo los del Dor-este recolTian
Jes(!e San F('liú de Pallaeob hasta las puertas de Gerona.
Para poncr' un di(!ue á esle torrente, salió Meer (el 23) de su
capital, y, ú la CabeZi\ de las brigadas de Salcedo y Clemen-
te, hasta entOl\ces ocupadas cn 1'ehabilitilr i\ Solsona , ó en
cu!Jrir la parle de la ]ll'OVillr:ia de Barcelona confinante con
las Jc Tm'l'l1fíona y Léricla, se dispuso á operar en lo in-
terior, mientrus los bel'ganlines PIuton y Patriota salían á




102 ANALES DB IgAIlEL 11.
proteger la marina. Carbó, escitado á cooperar al movi-
miento de Meer sobl'e Solsona, marchó á Vich, despues á
Manresa, de donde todas las fuerzas reunidas saliel'on (cl3
de noviemhl'e) para Cardona, escollando un convoy de qui-
nientas acémilas, que amenazaban atacar el conde de Espaiía
y Sagarra, situados sohre las dos orillas del Cal'donel'. La
actitud del gefe cI'istino impidió á los cadistas hacer contra
él ninguna demostracion séria, y las plazas de Cardona y
Solsona fueron socorridas, pero no sin haber puesto en mo-
vimiento para ello todas las fuerzas del Principado, demos-
trándose asi que, á pesar de las ventajas pasageras conse-
guidas poco antes, no podia tomal' alli la gueIT3 un carác-
ter definitivamente favorable. Aun habrian oll'as ocurren-
cias generalizado este convencimiento, si circunstancias par-
ticulares no les hubiesen (¡uitado luego la apariencia alar-
mante que presentaron en su orígen. Meer hacia fOI'mal'
causa al gobernador carlista de Solsona, Mondedeu (Tcll) ,
aunque desde el tiempo de Urbistondo se ob~ervasen en
aquel territorio con mas ó menos regularidad las estipula-
ciones del tratado Elliot. Quejóse España de este proceder,
y Meer traló de justificarlo, alegando no haber procesado á
aquel gefe por sus opiniones políticas, ni por las opel'acio-
nes militares empl'endidas para defenderlas, sino por haber
mandado pasar pOI' las armas á los soldados de la gllarni-
eion de Prades, rendidos bajo la promesa de que se les con-
servarian las vidas. Meer exigió adema s el castigo de Vile-
lIa, que en los campos de Villafl'anea de Panadés hahia co-
metido atropes asesinatos sohl'l~ cI'istinos indefensos; y, con-
testando á la amcnaza que le hizo el condc de Espatia de
usar con sus prisioneros la misma conducta que COI1 Mon-




unno DEcnlO SETIMO. 103
Jedeu observase el gefe cristino, amenazó éste a su vez al
tadista COIl terribles rC¡)l'esalias , y ell seguida instaló en
Barcclona una junta eneal'gada de aplicar rigorosas dispo-
siciones ú los facciosos CJue atentasen contra las vidas y los
intereses de los p:H'tidal'ios de la reina. Por dicha, ni uno ni
otro caudillo se creyel'on con bastante fuel'za para ejecutar
sus conminaciones; y, I'educidas asi a bl'avaLas reciprocas,
no llegaron ú consumar d dalia casi il'reparable CJue hacia n
iguales amenazas en otros puntos donde habian sido lleva-
das á efeeto.


En ninguna parte era aquel daiio mas intenso y terrible
que en Ar3go11 y Valencia. Mientras el estado mayol' y casi
todos los cllerpos del ejél'cito mandado hasta entonces por
Ürúa dalH\I1 oí cste genel'al solemnes testimonios de confian-
za y consignaban en manifiestos y esposieiones el senti-
miento que les causaha Sil separacion , Vanhalen corria de
un punto á otl'O, ohsel'vando con mas atencion los movi-
mientos de sus juntas de repl'esalias que los de Cabrera.
Este, sin aterrarse pOI' el furor de aquellas corporaciones,
contra cuyos acLos tenia él gal'antias especiales en los pri-
sioneros cl'istinos hacinarlos en Forcall y Mirabete, conti-
lIuaba hoslilizallllo á la yez difcreu tes puntos militares de
ambos reinos desde Castellon á Caspe. El 27 de octubre,
tropas de las que enviaban con frecuencia sus tenientes á la
izqulCnla del Ebro, se apodcraron de la barca del último de
aquellos pueblos y ele la partida que la custodiaba. El 1.0 ele
noviemlll'e, LIagostera, con tres batallones y cien caballos
ocupa el recinto estcl'ior de la misma ,iHa , que la gual'l1i-
cion, compuesta de seiscientos hombres, abandona para re-
tiral'se al fuerte. Contra éste se rompe el fuego (el 2), desde




10.1 ANALES DE ISAllEL lI.
los paJ'apetos levantados y las casas llspillel'adas en la nochc.
E13, adelantan su línea los sitiadores, el 4 empieza á jugar
la artillería, y el ;} destl'u~'e la torre de la iglesia, baluarte
desde el eual lanzaron hasta entonees los sitiados sus tiros
mas eel'teI'Os. El G, abl'en los sitiadores hrecha ell la iglesi3;
el 7 y el 8, construyen nuevas baterías qne empiezan á jugal'
el 9. EllO, se anuncia qlle llega en fin Ayerlw al SOCOI'I'O de
la pInza desmantelada. Llagoslera se retim entonces al sur
húcia MaeHa, mientras Ayerbc, despues dc; dictar di~po~i­
cioncs para reparat' las fOI'ti[icaciollcs dCl'l'uillus, tielle que
marchal' al Norte para huscal' en Zaragoza los vívercs flue,
pOI' Ilna fatalidad inconcebible, eseaseaban siemprc en los
puntos donde se pI'csentaban las columnas. Las de los sitia-
dOI'es, pasadas ú la oríll3 jUJlliel'da del río, arrehala-
b[1n en tanlo los gl'anos y g[1nados de Pín3, G (~ba y Ve-
lilla, sin que contuviesen sus cOI'l'el'Ías ni 1[1 1I131'e1la de S:.lIl
Miguel, salido de Zal'3goza en 3quella t1ireceioll , IJi el 1110-
vimiento simultáneo de las guarniciones del Bajo Cinca, ni
aun una fuerte .. venida del Ebro, que durante algull tiempo
pareció deber oponerse tÍ que Bosrllles regresase ú la mál'gen
derecha.


Esperando la toma de Caspe , ó velando de cerea sobre
las opel'aciones de Valeneia, se habia mantenido en tanlo
Cabrera entre Alcalá, Benical'ló y Onda, haciendo :i :\1'n3U
ocupal' á Liria y á Cheste; á FOl'cadell :.l!nenaza¡' alternati-
vamente á Jéríca y Caslellon; á Barba eaer dc 13S aspel'e-
Z3S de la Calderona hasta las puert[1s de Murvied¡'o, y aun
interceptar entre esta plaza y la crlpital eonvoyes de efectos
militares, y á ViscalTo y COVel hostiliza¡' á Segorbe y Luce-
Da, obligando a Vanhalen a acudir en persona al SOCOrl'O de




UBRO llEeDIO SETDIO. 105
estc último punto. Dalla cste impulso simultaneo a las ope-
raciones cn ambos l'cillO;;, CalJl'cra rc\·olvió sobre el de AI'a-
gon, suhió ú .\Iiaga ~d 11), corrió de alli á HCl'l'ci'a, y (el 16)
con seis mil infantes y quinientos cahallos ocupó dc nuevo
ú Calatayull, yn il1Yadilla Ú fines !lelmcs llntcl'iol' pOI' uno
de sus suhlllterllos; "largó destacamcntos hasta Brca, y ohli-
gó ú los milit:iallos de Tdl'aZOna Ú l'cfugia¡'se en Tudela , ú
A,:; crhe á encerrarse en Znr3goza, y ~l Vnnhalcll Ú COITel' de
lluevo tI Sl'gol'lH', y de alli otra vez ú Daroca. YueIto (cl20)
de su espcdit:io]l Ú Calatayml, dcstat:ó Cabrera (el 21) co-
hUllnas Ú la sierra de Albarracin y á la ribera dd Celia, y
marrhó de Salita Eulalia pnra ilt:ampa¡' cnlDs inmc¡liaeiones
de Terlle\' Yallhalcn, ú (¡¡¡ien los armas de .\lcañiz y Cas-
pe llamnban la atencion , partió ú Zaragoza pal'a tralal' del
modo de remediados, )' cntre tanto la junta de ?I \iramhel
ma!lllaha establecer ayuntamientos carlistas en el reino de
ValeJ1cia. Cava se llevaba de BUI'I'iana los granos, que en-
tregaba en sus depósitos de Onda, y, lo (¡ue es mas, Cabl'e-
ra repasalm los montes y caia sobre esta villa, desde donde
debia revo]ye\' rúpidamente solJl't~ las huel'las de Castellon y
Y"lencín.


Para redimil' el oprohio de esta situacion, Vanhalen no
tenia mas arbitrio (Ine peleill', y pam pelear le faltaban me-
dios. Era, no ohstante, necesario hacer algo, y nada halló
mas fúeil que lIamfll' el f¡¡rOl' al SOCOl'ro de la impotencia, y
satisfacCl' con venganzas á los que no podia conteutar con
victorias. Hepresalias se pedian con el mismo [lI'ÜOI' entonces,
(\ue Cortes coustituyentes en 1835, Y Constitucion de Cúdiz
en 18:36 ; Y Vanhalen hubo de someterse á esta exigencia,
como en a(¡uellos tiempos se sometieran a las otras los que




106 ANALES ))Ji ISABEL 11.
le habían precedido en el mando. Rep,'esalias decretó, pues,
y en consecuencia, y por(fue el escuad,'on que acompailó á
N'egri y Garda hasta Navarra dió muel'te Ú dos milicianos
y á seis de los guardianes de la haeca de Caspe , el desta-
camento que de ella se apoderó, hizo fusila\' en Zm'agoza
ocho rehenes, sorteados entre los p,'esos de la Aljafcri:l;
el 2 y el 3 de noviembre, e1l Temel , á diez sargentos y al
partidal'Ío VilIalba, que estaban alli prisioneros; el 8, á otros
dos sargentos en Valencia; el 11, á veinte y odIO de los
trasportados antes de Alicante tI la isla de Tabarca ; el 12,
á otros quince en Zaragoza, todos por rcpresalias de noventa
y seis, que, á titulo de represalias tambien, habia hecho fu-.
silar Cabrera en el Foreal. E117, sufrieron la misma suerte
en Valencia otl'OS once, por olros tantos fusilados pOI' Vis-
calTO eula Val de Almonacid; el 24, se hizo mori,' á un ofi-
cial en Zaragoza, en espiacion de la mucrte de otro, inmo-
lado de órden de Cabrera. El 27, corrió en la misma ciullad
la sangre de cual'enta y cuatl'o, en represalias de otros
tantos de la guarnicion de Cariñena, f¡Ue, cogidos el 15 en
el Villm', perecieron ú poco en IIerrcl'U. En Liria, á falta
de prisioncros, sc vcngó la muerte de un nacional sacrifi-
cado po,' Arnan sobre un septuagenario pacífico, á quien
con otros vecinos de igual clase, se hizo entrar en suel'te
para que esta designase la víctima. Ciudad hubo donde ni
aun se quiso abandonar á la suerte aquella triste designacion,
que hizo por si mismo un populacho frenético, El de .MUI'-
cia pidió (el 18) la muerte de un preso de Yecla; las autori-
dades titubea¡'on; los asesinos insistieron, y una especie de
consejo que se formó sancionó luego entre estériles sollo-
zos el inicuo fallo de la plebe amotinada, y le hizo ejecutar




LIBRO DECUIO SETJl\IO. 107
el 20. Como si todos se hubiesen concel'tado para genera-
lizar por donde quiera espectúculos de que se estremecia
la humanidad, Balmaseda hahia hecho fusilar (el 9) á la vista
de la guarnicion misma de Viana, un destacamento que ha~
bia cogido del provincial de Salamanca, y (el 10) hizo Es-
partero sufril' la misma Sllel'te á veinte y einco soldados y
dos oficiales de Balmasccla, El furol' de las represalias se
estendió, en fin, hasta el distrito de la capitanía general de
Madrid, hasta las puertas mismas de esta capital. El 7, fue-
ron enceJ'l'ados en el alcázar de Toledo todos los pal'ientes
de los facr,iosos, porque una Landa de ellos se habia apo-
derado de una diligencia, dos dias antes, en las inmediacio~
nes de esta ciudad.


Entregándose á estas ejecuciones atroces, que enllme-
raban con satisfaccion los órganos de la opinion progl'esis-
ta, los gefes de los dos ejércitos hacian lo posible para ale-
jar de si la responsabilidad de la sangre vertida. El 24, re-
co~vino desde Cam:H'illas Cabrera á Vanhalen. recordán-
dole el asesinato de O'donell y demas prisioncros de la
ciudadela de BUI'celona, los de Torres, Itumtlde y otros
muchos; insistiendo sobre los últimos de Valencia, Zarago-
za, Alicante, Teruel, elc" amenazó con hacer la guel'l'a Ú
muerte, mientras los cristiuos continuasen observando
aquella conducta. Vnnhalen contesto, oponiendo á los ase-
sinatos que le echaba en cara su adversario, los cometidos
pOI' órden de éste sobre los pl'isioneI'os cristinos en Herre-
ra, Peracense y las inmediaciones de Segorbe; y á los diez
dias de fh'mada esta especie de apología, en la cual trató
de pel'suadir á Cabrera de su ohligacion de cumplir las es-
tipulaciones del tratado Elliot, mandó fusilar unos prisio-




108 ANALES DE ISABEL ll.
lleros cogidos en Chest.e, y hacer sufrir igual suel'te á cuan-
tos des pues se cogiesen,


A existi!' gobierno, ú tene¡' las autoridades la concien-
cia de su fuerza, fúcil habria sillo eontellel' los torrentes de
sangre [¡Ile inundahan las ciudades mas (¡ue los campos, y
fúcil regularizat, la guerra, cont.entando el deseo que de
ello ostentaban en pomposos maniOestos los p;efes de 10::\
dos ejércitos, Pero la pl'ensa pl'ogl'esista se oponia á toda
transaceion; y, manifestándose poco satisfecha (le que las
represalias se limitasen á solo el sacl'iHcio de algullos cen-
tenares de prisionel'os, exigia (¡He se cslencliesell á SlIS fa-
milias, y aun á los habitantes (lile no se mostl'asen adictos
ú las llamadas teorías de !wogrcso. /t escilacion (le los que
las l)J'ofcsaban, se exigiel'on á los encerrados en la Aljnfcria
de Zaragoza fUeL'les sumas, pOl' pl'ecio de su e~cal'celaeioll,
como las exigian las bandas ú los Cl'istinos (/\le eaiüll en sus
manos. Y corno si en todas materias se huhiese l'esuelto lo-
mal' pOI' pauta la justamente censurada conduela de los fac-
ciosos, San ~Jigllel publicó (el 2'7) un hando , en (llIe ,des-
pues tle anuncia!' (lile Cahrcl'a se habia lle\'ado los mozos
de muchos pueblos, dijo:-(Conslúnr!ol11e que trala de ha-
»cel' estensiva esta medida á todos los puntos (le este rei-
»)110, he cl'cido de mi debe¡' anticiparme á sns planes, y
»llamal' ;'l nuestras filas á todos los (¡ue él qniere arrastrar
)'á las suyas ... , No he podillo mCllos de deCl'ctal' una quin-
»la genel'al. ... (¡lIe ponga ú salvo de la l:'aicion enemiga á
»Iluestra bizarra jllventull. ¡) Dispúsose que elltl'asen en este
alistamiento los soltel'os y viudos sill hijos de diez y siete á
ll'einta años, rleclal'alJ(lo traidol'es á los (llIe no acudiesen
al Bemamiento, Se impuso á los presos ue Zarngoza y Ca-




ullno DF.CrM(} SETlMO. 10~
latayud un millon prll'fI gastos de ecpipo de la nueva fnel'-
za, otro ~oIJl'C los bicnes de los facciosos y emig¡'atlos, y
sicte ú la:; [l'es provincias de Al'ago!l. La plata dc las igle-
sias y oll'()~ adlitl'io:, debian completal' los fondos necesa-
rios pal'a el armalllellto, equipo y manutencioll. Pel'o las
provincias ueebl'a:'oll S \1', imposibili(lall de haccl' aflucl unc-
vo sacrificio, y la juyclllml, obligada á optal' entrc haccrse
instl'l1mento dc anat'f!uía (¡ de despotismo, se deeillió pOI'
este último partido, y prefirió, en general, alistarse en las
filas de Ca!JI'cl'a.
!)(~'.;¡e Onda, dOIHle lIegarfl el ~?(j, hizo l~stc en seguida


[ldelanl:u' 5,1S fllCi'Z,lS sr¡hl'e \'alencia. Llagostcl'3 y Forca-
dell, con cllall'O mil y quinientos hombres, avanzan pOI' ~lon­
calla h:\sta Beninw\l1e[ y BlIl'j:l'iOl; y ~\!'1l:1ll y Coyn, COII mil
y l/uilliculoó;, pOi' dllctilO de CUenle, hasta TOITenlc y Silla.
El pal'lidal'io Cl'i~I¡:lO Truquel se l'elii'iI Ú los alTabalcs ele
la capital, clIyos lllili,:i,llloS se ponen al punto sohre las tlr-
m[ls. El 30, :,e cstahlece allí ulla eomi.'ioll militar, ellcar-
gada lle juzgrll' Ins delitos de infitlcnria, sCllicion y mo-
tin, y clI(rc (¡mlo hls COln¡~lll~lS carlistas de Ponienle mal'-
chan cn dil'ccc:iotl de Sueca y Alhel'iqne. BOI'SO, que se
hahia cor!'ido (!c illunicdl'O Ú \~alcn('ia, ~ale tras cllas (le
esla eiwhlll, i'cftll'zallo con las partidas (le Pnehades y Tl'u-
que!, y al;'!HI1C1s II'ojl;\S sueltas ú bs ól'uenes inmediatas de
Hui!. Sígllc1e el s('¡~¡¡mlo cabo, Lopez, con la divisioll
tic la riLe!'a, rceien lIeg:HIa de Lil'ia, y muchos mili-
cianos de la capilal y d~ los pueblos vecinos. El2 de di-
ciemlll'e, clllCl'ado Dorso en Algillet de la dil'eccion de
los ellcmigos, (llIe ya pOI' el !leal \'ohian caI'gaLlos de des-
pojos húcia Chiva, fuerza su mal'ella, y fI\'islúmlolos c¡'rca




110 ANALES DE ISABEL 11.
de esta villa, los manda atacar pOI' cuatro escuadrones


,


que, á las ól'denes del cOl'onel Pezuela, los arrollan y les
hacen doscientos pl'isioneros, El resto se replegó sobl'e
Ches te, mientras que otro cuel'po de los dos en cfue se ha-
bia dividido la columna cadista de Poniente, marchaba pOI'
Enquera y Ayora. Este movimiento hizo á Lopez COI'I'erse
á Cofl'entes, y destacar fuel'zas á los puentes del J úear, en
tanto que la bl'igada de Requena observaba los pasos del
Cabriel. Burlando todas estas pl'ecallciones, los cadistas,
llegados á Almansa el 3, III at'cha 1'0 n el 4, Y subdividiéndose
aun, repasaron unos el J úcar por cerca de Tous, en di-
reeeion de Cht?Sle, y Otl'05, por Aleahi. Je! Rio, cncaminán-
Jose á Illiesta; á estos úllimos los atacó Lopez al salil' de
la villa, y les quitó parte de los despojos de que iban cal'-
gados, Dorso entre tauto hacia, entl'c Lil'ia , Chiva y Re-
quena, marchas tan ¡nciel'tas, como conll'adictol'ias eran las
noticias que de hora cn hora le llegaban de la dil'ecl~ion de
los diferentes cuerpos enemigos, Por val'jos I'odeos, y pcr-
scguidos alguna vez, volvicl'OIl, en fin , todos á su guarida
de Chelva, ocupada por tropas de FOl'cadell dUl'ante su au-
sencia, Vanhalen, que, salido dc Zm'agoza ú la cabeza dlJ
un convoy de muchos centenares de carros dc vivcl'es,
destinados á las gual'llicioncs de las plazas del Bajo AI'a-
gon, supo luego la nueva escul'sion de los carlistas valen-
cianos, revolvió sin detencion sob¡'e ScgOl'be, aun f¡UC Ú la
sazon UIlOS de los aragonescs alarmasen desde Villalva y
Tartajada á Teruel, y otros cstrechasen el hloqueo de AI-
cañiz,


Cuando las desgracias de que eran teatro los reinos de
Al'agon y Valencia paI'ccian deber fija¡' sobrc ellos toda la




LIllRO DECIMO SETIMO. 111
alencion oel gohiel'no, Ilamúronla repentinamente á puntos
bien distantes, y casi ~iempre tl'anfJuilos hasta entonces,
succsos quc, aunquc ue inuolc diferente, se anunciaron por
de pronto con un caradel' mas grave aun que el cncarniza-
miento mismo ue la guerra. De mucho tiempo antes se no-
taban en algunas ciudaues importanles de Alldalucia cona-
tos de escision, que la sevcriuad dc ClomH'd y de Palarea
bastaban apenns Ú compl'imil'. El último dc estos genernles,
cediendo en fin á los clnmores tle la prensa progresista,
habia \teeho volver dc Albuecmas á }lúlaga los Brcseas y
drmús dcportados por eallsas politicas, y depositúdolos
hasta la conelusion de estas en el cnstillo de Gibl'alfaro.
A pesar de la incomunicacion que se les impuso, el oro y
lns simpalíns rcvolucionarias les pel'lniticron tI'atal' con
algunos dc sus nmigos , que, proclamando anticipndamente
su inocencia, y porlllcrando la injusticia ue su pel'sccucioIl,
tl'abajaron en generalizar el odio que contra Palurea difun-
uian al mismo tiempo Seoane ucsde la tribuna del Congreso,
y Cabtl'ava drsuc la del Senado. En Cádiz, la deportacion
antcrior dc un diarista, y la continuaeion del proceso dc los
que ú sall]¡¡zos Iwhian disuelto un eolegio electoral, mante-
nian igualmcnte cIIll'c los cómplices dc afluel y de olros
crímenes una il'l'itacioll f¡lIC los mellas perspicaces mira-
b3n como un silltoma tle tl'aslol'no ultel'iol'. Era este de te-
rner, si no ('11 las rcsidencias ue Clonanl y dc PaJarea, en
¡¡Jgullas (lc las populo~as cimlades de sus distritos rcslX'c-
tivos; y ScyiHa 110 tardó cn cfedo cn alzar la bandera.


EllO de noviemhrc, la imluielud sorda que se notaba en
la eiutlad obligó al segunuo cabo San 1IOl'ente á demostra-
ciones que, quizá pOI' demasiado circunspectas, gl'auuaron




112 ANALES DE ISABEL II.
de provocativas los allJol'otador'cs. Porque los uébilcs desta-
camentos de illfanteria ue la guarni~i()lI l'eciuiel'on orden de
mantenerse en sus cuarteles y Jos de caLallcda de patnlllal'
en las afueras, se articularon quejas Ú llolllurc de la milicia,
lijO pretesto de no habérselfl llamauo ú tomal' parle en ¡¡(¡uel
sCl'vieio. Pl'oeUl'ó cillmarla S311 L!1)rellle (el 11) , por medio
de una proclama conciliadol'a; pero, no yielldo en ella los
milicianos sino la e:,pl'csion (lel mic(lo que se les tenia,
pl'o1'Umpiel'on en quejas mas ueseomcllidas, {~imputaron
á la auloi'idad la intcnciOll de d('Sal'marlo~. E112, anunciando
ellos designios hoq¡lrs, !WIE'Ó el gCIH'l'id sofocal'l()~, esta-
blcciendo en las inmediaciones de llllO de los cual'le!es de la
milicia, un reten de c¡!lmllel'Ía; 1)('1'0, intcrpl'rtillldo siui('s-
tI'amente los fautol'es delmotin esta di~posiejoll, fundaron
en ella nuevos cargos contra la autoridad, y, alarmando ilSI
á sus Il\'oselitos, rellnieron el ayuntamieilto, al cual hiciel'oll
cOllcunir al subinspectol' y los comamlantes de la milicia. El
gefe político, Calderon, se presentó en la reunion, pel'o, Jes-
conocido por ella su caráctcr y lcnid;:;s en poco sus ollsel'Va-
ciones, se resignó ú IHlcer la dimision que se le indicó como
Jleee~at'iil, y aun Ú ilsociarse ú la dipnlacioll que se cnvió al se-
gUllllo cabo pal'a exllOl'lal'lc ú seguíl' ~u ejemplo. El gefe lllilí-
hil' cedió como el eiv ji, y (el i 3) allllllciú haber dejado su puesto
al ul'ígadiel' Fontecilla, cn quien los albol'otadores no sen-
tían ve!' depositada la autol'idad, ponlue le conocian incapaz
de haccI' de ella Otl'O uso que el filie ellos le IH'escl'ihiesen.
Al punto pusicl'on sohre Ins armas la miliciil, y 1I0mhral'on
dos individuos por compaüÍa, p:lI'a haeel' parle de una gl'an
junta que dehia l'cunil'se ¡;n h", ra:;as consisloriales. J ú la
cual, ademús de ellos y de los individuos (Id ayuntamiento,




LlEHO IlECIMO ~ETI~IO. 113
asistiel'on el intendenle, en quicn IJallian recaido las fun~
ciones lle gde político. los vocalt~s de la diputacion pro-
vincial, ¡¡Igunos ll1~lgistl'ados de la audiencia, el llUeyO eo-
malldallte milit3l' y los gefes de los cuel'/)Os de la guarnieion.
Fuel'te el motin con el apoyo forzado de estos gefes, y con
d connivente silencio, si no con la aquiescencia formal de
las atllol'i,lades, detel'minú eslemlel' á Clonanl las intima·
ciones hechas con tan feliz éxilo á Caldel'on y San Llol'enle.
y al efecto despachú una dipulacion á CáLliz, con la comi-
sion ostensible de entel'm' de las OClll'l'encins al capitan ge-
nCl'al, y el encal'go l'e.'icl'\'ado de manifestal'le los riesgos
que corl'cl'ia si (Iuisiese conll'areslal' el movimiento. Impor-
taha quitat' á estc su caráctcr sedicioso, y al efecto tina see·
cion de la gran junta se reunió ,;el 14) para tl'rltal' de justifi-
cado en tina esposicion que desde luego se dirigiú ú 1" l'ei-
na en esle sentido. En el mismo dia. Clonar" eSCI'ihiú al
ayuntamiento desmintiendo el designio que se le imputaba
de (IUel'el' desarma\' la milicia, y dió asi una especie <le sa-
tisfaeeion, (Iue h"l)l'ja atajado los desórdenl's , si ellos pro ~
cediesen en realidad del temor del desal'me.


Pero se habia ido ya demasiado lejos pal'a ['etroeeele!',
Ni el pueblo de Sevilla ni aun la milicia sabian dúnde se les
llevaba, ni los alllol'CS mismos del tl'astol'no sabian dÓI!(le
iban ni dÓIHle querian il'. Asi, solo peIbaban en eclehl\\l'
jUlltas que nada deeian, pOl'.Jue los lIamallos á ellas evita-
llan Cill'gal'Se con la I'espon~abilidad de aclos de que nadie
demostraba la conveniencia, ni aun señalaba positivamente
el ohjeto. El teniente general don Lus de CÚl'dova, (lile se
hallaba de paso en la ciudad, de yuclta de un viage á Cádiz,
fué convocado á una l'eunion celebrada el 15, en la cual se


TOMO VI. 8




114 Ai\ALIl5 DE rSAflEL lI.
aconló esplor3l' la voluntad de la milicia. Los encargados de
la esplol'acion volvieron dieiendo, que -«El deseo de la
)l{uerza ciudadana, era f(Ue Re erigiese ulla junta guuer-
)¡nativa.» En vano combatió Córdova este pensamiento, y
mostl'ó sus inconvenientes y sus pel'juicios: en vano se es-
plical'On en el mismo sentido las autoridades y los gefes de
los cuerpos de la guarnicion. Grupos de amotill:lllos gl'ita-
han ú la puerta, pidiendo la formacion de la junta, y {¡ ella
pOI' tanto huho de procedel'se en seguida. Designúrollse eo-
mo vocales el subinspector de la milicia, uno de los alcaI-
des constitucionales, el dipulallo ú Cortes AlvnI'cZ , y otros
dos ofIciales, no estraños á aquellos eonatos de tl'asLol'l1o.
La }11'esideneia se confió á CÓl'llova, y la vicepl'csillcncia al
genel'al Na\,yaez, en busca del cual se hizo paI,ti\' Ú uno de
los agentes de la escisioll. El 1G, se encargó CÓl'llova de la
capitanía general: el j 7, se levantó el estado de f'itio y se en··
vió a Cádiz una comision para intimar ú Clonanl las reso-
luciones de la junta, que al mismo tiempo fueron comuniea-
tlas á las autoridades tle CÓl'doua y lIueh'a, y alluncialbs
en derechul'a al gobierno de :\Iadritl. Narvaez, que, dl'le-
nido unos dias en la primera de afjucllas ciudades, habia
salido con direccion ú su destino de Loja, fué alc::1nzado
cerca de Ecija pOI' el emisario despaeha\lo ú su ellenen tl'O,
y, cediendo á sus exhortaciones, camuió de ruta, y se diri-
gió á Sevilla, donde fué rccihillo (el 18; por sus amigos,
por los de Cól,¡Jova y por los directores de la misteriosa su-
blevacion, entre las demosLraciones de un entusia';l11o faelj·
cio, con fIlie se procuraban recata!' las inquietudes (Ine e\la
inspiraba.


Gencfalizúl'onse estas el 19, al VOlvCl' á la Cilllla(l el




LlGRO DECnrO SETIl\lO. 115
mcnsllgcro enviado á Cádiz, mal recibido y despachado pOI'
cllegitilllo capitan gelH'i'al. Creyel1llo conformarse á las in-
tenciones de éste, Ill'j,Il'O¡}, en la noehe ele! 20, sus cuarteles
de Sevilla alguno:; destacamentos sueltos, y tOlllat'Oll luego
la direccion de Cútliz , con gl'LHl sOl'presa de C(JI'(lova, que
se creia asegm'allo de su cooperaeion. El 21, llegó á Sevilla
una ])l'o;;!Jma puhliqda el dia untes pOl' Clollal'd, en la
clla] , deópues de aClbal' ti lo~ genel'ale~ Cónlova y Narvaez,
-((le hallel' tlll'bado la Inz de aquellas provincias, fallan-
),do ú sus ddJCl'es como militarcs , y á sus jUl'amentos como
»diputar1o~, y de ex.llOl'tal' Ú 103 anlLllllcc:3 Ú no dal' oidos á
),sns falaces promesas, encaminadas ú estahlccCl' una tCl'-
llI'iblc dictadura,)) dechll'ó I'easumidas en su autoridad todas
las facultarles y atribuciones de las demas del disu'ito, y
dictó otl'as disposiciones eOllsel'vadol'as. El 22, Córdora, sal-
tando de rep2ntc la valla lle la ll1ode¡'acion ú cuyo abrigo se
había m:llltenido Iwsta entonces, !allZÓ una atroz filípica
conll'a el autol' de la proclama, calificállllole-«de impll-
»dente calumniadol' , Cjne habia faltado al Pllllor y á la vel'-
))(Iad como homh¡'e, á la vigilancia y la prudencia como
))autoridad, y al valor como milita¡';) y no satisfecho con
tales denuestos, añadió:-Cf El general conde de Clonard
))Ita lIlentido til y cubardemente.) Có¡'dova pretendió que
-«aceplando él y Karvaez la confianza J~ los sevillanos,
))se habian inmolallo en las aras del bien público para sal-
)¡"al' la ciudad, y aseguró que entramhos estaban sedi('n{os
»)dc concr ú la hal'l'a Ilneiollal :í l'csponder como diputados,
),ante los trihunales como cilllladanos, y ante las ordenan-
»zas CulllO militares.') Pero si hasta aquel día podian las
cil'cunstancias de su aceplacion hacerla eseusahle, y aun jus-




116 . A:i'ALES DE J~ADEL IJ.
tificarla quizá, no ap3reció jllstil1cable, ni escllsable siqllie-
r3, desde que el milita\', violando las leyes de la ordenanza,
osó denost31' en un documento publico á su superio\', que
tenia el de\'ccho de denunciarle desde luego, y de ponedo en
juicio despues. Lanzándose á tal violencia, desmintiú Cordo-
va la pureza de las intenciones con flue decia habel'se pres-
tado á una usurpacion, de flue quizá- podia haber probado
la necesidad; y, contribuyendo pOI' lo descomedido de su
lenguage á que se calil1case de atentado la invasion de atri-
buciones delegadas á otra autol'idad, desvaneció el pI'estigio,
á favor del cual solamente sc hubiera podido robustecel' y
consolidar el proyectado trastorno.


En su odgen, el impulso para pl'omoverlo partió del cluh
dil'ector dc Jladríd, pOI' el cual se habian comunicado ól'(\e-
nes á Málaga y Granada para favorecer la escision, una vez
pronunciada, y tl'abajal' en eSlendeda, Pero la ci,'cunslancia
de haberse encal'g3do á Córdova la direccion delmovimicn-
to, inspiró recelos a los c1ubistas de aquellas dos ciudades,
que no veian en el general un instmmellto ú propósito para
ellogl'o de sus miras. Supúsose flue, ('efol'zúndose el cj(~rci­
lo de reserva en la propol'cion detel'minada pOI' el ministro
Hubert, y dividiéndose el mando entre CÓl'dova y Narvacz,
sofocarían estos mas vigol'osamcnte que el gobie,'no de Ma-
dl'id los nuevos pl'oyeetos de cscision que pudieran fOI'mal'-
se, Atribuyóseles adcmas un designio de mas trasccndeneia,
para cuyo logro se aseguraba deber salil' de Pal'Ís , y em-
bareal'se en el Havre el infante don F,'aneisco, que pas:u'ia
á tomal' por de pronto la regencia de An(lalucía, y, ó se
elevaría desde ella á la del reino, ó fOl'mal'ia alli uno con


. la desmembracion de afluel vasto telTitodo. POI' ahsUl'da




LIBRO DF.CIMO SETlllIO. 117


flue pal'eeiese esta idea, los que lIegal'on á conocerla tuvie-
ron que diseutil' las eventualidades de su I'ealizacion , y
coincidiendo la incertidumbre cIue ella no podia menos de
promoye¡' con la desconfianza que inspiraba el nombre de
Cónlova Ú IOi; jll'ogresistas de Gmnada y Málaga, y con el
miedo (Iue illfllmliall al mismo tiempo la aetitllll vigol'osa de
Palarea y Clonal'd y la lealtatl de los comandantes genera-
les lle Córlloba y IIueh'a, quedó frustrada la tentativa de
Sevilla, sin que sus autores pensasen ya mas que en los II1e~
dios de disminuÍ!' la responsabilidad pOI' la pal'te que en
ella tomaron.


El 23, los trescientos y ochenta soldados que, entre
escopeteros y artillel'os, habian salido de la plaza dos dias
aates, l'ecillie¡'oIl órden tle Clollal'd para ponel'se á las del
general S~\lIjuanena, encargado por el de restablecer en Se-
villa la obellicncia al gobiel'11o. A la cabeza de aquella fuer-
za, y de cincuenta soldados de marina destacados de Cá-
diz, se presentó Sanjuanena al anochecer en la puerta de
Triana, de donde sin obstáculo se encaminó á la plaza de
la COlIslitucion. Los nacionales ¡¡ue, á la primem noticia de
la mal'cha del emiado de Clonanl. se habian reunido de ór-
den de Córclova, tenian alli formado un batallon, que en se-
guida fuó reforzado con los otros; y al frente de todos se mos-
traban el mislIlo genel'al y su segundo, Narvaez. Sanjuane-
na intimó á Có('(loya que le entregase el mando; la junta, á
quien se eon~ulló sobl'e esta pl'eteusion, accedió á ella dcs-
pues de val'ias esplicaciones, y verificada la entrega, hizo
Sanjuanena retirar sus tropas y Córdova la milicia. Vuelta
esta á sus cuarteles, y uotándose en ellos señal~s de resis-
tencia, acudieron al del tercer batallon CÓ1'dova y Nal'vaez,




118 ANALES DB ISABEL JI.
acompañados del sub -inspeclol' I á calmar )a irritacion y la
desconfianza, y COIl el mismo objeto recorrieron luego los
cuarteles de los olros batallones. Entre sus filas hizo y re-
pitió Córdova el c\ogill del nuevo genenll, se mostró satis-
fecho de S\1S intenciones conciliadot'as y de sus pl'oll1e~as
de olvido, y solicitó scr inscrito en el padl'on de la milicia
en calidad de simple grrmadct'o. No 3qllietúnuosc con estas
manifestaciones los milicianos, Narvaez ai'iadió:-( Vuestras
»exigr.ncias serún satisfechas; yo sahré I'eclamadas, Ó ras-
»gal'é esta faja y apnrcceré entre vosotros COIl un somhrero
»calaiícs.» El bn!allon ~e aquietó con estas p3hlbl'as t como
se aquietat'on los otros con la siguiente apóstrofe de Córdo-
ya.-«Si no soy digno de \'uestt'a confianza .... si la noche
»ha de cobijar dclitos .... aqui la muerte, ,\nancad las pla-
)lCaS quc honran csle pecho.» Calmarla la efervescencia, ca-
da cual se relit'á á su casa, y 13 tl'anr¡uilidad quellá defini-
tivamente restablecida. El ahmlc de cuatrocientos treinta
soldados, y la actitud vigorosa del general que los mandaba
no haurian seglll'amente proporcionado este beneficio, sin la
docilidad que mostt'á Cál'llova para entregar el m3ndo, y la
firmeza con que él y :'\3rvaez sofocaron los clamores de tres
mil milicianos, que, aunque no conformes en creencias polí-
ticas, hab6an comlH1tido con mas á menos dcei~ion, una vez
dada la seüal. Ansiúb3llb, provocábanla aun grupos de pai-
sanos subidos en las azotcas, ó mezclados en 135 filas
de la milicia misma, y prontos á aproyccll3l' la ocasion
que un combate nocturno en las c3\1es de una gran ciu-
d3u les ofrceeria pat'a hacerle sufrit, los hOl'l'ot'es de un
saqueo. Cllalesqnicl'a que fuesen los errol'cs Ó falt3s co~
flll:Lidl1s en los dius uulcriOl'C5 pOI' C6rJo\'u y NRI'VUCt., :m




LIDRO DECIMO SETntO. 119
conduela en la noche del 23 al 24 los atenuó nolablemente.


Asi hubo de cI'eerlo Sanjunnena mismo, cuando pregun-
1:'l11l101e Córtlo\'a filIe instl'ncciones llevaba con respecto á
Sil persona, le respondió que ningunas, y le franqueó el pa-
saportc (¡nc le pidió, La misma comlncta obsel'Yó con Nar-
Yal'Z , yann con la milicia, tI la clwl, en confOl'mitlad lle la
prolllesa I¡nc hizo-(,de respetar su honol' y sus inlerescs)),
llO manifestó una llescollfiallza, f¡Ue podia fundal' en motivos
ltarlo plausibles. Pero ningull aprccio hicic!'on los milicia-
nos dc la indulgentc eil'cuIIsJleecion del general; anles bien,
cual si fJlli~icsen illfullLlide miedo, y COIl el poner á cubier-
lo dc toda pesf¡nisa á los fautores originarios del moLin, se
llegaron iyl 2:1.) ~l da!' el senicio, ahandonal'on las gual'dias,
y muchos lle los oficiales devolvieron sus despachos. Creyó
el nuevo gefe (Ille <1pacigllaria Ú los disidentes, Pl'oclaman-
do ell IIlla nlocucioll del 2:5! sentimicntos de coneiliacion y
de paz; pero como los díscolos confunden siempre la dulzu-
ra con la delJilidrld, Y piellsan cuando no se les repl'ime que
f.O sc osa reprimidos; los batallones, en vczde mosll'Urse
satisfechos de la contemplacion con que se les tl'alaba, pre-
lcndicl'on segui\' dando la ley, y significaron Ú la autoridad
fIue no yo]ycriall ú encargarse de! servicio de la plaza,
lllicntras no se hiciese salil' de ella á la tropa de línea. Ne-
góse el generrll á esta pI'etension , y conoció al fin que era
necesario emplea!', para establecer el órden, medidas decisi-
Y3s. Clonanl, que llegó de C:'ldiz el 27, se ap\'esUl'ó á adop-
tarlas, haciendo desde luego prender á los miembros de la
junta, y al sub-inspector y varios oficiales de la milicia, y
dlsohiélHlola y destmnúndola en seguida. }lientras la dipu-
h\í.;ioll proyinchil de Cadííl y otras muchas corpol'o.ciones




120 ANALES DE ISADEL 11.
é individuos felicitaban á Clonard por esl e aclo de firmeza,
pl'otestaba contra él CÓI'dova desde ~fanzanarcs, donde ór-
denes del gobiel'llo le habian obligado á hacel' alto; y fun-
dado en el compl'omiso que dceia haber contraido COIl los
milicianos de Sevilla, de vclm' en que no se violasen con
respecto ú ellos las segl\l'idades de Sanjllanena, hizo (el 6
de diciembrc) la dimision de sus grados, empIcas y honores.
Esta demostracion se I'erutó tanto mas exagel'alla , cuanto
que, pOI' disposicion dc Clonard, se hallaba establecida des-
de tl'es dias antes en Sevilla una comision de l'col'ganiza-
cion, encal'gada de escluir de las filas de la nueva milicia
la multitud de perd idos, que tÍ favor del desórdell general,
se habian introducido en ellas.


Mienl!'as esto pasaba en Sevilla, habia llegado ú ~Iadrid
el genel'al Alaix, y lomado posesion del ministerio de la
GuelTa, desempeñado, desde la remoeion de Rodriguez Ve_
ra, pOI' el duque de Frias. El 23 de noviembre,habia éste
prevenido á CÓl'dova enll'egUl' elmandode Andalucía y á (]o-
nard adoptar las medidas convenientes pal'a hacel' respetar
su autoridad. El contraste qUe esta actitud justamente se-
vera formaba con la equivoca y contemporizadora que mos-
traba al pl'opio tiempo el mismo ministro con respecto á los
sucesos de Valencia y Zm'agoza, pl'OLó qne no cl'a el illte-
I'es de la justicia el que presidia á sus disposiciones, sino
la influencia oculta que á la sazon subyugaba á los mas ele-
vados como á los mas OSCUI'OS agentes del podcl'. Alaix, Lo-
mando la direccion de la guerra, no lanló en dal' la medi-
da y detel'minar la índole (le esta influencia. El primer ac-
to de su administl'aeion fué confial' la SUhSCcl'etal'Ía de su
departamento al protcgido de Espal'lcl'o, Mil'andl), separado




LIBRO DEcmO SETlMO. 121
poco antes por Latre de la secretaría, en seguida espidió
órdenes á Córdova y Nnrvaez pal'a presentarse en Andalu-
Cla ú disposicion de Clonanl, y á éste para que les fOI'mase
causa. Poco desplles, diseminó los cuerpos que habian per-
tenecido al ejercito de l'eSel'Va, y revocó el decl'cto tille 01'-
denaha aumentarlo: refuIlllió luego en una las coman-
dancias generales de las trcs armas de la GuardL\ Heal, y
confirió el mando dc toclas á Espal'tero , que tuvo el buen
sentido de no aceptado: disolvió al mismo tiempo la junta
supel'Íor de guerra, compuesta de los tres genel'ales mas
versados en las teol'Ías del al'te (Zarco del Valle, Montes y
Hich), y I'cjw'lió sus ntl'ibuciones entre varins corporaciones
Illilital'cs, que no potlian, como los gefes removidos, cau-
sar celos al caudillo deÍ Norte. POl'que antes se habia mos-
trado éste poco satisfecho del gobel'llador de Jladl'id, So-
ria, le hizo Alaix dej:ll' (l\ puesto á oteo Narvaez, tio del
pacificador de la Mancha, y unido con los mismos Alaix y
Espartero por el lazo de ayacltchismo, (lile era entonces tan
poderoso en púhlico, como el del c1ubismo lo em en seCl'e-
too Vióse así que la voluntad de Espm'll'ro seria la única
ley que clrcidiria en lo sucesivo tleltlestino de los pueblos y
de la mUl'cha del mini5tel'io.


El de Frias, desde la sesion del Congreso de 18 de no-
viembre, en (Iue Ruiz de la Vega luvo que retraclar su
enel'giea manif~staeion contl'a las tl'abas que ponian á la ac-
cion del podel' las formas constitucionales, se hallaba des·
quieiado y convencido de la necesidad ele disolvel'se. No se
resignó á ella pOI' su pal'tc Fl'ias, y para conjurada reunió
~cl 20) en su secl'etal'Ía a los seis ex-presidentes del Conse-
jo que se hallaban en )ladrid. (~Iurlinez de la Rosa, l\Iend.i-




122 ANALES DE ISADEL n.
zabal, Istllriz, Calatrava, Bardaji y Ofalia), y los consultó
sobre la conveniencia de la dimision. Reconocida ella á una-
nimidad, Frias qaiso saber si él sufriria la suel'le de sus co~
legas, y no fue pequeña su sorpresa cuando oyú una res-
puesta afirmativa, igualmente unúnime. Decidido 110 obs-
tante á permanecer en su puesto, apelú (el 21) tic la tleci-
sion de los seis úrbitros á la de tres de los mismos (Calatra-
va, -'lcndizabal é Isturiz); pel'o conflrmamlo estos el fallo
del dia antcriol" hubo al fin de pensar en la I'etiralla. Tra-
túndose entonces de la fOl'lnaeion del lluevo Gabinete, sos-
tuvo Isturiz i] ue 110 debia compollcl'se de ningun partido es-
elusivo, puesto que lIi el model'ado ni el exaltado teuian
bastante fuerza pOI' sí solos pal'll dominar la siluacion. Los
hOl1lbres independientes que habian rehusado asociarse á
una y otea de las dos fracciones activas del pal'lido liberal,
sabian que ni de la ullioll de los individuos que las forma ~
ban podria resultar, inmediatamclIle {l lo menos, el bien
apetecido. En efecto, los exaltados y los moderados no di-
scntian esencialmente sino sobrc la ecleridall ó la lentitllll
con que debia procedel'se ú la completa plantiflcacion dell'é-
gimen constitucionfll. Contra el , sin embargo, ó contra su
establecimiento instantúneo, se l)¡,onunciaba de un modo mas
ó menos violento la opinion , y solo contemporizando con
ella era posible atenuar desde luego, y superal' mas tarde,
los o\)stúculos que embal'azaban la accion del poder. Algu-
no de ellos habria desflparecido sin duda, si, adoptada la in-
sinuacion de Isturiz, se hubiese fOl'mado un gabinete qlle
templase la violencia habitual de los progl'csistas con la apa-
tia sistemática de los modenHlos, y comunicase á estos un
poco del calo!' c~ccsivo ue los oll'Qs. Pero h\s pNtens¡(lIlC~




unno Dl~CmO SETUlO. 123
esclusivas y exorhitantes de los dos partidos no permitieron
que prevalecicse el dicl<Ímcn del diputado gaditano, y los
modenHlos, pl'csumidos ti pal' f¡lIe impotentes, se lanzaron
sohrc la tristc sucesion de Frias, con el mi:;mo al'dor que
si se 11'8tase de una rica herencia,


El 2;'), tuvo el t1lJlUtado moderado Armendal'iz el encar-
go de componer vn gahinete, de quc aceptó la presidencia
el duque de Gor , como Govantes y otros diputados de las
mismas opiniones ae('[llaron Jos otros puestos. Ya parccía
(lITcglado el llf'gol'io, cuando sus promotores Al'lllCndariz y
Rivahcl'l'Cl'a creyeron necesario asegurarse de la mayoría
de las Cortes, con cuyo apoyo habian contado mas <le lo flue
conviuicl'a. Sometido el proyecto á una junta de diputados
de la mayol'Ía, lo combatió ené:'gieamente Isllll'iz, como con-
trario á la idea de eoalicion que él babia enunciado. Hiva-
)¡elTcl'a, dcfenliémlola, lanzó contra su impuguadol'denues-
tos, que provocaron recriminacioncs , y terminaron por un
desafío. Rivaherrcl'a, dando despucs satisfaccion á IstUl'iz,
impidió la consumacion dcl escándalo; pcro la l'cycl'ta pl'O-
movido, y la creencia de f¡nC en aquella combinacion anda-
ha la mano de l\Ial'tinez de la Rosa, de qnien el llur¡ue de
GOl' era ó aparccia el inslrumcnto , hiciel'on llovel' de una
parle invectivas y de otra sarcasmos contl'a el proyecto,
que quedó en consecuencia frustl'ado, como lo (lUedaron su-
cesivamente oll'os que, sin mas variacion que la de los
nomhl'es se formaron poco dcspues.


En este estado cI'eyó convcniente la reina Gobcrnarlol'a
consultar al rccien llegado Ahiix, y saber de su boca las
intenciones y los deseos de Espartero. Alaix contestó que
iHjud gefe uo ql\cl'ia cntrul' eH cllc:stioncs de personas,




124 ANALES DE ISAnEL 11.
contentándose con que las designadas fuesen inlachables.
La reina, que veia por una pal'le la nulidad y el descrédito
de los moderados; que sabia pOI' otra la actividad con que
tl'abajaban los ciJ'culos ó secciones dc los clubs; y cn quien
finalmente lwbian hecho im¡wesion las obsenacioaes relati-
vas á la necesidau de UIl "gabinete de coalicion, encargó ú
Alaix confercncias sobre el a,,;utllo con Olózaga , aliad ienrlo
que veria con gusto que se contase con Pita. Abix citó ú
este y á Olózaga (el 4 de oetubre) para una conferencia, y
no columlll'ando posibilidad de avcnil' á los dos recomen-
dados pOI' la reina, presentó en la noche ú esta Ill'iucesa
una larga lista de eallllidatos. El 5, Olózaga, de acucrdo ya
COIl sus amigos, se manifestó dispuesto á aceptar la pre-
sidencia con el ministerio de Estallo; pero il1l1icó pal'a el
de :\ !arina á Canlel'o, á Sancho para el de la Gobemacion,
y pal'a el de Hacienda á Aguil'l'e Solat'te, de quiell asegUt'ó
que proporcionada dinel'o vendiendo las minas de AllIladcn,
Alaix, despues de combatir la idea de esta venta, declaró
que, habiendo enlt'cgado á la reina su lista de candidatos,
era ya necesat'io agual'llar la resolucion. Los propuestos
pOI' Olózaga, progresistas todos, escepto Aguirrc Solat'le,
no inspiraban contlanza á la sazon lli pOllian ¡:ior consiguiente
set' accptados. Formóse pues, con aneglo al¡wogmma pri-
mitivo de Istllriz, una combinacion mista, en (lile se hizo
entrat', con Pita para Hacienda, y el gefe de escuadl'll
Chacon para Marina, al senador don Antonio Gonzalcz para
la Justicia y al diputado Silv':!a pm'a la Gobel'l1acion. Pero
estos dos ultimas, sOl'prendidos en la noche del 6 eon nom-
bramientos sobre ¡os cuales no !tabian sido consultados,
envjm'on (el 7) su dimi~ion, y la combinacion quedó dcsha-




uuno llECBlO SETIMO. 125
chao En el mismo (Iia sc hizo enLrnde!' {\ Alnix q'1e Sancho
aceptal'la la presidencia; pcro el carúcle!' conocido de este
call1litlalo y su rclacion con los mas ardientes progresistas
illSpiralJ811 recelos, y no fué por t3\llo acogida la in(licacion,
El 8, la reina llamó á los tliputallos· ú Cortes Al'r3Zola y
Hompancra (le Cos, y les ofl'eció los ministerios de la Jus-
ticia y de la Gobernacíon, fine ellos se a[ll'eSUI'aron Ú ad-
mitir, El (le Estado se encargó al moderado don Evarislo
Perez dc Castro, ministm de la reina en Lisboa, y hasta
sn liegnrJa se confll'ió la in:el'inidntl al diputado progl'esista
Onis. El 9, se estendieron los decl'etos, pOI' Vil'tUll de los
cuales ([lIl'lló constituido en arlue! dia el nuevo gilbinetc.


Su presidente, agohiallo pOI' el peso de los uños y dc
los achaques, no podia emplea!' la actividad que las circutls-
t~lncias reelamahan, y que sc avenia poco con los hábitos
de su villa entera, y menos aun con los contraidos en el
deSrm¡WllO de su est('l'il mision en la córlc de doña ~laría,
A1'l'azola, húllil en matcrias fOl'cnses, no conocia maS mun-
do qlle el palio de su clwneillerla y los claustros de su uni-
vel'sitlad (1), ni Hompancl'u otL'ol)uela oficina dellna dipula-
cion proyincial de úllimo (Jl'(leJl,::~j, dOlHle un salario de cuatl'O
mil reales I'etrihuia superabundanlcmenll', lénllcs é in~igni­
ticantes ~el'\icjos, \\Tancados uno y otro del umbral de la
carrera p~ll'a ser de rcpente c1eyados al término de ella, lIe-
vahan ú su nuevo pne,:lo, con la inesperieneia completa de
IQs llegocios, la falta del prestigio que pOI')O regular 110 se
:lLlrluicl'e sino con su hll'go y húbil manejo, Onís añallia ú
esta falta <le espcriencia y de prestigio su escasa capacidad,


(1) La de Valladolid,
:2) La ele ['alencia,




126 ANALES nE ISATlEL ll.
disimulada solo en favor del anlol' con que, asociándose
á los progresistas, hauia a [layado teol'Ías de que no co-
Hocia siquiera el valol', ni adivillaua pOI' tanto la tendencia
ni los resullados. No conlaua pues en l'eali(lad el nuevo ga-
binetc mas fjne con .dos hombrcs, y estos, por colmo de
desventul'a, sc mostraron dcslle luego movidos pOt' intereses
diversos, y aun inconciliabks. Alaix en efecto no represen-
taba sino la ambicion de Espartero apoYeula en oehenta mil
bayonetas. Pita relwesentaba su propia ambician, apoyada
en la influencia seercta de la camarilla. Ninguno dc los dos
pensaba que (Iel contaclo de eslos intrl'L'SC3 rivales dehia
rcsultar un cho(IUC abierto, del cual se resentida. mas tardc
ó mas temprano e! crédito dc Pila, ó e! dc Alaix, ó el de
cntramhos , y de qne desde luego se rescntil'ia el pais, in-
dignado desde mucho antes dc la indifcI'enr,ia con fjUe mil'a-
han sus desgl'acias los hombl'es llalllados á coujurarlas ó a
disminuirlas,


Pero ¿rlue podian hacel' tales homhres cuando ni el
bl'illo del trono, ni la inocencia de la niiia que lo ocupaha,
ni I:J. sumision de su nuuh'c ú las exi¡:;encias ele! pt'ogreso, pre-
sel'vaban Ú ambas l'cinas de lo~ ata([LICS tlirectos y ofh:iales
de la primera cOl'poracion popular de su cortc'? Contra la me-
dida qllc eximia de la eontl'ibuciol1 estraorllinal'ia dc gucl'l'a
los bicnes del patl'imonio qlle eompletahan la dotacion de la
casa real cbmú, dlll'a y descol'tesmenle la diputarion pro-
vincia de \Iadrid, aunque el pago dü a(JIwlla dolacioll es-
pel'imenta8c el mismo enol'me atraso que las dcmas atc"n-
ciones púhlicas. ¿Qué podian haccI' , euamlo encontralwl1 el
pode!' entregado á aberraciones habiluales, á ycleidades
anómalas, tan falto de f!'eno como de [ll'csligio, tan sin re-




LIURO DECmO SETIMO. 127
gla como sin opinion? FI'ias, obligado á aprontar diez mil
uU\'os para rescalar' ú su yemo apI'esado flor los facciosos,
hahia clltahlado, para a l'I'cgln l' la forma y condiciones del
rescate, negochciones formales, entl'ctanlo quc á las pucr-
las de la rcsidencia del gohiel'llo el coronel Nevarcs, co-
man(!nulc general de Toledo, amenazaba con pena de la
"ida á los hahitanles quc promoviesen ó aceptasen eual-
<¡uiera ('~pceic de tlansaccion pOI' la rcdencion de pCI'sonas


,


fl'lllos ó ganados. Y como si rI contraste cntre ('~ta dispo-
sicion lle uu gefe su!J¡l!terno.y la conducta del presidente
del gal,inete no flll'Se ya un gl't1lldc cscúu(!alo, se cuidó de
completado, dejallllo fiLIe eu los limites de las dos pI'oyin-
cías de l\T:Hlrid y Toledo pasasen los diputados de los IHle-
blos d~ Avilfl ill Cllflrlcl gcncrfll de Calycnte. á diseutil" co-
mo ell plena paz y lHljo ulla dominflcioll legitima, la cuola
de sus suministros, y fijar los pel'íodos de sus entregas.
Existi~llll() ~ste l¡e~collCiel'lo en la residencia lId gobierno
y en las pI'ovincias á elb \'Ccinas, ualmal era que bajo la
misma ó difel'entes fOI'Il1f1S apill'ecie~e en otros puntos dis-
tanfes. ¡\si, los capitanes generales, en vez de organizal'
eolumnas móviles (jue pl'otegiesen los pueblos contl'a las
sl)J'pr~s:ls y los ataques de los facciosos, tcndian su lútigo
so]¡¡'C lo~ filie la impotencia ó la imprevision lle la autoridad
dejaha S~H[llCal', y les cxigian saeriHeios, y los condenllhan
Ú t11UltflS enol'mcs CllfllltlO no oponiflll al enemigo una resis-
tencia que les cra funesta pOI' lo romull. En Vale'ncia, se
obligaha ú los dcw/'ectus pohl'es Ú coser vestuarios, de
que se hahia exigillo el impol'te II los desa/fetus ricos; y
elltretanto atliclos ó a(celus asaltaban y I'Obllhan impune-
mente una polacra toscana, que habia encallado á la sazon




128 ANALES DE ISAIlEL 11.
(12 de diciembl'e) en la barl'a de Denia. Por ladas partes
asomaban conatos de oposicion, cuya simultaneillad y fl'e-
cuencia revelaba un vicio en la couformacion del podel'
mismo. En Málaga, procuraba el patriota Escalanle esru-
paI'se del castillo de Gibralfal'o , cOI'I'ompiendo Ú sus guar-
dianes, mientt'as eú el Fert'ollos prisionel'os carlistas cons-
piraban para limal' sus grillos, y los pall'iotas de la Coruña
para organizar uu moti n . En Lllgo, el ayuntamiento, siguien-
do el ejemplo que le diel'a poco antes el de Madrid, seña-
laba como remedio l{ los males públicos-< encomemlaI' los
¡)intereses de la nacioll ú pechos espaüoles ¡¡('{os y Icales ti
¡¡toda prueba .... no Ú mallos supeditadas ó impel'itas, no ú
¡~ vanas celebridades que pl'etenden sostenel'se acumulando
lJel'l'ores sobl'e errores.)) EII Lean, trataba el mism~ día un
capitan movilizado de reducil' Ú pl'éictica la teoría del munici-
pio gallego, encargúnd05e en su calidall de espailo! ¡¡rto de
los intereses de la nacían. No bailando simpatías en la ciu-
dad sus conalos republicanos, marchó á Asloq;a, donde
sedujo pOI' de pl'onlo algunos jóyenes; pero, abandonado
luego pOI' los mas de ellos, cOl'l'ió á rcfol'znt' COIl los pocos
fIue le siguiel'on, las bandas facciosas, y lijó asi el caráctel'
del eSjJuiíolislIlo neto que )ll'oclamaha. A corla dislancia,
apaleaban los vecinos dc Carrion de los ·Condes (-11 de oc-
tubre) ti los indiviuuos de su a) ulltmniento que, en ejecucion
de IIna úrden de la diputacion 11I'0villcial, quería ohlignrlos tÍ
trabajal' (," fOl,tillcacirJlles calillC'adas por dIos de inútiles.
Del mismo modo pal'ccia que calificaban las elecciones
cuatulo, pam una de scnadol' en Gerona, no pudieron rcu-
nirse mas que 32 votantes, ni formarse una mcsa clectol'al
en la populosa Granaua pOI' no habel' conclll'l'ido un solo




URRO DEr:nro SETIMO. 12!)
c1cctol' á ninguno de los cuatro distl'ilo~ dc la c:lpital. Todo
por donde (Iuicl'a PI'l",Clllaba solo c!lnfusioll actual, nada pOI'
donde f1uirr" prc~~'giaj¡a sino trastorllOS futmos, L~ gan-
gl'cn:l iba slIhiell(!o al corazoll del cucrpo social. ~o cl'a
mCtlCSlel' rn YCI'llatl qllc la estcndil'scn ó cxaccdlascn los
~lIcesos de la guel')'a; pel'o estoS; quc, aventajados y felices
habrian lllcjOl':UI!) poco la sitllaeion, la cmpcoraball 1ll0S-
ll'úndose alLel'tlallos tal HZ, Y atlVl'l'SOS frecuentemcllte. Eu
las provilH.~ias de E~lrcmallLli'<l, c(llltinmlron las rorrrl'ias de
Felipe, nOlldeüo y (epell::t; las de Yillo!do, Diez y ~Illrgnía
en la de Lcon, (le Perez y C~\llihe en la de Palencia, de
Palillos (~II las de Ciudad Heal y Toledo, de :\rEt\u en la de
Cuenc'a; pero fuó notable sobre lodo el incremento (lile en
este perioLlo tomaron las facciones gallcga~. no~ de los di-
putados de ~l~l1el pab (Pardo \~ontenegro y (aldcl'Oll eo-
lIantes') lo manifestaron sin rehozo en la sesioll dcl Con!!rcso , ,~
del 1R de dicielllhre, yel úllimo de ellos no temió dellulI-
cial' los esccsos y ll'opelías de los cuerpos fl'alleo~, eU}:I
punible cOllllncla, unida ú los sacrificio" <¡ue el cClpitall gc-
1Il'I'<l1 \':dd¡;s illlPonia :11 pGis, elw¡jel1aha los animos, y re-
forzaba las b:II)(la~ de los <!eseolltcnlos, ha~ta COIl los sol-
(lados de los eantn\1es (1P Solll'Clllo y C\wnlada, impelidos á
la tll'SCI'cioll por faha tle l'!'('I\I'SOS. Nalhularú UIlG idea mas
completa lle la dl'slllOl'alizaeio!l pl'olllo\'illa pOi' la illlpulli-
lIad lit los deliJlcuellte~ (Ic ladas bIS opiniolles, (illC algunas
de las o]¡l¡¡.raciolle~ illlllllc,.;!as pOi' V¡¡ldé" á \lila IHU'lida,
cuya flll'lllacion flu!ol'izó en 28 de d i('i,'mhl'e pm'a pel'-
srgui¡' los faceios!)s,-[(:'{o pot!i'Ú el co;nalllhlllte Lala matar
)¡!Í I/adi!' no siendo a¡1:'f:llelltlido con las :1l'!\la~ C'll la mano ó
rcn fllllCioll de guel'l'a. Podl'ú ;1¡1:,chcllllpl' Ú toda pcrsona sus-


TmlO VI. 9




130 A~ALES DE ISAIIEL 11.
»pec1lOsa Ó mal cntl'clcnida.) Sc dec!(\\'ó que no gozal'ian
los individuos de aquella paJ,tida sueldo ni otra rccompcnsa
que lo que cogiesen á los enemigos y las gl'atificaciolles se-
ñaladas pUl' la caplura ó muerte lle los cOlllandantes de las
bandas; la impOl'laneia de e:"los se reveló por el ¡¡I'eeio que
se seüaló ú sus cabezas; cualro mil reales pOI' la de Amol'
ó las de FI'aga, Calvo del PillO y Souto (le Hcmcsar: veinte
mil pOI' la de Carril ó la de uno de los llamos; cuarenta
mil pOI' la de Saturnino ó la ele Varca; cicn mil por la del
cura de FI'eij6 conocido tambicn por la denominacíon del
arcetliano de i\Iellill. TI'es clias des pues de consignat' cn
esta lista de proscrípcioll la estadística dc las balldas galle-
gas, y de levalltar en la partida de Lata un obstúculu nuc-
vo á lo pacificacion , se felicitó Valdés de la muerte de Gui-
lIade, Pellicas y l\JosteÍl'o; de las derrotas de Duro, Delgado
y AI'ias Feas; de la })\'i5ion del hijo de llamos, y de la de-
nuncia que, hallándosc ésté cn capilla, hizo del foco de
conspiraeíon que existia en Bel'gantinos, y de cuyas resul-
tas fueron presos varios individuos, El estado de ul[uellas
provincias no se mejoró pOl' eso.


Ni se mejoró el de la de A "ila, á pesa!' de que, fijada pat'-
liculul'rncntc en ella la atencion del goLiemo, empleaba es-
te alli meJios mas eficaces dc pacificacion. Desde mediados
de octubre, habia heeho el ministL,o interino de la Gucna,
dUf/ue de Frias, mal'char en dil'eccion de Toledo la bl'igada
de A Im1l'i 11 as , I'esto de la reserva mallflada antes pOI' Nal'-
vaez, mientl'as la otm brigada, mandada pOI' Ah'son,
salia á refol'za¡' el ejel'cito del NOl'te. Amarillas, encargado
de protegel' á la vez las provincias de Mad1'Íu , Toledo y
Avilu, combinó sus movimientos con los de las diferentes




LIBRO DECnUO SETll\lO.


columnas móviles de esla pl'Ovincia, y I'edlljo desde luego á
Calvenle á vagar dlll'allle muchos días enlre las tiel'ras de
Piedl'nhita y la ]'ibcl'a del T(lI'IlleS, Perseguido siempl'e es-
te guel'l'illcro, el mas illlpOl'tanle y temible de los de la de-
recha del Tajo, fué alcanzado, en Hu, por una columna sali-
da de Ciudad-Holh'igo, que (el 21 de dÍeiemhl'l~) le batió é
hizo Ill'isionero en Pedel'llal , dispel'sa]Hlo los l'estos de su
banda. ESIOS, unidos con los de oll'as igualmcnte maltl'ata-
das en combates coetáueos, se coniel'On allel'l1ativamenle
)'3 húcÍ:I Segovia , ya hácia la emhocadul't\ del Tielar, y
algunos destacamentos mi\l'ehal'oll pOI' la faltla seplenll'io-
nal de Somosierra á bUSC:lI' un asilo cn Aragon, Desapat'e-
cicl'on ademas de un modo ú otro, MOI'ales, el Duende y
Muñoz; pero todavia Pel'lliz, Felipe, Chaves , !'íaval'I'o y
otros, burlando la yigilancia de sus pCI'seguidores, alrave-
sahan sin obstáculo, ya las sienas del Blll'gO Ú de Guadal'l'a-
ma, ya el Tajo, el Tielal' y el Albel'che, devaslando alter-
nativa ó simultáneamente uno ú Otl'O tel'l'itol'io de las cinco
ú seis pl'ovineias colindantes. Los elementos de repl'esioll
seC/lContl'aron, allill, tan insuficientes, r¡ue al concluÍl' el año
tuvo el capitan genel'al de Castil1a la ~ueva que I'cpetil' ulla
órden fatal, ya dada antes muchas veces, ¡¡al'a inulilizal'las
bal'cas del Tnjo, que ni las tl'opas ni los milicinnos Lasta-
ban á gual'dal'. Palillos en tanto, despues de atacm' con mas
ó menos éxito muchos puntos fOI'lificado,;, y de apoderlll'sc
de mas ó menos lIumerosos destacamcntos crislillos, t1eva-
ba la audacia hasla desal'lnar ú Quijozna , Perales, el Viso
de lIlescas, y olí'os pueblos ,'ecinos ú Mal!t'id , coniélHlose
tal vez al norte de esla capital hasta la linea divisoria de las
dos Castillas. ;,




132 A:'IAI.ES DE ISABEL n.
Mas propicia á la causa de la rcina sc mostró la sucI'te


en la sierra de Burgos. Refugiado en ella de nuevo Mel'Íno
á mediados de Boviembl'c, cOI'l'ió Hoyos lr'as él, y (cI15) se
daba la mano desdc Pucnledlll'a eon Horlrigucz, avanzado á
Conll'cl'3S, y se disponian ambos á atacarle en Salas. No
pudicndo el Cura resistidcs , volvió (el 19) á atl'uvcsal' la
Brújula en dil'e~'cion del Ebi'o, que (cl 22) se dispollia á re-
pasal' pOI' cel'CU de Encinillas. Cenóle el paso Castaücda; y
el guenillcro, obligado á divillil' sus fucl'zas, hizo, á la ca-
beza del mas llumCI'OSO de sus gnlpOS , un largo rodco , y
pasando el Trucva y el Ncla, consiguió, al l1n, pcnctrar' en
el valle de Soba, de donde en seguida se encaminó ú Onlu-
ña. Algunos de sus destacamentos cayel'on en manos dc los
milicianos, y otros fucl'on cogidos pOI' los soldados de Cas-
tañeda. De los quc dejó en la sicl'l'a, UIlOS pasaron ú Am-
gOIl; otl'OS se alistill'on cn la bandel'a del eomandilllte cl'is-
tino HOlll'igllez; Otl'OS, cn fin, se dividiel'on cn PC(luciías pal'-
tidas que, ó r~forzal'on las que vagaban al nor-oestcdc Pa-
lencia, ó I'cealaron ~obrc cl Ducro. Entrc estas las de J!e-
dl'3BO y el IIel'1'cr0 tic Silos hicicron por algun ticmpo inú-
tilla pCI'scclIcion. jícl'ino hahia esperado lll('jOl' suel'lc , al
sabe!' quc ~1arolo, retluciellllo ú mal'ehas pCl'pétllas toua su
estt'ategia, acahaba de COI'l'CI'Se llllevnmclllc Ú su izquicrda,
llall1;Hlllo asi de Yizcaya y .\Java ú Na\alTa la alCllcioll tic
Espal'tc,'o, qne poco antes bahía lLlmado tic XavnlTn Ú Alava
)' Vizcaya. Pel'o el 1)('111.'\'[11 (:I'i::tino, ollsel'Vflndo rl lluevo
movimiento (le su ad\"cI'"al'io desde BaIIlHlsetla <'1 Eslclla,
no hahia olvidado que el l:uI'a a(,echaba la oeasion de volv~l'
Ú las l1l'ovincias pOI' el rumbo opucslo, ui dejado lle hacer
pl'c"cnciollcs pura estol'hado.




LInno DECDIO SETl'ITO. 1:33
Ca~taiíella, feliz en la ejecneioll de este dc,ignio , no lo


fue en el soeorl'O f¡lIe (¡lIiso ea sesnida illL¡'odnci¡' en Villa-
nucva (le ~rella; pllC~, acomeli(lo pOl'los carlislas embosca-
dos ell sus illmclliacioll~,;, e,;lnvo ú pilPlC de caer IlI'lsiolle--
1'0, y pCI·.lió en la I'ef¡'iega á su gdc dc estado maYal', Rei-
llOSa. EsparlCI'O, en tanto, revolvió dc lluevo á su uereeha, y
rcuniendo en Logl'oño 1a~ hrig:1c1as aC[llllonatlas en rucn-
!l1"YOl' y Nava¡'¡'ele, hizo aC(~I'eal'SC ,,\ Ebro la de Ausejo, y
arlehlllta¡' {l lo:; ,\I'l~OS las (L~ (;:1I'e" y AIHlosilla, flllC \¡(1jo C 1
maldo de Leon ClIljlcü:u'ol\:él :3 de llieiellllJi'e) ulIa viva es-
caramuza COIl los enemigos, llIandados pOI' 1\1al'oto en pel'-
SO\W. Dos semanas lle8pucs, uu batallon alavés, compuesto
apenas de ellatrocientos hombres, escarmentó en la alrlea
lle Pohlacioll, lIn~ coluillna cristina de cinco batallollcs y
tres cst'll:ulI'OIlCS, quc salida ¡le Log¡'oüO se adelantó (el 16)
Ú ilr¡uel punto; y una pl;l'llilla de cuatl'oeientos homb¡'es que
tuvieron en aquelllesigual combate los ,'egimientos de Ma-
J10rca y cazadores de Luehana ratificó la idea de flue no
se atacaba impllllemente ú los carlistas en parapetos ni en
desfiladeros. Vióse luego f¡ae Ú estos comba les, siemprc es-
térile~, aUllflue tal vez :,angl'icnlos , debian ['educirse todas
las demostraciollcs rnililal'es, plll'slo que consideraciones de
iHte¡'CS Pc¡'sollal manílaban al genen1l de don Cál'los , á los
consejcl'os de este pl'íncipe, y aun ú Espal'tero mismo, no
lanzarse en operaciones decisivas. :\farolo, en efecto, lu-
chaba con los obstúculos flue le 0lponian sin cesar Ari"s Te-
jei¡'o, Larl'aga, Eeheval'l'i'l y Gucl'gué ,flue, esplolanrlo el
fanatismo de su amo, hacian una gllcrra sin tregua á los
partidarios de las idcas de conciliacioll, ) en especial al ge-
neral su corifeo. Este y ¡,us éll1ulos temían igualmente una




134 ANALES DE ISABEL 11.
batalla; él, porque perdida seria juzgado por ellos y con-
denado á muerte; ellos, porque ganada rcalzaria el jlresti-
gio de Marolo, que no dejaria de aprovechado para desha-
cerse de sus rivales. A Espal'tel'o no convenia tampoco pro-
vocar una accion de poder á poder, pues no pOI' gamll'la
deberia hacel' grandes pl'ogresos en lo interior del lerrito-
rio, mienll'as que, perdiéndola, rodda esponer á riesgos la
causa de la reina, ó dehilitar á lo menos 5U opinion de su-
perioridad , que era su principal elemcnto de tl'iunfo, Es-
partel'O, además, mantenia en I'cspeto con sus mal'chas y
contrama¡'chas al gobierno de Madl'id, Mal'oto, por último,
al'l'ancaba por los mismos medios testimonios fOI'zados de
confianza á su suhyugado amo, hien que ellos no contenta-
sen al que los obtenia, pues estaba seguro de la violencia
con que se le dispensaban.


Nada, pucs, se haeia ni podia hacel'se de impol'tanle en
el Norte, á no darse esta calificarion á las absurdas medi-
tlas, en virtud de las cuales eran lanzados dellerritOl'io car-
lista los individuos que tenian pal'ientes en las filas cristi-
nas, y del C('istino los filie los tenian cn las opucstas. En
vano repl'esentaron las lIutol'idades de las provincias some-
tidas á la reina, y aun el general de ~avarI'a, Leon, contra
esta disposicion, que ya habian adoptado, con dalio ngeno y
propio, los fl'anccses en 1809. Y Rodil en 183 i. En vano,
nI empezUl'sc á cjeculal', :,c notó que poquísimos de los com-
prendidos cn clla tenian bicncs; quc cran por tanto impro-
ductivos los secuestros. y quc el estl'aliamicnto de tantos
prolctarios disminuia el númel'O de brazos en In5 III'ovincias
fieles y l'cforzaha los b¡¡talloncs enemigos. No solo I'csistió
ESpat'lero á estas cau .. idcl'aeiollc:'>; no solo se llhlSll'Ó in flc-




Lll1RO DECIMO SETmo 13;"}
xible á los clamol'cs de tantos inoccntcs lanzados de sus do-
micilios, sino quc rstcndió ~llS I'igol'cs hasta las pl'cndas de
vestual'io; é, imitando ti los voluntal'ios realistas qne en
otro ticmpo pl'oscribicron las cachuchas, pl'Oscl'ibió las boi-
nas, amenazando á los que Ins llevasen hasta con dos años
dc pl'csidio. Solo las ocurrcncias dc Sevilla, irritando los
celos (le quc sc manifestaba animalIa contra su antiguo ge-
fe (Córdova) y contra Nal'vaez, dieron momenl<'lIlcamentc
al gcneral cl'islino In cllcl'gía, que no mostt'ara antcs sino
en los campos de batalla. ,\ In l1I'imera noticia de a(IUellos
succsos, Espartero, (IUC siempre rehusaba desprclIllerse de
tropas para reforzar el ejército del Centro, pensó embarcar
en Santander y dcstacar á Cádiz algunos batallones pal'a I'e-
IIl'imil' la insurreccion sevillana; y hal)['ian partido sin dc-
tcncion , á no Ilegal' Ú los pocos dias la noticia dc hauersc
frustraclo la tentativa. Fucra Llc cstas velcidades intcresadas,
la incrcia calculada ó sistemática dc los generales del :\"01'-
te, no fué intel'J'umpida sino pOI' escaramuzas, cOl'I'erías y
estorsioncs. C:lsloI' y Lcguina siguieron esll'lljando los va-
lles orientalcs tle S:lntanller, (Iue al mismo lit'mpo estl'ujaba
Ezpcletn para pl'OYCel' á San Scbastian , cuya comandancia
se lc habia conferido, cn I'eemplazo de O' Donell, nomul'a-
do ¡:jefc (le estado mayOI' de Espal'tcl'O. Se apl'cto el hloqueo
de Bilhao , y paralizal'on su con,eJ'cio ll'incadur'as cadistas
que se al'maban sin descanso en Bel'lneo; pOI' úliimo, se COll-
tinuaron eOIl at'dOl' las fortificaciones tIc Ramales y GUI'iczo.
El 20 de dicicmbl'e, salió (le la Cavada con fuel'zas I'CS-
petables Castaíiella l)[lI'a dcstl'Uil' Ó impc(lir aquellos tl'aba-
jos, y atraycsando ú costa de grandes esfuel'zos la ria dc
SautOtlC\1 logró situarse (el "27) entre Larcdo y Colindrcs, dc-




13G ANALES DE ISABEL 1I.
salojó despues á Castor de Limpias y de Ampuero, y atacó
el puente de Udalla, Bechazado pI'imel'o, volvió ú la ca!'ga,
y le tomó al fin; pel'o, atacado á su VCZ pOI' Casto!', tuvo que
rctirarsc con per'dida de quinielitos homhrcs, y que renun-
ciar ú las esperanzas ele mantcnersc en ar(tICI territorio.


Aun las peripecias estl'aíias quc de tiempo en tiempo
parecian dcbel' intei'l'lllnpii' la monotonía de a(IUellas esce-
llas de sangl'e, sc hacia n tambien monólollas, ya ú causa de
su mareha, lcnta siempre al pa!' flue inciel'ta y desordcnada,
ya á causa dc su dcscnlace, l'idjclIh Ullas vcecs y casi siem-
PI'C insignificantc. ,\ csta elaCie de succ~os pertcnecen las
últimas tentativas de ~IlIuagi)rl'i. Despechado del mal éxito
de la que cmprelHliel'a antes pa!'a penelral' en ='iavarl'a por
Valeados; empujado pOI' b junta fuel'ista de Bayolla, y mas
aun pOI' (os emisarios ingleses (lile contahan mucho con los
esfuerzos uc! campeoll de paz y fueros, sc decidió, en lin, á
cntral' en Guipúzcoa, y con los dos batalloncs (lile descle
su vuelta de Arnegui sc hallaban acalllonauos CII San'e y
Sainl-Pée, se a(lclanló (el 1.° (le dieiemlu'c) Ú Biriaton, y
cn barcas salidas dcFllentel'l'abía el dia alltc¡'ioi' á diligen-
cias rle( general cI'islino Júurcgui, pnsó el ritlasoa pOI' fren-
te dc (as allUl'as dc Amazaill, r.:ei'ca de San \larcia\. Ocupó-
las sin oposicion , aunque no sin esperimentar la desercian
de un tcrcio de su fuc!'za, rcducida asi á ochocicntos cin-
cuenta hombres. O, Dondl, fIlie mandaha aun cn San Sc-
hastian, hizo, Cll con:-ecucncia de (as ól'delles de Espartcro,
demostl'aeiones para impcdil' toda comnnicacioll de sus tro-
pas con (os mUÍlagorristas , y [JI cfccto trasladó su cuartel
genel'al á l!'Un, sin qne por cso dejase Muñagorl'i de ::mlll-
zar á GoiZnC[ll. En seguiü¡¡, se le ¡'eHllió ulla pnl'lc del bnla-




LlllRO DECJ:\IO SETmO. 137
lIon de la marina l'eal inglesa, que de sus acantonamientos
de Pasages se trasladó a _\muzain COII buen númcI'o Je ar-
tillCl'OS y zapadores, encaq,ados de fOl'mal' un campo ab'in-
cherado para los fucrislas. Los franceses, pOI' su parle, les
cnvia ron {ambien ,'ívc!'cs y pcrtrechos de Hayona, y para
favorcccl' y ace\cI'Ul' su paso se situó en Behovia Jalll'cguí,
que con este apoyo oslcllsible desmintió las demostraciones
scmi-hostiles lle O' Donell, y ¡¡rODÓ el interes que tomaba
el gobict'llo de la reina cn el buen éxito de la espedicion.
J ,os ca distas que, Ó pOI' la escasa fllcl'za de f[lle la veian
compllc~ta, Ó por el rlostlen con l[llC O' Donell areclaha mi-
J':lda, pa r('cicl'OIl des[li'eciul'la al l1l'incipio, muuaron de opi-
Ilioll al VOl' los auxilios (llIe sin distincion le prestaban in-
gleses, franceses y espaüoles , y ll"stacal'oll un lmtallon Ú
Vel'a , y ::1igunas compaüías ú Ul'llax y Zugal'l'alllul'lli. Con
esta actitud desvanecieron ellos las esperanzas que los alis-
tados bajo la handera lle ~',Iuñagol'ri habian fundado en la
coopcracíon del pais. leOl'li llcal'on luego este desengaño las
irregularidades cn la llistl'ilJw:ion de vivercs, la ralla de abl'i-
go entre las bl'cüas del Pil'ineo en la eslacion lllas rigol'Osa
del año, y por úllimo , las disensiones en el campamento,
donde, reuuidos désel'torcs cl'islinos y cadistas, no era fácil
ni aun posiblc establecer la unidad'y la disciplina. Por efecto
de todas estas cil'eunslancias, cundió la desel'cion entre los
alistallos, qne en hreve (j\Jedaron reducidos ú seiscientos
hombl'es, Inspirando poca cOllfianza la cOl'tedad del númel'o
y la heterogeneidad de su composicion á la junta de Eayo-
lla, se disolvió ésta, y fueron confel'idas sus atribuciones al
cónsul español en aqudla residencia, y JÚUl'egui, pl'oteclor
de la CIll}lI'c:m , recibió órdcll dc abandonarla y l'clil'al':Sc.




138 ANAtES ))Ji ISABEl. lI.
Desde entonces se hicieron mas inciel'tos, irl'egulares é in-
suficientes los socorl'OS, se aumentaron por ello las desave-
nencias y la desercíon , y el campamento fUcl'isla quedó
amenazado de la r1isolucion, (Iue debia consumarse un poco
tlespucs, con pérrlida de no r1cspreciablcs intereses, y con
poca gloria de los autores y auxiliares de la combinacion.


La organizacion que desde antes habia empezado Ca-
brera a dal' á sus tl'opas, aumentó en tanto la consideracion
y la importancia de este guerrillel'o, y amenazó con nuevos
peligros á la causa de la reina en el tel'l'itol'io pOI' él oeupa~
do, Amau des pues de su espedicion ú la derecha del Júcar,
regl'eso pOI' Carrlenete á Chelva, y Forcadell se bajó dc es~
te pueblo al Villar, y aun se a'lill'gó á la BaronJa, en tanto
que otras columnas marchaban lle Villavieja á Moncofar y
Chilches. POi' vil,tud tle estas demostraciones, Vanhalen cor-
rió de Al'agon á Valencia, donde fu¡~ l'efol'zado por la bri-
gada de Azpiroz, que, desde la disolllcion del ejércíto Je re-
serva, habia maniobrado en la provincia de Toledo: á Va-
lencia vol"iel'oll asimismo las fuel'zas que al mando de Lo-
pez acalwban de perseguil' inútilmente a Arnan. Antes que
emplear unas y otras contra Cabrel'a, quiso Vanhalen repe-
tir un sangriento espectáculo, y dió óI'den pam pasal' por las
armas los prisioneros que habia hecho Borso en Chiva bajo
promesa de cual'teI. Resistiéndolo el piamontés, y haciendo
su dimision por no cumplimentar la órden, Vanhalen resol-
vió ejecutarla por si mismo, haciendo mOI'jl' (el 16) en ~lur­
viedl'o á sesenta y seis de aquellos infelices, sobre cuyos
cadáverc5 dirigió á los soldados, sus verdugos, ulla aloeu ~
cion gl'atulatol'ia, Cabr'cI'a, cuyas fuerzas parecian l11ultipli-
CUI'se en l'aZQU de su diseminacio" I ellviubu en (,HIto mil y




LlllRO DECIMO SETIMO. 139
quinientos de sus soldados á las órdenes de Polo á la pro-
vincia de Guadalajara, á cuya capital hubieron de retroceder
por ello los convoyes salidos de :Madrid para ZaI'agoza.
Cuando Mir, avisado pOI' el comandante de Molina de la mar-
cha de l::t cspedicion enemiga, se disponia á salir de D3I'o-
ca para cOlltenel'la ó conlI'arestarla, supo que LIagostera,
filie con fuerzas considerables se habia corrido primcI'o des-
de Concud á Santa Eulalia y Calamocha, mal'chaba de Olie-
le á Villanuev::t de la Huerba ; y obligado á observarlo y á
observal' á Cabrel'a , que desde FOl'lanele h::tbia tomado la
misma dil'eccion, dejó á Polo recol'l'el' la pI'ovincia de Gua-
dal::tjara , repartil' á los pueblos el copioso depósito de las
salinas de Saelices, rcvolver sobl'e Alcolea, y hacer prisio-
llera la guarnicion: CalJl'era en tanto hizo á Llagostel'a y
Gal'Cía adelantal'se por distintos caminos sobl'e la I'ibera del
Jalon, protegiendo él la espedicion con el.grueso de sus ba-
tallones. Entre unos y Otl'OS recorrieron y saquearon las po-
blaciones touas de la derecha del rio, aterrando de modo el
p::tis, que no se cl'eyeron seguros en Tal'azona ni aun en Za-
J'agoza los (}uintús de sus respectivos depósitos, y fueron
trasladauos, los primeros á Tudela y los segundos á Zue-
ra. El 20 de diciembre, de vuelta de su espedieion, Cabrcl'u
presentó sus columnas sobl'c la Casa Blanca á la vista de
Z3I'agoza, de donde volvieron tranqui!::tmente á Lecel'U y Al-
balate unas, y otl'as ~e situal'on cn la Pueb!::t de Albol'Lon y
Belchite. Polo se volvió pOI' Peralejas, Poveda y Peñalen a
la siena llc Alhal'l'acin , cal'gallo como su gefe de pingües
despojos. T::trde, y cuando el mal de las agresiones carlistas
en AI'agon y Castilla la Vieja estaba casi consumado, salió
Vallhalcn de nuevo de Segol'be para Teruel; y apenas le vió




11.0 AC'iALP.S DE JS.\BEJ, lI,
alli Cabecea, dispuso lo nccesal'io para cacr dc nuevo so-
bl'c la huerta dc Valcncia, como lo verificó en los primeros
tlias del ailo siguiente.


Igualmente quc Cabl'el'Ci en Valencia y .\ I'agon, organi-
zaba sus batallones el conde dc Espaila en Catalniia , y ya
á mediados de noviembl'e contaba eon vciute dc ellos, in-
depenuienterncnte lle las pal'tillas lOllada no I'egim 'litadas.
cuya fucl'za aumentaban las discnsiones cntl'e los partida-
rios dc la reina. El HI, se amotilW!'On los francos del valle
dc AI'an, de gual'llicion en Viella, asc~inaI'on al coroncl go-
bernadol', y rehusaron al dia siguiente la cnll'alla en el fuer-
te ú los fl'ancos de TI'cmp , que acudieron t\ I'cstablecel' el
bnlcn. AI1I'oveehando la cOyllntlll'a, se entl'a\'on nos (le Ero-
les y BOI'ges en "iella; y si, ú pesal'dc sus ofrecimientos, no
pudiel'on atl'aCI' Ú sus fila,; los sublevados, la aclituu ue es-
tos obligó al gefe eristino, Sebaslian, a remontar la linea del
Noguera hasta Tremp , para darsc alli la mano con el co-
mandante de la columna del Cinca, Eguagnil'l'C , (Iue pal'a
faYOI'eCCI' este designio hubo de C01'I'CI'se ,t Binefal'. Mec\',
(flH', ocupado cn escollat' convoyes dc I1Ian!'esa á Cal'dona y
Solsolla y cn fOl'tifict1l, á Balzareny y Piel'a, no dchia peu-
sal' cn que sus soldados mismos le distragcsell de arlucllas
ocupaciones, supo con tanla mas indignacion el alentado ue
Viella, cuanto ~lIe el condc de Espaüa, instruido de que
ocu paban el pueblo las bandas del Urgcl , marchó all:i para
I'eror'zadas, Ya habia intl'orll1cido en el valle cl gefe carlista
dos mil y quinientos hombres, y cubicl'lo el Pallás con casi
igual fuerza, y hostigaba de cCl'ca á la columna de Salgado,
cuando Mee!', ohligado á abandolUu' sus trahajos y ti mal'chat,
(el ,i <le diciembre) en aquella dir~ccion, se ellcnrninó por




LlBRO líEClMO SETllHO. tí1
Cervera, Alcea, lzona, Tl'emp y PoLla de Segur, sobre
Sort, de donde (el ti) desalojó al enemigo. Al dia siguiente
encontr:1mlolo en Rial]>, lo hizo atacar pOI' las brigadas de Cle-
mellte, SJlcedo y Toxj, y le oLligó a relirarse por la izquierda
de la Noguera Pallaresa, y s\1ee~ivamente pOI' el Arco de Ur-
ge!, abalHlonan(lo algunos rezagarlos y armas. De los suble-
vados de Viella, unos se desel'tal'oH y otl'OS fuel'on fusilarlos.
Pero arlllella cOl'la campaüa, hecha pOI' delTumbaderos cu-
biertos de llieve, y para la cual fué necesa¡'io elllplea!' casi
todas las fuerzas de! Prillcipallo, ocasiolló en ellas bajas
notahles, y dejó descuhicJ'los algunos puntos, sobre los
cuales cayeron l\lego los cal'lislas. Los del alto corregimiento
llegaron il los aJTaLales de Tortosa, y de Tarragona tuvo
que salir en seguilla para Falset e! cO!llandante gencral con
motivo de asomar húcia ~Iora Cabl'era flue, vuelto de su
correría sohl'e e! Jalon, disfrazaba, amcnazando pasa\' e
Ebl'O, la in(cncion ([lIe tcnia Je cacr ,'1 b huerta de Valen-
cia. La faecion (le las Gal'l'igas recorria en tanto el hajo
Cinca, deslle t1ol\lle enviaha víveres y dinero ~l I3ei'ga. Mee\',
despucs de rchabilitar ú Solsona, se volvió ú la capilal, don-
de dchia etl hreve alJi'lllnal'lo la eO!l~i(lenlcio!l de la ímpo~
('neia de sus e~f\lel'zos.


No limilahan los ~\Iyos los carlistas al tCJ'rilori.o penin-
sulal', sino qHe los c~lcllllian al de! COlllincnte veeillo, (loll-
de solo los aLu'des csll·t'ile~ hechos un:1 vez ú otra pOI' un
¡lIne! habian hasta cntonces Illl'hado el rqlOso (le las pose-
siolles e~paüobs ell ,\, frica. Los f!',UlCOS de G J'anada , dc
gllal'llicion en Alhucemas, se sulJ!eV::lI·otl (el 1:> dc noviem-
bre) y pror:1amul'on Ú Cúl'los V, refol'Zados pOI' los confina-
dos pollticos, autores ó cómplices (le la suhlc:y¡\Cioll. No tat'-




142 ANALES DE ISABEL n.
daron unos ni otros en comlwellllel' que les seria imposible
mantenerse en (\fluel presidio, pl'ivados de los SOCOI'I'OS de
la península, y debiendo luclHlr (~on las fuel'zas r¡ue de ella
se enviarian luego para castigarlos. En consecuencia se apo-
deraron de dos barcos mel'cantes, llegados pOI' acaso á Sll~
aguas; y, mientras Palarea reclamaha en MMaga la coopel'a-
cion de los buques de guena franceses e ingleses (Iue alli
se hallaban, se emhal'cal'on los sublevados con direccion {\
la costa oriental de Valencia, donde contaban reforzal' {¡
Cabrcl'¡l con doscientos ochenta hombl'es (Iue componian su
espedicion, algunas piezas de artillería y muchas municio-
nes que sacal'on de la pla za. PCI'O, ol'a no les pel'JIIiliese el
viento alejarsc de la costa de Afriea , ol'a no quisiesen 105
patl'oncs de los barcos embargados (Iue se alt'ihuyese á con-
nivencia con los I'ebeldes el acto de tl'asportal'los á las bo-
cas del Ebro, uno de los buques anibó ( el 12 de diciem-
bre) á Ol'an con ciento y cincuenta soldados y once oficiales,
y el otro, ocho dias despues con cielito y veinte hombres, en-
calló en la misma costa. Unos y oh'os fueron dcsarmados y
detenidos pOI' el comandante fl'ances de aquel lcrl'ilol'io , y
trasladados despues á Tolon: el at'mamellto y las municio-
nes fucl'on entregados á disposicion del gobicrno de la rei-
na. Pocos dias despucs sc alzó igualmente la guarllicion de
Melilla, pel'o la insul'l'cccion fué mas sél'ia, pOl'que la plaza
cra mas importante, En ella existian ciento cincucnta y
siete piezas de artillería gl'ucsa , cuando en Alhuccmas no
existian mas que tI'cinta y nucve. La guarnicion cl'a asi-
mismo mas IHUne¡'Osa,· y, á tCIlCl' capacidad cl hombrc que
lomó el mando, la I'csistcncia habl'ia sido larga, é incierta
la reeollfluistl. Eit\ tal'lió hastante , sin cmhal'go, y no se




L1RltO m:f.ll\IO SETIl\lO. 14.3
obtllvo mucho despues sino á costa del sacrificio del amor
lwopio nacional.


La situacion milita!', al concluil' el ¡¡ño de 18:38, no era,
pues, brillante ni satisfactoria, Pero todavía po(lia consi-
der¡\l'se corno tal, comparúndola con la situacion económi-
ca, mas desesperada que nunca. En vano MontevÍl'gen,
abrumado pOI' exigencias que no habia medios honestos de
slIlisfacer, solícitó filIe á contratistas se encargasen los SlI-
ministros delejóI'cito pOI' nueve meses, y pal'a el pago de
otros tantos millones de tlu!'os , en que se estimaba el im-
porte de aquel servicio, ofl'eeió cincuenta millones de rea-
les sobre los azogues, cuarenta sohre la isla de Cuba, y seis
sohre las Filipinas, treinla y seis sobl'e losal'bilrios tic amOl'-
tizacion, y cuarenla y sei:-, sohre dcrecllOs de plIerln~. Los
contratistas, cOllvencidos de lo ilusorio de estas hipotecas,
afcclas ya á obligaciones alltcl'iores, se retiraron sin hacer
propuestas, Pita, sucesor de MontevÍl'gen, tl'OpezamJo
con los mismos obstáculos, pensó pOI' de pronto eubl'il' las
necesidades de los tres ejércitos del NOI'te, Cenlro y Cala-
Julia, selialando las cuotas ue suministros con que, hasta
febrcI'o del alio siguiente, debian contribuir las pt'ovincias
que el'an tcall'o de la guel'l'a, Ínterin se concluian contl'U-
las, tI cuyo pago se afectaria la mitad de la conlt'ibucion
estraot'dinaria de gucl'l'a y las rentas mas pingües y sanea-
das. Pero ninguna lo cra, devol'ados como estaban de an-
temano todos sus l'elHlimientos, y oponiendo la polll'eza ge-
nel'a\ un obslúculo invcncihle al cohl'o de la contl'Íbucion
estl'aordinUl'ia de gllel'l'a. Asi , los suministl'os hubieron de
continuar tI cargo tle las pI'ovineias, que, ni aun dando
cuanto tenian, bastaban ú socorr'er tan inmensas necesidades.




tU A'íAtES DE IS.\TIiiL 11.
¿Qué mucho? el pl'esupuesto de gastos el'a de 1,546 millo-
nes, y el de ingl'esos !lO escedia de 8:38.


Natmal era que nadie ohedeciese Ú Ull gO!llerno que se
hallaba en tal sitmlCiol1. Contl'a el hl'i¡pclicl' Hequcna, nom-
brado segundo caLo de V Jleneia, en ¡'eemplazo [le Lopez,
se empeZal'OIl luego ú lanzal' las mas violentas diutl'iba",
aeompnilarlas de la amenaza de no adlllitil'le al ejercicio de
sus nuevas funciones, y seguidas de sel'cnatas hrillantes y
Otl'05 igualmente estrepitosos ohsequios, t¡'ihutarlos al gc-
nel'a\ l'emovido, E~le quedó, p1les, en Sil puesto, y el nom-
brado hubo de OSClll'CCCI'"C y solicital' scrvicio en 011'0 pun-
to. Vallhalen, pOI' su parte, 110 cl'eyó hallel' eontl'mpol'izatlo
suficientemente con la exaltacioll valemiana, mantenicIHlo
en su empleo ú Lopez contl'i\ las ón1en('~ del gobierno, sino
que, viendo al gnhe1'11adol' de Alicante (~l('ca) dis¡wnSal' una
noble aunque tlebil [ll'oteccioll ti pretendidos dc:'>afeclos, COll-
1I'a quienes pretendidos liberales se l)(,ollllnciahan COll fu-
rol', nombró ti. Gl'ases pnl'a reemplazarle y restablecer la
arbitral'iedad, (le (lile :Meca pretellíliera mitigar los rigores.
Huyendo de 01l'05, que ~i no mas injustos, habrian sido sin
duda mas· l'1lidosos, f/IICIH'i1llIÓ PO['O d(~spllcS Nal'vaez Sil
confinacion de San tueal', donde agllimlaha qne se le 1'01'-
mase causa pOI' su pal'licip:wioll CII los "lbol'olos de Sevi-
lla, Al emhareal'se para Gihl'all:ll', dejó escrita ú su anti-
15110 secretario de campañn una carla que se hizo pública,
yen que dccih cntre otras cosas:-c<!lllSCO tlll asilo en país
))eslt'ailo, porque la .insticia y la ley 110 son baslalltes en Es-
»)paila pUl'a defcntlcl'me de la PC1'sccucion de mis encmi-
»gos .... En ESJl!lill! 110 cflste líobii'J'I/(J de nill!J1!II!l es-
))pecie; los podcres públicos, las instiluciones, 10lI0 ..... lo




LlllRO DECI:IIO SETnIO. 143
»represcnta un hombl'e ambicioso, injusto, vengativo:
»rodeado y parcial tic otro,,; ll111chos: l) La ónlcn que cspiJió
poco desJlues Alaix para haccI' juzgal' Ú Córrlova contra el
tenor de In ol'denanza, llisposicion que mas tal'dc obligó
tambicn á este á buscal' un asilo cn Portugal, pl'obó q\lC no
er;lll infundados los temol'es dc Nal'vacz, ni exagel'ilda su
acusacion. El dcsól'den gencl'al I'cvclado pOI' CI se manifes!ú
al mismo ticmpo CII difcrentes puntos bajo formas (listillta~,
y cn Málaga, apoderándose los pl'ogl'esislas de los cargos
municipalcs, y I'C110V[1IHlo, á pl'ctesto dc informalillacles ob-
sel'vadas en la causa seguida á los Brescas, Pascual y
consortes, las declaracioncs cont\'a Palarea, cmbai'[1za-
ron desde luego la accion dc su autOl'idad y sc p\'cpal'ul'on
para hundil' mas tarde su pcrsona. A favol' del dc~cl'édito
quc dcnamaba sol)\'c el podel' un desconcierto tall estl'll-
dido, creyó Villicl's podel' al'l'ancal' el tl'atado de comCl'-
cio, pOI' cuya obstinacion tl'ahajaba en vano dcspues tic
cuatro años. PCllSal'U!l el y sus amigos Yencel'la I'csislencia
tic la oposicioll, halagándola con espcnll1zas, Ó mas hiell
estl'Uviándola con illlsiones, y con esle objeto hicieron di-
vulgal' la especie dc filie la Inglaterra apoyaría una Ill'gO-
ciacion dirigida ú Ill'Opol'cional' el casamienlo de la reina
Isahel con un príncipc ausL\'iaeo. Jlu\'li<1ni. á quien nunca
babia querido reCOllocel' el gobie\'llo frances en su calidad
tic cónsul dc Espafw en París, y quc pOI' esta I'uzon abri-
gaba resentimientos contra elrcy l.uisFelipe, formuló el
proyecto, con al'l'eglo al cual, para dal' al gabincte tic Yiella
garantías tic órtlen ('n la pcnínsula, se llchía ofl'cce\' al ar-
chidulJue Cárlos la corregencia del reillo , si la I'cina el'is-
tilla gustaba de dcsempcñarla CII union con él, y la \,('g('lI-


TOMO VI. 10




146 ANALES DE ISABH JI.
cia absoluta si esta princesa preferia retiral'sc de los ncgo~
cios. El duque de Frias, I'esentido tambien del constante
rehuso de la intcI'vencion solicitada por él durante su em-
bajada en Pal'Ís, acogió en los últimos dias de su ministe-
rio el proyecto, al cual, aunciue inglés en su origen y en
su tendencia, habia dado Madiani cierto canicter de espa-
ñolismo. Frias, creyendo que el éxito de la negociacion
dependia en gl'an pal'Le del carácter y la hahilidad del di-
plomitieo á (¡uien se encargase, la confió al antiguo minis~
tl'O Zea BCI'mmlcz, que, establecido despues de mucho tiem-
po en Carllmhe, no habiendo tomado paI'tc en los tl'astornos
dc su patda, ni modificado jamás sus principios políticos,
dcbía )lrc~ulllil'SC bien qllisLo en Viena; pero como los all-
teccdentes absolutistas de este diplomático impidiesen
sel'vil' de pretesto para ata cal' el nombramiento, y aun pal'a
desacl'ediLt\l' su mision, y conviniese por oH':\ parle que ésta
se desempeñase de un modo conforme á las ideas del que
pasaba pOI' autol' del proyecto, previno Frias ú Marliani
asociarse ~l Cea en calí(!ad de secl'etul'io, Kadic crcia que Cea
recibiese como tal á un homhl'c de cl'ecncias políticas tan
difel'entes de las suyas, ni aun que accptasc un encargo de
eal'úclel' equÍYoco, de tl'ámiles difíciles, y dcl cual DO era
permitido cspcr:ll' mas quc dcsengaüos y desaires. Pero,
aunquc no hulliesc en España ni cn Europa persona ins-
truida fIlie desconociese lo vano del desigllio, el deseo de la
paz cm tan intenso y tan unúnimc, (lile i trucquc de con-
cchil' la esperanza de satisfacerlo, todos cerraban los ojos
sobre la imposihilitl:ld de la ejecucion.


El'an pocos, pOI' otra parte, los que conocian el enlace
del proyecto matrimonial con el tratado de comercio, y ))0-




H7
Cos pOI:tanto los que prllli:l!l i¡¡¡:l;.;in:ll' fj\lC el cOllcicl'lo nup-
cial el'a un echo pam pl'emlel' al lwis ell el anzuelo de la
cOllYellcion mej'c,mlil. filliel':';, quc ya habia sugerido el
pensamiento de disfrllzarla CDn la masc<?ra ae una simple
variacíon de anlllcc\es, indicú á Pita flue los derechos que
devengarían los ¡!elll'rOS de algodon c¡ue por aquella varill-
cion debian admitirse ú libl'e eomel'cio le proporcionarían
los I'ecursos que de él reclamahan las necesidades del ser-
",.icio; y como éstos no podían lisonjcarle sino en cuanto se
realizasen con Ulla prontitud proporcionada á la perento-
riedad de las atenciollrs, el pcrscYcl'antc ingles indicó la
posilJilidad lIe IIna anticipaeion, l'ecmbolsable con los rendi-
mientos del nuevo impllesto, yaun dió la seguridad de le-
vantar sobre esta hipoteca un emPl'estito cuantioso. Animó
ú Pita esta esperan/a; m:1S, pmlieudo frustrarla la f¡l'meza de
la Junta de Aralleeles, que, fiel á sus antiguas l!'adieiones,
y se¡jma del mal efeclo que producil'ia la illuovacion pro-
yectada, no parecia prcstarse ú ella, se resolvió el ú agl'e-
IJar ú la mal dispuesta corporaeion varias personas que sa-
bia sel' favol'Ubles al intento, Una vez, conocido éste, pro-
testaron contt'a (:1 los senadOl'es y diputados catalanes; y
desde entonces la junta nueva sirvió tan poco para autori-
zar la variacíon, como, para facilitat, el casamiento <le la
reina, habia sel'Yido dC'sll(: el principio y sil'Vió despues la
mision ue Cea,


Elohjeto de esta, por ulla parle, y por otra su elllace con
la eonvencion mel'cantil, aumentaroll la desconfianza del ga-
Linele fl'anees, Ú quien agl'iaba Ú la sazon un acto del espa-
ñol, que, p¡'oeedie!l(lo de otro gobiel'Ilo, habria la Fl'UllCia
mirado como un ucsail'c fOI'mal. El 8 de diciembre, licenció




14.8 ANAJ.ES 1m ISADEJ. 1I.
Alaix la legion de A¡'gel, y esta disposicioll, justa en' el fon-
do, pOI' hallal'se reducido aquel cuerpo á la fue¡'za de se-
senta oficiales y ciento y cincuenta soldados, pareció en ge-
neral humillante é inicua pOI' las medidas adoptatlas para su
ejecucion, Dehiase á a(luellos drsvellturados ¡'estos de una
division lIumerosa y bl'jllante, un año de sueldos, y Alaix
se limitó á abollal'les un tl'imesll'e, pI'elendiendo disfl'azal' la
tenuidad del pago con el titulo de gl'alifieacion, y subordi-
nando la salisfacciollllelresto de la deuda á las eventualida-
des de una liquidacion que debia pl'aclicurse en Pal'Ís. El
ministro llevó la dnreza hasta Ilegal' á los otlciales su ¡!lCOI'-
pOl'acion en los cuerpos cl'islinos, pues la facullad que les
Jejó tle entrar en ellos ell clasc de subtenientes, equivalia
con respecto á casi todos ellos ú una esclusion fOI'mal, sien-
do muy pocos los que 110 teuian un gl'udo superiol' ellla le-
gion. Al salir del reino, se obligó auemas ú los soldados á
hacet' la entl'ega de su armamento, siendo asi que le habían
llevado completo al entl'a¡' al scnicio de Espalia. La Fran-
cia, obligada á soeol'l'cr á aquellos infelices al pisar su tCI'-
ritodo, vió bien las resultas que habria tenido una coope-
racion prestada en escala mayor; asi, al abril' las cúmnras al
espil'at' el ailo, se limitó el ¡'ey:'t consignal' cn su discurso
estas estériles palabl'as.-«La Espalia sigue csperimelltan-
))(10 los mismos padecimicntos, las mismas calamidades.
»Nosolros conlill/((/ll/oS ejecurando con nuesll'os aliados
»todas las clúusulas delll',llado dc la Cuádl'llple Alianza.»


En medio tic tautos síntomas de disolucion, el ílUC mas
vivamente prcocupaba y afligia á losarnanles de su patl'iael'a
la impasibilidad COll que, sin euitlal'se de los progresos del
mal, se ocupaba el congl'eso, ya en discutíl' teorías estériles,




LIBRO DECIl\fO SETIl\fO. 149
ya en dar pábulo ú malas pasiones. El 11 de diciembl'c,
tratándose alli de quejas aI'ticuladas contra Palarea, Seoanc,
que no dcsperdiciaba ocasioll dc(laiial'1e, Ic acusó dc haberlos
tenido en incomunicacion durante cinco meses, y mostl'ado
la intencion de deportados ú .\mél'iea , y hal~Cl' pel'llidiza la
causa que el tl'ibullal sUpel'iOl' de Guet'I'a y :\Iarina habia
pedido en vano. El 15, se rcnoval'on contl'a el genel'al quc
queria enfrenar el espiritu ue sedicion en Jlálaga, ataques
de cuya justicia se podl'ú juzga¡' por la l'cspnesta del dipu-
tado Olano. «Desde quc con su sevet'idad, (dijo) aterró á los
»pcrturbadorcs, la paz dc aquella ciuuad se ha ¡'establecido;
))108 emigrados que, por poner ú cubicI,to sus vidas y ha-
:tciendas, huyeron ú paiscs estrangeros, han regresado; el
"comcrcio florcce, y la influieta y bulliciosa Málaga está tran-
»quila y sometida al gobiel'Ilo, cn tanto que hasta la inerte
llSevilla ha levantado el pendon de la I'ebelion.» De la mis-
ma victoriosa mancI'a rcfutó el gcfe politico de Barcelona
imputacioncs igualmente interesadas que se lanzaron contra
Meer,-«Cuando yo llCgll{l alli (dijo) las fúlll'ieas iball á
»)cel'l'aI'SC, y yo las he dejado lodas traúajando, y teuicn-
)ldo pedidos para seis meses. »


Lo irrccusable de estas ascvel'aciones 110 impidió qne
Al'güelles anunciasc una intcl'llClncion contm el estallo de
sitio, al cual, ú falta de Otl'OS medios mas cquitativos de pl'O-
tcccion, se ,habian debido los bencficios enumcl'ados por
Cambronero y Olano. Formalizóla el diputado astlll'iano, di-
ciendo el 19.-«Pcsa sohre las provincias de Castilla, 1\14la-
»ga y Clidir. un régimcn que yo dcsconozco y que no eu-
»Cuclltro palabl'a adecuada para signilicarlo. No es el ante-
»l'ior sistema absoluto de España, es otl'a cosa ... t. cn a(llle •




150 ANALES DE ISAnJU. n.
Y!lIas provincias no se gohierna, se manda solo. Todo cstá
»entt'egado al heneph'tcito de un gefe militar ..... fIlie manda
»pero no gobicl'l1a ..... al calJO (le cinco mios de lucha, se
»nos dice que lIO se Jlucde gohcl'llal' lle otra manCl'a ... ¡qué
))se dirá de nosotros en Oñale~)) No contento con estas de-
clamaciones, pl'etcndió el tribuno eSClIsal' el asesillato de
Vehils con elllel conde de Santa Coloma ell 1610, el incen-
dio de las fábrieas de Bonaplata con la existencia de los
mistas en Inglatel'l'a, y los malcs todos de la guel'l'U civil
con los espcrimcntauos en la misma nacíon en períodos de
fUl'or y de ignol'ancia. El diputado catalan Gispel't, l'elJatió
las enérgicas i mpel,tinencias de su colega aslmiano, decla-
rando paladinamente,-(t¡ue no habia (!uien pudiese gobernal'
»en Cataluña sin estado lle sitio,)) y ratificándose en su de-
claracion á pesar de los mUl'll1nllos (le los bancos y las ga-
lerías. Estas aplaudieron tUII esll'epilosamcnte al diputado
Olózaga, cuando pI'oclamó eOlltnuios á la COlIstilucion los
estados de sitio, ([ue el lwcsidente hubo de levantar la sc-
sion. En la dcl20, observó Pidal «ue Olózaga mismo los ha-
hia propuesto en otl'a ocasion, y el debate se terminó como
siempl'e, sin otro resultado Ijue los onlillal'ios de escámblo y
pérdida de tiempo.


Todavia se agl'avaban éstos pOI' la actitud, resel'vada
mas que circunspecta, flue gual'daba el ministerio en a(Iuc-
llos ruidosos debates. Hehusanrlo lomal' pm'le en ellos,
ni aun rechazaba los ataqucs que se dirigian á sus agentes
mas aCl'editados y beneméritos, sino con la lt'ivial y evasiva
promesa de examinar la situacíon; y solo hallaron defenso-
res enll'e los ministros las vejaciones qne ocasionaha el ejér-
cito. En la sesion del 17, dijo AI'leta que el del Norte no vi-




LIBRO DECIMO SETUIO. 151
vía sino del merodeo, y Alaix pretendió que la intel'vencion
de las diputaciones pl'ovinciale<;, de que se quejaba el di-
putado por Navafl'a, quitaba á las exacciones todo lo que
podian lenel' de odioso; corno si el carácter de insoporta-
ble que debian á su ellol'midad y su frecuencia, se cambia-
se por la sancion fonalla de corpol'uciones subyugadas
constantemente por el despotismo milital'. Pita, declinando
la responsahilidacl de las calamidarles que se denunciaban,
y atribuyéndolas, mas que á los gabinetes anteriores, ú la
insul1ciencia hahitual de I'ecursos, fundó la absoluta imposi-
Jjiliclad de remedio ullel'iol', en que el presupuesto de Jos
gastos aseellLlia al duplo del de los ingresos. En vano Arte-
ta aconsejó al ministro dejal' el puesto á que acababa de
elevarse á persona capaz de vencer los obstáculos cJlle él
declaraba insuperahles. Pila no se mostl'ó sensible á esta
indicacion, y lo mismo hiciel'on sus colegas COII respecto á
otl'US de Iznardi, sobre las recientes ocurrencias de Sevilla;
de Pardo, Montenegro y CaIderon Collantes, sobre la exa-
cerbacion de la guerra civil en Galicia; de ~avas sobre pre-
fel'encias arbitl'arias en el pago de sueldos de la marina, y
á oh'as muchas, en fin, (¡ue dial'Íamente descubrian la PI'O-
fUlldídad de las llagas políticas. Enll'e ac!uellas manifesta-
ciones fué célebre la reseña que hizo Martinez de la Rosa
en la sesion del 21, de los desórdenes que siguieron en Va-
lencia al asesinato del 2." cabo Mendez Vigo. Defendiólos
Lopez (don Joaquin) con SI1 acoslumbl'Uda impavidez, y la
denuncia del diputado ¡jl'anadino fué menos feliz aun que
las que con tan poco fruto hacia n al mismo tiempo muchos
de sus colegas. Estas, ú lo menos, no acarreaban recrimi-
naciones ú sus autol'es, mientras que la de Martinez es citó




1.52 A;-¡ALES DE ISABEL n.
la bilis de la milicia nacional de Valencia, dc la diputacioll
pt'ovincial y del 2." cabo Lopez, (don Narciso), que no se
contentaron con dar á los ll'istes sucesos de aquclla capital
el colorido pl'opio para disculpar su participacion en ellos,
sino que dil'igieron t'epl'esentaciones en que agobiaron de
denuestos al diputado filie habia osad6' rasgar el velo con
filie se pretendiera encubrirlos,


A,un de las indicaciones relativas á art'eglos oportunos y
fácilcs, se pamlizaba casi siempre la ejecucion, ya por la
manera vnga con que eran al'ticllladas, ya porque no se reca-
tab¡1/I suficientemente las mit'ns interesadils que las sugerian.
El 5, habia acordado el congreso pasal' iI las scsiones una
proposicioll de .Mclldizabal, pam que sc nombrase una co-
misioll , que, con lwcsencia dc los estildos de fuerza del
ejército, fIlie dehian pedil'se al gobierno, propusiese los me-
dios de cubril' SllS necesidades. Nadie ignoraba que estaban
agolados todos; pero Mendizabal, que queria llamar de nue-
vo la ateneion sobl'e su persona, aseguraba que, tremolada
ya la bandera de /'cconciliacion, él indicaria arbitrios, no
solo pat'a asegul'ar la subsistf~llcia del ejército, sino para
mejol'ar la condicion de las clases pasivas, y la de los acree-
dOl'es del Estado. La comision nomhrada para examinar la
propuesta del ex-ministro se limitó pOI' de pronto a proponer
que se escitas e al gobierno á señalar los recursos con guc
contaba. Hompanera manifestó que ya Pila habia pl'esenta-
do diferentes proyectos de ley con este ohjeto, y estaba tra-
bajando Otl'OS, La comisioll insistió en su dicttimen, que fué
aprobado, sin que por eso se acelerase la conclusion de los
trabajos, ni se remediase el menor daño, ni se proporcio-
nase el mas ligero alivio,




LIBRO DECIMO SETJUO.


Discutióse cn cstc mismo tiempo una ley de estados de
~itio, quc, dcstinada :í I'egulal'izar una situacion irregula-
rizaule, no dcbia producir mejor resultado que las demas
discusiones (fOet{\Ilcas. La ley de ayuntamientos, penosa-
mente elaborada, y violentamente combatida desde la legis
Jatma anterior, ocupó muchas sesiones; y, suprimidos varios
artículos y motlilicatlos otros, se compaginó en fuerza de es-
tas variaciones, un todo hetcrogéneo, contradictorio, é ina-
ceptable, rcsultando pOI' tanto perdido el tiempo empleadll
en aquel trabajo. Solo se libraron de esta mala suerte las
medidas destinada') á completar los saerilicios del pais; asi,
{ué aprouada la nueva quinta de cuarenta mil hombres, aun-
que unos diputados I'epulasen escesivo este númel'o, y di-
minuto otros. Pretendiendo fijarlo, declal'ó Infante flue no
podian menos tIe ser cuarenta mil; pues eran diez y nueve
millos que fallaban para llenar las bajas; y que 110 podian
ser mas, pOl'que no hahria con qué mantenerlos. Argüelles,
(Iue, fiel á sus háLitos dc generalizacíon, jamás mimba cues-
lion alguna hajo el aspecto material ó positivo, preguntó si
COIl los cuorellla mil hombres se potll'ian vencer los obstá-
culos que habia para la conclusion de la guerl'a, y de5cono-
cicndo, ú fingiendo desconocer, que la prolongacion no se
debia sino á las pl'etensiones estravaganles del partido que
le proclamaba por su corifeo, añadió: (¿~O hemos de saber
nIlunC3 cmilcs son las causas que impiden su concJusion?»
Aprobóse igualmente la requisicion de seis mil caballos, aun-
que se demostró que habia contratistas dispuestos á encar-
gal'sc de este servicio, y facilidad por cOllsiguiente para exi-
mir de él á los habitantes, ya abrumados con otras cargas.
En fin, fué aproLado un proyecto de Pita para la exacciou




154 ANALES DE ISABEL 11.
de la contribucion estraordinaria de guerra, pOI' el cual, in-
fringiéndose las presCI'ipciones testuales de la ley de 30 de
junio, se mandó no admitir,en pago del nuevo impuesto mas
que créditos liquidados, lYlendizabal, que pam el caso de
haher de sucedel' en el ministerio á Pita, queria, como éste,
tenel' dinel'o ft todo h'ance, apoyó (uel'temente la variacíon
cardinal introducida en la nueva ley. Para completat' la idea
de las ocupaciones del congl'eso español cn cste PCI'ÍOUO,
hasta dech', que, durante él se acorrlUl'on tí. BOI'so, por la
batalla de Chiva, y á Meer, por las escal'amuzas del Valle de
Aran, votos de gracias, qne halwian dehido reS()I'val'se para
hechos de mas interés ó tI'ascendencia; que se concedió el
título dc inmortal á Gandesa, destl'Uida, y se decretó su
recdificacion cuando las ci/'cunstandas lo permitiesen,
eventual é insuficicnte indemnizacion de hel'óicos sacrificios;
que solo fué desechada pOI' sesenta y ocho votos contra cin-
cuenta y dos la anál'quica PI'oposieion del conde de las Na-
vas, para que se suspendiese el ministerio de lo Inlcl'ior,
único que durante la I'evolucion habia dispensado algunos
beneficios á los [lucillos; y que volaron por la sUPI'CSiOllllos
ex-minislt,os del )'amo (Lopcz y AI'gúelles) el economista
Florez Estrada, y algunos otros illllivirluos que pasaban pOI'
ilustrados: que se sancionó, en fin, la pt'úctica u~usiva de
que continuasen asistiendo ¡\ lo. asamblea, hasta conocerse el
resu1tado de las nuevns elecciones, los diputados (fue habian
dejado de serlo por habel' aceptado cmpleos ú honores.


No pOI' mostrar menos pasion en las discusiones, se
mostró mas digno el senado de la mision de justicia y pro-
teccion que los pueblos habian entendido conferir á los CU6f-
pos legisladores. Tel'minados los debates sobre lo. respuesta




LIBRO DECI~lO SETIMO. 155
al discurso del tl'ono, sin qnc se tomase en cuenta una soJa
de las oLsenaeiones justas que en ellos se 31'ticularon, el
senado no tuvo de (IUe ocuparse dlll'ante muchos dias, no
tl'ató en los pocos (¡ne le tocó reunirse, mas que de la quin-
ta de cuarenta mil hombres y de la hipotética reedificaeion de
Candesa, asuntos quc, pOI' decididos ya en el otro cuerpo le-
gislallol', no ofrecian el menor illieres, Gomez Becena quiso
introduci]' el derecho tle illlel'jlelacion, de que tan deploru-
Lle uso se hacia en el congreso, en el Estamento conserva-
do)', que tuvo el buen sentido de no consentir que se lanzase
en Sil sellO esta llueva tea de discordia, Peeo si, con este
aelo lle jll'Udencia, evitó el senado algunos esciUldalos, no
justificó, por la dispensacion de un solo Lien, ni por la ate-
nuacion de un solo mal, la necesidad de su intervencion en
los negocios púhlicos, Abandonados estos al impulso inciel'-
to, anómalo ú conlrarlictol'io que le imprimian acontecimien-
tos quc nadie s3bia seilol'em', los CllCl'POS legisladores, suje-
tos como los agentes del poder á la influencia til'ánica de
eslosacontecilllielltos mismos, minallos frecuentemcntc arlc-
nws JlOI' mezquinas pasiones, y de continuo por intcl'eses eu-
contrados, 110 Cl'all en realidad sino una l'ueda inútil que im-
Jledia el movimiento dc la máquina social, en vez de regll-
hll'izado; ulla superfctacion lanto lllas funesta, cuanto que
daba las apariencias II e la legalidad ú la mas dcsolantc anUl'-
quía; un medio, en fin, de r1esacl'erlitar pOI' largo tiempo y
aeaso para siempre, el ]'(\gimen ]'epresenlativo, bajo cuJ'0
mcntido imperio la nacían apuraba hasta las heces el cáliz
dc la dcsvcntma,


FI:\ DEL LIBHO DECmO SETI~IO.




LIBRO DEUIIIO OU·I' ...... O.


APMlólicos )" marotista~.-Fusilamicn\o~ d~ Estella.-PII~ilanimida,1 de don
Cárlo, -Cambios y nomhramientos hechos por d.-Ahorta la negociacian
Cea-Marliani.-Correrias de Cahrera. - P rimer ~itio de Villafamés.-Mo,i-
mienlos y op,'raciones dcl,'ji'rrito del C.'nlro rontra C,.brrra.- Vanhalrn in-
troduce un convoy en Lucena.-Llc~ada de DalmasQda al campo de Cabrera.
-Comunicarione, entre este caudillo) Uaroto.-'·anos esfuerzos de Y"nh.-
len contra Scgura.-Sp.gundo silio d~ Yillilfatnt;~.-Cange de pri~ionero~.­
Atrocidades del conde de España en Catalllña,-Póncnle en movimi~nto cri.-
linos y carlisla .• en las pro'incias ,Id Norte.-Toma ,le Uamal .. y Guard.-
mino II0f Espartl'ro.-njJta\lf1~ de Ddascoain. Arroni7.. y Gamarra, favorables
á las lropas de la reina.-Esplica<"ion del desenlace de esto. '"C"sos.-Coali-
cion parlamentaria rontra el conde ~l()!.'.-l'rograma .Ie Mr, Thiers.-Camhio
ministerial en Franria.-Millistrrio Soult. - JII't.' observariones del marqués
de Mil'anores sohre las canOSilS del rnal('~t(1r de Espaila, ~'los medio~ de remo-
yerla".-E"tado <le la guerra ~n Calaluila, '\r"30n I Valencia. - Esportero al
rrentc rle un t'jércilo considrrahlr penetra en li1s }'rolinrias Yascongada:5.-
~ihlil('ion r(''''prelil;) df itmhas parte~ heli~r.rant\.'".-Entre"ista de !\Jaroto
ron el comodoso ingkl Lord John 11,,)·,- Preliminares de transacrion.-Con-
l'rnio de Y t'rgara.


Ya desde el nombramiento úe Marolo para general en
gefc del ejército, eran pública la existencia, y conocidos los
gefes de las dos fracciones políticas que con ardor se dis-
putaban la confianza de su príncipe, y que en su múluo




DON RAFAEL MAROTO.


~aci () t:n Lon:il, eU o\,tubl'c de .7S0, y entró a sen-ir du c¡jd~ll:, ascenu¡(:ndc
"ÍUCesnamenlt~ duranle la guerra de la Irutepeodencia, hasta el ~rado de COTn-
Ilel que se le confirió en 1313, dánclole el mando del regimiento de Tala'era.
Se halló en el sitio de Valencia, yen los dos de Zara~oz¡], en los qué 51.;'. dlS-
tin~uió merw'jcwlo tIUl' ~c le dcclara:05e beneméritlJ de la patrid. Hecho prisin-
llera 5(' fugo, é incorporiu~dosc ti su regimiento fue enviado con el ú América~
donde prestó muy huenos servicios obteniendo suceshamentc 10:-; ascensos lk
brig3dicr y mariscal de campo. En 182.~ volvió ,¡ España y fué destinado de
cuartel á V.111adolid, hasta que en 1829 pasó al principado de .\'lurias con una
"omision del gobierno. y lue~o de cuartel it Pamplona; poco tiempo des!'ues;('
1 .. nombró comandante general de Toledo, pero abandonó esl~ dcsiino para
venirse á la córtc, )' se fugó ti Portugal;'t unirse con don Cárlos~ en cuyo ~l~IVi­
~io permaneció mientras la última guerra Cl\'il, obteniendo el mandü f'l1 ¡::'f'Ú
,id ejército carlisla. Combatido incesanteJllCnté por las illtrlgas dpl cuarLel
real, tlió un ejemplo de cncr~ía ru~iJando en Estella larios Ile sus t'nemig0'~1
pero no habiendo servido este ~scárrniento mas que para aumentar su numertL
convencido lIe la inutilidad de la guerra .. y pene.trado del deseo de paz qHt' ~­
dpjaha sentir en todas las CIHS\'S fiel ejército, entró t'Il negor.13rlOnt:' ... t'Clel~~ ..
!:oo Espartero que ma.ndaba las tropas de la Hein;:l, ~ ~ll result()t!o lue rl Ct-
lebrc Convenio de Vergara que puso H'rmillo tt. la lucha. :\laroLo \ lIJO á Madrid
rlondt~ fué muy hiclI recihido, ~: se le dió f') título de ronde ~ una plaLa en tI
friiJunal Supremo de Guerra. ,\ poco pasó él Chile !ltlT:1 .Bllnto:-, pf'Tsonalt-'t". ~
'\lIi f"jirei" .. 1 afin W'7. i\ los f>7 de rdad.






'1 (Y" "


~: ,






LIBRO DECll\IO OCTA YO. 157
anhelo de dañarse, tl'abajaban de consuno en la ruina de su
causa. Arias Tejeiro, que habia quedado al frente del IIIi-
nisterio, era el gefe, el repl'esentante de los ultra-realistas,
llamados tambien apostúhcos. ~Jaroto lo em de los mode-
rados, á quienes por esta razon se dió el nombre de ma/'u-
listas. Si, para triunfal' en la lucha que se apl'cstaban tÍ
sostener, contaba el uno con las ventajas que dú la posesion
legal del mando, eontaba el otl'o con su fuerza de voluntad
para conseguirlo, aunque fuese ilegalmente; si, para mante-
uerse en el poder sel'via al uno de apoyo el ascendiente que
sobre su fanático amo ejel'cia, para conquistal'lo podia sel'-
,ir al otro la fuerza moral que sobre sus subordinados, so-
bre su partido, sobre su ejército, en fin, iba ad(IUirienclo
cada dia.


De parte de los cristinos, y mas aun de pal'te de los
carlistas, el cansancio em general, y el deseo de paz tan
unánime como profunda la conviccion de que, con las aI'mas,
no era posible acabar la guel'l'a en mucho tiempo, Espartero,
situado meses hacia entre Logl'oño y Viloria, y Leon enlt'e
Tafalla y los Arcos, ni tomaban sériamcllte la ofensiva, ni
eran en ninguna pal'le alacados con vigor. Ligel'as, pero freo
cuentes escaramuzas, diezmaban eslel'ilmente las lilas de
ambos ejércitos. Maroto, ora desconfiase dclll'iuufo defini-
tivo de la causa del Pretendiente; ora, por el contt'ario, abri-
gase esperanzas de ver' cOl'ollados sus esfuerzos con el lo-
gro de sus planes, reorganizaba sus batallOlH's en el interior
de las PI'ovincia5 Vascongadas, donde no cl'eia á los de la
reina con fuerzas para penetrar.


Agl'ias contestaciones, que diariamente se repl'oducian
en la córte de don Cáf'los entre el caudillo del ejército y el




158 ANAI.F.S m: ISAllll/, 11.
gefe del ministerio, hacia n incvitable la sepal'aeioll del gene-
ral, ó el reemplazo del minisll'o; mas don Cielos, que con
ninguno de los dos bandos de que ellos hacian cabeza se
atrevia á chocar abiertamente, pI'efil'ió contempol'izar con
uno y otro, y, víctima de su peopia debilidad, no!nbl'ó mi-
nistro de la guerra al general MaI'qués de Valdespína, amigo
dc ~Iaroto, conservando, sin cmbargo, á Arias Tejeil'O al
frente de los negocios, y llevando pOI' consiguiente al seno
del ministerio la lucha que, entt'e este y una gran parte del
ejél'cito, fomentaban ya otl'as Causas de todo el mundo co-
nocidas.


Instalado desde meses antes en Dayona y en inteligen-
cias con .Muiíagorri, mmque mal visto y hasta eontt'al'iado
en sus planes pOI' el cónsul espaiíol residen le en aquel pun-
to, y pOI' casi todas las autoridades civiles y militHl'es de la
fl'ontera, tI'abajaba sOI'da, pel'o activamente, don Eugenio
Avil'aneta, la destruccion del bando carlista, De aeuel'do con
personas notables de este partido, y servido por hábiles y
entendidos agentes de uno y Otl'O sexo, A vil'aneta, hombre
sagaz y familiarizado por la práctica (le toda su vida eon es-
ta clase de Íntl'igas, seguía desde Dayona la huella de las
muchas que se Ul'dian en el campo de don Cúdos , y, em-
pleando todos los medios posibles de fomenlm' la escisioll
flue en él reinaba, abrigaba en su pecho la espm'anza de
apodcl'a¡'se (asi lo decía él y se lo ofl'ccia al gobierno de
Madrid) de la persona de don Cúdos.


POI' momentos, y esto el'a lo natural, decrecia en el pais
vasco-naval'ro el entusiasta interés que alli inspirara hasta
entonces la causa del Pretendiente, y hien á las clat'as lo
veian sus fanáticos consejel'os, hombl'es tollos uel bando




tlBRO nFCuro OCT AYO. 159
reaccionario; pero, no permitiéndoles su ignorancia de las
cosas Ó su rencor hacia las personas atribuir á sus verdade-
ras causas el mal que era antes tan fácil conocer como di-
ficil ataja¡' ya, acusaban y hacian responsables de él á los ma-
rotistas. En vez, pues, de pensar en estirparlo, ocupában5e
solo de los medios de dU!' un golpe mortal á sus adversarios,
sin conocel' que la muerte politica de estos, dado caso que
con ellos fuese po~ible acabar, envolvia necesariamente la
destruccion de la causa que defendian unos y otros.


Hallúbanse á la sazou pI'oeesados y prcsos por órden de
dOll Cúdos los gencl'ales Elio, Gomez y Zamtiegui: en su
misma pri:,ion habia sitio bál'bal'amente asesinado el jóven
coronel Cabaüas, y por el campo carlista se tramaba sin
descanso una conspiracion dil'igida ú aseglll'U!' cn él la in-
fluencia dc los apostólicos. De elIos, por su mal, habia sido
caudillo yera su repl'csentucion cl general Gucl'gué, hombre
mcdiano, que ni supo, mientras tuvo el mando, sostencl' la
preponderancia de la fraccion política á fIlie pertenecia , ni
I'ccalar el ¡'cscntimiento que, al verse obligado á dejarlo,
concibió contra su sucesol'. NalUl'al el'U, pues, que JIumto,
blanco desde mucho antes del odio dc los conspil'adol'es, y
puesto á la sazon á la cabeza del ejél'cito, con el cual tenia
mas prestigio que tllVO nunca Guel'guc, defendiestl con toda
cncrgía su poder y aun Sil cxistcncia, terrible y eonstante-
mcnte amcnaza(la pOI' las tl'amas de sus enemigos. Por la
vehemencia y la al1dácia de su carácter, distinguíasc, adc-
mas de Guerguc, e¡lll'e los caudillos del banllo exagel'ado, el
genel'al Garcia, comandante general de Naval'ra. Este gcfc,
quc habia roto ya públicamcnte con Ma¡'oto, se concertó con
aquel y algunos otros hombres de impol't!.Ulciu, asi en lo




~60 ANALES DE ISABEL 11.
militar como cn lo civil, y enll'c cllos se fraguó un plan hor-
rible de reaccion y matanza, que, contl'a los del bando mo-
Ilerado debia estallal' á-la vez en divel'sos puntos,
~Iarolo, que lo supo á tiempo, y que estaba interesado


en impedido á todo tmuee, lomó inmediatamente par'a ello
la mas violcnta de las detel'minaeioncs. Y asi se lo anunció
á don Cál'los, diciéndole, -((que estaba I'csuelto á fusilar ú
»Ios conspiradores, ll-«(No lo harás,» conl('sló don Cál'los.
-«Si haré, señor)) replicó Maroto; y, encamínándo~e á E~­
tella, donde se hallaban García y Guel'gué, se apoderó de
sus pel'sonas, asi como de las de los aulol'es • gcfes é insti-
gadores de la proyectada reaccíon , los cuales, confurme lo
habia anunciado, hizo fusilar' pOI' tr'opas naval'l'as. y en la
mas importanle ciudad que en Naval'l'a obedecía al PI'eleu-
diente. Y esta misma habria siuo la suel'te de Balmaseda,
llegado alli pocos dias antes para tomal' el mando de una
pal'te de las fuerzas mandadas pOI' l\1aroto, á no I'efugial'se
por dos veces cn el real mismo de don Cádos, y á no tomar,
creyéndose en él poco seguro, la delcl'minacion de m3rchtu'
á ¡'eunirse con CaOI'e¡'a, como á poco lo verificó con solo
algunos cahallos.


El 20, consumado el acto, dirigió Mal'oto á sus solda-
dos una enél'gica proclama (1), y escrihió al que tlUlI lla-
maba él su rey, una carla (2), en que, indicúlldolc la línea
de conducta qllC deLia seguil', le dalla en tOllO dc alcl'I'utlora
natul'alidau, noticia de lo ocul'l'ido en estos términos, {(Es
)lel caso, señOI', que he mandado pasal' pUl' las al'lnas :1 los
JOgenel'ales Gucl'gué, Garcia y Sauz, al bl'igadier' Cal'lnona


(4) Véase apéndice llúmero ~ al fin del tomo,
(~) Véa5e opéndice número 5 al fin del tomo,




UBRO DECDIO OCTAVO. 161
))y nI intendente [n'iz, y que estoy I'esuelto, por In compl'o-
)}JUcioll tle un atentado sedicioso, á hacer lo mismo con
))ol/'os varios, cuya C:lplul'a procIH'aré sin considcracion á
)fueros ni distinciones. ') :\ cuyo efecto, sin duda, se puso
al frcnte de algunos de sus batallones; en \1lal'cha hacia el
cuartel real.


Tfll1 pronto como en él se supo la noticia de los fusila-
mienlos de Estella, y antes sir¡uict'a de sospechar la aproxima-
cion de 31al'oto ú la residencia de don CH'los, lanzóse dcs-
(lc este conlt'n aquel gCflel'alllna tl'emenda orden del dia (1),
«((leclal'Úndole traillot' y autorizando á todos y cada uno de
»SIIS soldatlos ú tratarle como á tal. ') Satisfecha asi la cólera,
mas no calmado el tet'rOl" Arias T('jeir'o yel obispo de Leon,
en nombt'e de (Ion r.úl'los, enviaron ú llamar en auxilio suyo
ú los generales Yi!lareal, Ut'histomlo y don Simon Latorre.
Ninguno tIc ellos, empero, podia, sin desmentit' sus antece-
dentes Ú ohrat' contra sus convicciones, hacer armas contra
~Iaroto, y su papel en ar¡uella ocasion debió naturalmente
quedar por lo tanto reducido al de mediadores cntre el ge-
neraly el soberano. A este, cn cfecto, aconsejó Urbistondo
pasase al cuartel general, y pidicI'a esplicaciones á Maroto;
mas Jon Cárlos , no solo Ita cedió á este consejo, sino que
se negó (\ dal' audiencia al conde de ~egri, enviado al cfecto
pOI' Maroto, y> alet'I'ado y despavorido, mandó ensillat' los
caballos apercibiéndose ú huir.


¿Qué opinion fOl'ltlal' de un pl'Íl1cipe flue, habiendo, el
dia 21, Y á consecucltcia tic los fusilamientos del 18, decla-
rado traidor al general en gefe de su ejército, decia tres dias


(t) Véase npéndice número 6 al fin del tomo.
TOllO VI. 11




16~ ANALRS DE ISABEL JI.
despues (eI2.i), (1) enl1'e ott'as poco menos significativas pa-
abl'as. -(e Al)l'uebo las medillas tomadas por este genel'ul
»)()Iaroto) y quiero que continúe como antes á la cabeza de mi
»valiente ejército, esperando de su leallall y de su patrio-
»tismo que si vel'llaUel'amente se ha resentido de mi decla-
llracioll oji'lIsil'a, los efectos deben cesar con la seguridad.
»que le doy de que ha recobl'ado mi real conHanza y su /'e ~
»putacion injuri(l(la'?» ¿r¡11{~ pensal' Lid que, llamándose
monarca y aspimndo á serlo de una nacion de doce millones
de habitantes, pone, ú la faz (le ella y tle lil EUl'opa toda,
el sello á aquella 01)J'obiosa ]'etl'actacion, con estas palabl'as,
-«quiel'o que sean reco,qidos) lJllemados todos los ejempla-
»res del manifiesto publicado (el 21), Y que cn su lugar, sc
»imprima y se haga circulal' esta espresioll de mi sobel'ana
»voluntad, y que se dé en la órden del dia del ejército y se
»lea á la cabeza de los batallones dUl'illlte tl'es dias conse-
cutivos?» ¿llué, en fin, pensar, de un hombl'e que, esencial-
mente fanático, consiente en alejal' de su lado y hasta cn
enviar con escolta al estrangel'o al obispo de Leoll, el mas
fiel y mas constante de sus sel'vidol'cs, á Arias Tejciro su
primer ministl'o, Ú Otal, LabandCl'o y Lamas Pardo, sus
consejcl'os, á todos los hombl'es, cn fin, con cuyas idcas
habia simpatizado siempre, y continuaba acaso mas que
nunca simpatizando á la sazon? La debilidad que en aquc-
lIas críticas circunstancias mostró don Cál'los hundió pUl'a
siempl'e su causa, consolidando por de pl'onto elll'iunfo de
los mal'Otistas, produciendo en seguida complicaciones de
cada instante y nucvos elementos de reacciones suecsivas,
y rebajando hasta el infinito la importancia moral de alJnel


(1) Véa8e apéndice número 7 ni fin del tomo.




LIDIlO DECmO OCTA YO. 163
príncipe entre las gentes dc su partido asi como entl'e sus
auxiliares estrangcI'os.


En ningun caso podian las grandes potencias amigas y
favol'ccedoras de don CÚI'los accptal' la I'esponsabilidad mo-
"al de la conduela de Maroto, que revelaba cuando menos un
absoluto desprecio de las formas jul'idieas. Si aun, ('.onsl1-
mada la violencia, hubiese ella pI'oducido la consolidacion
de un nuevo sistema y un cambio de IH'incipios políticos,
habriase, á favor de esta circunstancia, atenuado algun
tanlo la odiosidad del hecho y hasta justificado tal vez la
violcncia y la precipitaeion quc la aeompañal'on. Nada de
esto sucedió; y, siendo el único resultado de los fusilamien-
tos de EsteBa una c\am y evidente demosll'acion de la impo-
tcncia y de la nulidad de don Cúrlos á los ojos de la EUI'opa
entel'a, las potcncias que lc auxiliaban desrnayal'on cn lél'-
minos que, si no abandonaron de todo punto Sil causa, mi-
ráronla desde entonccs con la mas desdeñosa indife¡'encia.


Por los dias en quc llegó á Bedin la noticia de este su-
ceso, se pl'eselltaron en aquella capital, procedentes de la
de SaJouia, Ú donJe desde Pal'Ís se encaminaran, los co-
misionados del gobiel'llo español Cca y Marliani. En Ber-
lin, pues, deseosos de rectificar la opinion pública acerca
de la cuestion de succsion qne en Espaiía se deba tia , im-
pI'imieron e hicieron Cil'Clllal' una memoria escrita y pre-
parada por Marliani, ú la cual adicionó Cea un párrafo (cl
último), dirigido ú csclarecer su posicion personal, que
hasta ciel'to punto aparccia falseada, ya pOI' los anteceden-
tes poliLicos de su asociado, ya por las Cil'CUIlstallcias del
gobierno de Madl'id, dcl cual, sea como quiera, se pre-
sentüba el viejo ex-ministl'o de Estado con el carácter de




1G4 ANALES I¡E If'AllEL 1I.
agente oficial. Ko llejó, desde luego, de producil' efecto en
el ánimo de los alemanes imparciales la memoria que, lm-
blicada en Berlin con el título de la Verdad soóre Ire cl/es~
fion de Espafta, fue reimpresa ú poco en Lóndres, y mas
tarde en Pal'Ís bajo el nombrc de Cea, no sin dejal' dudas
acel'ca de su verdadero autor.


Pel'O no bastahan folletos ni protocolos ú reeahal' del
gahinete de Bedin el reconocimiento de la soheranía de
lsabel 1I, que el'a, en último l'esultatlo , el olJjeto principal
de la mision de los negociadores. Pens:w en alianzas y
pactos de familia, y aun eSJler::tl' qlle sobre este punto fue-
sen oidas las proposiciones de Cea y ~Iarli::mi, em alimen-
tal' una illlsion ([nc no debia tar(l[\]' en desvanecCI'se. Apo-
Y{ll'onlns ellos, sin embargo, ca(1a uno con los medios (¡ne
mas conducentes creyeron ú su fin; Cea invocaba solo el
principio de b legitimi(lad y del mejor derecho; Mar1bni,
poco conlento de esto, cscl'ibió, no se sabe si tic acuerdo
con su colega ó sin cantal' con él, un memol'::tudum , dies-
tramentc redactado, dirigido ú lIeval' la cuestion del reco-
nocimiento de la reina de Espaita por pnrte de la eÓI'Le de
Berlin {t 011'0 teJ'l'eno donde purliese la diseusion producir
mas efecto y huhiel'a I11ns probaLilillades de alcanzar hucn
resulLado. Hábilmente en este escrito cscilaba ~larlialli los
intereses y las pasiones del pais con cuyo gobierno nego-
ciaba, ponderando los peligros de la influencia francesa en
España, y la conveniencia que, en asocial'se á la causa de
Isabel JI, hahia para las polencias del Norte que, tomando
en cuenta el reposo de Europa, no hahian vacilado en re-
conocer pOI' reyes de los fnllleeses y de los belgas a Luis
Felipe y á Leopoldo.




unnO DECIl\1O OCTAVO. 165
Algo, en los homhres del pal'tido anti-fl'ancés y pOI' me-


dio de este Illel11ol'amlulll, a(le!anló \lal'líani en favor del
rcconocimicnto de la rcina babel; no, cmpcl'O, ni con mu-
cho, lo bastante para decidil' al gahinete de Berlín á tomal'
solJl'c si la iniciativa de una línea de conducta que, cOlltl'a su
finne propósito de permanecel' en la cnestion espaftola uni-
do al Austria y la Unsia, debia necesariamente malquistado
con estas potencias. POI' VCI' de lograr su objeto, 3pelal'on
los negoeiadol'es ú toLlos los medios de que podian disponer,
y (le ellos rra uno la coopel'aeion del lord William Rusell,
ministro de lllglatel'ra en Berlin. A este diplomático, que se
la ¡JI'estaba en efecto, si bicn no tan eficaz como deseaban
los negociadol'es, escilal'on estos á (llIe pasase al gobiel'l1o
}ll'usiano ulla comullicadon oficial, pidiéndole el reconoci-
miento de la rcina Isabel; propuesta á que se resistió á ac-
cedel' el ministl'o lH'ilúnico, poco se¡!;mo de las miras 6 las
intenciones del gabinete de Lónd,'es solll'e este particulat'.
Vel'halmente, sin embargo, no de.ió el lord Rusell de hacer
al gohíel'l1o prusiano indicaciones y hasta instancias en fa-
yor de los negociadores, Ú fjuienes, lo mismo (¡ne all'epl'e-
senlanle inglés, contesto el haroll de \V ertllel', millistl'o de
:\legocíos Estl'[lllgel'O~, lo siguiente.-«~o nos den vds. tanta
»)pl'isa, si (lllicl'ell (Itle accedamos tI sus lleseos. No quel'c-
»IllOS tomal' la iniciativa: escribi/'emos á Viena.»


POI' el lord Iluscll y los Ilegociadol'es espaiioles se acor-
dó entonces (¡ne el ministl'o (le Illglatel'l'a en Berlin solicita-
se tic sn gobiel'Jlo la antol'izacioll necesat'Ü\ pal'a pedi!' pOI'
escrito al tIe Prusia el reconocimiento de la reina Isahel; y
de Ü' ú Lóndres se eneaJ'gó el mismo Marlianí, en compañia
¡lel secretario (le la lt'i-!:acion ill¡desa en Bel'lill, ~k Howard,




166 ANALES DE ISABEl. 11.
con quien llegó á aquella ciudad en la madrugada uel 4. de
enero. Alli, sin perder tiempo, fué a avistarse con el gelle-
ral Alava, ministro de Espaüa, ya ent.erarle del verdadel'o
estado de la negociacion. Alava, d.mdo cuenta de ella al go-
biel'110 de Madrid, en comunicacion reservada del13 del mis-
mo mes, demostt'ó todas las il'l'egularidades ue que hasta en-
tonces habia adoleciuo aquella negociacion, manifestando
110 pal'licipul' él de las esperanzas, Ó ruejol' dicho de las ilu-
siones, que acerca de su buen éxito, tenia Marliani. Cea,
que tambien las abl'igaba aun, se quedó en Berlín agual'dan-
do la cOlltestacion de lord Palmerston, á cuya resolucion fa-
vorable subOl'dinaron Cea y su compaüero el logro del resul-
tado. De la negociacion, como em natural, eliminaron el re-
presentante español y el secretario de Estado inglés, toda
frase, toda espresion que pudiese uejal' suponer proyectos
matrimoniales, eneel'l'ándose con ¡ulbil y calculada reserva
en la eueslion del reconocimiento.


Con esto se calmal'on las susceptibilidades de la CÓI'-
te de Francia que, vivamente escitadas pOI' el memorandum
de Marliani, y no poco tambien pOI' las comunicaciones del
marqués de Miratlol'es, llegaron á punto de hacer al conde
Molé que pidiese aclaraciones al embajador de Inglaterra,
significando formalmente á los representantes de esta poten-
cia y de E~paña que al tal casamiento se oponcl!'ia el go-
bierno francés, como el'a de suponel' lo hiciel'an los de las
demas naciones al enlace de la reina Isabel con un príncipe
de la familia de Orlean".


Luego flue el conde de Sebastiani, embajador de Fran-
cia en Lónd,'es, tuvo noticia de la llegada de Marliani y de
su designio de pedir al gobierno inglés autorizase á su lIli-




LIBRO DECIMO OCTAVO. 167
nistro en Berlin :i negociar el reconocimiento, cesaron las
inquietudes y los I'ecelos del gabinete de las 1 ullerías , á
quien habia tenido al conientc de todas las gestioncs hechas
por los Jos ncgocia¡J()I'es e~pañoles su ministro en Prusia
Mr. Bresson. Y sohI'e los infol'llles dados por este diplomá-
tico, calcúronse sin (LIJa luego las instl'Uecioncs enviadas
por el gohierno francés á su agente en Viena, COII al'reglo á
la declaracion hecha CII Pal'is pOI' el condc ~lole al IOI'J
G¡'anville y al mal'(IUeS dc lHiranores.


Cedicndo, empcl'o, cllard Palmerston á las instancias de
Madiani, trasmitió al 101'd GlIillcl'll1o nllssell ól'L1enes pam
entahlar la negociacion en Berlin ,é iguales prevenciones
hizo á su representante en Viena, COIl los despachos para los
embajadores de Franeia, I'esillcntcs cn una y otra córtc, sa·
lió Marliani en dirc~cioll dc Bcl'lin el 15 del mismo mes.
Este paso aumentó, como cl'a natural, las esperanzas de los
comisionados; uno y otro creyeron vel' cercana ya la hora
del reconocimiento de la reina Isabel pOI' los soberanos del
Norte; y lo creyeron con lanla Im5 raza n cuanto quc la
noticia coctúnea de los sucesos dc Estella desvirtuó podero-
samente cn aqucllos paiscs á don CúrIos y Sil causa,


Fayorecidos pOI' csta cil'cunstancia y pOI' la escision
(lue, eutrc la córte y los católicos prusianos, pl'avocara la
conducta tl1l'bulellta de los arzobispos de Possell y Colonia,
y ausente de Viena el embajadol' inglés ~Ir'. LUlI1b, cuya
intervencion en el asunto hubier'a pOllido ser de grande uti-
lidad á 105 llegociadol'es españoles, decidiéronsc éstos á
scguir su viagc ú la capital de Austl'ia, donde definitiva-
mente debia ahortBI' la mision, y recibir los encar'gados de
ella UlI desengaño crucl. El gobierno aush'iaco, tomando




168 ANAJ.ES DE ISAIlEJ. n.
por pretesto hallarse elllomure de Marliani inscrito en los
registros de la policía como complicado desde 1821 en los
sucesos revolucional'ios fIlie pOI' al111clliempo tuviel'an lugar
en Piamonle, le mandó salir de Viena en el termino de
diez y ocho horas. Cea, sin em!JUI'ljO, procuró ver, y vió en
efecto, al príncipe de Menemich, y tnvo con él dos confe-
l'encias, de cuyas resultas se resolvió á abandonar la idea
y hasta la conversacion del casamiento, bien persuadido de
que sobl'e esle particular ni á escuchade se habria l)I'estaclo
el pl'Íllcipe de l\Ictlcrnich. No bastó, sin embargo, toda la
p!'Udencia del negociadol' español, pal'a evitade clllisguslo
de oil', como de boca del ministro ausll'iaco lo oyó, que su
presencia en la córle de Viena era un embarazo pam el
gabinete; ni toda la urbanidad de fOl'mas del ministro fué
parte para atenual' el dolol'oso efecto flue en Cea causó la
súplica que, con visos dc intimacion, se le hizo de salir de
Viena. Con esto, y pasados algunos dias, dUl'ante los oua--
les hubo de cohonestal' con el mal estado de su salud su
permanencia en aquella cÓI'le, salió Cea de ella, sin habel'
cogido de tan prolija llegociacioa mas f!'Uto que csclarecer
el mejor del'echo de la reina Isabel en la cueslion de suce-
sion á la corona, lo cual relativamentc era de poca impol'-
tancia, sobre todo cuando, al lado de la cuestion de dere-
cho, se alzaban la de principios políticos, la de formas de
gobierno, la de simpatías personales y la de conveniencia
propia.


Por aquel ticmpo llucvas complicacioncs sobrevenidas
en el trascurso de csta mision sccl'cla habian dejado vis-
lumbrar probabilidades dc un c3lnbio esencial en las ideas
del gabinete de las Tullul'Ías con respeclo ti EspailU, y en la




LIDRO lJEemO OCTAVO, 169
posicion diplomática dcl mal'([lH.\S de }\lit'::lflol'es, relwcsen-
lante de esla nucion, Triunfantc cn el !ll\l'lamento fl'anccs
la coalicioll pal'lamcllt:H'ia; derrotado ~It'. \lolé y vCl'iHcado
rl cambio minislel'ial, vióse el mat'i]u!is tic 11il'aflores en la
neccsidad dc ]Jetlir insll'ucciones sobre el mOlla con quc de-
l¡ja alJOl'dal' cl punto dc la lIegociaeioll Cea-3Iarliani. PCl'O
estas inst1'llccioncs sc hicieron poco menos que complcta-
mcntc inllcccsarias, y la cucslion varió lle aspeeto, desde el
momento en Cjue el gencl'al Alava le dió cl Cfll'áclCl' de es-
c\usivamcnle encaminada á una negociacion de l'econoci-
micnlo dc la so!Jet'lllJia de IsahellI pOt' partc de las poten-
cias f[UC Iwsla entollces se lIegal'all á él. Nada se logró
tampoco con dar al asullto esta nueva faz: la combinacion se
ft'llstró, y el gobierno tuvo flue lamentar pérdidas de tiem-
po, de dinel'o y de considcracion. El resultado de la nego-
eiacion l'tll' un descngaüo, cuando no un desaire.


A lodo esto, no contento jIaroto con el suplicio ó el
dcstiel't'o de los pt'incipales agentes del bando apostólico,
hizo ú don Carlos nomb!'al' lluevas miuistl'os, y contlar' el
mamlo de sus tropa" ú varios ¡.jefes tl'allsaceionistas. De
los primeros cra UIIO el general \Ionlenegro, pal'a gucl't'a,
y otro Marcó dc Pont para Estado. A Elio le fué confcrido
el mando de '\avarra, á ItUtTiaga el dc Guipúzcoa, á Si-
mon Lalol'l'c el ele ViZCflya, y el de Alava al gencl'aI1Izúa.
Al frente de los hatalloncs castellanos se puso á Urhiston-
do; ViHareal fu(' nombrado ayudante de campo de uon C:'lt'-
los, y Zaraliegui agregado ú sn estado mayol', ¡Tanta in-
fluencia, que, sin c:;torhos de lIillgun<\ cspceie, podia ejer-
cel' desde entollces, diel'on á jlal'oto los fusilamientos de Es-
leila y la pública y vergonzosa relt'üclacion de don Cado~~




170 ANALES DE ISABEL 11.
En las provincias donde esto sucedia, adoptilbanse al


mismo tiempo pOI' el general en gefe de las tropas de la
reina las medidas mas enérgicas, por nodccir mas atroces,
panl el embargo de los bienes pertenecientes á las familias
de los carlistas que estaban con las al'IDas ell la mano;
haclanse nuevos aprestos pam llevar á cabo un gran plan
de ope¡'aciones encaminadas á invadir el tel'l'itorio que ocu-
paban los enemigos, y volvia ~luüagorri ti poner en juego
combinaciones desacreditadas ya por mas de un estéril y
hasta ridículo ensayo. Por aquella época, enarbolando la
bandera de prt~ y fueros, (lp(lreeió de nuevo el belicoso es-
cribano de Verástegui en las vel'tientes dd Pirineo. ~ras
esta tentativ(l, tan mal pensada y tan mal hecha como la
anteriol', tuvo el mismo resultado que ella, el mismo que
el'a fúeil preveer y lógico espel'ar. La terminacion de aquel
episodio de la guerra del Norte, no fué ulla deseI'cion, no
una denota; fué solo una disolucion hija de la hetel'Ogeneí-
dad de los elementos que enlI'aron en aquella impotente y
mal forjada combinacion , y de la poca fé que en su éxito
tuvieron nllnca los mismos que en ella tomaron parte.


De aeuel'do en tanto con Balsameda, hombre de decision
yenemigo tlcclal'atlo de Maroto, empezaron los apostólicos,
vucltos ya en si y exasperados pOI' los últimos actos de este
generol, á conspiral' contl'a su vida y á O'ama!' planes de
reaceion. Don Cál'los, il'l'esolllto é inconsecucnte hasta la im-
hecilidad, fomentaba la discordia manteniendo I'elaciones con
los emigl'ados, y volviendo á encendel', al soplo del favol'i-
tismo, pasiones mal apagadas. El obispo tle Leon, el eanó-
Iligo Echavarria y Labandero , estaban en correspondencia
eOIl el príncipe, y rceibian auxilios de él, al paso que su




LIBRO DECTMO OCTAVO, 171
ejército conlinu~h¡¡ careciendo de lo mas es!t'ictamcnte ne-
('e~ario pm'a su existencia. Esta conducta, ft'ecnenlemenle
observada desde los sucesos de Estella, tenia por objelo
!lesa IClltar (1 las tt'OlH1S de 'Iaroto, y hacet' pet'der á ésle el
p,'estigio de filie entre ellas gozaba. Por su ¡l3I'le tambien
censuraba el padre Cirilo los actos del general, á fluien re-
convenia de que no buscaba al enemigo, ni sobre él toma-
ha la ofensiv3, y hasta le eseribia significándole que renun-
C¡3SC para lo sucesivo ú loda espel'anza de prestigio y de
podel' si continuaban las tr'op3s careciendo de I'ecursos. De
los hombres que alrededor (leI padre Cirilo se agruparon
en aquella ocas ion se fOl'mó un nuevo p:lI,tido fllIC ni em
npostólico ni marotisla.


Enll'etanto Cabr'era, nombl'ado pOI' don C,írlos tcniente
gencl'al y conde de JIcrella, titulos que estampó 31 pié del
convenio celebrado con Vanhalen pal'a estendel' (l Aragon y
Valencia los ereclos del trala(lo Ellio!, dominaba estas pl'O-
villcias, al frente de veinte mil hombres de infantería y de
ochocientos caballos, con mas de cuarenta piezas de artille-
ría, Contaba ¡¡([emas con gefes de valol' como FOI'eadell,
L1agostel'a y Polo, rslc último cUllado suyo, entre los cua-
les dividia Sl1 privanzfI, y á quienes tenia confiado el mando
de las tl'es divisiones, que el'an en a(IUel tel'l'itorio el alma
y la vidfl del ejército cadisla.


En la imposibilida({ de aumental'lo pOI' falta de m'mas,
solicilólas con empello de las potencias eslt'angems que
simpatizaban con la cansa flue él defenlli[l. Para procllrársc-
las mandó comisionados a Ausll'ia y il CCl'deila y escribió á
Lóndl'es de donde (1 poco se le espidiel'on dos l'cmCSflS de
fusilcs, de los cuales solo algunos pudo a¡lI'ovechal', desem-




172 ANALES DE ISABEL 11.
barrados por su padmstl'o en las bocas del Ehl'o. El I'esto,
conducido por dos huques ingleses, se inccndió con uno dc
ellos cn la tmvesía, y cayó con el otl'O en podel' de los C\'ll-
COI'OS de la marina I'eal


A pesar de cstos contl'aticmpos, era fOl'midahlc en
aquella época el poder del caudillo tortosino, contl'a quicn
apenas osaban ya los de la I'eilla intentar otl'a cosa que la
defensa local de éste ó dc aquel punto amcnazado , ó esca-
ramuzas parciales que ni daban fncl'za moral á la cansa de
Isabel, ni hacia n mella á la dc dOIl GH'los. Al gobierno de
la l'eiua no sc le ocultaban los pcligl'os de esta situacion; y,
bien que embm'azado con graves y perentorias atcnciones
en las provincias del ~Ol'te y otl'as muchas de la monal'quía,
hizo los mayorcs esfucrzos para ver de C1'ear elementos ca-
paces de atajal' el mal. Cab¡'era, llena pOI' una pal'le la
c(\beza de alt'cvic\os y bien combinados planes, y confiado
pOI' otra hasta el esceso en la propicia estl'ella que siemlll'e,
desde que en 3Jluella gllCI'1'a se lanzó, le habia acompaüauo,
solo soñaha cn Iluevos tl'iunfos y se lisongraba con la espe-
ranza de proseguit' siendo el mas fuerte adalid de la causa
Cal' lista .


'landados por él, Iwesentúronse en la mañana del 3 lIé
ellero á la vista de ViHafamós UIlOS trescientos infantes y
cicnto y cincnenta ginetcs; los cuales, situúndose en las
avcnidas dc la poblacion y en los montes (¡ue la dominan,
empezal'oll Ú hacel' fuego. Lellto al l1\'incipio, avivósc hasta
hacerse 11OI'I'OI'OSO, merced Ú UlI l'cfuCI'ZO que t\ la caida de
la tarde recihiel'on los sitiadores. La gual'llicion, compues-
ta de un destacamento ele artillería de marina y de la co-
IUBlna móvil de Cuslelloll, I'csuelta Ú defcnderse ú tOllo




LIBRO DECIMO OCTAVO. 173
trance, tomo, entl'e Otl'<lS disposiciones, la de rdol'zar sus
muros, cuyo asallo intentaron en vano los de Cabrera en
la mañana del 1. Por la noche se repitio , en balde tam-
hien, la tentativa. Concluida entl'elanto la colocacion de
la aelilleria, empezó esta á jugar contra la poblacion á las
ocho de la mañana del 5. Solo una pieza contaha la plaza
pum su defensa; pel'O tan bien servida que, al contestar al
primer cañonazo de los sitiadores, dejó á estos comprcnder
que el'3 Sil empeesa mas difícil de lo que á primera vista
apal'ccia. A Ins dos de la tnl'de mandó Cabl'el'3 cesar el fue ..
go de sus pieza~, y tic ellas relil'a1' una. Entl'aLIa la noche,
hizo lo mismo con la otra, y continuó COIl la fllsilel'Ía hosti-
lizanllo la plaza, hasta I~ madl'Ugada del 6, en que decidi-
damente se retiró con pél'dida de unos cn31'enla homlll'cs
cntl'e mucl'tos y hel'illos. A acelcral' esta retirada contl'ibu-
)"t. no poco la noticia pOI' en lances Ill~gaLla á oillos de Ca-
bl'el'a ele que, con el objeto de haccrle levantUl' el sitio, ha-
hia salido de Teruel el general en gefe del ejército del Cen-
tro, y que al frente de fucrzas considel'ables, se encamina-
ha á VilIafamés.


De este maria, en cfecto, fI'lIstl'o Vanhalen los designios
de Cabrera, cuya pel'secllcion encargo al hl'igauiel' ;\zpiroz,
y el tlia 7 tlcspucs de haher inll'odllcillo en aquella plaza un
convoy de vívcres y dc municiones, mandó hacel' aIto en
Hetera.


Por aquellos di as , la segunda division de dicho ejército
del Centro, enterada de los movimientos que tI la sazon ve-
I'ificaba L1agostera, y estrechándolo de cerca, logró prote-
ger un convoy ele municiones dÍl'igido desde ~Iadl'id a Za-
ragoza, y u favol' de operaciones combinadas con las que,




174 ANALES DE ISABEL 11.
hacia la parle de ~Ionreal, ejecutaba el brigadieI' Mil', desa-
lojó de esta villa á los carlistas, obligándoles él I'efugiarse
en el campo de Visiedo. El 22, salió de Segorbe la division
del genel'al Vnllhalell, y tomando las disposiciones necesa-
rias pal'a alejar' de las avenidas del ~laesll'azgo y de las
orillas del ~1ijarcs las pal'lidas suelLas que pOI' aquellos
ruedos vagaban, rcvolvió conll'a Al'lIau, contando con flue la
primel'a division dcl Centl'o que ocupaba él ~1Ul'viedro sal-
dria pUl'a formal' en Segorbe la reserva de las tropas de
opemciones, las cuales, sin sel' hostilizadas, Hegal'On á la
Tista de ~lontan, Obligados con esto los carlistas ú abando-
llar el fuel'te que 1I0 les em humallamente posible defellllel'
conlI'a fuel'zas tan supel'iol'es, destl'Uyéronlo pOI' no ve['se
mas tal'de en la necesidad de reconquistal'lo, De alli se di-
rigió Vanhalen á ~[uI'viedl'O, mientras Azpil'oz, noticioso
de que FOI'cadell, con sus valencianos, dos batallones de
Cabrcra y respctablc fllel'za de caballel'Ía, continuaba en
Onda, hizo á sus Lt'opas practicar un reconocimiento sobl'e
este punto, adelantallllo al efecto una l)J'igada de la reserva
y colocando, para apoyarla, dos cscuadl'oncs cn el collado
de Almcnara, Las tropas de Yanhalcll que, sitiauas en
l'\ules, no pudiel'On, por causa de la Iluyia, salil' dc alli
hasta mediodía, tropezaron, llegando á Bechi, COIl la van-
gual'llia dc FOI'cadell, y cargándola hiciel'oll pl'isiollcro al
oficial de caballeI'Ía que la mandaba, Siu pcrdcr tiempo lo-
mó el general en gefe la dircccion de Onda por \'CI' si alli
logl'aba sOl'prendel' al enemigo; mas c~le, retirándosc á
Tales, solo dcjó en el camino algunos gl'llpos de soldados
que, til'oteándose con losdc la reina, cntorpeciel'on su mal'·
ella y causaron no poca baja en sus Illas,




LIBRO DECBIO OCTAVO. 175
PaI'a observar á Ar'nau ((UC, con cuatro batallones, ocu-


paba á Uticl, marchó á pel'lloctar :'1 (a Pes~ucra el coman-
dante general dc Cuenca situado á la sazon con su columna
en el puenle de Pajazo. ln~niclo de estos movimicntos, sale
AI'JHlU dc Uticl con ánimo de ganar' la próxima siena de
~egrete; per'o á poco tiene que volver á encenal'se en la
poblacion. Los de la reina, ~ue desde Villal'gol'uo de Cabl'iel
continuaban á Requena, tan luego como supier'on este suceso
y pudiel'on calculal' el número de sus enemigos, determina-
ron alacarlos. Provocado á una accion que no intentaba sos-
tener, clIllwendc Amau su I'etirada en dil'eccion á Chclva,
mandando delante y pal'a esplol'a1' el camino quP. alli con-
duce tl'cseientos infantes con U1l1lS cincuenta caballos; pel'o,
cargada esta fuel'za en el sitio llamado CorTal de Agua, ú me-
dia legua de Uliel pOI' un escuadl'on de cl'islinos, fué por dos
veces deshecha, á pesal' de la tenaz \'esistcllcia y del fucgo
bien nutrido quc, al abrigo de zanjas y de vallados, sostuvo
una gran parte del dia. En la sicl'¡'a, á dondc en delTota y
cn dispersion cor'I'ian á refugial'se los I'estos de aquella co-
lumna, l'chízose esta luego con la llegada de Amau segui-
do dc dos batalloncs y del gl'Ueso de su caballería. Otro ha-
lallon, destinado á pl'otcgcr la relil'ada, resistió con valo\'
todo el tiempo necesario al efecto, pel'o lIO sin SUfl'il' pél'di-
das dc mucha considcl'acion.


POI' aqucl tiempo salió de Castellon de la Plana un COII-
voy f¡Ue, escoltado pOI' la IlI'imel'a division del ejél'cito del
centro y pl'otegido pOI' el de \'ese¡'va al maudo inmediato
del mismo genel'al en gefe, se cllcaminaba á Luccna. Sabe-
dores de ello los carlistas, sitúanse, con espel'anzas de ha-
('el'se dueños dc él, en Hivas Alvas y Adzanela. Vanhalen,




176
bien que, reconocicl8s las altlll'as quc {luna hora dc distan-
cia dominan el camino allo de Lucena, I1flda huhicse visto
quc pudicra illquictadc , ni crcyesc tenc!' fluC venil' aquel
dia á las mallos con carlistas, dislt'illllYó las tropas de la
maner9 mas oportuna para la segUl'idad del convoy; pcro,
al mismo tiempo que con este entraba en Alcol'a la division
de reserva, el tenientc coronel Dcscalllal' fine, con ocho
lmtallones, habia tomado posicion en un punto situado a dos
horas de aquclla villa, dcscul)l'ió SObl'C su fl'ente y SI! iz-
quierda á menos de un til'o de hala cuatro fucrtcs masas
cflrlistas mandadas pOI' FOI'cadcll. Hompicroll estas inme-
diatamcntc el fnego; y, viendo que no pOI' eso cejabfl Des-
call1:w ,cill'gúl'onle Ú la bayoncta. Rccibiólos él del mismo
modo y, al'l'ollúlldolos, los ohligó Ú I'etil'al'se pOI' un tcrt'cno
escarpatlo hasta la fallb de la cOl'LlilIem opucsta, donde,
solo al ahrigo de otras dos masas f¡Ue con In cahal\el'ia ha-
bian quedado en resel'va, lograron volversc ú rcuní!'. Ft'us-
trado este primer ataquc, dos batallones de los de Cabt'et'u
y los de la Coba, que de Allzanctu habian lH1jmlo al camino
de Figucroles por donde se sahia que acostumbraban pasa¡'
todos los convoyes, se l)t'esenlaron delante de Lneena, con
cuya gual'llicion, compuesta de algunas tcopas tle línea .Y
buen númel'o de nacionales, sostuvieron pOt' hu'go t'ato,
aUl1Clue inútilmente, un vivÍsimo tiroteo.


Pal'a proseguit' su penosa mat'cha, tuvo Vallhalcn r¡ue
auoptar varias disposicioncs, lle las cualcs fu(~ una hacet'
acampa¡' pOI' ar¡uellos altos ú las tropas, que, aunque no mo-
lestadas por los cadistas, sufricron bastante por falta de
leña y de agua. Seis oficiales, cincuenta y nueve individuos
de tropa hel'idos y un cubo muerto, cost6, sin embargo, al




LIBRO DECnlO OCTA YO. 171
ejél'cito uel Centl'o la intI'oduccion en Lucena de aquel fOI'-
midable convoy. De I'egl'eso Ú Caslcllon, publicó Vanhalen,
en la ól'den genol'al del 5 do fclJl'CI'O, una aloclIcion mani-
festando tí. sus soldados y ú la milicia nacional lo satisfecho
flUC estaba dc su compol'tamiellto y. del buen éxito de la
eSJlcdicion. Cahrol'a, ontl'C tanto, despues de hacel' contl'a
el fuerte de Villamalefa dCll1ostl'aciollcs de ata(lue de fluO
jll'onto hubo de desistir, se cOI'rió con dos batallones y al-
gUIJa caballeria hácia la parte de ,\.zuara, donde pCl'manecia
el 24. TI'cs dias antes, Llagostcrn, que con t1'es batnllonesse
hallaha sobt'e el Celia, dejó esle tel'l'ilori:J ú la noticia que
tuvo de que á su encuenlt'o salia de Dat'oca la divisioll de
Ayel'lJC, la cual, desconfinndo alcanzal' al cal'lista , hubo de
I'eplegarse á l\Ionrea!.


Con la lIcgada dc Balmaseda al Bajo Al'agon, coincidió
pOt' entonces la de la noticia (le los sucesos de Estelltl, y la
de una cal'ta de :\laroto, pOI' medio de la cual tt'alaba este
gofe de csplol'at' el ánimo de Ca)wCI'a, sin m:lI1ifestarle á las
duras los planes Ú 0llcl'3cioncs militares, á cuya ejecucion
sin embargo, le pregunt3ba si estaba dispuesto á cOOpel'aI'.
A esta carla contestó Cabrera CH tCl'lnillos tambien ambi-
guos con respecto ú sus designios, si bien añadiendo, en los
mas calegót'ioos con rcspccto á sus disposiciones, que á él
siempre se 11' !I(llla)'¡a pronlo úeoope/,(I/, tÍ todoWflll'floque
redundase en provecho de Sil I'l'y. Con csto, y dando de
mano ú la politica, continuó sus operaciones militares, rc-
eOl'l'icndo el campo de Cat'iñeno , y mandando á Llagostem
(lile, con seis balnllones y cuall'ocienlos caballos, siguiel'a
~us correrías y sus eJ..acciones por la comun de Huesa.
Hízolo asi, y ufnno del buen desempeño de su cometido,


TmIO VI. 12




178 ANALES DE ISAr:EL H.
repasó COII SU divi~ioll el Ebl'O pOI' l:t Herradura, el
día 1.0 de marzo, cOllducielldo qninientas cahrz(\s (le ga-
nado, quince cal'g(\s de trigo, cieH fusilc~, y pl'esos algnnos
nacionales y pudientes de aquellos pnchl0s.


No menos rico hotin hahia hecho Polo rn el t1j~ll'ito de
Ternel y puehlos inmediatos II Sl1nla Olalla, donde, ú
pcsl1r de )(\ activa PCl'sccucion de que pOI' parle <lel geller~ll
Aycrhe era ohjeto, pasaban de ollee mil 111s cahezas de ga-
llada recogidas ell los primeros di(\s de mnrzo, En Hno de
los anteriOl'es (el 25 de fcbl'el'o) 1(\ tlivision de l'esel'V(\ (le la
reina, f¡lle, (\1 l11(\ndo del mal'fl\l(~s de las Am'll'ilbs, sfllia tIc
la Yesa n las seis de la mañana, fllé atneada pOI' el prime!'
balallon uCl1omin(\(lo del Cill, dos eompaÍlÍfls de guias y al-
gunos gillctes, con quienes, ell los montes pOI' donde pas~
el c~mino, los ~g\lardaha el gefc eadista Arévalo. Scgmo
de la retil'ada, pues por nfll1cl flllChl'¡H!O tCI'I'CllO se b ofre-
cian escelente los fuertes de Alpncnte y el Coll~do, 1I101e,I/,
Árévalo durante ocho moetales horas {¡ los c)'¡:;linos, cuya
retaguardia fuó pienndo hasln los muros mim10sdeAlculJlas.
Llegando nlli y viendo la ohstinaeioll del aliHllle, determillÚ
Amarillas, paea poder proseguir su J1lnrehn, hacerlo pOI' es-
calones contra una fuerte línra de (jl'~dol'es y tl'CS escuadro-
nes de AI'évalo, Cuatl'o hon\s, ('S drtÍr, basta Ilegal' Ú h
Higuel'uela, IIUl'ú el eomhatc f[ne, para llevi\1' Ú efeelo su
plan, tuvo que sostencl' Amal'ill:\s, y en el cun! perdió tl(~
su tlivision UIlOS cien homhre" entre mtlcl'to~, hc!'idos y pri-
sioncl'os; otros t:1iltOS Ó j10COS mellos perdió \l'évalo, pe!'!}
logró su objeto, clml era imprtli l' el I'eeonocimiento dc los
fuertes de Alpucnte y el Collado, cuya custodia le estaba
encomendada por CalJl'cra,




LInRO m:cnw OCT.\ YO. 17U
E~le, cn!rel~lllo¡ deTH('s de Iwj¡c'l' fOl'lificfl(lo ú Segu-


ra, en tomo de ('uyn~ ]lHI!'all~H y ¡'c~ll('llo ú drrendel'las, va-
g:lha con oJ!ec bl:dlllllf":, ,(~ sit:1Ú ('\ 2:3 de Il1flI'ZO; sobre lo
mflS á,pcl'o d" h cn!'di!le¡'J (lile p:ll'le el camino de Cortes á
Segul'::!, ) el! (',,¡os p,)<\'im~(,3, r¡1l2 reforzó y parapetó lo mc-
JOI' (Jl](~ pudo , ~O:llfll'(lú '! hn~l:) jli'DYOCÓ con siete bflLalloIles
y cuatrocientos c(\l)<lllo~ ú la div¡sion rlrl ejercito del Ccntl'o
malldada pOI' .\yel'1)('. A 1:1 ,,'ili:la de Cortes, llivillió este
gcfc sus fucl'~~s CIl dos fuertes l~ultlmllaS, con el bien reeo-
J\0ei(]r) intc'll!o <le Onnr¡uen¡' las ;Josiciolles de los carlistas,
pnniendo, P:I!';) conseguirlo, al 1','('ntc de las fuel'zas desti-
mulas Ú :llacal' b de\'ec;m de Calm:l'a, al ¡.;efe (le la segun-
da hl'ig:l(la (Ion ¡;\~n!'isco Y['l:mk, y refol'zúndole con el ha-
la\lon dellnr"lIle, lr1 ar!i!ll'I'in de monla!ía y dos esclladl'ones
llel 6.° ele ¡igel'o:; ú hi ó:,dellct; d(:1 coronel Sel'l'a(los. Ayel'-
!J(" eOIl doce comprtilÍ<ls del regimiento de Caslilla, un es-
eua!1ron del de Leon, la hrigada pertenecieute al ejército
del :,;ol'[e m::\1I(l:H1a por l10n Josó Samaniego, y una batería
1'0llalla, emprcI111ib :'t 1:1::.: 11 de la mf1ltana su movimiento
de a[[Hiue, 110 sin dejó\!' en Cortes el hospital (le sallg¡'e, el
(l('pósito de hag::l!jcs .v fuerzas pa!'a su custodia. Pérdidas y
liO pocas snfl'ió V chmle en la toma del lH'imel' pampcto;
mayores todavía se las costó la pose3ioll del segundo. Gran-
des I'uel'on tamhiptl Ia~ que pm' su parte sufrieron en la de-
fensa los carlislas, pel'o no Ile lal naturaleza fine les impí-
diesen continua\' I\()sliliz:.¡nrlo á los cnemigos. El día 4, de
ahl'il, se reunieron ('1\ ~Illllicsa los genel'ales Vanhalcn y
A. yr'l'bc, y juntos hiciel'Oll, el 6, un reconocimiento sobre
Segnra sin que Ca})\,cl'[\, que con taha con que los defensores
del fuerle 11l11cnazado hal'iall vana toda tentativa de upode-




180 AJlíALES m;; I~AIIIiL 11.
rarsc uc él, molestase a al[ucllos grncralcs de otra manera,
que tirando contra su I'ctitgllardia algllnos pocos dispal'os.
Compl'cl1lIiendo, sin embargo, los peligros Ú IplC, pOI' la I'e-
concentracion de torlas las fUl'l'zas del enemigo, pOllian Yer-
se cspueslas las rccien lennlalbs fortificacioncs de Scglll'a,
determinó el caudillo torlosino lIal11::1I' húcia otm pal'te la
atencion de las (¡'opas de la rcinit; y al efecto, y ú farol'
de una Jl1ilreha ritpidísima, marchó con tres batallones y
cuatl'ocientos caballos, Ú pel'l10rtal' en c\I'CS, ú tiempo qne,
con otros tres de los primCl'o~, se hallaha FOI'cadell en Vis-
tabella, y el 15 Ú las lt'c~ y media de la tarde, se prcscnto de
nucvo ante los mUl'os Ilc Villafamós, con ocho piezas de si-
tio, que, conducidas de Oll'e~, fJUetlal'oll colocadas en ba-
teria y artilladas d ,(; al amanccc¡', A csta hora se l'ompiú
el fuego, c[lIe dUI'ó sin cesal' hastit las ocho de la noche, Re-
ducidas pOI' ól :í escombl'os mllchas cnsas, y abierta en la
muralla una brecha de mas de cuarellla Jl:es tle anchura, t1iri-
giél'onsc SObl'C ella á paso dc ataque los cal'lisl3s y llegaron ti
veinte val'as del pOl'tillo que (Iaba entl'alla al paseo; mas una
descal'ga de fusileria hecha en ar¡uel momento por la guar-
nicion obligó á los asaltantes á ce.ial' pOI' de pl'onto y Ú I'C-
nunciar pOI' aqnelllia ú su empl'eSll. Dll!'ante la noche, I'C-
}Jat'al'on los sitiados los destl'ozos hechos cn la muralla,
construyel'on balTicadas, aspillCl'al'on las casas situadas ell-
feente de la brecha, y acopiando en tomo de ella gran eau-
tillad de leña gl'llcsa y faginas p:1l'a illcclldial'ia en el caso
oc que pOI' aquel punto intenlllSCII los c:ulislas entra!' en la
pohlacion, se apel'cihicl'on con mas art!ol<' la defensa. El17
muy de mañana, rompieron ele nuevo cl fuego los sitiado-
res, y, cOllstl'U.'endo otra nueva batel'Ía dil'igiel'on sus tiros




LInRO JlECmO OCTA YO. 181
contl'a el torreon y la cortina que le sostenia. :\las, como de
esta tentativa no ohtuviesc Call1'el'a mejol'es l'esultados que
de la del dja anterior, 11l3ndó, Ú las cuatro de la tal'de, for-
mal' sus batalloncs en enarteo, púsose en medio de ellos, los
al'cugó y, Ú las voces de rica ('{ )'('y, hizo salil' al frente de
ellos las compaüias <[ue lilas entusiasmadas y mas decidi-
das se mostraban, y con ellas, proH'ycndolas de escalas pal'a
tcntar pOI' distintos puntos el asalto, se dirigió báeia los
muros. En ellos, impúyida y en buen ()['llcn, le aguantaha la
guamicion, la cual, dcjuurJo como la otra vez al encmigo
acercal'SC á veinte pasos, hizo sobre él una dcseal'ga en quc
})crdieron la vida un coronel, dos oficiales y varios indivi-
duos dc tl'opa, algunos dc ellos al pie ya de la muralla y en
el momento de plan tal' las escalas. Inutilizado asi el I)\'imcl'
ímpctu dc los sitiadol'cs, maudó su gefe local' llamada y
todos se retiraron ú sus masas, Esto, junto á la noticia que
POl' cierta cOl'l'ió, y lo el'a en efecto, de que en auxilio de Vi-
lIafamés llcgaba la division dc Azpil'OZ, obligó á Cabrcra á
retirarse definitivamcnte tic arlurl punto e119, no sill ha-
¡Jel' logrado con su tcntativa el objeto pl'incipal que en ella
se pI'OpUSO, de desconccrtar lo~ planes que conll'a SegLll'a
mcditaba Vanhalcn, y de 11 a 1lI al' hácia otra parte la atcn-
cion de estc general.


Al siguiente llia, cl :20, como ~i nada hubiese sllcc\lido,
acudió CClhl'el'a ¡l cc1ehl'ar con Vanhalen un eange de pl'i-
sioncros, para lo cual, acompaúado dc FOl'callcll, Al'évalo,
Balmascaa y algunos de sus ayudantes, se presentó ell las
;¡Iluras dcl convento del CÚrll1ell de Al'tesa, douue halló al
eOl'onel don Antonio Cal'I'UHlHl y otros gefcs cristinos auto-
rizados pal'tI el cnnge. Los prisioneros quc en su podcl' te-




182 ANALES Dll ISABEL n.
\lian los carlistas eran seiscicntos cincucut.a y ocho, y ú
ochocientos y cincuenta y dos ascendia el númcl'o dc los
que pl'cscnt\l'on los crist ¡nos, o \ pC~fll' de esta difcrencia,
el cange se veriílco saldúlHloh\ con Ci(:llln y I.I'es prisione-
ros que de los oellOcielllos y C¡¡¡Cllé'lIta y dos rlelJian des-
f¡uital'sc como dados dc mas por Cabrera cn eanges auterío--
res, y ciento y uno (¡ue pal'a los sucesivos quedaba Ll delJeI', Y
(¡ue prometió solemnemente eutl'l:gal' en la ¡ll'imel'a ocasiono
El 26, en efecto, ~e.celelJl'ó Ot1'0 cange ú la visla tIc Torlo-
sa, en momentos precisanll'nte en (Iue el padrastro lle Ca-
Lrera, que pOI' aquellos COlllol'llOS lllel'odeClba r;01l su parti-
da, fué completamenle ¡mliuo y hasla dejado pOI' muel'lt) C'!l
el campo de hataBa.


POI' ónlcll de Cal)l'era habíase, entretanto, y en los lH'i-
mel'08 dias ele marzo, Ji¡ojgido Ll<lgo~tl'!'a sobre ~Iontalvall
COll parte dc su artillel'Ía; mas ::ildiél'Ollle ~\l cncuentro llls
fuerzas combinadas de ~\1Il01' y _\) edJc, y ante ellas hubo él
de l'etirarse pOI' el barranco de Peuacl'l'rada, no sin eau~
sades, en la l'efl'iega l¡Ue con ellos tuvo, ~dglllll)S muertos y
heridos.


Estas acciones parciales, esle illcesl\ute movimiento en
f¡Ue tenian los carlistas al e,;él'cilo ,le la rcilla fnCI'Oll causa
de quc nada en su ntarjuc COllU'a :)('gm<l adelantase ralllla,-
len. En vano se habia üOllsidel'Ullo e~te llUlllo como (le la
mayor importancia, y hecho del lmell l'esnilarlo de aquel
atarlue dependel' la suerte de ~il'~igOIl. En yallO los hahitan-
tes de este pais, tI quiencs HO ¡jl'jalKl de illi'UlIllil' recelos y
aun de caUSal' molestias la e\i~tcll(,¡H de "(¡\leila fOl'tilica-
cion dentro de su mismo lelTi[(;l'io, e0lltl'ibu}Cl'Oll COll (0-
uos sus esfuerzos ú que de llalla c<ll'ceiesc; el ejól'eilo sitia-o




LIBRO DECDIO OCTAVO.


dOI'. Dc Zm'[lgoz::t se habia sacado un inmcnso tren dc arti-
Heda, y, recordando lo sllc~dido algunos meses antes á Omá
CII el sitio dc 'lul'eih!, S~ !lideJ'oil gnl!Hles acopios de víve-
res, se ol'ganiZCI¡'Oll COllH)yes illlllcnsos, se puso, en fin, á
disposirio!l de \"alllt~den lodo géncro dc recursos. A nada,
sin cmlJal'go, cOllÜujo Lmlo jl¡'epal'ÜÜvo de las tropas; :í na-
dil tanto sacrificio de lo~ pueblos, sino ú amcugual' calla día
lllas la fncI'za moral de ~)(plCllas y Ú empeorar la situacion
dc ósLos. ;\0 se moslró Cahl'cl'u en aquella ocasion mcnos
activo quc nule Jos mUl'os de '\Jol'c11fl, ni lf1 gllarnicioll de
S()gUl'U JIlCIWS hcróica ([nc la dc aljuella plaza, VanhalclI
obligado Ú l'c!¡'uccdcl', no Sill hahcl' autes inccndiado algu-
Has casas (le la pohlacion, levantó el sitio, y, llamado a ~Ia­
dl'id ú dat' cuenta dc su conduela, resignó el mando en
Sogllcras, el cmd, postrarlo en cama desde su llegada de
E~II'cll1ndl\m, apcnas se h"lIócn el caso de ponel'se al fl'en •
te (Id ejel'cito, ni pOI' cOilsigniente de emlwendcl' la pel'se-
cneion de CalJl'em, que, triunfante en sus cOl'l'el'Ías desde
Valencia á la ~!ancba, y apoyado en una eslCllsa linea de
fuertes, cnsanchaba tle dia en rlia el teatro de sus 0l'cI'a-
cioncs.


De escesos alI'02c:s, lli~nos de los siglos húrbal'os, lo el'a
pOI' aqnel ticllIJlo una parle del tClTilorío catalan. Instalado
cll13el'gll desde julio del aúo antcl'iol', 110 tardó el viejo conde
dc Espaüa cn dcsIlle:ilii' con hechos las protestas que, al
tomal' clmtlllllo de aquel pais, hizo ú sus hauilantes y al
cj(;l'CiIO, dc qlle-«{u IÍnico fluU deseaba cm ,/,('concili({1'
)¡los (íniJilos if a{;/ir (1/ ¡wi\' las puertas de laJ'irJue~a y
))a )irosjlci'idad. y, ,\troz y esll'aYagautc ú un tiempo, hizo
cl'i;.:il' el] III puerla de eilllltda de Be!'!)a ulla !Jo\'ca, y al




1St ANALES ])E ISAnEI. JI.
pié dc clla colocal' un tajo, símbolos é instrumentos del do-
ble suplicio con que amenazaba á los desleales, y que ti va-
rios calificados asi pOI' él, impuso é hizo sufl'ir. Sin mas
prueba que una conjetul'a, ni mas ley (IlIe su voluntad, no
solo mandó cortar la mano á inocentes á quienes en tal
estado enviaba luego al patíbulo, sino que hasta cabezas ro-
daron desde el tajo al suelo á impulsos de su fUI'or. Así su-
ceuió al tl'Ompeta carlista Por'tella, á quien, des pues de mu-
tilado, hizo el condc de Esp¡liia dccapitar' en presencia de
touo su ejército hO\'l'ol'izado de tanta cnrelLlaLl.


Para oponersc á las correrías de L1ar'ch de Copons, Vi-
lIela y oll'os gefes carlistas que, con ccrca de tres mil hom-
bres, pI'ctendieron anebatal' cn las inmedial~iones de Ba-
querisas un convoy escollado pOI' Villalonga y Ameller, sa-
lió el bal'on dc ~Ieel' de Bal'celona cn los primel'os dias de
febl'ero, y dirigiéndose á la montflña sc hizo dueño (el dia
12) de la fuerte é importante plaza de Agél'. Y ú este triun-
fo de las ar'mas de la reina sucedió otro que sobrc los car-
listas obtuvo el genel'al Carbó haciéndoles lcvantar el sitio
de Bal~areni, y retirarse á las montañas. Triunfos y reve-
ses alternados, pCI'O no decisivos, daban en aquel momento
á la guerra dc Cataluña un Ctu'úcter dc perpetuidaLl que,
atemlidas la naturaleza del pais y la índole de sus habitan-
tes, inquietaba y afligia á los hombres de ól'Llen que ansia-
ban como el mayor de los bienes la consolidaeíon de la paz.


Acel'cábase, sin emhargo, en las provincias vtlsco-na-
varras, la época de los hechos decisivos, y, al ponerse en
movimiento los ejél'citos constitucional y carlista, era de es-
perar algun acontecimiento de bulto quc revelase los in-
tentos de ~Iaroto y los planes dc Espartero. A la inaccioll




LlBno DEeDIO OCTAVO. 185
eJl ([ue por algunos meses cstuviel'an estos caudillos, sucedió
una gl'an actividad en los ejél'cilOS para inaugural'la cam-
paila lle 1839. Asi, en tanto ([ue el gefc constitucional se
preparaba, en IJs últimos dias dc mal'ZO, á ponel' cerco á
los fucrles de Ramales y ue Gual"uamillo, esforzábase el
cadisla por alcjado de estos plintos, cllya posesioll era pa-
1'a él de la mayol' importancia.


Espat'tel'o, lcvantando su cuartel genel'al Lle lIaro, y
praelicallllo un l'econoeimiento sobre el puente de Bruilas,
ú Hu de eel'ciol'at'se dc su posibiliuad de ser defcndido
y de sostcner a¡,tiller'Ía, se dir'igió húcia .\lcanadl'e, á cuyas
inmediaciones se situó COIl el grueso de Sll ejél'eilo. Segui-
do de pal'te de él, eneamÍnase de alli tt Logl'oilo y luego á
la llioja alta, dOlllle, el dia 1. 0 de abril, se le reunieron
fuerzas veniLlas de Cllaho\'l'a. :\Ial'oto, entretanto, salido de
EsleJIa con lIna eompallÍi\ de al'tillel'os, se aeereaba el 2 ú
Hamales que en bl'eve debia sel' sitiado pOI' Espal'tero, y pa-
ra distrael' de a([uel punto la atencion de este genel'al, lo-
rnaha eon diez y siete batallones el camino que de Duran-
150 cOllduce á Bilbao y las mas sevel'as disposiciolws para
echar abajo las tapias y fOl'liticaeiünes f¡lle, con la mil'a de
ponel' en comunicacion los llifel'entes puntos de este tel'I'i-
tOI'io, h,1!.JÍan sus mismas tr'opas levantado en los cflminos.
Sin perjuicio de estas precaueiones ll1ililare~, ha)¡ilit~lbase y
pl'oveíase abundantelllente el hospital de Oria, y nbaste-
l'Íanse para tres meses las plazas tOllaS amelll.zarlas pOI'
Espartero.


Con el (le:-;alieuto hijo de In descollt͡\Ilza que entre los
carlistas SCl1Ibl'l\l'all las desavellencias de sus gefes, toma-
ron alguna actividad las operaciones de los de la r'eina, di-




186 ANALES DE ISABLL n.
rigidos en (Hluel momento ú un fin mas hien politico flue
mili tal' •. \1 ponerse ell llloyilllienlo amhos cucrpos belige-
rantes, Hjó Espartero los ojos en las fOl'til1c.\ciollcS dc Ba-
males y (le Gu::mlamino, y jlal'oto, conociendo la (Iiticllltad
de resisti!' pOi' mucho tiempo e1l es los puntrls los ataques
de tanla fuerza como contra cllos se (lirigia, couc:ilJió, para
distracl' la atcllcio!l de una parte dc cllas, la idca de haecl'
tilla COr1'cl'Ía ú las mOlltaüüs dc Santander; mas á tlesistito de
cstc ]H'oycclo le illllnjo ú po~o lo crudo (lel temporal. POI'
la misma cansa, se vió Espartero obltgado tI suspendel' la
marcha de sus tropas, y ú aploza!' por alguuos tlias la I'eu-
lizacioll uno de los hechos de amias (le mas ianueucia eu los
sucesos fIlie seüalaron el último pel'iot!o tic la guerl'a (lel
1\o1'le.


El 17 tle alwil , saliendo dc Villarcayo cmpl'Cll(lió (le
lluevo su marcha el caudillo constitucional pOI' el puerto de
los Tomos, y no sin teller para ello que VCUCCI' grandes
obstúculos, ocupó, el tlia 25, los ]mehlos de la :\estosa,
Sangrías y el alto tic lhal. El :n, tei';niwHlos sus pl'epa-
ratinJs y reanillo el m:,tel'ial ne~esat'io, jH'ocedi\) al rceo·
llocimicnto de las coi'ladul'lIs hecha:,; pm' ¡()~ ca distas para
impeliü', dese:e lo:,; puntos culmin:ltltes del camino llc los
Tomos, el paso á las colnmnns ci'istinas.


Treitlta ha!allol1cs campanillll el total de estas, y ú
veilllc y cuatl'o, nwnos llumerosos Ú la venlall, pel'o :,;i-
luallos cn fOl'mitlnlJlcs posiciones, se elevaban los (Iue ti sus
ón]clles tenia ~[al'Uto, de cuya ¡¡Ilca se apoyalm el cen[ro
sobre \Ianzanctla, Bi~\Iüz y ~lolilla. Firllle Espartero ell su
I)l'Opósilo, allanó ciuco de aquellas corladul'tls que IIc!:(aball
hasta la :'\.estosa, y, puru aSl'¡;lH'al' su:-; COlllllllicacil)lle~.




LIBRO DECllIlO OCTAVO. 187
fuese en persona ú reconocer el terreno ú la visla misma
de ;'[al'olo.


El 25, al rayar el dia, ~e divisaron ell el alto de Uval
algunas fucrzas carliqa;:;, qne, dc~;ph;gúlH¡ose en infinidad de
glll'ITillas sc di I'i;)ian húcia la Pella ,lel :ÜOI'O; ú las once de
la IIwí\aIHl, tres COlll¡iailias (lel cluinto hatallon de Gllpúzeoa,
qllC cn ~H¡:lelh parte lle la línea cOllstitucional estaban de
avallzalla, se I'clirHi'üll húeia el portillo (¡ue por el eoshulo
que mira ú la sierra da entrada ú Gu;mIamillo, yalli se
trabo un olJslimHlo combate entre dichas cOlllpaüias y lus
:;;oldndos dübpa¡'LC1'O. Üuellos estos á viya fuerza de los
desliladet'os, tlcsalojat'on de las alturas á los siete bata···
lIolles (¡ue las llefelHlian, dando por resultado que des-
pues de suft'il' un fuego mortífero, y viendo HlIllletltar~e
cOtlStdel'ahlcmenlc el númcro dc las tropas siliadoras, !Jet'-
tI¡erOl! los carlistas la primera de las posiciones fluC OGU-
pahau.


En ulla peüa eonlig\U\ al camillo real habia ulla cUeva
protegida por un eallon y tic dificil acceso, puesto fiLIe con
sus lit'os enJilalla la liit'ecc.ion dc las corladuras y de los
des¡iladeros, (IU(~ el'~lll el pnnto de apoyo de la resistencia
de los carljsla~. lIalJi¡'ndosc, sin embargo, por Ól'llcll de
Espat'lel'o colocado cn í'1'cnte tie (\(¡ucUa cueva odIO piezas
de Hl'(illcria, sus defCIISOI'CS, dcspue,,; de sostener por es-
pacio de siete horas un fuego tctTible, hllbie:'üll de l'elldít'-
se Ú (li~cl'ecioil, deiailllo Cil poder de los constitucionales
el cailOn, las al'ma~i y buen número de Ílel'idos y ¡>risione-
l'os.\ll\c~\\hI la linca c,\!'lisla pOi' los ~(cnera¡es OdOllCll,
Ca~l.núcda y }!.le¡lIú, eon hI d¡Yi~,ilJll de b ¡:mll'dia rcal en re-
serva allll,l!}(lo Lle ltivel'o, y des¡¡lojado~ ¡u~; nil'li~las de la




188 ANALES DE IS,\BEJ, 1I.
cumbre del monte Uval, dispuso Espal'tero quc en e\la se
constmyese un reducto capaz de contene!' un batallon, y
dirigió á sus soldados una pI'oelama en qne, encareciendo
su \'alol', les pedia nuevos esfuerzos y los halagaha con la
perspectiva UC lluevos tl'iunfos, .\ pCSl\l' de esto, los cal'lis-
tas, desalojauos de la pl'imem de sus'posiciones, se mantu-
vieron cn las deillas,


En el alto, ya atrinchel'ado, de Uval, ,'elll1ióse (el 25)
el brigadier Aleson a la IJI'ignda de Castaileda, de la cual
fluedó en el reducto de los Tomos un solo batallon. Con ocho
tic los suyos marchó luego Hivel'o {¡ pel'lloetar en San Quirce,
110 sin clejm' autcs pam sostenCl' las posiciones del Monlc
del .Moro el segundo regimiento de la guardia !'eal, y e1lwi-
mer batallon del l)['imer regimiento de la misma. Dos com-
pailías de la division tle Espartero ocuparon el paso de POI'-
ta, con lo cual cJuedó pOI' csta parte illte!'ceptada la comllnÍ-
cacÍon dc los carlistas con cl fuel'te de Gllardamino. Mel'o
espectador de estas maniobras, -"!aroto, pel'maneció inmóvil
en sus posiciones del valle de Carranza.


A las cinco de la mailana del 30, los batallones cal'lis-
tas 5. o de ~avarl'a y 3. o de Gllipúzcoa que defendian á Guar-
damino, atacaron hruscamente el reducto de los TOI'nos, aI'-
l'ojal'on de él al batallon que lo gWll'nccifl, haciéndole veinte
y cinco pl'isionel'os y l'ecohl'ando los pal'apctos perdidos
el 27. Las tl'opas constitucionalcs que húcia aquel punto aCII-
(Iiel'on, fllcl'on rechazadas vigorosamente, y solo la hrigada
dc Alesoll logró pOllel' á I'aya á los carlistas empeñados ell
desalo.iar al pl'oYineial de Ciudad-Hodl'igo de las posiciones
donde se defendia á todo trance. Asi, ú once ]mtallones cl'is~
linos apoyados por algunas piezas de artillería, atacaron pri-




LlBno DECUIO OCTAVO. 189
mcro y rcsistieron dcspncs dos batalloncs cadistas, los cua-
les, rcforzados ú las cuatl'o (le la tarde pOI' el 1, v y el 2. o de
:\Ia\'a yel3," tic Castilla, mandados pOI' Simon Lalol'l'c, re-
lIoval'OIl con igual anJo!' el ataque de pOI' la nHliiana.


El maltielllJlO ohligó de IHleyO á Espartcl'o Ú ~uspenllel'
sus opcnlCiones; y esto, unido á la tenaz l'esistencia de los
dcfcnsol'cs de Hamalfs y de Guar(lnmino, al paso que de-
mostraban lo costoso del ataque, llamaha tamhien la atclI-
cion general sohre la conducta de jlaroto, que, al fl'ente dc
un numeroso y agucl'l'ido cuel'po de ejercito, permaneciese
inmóvil y como impasiLle ú la visla casi dc aquellos puntos
fr)l'lificados, donde un puñado dc valientes soslenia con cons-
tancia heróica una lucha tan desigllnl.


El dia G de mayo, dicI'on principio las t!'Opas constitu-
cionales a la constl'llccion de sus balcl'las para atacar las
ca~as fuertes de Halllales, sin [¡ue la fusilería de e~los, ni el
caúon de Guanlamillo fuescn parle, visla la llistaneia, a mo-
lestal' ti los ll'abajallol'es, ni ti llamar su aleneion pOI' Oll'O
lado. En eslo reventó uno ue los callones de la pbza, y co-
mo, del fuego que pOl' do lIuicra en los parapetos se veia,
Ilcgase una partc al sitio donde estaba el depósito tle bom-
bas y gl'anauas, in(}amóse alguna y, hacicllllo esplosion, cau-
só entre los sitiados una conslcl'lHlCion gene mI y un gran
númel'o tic vÍclimas.


POI' mOlllentos, cntretallto, iba creciclIuo en fl'ecuencia
y en intensidad el fucgo de los sitiadol'(~s, (¡uc, estrechando
mas y mas la plaza, sc (Iisponian al asalto; cuallllo , en la
tarde del 8, los carlistas que apenas cOlltalmn ya mas flue
C01l tl'es callones, yesos en muy mal estado, ahandonaron
las ca;;;as, y, cntl'egúndolas ú las llamas, se replegaron solJl'e




190 A~ALES "DE ISABEL n.
GU31'1lamino. A OCllpfll' ¡\ Ranwles marchó al pllnto UII ha-
tallon de Luehana fine, emhestido pOI' lUlO c"dista al mando
(le don Jase Flllgosio, le ollligfl :'! l'('tl'ocedel'. DlIrilO'; los
constitucionales de esta posieioll ¡ntel'esanle, y no pudiendo
el cuartel general y algunos batallones qne c(JlIsigo llevó Es-
parlero aIlJel'gat'se dcntl'o de Ins casas de la poblacíon pOI'
estal' toclavía ardiendo la mflyor pfll'te, sental'on al fl'enle de>
ellas sus reales, no sin haber anles construi(lo muchas ha-
lerías para atacar clredllcLo de G 113nlamino. COlllm este se
dil'igicl'on, durante los dias f) y JO, los [i!'Os de las cinco pie-
zas con que conla])¡m l;)~ gcncl'fllcs (le la reillfl, los cllalrs,
hiell cOl1yencitlos de lo tenaz f¡lIe seria el asalto, nbrif'I'OIl
trinchel'as y alzaron ¡18l'apctos (¡ue ascgurascn el exiro (le la
opel'aCioll. POI' su pal'tc, los carlistas, cuyo v;dor se exallaha
ú medida qne, con los esfuerzos de los siliatlo!'cs, erecia d
peligro de los sitiados, se preparaban ú haccl' lll1a de'3cspe-
ralla resistencia. El 11, ú la una ucl dia, llalla la sellal de
ataf¡Ue, rO\11pió el fllego nna cnmpnüia tic guias y se trald)
entre l1lnhas partes una obtimHh refriega. Espartel'o, de-
seillHlo alninonn el nÚllIcro de las p{~l'ilidas, y compre[llliell-
do la inulilidncl de In al,tillel'ia, mnrclró conll'a el cnemigo ú
la caheza de su cuartel gelleral, y dispuso en toda la líllea
un ataf¡Ue ~illlultúneo. A Iadcsf1lada, y segun se lo Jlermilió
el fuego f{Ue de las f()I'l.ilicaciol\cs se le hacia, avanzó en
hilen flrdcn y, ú pesar de no acwlil' Ú tiempo (·1 gCl1cl'al CflS-
tafletla, cnem'gallo de atacar la iZ(jnicl'rla de los sitiados, di-
rigiósc Esp:wte!'O ni paso de carga conlm las haterías de los
eadislas. De \llln posicion \'CIlI~jos~, fInc cra el estribo dc
la pl'incipal, se apollcl'al'on cn seguida trcs compaidas <le
Mallorca, y la accion sc hizo general arlclantandosc eada di-




LHlRO íJECmO OCTAVO. Hl1
yision ú medida qne la ot!'a se I'cplt'gaha, y segun se 10 per-
mitia la escahl'Osi(lall del terecno. El genenll gcfe de Estallo
mayor, ÜlloJlcll, 8\lllfll1e gl'~.vemcnle herillo, organizó sin
pénlilla tle tiemJlo \lna eolumna de ala[Ine, y embistió con
muy hurn resnltado la derecha (!el ellemigo.


(:m'gúndola pOl' otro puuto cOlltinlló Espal'tcl'O COIl Sil es-
colla, hasta hmto rpl(', no pudiendo esta, (le ú eahnl!o tollñ,
operar pOI' lo dificil dd tel'reno, echt'> pie á ticna, y asi
marclló Ú oel1pnl' los pnrnpclos r¡lIe ncahabnn de aballllonal'
los endislas. El grllcl'al Alcalá filé el que dil'igió las tropas
hasta Ilegal' Ú las últimas posieiones lje Gllardarnino , teatro
en a<JHrlla jornada de 1I11 atnfltle tan vivo como o\¡slinada-
menle sostenido por nn fll('f:(o inccsanle (le arli!lcda y fllsi-
leda. Dirz ha tallones , apoynl¡os p:11' seiscienl:1s c:!lJallos,
lllill'clul'Oll etl 11ircl'cIltcs eOlll!I1IWS húcia el renl¡'o de la li-
Jlea, y Hila ha!el'ia (le obuses dirigi:! con ariel'lo un viYi~i-
1lI0 fllego contl'a los pal'apetos !le los carlistas. ~\ estos, eu-
yas fucrzas ascclHliaB apenas ú scis hatallones, ohligú á
}wonUnCiai'sc en l'ctil'iHla \lila eolnmna cristina [¡Ile en ¡¡rlue-
Ilos momcntos se descolgó de la pCí'w del "fol'o sallee la iz-
quierda dc la posiciono ~ras, reLirúndose, HO lo hicieron los
cadistas sin halil'se con te~()n, ni, vP\lcicnllo, dejaron los de
la reina tic lall1l'nlilr mndlfls llesr;l'acias. Los regimientos de
grHlIHllet'f/s de ú calif\lIo y Ile COl'acel'OS snfrieron pénli(las
de cOllsi(lcl'ileioll, y enlt'e los hcrillos Jlgnrahan los ollcialrs
de la cscolta del gelll'r;ll en gde don José l;l'hinG , f¡lIC mu-
rió llespues , y dOB Domingo Dulce .


. \ eonsecuencia de aquellos hechos de armas, el h!'iga-
die!' Linage, acompañado de vn!'ios oficialcs y el eeslo de la
escolta del general en gefe, ocupó luego, y sin granue Ob8-




Hl2 ANALES DE ISABEL JI.
táculo, el pueblo de Gibaja, con lo cual quedó el ¡'e<ludo
bloqueado, y en la imposibilidad de conlinuada defensa, Jlor
tenel' el enemigo ocuparla la posicion mas ventajosa para ata-
cal'lo. Heducidos desde aquelmolllento los s jlia(los al fno¡'le
de Gual'llamino, inLimólesEspal'lel'Ola rendicioll; rnasfué en
vano. En la noche del 11 al 12, sin embargo, en tanlo qne
ei caudillo isabelino, ol'llenaba la const!'uccion de nuevas
batel'Ías sobre el te¡'l'eno recientemente conquistado, lIegb {¡
sus manos un oficio del general ~hll'oto en qne le decia fine,
si se confol'luaba con sllspende¡'las hQslilida(les cOllll'a G nar-
uamino y con deja¡' sali!' su gllal'llicioll en c\<lse tic lll'isio-
nera, pré\io el eange de sns individuos con Ol¡'05 tantos (le
los que, pt'ocedentes de las filas de la reina, tenia él en su
poder, disponclria, PO!' evitar la cfnsioll de sang!'e, la enll'c-
ga de la fortaleza.


ESp31'lero, ol'a abundase en las ideas de Jlal'Olo, ol'a com-
IH'cIHliesc los inconvenientes y las tardanzas fpW pal'a la eje-
cncion de sus planes ulteriores podia acalTeal'lc la necesi-
dad de ocupar ú viva fue¡'za un fuel'te cuya gual'llicion se
mosll'aha I'esuelta á defendersc hasla la última cstremirlad;
ora tuviese ya en aquella época seCl'etas inteligellcias eOIl
el caudilh ca¡'lista, accedió á la )lroposicion que pOI' pal'te
de éste se le hacia; y, como el gohcrnador de Guanlamino
exigiese, para deponel' Ins aL'mas, ulla ól'den espresa de ~Ia­
I'oto, diósc!a este genc!'al á don :\Ianuel del Campillo, gefe
dc estallo mayol' de In llivision castelltul3, )lal'a fine, aeOlll-
paüado de Ull ayudante (le campo riel gCllel'alllurl'i(1!p, \e-
rificasc la entrega. Asi cayeron en poder (le EspartcI'o la ar-
tillería y las municiones de hoca y guel'l'a con fIue, p(1!'a re_
sistir todavía algun tiempo, contaba la decidida gual'llici(lll




LIflRO DECOIO OCTAVO. 19:3
de Guardamino. Los ll'cseienlos y tantos hombres que la
componiau, y entre ellos vcinle y cinco oficiales compl'en-
didos en aquella honrosa capitulaeion, dcsfllal'on pam en-
ll'al' en el cuadl'o formado pOI' los billallones de E~p¡lI'tel'o;
y alli, dejando las armas Ctl pabdlon, fuel'oll puestos en li-
l)cdad, COtl la condicioll de (Iue noseles volvel'ian sus fusi-
les hasta des pues de vel'ifieallo el cauge,


Con cste objcto y el de tom,\[' las mcdillas eondllCelll('s
ú asegura\'se lle una manera, si IlO definitiva, estable al me-
nos, la posesion de los plintos que, aunque cOll\'cl'lidils en
ruinns y ú costa de !llucha sangl'e (1), acabahn de eOI1![ui:-;-
tm', pel'lIlaneció E~pa\'tcro algunos dias al fl'l'nle de (;Uil\'-
damino, y (ello), llejamlo la divi"ion CasLlüeda en llama-
lrs pa!'a su custodia y defensa, yaeanlO!wndo ell'esto dc
sus untallones en Dc\'cclIo, Bal'OIl1l'bs, Espinosa lle l()~
'1[onlc¡'os y oli'os Ime!>los circunvecinos, se fué con su es-
la(lo mayo!' á :\lcelin8. ele POlll8.1'. Dos tlias antes (el U) 'fa-
roto, despucs de silllal' en el Suceso nueve batalloncs, se
dil'igió con el gl'ueso (le sus fuel'zas ú 13nlmasella, en cuyos
ruedos las acantonó,


Al emprendel' su movimiento souI'e Ramales, habia dis-
puesto el general en gefe isabelino [[tIC, mientl'as él atacasc
pOI' la izquierua, salicsen tic sus respectivos disll'ilos lodos
los comallllalltes militares, á efecto de generuliznr la
guel'l'u y acosnl' al cnemigo por val'jas partes á la vcz, De
los primeros movimientos fIlie, á virlud de estas órdenes y
con cste motivo, se emprcndiel'oll fué uno, y de los IIlas no-


(1) Las pérdi(las qne en aquella jomadG sufrieron vencedorcs y
"cnciuas ascendieroll á cerca ue dos mil bombees entre muertos y he-
ridos, y ntun0ricllmcnte fueron con corta diferencia iguales por ambas
partes.


TOllO VI. 13




194 ANALES DE It'ABEL 11.
tables, la loma de De]ascoilin. Hesuello ú hacerse dueiio
de las posiciones que, cerca dc e.'ita poblacian, y ú la oll'a
orilla del Al'ga, ocupaban los carlistas, habíase el general
don Diego Leon puesto eH marcha al [¡'cnte dc trece bata-
llones, ochocicntos cahallos \ siete piezas de artilleria. Des-
de los primeros momentos '1,1 atrt(111e, la rlefellsa de los cal'-
lista~, ~l cuyo fl'ente estaba Elio, se red\ljo {\ la de lit! fortin
construido en un celTO (1ue dO:l1inrt!Ja r.l puente, y prOYlsto
solo de U1I c¡Jiíon, el cual se in¡¡:ilizó al segnl1llo disparo, Ya,
antes de r¡ue esto sucediese, h; t\'Opas de Leoll, delll¡JsiiHlo
dislrtllles del fuerte ll<\ril p0¡]Cl'<L'I' 1I1OlL':;I~\lhs pOi' los fuc-
gos de 511 fnsilel'Ía, hahian eH1jl:'zado Ú a';allzar, y, con el
hl'igadier Piquero al f¡'entc) se dil'igian húcia la orilla IIt'l
Arga, cuya corrielllc pa~a['()n con el agurt lwslrt la c¡ntnri\.
Hecho esto, dos compaiiias que ú 1:1 pal'l~ de ,,11(\ :'e fOl'lm-
ron, cmbistiel'on ú la bayoneta y tOIllDron b Ca~a [le B8iíos
que el'[\ UIIO!lC los puntos fOl'til¡callo~. Orgall;;wda la Jll'illlCl'a
colull1f,a, siguióla el ['esto llcl e.il~f'cit(), y CII menos de !tora
y media, ya e~taha totlo el al otro lado del río, atac,lllJo los
parapetos yacosamlo ú los carlistas. De estos, dnr~lllle buen
rato, unos c\wntos til'rtdoJ'cs I'csisticl'on el ataque, y dos
oficiales puutlonol'osos defelllliel'oll ohslinarlmncllLl~ el ruel'lp.
Perdidos, sin emhrtl'go, los l'elluclos dc Cil'ia y la Bal'ca,
una casa aspillcl'aclrt y b de BallOs, IWl'Íasc CJI cstrl'tno dcs-
ventfljosa y sUlIlameute prc('rt['ia la posicioll dc los tres ¡')
cllatl'o batalloncs mandallos por Etio. ~\si Jo hubo de reco-
1l0Cel' ól; y, convencido ademas dc la illutiiidaLl de la l¡('-
fensa contra fllerzfls ·lrtu superiores en Húmero, si 110 el!
valol', replegóse húcia la ciJl)rt de la cOl'llillel'a fJuc cicna el
vll\le de Echauri por el costado tlcl ~ol'tc. Con esto, mas




LlDRO DECDIO OCTAYO, Hl5
no sin perdcr doscientos ltomhl'cs, clltl'al'On las tropas cons-
tituciona\e'i\ \óll el fuerte !ll) BC'I~1.,eoail1 , desllc en) os l)[1ra-
petos arengó el ¡;eneral Leon ú sns tropas y les rlíó ú nom-
J.¡l'e de hh reina las gracias pOI' ~Il noble compOl'tamicnto.


¡\ poco de csla accíon, que valió al gcnet'al f¡ne la man-
daba el tillllo de conde de Belascoain, volvil)I'Oll ir medir
sus al'mas las tropas de Lcon con las de Elio. ConlJ'a cste
gcfl)"C31'lisla quc con siete batalloncs, parte de su enhalll)i'ia
y dos !li¡·zas de montalla, se hallaba en AtToniz, salió el ¡wi-
1l1eI'O tIc IjlTaga >:1 llia 7) con lloce lwtallolll's, OClll)('il'llt()~
~aballos y ocho piez;¡", en los lll()lllento~ eH f¡ne Ú sus tro-
pas acabaha de liegar la nolieia de la ocupacion pOI' E,pal'-
tcm de Hamales y Gual'llHlllillO, Estimublo,; ponl ejcmplo
de sus compafici'os de .1rlnas y allimado,; pOI' la idc:! IIpl
triunfo, silial'on los lJal¡¡llolles de Leoll las forlil1eaciolle~ de
,\rrolliz y de ellas ,e 3potlcraron (el 11,) al cabo de einco
horas (le un fuego vj,Ísimo de ul'tillerill y fusilel'Ía, La ca-
ballcl'Ía cadista rué aellchillada por la cristina, y las colum-
nas de la I'eina lomaron úla bayoneta los I'cduetos cons-
tr!litlos sobre la ermita tle :'i'lleslra Seilot'a de jrendía, asi
como los eslribos tle su inmensa cOl'llillera. De quinientos ú
seiscientos hombres quedaron pOI' Ulm y otm parte fuel'a de
combate en aquella jomada.


A estos triuufos que no sin gn\llllelTarnarnicnto de sangre
cspaüola, consiguieron pOI' ar{ud tiempo los genel'ales de la
reina, hay qll~ agt'cgat', ent¡'e oll'OS dc menos impol'tancia,
el qnc, en la accion de G amana, coronó pOI' entonces los cs-
fllel'zos tic ZUl'hano. El 14 de mayo, con motivo de hahcrse
pt'eseutado t!'Opas Cal'listas delante de los muros elc Vitoria,
y al efeclo de obligarlas ú levantar el campo, emprendieron




196 ANALES DE ISABEL 11.
los de la reina, al mando de aflllel general, el paso del rio .
Zadorra por medio de escalas all'avcsadas en el pucntc COl'-
tado de Gobeo. La caballel'ía, yallcando dl'io por A vcchuco,
rué á colocarse en las alturas de ¿haca, cn momentos en que
ti reforzar la division de Znrbano llegaban trcs compaüías
de infantel'Ía y tl'einta caba:los de la COlUUllta de openlCio-
nes de Alava, al mando del cOlllallllantc h-ibe. Los carlistas,
con catorec compailías de los batallones 4. o 5, o y G." dc AIa-
va y ciento y ochenta caballos cOl1l1ucidos pOI' el comandante
gencl'al don Joaquín Alzáa, OCI1 pallan y defendian las posieio-
lICS de Gamarl'a, ha~ta cuyos p~,rnpr,l:)~, drspnes de destl'uil'
los qllc pl'oteginn el puente, se ntlrbntnl'on los cristinos,
y tl'abm'on un combate que costó ú sus eontrul'jos mas de
cien hombl'cs muertos, cntre ello,; algunos oficiales, y al pie
de ejell prisioneros, Pel'scguidos cn todas dircceiones, y ~in
saber cuál seguil', I'cplegúl'onse cntonces los carlistas al¡Hle-
blo de Gamana la Mnyol', de donde tampoco ta('(laron en Set'
desalojados con pérdidas de considel'acion. Los eampo~ de
.\da\¡an y Villal'ea¡ fuel'on tambien pOI' aqnel li('mpo teatl'o
de hechos de aemas mas ó menos impO¡'lrllltes, pel'O venta-
josos todos ellos para los pa¡,tidarios de la reina. La fortulla,
en fin, que lan YJI'ia, pOI' no decir tan ad\'el'sa, se les pre-
sentara hasta entonces, pa¡'ecia en aquellos momentos ~is­
puesta á moslrál'seles propicia.


Asi al menos lo creian los <¡lle, ignorantes ó poeo ell-
tel'ados del venladel'o estado tle las cosas 110 alcanzaban ú
dat'se Ú sí mismos otra csplieaeioll satisfaeloria del cambio
recjentenH'nte ocurrido en el dcscnlaee habitual de las ope-
,'aeiones militares. En la division del paltido cal'lista, e1l la
conducta de Marolo, ellla debilidad tIc don Cúrlos, yen otros




LIBRO DECIl\IO OCTAVO. 197
hcchos qUe) de estos fuel'on natu\'al y hasta fo\'zosa conse-
cuencia, schallaba, sin embal'go, bicn clara esta esplicacion.


Desde los succsos de Estella, y muy particularmente des-
de pl'incipios de abril, ct'all conlados los días en que dejaba el
marqués dc :.'IIirailores, embajado\' de España cet'ca de
Luis Felipe, de escribir privada y oficialmente, ya al gobier-
110 de .Madrid, ya á las autoridades de la [('ontera, ya al ge-
Ileral en gefe del ejército, ya á sus amigos de influjo y ca-
legoría, ya ú hacina GolJernadora, encal'eciéndoles la nece-
sidad de hace!' un último esfuerzo pOI' terminal' la guerra
civil. -<<:\pcnas (decia el marqués cn una de sus COIllU-
»lIicaciones al gobierno) tuve conocimiento dc lo ocul'ddo en
)el cuartel ¡'cal, y pude apreciar sus consecuencias, aseguré
»)oficial y confidencialmente que en ello podíamos hallar 1111
»c!ell1enlo de descnlace final, el cual seria la situacion es-
)trema en que antes de mucho se vel'ia Mtu'oto, de optar
»entre una tl'allSacl:ion con nosot!'os ó sel' fusilado por los
)Jde1 bando apostólico, fine, sobre sel' mas podel'oso que su
>Jl'ival, tenia tambien ideas lilas análogas á las del Preten-
»)dicnLe. Mi opinion acel'ca de la imposibilidad tIc tel'minar
))Ia guerra civil pOI' solo la fuerza material, estaba formada
))lJllly de anLemano. En las vias tIc la paz, no habia á mis
)ojos otro término definitivo (IUC el de una transacioll .••• Tal
»juicio, (dice luego) forlllé oe la situacion, que Cl'eal'On los
))sucesos de Estella, y tales fueron las bases que propuse al
»gohiel'Do para aprovechada. Mas no creia yo para ello su-
»ficientes aquellos recursos si, al plan de transacion con el
»partido cal'lista, no se unia un pensamiento general que en-
)¡lazase con este medio de pacificaeion dos grandes elemen-
»tos, sin los cuaJes nada íl11pOI't~\l1te y menos aun definitivo




198 ANALES DE ISABEL n.
)lel'a posible hacer. COllsistia UIlO Je ellos en obtener en el
))esll'angcl'o vculajas en fayo!' (le la causa tle la rcina; el
))otro, mil vcees mas poderoso quizá, Cll plautca!' en el in-
))teriol' sobre bucnas hascs un sisl<~ma poJitieo fjuc ofrecicse
)dgllna garanlia de consislencia y pOl'Ycnil' al gobicl'llo de
)Ia !'einll! sea (para fOl'mu\¡ll' con mas claridad mi pcnsa-
)jmiellto) un pl'oycclo(le I'ccal/s{l'llccian sucial sin re({CClan
)lde ninguna especie.» En eslas pocas palabras exponia el
mal'C!lIés Je .Minlilol'es la histol'ia (Ic lo pasado, revelaba los
males tic lo peesente, dejaba eolumh!'al' espe!'anzas pal'a el
IH)I'Veuil', tl'azaba COIl su acoslLlIllurada fl';\Ilf{lIcza y su I'eeo-
nocida leallad la linea de conducla, que, para concluil' [la
guena'Y conso\ilh\l' \a paz, cl'l~ia qne era cOllyeniellte seguil',
y daba \lOl' últilllo la clave del enigma que pal'a Illllehos en--
yolvia aun la easi súlJita mudanza de las di~posicioncs de la
fortuna COIl respecto á las armas de r~abcl. En obtener del
estl'angel'o auxilios de fuel'za monll para la causa tIc esta
pl'inceEa, hacia el marqués de >\Iiratlores cOllsistir el pl'ime-
1'0 de los me(lios para Ilegal' á aqnel I'esultado; y á reanimat'
sobre esle punto sus ya casi desfallecidas esperanzas, vinie-
ron graves sucesos OCUlTidos ell Francia en los primeros
meses de 1839.


Coligados por aqucl tiempo en contra del gcfe del gabi-
nete francés todas las notabili<lades pal'hmental'ias de aquel
pais, hubo el conde de 1101é de hacer, en:¿2 de cncl'O,
dimisión de su destino. Mas no solo no le fue esta admitida
por de pronto, sino f¡ne, apelando en la eonlielllla al fallo
de los eleetol'es, prorogó Luis Felipe las cúmúras el dia :¿,
para disolverlas e13. La composicion de las nuevas que ti
virtud (le esta medida iban ú formarse era para la sucrte de




UBno DECIMO OCTAVO. 199
EspailU cueslion de sumo inlel'és. El triunfo de MI'. :\Iolé
significaba la iuevítahle é indefini(la prolongacioll <le un sis-
lama de polilica (Inc, poco favorable pOI' lo tibio á la causa
de Isahel n, era jJl(ludalJlemenle contrario á los deseos de la
mayo da dc los franceses. Vivamente empeñadas fueron las
elecciones, y en ellas cada partido de los que se disputahan
el pode!' desplegó cuantos medios pudo por obtener la vic-
(m'ia. Camilla esta pOI' la eoalieioll, luvo rtII' . .\rolé, sin ten-
tar siljuiel'a el comhate, que reiteral' su dimision, la cual le
fué aceptada. Un desenIa,'e en este sentido de aquel drama
parlamentario (raja, ó ú lo menos acel'calJa forzosamente al
pode!' á varios dc los persoIlages que mas se habian distin-
guido cn la lucha sostenida contra el del'l'otado gabinete, y en-
tre ellos en pl'imer lérmino á JIt-. T[¡iers. Esle hombre polí-
tico de mucha illlpol'laneia y de alta capacidad habia bajado
del POdl'l', la última vez qne en él estuvo, envuelto en una
de las muchas peripecias de la cucslion española. Su vuelta
ú él debia pOI' lo tanto sel' un motivo de satisfaeeion y ulla
espel'unza pal'a los que en Espaíla deseaban el tI'iunfo de
las ideas liberales y la l'uina definitiva de don Carlos. Asi
al menos se inJiere del contexto de ciel'lo programa que pOI'
L'Tllonees se hizo cil'cLlla!', yen el cual, al paso que, COIl
presencia de las nueVl).S circunstancias y de pl'Udentes oh-
sCI'vaeioncs, abmlllonaba su antigua idea de inlel'vencion en
Espalta, fijaba _\11'. Thiers las bases dc su conducta con res-
pecto á esta cueslion, en los términos siguientes:


d. o Na(\a de inteI'YClICioll por el momento.
))2." Se reserva al gabinete la facultad de delibel'ar sobre


»)I:slc punto si asi lo exigiese la gmvcclad de lus circuns-
Jíti.\ncias,




200 ANALES DE ISABEL ll.
»3. o En todos los casos I'dativos á inte!'ceptacion de


llfeClll'SOS á los facciosos pOI' las fronteras y las costas, el
»gobierno francés prestará al espailol la mas cordial y
»cnél'gica cooperacion.


»)!j. o Se darán ón!enes ú las fuerzas navales de la ma-
»I'ina l'e[JI fl'ancesa existentes en todas las costas «e Espaila
»pal'(l flue obren, Iwestallllo ¡tIa causa de la reina la misma
»coopel'tlCion que prestase la m:ll'ina real in;,slesa.


( 5. o El gobierno francés faeilirá armas y municiones.»
Bajo la impresioIl todavía de los rccelos que siempl'c le


inspÍl'ara la idea de inte¡'yellCion en Espaüa, y dominado por
la de mantcner con las potencias del l\orte relaciones <le
Jmena inteligencia, ya qne no de since¡'a amistad, desechó,
en pal'te al menos, Luis Felipe las bases del programa de
JIl'. Thicrs y l:ls indicaciones del mal'i~c:ll SOlllt para fIue
del lluevo ministerio entrase ú fOI'm:ll' p:ll'te arIlIel gefe Je
la triunfante co¡¡lieion. Sietel:lrgas semanas y un sangriento
moti n costó la formacion del ministerio que reemplazó al
del conde de ~Iolé; y en él, bajo la prcsidencia del ma-
riscal Soult, duque de Dalmacia, entnll'on, con otl'OS, dos
homl)l'es (~Ir, Pass)' y '11', Dufaure) que cran desde mucho
antes eficaces coopel'(ldores de }!l', Thiers, siempre que se
habia tratado de favoreccl' la causa de la I'eina, El 17 de
mayo, cs decir, cinco dias des pues de fOl'1nado el ministcl'io
Soult, tuvo el cmbajadol' de Espaüa su pl'imera entl'cvista
con el viejo mal'iscal, cuya opiuioll individual se hahia, all-
t~5 de aquellas circunstancias, P¡'OllllllCiado cn contm de la
inteL'vellcion. El tn:ll'qués de Mil'allol'es que, en el tl'tlSCUl'SO
de aquella prolija crisis ministerial, se habia mostrado como
ya en ocasiones anteriores ii la altura de su importanle mi-




LIBRO DECIl\IO OCTAVO. 201
sion, empezó trnnquilizullllo al nuevo presidente del consejo
de ministros con la seglll'íebd de que ni l'emotamente pre-
tendía solieital' 13 intel'vencioll nrmarla, y acabó por obtener
de el In Ill'omesa fOI'mal de que se aumelltarían las fuerzas
navales francesas en 135 costas de Espaüa y la vigilancia que
en estas ejercian ellas, cooperando ú los fines del tratado
dc la Cuádruple Alianza con igual ó mayor estension (Iue la
(Ine ell los mismos parages ejercíall las fuerzfls navales in-
glesas. PUl'a la ejeclleion de este plan, pidiel'on el presi-
dente del consejo de millistl'oS y el ministro de ~hl'Ína sub-
sidios ú las cúmaras, y las c¡'¡m:.ll'as se los concedieron.


N o eOlll~llto con csto, y convencido, primero de que mien-
tras con respecto á la euestion de España no hiciescn causa
eomun rmncia é Inglaterra, mientras continuase España sien-
do el!eneno donde se dehatiel'an entre aquellas dos gnm-
des potencias iHtel'eses conj¡'fldictol'ios l'epl1tfldos incompa-
tibles, su alianza seria pal'a nosotl'OS I11f1S pm'Judicial rrue
útil: ~egullllo de (Iue, poderosos nuestros aliados como au-
xilim'es de la reilla contra don Carlos, y obrando en esta lÍ-
nea, serían constantes elementos de embarazo y de l'csis-
lencia desde el momento en fJlle tratasen de inlluit, en las
cuestiones interiores; y tercero, en fin, de qne del estrangero
no podia recibil' nuestro pais lo ({ue, para ver consolidada su
paz, necesitaba sohre todo, es decir, organizacion y gobiel'-
110, dirigió (le antes ya sus mil'as é hizo, como ya va dicho,
los mayol'es esfucrzos encaminados á la IH'onta y completa
consecncion de este triple tino Para lo l)l'iltlel'O, aprovechó
la oportum ocasion que le pl'csentaba la nueva situacioll di-
plomúlica en que le poniall el cambio de politica ocurrido
en Francia con la caíl!l\ del gabinete (te ~1!'. Mok, Y el 0. s-




202 ANALES DE ISABEL n.
pecto, cada dia mas falal ú los intel'eses de don CIrIos, flue
en las pl'ovincias vasco-naval'ras iban tomando las cosas de
la guerra; invocó el gl'alo recucl'rlo fIue aun cOllscl'Vaha el
mariscal Sonlt de la entlls!asta acogida quc en IngInlel'l'a rc-
cibiera un ailo antes cuando, para asislj¡' ú la coronacion de
la reina Vilol'ia, fué ú aquel pais eH calidad dc cmlwjndol' es-
traonlinario; exploto, en fin, en el sentido del CotnUIl acuenlo
cntrc las dos gmndes potencias, las cil'cunstancias del 1110-
mento, las l'cminisccncias de lo pasado, y hasta las eventua-
lidades de lo flltUl'O. Pal'a lo segllIHlo se ahstuvo de toda so-
lieitud y aun rechazó toda idea de inlervencion dil'l~cta y ar-
malla de eslt'angeros en nuestl'o pais. Pt\l'a lo (ercel'o agotó
tOllos los recursos de su illteligente actividad en itlculct\l, tÍ
aquellas persotlas que mas inDujo ejercian ó mas cn tlispo-
sicion de ejercerlo estahan en Espaüa, la llecesid::\(! de no
pel'lICl' lle ,isla un punto tan importallte.-(La cOllCusioll
»(lcsgl'aciatlísima de las euestiones, (decia al millistro de Es-
»)tado Perez de Castro en cal'la que le dil'jgia á poco de
»Ile!:!al' Ú Pal'Ís la noticia de los sucesos de Estclla\-(cs


u I


)ltal vez la causa principal de llucsll'OS males, El partido li-
»)br!'al ha estado siempre de aeucl'tlo en la necesidad de va-
»riar la fOl'mtllle gobiel'lloallsolllto en la de re¡)l'esentativo ...
»Pero, pal'a cambiar las formas de go)¡ieruo; pa'l'a dal' Ó
») imponel' al país ulla cOllstilucion tan libc!'al Ó mas liberal
Mlue la de 18:37 que rige hoy, no habia l'esislellcias que
llhiciera preciso asesinm' frailes y gcnel'alcs , y (Iue estos
»)yotros crímenes quedasen impunes; no eran necesarias la
espoliacíon y la malvúsacion de los biencs l1aeionales
»)fIue, adquiridos sin violencia y conservados hasta la
;np::\Z, habrian sido una inmensa garantía para el restu-




LlEIlO DECmO OCTAVO. 203
),blecimicnto drl cr('~llito, cnando ahora han sido repartidos
))hasta sin crear interesados en la consenacion del sistema
))político hajo el cual los arlfluil'iel'on, pues (jnc, adr¡uil'i-
),dos pOI' poco Ú natlil, eonsitlt~l'alos c<l(h cual como una es-
)'pecie de c~dula de lotería. -:\0 hilbia pum que eUilgel1arSe
))Ja YOlulltad del clero secular, ClIya masa importante el'a
)í('n 18:13 sinceramcnte I1m'tillaria de la reina, y hoy, en
»)situaeion precaria y amenazada su existencia, es ó amigo
))lihio ó enemigo encuhierto. ¡,Y pOI' quó? por anticipar con
))indiscrcccion la eucstion del diezmo, la cllal no sel'~\ juz-
»)gilfb bi~1l hasta dCSp11CS de suprimido ú subrogado pOI'
!lotro impuesto que los puclJlos encontrúl'an acaso en la ¡wi-
))I11CI'a paga mas gra\'oso, y csto tlespues [le habel' de paso
))infl'ingido los l)\'incipios mas liberales rclativos al sagl'llllo
),¡'cspeto, ú b propiedall atropcllada cn la abolicion de este
))impuesto, confundido Jl)¡)S dc una HZ con contratos en!iéu-
)JUicos, ~ill rclacion ninguna con el prccepto cclcsi<istico ....
))Sin el tl'aslol'J1o social completamente, innccesario que con-
))\llovió casi totlas las situaciones, don eúdos no habria podido
») ]1 1'010 n g:lI' su rcsistcncia cuyo solo apoyo ha sido y es la
))sl.lbvcrslon de los elemcntos sociales que, rlchililill1l10 nues-
)) tra causa km fortalecido la suya de una manera directa ó
»)indirecta. Jfultitud [le gentes se hall asociado á su partido
)) pOI' el trllslol'llo illdicado. Otras muchas se manticnen
))ncutrales, c:;]lcl'llnllo un gobiel'l1o (Iue les oft'ezea garan-
))tías de ól'llen y l'e]loso. En eSle caso se halhw los hombres
J\ricos y acomodados espr.ñoles (le que estú \lena la Fran-
»cia. Los bancos de París y Lóndl'es son depositarios de
llfondos pertenecientes ú espaüoles en Uila suma de muchos
¡·millones de dmos l y en nuestras provincias existcn l'Cdll-




204 ANALES DE ISABEL 11.
)lcidos á la nulidad elementos inmensos de prosperidad y
»progreso.»


No estaban á la altul'a desde la cual mil'aba la cucstion
el mal'qués de Mil'allorcs los homl)l'es que ú la sazoll rcgían
los destinos de la monal'quÍa espaüola. Esto no obstantc,
el estado de indecision y de desconcicrto en que se encon-
traba el campo carlista dejaba presagiar la tCl'minacioll (lllC,
pI'obablcmente muy en bl'eve, debia tener la guerl'a civil. Ello
es que, desde los fusilamientos de Estclla, se hallaban de tal
mancra divididas las tropas del Pretendiente, qne mas de una
vez, como en Allo, Vera y cn otros puntos sucedió, apela-
ron á las armas para dil'imil' sus contiendas navanos y cas-
tcllanos. Los gencl'alcs que se adhel'Ían al sistcma de ~[a­
roto se hacian pOI' cstc solo hecho cnemigos de la cÓI'te de
don Cádos; de aqui diariamcnte prisioncs y contÍnuamente
enemistades. Villareal es envuelLo en una causa en qne fi-
guraba como transaecionista el infante don Scbastian. Val-
despilla, por ceder á las indicacioncs de Mm'oto en la cues-
lion de rel1l'esalias, pierde su pI'estigio con los apostólicos;
Ul'anga es destituido al !lrlcerse público el contra-decl'eto
de don CárIos I'elativo Ú los ~ucesos de Estclla. Eguia, apar-
tado tiempo hacia de los que ú don Cádos aconsejaron la
espedicion real, continuaba mas que nunea en desacuerdo
con su rey. Zal'atiegui, puesto en libertad pOI' inl1uencias
de 1\Iaroto, es muy luego objeto de mas viva y mas riglll'osa
pel'secllcion. MOI'cno, de cOllciel'to con el obispo de Lean y
los hombres todos mas influycntes en el panido apostólico,
conspil'aba contra el cilUilillo del bando model'3do.


En la situacion pI'oducida pOI' la guerra Ú mUcl'tc que
recipl'ocamente se hadan entonces lUllbtl.:3 fracciones del




LIBRO DECIMO OCTAVO. 205
partido cadisla, todo era desconciel'to , confusion, vacila-
ciones, caos. Una CÓI'lC sin hombres tIc gobicl'llo y un ejér-
cito sin generales ú quiencs ligasen entre si los lazos de la
unidad política Ó milital', hé aquí los elementos que, para
pl'olongar la defensa y asegurar el tl'iunfo de su causa, que-
daban aun al Pretendiente, Fácilmentc, Jlor esta razon, se
alca~1Z:lIl las (ll'Ohabilidatlcs dc bucll biÍto que, en cualquie¡'
tentativa hecha con la mim de anular á don Cál'los , Jlodia
cncontl'aI' un homhl'c de voluntad enél'gica como lo cm
'hll·oto. sol)l'c tollo si llegaba á captal'se la con (lanza de las
tl'opas. Es de advel'lil' lambiell f¡IIC, cuando en los primel'os
dias de mayo, pasó ~Iaroto de 1'olosa a Dumngo cncami-
núndof,e ú Ramales, se negó la princesa de Beil'a a recibirle;
y que esto, unido ú la escasez de recursos ú que delibel'a-
'lamente se condenaha ú su ejército, á otros motivos anterio-
res de di~guSIO y de resentimiento, ú ideas acaso tambien
de poderío y engrandecimiento personal, y muy principal-
mente á compromisos á quc, con mas ó menos facilidad pOI'
su parte, se habia dejado arrastral' pOI' el tonente de los
sucesos, dehia influil', ¿ inlluyó poderosamentc en la deter-
minacion que luego tomó.


En Valencia, entretanto, continuaba la guerra dando
cada dia mas que hace!' á las t!'opas, é inspirando vivos te-
mores al gohie!'llo de la reina. Depuesto Vanhalen, no m-
bróse para reemplazarle al general Noguel'3s, de f¡uien
se sabia f¡lIe, desde el fusilamiento de la mad!'e de Cabl'eru,
(,l'a este caud illo enemigo irreconciliable; pero, enfermos
uno y otro, no tuvieron ocasion de vellir ulla vez sir¡uicl'U á
las manos. Desde el lecho, sin embargo, donde por algul1
tiempo lo tuvieroll postrado las dolencias de que eran á un




206 ANALES DE ISAIlEL n.
tiempo causas sus het'idas, SUg tl'ahajos, la ngitacion de su
espÍI'itu y la reIajacion de sus costumbres, f¡I'maba Cabrera
y cspedia órdenes ti sus tenientes, y lli¡'igia proclamlls á sus
soldados. En las órdenes del ejército, en los holetines, en
los partes de acciones, presenlúbanle, como medio de man-
tenel' cn el solllado la obetliencil1 y \insla el entusiasmo, 01':1
alacnlluo este punLo, Ol'a det'endicI1l]o nquel. A favol' {le es lo
y dc la ellergia que, (¡muute la CllfCl'IllCllaLl dc ClIurcl'a,
desplegaron sus tenienles apcnas se cchó menos cala mar-
cha de las o]wl'nciones milital'cs b pl'esencia del c;1udilh.


COl1villecielllc aUIl, ,alió de llllCVU Ú cilmpaiia calos pl'i-
I11CI'OS dias de mayo, y, al ft'eule (lc siele ú ocho mil 11O!llbres
m3mhulos pOI' BallllaScd~\ y Polo, ocupó COII dos ohuses y d05
callones de ú odIO Ú .\nguile y LUZOll, cxigiendo raciones y
haciendo pedidos de Loda e:"pecio ell los puehlos de la co-
mat'ca.Pilrte de dicha fuerza se destacó eH direccioll de Vi-
llavel'tle, y loda ella csLaba destinada <'1 operar aeli\alllcnte
en la Aleat'ria. Las de Aycrbe, sin emhargo, olJrando en eotn-
binacioll con los setecicntos ginetes que de Gmlllalajarc¡ con-
dujo Nogucras al il' Ú tomar el mando del ejé¡'eito del Cen-
tro, hacian pOI' impedir ú los cal'listas la salida pat'a la pro-
vincia dc Cuenca y obligarlcs ú I'cgl'csar pOI' la derecha ú
Al'agon y Valcncia, ó Ú COI'I'el'SC pOI' la iZf{uicl'lla húeia b
~Iancha. Ellos, no obstante, siguieron, pasando el puenle de
Trillo, su ruta Mcia Salmcl'on, pidiendo en el pueblo de
Pareja y llevándose de el lodas las henaduras fine alli ha-
bia y un millar de clavos.


En Camrellondo pCI"noctó Ca\)I'cI'a con unos cuatro mil
soldados, y como en facilitade las raciones de pan y echa-
da, los bagages y cierta cantidad de mclúlico (jlle exigió jlu-




LIBRO DECDIO OCTA YO. 207
siesen las grilles (lel pais re¡¡a\'Os Ó tal'llanza, se llevó preso
al mas pUllienLe d('l pueblo y ú uno de los re3id0res (le Sil
¡1yuutamienlo, obligúnlloles ú seguirle ú Escamillas y Villu-
escusa.


~[ucho, desde el aJwldollo de Cáete!' y \Iuniesa y el
malogTado ntaf!Ue de Segma, habian sufrido [isica ~. 111ol'al-
rnenlr los pueblos dd Bajo ,\rilgoll, cuyo tcrritol'io domina-
ban y re-corrían pal'lidas sueltas y colull1nas capitancadas
pOI' los tenienles de C~dJi'el'a, Las poblaciones de Alcaitiz,
(>spc, AliJalalc, :\lolltalhall, ~¡oyu y CutatHb, únicos pun-
toc; fOl'lilieados que el! loda nqllcll:l l'egioll tcuia el go]¡icl'llo,
rqahall cO!1slanlcllH'lltc ]¡loqucallos, el'an objeto cada dia lle
lllaS á menos violentas llOstililhHles, y pOflian al menol' des-
cuido Sl'!' "íl'limas de I1n golpe de mano, Jntentúllllolo y ,'('-
sistién!lolo, diez:¡¡úhanse en encuentros parciales y sin C~­
)lel'allZ<l~ siquicra de un resultado tlelinitiyo las filas de am-
bos e.i('~I'cilos,


Con su diyi~ion, cntretanto I'econia F ol'cadell el Valle
de Uxú, recolectando víveres, y llevándose presos, do quie-
ra que las poblaciones no se ¡¡l'cstaban Ú esta exigencia,
ú los pudientes y Ú Cllantas personas de alguna importan-
cia, y hasta ll111gel'eS, Jlodian hab(~l' ú las manos. Ocu-
pados en fOl'\ifiear llls villas lle ~lanzancra y Begís, situa-
rlas ú la izr[uierua ue la cal'rctcra que dcsl!e SegorLe con-
duce ú Tel'llel, uo les cea posible ale.iarse mucho de aque-
llos plintos, qlle ¡¡si como el de Candiel eran en las circuns-
lrllleins llel memellto muy dign¡¡s de consideraeion. En
MOJltrlll estahlecieron tumLicu los carlistas ulla atltninistm-
cion de correos para lodos los ¡lUeDIos del partido, y obli~
garOIl Ú los ulculLlcs de los pueblos á enviUl' semanalmente




208 ANALES DE ISAnEL 11.
un cartero á recoger su cOITespolldencia y los papeles pú-
blicos, de los cuales era el quc mas cil'culaua lino 'lile, im-
preso en MoreHa, salia pcrióllicamentc COII el titulo de El
Libertadur, Llagostera pOI' Sil parte tellia en constante apu-
ro las plazas de Mequinellza, Caspe y Alcaiíiz , y, para im-
pcdil' la introlluccion en ellas de comestibles y oll'OS objetos
de }wimera neccsidad, fijaba en los pueblos de su domina-
cion los bandos mas aterradores,


?lIontalban, bloqueado desde el G de marzo, rué en los
setenta dias que desde aquel medial'oll hasta cl15 de mayo,
en qlle cayó en poder de los carlistas, teatro f¡'cclIente lle
ellcuentl'os y uatallas f¡lIe, tomada la poblacion, se ¡'cnova-
1'011 con mas ardor contnl el fucrte. Por defeuLlerlo, hicieron
los sitiados desespel'adGs esfuerzos; visto lo cual, y hahida
lloticia de la llegada de Ayel'lJe, mandó Caurel'a levantm' el
campo, no sin habel' tenido pOI' su parte y callsallo á la COll-
traria pél'llidas eonsiderahles, tanto mas dolorosas cuanto
que Ayerbe, viendo muy luego (Ine la forlaleza que acah~J¡a
de salvar no era mas que un monton de ruinas, y r¡ue, pam
conlinua¡' defendiéndola con el cmpeüo manifestado en su
posesion, se hacia neccsal'io dejar 311i mas fuerzas qtle
las de que, para este objeto, podia disponel' él, Ol'Jcnú
la total destl'uccion del fuerle y que su gual'llicion pasasc Ú
Zaragoza, como se vel'Íficó, llO sin sel' en cl camino vivamen-
te molestada pOI' Cabrcra, ni dejal' cien muertos en un com-
bate sostenido en la Hoz.


El lG, pasó Cabrem ú ~lol'ella cn {anto que, tCI'minadas
ya las fortificaciones de Chel"a, A¡'évalo, con un balallon, y
una compañía de li¡'aclol'es de ú calJallo, tenia ú su cargo y
llevaba á efecto la traslacion á este punto del hospital de san-




LlBllO DECIMO OCtAVO. 209
gre, hasta entonccs eslalJlecido en Alpllenle, y que, con
dos batallones. y baslante caballel'Ía, maniobraba FOI'cadell
cn las inmediaciones de Carietr., ú donde, enviados por el
mismo Arévalo, llegaban un couvoy de municiones, y
los l'eelulas que, espel'amlo armas, y adiestI'ándose de ante-
mallO en su manejo, se eneolltl'aban en Chelva.


Con don Cúdos, ú todo esto, mantenia el gefe tOl'losino
comunicaciones que, no por ser secretas, dejaban de sel'
activas, ni dejaban podo difíciles, de ser en estl'emo apl'e-
miantes. PI'Mugos del cuartel real, y encargados de mi-
siones especiales para Cabrera, llegaban de cuando en cuan-
do á Aragon individuos y hasta geres del bando apos-
tólico, y de ellos llegó pOI' aquellos dias uno de los lH'in-
cipales, por 110 decir' el principal, que el'a Arias Te-
jeil'o. De sus confel'enci¡iS con éste y de las noticias que
pOI' val'ios conductos le llegaban diariamente, deuneia
Cabrel'a el veruadel'O estado, desfavol'aLle á su causa,
{Iue en las lwovincias vaseo-navarl'as, lH'eSelllaba la guel'-
ra, y el peligro inmineute de dallos im:,parables con qur.
á don Cúdos amenazaba la conducta de ~laroto. Desde
Calltavieja, pues, con fecha del 21 de junio (1), escri-
bian [. a4lucl príncipe Cabrel'U y Arias Tejeil'o, aconse-
jándole la l'csistencia álas tramas de la revolllcion de que,
sin lIombnlr Ú nadie, aCllsaLan á aquel general de sel' cóm-
plice y agente, y mosll'¡jlldo en sus escl'i!os una confianza
mayol' probablemente de la (lile conservaban en l'ealidad,
aseguraban á don Cál'los que, aUIl faltándole el apoyo de
las provincias del ~ol'te, tenia CalJl'era poder para llevarle


(1) y éansc lo:; apéndices números 8 y ~,
TOMO VI. 14




210 ANALES DE ISAIlEL JI.
á "\Iadrid.-«(Todos, (decia en su carta) estamos deci(lidos
» á moril" antes que transigir en lo mas mínimo con Illlestros
»enemigos, pal'a qne V. \r. se sicnte cn el lrollo con el de-
» hiLlo esplendO!', mande (({¡sol/! t({lJl (J í¡{e, sin [ra{¡as ni
))ofrascollsidcmcionesquu las que sean desn I'cltlay/'ar!o,
») y lwga renacer en esta alligida patria la verdaelera paz y
»)frlicidad quc descamas .... l\o hace muchos tiias (eonlillua-
»ba) se !wesentó Bcllengero vagantio pOl' estes fleles pueLlos,
» jact{\l1dose de (¡ue ya manda ha su pDrticlo y espal'ciendo
»voccs suhversivas y alarmantes; lo hc mallllado arrestal', y
»sCI'á cilsligaclo con arreglo á ordrnilllza, Ú no ser que
¡)V. Sr. se digne prevenir otra COSil.» La carta toda cstilha
escI'ita en los terminos (le la milS profunda snmision ú las
ól'tlclIes de su I'ey, pel'o I'evclaha una viva desconfianza de
que I(\s qne, en nombre ele (;1, se le tt'ilsmiticsen em:uwsell
I'ealmente tle este ol'Ígen y fuesen la espl'csioll YCI'dadCl'u !Ic
Sil ahsoluta voluntad. Asi, cntl'c las mas fOl'mal(~s pl'olrslils
de respeto y ue adhesioll, decia:-«Y si sc me comunica al-
»¡J;una órdcn que esté en contradiccion con los principios de
»fidelidad que proreso, ó cuyo cumplimiento pueda eaUSill'
)lel mas mÍlIimo perjuicio á los derechos absolutos de V.}l.
llIlejard de ejecutarla, hasta que, por conducto l'csel'-
»\,ildo de mi confianza, ó de 011'0 modo indudable, se-
»pa yo la libre voluntad de V. ~L. ... Estoy de acuel'llo,
l)(decia luego, con el conde ele Espaita, y esll'echaré C01l él
»mis amistosas l'e13ciones, aYllllúndolc en CilSO neccsario en
»Ias opel'ilciones militares }Hll'a facilitarle las mayores vcnta~
»jas en el PI'incipado.»


Algunas, en efecto, ilUll(IUC mezclad.as de reveses, oh-
tuvo el conde de Espuria en Catalufia en los primeros meses




Lumo DEr,¡~lO OCTAVO. 211
dc 18:39. ncsdc la tOllla de .\gCI', vCl'iGcada el 12 de fe-
Dl'Cl'O, habia regresado el !J¡¡l'On de \lel~l' a Barcelona, don-
de, inmóvil (~ iIllP;¡siJ¡k, PCI'Ill:llleció llluchas semanas, dc-
jando el cnidado de sns opel'aCiOllPs ;'¡ sus tenientes. De
estos era el lila~ a('\ ¡ro, y fue tamhicn el mas afol'lnna-
do, el gcncr¡1! Cal'bó, ~l quicn sc debió e1 levantamiento
del sitio de H;ds[\['(:lIi y la salvacion de sus halJiLantes que,
reducida ú cscomhros su pO]¡hH'I011, cstaban todos ellos pl'Ó-
x imos Ú pCl'CCCi'. El hl'i,p¡licr Percz Dúvila ([Ile, con igual n 1'-
dor, pcro !lO con tan hllt'na slrel'le, COITióú Pons y sorlwcll-
dió csta polJlacioll, til\'O quc almndonarla ú poco y qnc re-
til'al'se ante ('UCl'WS l:nl'li~I:\s SllPCI'iol'es, sostcniendo pam
ello un rciíido conrllilte CII que pcrdió mucha gente. E"tos
y olros sucesos ~cllle.ia!lles oh!i¿al'oll al gefe cl'islino ú salir
lle su ap~tia. En pl'illcipios de alH'il, vióselc acudir al so-
COITO de Sobona coa un convoy cuya enlt'ada cn la plaza
mal1l1ó quc s¡¡\iescll ú pt'Oll'gc~l' las fllct'zas de su glHll'nicion.
El gefe eal'lista qU(', halJientlo intcl'ceptallo el pliego que csto
decia, se cnlel't'l de Sil contenido, lo mandó en seguida á su
llestillo, adoptando entrc tanto las disposIciones oportunas
para atacar al enemigo. :\ estc efccto, y agual'(lando su lle-
garla, se parapetó con lees mil hombres en la casa de Estany,
la cual rU(~ illlpc!uOsalllenle atacalla pOI' la infanteria cristina,
y tomada no sin virísillla rc~islencia de pal'tc de los cal'lis-
tas y muchas pé:'didas pOI' ambos lados. Con esto ahan-
dOllaron los cal'listas sus posiciones yel crtmpo, yel convoy,
protegido pOI' la caballería ue la cuarta division, habiendo
mal'cllado tlesue PCl'acamps pOl' el camino bajo, entró á la
caida de la tal'de en la plaza. Esto sucedió el 17; el 18, se
prQveyb de agua el castillo de Castel vell que de ella se ell-




212 ANAl,ES m: ISABm, 11.
contraba sumamcnte escaso, y de leña, que por af(udlas in-
mediaciones se COI'lú, uo sin sul'I'ir durante estas opeI'Ucio-
lIes el fuego (le los cadi",tas, cuya ol'ganizacion pal'licular
los hacia todavía lilas temibles y mas peligl'osos disemin{l-
dos en guel'l'illas que reuuidos cn batallones, El 1U, rué rc-
levada la gual'llicion dc Solsona, y sin nuevos obstúeulos
pudieron las tropas del bal'on de Meel' I'egresar Ú mosca.


El conde de Espaila, á quien sus mismos sccuaces ha-
bian puesto el sobl'cllombl'e de ]'¡,ellca-caps (cOl'la cabe-
zas), volvió pOI' aquel tiempo á su cual'lel general de Casel'-
ras, intentando al mismo tiempo sOl'prendeI' ú Cal'bú en el
paso de Calluspilla á Malll'esa; pel'o, como pal'a lograr este
fin llegase tal'de, se dirigiú tl :\lanlleu con mil'as de impedir
la fortificacion de una tone de esta villa en que estaban des-
de algunos dias trabajando las tI'opas que la gual'llecian,
El 28, pues, por la maüana, la embistió eon siete mil hom-
bres y varias piezas de al,tillel'ia, ({ue hacian un flIego h01'-
roroso, en tanto que ú alcjat'se del distl'ito de Vich obligaban
al hal'on de Meel' movimientos em!wendidos por los carlis-
tas de Aragon. Alwovechando esta cil'cunstancia, redoblaron
los de Cataluña su esfuerzo y su actividad, para apodcl'arse
del importante punto de Manlleu, situado á orillas del Tcr.
Las tropas que la glIamecian rechazaron vigol'osamcnte el
primer ataque, y defendipl'on con teson la lH'imera línca de
fortifieaeion; pel'o, no pudiendo sostencrse en clla, acorda-
ron retirarse a~ segundo recinto, mucho mas reducido y pOI'
lo tanto mas fuerte; á él se l'eflIgial'Oll tambien los vecinos
que mas creyeron temer de la dureza del conde de Espaüa,
pero no fué menos aei3ga f{Ue la que 3f{ucllos temian la
suerte que Sufl'ieroll los que, creyendo estar, por su confor-




LIBRO DECIMO OCTAVO. 213
midad con las ideas carlistas, al abrigo de los furorcs
del agresor, pCl'maneciel'on en el pueblo, del cual no tardó
en hacerse dueño el conde de España. Todos aquellos in-
felices pagal'oll COIl la vida su inocente cl'edulidad. Todos,
inclusas las mugercs y hasta niños de cllatl'O y cinco años,
fueron bárbaramente asesinados, y la poblacion enlregada á
las llamas.


Carbó, entl'etanto, que con solo llos mil hombres aco-
melia la peligrosa empl'esa de socorrer .i )lanllclI, salió de
OIot á la pl'imcra noticia del riesgo qlle conia aqllella villa,
reunió su division y, Ú l'aYOI' dc marchas bien dirigidas y bien
combinadas, atnlVcsando las formidablcs posiciones delGI'au
de Olot, llegó el 1.0 de mayo á Hoda, como á media hora
de Maullen, y á una del silio en donde, retil'ados los car-
listas desde el (Iia atlterior, continuaban sus prepal'alivos
pal'a estrecharle lilas y mas. A todo csto, ardia ){anlleu, y
Carbó, deseando salval' las familias y la guarnicion refugia-
das en el fuel'le, acometió á los quc la hostilizaban; mas, rc-
chazado el 7.0 regimienlo dc caballería lijera ú la pl'imera
carga quc dió, inlrodújose la coufusion cn sus filas, y, vol-
vicndo grupas, ccharon á corl'CI' oficiales y soldados. En
vano traló Carbú de infundirles ánimo y, poniéndose al fren-
te de ellos, dc eCI'l'al'lcs el paso. En su fuga aITollaron los
<le caballería cl batallan dc Zamora, y aumentado con esto
el conflicto, se generalizó el desórden y se perdió la accion,
no obstante los-esfuerzos hechos y los peligros personalmente
arrostrados por C:ll'bó. La jOl'l1ada costó a los cristinos
dos piezas de arlillel'Ía, dos oficiales, y cel'ca de cien sol-
dados quc, abandonados por la caballería, se hicieron fuer-
les en una casa inmediala, y fueron todos ellos pasados á




214 ANALES DE ISABEL 11.


cuchillo, y lHlsta doscientos hombres mas r¡ucJaron que
fueea tle combate. Con otras tantas bajas solirc poco mas ó
menos se retiraron los carlistas.


Despues de la accion de ~ra:ll:('u cl(~ flile fueron, como
lo eran de casi todas las de Sil gélll>I'O, resultados inmcclialos
el denarnamicn!o de mucha sangrc y la ruina dc mucha
gente, fuese el conue lle Espaiia :'i [)cantol\~\l' sus tropas en'
Git'onella, Olbar y C~serras. AlIi, ent;'('~ados Ú ¡lila inaceion
incsplicable pOI' su caracter y por la gl'avclhul tle las cir-
cunstancia5, tuvo algull tiempo des]lnes noticia de los pia-
nes que contm su podel' y hasta contnl Sil vida sc tramaban
por los mismos de Sll partido, y ú insli!-(acion de la junta de
Bel'¡.;a, con la cual, desde su llegada ú Cataluña, estaba él
en desacuer·do. En su despccho, oyendo a(juclla noticia,
pensó el conue de Espaüa hacf:l' algun telTible cscarmiento;
é hiciéralo á no mediar (1IIien, conociendo lo mal que al
conde ¡ha (juerielldo el ejército, y lo Cal'O (Iue pOllia costar-
le la ejecucion de su designio, le ilJ(llljo á dcsislil' de él,
conjUl'ando asi pOI' cntonces el ¡¡eligeo que le amenazaba.


Sus subalternos que, maniobrando p01'lotIn afjllcl teni-
torin, desplegaban una incausnble actividad, alllcal'On el 17
tic mayo á Agel', tle dOllllc fuel'on l'echaz<lllos; poco des-
pues, en las inmediaciones de Santa eoloma, hieie¡'oll pri-
sionero el 7. 0 batallan francn; cn TOl'tosa, llucmaron el
puente de bat'cas; y en Lél'illa , jll'OlTloviel'on , de acuerdo
~on sus amigos de la ciudad, ulla cOllspiraeion fIne, descu-
bierta á tiempo, se fl'llstrú. Pero PI lipcllo lilas notable, el
que mas y mas doloros(js l'f~CUel'uo~ lw legado :'1 la historia
de aquella guerra fnllricida, fuó la conquista, y, como re-
sultado de ella, el esLerminio de ulla de IlIS mas importan-




LlBRO DEcmo OCTAVO. 215
tcs pohlaciones dc la alta Cataluña, Instigado el cond(~ de
Espaüa por varios pal,ticlll:1l'cs, y estimulado pOI' la dcci-
sion de un conscjo dc o/icialcs quc, pOI' lwimel'a vcz, en
aquellos dias rcuniel':\ y cOnSl1ltal'a, rcsolvió sacUL' de BCI'-
ga sus tropas (lne allí milla úLiI hacian, y con ellas diri-
girse ú la villa de Hipoll , allte cuyos débilcs mul'os se ha-
llaba el día 22llc mayo, Dl1l'ante los seis que duró el ataquc,
110 cesó por un momento el fnego, y, reducida la villa á
cscomlJl'os, huhieron sus habilaulcs de rendirse; no, el1l-
pero, asi su gobernador que, antes que consentir en ello,
se suicidú de un pistoletazo. Como \[aullen, llipoll flH\
cntregada ú las llamas, despues de haberlo sido al saqueo,
y la Jlobbcion (Iue tI lal desastl'e sobrevivió, lanzada de
aquellos sitios, en dOllde, pocos dias despues, sc leia, en
una pcqneiía pÍl'úmillc colocada en la plaza, AQUI FUE
RIPOU"


POCO menos cruel que el fl'aucés conde de España, se
mosteaha el belga bal'on de Meer , encarcclando y depor-
tando á cuautas personas pasabiln en el pais ó tenia él por
sospechosas, y comctiendo tantos y tales abusos (le aulOl'i-
dad. que turo el gobiel'l1o flue quitarle el mando deCatalu-
fla, Pal'a reemplazal'ie, fué nombrado en 1." de junio el
gCl{eral don GCI'ónimo Vald(>s; y á Breton, segundo cabo de
la capitanía genel'al del Pl'incipado en tiempo del baron de
Meer, fue tarnbiell por ellllismo tiempo a reemplazar el ge-
ncral Seoane. Con csto se tl'anquilizó algnl1 tanto Barcelo-
na, y de sus calles y de sus plazas desapaI'ccieroll los ca-
flones, continuo objeto de tCl'l'or' y amenaza perpetua pal'a su
yecilldal'io, Alcnlo a lo principal, salió Valdés de Barcelona
el dia ;3 de julio, I'cl'llOcló eu Esparraguera, y tl'a~ladúlJ(lo-




216 ANALES DE ISABEL n.
se a Cervera, pal'a desde alli marchar á dar auxilio á So180-
na, emprendió una nueva campaña, en cuyo desenlace luvo
poderosa influencia el que en las pl'ovincias vasco-navar-
ras dieron á la guena armada flue alli sc hacia combinacio-
nes de otl'a indole.


La conducta que desde algunos meses observaba .\laro-
to ; la ya inconll'astable dominacion que sobre don Cádos
habia llegado á ejercer, y mas que todo su expectante in-
movilidad en el valle de Carranza durante el ataque y la
ocupacion por Espal tcro de Ramales y de Guardamino, te-
nian atónito el púhlico é inquietos á los partidarios de aquel
príncipe, cn cuyo campo y en cuyo ejército, minados llar
las intrigas de Aviralleta (1) Y sus agentes, eran cada dia
mayores el disgusto y la indecision. De aqui natUl'almente
quejas am31'gas y violentas acriminaciones que, enconando
los ánimos, hicieron que á la confianza reemplazase el
desaliento, al entusiasmo el hastío, y á las victorias los re-
veses. Todo, en fin, p"esagiaba una especie de armisticio
político, hijo del cansancio de la lucha y del deseo de paz
que, sin atl'everse á enunciado, sentian ya los habitantes
de las provincias vasco-navarras.


Del contagio moral flue en este sentido cundia en la ma-
sa del pueblo y en las filas del ejército cal'lisla, ya habia
llegado la noticia á oidos de los oficiales de la division gui-
puzcoana, los cuales, temerosos de un alboroto ú de ulla
dispersion , se reunieron y autol'Ízal'oIl á los capitanes de
las compañias para que entendiéndose coul\Iaroto, le indu.


(-1) Yéa,o aptÍndice númerO ,10 al fin del tomo, la interesante Me-
moria que, sobre su participacioll en el de,;enlace de la guerra civIl,
publicó, algunos meses despues, dou ¡.;, AVlralleta.




LIBRO DECIMO OCTAVO. 217
Jescn á hacer lo nccesal'io para salvar la division y la suerte
de la ofici"lidad, poniéndose para ello de acuel'do con los
illgleses. En Ol'OZCO, con cfeclo, pt'cscntúl'onse á Marola
los capttanes de las compañías, autol'izados no solo por
sus subalternos, sino tambicIl por sus gefes, y le manifes-
taron los dcseos de la division. Y como Marola, acogicndo
la indicacion , preguntase ti los que se la hacia n el objeto
que en ello sc Ilevauall, contestaron ellos -(d" indepcll-
lllleneia de las cualt'o 11I'0vincias bajo un sistema t'cpllbli-
»eano foral, de que él C~larolo) sel'ia pl'esidcnle, cspul-
))salldo de la Península á don Cúrlos y su familia, todo ello
»)de acuerdo y bajo la garantía de Francia y de lnglatet'ra.»


De este pensamicnto que, presentado de esta manera, no
podia ser aceptado por el gobierno de Madrid, pOI' cuanto á
Ilada menos iba encaminado que á la dcsmembracion de la
monarquía, podia, sin cmbargo, sacat'se desde Illego gmn
partido p:1t':t quitar las at'rnas de la mano á los partidarios
del Pt'etendienle. A dejarlas pat'ecian estar ellos dispuestos,
y esto era lo esencial. De aqlli las esplicaciones que, con co-
nocimiento de don C"dos y de Espal'l.ero, tuviel'on lugar
mas tarde eptrdJal'oto y el agente británico lord John Hay.
hasta las eonfet'encias de Miravalles.


Durante aquellas, antes de estas, y en tanto que se so-
metian las lJa~es de lo que habia de ser al juicio de las cór-
tes aliadas á la causa constitucional, Espartero, sin aguar-
dar por eso á que se t'csolviera el p,'oblema de la tl'ansac-
cion, se internaba en el terl'itOt'io carlista. Esta conducta
dcl general en gefe de la reina, que podia por algunos ser
tachada de poco leal, era adernas en estremo alt'evida y
peligrosa, si, rotas las negociaciones pendientes, lograba




218 ANALES DE ISAllEL n.


!\1aroto, como tal vez le habria sido fúci\ , reanimar su cjér-
cito y tomar la ofensiva. Espal'tel'o, sin embal'go, contó
con la palahra empeiincln por arpIel3enCl'fll, y los hechos vi-
nieron ú probar fllIC con ella no contó cn Yana. Salido á me-
diados de ll)(l}0 dc \fcdilla de Pomar, acantolló sus tl'O»ns,
sin la mcno[' ('csistencia en el valle de Losa, y poniplIllo ell
1110\ imiento la pl'imel'a brigada de la gual'llia real de infan-
tel'ía, se alojó con ella cn ECI'Lanllla el 21 lle! mismo mcs.
El 22, dispuso que un hatallon del ¡¡rimcl' rcgimirnto, y
otro del 2. 0 de dicha gua l'llia , con UllO dc cazadores de Lu-
chana saliesen de marh'ugada lücia la peila de O('¡luiia Ú
proteger las compaüias de zapadores quc alli rlejara el día
(\lItes para ueshacer las cortadmas hechas pOI' los carlistas
cn la Cfll'!'etel'a.


A consecuencia de estos movimientos, se eclebró en Hal-
maseda una junta de gencralcs y en ZOl'noza otra de funcio-
narios de alta ealegoría peesidida pOI' don C:írIos, y en am-
bas se decidió la rcsistencia ul'mada del lClTitot'io. Mal'olo,
bien que en la jUllta espllsie~;e Ulla opinion cOlllearia, hubo
de rnoslnll'se conforme con la adoptada, y, ya por no esci-
tal' s05pechfls, ya tUl1lIJicn pOI' no drj<l(' Ú E~pal'lc('O, COII la
oCllpaeioll llel lel'l'enO, dUcllO ab"olulo de las bases tic la
transuccioll, traslado el 25 su cuartel gene!'al á AmUlTio, lIO
Ein nejal' dadas en Balmaseda las ó,'(k'ncs ojlOl'tuuas para
la fortifieacion y defensa de csta plaza.


Sabed2,f' E-P<1('it'I'O de ([1\(' el ellrmígo hahía evacuado ú
Ol'lluüa, (¡irigió ú este punto fucl'zas que lo ocupasen. COII
esto no solo ganaba te('reno el general isahelino, sino <¡uc
privaba al enemigo de la dominacion de la Tov¡¡lilla, Valdc-
vúgia, y Losa, facilitando de paso sus comunicaciones eOIl




LIBRO DECDIO oen, vo. 219
Miranda, Pucntc-Larl'ú y Espejo, en tanto que ~lal'olo es-
tendia su línea destle Llodio {¡ Villal'cal de ,\lava, Ducuo de
OI'U l1ii a , fOI,tifieúhala ESpal'tel'o; ohligarlo á velal' sohre Ba\-
maseda, ocupúhasc l\!arolo de las Ol)l';lS neeesul'ias Ú su de-
fensa, y, por aelldir Ú este punto, que sabia no poder eOB-
servar', aban(!ouaha Ú \l1ll11'l'io, (londe con veinte hatallones,
el regimiento tic húsares y la correspondiente artillel'Ía, en-
traha Espartero el 11 de ,¡linio. Lo (lile e~te avanzaba, per-
dia de tcrreno aflllrl, 'yen los movimientos de ambos ejer-
citas creiau muchos ver un plan combinado cutre los dos
caudillos que los mandahan. Personas que antes no diel'3n
en ello, empezaban á sospechar las causas de la conduela de
:Maro\o en los sucesos de Ramales y de Guardamino, y á
esplical'se iJ sí mismos como, ¡JI'oyocado pOI' Espartero, au-
tes de panel' sitio ú arluellas plazas, no hahia aceptado el
carlisla I1na batalla, fIlie, bien presentada y Lien sostenida,
podia da!' ú sus Iwelensiones un desenlace favOl'able, A los
treinla batallones filie en arjuella jomada llevaha Espal'lel'o
consigo, podia "farola oponel' veinle y cllatl'o hiell organi-
zados , conocedores dd leneno , pl'otegidos pOI' el pais, y
resueltos todavía ú rle[~¡l(JcJ'lo con tesOll. A PCS,H' (le todo,
el caudillo carlista no abandonó sus atrinchel'amientos;3n-
les bicn, impasible, pl'('senció desdc el yalle de Carranza la
pórdida de dos fuerles de no poca importancia militar, dc-
c1al'undose COII ~ll capitulacion tl'ilJUtul'io de los constitllcio~
nales. La toma dc Hmnales y de Guanlall1illo fué mas bien
qlle otm ('osa un medio de e~plot'acion a1'l1wda del C'spíl'itu
que reinaha en lUlO ~. otl'O catllpo; per,) csplol'acion que costó
mucha sangre, sin l'esulla(los I'eales propol'ciouados á la
magniLUd de los sI\cfificios. Con la illlJlosiLilidatl que Cll-




220 ANALES DE ISADlU, 11.
lonces mostró, propusose tal vez ~{aroto debilital' la fuerza
moral y militar de sus t!'Opas á fin de prepal'a"'as mejor á
la lransaccion; al paso que Espartero, haciendo alal'de del
valor y la decision de las de su mando, comprometia de una
manera fomlal é il'l'evocable al cauelillo carlista, colocándolo
entl'c la viva é incesante pe¡'secucion de las lt'opas de la
reina, y la desconfianza, ó mejol' dicho, la animadversion ([IIC
su conducla inspiraba ú don Cal'los y á su corte. Exacel'-
báronsc todavía esta desconfianza y esta animadvel'sion con
la noticia de (Iue (el 15) habia liado ~laroto ú sus tropas,
compuestas de diez y seis batallones y seis escuadl'ollcS. Ól'-
den de abandona¡' la línea de Balmaseda, y ú los zapadorcs
de aquel cucrpo de ejcl'cito, la de trasladarse ú Sodupe pam
reunir'se mas tarde al cuartel genel'al situado en LIodio. 'fa-
roto en aquella oeasion, como ya en otl'as anteriores, fué dc
parecer, y en este sentido obr'o, de que no' se opusiese r'c-
sistencia á las opel'aciones de Espartel'o, y la palabra trai-
dor llegó á sus oidos pronunciada por los mas celosos de-
fensores de don Cal'los.


El veneedol' de Ramales y de Guardamino, elevado por
recompcnsa de este triunfo ,i la grandeza de España de
primera clase con el titulo de duque de la Victoria, pensó
entonces en asegurar su permanencia cn el rccien conquis-
tado territorio; y al efeclo, señaló el punto quc, para do-
minar el crucero de las earL'ete¡'as que conducen de Vito-
ria á Arciniega y de Orduña á Bilbao, convenia fortificar.
Hecho esto, dispuso (el 13), que la division Castañeda
lomase la dil'eccion de Arciniega, de cuyos muros se
apoderó sin l'esistencia, y cuyas obras de defensa enconlró
en pie y en el Illejol' estado. Flanqueados los carlistas por el




LIBRO DECDIO OCTAVO. 221
movimiento de sus contl'(\\'ios, y poco dispuestos ya por
oL['a parLe á ¡lcfcnJc!' sus posicioncs, fuéronlas dejando en
pouel' de los consLituciollalcs, y e~Los poco ti poco hacién-
dose ducños del tCl'I'iturio cuyo acceso dificultaban antes el
fuerte y la guamicioll de llalmaseda. 1\laroto retil'ado ti L10-
dio, mienll'as Espartero fortificaLa á Amlll'l'io, tuvo, el 19, la
visita de don Cál'los y de la pl'incesa de Bcil'a, venidos de
Durango con el objeto dc revista!' las fuel'zas quc alli opc-
I'aban al mandu de arluel gellcl'<\l, y, el 24" llevado á caLo su
pensamiento en toda la línca de llilLao, I'egl'esal'onlos pI'Ínci-
pes ti aquella villa, de donde, temel'osos sin duua de los mo-
vimientos de Espartero, volviel'on á sali!' el 28 á las cuall'o de
la Lanle, para trasladat'se á Elol'I'io. ~Ial'Oto, situado en L1o-
dio, reforzaba con docc ólrece piezas sus nuevas haterías.


Obser'vando entre tanto á Elio y ohsel'vado á su vez pOI'
él, qlle, con ocho Latallones y setecientos cahallos, se mante-
nia á la vista (Ie los Areos, ocupaba esta villa, y ell forti-
ficarla pensaba el comandante general y vil'cy de Naval'l'a
don Diego Leon. El 21 de junio hizo este genl'l'(\luna salida
con la mira de apodel'al'sc de la ermita forlificada de Sfln
Gregorio de la Tol'iada, situada á una legua de aquella po-
hlacioll, en uIla nltul'a donde teuian los cfll'listns doscientos
hombres de infantcl'Ía y cuatl'o piezns dc al'lillel'Ía; y ante los
mUI'os de aquel e<lilicio, dc OI'alol'io convcl'tido en fnel'te
cel'eallo pOI' muchos fosos y rodeado de caflones, se tl'3bó un
reñido combfltc. DUl'ante él, disjluso Elio que dos de sus ba-
tallones ma!'chascn á ocupal' las allurfls inmediatas; y, des-
pues de un fuego muy nutl'ido, v ienrlo las tl'opas de la I'cina
las dificultades que ofrccia la ocupacion de la ermita, regre-
Sfll'on Ú los Al'COS.




222 AKALES DE ISAliEL 11.
No pOl' eso, sin cmlJargo, dcsistió Leon de su propósito,


antes bien, impacicnte tle I'enoval' el atarruc, lll<lI11ló lIcvar á
los Arcos catorce piezas dc al,tille!'ia COl! las lllllllieiollCS nc-
ce~:lrias, ya para embestir al enellligo que estalla ú la vistadc
sus lllUl'OS, ya pal':1 hacerse incxpugnable al ahl ¡go dc ellos.
Desde los Arcos, pues, dil'igióse Leon, el 3 (lejulio, ú llha-
go, de quc sin l'{'sistcncia sc apoderó; pero, sabedor de rilo
el cOlllanrlanle genel'al carlista, enviú en auxilio de arluella
pohlacion algunos batallones que, precisados á nteavesar el
valle (le BC1Tuezo, llegaron ú su destino demasiado tal'(h~
para impedir cl incrndio de varias de sus casns (Jl'(lcllado
por el enemigo. Atacúl'Onle, sin cmh:\l'go, y rlespues dc Ul!
fuego de gncl'l'illas, pI'eludio por parte de los carlistas de
\lila rcúida IH:cioll, dispuso el gefe cristino su l'ctil'a(la á los
Al'cos. Desde alli se tlil'igi6 ú la Solana con elohjeto de reco-
gcr para la mallutcllcion Je sus tropas ó de desLt11ir, pUI'a ((1W
no sil'viescn á la de los cOllti'arios, los gl'anos de a(llIel lel'-
ritoeio, y pal'a ello !tubo de soslenel' contm Elio un combate
en que perdió mucha gCilte, Con las mismas ideas de incell-
dio y lle destl'l1ccion salio Zlll'hano de Vilol'ia cn la maita-
na del 2fi ; pero al pasar el rio Zadol'l'a pOl' cnfl'cnte de
Jlendivil, saliéronle al encuellll'O los cadi~I,)s. y le ohliga-
I'on Ú l'elil'arse, !terido('l eo un pié, y malparado Sil ejército.


Esta conduela <le los generales de la I'cina, flllC era
en uf!llellas cj¡'cunstancias dificil de cohonestar, }WOdu.io en
las filas cal'listas, y muy prillcipalmeute cn las formallas de
alaveses y lIaVatTOS, una irritacioll capaz de imprilllir de
nnevo tI la guerra de aquellas pl'ovineias el caráelel' sangui-
nario que de dia en dia le iban haciendo perder las dispo-
siciones de Maroto, y hasta (fuese así la l'calidad, fuese {j,!-




unno DECI1\IO oeTA YO. 2:23
cion ó disimulo) exaltó la bilis lle este gCllcl'al, en tél'minos
de haeede lanzal' ulla fUl'ibulllla pl'Oclama en que, rcfll'ién-
<lose ú sus ellcllligo~, decia-d.a call1paüa que hall abierto
nCon fucrzas tan desiguales, ('5 la mas bÚI'b¡ll'a y atroz. En
))Na\"al'l'u, pOt' la parte de la Solana y en Alava pOI' la de
» Vitoria sobre Cuevara y puelJlos iumediatos, 10110 lo l{l1e-
))man y arrasan; liada se preserva de su I'apiúa y al rebelde
) Espartero lo mil'ais sobl'e AIllUI'l'io, Ol'llulw y Al'ciniega
»hacer cuanto puede satisfacel' Sil inhumlluillad y sus torpe'!
))sentimielllos. En vano los 11181vados intl'igantes propalan
))voces de transaccioll, (lile JW }ilWt!f? haúer ja))/(ís entre
»)dos partidos tl/n opuestos eH jJrincipias. Sea constanle-
))Illellte vuestra rlivi;;a el rey y la relig/an. Triuufar, ó mo-
Hil' con las al'mas en la mano.»


A esta proclama dirigilla á sus soldados con fecha de 23
de jlllio, klhia preeedido (el 20) Ulla cal'la dirigida ni como-
doro de hi nWl'ina iJl'it:llliea, lord Joll11 Huy (1) con quicn
ya eslaba pOI' medio de terceras personas en relaciones para
la nq,ociacion , (Iucjúnt!ose en los mismos t(~rminos en que
en la pl'oe13nw lo baeia, de la cOllllueta de los gellerales de
la reina, y pidicmlole \lna ellll'e,ista-~(Deseo, (eonlesluba
))e1 lonl ingles .i esta carta cn otra del 2'1) filie la entre v ista
»tenga Illgar tan luego como fuere posible, y me pal'eee nli-
))ravalles 6 AlTigorriaga punto á ¡JI'opósito para el efecto.
»V. dl>signarú el dia y la hol'a Ú que POlJ¡,Ú concul'l'il'. Il


A lodo esto, Leon, l'egl'esado de sus devastadoras ex-
cllI'sioncs, se hallaba de lluevo en los Arcos; Elio estaba
en Al'I'oniz, Esparteró e1l AnulITio, ,\broto en L1odio y don
Cúl'los con su corte en Oüate. De la anómala situacion en


(-1) Véase apéndice número H al fin del tomo.




224 ANALES DE ISABEL 11.
que, merced á la diveJ'sidad de circunstancias (Iue I'odea-
ban á cada uno, se hallaban lodos, debía sel' efeclo un ar-
ranque belicoso ó un al'misticio pacificadol'. A pesar de
las" razones (Iue habia pal'a augural' de todo aquello
un desenlace feliz en este último sentido, podiase descolllhu'
de obtenerlo al ver la irritacion de que, en medio del ean-
sancio de la luchn, se mostt'aban todavia poseidos unos COII-
1I'a otros los partidarios de ambos bandos. A la luz de los
incendios de las mieses, mal se podian COl'mular las bases
de cualquiera capitulacion; pOI' órden de la junta cal'lista de
Navarra eran embargados los diezmos que por via de con-
tribueion pagaban los labl'adores, y a los cUI'a<> pál'roCOS se
les imponia una de cuatrocientos mill'ealcs, El comandante
general Elio condenaba á trabajar en las fOl'tificaciones de
UI'dax á trescientos infelices á quienes no se imputaba mas
crimen que el de ser padl'es de otros lantos dcsel'tol'cs, que
se habiaul'efugiado tÍ fl'ancia, y en Lesaea tenia en I'e\tenes,
hasta que se Iwesenlasen sus hijos, un númel'o considCl'able
de mugeres. De las filas de Leon y de las de E~partel'O pa-
sahan allllisll10 tiempo muchos homlll'es a las de los carlis-
tas, y en virtud de ól'den espedida por el último de estos
generales ell Amul'rio á 28 de julio, se pl'ocedia al emlwl'go
de los bienes y a la internacion de las familias de los cal'-
listas al'lnados. En los movimienlos de Mal'oto, en tln, exis-
tia, a pe~al' del tono calculadamente afedado de sus comu-
nicaciones, una indecision hija de la supcrioridad <¡ue, para
el caso de haber de venir á las manos, l'ceoIlocia á Espal'te-
ro desde la invasioll del tCl'I'itorio cal'lista pOI' las tropas de
la reina. En guerra á la vez con los constitucionales, filie
cada dia ganaban mas terreno, y con los apostólicos, cuyo




LlBRO IlECIMO OCTAVO. 225
Mio al hando moderado se acrecentaba pOI' momentos, hallá-
base a la sazon Marolo en la situaeion mas contradictoria y
mas apurada del mUIH!o. Fluctuando enlrc la ll'ansaccion y
la resistencia, ora negociaba COIl lol'(} John Hay arreglos y
cntrevistas, ora lanzaba proclamas prodigando á los cl'istinos
los mas duros epitetos y negando hasta la posibilidad de
pacto alguno con ellos.


Para senllu., sin embargo, las bases de ulla que se me-
diLaba, salió lord John Hay de Bilhao en la madrugada del
27 de julio acompañado del cOI'ollel Parke de la marina real
inglesa y de otl'O, ofiCIales de la misma nacion, con ulla es-
colia de caballel'ia cl'istina f(Ue los siguió hasta el Puente
Nuevo, tI cuyo lado opueslo encollll'Ul'OIl á dos oficiales de
Maroto ql~e con dos lancel'os los estaban agual'dando. Otl'O
tanto hacia n Mal'oLo y el gcncl'al don Simon LatolTc en una
Cilsa dOlllle deLia lenel' lugat, la confel'encia. En ella lomó
Maroto la palabl'a, quejúndose de los actos )'ccientes de de-
vastacion cometidos por los el'islinos, y manifestando que,
si Lien deseaba la paz, conlaba con recursos para soslenel'
la guerra y la sostendria siempre que para su cOllclusioll 110
se cstllhleciesen bases. que el pudiese decorosamente acep •
131'. Contestóle lord Johll lIay que las designase él mismo y
he aqui las que propu\lo ~IaI'oto:


1.. AI'misticio en el distl'ito de su mando.
2." Que del te!Titorio español saliesen simultáneamente


la reina Gobernadora y don Clidos.
a.o Casamiento de la reina Isahel con el hijo del Pl'e-


teml iente.
4. o Córtes por estamentos.
5." Amnistía gencl'al y completa,


TOMO VI. 15




226 ANALES DE ISABEL lI.
ti. o Asegural' la suerte de los gefes del ejército.
7.° Conservacion de los fueros de las pI'ovincías vas-


congadas.
De estas condiciones haLia algunas inaceptables, yasi


se lo manifestó fr'aneamente á ~{aroto el negociadol' inglés;
-{e pues bien (replicó el carlislo) que el gobierno me con-
llceda condiciones que mi hOllOl' me permita aceptal', y me
))someteré. ))


Esta entl'evista duró tres hOI'as, y terminada que fué,
comieron juntos el general inglés y sus acompaliantes con
Maroto, Simon la Tone, AI'izoga, auditor general del ejér-
cito, el coronel don Manuel Toledo y algunos oficiales de
estado mayor. El comodoro inglés dirigió inmediatamente tI
Lóndres, por el vapor Cometa de Bilbao, un pliego cerra-
do con las bases del convenio que tl'ataba de llevUl' á cabo.


A todo esto Espal'tel'O continuaba en Ammrio, y)1aro-
to, de regreso de Miravalles, des pues de llevar accidental-
mente su cuurtel general á Arela, y desde este punto á
Orozco , volvia á estableceJ'lo en L1odio, en tanto que don
Carlos permanecia en Oliate. Nadie, en tal conflicto de in-
tereses opuestos, próximos á fundirse en uno general, sa-
bia a que atenerse con visos de seguridad ó prohabilida-
des de aciel'to, Los últimos pasos dados pOI' Esparte¡'o y
Mal'oto revelahan desconfianza en el éxito de las negocia-
ciones entabladas, !'e@e]os y vacilacion. El horizonte, sohre
todo pal'a los cal'listas, se presentaba cargado de nubes y
amenazando tOI'mentas, y el mes de julio tocaba á su tér-
mino sin un hecho de tlI'lllas decisivo. La perplejidad de
Mal'oto podia, por otra parte, dar márgen en el campo
carlista á nuevas complicaciones, y estas abrir á Espartero




UBfW DECnIO Or.TAVO. 227
el camino al COl'aZOIl dc las I)['ovincias vasco-navarras. La
fI'3ns3ccion er'3 , pues, cuestion de vida ó muerte par'a el
caudillo c3disla.


El dia 3 de agosto, el gencral Espartel'o, (Ine permane-
cía en Amur'I'jo, hizo, acompañado de sus ayudantes y su
escolta, uua salida con el objeto de l'eCOl'rel' las fOI'tifieacio-
ncs de AI'cinicga y dc rcvistar la línca rlue desde Vitoria se
habia propuesto estableccl' hasta Bilbao. Su intento, obl'an-
do asi, era estrechar' el circul() de accion del enemigo, y
demostl'ar que la pasada apatía de que le habian acusado
no hahía sido otl'a cosa <¡ue un buen cálculo militar. El dia 8
emprcndió su movimiento desde Amul'rio con direceion á
Vitoria, pcmoctaudo cn 'fUl'guia con todas sus tropas; pel'o,
situado el comanuante general carlista Alzáa por ól'dcn de
Marolo en el dcsliladcl'o de Altllbe para oponerse tí su pa-
so, dispuso le hostigasen algunas guerrillas, las cuales,
sin embargo, rcplegándose luego, le dejaron libre cl paso
hasta Vitoria, á donde llegó al dia siguiente. Las tl'opas de
la reina que operaban á las inmediatas órdenes de Esparte-
ro y que se acantonal'on á las inmediaciones de esta ciu ~
dad, se componian de vcinte y dos batallones, cuarenta y
dos piezas de artillería dc á lomo y I'odadas de todos ca-
libres, yel I'egimicnto de húsares de la princesa.


El paso del gcnel'al en gefe de las tropas de la I'eina por
Altube sin mas l'csisleucia que la escasa que podian opo-
nerle las tropas de 1lzáa fué para los ea"'islas una nueva
ocasion de alarma y un nuevo motivo de acusacion contra
Maroto, á quien no habia ya nadie r¡ue no considerase como
iniciado en los mistel'iosos pormenores de la h'unsaccion.
Sobre ella, en efecto, y por aquellos dias le escribió &par~




228 ANALES DE ISAlIEL JI.
tero mandillludole ullas uases qu~ éll'ccibió en momentos en
que, de vuelta de su cspedicion Í\ I'cconoccl' la linea de fuel'·
tes estahlecida deslle Ül'ozeo Ú las inlllcdi¡wiones de Amul'I'io
y de fortific:.Il' á Al'eta y oh'os puuLos COIllUI'cunos, se hallaba
en Villareal de Alava. Mal'Oto, que como dijo un escrito¡'
de aquellos tien1pos, mil'aba con un ojo á los apostólicos y
con el ot¡'O á Espal'tel'o, no encontraba salida ventajosa a
su difícil posicion; pues-«Í\ tnl es tremo (decia él mismo en
su folleto que COIl el tí lulo de Vindicacion del ,r¡eneral
Alarofo, publicó pOI' aquellos dias), á tal estremo.llegó In
»indignacion de los naval'I'OS, que me provocaron á que em-
)¡prendiese la guel'l'n á muerte, »-«Enlonees (pl'Osigue) re-
»c\ame con energía y pOI' difel'elltes veces al gefe de las tro-
»pas de la reina contra tan estel'minadora conducta; pero
»como las mil'ns de Espartero y las lId gobiel'llo de Madl'id
»no eran en aquella época para aCOl'dm' tanto como yo que-
)JI'ia exigil', proeUl'aron naturalmente atropellm'me, com-
»promete¡'me y hnsta descollcertarme,)¡


De esta venlad em lamentahle ejemplo la conducta oh·
sel'vada por los genel'ales Lean y Elio en los Gllmpos de Na-
val'l'a. El rigol' de las medidas que, pOI' ó¡'den espresa de
Espa¡'tel'o, llevaba ú efecto Lean, conlI'astaba singulal'l1lell-
te con la impasibilillad de Elio, qllC cm la espl'esioll de las
miras de Mal'Oto, EI1 0, Lean, con su cuartel genel'al ocu-
paba el pueblo de Aoiz, y sus tl'opas, compuestas de dicz y
ocho batallones con su cOl'I'espolldicnte al'tillcl'ia, se acan-
tonaban en los pueblos de UI'I'OZ, VillaallJa y oh'os inmedia-
tos, con el reconocido intento de establecer su línea desde
Pamplona:'¡ ValcarIos, cstl'cchando, como lo hacia Esparte-
ro, el circulo de accion de los carlistas, ú medida flue les




UBRO DEC[~W OCTA~'O. 229
iba conquistando su tel'ritol'io. El comandante general Elio
fijos los ojos en Estella, pOI' cuya consel'vacion velaba sin,
descanso, recorria las fortificaciones de esta poblacion y de
las inmediatas, y se Iwepal'uba á reconcentral' sus tl'opas en
la Roda. A estc efecto ol'denó que Zal'atieglli, con 10:- bata-
llones S. o 7. 0 y 8. 0 de NavalTa pasase el valle de Echal'ri;
y, con los batallones 2.0 3. o Y 6. 0 , situóse el en el valle de
la Solana para desde alli observal' cómodamente los movi-
mientos de Leon, y oponel'se en lo posible ~\ las medidas de
destruccion que, con arre310 á la consigna de su geneml en
gefe, estaba llevando it caLo aquel.


De este modo, acogidos con avidez los pI'onósticos de
los apostólicos, hizose entl'e lo~ carlistas tan general como
ruidosa la escision. Alal'mados los navarros de la illdecision
de ~Iaroto, y convencidos de flue, sin tomal' parte en ella,
estaban siendo ohjeto ue una negociacion con el enemigo,
que entretanto inccIllliaha sus hog31'es y deportaba sus fa-
milias , agitit¡'onsc en tél'minos que pel'diel'on la subol'dina-
cion, y apelando á la violencia prollloyiel'on un motin. Mas
este motín, lejos dc cOll!t'U\'iar' las mil'as de Mal'oto, vino á
favorecerlas singulal'mente acelerando el desenlace de la
tl'ansaccion, y como consecuencia de ella el hundimiento del
poder y hasta de las cspel'anzas de don Cúrlos.


El 9 ue agosto, pues, eI5." batallon de Navarra quese
hallaha acantonado en Etulain, marchó al valle de Bastan,
mandado por el capitan (Ion José Sueseun y otros ¡,eis ofi-
ciales, y á los gl'itos viva el rey, muera iI/aroto y viva el
obispo de Lean, se dirigió á Elizondo, cuyo gobernadol', ad-
vertido á tiempo, le cerro las puertas de esta plaza. Frustra-
da esta tentativa, tomaron los sublevados el camino de




230 ANALES DE ISABEl. Il.
Echarlar, yde alli el de V m'u, en cnyo 1l':'lllsito se les agrega-
ron varios apostólicos procedentes ue Frunciu, Lo propio
que en Elizondo, sucedió en Vera; pel'o uqlli no pudo el go-
bemador de la plaza impedir su entruda ú los sublevados,
habiendo su gUUl'llicion, compuesta de una compaüja del 11. o
batallan de Navurl'a, f['aterllizado con el 5." y héchose am-
bos dueños de la pohlacion. Pal'a ahogal' ell su orígen estos
ensayos de insurreccion, pusiéronse en movimiento y adop-
taron medidas enérgicas algullos gcfes cadistas 1 pero, al
paso que el brigadie¡' carlista Izarbe, con cuatro compañías
del 7." de Navarra, emprendia Sil marcha en persecucion de
los sublevados, y que con igual objeto llegaban á Elizon-
do dos oompañías del 9. 0 al mando de Elio, el comandante
carlista de aquella Hne,¡, en vez de auxiliar á Vera, se: encer-
ró en Urdax, inutilizando de esta manera los movimientos
combinados de aquellos dos gefes. Parte tambien del 6. o
batallan de Navarra, atI'avesando en la noche del 11 el tel'-
ritorio que desde el valle de Eeharl'i se estiende hasta Vera,
se unió con las cuatro compañías existentes en esta villa, y
formando cuerpo con ellas, llegaron entre unos y otros á
completar el númc¡'o de quinientos homb¡'cs, Los batallo-
nes 3.° 10 Y 12 de Navarra siguieron el mismo ejemplo que
el 5.° sublevándose contra Mal'oto, y e15.0 de GuiplÍzcoa
que al mando de 10el'O, ocupaba la línea de Vera á Oyar-
zuo, se declal'ó tambien en el mismo sentido. A la cabeza
de este movimiento se habian puesto el canónigo Echevar-
ría, don Basilio Garda y Aguil'l'c, y ell él desde el pl'inci-
pio se hallaban complicados el obispo de Leon, Arias Te-
jeiro, Lamas Pardo, y otros del parti,l\) apostólico des-
tenados en Francia.




LIBRO DECUlO OCTAVO. 231
Zaratiegui, que, colocado en el valle de Echarri, fué el


primero fIue a este movimiento se opuso, dirigió a los bas-
tancses el mismo dia 9 de agosto una lwoclama estimulán-
dolos á la union, apellidando á los sublevados-(miserable.~
»volllntarios q/le, seducidos pOI' un infame, habían aban-
»donado las filas de la lealtad !! el campo de la gloria
»para cnbrirse de la i,r¡nominia y de la vergllenza de los
»traidores.)


Maroto, no bien tuvo noticia de las ocurrencias de Vera,
dirigió á Elio las órdenes conducentes a sofocar la rebelion,
comisionando desde luego á su segundo el conde \ie Negri,
para que á don eltrlos, que a la sazon se hallaba en Tolos3,
hiciese presente cuán deplorables podian ser bs consecuen-
cias de estos desórdenes. V cl'ificóse la entrevista e110; mas
de ella ó de lo (Iue en ella se dijo poco satisfecho el repre-
sentante de ~laroto, dirigióse de nuevo al dia siguiente eon
dos batallones al alojamiento de don Cárlos, é insistió, como
ya en la pl'imcra entrevista lo habia hecho, en que se de-
clarase a los amotinados que S. M. habia procedido en to-
dos sus actos con la mayol' independencia. Con esto, regresó
el conde de Neg¡'i al cuartel general. El mismo día 11,
don Cárlos, ora accediese en esta pal'te á solicitaciones de
}1aroto, ora solo le moviese á ello el deseo de enterarse y
juzgar poI' sí mismo del espÍl'itu de sus tropas, salió de '1'0-
losa con toda su familia, y el 12, despues de dejar á la prin-
cesa de Beira, su esposa, y a su primogénito don Cárlos en
Goizueta, llegó, en compaüía de su~miIlistro de la Guerra y
con su escolta, a Lesaca, el mismo dia en que pOI' distinto
rumbo lo hacia su teniente Elio. Al pasar don Carlos por tas
calles de~ pueblo, salieron de las lilas de Sls smdad(llS gri-




232 ANALES DE ISABEL 11.
tos de viva elt'ey, muera jlaroto; pero don Cárlos cedien-
do á las instancias y acaso tambien á las amenazas de su
general, escribió al canónigo Echevarria y al gencl'al Gar-
cía (don Basilio) de quienes el'a cómplice en la insurrec-
cion de Vera, exhol'tándolos á I'cconciliarse cntre sí y á .
reunir su influjo y sus esfuerzos para apaciguar á los su-
bevados. Contra estos, frustrado cl plan de (¡ue habian si-
do instrumentos y pudieron muy bicn sel' víctimas, fulminó
don Cál'los un tClTible d~creto, y eontra estas mcuidas del
débil é inconsecuente príncipc, protestaban á su vez los
apostólicos declarando que no ucjat'ian las armas íntcrin
continuase cll'cy rodeado de tl'3idores.


El 13 llamó don Cárlos por medio del vicario de Lesa-
ea á Echeval'ría; el cual, despues de una larga conferencia,
pasó á Vera con la intencion de apacigual' á los amotinados,
como efectivamente lo consiguió. P"onto, empero, cambió
de resolucion; y, bien que Elio, con cinco compañías guipuz-
coanas, cnatro del 7.(1 batallon de Navart'a. dos :lel 9. 0 y
parte del 11, se hallase l1l'cpal'ado y I'esuelto á estorbar
toda tentativa del mismo género, volvió el díscolo cura á
ponerse (el 14) á la cabeza de los sublevados, y con ello á
comprometel' á don Cárlos , abandonándole, solo y sin re-
cursos, entre el despecho de Maroto y cl fatal desmembra-
miento de sus tl'opas. Afligi1lo, desalentado, tomó el prín-
cipe otra vez el camino de Goizueta; alli se rcunió con la
pl'incesa de Beil'a y juntos se dirigieron los dos esposos á
Tolosa, el dia 26.


Estos b,'uscos é incesantes movimientos de don Cádos
sembl'aban la alarma enlI'e sus partidarios. Las sospechas
servian de fundamento á los cálculos mas gratuitos. Dc pu-




LInRO DECmO OCTAVO. 233
blico se decia que don Cál'los continuaba prisIOnero cntre
las gen les de Marola, y que, para ir á Lesaca, habia teni-
do f/ue dejal' en rehenes it la princesa de Beira y ü su hijo
en Goizueta. Cual decia que, para <ltraer á su causa al in-
fante (Jan Sebasthlll, trataban los sublcvados de proclamar-
le l'('genle; ellal que, habiéndosele presentado en Le~aca
algunos batallones, les habia el ya mal parado rey dil'igido
estas palabras:-((Voluntarios: vengo á guarecerme cnlre
»vosotros. Los generales nos venden, todos me son infie-
»le5. Tengo la Pl'ueha de ello en mi potler. Heconaced á mi
»)hijo el príncipe de AstUl'ias como á gelleraJisimo de mis
»ejércitos. »


El infante don Sebastian mm'chaba entl'elanto precipi-
tadamente a Le(lUeitio, y los amotinados de Lesaca, á pe-
sar de los esfuerzos flue pOI' calmarlos hacia Elio, reclama-
han la i1ldependiente presencia de don Cál'los en Estella.
Todo, en fin, era incel'tidllmbre, todo agitacion en las pro-
vincias donde poco hú no habia mas voluntad ni mas ense-
ña que la de don Cál'los.
~Iienlras, distraidas lle su objeto principal las tropas de


este príncipe, desuniuas entre sí por odios y rivalidades, y
á punto casi de ycnir á las manos unas con otras, gastaban
la fllel'za que tenian en perder la que les quedaba, Espar-
tero, emprendiendo de nuevo sus inclll'siones, llegaba á la
línea que tenia Mal'olo formada sobre Villa real de Alava, y
en esle pueblo, y en los de Salinas, Ochandiano y otros
contiguos, acampa han el dia 12 de agosto las tropas de la
I'eina. El H, a\'iStal'OnSe ellas con las de ~Iaroto, (Iue en
númel'o dc cinco batallones, ocupaban las líneas y los para-
petos, en tanto que el !)l'Ueso de la infantería se mantenia




234. ANALES DE ISABEL 11.
en los puntos de la alta cordillera de Arlaban , y que seis
escuadl'ones, puestos en obsel'vacion tÍ ciel'ta distancia de
aUi, amagaban el flanco derecho de los constitucionales. ~\I
presentarse cstos, farmacias en columnas paI'alelas al pie
de aquellas \1osicioues muy fl\erles ya IlO\' si, y bien defen-
didas ademas por numcrosa artillería, ordenó Espartcl'O
que dos haterías de obuses de á lomo, protegidas pOI' seis
compañías de cazadores marchasen con la columna de Zur-
bano, mandada, á la sazon, no hallándose todavía este gefe
restablecido de sus heridas, por don Bernal'do de Echaluce,
gobernadol' dc Vitol'ia, Colocados los eon~titueionales en el
primer estribo de la eordillel'a , y dada la señal de ataque,
emprendiéronlo con al'dor, no obstante el fuego de las bate-
terias y la escalwosidad del terreno. A poco abandonamll
los carlistas las líneas de los pari:\petos de la primcra (tasi.
cion, y, flanqueado ya el pueblo de Villarcal, sobre el cual,
deMe el camino y los altos que lo rodean, hacia fuego otm
balería rodada, rcplegúl'onse sus defellsol'es, por órtlcn de
su general cn gefe, húcia las eminencias de la izquierda,
formando la segunda Iinca en la pal'te mas alta de ellas.
Embisliólos Espartel'o ti la cabeza de su cual'lcl genel'al y
de su eseolta, y obligólos, á pcsar del ardor con f(llC resis-
tieron el primer empuje, á ponel'se en rctirada hácia la COI'-
dillera de Arlaban y las montaíias de :\.I'amayoua. Dlleño
Espartero de las posicioncs, y no pl'eviemlo cn cllas ataques
del enemigo, slIspenllió por de pronto la persecllcion para
dar descanso á sus tropas. El 16, pues, estableció su cuar-
tel general en U.'bina, y su ejél'cito ocupó á ViIlareal de
Alava y otros pueblos circunvecinos.


Entonces y allí, para la eelebracion del convenio, menu-




LliIllO DF:CmO OCTAVO. 235
dearon las entrevistas y se activaron las conferencias. El17
se pl'esentó á Espartero el urigadiel' carlista l\Iartinez, en-
viado por 1\1aroto , y , el 18 , pasó el brigadier Zavala por
órden de aquel gefe y en calidad de pal'lamenta¡'io al cnar-
lel general cflrlistfl. Uno y olI'O lIevab.an pOI' mision I)['csen-
tal' las bases del convenio, que, aunque sujeto todavía en
cuanto á la fOl'lna á eventualidades y conflictos, estaban
ambos caudillos confOI'mes en llevar á cabo.


El l'esultado de las últimas opel'acioncs de Espartero,
los tI'iunfos recietltemcllte ohtenidos en VilIareal de Alava,
y la ocupacion de oll'os varios puntos de no menor impor-
tancia abandonados por las guarniciones carlistas, dieron á
entender á los verdaderos y comprometidos defensores de
la causa de don Cárlos , que á hundirla iban muy cn breve
las gestiones de ~broto. Con esto volvieron á exasperarse
los ánimos, y á las procJflmas de la junta carlista declaran-
do traidor á Marolo (1) siguieron muchas sublevaciones que
desde Guetariu dirigía y fomentaba el obispo de Leon , y
cuyo eco resonó en los pllcblo5 de Vel'a , Elizondo, Zugar-
ramurdi y Urdax.


En Lesaca donde, en ohservacion de los sublevados se
hallaba Elio, ,'ino (el 15) á reunil'sele don eu'los y á au-
mentar con su pl'esencia el desórden y los peligros de
aquella grave situa'.?ion. Asi lo comprendió Elio , y con el
objeto de calmar los ánimos y reducir los sublevados á la
obediencia, tomó, llevándose consigo al Pretendiente, la rula
del Bastan, y de alli la de Santistehan donde pcrnoctaron
Jos dos. En este último pueblo revistó don Cádos las tropas
de la division guipuzcoana, que estaba á las órdenes de Za-


(f) Véase apéndice número 12 al fin del tomo.




236 ANALES DE ISABEL U.
ratiegui, y deseando esplorar pOI' si mismo las disposicio-
nes en que se hallaban, les dirigió varias preguntus, de cu-
ya contcslacion qucdó poco satisfecho. Disimulando lo me-
jO!' que pudo su irrilacion y su inquietud, marchó el16 ti
Tolosa, y.dc alli salió con direccion al cuartel gencl'al dc
~Iaroto. Este que, dominado por la idea de la proyectada
transaccion, se hallaba con catol'ce hatallonl~s y seis cscua-
drones acantonados cn Salinas, Anoyahe y sus cercanías
en observacion de Espartero, situado en Urbina de~de la
accion de Villareal de Alava , seguia con estc gene mi sus
negociaciones que pOI' aqueilos dias se hallaban ya muy
adelantadas, si no definitivamente arI'egladas aun. Adverti-
do pOI' olra parte de las últimas ocu1'l'encias de Vera y Le--
saca, y del incremento que pOI' toda Navarra iba tomando
la insm-J"cccion de quc cl'eia cómplice ti don Cú"'os, y poco
menos ti Zal'atiegui y Elío, entregó (el 1R) e! mando de las
teopas á su segundo el conde de Negl'i, y salió de Sll cuar-
tel genel'al de Salinas acompaüado de una division de seis
batallones y tl'es escuadrones, escogidos entl'e los de su
confianza, con dil'eccion á Lesaca pasando por Mondl'agon,
resuelto, segun dijo, á castigal' ejemplal'luentc á los insur-
rectos.


A su llegada á Villarcal de Zumarraga, cncontróse COIl
¡JOII Cádos que se ¡Jirigia á Salinas, y que ordenándole le
acompañase, le manifestó que tenia que conferencial' con
él sin pérdida de tiempo. J>Ial'oto, no sin mucha vacilacion
en decidil'se á ello, se unió á la comitiva ele! pdncipe, y de
ello tUYO Lien pronto ocasion de aI'l'epcnlil'se, cuando, por
las preguutas de dOIl Ciu'los y pOI' el vivo intet'es que este
mostmba en recogel' datos sobre la colocacioIl y el estado




LInRO DECmO OCTAVO. 237
de sus tropas, comprendió, ú sospechó ú lo menos el ob-
jeto de su H'nida. A1armallo de Vel'se clltl'e enemigos, pl'e-
testó la neccsidad de il' Ú dat' algunas órdenes ú los batallo-
nes de su mando, y abandonando alli la comitiva, tnat'chó-
se con solo un ayudante hacia los sitios donde tenia aC~H1-
tonadas sus fuerzas. Don GIl'los, que las suponia poco dis-
latltcs de alli, se adelantó para avistadas hasta la cuesta dc
Drscarga, y no viendo tales tl'opas ni ú su genct'al, se volvió
confuso y I'eceloso á Villareal de ZumalTaga (1).


(1) lIe aqui en qué términos 8"plica este hecho ~Iaroto en las !I!e-
morws (Iue Jió á luz con el titulo de Yindicacion.


"DolI Cúrlos ib,l Hcompaiíado ,le toda su escolta. compuestn de hOIll-
bres furibundos, cuyos semblantes 110 podian ocultar las siniestras in-
tenciones 'luo llevaban contra la víctima que poco il poco intentaban
se[Jarar de sus adictos; pero. guiándome por un nnpulso de mi Cllrazon
y ayu,lándome la serenidad que me inspiraba mi tranquila coucicncia,
y qlle me bizo VOl' mas allá de los que contra mi vida maquinaban, di-
je de repente al príncipe, que inl11cuialamenle volveria á su lado. pues
teni,l antes que dJr órdcnc;; á los batallones que permanecian furma-
dus para ,e¡;uir la marcha: volvi grupa á mi caba:lu y sali de entre los
(¡tI e tan cándi'Jamente me creian engaiíado, Sorprcndiúse don C:íl'lllS
y los individuos de su e~colta de tan repentina rcsolucion. que me li-
bró realmenle de una calástrofe cuyo pcnsdmicnto tenian, y lo ,'í con-
firmado cuando ccharon m:loo de sus cS[ladas é hicieron ademan de
dirigirse á rni alcancc, Iba yo sole CUllllU ayndante, v hubiel'J cUlllcti-
UD el ultimo desacierto de mi vida ,.:iguiendo :'1 don C:'Idos, que se Ila-
bi~ propue,to alejarme de mi divi,sion, mandarme prender pUl' su es-
colla y fusilarme infaliblemente en el acto, para lo cual hl vei~l con la
J'l',;olucion que tantas veces le faltaril.


)) y n~da cxngero; lo sabia por uno de los mismos que acom[laiíaban
al principe y que asistió al consejo que sobrc dichos particulares se
lwbia celebrarlo. el cU<llmc lo refirio en EIl:uet:1 ....


))EI sec['etal'io de la Guerra, tan luego como Ilc"ó con don C¡¡rIO'; ¡\
Villarüal, pasó á verme de su árden, ya'(lllC no me ~dhia yo prcscntu-
¡Jo Ú su anterior lIarrwmicnto por hallarme enfermo, y qui,o darme
al!innas satisfaccione;:, de 'luc me desontendi , conUlstánuole COI! las
'lile en ton cl'lti,~os momentos creí necesarias, Hepitió el principe sus
instancias para que pasase á verlc, y comu totlavía contaba con bas-
tJote presti,!jio en el soldado , ¡]ClHIí á la visita, pero de un modo que
marcaba bien la dcs~feccion 'lile ya tpllia por la Clu,;a que tantos sin-
sabores me habia costado, Me afeité el bigote. uej~ en mi ca,a la espa-
da, y sin la menor insignia militar fui á verle .....


"Llegado que hube á 13 preseucia ue don Cárlos, le hablé del objeto




238 ANALES IIE ISABEL Il.


En Vel'a á todo esto, iba, á pesal' de los esfuerzos de
Elio, creciendo la insurreccion; y en Navarl'a, lo mismo
que en las tres Provincias Vascongadas, continuaban las
tl'Opas de la reina estrechando por momentos la linea de
circunvalacion del terJ'itorio en que se agitaban los partida-
rios de don Carlos. Aprovechando la desunion que en él
reinaba, disponíase el general Leon á emprender de nuevo
las hostilidades, y á este efecto, lomó con ocho batallones é
igual número de escuadl'ones la direccion de Larl'aga y Le-
rm.


Desde Pamplona, donde á la sazon se hallaba, dirigióse
Zaratiegui, con algunas compañías del 3.° y del 6.° de Na-
van'a y parte de una de Cantabl'ia , al valle de la Solana,
con el reconocido y casi esclusivo intento de observar á
Leon. Mas éste, siguiendo su mal'cha, salió de Lerin en la
maftana del 18, Y al ft'ellle de su columna se encaminó á
los pueblos de AUo y DicasliUo, que sin esfuel'zo ocupó,
obligando á Zaratiegui, temel'oso de algun movimiento so-
bre Estella , á replegarse á esta poblacion con \a mayor


que me habia propuesto cuando marchaba á la frontera, á cuyo plan
se opuso cuando volví á inslarle para que continuase, á lo que m'l
aseguró que la sublevacion se babia ya terminudo y EchevarriiJ re¡;(re-
sado á Francia, cual lo acreditaba el que al siguiente dia esperaba á
los ayudantes de lo,; CLlerpOS sublevados para tomar l'ls órdencs • y
que se les seiíalase punto donde dirigirse. Sensible es decir que todo
esto no tendia á otra cosa que á ilusionarme y á provocarme tambien
á una violenta determinacioll, pO['f!Ue no ignoraba yo todo lo contrario:
y si efectivamente llegaron al siguiente dia los mencionados ayudan-
tes, no era con otro objeto que el de informarse si babia tenido IUllar
mi sentcncia de muerte que les babia prometido.


"Disimulé lo mejor que pude la amargura de mi eorazon al ver la
dob)ez, con que se me trataba, y reflexionando que don Cárlos no acce-
derla a que fuese en contra de los sublevaríos , renuncié terminante-
mente el mando, y pedí permiso al príncipe para retirarme al estran-
gero. Tal fué mi decidida dcterminacion que me propuse llevar á cabo
CQn ~odas mi. f\lerzasj pero, PQr una de las muchas ¡iU81.11addades y




UJJRO DEcrl\IO OCTAVO. 239
pal'te de sus fuerzas) y á eoloeal' en sus ruedos algunos
batallones que observasen al enemigo. Constante éste en ~us
planes de ruina y devastaeion, mandó entre tauto ::el 19)
incendiar á ;\110 y J)icastillo; y, hecho esto, pronunció su
retil'acla en dircecion dc Lel'in , Con únimo de pasar el 20
{¡ Lúrl'aga, y de l'cconcentl'ar alli, como cl22 lo hizo, todas
las fuerzas dc su mando, á cscepeion de algunos batallo-
ncs (Iue, con el objeto (le Ill'epal'al'se á nuevas operaciones,
destacó á Puenle In H€ina.


Mientras esto hacia en Naval'l'a el genet'al don niego
Lean, los de igual elase ,\ reeha vala y CasLaüeda, al fren-
le de uoa columna de lres mil y quinientos hombres, salida
de Bilhao con Sil corl'espondiente dotacioll de ,ll'til!eI'Ía y de
ingenicl'os, luvo en ZOl'l1oza y Galdúcano un encuentl'o con
cinco batallones carlistas flue, mandados por Simon Lato\'\'e
y CastO\' Andéehaga, intentaron oponél'sele. Heehazado5, em-
pero, por los de la reina, hubieron estos batallones de pl'O-
nuneial' cn scguida su l'ctil'ada y volverse á sus atrinche-
ramientos. Dueüos lo~ dos genel'ales cristinos de Zornoza


anom81íns r¡l1l' se habr:i tenido Iysar de observar en el caraeter de di-
cho ,dior, no solo no me adlllllw la renunCIa, nesandome el pernnso
de pasar al estraLli!ero, sino que tambicn me diJO qlle tenia en mí la
mayor confianza. y' ann me reconvino de que qui,;iera abandonarle. Es-
to era rapaz de Ira ,tornar In cabeza lIH'.Jor oq~alllzada..... . ..


"En ,llJuella noche estuve tentado de e.ler,utar con torlos los IndIVI-
duos '11lC ,;('¡mia n el re" 1 de Jon Cirios, lo lIlismo que.cllos habian que-
rido har.el' conmigo, y hasta procure sondear baJO diferentes pretestos
el ánimo de los gdes para lo que podía contar COIl algullos. .


» t: na rc<;olucion Jlodia YO haber aceptado en jales CIrcunstancIas, b
de la fuga: pero para llevada á cabo, necesitaba haber vuelto ú nacer
y recibir otros sentimiento":. . ., .


E,;la COllslderaclOLl me hiZO resignarme, volViendo al ejercito con
don C,írlos, y entonces mandé, Y se verificó, la ocupacion de algun33
posiciones con ánimo I'esuelto de atacar á Espartero. • . . • •
: . . . • • t .... t •• I ••• • •




24.0 ANALES DE ISAlJEL 11.
y Galdácano, pl'Osiguicl'on su marcha til'otc''¡n(lose, <-hu'an-
te bucna parte de clla con los eal'!istas, que cn la alta COI'-
diHcl'U dc ~ ucstra SciíOl'U del y Cl'mo, se hallaban en posi-
cion. Los flue fOl'lluban la linea cal'lisla de Vizeaya , los
fucl'tes Icvantados cn AI'acaldo y Al'eta, Sil inmensa artillcría,
los cartuelllls, vívere, y pertl'~chos ,le guel'l'a tic tuda da-
se guul',hdo; y existentes alli, c,Iyel'oll succsivamellte en
poder de los cl'istinos.


Con esto se vicron las flICI'zas de Latorrc y Castor ohli-
gadas a tlesistil' tic su cmpl'csa y ú alejal'sc dc DUl'au¡)o,
punto csteatégico tic la mayol' importancia, cuya Pl'otcceion
les estaba encomelldada, y ti. intcl'llal'Se húeia la costa, don-
uc qucdaban imposibilitados dc crnpr(~lldel' opcracion al-
guna. PUI'a f/Ilital'les toda comunieacioll con las Eneal'la-
ciones y embarazal' mas y mas sus movimientos, poscsio-
náronse las divisiollC5 de Caslaüetla y Al'echarala de los
\mebtos 111', Sa.\\ ~\ig\\d ~\(', Ba.s1\ri, Anigo\'\'iag',\, ~~ira'\a\\es,
Al'ralllluriaga, Meta y L!odio.


La noticia de que, á consecuencia <-le la sublevacion (lc
y cra, ~Ial'oto, deslllembrando sus fucrza;;, babia marchado
con algunas húcia el Rastan, eslimulú ú Espartero ú em-
prendel' un atarlue decisivo contra las f¡lIe Ú su frcntc I(!-
nia. Dejando, pues, pOI' el momento su cuartel l)l'lIcl'al de
el'billa, y PCl'll'cchado con nuevo tl'en de batit' , pl'onunció
el 20, pOI' Ochandiano, su movimiellto sobre el imporlallte
fucrte de San Antonio de Gr«uiola, gltal'uecido Ú la sazon
por las Il\ejol'es tropas de ,raroto, pllcsta~ pOI' esle genel'.tl
á la cabeza de su segundo el cOllde tlc ~egl'i. Esto 110 ()b~­
tanle , retil'ál'onse ellas sin casi defendcl'se {¡ los prillll'ros
ataf/llcs de Esptll'te¡'o, dejando ti mel'ced de este la U1'tille-




LIBRO ImCmO OCTA YO. 241


I'la, gl'an cantitlall de \ IVCI'CS y mas de cuarenta mil cal'lu-
ehos.


En San Antonio dc ljl'f[uiola, d6plles de Sil ocupaeioll,
t1jó Espal'lel'o :'t Sil tropa dja y medio de descanso; y , sin
pcrdcl' de visla Sil plan de openleioncs, púsose, ú las sl'is
de la mallana del :n, ell nWl'clta h:'leia 1)lIl'ango, Cllya lle-
fellsa , desde la retirada de las tropas de Latlll'!'c y Castor',
tenian ú su cargo seis batallones de los de .\1:.II'oto, si-
tuados, ya ,Icnll'o de la poblacion, ya en sus afuel'as.
Ahalll!onúroulas, sin elniJargo, ellos ú la apl'oximacion ,le
Espartero, y Clllli~lllo di" 22 eJltl'ó óslc eJl DlIl'<lIIg0, donde
c~t3hleció su eual'ld general, alojt'l SlIS calol'ee hatalloJles y
rlió al dia siguiente una lll'oclall1a pOI' nwdio de la cual,
11I'eeollizil)l(l0 los triunfos del e.i{'J'(~ito dI' su mandil, pl'epa-
l'ah¡¡ el tl'l'l'eno y ,\('('lel'aha los tI'Úmitl''; dI' lllla ll'aJl~al'l'ion
¡¡ne efula tlia pre~en[¡)ha mas pl'ohabilidades dc terll1imll'Se
faYOI'ahlcmelllc para ól.


El 2:~, pcrm~lleciú E~pal'lcro CII UUl'llllgo. en tanto que
'broto, sahedol' de lo flllC pasaba, sc encaminó ú Elol'l'jo á
torla J)['jsa. Alli, ol'a lralase de lI':!IH/uiliz:¡¡' los únjlllos rle
sus adictos, 01':\ fuese su intento oul'iar los planes (le sus
cllcmigGs, en cuyo númcI'o contaba lo mismo ú los eOllseje-
ros de don eúdos que ¡tlos sublevados de Vera, ora con es-
to esperase gamu' ticmpo para realizal' mejor sus planes, dió
álllZ, como Espartero, una procl::tma (1) en que muchos ne-
yel'ol1 "el' un cartel de desafío dirigido ¡l las It'opas (Iue lila 11 -
daba este gcnel'al, y (lIle los mas mil'allos tomaroll por la
post¡'e¡'a espresion ,le tilla cau~a que se hunde,


La conducla llc ~Iaroto era en allUellos momentos tan
(1) Hase ap(Sndic~ número 1:131 fin del tomo,


'1'0;\10 VI. 1 (i




242 A:'iALES DE ISABEL 1I.


anómala como la posicion qlW Ú ella le cOllllenaha. Camlillo
ud ejército, pero en rerdidad independicnte de don (úr!os;
quel'ido y respelallo en apariencia, pCI'O ll~lllido y aborl'eei-
do de él, yen guerra abicrta con los aposlólicos ú cuyas ins-
piraciones se hallalla sometido e~le pl'lneipe; en Ilcgociacio-
nos con Espartero, pero el, negociaciones (lile Ú nillgllll re-
sultado positivo halJian COlll: ucido aun, y (lile mil rircullS-
tancias podian haccr fracasal' ; cscitado ú llevar ú Cil\¡O sus
proyectos de transacciOll por \i\l'io~ gcfes carlistas, pCI'O VO-
eo srguro de la sinccrida<l d(' estas escilaeione~ y menos
aun de la unúllimc ilfjlliesccnci:¡ dc !¡lS tropa,.: d,', Sil malldo
tí un arl'cglo cuyas clúusulas les crall lleseonocit!as! porlian
no series favoralJlcs; lnch:,lldo elltre su~ compromisos all-
t('riol'es y los reciclitcmellte contraído, , y <ll~aso tambien
entre los cOllsejos de su conciellCia y los cúlculos de su in-
tcrós, \Ial'oto, flleS(~ esto d('do de su volUlltad , I'ul'sclo de
circullslancias :-;llpcl'iOl'e~ Ú dl~l. se kl]l¡lba ell ulla [losicioll
c¡ue, ya 'Iue 110 sincerase sus llesigllio~, esplicaha por lo IIlC-
nos lo anómalo tic su cOlldncla.


En c~to recihió lllJa Gll'la que, fedilllla de\' cl'gnl'a
el 23, lc dil'igia don Cúdos, Latllentúb~)3C Cll ella el prínci-
pe del mal estado de ~u callsa, :- de la illlllilid~l(lllc los sa-
crificios hcchos pOi' so~leneda; l)(~dia Ú ~raroto Sil parecer,
y le cxhortaba ú pasa l' Ú \'Cl'lc, y acaballa ~llpJieÚllllole tra-
tase lle reducir á la ohediencia los suLieratlos de Vera. Este
escrito aumcntó, como cril lwlnral, la pCl'lJlcjidad de \bro-
to: pero las circuIlSlallcias erall gra'. ísillla~ y los momentos
dpcisi\'os. Apremiúhalllc por ulla parte los J\l'Willlielltos lll'
Espat'tero; por otra las soiicibclone" lle varios gcfes cal'!i~­
tas, lle los cuales mus de IIIlI) e~talJ~ ~ U con el g('fe l'OIl,.;¡i-




L1mw Dm:nrO OCTAVO. 243
lucional en rclaeiones directas; por otra, en fin, los temo-
res r¡lIe le inspil'ahan su siluaelOll y el deseo de salil' de ella.


Como medio tic dcspej,\I'1a en lo posihle, adoptó ~IaI'O­
to el de rcrelal' Ú ¡Ion CIrios sus negociaciones con Espat·-
tero, manif(~slúndole el mal estallo de la gUCI'l'a y su;; es('a-
sas !ll'Ohahili¡!a(les (le triunfo, asi como la conveniencia de
lIBa tl'allsaccioll de (pIe el (Ion Cúrlos) podia saeal' bucn
partido ell favor de ~u familia, su ejel'cito y los J¡ahit(llltc~
d¡~ ar¡uellas provincias. En vano, pal'a vencel' la l'csislell-
eia que á toda cspecic de tl':msaccion oponia don Cúl'los, cm-
pleú t:I gcneral l'l'histondo, comisionado de }1al'OlO, las ra-
ZOIles mas convincentes; en vano l'eeul'I'ió al l'llego y apelú <'1
la inlin:idaeion. En rano Jlaroto, insistiendo ('Il la clIeslinnde
convenielwia, l':<el'ihi;') d¡'s¡!e Elg¡[(~la al príllcipe una earla
que deeia a~i:-( EII la Ilodl!~ (le! dia dc ayer se me ple-
rs('nl() 1111 parlamelltario del c.il"rcilo cnellligo , y me hizo
"de parle del gobiel'lIo de \Iadl'id las PI'oposiciollCS si-
!)guicntes. Reconocimiellto (Id SeiHll' (Ion ClI'los }hll'ja Isi-
»)(lro (le Borholl, mi rey y s6ior, COI\1:) infante (le Espaiin;
))l'eeOllOCillli('nlo tle los fuel'os 11l'Oyilll'inles en toda Sil es-
)Jtensinn; reconocimiento dc todos los empleos y eOlllleco-
"racione:> en el ejc'reilo, ¡J¡'jallllo Ú mi nl'ilÍlrio el ascenso Ú
»)ll'emio de alguno que se eOllsillel':lse nereedol' Ú ello,»


Pnra asegul'ar 1\1 e'j 01' el efeclo ([lle con este escrito se
aspiraba ú producir, alHldió \laroto ell la carta fine, tl'as-
mitil'~ndoselo, dirigia ú don Cúrlüs ;-( y como en las l)['e-
nSl'n(es eil'culIstanl'ias, me he Pl'OPUCqo patentiza!' mi COI11-
»)lo!'tamicuto hasta elllos asuntos mas resenados, ruego se
¡me permita dar al púhlico esta llIi cOll1unicaeion , advil'-
J,ti{'IHlo que en 1" larde de (~slc tlia me he propuesto lenel'




244 ANALES DE ISABEL 11.
lJuna confcl'cncia con el gefe superior enemigo para pedil'-
»)Ie mas ac\a\'aciones soLre el particular,)) En este mismo
sentido ofició a los comandantes gencrales de las tI'es pl'O-
vincias vascongadas, dÚIll!oles cuenta dc la proposicion que
le habia sido dil'igida y h,\Ciéllllolt's la tic que enviasen un
individuo a la junta que dehia formarse p:lfa consultar las
providencias qne cn lan llil'iciles circunstancias fuesc 0JlOI'-
tuno adOplaI',
lIlfIUi(~to y desaso~cgado, don Cúrlos sc dil'igió ú Elgue-


la, donde saLia (llIe est3ba ~ral'Olo. Este, luego que tuvo
!lotiria de la lIeg:lLla del príncipe. pasó :'\ visitade ú su alo-
j:lIl1iellto, y CO\llO, en la cO\l\cl'~aeion IluC enU'e ellos enton-
e!':; se enlahló, instú,'a don L'u'los pOl'que se le pusiesen de
manifiesto las bases de lo tralado eon Espal'tero , aseguró
~laroto 110 SeI' otras qne las <¡ue ya le habia enviado, aila-
lliendo que ni el I'jel'cilo ni los pu('blos ((url'ian mas gncrI'a.
Oyendo t'sla contestaciOIl se SOlll'iú don Cúl'los y, ordenan-
do <'t ~llll'oto que pasase á su anlec,ll1lara, se retiró.


A )lOCO, llamado de lluevo por el principe, asistió e¡
caudillo cadista <'\ un cOlIsejo tic millistl'os y de generales,
del cual fOl'maba parte el iufante don Sebastiano La leclul'a
l¡Ue, en presencia de ellos, hizo don Cúdos de la carla que
acerca de la lransaccion le había escl'ito ~[aJ'oto, dió mÚl'gcJI
ir acaloradas discusiones y, como resultado de ellas, al
aeuel'llo de que el príncipe pasase una rCYista l5enel'al tI su
cjt'I'Cito, acantonado ú la sazon en Elol'l'io y sus cCI'canías.


A ella, e1l efeeto, c01lcUITió dOll Cu'los el dia 25 de
agosto, vestido de grande unifol'/lW y con 13s insignias
reales, Acomlwitúbanlc su escolta de guarJias de corps, Sil
hijo l1111)'or I 1'1 infnulp (Ioll SI'IJ<\~lilln, y Ins genel'lI\('s "nl-




LIBRO DECDIO OCTAVO. 24.3
despina , Eguía, Villarcal y \'egri. Mal'olo y sus tropas,
compuestas dc los hatallolles castellanos, guipuzcoanos y
navarros, de varias corllpaíiías rlt~ c,Hletes y sargentos, y
de los escuadrone,; 1." de Castilla y ,i, el de ~ayarra que
ocupahan cn dos filas la cuesta f¡UC' desdc Elgucta condllce
it EIOITio, reeibiel'Ou II dou Citrlos con la mas silenciosa
frialt.lad.-(tIlijos mios 1, esc\amó el) i, me reeonoeeis pOI'
)¡vuestro rey'!-Si; si; contestaron los voluntarios.-¿.Y es-
»tais dispucstos it delTamal' vuestra sangre en defensa de mi
;)eausa y de la religion? l) i rll'lt el )'cy .' gritó Eguia rom-
piendo el silencio f¡Ue siguió it las últimas palabras de don
eúrlos. Mas al gr'ito de Egnia respondiel'on á una mil vo-
ces con el de «¡rilla la p!t:, t'lt.'U .l/atofo.'»


-« Voluntm'ios, (I'ep itió don Cál'los) flonue está vuestro
nrey no hay genel'al algullo, Vuestro rey se dirige á YO-
»SOtl'OS, iJ[Uereis seguil'me'! l) :Nadie contestó, y don C:\rlos,
perdida su postl'cra ilusion, (lescorazonado y cOI'rido, tem-
bló hasta pOI' su existencia en lél'lllinos de que, abando-
nando pI'ecipitadalllente aquel sitio, se encaminó á Villa-
franca.


Totlavia, sin cmhargo , tratá al dia ~iguiente (el 2G) de
reullir algunas tl'opas y al efecto de at,'ael' á sí las naval'ras
(Iue Marolo, poco segUl'o de su devocion, y deseoso por lo
tanto de alejadas de Sil lauo, dispuso mandar á su provin-
cia. En la pl'oelama fluC á los nayalTOS, con aquel objeto y
pOI' áruen dc don elidas dirigió su ministl'o de la Guerra,
se leia entre otras e05as:-« Esta cs la traicion mas infame
¡)qne han visto los nacidos: mOl'ir' pr'imero que ceder.»
Desgraciadamente á don C<'trlos faltaba la enel'gía de vo-
luntad y la presencia ue espíritu necesarias para poner pOI'




246 ANALES DE ISABEL IJ.
obra semejante determinaeion, Faltúbanle aJéH1aS de esto
auxilio y eooperaeion , pues, llun entI'e las tl'opns CJue le
siguieron y las navarras que se le afíl'('gnron, apellas habia,
como 110 fuese algunos dc sus gefes ~lIl)('riores, quien se
hnllase dispuesto ú l)['olongal' por Jl).lS tiempo <[([uella rcsis-
tellcia reeolloeidamenle estéril va.


Divididos en mil haullos los carlistas, ni se entcll(Jiall
entre si, ni era posible (lile en este ('stado n,H!a úlil, n:\lla
bueno para su causa pudie~cll e!llprender. Por la paz esla-
ban los vizl:ainos, los guip"zcoanos y IIllfl parle de los ale,"e-
ses que, deslumbrados por la prollle . ;a de fueros y honores,
segllianla huella de sus principales ¡jefes, l'rbisloudo, Si-
mon LatoI'l'e , Lal'dizalHll (': Iturbe , ([ue, de atucnln con la
idpa lle 'Iaroto, se asor.:iabau ú sus pl:\lH's. COllU'rI este ge-
lIerul, pOI' el cOlltl'al'io, y contra todo pcnsamieuto de tran-
saceion, se ill:,;uI'l'eC(~ionaIHlIl lo.~ II<IY,lI'1'O:-: , Ú tuya cabeza
cstaban Elio, Zaratiegui y olros, gencI'alcs ellps id('rI~, sin
embargo, eran lilas hienlas (le ~laroto llue las lle los apos-
tólicos, Todo en el campo carlista CI'rI por aquellos dias
dcsúnll'1l y eonfusion; todo contrihuia ú hacer por ills-
tantes lilas precaria la situacioIl de don Cúl'!os y lilas ano-
mala la de su gefe de estado mayo!'.


El 26, por la maüalla, segun lo convcnido, 'farolo,
acompaüado del general L'l'lJistOllllo, se avis tú ClItrc [)lll'llll-
!jo y Elol'l'io con Espal'tcl'O , Ú cuyo lado iha su ~('(,l'clal'io
partieula!' el brigadier Lina¡.;e, ,\lltigllOS colllpaüel'os tic ar-
mas reeonociél'onse los dos caudillos, abl'aZÚI'OIlSC y juntos
se dil'igieI'on á ulla casa ~l efeeto de estentlel' y fi l'ma l' la s
condiciones de la tl'Hnsaccion. Pronto, empero, S~ ee!lú dr
ver que, en la3 anteriormente t1conladu~, hL\bi¡¡, Imhitlu U!W




unno DECllIlO OCTA YO. 247
mala intc!Jgcncia , :' para consultar la duda con una junta
compuesta dc los gcfes de lo~ batallones, pal'ti() inmediata-
mente el ;.;enl~l',d r rhi~II)Ilt10. La euestion sO\Jrc (In e recaia
la duda ('ra la lk rllel'il~; y ~ohre ella no solo no se mostró
la junta t1j~llUesta Ú tl'ansi¡;:ir, sillo IltlC Ú t1eclal'úl'selo asiue
viva voz ;'¡ i·:'pal'lel'o y Ú \broto ulal'chú con Ul'hi:;lou¡[o
llIJa diputaeioll (le dicha jnnta.


ilotas con eslo las Ile~)ot:iaci!)]!es, scpal':u'ousc los ge-
nerales, y el mi,.;HlO día :2(i, \!al'Otü, lle regreso á ElolTio,
escrihia ú don C:lrlOS H!la carta cn I¡\le le dccia-ccEu la
»IlWiWlla (!C lwy Il(~ eouft'I'CllCi:\llo con el gefc enellligo;
))llIa~, Ilcscnga!LHlo tic la sutileza y de la dohlcz de sus
» Ill'oposie¡olles, estoy resucito ú comk\lirlo con las fllerzils
))l!r, mi lI1al\\lo.)) Y eOll efccto, aYi~ado ]lo!' lord John Jlay (Ic
¡¡ue Espartero iha :'\ rO!1lp('r de lllteyO las hoslilida¡]cs, rc-
ClIl'I'ió ú ]¡¡s Hl'lna~, ~eú:llalldo los puntos que debian ocu-
par ~lIS flll'i'Za~.


So puede ulillarsc <¡He cn aquel momento hubo cn las
tlisposiciollcs de ~tnroto un Y(,I',iallcl'o rctl'Orcso. ¡,Cómo si-
lIO eOllll)!'('IHlcr la carla (¡lIC, eDil fecha del 27 ('11 Elgueta,
cscribia ú don Cúd()~, y filie (',I<lb,\ cOllcellÍlla CII cstos tél'-
millos:-«,\I pouerlllc Ú lo~ reales pies de V. ~L, como lo
)cjceuto ú nombrc {le todos los I¡ue me acompaiian , me
)atrevcré solo ~l dreil' Ú y, -'l. IlllC IIlIllca cs mas gl'anue
))un mOllarca (¡ue cllando pcnloua las faltas lle sus vasa-
llllos? J) De estas di:;Jlo"icioncs'pUllo en el interés de Sil cau-
sa sacarparlido don C:'lrlO~, atl'ay(;nllosr, si ('S qne era ti~m­
po aUll al t\i~id(,lltc CHlIIlil!Ii, LI'j():; dI' hc\('(~r1() a~i, at¡ud fué
el instante (lile e\if!ió p:t!'a llar S\lCC~()l' :'1 \Iar')lo:' CIlV iarle pOI'
C;JIHhW!iHld comlc I.Ie Ncgt'i eu fjuicu recayó Ci:itc llolllLramicu,'




248 ANALES UE ISABEl. 11.
to, una autorizacion, que cquivalia á liBa 6rden, para mal'char'
al e~ll·aBgero. A obeclecel'la se negó ~Iaroto, y hasta c1e~pi­
d i6 con mal moclo al conde de :\' egri, el cual, aconsejado
por su seCl'etal'Ío Silvestre, sOl'prendió y arl'est6 las coo1-
paüías c1e la escolta de \1aroto (Iue, por disp0sicion de este
general, y en observacion ele los planes y moyimientos de
los apost6licos, se Iwllahan situadas en la cuesta de Ver'ga-
ra. Inmediatamenle y pOI' órden de \!aroto, salieron húcia
Elglleta los comanllnntes Losada y Cuevillas, con algunas
fuerzas de infanteria y cahallería, ) alcanzaron y l1l'endie-
ron al conde de 0"egr'i y Ú SiIYc~tre. Traidos ú la Iwesl'llcia
deMarolo, recollvínoles ú~ri:lmente t'~l; y, por b amislad qne
á :\egr'i profl'sah:l, le puso en liberl:lcl, eomi~ionúndole al
propio tiempo para que hiciese snber ;'¡ don Cúr'los que no
tenia ya quc contar COIl sus servicios, pues, resuclLo ú aItulI-
donar' su caUS:l, lo eslnha igualmente ¡'l tnlllsigir COIl el
enemigo.


Rolas, sin emhargo, pOI' ~Hlud tiempo las hostilillntlcs,
emprcndió Espartero sus rno\irnielltos el 27, Y el mismo dia,
pOI' Elorl'io y Elgneta, lomó C01l su ejército la vuclta de
V cl'~ara. En cl camino quc á esta POlllaCjOll conduce se
cncontró con el eOl'onel Linares, al cual, bicn que este se
anunciase como portador de un mellsage de ~bl'otO, se ne-
gó á recihit' el gefe c!'islino, diciendo-«l[ue, halhíndose en
»marcha, no admitia pat'la01ento, y si solo comunicaciones
{(escritas luego (Iue lIegasc Ú V cl'gara,))


En la Ill:lll!'ugndn del 28, \ral'Olo, salido dl~ Azeoitia al
propio ticmpo (¡ue de Azpeitia lo decluaha U l'hislollllo pa-
ra irse á reunir con él, se replegó hácia Villareal de Zumar-
raga, donde estableció su cuartel general. Al frcnte alli lhi




LIBRO DECmO OCTA YO, 249
tropas consilh"!l'ahles, mandó iI LalolTe que con las suyas
embistic'sc ú las de E~parlel'o sitnadas entre Oñ,lte y Ver-
gara; m[l~ ('st~l ú['(leH 110 se lIevú ú eftcto, pOI' cuanto, ha-
ei{~ndolo, temia LntolTe faltar ú compromisos pOI' el contnd-
elos con el gefe constitucional. To(IaYIa , sin embargo, con
lo~ ,rillle batallones fine ú sus ó!'(Il'lleS tCllia, hahrla po-
dido \Iaroto, si t31lmbicse sido su intencion, haeel' un úl-
timo esful'rzo en favot' de la causa carlista: tOlhl,ía le el'a
dado re~i<;lir, y acaso acaso triunfal'; pero, al traslúz de es-
tos triunfos, atel'rúhale la irka (le que en último resul-
tado :1pI'OYeeh:lsell ellos ú los apostólicos, ú quiencs pl'O-
resalla mucho mas o(lio f¡lIe Ú los crislinos. Transigit, COH
e~tos eru ya pOI' consi¡rllirnl(\ su único mCL!io de salva-
cion.


ComprendiélHlolo asi, aprcsnrúse \faroto á cntablar de
lluevo negociaciones COII E~pal'tel'O, allulleiúllllolc al efecto
qne aceptaria las hases últimamente pl'opuestas por este
gCllcl'al, 'J pnra csten<lel'ias y jit'mfH'lrls nomhró una eo-
mision compuesta lle los generales Ul'bistollllo y LatolTe, el
ht'igadicr Itul'he, el eOl'oll('1 1'01('<10 y el :IUllitm' gcncral La-
fucnte, los euales se prescntnl'OIl ú Espal'tel'o en la maiíalla
del 2f) Y regl'eSlll'On, portadorcs cleI convenio firmarlo (l0l'
este general, en la tal'de del mismo difl, ú Vi!lareal de Zu-
managa donde se hallaba \!aI'O!O. lnmcdiatmnente pasó
éste al cuartel gencI'al de Espat'tel'o pal'a acol'dul' el punto
de la reunion de los hatallones, entt'e los eua\es no hflbia
con respecto á estc asunto toda la Imanimi{hul de Opillioll y
toda la conllanza en el <\:-.ito fluC habria apelccido <\1. A la
pl'CIl1Ul'a con flue se llevó este pensamiento ¡\ caLo y á los
CSfUCl'lOS d(! Latorre, lrListündo, \lal'linez, Fulgosio, La-




250 ANALES DE ISABEL JI.
sala y Cuevillas se debió el ¡¡un 110 fracasal'a cn aquella oea-
sion la empresa.


Todavía, estando ~lal'Gto ya ('n el cuartel general dc
Espartero, se sllsciWl'on, con lllotiyo otra ,ez de la cucs-
lion de flleros, dilicull:llles y couttictos de tal natlll'aleza
que hubo Esp:1l'tcro de comisional' á Lrbistondo pan! l[Ue
csplorase el ánimo lIcIas divisiones cal'listns. Grande rlll'~ la
sorpl'f~sa (!eEspal'tel'o, contcmpl:mdosc solo y fl'cnte á fl'cllte
con ~Taroto, y grandc la ill(lrcision de este caudillo yiendo á
sus batallones negarse al cumplimi culo dc lo pactado; y ú punto
estaba ya 5lnroto dc acogcl'se al pabrllon },rilúnico, cuando
llegó Latol'l'e ofl'eciemlo prescntarse con la divi~ioll viz-
caina. Heanima(lo su cspiritu con csto, dirigió ?llaroto, pOI'
medio de su ayudante de estado mayol' (1011 Ellri<¡uc Odo-
llcll, una ól'dcn al comandante general de dieIJa divisioll
p3r3 flue inmediatamellte cmiase un dOClIll1ClltO que ]ll'oba-
~e la confol'midau de sus tt'OpilS Ú las Lases del tOllyellio.
POI' obteuel' Otl'O tanto, luchaba l;l'bistoudo al mismo ticllI-
po contra un siu número tic dilicultades. De una parle Im~­
seutúbanse en sus 1iIa~ emisal'ios del cuartel real declal'a-
dos pOI' una l'eaeeíoll que deyolvicse su crédito al Pl'cten-
dientc; de Otl'il cuatro compilüins f¡lIe estaban ()e ohserra-
cion en Ül'maistegui desohedecian las ól'denes de su geJleral,
J, oponiéndose al comellío, se apoderaban del :1110 de Des-
carga, y con ail'(: alllellaZa([or impedían el paso al escllallroll
eastellilllo. Al mismo general se pl'esentó el IJl'igauiel'
IturLe, y le lIIanife~t() (JIte ~us batallone!' guipuzcoanos so-
licitahau-«J'cgresal' ú la linea de :\mloaill para (lepill1el'
)¡Ias tll'luas juntamcnte C01l otro~ hatallolles (]r su PI'Oyill-
"cm, J) y [ll'opouian-((coIl\O lo llIas acel'ti\do y oportulllJ




uaRO DEemo oen YO. 251
)lOCUpar \Ina actitud militar é imponente hasta la realiza-
,¡cion del tratado, constituyéndose al efecto en la espresada
»ahura dc Descal'ga corno llave de las operaciones dc dicha
)lpl'Ovincia,)) .\cosado Urbistondo pOI' estas exigencias, hu-
ho dc transigil' con f¡Ue su division acampase a la salida
p3\'a Yergara, situúndosc los de ltUl'be al pie de la cuesta
f¡lIe tralaha de ocupar.


Tlurbe, poco satisfecho dc esta medida, ofició ¡'l 'laroto,
y sin agu3rdal' Sil contestacion, marchó en husca de SlI hri-
gada y con cll3 se encaminó ú la 3ltUl'a flue, a las tI'es tIe
la lJIadrllgada del 31, recibió del general en gefe pOI' con-
duclo ¡]r; UII oneial de cstado m3yol' órden tel'minanle de
evacuar. llizolo asi, y COII su gente fIlie, dispuesta á reu-
nirse COIl don Carlos iha gl'itando (J'airioll, se puso inme-
diatamente en camino pal'a Tolosa.


Alarmado [le este suceso, (¡ue JlUllo muy bien compro-
metel' el éxito de la negociacion, y de aeucrdo con los bri-
gadicl'es Fulgosio, Cahañas y Cuevil1as (don Hilario), á
quienes confió su designio, ll'aslauósc r dJistOllllo á Vel'gal'a
distante media legua de alli, para dal' cuenta de lo que pa-
saba á Espartero y ú 'Iaroto. Hízolo CI'lJistOlH!O asi, supli-
cando al pl'imel'o, tIespucs [le confereneial' con el segundo,
(lue, habida eOllsidcl'acion á lo ocu\'('ido, le l'elevase de la
palabl'a que dias antes le empellara de preselltarle integra
la division de Castilla, dÚlIllole al propio tiempo ~l entender
lo pI'obable que em (JlIe, al faber lo ocurrido con ésta, 11'<1-
t~lsell otras dívisiolles de seguí\' a(IUel ejelllplo.


De aeuel'llo en ello, Espal'tero aeeptb el oü'ecimiento
l(tlC le hrlcia ürbisto\1clo de marchar ú Yeq;ara pal'a Ver de
,tll'l're1arlo touo; Illo.s¡ a.un no habia esle genct'al salido de la




252 ANAI,ES DE ISABEl, n.
poblacion cuando rccibió dellJrigadicr Callailas un oficio en
que á toda prisa se le enviaba á lIamal' para impedir que un
escu adron guipuzcoano que mandaba Sagasta se fuese con
Iturhe, con ()uien estaba tic acuerdo para abandonar á 'fa-
roto, Crbístondo, al llegar al sitio donde dej:í¡'a ú los caste-
llanos, supo que éstos, siguiendo el ejemplo de los guipuz-
coanos, se hahían puesto en lIlal'clla para unirse con afluel
gefe; pcro, lIl~tiéndose audaz entre los batallones, les man-
dó haeel' alto,- y aprovechando el momento de sorpresa y
vacilacion que arluel incidente produjo en los soldados, y las
buenas disposiciones de muchos de sus gefes, ordenó inme-
diatamente un movimiento sobl'e Vel'gara, ante cuya guar-
nicion c!'istina, mandada accidentalll1ente por el coronel La-
b3stida, segundo gefe del Estado 11ayor de Espal'lcl'O desfi-
laron en la mañana del ;31 los hatalloncs castellanos con los
tres escuadroncs y la artillería de el'bistondo.


Rl'eves momentos despues compareció Espal'tel'o acom-
pañado de '!aroto y I'odeado de séquito numeroso, y, diri-
giendo la voz á ambos ejércitos y abl'azando áMal'oto,-
((ahl'azaos hijos mios (les dijo) como yo abl'azo al general de
»105 que fueron contrarios nuestros,) A poco tambien se
presentó Iturbe con la ht'igada guipuzcoana; y, á las dos
de la tarde, mel'ced á los csfuerzos de su general Latol'l'c
por cOlltrarestar las pt'etensiones de los apostólicos y las
intrigas del cUI'a lhal'zabal, comandante del primer batallo n ,
llegaron los vizcainos ú ratifica¡' el cOllycnio firmado ya por
los gefes de las divisiones castellana y gllipuzeoana (1); y.


: 1) VéasQ ápéodice núm~ro n al fin del tomo.




LIBRO IlECDIO OCTA YO. 253
con cuatro batallones de esta última que por presentarse
faltaball aun, lo hizo el dia 4, de setiemlH'e el geliel'al Lar-
dizabal. Con la sumision pOI' de pI'onto y con la disolucion
mas tarde de estos batallones, quedó hel'ida de muerte la
causa de don Cúl'los.


FIN DEL LIBRO DIEZ Y OCHO.


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IH~CURS()


i'H0,¡TV.fA[)0 POlI .'i, '1. LA T\F.J:'> \ r;Om:p.,\ATlO!l \ R:'\ l.A SlJl.R":'\E APFtI-
'LTIIo\ PE LIS COIITES OHl>L\'.IBI.'.:i HE L.\ "'ACLO, L:S 1'.'..\ 01.,'. ¡:r. LHA 8
HE ~II'LLE'LHBE HE 18:1:-;.


Seiiori's senadores y diputados.


Con la mayor rompl~c('ncia lucIlo ¡\ rcrrn(~ en llledio ¡Jp \OSO-
Iros para conwJlzar dI) TlTlI~\ () los trabajos ll'gislati\o,;, (';;¡¡"ran-
do que llH~ daL'('i,; ahora las mismas prTlelJas tle ilustrado edo por
elliil'n público que me (1ísteis en la p;¡Sal!¡l lcgisialura.


Enlre la reina de la (~ran BretaL}a, el rey ¡J('los franceses, I::t rei-
na de Portugal y yo, subSl:ite el tratado de ':H de abril de t!<3.\'; y
¡as relacjIJLh~:i tlr~ allli,tatl que ULlen al trono tle la reina de las Es-
pailas con );):; tll~llta:; naciones que la han reeonocido, se mantie-
nen en el eslado Jlla,; sali,factortlJ,


Con mucha ~alisraccioLl mia anullcio á las Córtcs que la subli-
me Puerta ha rCI'oLlocido los derecho,; de. mi augusta hija, y es
ll111y lisonJero para mi corazon el que mi poderosa aliada, la Gran
Jlrdalía, haya tenido últimamente. gran parte en el feliz resulta-
do de (',la negociacioLl.


Sabiendo que nuc:itro:, l'nrrnigos rccibl'Il auxilio,; procccleu-
Ir',: de paises regidos por go),it:rnos (lue no reconocen como reina
de las J~"pailD;; á mi cscclsa hija, he maruladoú mis representan-
les en las cúrtrs aliadas que rcclanlcn dt: ellas tilla mcdiacion
[orIlwl par;[ ocurrir ¡\ toda liolacion (lel (lercchu de gen les.




25G A'íALTIS DE [S~\[lET, H.
Desde la malngra,la l'lll\,l'C-a de M()n'~la, la suerll' ha ;;ido mc-


no;; propicia ,i n uc,tra, armas; ]ll'ro ellllllO ell q\¡¡~ p! \alor y COI\';·
t:lllda <ll'l ejército y su bllena di;;Clpltll:1 nos ,:onduclr;)lI d¡~ nll('IO
a la vidoria. EspCÍ"o que aprnuará; la quinta de iO,IJUI) lWlltlJres
y la relllli,icion de caballo,;, decrdadas ultllllamcnte SIll VII(',tro
acucnln para la ur;.;cncia de tales. delenlllll:lCllJlles.. .


Pendicntes dc la anterior legislatura c"lslcn \;mas le)t's 1111-
portantes ¡¡lIe habrá nccesidad de l;ollclllir para poner ('n armo-
nia el ré"illlcn anterior riel Est;Hlo COll la eonstllucIO!l actual. Ta·
les son laD, 1[lIe Sl' os 1)I'(~,(,lllaron para el arl'l'glo delill.iti.\ IJ d,' los
ayulllamic!ltos y diputaciones prOI!IlClales, qll~~ \"ol\"erels arlt:itlltir
ahora, v 1:¡,; !"elalins Ú la ill,;ti"llCelOn \" lWllellcell('.l~ pllldtcas.


La dificultall dc !!:i"atluar la:; c(]nscc\l(~neias de lo tIue se im-
primc hace que (:?IÚillual.nclItc ~e procnl"l~n revisar I.a,; leyes :;0-
Lre la llnprclIla. ~I c"ta es una neéc,.;tdad de tudo,; tiempos, lu l'S
Illucho mayor PII los tll~ gtlPrra ei\ il; y p'JI" (',ta pot!l'ro,;a raZlln 0,
encargo el Illadui"o (;,,:\lIIl'1I 110 la ky tlue se o, pl"eselllarú sobre
tan imporlallk maleria.


La benemerila JI. :\. cubre en lodas partes con exactitud y di'l-
ciplilla el servicio urdenado de su itbliluto, y acude atll~mas COII
la misma \"Olllntall y tlCl'i,ion á la pt~rse('llcion de las f'lf:cionp,;.
COIlYicnt', "in emhargll, IlI'rf\.'eeiollar su organizaLioll, y ú ('stc !in
Sl' lH [ln',;cnlar<l 1111 proypl'lo (k ley.


Los suce';(J:; ;1(' la gn!'.!"ra hall manifl'strrdo la !Ipcp,idad ¡]I~ alt'll-
(ler, aun ú costa de lus mayores sacnlieios, illa c\JIl"prl"acion v au-
lI11mlo tle la marina, ~uyo'\¡etl('nlél"itü cuerpo ri\ alil:l eOI! la;tro-
p~h de tierra en Slb e"rul"rzos para :;O:ilelll~r el trollo clIlislitlleional.


lIe dispucsto que ,c proceda inlll(\(lialamcnle ú la ha\¡ilil~cion
tic lo,; hlllIlles de. guerra I¡ue se ¡;OIl:iCl"lan en l¡¡,; ar:;l'na]t~';, y ,'~ (JO;
prc"cnlarll uu proyecto de ley para el régimen de la arlllada; de
modo que Jluedan culJrir:ic las Iwee,itlatlcs del momento y atcn-
derSI~ al ]lorrcuir.


El comercio sufre los males que son ¡;on,iguicnles ú la silllat:ion
del pai~; y siendo [JIuy urgente hacer ell (~I clJdigo especiallh) este
ralllu algunas rectiJicaciones que la c:;pericncia ha dado á eOllot:"r
como indispensables, mi gobierno os pre,;cnlarú para cllo un ¡¡ro-
yeeto de ley, sin perjuicio dú ofrecer mas adelante á Y\!I)slra di,-
t:u,;ion el nuevo e6tlif(o.


Nuestras proyincias de ultramar continuan tranquilas y diaria-
llH'nte recibo tc:;limonios de la lealtad de su, hahilante,;. La,; co-
misioIlcs numbrada,; en ell'):i para proponer las leYI''; espeeiales con
que tleben Sér regida,;, segulI prcyicnc la Co¡¡slilucioIl, coutinuan
eOIl asiduidad sus traIJajo,; .


. Autorizado mi gobicl"llo para lIelar á caiJo al;.;unas importantr~
Illl'Joras que estan meditadas en elramu jlldicial, dirige yacclerar,'¡
al efecto los trabajo,; pl'.ndicnlr,;, y si bien por la naturaleza de e:i-
tos no ha sido po,;ible tolla\"ia concluirlos) eslún, sin embargo,
acordadas ya con maduro consejo aquellas medidas lllle con mas




APE:'IDlCE NDIERO 1.0 2':57
urgencia fPclama el p,lado de los Ilegoein,; en el tránsito de un
sistema legislativo ú otro. ~li golJierno cuidarú de pl'opcncr oportu-
namente it las ('úrtes el rl~sllllado de sus meditaciones acerca do
los proy!'clwi de (',le ramo, de ¡¡lLe COII [lersev('rancia se ocupa.


Las renta,; (lu[¡li(:as ';011 cada dia nH'IlOS suliei!'nlp,; para cubrir
lorlas las at(\Il("ion(~s, y los re!:llr,o,; ('slraordillario:i que eu la ante-
rior li'gislatura eOllcedbleis generos,lIlH'ntr, á mi gobierno para lle-
llar el déficit que habia, 110 han podido aun realizarse .. \ fin de 'u·
perar las dilkultadcs que á ello se O(lOllClI, mi gobieruo trahaj,1 sin
descallso .


. \dcmas de los prewpup,;I(j,; gellerales de la pl'nín,q¡];¡, se o,;
Jlre~cntar;11\ por [Irtlllera HZ lo,; de Illlc,ll'a,; p()~e"itlnl~s ¡JI', Anu"ri-
('a, y la solicitud d(~ lIIi gohierno u, propollllr,1 los recursos eslraor-
dinario:; que juzgue realizahle, para "ati,facpr las cargas lHiblicus,
que la, illlliglla,; rCllta,; 110 ;¡iI.'anz<l1l ;i cubrir.
S(~ 'llllll'll'rún igllallllcnll' f¡ nle,;!ru C"'¡!lIl'lI, lan pronlo COIllO


,;e cunrluran, los \ ari()~ trabnJo,; <[lit' ,e ('"Ian pr'aclicalldo para mo-
jorar en cuanto ,ca po,;jllle la,; I:olldiriollrs dr los tI~nedores de
IJl1CSlra deuda nacional y (',;lrangera. Sulo rranilllando el crédito
,e r!lcontrar:in los rpl:llrSO" qur indi"pclbablcnll'lIlp se 11t'('('sitan
para cuhrir la, atencioll('s del E,.tado y ¡¡al a SII'teller 1011 pr"fe-
n'lIcia Ú todo ú la,; y;¡lielllps trop,ls 1[111' COIl tanl" hlJlIlIl" cOlllhatplI
por la 11111111', callsa 1[111' la 1I;1!'illll 1!t'1'II'II':I'; y ("p,'ro 11\11' (,,,te ,!'r:<
(,1 prilll"ip,\llJlljl,til d,', I 1I1'.,ll'a :¡II'IH"ítlll 1'111.1 11l'l"l'lIlt~ Iq;í,;(;!l\lra.


1-:11 (;", 1';llItI,'r,¡- di' !IIi ;1111'"';1:1 liíj:1 la rei::;} d,"ia j,;;JIH'1 11 ('stú
1:1 .;ah ;wiiln d,'l trO!11I I"tllI"tílll,iollal: ';;\111"11111,11' 1"1111 pi all"i1io dn
1;\ Pr:II'id,'\H'I:I Ili\ illa, ! I"Uillljlll'1I10'; ("\I;\lItO <lIIII'S 1'11 e,;ta, llande,-
ras la oli,a de la paz, U¡:íl'l) enlldellla dl~ la proo'[ll'rid:¡d flltllra.


To:\ro vr. 17




PHOY ¡:CT()


D!: 1) P:: ~O\'IE\lBnE 1':'1~ [',l. 1'.:l\t;¡::» In: ¡):1'i'T \H~)'; ,
IJEi·'L"ITI\ \.',lF,\n: j'\ !. \ "L'")l().~ Dí: 2í 1);:1 'll~\IO ,rt:s.


,1 1 '


:-i"i!Ol'él


\ 1'110n\ lHl


El Cilll,~r\',,() di' d p\llilt!O, 11,1 oidl. ,'¡Jil 1:, ini\.' ¡¡I'"f\l:I,Ll ;';I'illillld
) ;l¡'alal!lil'nto 1,1:';' !J:'¡H',\O!;\"':' (·-.:¡;rt\,,;¡oí!t·~ :1.' \. ~,I. 1'1\ p\ ;),'\o:-:.o1elH-
n~\ de (llJlllli'j;l.r!{':-', (~1111 ¡!);lil ;'1 ('¡II;',!';\IH],'r dl\ ll(\('\d ~t\...:. \¡H('.a~.k­
gl..;la~i\ ;1'1', y \ .. \i, !t¡t lH', j¡.) jl:<~i:'¡;1 ;'j <:h !¡.;J!\l", ~~(\iltllllll'!l-
t(l~ al t::-:'P(\l'dl' litl(' ~\' :!t'll ;¡ ~:II i:,l :lt;:(~ t'Il~':lrr~n ('(111 ;¡¡¡ud
('plo y 1111:'11.1 \,)[111;1:111 que "i: p\ic:,' i lel qi\lrl 111'1
EslJ¡]o rüdamJ.


El LOJ1~:'\\~:; :]p ,d¡pl!!:~d,~< r(i('tJil \ \ 1'1);:1-) Y. ~l qU(\ :-'\IL:-,;¡~li~
el Ir¡¡[¡lIlo dl~ 11 CIII\lll'i1i'::' "ti:':I!.il ('1:11":' 1;1 :111:"U,:(:; ¡'Iji! de Y. \! ..
la reina lk Ir. !~r;\n Bl'el;L-l;l, t'l )'(\\ :1:', L)~ rril~H'\l::,(\";' \ la I\\illn de
Portug'nl, ~ ~i lJil:ll IIU .~l' ha ~<I~';}¡J(; di' ;1:¡U~~: ~:)L\lllJ\{'~p,Il'¡{) todo el
fl'lilo 'lIle hilliia IInl,,:I\() ;'1 1"P.'l"ill' , II'j'h di; dl':':I:'I' di; :'llliIlIO la
lIaciDII. t;lil cr'il'lJre 1'11 lilllll' lll'i:lllil'; p'ir ·'1: i"11'1i,"ZiI .' Pi'I':i('\ n:lll-
el.-I. h:dLll'ill'll "lli¡ IlI) 11:11"\ ti C,;':iitU!tl pi:ra (':.Jpll'.il' ,:1'; pr"I'L(),; n'·
CUr:-i0~ \' r(1duhl~ir ~:,,~ e:-:.r::i l ;'/()':, ;'; !;¡¡ ¡j;\ ..;;d~r jlir()~a de tilla (~m­
presa CI~I (lUC !lO ~ulu \ l_' t'lrl'ndtl'; . .;;;:< d\lr(,c!l,I;~, Siild h;t:-ta la C':-:lh~-­
I'ama de "U fulura prc"'!ll'ritlild.


El CUI1:1Tl'SiJ lit' dillllLlt!():-:. :-'1,' (·t~.¡;~~r;lt!,;!a I'un Y. )1. al ~~I)(\r que
(lontillll;!U'!(\lI el C~:Llld() tn;l~~ ··~t:;('·t JJ';;) \:;:-' nl!a\,\!)l)P:~ DIUi ... ,tC.:-:';h
con lotlu:, Ins ¡2;\)\)ir'i'llkí ql!(~ j¡;¡i~ l\'i'ii:i\wid\l ('(¡inl) !\'¡II11 dl' h~ E ...;-
JI:)i-la~ Ú la t'~ct.'ha hija di) Y. ,t. '.'11 el tlllllie,·I) de ¡:uya:; pIJil'lll'lii:;




259
j,:lj l'l'.Cielltl\!lli'nlr Ijlli' 1'11111.1[' ;t la Sublime Puerla. l\i ha sido
1I1l:1I11, r;ralll al CUllgrl";o (Jir de boca lk \ . :\!. la gT~d, parle quu
('11 I:,;la 11I:",¡ci,lI;idil ha !cilido =' .. 'T. B., Míadiendo este lluevo ser-
,iI'IO á IIl~'··lIll1cllo,; I11Il: lielll' pr ",.;lado, 1:11 [Hur de ,ucstra justa
causa.
D~ iallH'III,lr 1'';, por el cOlllrario, llue ell ,ez de haucr~e reco-


1;lJcido ]101' olro,; :~IJJ¡icl'lloS lu-; il'::;ílilllo,; derecbo,; de la augusta bija
lIt; Y. JI., ajJoy:ldo,; cu I,b kyes de la llIonarljuía, en la CuslUIllbre
Illnll'IlIUriil¡ .. en CU.1lll11'; fundamenllls:ic reconlJceu cOlno jjrl1Ies \"
1·,;till¡J~s pa!:a Ijue se ;],;ienlcn y descilnseu los trúulis, se allulltic
plr \' .. \1. ('n ('1 ,.;('U() llli'IIIO lk, la,.; cortes que 11):; que han prullJO-
\ ido y SlIsíl:lIlall la guerra ClyIl rcclul:1I arnws y auxilios d(~ lus
pai-es l'('¡.!:idll"; por leb IlICIH:iolladu,; ¡;olJierllus, lomando asi Pi¡hulo
\' aliuJelltu UBa lu.'ha fralricida, de~ fUIII'slo cjt'.lllplo al presente y
iw I:'d'ula de p¡;[i;..\rlh [al HZ para la paz de Europa. Es por lo
lalllo dc eSIll'rar IJII(: lo:, a Il;..\11' lu,; alia(\p,;, :1 lJuienes ha dirigido el
~IJj¡iCrIill di' \ . ~\l 1;1'; oporlllll:ls rl'Clallli\ciolll'S interpongau su po-
l!l'l'lhl) inllujo, a jill di' alaj;lr UIl dalio de lanta gl'illedad y ll'ibCCU-
dC;ll:i;1, ,;IB !JiLe pUl' ,':ilJ se (k,;aliclllla el practicar gesliollcS clica-
IT'; p:Ha qile :'l' CÚ~!Tellllla,' y 111<IS I1Uc,;tr;l' frollll'r;¡,;.


:'1 dl'~,¡\e la IIlalulr,lila C"I;II"l':,a di' ~1"n'lla Sil ILr ;;¡O"II';ldo la fur-
l"lll;l 1l1~'IlU~ prupij':a;l IlU;\:~tJ'ib :ll'!l:n:-'l Il;l!;it":)d;,~l' ;¡~ri¡\ ¡¡¡Jo dC' rc-
~;¡;Ll'~ Lb III:~L\>', y I'l\':;~'>:u~ (~¡\ la t'i jU:;:i) ",;c'I¡[!!llielllo <llll' lJ;¡U
¡JI,!¡:,!,I l'"I".- 1',1' '.11' V:l ('1 ,líli:IIU t:l' [1;.-; ¡!,p::l.Idu-, IO-i ubliga a Ie-
\';11;1:11' :-ili \,¡/, ]::¡ !et ¡.; ...;[~;i 1, ~'l ¡ill de qU(l "';l~ (l,('¡o¡güt'lllil~ caU::ii1S
1:1 1 tU:l ];U!lo ilLil!i:: q;:\.'o q¡¡í'I:;]!\(lu ;ol :-:al\o el hunur de
,1'1111'1 \ :i~i,i;!,' Ll rc'ililIiS:tlillidad ,libre lo:, ljue I'C-
,II][;IITII éU


COil l~1 pr;¡¡HIl (:~: ¡PW ill¡ Sl\(lll illrrU('lllo7=()~ 10:-; :-;;:crilicios
di' 1", pUI'lil\I-, ni 1,1 ('u:l.c l;:lll·ia y Illzarria ljll('.lhtl'lIl,¡ \'11 [lld,h par-
t.'..:. c,ll'j\Ol'('I\(J, dt'iT::illi¡:¡du C()p¡u:~amellh~ ~tl ~;lll(~re Pll dl'fc!l~a del
lru;}') > de LI jJali'l;;, I"i\¡l¡¡!;¡ l'l'::Ul¡~~T(' .... n CutiliJ ilJdbll(\lloSafdl: que ('1
g"l;inli:l ,('a I<:hl.illk lirlll'~ y \ igiJrehiJ par,l ,;U!ll'l'I)(lller,;e a lodu,;
¡ti, p;1rlidú,;, n'I'l'IiUielld" (,',)lt III:tilU flli'ril' IlJ,; dl~silfLLeru:; y dcmil-
.:Í;¡~, :-:'(:;1 (~;¡al 1'licre:-:.\t UrJr;ClI, :-~ll liu ti "tl prclL'::ilo.


,bl, ~ ¡IIJ di' (jIra ';Uer:c ,CUilIO 11) Jlcallzarú l1ll'jor la sabíduría
de S .. \1.\ pUI'dt' ';:;!hi-lir illl¡\lt:rable la disciplilla cLllo,; cjl'rcilo,;, el
(¡rdell 1,11 [,¡,; JiIII'IJIIiS y el dl'ili:lu re';I)('lo it J:¡, leyes, elemelllo,; cada
dia lila,; prl'I'il""I,; Illr!'iI ;:.,,'¡.!:urar el kliz I'¡xilo Ik nuestra callsa.


1li.-;!I'iC·;t l,il~:llprl' l'l CIIII~r;',.(J 11 ctlll~lIrrir Ú IlLl objeto lall iu-
ki'l'';;IIIIC, IOIU,l!'I'1 l'lI I:latlllJ';¡'"ceJllSitll'l'ilCiuJj lo,; dl:cre[o:i e,;pl'ditlos
)lur 1.'\ ~1l\¡¡crIlU tk Y .. \1., !;I ['(',plldu de 1:1 llueY<! lluill[a, ~a llt~ la
il"l"i,iz;iull Ik, (';¡~':il!,I", P:'II"lll':tllrlu pe,;ar COII equidad la urgencia
~ d(,:¡Ll~ CII'(':llhLl11C¡;lS, y priJcuraililo:1.1 JlJi::,lllO tiempo de t.lue se
('()i!:'i:n {~ iilta(:liI (\1 l:1.'I'(~('Lu (jl:C en tall\~ 1:1~lterias cürrespuudc á
h:, c.;rl\'~.


'\0 pudia ul'uilal'G :tla p;llil,lr;¡t illll tle r. JI. cuaLl importante
~I'il lJII!: IlId:i,; 1:1., ill,li["l'i(JIIl~:; ,('o pl)llg:111 eLl l'Oll;;OIl211cia con la
CtllhlilllL'it)11 lle. 1:1 ;¡lilll;.II'11Ub; y 1,1 COIl"re,,') de diputados, pCIW-




260 ANALES DE ISABEL II.
trado de la misma yerdarl, se dedicarú con esmero al rxúmcn de
las leyes relativas a ayuntamientos y a diputaciones provinciales,
cuya organizaeion puedo intluir tan poderosamente en beneficIO
de los pueblos.


Tamhien ha llamarlo justamente la alencioll de Y. :\1. la bene-
mérita M. N., qllf~ ademas dl~ cumplir con losd!~hrre;; j1cculiariüs de
su instituto, acude prl'slJro:;~ á los campos de hatal a y defiende
las ciudades y pueblos contra las armas del príncipe rr,helde ; y el
Congreso de diputados se aprl"illl"aril Ú examinar cuidadosamen-
te el proyecto ue ley anunciad,) con el tin de perfecciunar tan illl-
portallte illstitucion.


ta esp('riellcia de todas las 11:1CiUIlCS y de todo,; los tiempos dr-
muestra CUiJll difícil es ha(:('1' lllla ley perfecta aCI'f('a de I~ liber-
tad de imprenla, y pudielldo, r1ur:lllte la glwrra actual apruveehar-
se IllHlstro, enemigo,; tic lo,; dalo' y notiuias IllW por u1luelmedio
se propagan, el COlIgreso ~e detlic::r:i con el llJayor ahinco :1 exami-
nar el pruyectu de II!y que el gohil'J'ntl de S. JI. te JIga :1 bien pre-
,;cJllarlc, d,',calldo poner ú euhierlll el trOJl[) y ta cOlhtilllCioJl de!
Est:ulo, y presen-ar a la illstitucillll misma de los abusos qU(! ]IU-
dil'ran dl':,acrcditarl:l.


El COJl!!I"I)';O procllrar;'¡ CtlITI'''POII(!''r :"i la :Jugllsla confianza ti,)
Y. ~I. dl!dil':lllIlu,c igllaIJlll'ntl! a IO:i dl'l;l:l' pro)l'elos de ley que
Y. :11. ha knido a bien indicar. SI'gUII 11) rc,'1:1I1Iare su re:i]leclJl'a
gral'edad Ó urgencia. sill qtH' IHleda, 1Ii d"I,c d(,"at('llder,c el esta--
du en (jIlC ,e enCUIJlltra la lllarilLl, \:111 diglla de llli'jor :,u,)rte por
sus gt()ria~ pasada.~ y pdr ~tH ~el'\ it:io~ pn~~l'nl(':-i; y 1'0 IlH~llu:-l Ile-
cesaria para ,;acar de,;u [lo,;trlll'iOIl :'IIIIH':,tr'l abatido cOJllercio qlle
para Jllant(illl~r lIut~,lr,l:i relaci',llll''; cOIl la:, prol iIH'ia,; dI' rllra-
m:ll', que cada dia ¡Jall nllCI'O'; testinlOlli'h de:ill lidelidad inaltera-
ble y se haeell lilas acreedoras á la :io:icita aleJlcion de la madrú
patria.


lIu,;car lo,; medio, illdi~pPIl,aIJlr, para cllbl'ir las alC'llcinnes dP!
Estado, alelldiendo con prd¡'rl'llcia a todll Ú 1l1l""tI'O'; valil'llk,;
cj(",f(~itos, dl'h(~ "I~r, seglln r. ~1. se ha di!.(nado :IJlllfleiarnos, ('1
prillcipal ohjeto d(~ 1l11""tr¡J:; tareas l'n la pJ"(~';(~llt(·, I(';¡;i:ilatllra: el
Congre,;o de diputados se dedicar:'1 it ¡'~I ('011 !:Illlayor (:elo y etic:lcia:
como que los elegidos de los IllH',blo:i, qlJe lo¡;an ¡J(' cerca:iU lIli';L'-
rabie ('"tado, cOlloccn la Ilccp,ida¡J de que se pstal,]pzca pI IlIayor
úrdl'1l y ecollomía en ta exaccioll y di:itribllcilJll de I(b r(~Cllr:iU,; pa-
ra hacer mCrlll, grarr la carga 'f que no se Illali\gl'" ';11 f'rnto.


Animado de igllaks sentimiellto';,!'1 Congrr,;ode diputadus a\:o-
I!:erú (;01\ saLisr¡ll:(~iun ¡(),; prnyrctos r¡U() 1,' prt~Sül\te el guhi('rJlo i!(\
V. ~I., encaminadus ti re,;taurilr, en l'U:IIILII "ea posihle, el rrl'diLn
del Estadll, tanto denlr¡) como fuera (kl reillil; BU solo ]lor c:\igirlo
asi los prin(;ipios de estricta justicia, ,-iIIO por ilc()Jlsl'jarlo la propia
cunveniencia, á fin dI' hall,lr recursos cun que atl'lIder á las nece-
sidades de la guerl'a, sin qne se at~abell de sccal' lo,; man:lnti:¡](', dI)
la riqueza púhlica. Motivo por (~l cual (',;pera talllhi,'n el Congreso
que el gobierno de Y. ~l. lllaniliestc el uso 1J1ll) haya hedlO lit' la




Al'E:'\DlCE NUMERO 2.~ 261
aulorizacion otorgada en la anterior legislatura para contratar un
empréstito.


Amargo y (Ioloroso será para los diputados de la nacion el haber
de imponerle lo,.; ,acrificios [lile sean indispensables; pero est:1II
persuadidos de ([IIC e.;la n<1cion magn;inima se prestará de grado á
ellanto pueda aprL'slIrar el glorioso fin de una guerra tan asolado-
ra, viendo la oliva de la paz que V. ~1. misma se ha dignado mos-
trarle como (:\ blanco dl~ sus esfuerzos y el término de sus espe-
ranza,;.


Palacio elel f:ongrcso á H dc no\iclllbre dc 183R. Antonio Seoa·
III'.--.Joaqllin Rey.-Lorcnzo Arrazola.-lirancisco ~Iartillez de la
llosa.-:\ligl1cl Puchc y 1lullti,la -Luis Rodriguez Camaleíio.-
Santiago de Olóza¡:a, secretario.




PHOYECT()


l\E CO.\TESl'.\CI\!\ .\1. DI';::III," !JI: L\ 1:(l1l'1.'.\, 11".,:1'1 1\ L\ :,1>10\
HE ~~ nE SOYIE'IHItE DE 1S';:" 'l ,\¡'iU)B\!)!) 1l:::T\II·I\.\\!l·~\f'j; L\ :2~:


:-)piiora:
Con el mayor fi'''pctll S(~ pr,'sl:lila r:l S¡'llldo ;t y, ~l. :·llIrrl~"


cerle cltributo ¡Je;:u fjrnlillll\ p'Jr la nli"\ a i11II I',;lr,1 d,' ('liI:ii:llIZa
que le di"pcll,.:a 1~1l 1;1 COII\()(:al'ioll !le 1'''.[:1''; ('(JI'tl''';, :!¡";p'II:.,I,, ;1
COIH'lIl'l'ir con todo ahinco al Li::1I qlll: \, JI. ";1' jlropune cn la:)
di"p'Jsil'illlll'- <]Ul' llIedila.


El Scnado se cOIIJp1an' al saher qne ('ntrl' y, ~l., la l"'in:1 de
la Grall Bretalla, el rey Ii(' 1(1, ['r:llI""';,'," y la reíll'¡ ¡JI; l'lJrtll:.;al,
suli,istc el trata¡Jo de 2:1. de ahril di' l~:)í ; y pn';lidrlido ¡J,' 1'¡iI\!
sulJ,istcll tambiell los anicnl'J'; ¡¡¡JicilJllal,'s;1 a:pll'l rOIl\ cnio, '1111:
se ajnslarun cn 18 ¡Je ago,lu ,;i~lIiellte, cU!llia Cil (jl!l' el ,,1I1:inllu
de Y. M. no olllitirá ni diligencia lli e,fuel'!.o, a,i Jlill'a qlle 1111,,:\11
la lIlas efectiva ejecucioll las c,tipulaciolll~s ell ('11o, i'lInlc'nid;ls,
como para que se lugre enteralllente el grande ohjelo il flul' se di-
rigió aq lid tralado,


Salisractorio cs "in duda el e"lado <Jlle presenlall las ['(~lacioIlP:i
quc nnell con nteslra augusta hija :1 la,- i!1'IllÚ'; Jlotcnci~l'i que la
han recono¡;ido, El Senado congratula:1 V .. U. por ello, y al JIIi,-
1110 tiempo por el rccoIloeimicnl,) que la Su!JJillle PUl'rla :1I::1ba de
hacer dc 105 indisplllaiJl<',,: derec.ho, de IIflc,lra reina, Y 1I0]¡o cabe
menos satisfacciun quc ú Y. ]\1. de que, uestra poderosa aliada la
reina de la tiran Urdalla haya li'lIido lallla parte en 1'1 ('¡'Iii': re:iill-
lado dc esta ncgociaciul1, y atl'[lliridfJ l',1jl\ ,,\110 Ull 1I\1C\·'-" titulo :.'.
la ¡ratilud de lo~ e~paü()l';~,




263
1\llIy pn)pla~ ,011 tic Ll ,I,J[I '[,lit di' \. ~1. las n'(:lall1acione~


(jUt\ _(\ ha 1\¡~II,ldo IIlalld,)1 h¡ll'n pilra t')lI:il\gllir por 'lIl'dio de ~us
¡diado, 1\111' 11111',11"1""- l!O r('('illlln all\ilio.; prllcedclltl'5,de
pai...,l's ('u \ th '~llIl\('rnu~ !ll) r;'C'Jllo'~'¡dn a \ ue~lra l'~ccba HIJa.
Jo:! :-;Icllildli d,\,;,'.) ¡¡Ii:' 1,1.; r'I"lil:tI:,c' 1'lIrrCSjl:lllilall al imjlorlallle
Jiu qt\l~ \'. "'~L :';1.2 !J;l ]l!;tlP:IL""({)' y 1,1:) ¡]¡¡da .(.1;le e!~ ('~ta:s 1 rc~',lillna­
ClOlle~ ~p !J;¡I)I'i1li ~~·t!an¡ado !d!lib 1:1:-, ('()lb!(ll:L'(ICIOI:t':, uclJlda~ al
d('I;oro l!aciollal, y !tediO \al.'\, lo,; r,'''il!::'', tli' 1:1 illi,mu CII:lilru-
pie ,\Ii:lllza.


La JIl(llo!.(rada C¡l\pl'l~::'{1 (lo )!i)l'clla es c;t:rla¡l1enln un ~_:IICCSO
dl\ploralilc 11m; ha jll'ildlli'ido ('i)II,:,'C,:H:ilcia,: mas, d('plo\'a!Jlc,; to·
da,ia, L~ alla 1'l'IlCll'aC'llll lle \. ~1. na Ci)ilJCIt!O sin duda la COll-
\ clliclIl'ia (k I]llr 110 I]UC(:C:: i:,~::')I':I:LI:i l,l" YCl'd,lllcr¡]; Cilll,¡I"; de
t~,;t:¡:i lli',:-;ra,:i:h, Ili dl'.i(~ll di' rC';;!.IlHlL'r IIIS i]11~ sean culpable,; ¡JI>
cHas. -


El SI~llad(), coa i.';n:Jl cOi':i;I:l'é:: 1[11',' y, ~i. Pi] ('1 ,'nlol' del ejército,
en "Il :¡Il!lIi!',!ldl' C:)II,tan:'j¡l, en ,ti ('j:Tl]il:l!' sufrilllielllo y discipli-
Jla ]ll) dll,!a la:lljlu:'() ,:1' '1\1(\ !lO Lm!:)l'ú 1'11 reslilllir la "ido-
ria' ,1 Sil'; I,anllcra,:, v' sr.!':! 1'1 l:'llldu si el gohierno de
\'. ~I., l'l1¡plcall<!1) i:¡'lirllll'Z,¡ v .. i;.':I)!' que rerlama la ,;:tlracioll de'!
}:,;Ia¡]o, alllij·,mll Ij'.'::lp:l 'lUI' ¡\iri:,\\! i\ lan ill1]lo!'lalllc objelo lodo,
Bue~lros reCllr:-:.(),,;~ d1·..;!:lP,~)_:1 ;a :1(\\'(~~;lJ'i;} Cllr.'I':;la p;1l';t re[rcllar to-
do; I(JO; ]lill'lidu,; ) (')lIk¡¡i'i' l:ll¡il'ili:illic', (',Cl'';',,; ql!l~ {'I ~rllado ha
,i"lo Clln I'lnla, !)!'¡,I'lll\¡]:l d',I,!', l' k il\lll,\ 1'11 a ofr(~(,I'r a\'. 1\1.,..u
m;¡,; k:ll!'!),);):'rac'!!)!1 P;¡r:¡ !'\'jll'¡i!:ir!u.;, porqlle (',;l<l ílltilllalllcllle
l'f'r';Il:lili¡J() d,' l[ilC' Il'l t'\:-lir la sr){'iel:ad d()lld~ la,; leyes II
('JcrCCIl ,¡¡ ",Inrl¡ddc i¡¡Jl'f'I',l).


A su til\llljlO r'III[llé';ILI el :;,'1I:1r!O la ll1i1yor alcllI:ioll y celo I]lIB
le anilllil ('1\ 1'l1''.:¡1lI11! ri:' la" d: '1'1),il'iolli'S (jUl' Y. :il. auullcia
,ubre la I]uinta dt' ('1\ill'Cill,l lIIil humlll'I':; y rCl]ui,ieiuH de caba-
llo,.;, \' dl' la,; Ikmll'; de (,,11"11':"1' 1i'~¡'lilli\ o 1[111', por la urgellcia,
se klCl'eidu 1I!)li;"It!1I a tu!!!:!r \ lIt"l!',) ;.':,)hinlli) "il! el aCllprdu de
la, cúrli~". Elllrcli¡i!loyl :-;r'lIil:!il C':;I)l'ra 'lile liarla SI' oillilirú 'para
hacer illgl'l~,.;al' I~II ('] c.ll'l·cilo I~I rCii:,:III'lile qlll' 110 ,e hilya l'I'a1;:-
za¡J() de la, qllillta,; a:ill'I'i')!'c,;, di"!lIillllyr'IlL!O :I'¡ e[Hllero :;acrili':',
ciu IfJW S(~ '. a ú impolll:r ú 1\),; [l11\'!J!O';.


Correspondiclldo el ;';r'lladu a la ,'oilli~nza de V.l\I., se ocuparú
eon el lllajOr (',;i!ll'rO ()(; la,; 1('l(~S 1] Ile ya ('.,;t:l1I preselltad~, subre
aylllllalllil'lIllh v dipIlLIl'iollc,; prov ineiale" para qllc acah,. de fi-
jar"I" dl~ Illla rOI'lIl:1 c;ila[¡!c y acorde l'1)1l lcl Con,lilllciun 1'1 n'gimen
(k los [I11,)!Jlo,; y dI' la,; [ll'o,'incias, 19l1,¡]lllenle He\ arú Sil alnlleioll
a lo,; proyccl(¡,; d,' ley ';0111'1\ ill:itnlcrjoll y !Jcnefict!llcia pública,
objetu; dc tanlo i]llr'I'I", pal'iI el ad~l;lIllal11icnt(\ de la sociedad y
ali\ io de Lb lli','(',id¡lllc',;, y Ijlle I ralado,: [lOI' \, ~!, \ las lIórle,
aUIl en medio ¡\i~ la ac,it:lI'illll 111\ la gll\'ITa y del eSlJ'lIe,ndo de la,
arma.;, e(lllll'ibllyena da!' a IIUIl:ilra Cill¡,;a lill \crtladcro carácter,
ó[11\~ (:,; 1'1 de la CI\ illzac:llIl, 1III'han"!) clIlllra los enemigos t[ue la
',:I.;(nl>:\II'1I


¡:,q,IU!pi',:I!ll,: "\;1.\1 'P\J;, "té 1';'.1- ':i.', j;1c; !':j c~ ,;v!¡l'\) libl.:rllld tlt:




2M ANALES DE ISABEL Il.
imprenta, y se furme (le toda, una en que se concilien las precau-
cioncs que rc,\uiCrc el prei'ente tiempo de g'Il'I'I'a civil, con lo
que exige la i esa con,ervacioll de un principio cunstitucional,
principio qne (Icbe qucdar dE' tal modo aselltado ,qlW ~e h;¡II(~ r\(>-
fendido de lorla eornl[lcion, igualmente Ijue rI(~ la Jicenda que le
estraga y le corrompe.


Parte igualmenle preciosa y esencial de rrH('"lra~ ilHtiturio-
nc~ políticas es la .U . .'i., ballwrte robuslo de la Jihnrlad v del
rirdell, y bien acrecdora por cierto al elogio que Y. ~I. le "dis-
pcni'a por la exactitud y di,;t:iplina con que cuhre en toda:i parlt~:i
el ;;ervicio ordinario de ,11 instilulo , y por la hUl'.na \ oluIltad y
dellue(lo con que ,ulpmús aCllde Ú la pcr"ccllcioll (le las fal'cionl".
El cX~Illen del proyectl) de ley para pl'rfcCl:ionar su organizacioll,
anunciado !l0r Y. JI., srr:] oL:upacion llllly "rata para ¡~I ~eI\a,Jo,
que ;;~ hrrlla animado dcl dc,;co dc qlle el E-lado ,;aquc t()da~ las
ventajas que tiene derecho á e"!ll'rar r1e Sil nolJle iIblitueion.


CUlnlos proyectos de le)' propon,,;] el gohil'rno dI' r, !Ir. para
cOl1servacioll y :lulllcnlll de la bell\:!IIt'rita lIIarina, qlle tan eficaz-
mente se emplea en dl'fen,;a del Estado y para reparilr los male"
(111C el comercio sufrl' dl'l prcsf:Ille estarlo de eo,;a", 'I'r~n ret ihi-
rlos por el Senado COillO ulra~ lantas mue,;tras dl'l inLiligable celo
de Y . .'Ir. por la pro,;peridarl de SIIS slIlJllilos, )' examinados COI! el
ma~'or cuidado ~. atl'neion que exige su importancia.


El S¡:nado fclici la a Y. M. por el hilen aspecto q 111' IJfrccen las
¡HIn illcias dc Fllramar, y PO!' lo,; Ic.,liIIlonIO" frecucnks Illle n:-
,jllC ,¡(~ la lealtad de Sil, habilantes. "'IIIY de de'il'ar es que la, CI)-
misiones Ilomlmdas para que propongan la, !t)FS COII <JIW han dc
ser rr:girlos aquello,; paísl's t1csempeiicu Sil cucar!!:o cou lodo pI
acierto que se necesita en ('ste gravísimo 11l'gOCIIJ, rl'spl'elo al
cual espera el Seuado que en cuanto cltiempo y las circunstan-
cias lo permitan, se !Ienr;'! por guia el rc,;p('lo dehido á nucslras
antiguas leyes de Indias, que por su sabirln ria se hall grangeado
la \'encracion de propi,'s y estrarlos.


C:on igual sati5faccion ha oido el Senado que el gohierno de
Y. M., en uso de la autori7.aeioIl qne obtu\'o de las clÍrte,;, t1iri;rc y
acelera los trabajos cOlllcnzado,.; para formar el úrdel1 judicial, y
cuandu le sean presentados lo,; proyectos d'~ ley que V. ~l. >le ha
servido anllnciarle, te dará el exámen lilas r1etpnirIo; prometiéndose
como ('onsceuencia dé' la,; nH'jora~ de nlll~stra 1(~gi"la('ion quccnan·
lo antp,; se asegurara la illaullnilidad tille la Cun,;tílucion atribuye
á los magi:,lrados y JIWCC,; CUIllO fianza de la independencia de una
clase digna de consideracion por Jo allgusto de sm; funciones y
Jlur la entereza con que las descmpr,lia, ccrcada di) auwrgas priva-
ciunes y de continuos compromisos.


Por desgracia, seliora, la,; renta,; puhlicas no ~on suficientes
para cuhrir las cargas del Estado en la áspera situacian en que la
fortuna lo lir-l1e puesto. Para llenar la preferente atellciou que se
merecen lu:; necc5id,lf.lI'", del f'Jf~rcítl) y la que [amhí('1I dd)", dar~e
¡\ las del ófd~n civil, ea indi;;pM~ahle que VI)\;~tnJ !f?hierno '! 1\1,1




APE~DICE l'\Ul\IERO 3.0 265
córtes dediquen de consuno lodos sus esfuerzos á corregir los de-
fectos y almsos que pueda haber en la administracion de la ha-
cienda civil y militar, il l';tablt~cpr el úrden mas rígido en ella, y
la lllas se\ era economía. en todos lus ga,tos riel Estado. Tales me-
rlios, corrohorados por la r(;/igiosidad en el cUlllplimilmto de las
obligaciones dc lllw"tro cn~dito, potlrán cOlltrilJuir á la mejora de
llllcstra situacion, proporcionándonos recursus estraortlinarios COII
(pie haeer fren[(' it las necesidades tle esta guerra desastrosa.


Y. :Ir. :,c tligna. hacernos entrever la paz como t('rmino de tan
[)folongado,; esfuerzus y sacrilkios. Quiera el Tudopuderoso que os materualc,; de,eos de Y. 1\1. se \ can prontu l:umplidos, y
permita que la nollle fidelidad y heróica constancia de la naeion
sl'an coronadas pUl' esa paz, que es sill duda la primeru necesidad
del pueblo espaiíol, pero qlle su hOllor no consentirá nunCa sino
sobre las ba,es del legítimo trollO de nuestra reina doña Isabel II
y de nue~tl'a COllstitucion.


i\ladrid :!l de no\iClllhrc ele 18:J8.-EI obispo ele Córeloha.-
.Jos(' ~¡aría Calatrura.-Yiccnte Hamos.-}Íanucl Jo~é Quintana.
-ElllIarc¡ués tle ralees.


~'~.


-:~
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P!lUCLUU DE }I\lWTO A SI'S SOLD\!H)S.


YolllnlariiE JI \1 ('iJlo;; del reino dI' ;'\n-arra y provincias Ya,coll'
!!::tda". -- Conlais ci Ileo IlIIO, eH In plidos d,' he/'()ico,; ,;acriliciu,;; \ uc:;-
11':1 :;:tugre ClJpills:tml'nll' Inlid¡¡ en cllu" la disipaciun de I 1I1':ilra,;
furluna:;, l:' illllefiniiJlc, parlecimiCIlIII,:i el! llldos cuncl'plus (;:)1110 lo
,un lo,; quu hll!Jci,; prc:;ladu y l:OIl:iiC;'lladu en la hi.;lllria de IllC,lra
arlllliraiJle ['(~,i,;lcncja, alln no 1; a;.; 1111 1 par'a ,ali,;LICI'J' Iluy \' IlpLlcar la
codicia dc 1¡()!lIllrcs illlllorales que haJo la ;,;ullIl,ra sÍl'nlpre dl'l IlIlJ-
lIarC[\, y di,frllland\) d\~ 1h!''¡OIlI';' y pU:iilil a;; cUlllodidadc,;, han IIlt-
rarlo y len con fria indifl,rt:llcia I'lll'lilr:ts pril:tl'ilJne:i, falif!::t:i Y ,11111
'lIl';.;tra IUllerte, clJnlallluc le" a-l'¡.jure dllrmir ell la llJulicie y ali-
melllar:,!' a ll\ll~:ilra ('o,'la. Te~tigl)" ,;ui,.; del 1',.;larlll LI,;limo;.;u ca '1111',
1'c.l'lbl \ Ill':;[1'1I nlando y dil'c':i'ioll, y lo ,;oi" i"lIallllc.nte dl~ lu:; 1J,>,.;-
yelo:i y ctlld;"lll:; ('I)i! que h\' jll'O¡;lIradll no dar molilo 1'1 de,lllcl'céer
nw,tra cl,lIllianza, :-ii mi.; 1'I11'gO"; al monarca hall inllulIlo ele alguna
Ill:llll~ra cu Ylle,;lro lICIIl'licio, para qUI~ u,; Llcilil;¡,;c 111 qlll\ I',U .I!1:;!i-
cia os ('olTe;'IHlllde, :lun l/O h,: pudido Cl)l/Sl~¡.jllirlo. pOl'll \11' proyec-
tus de contratos PU IlllC:i1' amaüan cOlllbinad:t:i eSlll'clllacioIH':i par-
lirulan':" han oJ¡,;lruidu mis dC:il'uS y aleíl\llo du llli corazoCl la (',.; ..
pcrallza que pude cimentar un dia, ¡'uudada en reiterada,., palabras
eUIl l[lH! "e me a,cgurú]w se prcsecndil'ia de la,.; jlhll!' \'o]lsidcl'a-
ciollCs que dclJei, IlH~re(:er; llegando ;'} lal cslremo la osadía de hOIll-
hres 1lI;¡I\'ado~. IJIIl: il1lp\lnelllenl(~ cil'l:uLIIl Ilolicia,; en ql((~ os inju-
rian, lIlanifeslalldlJ (lile halhindOll'; cOlllp/('llll11ClIle Yeslidos y pa!m·
do,;, nada ma,; hacci" lJlle ¡¡I!i¡.jir la,; puldaciollc,,;; se han pro[llle~to
obligarme a l[lle o,; ('íJlIduzc';¡ :1 pelral'clIlIlra 1:1'; forlilical'iollc:; ene-
JIIigas, o sacl'lticaros ell IIUI'l"a,; espctlicionp:i; y cuan¡[1) hall Iueado
mi lenaz rcsi,lenci,l ú talll:1I10 de,;pl'I'eio Ile \'Ilcslras ,ida.;, hall re-
cllrrido Ú la lraiciolJ y IlIcdi,',; infilllll:' para alucinan),;: 1\1111'; hall
['~\ntl} y h~'..:ll<) UIW, p'uL>lt¡:acw¡¡ ül¡Jlld\ül,)~,\ do p<lI',;k~ i l [lIlC1'lfv" y




,\PF:\lHCF :\LUEHO 'i." 2G7
:iubversi\'o,;, han dccLllllll(ln en calle,;, plazas ~ mm cn el clau:'tro
austero y piado:io , idclb de anar,[uÍa, de "cdictan ) de saIlgre ; y
ello,; CI! lil!, [¡;lIl all!lJiciollac!o con criminal y ostcn,;ilJ1e ClllJlclio
I'n\ oh 1'1'11'; ('11 !lll('\;)'; ¡[e,;gr;Il'!:l- y :11l1:li'~,I}r;h, en Gllllbio de \ ue,;-
1m,.; Sill,;:!llllr,':' n }}H'(lIII!¡;¡r;¡lJlc:, ,',¡Ialllilhdl'~, olJligúndlJlllc lo:; par-
fl';;, !jnl' 1'i1111<:I,':,jll'lificali\ ,5 lllP flll'}'()il ú Tu!o,n. dirigido:',:i Ira,;-
lomar !Ili jll;:11 ! 1.,'1'('1' !j1!1' 1(':lir [JI'('"UnhO :'1 (',le ,¡¡('lo di) hOllor,


di' I,';III:¡¡I l \ :lidl', ('Ol! ('1 ¡~Il d,' caoli~;lrla ,:r:1\ ('dad!l(' laico ('';C(,-
';0';,-\"':'011'0_ 1:ldo- ,;:t!JI'i,; lo:, hecho,;, jl'1J'lJll(':i\I Jloloril'dad es g('-
lIi'ral; i,~Ij()rais lJue lw Ill'ilido lre:, \ ('ces al 1ll0narl'a pur ('lllHlut;[o
¡J" Il''iIH:tal;ll'~ pl'r'ili~la,;:¡ W; l''itan ;1 mi lado, 1:, 'icpn.l''1CiOll de UII
lllandll qll1' 110 llri'l!:ndi: ]I('rll ,!U!' Hila Y!'¡: admilido !lO lo lIlillll:l!lll'l"
,"In la iglllllllini"sa lIfl'l'¡:[il. 111' 1I11'il'rndo '11('slra Uill'ilallCia , he
)lo\;]do rlll',:I}':) d¡':~II-I(), Y lIC1I1I de: l'('I'ollo¡imi,'ll\1l illa ri'putacioll
frakl'llal 'l"U o,; 1l1l'('C!.("I, lllllrirl' enll'!' \ u:iOll'fJ:i; pl'ro o,; juru )lO
pl'l'i:¡ilir jiu!' 111,(:, lli':n!l0 ['1 !!'illll:il de la llrll'ria, di: la codicia y del
L'!);.~·ail(). Prl\:~rJ"; li)~ at;tílrc.~ ¡lltllet!i;lto:' qllí~ lH'l)1;Ocaball 1IIJa ~ellicioH
lll¡'Jit:¡r. 112 lllalldadll ej~'cttlal' (~tl ~u" pc:r;';()~:il~ UD cje:tplar castigu)
I[\!" c'!'!':1 :Io:¡;!ril frcllo ;11ll:l'I\lill:lC!Olll''i qtl!' podrial! lJ¡!I'cr illlermi-
llaL]\'·: \ ii\':":ro,,,; Irab;lju:-:, \ aca:,o illutil¡z;~lldulu~ lIac,'1'os llorar el
Illd~; ¡lItl) ~l'ad() de illrl)rll111i~L E¡ l'ii.!o¡" ¡k 1;;.~ ¡¡('lId": que l~.~labl(~(·(\lI
I;¡~ !(\:J\~"; lL::iLlr¡\:" ;1(';:1);1 t!(~ h;:~'t;rj~~ ;:;\\~ltjr, >- Sl'l',~, lllC''\Ol'dbiP, para
:lpliC¡li"Ío ;1 ('¡¡i¡i/pIJer;l qu n , 01\ id~'uld!)~e de ~us sa,~r;1du~ tl::lJcn'~,
tt';!~ll~hP \'! li l¡' ¡JI' 10"1 jJli~.l;H)~;.-Cll;lllt!() Sl' (';}!1:l(~ l'l pri¡jll'l' p:('r-
tJlf.::l I'l:\ ()1¡¡(,¡oll~lrirJ l'll ql!~\ ha:¡ p:'i';(':l(:id!) e:1Y()¡~ crnu~" yo lni:-;n¡o
()~ P!\',·:\'¡d;¡n'~ la jll",~¡¡¡C(:C<(jll l''d .. ~ ld·lt~,ti:.::d·\'\ I~U;l el t'\JlI:"t'jero
11(: Ja ~¡!!.'rra fludi!()r r!,'l~:H'r:-d í'.:~'\i\~i:o; ú quie!l 1:'< l'tlinIL~~ll}do
todo:-i 10:-: ('onlpru!)a:l',C'~ c¡ur (¡JlI'illl ~;~ e11 mi puLlcr.-\ (Jlull~al'lO~ ~
1I11!:k~ \¡illl~ di' 1';;1,' l'1'illll \ jll"'\ :lIi'ia,; \:1"1'011[(,;<[,]';: ,i\ a l'l re:"
\ i\ a la ~1!L()rd¡!j¡H'i()ll, \ ~l';l 111l('~ll'ol(I])1(1 1'l'li:}i:J!: 1" mUl'rtp. \ l'l':-i-
tallr:lcio!1 d(\ Il~!!'>~lra~ jilllig:¡;t:-; le: (':--, p(lr'CiIY;;~J,r:j~~¡pJ(!::-.,l1H)l'ire-
1l1()~ [lld1l:", Y L¡ill'('HlO:-; de Ill¡c;-.Iru lado llltlll l!Ull!!lj';\, ;lllllllri()~U qlll'
lill Cil\lili'rl~ <11 Iriilllfll dl~ J: l':Jli';d Ijlle Ikrl~Il'¡I':::II:', y por la '111(',
\ l'i- i'1IJ¡i''l'ill tll' II!tu y 11<' jl:J!!I"':éll Ú \ ¡¡e-lri):' ¡::::Ir:" y jllll'IJI\J,'
'i !Ii~ 11'; \ 11'1'1'1\ 11<1"('1'. -- E,,f,,!la l8 (le: fl:lm:rll ¡JI: i :,,:l~I, - El gde
de E, <\1. (;,-!'tal':ll .. 1 -"brulG,




C\TIT;\ .


Seiíor: la i1ll1ifl'l"l'neia COll que \. H. ~1. IIJ e~cllc}¡all() Illis cla-
mores por el hien t!1~ ~Il jl¡,;ta CallSG, ¡]"st!(\ (Iue tU\ e la hunra de
pOlwrlllP a S:-\. n. 1'. I'n !'\ re.ino de Portugal para dl'fl'lld('rla, ~ 1Il,!>
parlinllarlllente uc:;dú mi, ~p:rias cuntestaciolles cun el gClIl'ral
Mureno, o,;utreeicndo y dC:iprcl"ian¡]u Jlli particular ,cnicio 1)1"(':;-
tadu Cl! la batalla ,;o,;tl~nida contra el rebelde Espartero ,;ullre la,
allllra" de .\rrigoniaga, lo qlle pll¡]O y dehió haber prc,;enlado el
término de la glwrra IllW,,11l IIIW el ml(~nliglJ conlaha solo por aquel
entonces COl! el re"to lit) muy pocas fUl'rzas, dr;;IHH's de que Bilbao
huhiera sllCllmhido pnccrrado I~n (\1 tudu "U Cj<'~LTilu con la dirision
ingle:.:a, amilan,ulo y ,in n~l:ursos para :iuh,¡,tir ocho dias, herido
su caudillo, y CUL! la pr¡,;ili\'a cunlianza {(III' yo lelJia de 'lItIO ILIl "ulu
hombre no podia e,;eaparsc, y de conSli\lLientl'., la franca marcha
de \. JI. para .\bdrirl, eVLtandll con su ocupacion lo,; arr()vo~ de
"angre flue han corrido pOslcl'iormen\¡'" mI' ha pLLcslo t'n d duro
ea'iO, 110 dc faitar a Y. ~1. comu habrúlI procurado hacerle creer mis
eneLlligos per:iuL!ales, Ú por Hll'jur secir, los de la cau,;:I dc \. ~r.,
si dI' adoptar algunas 1I11'dida.; 'Iue ailC!HlrarÚIl el órtlcn para en lo
sucesivo, la sumisio!l y rlisciplina militar, y el respeto (Iue las de-
Illas e/ases y personas deben lClll1rmc por el preferente encarp;o ~
que he llegado cun honor, y con:ilantemcnll', "ini(~llIlo con utilidad
a mi palria y á lUi rey.


Es el caso, smior, I/lle he mandado pasar por las armas á los
gellerale,: Gllergll{', (~arL'Ía, SaLlz, nI bri¡.;adier Carmona, al inten-
dente [riz, y t¡lle estoy reSllPlto, por la I'IIJ11probacion de, un at(',lI-
tado "l\di~ioso, para hacPl" lo mi'llIo con otros \ario,; , que pro(;u-
nn', su captura, sin miramiento ;\ fueros ni di:ilindolLcs; penetrado
de que con tal LIl()dida SI' aSl'gura el triunfo de la causa que me
cOIll[lronwti Ú defcnfIPr, IlO si,\IItlo :;010 de V. :\1. cuando se intere-
san millares dl~ vivientcs Ilue serian victimas si Sl\ pcrtliera, sir-
,iónlloLlle ell el dia para l' apoyo de mis r('~ol\lciones la voluntad
general, tanto del I'jércilo como de I05 pucblos, cau,:ado:, ya cuan!":,
)PIl dingil¡n ;~I tilHIIJJ rI .. '.~:jl,a Lla\€\ HDlurm,a, r:!lando v~ (Ilvi'iI t,t
)>ll"rl(l de ~ll ~all'¡¡r!I;'I,.




APEXnT f:E ~l':\n:no ¿;. o 2li9
Sc~ alguna HZ, Itli rey y ,;cITor, (¡lIe la roz de un \'asalto fiel


hiera el eorazon de V. jI. para c¡;der. a la razon, y es~':charla, aun
cuando no sea lilas que porque cOIl\lene; scgnro ('unlo debe estar-
lu, de que el resultado le palentizar:1 el engaiio, y particulares mi-
ras de cuanto,,; ha,;ta el dia hall podido acollsejarle.
I~II 111:1II0S de \e. jI. esl:I, sellor, la medida Illas noble, mas sen-


cilla, y mas inLtlibll' para cOllciliarlo todo. :\0 (\psconoce V. JI. el
gt:rllwn d(~ discordia que se abriga y sosliene por pcr:iOnages en
ese cuartel real; JIlallllclcs y, :\1. marchar iumediatamenle para
Frallcia, y la paz, la armonía y el con lento reinarán en lodos sus
\asaUos; de lo conlrario, ,",cllor, y cuando las p:Bionc" IIrgan :i to-
car su l!\rmino de acaloralllipnlo, los acolltl'cilllienlos se IlIlIllipli-
C:lI\ y se clllnall las d(~,;gracias, ([ue siempre lkben (':;limarse cumo
tales, la prccisioll dI' procr,der con Ira la ,ida de sus semejantes.


Ik;uello he' eslado para rrliral'ln(', al lado de mis hijos, pon[ue
VO. S('liDr, 110 vin,' a :icnir a \. :11, [loriJuscar forlllna ni rcpulaeion;
¡Ji'ro al pre';l:nt!' nu pucdo ya yerililarl'l, clIlIsa;,(rada mi c,í,dcllcia
;¡J lJil'lH'slar y felicidad de los pl)(~bl(Js y lid l'jt'rcilo, (11W 1)(~I'lI~lIPcc Ú
I',;la,; prol"lllcias; y por lo lanlo rUl~g;() il \' .. H. de 1I1ICVO ,;(~ pr,~ste
a cOllceder lo (\111' lodos deseall, y qUl' lal \ ez Llcililar;'1 el [('['[Hino
de una i,!,lIerraquc illllllda el suelu CS[l;llllll de sang;rc inocente, ycr-
tilia al capriclllJ y a la fl'rod!lall (11: alguuo,; all1l)lcioso".


TCIIg;lJ dl'tall:ldlJ a Y. JI. ell n~pdidas ocasinn¡'s las personas ([lll\
Ih)l' SIIS hechos han bll,.;cado la udio,;idad general; y tllU) ('()rca de
,¡ lil'lI(' 1.1"; <]11(' !lIcrcn'll opil\ilJll ,llU sulll enlr'~ Ilo,;ulro,.;; lIúmc-
la:; Y .. \I.:I 'u lado p~lra 1:1 diJ'()é'l'ioll y I'on,;,'jo 1)11 lud!):; los asuntos
lJlle p;lrli,:lllarll\l)lIle ('11 ld dia 110'; ag;ilall y Y. M. se convencerá de:
IlalJer dado rl p,t.;o lila,; prudctll(' y,¡,:erlclllu.


Sabe y, JI. qlle licne sepullallo,; 1'11 ri:~()rllsas pri;ioIll'S por nITos
('lItI'ro,; Ú gl'fl''; 1l1'1I('llIl~rilos (lne la ('Illulacioil () la mas lIegra in-
triga iududabklllcnle pudo prescutar á Y. :\1. como crilllinall's ú
traid')re,:, bajo cuyo principio Sl' formo Illla causa que la miliria
t¡cne o:;curccida con adlllirarian de la Eurupa cnlera, y Y. JI. dc-
l){' conocer que hay un ('IIlIll'IIO singular de soslener el conceplo
1[111' arrojG 11('sdc Illl'g" su l'I'al dcndo '1uc le hicieroll ¡¡rmar y pu-
blicar dc"plIl's d(: Sil regreso :i úS[;b proyjncia,;; y Y. 1\1. lIU habrá
011 idado cllanlo ,ll[¡re eslc parli~lIlar lengo dicho al secretario don
Jo,ó Ari;¡,; Tl'ji'iro para \enir ell conocimienlo dequi('ll es el aulor
de tanlo ClJllIl'rOl1li,;o.


Yo debo ,.;aIrar lI\i opinion y jm;li!i¡'ar mi l'Ompllrtalliicnlo á ,la
faz tlellllundu enlero C[lIl) me obscna; y por lo lanlo lile pcrnll-
tiril V. j1. lJllP d(~ al públieo, por medio de la ílllprl'nta, e,ta lni
l'I'nrpnlr, manif('sl.:lcilln: asi cumo suce:,iralllcnle lodo ~uanto lwga
r('f('rencia ~ lallO, ¡¡arliculan:s. .


Dios !:(lIal'lle la n':l1 per,;IlJla de \'. :\[. dilatado" nITos para IIICIl
de ~1I:i ,a,allos. -Cuartel !H'llcral dc EslcJla;!ü de febrero de lH:I!).
- SPlIOr. - A, L. IL l'. dc~V. M, - SIl vasallo y gencral-- ltafarl
1\Llro{o.




rnOCLDL\ DE nON CAHLOS FECHA n DE FEllllEHO DE IR:i!I.


YolnnLlI'io,; 11,'.]('-, \:j';I'()!l~·:ldll'; y na'.;¡rro,;. El ;;('.lIcl'al don Ha-
f.lrl\Lll'olll:i1IlI';lllih 1li-llllllr!iI 11111'; p¡"l'lido ,., illiligllll de la ,'I)IIIi:III-
za y la ]¡IIIHLld ,'1111 '1(1" 1,'.II:tllia di . ;lill,!lIidu, it pI'';:lr dl~ ~(I :llIl('l'iol'
clJllIltwla, al! liJa dl! COIl\ ('rlir la,; ¡¡mld'; qtli' le Ilalli:l cll:::tl'gadll
para balir ú IlIó e!l(,I!I¡~O': Ikl l¡'clllO y dl'l all:11' l'oJllr,J \ (¡,;olro,; lIIi--
1l10~, fa~\~inalldn y l'tl~~liiand(J ;1 l{~s pl1(~ldo . ..;, ('Oll gl'l):-\¡'l';I~ c;J!llrnlli:l'-'1
al:lrIl1ll1:do, ,;,;t:iIIIIl:!O 11ll.;la con !Ijllll>;,¡'; ';1.'di,·iIHI:i \ lle!lo,; d,' c,¡J-
~L'dlHk~, ú la ill:-:.:!lHlrdlllacinil ~! Ú 1:1 ;lIurquiH; 1l.1 rfl~i\ad() ~ii\ Pl'\\,-
cedpl' for:l!ilCillll de ('all ;a Ú 1 ... I.J\t:t'L'ld(I,~ {'!!hil'l'lo..: d~' gloria ¡'il (I, .. ;la
lncha, v :í ~er\ idí)n"~ L(:;lcnl~'~!'tlO'" t~r)r ;--;!h ~t~n ici;}:-; \: k¡lIlad ;¡¡'rp-
ditada " ,lllllicndo mi ll:íICl'il:1i corllzull ell alJ!:lrf';Ul'a: Para lu;~r;ll'lo
ha slIplle,lo qUI: ollr;¡IJa COl! !lli 1\'11: ;¡prolJilC:OII, PII;':, ,;1>10 a,;i ]10-
liria (~tlC(lntl':H' cnL¡'e \"o~()\rns ill!i('lI k. o!}:'dc"'il'.,,C'; lllla lLl oL¡(~:Ii~;o
ni la ha ,;olicil::dü , ni j¡l:lI:l~ ,;c;' la cOllccdC'I\' p:lrll ariJilr:tl'ieL1IHle,; y
crÍIlIl'IlC';. .


CjJlJoeois llli:~ prillcipio,,:, :-;:Iht~is ~¡1i:~ iH(,p.~;ln:l'~ dt'.~\"('lo~ pni"a
yu,',lro hiclI(',lar, y p;:ra ace!crar ell'·'I'¡ninll di' lo:~ lIIale, 'lile os
1111iJI'I1. l,l:lrulo ha oh idado el n'''pelo d('bido 1·( mi ,;u],cl':¡¡:ia y lo,;
111:1:-; ;-;agradu:; deberes, para ~aeri¡ieart'lltcralll(\:lln Ú I()~ (jHl! ~(\ opo-
llell COliJO un diqu;' i!l';';pi'l':lble :·1 la rG\oltICioi! 'hlll'p;¡¡!ora, para
('';pOll(,l'iI'; a ,;el' \ ¡¡-¡imll, dcll'IlDmi;\il ! d:, ,;11'; 11'11I1I:1-. ;-;eparl\(\o ya
del mando ([pI cj(,r(~ilO, k d"I'laro tr:li,:or, COIII,I 11 ,:nalqllipra ([11('
dl',;pnc,; lk (',;Ia lkc:l:lr:I,'ioll, :1 qUI' ¡rllino ~:' k d(·, la mll)Or pulJli-
cid:ld, le aCl\ili('. Ú ul)('III:I.:·;1. l.iJ'; ¡~d" . ; Y 1I11:0I'i,[:I,!1'3 d~ kil;('; dI'
:-IL'~~ ~~ualqtlicl'a de \ ():-'!llro~ C~;L·l atllol'i:~(ld(J jura traL1d,,~ l'ODlU t;d,
';lllO 'C 11rI~,Clll:l illllH'dial·¡¡;I:'!ltll 11 I'I'-!I'.lilder allle J:¡ l:'! .. ir:- didado la,; liledidl::'!JII¡' !a-' cin::¡II·;l:IIH:ia" l',i~·"ll p:HII rn¡--
lrar 1',1,) Illleyo l':::i\I\'rzv :I'~ lel rn;.:lucioJl, 1[111' alJ,¡li.da, illl!lole¡,[I'.




AI'EJlíllTCE l"rmmO G." 271
prúxima a sl\cumbir, solo en d podria ¡abr:l!, su c~I)('!'anz:l. Para cje-
cularlas CUI',lIlo eOIl mi h~I'I'¡jl'o njcn:ilo y con la II~allall tll~ mis :11l1a-
dos pueblo,;, lJil:1I seguro de (jIW lIi UIIO sol n de \o,;otros al oir mi
HIZ, al salJl'r mi YIIIUlllad, se lllo:ilrar:i illdigllO de t:sl~ suelo, de la
justa y ,agrada Call":l (lUC ddcndclll():;, de las lilas ú que lile glorio
lllarehar el pnllli'I'lJ, p:lra "alyar el [rollo COII el <lu\:ilio de Dios. ele
lodos ;;lIS ~1I(:lIlig()s, ¡', perecer el primero, si prct:i:,o fuere, entre
Yosutros. - Cuartel real de Vergara ':!1 de febrero tic 1 R39. -
C~lrlos.




PHOCLBlA DE DO~ ORLOS FEClIA ~1 DE FEBRERO DE 1839.


Constantl~mentc animado de los prineipi()~ ue justicia y dc rec-
titud 'Iue he cOllsignado ¡:ll todos los actos de mi soberanía, hl: que-
dado sOl'prendido cuando dl'SpllCS de las nuc\ as y ll'alrs infurma-
ciones he risto y reconocido qlW el tcnienll' gt'ncral ¡iefe de IUl.!i.
donltaf,ll'l j[arotlJ ha obrado en derl~cho de SlIS facultades, y guiado
por los sentilllientos de amor y litlelidad por mi jU~t;l cau~a, de !jUI'
ha dado tantas prllebas. Estoy justallli'nte (l\'l'suildidll que lo~ ru-
Illore~ contrarios fUlldarlos l'll falsas suposiciulles, si 110 fueron el
resultado de ulla malicia criminal, se nll~ presentaroll ú mi real con-
fianza de una manera ex.agerada, con intenciones malignas; y Hu
debo permitir circulen mas tielll[lo sin la debida repar~c,iun Ú su
honor manchado.


Apruebo las medidas tomadas por este general, y quiero que
continúe comu ante~ ti la cabeza de mi valiente ejército, esperando
de su lealtad y patriotismo que si nrdaderamcnte se ha resentido
de mi declaracion ofcnsira, Jos efeetos deben cesar con la se~uridaJ
que le doy de lIlle ha recobrado mi real conlianza , y su reputal:iOll
injuriada resl(jblecida.


A e~le efecto quiero que sean recogidos y quemados todo~ los
ejemplares del manific~to publicado. y que en su lugar se imprima
y se haga circular esta espresion de mi soherana YOluntad, y que
se dé en la órden del dia del ejércitu y se lea :i la cabeza de los ba-
tallones duraMe tres dias cOllsecuti\os. Lo tcndreis entendido y
comunicareis á quien corresponda. -Cuartel general de Yillafran-
ca 210 de febrero de lS3H ,- C:irlo~.




,lP'::WDICJE NUMERO "'.0


t;AHTA DE CA BRERA A DO~ CARLOS.


SeDor: aunque desde el IllOmelllo que luve noticia de las ocur-
rencias de esas provincias acaecidas en lebrero formé la idea mas
pxada de las tramas de la re\oluciun, Ijue ya no pudian soslcnp,r
los infames enemigos con la fuerza de las armas, y de que a,i por
los antecedentes lllle If~nia, COliJO por las correspondencias inter-
ceptadas, estaba bastante cereioradu: los detallt~~ circunstanciado.
4lW me ha dado el brigadiílr llalsameda y Alvarez Arias, acabaron
de eOIlYellccrmc, mi amigo Arias TeJeiro, á quien COIl tanlo gusto
acabo de ver, me ha puesto al cabo de cuanto cOllvenia saber, y mi
coraZOll augustiado al ver el trato tan indecoroso que se ha dado á
un soberano, (Ille por lodos conceptos es tan digno de respeto v
amor, he tenido el mayor pla¡;er en saher porélmismo la soberana
voluntad de Y. M, (PW es la (Iue ulIicalllcnle be de cumpli¡'.


'. V. M. conoce los selltilllielltos de lIIi coraZOll, y que constante
ell los pl'int:ipios de la llIas pura lealtad, jami¡s lile he separado ni
me separaré dela senda 4ue he seguido, y si no [¡all sido suficien-
tes pruebas para dell10strar esta verdad las persecuciones que he
sufrido y la sangre que he derramado, sé ala evidente mi rectifica-
cion en las promesa's 4ue he tellido el honor de hacer á V. M. y
asegurar reiteradamente no tiene Y. M. Ull vasallo mas fiel, ni que
pueda escederlllC ell alllor á Y. M. Y gratilud á las consideraciones
cun que su real piedad ha tenido á hien dispensarme.


Sefíor: para satisfat:cion de V. M. le aseguro que este ejército,
que tengo el honor de maUllar, está en el mayor órdell, suhordina-
don y lIiseiplina militar: allllismo tiempo llue su Jidelidad yentu-
~iastllo son imponderables. Son repetida,; las vit:toria,; que ha con-
seguido del enemigo, que lleno de terror confiesa que su iufame
cau;;a está destruida por el ejército real de Aragon. Parece que
Dios con su poderoso brazo protege visiblemente y dispensa sin-
TO~1O VI. 18




274
guJares fayore,; á Jo,; J1pJp,; 1[11(' ,incn ú Y. -:Ir. :Iquí y ('n Cat~luiía
con tanto celo ~ lidelidad para cüll';llelo de \" . .\l., 1'11 cOllllll'n,;a-
ciul! de las desap;radalJles IlcllrrcIlcia,; lk (',a, P\"{)I iIlCi,IS, (1111; han
IklJido afli¡úr sohremanera el pakmal cnr:IZ<l1l dl~ \' .. \1.


Tengo al mi,;n]o t iplll [10 el gu,to de decir a \. \1. 'lile (',k ('jl"r-
cito no es!:'l eOIlhlIllinado, alllp,; se ha Pllritic:tdo 1"1111 la ,cl'ar;lciull
dI' las filas \cale,;, y aun de esllb prül incÍas, de algllllo;; ('u ljili('11
no cOlloda la huena fl~ y pureza ele intcllcion (!'Ie hay Illl 1l0,;utl'I)",
qlle (',l"nlo,; lodo, decidido,; á Illorir ante,; \jlle Irall"ip;ir ('Il I() !lLI';
mÍnilllo con Ilupstros clll'migos, p;lra que \" . .\1, ';1) sil'!Ile ('n Sil
trono con el dehido esplendor, llIande all"ulut~IIIt'lIt() sill ll';llJa,; 11/
otra,; ('un"iLll'l"ac¡olll''; que 1<1'; que ,C;ln de' ,;¡¡ real a~r;lIto, Y]¡:lp;a
rrnaCI,r i'll esta alli;:;ida palria la \ enl;ldera paz y t"t'licitlad qlll' dl',-
,camo,;, No hace LllllClws dias ,;:' jlre';!'/Itl) Ikllcn!!lIl:l'o \a~:llld,)
por e,;tos fieles puelJlos, jaclalldllse lJlIl' ya IlIandaha :ill parlldll, y
espan:iclldo I !lces slIhn'r"il';¡'; y alarmante", lo he mandadl! arJ'l'"lar
y ,'era caslii-;illlu 1:<111 ¡(1"I'1'(jlll ¡[ Urdl'IIi1l1za.;Í liD sl'r '1111', \" ,1. ,11
dii-;Ile prel'l'nir otr:1 el)";/' lIe procurado o(,l/ltar al~lIll1J ¡Jl' lo,; ';UI'I'-
sos ¡\,: I:,;as pro\illcia,;, olJrandu con la mayur Pl'lI(\I'IIl;1Il pu,il)l!'
para t:\ ilar l'sci"io[l(''; y di"cui'dia,;, adopta/Id,) por único sistelllil la
de,;truccion dcl enemigo; y si -p me cOlllllnil:.;j al~llIla real úrden
4ue e"té en contradiceioll con lo,; principio,; de Jidl'lidad que prn-
fe:lO, Ó cuyo cumplimiento pueda causar ('Ima,; IIlíninlo perjllicio Ú
los dcrcehosab,;olutos tlr Y. ~l., rlpjar(' de (',j(,~lItarl:l, J¡a~ta !JI\('
por conduct.o reservarlo de mi conlial!Za, 1') dI' ott'lllllodo in(!J[r!ahll:
sepa la libre yoluulad de V. JI. Y. 1\1, ,:111(' (!'w I'slo disla mucho
lle ser falla de respeto y SUlllisi(\1l Ú Y. :\!. Todo lo cO!ltrario, fjlli(~­
ro morir antes que fallar ni permiti r qlll~ iltro falle,


Estoy de acuerdo con el conde el!' Esp:uia, y estrechar¡" mi,
amistosas relaciones aynrlállllole, ca,o lI('('c,ario, en las operacio-
nes militares, para faeilitarle las lIlayol"!''; \enlajas f!osilJles en ('1
Prinf'ipado.


Sin lle,;alender estos oLjetos y otros intcrc,anlr, !file me lla-
man estraordinariamente la atencioll, pllel\!' ser (',;ticllda las 0]1('-
rJClOneS iI otr8s Ilt'o\'incias en contacto COII esta,;, y cn ,11 caso 11('-
cesitaré nombrar alguno Ó alp;lIl1os eOíll:lIldallte, gi~lIrralc~ pro, i-
sionillmcnte y hasta qllc Y. JI. ,e digne l"l'sol\'Pr lo qu~ SPil (\p,;u
real beneplácito, pareciéndome no pedir :\ \. ~I .. la debida <intori-
7:3cion de un modo público para eritar cOlllprolniso, y que se frus-
tren mi, plane, y esfuerzos, á noser Ijue V. )1. "c sir\'a prevenirme
otra cosa, que siempre ohedeecrc' cie;:::amcnte.


Seiior: no quiero molestar mas la sobnalla atenl:ion de \'. ;\l.;
pero no puedo r!('jilr de repetirle que Cabrera rO' ,,/1 mas fiel \asa-
110, y ¡¡un tiene y, ~I.b:¡yonetas rll (',;11: e/l/Tilo suficientes y di,~
puestas siempre ú su,tcller la libre 1"I"'lJlueioll de V. ~l., por lo
cual no tema V. :\1, á cnrnngo;; de n1O;:::ulla clese, porqne am.:iliarlo
de Dios, que tanto me ha protegido y favorece, yen cnya illlmn,a
Proyidencia confio ei('!,ram('nt~, por la int(~rcf'sion de nuestra So-
berana Reina, y las súplicas de mi inocente nJudre sacrilicada por




APExmCE Kmnmo R." 2i5
los impíos, esporo 11('\ ar :i r. ,1. lllUy protlto Ú ~Iadrid, en domle
tr~nqui]() y libre de 1;1'; au~u,;tias que hoy atligen it su real y pia-
dO:i() COraZIJII, pueda obrar COII clltera libertal] y (;OlllO solJerano. En
pI ínterin rurgoy rllg~lIIl), lodlls;¡ Dio,; consene la intcrcsantcYida
de \'. ;\1. O!IIl'llIJi ;\I-lIb, \ llelle !le prosperidades á 511 real familia.
C¡]ntavi('j~ :!lJdc jUllio de jti;l~¡.-Seilor; A. 1. U. P. de V. ~l.
-llamon Cabrera.




CARTA DE DON .TOSE AfIJAS TEJEIHO A DO:-l CAI\LOS.


SeDor: segun tuve rl honor de escribir:í V. 111. desde Caseras,
despues tle de[(\l1t)f\lll' ea (atalulia t~ltiemJlro preciso, que \'1 CUlI-
de de F.spaiia deseaba prlJlougar, y ¡¡ur, yo tamhil'a he prololl'jado
gusto,o UIlO,; dia" para que el curond dUIl ~lallll('1 H1alll'Z, UIll) dr'
lo~ mejore:; senidores tlue y, 111. cllclIla ea el ejército, plldie:;!' so·
bre la victoria de las Pila, hacer la sorprpsa de la patulea de :-1ur-
ria, :í la que tuve la satisfaccillll de cuncurrir bajo aOlllhre SUplH'';·
to con el fusil, la callana \' la mallta catalana al hOlllbru entre los
voluntarios del batallo n nlllllcro \/;, he 11c!,:Hlo felizmente :í estos
reinos, y el ü del actual mc h\' reuuido eH .'Iartill coa el conde ue
MoreJla. IlIesplicable ha sido lIli júbilo al 'el' por mi lIli:'lllO lo~ es-
celentes sentimientos de (',te illslrunlento \bible riela Pnnidcncia,
su lealtad acendrada y los auxilio3 sobr,'ltaturales con que Di(),; n~­
compensa su recta intcncioll y su celu sin igual. ]}ps(\e las pri-
meras noticias de los aciagos acontecimientus del Illes de febrero
los miró bajo su rerdarlcl'il jlunto de ,ista; ('unociú su tendencia y
sus causas, llue ojalá 110 hubirscJI ,ido Jluestas tan cn claro por pi
tiempo que ya ha trascurrido; y con IJrel ¡"ion y prudencia prohi-
bió hablar sobre ellos, ni ocuparse de otra cuestion pol!tica que
vencer á los enemigo,; dt~ V. "'1, l~a el eampll de batalla, mientras
él tomaba las I1ll'ditla:i oportunas para CI itar siniestras inlluencias
en el ejército, y para redoblar Sll entusiaslIlo , decidit"II(\olt' ;i pe-
recer antes lIuC 'sucumbir a la,; trabas llIaniticstas Ú solapada, de
la re\'ollleion, á todo lo que no sea el triunfo comldcto de V. ~L
como rey absoluto, sin compromiso,; ni cundir,ioncs flll" puedan tic
/Ilodo alguno eoa~tar el libre l'jcrcieio tle, S\I HJlulltU(I,an¡¡;nsta.
La venirla del bngactler TIallllaseda , tan dlgllO tic aUXIliar a ('str.
héroe, y de Aharcz Arias r,¡uc sigue alladu de aquel y se hate en-
tre los primeros, continl1lJ su juicio y produjo cl efecto dt:seado.
Hov que ha sabido ;1 fOlldo los bcdlflS y lo que V. M. quiere, obrara
sin" recelo segun los principios y 1,1 lidl~lidatl acunsejen , aunque
con todo el tino y direccion t¡1H: p,) s(,l'\ic;o de \. \\l. exige.


El cielo le protege visib!euJelltc ) In cuncede yictonas mi\;¡-
grosas en premio de su celo. Nadie ama y respeta á \. JI. (1Il1S




APENliTCF: !'\T~IER() 9.0 277
que Cabrera, V. M. puede contar con ¡\I y con su ejórcito para cuan-
to quiera. Este solo ba:itaria para dar la ley ,¡ la revolucion en to-
da Espaiía. La reyolueion lo sabe muy bien, y sus mismos periódi-
co~, aun r!e>pIH's de Sil (,(,lebrada \ icloria ahi sobre los absolutistas
fí sobre V. M. f[IW ('S lo mi,lllo, y de lo,: rev('scs que ue,;ue enton-
ces han si:1o(;()[lsi¡.o;uieutes en c,a,; prnl'incias, 'gritan á cada paso
(Iue aflui está la cllcstion de Vida ú de nHH'rle para ella, y liemblan
)lar el descnlace. Y puedl'1l lemblar en dedo si Dios, corno espero
en Sil misericordia, cuntinúa asistiélldouos. En el dia tIue Cabrera
llegue ú disponer del IllllllerO de armas tIue podia tener, C0ll10
r. ~1. inferirá (ahora Uf) ha tenido este asullto la publiciJaJ tIlle
antes luvo), y asi que Jlueda au"ilial' el COliJO de Espaiía, doblando
ú triplicando Calaluiía SIIS fl[('rzas,la l'lwollldon se desploma con
todas sus intrigas y perfidia,. Tellga y, ~I., seiíor, este cousuelo
eu metlio de !;Hltas allicciollcs: el Selior ,~ su Santisíllla Madre da-
rán fuerzas á V.Jl., COIlIO se las [¡all dado' para resistir a tantos tra-
hajos (. infortunios con que hall sido probadas sus virtuJes, para
!JO sucnJllbir á los esfuerzos de la traieion y de hombres prostitui-
dos á sus pasiones. V. M. s:lhe II](,Jor <¡Ile yo que la revolucioll 110
perdonará jamás á VY. ~L\I., llue son mentidas todas su,; pro-
mesas, que ~olu acariciarla es sllcumbir , que el débil con ella es
vencido, y solo el carácter y la constancia la subyugan; y que 1Ina
vez que se acceda á las concesiones y exigencias con que sus fae-
iores aparen tan sa[isf<l~er,e, la reslauracion es ya imposible, y
V. i\r. y sus fieles vasallos, frustrados tantos sacrificios,lIo yerán
sino males y desgracias, ~ienu() al ¡¡I[ ,ídimas de la anarquía y de
la impiedad.


Y. !\I. sabe hasta donde puede llegar el sufrimiento; y yo estoy
seguro que V. jl. por ninguna eircn nstancia :ie pt'!~~tara á r.;ompro-
misos funestos que no IlUt\dan deshacerse y lI'W pierdan SUl'ausa,
á amnistías, á reconoc.iulienlos dc ¡'J, clllpréstitos de la rcroluciolJ,
ú palabras que eJllpelien con la;; po teneias c:itrangcras sobre el sis-
tellla que haya de seguir,;c cn ~ladr id, por ejemplo. ¡Dcsgra¡;iado tk
r. ~1. y (lt~ lodos llosotroS ,i fnese ligado á m trollo! Cuente V. ,\1.


COII el lriunro eorno indlldalJlelllel',tc mit~lItrils "ü';LCnga los prlllcl-
pio, '/11('. á\'. 1\1. carac.lerizan y han dirigid!) siplllp~re Cabrera y
E,'I)'''',:., con 1;1 ayuda del ciclo, ¡, ar;'trl SllcullllJir todos los encmJ¡!os.
Sírvil"~ r. ;\[. llJalldar y sl:rú e 10:!1:aellle o!Jf.)f~f.'cido, "in que JIU:>
arredrell rie;gos de Ilillgulla es l!euie ni tarjas la::; tramas de la re, o·
lucion pnedilll illlJledirlo.


He tenido la ~alisfaccion dc: llegar aqui poco a nles de la riel.oria
d,) ,'Ilontalban; COIllO entn\ ,~1l Cataluüa con la dI:) Mallen. Nada
j;\<I;;era CJbr~ra ell lo fllH) 1'11 sns narlo, y en I:J ól,tlplI del dia
{JlIe Illn atrevo ~l elevar a \. }J. t1ic~ solJl'l~ ,Jt¡ue Ila: la caballería,
.BabaJlleda en especial eu yü :1 rrojo telH:IJlOS que contener, ha a te r-
rado .al enemifío: y esta arma tIlW era la l('llIilJle, ha perdido su ,¡,;-
renthente, hablcndo ha\allon f[Ue rr:cibirá ulla carga de muchos es·
I:ll:lilrones con la mayo\' illlJlavidl~z y sangre fria. ,


Se e~ta acabaudo \la l.\l1il'orll1<1r tudo el ejército (\'ue lo llece~lta-




278 ANALES DE ISAllEL 11.
ha: el vestuario dura aqui muy ]l1J':O con la mOI'ilidad de Cahrera.
El aumento de hombres y caballo:" rit' fahrica" d(' m:lp,tr;!l1za, y log
muchos fuerte;; COIl qll{~ el gorwral a"egllr:l ) I,,,tip!](!e la linea y do-
mina el pais subyugado, lllultiplican Jo,; g:lolo" 1)('ro lIios prorée
á todo.


Be formado una id~a muy difel'l'nlr de la fIlIe {plIia sobre Jos es-
cesos y afedos de la admini~tral'illll y dI' biS call,;a, de rli,cn~iotles
y disgustos con qur mas tic 11lla Yr~z se ha llJlllc,tado Ja slJlwrana
atcllcion de V. ,r. Hay males, si; en ninguua parte r1Cllllllllrlo tirja
dc haberlo:,; pero no son los que se exai'('ran ; muchos son efpclo
inevitable el!' la,; circunstancia,; y del lI1i,mo ,istmua de gllerra IjUC\
tantos bienes producr" y otro,; potlrún ]'{~ml'diarse porque no SUII
hijos de mala fé, y e:lpero q ne se n~IllI~(liarún algunos. No es estraiío
que el general procure proporcionar,;c por lo,; medios lilas e,p;',di-
111'; lo que el ejército necesita cn "u,; mgl',ncia,; cuando ]lO lo ha he-
cho I/uien debiera: sin p,;to no se h ubiora llegado al estado cn (IUO
hoy se encucntra.


La mayor partc de cuanto se ha dicho de tala, yo mismo habia
cr\\ido, es inesacto ; el seiíol' obispo de Mondoiíedo, que]]o C'''; par-
cial, me lo ha dicho desde IlIrgo, h:ll:il'lIdoll1e ver el aprceio IJI1I}
merecen los resultados de su cstraordinaria actividad y cl'lo. y veo
qllll tirne razan • como he visto de otras per,on.'\s di' la,; que lllas
det:lamarán ahi contra Cabrl'ra, (V. 1I. COIlOC(~ cuán poco a,en,o
merecen en esto casi toda, la, que de a(lui salelll, y que en medio
ele su poca aptitud pared~n ""I'eriorr,; a riertas (kbilidilde,;, la,;
han teuido de un modo ql\(l V. JI. no pnrlr:'1 ignorar sin dllda, En
fin, sr,iíor, por ahora procuro olJ,crnr 1'011 delcnimirulo (! impar-
cialidad para formar un juicio cabal y escitar al llil'n; nada IJlllilin\
de lo que es[{) al alcance dr mi Iraltad, 1'llIil:a inlln"l1cia que puedo
y qlliero lener ]Iara cllllsl'guirlo, y V, \J. plICrlf' (',lar seguro de
que infurnnré JJllllluahnCllll! :'1 Y. ~L de l'llanto uok ,in (lI'ultar
jamás la rerdad, alll1fJUI' fllr,;e contra lIlí llIi:'!1lo, y tic ()lIe mi lIla-
VOl' satis[;lccion sera coulribllir de llldos nnr!os ú su servicio.
• CalIrera ha hecho conmigo torlas las ilelllostr;}eiiJJl0S de que es
eapaz ulIa amistad fllndada en identidad d() princi¡lios, y Cjllr. licue
á Y. ~1. por objeto. Contilluaró :i ,11 lado para l<Ilirme como Ull
soldado el di,l de la accion, y ~o(\perar en lo dellla,; ell 10 pocn I/\le
pueda al hien de la call,;a de V. :\1. El obi'Il() de _Uonlloiil'do y lorlo,;
lo,; buenos han visto elJn placer mi venida; IiO es ('strarlo r¡ IIl) I'll
tiempo,; de debilidad y corrupcioll aliente la fiddidad CI\flOtallle y
IHw,ta:J prueha, aun cualido eO!l1O en mí Si' halla ai,l~da de todo su
mérito.


Mi r1rl!er me ol!liga:í r,;klldl'T'llIc aIJII':llldll tal ,ez C01ll0 Il!l
quisier<t de la bonllali de Y. \1. ,\ ella r,'['lli'l'n para f¡ne Y. l\I. ,r~
digne eSCLlSDrllle.


El cielo,seiíor, no,; COllsenc la Jlm;io,;a "illD [le V, ~r. cuan-
tos aiíos necesita el Iliell (It- la lllOuar<[uía .-Canta\il'.ja, ;11 de
junio [le 183U.-Seiíor, \. L JI. P. tle Y. ~L-.Jo,é Arias
Tejciro.




A.·ESDI()E ~UHERO 'l •.


MEMORIA


nm¡GlflA POli DO~ EIH;E\JO IJE A\'IR.\:'\ETA AL PIlESIDENTE DEL C.ON-·


SEW J)E )/LIloTnOS.


J[rti/rid I ~ de noviembre de 183U,


.Excmo. St'.-Pal'a ¡lar ;'1 V. E. y al gohierno de S. M. cuenta cir-
(,llllst~Il,~iada (o idea clara y suflci,'nte del modo como he desempe-
liado la cOllli,ioll qllr ell nOLu!Jrc de S. M. la aU)rusla reina Gober-
nadora se U]r, conliL'iú el 18 de diciembre de J 8:38, creo necesario
cllllwzar su reblo por la tille lalll!Ji~n se me encargó el 1, de junio
de 18:li. por "er ulla y otra de igualllattlL'ille.za, y conferidas direc-
taL1lt~nte por un mi,;lllO nllLLi"tro d" la corona,


Víctima yo en la,; conrul,;illll()'; polilica:; de mi patria y de la in-
grata perlidia lit) cierlos hULullre,; qne por desgracia han figurado
eu rilas, con dc,;pr,~('i", "1 lal vez r,:bli¡.!;o delllÍs I:lrgos, continuados
y ,l~iialad()s ,erllcius ;1 fmor de la causa de la ¡¡[¡crtad , me encon-
traba l\ll fines de mayo de 18:lí I'Ll es la capilal, olvidado y pobre,
Cllalldo el Pretendiente con el llJ:lyor y ma,; florido número de su
facciofl hacia la e,pcdieiofl (liLe titularon rt1al, invadiendo el Aragon.
1~1 gubiernu, ó;i lu IlJeIlOS ellllinistrlldc la Cobernacion don Pio Pita
l'i!.arro, rc,:elando ulla esplosioLl general tille delJia tener preparada
en secreto el partido cal'lis!a eLl las provincias interiores de la Pc-
Ilimula, y (1'Ieri'~lIdl) de,cu!Jril' bien las tram:1S qlle acerca de ella
indicaban al ¡.!;1Illa.S IlIdiela,; ¡) papeles ([111) parece h:J!lÍa interceptado
l'e);ltivas á la ,'xi,II~lft:ia ell AII¡]al!l(;IJ de proyrcto,; snbversivos, ali-
IlwllUldos y diL'lgido, (iI,sde Hayona de Francia por pel'sonagcs de
lo,; prilJcipales senidore:i del ex-infante, de~plL'~a!Ja la mayor acti-
viJad, tallfo ¡¡aL'a averiguar con cprtcza las I'illllillcaeiones de la in-
tlLlllalde eoujllracion, cuanto para frustrar lüs intentos de los conju-
fadus.




280 ANALES DE ISAIIEI. 11.
Sin yo conocerle, y sin saber por donde su eseelencia me cono-


ciese, hizo que el gefe de seccion ele dicho ministerio don .rosé Ma-
ría Cambronero (que en 103 dias tic major peligro ti la mnf~rte del
rey don Fernando VII, trabajó conmigo y otro" distintos patriotas
para salvar el trono de la reirw, (~ illlpul~ar la causa de la libertad)
lile llamase del retiro en que Ille hallaba: me hahll') de parte del mi-
nistro, é hizo patente la situacion del reino, el peligro que amenazaba
y b necesidad qlle habia ele indagar con toda la seguridad y ester¡-
sion posible los planes del enemigo.


Consultóme el arbitrio flue pudiera adoptarse para con,;cguir
con mas eficacia este objeto, asegurándome que se harian los sacri-
ficio:; pecuniarios que fu;escn al efecto necesarios. Aunque las cir-
cun:;tancias eran críticas y el estado de la incursiOll carlista no daba
treguas para emplear los medios Icntos que son ti propó,itu para tan
dificiles averiguaciones, sin r.mbargo, abrasado del celo patriu que
me animaba, le aseguré no umitiría todus los recursos que me sugi-
riese mi imaginacian para desentraiiar los ~eel'etos que tanto inte-
resaban :\ la causa pública, y le hice varias ob,ervaciunes I[ue el go-
bierno no debió encontrar justas y ti tiles, puesto que resolvió mi
marcha aun sin haber yo visto ni conoeido al ministro que me co-
misionaba. A su nombre me dio Cambrollero instrucciones verbales
y cuatro mil reales para JIlis gastos.


El J de junio sali de esta capital, y ¡í mi tránsito por Valladolid
y Burgos ya adquiri conocimiento, y lo comuniqut; al gobierno, de
:lIltcccdenles muy útiles acerca de las trama;; que urdia el enemigo
para preparar la 'entrada de la otra espedicion de Zaratiegui; algu-
nas de las cuales se realizaron, y otras se pI'evillicron a tiempo
con úrdencs del ministerio de la Gobernaciun.


El12 tlel mismo mes de juniu llegué á San Sebastian dr, Guipúz-
coa, y teniondu dispuesta mi salida para 01 amanecer del dia si-
guiente {:l, los bombres de pandilla qne cOlllunmente consideran
enemigo al mejor patriota y al ciudadano Ulas virtuoso, si no perte-
nece :i ella, dieron aviso de mi viage al coude de Mira-Sol que so
cncontraba en las líneas de Jlernani. El conde se apresuró á ir aque-
lla misma noche á San Sebastian, Ule hizo llamar a su presencia por
el conducto del gofe político, don Ellsla~io Amilibia, mr. exigió el
pasaporte, y habiéndome dicho que 110 era aquel documento suti-
dente por no hacer~e mcncion en él de mi empico de comi5ario de
guerra que fr elle eonstaba ser, le presenté la crcdcnci<ll del gefe de
seccion del ministerio de la Gobernaeion. Ya sosegado algun t.anto,
reservadamente me pregullt(¡ si podria manifestarle la clase tle co-
mision que llevaba, y como á Ull ~elleral de !J n:in<l, interesado en
el triunfo de su causa no tuve ineünvcniente en rr.velarle el secreto.
El conde en vista de mi buena fé me ofreriú rélal~i<1nes para la frOlJo
tera de Cataluiia, rlonrl~ él tenia emisari/Js (ju~ le sirvieron con fruto
cualldo en el ailo de 1827 prendili al Chep del Estanchc: dictó por
sí nlismo las noticias en presencia del gefe político, y 1110 dllspidió
para Francia á donde llegué el cit.ado 13 de junio.


ln Hayona desplegué toda mi actiridad, y con tanta fortuna que




A l'EXmCE NU:\IERO 10 281
;i losjlocos dias elrscuhri I'nlodas sus purles el plan dcll'l'elendien~fJ,
r\lrigillll a pa,ar dp Ar:rgon ;'1 Cataluli:l. Yakncia y la ~1:rf'cha, UIlII'-
,e ('11 Ca-tíila ('011 la fllra c~prrl¡cioll que debia salir de las pro\inclas
v alacar la cal'il;d, COlllllniqllé todo al golJicrllo cou lllra"lllllchas,é
inlere"antes n{)ticias, ora ,,()llI'I~ la,; correspondellcias carlista~ de
Alldalllda y otro,; 1lIllItoS, orade 1:1, esperanzas, fundalllentos é ideas
tle don Cario, y ,,11 cc'lrle. CU[]j<j ligado con vinculos de par~ntesr,o
en las Provinci:rs Yascungad:l', traté de estalJll'cer CII ellas rel:;elOn8s
para IICV;Il';¡ callo UIl pensamientu de vasta concrpcioll. Mi plan era
aprn\'!'~hnrlllt~ r!r\ la aus('Il~ia de ~qucl, enten¡){)I'lnc eon losmagllutes
elt!l pai,;, y sublevarlu il falor de la paz, llamar Gon su voz los ha-
tallllnes vascOllgatlos qllC f'lrm:ilJ;11l la PI'illcipal fuerza de la espedi-
don, y tirjar al I'retendi{'ntl~ en esta parte del Ebro. Los primero,;
paso.; fueron favorable" y conccLlÍ esper~nzas de realizar mi pro-
yectil; mas c:nando estalla ocupado mas que nllnca en preparar los
clemelltos rl(~cl'sarius a 1";';l'ar el lin, me encontl'l~ eon una {'Irden del
bubprefec:lll cIto Bayona para que innwdiatamenle salie:'l\ de la eiuuad,
{lOI' JlII C:IIJll'cllir lui perlllanelll~ia en ella (l). ' ,


En el ClluHrI espai¡ol, a (¡uien manifesté mi credl\neial , leJos de
hallal' amparo y proleceion, encontré un enrmigodeclarado. y prue-
ha son de esta verdad la, serias contestacione,; qU{~ Ulediaron enll'C
et señor secretario de Eslado y de la Guilernacioll de la l'cnlllsu\a
~{)bre el asunto.


Amagado por las órrlene,; elel ,u!Jpref~ctn y por la ojeriza del cón-
~,III, mr, traslad,\ d(~ Bilyollaá Pan claO de junio, y ~Ilcolltralldnme
;:lIi sucedll'¡ el t de .JuliO ,i;;llienle el tlJotin militar de IIernani. De
acontecimiento tan flllle,to prepararlo á casual, \lO hubo empeño en
inrr"irir w origen. ~in embargo de haher resultadu ;;ellcrales y ge-
fes hlll'ido:, o maltratarlus, ;1 la vez qm' otro gen!'ral fUI; aplaudido l'
aeat~elo por lu,; in~urrpcci()n~tllos. Ciertos periódicos de e,-ta corte
principiaron a in,;rrtal' ¡;artas verclaui'r'Js Ó supuesta;; de la fruntera
de FranCia, atribuvérldome haber ,ido YO el autor del desgraciado
suceso, al propio lir.m po que conoeienr!{; el gobi{~l'Ilo la importancia
de la,;; indagaciones que habia herho en Bayona, me mandó n'grcsar
;i ar!udla ciudad para continuarLts, y ohediente á HI.\S preceptos vol-
,i :1 trabajar con ahinco.


Emperu el cónsul duu ,\gnslin Fcrnandcz Gambua seguir: la
misma cuncllle:ta, y p,l s!lbpl'deeto me renovó 1;15 intirnaeiunes Jlara
mi pronta ,al id;: ele la pl:rza. A Jl'~"ar ele que el rninj,;lerio dc la (Jo-
bernaí:ioll de la Peninsula en eümllnic~cion fecha ti de julio, mr. da-
ba callal sati:;rae:~i"n de la qlleja qUl: elCVl: conlra lo:; manl'.io:; drl
pri mero, por lo, cnlnrlli'ciluien tos IlIlC estaba ea usa nrlo i\ la COIll ision,
y 110 ullstanle. el cOlll'cncirniento qu'e yo tenia ele pocle\' lIev~lr ,\ 1'300
el plan de alzar al pai,; VJO('.I)-nal'arro contra el príncipe rebelde du-
rante Sil ausellcia, y anic¡uillr 111lÍzá para sierupm la f;lccion,lo erí-


(1) En mi último \iag~ á Ba~ollfl he ~:lbido por la misma Hllloridau que se h;l·
bia t'~;trito al ¡:;nhirrno trancps r(lIr yo habia Ido a Francla con mucho::; millo
neto, ]);ua unirmr á lo~ republicano~ ~'suhlp\'ar pi pab.




282 ANALES DE ISABEL Il.
lieo de las circunstancia, que me ro(leaban Jlor las asechanzas que
contra mí tenLlian algllnos elevados personages, movidos de inno-
bles y mezquinas !lasiúlle~, llJe oj¡li~ó ú salir (le Bayulla e111 de di-
cho .julio y diri¡:;irmc á PerpilJan. Cl'eyendo Sl'r IlJa'i arorllllladu por
la lin!';] de Calaluiía, en cuyo Prin(:ipado se liallalJa don Carl'ls con
SIIS batallones. AlIn para mi trasl3¡;ion it ,Plllel plInto, halló I\.:sis-
[encias en el cón~!ll, alegalldo tener ónh'nrs para no permilir que
ningun l'SW,iíol transitase hácia aquella frontera; lm:tcslo bien ri-
dículo y hasta culpable respecto rle mí, que le eOIl:itaiJa ser comisiu-'
nado del gobierno legitimo. Precisameute el prolllu\'I)r!or d,~ lall'~
merlilbs habia sido yo, por haber desde Hayana participado al ,,0-
bierlJo qne muchos gefes y oliciales de la fal~cioll navarra, marcha-
lJan libremente pOl' territorio fr;¡neé, ]¡;ü:ia Calallllta, para ol'gallizar
las hordas rebeldes del Preteudienle.


COll:;idt;rando, pues, que todos eran sulJlel'[lI:ri(l~ y amaiíos que
partian de un IIllsmo centro par~! e'italll'HIllC en Hayoua, y cumpru-
meterme con la~ alltorillades frallcr,-a, provocando mi re,;i~tenda,
al pa';(1 que me-anulaban ó illlpo,;ilJilil:JlJan de hae,l:r liada I'n la pro,·
secucion de mi clll:ar'go, me resolví '11 viag;]de l'crpiiiall :iill el pasa-
porte qU(; llle dió el gobierno, y llel que tambicn me pri\ar<lll, y ~UII
sulu un silllple pase del subprefect(). Dur;lIIlc mi corta detcllcioll en
Tull,sa y Ir~lIsilo PII]' Car('n~ílna, híl'(~ indagaciones illlJlOrlanll's que
Il<lrlicipl~ al ~oÍJi(']'no, y IIp!)ando por lin :1 l'crJliitan el 2í de. julio,
si cruda glll~ITa habia espcl'Illlelltado en B:Jyona, no [lié JIlellor la
que me suscitaroll alli las alltoddades fralll:,'sa" rOlk:llIllollW deslk
Ill('.~O de agentes de polil:ia l¡asta la puerta de mi al)()';(~III(), '! aco:lI-
pait;illdotlll~ sic.lllprc IIIJO dc dio,s por las l:alle';.1'ero allllislIlo ticlll-
pn dl'bu hacerillslici;; al CiHl';lll I,spai\ol en aquel punt\l, don Hallloll
Coudcr, qu:, cOllociendo mi palrioli'lllo nllllea dl'l-Illenlilll), y [l,'IH\-
Irado de b intriga piNa de IlIle yIJ "r:l vieljllla, 1I1t' ofrt'l'ió tudiJ Sil
apoyo, si ya illslllicicule P,II':¡1I1' las ;]ut.¡rid:Ii!e, IOI~""''; lile hicieroll
salir del reino yceino i.lpl'l'~ilJ'tl'!;Jmt'lltt-\; y COíl pi HIl'ro P;l~l\ del ~lIb­
prefeelD d,~ n,lyOI!~, me l'IIIIJ,JI'(!lI() 1:11 Pilrt Y('odl'l'" el 21; d~ j\\Íi'l
para Barl'plol!<l y Yaiencl3.


Llep;ado al prim()!' puerlo, no Ijllisl' salir drlllllqur. de V:l¡JI\r, siuo
cOlllillllar mi vi'lge:\ Ya!l'lIcia; plIl;- ('e('ord,l])a loo suep'ill,; des:l"r,l-
d.lbles di) que fUI alli \íClilllJ illllO'cllk ,'11 1", prinWl'¡h dia, del :l1'lO
dl\ 1:-;:17, :'UCl'SOS que ('11 la po,h:ri,lad sen ir:111 111; lJ.illron d" igno-
minia para cuanto,; interviliiel'OlI l'1I obr:, tlll1 l1l:lqlli~\~liea ó illma-
ral; pCI'O SI' frnsll'ú mi pl'oplJsilo tic lWl'lIIanceel' Ú hordo ¡I(,l vapor,
jlDI' lIna IÍI'den t!(,1 gGfe !,DliticlI t!e!li,rccluIJa (1011 Jo,;é ~laria Pui~,
que aclualnwlI[() 1" e" de esta e 'pilal, para q;ll\ lile pr"ol'nlase en su
olkin<!, (;011 IDdil urhanidad y r;¡IJall:;(,Il,n, III0d:II(',;, lile manifl)stú
quese ,'IICIl¡lirail;¡ 1"111 una I'P;t1 úrd"1I para ddl'IIl'I'IIH\, y qll~ ie era
S!lIllUmclltc ,clI,ihle el ¡[1\1l,\!' de ejl\cularlo_ !';seuchl) 110 o!Jst;JlIle
con mucha atellciulI mi, (lh·erY¡¡l:i(Jll~s, 1;\ IIlallife:;I(' ]:, C!'('I!t-llciai dI;
mi c¡)lIlbioll qw: habia prllwipiadi) ;1 t!e-elllpeiíar. y c.uilH'llt:lllil sil,
dlld;¡ de mi L:LlJII tllló ~C:OI¡';I'jÓ vnh'll'"e al [larGO, que no sal¡e~e oe
[;1 y ljue me cOlllUlIie;lrIa su l'l'~ulll, fulL




AJ'E:XJJlr.E XIT1IERO 10. 283
Asi lo hizo en efecto, visándome el pase del subprefecto francés


para \' alenl:ia v ~ladrid.
De I'egreso ':'J c,la el·ll'i.o el fí du a¡.;osto, el primer cuirlado mio fué


insertar en rlle'ro del ('oll/prrin del dia siguiente, UIl pequeño artí-
culo anunciando 1111 lle"ada, y que me dispooia á cOlltestar c::ra á
cara y frente:1 fl·,'n!.!), a lo,periúdicos qne cobarrlemente 010 habian
c:illIOlniado 1'1I mi :!IIsrncia. Lrillo cuanto duranl(, aquella se habla
escrilo con I:Hl!a maja fe I"n el mismo Eco tlrl COlllel'riO, y en la lla;;on
Y/I/ Jl/sl/('ú!, respondí el ~ á todos los periódicos confundiéndoles, y
Ili 11110 ';010 os(¡ cOIlII'slarlllf .


. \unqllc tellia el proyCI:to Ile publical' un manifiesto, las circulls-
t:111Ci;¡s del'ntunre- C¡';ll1 i-(ral"l's, yen obsequio á la causa naeiollal,
]lrefl~rí sacriflcal' la III;a. El Prplcuilif'nle con SlIS hOI'd<ls se acercaba
;'1 ('SI:l cMll" SI' tll'ci'';llalla 1I11ioll en los partidlls para acudir it la co-
mun lldl,tI-a , y lialJI'i'¡ ,ido ti1,i IIlll lrail'ion el dividir los imimos
con lIil (',critu qlle lI"r precisiol1 balJia de herir la susceptibilidad
de I:icrlas nlll;¡\¡ilid:ld,'.';; y por olra parte no me pareció político rc-
wlnr en 1:lIc,.; rllomentos los secreto,; ú objeto de mi viagc ;'\ Fr,lIlcia,
1'I'ilir':lIll"IIIC pi pUlIl1l e,;endal que Sr' eeho d(~ 1IH'1I0S en el articulo
(\;1dll :1 Inz PIl el Hco cid Comercio, J\f(\ enlreglló al silencio y volYi [1
COllrnlldirllle CII l:¡ o,;ellridad v la pubrrza, alllJ(llll~ con el cür~zon
ulcl,r:llto di cOllsiiler~r el inlpOrl<1l1tc ,;erl'icio r¡tI!' hnbiera lll'clw lIe-
y:¡ndo a CIIlII plellll' 1110 la c~mi"ioll, y al Hr lan pl)ligro:.;aIllPIlII' <lme-
naz,,:!a la (':1ll1lal, qlliziÍ pOI' li~berme impedido el remedio. Pasado
I'i I·i l'''.'''' Y call1lada, 1:,,; pasioIlPs,;1 ruego dI' la,; IllUC]¡:IS in:;tancias
ri,' llJis anlif'lJs, pllblilll:Ú 1'1 21) di' junio "e ¡;'¡:l~ lui l'indicfwio'H y 00-
-,,'n'llr'ill/U'" sohre 1:) "llerra eh'il di' E,;paií<1, impresa en :lJadrid,
don:!" se hallab'lIl los pl'inr'ipalt's autores di'. 1<13 lrilmai fra guarla~
con ira mi, In,; (:nalr, todo,: 1'1\ III 1l(]¡'cil'rUII , ,ill embargo de 'jue de-
nlllll'ié cl1('r~,icall1i'lik al jll'¡\'¡¡"ll Sil [\(;(1 pro~l;d('I'.


En la l'ililli('!li'¡"o,'¡ indiIJl:(' i'ln'nl;lIkl'll secrelo de arabar I a lucha
fr:ltricid:¡, ;'1 :lillll'lIl1'; 1'111'1:\'11:; lilall,l, I,q;¡ha la faCilitad dr: I ullerle
1'11 accioTl, \" i'lItre O:I';¡'i ('I),:IS dn'ia: "Pipnsl' el ministerio ell CO[l-
lramin,lI' la'ullillll nrlisl,¡; elllpk~f" el Ol'() eflll aClerl1) para' ¡educir
á .'IIS prilll'ip:lll's (,11Idil!I'':, y ,'I'ra ('01110 lo.; flellerales de J\i Je:'tras
lrop:ls Ilacen lo 11,'111:1';, y fl:Jl\'cida para sie:lIpl'c I\lcha tan f Jlle;;la
para lu.s Plll'iJllls " \0 St~ cOliljJrPIHlió IÍ 110 se aprol,ó sill di lila mi
jli'lI-;amil'illll, ]lIIP, fjlll' no se ;¡plica\'tlll (que yo sepa, eficaces IllCdio,;
p:ira ITncer la rl'IH'lion. LlIs lIIall's SI) ai:recentaball y se mirab a lIIuy
]Pjan:! 11111',;11'<1 "a!\"ill'illn cllando cayó ellllilli-terio Oralia.


En 1'1 sl'[!:lIl1dq, [""("'liado destines, Se) cllcargl) e! rllispacho ,¡j p lIa-
cir;nda, a 111111 1'111 Pila !'iZ:II"I'O, q:lil'.n IlIl: lIanúl 1'1 lti di' diei, :rn!Jre
I':!!il\lll, para PI':'I")fll'I'lIll' ,i :¡lIl'I"la m:lreh:lr :'1 Fralll'ia a ('lIn linllar
la 1'lIll1i.,ioil 1\11" d,'j,', 1":II'\il'lIll' I~II .iunio d" IN:17. DI)WI)"r) si '1Ilpl'"
di' ."'l"I"ir ,', lIli llidri:l CIllill"[(' di' 1'1111 1"0 1'1 n id:lil ~'ljll,''¡U ;wllr(\: .tla m,i
proll f :; ,;:dida p:lr:1 lIayIlIJ:I, !ll'l'';Plllan<!o :\ltlr,",;1 :-i. E. pi IR ,ll~llIlig··
!lI1I lile" Ifll pl:lft par:! uliliz;¡r la bu nder;1 di' P;lZ y fueros 1I1~a da ]lO(
¡j'1!1 \lItlilfill "1111:1!.':,¡rri l' !,J"I'!)llf'l' al "r¡'lendiente, rJ() ','lIyo rloe!í"
¡I'l'lIllJ h:dJIJrc eH Illgar lIl"JrlUIJU . . .




28\ ANAL ES DE ISAIlEL n.
Sin emb~rgo de los riesgos que ofreci~ el camino de Zaru!!;oza y


lo I'iguroso de la 8slacion para franquc:1t' el PIIl)rto de CallfrallG , me
puse en lIJ:lrcha el dia211 de dicho dicÍt)mtJre, ~ el :¡ de enero estaba
ya en Bayona,


Esplol'ado el eslado de 105 negados carli,;la~ di principin ú mis
tarea,.;, rlirifliui1s á preparar todos los Llwrlios ('onrlllccnte, para fa-
cililar la ejcclIcioll del plall prf'sl'ntarlll al ~:ohiel'lIo :,o!¡re apoderar-
me de la persolla del Pretelldienle, No queriendo Ii:trllle 1'11 tal1 ar-
dua emprlJ,s,I, que requl)ria el mayor sigilu. de r,olllidellk,; lIi corre,~
pondellc;,a escrila, tralé de va,;ar ú Irun , San S~lJasliall y IICI'II;l'Ji,
para nef';ociar con mis pa\'i¡~ntes y amiglls.


1\n carL1 dcl1:1 de Cllero, avisó al rninistm que en Madril\ y frell-
te á las Covachuetas, en una tienda d~ ti:auure" VÍ\ i~ IIlIa vinda
que se hnoia casarlo reci2111emcllte ron un corollel, tambien viu-
do, Sllll'iarnente sos¡lt'clliJSO v :tclil o ~g-elllc d,) dOIl Cárlos, y qlll~ 1'11
3qllell~ casa se reunian ycelcbraban lunta,; su:; parliltario<. El i!('r,~
á quierl me conlraia era ('1 catul:\1l r1on.J";;I) Calcialla , muy relal:ilJ-
nado ("1111 ('\ feroz Cahrera. y .\ tdaso,;o, residl'nl<' ell Ba)lJlla.


Por lIluy seguro cUllllucw supe que entre lo,; corifeo,; del c,lr-
lismo habia flrantles l¡('savenencias, que el partido fanaLico, á cuyo
freute SI) encuulralJa Arias Tejeiro, eslaba en pugna ahierta y queria
de,hnc.rrs¡~ {¡ todn eosta do ~Iaroto, que 1'1'3 el cabeza <Id mOdl'l\ln-
tisrno rebelde; y que antes üe poco tiempo ~c rom\leri~n lanz:\3 en-
tre lo~, dos ri\ales.


La ocasioll aa propieia para l'ntahlar 1I1! plan de accion que pu-
diera ¡)oli 'ar un choljue l¡~rrihre cntrc la,; el",; fracciolle,; , cuyo re-
sultad o pudiera ser el .),lerminio de ambas; empcl'o , como recien
llegad [1 a Hayona, carRcia yo loda vía de relac:iou<ls tU el ejército
cnellli go, y el l('rmino era corlo. Sin embargo. ú fuerz,1 de at:tivirl;¡(l
pudl' indagar r!(\ quC'. vivia PIl IIna ca,a de call1pil uBa ,;eiiorita c'pa-
!lula, ".1] l'"lrelllo sagaz, <¡11e habia sido confidellte rI\~ ZUlllalal',lr-
regui, y relaciollarla ínlimamente COIl \"illareal y otros ;iCl!rr,ill's
faccioso~, la c.tl~1 ;;c I'llconlrahn I~II la indigencia por efl:cto de la,;
VICI,;11 ndes de aqur,ltos gdes. lIíi:e I'.'plol'arla, y se [Ill\ anullció CI)I!
favor Ililrs di"IJ',;;i¡;i,)l\es; b (;ill~ á pll'ltll tldcn:Jinado, h:dJlalllu"i y
se ¡Je, 'il!¡¡') ;, ,,:r\"irme y m~rrhar al caoopu ('!l:'llli!,:l1.


E'tendi (lila carta pHa YIIlarr'al cuya cI'pia Ill;lndó al g,JÍ)krn l)
en crllllllilicaciun de I ¡de erH)I'O, igllal á 13 del dO[;lllllt'lItu HÚ-
merol.o Instrlli lJÍt'n ;\ la confid('lIta dl:1 papel que dehia rl'presclltar
en tri) los e,nli"tas, adhiriéndose al partido Il]()(ll~rad", y Ileró c,c.rito;;
en ti lita ,in,púlil:a el plan ó in,tl'ucciolws CUIlI'l)lIiclllI'S pal'a que
este pudiera t["illnClI' ;;ohre el f;lIl;ltico.


EíI conlulIÍ'"a(:ioll llel:.!1J del IUÍ:i1ll1l rlll'l'O, parlicipé al !lO/lIt'l'IIO
fIlie el dia ,;iglliélllc 21 ,alia para et 1:11:11'1['1 dr don Lirios Ini ap;en-
ta, la enal seria reG<JlloGida I'n lo SlIc()"ivo Clln el ¡Iumhre dl~ 1;(
Cnilr¡lli'sla.


El :!7 lIegú ú Tolosa, y en linta silllp:"tlica me drcia lo 5i~\licn!L'.
-llasta ahora nada plll'do decir á Y., pero lle vellido o!Jse"valldo
ti e~p ¡ritu, tantu el del soldado como el de los n(icjale~; ej ,)p t,)-




Al'ENmCE Ne,\lElW 10. 285
dos muy huello, pues lodo~ estún contra don C<Írlos y lüs quc le
rodean. Por lo ql1l~ loea it Vilbrcal, no ticne mando alguno todavía:
"o10 se e~lá e';lwr~ndo para JÚrse\o. it que cnll'p Cil'ilo, que es del
partido de t(Jdo~ esto,.)) El 1 de febrero llegó ;1 Yt',r¡;:lra en ue;!sion
de entral' lalllhien el l'ret(!ndicnte y su cúne, Deoue entonec" para
quP no fu~r:lII uescubiertas las operaciunes de que l'staha encargada
la COllyllis/a, dejr'J de eseribirllle, peru eu ulla carta que otl'a per-
sona me dirigió de Eihar el 11 se me decia qne aquella, despues de
haber permanceido dus dias en Vergara, habia pas~do ú ESlella. El
1 S fu,illj 1\13 ruto cn esta ciudad iI cuatro de los ]lrincipale;,: caudillos
de la faccio[l navarra, cuyo ruiuuso neolltet;illlicntll me prL'hó de una
mallera evidente lo que la COlllJuista lile reliriú posteriormente, tic
hahm'sc aproyechad() ¡k parte rll~ las i[]tlic~ciIJlle" que hil:e en el plau
(lile la dí, y ~irvíu para dp.ITocar cntcramente el liando lcocratico-
carli::;la, Hasta tres meses desJlllc,; no supe que estaba refugiada
en un convento de munja~.


A jiu oe asegurar mis relacion(',; en el campo c.ontrariu, qneria
JproximarrlJc;i la line'! y eOllfercnriar con mis amigos; ppl'nlos mis-
JlJlJS elclllcntm; ¡¡ne se h,lllian conjuradlJ para obstruil' los efectos Je
mi COllllSioll ell Junio de lB::? volvierlJlI á rcnacer y allareccr, y no
pUllia emanar el 1:')[lIplot dI! otro OI'Ígclll¡Ue dé lo, mismos éarllsl~s,
cuya inl1ucllcÍa alcallzaha muchas rece,; á la, delilJ~rucionl's de al-
gU"JI:l'; de JJutstrn" allll,ridarll',o.


El cOIJJ;¡lIdanle geJleral de GUiPllZ!'ll:l, dull Fl'~'Jllin EZ¡H'lela,
diclú IIJcdida, eOJl liarta li'icrcza par,l Ílllpedir mi eJllrada elJ elter-
ritorio espaiiol; y ;:1,,11110'; CUIIHlIld;Jllll's de arllJa, sufrlerun sus rc-
cUllYl'rwiolJcs, porque decid, falland'J :1 la I e ['(Lid , que habían tole-
rado OIi e,;tancia ell Fuenlerrabi:1 y otros pueblos, á donde sUJluso
falsamente había illo yu dc oculto.;-';o 1(' quedó qlJe liar:!'I' cOlltra mí
lijas que pregonaJ'lllc pOI' Jo,; pueblos. El cOfll:JJldante militar de
FUI'ntprrahia biZll delener al honradll vecino y propit'lariu dun José
An\onit> hall¡;:! 1'01' eqllillleill'iull, creyendo ser yo, y no olituvo li-
bertad h;¡~la quP it!(:nlilieü la IJPr,;oll:l, [Ij;¡nife,lándok l'lItolice,; que
tl'nia ,',rden (\('1 SI'1l0r Lzp,'lt'l,¡ ¡Jara prenderuII'. Ejemplo l,il'll de-
J1loral'¡t~ de ¡It:selllll'ierlo cnll'c las auturid,llles del golJit'rllu, y lI(' la
",aralllla \1('1'-011<11 ¡¡lIe prr'"t I UIl pa"aporte del mismo, da(\o a sus
prlljli'H ':lJlIIi,iollailos en /lumbre de S. ~1. para lo:, objetus lilas im-
portaule.; y sagrado, del sl'fI'iciu del Estado, En vanu hiel' prl;sellte
al clJnsJiI tle Bayona la conducta que ól s;J!,ia ya qUt,' estaba obser-
vando ('1 ",cueral EZllI'leUl I'l'speclo a IlJÍ, pUl', me contestó fl'iamen-
tp que le liabia escrito dcclar:lnuolt! era yo un COIllisIPIl:lUO dd go-
l,i(;rrJlI, que le (~:italia mlly recomendado, si bien me neollsl'jalla Illle
HI! ,:diera u,- la cilldad.


COllflll'liIe :l eS[;l adV('I'l.rncia renuncié ú mi \'Í;lge de IrUIl y ~I
plan tll' prentitT ni Prctendip,llle, no obstanle que el g,'ft' dI! lo,; cha-
llel~lJ['ri" ,e coo1prometia ~ rfeetuarlti. Con ('\ IlUl1l81'll dos y tre~
al'lJmpailo l'ollÍa t1l' este pl;¡n. y el eróquis que lel'anll; del terreno eu
que dehia Y('l'Íficarsr. El quc jl0,;ea COJloCllnicnto~ lopogralicos del
pais y de semejantes operaciones de gucna, se pel'5u:ltlirJ desde




286 AXALES I\E b,\ilFL 11.
luego de la facilidad con que jJoJla lIel'arse;i c,11Io el pc,n;;amiclltll,
y Sll~ inlllelhO'; r¡;snlt:lIlos son t:\JIIIJiclI obvios d,\ ¡:otlIJlr\~lId\'r,;c"


.\1 ,'utrar ell F¡',trILl:l vi en Burdeos :'¡ !lli allli..o;,¡ dn:1 I"r:¡lli,i-('1l \1
damar. llo!ltl¡r;ldu atllllillislradllr ,k r:'!!l:!' <Ir, Aralllill'Z,l[lliell /:111110
natural de Gucl,1ria y l'olllalld;lnt'~ 'lile Ila!¡,a -ido d,' 1I11a U'III,'at!I¡¡'1[
en la cesta de r.antailria. po,;,'ia (,1 mayor CI)IIIl('illllCJltll de ;lqll('II,;,
fundeaderos, y allt~l1l:1S tenia ilcrediladll Sil ,:!llIr y arl'li.l') el! las ,'111-
preoas. Esta persuna era preeiscllllelltc la llue yo lleCe';IW IIIJ pilla corn-
hinar COllllli; conut:imielltos practicas, la 1',ÍcclIcion dd PI(Ij"'('[O Ijlll'
meditalJJ para apudcral'llle de don Carlus. Le pedi que me arUlIljla-
fiase a B:¡yuna y San Sebastian, ascgllr:lllllule que cscribil'la all!lilli',-
tro de lIacienda la callsa il1lperiosa de lleY:lrlO cOllmigo, eOlllo asi lo
hice, Iniciado en Rayona de parle de mi ¡¡kln, le ellvié" San Sl~ba"tiall
para que avistántlo:ie con el comandallte (le los clt:¡pelgorris, le
preguntal';¡ si ,;0 rc,;ulvia it jlllllCl'lu en rjc.cIlJ:ioll como en efecto ,e
ofreció. Aldalllar adlJllirió utru' eOlloeill1:ell!O:i y lIoli,:ia,; Slllli:llllcnl(\
útiies á la CIIl lll'c,;a , llf'ro all1li"lllo tiempo vio de:ipl!'ga¡Jo todo ('Í
aparato de eOlljllracioll qllel~,islla cOiltra mi para ilnpedil'llll) J:¡ en-
trada ell Il'ull, y la,: urdell'~:i Clllllullicadas al inlento pUl' el gent'ral
Ezpelela. Si c,;la tranla I'Ilntr3 llIi l'lIFllI"ha ú no ¡k ios tarlislas, es
lo que ignoro, lo; illtp¡'csados en ella lo salll':lll, Aldamar rcgre,ó:'¡
lIayolla, y Ilj(~go '1 Sil dlHillO, cOilociendo q Ile nada se podia I1lle-
¡anlar- con cl"I1I!~nlu:i de tan mala fl',


Antes d~ l\ls acontecimiento, sangriellto,; ¡le Estdia, principió ú
orgallizar mis trabajos en la lillea d~ Ilernilni, ;1 lin dp p()nell'ar t~n
el t:allljJo 01lcmigo y lllinar su ;~\i:itcfl('ia, pUl' (!t;cil'l,) a,;1. Encarglll'
la tlircccioll it lu,; patriotas don LOj'(>IlZll AIZlJtl~ y dUII (Junlingo dc
Orlll'gozo, hajo la inspcceion de! distingUido gefe políticu IIe la pro-
vincia don Eustaquio de Amilibia, En ellIlllllero cllalru I'e enCl\ll-
lrar:í cupia dI' las instl'uccillncs que les com\IIJiqul), y l,ajo elnúlllero
cinco SI' hallar:'l la melllOria origin,ll que mI' !Jall prl',;entatlo aqUé-
llos, por la cllal consta CIlClnto hicierun ell lo:; sei,; meses ljue dll-
raron SlIS ~ervjcios.


)'ero como el fusilamiento lId ¡S (h fdlrl)I'IlI!tojaba trillllfantc ;'¡
)[arolo y su partirl¡¡, traté :':1 de [lividir e"tr: enlre si IlliHnO para
complicarlos Illas, en vez tl{~ arlliuirir rulJll~tez, y la nrgalllz;lcioll de
un sistema estable, ni pudiera hacer lJro:;0Iilo,; aUIl (:lIln' lé" !JUI'
con tibiez:l ó por necesidad sl'guian la:; bandera, dr la ccilla y la
eonstitucioll. Saliia yo lille Ú esto se dirigian las ill'ilrUccioIlC,., d,~ la
prinCtl:ia de Beira y del lwdrc Ciriio, y debia eritar que se. realiza-
~en, tanto Illas (;u:Jnto en el mismo :ientido me hallia dado y conti-
nuaba. las suya:; el único nJÍnistru de S, jI. con (Iuien he 6Cglliclo
mi corre'pondcnr-ia.


Contl';¡ tOllo, los c:iku!os de prohallilidad , d partirlo tevcrrilico
sucumbió lall cOlllpletamente por la debilidad de dun C:lrlos, que á
pesar de los mayores e"fuerzo::: elllpl1'3dos para I'canima.rle, y que
volviera á la pelea contra el 7I1arvtisUt, nada pude conseguir por
de pronto, puesto que SllS corifeos prefirieron la humillacion y el
ostracismo.




AH::\IJiCl': !\UIEHO tOo
Entonces redacté ó illlprinH la proclama münero seis, dirigida á


los navarros, que ap81'ccia lil'm~da pUl' 'u paisano el cap'lchino fray
1:':lwciu de L:'lrr:lg;¡. y al lllismlJ li{'nlpa compu:;e en nuestro idioma
(' lii,\' [raducir en \ a';CllCllce el ]\<11'1'1 tillll;¡¡Io:-"Carla de llll casero
ú liíoi IIjalatero:'. di; C;¡,till;I' GIiIUO ol' \(' bajo el n 11 ll1 NO siete yocho.
lJc a¡¡d){l;; oC introd,IJL'!'O¡1 en el real el]('llIig:ll ,.I('te mill'jelllplal'e"
semhraudolos en 101; pUl'ldos y entre 10:i b:,I;llIones; de lll~ll€i'a que
JlO hal¡i;¡ \olulltario illlC no tll\iosc UIi impreso,


El CiJllSI11 de Jhyona y ~Iuf¡agorri se encargaron de circular mu-
cho,: asi prlllcipiú á operan-e el ~alllbio moral a favor dc la paz,


EII ~¡qllella parte dc la I"rol1t0l":1 de Espai1a, y sitio llamado <le
Ull{rwla, nistia pOI' cnlllnec,; el campamenlo que bajo la enseflu
dI'. paz y fllPro,; habia n'unirlo el escribano de Vel'astrl;lli don "\.nto-
lIio }I,¡i"¡;lgorri, y :ulllque d~ pa,;o d¡;JlO de('ir (lue aquel plan no era
lI\!eVO. el pCllsamicnlü cont;¡!Ja a¡)os, y habia sido propuesto pUl'
dlll1 ,lUdU de Olav:li"ría, talent') pri\ i1,'giado de Espai1a, Dormia 011
lll~ ;¡r('lmos del golJiNIlU, y ciertos h'lm!Jre, (IUC Cl"cen que sin ellos
nada de pr()v(~chu 11lIed,' l¡;¡cl'r5e, p:ldi,'l'ol1 tal vez desenterrar este
ius{ruillcilio !Jue consideraron a [lI'opósilo para su,.; mil'us, ljniz;ls
('(jIIlO llH'dio (k ,'specllla~ion, 1'011 f'llln di) ,;rr\"ir illle('(~;;es ~strallgc­
ro,; respectu lid p~\IS tr;lIbiiJ,"rico del norte y la coroua de AragOll .
. \¡¡udla b;lIldcr;l fué el origt'n y gél'llll'n de C~a esp~cie de nueva
l'l"Op"c~llrla, (jll,' CIJil10 pUl' l'ncanto ha cundido úitilllanlcnte pidi('n-
d" los [lll'ros nelu', asi (11lC ullla~rusamcnle :lC desarmaron las ClI<l-
trI) pru\'inci(ls.


EII 1'11;;:; realmente !lO se qm'rian (alrs fueros nelos, yen )Ia(lrid,
l\¡¡yonJ y Bilban, es dnndc ,w Ill'llclalllaiJan á escitaeioll de los inte-
['('sadus en los abuso,;, pur losanwllos ocnlto;; dc las jnntils cilrlislas
,'11 esla c¡"lrle, Pari, y olru,; pnlllos de FranCia, y pOI' las sugestlolles
del estrang,'ro, de acuerdo ell es!;: lHir\() 1")[1 IlJs albolutista, Il"e
prdenrlell Ú loda costa ICIlI'r alli UII mercado lil)l'e, para 5pn ir de
e,;('al" y dl'pll~ito ú la intrudlIcciulI Liell'Olltl'ilbando en Castiila, al
miSIIIO liemJlo que SI' i"trajC,;¡~1I los \"ilSeO-llaval't'os, acostumbran-
do-e Ú IIlyid;lI' lus VÍI(("I¡)O, de famili;l, para pro!l1()vcr la indepen-
di'rlcia dl:1 Euro alla. El 17 de fplJt'cro illlO'lró al gobierno sobre tan
importanle llI:itl'l'ia, I'IIIIlO pucde verse en la CU[;:;¡ de la carta IIÚ-
IIlcro :1. E,ta es una CU~,IIOIl de adualJas y no llIas: los estrangeru<,
sabe¡¡ cllanlo valen los prolineianlls para el ramo dI' ferrería y otro,
3rteraCII)~, y no ignoran qlll) tcnil'lldo en la,; clltrañas tde su~ mOIl-
te,; ·10": nwjo/"(',; venoso, ferl'll[;inoso:; del mUlldo, sin las aduana:;
del Ebrol. la illdlhlria adl[uiriria lal fO:J1cnto, qu~ dentr'O tle pocos
~iio:l no se cllnsumiria en Ca;tilla Illas quillc~lIería que la falJri-
cHla por los naturales y los estran¡;cros en la, cuatro provincias
C",(Clltas.


L09 vascongados i[ll"lrarlo;; quiercn fuero,.;, pPI"O no netos, sinu
refurmados: desean que ,e dcn al pUflJlo liases electorales tan es-
tensas como en CastIlla, pero ¡lile no parliripl'T1 de ellas, del inllujo
y del mando solamente cuatro nobles privilegiados,


El pro~'incianl) instruido aspira á mollilicaciones y quo se con-




288 ANALES DE ISAIlE!, 11.
serve en las provincias su admirable é inimitablt! uUll1ini,tracion
interior y econúmica, la libel'tad Illunicipal y 1:1'; Jdllalla:; en la fron-
tera, Todo lo de mas que ~e dicen que quieren las Provincia,; \' ascon-
gadas, es una fal,edail, e, UII pensamiento del estl'angero que "t
/lOS ha intl'ouucido por SIIS agentes,


Sin embargo del lila 1 origcn que tuvo la IlllllJagorriana empresa,
del desórden que había, y del emllelío de acabar con ella. como no
hay cosa de que lLO se pueda sacar utilidad, rcfol'Ill:lndola y diri-
giéndola debitlanwllte, e,cribi al gohierno de que continuara por
clltonCl~s; Ilero no q llise inLervenir en lu lilas mínimu parJ evitar CP--
los é injustas recriminaciones,


A jIullagol'l'i ~ielllpl'e le consideré d~ buena ré, aunque como ins-
trumrnto de lo ijue maquinaban en seereto los directol'es de la ban-
dera d:~ paz y fueros,


Yo habia entablado lllis lrnbnjos bajo seguras combinaciones, y
fuera de toda servil i¡nitacion, pues cO/l"/enia ser uriginal. ~lis de-
seos se encaminaban á operar IIna l'e'loluI:ion moral ;\ favor de la
paz en los habitantes de las cuatro provincias. y CII los naturales
armadus en defensa uel Pretcullienlc, Los crll:argados deauxiliHlllC
en la línea inleresaron á mll~hus júvenes del pais que tenían rela-
ciones de parentesco é intilllas de ami:;tad con oficiales y :.;ar~enlos
dI) la [accion, y 3segllradus de la Iidelidad con que podiall cUlltar ,'n
ellos,los eomi"lonal'on al campo rebelde, para qlW pUl' alllor é inll:-
Tés hunroso ganasen cntcralllcllte lus cllrazones y voluntades de
SIIS [l~lÍ"an()s, infulldil'ndo cdnlianza cn tOUIJ" y propa~a~cn (~I g('l'-
llIcn dl~ la uiseúrdla pntre ea.itellanU:i y y;¡,CLlugauos, Clln odio ille:i--
tinguible hacia el tirauo, que por SO:itcner sus supuesto, derechos {l
la corona era frio e,pl:ctadllr ue lauta matanza y deva,;tacioll.
Est~ plan, frulo de 1l111clus ml:llilaciones, y que descansaba en
basl~'; muy sólidas, principió a dal' IlIs resultado,; que me prlllllPtLL
Se :'stahkciú la yerdadera fratl'rnidall CUlre los Illllratlores Jp 111111
Y otro campo, y principio a estinguirsc eltldio engelldrado IJIII' lo,
frailes que habian preJicaclo el fanalisluu y el C';!<'l'llliniu lit: todo el
tlue nu sucumbiese il sus miras, SlJ abri'jl'Un ClIllIllllicaciulles fn'-
cuelltes y dirl~cta~ cun pi campo carlista, y prllnto se viú fennentar
la opinion ú favor de la paz, haciendo e'lllucer al plleblo y al soldado
que t'I grafld(~ y principal (,bstácalo qu~ habia para loC(rolrllJ l'i'all
dun Cilrlos y los ojalateru,; procedenles tll~ Ca,;tilla, plalltas e.\IJtlca,
qlle solo serviall de estorbo ell el ¡¡ais, y que eunsllllJiall IIllU gran
parle de los escasos ['eClm'os COll que contaban sus llatur;¡\es. .


Las llIudtachas tiliarlas en la propaganda ¡k la I,az cil't:lilali;ln la
carta del casero al uja/alero ele Castilla y la proclama del capuchino
Lárra~a en el pucblll y pntrl~ lo,; volulltariu,;, COII tallta libertad co-
mo sí se hubieran impresu Cll Olíale ú en K,tdla con las licencias
necesa rias.


Desde que se planteó tan eficaz sistema, data la crcacion de ese
grall deseo de paz en todas las clases, y asi :le abrió el \crll:idero
camino para obtell~rla. y se arraigó 'u anhelo ell el pais va~~coIlga­
do, propagánd05c como un contagio moral entre MIS habitantes. Es-




.\PF:\IJlCE :\L\IEl\O 10. 28U
ta fué la pulallr:a Jlüdcro~a lid ~rull lIlil;¡~l'u quc :;c ha ü;to pu,te-
riormenle, sin conoc('I',;,: ,;u ol'i~cn, Jlorquc se i;;llOr,IÍJa el "I'~rt't(),
Y los corifeo,; del c:II'lisIllO PSPUIIIlH)lIlahan lo,; resultados sill alillar
COII la cansa '1ur, los iIllP"ls;¡b;¡, Er;1 tilia elase .Ie J'llellli80 :'1 '1uiclI
110 se purlia haen la gUl'l'ra CUII [¡:Irolle!.:l';, conjuros ni I'S('OIlIUlIio-
Iles. J~ra ulla :<:lngrt'lía IJ lIC larde tl 1t'lllpl'allO hahia de acabar ('(111 t:I
U¡{IIISIl'lIO de 1:1 rL'lJclio)l.


Eslo slIl'l'dia en pi nll'S di' fpbrt'J'lI, y :11111'111(> IIIS PI'.'I'tU.S 110 (10-
rli;lIJ ,;I'r III:¡,; f:1YOraltle,; il la jll·;t:t (',lIl"a y a luis plallp" :lIllJ 11<1 \ra-
bia lI(';!ado el IIl0tllell:1I lIl1l' t!'lIi:1 calcu!:ldll para dar ('1 ~lIlp(' dI'
II11Wl'le, dejalldo lieull'u para qu(' nu(',;tro l:lii"lIle ('Frl'il" Jludíl~r"
('tlllt:Juir la (lhra (kslruY"lldo il UII t'lIellligtl dil idido y I"palllatlo, EII
lilles t1elmi:;ll1fJ InI'S p,crihi a lu., agelltl's de la líIH':l, m:lllil'.;,;Lllldo-
Ip.; mis deseos dI, a\¡rir lIato, y Ilt'goci¡cioIlC'; ';Pt'l'l'la,; ('n ('1 cuarlel
de dOIl Carlos, para cn:ar Illla lIrall l'oll.:lIr:lt'ioll de gd'I~' v llillalJili-
tlad(',; d,'1 pai,,; It's indic:illa ('limo pi ,;ugl'llJ lllaS:1 propl'isilO para
CiJIJlCIlZ:II' la uIJl'a:1 don ~1:ll'i:1I10 tI(; .\rizllll'lIt1i '1"'> h:iI,la "ido mi
1ll:H'sll'll l'li 1.1 lliiil:Z, P:II'li'.IILlr IIIU)' a~ollludad(), SI'l'uaz del Pretell-
dwntló dl'SlJ¡, el priJlcipio lit: la lucha, y persolla de; 1IJlIt'II:I di,posi-
l~iUII por su capac,idad ~ rl'laciollt'';, aUIIlIIIt' \·ill:1 arrincolI:111O ('111111
jllll'ltlo. Lo" :lIllif.\o,; cnearg,ldll'; de Illi proyecto tIIl' (,Olltl>.;lar<J1l dí)
conformidad y qlll: ihall :1 1'(JIH'r IIlallllS ah uhl':1. 1IIIIIedLllallll'IIlp
I 11 I:'c:lI' o 11 :i ArizlIll'lIdi pOi' ('olíllilctlJ di' Sil (,Ollll'l'illll Y ami;:11 111111
I¡.macio tk ~;Ui('()l'('hl'a, alc:ildl; COIl,;lituciollal dp la lill:1 de BI'I'lIa-
111, para ¡'III:IId:II' los pr"limillare,; d.~ 1:1 lIe;.:ociat:lUII. El digllo gt'!'"
pulitico di~ (;lIiplúcoa allilllado d., Illl(',lros lIIi,mll'; lk:;e()~. t1(~ :leUl'r-
do ell UII tudo COII nosotros ell lan utd empresa. nos allanú las dili-
t:ultades í: inconvellientes que (;oi':lH'chea lUlO par:l realizar las ell-
trcI'i,tas nuelul"lI:·I';, por I'il'ir ('11 pueblo lerl'adll y gllarnecirlo,


En ¡lI'Incipios dl! u;arzo, lllallÍl'!!sló r.t1íeocclll'a a ..\rizl1Ielldi CUil-
lp,s erau lIueslra, miras y ubjelu, y qlW de huena fe s.~ Iratal,a de la
paz de las Provincias Ya"colIg'atla:.:, y al oír el s(,~ulldo 1:111 cOlIsola-
dora misillll de hoca dd cOlllidell!e S(~ 11'\:llItó prceipitadanlellte de la
silla y le conlestó ('UII velrclllelluia:-,' :~sa I'S ulla cosa muy grande
v dl~ lII11chn ltullu culas at:lllall', circllnSl:lIlcias, ¡,lle dónde pr(leed!'.?
Yo puedo hac('1' mucho, porque l(~II~() :tI lado dl~ don Citrlos ulla ppr-
SOlla influyenle.)) l'idiú eS\llíc:lt:ioll(',; <lcerca del urí~t'n que 110 Plldo
darle el fIlcllsagero. Los comisiunadu,; de la linfa me lra,;lallaron el
resu\t~tlo, y en Sil C!.IIlSl'Clli'IIci'1 deterlllillé dirigir il Arizml'ndi Id
rarta cuya copia marca el lIÚIl1l'rO IU. la <I!1e por I:ondllt:lo de Goi-
l'oi!chea remili :1 T"los:I. En mi Cllllllllli.':1cion dl' 10 de marzo al !!lJ-
ltiC'rnll illcluí un lalltl> dr~ ella, Ó Ilicc rrbciIJn du los anti'ccdcIILt,s "
de ClIallto 'IH'Crli;l. .


• \.rizmelltli recibió con toda plIlIlualidarlllli C:lrt:r, ,,' tornú tielll-
po para I:OIlCérlarse COII ,;us allli~(J,; ¡]t'! pais y tll'l rireito cal'lino,
y el :il del misllIo me" me Ctlnte,;tl) verhalul!'lIlc por IIlt~dio del CulI-
IIdentc y de Goicol'chca, lo tellia tudo :lll:lllado, li"e SO) ansialJa l~
paz, 110 limitada Ú SI)IIl Guipúzcn:r, sillo parJ la Espaiía en lera, y que
tlijl'se yo ~i e~tos eran mis tlc5eus. •


10.\10 VI. 19




290 ANALF.!' nr. [~.\BEL n.
(;lIit'oe('!lr:l supo pOI' pi cOllfitl"lIlt' qlw Ariztllt'ndi corll~lliI con


persolla,; muy inl1l1)'ellll''' t'1l I~ /':II'('ioll. y (,lIll'l' 011'11'i COII l'llJIII' t1t'-
selll!lt'flaha la ';1'('I't'laria d,' la Gllerr:!, y filie do 1':111 le Sil pCri1l;¡UCII-
da ell Tolusa, oiJsPI'I'tÍ se 11:llIi:ll1 cl'lellrado IIlUCI!:¡,; juula,; scnclas a
las cUIII,',; ,:oll('unia I'lmi-III') IlIillí,tJ'll.


SegulI :qJarl'c() dl'1 Ctil1h',I" de IlIi carta, ~tI tocid}:! la ('ut'slillll dt~
los fueros tlOIllO JIledio Ijll(~ neía t'llit,IIU:'; il jJr¡lpositu para li';l.'ujcal'
y atrat'rlos ú Ult anllillli"lllo: y 11 !lcsar tic que .\l'izlltclltli y SIIS
IlJui;':iI'; lodos eran prti\ill('illllm;, \. al~unl)s h:l!Jiau ti,:ur:ldo COillU :d-
t~s lIulalJilitJ:¡des fuc'rist::s, se t1,"'lIlt'lIdierulI <le b cll\'slíOJ/, y,ill
:lcol'dIlI'SL' tic ell:t Sl' CIIC:llllillaru:: al bien SU:iI:iratlu de la [la/. ;;,'11('-
I'al ell la 1'l'llillsllla.


IlJslruitlo cOlllplel:lllH'lJlt, p()r ¡Ili" agt'111í" el;!:l e11'¡ rcfnido 1Ilar-
1'0, el ::!'t lililÍ a e'CI'ilJil' iI Arizllll't.di cOllfurllw IlWilific,la elnúm,:-
ru DIICC, y k dl'cia que SIl'lIdo IIli t''ini"ioll diri;;irla ú consL'guir la
paz gl~ller;¡I, tltojaba :! J¡¡ ¡oJ.-c('iIJIJ til' 1;1 jUllta tll~ Tolusa el prtJ[lllllt'l'
los llIl'dios paríl IOf(rar lalJ IkS(,ild" lin, illli¡llIItlU!l'S:1 IIna (11I1I"r"is-
la 1'11 ,'1 ,ilio ¡¡III' IIl\! ,ksignil.'L'll. Al t'i,nll',t:lI"IlIt' di' IIIII~VIJ \pr!J:t!-
111'-111,' por I'i 1111,1110 t:ail.¡J d,~ CtlÍL"OI'I;ItI'il l'irlit'ntl,'llle 1111'('';, I.'!:: ¡Jt'
abrtl 1,: Pil';l' LI Cílrl¡1 lllllll('t't) 12, t:I)II,i:lllilllllo illluellas cseril:ts ,'11
sl'is :lrlíCIJI",; CilIO tl'1I01' t'ra ('1 ,i;;ulcntl":


l." \.loe Ct:"a~ell bs Itu,.lilida;ic,;, y de cOllsi~uielltc el dcrl'3me
de :.;all~re ('spaflola.


i." \.lll\! las t'ul'rZ¡¡'; vl,!llnlari:ls armad:!>; 1'11 las CUillrn pl'OI in-
('ías del Elll'o a('a, ullidas :11:", tic 1.1 r,'llIa t:1I ¡~I ej(!rl:illl dl'l !'í1lJ'l!', Y
11t! :!('IIt'J't!O :1 111 1m.; ~t'III'J':¡Jt'" ('11 gdl', III:Ht'hl'lI :1 p<lt:if:cIIJ' lu;!;¡,: la,;
prtl\ illei~s ,J¡oll'eitltl a 1I011l1'J'1' ;1" la rt'iJla tluiia klilclll.


:1." Que ~ los geJlI'I'i)II'':, ¡:;eJ"I'S y ulíálil''; <¡1I1: ,¡: auhil'l':J1I ú cstl'
plaJl dt' pacilit'lIcioJl "e ¡.os rI'COllllZI·:11I SIIS ¡'lllJlII'OS \. gradus.


4." OUt' don Car:o,; \" "11 Lllllilia st.'aJl Ir:tslatlados a lCJ'ritorio
frall(',"s.-CUtl ('1 lIlir~llIieil!lJ debido il sus PCt-Ollil,;, sal\"ll a que las
(l1I·les. rL'sl:d}il'cida 1:1 p:IZ, J¡~ :,,'iglll'JI ulla dolaéilJll plHa SlISll'lIl'I'';!:
d('.eoroSianPJlk ('11 pi ('.,tr:lllg"I"O.


ti." \.lile se )JulJliqllc IIII:J itlllnisli:1 y 011 ido tll~ lodo In pas:ldll.
G" \.lue ú los qll\' Si' l"IIJ1fUrJIICII Ú \ i \il' eJl I':"paii;¡ se Il'S dalil


pu:,apol'le pal'a dOI\t!(' le pidien'JI.
En t~al'ta tk ~ del mislllo abril diri"i copia tk eslas t'ondit'illlll'S


almillistcl'io, v el2 dI' ¡linio el CUlISIII r~ll1itili otra al s('jior Sl'cre-
tario del ¡!e'I,:ícho de E"l<ld'J.


dlclllo:, tcuido \ arias rL'llIli(lII(', y ilcortlauu ('IJlllc,l;li· que "11
otra ocasiulI hall \Cllido i"ual::s Ilru[lu~icil)lic.- , y Lb que se hagall
ahura de.!JI'1I ser 111:\'; 1 azoll;¡Jdr':,.·


:-;egulI la rl'laciulI dI'! cUlllitlClllt' qlj(~ ('lIlrt'"I) I~li cal'ta Ú Ariz-
melltli y trajo la n'splll':'lil, dllrnlllL' los ocho dias qUL' UlllYO l'lI
TollJsa se hílltiau el'ieilr;ld" nllll'll:IS n'lllliolll~:;, y se h a,pgurú qll¡~
sí J¡lS ("osas IIrgali:11I 1\ llli I('rmillo rl'~lIlal'. ¡.rizowlllli seria pi L'O-
lIlí,íOIl:l,lo p~ra (,ollj'¡,1't'II,'iar ('ollllli~o; Jl0l' 1(' qllt~ tkil'lIndo apurar
lilas la lIIalt'I"I;1 11' l',nilli dt' 1i11l'\O t'¡ lli t1it'i('IHlole, 'I11t' yo 110 1,1)-
seía el !IUII de la adi\illilCiulI, )1¡IIL' las IJo1~l'5 prOpllL'sta~ lll\) pare-




.\ l'F'íHICF 'íDII,:no 1 t I 29\
fi:m ia, n,~" 1';I,',il)I1;,I['" y '1111' d,' p¡lo- ]ll'l1dia í'¡ :Idmiti:bs , 111'';,'-
I'h~r¡;¡,; ú reftlrmar!:¡.;, :¡ii;I'¡¡,'llíl" 1'11 l"llwl "1'par;ltI" '111" (\(oSI';I!.;, la
lJl'f:\L'dad y 1(' ¡~'c:il;tlJa a 1',11;1: 'porqlle pIJS"IJ 1'1 ,['n,'tu d,~ lo:, 111;1-
Ji''; que ;lIIWII:lzall ir 1':';]:; PI'"I iI1I'i",;, ) los 1l'ITible,; mediD'; di, :11:-
('1011 quc Sil 1:1Il ir pOI!"r 1'11 1',]I'l'lIciOII. PUl' oll'a parte, \'IJ:.;. i~IIIJrdll
ac:a"o 1'1 \oll':IJl o'obl'e 'IUC pi,;all y la I':'p:llllu.;;t IT;luioll lJue J¡,,;
allll'U:lZa, El Ilalltlo [eOC!,lílico \'l'lIcido k"'ju"tilic:lra ahí y 1'11 1¡¡'¡'lll
que hay hcelJOs lales 1'11 la,; relolll('i"IIC:' <¡lle ";(JlI illlp~I't!{Jllal¡/p,
par;1 1111 I'anido. CUal'dll vd, 11':!;1 1':'lllIl'la, 111('11':1 I'd. :1 IITl'la al
1'1'1' IJIW Sil l'I'ali/.:\1I mis PI'OIlI"'lil'l):', y lo lJtH, alirillo al Jll'illcipio
de I'lla.- \'l'asl1 el IlúlllI'ro I:l.
()CSplll'~ de qUilll:¡\ dias (:IJIIII1·;I,', :\l'izlllendi !Jlti' ludo ';1' h;¡Jlia


trastorlla"o. yqllll 1I0,.;r",'Ollla'ii: Illlrl:lltuIICI''; <:011 el. El ('llIllidl'Ulllle
PII<:ülllr6 el! 1:,lrl'Ill:¡ al¡¡¡lldu y li:lli'.'rU:i¡" y I:l'cia iJue SI: !I;lilla d'~":II­
bierto la Irallla; ijUI\ cualll,],; 1>IIICUl'l'i:1I1 di:l'; allit's;1 su ca~a lodos
,e h:tlJiall 1'I'!ir:Hlo I"'jalldole ,010, y ,;¡: CUlbid"I';¡\¡;I 1'11 !,ritll p"ligro.


Slljlo,e qll~ por clIlolll'rs habia IIc:-;adu:1 Tulu,a lín aYUda-lile
de Cabrera, y CI'l'ÚIH' que fll"I'I' pal'ticipalldo la 11I:t1I¡,~I'i1d;1 jOI'II:¡¡la
de Sc[!:ura. cuyo aI'01l1<:(',il\1i('1I10 1:IIV:,lcIIIIIIIÚ al CII()llJi:-;o y 11: hizo
inlratable. No igllurallt10 lit, ('onlíllllil, íllltig",; !Jllt: ~I: rril~lIah:1II
cOlltra IlIí, y qlle ,1: (',,:pialJ;t l'i 1I101I1l:1!l1) 11<; pill;lI'IlIe ell el 1I]('III1/'
rl'llllllCiu (1 a la liJa:' déiJil 'iu'ipl'l:ha di' 1'110, <:111:,11':-;11[' !Illly p:llli-
clllalllH'nll~ ir lo'i a"enles de J:¡ líll,'a que lo'¡:t la fo/,rl':ipond"!li'ia
¡¡llll ,1: diri"il~,,';d C:UlIpll pnc:ni;.;·o, illll.l':' di' t!esjI:lI'harla jI"r 111"
¡:olllidellll',;;i Tolo,a, la IlIllllil'c';!:I:'I'n '\l'i~illal al p:ltrillta g,.['I' PII-
lílillo dOIl EU';laljllio Alllilihia, y se 1" di(:';i) t:lll:lIla (lt: 1<1, 1'.'';pIlC:'I:IS
que Ilf';.:asl'lI. Ilabla hl'cllO I'sla Im,\cncioll para qlll: (:11 lIillgull
li~mjlo pudieran lIli, :llhers:lriIlS alrihuirllll: ({lIl' huilie';ll mallle-
nido elll'l'cSpOndCfll'ia i!il:ila ni perniciusa allron() dI) /:;:11)('1,


])e esle lIlodo i'IIIlC!lIyil la 11I~;.',oei:ll'illll qUi: 1.1]\ () prill~IJlio j¡ajo
tan huellOS auspicills, aunllue n(1 SI: hallÍa IH'rdido el [icUIJlo. "'Ie
OCllpÚ rOl! e1 mayur 1'00pclio en (',llldiar el ('slado dI) IIIS ¡¡adilio,
I'l! el lIc'III:IIl',migo, biS pasiones ¡JOIIIIIJ:lllles alli; lo,; hOlllllrt'S que
reprc-,elllallall algulI papel. y 1'11 !ill, 1'1I,lIll0'; pOrml'lIi1rt'S IIf'cl'si-
talla Jlar~ forlll:ll' la f(ran c<}!Ililill:lcill)) que dc-de [eill'el'll I'l'l'Ill~­
dilakl ú ji)) dr acallar radicalmente COII el 1;;¡r1i;;1II0 dl~ las ¡ll!alro
Provi!wias \a;;congadas. 1'01' (',lo lIi.w al ;:oiJji:rno el lS II,~ ahril:
010 qllr 11I'f:r,itamo,; f" 11ui~ ahí hava juicio. y Ijlll: ))0 haya anar-
quia enlré 110:'01 1'0 S , que los jll'ri'lIlil'O': 110 IIl's:lcredili'n la ('aUS~1 \'
aliulP.nll'll las pocas c,;peraIlZ,I'; '1"t.~ lil'lH:lI I'"las f(I'IIII'';.ll Lo dl'llIa's
'I"I:lla;\ mi cuenta ú III',:ar ¡j,' lu'i oIISi:ICII!O:' '1li" lil: tI'lIido para
\i'lI('('1': :\ fUl'l'za rll~ ('lllIslalli'ia y jlU':I'1 l'J':lllI'ia III~ 1'lIl1dllt:ido .'1
III,..-ol'ill al Cl'lItro qtlf: ~II ill'sl';Ii,;!. \11 lb qlli'lIlI III:¡'; alll'I'!I:lli\'il
qlll~ () adopl:1I' y ó\:'\!:lIil' mis pl:IIIP'; 01,' pa .. ifi,';ICillll, () P'PI'rillll'lIlar
lus IiDITI)!'!'S dI: una ~all~ril'lIl:1 H'\'oltll'i'lll 1101; \',1,1 I'a f.'mll'ntando
('11 lIIi illlagilla('ioll,


El mbrno 2K I'snillí por últillla 1,'(,:1 .\l'iZIll('lIdi, se;,:ulllaco-
pía hajo el 11 II llll'I'O1 'e, y la rCllJili al g'JIJierno el! carla de la mislIla
feelra,




292 ANALF.~ DE I~,,\ Rm. JI.
La Conquista, dl~ eu yo paralkro 110 hnhia rc(~iIJido Ilulici:h des-


pues dpl gran Sllee,o de E-tella, TllP tenia l'n 1)1 mayor ('uidado, y
deseando al'eri~uar "ll ,ituacion para sal\arla ú loda clJ,la. pre-
vine :1 IlIs agenles ¡[,~ la lille:l qUi' ,'llviasl'n con tal ohjp(o al inl;'-
rior del call1[lú carlisla la- C[)lllid'~lllas llJas ~a!,acps Y segura" lii-
eiéronlo aoi, despacha lid o ulla ;'1 la ca"a d,~ la \ iuda de ZlllJwla-
carre¡:lIi, con '1uiell la CUIlr¡ltidrt estalJa r¡>laeion:¡da, olra:í Plasl'll-
da, y la (8rCl'I'a a Y,~r¡:ara, SII'(ldo 1',.;la la '1\1e ellcontrú :J!li 1'1 raS,
11'0, ~' tUYO que ser;uirio hasla 1:-ll'lla para llldagar lo que se SII-
licilalJa.


El '27, [llles, dl~1 cilallo ahril, halda \'uelto b Co//rjlli.sltl dl'l
eUlllpo 1'11f:1l1i:!o, con IlJi~illll \'I,lid dt~1 g¡;llnill \llIarl'al, y m(~ dijo
de 'u [l1!'le <[UL' queria cnlral' ('11 (ralo, ('ollllli:!o; pero ante:; (\¡o-
~ealJa :;aIJc!' ,í c,;laha PI1 l'I~iaciIJlI"'i COll ~Iarülo, (jliO dije,e con
franqueza si e,;l,lba d!' aClil:rd() 1'111' t"l, [lurq(le 1'11 c,le caso era
escusallo ';II:l'ilicar S;l'lltl', qli¡~ lodo.; ,c~uil'i;¡n la misma SlIl'rtr,
pno 'Iu,' '1.1I'Oltl 110 qlll'ria CO[Jr,~S<l1' la, r,'laciOIl'~", y Si' I'lIconlr:l-
han t'olll'llS0,;, HI':ipondi qUL' 110 tellia rcla(~ion t:1I11 ,\lai'oll1. COIllO
cOllsla d,~ la ,~ada I1IIUIPI'I) ¡,j, que e-cribíel 2S ú "illareal , y de
la ('u;11 riló portadora la COllquisto,


La misula regl'I:'iÚ Ú B,l)'ona di' >;\1 \ia~t' el lB de llIalO, de,.;-
flues dt' haller Clllllpli,lo per';DIl:IIlllcnIC IllIl'nCar:!') ron Yillan·al.
La re,;plll'sta nrhal qU(~ trajo na '1ill~ no neia '1111' 110 l',;tuvil'~t'
en relaeiolll:'; I~()n :\[aru[o, 1[111~ r,',;ppl:lll Ik E,parlt'ro sabia qllt'
no lo estaba, pero qlll~ 110 h,lbla dtlda lo (~sll1vie,(~ 1:1)11 alg~lllo di'
Ilupstro p;¡rlid,l. (JI/e ludu!' lo, !J¡llallolle~ (~slal:¡)1I [lor :'I/arolo, y
que ¡'I, allllql1'~ (1'IÍsi"I';1 ponl'l'se al fl'l'llle di) ulla empresa, liada
logl'aría. ql\l~ Iladil~ le st'glliría. Qlle las negociol'iolle;; que yo ha-
hia cnlahbd,} 011 Tolos:l Ilel'ahall el \'crd:lllero camillo para hah,)r
cunse;:l1idlJ la [Iaz, po:'que e,taha apuya¡\,' por hCJlllbl'l's de iul1l1l'n,
cía ti,) I pai,;, P('I'O qll" la CI/lrla b,!:;I: Ii,' 1111, IHIJIH),ieilJllcs Il's ha-
bia alarmado y tI"!'cllliliadlJ dl~ Iní, y al lIli-IIIO 111)111[111 t1,~ :\[;¡rolo,
supollil'ndolll)'i di) aClle'rdo a a 1Il I JO,'; , PIIl'S tle olra manera, dijo,
no podia hahl'l' PI"'llll"stO qlle allllJu'i :!;t'lIcl'all" ell ;;I~rl), PIII'"II):;
tic at~IIl'rdll, IllarchaSl'1l Ú pacilil'ar el r,'ino, (JI/e los lI!'gocil):i ,;,t
habiun cUlllplicadil ,.;o[¡relll:II!el'il, que ('1 "(¡lIocia ~II positillli, r
acaso esl;lltall vl'lltlidn.;, pero ql/'~ la ro,a 110 knia ya ['t' Illl'i 1 ir¡,
qUI) s,~ resigllalJ:I;i llIilril' de lIi1a H olra rtI:lUl!ra, qlll~ sulu IIna lli~'
gocia¡;ioil tI,~ c:},;amiL'lItu tle la reilla ('011 ,.¡ hijo dp dun Cario,;,
plldiera It~rillinal la cllcstilJn: I[UI: nt) Ii:lbi:l IIlro ,i el dl~ las arma,,,
EII St'neto lt> oyó qUt'jarse el!' ~l:trulIJ, v la dilO qllt: jll:!alia con
,lo" haraja,;, (2ue .. 1 t'lIrollt'l ~I;ldrazo h;¡[¡ia ido {¡ Fr,\Ilcia '~()n lni·
"ion r\':;I'['\',lIla 111' )\arlJlu y ,11"; c"lIl[lall',:I'O'; para en\cnd¡'rsL' run
;1'llIel glliJil'rllll: de lud .• di CIJI\lh:ilni,'1I11I 1'11 carta de ':!O tic ma~o,


EIl el IIll''; de febl'l'I'u s:l[w qlle 1:1 lurd Juhn Hay r,,;taba en n'la-
ciones con varios Ik 111'; tl(lIlado,; g,~nrrall~s dt: la faccioll, y potre
ello., COII Ca"tllr de ,\¡¡d,'cll;)ua, Simoll Tlln'e, Alzaa ó 1111I'I'iaga,
p~1'O que Iralaban de la il1dl';[II~n([¡>II('ia Ikl pais, bajo ¡o[ si,;lpllla di'
furr"', y ¡pral1tiu de la In31:1terla. Creyendo yu que e,;los Ilue\'os




,\I'EXOlCE :,>(mERO 10
proyeclo,; jltlllíall SI'l' aun m~, prrjudící~ll~s que. el earlisllHl pillO,
qut'. ,usli'níall a1luellos e;¡udillo,;, (~nl'al'guli Ú lo, comisionados de la
linea qUI~ 1',:luviesen ú la mirl dn tll,lIllu ,e hiciese ell el panicular.


Fcnct:idas las nr~uciarillne,; I:Un don ~Iilriallu ArizmPlldi, mí~
ap;I'lItes mi' indiGarun IJ'w aprnlechaJldu la e,UlIll:ia riel I'retendil~lIte
1'11 Tlllos;l, se podia 1'lIl'llJlar UJl proyecto para eo"erlo allí. Aprohti
la idea y allilllL: a que lo pllsierall 1'11 practica ~ill reparar en gastos,
y al eredo pusieron cn jUl'go cuanta:, rt'l:H'iIJIICS tCJliaJl, y otr;l, qllC
atlqlliriel'llu, EutaIJlado d plan pOI' do;; di,tlnLls "ias, cOJlsiguicron
ganar filos oliciall''; y sar~ellto, tlt~ una t:olnjl:lÍiia que c,;lalJa t~n '1'0-
10,; a , Inilnt!;¡c!a por el tcnit'lIle don .It1SÓ Zabal~. y qlle una cOlllidell'
ta se inlrtldujese en palacio, para enterarse IIlillllcítlsarncnle ell
lodo, h~,;lu del apo-t'nlo tlcl mi,mo don [úrlo,;. la clase tic gU:lr-
dia que l\~nia, la vlgilallt:ia qlle oIH:rvaba. h:i ht)!'as en que' ,;~Iia
aqlle! Ú pasco, lliS Sil íos 'lile fl't'cnentaha , y clI:lnlw' pormenores Se
ne(:t~"ilaiJaJl para 1:1 0lwracilJn. Tudo lo l()~ró y COI! IIDS facilidad,
pUl' halll'rli;.iado tralos di' anlÍslad COII 1111 clllpk:Hlo delllli,mo cuar-
ltl del Pretelldlenle, y CllJl vario.' dc la guardia de Sil pl'r~una,


1,;] conlidc!)t;! ~ulJ,;i"lió ell Ttllll~a lodo el \itmpo 4ue llf.cesi!ó
pal'a illful'lIlar:,e de los detalles índi,.¡pcnsabll's, participandu diaria-
lIlente al eUllIi"iun.ldo de la línea establecida cuanto adelanlaba; y
haJo los datu,; positivus adquiridt); de (':;Ie modo, ,r, lr:Jlú de dar el
).!;t'lpe al primcr :ll'i,;u oportuno. I.aca,;nalid<lrl hizo ljue !'lljuillttJ ba-
!allun n:lvarl'tI, que ;\ rt'sulta" rln los acontecimientos de Estclla nu
queria l't'COIIOt:I'I' '1 )Iaroto, .;;e h:¡bia t'stadolladlJ ell Vera; cntre las
trur,l'; t¡tll' de TollIsa y sus irllnetll:lcionos se enviaron en oiJserva-
cion del (;uerpu suhlt~\ado, It: toco la suerte ú la compailía g<lnada al
mando de ZaiJala que cnun torlo cslal¡;¡ di) acucl'do cun mis -comi~io­
nado,;; y alJn:¡ul~ tamhien se conlaba con trozos sueltos de otra~
eumpaflias, la continua movilidad d~ las tropas carlistas no, rle5con-
certaha todos lu, planes, dcsaparl'eiendo en \lila semalla la gente
qlle se ganaha cn otra; y or~;)[lizar con paisanos fanatizados el motin.
como preliminar p~,,'a la opcraciülI, l~ra una empresa arriesgadí5im~
si 110 ',mposiblc,


10 estaba estancado ell Bavona sin puder trasladarme ;'1 la linea
por las mal aconsejadas medidas del cOIll,lntlante "ener;J! Ezpeleta;
<1i;.::o mal aeonsejallas, porqne ,iem]lrc las ;¡triuui á consejo:i dados
por qllil~lIes Icnian ¡lIlel'l\, en Illl~ yu no hiciese lo que ellos sabian
era ca[l~z tIc hacer á favnr de la ea::sa naeiunal. Me vi, pues, ohti-
gadu a valerme lit' propio:; y de la currespolldencia escrita, medio
arri~"gado y lellto para operaciones tan difíciles como iltlp(lrlante~,
que lIec()-;itabau leda eeleritlad • y tlnsigllar por inslantes la direc-
don á losconlidl'nlcsquc iban y n~nian á la linpa teniendo algullo
de ellos que pasar;'t Bayona para resolver sobre los ob"t:lculos que
ocurrian y paralizaban y desurgallizaban lo mismo que oe fllleria
realizar sin deseall:i(),


En fuerza de las repelidas y ellérgica,; reclamaciones que dirigí
al únieo ministro con quicn lile corre,;pondia y de quien recibia ór-
denes, éste me remitió por medio del cónsul una esquela del minis-




A~ALES JlE ISAIlEL 11.


tro rl(~ la (illcrra para el cOl\lant!nlJte ~e!leral (k (illipllz(;oa, [!1m Mi-
guel .\raoz, la l:lIal silJ I,..;pn),ar lid 1I11111bre yapl'llidll, ni el ('arúctl'f
('1)11 qlle 1Il() II:ill:lha 1'11 FI':lIi1'ia. III'{',a l' si;.!;uil'lIte: "Seiiur dUII .\Ii-
gllcl ,\raoz-~Ii :lpn'('iaIJ!e hri"::ldil'1' y illlll;,IJ: esta le ~era:i vd. 1'11-
trl'gada plll' IIlIa JlI'I'';OIl:J qll(, d,'sl'o \' ('('IlI i('III', !j1;1) la atiellda rd.
r le oiga, \)1) Id, a 1'111 11 , S, S. (J, B, S, ,\I.,-J:.;it!olo ,Ulix--lIuy I!
dt) 11Iarzu di) J8:\:I .• CIIIJ,;idl'l',lIl1lo ilJsi¡;lJilic:llltU sl'llIl'jantc ]la,,!'!,
Ha bi>.' 11<111 q 11(' (;UII ti jI 11 a!la II la~ IIli,llIl:h prn CIII'illlll'" Ill'eha,; por Ezpe-
lt'ta, y rt'coI:l:illtll) '111:; ('011 Iln IIoellllll)1I10 c;¡,i itlélllielJ tI¡) otru lIIi-
ni,;tlll hahl:l sido \I>lim:l tll' I:i nlas illl'dlll'.' alr\lhi;¡ ell PUfi l'11 ])ar-
('('1011:1 :: IIlIlIdl' lalid,il'lIlni ('1I!Ollel''; COIl Illla ClIllli';t'JIl lkl guIJiel'lll"
Ill,' rl'lr,¡j" dI) I',¡"ar;¡ la 1Í!lt'a d,) 1I 'l'llalli 1'11 1lI1!llli!lIlo,; tan Cl'ilicll,'.
Ctlll 1111 pl't',;ellcJa 1IIIiz:'¡,; habría IOil,;e!-(I1ií!1l el dar el go\p[: llIorl:J!
i! 1.1 rchelioll, ,.:i ~a dllll CHllls,.:e Irasl;ld" 1'I'llt:lllill:lIlll'lIle de Tulo,.:a
a IJllran~ll, y Lrllslllrllado CDIIl',lo "11 parle mis pl:lIl(''', ¡o, l'1I~ar;ia·
dlls III'la lille:1 ell[¡¡j¡j:II'úlllllru,; 1'11 dlf':rc!lII)": [JlIlltos, dirigidus lodus
alllllSl1lO lin,


EIIl'lllIl','; de ahl'illl'lIiacl:,i :\I;,II¡;]ILI 1:1 oIJl',IIfIl<1 IIl1a \'l'Z intl'(I-
ducirla a pUlkl' IIiJ rI,JlI C,lrlll', ",'¡:I!Ja l'I'['li,ladldll 11111: ]¡'liJia dI) 111",-
lrllir la reIJeliulI Cilla,; ('11;\11'lJ ¡1I"\IIII'i:I":. L-':Jlt;¡IJall CIlIjJl'IU :iI~(tI[\;¡,
!iolil;ia" que l"peraIJa lkl ('illll[J1l 1':II'lbl:1 p:lra pl'!'fl'l:cilll':lr IlIi tra-
!¡;¡j" y prllp'Jt'I'IUllilJ'lnli UII ¡;uldidlilllC a I'l'ojll'"ilu [Jara a';l',;urar L\
i!lIj1ortilllk ojll't'al'!UII,


I'DI' :1 1(111'1 tli'llW¡ traJ¡:l.i:lhail 1Illlehu I:lli l'I:hcltle,; para prUllllJl'l'r
la dcsul'l:IIJlllk Ilue,;lrus suldarl:,,;, v Ik;;.(r<lr:i:!llaI11':l1tl) COII IIIIIV fa-
vll('alile l~xilu, ;\ pl':;al' de qUG cillllil~e,; ;111l:'i11'll I'jl"reilo l'lilaila 'liicll
¡¡leudid,), v que dI' nada Cill'l'ci:1. E'il:II'oll:l:ll'la d,:1 CIIt'llli¡!'IJ me Sil·
giri,'J la ilka dI) imitarlo: hacer 1I111)Il,.;ayo ell ,n:; hat:illlJlll's, para
lo cU:l1 e[lcar,.:u(: Ú lus cOlui"illll:lI\l,S hil:Íl:';ÜII que la,; ITIllehaeha,; l:lll-
pll::l(ln,; 1:11 Iluestro snl'ido pt'Ollllllil'';''1l la IksPl'l:Íou. 1Ij¡:i('ronlo con
los 111:1.; pro,pl'j'(,s re'liltadu.;, JlIII'S al POCIl lil:IIl[iO se pn:,;elllarou
('U 1:: liupa 1!;¡'::IIIII',i \ 1I11111L:lI'i1lS, V si I:<le ftoliz l'u"avo lill) I!l:rítliú
a ;lbr:llilt'l;¡ flper:ll'inll ('1I1'sc:lla 1I1:lyl!l', IlW ill'lllvU :lni.r la dlticnltad
dI: l:arl'l:l'r dI,: 1'''11<11):; ';llli¡;il:l1te" pena ('lIlllillllal'l:! y SO';[('.III:1' luego
á lo,; pa';;1I10" Ú IIIJc','lru (':Imp" y" dl);iI';¡!J:l !jlll: ,1', I:I'ca:'l: HIlO !l1',U-
tral ó lie (l\i/o, eIl el q al'. dall¡[<l 0::11 JI:lC ilJ 11 :1 los J1r(~sl:n[adu" se pri-
V:bC :11 ellcllli~(J del ll11'jur y lIlayor n~lIl1CrlJ d(\ éilLS cnlllhalicnte,;,
L~ calzarla 1]111' ~<.' ClIll,;tI'<.I;¡¡ dI'. S,lJ1 Sl'b:Hlliln ú Pa;;ajP';, na ('11 ]le-
r¡Uéiío elllpu de <,:'te pl~n"allliclltiJ; pero alli lallllJicn f;¡ltali:lIl fOJlIL"
y (',;taha ha,rantl) d",;alendido , v ;;(¡Io en flll~rza de lJueja,.; y I'ecla-
maClllne,. tll\ ;lljuellas IlIIloI'ill-:l!t·, Si'. .'ostl:nia mu" flwllinnamcnte.


Casi á mediado,; tll' mil)'!) S\lpe la 1':lI'iacioll del Illilli"leriu y que
don [>10 Pila l'izarru habia dej:ldll de ]1I'1'I['II('I'CI':1 ¡',l. y enip;uallllcs
se di~ll(¡ S. ~1. :1p;r:ll'iarllH\ ('[)II clnumbl':llIIicnlo dl: I'actor ,k labaco,;
del partiLlo dc, G:lpall en la..;, i,;las Filipin:ls. C0Il10 nada ignoraba de
cuanto fragllulJan mis cUI1Lrarios para lh)ldcrII](), y vivia inslruido
de lurio pllntll:lImenlt'., supe de IIl1a !1I:lIlCr.1 pü:'itiva qnc prevalién-
duse del cambio millisll:ridl y de la oit'pal'aeio!l del único secrelario
del dc~pacho COIl qu~el1 cs!ah:! el! Clq']'I'''I,l)llllellCi~, y IllIC l'l'ule¡;:i;1 r.\I'




295
eOrazon la (,llljll'eSa encomendad:l Ú mi cllidallo, movian ei.'lo y tierra
para :1 11 11 1:11' I1IC (J :'lljrlarm(" ,¡la inlel'H'llcion IlJaS drprc,;in y perju-
dicial del CÚlhlll,k Bayon:!. SUpl' qlll~ itaLia ,idu sorp:'fllflido el ¡Hli-
IllO d,~ 111'; IIlilli,lrlls, y alll1 ('1 111\ S, \1., ilseg-lIralldo con la mayor
p,'riidia '¡tIC vo I'stal¡:¡ .:11 Yali'neia pal';¡ re\'tll\l('illllar aqllella ellldall
I:ontra (~I ~;¡\lÍlld(', \' 111111 de alli \la,;ar;:l a C;ldiz eOIl el mismo fill.
()\IC ellllillislrll di' E,lado. ('1\ vi"Ia di' (',;te anll'l'l'dente, habia co-
,ñlllJicadll al r('kl'idil C(JIIS¡tI Ulla rl~al (mil'lI COI1 f('clta del ];l, pre-
;!llJlt:ílldrdll si S:dlÍ:l qlló plalll~s lIevalJa )'n al :IIIS(~IJI;¡rlll!] de lJayO!l3
p:lr" 1:1 cilld:td dill Ciil; y q!ll: illl,I"lcllllJll 1~l'a rl~~ular ¡Iij .. "c) Itahia
f1"lHJlldidu IJU halll'r yo ~:llido dd di"tritu t!t~ ''11 t'ulIslIladu dc,.:¡le mi
Jleg;ad;¡ a Francia.


'SlII elll\¡:lr~1i de t'.'te dc'l~n~;¡iilJ. se rl~!liliú olra real úrdcn COIl-
rt~,,;lIl¡JU -i, la ~lIjlcrt:h()rí:l, !ll'rUIIIOlllllandll alci)fl:'lll qllt~ llIe vigilase
eScrll[llllll,allll~n"'; l'Ollltl ,,:;10 sucl'dia pIll'lll qlle Illanlfl~staró mas
ade!"IIII'. ~1\aull~ ahora p¡'nnilido lkcir qllll. Cllllli eOllcppto, se de-
]¡lIi prilll,'rlJ arr'rip:II,!r (]IIk'n 1'111"1' l'i :111101' de tan inÍGua calumnia,
l~ illl[lollr:rll' 1·1 ca'li~·" ('rllI rod'l LI 'i1~\'Crirlarl de las leyes. Empero
lo.; C;¡!llllllli;lIlllrl'S r¡lI('cIaron iIllPllBl',;, y sn viclima l'spuesta Ú la I'i-
!!ilalll;la del CÓI¡'iUI. i lj n cOll1lsil)nado de S. M. para el JII;:S impor-
l:1Il1c de Cllilnlo, ;'«'rlicios SI' Jludieran preslar, ser e,piarlo por otrn
fllllcionario r1clllli,mo gtllJiel'llIl con IIn celo y ri~or, qup sobre ()h~­
Irnir o ilnJlIJ,ill'tli:,1l' ,liS eol'lIel'Z05 jl;ltriilticlb, !lU se Ilan cmpleaun
cOlltra lo~ 1:IlI:,Il'niz;¡tlo'i y podcrosil'; enemigos dc la cau,a naciuual!


SUjli'l'ior ,1 tall t!1'plllralJle, m;lqllinacillllCs, callé, sufrí y ucler-
llJillé Clllltillllar rllllli grandl) obra, anillladlJ:l ello larnbicll por las
~LiLH.:i(JIICS dcl cX-lllilli:itl'l) el ,l'fIOI' Pita, que me escribió con fech;¡
29 del propio mayo, alll irlión(]olllc que cOllslllla,.;e otlcialmente al
gollÍcrno s0hrc IlIi Itlll'l'ior pruceder, haci~Ildl)lo por el conducto
del CÓllsul, Ú hil)1l ilpclarar Il1lC me clllbarc:;¡ria para mi desLino tle
li¡Jipinas, enterando antes almislIIlJ clÍn'iul del estado en que se de-
jaba el negocio, pero lJ 111: si creia yo segllro conseguir algun resul-
lado importante dentro tic poco tielllpo, debia :1 su parecer conti-
nuar en lIayuna hasta lotil'arlo. En vista de esta carla me presenté
al clÍlbnl, y \'erliaIIllI'1I11~ le hice una resefía tlcl estado en que
tenia todos los Irab:Jjos, y qlle lo nriíiearia de olicio para que lu
ele\'a'l~ al l:olloeirnienlO dl'l gohierllo. (Jue el plan para destruir en
sus funtÍallH'ntos la rl'hc:lioll sc hallaba acabarlo, y me ocupaba en
11)'; prclilllillarc,¡ qlle debian preectkr al eurso dl~ la empresa; pero
que sin cmIJar;¡:o de la cOIl\iccioll que tenia de anir¡uilar cun mi
pfoycelo la faCl;ioll, lile disponia á mi Yiago para Manila en el pri-
mel' \¡art~O fJ [le ,aliese ('11 el puerto tic BllrtlclJS, si el gobierno de
S. M. 110 ordenaha otra eosa, .,


El c6nsul enterado de lodo, y no queriendo cargar con la grave
responsabilidad del negoeio, me exortó á nu ahanrlonar la empresa
y que le IIpvase un lJOrr:lllor riel cuadro di; mis trabnjos, ;'¡ fin de
trasmitirlo al gobil'rno. Eslendi en efer:to el borrador, cuya copia
seiiala el número 16, y se le pre:;entó el 1.° de junio, corno igual-
mente Ull proyerlo pé1ru Id funnarion de un campo de asilo, en la




296 AN.\LES 1m J5ABEr, 11.
forma que apnrrce del número 17, Ellwada la consulta al lHa si-
guiclIte :2, el sdlOl' mlllblro de Estado clIlltestú eon fl~cha l:i lo que
COlista dI) la eopia 1l1l1ll(\rO 18, coya n'al úrdcll lIJe Ira,ladó el eon-
sul el :ltJ. H"Collocicndo (dice S. E, cntre lltl'ilS cosas) la importallcia
riel scnil:ill l[\ll' p,tá prestando el r,omi.;ionadu en esa don Eu!,ollio
tle :\viranl't~, S(~ ha "el'lidl) mandar S, :\1. qlll~ continuo t'ste el refe'
rido scrvieio hiljO la inspeccillll di' Y. S" de qllil'1l e';Jlcl'O que me
d;II';1 parle dt: Cllilnt() vilya ocul'l'Íl'ndü para conoclllli,'nto de S. M,
y d,'1 cllnsp,jo de lIlilli,lros,
U!JetleCi(~IIt111 cuma dciJia esta real (li"posicion, conlinul) trabajan-


do COII el mismo celu y prcp;¡l'anrlo 1;1 gran golpl~ que nll' pro!"!)!l/;¡
dar al ejrrcito carli-Ia; mas pi~r"lIadi"n "l~ nil ser l:onvenicnle dirigir
lodJ IllJ eorJ'()-pl,nlÍt'llcia pOI' Illl'dill del cónsul, la ;;pgllí principal-
mente por medio del seilOr Pita, prévio Sil eOllucimicnto yaquies-
cencia que he dcl,idll Cl'el'l' IUlil'l'i1 l'i ;lpll)'U de IIlr;1 ~,Ilpniol',


.\ la HZ que los clJ('aJ':,:a¡\os di' la liue:l operaban 1'1111 tanto pro·
"('l'ho la rel'olucioll murall'!l los pueblos y I:¡s trepas, yo no ¡\I~,;can,­
saba para aUIll21ltar 1'1 encono \'ntr(~ el I'rlql~lIdll~nte y ,\Iaroto, ('ntrc
1m. furibundo,; apo'lólicos y el m()dl~rautisllll) (:arlista, ayu¡f;lJldoll:e
en ':stu, sin ,aber lo que se Il;lciall, los espulsadus [lor )(arolo 1J1Ili
residian eu Bayolla, y tr;]ilaj;¡!J.Jn desde alli con impreso,; illcf'lIdia-
!'lOS, atizando 1:1 ilbulTeccilln en el centro tic las IHoviJ\cia", llllpul-
.iaIJalo,; )'tl dÍl'slramcnle pOI' mediO lk la,; rl'iaeioJ\(''; secrctas quc
posel<l cntre lo,. adicros ;, '1IIien!'s "ngeria tOllas );¡s idras condllCCIl-
tes al objeto, Sabiendo iamilien 1'1 asccndiellte (lile tenia CIIII .\laroto
la vinda de ~Iaturana, señora di,Ula d,~ 1'1','pnú por su, lalelltos y
l'lIalidat!():" la eSI'l'ihi en fr:Jnc{',; el S de mayo h:ljll !a firma de un
legitimista franeés, la carta cuya copia,;o \'é en elllllmero1:) inclu-
yendola olra para aquel gl~ncl';¡l, COIIIO marca el núnwro 20, y l'cmi-
Ji el pliego;\ loscolllisiolJados de la línea, para 1¡lle dl'Slh~ alli lo cn·
,:amillas8n por la,; cunlidl:ncias e,tab,f!citlas en el interior del ¡¡ai,
vascongatllJ,


Los I'allatieo:i habian cI'eadll en (~I seccione., secl'das reloluciona·
rias, que conspiralJall dI) conlinuo contra ~1aruto, En Tnlosa habia
un club tic esta \'specip, V el cent!'al eslaba en .\zpcitia, donde mi,;
3gt'lltCS cllllsi¡;llicron penetrar y rclaciollar:ic conllno delos corifeo,;
que nos instruia tic cuanto pa~aha, sir\'iendCl (II~ instrllmeulo al mis·
mo tIempo para lo tille file con,enia dl:ilJl)ner contra MarIJtt).


Por aquel c1uh sUJlo que se trataba de Iln empréstito de (jtliuieu-
tos millones tle reales, por las ca,as de T~~tet ~ Fr~nce,seue, y que
el primero hahia ¡wsado al llamado Relll de don Cirios, con carla
autógrafa del mariscal SlJllll, ofreciendo al Pretendiente allxilios, si
';0 3\Cllia ú "eriticar el empréstito baju las r:ondil'ioncs que se pru-
ptlnia. El ne;.;ucio era \lila r,omhinaciull mercantil de parlir:lllal't~:;
ingleses y franeeses, dirigido a arrnin~r la poca inllus\ria que HO;;
qlled~, contando eOIl 1111 lucro de setenla millones, cuya cuarta parte
debia ser para el personage que habia dado la Garla autógrafa, ln5-
trnid() yo de cuanto hacia Taslet, y de los manejos ocultos lJUl\ me-
dilaba para el arreglo, y temiendo qne don CárJos, impul:iado por




.\I'ENJlICE NDIEIW 10 297
la ley de la IWl'I~,;irlad, rraliza;;c el empré,tito á toda costa, y que
de Sil'; re,;¡i1lados recibiria arma,;, (~ahalllJs y otros efectos para la
~uerra, ademas d(~ una "uma dl~ dinero I:un que conlcntHE8 á la tro-
pa, pl'iJlcii'i{~ a If,lI>ajar para impedido, Hice decir al cluh de Az-
jlcltia y ;d dl' B;)yoll<l, IJU(: ;Iqlldla rra IJlla trama oculta tic Maruto
COII los ill!!:lpsrs para eSl('l"llIinar :', lliS carlista,; fieles y al Prctell-
dientl', y dueiiu de ('stn mot!rl aqllrl dr' 1:" tropas transigir con Es-
partero, ~;lniticallt!lI la cau"a dI' la rl'ligioll y dt) la II'gitimidild. Es-
la idea Ji,;oll"l'(') IIJlldlO Ú I().; fall:Uicos, se la apl'llpi;lron, pu,i{mJ!lla
cn jll"glJ ) llit': t:il la (onjliraeion qlle ,e armó contra dicho elll-
pl"'~,;1I10 que Taslel se Yiú forzado ú rclira¡':,e (h,1 C,lIllpO enl'migo ~in
II;d),:!" pudido cou",'guil' liada,


Al pa,;() qlll: pl'l'd"'pollia por e:;lc m,'diu el i:nimo de )Iarulo CO!l-
irn ell'rell:ndj('IIIC, !lO ce'aba para irrilar ;", (',;Ie cOlltla el otro. De
),,;slIllas dI:! ruidll:ilJ ';IW,',lI Ik E-leila <ful'flaron lJieu lIIarcados los
dus ballrlos, scdic!llo:i lit": 1lIIIIIIa 11'llganza; p,:ro t'\ IClJcr:itico, ac:tll-
IldL¡t!¡¡ C!I ~l'C!"l'!O Pllr Sil Ilrinl'ipt', ,.;li"('(·ia ti,; fuerz:l moral por ]¡;¡-
lI:lrse l'Sle dl'.-pujat!o dt'l pII'::iti;;iu y cou,;ideracion real, que -'Jarolo le
arr,lIIcfÍ con la degradautl' retraclaciulI (k Yillafrallc,l , slIjel:úHlolo
1:11 C,lll';t'ClIt'IICi:1 al triste pa[H:llk un "I'fe de p:II'l.ido a c¡nil'n m:ls
:IIJeiaute. rll'Ilia I¡;¡eer Vu lomar la illiciatil;t en la l'l'aCCill!l.
~larlJlu, por Sil p:lrl<', <1111'1111 rit' 1;1 \'olunlad <Id -old:1do y de ulla
gr~n parle del \lucillo, se UH¡,;litujú de h,'ch'l ,'u c;¡[Jcz:; del litro
balido, qlle por los cll'menlus de que St: componia, !JiPII triunfast"
hit;n fue,e vencido, tendria muy prunlu Ij\lC 50nleter,e Ú relldir IHI-
lucuage :1 la (',eelsa reina ball(~1 [\.


DcoculJiCrlo el llaneo del¡¡1 Jlor r!ulllk pudiera ser hcrilla de
Illuerte la n:lll'lion, tracé TlIi plan. Fisurt" la existencia de una SlI-
cicd<ld secreta en Madrid. con \111 agente de la misma en llayona,
encargado de dirigirla y fUIIIl'lItarla dentro ,kl campo enemigo. A
:\laroto y ;'1 aqut'llus grfcs qUt~ pertl'lIecian a su cup,rda, los repn'-
scnt'lba como ctll'ifclIS de t1icll;¡ sut:il'dad, siendo el primero el pre-
sidente del triángulo mayor del ;'lurte de E'palia, pues que se supo-
nl.ln medio;; tl'i;lIIglllo~ ()rg;¡lIil~llIJs en 11l~ lial;¡Jlolil'S t1isidellll's, y
cnlre. lus prilll'ipaleb ha!Jitante;: d('1 pni,;. Compuse UII cuadro sinóp-
ticu, ti na í;"rera para dl'sl'ifrar lu,.; sigilOS y gernglíl1clls, y la corres·
!lont!('!ll:ia oticiall'scrita ,'n pi\pd di) fabrica cspaiiola, cun membre-
te,.; impresos, y ,Idumada de. du,.; máglliticos sello;:, eu tiu, con I.or!u~
los atribnlos uece"arilJs para uo dejar la menor duda acerca tic la
t:xi;:tcucia de la lal ;¡suci;¡CÍulI.


En la eurrespo!ldcucia del (lireClorio ¡(,'nera] tll) ~Iadrirl con el
comisionalltl de Bayolla, apar~ci:l \lila conjuracion en el campo re-
belde, bien Iramada y :;cgulda, cu\"o resultado dehia ser e! que se ha
1 ¡,lo ell últill\o desenlace, ~Iaroio, COIllO prl'sidcnte dcllri:in¡iul0
IlIny"r (1(,\ Nurlt', er:\ el director de [a trama para derrocar á flon
Carlos y prodamar principio, de IlIoderat:ion quc3u!J,;tiluyc,;cn á lo~
a!Jsolutos, enseiia inseparahle 11C[ cal'Ji':l1lo, Las in5trucciunes lodas
emanaban del directorio lir.neral, ydesrled ~e ordenaba euanto Ma-
rOlu y los suyos debian l'jecut:Jl'.'




298
Los acontl'cilllicntos de E:itl\íla y otros ('sll'cpitosos que debían


seguirse. ('1 hall sucedido l'lItl'l":JIIHlllt" lales ('Olllll "ll de,ignuli:J1l ell
la (lOrrc,;pullr!cllcial, lodo l',;taiJa pl'opncsllJ y acordado [ler d direc-
toriu ell 'u i:lrga currcslvlillklicia del ramO';il IIl'chivo que en lo SlI-
Cli:,ivo ha ,idÍ! conocido CII mís COllllillí":ldolll'S ('011 l:1 nomhre del
Simllltcl/s.
St~;';1I1I ((lllgO dicho ilnll'l'iol'llli'llll', J:¡ obral'sl:lb:1 :lI'llbada "l'ltodo


eu [li'¡'ncipio,; ~Il' abril; p:'ro l"llll[¡a lo mas l'sl'!Il:i:t! v allll lo II¡aS di-
ficil, Ilallar llIedius para qu~ los pap',ill's Ó el Silll/tIlCIIS II('g:l.;e ('Ollto-
da ,;egllridad :'i lllilllOS pl'opias dl'! !'r.·lt:lldii'ntl" l'OIlIU procedl'III,,: de
origell carlista, [11 partidariú d~ la C,lih:l de la reina UlI (~ra i\ pro·
püsito para el C,Nl; IlII l'accio,;u ;~:ll1ado, iIIll)" (,S[lllcsto; y ';0[0 UIl e,-
trang~l'o Ilien p:lgatlo podia dc,,"lllpI'ljar llii:iionlan importante:. para
la IjIJe "L~ lH'el'Sliallu illllCi¡;¡ s,'I'l:níd:¡d dl~ all11a y eSll'\ima s:lg:lcidad,


.\ lIlediados dl~ allJ'il mi prin"ipal ,,(jll¡¡dentl~ IllIl ¡udic) IIn [ran·
CL'S 1.[111' era a~('nlll dc! Clll'll1í~o, I:i ,í Y o\:lIl1in,;, y ""COIl 1 1'1', l:llanto
ncc:esil:lha; y en flll'I'Za dl~ <J:li:!II"S y prUIIIl'Sa:i de f'l'galos lo hi(:I~
entcl'anwntr. Illio. EstcnrJitl" UIl:] corla Ilota en t'r:llll'l\s, lo dl'::padu;
~I campo reheldll para que ,e ,ien pl'il111~rll (;(11110'; C()\'OIIl:IC:i S:III!.
y Sorlla. partida!'lOS t'llrioslls d,' la tl'oer;)l:ia. y CLln qllll'llIlS ",,¡alla
ell relaciones di,:IIO I'onfid'nte. DCI'I:i1es 'lile e,islia Ulla infernal
trama (;olllra don I~n'lll';, dl~ la (Il1:¡[ -'la ruto era <'l ;.::eI'e y al:nil ,y
que pro)'l'clilba deo-Iruir iI :,lIS ClJlI\rarills ; que esl<l cIIlljur:lclllll se
dirigia por UlI.\ ';lIeit't!ilfl sl'¡:r:'lil (011 1'1 Cilillp<l cII!'lisla, dl'pcllIlil'llle
de la sociedad llIadre ¡],~ ',[¡Idri,l y UII "!)lIli,;iolladll ell Ba\'ulI~, En
2:5 L1l! JlJril re:,rcsú el ag.'ull' l'(JlI rCCIlI'1 !ll' illlll,n,; clJrlln;'.le,;, pi-
diendo las 1ll1lP'"tl',lS dll 1,\:; p:qll'I,!:; de la ';'lcied:ld II'II~ ylJ 11" ;llIlIlI-
ciaba exíSli;lnl'lI [llldl':' lIe IIlIa LlIllilJ;J ie::itilllista ,It: aquel p:li,;. Cun
este::riso l'sti'ndi eli fr:I11I'['S la nota n\lilil'rlJ ~l. la cllallllalliresté al
cóm;lI[, (! !Jire que 1'1 '::!lIlilknlc yolvie,;!.) ai C:lll1pO, lIevalldo cOllsigo
las tres IllUI':itl'as ¡¡lIe S(~ citan.


El clJnlidellle ,c alistó 1'11 Tolosa con SorO:1 y 011'0'; corifl'o,; del
bando cx::ltado, rCilllitlo,; l:OIl ,,010 l':ile ol,jcto, y l'ollsiguien\l' Ú la
revelaeioll tan illterc,;allte ili('icrollIllIlCII:1,; ll'ntali, as para penetrar
donde estaba dOIl Carl03 y hablarle, ;·1 cuyo jin ¡ta,;I" ~lJl'oa Ú IJurall-
go, aUllqlll\ sin conseguíl' ver al Pretendiente, pOI' lellerle los maro-
Ilslas COlllilluallll'lIV\ cercado.


Al re::\f(~sar Soroa ú Tolosa. c,~II'}¡raron los I'olijnrallo:i en i]((llPlla
"illa lIna l'éllllioll, y los mas :1I:alllradlJs prupll~i','I'on a"e,ill:¡¡' a .Ma-
roto, CUlllO l:lllll'jlJl' lIledio [1:11':1 qnl: lIO lo~ra,c COIISUIII:Il'.1a tralelun
qllceslaiJa (l\'idellt(~ ['lilas tl'eSlll\lestras '11H~ ellos trlllallala vista; y
si JlO:ie puso en prúclic[t e:;pedicllte tan atroz, ,;,; Ikldó a nn gcul'l'al
j\ivclIl[ue asistil) á la jllllta y "~ 0!lll,;'l rll'.'('i,~m'~III'.', fllnLlallo ('11 'lile
ib.m ~\ illcurrir en la misma hlt:l con que se 3criminaha al autlll' de
las ejeclIl'iones de Estl'ila, DíJ<lIt's qlle el':l pl'cci~o á tolla eosta
con el a)'chivo. fJr('ndl~1' en Sil con,c::ucllcia Ú l\Iaroto, conven('('rlo
~ntes I~n un cOllsejo d.; guerra y arre:~lallo ;'1 Orll(~lIaIlZa cOlldcnarl,~
'1 muerte, La junta ~I~ (';)lIrUI'IIlÚ ,;\)II ,>te lHt'cccr. y despacharon
'11 conlidcl!t(j CUlJ l!!la '''I!tril,,;í!:1 p:lr:l. d l;lH;1 Ile Sara, ,!uirl) J"




APE~DlCE :\"UMEl\O 10 2~l9
pl'escnti> al o\¡bpo de Lcun el :¡ de junio, en el ]lueLlo de Guelaria.


Estandu 1,1 cllulillenle con Abal'ca, 1\' manifestó las Ir p 5 muc8tra~
y r,q¡lil'¡j l·ll:o:llellidu de 1;1 nota qlle llabia I1c,~du ~ la Junta secre-
la de Tolo,,1. 1"111: grande la sorprf'"a dclolli,pll :11 examiuar los tres
d"l:UIIH'lIt()~ IIric;inall's, y dij" al l'oll1isionado qtW 111) halda que d('s-
l'l¡¡dar CII I'l 11";"'1';0 ni un :'010 iIlSl:lJltl\ plle, ol'a de la mayor gra-
ycdad, y tll':;l'alia tl'lIl'l' tilia 1'lllrc\i~t;Il'Ullla bUéna alma que la di-
"illa I'r"rlt!I'I!I'i:1 I,i¡['!;' di'I'lIl'slll fIlCSI: el illSlrllllll'lIto dc la salra-
CiOl1 de la JlI'I'l'i(l:ia \ id;1 de S. ~l. y 'I'gllll sus litl'raJe . ; palabra;;, Illas
haIJil'lIdll:e he('hu pl'l'srn!('. :1'IIICI, qll': eslo 1'1';1 illlpo:,illlc por ,el' el
~lI;;,'I" fr;¡lId~" Illlly CIIIII (~Idll P"I' :iUÓ Opilliolll~'; (';¡r1i,t~I" y \ igilado
por la poli,·ia, dbp:¡SlJ l'l ul,i,;,JlI l'sCl'ilJil';¡ Ull tal EIICi'll. Sil p:illl'.i-
p,tI a~ellle 0,11 TOlth:l, y ell l'lll.lll1ado CU;¡I·~,'I HI:a\. En esta carta fe-
cha ~ 1\1: j\lII!O, '11 dCl'ía 1" ,;igllil'!I!t': "Tensa \. la bondad d~ hacer
lJu{' el dador 1"lI'd,: !::Ililar ;1 11I1('SII'Il prílll'iptl ('11 UII asunto impor-
(;,1111: !l1\ ('11111<:1'1'111," y I~I 10 r"I';¡'·';l ';:idl' 1:1 l'ullli'll'.ntc para Tolosa,
\' clJln'~ú 1,1 1',111 a :11 EI;('1,.I', '1lliclJ el! ,-11 ,i,;la cumisitlllO al coronp[
:-Ioro,ll':ll'a lIlIl' '1: pr':'l'ld,,,"::d PI'Cltllllil.'lIll! COII las !lIuestras y el
n'elldo \",¡J"Ji lil'llIliispo di) Lcon.


D'))I t:ariil", dl'spu,'s 11-: ,''''::llllinad:l" la" pil'z~s y habiclldo haulado
1'1111 :-\orlla, IlIlllliló Cilllllllli";!I' IIn:! ¡'¡rdl'll ,crlJ;'¡ al c;lI\¡(:I'1I<1¡lor de
Yera, para quo ';1', l'acilllas('I'l P:I<;O .;t! ila:II:¡¡jo el!:lrll'l Heal, ú la
[li'r:'IlIl;1 pllrl;ld"ra del are/I/I'O, y ,,[ITcio fl'I'Ollll":II."nrle eOIl una
Cl'IIZ, litul!) 1·1 !IIIIIIII\'" l'('nj'Ol'llle fuera el 1Il(:ritll rit' lo,; papl'I(',;, cuya
ordellla 111:\·") it \l'I'iI ('1 inl,'lldl'llL: !.!;1'1It!r:d, al'éJ'i'irno enellligo t111
)l;¡l'IItll. El illl,'II:1l'1I1e 11Ji! 11I.illd,') :1 Ih'cir 1'111' el (,olilidcnlc, que le
rellliliera 1'\ ill\I:lItll'ill de lus P;I]lI)Il-" y que el 811¡;aq~al'ia de la
ClIlllisllllI de 1\('~llci;lI' el aSlllllo , pues si teniall el "alol' que SI!
le,' ,;upllllia, desde 11Il'~1l l'ull'l'r\:lria ~ la fanlÍlía depositaria los
tre,; mil fmlll:o,; !I1'dillos, l:'llIsi,m:llldll igual call1idatl en la ca,a
qU() se le lk"i!.iIl;'SI', para c;arall[i;¡ dll la dll\olucioll dl: 103 rcferiLlos
papeles.


Tal era el estado dl'l negocio ('11 1111 de jOllio, y h~lJicn¡Jo dnrlo
ClIl:nta \'('J']¡al al r"II,;lll d~ 1I,¡y'Jlla, me pirlil) r,trlldi,~ri\ I~ milllila
Ilt~1 olicio para el E",:cIlJO. Sr, ,l'ne!ario lié' E~tadll, lu que cUlJlplí
j¡lIlll~dlat:lIlH!lIle CIJ 11 fll J'IU L! :Icredila la copia 1I11I11. 22. COJl)O lile ma-
nifeslase el C(,llol1l 1]111; 110 éOlm'nia sona,e mi nombre en sus COIllU-
nicaciones u1iciaics, y que 1\1<1, adelante diría ;'¡ ;.;olJierno ser yo el
Hmladel'o y único :Jutor d,~ todo, 1'01101'1 desde IlIl';';'l que las miras
,le ~\I\\lcl flll\cilltlario ,\~ ILri"iall ~\ alll'O\l:arsc mi, hücho5, y que 110
ap~re~il'scn lIi mi. Ilomhre ,ni 1lJ¡'; 'l'!'Iicios 1011 Sil COl'l'c"!IolJdellcia
cun el nlllll,tro. I~I plIlJlo;¡ !JIU' l'1l l',la partl! hahia lIrp;atlll mi plan
y su p;ralll\¡slllla illlpill'tanci<1,uw olJli~ar()1I :1 ('onfOl'm:lI'IllC apJl'cn-
lelullllle I'lill la '{o!tllllat! tlel ('(IIISIII, al P:l';U ¡¡lle dalld" lJoticia eir-
ClJllSt,\IIl'iad,¡ y diana de ludo al Sr. Pita, tlell'l'lllinaJ¡a e,;ea,ear a
aquel cnlo "n~e5i,o mi, ,l'splicaciolll'S ;;ubre el úrdcll y prugresos
de la oper:;cllllI, ¡rlll'l¡nc ~';l CIiIl\I!llia proceder, \ íst:; Sil 111 ala fé yall-
ligua a\erSlOn contra mi; por ulra parle ,e apo\'iI\):1 esta razon en la
cin:unstJflcin d,~ JlO b~bcl'JllC [J!,I:\c:Jid'J de Iliil(;llll muelo que c()r~




300 ANALES ])E I!'AIlEL n.
la,;e cOlllunicaciones con el único ministro con qlliellln, hahia tenido
y ~e¡';llido siempre, de quien úni¡:anwnt~, iJ:lhia recihillo mi comisioll,
y en qUIen tenia la ma, cumpleta continllza.


EII pl'incipios de junio SUpl' quc el ¡:oronel 'iadrazo, comisionado
de Marolo a París, estalla de regreso en Ilurdl'us, y qlle con in,trllc-
clones de la junta Illarolist'l tn aquella capital, dl~ aCl]('rdo cn lln
todo eon Appony y los dpmas repl"L'scntante" de las pull~nr:ia;¡ lid
Norte, se dirigia al clJal'tel Ikl ;':'I~Il(:I'al. eOIl (,J plan dI' ohligar al
Pretendiente á-quc ab¡Ji~as(~ la corolla en f;l\'I)I' de Sil hijo mayor.
Por clmbm,) li('mpo lile illformaron IllIS cllnfil!clltl''';. que I"s ulíeia-
le~ cadisl:is tle In tlivision guipuzcuana, se apercibierun dI' IIna lila·
¡lera no dudo,:a del cnntngio moral quo se hahia e,tendido en el
pueblo y en Ins filas ú fal'!)r di' la paz, y qne telllCl"O,US de un albo-
rotu en las úllilll:ls y disllI'rsion a sus casas, se reullieron yaulol'l-
zaron idos capltaues de las elllllpailÍas para qlle se I:ntendleran con
1\1arolu, y ó,te tralase de ,ahar la di\ i,ion y la sll('rt(~ (Ji) la olicia-
liJad, coulando en el casu ('011 lus inglc:'ics ; que lo, eapllallc,,;, de
acuerdo con lo,; ~l'f(), de hatalloll, se habiau p!"(~:i('llt:ldo en OrlJzl'()
al gener:]I, y hl~clI011; prescntr, los tI(~,.;,'OS tic la l1irision; que :!cogida
bien la dcmanda de su,; :iulJunlinados , y preglllllúndo!es a quú olJ·
jeto se dirigian sus nlir:l:i, hahian respl)ndidlJ 'lile Ú la indepellden-
cia de las I:natro pro\incias bajo 1111 oistclJla republicallo (IIr:l!, y qlle
él ('bruto) flleSI) el 11I'csidellle [J¡> la reJlllhli~a , e,;ptlbandlJ al Pre-
tendiente y su familia del territorio peninslllar, y hal:lI~ndo,l~ ludo
de acuerdo, y con la garantía de Inglalerra y Francia; pOI' lo cllal
las conferencias y rclacillllrs qlle Iwllia con ('1 lord Johll lIay, ~e en-
caminaban á es le fin. Estas nutieias mc ala 1"1 11 a ron ~uIJl'l~lllal!lTa, y
temiendo en Sil \ isla un guipo falal contra la inll'grid:lJl de la 1I101lar·
quía, é irremediable por Sll~ conscclIenci,ls, trató de acp.lcrar las
operaciones de mi plall, a lin de deshararar in,;tanl.¡nealllrnle tollas
las maquinildoncs cartistas y las de lo,; ap:cntr:i e,ll'allgl~ros.


11 pais y la,; tropa, ú pe,a/' de la, hostilidallc,;, :iC llIantcllian en
el uuen ,;~nlidu que pur InetlilJ tle la propaganda h¡¡biamo:i Silbido IJn:·
parar á favor de la paz. Pero la mala est!"'lla Iluíso que en julio se
diese la Ilial aconsejada y fune,la pro\ idencia para la la la de ir,s
campos e incendio llt~ las mies!', y lus pueblo,;: medida qlle fué como
un Lilbamo de salud p3/'a el Yaeilalltc y C:'llipido (Ion C:lrlos y su
corle, (Iuienc, la aplaudieron en Sil eorawn. Ella produjo la irrita-
CiOll, principalllle.nte de los alavcsi'.s y navalTIi", cuyu territorio prin-
cipió a sufri/' sus efectos, abriendo ln pll(~rta il csceslis 1'1 utra cun-
duela del (~Ill'rnigo, sc¡:;un resulta de la prul'larila T1lirll. 23, Y de ella
sin duda pmYino el rerps ljue espcrimerltl) el general Leun en lus
campo;; de CiralllJui. porque Elio supo apronchar la eOyllnlllra e
inflamar 1'1 fanatismo yurdor de ,HI~ \'olllntJrios para que peleasen
hasta morir en defen5a de SlIS hogares y de ,liS propiedude.-; incen-
diadas; y al /in de la jornada ,e ha visto IllJe lo, balallones navarros
y alaveses fueron los llIas perlinaces, prefIriendo refu~iarsc en Fr~n.
cía antesr¡lIe allherirse al tratado de Vergara. En Vizcaya y GlIipuz-
coa, uuude por fortuna hubo otros fl)Spctos, y par;l]a rccoleccion de




APEN OTCE NUMERO 10 301
la l~oseeh3 ,(~ rl'lebrú IIn cOllnlliu PIl :\Ianuarllri el 1;j de dicho ju-
lio, enlr,~ 1'1 eOlllantlante ~ell\'l'al don )Ii¡:ucl Araoz y ci de la línea
pnl'Tlliga don 1l"I'lwrt!oltllrria;i'I, eOIl,crvarOI1 Ja opinion y esperanza
de la IHIZ, y flll'roll por IlitillJU lus <jlll' CIJII,;llmarOIl e'un SIl uccision
la gl':llldl' ohra Ik la ITClJncilw:iull.
COll:;i~lIit'lItl' {I lo IIIH' h;J!,ia rcvelado al cónsul dl~ lbyona cí ill-


tlk¡lha el iJlIl'radur de la clIlllunicacioll al gohi1mw, \ulví ;i ue,paehar
al t:oltlidtlllt~ d l." de julio con el inveutario de los p:lpJlrs. se-
gun de,;eaha .. 1 intendeute earli';lil, y en el pllt'blo ele San .Tuall
dI, Luz fuú dell~llido por los I,(clI(\;Jflues y desjlojado de aqllcllos, C]IW
,'1 "ll\¡prdedo cntrl'g¡', al c¡'¡lbul; pero por lilas e,fuerzos que !Iicit'·
I'IlII lu" :lnloridades francesas par;¡ de"cuIJI'irll\c 110 lo lograrun, ha-
bil;ndollll' ,ielo SUll}:]mente tiel el cUllfidente. 1'''1' ele pronto le previ-
ne que SI: ulalllu\'ie,e '1l1idll ell su casa de la frontera hasta lluevo
aviso, y q\le "i le: Ilalllaban <lel inleriur lo, L~;¡rli5tas, marchase ill-
lIledia!;lllIcnlc.


EI29 dI) julill pa,i) ú Bayuna para decirml', que elespllc, de 'u
Ill'tellcilJn pn San .Juan de Luz, ¡¡abia estado en Ver:! por soli(:itud
del intend('n[(~ carlhta, y que el IS P:ls(¡ en su compañía á Oflarc,
<loIlde fué presentado at Prctclldientl' y Ú SIl ministro don Juan José
~Ial'co dell'ont. Don Cúrltl:;, teniendo L'1l las manos las tres muestras
tÍ notas lkl Simanca" examiuú al confidenle lllUy detenidamente,
hac.iéndole pregunta:; acerca del (l)'chivo ú depósito ele los ¡wpelps, y
~~Ii"f~cho por ,us r(;:<pu¡,;,la,i, segull las il'criones que rU le- tenia
dadas y la cslrL'lll<l ,agaeidarl rlr, 1J11[; él r.~til dot~elo, entro en mayor
curiOSidad de po,c!)r :1[!i1ello,;Uoellrncnto,;. Le pregunto con mucho
illterr, por la persona Ijue le lJuel'ia ha!:cr tau ,;cñalado scnieio, y
t:1 eounclente rr.,;pondil" conslalltL'lllcnle era un legitillli~la frallces,
cuyo nOlllhre no podia dar por entonces.


Ill'retelldiente m31life,to lus mayores deseos de eonoccl'le, en-
cargando al ronfidentr; (Iue vulvie:ic a Jlayona y le dijese de su parlL',
qUl~ fllera :'t Tulo"a ('11 Sil eOlllpaflia. Ile',vanelo lodos lus papcle;;, y es-
tllviera Sf~tll'() de qlle le ngral'iaria con honore", títulus Ú cOlllkcu·
raciones. ~Iallrlo CIIIIl11 IIÍl:ar instrucciones l'es,~nadas il Yera, remi-
tieron el pa:i~Jlllrle y enviaron ulla escolta y el comi"i"nadu eJlu~ de-
lúa :lCülIlpar1al' al slIpllc,llllegitimbta hasla clrcal dI' Tolosa, il dOIl-
de iba ;'1 bajar e.;pre,;alllente don Carlus para preparar la insurrec-
ciol1 eDIl!!'a lI[;¡rolo.


Este fut\ ['1 1lI0lllPlllo en 11tH' vi aSP;2;urado el t.rillnfll, y cn ~ll
conSeelll'lIcia prillc:ipi[~ it IDmar toda, mis c!ispo:;lciune~s para darle;;
d gran f!;ull'e que dl',;[!L: fobrero premeditaba, Era lal la contiallZ:1
que yo tCllía ~II el plan <jUl' habia labrado, y tan cierto estaba de
lllgrar el fdi~, dl's('lIla('p, que l'i mismo dia escribia ú don Pio Pita
l'izarro dicií:lIdolp lu ,igllil'lllC-' lIa IIrgado el momrnto cl'Ítico: la
Inina ,'{)vf'ntara, y plJPrle, vd. a"eglll'ar ;1 S. JI. que segllll eSlán
alados J')5 cahos pn el Si¡¡wltcas, 1'1 ~st:lI11pido va a ser tremendo,
se dl·gol!arúlI hurrorosamente, y (!;¡remo:; Jin :1 la rebelioll. Recogc-
n~m(;~ el fruto de tanta rnerlit:lt:illn COIIlO hl' necesitado para llegar á
este i'l'sultadD.1J




302 A:"I.\LES DE rSAJ:EL 11.
En igual ft'eha tlí [lal'lt~ t1¡; Indo al dlIlSII\ tleseribicntln el estallO


delncp;ocio, y 1[l1t~ daria lill 11 la "Illprt'sa, t; ih:1 :1 11t~,pac!t:1r dt' 11111'-
,'o:il cOlllideute I;"n 1111:1 carla ¡'¡ Ilota para tI I'rdendil'lllt:, srp;ulI
el n(¡l1lel'o '2\, tllVO horr"dur le 1lI:1Ilif,',;II·', asi como el Si/!wnClt3;
pero:1\ mi;lllo liCliljlfl 11' t1ij,' lculia que la plllil:ía sorprl'lIdicH) al
conlidcnle y se lIlalugr:II''l1l los \1:1pcll':;, Pll!' lo ellal 1'1 CtlIlSul neia
ma~ aecrlatlo qne yo IllbllJ:J los IlnaSt: y entrega"e all'onlitll'lllt' cn
terrilorio c-pailOl; y para mayol' scguridad de lus palJl'lt:s me sell"
con el real (\el clln"ulado el pal[Uetp, que cOlllenia el S;/)/llIuas, y el
sODré eslcrior para el gobl'rIhldur mililar dI' ¡rllu.


El citado dia ;!~) e,;r;rtlJi :·1 los eílcargados dI) la Ílllea, qne l,)lIi:! en
sazon la,; cosas y Illl) tli"pullia :'1 dar el gulpl) Illortal :1 los cadí'[;h
~in qlle c\'il~rllJ plldieran; que 1~1 cOlllisiuII:1I10 (hIJcgo;o hajaS!) :llk-
hovla para el l." de ago;,lo sin Lllla, plle,; )\) 1I1l~ ha!\:¡ri;1 :¡\\i para
ejc(~ular IIna uperaclull dI' la lIIayur clin,eCIII'l:cia y le III~c:',it:lha al
eft~do. :Uladía!es que 1\'dol:I:1"I'!: Sil- t',CUI'l'ZUS, 1" lIicicSI'1l el Illismo
CIlC;lI'go al inll'riul' ¡Je! C:IIIII'0 ":I"Ill¡~[I; y '111" las 1ll1l1·h:lcll:IS (jlli'
no e,tu\'ics .. 'n alli IlIarrll:I"'11 al IlIlJlllt'lItU:I pl'l'p:Ir::l' los ÚllilllOS dI'
sus amigos. Elt:akuli, q'lI) yu hallia fOI'Il1:ldo ()ra Ik una cxal:tilud
malerualica, y segun Ufllia Illolltarla la urgarllLal:Íllll general de luda
la maquilla, 110 lIe~esil;¡IJa liJaS que t'l illlpulotJ tlel nléllOl' acolIl~ci­
miellto pal'a que se mu\'i';rJ y ol;r:"e CO!! ('''II'I'IlIJ \'cíueidad. Estaba
seguro que pre5enlntlu el SiIlWI1CllS;tI Prd,'lltlienlc y ,,11, pri\'ados,
la eallS,1 illl[Julsi\':! dcllllol'il1lil'lllo estait,l nead:l. lIi dlldl\ ql](' ,';
espautaria á la vista de 1:1Il insi~nl~ Ir:lil:ioll CIIIllO :'1) It\ dCIII(btr:lba,
y que los illsl:lIItes le pal'PI:erian "i"los para mandal' y obli(;ar Ú ,us
fanúticos partidarios flue trc'mol:bcn al estandarte inóurgellle I'lIn-
tra 1\1"l'oto, como asi lo hizo, Elmismo di:! que recibi:l don (;:'11'105 rl
Si1llol/cas en Tolosa, C" rlcei l' , el :; 111' :1go,;lo, cS('ribí ;1 la ~13lllrana
y á ~Iaroto. IlUtllr:rllS 2:i y '2 ti , (las cllales mallirl',;ll' al dlllslIl '¡ di-
ciendo1es que Ilon Carlus iba a le\ :Inl:;I' pClIllolICS Cünlrél (~l (-'¡al'oto)
y que se lllarch,Hia ;1 l\aVClITc. Todo se rcalizti exaclalliente cuatro
dias desplles.


F.11." de agosto s~lí de llayon:l, y en S;lJl.lllan tlr Luz cntrú en
la misma diligencia en que yo iba dl,n l'nll)(>lIcio ~enin, :J¡;l'nle SI'-
lTeto del r,únsu1 de la frontera, y en la pasada clllpn,sa de .'11111:1-
gorri, y me acoll1paíió sin duda de Sil imlrn hasta Behuri:!. El 1'0·
mi;;ario tle policía de ;)llui'I punto e,taba ya pn)Hnido, jllle, Ú mi
lll:gada. y hallióntlollle tlé'tenido en la [l1l"al\:J, puso el! lIIu\'imicnln
la gendarmería, é inmediataménte "ÍIIO. dúndome apellas ti'IIllIJO
para ocultar el Sinwllcils, el cual dcpo;;itú en ]lOtI('J' tlel :lIllO Ile la pp.
sada qUe era persona Ii,! toda Ini clInfi:lIlza. El cülllÍsarill \lien :1\('1'-
donado me dijo: 'vd. es A \ir;:lIp,la y no 1 b:lI'f({)FII, 1~l)lIl0 se eS11l'P,;a
en el pa5e del snbprefecto;)) y :lsi 'l~ pl'l'tl'lIdia humillarllle y IlIgrar
de este modo ulla IH~qllP]¡a l' illnolJk ,;albC:H'l:illll. Pasado :'1 Irlln.
talllhien alli me aClllllpaiiú l'i a:~Clllt' dl'l eÚIHIJI, para I~slllal' "in dn·
da mis pasos pOI' cotar auturizado por 1;: real ÓI'I\L~1I qlll: ya h,~ re-
ferido.


La noche \le mi llegada ~¡ 11'1111 [ure lIlIa larga clI[l'evbta (~OI1 1'1




303
c()j'(\nrl f(ohr l'Ila¡] (1 l' d(ll1 \:iI"lllill d,~ UZ:lIll:l, para 'IlIieil me dió una
["'l'"~la ('1 \'¡'III~I¡\, Y ",;\:;11:1 !)('()\('r¡jdo ti" mi Il!:rrclla. flip;o Illuy
cierlo '111" IIU ~l't()IlLlr(l1l 1Il\'dida, lIi P¡'('\::j\1CiOIlC,; "l'Il11)jantes para
Impedir la (,iltrada dr! p¡,,'tl'lIdil'n\!: y J;¡ lil) la prilleé:':! de Beira i'n
territorio (,,;p:lool, 1'01110 LIS ,,'Il:l-I'I"I'l'\:lll:IS 'lile SI' iluoptaron para
mi entrada rll el plli'lil r" d,' 1:1 ll,lldrl'Ij:IC lll\' tiió el ser. Al goiJerna-
dur de hlllí le illiei(: e!l el s\:crdl! dl'l;¡ o!¡cr:lciulI <¡IW iba á ejccu-
[;11', y '11J(' era pl'I'ci-" (',I\1\'i\':;I: apcl'cil,ido, asi eOlllO el éomalldanle
;.;('nl'I'a1 d,'la JlrllvillCI'¡, a,l'~IIr:tndl'¡e 411\: ;\ilte,; de doce di:ls por la
I,alt¡: de "al'arra se ¡lrllllllilciariJII ¡J'JI1 Ca:'lds y el parlidu f'IHibllll-
¡Jo (,iJlltril ~lal'u:o y lo:, ollywi, y OCllrriri:l11 acoutecimielllos grarHle,;.
rllido,os y ,ill i~\II¡\ ('11 I:q)¡'\'''¡'II!.I' II'cha. ¡¡ g\,\¡el'lladol' de ltnJl lile
I'ct'iIJiú llluy IlieJl y le del,Í mil all'Jlriolles, asi como postel'iOrmcllli:
pala lus I'lallc:i <¡llIt Cllll('i'rla!J;¡ ('011 ubJeto di) coger al l'n'lelldil'nle
é inlern'pl:ll' lo, CI)I'!'l'ü:', y \Ilti IlIlmWII le illlIi jJJ:;ü por aquella villa
lile ol'rel'l¡" p:'l'ldl:1 l'OIl ((11:111111 UL'I',',ila,c,


El':! dI' ;¡g¡HII ,,1 :1l1I:IIII'(,'r ::Iltpilqlll't:' el Sillw1lcas en hule que
p .. dí :11 dlll'lill de la p0,;l¡(!a, dou H:lIIHlIl Ecllillldi3. (1 hice IJlle el ('o-
IIlí,iouado Or!W!,IIo'O io llevaSI) al (';I,niIJ I:alllado Chaplll'il'lIia en el
puntu de _\zcaill-l'ollll y ji) 1'1:lle;~'l"I' :lili 11 lui cunfidenlr, que fué
1111 su cUlllllaCli:1. El pl'upiu dia legrc:'i': a Bayuua, y el a;;enl(: secreto
del cónsul que elltru 1'11 lklll)\'ia ell elltJi~)lI(1 C~I,[,U:lg\', lIJe ~IC()l1lp3-
íiill¡;bta aljlIeI!:! ciud'ld, y h::I,ie¡¡do p;harlo )'0, 11l1'~O que lile apeó
Ik la diligllllcil! a ('IJllIlloÍl:ar al (;\111,111 L'lrc":r!t~:dlJ de la úllt'I'Jcio!l.
Ir' l'll('ontré ('lIcI'I'I';;lIo COII 'u 11;;l'lIlC ~l'IlI:1 (¡tu, "o anticipó iurluda-
1¡\1~IIlI'nll' 1'1 di!!' CUI'III:I (\l' la illlplJrlaille llJlllisiO!l qlj(' acababa de
dl',;empl'ilal' C,Jlllra lIIi. Pr~('ic::rncntl: cllando IilIlS indispr,l1sablo
era loda mi !p,ill::rI, palriollsl1IU y COllólancia para llevar a cabo el
lIJayor de todos los "tn'ieios que Cilios seis aiíos de [.'uerra se hall
1,l'c,;\a(lo ;'¡ la ('au,a de II! j'\'iila Y de la Ilalria, los delegados del
gobierno de p:ila lile haciall p:l-ar por lanla Ilill1lillacion yamal'¡;U-
I'a, que bien )l:i1'ccia tle;;l'alJall olilig:¡rlll,' (1 abandona!' mi gran em-
11I'1'"a,


!\Ll C01lt('n(os C01l c,lo, cad:1 HZ ¡¡U!) ll!';;aila ~I la frolltera mi
corrtidl'lIll', 1\cnill s\~ hO'lw¡\a]¡a en \'1 cuarto JlllllH'!'l' G de la fOllda
de FI':IIIr.:ia, l;lI la cual h"hilalJa \'0 ['Inllmero lO, } desde alli espia-
h~l nlÍ, P:I';US y los (k mi cllulidcuti', Todalía l'orllNicrUllllll alentadu
mas t:ulpalJte, CU:IIlt\O Orlll:¡.joslJ r.:IIII'I:~I\ al conlidcute el Simallclls,
d(l únlc!J lit'! í'únsul rc"istraro!1 SIlS agl'nle,; en territorio espaool
el JlJl[lll'Ir" sacllndo copia.; di: la, illlpilrl:\Illcs piezas 'lill' ('oBtellia,
y 1111 in\'cnlill'io di: lodos lo,; lwpeks, 1111,;la dl' los ocllos, El mismo
cúnsul tuvo la ¡iL'IJilidad Ile CIlIlt'I',únllclo des[lucs, eomo tina gran-
de huaiia slIya, :¡';"~llr;Íi!dOllj(', Illle tod:IS aqllellas copia,; las lcnia
en su pOIIt:f, y que tambiell bliia sido el dCllurll:iarlol' de ml c.ouli-
dente crrando 1(\ tldll\il'l'llll Y t:1I;.;icron el ill\'pnt:lrio dc los papeles
ell Sall .Iuall de Luz, pero qlle lo llilhia Iwchn para yel' si III,raba
(':\I't;1, r!clllhispo de LCIJIlIl ulro c:lrli:'[~L "i,I'!',ll¡\e I;SCllsa I'lIando
elli!'n era li"l'o'ta¡)o dil'l'ct:llllClllC rOIlI!';) llli III.'r:,oll<l, y abiertamente
opuesto ,1 los illll'r'l'SC,; de!a ~all;a de la rellIa y tic la nadou.




301 ,\:-i .. HES TlF: IS.\IlEL 11.
El cúnsul y sus grfl'S Ó directore,: p~rl;cl~ con ('vidcnda husca-


ban cualquier pl'l'te,to de arus;¡¡~iOIl para ,;acriticar!ll(~, ,i fueron
completamente hu riadas :;u~ e;;peranzas, biell llccc,;itú mi I('altad,
Tlllncadesmcnlida, de todas las precaueionc,; 'lile empleé en librarme
de tall increibles '! all~\"osas ill:;idias. Cllll til'mpo se fra¡.(uú la trailla
cOllsiguielldo In,; call1mlliadores é illstigador!',; sorpl'PIldl'1' al gil.
bi,!rIIO en elllle,; de lllr:yo, y la úrdell para qlW el dJll'lIlllle ,'i;::ila:;p,
y lo qlle es mas para pOllerlll~ hajo su illler\'l'IICÍolI; Cilll ('111'0 ps-
eudo y !lUlorizaeioll de,;plegó toda su adi\'ida(1 y celo qll(~ huilit'l'an
r,tado mucho mejor ('mpleados cOlIll'a lo" cadi:;l:lS, y ell Illcdilar
planes i~lIales t'I pal'l'cido,; a lns (lue yll jlus,~ ('11 pl'i)(~lka (Iuranle lo,
clil'z mc"es qUt~ perm:lIH~cí ell BaYlllI:l, y ([()(; hall dado por re,ull.atlo
la eouclu"ion de la ~lIerra civil en la,; "ILltro provilll'ÜS del ~ont'
del reinu. :\0 ,oy yo el único cOlllisioua(lo rI('1 f\ollil'l'I\tl a IJllien ¡'I
cón;:ul jlusiera !'II compl'o:uisos ¡'¡ [ral,,'I'," de tH:rd¡¡:ioll, al (J('l(parsl~
de bIS Illas imporlaute" 0Jll'(',\ciul!t's, otro lilas auli~uII y que lipUI'
Ilechos lIluy "eftalados "cnieios:: la cau"a Illlcional, C,-tll\ o por la
imprudencia, ya que 110 sr;a otra eo:,:! di, dicho fUllciouario, en in-
minente ries~o Útl perecer.


El llamado cuart:>1 re:ll del Prt'leurlielllc "r~ ll'~sladú el 1: d(~
agosto !k OIlate :'1 Tulosa, punto eli(.üdo para combiuar la cflutrare-
volurion fanálica qne dernhase ;'l :\Iaruto y ,n parlido, y por e,n se
tnmunicó el :2 dclllli,mo I\H~S nueva ('lrdrn al "nhernador de Vt'ra
para que acelel':be la remesa tlel (/rI'iIÍI'o que debía linar mi conlj·
dente. En Vera lwhia comisionados ue jJal'olo, l' entre ello, Sil 50-
IJI'ÍlhJ Y uno muy sagn, que yivian alerta y en o!bl'rv;¡ciofl de las
maniobras del obi5pn de Lt)on y tlt'mas refugiados en Francia, pUl' lo
qne aqut~1 golll!rnadol' Sanz, que estaba de acuerdo con mi contidell'
te, tuvo 'lile u,;al' de las rescrvas III~ce~ar¡as para (PW no illdagasclI
el pasu de é,;[() y Pi are/liro. ,\1 fin lIe!IlÍ ,:in tropiezo, y el tí por la
maiiana el conlidenle entrpgú lodo pn Tolosa al lIallUllo ministro de
lI:lciellda, Marco tlel Punl, que era el <¡Uf) goz,lba tuda la ~on!ianza
uel partido anti'lllarotista y (lcl l'retelldicnlt', El fac-,illlilt) t1d 11'-
cilla del Simanclls ((11(' :\Iaren riel l'ont dio al cOlllident(), ,e ve !:Il
el nÚlucro ii, habiendo ,ido C:ilc hGSIlL'dado dt~ úrdclI del lIIi.-
nistl'O en una rll' la, jll'incipalfs casas de Tolosa, COII encargo di'
que 9:uarda:ic el mayor sif(ilio accrCJ de la !:olllisiulI,


El citado ti y ti de :Ip;ostu se cnccrf(') el Prelendiente en Sil CÚIlI:l-
ra con jlarca t1ell'Ollt, sin permitir elltrar :'1 nadie, y por la noche
del ti estando el conlidcnlc eon rl ministro, deSjl:lchil ('51,: lre,; 1'01'-
reos de :,;ahinete, 11110 para ~ararra, otro jlara Ala\'a, y el tercero
para Vizcap, adrirtielldull;s l'l todo,; la mayor dili!'l'lIcia. Aqllel dia
huho bastanll! movimi!'nlo en Tolu,a, :1!.!;itlilldlHI~ l'straonllll:tl'ia-
1Dl'llle tocios lo,; anti·man)li,ta,;; y lIIi CI;nlidplltc ()b~el'\'ú que la
misma noche entl'alnll IIlllehas nlllahilidlld(:s dd pab pn pI CU:lrto
de Marco del Pont, sabi¡:ndo;Ji si[;lIipllle dia i ,(~ habian auspnt,HJo
varias [Jara difercutes pUlIlu" y lIotando que ya CII (,1 público sr
decia habia alguna gr~n oeurrt'llcia, 011'0 confidente que había
)'0 enyiadl) para Tolosa me conJirrlló la fUI't1a agilucion 'lile "c ad-




\pr'ti~ en ~quella villa, y todo, se preg;IIIJlauall lIIIO,;:1 ()t['t)~ el mo-
tivo de t~l 1101 ed:III, ,in alinar CIIII dt:l, y ClIlr" IUi all,I'III;¡ilo, se
j'olllab:, don Marianu de .\rizIIlCllili il quien rieron ,alir plJl' d 1:<1-
millo tll' AZJll'ilia,


EII la misma el,:! dlillí]¡, "l, hospcd,'1 al COlllidl'1l1c ('"talla alo.i:ldlJ
1111 ;!:I,ncral filCc:io:io, ([110 tcnia I'llll'ilda ,'11 la d,' don e:'lrlo,;, y I,rp-
~'In[ú 11 ;1(1111'1 qnecr:1 lo '111l: Ilabia 1ll'\ado de FrllllcLl, PIlI',; todo lo
1¡'lIi,1 ('11 rl'rmí,lltaciolll'll paL:eio l' cilla, ¡lla, y h:llJielldo I'('spolldi-
dll qlle «1 liada habia llevado, te 1'<'PllSO ('UII IlIllclj() 1!lltlhia:illlcl: ---
,:;í. ,d, ha traido ('u,as lllUY :2;ralld,',; al rn'."


El ~ saliú don Carlos d,;T,r!uS:I, tOlllalido la dil'ccci,lll de .\11-
dOI¡in, l~nll'e esta villa y la dI, \'¡\laLl()lIa, y :rpat'lado IIn tirll rll' pi, ..
1"la dl'l camillo n,l!I de 'l:ldnd l'sl:\ la ca "a tle ea:npo lillil:lrla d¡,
J~l/l,Jij), que :,('n'ia di, ;!\ojallli'~,nt() a 11", e'll\lllllll:lllll'S ¡,;,'l\¡'I':ill',
faccio,;¡" de ~a lillea lit' Ando:lill, alli rll('. r,'c!lJit!u 1'1 Prell'ndli.'llk
1'''1' ('Il)!'i~adipi' \":11';;:1' y todu 1,1 eslado llIavur, :lllllqllC no !la,.;) 1',>.
vi,la ;'l :lIjlll:llas tropil:', COII10 l!:dJi:', lh'¡¡,;It!il, para :1ll'a0I'1::,; Ú Sil
devueillli; sill lipr,;e ¡¡,It' 111: prulIllJ ('11 1:\ \'l:rdad,'¡"¡l ellll,a ,i;, 1 :,Ia
!IUI<"I:It!, ha:ila que :d ull'O di;: la avisaroll lo,; ('üllf"¡dl'lllc-;,


:--;il'n10 las trüp:l- de J:¡ lil\I~:a l:¡,; lll:¡'; :\llirllls Ú .'llarulo y 1:1'; Ijlll'
ma- odiaban al Pretendi,'ntu, I'IS !!dl" 'ilpi"l'nll ti S()';pl'CIi:¡I":ll !j:I\:
dOIl Carlos Irala\¡a dI' ';'>'¡III'ir:II'; /'unlr:1 ;1'1',I"! ;;"I:"¡'al, I II,'I:'I'IJIIII:I-
ron impedirl(' la clltrada ,::\ leI.; liIJ/':!:' rOrll'II':I:!:ls. ~lil'ilirll'; I¡¡::I,)
J,lS capitanes del Icr<.:('r lJ11l;¡!ioll d,.! (;lIiPllZl:UII, lill" b\;I!::¡ :1!l'.I::d(l
1'11 la \'illa de .\ndo:¡ill, ti'ullit'l'lIll loda la flll'na ¡;Il 1:1 plala ¡¡',:al, y
1Il1l1lt!¡lI'OIl cargal' la.i IlrlllilS CUII la ¡l¡lIJ,: r~~!¡\lIcillll di' ", IHI',"'!l.
Llha ;llli d Pn'lelltliente, hi1¡,:rlc UII,1 tll',;cargi1 y rllsibl'le ('\111 1r¡1!"
Sil p,tat/o mayor. DUII L\rlo,;, ad\',:rtidIJ di! ,'Sil, ¡¡"ligro, IIIJ <¡ub'l
:I\'anzar, pidió una escolta, y le dieron cualro (l(llllpallí:h de prdl'-
n'lIcia, y de toda cllnliallza de In, gl,rl's pUl' ser muy adiu¡¡s :l :\/:¡-
rolo; yen (,1 inslanle [tII",:iti el cllllino 11 la rlcrccllll, Illllrch:llldll a
t;nizuda v l~limndo. A\I(':::I, se bahil IlllSI:1l111do el 1'1"'\I'lltli,'nll'
1:lIando las Iropas di' 1:1 linl':1 prcntlivroll a Y:lrgas, C',IlIII11,J:¡IIll: gc~
lIi'r:iI iuterino de el!a y ';11 plan:1 nJ,l\or, \' lo:; rCllIitil'rOIl a 'larOlu,
El /'Olll:llldallte general propietario don BellJIHdl1 IIUl'riaga, slIlll'-
dl)r sill duda tll: :rI~lllla,; di: 1:1'; dis¡lIlsici'lles de dl'll Cilr!u:; p:lra
alrarl' la fllp,rza armad:l, c-I:\IItlo cOlllprullil'lidD en H'ndu jI:lr;1 el
p!all d(' ini!('p,'nlÍcnl:il¡, y 1111 '1lll'ri':lldll c-pon,'I:sc ahicrt:uncllle h;b-
la nI" 1:1S ('0:;:1.- IlI:H 1'1:1l':IS, SI.: allscnlo de la !Jura a J!l'clcsto ue to-
liJar 1(l.~ lJ;¡iíús dr (:l':,IOII:I.


Enla nocltl' del ~ ;¡\ ') !I(' 1Ié;ll.'lo "('IJl'UIIIIIlCiaroll con Ira \LlI'ol\1
cinco c,ompaiíía:i tll,l ;)." halalloll dt; :\,1\111'1"11 1:11 EI¡¡lain. l·ileJ¡!u del
\111/" de t:lzama, y í:lIl1l'lll'llil':tI plali n'';l'I'\"ado I\UI' t~IIi;11I cllllll'ni-,
do, St' dirigieron ¡'¡ Elizolldo;1I IlIiillliJ licnljHI que 11c¡';lliJa 1¡\li <'l
1'!'\,[clldi8JlII" y c';J!praIJall l'lI Fr:lllcia ;¡ Sil 11Iili!!litl l'Olll:1I111:11lIe el
corollel .\gllirre y el Cllr:1 EcLnllni:l; pi COIll:lild:llIll: de \"1'1':1,
S:IIlZ, cstah;] de 11('1\('r,lr, 1'011 I'! ('u 1':1 di' :--;,IJ"a y (,1 obi:;I),! tli' [."1111,
¡¡Ha fa\orpc('r la cntrada di! b'llI'\'arri,I, _\;~lIil'r(', B:"ili)) (iarci:l, y
"Irus l'SPU1Slldos ]101' ~larllto, y lni L'lJlll"ldclIll' na c1l'!lIiolll'io rll' qli~


TmlO \'1. :20




se \'ali:¡n ;J~H'a ;;,U:=\ ClJ!tllllllf';lCi()!j(I:;;, 1,:1 jHI¡!lIIlWl;lmic¡¡io dI'! :;.1\ \':1-
tallo}) cr;í l~, :-:(~¡¡;d (j!J!.' lt'niall ~j('fll'dilda !I;lril el alz:Hl)[(II1!n ;..'/,IIP)';11
¡J,:l p:t: tido !,lrillllll!lo (,':íltra el JlIII1'illi..;L:, I :II!1!l'll:¡ flli: l:1l11lii('1I la
caU.~',;1 f\llld;tLll~lill;d de, 1u:-; Id·udi,~¡u~o~ '~!H·:'~·(l'" q\l(~ \il!!o::-: d(~~l:ll\tll­
\'('I'~r pu:-:tl':'iornH'nlr\ ll::.--l:l qUI; don C¡'l,.l(I~'; ('(\11 I:!~. rl'li¡p;i;lS dl~ 5l:~
bOl'da, 111\"0 que illti'uliíi(':1"e' 11 FI'<1I1,',i:I, ÍlI:Y"lldll lit'! ,alieil!\' ('jl:I"
eilu dl' !el I'cilla, iIIlllld:ltllJ i1"r t'l d'li;lll! di: I:¡ \ i""ll'ia; -in :I<jlld
aC()llt('('ill~i(,i!to y la ¡'¡;lIsa ingenios:l y t1Ecaz rplL: jo {\!l~.t·ndru é inJ-
pulsó al krlllin:ll' el \'t:l'íl1lU, itlS t~uS;l~ hllbi(~r;l!l íllu:(bdo r;¡"i (in 1'¡
mi::,ulu ,,'r ¡¡I:t' g\!ai'il"J.¡:lll al [II'IIH':pill I!l' i;: ('anq¡::fí::, pOi'ljUIé ,Jli 1;:1-
her':l' "jlet';¡t!o el I'<lIlllJio 1I101':! ':11 l'l JllIlldl) Y ('11 LI lru!"l, y :'111
habersl: elll'e'lldido lan vor::zllI"!lt\' la '¡;"curdi,1 (:lIll'l~ ¡]Ull Cúrlo'i \
Maroto y ell Sil'; rp,:;peclivII' p:Jl'ti¡](Is; ('1':1 dr'l lud" illlPlhihlc ¡lene:"
lrar ~1I 1'1 corilwn d,' l::s I'ro\'III,'lib \'asclln~illl;¡:l, sin i'SplillL'l'Sl~
(COlllO !Ja!,ia ~u\:~did() Pl! (ltr:¡~ (~¡¡npa¡¡:Js\ a utla n~l¡r:¡da <i ulla dt,l'-
i·OlJ dr' IlUe:'tr0 I'jf!l'CitU, (':1 Uil p;li~ (¡¡H~ la !jat\lr:lit'Z~l ha dc~till::d() Ú
ser ulla fUl'l:llcza illlpellell'alá, ll'llIl'llrlll l'OIlIOII'lIi;¡ ""jllle y cuatro
mil !lolllllJ'\'s rClcrallos, Líen armadu'i y de aCl'cdilddll é indi"pula-
ble \':111)[',


.\1 l~s(Jl'i!Jir :'1 "arnlo, tun: 11;11ll a::il'l'!n ell la r:oml,iIlal:illll,
porq\ll' el pl'lIfillldlJ e,:t\lclio qllc 11:1IIi:l h!'r']¡,¡ ti" lo,; carlistas y Sil"
pa-illll(''; mI' h;¡llia pl'opul'l'iOlladu :~Jdu:i lo' illedil;S para ¡:oI1l'el'lil'lo;
en jugurte de mIs p!~:I!f'S. con Clll:1 í~e (':ll'¡l;l~lr m;l:'l y Hla~ ~u ellt-'·
mi:itad rontra d I'retrndicllle, y 11:ll'['1' ilil:,o..;ihle 1111 :llclliulÍenlo
entre ambo;;, .\1arolll, Ú qllil'lI dir:::,! Illi 1':11'::1 pill' Ctllll:ill:lu ti" llli,;
eomi~lolJ;I,(L)s en la linca, :a n~\'!l,i(·) :-:in d!I!!:\ ;11!¡_~tUpO, pUC-ifl) qUt' vl
11\ P:'I::lu ya cn Tolu..;a, l'ill'()I\!I'Úildlh,! sin l'll'n'L'lldi"lllt' lIue I¡;¡JJia
,alido la \:¡"jl~l'a para :'Iav:ina, E!I el ('/':11:,,1'(0 d,' lo;; l'¡/ílltns dl!1
10 lit' sl'IÍI~ilJ!I!'I', dl'llJlil' i!/"Illljl:,illlli!! (',¡"I:l!,l:IT' llil,jlll'lnúuJ('l'o ::;~.
~f~ ill~l'rt"1 ulla carta en d,'f,,'íl.;:l dt~ ~l;¡ro!()i y ~L'~~IIII ~ü diCt~ rll \'lb1
t\'-l:rir:í ¡1M un :1111 i ,':\1 suyo, I'l'lIiJilll,llI qill' nll l:a!Jia sido traidol',
P1H':i!d 'lile ni¡I~:,¡I!,' rl'lac;I)¡; :lilL'rilii' ll:d'¡:1 lt'i1idIII'.OIl I'l tllique de
la Vir:llría\ y ~J(\¡~il!(¡S l'Uillil'Il~~ (:et(ll¡l'~: y 1';\\-eLH'¡()IlC.S C'X:lctas dr: la
1l1:1\'or im~)l\rli111{~i;l "uhú\ el u!l:m[) tr~:~~{Ji'li[\ (\al'l:~.;la.
'r.li~'II¡JiI dUII C:1I'ill'; ,:', 1::'" la \,II':lll'a !:,' Se \¡:,d¡ia alzarlo f'Jl


lH¡lS:1. y qnl\ !u~ h:I[:¡jl()ll(I:~ ':) ilh plu·))lr/::-', ":1\ lllanlt'lliall pa:-)l\o~, Ctl-
IIUl'iú qlH' se habia frl!-!:Ido ::tI pl:lil, \' Il:IHielldo a ~!:;l'iI!O, l'Ullilillll
!lB de¡'¡,pto ('!)lIfr;l el ;i." i¡:l!;l\i\J)i dt~ \;¡\,;}rJ'il qllt\ (:'1 l,~lj{) Ik m~HH\
hizo ~llhl(', arll al nli:-:.m() tit'nlplJ que t'1! Elizondo y Ll~~;¡¡;:l, tenia
l'OIlt'I'I','III'i:b SI'I'I','I:I, ClIlI 1,1 ClIl':1 J-:t:ill'\:II'I'I'I. :; In Illil:ldalla llltec SI'
nlall!¡¡,,·;;l~c 1!1'!1l(1 ell ~ll pr\lpl1sito .. \ 1llc:iiadll:-:: dn :!~.l:osLO ~ah0 del
B{\~tilll p:lI'J 1'1 \'~dl d~\ ltl ;---;~d,llLI, dOlldr l (lsl;!!:;! F!!o:' y ~nll t'l prc-
testo dI' 1(\\ i~lal' ¡ ¡'\):)d':~ 1](1 Lr:d tI};! ~;Il{J dc" Se(lIlClJ'la~ CO¡~-
frl) r1 gA!le;· 11 (1) 1,:1 (;')!l.lili:\/U rlr' Ins !Jil'in¡'l(;:'¡ el'i~ d,~llllismo
a~o¡;;t() n'fl'rLl ,,,.,t i ' \"ld,~ ,\ ('tI lo'~ ~~~;,lj¡lld(\~ t,"rmillos:- DOl! Cürl{l;O:;~
:¡C,,:!!p'lií~dn d!' ") hi:d \' ¡j", 111;,1 P"'IIII:í!iI ""e'r,II,I, 11:) ido a donde (',;-
lalJa Eliu llilhi"ildl'';[.I" ¡::","ll'I¡[;¡d,¡ :J!!!:liIlU": li:llol1<i!l('s al pa,;o, Ii'';
lla dirj~2.'idn la sip:llie;l¡'~ al¡'}(,tl('i()Il-YuluIllari()~~YcnL~o ;'l gllill'I~­
e"i'me rntrr I'o:;oll'os, I.v3 f!l'liI'l':i!I'S IHl'i \'I'lIdl!ll, I()do~ lJle S')1l inlil:-




307
it's. L'll;!11 J:¡, J!1'\¡¡:;¡:rc di' 1,1111 CJi mi IlillN ,ji. H"('i,nOCl:d a mi hijo
('\ 1'1'1111'1 pI' dl'\'llii'I:¡" <'{1(illl (,1 !.~('I(I'I':I¡ di' ¡.lis l'jó¡,ciltlS. Todo;; 1",
::;l}ld;ld,,)~ ('l)llt('~;(()r{J:1 (':1)\ (ltll!!:,L.:-':ll') p',Ji' 1r1 ídirlllath"d. Pal'ece que
don Ca 1'111." 110 dllda qll,' :'¡', ~i'¡il'l'all':' 1',ln,iitll;'; (It: la gllNr:l, !lO tra-
1:111 lila, 1[11(" lk :¡;-,',('¡ll ill' ';11 "1:,'1'1,' :1 c(l,la (\(: la del lIli:'lllU dun
CÚl'los, y (1I1":l {'~Ii) ~:' 11;111 d¡I'I~¡dl) l~)~ f'!ltl'tlyista~ nl¡~leriüs:l~ de
~lal'Ol() 1',,11 lord '/11;111 H:::', y 1',1 ('11110:1 L!Jlidre" de cierlos pliego:,
COII ('1 I)"n'o dI' \':11'1'1' Cnm¡,la.·


La (;,('('1(1 dI' LIII!'jl/('(II!C I'('ril'lilic(, :'l'llli-ofil'ial lit! don C:írlo:,.
pn :'~1 I11'lltll'ro Ilel ¡lli'-)~lll ;l~()~t(). "'p il~¡'1 p"le pa~(lgl' St'g!11I ~igue:­
'11':¡,;al1r!1l d rl'y ;'1 E",,':iiJ, ha I'el'\e,ln 1" li), j¡·llallullcs qlll' ¡,sl'lIl 1'11
t:lzailla, y I::ltrl{ 011':1'; e,)'", 1,'" dijll I~S~'¡: :):!lalJl'a,,:-,'COil1llno ll'11-
gil I'lJilli':i1I.:¡ 1'11 nill;':II:1 :~I'lIl'1';r1, I II\, ;', ¡illlll'rI1W ron mi hijo al fl'(:n-
t(~ {kl ej"'l'citu. ,J!f~ ~¡16tlir,~i:-," H;¡~¡'l Llll1lH'L'le, ~('iior, gritaron l:1~
11'( 1),]" '1


iLldil:at!u 1'''11' IIlddl) di' ;¡1¡illllil'lilll Llllalicu COlllra l,!al'u[o PlI el
¡L1is V;¡-,'Ii-il:l\,;ll'l'll. 1'l,:,¡;¡J"1 '111:' 1" !u de la reina, á ¡~S ¡'¡rde-
Ill\~ dlll ill!:ilr" ti ur¡ Iltl 1:1' 1:1 \i,'iori:I, :l[lr:n !'1'llase con cO!locimiento
de 1':111,;1, el r,,!ilrlu dI' di '1':I:di:¡ :'11 '1111' " \'I'iall los l'al'liotas,


EIII; de aguslo 1"11\1"1' \ "I'I"i1:::I!:" ::i l'llil,;ul, r¡UI' po!' mi p:lI'le
yen al[iI"lIa frl':lil e"I:i!)a llid" [1:'1'11:1, y ct,¡ Ill'I'l'i'll [lI'Opll!Wr al sr.-
flor' E,;p:lrll'ru lú, IllIII il'lil'lIili,q:ll' l,> d,'l,tlll' l'Ul!IO pral'liCI) qlll) soy
CIi el h'ITl'llu y (:(>1:,1["',1"1' 1'ltI"III',:; ,kl Icrdadel'l) estarlu riel pjlir-
cilo "Ilrllli~{). El ('llil'lIl llprol,,) 1I1i idCo] , y I:IC r('comcndó q\¡P sin
pel'der llIUIIiI'l1tll, ("t,'lulie,'I> LI ilIil:al:1 rlr: la l'ulllunirilcion que iba á
dil'ip:ir :11 tlllqne COII ll1i 1't1IIÍÍlkllle, ~ ~{la IIledia hora le Ilel'é cl
J1~pl'l cuya ¡(npia aelilll¡r;I~1I hiljU 1'llIUll1CI'O '1~I, El aentado y r:í-
pirlo mllviilli,~lIll) qlll~ IlllU 1I11l',tlll :';1'111'1':11 en ¡,¡ef," sobre Ver,:aru,
diúpor rl'slIlta,ll1l'l l'I'lelll'l' CIIIl\l'lIiu ('IJlI In5 acolltecilllientos ~¡()I'i()­
sos que :\ l',¡ "i:';llic!'I11I , v lo" ,]11<' pudr;'¡lI sl'~llil',(' si sc al'l'On'cha pI
1iempo Ilü Sil intlujr;: ,ill ¡J1'';C''i1til'l~r IjIlC el 1,l'orligio;:o camhio Sllr-
¡riú pr()S¡¡er:lll1CIIII~, aun Clliltl';¡III'i';o!1!Ílllielltll'; lIatllrall's y la l:dhl'-
sioll firllle ¡¡1If' siclllIll'l' ('Olloi('1'\ aila )Iarllto pUl' la ('alba earli,ta. y
Sil ci!'~a ¡;Ullú"i,,1l ;11 I'rl'll'lldil'llll', (:111110 ¡:U"iJc> 1('1'''1' ell las últinl:¡';
1'llllllllli(':J('ionps que '" rliri~¡11 y tr:¡;ni!,ú ,,11 clnllm. :W,
~i ,Uolrolll se alillo no filó 1"11' I';I:t:1 rle ti(klidad alne!é\'o !li'nc!on


qlll' 1::1hia d<'f('llilillo, lli pOI' el 01'1' 1/111: 1(' diera el go\¡ipl'lIu dI' la
rpilll1. ('(lIIlO I':ll-:lllll'illl' hall "lIjíl:t'·,tu l,,,los lo,; Iwriúrlicus de Francia,
f;in dislillci'lll dIO rullllt'S, y ;¡!;~illj(l'; di' !11~Lllcrra. ~lar(¡l() se ((Ilcon-
tri') ((I\\l IlII d'il'10 I'IIVil 1'1111':1 i~ll(\r:t1J'¡, v I~ rt:volucioll lIJoral hrcha
P1I el (1nehlo y ('11 1:1'11'1111;1, y ':n l'1 ClIlll1íctll de 1l11~ n:hclillll arlllada
con ,liS an!!',; Sllbol'diil:ld,h V v:: implacable,; (:onlrario.;. sin ,alwr 1;1
!llano oculta que In II:lili:1 jli'Olllil\ irl,,; eolocoldo :r! fl'ell18 de UIla, tl'O-
p:h qlle p IlU queriall pelt:~lr [¡ilju la 1:IlSClla r!(', don Cúlo, ni otra
;¡J~'lna, SillO retirarsl: a sus hog:Il'l{';; y PII tin, amenazado de ser
,iclima del pUllal ó dd vellillO, Todo le (lbligél, pues, ~l sucumbir,




308 A::>"ALES 1)1;: ISAUEL U.
no la \'I,IIlIII;lr1 'Ilil' tllviera lit- haci'l'ltl; y al fill:iI dl'llIIaninl'~t(j que
1¡¡llJiieu ell B:I!J;lu ell pi lIIeS de,;' lí,'I:¡[ll'l,' , illdil'a el 11IisIIIU Jial'ulU
alg-lIlla,.; de I:ts 1:1111111,1',111,:; ,',111,,,,, l':: (',;Iu,; 1¡;I'lIlil\l.IS. "En la pri:l1e-
ril ellll'el i,la 'lile' 111'd~ e',1I1 ]-;"¡;,lrti'l'il II'J IIlledallw,; acurdcs por la
f,dla di: "1~gllli¡J;¡d subll' lu" 1'llI'ru:;, l' 11''; Ik;p::,lil:Jlh p:II'<I rUlllpl'l'
las hustilldadesa CII\O lia di las 1'¡¡'dl'llt'~ 1'IIIIdlll'l'nlcs, sdlal:llldu los
punlll" ,¡lle dc IJi:IIII;Cllpill': IInu 1'11',11111',''; 1':1<" C1ldlldl' IIUl'l all1l'llll~ ,;c
lll~ represelll;II'tII, la.; diticidt:III,', y OpIIS;,:iull para 1,1 ,:ulllllal(' (1),
Clip l'lrculhlalll:id Il](~ IlIJligúa la de[('I'Il1¡n;ll'iu;¡dl~ que :;e 1I,)ll1l1ra-
SIIII Ins gdl',;ql!l~ hii!JÍall de pdqr, ['UIlIllI'II l'I','rtU [ldSll'úll,:d Cllilr-
lel ¡jI'II,:ral de Espi¡rlcl'O para \a cvkIJl'i!I'iu:! fUI'IlI,¡[ del COIII\'lIio,
que 110 llll e IJJJS parle q ,Ii' h;IJwl'llJ rl'l'I1Jido lil'll\lldo por illtli\ itl\l\h
IIlh: :lllill se manir,',;I::I',I;:d IIlislllO li¡'mp'l '1111' l:lnlbil'lI Ins <jll(~ 11I1~
1'<1 e 11 1 1:11'011 pOI' la,; dil'isilllll''; di' Yiud/a y (;lIipIlZlloa, ,


Ell'retnldil'lIll' \' ';11, I.'OIl"ejl'l'o<, "\I!\UI'il'Ilt!O (d p,tadu dl~ I)('!'pll'-
jidad l'll qll': se It'i:j éllal'lllo, IIl1clll:lllll,II'IIII'I; 1:1 Iltlelj¡jatl y el Le-
mor de una IlIUerlll :1111\1' Ó igllulllllljo,ill, Iral,ll'OlI ti:: apl'u\ ('rliar lus
1J1U1ll'llIlos, aun cnJllllu e,III\ll'l'a ";Isi ('011'11111:111,1 la I[llt' ('\1,), Ila-
maroll y Ilall}:ln traicioll, 11 "ea 1'1 belll:licll L'cJll\'Cllltl, qllll tOIllO diel:
Illuy JJil'lI ~lal'uL(), sr lu 111'\ 111',)11 :1 lil'lll;11' lus llliSllWS 11111; ya lo ila-
IHall a(',urdatlo y hl'I'ho(':I'J't'alidatl, Ihill C:}rlos,illd'¡CI1:,J p,)r\o, tilh'
le rodea[¡all, t¡ui';'1 upe!'.l!' IIlla I'llllll'ill'l'\ 1I111Cillll 1'11 los ClIl'l'pllS t¡11i:
habjan en,r;llIo ell el ('UllI"'lIld, p;lr:1 11 1 Il' ~,',I, del'lo, lJII1'(\:I!:11I 1','-
ducillos á 1'1I:11I'IlCil'llllli o qllillll'lllo,; ";,'11111',111'" !,,'I'I" Y olili;¡[l'" \'
hacel' que la tropa dll'l'rl:)"" a '1:11 ill'l':l, i Itll'I,I,llldil pl'it:I'ipí:11' c'I
guIpe por la, fllerza,; dI' 1:111111'il d,' ,\lldu,¡ill. I::i", l'UllllI:', dll Iu,; I,,}·
lallolll''; IJ;¡I alTOS, 1(1" lilas til'I,',; l' :ldll'11I" :tI i'¡¡lIilli'IIlO, StI dil ir;ia a
Tolo,;a, yalli pl'illCipiill'Oll llis ,~I'¡\IIt!I',i Il1illll'jll:; dI' ::clIL'rt!u ~ por
cUIlSI'ju de IO';;I~l'JlII" d" I.IS i'IlII:Ii,'I:I'; 1',;11';1:":1'1:'';, 'lUI' ]¡:I!Ji;1I1 ¡¡CII-
dido a la,; pro\ illl'iilS desde 1'1111,1:11111' qlle 'llpil'liI:: 111 Pl'lllllIlIl'ia-
Illicnlu del ;j,u halallulI I'n el \a!!I' lit' UZilll::1. EII la ,'aria 1J11'.' diri-
gió IlIIl'l'iaga a Jlarulo (J¡,,'¡(: .\III;o:lill 1,1 JS de :I!,U'/", '11 kl: Id "i-
¡.;uienle. '..\. LIS diez de (',;Ia lII:¡il::lla se 11:1 \ 1,10 (lJlIliligo .\Idal't',
ellviado por EllO, a sa!ll'l' 1'11 !jlll; SI'lIlidu ",',lliJ!la\¡a l',la dl\i"iuIl: le
hemos III<lnifcsl:llIo frallcallll'lIle 1I111'stlO 11Iudu de pl:I1':II', ell 1;1 ill-
lelif\cllcia ¡¡ 11 l' 110 solo I111 dal'l'il11h 1111 p:l'lJ :111:'IS, "ilIU !JII1' 1",;lil::)(I,;
resuello:; :1 111~\';\r ¡\ caoo la 1~lllpl'l"il." .\qlli ,',;Ia pruliat!u '1111' ElIlI, :t
lIolllore de dOI1 C:lI'lus, e"lalia ,edlll'jl'lld,1 1:1' Irupa,; !JIII' b:¡j)j;1l1 tle
1!Illl'al' y ,:1111';11'011 \'11 el CUIlICllio, y qll¡; d"'llIll'sd,', ('('[I'lirado ésle,
Ilurri:lga, :"'Íuroa, .\qllilliaga, ,\II;llIlll'a y olru,; <¡1I1) IlalJlan da¡]u SIIS
podnes p~lra ('\ declo ¡d ~(,lll'l:dIlO qlli';I"l'ulI l'lIl1torlllal'"e con ¡,,¡,
se 1I1lil)1'1l11 ¡} Uiu para "llhiel':lr I:IS Il'lIp:ls dl' .\[ar.llII, y Pllst'.'l'iul"-
lIlellle se 1'eJ'llgial'oll eH FI'¡IIIC,~I eUII el 1'1'l'lllldiellk y las rellljlllUS


(1) il:nl)~~. LdJi..,(olit!q, ~illldll dI' \<1 ')'Clrn' ~ (>l\\I:, :.!dl':-> lJl;.nil(·!-.t~ll'c¡Jl ;', :\JiJIO~
to: lJUc 111l'l]I-).., ni la:-. dni .. ijl:I~'~' ('",taLan ('[1 -'lliI¡JO d., ('(¡llibatir, ~ -.i d ~¡tl lll:t'liJ
('t'J('L;rar ¡:I l'iJ:IH'ldO ('01) E--pJrt\ ni, t'llL": i! IJI>lIlIJl,' de' "lb tti'l)d~ lllh~II¡,1I1 JIUI' ..
,. ante;Í.




.\I'E'iDICE xmnmo lO, 309
de su insostenible b~lliln, Ellos qllisieron un cnnrenio qlle les :lsr-
;:!:ura,e la independclII'ia dl'l p:li, , riar;llltido por la In!(latcrrn V la
Frallcia, cuyo pl'OyCI'llI Ú 1'l'l':illlilLlres I'l'illCil'ial'on - CUII el '¡¡mI
Johll llay,


En la Hlle:1 de ,\llri,I:I:II. 1'1111 "ill'I'jllll :\ mi,; ill,II'III'I'illlll'';, ''''~­
:1I:rcdilaball Ini, CIIC,Il!!:¡'I'!, al 1'1'1'1"11<11'1111\ \' lo, ,11\'11,. ~' pOI' la
parir, dl\ "aral'l'a 11111'<11>;111 1'11 ,1:III:d'l l'il'lll'.lrio, S,,, hi('i¡;I'OII, 1'11 lill,
lo, últilllos ",fllel'Z'IS plll';1 1111111,11'11. ¡'lIl1'l';lml'lIle, ,¡¡c:lndll 11)(1" 1'1
fl'lllo po,;i!¡I" tic la p,¡,¡,:i"11 ' illllll"lIi:¡as Iic' 1",; ;':I.f,'s y oli,'j:i1es lila"
of"J1didn" v llis2;uQado, 1'1 1'1',111:;1, d" 1:],; milniolll',l, <11\ lJiu , dI' lo,
a~"lIh:s liL~\ faniltisllIlJ \' rll' I'IS 1'"ll'illl'~I'I'I,,; ¡", 1'/)1' cIIIISI'e'Il'III'i;1 ::l'
lIitlJllYú ¡llns tropa..:, Y '1",111 11'11'11 ,"xiii;'. Ifll!' I/) <{lit. los g-er~" <¡IIt'riall
rra a,C¡!;UI'ar su, l'mpll':I' \' ;!I';ldil'i, qlll) IlIirilS('11 pOI' "" :;allld y ,I~
n'lirasen;i Sil, I'~sas, L;I, j:II('III'" illlrlldliCirla;; ['11 lo, 1I;1["IIOllt', '111\:
J¡,liJi:! ell .\lIdllalll Ir;ll:;li:i'llll 1':] "-k SI'IIII:lO po:le!'O';llnellll', y PIl-
~icron rn fermellto a 11'" ';'lld;IIII!'., COH Silllillllrr,; a 1;Il'ill;J1Ill','i y '1111.( ,e
a;.::rIlJla!Jnn ell ademall rll' cj:.'¡:\lCillll.
Lo~ ap;I:llte,o; pstrall~l'rll'; qlll' pl;!ab;11I hllellas c,;pia,; cn el pais


carlista, 3lhirlicrollla 1I11\rdad y ;1\ ¡,arulI <Í Sil, prillcipales ('n :-;all
Sf'iJastian de l:lIanto pa'iaba, (' IIIIIlI'diatanwnle !lr,;paeh:lron esto,;
;l Tolosa '! al r:~mpn dI' ,\lIdllaill IIlIa pnSIIII:1 condecorada p:lra <¡ne
;\ 10[\I1I:os1a COII';['['\:"I: la Ilnidad y olll'dll'llcia ('lila,; trllpas , Irasta
'fin) elllls plldierall ('1)ill'llIi l' las nl';:ociat:ionl''; 11111: tenia 11 /1('11-
didlllC,;,


El ~:l dI' ;I~()sl", :11.1- rl"s \' IlIdia de la tlmll', recibieroll mis el"
lIIi"íllllllll'ls dI: la !inl'" d,' .\[);lo'lill el ;niso de III1C,lro ;IfJiel" \' lipl
tellll:llle l]¡ol '1',~fllldIlJ)'I!¡111}11 dI: l~!li¡l\I7.cr;n,doll ,José Zabala, ,lii:i(:II-
dull:'; que cn\ll,\oaill ,,) ,dI n(i;lII !lI'Cilldio, 1I1)!aiJles di' t!1'';Clllllt':JlII
enl!'l' las (1'1111:1S, ~ll'; 1'1l",II'!:;:¡)OS 1" ¡1l"')pll,;il'l':.11I 'lile ,in pl'l'dl'r 1111
instant" y hnill CIII:!I''''III!,'['a pl','I:"lo s'' tr;¡,:I;¡!l:ISI' 11 ;¡~li('lh \ ¡lla \'
fomcllla:;e 1.\ l'l~b(\lil)lI ,'1 toda I:,,,!a, (,lIli;lIldl)l,~ dilll'!'!) par:1 1'1 ('fcetll.


Al llIi:illlilli~lllp[) lil, sar{2:"II['!Oi dl'; :¡." l¡,11:l1101I dI' (;Uil'lIZCO;) q\le
r,tallan de acul'l'du COII Illl,¡,tros, l'llriarllll pui('llla,; SII)';¡'; :l la 11I1(';¡
diciendo I¡ue se fo!'rn;I!J,11l r;l'llp'IS de algulla I:ullsidel';¡ciull ('11 el


'l¡\'n!l"l~ Indo" h~ .. Cil:¡']1111h dl'~!'it'r('i:(] (';,rli"la I'slal!;¡n ,c:-.tidn.-,I!I' 7iltniH-
(;¡ < dI' lila!;¡.., 1 .. , ;\:1-; {l 1-1:,11; 1I1'1i1'-, don Cill'ln .. ~' ¡:rl''';Plllú PIl la I"f'\ ¡ .. la d" Elorrin.
dI' ~:T;IrHll' l111irol'l!I('. ~ l'Or¡ 11\11.1'1 1;1" \1,,,,i''':!I::I~ di' rr~: ('~L\ pa~o {('atrdl, ('élll."'Ó
l1l!1~ nlil! !'I,'('111 ("1 10.., :--.Olli<ldo ... ~ ¡'ti la olk¡;¡lid;ld porqul' ill:-'!lltaba Sil llIi:-Oj'r!il.
n,,'~p!l"" Ik Hila LII::a y prt'paritda i1r(,ll~a. 1'1\ la (jUl' hablando {le In" (·álll.d)l't)~
y rnlllilIHl"'. 1/1.' .\lIil¡,,1 ~ (¡·:sar. prl';!1Illtú en ¡l¡fa \·oz ¡,las Irop,"\:-; si JI' rPI'(HHH'iall
pnr ~1I ... nhr>rano., fin {·ol\t\':.;tanrlnnatlie, don Cúrlos:-,e iru'omotló, ('OIllO~{~ h;-,hia
irH"flIWlI\ar!o pnrqi/(· Jfj('I.I'J;¡llali(·oll lo:, ,ha:-'ill r,,-'y lo:, ,ha..; á ')1i1roln; ~ (' .. Iando
ItnrlH';'1 .. 1I lado, 11' di.io ¡.!flll' l'ra aq(l;'l1a Hfl\t'r!;\I! Ó ..;ill'rl/'io dt' ]a" trnpa<? lp rl'''-
pnlld¡{¡ (i~l'iíl)r 110 l'lIti(,lldl'rll'II';¡...:[¡"I1an(\.'; Entmll't'''' dOll Cario .. T"pn ~l) i{IHI\'~ di-
1t,·. ('JI ,a";("tH'Il{'t'," 11111'[\1' le" pr/'~~llIllú 1'11 alta '07, ;P'-'ll.uia n'"lidt'/.nrlp IlIlltill(\i?
;.l)III';'I'I:--O la paz, mllcl!:ll'ho-,': lo !i"!~ rl'~p{)!ldil'l'flill' ... lri'Pil()~;l!lltJIlII'. clLti,JilUlla .....
~I, ~l'Ilnr. l)l\n Cúrlo~ rOllljil't'IHII(') (' .. La llllll;¡ in':l'nitl~a, ~ritó lrai,'jllll ~ q¡IP ('..;ta-
h.a \'{'lIdidll: yohl" la lHida ú ~¡I (';¡h;I\\O, ¡lpn'IÚ dl' P~IJtII'iil ~ ¡'{"hú ú rOlTl'f }l,HiÍ
'\ n;.:ar;l. alhorotalldo todo, ~ 110 pttrú hil:-;!a ::'\;n:lrl';l.


La ()(f¡'('(,1 de LatlyllPilnr dd 11) de ~plil'lllbr(', d;,jOI[IIt! 110 r~lraflaha la condllf'Lt
de ltllrl)('. por'lUf' í'~tnha dr aeuprdo rOI\ ~II hnm;lno d~ f"¡:1Il ~eba:-;1iall, ~ l'on l():--
'1 lIt.' hahian minado (.'1 (¡.ITI1pO earli:-,~a,




ANALES DE ISA13EL 11.


juPgo de ¡¡cíota y l:lsl:ilH'rJl~:i, y lIll!' ihall (1 prilll:ipiar:i dar ,°1 grito
de la paz, y Illen,) l'eplllcl'UII 011'0 1I1,'ihl.!l' dI' ql\t~ 10-; ';Illdados ya h3-
lIiall gl'itado pal, !' '1111' IJUerillll :'1111'1.'.'-'''1' LiS :11'111:1" y n:til:!r-c:í SIIS
hO¡l;'1re,;, Jllle,; !JlblaIJ:! de cl¡"aiíu", 1', .. ,.", l'III·,,:d del ilatl¡1I1l1l ,!IJi)
estaba en Yillalwll:l ,"". lr,¡.;\;,d:) a \.1).I:l:¡i'l , y p'jr 1:1 (;Oll!:l'plu lllle
dlsfrllV¡ila Plllrt~ Ll lr:lI)11, P;¡¡]o ap:I,:1 ,:III':a :¡:i(':,lJranc!o qlll\ al ins-
tillllt' linuilriala paz,


EI:W de diellll agn,;lo, a Inrdiu día, 11I,: Ilal:I;) elc,in"lli para pr\'-
gUlltal'lli,; si ,auia COIl CI'I'I';za IlllJll(l h Ilti:1 1'11 .'.l1I1";lill, ~, In CIJlI-
It'';[(''.lpyendo las ('lirias (j'l,) ¡CUi:I, ye'plic:llldllll'elsPC!'clo de 10íjlll'
alli pas~ba, "e pidi(¡ ljll" aIIHUIl,) i" iWiI'l'I:!,,' [:¡dl) ell \lila c~rla tir-
11Ialla por mí porljllt' qllel'ia pUII"rlo ,'[1 1I,,¡i,'[il ,L'I lIlilli:'lro de L,;-
lado ['II'U)'I) (jll iba ú ellviar ~ql\"IJ:¡ t:!rdl' 11:1 1'-jlIT.';U 1'[ Oleroll para
alcallzar el curreo dI! la I'lllbiljada, .\ la hura"" la I!I'\ " Y ,kc.ia Ii-
tl'l'dllllellk SCi!UII ('1111'1111 :ll.


"Colllinll:lildl) lo;; tr:!I¡"ju,; ('1, ,.! (lllilJlIl (,1I,,¡¡¡i:~u para fomentar
,.;u de,;el'cion y p(!I'dida, ",' Ita "t1II."';.;ui,ln iltlru<lllc:ir el grdll gürlllen
de la tlisl'.ordia 1~1l la IInca ,il: AlldtJ'llll. !J.',;dl' 1.1 1IIIeslr,l, llit: diclm
los ellcargados (Lo lo,; u'¡¡bajo..;, COII r"cila :l ¡ Y ~:; de c.;le, lo ,.:iguíen-
te,:aqni 1'1 eslra¡;to ti" dic/¡:¡s l'an;I';;, v l'Illlcl!lí la mia de c,;te IlJO-
do, "E,;to es lo IJlUl IIIC dicl'[1 y yo d"¡)'1 (¡'-I;ldi,' a y, S. para COIIO-
cilllillillo del f(obiol'lIll, 'llle lll';w¡Ii'IY Il 11Ia¡-lana 11'.1It1riÍlllllis Cllc;}r-
g:HIo,; I1l1a t.:,)[!k\'l'IlCI~ ('1111 lo, [.:t'I'"" SlIpl'I'i . lI'i'" faccioso,; de :11111".ll.l
brigada, para prol"ltwrl!:s ,¡II!l 1!I)illit! lJIlI',11111 la (';tu"a di;l l'rctelllli(!II-
te y tOtllell p,lrtitlll COII SU" trnpas;¡ falor d,' 1,1 l'all,;¡ de la reina,
CUYU resultad,. jloudr':: CII (;lItIIJCllllii;lItr) di' \. ~,I)


El ::!'t ,;upierOIl Illis COlili"ioIU:!OS, 11'11' 1l1,'tlill dr, SIIS collfldclltl':i
y de ulla !llanera indllrlabli', ¡¡III' al ~i:;llil'l!lt' !lía ~:i se reunirían en
Tolosa VIII'IOS gellrrale.; y;:;des 11111:\1'1'11" :¡J:IVI',,~s y gliipIlZCO;illO';
para tralal' de torl:er el animo de'. lIJo' ",,11I:\llrl"; y ;\lTl'slal'i'h ell el
(,a:npo 110 dOIl Carlu:" EI::1li St: ';llpO 1l11'j'II' 1101' lIuliéias pil'iiliv.l'; d~
lo:, c()nlid~ntcs lo flue Si; lialJi:1 tl'lll:l.!rl ('lila .;llllta de Tulosa pl'c,;i-
dlda por Elio, prl'tcndit'lldD Ilh llill:liTO- y ;¡[""l'ses que oiC auallt!u-
ua,;c li ~LII't)tl) Y pasarse CO!l It)d;¡~; "lIS r,I,'rl.a~; ;'1 \;¡yarr,l para SIIS-
leller;¡ dun Cúrluoi \ Sil CillI';;¡, p,'r,) h:!I!:IIlt/q OIt:ISici'¡1l en algunos
gllipllzcuallll5, liada ';I~ hallia 1','';11(,111) d,:Plli¡i"illlCilie,


Elllullcc'; mi51110 avisü I'! l'lIl':Jil"1 IIll'ro :'\ mi,' clJlllisilln~dos 1j1l,1
deseaba tl'!lcr una confen'lll'i<lI'PII pilos, : lus ¡ilaba para la 1¡!Jea
de Anrloain, y lIIallall:! 1I<'121i, !lilli'u ('1':111:1'.) de los ¿l,re:: di' I!JIIS ¡li'C';-
tigill por Se~r el pl'imelll de L) L¡c!'io!l gllipIIZI'O,llIlI, y e,;lar;¡1 frClltc
dd afamado balaltoll Cllap,'lchurn. :;¡" di' (;lIiJl¡'¡!.I'lIa~ ])011 VOlllill-
;:;0 ¡jp, Orlwgozu, IIl10 de J,¡,; l'Ollli"iol!llI!llS di' 1:1 ¡ílit"l, l'lJ!II;IIITit'J pllll-
lualillenl,: a las do,; v lll"di:l ¡JI) I:i [lm!.·:tI I111<'1>1'! I1l: I'miela, é I/H'-
ro lu dijl) '1UP ,'11 IIlla'r"lllli'<III",\"I'I';ld:1 ¡IUI·'lrs I-'"r"s de los hatallo-
nes gnipIIZCOal[o,;, "" ¡¡I¡liia 11l'Ilrd;¡tlo 1:1¡fIl!'Jf:II' 1'1 ~larol() para que
ecll'bl'<l,;e ulla II'illl"al'cilJlI rlln el dli'illl: di' la \-il'loria, y <lIW ulla dl~
las (lolldiciolll''; "('ría la e'lliilsil\ll Ii,' (JOII Cúlos y ~Il falllilia .1"
territorio e5paiiul , ponllll' 1'11 parle J:¡" Illa~i lit; ell", eran PII {¡¡tÍ"
cOllfoflllCS Ú los uUl'slrus, Le lu,llJifc:slú !amlJicn ífll~ 1;31J1JII <iidú {:i)-




:111
",túallos pl)r IIIS t'slr;¡II,C':NllS (~II las 111~:,II('ial'llIlIl;S qth' II:tlllan l'lILI-
hl;¡¡\o con elios, h:IIi:,'II:!')!P, ofrl','idlJ ;¡-;';";llrar la ind,'pe¡Hlerll'la del
pais, 1m' fuero,; l' "11 illli'gl'i¡];lrI. ,:!L. ell',; y 1[lIe hai:l ,al c,III,:eplo
CC'II\l'lIiilus cun IrIS ,,:ilJ:rII''I'IIIJ',. ,e I !'i:ill Cllllli'I',)n~('lido, pUl' llll ha-
b("r~eit~:-l {l;II:lT'l!;¡d() :il':r~j(,llle ¡HJl' 1(1~·, (':"'Ifr;lll~{ll'()~ ,hlUj1llo 'lIle: le~ ha-
hi;1I1 prol;lI'lidll. I'.! ('I,I'I'III'l a~I':2Id'lI ;i 01' que aqrll'l IíliSIl10 diu
tJ en el inm('ild¡;:tIJ IcnJi'l:ll¡ [1:111 I'ntl'(l\'ista ~',Llt\)t!) v el duque de la
Yil'(oria, ! I'UII/'!Ii; 1) !I1::lli!'t'sl:llIduk qll,' <;1Ii1lendl'i:i [Iit"lSI' yo á la
¡i!le;). E'I" ari,i,!) 111\' ('1l1I:irllli'l ,1:\ lo,;Jn[l'cl't!cllh', que jllló'eÍa de que
:--;(~ [r:It;¡!;a de un:) '-'1.)11!r1~l't·\ ¡;Ju('ioll P;lf:l illll)(\die U[l (lY(\!limienfo
1'lIlm llis dn;, g"Il"I':Il,',;, 1";[ lel ('lIal rl;t!acll' 1::s illstl'lll'CiulH's del
1111111. :U y las m~!ld,' 1",'III!l pl'np¡(j :11"" ('llIlli,i,lll:I,I'l"" ,


El dia :}\J ¡[,)ti!'!(', ¡ IH'I'U :', t'-.t(l~ Ijlll~ fI\ldl( :-:e ;1('cn:;1~¡: a la l~llca
hasla llUe\1) a':i-Il, 'i1!1~ 1'-1,,1>:111 di\ididll" ell opiuio!H'" lo" ,,,('Il'~ y
le\lli~ ~(~ n()t1~l'lI Sil.';' C!l~t'(~\ i\l~! ... < ¡gll;dllll~lll(~ Silpil\jl()1l lo::, cotlli~ú)­
nado,; p:J!' ;]\,i';IIS se,C:,!1l1< de ":1, 1'11111',<1"111,,:; (I'II~ hahiall IIp:.!::lllll a
'1'111",:\ llIJl'\ OS 1'lIllii';ÍIIII',d",< :!col 1'1','i"Il'¡¡:'IlI:', 111:1' ~;lIil)('I;t1d<, nca-
I)id,;) de ~C'r tI.Hltl;l i'('::~i¡lnl'('r COlllilfldnlltí\ ~2Y[i;lr,:I dt' Cuipllz!:oa,
1',.;I;¡lIdli ):1 los ;':i'III;¡',I'i''; \' \"1111'1' c!lus I¡¡';:'III s::ducidu'S pUl'
::ljll,'lIus a qllll "l) 11'111"\):1 <11' "uIJlc\'al' lus !Jillallollcs d,' [;1 liIlea CUIi-
It',] ~larolo y opel'ar lIll,1 rCillcill1l ell 11l1!ll "it e¡ército á falor 11,'¡ Pre-
[cndiente. Los l'Il(';¡r~lltl()s d,,' :a lilH'a Illl~ l'Omllnil':lt'iln (',;la nolicia
con un propio ,!!illl:ll;,írl hora" y I'n la llliSllIlI .Xiloill:¡ lile II('gl'¡ UII
('()lIlid,'lIll) di: '/'IJ I >J'Ii , qll" 111,; illSlruyl'¡ Ii,' ludli~ Id" illlri¡2::t" que
hal¡i:!, (k IOliIlW\¡U 'I1j!' Ir:t!¡:ljai¡:ill I,h ,,;!PlIles e,;lr::II¡2:['ro,; I'e,;idl'll-
te:; allí, ¡:aJ',l IllIi:diJ' 11,,10 ill'l'l'!.du ":111'0 \1 di'O t¡) y E"Jl"rlcrll, y SlI-
binar I:l; (Il!pil" ('11I1,,:a;; dc' \lllIo:lill por I'i I'rl't"ndiclIll'; ll:iegu-
1':llldulIll' I[lll~ pi¡:li:l:l di'lltllll'r 11,' fUlld", ('ull:ii:kl"lhle:; para la ejc-
eIlC;"!1 de aqlil\llll:i prlll \'I't. s, El mi:'lllIJ ('o:li¡'knle me lLljo ulla
copia, que Inilia Jlildid'J prÚp:¡iT¡IJil,HS(\ Ik la pruclallla que Guille ..
lalde iba á dar al jlllrill" y a j¡¡- trui,:I;;, d,\('ll:i1::lIlo que 110 ;;,1 ha
publie:lIl0 en nin"lI11 p,t'ill,li(:,.) di' ":ila ('01'(0 ¡¡i ('11 lu,; el" Parí,;, que
sulu lu inscrlú ,1 III('diad"s de ,l'Iie:¡¡!Ji'(i IJ GI/('('II/ de IAUI(j'/l'dol' ('llya
copÍ¡¡ dbLin~ue llllllllll. :n.


I'elll'trad u )a di' i:l f'rll\I'!L¡1i di; la,; cirl'IIIl":,lllCi:iS. y qu,) ,i \'1
CIIC!llii·V) cnllsl:glli;1 i'l';¡lizal' S!.l:~ plalll'~, !ll;-¡lo;~r;!I'!flm!):" pn 1111 1110--
111!}ldu lo {1dí~Llilt(ldn II:ht:! {'llt,()!1r',':" Pll¡\~;¡:"lIddd(Jde kJ:"c;.;trall!.!:\;I'O~,
IlI'IlCIlr:l,'ialll'l',;ta!¡h;','r la Ilnidal! y O1'il\'11 p:'rl!lilil, ,', i;(li!¡r.l:ldo P(.¡-
utra pane qlll\ "1 <I!III'II' Ik 1.1 \',d-¡'Ill IllliJi,':'" l','I\'h!'ad:J d ('IJi\\ CIIÍO
{'~Hl ~I:lr()!(), r¿-.;() I vi .i!l!};'~l' 1': !odu pUl' ('1 l1ldo, !~j{indlqltlu ;"1 ill¡~ ('!Iil¡i-
';lúil,ldu, (1IJ:: ;¡ ("!,I'IL:il'i d;: 1'lIak,;quiera s,lr:rilk:ll" y :'ÍII n'I':I!',I!'
ell 1,1;; I;Ull'('t'!I":lI'ill'. '!1!J!"1,':1:'1'1l lo,; 11l1l;dlcJlJ{'" 1;<iI'li,I,b dll j,1 lírlea
di; Anuo:\in. ~ [I'S I'I'I":!I In,; ilhll'lll',ciOIII;'; <jlle' d"llllic,!ra "lllúrlJ.:lí
jl01'!lD Ill'1JjJ!O ,,:ln:llldlJ !¡!I!'::" dlei('lIdlJ a mí 1'1I111:SIU(\;¡¡J() 1'11 ltul!
que ('11 1'1 insllllllt, y ;1 cid,::!'" ""pidi,',,) l'! (jIre) ce!;] 1'1 p!¡e;;u para la
jJ!l!';] d(' Ikrn:llli.


El .~;.n b~!!nll(ql dp (;lli¡¡ii,/('O;l t Pll elljli" !'()JJL¡J)(IIl]('~ ma~ elellldl·
11", lIt' ('()'llli:li:Z;1 \' ",1 ¡!':I ni!:\' i'I'l'!'llt;lI!" , n;! ,.1 1[111' dal)a :iPrV!l:"
:tt}:¡I'¡ d!~!, V ir):) .. I1~!,CII!J\:J ·t', !~dltJ;J .: h~> ('C'o~¡:"lunad(h {If. la J¡llC~




;312 ANALE5 HE IS.\BEL 11.
, hoy nos prollnncia/nos, 1\ 111 i" instrllcciones llegaron Illny oporlu\la··
mcutc;\ la línca, y Orhcl;ozo ,:1110 si/l dclencrsp y penetró rn el
ealn[lo en('llligl), se vitÍ y h:ilJII) COII 10-; s:lrg-c/lto:; de toda la fuerza,
ya di' :)('1I1'l'1I0 Clln nOSoll'll'; 1:11 la L'ilnjllraciun, y oh:i[~rvandu las ('ll'-
dt'lll'sq[11' le, h:lIli;111 ILtdll illlrori[I.iCi'(111 dillcro, InlJaL'o y aglle['ljien-
ti: en alllllldallcid, IPII'lo.,; s;lrg-,'II">' di.;lrilltl)'CrOIl :'II;¡s trolla5. Pu-
"inon cn lilw['l:ld ;i IliS I>rr,l)'; dd :tlllI)l'olo d(,1 día ;!1, hicieron c~r,
1;;\[' 11), flhile s , y 111'; CII;.111'O h'[lallllllcs Illarc\LJI'O/l a la pl;lza sin
rn;¡:ldal l) ni a[)III~!}('i,1 dl~ 11);; gl'fes, .\1 clJlleluil' csl:J opl'l'aci(J[) se PIT-
s['¡¡l;:rllll alll lu,,; g-I'f",; y gellcr:lIcs I)['(wcdc:nlcs de Tolus:1 para ,11-
hlel:lr la, (rllpa,; CIHllra ~Jal'ulo, s"g-urlliaIJiall convellido l[)do.; (':1 la
rl'l\llirJlI ('¡,i[:brada ('1/ aqu[:.ILt I illa la mallana ¡Je! :11, Lu, ~elll'ralrs
Pl"IlIl'ipi:li'illl;í :/1'1'11'-;'1(' a lo, 'iuldadu--, !lt'r[) I:J":tr'-íélltLls y t:alJlb 11~'i
Cill'lill'OlI la I';ilahl'<l /, i:n pidit:rulI h:tldal' d:lIl1ln los ¡;ritu:, que yo lrabi:1
PI'VI"I'rlÍ,[u d" l'i¡;ll!ll;'I~, /'il'a J/llro!o, (IINt/ dun elil'los JI los u.i0ln-
/1'/'0', qill) ltll"'I)ll ("'nl(':ilad-,'i plJ:' la tl'l)j),l. rn :,al'g.:nt:J del :¡,' In-
talloll,iI:-;elll(: 1l1l1~'ill'iI: dijo en :dla VOl;¡ SU'i ('ül\)paiil'I'o,: ('(ull/,llIr'l
rt Sil )J1{C,tu; r' ill[lIl)diillalllL'ulc: QI'tljl:lrou I¡h t'rculi''; de la., ('(l1l1p:lfila~
y arl'[).i:II'OIl t\ cl\lal;rl.Os a lo" gefl's y ntlt:ialr),;. El curolll'l 11)(:1'0 SI:
!l1'1'SI'IlI,'1 al t'1'1'1l((' tI'.''in Ilalalloll, y sin l'llllJar;.;o dé: ,el' lill\ qn(,l'Ido
de S[I:-,sl}!dat!o'i, 1(, m:illl'alaroll, EII ('stc trallce SI' apareci\¡ el gl'I\(~­
ritl Alza:1 :: IlIs hahll'), pno d,,:, call1.ls ,-allcrOll de la foelllacillll llel
frrllll', dil'iclld,):[ ,:u,; ('Olllpall"./'Ih, ¡'¡¡'Il la pll~, 1'¡1Ia :!faruta !JIU' n';,)
)¡ I/u/('I"I' dar, llls 1/111' IJlIi1'/'1/1/ 1/111' l/os si(lan /m/'úrcllllir/ws cun el (1';-
/tuIII, 11 si!lo 1'lílllO/lIJS IÍ nues/)'as (,I/m~, 11'11: los Iraidorcs 1/.I¡iCl!y(uíClII.
Torios los balallone,; dll'J'UIl lInúnilI1CIIlf:IlI'" el I;rito dI) p:IZ y IOlllarUII
el caminll de .\zjleilia (ti, Los ;cllt'I'ale-; y o{iciales, I[),; IIIlOS Sr) es-
l'orldirl'UlI, v olr'h ,,' e:<r:apal'OlI a los monlcs, Cuatro días lkspues
enlrl) llurl'ia,!!a ('11 FI':1I1da ('(\11 tilla ]lorl'ioll de !2;('fe,; y o{iciall-s, y
le oif!;lii,'1 el coronel Sorllil ('un 1I1l0~ d 1I,.:;:iCIl lo:" Alzaa e IIH)ro (,,111-
\ inoll esplll'slos :1 perl'cCJ', sir'nllo solo el !.:oI1l31111allle dOll Jla-
11[lel h'l'll:lIl/\I'Z, quil'll 11I;lrcho retlnido con :3U batallo n para pn:·
';I.)!!l"r-!' ;1 jlar(llo.


De (':,le mildo :lcaLó aqnclla gloriooa ('eyolur.ioD, habi¡"fl¡]o,;[} de-
hido lodo ;l I;! aclivid,HI y mac~ilria con que ,e lllalll~.iIÍ. Sin las com-
1IIItacill1l0S de"dl', lallttl lielllpo ,;ef!;llirl:1'; con IIlla COllól:\lIcia, aca,o
:,ill ejl~lllplo, CI)II una re,!'!'la impenetrable, redllciuo el secreto a du,
il I.re, perSOlla:i, y CIJlI lIila tidt'lldad qur: ';010 la imparcialidad a¡lI'l'-
ciara 1rir'II, Ó 110 hullIera ,;lIcedidu ¡:iertamcllte el tratauol18' rrgara,


:'1 r'l (:cl/!il/l'fll di' 'o..,; l)i,.ll/('(ls dd 7dl' setiemhre l'i'lirió r·~k 'H'onll'cimit'nlo
f'n l/)~ f("'rmino:-. :-i~!li\·III(l';. I EH (.} ~U1'l'''O d,' _\ndfli¡in lo~ oliriak:-; t'X{Hta~la(_\ -)
lo~~old,lllo";1 {11lf' 1('~ ..,i~lIi(·';I·1I a ~a'iilrra a l'l'llllir."lt' ¡'(jn dOIl C;ll'lo~ y )0(' ~\nIP­
rnll tI(· to(h...; Jo", nH·t1i()~ ti,> ~I'dll!·t'ioll para l'OlllprnllH'lt·rlo..¡; W'I'O l()~ dliJ¡wlrhur--
ri..¡ :-,t' I](':':'ilrOIl al¡jl·rlalll('lIlt'. ello (11- pilo:"'. lIlI rabo,;t\ alll.Ó á don!!(1 (~:'\taban lo~
1)1i(~iilk:, ~ 1(,:, d.i.io: ' Ya ni, .... ni~IlIl(·:;tro ... i!l'li' ... , ~ lli'~d(' ho~ HO os n'f'nflOITnH)~ ji!)!'
fali''';, ~I tl'nri:-; 11I11'l'i':-' I'TI r'olltillllar la \.!1I¡'rT:l 1I0:"otI'O"; tl'HI'lllOS intl'l'h ¡'TI lernll-
narla,:\o p('dilHu,,; m;l"'; que pOlI. y Ir.d);'.in~ ,nln'rI'IllOS á rm(luflar ('OH ~u"tf) ,Lf
pala ~ d arado, Yo ~O~ ('1 que "¡'.;dl' r'~t(· 1Il01lli-'llto mando ~l l'sta..; 1rnp:b, [I'!¡-
rao~," L.n:" on~i;ll\'"" no lll\ il'rnn ma ... rPllli'dio <¡III' retirar..;c Ú ol'ultar:.;p, l'0njll"
]('~ ¡;ra Jlllpo~lhlt: luch:tr pnr m;¡:-.: ti¡'mpo ~in di...;poner:-.:c á Si'1' Yl<:timtl;o; d~ ~11'"
propio:" ~()Idado:".




APE:'iDICE ;\"DIERO 10. 31:3
ti rill,r~1l 1l1l'1l1l'; p:ralldcs ''IS re,ultauos. Bien Irjos esLII);\1l de pell-
:,ar (,Il {;III 1'.111,11) dl',;ell\;\('t', 1'1-; qlll~ recolllendaban li 'oC pro[ll\lllan
1111 1'1.111 ¡I" ('i',\lllal,a dl~ illcclldio r IlPslJlar.illll {'n la,; I'roril)(:ias \ a,-
1':I!I:;,ld:I-; 1:11.llld'l dl"p'.II" dI'. !tiI!Jl;r l'lllpczado la,; opi'raciollc,; llli-
111.11"" pllr 1'1"-11"';\11) 1Il.1'; Il'jal!o, milS difícil, <I\'I'nllll':1I10 y IlltlllllS
1111,'<11'1 11111' dl~ 1;111111';1 !'11t'1I1:,,:', ,n illll'rlinll "r.:lldcs "limas de dl-
Il('l'i) .>' 1'111;1;":111\:11 llll"'" 1'\;:':1'11', ,'1 cjcr"ilo l~a!'<I furtifiear ell loda
rl',~la 1'1" ;>1'11111'1"" [111111 ,,; cllllqui"lad'ls a lu,; carlislas, cllandu ,l) il!-
I"II!;I:I:I, ,ill qlllza pa:':11 adcl:lIlll', elllplca!' IIlla bllclla p:lrl('. de IIUl'S-
11'11, li"'I"I' <1,,1 :\III'''';¡ ,\raóllll par;] CUIIlt'II'r a Cab\,[;\,iI qlle amena·
z:dl:1 1\ illvadia la" Ca';lilla:" y 1'11:11111,) ell tiu, ~('IIJlrl'sllrlll)dll el duque
1[, 1.1 \-il:lo\'I<I, ('1 ~o!,il'rnLJ, \' h;¡,.;la el UlISml) 'Ialuto, :1 dc"meulir
jllliJ:ica y I'ei 1 l'\'il d;1 111I'1¡[1' lo,· 1'11 111 1 11'1' S que curri:lll dI' iUldigeucias
elltri' 11I1U"; l' 1111'0'; ';0111',: iI"IIIIIOd;¡;¡¡il'IIIIJ ¡'¡ t\'illlsaccillll,


\ alln 1:,d:!li,I, cl'I[~II!'ad'l 1'1 COIIICllin liL' YI'I'~al'a, no habría tl'-
lli'I,II'UII:'I'C'I['III'la l'iI 1:1 lIIayor 1':II'lI' y huilil'!',l (:IJntilllliltln la ;\uer-
I'a 1'¡)lIl1l'dllr 1'11 \,II':lr:a, a U,) ILllillrse or{~anizatlll tall rapida y IIpor-
1'"I.1IJI,'IiII' la ("pllJ,illll IlI:iilri,l'lIli' L1e lus CIICr¡JOS carli(,I;¡~ d~ la li-
111':1 di' ,\II':'llIill: ,ill l'l:a ('\ Il'ulurosu sllce"o de Y('r"ara lltlbiel'a
'i'\I.'dad,.llw puco illlSlll'io, y J¡:bla ei,'rtu punlo aislado, porque la
I:Oilll';lrl'\ollll'iOIl 1/::1' 1'1 pilrlldo fanillieo halJj:¡ p\'olllolido ell Tolo-
:iil, I'ra ,:r;llldl: ~. pOI¡"rl,salll"llll', :,o,.;lcllida por los ageutes I'sll'all-
~I'\'(¡";. 'liS ,'olni"ioll:ldo:- dI' la Iluca de Il('rllani COII :m :Ieti, idil'l y
d,',;lr('/:1 Ili, i 1'1'0 11 1'11 :,qlll'lliI' circuIlsl:\llc:a,; el 111:I)'or ;;cl'liciu ;1 la
p;llrill, y "11 1','11:1;1111(' 1I)(;I·Í[oe,.I:!l)il delllo"trallll, CIIII"umado 0('110-
do ;]<jIlI:III)lIIIII, il'S "ill'li:,llI-' al):llldllll:II'UII su,; illljlclletral¡Jes lilllias
dI' Arlllo:lrrl (,"11101111:' los jll'l'll'l'I'IIIIS y l'kctlls do f\lIcrra, y á los dus
di:" las Olllljlilrllfl 1111,'511'a,; tropa,; dl'll".rnilni, hal'lt:ndllse dueñas do
mltil pi,'z:ls dI' f\l'Ill:sn (alillre. do,; 1I1I1I'Il'rllS, cicllto treinla y siel(\
1\\11 carlllcJ¡'I', uirih f1lud¡lIs IIlUlliciulltS y UIl illmcllso repuestu de
,¡!lliriu dI' I'alioll.


[:,;ta 1'¡,llz I\pl'ral:ion f::l'il:lil al <111([1'" de la Victoria Sil entrada
trilllli':lnl() ell Tol",::, tlI'Splll:;; de hlllJl'l'la ab:lllrlonaclo el encrlligo
111'1\.10 fru,ll'ados todos ,;us pl;llll'';. J)('sde a111ie! 1Il0mellto quedó
1:IIClil\<1¡[O 1'1 I'c:'lo de la rl'llclioll cn lu.-; I:strecltos lilllilcs del \'alle
Ii,.'. 1\,lslall, (jlll' pO\':'1I ('olltigur:lcillll (Iaturalnu podia dar I1Wt' espc·
I¡¡IIZ,I' a dllll C;lrl,)~ Ijll(' "1 'l'\' .';11 lllntlla fi ,,;11\'111'';0 011 Fr3ncia.


1J;¡Jlil'II¡[1I 1'11 l.d ,;ilu:lt:Ílln 1·1J1lr.~rcllci:ldlJ con el c(Jn,;ul ,ubre 1,1
(':,I:ldu dI' Lh \'0';:1';, COII\'IIIO 1'11111111;;0 en quc lo que illlporl"lJa por
(\11111111'(''; na ,1Ihl'l' IlIs Illiril:' flltlll':I, del l'retendiclIle, oi se rt'fu-
;;1<lIJ:\ 1'11 1'1 r('in,) 1 ('ciliO (, 111:1l'cliaha a reunirse con Caul'cra, pues
por J;¡s 1I,J!ll'i,l"; 1/"" :'1' lelliall, lralaba de realizar lo úllillllJ. Yo me
,'llc¡lr;;:IlI' I'U mi parlli'illar d(~ emplear liltllIS lo,; medio,; q!le (',;lmic-
rarl Ú Illi akalll'I' para (',;1:1 lI\'l'I'igu;¡!:Íon.


LllIlII,' a lIIi corllidülltr: de i:l frolllera y le /lrel ille s,' dispusiera
;'¡ ir al Ilam:1l10 l'I:'lrll'l 1\(':11, Iletl:lelé U1I:\ ('arta f,'chada del 26 lle
;1;;IISto 1'11 Tlllo,;a de Frar\l'ia, cuya copia ~II los do,; idi(Julas seuala d
(111mCl'II :¡~), y tOl\landu mi 'l'gulldo uom!JrlJ de lJ¡¡uti~lllo y el tercer
<lj1cl!ldú lk mi famili:l, lirme ('!] fra1leé:: lJol/linique Ecltegaml), que




.\~ALES BE lSAREr. II.


aparecía ser e! !e:;ilíllli,t~ II,! alJlI(~'¡Ia Il,U'iilll 'lile II:liJl,1 l'eilllll,lo a
dun C¡'Il'lO~ el Si¡¡¡llnr:as, E! 2. rI(' slJtil'lllhre 1I1',;p,u:!J(\ al l'Il11Iíd.'1IIe
llIuy íll,II'uillil de. tOdoCIl,11lto ¡le!li,¡ d,:('ir y !l!J,;('('\ al', y l'l , l!e~\I a\
euart,,! H,';]! que e,lalla en L('('illlilIPrri l'Illrl'(f:lIldo la ('al'la 111'\ ,11-
pUl'slo Hcltl':f!lray alllllllistru ínlilll\) d(~1 PITI"lIdielll,~ 11011 J,,;,!') \Iar-
ql del Pont, qnienlc !'(·('ibili !llll!, /¡Íl'11 Y 1" pn'A'ntl1 ,( a'llll'l ~I dl,l S.
EllIllnistro me CIIIllcsl'J ,',;1,1 Illhm:i di'l ¡lt: ,,1 pllilll l' Il'lra I;¡ (',Irla
cuyofae-:iimil ,;c \1: ell 1'1 !lÚIll,11'Il :l\;, y rl:\(,lall"lIllll~ f'1l nlla el illl-
porlalllc :;['nelo que yo (Je,;caila arralu'arles ¡li,'ielldil: ,,/)rsd,' la
f,:eha de Sil carla O('llri'Í¡lrIlll 'leacl',ílllicllt,J:i '1111' lilllll'n a ~, ,\r, y:í
lodo,; SI1S JdiclDS l~n una zlJzoltrJ tal, que ya ",oh s,' trala dI: pa;ar a
Frallciay ¡,oner,., bajo \'1 1)['ulfll:ciOIl d,: aqul'l i!oJhir:rUll J)


El JI) por 1:1 !lile!11' rt.!~l'e"'l el cOlllirl"lIlp a Il:iYlli¡a, el 1\ pOi'
h nlalJ;lIwlt'a';t;ril¡i al I't')lIsltl \;1 C<lrla del !f)illi.;!ro I:arli,l;!, y :d IlIi'
I,~ 1I1-ladia;-::Lo '1\11: lr:¡,;ladil;1 r. S, para ,ti 1>1Ill,"lllIii'1I:0, y Clla ,,1
¡Jalo posilivo d,~ ,/:II~ ~1 Pn:llIlllh'IlI..', \ a Ú ¡'linar ,'111-'1':1111'101 a pillll'r-
';1) IJajo la proleGcilll1 de I'sl,' ,!2.0Ilil'rllo; IlIili'.: 10,la,; las Illcditl;¡, '1ll~
lt~ dicte,;11 ¡;¡:Io y patrioli,lllll, ;1 lill dil !JlJ" SI.' :i,:,P~tlJ'l: ,tj inll'rlla,'ilJit
:~ pnnto dOllde 110 pueda \ohcl'{¡ dall"!'. Ell:Ilnlidl'nle 111,' /J,I ill--
¡orllladu \crhalmP-lIlc que el saliado ilajHlI1I Ills ,;11:lI'Ili",; ík Cllrps a
Eliwlldo, dOIl(Il~ debia (',;Iar Yil 1'II'relclldil'III,',\. f'llladll liD II,til-
Lan ya mas qUl' ,u e,r¡l'i:l, ci liIju may()r, Yilla['\'al y IIILlCllll'; ílld¡\ i-
dilO' de las junla,; COi! tres lJataIIIJIII". 11()1II(lllc:~rll "l', 1I::lJia :lll-
,;cnt:ldo. '


El (11111;;111 l1le <lr'lISú ti reciho :'1 j¡, die!. 11(' la lllal'l(1na ¡J1'l mi';(lI(i
11, Y 1~1I \'Isla lit: este a:llectdCIl(C, di: 011'11" 1(11111,\ ":Illitli-t!'l' y dt:
lu, <lile él ICllia acerca (j¡ol e-lado d,~ la f;lccillll I'Ji (,1 e"I'f'.1l1u \',dll)
<Id ltls!an. e,;p\dio UII p:1J"te al dillllJ:\ de la Yii'lol ia ellt!~r;!i1dull) di)
lodo para el mejor ó"ito d(~ ,US O[lt'I';¡¡'ilJlll\S, y ['('llIitil'lltlll yo por 1'1
correo de a([nd mi';tllO tlia al ,;l'illll' Pila, cllpla del h'JlTadllr tle la
eal'la dellill:,jitln Etll\:';JI'ay, y el filc-"Ílnil 11,\ la l'Olllc"t,¡r'IOIl.


\0 eOIl(\'llto COIl r!e,cliil)l'iln'I',1I11) [:1 n illlpilrl.ill!l), 'llll'l'ia "r~uir
il\'el'ig¡¡alld IJ h;bta el último p-;tl'p:n) los P~;¡Il!}~ ([111' ",(~ prupq¡¡j:¡ ,11):1
C:lI'llls, El did 12 \ ul"i a I'sl:rii,il' :i ~i:lrcll ¡["I 1'''111 \Jili'J!a iii'lll,l di:
Echl';.;ar;IY, In Clula lid núllll'!'ll:¡¡, \' Ini 111Í"1I10 ('llill'"I":Jl(' fu:' 1'11-
ear¡'::ldo ;Jr~ Ikvar UI! plif'f(') d,'1 cOI:"11(I1 :;"I",a, rt'l'tl;!i,ldll, p:lI';l ~Il
11:1111'1<10 llIini-tro de la (xill.'rra \lol!~e¡il'i~IIl' ('UII 1'lll"II';!:" I".-p¡;,'ial de
['11 i n:,!..;;!!'I/) i'11 ~il <lll:)('nc.ia (',!} pl'()jli;l~'; IIlar)I):" d!~ ddll C(~!'ld-:. El eUII·
lidllnie IIJ" III lr:¡j,) ""i'I';llIo, liara '111\: Cllnllll;l ('al'la ,'I'IIII'I'lIIilil'l"lI;1
la rr"1I11'!';1 IJ"I' 01[';1 via qlH~ leni;1 1''1 :I-I'I',II':I,!:I (;llr! ()\¡jrtd de li-
llel'l:m,,¡', ¡\p la policia y dl~ 101- a;i'''11 1,," :'l',nel,h de fJ Ile"II'o CÓIl-
sul (1),


.\hrí l'll'lil'gr) con la prl'(':JIII'i"1l d"hid", v elll~1 ¡Ihlanle se lo


11, ~in l;¡:-; Ira!J;I~. arkria;i. (~(nill~ ... i·!;ul \ l1a ... la \1·r~()n·/r~ .... ;h d(·ll!lIH'i;, .... d,'
¡'.;,tf' funrlOnario, h!1hi:'rauHh ..:;¡Ifidn I.!r,\ Tld l':;' ""('I']'I'!r¡-i pnr \a .... COlll\I:lkiH'iOTl\.''';
tI!,j marqllt':-; dl~ l;\ 1.;11111" , nlr;l .... l1oLdltlid;lf11'" C;lrli .... la", i'll Fr;l[wj:; d .. rIP,~
lO¡ftL'pntldl'lV'!r\ r~):l d "u:tr1cilt,';III' ,!.'!I.! ¡':I",ll';,ldl) 11Ii ~'fH!~!'\r 110 '




¡Ic\(' al CÚlbul, porque I~ ('IIllIlIlIil';ICion de SOrll:l e,plil'aba la \('1'-
dadl~l'a Call,;;\ qll(~ 11' ]¡;¡lli:1 (,bligad\!:\ rrt'lIgiFII''''' PII Francia (que
na ('\ mu!íll d(' 1:1'; lropa,; d"\IIII";lin: ('i\n lo,; ¡refe, y n1kial!'".
fU) a 1i:;1¡¡ a('()!II!I',üal!;I, :'''('[iIiI':IIIr!tl I'lIuul1lhre dl' lodo,;:i dOIl C:\rlos
(11](' ""I;lriall dl"II'I('''lo' ;¡ ol'¡rllir la "ur!'I" ¡]pl qlle cll,,:, Ilal1l;l-
han S. :\1., "i(,fll!,rl' l' dOlldl' fIH"'I'lilLllllddo,; ;i 'ill ';fI'vicio; de Cll-
ya (',;po,il'ioll l' li,,;ta iUt'!II)'1l copia con el nllllll'rO :JS. El C¡'III:'t"
lile las ;¡itliú I:lflllii"11 COIl in"I;¡lIl'i~, quc 111 f'lltf'l'¡.!;ué el Illi,,-
1110 lIi,l, Y iJaiJiullt!u \ uelllJ ;'1 cerrar ('1 plil'gu lo ['I1('alllil)(':1 1:1 fron-
ler;1.


EII II¡¡III ~1 dial:: no pudo ('! ci'llllidrnte franquearla ror hallarse
loda vi;!:i!;¡dl \' ¡:(lIarlll'cida de [!:l'lld:lI'llH's y lrupa Ik línea, pero en
:¡ql\rlla rJ'11:lw lo hizl) l' IIf'i(Ú a l'rda\ ú las cuatro de la maíiana
"1'1 !4, I'n tll)'a 1111',111:1 hora Imll dl',;pcr\ar alllli:'11lo :lIaren lid Pon\,
;1 qllil'n 1'lllrl'¡rI" mi ,':1t'la, .\ las l'lJ:ltro y 1l1edia ¡J<bi¡ el minist.ro eDil
el ('unlidl'l¡(¡' a la p"':lda de 11011 Cúl'l"" quien I'staha lcrantado,
:<0\0 y ,('11 [:lIhl ell tilla Inala .;illa d(~ p:lja, apuyac!1l Sil lollo en una
IiIl'sa, SUmallll'IlI!' tri,te y al¡atido, El ministro 11' rlió liIi carla, y
II'ida 1'1111 Il1UI'!JiI atenciOl1 v delenillli'~llll1 le dijo: ·Este hombre tie-
111' 11I111'I1a l'aZOllel1 lo !I"e'dice, me hal'ell fuerza sus razone", déja-
1111' la 1::ll'ta par,l que la 1I1,'dile y VllI'lve flor pila dentro de media
hora.· Prpp;IlIlII'¡ 1'11 sep;lIida al I:olllidellle si Echl'gar~y tt'nia pcr-
sOllas di' ('ulllianza que f~OIl sr¡.!;uridad le pudieran c[I(':<llllif):Jr por
Fraucia ;, Calallliía, y habl¡'~f1d()le respondido :lt1nuati\ amente, don
C¡II'lo, I,~ tl'.ill:-' Yele;1 Ba\llll:l y dile ;\ Erhcg:\ray qlle venga al
ia"lallle a \(l!'"e "II!lllligo; I'st()~ ,;lInHll1Il'lIle a¡:(radcl'itlo á ellanto
I'st:i !l;¡l'ir'ntl,¡ ('11 mi f:lI0l', y ojal;1 le J¡ 1I11il'r:llllos ('111l()('ido alltes,'
~Iarc() del POIl! \ulvin :i J:¡ media hOLl a 1';1,a d('l Pretendiente,
y llil'gl) tlpsdp Sil alulalllirlllo mc cOlltl'sló cOllla caria filie mal'ca el
Iltllllero iI!l, EII ella 1111' ,it'r'i:l :\ Illllllbrc de 11,11 Cúrlos:-,f,o que
qlli:,il'ra (é"ll' I'ra Il'lll'l' harill,í- para la "uh,i,;lelleia dI' b tropa que
H~ hallaha 1'11 ('.;11' IHIIIII', que 1'1111,111111'11 sohre tres mil r:H:ioIIC5
diarias, Si ill\il~'" \ d, llH:dio- di' ,'lII'lir de ('"le 31'tíl:I;lo, hana un
gran sllrvieill, <llll:qlll' 110 fuese "ino para seis días, t'fUpl:Zantlo
dl',;¡Jp maii;Ill:I: ,11 illlpili'tl' 11' Si'ria I"i'i Iltf\¡.!;I'FldlJ, Y si \erílicase esta
n'llIi,iíIJII, ,e sl~rril':1 Pllr el Clllld\ll:lo dl' ó.;((~, ari-andu maüana á este
sil alp!llo ';1'1'\'idlll',


El I'clllidellk no Plldo pas~r pi pIlPIlI" de trlln, v nll'll\'I'S:llldo
11111',11'11 l'al11ll1\ par¡1 l'lllrllr l'll Fr:lll('i;1 por III ]1arll' de <:1I11"I:lrz:I,
Ilrgl' a Bayona ,,11:) jlor la lIi1clil'. ~1:11'('n dl'IPolll ¡',;c'l'iJ¡ic) n,i mi,;-
11\0 tllla (::11'1:1 por "lilltllll'ln ,(" mi 1 illditlPIli<' Ú ,'11 a!.!I'lllil dI' Bayolla
don ~e\¡",;li;¡n SCllil, "llI':lr¡r:illc!nll' tI' pl'tljlor,'i"lIa.;pnll 1'1I<1l'tO PU-il-
tia pina 1'1, l~tI\1I ol'i!2:i"al obra 1';1 IlIi Jl0¡\ili',)' el 1';1l'-,ílllil b:ljO pJ
IIllllleru \tI,


11011 \.:\1'10'; ,'011 ';11 Lllllili:¡, la 11:llIlllll:1 1'(\1'11'. \' 1:[0; !'pliqlli:l'; de
";11 ltial parado (,,¡,"rl'lllI, "lItrarlll' 1'11 FI':!lícia:'1 ¡", cillcn Illl'1I0S ('Ilaf'-
In dl'l ri{eritlo di:l 1 ¡ dI' S('[II'llI!Jr,', l' 1'011 e:ilo se dió tin ;¡ la Í111-
jlorl"nllsilll:l I'IIlJli'l'';'' '1"(, ,',(' 111(' J¡,dli;; ~1!<'1I'III'J\d;¡flo ¡J<lra la sah a--
ClIIB di: la I,all "', y qun ltllt' I;¡ dlt'lla lk l!,dwl' dlngido y 1'I~;t1il"d'1




316 A~.\LES rm ISABEL II.
en los lérmino" qne escribo esta mClllol'i3, ,in allpl'al'cnlo mas ¡tí·
nimo la Yel'(I~d .


. \11n dcspucs ti,) corollarla mi ohra, la envidia, Illcl.,:I:\lla con 1:¡
perfidia qlll' t:lut() 111;) hahia pPI'.,,'~lIidn, Ita irat:ldo di, "lllp:liIH 1111
rrplItili'iort Ijllcricntlll pre'l'lllar lIIi Ii,;¡(lad rOlllo t111;llralí'ioll. FII
(iuipúzcoa hall recl:rl'illl l'ilflJi,il),I;lllo- :,:.:,'I'do,; pill'a ,,'dll,~ir:¡ ['.ar,-
lisia, pacilicadtH, ,1l1)I',' (/11" dijesell qlll' mis CI)[lllllli,'I¡I'illIH'''; COII
ellos ihall cnramina¡J;ls ;1 prúlnol'l'I' 1,1 illd\'lwnrl,'II,'ia (It:! pais, p,'l'o
('11 obsequio lit' 1.1 Y(lrdatl, 1.1s SII~el'l:i con qui,'nl',s ,11 t(6) Inrl¡ ('1
illtlllllú, han ,irlu 1¡IIIIlIJl'es el,) hOllor \' re('hazaroll e'llI illdiCl:IIH,:iulI
1:1., propu,lStas Ql1C les i1ir:irlr,'II, ,.;ill·('.llIh:ll'go d,'. Il\) l'llllOr:'~'l'IlIl', l'
UIIO dé'. Illlo,; (de Ijllil'l1 ,;~ Ililrl' r.\\(JI',¡hk IllI'lIei,):1 ,~n p,la IIlclIlul'ia)
cOIIII,~,tr. eiel't;lIl1~nlc lo qu,' III\ilil¡ l!'ahajilil'.1 dl~ mi unl"1I ell li~lIeli­
d,) ,II~ la paz, (l,~ la I'einll \' de la (,111'1\ de la liilnt:I".


En mi poder ol)':all I'I~ ln!',,"s {)ri~il1:¡\e:; Iju',' nIl! dicl'l)n lo" ('.Il-
l11i,iollllllll," de (',;ta 1I1WI'a y ultim,l Iri\luiI, urdilla por p,'r,;olla, ill'
capacII, rI:) 11:\('1'1' UIl biell, l' 1I111\' rli'Pil:'st ," ,it'.lllll!'t! :i hlH'l)r 11111-
eh" IlI:d a ,11 pltri:l, "i 1ll1:t1iall IIII<'I'I';;I'S jll'Il'I\llo.;," ¡11I101))",; pa.;¡o-
111)'. ello tle !us ilrhitril's qne creyeroll mas 1':II:il(', jI:lra rll',;I\(:rI'rll"
t~I'IlH" fUl' I'i l"p:m:il' la voz d,' que mi, ,~lll:al'g:\lk, y yo !l'lIiaIIlO;;
la (,Itlpa Ik <¡UD 11:) se IlIIhic,"! firmadu \'1 pa'.; y ln('~o 1\111' recilll .. 1
a\ i,o de Llllta illfalllia y '11 III'UCf\lk:I::i:l, 111(' aprC'illl'l' a escribil' al
COII,:LI la (':\rta qlle se copia PIl el nlllllCl'o '1 l.


Cnilntlo 1'11 prillcipio, de a:.\usto Ir:lt," d,; comhinal' Illll!I'O, Ida-
lle' para prCI1t1I~I' al Prelel1dienle y ú toda clhla IIt'sarlo:i a e!',)clo,
l'scrihi a Illi 1'II('al';ado di! 11'1111, qlle pnnil;lll)u,,(' t11~ mi parll~ de ilnll.'r-
r!,) COII ;Iqllel gohe!'lIadol' milita!', 11Ieit'r,¡ '111" el fillllUSlJ ";,lrC:I:IIIII
EIIIl'rill, :huy kllil'lIte de illfanterÍ:l'1 pa,;a,;e a Hayona a I'erse ('O!l-
Illi~o CIlIllO lo rerilic(¡ 1'1 8. Hablé ('1)11 él, Y C01\ \:1' lraws e illstrll"·
elOlIl!'; qun h' di [':11':) ej"clllal' I:Ull IIl'i,:l'l11 la OP,'I'Ili'ioll, ['('~I'l'"I) ;¡
EspaIla Illuy ¡]1'L'ididn y llllilno,;u. Yo ll' P\'(~\ illt' qUe: 11') esell,,'asc
¡:a,to algllli\), '! Pl'III111'¡i ;':'I'II('Sa,; "lIlllas:\ lus \allolll:',,; qlle ,\robiall
al'rl'JIIl'i"I' d hecho atrevido, ,i eOlls:'~lIi:\1I reat:z'lI'lo fel:z:ncllle; y
de aCllerd,) cun ,\1'; rnLl('i[)l1adu~ 1'11 Tolo'a \' oll'lJS p\llltns, ('slllba
ya para lel1l:11' el ji,:, l'uantlu don C,ülus alHlldunl') IlCcll'l'ada-
ml'nl,' ;¡(jlli:lla \'ill:1.


El Elol'l'io CI::IIIJ 11111 pl'ilctic,) en 1'1 11'1'1','110, sirvió de 81\ia al
r1IH]IIt' ¡jpla Yiclori:) al inlrrlllll",~ ('111)1 baile lit-! llastall, y e~III\'U a
Sil lado ell el ú¡linlO d,'sl'l1lacl' de In,; :lcolIll't:Ímil:llto, 1'11 lu' 1':lmpo,
de l'rdax, dUlld,! CIIl;l!,,¡j IIUI'\'II'; Illedi!), para cogPI' al 1'!,,·!t'lIdil'lItp,
l(11I~ "i 111) tllrit';'OIl c.'¡lIlplidu e[er:ll), CUII::iI,;lilÍ ,01:11111'111('. ('H ulla 1'11-
,1I:tlidad r CI1 la mi"ma 1110\ ilidad v SOIII'I'.;;¡lllIs 1'11111illll~l' tle ('sil',
qll,',ap"I1:'¡' pl':'lllili:111 ;)\('rigll:ll' SII'plll'adl'1'll lijo rtl\ralllc \lila 1101':1.
))(',d,'';1I 1I,'~~ad,l;¡ (11·tI:1\, 110 ,;all") I\;! la po"alLl ,'illo l);Ira I't'l'lli\iH-
;;e en Frallcla.


Lllr.!.!;o qUI! el :;." 11:1l.a1l0I1 ';1111\,:1'<1110 Ile Xavarl':t Sll 1'I'liró ;'1 Yl'-
ra. tl'ale I\¡: abl'il' inll'ligl'llcias con :;IIS "aq!;l:nt l )';, qUf' pOI' ~US('IIt:1:l
ti,] los olieialcs 1Il,.lIIIIailan las cUlIlpaiiias, y hailil'nrlo hablado a dus
UIl ciJl1li,knte mio, elltraron el! él plan de prender <JI Pl'l)t'~ndiente y




:31'1
~1l ('01'1,\ COII cuyo ul,j,'lo h', 1'1'1Il1',t', dill('l'lI prlra ¡::¡Ii;II' ;', In,; :;ullla-
dos. Esllh o¡\iall;'1I ~'a ;¡ <11111 C"Ji",. 1'0I'IIIIl, (!L: r(',ul"I,- lit' ,,11 ;!lZ:I-
!lii,'lllu, \'1 clIlldril!: e ill:(I':I!u prilll:illl' !:'" Ijui:;o P"I',t'guir jlar;1 (¡'III-
plal' y l'lIlrcli'lIl'r a .\brolo ~ S" l'"rl:ialid;III, Sl'rurll yo (1.>1 d"';"Il-
lace di' 1::.; IIIIlVi:1I11'11!1I:i di' lo,; ill"UITcccilJlIa<lu, , "il'llI[lll' 1I11' !ll'I'-
Hl;¡¡li :l'lI' el 1'II'il'IIIIIl'lIle pulsaria la .,lll'l'llalll a di, () I'I:rll"iar,;('
,'11 Fl'alllill, ¡j :;1 ladll 1lt'I lign, CalJl'i'I'.I, y ell aquel (;\'0 Itl 11:11111',,1
¡>ra 1/11l' 1'lill'lI,;L:t'lIl'lleÍllo IPciltlJ I'0l'''¡ ellado ,"er;"


El (,1I1'a Ech,'lill'lÍa, llalura[¡l\t~llll: Cl'Ut:l v '11l1!2;lIill;lrill, CUII UII
ls!t'rí,,1' 1I,:lS I'l'lll,ill ¡[I: 1I;llItlu!ero 'llll! <1,' UII'lIlilli,tro dl,l El'allgl':I(j
qlll'l'ia \longar,,! dt' }!aI'lIlu "'1 lu,; '1111' i,i il;lllla:la lll:lruli,l:b, :dl'l-
Illll'('IIt!'1 ,'otl~ diel:"lo:i 1'1Ialllu,; ;;" 1'l'['uO!.la!J,11I ~Il FI':\Ill'ia, 11Ill(:IIJ\I
dl~ 'la é';P:IIlIIl,;a hllglli.'l'a <jUI' ;miJa ell ~I l<lIUpu(,:ll'li,I'I. El'ht'~;¡I'Il;¡
pl'Cll'ia \;1 IragirlJ dt' ¡CIl[;II:I' ![UI' IClldrl;11I J;,,, (,0';:1" ('11) (j I'c,ull;:-
¡Iu iIlClit:¡[d,: [lara 11111)';, "l'ria:1 11111'11 lilHilr la ellliSr:1l':(III, y :II(Ut'I
Illili l,cle,li'¡,;lilll de IIISI[I:ld;l' (';"IIIIIlIJl'i's. de-l,:¡lia ,;ill tlIII1.1 ('Illrar
Vil Frillll:ia [lrlll i,tl) d,' (:¡lldl,';, ';;II¡il'II¡]O 1,) 'lIle: ('slo I¡¡le ell el l'S·
Irilll~l'I'lI [liII'a vivir ellll I'illlludidatle" y que ,lid ,;il'llIpre l'lUIl'JI,r
p:¡"lporte y I;¡..; lllejlli'e,; ,ilílpalla". Capil:1Il ,it' b,llIdidllS l'III'IIJlJqu('.
Ip til' YPt'll, "':¡\() tl (I',tl de rokll' \' ;:';,díst';h'vr ~II S1:'Jl~II;~lidiHI llfl ¡a~ 111 ~
ft'\il'Cs f:1milias quP dl':ip:11 ori,iils ,,: Ir,,,Lld;lll;lll :11 lilllÍlrufl' l'l'illll
PI,!, aq\ll'l l'Ullto, 1',)1' su úrdl'!í ['III'I'IJII d,',pl'J'lil'h (',I"i 1"d',I" I.,s 1"1-
;':'IU\ U~, ,itl]ú (' hizo \ ¡(ILlt' a júrellc:,;, y \'l1'~l'I\¡.~~ Y (tlglllli1;O: di' ellJ~
(':;111 I i"1I11I :1 la '11111'1'1,' 1'11 :-;"11 .1111111 de LIII., 1.'1 I'\'SI'I'I Id)',' ';l'llora di!
.\lallll'al,a l'OII,i'-!llilllilli'l'l;¡1' :ISII' hija" :ll'l'lliltli;IIl,,!,¡S" illJit' el 111/111."
l/u" y pidll'llIll! 1'I,'{IIt'llI'i:¡ p.ll:1 IIlla 111,d:, dl''';¡I:l[llIr;lda ,', 11d'1"liz,
,\IIII't'!It) ',l[¡; 11I11"sa 11]('1111'('1;1) 1'li(', 1.1111111':1 I i,lilll:l 1I,,¡:1I1!l' lillt' P"I'l'-
1 itl :¡[li,


l.a cOllduela \ 'I!}(l.dil';! dl'l cura El'hnarria, (,l'Lljúdl: 1:11 11I,lt!tl la
di'e'i)lillil Ikl :;,0 balallllll, '1'11' l'lllllSlllO ~ ,liS CUllll'iUi:'l'lIs dI! inj·
IIlIidat!e:" ('-;llIl'i{'l'UII 1'11 lil"~1I dt' ,,('1' S:[('I ili,';¡,!u:, 1'01' la re, ('l'ld:ld
tic lus :'lIld;¡t!o:,. (;'lilil'lald,' ~ Basilio (;areL, [llll',I", ,'11 1':lpill:¡, Iu,;
SII':Il'1J1l al Cillllpll pOIl'a ';l'I' fll,illdu,;, y lllilagl'usallll'lllll ,:¡[',I('IIII StiS
I ida,;, La ('I',rll! d('1 P('¡'I¡'llllll'lIk y lud"s lo" I'ilriisl;ls ¡JI: sn[l",icioll,
IIIJlieill'us d,' lus p"¡i~I'IIS '1'111 ol'rl~l'í;ll!lllll'[II,'lt: d~ YeLl, ('illlllliarOIl
d,' 1'IIIIIho, y Ir,'p;¡ll1lu 1:1, 11Iullb:I:IS del {lmlll''', ('lllrarOII ('11 I-'I'all-
ci;¡ I'''!' lo,; ,\Idllidl",


F('m;l('ill!lI por lalllllllli phll, h~ce Sn"eril';1 Echl'\':lrrí:1 1I111) Illll~'
atl'l'I'l,[(J, 111"1'1,' e ('('('1' , (' igll'llllll'lIk a ~;lIlZ, Ijll(', lo.; Ijill~ !'Udl'::!I,JII
a illJlI (;;11'10' I'('all :I~¡':¡I,''; ,!','('dl)' de '\',rlll(¡, l, ilJ,lll ;1 (,1l11(,~:11'1t:
al dll'llll~ 111' [;1 \¡,-ll'l'lIl. El cura y "u.; ':llt'I,¡¡·" ;¡f!:l'arll'cil'l'1J1I 1II;ll'110
,11 ';IIPlIl',.;11J Ll'h:':::¡l'ay ti:!! illl[lilrl,'IlII! d""I'U!J:':lIlil~lItl), I St' pl'l'Jl:1-
1,'1'1,11 a lilll'll:lr :tI I'r('lclldicllll~ d,'1 Ill'iirrll !JIII: COITI;¡, y di'!
j';IlJ!i\e~'io l'l! qul.' lC(l'!ji;Jlllll~ CI'l'id(JS ill~l["ullSl;¡s.~Ct'l,II)\';lr()ll, ptle~,
¡Illd:l, y iH:ori!:I('(JlIlllilr,'l!ar :1 1.,'cunllll'l'I'i y I1'L',ill::r ilCll:JltI"" ('il'-
('IIIIII,t!);11I :'\ don C:lrlll';, ~:tli"1 IIlIa ClIllI!lllI:I Illandatla JlUI' EI'¡',~\;lr·
II,l~' Ba,;ilio, ('lIl1ifllll',I:1 ,11, U,:}W lilllll)iillii:I";; J!('l'll h;¡!lII'IIJ,) tl'llidu
:n 1';11 UpllrlllllO lu;; ('lInSl!J('I'U:i tI!'1 1'I'I'I"I:diclJIi' di: ;lll'II'II:III't"la
1"l'IllCllla y dl~ la :i¡III(hl ue I1 l'spllllíci'Jfl c"lenlliliat!ol';), SI' :l}iI'l'';l\-




.318
raroll :'1 rel'hazarla ron L1 fllel'Z,), Vill:ll\'I¡\ al [r,'nll~ de ~lh batallo-
nes 'i!Ii(lle~:1! enl'uenlm, y rslu\'irmll frt~III.,':t fr"lll<' a ri,'.;go I\e
trallar Uíl cIJIl11Jalt', \)t'1'1I ,~I ('mi! '[IIP vi,', ril',,:llliil'l'tll Stl 1ll11'l'I:a\'~.
lis!l1(), 1ll:lIlt!U l'l~lir:Jr ~Ib trllp:lo y voll'i" Ú ';11 cllnlon di' \"t'ra.


Los críllJt~lles jl"I'pe:rado,; atluí (1111',' iu'i llil~nl'l" lJ;jl'tidarin;; \'
compañero,; de rebelilln flll;r'ln il1al1dil'h y a1m('I'';, '¡".;al:n'diL111t1()
la iJalHlcra y jll:rsona dell'l'l'It~IJllielll(' m:¡,; I[lll; t'ltI,,,; 111" :!('onlpt·i·
mil'lltO:i sangrientos ol:urritlos en lo,; sci- aoo..; llit 111:11i1llza \' dey:¡,;-
tacion. LI¡'; car!i,l:h maltralado,; y ,afjIlPadu:' PI! Yera 1J11I~'III'~',lr(l11
~ Frallcia Cilla Illayor 1ll¡","ria, maldecíal1 1:1 can,a '1111' InlJiaa :lhr:]-
zado, su ';l1érle, al Prcteudiellte y lo~ "('('I1,ll'eS que torl~vía COIl~(,!"­
n!J:\1l las arma,; en 1.\ mann. !,tlS lwrí(¡diens fraIlCf',;es t:'. ingleses
q\1r hicirron ulla pintura vel'll:ldl'ra di; tant,) horror, rl'prcsvntal'Ul1
:J lo,; ear!is1ns COIllO ;Iaa cuadrilla de asesillo,; y l:1drolll''', y i\ SIIS
soslelIPllol'l's en pi l'slranp:,'!o COOlO faclurl's y clÍlllplícl'S de lanta
maldad, 1'1't'0 ell Vera 1j11ell!"1 \ l'llg:ldu "1 pal'tidu liber:!! pllr IlIs mis-
mos I:llrift;():i dl~l oscnl'anlisJIILJ v de la tíralll:! . .\ li e,;pirú t:1 verrlu!!u
de 'Lilaga, el aSI~silln de los 1ll:1nil'c, de la patria. Turrijo,;, Lo¡;,:z
Pinlu, Flore,; Caldcl'oll y delllas ilu,;ln:s ví!'lima,; 1[11e aijllel eOlldujo
al earlal';l). ¡.J uslu ca'iti:':1I di' la I'ru\idellcia I


Dllrallll\ lui pel"lllalll'.!lCI:t en FralJ("i:: 1'11 I:-.;n he mallit'p:ilado al
principio de e,1;1 "1~1I11)¡i,l fui illl:Ullludadll ¡)¡JI' la jllllin:! ha,;u el
pnntudl; !l;¡!iel'nw "IJligad,j a ,;:¡jir de ;¡!llIt~1 reiJIII: ,~lllIli :i,'gulIda (',;-
pediclo!, d,: estc ¡¡¡¡'I ';¡¡Cc:lIÚ todo lo CI)!dl'~I'lu, jllle- 1'1 ,:liI¡jll'd"¡'Clo
me tr:¡t0 COll la mayor ~tl~lIeiol1, ¡JI'rlllilit(nilolllP 1"I~,;idil' Iranquila-
mellte 811 ll:iYIIIl(]. ~l1pe si 1'11 lo,; lli"inll'l'o, IllI':;'.':i que 1111' cdaha
Illucho y h,ll'ia olN'l'var lk u'rc:r por un a"cn[,'; pno vi,ta mi ¡',~­
gllLll' CIlIllI11Cla, y que sin rnezGlarlllc en llill;';iJII:1 cUl'slioll eVltaha
el trato de las gt'lItes , (las~illltlIl11le casi to:lo ~l día ell e] campo y
¡)[JI' 1:1;: calle,;, clln!ir"1 que yo 110 1lH'. ol'upalJa '¡t~ liada. ¡':stll U:1 1IIIIy
cierlo, (lul"11ue erli'l:lT:1do !k lllJi'lw rn mi t:uarto trallajaln y lll"'jl:l-
raha a ,;olas y ('u s"Lr'elu mi plan IlI'\~dilt'('l(). t'lllpleall¡j() cint'o hor;¡,;
en It'el' y f'~crilJÍ1', y de este 1l1011o IlIe :,u:ill',lje a lo:, tirc:s de CUdlllo'i
pudiera 11 vigilarnll'.


COSTE OLE In. TE~!l)() LA Em'l\ES.\.
Allt'cr ('sta :'IIt'muria ,1' neel':\ '1111' \;1 cmpl'I',a cOllliada ú mi (IJi"


dado co:<t1Í Illillolll" de re,¡](',; al glll¡iprllo. 1'01111) IJ:ln CI'I'ido /", !Jt~""
l'i¡"¡dico~ dc EIli'lIjld, ;¡,eglll':llldu IjI!!' )1:1('010 Y SIIS CllllljI:liil'1"tl:i J'1ll'-
1'on COtllpr:.\llos jlUI' el OI'IJ '11J" l'et:il<ilTotl ell jll'ellliu de lo JIIIt: ellos
1Iamall:111 tr:!ieitJII. P;)l'a IJlll~ I~II todo tieilljil) plleda /'011,1:11' lo qllP
reallllente St' ha ga,la!lo 1'11 la ojlcl'aciol\, 1l"1I:~0 ["rrllalizada 11m' 1I11~-
1101'13 CUI\I[J,'télltl:enenla, Illlt' ()r1'f~t:C ell'psllilado sigl1iellle:
Ha durado la rmpl'e,;a dil~z meSI'S, y he ill\",'rlido. ;¡:i,O;;í. ('''. \"11.
Mi~ dietas 1'11 los diez 11ll'SeS ~ raZIJII dl' du:' mil


rcales al 1l1es. . . ....
Para mis regresos i ~Ialll'i[l. .•.••


Total general de lo ¡.;astado ...


::W,()()O
:l .. ,')OO




,HE:\IJ\CE ;.;nrEHIl 10. :31!J
EII\re~ú ('11 V:\rí~'i padillas 1'1 cónsul Ik llayoIl:]


"11 lirtlld d(' rc:tl IJrd¡>n I:OII1III1[('a"a [lo\' el lIii-
lIi,tl'll Ik \la¡'il'lIda dllll Pio Pila PiZ,lITO, .. , :;O,ílJll r;;. VII.


-'le J'{'lllitlo 111111 PilJ Pita ell af(I:~lu, l'Oll1lJ p~\'li-
cldar, HO ,(lOO


TlIlld rl'('iIJitl,) ....
Tol:11 g;¡,;la¡[u" ..


ExislenrL\:; C¡II("qllcdar"lI 1'11 {ill de -eti¡'IIJi,re
d,: IX3!I" .. , , , ......... , ...•


J II1.illll


110,';011
-- ""~. f. ¡ J ,dJ 1:


El goLinl (1 Ihlr Im'di,) dl'l millist\'o Pila remilió al ('lolllSIII Id
jlrincipio d,' la combillll diez tlIil dllros, y 111' real (,rd.'1I SI' le pl"l~­
yillO qlll' aquella eantitlad eSlaha 1';;clu,.;iv:WIPIIII' dl'slillada l';~ra los
ga'[I''; IjUI' pudieran oCUrril'll'll y.1 utros dI)'; cOlllisiuIWIlus en d
dbcnlpl'llll de IIl1cstru cargo.


EII d llles di' CIIC!'O nl'('l',ill' ellviar {II;¡ CO/lllllista al canqhl I'nr-
lIIi!"u, y lH'di ,l~i,,('ipnl(\S frnnclIs al C(¡lhUI, quien me pn,,¡) aif'una
dili,'ullad, ¡¡~l'g;:lIdo L' e"t:t1Ja Jlr"\l'::idü <¡Uf' lmi eull'e¡;as la.; hi('ieH'
para gastos illl[lurt;\lIl1's, y habiéudok m:lniféslal!u qU(~ el que tpnia
IJI'ndil'lltl' l'ra dl~ tal natllral,'za, I\pru que no [Jodia relelarlo, por jiu
1I¡(~ f:\cililú di,'\¡a c:llltidlul.


lIahielJdu yn hecho Jln'~;¡'llte;d ministro don Pio Pila que la rp;¡l
I°Jl'{!PU ';l' sllpollÍa qUé na :\II\!Ji¡;ua y embarazaba el cursu de ud co-
misilJn, t~13 de marw di¡ol otra úrdeu al cOllsul para que lile entre-
gase dt~ Ulla \ l'Z 1'1I;lf'('nla mil reales, y al avisúrmclo a mi Ine ail;¡-
dia: ,,:-iin que S('.l l°'¡)il'('o p'lra lodo lo demas qUt~ vd. necesitE', pucs
mas lo dIgo para qllit::r¡" I;¡ Il'l'giil'nza dI' pedir qlW por ta;;arll' lo;;
ga"tos." FII "u,.; C:lrla, 1111' previllo I'I'pctidJ;; \[:,'(',;, IjUI' si lllP urgía
1'1 C;ISO y m,' v!'ia ;;ill /lll'di'I';, libra';c a la vista contra ('1 lo neceSJ-
riu, v (',;la oferta mi) 1;\ hizo lalllo ,iendo miui,tl'o como tlespues.


,\illlljlll' l'OIII\ll"tlluctidu en c!lIpl"l'sa- t;'ll arduas, Silolll[lI'C ¡'Cllllt)-
mi('(~ ClI;IIltu plllil) lu,.; g:btus; t:lmpuro olYitlé nUllca la ma"ima de
11<1!"al' lJÍ,'n ;¡ lo." Cll/llítlPIIII", con lo que logrl; esta/' en todo 1':ISO
exacta y lidIlJ!'llll; st:rlÍdo. ;'\i lIllU solo, ,lUII de lo,; tt1i"mus carlis·
ta" me ha hecho tr:iÍcion.


A mital! dt; agustll n/l' wia yo en ('raniles apuros Jlor f;Ilta de
ml'diIIS, y (;n lo 111;1, ;H'li\ 1I ti intr'l"ps:tlltc di' mis üpl'l':Jciunes. Crc-
Yt'llIlo dcl,ia existil' ulla gran panl; dI' los fUlldos LJIII' el gooit'r'flo
IwIJia /'t;mc,;adrl e:-elu,iYilllll'nlc para la empresa con liarla ;Í mi cdu,
p.l!ié ú decirle al cónsul qlle lIece,;italla dillero, y que sin él iha ;°1
sufrir ¡wrjuicio,; de c(¡[],idcraciún el ,en icio. Me contestó qlle solo
tenia lrdula mil francos cxistcnll's, pOl'qlH' hahia sido preLiso pil¡¡al'




320 ANALES Jm ISABEL 11.
libranzas ¡\pl Illilliskl'in y del cmIJ,ljadlJl' l'iI l',lrí" v '1 lié, L'IIII pélli-
dus lilas fondos, peru lIO Sl~ I,~ halliaJl 11I;¡¡¡r!a<!u, (¿II<' 1',,1' 011"1 partl'
~l~ [¡aliaba ~ill ulla real lJrllen QI1I' le illltoril:!'" p,¡I",III.II'CI"IIII' enln'-
g3~, v acaso no,;e le :¡\)i1l1aria elll'll\'III;( lo 1[11'.', IIIP ",¡!ii,! 1'1I11'l'~:Ii!I),
~li5 IkipOsiciolli'S 110 )JIHli:lIl detl'lIr~rs¡' siJl 1111 gl'aJl P"I'Jllicio 11('1


l:stado. ni la,; olll~r'l('il)lIe.; 1'11 qlli, (',l,¡ba l'UIIII'I""!líl'li¡Jo slli"ri:¡1l 1;1
menol' dilacioll, l'rgia p,!!:ar :'1 llls ('ulltidellks y cuhl'ir Oll'\h varíu,;
gastos en la líll!'a, debia prevenirme para LIS ('n'cid,,; ,/111' ¡'(','ía
fllndarlamcll!e ihall;1 oc:;siollar lds tl'ah,ljlls lllítll'il':adlh I'JI ,\Il"O:¡ill
y rpIP h:lhri:!n dt~ 'I'gllir <l1111 (;'111 Illas rlll'rza, p:lr,¡ lligraf l'l :iJl d",,':I-
do, ClJnsillt~r:lndolo Iodo, y la .. taTlta, 1"1'1'(', l'l'lll'tida.; "rl'l'l:lS h.'I:llI.~
pOI' ¡JulIl'io Pit:l, libre:1 Sil l':lI'i-'U ell el ,'ilarlo a~\I,;lo Il!il (\111"11', 1111',
p:lf(() punt\:almellte, Al !lIi'!ll.) tielllpo :11 le 1. 1 11 t.l 11 tlilse .;¡ a mis 11"1'('-
~ida¡Jl's me relllitió dos letl':)'; illlporl,IIIlrs tlÍl'z IIdl rr:¡III')S p:q~:l¡Jef'lls
en l':ní,;, 1[11':) rlll'f'Oll aCl:plat!;¡s y satisrt'ch:ls, \" 1111' :l¡'I:I,111 'i":~ liD
dej,ira ele hacer clJ:1lqllicr Sl'n icío illlp\lIl.ll:ll~ p\J1' f.1l1:1 rll' rl'I'I:I',"',
lHll'S podia lihrar ('11 su COlllr:1 ClI:lIeSI/III"l'a C:llltil\;ld III'r'I'''alÍa, !)(l
esle 1110110 sali dl~ compromisos y ,llll1f(us, y 1'1"1,> Iln:lr :I:I,'la:I:1' :I!i
plan y ('011 1"llu" grandes 1'1':'1IItallo.; qlll~ SI' hall ,isl'"


Anles dI' concll1'¡, es de mi oldi,:!;:II'lilll !lillJl:II' di' I:IS 1)[,I'SilllaS qu'.'
nw han aYlldado ~ la I'mpl'l's:ll'llII SIIS l'sl"lIi'r/,li:', patl'ilill'll1l1 y 1'1,1.,',
Iitl;¡d,


Don EIISI:l~i,) di) ,\llliliIJia, di~11;¡ ,;,,'I"~ pl"l~il'l¡ di' Il PI")\ ine:,1 de'
Cllipúz(,o:t, como lIatur:11 y propil'l:\I'I() de ell" ¡¡:ni!lI; di' ulla 11\:1111'1':1
,Ietl\':l y pl'uH'eho,;a :1 llIis ('III'arg:ldo,; d,' 1:) 11:1\':1, ('IIn -11< ¡IIi'l" ill
1111l'lIei:I, y 1llll(!tas I'C!-t('iOlll', CIl el p:lis, POl' '11 [''';leil''l d,' :llIll\ri,-
darl H'IIC'ilí lodos lo, 1IIJ:,t;'II~lllus 1J'\(' s\~ ¡I~ 1'I"I',,'!II'II"I\ll, Y 'll'!III>I",' l'"
11l\'1l di:;plll:';!o y soli-:itt) {¡ l'llupl)r:lr,'n 1':1\111' ti" la (':11111'<1-11, ,'<111111 Sil
illl('r\'(~llt()r en aqll<'lla líllll:]. Le 111'lhidl'I'O \\lll)' :lCf"'l'dlll' :'1 11111' 1'1
gullil;ruo h:l!;(i1 pl'i'SI~lIte {I :-l, -'1. el lIi';lilli'uidq III1'rilll '1111: Ita ('I\il'
tr:lido t:l\l [¡encllll'f'ilu g~f,', ('1111 el ob;l'lo dI' r¡lll' "";' rt"!IlIIUI'id'l )'
premiad:), {¡ I'ceilJ:l UII t('stllllOllill dl~ ~ljll'lli'ill di! S, ~I,


non Lorenzo dI! Alzal!', SI'(:I'L'larill del al"lI11I:IInil'lllo i'1I11"litllciu-
Ilal de San Schaslian , v 11110 de 1,), !in;; 1'lii::lI'~"""' di' h dil'l'('I'ill!l
di' las opcraciollc, dé I:i lillPa dt~ IkrlllJlli, 11:1 Clllltr'lidll IlIs u¡¡"ril',-,
que ,lparc('en ell Sil citada ~1,!rIlOi'ia y ('lIalllll di~" 1'11 1',1,1 Illil1. j':;
priml) mio: nada pid,) y '1IICd:1 Slilisf,'CllllllolI!ta!JI:i' c\Jltll'!lillid" :'1 1.,11
:;eiiabda 1'1111)1'(';;<1, pUl" ,,11 p,ltf'ia, l'IlI' la \'eill,l, y JlIIl' la lilin1:111.


Don ,losé DomilH(O OI'IJc!~lIz0 el otf'O epllli,i11ilado d" 111 rlifl'CI'illll
de la lílll'a, ha o[¡rildll 1lI11\' t'fil'lIz v adi\"illIlI'II[¡', ",'gllll 1IIIIIIili(l:'la
(',la -'l'lllloria y la ccrlilic:lr'ioll li,,'1 ~('r(' po!ilir'lI di: 11 jll'''\ Illei:\. Ell-
ear~atlo por mi de los ll'(II¡;¡j", m:l- ,lI"l'ie~g,I¡JIi" 11::'t,1 d.'III!'u "elllli"
mo rampo (':lrli-;I:1, (,til! f(r:i\ l' I~SP((,:('iOIl ti" -11 \ 11::1, 111,111':"'1111'1'1111
ludosl'oll ('lllJaYIlI' Cltlo, ill:i-t'l'ln, 1I,',;illll'II'" 1" lidelid:ltI LIS "¡!II'i':I-- l'
('of(,illeraiJlcs ;inl¡I'ip:1Ci<JII~" Itccl,a-; !,o!' 1';1c il¡L:tl"altl" palrill:" :~I
gobic'('[lo de S, M, 1'11 el SlIlllillislrll de hl)'ipilal,',;, y qll'~ pOf' i:i-, ur-
gt'neias del Estaul) [10 se It' hall podido l'eillll'!!l';I\', k tit~lli'll I',¡,i (ll"
I'Uill:Hlo. ('5 slIgptl) tlp ('apacidad. lllUy atliclll a la ,'aU-;:1 di' la ('('111:1 y
la cOllstilucÍ01l, CUllsidl'l'(l justo '1ue S, ~\. Ii' ('01111[111' ('11 lItl tll'sli¡:t¡




.\ PECi IllCE Ci[' m:I\O 1 ().
prop11I'eionadl) al r('!c\,:lnlp rnl'.ritn qlJe ha l'on!raidü y I(\~ antl~l'iore,
i!f'reditadns sl'gllll ,;[1 hOj:! dl~ ,;r"dl'lo" "lIf' PI'I':iI'lItoconril "Itimo rliI-
l'nllll'III0.


/)011 .10,(' Z¡¡hala, It'nil'llli' quP fll'; del2. n hatalloll dc Gllipúzell;1
" uno de los illdi,'iduos COIlli'rl)l1didus ell el cnnvf'nio !le YI'rg;;r:¡,
b qlJiel1 mandalJa CII ellllc,.. de lIlayu la ¡:ulllpaiúa 'lile ell TulLlsa se
('olllprometio COlllos comisionados di: la lillea 1'11 el plan para prclI-
del' all'rl't¡'llilielltl'.lle,p"cs dd mal0f!l'ado proycclu l'olls[allll:lllellle
l'slll\'O ('n rela('iolle,; 0111 ;lIl'll'IIf\~, yen su sClJlirlo Ira/);Ijó para fll-
Illl'nl:ll' el cnlllbio moral ;¡ fartll' de 13 paz y clJnlra cll'rnlellilil'lIll',
En a~()st() rilé ,,1 prilll:ipal ¡tl'OlIlondor de lus acolltl'cilllil'lItus de
Alldoain y el (PH~ \¡Jlimamenle illlplll,ú á los sargelllos;) aC¡lIl'1 :\1'10
Jiual que drjó fru,lrac/a, 1:15 esperanzas d,~ don Cado, y di: 'us se-
cuaces. Todo (¡"lie COII:;!;lr CII lIIi c:()rrt~,polld~lIl'ia ('011 dOIl Pio Pita,
y !JUI' estus s¡'I'I'kiLls JIIZ~[) a Zallala ancedur a que el gollierllo le
prcmic,


L:l corn:"polldellcia qUI' SC;';UI con dOIl Piu Pila desde fin de di-
cil'mllre di) U\:J9 h<I,la principios de oClubre del c()lTil~lIte, filé tau
constanle y cupiosa qll'~ p:1saH lk ci(!nto se~enta las earlas qlle le 1'5-
eribí. Al e 111 pez:u' illlilll~stallt!o yu resllcllo á dar el gran golpe y dl'.-
"canelo tcnl'r a S, E. :d cllrril)lIle di) locln" los lallecs de illlpn/'Iallcla.
que mcperSllarlia liabi¡lI1dl'oClIrri¡'clI el c:llIll)()carlisla, con el dL',;-
('lIlace c/e liIi,plilllc" mis C:OlllllnicaciOlH'S fUl'I'IJI! (';),i diarias, llIi,
1',lr!as 1l1l1ll1'1'¡lIla:; de"dc el l." de dichu IlIes ha,ta el ti de octubre al.
canzan hasla el dl~ ,escnla y Cl¡atro con llluchas copias y p;:peIC:i
:;llcllus qlll~ k dirigí.


En diciembre último all'llllll"ionarme S. M. (:n Ba\'ulla "ll'stado
de ja guerra CIlla,; I:nalro prü\'illci¡¡s Masl'ollgadas 1111 era n¡¡t!:1 lisoll-
JITO, y alrcliral'me dl~ 1111 L'ulIlision a principios dl'lIetlllir'~ halllJllt'-
dado ya pacilicadas. Slla !edllra y eX~llllcn de esla mClllol'i;¡ jlbliii-
(':In, C0!l10 creo, que: IH: clIntnlmitlo ell Iuucha 11 grall parle al lu-
gro t!f la pacilkacioll de mi piltria, Illwdo complacido eOIl haberla
hecho c:;lc hicl! y pre:;la¡(n ('sle "I~n-ki(j :i mi rcina.
~Ia¡\rid Ix de lluviellllJrc de lS:l!J,-ExClllO. sl'ilol',-En~l'lli¡) dl~


.'\ \irallela,--E\cmo, sellO!' secretario de ESlado, pl'(~sidellle c del COIl-
"rJo dI' ministros.


A \) V EllT E:\CI.\,
ParJ disminuir el YOI!'¡¡llCIl dI' lo, Ilocumi'nto- ;;e su primen los ri-


lallLls ('.n la l\IenlOl'ia, PUl''; hay enlre ello,; \'ai'io, de' curio inlt'l'(;s,
ill".'rtnndo ';01u 1111 ílldil:e ('S!('IN).


l\iOICE.


;';.1J 1." Primel'3 carta dc A virancla;i \'illareal, ~1I feda en B:I\'o-
na 2!J de cnero dd S:l!l, .


'2." 1'1;111 dc 0lll'l';Jciolll'S ell las 1'1".ll'inf'Ías bajn la bandera ¡le
paz y rllero~.


B,o CffllJui"
TOllO VI. 21




- u 1.


s,u
~, • !J


.\:\M,E~ [11'. I~.\HEL 1[.


JII~tnh',;iúllPS Ú lo,; ('om¡';iollado~ ¡JI' 1;1 lillí':' di' 1¡"I'Il;,ni.
Sil ¡,'('ha ~:, de r,:IJI'I~rd d,' J:-l:l'l, dpstlr, Bayllna.
~Jellloria ¡Jp diclHls ('llllli,ioJl:ld(h, ~Il f,~,;ha :-;an :-;pkl,tian '.


d(\ sdiembrro dr ,} ;'::10,
Pruclarna ti!: I padre Llrraga, Sil l'l:cha 1'11 Francia :\ '¡ dí::


marzo dI' 'lS3\I
Cllatro palabra,; de \111 {(SiTO ,'1 un oj11lal:'ro dl~ Castilla, "Il


feclta I'IJ A!.pl'itia, rd" ,-ro d,~ l;\;lU, pue,ta ('11 ¡;;¡,;tell:lllLl.
Id. ell \;I'Ullcllee.
Carta de A\il'all::ta a~ ;.;' :Jiel'llo, su fecha lell lIayoua n d,~
f('I)f'(~I'O de -nn\!,


10 Primera carta (!PI mi';llIO:: .\rizllll'lIdi. Sil f.'ch:l ,'11 Uavolla
\) dI' IllarZO tic IS:l:J. .


11 Sl'gulHla (\'\ id, a id., :!\ di' IlIarw d(' lS::!!.
II Tercera de id. 't id., :: de :llll'it dl'l :::\'1.
!:¡ Cnarla di; id. ;'1 id" 1:: dí' ;1!'I'iI di; !::',::,
14 QlIillta de itl. '1 itl" 2f\ tle :ililil di: l;'i::~I.
b :-;1'gllllLl" earta 11(' .\ rir-JIlI'.I:\;¡ \'1\1:\1'(':11, e,U !"\l'ha :lH d,' ahril


de 18J!I.
lli Carla del <:<'llIsul du l:ayuJl:l ,,1' ;:'OJ¡il'l'lllJ, ~\l fpclla jUllio de


18:J9.
1 ¡Proyecto p,lrll la fUl'IlJaciol1 dI' un l'llIllpO li,~ ;¡,ilo IlI'Opul'q{\


por A\'ll'alJela ell 1," ,k j U" io de J N:!!).
lx CUlllllllÍcar;ioll del cú",'ul d." H:I \'olla a '\ \' iranda, su [('e!tll


30 ,le Jllllio Ik IS:]!I, .
1:\ "dllu'ra earla ¡[,,\, irallCla 1¡la .\!:llUl'aUil, Sil ["I'h;¡ 1:(1)11-


na R dn Illavo de 1 X:;!).
'~I) Primer:¡ carla' di' .\ \'irali\'I:l l'l ,\[;Holo, ql j¡'l'Ila 1::I\Olla ~ lle'


mayu Ü'1 \í;:¡'I. .
1.1 :'IlIla ti ... Avirallrta ,111,1'1' e! SIIJlII/U!/.',
2:1. Carla del (,"lbUI di' Ba;'oll:l al 2:',[111'1'1111.
'i:l \))'o,,[:\lua de .\LIlOI", oil I't:('i;a ('Il Oruz(:u ~:l dI' jlilin de-


183(L
::!\ :-;1';';111111:1 lIolll tle ,\\ i¡'''lId" ,;ulm' 1,1 ,"'imillll'!I;;,
'l:i Se)', 11 11 da carta d., .\\if'alic'la a la .\lalurall;l, ~Il t'1'1:]¡a " dr:


ago"to de 18;;!1 t!rstl" HayulI;l.
:lti Id. a ~bIOli!, Bayolla :i Ik a!II)-lo ¡JI; l::,:~I,
-2i F'3(>-íl\liI dcl I,<'cibo d,·1 Sill/!III('II.', '1'010'<1 .', d,' :1[!lht r, de


1839.
2R ArlÍt'ulo ¡]~I ('l'lllili"'l/ ¡fr' /0-' "iJ¡/li'OI tll'! '10 t11,;;('li('mbretl~
18:¡~I jll"lilil':Il1dll ~ ~lartll",


2!l \!illlll:¡ dr 1111:1 CIII\IUllk:lI'illll dI' \\ ir:JI\{'!;¡ ;'1 1':'p:lrlPn" ''11
fccha 16 de ngoslo de In:!!/.


::n COJllllllic;]i'itlIH',; d,' ~Iar(lltl ;) dO!l <::Irio,;, >'11'; f¡,t:II:ls Elol'rio
2fl de a~lIsln y EI"IIi'lalí de id. di' n;:I~I.


31 ComunicaeirJ:llIl; :\,ir;III:III:11 1"'111<;111, "11 fl~'\¡a ILlynna te
de agoslo ti\' ti'!:H!,


32 [llslruccioLH'S de A \ ir«II¡.-lil a los cl)Jlli,;iuliaL'()~ de Id IInl'a.
su recha 13nyon" l~ d~ agll:ilo dc lt.3!1.




,¡~~ Pl'<wlnma ¡JI' 1;lIihpLIIII", Anlloain ::t de agiH1 iJ,' lR39.
:ti :'>ill!'va,; i¡hll'lll'ciOIIl'S il la 1IIII'a, Bayona ;10 dt' id.
'Eí Carta 111:1 Sllplli',11J EI'!tI'garal' á MarI'o (1!'II'.lJlI, w f.'rlla


Tolosa ~fi tle a!:lblo tll~ lS;¡!l,
:)Ii F~c,-,ímil de la '(':11'1:1 d(~ ,\Ial'co del POnl,"iu fl~c1la en :,1'-


1'1I1l1!Jnri ~ tln setiemhre de H::N.
:Ji Carta de Echeg:lray á id., Bnyona t:! di' seliemhre de, I8:HI •
.lB C~l'la dI' Soroa al Illini"ll'o de la Guerra carlista, su fecha


t:ayona 1I de selicmlJrl' (le 1 f5:J~).
~)\¡ Fae "ílllil Ik la coulestaeioll lk Marco del I'unl, su feelta


rl'llax 1 'l de selif,'lIllJre dI' 18:l9.
40 [11. d(~ la carla dd llliSll10 ~ Slllil, Urdax 1í de seliemhre de


18:3n.
41 Carla de Avir:l1ll'la al CÚlIsul, !layana 30 Ile agw,[o de Hlil9.
H Iltlja tic ~el'lj¡'ius del comisiunado Or!wgozo.




CARTA DE MAHOTO M. LORD JOIIN HAY.


,EIl'llPll1igo ha ~lil{)ptatl!llIn sislpllla h;lrlJaro di' dc;;;trlIcrillI1 rOl
todos lu, pUllto'-, d,' estas pro\ ilJ('l:l' hl'l'llÍ(';¡';, ¡l dlJlllle -11 pI"icillll
topogrilfic,l le pl'l'lllitr, l'ste:ldl'r Sil tlolJliuaeioll, y ,;ohri' todo 1'11 i\a-
varra dOlldl~ ha entregado a la,; lIalllas con 1111;1 fl'rul'id,1I1 de !]lIl' Uu
h:ly I'jl'lllplr¡ las eU-I'I:lliIS dI' la "illa de lus AlTOS y otros \llI~~IJlo"
cl'rl'<luos, qlIl~ ha podido inladir. en ellllOlllclltll IIlislllO <'lIllu!' su,;
dl'sgraciados lalll';ld"rc,; ilJan a rl'('ogl'r el fl'IIIO de SI/S aralll'" , sin
cOlIsideral'ioll di' parte dc aquel ú taulas falllilias que IluI'dan rcdil-
Cid as á la mas horrihle miseria,


SClIIej,lIIle ciJlHlucln propia tan ,;ulo de lus ,;iglo~ h:'lrllnros)' tan
opuesta al dereehu di' gentes rl'cullocido 1'11 luuos 11':' paisl's eÍl i!i-
zados, está en eIJIIlratlireill1l na~ranle eon las cstipuladollc" cUIlle-
nidas ell la eunvell<'iuII qllt' se cUIIcluyo entre III~ tios Pjl~l'Cilos IJ,'-
li;!cr;:lIles por mediaciull de lord Elliut, enviado 31 declopor la Ila-
CiOIl IJri¡únil:,I, y ]lor resultado de wn atroz conducla v!'IIdra fUIl.a-
damellll: una gucITa á lllucrk I:UIIIII lo fue al prillcipifl de ('sta
desastrosa lill:huj por cuanto es Jlli obligadoIl hacer re'j!('laI' las ar-
Illas del rey mi ;;cilOr, 1'1'1'11 queI'iclldo ;11 IIIi'IllIJ tiempo IIUl' luda la
Eurupa cUllozca los ';l'lltilllirIllo:i di' hUlllallidad qlle allimall á Sil pa-
ternal \johierllll, asi ('OIllU Jo, de Ir;¡iciIlIl, barbarie y mala f(~ de que
se halla po;;('ido elu-uJ'pador, y dl'scandll lambien evitar la rr,poll-
sahilidatl tlt' la /llucrlr de Illlmerosas víclim,b que yall il ser illlllO-
I lilas por el ('apridlO de hombrp,; a~f'no,; lh~ todo seJltimiento d~
humanidad, (I'w ew:ucnlr;]n 1111 placer r,I1 la dcstrul'cioll di' ,liS
~I'Jlll'jallles, (lirijo á ,ti. l'sla cOlllunicacioIl Ú ji" de que Sil gobierIlo,
por cuya mediacioll fue concluirlo el trulado (lile h~ cOIl~ervado la




·\ Pr.:'inICE ~V~IERO 11. 32;'";
\·ida á tanlos lle,graciados cspailtlles, pueda convencerse que la adop-
eioll de esta medida que pondré en ejceucion ~i el enpl11igo no cam-
hia de conducta, no procede de venganza ni de ferocidad de que tan~
la5 Vt~¡;I~S y t:lll injllstal11cnt~ se ha acusado al gobierno de mi sobe-
rallo, qlll~ liien Jt>ju, dl~ ('slo no de,ca otra cosa ¡¡lle la felicidad de
"us v:¡,;aillJs; "illO .;ulamelll!' CIJIllO jU:itas rppresalias, y;l lin de con-
le(]l'r enll'~ dehid,¡, limiles la I",'rocid"d de aquellos qllc \ illlan lo,;
dl'I'I',:hlls 111:1, ,:lgl :Ido,,: de la sOI:iedad, no cllllwlicndo lo que sulclll-
nCIIll'nle hall jllrado .


• . \1 mislIlo lil'll1l'0 suplico ú vd, tenga ;·1 lJi,'n interponer Sil IllP-
diat:ion para obligar a lo,; Ilwjlle, cri,tino~ qUI) el'U7.nn delante de las
('osl:¡, de (;lIipúZI.'o:l y \'¡ze:l)"a á ('lItreg;]¡' la~ lallcll;l, pe"cador:ls
(lerlenet'i,)llll'';!1 lo,; puerlus ocul'adu,; IlOr ¡as lrllpas reales que han
:;illo captllt':lda,; por 1'110', que h:1II COIIll~l.id() ;¡,i Illla nueva infracl'io(]
allr;ltado, :lii:ldieTlllo Ú la Vl'l UII:I prllt~lla :'1 la,; lIluI'has qlle ya tiellell
dad:l, d,~ ,11 iilhlllll:lllili:l¡J v l¡arll:IrIl'. :-;1 nI. til~IIC <l biell CIlIlH'lIir en
IIna (,1I(¡'I~\is:a 1'0111'1 obi('io 111: l'IlIH'ilíar lodos eslos particulares. Ic
p-itirllari:r 1II11~· Illucho ,,) sir\ic-p Illarlifcst;:¡'llll'lo P.II eontestacioll;~
fin d,~ qllC podanlos ;Il'ordar ~I para~l) dOI!!II) P,)(kIllOS lener I)sta
reullioll. "


CONTEST:\CIO~ DEL LOnn JOIIN HAY ¡\ MAROTO.


Dd ¡WI';O de s, Jf. n. :\'orth Sial' en la ra¡[a de /Jilbao vl2 i de julio
(le nnH.


"He rt'cibido la elllllUuicaciun qne mr. ha becho nI. ti honor de
escribir con fCI:ha :W del Gilrriel/te, y sin entrar en el pormenor de
la~ cireunstancias sobre la,; cuale" cree deber llamar mi alencioll,
y (IIIC considera eon1O infraceionrs al Ir,lt~do d(: lord Elliot, le diré
;;()larnl'i1U, en tUllte-taclOII que tCllgo el lIJayor plarer en :¡r-cctler a
la enlrevi~ta que rne propolle cn la 1:1111 h'.mlr;) la oportunit!;1C1 de
ampliar cnal/to nH~ h~hla en su C;lfla, ma~ al mismo tiempo debo ase-
gurar tJlJe f I gobierno inglés tielll~ la mayor satisfaecioll en que Sf1
llI:lnlenga el tr:lIado Ellio!, y ailatlirc que en lodas ocasiones be ClI-
cOllll',l(lo al general en gefe de los ejércitus de la reina Isabel dis-
pllPsto a observar lodos los principlIJs (le hlllllanidad po.,ibles, en
el cursu tic esta guerra civil que llm;graeiadamcntc dc~truyc la
España,


• Deseo que la cntrcYista tenga Ing~r tánlnegu cumo le fuere Pl)-
sible y llIi) parece Miraballcs ó Arrigorriaga plinto iI propósito para
el precto y vd, potlrá (lesii-\nar 1'1 rlia y hora en que porlré con~urrir,,,




Pre'!illnrt de Echn'il/'/'ir¡ ¡le 17 ,1,; (lr/usl" de 1,,:;~1 ,'!! rcm,


\ t!!.r\ LlIIIO~ IIEIl/Jll\fI', I'U:I:J,lIS PE ., ,\ \'.\ 111\.\ , 1'1;0,'1\<:1 \5 LI'-
(II~C \'J),\~.


,El \'eln que uClillalra :', \' IIc"lros ojos l'I Y:lS!O phll rk pCl'litlia
Irarnado[lor la rf'\'lJlllciou para hllndlros en 1111 C;lUS tle lIr1el'lllilla!Jil'.
Iles,;racia", acaba en lin de dc,;col'I'(:r-c, Ilalll'is vislo ;', \11('sll'o, 1lIl'-
jon's ;;cunale,;, ú los !J¡¡luilrles dt~ la l'(~f,tallra('ilJlI caer bilJO el [lla-
mo fratricida; habeis vislo Ú 011 múnstrno I:IU feroz COIllO brutal,
lall estupido ('01110 :,Ircyirlo POIII,I',e a la ('abcw de 1111 puiiado de
asc,illos, malar, desterrar, y lo ([111' es aun lH'tJr, deshonrarlos, apli-
caudo 1'1 IIOllllm.l de Ir:Jitlol'\'S :1 e,;tos héroes sohre lus qlle se dfl\'-
hall lodas las p,;peranza:i dt'l rey l' de la palria. Jlahf'i, ,i,to á es\,
Cllh:lI'l!e prl'cipilars(~ ,(1)\'(: ,,1 [1I1'jor de lo, rp)'t's, sobre el virtuoso
Cirios, ultrajúndllle y degra(J:¡IIr1oie a la faz ,k las n:l!'iolll's qU(' ad·
miraban alltes \'uc~tra:i virtud,'s [lIarcialcs, Le('d, \ olllntarios y (luc-
hlos, leed la infame carla dirigida ú [[llc~lro buen rey por ese mhi-
nHl qlte manda la turba de a~esin(Js; 11:,:11 ¡:,¡a carla puhlicada por el
mi~lII() para que paseá la ros1p,ridad tonlo mOlllllllcnto elerno de su
l.Jal'tJarie, Es el mas grande iuslllto (l,[e jalllús ~l' hizo á la dignidad
real.


\1 Leed tambien el primer acto escalld,¡[uso del gohierno de estos
hombres que ú fuerza de erimcucs Sil hall apoderado dd poder. Esto
se con,;i;na ell este de~rel(J que declar? revestido de plenitull de
poderlls a un hombre que acaba de degradar aSI[ I'Py •


• Voluntario,.; y plleb!o YaSCO-llavarro, hallf'i, I'islo todo esto, pero
igllol'ais aUIl que e,;tus hom!Jfes indignos no uy~ndo Illas que su vil
iutcrés tratan de vender a \lIc,tro rey, a vo,otros, de la ahuliciulI
dl~ vuestros fuerus, del incl'ndlo de \·u'ostros (';)[npos y bogares, de
la cterna esclavitud de vuestros descenrlientes, de la ruina de la
patria y de la de:iolacion ele vuestros templus. i:\liser3bles! Con qué
placor gozarán en el estrangeru de !a~ mezquina~ pensiones que




,\ 1'1':-iDICE l'ill~IER(I 12. 327
aC8lltar~1I ell 1"'I"l(j de h;lllcr pueslo elltrp- las l1lallU~ de sus enemí-
i;0S, rJhi('t()~ [;m ['aros y ,;a¡!;rados.


,Yululltarios ypnebl",;, si la sorprcs~ prollucida por tan uorrihlei
;¡lpnlados ha I,oilido IIL'll'lIcros por allílll! tiempo, es llegado el caso
1'11 '1'le ~I y:¡[or 'lile inJlamalJa 111l'slro, nobles corazolles debe apa-
n'!;I'!', 110 para lIIalar ile;.;alllll'lIll', IrUC,; e,:to 110 es propio Illas que de
""bardes ","SlllIh I'l'rlJ ,i pard s:1II';11' de mayur peli"ro una causa
tall "alll;l, y por 1:1 eual SI' IWl 1l,'dlU lalllos sacrilieius, Es necesario
'1"1' Jo,;rpals, (,'ilalllOs (',11 ri,),;;,;o de I,errlrr el premio debido iI nues-
11'1) "dnr v :'t 1I!lestra tidelidad, y dL, ver lllllldldo ell el ulvido lIues-
1m illcllIll'para!Jil-. h"I'ui';llltl, -


"\uIUlllarilh \' pucldlb, ]¡111I ilcl'adn;i L"saca ~ IlUll:itro querido
1'1',)', IWl'n rodl'ado ,"-' lo,; 111:\'; de"cnfrclIaclo, mal'otisla,;, de toLlo,: lOs
'tUL: hall tllmado p:II'I:' ;¡1i:crt;ill11'nl!: (',11 la cLJlljur;¡l'ioll, ~o le hall
1":t'lllitldo 1'1 \'('r()~: 110 hall querido 11:1:' le 1¡;¡iJla,;cn yucslros gefcs.
:;1:1 dllda p,lra ":\l' ulla PI'lI:'I>:¡ lilas dlJ la e';l'laritud a que esta re-
ducido, para furz;¡rle a Jirlllar 1:1 a[¡dIC:lcion lk SlIS dc!'cc!ws impres-
criptible,,; ,';1110 ni 1111'11 1/11.' le- f,ilta c<Jlllete!' pal';] entrar en el goeo
dI: l;;s (ll"hiollf''; lJlIl' les hall ;l'('~Ura"() en 1'1 l):ill'angl)rn, I'ero vos-
olrus no pl:rmilirCI:i que recojall l'l fl'ulo de ';11 infamia; y si no de-
~isleu d" tan abUlllinabk:, proyectu-, les harcb morir en el suelo que
[¡all hollatlo CUIl tanlu,; Gl'i'Il()l1eS \' atrucidades,
'Y~l1gall allu""lI'US lo~ [¡asla :ibol'él en"aiíatlo:;, y sCI'ún reeibirlos


COlllO hermallo'i, l'Il,IIl\IJlJlJ- ludos para romper h" cadl~lIas que tie-
111'11 [l1'i,ioIlCI'Il a 11111,,,11'0 rey, lal'plllO,; la mancha echada sobre su
trono pOI' eSliS hl);¡jllr,~s drsl~al('s v 1)(;rl1do" marchemos identifica-
do, elJlI 1I11l'struS prillcipil'''' TIlardll'iIlUS pur la ,elida del debe/', por
1'1 calJ\ino I)UI' Ii"~ r'll' IrazadLJ pilr el 11lisnlO rey ell Purtugal, Y [ll,r-
,ist;llllO' P,I! llUI':'lr;¡ glllriu';1 l'1l1prCSa, hasta asegllrar ellriunfo, r
'¡sto lUCir ~I dia di, la I'Li,laurac!1J1J eSl'a¡Jola,--Vcra ti de agosto
de 1 S:l:)-J uan Eche\'al'l'ld ,»




, .... E~DI(;E n:,UERO IlI,


«Snld¡¡rh.;, :-;t: acere,1 IIII di~ de comhate , 011 '111r h~relllos \'Pf
nI mundo l~nt('I'O quP 111:; defensores dl~ la legilimidad jalll~s ct'rleran
el trillIlfl) a lo,; usurpadun',,; y si el aballdulIlI \'olnllt:lrio que hClIlIJs
hechu l'lI algunos punlos qlle 110 II)(~ pl'Pstan las l'cnhj;l' qlll~ dd)()
busl'ar para pele:11' (onlra la,: flll~l'zas ql!!: II~n('nlO, al fr.~nle, les ha
permitido formar la ide;) tll~ I/lle lo, IOlllernos, cU:l[lilo:ie mllCI'an rI~
las posiciolH's qw' OCUp:lIl, ,,¡no retruceden, iJallarilll Sil escarmiell-
to I;on la mllerte (lile vuestros brazo, nu debell c:;t:asear 1:11 recom-
pen.,,, de la vil cOIlducta que oh;;crl'all talando y (!lIcmallllu los cam-
pos y hogares que os perlcllccl'IL


"La eamp:llia que ha Plllpeznrlll I:on fll()rZ~S tan desif(llale,; coml)
todu'i YOSlltms hnlJ"is visto, ('~ la ma, h:lrhara , la Illa~ atroz 111lf)
purde illla~inarsl', En N:l\'ill'ra por l;¡ parte de la Solana, y en Alava
por la de Vitoria ,whr~ Glll'vara y pUI'l¡III, inmerliatos, lodo lo qul'-
man y Arrasan, lIada:;e r(':;~na ,} su rapitia, y d rebelde [,partero
lo llI;r:lÍs destruir en ,\rllurrin , Ol'duiía v :\rci¡¡:I'~a todu (u In lo
plled() destruil' Sil inhuluanidarl y 'u harhaí'il', "


·En \'aun lo;;mall':lllm, intri~'anle,propalall 1'01:1''' rle IransacCÍou,
que IlIJ pclcrle halwl'la jam,,,, ('n trI' do,; partidos tan OpllcstoS. :-;ea
nlle,tra CIlnstante dil'isa el rey y la rcligiou, b nCI'c,ariu tri7l1l/ill' (1
morir ('on las arlllas en la mano.


,.Cnartel general de Orozco, 2:¡ de julio de 1X:J'l. Yllcslro ['curl'al
ycornpailero, lIafarl jI:uoto."




C0111!Cnia j'1 IfI'I'(lr/" l'//tl'l' el ('(lllilllll l/cll,"/'a/ de los cjr!l'l'itus naciona-
les don lJuldolltt'l'u R~J!lIrtl'''(), !I d teniente yc/wm! don lla/iiel
.lJaí'oto.


A rtic;¡]¡) l." El capitan grneral don Baldomero Esparlürl) reco-
l1I('n(\,II·:·1 con inten',,; al gohierno el cumplimiento de su uferta Ik
comprometerse formalmente a proponer a las Cúrtes la COllceSlOn Ú
llIüdiljcacion de los fueros.


Art. '.l." Ser;'ln reconocidos los empleos, gradus y condecüracio-
nes de 10-; generales, gdcs y oficialt's y (kma,; inc\h iduos (Iepen-
dientes dell"jl'rdto del mando del h~nicnte general don llafaell\la-
roto, quiw pre:ientara las relacione" con la e:,presilln de las armas
a qlle pertenecen, qlledando en libertad de ('ontinuar sirviendu,
defcntlielltlo la conslitulioll dr 18:li, el trono de I;;aLelll y la rc-
gcnci;¡ de su augusta luadre, Ó bien retirarse á ~lIS casas, lo~ que
110 qllit'ran seguir con las armas en la lIIanll,


Arl. :1." Lus quc adopten ('1 primer C:lSO de conlinllar ,irviendo
tendl':tn eolocacion en lo,; clterpos del ejército, ya de, efectivos, ya
de ~upernunlerario", segulI el (n'den que ocupen en la escala tle las
irJ:ipeccillnes á cuya arma correspondan.


Arlo l." Los que pretierau relil":tr:ip :'1 sus casas, Si"lltlO genera-
les y hl"igarliere;:, obtendrán su cuartel para dOllde lo pillan, con el
sueldo lIIIC por rtghmenlo les corrrsponda: los gefes y oficiales
úblendran lieeneJa ilimitada ó ,;u retiro segun reglamento_ Si
algunij tle estas clase, Iluisie,e licencia temporal, la solicitar;\
por el conducto del inspector de Sil arlll;¡ respectiva y le sera con·
cedida, ~in csceptllar psta licellcia para d estranf(ero, y en este
ca,o, hecha la solicitud por el conduclo del capit~n general don
Jlaltlornero Espartero, este les dará el pasaporte correspondiente al
llIislllo tiempo que dé curso il las solicitudes, recomendando la apro-
L<Jcioll de s, :\1-


Art. r;." Los que pidan licenda temporal para el estrangero co-
mo no pueden percibir Sil sueldo hasta el regre3o, segun reales úr-




.\X.\LES !lE ISAlltL 11.


dene,; el eapilan genrral (Ion Bald()mero Espartero le:; fJl;ilitara la.
nlatro pa¡.;as en virtud de [,1:' facultado,; que le c5l:1II r:ollférid~s,
illclIlY¿llllo,e CI! r,té articlllo loda,; 1:1s t:!;¡,;e:i de,,(k S'ülleral ha:;t,¡
~lIbtenipnte inclu,;ilc.


,\.1'1. (j." tus arti('ulo.; 11I'eCI'dentt~s er,¡llpr,'Il(kll ,', lodos los cm,-
pIcado., del l'jl'~rcito, !t:II:ióllduse 1':,lcnsjvo;¡ los clllpleado,; civil!',;
que ,e flrc,,~ntclI :'1 los dllCl' liia,; dl~ ratilil:ado r,.,ti) ronV(~llill .


. \1'1. 7." ~i las divisíi)!J(,:i !lavarr'l y a!;¡\'l::;;¡ se [l1'I'S('lItall elJ la
misma fOl'ln., qlll) las divi:-;ioIlP" lizcaina y )2;lIip1l7.cuilua, disfruta-
ran de la,; cOUCC,iIIlWS ([111' 'l~ I'spres:tu en In, articlIlus :lIlt,)riufc-,


.\1'1. 8," SI: pllndr.'¡n a di"p",;il:iou dI'! capitau ::(I'n,'ral don Bal··
durnl'ro Esparkl'i1 los pal'que,; de 31'lilleri:I, 11IH:,;trallz:t,;, ü,'p();(Ui.'
d(~ armas, de w"tll~rio,; y de ríwrcs IIIJe ('';[1'1\ II:Jjo la dOi\lillUcioll
del lenil'ntc ¡;rul'ral don ltaL,,'1 ,rarot.o.


Arl. :)." L,¡,; pl'i,.;illllcl'o'i p"I'II'II('I:ientes á lo, eucl'pos (le las pro-
\'inl:ias L1c, Yizeaya y (;"i[lul.!' ,a, y lo'i de lo, Cllt'rpÚS lk la :lil'isíOIl
easlellan,l que SI' conJ'urlllclI ('111111 t.odo coulos artin¡!us dl~1 presen-
te COII\'I~nill, l\",:dilran en liberlad, disfrutaudo de I:b vPu!;l!as '/l1l1
en el misllIu se e,;prcsJn para IlIS dl:lllas. Llls 1[1111 nu Sl: COllyilliesclI
snfrirún la sllcrll~ de jlI'L;ionel'lJ'i.


ArL lO, El capilall 10(:11(,1"11 don llaldol111'J'o E,;par(¡~1'1l hará pre-
senle al gohierno para I[U() (:,;[1' lo haga úlasl'lIrte:;, la cousidcraeioll
qUi: se mer('CC:1 \;1"; "iudas y !tuórt':lIllls dI: lo:; qlll: han 1Il1lCI'tn ell la
pl'¡~SenI1 gu('!'1'~, "l1rrespondi\'llt!\S;1 105 c¡wrplIS a fJlli l 'III'" COIII-
1"'CnU,\ ('ste I'OIl\'P!lill,


No espr,''i:! \'1 \'0:'1111<'1 Wild,' In; d¡:\alk·, ,1" \:¡ ('lIuftol'I'lIl'ia (~n qlle
se c,tendi" v lil'll:'" l'U O¡¡at~ {'.Il 2!l ¡k a~':II,~to de 18:~H el couvrllio
conocido {'oliel nomhn~ (h' cOll\Cniodl' \'l'I'gara, porque S(~ l'aliliclÍ en
('sta cilldalll~1 31 del mismo lIles; pel'll la hislori:1 rl~clJ~l'ra con in-
terés tanlo los nOIll!Jn',; dI' 11)'; que ill\¡~nillieroll en este aeto cc:le-
Ilre, comilla oingulal'billla circlllIslallcia de nu h:d)(:rl¡~ preoellciJlIo
el gl~lIel'al :'I1<1l'otu . .\si,tit'l'llll ID'; ~t'nrrak, l'rlJislollllll y Latorre-
lturlw-Linarcs-Ellll'igadiel' Toledu-y I'! aS(',llr del !'ji'l'dlo La-
fuente, si lJil'n no !Ll 1i1'1I1i1rOIl, lo qll(~ rl~l'iliC;lrOIl las pl'l'Slllla, ,i-
gllif:lltc~:


"En Ilomhl'l~ lit: IIli Ill'igaILl--J,HI' lr~lIal'io de ltlll'b(~.
En lIomhl'!' dI' la 1.


'
hri:-:a;la 1':1';lrllana-lli1ario Alollso Clll~-


"iHa,.
,\ nombl'~ d~ la 2." brigada de Ca3lilla-Franeisco FIIIgo51O,
A llomhrc dcl hatallon de mi mando-Jllan Callnllrrn,
En l1omhr(' dl'l trI'C!'I' Ilntnllon d:~ Ca,tilla-.\lIlollio [)iP,7. ,tu·


grovejo.
En Ilolllhre del ~," hatallon de C;Htilla-\lall!li'l Lasala,
.En numbre del prilller hal¡¡lloll tIL' Castilla-Jo:ic FlIlgosin.
En nombl'e tI~ las eompaüía,; de eaddes y siHgcntos-EI coman-


dante primer gefe-Lcndl'tJ de Ep;lIia.
En nombre de la fuerza de ingenieros-En nombre de la fllcrza


de artilleria-Francisco de Paul,) ~(~l¡;a,. J)




nmCE OEt TO~IO lI.


LlBRU DECIMO SESTO.


Mlflislerio Fria".-Sitnacion de lo;; rjlírritll,.-Esp'\rtero y
Maroto.-Lel'anlami(~l\lo del sitio (k E:\leIla.- Operaciones
mililarl~:i.-E~cursio/J de ~Ierino :1 Caslilla.-Las autorida-
des cil'iles v militare,. Cl'aCU;ln ;¡ Valladolid.-.\cciolJ UC Le-
garda.-Pa~all el Ebro los carlista,; pUl' vario:; puntos:1 la
lel._Cor!'erías tic Gago, "illolllo, l\t'y y Murgia en Castilla
la Vieja; de Call'entr, :'íararro, Palillos, Chaw;;, ~Iayoral.
Perdiz, (.Janda, Patricio. Meliton, Caro, MOlJtPl'o, HCl'cnga y
otros en la nu('\ a; Ik Oreji:a en la provincia de Cllrdoba. y
de Castellanus, Cepeda, Hondoño y otros rn la de ESlrcma-
dura.-Dt'struccioll de las uanu<ls de la ~lanch:l.-QlIinla de
cunrellta mil homhres.-Clíarvaez capitan gelleral dI) Castilla
la Vicja.-Corrcrias de los facrioso .. en Aragoll y Valencia.
-At;cion de Maelh.-Dcrrota del ejército dt' la reina, y muer-
te de ~Il gent'ral ,yardiiía,; .--'lotin en Valencia y asc~inalo
!Ir Mendiez Yigo.-Collllllliracione..; diplom:üiras.-Ilubart,
ministro interino (le la ll:uerra.-Dl',ticrro di) Nanacz.-
~Itlvillli(:nlos sin resultados ~n las provincia,; del Norte.-
Proclama de .\Iuñagorri.-Frústasc Sil tenl:ltira .-Cól'te y
t:ampo de don C:\rlo5.-Llegad? de doria María Teresa, prin-
cesa de Beyra y del padre Cirilo ;i las provincias del Norte. i:i
Abrensc las córles en Madrid.. , , ......... , .• ,




LIBRO DECDlO SETClIll.


Cúrl~"~-Disen:iione,; .apn,;iunntlJs y estórile,.--ElIlllilln"I~I' y
adlclone,;.-~'I'O(lllslcinll de St'oane contra el i'ollde dl~ I UI'P-
lIo.-Es ;IJlr()ba(I:¡.-Di"l~nsi()1I de la l'l':,pue,;la al fh.-cl1r,;u dl'
la I:orolla.-Yoto de censura .-Correría,; y ('."traglJs Ik hs
bandas cadistas de CalalulíJ. lnsuticiencia de 'u pcrsf'!'II-
cioll.-)!t"lillas adoptadas por rl liaron de l\leer.-Sitiu dIO
[a,[le; 11'I':illtall!en ¡ps carlistas ú la aproxilll:\!:ioll del :,!1'1I(:--
I'al Ayl:rbp.-Iksignio~ \' movimiPlltns dI' Cailrer:l.-.\troel-
dade,: y repre;;:llias en Y:lIl'llcia. ('1 b:ljO A:'ai2,un y la nlJ;'I':t
Ikl ElJro.-Bandü di' :-1;111 'li!2:III'I,-Collatus de In,;llnWCIUII
en nriasde l:Js princillllps I'illd ,,11''; dl' Andallleía.-Cirdova
y ~arvaCI. a la (:aIJeza lIt: I',te lllllrirnil'lltlJ.-Cambios y
¡:Olllbinat:illnc~ Illillislcriaks. ·-FOrlll:l"iun dl~1 ~:lliillelt~ !'I'rez
dc Castro.-E.-tarllJ de la ~1I('IT~.-Frf'CII(,II:C'. satl~rll'ntlls
y e,tóriles COll1bale,;.-~l:l'rtlto v dlln c:ülus.-FllI,trasc el
objeto de la espcdiclon d:~\IlIlí;;~ol'l'i.-Et conde dI' [:,paita
en Catalalí;I.-SlIbll'l'acion ('.n AlIllll:em:I:'.-l'rovct:lo 11111-
tl"ll1lonial y tratado de cOlllcrl'.io.-IIICaplll'idail di;lmini"tc-
riu p;¡r;1 ltar:I'I' frpiltc iJ 1;: alJ~lI"t,()sa sitrl:lI:ioll lid país ... , 7:1


LlIlIHl IlEcnro OCT.\ \0,


Apostúlicos y mal'lltístas.--Fusilalllil:lltos ,de \-::;tl:I1:1.-['u"i-
lanilllidad' de ucu Carlus.-Calllbios v Ilolllbralllicnto,; lilr-
cho~ por ('l.-Aborta la lI('~IJCi:ICilJlI Ct':l-l\larliani.-CIll'l'l'ri:ls
de Cabrera.-I'rimer ,itio de Yillaf;lIlle:i.-~I()\illlil'lItlls Y
operaciones dcl ejército del Centro /ulltra CalmTa.-Vanha-
len intrúd!lcr~ uu COIlVO\" en Ll1CCn3.-Llc¡<ada de Rallila,;eda
al C;¡IlIPO de Cahrera.-·Col1l!lnil'acillnt:~ ('Itlre este caudillo y
.\laroto.-Yallu,; e"fuerzo;: lir' Yanhall;1I I:ontra S¡:p;:¡ra.-Se-
cllll(]O sitio de Yillafamt',.-Cange' de prisiIJIII't'o,.-.\trlwi-
dnt!I::i del ('linde litr E,paiia en Catalulía. ['unell,;l, en 1Il0\1-
:1!iclIto cristinos y cal'li:itas en las pro\ ilH'ias riel :\'lrte.-
lOlDa de Ralllales y (;uanlamino por EspHtl'ro.-Batall:lsde
lklascoaill. AI'l'ouiz y (~alliart'a, favora!JII:5 il las tropa,; de la
reiua.-E:<pIICal'ioll del rlesl'nlacc de estos ,11ceso':,-Coali-
cion p:nlamcntaria contra eí ClIlllL< de :\!olú.-l'roclallla IIr\
.MI". Thier,.-Call1bill rnilii,;l(:l'i:li CII Frall("ia.-~Iilli:ilel'io
SOull.-Jll~tas observac¡ollps del nHl'qU(;' de ~liI'anllre" 'o-
bre las ea usas dd maleslar de EspallJ. y los medios de rcnltl-
\'crlas.-Estado dt~ la u!lcrra CII Catal!lj"¡a •• \I'agon v YalclI-t~i;].-E~partero al freíllc de Ut! ejércitu consiele'rable penctra
en las Provincias \'a:;conp;~¡Jas. - Sitllaeion respectiva de
:¡mhas partes bcligf'rante".-Entrt'vi"ta de l\l~rotl) con el co-




Jlllld,jl'O IlIgli·..; IlIrd .Io)¡n 1f;¡v"-Pl','liminal'l'" dr lr3n'~1Ccion.
(111111'lljo ¡J" \ "I;'::I/'a. . . t:i6


\PE\[)ICI-:~,


.\Unlcro 1."-IiI'cul',o pnillullciadu por S. JI. la l'l'ilj~ golwl'Jj;l-
¡Jura 1'11 1;1 solelllllí~ ape/'tura de las CÚI'Il'~i urdillanas de la
lIat:ÍolI ¡Jspa~lIla el dia i-i de IloyiemlJrc de W:¡i-i. . . . . ';1:;:;


'í111l1l'1'O 1.. '--Proyecto de ¡:untlistaClulI al discul',;u de la Curo-
11;1, leidu (In la ',(';;Ion de l le de no\'iellllJl'i; en el COII~l'e,;tl
de diputados, y "IHObad,)!lptinill\;¡IllClIlli Cilla scsinn dcl21
d(~1 mislllu IlIes.. .... ,.... :15K


:'\UlIlli\'1I ::'''-I'I'U\I:ctU lk cunle.,Laciull al dis¡:IJrsu de la Coro-
na, killo en la ;c"ioll dl'l ~~ de llo\ic/l¡)Jl'c de IU:W, y apro-
IJadu dlilillilil";llllellle ell ~X del lIlislIlU lIIes. . ;!G1.


NunH:l'o l."-l'ruclaJlla di' 'larolü sus suldados. • 2(¡U
,\úIllI'ro ,;. "-C;I rlil . . . . .• ., , l(¡S
,'IUlIlI'J'(1 ti ... -l'locl:lIllil lk dOIl Car!o.' fecha 11 de febrero de
j~:¡~. . . . . .. .... . ::!70


l\ümero ·l.··-l'rol'!:Jllla d(~ dUII Cado,; fecha 2í de febrero eJe
18:;9. .. . ..... 272


l\Útlll'I'U :-.I.o-Carta de Cabrera a dúli Cado:,. . . n:1
l\úmcru !I."-Cal'la de don Jü:,é .\I·ias Tt'jeiro a don Carla;:, 2i~;
:\ulI1ero III.-Mcllloria dirigirla pOI' don Eugenio de Aviranda


al prc"i¡)I'IIIC !It'! t:on,;eiu ¡)l\ nlini,lrm;. . . . ti!1
MIIIllI'l'O·ll.-Carta ¡I!! -'IarOlo al Jord Jonh Ha\'. . :12í
l\úlllcrn 12.-l'luclama de Et:ilevalTia el 17 Lie ~go:'to de IS;W


CIJ Yera. . . . . ... :l21i
~úmcru 1~,.-Pr(Jt:lall1a de .\Iarotu a sus soldados. . .. :128
:\úlllcro I L -Cullveuic celebrado entre el t:apitan gClleral de


lo,; l'jt"rciIO'i n:Jt:iollale,; don B;l!domcro ¡~'iparlero, y el te-
llipl/lL\ gel/eral don Jlarael ~larolo. . :I:!!J


F\J\ DEL TmlO SESTO.


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