DEL GOBIERNO IIEPRESENTATIVO. EXAMEN CRITIC° DEL 1 TOMO I. MADRID : ...
}

DEL


GOBIERNO IIEPRESENTATIVO.




EXAMEN CRITIC°


DEL


1


TOMO I.


MADRID :


IYPRENTA OE EL PENSAMIENTO ESPA:`161.7,
e;:!le de Pelayo, I) dm. 34.


186$.


GOBIERNO REPRESENTATIVO
EN LA SOCIEDAD 11IODERN.A.,


POR EL B. P. LUIS TAPARELLI,


de la Compania de Jesus,


TRADUCIDO DEL ITAIAANo POR


so


EL PENSAMIENTO ESPASTOL_




Esta obrita ha ido Yiendo la Ira pnblica en una seri°
de articulos insertos en la Civilta Cattolica, y 1 .a motive
por cierto un anenimo, escrito al parecer, , por uno de
esos hombres de mits generoso quo agudo y discreto en-
tendimiento; los cuales oyendo gritar con entusiasrno cOmi-
co en los albores de la revolucion italiana, Catolicismo y
Papa, Patria y Libertad, union do todos los italianos
con un solo corazon y un alma sola, Icreyeron de buena
te quo a. tales gritos correspondian las intenciones, y quo it
las. intenciones debian seguirso los hechos. Viajando el
buen senior por Italia en 1830, Italie ya desengafiados it
muchos, antes liberafes ahora catelicos sinceros, y em-
peze it duclar para sus adentros del sistema constitucional.
«Los excesos, [decia, de la prensa piamontesa, el mons-
»truosO aumenta de gravitmenes en aquel pais, antes tan
»floreciente, mientraillo IC liege la lava del yolcan Mazzi-
»niano clue abrase la Toscana y el territorio l'ontificio;




VI


y posteriormente, Ia persecution declarada por las leyes
»Siccardinas, y Ilevada a Sit complemento con la prision
»de los obispos y predicadores, con la destitution do los
»diplomittiCos y los magistrados, con la mentira, con las
»irrisiones e invectivas, • en fin, solemnemente pronuncia-
»das en la misma chmara , para vergitenza del pfibli-
»co decoro, contra la religion y el Yidario de Jesucristo:
»la disolucion de la unidad de aquel pais, un dia tan ar-
»mOnico, disolucion no sOlo de los diferentes pueblos so-
»metidos h la augusta casa de Saboya, sino de los Intimos
»lazos de cada pueblo, ciudad y familia, en donde todo
»arde en facciones politicas quo divorcian al padre de los
»hijos, al herma:no del hermano, al amigo del amigo; aquel
»asqueroso plantel de venalidad, de partidos, de corrup-
»cion electoral, quo adquiri6 tan gigantescas proporciones


• »al despuntar; ese triste é Inesperado espectitculo que
presenta un pueblo, en otro Hemp° de indole tan dulce y


»tranquila, tan catOlico en religion y tan apegado a sus
»principes, produce en muchos, y pasta en mi ha causado,
»lo confieso, un profundo cambio de las' ideas que en
»mis juveniles afios me hacian acariciar con la mayor
»parte de mis contemporitripos, Ia ilusion de quo el goblet.-
»no mixto era el tipo ideal del recto gobierno de la so-
»ciexlad


» hsera preciso renunciar estas ideas, como poeticos
»ensuefios, 6 deberemos mas Bien aceptar y reputar por
»buena la respuesta de ciortos incorregibles, a quienes los
»franceses Haman Constitucionales quand memo, que se
»consuelan de tantas torpezas y desventuras presentitndo-


»las como precisa condition de tiempos de transition, y
»nos prorneten Mara fin de fiesta, Bias Inas serenos y menos
»escuitlido bolsillo?


»Confieso que semejantes promesas tranquilizan Imo
.))mi espiritu al ver it Francia que cuenta tres generaCio-
»nes . ,̀ trituradas bajo el carro revolucionario, dejar it Ia
.»cuarta por toda herencia la esperanza en un Condorcet.
»cada vez mas distant° y sumida en las tinieblas de lo pOr-
.»venir, , con el desdichado consuelo por ailadidura, de quo
»alguien nos salga diciendo que no se hacen revoluciones,
»con agua rosada. i0h triste verdad! , Desde 1790 it 1850 la.
»revolucion alli triunfante ha derramado eiertamente Inas
»sangre que agua de rosas, y si hoy se vislumbra it lo lejos
»alguna debit esperanza, se reduce en gran parte it Una du-
»dosa promesa de reconstituir con escasas mejoras. (si
-»acaso) lo que fue destruido. Si h. este estremo debiese
»conducirnos la transition en Italia, despues de rociarnos.
»eon aquella agua rosada, confieso quo lloraria con amar-
»gas lagrimas de arrepentimiento cada silaba pronunciada
»por mi en favor del nuevo Orden de cosas,


»En mis prirneros juveniles aiios,
»cuando vivia en ilusion y engafios.


pudiera con làgrimas y aun a costa de mi sangre,
»borrar mis ,extravios!


»No obstante, proseguia el anOnimo, aun no he podido
»persuadirme teOricamente y discornir la :


verdad en estas
»materias. Y pues a Yd. le son 'tan familiares, me resuel-
»vo it proponerle mis




dudas, a fin de quo so sirva esclare-
»cerlas con esa solidez un lanto.metafisica que constituye,




vu'


»no se si diga el -merit° 6 el defect° de sus articulos.
»Ademas de calmar mis (ludas v satisfacer nil curiosidad,
»pedrian a.provechar sobremancra eslos escrilos a inti--
»nitas personas quo, como esperimentan la angustia.
»de Ia incertidumbre y el desengafio de sus lisonjeras es-
»maims.»


Basta aqui el anenimo: era Ian razonable Ia pregunta,
Y prometia lantas ventajas respuesla, quo no he vacila-
do . en poner piano a la obra con la franqueza propia del
hombre quo busca sinceramente la verdad y la espone con
lisura. Il tratado result6 mas estenso de lo quo me habia
imaginado; pero su estension parece quo no le ha privada
de lo quo podria toner de agradable; como quiera quo mu-
chos italianos ban deseado ver reproducidas aquellas doe-
trinas en un libro, alentandomo en la tarea con la espe-
ranza de quo de este modo sera miss provechosa la lee-
tura.


Ilelo aqui, pues, tat como me lo pid gin. Si la vista, la
salud y ei tiempo hubiesen permitido al aulor fundir
de IllieVO Coda la materia en el crisol, separando la escoria
y formando de una soli vez un trabajo completo, induda-
blemente hubiera sido mejor aceptada por el publico, co-
mo menos indigna de su buena acogida. Pero la falta de
aquellas fres condiciones tan necesarias en una obra esten-
sa,.e,speramos quo nos sirva de disculpa por habernos ate7
nido fielmente a la snplica, publicando los articulos tal
como aparecieron la vez primera, cuidando solo do inser-
tarlos con clerk) Orden quo de mas claridad it la materia,
suprimiendo las repeticiones que, si son necesarias en un


IX


periedico, donde los articulos sucesivos hacon olvidar los
anteriores, sery irian de embarazo en una obra, en la que
Codas las partes estim mejor ligadas entre si. Si al vol-
verse a leer surgen, 6 nuevos pensamientos, 6 nuevas
autoridades, 6 nuevas aplicaciones, me dare por satisfecho
con afiadir algun grado de perfection . a tan redo trabajo:
y seguramente no dejare de inserlar en Lugar oportuno
algunos otros articulos publicados en mud periedico bajo
diferentes titulos, pero quo forman parte esencial do este
tratado, y se requiem para su completa inteligencia. En
este nnmero deben contarse, por„ ejemplo, los articulos re-
lativos a instruction piiblica, a la liberlad y el Orden, al
derecho bajo el protestantismo, asi como cicrtas resefias de
libros, donde se resuelven algunas dificultades propuestas,
ci por amigos, 6 por adversarios.


Asi compuesta, podra servir esta obra a los aficionados
al estudio del dereeho pnblico, como apendice 6 comenta-
rio a nuestro Ensayo tethico publicado en la imprenta de
la Civilta Cattolica al propio tiempo, aclarando en len-
guaje mhos austero y lacOnico, muchas de las teorias
que en una obra diditelica no pueden ser expuestas con
formas familiares y amenas. Si con el tiempo podemos ha-
ter una nueva edition del Ensayo, no dejaremos de ano-
tarlo donde corresponda, a fin do esclarecer cada.teorema
con las explicaciones de este libro.




INTRODUCCION AL EXKN1EN CriiTICO




GOBIERNO REPRESENTATIVO.


I. Cuando al 'hundirse la primera mitad de nuestro siglo en
el olvido de lo pasado, cayti en el abismo de sus maldades bajo
el peso de la execration publica el ensangrentado trono de
los tritinviros romanos, mal defendido por los putiales de los
Garibaldis y Zambianchis ; el que entOnces se denominaba
pallid() moderado, y que durante aquella epoca de terror
tan brillantes pruebas liabia dado, ya de moderacion concilia-
dora aeomodandose a las circunstancias, ya de incapacidad
restauradora gimiendo y llorando en secreto, se apresurO
rebuscar inteligencias y despojos, tornando a la antigua canti-
nela de qua dos Unicos sabios eran los moderados, y quo solo
las Constituciones podian remediar los males de la quebranta-
da sociedad: que los sistemas representativos eran anhelo
universal de los pueblos; Unica garantia de administration
econOmica, de gobierno paternal, de respeto a todos los de-
reclios, de felicidad universal.. Valor se necesitaba para reapa-
recer en la escena politica con semejante mascara a los ojos




I1:W11:OM:CC:ION AL EXAMEN
de aquella misera Italia, que, vuelta apOnas del dclirio en quo
la adormecieron los sofismas cle ese partici°, estaba lavandose
las llagas todavia sangrientas , y acomodandose los harapos
que le quedaban del saqueo a que, primero el liberalism° de
los libertinos y luego la sanguinaria rapacidad de los asesinos
mazzinianos, la habian condenado.


EntOnces fuó cuando, deseoso de librar a mi desventurada
patria de nuevos engafios o traciones de sofistas liberales,
principió a cribar con cierto esmero esas celebres instituciones
y los paralogismos con quo se encubren ; y quiso Dios que no
terminarami examen sin quo se estremecieran y cayeran
Antes derribados muchisimos de aquellos idolos que los mo-
derados adoraban , pero que solo causaban visa o daban
espanto 0 la generalidad de los italianos sensatos. Y con tanta
rapidez y aplauso tan universal se hundi6 toda aquella tra-
moya, quo empezamos 0 temer que fuese ya completamente
inntil y fastidioso nuestro trabajo.


Sin embargo, imposible parece : aun despues de tantos des-
en afros como ban sufrido sus propias hechuras; aun despues
de tantas lagrimas y sangre como sus utopias han costado,
no faltan boy mismo obligados promovedores de nuevos tras-
tornos, quo prevaliOndose de los vicios 6 defectos inherentes
0 toda humana institucian de gobiernos temporales, defectos
y vicios quo con mayor viveza se dejan sentir en momentos
de restauracion, ora por las Ragas de lo pasado quo hay quo
curar, ora por falta de medios en lo presente , ora por la va-
cilacion que produce la inseguridad de lo futuro, no faltan,
repetimos , quienes siguen predicando o vuelven a predicar
quo no bay esperanza de salvacion para el mundo fuera de
las Cartas Constitucionales.


Y sin invocar el testimonio de los panegiristas asalariados
del periodismo piamontês, basta recordar aquel personaje quo,
con pasmosa imperturbabilidad, y en tono magistral continua
repitiendo en Plorencia, que esos Gobiernos representativos
que nos fueron regalados por la revolution de 1848, como anti-
gu herencia de las naciones mas cultas, y monumento de la
nobilisima edad quo tan sabiamente supo conciliar la plenitud


DEL coal moo REPRESENTATIYO. '5
del espiritu cristiano con la perfeccion de la libertad civil, son
va nuestra finica Labia de salvacion (1).


Pues bier: de tal manera se continua confaudiendo todas
las ideas, atribuyendo A la Edad Media lo quo tan evidente-
mente milita contra su espiritu, fingiendo imitarlo mientras se
trata dedestruirlo, enc,omiandolo por un lado y condenandolo
porotro; quenadiepuededesconocercuanto importa 0 la verdad
y al Orden sacar a relucir to que se quiere tapar, y distinguir
lo que adrede se confunde, 0 fin de que, sin condenar el hien
quo en toda forma de gobierno pueda encontrarse, logremos
desenmascarar y condenar los principios que envenenan esas
mismasformas en daflo de la sociedad.HO aqui el problema quo
con este objeto me propongo exami.nar en el presente libro:
DESPEES pc LA DOLOROSA EXPERIENCIA DE ITALIA, PUED74 DECII1SE
UP, EL GOBIERNO MIXTO ES ESENCIALMENTE DASOSO Y ANTICATOLI-


CO? Tat es, a sus minimos terminos reducida, la pregunta
que Begun he dicho en el prologo, se me dirigiO en otra oca-
sion;. A cuya pregunta me propongo responder con aquella sin-
cera imparcialidad con que los amigos de la verdad deben ufa-
narse , ;uique dificilisuna para quien se encuentra coca-
denado por las pasiones o por los intereses 0 tal 6 coal siste-
ma politico. Libre yo, por la misericordia de Dios, de some-
jantes lazos, coerced A la cosmopolitica profesion quo me obli-
ga 0 querer universalmente el hien, y a conteinplar la verdad,
abrazandolo todo con universal caridad, hare lo posible por
contestar a la pregunta, separando en los nuevos sistemas poli-
ticos el hien del maLIaverdad del error, caminando, sin desviar-
me a ono y otro lado, por la senda de la verdad y la sabiduria.


(I) • Itabi6n dose ajustado entre nosotros y el pueblo no pacto t0-
eitoe expreso, los Reyes no son ni pueden ser sino meros admuns-
tradores de los intereses generales... Racional es por lo tanto desear
Gobiernos liberales;' racional es que los stibditos que de un modo
1.1 otro contribuyeri al lustre y hienestar del Estado, disfruten los
honores de ese mismo Estado; que deje de ser el Gobierno mono-
polio de close alguna privilegiada; racional es que los ciudadanos
todos rfocen de ptiblicas y soleznnes franquicias. .Delia
male e retzglosa, etc.—Dos aiscursos de P. P.—Florencia-Cec-
chi, 4855.





INTRODUCC:ON F.I. ENIblEN


No faltan personas sensatas y catOlicas que, condenando
absolutamente todo Gobierno quo no sea puramente monAr-
quico, absolutamente responderan a la pregunta con un si ro-
tundo y solemne. Por si el lector tuviese gusto en hacerse
cargo de sus razones, le recomendaremos la sexta carta de
BeausCant en la que parece acercarse a esta opinion, bien que
la circunscriba a ciertos limites pie no poco la mitigan.


II. Giros, por el contrario, no solo se adhieren a los quo
podiamos llamar:constitucionales quandmenze, o a todo trance,
sino que tienen por ailadidura, como el profesor Buniva, una
especie de -audacia griega en la narration de los bechos re-
cientes (1), que por tal manera se excede de todo limite, que
solo Ia cortesia puede dejar de calificarla de impudencia.
Ellos nos dicen lisa y llanatnente que la prensa no es impia ni
licenciosa en el Piamonte; quo nunca tratO de minar los ci-
mientos de las creencias religiosas y quo principahnente com-
bate los errores y abuses de algunos iniembros del Clero, no
de la Religion. (2)


1)ejernos a estos hombres la libertad del engano y de la
traicion, activa 6 pasiva, como quiera pie sea , y dejemos
tambien A la historia veridica su sagrado derecho de entregar
los asesinos y sicarios A la execration de la posteridad, y a su
desprecio, los panegiristas, mentirosos 6 estupidos de aquellos
criminales , y aceptando los hechos, examinemos la solucion
que den al probleina objeto de nuestras investigaciones.


-


III. Los hechos son harto veridicos y notorios. Turin, GO:.
nova, Bolonia, Florencia, Roma, NApoles, Palermo, todos los
grandes centres de la civilization italiana, a medida que se ex-
tendian y dominaban las instituciones constitucionales, ban
ido preseritando los fenOmenos morbosos de una sociedad cor-
rompida: el desenfreno de la prensa, el dospojo de las Igle-
sias, las ,


blasfemias contra la Religion. Parece, piles, esen-
dal A estas instituciones ese efecto que vemos tan constante


(I) ..... Grecia mendax. Audet in historia (Giov.)(2) BUNIVA; I superiori eccl. e gli Ordint reppresentativi.—
Turin. Paravia 1850.


DEL GOBIERNO REPRES.ENTAT1 TO. 5


y universalmente reproducido. En opinion de !nudes hom-
bres prudentes y experimerilados, es inevitable esta come-
cuencia, que con su permiso toy a examinar. Para legitimar-
la , serian precisos al menos dos elementos, que no encuentro
aqui, A saber : 1.° que ningun Gobierno templado hubiese po-
dido esquivar jamas estos excesos, ni siquiera en los pasados
siglos, porque las propiedades esenciales de una cosy no pue-.
den cambiarse con el tietnpo: y 2.° que en las actuales condi-
ciones de la sociedad no se encuentre la razon de estos efoctos


no set en la esencia de las intituciones liberales.
Ahora bien; yo no admit° ninguno de ambos supuestos. En


cuanto a los hechos 6 la historia de los siglos pasados, nadie
ignora que lathe en ellos gobiernos mixtos, 6 sea monarquias
templadas, sin que la religion tuviese nada que sufrir de tales
instituciones: por el contrario, la historia anterior A la rebel-
& luterana nos demuestra la existencia de ciorta modera-
tion en la mayor parte de las monarquias ettropeas (1). Por
esta causa los autores escolAsticos acusados , come sabemos,
no de irreligion silo de exagerado catolicismo 6 papismo, juz-
garon Optimo el gobierno templado, en cuyo winner° contaron
el de Ia Iglesia (2). No busquemos, pues, la causa de nuestros


(1) .Este estado de cosas, muy poco satisfactorio siempre en la
.aplicacion, ha prevalecido en la Edad media, y aun despues, por
•ejemplo, en Inglaterra. (Cartes de IlEnusr..kyr—Sexta carta, pa-
.gina 142). <Cuando Jacob° I de Inglaterra, para sostener la fa-
.cultad de imponer gavelas sin el consentimiento del Palamento,
.alegaba el ejemplo de los principes del continent°, el Sr. Owen
.pudo retorcerle el argument° sosteniendo la tesis contraria.
'por no salir de Ia Toscana..... etc., LEOPOLDO GALEOTI; Consult-
.razaonis politiche sulla Toscana. Florencia, Le Monnier, 1850,
.pag. 9.—Como se ye, estzin en esta cuestion de acuerdo, dos pu-
. blicistas de partidosestremos, uno legitirnista y el otro constitu-
>clonal ardiente.


(2) El Atve:nmo veneciano, de quien - hablaremos en el cap. 5.°
(Del potter politico, Naratowich, 1849) nos ahorra la fatiga de bus-
car . citas, copiando el texto de Santo Tomas Circa bonant ordi-
nattonent principuni in aliqua civitate vet genie duo suet attenden-
dcl. Quorum U121011 est ut oinnes align= partem habeant in pm;
ctpatu: per hoc (mina conservalw pax populi, et omnes talent ordi-
natzonem amant et custodiunt,vt dicitur in 11 Pohl, (c. I.) Aliud
est quod attenditur secundum speciem regiminis, vel ordinatio-




6 INTRODUCGION AL EXAIIEN
males y desventuras en la esencia del gobierno templado. Si
en todas las hermosas epocas del catolicismo dominante flore-
cieron los gobiernos tempiados, no con menoscabo, sino con
ventajas del orden social y del sentimiento religioso, condenar
como esencialmente mala la forma mixta, es indicio de preo-
cupacion, porque lo que es esencial a un ser cualquiera , debe
acompaitarlo y reproducirse en todo tiempo y lugar.


IV. Resta ahora averiguar si el vicio de las Constituciones
modernas se encuentra en alguna especialidad de nuestros
tiempos, por la cual, estas instituciones, tan inocentes y pasta
beneticas en otros dias, se bayan converticlo hoy en desorde-
nadas y funestas. Y con toda advertencia digo que este vicio
especial debe hallarse en nuestros tiempos cotno universal-
mente inherente a la sociedad europea, para que pueda dam-
nos razon del 'tech° que resalta por lo ti ,menos de un siglo


nis principatunt; cats cum sint diversw species, at Philosopkus
tradit in III Petit. (c- V.) prtecipute tamen sunt regnum, in quo
onus principatur secundum virtitlem; et aristocratic, id est potestas
optimoritm, in qua aliqui panes principantur secundum vtrtutent.
Undo optima ordinatio principum cat in aliqua civitate vel regno,
in quo units prceficitur secundum virtutem, qui omnibus prcesit; et
sub ipso sunt aliqui principantes secundum virtutemf et &men talis
princtpatus at omncs 'pertinent, turn quia ex omnibus eligi pos-
sum. turn quia etiam ab omnibus eliguntur. Tails vero est omnis
politica bane commixta ex regno, in cuantunt units prceest; et aris-
tocratia, in quantum multi principantur secundum virtutem; et exdemocratia, id est potestate populi, in mention .ex popularibus pos-
sunt eligi principes; et ad populum pertinet electio principum..
ET HOC SUIT INSTITUTUM SECUNDUM LEGEM DIVINAM. Et anOnimo veneciano
quo echa mano de este texto para defender con la autoridad dei gran
doctor de Aquino los Estados a la moderna, segue el principio de la
soberania de tpueblo , debiO ]labor reflexionado en la grand e diferencia
de la expreston usada por el santo doctor cuando habla del pueblo,
despues de indicar los otros dos elementos de gobierno. En los dos
primeros supone la posibilidad ó la realidad del gobierno (princi-pantur) y respecto del pueblo cambia la formula y la reduce A
eligcre principes; distinguiendo justamente, como mas de una vex
lo homes hecho en otra parte, el elegir soberano del ser sobera-
no. El AnOnimo que conoce 0 los escolasticos comprendera como
nosotros cuanto significa esta variation en el principe de los es-
colasticos, los cuales cuidadosisimos de expresarse en terminos
precisos, se imponian el deber de no cambiar de formula, sino en
cuanto intentaban expresar una idea distinia, procurando, en filo-
sofia, no perifrasear con variedad, sino usadec:arisima precision.


DEL GOBIERNO REPRBSENTATIVO .7


esta parte en lodes caantos Gobiernos se ban liberalizado,
esto es, en cuantos han progresado con sic siglo. No sOlo en
Italia ban silo causa la irreligion y la anarquia de que gran
nitmero de catOlicos detesten y maldigan los estatutos consti-
tucionales; en toda Europa , cualesquiera que fuesen las ante-
riores instituciones, la forma de Gobierno, la religion del pue-
blo, la mayor 0 menor corruption de costumbres, el progre-
so de las ciencias y artes, el amor 6 aversion 0 los gobernan-
tes, etc., etc., en todas partes, repito, los resultados de estos
Gobiernos de moda han side siempre los mismos: anarquia 0
iniquidad. (I) La causa debe ser, pues, universal siendo uni-
versal el efecto.


V. Y por razon semejante, si el efecto es moral y vicia
socialmente toda nueva Constitucion, moral y social deberA ser
la causa. Superior en alto grade 0 la fuerza de la materia y del
individuo, tiene que ser un efecto tan vasto en su extension
como intimo en su action. Continuamente estamos oyendo re-
petir quo la sociedad moderna ha veto todo vinculo con la an-
tigua; quo entre la Edad media y la moderna hay sin
mo; clue los hombres del progreso se distinguen de los retre-
gados, no por el tiempo, sine por los principios. Qt.te signi-
fica toda esta palabreria; sino que to moderno expresa un cam-
bio moral, no material?


VI. En efecto, si el trAnsito de lo antiguo a lo modern°
consistiese sOlo en la metamOrfosis material de las formas de
Gobierno, de absolute en templado, ni los Gobiernos mixtos,
ni mucho menos los republicanos, habrian tenido que cam-
biar nada ni que aderezarse Ala moderns. Y sin embargo, a to-
dos ellos, cualquiera quo fuese so organismo material, ha side


(1) El Echo du Mont Blanc 26 Octubre 1850, decia oportuna-
mente: SiCreeis que se train de proteger las nacionalidades? No;
.las nacionalidades es lo que se quiere destruir en provecho de la
.fraternidad universal. 4Creeis que en un pais de legitimidad mo-
.narquica se combate por establecer un Gobierno representativo?
•No; lo que se trata de destruir, donde quiera quo se encuentre, es
.el sistema representativo. lCreeis que la revolucion se detendrA
' ante la Republica? No, b la Republica francesa es a quien arnena-
.za; A la Republica helvetica, cuyo, etc.>


TOMO I.
2




I


8 INTRODUCCWN AL EXAMEN
menester aplicar el escalpelo, 6, por mejor decir, la segur,
para trasformarlos do antiguos en nuevos. Intentaron omoder-
nizarse la repiiblicas italianas de Genova y de San Marino; lo
intente Suiza en sus repalicas aristocrAticas y democrAticas;
Sicilia reform6 a Ia moderna la Constitucion nornaanda en
1812; la de 1812 en 1848; Frabcia en 1830 Ia de 1815; for-
menta el espiritu novador en las Constituciones germinicas y
escandinaras, y, por hasta en el Estatuto model°, en
la Magna calla de Inglaterra, en donde los proyectos del mi-
nistro Russell para la reforma de las corporaciones y.univer-
6.dades (1) empiezan a amenazar la felicidad de aquellas insti-
tuciones que hasta boy parece que desafiaban imperterritas
toda mania innovadora.


VII. iSe quiere una prueba mas evidence aun? Observese
la simpatia que existe entre la sociedad moderna y los actos
irreligiosos de todos los Gobiernos antiguos , aunque entera-
mente extranosi la forma constitucional, A los principios libe-
rales y a los intereses politicos. i1 .1ay alguna forma de Gobier-
no mAs agena del espiritu liberal que la forma del Imperio de
Bonaparte? Y no obstante, los liberales franceses nos han dado
brillantisimo testimonio de las simpatias quo sienten luicia el
instituto universitario funclado por dicho Imperio. La Buro-
cracia austriaca, con el ya abolido despotism° de sus leyes, ha
side por espacio de medio siglo tetna obligado de las decla-
maciones de los innovadores alernanes, y los innovadores ale-
manes han suspendido todo clamor apenas han visto al
Austria romper sus lazos con la Iglesia . (2); y siempre quo se
ha tratado de encadcnar A la Iglesia al Austria Ilan acudido
precipitadamente los mismos piamonteses a huscar su model°.
Recientemente toclavia , por un sentimiento de verdadera


(1) V. L'Univers, 43 Abril de 1853.(2) Posteriormente el Austria reanudO sus lazes con la Iglesia,
en el Ultimo Concordato; pero esto mismo confirrka el argumen-
to del Padre Taparelli, porque desde entOnces co/nenth el Aus-
tria a malquistarse con los innovadores o partidarios del espiritu
modern° , esto es, para que nos enteudamos, con los liberates.-


- Nota de ELPENSANIENTO EsrasoL.


DEL COMMIS° REPRESENTATIVO.


bertad , se abriO para los fugitivos jesuitas espaiioles un asilo
en Nueva Granada ; mas apenas el partido de los modernistas
obtuvo on triunfo con el nombramiento de D. Jose, IIilario
Lopez, se apresuro a imitar a aquella misma Espana contra la
cual se revel° pace siete lustros, 6 biz° revivir los molt-
vos encerrados en el real pecho de Carlos 111 y comenth de
nuevo Ia persecocion desterrando a aquellos religiosos (1).
Tan cierto es que. el principio del modernisnzo es una cosa
enteramente distinta de las formas politicos O de los sistemas
de Gobierno.


VIII. Al espiritu de la sociedad atondieron, pues, los re-
formadores, no a las formas organicas materiales: moral, no
material es el espiritu modern° quo se ensalza y se propaga en
toda Europa. Por lo cual, si las instituciones modernas de Go-
biernos templados han tornado universalmente un sesgo irreli-
gioso y anarquico, la causa debe encontrarse en un principio
moral cualquiera que inficione universalmente la sociedad en
esta que, histericamente, solemos llamas Edad moderna. Si ha-
hallo, pues, en la historia un hecho moral, social, universal,
que forme, puede decirse, una especie de caricter distintivo de
la Edad moderna.; si demuestro quo este hecho caracteristico
esta prenado de todos aquellos vicios que han excitado la in-
dignacion y el. desprecio de tantas personas sAbias contra las
instituciones constitucionales modernas, lquien podrA negar
que, precisamente por la fuerza misma-de este hecho, las tales
instituciones so han encenagado en tantos delitos y vita-


•perios?
IX. Pongamos, piles , manos A la obra. iQue me respon-


deriais si os pidicse un hecho del Orden moral que entrailase
unzversalmente en la sociedad y la hubiese dad° ese tinte por
el coal la Ilamamos moderna? i Cued seria este hecho en rues-
tra opinion? Pareceme haber oido ya vuestra respuesta: El
grande hecho de aquella dpoca es la rebelion de Lutero,
come suele decirse, LA EMANCIPACION DE LA RAZON. Repetidselo
a amigos y adversaries, a incredulos y catOlicos, y todos con--


(1) El Univers, 31 Julio, nom, 1302.




10 INTRODUCCION AL EXAMEN
vendrim en lo sustancial del hecho. Se regodearAn los unos,
les escocerA a los otros; pero nadie podrA negar que aquel ter-
rible suceso cambi6 el espiritu de tocla la sociedad enropea, y
que a su generalization se dirigen precisamente las miras de
los ardientes partidarios del sistema moderno. Elegid el quo
os plazca entre los historiadores modernos ; recorred, no dire
el texto, sino los indices de sus obras, y vereis que al estable-
cer la .division de las tres grander epocas histOrtcas , sefialan
la reforma luterana y el Concilio Tridentino como terntino de
la. Edad media, y principio de la moderna. Y en la imposibili-
dad de citarlos todos, valga por todos ellos, Mr. Cousin: El es-
piritu moderno apareci6 en el mundo luicia el siglo XVI: su
objeto final file el de suslituir a la Edad media una nueva
sociedad. De aqui la necesidad de que la primera revolution
moderna fuese religiosa ..... Alemania , littler° fueron los que
verdaderamente la llevaron a cabo y le dieron su nombre (1).
Este beeho pertenece enteramente al Orden moral y ha tras-
formado moralmente Coda la sociedad europea.


X. Memos hallado el hecho que buscAbamos: falta solo
examinar si contiene el gêrmen de todos los vicios que hasta
ahora hemos deplorado ; porque si consigo demostrar quo,
admitida y plenamente explicada en sus consecuencias y apli-
caciones, la doctrina luterana debia producir los vicios de que
se acusa boy a las formas constitucionales, 'mitre saialado un
hecho moral, social y universal capaz de producir en las in-
Iluencias de los gobiernos templados el cambio que tanto ha
llamado nuestra atenciom y entAnces nos desengailaremos de
que esa triste progenie de desordenes e impiedades que deplo-
ramos en Europa , no debe imputarse a la forma orgAnica de
los gobiernos mixtos, sino al espiritu quo los ha engendrado.


He aqui precisamente lo que me propongo demostrar; pero
Antes, como breve preliminar de lo que con mAs extension
hemos de explicar despues, daremos una idea justa de Ia re-
forma luterana, considerada en lo tocante a nuestro objeto.


Ya se comprende que al mirar la reforma luterana co-


(I) COUSIN. C147'80 de historia de la filosofia, pig. 7. Paris 1841.


DEL GOINERNO REPRESENTATIVO. 11


mo un hecho moral que debia em ployer las fibras mis inti-
mas de la sociedad europea, la contemplo con aquella mirada
IllosOfica que distingue la sustancia de los accidentes, la causa
de los efectos, lo universal de lo particular. No hay nadie que
crea ya que el luteranismo se funda en negar las indulgencias
y la Misa privada: todo el que discurro sensatamente acerca
de la reforma , sabe muy Bien que aquel grande hecho tiene
,su germen en la independencia de una razon quo protesta:
protesta contra la Iglesia en religion, contra la antiguedad en
filosofia , contra la autoridad en el Estado, contra las tradicio-
nes en la familia , contra todo vinculo social en Ia humani-
dad. Protestante es aquel que sabe decir y sostener hasta su
Ultima consecuencia, la terrible declaration del orgullo huma-
no : Mi pensanviento y nai lengua son independientes: labia
rostra a nobis sunt: gals nosier Dominus est?


Este es, precisamente , el protestantismo que ha invadido
la sociedad moderna , el que sirve de axiom fundamental A la
moderna politica, el que guia los actor de los Gobiernos que
más se precian del carActer de modernos. Cierto que muchos
periOdicos moderados ponen en prensa su ingenio para ocultar.
esta terrible verdad, no solo a los buenos catOlicos italianos, si-
no tal vez a si propios; y apenas la irresistible violencia de la
lOgica les arranca una heregia o una blasfemia, corren presu-
rosos a disfrazarla con una reverencia al Papa ó con una pro-
testa de Cristianismo. Pero los diarios menos perspicaces en
medic los peligros, y por lo tanto Inas atrevidos en formular su
propio pensamiento, no hacen ya misterio alguno respecto a Ia
imposibilidad de conciliar las Constituciones modernas con el
Catolicismo, precisamente por la razon de estar dichas Consti-
tuciones fundadas en el principio protestante clara y absolu-
tamente condenado por aquel. Oid una confesion muy clara
y esplicita del profesor Domingo Berti , citada como cosa estu-
penda por el Nazionale de Florencia (1).


XI. Despues de explicar cOmo el absolutismo catOlico del
Pontificado produce el absolutismo politico y la obediencia pasi-


(1) 2 do Agosto, 1850, mini, 553, col. C.


I




a


12 INTRODUCCION AL :EXAMEN
va; despues de reproducir textos de varias Enciclicas y Constitu-
ciones pontificias reprobando la libertad absoluta de concien-
cia , de imprenta, de cultos ., de la razon ; despues de referir
como la doctrina catOlica cinicamente expuesta en un catecis-
mo del condo de Leopardi, y apoyada por los Jesuitas quo re-
dactaban el periOdico impiamente titulado Voz DE LA. VEfLtn,
fue confirmada con el sagrado sello de Gregorio XVI en su Bre-
ve a los .0bispospolacoS; despues de repetir segue la geringon-
za moderna, que la teologia , o el Catolicismo papal, esta cor-
roida por la gangrena del jesuitism°, que quiere esclavizard
Italia, porque quiere esclavizar al mundo: temiendo que estas
frases no fuesen tomadas en su rigor Moselle° , sino como am




plificacion oratoria, reduce - su doctrina a terminos claros y con-
cretos, afladiendo: «No se tome este aserto como una exage-
racion o redundancia del discurso: el organismo y Ia doctri-
na de la sociedad jesuitica no pueden conciliarse con la liber-
tad civil de las naciones catOlicas. zComo ha de poder nunca
esta sociedad, quo tiene por base la obediencia extrictamente
pasiva, la mAs absoluta autoridad, pacer consorcio con el regi-
men representativo FUNDADO en la libertad de discusion y de
pensamiento? Claro es que aquella imprimirA en la sociedad en
que se mueve, la forma que lleva impresa en si misma. Invadi6
el Catolicismo y dejO en el su sello, invadie la politica y la
vaci6 en su turquesa.»


iCosa singular! Estamos completamente de acuerdo con el
Nazionale (de santa memoria); Ambos decimos que es imposi-
ble amalgamar el sistema moderno de Gobierno , que hoy se
llama constitucional, con una fe catOlica , inmaculada , pre-
cisamente porque ningun Gobierno mixto 6 templado en
sentido podrA llamarse montado a la moderna, interin
no renuncie las doctrinas de la Iglesia, fundAndose en la li-
bertad de pensar y hablar. Oigamos otra declaracion ekplicita
con la que Berti combate a Farini:


«Casi todos nuestros escritores italianos, dice, y con ellos
»Farini, afectados por tan singulares condiciones, propusieron
»el remedio de Ia secularizacion del Gobierno, la seguri.
»dad de que ells sola bastaria para dar al Estado aquella


di-


DEL GODIERNO 11EPIIESENTATIVO. 15
»reccion reclamada por su Ultima naturaleza. En nuestro con-
»cepto se engaiian, y su error consiste ern no haber observado
»que el actual desOrden de la administracion romana, tiene su
»orlon, no tanto en los clerigos, como en la doctrina clerical, 6
»sea, en el falso teologismo politico. Despojad a Roma de la so-
»tana del Sacerdote, y cubridla en cambio con el traje seglar,
»y vereis reproducidos bajo otro 'aspecto, si no todos, induda-
blemente la mayor parte de los inconvenientes que tratais de


»evitar; porque, 6 se toma el laicismo como sistenta de simple
»sustitucion de hombres, 6 como sistema doctrinal opuesto al
-»teologismo.»


«En el primer caso, la variacion solo es aparente, y toda la
»diferencia consistirA-on someter la ejecucion de las ideas de-
»ricales a seglares en vex de clerigos, y este es el sistema segui-
»do pasta ahora .....


»En el segundo caso, volvemos A las objeciones que ya
»mos expuesto. zComo conciliar el sistema laical con el siste-
»ma teolOgico del consistorio cardenalicio? e.O.ino es posible,
c on el actual Estatuto (1) que reconoce el derecho canOnico


»como derecho supremo 6 inviolable , constituir el derecho
»civil 6 politico sobre bases enteramente opuestas? iComo po-
»dra ponerse de acuerdo el Papa, que condena en. sus Enci-
»clicas Ia libertad de cultos y de imprenta , con el Papa que
»apruebe esta misma libertad en las !eyes constitucionales de
»su pais? Imposible: lo repetimos, con el sistema teolOgico de
»Roma, no puede subsistir el laicismo. En una palabra , el
,)Papa no puede secularizarse.D


He aqui, pues, segun estos liberates, el carActer verdadero,
universal, esencial de las Constituciones modernas: abjurar del
sistema teologico de Roma , del derecho canOnico , de las En-
ciclicas de los Papas, de las ideas clericales ; de aquellas ideas
con las cuales el Pontifice , como Pontifice , no puede transi-
gir, porque necesariamente debe ensaliar que quien no estci con


(1) Alude Berti al Estatuto de Pio IX ; lo cual es una prueba
Inas de que dicho Estatuto no eru liberal.—rota de EL PENS/I:MEN-
-ro Esrtsot.




.14 INTRODUCCION AL EX:111IEN
Cristo estd contra Cristo. La confesion no puede ser mas inge-
nua ni explicita: damos las gracias al Nazionale y a Bert par
su rara sinceridad al explicar la naturaleza intima de lo que
ellos Haman regimen representatico fundado en la libertad de
discusion y de pensamiento: es un Gobierno opuesto a las doc-
trinas clericales , proclamadas por Clemente XIII , Pio VII,
Leon XII y Gregorio XVI. Asi se comprende con cuanta razon
se. llama retrogrado 6 anticuado a todo individuo o Gobierno,
codigo, ley, 6 acto cualquiera, que conserve el menor residua
de doctrina papal , clerical ,. canOnica 6 jesuitica , como se
quiera llamar , para no llamarla catOlica , que es su rer-
dadero nombre. Asi pudo con harta razon escribir Farini:
El Estatuto de Pio IX se diferenciaba sustancialmente de las
Constitueiones modernas do los Estados seglares (1). ;Clara
esta! Estabais esperando, por ventura , quo el Estatuto dado
por un Pontifice fuese modern° en el sentido de los liberales?


Tenlo presente pues, lector benevolo, en todas estas pagi-
nas; porque semejantes declaraciones dan plenisima razon de
todos los excesos irreligiosos que nacen con la regeneration
italiana, donde quiera que esta brote , cualquiera que sea la
persona que la promueva y el pretesto con que se disfrace. El
Piamonte fire regcnerado por un Rey guerrero, la Lombardia
por senores y abogados, la Toscana par un principe pacifico,
Roma por un Gerarca Napoles por snplicas reitera-
das, Sicilia a nombre de derechos hereditarios: en ello in flu-
yeron personas de todas condiciones, de todos partir.los, de
todas opiniones: las circunstancias parecian diversas en los va-
rios Estados, pero en todas partes hubo de Ilegar un dia en
que, depuesta la mascara, el particle reformador . se declaraba
enemigo de la Iglesia Y aunque al otorgar el Estatuto
6 Constitucion tratasen los principes, en su primer articulo,
de poner a salvo la Religion catilica, no obstante, en nombre
del Progreso, de la idea moderna, del espiritu de la moderna
civilization, hallabase al punto manera de ostigar a la Iglesia,
y de combatir el articulo primero con el apoyo de los siguien-


(I) Farini. El Estado romano. Torso II, lib. III, pig. S.


DEL GOBIERNO REPRESENTATIVO. 15
tes, coma hoy misrno se esti hacienda en el Piamonte. Tan
cierto es que el conjunto de estos articulos esta amasado, ler -
mentado y removido par el espiritu protestante, de donde mu-
chos de ellos se desprenden como legitima consecuencia.


XII. Lo hems vista declarado par liberales descarada-
mente incredulos: oigamoslo ahora de los labios de un deci-
dido catOlico: oCombato las constituciones de nuestra epoca,
porque no se ye una de ellas que no este fundada en el racio-
nalismo. La razon individual, investida - de autoridad supre-
nia, todo lo gobierna con poder absoluto, libre de toda direc-
clan y de todo freno; como quiera que ni la ley de Dios,
ni la Iglesia, ni la revelation, ninguna autoridad, sea espi-
ritual 6 temporal, tienen derecho para guiar 6 rectificar
la razon privada. .... No .se ha vista cosa semejante en las
antiguas constituciones representativas. La Belgica, r por ejem-
plo, fundada esencialmente en la Religion catilica, estaba
puesta bajo la salvaguardia de tres brazos del Estado; pero
estos no estaban abandonados a las aberraciones de su in-
teligencia; é impotentes para Innovar con tentativas teme-
rarias , eras poderosisimos para defender todos los dere-
chos, y especialmente los de la verdad , los de Dios y de
la Iglesia. He aqui por (ie entinces gozabamos de verdadera
libertad y por que este nombre tiene boy todavia entre nos-
otros una fuerza magica.» Asi discurre en generoso catOlico de
Belgica, deduciendo de estos principios consecuencias practi-
ticas ineritisimas de larga discusion, aunque agena a nuestro
propOsito. La que queremos es que se comprenda la confor-
midad de los catilicos con los liberales en reconocer que la
independencia de la razon es el espiritu vivificador de las
constituciones modernas, y la diferencia caracteristica que
existe entre los antiguas y los modernas Gobiernos represen-
tativos (1).


(I) Combat() las constituciones de nuestra 6poca, y las corn-
bato todas sin exception..... Porque el caracter esencial de estas
constituciones es el siguiente: La razon hutnana, o por mejor de-
cor, la razor) individual , se halla investida en ellas de autoridad
suprerna en el Estado y 10 regula todo como soberana absoluta, sin




16 INTRODUCCION AL EXAMEN
Por lo dicho se comprendera que el caracter de irreligiosi-


dad no nace en los Estatutos modernos precisamente de la
forma representativa (aunque esta pueda, tal vez, alentar
los conjurados a obrar el mal), sino que surge principahnente
del espiritu hoterodoxo


• introducido en la sociedad y en las
Asambleas.


XIII. Este espiritu heterodox° es precisamente el quo ha
hecho hoy vulgar entre los politicos a la moderna esa teoria de
la separation del Estado y de la Iglesia, quo intentan poner
en practicalos intrigantes politicos, siempre que tratan de apo-
derarse de las riendas del Gobierno, como hoy precisamente
acontece en el Piamonte.


La ley debe ser atea: tal es la primitiva formula con que
se revistiO aquella impia doctrina quo, mitigada hoy, o por
mejor decir, enmascarada, ha reaparecido para engaflar 0 los
incautos y encubrir a los hipOcritas, hajo esta otra formula:
El Estado debe separarsc enteramente de laiglesia. La primi-
tiva formula, expresion de espantosa perversidad, hizo estre-
mecer a Europa la primera vex que futi pronunciada, y cuando
el condo de Althon-See , diputado de la Camara francesa , Se
atrevi6 en tiempo de Luis Felipe a proponer a un Parlamen-
to, no compuesto ciertamente de cartujos, que se instituyese
una catedra destinada a ensefiar lo que el periOdico la Italia
e Popolo llamaria en el franco lenguaje de su cinica impiedad
la religion del ateismo, el estertor de la moribunda concien-
cia catOlica trocose siibitamente en grit° de horror que pro-


intervention. La ley de Dios, las leyes de la Iglesia, la revelation,
Is palabra ninguna autoridad espiritual, ninguna autoridad
temporal es admitida para guiar o enmendar las decisiones de la.
razor..... No se ha visto una cosa igual en las anti,nas constitu-
ciones de los paises llamados: Paises de estarnentos o representa-
tives..... Por ejemplo, la constitucion belga, basada esencial.-
mente en la Religion catOlica , estaba hajo la salvaguardia de los
tres brazos del Estado..... Pero estos brazes no se abandons-
ban a las aberraciones de su inteligencia. Sin fuerza para innd-
var, para hacer ensayos temerarios , para hacer y deshacer le-
yes, eran muy fuertes, como conservadores, para mantener los de-
rechos de todos, y antes que todos, los de la verdad, los de Dios,
y de su Iglesia. (EL ORDEN, por el condo Luis Fr. De Robiano-
Borsbeek, pigs; 50-53 —Paris, 4851.)


DEL GOIDEIINO REPRESENTATIVO. 17
dujo-la saludable crisis de aquella nation, tan catOlica y gene-
rosa como vendida y desdichada.


XIV. Pero, asi que esta mismisima doctrina, escarmentada
con la derrota, supo ocultarse hajo mas detentes atavios, lo-
grO penetrar, no solo en los Gabinetes politicos , sino tambien
en los elegantes salones de los moderadamente catOlicos , lo-
grando, por Ultimo, abrirse camino en los mas recOnditos plie-
gues de ciertas conciencias sinceramente piadosas , pero poco
ilustradas , donde 0 favor de la oscuridad , logrO que se la
tomase . por su propia rival, es decir, por el dogma catelico de
Ia libertad de la Iglesia. La infalible maestra de la verdad


protestO contra tan impia supercheria por boca de los
inferiores )7 del supremo Oraculo : y claim!) con muchisima
razon; como quiera quo, eu sustancia, tanto monta decir: La
ley no reconoce a Dios, como declarar: Lo reconoce, pero no
cuenta con dl para nada, si es que la segunda proposicion no
es aim mas impia que la primera. Pero tiempos tan turbios
corrian; tan embriagadas de independencia heterodoxa anda-
ban las inteligencias de ciertos catOlicos; tan acreditada estaba
la distincion entre la filosofia y la teologia ; los limitcs de la
autoridad eclesiastica para definir cuestiones filosOficas eran
fijados con mano tan atrevida por eatölicos a la moda , que
su herdica mOderacion tuvo clue agradecer el pobre Grego-
rio XVI, que se contentasen con compadecerle, en vex de ha-
berlo excomulgado. Entretanto , el dogma favorito proseguia
con visera alzada su triunfo, y no fueron pocos los hombres de
hien que dedicandose a abolir la Religion del Estado en las
naciones catOlicas , creyeron firmemente prestar en elle un
servicio a Dios. En nuestra misma Italia , en esta Italia cuvo
primado moral y civil se ufanaba con no reconocer otra base
que la piedra del Vaticano, ni otra atmOsfera que el espiritu
catOlico, en esa misma Italia, decimos , se hacia y se hate lo
posible por guitar it. la vez de la Iglesia todo eco en el Parla-
ment°, confinAndola a las soledades del santuario. Podemos in-
vocar el testimonio del Risorgimento , el cual siempre que se
trata de abofetear a la Iglesia, se arrodilla ante ella con gran-
de reverencia, sacando a relucir lo del moralisinio y




18 XNTRODUCCION AL EX.MEN
disimo primado. Y al proponer perfecta concordia entre el Es-
tado y la Iglesia, quiere que esta paz eche el sello (i la INDEPEN-
DENCIA DE ENTRAMBOS , teniendo cada cual lignites perfecta-
mente msrmos: pero hien entendido que estos hmites no de-
ben definirse por la institucion de Cristo , interpretada por
la Iglesia (porque esta no seria juez imparcial en causa pro-
pia), lino por los principios del Estatuto admilidos en toda la
plenitud de sus consecuencias, é interpretados por la Camara
o por el Risorgimento , los cuales , aun cuando en causa pro-
pia, son infalibles e itnparciales al poner por obra, como es de
su derecho y deber, los corolarios prcicticoS del Estatuto (1).


Ahora bien: zcomo una doctrina que belt') de espanto a los
rnismos incredulos, al aparecer por vez pritnera, al teaparecer
poco tiempo despues estuvo a punto de seducir y arrastrar,
si posibte Accra, is los mismos elegidos? FAcilmente se expli-
ca lo extrafio del suceso, si se reflexiona que el sofisma no en-
gafia sin el oropel de alguna verdad mal comprendida, y que
apenas puede uno librarse, de su encanto, si aquella verdad
apenas se distingue de su contrario. La primitiva formula tenia
toda la crudeza de la impiedad sin el menor paliativo; aquella
frase ley alea parece que nos abria de par en par las puer-
tas del infierno. Pero cuando se dice : el Estado debe sepa-
rarse de la Iglesia, se nos figura que se sobreentionde Ia propo-
sicion reciproca : la Iglesia debe separarse del Estado, y esta
proposition encierra ciertamente una verdad dolorosa é hipo-
tetica, pero en esta hipotesis evidente y necesaria ; siendo
como es evidente que hay casos en que la Iglesia no puede
tomar parte en an Gobierno declarado enemigo de la fe catO-
Ilea y de la honestidad natural. Pero este doloroso ticker tie
la Iglesia perseguida, puede dar al perseguidor el derecho de
separarse de ella? '.Cal es el verdadero estado de la cuestion, el
genuino sentido de la proposition que con tanto estrepito se
sustenta.


La Religion y el Estado deben separarse , O, en otros ter-
minos, la ley debe ser atea: be aqui Ia proposition conside-


(1) Risorgimento, 4 Setiembre 1851.




DEL DOBIERNO REPRESENTATIV0. 19
rada en el dia como un axioma por algunos publicistas mode-
ratos, que intentan deducirla con Boncornpagni y con el Ri-


sorgimento, de las exposiciones de los Obispos pidiendo libertad
ilimitada. Pero Lquien no ve lo absurdo de semejante deduc-
tion? iInferir que la libertad absoluta es el verdadero bien de
la sociedad en estado sano, al ver que se pile como un re-
medio para la sociedad entermal Segun este modo de discur-
rir, el hombre sano y robusto no debe corner, porque los
medicos recomiendan la mAs rigorosa dicta it los enfermos.


No negaremos que en una sociedad, donde (como en los
paises Bajos antes de 1830) todas las doctrines son libres, es-
cepto la verdad, reclamen sinceramente los catOlicos la liber-
tad para todos, a fin de sustraersc A las leyes establecidas y
empleadas esclusivarnente en contra de ellos. que? iPuede
inferirse legitimamente de aqui que sienzpre y en todas par-
tes suspiran los catölicos por la libertad del error?


Dejanse otros seducir por un sofisma que suele engafiar A
los que calculan los efectos de una institucion solo por la
fuerza objetiva de la verdad y de la justicia, olvidando entera-
mente la fuerza subjetiva de los sentidos y Ia corruption. Di-
cen estos, y el argumento ha llegado a ser boy trivial: Dejad
contender libreznente al error contra la verdad, y nada 1c:-
7-was. Y el Resorginrento, que anda a caza de sofismas irreli-
giosos y tiene a punto de honra el que no ' se le ease ninguno,
aflade al sofisma la acusacion de que muestra muy poca fe en
la verdad quien trate de defenderla contra la mentira (1). FAcil-
mente se contesta a estos 6 soducidos 6 seductores, pregun-
tAndoles por que conceden ellos A los Gobiernos la facultad
de defender los primeros principios que sirven de base a todo
el edificio social. Seguramente que si hay verdades que deben
triun far por si mismas , por su propia evidencia 0 im-
portancia, ban de ser indudablemente los primeros princi-
pios de toda existencia social. Pues bien; i,cOmo es que aun


(1) Vemos este cargo de Boncompagni en el Risorgimento de
los Bias 5, 6 y 7 de Agosto, y el periOdico lorepite por cuenta pro-
pia, el 11 de Setiembre, temeroso sin duda de que esta alhaja se
pierda.




20 1NTRODUCCION Al, 1∎AÄMEN
los mismos »zoderados les falta la fe precisamente en estas
verdades ?


Como es que solo a estas verdades quieren que
conceda su protection el Gobierno? No dire que la razon de
esta diferencia consista en el temor de pie, con oleos prin-
cipios, su tranquilidad, su propiedad- y su vida queden exPues-
tas; pero no puedo menos de decir que su prActica esta en
oposicion con sus doctrinas, las cuales son en sustancia aqua
magnifico sistema aplicado en nuestros dias por Cousin a la
historia politica, segun el cual, siempre tiene razor' el vence-
dor. Consecuencia forzosa de-este sistema es que Mahoma de-
fendia la verdad contra la civilization cristiana; que Isabel la
sostenia contra la catOlica Irlanda, y Gustavo Adolfo contra la
asolada Alemania. Extraira pretension por cierto en los que
sostienen el Irnperio absoluto de la verdad y de la justicia
sobre los reyes y sobre los pueblos, y quieren despues que el
pueblo y el Rey se declaren indiferentesa verlas vencedoras 6
vencidas.


XV. 13asta. Dejemos de considerar al hombre como pura
inteligencia, y a sit naturaleza, exenta de su nativa corrupcion.
Mientras que la razon este metida en los sentidos y los senti-
dos viciados per la corrupcion, dejar quo la verdad se defienda
por si sola, es lo mismo pie dejar a la justicia en manos de las
pasiones. •


Y sin embargo, estas razones wimple debilisimas, y otras del
mismo jaez, han podido servir de salvo conducto, aim entre
ciertos catOlicos, a esta proposition, pie debia estremecer
todo creyente: El Estado debe separarse de la Iglesia; El Es-
tado no debe ser catOlico.


De muy distinta manera rdiscurririan estos, si comprendie-
sen que no puede see verdadero catOlico Olen no se hallo corn-
pletainente de acuerdo con la Iglesia catOlica; como quiera que
la Iglesia catOlica en todos tiempos ha inculcado A los Princi-
pes de la tierra el deber de sostener con las leyes civiles las
eclesiasticas; y uno de los mils preciados timbres de los mejo-
res Monarcas, fuO precisamente el celo con pie cooperaron
los intentos de la Maestra de Ia Verdad. Hoy no es asi: los
Principes hacen coro a los fanAticos; y sostener las leyes de la




DEL GOBIRRNO REPRESENTATIVO. 21
Iglesia es conculcar los inviolables derechos de la humanidad,
con arreglo A la maxima que sieve de base a la moderna socie-
dad .europea, A saber, pie el hombre tiene el derecho inalienable
de la libertad de pensar.


Pero si quitamos del medio este apoyo del error; si consi-
deramos al hombre en su verdadero ser, dotado de libre al-
bedrio , guiado por una razon siempre falible muchas veces
flaca y obtusa , mas frecuentemente ann esclava de Ia pasion
y las preocupaciones ; 'Ojos de encontrar en la humanidad,
con el derecho de independencia, el vituperio de los Principes
defensores de la Iglesia , hallareis en todo superior el altisimo
deber de protejer la inteligencia y la voluntad, y por consi-
guiente, segun doctrina catOlica, A Ia Iglesia, maestra y educa-
dora de ellas. Procure el lector penetrar Ia intima razon de
esta gran verdad.


MI6 es el Gobierno? ()116 es la autoridad? iNo estAn Ambas
instituciones destinadas por la naturaleza a proteger a cada
cual en el libre use de sus derechos contra la prepotencia de los
mas fuertes? Pues si existen ingenios mas agudos , pasiones
mas enO.rgicas , elocuencia mas seductora , intluencias bajo to-
dos aspectos mas eficaces que puedan y suelan arrastrar
las muchedumbres a desatentadas y funestas obras , toda auto-
ridad que conozca tan desastrosas tendencias, tiene por su
naturaleza, no solo el derecho, sino el deber de asegurar A las
muchedumbres su libertad contra Ia prepotencia del ingenio
y de la palabra, corm) todos reconocen en ella el deber de de-
fenderlas contra la violencia del brazo y del cucitillo. En este
principio esta conform hasta el liberalisirno ministro
de Instruction pUblica del Piamonte clue si no es sufiCiente-
mente liberal para consentir A la Iglesia el Gobierno que re-
clama la conciencia catOlica , encuentra en cambio en sa des7
potismo las inspiraciones del sentido comun , y protesta contra
la libertad del error, atribuyendo, por supuesto, A su cartera la
infalibilidad necesaria para corregirlo (1).


(1) No me satisface el decir que sectas y errores, etc., en-
cuentran represion y remedio en sus mismos excesos. Porque me
parece intolerable y casi cruel que rnientras se espera esta eura-




22 INTRODUCCION AL EXAMEN
Cierto que en las sociedades infieles, el cumplimientode este


richer se ve en gran parte contrariado por Ia impotencia del
gobernante, a quien si se le arguye por que consiente que tales
6 cuales personas abusen de su ingenio para seducir, en vez de
emplearlo en enseflar, tendril que enmudecer y reconocerse
tan falible como otro cualquiera, y como falible, incapaz de
juzgar (1); pero entre los catOlicos, que priblicamente recon.o-
cemos a la Iglesia como maestra infalible de la verdad y de la
justicia, no es admisible semejante respuesta, y la obligation
del Gobierno revive en toda su energia. 'Dodo sofisma, toda
declamation, todo artiflcio empleados par la ingeniosa impie-
dad para seducir a las muchedumbres, es un yerdadero aten-
tado contra el mils precioso de los bienes sociales, el bien del
entendimiento. Entre los- catOlicos este Bien esta priblicamente
reconocido, asi por el Principe como por sus subditos. iComo
podrà, pues, pretenderse que el Principe yea impasible el ase-
sinato de sus hijos, sin alargar su mano paternal para escu-
darlos contra Ia prepotencia del malvado? iO se dira, por yen-
tura, que no existe el poder del error pie seduce, no mènos
homicida pie el tOsigo quo envenena y que el pufial que
Mere y mata?


Conocemos—a, quien no lo conoce ya despues quo tanto y
tanto se ha repetido?—conocemos el grande argument° en
que se apoyan, como en su caballo de batalla, los promovedo-
res de Ia separacion de los poderes. El Principe, dicen, no debe
echarla demaestro de la conciencia, como si el defender a la
Iglesia en el libre ejercicio de las tunciones que le fueron con-
fiadas por el mismo Dios, y han sido pUblicamente reconoci-
das, asi por los gobernantes como por los siibditos, fuese ar-
rogarse un magisterio, cuando yerdaderamente no es otra cosa
que reconocer y proteger a Ia Maestra. ;No tienen derecho


cion lenta y dificil, se deje perturbada y confusa la instruction
agravando de este modo la causa que debe 'lacer mils di-


ficil su restauracion.—(V. el discurso del ministro Gioia al Con-
sejo de lostruccion. Risorgimento del 6 de Octubre.)


(1) En la teoria de la ensenanza y de la libertad de imprenta
trataremos de esta materia.


DEL 60DIE/IN0 ItEPRESENTATIVO.
23


cobra las conciencias! 7ia lo sabemos, y iojala lo dijeseis con
sinceridad, como lo decis con verdad! Pero en el terreno de los
hechos estamos observando precisamente todo lo contrario: los
que rails cacarean la separacion de la Iglesia para. quo las
conciencias scan libres, son los que mils . fuertemente enca-
denan las conciencias al yugo del Estado.-


No les guardo ningun rencor; no tengo derecho paraello;
quien lo tienc nunca para resentirse de que el hombre se deje
arrastrar por su indOmita naturaleza? Este es uno de tantos
casos en que la heterodoxia, rebelde por naturaleza, se y°,
pesar snyo obligada por esta, a contradecirse, redondeando
to cuadrado para cuadrar devues to redondo. Siendo el horn-
bre esencialmente uno, aunque compuesto de dos sustancias;
quien mande, en . el hombre, debe forzosamente inflnir en las
dos partes que componen sustancialmente un solo individuo.
Excluir, pues, a la Iglesia del mando sobre el cuerpo, y al Es-
tado de obligar a las conciencias, es separacion contraria it Ia
naturaleza. SiempremandarAn los dos poderes a las dos sustan-
cias ; siempre se encontraran en el mismo campo, 3 ,a unidas
para ordenar, ya combatiendo para triunfar. Aquellos, pues,
que por Odio la Iglesia, 6 por ansia de ilimitada libertad, pro-
mueven is separacion, no alcanzarnn otra cosa quo is completa
anarquia .de las conciencias, 6 encadenar estas a la fuerza ma-
terial.


Pero la anarquia de las conciencias es Inns Bien India
contra la naturaleza, quo en Ultimo resultado esti), reducida a
estas dos proposiciones; o a decir que el hombre no debe obrar
segun su propia conciencia, lo cual equi yale a dividir al hom-
bre en dos sires , uno que piensa y quiere , y otro que pace
autonOmicamente todo lo contrario de lo que el primer° ha
pensado y querido, (que es ,


lo de la curiosa novelita de ma-
dama Geniis El Palacio de la Verdad); (I) 6 mils bien a pro-


(1) Esta festiva y a veces sabia novelista, preceptora de los
Principes de Orleans en el pasado siglo, para ridiculizar el consiente
fingimiento de la alta ,sociedad en que vivia, imagine un palacio en
que se obligaba a los concurrentes a expresar con la lengua sus
verdaderos conceptos, mientras creian expresar los talsos eumpli-


Tomo 1. 5




24 INTRODUCCION AL EX.AMEN
clamar que la sociedad debe componerse do hombres entera-
mente discordes en el obrar; pues obra cada cual a su capri-
cho, lo que equivale a formar una union desunida, una socie-
dad quo no es sociedad.


Siendo, pues, igualmente imposibles estos dos miembros de
la disyuntiva, las genies que rechazan el auxilio -de la Iglesia
para dirigir corazones y entendimientos, sin perder entera-
mente la • esperanza de formar una sociedad, vieronse obli-
gadas a encomendar a la fuerza todos aquellos derechos sobre
la conciencia, absolutamente necesarios para formar una socie-
dad, siquiera externa, y asegurarla al m6nos una sombra de
villa tranquila. Pero comedominar las conciencias con la fuerza
es otro absurdo, otro imposible, se refugiaron por Ultimo en
esa infame extravagancia de que ni el Gobierno tiene derecho
para mandar en la conciencia, ni la conciencia lo tiene tiara
resistir al- Gobierno: formula con tradictoria que pinta al desnudo
la decantada libertad de conciencia que nos quieren regalar
nuestros regeneradores.


XVI. Esto•precisamente es to que hace el Risorgimento
en el Mller° que antes hemos refutado, en que, desoucs de
demostrar, con su portentosa legica, quo los eget-ices estAn en
contradiccion consigo mismos en no conceder al error iguales
fueros quo a la verdad, lleva la cnestion religiosa al campo de
la politica, y hace saber a sus adversarios que corresponde a
la politica regular la conciencia y la religion.


;Magnifico! Yo le doy gracias por haber expresado tan can-
didamente su despotism() musulman; porque, A la verdad, no
se donde podria encontrarse argumento mas poderoso para
demostrar la imposibilidad de Ia separacion absolnta de Am-


mientos reclamados por la cortesia y los intereses. Esto daba oca-
sion A cu:iosas y rid:culas combinaciones, en las que el amor pro-
pie, la vanidad femenil 6 literaria, la envidia cortesana, los inte-
reses con la mascara de filantropia, y otras pasioncillas mas 6 me-
nos reprobab!es, pero siempre vergonzosas, se revelaban por la
lengua, al paso que los gestos y movitnientos del cuerpo secunda-
ban a la hipocresia. Era en sustancia la armonia preestablecida
de Leibnitz perturbada entre la lengua y los demas miembros del
cuerpo.


DEL GOBIERNO REPRESENTATIVO.


25
bas potestades. El pobre Risorgimento es ciertamente digno
de compasion, porcine no hace mas que ceder a la indomable
fuerza de Ia naturaleza y de la lOgica ; dos respetabilisimas
matronas que no suelen ser rimy condescendientes , ni alai
respecto de sus mas amartelados y rendidos. Siendo uno
el hombre, quien quiera gobernar el cuerpo tiene que gober-
nar el espiritu: este puede conseguirse invistiendo a una sola
persona del derecho de gobernar el cuerpo y sojuzgar la con-
ciencia, y este es el Gobierno del Gran Turco y del RiSorgi-
mento: o dejando a distintos poderes el gobierno interne y
externo, pore de modo que armonicen en las ideas de justicia,
y este es el Gobierno catOlico. Fuera de este, ya lo hemos de
mostrado, no hay Inas que imposibilidad y absurdo.


De aqui puede inferirse (pm estos senores moderados, clue
tal ruido meten con su amor a la libertad de conciencia, y
veces tambien a la de la Iglesia, en Ultimo resultado, no pro-
mueven otra Cosa (A sabiendas 6 no, poco importa) que la liber-
tad de los mustilmanes .....


PerdOname, lector; me he distraido: he calumniado a Ma-
lioma; porque este al fin y al Cabo era un poco mas discrete
que nuestros reformistas. .Alahoma le decia .al ignorance be-
duino: Yo soy pro feta; hablo d tu conciencia: cree y obedece
is esa conciencia iluminada por mi. Si el beduino obedecia,
era un pobre infeliz burlado, mas no un malvado, ni un infame.
Nuestros modernos reformadores ledicen: liable en ti libremen-
te la conciencia, pore tii pisolea los ordcules y obedece al 'Esta-
do. El esclavo del Estado no sera, Imes, un iluso; sera un mal-
vado, porque viola su propia conciencia; sera un infame, por-
que hace profesion de violarla.


He aqui en toda su torpe desnudez la doctrina de Ia se-
paracion de las dos potestades, sinOnima del despotismo de la
fuerza material. Ya no se espantara el lector de aquellos se-
ductores ensayos de libertad que los separatistas hicieron sa--
borear a la Iglesia en el Piamonte.


XVII.C'
..ort que, segun eso, se me lira, no admitis distin-


cion alguna entre ambos poderes?
—Distincion si; separacion no. Precisamente porque quie--




26 INTRODUCCION AL EXAMEN
ro la distincion, rechazo la separacion. Nuestros adversarios
son los que, aspirando a una separacion, imposihle segun la
naturaleza humana, se veil obligados, como acabamos de ver,
a introducir la mas completa confusion. Pero nosotros, que a la
Amidad de la naturaleza humana damos impulso con dos pode-
resarmOnicos y acordes, con nuestro mismo dualismo mantes
nemos intacta esa distincion que nuestros adversarios tratan
de abolir en su Cobierno a la turca.


XVIII. Dira alguno quizas: , por que no aitadis Gobierno a lo
Papa? No estin unidas tambien en el Papa la autoridad tem-
poral y la espiritual?


Si el lector me propusiese dificultad,seinejante, tendria que
rogarle que, se remontara a los principios supremos de ambas
autoridades -y de su distincion, y al instante veria que todo
cuanto repugna a la, autoridad temporal su ayuntamiento con
la espiritual, admite esta como conveniente su ayuntamiento
con aquella: y esto por dos razones âmbas evidentisimas. La
dignidad y la unidad de la primera , y la subordination y la
divisibilidad de la segunda. Nos explicaremos: QuO os parece
mas justo; que los principios de eterna justicia sirvan de guia
al Orden politico y material, 6 que el Orden material y politico
tuerza segun le convenga los principios de eterna justicia?
No vacilareis en contestar; y si alguien titubeara, le recomen-
darlamos el Risorgimento, defensor entusiasta de aquelias ra-
zones eternas acerca del Rey y de los pueblos. Por donde se
ve que no puede hacer inconveniente en quo una persona, pii-
blicamente reconocida por todos los catOlicos como oraculo
infalible de la verdad , tenga un pequeno territorio en donde
pueda aplicar las leyes eternas 4e las cuales es intOrprete para
todo el mundo. Este es su principal oficio, y a 61 se Italia su-
bordinado el otro como accesorio. El oficio de los Gobiernos
temporales consiste, por el contrario, en ordenar la utilidad
material, y en virtud de este oficio, pretende arrastrar hacia
si aquel poder que deberia servirle de guia en todos sus actos.
Es por consiguiente tan propenso a servirse de la verdad en
provecho de la politica (desOrden gravisimo), como el poder es-
piritual naturalmente inclinado a hacer que la politica sirva a la


DEL GODIERNO REPRESENTAT1VO. 27
verdad. DC aqui precisarnente nacen las quejas de los enemigos
del Pontificado y del Gobierno de los Sacerdotes, al lamentarse
de que un pueblo sirva a los intereses universales del Catoli-
cismo.


Nada impide, pues, que a la potestad espiritual se agregue
la temporal: miêntras (me por el contrario, repugna que la po-
testad espiritual se entregue como propiedad 6 en herencia
al poder temporal.


No menos evidente es la otra razon. La verdad es esencial-
mente una. Abandonar, pues, Ia interpretation de la verdad
cualquier Principe de la tierta, repugna esencialmente la na-
turaleza de la verdad y de la justicia. Pero ;, repugna por ven-
tura del mismo modo quo el gobierno de la tierra se di-
vida entre machos? Todo lo contrario. la division es una ne-
cesidad.


No esta, pues, vedado quo al interprete de la verdad se le
de una porcion cle territorio; pero es tin absurd() que se ponga
a disposicion de cada poseedor de territorio un pedazo de
verdad.


En vista de' esto, nuevarnente se comprendera cuanto peer es
la teoria del Risorgimento quo el Gobierno de Mahoma. Este,
al menos, conserva en el Sultan la idea del gobernante espi-
ritual, y solo es tiranico porquc el Sultan no es tal interprete
de Dios, coino el se llama; pero partiendo de ese falso supues-
to, admite el principio y no ofende al buen sentido.


No asi el Risorgimento, el cual encadenando los actos ex-
tombs a la ley civil, a pesar del clamor de la oonciencia, viene
a abolir el principio mismo de toda honestidad y de toda fiber-
tad, exigiendo quo se viole el dictamen de la conciencia para
no resistir al ministro 6 al Parlament°. Cuando se lea lo que
mas adelante diremos sobre la casualidad de las leyes en el
Parlainento, se comprendera como a Ia conciencia de un
hombre de Bien le falta espacio para moverse, sumergida en el
fondo de este fango. Y, qtt6 ,, mayor envilecimiento que some-
ter la conciencia al acaso? Un voto mas habria hecho inviola-
ble la santificacion de las fiestas, la santidad del matrimonio;
un voto menos me tiara osadia para violarlas.




28 INTRODUCGION AL EXAMEN
...MX. Pero de este modo, se me argiiirA, estamos conde-


nados a ver perpetuados entre nosotros el privilegio de los
catolicos y lereprobacion de los israelitas, protestantes 6 in-
crOdulos; porque la Iglesia jamas consentirit en mancomunar
con ellos sus derechos.


No bay catOlico tan necio que se atreva a negar que en cier-
ta y determinada sociedad pueda existir un estado tal de des-
Orden, una condition exceptional en que sea licito tolerar lo
que no es licito aprobar. Tenemos de ello ejemplos apostili-
cos, no solo respecto de la sociedad palica , sino de la do-
mestica ; pues los ApOstoles no pusieron ciertamente entre
los impedirnentos matrimoniales el de la disparidad de cultos.
Pero pretender que so convierta en prenda de sociedad bien
ordenada la perdida de la unidad religiosa, 6 que para con-
servarla intacta no baya medio mAs eficaz que dar en todo y
por todo la preferencia a gobiernos heterodoxos; eso jamAs se
lograra persuadir a la Iglesia, que ciertamente no esta hecha,
como los gobiernos constitucionales, a comulgar con ruedas de
molino. Si por desgracia tuya, benevolo lector, tienes tan an-
chas tragaderas, fallarits contra mi y no tendre más reme-
dio que conformarme con mi suerte; porn si eres catOlico, si
crees aim que todas las verdades descansan en la firmisima
columna de la Iglesia, Lte doleria.ver a tu piaria perpOtuamen-
te condenada it soportar el privilegio de la verdad, y ver per-
petuarnente negada la facultad de extraviar ktus conciudada-
DOS a ese judio, a ese incredulo, a quien recbazarias con
horror de las puertas de tu casa, si osara presentarse en ella
para educar a tus hijos? Comprendo que . respetemos en ellos
la dignidad de hombres, y la dignidad todavia inns alta de la
desgracia ; comprendo que no se les despoje de su hacienda,
que no se les molcste en sus personas, ni se les atormente en
sus afectos ; comprendo que no se les deje abandonados a la
miseria ; en una pilabra, que se les trate como hermanos
liras desdichados todavia quo culpables. Pero quo debamos
para conseguirlo pintorrear los entendimientos con mil diver-
sas opiniones, borrando de ellos toda fe, toda eerteza ; pero
que la felicidad social consista en este escepticism, y que


DEL GOBIERNO REPRESENTATIVO.
29


para conseguir la gran dicha de dudar, la libertad del error,
'tengamos que conceder A cada secta el derecho de gobernar
un pueblo catOlico, y quo al dar este derecho A las sectas he-
terodoxas se In arrebatemos a la Iglesia, a esa misma Iglesia
6 quien tit y yo reconocemos por Madre


. ),
Maestra , i eso no'


Mientras conservemos un rayo de fe, 6 dos dedos de frente si-
quiera , ni tit ni yo podremos sostonerlo. Diremos siempre
que A la Iglesia toca dirigir las conciencias; que a norma de
las conciencias deben ser gobernados los pueblos por los
Principes de la tierra y que para gobernar con arreglo A la


: Conciencia tienen el medio natural
.
y expedito de vivir en ar-


mania con la Iglesia. Y si la libortad del Risorgimenlo, que
quiere gobernar con la cuchilla, sale ,gritando: cortadlo en dos
pedazos; nosotros, con Salomon, inferiremos que esta libertad
sin entraftas no puede ser madre de los pueblos, silo tratican-
te de pueblos.


XX. A quien quiera que sostenga el ateismo legal bajo su
descarada formula, o bajo la tOrmula hipOcrita de separation
-de la Iglesia y del Estado, le diremOs que para exterminio de
la sociedad intenta introducir el principio hetCrOdOX0 , gu-
sano roedor del Gobierno representativo : el principio de la
independencia absoluta de la razou humana. Siendo esta in-
dependencia inconciliable con la. fe en un Dios criador y rec,
tor del universo, autor y consumador del Cristianismo , con-
duce lOgicamente las sociedades que resueltamente la abrazan,
6 una guerra abierta, primero contra et Catolicismo y el Cris-
tianismo , y luego contra cualquier asomo de natural


.
sen-


timiento religioso, -segun lo hems demostrado al hablar de
las sociedades constituidas a la moderna en viand de ague!
principio.


Pero este, repArese bien, al paso quo es la destruccion de
toda religion, es un absurd() contrario A la naturaleza que ha
.tormado al hombre esencialmante dependiente. De aqui se
infiere que el protestantismo que tiene por base la negation
de cstas verdades naturales, debe perpOtuamente extremecer-
se y oscilar todo entero por lo mismo que es opuesto A la
naturaleza; como quiera quo todas las pastes de un edificio




50 INTRODUCCION AL EX AMEN
Ilan de partieipar de la solidez o debilidad de sus cimientos.


XXI. Si: sociedad fundada en el protestantismo ha de
estar en lucha constante é inevitable con la naturaleza del
hombre y de las cocas. La naturaleza to creO dependiente , la
reforma le hate independiente; Ia naturaleza forme la socie-
dad humana dandola una organization la reforma destruiri
la organizacion y la sociedad naturales para reformarlas artiti-
cialmente , la naturaleza estableciO en el organistno social
garantias intimas a inalterables , la reforma ingerirà en el
garantias ext.ernas y con tradictorias; la naturaleza ditto leyes
con la razon; la reform , sustituyadola con las pasiones,
abolira el principio natural de toda Icy. En suma , si Ia
base del protestantismo es una mentira solenmemente rechazada
per la naturaleza en todas las paginas de la creacion, la sociedad,
fundada en tal principle, serajnecesariamente perpetuo comba-
te contra Ia naturaleza, guerra de titanes contra el Criador.


XXII. Ya se comprendera cual debe ser el exit° de esta
guerra. Impotente el protestantismo para alterar la naturaleza
de las cosas, es itnposible que, a pesar de la pertinacia de sus
esfuerzos, llegue jamas a crear nada sOlido y duradero: la na-
turaleza siempre es la misma; pero el protestalitismo intro-
duce en la naturaleza su elemento desolador y destructor, su
elemento propio que es la mentira. Cuando este elemento se
introduce en las ciencias puramente especulativas, si en dies
pudiera detenerse, el mal no seria muy grave y quedaria cuasi
reducido a esa oscuridad de entendimiento en pie viven suma-
mente tranquilos tantos y tantos- ignorantes 6 enganados que,
o no saben una palabra de nada, 6 creen"saber algo cuando
juzgan falsamente de las cosas. iQue gran mal seria para nos-
otros ignorar el curse de los astros, O desconocer la trisection
del angulo y la duplication del cube?


Pero desgraciadamente el hombre, come toda criatura,
tiende en Ultimo resultado a obrar exteriormente, segun pa-
rece indicarlo la profunda y por lo tanto sencillisima filosofla
del lenguaje de la Sagrada Escritura (1): formando como for-


(1) Posuit hontinem„... ut operetur.


DEL GOBIERNO REPRESENTATIVO. 51
ma parte de este inmenso universe, y criado para glorificar
su autor, el hombre tiende fuera de si a coordinarse con todo
lo criado hiciaaquelbien infinite que no halla en si; y no ha-
llândolo, se Ye obligado lanzarse por el sender() que la natura-.
leza le traza como conducente it la felicidad por suspira.


XXIII. Aqui no cabe especulacion para: toda teoria es por
si iniciadora (le obras, es relativa a un termino y requisite ne-
cesario para alcanzarlo. Asi como llenais de pOlvora la carnara
del canon para disparar la Bala; asi come poneis la saeta en el
arco para lanzarla, de ese mismo modo el conocimiento pric-
tico engendra en nuestra mente un objeto ideal, no para que os
detengais en conternplarlo, sine para que lanceis fuera de
vosotros mismos a poseerlo. Bello es el espectimulo del herois-
mo del sacrificio, bella la mansedumbre del perdon, la libera-
lidad del beneficio, la constancia en los trabajos, la magna-
nimidad en el peligro; pero esta belleza no esta solamente
destinada por la naturaleza a deleitar el entendimiento que es-
terillnente la contempla, sine a enamorar el corazon y moyerlo
a obras semejantes.


No es; por tante, maravilla que el error produzca inmensos
daubs en la practica, cuando entra en ese Orden de operacio-
nes en que el autor de la naturaleza, despues de haber forma-
do los elementos con su omnipotencia creadora, exige anent-
bre su cooperacion para desenvolverlos y perfeccionarlos. Si
al tomar el hombre sobre si esta carga no acepta al propio
tiempo los dates de la naturaleza, antes per el contrario in-
tenta tomar el error por adalid, zqu6 sucederii? Sucedera exac-
tamente lo que al artifice acontece cuando se ernpeiia en con-
seguir un imposible, una coca contradictoria. Querra con sus
manos corregir a la naturaleza, la cual inflexible 6 inimitable,
de operacion en operacion jut destruyendo la obra del artifice.


Supongamos, por ejemplo, que un cantero tenga la insensa-
ta ocurrencia de pacer una tabla de marmol que sea al propio
tiempo cuadrada y redonda, Lclue le pasara? Comienza, v. g.,
cortarla en cuadro, y despues de haberla reducido a escuadra
con el mayor esmero, la examina y ye que esta perfectamente
cuadrada, pero que le falta .1a rotundidad. Ententes va, y




J2 tyritottuccioN AL .
EXAMEN


'lace? Vuelve a tomar el escoplo y martillo, y a cortar Angulos
pasta que la Ilega a poner perfectamente redonda.-1—Poco
poco se dice a si propio: redondo no es cuadrado,.--y el
been hombre quicre ono y otro. Vuelve a cortar los segmentos
,para reducirla a cuadro, y Lorna. a cortar *tilos para hacerla
redonda; y cuadrandola y redondeandola, la tabla de marmol
ira desapareciendo de entre sus manos lia.sta quedar reducida


. a on monton de polvo y ripio:
rues esto es ni más ni menos lo gut necesariamente debe


acaecer en la , sociedad, que es una de aquellos obras cuyo em-
brion forma la naturaleza en la potencia de los elementos so-
ciales que son los humanos individnos; queriendo, sin embar-
go que el desenvolvimiento y perfection sociales no se obten-
gall sin el libre concurso del arbitrio humano. Demos por un
instance a este arbitrio una norma contraria A la naturaleza,
y pronto veremos al getter° humano emprender con ella trc-
menda torturAndola.y.despedazimdola para conducirla
la idea Tie el hombre .se.ha jorjado. iY clue provecho sacarit?
1.,legarA nunca a cambiar los sores que el Criador trazO en stt


su mente, o produjo con su onntipotente fiat? EmbestirA, Clara
pipes, pero en vano, y solo servirA su martinet) para aturdir y
a tamentar a los ciromstantes.


XXIV. Si recorremos con el pensamiento la dolorosa his-
toria de la sociedad protestante en los tres Ultimos siglos; si
recordamos tanto y tanto edificio levantados por el espiritu de
la..reforma y destruidos al soplo de la naturaleza; si content-
plamos sobre todo ese continuo. vaiven, ese alternado levantar-
se v caer de la moderna sociedad de Francia,.cuya indole vivaz
y.practicala Neva tan fAcilmente a la aplicacion de teorias,
Antes de ser universalmente aceptadas; veremos en histOrica y
temerosa epopeya expuesta la verdad de cuanto acabamos de
indicar


Si el principio protestante es la absoluta independencia de
los inclividuos; si esta independencia es una mentira que des-
dice del verdadero ser de la naturaleza humana; si esta menti-
ra contra la naturaleza ha Ilegado a ser boy la base de las ope-
raciones de todas las sociedades constitnidas a la moderna; si


DEL GOBIERNO REPRESENTATIVO. 33
actos que se funden en esta base, opuesta a la naturaleza, no
pueden dar otro resultado que amontonar ruinas sobre ruinas;
todas las naciones prolestantizadas a la modem deben pre-
cisamente presentar el deplorable y monstruoso espectkulo
de una sociedad conjurada para destruir a la naturaleza con el
artificio humano, y del artificio humano combatido y destruido
perpetuamente por la indomable fuerza de la naturaleza. Guer-
ra de orgullo frenetic° y de exterminio universal, en que cam-
pean y brillan terriblemente, por una parte, la fuerza de los fal-
sos principios tan inexorable para arrastrar a naciones enteras
a chocar contra la naturaleza, y por otra, la insuperable fuerza
de la naturaleza derribando una por una las torres construidas
por aquella frenetica Babel. Consultad la historia politica de
todas las sociedades protestantes, y vereis que en todas ellas la
contestation de los hechos es identica.


XXV. No me he propuesto juzgar los hechos de todo
protestantismo, sino el hecho imicamente de los Gobiernos
representativos ; y sobre ellos principalmente fijaremos la
consideration de nuesiros lectores. Recorriendo los princi-
pios que tienen por base , demostraremos como todos se apo-
yan en aquella independencia heterodoxa de la coal proceden
naturalmente por hilacion legica. Este sera el asunto de la
primera parte. Patentizada la raiz de los principios que forman,
digamoslo asi, la ontologia del espiritu social y de la politica
moderna, pasaremos en la segunda . parte a demostrar cub)
necesariamente deben producir aquellos principios , al ser
aplicados , todos los desOrdenes que deploran los hombres
rectos, como germen de las Constituciones modernas, que
produce en todos los pantos del campo social, ora el veneno de
la irreligion, porcine irreligiosa es la independencia del hom-
bre, respecto a Dios, ora el absurdo, la contradiccion y el ex-
terminio, porque absurda y contradictoria es, aun en el
puro Orden natural, la independencia de un set. creado.


XXV1. Si considerada la sociedad desde Ambos pantos de
vista presenta siempre en perfecta ammonia los raciocinios con
los hechos; si desde calla una de ambas situaciones se saca
siempre la consecuencia de que, dado el principio protestante,




34 INTRODUCCION AL EXAMEN
los resultados quo deploramos son inevitables, ya se ye culin
ventajosamente habremos resuelto el problema. QuedarAn,
pues, restituidas A su primitiva inocencia, las instituciones
los Gobiernos templados vituperadas hoy por tantas personas
sAbias y honradas como esencialnzente anArquicas é impias:
esos Principes italianos, condenados por cierto partido como
estacionarios u oscurantistas, quedarAn justificados por su re-
pugnancia a las Constituciones en que el espiritu luterano ha
impreso el sello del demonio y tendencia de perdition. Por
el contrario, otros Monarcas que todavia no desesperan de
conducir sus instituciones a mejor termino, purgandolas de la
culpa del origen luterano, no solo quedaran defendidos de la
acusacion de obstinada heterodoxia, sino que encontrarAn alla-
nada la senda para una verdadera regeneration de Ia sociedad, asi
que hayan comprendido la verdadera causa de Ia corrupcion so-
cial. Veremos quo la Iglesia, tantas veces'combati da como enemiga
de la libertad civil, solarnente es adversa A Ia maldad proles-
tante. Los liberales catOlicos comprenderan Gude estAn los
infames escollos que atraen tantos rayos del cielo (1), y de
esos escollos apartaran sus naves: aquellos otros liberales,
cuya hipticrita nioderacion azota como Pilatos el thistico cuer-
po del Nazareno para librarle de la opinion que le persigue,
deberAn, por Ultimo, pronunciar su simbolo de fe y Ilantarse
protestantes, arrojando la mascara, para librar 0 la sociedad
catiilica de la peste de sus doctrinas y del temor de domesticas
traiciones. Ya comprendereis si con la lisonjera perspective
de sernejantes ventajas emprendere animoso mi dificil tarea.
ilsi pudiêramos contar con quo Itabian de acompafiarnos esos
liberales que no .cesan de acusarnos de tutores del oscuran-
tismo y del despotism°, cuando sostenemos Unicamente, y por
consiguiente bajo cualquier forma de Gobierno, el principio
CatOlico, tan mal tratado por los Ilamados constitucionales! De
este modo se desengauiarian de que realmente somos los ver-
daderos amigos de la libertad y los verdaderos enemigos del
despotism°. Y si al oir nuestros razones creyesen que estamos


(1) Inpmes scopulos Acroceraunia. Horat.


DEL GOBIERNO REPRESENTATIVO.
55


preocupados y quo son parciales nuestros juicios, el remedio
es 'kit: que respondan lealmente yen debida forma A nues-
tros asertos; que nos demuestren que el espiritu moderno
por el cual suspiran los Gobiernos, DO es Ia independencia de
la razon; que esta independencia no es contraria al espiritu ca-
tolico; que no ,


es, como dice Berti, la base necesaria de las
Constituciones modernas, y por lo tanto inconciliable con las
ideas clericales; que de esta base de independencia no resul-
tan todas las funestas aplicaciones que irernos desenvolviendo
en adelante.


Cuando con las pruebas en la mano nos hayan demostrado
todo esto; cuando nos hagan ver que el triunfo de Mazzini fue
el triunfo del Papa, que el destierro de Fransoni no file obra
de un rninistro moderado, que la depravation de periOdicos
wit° la Strega y el Risorgimento no atestigua la emancipa-
tion del espiritu hunzano, entences, tal vez, podriamos darles
credit°.


Pero mientras no refuten nuestros principios ni combatan
Ia notoriedad de los hechos, acusarnos de enernigos de este 0
de aquel Gobierno, 0 de adversarios de la libertad y del pro-
greso , es mostrarse descaradainente calumniadores o misera-
blemente engafiados.




PARTE I.


PRINCIPIOS TEORICOS DE LOS GOBIERNOS LIBERALES (1).


LO 14'41:SEER°.


EL PRINCIPIO HETERODOX° ES LA ABOLICION DEL DERECHO Y
DE LA UNIDAD SOCIAL.


1. Dificilmente encontrariamos en la historia otra epoca
en quo se haya discutido tanto acerca del derecho y de la uni-
dad social como en los tiempos presentes, en que no hay revo-
lucion que no se encienda en nombre de la unidad social, ni
violencia tan desvergonzada que no se Ileve a cabo en nombre
de derechos inviolables. Concretandonos a nuestra Peninsula,


(1) El texto dice: Principii leoriei dci Governi AMMODERNATL
No habiendo en castellano palabra equivalents a la italiana , am-
modernati, o teniamos que traducir : amodernados 6 amoderniza-
dos , introduciendo un neologismo sin autoridad suficiente para
ello , 6 valernos de una frase , lo cual parece que repogna al
laconismo de un epigrafe. Traducir: Principios teoricos de los
Gobiernos monEnNos, era incurrir en inexactitud literal y de sen-
tido: pues ciertamente no todos los Gobiernos modems estan in-
formados por los principios que condena el Autor : decir I'rin-
cipios teOricos de los Gobiernos REPRESENTATIVOS era incurrir en
la misma inexactitud y aun en la misma injusticia. lla silo pre-
ciso plies traducir Gobiernos liberates; y nosotros que hemos hecho
profundo estudio de la obra del Padre Taparelli creemos que de
ninguna rnanera mejor se puede expresar su idea. Deber nuestro
era, no obstante, manifestarlo con toda lealtad; y este es el objeto
de las presentes lineas.—Nota de EL PENSAMIENTO ESPA3OL.




58 PRINCIPIOS TEORIEOS
nadie ignora que frutos ha producido en nuestra desventurada
patria el derecho inalienable de la independencia nacional y el
entrafiable amor de los italianos como hermanos. Todos cono-
cen que la inviolabilidad- de los derechos de tribunales inamo-
vibles y millares de retrOgrados ha side escluidos de la unidad
social con ostracismo exterminador. Pero mientras que se mar-
tilleaba en nuestros oidos con palabras sonoras y campanudas,
cirt;:t1 era el espiritu que animaba los pechos al pronunciarlas?
«El hombre es like,. decian los regeneradores; y fibre para
ellos era sinOnimo de independienle; y esta independencia es
precisamente la misma que un fraile apOstata, cieno inmundo
de lasciva cloaca, exhala todavia desde su turnba sobre la Eu-
ropa aletargada por el con el encanto de semejante libertad.
Por consiguiente el primer paso quo debemos dar al expli-
car el principio regenerador, , es entrar en el examen del prin-
cipio mismo y de los efectos que necesariamente ha de produ




cir tan pronto como se encarna en una sociedad. El efecto es
de todo punto contrario al que prometen los regeneradores:
mientras estos proclaman la esperanza de la unidad por el int-
pert° inviolable del derecho, sti principle /lace imposible has-
ta la idea del derecho, (come nos proponemos demostrarlo),


- y por consecuencia todo vincu/o de unidad social,
- La demostracion es sumatnente fact', sobre todo en una
epoca en que el complete desarrollo a que ha llegado en otras
naciones el principio luterano, da por resultado evidente la to-
tal disolucion de la sociedad. Al aspecto de la discordia , que
tea en mano va devastando todas las comarcas , precedida del
protestantismo con la emancipacion de las inteligencias , no
podrim parecer ciertamente esteriles especulaciones ni uto-
pias filosOficas los argumentos -con quo me propongo demos-
trar que bajo la influencia protestante es imposible no solo la
sociedad humanitaria, pinaculo de la unidad social, sine cual-
quiera otra Inas reducida : no seran en realidad mas que la
explication razonada de un hecho que todos yen y que todos
deploran, pues a todos alcanzan sus crueles efectos.


Repitarnoslo, pues, francamente : toda sociedad en donde la
unidad social se rompe y desaparece tan pronto como se introdu-


DE LOS,GOBIERNOS LIBEDALES, 59


ce en ella el principio protestante, liegando a dominarla, se con-
mueve v se destruye necesariamente. Las razones por que este
sucede se. reducen a una soli, a saber : admitido el principio
!literati° es imposible la verdadera idea del derecho. Podra
acontecer que algunos protestantes, por falta de lOgica 6 per
mero accidente, admitan cierto principio de derecho; esto
sera efecto de la costumhre, de la casualidad, de falta de ra-
ciocinio, de la rectitud natural de las inclinaciones 6 de otras
condiciones semejantes de este 6 aquel individuo. Pero la na-
turaleza del principio protestante, que tarde 6 temprano pro-
duce sus inevitables efectos pace absolutamente imposible
la idea del derecho, y por consecuencia la unidad social.


2. es, pues, el primer fundament° de esta unidad?
No hay quien lo ignore. Vinculo de la sociedad es el derecho:
Caqus hominum ..... jure sociatus, definia el grande orador y
filOsofo politico de Roma la sociedad: Reunion. de hombres
asociados per el derecho. Luego si demuestro que en el pro-
testantismo falta hasta la idea y la posibilidad del derecho, la
eausa del Catolicismo saldra tritinfante, y. todo italiano de
Imen sentido tendra que confesar que el medio propues-
to per el apOstata para fortnar la unidad social , ha de pro-
ducir precisamente lo contrario de lo que se promete : la
disolucion extrema de la unidad italiana es indeclinable resul-
tado de la revolucion universal entre los italianos. Ahora hien,
para Ilevar la demostracion hasta la evidencia , es precise en-
tender hien los dos terminos que Mazzini quiere unir y que nos-
otros resueltamente declaratnos inconciliables.


5. Segun Mazzini , la unidad social (y per consiguiente
el derecho, sin el coal la unidad es imposible) ha de nacer para
Italia de que esta abrace el racionalismo protestante : Begun
nosotros, esa apostasia haria imposible la idea del derecho, v
por consecuencia Lode, getter° de unidad social. Para fallar en-
tre dos opiniones tan contradictories, se requiere una idea
clara del derecho que en el supuesto de Mazzini debe crearse, y
del racionalismo con que deberia crearse; y estas dos ideas son
las que voy a explicar en los dos parrafos subsignientes para ha-
,cer despues en el cuarto las debidas aplicaciones'practicas.


TOMO I. 4




f 0 PRINCIPIOS TE0RI COS
alas dar tma idea exacta del derecho sin entra p en la


esfera de las abstracciones , sobre todo, cuando estas nociones
del derecho ban de explicarse lo bastante para que sirvan de
base a tantos puntos determtnados de derecho pidle° que he-
mos de tratar de una manera estensa y elevada? Por mi parte,
me esforzare en hacerme pero vosotros. amables lec-
tores, convenceos de que la base de las ideas morales esta en las
ideas inetafisicas, y que tratar de estas a manera de no-
vela ó siquiera de historic, podra sec promesa de charlatanes,
pero nunca empresa de filesofos. Facil es recocdar ciertas,
ideas universales ; ciertos sentimientos de equidad, que estan
al alcance Ile todas las inteligencias y de todos los corazones,
y fundar despues sobre aquellos las demostraciones subsi-
guientes; pero con tales elementos, podria yo esperar aquella
evidencia rigurosa, que da fuerza al convencimiento y consti-
tuyc el verdadero valor de los t.ratados filosOficos?


En este primer parrafo se requicre • piles , un poco de pa-
ciencia: en lm, esforzandome por sec claro, envosotros aplican-
do con alguna intensidad el entendimiento. En los parrafos.
sucesivos la tarea sera mas y metros trabajada vuestra pa-
ciencia.


IDEA DEL DERECHO.


;Como haremos concebir una idea exacta, una idea meta-
fisica del derecho? Preciso sera que entremos dentro de . nos-
otros mismos y examinemos cern° va naciendo en nosotros
poco a poco esa idea, y que es lo que significa aquella palabra;
cuanto mas verdadera , mas exacta y mils universal sea la id4o.
que formemos de ella, tanto mejor sera nuestra tilosofia.---
Deck], pues, vosotros mismos;que se quiere significar cuando
en lenguaje vulgar se dice: uyo tengo derecho,..respetad mi
derecho?. Se piensa sin Buda alguna imponer cierta ley; nos
imaginamos estar representando a cierto ser omnipotente ,
cierta majestad supreina que obliga 'a todo hombre dotado do


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


41
inteligencia, y a la que nadie puede resistir sin renegar de su
propia razon, y por consecuencia, sin (altar a la regla supre-
ma que debe servir a esta de guia. El derecho es, pues, una
fuerza; pero fuerza moral : violable, si, por nosotros y por
nuestra fuerza material ; pero siempre subsistente , siempre
viva, siempre en vigor y que jamas enmudece, no obstante
cualquiera violation material.


5. Y si por ventura quiere alguien sustraerse a la influen-
cia de esa fuerza que medios se vale? A vuestros raciocinios
opone otros raciocinios, a los hechos otros hechos: todo lo so-
mete a discusion, y espera, y tal vez consigue, que os deis por
vencidos, que reconozcais vuestro error. Estais viendo ya cual
es el jugo de que se alimenta esta planta? ;, Conoceis ya la obis-
pa electrica que anima a esa fuerza de pre hablamos? La ver-
dad es siempre la base del derecho; porque solo la verdad
puede dotninar la razon agena, y solo ella infundir al hombre
esa fuerza maravillosa que mueve sin violencia la voluntad de
los demas. Si con la verdad del razonamiento habeis convenci-
do el entendimiento de vuestro adversario, pronto obligareis
con el derecho su voluntad, tan eficazinente que no podra re-
sistirse a el sin remordimiento. Pero si vuestras razones no le
persuaden , no tendreis pretesto alguno para cohibir ir-
resistiblemente su voluntad; si intentais persuadirlo por medio
del interes, la voluntad puede renunciar a el; si de moverle
con el afecto, el afecto divorciado del deber y del derecho pue-
de combatirse racionahnente sin remordimiento de conciencia,
ni vergitenza de la honestidad. En suma; la voluntad es libre
en tanto que la verdad no habla; mas apenas haya hablado,
ningun hombre razonable y honrado podra resistir a ella bajo•
pena capital, esto es, sopena de perder la cabeza y el corazon,
la razon y el pudor. Ved, pues, cual es el principio, la primera
raiz del derecho.


6. Prosigamos. ()Ile clase de verdad es esa en que debe fun-
darse el derecho?;Bastara solamente cualquiera verdad espe-
culativa para mover la voluntad agena? Facilmente comprende-
reis que no. Si vuestro derecho ha de determinar a obrar
otro, no podreis decir yo tengo derecho, sino cuando sintais




42 PRINCIPIOS TE6RICOS
vosotros mismos una fuerza capaz de conseguir de el que obre
segue vuestros deseos. Ya comprendeis, por consiguiente, que
la verdad, base del derecho , ha de ser una verdad practice,
no puramente especulativa. Si decis a vuestro semejante: «el
todo es mayor que la parte; 2 y 2 son 4; el Zodiaco corta
oblicuamente al Ecuador,» y ot.ras verdades especulativas ane-
loges, jamas le inducireis a hater nada por vosotros: contem-
plare esas verdades si le place y seguire su camino. Es pre-
ciso, pries, buscar una verdad practice, una verdad pie puede
moverle y que le mueva irresistiblemente,


7. Ahora quiero que vosotros mismos me digais pee ver-
dad se encontrarA en el mundo que mueva al hombre irresis-
tiblemente; y no faltara quize quien responda que ninguna,
como no sea un brazo riles fuerte que cl suyo. Pero quien tal
respondiese confuildiria al hombre, no ya con el bruto, sino
con el tronco 6 con la piedra, los cuales no se mueven sino
cuando la fuerza del brazo es mayor que su resistencia. Con-
sidered° asi el hombre, en cuanto participa de la naturaleza
del tronco y de la piedra, es dare que no puede ser movido
sino por un•brazo Inas vigoroso que el suyo. Pero considered
al hombre en cuanto hombre. es decir, como racional, y ver
reis come puede ser compelido y movido por la verdad, tan
luego como esta le demuestre que es racional el obrar é irra-
cional el permanecer inmOvil. Si frente a frente de una verdad
semejante se atrevo a resistir, no tardaria su misma razon en
reconvenirle: ATit no obras come hombre racional,» le curia in-
teriormente. Y el hombre no podria negarlo, come no puede
.negar quo 2 y 2 son 4.


Encontrar, por consiguiente, una verdad pie sirva de base al
•derecho, vale tanto como encontrar una verdad a cuya vista
todo hombre racional tenga que decir: “ Si no obro como este
me exige, obrare irracionalmente.» Por lo cual la base de todo
'derecho no es otra, en conclusion, que el fundamento racional
do todas las acciones lemmas. Y este fundamento, i;cual es?


8. ;Oh! En esto no cabe dude: la razon por la cual el
el hombre obra racionalmente es siempre la felicidad: todos
concuercian en elks, y hallanlo todos sumamente racional.


DE LOS GOBIEIdNOS LIBEBALES.
43


Mils con esto no hacemos nada; porque despues de haber con-
cedido que es racional pie el hombre procure ser feliz, co-
mienzase a disputer nuevamente sobre dOnde este su 'felicidad
se oculta. En cuanto a mi, que liablo a un catOlico , no he
de teener pee considere feliz al que solaziendose 0 set antojo,
satisfaciendo todos sus apetitos, Inas wive como bestia quo co-
mo hombre, y corre, como por un resbaladero, a los alcaza-
res del demonio. El catOlico sabe que no hay felicidad sobre la
tierra, sino es en el camino del cielo.


9. Pero este sentimiento tan verdadero como racional,
inspired° al .catOlico por el Catecismo, encuentrase tembien,
0 Dios gracias, en algunos que, aunque no son catOlicos, con-
servan algun vestigio de virtud y se hallan prontos a sacrifi-
cer placeres y riquezas, y no esperan encontrar felicidad sino
en el Orden y la rectitud de sus acciones. Como estos tales no
tienen Catecismo que determine cuales cosas son ordenadas y
Buenas, cuales desordenadas y males, menester sere que otra
vez nos detengamos a der razon de lo quo por Orden se entien-
de, y de como nos oblige a obediencia y respeto. Sepamos,
pries, que cosa es Orden, y de que nace el respeto que a todo
derecho tienen los hombres probos.


10. En este punto, lector carisimo , habeas tenido Ines de
una vez ocasion de deplorar la poca lucidez de ideas con quo
suede discurrirse en el mundo: a todas horas se este oyendo
:feebler del been Orden y del desdrden; Ines lo que para unos
es burn Orden, es desOrden para otros, y vice-versa; y al peso
pie Thiers en hombre del Orden defiende la propiedad, Prou-
dhon le invoca pare apoderarse de los bienes de los ricos,
cuya posesion llama desOrden. Preguntad a entrambos en pie
rezones se fundan: os respondere el primero , pie el respeto
la firopiedad es una necesidad de la naturaleza ; el otro , por
el contrario, os dire que el Orden natural es la ignaldad de los
hombres. Seguidles en todos sus raciocinios y hallareis cons-
tantemente que pare el uno es axioma lo pie absurdo para el
otro: calla cual acusa de obcecado al adversario , porque niega
lo que todo el mundo admite: con que de este modo es impo-
sible llegar a la solution definitive de los problemas sociales.




44 PRINCIPIOS TEORICOS
, Y todo, por que? Porcine falta un principio comun del ettal


partan „todos, al cual todos invariablemente se adliieran.
11. Observase, sin embargo, que todos convienen en un


presupuesto, cual es que el Orden invocado, no es en sustancia
sino lo que va conforme a la naturaleza: lo cual esta impreso
en el corazon de todos los hombres de tal manera, que a la
naturaleza se recurre en ultimo termino como razor postrera
para convencer al mils obstinado. Suponed, en efecto, que un
deudor vuestro se negase a restituiros a su debido tiempo el
dinero que le prestasteis: za que tnedios recurririais para mo-
ver su voluntad? Es claro quc ante todo buscariais una ley en
el COdigo. Pero suponed que en el COdigo no estuviese san-
cionado vuestro derecho, 6 que la ley misma del COdigo fuese
tachada de injusta, que medio os quedaria de convencer
vuestro adversario? Entiendo yo pie empezariais demostran-
dole «que es imposible que exista el comercio sin lealtad:
quien le prestara en lo sucesivo si ahora no papa lo que debe?
Con que tanlo pretende apropiarse lo pm no es suyo?» De


este modo, con razones deducidas de la naturaleza del hom-
bre, de la sociedad, del interes, procurariais Weer innegable
vuestro derecho. Esta conveniencia de un acto deducido de Ia
naturaleza con los elementos de que se compone, es lo que
solemos llamar ley de la naturaleza, derecho natural, Orden
natural.


12. El Orden natural, base de todo derecho, no es, pues,
otra cosa sino cierta conveniencia que descubrimos en algunas
acciones. Pero salta a la vista que esta conveniencia es un
termino relativo. Cuando yo digo que tal accion conviene
disconviene, debo tener en las mientes algun propOsito al cual
convenga 6 no convenga; y justamente por eso una misma accion
puede ser, segun diversos intentos, conveniente O disconve-
'dente: conviene al militar andar armado, y no conviene al
Sacerdote; porque la militia tiene por fin sostener el dere-
cho con la fuerza, y el sacerdocio, no; el emetic° conveniente
al enfermo que quiere curarse, al sano le es perjudicial. De
suerte que si no determinais el fin con que obra la naturaleza,
nunca podreis Hamar convenientes O disconvenientes, ordena-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 45
das m desordenadas las operaciones naturales. Y he aqui Ia
razor ' de tanto desvario, cuando se !labia de Orden 6 desOrden.
Todos convienen en que la naturaleza ha de tener algun fin
al cual ordena sus acciones, y por consecuencia, tambien las
acciones del hombre; pero no acaban de ent.enderse en la de..
terminacion de este fin, por. lo cual estan en perpetua diver-
gencia acerca del medio que conviene adoptar para lograrle.
Este es, pues, otro paso que debemos dar para determinar
claramente el Orden natural, O sea, to que segun la naturaleza
conviene: determinar ti cual fin se encaminan todas las ac-
eiones naturales. Determinado este punto, sera facil potters':
de acuerdo sobre lo que conviene, ó sea .sobre el Orden de
las operaciones: determinado el Orden, facil sera comprender
el derecho.


13. Ahora hien, no me parece dilicil entre nosotros de-
terminar el fin de las acciones de la naturaleza, dado que
pronto hemos de estar de acuerdo en el significado de esta
palabra. .Adtnitis que la naturaleza de que hablamos no es,
en fin, otra cosa sino cierto principio pritnitivo de movimiento
impreso por el Creador a todo sec en el acto de la creacion?
Esta es la diferencia entre la accion natural y la artificial: Ia
primera tiene un principio in'timo inseparable del ser creado;
la segunda es aftadida a esotra por artificio humano. Asi el
'Annelle del relox, como de acero , es naturalmente elistico, v
la tension se aflojaria al instante; pero el arte del relojero,
ponilndole trabas, contiene el impetu natural y produce el
movimiento artificial del relox. i,Quien ha dado al acero aquel
principio de movimiento , aquella tendencia a recobrar su
figura y extension que llannunos elasticidad? El Creador.
qui6n le ha dado esa lentitud y regularidad con que mile las
horas? El relojero. La accion natural, pues, dada por el Cria-
dor ha sido modificada por el artifice.


Dije mils arriba que si admitiais esta idea de la accion natu-
ral a diferencia de la artificial, pronto estariamos de acuerdo
sobre el fin de estas operaciones naturales ; las cuales, como
claramente se ye, no siendo sino la accion comunicada inme
diatamente por Dios a su criatura en el acto de crearla, no




46 PRINC !NOS TEORICOS
pueden toner otro fin sino• el del mismo Criador. El Criador
die a los cuerpos inorgánicos la gravitation para unirlos a la
mole del universo: este es el fin de la gravitation natural. Die
a los vejetales Ia fuerza espansiva , la fuerza de asimilacion y
la reproductiva, para quo las especies se perpetuaran y multi-
tiplicasen: tat es el fin de la vejetacion natural. A los animates
diöles la sensation que espontaneamente los guiara: he aqui el
fin . de lea naturaleza sensitiva. Seguid discurriendo de este
mod° acerca de codas las fuerzas naturales: todas son obra del
Criador en la formation primitiva V tienen 1)01' fin el tin del
mismo Criador. .Y he aqui quo de este modo .


hemos vuelto a
subir, coma claramente se ye, al supremo principio do todo
Orden, el fin del Ordenador supremo. Determinado cual es este,
sera facil determiner el Orden universal, todos los Ordenes
particulares, y por consiguiente tambien el Orden de las accio-
nes humanas: determinado esto ultimo concebiremos facilmen-
te idea exacta del derecho.


14. El fin • lei Criador al formar el universo nos es facil
conocerle (sobre todo especialmente despuesqueEl lo rove-
rad° por la fe) a pot .° que queramos discurrir desapasionada-
mente. ,.Quo podia desear Dios, que cosa atelier, creando el
universo ? El navegante que se aparta de la orilla , piensa en
una playa retnota a la cual se dirige; el negociante cuando co-
mercia tiene los Ojos puestos en el caudal que aun no .posee;
cuando el soldado pelea , su corazon palpita por su patria y
anhela a salvarla : en suma , todo hombre, cuando obra, tiene
fuera de si un objeto quo quiere conseguir. Pero el Criador,
ique objeto veia fuera de si antes de la creacion? No veia nada,
nada deseaba , de nada dependia : todo. lo encontraba en si
mismo, lo real y posible. A si propio debiO, puts, netesaria-
te mirar cuando forme el plan del universo ; en si encontraba
la razon final , no metros quo el plan y las fuerzas ejecutoras.


15. Ahora Bien; ;que razon podia encontrar en si, que le
indujese a crear? zQue ventaja podia resultarle de la creation
del universo? Unicamente la de asociar a su propia felicidad
las inteligencias creadas y comunie,andoles conocimiento y
amor, recibir sus alabanzas;ycOmo de estas inteligenciasdesti-


DE LOS GOBIMINOS 1,1131 7.11ALES. 47
no una a dar vida 'al . organismo material corporeo, bubo de
dar a este cuerpo habitation en que vivir y medios materiales
con que sustentarse y obrar. He aqui el fin del Criador en Ia
formation del universo ; fin quo la revelation nos ha manifes-
tado, y quo aun sin ella es para el entendimiento natural por ex-
tremo racional y evidente. No me extenders, por lo tanto, en
explicar esta demostracion , quo do ordinario no encuentra
grave oposicion entre los hombres sensatos , antique sean he-
terodoxos 6 incredulos. Gravisima .oposicion nos presentaria
el panteismo, quo a tantos bate delirar; el cual, hacienda
del universo una evolution necesaria del germen divino, bor-
ra toda idea -de plan libre y de causa final. Alas como en este
absurd() e impio sistema el derecho stria cosa imposible e in-
concebible, y cOmo lo que yo ins propongo es precisamente
dar razon del derecho , habre de prescindir de Cal sistema,
puts yo mismo the adelanto a conceder quo todo derecho yen-
dria a naufragar en el abismo de tamaftos errores.


16. Demos sentado: que la base del derecho se halla en el.
Orden de las acciones naturales ; que las acciones naturales
estan ordenadas a cumplir los designios del que cre6 la natu-
raleza; que este designio fue el de tener admiradores y aman-
tes; quo forme el universo material para dar a las inteligen-
cias humanas, morada y sustento.


Esta es, en cuatro proposiciones, la idea exacta de lo que yo
llama Orden universal. Como se ve, la inteligencia esta por
naturaleza ordenada al conocimiento y al amor de Dios; el
universo material a ser albergue y sustento de la inteligencia
unida al cuerpo.


Fãcil es deducir de este Orden universal el Orden que Ila-
mamas moral, esto es, el Orden a que deben conformarse
constantemente las operaciones libres (mores) del hombre ra-
tional; el hombre rational debe usar de las criaturas materia-
les de modo que a si mismo y'ir las otras inteligencias sus se-
mejantes ponga en mejor aptitud de amar y admirar
Creador, objeto ultimo de la 'creation del universo. Quien ad-
mita estos principios, pronto entendera lo que significa de-
recho, y comprendera la fuerza irresistible que ejerce sobre las





48 PRINCIPIOS TOMOS
alms virtuosas. Desde el moment° en que yo hago entender
a un hombre racional que la accion que de el exijo es confer-
me al designio del Criador y necesaria para hacerle respetar
y amar, v que rehusarmela seria faltar a Aquel a quien todo
se debe, y de quien todo ha de esperarse, desde ese memento
he obligado su voluntad de mode qua negarse a mi dernanda
equivale a negar su misma naturaleza y ponerse en guerra con
el Criador.


Pongamos un ejemplo. Vosotros , acreedores mios recta-
mais la que os adeudo, y yo niego vuestro derecho y mi obli-
gacion: que hareis para convencerme de mi obligation y
vuestro derecho? Hareis lo que hacen con los comunistas
'Tiers y Bastiat. «Os pareceria racional , me diriais , que en
este mundo, donde todos somos de identica naturaleza , hu-
biesen de trabajar unos por otros? Que las privaciones con
que el hombre laborioso acumulO para la vejez los frutos de
largos sudores, hayan de redundar al fin en Bien del pro-
digo holgazan , que en toda su vida hizo Inas quo robar y
divertirse?


zY sabeis de donde toma en ultimo tórmino toda fuerza
lOgica este argumento? Pues lo toma de este otro: si fuese
naluralmente licit° al mutuatario retener el capital prestado,
el Orden natural representaria un Dios injusto; y la inteligen-
cia, lejos de admirable y amarle , defenderia con Proudhon
que Dios es el mal. Pero el Orden de la naturaleza ha de dar
a conocer a Dios come hien supremo. Diego el Orden de la
naturaleza exige que el mutuatario restituya..


Lo estais viendo? 'foda la fuerza del derecho con que'apre-
miais a etre, nace del Orden que ha de existir en el mundo,
del desorden que habria, si existiese ley opuesta a vuestro de-
recho. que hemos dicho del derecho de un acreedor, lo
mismo puede decirse de todo derecho natural: siempre acu-
direis, y tal vez sin advertirlo, a aquel gran principio de Or-
den: «si este derecho no tuviese fuerza a los ojos de la razon,
el universe no estaria ordenado , su Criador no apareceria
admirable per su sabiduria ni amarle por su bondad..


17. He aqui el fundament° de aquella especie de religion


OE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 49
que hace sagrados todos los derechos. No Bien habla el dere-
cbo, cuando detras de el vemos alzarse la augusta y terrible
magestad del Hacedor Supremo, que habla y ordena: y asi se-
guramente la viO por fin el impio sofista de Koenigsberg, Kant,
que despues de haber borrado de la realidad del universe el
ser infinite de Dies, guise conservar en el Orden practice
aquel sentimiento obligatorio en que todo derecho se funda; y
detras del fantasma de su Imperative eategOrico hizo surgir
resucitado el temido y combatido Dios , sin el cual faltaba
todo principie de inviolabilidad y desaparecia toda idea de de-
recho; sine que con su torcido razonar quitaba toda fuerza al
Dios mismo que invocaba come protector de su derecho. Para
nosotros, pie dames por supuesta la existencia de Dios, el ar-
gument° es irresistible : «Dios manda , pues la criatura debe
obedecer.. Para el sofista de Koenigsberg el argument° varia
completamente de forma, y el que quiera pacer valer su dere-
cho contra el deudor ha de argumentar de esta manera: «No
se si Dios existe ; pero si Dios no existiese, yo no tendria el
derecho que seguramente me asiste, ni tiI estarias obligado;
luego Dios debe existir para proteger mi derecho.. Si aquel
cerebro caprichoso hubiese empleado semejante argument°
respecto de la autoridad humane, habria hecho reir hasta las
piedras. Suponed que viOndose asaltado por un ladron en me-
die de una selva, le dice :—«Si hubiera aqui Guardias civiles
no to atreverias a quitarme mi diner(); luego debes Greer que
los guardias esti!' aqui para que respetes mi dinero.»—Xis
parece que el ladron dejaria de robarle?


18. Por aqui ireis entendiendo que el derecho quemits arriha
Immo§ llamado fuerza moral del hombre, con que acaba por
obligar la volun tad de otro, con más propiedad se llamaria
fuerza del Criador que el hombre contrapone a los desorde-


. nados deseos de otro hombre para !impedirle que corrompa y
trastorne el mundo moral; en lo cual no hay para el da-
ito, sino grandisima ventaja, porque no hay para el hombre
Bien mayor, ni Inas seguro camino de lograr su felicidad verda-


. dera, que el camino en que al crearle le puso la mane pater-
nal de su Hacedor. Yerran, pues, groseramente Romagnosi y




50 PRINCIPIOS TEORICOS
otros tales que en el derecho y el deber solo aciertan a dis-
tinguir perpetuo antagonismo, elemento •de inacabable guer-
ra en quo calla hombre contiende con su semejante. Y si hom-
bre ha de liamarse el conjunto de las


• mas rabiosas pasiones
que corren por las venas de esta parte animal de nuestra na-
turaleza que nos asemeja a los brutos, ;oh! entOnces deudores
y acreedores, seremos otros tantos mastines, que agarrados
un hueso hacemos crugir los dientes y miramos de reojo
cualquiera que se acerca a arrebatarnos la presa de la bon.
Pero si comes hombres, es decir, inteligentes; si la int.eligen-
cia solo vive de Orden, cualquiera que me Trace ver el Orden,
me pone en atmOsfera respirable, y casi me da la vida:
quiet) es el hombre probo (pero no de hipocrita probidad) que
no se muestra agradecido a quien le libra de cometer una in-
justicia, dado que sea a costa de cualesquiera intereses?.


Cuando mostramos, plies, a un hombre rational el Orden
querido por el Creador del universo, le ofrecemos su bien y en
cierto modo encadenamos su voluntad con aquella fuerza quo
suele Ilamarse derecho.


19. Yeo, sin embargo, que podeis oponerme una dificultad,
cuya solucion ha de ayudaros a entender mucho mejor la justa,
exacta idea del derecho.—Si el Orden querido por el Criador,
poclriais decirrue, lipase las voluntaries humanas, en toda ma-
nifestacion del Orden se encontrarian obligadas las voluntaries.
Y sin embargo, icuantas veces se manifiesta el Orden sin que
t.0 voluntad se siesta en la necesidad de seguirle! Estes eseri-
biendo; y tus letras presentarian un Orden mucho mas per-
fecto si fuesen trazadas con las proporciones de habil caligra-
fo: ate crees obligado 0 este Orden? i;Ttt habitation estaria mas
ordenada si los muebles , .los papeles, los libros, todo estu-
viese dispuesto con perfecta simetria? Y sin embargo, ite crees
obligado a este Orden? Aun en la misma direccion moral de
tus acciones, Canto mas admirable es el Orden cuanto mas


-
su-


blime el heroismo; obligares por eso a todos los hombres a
ser heroes?


20. La objecion es gravisima; y de no haber conocido su
fuerza naciO el estoicismo de los que, viendo toda la fuerza


DE LOS GOBIERNOS LIIIERALES. 51
obligatoria de la viand en solo su belleza, creyeron que ente-
ramente podian separarse las ciencias de la moral y de la feli-
cidad. (Deontologia y Endemonologia.) Pero justamente
evitar ese escollo os mostraba poco ha en el Criador la fuente
suprema de todo Orden y todo derecho no considerândolo so-
lamente en cuanto es dador del ser y de la naturaleza, sino
tambien en cuanto es terrain°, O sea, objeto final de plena y
absoluta felicidad. Si olvidais este terrain° podreis concebir
idea exacta de Orden, de obligation, de derecho; porque todas
estas votes significan direccion . de la obra de un punto a otro.
iCOmo quereis, pries, determiner una direccion, no teniendo
idea sino de un solo punto? Toda direccion es una Linea recta,
y toda recta, no infinita, ha de terminarse en dos puntos. La
naturaleza humana, principio del movimiento cuya direccion
buscamos, parte de la mano creadora en un . punto determinado
del espacio y el tiempo; pero zllacia donde? Todas las demos
criaturas, obrando por espontanea necesidad, Rogan al fin del
Criador sin conocerlo; pero el hombre que obra con voluntad
libre, es menester que lo conozca para que dirija alli sus pesos.
Y en erect°, lo conoce, y a poco que reflexione sobre•si mis-
mo, halla en si una tendencia a felicidad quesea infinita, y
que fuera de lo infinito no puede detenerse ni saciarse jamas.
Solo, pues, en lo infinito, solo en Dios puede hallar reposo; y
justamente 0 este objeto le lleva ineludiblemente, no la necesi-
dad espontânea, como a los brutos, sino la necesidad de razon
evidente que la voluntad no puede RACIONALMENTE resistir.


Tal es la Pltima perfeccion del Orden; la obligation., y por
consiguiente, el derecho: si veis que una accion dada es nece-
saria para conseguir tal fin, racionalmente no yodels dejar de
ejecutarla: si veis que es opuesta, no la podeis ejecutar: si veis
que es indiferente, sois fibres de pacer lo uno o lo otro. Y
vease por que machos Ordenes, antique cautivan las miradas
del entendimiento, pero obligan 0 la voluntad: esta ye que tal
Orden no es tan necesario en la marcha moral del universo,
que sin el no pueda creerse que el universo es obra de un
Dios sibio y bueno, que sin el no pueda el hombre hallar feli-
cidad gl•orificando al Criador.




52 PRINCIPIOS TEORICOS
Reduzcamos a brevisimos terminos el an0lisis de Ia obliga-


cion. El elemento constante , irresistible es el deseo indefinido
de felicidad: este deseo lleva al hombre a buscar el objeto Ul-
timo en que saciarse: este infinito solo en Dios se encuentra;
para alcanzarlo es precise seguir los caminos que Dios ha se-
fialado al hombre en el universo. Luego si el hombre quiere
seguir A la razon debe, tiene necesidad moral de seguir es-
tos caminos: y tan poderosa es esta necesidad como irresisti-
ble el deseo de felicidad.


21. Hemos, pues, analizado por complete la idea fanda-
damental del dereclio. Todo derecho es una fuerza moral que
un hombre ejerce sobre otro mostrAndole cualquiera verdad;
esta verdad ha de ser practica , este es, ha de ser tal,
mueva a obrar; ha de mover de un mode irresistible que la
razon no pueda negar : el principio irresistible de obrar es
la naturaleza , principio de movhniento impreso en cada ser
por la viand creadora: ordenadas son las acciones cuando mi-
ran al fin de la naturaleza, 6 sea, de su Criador : este Orden
nos conduce naturalmente 0 la felicidad: por lo que , quien
mostrAndome el Orden me ensefia mi deber,


, lejos de dafiarme
hostilinente The °Crete mi felicidad, mi verdadero hien.


22. Esta idea fundamental del derecho merece otras expli-
caciones y aplicaciones ; pero Antes quiero prevenir cierta ob-
jeccion que A inàs de uno podria ofuscar. “ Segun to doc-
trina, se me podria objetar , el respeto al derecho no es en
»Rime resultado mas que el sentimiento religioso por el coal
nos inclinamos 0 Dios : de lo que se sigue, que no puede admi-
tirse sine por el que conduce a Dios y A El se inclina. Y con
todo eso, ino vemos que el respeto al derecho se siente instin-
tivamente aun por aquellos que no creen en Dios Antes Bien
le niegan? Resplandece en el Orden per se un no se que subli-
me é imperioso que impone a las inteligencias Ia ley y las
fuerza 0 someterse.


23. Sin sutilizar mucho en el problema del ateismo , sin
discutir si realmente es posible en su sentido ordinario esta
horrible doctrina , os respondere francamente que es impo-
sible, que es repugnante el ateismo en so significacion rigo-


DE LOS GOBIERNOS LIP.F.RALES. 53
rosamente filosOfica: por lo que no es maravilla si el derecho
impera y hace sentir su ley aini en el pie se empefia, bien que
en vano, en negar 0 Dios. Expliquemones. aQue quiere decir
filosOticamente negar a Dios? Quiere decir negar el Ser Su-
premo, la suprema Causa de todo el universo. Los catOlicos
conocemos este Ser y Causa supremos en su realidad perso-
nificada; conocemos sus primeras obrar por el Genesis , sus
revelaciones por los Profetas; su encarnacion y su muerte por
los Evangelios; de mode que para nosotros es, dajadme de-
cirlo asi, un personage histerico. Pero la historia con toda su
eVidencia no produce en el entendimiento la irresistible nece-
sidad de .asenso que producen las verdades metafisicas 6 ma-
tematicas. De aqui que yo me explique cOmo algupas cabezas
mat sanas y corazones corromp ;.dos niegan el Dios histOrico
de los catOlicos ; Spero dOnde encontrareis lamas hombre de
seso que pueda decir que no hay una causa del universo , que
no hay en el universe un Ser supremo? El panteista os diri
que hay un Ser solo, pero entences este sera supremo: un
politeista os dirà que hay millares de ellos; pero ya sea que
haya uno maxim o, ya que su conjunto sea el supremo, ya que
alternen en Ia supremacia, siempre ha de haberuna causa de lo
que en el mundo sucede: siempre, piles, subsiste una sombra
de la idea de Dios, mientras subsista en el lenguaje el verbo
ser, sin el coal pereceria la inteligencia. iQue maravilla que
subsistiendo esta sombra de la idea de Dios, subsista igual-
mente una sombra de respeto al Orden? Bien lo sabeis vosotros,
los afectos caminan al amor de las ideas, y a medida que las
unas ilustran la inteligencia, los otros animan el corazon. Y
justamente por eso, aun en los hombres sinceramente catelicos
y piadosos, cesa 0 veces la clara aprension de Dios revelador,
sin pie por eso cese el obsequio religioso del derecho: por-
que, aunque menos clara y menos actual , todavia continua
una confusa aprension del supremo imperante de quien toda ley
se deriva.


Fuente real de todo derecho es, pues, el set- supremo
de Dios ; tuente del conocinziento de todo derecho, el conoci-
miento de Dios mismo ; y a medida que se aumenta en los in-




i PRI NCIPIOS TE6111 COS
dividuos y en la sociedad , ha de aumentarse v perfeccionarse
en la sociedad y los individuos el conocimiento y la fuerza del
derecho. Por donde se entendera una importantisima verdad
prActica que no puedo explicar con la extension que merece,
pero clue no tengo valor de pasar en silencio; y es, que siendo
la Religion catOlica perfectishno el conocimiento, ardiente v efi-
caz el amor al Criador, el respeto al derecho y la acacia de su
imperio en la sociedad catelica, han de terser, Inas que en nin-
guna otra ., grandishno incremento : y al contrario medida
que en una sociedad van decayendo la idea y el sentirniento
.catelicos , han de perderse en la misma proportion el conoci-
miento y el respeto del derecho , porque se disminuye el co-
nocimiento y el respeto de Dios. Si esto lo confirma la expe-
riencia , no hay para que lo diga: Basta considerar como
los dos derechos inns connaturales del hombre , el derecho de
familia y el de propiedad , son boy negados por los que niegan
la base misma de toda religion , especialmente la cristiana,
Dios y Jesucristo.


25. Pero si la idea catolica es base v perfection del dere-
oho, comprendereis otra consecuencia que apuntar6 de pasa-
da. Si la autoridad social es tutora natural de todo derecho,
si su progreso consists en dar a todos los derechos la mayor
seguridad y expansion posibles, quien reconozca en .el Catoli-
cismo una idea Inas completa de Dios, forzosamente ha de
confesar que la autoridad social esta obligada a proinover en
cuanto pueda el incremento del Catolicismo, puesto que de su
incremento depende en la sociedad el conocimiento mils per-
fecto de los derechos y su mas religiosa observancia. Y esto,
dicho sea de Paso; que no es ahora mi proposito entrar en el
campo de las aplicaciones, sino explicar plenamente y como
mejor pueda la idea.


26. Una vez analizada la idea del Orden y el derecho, po-
dria presentarse una grave objecion, «El Orden del universo,
me direis acaso es universal y constants. Si, pues, del Orden
universal trace la idea del derecho, todos los hombres deberian
tenet' los mismos derechos, todos inmutables, inalienables to-
dos. Y sin embargo, quien no ve la inmensa variedad y per-


DE LOS GOBIERNOS LIBEIIA LES.


p6tua mudanza de los derechos en la sociedad humana ?
A lo que facilmente se responde, que como el hombre esta


emptiest.° de alma y cuerpo, el derecho que ha de guiarle tiene
dos elementos: uno inmutable y necesario, otro mudable y
contingente. Cuando considerais el derecho en su fuente eterna,
lo contemplais necesario; cuando lo referis a sus terminos con-
tingentes, lo reconoceis mudable. Ni podia hither derecho sin
la union de ambos extremos, como lo vemos en la }miliaria
sociedad. Teneis derecho, por ejetnplo, a ser obedecidos de
vuestros hijos, servidos por el artesano, pagados por vuestro
dendor; pues cada uno de estos derechos, si hien lo mirais,
Hate de una idea de Orden inmutable y eterna, y se encarna
en un hecho mudable y contingents. El hijo debe depender
del padre, el trabajo de quien lo papa; todo prestanto debe
restituirse al mutuante: he aqui tres ideas universales de Or-
den, que nacen de la naturaleza misma de los sugetos contem-
plados (padre, hijo, artesano, etc.), y donde quiera y siempre
son absolutamenre verdaderas. Pero que este sea hijo vuestro,
clue ague' trabaje para vosotros, 6 que hayais prestado dinero
a vuestro deudor, son liechos puramente accidentales e hipo-
teticos que -podian suceder de otra manera. Y con todo eso,
sin estos tres hechos, subsistirian las tres ideas de Orden por-
cine son necesarias e inmatables; pero vuestros tres derechos
de padre, senor y aereedor no existirian, Cuando se quiere
sostener un derecho cualquiera entre los hombres, menester
es siempre apoyarle en dos Ordenes de verdades, uno de ver-
dades ideales, y de verdades histOricas otro: y digo siampre, por-
que siendo el hombre esencialmente contingente en su exis-
tencia personal, esta existencia y todos sus atributos han de
depender siempre y esencialmente de un hecho que podia no
suceder: sin la verdad ideal, el derecho no es: sin la verdad
histOrica el derecho•no es vuestro. Si el hijo no esta obligado
a obedecer, ningun hijo estara obligado: si este nifto no es
hijo vuestro, no tendra esa obligation respect° de vosotros.


27. Cierto es que afgunas verdades de hecho son tan co-
nocidas y patentes, que nadie se toma el trabajo de demostrar-
las. iQuien, pot' ejemplo, se tornara el trabajo de probarnos


Tomo II. 5




ate)


PRINCIPIOS mimeos
que es hombre? Una vez demostrado que ciertos derechos per-
tenecen al hombre en virtud de su naturaleza especifica, apli-
cais a cada individuo huma .no todos los derechos que pertene-
cen a su naturaleza, presuponiendo el hectic. Alas si el hecho
ofrece Buda, sera menester que demostreis estos dos elemen-
tos que persuaden la voluntad agena: la verdad de idea que le
muestre el Orden, y la verdad de hecho que le encarne en lo
real. Cuando tengais el concepto claro de estas dos verdades,
y se las mostreis a otro con evidencia, este se yeti precisado
a ceder, 6 comb suele decirse, se sentira obligado por vuestro
derecho.


28. De lo que deducireis otra observation digna de nota,
y es que obligacion y derecho presuponen en sus sujetos into-
ligencia, 6 sea razon; y el que carece de razon 6 de su uso,
no tiene 6 no usa derechos ni obligaciones. Y seria menester
un gran esfuerzo de fantasia poetica 6 de ignorancia, quo, si
la cortesia lo permitiese, deberia llamarse bestial, para atri-
buir derechos a los brutos y formar sociedades illantrOpicas.
para que los patrocinasen y reivindicasen. Malo es abusar
barbaramente de las bestias; pero esto no nace de derechos
suyos, sino de la necesidad nuestra, 6 del derecho de nuestros
semejantes. Y dicho esto por incidencia y de pasada, conti-
nuemos desenvolviendo las consecuencias de la idea fundamen-
tal de derecho quo hemos establecido, echando una ojeada
sobre la gradacion de los derechos, (") sea, sobre los varies gra-
dos de fuerza que naturalmente descubrimos en ellos.


29. Todo derecho, hemos dicho, toma su fuerza imperati-
va de la voluntad del Creador. Pero (;Orno es que siendo esta
siernpre omnipotente, y, segun la razon, irresistible, con todo
eso, nosotros la meditnos en ciertas proporciones, conforme
las cuales decimos que un derecho es mas fuerte, otro
debil, y preferimos el primer() al segundo? Echase de ver fAcil-
mente que la Suprema voluntad ordenadora no influye con
igual fuerza en los Ordenes parciales, y en el Orden universal
a que todos los demas concurren. Quiere ciertamente el Cria-
dor este Orden de fuerzas materiales, fisicas, Cjuimicas y veje-
tativas; quiere el Orden de las estaciones, el alternar de las


RE LOS GODIERINOS MURALES.
57


temperaturas, los cambios atmosfericos con quo crecen loza-
nas las plantas fructiferas y las mieses; pero por que? Porque
fuesen alimento a los animales y especialmente al hombre.
EstarA, pues, subordinado el increment° de las mieses y las
plantas al hien del hombre y los animales. En el hombre mis-
mo el Creador quiere un cuerpo, y para el cuerpo alimentos
y reparos; mas todo esto subordinado a la inteligencia, Unica
quo satisface la gran deuda de glorificar a su Criador. Subor-
dinadas al bien de la inteligencia estarim, pues, las leyes que
rigen el sustento del cuerpo, y la obligacion 6 el derecho quo
puede resultar de los ordenes inferiores, no sera igual en
fuerza a los deberes y derechos que resultan del Orden supe-
rior. Por lo que, si dos derechos de distinto Orden chocan, ya
veis con que principios podeis deterrninar cual debe ceder,
coal prevalecer; y aun anticipadamente podeis reducir a cier-
tas formulas universales la gradacion de los deberes 6 los de-
rechos (y en esto precisamente se ocupa la ciencia moral) di-
ciendo, por ejemplo, que el derecho de propiedad debe ceder
al derecho de existir, porque los alimentos son para vivir, no
la vida para coiner: el derecho de la vida debe ceder a la vir-
tud, puesto que es bueno vivir porque se puede vivir hones-
tamente, no buena la virtud porque prolongue la vida. Con el
mismo principio podrAn examinarse las relaciones del indivi-
duo con la sociedad, de tuna sociedad inferior con otra supe-
rior, de la conventional con la natural, deduciendo el valor
respectivo de los derechos; lo cual es de suma importancia en
todas las ciencias morales, como a su tiempo haremos ver con
ejempios de varias aplicaciones: por ahora no es menester que
entremos en estas particttlaridades; las generalidades expues-
tas bastan a dar la verdadera idea del derecho natural, de su
genesis objetiva, de su fuerza obligatoria, de los grades des-
iguales con que la ejerce: idea que hemos prometido compa-
rar con la. causa que le sefialan los ttnitarios noveles, los pro-
movedores Iel racionalismo protestante.


30. Antes de pasar a esta nueva serie de ideas, permitid-
me que me detenga a explicaros el epiteto natural que Inas.
arriba hemos dfiadido a la palabra derecho. Tanto se ha abu-




8 PRINCIPIOS TRORICOS
sado de esta voz natural , que poco a poco aun personas ma's
queinedianamente instruidas lean perdido su verdadero signifi-
cado, imaginando que solamente debe Hamarse natural en el
hombre lo que trae consigo al nacer, 6 aquello a que espon-
tAneaMente le Neva su instinto : de donde que para investigar
las leyes de la naturalezd no encuentren mejor oraculo quo
consulter que su nativa propension. Si la cOlera le estimula
a vengarse, os dicen francamente que la venganza es inspira-
cion, de la naturaleza; si la voluptuosidad, A la lascivia, dereclto
natural es el libertinaje. i Estariamos frescos si la naturaleza
hablase por Organos tan desatentados! Sin duda la entendiO asi
Bentham, cuando se deshizo en invectives contra todas las le•
yes naturales: tal vez tenia la mira puesta en la vecina oscuela
escocesa quo quiso encerrar todo el valor de la ley natural en
las inclinaciones instintivas que encubri6 bajo el nombre de
sentido y que bien pueden servirnos alguna vez de indi-
cios para encontrar la ley de la naturaleza, raciocinando sobre
ellas; pero quo nunca bastarAn por si solas para imponer un
vinculo indisoluble de obligation al hombre rational. El padre
siente ternura por sus hijos; pero mace de esta ternura Ia
obligation de educarlos? Si la ternura bastase obligarle, si
siempre representase una ley de la naturaleza , todo afecto,
toda ternura, antique fuesen tendrian el mismo valor,
producirian obligation identica. No es , pues , ley natural la
propension espontanea; lino el deber clue resulta de Ia conve-
niencia natural de ciertas acciones para conseguir un determi-
nado propOsito de la naturaleza. Las inclinaciones os empu-
jan, las pasiones os arrastran ; pero la ley propiamente dicha,
solamente os obliga cuando la razon reconoce la conveniencia
de una accion con el Orden del Criador.


51. De otra alucinacion adolecen muchos que solo Haman
Icy natural A la quo un individuo humano podria encontrar
en su propia conciencia abandonada a si misma, sin auxilio de
autoridad , ni consorcio de sociedad , ni directiOri de ensefian-
za: opinion muy comun entre los filOsofos incredulos del siglo
pasado, no rechazada por algunos catOlicos, que con el intento
de convencerlos y la esperanza de conseguirlo, alguna vez


BE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
59


admitieron que cada individuo debia estar provisto de tal
fuerza intelectiva que en si mismo hallara el COdigo moral
completo de la naturaleza humana. Lo cual es tan falso, quo
evidentemente llega a sec absurd°. lQuereis verlo ? Sabido es
que las consecuencias de una proposicion universal nunca
tienen termino, siendo siempre posible afiadir a la Ultima
proposition de la serie, otra proposicion (subsumpta, como
dice Ia logical por medio de la cual se deduzca nueva conse-
cuencia. Esto que es posible en todas las otras ciencias , no lo
es menos en la ciencia moral , y por consiguiente, Ia ciencia
moral natural puede extenders° indefinidamente. Con que si
cada hombre con sus solas fuerzas intelectivas hubiere de co-
nocer toda /a ley natural, tendria que poseer actualmente toda
la infinita serie de proposiciones que es posible deducir de los
principios naturales , O a lo menos, toner tal fuerza de lOgica
que pudiese eslabonar toda la inmensa cadena sin dejarse
olvidado an solo anillo. Y, lquien es el Socrates, et Platon, el.
AristOteles que a tanto se atreva ?


52. No tomamos, pues, la palabra natural, aplicada a la
inteligencia y A la voluntad en el mismo sentido en que se
aplica A las funciones vitales: en este sentido llamamos, anti-
que metafisicamente, ley natural, A aquella en virtud de la
cual obra espontaneamente el organismo, como la circulation
de la sangre, la quilificacion, el movimiento peristaltic°, ope-
raciones que cada hombre verifica en si mismo sin'ayuda de la
sociedad, ni Iecciones de maestro. Pero cuando se trata de co-
nocimientos y sentimientos morales que engendran obligacion,
no basta la espontaneidad; como en general no basta ii dirigir
la conducta del hombre rational, dado quo alguna vez pueda
4niciarle en cierto modo, estimulandole A hacer use de su
razon.


33. Pero, por gee se ha querido Hamar ley natural a esta
ley de que liemos hablado, siendo asi que el hombre no se Ye
precisado, ni inducido a conocerla, ni sei,,,uro de llegarla a co-
nocer? Por muchos niotivos: en primer lugar, porcine puede
demostrarse raciocinando sobre, la naturaleza de las cosas, de
modo quo, conocida una ley, sea quien quiera el que la ensefie,




60 PRINCIPIOS TEORICOS
siempre podeis observar en el Orden de la naturaleza .ciertas
relaciones de hecho que hacen conveniente obrar de cierta
manera, y disconveniente el modo contrario. Asi, por ejem-
plo, cuando de "lino oiste a tus padres encargarte el deber de
la templanza, les obedeciste por natural instinto; pero si hu-
bieses querido indagar la razon de' este precept°, to padre to
hubiera podido responder, que tal es la voluntad del Criador,
manifestada por Ia naturaleza del cuerpo human°, que padece
y deja inntil al hombre para las funciones mentales, cuando el
estOmago esta sobrecargado: luego la templanza es un deber
natural.


Ya veis cOmo la naturaleza objetiva de las cocas demuestra
esta ley, aun prescindiendo del conocimiento que puede teller
de ella el individuo, 6 por enseflanza agena, 6 por propia oh-
servacion: conOzcase 6 no que el demasiado aliment° dafia al
cuerpo y al espiritu, no por eso es el hecho mOnos verdadero,
ni mOnos cierta en si la ley de la templanza que del hecho re-
sulta.


M. Y aqui veis cOmo esta ley de la templanza tambien se
puede Hamar natural en otro sentido, esto es, en cuanto la
razon humana puede llegar a ella discurriendo rectarnente sin
engafiarse jamas: lo cual, aunque en el individuo no es natu-
ral (dado que todos los individuos pueden errar en ciertas
deducciones); pero es natural a la razon humana abstracta-
mente considerada, porque la razon por si no yerra, por mAs
que algunas veces yerre el hombre sirviOndose de su razon
particular. El hombre, segun su naturaleza especifica, dis-
curre rectamente, aunque todo individuo diga a veces algun
despropOsito, a la manera que el hombre tiene naturalmente
dos ojos y dos manos, aunque . nazcan algunos ciegos o mancos. •


55. 116 aqui, pues, dos razones por las cuales llamamos
natural el derecho, aunque los hombres no nacen con su cOdi-
go en la mano: I.", porque el derecho natural ordena accio-
nes convenientes segun las relaciones naturales de las criatu-
ras. 2.", porque esta conveniencia es accesible a la razon hu-
mana especifica con las fuerzas naturales, dado que en los in-
dividuos no sea el raciocinio tan firme que no yerren alguna


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
61


vez. Hay, fuera de estas, otra tercera razon que mas directa-
mente desconcierta la arrogancia de los que no quieren admi-
tir como natural ley ninguna que por si mismos no la descubran;
que niegan el titulo de naturales A aquellas leyes que el hom-
bre no conoce por las solas fuerzas nativas de su inteligencia
aislada 6 independiente; sin entender que este aislamiento y
esta independencia son cosa muy distinta de la naturaleza del
hombre. Ahora bien: zhay nada mAs extrafio que llamar natu-
ral A lo que no esta conforme con la naturaleza? Tal fuó el
suefio 6 novela de Emilio de Rousseau, que no lleg-6 6 com-
prender la admirable propagation de las inteligencias por me-
dio del infiujo paterno (I); pero este suefto no ha sido nunca
la naturaleza del hombre: naturaleza del hombre es nacer en
]a sociedad, recibir de ella los primeros destellos de las verda-
des inteligibles con el lenguaje; la primera ensefianza de las
facultades todavia incultas con la education; el legarlo de la sa-
biduria antigua con la tradition, y den medios materiales
con que se apropia la idea, y las fuerzas del ingenio se multi-
plican: en la abundancia de esta herencia social, en esta espe-
cie de paraiso terrenal plantado por la mano del Artifice
supremo esta puesto el hombre desde que nace, para que traba-
jando lo conserve, lo embellezca y lo ensanche. Esta si que
es naturaleza del hombre, destinado a oh rar, no solo con las
fuerzas individuates, sino tambien con las sociales.


56. Pero cuando demuestro que ningun hombre puede
conocer el derecho natural con las solas fuerzas del individuo
aislado, no ha de entenderse que sigo A los que , perdiendose
en la exageracion opuesta a Ia de los sofistas del siglo pasado,
afirman que todo conocimiento moral es para nosotros total y
tinicamente don de la tradition social 6 de la religion reve-
lada. Una cosa es decir que sin este auxilio nuestros cono-
chnientos no madurarian sino tarde, y serian incompletos 6
inseguros , y por consiguiente, de ninguna 6 poquisima utili-
dad; y otra cosa es privar totalmente A la inteligencia humana


(1 Esto se esplicarzi mejor en las TECIRIAS SOBRE LA ENSE-
RAMA.




11;


G2 PRINCIPIOS TEORICOS
de toda intuicion de verdades y de principios. Si ningun ob-
jeto interne se me presentase en la mente . cuando discurro
bajo la direction de tin maestro, con Ia misma docilidad me,
inclinaria hAcia lo verdadero que hacia lo falso, y tan rational
me pareceria su dogmatismo cuando me ensefiase que es vir-


- tud la justicia, como cuando me digera quo el egoismo es•
virtud; tan verdadero me pareceria que dos paralelas nunca se
encuentran, como quo prolongadas llegarian a cruzarse; y por
el contratio, tan misterioso seria para mi el dicho 3+5=6,
como la Unidad y Trinidad divina. Si todo viene de la palabra,
si nada descubro en mi inteligencia , no hay razon interna
para que una proposicion me parezca verdadera y evidente,
otra oscura y falsa, y de este modo podriamos caer en graves
errores, aun contra la fe , llevadOs de un celo mal entendido
en defenderla.


57. De donde concluyo que en la mente humana, ademas
de la innata propension a abrazar la verdad con su asentimien-
to, hay una intuicion interna de ciertas verdades primarias,
que por medio de su operation intelectiva recaba naturalmente•




de las percepciones sensibles de los objetos materiales; verda-
des que no pueden llamarse totalmente innatas, ni positivamen-
te enseitadas, siendo como son resultado de las operaciones
naturales de la inteligencia al aspect° del mundo sensible. Asi
cuando el nifto ve que la madre parte una manzana y le da
solo la mitad, se forma, aunque no refieja, la idea universal de
que la parte es ?nenor quo el todo, y atesora esta verdad. Lo
mismo puede decirse de otros principios universales semejan-
tes. Comparando despues con estas verdades otros conocimien-
tos suyos , descubre la mente si son verdaderos 6 falsos , y
abraza los primeros y rechaza los segundos por cierta propen-
sion nativa ; peso nunca con tan infalible certeza quo pueda
decir que .pugna el engailo en sus juicios. Estos juicios, en
.que la menV . dpicubre la conexion evidente de dos terminos
que ella . oWcuando atafien al Orden practico constituyen la
ley 'natuMri'ley, que con las fuerzas de la especie humana
puede conocerse por la natural conveniencia de ciertas accio-
nes, pero que calla individuo puede, por flaqueza de juicio,


RE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 65
ignorar 6 alterar en las deducciones secundarias por lo menos.


58. Y vease por pie es no solo ventajoso sino necesario
al genero humano que las leyes de la naturaleza le scan tambien
ensefiadas por autoridad , como en los primeros dias de la hu-
manidad lo fueron a nuestros progenitores, y lo son despues
todos los Milos cuando abren los ojos A Ia luz del dia y la
mente a los rayos de la verdad. iCO13IO enderezaria el hombre
sus acciones en el largo .


period() quo se viera precisado a es-
tudiar con rigoroso raciocinio la conveniencia o disconvenien-
cia de las acciones, si al nacer no hallase ya promulgada por
el Criador y conservada por la sociedad, una norma segura
de Ia conducta humana? Cuando con salto mortal se arroje
parecie arrojarse Descartes en la nada intelectual, de donde su
fiat 'labia de sacar a la inteligencia humana y el mundo 'entero
resucitado , tuvo la precaution de conservar una moral y una
religion provisionales: ;y por que lo hizo? Porcine habia re-
cibido el tesoro de aquellas tradiciones , precisamente, que
como engaimsas e insuticientes vituperaba y de que abjuraba.,
Pero el nitro , ;con que reglas se guiaria provisionalmente?
;,con que reglas se habnia guiado el hombre primitive en los
primeros dias del mundo en tanto que a su costa y riesgo
estudiaba por largos afros las leyes del universo fisico y mo-
ral (1)? Y cuando por fin las hubiere comprendido en edad
provecta,


Candidior postquant tondenti barba cadebat,


;osaria asegurar resueltamente que no habia dado ningun tras-


(1) L'Opinione (15 de .Junin de 1350, mint. 162. ApOndice) re-
conoce la insuficiencia de la razon en los principios del genero
humano, cuando •escondida como el fuego en el pedernal, era
.incapaz de distinguir las sustancias alimenticias, mortiferas, me-
sdicinales, y evitar un mundo de peligros. ' Pero en vez de re-
currir a una ensenanza primitiva dada por el Criador, y legada
despues de una generation a otra por la tradition social, prefiere
la hipOtesis de un sesto sentido, la segunda vista magndtica con
que L'Opinione espera salir del apuro. ,,Porque desde los prime-
ros momentos, y probablemente desde el instante en que sail()


,de rnanos del Criador...., no preocupado por los sistemas ni per
•1a education.... el hombre sintiO, inhercnte a dl, dentro de si una




G1 • PRINCIP1OS TEORICOS
pies en su terminada carrera? Y si una sola consecuencia erre,-
nea se hubiese introducido en , e1 Into de sus raciocinios, ono
seria esta suficiente para que un bum lOgico le obligara
volver a los primeros principios? X110 seria suficiente para po-
ner en Buda esos•mismos principios, a pesar de la evidencia de
las primeras intuiciones?


'.facultad particular que llamaretnos sentido intim°, segunda vis-
ta o cosa parec,ida, a propOsito para servirle de brejula o ser


'.para el lo que Ora los otros atilt-pales es el instint,o.... Dun° de
.esta facultad, es natural que alguna vez recurriese ella.... no
debiri tardar mucho en experimentar su Mama direccion para


.recobrar la salud perdida, escoger las yerbas, etc ..., y aqui
•probablemente tuvo origen el conocimiento de los simples, de las
* aguas, de los minerales, de muchos fenOmenos, etc..


No es mi intento refutar ni desacreditar lo que hay de fisica-
mente cierto en . las doctrinas magneticas, acerca de las cuales la
voz autorizada de Ia Iglesia, guia seguro de los sabios cristianos,
al condenar algunas de sus aplicaciones inmorales 6 peligrosas,
nada dijo hasta ahora contra tales teorias. Sin mofarnos con el
altivo lenguaje de los espiritus fuertes, de las sospechas de las
almas titnoratas, y sin acudir a l@s lugares comunes de la inqui-
sicion, de las preocupaciones, de los encantamentos diabOlicos, de
las supersticiones, de las invenciones de obsesos y conjuros, cree-
mos que se puede suspender el juicio acerca de los hechos magne-
ticos, estudiarlos, reconocerios, y despues de legitimas pruebas
aceptarlos.


bias pretender que esta segunda vista sea guia del hombre
extra-social, convirtiendola en on sesto sentido, esto me parece
(diga lo quo quiera el articulista) no solamente ridiculo, sino con-
tradictorio. Contradictorio con la esperiencia, la Coal nos dice que
la segunda vista magnetica anima solamente al que duerme, el
coal pierde al despertar hasta la memoria de ello: pues el hombre
linico de su especie (como dice L'Opinione) y no sometido d la ac-
tion de otros sores iguales d el, por quien habia de ser magneti-
zado, ri quien !labia de hablar dorinido, ni por quien }labia de sa-
ber al despertarse los oraculos que pronunciase durante el sueno
magnetic° acerca de su enfermedad y las medicinal convenientes?


Contradictorio pSicolegicamente; porque no es posible corn pren-
der com p


todo el genero hutnano ha podido perder hasta la me-
moria, cuanto Inas el uso de un sentido, y de un sentido tan fail,
que el autor le llama el mas Maravilloso tal vez de los donos de
Mos. Ciertamente que si alguno se atreviese a decir que al fin de
este siglo todo el genero humano, a escepcion de unos cuantos
secretisimos adeptos que acaso lo recuerden, se habrA olvidado de
oler con las narices, 6 de recurrir al alimento para Calmar los es-
timulos del hambre, no habria quien pudiese contener Ia risa.


Contradictorio a las leyes de la sana critics; la coal no puede


OF. LOS GOBIERNOS LIBERALES,
65


39. RepitAmoslo, pues: las leyes naturales tienen cierta-
mente un principio de evidencia natural, por el coal el hom-
bre que rectamente raciocina, descubre so justicia y utilidad;
y bajo este aspecto son naturales al hombre ; mas no por esto
son todos los hombres capaces de raciocinar siernpre recta-
mente, y de descubrirlas por si en toda su plenitud y verdad.


aprobar que para demostrar asertos tan gratuitos se recurra 4 los
libros sacerdotales de los caldeos y los egipcios st FUF.SE FOSIBI.E
DEscuaninr.os; d la secreta sabiduria de las zniciaciones, SENECA-
MENU ESCONDIDA EN LOS MISTERYOS por el esquisito celo de los adep-
tos, y a no se que luz que alli habria TAI. YU. Querer combatir
las indudables y universales tradiciones histOricas acerca de rode-
res sobrenaturales, de obsesos y de conjuros, algunos de los cuales
estan reconocidos como autdnticos por trescientos millones los mas
civilizados del mundo, y sun autores dela civilizacion moderns (nada
digo de la autoridad de la Iglesia catOlica): querer, digo, combatir
esta historia con libros posibles, con mistertos ocultos , y con no
se sabe clue luz, es critica tanto mas estravagante cuanto que el
autor .pretende apoyarse en la naturaleza, en los hechos, en la
observation. Quo si pudieron inventarse algunos obsesos y hechos
sobrenaturales, otros hobo verdaderos que sirvieron de modelo a
los inventores, porque nunca invente el hombre cosa ninguna sin
on tipo de realidad original a que conformarse.


Si no tuvieramos un hecho cuotidiano, patente natural, pars
explicar la propagation de aquellas verdades, que la razon vir gen
de toda impresion y sin experiencia no podria conocer; si no viere-
mos a todos, en todos los pueblos, en todos los tiempos. en todos los
climas, iluminados por las tradiciones primitivas desde que salon
de manos del Criador, rodeados de una sociedad no artificial, Ca-
paz de servirle de briljula y ser para ellos lo que el instinto para
los otros animales; se cotnprenderia que se recurriese al sesto sen-
tido, a las hipetesis, a los misterios ocultos, a los libros posibles.
Pero viendo lo que a todos los individuos humanos sucede, menos
A la pareja salida (lo reconoce el autor) de las menos del Criador,
nos parece mas natural decir con el sagrado texto que el Criador
manifesto por si mismo a esta primera pareja las verdades de
prirnera necesidad, legadasdespues de familia en familia; mejor
quo creer en las revelaciones de un sonambulismo magnifico que
constituye UN SESTO SENTIDO para uso del hombre aislado, el cual,
por otra parte, no le hubiera podido usar sin separarse de las leyes
a que boy esta sujeto el,sonarnbulismo resucitado.


Si para explicarme los progresos de las ciencias modernas me
digere alguno que en el pais de los Samoidas de Rusia , 6 entre
los kalmukos de raza mongola habia nacido un ciego a quiet' se
die una enciclopedia donde el tornO todos nuestras doctrinas


'


yo
le responderia que asi como los ciegos de ahora no pueden leer
la escritura ordinaria , asi tampoco se puede creer que sin un




G6. PRINCIP1OS TEORICOS
Y precisamente per eso son todavia Inas naturalcs al hombre,
cuya naturaleza le lleva a formar un solo todo con la sociedad
y con el genero human°, de que el individualism° protestante
quisiera separarle violentamente; sI este vinculo que une
todos los individuos humanos forma parte de la naturaleza del
hombre, mas naturales son para el hombre los conocimientos
solidarios que los aislados; porque es natural a cada agente
obrar is proportion de to quo es: un ser inteligente obra into-
lectivamente ; un ser material, materialmente. Luego un ser
solidario , obra segun su naturaleza cuando obra solidaria-
men te.


Los que pretendeis , pues , que no es natural al hombre el
conocimiento que no sea fruto tinicamente de sus fuerzas in-
dividuales, proclamadlo resueltamente; vosotros considerais al
hombre como un ser aislado en el universo, enteramente des-
ligado de los demas hombres: si para vosotros fuese natural-
mente social, social deberia sec tambien el conocimiento na-
tural.


Con lo dicho p asta aqui he querido poner en claro la signi-
licacion de la palabra natural (pie solemos unir A la de dere-
clio, a la de obligacion, a la tie ley, etc.: contemplando la na-
turaleza de todos los sores del mundo relativamente a la ac-
cion huniana, inferimos que unas acciones son para nosotros
obligatorias, otras licitas, prohibidas otras .naturalmente, es
decir, en virtud de la naturaleza del hombre y de las cosas:
esta obligacion, esta perrnision, esta prolubicion, deducidas
de la naturaleza, constituyen la ley natural, porque se derivan
del Orden que el Criador ha constituido en la naturaleza del


milagro leyeren los ciegos de la Edad media: y por consiguiente,
al Kalmuko preferiria el Gutenberg, y a la enciclopedia dada al
ciego, los pergaminos conservados por los monges. Del mismo
modo para explicar los conocimientos de medicina y de fisica
heredados del hombre Unico , prefiriO el ,metodo de los grandes
maestros fundado en un hecho que todos ven, fanailia y sociedad
a la posibilidad falible de una segatitta vista , kil,—segun las
leyes que hoy naturalmente la guian,-6. todos , ratios al horn-
bre ilnico ; el cual , aun dado que hubiese podido ver durmien-
do, sin ayuda de un magnetizador, , todo lo habria elvidado al
despertar.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
67


universo, y expresan por consiguiente la voluntad irrepugna-
hie del mismo Criador.


Una vez conocida esta voluntad, obliga a todos los indivi-
duos; pero si se ignora la obligacion, aunque por si subsiste,
no alcanza a hacer sentir su fuerza irrepugnable al indivi-
duo que la ignora.


40. HO aqui, pues, en itltimo analisis la verdad fundamen-
tal, sobre que necesariamente ha de descansar la idea del Or-
den y del derecho, para que pueda unir entre si a los indivi-
duos humanos. Si reconocen concordes un solo Criador que
todos manifiesta Ia misma voluntad, podrian estar unidos per
Ia idea del derecho; pero si linos entienden per Orden lo que
por desOrden otros, su union sera tan imposible como la union
de dos ideas contradictories.


Si el racionalismo, piles, ha de unir en Unica sociedad, no
solo a toda la Italia, sino a todo el genero humano, es menes-
ter que de a todos la misma idea del Criador y del fin con que
ordenO el Universo. Sera capaz de hacerlo?


Para responder a esta pregunta es preciso examinar atenta-
mente que es el racionalismo, y que fuerza puede tener
para ligar en una idea Unica todas las inteligencias.




68 PRINCIPIOS TEORICOS


§


IDEA RACIONAL DEL PROTESTANTISMO.


41. Ea, pues, unitarios italianos, ,que es lo que pretendeis?
—Hater A Italia una.—Y por que medio?—Haciendola pro-
testante.


iProtestante! ..... ,Con que es preciso que yo, semejante al
personaje de Pulci,


.0s sumerja en un mar de teologia?'
que hemos de tornar A las contrOversias con Ecolam-


padio 6 Melanton, y resucitar t Eckio y Gretser? 10h! estos si
que serian personajes grotescos en el siglo XIX! EntOnces si
que tendria que g emir bajo el peso este pobre libro (1) no poco
abrumado ya con tanto silogismo capaz de espeluznar A las
piedras.


No, lector benevolo,
.Dar lanzada d moro muerto,
no es sep al de gran valor..


Dejemosles reposar 6 gritar desesperados en el sitio que les
haya deparado su buena 6 malt ventura, pues he prometido al
escribir estas paginas no entrar en la sacristia. En vez de
seguir el fraile apOstata it la sacristia A donde nos estA llaman-
do, invitemosle A salir de ella , t presentarse it la luz del dia,
al aire libre, cibligitndole t explicar por boca de sus prosólitos
y sin Ia gerga de su teologia, la sustancia de sus principios; de
esos principios en que se funds segun dices , la esperanza
de Italia y de todo el universo.


42. Al decir de los nuevos unilartos, el gran mal de Italia,
el germen de sus discordias consiste en el servilismo de sit
razon: llegue Italia A conocer y reconocer, siquiera un dia,
la supremacia de esta reina del mundo, y su dicha sent segu-
ra, su felicidad inefable.


(1) Genital sub pondere cyinba sutilis. (Aeneid, VI).


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


He aqui formulado filosOlicamente el problema: «El princi-
pio de la supremacia de la razon, puede darnos idea justa
del derecho , proporcionandonos con el derecho la unidad y la
felicidad social?»


45. Alguno de mis lectores dirt tal vex para sus adenttos:
iquien duda que si t la razon se confiere universaltnente el
primado, todos tendremos una misma idea del derecho, que
nos conduzca lOgicamente t una perfectisima unidad? Si el
derecho rebosa de la verdad, si la verdad es una, como todos
recoriocen, si la razon es una adhesion de la inteligencia hu-
mans a lo verdadero, tittiert no Ye quo cuando la razon go-
bierna, gobierna la verdad , y que cuando gobierna Ia ver-
dad formamos naturalmente una idea Unica del derecho?


44. iPues aid vent Yo me atrevo t sostener precisa-
mente lo contrario, y quiero que llegueis t palpar con vues-
tras manos que establecida la soberauia de la razon, toda es-
peranza de unidad queda perdida.


Y para daros la primera demostracion de mi aserto, permi-
tidnie que os pregunte 4 por que toda sociedad tiene un codigo?
Seguramente os apresurareis A contestarme: para norma de las
acciones del ciudadano.—Pero ciudadano no debe guiarse
por su propia razon? Si no obrase conforme t razon, no obra-
ria como criatura racional.—Ciertamente el acto humano tiene
que ser racional : pero , puede liaber nada Inns racional
que el acto de leer el cOdigo? 1,c) leeria el hombre si no estu-
viese dotado de razon?


Perfectamente. Luego ya no concedeis que el hombre puede
letter obrar con sit razon y entre tanto regularse por la
norma del cOdigo. Luego la ;•azon humana no es siempre la
regla del hombre: luego se puede asignar a la razon del hom-
bre una regla, sin privarlo de su propia razon.


45. Para comprenderlo mejor observaremos quo toda la
cuestion gira sobre dos tOrminos equivocos: razon cuyo sen-
tido es necesario determinar , y gla. Todo el mundo conoce
quo la regla puede ser multiple, y que en esta multiplicidad
una parte puede sobreponerse A la otra.. Por ejemplo ; si al-
guien nos pret.t unta ctiAl es la regla del albafiil para dispo-




70 PHINCIPIOS menICOS
ner piedras y mortero? podremos satisfactoriamente contes-
tarle: que so regla es el ojo que le guia , el arte pie ha
aprendido , el nivel, la regla , el piano del arquitecto , el
maestro de obras que se le explica , y finalmente , el arqui.
tecto mismo . que le dirige con la palabra y la ciencia. Por
igual manera pueden ser muchos los reguladores de las accio-
nes humanas, a saber: el Supremo Arquitecto del universe y
todos los designios que tuvo para formarle , los maestros a
quienes encomend6 la ejecucion, las leyes practical, en que
estos aplican la ley del Supremo Arquitecto, los instrumentos,
materiales necesarios para la ejecueion , cuya naturaleza in-
mutable para el hombre debe servirle de norma en la, prac-
tica si trata de conseguir su intento. Pero si el
no sabe siquiera discurrir un poco , de quit le serviran
todas las reglas superiores? De nada absolutamente. Luego
en Ultimo resultado , se requiere pie el albauil este dota-
do de razon , no ya para disponer a so antojo las piedras,
sino para comprender las reglas que le clan el maestro de
obras y el arquitecto. Otro tanto puede .decirse de cualquiera
action humana, cuya regla es la razon que conoce y sigue las
leyes y planes del arquitecto supremo y de sus inmediatos en-
cargados. Si a todos estos principios directives puede aplicar-


,sele el titulo de regla, ya veis cuantos equivocos pueden co-
bijarse A la sombra de esta palabra. Pues lo mismo puede de-
cirse de la palabra razon cuyo sentido es igualmente equivoco,
siendo indispensable fijarlo si hemos de conocer el sustantivo
acerca del coal estamos discurriendo. Y para fijarlo Basta
solo pie reflexioneis en lo que estamos haciendo. i , Que esta-
mos haciendo ahora, en este rate de familiar conversation?
Estamos discutiendo.—iY para clue discutimos?—Para saber
quien de nosotros tiene razon ; si Mazzini que nos promete
unidad por la'apostasia, 6 yo pie preveo que per la apostasia
stile podemos Ilegar a la discordia.—Si, esta es preci-
samente la materia puesta a discusion ; se trata de saber
quien de nosotros Ilene razon. Pero, por Dies, lector carisimo,
siendo tan tortes come le eres, podrAs negarme 0 mi la ra-
zon? Si el hombre es un animal rational, negarme la razon


DE LOS GODIERNOS LIBEI1A.LES. 71
es tante come llamarme brute y bestia.... Vaya, vaya! Este
no lo Maras to nunca ni conmigo ni con mi advcrsario ; seria
una verdadera falta de urbanidad.—llabrA que convenir,
pues, en que tenemos razon entratnbos; .


pero esto seria sim-
plemente absurdo, porque Imo afirtna lo que otro niega, v
el si y el no no pueden ser verdad . a un mismo tiempo.


46. Soberbio. Mira, pues, care lector, come aunque ambos
tenemos la razon, con todo eso, en el presente case es imposi-
ble title tengamos razon entrambos: y he aqui de manifiesto el
equivoco encerrado en aquella tremenda frase, supremacia de
la razon.


47. Ya yes que razon lo mismo puede significar la facultad
que tiene el hombre de conocer, come la regla suprema per
la coal debe guiarse esta facultad. Cuando to dices pie ono y
otro tenemos razon, hablas de la facultad que reallocate exis-
te en todos los hombres: cuando dices que into de los dos
tiene razon y el otro no, to refieres a la ley suprema pie de-
beria guiarnos, y qua si ha g,niado al que dice que si, no ha
podido guiar al que dice lo contrario. Pero por que Ilaman
razon a esta ley suprema, lo mismo que a la facultad humana?
Torque tambien esta suprema razon, conoce come la nuestra la
verdad, y la conoce infinitamente; y su conocimiento infinite
ley al nuestro: la razor divina es regla de la razon humana.


48 Ilechas estos aclaraciones acerca de la palabra, pode,-„
-mos ya deterrninar el sentido del problema, sustituyendo una
expresion determinada a la expresion equivoca. El problema
era este:


r(e;Podernos esperar la unidad social de la supremacia de la
razon?»


A vosotros os parecia que si, porque Ilamabais ration 0 la
ley de la verdad; a mi me parecia- que no, porque per rar,on
entendia la facultad particular de cada hombre: y entrambos
teniamos razon, vosotros en vuestro sentido, yo en el mio..Es
rimy cierto pie si todos se guian por la ley suprema de la ver-
dad, tendremos unidad; y yo de buena voluntad . os lo con-
cede: ciertisimo igualmente que si todosluieren guiarse por
su propia cabeza, la unidad Ilega A ser imposible, y espero que


TOMO 1.
6




72 PAINCIPIOS TE4RI COS
no me lo negarcis. zY quien es el hombre de bien que pue-
de vivir mucho tiempo con quien siempre quiere la unidad
su manera?


49. Restanos ahora solamente ver que intentan los que
quieren racer una a Italia, una a toda la fainilia humana, ha-
ciendolas protestantes. Aqui no se necesitan investigaciones
eruditas ni disputas taologicas : si entienden que la unidad so-
cial se obtendri cuando la sociedad sea gobernada por la regla
suprema de la verdad, estamos conformes, y solo quedara por
decir coal es el Organ() de esta regla. Pero aqui esta la dificul-
tad : cuando epos nos hablan de supremacia de Ia razon, en-
tienden justamente que el Organ° de la verdad es la razon de
cada hombre, la vuestra , la mia ; y que cada hombre debe
guiarse por su razon. Digaseme abora de buena fe: des esta
buena medicina, conveniente para remediar la division y dar
A la sociedad la unidad suspirada? “ ;Piense cada cual como
quiera, Naga cada cual lo que se le antoje y le parezca, y de.
seguro todos eStaremos de acuerdo!»


50. Si aceptais esta formula podeis ponerla 0 prueba en se-
guida. Imaginaos que esta proximo el Carnaval, y empezad
arreglar con esta formula el primer baile y la pritnera mUsica
en que. tomeis parte, y de este modo tendreis un pequefio en-
sayo de la futura unidad de Italia, de Ia futura sociedad !Junta-
nitaria. Publicad el programa: «manana gran baile en el tea-
tro: para que todo vaya en Orden Tiara cada uno las figuras que
mejor le parezcan; y para que la innsica yap acorde, cada
cual ejectitari, con su respectivo instrumento , la pieza que
0 su juicio sea de mejor efecto.n ;Oh! ique magnifica armonia!
La misma precisamente que a la puerta del aristOcrata Bussy
tocaron las bacantes de la montafia en cierta solemne cencer-
rada: “ Rompe Ia Truisica como un trueno; cada musico toca la
»pieza que le da la gana; el bombo, los chinescos y las trom-
»pas hacen inaravillas. Los montafieses que no tienen instru-
»mentos entonan A voz en grito diversos cantos; la poderosa
»voz de Porniu sobresale hiriendo notas llama entonces des-
»conocidas; en el todo es accion, Ileva el corn* ton el bas-
»ton , el suelo resuena bajo su pierna de palo; agitanse las


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


75
»hachas y esparcen por los aires siniestros resplandores, Hu-
minando las atroces figuras de los montafieses (1).» lie aqui


/o que seria una mnsica donde cada cual entonase a su capri-
rho; y he aqui tambien idea exacta de la sociedad gobernada
por el principio protestante. Te escandalizas, caro lector, de
que en materia tan grave me chancee, y tal vet querras qui-
tarme Ia plum de la man° porque estoy perdiendo el tiempo
en contestar a semejantes mentecatos? iMas ay, estos mente-
catos nos estin bablando en tono de orAculo! .... i Estos son los
que tan audazmente proclaman que, dando absoluta libertad
al pensamiento, conquistari Italia su unidad! Si millares de
italianos lo escuchan con respeto, lo creen cAndidamente y lo
propagan con actividad cOrrio quieres que me cane? Y ha-
bland° de ello zcomo he de tomarlo por lo serio?


51. Aunque a decir verdad , la extravagancia no es tan
grande como a primera vista parece; por mejor decir , la
extravagancia no esta en la proposicion que nos causa risa y
desden, sino en otra más ridicula y mis impia , de la cual
lOgicamente se deduce la anterior. Para comprender mi pen-
samiento, recordad el doble sentido de la frase Supremacia de
la razon: este concepto, hemos dicho, significa un dogma in-
negable, si se entiende que la ley suprema de la verdad ha de
gohernar 0 todos los hombres. foes , ypor que a esta ley sn-
prema se llama razon? Cual es la razon a que puede Hamar-
so ley suprema de la verdad? Lo hemos dicho: no puede scr
otra que la Razon divina , porque esta solamente es infalible
en el conocer, esta solamente es causa suprema de todo lo
que es verdad. En efecto; si yo presento dos piezas de metal


un platero para saber si las dos son de oro, y el me res-
ponde que la una es de oro verdadero y la otra de oro falso`
el artifice entiende por verdadero el oro que tiene la natura-
leza propia de este metal, la cual no es otra que aquella que
la Razon divina le sefialO; y por falso, el que no es conforme
la Razon divina.


(I) CIIENV, Les C,onspirateurs: eh. XIII, pag. 408.




74 PRINCIP1OS TE6RICOS
52. Esta es, pues, la ley suprema de la verdad; el conoci-


miento divino. De modo que si tit fueses un Dios, no solo de-
berias pensar con tu razon, sino que ademas con tut razon to
regularias, porque tu razon seria ley suprema de verdad. Aho-
ra Bien: sabido es que Mazzini, devoto secuaz (lel Panteismo
tudesco (este tudesco esta condenado al ostracismo), ha divini-
zado al pueblo, y por consecuencia a todos los que le compo-
nen. zQue maravilla, pues, que cada uno de estos individuos
divinos de la ley con su razon a la verdad? i ,No es este, como
hemos visto, el gran pri yilegio que la razon divina tiene sobre
la litnnana? Cuando el hombre piensa, la verdad de las cosas
se toma como principio indudable; y su pensamiento se dice
verdadero si esta conforme con la cosa pensada: por el con-
trario, cuando piensa un Dios ,e1 principio indudable es la pa-
labra divina; y verdaderas se dicen las cosas que con ella se
conforman. Pues si todo hombre es Dios, segun la doctrina
del panteismo, i, gue hallais de absurd() en la asercion protes-
tante de que la razon de cada cual es norma de la verdad de
las cosas? La extravagancia, pues, no tanto esta en el aserto
que atribuye supremacia a la razon, canto en esta apoteosis
de la razon individual pie presume de divina.- j Oh! iEsto si
que seria altamente ridiculo, si no fuese soberanamente impio:
quo se pudiera persuadir a los italianos de que , cada uno de
ellos es un verdadero Dios, O cuando menos un pedacito de
divinidad! Y sin embargo, a este punto Ilegarian legicamente
los italianos, como han Ilegado aquellos tudescos: una vez
persuadidos de que cada cual debe tomar por ley su propia
razon, zque se-podvia responder al quo ahadiese: «la ley su,
prelim de verdad es Dios; luego vuestra razon es Dios?. Aqui
no hay medio; o negar las premisas, O aceptar las consecuen-
cias.


53. Resumamos lo dicho hasta aqui. El que afirma que el
hombre debe obrar segun la razon, puede entender esta voz
en dos sentidos: o segun la razon divine, O sea segun la ver-
dad de las cosas, v esto es verdad: o segun la propia razon, y
esto es falso, porque la propia razon debe conformarse 0 la
verdad; es regulada, no regla, o al menos, es regla secundaria.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
75


no primaria. Puedenos servir ciertamente de alguna prueba de
natural honestidad, cuando contempla rectamente la voluntad
suprema en el Orden universal de la naturaleza; de la misma
suerte que nos guia en las acciones de ciudadano cuando in-
terpreta rectamente las leyes del COdig© civil, puesto que sin
este auxilio ella por si no basta. Si en el Orden civil no le dais
tin COdigo, ipodra la razon por si sola format


.
nunca entre los


ciudadanos la unidad que Ilamamos Orden civil ?
Es claro que


no; y justamente por eso hay necesidad de un COdigo. Pues lo
que nadie ha creido que se pueda obtener en el .Orden civil
abandonando a si misma la razon individual de los ciudada-
nos, icuiinto Inas dificil de obtenerse sera en el Orden moral
universal!


Pues esto es lo pie pretenden los que quieren emancipar
nuestra razon con la independencia protestante, prometiendo-
nos en cambio la unidad de Italia y del genero humano: pre-
tenden que cuando cada individno humano se regule a su an-
tojo , entOnces sera cuando todos Ileguemos a estar de acuer-
do. La promesa es en verdad sorprendente. Resta, pues, ahora
que comparando este principio con la idea del derecho ,anali-
zada por nosotros en el pArrafo precedente, veamos si el prin-
cipio protestante aplicado A la sociedad puede Ilegar nunca
establecer en ella verdadera y constante unidad.




76 PRINCIPIOS TE6RICOS •


S. iv.


EL nEaEcuo ABOLIDO POR EL PROTESTANTISMO.


54. Memos dicho que el principio protestante se reduce
en Ultimo terrnino a esta brevisima formula: aTodo hombre
es juez supremo de la verdad, y su norma infalible es la razor)
individual:» y de este principio, anado yo, se deduce necesa-
riamente la destruction, o mejor dicho , la imposibilidad del
derecho y de su fuerza unificante ; sin la cual la misma socie




dad Ilega a ser imposible.
V en verdad, quien no ve que es imposible el derecho si se


admite que cada uno haile en su propia razon la norma de la
verdad? Todo derecho, hemos dicho , presupone como condi-
tion de su ekistenja una doble verdad de idea y de hecho.
cuyo Conochniento concorde hace posible la asociacion de las
voluntades. Pues si gastais la unidad en las nociones presu-
puestas, ,;no desaparecera en el mismo instante la unidad del.
derecho? La unidad catOlica habia formado en• Europa habit)
tan inveterados de ideas racionales, .que en algun tiempo pa-
reek) imposible desarraigarlas totalmente: y por eso justa-
mente se ensalz6 tanto el poder de la razon en el siglo pa-
sado, porque se tom() por natural valor de la humanidad lo
que solo era efecto del espiritu catOlico. Mas como esta in-
fluencia fuese disminuyendo poco a poco, tambien fue dismi-
nuyendo de hecho la unidad, corno debia disminuir por razon
natural; porque es imposible que la niultiplicidad de las in-
teligencias humanas encuentre en si sola la razon de unidad.


55. Porque ic01110 habia de 'lacer nunca esta unidad de
muchas inteligencias? No veo origen posible sin) es en su sus-
tancia 6 en sus facultades y atributos. La sustancia de muchos
no es one, como uno no es muchas. Resta, pues, que se forme
en ellos la unidad, uniendo la tendencia de sus facultades.
Asi, aunque un ejercito, una armada, no son una sustancia
sino muchas. con todo se convierten en uno. tendiendo a nit


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
77


mismo fin, que es la victoria, con un mismo medio. el Orden es-
trategico. Podrase, pues, obtener unidad de muchas inteligen-
cias, si tienen una misma direction y un mismo fin. Mese,
sin embargo, que en nuestro caso, de nada sirve recurrir a una
autoridad direetora, porque esto es precisamente lo que el ra-
cionalismo niega: es menester que la unidad de tendencia re-
suite de la naturaleza de los entendimientos; los cuales, como
hemos visto, se forman la idea del derecho con el conochniento
de una verdad, de un Orden, de una idea encarnada en on he-
cho. Si, pues, la unidad de muchas inteligencias ha de resultar
de la natural tendencia a la verdad, es menester que todas las
inteligencias naturalmente consientan en un hecho 6 en una
idea.


56. Pero el elemento de hecho no tiene por Si ninguna
unidad, como mas arriba hemos observado, y com p


resulta de
la naturaleza misma de este elemento, por si contingente y
por lo tanto perpetuamente- mudable. Como que precisamente
en el elemento de hecho estriba la gran razor) del perpetuo
variar de los derechos en el consorcio hurnano: hoy cambia la
voluntad del propietario , y cede el derecho de propiedad; la
inexorable ley de la muerte acaba mahana con una existen-
cia, con la cual se pierden los derechos; la tierra de que eras
dueilo es invadida por un torrente y has perdido tu derecho;
la opucsta orilla ha acrecido el terreno por aluvion y 1a acce-
sion aumenta el derecho de tu vecino; todo hecho, por peque-
ilo sea, es capaz de engendrar algun dereclro; el derecho
de ocupar este 6 el otro sitio en el teatro, el derecho de ante-
lacion en el procedimiento de una causa, Pl derecho de obte-
ner por antigriedad un empleo, icuAntas votes no tendril Inas
base de hecho que haber acudido to media Nora antes que tu
competidor! Resulta , pues , que el derecho es accidental
tuando se quiere regular por el principio del hectic). El reloj
que atrase un minuto to puede hater percler una herencia; y
acordandome estoy de la quiebra de un comerciante por haber
tardado pocos minutos en instruir una diligencia. La unidad,
pues, del derecho, aquella por la cual el derecho es capaz de
ligar perpetua e irrefragablemente las voluntades, no nave tier-




78 PRINCIPIOS TEOR1COS
temente del elemento del hecho: solo de la idea, elemento
necesario y eterno, puede surgir Ia necesidad 0 inmutabilidad
del derecho. -i0h! aqui si que limos encontrado una base fir-
misima no habiendo , como no hay , hombre sobre la tierra
que no se rinda necesariamente a ciertas verdades.


57. -Pues esto no Obstante , tambien este elemento flaquea si
no reconoceis por norma de vuestros juicios la aprehension
de vuestra razon individual; Ia cual, aunque contingente y mu-
dable Como todo lo creado, puede recibir cierta manera de
inmutabilidad del objeto necesario y eterno que naturalmente
contempla, si por ventura lo Mira instintivamente puro y sin
mezcla de fantasmas sensibles y de todo linaje de afectos ca-
paces de oscurecerlo 0 sus ojos. Desgraciadamente 0 escep-
cion de aquellos principios generalisimos cuya intuition es
una necesidad de nuestra naturaleza , todos las demas verda-
des ideates se muestran envueltas en imagenes de la fantasia
3r


ofuscadas por el valor de las pasiones : Ia fantasia tira a
engallaros aplicando 0 las cosas inteligibles los limiter del
tiempo y del espacio; y .a su vez los afectos dafian el juicio del
enteudimiento seiorearalose de la voluntad, qua tanto influye
en nuestros juicios. Especialmente en todo lo que toca A Ia
accion es tan poderosa esta influencia , que Ia sociedad
civil, cuya villa casi puede decirse que es toda practica,
se tornaria inmosible , si para dirimir cuestiones no in-
terviniese el poder judicial ; y sabido es cuan intrincadas
y diliciles son las cuestiones asi de hecho como de derecho
que se suscitan en los tribunales, y cuan diversos son las sen-
tencias de los moralistas en juzgar por licita 6 ilicita esta
aquella forma de contrato, este 6 aqua! acto moral abstracta-
mente considerado. Pues si vacilan los moralistas , aunque
tratan estas inaterias'en terminos abstractos, juzgad si vacila-
rim los quo Obran expuestos a los impetus de las mas podero-
sas pasiones , cuando con su mismo juicio concreto deberim
acaso condenarse a pacer los mas arduos sacrificios, los mas
terribles qua puede imponer la voz inexorable de la justicia.
Suponed a centenares, A millares , 0 niillones de ciudadanos, .
guiados todos en el Orden intelectual por juicios diversos, en el


DE LOS GOBIERNOS' LIBERALES. 79
de los hechos por experiencias contrarias, en cuanto 0 los desig-
nios por intereses opuestos; y decidme dOnde podreis encontrar
un elemento de unidad que Naga decir.0 todos A-una; ies obli-
gatorio stair este 6 aquel dispendio, arrostrar este 6 aquel
peligro, acometer esta O aquella empresa? oPocosson, decia ya
el Eslalulo de Florencia hablando de la Asamblea legislativa
de-. Francia, pocos son aquellos en cuyos ojos los intereses de
la sociedad..,.. sean superiores 0 los intereses de partido. 0 ale
jor, todos se declaran tiernos y celosos amigos del bien de la
nacion francesa, a condition..... de quo esta acepte la pa-
nacea que le propina el respectivo partido.


.Esto indica A la verdad gran decadencia del sentido moral,
el cual se da realmente a conocer solo por la virtud del sacri-
ficio y por la abnegation de las pasiones individuales.»


La alteracion de Ia idea del derecho, es pues, consecuencia
necesaria de aquellas doctrinas quo A la facultad de juzgar qui-
tan toda norma esterna y suprerna por donde dirigirse.


5S. Ann hay otra cosa poor: cuando la razon ha perdido el
principio, aunque sea en las cuestiones mar practicas y con-
cretas, acacce que sin advertirlo ella siquiera, lira 0 destruir
con logica mortifera las verdades mas abstractos y universales;
solo asi podernos comprender que haya ido hasta negar con
los ocasionalistas la unidad sustancial del hombre, 6 con Ber-
keley la existencia de los cuerpos, 6 con Hume la continuidad
del yo pensante. Cuando una vez se ha tornado lo ideal por le
sensible, 6 la razon por la pasion e invocado el error como
principio indubitable, ninguna cosa espanta ni en Ia te6rica
ni en la prActica; y asi como la imagen de un infinito estenso
puesto en lugar de la idea del infinito simple, ha conducido
los mas groseros entendhnientos al incomprensible absurdo
.yo soy Dios;» asi la pasion del gore, puesta en el lugar del
concepto del Orden, les ha inducido a aniquilar Ia sociedad,
propiedad, la familia, elementos evidentisimos, no solo de
verdaderos goces, sino de toda humana existencia. La teoria y
la historia se muestran sobre este punto en perfectisimo acuer-
do: las verdades mas evidentes al entendimiento, las mas ca-
ras para. el corazon, las mas importantes en lo que toca al




80 PRINCIPIOS TEORICOS
nacres, today


deben vacilar, y realmente vacilar desde el
instante que se ba dicho al hombre: «Tu razon es la norma in.•
falible de tus juicios.» La historia de las variaciones comen-
zada por Bossuet en el santuario de la teologia, podria con-
tinuarse en todo el campo del saber profano, basta llegar a los
limites en que el error se trasforma en delirio: se deten-
dria en estos limites? Hagase esta pregunta a la Illosofia ale-
mana y al comunismo frances; y. si resulta evidente que nin-
guna verdad puede salir ilesa de los golpes del individualismo,
no Milos evidente resultath que tampoco podra resistir sus ti-
ros ni subsistir el poder moral del derecho, cuya fuerza toda
procede unicamente de la verdad,


59. Si: desde el punts) que cierto ninnero de entendimien-
tos puede llegar a persuadirse y convencerse que la propiedad
es el robo, que la insurrection es on deber, que la apostasia
es religion, y que el hombre es Dios; desde ese mismo punto
tienen por incomprensible el derecho de propiedad, de mando,
de fidelidad, de conciencia; y si el error logra dilatarse hasta
el punto de dominar a gran parte de la sociedad, luego se ex-
tinguiria en ella la idea del derecho , y con el derecho, acabara
todo vinculo social. Ahora bien, establecido el principio pro-
testante se puede llegar, yen muchos pueblos han Ilegado
barto muchas genies a admitir tamahos absurdos. Hicese,
pues, imposible con el protestantismo formar la unidad funda-
mental del derecho.


60. Y aqui es donde quiero traeros ..... que digo? aqui es
donde os han traido en gran parte los nuevos fautores de la
unidad italiana: porque, preciso es conlesarlo, en Italia tam-
bien (a pesar de conservarse todavia fuertes las inspiraciones
catOlicas) ha sufrido espantosa disminucion este elemento im-
perative del derecho acreditAndose un mOtodo nuevo de dis-
currir y de forjar principios al gusto de cada individuo, gra-
cias al racionalismo individual (1). Y A la verdad, siendo el


(I) podria creer que un diputado de la Camara piamon-
tesa hubiera tenido laosadiade proclamar la nulidad de toda con-
vencion internacional? iMiren sihemos progresadoen Italia por este
caminol •lla dicho el Sr. Brofferio, que en general no son obliga-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 81
racionalismo el Ms potente auxiliar de la pasion, de suyo in-
dividual y egoista, de seguro habra de ser invocado en su favor
por todo el que, por haberse rendido a la pasion como esclavo
de ella, siente vacilar debajo de sus plantas eJ terreno firme
de las verdades universales que en todos los tiempos han obte-
nido un tributo de reverencia, y cumplido el oficio de oponer-
se como dique a todo linaje de excesos (1). Asi, por ejemplo,
cuando se quiere exaltar al pueblo dAndole la libertad poli-
tica, repitese coin() aforismo que el Gobierno pertenece esen-
cialmente a las inteligencias ya ilustradas , que es deber
de los Principes asociar al Trono la multitud ya culta ' é in-
teligente. Cuando este principio no basta para alteraciones
ulteriores, reemplAzasele con la natural soberania del pueblo;
v una vez establecidas estas teorias, sAcase de ellas la abolition
de los reinos de Italia y la republica italiana. Se trata acaso
de ocher al extranjero de Italia? Para esto, en vez de recurrir
a algun antiguo principio de derecho internacional, fabricOse
Ia nueva idea de la natural independencia national, y sin cu-
rarse de determinar el significado de estaidea, ni de medir su
extension y su fuerza, asiOse a las arms tocando a rebato.
Para expulsar cuerpos enteros de ciudadanos inocentes tornOse
prestado al despotismo de Robespierre el formidable derecho
del espiritu del siglo que ya no los quiere; y cuando despues
la moderation oblige hasta Gioberti a reconocer, 6 confesar al
menos la torpeza de tan inhumano O ilegal procedimiento,
acticliOse a otro gran principio de Ia justicia nueva, los hechos
consumados. Y porque corriase en todo el peligro de que la
Santa Sede, toda Rena de las antiguas preocupaciones en favor
del Decalogo, recurriese al septimo mandamiento para anular
aun los hechos consurnados, la prudencia filosOfica podria valer-
se de eentinelas avanzados para declarar el partido a que se iten-


»torios los tratados, porque deben seguir las fases de la politica..(Discorso del Sit. PALLUEL de 8 de Marzo).
(1) El mismo diputado Palluel pregunta sabiamente: .Por que


•buscar una base nueva, disputable, cuando tenemos una cierta?,
La respuesta es clara: se cambia de bases, cuando se quiere cam-
biar el artificio.




82 PRINCIPIOS TEOrticos
dria, si elPapa pretendiera naezclarse en materias filosOlicas (I).
Conocidas son de todo el mundo la franqueza y desenvoltura
con (pie este principio tan cOmodo foe puesto por obra contra
el august() desterrado del Vaticano: de aquel saber el caso quo
debe hacerse de los oraculos pOntificios, Ar


no hacer caso nin-
guno de ellos, y por consiguiente A la supremacia absoluta
de la razon individual , hay un paso tan resbaladizo, que mu-
chos en Italia se encontraron medio protestantes aun Antes
que el Triitnviro partibus nos invitase A la completa
apostasia; y plegue A Dios que al oir esta detestable invita-
tion abran los ojos y conozcan el horrible abismo en cuyo
horde estin. La distincion entre las verdades IllosOficas y
las teolOgicas tiene ciertamente un sentido recto , que le-
jos nosotros de combater, hems explicitamente declarado (2).
Pero el sentido quo ordinariamente se da a esta distincion por
los que Ia emplean en sacudir todo Yugo , .se reduce en sus-
tancia al antiguo absurd() de Pomponarri , que sostenia see
ciertas proposiciones verdaderas en filosofia , falsas en teolo- .
gia. Transaction estravagante, al deter de Cousin (3) , la
cual preludiaba en Italia A.. la revolution luterana. Pero si
aceptamos la independencia de la razor humana para robar
los bienes de la Iglesia y expulsar it sus legitimos poseedo-
res, en vano recurrirernos .


despues a las interpretaciones del
Pontifice para contener con el setimo mandamiento A Ia
arpia del cornunismo que amenazara toda posesion social. La,
verdad que se apoya el derecho de los prepietarios logos no
tiene mayor evidencia que la verdad en que se apoya la pro-
piedad de la Iglesia, ni puede, por consiguiente, derecho
quo de ella resulta obtener del pueblo italiano mayor reve-
rencia que la que obtiene el derecho de la Iglesia.


61. De los ejemplos aducidos hasta aqui de los prin-
cipios morales forjados 6 alterados arbitrariamente, Begun la
necesidad del mOtnento en nuestra Peninsula, pareceme que


I) GIORElin,
2) V. § II.
55 y 56.(5) Hist. de la phil. t. 1, pig. 561.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 83
resulta evidentemente demostrado con cuanto daub nuestro
corremos tambien nosotros los italianos por aquella pendiente
de independencia intelectual quo conduce directamente it la
negation de toda verdad, y por lo tanto, de todo derecho so-
cial. Sobrevivira si se quiere en muchos entendimientos alguna
verdad individual capaz de reanudar socialniente los sores quo
en ello consientan; pero este nudo, puramente accidental y fal-
to de aquella fuerza externa que da autoridad a lo verdadero,no
puede dar al derecho la evidencia del titulo, nipor lo tantO, la fuer-
za del concurso social ; podra producir facciones; pero nunca
unidad social. Me explicare: una cosa es el derecho evidente
socialmente y otra el derecho que labia en lo intimo de la con-
ciencia: i teneis conciencia de halter recibido un emprestito?Pues
Ia misma conciencia os induce poderosamente a pagarlo.. Mas
si no fueseis tan recto coino yo os creo, negiireis la restitu-
tion: i;tendria medio vuestro acreedor de obligaros en juicio
al pago? Ciertamente no , si no tuvo la precaution de exigiros
un recibo por escrito. Y, zpor que? Porque no siendo la deuda
visible it los ojos de la sociedad, esta no podria intervener para
obligaros al pago. En este caso estarA al menos ligada por otro
vinculo vuestra conciencia , la cual, a despecho nuestro, os in-
ducirà a pagar al acreedor: de suerte quo se formaria entre
ambos A dos una unidad de inteligencia y de propen-
sion racional , dejando subsistir, sin - embargo , el disenti-
miento de la pasion. I Pero cuAntos otros casos pueden
presentarse- y.se presentan realmente todos los Bias en que
dos litigantes se persuaden con razones contrarias y con toda
la lealtad de hombres de bien, de que tienen derecho a arran-
carse mutuamente de la mano la cosa litigiosa! En semejante


.,caso se hace hnposible toda avenencia nacida de la propen-
sion individual, y necesaria, por el contrario , la intervention
de la autoridad judicial para mantener el consorcio social. Si
aquella es ineficaz, lo sent con ella tambien la unidad de las
voluntades por falta de - base , la social unidad de inteligencia.


62. 116 aqui precisamente el estadoa quo conduciria A Italia
la supremacia de la t azon individual, si prevaleciese el malvado
intento de reducirla al protestantismo: dando rienda suelta




84 PRINCIPIOS TEorucos
todas las opiniones privadas, no hallareis lazo alguno para ligal -
las. lCitareis acaso Ia autoridad del Evangelio? Podra interpre-
tarse segun Deodati. Los preceptos del Principe? El Principe
es esclavo de la camarilla. Las leyes de la Camara? Sus
miembros son Organos dependientes de la nacion. zLa mayoria
de la nacion? Todavia no esta bastante ilustrada: a nosotros nos
toca el ilustrarla. (1) Esta fue„ como sabeis muy bien, Ia con-
dition de Italia en los dos arms que acaban de pacer ;
jante a Ia de cualquier otro pueblo que ha renegado tie todo
principio de autoridad catOlica , sin la cual ninon principio
puede librarse por macho tiempo de la Luria indomable de los
delirios individuales (2).


(1) No decimos esto por ciega veneration al sufragio universal.
El sufragio universal donde no se constituya interprete de un he-
cho aceptado por la sociedad y no se ilustre con costumbres
blicas, es un metodo estdril d incierto. (11AzziNt: Della Santa allean-
za depopolz, peg. 8.)


(2) Encontramos dernostrada esta verdad por un autor nada
sospechoso en la Independencia belga del 9 de Abril de 1850, pa-
tina 2, columna primera citada (antique equivocadamente con la
fecha del 40), y confirmada en el Diario ltistdrico do Lieja. •La
>soberania national..... tiene un poder absoluto d incesante sobre
>una constitucion, a la quo domina como la causa al efecto, comb>el principio A la consecuencia; sobre una constitucion que, bajo
>ningun concepto, puede ser un contrato, porque el otro contra-
> tante no existe ni puede existir ..... De otra manera : un efecto del
>derecho prevaleceria sobre el derecho mistno; lo que en realidad
>es un absurd° , porque resultaria que un pueblo que se gobier-
>na a si propio, no podria gobernarse, y que por el solo hecho de
>haberse dado por medio de sus delegados una constitucion funes-
>ta en si misma, O por el cambio de las circunstancias, tendria que
>sucumbir a sus pies antes que carnbiarla. Luego el pueblo puede
>revisar, modificar, abrogar la constitution, hater de ella lo que
>le parezca.>


Journal hisioriqucet litteraire de Liege. F. XVII. L. 1. pagi-
na 58 y sig.


La misma doctrina sostiene Lo &Mao de 22 de Julio: , .... De
• esta babelica confusion, dos verdades saltan con claridad A la vis-
>ta de todo el mundo.


>El descredito en que cae el sistema representativo por Ia
>prolongacion de las asambleas. El peligro que hay en confiar
>los destinos de un pueblo a manos de una cola cdmara.


>Asi vemos cambiarse y renovarse de mes en mes las leyes fun-
>darnentales del Estado: asi vemos A los partidos parlatnentarios


DE LOS GODIERNOS LIBERALES 85
65. Pero como es igualmente imposibie al hombre aban-


donar toda unidad social, y it la sociedad constituirse, sin al-
guna unidad de idea, es necesario en itltitno caso encontrar
un elemento de derecho nuevo con que reemplazar el element()
catOlico. Ese elemento es la opinion, madre tiranica de la
bastarda legalidad, sustituida la primera a certeza catelica,
y la segunda a la justicia eterna. Con la opinion y la legalidad
se ha encontrado una mascara para el despotismo de la fueria
brute, y con su auxilio se acostumnbra poco a poco al pueblo
Inas cult° a doblar torpemente la cerviz ante el -Yugo y a der
todavia las gracias al dominador que lo Permiteme,
lector benevolo, que desenvuelva un poco estas ideas que sen-
cillas y trivialisimas como son, tal vez pareceran nuevas a Inas
de uno. Y tquiert sabe si sere acusado de rebelde, de presun-
tuoso y Basta de extravagante y loco porque no reconozco la
autoridad de la opinion y Ia justicia de la legalidad? ;Tan
profundas son las raices que ha echado en Italia el protestan-
tismo! .....


Si,.senor; asi van las cocas: cuando falta Ia certeza catOlica
la reemplaza la tiranica opinion que no es en sustancia mas
que el predominio de la fuerza bruta sobre la inteligencia.
Pero, vemos a ver, ;,que es en iiltimo resultado esa opinion,
que se abroga el titulo do reina del mundo? Pues no es otra
cosa quo la voz Inas generaltnente diftmdida en la sociedad. Y
digo la voz y no el fallo, porque no os supongo tan inocente
ni tan nuevo en el mundo, que no sepais como y cuando, y en
que yunque se forja la Hamada opinion piiblica? iQuien sera
ya el inocente que no conozca la receta? Ocho diez periodis-
tas venales, algunos centenares de vocingleros alquilados entre
el populacho, y diez 6 dote emisarios entre la .gente de buen
tono, forman en un moment() la pnblica opinion (1); es decir:


>mertnarse poco a poco, como los ejercitos despues de una cam-
>pana muy prolongada, y a las comisiones deshacer los proyectos
>del Gobierno y a un individuo deshacer la obra de las comisiones
>y de la asamblea.>


(1) DC aqui un ejemplo muy reciente:
• Despues de la Lesion de la Asamblea del 18, en la que se ley6




86 PRINGIPIOS TEORIGOS
Forman tin concierto de papagayos mas o menos plebeyos, que
ropiten en todos los angulos de la ciudad los mismos despro-
pOsitos y las mismas razones, con tanto Inas aplomo cuanto
mayor es su incapacidad para comprender su fuerza. Pues
hien; ahora quiero que me digais si hay mayor tirania que
la de tomar por verdad inconcusa una voz tan desautoriza-
da y de tan escasa minoria. Pero, supongamos que esa voz
nazca de un pueblo entero, y concedamos a los adoradores de
ese idolo mas de lo que jamas podian esperar. .dere-
cho tiene un pueblo entero a imponerme a mi sus ideas?
Yo comprendo que pueda haber en su favor alguna pre-
suncion cuando forma coro con todos las demAs naciones y
repite la doctrina de todos los siglos; Como quiera que en tat
caso repite Ia primera sentencia del Criador esplicada y apli-
cada con natural criterio a los intereses sociales: perosi en el
tumulto de las pasiones, en el bormiguero de las intrigas, bajo
la presion de cualquier necesidad urgente, un pueblo entero
abraza y sostiene un error puede la enloquecida multitud con-
feriral error, derecho alguno sobre los en tendinnen tos? Ninguno
absolutamente, sino el de esos millones de brazes que vende al
error despues de haberlos vendido A las pasiones: pero no por
esto cesa la obligacion de la multitud de doblegar su razon en
obsequio de la verdad, ni cesa en la verdad el derecho de im-
ponerse a los entendimientos de la multitud. Esta podra atur-
diros con los gritos de millones de pubnones que gritan
con ella; podra aterraros, si no consentis en lo que desea, por-
que tiene mas brazos que nosotros; pero el sacrificio de la in-
teligencia sera siempre natural tributo debido nnicamente
la verdad. He aqui por que he dicho que la opinion es una ti-
rania de la multitud sobre las inteligencias.


De esta tirania nace, Como natural consecuencia, la tirania '
de la legalidad, que ruego al lector benevolo pie no confunda
con el Barnacle) tambien criteria legal. Cuando existe en una


•c1 dictamen acerca de la reforma electoral, bran ninnero de
' emisai4os empez6 a recorrer las calles de Paris d nd o la noticia
y esparciendo la consigna.. (L'Arinonia, 24 de Mayo de 1850.)


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES,
87


sociedad Ia justa idea del derecho que hemos expuesto , ger-
mina en ella la idea de autoridad , principio legithno de la
accion social; y de la autoridad resulta un justo titulo para
guiar la propia inteligencia en casos dudosos, en lo respectivo
A los intereses pnblicos; en los cuales querer conducir a un
pueblo entero sin otra norma pie la opinion de un particular,
seria evidente injusticia quo suhordinaria el todo a la parte,
seria querer un efecto mayor pie la causa , .puesto que de
una causa privada se sacaria tin efecto EntOnces , es
claro que podra tomarse por pia de la accion publica el
conocimiento pnblico, O sea el criterio legal. Pero esto que
tiene el valor de la autoridad legitima en los casos dudosos,
puede igualmente aplicarse en los casos ciertos ya la opinion


de la multitud? Aun cuando bayais conseguido sorprender y
arrancar de manos de un Parlament° 6 de un inagistrado
una sentencia injusta , ipodreis proceder sin escrupulo a dar
muerte a un inocente (1)? La legalidad os lo concede y os
absuelve, per() a la conciencia? .....


Tal es hoy, sin embargo, la perversion do ideas ann
en muchas personas sensatas, que las mas palmarias injusti-
cias les parecen justificadas o excusables al menos, cuando se
cometen con asentimiento universal (2). oSi se han guar-
dado de las formas, libres han sido los sufragios con prueba y
contraprueba.D Cada cual se lava las mahos en estos votos, y
con razon; toda vez pie no habiendo en una sociedad protes-
tante , nada verdadadero o falso con entera certidumbre,
ni tribunal alguno que autorizadamente lo declare, solo el nu-
mero puede dar una razon de preponderancia a esta o ague-
Ila sentencia. Si la razon del mayor Mutter° no se admite, la
sociedad no tendra principio alguno para vivir voluntariamen-
te unida, ni fuerza alguna para sugetar a los perturbadores:


(1) Este ha sido el cabana de batAa del Gobierno piamontes
contra el Arzobispo de Turin. (Vease la Note al Marques Spinola
Cu contestacion al Gardened Antonelli).


(2) La Frusta, lo ha dicho expresamente, .aunque la ley fuese
injusta, hay necesidad de observarla.. Campana , it de Mayo
de 1850.


Tomo I.




88 PRINCIPIOS TEORICOS
adoptado el principio de la razon numerica, se obtiene la yen-
taja de que el derecho se une esencialme,nte con la fuerza..
Lo coal significa tanto como decir, que fuerza se idcntifica
con el derecho; Ultimo y funestisirno resultado del principio
protestante en esta materia. Si: admitido este principio, O es
precis() que la sociedad perezca ti que la fuerza sustituya al de-
recho, la opinion A la verdad, los individuos aglomerados A la
sociedad. die aqui, dice magnificamente Kersten, he aqui
adonde conducen los falsos principios de independencia abso-
luta: sobre los cuales se ha intentado basar por algunos las
modernas constituciones de los pueblos; sirven maravillosamen-
te para dar a la opresion aspecto de legal:clad (4»


65. ltil. as quiet) podra enumerar las funestisimas conse-
cuencias de cal sustitucion ? Creo iniitil internarme en esta
cloaca , pues tendria que examinar todos los horrores de
la tirania y de la mas•pesima entre todas las tiranias, el des-
potismo de la muchedumbre, Inicia el coal no se como se so-
jetan tan dOcilinente• aquellos pie gritan sin cesar contra lo
arbitratio.


No debo, por otro lado, terminar esta .materia sin algunas
observaciones sobre las propiedades esenciales é influencias
del Gobierno numeric°. «Si el mayor nOmero es (mien gobier-
na , segun airman los autores de este sistema, tendrenios• al
menos la certeza de pie la felicidad social sera patrimonio
del mayor niimero.))


66. Quiet) asi discurre coloca la felicidad en los intereses
de la tierra, y supone que el mayor niimero de un Parlamen-
to equivAe• al mayor niimero de la nation : doble , error que
aqui solo apuntamos, porque lo desenvolveremos mAs adelan-
te.- Por. .aliora hagamos otra observation. Xemo se suele obte-
ner mayoria en Tina asamblea deliberante? De dos maneras: 6
por deferencia 4 la autoridad, 6 por combatir la preponderan-
cia de on partido. Prescindamos del primer caso, en el coal se


(I) Son maravillosamente propias para dar un aire de legali-
dad a la opresion. (hunt. hist. de Liege, t. XVII., L. 4., Ogi-
eina •55.)


05 LOS GOBIERNOS,LIBERALES. 89
niega de liecho el principio protestante al aceptar el impulso
de la autoridad , y consideremos solo el segundo extremo.
Que debe acaecer y que acaece realmente , en los hechos


parlamentales cuando decae el influjo del derecho reconocido
y de la autoridad? Que toclos los partidos se coaligaran cuan-
do ono solo prevalezca, para formar todos juntas una mayoria
cont.raria , la coal estarit compactamente unida hasta el din
que llegue a derribar al ministerio , tornando a luchar entre
si los vencedores al dia siguiente dcl triunfo.
• La superioridad, pues, del rthmero, esta perpetuatnente
fluctuando entre los varios partidos; y apenas uno de estos
ha llegac,lo A la chspide de la pirAmide social , comp° le ro-
dean los demas comb mastines, hasta obligarie con ladri4os
y mordeduras a precipitarse de lo alto,


Esta, como es sabido, es la historia de- todas las RepObticas
y tie todos los Gobiernos poliarquicos ,• fundados hasta el din
do hoy sobre el espiritu protestante: nuestra Italia en solos
los trcinta meses de so revolution, ha podido hartarse de estos
sistemas, como quiera que haya visto sucederse los Gabinetes
con tal rapidez, que ciertos ministros llevaron la cartera menos
de veinticuatro boras. Porque, i, què otra cosa es ordinaria-
mente el cambio de un ministerio, sino el cambio de la mayo-
ria? Y lo peon es, quo esta instabilidad, antique oscilando-en-
tre el derecho y la fuerza, va realmente en perpetuo progreso
hicia la anarquia: antigua propiedad de todas las luchas, entre
el.derecho y la fuerza.


Y a la manera pie los Concordatos entre los Pontifices y sus
Gobiernos dan generalmente por resultado mayores trabas
para la Iglesia, porque estos , siempre juzgan las anteriores
concesiones como irrevocables, y de ellos parten para pedir
otras nuevas; del mismo modo el partido anarquico torna
siempre como derechos adquiridos y recuperados, todos los •
que ha sabido arrancar A la autoridad del Gobierno, y parte de
ellos para la conquista de nuevas tkertades: Se vale, en soma,
de todos los partidos intermedios, segun el conocido precepto
de Mazzini, como tie elementos para dar los primeros pasos,
abancionando despues descaradamente, insultando e infamaMto




90 PRINCIP1OS TEORICOS
a los hombres de bien, que se detienen en fa mitad del Ca-
mino. Quiere , en suma (permitasenos la frase proverbial),
sacar la castafia del fuego con la mano del gato, y luego.....
Sabido es que pago neva') los gatos; y si no lo sabeis, podeis
recordar como se trat6 a los moderados que se quedaron a Ia
cote; podeis leer a Andreozzi, en Ia vida de Carlos Alberto,
pagina 155 (1).


Que esperanza puede fundarse en un perpetuo cambio , no
solo de personas, sino de principios de Gobierno? Mientras
reina on principio de justicia reconocido-, mientras se sabe
quien tiene o no derecho Begun las eternas ideas de verdad, el
cambio personal puede, ciertamente, alterar los intereses, mas
no el Orden de las ideas v de los derechos; puede impedir al-
gun Dien, mas no estirpar la raiz.


Al contrario, cuando no existe ni Orden, ni verdad, ni dere-
oho sino en las proporciones ninnericas. de los proselitos de
esta 6 aquella secta, de esta d aquella fraccion, entences es


(4) 116 aqui un rasgo que, aunque trazado con mane atrevida,
.descubre no pocaS verdades :


Dialdicion e infarnia sobre la frente de aquellos que, dirigiendo
•entonces los destines de la nacion, no supieron aprovechar las
•extraordinarias condiciones de un pueblo sublevado, sino que, so-
.focando el entusiasmo y dirigidndolo hacia el egoismo, suscita-
.ron en los italianos las mils viles y abyectas pasiones. Ellos
.intentaron cubrir su ineptitud con el manto de moderation. Per-
..suadiendo al vulgo de que tenian el privilegio exclusive del sen-
•ticlo prdctico en los negocios del Estado,.y con su continua canti-
•»ela de que se debia obrar con prudenc ia, creian tenerla y no la.
tenian, porque sus ideas eran siempre mas retrOgradas de lo


•que los tiempos permitian.
•Predicaban union y concordia, y luego perseguian encarniza-


. daniente como enemigo a todo el que no aceptaba sus misera-
•bles ideas.


•Fueron ministros, y no supieron hallar otro medio de gobier-
no que el pandillaje y la hipocresia: por el pandillaje se convir-


.tieton en facciosos y derramaron la discordia y la calumnia
<por la faz de los pueblos; por Ia hipocresia hicieron sospechosos
,los Principes que no llevaron por eso a la causa italiana mas
•que un mentido socorro. Querian gobernar con las artes ocultas
' de los ministros de la Edad Media ; otvidando aquellas frases
•pronunciadas por Roberto Peel en Ia Camara inglosa : la Inejor


olitice en nuestros dies consiste en la bonded de los principios
.31 en la franca exposition de nuestras mires propias..


DE LOS GOB1EONOS f,I3ERALES.


dare que todo ambio de Gobicrno lleva consign un cambio de
principios.


67. Y Ia consecuencia es tan evidente quo a nadie puede
asombrar: antes Bien es hoy ceremonia admitida en el ritual
diplomatic°, que calla nuevo ministro publique su programa
como los antiguos procOnsules romanos, en el acto tae cm-.
premier la marcha hacia su provincia , para hacernos saber lo
que ha de ser justo durante los cortos meses de su mando:
todo ministerio acepta de este mode formalisimamente el prin-
cipio protestante, la libertad de la ra yon, para juzgar acerca
de las mas sublimes verdades morales. (1). Puede decirse otro
tanto aun de muchos autores catelicos que aceptan sin es-
crOpulo el principio, declarando con Cihrario: respeto
todos las opiniones que nacen de un convencimiento intimo.»
El autor, que conoce como catOlico una verdad absoluta, bien
puede compadecer a quien tenga la desgracia de desconoceria;
pero irespetar el error! jamas; irespetariais vosotros en un
enfermo la fiebre, 6 la gangrena?


68. Proscripta a la faz de una nacion entera, por los mas
sabios (al memos que presuinen de serlo), por los mas ilustra-
dos, por los mas iufluyentes sobre los ciudadanos, la imposi-
bilidad de conocer y aplicar con certeza las . !eyes int-notables
de la justicia eterna: profesada oficialmente aquella reveren-
eia al santuario de la concieneia, que en el lenguaje protes-
tante siguifica reverencia a todos los errores por impotencia


conocer la verdad, que sentimiento Ilegara a producir en el
pueblo?


Me espanto al pensarlo: mas se trata de un hecho y no de
una induction. El pueblo perdera, no solamente la vergilenza,
sino hasta la idea del delito: que freno quedara entOnces
para contener las muchedumbres? iDOnde encontrareis bayo-
netas y manes para manejarlas?


• (I) El diputado Chenal ha presentado esplicitamente, esta for-
mula, sin reclamacion ninguna, en la Camara de Turin : •Fuera
de Dios y algunas creencuts de la efernidad...,. aceptadas por
todos los pueblos, el resto estd sometido y continuard sitindolo, ci
•nfinitos y cliversas apreciaciones.




92 PRINCIPIOS TEORICOS
69. Se comenzO por abolir los delitos relijiosos, ya qua


• en religion a todo hombre se otorga libertad: se past') A los de-
litos politicos, y sabido es que nadie se avergitenza de some-
jantes culpas. «Son delitos de opinion: hoy es dclito la mia;
mahana la tuya,» Pero el triunfo de las opiniones politicas exi-
ge guerra civil, tumultos, maquinas infernales, barricadas,
punales, ganzuas, etc., etc.; porque el derecho al fin, lieva
consigo el derecho a los medios ; como quiera que todo
derecho es por si coactivo: luego no debe avergonzarnos el
asesinato u otro crimen sernejante cuando tiene un color po-
litico; Antes hien, debe de ser action de valientes y genero-
sos ciudadanos. Pero si se respeta la opinion en el Orden poli-
tico, ipor que no la Demos de respetar en el Orden civil?
rIlay por Ventura Para estas opiniones tribunal infalible?
cesa en la portada dcl COdigo civil la infalibilidad de la razon
privada , y la rererencia debida Al santuario de la con-
ciencia?


Creo que no querreis ser tan incoherentes que os atrevais
asegurarlo; y cuando el comunista esta convencido de la in-
justicia de las riquezas atesoradas por los propietarios; del de-
her de abolirla, impueslo por el Evangelio, no pretendereis
clue resista a los dictamenes de la conciencia o clue se aver-
gUence de haberlos cumplido.


;Cu:into menos debera, pues, ruborizarse de otros mil, que Ia
preocupacion de nuestros mayores


culpas morales, bru-
tal fleshonestidad, sin que mi razon las halle punibles ni
perables!


He aqui, pues, eliminada toda idea de culpa en el Orden re-
ligioso, politico, civil y moral: he aqui, pues, la voz de la con-
ciencia acallada, y borrado el sentimiento de derecho y hasta
de vergilenza: he aqui trasformada la moral en una opinion
cuya escuela es el patibulo, cuyo maestro es el verdugo, y
cuya illtima razon es la cuchilla.


iDe que freno echaran mano entOnces nuestros gohernantes?
70. De la fuerza, si ; digantoslo, repitamoslo con valor, de


la fuerza: la fuerza es el itnico medio de formar sociedad que
le queda al protestante que quiere ser IOgico.


DE LOS GOBIERNOS LIDEBALES. 95
I como el ink° medio de salvation tiene que ser un derecho


en la sociedad, el dereclio de.la sociedad protestante tiene que
ser la fuerza; y este es el magnifico principio de unidad que re-
.galan a la Italia sus decantados adoradores ; este el derecho
•con que nos gobernaria en el siglo de oro el fraile apostata
en Wittemberg. Examinad por lo tanto, analizad, criticad mi
sencillo escrito: seguro estoy de que no podreis escapar de la
terrible lOgica de esta consecuencia: hasta aqui han Ilegado
los iluminados de Weishaupt .dialecticos interpretes de estott
principios, que voy a recapitular en breves palabras.


71. iQue es el derecho? Es el poder moral »acid° de la
idea de un Orden obligatorio: luego una vez suprimida la uni-
dad de idea, queda suprimida la notion del derecho. ,(,)t •te quiere
decir protestantismo? Quiere decir independencia de la razon
privada: la independencia de la razon privada roba A los jui-
cios todo principio externo de unidad: internamente, no es na-
tural ni esencial al hombre un juicio determinado, especial-
mente en el Orden practico: luego el protestantisrno dcstruye
la unidad de idea, la unidad de derecho.


72. Mas sin unidad de derecho O al menos de juicio , la
sociedad es imposible , como es imposibla el hombre natural-
mente sociable sin socicdad; luego debe buscarse otro prin-
cipio de unidad intelectual, so pena de perder A la sociedad y
al hombre. Pero quitado a los juicios su intrinseco valor de
verdad, todo el valor extrinseco queda reducido al nittnero:
luego la sociedad debe ser gobernada necesariamente por
mayoria de juicios , esto es , por la opinion especulativa y
por la legalidad practica. Todo el mundo conoce, sin embargo,
que el mayor !linnet compuesto por lo general de necios (1),
no tiene derecho alguno sobre las inteligencias privadas , li-
gadas esencialmenle a la verdad: luego todas las leyes Fonda-
das sobre el ninnero, no ligan a la conciencia ; luego su in-
fraccion no es delito, no es infamia, y puede, por el contrario,
ilegar a ser un deber : luego siendo menester una unidad
-en la sociedad, todo Gobierno tiene derecho a reprimir con


(1) Stultortnn infinitus est numerus.




9A PRINCIPIOS TEORICOS
la fuerza la repugnancia de la conciencia; luego como que el Go-
bierno pertenece a la rnayoria, todo el que piense con los roes,
tiene el derecho de apoderarse del Gobierno por Ia fuerza (1).


73. Si, lo repito: esta es, italianos, la unidad social que os
prometen las nuevas ideas racionalistas , que entre vosotros se
proclaman por los entusiastas amantes de la unidad italiana:
los cuales se apresuran a desprestigiar hasta con bajas doc-
trinas,.aquel sagrado principio de religiosa concordia, que lri;
zo de la Italia hasta adora, no un Gobierno materialmente uni-
do por el centralism° bitrocratico, situ) un solo pueblo anima-
do y unificado por el espiritu catelico. Unidos siernpre desde
los tiempos de Constantino pasta hoy por el consentimiento
religioso, del uno al otro extremo y de los Alpes al mar Joni-
co, podemos y debernos llarnarnos hermanos.


Desde to alto de la Cruz donde pendia, el Hombre-Dios es-
taba viendo todas las frentes italianas inclinadas hasta el pol-
vo delante de el, implorando de su amor todo Bien para la
tierra, no como felieidad suprema, sino como medio de soste-
nerse en la peregrination hacia una region Inas alegre y se-,
rena quo la que alcanzamos a descubrir bajo este nuestro her-
moso cielo. La esperanza de tan gran hien nos 'lace quizas
menos deseosos de engramlecimiento terrenal, menos dispues-
tos a producir, menos industriosos para tabricar, menos dados
a negociar: agricultura, comercio, mannfactura, vapores, na-,
vegaciones y aquella enciclopedia de conocimientos que por
la actividad de las correspondencias inercantiles tan admira-
blemente se aumenta , no florecian en Italia como florecen en
etras naciones heterodoxas: grandee imperdonable crimen en
verdad a los ojos de un siglo para quien la rnateria es todo y
nada el espiritu.


Pero, precisamente-por esto eran menos entre nosotros las
rivalidades , el antagonismo y las divisiones: la Italia era
una en el pensamiento, una en el afecto, una en la


• vida do-


(4) Despues de haber hecho lo que mejor le ha cumplido isOino
se atreve (Ia sociedad) a castigar 6 los que violan nua ley que ella
sofa ha hecho? Prouraos. La Ilevolucion social.


DE LOS GOBIEVOS LIBERALES. 95
mestica, una en la vida reiigiosa, mm en la civil. Solo faltaba
la unidad politica, y esta es la que hoy se nos promete por la
reforma que nos invade, acompailada de la inmensa multitud
de riquezas clue ella adora, y de los intinitos medios de pro-
duccion que han de gertninar, Begun dice, bajo sus pasos, asi
que Pepe a estinguir en los pechos italianos el amor exclusivo
del cielo, sustituyendolo con la inestinguible sod del oro. Que
os parece de esto , italianos catOlicos? i, lIabremos hecho un
cambio ventajoso, si por realzar la patria con progresos mate-
riales hemos perdido la esencia de la unidad social?


Si, con las perlas y los diamantes de la , India podremos
adornar acaso el cadaver, solo el cadaver de una unidad


mica reanirtiado ya por la gran idea del derecho fundado
en la naturaleza, 6 por la eterna justicia gobernadora de los
hombres que desdefian ser ya sus criaturas.


Este fin .alcanze la mai aconsejada Albion; is este extre-
mo se vie reducida por el pulial , de los comunistas la socie-
dad francesa (185()! Miradlas a entrambas entre los escesos
sanguinarios de las hordas que las amenazan, alzar sus Nene-
ticos gritos, y tender sus menos ternblorosas al espiritu catelico
como su postrera y Unica esperanza. Y ante espectaculo tan
lastitnoso, ante la agitation germanica, que so pretesto de see-
vie A la patria comit y), la atnenaza con prOxima destruction:
ante la gangrena universitaria que ya ha Ilegado a las entra-
fias de la autocracia boreal: y digamoslo de una vez, ante la
universal corrupcion de la sociedad protestante, ha de hallarse
un italiano, han de hallarse quizas miles de italianos que dan-
do a su catelica madre el abrazo y el heso de Judas, osen pro-
meter la unidad si se dila infestar de tan negra ponzona?


74. iUnidad sin espiritn! I ljnidad sin Orden! jUnidad sin
derecho!.... escojed: abrid, si Os place, la puerta de
los Alpes a esos menstruos: cededles el monopolio de la im-
prenta, y con 01 el absoluto domiuio de vuestros pensamien-
tos: vended poramor al comercio y a la libertad , vended los
ciudadanos, los criados, los hijos, las esposas, a esa eselavitud
de seducion y cle engaito. Mas recordad que si trastornar las
opiniones de un pueblo es juego diabelico de un afro, vol-




96 PRINCIPIOS TEORICOSA
verlas a ordenar es empresa costosisima siglos: y que cuan-
do pervertidasla5 ideas, corrompidas las costumbres, estendida
la maledicencia, afilados los 'mimics, embriagadas de avari-
cia y de exterrninio las turbas, invoqueis para detener la cor-
riente revolucionaria, los derechos immanos y la religion ce-
lestial, estas palabras que habran perdido toda fuerza: sercin,
opiniones vueslras.


CAATULO 32.


EL SUFRAGIO UNIVERSAL.


•11ay- un articulo de la Constitu-
tion que prohibe avatar el sufragio
universal. Se me figura que este
articulo no eslo mas lOgicoque pu-
diera inventarse.. — VEutuut.


—Los libre-pensadores.


75. llemos dejado mas arriba en suspenso el doble error que
sire debase Ma teoria del Gobierno numeric°, por no alejarnos
demasiado de la unidad y del derecho, materia que entOnces
traiamos entre pianos; y prometimos examinarlo con 'iris re-
poso y madurez, cosa indispensable, porque precisamente es
este un punto que forma uno de los mas elementales y uni-
versales conceptos de los publicistas del liberalismo, los cuales
por tal manera han abrazado como verdad axiomittica el dere-
cho inalienable del pueblo a nombrar sus propios gohernantes,
que en la Constitution del famoso Marrast se introdujo un
articulo (pre prohibia impugnarlo. Entramos con tanto
gusto eji la discusion de esta forma politica, establecida en las
elecciones de Francia despues de la caida de la Monarquia
constitucional, cuanto que vemos la teoria del sufragio univer-




98 PRINCIPIOS TEORICOS
sal mas o menos estrictarnente conexa 1,1 doctrinas que
tienen relation con la Iglesia y la civilization universal. Esta
conexion brilla con toda claridad a nuestros ojos desde la apa-
ricion de varios escritos fundados en ese argument°, y tal vez
redactados con Optimas intenciones. Dicese en etlas que la
Iglesia ha limitado o suspendido en ciertos casos el dere-
recho quo debeinos d la naturaleza de elegir quien nos gobier-
ne: que la nucion hone naturalmentc el derecho de elegir sus
propios Pastores „ ni znas ni nzdnos quo sus propios gobernan-
tes en el Orden politico, con otras lindezas por el estilo. Pues
sepase que estas frases estAn entresacadas del opitsculo de cm
sincero catOlico, el cual acerca de ellas diet a su tiempo las
aclaraciones y correctivos necesarios. Uno sernejante hallamos
en el Observateur de Ginebra de 8 de Junto de 1850, nitme-
ro 46:—Quisidramos, dice, quo llegasen d comprender los
quo sueilan Para la Iglesia con una union en armonia con
los Gobiernos nacidos de las revoluciones, que semejantes
ideas revelan, por supuesto, una completa ignorancia de la
cuestion.--


El aparecer al mismo tiempo en tantos puntos de Europa
el mismo error , refutado por Theiner, es positiva confirma-
cion de la afinidad que hay entre la doctrina politica del su-
fragio universal y el error democratic° introducido en los
Citnones.


76. No debe parecernos extrafta esta sentencia; Antes bien
es consecuencia natural de ciertas doctrinas politicas que pa-
san boy como inocentes y casi infalibles, aun entre muchos
catelicos. Familiarizadas, merced a la libertad constitucional,
con el desenfreno en los gobiernos, Bevan esta libertad decem-
brina (1), aun a la Iglesia, reservAndose el derecho do exami-
ner las leyes y determinarse a obedecerlas, cuando Ileguen
ser racionales. Procediendo de estos principios Cs naturalisi-
mo, segun la bella observacion de Kersten (2), que se quiera


(I) Age liberlate decembri. IIORATIUS.
(2) Se quiere someter la Ig!esia al regimen constitucional ni


mats ni menos que al Estado. Se quiere que los negocios espiri


DE LOS GODIEWNOS LIBERALES. 99
sujetar a la Iglesia, como al Estado, al regimen constitucional,
tratando por diputados los negocios espirituales y decidiendo-
las por la mayoria , aplicando al nombramiento de los Obispo:
y Curas el sistema electivo, etc., etc.


La bella refutation de las Cinco plagas, escrita por el Pa-
dre Agustin Theiner, la disertacion all citada de Natal Ale-
jandro y otras doscientas innuMerables con las cuales el docto
Filipense combate el derecho divino del pueblo en las eleccio-
nes, podran sugerir a quien quisiese ocuparse eriiditamente en
esta cuestion, abundante materia de reflexiones.


Los lamentables abusos que tanto dieron que llorar a los
Naciancenos, y Eusebios solve la educacion popular


haste en los primeros siglos de la Iglesia , siglos de verdad y
de le, dan claramente a entender los riesgos que correria la
Iglesia renovando esta forma de eleccion, en tiempos especial-
mente en que los artificios demagegicos han Ilegado al mayor
refinamiento en eso de obtener lo que se quiera de la credula
debilidad de los pueblos.


Algunos creen que las turbaciones causadas por las elec-
ciones populares fueron en parte efecto de las nuevas doc-
trinas que ya comenzaban a agitar la Iglesia y la sociedad.
Mas quien reflexione clue las turbaciones han sido en todos
tiempos compafieras inseparables de las elecciones populares,
comprenderà que son natural consecuencia de esta forma de
eleccion; / la cual no puede ser por si derecho natural del
pueblo; no siendo .conforme a la naturaleza el producir cons-
tantemente consecuencias contrarias it la tendencia natural,
la cual, tratandose de la sociedad, es la paz, o sea, quietud en
el Orden.


77. lies dejemos aparte los argumentos teolegicos y eru-
ditos, y consideremos el derecho de eleccion en la naturaleza
misma de la Iglesia, sociedad instituida por Dios, propagada
por sus enviados por medio de la palabra de verdad, mensa-


tuales scan tratados por diputados en Asambleas generates y que
decidan por mayoria de votos. Se quiere que el sistema electivo
sea aplicado al nombramiento de Obispos, Cures. etc. Diario his-
tOrzeo de Lieja, t. XVII, libr. I, pag. 28, I.° de Mayo 4860.




100 PRINCIPIOS TEORICOS


jera de salvation; bastan las cuatro condiciones aqui expresa-
das para hacernos comprender que la naturaleza de las cosas
tan lejos esta de mostrarnos en el pueblo el derecho de ele,
gir, que, por el contrario, demuest.ra positivamente la impo,
sibilidad de este derecho , supuesto que si la eleccion debe
see un derecho para cualquiera, es menester quo el derecho
natural preceda al elegido, no pudiendo ser elector quien no
exista. Las condiciones sobredichas, como naturales propieda-
des de la Iglesia catOlica, nos ensefian que antes de que exis-
tiesen los principios del pueblo cristiano, existian los Pastores:
luego la eleccion de Pastores no puede por la naturaleza de la
Iglesia pertenecer al pueblo.


En efecto, si los primeros Pastores fueron elegidos por el
mismo Redentor para format' la Iglesia, debia haberles precedi-
do la existencia de los fie/es que por ellos fueron iniciados por
medio del I3autismo; si a los fieles se habia impuesto, bajo
pena eterna, obedecer a los enviados celestes que predicaban
con plenitud de autoridad, no podian los Wes suspender el
asentimiento o sujetarlo a la condicion de propia eleccion: si el
predicar autorizadamente la verdad dependia de la imposicion
de las manos apostOlicas, la eleccion de las personas a quienes
debian imponerse, dependia necesariamente de los mismos
ApOstoles, y posteriormente de los Obispos ya por ellos orde-
nados; si todo su ministerio se dirigia a compartir con los fieles
el nitric° bien .necesario, no tenian estos libortad para recusar su
enseftanza. Meditad las grandes palabras de la mision dada a los
ApOstoles por el Redentor en el acto de enviarlos. y vereis que
en la Iglesia todo poder desciende indefectiblemente de to alto:
y aqui no es admisible aquella maxima, que en otra parte he-
mos indicado, seguida respecto al poder laical por doctos y
eminentes catOlicos, segun los cuales la autoridad soberana
desciende de Dios inmediatamente ã Ia sociedad por la cual es
trasferida al gobierno. Esplanaremos en breve en que consiste,
segun nosotros, el error de esta doctrina filosOfica aun en el Or-
den politic©, más no podemos acusar de contrarios a la ortodo-
xia, a los que quisieran sostenerla en la sociedad civil. No asi en
la sociedad religiosa, donde sera un grave error sostenerla, des-


RE LOS GOMERNOS LIBERALES 101


pries de Ia condenacion de Richer y sucesivamente de la de-
mocracia jansenista.


Y al error teolOgico iria evidentemente unido el filosOfico,
no pudiêndose Hamar filosOficamente natural el derecho del
pueblo eligir una autoridad instituida y conferida • por Dios
mismo para instruir y corregir a los que yerran y se extravian:
de los cuales unos naturalment.e son incapaces de conocer
quión tiene suliciencia de doctrina, v otros, agenos de aceptar
el Yugo que sus pasiones repugnan. Las leyes naturales se
manifiestan necesariamente por medio de naturales aptitudes:
no siendo otra cosa la ley natural quo lo quo conviene segun
la natural disposicion de los seres. Ahora bien: cuando la na-
turaleza de los sCres llamados a la sociedad eclesiastica es tal
que la hace incapaz de una buena eleccion, e impotente para
mantener la eleccion hecha, no puede llamarse natural dere-
cho el de elegir por si los propios superiores, aun'que pueda
ser algunas veces 0tH compartir con ellos cierta influencia en
las elecciones. Por lo cual sabiamente el docto Prior de No-
nantula , Placido (I), atribuye el derecho natural de eleccion
tan solo a los eclesiasticos, permitiendo solamente a los laicos,
antique Sean principes, petere et acclamare, pedir y aclamar
los Pastores elegidos pot. el Clero.


Y este justamente fuó el grancuidado con que el ecurnónico.
Coneilio de Trento inten.t6 reformar, seguer el espiritu de la
Iglesia, la elevation de los Pastores al Episcopado, limitando


los cabildos catedrales la eleccion de los Obispos sin intro-
ducir el menor inilujo del element° _democratic°, cuyos gra-
visimos inconvenientes fueron demostrados por aquellos sa-
pientisimos Padres en largas discusiones, inconvenientes que
pueden verse -brevemente narrados en la llistoria de Pallavi-
cini.


Cuanto mas maduramente se piense, inns se convencera
cualquiera de que no puede deducirse, de la naturaleza de la
Iglesia catedica una institucion que naiuralmente conduce a
la Iglesia misma a tan cierta ruina.-


Citado por Thunier,p6g. 151.




102 PRINCIPIOS melt:cos
78. Mas esta doctrina acerca de los derechos del pueblo en


la eleccion de sus pastores , se deriva, come poco ha decia-
mos, del derecho analog° que la naturaleza, segun dicen, pres-
cribe a la multitud para elegir sus gobernantes politicos.
Cordleso que no roe la legitimidad de esta conclusion: supon-
gase que este.derecho exista en el Orden de la naturaleza, ipor
que medios se puede introducir tambien en el Orden sobrena-
tural 6 de la gracia? Esta, se (lira, no quiere eierta-
mente, nuestro dereelto natural de elegir los superiores.


Pero entendamonos: ide que superiores se liabla? iDe los.
superiores politicos? En buen hora: mas esto nada prueba res-
pecto a los eelesiasticos. 11)e los eelesitistieos? Entences no es
derecho natural ni puede serlo, como quiera que el Orden
de la gracia no es el Orden de naturaleza: 6 por lo metros, sien-
do esto to quo se ha de demostrar, no puede tomarse como
termino medio de Ia demostracion.


Por lo cual, aunque fuese verdadero el derecho natural de
eleccion popular para conferir la autoridad politica, no podria
inferirse de 61 .un derecho analog() para la eleccion de los su-
periores eclesiasticos.


79. Este no obstante, me place ver que muchos deducen
con sinceridad tal consecuencia , porque asi demtrestran
la importancia religiosa de la teoria demectitica ; la cual, una
vez ensalzada en el Orden Moselleo y abstract°, tendrA natu-
ralmente que, pasar a todas las instituciones, tanto sagradas
como profanas segun la conocida propiedad de los principios
universales que formai) , a semejanza suya , todas las aplica-
ciones particulares. Es , pees , de suma importancia exami-
narla ; mas Antes de proceder a tal examen,
tengase en cuenta, por piedad, la inmensa diferencia que exist°
entre el doble aspect° politico y filosOfico , bajo el cual puede
presentarse este mismo teorerna: si un publicista , manifes-
t4ndose francamente demOcrata y republican° me dijese: Que
reputaba come el mejor y mas ittil entre todos el gobierno de las
muchedumbres, bien podria disentir de el en mi interior: mas
mi pluma, consagrada a defender la verdad catOlica, no quer-
ria descender a la cuestion politica. Pero si no satisfecho del


DE LOS COMERNOS LIBERALES, 105
juicio acerca de la utilidad , entra en el campo del derecho;
si 61 hsegura que todo otro Gobierno no solo es menos yen-
tajoso, sino positivamenteilegitime, entOnces la teoria, pasando
de lo concrete a lo abstract°, de lo particular a lo universal,
de la politica 0 la filoseria , entra en el Orden de, aquellas
ideas supremos , donde se encierra todo germen de verdad y
de justicia , y donde per consecuencia Ia Igiesia hada infali-
blemente , y la doctrina catOlica, tan especulativa como prac-
tica podria ser comprometida per cualquier error.


80. En efecto, no solo 0 los pseudo-politicos parece legiti-
ma consecuencia de la democracia civil la democracia canOni•
ca, sine quo del mismo principle se ha deducido en nuestros
tiempos la caducidad natural de todo fey, empezando por el
mismo Supremo Gerarea, en cuanto es Principe en el Orden tem-
poral. La cuestion pertenece per complete al Orden tilosOfico,
ateniendonos estrictamente al derecho pithlico y a la civilizacion
catelica; por lo cual no creo que pada disgustar al sincere
amante de Ia verdad que'ye pase a examinar tambien la parte
flloselica de las citadas aserciones, tan estrictamente unidas
con las doctrinas del sufragio universal, clue hoy Iran llegado
a ser, no solo materia de ardiente controversia, sine experi-
ment° practice en la sociedad europea.


81. Cttal es el origen de esta tentativa promovida con tan-
to empeilo durante muchos altos por la Caceta deFrancia, em-
prendida en Ia Asamblea constituyente con tanto ardor y boy
cast ahogada en el espiritu de las mismas leyes electorales?
FAcil es deducir su genealogia siendonos conocidos sus proge-
nitores: la repnblica de 1848 naci6 de la Convencion; la Con-
vencion fue bija, por Mirabeau . de Juan Jacobo Rousseau;
Juan Jacob°, de Calvin°, y este de Lutero. Asi la historia,
de comun acuerdo con la filosofia: pues una vez admitido
principio del espiritu privado luterano, todo Estado se con-
vierte en repriblica, todo Principe en elective por ley inexora-
ble y de naturaleza, tanto si se atiende al primer
principio eficiente de la sociedad, come si se tiene en cuenta
el termino a que aspira.


Para desenvolver esta demostracion, me hubiera side precise
TOMO 1. 8


4,




104 PRINCIPIOS TEORICOS


entrar en largo disertaciones sobre el principio de autori-
dad v el termino de la felicidad social, si no hubieramos demos-
trade ya cnid, es el principio que informa;A .sociedad. Pe-
no, habiendo esclarecido en el capitulo precedence que
para Ia formacion de Ia sociedad se requiere un vinculo de
inteligeucias (verdad), yun vinculo do voluntades (derccho);
que la unidad de la . verdad y del derecho, una vez admitido
el principle Merano, ha desaparecido completamente;„ que
la unidad obligatoria sucede la opinion pOblica, ó sea la mul-
titud do cabezas , sostenida per multitud de brazos, claro
es que consecuencia del dogma luterano en la sociedad, es
un Gobierno esencialmente republicano y despOtico, donde
impene, no la verdad que tiene el derecho, sino la muchedum-
bre, quo tiene la fuerza.


82. Per lo quo, Juan Jacobo, en el libro II del Contrato
social, cap. h, al establecer el . principio de que «todo Gobierno
legitimo es republicano; que todos deben tener derecho elec-
toral; que: toda exclusion formal rompe la universalidado no
hacia otra cosa que recibir con compieto asentimiento el axio-
ma luterano trasformandolo en catecismo politico para el fu-
ture comunisino francs: y come legitimo-herede,ro de Rous-
seau y de la reforma, Mazzini proclarna la misma doctrina.
«Declararnos muerta para siempre, dice Mazzini, la vieja
toridad. No admitimos que el Gobierno..... pueda colocarse
pen privilegio, fortunr0. trasmision hereditaria, en uno o alas
individuos: quer-ernes ..... que el vote popular los proclarne
como cabezas. La Republica es Ia forma lOgica de la demo-
cocia


85. HO aqui el -principio de esta teoria pasemos
ahora a examinar su termino, insistiendo siempre en la idea
luterana.


Crial es el fin par pie obra la sociedad? Nadie wive en
sociedad sino para ser feliz, y este es el termino que la so-
ciedad debe comb& al ciudadano. Alma bien; yen que_haccis
consistir . la . felicidad? .Jln la •vida futura? La vida futura,


r:1) Santa alianza de los pueblos, S, VI.


OE LOS GOBIERNOS LICERALES,
105


despojada de los resplandores con que la circunda la revela-
tion infalible, abandonada 0 la razon, A la ruda razon de un
pueblo inculto y embrutecido, Ilegarà bien pronto 0 ser, no
digo objeto de dada, sino Basta de desprecio. ;En el Orden
presente? Pero, que es para vosotros el Orden? Meditad bien
sobre la palabra Orden, para no pronunciarla al acaso, come
otros muchos lo hacen boy fuera de propOsito; que es el Or-
den si no admitis una verdad que Ic sirva de base?


Cuando suponeis arreglada una biblioteca por Orden de ma-
terias, admitis ante todo una Serie determinada de verdades
acerca de materias cientificas y literarias: cuando llamais or-
denada una sociedad, presuponeis leyes segun las cuales cier-
tos actos estAn ordenados y los contraries a estos


.
desordena-


dos ; pore si suprimis O negais toda verdad, Ilega a ser impo-
sible Basta la idea de Orden. Ademas, que es el Orden presente
si ne se conoce el future?


Es precisamente lo mismo que el Arden de las causas sepa-
radas de los efectos , toda vez quo lo presente es causa de lo
futuro. Sabido es que cuando nuestra mente no relacioria los
efectos A las causas, Ia marcha moral del mundo Ilega a tal.
desorden O locura, que nosotros solemos Ilamar cease O for-
tuna, divinidad ciega, que va caminando al acaso, sin saber
donde la lleva el viento. He aqui lo que es el Orden presente si
se le separa de la verdad y de lo future. Reducidas las croon-
cias del vulgo al principio protestante, y despojado por conse-
cuencia de las ideas de la vida futura y de Orden moral, queda
necesariamente el hombre reducido a desoar tan solo los goces
de la vida presente, los intereses utilitarios; y come no tree en
ninguna de las verdades espirituales, no puede desear sino in-
tereses y placeres materiales.


iVosotros, que conoceis 0 fondo la hez de aquella sociedad
desgraciada, donde el comunismo grita y amenaza, decidme si
esta pintura del vulgo incredulo puede tacharse de exage-
nada!.


Cuando el fin de las tendencias humanas esta concen-
trado en el fango de esta tierra, y en este fango la embrutecida
razon busca y mendiga su felicidad , es evidente pre toda Icy




106 PRINCIPIOS TEORICOS
del inclividuo debe derivarse delindividuo mismo pie siente el
placer, y debe terminar asi que se lo ha proporcionado.


-cOmo podreis jamas, sin un element.° de placer, persua-
dirk a obrar, despues de haberle inculcado que no obra natu-
ralmente, ni debe obrar sino para obtener un goce? Esta es la
teoria de los utilitarios, profesada descaradamente. por la im-
piedad de aquellos racionalistas que, bajo la guia ale Helvecio,
Bentham y Gioia desenvoivieron en el Orden moral el principio
luterano. Y como quiera que en tales doctrinas se funda en
gran parte la teoria de los Gobiernos a la moderna , haremos
de ella dentro de poco ' una demostracion ex' professo, siendo
por ahora suficiente haberla indicado.


(,)itien no ve que reconocida la utiliclad por base de la mo-
ral, el derecho universal del sufragio es su mas legitima con-
secuencia? c /Quien mejor que yo puede conocer lo que me
produce placer 6 dolor? No os toca a vosotros decirme cuando
soy nuis feliz, si al embriagarme con .vino O con delcites, O con
gloria y poder: a vosotros os parecera mas Felix en el trono
un Principe embriagado de incienso, a mi un Anacreonte bor-
racho en la taberna; y si yo tengo derecho como vosotros A ser
felix, puedo proporcionarme el vino A toda costa, como vos-
otros a cualquier precio tratais de conseguir el mando ; y pue-
do derribar el brazo pre me arranca la botella, como vosotros
el brazo que quiere despedazaros el cetro. Y si los dere-
chos de la naturaleza son iguales para todos; y si tengo yo
tanto derecho a mi felicidad como vosotros A la vuestra,


cual-
quier Gobierno en que no este representado este derecho, es
Gobierno contra la naturaleza, es opresor, es tirAnico.»


85. El derecho universal de sufragio se deriva, pues, direc-
tamente de la doctrina protestante; ora porque destruye en
losentendirnientos toda comunidad de verdad y de derecho,
ora porque encarna en el goce material coinpletamente


y concreto la grande idea unpulsiva del hombre moral,
la felicidad.


Solo la consideracion de esta genealegia me bastaria a mi para
tener por sospechoso el decantado sistema del sufragio univer-
sal, aunque por tanta gente lo viese encarecido y alabado.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.• 107
Estooto obstante, como no puede negarse pie ciertas sen-


tencias que invaden toda una generation, suelen recibir salvo
conducto, ya de engaitosos sofismas, ya de apiniencias de he-
clio; no os estraflara (pie nos detengamos a examinar de
&ide nace en nuestros dias la reputation de justicia y verdad
que lleva consigo este fantasma, germen oculto del comu-
nismo.


86. Las pruebas del solisma pueden considerarse en dos
opuestos sistemas, el heterodoxo y el ortodoxo. Queriendo
formar el protestantismo, jefe del panteismo y del ateismo mo-
demo, una sociedad sin Dios, ide6 la doctrina del pacto social,
pie explicada por Hobbes y Rousseau condujeron la sociedad
protestante al despotismo y a la anarquia. Segun este sistema,
el hombre, emancipado de toda ley, esta igualmente emanci-
pado de todo deber social, no siendo la sociedad parte de la na-
turaleza, sino arbitraria bechura del hombre. El coal, encon-
contrAndqse con otros semejantes suyos y haciendo pactos li-
bremente con ellos, se obligO a vivir en sociedad, determine
las condiciones, creO la autoridad, organizO la forma de gobier-
no, -y finalmente eligiO por superior A esta.6 .1a otra persona.
En este sistema, es evidente que la election de ;:mbernantes
pertenece esencialmente a los gobeenados. Pero, dirigiendose
este libro A personas por lo menos medianarnente instrui-
das, creeria injuriar al lector suponiendole todavia cogido en
las redes y absurdos del siglo de Juan Jacobo, despues quo, no
ya los catOlicos, sino los mas libre-pensadores heterodoxos
han cornenzado a burlarse de este suefio, que desnaturaliza al
hombre y a la sociedad.


Dar por base al sufragio universal un pacto tombien uni-
versal, que ninguna historia registrO jamas, que la misma na-
turaleza humana hate imposible, no pudiendo formarse pactos
sociales sin idioma comun, ni hablarse lengua comun sin estar
en sociedad; dar, repito, tai base al sufragio universal, es pa-
cer castillos en 01 aire y eseribir novelas; cosa tolerable en el si-
glo pasado en pie todos las ciencias morales eran obra de inn-
ginacion , pero que no puede tolerar el hombre sensato en
un siglo que tan severo pretence ser en los estudios sociales.




108 PRINCIPTOS TEORICOS
87. No asi el sistema adoptado en otros tiempos por mu-


chos y valerosos publicistas catOlicos; los cuales por contra-
restar las tiranicas consecuencias que pnblicistas protestan-
tes deducian del derecho divino con que gobiernan los Princi-
pes, contrapusieron a sus exageraciones una sentencia que se
acerca muclio al republicanism °


puro, y pie puede reducirse en
sustancia al siguiente razonamiento:


«Si el hombre es naturalmente social, voluntad del Criador
debe ser que viviese en sociedad. No puede darse sociedad sin
autoridad: luego voluntad v obra del Criador son, tant.o esta
autoridad como la sociedad.. Por otra parte, esta autoridad,
por ley de naturaleza, debe gobernar a los hombres; luego es
precise, que sea poseida por alguien. Ahora bien; icual es el in-
dividuo investido por la naturaleza de este derecho supremo?
Existe en la naturaleza elemento alguno por el cual mande el


y el otro obedezca? No: la naturaleza es igual en todos, y
todos nos hizo hermanos. Si pues en la sociedad existe mm au-
toridad real y ejecutiva, esta debe hallarse igualmente en to-
dos los individuos asociados.»


«Verdad es que, no siendo posible que una muchedumbre
realmente gobierne, conviene pie elija los gobernantes y en
ellos deponga la antoridad. El derecho de elegir pertenece,
pues, por naturalezaa todo individuo humane, a todos y a cada
Lino de los hombres.»


88. No se me acusarit de haber debilitado el argumento de
la opinion contraria: entre cuantos he leido, ninguno me pare-
ce alas fuerte y seductoramente presentado. Esto, no obstante,
quien fije en el sit atencion lohalla mas dObil de lo pie a primera
vista parece, y bastarian solo aquellas Pltimas palabras: (ver-
dad es qua, etc., etc.) puestas en la- conclusion de todo el ra-
ciocinio, para hacernos comprender la debilidad de pie adolece.
torque, iquien podra persuadirse nunca de que es ley y dere
cho de la naturaleza, lo que es imposible de hecho? Pero de esto
tratarernos mas adelante: contentOmonos por ahora con aver--
guar dOnde esta el vicio del argumento que acabamos de expo-
ner. No sera difcil advert.irlo a poco que se quiera fijar la vis-
ta, para investigar sus defectos.


DE LOS GOBIERNOS LIDErt ALES . 100


Volved a leer el primer argumento , y vercis que habla de
la sociedad comb idea abstracta y universal, afirmando con
entera verdad, que ninguna sociedad puede existir sin autori-
dad. Pero como continua'? La antoridad, .dice, no puede go-
bernar si no estti poseida por alguien. Observernos que aqui
se pasa de lo abstracto a to concreto , supuesto que nosotros
siempre consideramos Ia sociedad en abstracto, gobernada por
is autoridad en abstracto; y todo el que habla cientificamente,
prescinde de ordinario de los poseedores particnlares de la
autoridad, scan Monarcas, 6 magnates, 6 demOcratas. Cuan-
do se habla, pues, de quien posec la antoridad , ya helms
easado de lo abstracto a lo concreto, de lo ideal a lo real.


Mas en el Orden real, en el Orden concreto, ipccecle dedu-
cirse y admitirse lo que se afirma en la continuation del re-
ferido raciocinio? Decidalo el criterio filosOfico• del lector.
«Ningun elemento , dice, puede hallarse en la naturaleza. en
viand del cual este mande y aquel obedezca.» iDe veras? Con
True en la 'naturaleza del hombre concreto no hay razon-algtt-
na para que este mande y obedezca aquel? Plies entonces ,
que propOsito se ha escrito y se escribe tanto en•favor de este


de aquel Gobierno, sobre Ia legitimidad de este 6 de aquel
Principe, sobre las dotes necesarias para gobernar blot? Si
ninguna razon presentan los individuos concretes por la cual
estos manden y aquelles obedezcan , , convendra decir pie, 6
la naturaleza no nos sugiere motivo alguno para entregar el
Gobierno a los mas sabios , 6 Men, que no se Italia natural-
mente en ciertos individuos sabiduria mayor que en otros (1).


(1) Notablemente dice RosMINI: <la democracia pura , aquella
quo llama a cada cual d influir igualmente Con su veto en las
deliberaciones pnblicas , en parte esta fundada , en el supuesto
principio, de que todos las inteligencias son iguales. Esta es una
suposicion evideotemente falsa , desmentida por naturaleza.
universal de las cosas; y un Gobierno que se funda un error
ale hecho, tiene en si un vicio radical ; ,torque es imposible al
hombre crear una naturaleza artificial 6 fiugir boa naturaleza
diversa de lo que es en si. De aqui viene que el Gobiermo demo-
cratic° puro , que en apariencia pretende ser el Gobierno de
-todos, no sea jamas de hecho sino el Gobierno de un partido,
esto es, del partido de los tnenos inteligentes, siendo cierto, como




110 PRINCIPIOS TEOnicos
Ciral de las dos proposiciones tendreis el valor de sostener?


La primera? ;Curios° seria, por cierto, queen este siglo en que
tanto se habla de reformas civiles y de derechos de los pue-
blos ilustrados a gobernarse por si mismos, se negase que
la naturaleza quiere que gobiernen los mas sabios! No pu-
diendo abrazar la primera proposition , teneis que sostener la
segunda, a saber: que todos los hombres poseen igual sabidu-
ria civil , que todos son otros tantos Licurgos , Numas, Carlo-
illagnos y Napoleones.


Si asi lo pensara alguno, cleje este libro, que no ha silo
escrito para bias si todo lector prudente reconoce como
ley constante de la naturaleza la desigualdad entre los hom-
bres, en el Orden de la realidad, comprendera con evidencia
cmin errOnea es la argumentation que estamos refutando.


Es cierto, que si yo consider° .
la idea universal de sociedad


compuesta de la idea universal de hombres, (naturaleza
mana abstracta) millones de veces explicada, no hallare jamas
en esta idea, aim vuelta de nuevo a examinar, otros elemen-
tos que los caractOres esenciales de Ia humanidad; no hallaró
mas que millones de anunales rationales todos iguales, esto
es, todos igualmente hombres.


.


Y en esta sociedad abstracta bien puede mandar la autoridad
abstracta; por lo cual con toda propiedad de lenguaje puedo
decir autoridad


• gobierna la sociedad. ”
Pero cuando yo


dejo de contemplar la idea abstracta y me dirijo a una mul-
titud de hombres, tengo quo reconocer que la autoridad para
goberna r debe personificarse en alguna in teligencia real;
pero al mismo tiempo reconozco una inmensa desigualdad en-
tre las inteligencias asociadas , y por lo tanto, asi como puede


lo es, que los menos inteligentes forman la inmensa mayoria en
una nation cualquiera. Todo esto es comptetamente cierto , sin
tener en cuenta el otro inconvenience de la democracia ; clue la
mayoria de los menos inteligentes que gobierna , es facilmente
manejada en provecho particular por rums cuantos demagogos
mas inteligentes y mas listos que ella. Mipoles 1842.
Filosofia de la Politica.—Libro II. C. XVII. Como el Cristianis-
mo salvo la soeiedad humana dirigiendose a los individuos y no
a las muchedumbres. Nota 2, prigs. 493 y signientes.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 111


ser rational •que /a autoridad recaiga en un Ulises, no puede
menos de ser ridiculo conflarsela a un Tersites. Luego si es
natural que existan entre los hombres los Tersites y los Ulises,
es contra la naturaleza en el Orden concreto que todos gobier-
nen indistintamente.


90. Cuya conclusion es muy conforme por una parte A las
leyes de buena higica , y por otra defiende a la . madre natura-
leza de una acusacion que en el sistema contrario se le podria
dirigir racionahnente: «XOnao, le diria yo a la madre natura-
leza, como habeis cometido el enorrne desatino de poner la
autoridad social en manos de todos, cuando no solo esta reco-
nocido de antiguo que el Gobierno de las muchedumbres es el
mas imperfect° de todos (asi lo aseguraban Anacarsis y Aris-
tOteles, y por cierto que no les faltaba motivo), sino que se con-
fiesa por los modernos que en las grandes naciones Ose gobier-
no es imposible en cuanto a sus funciones y atribucion es natura-
les?), Verdad es quo los sofistas politicos lo hacen posible, disfra-
zAndolo a su antojo y diciendo 0 los pueblos: Con esta papeleti-
ca en la mano sois soberanos. Pero si gobernar significa hacer
leyes y exigir su cumplimiento, confiesa, cam lector, que hay
gran diferencia entre gobernar, y elegir a quien gobierne.


No negare que con el derecho de election puede ejercerse
alguna influencia en los destinos sociales, mas si todo lo que
infiuye en ellos debe llamarse Gobierno, zquien hay que no
gobierne en este mundo? Quièri hay que de algun modo no
influya en la sociedad? Cuando se abusa tan extraflamente de
las palabras, no hay Orden de ideas que no pueda ser alterado
y pervertido.


91. Pcrmiteme, pues, que me quede con el antiguo vo-
cabulario distinguiendo el elegir del gobernar: del primero
hablaremos dentro de poco; en cuanto al Segundo, creo haber
demostrado que gobernar no es funcion asignada por la na-
turaleza o todos los individnos hunianos, Antes bien debe de-
cirse de esta como de toda otra funcion social, que existe una
inmensa diferencia entre los individuos, y por consecuencia
entre las condiciones humanas, de cuya armonica distribution
depende toda la perfection social.




1 12 PDINCIPIOS TEORICOS
92. 11Ias si no son todos naturalmente soberanos,


quien
corresponde naturalmente la soberania?


Esta es otra parte de la dificultad poco antes formulada; y
yo podria contestaros con otras mil preguntas semejantes.
Si es necesario en el mundo que unos scan padres y otros hi-
jos, quien tocara por naturaleza la paternidad? Si por natu-
raleza es necesario que Jaya maestros sin que todos sean na-
turalmente maestros,
quien correspondera naturalmente el


magisterio?.
quien correspondera .el manejo de las arenas,


a quien encorvarse sobre el arado, a quien apacentar al gana-
do, a (mien cazar y a quien navegar en el Oceano , cosas to-.
das necesarias naturalmente en las actuales condiciones del
glob() y del genero humano? Comprendo


.que esta retorsion
del argumento no baste quith a todo lector inteligente ; pero
precisamate porque lo es, very


cuentas otras ideas subsidia-
rias tendria yo que esclarecer para desenredar esta madeja con
aquella exactitud que debe satisfacer al hombre juicioso. Po-




dria muy bien salir del Paso con cuatrofrases de periodista
que sonasen mucho y nada dijesen; prefiero, sin embargo,
dejar para otra ocasion este punto y examinarlo con el debido
detenimiento, contentandome por ahora con halter dentostra-
do Ia imposibilidad del Gobierno de todos, del cual se quiere
deducir el gran derecho del sufragio universal.


Siendo falso que este derecho universal al Gobierno este
prescrito por Ia naturaleza, la consecuencia que de aqui se
quiere deducir a favor del derecho universal de los pueblos
pare elegir sus propios gobernantes, cae por su base.


95. Tal vez se intente probar .por algun otro principio el
derecho universal de elegir propios gobernantes: ,,conce(10,
podra decirme alguien , que. no todos son capaces de gober-
nar; pero todos son capaces y tienen derecho de ser felices.
Si cada cual tiene este derecho , cada cual tiene asi mismo
derecho a los medios conducentes a tel fin. Ahora bien; i,hay
medio mits eficaz, por ventura, de felicidad publica en nna
sociedad que el derecho de cada uno de los asociados , no solo
a exponer sus propias necesidades , sino a obligar con el su-
fragio en la mano it sus gobernantes a que entre.n con el en


DE LOS GOBLE:I:NOS ',MEI:ALES. '115


pactos y le rindan cuentas de sus operaciones? Tambien este ar-
gumento suele Racer fuerza a personas ligeras é incautas; tam-
hien hay gentes sensatas que cifran en esto la garantia inestima-
ble de la libertad constitutional (1) ; y no deponen per cierto
la preoenpacion y la esperanza de !men exit° , por Inns que
les hec!ios se muestren reacios en venir a comprobar seme-
jante teoria. Persuadido el hombre naturalmente del dominio
que por investidura del Criador tiene sobre el universo , cree
de buen grado que le es tan facil conseguir una Cosa como que-
rerla ; y como el hombre quiere seguratnente ser feliz, se
imaging quo lograra su intento , tan luego como ejerza algu-
na influencia en Ia marcha (le los negocios sociales. Poe esta
misma razon considera que el Gobierno de los Inas sabios, no
es ya medio, sino . obstaculo para su propia felicidad.


Querria saber, dice , por que el ser marques 6 magistrado,
abogado o capitalista , profesor 6 comerciante, .os • da derecho
a obtener , por medio de un representante , vuestra felicidad;
mientras que yo , pobre proletario , tengo que quedarme a la
puerta recogiendo las pocas migajas que se caen de la mesa
legislativa. Venga, pues, venga para mi una bolita que llevar
it la urna; y de rni cuenta corre haceros ver como se cambian
los destinos del mundo. Esto se llama justicia, esto es igual-
dad ante la ley.


94. i Justicia! i Igualdad! ;E yes tu, por ventura, lector, de
los que sudian por semejante manera? Si lo fueses, permiteme
quetrueque mis vestidos con los tuyos: el tuyo para mi, el mio
para ti; porque, si scums iguales, el carnbio no pnede toner
inconveniente: esto se llama justicia. Ttt tienes hijos y mujer
y trabajas para mantenerlos. Pero dime, des just() que.sudes
y te afanes pare altos? Trabajen ellos en buen Mora, trabajen
con sus brazos, pues que comen con su boca. Y esos en,fer-
mos quo eSt.an en el hospital por que no se curan a si mis-
mos? Y esos niiios del hospicio y del colegio, por que no se
cancan y se instruyen a si propios?


,Que te parece de esto, caro lector? Si todos tenemos dere-


Yease el Statato de Florencia de 20 de Abril do 1850.




114 PRINCIPIOS TORICOS
cho a procurarnos igualmente nuestra felicidad, ,;quien puede
negar que todos tenemos derecho a vivir a nuestras espensas,
a curarnos como Dios nos de a entender, a educarnos, a ins-
truirnos con nuestra inteligencia? Todo eso es broma, diras
ally


para tus adentros: una cosa es tenor derecho, y otra cosa
saber usar de el: uno es tener medios, y otro tenerlos adapta-
dos al fin. Todo el mundo sabe quo los vestidos deben ser
proporcionados a la estatura , Ia fatiga a las fuerzas, los sub-
sidios a las necesidades y los empleos a la capacidad: como
podria el nino educarse por si mismo, curarse el enfermo por
si mismo, y por si mismo alimentarse toda la familia? ;Bonita
figura haria un enano con mi gaban, y yo, tan zanquilargo, con
los pantalones del enano!—;Nola! Cc(ii quo por lo visto, aqui
ya no tiene Lugar la justicia? que por lo visto, el derecho
de ser feliz no lleva consigo el derecho de obrar como se me
antoje y de igualarme a los otros? LCon quo por lo visto que-
da ya por reconocido y averiguado que la igualdad de desti-
no a la felicidad, no conduce A la identidad de medios para con-
seguirla? Pero el para!ogismo, no se por que, se refugia coma
en su ultimo atrinclieramiento en los sistemas politicos. Aqui,
aqui si que todos tienen igual derecho a mandar, porque to-
dos tienen igual derecho de ser felices. ;Como si la habilidad
politica, el grande arte de manejar hombres y cosas fuese tan
universal en el Oiler° human°, como lo es el deseo y el dere-
cho de felicidad! ;Como si fuese Haas facilgobernar una socie-
dad sin ciencia civil, que curar un entermo sin arte medica. 6
aprender una ciencia sin maestro! iQuien no ye que en tales
materias la perfecta igualdad es la injusticia suprema? Quien
no coniprende que entregar a todos los mismos instrumentos
es impediment° para conseguir el fin, cuando no tienen todos
las mismas fuerzas? Sabeis que veriamos cosas curiosisimas,
si esta curiosa norma de justicia se adoptase para el comercio
6 las artes?


El carpintero y el Herrero no tardarian en envidiar los de-
licados instrumentos del relojero y del. constructor de pianos.
“ Seamos iguales, dirian. Por que no he do usar yo aquellas
sierras tan bonitas, aquellas tenazas tan delicadas, en Lugar de


DE LOS GOBIERNOS 1.1BERALES. 115
los pesados instrumentos quo me encaliecen las maims? Seamos
hermanos, dirian los picapedreros a los escultores; prestadnos
vuestros cinceles para sacar las piedras de Ia cantera. Seamos
hermanos, repetiria el abafiil, y pediria al miniaturista sus
pinceles para blanquear las paredes.» Tit mismo', amble lec-
tor, vendrias con una peseta a nuestra libreria a comprar un
libro, y yo to responderia: «Vaya, vaya; la igualdad del con-
trato no lo permite: Si quieres un libro dame un libro some-
jante; pero si me das una peseta, to entregare otra;» yen vano
to empenarias en demostrarme que el quo cluiere leer necesita
libros, y el que los vende, dinero: justicia, justicia, seguiria yo
clamando; igualdad, igualdad.»


05. Si todas estas razones os pareciesen simplezas propias
de estimidos mas que de idiotas, cOnlo justilicareis Ia aser-
cion de aquellos quo creen haber igualado a los ciudadanos
ante la ley por haberles concedido el derecho de deposit.ar una
papeleta igual en la urna? ;Valiente regalo es el quo me haceis!
;A mi, pobre tonto, el hombre mas de Bien de cuantos Bevan
botas 6 sombrero; a mi que me estoy encerrado en casa, igno.
rante e ignorado, sin conocer ni electores ni elegibles, me po-
"leis en la mano una papeleta con la quo un intrigante haria
milagros como un cubiletero, mientras que yo no sabre (lacer
mas quo despropOsitos, dando quiza el voto a alguno que este
dispuesto a venderme a mi, a mi a mi parentela, a mi
pueblo, a mi provincia, y tal vez a mi patria, por conseguir
una cartera o un puilado de oro! esto que me sucederia
mi, notadio Bien, suceder ia a otros mil; porque la semilla de
los tontos, ya lo sabeis, es fecundisima.


DigAmoslo de una vez: la justicia social esta en las pro-
porciones y no en la igualdad numerica ; y como la excelencia
de la justicia divina resplandece en la desigualdad de las con-
diciones humanas, destruir esta desigualdad sin haber des-
truido primer() la desigualdad de los sores, es el colmo de la
injusticia huinana. Igualad primer° el talent() en las cabezas,
la fuerza en los Brazos, el niimero en las familias, las ramifica-
clones en los linajes , las influencias en las profesiones, la ex-
tension en las relaciones, y despues podreis hablarme de la




116
PRINCIPIOS TEODIcos


justicia del "sufragio universal. Para un pueblo que mice Ia
justicia a palmos 6 la pesa con romana, queriendo reducirlo
todo A la condicion de la materia , esa igualdad de derechos
politicos, mediante la cual goza del precioso derecho de dejarse
conducir de la oreja por el primer charlatan del club que le
prometa la felicidad de Jauja , es una invencion tan nueva
como beatifica. Ni puede ser de otra manera cuando no hay
bipedo tan rudo que no se crea nacido y criado para gobernar
aunque sea el Imperio de Carlo-Magno. Mas lectorjuicioso,
que tienes otra medida moral que e/ palmo y la romana. con-
yen conmigo en que conceder a todos por igual el sufragio
gritando (<1)6 aqui nivelada la suerte,» se" is semejante a dar
todos zapatos y vestidos iguales diciendo: die aqui a todo el
mundo hien calzado y hien vestido.»


96. Con to dicho comprendereis por que los esperimentos
hechos hasta ahora han dado resultados contrarios; y quo cuanto
mas se ha extendido la universalidad del sufragio , mas ha
tenido quo llorar Ia sociedad. Desde la InOnada colosal del
gran Rey hasta el comunismo de Proudlion, la sociedad no
ha hecho nuts que ensanchar continuamente la boca de la
urna electoral, y esta urna abierta ha derramado en la socie-
dad un torrente de males capaz de eclipsar Ia fama de la caja
de Pandora. Desde el Rey itnico, la sociedad ha pasado al pre-
dominio de los Parlamentos monArquicos ; «idemasiada mo-
narquia!» grin> el orgullo de algunas clases, y se reunieron
los Estamentos: «idemasiada aristocracia!» afiadieron otras
clases inferiores, y los ties Estamentos se redujeron a uno:
« idemasiados privilegios!» sigui6 diciendo el orgullo despues
del parentesis del Imperio , y naci6 en las barricadas el Rey
ciudadano: «iafuera la aristocracia pecuniaria!» torn6 a gritar,
y se ampli6 el sufragio a seis millones de electores: «mit
gobierne tambien la mujer!» dijo SanSimon, y se intent6 con-
ceder el mando al sexo mas debit ;no mas Gobierno!» excla-
ma hoy Proudhon (1), porque nadie es Soberano. i, Qtte queda ya
que decir? Solo talta una ampliacion del sufragio, y no hay que


(1) Voix du pcuple 22 y 28 de Enero de 1350.


DE LOS GOBIEBNOS LIDERALES. 117
dudarlo; pronto se aitadira it los anteriores: « ino mas mu-
chachos, no mas nifios , no mas locos , no mas imbeciles:
itodos somos hombres, todos tenemos derecho a la fclicidad,
cada uno tiene un modo particular de sentirla y poseerla;
todos, por consiguiente , tenemos igual derecho al mando!»
116 aqui el Ultimo termino a que tiende Ia teoria del sufragio
universal: disolucion universal de la sociedad , abandono de
los miserables al fraude de los tramposos, abandon° del Orden
a la violencia de los Inertes. Viendo quo algunos gobernantes
abusaron del poder social en daub de los Menesterosos
quienes debian ayudar, se apelO al ingenioso recurs() de abolir
ese poder, dejando a cada uno reducido A las fuerzas indi-
viduales de su razon y de su cuerpo. Asi el bribon , el pode-
roso, han podido importer al hombre de bien que vive opri-
mido , el Yugo tiranico de sus injurias, sellando su amarga
beta con estas sarcAsticas palabras: “ ieres libre ; me has die-
gido to mismo para que to represente: debo procurar to bien
y proteger tus intereses. » Esto es lo que se llama justicia
social del sufragio universal.


Tal vez no faltara alguno que haciOndose cargo de los hechos
ocurridos en Francia despues de publicadas estas paginas en
la Civilld Cattolica, nos diga: «Mirad, 'Dirac]; si Francia ha re-
cobrado alguna tranquilidad, librAndose del puftal y de las lla-
mas; si ha restablecido el Orden palico; si ha conquistado
una influencia europea; si ha resucitado a las inspiraciones
catelicas, Codas estas y otras ventajas al sufragio universal las
dehc, esclusivarnente al sufragio universal. » Esta objecion
hara sonreir a cualquiera que haya seguido atentamente el
curso de los acontecimientos. Porque zque sufragio universal
fue aquel? Lo diremos luego. zQuien ignora que aquel sufra-
gio universal fue dirigido imponiendo silencio a los periOdicos,
atrancando las puertas de la tribuna, siguiendo la policia las ta-
bernas, encarcelando A los demagogos y apelando A mil recur-
sos de sabia politica que neutralizaron los efectos naturales
del tal sufragio? zY quien rue el director? Suponed clue en In-
gar de Luis Napoleon, hubiera silo un Mirabeau o un Caussi-
there, y decidme cual hubiera sido el resultado. El hecho fue




118 PRINCIN OS TE‘ll COS
prOspero, gracias A la Providencia; pero esta Providencia a los
ojos del hombre foe lo que se llama una casualidad, una for
tuna que


puso esta vez el poder en manos do un hombre capaz,
pie supo conseguir lo que todo el mundo creia imposible. Es
decir, pie con el sufragio universal se entrega la sociedad al
acaso 6 a la forluna.


97. Hasta ahora hemos procurado principalmente desva-
necer aquellas ilusiones que mas facilmente seducen los ani-
mos nobles y generosos, los cuales, deseosos de ver en la-so-
ciedad el triunfo completo de la justicia, no reflexionan que
la justicia social debe mirar al fin y no a los medios; debe ha-
ter a todos igualmente felices; no ya adoptar medios identicos
para la felicidad de todos.


Quitando, piles, a esta teoria el apoyo de una engafiosa jus-
ticia aun en el Orden politico, podremos demostrar mucho mas
legitimamente . su insubsistencia en el Orden religioso y termi-
nar


el presente articulo.
Pero, como estirpar aquellas preocupaciones que han inva-


dido la sociedad entera requiere un trabajo largo y penoso,
dispense el lector que. continuums nuestras consideraciones
acerca del sufragio universal, mirandolo con relacion a los
intereses que estti Hamad° a defender y que lo hacen tan apre-
ciado de las alms vulgares, los cuales en un pais en que aun
no se ha experimentado lo nulo y perjudicial de ese medio,
piensan cefur sendas diademas cada frente, cuando echan
rodar por el suelo esa granizada de bolas electorales. iPobres
reclamos de un charlatan politico que no comprende cuan dis-
tinto es decretar en el papel, de Ilevar acaso to que se manda;
ni cuan funesta es A la sociedad una ley cuyo cumplimiento es
imposible!


El acostumbrar al pueblo A infringir diariamente una ley
sin poder imponerle nunca una pena, pie infunda revorencia
y terror A Ia autoridad y la justicia, es amortiguar insensible-
matte el sentimiento moral, principio vital de la sociedad, en
la cual bien puede ser que la fuerza material contenga a unos
cuantos facinerosos; mas iay, si llega a ser el imicO freno de.
la inmensa muchedumbre! dende se sacarA fuerza material


DE LOS GOBLI?.11NOS LI1311:1ALES ., 119
si toda la sociedad resiste a la fuerza moral?


Pues este es el efecto pie produce en el pueblo el sancionar
una ley que por imposibilidad ha de dejar de cumplirse. La ley
en este caso tiene a sus ojos el aspecto de una mera forrnalidad,
y el legislador pareceun extravagante; y cuando respecto de una
leypuede decir autoridad no debe ser obedecida,D la razor'
de obediencia pierde en el toda sd fuerza para otras leyes.


Y aim es peor cuando la ley que no se ample se presenta
como protectora y defensora del vulgo: entOnces. la- violacion
adquiere un caracter inmensamente mas pernicioso , pues
autoridadpnblica toma a los ojes• del pueblo un aspecto de opre-
Sion interesada, siempre que-exige de- los siibditos -la observancia
de las leyes, y frecuentemente oye el siguiente cargo: .las leyes
favorables al pie manda, se observan; las favorables A los sUbdi-
tos se infringen.»


iCalcitlese, piles, que &men de descontento se introduce en
sm pueblo cuando se grita que todo hombre racional, en fuerzci
de su natitraieza,.tiene'derecho a gobernar, si despues en la
practica se le priva de este derecho de gobierno! G6rmen tan-
to mas funesto. cuanto que, elevada a derecho esta engatiosa
teoria, el hombre no time nada que pedir a los otros, sino
huscar en si mismo la fuerza necesaria para practicar ese de-
recho en la sociedad-.


Si es imposible, pues, el derecho universal al Gobierno, pre-
dicar este derecho tiene que ser desastroso. Pues bien, la int-
posibilidad es de boy mas tan patente, quo los ciegos mismos
han debido de palparla. Despues de haberse decretado el sufra-
gio universal como deber esencial de la sociedad humana, sin


alidezel cual toda ley es injusta, incompetente y sin v des"espie se ban dirigido les gig•antescos esfuerzos de una de las na-
clones mas poderosas de Europa para llevar A efecto .esta uto-
pia, za gut.; termino hemos llegado finalmente? A teller una
sesta parte de los votos necesarios, segue aquella teoria, para,
legititnar. la.ley. iSeis millones de sufragios nada etas en una
nacion de treinta y seis millones de ciudadanos! No quiere
decir esto, por ventura, que el sufragio universal es tan impo-
sible como injusto?


TOMO I. 9




120 PR1NCIPIOS TE4RICOS
Pues si mis razoues no os bastan, oidlo de quien ha presen-


ciado Caritas tentativas fallidas. Oidlo de Inbios de Thiers, en la
sesion de 24 de Mayo„ y ved hasta que punto Ira Ilegado
Francia el desengafio, despues del funesto y_laborioso esperi-
mento de un bienio, aDecis (se dirige al partido de la Asam-
blea, llamado de la Montana), decis quo no estamos clentro del
espiritu de la Constitution; porque esta quiere el sufragia
universal; pero, oo es esto, por ventura, un miserable juego
de- palabras?»


»La palabra universal, o prueba demasiado, 6 no prueba
nada. Si en rigor significa lodos, ipor que se limitan luego en
la Constitution los vows solamente a nueve millones de ciuda-
danos?»


((Las mujeres, direis en primer lugar, es muy natural que
queden excluidas. zY por que?»


>Torque las juzgais incapaces de conocer bien el pais. Per-
fectamente. Pero la un'iversalidad queda ya reducida, de
treinta y seis, a diez y ocho millones.»


Hay que guitar otros nueve millones por falta de edad; y
si aqui se tratase imicamente de los nifios, estaria de acuerdo


- con vosotros. Pero oor que no dais el voto a menores y eman-
cipados cic diez- y ocho afros? Por Pura arbitrariedad; porque
se os,ha.antojado fijar el voto en los veinte y un anos.»


.Restan ahora nueve millones de electores, de los cuales
tres son bastante imbeciles 6 bastante abyectos para no barer
use de su derecho, y a los cuales no habeis podido reducir
votar.»


»Luego la palabra universal no quiere decir todos (1)..


• (1) Le mot universal prone trop, ou it ne prove rien.
S'il signifie tout lc monde,- pourquoi la Constitution ne


en realitá voter quo neuf millions de citoyens?
Pence quo vous tie les consid6rez pas comme avant uno


connaissance suffisante des intórets du pays. Voila done l .univer-
salite ?Waite, a 18 millions. Il y a encore 9 millions retranads
pour la faiblesse de lettr age.


Que les enfants ne doisent pas voter, je suis d'aceord avec vous;
male pourquoi ne faites-vous pas voter le mina.ur emancipe
dix-hunt ens? Pence veil sous a pits lc fixer de vingt-un ans.


DE LOS GOBlERNOS LIBERALES.. 121
Thiers tenia mocha razon : no quiere decir todos, porque


la naturaleza se opone al diccionario. Pero aquellos que usan
el diccionario del vulgo ; aquellos que se encuentran excluidos
por la interpretacion de Thiers; aquellos que por esta ex-
clusion 6 se croon 6 quedan realmente perjudicados y reduci-
dos n la impotencia de mirar por sits propios intereses, Ise
conformaran tan facilmente con una interpretacion tan poco
lOgica como poco coerente?


Y digo poco coerente , porque la razon aducida por Thiers
para excluir las mujeres, no tiene la menor fuerza en la teoria
del sufragio universal. Esta deriva el derecho de gob6rnar-
se uno mismo de la razon humane, que no puede ciertamen-
te a las mujeres , cualquiera quo sea su inferioridad;
se deriva de los intereses que deben estar representados, y
pre darian a las mujeres tanto mejor derecho al sufragio,
cuanto mas incapaces son de. defender sus intereses con la
fuerza.


Asi lo comprendieron los sansimonianos y consortes; asi el
club de mujeres formado en Paris yen otras partes, y asi lo
Irian entendiendo poco a . poco todos los otros mayores de
edad arbitrariamente excluidos. Y los menores , quedarian
contentos por ventura? Aquellos rapazuelos de diez y doce
afros que tan generosamente sentaron plaza en Roma en las
Legiones de la esperanza para terror del tudesco, llevarian
muy a bien tener derecho de ciudadano para las bales aus-
triacas y natenerlo para las bolas electorales? Apónas, pues,
quedarian excluidos los nifios de pecho y las bestias , si es
que para ellas no reclamaban so parte en el sufragio univer-
sal, las sociedades filantrOpicas fundadas en Alemania pare
defender los derechos de los irracionales. -


Es, por consiguiente, mas facil de decretarse que de obte-
nerse el sufragio universal: es mns facil hacer exclusiones
que justificarlas: y no justificadas, son siempre semilla las ex-


11istent alors 9 millions d'electeurs , sur lesguels 3 millions soul
izssez imbecilles on asset abjects pour ne pas user de lour droit,
et que sous n'avez pas- pu forcer a toter.




25DE 1.05 GORIERNOS LIDERAL . 's. 1


'ioaa aquiescencia de todo lector. Nos halaga tanto la idea del
mando, esta tan dispuesta la naturaleza hurnana a concebir
la verdad bajo formas materiales, que no sabrim persuadirse
muchisimos de que el sufragio universal no sea lo sumo de
los bienes y de la igualdad «i•Ah , si pudiesemos
realizarlo ! i Si estuviese en nuestras manos el 'dictar 'eyes!
;,Quien no ye que cuando el legislador nos sirve mal, pudiendo
derribarlo, podemos mejorar'nuestra suerte? Llamadlo , pues,
dificil, llamadlo imposible si quereis ; pero persuadirnos de
que no nos seria ntil, persuadirnos de que nosotros no cono-
cemos nuestros propios males; ;oh, esto es deinasiado!»


lo pretendo yo seguramente : no digo que el vulgo no
sienta sus propios males, si no que no conoce el remedio; y
antes que yo lo decia Romagnosi predicando la inutilidad de
esas instituciones sociales, con las cuales Italia queria ser la
mona de los extranjeros.


quión no conoce la inmensa diferencia que existe entre
sentir el mal y saber su medicina? No hablo aqui solamente
de los males fisicos, si no mils bien de losmorales; en los cua-
les es mucho mas dificil que una sola persona reuna el pade-
cimiento de la enfermedad al arte de curarla, y esto, por una
razon que salta a los ojos de cualquiera. El padecer moral-
mente race de ordinario de debilidad de Ia razon quo no sabe
evitar los males, y de la violencia de las pasiones que los hate
más vivos. Pees bien, para remediarlos, se exige precisamente
una disposition de animo totalmente contraria : claridad y ra-
zon para conocer el remedio, y moderacion , de las pasiones
para soportarlo. Observómoslo en un ejemplo cualquiera. iDe
deride nace el padecimiento del hombre iracundo? De no pre-
ver las ofensas para evitarlas, y del predominio de la colera
que lo arrebata fuera de si. GX que remedio adopta la pasion
para eximirse de . aquel padecimiento? Se exaspera, se acalora,
se enfurece y padece el doble ; y por una injuria que quisiera


. rechazar, provoca ciento cle su enemigo y de todos • cuantos
Inman con calor la defensa de este. Mira aquel jugador que




rabia, patea y blasfema porque ha perdido : teal seria suTe-


11 medio? Apartarse de la mesa y trabajar para ganar honrada-


122 PRINCIPIOS TEORICOS
clusiones de descontento en la sociedad, como secede boy
(1850) en Fraricia, dOnde los amigos del Orden, por haber
adoptado en teoria el principio protestante, Seven en Ia mi-
serable y contradictoria position de no poder defender la exis-
tencia de la sociedad sin violar lo que en aquel sistema es de-
her de justicia y derecho de toda persona racional.


98. 116 aqui, pues, a que terminos se ve reducida una so-
ciedad cuando, en vez de contemplar la desigualdad de las con-
diciones sociales como una admirable disposition de la Di-
vina Providencia, ve solo con ojos de pagano una desventu-
ra del debil y una injusticia de la fortuna. El Catolicismo,
que honrando Ia pobreza en el Dios humanado, la recomen-
daba al rico, constituyendolo en administrador de los pobres,
nos enseflaba a considerar la diversidad de las condiciones so-
ciales como un elemento de asociacion entre los individuos,
del mismo modo que, en la diversidad de las producciones de
los varios climas , vemos nosotros un vinculo social quo por
medic del"comercio une entre si todos los pueblos de la tier-
ra. Pero esta noble y social idea del Catolicismo; viene a des-
aparecer necesariamente cuando se extingue en la cabeza y
el corazon la esti= del cielo y el desprecio de los bienes ter-
renos; cuando el rico, lejos de creerse obligado a alimentar
a les pobres con lo superfIuo, llega a perder pasta Ia idea de
lo superfluo, por no saber rehusar nada a la insatiable sed
de sus apetitos y caprichos. En semejante sociedad, el vulgo,
.sediento de placeres al par del rico, pero tan ayuno de ellos
como harto este. Glebe naturalmente anhelar por el mando
como unico medio de conseguir que la opresion desapa-
rezca.


Decidka este vulgo que el mandar es para el derecho
y vereis a que estado de perpetua convulsion le habreis


Teducido, rnientras en realidad es imposible que llegue nunca
a quedar satisfecho.


99. No se si nie forjo ilusiones al creer quo he demostra-
do evidentemente la imposibilidad y el daft° , no manos que
la injusticia del sufragio universal : , pero hayalo no conse-
guido, no me lisonjeo seguramente de contar con la plena y per-




12)14 PlUSC(PIOS TEORICOS•
tante lo que acaba de perder. Pero , lque le dicta la pasion?
Doblar las puestas y seguir jugando hasta perder la camisa.
Afiadid a estos , cuantos ejemplos os acomode, el resultado
siempre sera el mismo. Sentir el mal es enteramente distinto
de conocer el remedio. Y lo estamos viendo en la furia del
comunismo moderno que para aliviar Ia miseria del pueblo
ha encontrado el remedio estupendo de incendiar las casas,
de devorar riquezas, de estancar el comercio, de saquear a los
pudientes y cle espantar los capitales que se esconden y no osan
aparecer.


La gente material no podra nurica conocer los secretisimos
resortes con que una medida social mueve las cosas para Ile-
gar ,a un punto determinado, y Mere realmente en el punto
opuesto: goner, pues, en manos de esa ciega muchedumbre
su propia suerte, es ;lacer imposible la curacion de las mise-
rias sociales.


100. Alguien responders tal vez que el sufragio en manos,
del pueblo debe servirle para nombrar legisiadOres, no para.
hacer leyes; pero se comprende facilmente la debilidad de se-
mejante evasiva. 0 creeis que con el sufragio no influirA el
pueblo en las leyes, y entOnces es una burl y


concederSelo; 6
creeis quo influith en ellas, y entOnces su ignorancia sera
esencialmente nociva. La verdad es que esta influencia del
pueblo tiene ciertamente algitna . eficacia "en Ia sociedad; pero
esta eficacia, en Ultimo resultado, no sirve mas que para po-


, ner a la sociedad en ese estado de perpetua oscilacion que
hate enteramente imposible todo bien social, no solo en el Or-
den moral, sino tambien en el Orden econOmico. Cada dia,
dice perfectamente Federico. Bastiat, Se levanta entre los char-
latanes politicos un estafador que todo se lo promete al pue-
blo: «ipobre pueblo, exclama, que mal dirigido estAs per tus
gobernantes! si yo estuviese en su puesto, si yo cogiese
la cartera, ya verias como suprimia al pun to puertas y consu-
mes, estancos y aduanas, catastros y contribuciones. Ya ve-
rias surgir de ono al otro confin de la nacion premios de fo-
ments a las artes, aumento de jornales, trabajo para todos y
page en metAlico y a toca teja. Libertad Para todos y aboli-


DE LOS GOBlEilNai; ,


tion de la iniseria.. El pueblo se lo tree, e:,pera, grita, se re-
vela, v eleva alministerio a so tribuno.


g ;Ea, manos A la obra! Abolid alponto los impuestos, espar-
cid el oro.% ,Y cOmo se ha de hacer el milagro? El Estado no
puede dar con la mano derecha, sino lo que recibe con la iz-
quierda. Se principia por recompenser con cierta profusion a
los amigos; pero, iy despues? .... Conviene estudiar nuevos
impuestos, nuevas artes, come curia Helvecio, de hacer pa-
•sar los cuartGs de la bolsa del sitbdito a las areas del Tesoro;
pero por mas que estudieis, sitaviceis y dulcifiqueis las leyes y
decretos, aiempre resultara el vacio en la bolsa: y en esta parte, •
Men lo sabeis, en este punto todos sumos peripateticos , todos
tenemos horror al vacio. Qt16 harernos pues? Abajo el minis,
terio, y venga otro bribon que tome A embaucar al pueblo con
las mismas quejas y las mismisimas prornesas de lelicidad (1).
Esta es la historia de todos los sufragios mas O menos univeP-
sales, comenzando por aquellos que nos trajeron los Estados
generates hasta la ultima Asamblea de Francia: y en Italia sa-
bida es la rApida sucesion de ministerios mas o menos ridiculos


impotentes quo se encargaron de hacer feliz A la nacion por
medio del sufragio republican°.


101. zEstais ya persuadidos de que' el sufragio universal es
.imposible, injusto, impotente y nocivo? Pues hien, ahora tengo
que anadir que tambien es falaz, y que, prometiendo represen-
tar los intereses de todos , no represents ,verdaderamente
los intereses de nadie. Conozco quo esto puede parecer una
paradoja; pero concibo que, despues de que se me haya oido,
parecera mas Bien un hecho que un teorema evidente.


i;De dOnde nace la ilusion de los que croon asegurado el biers
comun cuando todo individuo pueda emitir un veto? Si no me
equivoco, nace del principio de que todo elector siente sus
propias necesidades. La suma de las necesidades de todos los
individuos asociados, constitaye, segun dicen, la necesidad de
la sociedad: luego la sociedad estara bien servida cuando todos
tengan derecho al sufragio. Este es, segun creo, el postrer so-


BASTUT. L'Etaf. bog. y siguientes.




126 PRINCIPIOS TEORICOS
fisma de los queesperan cl bien' piiblico del sufragio univer-
sal. Quieri no ye, sin embargo, la falsedas.1 de semejante
gumento? El bien .piiblico es cosa may (Inmate de los intere-.
ses de cada coal; como quiera que aun el interes de cada coal,
es precisarnente el mayor enemigo de (pie Si; ye amenazado
el bien jabber): Todos los Bias estamos oyendo exhortaciones
de los publicistas, sea cuaiquiera el partici° a que pertenezcan,
a sacrificar al bien pithlico nuestros


• intereses privados: y
esto es tan evidente, quo los mimes


segun los cua-
les la sociedad no se .


forma sino por propio interes, os detie-
nen a las puertas de su ciudad, y os exigen el sacrificio de
vuestros juicios, de vuestra voluntad y de vuestros haberes, y
;
de todo manta requiervel bien social, coma precio de la ciu-
ladania que as otorgan: luego la swim de los intereses priva-
dos, ,


no puede ser el hien pitblico; pues de otra manera, quien
pile el sacrificio de los intereses privados, pediria


. el .sacrificio
de una parte del bien comun. th.19


. es el verdadero bien social?
El Orden-de inviolable justicia, segun el coal cada uno puede
libreinente }lacer use tie sus propias fuerzas y de sus propios
derechos. Aun cuando mine este Orden, no faltara ciertamente
en este valle de ligrimas alguna que otra espina quo nos ponce
6 nos moleste; Inas no sera ni inesperada, ni insoportable para
el hombre rational. Pero cuando el desOrden impera, cuando
el vicio triunfa, cuando se castiga la virtud y se conculca todo
derecho, entOnees el mai es piiblico y la sociedad infeliz. Es,
por consiguiente; falsisimo que una vez representados los in-
tereses se Ilegue a obtener por solo esto el bien Oblico. Para
conseguirlo seria precis() que con el snfragio universal se ob-
tuviese la representation, no ya de ios intereses, sino de, los
sentitnientos morales. iY es este,. por Ventura, el efecto de se-
mejante .universalidad de elecciones? iEsta movida la univer-
salidad de los électores por amor a la justicia mas que par los
intereses personaleS? Pues si el amor de la justicia no la mite-
ye, si la mueve principalmente el interes, tendremos, cuando
mas, representantes de los intereses, si es que el vulgo sabe
elegirlos; no cooperadores del bien pitblico. Si este 6 el
otro individno por sus disposiciones personales favorece la jus-


DE Los GOBIERNOS 127
ticia y el Orden, mera casualidad sera; Pero Ia institucion del
sulragio universal no atiende a esto, y, por lo tanto, no tiene
por objeto el verdadero bien pliblieo


102. Pero estaran siquicra fielmente representados los in-
tereses? De ninguna manera. Con la gran maquina del sufra-
gio universal no conseguireis la verdadera representation ni
aun de los intereses materiales; porque para ,representar al
hombre tal como es en realidad, es preciso representarlo en


,1 1) No puedo resistir al' deseo de presenter este argumento bajo
iormas poco diversas con las palabras del ilustre Rosmini, que
parecen escritas para refutar anticipadamente Las CinC0 Degas.


' Es cosa singular ver cdmo Al. Tocqueville, que con tanta ver-
dad hablO del despotismo de las mayorias, se deja tambien arras-
trar por errores comunes, cuando combate los ajenos con toda
la sutileza de ingenio que le es propia. Uno de. estos errores, de
los cuales no ha sabido exivirse tan esclarecido escritor, es el
que atane 1 la verdadera b' se de la libertad hurnana. Esta base
de la libertad no es otra que la justicia, que por su naturaleza es
independientr de todo el genero Iunano, ni mas ni menos que la
verdad. Ella es eterna, y Dios mismo no la forma, sino que la re-
vela de su propio seno. 4Quien creeria, pues, que el mencionado
autos describiese la justicia como cosa dependiente de la mayoria
de los hombres, reduciOndola de este modo a cosa humans? Des-
pues de haber pronunciado esta hermosa sentencia: •Tengo por
impia y detestable la mAxinia de quo en materias de gobierno la
mayoria de un pueblo tenga derecho de hacerlo todo,. anade es-
tas otras palabras; casi inconcebibies : •( sin embargo, yo coloco
en la voluntad de la mayoria el origen de todos los poderes..
4C6mo intenta conciliar estas dos proposiciones abiertamente con-
trarias? Ile aqui el modo: .Existe , dice, una ley general que ha
sido hecha , o abrazada al memos, no por la mayoria de tal 6
cual pueblo, sino por is mayoria de todos los hombres. Esta ley
es la justicia. La justicia, pues, forma el limite del derecho de
todo pueblo.. (T. II, Cap. VII.) Pero la justicia no ha sido hecha,
contestare'con el permiso del autor, por la mayoria de los hom-
bres; y aun cuando esta mayoria la hubiese rechazado, la justicia
continuaria siendo 6nica Puente de los poderes legitimos. No es,
par consiguiente, la mayoria origen de los poderes justos, pues
esa misma mayoria, lo mismo que la minoria , no tiene mils re-
medio quo obedecer y someterse 0 la justicia, so pens de usurpar
poderes que no le pertenecen y de merecer plena condenacion,
Diciendo otra cosa, la arbitrariedad y la tirania son inevitables.
ItosmiNi 1, Nota,




128 PRINCIPIOS TEOLIICOS
todos las complicadisimas relaciones con que naturalmente
existe. El hombre es miembro de mil diversas agregaciones,
cuyos beneficios redundan en provecho de los individuos, sin
quo estos comprendan plenamente las causas, y por cuyo
medio cada uno de los mismos individuos en particular, le-
jos de aspirar espontaneamente al verdadero bien por inte-
res, tiende iinicamente en cada agregacion a sobreptijar
sus coagregados. Rivalidad de intereses en la familia, de glo-
/la en las asociaciones literarias , de buena acogida entre
los amigos, de empleos en las respectivas carreras; indolen
cia en la sociedad religiosa, antagonismo en la profesion 6
en el officio; en suma, cuantas son las varias formas de asocia-
ciones necesarias o voluntarias en que el hombre se encuen-
tra colocado, otras tantas son las formas en que se presentan
los intereses personales en lucha con los de sus coasociados.
Por consiguiente, si aplicais el sufragio universal , no a las
agregaciones, sino a los individuos, resultaran representados
los intereses individuales, mas no los de las agregaciones. Pon-
gamos un ejemplo vivisimo y reciente. Aquella ley contra las
manor muertas, con que en otros tiempos se tirattiz6 a la
tglesia y a las corporaciones, pasaria boy tan facilmente en
las Carnaras de Turin, si en vez de estar compuestas de indivi-
duos aislados que no representan , mas que el egoismo, se
compusiera de fieles representantes de las diversas categorias
sociales, 6 de las pequeitas asociaciones cuyo


•organistno cons-
tituye la forma esencial de la sociedad civil? La sociedad no
es una agrupacion material 6 un mouton de sores 'mulattos,




sino un cuerpo. organic° que para sus diversas funciones se sir-
ve de varias miembros, sin cuya concurrencia nunca se po-
drit decir que estit hien representada: a la manera que no-
esta bien representado un cordero en el mouton de carne
que el cuchillo del carnicero lo ha reducido, La representa-
cion national por obra del sufrag i o universal, no es, pues, un
verdadero retrato de los intereses sociales: es, propiamente,
un anamorfosis, en que la sociedad empequeitecida y desfi-
gurada con la mezquindad del egoismo, picnic su fisonomia,
presentitndose hajo monstruoso aspecto ante sus legisladores;


DI LOS GODIERNOS LIRERAI.ES. 120


los cuales, en vez de procurar el hien comun, no oyen mas
que la voz del intere,s privado. Y entre tanto , el mal de las
agregaciones es el que principalmente se siente-, por.lo mismo
que redunda sobre muchos individuos. Lo que haceis, por
consiguiente , al desgranar los votos es arruinar el bien pUblico
en lugar de asegurarlo; producir el descontento general y no la
tranquilidad pUblica.


105. Lead la crOnica escandalosa de los colegios electora-
tes en todos los paises; oid las discusiones sobre reformas
'electorates; examinad las quejas y las acusaciones contra dipu-
tados y ministros en materia de elecciones, y los hechos os
confirmaran en la teoria: vereis los votos puestos a precio
blicamente, vereis diputados notoriarnente venales y ministros
habilidosos que vacian el Erario para comprar vows., sin, per-
juicio de llenarlo despues con los votos comprados. 2 ,Sera posi-
ble alcanzar el bien pUblico por tales medios? 1",)ttiert no ye que
sin la honestidad de los gobernantes Vanamente puede espe-
rarse la honestidad de las leyes?


-104. Pero al menos, dicen algunos, multiplicando los go-
bernantes, multiplicarernos los intereses representados. Tam-
bien esto es falso; porque si el minist.ro encuentra un inte-


. yes que compense al diputado del daft° que puede temer al
haceros traicion , tened por cierto que si la conciencia no le
detiene, os hara traicion. Y cuanto.mAs descendais multipli-.
cando los votos, tanto mas fAcil sera encontrar una compensa-
cion it las pequeiias perdidas de un diputado 6 de un elector
vulgar. Dc suerte que el perfeccionamiento social del sufra-
gio universal se reduce, en Ultimo resultado , A facilitar y le-
galizar la corruption universal; pero en cuanto A la represen-
tacion real y verdadera de los intereses de la familia , del mu-
nicipio , de la ciudad y de la provincia, no encontrareis ga-
rantia alguna en la universalidad del sufragio .interesado, si
no en la prudencia y rectitud de quien lo maneja.


Se podrA replicar que la universalidad del sufragio buscara
en todo caso A los hombres sabios v honrados. Esta replica
tendria algun valor en una sociedad tranquila y compuesta.ge-
neralmente de hombres ilustrados . y rectos; pero, como des-




A


as


150 PIIINCIPIOS mOrdcos
graciadamente no es asi la mayoria de la sociedad, con especia-
lidad en nuestra 6poca ; como hasta los mas rectos e ilustra
dos vacilan en los dias en que se violenta mas el sufragio
de Ia muchedumbre , precisamente cuando seria menes-
ter mayor rectitud y prudencia en los gobernantes , el re-
medio esperado del sufragio universal no puede apoyarse
en la presuncion de. una eleccion acertada. Los hechos ban
conlirmado .


sobradamente .con la experiencia esta teoria, que
no es en sum mas que la explication IllosOfica del hecho
mismo.


105. Para concluir con esta materia, para dam la Ultima
pirtcelada que acabe,


de ponerla en claro, permiteme, lector
benevolo, quo dirija una pregunta a tut conciencia en el se-
cret° de Ia confianza. RespOndeme con la mano en el cora-
zon estas persuadido de que la autoridad es una necesidad
social? Lde que una sociedad sin autoridad no puede subsistir?
Creo en verdatLque no me lo has de negar, supuesto que Ia
imposibilidad de la asociacion sin autoridad esta generalmente
reconocida por todos los politicos.


Puesbien : entra en lo intimo de to corazon , y examina
cuid es el Ultimo fin a que deberia conducir ei sufragio . univer-
sal, segun el intent() de sus defensores. No es el hater que
todos gobiernen? Comprendo que hay gran diferencia entre
gobierno dc todos y gobierno por consentimiento de todos,
porque todos indica pluralidad, y consentimiento indica uni-
dad. Esto, no obstante, tit tambien comprenderAs la inmensa
dificultad de este consentimiento en una nation numerosa;
comprenderas quo entre veinte o treinta millones aun las mi-
norias son bastante numerosas . para hacerse de respetar y te-
mer, mucho mas si se duda, como suele suceder, de parte de
quien esta el mayor nUmero; y mas aim si la minoria, organi-
zando sus operaciones, triunfa del mayor Minter°. Sujetad a un
calculo todas estas observaciones, y vereis que el sistema del
sufragio universal puede resolvers° , en Ultimo analisis , en la
compieta abolicion del gobierno, vaticinada por los ilu1ninados
de Alemania, formulada como fin de la sociedad por sus pu-
bliciStas, preparada boy y presentada como una amenaza en


DE LOS GOCIERNOS UDE DALES .


Francia por Proudhon y sus comunistas antiquisima y
mitiva aspiration del hombre rebelde, eco funesto de aquel
malhadado non serviam que pronunci6 Lucifer en el origen
de los tiempos y que resuena en el corazon del impio hasta
el momento de su ultimo suspiro.


106. Este es el tertnino a que nos conduciria fmalmente
el sufragio universal, si alga' na vez llegara a convertirse en rea-
lidad. Pero no: jamas sera posible a una muchedumbre despar-
ramada conocer con seguridad y verdad la voluntad de todos,
sin quo la falsee la venalidad, el engailo, la supercheria y la
violencia: y en esta imposibilidad natural, predicar el derecho
inalienable y despertar en el pueblo un ardiente deseo de .po-
nerlo en practica , es arrojar semilla de discordial de re-
belion que mantiene en continua efervescencia las pasiones
mas desenfrenadas. Concedase en buen Nora si asi place a
quien puede legitimamente otorgarla una modorada influencia
del pueblo en el Gobierno; ni lo aplaudo ni lo combat°. Solo
sostengo, y creo haberlo demostrado, que la naturaleza no
concede semejante derecho a todos los sores humanos, y quo
en la practica seria injusto , imposible , nocivo y engactoso,
que nos conduciria a la completa abolicion de todo Gobierno,
y por consecuencia a Ia subversion de la sociedad, a lb corn-
pieta anarquia.


107. Si con este discurso he logrado siquiera potter en
duda el derecho natural del pueblo pars elegir sus gobernantes,
el esclarecido autor cuyo bello razonamiento me ha proporcio-
nado ocasion de examinar este punto, reconocerit, asi lo espe-
ro, que es mucho mas estrailo e infundado este derecho,
con respecto a una . sociedad catOlica , cobra toda sobrenatu-
ral, en donde para gobernar sitbditos muchas veces indolentes,
errantes y recalcitrantes, puso el Espiritu Santo 0 los Obispos:
Possuit Spiritus Sanctus Episcopos regere Eccicsiam Pei. El
autor concede que la potestad religiosa viene del mismo Dios.
J'ues no basta esto para demostrar que la eleccion de los Pas-


(1) Vdase La Voz del Pueblo de los dias 22 y 28 de Enero
de 4850.




152 PRINCIPIOS TEORICOS
tores no es derecho natural de los pueblos? Quien quiere dar
a estos semejante derecho en el Orden politico, ecomienza por
constituir en el pueblo el origen de Ia soberania. Negado esto
en el Orden religioso (y negado esta por la Iglesia que condemi
la doctrina de Richer), no es posible reconocer al pueblo
Como derecho natural la election de sus Pastores.


ChliPHTEUN, ED.


DE POSESION DE LA AUTORIDAD (1).


108. Los que en el sufragio universal han presontido por
cierto instinto los absurdos y peligros que acabamos de de-
mostrar, pero sin haber tenido el valor necesario para rene-
gar por completo del cOlebre principio de la soberania popu-
lar, corren a guarecerse de algunos aims a esta parte en Ia
doctrina de Gioberti, diciendo moleradamente que, en efecto,
es cierto4lue hay en el Gobierno popular absurdos y .peligros
hasta tanto que los pueblos groseros aun y semi-bArbaros no
Ileguen- a Ia adulta madurez que los hate capaces de gober-
narse a si mismos. El subterfugio, no puede negarse, es opor-
tunisimo para quien ama el justo, medio, ese justo medio qua
se acomoda poco a poco a todos los extremos, adulando siem-
pre cobardemente a todo el que va viento en popa. yrevalece
en la sociedad la opinion que quiere reprimir a los demagogos?
Plies acude presuroso a la antesala del ministro a aplaudir


(1) La materia de este capitulo servira para esclareeer conve-
nientemente Ia tercera disPrtacion del Ensayo tarico del derecho
natural, iomo IV, cap. I, en donde se trata del posesor de dere-
clios politicos, comenzando desde el num. 988.




154 PRINCIPIOS TEORICOS
las enOrgicas disposiciones que se roman contra un pueblo que
no esta maduro para la lihertad. .Prepondera por el contrario
la faccion anatquica? Pues se baja a la plaza a aplaudir a un
pueblo adult° que conoce su propia dignidad, que tiene el va-
lor de sus propios dereelios, porque es ilustrado a pedir de
boca.


Pero no son aduladores y cobardes todos -los que se pos-
tran en tierra para incensar al populacho. Hombres de corazon
recto, de animo generoso y noblemente deSinteresado, pero
seducidos por los sofismas de aventureros . charlatanes, creen
que es heroism° el bajar a la plaza, pensando que asi real-
zan al pueblo hasta el palacio: y de estos no pocos lamentan
hoy desenganados, la metamOrfosis causada en ese mismo pue-
blo quo crece en frenesi y en orgullo, sin alcanzar ninguna. de
aquellas veotajas y grandezas que ciertos aristOcratas renun-
ciaron en su favor; y afiigidos . se culpan a si mismos por su
simpleza, por haberse portado tan mal con la plebe, deprimien-
dola much° mas en el fang° del vicio sin sacarla de la' inferio-
ridad involuntaria de su.


condicion. Para acelerar en estos el
desengaflo ya iniciado en vista de los hechos, conviene espla-
nar las razones te,Oricas, examinando en primer lugar las ra-
zones filosOficas, por las que se atribriye, a un sujeto determi-
nado la posesion de la autoridad; y este Sera el objeto del
presente capitulo. Despues examinaremos los titulos que tienen
los llamados pueblos adultos para obtener esa posesion y go-
bernarse a si mismos; le cual sera objeto del capitulo si-
guiente.


109. Comenzamos por el primer punto, dando respuesta
cumplida, segun lo hemos ofrecido , a Ia pregunta del capitu-
lo precedente: oSi todos no son naturalmente Soberanos,
quien corresponde, piles , naturalmente la soberania?» Y esto
nos ofrecera ocasion de contestar tambien a un folleto impre.
So en Venecia, en el que un escritor erudito habla en favor
de los llarnados


• ntereses populares con una templanza tante
mas laudable, cuanto mas rara suele ser en escritos de some-
jante color. Pero estos dotes, que pueden demostrar el merit()
y la buena fe del autor, bacon al mismo tiempo mas peligroso


BE LOS GOBIERNOS LIBERALES, 1:55
su libro, si con las arias de un razonamiento tempiado patro-
cina el error aun sin quererlo.


Creemos, pues, quo agradarã al lector entrar en el examen
de algunos puntos que forman , digamoslo asi, la pared maes-
tra de todo el edificio, y medir su resistencia por la fuerza de
los arguments, sin apelar precisamente a los de autoridad, ya
que estos ban perdido gran parte de su eficacia„en los animos
independientes de las modernas generaciones. Por otra parte,
los aficionados afunestas novedades, se persuadiran de que
en materia de autoridad, las antiguas doctrines tienen sOlido
apoyo, y se desengaliaran facilmente, respect° al valor de los
textos citados por el anOnimo en su favor, cuando per los ar-
gumentos contraries se convenzan O persuadan de la debili-
dad tie sus raciocinos, que a decir verdad , tienen cierta apa-
riencia, en virtud de la forma abstracta con que se presentan.
Pero, sin descuidar las razones metafisicas, nos esforzaremos
en refutarlos, reduciendo lo abstract° al Orden palpable y
concrete.


Adam en primer lugar el anOnime la diferencia entre la
autoridad civil y la religiosa y domestica, y hablando de la
primera, «es precise distinguir, dice, primero, la esencia de la
potestad, de la persona que de ella esta revestida; segundo, el
mode inmediato 6 mediate con que se deriva de Dios; tercero,
la manera justa O tiranica con que se ejerce.» Acerca de la
primera-cuestion da una justa idea de la autoridad social abs-
tractamente considerada; al inquirir despues come esta auto-
ridad pasa del Orden ideal al real, abraza el sisterna que nos7
otros hemos combatido en el capitulo ptecedente, niimeros 87
y sucesives. Despues de haber sentado que tode Soberano es
un mandatario del pueblo, y por consiguiente amovible a yo-
luntad del mismo, se afana por trinquilizar con especiosos ra-
zonamientos 0 los que se asustan de los dafios que puede
acarrear a la tranquilidad social la practica de semejante
opinion.


En la segunda parte, el anOnime aduce numerosas y res-
petables autoridades, cuyas doctrinas por otra parte, modifIca


cada pas° trayendolas a un grade de libertad que sus auto-
TOMO 1.


10




I56
PRINCIPfOS TE6RICOS


res no siempre hubieran adrnitido. En la tercera , !lace opor-
tunas aclaraciones, deduciendo, fmalmente , en la cuarta las
conseeuen cias pra cticas.


No creeinos opo,rtuno seguir paso it paso al autor con nues-
tras censuras, persuadidos de que nuestros lectores preferirAn
tenor una idea clara de las teorias sociales sobre la autoridad,
it la simple refutation de un anOnimo. En el momento en
que el Congreso de Wiesbaden con su circular ha promo-
vido tan viva discusion acerca del origen de la legitimidad, las
teorias filoseficas acerca de la posesion de Ia autoridad toman
proporciones mAs elevadas que la mezquina critica de tin
folleto. Pero al mismo tiempo quo esplanemos nuestra doc-
trina , no dejaremos de notar algunos errores de aquellos en
pi e Inas facilmente podrian incurrir los lectores menos ex-
pertos.


§ T.


NATURALEZA DE LA AUTORTDAD.


110. Conviene distinguir cuatro elementos que a menudo
se eonfunden: lam esencia de la autoridad , la exislencia de la
autoridad, el poseedor de la autoridad y el derecho de poseer
la autoridad. La prirnera es Pura abstraction metafisica que
resulta de la cornparacion de dos ideas: unidad y sores Wires;
la segunda es una abstraction fisica en la que se considera ya
aplicada la esencia de la autoridad, pero indeterminadamente
con aplicacion a cualquiera sociedad existente: solo en el ter-
cer -. elemento la autoridad se circunscribe a Ia individualidad
numerica en este 6 aquel individno, bajo esta 6 aquella forma:
el cuarto elemento agrega a los precedentes la calificacion
moral.


Consideraremos brevemente estos cuatro elementos. empc-
zando por el primer°.


111. La autoridad es un elemento esencial de la sociedad;


DE LOS GODIEDNOS LIBERALES: 157
y de tal manera esencial, que sin autoridad la sociedad huma-
na es imposible y contradictoria. '<Es imposible , dice nuestro
»anOnimo, quo la sociedad civil subsista y alcance su fin sin que
»exista en ella un poder supremo que la gobierne. Luego si la
»autoridad de gobernar es esencial a Ia sociedad, siguese de
»aqui que Dios, habiendo querido el fin, debe haber querido
» tambien los medios necesarios para conseguirlo . ; -por lo tan-
»to, el poder CIl si mismo debe ser querido par Dios.» La ex-
periencia to demuestra con plenisima evidencia, y Europa, sin
embargo, aun no ha abierto los Ojos, especialmente en los pai-
ses en que el experimento ha sido mAs solemne. Perb '14.) que
la experiencia ha puesto al alcance del vulgo, la razon lo ha
enseitado en todo tiempo con evidencia metafisica A inteligen-
cias más elevadas ; y he aqui la prueba de esto reducida A sit
minima expresion.


112. ;;Que son los hombres? Son entes rationales, y por
consecuencia libres. En fuerza de la razon tienen cierto cono-
cimiento de las cosas sobre las que se versan sus operaciones;
pero esta condition es varia, segun la variedad de sus medios
de conocer. Por delicadeza de los sentidos, predomina en nuns
el conocimiento material; la estêtica en otros, por exceso de
fantasia ; la parte afectiva en estos, por impetu de pasion ; la
parte rational en aquellos, por sublimidad de sentimiento; y
todasestas cosas, mezelAndose Negri, en mil diversas propor-
ciones, forman aquel interminable nitmero de medias tintas
en las aprensiones rjuicios, en la veleidad y en la voluntad, de
donde proviene el conocido proverbio: quot capita tot son-
tentice.


113. Yendo unida la libertad de obrar a esta variedad en
el conocer, se signe de aqui que, 6 las operaciones hair de ser
tan varias como los juicios, 6 couviene que haya un juicio con
el que los demas se conformen, si se pretende reducir los jui-
cios A la unidad. En los brutos no sucede asi, porque no son
fibres para escoger, sino que estin conducidos, sin repugnan-
cia alguna, por el instinto y la pasion; de donde naturahnente
resulta cierta unidad, que parece remedo de la sociedad
na, en los castores, en las abejas, en las grullas, en las hormi-




138 PRINCIPIOS TEORICOS
gas yen otros semejantes animales que forman agregacion
grey. Pero en los hombres, en quienes la razon puede modifi-
car las aprensiones de las facultades inferiores con la variedad
poco antes indicada, no se forma la unidad en los juicios, ni
en las operaciones, en fuerza de la mera espontaneidad natu-
ral: en los hombres se requiere otro elemento que, hablando
a la razon, mueva uniformemente las voluntades. Todos los
hombres, por ejemplo, sienten, al par de las abejas, la necesi-
dad de casa y de alimento; pero aplicando la reflexion a estas
necesidades, pueden decidirse los unos a abandonar todo cui-
dodo en procurarselas , y los otros a proveer a ellas antes ó
despues, y por este ó el otro medio; porque no estan sujetos
en Ia determination del dia y del medio a la necesidad del
instinto. 1)e donde resulta que no tienen esa unidad espon-
tânea, sino que deben conseguirla mediante la direccion de
una inteligencia ordenadora que tenga fuerza de unirlos; y este
elemento precisamente, esta fuerza de mover con la razon la
voluntad para unir muchos individuos en una operation so-
cial, es la que nosotros Ilamamos autoridad.


114. Si mis lectores no han olvidado lo que,hemos dicho
en el capitulo primero, comprenderan que la - autoridad debe
ser un derecho. En ese capitulo hemos visto que el unico me-
dio de mover las voluntades humanas, de tal modo que no
puedan resistir sin desmentir a la propia razon, y por lo tan-
to a su propia naturaleza, es aquella fuerza moral que resulta
del conocimiento del Orden universal en todo lo criado, fuerza
que se denomina derecho. Si pues la autoridad debe mover
necesariamente o hvelragablemente las voluntades humanas,
la autoridad tiene que ser un derecho.


115. De aqui habra inferido ya el lector con Cousin, que
autoridad y derecho son una misma cosa. Solo se diferencian
como la especie . del Otero, como el escaleno del tricingulo.
Todos los escalenos son triangulos ; pero no todos los tridn-
gulos son esealenos: por igual manera todos los hombres son
animales; pero todos los animales no son hombres; todas las
encinas son arboles, pero no todos los arboles son encinas.
Asi precisamente todas las autoridades son derecho; pero to-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


dos los derechos, no son autoridades : autoridad n° es el de-
recho de servidumbre activa sobre la heredad ajena, ni el de-
recho de cultivar la mia, ni el de guisar mi gallina, ni el de
vender mi mercancia. Se llama autoridad solamente el dere-
cho de determinar, en la inmensa variedad de juicios hurna.-
nos , una norma a la coal todos los demas deben irrefragable-
mente conformarse en las operaciones sociales.


116. Esta norma imica es de tal manera necesaria 0 la
sociedad, que sin ella la sociedad repugna, coino repugna que
los hombres libres no scan fibres. En suma, la autoridad es
tan esencial 0 la sociedad, como Ia razon es esencial al hom-
bre: el hombre, sin la razon, no es hombre; la sociedad, sin
autoridad , no es sociedad : la razon es la causa de que
aquel embrion, aquel feto que antes era puramente animal,
entre en la especie y adquiera. el nombre de hombre; la au-
toridad es la causa por la cual aquella multitud que Antes era
una agregacion fortuita, accidental y efimera do individuos
liumanos, adquiere la subsistencia duradera de la unidad y
de los actos sociales. Y dim sin razon no hay hombre, ni
aun ideal, sin autoridad no puede existir ni idearse la so-
ciedad.


11EALIDA I) DR LA A UTORIDAD.


117. Pero hien se deja ver que esta a u toridad t ri que por
mi acaba de ser explicada, es una autoridad ideal, una enti
dad metafisica, como dirian las escuelas, una necesidad que
yo percibo con mi propia razon comparando entre si las dos
ideas: unidad y multitud de libres.


118 quien ha de creer que las entidades metafisicas
pueden obrar por si soles en el mundo real? Si yo dijese, por
ejemplo, que Ia forma organica del ojo es tal que mediante
Ia luz ve los objetos, ise seguiria de aqui que existia verde-




140 PRINEIPIOS TEOR1EOS
,deramente un ojo y una luz proporcionada que producia en
61 el acto de tier? De ninguna manera: yo habria alcanzado a
conocer la relation que existe entre la luz y el ojo, deducien-
do de ella la necesidad hipotetica de la vision , dado que
existiesen el ojo y la luz; mas para que estos realmente exis-
tan, se .


requiere el hecho de la creacion con todas las sucesi-
vas correspondencias quo conservan y reproducen los fe7
nOmenos de la luz y la existencia de los animates.


119. Por la misma manera debemos discurrir acerca de la
autoridad, que hasta ahora hemos esclarecido: es una necesa-
ria consecuencia de las dos premisas: unidad, social y liber-
lacl individuos. Pero iexisten estos individuos? existe
esta unidad? Si estos dos terminos existen, vo tengo certeza,
por la demostracion del parrafo precedente, de quo existe tarn-
hien la autoridad, no siendo posible unidad social sin autori-
dad: y si estos dos terminos no existiesen, la autoridad quedar
ria reducida a una idea incapaz de obrar en el mundo real.
Cuando los trescientos espartanos caveron en las Term6pilas,
supongamos que Leonidas les hubiese sobrevivido, itendria ya
autoridad de General? No, porque le faltaba multitud a quien
mandar.


120. De aqui se inhere que la autoridad , to mismo que
cualquier otro derecho, no Ilega a see cosa real, capaz de obrar
en el-mundo visible, si aquella idea, aquella necesidad de la
naturaleza no se encarna en algun hecho (1): era un hecho la
existencia de los trescientos, y en virtud de ese hecho la auto-
ridad era una cosa real: cesando el hecho, cesaba la auto-
ridad.


121. Pero i,seria suficiente la existencia de los trescientos
para tracer que Leonidas tuviese el derecho de mandar? Es
clam que no; pues si la existencia de trescientos hombres aso-
ciados lleva en si, como consecuencia, la necesidad de una au-
toridad quo los una y ordene, dicha autoridad podia residir en
cualquier otro de los trescientos. Ann si supusieramosumorAculo


Pease a propOsito de esto la . Civilta Cattolica, Primera .q
-rie, T. It, P...)-74 y siguientes.


DE LOS G OD1EDNOS EILIELLkLE,S. 111


que hiciese resonar nun trompeta que regulase los movimien-
tos de aquella gente, podriamos comprender su unidad social,
con tal de que el oractilo 6 la trompeta estuviesen dotados de
inteligencia para conocer el Orden y usaran de signos externos
para hacerlo comprender A los trescientos.


122. Se ve, pues, que es necesario en el Orden presente
de la naturaleza, que entre los hombres mande algun hombre.
porque no hay en la tierra otra criatura inteligente y al propio
tiempo visible; pero asi como todos los hombres tienen por na-
tural herencia el ser corpOreos y rationales, asi por este solo
principio, nun admitido el primer hecho de la existencia
nna sociedad, no podemos ciertamente decir que la autoridad
existe realmente en este 6 en aquel: todos son corpOreos, todos
rationales; luego, por este lado, ninguno tiene el derecho de
mandar a los demas. En efecto, por que entre los trescientos
mandaba Leonidas? Porque descenclia del Rey de Esparta cuya
illonarquia era hereditaria.


125. 116 aqui, pues, el segundo hecho que personificaba la
autoridad ordenadora de aquellos valientes. Como existia en
ellos una autoridad concreta, porque existia realmente una
muchedumbre asociada, esta autoridad se personificaba en
Leonidas por el hecho de su nachniento, de conformidad con
las ]eyes Espartanas; si estas leyes hubieran sido diversas, 6
si Leonidas no hubiese nacido de tales ascendientes, Leonidas
no hubiera tenido la fuerza moral (derecho) para mover orde-
nadamente aquellos trescientos heroes en tan grande con-
Ilicto.


124. Inferimos de aqui que no basta la idea universal de
la sociedad, ni tampoco la existencia real de una multitud,
para decidir quien sea el que tiene el derecho de mandarin:
para esto se requiere otro hecho por el cual se distinga entre
la multitud algun individuo a quien competa el derecho. Esta
bilacion seen contradicha por los que afirman que todos los
hombres son soberanos ; pero ya hemos combatido esta doe-
Irina en el capitulo precedente, en donde mis lectores podran
conocer evidentisimamente que carece de base en la razon y
de posibilidad en la practica.




142
FIZINCIPIOS TEORICOS


125. Que en la prictica sea imposible el gobierno de todos,
hasta los misrnos patrocinadores de aquella teoria lo recono-
con. «Por poco numerosa quo sea una sociedad,» dice el anO-
nimo alli citado, .es imposible que todos los individuos de esta
»sociedad se junten y convengan continuamente para proveer
»al gobierno comun.» (1) Y mas claramente se expresa en el
irnmero 110. " No puede existir libertad en el hombre para
»hacer lo imposible, 6 imposible es al hombre vivir en socie-
»dad sin conferir el ejercicio del poder politico a alguien: Ia
»sociedad y los miembros de ella no se despojaron, al confe-
»rirlo, de una libertad que no tenian; sino quo proveyeron a su
»impotencia de vivir en familia civil sin gobierno comun. Est°.
»lo reconoce perfectamente Suarez: iy quiön podria negarlo
»sin negar al propio tiempo los atributos esenciales de la hu-
»manidad ?


Por otra parte, como observa Bien Santo Tomas,
»la superioridad ordenada .para la utilidad de los sirbditos, no
»quita a estos su libertad.» Pries bien, ono seria suficiente esta
imposibilidad para demostrar que el gobierno de todos no es
natural? zCuando la naturaleza ha preceptuado lo imposible y
lo impracticable? Afirmar que todos son soberanos, confesando
al propio tiempo que es imposible quo goblernen todos, destruye
hasta la posibilidad de una filosofia moral y politica, y de una
ley natural. ;Nude radica sino la demostracion de las leyes
de la naturaleza? No nay que decirlo: en la con yeniencia natu-
ral, en la utilidad, en la necesidad, mas no en la imposibilidacl.
Asi, por ejemplo, decimos: .1a naturaleza quiere que todos
seamos sobrios, porcine conviene a la razon, porque es ittil
la salud, porque es necesario ri la sociedarl;» pero seria estre-
madamente ridiculo decir: .La naturaleza ordena que todos
searnos sobrios; pero siendo imposible esta sobriedad a todos
los hombres, estos lean encargado a los Padres Capuchinos y
.rrapenses que sean sObrios.» LQuien no ye lo absurd() de este
raciocinio? Si se admite que la naturaleza quiere lo imposi-
ble, Coda necedad todo delirio podra defenderse como ley na-
tural.


lls LOS GODIERNOS JABERALES. 145
126. cuales son las razones con que se pretende probar


quo este poder impracticable debe mantenerse en la multitud?
Helas aqui expuestas por el anOnimo tantas veces citado: «La
»razor' nos dice que ei poder supremo es Tina consecuencia del:
»estado social: el estado social es union de los hombres, igua-
»les todos por naturaleza en sus atributos esenciales y en sus
»derechos: luego en la sociedad, corn° cuerpo moral, esto es,
»en los hombres que la componen, tornados colectivamente,
»debe residir el suprerno imperio..... Si pries en la sociedad se
»encuentra, en cuanto es cuerpo moral; si ninguna razon
»natural necesaria se puede descubrir, por la cual.tengan al-
»gunos 6 alguno la preferencia sobre los demas, es indispensa-
»ble concluir que debe residir en Ia totalidad del cuerpo
moral .(1).»


El lector habrh visto aqui reproducidos los mismos errores
de principio y de raciocinio refutados por nosotros en el capi-
tulo arriba citado: habrh visto confundidas tambien aqui las
dos expresiones existir en sociedad y perlenecer a la
tad. Cierto que Ia autoridad existe en la sociedad, porque es
constitutivo esencial de esta: pero no pertenece a cada uno de
sus individuos, los cuales son impotentes para ejercerla co-
lectivamente. El lector habra visto tambien el aserto •de
(pie en Coda sociedad los hombres son enteramente iguales en
sus derechos, to coal, hablando de los derechos puramente na-
turales y especificos, es cierto; pero hablando de los derechos
individuates, es falsisimo; porque th tienes derechos que yo no
tengo. El lector habrà visto que ninguna razon natural necesaria
puede descubrirse, por la cual el supremo imperio pertenezca
a algunos: lo cual 6 es igualmente falso o no concluye; es falso,
si se habla de razon individual y practica; y no concluye, si se
habla de razon esencial y "especulativa. Expliquemonos con
mas claridad. Si el autor dice que los hombres tienen todos
igualmente la misma esencia especifica , afirma la verdad;
pero se equivoca al concluir por ello que todos tienen igual
derecho a gobernar ; porque las esencial especificas no son


(1) Del potere politico: Venezia Naralowich, 1849. (I) Vease Del potere politico, nhm. 17.




144
PRINC 1 PIOS TEORIC OS


las que gobiernan , sino los individuos. Si me dice luego
que todos los individuos son iguales , y que no puede descii-
brirse ninguna razon natural por la coal el imperio correspon..
da ii algunos individuos con preferencia a otros, afirma un
becho cuya falsedad salta a la vista de cualquiera. que
deben hacer los electores, sino examinar las razones nalurales
por las que debe gobernar mas hien este que el otro? Se muy
hien (pie estas razones no bastan a dar el derecho de go.
hernar; pero denmestran con evidencia coati falsa sea aquella
igualdad en que se apoya enteramente el aserto de la soberania
del pueblo: Pero quereis ver todavia mejor coati vano es el
tan decantado argumento de que no determinando la natura-
leza el poder en algun individuo , todos tienen derecho de
gobernar? Aplicadlo a las demas leyes indeterminadas de la
naturaleza, clue lo son casi todas , y vereis la ridiculez de se-
mejante argumento. He aqui uno, que apnesto a que hate
arrugar la frente A inits de uno de nuestros adversarios quo
no suelen pecar de mogigatos : a Es ley de la naturaleza que
en cierto tietnpo debe tributar el hombre a su Criador cier-
tos actos de culto interno y externo; pero la naturaleza no de-
termina coal ha de ser este ticmpo, pees los tiempos son todos
de la misma naturaleza, siendo como son todos inedida de una
duration sucesiva; Yr. g. de la rotacion del globo : luego en
todos tiempos se debe tributar a Dios actos de culto interno
y externo.» to parece, caro lector? Se acomodaran todos
mis adversarios a esta oration perpOlua? i Que gest.o pondrim
al ver convertidos en domingo todos los dias de la semana, esos
quo tanto ruido meten para disminuir los dias festivos?


He traido este ejemplo para desarrugar un poco de vuestra
frente las huellas de la se yeridad filosOfica; Pero podeis hacer
otros mil a vuestro gusto, tanto en el mundo fisico como en el
mundo moral: porque siendo todo en la naturaleza un em-
ptiest°


de absoluto y de relativo, de necesario y contingence,de idea y de hecho, de especie y de individuo, etc., lo con-
creto tiene que realizar la ley que por so naturaleza es uni-
versal. Pongainos otro ejemplo: es ley de naturaleza que el
hombre ease de la menor edad, en que tiene necesidad de


DE LOS GOBIEDNOS 1.113E1:ALES. 145
education, a la mayor edad enque Ilega a ser emancipado; pero
la naturaleza no determina el dia de esta emancipation: luego
los jO yenes deben set' emancipados todos los dias. Vaya otro:
es ley de naturaleza que en una calle de arboles haya un Athol
primer() y un arbol idtiino; pero la naturaleza no determina
coal debe ser el aim° y cold el primero; luego todos los Ar-
boles son primeros y Oltimos. Aqui tienes, lector amado, 'en
que sofismas se quiere fundar esa soberania imposible del
pueblo, que haria ilegitimos casi todos los Gobiernos pasados,
presentes y futuros, y en nombre de la coal vemos entregada


hierro y fuego exterminadores toda la culta Europa.
127. Un vicio semejante echareis de ver por vosotros mis


'nos en el otro argumento del referido autor, el coal, en el
framer° 20 dice asi: «Si no hay razon alguna (1110 nos conyenza
»de que el poder pertenece preferentemente, por necesidad
»de naturaleza, a determinado individuo fisico 6 moral, debe-
»mos concluir que la potestad civil en si misma viene media-
»tamente de Dios; pero la determination de la persona fisica
»moral que en nombre y para hien de la sociedad la ejerce, se
»hace por la sociedad misma, 6 sea, por el pueblo que la corn-
»pone, y en el coal reside por naturaleza.» Desde luego se ye
que el raciocinio nada prueba por la poderosisima razon, al - al-
cance de cuantos tengan las mas ligeras nociones de lOgica,
de que los dilemas no tienen fuerza alguna cuando les falta on
estremo. Pues de este defecto adolece el dilema del autor, que
podria reclucirse A esta formula. «El poder, o debe pertenecer
»a algun individuo por necesidad de la naturaleza, 6 reside en
»el pueblo.» ' Claramente se Ye que podemos anadir a esta dis-
yuntiva otra proposicion por lo menos, diciendo que el poder
puede pertenecer a algun individuo, no por necesidad de la na-
turaleza, sino per razones individuates, que lo hacen mas apto
que todos los dews para dirigir moralmente A la multitud. I
esta proposicion que el anOnimo ha omitido, es cabalmente
mas razonable de los extremos de la disyuntiva, ora se.consi-
dere en teoria, ora en la practica. En teoria, lo mas razonable
es quo se busquen en el individuo mismo las razones porque
se prefiere a un individan, siendo por el contrario cosa por




146 PRINCIPIOS TEORICOS
demas estraiia que se quiera buscar en la naturaleza , que es
comun a todos, las razones de preferir a uno solo. En la prActi-
ea, se ye conforme Jo que acabamos




de dem, que cuando
un pueblo es libre en Ia election de los magistrados , jamAs
pregunta para determinarse a elegir, si este 6 aquel es hombre,
si esta dotado de inteligencia y de voluntad, si tiene dos ojos
en Ia frente, it otros razones semejantes que a todos compren-
den (1), sino quo indaga si el candidato se distivie por su rec-
titud, por su capacidad, por su energia, y otros dotes indivi-
duales que le bacon digno de ser preferido a todos los demas.
Esto es lo que yo llarno un hecho personal requerido para
hacer concreta é individual la autoridad ; y si el lector re-
ilexiona atentamente acerca en este punto , encontrarA
la doctrina no menos evidente a los ojos de la razon que
corriente en la prictica. Esto, no obstante, procurare 'lacer
aun mas palpable esta verdad proponiendo a los que la impug-
nan las siguienies preguntas que abrazan las funciones prin-
cipales de la autoridad: no se si se atreveran a responder ro-
tundamente segue sus principios, ,<todos.»


Es necesario que alguien conozca las necesidades del pueblo;
pero quieri ha de ser? iTodos?


Es necesario que alguien proporcione los subsidios convenien-
tes; pero (itiien ha de ser? Todos?


Es necesario que alguien los dirija y obligue a usarlos; pero
quien ha de ser? Todos?


Es necesario que alguien recaude el dinero y lo administre;
pero quien ha de ser? Todos?


Es necesario que alguien administre justicia; pero iquien ha
de ser? Todos?


Es necesario que alguien mande los ejercitos; pero iquien ha
de ser? erodos?


(1)
•Se si diletti aver due gambe e doi
•Piedi per camminar, e un par di mani
• Per farsi da se stesso i fatti suoi.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 147
Qtrien osarA, repito, quien osarA contestarme con este ab-


surdismo Todos?
iTodos harAn las leyes! iTodos mandaran el ejercito! iTodos


administrarAn las rentas pitblicas! etc.
128. Comprendo que alguien creerA haber resuelto el pro-


blema diciendo: Todos elegiremos.» Pero elegir no es man-
day; los Cardenales eligen el Papa y no son Papas; el patrono
de un beneficio elige el PArroco, pero no gobierna la parroquia.
Luego si una cosa es gobernar y otra elegir quien gobierne,
contentense con cambiar la formula de su principio, y,enlugar
de decir: «El pueblofss por naturaleza soberan.o„ » digannos:
a El pueblo es naturalmente elector.» Y cuando lo hayan afir-
mado, traten de buscar y presentarnos las pruebas, supuesto
que la razon en que hasta hoy se han apoyado ya no puede
sestenerse. Ya no pueden decir: «El pueblo es • natural-write
soberano; pero no pudiendo ejercer naturalmente la sobera-
nia, tiene el derecho de elegir al glee ha de gobernar.» De esas
dos premisas contradictorias, no puede ciertarnente deducirse
esta consecuencia: de la misma manera que seria rano mi
raciocinio si (Nese: «Los hijos son naturalmente indepen-
dientes; ?rids sidndoles imposible vivir en independencia
tienen el derecho de hacerse ethical . por pica guieran.» Todo
el mundo me responderia francamente, que la primera propo-
sition, destruida por la segunda, no puede servir de funda-
niento a la tercera.


129. Pero bastan estas ligeras indicaciones para recordar
lo que hemos dicho en el capitulo precedente acerca de la im-
posibilidad prActica e insubsistencia teOrica de estas doctrinas.
Cuando nuestras pruebas sean refutadas , insistiremos en el
argumento; por ahora quede sentado que el derecho de todos
a gobernar es un verdadero paralogismo , y que para perso-
nificar la autoridad, sin la cual la socieda4 es imposible, se
necesita ademas de la existencia de la multitud otro hecho,
mediante el cual se distinga de Cualquier modo que sea el go-
bernante de los gobernados.


150. Esta conclusion podra prevenir a mis lectores contra




148 PRINCIPIOS TEOrucos
un argument° de que se valen frecuentemente algunos para
desacreditar Ia doctrina que hemos expuesto acerca de la au
toridad, confundiendo los motivos que producen la autoridad
social con los que determinan Ia posesion de la misma por
este 6 aquel individuo. “ Mirad, dicen ; ;estos defensores de la
fuerza bruta quieren sostener en el siglo XIX que el dueno
de un camp° debe mandar a los que en el viven! Luego la
soberania depende de Ia riqueza , y debemos regular la pose-
sion de aquella , no por el bien comun,•sino por el diner°
acumulado en las gabetas.»


131. Un poco de calma, senores ; que estas declamaciones
tragicas envuelven dos errores y conducen al pueblo precisa-
mente a los mismos . males que se trata de evitar. En primer
lugar, adviertase bien quo cuando queremos un hecho visible,
palpable, evidente, por el cual apareza claramente la posesion
de la autoridad en manos de un individuo determinado , lo
queremos, no ya principalmente por bien de este individuo,
sino por el Lien comun de todos los asociados. 4Quien de vos-
otros ignora el motivo fundamental por que no solo los pu-
blicistas, sino los mismos pueblos en gran nirmero adoptaron
el gobierno Imeditario? Lo sabeis perfectamente : la incer-
tidumbre, respecto a la persona que tiene derecho a mandar,
es la mayor de todas las calamidades sociales, y se ha creido
macho menor ordinariamente el resignarse a los defectos de
una dinastia constants, regulada por la eventualidad del na-
cimiento, que correr todos los peligros de un interregno ex-
priest° a los embates de miles de arnbiciosos. Si es sabia
necia esta determination, no es del caso discutirlo ahora , y si
se discutiera, Inas de uno se inclinaria a dar la razor] a esos
publicistas de que acabamos de hablar, con solo tender la vista
hacia los pueblos que abolieron el derecho de sucesion, 6 la
violaron o pusieron en Lela de juicio, en la America meridio-
nal, en Espana, en Francia. Mas esto poco importa a nuestro
propOsi to, supuesto que no buscamos ahora cual ha de ser el
hecho que decida de la posesion de la autoridad social para
mayor bien de la sociedad, sino quo tratamos Unicamente de
averiguar, si exigir rtn hecho cualquiera para determinar quien


DE LOS GOWERICOS LICERALES. 149
posee en toda sociedad el derecho de mandar , es ittil 0 per-
judicial a la sociedad misma.


132. Ahora bien; que es necesario un hecho externo, es
cosa evidente. .Qtreotra cosa es, en conclusion, la misma elec-
cion por sufragio universal, sino un hecho externo con el cual
los asociados intentan esclarecer cual es el poseedor de la
autoridad?


Por consiguiente, los que buscan en un hecho externo Ia
razon de la posesion de la autoridad, podran equivocarse aide-
terminar cual ha de ser; Pero al buscarlo quieren el bien so-
cial, la union de los ciudadanos en el reconocimiento de un
Princi pe.


133. Mas de esta suerte, se lira, la razon de la posesion
de la autoridad sera la razon que Buie en el use de la misma,
y el Principe por derecho de sangre se crebra duefio de los
sirbditos y los tratarit como esclavos.


Si tal hiciesen obrarian sin razor], porque la consecuencia
seria falsisima. Cuando se busca qttien posee un derecho cual-
quiera y por qua titulo lo posee, no se cambia por esto la na-
turaleza de aquel derecho ni los deberes que a el van anejos,
Dos cOnyuges litigan al separarse. sobre cual ha de que,darse con
los hijos: cualquiera que sea el titulo en quo funden su pre-
tension, icambian par esto el derecho y el deber de educarlos?.
Tres Papas se disputaron la tiara en el gran cisma ' de Occi-
dente: cualesquiera que fueran sus titulos, cambiarian por eso.
los derechos y doberes del Pontificado? Siendo una la razon de
la autoridad y otra la de su posesion, siguese de aqui que por
cualquier titulo quo se posea la autoridad, esta debe mirar
siempre por el bien comun. Asi, por ejemplo, en la familia, la
razon porque el cabeza de ella es al mismo tiempo el superior,
es el ser dueito de la casa y de la hacienda, mas no por esto
puede disponer en ventaja propia de los individuos humanos
como puede usar de la casa y de la hacienda. El Pontifice ro-
mano es jefe civil de los Estados de la Iglesia por una seri°
de sumisiones voluntarias 0 de enajenaciones de gobernantes
laicos movidos de reverencia hacia aquella; más no por esto
puede disponer de las personas a mantra de esclavos, sino di-




Nt


150 PRIXCIPIOS TE@RICOS
rigirlas al Bien, usando en bien do la Iglesia de aquellas ven-
tajas temporales de preeminencia, de riqueza y de independen-
cia que van•anejos al Principado (1).


(1) De donde resulta cuin falto de razon es lamentarse de
que los sitbditos pontificios ester como privados del derecho que
tiene toda sociedad de ester ordenada para su propio Men, y no
para el bien de otro. Precisamente pare que los stibditos pontifi-
cios no sirviesen en cierto modo ai bien de otros pueblos, cuando
las ideas politicas eran ;nits justas y Ia fe catOlica was viva, Co-
das las naciones catelicas contribuian bajo diferentes hombres
con algun dinero d San Pedro para los gastos universales de
la sociedad catOlica. Antiguamente afluian S Roma tantos tributos
de todo el orbe catOlico, que los stibditos pontificios pagaban po-
cos impuestos (PARINI: Lo Stato romano, tomo I, pagina 141 .);.,
pero alteradas por el protestantismo aquellas ideas, el espiritu de
rebelion indujo A las referidas naciones A rehusar en gran par-
te la autoridad supreme la lista civil y et estipendio de los
empleados centrales, sosteniendo que el Papa debia sacar este di-
nero de sus propios sUbditos; y hoy, despues de haberlo reducido,
salvo algunas excepciones, A semejante condition, acusa al Ponti-
lice de tirattia,y alza Ia voz.en favor de los sUbditos; los cualesse
dice, no deben alimentar con su propio sudor a los ministros quo
sirven en bien de toda la Iglesia.


Por venture, al espiritu protestante responde hoy mismo el es-
piritu catOlico de las diversas naciones, despertando la generosi-
dad de los fieles pare sufragar con nuevossubsidios las nuevas ne-
cesidades del centro catOlico, de lo coal encontramos uri buen
testimonio en la obra titulada VORRE CATTOLICO A, PIO IX PONTEFI-
CR, MASSIMO, en la cual (p5g. 340) el Arzobispo de Gnesma, con-
dolihdose y augurando mejor porvenir al augusto desterrado, le
trasmite una oferta voluntaria de su Ciero y pueblo, recordando
la antigua costumbre en las siguientes palabras: ,Imitarnos asi la
>costumbre de nuestros mayores, que en los primeros tiempos
>en que se introdujo entre nosotros la religion cristiana acostum-
>braban contribuir al llamado dinero de San Pedro; y lo hacemos
>con tante mejor voluntad cuanto mss persuadidos estamos de
>que la dificultad de los tiempos ha acrecentado los gastos de
>Vuestra Santidad.. Sequimur hoc in re morons majorum nostro-
rum, qui primisintroductce apud nos christiance rcligionis tent-
poribus nuninruin ita dictum S. Petri solvere consueverunt, foci-
masque illud co libentius, quo magis persuasum habernus, Sancti-
tali Vestrce plures in hoc rerum difficili conditions crevisse
expensas.


Estos mismos sentimientos, manifestados en Alemania por el
Primado de Gnesna , se despertaron en Francia por el teelogo de
la Iglesia metropolitana de Paris, en una alocucion dirigida S los
feligreses de aquella parroquia, como puede verse en la obra ci-
tada, tomo
pagina 27 y siguientes. Atli, conmemorando los tnis-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 151
134. Las razones por las que los Papas, 6 fueron llamados


por los pueblos 6 por los Reyes it gobernar de aquellos Esta-
dos que forman el territorio pontilicio, fueron ciertamente mo-
tivos para que se confiriese a los Pontificcs la autoridad so-
cial; mas no cambiaron en manera alguna el objeto de la au-
toridad misma, que nunca puede ser otro que el derecho de
ordenar la sociedad al verdadero Bien de todos los asociados.
En que persona ha de residir esa autoridad , dehe determi-
narse por un hecho evidente , it fin de que todos conozcan
quiên deben obedecer. Ese hecho evidentepodra consistir,
como luego veremos, unas veces en la libre .eleccion de los
asociados, otras en varios elementos que no dependen de
aquellos; pero en uno y otro caso, la autoridad no cambia de'
naturaleza; y asi corm) el que reina por eleccion de los repro-
sentantes, no puede sacrificar el bien comun a sus pasiones
oligrirquicas, de la misma manera el que reina por derechos de
familia 6 de corporation, no puede sacrificarlos a los intereses
dimisticos o colegiales.


1:55. Esto mismo aparece en la posesion de • todos los de-
mas derechos. El estudiante tiene derecho natural a la vera-
cidad del maestro, y este, a la docilidad del estudiante ; pero,
con-to se personifica este derecho en vosotros 6 en int? Si mi


padre 6 cualquier otro superior me designa a vosotros por
discipulo, y vosotros me aceptais como tal , ye por deber de
oficio 6 por voluntario consentimiento, queda personificado en


mos usos antiguos, bajo el nombre de Dinero de Dios, recuerda
la piedad del Catolicismo frances, que remitido aquel dinero A las
manos de San Pedro, protegerA las areas de donde ha salido, con-
tra la polilla del comunismo.


InUtil es multiplicar los ejemplos referidos muchas veces en los
diarios. Al demostrar, para aliento de los catelicos, cemo revive
y obra entre nosotros el espiritu de nuestros padres, probamos
al mismo tiempo la injusticia de las quejas poco Antes menciona-
das, y el universal asentimiento de la sociedad catOlica hacia la
verdad que vamos exponiendo.- La perspicacia del lector compren-
dera que no defendemos aqui los derechos econOmicos de la Ha-
cienda pontificia, ni respecto al dominio temporal, ni al concurso de
las otras naciones; materia que exigiria large discusion. Solo he-
mos hecho estas indicaciones, para porter al lector en Camino de
hacer aplicacion a un hecho todavia palpitante.


TOMO i.




152 PRINCIPIOS TEORICOS
vosotros el derecho a Ini docilidad , y queda personificado en
mi.• el derecho a vuestra veraeidad, por que? i,Seremos
libres Para convenir • mittuamente en quo vosotros me , ense-
fiareis lo false y en que yo rechazare lo verdadero? De ningu-
na manera: el fin y el derecho de la ensefianza es natural
inmutable, v nuestro convenio no ha liecho Inas quo deter-
minar las personas.


Lo mismo puede decirse del matrimonio , que es una union
natural: ode quienes? Esto es lo que ha de determinarse por
el hecho. Determinado lo cual , los cOnyuges quedan ligados
por todos los deberes maritales y paternos , sin pie scan
libres de mudar los deberes por su voluntad, por que la elec-
tion haya silo voluntaria.


Esto es lo quo sucede cabalmente con el derecho de gober-
nar: necesidad natural es quo alguien gobierne y que gobierne
rectamente. Pero, den quien se encarnan este deber y dere-
cho? He aqui lo que debe determinarse por un hecho; y una
vez determinado, en el se concretan el fin natural, los dere-
chos y deberes del gobernante, el cual no puede a su antojo
cambiar la naturaleza del derecho, aunque pudiese libremente
renunciar 6 enajenar la posesion. -


136. Antes de terminar este pArrafo, tengo que confesar,
quo alguno de mis lectores , poco habituado a consideraciones
filosoficas, podria de aqui tomar ocasion para un error. He ha-
blado poco hace de la necesidad metafisica, por la cual ,la
esencia de sociedad incluye la idea de autoridad; he dicho
poco despues que esta esencia se realiza cuando existe un
cuerpo social; pero que, para individualizarla, se requiere un
segundo hecho que personifique Ia autoridad en un superior,
fisica o moralmente uno.


4Sabe el lector lo que podria suceder? (,Sabe lo que real-
inente acontece, no solo al vulgo, sino tambien A los doctos?
Plies acontece facilisimamente, que esos tres grados sucesiva-
mente contemplados por nosotros; esos tres grados por los
cuales procede la autoridad de la abstracciou metafisica a la
concreto del Orden real, son mirados como una sucesion en el
&den del tiempo, imaginando en cierto modo que primero ha


DE LOS GOBIERNOS LII3ERALES. cy-


existido una cierta forma platOnica, la cual viene iI imprimirs;)
como un sello en toda sociedad naciente: creese luego ver una
multitud en quien reside esta autoridad, sin quo nadie todavia
la posea determinadamente, y Ilamase sociedad a esta multi-
tud, y se considera como activa socialmente olvidandose de.
que no puede existir unidad real de actos, sin que exista un
principio real de tal unidad. POnese despues en jnego esta
absurda sociedad real sin superior real, haciendola elegir, tras
•uengas deliberaciones, la forma de gobierno y la persona del
gobernante. De aqui,. precisamente, naciO el famoso contrato
social de Rousseau, de quien no parece estar distante el anäni-
Ina Veneciano.


157: .()uereis un ejemplo en que la teoria haya torturadoel
hecho, y el hecho refutado la teoria? Burltimacchi nos loofreL,
ce. Este autor, ardiente secuaz, como tantos otros, de los
suefios filosOfic,os, pero cornprendiendo su nulidad por la falta
de apoyo histOrico, se diO a viajar por todos los siglos y por
todo el globo , para hallar realizado su sistema en la historia,
y creyo haberlo encontrado al leer en Dionisio de lialicarnaso
la fundacion de Roma. Nunca lo hubiera dicho, pues no pudo
darnos una relation mAs fuera de propOsito. Lo vais a ver.
Elije justarnente el pasaje en que la historia , despues de ha-
ber mostrado a los dos gemelos puestos por Numitor a la.
cabeza de la Colonia Albana que emigraba, cuenta que Rerun-
lo quiso deponer ante los Comicios Ia autoridad con que Rasta
entOnces los habia juzgado, y dejar en sus manos el Gobierno:
Ia multitud le respondi6 que no queria absolutamente cam-
biar las formas de su antiguo Gobierno (1). Ilea e/ lector si el
buen hombre podia hallar una historia mas eficaz para
mostrar que no existe sociedad it la cual no presida an su-
perior.


Otros quisieron sacar mejor partido de la historia sagrada,
y recurrieron al hecho del primer Rey elegido en Israel.


(1) Nobis nova reip. forma non est opus, nee a majoribus pro-
batam et per manus traditum . mutabimus. DIONIS. ALICARN., lib. 2,.
al principio, pag. 80. Edit. Francfurt. Wecheli, 1586.




154 - PRINCIPIOS TEORICOS
rad, dijeron: cuando Israel comienza a tener un Rey, celebra
antes un pacto, luego ..... »


6Luego (pie? ,1)uerreis, por ventura, deducir la consecuen-
cia de que la autoridad no estaba aun personificada en nadie?
1Ay de vosotros, Si asi lo hicierais; porque tendriais que babe-
roslas con'un terrible adversario, con Dios mismo que os res-
ponderia en persona, diciendo it Samuel: «ese pueblo me ha re-
chazado a mi, non mint to abiecerunl, sed me, ne regnem
super eos!» llablando en lenguaje moderno, diremos, que.esta
fué una revolution; no una creation. de Ia autoridad. Reinaba
Dios por Organ° de Samuel; el pueblo rechaza a este lugarte-
niente; el pueblo quiere abolir Ia teocracia , quiere un Rey 6
la manera de los gentiles: Dios consiente en su protervia; el
mismo Dios elije el hey, primero per su profeta, y luego por
medio de la suerte que arrojada por el hombre en la urna.
esta dirigida por Dios (1). De buena fe, lector amado,
bras aqui una sombra siquiera de sociedad sin autoridad ya
individualizada?


138. Dejethos ya, por favor, dejemos una vez siquiera de
dar cuerpo . A las ideas lOgicas, vicio achacado A los antiguos
escolAsticos y que con mocha mas razon puede boy echarse
en cara a ciertos filosofastros, especialmente alemanes.
fdesofo que discurre debe necesariamente caminar por la- via
del tiempo, siendo imposible exponer un raciocinio de un gol-
pe yen una sola silaba, y siendo‘ igualmente imposible al
lector, por perspicacisimo que sea, reducir todas las palabras
y las ideas a una tilde, a un punto indivisible. De aqui nace
que en toda ciencia se proceda gradualmente: en matemati-
cas, por ejemplo, primero, de la linea , engendrada por el panto;
despues, de la superficie engendrada por la linea ; luego, del
sOlido engendrado por la superficie, etc. Pero i,quión es tan necio
que crea que primer() eta debido existir un punto matemAtico„
y pie andando, andando dos 6 tres dias este punto, se ha
trasformado en linea, y Ia linea al cabo de una semana en
superficie y asi los demas? Rues bien: esto que nadie ha so-


(1) Sorlesmittuntur in sinum, seal a Domino temperantur.


OS LOS GOBIERNOS LIBERALES .
155


hado nunca en las abstracciones matematicas, iiriais a imagi-
narlo 6 creerlo en lo concreto material tie la asociacion hit-
mana, donde tan claramente nos hablan lositechos?


Heulos discurrido sucesivamente acerca de la esencia, de la
existencia y de la individualization de la autoridad, como
podriamos hablar de la existencia y de la individualization de
la razon burnana; pero, dos imaginais por ventura que vuestra
esencia ha precedido A la existencia, y esta a la individualidad
de vuestra persona? Es claro que no: en el momento en que
puedo decir yo exislo, en aquel momento mismo, en aquel
preciso momento, ni un minuto antes, ni un minuto des-
pues, existian la esencia, la realidad, la individualidad de
ml razon.


Esta es, pues, la idea que debemos formar de la sociedad.
La autoridad es esencialà la sociedad, y aunque yo pueda con-
siderar sucesivamente todos sus constitutivos, la separation
de estos es puramente lOgica. De hecho todos ellos deben coe-
xistir en un mismo momento.


139. Solo podria considerarse en alguno de estos elemen-
tos, la prioridad de importancia, de dignidad O de causalidad;
y bajo tal aspecto, es claro, que el idtimo constitutive, por el
que las cosas reciben su ser natural, mereceria la preferen,
cia; por esto debemos decir que el primero de los consti-
tutivos del hombre es la racionalidad, porque solo puede lla-
marse hombre cuando es rational, y el primero de los consti-
tutivos de la sociedad es Ia autoridad, porque Ia muchedum-
bre solo puede llamarse asociada cuando ha entrado bajo la
influencia del principio de unidad. Pero bien se deja ver que
este primado no incluye precedencia de existencia, si no que
cuando mas presupone en el Orden histOrico ciertos hechos,
en virtud de los cuales esta 6 la otra persona se ha encontrado
investida del poder, en el momento mismo en que flack)
una determinada sociedad. Podran preexistir las personas; la
persona que ha de gobernar con su capacidad, y la multitud
de los individuos con sus necesidades, pasiones, deseos é
intereses.


Pero todo esto no es 'sociedad: sociedad es la multitud




4;
156 PRINEIPIOS TEORIEOS


unida. entre.. si p01' el derecho ; sociedad real es una nrultitud
existente ordenada por on superior vivo y efectivo.


§ 111.


POSEEDOR DE LA AUTODIDAD.


140. En los dos primeros pArrafas he procurado !lacer
verdaderamente tangibles tres verdades no metros sencillas
que importantes, que muchos, sin embargo, no han reparado 6
no han tenido en cuenta: La esencia de toda sociedad exige
canto parte constitutiva de- ella tma autoridad ; tal es la
primera.


Pero esta autoridad es enteramente ideal,' tnióntras no se
/01110 en real por medio de dos heehos , esto es , por la exis-
tencia de una multitud a la que debe la autoridad unir, y de
un individuo fisico O moral en quien y por quien puede y
debe obrar: he aqui la segunda.


Este individuo moral-no puede set' por virtud de la ley na-
tural la militia misma ; porque es imposible quo la natura-
leza quieralo quo naturalmente es inasequible: y es la tercera.


1 .41. De estas tres proposiciones se deduce como conse-
cuencia necesaria ser requerido al intent° un hecho positivo
:eualquiera, en cuya virtud pase a ser real lo indeterminado de
la ley universal, y que del seno de la muititud, A quien es im-


.posible gobernar, considerada en sit totalidad, salgan uno 4)
mas individuos coritados en quienes la sociedad entera reco-
-nozca reverentemente el derecho de mandar.


Es may de notar que esta concorde reverencia, no solo res-
pecto alderecho en abstracto, sino tambien it la persona que lo
ejerce, •es de. gravisirno interês para la sociedad. (.)tt.e le apro-
-vecharia, en efecto, que todos respetasen la autoridad indeter-
minada, si ignorAndose quien es su poseedor,. no se supiera lo
que ella ordena? El anO. nimo de • -Venetia (y con el muchos


DE LOS GODIERNOS LIBERALES. 457
entre los autores que adtniten la soberania del pueblo) gusta
mueho de que la autoridad sea reconocida pm' divina: «si la
»autoridad de gohernar , dice, es esencial it la sociedad, sigue-
»se que habiendo querido Dios el fin,, debe de haber querido
»tambien los medios necesarios para conseguirlo ; y por esta
»razon el poder , considerado en si mismo, debe tambien ser
»querido por Dios.»


142. Pero, de que sirve semejante reverencia hada el po-
der, si no se respeta. asimismo de un modo concorde por la
sociedad toda .a la persona deterrniriada en donde obra .una
idea abstracta?.» Afiade con profunda razon el AnOnimo, una
))idea abstracta no obra; es precis() que este poder se ejercite
)irealmente, y para esto, que resida en algun individuo fisico .6


.1.).»
145. Aquellos , pues , ,que quieren autoridad respeta-


da , pero mudable perpetuamente el derecho de poseerla,
quieten respetar una abstraccion, it condition de quejamas
pueda unit a los asociados de una manera positiva y estable;, y
en el Orden politico, lo que en el religioso los protestantes; en
cuyas doctrinas estAn empapados; pero esta autoridad, no en-
carnada por ellos en ningun tribunal visible, queda reducida


una idea abstracta que no obra, y ellos a su vez permane-
cen con relation a semejante autoridad en una anarquia, de que
no puedert . menos de avergonzarse diariamente, segun confesa-
ron pocos altos ha con la solemne. declaration del sinodo de Ber-
lin y segun 'toy courtesan por Boca del Obispo de Exeter (2).


144. Esta misma anarquia pasaria. a la sociedad politica,
si adorando solamente, a la autoridad abstracta , .encarnada en
la muititud incapaz de ejercitarla , dispensaramos a esta mul-
titud de la obligation de reverenciar el derecho en la persona
que ya lo posee , como de hecho la dispensa nuestro anOnimo
por - estas palabras: «Cuando oxpresamente no ha silo elegida
»la persona fisica 6 moral por medio de la cual ejercita la so-
ciedad el poder soberano , bien puede tener lugar el con-


(1) Del Potere Politico. N. 16 y 17.(2) Esto se eseribiO en 1850.




158 PDINCIPIOS TEORICOS
sentimiento tAcito; pero,cuenta, que este tAcito consentimien-


»to nunca sera mas eficaz que el expreso, y asi no podrA
»impedir el ejercicio de aquel derecho imprescriptible que
»subsiste en la sociedad, aun cuando Mega a conferir expresa-
onente a una persona fisica 6 moral el ejercicio de los actos
»particulares de la soberania.» Segun esto, ora sea tacit°,
ora expreso, siempre resulta aqui el consentitniento subordi-
nado a la futura voluntad de Ia mUltitud ; y el autor, que ye
claramente esta ierclad (1) como 'asimismo las terribles con-
secuencias que sabe sacar de ellas el espiritu de anarquia y de
rehelion, abade como para consolarnos: «que los actos naci-
»dos del capricho puedeh ser hechos por los individuos; pero
»en tratandose de una accion colectiva , que se manifiesta
»con el voto de las grandes mayorias, los hombres , conside-
»rados en conjunto, son movidos a obrar por sus propios in-
»tcreses. Miora hien , el interes y las necesidades de la fatni-
.1ia social la llevan a buscar la paz, la equidad, la seguridad,
»y de aqui que ame la estabilidad y no se mueva a !lacer nove-
»dades sino cuando son precisas. A


145. leis lectores admiraran sin duda el raro candor de
quen tales palabras escribi6 en 1849, 6 sea despues de haber
sido guillotinado Luis XVI por tirano, despues que Pio IX paso
del hosanna al crucifige, y quo Leopoldo II fad adorado, yen
seguida expulsado, y por illtimo vuelto 0 ser ' llamado a Tos-
cana: ademas de esto, mis lectores sabran responder que el
justo motor de la sociedad , no es el interes sino el Orden, a
rnenudo desconocido it odiado por las muchedumbres : que
aim su propio interes no le conoce hien el vulgo: que aun
cuando lo conociese , no sabria cuAles son los medios de pro-
moverlo: que la estabilidad es amada por el que esta hien,
siendo de notar que la gran mayoria de los que forman las
muchedumbres, o esta, o cree estar mal, 6 espera estar mejor
mudando las cosas.


(I) La verdad de estas consideraciones no puede ser puesta
en duda por quien no quiere cerrar los ojos a la luz de la razon..
(Del pot. pot. ntlin. 50.)


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 159
14g. Todas estas respuestas son Obvias, pero no dicen re-


lacion a nuestro propOsito: solo helms traido las anteriores
sentencias del anOnimo, porque se viese quo aun nuestros ad-
versarios convienen en que su respeto para con la autoridad
abstracta deja a la sociedad en perpótua agitation, fluctuando
sobre las olas del movible vulgo, donde el partido caido estara
perpótuamente forcejando (como boy en Prancia orleanistas y
legitimistas) para formarse una mayoria con que poder derribar
al partido vencedor (1). Pero veamos conlirmada nuevamente
esta verdad por nuestro cAndido anOnimo: «Dejando, dice,
Dia libertad politica vasto campo a las manifestaciones or-
»denadas de Ia opinion pilblica y a la pacifica discusion, y exi-
»giendo la responsabilidad de quien efectivamente gobierna,
»le fuerza a retirarse cuando la opinion pitblica se declara
»contra 61.» La cosa es clara: segan csta doctrina. cada no-
che nos hemos de acostar sin saber quien nos mandara a la
mailana siguiente.


147. Nes ahora, digaseme si esta incertidumbre perpetua
puede reputarse por verdadero bien social. Si alguno de mis
lectores desea teller la sociedad como el p5jaro en la rama,
cierre, pees, el libro, y vaya con el anOnitno a buscar la paz,
la seguridad, la estabilidad en aquella social familia, que
no hate Wads novedades que las necesarias. Pero todo lector
de seso se persuadirA facilmente, .a que nada es mits filen que
hater incierto el poder agitando al vulgo cuando se le ha de-
jado la libertad; nada tampoco this pavoroso y funesto para
una sociedad, que esta incertidumbre acerca del quo manda,
acaso peor (hue la privation misma de autoridad, como quiera
quo la multitud que ninguno tiene derecho a gobernar, puede
por vial legitimas obtener la concordia de todos inclinandose
ante un poder sin rational oposicion de ninguno; mds aquella,
donde parece reinar ya aigun derecho, sera despedazada cons-
tantemente entre los que siguen a un superior ya reconocido,


(1) Las hemos explicado en el capitulo anterior. •Todo esva-
cilante d incierto, porque todo depende del exito de una lucha,
de la suerte de una election, 6 de la de alguna batalla. (E. Foes-
CADE.)




160 PigNelms TE6RIEOS
-y los que estin contra 61 y buscan el mode de. abatirlo.. A este
mode se agita Francia de sesenta aims a esta parte, y despues
de ella Espafia y Portugal; a este• modo se fraccionan las so-
ciedades cuando la debilidad material o moral de un Principe
lo reduce a ser esclavo de los partidos, dejando a los subditos
fides en la dada de si 61 realmente manila o vive en ser vidum-
bre, si deben obedecer sus decretos o libertarlo de sus tiranos.
Tanto importa,.pues, determinar claramente el hecho, sea el
que (lidera, por el cual llega la autoridad a determinarse indi-


.vidualmente en una persona.
148. Ile aqui reducida a formulas filosOficas la gran cues-


tion del manifiesto de Wiesbaden, de 50 de Agosto de 1850, y
de Ia carta relativa al mismo, del condo de la Roctiejacque-
lein, de 21 de Setiembre de 1850. Toda esta polOmica puede
reducirse a la siguiente formula, que debere yo aclarar: «Sien-
»do imposible que gobierne el pueblo, requiriêndose algun he-
oho que determine la persona del gobernante, se pregunta:


»bera ser este Ilea° la eleccion por sufragio universal de lodes
»los individuos natural a inallenablemente libres, O pueden
»darse otros hechos de que se derive este derecho y obligue


multitud a obedecer a un hombre no elegido por ella?» El
que sostenga, con los protestantes, la independencia de la ra-
zon humana, tiene que seguir la primera de estas dos senten-
cias, y formar todos los gohiernos por un mismo patron : nos-
otros empero, que sostenemos, com p


catOlices, la dependencia
esencial de la razon criada respecto de la verdad increada, se-
guiremos la segunda, y diremos francamente que en las formas
de gobierno no ha Perdido la naturaleza de hnproviso la in-
exhausta fecundidad que hace Ia bermosufa de todo el 'wilier-
so; y que si entre las formas del derecho de gobernar puede
ser en muchos cases justa y oportuna la eleccion popular, en
cambio bay muchos otros donde mil variedades de formas pue-
den derivarse de la variedad de los hechos a que es aplicada la
invariable, pero fecunda unidad de la ley.


149, Como el lector habrã advertido, no estoy haciendo
otra cosa 'quo aplicar al Orden moral una ley universalisima
del Criador, a quien plugo reflejar en la unidad asmica la di-


DE LOS GOWER:40S LISLRALES, 161
vina y perfectisima unidad, donde se contiene per mode emi-
nente Ia inmensa variedad de lo criado, sellando asi sobre cada •
una de las eriaturas ciertas formas primitivas, de cuya intima
union con el elemento material, nace despues en el Orden
criado una variedad inmensa, constantemente dirigida por las •
dos leyes de unidad y de multiplicidad, de general y de par-
ticular, de especie y de individuo, en cuyo conocimiento se en-
cierra, por conclusion, toda la encielopedia especulativa y


Asi, segun la ley universal de los cristales, estos na-
con de la combination de un acid° con una base: pero icuain
innumerable variedad de cristalizaciones produce esta ley Uni-
ca! Una es la forma del proteo, comp llama Haily el carbona-
te de cal, pero icuantas figuras estremadamente varias se en-
gendran-de ella! Una es la vid, una la rosa, pore ique variedad
de sabores en la primera, de bermosura en la segunda! Uri° es
el perm primitive; porn desde el perrito faldero que juguetea
sobre las-rodillas de una nifia hasta el moloso benefice de San
'Bernardo, icuantas.combinaciones diversas de figuras, .instin-
tos propiedades! En el hombre mismo, la variedad de razas
que die ocasion a tantos errores, 2,no esta ya reconocida por
efecto de los climas, de los elementos, del Oiler° de vida, de
is generation y otras mil causas materiales?


rues a esta ley universalisima de la variedad en la unidad
pretenden nuestros adversaries sustraer el Orden social, y for-
mandose ellos en la cabeza un tipo ideal de sociedad, de Go-
bierno, de adigo, do munielpio „ de nation, etc., quieren,
cual otros Procustos, sujetar la naturaleza social, cuando en
ello justamente debe ser, 0 los Ojos de la razon, la variedad
mas multiforme; y a la verdad, a diferencia de la naturaleza,
necesaria donde ningun element° contravienc al querer in-
declinable del Criador, la naturaleza inteligente, en la que se
forma la sociedad,. esta regida per la libertad, que tanta parte
de action deja a Ia diversidad de los ingenios y de las volunta-
des de los hombres.


Cabalmente este es. el ,punto en torno del coal ciertos 1110-
solos exclusives- han • trazado .un circulo intimandole la ;mor-
n, Como en otro tiempo la intim° un proconsul romano al




162 PRINCIPIOS TEOeicos
Rey de Sine, en el caso de salirse del circulo que le habia se-
fialado. Y es cosa extrafia que el primer°, 6 de los primeros
que tornaron parte en Guerra tan insensate, fue aquel espiri-
tu de las leyes que, como es notorio, tan ,exhorbitante in-
fluencia atribuye al Orden material en los cOdigos de todas las
naciones. Si: despues de Lieber dado la preferencia al Coran
en Arabia, porque alli es Gelid() el clime, y al Catolicismo
y al Protestantismo en Europa, por sec templada O fria, Mon-
tesquieu acab6 por enamorarse de su imico tipo ingles en
materia de Gobierno, é inocule en los publicistas europeos
Ia mania de empequeflecer, conforme a este tipo, la omni-
potencia creadora, clamando osadamente a las pasmadas ge-
neraciones de todos los siglos en toda la redondez del globo:
«Solo hay un Gobierno legitinto, la Constitution inglesa. Y
he aqui aquellos indOciles sofistas cuya razon independiente
habia sacudido el yugo de sesenta siglos de revelaciones y de
esperiencia, humillados a la imperiosa voz del espiritu de las
leyes, comenzar a hacer en la sociedad, como Galvani en sus
ranas, la serie de esperimentos que ban desolado y puesto a
Europa en vies de disolucion va ya para un siglo.


Pero la verdadera filosofia, la que tome A
.
la naturaleza por


guia y al mundo real por objeto, no puede Milos que recono-
cer la influencia de dos principios en todo el universo : y aun
en el mundo moral, en el cual percibe las leyes necesarias de
la justicia aplicadas a todo el Orden de las cosas contingentes,
acepta la naturaleza tat como es, y sabe respetar y admirer la
inmensa variedad de que este se reviste en cuanto al hecho
asi politico como civil.


150. De aqui que sin excluir del Orden legitimo aquellos
Gobiernos que germinan de una eleccion , si no universal


(que no es posible) , mes O menos extensa , sostenemos asi-
mismo poderse dar otros hechos, por los cuales alguno posea
el derecho de mender a una sociedad sin que esta se lo haya
conferido.


151. Es, pues, claro que no negamos que en ciertos casos
Ia autoridad se cenfiera por via de eleccion : asi la conferian
muchos cantores catelicos de Suiza , pie se tornaron demo-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 165
craticos por el hecho primitivo de su formation ; y no sere-
mos nosotros quienes disputemos sus derechos a estas demo-
cracies patriarcales: dejamos esta obra al radicalismo. Pero
decimos que esta eleccion no es siempre necesaria ; v que
cuando realmente lo sea, su necesidad no proviene de la in-
dependencia natural del hombre, sino de un hecho cualquiera
particular O accidental.


NOtese asimismo que el consentimiento de la multitud debe
siempre encontrarse en toda sociedad hien ordenada , como
quiera que el hombre normal debe obedecer de su voluntad
al derecho y no ceder por necesidad a la violencia : en este
punto no hay cuestion entre nuestros adversarios y nosotros;
por ambas partes estamos de acuerdo en que el Gobierno de
toda sociedad bien ordenada manda siempre con asentimiento
de la multitud. La cuestion este en decidir si el consen-
timiento del pueblo es siempre necesario, como cause pare la
posesion de Ia autoridad. Nuestros adversarios dicen que si,
nosotros que no: ellos dicen: ninguna autoridad manda si el
pueblo no consiente: y nosotros decimos : veces el pueblo
debe consenter, porque la autoridad manda. Leed nuestras
razones, y juzgad.


152. Para hacerlas mAs accesibles , os suplico que recor-
deis lo que en un principio dijimos (§. I): que la autoridad es
el dereeho de reunir las operaeiones de todos los sOcios para
el bien comun. La cuestion que ahora traemos entre manos se
reduce, pues, a preguntar si fuera de la eleccion puede darse
un hecho cualquiera, en cuya virtud un individuo determine
do tenga el derecho de juntar la action de todos los asocia-
dos para el hien comun. Que este derecho, esta fuerza moral
que mueve a los asociados puede nacer de su consentimiento,
nadie lo niega; pero nosotros afiadimos, que en ciertos casos
tienen algunos individuos este fuerza en virtud del Orden uni-
versal , sin haberla recibido del consentimiento de los aso-
ciados.


155. La demostracion no es dificil si consideramos la de-
pendencia natural del hombre. El hombre es cuerpo y espiri-
tu: iquien puede negar que su cuerpo depende necesariamen-




164 PRINEIPIOS TEODICOS
te del Orden fisico y que las variaciones acaecidas en las in-
fluencias de lo relativo a lo fisico producen mudanzas en la
aplicacion al Arden moral ? Quien puede negar; por ejemplo,
(pie el hombre necesita alimentarse para subsistir, , y pot•
consiguiente que esta obligado inoralinente a procurarse el
precis() sustento , y quo para esto debe trabajar sin que. este
en su arbitrio la election del trabajo conducente , pues debe
emplear aquel que, segun las relaciones fisicas 6 morales en
que se encuentre, le pueda ayudar para el intento? Cuando to
pais con algun tnendigo sano y vigoroso quo os importuna en
la calle pidiendoos limosna, no le decis: «A trabajar, holgazan.
No te (IA vergaenza, siendo como eres jOven .y robusto, guitar


la limosna a los verdaderos pobres?rc Pues suponed que uno
de ellos respondiese: «Serior, he buscado trabajo; ;he suplica-
do al Rey que me haga ministro de Estado, y no Ile podido
conseguirlo!e—illabrase visto! (estoy seguro que le replica-
riais) ison tales ministerios para los de tu clase? Anda y toma
la azada y tendrils ! de ningun modo: yo tengo
derecho a mi independencia, y no la renunciare jamas hacien-
me esclavo.»—«Pues si no quieres


de
la independencia,


renuncia a la pitanza, y muerete de hambre-Veremos si con
el ayuno aprendes la gran ley del trabajo y la necesidad de la
dependencia.»


154. ,,Que te parece, caro lector, este dialogo? No pone
en claro que hay casos en tine el Orden fisico produce un (Le-
ber de dependencia? lQuien no ye que siendo universal la ne-
cesidad material, como universal es el ser corpOreo, reduce a
todos los hombres, incluso el sumo imperante, a la necesidad
de depender? iCual es el Principe que no dependa a veces de
un habil ministro sin el cual no podria sostenerse, de un me-
dico consumado sin cuyos auxilios no recobraria la salud,
un cocinero 6 de un barbero ffeles sin los que acaso fuera en-


' venenado 6 degollado? V es inucho de notar que esta necesidad
puede engendrar un verdadero deber moral, aunque en si mis-
ma sea una necesidad material; y que no . atender ella puede


yconstituir una verdadera culpa, siempre cuando que su re-
medio sea un medio necesario para cumplir otro deber. Como


DE LOS GODIERNOS LIIsERALES. 165
peca el particular no procurando el necesario sustento , asi
puede pecar un Principe negandose a emplear algun medio ne-
cesario para gobernar bien.


155. Este deber se origina de ser el hombre corpdreo;
pero como ademas de corpereo es espiritual, yo pregunto:
puede el hombre espiritual verse obligado por un hecho cual-


quiera a dar su consentimiento a un superior no elegido por
el? Tampoco es dificil en este caso la respuesta , y aun ya la
(limos al hacer ver que el derecho es para el hombre un
vinculo irrefragable (1). Ahora, una vez admitido este irrefra-
gable imperio del derecho quien pods negarlo?), se Mace
imposible negar la proposicion siguiente : «Cuando no plied°
conservar mi independencia ni violar un derecho mils podero-
so que el mid, estoy obligado a defenderle?» iNo es por venta-
ra verdadera, evidente, esta proposicion?


'156 Si me la dejais pasar, solo queda por ver si puede
darse un derecho quo prevalezca sobre vuestra independencia:
no os parece-que prevalecera, por ejemplo, el derecho de


Dios, el de vuestra patria, el de los padres a la viola, 6 el que
tienen en sus hijos para educarlos? Pues si esto tambien lo
concedeis, ya comprendereis que de lo dicho hasta aqui pode-
mos sacar una formula general de obligation, diciendo: «Si en
un caso cualquiera el derecho do vuestra independencia re-
sulta en oposicion, 6 con vuestro deber natural de vivir ho-
nestamente, 6 con los derechos de Dios 6 de otros hombres,
cuando el de esto y es mils poderoso que el vuestro, debeis ce-
der y obedecer.»


157. No creo que ninguna persona de juicio pueda negar
esta proposicion hipotetica; mils para prevenir cualquiera did.
cultad it oscuridad, Ramo la atencion del lector sobre la diver-
sidad que hay entre las obligaciones que resultan de la prime-
ra causa y las que proceden de las dos siguientes: la primera,
en razon de ser fisica, puede ser cornbatida por el hombre, y
toda vez que sea superada, deja al hombre libre de la obliga-


(t) Verse El derecho segun el protestantismo.




166 PRINCIPIOS TEORICOS
cion originada de ella; asi, por ejemplo, si hallais modo de
vivir sin servir a otro, desde luego os encontrais exentos de su
dependencia. Lo contrario sucede en Orden a las causas mora-
les, que no puede el hombre racionalmente combatir, y por
esto Ia obligacion quo de ellas resulta no puede ser destruida,
pues es Iorzoso respetar el derecho do que aquella proviene. Y
en caso de quo la causa de la obligacion sea mixta de entram-
has, tin resultado de necesidad fisica y de obligacion moral, el
deber que de ellas result°, sera moderado por semejante com-
binacion de resistencia fisica por una parte y de sujecion mo-
ral por otra, no de otra manera que en el caso de una agre-
sion injusta que comprometa vuestra vida, resulta en el aco-
metido un derecho templado, por decirlo asi, con el deber que
los moralistas Haman modcracion de inculpada Nick, hija de
la necesidad de matar al agresor para defender la vida propia,
y del derecho que 61 tiene a la suya. Hechos varios producen,
pues, deberes que pueden con la nzisma variedad mudarse;
peso quo todos ellos obligan mientras no sea legitimamente
desatado el vinculo en que consisten; y por tanto, capaces to-
dos ellos de contrastar y veneer vuestro derecho de indepen-
dencia, si realmente son superiores a el.


158. Mas, para no caer en error comparando entre si los
varios derechos matuos y los varios grados de su virtud, guar-
dernonos de dar en ciertas declamaciones oratorias de la filo-
sofia pagana, que desgraciadamentc se van boy insinuando en
machos cerebrosbautizados, como fue el que en los altimos dias
de la revolution de Sicilia se atrevi6 a publicar bajo la firma
do todos aquellos ministros (que probablemente ni siquiera
la habian leido) a los sicilianos horrorizados qser el suicidio
en case de suprema desgracia un derecho, asi de las naciones
como de los individuos.» Asi lo pudo juzgar el paganismo que
no conocia felicidad del otro lado del sepulcro; Pero el que ha
recibido de la razon y de Ia le la doctrina de una felicidad
pOstuma a que deben ordenarse todas las obras de la vida pre-
sente, mira muv de otra manera, como otra cualquier desven-
tura, la dependencia politica. Y a la verdad que maravilla es
que el cristiano se resigne a ella antes que violentar el dere-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES, 167
Cho, cuando los primeros cristianos fueron obligados por los
ApOstoles a resignarse aun a la esclavitud?


ID. Antes, pues, de juzgar del valor de los derechos de
independencia, desprendamonos de Ia 'merit admiracion que
aprendemos en los bancos de la escuela para con los clasicos
heroismos de Numancia y de Sagunto, para con los suicidios de
Caton y de Brute; 6 recordemos al menos que la independencia
politica no es la esclavitud, como reconoce el anOnimo Yene-
ciano despues de Santo Tomas, pues la primera esta ordenada al
bien de la sociedad, al paso que la segunda solo se ordena al
bien del amo. Becordemos que la dependencia politica es ma-
cho menos grave que la servidumbre de un criado 6 de an ar-
tesano; y quo, por consecuencia, si el hombre esta obligado
servir como artesano 6 criado antes que violar los derechos de
otro, macho mas puede obligarle el respeto de estos &recites


conformarse con la dependencia politica.
160. Hechas estas advertencias, y reducida la cuestion hi-


potetica a los terminos mas arriba expresados, solo nos resta
pasar de la hipOtesis a la tesis. Recordais la hipatesis? «Toda
vez, deciamos, que yo no puedo conservar mi independencia
sin violar un derecho mejor que el mio, estoy obligado zi de-
pender.. Pero ipuede darse este caso? iPuede acaecer tal corn-
hinacion de circunstancias en la quo, si no me resign° a de-
pender del Gobierno do otro en el Orden pablico, llegue
violar an derecho mejor que el mio? Est.o es Jo quo tenemos


mque examar: veamos si hay casos en qua, ya la necesidad
fisica, ya el derecho divino, 6 ya el de otros hombres, tenga
que chocar con nuestra independencia. Comencemos par el
primero.


161. Sin consentimiento do la muchedumbre, puede dar-
se un hecho por el cual la salvation de an pueblo entcro de-
penda de su obediencia a an individuo determinado; por ejem-
plo, a un Cacao , a un Coriolano, a un Temistocles, a an
Agatocles , a an Carlo-Magno, a un Bonaparte. Como se deja
ver, he acumulado aqui nombres de moralidad may divcrsa,
Torque ahora no trato de investigar si todos estos tenian de-
.recho, sinct'si los subditos podran haliarse 6 no en aquella ne-


T01110 1. 12




168 FIIINCIPIOS TEORICOS


eesidad. Goncediendoseme que puede existir esta necesidad„
mi conclusion no puede ponerse en dada. zCOmo cludar de.
que esa multitud deba obedecer, si precisamente de su obe-
diencia depende su salvation? Pondcre el lector la gravedad
de este deber: deber tanto maS imperioso en cada uno de los
ciudadanos., cuanto mas imperiosa es en el la obligacion de
no precipitar A sus hermanos en todos les horrores de la,
anarquia. Gua.ntos vivimos hoy en Europa entre tumultos y
rebeliones , hemos probado harto tan deplorables horrores..
Quien- no ha experimentado las angustias del terror en dias


de tumnIto , el horror de Ia carniceria en la Inch de las fac-
ciones, la desolacion de las familias diezmadas, los estragos
del hambre , las persecuciones de los proscrites, v en suma„
esa espantosa serie cle desventuras que amagan a toda socie-
dad por falta de un ordenador social?.... Son tantas las nece-
sidades del ordenador, cuantas son las relaciones de los indi
viduos, y las pasiones que tienden 5 violarlas: relacion de ma-
yor a menor, amenazada por la ambicion; de padres a bijos„
amenazada por Ia falta de piedad filial; relacion de marido
mujer, amenazada por el adulterio ; relacion de sefior a cria-
do, amenazada por abuso de confianza ; relation de compra-
dores a vendedores, amenazada por el fraude y . la falsedad:
en suma, todas las relaciones sociales , aun las que t.ocan en
el corazon humano las Inns delicadas fibras, tienen su gusano-
roedor, o mejor dicho, el aspid O hidra de una pasion cual-
quiera , cuyas embestidas puede solo enfrenar el . Orden social.
Jiaguese por aqui coal debe ser y cuan rigurosa la obligacion.
de velar por este Orden. ;Oh! ICuantAs personas hay que no
sabiendo por experiencia 0 donde les llevaria el printer golpe-
contra la autoridad reconocida , se arrepentiran boy de hater
intentado destruir, sin prever lo que despues vendria! Socie-
dad sin Orden es un enfermo ; Orden sin autoridad tin impo-
sible; autoridad sin persona quo la posea, cosa iniitil , porcine,
no obra: luego .....


162. La consecuencia es clara: tanto os astrecha a vos,
como a mi, como a todo ciudadano el deber de obedecer a un
individuo determinado, cuando 01 solo es capaz de mantener


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


169


el Orden social, cuanto el de no exponer millares y aun
nes hermanos nuestros 0 todos los azotes (pre sufre una socie-
dad sin Gobierno. A todos aquellos, a quienes comprometeria
gravemente mi desobediencia, les soy principalmente deudor
de las obras que me manda hater el pie por el bien de -ellos
posee el mando; a todos los cuales ofendo en realidad cuando
traspaso las leyes, como quiera que por su bien son dictadas,
y no por bien del que las dicta , si son leyes justas y por con-
siguiente obligatorias.


163. He insistido en esta observacion porque machos se
engafian en este punto, creyendo quo, cuando el Principe man-
da o castiga, atiende 0 su personal aux.ilio o venganza antes
que al bien de la multitud; por cuya causa cuando consiguen
eludir, o abolir, o violar irapunemente la ley, gozanse en su in-
terior como de una victoria alcanzada per el pueblo contra so
opresor. Verdad es quo, siendo 01, como ahora diremos,
seedor de la autoridad, es en algun modo aun personalmente
ofendido en todo delito; pero esta ofensa es secundaria, pues
la primacia es la que se inhere a los asociados y a Ia autori-
dad, de la coal es el Principe puro instrumento. A la socie-
dad, y para hien de la sociedad , le soy yo deudor de rill obe-
diencia 0 la ley: si la sociedad , si el bien comun corren peli-
gro 0 causa de mi renitencia esta sera tanto mas culpable,
cuanto mayor es el deber de caridad para con la patria y
para con mis conciudadanos.


Si pues yo pudieta presentaros un caso, una hipOtesis en
que el hombre social dependiera de on hombre determinado,
toda la multitud estaria obligada a obedecerlo con obediencia
igual A la obligacion de cada individao 0 evitar la ruina de los
suyos conservando el Orden social; pero entiendase bien, quo
el motivo de esta obediencia es totalmente para bien del pueblo
y no del Principe.


164. He repetido esta idtima observacion, porque se co-
nozca la vanidad de ciertas declamaciones con que los dema-
gogos suelen excitar a los stbditos 0 sublevarse contra un ti-
rano verdadero, O supuesto, representandoles la indigniclad y
la injusticia de ver elevado a tanta altura, con tanta gloria y




DE LOS GOBIERNOS LIBER!LES.
171


materia dijelo en otra ocasion: ninguna pena es licita si no es
necesaria, ninguna pena es racisnal cuando es insuficiente:
sea el que quiera el delito, la pena que por su incongruencia
no reintegra el Orden o que no Basta para este intento, de-
muestra la irnperfeccion de la ley que la impone: lo mat so en-
tiende de todas las penas en general, cualquiera que sea la ea-
lidad del delito.


165. Pero nuestros humanitarios lo entienden de otra ma-
r era. Todo delito que toque a los intereses de un individuo,
consienten en que Glebe castigarse, porque tambien a ellos les
tiene menta que sea contenida la mano del ladron , el esto-
c ue del asesino; peso cuando se trata no ya de un individuo,
sino do una sociedad entera arnenazada de ruina por efecto
del crimen; cuando se comete no un delito civil, sino Int delito
politico; cuando el estrago se causa no a uno solo sino a milla-
ies de ciudadanos , entences en lugar de aumentarse; deberAn
(:isminuirse las penas, y la de muerte , tolerable en otra clase
de delitos, parecerA excesiva con respecto a estos. Quien no
echa de ver en estas proporciones del COdigo penal una men-
t ra legalmente sancionada ? Quiell no ye una abolition so-
1 mne del principio de legitimidad? Si la snavidad de /as cos-
tumbres de un pueblo ha ilegado al panto e,i1 quo es posible
.gobernar sin necesidad de la pena de muerte, mientras esta
no se considere necesaria, suprimase si se qiiiere, y sea dada
a semejante pueblo la alabanza que merece; peso abolidia
primero para los delitos eiviles, que son menus trocivos, y
(1 espues , andando el tiempo, para los quo comprorneten a mi-
1 ones de existencias. Pero si el pueblo no ha alcanzado en su
rradurez esta suavidad, si se tiene aim por necesario el terri-
lle espectAculo de la Sangre para aterrar el delito y defender
a individuos aislados, dejar Ia muchedumbre social en poder
del que quiere asesinarla y que ha comenzado por engailarla;
acreditar la opinion de que este delito carece de rnalicia de-
jandolo corneter a mansalva , es un absurd() legislativo capaz
de hater (War, no ya solo del entendimiento, sino de la
probidaci y buena fe del legislador.


166. concedere, sin embargo (pues en materia de opinio-


170 PRINCIPIOS TEORICOS
riqueza, al que apellidan un ntOnstrtto coronado. ;Traidores!
que en vez de dar a conocer al pueblo sus deberes é intereses,
inflaman y desencadenan declamando, sus pasiones. Aunque
fuera un verdadero nienstruo, si el solo es medio para la con-
servacion del Orden pirblico, el hecho de destruir sit cetro, sin
goner en su lugar otro Orden mas seguro , es cellar a pique
la sociedad para librarla de su opresor, es matar al enferrno
para curarle un mal de cabeza.


165. ]Pero puede darse cicaso en que el hien de un pueblo
dependa de un individuo? En eA estado normal de la sociedad ya
constituida el lteelto es vidente: las leyes orgAnicas del cuerpo
en que radica el gobierno, y las personas que segun ellos estAu
revestidas del poder, de tal mode son necesarias a la sociedad,
que, en cayendo, cae ash-I-risme por tierra el Orden. Por donde
se ve cuan enorme maldad sea la de aquellos que ponen en
dada sin razon la autoridad de los gobernantes legitimos, y
esponen asi a sus conciudadanos A desconocer el principio de
Orden y a reemplazar A la persona sola capaz de mantenerlo.
Reducir esta autoridad casi a la nada, acostumbrar los plieblos
a mirar como inepcias los delitos politicos, tal ha sido uno de
los mayores triunfos del espiritu protestante; tal la mina cier-
tishna de la sociedad-europea; y los gobiernos, cuyo primer
interes, despues del principio de auloridad, es el de la legiti-
midad; los gobiernos, digo, han puesto a veces tambien Ia ma-
no en su demolition, han dado A los pueblos ocasion de des-
conocerlo, aboliendo para este delito y ho para otros la gra-
vedad de penas con que la sabiduria antigua le habia im-
puesto.


166. Pero antes de entrar mas en materia, permitame
el lector apelar a su buena le en vista del peligro que
se me pone de frente en este escabroso paso, por parte de cier-
tos filantropos, que, mirando friamente el asesinato de un Rossi,
serian capaces de barer tragedias en el patibulo de un Ziam-
bianehi: hien comprenderas


sincero lector, el sentido
paialwas, pues de seguro no to alterarAs con las preocupa-.


,ciones hijas de pasiones desenfrenadas. Yo no pido aqui la
pena de muerte contra este ó aquel delito: mi juicio en esta




172 PRINC1PiOS TE6RICOS
nes pie Began a ser comunes, me parece siempre oportuno
inquirir las causas del error Para excusar en alguna parte a
los .que yerran) , conceders, digo, que las circunstancias
los tiempos y los estravios de la opinion pueden alegarse co-
mo escusa (como defensa no) de los palpables absurdos de
esta ley. El principio protestante al decir a cada hombre:
cctus opiniones religiosas son dirigidas por el Espiritu Santo
que interiormente to explica la 13iblia.» vino a legitimar todo
error en el Orden moral, y aim del politico, pees este hate
parte del Orden moral; con todo, qui6n tendril


valor para de-
cir al sitbdito: ael Espiritu Santo to suglere un delito, y por
este delito inspirad© yo to condeno a muerte?»


169. Cierto
• es que militando este argumento con relacion


A los delitos civiles, no menos que en los politicos, conducia
A la abolicion de toda pena, de todo COdigo, de toda moral,
como demostramos en el capitulo anterior; pero la fuerza de
las circunstancias ha acelerado y presentado como mas lOgi-
ca su aplicacion a los delitos politicos. Con la caida de tantos
Tronos y autoridades legitimas, a fuerza de discutirse tanto en-
tre las muchedumbres estraviadas todos los principios del Or-
den publico, el error en tales materias se ha hecho para
muctaos casi una necesidad; Ia culpa . de esto debe propiamente
imputarse, no a aquellos infelices que privados de toda de-
fensa fueron entregados a sus seductores, sino a los quo de-
jando a estos iiltimos el libre use de la palabra y de la pren-
sa, quisieron en cierto modo la seduccion de la plebe igno-
rante, causa de las presentes revoluciones. Pero, a fin de
que la mitigation de la pena en estos casos no fuese parte .•
con los solismas de la anarquia al engaflo del pueblo, conven-
dria presentarsela como excepcion y no como regla, como
gracia concedida A la ignorancia, no como justicia proporcio-
nada al delito. De otro mode), la ley penal dejarit de hacer su
oficio, y en vez de dar a conocer al pueblo la gravedad real
de los delitos, lo confirmarA en la idea (le que los delitos po-
liticos son una bagatela, y por consiguiente en la disposicion


toda variedad de tumultos en dafio de la sociedad en-
tera.


DE LOS GODIERNOS LIDERALES, 173
170. Helms dicho todo estOreftriendonos a una sociedad


tranquila en un Orden ya constituido, en la cual se echa de
ver mas facilmente la importancia del gobernante, porque de-
pende del hecho mismo de la existencia de aquel Orden. Mas,
si consideramos una sociedad donde el Orden no se halla ann
constituido, ,podremos dar con un hecho en quo el Orden
de una sociedad cualquiera dependa de una persona deter-
rni n da?


Tomen los lectores en su mano la historia, y digannos si les
parece necesario, por ejemplo, tin Moises para el pueblo he-
breo; si les parecen necesarios al mismo aquellos hombres pro-
digiosos que de vez en cuando suscitaba la divin g Providencia
para librarlos del cautiverio. Se me dirt que' recibieron un
derec'no sobrenatural de los hechos sobrenaturales que los exal-
taban sobre la plebe; mas yo podria deciros a mi vez quo pres-
cindais de este celestial origen, y me digais si fueron 6 no ne-
cesarios A la sociedad israefitica. Esta necesidad era un hecho
natural, hien que fuese sobrenatural el auxilio divino; y asi,
pies de la necesidad social nace un deter de obediencia, este
hecho demuestra que aquellos capitanes debian ser obedeci-
dos por necesidad del pueblo, antique no hubiesen tenido el
derecho que les Baba la eleccion del cielo.


171. Pero salid, si os place, de las historias sagradas, piles
ciertamente las profanas no dejarim de ofreceros buen flume-
re, de ejemplos semejantes. Bien s6 que muchas veces la mo-
nomania demagogica afirtn6 osadamente de los Gobiernos, lo
•que ya habia blasfemado de Dios la impiedad epicurea:


Primus in orbe Deos fecit timor.


'Pao Gobierno, se ha dicho, nace de una tirania afort.una-
da; pero el que desee discuri'ir con Ia razon y con la historia,
comprenderà la estolidez de esta afirmacion, y dirt todo lo con-
trario: que todo Gobierno debin comenzar por el amor, porque
.con que fuerza -nos intimidaria ningun tirano si Antes no hit-
biese atraido hAcia si una multitud?2,Que nation, que dinastia
dlaliais por ventura , cuyos origenes no presentee un hom-




174 pruNctrios mimeos
bre grande reverenciado por los pueblos cotno su salvador?
Desde Deyocetes haste Luis Napoleon, hallareis centenares de
ejemplos, en quo la grandeza de un ingenio y la fuerza de un
brazo son el itnico y supremo remedio de sociedades enteras.
Carrillo salva A Roma de los Galos, Mario de los cirnbros,.
Augusto de la anarquia, Belisario de los godos, Pelayo salve a
la Espana gOtica de los sarracenOs , Alfonso salve de los mis-
mos A Portugal, Rosie° Ileva el Orden social it los rusos, Este-
ban A los hintgaros, Gustavo Wasa to restaura 'en Suecia el
de Oranges y Braganza se encuentran it la cabeza de los holan-
doses y portugueses insurgentes, por ser reputados libertado-
res, y libertadores y fundadores del Orden se mostraron los
antiguos Principes en sus Estados por la epoca de Ia restaura-
cion; este mistmo concept° (le legitimidad acelero para Isabel II
la independencia de Ia mayor edad, cuando A la caida do Es-
.partero se esper6 hailer en la Reina nina um asilo contra la.
anarquia. En suma, podemos hallar en Ia Instoria de los horn-
bres, titulos, ya de legitimidad, ya de capacidad de ingenio,
ya de rectitud en sus actos, o ya de grandeza en sus ernpresas,
que aparezcan ante los Ojos de la multitud como la Unica espe-
ranza de salvacion social. No es mi Animo averiguar si ester
peranza fire siempre y en todas sus partes razonable, sino imi-
camente mostrar que se dan casos en quo un individuo puede.
considerarse necesario y el solo capaz de salva: la sociedad.


172. En estos casos, 6 los pueblos estan obligados a pres-
tar obediencia A la persona de quien depende su salud, 6 hay
que decir que los asociados no estim obligados a concurrir al
bien comun y a salvar la sociedad. Quedese el afirmar esto


para los desdichados cuya codicia 6 ambition, siempre
dispuesto a inmolar hecotombes de victimas humanas, con 'Lai
que ella se enriquezca y mantle, Italia siempre razones para
goner en dude Coda soberania y todo derecho, que no sean los
suyos propios: pues todo corazon recto no podra menos de
convenir en que en casos semejantes no solo es contra razon,
sino contra todo sentimiento de caridad y compasion, el negar
la obediencia a la sole persona que puede salvar la sociedad..
No se me oculta que esta obediencia puede sec solo momenta-


DE LOS GOMERNOS LIDERALES. 175
neamente, y la autoridad relative una simple dictadura; porn
tampoco se ocultarit A mis lectores que esta autoridad puede tor-
narse necesaria siendo durable, y conducir la sociedad a tal
punto de prosperidad y consistencia, que el desear su caida fue-
se desear un daflo pUblico: a cuya circunstancia Bien poilria de-
her tal autoridad su caracter verdadero y durable de soberana.
Pero esto poco importa: a mi proposito baste solo que se den
hechos, por los cuales la autoridad social se encuentre a las ve-
ces en manos de un individuo, no porque el pueblo (lidera, sino
porque deba obedeeerlo.




75. Y aqui llamo la atencion del lector sobre un punto
de mucho bulto: las combinaciones sociales, por las cuales
puede hallarse un individuo en la afortunada condicion de sec
el solo poderoso pare salvar A la sociedad de la ruin g consi-
gniente al desOrden, nacen casi siempre, como todos los es-
tados en que 'se va desenvolviendo la sociedad, de la combina-
tion de elementos naturales y de actos libremente ejecutados
por el hombre; y pues estos acciones pueden ser virtuosas 6
viciosas, puede seceder; que del acto vicioso de un hombre
nazca en Ia sociedad la obligation de obedecerle. Esto es In
que no ban advertido los que no cesan de desacreditar A los
Gobiernos, y de conmover sus fundatnentos removiendo en los
sepulcros los delitos de sus predecesores. Dejemos nosotros
la divina justicia el juicio (le los muertos, y pensemos mits hien
en la salud de los vivos. Quit nos importa quo el cetro fuera
recogido por Napoleon I del sangriento fango de las infamias
revolucionarias, si una vez sentado en el Trono ha costa-
blecido el Orden social? Si pues la caida de aquel hubiera de
sumergir de nuevo a la sociedad en la sangre y en el caos,
no me seria licito inmolar a 30 6 40 millones de hom-
bres, para castigar los delitos de la persona de quien puede
su salvacion.


Es, pues, evidente que el derecho de ordenar una sociedad,
puede adquirirse y retenerse, aun injustamente; pues bien
puede un individuo con algun hecho injusto, un Stilicon, por
ejemplo, un Narses, un conde Bonifacio, hacerse necesarios
un Estado cometiendo una traicion, Hamando al Barbaro




176 PRINCIPIOS nth-1.1E0S
quien nadie fuera de ellos puede combatir. Admitida esta


CifpOtesis de que solo ellos pueden salvarlo, (Ia cual puede
mochas veces ponerse en duda) ihabra quien diga: perezca el
Estado con Sal qua sea castigado el culpable? Más icual otra
es la razon por que se castigan los culpables, sino Ia salud del
Estado, de la sociedad? Si on medico inhurnano, para obtener
mayor clientela, introdujese en el pais la fiebre amarilla O la
peste, cuyo antidoto le fuera a 61 solo conocido, razon
decir: perezca el pueblo con tal qua no dependamos de este
mddico?


174. Cuando Ia dependencia esta ordenada al Bien del pue-
b16, es on rnedio, y debe, por consiguiente, guardar proportion
con el fin sin mirar a las disposicionesinteriores de aquel que
emplearnos como medio (aunque cuidando de no cooperar al
delito); no nos privamos del uso de las sanguijuelas aunque
muerden por satisfacer su voracidad, ni renunciatnos al uso del
emetico, aunque por su naturaleza es venenoso. imego,siem-
pre que pm- eombinaciones sociales se ha hecho necesario un
individuo a la salmi phblica, cualquiera que sea la persona A
quien debe imputarse el hecho que produce la necesidad de
que dependa de ella el Orden social, es on deber de todo ciu-
dadano la dependencia de la misma, no por respeto AI delitoni


su autor, sino por caridad con sus conciudadanos. Y tal es en
efecto el derecho priblico entre todas las gentes civilizadas:
cuando en la lucha de dos ejercites el poder pasa de manos
de on Principe A las de otro, respetase, aunque ilegitimo, al
Cobierno de hecho para la co.nservacion del Orden social; por-
que seria igualmente imposible vivir sin autoridad, y resistir
A la autoridad del vencedor.


175. Por donde se liecha de ver la sabiduria *de las leyes
con que la Iglesia abomine y condenO la doctrina pagana del
tiranicidio, resucitada por los Brutos y Casios modernos, *-
men. culpable del individualism protestante. La misma razon
hutnana que ebria de orgullo osC “yo soy el juez inape-
labia de lo verdadero y de lo justo;D divinizindose en su inde-
pendencia, pudo y aun tuvo que decir, para ser lOgica: «yo
soy el tribunal inapelable de los delitos del tirano, y de lo&


DE LOS GOBIERNOS ma g nALEs. 177
intereses de mi patria; sea esta inmolada, con tal que perezca
el culpable: todos los deserdenes y desgracias en que sera ella
sumergida por su muerte, son un mal menor que el de so
thunfo . »


Asi puede decidirlo el individualism, la independencia
protestante; mss la sabiduria de la Iglesia, a cuyos amorosos
ojos es sagrado e inviolable el derecho de todo individuo, el
]Santo de toda familia, el Orden de toda sociedad, jamas conce-
dera al delirio de on fanAtico, A los trasportes de la venganza,
al frenesi de la ambition el funesto y terrible derecho de dar
al traste con la sociedad, sin Inas guia que el juicio individual
de unit conciencia vacilante, 6 de una pasion frenetica. Los
juicios relativos al Orden piiblico , dice el doctor Aquino con
su acostumbratla sabiduria, solo deben pronunciarse por la
conciencia pilblica ; de donde inflere que el juez publico no
puede condenar a aquel cuyo delito conoce sOlo por noticias
privadas (1): que diria, pues, de los que en calidad de .earticu-
lares, y guiados sOlo de su razon, 0 mejor dicho, de su pa-
sion, suseitan los horrores de una sedition en que se van en-
vueltos millones de sus conciudadanos? 5de los qua siendo per-
sonas privadas se cOnsideran autorizados para lastimar hasta
el punto de inferir la muerte A la sociedad sin el consentimien-
to del pueblo, al paso que rehusan A los Reyes la facultad de
dictar una ley sin este mismo consentimiento?


Cuando un individuo ha llegado por on camino cualquiera
a una situacion en qua la sociedad tendria que perecer sin el,
es comun interes de la sociedad que este individuo subsista y
mande mientras no reviva el poder legitimo ; y es deber de


(1) Judicare pertinet ad judicem, secundum (pod fungitur pu-
blica potestate; et ideo informari debet in judicando non secun-
dum id quod ipse novit tamp= privata persona; sad secundum
id quod sibi innotescit tamquant personae publicae. Hoc cadent in-
notescit ei et in communi, et in particulari: in eommuni quidem
per Sages pubtieas act divinas, vet humanas contra quas nultas
probationes admittere debet; in particulari autem negotio aliquo
per instruments et testes, et alia hujusmodi legitiina documenta,
quite debent sequi in iudicando magis quarn id quad ipse
taniquam privata persona. S. THOM. 22, q. LXY1I, a. 2. O.




41,


178 PRINCIPIOS TEORICOS
todos los asociados obedecerlo en todo lo tocante al Orden de
la coexistencia social. Y, pues, los ciudadanos le deben obe-
diencia, 61, cuyas maims sustentan al poder, tiene derecho riser
obedecido para hien pitblico , corno quiera que al deber cor-
responde el derecho : este derecho de ser obedecido por ra-
zon del hien pfiblic° se llama autoridad, luego 61 posee la
autoridad.


176. Esta autoridad nace, de una necesidad, y la necesi-
dad de la material dependencia del hombre corpOreo respecto
de la fuerza que prevalece: creada esta fuerza, la necesidad
crew el deber de someterse a ella en cuanto es insuperable.
Pero, en el acto de sorneterse, sobrevive el derecho de la so-
ciedad a vivir en el Orden , y por este derecho son moral-
mente forzados todos los ciudadanos a concurrir al bien pir-
blico por ague!. camino Unico clue resta , recibiendo al efecto
el impulso del que imicamente puede comunicarlo, mientras
estan inipedidos los demas por el.


177. No creas por esto, amigo lector, que se me escon-
den las diflcultades que se agolparAn a to mente. 10h pie
doctrina este! (liras acaso; inn derecho creado por el delito!
iel derecho de la tirania! ila inviolabilidad del asesino en el
punto mismo pie me esta asesinando .... !


178. Pero dejemos a un lado las exclamaciones retOricas:
ya he declarado to bastante que este derecho no' nace del de-
lito del usurpador, sino de la necesidad de la sociedad; ni es
de extranar que los delitos produzcan por tai manera indirec-
tamente 'un derecho cualquiera, si ya no se quere afirmar que
los adhlteros no tienen el derecho y el deber de educar A los
liijos de su delito ; que el corsario que ha apresado un buque
y muerto al capitan no tiene la obligacion de conducir su tri-
pulacion al puerto; que el usurpador de rondos 6 de anima-
/es ajenos, no tiene la obligacion de conservarlos en buen
estado.


Cierto es que debera hacer esto con animo de restituir lo
usurpado ; perm no es mónos cierto quo ea el caso de no to-
ner este Animo, seria doble su delito sihiciese imposible la
restitucion destruyendo 6 descuiclaudo la hacienda y los dere-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES• 179
chos usurpados. Cuando los derechos usurpados se ref:wren,
no A su propio hien, sino al de otro, mas hien que derechos,
deben llamarse deberes; y de este modo desaparece la aparente
antilogia de aquella exclamacion: un derecho creado por el de-
lito. Digase en vez de esto un deber creado por un delito, y ya
no se Ocurrirà ninguna dificultad. Y si despues de rellexionar
quo el que esta obligado 5 hacer alguna cosa , adquiere por
efecto de su misma obligacion el derecho de cumplirla, corn-
prendese muy bien quo aun de los mismos delitos pueden sur-
gir derechos.


•79. Pero estos derechos no tienen nada de comun con los
de la tirania y del asesinato. Aquellas exclamaciones serian
justas si discurriesemos de la posesion de la autoridad como
discurrimos de sus deberes y derechos ; si dijésemos ser lo
mismo tenor derecho de gobernar y tenor derecho de poseer
el Gobierno ; si alirmAsernos ser cosa idOntica mender en
justicia (lo pie puede hacerse por el mismo usurpador) ,
tenor derecho de mandar, que solo corresponde al imperante
legitimo; en este error pareceme haber caido el AnOnimo ye-
neciano al decir «que es una mere sutileza la distincion entre
la propiedad del derecho de gobernar y la propiedad sobre
los hombres (1).. Por nuestra parte, habiendo distinguido
oentemente las dos cuestiones.—Reatidad de la autoridad,
Posesion de la autoridad —no tememos que se nos acuse de
favorecer al usurpador, que hien puede por consecuencia de
su delito tener obligacion de ordenar la vida civil , mas no
el derecho de poseer la potestad; quo bien debe ser respetado
en cuanto ordena civilmente sUbdiros , sin que sea por esto
inviolable en el Orden politico 6 international. Por cuya razor'
si no es licito A un particular erigirse en su juez, el castigarle
podra serlo a otro poder politico legitirnamente reconoctdo
(coma un Parlamento, un Senado), 6 tambien A un potentado
vecino quo acuda en auxilio de los gobernantes


180. Pleb° sea todo esto de peso, porcine se Yea cuan Nos
estamos de justificar los derechos de la persona cuando esta-


(1) Pot. pot., num. 123.




180 PRINGIPIOS TEORIGOS
mos defendiendo la pnblica tranquilidad : Ia explication aca-
hada de estas cuestiones nos conduciria mAs alla de los Erni-
tes dentro (le los cuales nos hemos cetlido a demostrar, que
pueden darse ciertos hechos en que, defendiendo la multitud
por una necesidad irresistible de un individuo fuera del cual
no puede obtenerse el Orden social, esta moralmente obligada
A recibir de .0l la ley por amor del bien civil, no sOlo cuan-
do este individuo llega al poder por el use legitimo y ordena-
do de sus dotes y habilidad naturales , sino aun cuando el
poseedor de Ia autoridad se coloque en aquel panto culminante
en torno del cual gira todo el Orden social. Asi hemos re-
suelto el primero de los tres problemas poco kites propues-
tos, creyendo, por tanto, concluir que Ia necesidad fisica pue-
de imponeros el deber de la dependencia politica , porque el
s0r de vuestro cuerpo hate necesaria vuestra dependencia del
mundo fisico. Pasemos ahora a la consideration de vuestras
relaciones con el mundo moral.


§ IV.


LEGITIMIDAD DE LA POSESION.


181. Si de Ia misma necesidad que encadena al hombre
corpOreo al universo material, hemos visto nacer el deber de
dependencia politica para el hombre moral, ;cuanto Inns facia
sera deducir deberes morales de las relaciones tambien mora-
les del hombre espirituall


Como ya hemos notado, el hombre no tiene naturalmente
fuera de si relaciones xporales sino con Dios y con sus some-
jantes: A Dios debe una reverencia, un amor, una obediencia
sin limites, y asi en siêndole impuesto por Dios un gobernante .
por via de patente revelation, O si es tal la condition en que se
encuentra el hombre que para ser independiente tiene que
violar cualquiera de los derechos que el Criador tiene en su
criatura, estarA esta obligada moralmente a aceptar como su-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 181


perior politico aquel individuo a quien no podria resistir sin
hollar los supremos derechos de su .Hacedor. En cuanto a los
hombres, debe respetar la voz irrefragable del derecho, cuando
estan adornados de CI, de suerte que subordine Ia propia in-
dependencia A la voluntad de otro, siempre que de negarse 0
someterse a ella hubiese de romper los lazos de un derecho
mas poderoso. En resolucion, el respeto a los derechos de
Dios, y la inviolabilidad de los derechos de los otros hombres,
son lazos que no dependen de nuestra libre aceptacion;. y por
tanto, O hay que sostener quo los derechos de Dios y de los otros
hombres no pueden nunca ligar a ningun individuo con el vinculo
de la dependencia politica, 6 convenir en . que en algunos casos
la dependencia politica preceda y mande al asenso del snbdito:
si este es razonahle consentirà en semejanle mando; Pero su
consentimiento sera efecto del mando mismo, y no el mando
efecto de su consentimiento.


182. 110 aqui reducida, segun creo, a t0rminos claros la
cuestion: el que quiera impugnar nuestras doctrines, debera
demostrar que ni la necesidad fisica, ni el imperio de Dios, ni
los derechos de ningun hombre son poderosos a dominar la
humana independencia: por nuestra parte, liabiendo demos-
trado que la fuerza material con la necesidad que impone,
puede engendrar deberes de dependencia, sOlo debemos ahora
probar, que el niismo deber puede originarse, 6 de la voluntad
del Criador 6 de los derechos de nuestros semejantes.


183. Acerca del primero de estos dos origenes, poco ten-
dremos que decir, porque bay pocas personas de tan rudo in-
genio que Sean osndas a sostener el absurd() de la rebelion de
la criatura contra el Criador. En efecto, los impugnadores de
la legitirnidad .suelen exceptuar del derecho de independencia
al pueblo de Israel, el cual, gobernado teocrAticamente, reci-
bia de Dios niismo sus gobernadores, 0 quienes debia obede-
cer, no por efecto de su propia election, .sino porque Dios se
los imponia.


184. Dos lenguajes habla al hombre el Altisimo: el len-
guaje revelado y sobrenatural, que fuC empleado muchas ve-
ces en aquella teocracia, y el de los hechos constantes, que son


fr*




182 • PRINCIPIOS 'mimeos
easi natural manifestation de la voluntad eterna.. Este seg,un-
do lenguaje es empleado en el Orden de la constante natura-
leza para establecer la autoridad paterna sobre los hijos, pues
no es posible negar quo estos deben depender del padre, en
virtud de su naturaleza (1), asi como en virtud de revelation
positiva esta obligado todo hombre a someterse a la autoridad
de la Igiesia. Pero estos dos modos de hablar no suelen ser
empleados por Dios al constituir los gobernantes politicos, cu-
ya election no se manifiesta ni por revelation positiva ni por
ley constants de la naturaleza. Asi que, admitida la posibili-
dad de una eleccionsobrenatural, no podemos deducir de ella
ninguna consecuenciti practica.


185 Podemos decir otro tanto de los derechos reciprocos
de los hombres? iNo acaecera alguna vez deber el hombre
resignarse a depender politicamente, para no violar el dere-
cho de otros hombres, por quienes puede ser obligado? Aqui
el negocio presenta un semblante diferente del que rnuestra
en las relaciones con Dios, pues los hombres no son tan mi-
rados como Dios en el use de su derecho, sino que cuando
pueden ligar a otros con vinculos de dependencia politica,
no dejaran las mils veces de hacerlo. Resta, pues, que yea-
mos si verdaderamente se encuentra, entre los derechos coma-
nes a todos los hombres la razon de semejante depen-
d en cia .


Estos derechos pueden dividirse en individuales y socia-
les, originados los primeros de la naturaleza humana, con-
siderada en el individuo, y los segundos de la misma natura-
leza considerada en la sociedad.


186. Comencemos por /los segundos: pero es de notar
que la sociedad pnblica no existe todavia para .nosotros dos,
que ahora discurrimos de ella ; porque Begun vimos en
otra parte (§ H), no existe sociedad real sin autoridad tarnbien
real personilicada. Ahora Wen: nosotros estamos buscando un


(1) La sociedad doraStica, para conservation de la especie ha-
mana, es ciertamente querida por Dios, y de aqui que se puede
decir inuy bien que la patria potestad procede de


DE LOS GOBIERNOS LIBELALES. 183
derecho que personifique esta autoridad: y de aqui que para
nosotros no existe todavia sociedad




Pero no existe antes de la pirblica alguna otra sociedad?
Vosotros , lectores , que por la bondad de Bibs no ha-
beis perdidO el seso, y atm en el caso de que no hubidseis son-
dead° las profundidades filosOfIcas, tendreis, por lo menos,
aquella rectitnd de juicio que la naturaleza otorga graciosa-
mente a los mils, comprendereis que antes de la sociedad


que es una agregacion de familias, debemos presuponer.
la familia misroa, ó sea la sociedad dpmdstica de que la pri-
mera se compone, pues es imposible que exista el compuesto
sino existen los elementos quele componen, No todos, a decir
verdad, adrniten este principio; porque son hartos los quo
carecen del hermoso priviiegio de conservar ileso el sentido
comun, y de penetrar las proposiciones mas claras, desfigura-
das con fantAsticas sutJezas que desnaturalizan el mundo
real: arm en esta materia el individualismo protestante diO
maravillosas pruebas de estravagancia, diciendonos osadamen-
te que la sociedad piiblica no es agregacion de familias, sino
de individuos. Despues veremos cuin gravisimo dano se ha
hecho de este modo en la sociedad, destruyendo su organis-
mo; inns, por ahora, no puedo entrar en tan vasto cameo, y
debo contentarme con la conforinidad provisional quo, de segu-
ro, no rehusareis a mi anterior proposicion; la sociedad politi-
ca es una agregacion de families.


187. La cual proposition, una VON admitida, nos da
entender cuides son los destinos' sociales de quo me propongo
hablar, cuando afirrno que puede a veces acaecer que algu-
no se encuentre obligado a depender del Orden para
no violar los derechos de otro procedentes de la naturaleza
social. . •


Os atreveriais a negar quo el marido tiene naturalmente
derecho sobre la major, y la mujer sobre el marido? lTendriais
valor para dispenser a los hijos de la piedad para con sus pa-
dres, de la obediencia a sus maestros, ni al padre del cuidado
de sus hijos, del deber de sustentarlos y educarlos? id para
4lesatar todos los vinculos con que la gratitud, la justicia, la


TOMO r. 15




484 PRINCIPIOS TEORICOS
caridad pueden unir al siervo con el seflor, y al serior con et
siervo? Esto seria propio de salvajes, y atm pear quo de salvo,
jes; pero.vosotros sOis : hombres civiles y cristianos, y por tanto
sends las votes, al par soaves é imperiosas, del debar y de afec
to, que hablan tan dulcemente y que enlazan a los individuos
en el interior de la familia. Entendereis, Imes, que nada hay
frecnente y natural que la necesidad de depender de un go-
bierno, impuesta a todos los otros miembros de una
por los derechos de uno solo.


488.. Esta es la condicion ordinaria de los hombres; ha-
liarse bajo en Gobierno publico con lazos impuestos por de-
radios domesticos inviolables: el nifio reside en tal ciudad
porque su padre lo ha mandado


• a ella para su educacion; el
adulto porque tiene obligation de asistir a la decrepita ancia-
nidad de sus padres, Ia mujer por ser compafiera inseparable
de su marido, obligado por su parte a hater su morada en el.
punto, fuera del cual no podria hallar modo. desustentar la
prole; el ayo que se ha obligado a con titular hasta el fin los
oficios que pide la educacion, y el criado sus servicios,. no
pueden dejarlo sin violar derecho de la persona que acepto
su palabra. Todos estos detestarin acaso las formas, el espi-
Situ, la marcha del Gobierno pnblic,o de que dependen; mas
el imperio irrefragable de los deberes y de los derechos do-
mesticos los contienen de modo que, les as moralmento impo-
sibie sacudir esta dependencia. zilay por ventura en todo esto
nada nuevo, inusitado, extrafio? 2No es esta a la verdad la
condicion comunisima de las familias, boy especialmente,
la perversion de las ideas ha desnaturalizado tanto los senti-
mientos?


189. En otros tiempos . , cuando la filosofia-vermitia al
hombre que fuese lo que la naturaleza le hizo ser, Ia mania
de trasformar cada uno en torno de si mismo el mundo en
que naciO, era enfermedad rara y de pocos; antes un afecto
natural incitaba a amar con predilection y a veces con exceso
el pueblo, el Gobierno, los usos, la profesion y todo el conjunto
de los babitos cuyo medio nacia: a esto se Ilamaba amor de
pitria, al cual ha asociado la naturaleza tantos y tan soaves la-


DE LOS GOBIERNOS 1.113ERALES. 185
tidos del corazon, siendo de notar que se llama patria, porque
el padre era quien ligaba a los miembros de la familia con la
sociedad civil (1); las rocas de un valle oscuro y solitario, la
campana de una capilla a cuya sombra cerraba los ojos des-
pues de un camino penoso el rfistico montafies, eran objetos
de sus saludos y suspiros, aun en medio del estrepito, del lujo
y de las distracciones de las ciudades populosas; y la nostalgia
era enfermedad propia de aquellas poblaciones 'nits incultas,
que se inspiraban al soplo de una naturaleza todavia no altera-
da. Con estos sentirnientos- expontaneos dulcilicaba y conforta-
ba la naturaleza la observancia de los deberes que unen los
individuos a la familia, la familia a la ciudad. Hoy, a estossen-
timientos, 6 negados 6 corrornpidos, se han sustituido ciertas
idealidades politicas, libertad, nacionalidad , instituciones,
organizaciones artificiales, las males, privadas de la suavidad
que la naturaleza difunde con larga mano sobre las propias
creaciones, dejan seco al corazon bajo el imperio de la necesi-
dad mas bien que del debar, en todas las relaciones sociales;
tanto, que rams veces das con uno que no se lamente 6 no se
mue'itre airado al hablar de su position social; de aqui una per-
petua turbacion, un flujo y reflujo, una agitation intranquila
en todo el mundo civilizado, un resonar de querellas, de cen-
suras, do injurias, de ironias, contra Gobiernos y gobernantes.
Y con todo eso, a pesar de todo su descontento, familias ente-
ral permanecen bajo Gobiernos antipaticos, y no se Green fi-
bres para eorrer a huscar bajo otro cielo formas politicas mas
conformes a sus ideas o a su genio.


190. iQue quiere decir Oslo? Quiere claramente decir que
los lazos de familia amebas veces, 6 mejor de ordinario; son la
causa verdadera de que los individuosesten precisadosa depender
de este 6 de aquel Gobierno, de esta 6 de aquella persona. Aho-
ra bien; 06nde esta aqui aquel supuesto consentirniento libre,
sin el cual nadie es tenido por sadito? iSon fibres todas estas


(I) es el centro de union, mil el primer element° de
asociacion? La familia... centro de donde parten los primeros mo-
vimientos de la vida civil. (Itomag, Inst. civ. filosof., lib. VI, c. 3.°,
pagina 439)..




DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
187


deber to oblige, a un padre caprichoso, aun en un Orden do,
mOstico quo no dice bien con to gOnio, aun en compania de
hermanos y criados antipaticos, no elegidos por ti, lino im-
puestos por la Providencia; si tal lenguaje se hablase a los
sitbditos, estos se formarian una idea, mónos hello si Os part-
e, pero inns exacta, del mundo real, sufririan mas fãcilmen-


te las molestias del antagonismo social, y encontrarian en esta
razonable tolerancia aquel reposo que en vano busca en las
exageradas ponderaciones del hombre y del ciudadano.


192. Pero no son solamente los vinculos de familia los que
igan al hombre a la dependencia de este 6 de aquel Gobierno:
aun fuera de los muros domOsticos encuentra el hombre la
mponente majestad del derecho que resplandece en el Orden


universal , en cuya vivisima luz wive y se adorna de hermosu-
ra todo el mundo moral. Yeamos, pues, ahora por que modo
este derecho hablando en labios y por la voluntad •de otros
hombres, puede ligarnos bajo determinados individuos en so-
ciedad constant(' y
ica.


195. A cinco especies pueden reducirse principalmente los
derechos naturales que proceden en cada hombre inmediata-
mente de su naturaleza especifica , siendo por consiguiente
todos iguales é inalienables, pero subordinaflos en el Orden de
los hechos esternos, a las varias colisiones consiguientes é los
derechos de otro. El hombre es por naturaleza un ser moral
que tiende a un fin ititimo por medio de la propia conciehcia:
esta conciencia, tiene pues, el derecho de no ser reducida o
forzada a lo malo.


Para Ilegar a este •fin, debe obrar: tione, pues, el derecho de
obrar para su propio bien segun el Orden, O lo que es lo mis-
t() tiene el derecho de independencia.
Para obrar time que vivir: tiene, pues, el derecho a la in-


columidad de la vida.
Esta vida tiene que conservarla: tiene , puss., derecho


apropiarse y asegurar el sustento, d sea el derecho do pro-
piedad.


Finahnente , para la defense de todos estos derechos el
Criador quiso que viviese en sociedad, O sea en moral comuni-


186 PRINCIPIOS TEORICOS
personas de renunciar los deberes de marido, de mujer, de hi-
jos, de domesticos y de amigos? Y todavia dire un sofista cual-
quiera, que todas alias consienten voluntariamente: cierto, su
.voluntad consiente, porque no puede racionalmente discutir;
pero no es su consentimiento lo que forma, lo que realiza y per-
sonifica la autoridad. La autoridad es, porque sin ella no exis-
tiria la sociedad; y es real, porque sin ella la sociedad seria una
idea; es personificada por aquellos hechos anteriores que han
constituido las formes y las personas de los gobernantes: y
aquella familia a quien mil relaciones sociales obligan a vivir
bajo semojante Gobierno, de buen 6 de mal grado debe acep-
tarlo tal anal es, si no quiere violar los derechos de otros in-
dividuos de la familia misma.


191. Tal es, de ordinario, la verdadera condicion .del horn- .
bre, segun la naturaleza; tal es la condicion del shbdito en su
realidad de hecho, a pesar de todas las utopias de los so-
listas. No pudiendo estas utopias cambiar el Orden real, no
causan en resolucion otro efecto que el de traer agitado el co-
razon de aquellos a quienes Ilaman a vivir en un mundo fan-
tastico; producer' en la sociedad civil el mismo efecto qua las
novelas causan en la domestica; dan al vulgo ciertas ideas de
una felicidad imposible, de no Orden inasequible, de una li-
bertad intolerable; y siernbran por consiguiente en los animos
el &men de un descontento perpótuo, qua se revela por si
mismo en el estilo de ciertos historiadores modernos, de cier-
tos periodistas y publicistas, cuyas acerbas paginas, que siem-
pre respiran sarcasmo, invectiva, cuando se ponen so-
bre la mesa despues de media Nora de lectura, dejan en el co-
razon el veneno de la cOlera y de la melancolia, bien asi
como dejan las novelas en el corazon del joven enamorado los
espasmos, la desesperacion por la hermosa que le desdeila, O
por el amigo traidor.


Si, por el contrario, representasen a la sociedad civil tal
como es verdaderamente en la naturaleza, esto es, una crea-
tion del Orden providential y de derechos inviolables, y ha-
blasen claramente al sUbdito del Soberano lo que al hijo de-
be decirse hablandole de su padre: debes obedecer porque el




188 PRINCIPIOS TEORICOS
cacion con los otros hombres: tiene, pries, derecho a ser
petado y comprendido entre ellos, 6 sea derecho al honor.


194. Hallandose en posesion de todos estos derechos, al par
de otro cualquiera, semejanle a 61, por el hecho mismo del co-
/nun nacirniento , solo puede nacer entre los hombres una
desigualdad cualquiera por hechos individuales de colicion en-
tre los derechos. El primer hecho de esta naturaleza, por con
fesion de todos los juristas y aun del mismo AnOnimo de
Venecia, es el delito con el cual acaece disminuirse en el de
lincuente el derecho que se aumenta en el ofendido (1). Ver
dad es que este Ultimo autor niega que de esta superioridad
del derecho en el ofendido pueda originarse superioridad algu
na politica respecto al opresor, si bien en otros lugares admi
to que el delito de una nation puede legitimar la guerra en
contra suya, la cual produce la conquista; y la conquista pue
de ser perpetua, por cuanto puede no ser un mal, sino antes
un benefieio del pueblo conquistado, llegando por este medio
a verse libre de la tirania , 6 de la domination extranjera,
d de la barbaric, peor que todas las tiranias , mediante la
accion y el beneflcio de la mayor civilizacion del conquista
dor : de cuyas premisas mis lectores inferiran claramente.que
la autoridad del nuevo gobernante procede de su derecho, y
no ya del consentimiento tacit() 6 expreso del pueblo, como
afiade el AnOnimo, que no distingue debidamentc la autoridad
obtenida por consentimiento del consentintiento prestado 4 la
autoridad, bechos diversos que antes hemos distinguido- y
explicado.


195. No ofrecer6 aqui un tratado sobre los derechos de
conquista : acepto simplemente la sentencia del AnOnimo, aria.
diendo tan solo, por ,via de escepcion, lo que arriba kenos
dicho sobre la injusticia de los que, ateniendose a su juicio


(I) En la agresion zi la vida que no puede evitarse sino con la
muerte del agresor injusto , se encuentran , al parecer, en opo
sicion el derecho a la vida, tanto del ofendido como del ofensor
En aquel, supuesto quo no file causa del conflict°, prevalece su
derecho solve el derecho del otro, de modo que la vida de este
puede ser sacrificada sin injusticia a la seguridad del primer°.
Del Pod. polit. num. 143.


DE LOS GOBIERXOS LIBERALES. 189


privado, se hacen arhitros de las naciones, arrojandolas en el
caos de las revoluciones politicas. Y pries el AnOnimo concede
que la conquista puede ser un beneficio para la sociedad en-
tera conquistada, es claro que ningun particular tendra dere-
cho a quitarselo, y que, por consiguiente, cada uno debe consen-
ter con aquella autoridad de que depende este bien universal.


196. llasta aqui hemos discurrido de un hecho, por el que •
dos individuos se encuentran ser desiguales en el derecho de
independencia; y bien asi como el delito puede violar toda
especie de derechos, ficil es comprender que todos los dere-
chos fundamentales del hombre pueden dar origen a tales
desigualdacles. Esto se entiende especialmente del primer°
de los derechos, del derecho de Ia conciencia, porque siendo
mas importante pie ningun otro, hace qua sea tainbien mas
legititna la resistencia y la superioridad del ofendido sobre el
ofensor. Se necesita de toda Ia ceguedad del espiritu de parti-
do 1 de la teofobia volteriana , para atreverse a disputar a los
cristianos 'el derecho'de combatir y conquistar en las cruzadas
los musulmanes y sectarios que obstinadamente se esforzaban
por destruir el Cristianismo , y no por el impetu pasagero de
la pasion , sino en fuerza de aquellos principios irreligiosos
siempre los mismos, de los cuales eran movidos a renovar
continuamente sus fieras embestidas. Cosa es digna de notar-
se que lo que se ha negado a los derechos de la fe , se conceda
boy a los derechos de la civilizacion: que despues de haberse
censurado la guerra llevada al Oriente para librar a los cris-
tianos de la cimitarra islamitica , se repute hoy por gran be-
ueficio propagar la civilizacion a cafionazos.


197. Como el delito hace desigual entre los hombres el de-
recho de independencia, asi el hecho de la ocipacion y todos
los demas que se derivan de 61, hacen desigual el derecho de.
propiedad, no en su raiz , sino en su aplicacion y• en sus efec-
tos..Ciertainente, cuairdo cedo la casa 6 el caballo, puedo com-
prar otra casa y otro caballo, mas dojo de toner derecho sobre
los primeros: asi como tampoco tengo derecho de tomar para
mi el campo 6 is casa ocupados por otro propietario. Todo el
•que adquiere sobre un objcto determinado el derecho de pro-




miA


190 PRINCIPIOS TEORICOS
piedad, limita este derecho en los denim, excluyendolos de su
posesion, a la cual hubieran podido aspirar Antes de su ocupa-,
cion. Esta exclusion , fundada a todas laces en la necesidad
que tenemos de apropiarnos alimentos, vestidos y habitacion,
y en la imposibilidad de pie estas cosas nos sirvan a nosotros al
misino tiempo que a otros; esta exclusion, digo, es la princi-
pal hincieu de la propiedad, pero no la itnica; usar de la ha-
cienda propia sacando de ella todas las ventajas que puede
producir, trasmitirla en lode 6 en parte a otro , permutarla,
reivindicarla, etc., son tambien actos del derecho de propie-
dad. Si este es verdadero derecho , nadie puede impedir sus
funciones (salvo en el caso de colision); pees si a mi me per-
tenece raciohalmente el poder de obrar sin impediment°, no
puede pertenecer raeionalmente a ctro el derecho de impedir
mi operacion.


198. Con estas ideas preliminares sabre la propiedad, re-
cibidas generalmente por los juristas bajo la inspiracion de Ia
naturaleza, no sera dificil ver que la desigualdad en los dere-
chos de propiedad debe conducir naturalmente en 'flitches ca-
ses A la dependencia social. En efeeto, suponed que un indi-
viduo con .toda su familia obtenga hospitalidad perpetua en
casa de alpine quo quiera hacer con el oficio de Mecenas;
inc deberan los primeros respetar en el Orden domestic° los
mandates de quien los hospeda? ilt no ofenderian, si dejasen
de respetarlos, el derecho de propiedad? Quien se atreveria
negar al duefie el derecho de propiedad? quien se atreveria
negaric el derecho de exciuir a tales huespedes en el caso de
que turhasen el regimen de la casa?


199. Pues suponed, pie no ya en la casa, sino en las pose-
siones de un rico propietario, viven con sus familias muchos
colonos: mientras estAn encerrados dentro de los muros do-
mesticos, O viven entre si en rclaciones pacificas, el seller de
la tierra no tiene derecho a entrometerse en el seno de sus
familias, ni en sus tratos amistosos. Mas si entre ellos se sus-
citasen notoriamente desOrdenes, alteraciones y otras viola-
ciones de sus respectivos derechos, ;sera licito al propietario,
despues de exarninados los hechos, imponer las reparaciones




DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 191
debidas, y excluir del piopio torritorio al que no quiera cum-
plir lo que se le ordena? No vacilo en responder que si (pres-
cindiendo de los vinculos convencionales con que eI podria ha-
ber disminuido su natural derecho), Como quiera que obsti7
naindose los reiractarios en continuar en aqueilas tierras, vio-
larian el derecho de propiedad, en cuya virtud puede el due-
fro hacer de ella el use quo le plazca.


200. zPero con clue derecho pretende el duefio erigirse en
juez de sus colonos? Con aquel derecho • universal engendrado
en toda sociedad por la misma naturaleza social; y con aquel
derecho particular de propiedad, que a 61 solo da aptitud para
mantener entre sus colonos el Orden que quiere el Criador, y
que tambien quiere por consiguiente todo hombre de razon.
Si los colonos pudiesen vivir en perfecto. aislamiento, no ten-
(Irian necesidad de un ordenador comun, y por tanto, no exis-
tiria entre ellOs autoridad. social. Si, existiendo comunidad, y
por consiguiente, autoridad, pudiese esta residir en otra per-
sona sin violar los derechos del propietario, no se vislumbra-
ria razon alguna por Ia que esta correspondiese a 61 esclusiva-
mente Pero dada la existencia de una sociedad menesterosa
de Orden, dada la existencia de una autoridad social ordena-
dora, reconocida la imposibilidad de personificarla en quien
no sea el propietario, reconocida asi mismo en el propietario'
la obligacion de querer el Orden é impedir los .deserdenes en
cuanto este en su mano el derecho de cumplir este deber, resi-
de fiecesariamente en el propietario, y los colonos y sus fami-
lias tienen la obligacion de conformarse, si no es quo se quiere
decir que el dueflo picrde sus derechos de propiedad querien-
do el Orden, ylue los colonos lo adquieren cometiendo des-
Ordenes. Los adversaries no siempre rechazan esta doctrinal,
pero creense por ella triunfantes, retorciendola contra nos-
otros. «Muy cierto, dicen, los colonos estan obligados a ceder
para no violar los derechos del (Indio. Pero citiien podra im-
pedirles que se vayan de alli? Su permanencia sefial de que
quieren permanecer, y este rnismo es un consentiniietito tdcito
con que eligen al duefio por su gobernador civil.» Pero el lec-
tor penetrarA la gran vanidad de esta • replica, despues de lo




•.Z


192 PRINCIPIOS TEORICOS
que hemos dicho, pues es evidente que esteconsenthniento, en
muchisimos cases, es prestado por obligation anterior de todos
los miembros de la familia, cuando no pueden emigrar sin vio-
lar respectivamente los otros derechos domesticos. Antes so-
mos nosotros los quo podemos retorcer contra los adversarios
su respuesta, cuando, so pretesto de tacit° consentimiento,
quieren desautorizar al gobernante. iEstais -descontentos del
que gobierna! lPero quien puede impediros salir de este Esta-
do, y buscar hasta en el pais de la si quereis, la Repfc.
blica de Platon? iQuê responderian los revoltosos a este? « iAli,
senor legitimista! ivos manejais muy bien el escalpelo sobre la
Niel agena! Muy pronto se dice: coge el nzorral y torna las de
Villadiego; mas, icOmo trasladare yo mis bienes? como podre
cumplir las promesas de servicio, de gratitud, de parentela?o
—Xompremleis ahora coma hay derechos que os obligati a
permanecer? Pues poned esta respuesta en boca de mis colo-
nos, y echareis de ver que la obligation de depender envuelve
es cierto, el consentimiento, pero no se deriva de 01.


201. El autor antinimo Antes mencionado, ha calificado de
extrafia esta doctrina nuestra (1): «Taparelli, dice, Ultimo que
sepamos (2) entre los defensores de esta extrana doctrina , en
su Ensayo tecirico de derecho natural apoyado en los hechos,
hablando del titulo .


de Bey de los Franceses sustituido en
lugar del antiguo Bey de Francia, Minna quo este ultimo ex-
presaba una verdad de hecho, a saber: «que el Soberano go-
»bernaba a los francescs porque heredaba los derechos del
« conquistador de Francia. Era, pues, senor de Francia y So-
»berano de los franceses; y asi como la Francia era propiedad
»suya, asi su propiedad era el derecho ally


de gobernar , bien
Dole no fuesen propiedad soya los hombres gobernados.D
(Vol. II, peg. 171 , ed. Nãpoles 1847).


(I) Del poder politico, pig. 57, min). 421.
(2) Monseilor Luis , Obispo de Fosornbrone ha escrito


sobre este mismo asunto un opilseulo bastante mas monirquico
que la obra de Taparelli, intitulado si mat no recuerdo: Si la po-
tested de los Principes procede de Dios:


pues, no ha sido Ta-parelli el Ultimo.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES, 195
202. «No es de maravillar que un escritor que de los


liechos histOricos quiere deducir las doctrines rationales acer-
ca de los derechos , admita derechos procedentes de la con..
vista; mas no es menester ser gran lilOsofo Para ver la ne-
cesidad de recurrir a los principios de la razor fundados en
la naturaleza humana y en el Orden esencial establecide por
Providencia, para jnzgar de la justicia y muy a menudo de la
injusticia de los sucesos.—Con todo , debe sorprender quo 01
no Maya visto como el derecho de propiedad nace de relacio-
nes puramente individuales entre los hombres , y se ejercita
sobre cosas materiales; mientras el poder politico pertenece
las relaciones sociales y se ejercita con relacion a los hombres
que componen la sociedad.,)


203. A pesar del respeto que nos inspiran is erudition y
moderation del A., no podemos menos de asombrarnos de ver
calificada de extrana nuestra teoria. Si esta es extrafia, habra
de reputarse extrafta cada una de estas proposiciones, en las
que aquella se encierra: La naturaleza quiere una autoridad
en Coda sociedad. Esta autoridad es cosa enteramente dife-
rente dominio, pues consiste en el derecho de mantener el
Orden en la sociedad. La autoridad no puede pertenecer
RALMENTE a quien NATURALINIENTR no puede ejercitarla. El quo
vine en casa agena no puede naturalnzente ordenar al senor
de ella, como quiera quo este ultimo tiene derecho d excluirle
de la casa. El duel° puede ejercitar la autoridad, porque puede
echar de su casa al clue quiere turban injustamente la sociedad
formada en ella. Luego , 6 nadie posee la autoridad en esta
sociedad, 6 la posee naturalmente el senor. Si ninguna de estas
proposiciones es extrana, si la consecuencia depende de las
premisas, me parece que cl autor debera reconocer que el he-
cho de la posesion puede ser causa de quo en un individuo se
encarne la autoridad social, la cual, si por otro hecho cual-
quiera, Ilega a ser independiente de cualquiera otra'autoridad
politica superior, podra llamarse soberana y apellidarse terri-
torial.


204. Ni puede tampoco el autor per esto hater racional-
mente a Taparelli el cargo de no haber visto la necesidad de




194 • PRINCLPIOS TEORICOS
ree,urrir a los principios de la 7'61,5011., fundados en la natura.
leza huntana y en el Orden (censura que podra parecer al
mismo Taparelli mas extrola que su teoria, si no ha dado al
orvido lo que se ha dicho contra 61 jitstamente, por haber re-
curriclo demasiado a los principios de razon y de Orden, tanto
en el Ensayo tarico, como en otras obras posteriores); todo
lo (pie hews cliche en este capitulo, habemoslo deducido de
la naturaleza y del Orden, de donde solo puede deducirse toda
nortna metafisica de obrar naturalmente. Pero el que proton-
diera limitarse a las puras abstracciones metafisicas (en lo cual
han pecado a menudo muchos publicistas a quienes Taparelli
quiso opener on antidoto), jamas llegaria A resultado alguno-
verdaaer° y Begun .tiemos demostrado poco antes y en
otros pirrafos ya citados. No lograria resultados verdaderos,
porque el que no considera la naturaleza en los hechos, atri-
buye A los sores matcriales una perfection de que son incapa-
ces, quo es lo quo hacen los novelistas y poetas; y para no ha--
cer otro tante con grave dello de sus mecanismos, los fisicos
practices corrigen siempre en el Orden concrete el rigor de sus
oil:des abstractos, con dates suministrados por la obserFacion
individual. Y asi cabalmente consiguen resultados, no solo ver-
daderos, sine tambien Utiles; porque, zque utilidad tendrian
sus cAlculos en relacion con los hechos, si despreciasen las
modificaciones individuales? La naturaleza que obra , esta
siempre individualizada, y las teorias que no llegan hasta
individuo, nunca clan leyes Utiles A la operacion prictica.


205. Aun debo anadir que toda buena teoria no solo debe
comprobarse don la aplicacion al hecho , pero ademas ha de
pdrtir del hecho mientras el filOsofo sea hombre. Solo Dios
da el sera las cosas con su pensatniento; mas la inteligencia
criada tiene quo recibir do las cosas Ia verdad del pensamien-
to , y asi, jamas sera buen filOsofe el que , a sentejanza de
Descartes, imagina el mode mime hubiera 61 criado al mundo,
y despues de formada su hipOtesis , se gloria de haber expli-
cado la obra del Criador : con tal forma de filosofar, se fabri-
can torbellinos en el mundo moral como en el fisico , con
esta diferencia: que estas Ultimos no se tragaran al mundo


DE LOS GODIERNOS LIBERALES. 195
fisico sostenido por los tres dedos del Omnipotente , al paso
que los segundos pueden harto dar al traste con el mundo mo-
ral, al • menos en la parte que la naturaleza ha confiado A la
humana cooperacion.


206. Si el ilustradisimo anOnimo reftexiona sobre estas ra-
zones, comprendera que im filOsofb saca doctrinas rationales
aun de los hechos hislOricos , y principalmente del gran he-
cho de Ia creation ; y cabalmente por no haber encarnado en
los hechos su teoria, ha side conducido hasta el. panto de tras-
former en errores concretes las verdades universales que se
refieren A la especie humana , pero que se rnodifican en el
individuo , como hems notado en los pirrafos anteriores.


207. No me extenders aqui A justificar histericamente el
aserto de Taparelli , porque la aplicacion histOrica exigiria un
tratade de historic asaz difuso, y contribuiria poco a sostener
la teoria clue nos parece bastante detnostrada ,. al menos mien-
tras el censor del Ensayo no rebata las seis proposiciones un
memento ha formuladas contra su censure. Selo observare-
mos genOricamente que el feudalismo nacie con la propiedad
de los feudataries. , que los reinos europeos comenzaron ge-
neralmente por feudos , engrandeciOndose con la agregacion
de otros feudos ; que los derechos son una verdadera propie-
dad del que los posee. Dejamos a la inteligencia del lector
quo aplique con arreglo a las teorias de Taparelli estas propo-
siciones a los hechos y quejustifique por este mode el lenguaje
empleado por tantos siglos en las naciones europeas. Mas para
que las aplicaciones puedan hacerse con la extension debida,
conviene explicar la idtima de estas tres proposiciones, en la que
homes recorded° a nuestros lectores que los derechos son tom
verdadera propiedad del quo los posee: . acaso mi explication
pods mostrar aLanOnimo que la distincion entre la propie-
dad del derecho de gobernar p la propiedad sobre los hom-
bres, no es una sutileza que nada concluye


2017,. lie demostrado anteriormente que el que posee un
territorio, de tal manera que tenga derecho de expulsar de 61


(i) YOase el Amin., nOtn. 125.




• •


196 PRINCIPIOS TE&RICOS
a todo colono que (fulcra turbar el Orden social, hallase por
este hecho adornado de la autoridad que existe por naturale-
za en toda asociacion de hombres. Ahora hien, yo pregunto: el
duefio que tiene derecho a gobernar , 1puede ser despojado
de el por sus colonos? Si se liaison todos ellos de aquella
tierra , ciertanlente quedaria el duefio de ella privado de auto-
ridad , pues no habria sociedad, de la cual surge la auto-
ridad. Pero suponed quo los colonos, 6 no quieran , o racio-
nalmente no puedan, o no deban irse: 1podran quitarle la au-
toridad al senor? Ya hemos visto que no , porque la autoridad
en nuestro caso pertenece al senor, por ser senor: la razon
del deber y del derecho que tiene de mantener el Orden, es el
haberse formado en sus dominios la sociedad : es asi que nadie
puede despojar al duefio de sus tierras; luego niriguno puede
despojarle del derecho de gobernar a los asociados.


209.
-Y si' el senor cansado de aquel gobierno pusiese otro


en su lugar, ltendria este otro el derecho de gobierno? Po-
dria serle cedido este derecho para siempre? Todos mis lecto-
res responderan que si, porque de una parte el senor podia
ceder tin derecho que resultaba de su propiedad en las tierras,
y por otro la misma razon que antes militaba en pro del senor,
militara ahora en pro del cesionario: la sociedad tiene que ser
gobernada: no puede gobernarla el que puede ser escluido
con been derecho de este oficio: cualquiera otro quedesee go-
bernar, puede ser racionalmente escluido fuera del cesionario;
luego el cesionario tiene derecho al mando.


Pues supongamos que rebelados los colonos se obstinasen
en permanecer en aquel territorio a despecho de su senor;
tendria este el derecho de reivindicar el fibre uso de su do-


minio y por consiguiente de la autoridad aneja a 61? Tambien
en este caso sera afirmativa la respucsta ante la justicia, sea
lo que quiera lo que pudiere acaecer realmente, si los colonos,
armados de hoces y de achas, cayesen sobre el senor y acaba-
ran por espulsarlo forzindolo al destino.


210. Vese claramente que 61 senor puede racionalmente
eseluir a cualquiera otro del derecho de mandar, puede pres-
tarlo, enagenarlo, reivindicarlo. Ahora hien; lo que se tiene


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 197.
de un modo esclusivo, to que se usa, se enagena y reivindica,
,tio es por ventura aria verdadera propiedad? lno puede . Ila-
marse cosa del senor? No acierto a ver la posibilidad de ne-
garlo; todos los jaristas miran estos derechos alienables como
verdadera propiedad, por cuya virtud cuando se cede un
fundo, se ceden en todo o en parte los derechos de censo, de
servidumbre activa, de honor, que dependen del fundo. Si el
derecho de mandar depende en.nuestro caso de la propiedad
de la tierra, si puede usarse, enagonarse, etc., no se por que
no deba seguir la naturaleza de todos los demás derechos rea-
les: solo se puede oscurecer esta verdad confandiendo , como
confunden los adversarios, estas dos cosas: ser uno propietario
del derecho; y ser propietario de los hombres.


211. Pero esta confusion seria cornpletamente gratuita: el
vasallaje de los colonos y la autoridad para gobernarlos nacen
de la naturaleza del ser social, y el duefio debe gobernarlos
papa bien de ellos, no ya por su propio Bien. Por el contrario,
el derecho de poseer aquella autoridad con . las ventajas natu-
rates consiguientes, son un hien del senior, quien puede usar
de ellas como mas le convenga, con tal que queden a salvo el
fin y la justicia en el uso de la autoridad. El uso del derecho
esta en las manos del senor, el uso de la autoridad debe siein-


- pre mirar al bien comun: el senor puede enagenar el derecho


4
,


.. de mandar, mas no puede mandar sino para hien de la so-
ciedad. ciedad n


••


212. Sentado de este modo que el mando es cosa diversa
del derecho de mandar; que el derecho de mandar puede
enagenarse aun no enagenandose las tierras, se comprendera
dim permaneciendo las tierras bajo el dominio de diferentes
personas, hayan podido concentrarse en manos deuno solo los
derechos de Gobierno ; como haya podido al Rey ser propie-
tario de los derechos de gobernar sin ser propietario de los
terrenos ; como haya podido ceder los terrenos sin ceder los
derechos de Gobierno; y por filtimo, de que modo la potestad
politica no cese deser un oficio 6 deber natural, bienqueel de-
recho de poseer este oficio sea a las veces propiedad del suge.
to que lo ejerce, porque la razon de ejercitarlo esta radicada




19 PRINCIPIOS TEORICOS


en so propiedad, aunque so funcion se origine de la naturale-
za social, y asi ningun absurdo resulta de «clue el ciudadano
),s6 someta a la voluntad del que gobierna , no solo en fuerza
" de Ia necesidad del Orden natural social, sino aun por respeto
" A su patrimonio heriditario , a una propiedad quo correspon-
»deria al gobernante.»


213. Esto que parece absurdo al . anOnirno, por no haber
queride sacar las doctrinas rationales de los hechos histOri-
ces, ni haber reparado en lo que en otro Jogar demostramos,
o sea, que todo derecho pace de la union de la idea con el
hecho, se present-A en mil otras ocasiones, y por espacio de
muchos lustros los militares se sometieron 0 la voluntad de
un coronel, aunpor respeto 0 la cantidad quo este hobo de de-
sem bolsar Para comprar 'el mando del regimiento; los litigan-
tes se sometieron a un juez porque habia comprado su oIicio;
y continuamente sucede que los litigantes deben escuchar al
POrroco nombrado por un patron°, aun par respeto a los bie-
nes del fundador que instituyO el Iieneficio; que un hospicio
entero se sujeta a su rector, am par respeto 0 su parentesco
con la persona que lo llama 0 regirlo ; quo una multitud de
viajeros se somete al capitan del navio, aun pot' respeto al di-
ner° con que lo manila fabricar. En soma, ' no siendo el de-
recho de mandar propio naturalmente de persona alguna, es
menester quo se haga propio por algun hecho ; y este hecho,
que es la cause no de la autoridad, sino de su investidura,
bien puede (digan lo quo quicran los contradictores) no de-
pender muchas veces de la voluntad del quo obedece, supuesto
quo la falta de obediencia seria violation de derechos, hien del
Criador que o.rdena natural 6 sobrenaturalmente, Bien del hom-
bre asistido de las leyes ordinarias del Orden natural


214. Tambien podra parecer extraflo que el autor censure
Taparelli, por querer sacar de los hechos las doctrinas san-


cionadas, cuando el mismo nos manifiesta quo en la socie-
dad domestica la potestad . que corresponds ci los padres, y
especialmente al padre, procede del hecho de la generacion
y do la necesidad de la education y de sustento do la prole.
Quisieramos seber por que motive un gran filOsofo deba ver


DE LOS G0131ERNOS LisEnALEs, 195
la necesidad en el hecho, pare concretar la autoridad domes-
tica, y no debe verla en la sociedad civil. Por mi parte hallo
mucho alas filosOfica la unidad de los principios por los que,
segun Taparelli, las mismas leyes que presiden en la pro-
duccion y en la posesion de la autoridad domestica, pres1-
den en Ia civil.


215. Y pues hemos tocado este punto, debemos advertir
que acerca de 01, nuestro anOmmo se dA con el canto en los
pechos, come suele decirse, tanto en la comparacion real, co-
me en la explication con que la aeomparia.


La comparacion de la sociedad domestica debia hacerle
comprender quo no hay absurd() alguno en decir que la pose-
sion de la autoridad puede depender de un hecho enteramen-
te material, sin que la dignidad del hwnbre sufra la menor
of'ensa, coma 01 supone; coino quiera que no hay hecho Inas
material que la generacion, de la coal derive 01 misrno la
autoridad natural mAs noble de todas, coal es la autoridad
pa terna.
- La esplicacion tambien que Trace de esto, debia hacerle com-
prender el sentido en quo puede proceder de Dios el deber
que tienen los subditos de obedecer 0 una persona determina-
da, y en esta persona la posesion de la autoridad. 110 aqui Ia
explicacion del anOoimo: oLa sociedad domestica para la con-
»servacion de la especie humana, es ciertamente querida por


y de aqui que pueda decirse que de Dios procede la
»patria potestad. Sin embargo, nadie dire que Dios propia-
<,mente determine quien deba ser el marido de tal mujer, ni
Pa quien deba pertenecer por consiguiente la pAtria potestad.
" La union conyugal tiene Lugar, previa- la libre eleccion de los
»esposos, y los hijos son un efecto del Orden natural."


A poco que el muy esclarecido autor reflexione, conside-
rando que el Orden natural es un efecto de la voluntad crea-
dora, comprenderO que los hijos cabalmente porque son efec-
to del Orden natural, son asimismo efecto de la voluntad de
Dios: que por consiguiente, Dios mismo es quien determine los
hijos, quo deben depender, y el padre a quien debe pertene-
ter sobre tales hijos la patria potestad.


. TOMO 1. 14




200
FRINCIPIOS TEODICOS


si observa ademas que el Orden natural se extiende
todos los hechos naturales, y quo por cima de este Orden hay
un Orden sobrenatnral que es tambien querido , y querido de
un modo mas explicito por el Criador, se convencera por su
misma explicacion de que fuera de la election , pueden darse
muchos hechos por los cuales la posesion de la autoridad per-
tenezca a esta o aquella persona determinada , y que es-
tos hechos pueden ser tambien exfwesion de la voluntad
de Dios.


Estas pocas observaciones bastaran , asi lo esperamos „ a.
que nuestros lectores suspendan el juicio.si por acaso se die-
sen a leer el librejo que acabamos de censurae, y persua-
diran al docto anOnimo a meditar todavia mejor estas mate-
rias, donde es'tan facil dejarse engdfiar por la• superficie cuan-.
do no se penetra en el fondo. No proseguiremos en el examen
del anOnimo por la razon dada al principio , de ser mas ittil y.
grata al lector la explicacion de las doctrinas que la refuta-
cion de los errores.


216. Estas doctrinas , con que hemos procurado !lace .
comprender en que modo el respeto que debemos al dereche
de propiedad, puede producir poco a poco una soberania ver-
dadera y durable , pueden todavia exigir ulteriores explicacio-
nes, a fin de evitar cierta dificultad que suele nacer en enten-
dimientos extremadamente metafisicos, 6 por el contrario ex-
treniadamente empiricos, los cuales separandose a la par, biers
que en sentido contrario, de la marcha natural de todas las
cosas humanas, originadas siempre de la explicacion gradual,
de los dos eiementos , asi los unos como los otros quisieran
ver al derecho adquirir de repent° sus forms, coin() sale un
bronco instantaneamente del molde en donde se fundiO : los
mas rnetafisicos quisieran verlo desde su principio formulado,
como hey se usa, en las leyes de un Codigo; y los empiricos,
que fuera tambien desde el principio visiblemente representa-
do con todo el conjunto de sus titulos, de sus influencias, y
casi diria con sus libreas. Estos itliimos se parecen a aquellos.
pintores que visten a San GerOnimo la pfirpura cardenalicia, y
ponen a San Pedro la tiara; y los primeros a aquellos materna--


DE LOS GOBIERNOS LIRERALES.


201
ticos que con los calculos de Ia probabilidad cree p determinar
a rigor de compas los movimientos del mundo moral. Unos y
otros quisieran exceptuar el derecho, la sociedad, la soberania
de Ia ley universal del mundo, que ha sefialado a todas las co-
sas criadas el periodo de la formation, de la infancia , de la
virilidad, de la vejez. Todo en el mundo camina por estos pe-
riodos: de la semilla germina la planta, del embrion se forma
el animal , de la idea nace la obra , el artefacto imperfect°
conduce al perfecto, el torneado a la talla, Cimobue a Ra-
fael, y Menestrelli a Dante y Petrarca. Solo el derecho de la
autoridad habra de eximirse, segun estos tales, de la presente
ley, y brotar Como Minerva del cerebro de Jitpiter.


217. No puede darse idea mas errada ni mas perniciosa,
y cabalmente de esta idea ha nacido en grail parte a mi juicio
el sistema de los que quieren sea conferida la autoridad por el
consentimiento del pueblo. Estos miran la autoridad, 6 por lo
menos la posesion come un hecho puramente humano, sin to-
ner en cuenta para nada la gran parte que se reserva en este
punto la Providencia suprema , a cuyos designios cooperan
tambien en gran manera las personas de los reinantes. Estos
fildsofos, cuando son catelicos y leen en la Sagrada Escritura
aquellas expresiones en que Dios se atribuye a si mismo la elec-
tion de los que reinan, aterrados por el espantajo del dereelto
divino recurren luego a interpretaciones ; y aqui , os dicen,
se trata de una teocracia, alli toma Dios a Ciro de la mane
come libertador de su pueblo; y asi sucesivamente los influjos
divinos, que no pueden negar, los presentan come excepcio-
nes , esforzandose siempre por excluir de hi disposition per-
sonal de los reinantes el influjo providential , y de reducirla
a un mere resultado del libre querer del arbitrio humano.


En semejante sistema, y con tat idea preconcebida, es na-
tural quo se pueda seflalar el Lugar, el dia, el mes, el afro en
que naciO cada derecho, come quiera que toda volicion huma-
na es producida exteriormente en condiciones determinadas.


Por el contrario, todo to que se forma por la Providencia
conserva el caracter propio de su divine actor, esto es, aquel
dominio con que la palabra omnipotente llama para sus desig-




202 PRINCIPIOS TEORICOS
nios a to posible no menos que a lo real, a los siglos futuros
y pasados no menos que al memento presente. Por lo cual, si
las divinas influencias tienen alguna parte en la formacion de los
derechos,Ino debemos admirarnos si aun el derecho de gobernar
se forma poco a poco y s6 presenta finalmente en no dia feliz
formado y vigoroso, sin que Antes se hubiera advertido que es-
taba formAndose y creciendo como el germen debajo de sierra.


218. No digo esto con animo de sostener aqui el derecho
divino de Bossuet y deducir sus consecuencias; y me apresuro


declararloasi para no espantar a ciertas personas preocupadas:
yo considero aqui la naturaleza del derecho de gobernar come
la de cualquier otro derecho 6 propiedad, en efue el influjo
de la Providencia no impide que se pueda vender, O confis-
car , 6 invadir , 6 robar o recobrar aun con justicia. Intento
solo mostrar a mis lectores el mode con que Ilega a for-
marse insensiblemenre por natural providencia el hecho de que
hasta ahora heinos hablado considerAndolo como causa de
la posesion de la autoridad en cada sociedad particular,
el hecho en cuya viand uu individuo se encuentra dotado de
Ia fuerza mural necesaria para coordinar a muchos individuos
con relation a su bien comun. Este hecho , iba yo diciendo,
no se ha de imaginar al modo de aquellos hechos puramen-
te humanos con quo se forman los derechos creados, por de-
eirlo asi, por solo nuestro libre albedrio. Nosotros , come
hombres que somos, cuando queremos ligar a otro 0 ligarnos


nosotros mismos Ilamarnos un escribano que con fecha
precisa otorga la oportuna escritura: media hora Antes era yo
libre; nadie tenia derecho sobre aquel documento de mi per-
tenencia, solve aquella facultad , sobre esta casa; media hora
despues home aqui ligado: ya no puede disponer de .aquella
parte de mi hacienda sine en los terminos del contrato cele-
brado. Esta precision, digo, este corte repentino no se da en
las obras de la naturaleza, no se da en la posesion de la auto-
ridad, cuando esta germina naturalmente de la marcha ordi-
naria de las cosas humanas; y este es justamente el caso mAs
ordinario. Para comprenderlo mejor hagamos aplicacion de lo
dicho hasta aqui.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
203


219. iQue especie de hecho debe ser el que causa fa pose-
sion de la autoridad? Hemos dicho (Mim. 24) que debe ser
tal quo por suvirtud el que no obedece lc tal hoinbre determi-
nado, haga imposible la sociedad ó forme la desgracia de los
asociados: en tal caso, discurriamos, si no admitis el absurdo
de que es licito contrastar los intereses y la tranquilidad de
millones de hombres, por la mania de no depender de aquel
individuo, habeis de convenir que depender de 61, es para mi
un deber riguroso.


Ahora se comprenderà facilmente que un individuo bien
podrit Ilegar alguna vez, aunque Tara, a esta suprema alteza de
tener en las manes los destinos deuna nation: una revolution,
una batalla podrAn producir en tin dia semejante hecho y pa-
sar los destinos de Roma de manes de Maxencio a las deCons-
tantino, y salir Miguel de la cared de Constantinopla a colo r
carse en el trono.


220. Pero icuAntas veces sucede quo la grandeza se forma
poco a poco con el progreso de la villa de un hombre, de las
generaciones de una familia, de los incrementos de una ins-
titucion! Algunos negociantes se juntaron en el comercio in-
diano de Inglaterra; y helos aqui hechos una cuasi potencia, I
la que la primer combination afortunada puede dar titulo 6 in-
dependencia de reinante: reinante pudo decirse en Alemania la
liga anseAtica que aun poco ha sobrevivia en Cracovia y so-
brevive en Hamburgo. iComo se formaron estas instituciones?
iFueron libres los asociados de elegir aquella forma, aquellas
personas que los regian?


A la sombra de un comercio privado, de una sociedad de ne-
gociantes maduraban las instituciones sin conocer el tOrmino
a que la Providencia las conducia. Un dia dichoso cayeron en
la cuenta de que tenian una casi independencia soberana, que
por cierto tenia sus propios ordenadores segun la constitu-
tion nacida como por si misma en el conjunto de las leyes
sucesivas con el incremento progresivo de la sociedad. Ahora
bien, seria licito a los individuos asi congregados violar todas
estas (eyes, deponer a los superiores, desconcertar muchos
intereses; frustrar las esperanzas, alterar Ia condition de los




204 PRINCIPIOS TEORICOS
que se opusieran diciendo: el pueblo es soberano, d dl toca la
eleccion de los gobernantes?


Y cuando despues de la invasion de los barbaros los Con-
cilios ordenaban y civilizaban a Espafia, y Francia se levan-
taba a la voz de los Obispos, y a Obispos y a Abades pedian
direction y mando, los comunes de Germania y de Italia, no
hallando fuera de ellos tanta ciencia, tanta maestria„ tanta
rectitud; ysabian aquellos Obispos, aquellos monies, que esta
influencia natural de su saber en la sociedad, de su indus-
tria en descuajar las tierras, preparaba a la Iglesia sus futu-
ros principados, ya los Obispos el ser electores del Imperio, las
influencias politicas en los Estados generales, y /a grandeza
temporal del Romano Pontifice? Leed toclo el epistolario de
San Gregorio Magno, y no sabreis si el que escribe es snlidito


Principe, tan entrelazada se encuentra alli la depende-
ncia del subdito con el mando del reinante. Estas influen-
cias pontificias fueron creciendo insensiblemente, de modo
que cuando los .debiles bizantinos dejan caer de sus manos el
cetro inepto, este pasa al Romano Pontifice sin que todavia
se le ocurra que realmente tiene el mando supremo. Correa
aim pocos lustros, y los Pontifices ajustan tratados politicos
con los Magnos Principes de Ileristal, como si fuese entre
reinantes y reinantes, sin que todavia sea preferida la for-
mula: El Papa reina.


1Y como reina en Florencia la- dinastia de los Medicis?
EsperO para gobernar toner el titulo de duque? El viejo


Cosine era alli el arbitro, aunque no era más qua negociante,
come arbitro de los Estados . Unidos era Washington, cuando
con admirable generosidad renunci6 el mando.


De esta suerte, si reconoceis Ia historia, haliareis mil veces
baberse personificado insensiblemente la autoridad suprema;
y a poco que mediteis este punto, entendereis que el reusar
la obediencia a tales autoridades el dia en que claramente se
ofrecieron a los ojos de los demis, seria comprometer a la
nacion entera.


Esto seria, pues, injusticia, dureza desapiadada: luego no
son likes los sfibditos de negarse a la dependencia.


DE LOS GOBIERNOS LIDERALES, '205
221. Asi se form6 naturalmenle Ia histOrica realidad de


los Gobiernos: asi continuara formandose aun en los siglos fu-
turos, sin quelo impidan las fantAsticas invenciones de los po-
liticos trascendentales, quienes en el delirio de su orgullo
Breen haber encadenado la naturaleza a sus teorias en el pun-
to mismo que esta inclômita dominadora se rie de sus impoten-
tes esfuerzos. Hoy todavia, aun en los vinculos de artificiosas
•onstituciones y de estudiados cOdigos, aun entre los hosannas
entonados por el triunfo del pueblo soberano, quien es el quo
realmente distribuye el poder? iLa eleccion del sufragio uni-
versal? luiên hay que no haya mirado con la sonrisa en los
lAbios aquilla gran nacion qua por espacio de tantos lustros se
-digna humildemente sujetarse a los experimentos de tantos
,utopistas politicos, despues de haber realizado a duras penal
Ia gran maquina del sufragio universal, despertar un dia de
repente de su suefio trasformada en repfibfica, y exclamar at6-
-nita «Person= n' en voulait: nadie la queria (la repUblica)?»
Ahora, yo pregunto: (ittien form6 este poder inesperado y en
nal Nora producido? Ciertainente tuvo una causa, peso no foe
/a voluntad de Francia, en quo nadie lo queria. Y I° que de-
chnos de Francia, por ser pliblico y notorio, podemos decirlo
igualmente, no solo de todos los reinantes del mundo, sino de
la posesion aim de machos de los derechos privados.


como se ha formado en machos comunes .el derecho de
:pastar, hacer sacar aqua? SAmo se establecen. las servi-
dumbres de via, de estilicidio, de luz? Tales derechos se for-
man naturalmente poco a poco ., y en cierto dia se maestran
ya formados cuando no se pueden violar. Y cabalmente por esto
-es tan solicito el buen mayordomo por impedir las costumbres
y prescripciones contraries a los intereses tine le estan con.
'lades, comprendiendo que de la repetition de actos nace un
-derecho, que una vez formado, ya no podria violar sin ofensa
-de la justicia.


Y es de notar que, asi come al trasformarse las propieda-
dades privadas, no pierden nada de su inviolabilidad; asi tam-
poco pierde nada de la soya la propiedad del mando, hago esta
,observation para eriseilanza de ciertos politicos quo, a la po-




206 PRINCIPIOS TE6rucos
sesion robustecida por una prescripcion inmemorial, oponen
veces com p exception la prescripcion misma que forma sa
fuerza. «Fuera ,'el privilegio de casta, fuera la ley exceptional,
abajo el feudalismo, la Edad media, etc.» Si estas invectivas
se lhnitasen A pedir aquellas rnejoras juntas, quo sin ofensa de
lajusticia saben introducir los legisladores prudentes con le-
yes probidas 6 con transacci6nes voluntaries, nada tendria que
°prier: pero, icuintas veces se aboli6 el mal del privilegio
con et mal poor de la injusticia! La excesiva extension de los.
feudos, se dijo, la excesiva propiedad de las manos muertos
disminuyen los beneficios de la agriculture. El rew.dio es fil-
ed: despojemos a los feudatarios , despojemos a los religiosos.
Pero vamos despacio, por vida vuestra: Lhabeis examinado los
titulos de sn posesion?2,Sabeis que aquel feudo fue comprado.


precio de su sangre por un caballero valeroso que expuso su
vida por la patria, acaso por salvar a vuestros antepasados de
la esclavitud y de la muerte? Que aquella vasta posesion foe
comprada haza por haza por un colono, con el fruto de sus
sudores y de sus privaciones, que dej6 A sus' hijos en herencia?
Sabeis que aquel Monasterio, cuyas riquezas envidiais, las


acumul6 metiendo en cultivo eriales, desecando lagunas, en-
cauzando rios, todo por manos de sus monger? es justo cas-
tigar asi el valor del primero, la cconomia del segundo, la in-
dustria del ultimo?


Pues lo que decimos de las posesiones privadas, digamoslo
asimismo de las publicas: si un Principe, al desprenderse de
ciertas propiedades se reserve, por via de homenage, algun pe-
quefio tributo, si en la construccion de caminos 6 puentes, al
proveer de rernedio a una carestia, a un contagio, obtuvo en
cambio de sus pueblos ciertos peages o donativos, iI honores;
los aims y los siglos pasaron, pero aquella familia tendrà siem-
pre los mismos derechos. Otro tanto puede decirse en lo to-
cante al comercio de las naciones y a las relaciones entre Am-
bas potestades: des buena razon para abolir la soherania de un
Canton en Suiza, 6 los Fueros de una provincia en Espana, de-
cir al pueblo que se quiere despojar: «Tenemos necesidad de
quitaros vuestros derechos para hacernos mas poderosos, para


DE LOS GOBINIINOS LIDERALES.
207


tenor mas expedito el inecanismo administrativo: vuestros de-
rechos son viejos, vuestros pergaminos apolillados, gOticas
vuestras instituciones?» iY es justo decir C la Iglesia: «Vuestros
privilegios son odiosos al siglo, importunan al Gobierno, y,no
se adaptan A nuestras ideas legislativas: os despojaremos, pues,
de ellos?» A esta palabreria pudierais contestar, dirigiendoos


cualquier ciudadano: «Tu cabeza me incomoda: to la corta-
re, pues Asi pensaron los ametralladores terroristas, lOgicos
herederos de los principios protestantes, por cuya virtud los
Principes despojaban A la Iglesia antigua, y el pueblo despo-
jaba a los Principes.'


HO aqui A donde se llega en desconociendose la gran -ley
de la naturaleza que por medio de los hechos deterrnina y ro-
bustece el derecho. Cuando una vez se Amite quo la investi-
dura de los derechos depende en teramente de principios uni-
versales y especificos, desaparece toda razon de individualiza-
tion de los derechos : la naturaleza nos (lira que el derecho
existe, mas no sabemos en que persona existe.


222. Ante esta ley universal de las cosas humanas, bajen,
pues, la cabeza los filOsofos , como la bajan espontaneamente
con respeto los pueblos de la tierra: que seria a la verdad ex-
trafio el ver revelarse contra la- naturaleza A los mismos que
hacen profesion de estudiarla , respetarla, admirar sus leyes
sapientisi'Mas: seria extrafio que ellos solos no viesen que ar-
cano de profunda sabiduria se manifiesta en esta man-era de
propagar el Gobierno por via de hechos visibles y materiales.
Los sofistas declamadores no se cansan de combatir en esto,
como en todas las btras cosas , el Orden natural caluniniando
A . la Providencia creadora ; y quisieran determinar la persona


quien corresponda el Gobierno , midiendo sus meritos en vez
de someterse A los hechos. iPardiez, que hen ballad° el modo
de restablecer la sociedad! Le han arrebatado ciertamente
secreto al Juez de vivos y muertos, que sera el reino a medi-
da de los merecimientos. Solo se olvidaron estos Prometeos
de robar al cielo la luz para hater transparentes , los corazones
y las conciencias , tales como se mostrarAn el die del juicio
final. ;Oh! Si ,fuese de este modo reformada la sociedad , si




208 PRINCIPIOS TEORICOS
cada uno . se colocase naturalmente en ella segun el grade de
sus meritos , come se colocan los liquidos en el frasco del fisi-
co segun su respectiva gravedad, seria un sapientisimo acuer
do contlar el Gobierno de los asociados al Inas sabio, la ege-
monia de los pueblos A la nacion civilizada. Pero interin,
la sabiduria, el ingenio, la actividad, la rectitud , estOn sepul-
tadas en el abismo profundo del corazon humane bajo el ex-
terior del disirnulo politico, el tomar tamaila oscuridad come
faro que guie en la eleccion de la persona reinante , el atri-
buir a los pueblos civilizados el derecho de conquista sobre
los que no lo estan , come hace el AnOnimo despues de Gio-
berti , el dar al pueblo el derecho de gobernarse a si mismo
cuando llega ci ester ilustrado, es arrojar en medio de la so-
ciedad una tea de inextinguible discordia. seria el iudi-
viduo, cual el pueblo que quisiera tenerse por menos civilize-
do , per menos ilustrado , por menos capaz, y recibir dOcil-
mente lo que es premio de la humildad, el Yugo de otro
individuo 6 de otro pueblo? iQuien les da a los ingleses el de-
recho de preterir su civilization a la francesa? Quieti se Ia da
a Francia para desdeflar a Italia, ni a Italia para 'lacer lo
mismo con Alemania? iEn que universidad se dispensan pa-
tentes por donde se pueda conocer el grado de los mereci-
mientos en los individuos y en las naciones? iLa misma elec-
cion que hacen los reinantes y los pueblos, nos da acaso se-
guridad del merit° de los elegidos? Los respetaremos, si, por
quo la eleccion es un hecho palpable como tantos otros; mas
iay de . nosotros si hubiesemos necesidad de hater en este
pinto un acto de fe, y decir: los elegidos superan ci eueles
quiere otros en merecimientos! iPodra por menos de reirse
de lastima todo hombre juicioso oyendo encomiar como la
floc de una nacion ciertas Asambleas de charlatanes que en
sordecen A Europa con estravagancias y necedades capaces de
hater salir los colores al rostro de los verdaderos aunque poco
avisados que tienen que combatirlas en sus colegas? He aqui
pues , lo que vale la medida comparativa de los meritos en la
determinacion de las personas de Gobierno. iCuintos que
boy yacen en el olvido , habrian side de la [tor de la nacion


DE LOS GOBIEBNOS LIBERALES.
209


si hubieran sabido en tiempo y Lugar conveniente echarse un
vase de vino en una taberna!


225. Ciertamente aun los otros hechos por los cuales se
determina naturalmente en ciertos individuos la posesion de
la autoridad, tambien dejan libre campo a las miserias huma-
nas, y el heredero dinastico, los Pares hereditarios pueden na-
cer tan fAtuos y ridiculos como ciertos diputados que salon de
las urnas. Pero ann prescindiendo de la no escasa viand de
la education para corregir las miserias natives, y de que los
titulos de aquellos se apoyan, como homes demostrado, en la
la justicia protectora de todo derecho, es una ventaja inesti-
mable para Ia sociedad conservar siempre firme, siempre visi-
ble, no sujeta al eclipse de la duda ni a las luchas de la amid-
cion, la persona en que reside la autoridad , que da a todd so-
ciedad la villa del Orden: de donde nace, como vemos en otro
lugar, la preferencia dada por casi todos los pueblos a las for-
mas hereditarios, a pesar de /as invectivas de aquellos pocos
quienes la ambition infunde el deseo y la esperanza de rem-
plazar al supremo imperante de la sociedad. El poder decir:
«El Rey ha muerto, i viva el Rey!), (y lo mismo puede decirse
de todo Gobierno conservado per via de hechos palpables
indisputables) es una ventaja capaz de compensar no pocos ni
leves inconvenientes, que en semejante sistema, como en toda
institution humane, pueden ofrecerse..


Dicho sea esto de paso, pues no es mi intento condenar la
eleccion, que puede ser util cuando no es injusta; sine imica-
mente sostener este gran principio: que debe nacer de un he-
cho cualquiera Ia determinacion individual de la autoridad, en
la persona que pasa en virtud de 61 a poseerla: y ..que asi co-
mo esta posesion puede sec ilegitima en su nacimiento, per
la necesidad de in pueblo obliged° para no perecer a some-
terse al usurpador, tambien puede sec legitima en su origen,
trayendolo de un hecho, en cuya virtud el pueblo no puede
sustraerse . a la dependencia sin violas los derechos 6 de Dios
o de los hombres.


pues hemos visto coma la influencia do in hecho
material y palpable en conferir la posesion de la autoridad, es




210 PRINCIPIOS TEORICOS
un ordenamiento utilisimo de la naturaleza, Bien sera observar,
para quo a todos sea evidente, el asiento donde la autoridad
misma dicta sus oraculos, cern° en el consentimiento que se
presta a este orriculo del hecho, consista propiamente el gran
elemento de la unidad social, desfigurado sobremanera hoy dia
por las ideas protestantes.


Debiendo juntar a unos seres racionales con otros Ia unidad
social debe consistir radicalmente en una cierta determinada
verdad en que todos los asociados convengan. La proposicion
es evidente e innegable. Pero el protestantismo, casando esta
verdad con un error, ha sacado de esta junta una numerosi-
sima descendencia de practicas bastardas y funestas. «La uni-
dad social , dice el protestantismo, nace de la concordia de
los entendimientos; es asi quo los entendimientos son libres
mientras no reconocen la sabidurla de las leyes con evidencia
infirm: luego Ia autoridad social debe dar razon a los sUbdi-
tos de todas las leyes que promulga.» Esta consecuencia pa-
reciO tan evidente a los pueblos, a los ministros, a los legisla-
dares, a los Principes, que casi en todos los pueblos y en to-
dos los grados de la autoridad el espiritu novador introdujo,
cual formula obligada, su Considerando. Esta formula puede
tener sus ventajas en cuanto asegura a los sUbditos, como en
otros tiempos otras formulas, que Ia autoridad habla con razo-
nes manifiestas y en fuerza de su derecho supremo; pero mi-
rada corno medio de necesario conveneimiento, sin el cual no
estaria obligado el sUbdito a obedecer, 6 como un acto con
que el gobernante hace zalemas al pueblo soberano para
obtener su aprobacion; esta formula, hija del principio pro-
testante, es tan absurda como perniciosa. Absurda, porque
stipone quo todas las razones de la ley pueden decirse por el
gobernante, que todas pueden comprenderse por el vulgo,•que
todas pueden parecer irrefragables a la razon, que todas son
susceptibles de identicas pruebas. Cuyos absurdos tureen que
el Considerando, en si mismo absurdo, se torne ademas per-
nicioso asi por conceder al sUbdito el derecho de juzgar la
ley, como por fundar su valor en el de las razones, y porque
hate despreciable al legislador si sus razones son, 6 por lo


O DE LOS GODIEDNOS LIDERALES. 211
metros parecen al vulgo (cosa facilisima atendida Ia ignorancia
de este) &biles 6 insubsistentes.


Pero si el legislador no publica las razones de lo quo manda,
como Ilegaremos a la unidad de juicios necesaria para aso-


ciar hombres racionales?
Esta unidad se obtiene no ya con las razones, sino con


aqiiella tuerza moral que resulta del principio de legilimidad.
Cuando todos los asociados concuerdan en esto juicio: «Tal
persona (moral 6 fisica) debe ser obedecida en cuanto ordena
la accion social,» la palabra de este gobernante liga sin Inas
razon que esta las voluntades de los sUbditos con todo man-
dato que no repugne a la rectitud natural por el solo motivo
por el que es fuert6 el gobernante , y obediente el sUbdito:
cualquier otro Considerando puede ayudar alguna vez como
persuasion amistosa, pero no impone la necesidad a los en-
tendimientos, ni la obligation a las voluntades. Solo el dere-
elm que nace de la esencia misma de la sociedad, y se encar-
na en alguna persona por hechos palpables y evidentes , pro-
duce universalmente en las voluntades aquel impulso irre-
fragable que tiene virtud para juntar en sociedad muchedum-
bres de seres racionales.


Siendo la conjuncion de aquella esencia con este hecho,
segun hemos visto, una obra lenta, inadvertida, irresistible é
irrefragable de la Providencia conservadora, 6chase por aqui
de ver cuan sensato es el Principe catOlico cuando se llama
Rey por la gracia de Dios, y cuando prefiere que titulos
providenciales a-los titulos sistematicos de los que quisieran
hacerlo siervo del pueblo, pidiendo a este la investidura de
sus derechos. Un Principe no tiene ciertamente merito al-
guno por descender de una larga dinastia de reinantes al
traves de machos siglos y generaciones, porque no estuvo en
su mano determinar por si mismo la propia descendencia:
un solo rein ante es sobre la tierra el que pudo ordenar por
si en los siglos pasados sus progenitores como en los futuros
la sent de sus Vicarios, y es quel Ague por esta razon fue
llamado el Rey de los siglos.


Cualquier otro gobernante fue investido de sus derechos




212 PRINCIPIOS TEORICOS
por un hecho cualquiera dirigido por la Providencia; del cual
vendria a despojarlo la teoria del mdrito arrojando el cetro
entre las agitaciones de la multitud a la arnbicion de sus adu-
ladores con inmenso trastorno y peligro de la sociedad. Pero
todos los pie a fuerza de lisonjas consiguen sus sufragios,
podrian jamas crear por si la'sórie de sus antepasados por


donde constituirse legitimos poseedores del poder? No: y ca-
balmente por esto aman tanto la soberania del pueblo. Pero
los poseedores legitimos, a quienes la razon y la justicia con-
consignaron una diadema guardada para ellos por la sabi-
duria ordenadora de los siglos; icon que prudencia podrian
renunciar a un titulo incomunicable para echarse en manos
del vulgo, ciego y voluble, igualandose asi con un ambicioso
cualquiera?


224.. Estos hechos en cuya viand puede nacer, como he-
mos visto, la soberania, tendran visiblemente mayor fuerza
para mantenerla despites de haher nacido, fortalecida de con.•
siguiente por una larga posesion. De seguro se opondran
tambien a csta doctrina los defensores de la soberania del
pueblo, los que sin echarlo de ver destruyen el pueblo mismo
en el acto de ponerle la corona de soberano. Exaltando su li-
bertad deciden pomposamente que el pueblo de boy no puede
ser esclavo de un despota, porque fueron esclavos sus padres:
que estos no tuvieron derecho alguno para dejar ligados a sus
descendientes; que si a ellos les foe ntil hacerse siervos en su
barbaric, sus descendientes ya civilizados a ilustrados, no estan
ligados por aquellas ventajas que ya dejaron de existir: que
en suma pretender quela nueva sociedad formada por los des-
cendientes de aquellos sea privada por la antigua de sus atri-
butos naturales, es un absurdo sobrado evidence.


225. Ilabiendo nosotros demostrado que estos atributos
naturales son absurdos en teoria, e impracticables en el Orden
de los hechos, et lector ve por si mismo la vanidad de seme-
jante aserto: mas como indique, no solo es este vano, sino
tambien pernicioso, porque envuelve nada menos que la des-
truccionde la sociedad y de la libertad que se pretende rei-
vind icar.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


213
Y en efecto, ique Cosa es ux pueblo; uxn sociedad? iCreeis


por ventura que un pueblo es lo mismo que una generacion?
iImaginais acaso que el pueblo toscano de 1850 sea un pueblo
diverso del de- 1820? Si asi lo creels; y si pensais que cada
generacion constituye un pueblo independiente (le sus padres,
una nueva sociedad no ligada por las obligaciones de la ante-
rior, entonces convenis contnigo en que asi como esta libre de
los deberes, asi tambien estara privada de los derechos ante-
rims; disolvereis, pues, todas las alianzas, pondreis en olvido
todas las glorias, cambiareis hast y el nombre de vuest.ros an-
tecesores, pues que los nombres deben distitiguir a los indivi-
duos. Mas si estos atroces absurdos os repugnan, si aceptais la
verdad del lenguaje vulgar que reconoce UN pueblo griego, UN
pueblo romano, UN pueblo frances, etc., que ha durado siglos
y siglos, .que se muestra en la historia como no individuo mo-
ral, y reconoce las obligaciones y los derechos histOricos, en-
tonces admitis la consecuencia natural de esta unidad, la du-
racion de los gobiernos legitimos; y reconoceis en la absurda
consecuencia que vos mismo deducis de la soberania popular
el error nuevamente demostrado de este principio.


226. Henos aqui en el termino del viaje un poco largo
que emprendimos en este capitulo. Llegados al tOrmino, los
lectores me agradeceran que joule aqui, formando de ellos
un haz robusto, los argumentos cuya fuerza ban sentido ya al
verbs expuestos uno por uno: lo coal hare yo con gusto, si-
quiera porque en caso de halter caido en error, sea mas visi-
ble a los ojos del que quiera impugnar mi doctrina.


Me propuse hacer ver ver como naturalmente sucede que
una sociedad entera se hallo obligada a depender de ciertos
individuos determinados qne tienen derecho a gobernarla. De-
dende, dicen algunos, porque ha querido depender: Pero esta
asercion no solo es gratuita, sino evidentemente contraria a la
historia, en la que siempre vemos millones de individuos de-
pendientes en el punto mismo que quisieran ser fibres. Tome,
plies, otro catni p °, y sin negar a la multitud en ciertos casos
un derecho mas O mhos lato do elegirlos, afirme que este de-
recho no es esencial por naturaleza en la multitud, y que pue-




DE LOS GOBIERNOS MURALES. 215
'riales y morales, a cada una de las cuales debetnos aplicar las
leyes eternas de la justicia y del amor, produce en la sociedad
humana aquella intrincadisitna y sucesiva serie de derechos y
deberes, que se van formando poco a poco sin ser notados, y
que entonces se actuan finalmente con virtud obligatoria, cuan-
do su violation es tambien una ofensa de las, mismas leyes de
justicia y de caridad.


Esto es lo que acaece por muchas maneras en el curso de
las cosas humanas; y de aqui quo pueda tambien acaecer por
muchas maneras quo el hombre se encuentre obligado a de-
pender politicamente de un Principe a quien no eligi6 de su
propio movimiento y voluntad.


Tal es, si no me engano, la natural economia con que go-
bierna la Providencia la sucesion 'de los Principados: y el ha-
her negado a estos hechos y al derecho que de ellos se sigue,
nl debido consentimiento, ha side en gran parte la causa de las
agitaciones politicas que tan trabajada tract' desde ]lace tres
siglos a la civilization europea.


228. Por donde se echa de ver coal seria la consecuencia
practica de esta doctrina, si renunciando a los ensueliosde los
sofistas, que pretenden encerrar en el tnolde que ellos Forman,
las sociedades fundidas y disueltas, para sacarlas de el todas se-
mejantes y mon6tonas, se contentasen los europeos con aceptar
de manos del Criador la forma de la sociedad midtiple y varia.
En vez de it inquiriendo y postulando, con la urna electoral
en la mano, nueve 6 diez millones de papeletas , con la, sego-
ridad de dejar todavia a quince 6 veinte millones mas de ciu-
dadanos el derecho de quejarse por no haber silo consultados,
trasmitiendo ademas a la generation subsiguiente, desde el dia
inmediato, el derecho de protestar contra una eleccion en quo
no asistieron ni por tanto pudieron consentir, y de poner en
stela de juicio Ia autoridad de que depende todo bien social,
seria bien quo interrogasen la historia y la justicia : la historia
para conocer aquellos hechos que constituyen a una persona
fisica 6 moral en la propiedad del derecho de gobernar ; la
justicia para conocer, aplicandola al hecho histOrico, si esta
propiedad es justa o injusta. Hallandola justa , resignarians


TO110 I. 15


214 PIUNCIPIOS TEODICOS
den darse otros liechos fuera de la eleccion expontanea, per
los que Ia multit.ud se Valle obligada a obedecer.


227. Para probar la tesis, comence manifestando quo la
autoridad en si es una necesidad natural de las muchedum-
bres formadas por seres libres que deben ser reducidas ZA la
unidad de accion. Siendo esta unidad de accion un bien tan
grande como notorio, pues alcanza a veneer, para bien co-
mun, gravisimos obstaculos, facilmente inferi de aqui no sec
licito a ningun particular arrebatar a todos sus conCudada-
nos tan excelentes ventajas, y ser por lo mismo un debar de
todo hombre racVal someterse a la persona en quien reside
Ia forma moral, que tiene virtud para mover a los individuos
rationales.


Ahora bien, son muchas las combinaciones por las cuales
puede hallarse esta forma, ora en Imo, ora en otro; pare to-


t das deben colocarse en individuos rationales, pues los irracio-
nales no es posible que conozcan el Orden del universo de don-
de race el derecho, ni por consiguiente que user de su po-
der, ni cedan a su imperio. Las illtimas razones del derecho
de autoridad debemos, pues, buscarlas siempre en los seres
rationales quo conocemos naturalmente; es decir, 6 en nos-
otros lmsmos, 6 en Dios, 6 en los otros hombres.


Si el hombre se mira a si mismo, puede conocer muchas
veces, que siendo deudor para si mismo de su propia ver-
dadera felicidad y de los medios para conseguirla, puede ha-
Ilarse obligado a depender de otro, lo coal sucedera cuando sin
esta dependencia le este cerrado el camino de la felicidad y de
los medios necesarios para alcanzarla.


Deudor A Dios de reverencia, amor, obediencia sin limites,
puede ser puesto por El bajo la sujecion de un wand() na-
tural 6 sobrenatural en la dependencia politica de otros
hombres.


Siendo, por deudor de respeto al derecho de todos
los hombres, esta • obligado a recibir de ellos la ordenacion
social, siempre que para resistirla tenga necesidad de ofender
sus derechos.


La sucesion perpetua y complicada de mil vicisitudes mate-




210 PRIN.CIPIOS Twin ICOS
mas Mei/meow en cuniquier detrimeritu que hubieren de
tirspor no violar la justicia, especialmente comparando estos-
motuentaneos accidentes con las agitaciones de perpetuos tu-
multuos, con los estragos originados de ]as discordias domes-
ticaS y civiles, con las guerras y asesinatos de quo han inun-
dado a Europa las teorias contrarias al Orden natural.


Tal es la consecuencia prActica de nuestra doctrina , que.
cierto no sera del agrado de aquellos bArbaros quo ponen todas.
sus complacencias en vivir de la rap:ha y en nadir en la scut-
gre. Pero dime tU, amigo lector, lcrees por ventura quo sea
cosa provechosa negar la naturaleza para destrozar a la so-
eiedad?


229. Si hubiese yo acertado a comprender con verdad y
explicar a los demas con evidencia el designio admirable con
quo la naturaleza forma y aplica la fuerza moral (dereclio) al
Orden social como a todo otro Orden, seria por cierto en es-
tremo gustoso hater comparacion de estas doctrinas con otras
verdades universales gravisimas, y percibir su in tima y reci-
proca conexioo; pees no hay, a mi juicio, prueba mas robusta
de la verdad de tam doctrina, que el verla sinteticarnentc ar-
rnonizada con toda 10 enciclopedia .del saber _human°, de tat
manera clue la negacion de la verdad filtimamente contempla-
da conduzca legicamente it la negacion de otras verdades irre-
cusables. Echemos, pees, una mirada :sobre esta sintesis admi-
rable, dejando luego al lector el placer de meditarla y des-
envoNerla con la madurez propia de la reflexion.


Sea la primera de estas comparaciones la quo se refiere a is
gran liana de la sociedad moderna,.al comunismo. Si la pose-
sion de la autoridad es una propiedad corno. las otras, formada
por el principio universal de Orden y encarnada por un hecho
posesorio cualquiera, no hay dada sino que los comunistas
quo se pronuncian contra los derechos de todos los propieta..
rios, Gellert quo rebelarse para ser legicos contra todo posee-
dor de la autoridad; y es cosa notoria en este panto, coati ri-
gurosa y explicita sea la legit:a de los comunistas: basta decir
que la grande censura hecha por•Proudhon a los otros socia-
listas menos fanaticos, es cabalmente la de 'labor trasladado.


DE LOS GOBTERNOS LICERALES. 217
simplemente la posesion de la autoridad y no haberla absOlu-
tamente abolido (l.) Mi6tras tanto que se reconozca que una
persona tiene derecho aexcluir a todas las demAs del Gobier-
no, el sentido comun vera siempre en ella un propietario; y
este propietario sera un ladron mien teas la propiedad sea
un robo.


Es do advertir que asi como hay dos Ordenes de comunistas,
linos mas y otros menos brutales, asi hay tambien dos especies
de anarquistas, unos mas y otros menos impudentes. Entre los
comunistas podemos contar los sansimonianos, que guardando
cierta manera de pudor dijeron que se debia si mantener la
propiedad, mas solo para los quo merecen posecrla, segun su
conocido aforismo: A coda uno segun su eapacidad, coda
capacidad segun sus obras. Contra los cuales decia Pupin en
la Memoria qua escribiO sobre el comunismo, lo mismo justa-
mente que hemos opuesto nosotros a los clue por esta medida
del merito quieren adjudicar la posesion de la autoridad y la
egemonia de las naciones a los individuos y pueblos respecti-
vamente mas ilustrados: «A las dificultades consiguientes
la concurrencia de objelos •ateriales, quo no es posible valuer
con exaclilud, substituyen la medida muy de otro modo di fi-
cil -de aplicar de los válores intelectuales y de las capacida-
des morales (2).D


Estos fautores del merit° destroyer' la propiedad del mando
como destruyen los sansimonianos la propiedad en la hacien-
da so pretexto de la justicia distributiva. Y las razones son las
mismas: tambien los sansimonianos parten de principios rtni-


11 ^ versales sin curarse del hecho posesorio: tambien miran
ellos elfin para quo ha sido lnstituida por la naturaleza
propiedad, sin advertir quo en no combinandose esta razon


(1) <No se puede ser revolucionario a medias, ni por mayoria
de partes, aunquc estas scan casi todas; hay que serlo por entero
o no meterse en ruidos. (Voix du Peuple, 42 Janvier 1850.).. <La
liberlad... no hay qua busearta en una Constitution redactada nuts
(.; menos luibilmente. Suprim.id el Estado y vereis la libertad en
medio de vosotros. (11). St Janvier, 1850.).


(2) V. VILLCNEUVE.-BARGIDIONT, Econ. poi. dire& pdg, 106 en la
nota.




218 PRINGIPIOS TEORICOS
universalisima con algun hecho, 16jos de producir la propiedad
real, la destruye con todos sus efectos beneficos. Dicen ellos:
«Los instrumentos del trabajo y las tierras son dados por la na-
turaleza al hombre para que los tome en fructiferos; luego
debe poseerlos el que tenga Inas capacidad para este fin.» 116
aqui, cues, claramente el mismo argumento de los publicis-
tas quo he refutado: «El Gobierno, dicen, ha sido dado al horn-
bye por la naturaleza para hacer el hien de la sociedad: luego
debe poseerse segun la medida del merit° por el que sea mAs
capaz (le bacer el bien de la sociedad.»


De la doctrina sansimoniana se saca por una ilacion natural
que toda propiedad es precaria: ogafio soy yo propietario, por-
que el afio anterior di pruebas de capacidad y diligencia; pero
si para el inmediato me juzgasen con mOnos aptitud, perder6
en todo 6 en parte mi propiedad. Asi tambien . los Gobiernos
en el sistema de las capacidades: el orador quo se luci6 en las
CArnaras en la Ultima legislatura, entrarA boy de ministro;
Inas si sus dotes se oscurecen en el Ministerio, quedarA redu-
cido A la nulidad.iI cual es la consecuencia Ultima de la propiedad sansimo-
niana? Si mi propiedad es precaria, dira el labrador, precario
sera tambien mi trabajo: a propiedad de afro, cultura de afio;
y he aqui que esquilmarA la tierra, y gastarà los intrumentos
de labranza, dejando al nuevo senor lo metros que pueda de
su trabajo: que es cahalmente lo que Montesquieu decia de
Turquia, donde no sabiendo el propietario si el Baja 6 el mis-
mo Sultan echarAn macro al fruto de sus sudores , se conten-
ta con recoger el fruto ospontaneo sin emplear su trabajo en
beneficio de sus tiranos.. zNo es este tambien en verdad el
efecto natural del Gobierno precario? Esos ministros quo ince-
santemente suben y bajan en la rueda de la fortuna, pasando


ocupar las carteras desde la plaza pUblica y bajando dos
dias despues a la misma plaza desde la altura a que se empi-
naron, i,que fruto maduran en la precaria propiedad del Go-
bierno, despues de sus pomposas palabras de sacrificio en arcs
del bien pUblico? Ordefiar la sociedad para llenar la bolsa. Pero
de esto hablaremos oportunamente.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
219


\Ted, pues, cuAn exacta es la semejanza que hay entre la pro-
piedad de Ia hacienda y la de los Gobiernos, entre el san-
simOnismo quo altera la idea de la prirnora, y Ia idea del me-
rito quo extravia Ia march natural de la segunda.


Reflexiones anAlogas podemos hacer sobre los cornunistas
.,. rojos, que suprimen todo principio de hecho (aunque sea


invisible y moral como el mOrito de los sansimonianos)*en la
distribucion de la propiedad, reduciendo todos sus titulos de


::.i
•-posesion al puro ser natural comun a toda la multitud: todo
hombre, como si fuera parte de tin rebafro, tiene igual dere-
cho A satisfacer su apetito, y por consiguiente sobre los bienes
de la tierra, que es el medio de satisfacerlo. A. cups coma-
nistas se asernejan los ariarquistas politicos, que otorgan A cada
individuo la posesion de la soherania por el solo hecho de ha-
ber naciclo entre los bipedos humanos; cada uno de los cuales


' tiene, igual.
derecho a la felicidad, porque tiene la misma na-


turaleza; y el mismo derecho al Gobierno porque el Gobierno
es medio de felicidad.


De esta comparacion resulta lo que poco Antes indicamos,
que los que yerran en materia de propiedad negando el hecho
posesorio, common tras del mismo error en materia d , - ,


Go-
bierno, es decir, que el comtmismo conduce A Ia rebeiion.
2n. Pero si d.el comuniSma tiene qua tracer la rebelion,


en cambio de la rebelion baRri de tracer el cotnunismo: esta
conversion es una ley universalisima que reStilta'del principio
de contradiccion, y se usa mucho por los rnatemAticos en la
trasforinacion de sus proporciones, en las cuales trasladan in-
diferentemente el primer miernbro de la ecuacion al !agar del
Segundo, y este A donde esta el .


primero. 'Et que parte del
principio del comtrnismo Ilega a la rebelion, y el 'que parte
de la rebelion Ilega al comunismo. Este es an hecho notorio
y continuo: Ia - Conveticion NO A parar A Baboenf y A los Sans-
culottes, las Cartes de Cadiz A los descarniSados, el Risorgi-
laiento A la Gazetta del popolo.•


231. Y justamente de la intima fraternidad de principios
race otro lenOmeno digno de consideracion, cual es la simpa-
tia mal disirnulada que al


• trave§ de una cortaza, Acveees un




220 PRINCIP1OS TE6131cos
poco agria, media entre periodistas cuyos programas parecen
a primera vista contradictorios; simpatia por la cual ciertos.
papeles moderados, que se jactan de conservadores, se sien-
ten was dispuestos a usar de indulgencia con la Gazr-,-etta
la Strega, mas a cada silaha de la Armonia 6 del Osservalore
afinan el oido y mas aun el estilo


Come vechio saner fa nella cruna:


como por instinto sienten la traternidad 6 la enemistad. Y
tienen razon: el que admite en principio que se puede des-
pojar a la Iglesia en provecho del Soberano, despojara al So-
berano ea beneficio de la aristocracia, A la aristocracia en
pro de la clase media, A la clase media en gracia del popula-.-
oho, y por despojara a todo poseedor en interes de los
ladrones que no trabajan. Natural es, pues, quo sienta por
estos nitimos, de quienes se tiene por padre, una tendencia
sitnpatica como la que tienen por 61 los hijos.


232. Por donde se ye cuanto debemos mirarnos antes de
dar fó a ciertos soidisants adversaries del comunismo quehoy
lo vituperan Para abrazarle mafiana: de lo que tenemos vivo
ejernplo en el Piamonte, que aplaude la total espoliacion de la
Igiesia ya comenzada en los Obispos, en los Religiosos Servi-
tas, en los derechos jurisdicionales de todas clases, cuya viola-
tion lamentaba el Pontifice reinante en la gravisima Alocucion
consistorial de 1: de Noviembre de 1850, en la que el mismo
Pontifice predijo igualmente quo de la violation de los dere-
chos de la Iglesia naceria hien pronto la de todo Orden civil;
quando quidem eadem via iure contempt° et labefactato alio-
rum quoque publicorum privatorum quo pactorum ratio conci-
deret. Y seria increible que estos. senores no viesen el preei-
picio a que corren (especialmente despues de tantos ejemOos
de revoluciones y de comunismo ettropeo, si no se supiese
hallo hasta qua punto ciegan las pasiones del corazon y sufren
torment° en la inteligencia de los politicos las doctrinas
canOnicas.


255. Mis lectores comprenderan fAcilmente las conemones


DE LOS GOI3IERNOS LIBERALES.
221


seflaladas hasta aqui, pu.es estan encerradas en la esfera de las
ideas politicas, ã las cuales estin ya babituados practicamen-
te: pero babiendo muchos entre ellos que contemplan las doe-
trinas sociales no con el empirisrno del empleado, sino con la
sublimidad de filOsofos, agradeceranme estos que clescubra la
armonia sintetica de las doctrinas que berms esplicado con


verdades mas abstractas, siguiendonos en las siguientes
-consideraciones algo mas metafisicas, que el lector menos acos-
,tumbrado a via,jes aerostaticos poc1rA pasar en claro sin incon-
veniente alguno.


El comunismo, negacion de la propiedad, es hijo, come he-
mos visto, de la rebelion, y la rebelion contra el Estado es


lodas luces hija del protestantismo, 6 sea de la rebelion
contra la Iglesia. Mis eruditos lectores saben muy hien que
esta sects 'concibi6 al Hater un odio irreconciliable contra el
aristotelismo de los escolasticos, al cual movie una guerra
quo bubo de conducirle finalmente A total esterminio aim
OD las escuelas catOlicas de Europa Las fon-11as secas, Ia len-
gua barbara, las sutilezas ridiculas sirvieron de pretesto A la
guerra, y aun de ludibrio Para muchos candidos; pero los mas
.perspicaces comprendieron que tamafla guerra debia see algo
mas que una simple cuestion de gramatica 6 de buen gusto Ii-
terario, y creyeron vislumbrar . en el principio de las dos es-
cuelas Ia causa intima de la invencible aversion. Si se consi-
dera hien lo que hemos . dicho sobre la soberania del pueblo,
si se reduce todo a una formula trascendental, echarase de
ver, no sin sorpresa, que la rebelion contra la autoridad y
la negation de la propiedad se reducen finalmente a la nega-
cion O ignorancia del principio en torno del coal giraba, co-
mo sobre sir eje, toda la filosofia aristotilica, y que boy, ha-
biendo cesado los furores y preocupaciones de los partidos,
ha ski°. restablecido en su puesto de honor por mas sabios fi-
lOsofes. Lo posible y lo real, la malaria y la faerza, que han
recuperado boy su boner en el mundo metafisico, no son
otra cosa en sustancia que la potencia y el acto, la materia y
la forma, de cuya union resultaba todo el Orden del universe
en la doctrina escolastica.




•supepa se!ouals!xo
set ap oa?snd A oayon otdtawad aiqop to :Infos iewap
-llooscreal uutalaop n1 alnalsop wansooau uao sowaapto smut
-in soisa n E3i131),Id UI na Jam nand onbaod :11a2t.co ns apsap
na!29t 9n1 opot two `owstumoauC to 00 puppoine ap pepatdoad
epos =swum.° to uo sactom sot op pupoldoad npol opue2ou
aimed l nutapuon onb p outwatyl la unifies ou sotaelaos solionbu
sand 'moos ti ap otd!owad 1a apsap npuctona osualsow as ou
onbune `sewaloop seism e saweisawad so! -op uo!saaAe nrj


-elouotod nand nun outs sa ou.
anb oi 'ore on owoo aua!ut aod uquou ‘oion e npuoiod aawa
also op uwoutisw ut oplacp!‘t uo mond A opelwoaousap aageq
01) sandsop A `eistat2u19a -10 aod epv-wase oseci nl a otavawoo
otdputad 1.111 op aped `soclaoaap sot op A souom -sot op wall*
-oad 1e 010(1500 ou old) vutaloop otwawoo aod -soADoodsaa
saaopaasod sns ua awautuawn uttilau as ()gag ap oaad `sopoi
uo oruoiumouoloct inaluanauo as onbunv onb -uturaagos et ap
UOISOSOd nt UO3 A solaviatdoad sot op .ociaaaap to -Iwo suonoloi
-s!ausuatatoop set tutu anb peppy! 04000os 01 $0WOUOI why
•sauom sal(in)ou `01S!A SOW914 owoo `ean2ts as opuop op ottaaaap
lap outs 'o!doad otioaAoad no .MS11 uopondou souotub op ‘soaquicat
sot op ou sopetaldoad soaopepaon opuots mac! janbu op pnials
uo owatn2!suo0a0d utawonacta as op uud!apandouniatnblena
wog un aod onb SO[ sopoi e oclooaop loan op awawieuota


opua.Cniasa soma sot :soccuswbod op suctosaad set uo °ion
up!onpaa sa `sopoi ap pupa!doad so oub npuonnt gt satuno


Sol aod sogoati sown-dm nuttuej vueutruj ut op panteu ectoaucu
01 110 0000110300upi2tatp awaculequa opts ut! `oinatiar o2aut
0)99 ua uo!snostp ualsonu upol-amumnput pepaan nun
stoop `aupuew 0 sopewvii aas impoud sopol anb apap staaanb
Is :oculesop un (uotsaadxoop etauaaoAaaal el atupuuopaad)
spat) 'mond un ua ontoutivnion uopuew sopo) onb opilsod
sa anb atoap spaanb ts •oaaptpaon opun2as to 00 sa op
-twos aouqad la ua :oittozunagnvmp 9 `valtaoioo 9 'oputuol
aas opand tuna to `oaoAtnba to upunj Os onb ua zon nt sa sopoi
pnb-v •uepuum sopoi oBanj 'aupttuut uapand sopol :gym la tioo
nraualod el op oaoArnbooanp'aa as momma Tonbe uomcutt. oub


•STIVU9111"1 SOKU91UO3 SO1 90


oictownauto spautoN •sopw op so opoi nz,oinaninu ofioni
:aaouoi.tod moo npvo onb p onplo?pu?..70 opnuli?sap 01/ on `sou
-annigisns anb 000 vp sou 0111) nzominpu ny :setstunwoo sot
op owoutn2ae ocusItu 1a sa •sopol ecoosod ny 01)012/ ‘vidoosod
op 021 on!) ntiosad 111 opvnbqop 1121 ou.'pnpopos n7 no pnpp
-olnD np oaa?nb onb 'clootp ‘vzoivan/ou vrj soraup!iaud sus op
owaeamgau uea2 1a puptwoa no sa •olau to two etoualod
et op uo!snjuoa wisp 01 staaulou 'mond lop uweatmlos .ri n
els!A 0[ sloAlon !s 'clam naocjv •els!atignd also etaanastp tsar


«.0100 to ou 'epuolod el 02003 :setatumi opond outuc
nt opuatual onb outs :ou anb olu0w0002as sesoo soal sujso.ap
aopoosod Los oA atilt olso aod stomp? mpouow nun :oacut tw
'euentuw cam aod upednoo aas apand ottecu !at- op tutted eri
-eaotnbinna tuosaad nun aod alias apond twe optdnao ou ot
opol anb ',Top aaotnb 10110sopol op SO 0})01 uo!soadxa
uptpuoluo clam 1ottlu2!s onb °I so oisa ..e.totublena oar aod 9
Ifni 00(1 'soaloson aod asandnao apand InAupoi upednao ou 0500


telouoiod otos outs tuniau ()vamp tin aluown!doad so 011
permuload Op lesaontun otioaaop 1a oub olinsuoastauf wain
etnliosoad .10A op ,Staautioa quo!) aod .tratn. nand socuulaq
-nit SOU OWOO? ‘oldwofo awl 'tied top ausn soluasownd ou
sand i0sn ns op owoutuAlloodsaa souaentad ou nand up op
ausn sowetapod oL lu soaioson lu oub `oluo!theisuoa aod `sti.coA
-pu ou? tr.0 u SO.nOSOA smaxo ow itna ot op oar moult!: oal.
-13311A a1 anioxo so 10110 01 ap otionbe sa ww of onb usawb
00100 11111.1 IU V.11S011A IU owowleoa 1p05 ou `ealsonA uomum
so npuotauct Iw is onO? o!puct Op sa upuuop so opol


anb spA ou? oaad asauwaisns e ociaaaop uouatt sopol ant)
-aod 'sopa) ap sa opo) anb nuaquatitz two s!opttalaad soalosoA»
:op-loud in supuotaanpu sirs uo upop `sotaelo!doad sot sopoj n
anfodsap ugeluolut as anb pupien2i utsandns ut op SODOA
-p11)0 sot audtsw 000(1 uawb Isoct2eutou sutudiugns seatigndoa
se! op 50(10001) ua uquAaasqo:ino.1 01 uoa ognsod of ap
nos 9 to 000 v?ottoyed et ap ttoisnjuoo ut 110 ‘000n!nba
owswt to ua soaoinuj sits aod Stp60(111 sugalualuo uos `(opqond
lop npermagos) peppoine ap otiaoaop la uo A (olus!untuoo) sou
-om sol uo pepopload ut op uoloueouuom 11,101.117 12Z;


S031110511 SOId13N119d;ZZ




224 PRINCIPIOS TE61tiCOS
Pero hasten tales conveniencias, que pueden deleitar


Rocas y ser fastidiosas para muchos. He querido imicamente
hacer estas indicaciones para que la armonia de nuestra doc-
trina con todos los ramos del saber diese a entender todavia
mejor su verdad é importancia, que iran sucesivamente res-
plandeciendo cada vez más en las doctrinas politicas 5 filosOft-
cas que deberemos explicar en adelante.


Al presente necesitabamos estabiecer sOlidamente la verda-
dera teoria con que se explica el fenOmeno de la autoridad
social colocada en este 6 aquel individuo. Memos explicado
este fenOmeno . distinguiendo en la autoridad la esencia , que
depende de la naturaleza social, la exislencia, que dimana de
la realizacion de la sociedad, la posesion, quo es no hecho con.
temporaneo de la realidad misma, y la legitimidad, 6 sea el
derecho de power la'autoridad, cnyas causas y naturaleza


inquirido. Pero todo esto to ordenarnos al examen de otra
cuestion gravisima que surge del tratado relativo at sufragio
universal , cuyos fautores Inas moderados , persuadidos como
violas de la imposibilidad de que todo on pueblo, 6 todos los


:pueblos, y cada individuo de ellos gohierne la sociedad , se
contentan finalmente con afirmar quo al mónos- a medida que
en cada pueblo progresan las clases populares, tienen derecho
los que van por esta senda del progreso a ser llamados al Go-
bicrno por los principes; y que a medida quo los pueblos en-
teros se maduran, adquiercn el derecho de gobernarse por si
mismos.


CAEDiTliC1,0


SOBRE LA EIVIANCIPACION DE' LOS PUEBLOS ADULTOS.


§I.
Exposition de k materia.


235. Emprendamos ahora este tratado, quo foe introduci-
do en la Civilid Caltolica con motivo de una carta publicada
entOnces por el ilustre conde Mateo Ricci, el coal sin animo
de desiapar una colmena puso atrevidamente la maim en el
asunto presupuesto el kelt° prianitivo, legilinio e incontras-
table del patriarcado, y suponiendo ademas quo de 61 proce-
den Inas 6 menos remotamente todas las monarquias y poliar-
quias legitimas, el actor pregunta, si el poseedor de la autori-
dad, ftniC0 dispensador legitirno p aulorizado de ella puede
trasmitirla corno major le plazca, 6 si esta dirigido en su
accion por ciertas leyes morales.


236. Cuya cuestion expresada en estos tOrminos parecera
acaso al lector que presenta una respuesta tacit y evidente
todo el que haya saludado siquiera desde sus umbrales las
ciencias que tratan de los actor humanos: porque que accion
fibre del hombre pudo nunca eximirse de ser gobernada por
la ley moral?




226 PRINCIPIOS TE6RICOS
Et autor por otra parte al resolver este cuestion y al adu•


ci4sus pruebas demuestra bien que no se trate aqui solamen••
to de un problema moral de pure conciencia, sino tambien de
derecho externo; pues como veremos en breve, atribuye a los
pueblos, aunque limited° por las leyes de la prudencia, un
derecho verdadero y riguroso de asumir el Gobierno de si
mismos.


237. Por nuestra parte. habiendo ya demostrado con la
razon y con la historia el modo come las sociedades humanas
adquieren las varies formas de su regimen por la simplisima
aplicacion de las leyes del Orden universal a ciertos hechos in-
dividuates que pueden ser por extreme variados, y producir
con la misma variedad las censecuencias de un principio mis-
mo, no nos detendremos en rebatir la universalidad del Anico
principle adopted° por el ilustre Ricci acerca del primitivo
Gobierno patriarcal, y de la trasmision por el s6lo de todo po-
der, cuya proposition, que en su absolute universalidad nos
da Inger A dudes, considerada en relation con la otra parte
de le que afirma el altar, parecenos vacilante: porcine, icolno
puede combinarse con el patriarca, tinico dispensador au-
torizado del poder , el derecho riguroso en e1 pueblo de ar-
rojarlo del Trono y arrogarse en parte ó en todo el poder
mismo?


Dejemos A un lado este punto pare no incurrir en repeticio
nes, y afiadamos solo algunas reflexiones que poniendo en'
tele de juicio ciertos principios secundarios y ciertas conse-
cuencias y aplicaciones de semejarite teoria, pongan a nues-
tres lectores en estado de apreciar cornparativamente su
ler. Hacemos esto de tanto mejor grado, porque eStes reflexio-
nes pueden servir de corona y complemento al capitulo ante-
rior sabre la posesion de la autoridad.


258. Para resolvereSta cuestion, el autorinvoca lossiguien-
tes pi incipios:


I.' La superioridad de derecho debe reconocerse alli
donde se encuentren una superioridad intrinseca y 'nerd-
fiesta.


2.° Aunque la persona humane es inviolable, pero las fa-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 227
cultades intelectuales , morales y fisicas, cuando no han side
ya ocupadas , son legitimamente ocupables.


5.° Esta ocupacion no puede darer sino haste el dia en clue
las facultades mismas entran por su desenvolvimiento natural
baja el dominio de la persona.


259. De estos principios que parecen innegables al autor
saca por consecuencia, que al modo como el 111110 debe salir
de la tutela cuando se torna en •adulto, tambien debe salir el
pueblo de elle d medida qua las fuerzas asociadas , fibres
inteligenles adquieren mayor conciencia de si Mismas en re-
lacion conlas necesidades civiles y aumenlan, en sic aulono-
mia intrinseca.


240. Tel es la teoria que creemos necesario examiner
pare completer la exposition de las doctrines propuestas en
el capitulo anterior sobre la posesion de la autoridad, para
lo cual comenzare por la segunda de las tres proposiciones
antecedentes: ias cierto clue las facultades de los individuos
serAn del printer ocupante? Confieso queestaidea, A no mirar-
la como una inetafora, tiene pare mi un no se que que re-
pugna A la conciencia. Decidme si quereis que se puede ocu-
par el derecho de educar un huerfano , un pupilo , y que la
ocupacion forma un titulo preferente en favor de aquellos
afectos casi paternales que la inspiraron decidme que las
facultades del individuo necesitan de un auxilio que les pre-
sente su objeto propio, cual es para las fuerzas el trabajo,
pare la voluntad el bien , pare el entendimiento la verdad;'
estas cosas si que ocupan legitimamente las facultades Wan-
tiles ; y aquel que facilita su introduction en su legitimo
reino, puede decirse que Ilene un deber sacrosanto , no que
ocupa un fundo en calidad de usufructuario.


241. Pero aunque dieramos A este expresion carte de ve-
cindad, Lpodriamos aplicarla por venture a los pueblos coma
se aplica A los individuos? Segun el autor , el hecho es iclón-
tico , e identicas lOgicamente deben, ser las leyes morales
qua to rigen. Confieso en verdad que no puedo convex* en
este identidad entre des cosas , una de las cuales es fisica y
la otra moral; nadie hay de seguro que no perciba en ellas




298 PRINCIP1OS TEORICOS


mochas analogias; Pero,. icunnta thstancia hay de la analogia
a Ia identidad! DetengAmonos aqui un poco para analizar
este concepto metafOrico de los pueblos infantes , que.. ha se-
ducido algunas veces aun a sabios filOsofos, y vearnos si pue-
de inferirse de el una ley identica de emancipation.


IDEA Y PALSAS CONSEMENCIAS DE LA EDAD DE LOS PUEBLOS.


242. th.ie es un pueblo infante? iEsta obligado por tenor
esta edad vivir debajo de tutela? iDebera esta tutela cesar
euando ilegue a ser adulto?




Estas y otras cuestiones nos ayudaran a aclarar las ideas, pa-
ra declucir de ellas las consecuencias.


No hay reparo alguno en Ilamar metafOricamente pueblo Wi-
no a una tribu cualquiera que sale, como for del boton, del
circulo formado por los muros dornesticos; porque en el au-
n-iento que empieza a recibir en el ninnero de individuos y
familias, se parece al Milo quo recorro el primer estadio de la
vida.Niflo asimismo puede Ilamarse a Otro pueblo menos ade-


. lantado en las ciencias yen las artes, porque se parece al niflo
que todavia no esta adornado de los conocimientos y prirnores
de que despues le proveera la educacion. Por ultimo, puede
Ilamarse nifio si contento, como los pequeflos Cantones de Sui-
za con un Gohierno patriarcal ejercido por hombres de con-
ciencia, vivo ageno a aquellas artificiosas instituciones admi-
nistrativas quo nosotros ernpleamos (con que provecho, Dios lo
sabe) para suplir Ia poca conciencia que suponemos en los
gobernantes. A estos tres sentidos creo que puede reducirse
de ordinario el uso de la espresion metafOrica: pueblos ninos.


24'5. Ahora bien; ypercibis acaso en esta analogia sombra
siquiera de identidad de donde podais sacar lOgicamente, con
relacion a los pueblos, las consecuencias identicas quo se de-


DE LOS GOB1ERNOS LIBERALES. 229
rival/ de la infancia de los individuos? Hablando de estos, yo
discurriria asi sin necesidad de recurrir at derecho de ocupa-
cion.» Et nifio nace en la sociedad, donde Coda persona adulta,
y Inas si es alguno do sus parientes, esta obligada a querer y
procurar el bien do sus semejantes. Este que aqui veis,
ha nacido por la voluntad del Criador sin el uso libre de sus
facultades; luego el Criador quiet() que sus parientes inns pro-
ximos, y a faits de parientes cualquiera otra persona adulta,
lo ayude en el proporcionado desenvolvimiento de sus poten-
cias, hasta tanto quo eon el conocimiento de la verdad pueda
tender hacia el bien y Juicer uso de sus fuerzas pars eonse-
guirlo.D Este discurso me prueba quo asi como el adulto
belie el deber, asi tiene tambien el derecho de suplir a las
facultades todavia nn:auras del ni00 : este no conoce su
hien, Sus intereses; esta conliado por el Criador a la socie-
dad; la persona piadosa que recibe este encargo , tiene el de-
recito de cumplir con el.


244. 1.'odenios decir otro tanto de los pueblos nifios en
cualquiera do los ties sentidos antes indicados? Comencemos
por et primer°.


245. Demos ilarnado primeramente nitro a un pueblo.que
,r 'Saliendo del seno de su familia se transforms en tribu 6 en


municipio. Ahora Bien ; icreis verdaderamente clue en este
pueblo scan racionalmenle ocupables las inteligencias , las vo-
luntades , las fuerzas, y sujelas por consiguienle a la lu lela
y al dominio .de uno o do pocos? zQuierr es et hombre de j uicio
que viendo una familia propagarse, edilicar nuevas casas y for-


' mar por hermanos y sobrinos una nueva aides, un pueblo, se
- atreviese a dirigirles a Laos estos , por via de reconvention,


el -siguiente discurso : .Seflores; os he reunido aqui para ma-
nilestaros quo la familia multiplicada ha recibido retOricamen-
te el nombre de pueblo alio)? Ahora bleu; los 'linos, como
sabeis nmy bien , no sabers




ni discurrir, ni conocen
sus intereses, ni quieren su verdadero bien; por cuya razon no
solo es un derecho, sino on deber de todo hombre sensato el


.


encargarse de su tutela y por, meth() de la educacion.
Pues este oficio es cabalmente el que he pensado ejercitar




230 TEDRIEOS
con vosotros que Bois un pueblo nifio; por tanto, Memos veni-
do'en decretar y decretamos lo siguiente....»


246. No creo quo el buen tutor tuviera tiempo para expo-
ner aqui el Codigo de sus leyes tutelares , plies scria inter-
rumpido por la risa mas aim que por la indignation de aque-
Ilas buerias gentes, que al fin le responderian quiz& en estos
têrtninos sobre poco mas 6 menos: «Sepa Vd., senor nuestro,
que un pueblo 'lino podria Ilamarse con igual retOrica una fa-
milia perfecta y madura; pun tanto, si en concepto de niftos.
tenemos necesidad de pedagogo, como adultos tenemos dere-
elm de gobernarnos por nosotros mismos; si no tenemos la in-
teligencia de pueblo, tenemos la inteligencia de familia adulta
que nos ha dado naturaleza, conforme a las_ necesidades de
nuestro ser, con la cual conocemos admirablemente el verda-
dero Bien y nuestros verdaderos intereses, acerca de los cua-
les es probable que esteis mils a °scores quo nosotros. Asi la
pretension de ingeriros en la direction de nuestros intereses la
reputamos por gravisima ofensa del derecho quo tenemos a la
libertad; y este resentinziento juridico debe haceros compren-
der, aun segun vuestros principios, que Memos Ilegado ya a una •
madurez que mereceria la libertad, si no la . tuvi6semos, y asi
menos sera razon que-la perdamos, cuando ya la poscemos.


247. Bien vemos quo el conocimiento que tenemos de
nuestro verdadero bien podrA siempre recibir nuevos incre-
mentos, como puede asimismo recibirlos el Bien a quo se relic-
re; mas para adelantarnos en este conocimiento, no creetnos
tener necesidad ninguna de sacrificer nuestra presente
tad, quo es en resolution el mayor Men a quo nos prometeis
conducirnos. La naturaleza, que dirige con perfecta armonia
toda la marcha del universo, da on conocimiento menos per-
fecto a los pueblos menos adoltos , porque este .conocimiento
memos perfecto puede bastar a su objeto, que es un Men me-
nos perfecto. Con 61, y con el estimulo que mueve siempre al
hombre A buscar por lo menos en el Orden material lo mejor,
no dude Vd. que Ilegaremos tambien nosotros sucesivatnen-
te A la perfection que conviene a nuestro caracter, al tem-
perament° , al c/itna , a los !altos , a las instituciones,


DE LOS GOBIEI1NOS LIBERALES, 231
a las tradiciones, v en soma a todos nuestros antecedentes,
sin que tenga quo tomarse la rmilestia de destrozarnos
todas las fibras del corazon y encadenarnos todos los movi-
mientos del, cuerpo a fin de implantar entre nosotros esta
vuestra exotica civilization, la coal sabe Dios si en este, ter-
ram, que no es vuestro, podra echar raices.D


248. Confieso no von que replica podrA opOnerse a este
resentimiento tan justo, ctqa justicia consiste, como todo el
mundo puede von, en hater trocado el sent.ido propio por el
metafOrico; un pueblo no tiene realmente una inteligencia,
una voluntad, sino en cuando la obediencia le Obliga a hacer
suya la voluntad del gobernante. Pero cuando para librarlo
de la obediencia contraponeis al superior la inteligencia y
voluntad do la nacion, dividis la sociedad real en dos series: el
ono fisico y real, que es el superior, y el otro imaginario, 6
cuando mas, que es la unidud de las inteligencias y de
las yoluntades de los ciudadanos; v este ser contradictorio
que pierde toda unidarl, y por consiguiente toda realidad al se-
pararse del gobernante, lo contraponeis al gobernante mismo.
Ahora Bien, (..,eitno es posible deducir de tales premises ima-
ginarias y contradictories una consecuencia razonable y prac-
ticable?


249. Podreis, si, eneontrar una realidad quo contrapo-
ner al Principe en la inteligencia y voluntad particular de Ca-.
da Imo de los individuos; nero estas aim en el pueblo nitio son
adultas, maduras, deerepitas, de donde resulta que es !also
Ilamarlas nifias, y absurdo querer introducir aqui el dere-
tho de tutela.


250. Consideremos ahora la infancia de los pueblos
mend° nifios a pueblos agrestes todavia, que carecen de cul-
tura en las ciencias y en las artes: yque fuerza tendria con re-


, lacion a estos el argutnento del autor, despojado de su forma
Kmetaforica y reducido a terminos futurities y propios? A tales


pueblos tendriantos que decirles: «Vosotros no conoceis los
nuevos frittos producidos por los Arboles de Bacon, de los enci-
clopedistas, de Ampere y de Gioberti; ni conoccis las Orbitas
ale los nuevos planetas, ni los telescopios con que los contem-


T0110 I. 16




25'2 PRINCIP1OS TEORIGOS
plamos, ni los calculos de la mechnica celeste, ni los descubri-
mientos electro-dinamicos, ni las cifras de la estatica, ni las.
demostraciones de todo el Orden moral, deducidas de los ele-
mentos trascendentales del imperative eategerico, del ente,
de loIabsohlto y otras innu merablesque bacon la admiracion de
la docta Europa. Es, pues, evidente quo no podeis conocer le
verdadera felicidad, ni vuestros verdaderos intereses; y asi mo-
vidos de tierna compasion por vosotros, os tomamos bajo noes-
tra benefice tutela, y comenzamos a dares un curse de leceio-
nes sabre la felicidad, quo nos pagareis con una contribution
de cuatro 6 cinco millones, y Os prepararan adniirablemente
ernanciparos del yugo quo Os irnponemos el dia de boy pare ha-
cores felices.'


251. Mis lectores habran notado que el discurso ithagina-
do es historia, no parabola (1): que ya hate muchos • lustros
se liable este lengnaje a pueblos ignorantes para conducirlos
A la Ins necesaria para la emancipation, y que ciertos pueblos
aceptan de buena voluntad in .utilibus esta Ins con quo se com-
pra a bajo precio la libertad. iPero estarian igualmente dis•.
prestos a aceptar el sistema con las consecuencias contranas,
es decir, ui aceptar ei titulo de niito, y las ligaduras con qua
se pretendiera encadenarlos por este titulo? iSerian por Ven-
tura razonables estas consecuencias? 4Tenian razon los radica-
les suizos cuando a los rirsti.ios montaheses de Uri, de Unter-


(1) tIn ejemplo de esto presenta la Suiza, segun el Unit/era del
23 de Setiembre de 1850..Se Babe que los electores del canton
de Frani rgo hen firmado casi todos, scan cerca de linos 48,000,
de 20,000 que son, una exposicion pidiendo que el pueblo sea con-
sultado sobre si se ha de mentener la constitncion impuesta el
coo de 1817 per el ejercito federal. Otra exposicion de igual ge-
neric, circula en estos mementos en el Vales, cii que se leen tas
siguientes .Iduchos aces de experiencia nos han probado
que para establecer sOlidamente la dicha y Ja prosperidad de un
pueblo, no es bastante gritar progreso ni hablar rondo de liber-
tad, ni hater leyes numerosas y entregarse a coerced de bellas
teorias; sine /0 que importa es (pre las necesidades y los recursos
del pais, etc. No es razor' romper de una vez para siempre con
los derechos adquiridos, y renunciar desdefiosamente a Coda una.,
historia Ilena de patinas gloriosas y de grandes merechnientos.


DE LOS GOBIERNOS LIOJRALES.


2.33,
vials., del Vales, les querian guitar su soberania porque no es-
taban eieilizados?


25'2. Es: cosa clara que aquelios fuertes y patriarcales he-
rederos de los vencedores de Seinpache, habrian podido res-
ponder a /a civilizacion radical en los sign entes terminos:
.Senores, todas estas admirables invcnciones vuestras pueden
formar un bello ornament°, nun ocupacion agradable, un gus-
toso recreo pare el pueblo quo las haya menester; pero no
constituyen la civilizacion esencial a la naturaleza hurnana,
la que forma el constitutivo sOlido de la felicidad social. Este
se contenta con la libertad de procurer cada lino pare si y
para los suyos el pan de cada die, libertad garantida por one
education que enjandre la probidad y par una justicia quo
aterre a los rnalvados; lo cual basta en el Orden del Gobierno
civil pare formar de nosotros un pueblo fuerte, honesto y
fells. Todo lo•demas podrà favorecer a los que hubiesen con-
traido semejantes necesidades; pero do seguro es inntil pare


. pasta el alto de 1818, el pueblo del Vales gozaba del derecho
de deliberar acerca de las leyes preparadas por el Consejo supe-
rior, y no estaba obligado a sufrir impuesto alguno sin la.apro-
bacion del pueblo; este nombraba entonces sus presidentes de
distrito, sus gobernadores y sus jueces; mas hey, gracias a la
Constitucion quo nos rige, estos nombramientos se hallan centre-
lizados en maims de siete consejeros de Estado. El Consejo supe-
rior discute y sanciona definitivamente las leyes, y al pueblo no
le queda quo hater otra cosa sino recibirlas y obedecerlas. Todos
estos atributos de la soberania del pueblo se le han ido de las
manos, y quedando sometido sin restriction alguna a esta tristesi-
tuacion, ha bria verdaderamente abdicado.


' Los que abajo finnan, reclaman, pues, que se restablezca el
Referendum para las loves, impuestos, naturalization de extran-
jeros; tambien reclarnan mayor participacion en el nombramiento
de sus magistrados de distrito.....


•Lletros de confianza en el respe,to que las autoridades del pais
deberrin de tenor rl Jos derechos del pueblo, y en sus sentimientos
de verdadero pa triotismo, no dudamos que, luego que la presente
solicitud cuente con 6,000 firmas, dejarrin de sameterla d la de-
cision de las juntas electorates de circulos y distritos, porque el
voto de estos 6,000 ciudadanos tiene tanta fuerza come one reso-
lucion del Consejo superior, segun los tdrminos esplicitos del actg.
constitucional.


•Facilmente se reuniNin las 6,000 firmas, y entunces veremos to
que }lace el Gobierno.




234 PRINCIPIOS TEORICOS
los que ban sabido no ser esclavos de ellas. Permitidnos, pues,
que no sacrifiquemos la libertad que poseemos de machos si-
glos a esta parte a un lujo de ciencia y de bienestar de que no
nos curamos.), Contra este discurso, Lquien se atreveria a in-
sistir en sujetar a este pueblo niiio para corromperlo con
una civilizacion sensual y romper despues sus vinculos, cuan-
do relajado con los goces y alterada en su mente Ia verdad
de los principios , se hallara incapacitado para poseer la li-
bertad?


255. Por Ultimo, se Haman nifios por algunos a los pue-
blos, cuando la sencillez de sus Gobiernos y de sus COdigos no
ha menester de equilibrios, de camaras y de budget; y si por
esta falta fuese su administracion menos jthta, el espiritu O-
ldie() menos concorde, la sociedad domestica menos libre, los
ciudadanos menos amantes de la patria, y las costilmbres pit-
blicas menos honestas, acaso no seria fliers de razon tratarlos
como Milos. Pero si no pueblo regido por tin Gobierno sen-
cillo y patriarcal, inculcando a todos la santidad de los debe-
res consigue que todos concurran a defender en calla indivi-
duo el derecho sin necesidad de instituciones artificiales; si
los ciudadanos, menos delicados enresentirse juridicamente, lo
Tuesen Inas en el dictimen de la conciencia, pretender que
este pueblo sea nino porque discurre sin parlamentos, perma-
nece de pie sin hacer equilibrios, administra la justicia sin
necesidad de fiscalizacion, y cantina sin gendarmes; pretender
que para este pueblo son legithrtos los lazos que deben des-
atarse tratindose de pueblos adultos; pretender que el Cobier-
no de este pueblo sea cosa vacante, buena presa del primer°
que la ocupe , no seria ciertamente conforme a razon y justi-
cia; y el autor que defiende en favor de los pueblos capaces de
gobernarse intelectualmente si mismos sus franquicias,
ctungue abusen de ellas , no querrA ciertamente guitar a los.
pueblos menos corrompidos el derecho de libertad que ejer-
citan naturalmente con tanta mayor moderacion.


254. De lo dicho hasta aqui, creo quo puede deducirse,I6-
gicamente que la llamada infancia de los pueblos, nada tiene
que ver con la infancia de los individuos, cuando se trata. de


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
235


sacar de ellas, en Orden a la libertad de las acciones, conse-
cuencias identicas. Dc lo cual pods tambien convencerse el
autor, si advierte (pie el mistno presenta como . signo de haber,.
llegado un pueblo A la autonotnia y de tener derecho a la
emancipacion cuando experiments el resentimiento juridic°
procedente de la conciencia Mama de su personalidad. Alto-
ra hien, todo el que no es extrafio a la historia de los pueblos,
Babe muy bier que el sentir la ofensa que se hace a sus dere-
chos, es, no se si me atreva a decir, una prerogativa eminente
O un defect() de los pueblos infantes: el ultraje inferido a uno
solo en una tribu de salvajes, en una horda de barbaros, pro-
duce inmediatamente una guerra furiosa; y cuanto mss se con-
servan en tin pueblo ideas y afectos municipales. tam.° es may
vivo de °Him rio el resentimiento juridico, como suele notar-
se en aquellos pueblos en que, por razon de susoledad y aisia-
miento, es mss vigoroso el elemento municipal.


Si pues este resentimiento es indicio de un pueblo madu-
ro pars el goer; de la libertad, maduros deberan Ilamarse
para (Ala A los pueblos niftos al par de cualquier nacion adui-
ta y decrepita; Ili es posible, por consiguiente, hallar en la
vida de un pueblo un solo dia en que las facultades de en-
tender, querer, obrar, puedan reputarse cosa vacante, quo
esta a merced del printero quo la ocupa.


255. Demos dicho todo esto aceptando en sus mismos ter-
"(linos lo que asegura el autor acerca del indicio del resenti-
miento juridico; Pero este resentimiento, ies verdaderamente
indicio de no pueblo maduro? Faciles comprenderque estere-
sentitnienton0 es otra cosa en sustancia que un elect°, una mo-
dificacion accidental de la unidad nacional , y que forrnan-
do esta verdaderamente de mochas gentes y provincias
pueblo, no puede negarse quo semejante resentimiento es in-
dicio de pueblo maduro, porque prueba que ha adquirido la.
unidad nacional.


256. Esta unidad se halla constituida sustancialmente por
la unidad de entendimiento, de voluntad, de intereses, de
territorio, de leegua y de Gobierno: un pueblo realmente uno
en razon de la inteligencia y de la voluntad esta dotado




256 eamcipios TEOIIICOS
espiritunacional; si es uno por intereses y territorio, adquie-
trevnidad material; si en la lengua y gobierno; unidad civil


•politica. Cuando el conjunto de estas unidades ha liegado
unir a un pueblo con unos mismos pensamientos, afectos e


intereses, acaece por consiguiente que al tocarse una fibra de
calla una de estas unidades, responden las:fibras simpaticas:
y asi comp la violation de un derecho despierta en todos el re-
sentimiento juridico, asi tambien cuando se vislumbra un bien
cualquiera, despiertanse las esperanzas de todos; el temor de
una quiebra connmeve las fortunas de muchos; un principio
social que vacila, : hace vacilar a muchos sentimientos.


257. Creo, : pues, que generalizando y simplificando po-
Atemos llamar roaduro :a un pueblo para gobernarse por si,
cuando ha adquirido la unidad del pueblo. Esto expresa una
vddad comunmente recibida, con tal que se entienda bien; y
es que todos los pueblos, es decir, todos les Estados, son na-
tufalmente . autOnomos; lo que ro significa clue todos los Esta-
do ideban de gobernarse por la comunidad, porcine son cosas
•miy diversas entre si autonontia de un pueblo y Gobierno re-
publican°. Pueblo es una sociedad, y toda sociedad consta
esencialmente de una multitud y de no superior. Pueblo auto-
namo quiere, pues, decir una multitud con su superior a Ia Ca-
beza, independiente de muchedumbres y superiores extranje-
ros; pero no una multitud no gobernada por su propio superior,
la coal no seria ya un pueblo, sino un conjunto de individuos.
Concediendo, pues, que el pueblo pie ha llegado a la unidad
national tenga derecho a /a autonomia, no por esto debe infe-
rirse que tenga derecho a ser gobernado por la comtinidad: la
determination de la forma de Gobierno depende.de otros prin-
cipios, de los cuales tratamos en el capitulo anterior, hablando
de.la posesion de Ia autoridad; pero el principio de la unidad
national, manifestada por las simpatias nacionales, podria mos-
trar la madurez de un pueblo, no para formas de un Gobierno


sino para .1a ,autonomia national.
258. Por medio de estos discursos hemos procurado esta-


blecer, como punto de derecho, .1a plena :igualdad politica de
los pueblos nifios comparados con los pueblos adultos, la coal


DE LOS COIL:MINOS LIC,ERALES. ti;57
impugnan hoy (antique no sin alguna incoherencia) ciertos
tilOsofos y filantropos que en segubla defienden a capa y espa-
da la libertad y la igualdad individuales: estos tales, como vi-
mos en otra ocasion (1), se sienten tan poseidos de la gran-
deza y de los derechos de nuestra que no vacilan
en someter a su dominio todos los pueblos barbaros. A este
mismo punto, aunque el autor no lo declare, nos conduciria
su doctrina, que establece la necesidad del Gobierno sobre, la
base de la infancia de los pueblos, y el derecho riguroso de
.ser gradualmente emancipados sobre la base de la concien-
cia, coda vex mayor, quo adquieren de si mismas las fuerzas
asociadas en relation con las necesidades civiles.


259. Si ahora pasamos del raciocinio a la historia, sera
faeil ver collo admirablemente conviene esta con nuestras
teorias y repligna a las contra rias, plies no hay propiarnente
en parte alguna ;nom/lentos históricos de mayor libertad (pie
enlos pueblos infantes; antes seria dificil hallar lino solo entre
estos pie no goce de la libertad casi en tocla su pleuitird. Esta
.proposition podra parecer contraria al sentir de autores gra-
visimos (2) que encuentran en las historias a la sombra de la
Monarquia los principios de casi todos los pueblos; pero
me:ilte puede ponerse en armonia con el juicio de ,


tales auto-
res, si se reflexiona en la naturaleza 6 indole de las sobcra-
Mas primitivas ,-.A las cuales se habian mezclado en much
parte elementos de forma ora democratica ora aristocra-


ora tambien ieratica , de lo coal tenemos buen testi-
:nonio no solo en las antigfiedades romans, griegas, germa-
nicas y galas, y enlos modernos salvajes y barbaros, sino pasta
en el llamado despotismo oriental, cuyo absolutismo no irripe-
cfia a los satrapas encadenar por medio de las leyes las manos
de sus respectivos Principes, intirnandoles sitobservancia,
como a propOsito de Dario y de Daniel observa Canti,.




260. Pues si la calla de los pueblos Milos se moostra en
la historia la sombre del Arbol de la libertad; si para regar


( I ) Civ. Call., vol. III.(2) Se pueden rev inuchos de estos autores en IIInza; Ilestaur. de
err seienz . . pout.




238 PRINCIPIOS TEORICOS
esta planta descienden de lo alto razones tan espontaneas,.
parece bien concluir sin temor de •errar que el derecho de
gobernar y la necesidad de ser gobernados no dependen de
la infancia de los pueblos, sino do otras razones ya oportuna-
mente explicadas; y par consigariente'que tampoco puede de-
pender de su adolescencia el derecho de obtener y la obliga-
tion de otorgar•la emancipation.


VERDADERA 'IDEA r VERDADERAS CONSECURNCIAS.


261. Todo lo quo hash aqui hemos tratado podria redo--
cirse a brevisimo epilogo haciendo el discorso siguiente. La
razon por la que puede y aun debe el Miro estar, en toda so-
edetiad que no sea ittimmana, bajo la tutela de los adultos, es
la imposibilidad en que se encuentra de proveer a su verda-
dero Bien por falta 6 irnperfeccion del use do la razon: es asi
que los pueblos Ilatnados nines por la orgullosa civilization
europea tienen el use ph:instill° de su razon, arm en el punto
que salen del germen de la familia, aunque no se curan del
lujo de las artes y (re las ciencias, aun cuando se riven por
instituciones sencillas y patriarcales: largo la infancia de los.
pueblos no ofrece tnotivo alguno rational para enfrenarlos.
con leyes mas absolutas. (en lo coal conviene la historia con
la razon). Luego si en ciertos epocas los vemos regidos con
mayor rigor, debe esto atrihuirse a otras razones diversas de.
su infancia (1). Luego so adolescencia no es motivo sullciente
para obligar a los Gobiernos a trasformarse concediendo a lo,s-
sithditos libertad.


262. Permitaseme .aqiii hacer de _Paso otra observation


(1) Hems puesto en clam estos motives en el capitulo ante-
rior: De la posesion cle la autoridad.


DE LOS GORIERNOS LIBERALES.
239


acerca de estas nomenclaturas fundadas en la analogic , de
donde resultaran no solo infamies, sino pasta falaces los ar-
gunientos que se quieren presentar como principios cientificos
en las regiones filos6ficas. Macho se !labia de la infancia de
los pueblos; pero ipodreis decirme, por vida vuestra, en (re
afro 6 en que bistro estan los pueblos en su infancia, en cuales
llegan a la puericia, cuantos necesitan para la adolescencia, la
virilidad y la vejez 9 Se me antoja qne mas de ono quo hablO
mil veces de la infancia de las naciones , habria de sentirse
may embarazado para dam la respuesta. Todavia le seria mas
difickdarla , si le preguntasen los fenOmenos por donde se
conoce el transit.° de una edad a otra. En el individuo todo
esto es claro : el infante pasa a ser niflo cuando cotnienza
andar, adolescente cuando comienza A usar de la razon, horn-
bre cuando la ejercita con facilidad: los fisiOlogos sefialan los
caracteres organicos que corresponden a las respectivas varie-
dades, y calla una de estas, sabre algunos meses mas o menos,
tiene un periodo fijo. iSe observa por ventura nada de esto en
las varias edades de los pueblos? No solo no hay en ellos nada
determinado en razon del tiempo; no solo carecen de indicios
ciertos en sus forms orgrinicas, sino que la filosofia de la his-
toria, tras prolijo examen y largos debates, aun no se ha atre.•
vido a decir quo los pueblos tengan edad ninguna.


263. No es que se atreva a negar que los pueblos, como
otra criatura cualquiera. sean arrebatados por el tiempo inexo-
rable en la corriente de Ins siglos, lo coal seria locura; sino
que todavia disputa si los pueblos se- encaminan siempre a un
hien mayor coma quieren los progresistas, 6 decaen como di-
cen los pesimistas, 6 giran en circulo segun Vico, 6 si caidos
se vuelven a levantar desde el dia de su redencion, como me-
jar que otros me parece quo dice Balbo en sus meditaciones
histOricas. Pues si aun no sabemos todavia coal es la marcha
natural y constante do los pueblos, isera posible, determinar
en periodos norntales sus rases sucesivas? Suponed que Envier
huhiese encontrado en las entrafras de la tierra un fesil, y que
no hubiera podido decir si este fOsil era mineral 6 vegetal 6
animal, ni hubiera podido por consiguiente conocer sus perio-




240 PBINCIPIOS TEORICOS
dos naturales y sucesivos; zpodria decirnos en que periodo de
su existencia Me sorprendido par el cataclismo y sepultado en
las entrafias de Ia tierra?


264. Par mi parte cantles° q u o no puedo deculirme a seua-
Iara los pueblos una crisis de edad propiamente dicha, si no
es aquella edad primera en que salon del germen domestic°,
la cual podria Hamarse su infancia, 6 major dicho, su forma-
dim: en todo el resto de su vida yo Yea ciertamente el desen-
volvitniento sucesivo de los elernentos preexistentes, y corn-
prendo muy hien que comparando cadageneracion el estado
,que ha Ilegado con los germenes de que ha procedido 4


Name
infante a la edad anterior y se crea a si propia adolescente 6 ma-
dura; asi como la generacion pie vcnga despues de ella, teno-
vando respectivamente el too mo desenvolvimiento sucesivo y
hacienda la mistna comparacion, Hamara infante a la an-
terior y a si misma se Damara adulta. Pero todos estos juicios


toda esta presuncion, 'Son simples termitios relativos, a los
cuales falta una unidad absoluta de que constantemente se par-
ta: y cabalmente por esto unos desprecian comb nines a cier-
tos pueblos que otros pones en las nubes, coma consumados
en sahiduria; unos Ilaman progreso lo quo otros retroceso. Mas
no seria dificil encontrar la razon primera y profunda de todas
estas inciertas variaciones en la naturaleza del hombre y la
sociedad.


265. Aunque compuesta de serer fisicos, la sociedad es un
cuerpo moral, es decir, un cuerpo que resulta de las acciones
Woes de los- hombres, los cuales. si bien estan unidos general-
mente por !eyes morales a la sociedad en qua vixen respecti-
vamente, todavia pueden, en fuerza de su libre alhedrio, tras-
pasar estas leyes o guardarlas con mayor 6 menor perfeccion,
6 modificar su observancia con aquella variedad de acaeci-
rnientos subsiguientes que la naturaleza de las cocas presenta
en pos de esta variedad que se nota en la action libre do los
hombres. Para citar algun ejetnplo solemne y palpable, recor-
demos que cuando Constantino, Clodoveo 6 Esteban de Hungria
implantaban en sits pueblos la idea catelica, esparcian una se-
milla que hubieran podido no esparcir, coma despues pudic-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 241
Ton Mahonia, Littera, Voltaire, exterminarla o impedir su feL
curtdidad. Si pees el arbitrio de los hombres puede aiterar
can progresos y retrocesos la marcha de los pueblos, preten-
der -seitalar a estos una marcha constante, cuyas Rises sucesi-
vas presentee caracteres tambien constantes, a quo puedan
aplicarse en sentido propio los nombres de las varias edades
del •ndividuo humano, pareceme repugnante a la naturaleza
moral de Ia sociedad, que resulta de la operation natural de
ranchos hombres fisicatnente libres en las varias acciones con
que desenvuelve todos los germenes sociales.


266, Si aplicais esta verdad a la doctrina que estamos
examinando, vereis demostrado con una nueva razon que
nada puede inferirse de la infancia o adolescencia de Ins pue-
blos ni en pre ni en contra de su emancipation. Con todo, si
es cierto, coma hemos detnostrado, que todas las edades suce-
sivas pueden bajo este aspecto celebrar su propia adolescencia
respecto a las edades precedentes, seguiriase quo todas tienen
derecho a emanciparse; y par el contrario, si todas las prece-
dentes pudieran ser Ilamadas edad de la infanc i a respecto a las
posteriores, todas podrian scr legitimamente - encadenadas par
sus gobernantes. Pero asi como estos desenvolvimientos pue-
den conducir al hien 6 al mal, segun que proceden de un ger-
Men buena 6 mall), asi tambien pueden ser una razon para
aflojar las riendas y conceder a los pueblos mayor influencia
en el gobierno, 6 6 lo menos mayor libertad, 6 hien sujetarlos
con mils estreclioa lazos, dejandoles menor esperanza de influir
en el gobierno.


267. He aqui, caro lector, cuintas dilicultades se pueden
suscitar sabre estas influencias politicas de la supuesta edad
de los pueblos; y acaso al notar lo mucho que me fie detenido
en estas consideraciones criticas, to imaginaras halter sido mi
anima, inducido de cierta inclinacion a formas de gobierno
menos libres, pulverizar en este punto las doctrinas del senor
Ricci. Mas to engailarias formando este juicio, pees cuando se
trata de autores sinceramente catelicos y graves y modestos,
no me siento inclinado a destruir todo lo que dicen; pues difi-
eilmente puedo persuadirme a que corran ciegamente eu pos




242 PRINCIPIOS TEORICOS
de sus suefios, y de mejor grad° me persuado a que en su mis-
mo error resplandezca alguna verdad percibida por ellos de
un modo confuso, Ia cual, luego que se pone en claro, puede
difundir mucha luz sobre las doctrines oscurecidas por las som.
bras del equivoco. Esto es justamente lo que yo quisiera ave_
riguar en este instante, examinando el sentido' en que pueda
decirse con verdad que los pueblos son niftos, y que pasando
de la nifiez a la virilidad, tienen derecIto a adquirir en el go-
bierno una influencia siempre, mayor.


2G8. He dicho hate poco que los pueblos, desde el momen-
to de su formation , estan sujetos a una perpetua vicisitud en
Niue el moment° presente es un desenvolvimiento del momen-
to anterior, y un germen a la vez de otro desenvolvimiento
sucesivo, pero que esta vicisitud no puede recibir justamente
los nornbres de las edades que denotan la madurez de la vida,
con los cuales distinguimos los periodos sucesivos de la vida
humana: de donde hemos inferido que las formas de gobier-
no no se determinan con relacion a los pueblos segue Ia edad.


Pero al decir esto,, contemplabamos a cada pueblo aislado
de los demas, y Ilegado a su punto: pero es este aislarniento
propio de las varias naciones en que se divide el linage
human° ? tuvieron estas naciones lases algunas antes de
Ilegar a su ser y no pueden esperar otras con que trasformar-
se? Neil es observar que antes bien una ley constante de la
naturaleza parece impulsar a todas las sociedades hicia un
engrandecimiento futuro , a que todas aspiran por natural
instinto.


269. Ix r bistoria habla claro en este punto : en los orige-
nesprimeros de las naciones cada familia, por decirlo asi, lue-
go que se erigia en ciudad, constituia tin reino de pocas yega-
das de tiara. Asi lo vemos en las sagradas letras : aquella
trerra que fuê destines uno de los Inas pequeflos reinos de
Oriente , la Palestina , contenia dentro de si una multitud de
otros reinos Inns pequefios, cada uno de los cuales estaba re-
ducido cast a la respective capital, y entre ellos cinco se asen-
taban en el estrecho valle donde hay reposa el mar muerto.


La misma ensefianza se saca de los documentos profanos


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 243
respect° a la Grecia grande y pequefia, al Lacio, a la Etru-
ria, etc.; y despues que cayO la sociedad antigua, renacen
las4,entes distribuidas en pequeftos feudos y comunes que,
aglomerandose poco a poco, constituyen reinos que van suce-
sivamente creciendo aun a nuestros ojos para formar siempre
mayores Estados 0 imperios.


270. yEs este hecho histOrico un mero accidente fortuito,
o una ley constante? La filosofia de la historia, que ha habla-
do mucho, pero no siempre bien, se ha inclined° con esceso,
adoleciendo del achaque propio de las ciencias en la tuna, que
essacar inducciones universales de unos pocos hechos particu-
tares: y asi, conformea esta regla, es facilinferir la existencia
de dicha ley de esos tres heshos que hemos apuntado. Mas si
se quiere que una induction sacada de tan pobres elementos
tenga sin embargo algun valor, conviene esforzarse por bus-
ear los principios universales en que se funda en el Orden
metafisico, los cuales por ser naturalmente necesarios y cons-
tantes, pueden certificarnos que el hecho, antique esperimen-
tado pocas veces, atendida la breve duration del genero hu-
man°, debe reproducirse constantemente en virtud de su mis-
ma naturaleza.


271 Ahora bien: no es dificil al que meditaen la natttrale.-
za de las sociedades humanas echar de ver los elementos apo-
dicticos, en cuya virtud es la sociedad naturalmente progresi-
va, no en el sentido que ya hemos refutado, de que cada pue-
blo adquiere siempre nueva luz intelectual y nuevos derechos
a la libertad, sino en este otro sentido: que toda sociedad,
aun la mils elemental, tiende en su desenvolvimiento a reci-
bir nueva especie 0 nuevas tormas, pasando de individuo
familia , de familia a municipio , de municipio a estado , de
estado a nacion, de nacion a federation o imperio, de imperio
a sociedad universal. Till es el verdadero increment° normal,
natural, constante de la asociacion humana, cuando no Ilegit
a ser perturbada por aquellas catastrofes que introducen per-
petuas anomalias en los sistemas secundarios de Orden natural,
a, fin de que estos sirvan a otros sistemas primarios y supe-
riores. Bien se comprende que si esta Iey fisica de incre-




• 244. PRINCIPIOS TE6RICO'S
mento social es constante, podretnos con justicia inferir de
ella leyes morales relativamente a los gobiernos de la . socie-
dad, y podrernos acaso encoutrarnos con resultados analogos
a los del ilustrado autor, aunque aplicados a otra materia
enteramente distinta, pues el los aplicaba a cada pueblo, se-
gun que trace en instruccion y prudencia, lo coal es falso de
hecho, y hace por consiguiente falsa, impracticable y perni-
ciosa la ley; y nosotros, por el contrario, los aplicaremos a la
marcha universal del linaje humano: y si esta marcha fuese
conforme con nuestro juicio, saldria verdadera, practicable y
Util la ley moral. Ahora Bien se puede demostrar con muchos
argumentos que semejante ley dirija realmente la sociedad (I).


272. Si la miramos en su naturaleza fisica, facilmente ve-
remos que la sociedad ha sido criada para crecer indefinida-
mente: asi lo demuestra el gran hecho de la procreacion y de
la fecundidad, Ia cual es de notar que multiplica los individnos
humanos con tanta mayor constancia, cuanto es mayor la fide-
lidad con que por estos se observa la ley moral de la natura-
leza: una continencia honesta , una villa sObria, un trabajo
asiduo, una prudente econornia, virtudes todas sujeridas por
la naturaleza, contribuyen a multiplicar y sustentar y
prosperar la prole; y esta multiplication no tiene otros limi-
tes con el trascurso de los tiempos que los confines de la tier-
ra habitable y de los alimentos que produce. Luego el Oiler°
humano tiende fisicamente a una sociedad siempre, mayor.


273. A estos incrementos lo estirnulan todos los intereses,
cuya satisfaccion es tanto mayor, cuanto mayor es el niunero
de inteligencias y de Brazos que cooperan en pro de los mis-
mos. Si pues se llegasen alguna vez a juntar en uno los esfuer-
zos de todos los individnos humanos disfrutando las riquezas
de todas las regiones del globo, los intereses de los hombres
Ilegarian al grado maxim° de la satisfaccion deseada. Ahora
hien; los deseos del hombre sensitivo tienen , merced a la ra-


(1) Lo que vamos a esplicar ahora puede servir de ilustracion
las doctrines del Ensayo teOrico relativas a la naturaleza social,
tomo II, cap. 2 y siguiente: y al Derccho spottitico , tomo Ii-bro I, cap. G.


DV LOS GOBIERNOS LIBERALES 245
ion, una tendencia al maximum posible, una tendencia natu-
ralmente indefinitla ; luego el hombre sensitivo tiene un im-
pulso natural a reunirse, logrando siempre nuevos incrementos,
en sociedad universal en todada. redondez del gloho con todos
los individnos de su especie. '


274. Si interrogamos al hombre racional, oiremos cierta-
mente la mistna respuesta: de la sed de verdad (pie incesan-
temente experimenta, es movido a crear siempre nuevas rela-
ciones con todas aquellas inteligencias de quienes espera ver
saltar alguna centella. Ademas, el amor del Inca y del Orden,
combatido perpettiamente por la violencia de las pasiones, le
induce a juntarse en sociedades siempre mas vastas, en las
cuales espera que serail tanto mas probables la perfeccion y el
logro de sus justos y ordenados deseos, citanto es mas repug-
nante al hombre querer gratuitamente el desorden y la injus-
ticia, sin alguna satisfaccion del interes privado. Y conio en
las grandes muchedumbres los intereses estan siempre mas
divididos, siguese que en ella:s el triunfo del Orden es stern-
pre (supuesta la igualtlad en todo lo restante) mas probable.
Por esto !a familia espera y obtiene proteccion en la ciudad
contra los excesos de un hijo discolo 6 de un padre severo; las
ciudades se juntas para adquirir fuerza contra un baron opre-
sor 6 contra un vecino prepotente; de estos juntas nacen los
Estados, que uniendose con otros Estados se hacen mas pode-
rosos; y fijando los Ojos en Europa, hela aqui reducida casi
dos grandes familias por la confederacion de los pueblos ins-
pirados por el principio de Orden y de Catolicismo contra las
sectas y facciones anirnadas y asociadas por la anarquia y por
Ia irreligion. Es, plies, tambien innata en el hombre racional
la tendencia a incrementos perpetuos de unidad social.


275. Finalmente , si queremos reducir la demostracion
las formas trascendentales y abstractas de la metafisica (formas
que pueden desagradar a los entendimientos mas vulgares,
pero que ponen siempre el ultimo sello de evidencia en las
pruebas menos abstractas) , tainbien en el Orden metafisico
podemos encontrar una demostracion evidente de la tendencia
de toda sociedad a incrementos indefinidos. 110 aqui la demos-




I


246
PItINCIPIOS TE6IIICOS


tracion, que reducire en lo posible a lenguaje vulgar é inteli-
gible para todos.


276. Quilin puede negar pie la tendencia de la naturale-
za mira por Si misma a hater sus obras perfectas? Seria absur-
do que naturaleza, tendiese a lo imperfect°, porque no es
otra cosa la naturaleza sino el impulso primitivo impreso por el
Criador a susobras; y nos consta por la Escritura, no mênos tine
pots


la razon, pie las obras de Dios son perfectas (1). Si par-
tiendo yo , de la idea de sociedad os demuestro quo los
incrementos indefinidos constituyen su perfeccion , debereis
todos concluir que la sociedad tiende naturalmente a indefini-
dos incrementos.


277. Ahora bien : que es lo que entendeis al pronunciar
Ia palabra sociedad? De seguro union de sores rationales quo
conspiran a Lin bien (Annan. Puts alum decidme, que union
es más perfecta , la que ur; a -muchos , O la que uric a pocos?
Repugna decir que la segunda es was perfecta pm la primera,
porque toda potencia tanto es was perfecta, cuanto was se ex-
tiende; asi vosotros tendreis una vista was • perfecta quo yo,
si con ella alcanzais a ver mAs objetos que yo con la rnia; y lo
mismo se puede decir do vuestra inteligencias si comprendeis
was que yo; de la voluntad, si was que yo amais el bien; y asi
de las demos Potencias. Es asi que la union no es otra cosa
que el acto de la fuerza asociadora: luego cuanto sea was
perfecta esta fuerza, tanto mas tenderi a asociar; y por el con-
trario , cuantos más sean y was estrechamente unidos ()sten
los asociados , tanto was perfecta deberernos decir que es la
fuerza que los une. Si pues la tendencia de la naturaleza en
todas sus obras mira siempre al tannin° mis perfecto, la
natural tendencia social debe mirar A la mayor union posible
del mayor ninnero posible, O sea de todas las inteligencias.


278. Y tie aqui porque la mayor obra de Dios, cuando
El so puso a trabajar entre los hombres, file la institution de
una sociedad universal, que llama A su seno a todos los hom-
bres, quo da unidad, no solo A las obras esternas per rnedio de


(1) Del pelecta suit opera.


DE LOS GOIIIEIINOS LIBERALES
247


los preceptos, sino aun a todas las facultades • internas con la
caridad y con la fe y los prepare para entrar en aquella otra
inmensa union 6n pie el Ser. infinito sera el lazo perfectisimo
de lodes las inteligencias criadas. Esta, com p se ve , sera la
was perfecta de todas las sociedades ; sociedad dignisima por
consiguiente tie aquella mano creadora pie pudo imicamente
formarla y que obra siempre con perfeccion inimitable. Esta
perfeccion brilla aim en otros puntos, como quiera que la so-
ciedad no es solamente union , sino union dirigida al bien eo-
mun-; luego cuanto sea mayor este hien y was eficaz para
obtenerlo esta union, la sociedad debera reputarse tanto was
perfecta. Por cuya razon, siendo la verdad y el Orden moral el
mayor bien del hombre, Ia sociedad debera tenerse por muy
perfecta cuando el mayorninnero posible, fortisimamenteunido,
conspire eficacisitnamente a la . adquisicion de la suma verdad
y del Orden perfecto. Este es justamente el fin de la sociedad
universal instituida inmediatamente por el Verbo divino; por
tanto, asi como ella es perfectisirna en razon del !limier° y de
la union que establece , asi es tambien perfectisima por el
nobilisimo fin a que aspira. Traido aqui este hecho, como una
aplicacion de la prueba metalisica, es otra prueba evidente,
que puede ser llamada teolOgica, de mi tesis. Y si bien no
guise valerme de ella para demostrar la tendencia natural, por-
que la prueba es del Orden sobrenatural, sin embargo, sien-
do notorio quo lo sobrenatural es el termino Ultimo, la ulti-
ma perfeccion de la naturaleza, se entendera que ann de estos
elementos podemos sacar un fuerte argument° para demos-
trar Ia tendencia natural de toda sociedad.


279. Toda sociedad, pues, concluyamos dicióndolo con
entera franqueza , toda sociedad que procede de la unidad in-
dividual como de su semilla naCe con un perpettio impulso
de propagation , cuyo termino en la tierra no es otro que la
union universal de todos los hombres. Pero hacia este termino
debe en caminarsecon len tos y progresivos incrementos juntando
sucesivamente las sociedades menores en sociedades mayo-
res, de tal suerte que su union no sea dest r uction : he aqui
otra verdad que quisiera explicar ahora con alguna evidencia.


TOMO I. 17




218 PRINCIPIOS TE6B/COS
280. Las inspiraciones paganas resucitadas por el espiritit


protestante crearon, com p despues veremos, el fantasma ab-
surdo é inlminano del Estado, aniquilando al mismo tiempo,
despues de haberles forzado a naufragar, a todos los demas
elementos de la sociedad absorbidos por tal Estado. Pero este
aniquilamiento nada tiene de natural a la sociedad, que per-
deria su verdadero set' y por consiguiente su operacion, ani-
quilando su organismo.


En efecto, zque es el ser de Ia sociedad ptiblica? Beccaria
crey6 baba heeho un gran descubrimiento cuando nos dijo
que la sociedad es una agregacion de individuos y no de fami-
lias, pretendiendo inferir de aqui ciertas doctrinas prActicas
que examinaremos en otra ocasion.


281. Limitandonos por ahora a discutir solamente su aser-
to, creemos poder asegurar precisamente lo contrario, y decir
quo, la sociedad pnblica, hablando con rigor, no es agregacion
de individuos, sino do familias y de otras sociedades menores,
pues la diferencia precisa entre familia y sociedad pablica esta
en que familia es agregacion de individuos, sociedad pablica es
agregacion de sociedades menores. Realmente Lque diferencia
subsistiria entre ciudad y sociedad domestica, -entre provincia
y ciudad, entre Estado y provincia, si toda sociedad se reduje-
se a union de individuos? 6Es por ventura identico el desig-
nio con que la naturaleza orden6 la familia, y el designio con.
que orden6 la sociedad pablica? Si es uno solo el designio,
prira que multiplicar los medios? La multiplicidad de los me-


dios indica evidentemente multiplicidad de designios cuando
nienos parciales.


282. Observadlo si no en el cuerpo humano: todo el cuer-
po esta ciertamente al servicio de la inteligencia; pero respon-
deriais como buen fisielogo al que os preguntase para que te-
nemos los ojos 6 las manor o los pies, diciendo que los tone-
mos para el servicio de la inteligencia? Ciertamente siendo
este el fin del cuerpo, es asimismo el fin ultimo de todas sus
partes, porquf.,, es imposible quo al fin a que se ordena el todo
no miren tanibien en Ultimo anAlisis sus partes. Pero Lse signo
-de aqui que cada una de las partes del cuerpo no tenga ado-


Nil
este caso un extracio animal. Pero asi como la inteligencia en


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


mas un fin inmediato, propio y peculiar de ellas, respectiva-
mente subordinado al fin universal del cuerpo? Si asi no fuese,
is que dotarnos de tanta variedad orgAnica? El Criador hubiera
podido. formarnos de nada mils quo de una masa cerebral para
el servicio de la inteligencia; y cierto que el hombre seria en


el designio del Criador tenia necesidad de la imaginacion, la
ti imaginacion de las sensaciones, las sensaciones de la vida, la


vida del sustento, el sustento del movimiento, del trabajo,
cetera; asi fue menester elaborar la complicadisima maquina
de nuestro organismo, en que cada parte tiene su fin inme-
diato, y por consiguiente Ia configuracion y las fuerzas pro-
porcionadas para tal fin: y como serian absurdas las formal
delicadas del ojo si se aplicaran a los dientes o A los pies, asi
serian tambien absurdos el tamano de los pies y Ia dureza
de los dientes aplicados a la pupila y al timpano del oido.


ahora Bien este absurdo que haria del cuerpo humane
una masa inorganica de carne; este absurdo, capaz de excitor
la risa, no digo de los lisiOlogos, sino


- del Inas rude estudian-
te; este absurdo es en sustancia el sistema tan afamado de los
que.


no saben ver en la sociedad sino una aglorneracion de in-
dividuos sistema esplicitamente formulado por Beccaria , e
implicitamente adrnitido por todos los que sostienen con el
protestantismo la independencia de cada individuo, y no reco-
pacer), por consiguiente, como legitima ninguna asociacion,
sino en cuanto ha sido consentida por cada uno de los




indivi-
duos. Admitida esta ley, es dare que falta todo organismo en
la sociedad; no queda,
ni familia que me una a la chi-


' .dad, ni ciudad que una las familias A las provincias, ni pro-
vincia que una las ciudades al Estado : si he consentido en el
Gobierno del Estado, sere sabdito y dependere de el ; si no
he consentido , no sere sabdito, cualquiera que sea la condi-
tion de mi familia.


285. En otra ocasion examinaremos nnis despacio esta fut-
. • nesta teoria ; por ahora me contento con proponer el hecho: el


comun esta compuesto naturalmente familias, dela provincia
de comunes, el. Estado de provincias ; v .esta composition tie-




250 PRINCIPIOS TEOR1C0S
ne su razon , la cual determina las formas, los derechos pro-
pios.de cada sociedad particular : y cabalmente de esta forma
particular, proporcionada al fin particular y armonizada por el
fin general con todos los otros miembros, depende la perfecta
operacion de todo el cuerpo social. Asi, por ejemplo, la fami-
lia destinada a proveer a las necesidades continuas del cotidia-
no sustento, reclama metros nitmero y fuerza coercitiva, mayor
int.imidad y afecto, etc., y para tal fin despert6 la natureleza
afectos nabs vivos que suplen la menor fuerza . coactiva ; el co-
mun tiene intereses diversos de la familia ; y por consiguiente
diversa organization; mas estando destinado inmediatamente
al auxilio de las familias y de sus intereses, hay en sus cabezas
cierta aptitud natural para el gobierno en comun. Por el con-
trario, la sociedad pUblica, que es mayor, tiene tanta compli-
cacion de necesidades y de medios, que supera Ia capacidad
ordinaria de los entendimientos y exige un organism° pecu-
liar dirigido por una sabiduria no comun. Pero si estas ges-
tiones politicas son metros accesibles a las capacidades vulga-
res, ejercen sin embargo una influencia mas remota y causan
menos impresion en las fibras sensitivas del vulgo. Todo,
pues, camina aqui en proporcion, los objetos, las necesidades,
las aptitudes; todo esta ordenado por la naturaleza armOnica-
mente, de suerte que los incrementos progresivos de familia,
comun, provincia, Estado, etc., tienen su propio fin y ten-
dencias y capacidades y autoridades que obran en perfecta
armonia con los designios de Ia naturaleza.


284. No nos internaremos mas en estas consideraciones re-
lativas al fin y a los medios de cada una de las sociedades pro-
gresivas, en que se dilata gradualmente el incremento del ge-
nero humano: lo dicho Basta aqui Basta para explicar nuestro
pensamiento, que es, si bien se recuerda, mostrar en que
modo pueda decirse con verdad que los incrementos naturales
de la sociedad humana deben promover a los subditos a obte-
ner cierta influencia en el Gobierno. Ahora bien; esto que be-
mos dicho, comienza a hacerse manifesto, siendo, como es,
evidante que a medida que las sociedades inferiores se engra-
nan con las superiores, las cabezas de las inferiores deben. .en-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
251


trar por una necesidad natural en una relation cualquiera con
las autoridades superiores y recibir alguna participation de las
mismas. Expliquemoslo practicamente.


285. Supongamos, por ejemplo, que muchas familias en-
ropeas se extienden por las costas orientates de America:
Aientras viven aisladas no hay razon para que las '


unas conoz-
can los intereses de las otras. Pero aumentado su 'rimer°, los
individuos y familias se encontraran en aquel territorio, y los
derechos é intereses de los unos resultarAn en colision con los
de los otros. En tal caso habrit de haber quien mantenga
fuerza del derecho, ora sea este uno O machos, ora elegido
por el comun, O investido de este cargo por el Gobierno supe-
rior. Ahora bien; de . que mod° podri influir en las familias si
no es influyendo eri las cabezas de ellas? Podria acaso encar-
garse de todas las funciones que tocan a las cabezas de cada
familia? Claro es que no. Luego debera valerse de Ia action de
las cabezas naturales, que le daran noticia de sus intereses,
recibiendo en cambio de ellas los auxilios del concuro comun.
H6 aqui claramente A las cabezas de familia elevadas a una in-
fluencia de Orden piiblico. Lo coal no quiere decir que tengan
ellas el Gobierno del comun, sino quo el comun no podra go-
bernar bien sin que medic alguna influencia de parte de
aquella s.


286. Pues.suponed que la persona que gobierna el comun
quiere quitarles toda autoridad y obrar . sin ellas: Lque sucede--
ria? Que la familia perderia todo su organismo, el cual no pue-
de existir sin subordination, cbmo esta no puede existir sin au-
toridad. Sucederia, pues, que los individuos sin las providen-
cias tomadas por la autoridad domestica habrian de recurrir
en todas sus necesidades, aun las de menos momento, a la
autoridad del comun, y que siendo a esta imposible proveer a
tantas pequebas necesidades, convertiriase en un gravamen en-
teramente La naturaleza de lay


cosas exige, pies, i rive-
riosamente, que los intereses de la familia scan regidos por la
autoridad dornestica respectiva, .aun cuando la familia hate
parte de la sociedad pUblica.


287. Este raciocinio con quo hemos demostrado que el pa-




252 PRINCIPIOS TEORICOS
tire de familia entrando en el comun aumenta las propias atri-
buciones a influencia, podeis aplicarlo si os place a un comun
que asociado con otros compone una provincia, y vereis que los
gobernantes de aquel comun acrecien tan tambien sus atri bucio-
nes é influencia en fuerzas de Isla necesidad irresistible, pro-


.ducida por semeja .nte engrandecimiento: pues decid lo mismo
de otros aumentos sucesivos: cuanto mayor sea la sociedad,
canto mas imposible sera que la cabeza y el brazo de una sola
persona amoral o fisica) pueda proveer en cada una de sus gra-
dos a todas las necesidades particulares de las sociedades infe-
riores: De estas debera recibir, pues, el gobernante supremo
los oportunos informes por individuos que las conozcan bien,
y a losjefesd cabezas de ellas debera comunicar el impulso
comun, dejando a su cuidado proveer a las necesidades particu-
lares a fin de que las sociedades menores concurran al bien
universal sin perder su propia naturaleza y sit direccion a su
fin particular respectivo.


288. Pues suponed por un moment° que la sociedad a que
rue refiero, este profundarnente penetrada de la santidad de to-
dos los derechos, de respeto a la Religion, de la hereica forta-
ieza con que estas sagradas obligaciones deben cumplirse sin
respeto ninguno humano de hacienda, de grandeza, de fortuna,
Iii aun de Ia vida misma; suponed al mistno tiempo que la su-
prima cabeza de esta sociedad, inducido de error 6 arrastrado
por las pasiones, gobernase tan mal que comprometiese grave..
rnente con injusticias y excesos los intereses pilblicos y priva-
dos: que sucederia ?


De seguro no podria obtener cooperacion
social para tales injusticias sino propagando el impulso de su
voluntad a todas las partes organicas de la sociedad por me-
dio de sus respectivas cabezas. Pero hemos supuesto que estas
cabezas se mantienen firmisimas en su respeto al derecho y a.
In conciencia. La pluralidad, pues, sin tumultos, sin tragicas
declarnaciones, sin desacreditar el principio de la autoridad,
con sola su inercia tiara qne sean vanos los mandatos del go-
hematite extraviado, cuyo despotismo, aunque capaz de guitar
de enmedio a algun individuo aislado, a un Tomes Moro, a un
1-Isccliet, a tin Fransoni, no sera osado nunca a sembrar el ex-


DR LOS GOBIERNOS 1.1BERMAS. 255
termini° en todas las provincias, comunes y familias, maltra-
ta\ndo lo que hay para ellas de mas ilustre y respetable, pie son
justamente sus cabezas. fie aqui cern° el organismo de una so-
ciedad honesta, al paso que proporciona al gobernante tin me-
dia eficacisimo depropagar el movintiento social, opone un
dique firmisimo a sus excesos.


289. Bien se me alcanza que si honestidad y Ia re-
ligion vacilan en Ia pluralidad de los cindadanos, faltara
la resistencia , y el despotismo podra desbordarse; y que
cabalmente por esto a medida que disminuyen en una socie•
dad, el valor de la conciencia y la conciencia de este valor,
crecen por el contrar:o la necesidad y el deseo de encontrar en
el mecanismo social algo quo compense la incerthlumbre de
la probidad. Pero itiene de esto la culpa el natural organismo
social, O no debemos mas bien atrilmirla a haber Ia sociedad
abandonado el Arden que la naturaleza le prescribe? Y supo-
niendo que las leyes del Orden natural, la honestidad, la reli-
gion, han perdido toda su fuerza, c es todavia posible enga-
fiarse hasty el punto de esperar garantias -en el mecanismo so-
cial? Cuando yo afirmo que en el progresivo incremento de los
pueblos la naturaleza les concede una influencia legitima y
saludable, es claro pie debo suponer a los pueblos observan-
tes de sus. leyes, co:no el que encarece las ventajas constitu-
cionales Supone no violada la Constitucion. De otro modo de-
beriamos decir que las medicinas:obtienen Ia curacion de la en-
fermedad con solo la receta del medico aun antes que se apli-
quen al enfermo.


290. Esta pues , en la naturaleza de las cosas que el Go-
. bernante supremo tenga de necesidad que comunicar la autori-


dad con tanta mas amplitud cuanto mas se dilata la esfera de la
asociacion; que esta comunicacion noalterela naturaleza de las
sociedades rnenores, sino que conserve intacto sit organismo; .
que todas estas partes organicas de la sociedad con sus gober-
nantes especiales, cuando tienen un vivo sentimiento del Orden
y del deber, opongan una resistencia pasiva a los errores y
las violencias del Gobierno supremo , que nada puede sin el
concurso de todo el organismo social.




254 PRINCIPIOS TEORICOS
Aunque todo - esto dista muchisimo de la participacion en el


poder politico que Ince las delicias de los constitucionales, ha
podido con todo dar ocasion al equivoco de los que pretenden
que con el Progreso de las sociedades debe ser necesariamen-
te mayor el ninnero de individuos que participen del poder.
Si Por cierto: cuanto tine sociedad es mas numerosa, tanto de-
ben multiplicarse mas los Organos subalternos; y esta multi-
plicacion introduce mayor niunero de individuos en los pode-
res politicos, y da al pueblo mayor influencia en el gobierno.


-291. Asi cabalmente sucede pie la accion del gobierno
pueda llamarse pablica. zQue diferencia media entre el Orden
phblico y el privado? Hablando en una manera rimy general,
privado es lo que secontiene dentro del circulo derma sociedad
subalterna bajo la.influencia de la respective autoridad parti-
cular; pdblico, pot- ei contrario, Jo pie entre bajo la competen-
cia del cuerpo entero y de la autoridad supreme en el Orden de
que se trate. Demas de esto la sociedad ejercit.a naturalmen-
te su accion conforme A la naturaleza humane de que procede:
tiene, por consiguiente, conocimiento, voluntad, ado exter-
no. Ahora bien: ipodrian jamas llamarse sociales, o sea pu-
blicos, a estas tres clases de actos, si toda la sociedad no influ-
yese por alguna manera ellos?


292. Mientras los actos de un Principe miran a solo su
Bien, son actos privados, no piiblicos; sOlo entonces pasan
sec pantos, cuando se ordenan al bien comun. Mas ipodra,
01 conecerlo, si no estientle las miradas de su inteligencia por
todas las fibres del cuerpo social? Luego el consulter bajo una
forma cualquiera los intereses de la nation es una necesidad
mas aun que un deber de .


toil° Gobierno. Podrà (Indorse si sea
mas htil toner diputados en la capital O envier inspectores a
las provincias; si convenga elegirlos expresarnente para tal in-
tento 0 recibir los informes espontaneos de las 'autoridades su-
bordinadas; pero de todos modos la incormacion phblica, é
sea el conocimiento debe resultar del concurso de to-
das las pastes organicas de un pueblo.


295. Lo pie hernos dicho del conocimiento social, diga-
moslo tambien de la ley ó sea de la Volumed social; mientras


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 255


este se halla encerrada in pectore por 'el gobernante supre-
mo,.solo tiene un germen O raiz de publicidad; y solo enton-
ces puede llamarse publica, cuando bajo formes quo garanti-
cen su autenticidad se trasmite a todos los Organos subordina-
dos de la autoridad social.


294. Y estos Organos, en los cuales adquiere publicidad Ia
voluntad social, bacon asitnismo phblica Ia accion social
cuando de los actos de querer se pasa a los de la ejecucion.


295. El que bien reflexiona en este condition natural y
necesaria de toda sociedad civil, comprenderà facihnente la
casi imposibilidad de aquel supuesto absolutism° despOtico,
con . que se ha metido tanto ruido. No intento negar la realidad
de alguna influencia benefice per la coal pueda merecer una
forma de gobierno cierta preferencia sobre otra. Creo poder
asegurar bajo otro concepto, que el Criador de la sociedad, si
bien dejaba a la prudencia humane alguna parte en su perfec-
cionamiento, poniale delante un bosquejo tan bien prepared°
por obra de la naturaleza, que resultase imposible el des-Orden
absoluto. Este bosquejo es cabalmente lo que hemos tratado
de power en claro demostrando el modo Como los incrementos
naturales de la sociedad bacon necesaria una comunicacion
cada vez mas extensa de la autoridad con los shbditos; connt-
nicacion pie sera siempre,. mientras dura en la sociedad el
respeto a la conciencia, a la josticia, al Orden, um garantia
poderosisima contra los excesos del poder. De mi se decir que
si tuviera que escoger entre ponerme en las manos de un Go-
bierno constitutional parapeted° con Lodes las franquicias ar-
tificiales de libertad politica, pero sin el freno de la concien-
cia, y un Goliierno absoluto, pero organized° gerarquicamente


1, Begun la naturaleza, servido por rninistros v oliciales lealmente
..?; e,atOlicos, fiaria de este Ultimo mis destinos ,mucho mas tran-


quilo,.en la seguridad pie si el Principe se estralimitara algu-
na vez, habria de hailer entre sus ministros quien supiera


. .


responderle coin° respondiO a Carlos IX el gobernador de la
k— Rochela: .Aqui teneis machos sitbditos, p.ero no he podido


dar con un sOlo asesino.D Y tengo para mi quo asi pensaria el
venerable Prelado que, perseguido por el despotismo tniniste-




256 PRINCIP10S TEORICOS
rial, anda recogienclo en su destierro los homenajes de los catO-
licos franceses: zque cosa pudo garantir mejor a este Prelado
los derechos de su ministerio y aun los de ciudadano, el Ha-
beas corpus 6 la integridaci de aquel ilustre• magistrado que
tuvo valor para responder al ministro opresor: «Yo soy incom-
patente en este juicio (I)?»


296. La miserable condicion del escepticismo a que ha re-
ducido el espiritu protestante a la sociedad europea, nos im-
pide formarnos una idea del clique poco lmenos que insupera-
ble que opondria alas usurpaciones del despotism° el espiritu
eatOlico una vez elevado A su mils alts potencia. alas cuando
disipadas las tinieblas de las preocupaciones y de las pasiones,
se estudie Ia historia de las edades catOlicas , comparando las
franquicias naturales y sus efectos en pre de las naciones con los
efectos de las franquicias artificiales compradas boy con tanto
estrepito y dinero y discordias y Sangre, terno mucho que
mils de uno ha de dolerse de haber trocado las instituciones de
la naturaleza por los humanos artificios.


297. Pero sea de esto lo que se quiera, pareceme evidente
que hay en aquellas razon suficiente para justificar en algun
modo el aserto del ilustrado Ricci, quo nos ha dado ocasion
para la presente digresion; es A saber, que pasando progresiva-
mente del estado elemental al estado mad tiro y completo
las naciones adquieren en cierto modo un derecho a teller no-


•table influencia en su respectivo gobierno, no ya por el Pro-
greso de las laces siempre variable e incierto, sino por el influ-
jo de aquel organismo natural, que ningun gobierno debe ata-
car ni puede jamas destruir por completo. Tales influencias,
cornparadas con las instituciones artificiales, tendran siempre
entre otras la ventaja de que al paso que estas, que may dificil-
mente se establecen, como to acredita la experiencia, son ins-


•(I) El lector conoce la violencia con quo fad desterrado el Ar-
zobispo de Turin, Mousenor Fransoni, sin juicio ni proceso. Ha-
biendose querido despues legitimar este acto de tirania con la
sentencia de un tribunal, el condo Girotti, presidente de 61, se de-
clan') incompetente, y recibin por premio de su inalterable inte-
gridad la privacion de la toga inamovible.


DE LOS GOBIERSOS 1.113ERALES. 257
tituciones enteramente humanas y voluntarias, y exigen un es-
fuerzo de buena voluntad en el principe, 6 de audacia en las
cabezas populares; estas otras, por el contrario, admirable-
mente constitnidas por la naturaleza, son poco menos que in-
destructibles por todo poder humano.


298. Pero ademas de esta ventaja, importantisima en la
practica, ya habran advertido aquellos entre mis lectores que
esten acosturnbrados, merced a la especulacion filosOfica,
sacar por si mismos las consecuencias encerradas en los prin.-
cipios, que las consideraciones presentadas hasta aqui acerca
del organismo social, tienen otra ventaja de sumo precio en
las ciencias filosOficas, cual es la de reducir el universo A
cierta unidad de leyes naturales: una de estas es cabalmente
la ley de subordinacion que Memos explicado en el Orden so-
cial. Todo es subordinacion en el universo, desde la molecu-
la que se segrega de las demas bajo Ia accion de la pila de un
quimico hasta los numerosos luminares que van por sus ce-
lestes Orbitas cantando la gloria del Hacedor: el elemento
depende de la molecula; la molecula de la atraccion y de la
afinidad; la atraccion y la afinidad penden de la vitalidad; las
sensaciones de la inteligencia; las moles menores de las mayo-
res; las mayores de otros sistemas mils complicados, contra
los males ejercen su reaccion, y esta accion y reaccion per-
petuas mantienen un principio de Orden en la perpétua suce-
sion de movimientos y existencias cuyas leyes estudia el fi-
sico, siendo de notar quo solo puede estudiarlas por ser siem-
pre regidas de tal subordinacion.


299. Introducid esta misma ley en el mundo moral, y
vereis como renace el Orden destruido por la independencia
protestante: habiendo persuadido esta alindividuo que Os Arbi-
tro de la persona a quien obedece, ha conseguido por el mis-
mo caso destruir toda subordinacion gerArquica y suprimir
este modo el verdadero elemento de las restauraciones, no
menos que de la estabilidad social. Mientras el individuo res-
peta la familia, la familia el comun , el comun la provincia,
aunque perezca por efecto de funesta catistrofe la autoridad
social, no perecerA por esto todo el Orden en la sociedad, sino




PRINCIPIOS TEORICOS


todavia quedaran en su puesto para salvar el Orden las auto
ridades menores, las cuales, concertandose luego y dirigiendo
con la razon del derecho Ia voluntad de los sUbditos, restau-
rartn Bien pronto el Orden total. Esta es la institucion per-
manente con que la naturaleza habia provisto al Orden social,
it modo del Senado a que los artificios de los publicistas t la
protestante quisieran recomendar el Orden pnblico cuando
llega el momento del resettle; mas con esta gran diferencia,
que el Senado ideado por tales publicistas es tin perpetuo tro-


una division incesante de las fuerzas del Cobierno, al
paso que las autoridades secundarias que reetnplazan a las su-
premas cuando estas faltan, tienden todo el tiempo que duran


sostener dichas fuerzas con toda su influencia. Las cabezas
naturales de las familias, de los comunes, de las provincias,
juntan esencialmente tin interes en sumo grado conservador
con una aversion irresistible a Ia verdadera tirania, cuyos
males tienen e pos principalmente que experimerttar; por el
contrario, los Senados artificiales de individuos aislados tie-
nen necesariainente por sistetna la oposicion, y por gusano
roedor la venalidad , y se encuentran siempre en ocasion de
encender las iras y de inflamar los Animos miOntras tanto
duran el poder.supremo y la Constitution; mas si esta pere-
ce, pierden ipso facto sus derechos cuando la necesidad es
mayor, como que carecen de mision para restablecerla.


300. En estos momentos solemnes la misma ley de subor-
dinacion resuelve un probletna que es la desesperacion de to-
dos los Gobiernos artificiosame,nte compaginados por manos
filoseficas, los cuales, viendo en el incendio social abrasada su
Carla, pasan las agonias que todos sabemos para establecer
con alguna apariencia de justicia quienes son las personas de
cuyo sufragio dehe depender la nueva Carta que debe prepa-
rarse ..... para otro faun° incendio. Su siAema pediria lo im-
posible, como ya vimos en otra ocasion, conviene i saber, el
sufragio universal de cuantos hombres y mujeres tienen use
de razon. Pero no pudiendo obtenerse lo imposible, se dan
imaginar las varias condicione€ de electores y elegibles, que,
como es *Ile°, confieren prepotencia t los ricos que las go-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 2'59
zan, causan la indignacion de los que no las tienen, y mueven
la risa de las personas juiciosas a vista de tanta locura.


Ahora bien introducir como os decia, la ley de subordina-
c'on en el cuerpo social, aunque este caido en un abismo
de desOrdenes y rebeliones; cuando esto Ultimo acaezca per
desgracia, perecera por ventura Ia familia? zDejartn acaso
de hacer oir su von, los intereses capitales del comun? Mante-
niendo perpetuamente estos dos elementos radicales de la so-
ciedad vivas y activas ciertas partes orginicas con sus respec-
tivas autoridades suministraran nn Tinnier° limitado de ver-
daderos representantes del pueblo sostenidos en su derecho
no por una urns ciega, accesible a todos los furores de las pa-
siones, sino pot- on hecho visible en que todos reparan y en-
cuentran la razon de su inclusion O exclusion. Si aqui la mu-
jer 6 el hijo O el siqvo u otro domestic° cualquiera os pre-
gunta, .porque no le concedeis el derecho de sufragio,» la
naturaleza le respondent por vuestros labios diciendo: oLa
cabeza de la casa, t quien tanto estrecha vuestro bien, provee
por vosotros; y por todas las cabezas de casa provee (cuando
la sociedad esti bien organizada) tambien el l que adrninistra
el comun.»


Asi la ley natural de subordinacion, que forma en di gs tran-
quilos la salud de los gobiernos entrailtndolos en el cuerpo so-
cial, forma en Bias do tumulto un principio de Orden de que
puede satin su restauracion cuando ha silo destruido. Cabal-
mente, como la subordinacion de las fuerzasmoleculares, qui-
micas y fisicas, facilita i las fuerzas vitales la nutricion y la
reparation que real podrian obtenerse con sustancias indiges-
tas y rebeldes t las energias de la vida.


301. Alas para que en tiempos turbulentos se obtenga fi-
cilmente este bien, es necesario que en Bias tranquilos sea res-
petada y consolidada la natural constitucion orginica; que la
familia sea verdaderamente gobernada en sus intereses, en la
educacion, en la instruction, en las profesiones, por sus supe-
riores naturales; que el comun sea verdaderamente, como la
palabra. misma lo dice, la conspiracion de las respectivas fa-
milias al bien de todos; que los comunes hallen la unidad pro-




260 PRINCIPIOS TEORICOS
vincial armonizada con los intereses de todos los comunes de
tat suerte, que la subordinacion, que por si es un deber, sea al
misrno tiempo on inter6s.Lo cual no se conseguirA jamas, sino
cuando las autoridades intermedias, que trasmiten a los infi-
mos grados el nnico impulso supremo, y elevan a la autoridad
suprema las peticiones y necesidades de las partecicas mss ele-
mentales, formando asi de todos los elernentos sociales un sis-
tema perfectisimo de fuerzas subordinadas donde a cada ac-
tion corresponds una reaction igual y contraria; cuando estas
autoridades, digo, scan constituidas de manera que formen una
verdadera unidad social eon los Organos ci individuos que de-
penden de ellas.


302. Suplico al amigo lector que se fije en esta condition
importantisima del organismo social, porque ella explica muy
Bien en to queconsiste esencialmente la malicia del gravisimo
vicio (clue algunos contunden con Ia unidad, la cual es de su-
mo valor y aun constituye un elemento necesario de la socie-
dad), la malicia, digo, de la llamada centralizacion, y por con-
siguiente la causa de tantas llagas sociales como de semejan-
te vicio se derivan. Si Ia sociedad pnblica, como hemos dicho,
es no una aglomeracion de individuos, sino un compuesto or-
ganic° de sociedades menores, deben estos Organos tener una
actividad vital propia de ellos, distinta (aunquc no separada) de
la actividad de todo el resto, como la actividad de la pupila es
distinta de la del nervio acnstico, 6 de la del ventriculo y de los
pulmones. Es asi que la actividad vital de los Organos sociales
es, como hemos visto, la autoridad: luego toda autoridad
bordinada debe tanibien formar parte de la sociedad subordi-
nada, de manera que toda providencia dictada pars el hien de
la parte orgAnica en que preside, sea verdaderamente una pro-
videncia que redunde aun en pro del mismo superior que for
ma parte constitutiva de aquella sociedad particular.


Ahora Bien en esto me parece que peca gravemente el sis-
tema de los Gobiernos revolucionarios y napoleOnicos, los cua-
les habiendo salido primeramente de las sectas masenicas, que
mandaban a sus adeptos A gobernar las provincias, como an-
tiguamente mandaba Roma sus procOnsules a tlisfrutarlas a su


DE LOS GOBIERNOS LIDERALES, 281
placer; y habiendo sido contirmados despues en su mal vicio
de despotismo por aquel gigante quo queria toner en su mano
de hierro las riendas hasta del ultimo insecto, que no habia de
dar ni un solo paso sin su licencia, pusieron toda la adminis-
tration del Estado en poder de la casta,, 6 mejor dicho, del
4droito de empleados que en sn calidad de vagabundos y sin
raices en tierra alguna, como la milicia, solo tenian un into-
res, el de agradar al amo, cuyo interes cabalmente habia poco
menos quo imposible que se unieran con el Organ° en que de-
bian infundir la vida.. Asi que cuando el coloso vino por tierra
al helado soplo del aquilon, deshizese en partes pequeilisimas
sin quedar ni aun la Ultima reliquia de autoridad municipal,
que se habia hecho odiosa por no ser ciudadana, sino comple-
tamente


303. Comprendo que el problema es aqui complicadisimo;
porque si las autoridades subordinadas deben formar unidad con
el Organ° en que infunden la villa, tambien deben reanudar
este organo con el cuerpo social: poi' tanto conviene evitar el
error en que cayeron ciertos Gobiernos revolucionarios que
por horror a la- centralization destruian la unidad social.
Pero la dificultad del probierna lejos de inducirnos a disimu-
larlo debe mover A todo publicista catOlico a poner en eviden-
cia todas las condiciones vitales de: el, Para que el publicista
politico las tenga todas presentes en sus aplicaciones prActi-
cas, y sepa evitar por igual modo el predominio excesivo de
las fuerzas centripetas y centrifugas.


Esto es lo que homes procurado hasta ahora mostrando el
modo come las autoridades secundarias , que mueven las so-
ciedades tambien secundarias , deben depender ciertamente
del motor supremo; pero al mismo tiempo formar parte de
los Organos sociales en que infunden Ia vida. La falta de
-esta comunicacion intima , y por consiguiente la necesidad de
un lazo violento que tenga fuertemente unidas las familias en
comun , los comunes en provincias , las provincias en Esta-
do , es A mi juicy° una de las mayores plagas que la civiliza-
.Cion contemporAnea heredo del Gobierno napoleonico: y aquel
varon magnanimo que iniciando con amor de padre las re-




262 PRINC.INOS TEinticos
formas italianas, que fueron despues conducidas al precipicio.
por la ligereza y la traicion, comenzOlas por restaurar en sus'
derechos el municipio y Ia provincia, mostrando haber cono-
cido pasta en sus mas profundas raices la verdadera enferme-
dad de la civilizacion italiana.


S IV.


EXATIEN DE DOS RESPUESTAS pE RICCI.


504. 116 aqui tales como me parecen las consecuencias de
aquellos incrementos regulares que toda sociedad recibe si-
guiendo un progreso natural, muy diversos del supuesto pro-
greso de las 1116es y del derecho que procede de regirse por si
mismo todo pueblo ilustrado: incrementos y progreso que
mi juicio satisfacen a los amigos del Orden, de la seguridad y
de la lihertad pilblica , entre los cuales ocupa el Sr. Ricci un
lugar distinguido. Si tuviese a hien reducir por semejante ma-
nera sus doctrinas A formas un tanto diversas, aunque diri-
gidas a los mismos fines, conseguiria en nuestro sentir la ven-
taja no indiferente de ponerlas al abrigo del sin nitmero de ob-
jeciones en que parece estar como sofocada.


Be tres dificultades se /lace cargo; y resolviendo las dos pri-
meras, deja la Ultima para otra carta: 1. iPor que notas podra
conocerse que ha llegado un pueblo a tal grado de autonomia
que sea un deber juridico emanciparlo? 2. Adoptadas las con-
secuencias de la doctrina expuesta 4quO suerte espera a las
monarquias hereditarias? 5. Por que debemos enten-
der por pueblo por cmancipar?


305. A la primera dificultad responde que debe reconocer-
se al pueblo autOnomo por el resentimiento juridico que se
rnanifiesta en todo el que se siente herido en el principio de
lihertad.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 265
A la segunda objecion de querer abolir todo principio here-


itario opone sus arraigadas- convicciones en favor de las
fonarquias hereditarias, a las cuales pertenecen en sumo


grado la continuiclad , concrecion d individualidad del po-
der, que tanto (4yudan al oficio conservador de la autoridad.
"na y otra respuesta paróceme que dejan viva, aunque acaso
rasformada, la dificultad.


506. La primera respuesta establece el resentimiento juri-
dico como indicio de un pueblo maduro para la lihertad. Pero
cuando podra decirse que es juridico este resentimiento? Se-


',Ain el autor, cuando procede de la conciencia intirna de la
propia personalidad,.que ha llegado a ser adulta gracias
a plenitud do la inteligencia, y no procede de la inzpacien-
ia por sacudir todo yugo. El autor comprende nmy hien que
stos dos caractères cambiaran, mas no apaciguaran la con-
iendav, porque todo pueblo que se resiente esta persuadido de
ener razon ; y por esto quisiera el A. recurrir a un arbitraje.
las siendo esto dificil, y no quieriendo el Sr. Ricci por su
spiritu de templanza conceder derecho absoluto de rebelion,
e limita a decir que el pueblo tendria este derecho bajo tres
ondiciones: primera, quo la revolucion no pueda producir


males peones; segunda, que sea undnime; tercera, quo sea in-
imada juridicamente por un Organ° de lodos conocido y


risible a los ojos de la conciencia pi blica.
307. Ahora bien, estas tres condiciones que anulan en rea-


idad el derecho de insurreccion, seran rechazadas por los
narquistas, como seria rechazade por los legitimistas seme-
ante derecho: estas responderian al A. que concedien-
do el derecho de insurreccion con tres condiciones, de las
uales seria siempre juez el pueblo en definitiva, dejale en re-
olucion la plena disposicion de si mismo, y tanto mas desem-
renado cuanto mas facilmente ignoran y desprecian las


personas imprudentes y furibundas los males futuros. Al con-
trario, los anarquistas diran: <<Que derecho es el que nos con-
cedeis? un nombre ilusorio y nada mas: porque es la re-
volucion que no pueda trace consigo mayores males? Toda re-
Volucion es un dado que be tira. iNi que revolucion limbo nun-


TOMO I. 18




I


261 PRINCIPIOS TEORICOS


ca tan unanime, que no la rsistan por lo menos los ejercitos.
de empleados que todo lo pierden en cesando el despotismo?
En cuanto al Organo de la opinion publica, 6 existe y puede
hablar, lo cual supone que el Principe no es opresor; 6, si el
Principe es verdaderamente opresor, sera destruido 6 al me-
nos reducido al silencio; testigos' si no, en tiempos de Bonapar-
te; el Senado y Eel Consejo legislativo. Luego el derecho que
nos concedeis es un escarnio.»


308. No se me alcanza a la verdad lo que pueda con-
testarse


• a estas ohgeciones en no recurriendo A la mar,
clia natural de la sociedad con AnIrno de poner algo siquie,
ra en las manes de Ia Providencia y de juntar a esta con-
fianza Ia que debe inspirar la conciencia de los hombres de
bien. Sin tal auxilio el problema me parece insoluble, aun
con los datos mismos del sistema liberal, cuyas espgranzas
se oilcan todas a la postre en la division de poderes: Pero,
;,que division de poderes puede haber ctiando el pueblo mis-
mo tiene el derecho de apreciar sus propias neccsidades, de-
elegir los remedios y de adoptar la fuerza , que cierto no
le falta? Desengafiómonos: quien tiene en su mano la fuer-
za, propende por vicio de la naturaleza corrompida a abu-
sar de ella: si para enfrenar el abuso del Principe dais al
pueblo el predominio, quien dareis en seguida el derecho-
y la fuerza para enfrenar los abuses tnucho mAs temibles


• del pueblo?


309. El A. cree ocurrir A esta dificultad recusando el mat
vicio puesto en boga de Ramer por antonomasia con el sante
nombre de pueblo a la plebe inas ignorante, a la gentuza Inds
descompuesta. Pero tambien esta evasiva es ilusoria, porque
los partidos politicos se componen de personas de toda condi-
cion , y se regalan rnUtuamente los titulos de ignorantes y de
abandonados; asi que, siempre volvemos en definitiva a buscar
un juez no encontrando sino parks. Lo que principalmente
acaece porque, empefiados en titterer aqui en el mundo la solu-
cion de todas los poblemas sociales, aspiramos usurper los de-
rechos incomunicables de la justicia divina, y ultimar en la tie


DE LOS 00131ERN0S LIBERALES, 265
ra aqucila paridad de mOritos y de cargos, que quiso•el Altisi-
mo fuese reservada para eridtimo


310. La segunda respuesta del A. es ciertamente optima
para todo el que participa de sus convicciones sobre Ia utili-
dad del sistema monArquico ; pero no parece guitar el peligro
en Orden a los que pietism de diverso modo. La gran diferen-
cia que hay entre la utilidad y el derecho , es que el derecho
consiste en un vinculo irresistible, y la utilidad en un impulso
voluntario: las fOrmulas del derecho son apodicticas y necesa-
rias, las de la utilidad libres y mudables. En concediendose,
pues, a los pueblos adultos el derecho de no estar ya sujetos
a tutela alguna, y to quo es mcis, el de ser proclamados se-
liores de si mismos por las mismas personas legitimantente
encargadas hasta entOnces de regirlos , la cuestion de la uti-
tided que es enteramente secundaria, deberi ser abandonada
por completo al arbitrio del pueblo mismo , que siempre ten-
dra la razon como siempre tendri la fuerza. De que serviri
decirle : «Yo creo que to tendrà cuenta un Monarca en quien
se concentre el Gobierno» si 61 puede responder: qPues yo
creo que me tendra alas cuenta un presidente mudable , a
quien poder por consiguiente guitar si no me da gusto, come
en los Estados-Unidos.»


311. Cuando una vez se ha dicho al pueblo que a medida
que aurnenta en perfection se le debe disminuir la sugecion,
es muy natural que la lOgica de su razon de acuerdo en un
todo con el impetu de sus pasiones le Naga concluir: «,Lue-
go a pueblo perfecto ninguna sugecion.» La lOgica me parece
inexorable en este como en otro ejemplo cualquiera. Si se.me
permitiera conduciros A sagrado , os proporcionaria la oca-
sion de oir A San Agustin que hate precisamente en pro de
de Ia caridad el mismo argumento. <<E1 aumento de la ca-


= ridad es disminucion de la concupiscencia; luego donde la
caridad es perfecta, la concupiscencia no es ningnna..» (1)
Mas aun sin recurrir a estas autoridades Basta el sentido co-


.(i) Augmcntum charitatis, diminutio cupiditatis; perfecta cha..
vitas nulla cupiditas.




266 PRINCIPIOS TEORICOS
mun para comprender esta verdad: quien hay que no yea
que si las medicinas son tanto menos necesarias cuanto es
mejor la salad, una salud perfecta no ha menester a bsoluta-
mente de medicinas? Cuando la autoridad es presentada como
un corrective de la ignorancia y del desenfreno del pueblo,
este pobre pueblo queda reducido a tales alternativas, que sin
el heroismo de la humildad por fuerza habria de acabar por
abolir la autoridad. iPobre pueblo, .a quien o se le pone 'en
el duro caso de decir al superior: g Gobiername porque soy
imbecil y frenetico:. 6 si llega a persuadirse de que no es
una cosa ni otra, lo cual no es dificil para el amor pro-
pio, se le induce necesariarnente a abolir el :principado.


312. Si por el contrario se comprende que para armonizar
las operaciones de los sores libres (los cuales no pierden la
libertad por irse perfeccionando), es siempre necesaria una
autoridad suprema que sea el centro del organismo social,
pero que no impida la operacion ordenada de cada una de
las. partes organicas en su respectiva esfera de action, en-
tOnces el pueblo, que anhela ser respetado en los derechos in-
diYidnales, domesticos y civiles, garantidos en su favor per
una gerarquia de personas en quienes confia, porque las co-
noce mils de cerca, poco se curari de tenor el derecho de
declarar la guerra, y hater la paz, y de hater tratados de co-
mercio O de extradition con los Estados vecinos, a quienes
apenas conoce. Una indiferencia general suele acoger estas
primeras instigaciones en los paises gobernados paternalmen-
te; y para Hew a conmover tales pueblos ban menester los
reformistas empezar persuadiendolos que las novedades politi-
cas haran que baje el precio del pan y cortaran los abusos de
la justicia. ;Oh! entOnces si que el pueblo empieza al fin a mo-
-verse y desear reformas.


515. Per donde se ye que los poderes politicos supremos
no son propiamente lo que anbelan los pueblos, cuya casi tota-
lidad estara siempre en los grados mas bajos de la escala so-
cial: asi, cuando la naturaleza estableciO el Orden social que
hemos esolicado, en que el pueblo tiene gran influencia en el
gobierno de las sociedades menores, y muy poca en el supre-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 267
mo, la misma naturaleza concedi6 las libertades y franqui-
cias que son constantemente provechosas; mas cuanto a las
franquicias politicos, si Bien podran dar de si alguna ventaja,
ni esta ventaja es cierta, ni constante, ni necesaria, ni exigida
por una ley perutanente de la naturaleza.


S. V.


CONCLUSION.


514. Terminemos, pues, con un nuevo epilogo y una con-
clusion practica de lo dicho Basta aqui.


Es cierto que el Gobierno sea necesario a los pueblos ni-
fios, pero tine con el progreso de las lutes adquieran e gos el
derecho de gobernarse por si mismos? Los pueblos nines en-
tienden sus propios intereses como los pueblos adultos, aun-
que los intereses de unos y otros pueden ser diversos; al modo
cabalmente que el rUstico campesino y el jornalero de ciudad
entienden los suyos al par de un banquero 6 de un grande
propietario, por mas que los primeros consistan en unos cuan-
tos maravedises y los segundos en millares de pesos. Nadie
puede tener por consiguiente el derecho de hacerles aceptar
el Yugo fundandose en su ignorancia. Y si la ignorancia no los
sugeta, mal puede emanciparlos la ilustracion; por consiguien-
te el progreso de las lutes no obliga a los Principes a mudar
las formas de su Gobierno.


515. Sin embargo es muy cierto que la naturaleza deman-
da alguna participacion de los pueblos en el Gobierno, parti-
cipacion tanto mayor cuanto mas se aumentan los pueblos mis-
mos; y esta participacion en una sociedad generalmente ha-
fiesta y con mayoria de razon en una sociedad sincerameute
catOlica oponen naturalmente a los extravios del gobernante
supremo, ora procedan de ignorancia, ora de fragilidad 6 ma-


.


un dique casi insuperable. No siendo posible que en una




268 prciNcipios TEORICOS
gran sociedad de gran poblacion y territorio el solo poder cen-
tral se extienda aun a las =is pequerias necesidades lde todas
las provincias del Estado, por remotes que estas sean, la na-
furaleza le surninistra un organismo de otras asociaciones me-
nores gerarquicamente subordinadas, .que como partes orga.
p icas tienen su fin propio, para cuyo'logro el ordenador espe-
cial de ellas emplea tambion medios especiales, valiendose de
otros Organos subordinados.


516. La influencia de estos ordenadores secundarios iden-
tificada con la parte organica y Bien manejada por la autori-
dad suprema es en el estado normal de la sociedad .un medio
eficacisimo y al mismo tiempo suavisimo para comunicar el
impulso nnico del poder central de un modo conforme a la in-
dole, a las disposiciones y a todas las demas circunstancias de
la sociedad menor que recibe su impulso por medio de estos
ordenadores subalternos: en el estado de compresion prodo-
cido por exceso de las influencias superiores es una reaccion
legitima y eficaz que enfrena los excesos sin desacreditar el po-
der, por lo menos mientras la conciencia y la religion siguen
moviendo eficazmente Ia pluralidad social: en el estado de di-
soluelon producido por movimientos desordenados O por espi-
ritu de anarquia, un principio de restauracion social, tanto
mas verdadera y mas sagrada, cuanto nace de la naturaleza y
no de las elecciones, por el principio catOlico de autoridad, no
por el sistema protestante de. la independencia.


517. 11e aqui dos teorias contrarias de organisms, de re-
sistencia, de regeneration social: la primera fundado en el
derechb de los individuos, concede a estos el derecho de reac-,
cion mas ó menos limitado, pero verdadero y riguroso, favorable
a las pasiones del vulgo, y por consiguiente propenso al abuso:
exige para la ejecucion, on organismo artificial disPendioso
para la sociedad, odioso y a menudo hostil al Supremo impe-
rante, (linen generalmente hablando se ye inducido por su
propio interes a destruirlo Oal menos a paralizarlo. La segunda
teoria parte del principio de autoridad y por consiguiente de
la dependencia necesaria de la criatura, a Ia coal supone mas
O menos necesitada de luz; constituye una reaccion pasiva im-


DE LOS GOBIERNOS LIBEBALES. 269
puesta por Ia conciencia, pero de ordinario einbarazosa a los
intereses y penosa alas pasiones, y por consiguiente antes ti-
inida que osada. Exige para la ejecucion el pun) organismo
natural, que el poder supremo tiene interes en mantener y es
impotente para destruir. La primera ha producido en los go-
biernos moderados de nuestra epoca los tumultos que la mo-
deracion de sus 'hombres se ha visto forzada a deplorar en
medio de so impotencia para contenerlos: la segunda, des-
pues de haber amansado a los barbaros coronados en los go-
biernos templados' de la Edad media, languidecie insensible-
mente a medida quo la reforma disminuy6 en los Europeos
con la fe y Ia conciencia catblica la reverencia debida a la
iglesia. La primera es, pues, falsa en su principio, peligrosa
en so aplicacion, dificil en su organismo, reprobada en sus
efectos par los mismos que Ia vieron arrastrada hacia los ma-
yores excesos sin poderlos contener; la segunda por el ccnitra-
rio, en su principio es verdadera, en su aplicacion puede ser
lenta pero no injusta, en su organismo se conserva Ilor nece-
sidad natural, en sus efectos es solo censurada por no haber
Ilevado constantemente sus principios Instil las illtimas conse-
cnencias; no habiedo sabido superar la reaccion del orgullo
protestante.


318. 1Ccia1 es la consecuenc,ia clue deheremos sacar de este'
paralelo? De mi se decir que respetando sinceramente 'Was
las formas de Gobierno legitimo, y persuadido a que no se da
en /a naturaleza on gobierno absoluto ni de hecho ni do dere-
cho pues que todo gobernante depende cuanto al derecho de
la ley de la justicia, cuanto al hecho de la cooperation de las
autoridades sociales subordinadas infiero de lo (Echo hasta
aqui, quo debiendo todo hombre estar contento con cualquier
artiticio guhernativo bajo el coal le poaga la Providencia uni-
versal ordenando las cosas mudables de este mundo, Naga SO
mayor estudio no en'Oambiar las formas sino en cornprender,
animar v aplicar eficazmente el sistema de fuerzas morales,


' , principio activo deg Orden en todo Gobierno, sea el quo quie-
ra, cup) mayor defecto consiste en la insuficiencia de su apli-
cacion. Este me pareceria la consecuencia natural de ague-




270 PRINCIPI OS TEORICOS
lias lamentaciones con pie hasta nuestros mismos adversarios
deploran la diminucion de la influencia del Catolicismo en las
conciencias. «Ah, dicen, si Ia doctrina catOlica fuese aplicada
A Ia sociedad en toda su pureza y energia, viviriamos en un
paraiso terrenal; pero preciso" es confesarlo, la religion falta
en la sociedad, o ciertamente la sociedad hace traicion A la
religion; y en esta tan miserable condition de los tiempos el
anico remedio posible para la sociedad puesta en agonia
es recomendarla al interes del individuo y a las fuerzas de las
masas: el interes suplith A la conciencia , la fuerza al de-
recho.»


319. iEstrafia medicina ciertamente! es cabalmente come
si un medico conociendo que la naturaleza no quiere entrar en
reaction a fuerza de remedios ni de caldos, la excitara en el
enfermo con venenos y A garrotazos. Pues si por confesion
de todos la medicina catOlica es de por si provechosa, y so-
lamente no produce frutos porque no se aplica, aplicadla pues,
pero aplicadla con rigor lOgico, con perseverancia, de un mo-
do universal. Si a su aplicacion se opone el espiritu de protes-
tantismo inoculado en la sociedad, combatid este espiritu, ani-
quilad sus influencias en la sociedad misma. Si estas producen
el desorden social canonizando el interes en el individuo y la
violencia en la multitud, empleaos, pues, vosotros en avivar la
conciencia en los individuos y la obediencia en las masas. Y si
finalmente conoceis por esperiencia que contra el torrente
de los intereses y de las violencias es un clique harto debit el
de los mecanismos politicos, que por su flexibilidad y materia-
lidad se tornaron en instrumentos de opresion y de injusticia
en manes de una oligarquia insolente, i porque no estudiais,
mAs A fondo las verdaderas leyes y la aplicacion eficaz del or-
ganismo formado por la mane paternal del Criador, y afianza-
do por la fuerza indestructible de la naturaleza?


320. Aqui me alejo en parte de la Ultima conclusion con
que el ilustrado Ricci cierra su Carta: conclusion lOgica segun
sus principios ; pero cabalmente porque es bigica tiene que
ser necesariarnente falsa si son falsos sus principios. Permita-
me el autor que cGn la misma respetuosa franqueza con que


DR LOS GOBIERNOS LIBERALES.
271


examine su teoria ponga tamblen en el crisol la conclusion:
seria sobremanera cOntrario A la estima quo me inspira su es-
crito, juzgarle incapaz de sostener una discusion amistosa 6 de
sufrir una verdad amarga.


He aqui en sus propios terininos la conclusion de la Carta:
«Para concluir de alguna manera lo que Rasta aqui he ye-


»nido borrageando, dire quo en vez de hacer la crux sobre la
»monarquia representativa y civil ((mica forma de gobierno
»justa y posible en el presence estado de la civilizacion), solo
»porque en ciertos Gobiernos quo se Haman con este nombre
»advierten muchos inconveniences y deformidades, parece que
ciertos senores harian una obra harto mas sabia y cristiana


»indagando diligentemente los defectos intrinsecos y esencia-
»les.de las Constituciones modernas y proponiendo su reme-
»dio, cesando alguna vex de proseguir Ia empresa 'salteadora y
»rebelde de conmover el Arbol por la raiz sOlo por algun reto-
»iio heterogeneo que se le Nava adherido.»


Esta conclusion es notabilisima per , el hecho que supone,
por la politica que consagra, por la explication que hace de
la historia, por el consejo que propone a los sabios.
321. hecho que aqui se presupone es que todos los


pueblos han llegado hoy A tat grado de civilizacion, y por con-
siguiente de instruccien y rectitud, pie deben ser emandipa-
dos por sus Principes come pueblos adultos. No me toca a mi
erigirme en juez de los pueblos europeos, pues mi solitaria
celdita visitada sOlo por los suaves rayos del sol de Oriente,
y por los cellros embalsamados con los olores de los jardines
que hay porbajo en el ameno y taciturno valle entre el Qui-
rinal y el Esquilino, no ye ni eye entre los tumultos de Euro-
pa las pruebas de sabiduria y de virtud que la acreditan de
madura para la libertad. ;Sea en buen Nora si A tanta excel-
situd ha Ilegado A elevarse! Si por este titulo no puedo con-
cederle el derecho de emanciparse, por lo inenos sacare, de
el motives de consuelo que reducirim al silencio a los ince-
santes detractores quo aim hoy mismo siguen en sus trece y
compadecen la ignorancia; la estupidez, la falta de education
del pueblo, especialmente en Italia.




272 PRINCIPIOS TEORIGOS
522. 2.°. --Dando por supuesto este hecho, el autor concluye


de su principio, que ya hemos examinado y combatido, que la
Unica forma de Cobierno junta y posible es de boy pis la Mo-
narquia representativa, consagrando de esta suerte una politi-
ca exclusiva y por consiguiente violenta, como quiera que no
sienclo justa ni posible ninguna otra manera de Gobierno , ha
cesado de derecho y debe caer necesariamente.de hecho. Aun
esta consecuencia del ilustrado autor nos parece natural y ri-
gorosamente lOgica, porque habiendo el establecido un princi-
pio absoluto, ha tenido que hacer una politica exclusive y al
paso que el progreso natural es sumamente suave en las le,yes
y vario en sus efectos, la politica exclusiva debe necesaria-
mente conducir a casi un total esterminio de lo qut, natural-
mente existe, segue explicaremos cada vex mejor en el discurso
de esta obra. Estarnos seguros quo el au tor detestara esta conse-
cuencia, y acaso esta detestacion le hara más aceptable la doc-
trina qne hemos expuesto tocante a la posesion del Cobierno,
con quo se demuestra prec,isarnente lo contrario, es a saber, que
toclas las forms de Gobierno son justas y posibles cuando na-
cen del Orden aplicado a los hechos, ,y que esta mist= vatic-
dad de formas embellece al mundo moral, v pone no sello de
verdad a la filosofia quo la presenta en sus discursos como,
una cosa razonable; cuya doctrina podra agradarle todavia
Inas despues de haber nosotros demostrado en el presente ca-
pitulo, quo a todo Gobierno legitimo le esta puesto por una
necesidad natural un temperamento irresistible del poder su-
premo.


323. filosofia politica debe
•entOnces tenerse por


veridica y juiciosa, cuando aplicada a la historia la esplica
sin falsificarla ni violentarla. estas cualidades la teoria
quo estamos exatninando? iQue nos dice en este panto Ia his-
toria? zllos dice acaso que el nnico Gobierno justo y posible sea
el constitucional? Si la Monarquia representativa Nese el Unico
Gobierno justo y posible, deberia introducirse facilmente, po-
seerse con amor, destruirse con dificultad. Ahora bien, a es-
cepcion de la Monarquia britanica (de la coal tendriamos mu-
cho clue docir, Pero a nuestro propOsito basta notar que naciO


DF., LOS GOBIERNOS LIBEHALES.


275
antiguamente de los hechos, y que dista extraordinariamente
en mochas cosas de las instituciones presences; asi que mas
Bien confirma nuestra teoria que Ia de la emancipacion de los
pueblos adultos), todas las constituciones nacidas de la teoria
de la emancipacion, nos parece quo no Ilan hecho pasta aqui
sus pruebas con muy feliz exit°. Para establecerlas se exige
ordinariamente la violencia permanente de los partidos, que
con la fuerza del secreto, de la organizacion y de la intriga
ahogaron los clamores de la verdadera pluralidad nacional, so-
:ire lo cual apelo unicamente a la lealtad misma del ilustre
autor, que estoy cierio no sera del nitmero 'de aquellos ciegos .
facciosos que se persuaden tener siempre al pueblo de su par-
te, pues al que no piensa como ellos, lo miran coin() a un ex-
:;orn ulgado, como a un enemigo de la patria, comoa un opresor
le la libertad, escluyendolo por consiguiente de hacer parte
del pueblo. El y nosotros y toda persona sincera - diremos
francamente que la sociedad esta dividida en materia de opi-
Manes; que muchos quisierantiertas libertades que a otros re-
pugnan; que en semejante condicion no puedo. subsistir Mn-
gun Gobierno sin comprirnir los partidos contrarios; que esta
compresion entOnces sera legitima, cuando para conservar una
sociedadiegitima proceda de autoridad competence sirviendosee


i
de medics conformes ala justicia y a la ley. Y cabalmente son
bajo -este aspect() puestos en berlina por sus mismos factores;
ciertos Gobiernos representativos que muestran con los he-
chos, y lo que es peon, confiesan de palabra no poderse con-
servar sino con medidas extraordioarias. A cuyo propOsito
no puede menos de notar la admirable simplicidad del Bisorgi-
Mel2t0, defensor ardiente de las formas constitucionales, que
con una seriedad que tiene mucho de cOrnica, endereza una


:'estensa fraterna al diputado Siotto-Pinto por haber este publi-
cad° en el Parhamento los espantosos desOrdenes del Gobierno


. ' en Cerdefta; lo coal, aftadia dicho periOdico, es hartodeshonroso
para nuestros gobernantes, y solo debia decirse en el secreto de
ungabinete entre pocas personas de confianza, para que no abu-
sen los retrOgados dtv la publicidad. iContened la risa si podeis!
jEstos son los senores que no cesan de alabar a los Gobiernos




274 PRINCIPIOS TEORICOS
constitucionales, porcine hacen imposibles por medio de la pu-
blicidad los abusos de los gobernantes ! Màs cuando Began al
poder quejanse de la publicidad , lo cual es gran incoherencia
si la queja la dirigen en piiblico, y esto se llama..... pero la
cortesia no me permite decir como se llama, aunque hien me
permite concluir pre estos tales quieren sostener su Gobierno
con ficciones, contradicciones, y sobre todo con la fuerza. i y
un Gobierno que ha menester estos puntales , pretende ser
estimado de los pueblos ! 4Podia darse declaration mas explici-
ta de la violencia en pre se apoyan estas instituciones? Lo que
comienza por la violencia raras veces se prosigue con suavidad:
el Gobierno representativo cuenta en Espana cuarenta afros de
vida , y otros tantos de discordias civiles : en Francia sesenta
aims de vida , y sesenta de discordias ; tres de vida y de dis-
cordias en Prusia. En las demas regiones de Europa las cons-
tituciones 6 son patrimonio hereditario y no hacen a nuestro 4
intento , 6 son merced reciente de los Principes, o conquista
de los pueblos, siendo tenidas por Ia generalidad por un tor-
mento de los Monarcas o como una transition a la repOblica.
Acaso alguno de mis lectores torcera en este punto el gesto y
juzgara mi retrato gxajeraclo: Inns yo le pedire licencia para
tnostrarle las mismas verdades descritas por una pluma a la
que nadie sera osado de disputar ni la ciencia de la historia,
ni la experiencia de los hechos, ni la aficion a los Gobiernos
representativos , en el siguiente trozo del ilustre Cesar Balbo
que me ha venido ahora a las manor. .EN TODO EL CONTINENTS
',con pocas excepciones (el hecho es deplorable pero natu-
»ral) ..... en los primeros tiempos , en la adolescencia de los
.nuevos Gobiernos representativos , dur0 y dura el vicio pri-
nmero , duran las divisiones y subdivsiones de los partidos.
Toes de cuantosvicios deploramos o deploraremos en los pue-
blos faltos de education, este es acaso el mayor de todos ; el


»oral poste a los pueblos en el periodo de las revoluciones y les
»impide entrar en la serie de la legalidad, como impidi6 a .
»Francia por espacio de sesenta aims a esta parte, a Espana en
»los cuarenta que llevade Gobierno representativo por no citar
Dotros ejemplos de menor entidad.Mirese en este espejo Italia


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 275
P qu e tiene necesidad de abreviar el period° de Ia adquisicion
»de la libertad (1).>,


.Lo ven Vds? En todo el continents no vi6 este eminente
publicista ni on solo Gobierno representativo que haya llegado
todavia a un estado normal. if)ire maravilla , pues, que tales
Gobiernos hagan caido 0 esten para caer por tierra? En Italia
solo en el Piamonte prevalece. pero luchando contra el prin-
cipio catOlico, pues -no parece sino que se empeiraron en de-
mostrar que las instituciones representativas son inconciliables
con la Religion y la justicia.


Estoy muy distante de querer sacar esta consecuencia. He
empleado en el cuadro que precede, conforme en un todo con
la verdad histOrica de los hechos, estas oscuras y austeras
tintas solo para demostrar cuAn lejos esta la historia de con-


Airmar la sentencia demasiado franca y decisiva sobre el imico


, :Zobierno posible: una forma de Gobierno introducida por me-
dio de conspiraciones, sostenida por la violencia y al cabo de
p'Ocos anosAnuerta 6 moribunda, Bien podra allã en so tiem-
po tracer mejor sus pruebas; mas por ahora no ha adquirido
titulo alguno para ser creida como la 'Unica justa, la tinica
posible.


.


324. 4.°--oiCon que segun esto reprobais todo Gobierno
templado, toda forma representativa!»


Ya he respondido repetidas veces que no, y pareceria poco
leal acusarme de enemigo de los gobiernos templados, de las
garantias pirblicas, de la justa influencia del pueblo en el go-
bierno, justamente cuando estoy deinostrando que todo go-
bierno es naturalmente templado; y seguire lo mas antes po-
sible el sabio consejo del claro Ricci indagando los vicios de
las constituciones modernas sin podar al arbol por la raiz.


Pero lograr6 por aqui que todos los publicistas italianos
hagan otro tanto con todas las forams de gobiernos legiti-
mos? Por mi parte retorcer6 en favor de estos el consejo con
quo se cierra la carta de Polonia exhortando 0 los publicistas
casi con la misma frase, a que en vez de pacer la Cruz sobre


(1) Revista italiana vol. I. entrega 5,4 pag. 548.




276 PRINCIPIOS TEORICOS
todas las otras formas de gobierno legitimo (pie son todas
justas y posibles en las condiciones presentes de Ia civilization
lo mismo que en las pasadas) solo porque en ciertos gobiernos
que se Haman con este nombre, se echan de ver machos in-
convenientes y deformidades, y que hallo) una obra Inas sabia
y cristiana indagando sus defectos y proponiendo sabiamen-
te (1) el remedio, cesando alguna vez en la empresa salteadora y
rebelde de polar el arbol por la raiz, solo por algun retort°
heterogèneo que haya brotado do el.


525. Solo con este estudio seri° é imparcial , ilustrado
por la fc, animado por la caridad, guiado por el respeto A Ia
Iglesia catOlica, templado por un conocimiento humilde de la
propia falibilidad y pequeiiez, solo, digo, haciendo este estu-
dio se puede dar de nuevo con el camino que es preciso se-
guir para realizar en toda su plenitud las grandes institu-
ciones de la. naturaleza, perfeccionandolas despues con aque,
Ilas adiciones de arlificio homano que surgiendo de los ante-
cedentes de la sociedad, lejos de resistir, cooperan a la accion
de la Providencia en el Orden social.


(1) NOtese bien este sabiamente introducido aqui sapientisima-
mente por el Sr. Ricci, para que no se crean exhortados por aqui
las personas rectas A desencadenarse contra los abusos de los go-
biernos con ciertas filipicas demagOgicas, que por mfrs que esten
adobadas con protestas reverentes y con amor al bien
echando Jena al fuego de las iras populares y haciendo el retrato
de los gobernantes, preparan a los Estados no mejoras, sino rui-
nas. ConfOrmese la amonestacion con las leyes morales y las for-
mas de gobierno.


CAPITULO .


LIBERIAN


326. El examen de aquellos principios universales que pro-
eden naturalmente de la independcncia protestante, nos ha
raido al conocimiento de lo que es bajo las influencias
lel principio heterodoxo aquel dereeho que deberia unir


todos los ciudaclanos en la sociedad, aquel sufragio uni-
,ersal quo deberia gobernarla: con cuyo propOsito hemos
nvestigado las causas por las cuales la autoridad se torna
n concreta y legitima sin el sufragio universal, y la impoten-
ia de los argumentos con que se pretende adornar con ella
la multitud suponiendola adulta e ilustrada. Continuemos


bona sacando del gerrnen protestante otro principio uni-
ersal; con que se quisiera gobernar hoy dia la sociedad; el
ual snele expresarse compendiosamente con la palabra ma-
ica libertad.


327. Somos libres, en fin, suelen gritar en los Bias de de-
irio los pueblos desencadenados; y rotas las tablas de la ley,


veseles correr de acii para alla tanto Inas alegres cuanto esten




278 PRINCIPIOS TEOIIICOS
mAs tornados del vino; pero la alegria de la embriagtiez no es
larga; el vino acaba presto, especialmente cuando es un pue-
blo entero el que estruja Ids botas. Despiertase entonces de los
ensuenos del delirio, descaecido, aturdido, enfermo y entera.
mente livid° y sanguinolento por efecto de los tropiezos y caidas
que no pudo prevenir durmiendo. Leed la historia de la libertad
de los milaneses en I Promessi Sposi,1 vereis el retrato
poetic() de esta gran verdad filosOfica e histOrica. Pero no basta
conocerla: si la verdad ha de set fecunda conviene penetrarla
filosOficamente, es decir, en sus causas y relaciones intimas:
todos lo sabemos: el pueblo se tree libre cuando carece de
freno; pero el desenfreno no es durable, Antes le conduce A la
esclavitud. por que? Porque no comprende la idea de liber-
tad, y porque la separa, por consiguiente, de la idea de Orden.


328. Contra este error popular se puede proceder siguien-
do dos metodos diversos: cl más fAcil y trivial es el de ciertos
eruditos candidos que yen poco, y no comprenden nada, salvo
cuando aturdidos con el espantoso griterlo del pueblo soberano
y aterrados quizi por algun proyectil lanzado a la ventana por
su Majestad en chaqueta, comienzan a tenor por pesada esta
diadema, cuya enorme circunferencia se apoya por uno de sus
puntos en su pequefia cabeza. Entonces empiezan estos tales a
predicar Ia necesidad de la 1noderacion, la rectitud de un just°
media, los peligros de los excesos, el tenor de Ia reaction; la
excelencia del Orden; y prevaliendose do algunos *restos de las
ideas antiguas relativas al Orden, a la autoridad, al respeto de
la ley que sobreviven en el pueblo A la ruina universal del an-
tiguo seso traditional, buscan el modo de oponer con ellas un
Alique al principio de des:it-den, de rebelion, de desprecio de
toda autoridad que quiere destruirlas, aunque no se atreve
combatirlo antes rindenle un homenaje profundo. qSi, cier-
tamente, dicen al pueblo, quitAndose con profunda reverencia
el sombrero, to eres Soberano, y nadie puede imponerte la
ley; pero todo Soberano debe moderarse en sus trasportes: tie-
nes derecho a gozar, pero los placeres excesivos arruinan A la
sociedad lo mismo que al individuo.. Y con tales exhortacio-
nes, si no ascbticas, por lo menos socraticas (bleu que vayall


DE LOS GOT3IERNOS LIBERALES.
279


contra la legica, a la que Socrates no solia faltar), consiguen
veces mitigar el paroxismo momentAneo y preservar los Cris


tales de sus venanas hasta la prOxilna prirnavera. Este metodo
sistema O teoria, como querais llarnarle, tiene dos grandes


ventajas para el que .
lo emplea: Ia primera, haliarse dispensado


de comprender lo que dice, y despues no hacerse odioso contra-
diciendo lo quo otros piensan: a los bullangueros les sale bier
asimismo su cuenta, porque ipso facto lo que roban es decla-
rado buena presa; y para lo futuro, canonizado su principio,
Nina:Ise ya en posesion de su soberania rompe-vidrieras, y au-
torizados para rcpetir en la primera ocasion que se presente
las fragorosas demostraciones.


329. Si interrogais la historia, no la hallareis avara de he-
elios con que confirmar la teoria de esta moderacion; y sin su-
hir a los Arrianos 6 Circunceliones, A los Fraticelos 6 Pobres
de Leon, con encerraros en los estrechos finites de la historia
moderna y de los modernos trastornos hallareis que desde los
primeros sacudimientos Erasmo, libre pensador, habria de-
scado alguna moderacion en la libertad de pensar de Lutero;
que Lutero se lamentaba con Melancton de la excesiva inde-:
.;cndenCia con que ciertos espiritus santos interpretaban el


nto. Evangelio A los cerebros de los paisanos de Alemania;
qua los teOlogos de Yittemberg,.que tan vivamente sentian la
fuerza del precept° de la Escritura: crescite et ^nult.iplicamini.,
iodavia habrian deseado que en las multiplicaciones del Land-
grave de Ilesse, el exponente no pasase de la unidad, aunque
;:ecretamente le permitieran el cuadrado y acaso tambien el
cabo: Y prosiguiendo a este tenor, oireis panegiristas de la
moderacion acompailando a Gustavo Adolfo por la Germania,
en Francia a los Hugonotes, en Suiza a los Sacramentarios;
Lafayette recomendara moderacion A los jacobinos: Casimiro
Perier el justo inedio 0 los heroes de Julio; Gioberti la cultura
a les apedreadores de Genova y humanidad A los asesinos de
los jesuitas.


Asi se procede sin escesivo rindo en las vias del progreso,
tonservando ciertamente y dirigiendo el principio del desOrden,
'a llnque sin nombrarlo jamas, sin formularlo en terminos cla-


TOMO 1. 19




280 PRINCIPIOS TEOIIICOS
ros y precisos hasta que armando este. principio en un dia da--
do a la plebe embriagacla con el humo de los derechos, la inci-
ta desde lo alto de las barricadas a sepultar debajo de las mi-
nas sociales 'A moderados y retrOgrados..


350. '.Cal es el estado do contradiction., tal asi mismo el
peligro fatal a quo este sistema de falsa moderacion conduce.
A los ministros luego que entran en la estacada y comienzan
lucha con los particlos en el segundo estadio de las revolucio-
nes. Pero antes de Ilegar las cosas A este punto suele prece-
der una 6poca cle transition en apariencia moderada, quo por
gobernantei honrados, pero (Wailes, pudiera Ilamarse' la epoca
de las concesiones, en lacual so color de clemencia, de bon-
dad paternal, de indulgencia, etc., el partido de los revoltosos.
comienza a cellar !nano suavemente, valiendose del fraude, de
aquellas primeras armas de quo despues intenta valerse para
tomar posesion del resto por medio de la fuerza.


551. Ahora bien:1que diferencia hay entre este sistema de
concesiones ruinosas y el sistema de la verdadera bondad po-.
litica? La diferencia esencial y radical consiste, si DO me en-
gaff°, InAs Bien en el principio de donde proceden las conce-
siones del Principe, que en estas mismas concesiones: consiste
en aquel principio mismo do que estamos bablando, esto es,
en conceder lo que por si mismo no esti en el Orden con la
esperanza de obtener fuera del Orden una tranquilidad mate-.
rial. En lugar do examinar que derecho tengan los pueblos
A librarse de esta 6 de aquella gabela, segun las reglas do la
justicia eterna, y de establecer espontAneamente lo que la-
,justicia prescribe, midese la necesidad de las concesiones por-
el mayor 6 menor estrepito que meten los revoltosos irrita-.
dos, los cuales por su parte conociendo bien presto la debili-
dad del Gobierno, pid gin tanto mAs cuanto mAs fue lo que
consiguieron, comprendiendo perfectamente que cuando la
razon de conceder es el ruido do las exigencias, tanto mits
se conseguira cuanto el grito sea más estrepitoso. Ile aqui el
efecto de la falsa moderacion en los primeros periodos del des-,
Orden revolucionario.


332. zPues que diriais si os demostrase que del principles


DE LOS GODIERNOS LIBERALES 281
mismo de que se originan las concesiones de los moderados,
proceden igualmente ciertas resistencias mal entendidas de,
algunos retrOgrados? Me acusariais de ser un escritor parade-.
jico quo quiere sorprender al lector con la novedad de sus
tesis. X sin embargo la verdad es esta, y la paradoja nada
tiene de nueva, es una simplisima aplicacion del antigun pro-
verbio: Los extremos se Mean. Cuando el hombre no va por
el camino del Orden, 6 en otros terminos, cuando es piaci°
no de razones de justicia, sino de los estimulos de la pasion,
o sease del interes, es rnuy natural quo se descarrile perpe-
tuamente pasando del uno al otro extremo, pues en los dos
extremos estAn las pasiones a que ha cedido el gobierno: . sien-
do estas pasiones principalmente en los que riven a otros la
debilidad que otorga lo que no es debido, y la dureza que
niega lo que se debe, naturalisima cosa es, que perdido el
principio de la justicia, muevan segun las circunstancias a los
diversos escesos siempre vituperables y funestos. Suponed
que bajo su influencia el gobernante esta bien persuadido de
su omnipotencia para comprimir a los revoltosos: en este caso
tanto sera mAs audaz para negarlo todo, cuanto estaria mas
pronto a conceded° todo si creyese ser la parte Inas debit.
Por lo cual es reprendido por el orimulo infalible que habla
en la Sagrada Escritura, aquel Principe novel que respondio
duramente A su pueblo, que le pedia con razon le aliviase de
los escesivos trihutos de que rue cargado en los Ultimos altos
del Rey Salomon.


H6 aqui, amado lector, el Esp i 'tug de lo que se llama siste-.
ma moderado: he aqui a (Wade conduce naturalmente aquella
irrational moderacion civil tan aplaudida del vulgo que no-
comprende ni la parte mils minima de este sistema, y de los
perversos que to cotnprenden todo y que no cesan de preconi-
zar la moderacion para use de los que tienen mAs miedo quo-
probidad y la bolsa mAs llena que el cerebro.


535. Pero tit, codes lector, que perteneces, como espero, a
la otra clase, o sea A la de aquellos cuyo cerebro posee princi-
pios fumes y legica recta, y cuya voluntad mile la utilidad
Por la justicia, no la justicia por la utilidad, comprenderas




282 PRINCIPIOS TE6RICOS
muy Bien el absurdo y por consiguiente la vanidad de la pc).
litica qt.e pretende conducir a la sociedad con estos sistemas
fundados enterament.e sabre errores asi en la teoria corno en
la practica. Podra subsistir una sociedad que tenga principios
falsos, si le esti prohibido el discurso, como la musulmana;
podra tambien subsistir como la catelica si la libertad de dis-
currir quo 'pia esta fundada en principios verdaderos d incon-
ettsos. Pero dar a una sociedad principios falsos d inaplicables,
concederle plenisimo derecho de examinarlos , juzgarlos y
aplicarlos, y pretender despues que sea tan estupida que crea
en elios tetiricamente, tan desinteresada que no los aplique en
la practica cuando le tenga cuenta su aplicacion, y tan omni-
potente que permanezca en pie a pesar de la aplicacion ruino-
sa y contradictoria de tales principios, es pretender que las
cosas no Sean como las hizo el Criador, que el hombre carez-
ca de razon, que las consecuencias no salgan de los principios,
y que lo imposihie sea real. Si todo hombre es independiente,
si esta independencia le ha sido dada para que llegue a ser fe-
liz, si la felicidad esta en todos y en cada uno de los bienes
terrenos, decir al pueblo: «Tienes derecho, tienes poder para
ser feliz,D y quererle luego enfrenar con la - discretion es on
absurd() tan grande, que no puede durar largo tiempo. Podra
darse on dia, on rues, un arm de transition en que el hAbito
de la antigua docilidad y respeto mantendra al pueblo con la
boca ahierta oyendo las exhortaciones de algunos moderados y
de personas cAndidamente buenas; peso el boon habit° se
pierde pronto, singularmente cuando se-presenta para ilustrar
y eleetrizar al pueblo algun DemOstenes de plazuela, que sa-
que las consecuencias, esponga las aplicaciones y calcule las
fuerzas de que pueden disponcr las muchedumbres. Y enton•
ces, quieran ó no quieran los moderados, el pueblo tiara ver
que discurre aplicando los principios que en so dia le sugirie-
ron los moderados mismos.


Vedlo si no en la practica: jamas ha podido el partido mode-
rado ilevar a circa so empresa; jarnas ha podido ser consecuen-
te con sus principios. Este camino fue ensayado por Alejandro
.de Rusia, cuyos nItimos altos Ilene de amargura: lo foe pot'


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
285


Luis XVIII y Carlos X, quienes despues de Mier oscilado in-
cesantemente entre concesiones y arrepentimientos, dejaron
el selio a la soberania ciudadana; to fuepor el Rey Ciudadano,
apoyado en los dos politicos más astutos de la Francia inoderna,
y la diadema rode por el fango: to foe por el desventurado
Carlos Alberto, y apenas baste la reiterada derrota y la abdi-
cacion para librarlo del predotninio republican(). El Ministerio
piamontes continua boy el ensayo, chocando a cada paso que
da, ora en el retnordimiento de sus principios violados, ora en
el terror de la demagogia irritada; y es facil prever a deride
sera conducido por esta lucha y contradiccion perpótua. ,;Quer-


•ra revocar las concesiones hechas al partido irreligioso, para
reconciliarse con los catelicos? Seran mayores los ahullidos
de la impiedad. GContinuara persiguiendo al catolicismo? Per-
dera no solo el sufragio de todo buen cab:die°, sino el credit()
de moderation, que tanto le favorecie en el principio, y que no
puede durar en un sistema de persecuciones, especialmente en
la Europa de nuestros Bias, donde todos los antiguos persegui-
dores vuelven arrepentidos a seguir la bandera de la libertad
catedica.


534. HO aqui el estado de contradiccion, he aqui al mis-
mo tiempo el peligro fatal a que conduce este sistema de mo-
deration falsa. Los hombres de bien de este partido no repa-
ran, por la razon que antes indicamos, por aquellos antiguos
principios catelicos subsistentes todavia en et pueblo que to-
man buenamente por indole de la raza italiana, a la coal es-
tan pervirtiendo estos moderados hasta acabar por perderla.
be esto lei cabaimente aver un ejemplo en un articulo de
cl Estatuto, cuyos publicistas consuelan a los Principes,
los gobernantes y a todos los quo en Italia tienen aigo que
perder con la imposibilidad de quo el vulgo ilaliano llegue


11 profesar el comunismo. ;Ay! que al mismo tiempo me °cur-
riO leer que habian sido condenadas por los tribunales en el
Piamonte no se cuantas publicaciones como inductivas del
comunistrio: ;ay! que mientras,El Estaluto nos pondera la mo-
deracion del pueblo italiano, todos los diarios, sin esceptuar
los ofIciales, deploran la condition de los Estados italianos




284 PRINCIPIOS TEORICOS
asolados por ladrones y por crimenes hasta en los filtirnos ex.
ti.emos de Saboya: jay! que cuatro o cinco diaries notoria-
mente comunistas, penetran , con hibito plebeyo por todas las
tiendas y tugurios alterando en el vulgo todas las ideas . de fe v
de probidad. Si El Estatuto ignora estos hechos, icomo se es-
cribe? si los conoce y aspira a adormecer al Gobierno en'el
horde del precipicio, icomo justifica la propia conciencia?


335. Suelen defenderse los moderados con un ejemple
que juzgan por insoluble. «La Iglesia, dicen, se ha conteni-
do siempre en los limites de. la mas escrupulosa modera-
tion; y cabalmente por esta razon, combatida siempre de
los partidos extremes, subsiste irnpasible vióndolos estrellar-
se al pie de su rota come las olas de la mar en el escollo,
Lo cu01 es muy cierto ; pero no es mènos false el supues.
to en que se apoya el argumento. SupOnese los moderados,
que la moderation de la Iglesia se parece a la suya , es
decir, que la Iglesia conceda a las pasiones principios fal-
sos y que luego les recomiende que los apliquen con so-
briedad. Pero nada hay mas false que esta idea: la pru
dencia de la Iglesia no consiste en ceder los principios,
sine en aplicarlos imparcialmente , obrando -de suerte quo
el catOlico comprenda perfectamente y abrace con firme asen-
so y con lOgica severa la verdad que encierran.


356. Este es cabalmente el segundo metodo que desde
el principio dije (ie podia inducir al pueblo a la obser-
vancia del Orden, dando tal idea de la libertad quo la re-
presente asociada esencialmente con el Orden: no es dificil
comprender la enorme diversidad de entrambos metodos: el
primer() dice al pueblo: «Tienes razon, si: la felicidad social
natural esta en la libertad, la libertad en no depender de la
ley: pero es necesario it despacio:» el otro por el contrario:
«Ilaces mal en sacudir el freno; la felicidad y la libertad es-
tan en el Orden, y el Orden en depender de una ley A110-
ra bien, este segundo inetodo es el que me propongo espli-
car ahora con ideas familiares en la segunda parte de este
capitulo.


337. Y plies me propongo reducir este tratado a ideas fa-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 285
miliares y hasta triviales, me habeis de permitir, cares lecto.
res, que os comuniquo una especie estravagante que cruzO
por mi mente siendo jOven, cuando percibia las primeras ema-
naciones de las ciencias fisicas, y oia explicar las leyes de la
caida de los graves. Mi profesor tomaba entre sus manes lima
bolita de marfil y desde lo alto de su catedra extendia sus do-
dos, le dejaba la libertad (era cabalmente la Opo.ca en que
esta majica yea conmovia millares de fibras del corazon) y la
-bola caia. die aqui, pues, decia yo en mis adenfros, cuanto
mas licit es dar la libertad a una bolita de martil que a estas
benditas gentes! Si con este profesor hiciese la estudiantina
lo que 61 hate con la bolita; si levantandolo de la catedra lo
dejasen despues caer en tierra verticalt»ente, zpodria decirse
quo de este mode le daban la libertad? No per cierto. Pues
aiorque al caer de una bola ha de Hamarse libertad, y a la
caida de un profesor desnucamiento?» Y casi hubiera querido
quejarme del vocabulario vulgar, acusandolo de poca ftlosofia,
segun el capricho quo en aquellos dias estaba en bega entre
semi doctos que hacian la corte al fantasma de la lengua filo-
ad fica.


338. Hey a Dios gracias van de capa caida estas vanas
pretensiones, y la naturaleza restituida a su dignidad de !Imes-
Ira no quiere ser tenida por charlatana: asi que cualquier filb-
soft) mediocre al oir el oraculo del coffin!) lenguaje no pre-
teride corregirlo a estilo de pedante , mas esciichalo como
discipulo ; no le acusa de mentiroso, sine intents penetrar sus
enigmas.


359. Tomemos nosotros tambien este Gamine: estudiemos
el enigma natural: ct.ffil es el oraculo contenido en el pro-
blerna arriba propuesto ? PorquO el caer de una bola se Ha-
ma libertad, y el de un hombre desnucarse? Todos me diran
que no puede Hamarse libertad lo que produce tanto
eomo seria romperse la nuca : la libertad debe ser un bien,
y el bien debe ser conforme a la naturaleza ; y pues el horn-
bre por la naturaleza no tiende a romperse la mica, no pue-
de llamarse su caida ni bien ni libertad. Cuya respuesta me
.parece ciertamente que da alguna 'Liz 0 la cuestion; pero no




DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 287
riaisle todo rebosar de alegria imagintindose haberme cogido
en mis propios lazos duego tambien debe llamarse libre, di-
la, al hombre que corre a su talante a donde la naturaleza le
leva.» NQ sere yo quien niegue esta consecuencia, si bien me
permitire preguntarle emit es su naturaleza. Si se-resigna con
toner completamente la naturaleza del potro, estamos confor-
mes, gozara de tal libertad ; bien puede corner y dar todos los
,altos que quiera pm- el prado, pero no se indigne porque el
Atigo y la traba vengan en seguida A sujetarlo, ni nos venga
arnpoco ponderando su libre albedrio, como dote de solo el
sombre en la. tierra : si es libre al par del potro , y el potro


libre al par de el, ambos poseen, pues, Ia misma naturaleza y
Ia misma libertad, y esta consistith en no tolerar freno alguno
contra ningun antojo. Mas si pot- el contrario percibe la in-
mensa distancia que hay entre el potro libre para solazarse
n el prado, y el sAbio libre para deliberar en el Consejo,
esuelvame este Ultimo enigma y digame en que conrsiste la.
iferen-cia entre estas dos libertad es.
542. 'Es Med entender q ue la libertad del sabio mientras


elihera, consistecabahnente en no ser arrastrado de necesi-
ad por impetu del instinto, situ) en poder sujetarlo con la


razon propia o agena que forma el catheter especilico de nues-
ra humanidad, de nuestra naturaleza, y es pot- consiguiente
sencialnaente necesaria para constituir la verdadera libertad
el hombre, si no queremos apartarnos del principio estable-


cido y demostrado poco antes, 6 sea, que no es libertad roe-
, 6dera, la que no pone en juego plenarnente la actividad es-


ecifica. Romped si -quereis cordcles, destrozad cadenas, echad
or tierra puertas y murallas, todo sera en vano por si solo
.ara constituir la libertad: mientras no sea libre en vos la ra-


zon para obrar, no habreis aicanzado la libertad;y a medida
quo la razon sea libre en vuestra conducta no solo de three-
les y cadenas, sino tambien de los impetus ciegos de la pasion,
ira creciendo vuestra, libertad. He aqui el ver,ladero significa-
do de la palabra libertad: he aqiii lo quo Ode el pueblo, si
comprendiese lo que dice, cuando grita: viva la libertad: pide.
no ser arrastratio per la fuerza de las c.tdenas ni por el hive-


t


286 PRINCIP1OS TEORICOS
veo todavia quo Ia desateenteramente; porque el hombre gue
cae por tierra no hate ciertamente ningun milagro , Antes,
es cosa mu); natural el caer, tan to que el poeta italiano nos
echa en cara la gran repugnancia que sentimos hacia este acto.
tan natural de dar en tierra.


Cadono le cilia, eadono i regni
E l'uonto di cader par die si sdegni.


Si pues Ia libertad riche conformarse con la naturaleza , y
segue la naturaleza puede el hombre caer, tenemos reprodu-
cido el problema: porque de la piedra quo cae, se dice que
es libre, y del hombre que cae, que es desgraciado?


.510. Tampoco sera dificil responder a esta dificultad: la
caida de la piedra es acto propio de la piedra misma conside-
rada en toda la plenitud de su ser; no asi la caida del hom-
bre: el hombre no cae considerado como animal sensitivo,.
ni como animal rational. sino imicamente en cuanto partici-
pa por la materia de su cuerpo de la gravedad material. Asi
caer no es para el hombre un eecto O tendencia de su natu-
raleza, sino de la gravitation de su cuerpo; su caida sera una
desgracia natural , mas no podrà tenerse por libertad natural,
del hombre. Estas observaciones tan triviales y familiares nos
ayudan a comprender bien el valor de la idea de libertad y
reducirlo a una formula exacta. Un principio cualquiera de
actividad considerado en cuanto no esta sujeto contra su 'na-
ttraleza, es llamado libre; y por esto son tantas las diversas
maneras de libertad producidas pot- nna idea Unica , cuantas
son las diversas especies o naturalezas de los sujetos a quie-
nes esta idea se aplica: fibre es la piedra al caer, porque sir
naturaleza gravita hAcia el centro, libre es el ave en su, vuelo.
porque navega conforme a su naturaleza por el aire atmosferi-
co, libre la vid no arnarrada a la estaca, libre el potro no..
encerrado en.el establo, siempre por la misina razon de it
donde la naturaleza les mueve.


51.1. Pero si oyese estas cosas.alguno de aquelios ingenios.
vulgares que mucven tanta.algazara en juegos y disputas, ve-




288
PRINCIP105 TEORICOS


to de las pasiones, sino solamente por la verdad y la justicia,
verdaderosguias y verdaderos objetos de su naturaleza.


343. Determinado por este modo el verdadero concepto
que se oculta tras la magica palabra LIBERTAD, es facil ver que
lejor de ser el Orden no dique contra la libertad de los hom-
bres, es mas Bien el campo donde naturalmente se dilata,
esplica y perfecciona esta dote admirable de los sores inteli-
gentes. Porque zque otra cosa .es en resolution el Orden sino
aquella unidad simplicisima a que la razon humana dirije todo
pensamiento, reduce todo afecto„ encamina todo designio?


344 Nablando en rigor, no habria Orden en la tierra si no
hubiera inteligencia quo to contemplase, y la inteligencia no
encontraria en donde reposar sobre Ia tierra, si no respirase en
medio del Orden. El Orden del universo, sin una inteligencia
que lo descubra, no .


es sino la material existencia de las cria-
, turas, a las cuales llamamos ordenadas porcine en su inmensa


variedad pereibimos con nuestro entendimiento unidad de
idea, do causa, de tendencia. Pero esta unidad no esta en las
cosas que son multiples, sino en la inteli g encia suprema que
las ordenO y en la inteligencia humana que se representa este
Orden; y esta es la razon de que atm subsistiendo las cosas or-
denadas, el Orden pereceria si se estinguiese la inteligencia.
Ademas pnede la inteligencia obrar ni una sola vez fuera del
Orden? 4Quien ignora que el pensamiento es uno, aun siendo
complejo„ multiple 6 indefinidamente vario el objoto pensado?
Ahora bien, esta unidad en la variedad se llama Orden: el or-
den se contempla nuestra mente cuando expresa con al-
guna palabra un concepto cualquiera, cuando propone on jui-
cio, cuando encadena un raciocinio, cuando espone una cien-
cia. Podreis acaso nornbrar una criatura cualquiera sin consi-
derar el Orden que en ella tienen sus propiedades con Ia sus-
tancia, sus fuerzas con los efectos, sus partes con el todo, sus
relacioneseon el mundo que la rodea? zPodreis aprobar 6 des-
aprobar la action de un agente cualquiera sin medir las pro-
porciones de los medios con el fin, del fin con la naturaleza
que obra? No; no se da inteligencia sin Orden, ni Orden sin in-
teligencia.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 280
345. Si pues esta inteligencia es el constitutivo esencial


del hombre ; si ci orders es la sola atmOsfera donde respira la
inteligencia, evidente es la imposibilidad de hallar libertad
para el hombre cuando es lanzado por el instinto brutal fuera
de las vias del Orden: podra este •hallar fuera del Orden la li-
bertad del bruto, .de la planta, de la piedra ; pero su libertad
de hombre esta perdida, esta aniquilada fuera de 01; y asi co-
mo IlamAsteis poco Antes desgraciado al hombre quo cae por
tierra impulsado por la libertad de la gravitation material, asi
tambien debereis reputar por verdadera desgracia ver al horn-
bre hive dcsvariar con los frenèticos o retozar con los po-


346. ;Oh! si se fijase Bien en la mente y resplandeciese
ante los ojos de todo pueblo culto esta importantisima verdad,
icuAnto se avergonzaria de los gritos desenfrenados en quo
prorumpe tan frecuentemente al oir esta sagrada palabra li-
bertad, tan temerosa y terrible hoy en dia para todo ciudada-
no juicioso y honrado! Pero los solismas del contrato social,
fundados en gran parte en el equivoco quo antes espusimos,
ban falsificado de tat suerte el lenguaje cientifico , .que seria
injusticia exigir al pueblo que conserve el sentido comun:
2, c6mo quereis exigir de cabezas vulgares que resistan al tor-
rente de los errores, cuando tan fragoroso desciende de las
cimas mac altas de la sabiduria social?


547. thee diez y seis lustros que dice y escribe el filOso-
fo de Ginebra por mil bocas y mil plurnas. en mil libros y
diarios, en mil plazas y salones, que cuando el hombre quie-
re juntarse en sociedad debe renunciar una parte de liber-
tad: pero que este sacrificio debe ser el minimum posible;
que la sociedad no tiene derecho a exigirle mas tratAndose del
sumo bien constituido par la libertad. zNo resulta, .pues, evi-
dente que el Orden y la libertad entran aqui a luchar en la ca.-
heza y corazon del ciudadano como dos adversarios 6 mas
bien, corn° dos enemigos? El. Orden se muestra en actitud de
cojeros las manor y trabaros los pies: «cuidado: guardaos
bien de conceder mas del minimum que exije vuestro inte-
res: cualquier esceso que concedais, sera usurpation, sera vio-




290 PRINCIPiOS TEORICOS
lencia, sera tirania.» iQuien puede comprender las tremendas
consecuencias de estos consejos, con que se deja a discretion
del inculto villane y del amor propio indOmito determinar
donde acaba Ia necesidad social y comienza la invasion tiri-
nica?


348. Pero contra vos levantase como defensor imperioso
del Orden en figura de gigantesca torre el Caritas= enjendra-
do por la abstraccion con el nombre de El Estado, el cual
cree haberse quitado al Orden todo lo que se ha dejado do
libertad. De aqui la lucha perpetua entre Gobiernos y nacio-
nes , que tirando perpetuamente cada cual de los extremes
opuestos de las Cartes han anulado tantas no sin haberlas
antes hecho trozos y alargado, acortado, torturado: de aqui la
perpetua alternativa de libertades concedidas y recogidas, de
estado legal y estado de sitio, de tolerancia y de represion. Ni
una sola ley se presenta en, las Camaras sin protestarse Antes
del respeto a la libertad de los ciudadanos, aunque conocien-
dose la necesidad de contenerla, del respeto a la autoridad
de la ley, pero queriendo impedir la tirania. llasta cuando ha-
bra de durar esta perpetua refriega de Ia libertad contra el
Orden, y del Orden contra la libertad? Emil es comprender Ia
imposibiliclad de ordenar jamas a un pueblo en sociedad civil,
micutras este oprimido por estas ideas, y crea que le quitan
todo lo que se concede al Orden pliblico.


349. Mas acaso diga alguno: «i, Quereis negar que el hombre
sacrifica realmente sit libertad cuando entra a formar parte de
una sociedad cualquiera?p


Si hablisemos con todo rigor, y tuviese yo que dar una res-
puesta absoluta, ciertamente me atreveria a negarlo; y aun


• me atreveria a aflrmar todo lo contrario diciendo francamen-
te, que el hombre no hace sacrificio alguno entrando en so-
ciedad: no sacrifica su libertad porque , no es suyo lo que Os
necesario al bien comun. Pero si me es licito aclarar primera-
mente las ideas, quo es precisamente mi principal intento en
este escrito, dare una respuesta mas adecuada observando que
dos especies de ]e y es suelert publicarse en la sociedad para el
ordenamiento de los ciudadanos: unas que fuerzan al cumpli-


' DE LOS GODIERNOS LIBERALES. 291
intent.° de deberes naturales inviolables, y otros que deterrni-
nan ciertas formas y afladen alguna perfection a la observan-
cia de esos deberes. Las primeras no suponen de parte do los
asociados ningun sacrificio: las segundas tampoco puede de-
cirse sino impropiamente que exijen sacrificio alguno. Espli-
quemos con brevedad estas dos categorias de vinculos sociales.


350. Los que derivaron toda sociedad de un pacto, nos
contaron una bellisima novels que nada desmerece de las de
los Bonzos de Ia India O del filOsofo de Samos, quo se acorda-
ba, como sabeis bien, de haber vivido all y en los tiempos de
la guerra de Troya en el cuerpo de Euforbo, de donde mill-
grand° despues de bestia en bestia y de uno en otro hombre
se habia por fin transformado en Pitfig,oras. Pues a este mis,
mo modo contaronnos los defensores del pacto social haber
hecho nosotros de tiempos muy remotes un convenio con
nuestros gobernantes para conseguir la gran ventaja de vivir
en la compania de otros hombres, en virtud del cual si. por
culpa nuestra abusabamos alguna vez de tal favor en daflo de
/a sociedad, cediamos al gobernante el derecho que tenemos
(caso que lo tengamos) de colgarnos de una cuerda. Supon-


. . e. go, taro lector, que to no to acuerdas absolutamente de ha-
-, - - her estipulado la horca; y en cuanto a mi confieso ingenuamente


que no tengo una memoria pitagarioa: tanto mejor para nos-
otros dos, pues asi no tendra derecho la sociedad de condenar-
nos a muerte, 6 cierto no podra probarnos que lo tiene. Sin
embargo no vayas a creer quo debemos de reputarnos ente-
ramente libres de todo temor: porque estos autores que con
tanta libertad, y con tantos derechos nos dot.aron, guardaron
para si uno que envia a paseo todos los nuestros.


Lee los autores del siglo pasado, y veras que a menudo se
proponen la dificultad de cOmo podria defenderse una socie-
dad contra los asesinos, si estos no quisieran hater el pacto
de it al Palo por su voluntad cuando traspasan las levies: a lo
cual responden quo todo hombre, quiera que no quiera, se
reputa haber /mho semejante contrato cuando vive en so-


eliii. , ciedad, y esto basta pars despacharlo a la horca. Y aun Spe-
dalieri sostiene expresamente, hablando de los derechos del





29'2 PRINCIPIOS mOnicos
hombre, que este obra en Cal caso por su propia voluntad, y
que el es quiet' casi se ahorca por si mismo.


'551. No me exigir0s , o lector, que justifique ni refute
tamaiios delirios; dejemoslos en el sepulcro del olvido a quo
los condena de boy mas todo entendimiento sano. Solo to
pido que investigues sa origen , porque , esta investigation
puede aciararte mi intent o. Habiendo dichos aatores tornado
de la Reform el vano principio de que antes liablamos, es
deer, ser dote y derecho natural del hombre una plenisima
independencia en pensar y querer, hubieron de sacar do 01,
corm de su germen, la independencia del hombre en obrar.
Pero establecida semejante independencia como derecho ina-
lienable de cada individuo sera acaso ya posible unir en so-
ciedad 0 millares, a millones de hombres? Claro es quo todos
aceptarian la sociedad in utilibus, pero nadie se resignaria
con la horca, ni aun con la cartel y el remo. Es asi .que sin
esto no podia ordenarse la sociedad: luego ..... "meg° es pre-
ciso suponer el consentimiento aun cuando no exista, y do-
cumentarlo con fibulas ya que no es posible con hechos histO-
ricos.


352. Pero habiendo demostrado nosotros la falsedad del
principio protestante, y puesto en claro el equivoco de este
principio; habiendo probado que el hombre debe cierto co-
nocer con la propia razon, pero dirigirse por la verdad de las
cosas, que muchas veces puede serle manifestada por otros, y
especialtnente por Dios, con mucha mayor seguridad de la que
procede de los medios suministrados al individuo humano en
su aislada existencia personal; la supuesta independencia ab-
soluta, ilimitada de todo hombre viviente se re-
duce A un puro sueilo 0 0 la novela de Robinson. Todo horn-
bre de razon conoceril siempre que su naturaleza le impone
vinculos en cualquiera relacion en que se encuentre: que no
debe tomar veneno, si ha de cumplir el deber de conservar la
vida, ni suprimir la traspiracion si no quiere resfriarse, ni dar
con la cabeza en la pared si no quiere rompersela. Y antique
se hallara entre los rona0nticos comparieros de lord Byron, un
insensato que quiso naufragar junto al puerto del Liorna port


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES,
295


dar una prueba de su excepticismo aun en medio de las mon-
tinlosas olas de un mar tempestuoso; no es ciertamente esta la
condition natural de todo el genero human°, antes admitith
este siempre 0 despecho de todos los sofismas del yo germ&
nieo la existencia en el mundo exterior de una' verdad inde-
pendientr, de nuestro pensarniento, y destinada por el Criador
0 ser objeto de nuastro conocimiento y guia de nuestras ape-
raciones. Todos convendran ser Cosa conveniente no echarse
por la ventana para no desnucarse, ni arrojarse a la mar el
que no quiera abogarse, que para segar es precis() sembrar,
para vivir alimentarse. Y si uno no conoce el tiempo de la se-
mentera 6 la salubridad de los alimentos con su propia razon,
deber suyo es dirigirse por el auxilio de otra razor' rills capaz,
si no quiere luchar.contra Ia naturaleza de las cosas y contra
su Criador. .


555. No me detendr6 aqui en probar largarnente cOmo
esta prohibida al hombre esta theta, cOmo exista por consi-
guiente una ley natural a quo debe conformarse so pena de
hacerse desgraciado, cOmo esta pena, que es la sancion de la
ley, presupone en el hombre la idea del deber que lo induce
a la obediencia 0 su Criador. Habiendo ya aclarado estas ideas
en el capit.ulo primero, inferire de ellas para nuestro prop6-
sito, que hay en el hombre universalmente cierto sentimien-
to de obligation natural inspirado por los padres, acreditado
por la sociedad, favorecido por los instintos, demostrado por
los raciocinios, esplicado por la edad, animado por los afec-
tos, en suma un . sentimiento que brota de toda nuestra ener-
gia moral; sentimiento imperloso quo impone A todo horn-
bre no embrutecido una ley irrefragable,, el deber de la hon..
rad ez.


551. Si esto es natural al hombre, si el hombre sin este
sentimiento es bruto 6 pear que bruto , no es la sociedad la
que le impone esta ley, antique contribuya poderosamente A


L' darscia 0 conocer, sino la naturaleza;
que necesidad tenia,


, pues , la sociedad de exigir al hombre el sacrificio voluntario
..


de su libertad , si el hombre en lo quo toca 0 Ia honradez no
es libre?Que derecho debe sacrificar el hombre que se asocia,


.. .




294 PRINCIPIOS TEÔRICOS
sujetAndose a la ley de no robar? z4caso tenia Antes de acep-
tar esta ley derecho al hurlo? Cuando Inas podria sostener al-
guno qua el hombre sacrifica cuando entra en sociedad el de-
recho de no sufrir la pena: ipero dOnde encontrais consig.
nado en la naturaleza setnejante derecho ? iNo veis más bien
que cabalmente por la pena que sufre naturalmente el malva-
do (. 0 razon de sus actos criminales se demuestra ordinaria-
mente por los IllOsofos su intrinseca maldad? i No sentis en
vuestro interior Ia indignation que se despierta en el Anitno a
la vista de un delito impune, de no delito feliz, aun ante las
mentirosas escenas de no teatro 6 las ficciones de un novelista?
No sentis la fuerza quo teneis que haceros interiormente para


no abominar del culpable, para no increparle en pfiblico, para
no lanzaros contra 61? Y condo la naturaleza con un len-
guaje tan claro nos demuestra contra la humana indepen-
dencia , que le sujecion a la pena es . la conseeuencia


•del delito, quien osaria sostener la inviolabilidad del de-
Mo. , el dereeho a la impunidad? bispensernese de entrar Aqui
en una exposicion incidental del origen del derecho penal,
que seria un episodio inoportuno, y una digresion inmensa.
Ilemos dicho cuando Rasta para comprender que la sociedad
no exigia sacrificio alguno al hombre, at imponerle la ley de la
justicia: con esto no hacia sino declararle el Orden universal
en que vive luego que comienza a discurrir , afladiendo todos
aquellos estimulos que pueden ayudarie para cumplir mejor
so obligacion. Lejos, pues, de exigirle un sacrificio , la socie-
dad le proporciona un auxilio: lejos de imponerle un deber, le
bace tacit y suave su observaucia: lejos de reducirle a vil es-
clavitud, respeta so alteza y sus derechos: lejos de disminuir
su libertad da testirnonio autOntico a su exis'.encia. Si; no
seria fibre el hombre si no reconociese una ley, ni se le daria
urea ley si no se le reconociese so libertad. t Ni quien pens&
jamas en publicar una ley que regule los vientos y las tern-
pestades, que guie las piantas y los frutos? Fucra del hombre
los otros seres infertores estAn sujetos a la necesidad cons-
tante que impropiamente suele denorninarse con el hombre
equivoco de ley fisica O fisiolOgica. El hombre esta fibre de


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES, 295
,esta ley en su conducta moral. LPretendereis por esto que
las obras morales sun esencialmenle independientes de toda
ley ? Seria lo mismo que decir, quo dichas obras carecen
esencialmenle de Orden, porque el Orden no es posible sin un
vinculo que una las cosas ordenadas. Luego 6 la action
moral es esencialmenle -desordenada, 6 el hombre moral esta
esencialrnente sujeto a alguna ley. Luego cuando la sociedad
reconoce en el esta ley da muestras .de reconocerle por inteli-
gente y libre.


355. Aqui, pues, Ia sociedad no pide al hombre sacrificio
alguno de su libertad, sino solamente le ensefia sus derechos
y sus deberes: hay empero otras leyes que no se dirigen a dar


conocer al hombre una obligacion preexistente, sino que
parecen formar obligaciones nuevas. Todas las leyes sobre
contribuciones, sobre las formas de los contratos , sabre los
empleos pitblicos y su distribution, podrian Inirarse como
nuevas cargas que la sociedad no debe importer sin el consen-
timiento de los individuos. Aqui podria, pues, decirse : la
sociedad pide a los ciudadanos un sacrificio de su liberlad.


356. Ciertamente la expresion seria en este caso Marto me-
nos irrational que en el anterior. Con todo, si bien se rnira,
todavia es notablemente inexacta bajo dos aspectos y por dos
razones: 1.° porque realmente el sacrificio no es exigido por
la sociedad sino impuesto por /a naturaleza; 2.° porque no es
propiamente, sacrificio sino permuta, y permuta ventajosisima
al sfibdito. Y a la verdad que sacrificio pide la sociedad cuan-
do impone un tributo justo? Ella dice al ciudadano: ttDesti-


- nado por el Criador a la vida social para mejorar p asta mate-
. rialmente to existencia, necesitas del concurso de todos, y con
todos debes concurrir para la obra misma: a unite en este


•• : . ,concurso esta destinada la autoridad: tomadas diligeutemente
y en todas sus partes las medidas y distribuido el peso de /a
obra en la debida proportion, la errata que to se impone habi-
da a tus fuerzas y a tus productos, asciende


tal cantidad; mediante la coal to se garantiza el Orden pfi-
blico, la incolumidad personal, la hacienda v los derecho:::
tc se ahriran cornunicaciones- muy espeditas par mar y por


TWO I. '20




irt


!Jr


296 PRINCIPIOS TE6IIICOS
tierra a la persona, productos y correspondencia: te se abriri
la fuente de toda verdad en las universidades; serail perfec-
cionados todos los generos y mercancias con fabricas y alma
cones, serail elevados suntuosos templos donde alimentar y
reanimar to devotion: en soma to se proveeth de todo medic:
que 4 yude a vivir honesta y agradablemente. » 116 aqui, pues, quo
con la pequena suma que se le impone en razon de tributo,
el ciudadano ha conseguido el bien sin limites de las Yenta-
jas sociales; y . yo prrgunto: puede Ilarnarse este contrato por.
parte del ciudadano 1172, sacrificio? Si la lengua italiana permi-
tiese esta expresion, podria decirse igualmonte que el mendigo
hace un sacrificio al rico cuando alarga la mano para- recibir
su socorro, quo el medico pide un sacrificio al enfermo;
cuando le cura sus dolencias, que el mercader pide un sacrifi-
cio al comprador cuando le vende aun a bajo precio la men-


' cancia. Proponor una especialmente siendo tan yen-
tajosa, es en toda longue cosa enteramente distinta de exigirun
sacrificio.


557. Cierto es quo la sociedad no prop one, silo impone
los tributos al ciudadano; mas aun bajo este concepto no pide
sacrificio alguno, porcine liectir un sacrificio es pedir lo que
no hay obligacion de conceder. Pero los tributos y cualquiera
otro element° de cooperacion social para Ia felicidad pirblica
son una necesidad rigurosa de la naturaleza, y por tanto ni la
socidad es fibre al imponerlos ni el ciudadano al prestarlos:
Bien podra disolverse en ciertos casos la sociedad; podemos.
suponer, si quereis, quo una sociedad sin dejar de existir,
quiera privarse de ciertos emolumentos de material bienes-
.tar: pero suponer que la sociedad los apetece, y reputarla fi-
bre en la adoption de los medios oportunos para obtenerlo s ,
es realmente un imposible, un absurdo quo no cabe en ca-
beza humana. 14Ias todavia: no solo es de necesidad natural
que los sOcios concurran en proveer de medios a la sociedad,
silo que la naturaleza misma tiene designada Ia proportion
en que &ben concurrir; y de aqui que todo lo que a mi me.
dispense en este punt la autoridad social, cederia natural-
rnente en dalio de los derechos do los demas y por consiguien-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
297


te del Orden y de la justicia. Luego cuando la sociedad os
fuerza a que tomeis parte equitativamente en el sacrificio clue
exije el bien comun, implicitarnente os pide que no pretendais
haceros servir gratuitamente por vuestros conciudadanos.
Ahora decidme ies esto por ventura pedir que sacrifiqueis
vuestra libertad? Si yo no tengo la vista del roves, me parece
conforme al Orden que respeteis la libertad ajena, y no que
sacrifiqucis la propia. Luego cuando la autoridad impone los
tributos en justa proportion A los ciudadanos, no les pide sino
solo les manifiesta lo que impone Ia naturaleza reduciendo
cifras precisas lo que la misma naturaleza demanda de un
modo vago y universal. Bien es verdad quo Ia sociedad em-
plea los terminos imperativos que son propios de la autoridad,
como vimos en otro lugar; pero su sentido puede reducirse en
resolution a esta sencillisima espresion: .La naturaleza de las
cosas quiere que tal y cual ciudadano contribuyan con esta y
aquella suma a los gastos del Estado para bien comun.»


558. Concluyamos, pues, que Ia autoridad no pide al ciu-
dadano sacrificios , sino concurso ; y quo este concurso no es
propiamente requerido por la autoridad, sino por la natura-
leza. A lo cual se reducen finalmente todas las leyes, sea
pre hablen en delensa de la probidad natural, sea que organi-
con solemnemente el justo concurso de los asociados para el
Bien comun: nada sacrifice aqui el hombre ; lo que hace es
aceptar una ventaja empleando los medios oportunos bajo la
direction de la autoridad por impulso de su naturaleza racio-
nal. En cuyo sentido creemos que el ilustre profesor DR
Gummi reduce despues de Romangnosi el fundamento del jus-
to regimen civil ti este teorema: que nada hay en el Orden so-
cial, que estd reserved° al huniano arbitrio; sino que toda
disposition positive debe ester subordinada y ser conforme
ci los principios de la razon natural (1). Teorema ya largo
tiempo hace aclarado y demostrado con la autoridad del doctor
de Ilona por el angelico ingenio de Santo Tomas: Omnis lex


". 1) Saggio sui principii fondamentell del cliritto filosofico, p(t-gillit




298 FII1NCIPIOS TEOISICOS
.humanitus posita in lantern ha bet de rations legis in quantum
a lege naturce derivatur.... Sed sciendum est quad a lege na-
turali dupliciter poles!, aliquid derivari : uno modo sicut eon-
clusiones ex prineipiis, alio modo sicut determinationes
qucedam aliguorum communium (1).


Yee sin embargo, que en el lenguaje universahnente adop-
ted° por los autores más exactas en a expresion y de Ines
sane doctrine, pudiera alguno encontrar una objection con-
tra las doctrines expuestas haste aqui y ser movido a tachar-
las de prurito estravagante de censurer las opiniones me-
jor acreditadas. (qNo leeis continuarnente, se me dire, en mil
autores, machos de ellos haste santos, que la ley encadena Ia
lihertad?!que el estado salvaje es Inas libre que el de socie-
dad? GComo plies os atreveis a negar que el ciudadano pierde
verdaderamente su lihertad y queda ligado?»


559. No niego que este difIcultad tiene cierta apariencia
de fuerza, y que merece por consiguiente una explicacion.
Pero elites observemos cuanto mils franca y espedita es la pa-
labra cuando virgen todavia y sincere procede de imeligen-
cies no pervertidas, que despues de haber sido por desgracia
alone vez prostituida entregandose al error. Siendo la pala-
bra la expresion del pensamiento humano, puede mostrarse
sin recelo cuando nadie pretende abuser de ells; Pero cuando
una vez ha servido de salvo-conducto al error, no es de ma-
ravillar que belle su comercio menos libre y a los qua la es-
cuchan menos corteses. Si yo, pues, invitase aqui a los politi-
cos a milder de lenguaje abandonando la formula: la libertad
es lei eneadenada por la ley, despues de Ia profanacion que
ha sufrido la palabra libertad, no saldria ciertamente de los
limites trazados por Ia razon, mayormente si se considera' que
de hoy más importa- inspirer mayor fijeza de sentimientos,
no a los IllOsofos que pueden verla determinada en cuatro
disticos que la definan al principio del respectivo crated°, sin()
al vulgo cuyas ideas se forman lentainente con el use continuo
y exacta de la palabra misma. En =nos del vulgo, (y Ramo


(1) Summu3iii 1 2. Quaest XCV, art. II, 0.


CE LOS GOB1ERNOS LIBEIIALES.
299


vulgo aun a las cabezas perfumadas cuando encierran un ce-
rebra vulgar) en manos del vulgo, digo,•esten ahora en gran
parte 13s destinos de la sociedad, pues el' vulgo hace en mu-
chos liaises las elecciones, es admitido a todos los empleos y
forma bajo la direction de sus pedantes Ia opinion phblica,
sefiora del mundo. Si en otros tiempos se pensaba, pues, so-
bre todo en rectificar las ideas de los gnbernantes, hoy con-
viene rectificarlas en todos los cerebros: si entOnces se bus-
calm al sebio pare poner en sus manos el timon, boy que el
timon este en manos de todos, conviene csforzarse pare ha-
cerlos a todos sibios. Y porque Ia sabiduria con relation al
vulgo debe siempre y necesariamente infundirse por via' de
inspiraciones tradicionales recibidas de la sociedad, la empre-
;a de reconstituir el sentido comun con la exactitud del len-
.;tiaje vulgar debe ser altamente encomendada a toda persona
de juicio y rectitud.


360. Con estas rezones de urgente actualidad podria yo aca-
so sin injusticia desear mayor exactitud en los que repitiendo en
sentido equivoco las espresiones usadas por autores antiguos,
hablan del sacrilieio que se hace de la libertad pare vivir en so-
ciedad. Mas no queriendo pasar por corrector del lenguaje co-
munmente adoptado, lo cual tiene, por lo menos, cierto olor de
arrogancia; gustendome tenerio por auxiliar feel en vez de con-
culcario como adversario, dire por via de respuesta adecuada
a la objecion formulada anteriormente, qua bien se puede ha-
blar de libertad perdida por el quo vive en sociedad, sin supo-
ner por esto qua hay aqui sacrificici alguno. Para explicarlo
bien volvamos la vista a los principios. Hemos dicho que la li-
bertad quiere no bailer impedimenta al impulso de la nature-
leza: aliora bien, el hombre por naturalen es concebido pri-
mero coma individuo, despues como familia, y por co-
mo sociedad pfiblica; y este explicacion sucesiva de la huma-
nidad ideal corresponde, a la explicacion histOrica trasmitida
haste nosotros por las sagradas letras y por las tradiciones
mitologias profanes, las cuales nos refieren la creation prime-
ramente del hombre individuo. despues unido en sociedad do-
mestica, y ititiniamente desenvolviendo sus potencies en so-




500 PRINCIP1OS TEORICOS
ciedad Luego si en el estado individual y en el domes-
tic° y en el pirblico puede hallarse el hombre por su natura-
leza, a cada uno de estos tres estados debe de pertenecer una
especie respectiva de libertad, diversa y distinta de las otras
dos; en cada uno do ellos deberà experimentar esta libertad al-
gunas modificaciones cuando ease el hombre del uno al otro
estado: asi nada impide decir que es menos libre el sec indi-
vidual en la familia, como es menos libre la vida domóstica
en el Estado y la politica nacional en el seno de la Cristiandad,
que es una reunion de naciones, con tat quo se entienda que
esta disminucion se refiere, no al sujeto hombre, sino al atribu-
to individual, domestic°, etc., porque estando el hombre des-
tinado a todos estos grados de desenvolvimiento, no pierde en
sus incrementos sucesivos, sino siempre gana: sera menos fi-
bre su caracter
domestic°, nacional, etc.; pero el


hombre en estos grados sucesivos sera Inas libre.
361. De donde results, que no puede decirse que el hom-


bre sacrifique su libertad, asi porque una permuta Yenta-
josa no es un sacrificio, como porque esta permuta es un
efecto natural de su elevation a un estado mejor (por lo
cual quiso su Ilacedor darle para su bien una compafiera (1));
como porcine los vinculos que van juntando al hombre su-
cesivamente en sociedad, cada vez mss complicados, son vincu-
los morales, los cuales no quitan sino Antes afiaden perfec-
cion al hombre; como porque con el incremento de estos
vinculos morales el hombre se libra gradualmente de mil
lazos de esclavitud material. Comparad si no al salvaje, que
ocupa el grado mss elevado de libertad individual, con un
miembro cualquiera de las sociedades humanas en cada uno
de sus grados sucesivos, y vereis y palpareis materialmente
lo mucho quo gana con la multiplicidad de las relaciones
v vinculos sociales la verdadera libertad y la natural perfec-
cion. Emancipado de tocla ley menos de la que prescribe la
probidad natural se encuentra el salvje en su guarida;
i. nras hay por ventura enemigo, flora o elemento cuyas in-


(1) Non est bonum hominem esse solum.


DE LOS GOBIERNOS MURALES. 501
jurias Sao tenga que terner? Si con su familia se establece en
gnedio de un prado pastoreando sus ganados, verase ligado
por los deberes de familia, pero libre de mil necesidades
que le impulsaban a veces entre las selvas a arrostrar aco-
sado del hambre todo genero de peligros. Si del prado pasa
con una tribu al recinto de una ciudad, se encontrati liga-


,do en relaciones sociales; pero icuanto mss libre estari del
temor de los enemigos, del cuidado de sustento, de la ne-
cesidad de artes y de todo linage de prevision. 3r de cul-
tura ! Una ciudad aislada es menos libre y segnra que
una nation poderosa ; y si todas las . naciones Ilegasen
A formar realmente aquella idea perfecta de sociedad na-
cida de la moral evangelica aplicada al Orden politico y
al internacional, el catOlico ligado por todas las leyes mo-
rales, domesticas, civiles, politicas, internacionales, refigio-
-sas, gozaria el grado supremo de libertad , obligado sola-
mente 0 vivir segun el fdictamen de su propia naturaleza
en las relaciones quo corresponden a cada uno de estos des-
envolvimientns sociales, emancipado al mismo tiny° de to-
das aquellas servidumbres a que cada una de esas asociaciones
oponen un correctivo natural: ni la penuria del salvaje, ni la
-opresion del padre de familia, ni la prepotencia dc los tiranue-
los feudales, ni las sediciones y tumultos nacionales, ni las
injusticias de los cedigos y los gobernantes, nada es capaz de
producir tin embarazo durable, nada le impediria el use de
sus derechos en presidiendo la asociacion universal una auto •
ridad verdadera en sus principios, justa en sus decretos, irre-
sistible en su action. A la manera, pees, que solemos Hamar
mucho mss libre al ciudadano modern° en una sociedad bien
gobernada por amplios cOcligos que al labriego sujeto a .pocas
leyes pero a !metros caprichos de su baron, A ese mismo modo
Aebemos comprender, que el catelico regido justarnetite por
seis o siete codigos, es siete veces Inas fibre que el salvaje que
aun ignora el solo cOdigo a que estaria sujeto.


362. Parecera acaso una paradoja que uatchas leyes ti mu-
'ehas asociaciones formen mayor libertad imponiendo machos


,Ainculos ; pero semejante repugnancia , tan solo aparente,




302 PRINCIPIOS TEORICOS
nace de Ia materialidad del hombre practico y de poner en.
olvido la unidad intelectual. fiesta en el arte acaece el inisme.
fenOmeno cuanto se aplica la idea a materias diversas: icuen
sencillos son los diversos metodos usados por el que trabaja el
cintro para un arco, de los que usa el que construye la volta,
y mas ahn el que title la piedra! Pero el arquitccto y el geO.
metre en la sole idea de la clipse yen la razon de los varios.
preceptos de aquelios tres oficios, cuya variedad depende de la
materia a quo se aplica la idea. se reputara imperfecto el
arquitecto porque este ligado en Ia triple aplicacion de ague'
imico teorema? Pues asi el vinculo del hombre es uno, con-
viene a saber, la rectitud : pero si este hombre entr y


en rela-
ciones con diez personas por medio de cien elementos mate-
riales , este ley itniea de rectittn1 tendra que multiplicarse
por estas dos cantidades si las personas en vez de diez son
ciento 6 mil ; si los elementos materiales son rnillares 6 mi-
hones, en Ia misma proportion crecen las leyes tie aplicacion




sin que por esto se multiplique el verdadero, el iinico vinculo-
del hombre, la ley que le manda ser honrado. pues, quo,
se itnagina ser el hombre menos libre 6 sujeto con mas vincu-
los en las asociaciones complicadas , confunile el principio de
sujecion con la multiplicidad de los objetos a que se apli-
ca; y si fuere consecuente consigo pondria la perfec-
cion de Ia libertad humane en el aislamiento total de toda
relation , como quiera quo toda relation supone 6 cons-
tituye un vinculo ; un hombre lanzado al vacio pare gravi-
tar sobre si solo fuera del mundo lejos de todas las criatu-
ras, esto seria a sus ojos el hombre perfectamente libre ; mas
A los ojos de la naturaleza seria un hombre completanien-
te despojaclo de la litimanidad. Las relaciones con el univcrso
son las quo forman al hombre conforme a su verdadero tipo,
ideado por la mente creadora: conforrnarse con estas relacio-
nes es impulso natural, y por consiguiente el no halter ohs-
tAculo ni en si ni en los dernas contra este impulso de la natm•
raleza es lo mas elevado de la libertad humane: cuanto menos
se conocen estas relaciones, tanto se sienten menos los villa-
los de la rectitud moral que nos contiene en ellas, y con et


DE LOS GOMERNOS MURALES. 505
progreso del conocimiento, se perfeciona el sentimiento del
deber. Los quo von, pues, en el deber una pOrdida de la li-
bertad, deberian poner la perfeccion de la libertad en el grad°
infimo de la ignorancia.


363. Id ahora y predicad A los pueblos las glories y las yen-
tajas de una independencia sin freno; decid al individuo que
desate por medio del divorcio e,1 vinculo marital para reco-
brar la libertad; que tome posesion de la libertad con actos
de sedition que aterren a la autoridad social; que dilate su ter-
ritorio con injustas conquistas pare afianzar la independencia
national; que reniegue de la unidad de la 1 .6 para obtener la li-
bertad del pensamieoto. i011 que bien pods entonce$ ponde-
rarnos el progreso! No le faltara, pues, para Ilegar a las altu-
ras de la perfectalibertad, mas quo desconocer toda existencia,
negar fodas las loves de la lOgica, abismarse en la nobdie de una
complete ignorancia.


56.1. Pues A este termino cabalmente nos conduciria (y ya
hemos dado bastantes pesos en esta direccion) el delirio pro-
testante, que suprimiendo, como vimos, toda certeza pnblica,
hate imposilAe toda verdad social, todo vinculo de derecho.
Una verdad incierta equivele a una verdad no poseida, por-
cine poseer la verdad quiere decir abrazarla con el entendi-
miento, darle asenso, descansar en ella: una doctrine que
concede la certidumbre a todas las opiniones, aun las mas
contraries, se la quite realmente a todas, y profiere auclaz-
mente el absurdo: TOGO ES VE1IDADEI1O, TODO.ES FALSO. Asi se
constituye dogmaticamente la ignorancia plena y absolute (en
la que hacen consistir algunos de acuerdo con Mazzini el pro-
greso de las lace 's.) A este plena ignorancia corresponde la to-
tal independencia de pensamiento, de conciencia, de culto, etc.,
perfeccion y remate del progreso de la libertad civil. Si a esto
miran, si a esto nos.invitan los regeneradores de Italia, fran-
eamente ‘ se . lo decimos, no esperen toner por cooperation al
Clero italiano. El, que conoce y predica la regeneracion catO-
lice, la libertad catOlica engendrada por el conocirniento catO-
lico que es la 1'6, no pods Mince plegarse a la unidad de la
dude, a la libertad de la ignorancia; 61 continuarà predicando




304 PRENCIPIOS TE6111COS
a los pueblos flue la libertad es una perfeccion de la naturale-
za no irnpedida por vinculos contrarios a ella: que no es con-
traria A la libertad htnana, sino antes Bien esencial a ella,
vivir en el Orden: que el Orden liga Ia multiplicidad en la uni-
dad, y por consiguiente, no puede existir sin ley: que la ley
es, pues, la perfeccion de la libertad; que cuanto es el Orden
Inas universal, tanto son mAs numerosas las relaciones y por
consiguiente las leyes con' que Ia rectitud moral nos contiene
en ellas: quo la rectitud moral es la perfeccion de la voluntad
y de las obras humanas gobernadas por la recta razon: que es-.
to gobierno es conforme con la nalu,'aleza, y por consiguiente
perfeccion de nuestra libertad.


365. Luego cuando el legislador promulga para el regimen
de la sociedad lo que la razors dicta, no Aide un sacrificio de
su libertad al sfibdito, si no le seflala el camino para aumen-
tarla y perfeccionarla: no le pide una compensation, sino le
intima un deber. Y si por desgracia nuestra nos vemos ahora
reducidos al extremo de que sea humildemente pedido por el
legislador al sicbdito el asenso que este le otorga por favor,
esto acaece solo porque infiltrado en todas las fibras de las
sociedades catelicas el espiritu de la reform; ha secado la
fuente de toda verdad, y con Ia verdad el Orden, y con el
Orden el derecho, .y con el derecho la autoridad , y con la
autoridad toda unidad social. Gnarda, O lector, en la memo-
ria durante la aerie de estos tratados la falsedad de tales ideas
de libertad heterodoxa; pues infiltradas como estAn en todas
lascabezas regeneradas y en todos los Gobiernos reformados por
el espiritu del siglo, reproducirinse perpettlamente para falsi-
ficar todas las instituciones con un element° de error es-
peculativo, quo no puede menos de traducirse teericamente
en contradicciones destructoras de la doctrina, y practica-
mente en desOrdenes asolidores de la sociedad y de sus ins-
titnciones ; coma vamos a verlo inmediatamente haciendo el
ensayo en la Ramada libertad del pensamiento , la cual se
deberia Hamar mAs Bien libertad de la palabra y de la pren-


sa, coma quiera que la libertad del pensamiento no es pro-
piamente sino el principio protestante de donde se derivan las


DE LOS GOB I ERNOS LIBERALES. 305
.;,aplicaciones de la palabra y de la imprenta libre. Atribuyendo
Lutero al espiritu privado de cada hombre la libre interpreta-
cion de la palabra revelada, implicitamente decia, que el pen-
samiento es libre de toda ley aun en el Orden de la concien-
cia. Establecida en la conciencia semejante libertad era muy
natural que tambien se hiciese libre toda expresion oral de la
conciencia misma. Por lo cual la libertad de la palabra y de la
prensa paso 0 la categoria de un principio, de un axioma indis-
putable para todos los que admitieron:como fuerza motriz de la
sociedad el elemento heterodoxo. Examinemos„ pues, ahora
esta especie de libertad en sus principios y en sus consecuen-
cias; y se vera com p el desenvolvimiento de la unidad en los
pueblos regidos boy por Gobiernos representativos, procede
no ya de la indole generica del Gobierno mixto sino del im-
pulso originado del principio protestante que los agita.




CAPITEULO 173.


LIBERTAD DE LA PRENSA.


S . I.


Es discordia religiosa.


366. ;Cosa notable! En ninguna otra sazon se gritO jamas
tan furiosamente unidad social, unidad italiana; y sin embar-
go jamas fueron introducidos en la sociedad con ceguedad mas
estupida ni con obstinacion mãs furiosa los elementos de la
discordia. quien se atreveria jamas a negarme qua estos
apestoles de la unidad miran como propiedad esencial de los
Estados, cuya regeneration han tornado por su cuenta la 'lifer-
tad absoluta del pensamiento, de la discusion, de la prensa?


No creo que se me pueda oponer una negativa en este purr:
to: continuarnente oirnos repetir el dicho do Berth la libre
discusion perlenece c't la esencia de los Gobiernos modernos.
iQueremos saber ahora la opinion de los Mazzinianos? He aqui
que la Balla d Popolo (15 de Agosto de 1851)1a expresa clara-
mente: «Era necesario en la batalla ..... entre el pensamiento
libre y el Catolicismo, que el Pontificado volviese forzosamen-
te a su ley fatal de anatema religioso, de esterminio laical.....
Isl revolution hija del derechode examen y de la filosofia no
puede conciliarse con la ortodoxia del Catolicismo.» /techa-




508 PRINCiPIOS TEORICOS
zais acaso esta declaracion por violenta y mentirosa? Pues aqui
teneis las Consideraciones politicos sobre la Toscana de Ga..
Ieotti que a la pagina 20 hablando de la previa censura encar-
gada a una magistratura especial, dicen: «POsimo sistema era
este INCOMPATIBLE CON LAS INECESIDADES DE NUESTRA EPOCA .... . la
ley de imprenta publicada en 1848 experimentO necesaria-
mente el 'NUM DE LA EPOCA. Quisose guardar un respeto lle-
vado hasta el escrapulo a la LIBERTAD DE LA ntscusioN.0 Si a
alguno pareciese harto democratica la primera de estas dos
.111timas autoridades y que la segunda tiene nn olor qae tras-
ciende a doctrinarism°, he aqui otra de un diario rigorosa-
mente catelico: TateMOS por inconcuso que la libertad de en-
senanza desciendc en linen recta de la libertad de pensar, la
cual forma por decirlo asi la base de los sistemas constitucio-
nales y represenlativos (Armonia 23 de Diciembre de 1850).
Es, puss, de notar la conformidad de este diario con los otros.
testirnonios referidos: la libertad de pensar forma la base de
los Estados reformados a la moderna.


367. Pero aunque alguno quisiera negarlo, no seria dificil
verle conformarse con nosotros. El medio seria muy sencillo:
impritnid, le diria yo, publicad en alta voz que el pensamiento
depende por su naturaleza bajo mil formas de autoridades so-
ciales por estremo varias, y sobre todo que depende en una
sociedad catelica esencialmente de la autoridad de la Iglesia;
que permitir la audaz infraction de los decretos tridentinos en
esta materia por un principe catelico es una indignidad; quo
la deshonestidad y la maledicencia desatadas en dafio de las
familias y de las reputaciones, para ruina de los niTios o idio-
tas, a ciencia y paciencia del gobierno son una violacion de
las mas sagradas leyes o sentimientos de la conciencia hones-
ta; que el articulo que consigna la libertad de imprenta debe
quitarse de todas las constituciones: decidnie todo esto si os
atreveis, y yo conceders que el principio heterodoxo no se ha
deslizado en los gobiernos al uso. Pero no, no os atrevercis jamas
a proferir tales bias femias solemncniente rechazadas por la re-
generacion italiana, la cual rehus6 absolutarnente por derecho
6 al menos por la fuerza toda intervention de la Iglesia en la


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 309
manifestacion del pensamiento, y que en Sicilia reformando a la
moderna la constitution de 1812 quite de ella la ley quo- reser-
vaba a los Obispos una censura religiosa; en Roma y Toscana
risotee sin pudor el Estatuto; y en el Piamonte un periodista
diputado y aliora ministro hubiera querido quitarse esta paja
de los ojos aholiendo de raiz la religion del Estado. Ante
I:echos histericos de tanto peso, iay del quo se atreviera
clamar por la abolicion de la libertad de imprenta! Imes al
punto se levantaria contra el una nube, una tcmpcstad de pe-
riodicos y de votes gritando que es imposible gobierno repre-
sentativo sin discusion, ni discusion sin libertad. LNi que carta
moderna hay donde no se.haya querido introancir?


368. No haya, pees, entre nosotros duda que la absoluta
libertad de imprenta es sepal las ideas recibidas una propie-


, dad necesaria de los Gobiernos liberates. I si no ise me po-
. (Ira negar que la libre discusion de palabra o por escrito es


consecuencia necesaria del principio protestante, negada, abo-
minada por todos aquellos Gobiernos de la Edad media, cuyo
ejeinplo invocan Lantos et defensa de los Gobiernos modera-
dos? Todavia resuenan en nuestros oidos las palabrotas decla-
matorias con quo fueron vituperados como esclavos de la leo-
cracia, de la •nquisicion, del monaquismo y de otros cien es-
pantajos todos los Gobiernos de la Edad media que hutnilla-
ban hasta el poivo la espada y el cetro ante una bola dogma-
tica; y las leyes del Concilio Tridentino pusieron el sello
una serie de Canones y decretos respetados por todas las anti-
guas Paencias catelicas, con que fueron encadenados no solo
los escritos y la palabra sino hasta et pensamiento por la auto-
ridad publica de la Iglesia. Todos los antiguos Gobiernos con
sus Parlamentos y COrtes y Estamentos y Dietas y otros Sena-
dos 6 Camaras de cualquier especie que scan, nada prueban
por consiguiente a favor de los modernos sistemas represen-
tativos, toda vez quo estos se ingenian perfidamente en estable-
cerse sobre la base senalada por I3ertti de una libertad abso-
luta de pensar, no desconocida 6 mejor dicho aborrecida por las
aEnptiisgetoiapsadAo.sambleas, de las cuales hacia parte principal el




310 PRINCIPIOS TE6111COS
369. Pero apenas hobo salido el protestantismo del abismo


infernal, fue su primer aullido pedir a la Europa la libre y
Mica discusion: y los enviados pontificios, nra rechazan, ora
esperimentan en Alemania este pugilato eseolistico aun antes
que en el Concilio de Trento se discutiesen sus ventajas, se
demostrasen sus peligros, y se prohibiesen sus abusos; y son
cêlebres en los fastos de aquellos siglos tempestuosisimos las
Conferencias de Leipsik, Worms (1), Poissy y otras semejantes
celebradas con aquel exit° quo


..... ognor sonic aceadere,
Che rimase ciascun del suo parere.


370. EntOnces se discutian materias religiosas, pero des-
pues se descendiO a las politicas, luego a las civiles, a las fo-
renses, A las tnunicipales; y los que estan al corriente del pe-
riodismo liberal saben may Bien que habiendo llegado las co-
sas a este punto , y habiendo propuesto on periodista exalt
tado Ia publicidad aun para las discusiones de los ayuntamien.
tos y diputaciones provinciales, hobo periOdico moderado que
snail) correr hielo por sus venas y pis° detener las consecuen-
cias higicas de la publicidad en las puertas dcl Parlament°, gri-
tando que no se deben exajerar los principios_ (2). Poco nos im-
porta saber de parte de quien se ha declarado la victoria; lo pie
nos apremia es pacer comprender bien, amaestrados por la es-
periencia histOrica, quo la libertad de discusion es el germen
de Ia reforma; y si os complace volver a leer Ia explicacion de
este punto, la hallareis periectamente de acuerdo con las razo-
nes con que nos aturdon boy dia los reformadores por el estilo
de Berti (3).


371. Y si para explicar el hecho quieres consultar la idea,
pronto advertiras coin rigurosa es, aun a pesar suyo, la 16gi-
ca de las tubas; y comprenderas que si el periodico moderado
hobiera triunfado del periodista exa!tado en rnateria de libre
discusion, no dejaria este en su tiempo de tomar su despite.


(1) PALLAVICINO. lib. 1:°, caps. 15 y 16, 26 y 27.(2) V. IA Statuto, 20 Abrile, 1850.(5) . V. PALLA v i mo, Storia dcl Concilio di Trento, lib. 1, dal ca-
pitulo 9 al IG 6 25 26, lib. 12, cap. 15 6 altrove.


DE. GOSIMINOS LIP,EcALES 511
En efeeto icual es la esencia del principio protestante? En otra
parte lo explicamos (1): se reduce a la plena independencia de
la razon Admitido este principio, los publicistas
protestantes discurrieron de este modo: «Tod° individuo tiene
no solo el derecho, sino el deber de procurarse Ia felicidad:
para procurarse la felicidad debe consultor con su propia
zon; esta razon no esta obligada a depender de autoridad nin-
guna sobre la tierra: luego cada individuo debe escoger por si
mismo el camino para la felicidad. Es asi que la autoridad y
la ley son on camino para Ilegar a ser el hombre lelit social-
nente: cada uno debe escoger por si la autoridad y la
ley a que (lidera. someterse. Pero la autoridad y la ley no pue-
den ser escogidos de comun acuerdo si antes no se discuten, y
la discusion no es accesible 0 todos los individuos, si no son Ii-
bres la palabra y la prensa: luego todo individuo tiene dere-
elm a publicar !ibremente sus opiniones (2).D xarninese des-
pacio este argumento, con ammo si se quiere prevenido con-
tra su exactitud lOgica: yo desario al mas lino dialectic° a que
presuponiendo la independencia kle la razon,. niegue sus consa-
cuencias: Bien veo que por el lacOnismo con que lo- he form u-
lado, hay quo sobrentender algunas proposieiones faciles de su
purse; pero mi lector no negarA gut el raciocinio esta derecha-
mote hilado.


Me parece, pees, que -podemos concluir.que la libre discu-
sion desconocida de los Gobiernos templados de la Edad Media
es on g-ermen nccesario del espiritu protestante; y hemos afir-
mado , de esta suerte dos pantos en quo espero estemos de
acuerdo; y son que los Estados modernes no merecen este noni-
bre a los orbs de los reformadores si no rige en ellos la plena
libertad de pensar; y que la plena liberlad de pensar es con-
secuencia indeclinable del principio prolestanle.


(I V Cap. S ill.
(2) •La publicidad se ha hecho la ley inexorable de nuestra


y asi el que qaiera ser creido tiene que consentir en la li
-bertad de examen. Galeoti , Gonsiderazioni .Poluiehe sullaTosca.


S XIV, flog, 17.




TOMO 1. 91




,•i2
PRINCIPIOS TEORICOS


572. Para aclarar mi tesis solo costa, pues, que yo de-
muestre al' lector la siguiente proposicion: «Concedida a u;,
pueblo la plena (nOtese bier este palabra) la plena libertad
pensar, siguese de aqui como consectiencia irrefragable, in.
declinable, ila disolucion de la.unidad.» Comenzare a demos.
trarla partiendo de la prensa libre, considerada no.aun en su::
efectos, sino en la naturaleza misma de la in,stitticion:
tucion que yo llam.o sin rebozo alpine anti-caldlica.


73. HabLando aqui entre nosotros amigablemente, CN.C.13-
s.ndo es quo yo me ponga en goardia contra la imputacion
favorecer el despotism°, de arrodillarine ante la infalibilidad•
ministerial y otras lindezas sernejantes- que suclen regalerse
a los gee piensan como nosotros; de lo coal trataremos en
breve al exponer las teorias generates acerca de la enscfianza.
La sola acusacion rational que yo puede temer es la de enca-
denar al pensamiento bajo la autoridad eclesiastica: acusacion
quo lejos de asustarme y hater ye per declinar, soy el primero
quo me la propongo, y aim de olio eabalmente Saco la primera
prueba de mi proposicion. Si, si, digemoslo en alto voz: la
institucion quo sanciona one libertad absoluta, es esencial-
mente anti-catelica, y justamente por serle hubo de arrojar en.
Italia una tea de discordia disolver la unidad; aquella uni-
dad religiose quo habia side la ultimo y qnedado la Onic,a entre
tantas divisiones beetles en Italia, cdtuo lloraba sabiamente
Maximo de Azeglio en el Programa para former una


italiana , alentando a sus conciudadanos a no perder este
Ultima reliquia de la unidad nacional. Si non antes que la im-
pronto libre cause el exterminio de los entendimientos con el.
veneno que difundira en so tiempo, la unidad religiesa liege a
perderse necesariarnente, y por consiguiente la sociedad es
destrozada por el solo hecho de la institucion publicada; come.
quiera que este institucion es por si misrna mm piiblica y
autentica abolicion de la unidad religiose.


574. No se me oculta quo este proposicion sere tenida
por algunos por una exajeracion retregrada de las doctrines
catOlicas; y creerin poderme confundir dendome en rostra


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES, 515
con el precioso opitscalo de monsenor Parisis (1), en que se
'ustifica a los catelicos • -franceses quo a la sazon pedian Ia li-
bertad absoluta de la prensa. «Miren la arrogancia ultra-cate-
lica. iLo que en Francia pide un Obispo como un favor con
aplauso de los demos Obispos y del Clore y pueblo catOlico,
este nos lo quiere escamotear como una tea de discordia en
Italia!


575. He aqui, care lector, que no disimulo la diticulted;
aunque A decir verciad no es grarrde mi merito en esta oca-
sion, pues la autoridad que me oponen, este enteramente
mi favor; en prueba de lo cual ponies leer en su original al
docto Obispo de Langres, y veres al punto bajo que tristisi-
mas condiciones restringe su proposicion. Cierto, cuando one
nacion este despedazada por lentos particles y opiniones,
cuando se halla gobernada por consiguiente per el indiferen-
tismo 0 la impiedad, entences es licito a los catelicos pedir Ia
libertad absolute como labia en que salver del naufragio la li-
bertad de la Iglesia. , Pero quiere esto decir que la Iglesia
arne la libertad absolute como su estado normal? Si, come los
navegantes desean naufragar para poderse despues acoger
una table de salvation. Y aqui tienes, oh lector , lo que
todo buen catelico debe pensai de esta libertad anatema-
tizada tantas veces. por la Iglesia, como recuerda el senor
I3erti.


576. Mas para comprender bien la profundidad de la liege
abierta en el corazon de un catelico y por consiguiente en la
concordia nacional por este fatal institucion , se hace precise
librarte por un moment° de los grilles de la opinion moderna
y de la griteria que forman las declarnaciones contra el oscu-
rantismo que conmueven a veces haste las ideas y los senti-
mientos de la fe en los verdaderos catOlicos; y quo dirigiendo-
me a ti mismo, a to sentimiento catelico procure comprender
en toda so fuerza las impresiones que causan en el verdadero
fief. Pues bien, icuaies son los sentimientos , cuales los anon-
cios que en todo corazon sincere y fervorosamente catOlico-


(1) Cas de conscience, etc.




344 PRINCIPIOS TE6RICOS


dale producir can seguridad la promulgation de esta libertad?
giCon que sera libre, se dice a si mismo el catOlico, con clue


sera libre de adora en adelante la imprenta! iCon que habre
de ver maltratado a mi Dios en todos los angulos de la ciu,
dad , en todas las columnas de los periOdicos, en las orgias de
los cafes y de los teatros, de los bodegones y de las plazas! 0(
mis hijos? ly mi esposa? iy mis criados? Yo que he vigilado
hasta aqui el modo como han guardado la integridad de su fé,
asegurado su felicidad eterna y puesto su pensamiento, sus
afectos todos, hasta el mas intimo movimiento de su Animo
bajO la proteccion de un Dios que todo lo , que lo puede
todo, que todo lo juzga y recompensa, laabre. de ver la inuti-
liclad de esta solicitud v lo esteril de mis afectos? Ya estos bi-
jitos mios inocentes no daran un paso sino a la orilla de un
abismo: Como impedirles que lean en media de un dilu-
vio de escritos? Y dado case que no los lean, 4 dejarim de oir
a tantos declarnadores? y supuesto qua no flaqueen oyendo
estos enerOrnenos, ino serAn acaso tentados con litografias y
carteles? Y aunque cerraran los ojos, sabran cerrar los aides
A sus camaradas de escuela y de colegio? Un solo dia infausto
en qua penetre en sus Animos alguna duda, bastard pith
para extinguir la tramula llama de la CO tadavia vacilante, y
su pobrecita alma tan querida perderase para mi Dios a quien
la habia Ofrecido educAndola con este intento; y sera perdida
Para estas entralias paternales, y perdida para siempre.
maldecido sea el impio, contra el clamaran venganza la poste-
ridad y la historia! Desdichado impio que hizo mofa de la se-
guridad de nuestra unidad despedazAndola con la extranjera
libertad de condenarse.0


577. No to sorprendan, amado -lector, tantos signos de
admiration : trae a la memoria lo que es para el catOlico la
vida eterna, la 1'6, la Iglesia fuera de la cual no hay salve--
cion y conoceras que este lenguaje solo puede parecer exaje-
rado a un corazon medianamente catOlico. Mas, A Dios gracias,
no faltan en Italia catOlicos fervorosos en quienes la Iglesia,
para curnplir su mision, debe avivar necesariamente estos sen-
timientos. He aqui, pues, dividida Italia en dos partes al primer


DR LOS GOBIERNOS LIBERALES.
715


golpe. Vosotros todos, a quienes desagradan el ardor y viveza
de la fe cuando no adora vuestros idolos italianos a espensas
de su conciencia , llamad si quereis al celoso catalico coma
n ejor os agrade, imaginad terrninos que le rnortifiquen : Ila-
n acne fandlico,neo-eatOlico, ultra-sanfedieta ; publicad a son
de trompetas que estos hombres exagerados son un punado de
reaccionarios, etc.; nada de esto mudarA el estado de las co-
sas : los catelicos (que no son ciertamente en Italia fin piz-
ftado de personas ) continnarAn diciendo que •1a imprenta
sin freno pone en peligro las almas de los que mas aman ; que
de este peligro estaban seguros bajo la tutela de la can-
s Ira eelesiAstica ; que su abolition fue un acto contrario
A los Canones, una declaration de no gobernarse el Es-
tado par las doctrinal de la Iglesia , de no reconocerla
For maestra infalible , y en suma de no ser el EstTado ca-
Clic°. Todas estas cosas se encierran esencialmente en la ley
que emancipa A la imprenta hasta de las influencias de' la
Iglesia. Esta ley es, pues, par si misma una escision de la uni-
dad catOlica (y en Italia de la unidad national): tal era la ter-
cera proposition quo me propose demostrar. No quiere decir
esto que el catOlico niegue toda moderada estensiou do libertad
al pensamiento: leanse las .bellas observaciones del condo La-
6 erchi, que justifican el edicto pontificio de


• 5 de Marzo
de 1847 (1), y se vera la latitud que cornprendia aquel edicto


4p, t. n pronto hollado par el desenfreno de los que aborrecen todo
yogo:'se yeti que si aqui come en todas partes necesitaban
estas fieras una cadena mas costa y unos grilles mas fuertes,
no dace esto de la indole siempre suavishna del Catolicismo,
lino del genio perpetuamente contradictorio del protestantis-.I
.1- o, pie a fuerza de gritar libertad, es capaz, como luego vere-
nos de !lacer de la esclavitud el Unica necesario .


recurso.
Ilermano carnal del paganismo resucitado par su influjo,nos ha
bacho retroceder a la politica pagana, que no crela posible un
pueblo sin esciavitud. El pueblo es siempre el misrno: desen-


(1) El edicto pontificio sobre la prensa.—Obscrvacioni del'com-
te Camilo Laderchi.





316 PRINCIPIOS TEORIcos
cadenadlo en el Orden del pensamiento y por consiguiente de
la conciencia, y necesidad habreis de- tenor que atarle las
manos.


578. Pero esto no es sino el primer paso de escision , y
casi me atreveria a llarnarlo una simple manifestation del par-
tido Inas 6 menos irreligioso incubado inadvertidarnente en
el seno de Ia pAtria comun, el coal, encerrado en medio de
las sombras parte por respeto al publico, parte por la severi-
dad de las leyes, no osaba salir a luz (1). Si no hubiera • exis-
tido esta minoria, nadie habria pensado en dejar suelta la
rienda A las opiniones, como nadie penso en hacerlo en aque-
llos tiempos de fe a que damos el nombre de la Edad


379. Aun existiendo esta fraccion nadie hubiera propues-
to que se le diese licencia dogmatizar, si una tan mania-
dada concesion no hubiese antes perdido a los ojos de Ia con-
ciencia pilhlica y de muchas personas privadas la vergonzosa
deformidad del ateismo legal en que, realmente consiste. Y
eabalmente por esta causa viendo la fraccion irreligiosa que
Iermentaba en las tinieblas la necesidad de semejante disposi-
cion para la ejecucion de sus planes, preparo con much°
tiempo la opinion, acreditando aun entre los catOlicos el de-
recho, hijo del protestantismo, de manifestar cada coal sus
pensamientos, derecho nacido inmediata y necesariamente de
creer como verdad objetiva lo que propone , la razon subjetiva
movida de lo que por Lutero foe llamado Espiritu Santo, eve-
dencia por el racionalismo dogmitico, noumeno por el racio-
nalismo critice, y por nosotros, quo hablamos , a la buena de
Dios, entre gentes que quieren oir hablar en terminos inteligi-
bles, aprension, tnonomania. Establecido, pues, este dere-
cho, segue el coal nuestra aprension , por lo menos en
siendo viva e irresistible (como es ciertamente la de on mono-
maniaco) nos da el derecho de creel. verdadero el objeto pen-
sado; entonces el derecho do manifestar 'esta verdad es con-


(I) Las materias qua siguen nodran servir de ilustracion al
Ensayo teOrieo, torn. III, num. 869 y siguientes.


DE LOS GOBIERNOS LIDEIIALES.


317
secuencia tan inevitable, corno es innegable aquel otro


que -en su lugar esplicareines, que Coda inteligencia tiene
derecho A la verdad, y que la verdad sola tiene derecho a rei-
nar en las inteligencias.


380. Aliora bien este derecho de publicar lihremente la
verdad, tan fogosamente preconizado por el siglo XVIII, foe
porn a pocoahrazado con mayor 6 inénor adhesion y tunplitod




por muchos eatelicoS, o tibios en sus afectos o mal aleceiona-
dos por ignorancia, o vacilantes per Plosion en la CO de sus
padres, de la que no osaron sin embargo abjurar per un resto
de conciencia -catOlica. Prendidos todos estos en los lazos de
tantos sofisrnas como fraguaron primero maliciosameute los
epemigos delaighzsia y repitieron tlespues con tanta candidez
a-mhos que, se diem catOlicos, v. gr.: la fd no se debe (Me-
ner con ccirceles;Diosno necesita del bravo del hombre para
obtener el asenso de la razon, la verdad es necesariamente
por sti natural excelencia duelta de la razon, cuando goz.a
de libertad etc., comienzan a persuadirse quo IIn puitado
de inteligencias estraviadas, esparcidas en las naciones
cas, tenia derecha a .manifestar sus errores, cuando metros
para so propia ilustracion; y esta Ultima idea trasform6 A sus
ojos la libertad de la,prensa nada menos que en una obra de
misericordia catOlica en favor de. los incredulos, y un estimulo
ofrecido al celo de los maestros de la verdad.


581. No comprendian estas Buenas gentes que quien sit-
jeta con cadenas al mOnstruo del error, como el que pone el
hozal al oso, no aspira it convertir la Gera, sino a librar de sus
garras A las personas inocentes: quo si hien puede Dios, abso-
lutathente hablando, saivar A los hombres sin necesidad de las
leyes littmanas, no por esto se liana el hombre excusado do
cooperar para este fin, pues de otro modo podriamos por igual
razon conliar en la Providencia en lo tocante al sustento y de-
fensa del enerpo, sin que las !eyes humanas se curasen de
proveer A los. abastos Iii :de prender A los asesinos: no com-
prendian quo si fa verdad es duefia de los entendimientos sin
necesidad de protection, deberia cornenzarse por abolir todas
las cAtedras y con mayoria de razon los grados universita-




31S
PilINCIPIOS TE6Iiicos


ri ps y las patentes industriales, dejando en libertad a todo.
charlatan de vender engaiiiills y vernmos a los cuales hari
justicia la pliblica opinion: quo tinalmente si dignos de coin
pasion son los que yerran, tambiert merecen sec dele.ndidos
los inocentes y castigados los seductores; y que la compasion




con los quo yerran puede y Glebe ser ejercitatla por todos, al
•paSo que la pena contra los seductores solo puede ser im
puesta por la autoridad pablica. Estas y tantas , otras razones
6 iguoradas por inadvertencia- 6 no comprendidas par rudeza
0 mal calculadas por inexperiencia de los hombres se les pa
saran A muchos catOlicos mediancis, en los cuales ademas s e
abrigaba una poiiila que consumia el. vigor del homenaje de
!lido a Ia lglesia, acostumbrandolos




mirar SUS deliniciones
con aire de monosprecio so pretesto ora de que la IgleSia las
pronunciaba por su intern cn causa propia, ora de que
era incompetent° en malerias filosOficas y politicos, ora
que eslaba rodeada de ambicioi2es de Cardenales, de anti
guallas de lose


de intrigas de diplomdticos, 6 de
ccibalos de jcsuitas.


582. En esta disposition de anima de muchos catOlicos las
sectas heterodoxas y volterianas ocultamente representadas en
pequeno Ithmero hallaron gracia ante loseatOlicos parlamenta
ring


de Italia, que 6 no conoeian 6 no consideraban las defini-
ciones doctrinales ni las obligatorias prescripciones que neer-
ea de este punto babian dada varies Pontilic,es v Concilios,
especialmente el Concilio de Trento y el Pontifice Grego-
rio XVI ( 1) . y latizada con tiara conflanza sabre la mesa •er r
el seno de las Cimaras Ia proposition destinada A desen-


( 1) En la Enciclica de {5 de Agosto de 1852 este gran Pon-
tifice condena la funesta kbertad nunca coma se Glebe oborrecido
de la prensa... que algunos son osodos de solicitar y promovel
con Unto clamoreo.:. Algunos ,76 dolor! se dejan arrebatar hasta
la impudeneia con que sostienen qua el dilavio de errores esta
compensado por alguno que otro libro quo sale d luz en defensa de
la verdad. Pero es ciertamente ilicito (lacer un mal grande y po-
sitive por que se espera etc. Despues cita a est:; propOsito el Pon-
trice los Concilios Lateranense V y Tridentino.


DE LOS GODIPINOS . LIBERALES. 519
cadenar todo.linage de errores, no. tardaron en ganar la par-
ticle; y los Cocos monstruos que nun estaban dando brarni-
dos en sus intros, parecian ser gran muchedumbre al salir
de ellos asi par la' atulacia con Tie gritaban, como por su
violencia en arrastrar a los timidos y en guitar de en medic) A
sus defensores, y por su habilidad para engaitor 0 los simples
y a impedir su desengailo.


383. Lanzada, pues, en Ia arena social esta rap de gladia-
dores, ies posible que la sociedad logre un momenta de paz,
de c'oncordia y unidad de espiritu?


584. Confieso que me .avergaenza tenor que demostrar ser
imposibie en MI pueblo la paz, la concordia, el espiritu nacional
luego quo se desata para que ladle libremente la procelosa mu-
chedumbre de los mAs enorrnes desprop0sitos. iCOmo! me digo


mi mismo k tan ciego, tan obtuso es este mundo; tan ponde-
radamenteilastrado, que no comprenda la necesaria conexion
entre el pensamiento y Ia action, entre la Iucha de las ideas
y la tuella de los hechos? Pero esto es poco todavia; , rni rubor
salta aun mAs encendido a mis mejillas cuando piens° quo no
se niega la conexion entre los pensamientos y las ohms por-
quo se la ignore, sino se la niega por la audaz con fianza que tie-
nen en contenerla: el espiritu prot.estante lanza conliadamente
entre los que posee coma esclavos sus mils contrarios apoteg-
mas, porque esta seguro de !saber dominado la flaca y venal
couriencia, y de poder impedir toda consecuentia práctica, to-
da disidencia, solo con amenazar las bolsas y los destinos.


385. 1 motivos tiene para esta seguridad: no lia . mucho que
le vimos en los altos•rangos de la Iglesia anglicana, cuyas ye-
leidades en punto a independencia fueron al panto adormecidas
A las puertas de la tesoreria por aquelia


Melte saporatant et medical= frugibus off= (1).
Un solo escollo encuentra esta indilerencia politica en la


(1) Recuerden nuestros , lectores cOrno callaron repentinamente
los Prelados anglicanos cuando queriendo recuperar alguna liber-
tad se vieron arnenazados de las cOleras municipales. V. Civilta
Cattolica, I serie, vol. 3, p. 57.




J'.'.0 TBORICOS


calculada . tranquilidad de su navegacion, y es la conciencia ca-
telica, esta conciencia tan esclusiva, tan intolerante, quo si
alguna vez se le pone en Ia cabeza decirte non licel, es capaz
de conmover todas las inteligencias de la sociedad.
pues, toner paz con este conciencia?


386. Y aqui puedes ver la esplicacion de aquel fenOmeno
universal en las sociedades reformadas a la moderna usanza,
es a saber: la tolerancia de todas las opiniones, menos de Ia
verdad catOlica. iImposible parece! oireis acaso a muchos pa-
blicistas ensalzar a este verdad como esperanza Unica de la
sociedad, como suavisima y humanisima en auxiliar a todos los
desdichados, como poderosisimo sosten de los Gobiernos. como
verdad que sanciona entre los asociados el desco del Orden, y
que lo aflanza en las conciencias, de suerte que no parece sino
que ponderando todo esto no hay filantropo que no se extasie
en un deliquio de terneza. Más A pesar de tatneflo entusiasmo
por las doctrines evangelicas, todo Gobierno reformed° por lo
Circe encolerizada contra la iglesia, esta con los recelosos
Ojos puestos en la conciencia y la mire no como un
Coco sagrado inestinguible , sino como una tea de discordia.


587. Y aun estos tienen aqui razon; pues si en otras par-
tes la discordia religiose desencadenada per efecto del desen-
freno de la prensa podria tras breve paroxismo amortiguarse
de cansancio o adormecerse tomando algun bocado, no asi en
un pais catOlico donde estAn vivos aquellos sentimientos en-
gendrados de la fe quo vimos .poco he repugnar desde un
principio que se establecicra legalmente la libertad de la pren-
sa; y quo jamas llevarAn a Bien por las mi gmas rezones que
por este modo padezcan detrimento las personas fieles y pie-
doses. Y como algun suspiro , algun quejido de la conciencia
catOlica palpita siempre aun en una nacion creyente pero
pervertida, a to menos mi-entras esta en contacto con catOli-
cos y misioneros, a:1 es imposible una paz total donde quiera
que luchan en piblico debate todos los errores en medio do
los ecos, antique debiles y remotisimos, de las verdades so-
breuaturales. Renunciad, pues, renunciad haste a la esperanza
dela tranquilidad material vosotros todos los clue menospre-


DE LOS GOI3IERNOS LIBERALES. 521
ciais despOticamente la conciencia humana: a una nacion
que recuerda, asunque perdida, la grandoza catOlica no Ia bun-
direis jamas en el tango de la ignorancia y de la brutalidad
tan profundamente que no se levante de ep medio de tamafia
ignominia una voz de resistencia que ose clamar diciendo:
Eterno es el porvenir del hombre, este es su interes su-


premo, la conciencia su rnaestra, el error su irreconciliable
enernigo. iAbajo, pues, el error!), Y esta voz de trueno cal-
deando el fermento de equal cenegal lo mantendra en un in-
cesante hervor, el cual se extenders por todo el conjunto de
relaciones sociales pahcas y privadas. «tin cuerpo politico
no se constituye en nacion sino cuando -tiene un alma nacio-
nalo) decia Rogier hablando de le unidad de enseflanza (1)
entre protestantes y catOlicos ; y lo que este decia de la doc-
trine en general, lo dijo Antes quo el Vico: «Toda chided divi-
Aida en partidos por cause de Religion O esta ya arruinada
prOxima perecer.)) (2)


Este es la razon de que, como note el mismo Vico, «la hu-
tnanidad en todas partes esteblecie sus praeticas sobre estos tres
sentimientos commies del genet .° lull-nano, '1.° etc... 2.° que
se procuron ciertos hijos de ciertos mujeres con las- que ten-
gan comuneS por lo menos los principios de una religion ci-
vil: porque los hijos se eduean por padres y madres conform


la religion en que hen nacido... Asi que no solo no hubo
nunca en el mundo una nacion de ateos, pero ni siquie-
ra bubo ninguna en que las mujeres no pasen a la reli-
gion pnblica de sus maridos (3).


Suprimid por ummomento este unidad religiose, y decidme
en que vendra A parer la unidad domestica. Lease la pintura
que Irate de ells nn escritor nada sospechoso por cierto,
Micltelet: «La faniilia, dice, es el asilo donde todos quisiera-
mos, despues de tantos esfuerzos inittiles a iluSiones perdidas,
halter descanso pare el corazon. Volvemos cansados al ho-


4) Mats 45 de Abril de 1831.
2) Vico Sc. nova, tomo I, p6g. 404.
3) Ibid., pAg. 25%




322 PRINCIPIOS TEORICOS
gar domestico... , Pero hallamos alli el anhelado repose? cier-
to it


nuestras madres, esposas, e hips podernos- hablar de lo
mismo que hablamos con personas indiferentes, de negocios,
de novedades, pero nunca


• de las cosas eternas, de la reli•
pion, del alma, de Dios. Grato os seria reuniros en an pen-
samiento comun la eatrada de la noche, 6 durante la mesa;
mils ay de vosotros si en vuestra propia Casa osais aventurar
la 'honor especie sobre tan graves materias: pues vuestra ma-
dre llena de tristeza menearit la cabeza, vuestra esposa habla-
rit en contra, y vuestra misrna hija os reprenderit core su silen-
cio. Todas se pondrAn a un lado de la mesa, y vos solo al lado
opuesto Tat es la unitlad. domestica del protestantismo al
lade del Catolicismo. No bay medio: 6 obolir uno de los dos,


.6
resignarse A la discordia, clue es so inevitable consecuencia.


§.


DISCORMA POLITICA.


588. bias pongamos que habeis conseguido adormecer en
el hombre toda idea y todo deseo de su porvenir : habreis
logrado con esto paciuicar la sociedad ? Ciertamente habreis
mudado en tal case su direction y su objeto; pero los deseos
insaciables del corazon humane se tornarAn tanto mis fero-
ces , cuanto es mas palpable y limitado el hien tra y


que se
corre, y mayor el vacioque despues queda en aquel abistno sin
fordo. Este se volveri entOnces para saeiarse al hien politico,
al civil , al domestico , al individual ; mis en todas las esferas
que corresponden a esos diversos bienes naceri la discordia.
Esta discordia podrit disfrazarse con una nomenclatura acomo•.
dada a los respectivos sistemas y capaz de seducir A los tontos:
los Linos la llamaran transaction necesaria , otros necesidad
de las cosas: ilomagnosi vent en ella un antagonism° vital sin
el coal parece muerta la sociedad; Ahrens vent aqui desarro


_DE LOS GOBIERNOS LIBERiLES. 523


lladas las siete facultades Orginicas del ser social ; Cousin
contemplara en la lucha el cumplirniento del deber de la li-
bertail ; el liberalismo constitutional la honrará come condi-
tion de oposicion esencial a los Gobiernos representativos ; el
economista come fuente de riqueza nacional; la diplomacia
come miquina necesaria al equilibria ; el mismo panteismo
se alegrara de ver los movimientos del Dies-Universe que
rompe la envoltura de las mantillas para danzar en la curia:
pero sea el que quiera su nombre en lox vocabularios sistema-
ticos, nosotros en bue.n lenguaje vulgar poclremos llamarla
siempre discordia, y sera ftera , universal é inevitable. Fiera
porque en tratAndose de bienes sensibles tine aguijan con la
necesidad o irritan con la satisfaccion el apetito, ninguno de
los partidos renunciari jamas A la esperanza de su posesion:
universal, porque no hay hombre ninguno (salvo si esti dtvi-
niz.ado por el Evangelio) que por estos bienes no anhele; ine•
vitable, porque estando limitado por el espacio y por el tiem-
po encierran come para luchar en una empalizada todas las
pasiones e intereses.


589. Que esta discordia se tome relativamente necesaria
los intereses politicos constitucionales en los Gobiernos, nos lo
dice el C. Balbo, de quien nadie sospechara que fuese enemi-
go de las instituciones representativas. «Una de las alas arca-
dicas candideces, dice este escritor, de aquellos dichosos altos
(46 y 47) fat ciertamente quo de un extreme de Italia hasta
el opuesto. y aun en las islas, se iba maldiciendo de los parti-
dos politicos, y se decia y escribia que no decia haber sino on
solo partido, el partido de Italia, de so utilidad y provecho. Co-
mo si fuese posible que esta utilidad se viese del mismo mode
en todos los puntos de la Peninsula y de las islas por veintitres
millones de habitantes! iCOmo si los partidos fueran otra cosa
que opiniones diversas sobre el hien de la patmia! iCtimo si
fuera posible itnpedir sernejante diversidad! i COmo si esta foe-
ra de desear en concepto do hien! pato si la espresion
libre de estas diferencias no fuese uno de los primeros y rnas
ittiles resultados de todas las libertades nacionales!


El actor habla aqui come conviene a la moderation de un




524 PRINCIPIOS TEOPaCOS
inimo recto y al proptisito de re,.unir los Animas de todos para
Bien de la patria describiendo los partidos tales como
berian ser , no tales come son. El sabe tan bien come
nosotros quo fuera del amor de la patria hobo en Italia y ha-
bra siernpre en todas partes donde haya =mhos hombres
otros ineviles mines nobles quo agrupan alrededor de sus
objetos a las almas vulgares y que en Nano se esforzarin.por
disfrazarse de amor patrio: y acaecera surgir de aqui mochas
partidos que solo piensan conquistar carteras y pensiones y
empleos y otras especies de torron mas ti merles sabres() tan
luego , como el jefe (le su respective partido haya alcanzado la
victoria pariamentaria,


390. El afamado publicista continua despues el articalo
quo aludimos (I) deplorando aquellos nombres famosos (y
casi descant quo fuesen infamantes) de partido medio, cen-
tre, centre derecho, centre' izquierdo, vicntre, tercer parti-
do, partidos volantes ,cine destrnyen sencillez, dificul-
tan los movimientos, paralizan a los moderados en los Parla-
mentos en lode el continent°, y luego discurre mucho sobre
arte de discipliner estos partidos: to coal. le agradecera todo
amigo sincere del Orden deseando tin exit° leliz, mayormente
cuando siendo coma es catOlico este excelente ingenio no va-
cila en invocar para esta necesidad come cobperador ann al
deber cristiano.


391. Confieso por mi parte quo dodo mucho de quo salga
hien niuguno de tal empresa naientras refine el principio pro-
testante y manejen per consiguiente-las facciones el arma ter-
rible de la imprenta. Cuando este principle, pues, puso el des-
potism° en la monarquia de Hobbes, de Febronio, de Richer,
la formula yo soy independienle esti concentrada en ono solo,
el coal asi como dice el Estado soy yo, asi dice tambien ye


(1) En la Revista italiana, vol. I, pig. 337.


liR 1,0:3 GOBIERNOs LIBERALES.
325


solo ensefte (1), yo solo escribo (2), ye .solo tango mason (3);
y de este modo unidad material del pensamiento 0 al mends
de la palabra sera poderosa a producir si no la paz que gozan
los itnimos que se conforman con la regla, por lo menos el le-
targo de la estupidez, o la esolavitod y inutismo de los serviles
adula d ores.


392. Pero cuando la formula ye soy iiidependiente,•escrita
en el cOdigo, alienta con la idea -del derecho la audacia de los
pensamientos y de las lengtias, entOnces el deber, de eualquiera
elase quo sea, politicn, 'Nos moral, dejando de ser cris-
tiano (plies el protestantismo no es cristiano sine cuando pace
abjuration de la *lea) pierde per consiguiente toda fuerza y
unidad y pierde su fuerza cabalmente porque picnic su uni-
dad (4).- En estos Gobiernos, pues, las pasiones politicas , dos-
ligadas de la idea de deber y derecho, no pueden tener mas
freno que el inter0s, y a lo mas cierta idea genOrica-de bien y
Orden comun para use de pocos muy . honrados (5). Aliora
hien estas pasiones von en el bien politico el colmo de toda
la humana ventura : poder, riqueza, bienestar, honores, glom


todo bien, en soma, esta encerrado en aquel tritinte
pariamentario cuya importancia se muestra diariamente en los
periOdicos de cada partido con Laos los colores del arco iris.


ante estas escenas, con incentives tales, esperas tir discipli-
nar los partidos! por muy buenos que fueran moralmente; es-
peras que Ilegne so abnegation intelectual pasta decir «gis
adversaries discurren mejor que ye sabre el Sian de la pd-


(I) .El Estado tiene el derecho de conferir la potestad de ense-
Oar; porque ensenar no es un derecho natural, sino on poder pd-
blico y social (Coosn en las Debals, 4 de Mayo de 4844.).


(2)
.Los examinadoreS de libros Ilevaban tambien el nombre


de censores realer. aun los quo pertenecian a la .SorbOna (Annales
de Philosophic chretienne, ser. 2, p. 235.).


(3) Judicio . principum sciant quarn doctrinam et privatim ad
seam salutem aeternarn, et publice in populo Dei fueri debearit.
ERENCIO api Gnocio (De hnp. V. e. V, 554.)


(4) Lo hems demostrado en el cap. I.
(5) Vease Libertad y Orden, cap. V.




326 PRINBIPIOS
lria; 6 la N'ileza de sus sentimientos hasta el punt° de decir:
«Dejemos clue otro hafja el .mal de la pdtria , aun cuando
BSTOY CIERTO quo yo solo puedo hacerla Niz!»


395. Per lo quo a rni toca,..te lo aseguro, -unlade • lector,
despues de las contiendas religiosas, siempre he oido decir que
las mas terribles son las politicas; y boy todavia mas, hey que,
tante se exaltan las grandezas y ventajas politicas reducidas
su mas infirm nivel. En otros ticmpos creiase que el bien de-
mestico era el fin, y que el medio era el Bien social y politico;
y aun entonces no 'labia modo de domar la ambicitin. Yues
que sera desde que et bien politico ha subido a lo mas alto quo
puede codiciar el corazon, y desde que habiOndose predicado
ales pueblos que no dejen . la tierra por el cielo, se les ha in-
vitado a sacrificar todos los intereses dornesticos y municipa-
les por la independencia nacional y por sus derechos politicos,
y trabajandose para que aun las personas Inas infirnas
del vulgo, scan instrinclas y puedan echarla de publicistas? El
animo generoso de Balbo, aun conociendo que los particles me-
dies suelen coristar de pocos virtuosos y machos viciosos (1),
exhortaba no cambiar partido, salvo itnicamente en el case de
alguna injusticia u inmoralidad: «Una injusticia, dice, aunque
sea de cinco maravedises, 6 una inmoralidad cualquiera, anti-
que solo consista en una simple falta de respeto a cosas 6 a per-
sonas moral 6 politica 6 religiosamente sagradas, no se debe
ciertamente yotar; sino todo hombre virtuoso debe separarse
en este case de su partido, ora- sea ministerial, ora de oposi-
cionD (2).


594. Pero tit. oh lector, (pie conoces e.1 mundo moderno
gal come es y el mode de see quo las reformas liberates han
dade a la sociedad, tales Como las describimos en los anterie-
yes capitulos, icrees que serviran ile alga estas exhortacione.s?
Y aunque los pocos virlitOsas las sigan, no c,ontinuaran sien-
do los part:dos entre los machos viciosos de que constan , ac-
tives, audaces y habiles y •dispuestos estas a cooperar sin es,


(1) C. I.. p. 349.
(2) lb. p. 352.


DE LOS GOBLERNOS LIBERALES


:J2
,crcipulos a todo acto de injuslicia e inmoralidad, o no estaran
por consigoiente muy lejos de renunciar a


-sus intereses politi-
cos y a sus opiniones personales?


Mientras cada razon privada sea declarada soberana, la dis-
cordia politica sera, patrimonio necesario de las socieda-
des donde el pensamiento tiene libertad para salir piiblica-
mente a luz y arrastrar 4 la multitud con discuses: declarna-
torios; y no acierto yo a comprender cOmo despues de tantos
ensayos un hombre de seso que desea al pueblo unidad de
doctrinas, pueda desearle come medic) la libertad de la prensa
y de la discusion. Y por esto cabaltaIente en todos los Estados
regenerados hobo de lamentar Balbo esta discordia come una
calamidad universal que tiara cuarenta, sesenta arms en los
pueblos todavia sin educar de Espaira y Francia (1). iPobre
Italia !


Si Francia despues de sesenta anos no ha enlredo toda-
via, no ha silo educade en la legalidad, icuantos aims ha de
dinar para ti la discordia!


395. iX es posible :pie la discordia que reitia en el Orden
politico, no descienda luego al Orden civil y al domestico? Ann
en Carves que, los cuerpos politicos se componian de Ia for
de la sabiduria, era esto mu-y dificil: mas boy que cada ciuda-
done Gene 0 su disposicion la urna electoral y la pluma, esta
para expeller sus pensamientos, aquella para realizarlos; hey
que el rapido movimierito de las carleras, de los jurados, de
Ia oficialidad nacional, de las elecciones parlamentarias y mu-
nicipales, despiertan y avivan hasta en los mas escondidos
riucones de,


las ciudades y de las casas las iras politicos con
alternados triunl'os y derrotas, suponer que estas iras censer-
ven no s6 que caracter abstract° y platenice en la region de
las ideas, y que no desciendau con el ciudadano concrete a las
pequefleces materiales de los intereses municipales y domósti,
cos es ciertamente una de las mas arcaicas candideces que al-
bergarse puedan bajo la peluca de un escritor. Imaginans una
familia en la que el'padre haya asociado sus intereses al Orden
politico do la legitimidad , y el primogenito sea afecto a la


(1) C.
plig. 348.


TONIo 22




I.


328 PRINCIPIOS TEOIIICOS
Constitucion, y uno de los hermanos menores a la repUblica,..
y otro, Clerigo, sufra los efectos do persecution, y la madre.
y hermanas, personas devotas, piadosas, Iloren por la Religion,
combatida y por los Obispos desterrados; y decidme si es po-
sible en semejante familia aquella intimidad de trato, aquella
suavidad de afectos, aquella comunidad de intereses, aquella
ingenuidad de modales, aquella serenidad de semblantes, quo
hacen Ia alegria de la vida domestica y son el consuelo de sus,
tribulaciones.


396. El desenvolvinzienlo de la unidad social en todos sus
grados es, pues, resultado uecesario en las sociedades refor.
madas al use de la independencia protestaute quo atribuye
cads uno con la infalibilidad privada el derecho de publicar
todas las opiniones y de esforzanse en lormar al Gobierno por
este modelo. Los hechos observados en Italia, hechos harto co-
manes a todas las sociedades regeneradas desde Chile hasta el
Pireo, confirman con la evidencia histOrica la rectitud del ra-


•ciocinio.
397. Veo sin embargo las tres dificultades principales que


se me podran oponer: la primera de las cuales sacada de la
ley represiva destinada en todos los Estados Bien ordenados
it impedir el desenfreno de la imprenta y los males que de el
se originan a la Religion y a la sociedad; la segunda del hecho,
de ciertos Gobiernos, cow° America e Inglaterra, donde no
vemos.tamailos males; y la tercera de la antigfiedad de estos.
desOrdenes quo nosotros atribuimos a Ias sociedades reforma-
das por el protestantismo. Expongatnoslas una por una mos-
trattdo su respectivo valor y dandoles la oportuna respuesta.


LEY rtg.puusivA.


398. La primera dificultad no ha menester ser declarada,
por ser comuu y evidence, y porque forma la seductora ilusioll


DE LOS GOBIERNOS L16EEALES,
329


con que se quietan las conciencias lionestas en el acto de Ian-
zar en el seno de la sociedad la irreligiosa libertad del error.
«Dejadnos a nosotros, dicen y acaso de buena CO a los que se
espantan de los desOrdenes consiguientes A tan malhadada li-
bertad; piles le hemos de oponer una represion tan vigorosa
que la infeliz cautiva no tends de seguro por que reir.»


399. Ignoro Si esta cautiva tenga. motivo de risa 6 panto;
mas por mi parte hablando en el seno de la confianza espero,
amado lector, (pie mi sonrisa en esta .ocanion no me habrit de
privar de to cones benevolencia.


cOmo no sonreirse de ver
que se espera impedir con Ia represion el estrago quo la pala-
bra lihre pace en la sociedad? ;Si! Despues que un esprit() irn-
pio les haya quitado a mis hijos la IC, vends el tallo del juez
que condena (si lo condena) al editor it desbaratar en Ia mente
de aquellos los sofistnas seductores. iSi! Despues que la prensa
licenciosa haya enfurecido al pueblo contra sus gobernantes,
convenciendolos de avaros, ilegitimos, injustos, tiranos, sera
buen remedio para su credito condenar el libro. ;Si! Despues
que la maledicencia haya perfeecionado el arte de barnizar la
calumnia 6 de ' publican mis flaquezas ocultas, un fallo condo-
natorio de que machos no tendran noticia, me


. quitarA la man-
cha de la calumnia y dara al olvido to que Ilan dicho contra
mi. iConoce bien ciertamente el corazon humano y la socie,
dad el que cree en tales maravillas! En otros tiempos la inefi7
cacia de las !eyes contra el duelo se atribuia cabalmente a la
irnpotencia de los tribunales para restaurar el miserable
de lalso honor empaiiado por an bofeton o UM simple mentis;
mas al presente un tribunal se ha hecho omnipotente por na-
turaleza y aun por gracia; y mientras el respeto it toda autori-
dad llega a hollar nun a las supremas, se espera que la sea-
tencia de:tin juez 6 de un jury compuesto de zapateros y ta-
berneros curari las llagas do la maledicencia, de la sitira, de
la calumnia, del wfisma; los Odios, las negativas, los rencores
y hasta la corrupcion de las costutnbres y la incredulidad del
corazon. Vamos, lector mio cortes, prudente y cándido, dime-
por to propia boca,si pretender de remediar Lantos males
.con un proyecto de ley no es abasar de Ia buena fe de los quo




I


530 PBINCIPIOS TEOBICOS
ponen su confianza en unas promesas a que, lo apostamos, no
dan credit° alguno los mismos que las hacen. ,Pero cOnto no
advierten los pie las acogen, que esto seria pugnar con la na-
turaleza de las codas?


400. Y justamente por esto cuando las Camaras legislativas
se ocuparon en el famoso proyecto de la ley represiva, vimoslas
perder lastimosamente en Ia lucha contra la naturaleza el tient-
po y el trabajo, no de otra suerte que aquel escultor de que
hablarnos en los preliminares, a quien se le puso en el magin
disponer sn tabla de marmol de suerte qne fuese a un mismo
tiempo cuadrada y redonda. iOs acordais, lectores, de aquel
apOtogo? Pues peusadlo hien, y hallareis ser el mismo caso de
la historia genuina de la loi sur la presse, 6 sea, la ley de
imprenta.


1Ahi es pequerta bagatela los sesenta aims que nuestros So-
lones a veinticinco francos por dia estan discutiend6 en I a ran-
cia este arduo . problema! El cual reduciria yo (si se me permi-
tiera hablar dare y recio) a la siguiente formula: ,(Dada una
sociedad de veinte o treinta millones, donde hay una mayoria
compuesta de ignorantes, de imbeciles, de perversos, de mal-
vados, y una minoria considerable de insignificantes
nias, v otra minoria minima de hombres de seso, Pero ocupa-
disimos en sus negocios, y sumamente timidos para hablar,
para escribir, para imprimis y mucho más para conspirer;
dada, repito, una sociedad asi compuesta, cortar el frenillo
todos los ignorantes, a todos los imbeciles, a todos los malva-
dos, a todas las medianias, asegurandoles en Hombre del Es-
piritu Santo 6 de la diosa Razon que son infalibles; potter a
su disposition una palabra que corra con la velocidad del rayo,
una prensa que gire con la fuerza del vapor; y bajo tales con-
diciones !lacer de suerte que un torrente de delirios sea neu-
tralizado o absorhido por unas cuantas goticas de verdadd)


401. 110 aqui reducido a sus minitnos y bier claros t6rmi-
nos el problema a qne cada ono de nuestros Solones al dispo-


. verse a plantearlo antepone siempre con gravedad majestuosa
el obligado exordio sobre la tlificultad 6 importancia del caso,
y acerca tambien de los pasados errores y de la felicidad fu-.


DI: LOS GOBIEHNOS LIBERALES.
331


tura. El exordio esta terminado; tosed, lumad si quereis, y
manes a Ia obra. Tenemos pocas cabezas cuadradas a Mourne-
rabies redondas: se trata de !lacer que todas las cabezas re-
dondas se vuelvan cuadradas. En otros tietnpos se habia dado
con el modo de lograr este intento, que era fundir las redon-
das y echarlas en el tnolde de las cuadradas: entonces se decia


la multitud: oTodos los hombres son falibles, y la mayoria
ademas de falibles ignorantes. Luego todos los hombres de-
ben respetar la autoridad, y la mayoria de ellos vivir de auto-
ridad.. Con este principio, caso de haberse aplicado entera-
mente, todo andaba a las mil maravillas: los de mayor capaci-
dad persuadidos de su nativa debilidad se tormaban con estu-
dios largos y severos mad urados pot


.
continua experiencia antes


de ponerse hien los calzones; los demas se persuadian .por su
parte a que nada tiene de vergonzoso para el pie nosa be, se-
guir el parecer de los doctos; y de esta suerte las cabezas re-
dondas se volvian cuadradas y hallaban todas un lugar cual-
quiera en el edificio social.


402. Pero los escultorcicos modernos deben !lacer cierto
que las cabezas redondas se tornen en cuadradas, aunque de mo-
de pe no pierdan su nativa redondez, lo cual seria depender
un hombre de otro hombre, cosa contraria iii senlitniento de la
propia diynidad.


403. fAmo nos habremos pues? Lo mismo cabalmente pie
aquel infeliz escultor: comenzar6mos por cuadrar las redondas
y despues volveremos a redondear las cuadradas prosiguiendo
asi incesantetnente crt esta obra alternada: comenzaremos
escribir en la Constitucion pie la prensa es libre, con lo cual
los necios podran aliullar a su placer; despues pondrémos la
prohibition de decir desatinos, pena de una mnita, y asi los
forzaremos a callar; Pero ellos clamarim diciendo clue no son
libres con esta ley, v nosotros daremos el encargo de aplicarla
a un jury ignorante, con lo cual los desatinos saldritn de
madre. illisericordia! gritara la sociedad aterrada, y nosotros
entonces publicardmos el estado de sitio. Tirania! abullaran




los animales parlantes en las Camaras, y nosotros disolver6mos
las Camaras. ; Viva la Constitution! gritara a su vez la prensa




•,•7900— P111 LINOS TE011iCOS


periOdica, y nosotros la comprarernos para pre calle. De esta
suerte en fin ora concediendo, ora negando la independencia
del pensamiento, ora impidiendola con la.fuerza, era cornprim-
data con dinero, habremos acertado a- dar la libertad a los
tontos, a los ignorantes, a los tunas, con tal que no puedan
decir otres disparates que los que les permita el Ministerio.


404. i,Que tat, lector amigo? 1Ne es esta la genealogia de
las leyes de imprenta liberales? A decir verdad he tenido que
abreviar el camino para no . emplear sesenta dias por lo mends
en tejer la historia de sesenta ailos de leyes proycctadas, he-
chas, enmendadas, denegadas, derogadas, abrogadas, olvida-
das, resucitadas, preventivas 6 represivas, parciales 6 totales,
con estas 6 aquellos maravillosos artilicios de responsabilidad,
fianfsas, timbres, y tantos otros Como jamAs pudo imaginar el
miedo; el entusiasmo, el espiritu fiscal, la simplicidad, la as-
tucia y.el valor politico (l). iY clue ha sucedide ..... Las cabezas


(1), Si qucreis leer un resitmen de esta historia, ahi teneis la
En`cielopedia du XIX siecte, t. XX; v. Presse, donde hallareis una
ley, de 19 de Julio de 4794. En tiempo de la convencion 29 de
Illarzo de 4795 un decreto. La Constitution del alto III de la repg


-Mica mantuvo et principio de libertad. Por el 27 germinal del
alto IV otras leyes; y otras e1 28. Estas leyes fucron insuficientes,
y es sabido vie se las supti6 desterrando 4 Sinamarry a los pen-
sadores demasiado animosos. El consulado y el Imperio no fue-
ron liberates. La Ilestauracion, art. VII de la carta de 1814, Im-
blicabo, el derecho de lode Trances de imprimir sus opiniones, sal-
vo la represion de los abusos; pore en 24 de Octubre se estable-
ci6 la censura, vuella d abolir despues de los cien dias, restable-
cida por Orden de 8 de Agosto de 4845, despues por las leyes de
44 de Noviembre p 20 de Diciembre: VolviOse al prmneipio repre-
sive en 1819 con responsabilidad i jurys, etc. En 1850 vuelta al
art. VII do la Carla de 1814; mênos las dltimas pale bras susti-
tuidas por estas: •iVo podra nunca ser restablecida la censura..
En 9 de Setiembre de 1855 se estableciO la AUTORIZAC,I011 PREVIA
p se resucita el editor, 6 sea el 11031811E DE PAJA, las fianzas, fir-
ms, etc. En este rapid() bosquejo solo se registran las variaciones
mas cultninantes hasta el alto 1840 en que fut .: impreso el articu-
lo: anadid ahora a estas las leyes de la repdblica de Febrero, y
multiplicad cada ley per el ntitnero de sus articulos, de las Reales
Ordenes y decretos publicados para su ejecucion, de las sentencias
de los tribunales con que se sanciona y modifica, y finalmente por
el ntimero de las naciones que entraron por el tnismo catnino,
podreis formar una idea de la verdad establecida en el texto.


DE LOS GOBIERNOS LI13ERALES.
5'55


redondas redondas ban continuado, las cuadradas pocas la
pobre sociedad asordada, lastimada, es sorbida por la manga
de una nuke de zanganos.y abejorucOS true oscurece el cielo
y va Imscando a tientas una varita mAgica quo trasforme en
ganaderos a unos cnantos millares o millones de estOS in fall-
bles, que hacen sudar las prensas, progresar las laces v tern-
Mar it los Cobiernos y al 6rden pitblico.


,Como expresariais este deplorable resultado.si se os antojase
reducirlo a una breve formulita? Yo lo reduciria A la siguiente:


«Pues el protestantismo concede a todos la libertad de pert-
SM.', de necesidad tiene .que concederles igualmente el derecho
de hablar libremente: concedida it todos libertad para hablar,
•corresponderh a la mayoria el Gobierno de la sociedad: cons-
tando la mayoria de genies (m piensan delirios, y quieren
por pasion, una sociedad dominada del principio protestante
debe necesariamente caer en las tinieblas del error y ser agi-
tad() tumultuariamente por las pasiones: siendo los errores y
las pasiones la raiz del desOrden , y el desOrden la ruina de


L'Opinione de 24 de Octubre de 1851 nos ha ahorrado en gran
parte el trabajo que pile este calculo a contar desde el nacimien-
-to de la dltitna Repdblica, tornandolo de una es tadistica publicada
por los Sres. Dubois y Jacob en su Como MANUA/. DE LA PR USA, de


cual resuita que en materias de imprenta, libros, carteles, etc.,
se publicaron en Francia desde 1789 hasta 1845, 81,560 entre leyes,
•decretos y ordenanzas en esta forma:


5,402 durante la Asarn blea constituyevite;
14,054 durante la convencion national;
2,049 por el directorio;
5,846 por el consulado;


40,254 por el imperio;
.841 .


por Luis XVIII (desde el 4 de Abril de 1814 4 9 de Mayo
de 1845);


518 en los cien dins y por el Gobierno provisional;
47,842 por Luis XVIII desde e128 de Julio de 1815;
15,801 por Carlos X;
10,951 por Luis Felipe, sin contar 47,922 ordenanzas dictadas


•desde 1850, y que se refieren a intereses privadoS. •Cada una de
nuestras leyes, prosiguen los autores citados, contiene por termi-
no Inedio 50 articulos, lo que da 4:068,500 disposiciones legisla-
tivas sin incluir las leyes. ordenanzas, edictos, declaraciones, an-
teriores 1 1789, y que todavia estin vigentes, cuya coleccion for-
ma dos voldmenes en 8.°, ni rode lo que se ha fabricado desde
1845 hasta el dia.




554 PRINCIP1OS TF,ORICOS
la sociedad, por fuerza esta sociedad habra de coffer tras al-
gun remedio: y no pudiendo ser el remedio, cuando tales in-
fittencias dominan, la verdacl y el derecho, solo le restara
la sociedad la seduccion v la tuerza: seduccion clue engage
cautive. fuerza que encadenc.


)?Luego!
DLuego en una sociedad donde sea libre la prensa, deberi


esta ser encadenada por la fuerza 6 hechizada por la seduc-
cion: 6 en otros terminus :


Luego la prensa libre es prensa no libre.D
La contradiccion de la consecuencia corresponde visible-.


mente a la contradiccion del principio ; y el hombre, depen-
diente por naturaleza, independiente por la reforma , es libre
para irnprimir y publicar sus ideas por gracia de la reforma,.
pero esta obligado a sufrir las cadenas que le impone la na-
turaleza.


§ IV.


LA 1MPRENTA EN INGLATERRA EN AMERICA.


405. Despues de haber contemplado tan extrafio espec-.
y en vista asimis-no de un resultado tan doloroso y este-


ril, que esperauza podemos tenet*, amado lector, en una ley.
represiva tan dificil de componer y tan inittil en Orden a su ob-
servancia? Con todo, diras acaso. por espacio de algunos siglos
la ley represiva ha sido hastante en la Gran Bretalia constitu-
tional y durante algunos lustros en la Confederacion america-
na, los (los Estados mas prOsperos y poderosos del mundo,
donde reinando la influencia protestante es tanto mas admira-
ble la unidad portentosa del espiritu nacional, cuanto son mas
numerosas las razas que alli vixen unidas.


406. Aluclio hay pie rebajar tle esta porlentosa unidad y
de este espiritu nacional, como puede notarlo todo el que
Ludic to unidad clue hay entre irlandeseS a ingleses, entre in-


DE LOS GOBIERNOS LIBEEALES.
335


gleses episcopales y escoceses presbiterianos, entre ingleses
anglicanos y disidentes; y en las muchas razas que componen.
los Estados-Unidos, no seria (pith dificil discernir elementos
de disensiones futuras (entre los cuales es sobremanera activo
el de la eselavitud de los negros) cnyo desenvolvimiento esta
contenido por muchas condiciones excepcionales en quo aquella
nation recorre la senda de sit civilization. Y cuando otra cosa
no fuese, la misma brevedad de los pocos luszros title cuenta,
podria ser razon mas quo suficiente para destruir la ilacion
clue quiere sacarse de la libertad de tmprenta entre los ingleses
de aquel continente.


407. Pero un nobilisimo ;tutor tanto mas fidedigno en este
panto, cuanto son mas intimas sus relacioneS con los mismos
a (pieties se refiere en sus escritos, me quita en este montento
la pluma tle la !nano para responder por :-;1 a la anterior difi-
cultad. He aqui como discurre acerca de la libertad de la prensa
en Inglaterra y los Estados-Unidos el ilustre Brownson:


" Es un hecho incuestionable que ono de los primeros y
units importantes medios con quo cuenta el partido del Orden
para defenderse a si rnismo y preservar a la sociedad de gra-
ves danos, es reprirnir cuanto sea posible la ,prensa radical.
'rengamos nosotros en este pais a la prensa libre como cosa
sagrada, y miremos su censura con el horror consiguiente;
pues aqui la estupidez de la prensa le quita toda viand no-
civa, fuera de quo no se ofrecen a nuestros ojos motivos para
urdir rebeliones. Los ingleses y los atnericanos dart poco. ere-
dito a las ideas; creen en pocas cosas, sino es en el roast-
beef y el plum-pudding. Conservan numb° de la antigun in-
dole sajona, y raras veces sienten, salvo en la balsa y el esto-
mago. Halos educado el protestantismo clue mira la lOgica con
menosprecio y torna la razon en Cosa superflua. EI protestan-
tismo embota el entendirniento, destruye la confianza en los
principios, y pone en so lugar el habito de pararse a la mitad
del camino al recorrer una cadena de raciocinios.


Las personas armadas en esta escrtela no tropiezan en difi-
cultad alguna afirmando las premisas y negando las consecuen-
cias que legitimamente nacen de ellas. Demas de esto es nota




.J56 PRINCIPIOS TEORICOS
caracteristica de los Anglo-Sajones no curarse jamas de apren-
der to quo repugna a sus propias preocupaciones. : El Anglo-
Sajon toma en sus manos un periOdico no para aprender lo que
ha de pensar, sino Para ver escrito lo que ya piensa. Si algu-
na vez se encuentra con algun parecer contrar : o al snyo , 6 al
quo sospeeha ser el suvo, lo desecha, 6 se niega resueltamente
A erecr ni nun sola silaba de to que le dicen. La prensa tiene,
pues, poca influencia en Inglaterra y en este otro pais fuera
de la que ejerce expresando las opiniones de los diversos par-
tidos que ya existen ; y asi no influy6 mas en la action final
de entrambos paises que los d:scursos pronunciados en el
Parlament° en el voto definitivo de 61, que es en resolution,
como todos sabemos, ninguna y ninguna. Poe lo and no se nos
alcanza por que razon no delta ser la prensa en Inglaterra y en
los Estados-Unidos completamente libre: como quiera en estos
poises , por grande que scan las pretensiones de la prensa, en
realidad es muy escasa stt influencia. Maras veces tiene virtud
Para robustecer ni debilitar un partido ; muy raro es el caso
en que produzca unit resohic!on publica 6 inflnya en 61 exit°
final de unit discusion piiblica. Las cocas seguiran su catnip°
sin ella como lo siguen con ella, en tanto que ella sieve de y id-
vula de seguridad al vapor excesivo de los demagogos.


),Pero en el continente de Europa la cosa muda enteramen-
te de aspect°. La cultura intelectual es alli superior a Ia de la
Gran Bretaiia y a la de nuestro pais. y las gentes se sienten
mas dispuestas a ohrar de conforinidad con sus principios.
Hay y siempre ha habido en el continente !nits libertad men-
tal que en la Gran Declaim, como en Ia Gran Bretaila la hay
y la ha habido siempre mayor que en los Estados-Unidos.
Entre todos los paises civilizados el nuestro es el que tiene
m6nos libertad de pensar, no por efecto de las leyes, sino de
las costumbres, de los liabitos, de los usos del pueblo sujeto


una intolerable servidiunbre intelectual que no tiene com-
paitera en parte alguna. Entre nosotros aquel da muestras
de gran valor que se determina a publicar sus lionestas con-
vieciones , y tociavia es mayor su valor generoso si se atreve
A combatir las convicciones contrarias con ingenua imparciali-


DE LOS GOBIERNOS LIDERALES.
557


dad. Somos el pueblo mils libre del mundo en la Constilu-
("ion, mas en la'realidad, y especialmente en cuanto a lo in-
terior, no hay pueblo mas esclavo. Pero en el continente de
Europa subsisten en todos, inclusos los que han desarraigado
en su Animo la fe catOlica, huellas de la cultura catOlica, y
grail respeto a to intelectual, al pensamiento sistetnAtico. con
un vivo deseo de quo sea puesto por obra to que se reputa ver-
dadero. De aqui quo la prensa tenga y deba toner alli en bien
y en mal una influencia de quo nosotros en nuestro pais no pode-
mos toner idea, no porcine las poblaciones europeas Sean mas
ignorantes que nosotros, sino porque realmente tienen mas li-
bertad mental, son mas logicas, y han recibido una education
intelectual superior a la nuestra.


En tiempos de revolution, es Ia prensa para estas poblacio-
nes un instrumento terrible; con una prensa revolucionaria no
puede haber Paz y seguridad piiblica. Es absolutamente nece-
sario, si ha de conservarse el Orden, si han de reprimirse las
revoluciones y consolidarse la verdadera libertad, que la ley
restrinja la licencia de los diarios y los suprima con la misma
prontitud usada en la captura y prision de un conspirador.
Conspirador es verdadoramente el periOdieo: sus palahras son
hechos que deben impedirse; pues el castigo llega tarde cuan-
do ya ha conseguido hablar; tan tarde. com p


si se cerrase la
puerta del establo cuando nos han robado los asnos (I).»


408. Si este ilustre autor conoce tan bien las condiciones
del continente europeo, como se ve en el bosquejo quo ha tra-:
zado de todavia es mas indubitable la exactitud de la idea
que nos da de las dos raniar inglesas, y do la escasa influencia
que en ellas ejerce la prensa


Con todo, no quiero dejar
de afiadir algunas observaciones quo confirmen las dos razo-
nes capitales alegadas por el autor part probar quo la prensa
es mónos nociva en aquellos poises, cnales son: la indole
clonal y el ccireicler de las sodas religiosas.


409. Cuanto A la indole national facilmente ,liallareis en
sus precedences histOri cos una ten dencia constante a los aumen-


(1) 13nowNsos 'S Review, cuader. XII, 1848.




338 PRINCIPIOS TEOnicos
tos materiales y a una vida casi del todo esterior. Pasando en
silencio las mas antiguas ramas a que se mezclaron, sajones,
dinamarqueses, y normandos fueron, cual mas, coal rnenos,
pueblos de aventureros cuya perpetua agitation, que tante daba
que pensar it la ancianidad de Carlo-Alagno, continue por es-
pacio de siglos amenazando mina primeramente a la cruz en
nombre de la barbaric septentrional, despues a la barbarie
otomana en nombre de la cruz. Amansada su fiereza per la re-
ligion del Cordero, abrieron en sus monasteries un asilo A los
pocos ingenios que fueron un fenOmeno entre los de su nation
(pudieramos afladir (F ie haste entre sits compafieros, dados
de ordinario a penosas austeridades mas que a sublimes es-
peculaciones) y que iltiminaron el continente con el esplen-
dor de una aurora boreal. Pero este meteoro, que solo dui.°
pocos lustros, no mudO nunca la indole del comun de la gen-
te: los trances favorables de la guerra torneronse en venturo-
sos sucesos de navegacion, de comercio, de industria , per°
siempre dominando la vida esterior a la inquieta estirpe an-
glo-normanda.


410. No puede negarse que liorecen en Inglaterra los estu.
dies elementales, introducion necesaria de la vida inteligente-
mente «diva; per° este de discurrir por mere deleite, y mu-
cho mas el aventajarse en estas especulaciones es cosa alli ra-
risitna, salvo cuando reducer' a la practice las especulaciones
agenas. Bacon Illosof6, mas rue para reducir a procedimientos
esperimentales las abstracciones de los Escolasticos; Newton
sintetith en una idea vastisime todos los movimientos de ht na-
turaleza, mas no tank) este idea en entrar en las vies de los
esperimentos obteniendo para su autor renombre de gran fi-
sico y dejandole su inediania metafisica; metefisico (pis° sec
Juan Locke y tut metatisice do la materia; de la materia y de
la dude sac() sus teorias David Hume: la escuela escocesa
hizo tentativas para salir de este cenegal ; gracias a Reid y
Stewart, mas su ftlosofia no rue sino un empirismo del sentido
interim, elevandose a su mayor potencia en la nietafisica de -
la riqueza en el maestro de los economistas Aden Smith. Por
todas partes vereis alli sobrapujar la practice a la teoria, ser-


OE LOS GOTHERNOS LIBERALES.
009


vir la idea a la materia. Rasta el error aborrece alli hacerse
vulgar con discursos especulativos; los hereges ingleses Pela-
gio, Erigenes, Wicleff emigraron al continente para dogmati-
zer con suceso. Solo el cisme, 15 sea el error operalivo Ileg6
A teller gran poder, antique no el de desenvolverse: la incre-
dulidad del siglo XVIII tan fecunda en desastres para Francia,
casi permaneci6 esteril en Ingiaterra


- su petria; y en el aflo de
gracia de 1850 todavia se .


agita ante el espantajo de la prostitute
de Babilonia como si viviera ea los tiempos de Enrique VIII.


411. pues, de maravillar que entre mereaderes, artiti-
flees, y politicos no sea el animo inflamed° con las chispas que
saltan de la imprenta libre? Es de maravillar que mientras la
reina Albion erige un palacio A la industria Manufacturera de
todas la naciones, deje it la fiera de Lipsio el imperio de las
especulaciones y de los errores de manuscritos y de libros? iHar-
to ocupado anda el negociante para meterse en abstracciones!
itlarto le importa el curse regular de las relaciones sociales
para que quiera verlo en peligro a merced de las fluctuacio-
nes de los sistemas! Asi que no encontrareis jamas entre los
Fenicios y Cartagineses en la antiguedad, entre los Venecia-
nos, Genoveses, Amalfitanos en tiempos cercanos A los nues-
tros aquel hormiguero de sectas que os presenta la inercia In-
diana, Ia parlera atica, y las universidades francesas y ale-
ma n as .


412. A la indole nacional ailadamos ahora el caracter pro-
pio del protestantismo, que siendo esencialmente anti-natu-
ral, como hemos visto, con una mane destruye lo que fabrica
con la otra. Este es un imam notado muchas veces por nos-
otros en materias politicas, y en las religiosas por los apologis-
tas. Lutero comenz6 por negar las indulgencias y candenar
todo pecado con la pena del infierno, y el protestantismo aca-
bó por admitir solo el purgatorio, negando el infierno, y per
conceder indulgencia universal, tolerando todo linaje de erre-
res y de culpas; COMCIIZO por no prestar oido sino a la Sagra-
da Escritura, y acaba ignorando haste la existencia de la Sa-
grada Escritura; comenz6 apoyandolo todo en la razon bajo
el nombre de espirilu privado, y termina en la critica de la




340 MINCIPIOS TEORICOS
ra,5on dullando de la razon misina. Esta propiedad contradic-
toria, consecuencia necesaria de un principio contradictorio y
absurd() (la criatura independiente), no carece de utilidad en
manos de aquella Providencia que de las tinieblas biz° que
surgiera la luz, pues estas divinas manos contienen con esta
confusion de lenguas a la proterva Babel en mitad de su ca-
mino Para que no Ilegue nunca a derruir completamente la
obra construida por la naturaleza.


413. Esto es cabalmente lo quo sucede, como observa
Brownson, en el protestantismo: mientras permanece este er-
ror en contact° con el Catolicismo, conserva su indole razo-
padora quo lo conduciria a consecuencias estremas si por la
misma razon de inmediacion no conservase algun principio
de verdad y cierto respeto a antiguas autoridades; y lo que
todavia importa inns, el contraste y la rivalidad del senti-
miento catOlico. Si por el contrario el protestantismo logra
quedarse direfio ilnieo y esclusivo del campo, perdiendo en-
tOnces la Ilrmeza de los principios y sintiendo horror a las
consecuencias estremas forma un habit() de delenerse en me-
dio del Camino desesperado Iltracticamente de encontrar las
verdades suprasensibles, 6 de Ilevar hasta sus filtimas conse-
cuencias los errores quo han entrafiado en la mente, como
gritaba no ha rnucho el Statulo de Florencia diciendo, que
no se debe exagerar ningun principio (1). De aqui el indife-
rentismo que ha sucedido al materialism° del siglo pasado;
de aqui el desprecio no ya solo del silogismo escolastico, sino
de todo discurso largo y severe: de aqui el eslilo ligero chis-
peante, paradOgico, quo deslumbra a fuerza de centellas, sin
asegurar la vista con verdadera claridad ; do aqui que oiga-
mos cada dia en sociedad responderse a todo el que discur-
re sobre pantos incontrovertibles: "No dice Vd. mal; min
esto se puede sostener; hay aqui .su pro y su contra.» Facil
es comprender cuAnto poder ha de guitar A la prensa esta es-
tuPitlez de la lOgica originada del principio protestante.


(4) V. El Statute de 20 de Abril de 1850 y la Civllta Cattolica,
I serie, v. pug. 448.


DE LOS GO13IERNOS LIBERALES. 41
414. Pero en Inz4 laterra la contradiccion debe sumir en un


letargo todavia mas prolundo a los Animos por el hecho his-
tOrico de su nacimiento, que foe quo la tirania de Enrique VIII
no acepto de la rebelion protestante sino la negacion de la
autoridad pontificia, górznen de todas las demas negaciones,
a diferencia de lo aeaecido en el Continente.donde se desen-
volvi6 con tanta lOgica y libertad de destruccion , resultaudo
de aquel hecho haber sido dicho germen comprimido en la
Iglesia anglicana por el interes monarquico aristocrético y
episcopal, de suerte que la iglesia inglesa permaneci6 WO-
lica en todo mends en Orden al principio; quo es cabalmente
el maximum de la contradiccion. Y esta es la razon por que
apenas vuelto el puseismo al use de la razon, ha puesto al
anglicanismo en los apuros en que hoy se agitaidestrozado.
Pero antes de Ilegar A esta agonia entre el ronianismo y la
muerte; que largo habit° de paralizar su raciocinio debieron
formarse alli aquellos doctores, quo habiendo negado la :teo-
ria catOlica, jurahan sostener sus ,mas Arcluas consecuencias
comenzando per los rnisterios mas inconiprensibles y descen-
diendo a todos los detalles de ritos y de liturgic! Cualquiera
que comprenda la disposicion del hombre para conocer
verdad, y la fuerza de la verdad para mover a la prictica, y
cuanto repugne la prActica al que niega la teoria, conocerit
al instante cuan rno!esto debi6 resultar el kilo de los racioci-
nios a (Eiden queria obstinarse en una posicion tan contradic-
toria ante la sociedad y la conciencia; y por consiguiente curia
forzado.se vela a romper Ia cadena de los raciocinios y a dete-
verse era medio del camino.


415. Dada, pues, en los supremos gobernantes eclesiasti-
cos y . civiles esta disposicion de Animo, facil es comprender
que debe redundar en todos los grados de la sociedad descle
los mas altos Basta los infimos, imprimiendo en todos ellos el
mismo carActer 6 insinuando asirnismo en todos la soprema
importancia del dinero y Ia nulidad de las ideas. Por causa
del dinero habia perdido la aristocracia el Catolicismo , el
Episcopado habia renunciado a la unidad para no perder las
prebendas: ic6mo no habia do apronder y repetir el pueblo la


I




542 inuisiciptos TE6111E0S
ignominiosa leccion de prostituir la idea al interes,.de no se-
guir la lOgica cuando no le acomodaba? Y si al politico y al
negociante es siempre cosa pesada que les desgarren con enti-
dades metafIsicas la Carla y la bolsa , claro es que poco efec-
to habian de producir en laglaterra los debates de la prensa.


416. Muy bien infiere par consiguiente BrorwnsOn de los
dos elementos nacional y religioso, que debia ser a11i menor el
daft° causado par la prensa libre. Con todo si se prensa en la
Sangre que ha costado a Inglaterra el haber llegado a la uni-
dad nacional de no Greer nada de lo espiritual, y de juntar
todos los poderosos en el interds, a todos los miserables en la
opresion y en el embrutec'iniento, se echarA de ver que la li-
bertad del pensamiento no fue alli tan inofensiva como acaso
creyera alguno.


417. A la segunda de las razones anteriores aliade no poca
fuerza el Sr. Brovonson con una aplicacion may digna de ser
ponderada no solo para explicar el fenOmeno de la menor fu-
nesta trascendencia de Ia libertad tipogralica en Inglateira, si-
no tambien para conocer mils a fondo 'palpablemente la enor-
me injusticia„ y estoy par decir la perversidad suicida de esta
institucion, tan cacareada par los reformadores como una ne-
cesidad del siglo, como un juslo deseo de los pueblos, un bone-
lido de la liberalidad de los prinelpes que bacon este regalo.
Pero antes de entrar en esta reflexion, permiteme carp lector,
te diga que si par ventura sientes la tentacion de llamartne os-
curantista porque combat() la libertad de imprenta, pida nue-
vamente tu amistad que suspendasalgun tanto el juicio y que
con Animo libre de preocupaciones puedas decir sinceramente
como Descartes, antique mas oportunamente que el: uQuiero
suponer par un momenta que puedo haber errado en mis opi-
niones preconcebidas.0 Esta suspension sera tanto mas pru-
dente, cuanto mas opuesths son tales opiniones a la esperiencia
de los liechos y al juicio de la Iglesia.


Ilecha esta advertencia, he aqui las palabras del escritor
americano, que enc,orniendo a tu meditation impartial: S'o-
mos el pueblo 7 .nds libre.del mundo en la cola, mcis en la rea-
lidad, y especialmente en :o que loca al interior, no hay pue-


DE LOS . EOBIEENOS LIEE1tALES
345


blo tan esclavo onto el antestro.» Acaso habra pasado algun
lector sabre esta proposicion de Brownson sin hater alto en
ella, 6 mirandola como una figura retOrica, sabe? re-
chazadola con hastio coma exajeracion retrOgrada. "Yin embar-
go, si te fijas bien en su sentido, saltari a tu vista la verdad
rigorosa que expresa, a Imo cue distingas la libertad mate-
rial y externa de la moral c interna, Ague prineipalmente alu-
de Brownson. Probemosla, pues, con una de esas demostracio-
nes serenas, y especulativas pie aclaran a los ojos de entendi-
mientos perspicaces las intimas razoncs de la verdad.


418. V:)iie cosa es libertad? En el capitulo anterior demos-
tre no ser verdadera libertad la que no deja pleno juego
dca actividad especifica de una naturaleza cualquiera. Si no
tuvieres presente esta demostracion, ruegote que procures re-
hacerla en tus adentros, porque de esta suerte se te presente
nuestro raciocinio en todo el valor de su evidencia.


Sentada esa verdad, yo te pregunto: ique pueblo sera el mas
libre? Es evidente que aquel pueblo sera el mas libre donde Ia
actividad especifica de todos los individuos asociados pueda
esplayarse en toda su plenitud.


j, Y en qua pondremos esta actividad especifica considerada
en el hombre? En sus facultades 6 potencias, coma quiera pie
el hombre no es activo sine en cuanto puede obrar. Poder y ha-
ter son efecto de una actividad o iniciada o perfecta. Tanto se-
ra, pues, nabs libre la multitud cuanto las potencias o faculta-
des de cada individuo se hallen mas exentas de todo obstbculo
que les impida obrar conforme a Ia naturaleza. Si, pues, nos-
otros averiguamos•que potencias sean estas, cual sea su ten-
dencia natural, cuales los obstdeulos que pueden encadenarlas,
podremos juzgar en razon euAl sea el pueblo nibs libre.


Ahora bien, las potencias especificas del hombre son noto-
rias: inteligencia 6 razon, voluntad libre para elegir, pasiones
o apelitos destinados a su servicio, sensaeiones e imaginacion
que sirvan A la inteligencia, organiSmo locomotive, y el poder
de producir en todas estas facultades aquella propension a este


aquel acto detertninado, que solemos Hamar hcibito o costum-
TOMO I.
25




544 PRINCIPIOS TEORICOS
bra: tales son todas las facultades, al menos las Inas principa-.
les, del hombre.


419. iY coal es so tendencia natural? De seguro no ten-
dreis noticia do aquellos buenos eclecticos pre han querido.
hacer del hombre una suma de facultades, como es un sace
de cebada una soma de granos, uno de los cuales IlegarA
Lefler la perfection de la planta cuando arrojado al suelo se
haya trocado soberbiamente en espiga. A este modo Ahrens,
Damiron y otros sabios de su misma laya, mirando al hombre
como uo saco de facultades , supusieron que tendiese a des-
envolverlas todas ellas y en toda su plenitud; Bien qua consi-
derando Damiron, a pesar de so filosofia, ser algo dilicil des-.
envolver por su parte enterarnente todas las facultades que
tenia de trabajar come, herrero, carpintero, labrador, mari-
ner° y en otros tales oficios, se contentO con decir (por lo coal
debemos darle las gracias),que hiciasentos las obras de altos
par representation (1). Dejemos al Sr. Damiron el cuidado
de elegir representantes 6 diptaados para su intento, pues por
lo que toca a nosotros qua vemos en el hombre una natura-
leza servida por muchas facultades, no echamos de yen la ne.-
cesidad (le qua todos los servidores de un amo esten en per-
petit° movimiento para que este pueda Hamar ora uno, ora
otro, ora al barbero, ora al cocinero, ora al mayordomo, se.
gun sus necesidades y deseos.


Cornprendiendo asi la naturaleza una del , hombre no pork-
'nos conocer su natural tendencia sino coordinando sus facul.
tades. Este Orden lo saben todos, o por lo m6nos mis lectores
no lo, ignoran: todas las facultades deben ser movidas por la
voluntad regulada por la razon. Aquel pueblo gozara, pues,
de una libertad complet.a donde ningun individuo tropiece en.
obsticulos para querer el bier a que tiende su voluntad guiada
de su razon, 6 mayormente siendo ayudada para esto de las
facultades in feriores.


(1) Je n'entends pas que tout individu doive de sa personae
etre mine.ur, fondeur, forgeron etc, mais it dolt etre par repte-
sentaut. Philos. 71201'.


DE LOS GOB1ERNOS LIBERALES,
545-


420. Mas cuenta, lector tortes, que no hablamos aqui de
un individuo, sine de un pueblo, es decir, de un conjunto or-
ganic° de individuo: y asi esta perfecta libertad a que me re-
fiero, no debemos contemplarla ahora en las razones
duales, sino en las sociales: los individuos podrAn ser libres,
liberrimos, si se quiere, en una sociedad esclava, como lo eran
aquellos martires quo arrostrando las burlas de la opinion
pftblica, la tirania de las !eyes, la ferocidad de los verdugos,
sabian hacer lo que querian, y solo querian lo que era justo.
Mas estos individuos libres vivian en un pueblo esclavo, por
que todo el sistema de las relaciones piiblicas estaba alli tan
mal constituido quo oponia continuos inmedimentos a las obras
Buenas del hombre. Luego la libertad de run piccolo sera aque-
fia en virtud de la cual los individuos no encuentran impedi-
mentos para obrar coma hombres precisamente en fuerza de
sic union en pdblicas relaciones.


Por lo coal no debemos ahora indagar cuales Sean todos
los obstaculos posibles de las obras humanas conformes con
la razon, sino solo aquellos quo provienen de la asociacion.
Con esta norma, despues de haber conocido las facultades y
sus tendencias, queda solo que investigar los obstAculos socia-
les , los pre no sera dificil echar de ver por lo menos generi-
camente.


421.. Tenemos un cuerpo destinado a conducirnos segue.
una voluntad, rational: si queriendo, pues, yo it aqui 6 alli,
mover el brazo 6 los ojos, me veo impedido en esto por el es-
tad° social, mi libertad sera disminuida. Asimismo lo sera si
a mis sentidos se les quita que conozcan lo que he menester
conocer para elegir lo mejor, si mi imaginacion se enctientra
ante la perspectiva de representaciones tales y tan halagiiefras,
que atendida la condition humana , llegue a dominar a la razon
a quien debeservir. Y mismo Glebe decirse de los apetitos y
pasiones cuando son excitados de mode que sacudan el yugo de
la voluntad rational; y finalmente, de la inteligencia y de la ra-
zor si encuentran obstAculos, siempre en virtud de la conjuncion
social, para alcanzar la verdad qua es un objeto propio y ob-
jeto especifico de la naturaleza humana, y para formar no ha-




346


PRINCIPIOS TEORICOS


bito constante de juzgar y obrar rectamente . Aqui tienes, caro
lector, un sumario de los obstaculos que se oponen a la liber-
tad de un pueblo: restanos ahora comparar aquel pueblo donde
es libre la prensa con aquel aro donde esta regulada por ley
competente (es decir, por una ley dictada por la autoridad
quien compete ilustrar la verdad), para ver en cuil de ellos
tropieza el individuo en obsticulos mas frecuentes y poderosos.


Punto es este muy licit en rai juicio de ser determinado.
En donde es mas libre el hombre en razon de su cuerpo? Alli


ciertamente . donde no hay ley alguna, mejor, ningun esbirro
que sujete las manos. comb quiera que el cuerpo no conoce le-
yes lino cadenas. iY donde es mas libre el hombre en razon
de sus sentidos, apetitos y pasiones? Alli donde el sentido en-
cuentra los objetos adecuados para escitar apetitos y pasiones.
La libertad de la prensa (como dice muy bien Brownson) es,
plies, la libertad del hombre exterior, del hombre sensitivo,
del hombre animal; pero zes asimismo la del hombre interior?


422. ;, Es acaso mas libre la voluntad cuando deja de conte-
ner las pasiones, o cuando las domina a su placer? Claro es que
en el segundo caso es mas libre que en el primero. zY cuando
es Inas fecal dominarlas? Cuanclo a cada paso tropieza en un
objeto que las enciende, en un declamador que las excita, en
un partido que conspire en pro de ellas? o(,) was hien cuando
no se eucuentran si no se buscan tales objetos, cuando los dis-
cursos que se oyen nos apartan de ellos, cuando las asociacio-
nes las moderan?


iY cuando es alas libre la inteligencia? Cuando se Italia cer-
cada de sofismas superiores a su capacidad, o cuando se le qni-
tan de delante las falacias en que tropiece y casi por necesidad
tenga que caer? donde se presentan was facilmente estos
softstnas, donde la prensa es libre, 0 donde esta regulada? No
creo que to sera dificil responder a estas dos Ultimas pregun-
tas: mochas veces les habras dado la oportuna respuesta, es-
cusindote con algun amigo: uPerdOname, le habras dicho;
ver tat cosa, ya no fa dueno de ini; Inc trasporte de cOlera.
PerdOname; aquel perdido we pareci6 tan sincero, que, no
pude evitar el engafiod> i,Quien es, pues, mas libre; el que es


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
5!t7


arrebatado poi' la cOlera, el que no es duciio de si, el que no
puede, 6 el que puede, 0 pie no ficO arrebatado, el que es due-
no de si? Si este Ultimo es mas fibre que el primero, si desen-
cadenada la prensa pueden presentarse todas las pasiones mas
violentas, todas las imageries mas lisonjeras, todos los soils-
inas mas artificiosos para arrastrarte traidoramente a la perdi-
tion, si esta traicion procede cabalmente de ballarte to aso-
ciado con estos charlatanes fibres para seducir A los demis,
es eviclente que el hombre interior, el que esta dotado de una
voluntad rational, es en este caso inenoslibre, =is forzado.


423. Ademas de las facultades mencionadas, que llevan
propiamente este nombre, la naturaleza humana posee una
propiedad comun a todos los sores cuya naturaleza no se ha-
Ila determinada plena y constantemente a una soli operacion.
Si escojen y ejercitan alguna entre las amebas operaciones a
que podrian inclinarse, contraen un hail() que pop


ser pro-
pio de sores intelijentes dehe ser dirigidopor la voluntad or-
denada conforme al dictdmen de la razon. Formado de esta
suerte el habit° de obrar hien y virtuosamente, el hombre se
constituye con plena deliberation y merit° en aquella casi ne-
cesidad de obrar hien, que ileva el nombre de virtud.


Ficil es comprender que gran parte de Ia libertad civil
consiste en vivir los hombres asegurados contra la necesidad
de habituarse al mal y contra los impedimentos que se opo-
nen a los habitos buenos.


Dejo, pues, A to discretion el juzgar si la action pUblica
puede toner una influencia suprema, 6 poco nninos que irre-
sistible: 4Iiien pudo nunca a la larga resistir constantemente
con virtud ordinaria 0 los impulsos de toda una sociedad? Si
el asociarse es un medio de fortalecer todas las facultades hu-
manas, los ejemplos de toda una sociedad por fuerza han de
arrastrar casi irresistiblemente a los individuos.


Si pues la prensa no sujeta A la suprema rectora de la fe y
de la moral, se torna, atendida Ia corruption de la hurnana
naturaleza, en un ffujo y reflujo de errores, de impulsos se-
diciosos, de torpezas seductoras, do impiedades sacrileges, mi-
les v miles de genies que babrian acaso vencido en sus luchas




548 PRINCIPIOS TEORICOS
internas y conquistado el habit° de obrar Bien, no resistirAn
al pifolico torrente, y casi a su pesar se verán arrastradas al
mal y contraerAn el HMI.° de .ejeeutarlo. Ahora bien, el ser
arrastrados es disminucion de libertad, y esta disminucion se
pace irreparable por el hdbito: luego en estas sociedades que
si Pompon todo vinculo que se opone a una funesta universal
publicidad, es menor la verdadera libertad del individuo,
de lo que seria si el error y el vicio estuviesen forzados a ocul-
tape, al menos por pudor, cuando no se corrigen por princi-
pios . de virtoci.


Y es de notar que los habitos se forman poco a poco pasan-
do gradualmente de menos a 'mAs pasta llegar a to sumo asi
en bien como en mal: y asi no hay quellacerse ilusiones si en
dos aims no hubiesemos llegado todavia a torpezas de lupanar,
a errores de comunistas, a blasfemias de demonios. Si liby.se
Ileva en pitblico e impunemente la osadia a donde el alio an-
terior no habia Ilegado sin honor, no faltarrin mairana (que
en esto el progreso es infalible) hombres sin pudor quo acos-
tumbren a rnayores infamias al VOlgo inteliz , quien por
so parte se ira acostumbrando pasada laprimera Linpresion
las nuevas ignominias como se acosturnbr6 a las primeras.
esta costumbre, formada por la esclavitud precedente,rema-
charA las cadenas del ciudadano, que apiias °sari ya desapro-
bar los vituperios por no ser de otros motejado. iPondera los
hechos, amigo lector, examina los inoviinientos interiores de
to Animo, y ve si tengo razon! 1No sientes la 'admiration y
simpatia que se despierta en to pecho por un Collegno, por
un Latour, por un Balbo, cuando en algun Congreso de politi-
ticos, arrastrado o por el error 6 por el temor, bacon oir-ellos
Solos un grito inesperado en defensa del Padre comun ultraja-
do, 6 para reprobar un proyecto de ley injusto? que quiere
decir esto, sino que sientes en ti mismo la fuerza quo tendrias
quo hacerte para 'lacer pedazos como estos Sansones los vim:-
los de la opinion, con que se qttisiera toner comprimidas su
Iengua y so conciencia?


Enorme es, Imes, la ofensa que se inhere a la verdadera li-
bertad, a la real interna libertad del hombre racional al po-


DE LOS GOBlEPNOS LIBERALES.
549


verse en las manos de todo malvado el instrinnento terrible
con (pie, arrojando la chispa electrica en una multitud, pride
mover en on mismo punto mil cerebros y mil lenguas A pensar
y repetir todos los absurdos que el hombre enemigo Babe muy
bien barnizar con sofismas y condimentar con alguna salsa
grata al paladar. Y si al apreciarse la libertiid civil 6 politica
no se suele generalmente tomar en cuenta estos obstdculos
quo tornan In libertad en material 6 ilusoria (I), no. por
esto deja de producir sus consecuencias la naturaleza de las
cosas (2) haciendo obrar neciamente a un pueblo tiranizado
por errores y pasiones , corm nos prueba una experiencia
diaria.


Llamar, pues, a esta libertad de las plumas v de la prensa
libertad del pueblo, es afiadir el escarnio a la injuria. iPobre
'pueblo! isi al menos conocieses tus cadenas! Pero los traido-
res to las ponen cabalmente cuando dicer. por escrito que eres
libre; y esta irrisoria libertad que to hate esclavo, to la venden
por una conquista del pueblo mientras ellos solos lo emplean
para 'lacer en to nombre un Gobierno cada vez poor (5).


42k. Con razon dice, pues, el Sr. Brownson que es mayor
pie en uingona otra parte la libertad que goza America en elpa-
pet, porcine la Constitution todolo permite; per° quo es menor


(I) V. NALLmo, Del senlinzienlo, p5g. 444.
(2) La lOgica exige quo las consecuencias brolen por si raismas


necesariamente de sus principios sin que nadic las proclame, sin
que nadie las saque. i lliscurso del 51...ABOCES DE VALDEEAMAS do 30
de Diciembre de 4850.)


(3) No bien habia escrito estas palabras cuando el Eminentisimo
WISEMAN parecid haber venido de la misma Inglaterra a confir-
mar esta verdad en nuestro mismo escrito con las filtirnas palabras
de su Recurso al pueblo inglOs. Despues de haber mostrado la au-
dacia con quo el Clero anglicano pro fibre falsedades, repile Cali17n-
nias, g da al vienlo palabras de Odin y desprecio ..... que pudie-
ran esponer a los cat6licos a mil daOos y desprecios; si la sangre,


hubiese hervido en las venal..... si las personas sagradas
hubiesen sido maltratadas y mofadas, 4qud les importaba esto?


bien estas mismas cosas fueron descritas una por una como
gloriosos argumentos de alto y noble sentir protestante en nuestra
patria, como pruebas de haber prevalecido una investigacion libre,
enemiga de persecuciones y de un Credo evangelico y tolerant&




:550 PRINCIPIOS TEORICOS
que en ningun otro Estado en la realidad, porque el hombre•
real es naturalmente vulnerable a las arenas del sofisma y de la
seduction. Es vulnerable naturalmente atend'da su limitation:
es vutuerabilisimo en razon de su flaqueza atendida la corrup-
tion (le la culpa Nieguenla a su placer los incrédulos,
prescindan de ella los solistas, diciendo que la filosofia 120 pe-
netra en las sacristias, esto no muda al hombre real ni la ce-
guedad natural de las muchedumbres. Hasta en esto, y seg,un.
su costumbre, el protestantismo niega con la casta la natura-
leza, al paso que la naturaleza destruye la casta con la reali-
dad. La naturaleza dice aun al entendimiento Inns rom p : <tpues
eres ciego y Ilaco, dejate guiar y sostener; y ann el entendi-
miento mas obtuso siente este impulso de la naturaleza y se
deja guiar per una autoridad cualquiera; el protestantismo
desencadena hasta los ladrones porque todos sean libres.A


tal, amado lector?(.11.A1 de estas dos sociedades sera real-
mente mas libre?


425. Presentemos la verdad misma bajo formas mils con-
cretas. Supon, lector mio, que dos ciudades sean llamadas
deterniinar su gobierno municipal, el use de sus entradas, ar-
bitrios, formas de Ia enseflanza pitblica, etc., que.1a primera
tenga registros de policia para discernir los ladrones de los
hombres de bien, un libro doble para conocer los gastos y
baberes, un cuerpo acadernico para disponer al magisterio
A los mils capaces; y que la otra no tenga ninguna de estas
cosas, sino se deje guiar por los partidos que alzan mas
el grito, icual de las dos sera mas libre? La que procede
conform a razones autenticas, 6 la que es arrastrada por cla-
mores populares? Y si esta segunda se envaneciese de su ce-
guedad, 6 dij6re A la otra que quemara el libro doble, los re-
gistros y la biblioteca a fin de sec mas libre para nombrar
por sind ico a un bribon, a dar por diez lo que.vale veinte,
a ensefiar dislates sin temor de verlos impugnados, ono diriais
que esta ciudad que tanto habla de libertad, es un verdadero
maoicomio?


Ciertamente, en esta ciudad tan insensate todos tienen li-
bertad para liablar. Pero zquienes son los que gritan mas


DE LOS GOBIERNOS LIBERAI.ES. 351
fuerte, los hombres honrados que miden todas sus palabras,
o los osados que deliran a su placer? Todos los Bias estamos
oyendo las lamentaciones de los que sienten con Farini, con
Galeotti, con Balbo, con D'Azeglio la debilidad de los bue-
nos y en parte con razon; mas de otra parte la inertia de
los buenos, en comparacion con los malos, Antes es defter
que culpa, porque los buenos no pueden usar medios malos,
ni aun medios buenos sino es con mil respetos de honestidad.
y Orden. Limitada asi en todas direcciones Ia actividad de los
buenos, Gquien dada de que la actividad de los nialos tendra
siempre a su favor el oilmen) de los agentes y la audacia de
las acciones? Altora hien, e n todo tiempo pudo mas el mi-
nim) audaz por .su natural fuerza, y boy hasta por on su-
puesto derecho de Ia pluralidad. Luego concedida Ia libertad
la prensa, scram numerosisimas y por consiguiente prepoten-
tes las publicaciones seductoras para arrastrar a las muche-
durnbres; luego estas son esclavas donde la plum y


es dejada
de la mano.


426. Si bien se mica, todo esto se podria reducir A una
teoria universal que abrazase en una formula todas las liher-
tades desenfrenadas, de que tanto se glorian los regenadores,
diciendo. libertad concedida a todos indistintamente no es
otra cosa que el triunfo de la fuerza sobre el derecho, no es
otra cosa que el retroceso al estado salvaje por la abolition de
los derechos y de las ventajas sociales.. Y a Ia verdad ,
es el designio de la Providencia en la asociacion natural ?
es el auxilio mittuo por el cual es libre calla hombre de usar
de su derecho sin temor de ser oprimido por la fuerza? Luego
el Estado donde prevalece la fuerza sobre el derecho es un
Estado anti-social. Ahora bien , no hay quien .deje de ver que
concedida a todos la libertad de obrar, los mas fuertes. ten-
(Iran licencia para unirse entre si y oprimir a los (ladles con-
forme a la inclination natural corrornpida. Luego la libertad
para todos se reduce a la esclavitud del debil debajo del fuer-
te, del aldeano ingles debajo del lord (y se llama aristocracia
politica), del artesano debajo del empresario 6 capitalista (y se
llama aristocraciai del dinero), del negociante menor debajo




55


PRINCIPIOS Tall1COS


del mayor (y se llama libertad de comereio), dcl idiota.debajo
del periodista (y se llama libertad de imprenta), del hombre
de hien debajo del conjurador (y se llama libertad..de asocia-
cion), del fie' cristiano debajo del solista (y se, llama libertad
de cullos); en soma, dad libertad a los fuertes, y es claro que
si no tienen conciencia oprimiran a los debiles...Abora hien,
la sociedad ha shin establecida cabalmente para . defender al
debil contra el foerte quo no tiene conciencia ( porque los
hombres timoratos. son bienhechoms a quienes se recurre , no
enernigos contra quienes hay necesidad de defensa); luego la
libertad para todos es Ia destruction de la sociedad, o cierta-
mente de su espiritu y de,su fin. Pero no: he dicho poco lla-
mandola destruction , lo pre aim seria menos debi
baber dicho abuso, profanation, perversion, con que se pace
servir a Ia sociedad misma de instrumento a una tirania pre
fuera de la, sociedad seria imposible. Para comprender.mi pen-
sarniento, reilexionad atentamente en el mecanismo de la so,
ciedad : la coal no es solo defensa contra el delito, sino tam-
hien estimulo para todo bien ; y muy especialmente para el
bien•moral, que debe conseguirse con Ia cooperacion volun-
-tads de todos. Pero la libertad, segun la entieriden los rege-
neradores. ique efecto produce respecto a la cooperacion
para el hien ? El de quo sea licito a cada uno no cooperar. Es
asi que sin la cooperacion de todos en la sociedad muchi-
simos bienes no se consiguen ni aun por los quo desean em-
plear los medios conducentes a su logro , Imes bastan po-
cos reltactarios para impedir el bien de los demas: luego
Ia libertad desenfrenada trace pie la asociacion se convierta
en instrumento para impedir aquel bien que fuera de la so-
ciedad se conse,guiria sin trabajo. Pongamos dos ejemplos de
esta•verdad,lino en el Orden fisico v otro: en el moral. Si vi-
viesemos vida patriarcal sin relaciones civiles con otras fami-
lias, seriamos libres para situarnos donde mejor nos parecie-
se, aunque privados de las mil conveniencias y auxilios y es-
timulos consiguientes al consorcio civil. Mas por otra parte
aproximando a este los hombres, y sus viviendas y laborer,
puede ser causa de pre on vecino se tonne a veces molesto


DE LOS GOBIERNOS MURALES.
555


para el otro. Para evitar esta molestia son ordenadas muchas
leyes principalmentede


• policia y sanidad. Pues suponed que
todos las observan merles unos pocos . individuos independien-
tes que usan y abusan 'de su libertad: Lquien no ye claramente
que porestos pocos puede venir el (tail° de -todos los demas?


que aprovecha a estos la fidelidad en evitar conforme, a la
ley las cultural insalobres en torno de los luvres habitados,
el use de precauciones contra incendios, el respeto a los cor-
dones sanitarios en tiempo de peste, Si cuatro insensatos, atro-
pellando toda clase de respetos, cultivan junto a las mismas
tapias de la ciudad arrozales y dejan expoestos- al Fuego las
casas y,graneros, y comunican osadamente con los apestados?
Es evidente que los Buenos no sacaran de la sociedad otra
ventaja que el peligro en que se-•encuentran y las descomodi-
dades de las privaciones con pie por su parte -procuran evi-
tarlo para si mismos y para sus conciudadanos. Pries diga-
mos otro tanto en el Orden moral: vivo T presente te-
nernos el ejemplo en lo que esta acaeciendo en Francia en
el memento mismo que escribimos estas palabras. Machos
comerciantes de Leon, de Tolosa y de otras partes ban be-
cho un convenio para la observancia de los Bias festivos: cada
uno de ellos podria seguim, por consiguiente, si estuviese ais-
lado, el dictarnen de so conciencia sin otro dafro•que el repo-
so del dia festivo. Pero viven en sociedad, y•en so-ciedad donde
hay libertad de allies. Con pocos que quieran prevaricar vio-
lando pirblicamente esta obligation trabajando y vendiendo,
no solo quedaria anulada la ventaja de la edification piablica
consiguiente al respeto del dia consagrado al Sefior, sino ado-
tuas trabajando y vendiendo on dia por lo menos, cada
setnana, se produciria en el comercio un desquilibrio que tra-
ria imposible la concurrencia n los hombres de hien. He aqui,


• puesia sociedad privada moralmente de la libertad de cul-
tos que tanto ruido suscita en la Constitution, y transformada
esta libertad de cultos en libertad, o inns hien, en necesidad
de ofender el culto catolico (1).


(1) V. L'Univers del 2 de Mayo de 4855;-' Pero much() =is em-




1 4*


354 PRINCIPIOS TEORICOS
Estos ejemplos podrian multiplicarse indefinidamente:


Pero basten los que 'lentos puesto para que comprendan nues-
tros lectores que si en todas las materias la libertad para todos
quiere decir el despotismo de los fuertes sobre los debiles, en
los intereses extrictamente sociales quiere decir franquicia
concedida a pocos malvados para mina de todos los hombres
de bien, con prohibition a estos de usar de aquellas arias .que
fuera de la sociedad podrian ejercitar libremente en su de-
fensa.


427. He aqui ahora la formula a que podriamos reducir Ia
respuesta de Brownson en Orden a Ia prensa libre, que algu-
nos creen inocente en Inglaterra y en America: «Esta libertad
del error scria verdaderamente una esclavitud para aquellas
genies; mils su fortuna ocupadas como estan de sus nego-
cios , discurren poco mal acostumbradas pot.


el protestantis-
discurren mai; y se libran por aqui de las ultimas conse-


cuencias a que vienen a pasar otros pueblos, elevados a la con-
templacion de la verdad, legicos en discurrir acerca de ella,
animosos para aplicarla.»


plicitarnente el de 20 de Mayo. donde la deliberation pUblica de
Marsella registra en los Considerandos cabalmente, entre was, las
dos razones que hemos tocado nosotros, como puede verse por el
siguiente parrafo:


El ayuntamiento de Marsella acaba de resolver lo siguiente:
•Considerando que el descanso del domingo, impuesto por las


•leyes divines y humanas a todos los pueblos cristianos, es nece-
>sari°, etc.;


•Considerando en lo que toca a la ciudad de Marsella, que la
•gran mayoria de comerciantes de ropashechas, sombrereros, za-
>pateros, etc., por efecto de la obligacion que ban contraido por
>escrito de Do abrir sus almacenes los domingos y dias festivos,
•estan imposibilitados de cumplirla en vista de la oposicion de
>una minoria infima que no sube de ocho 6 nueve personas, et-
•cetera;


•Considerando que la libertad de los ciudadanos debe ser pro-
>tegida cuando estos piden la observancia de las leyes y no cuan-
>clo quieren traspasarlas, y quo no es justo que los primeros , pa-
>dezcan detriment° en sus intereses por la concurrencia
>de los segundos,


>El ayuntamiento cree, etc.•


428. Restanos pacer algunas reflexiones con que desatar
la tercera dificultad que nos habiamos propuesto. COttio teneis
valor, se nos dire, para vendernos la idea de ser la discordia
fruto de la libertad protestante cuando jamas hubo en Italia
discordias mas terribles que en la catelica Edad media?


429. Responders brevemente. El que desee conocer las
verdaderas influencias de un principio social , debe distinguir
atentamente lo que es propiedad suya de lo meramente adven-
ticio a el: debe seguirlos en la serie de sus incrementos. desde
su nacimiento hasta su ocaso.


Que el principio catelico de autoridad tiende por si a unir,
y que por el contrario la independencia protestante conduce
a la desunion , verdad es que muchas veces hemos demostra-
do. Luego si se encontrase durance Ia Edad Media en la Italia
catOlica mayor discordia que en la Edad moderna entre los
protestantes, deberiamos investigar otras causas de este fene-
meno, las cuales no seria dificil descubrir. La Edad Media fue
en Italia el primer Paso de gigante de la nueva nacion, com-
puesta de miles estirpes de bArbaros al pasar de la independen-
cia salvaje A la organization civil inspirada por el Catolicismo.
Para comprender bien por lo mismo la action que el Catoli-
cismo ejercie, no debe compararse la sociedad de la Edad
Media con la moderna, sino con la barbArie de donde esta
Edad saliO; y bajo tal aspecto, cualesquiera que fuesen las
discordias de la Edad Media, ofrecerianse siempre como un gran
progreso comparadas con los furores de los hordas barbaras,
al menos en razon de la energia y del respeto que logre en-
tences el principio de la unidad domestica, germen de todas


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


355


§ V.


LAS DISCORDIAS DE LA EDAD MEDIA.




356 PPJNCIPtOS TE611ICOS
las otros, la unidad en el matrimonio ; especialtnente si se
reflexiona despues en la indole de las influencias cristianas,
las cuales cotnienzan por inforrnar al hombre interior con la
fe y Ia conciencia pasando despues con so progreso gradual
al hombre exterior, al doinestico, al civil, al politico, al in-
ternacional. i•Que mucho que este trabajo graduado dejase
subsistir, mientras tanto que poco a pose se desplegaba ,
cies restos de la pritnitiva barbaric en las relaciones de ape-
lia sociedad? Huta en los edificios materiales ono dura mucho
mis tiempo el acarrear, disponer y pulir los materiales, que
el colocarlos unos sobre otros uniendolos entre si?


450. Dado pees el hecho des aquellas discordias, no , por
esto cederia en desdoro, (le la concordia catOlica, que foe ex-
plicandose y comunicandose con aqttella estupenda armonia
que forme de Europa Iasi una soli familia: la coal animada
por una misma fe, informada por leyes, afectos, sentimientos
muy semejantes, ofreci6 muohas veces el maravilloso espec-
taculo de levantarse unanime a la voz de un viejo inerme para.
defender la fraternidad europea. Comparad si os place la
energia de la concordia y generosidad en toda Europa con la
concordia alcanzada en solo Italia por las trompas de cien dia-
rios y oradores pagados, que la invitaban a alzarse come zta
solo hombre para conquistar la libertad. Por lo que a mi toga,
por sus efectos lie de medir las causas de la grandega, alir-
mare francamente que un principio, come es el catOlieo, que.
pudo despertar un movimiento tan uniforme, tan universal,
tan desinteresado, tan impetuoso, coal nos lo describe la Itis-
toria de las cruzadas, me demuestra evidenteMente que
discordias de la Edad media tuvieron otro origen muy diverse,
del elemento catelico.


431. Y cuando pienso, por otra parte, en la total separa-
cion introducida entre las gentes europeas por la reforma in-
terana; cuando encuentro en-los confines de cada Estado urea
linea de bayonetas para hater esta separacion por Ia fuerza;
una de aduanas para luchar por' medio de los impuestos., otra
de policia p.ara separar por medio de los pasaportes, otra de
magistrados para nacionalizar con el placet 6 con el exequa-


DE ,LOS GOBIERNOS LIBERALES.
357


tar las inStitutiones catOlicas, sin condenar indistintamente
todas eStaS .cauciones soparatistas que hey dia son en parte
indium neeesarium, no puedo menos de envidiar aquella , an-
tigua europea quo inspirada por su Clero cosmopoliti-
co, cuyos miembros so esparcian indistintamente a voluetad
del Pontifice por todas las diversas naciones, volvia a .porter
los representantes de todas las gentes, todos los altos de jubi-
lee, ;I los pies del Padre comun en aquella Ciudad santa que
por el unmet.° y riquezas de sus temples y hospicios erigidos
en beneficio de-todo pueblo feel, antes'qne de los romanos _so-
los podia llamarse la patria de los cristianos: Atli oia cada cual
su misma lengua, asistia a los mismos misterios, record.aba
sus mismas leyes, participaba de los sacrificios de su patria,
refer is la g


'glorias de esta erOaquellos muros; nadie era en surna
extranjero en Roma: y los ingenios masiaobles, mas ecriprentle-
dores, más celosos, traian a su vuelta consiro y llevaban pasta
el Ultimo confin aquellaatmesfera (mica de luz, de calor, cuyos
rayos vivificahan el universo, conservando al traves de la dis-
tancia la intirnidad de las maS suaves y sublimes correspon-
dencias enlazadas con los hombres mils eminentes de la civiliza-
tion cristiana.


432. Vosotros los que encareceis tante la libertad del
pensamiento, constituid, quitando toda sujecion a vuestra
prensa y a vuestros doctores, constituid siquiera en un solo
pueblo una uriidad que pueda compararse con este portentoso
concierto de todas las naciones europeas, unidas en la fe de.on
mismo dogma, en el respeto de una misma ley, en el regale
de un mismo divine banquete, en la obediencia de un solo.pa-
dre, en la fraternidad de una misma patria, en la solemnidad
de un mismo sacrifiCio; obrad si podeis este milagre dando al
viento una bandera, profiriendo•:alguna formula, escribiendo.
una constitution, violentando las urnas, conspirando en una
constituyente, dejando entre tanto libres a todos de: opener
argiinientos, de pronunciar c,atilinafrias„ de organizar atociacio-
nes, de lanzar peticiones; obradle-en vuestros -congresos de
la pat, y hacednos ver, cual nueva tregua de Dios, la reali-
dad pot le menos del primer° de vuestros suefios, la abolition




558 PRINCIPIOS TEORICOS
de los ejercitos permanentes. jAh! vosotros no podeis com-
prender lo que era, aunque cubierta por la escabrosa corteza
de las iras guelfas y gibelinas, Ia unidad italiana inspirada del
principio catOlico: esas iras el principio catOlico las condena-
ba, las niitigaba, las corregia poco a poco como condena y
corrige todo error y tolo delito cuando obra libremente; y
icuantas veces viOselas desaparecer al ofrecerse ante los ojos
una cruz, en el umbra' de un asilo, al intimarse una tregua
de Dios, en las soletnnidades de un jubileo! Y si la action de
estos remedios es mas lentil que las bacanales con que preten-
deis una libertad mentida a la Italia por medio de la libertad
de delirar por un Menlo; justamente por esa causa resulta mas
sOlido y ordenado el edificio social, cuyas piedras fueron pri-
mer° labradas y pulimentadas en lo interior de la conciencia,
que luego las coloca facilmente en el hueco pie les esta pre-
parado sin eStrepito de martillos ni tajos de hacha.


§ VI.


CONCLUSION.


PerdOname , caro lector , este moinentimeo trasporte :
cuando pienso en el mal imnenso, inevitable, inkil liecho
nuestra desventurada Italia-por aquellos malvados ,que con la
cruz en el pecho, el Evangelio en los labios, la traicion en el
corazon nos impusieron por la fuerza la libertad de no creer
nada y la libertad de osarlo todo, no puede contener la es-
presion de los sentimientos que seria vileza, imbecilidad,
crueldad disimular. i llesventurados! confiesan en ciertos in-
tervalos lucidos que siempre fuimos libres hasta el tratado de
Viena, libres bajo el cetro de los Principes, libres bajo el
gobierno lie la Iglesia, libres con los privilegios de la noble-
za, likes bajo las corporaciones y municipios, libres en suma
floreciendo las instituciones que han querido abolir para al


O LOS GOBIERNOS LIDERALES
559


canzar la libertad. ,;Por que, plies, aspiraron a lograr este in -
tento para hater la Guerra al Catolicismo?


Permaneciendo este incolume e inviolable ante el desenfre-
no de las plumas y prensas, una raiz profunda de unidad y de
Orden hacia igualmente posible, igualmente firm, igualmente
feliz con poca diferencia toda forma de Gobierno legitimo,


Tomo quiera pie ante la autoridad antigua, ora fuese la de un
individuo O de pocos, el pueblo solo conocia el deber de incli-
narse por la dependencia nativa del hombre social de la volun-
tad del Criador, sin ser por esto esclavci -del hombre que la
Providencia ponia en su lugar al frente del Gobierno. Pero
esta idea que ennoblecia Ia obediencia O infandia el espiritu
de la humildad en el mando, quereis vosotros arrancarla del
corazon del pobre pueblo haciendole creer que es derecho do
el una autoridad imposible, que su dignidad consiste en una
rebelion irreligiosa. Eres infalible, le dices, y la infalibilidad
te cla derecho a hablar, a publicar, a imprimis: eres indepen-
diente, eres tu Dios. Y el desdichado pueblo se tragO el veneno,
se crey6 igual a Dios: erilis sicut Dii. Id allora a predicarle obe-
diencia y Concordia: decidle que el mando es la suprerna felici-
dad, pero que debe renunciar a el por amor a la patria; que no
tiene supesiores, pero que debe aceptarlos aunque Sean asperos
y envidiosos; que puede a su albedrio abrogar toda ley con tal
que scan muchos los amotinados, pero que se guarde de amoti-
narse y formar nitmero. Acumulad todas las consecuencias con-
tradictorias que podais de la independencia protestante: los
resultados iran siempre a parar al mismo termino, y comba-
tiendo la naturaleza solo conseguireis amontonar ruinas.


Pero tu, lector mio, que me has acompanado hasta aqui al
traves de estasasperezas en la investigation de sus causas, sea
el que quiera tu juicio sobre la mejor forma de regimen po-
litico, si trees que en todo Gobierno la primer Cosa que se
necesita es el Orden y la obediencia, que la obediencia no se
presta cuando no se cree que debe prestarse, sino Antes Bien
se la considera nociva, que dada libertad al pensamiento, na-
die se cree obligado a obedecer, y pocos convendran en re-
.pntarla provechosa; si de todo esto estas persuadido, vuelve


Tomo 24




560 PRINCIPIOS TEOnicos
los Ojos al gran principio natural y de fe, renuncia a las,
preocupaciones y a la gerga heterodoxa gut nos atormenta; y
por cu amor A la patria, a tu reposo, A tu familia, A to.
conciencia, di francamente en el seno de la amistad, di pit-
blicamente A la sociedad, que el pensamient.o es depen-
diente por naturaleza, que la Iglesia lo rectifica con la fe,
a la fe debe conformarse su espresion.


Entrinces restaurado un principio de unidad no en la
Carta sino en las conciencias, sera posible la concordia, y la
sociedad se vera lihre del dafio que le hacen los mil punteros
Clue la atraviesan tanto Inas cruelmente cuanto mayor es la ig-
norancia con que la desconocen.


CA '&
Dan.


TEORJAS SOCIALES SURE LA ENSESANZA.


... No hay que hacerse ilu-
siones; la organizacion de la ins-
truccion ptiblica en estos tiempos
de auarquia es la cuestion que ha
de decidir lo porvenir. Despues de
BdIgica, Irlanda, F'rancia, Inglater-
ra, Ilegard su turno it Austria,
Alemania, donde no hay Universi-
dades caminicamente establecida,.
La cuestion es europea; y su reso-
lucion de mucha importancia.
Correspondance de 1 4 Univers.28 de


Enero de 1850.


§ I.


453. Frnto de la indepeudencia intelectual hems (litho
que es la mania de la libertad de la prensa, reprimida en los
agitadores del mundo moderno por la santa memoria de Gre-
gorio XVI. Pero al poner de manifiesto su raiz heterodoxa
nos hemos quedado siempre dentro de aquellos limites en que
todo buen catelico debe necesariamente reprobaria, es decir,
en cuanto resiste aim sujetarse A la antoridad de la Iglesia.
Para nosotros era necesario encerrarnos en estos terminos
para no meternos en un berengenal ni vernos en la precision
de tratar la cuestion incidental sobre los derechos que pue-




362 PRINCIPIOS TEDDIEOS
den corresponder al gobierno civil en la censura de las obras
publicadas: materia que por la complication y delicadeza de los
miramientos que exije, podria hacer este tratado mas espinoso
y dificil.


Estas espinas y dificultad no son por otra parte razones que
deban impedir a un autor catOlico entrar con valor en la
arena , cuando por efecto de la perpetua charla y de los dafios
que de aqui se originan, muchas alms incautas o mal apare-
jadas contra el peligro , estan expuestas a caer en el lazo y
pereeer.


Exarninemos, pues, ahora en sus priucipios supremos esta
cuestion, que evidentemente se puede elevar a la otra cues-
tion mils general del derecho que puede cornpetir 6 las varias
autoridades acerca• de la ensefianza, y a Ia publication del
pensarriento.


No te asuste ;oh lector! ni lo abstracto de los principios ni
el terror de que vayamos 6 truer a Italia las cuestiones agitadas
por nuestros vecinos a orillas del Sena. Aunque esto hiciera-
mos, nadie tendria razon para arrugarnos el entrecejo, pries
harta verdad es que mendigando como mendigamos de Paris
las modas del pensamiento como las del vestir, apenas hay
cuestion francesa que nos sea extrafla o indiferente. Por otra
parte, en nuestro caso, como decian rutty hen el corresponsal
del Univers y el conde de Broglie en la Revue de deua; mon-
des, la cuestion de la ensefianza es la urna en cuyo fondo se
agitan los destinos futuros de Codas las naciones europeas. Y
en efecto, ya en el Ultimo confin de Italia las discusiones sobre
la ensefianza hire se ianzan a la arena evocadas por la tamosa
ley Boncompagni y por los proyectos Aporti, que a algunos
parece que amenaza hasta it los italianos el monopolio univer-
sitario, tan desacreditado en Franeia.


Notorio es cuanto se han conmovido las pasiones it este solo
nombre , y cuAn 661 es que encendidas las pasiones arras-
tren a algun precipicio hasta A los amigos sinceros del hien


Perrnitase , pues, a una pluma que no pertenece
ningun partido politico, y que solo va guiada del deseo de sa-
car A salvo sin mancha o resucitar en caso necesario la pura


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
563


e intratta doctrina catOlica, subir a las primitivas fuentes de
donde se deriva mediante cl discurso a Coda autoridad el de-
recho sobre la instruccion Digo mediante el discurso,
sin apoyarme demasiado ni aun en autoridades venerables y
sagradas, porque la condicion misma de los tiempos me advier-
te que no es frecuente que los oyentes adjudiquen la palma A
quien discurre desde sagrado.


Subiendo a los primeros principios de donde proceden las
leycs relativas A la pitblica ensefianza, me prometo de nuevo
no poco provecho aun para los pulses donde las formas mis-
mas de los Gobiernos excluyen la publicidad de las discusio-
nes; como quiera que tambien en ellos puede ser util recordar
los principios asi A los gobernantes, porque echen de ver los
defectos de la legislation, como a los gohernados para que no
den en calumniarla injustamente.


No hay que esperar aqtri conceptosperegrinos ni poeticos ar-
ranques de Ia imagination: amante solo de la verdad a que por
espacio de tantos altos tengo consagrada esta pluma, emplea-
r6 todos mis esfuerzos en estas paginas, como los emplee
en muchas otras (cuya escrupulosa imparcialidad recibieron
con favor, que Dios les pague, los buenos y catOlicos italia-
nos), en dar a mis teoremas tanta claridad de expresion y tal
encadenamiento de raciocinios , que todo entendhniento me-
diocre pueda penetrar en ellas con segura plants, y todo censor
leal sefialar con el dedo cualquier spice 6 tetra que le parezca
se &be corregir.


§ II.


451. Veamos, pues, en primer lugar de donde parte y que
valor puede tener el siguiente dicho que oimos repetir
a cada paso por quienes sin durla no han inquirido sus prue-
has ni calculado su trascendencia: uLa enselianza es derecho
natural del hombre. La enseilanza es naturalmente libre.»
Los filOsofos que deducen todos los deberes de la obligacionp




564 PRINCIPIOS TEORICOS
de desenvolver las propias facullades (Ahrens, Damiron, etc.)
tienen en la inano la demostracion: el hombre ha recibido de
Ia naturaleza la facultad de manifestar sus ideas ; luego ha
recibido de la naturaleza no ya solo el derecho , sine. el deber
de manifestarlas : luego se opone a Ia naturaleza todo el que
quiere limitarla.


Este argument°, supuesto el anterior principio, seria exce-
lente si como ha recibido el horribre de la naturaleza la facul-
tad de hablar, no hubiese asimismo recibido de ella la facultad
de callar , y aun la de mentir segun el famoso dicho de Ta-
lleyrand (1).


455. Pero pudiendo el hombre user de sus facultades y
stispender su uso segun el fin que la razon le propone , faeil
es entender que por el fin debemos medir el deber y el (Inc-
a° de usar de estos instrumentos; y por consiguiente. que
entonces sera licito servirse de ellos, cuando su uso no nos
aleja del fin, que entonces sera obligatorio su uso, cuando el
no usar de ellos nos aleja de 61.


Lo cual debe servir de regla universal para todos los dere-
chos y deberes del hombre que se quieran deducir de sus
facultades.


456. Aplicando ahora esta regla universal a la facultad de
hablar, con que esta enlazada la de enseflar„ luego se ve que
el hombre no liable sino para penetrar con el misterioso poder
de los sonidos articulados en las inteligencias que le rodean,
introduciendo en ellas algun rayo de verdad.


Criado por la Providencia animal sociable é inteligente, debia
recibir de la naturaleza un medio con que asociarse a otros en
la mas noble y especifica parte de su ser, que es la razon, asi
como por los sentidos por la razon del lugar es asociado con
otros en su parte animal : a la razon debia , pues, presentar
naturaleza un objeto proporcionado que la despertase y sirvie-
se de vinculo entre dos inteligencias, como presenta a los ojos


(4) Sabido es que preguntado aquel gran zorro politico para
que habia recibido el hombre el lenguaje , respondid diciendo:
.Para disfrazar sus pensamientos.•


DE LOS GOBIERNOS MURALES.
565


y al tacto un cuerpo dotado de color y extension, y por consi-
guiente capaz de poder en acto la facultad de ver y de tocar; y
asi como seria imposible la asociacion material sin especies
sensibles, asi seria imposible la asociacion rational si el mis-
terioso vinculo de la palabra no presentase a los .entendimien-
tos su objeto proporcionado.


Es, pues, una ordenacion de la naturalezaAue pase de unos
hombres-A otros la noticia de la verdad, porque (.1116 otra cosa
sin° la verdad puede despertar la accion de la razon? mos aea-
so 6 gustainos con la razon los sonidos y los sabore.s? por Ven-
tura la razon un afecto del corazon O un recuerdo de- lo pasa-
do? No: cuando hacemos alguna pregunta, serial es de la sed
quo tenemos de alguna verdad; cuando respondemos a ella,
satisfacemos a quien,muestra esta sed: un jolt!, un jay! que
se os escapen, podran mover los corazones a piedad; per° estas
palabras dan A /a razon noticia de vuestro estado interior de
admiration 6 dolor.


437. Luego el flu de la facultad de hablar es la manifesta-
cion de la verdad; y no es posible sin of fender el Orden de la
naturaleza introducir en los animos la falsedad, mal supremo
.del entendimiento.


438. LPero la naturaleza del hombre es tal que le sea ittil
o necesaria toda verdad? Si asi fuese, seria siempre- licit° it
obligatorio manifestarla. Pilas porque, como dice el proverbio,
hay verdades que no conviene decir, pudiendo ocurrir que sea
nociva A quien la escucha 6 A la persona a que se refiere, de
aqui la obligation de callar en muchos casos, aunque nunca
puede ser obligatorio mentir.


Luego entonces es licito manifestar a otro los propios pensa-
mientos, cuando su manifestation no es nociva: y entonces es
obligatorio cuando estos pensamientos presentan a otro una
verdad, y esta verdad le es necesaria por alguna razon. Y pu-
diendo mirarse esta necesidad con relacion A la inmensa •-felici-
dad de la otra vide, en donde se termina y tiene su explication
el curso de las cocas de este mundo, y con relacion A las ver-
dades que nos sefialan el camino y nos suministran los medios
:para llegar a tanto bien, de aqui que el deber de manifestar




566 PRINCIP1OS TEORICOS
una verdad cualquiera dependeri de su mayor 6 menor co -
flexion con el Ultimo termino a que aspiramos 6 con los medios.
mils 6:menos necesarios Para alcanzarlo.


De donde se inhere por Ultimo que tanto es mayor la obli-
gacion de liablar, cuanto es mils exclusiva y Segura en el pre
habla la facultad de conocer la verdad y el deber de promul-
garla. Por cuya rayon no estare yo tan obligado respecto a tut
extraflo a corregir sus yerros, como lo estoy con un hijo: po-
dre callar en una conversacion familiar lo que seria deslealtad
callar en un contrato, en donde la conducta de los contrayen-
tes se funda en la verdad de las aserciones reciprocas: sera.
prudencia callar en caso de duds lo que estare obligado a de-.
cir en el:de certidumbre: si una verdad iitil fuera conocida
solo por mi, tendce el deber de descubrjrla, el cual sera me-
nor, si fuera conocida de machos.


En pocas palabras, el origen de la obligation de manifestar-
C otros la verdad, presupuesto el deber natural de veracidad,
nace de la necesidad del que debe conocerla, y de la certi-
dumbre del que esta obligado a manifestarla: y la accion de ha-
blar unos con otros no es entre los hombres sino un ejercicio.
perpetuo de caridad social pre convida a los demas con la po-
sesion de los bienes propios: no es sino un reflejo constante y
reciproco de la luz en los entendimientos.


§. 111.


459. Mas podra ilecirse asimismo de la enseflanza lo
Memos dicho de la conversacion familiar?


por pre no? zQue diferencia hay sustancial entre la .ense-
franza y la conversacion? Se que no es este el sentir del vulgo,
acostumbrado a dar gran importancia a las apariencias mate-
riales; el cual en no viendo on gran *Lim grandes salones.
grandes catedras y togas y bancos y programas y tratados no
acierta adonde esta la ensefianza. Pero el hecho es que el pe-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
3(17


riodista ensefia ea el diario (i) como el predicador en el pill-
pito, como el dOmine en la calla mientras lleva los chicos a la
escuela, como la madre en la familia cuando ensefla a sus hi-
jos el Decilogo, como el autor en su libro; casi no hay pala-
bra que no sea una ensefianza. Esto es tan cierto, tan evidente,
pie la fuerza misma de las cosas condujo a la despOtica Univer-
sidad francesa al estremo de tiranizar toda palabra despues rine
se admitiO legalmente la tirania de la ensefianza y se preten-
di6 dictar al medico las recetas (2), las consultas al abogado,
el modo de hacer labores a las maestras de ninas, y Rasta el
Catecismo A las doncellas que ensefian a deletrear las prime-
ras verdades de la y gracias a la independencia del carActer
frances, o digamoslo mejor, a su catolicismo , que se haya
roto la cadena de las consecuencias tirAnicas, pries de otra suer-
te llegaria el (ha en que ya no seria licito A ningun regente
imprenta corregir un errata, ni al pasajero sefialarme el cami-
no sin una patente de bachiller; porque que otra cos y


hacen
con esto sino ensefiar?


440. Los hechos Iran venido confirmar lo que Antes afir-
me, que son aplicablcs a la ensefianza todas aquellas leyes
esenciales que nos sean ofrecidas por la naturaleza misma de
la palabra social.


441. Y a la verdad, ino seria la mils absurda y ridicula de
las con tradicciones atreverse a decir: gllablad enhorabuena.
escribid, publicad libremente todos vuestros pensamientos:
la ley os lo consiente, aunque sean por millares y de todo
sexo y edad los que Os oyen en la tribulia, los que os leen en


(1) La presse est un enseignement aussi. BASTIAT, Justice et fra-
ternitd, p.


(2) A los rail ejemplos conocidisimos se podria anadir uno re-
ciente sacado del Journal des Debats de de Febrero donde se
prueba .que el citrato de magnesia, par ejemplo, que un farma-
ceutico tuvo la feliz idea de introducer recientemente en la prac-
tma mUdica, y cuyo use ha sido aprobado por la Academia, pero
que no es ningun remedio secrelo, porque es urn sustancia perfec-
fectamente conocida, no puede venderse ptiblicamente sin que el
autor de esta novedad sea perseguido ante les tribunales.. Vcase
L'Univers, Febrero de 11150.




568 PRINCIPIOS TEORICOS
los libros; pero guardaos bien de que la tribuna se flame
ecitedra, ni escuela el lugar de la reunion, ni tratado o leccio-
nes el libro , porque adornada de tales vestiduras la palabra
se torna esclava y no puede presentarse en piiblico sin pagat-
una multa?),


Si esto no es burlarse del piddle°, ique otra cosa puede
serlo?


Ensefianza y palabra son pues moderadas pm' la moral na--
tural con las mismos leyes, porque en sustancia son moral-
mente una cosa misma. La sola diferencia que podeis percibir
entre ellas estriba en la unidad de materia, y en el metodo
sisteinitico que se usa en la ensefianza, empleando el diilo-
go en caso de objecion , y si quereis Ia de pie cualquier
ot.ro discurso tenido en pnblico se dirige a hombres ya forma-
dos,•al paso que la ensefianza es para nifios é ignorantes.


442. Pero esta diferencia es del todo insubsistente, pues
hay escuelas para hombres adultos, y entre los adultos .se en-
cuentran idiotas mis obtusos y credulos pie muchos nines.
La diferencia, pues, entre ensefianza y conversacion es la pie
antes indique de la materia y el metodo. Si de paso decis, ha-
blando con alguno, con que leyes ondea la luz, si explicais la
aplicacion a las locomotoras del vapor globular, si le persuadis
del derecho de propiedad contra los absurdos del comunismo,
eonversais familiarmente: nails si acerca de tales materias y
partiendo de los principios formais metOdicamente una cadena
de raciocinios en Nora determinada delante de unos mismos
oyentes, he aqui que abris una escuela, que comenzais un
curse. La 'Mica diferencia entre la conversacion y Ia escuela
se reduce, pues, al metodo y a la continuidad; pero en la sus-
tancia imbas cosas no son sino hablar. Por to que el derecho
y el deber de la enserianza no pueden naturalmente deducirse
sino . de aquellos principios mismos pie regulan la palabra.


Ahora, ;que hemos dicho de la palabra?
Limnos dicho: primero, pie no solo esta prohibido decir


mentira, mis en ciertos casos puede ser ilicito manifestar una
verdad: segundo, que la obligation de manifestar la verdad esta
para el que habla en proporcion con la necesidad pie otro tie-


DE LOS GOBIERNOS MURALES. 569
ne de aquella verdad, y con la certeza que tiene de poseerla
que Expliquemos estos dos asertos aplicando la ley uni-
versal de la palabra al caso preciso de la ensefianza.


§ IV.


445. Si hay verdades cuya manifestation esta prohibida
por la ley moral; si esta prohibe ademis la mentira, es eviden-
te que la libertad de ensefianza tropieza aqui en un primer di-
que que le impide Ilamarse absoluta, Men que estando enco-
mendado por la conciencia el cumplimiento de la ley moral al
Libre albedrio, este puede violarla a mansalva (1). Pero si en
vez de permanecer en el Orden secret() de la conciencia


lamentira penetrase en el domestico 6 el en pnblico, iten-
dria derecho A las inismas franquicias, Ala misma impunidad? (2)
Yo veo en lo pie pasa en toda nacion civilizada un no solem-
ne. un mercader que vende generos falsificados, un notario
reo de estelionato, un falsificador de documentos 6 monedas,
sulren un castigo sevcro por haber asentado una cosa falsa.
Yo quisiera saber si Ia mentira pitblica, castigada en estos ta-
les como nociva, resulta ser menos perniciosa cuando es en-
sefiada con ideas mis universales, con raciocinios mis segui-
dos, con asiduidad mas constante. Afirinarlo me pareceria tan
absurd() como decir que una espada hari menos dano cuando
se maneja por el pufto 6 parte mas larga, contra mils indivi-
duos y por mano mis briosa. Bien se que en tiempos de gran
trastorno intelectual, aun esto osara decirse; y en efecto,


(1) Esta doctrina y las explicadas en el S precedeute, pueden
server de ilustracion al Ensayo tcOrico, tome II, n. 366 y siguien-
tes, y al tomo III, D. 869 y sig.


(2) =0 hay quo decir quc la palabra jamas hate dano, en cuyo
caso results justificada la libertad de decirlo todo, 6 hay que con-
fesar que hay crimenes cometidos con la palabra, y entonces es
ciert° el derecho de la sociedad a castigarlds.. L'LlzurrEns, 4 de Fe-
brero de 4850.




DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


571
por obra los ensuefios del comunismo. Sea la que se quiera la
parte que tengan la ilusion y la codicia en este frenesi de las
masas, nadie es osado 0 negar la poderosa influencia de los
principios, especialmente donde el pueblo sabe leer y el perio-
distil° tiene licencia para mentir: dejar que entre estas masas
de combustibles exterminadores circule libremente Ia cente
Ila del error, con la esperanza de que despues de consumado
el incendio venga un rayo de luz A reanimar las cenizas, pudo
ser un aforismo de los secuaces de Voltaire, a quienes corria
prisa que estallara la mina; Pero hey el aforismo teOrice se


440, ha hecho en la practica tan imposible, que apenas se proclama
la libertad del pensamiento, cuando en trent° de ella se levanta
cual terrible espectro el estado de sitio: formula muy cOmoda
para el use de aquellos publicistas que queriendo continuar
adulando 0 la opinion, y conociendo al mismo tiempo la impo-
sibilidad social de que quede impute la mentira, han disfra-
zado con una palabra el castigo que la ley no permite im-
poner.


445. Cuanto a los que reconocen el g, êrtnen del. esterminio
en el error que se difunde, y sin embargo conceden a este
menstrue libertad con tal que espere 0 que ellos rnueran para
lanzarse sobre las generaciones que comienzan, no sere yo
quien envilezca la pluma arguyendo contra su brutal egoismo
en defensa de los intereses de hijos vendidos por la barbara
apatia de sus padres. Solo recordare a estos padres desnatura-
lizados, que es posible salgan falsos los calcuios que forman so-
bre la resistencia del dique, y pie roto 6 superado este de im-
provise podria el torrente exterminador arrastrarlos 0 los
mismos remolinos en que ellos prepararon el naufragio de sus
descendientes.


446. Espero, pues, que todo lector discrete convendri
comnigo en que hay cases, y no pouts, en tine la mentira, pro-
hibida siempre por la conciencia privada, puede ser juzgada
y castigada en la enseilanza lo mismo que en otra cualquiera
comunicacion entre los hombres por el que constituido en
ordenador de sociedad esta extrictamente obligado 0 hacer
guardar toile derecho y it prevenir en lo posible todo detri-


10-


4111*


370 PRINCIPIOS TEORICOS
bres se han visto de toda pena en nttestras crisis politicas los
que en Lugar de predicar la rebelion en las plazas, al mode
de Ciceruachio, la demostraron con las formulas de Cousin 6 de
Ahrens. Pero estas son excepciones nacidas-de la malicia de
los tiempos y de las preocupaciones: la regla constante es que
las leyes castiguen la mentira cuando penetra en el Orden so-
cial; castigo juslisimo, porque la falsedad, sobre ser mal para
el entendimiento Aquien posee, es semilla de otros males incal-
culables para el hombre y la sociedad. Quien podria reducir it
guarismo las desgracias que caerian sobre una familia por un
testimonio false clue ilevara a un padre a un presidio o patibu-
lo? Que salga a sufrir la pena per un !also testimonio torpe-
mente proferido por un idiota, o por una calumnia dialectica-
mente demostrada en las lecciones de un catedratico, para el
infeliz es toile uno. La mentira pUblica cae justamente bajo la
action de la justicia social: y si una proposition demostrada ad-
quiere Inas fuerza que la simplemente sostenida, parecerne evi-
dente que se debe castigar con mayor severidad la mentira en-
sefiada, porque Ia enseitanza, haciendola mAs universal y ma's
vigorosa, la tornarâ al tiempo mismo mAs duramente nociva.


444. Solo veo una razon en cuya virtud podril parecer me-
nos evidente esta propiedad, y es que la universalidad misma
de la enseitanza si per una parte difundiendo el error en-
tre mayor nOmero de inteligencias lo hate por aqui Inas per-
nicioso, teniendolo por otra parte fluctuando en abstracciones
metaftsicas, lo 'lace mucho mas practice, y por le tante merles
nocivo. No dude que a esta razon concederin gran credit() los
entendimientos limitados y los corazones egoistas; los prime-
ros porque no ven el efecto en la causa, y los segundos per-
que no se curan del mal de las generaciones futuras, con tal
que ellos salgan hien librados en el moment() presente. Pero
en verdad si en todos tiempos die pruebas de teller una mente
roma el que no sabe deducir de las ideas especulativas conse-
cuencias prActicas, esta ignorancia debe parecer hey poco me-.
nos que, de animal, cuando tan elocuentes son los hechos que
pasan, cuando un pueblo entero, y aun facciones numerosasde
todos las naciones europeas, se levantan armadas para potter




S


372 PRINCIPIOS TEOIIICOS
mento. Pero presumo que el lector ira diciendo para sus
adentros que el bueno del autor se cuida macho de lo que na,
die le niega, sin tocar el punto verdaderamente dificil y delica-
do del gran problema: «Quien pretendi6 jamas dar carte de
vecindad a Ia mentira? LQuien hay que no comprenda el gran
mal quo ella es de por si, y el que puede causar a Ia sociedad?
En efecto, tratandose de aquellos pantos en que la verdad se
abre por si misma su catni p ° encarnandose en la materia y
haciendose por este modo palpable y evidente, nadie, como
antes dije, veda a los Gobiernos castigar la mentira. No esta
aqui el punto litigioso; y el que pile la /ibertad de ensenanza,
la quiere para enseflar la verdad, no ya para engafiar, la quie-
re porque los Gobiernos ocupados solo de la idea de domi-
nar, no promueven los incrementos de la verdad, silo los in-
tereses de su onmipotencia.»


447. Con razon me interrumpe el lector: verdad es que yo
no pretendia dar por terminado el asunto, sino solo he senta-
do estas primeras proposiciones evidences para contar con
principles universalmente admitidos de donde sacar cense-
cuencias irrefragables.


Tendr6, pues, por concedido que la ensefianza pablica de la
mentira, debidamente reconocida como tal, puede ser vedada
por la sociedad , al menos cuando resulta nociva al bien co-
mun 6 contraria a los derechos del individuo.


§. V.


448. Veo, sin embargo, la fuerza de la dificultad que se me
opone, racionahnente deducida de la .misma naturaleza de los
hombres a quienes esta encomendada lo autoridad. Para impe-
dir la ensefianza de la mentira importa conocerla ; pero la
condicion de los gobernantes los torna de ordinario singular-
mente incapaces para esto, pues absOrvelos el remolino frago-
rose de las vicisitudes externas: las mils sublimes verdades
(que son en resolucion el principio, aunque remote , pero


DE LOS GOBIEI:NOS LIBERALES.
375


eficacisimo, ‘de todos los movimientos del hombre pried-
co) brillan en una atmOsfera limpidisima a que no llega la
perspicacia filosOfica sino es, elevandose sobre el circ.ulo de
los negocios, d:„.


las preocupaciones, de los afectos, solve el es-
timulo del interes y de WO cualquier estorbo que tenga enco-
gidas sus alas. Luego cuando un Gobierno se arroga la direc-
cion de las doetrinas de los 1116sofos obra cabahnente, como
el escolar (pie pretendiera rectificar las sentencias de su
maestro; que no se si puede imaginarse otra .pretension mas
absurda. JUntanse en una academia las mas elevadas inteli-
gencias, y despues de largos debates han Ilegado a deterininar
las formulas cientificas mas sublimes; mils he aqui que un mi-
nistro que quizi apenas conoce aquella ciencia per el forro,
pone su veto a tan sabias conclusiones. No es esto dar en el
peligro de prohibir lo verdadero y decretar lo false? Luego
en lento que un Gobierno no hale el arte de ser y parecer
infalible, debe renunciar a la pretension de regular la ense-
nanza y las opiniones so pena de hacerse no solo despotico
sino ridiculo: ridictdo si dice a los que saben mas que 61:
<<Soy infalible;» despotico si dice: «Puede errar pero vos-
otros habeis de creer en mis errores corno si fueran la
verdad.


Dos replicas se me ocurren con la cuales podria acaso sos-
tenor el Principe su derecho sobre la opinion. La primera se-
ria reunir el en su Consejo de Estado a todos estos academi-
cos que pueden pacer valor una influencia natural sobre la
sociedad entera: no podria esta entOnces resistir sin arrogan-
cia al seso, a la ciencia, a los estudios profundos, que en el
(Hello consejo concentraran come en un foco la luz de la ver-
dad que resplandece en aquella sociedad, en aquella nacion.
No puede negarseAue el argumento presenta el aspecto de una
verdad, de un derecho, especialmente si se afiade que no solo
tiene el Gobierno el derecho sino tambien el deber de afianzar
la seguridad pitblica, come luego diremos. Pero no es dificil
comprender que este coloso, formidable en apariencia, des-
cansa sobre pies de barro, y esta es cabalmente la replica
exactisima opuesta por los verdaderos liberales franceses a los




rniNcip tos menticos
liberales hipOcritas de la universidad. «Componed en buen
bora vuestro Consejo de instruction pfiblica juntando en el
todas las personas a quienes teneis por flor y nata de los in-
genios: lquien responders a la nacion (le su intalibilidad? 0
responderan los consejeros tnismos, o vos que los elegis, 6 la
opinion de Ia nacion que los respeta. Si sois vos el fiador, re-
sultari ser el ignorante (perdonad la espresion cuyo sentido
he explicado diciendo que el que gobierna como practico no
puede darse a los estudios fllosOficos) ser, digo, el ignorante
qnien examine la ciencia de los doctores: si los consejeros
mismas, concederiais un campo vasto A la emulation entre los
(lel mismo oficio y al espiritu de partido Para poder excluir de
aquel aun a los que mss lo merecieran, acaso a los que con el
esplendor de su inteligencia eclipsan a las medianias, 6 . rehusan
tomar parte con los facciosos: lo cual fue, como es sabido, el
vicio y oprobio de la academia francesa bajo el despotismo
volteriano. Si la nacion fuese la fiadora, sobre tornar al incon-
veniente de poner en manos de los ignorantes el lauro de los
doctos, caeriamos en todos los escollos del sufragio universal,
que a veces suele hablar con siuceridad sobre el sepulcro de
los grandes hombres; pero en vida, cual de ellos no fue mor-
dido de la envidia, aun por enteras Academias (Harvey, Des-
cartes, Galileo, etc., etc.)? Especialmente en tiempos como
los nuestros en los pie el espiritu de faction domina todo in-
terns, donde la variedad de opiniones divide la sociedad hasta
en las raices mismas de los primeros principios (le toda cien-
cia moral, poner en los Gobiernos, en las Academias , en la
soi-disanl opinion publica una garantia de la verdad, ino stria
lo mismo que opreguntar al huesped si su sino es buenoot co-
mo dice el proverbio?


Es ciaro : cada partido dice que el encierra la flor de los
ingenios; y que en el partido contrario solo se muestra algun
Fuego fAtuo, algun cometa errante que ha perdido su Orbita
primitiva, pero que todo lo demas es basura y desecho.


Ile aqui, pues. que la primera *Deacon que se quiere man..
teller en el Gobierno la autocracia del pensamiento, se redu-
ce A un circulo vicioso , con que el Gobierno asegura Ia ciencia


DE LOS GOBIERNOS LIDERALES,
075


de los doctores, y estos la sabiduria del Gobierno, estando
unos y otros dispuestos a coaligarse en defensa de sus mntuos
intereses.


Pero el Gobierno podria invocar en su favor la obligation
que le corre de salvar el Orden pablico. «Si yo gobierno,
podra decir, la ensefianza , no es porque pretends ser infa-
lible respecto de la verdttd que impongo, sino lo que preten-
do es dirigir A los sabditos al bien de que les soy deudor.D


M9. Pero tambien esta razon sufre argumentos inelucta-
bles; siendo el primero entr y ellos que cualquiera ventaja
obtenida por Ia adoption de alguna cosa falsa, usurpa al horn-
bre el Inas sublime de todos los bienes, que es la verdad,
en • cuya Icomparacion es nada cualquiera provecho material.
Pero fuera de esto, des acaso cierto quo con la mentira se pro-
mueva el bien pnblico?


Cuando ni aun el mismo bien privado puede nacer coostan-
temente de Ia mentira, jcu,into menos saldri (le ella el bien
de la sociedad! lJn particular, cuya existencia efimera puede
ser combatida y anulada por miles de aquellas !eyes universa-
les que en su titian° choque vense desmenuzar las masas infe-
riores y derogar las leyes inferiores, un particular, decimos,
puesto en la alternativa 0 de viola' . la ley universal, ode ser
victim de la excepcion, podra quiza lisongearse de que d tiran-
do esta excepcion todo lo que (lure su vida, la violacion de los


• deberes de lealtad podra producirle alguna utilidad que dure
hasta su muerte. «Se podra decir, que podra descubrirse esta
mentira, en cuyo caso perderia las ventajas adquiridas con tal
calutnnia o impostura; pero he tirado tan bien mis.calculos,
que apuesto ciento contra uno a que la mentira acompailara
a mi feretro con la veneranda toga de Ia verdad hasta el sepul-
cro: despues, ;que me importa que se descubra? Me curo poco
de la infamia pOstuma.. Pero en la sociedad, agregado inmor-
tal de numerosisimos individuos, las excepciones no son jamas
leyes coustantes, ni la muerte puede interrumpir el curso de
los efectos naturales. Si pues la mentira no puede naturalmen-
te crear el bien, es imposible que a la larga no produzca el
claim que naturalmente se origina de ella. Podra por el mo-


TOMO I.
25




376 PRINCIPIOS TEORICOS
mento producir accidentalmente algun provecho material, per°
este hien mama sera durable, y tarde 6 temprano, recobrando
la naturaleza su ascendiente, emponzoitarA A la sociedad con los
frutos madurados de la mala semilla, y le harà sentir la priva-
tion de aquel hien que el Gobierno sofec6 en germen impi-
diendo la ensefianza de la verdad 6 imponiendo la del error.


450. Es, pues, tambien insubsistente en favor del mono-
polio de la ensefianza Ia razon que se quiere sacar de la consi-
deration del bien comun. No hay aqui medic: 6 teneis que
afirmar la infalibilidad del gobierno, 6 impedirle que se entro-
meta en ordenar la enseilanza con relacion a la verdad 6
al error. Y si 61 pretende ejercer este derecho para goiarnos
al hien comun, pruebenos que el bien comun puede salir na-
turahnente de la meutira, Ii quo al menos Ia esperanza de un
bien material le da derecho para esponerse al peligro de los.
males que se siguen de ella y de penetrar en la conciencia y
en el pensamiento: si no lo prueba, tamafia pretension resul-
tarà doblemente tiranica, asi porque penetra en el santuaria
donde solo impera la verdad, como porque al entendimiento
criado para la verdad misma quiere hacerlo consorte del
error.


451. Confiesote, Caro lector de mi alma, que persuadido•
de ser ttruno de aquellos lectores sinceramente honestos para
quienes el hien pitblico ocupa un lugar supremo en su mente
y en su corazon, tome el verte abrir tanto ojo y hacerte cru-
ces al oirme a mi, 6 quien me tenias acaso por uno de los tu-
yos, proonnciar tal sentencia; y peorseria si fueses tii por
desgracia uno de aquellos bienaventurados que cifran el anco-
ra de salvation en la legalidad material, este 6 no fundada en
los principles eternos que solos pueden comunicarle la vida.


Esclavos de una vida reposada y dispuestos siempre a decir.
elzist A los clamores de la verdad, como a los del error, y atm
Antes mas a Ia primera por ser mas resuelta y eficaz quo el
segundo, no cesan de encomendarse al pocler, cualquiera que
sea y donde quiera quo este, para que con cualquier Telesis,
o Tipo, o Interim mantengan sobre todas las cuestiones posi-
bles on pnblico 6 inviolable silencio; y despues de mil echo


DE LOS GODIERNOS LIBERALES


377
cientos altos no saben persuadirse pie el Dios de la verdad y
de la paz haya descendido a la tierra para arrojan una es-
pada esterminadora; y que la paz comprada a espensas de la
verdad moral es cien veces peon que la Guerra, pues no es Iran-
quilidad en el Orden, sino tranquilidad en el desOrden 6 sea
paz falsa. De mi se decir, que desengaiiado hate largo tiempo
de estas esperanzas traidoras, despoes de haberlas visto nacer
risuefias para entregar deNotes a sus adoradores, es tal la
esperanza que pongo en Ia verdad, con tal (pie legitima y
catOlicamente sea certificada, que jamas pensare en recomen-
dar a otro escollo el Ancora de la sociedad; y si alguna
vez me pareciese que esta tenia que dar en el y naufragar,
persuadiendome ser fantasma lo que me parecio peligro, tan-
to mas procurare, siguiendo la naturaleza, el sentido comun,
la autoridad de los prudentes y sobre todo la revelation divi-
na, encontrar per Ultimo el bile de esta madeja. Y si no to es
pesado, lector benevOlo, seguirme en este camino, quien sane
si to tambien no tendrias que encontrar salvation sin redo-
menclarte al error!


S VI.


452. X' en primer lugar la naturaleza de las cosas y el sen-
tido comun ban establecido como opinion corriente boy dia en
toda Europa que cierta represion y aun en muchos casos cier-
ta preveneion son cosa inexorablemente necesaria a la salad
demon: por otra parte Ia demostracion que homes dado de
la falibilidad 6 independencia de los gobernantes, aunque
prueba que estos carecen de derecho para sancionar doctri-
nas, no basta a probar que la opinion no haya menester *tor
freno; Antes por el contrario tuvimos cuidado de presupo-
ner la necesidad de que los gobernados reconozcan en este
punto algun freno. Esta segunda proposicion no destruye la
anterior, 0 seas° la incompetencia del Gobierno en este pun-
to, porque no son entrambas contradictorias entre si. En




578 PRINCIPIOS TEORICOS
lo cual consiste a mi parecer el vicio del raciocinio de mu-
chos abogados del poder civil en sus . relaciones con la opinion,
los cuales discurren sobre porn mas ti mónos de este modo:
«La sociedad no puede seguir su marcha sin pie haya algun
freno para las opiniones; es asi que nadie silo el Gobierno
puede enfrenarlas; Inego al Gobierno corresponde pacer este
oficio.» Tal es ,el viejisimo silogismo de la gran cacareadora
de la libertad, de la soi-disant libertadora de los pueblos, de
la reforma protestante: la que no contenta con practicarla re-
dujo a sisterna esta tirania sobre el espiritu en el famoso
opusculo de Grocio (1), reputado como el quinto Evangelio no
ya solo por los Gabinetes protestantes, silo haste por los mis-
mos catelicos.


453. El argument° por otra parte no tiene fuerza ni aun
aparente, pues cuanto es irrefragable la primera proposicion,
tanto es la segunda gratuita y aun absurda. 1Quien les ha di-
cho a estos politicos, que no hay otra fuerza a propesito para
enfrenar las opiniones fuera de un Consejo de ministros quizA
de escasa instruction, y nada amigos de la verdad que pre-
tenden definir? Quii."‘n no ye que una academia, un diario, un
profesor, hasta un pedagogo encadenan las opiniones mucho
mejor que'estos, con una cadena espontAnea, si, mas por lo tan-
to suave, y cabalmente como suave, eficaz y preferibie A to-
dos los decretos y bayonetas? quien se le oculta la fuerza,
mas vigorosa que este, que existe en las tradiciones de pro-
bided social , la cual no podria el Gobierno arrancar del co-
razon de la sociedad sin el esfuerzo de una lucha de siglos?


454. A estas tradiciones parece que quisieron apelar los
que encargaron" a los jurados el conocimiento de los delitos
de imprenta. En frente de tantos tribunales como surgen en
todas partes para enfrenar la opinion, y que si no tienen la
plenitud del derecho en este panto, tienen al menos cierta-
mente el asenso de hecho que les clan sus lieles vasallos, icon
que cara puede nadie sostener que no hay mas freno para las
opiniones que el poder de los gobernantes, que nada puede


(1) De inyerio sammarum potestatum circa sacra. ,


DE LOS GODIERNOS LIBERALES.
379


contra ellas de hecho ni de dereclio? Lo Unico que puede ha-
cer es meter en la cared zi los irnprudentes , y ordenar para
los libros autos de f'd que abrasen el papel sin destruir las opi-
niones.


La doctrine protestante hoy desgraciadamente hecha ley en
algunas naciones catelicas , no tiene, pues , fundamento algu-
no en la naturaleza ni en el comun sentir, Antes por el con-
trario vienen estos batallando cerca de tres siglos ha contra
el despotism° de este principio, sin darse enteramente razon
it si mismos de so movimiento instintivo. «Se necesita, parece
que dicen, de un freno pare estos agitadores terribles, pero
de un freno que enfrene al pensamiento sometiendo A la into-
ligencia, no que enfrene las bocas dando rienda A las opinio-
nes é irritando las pasiones:» pero aque freno legitimo sera
este al cual se sometan voluntariamente las alms


«Colle ginochia della rnente inchine?»
455. Interroguemos la sabiduria antigua, pues yo descu-


bro en la historia una epoca en que la docilidad del asenso
fue tan comun, como boy to es su. Aspera resistencia. No se A
la verdad si en la antiguedad pagana podrian encontrarse leyes
sobre la opinion en las cuales pudiera apoyarse sin rubor el con-
cepto de la libertad cristiana: los vedas, las cuatro doctrines,
el Zend Avesta, los libros sibilinos y otros docmnentos de ido-
latria doctrinal sostenidos por despotismos paganos, DO me
parecen de grim valor para dar franquicias A la verdad ni resti-
tuir a su debida altura los sentimientos intimos de la naturale-
za humane. Freno tuvieron las opiniones en la sola nacion
donde se conserve mónos alterada entre las demas antiguas
naciones la tradition primitive; pero un Gobierno teocratico
DO puede servir enteramente de norma a un Gobierno secular.
Dejemos , piles , en paz A los siglos antiguos, y contentemo-
nos con subir al origen de la moderna sociedad europea, .naci-
da como todos convienen en decirlo, en el Calvario al pie de la
Cruz, en cuya catedra °ye hablar a Aquel a quien elle misma
adore como A sabiduria infalible del mismo Dios. 10h, que
asenso tan perfecto se ofrece aqui a la voz de lo alto ! Si con-
.ducida por los ecos esta voz llegase pasta las mas remotes




7


580 PRINCIPIOS TEOnicos
playas, hasty las itltimasgeneraciones , no hay miedo que por
la distancia ni por el tiempo se disminuyese la fuerza pleni-
sima con que enfrena los entendimientos miOntras sea ado-
rado como Dios el orAculo que la pronuncia.


456. Desprovista de todo poder temporal, y aun persegui-
da de 61, ella adoctrin6 a sus fieles y jamas impuso a sus
opiniones una ley absoluta a que estos no inclinasen Ia frente
con humilde reverencia. iEs por ventura ignorancia o poque-
dad bajar la cabeza cuando Dios habla? Dejo a los filOsofes quo
definan este pun to, y me fio do su dictamen aunque scan
incrOdulos, musulinanes o budistas, en cuyo caso podran de-
cirme que yerro adoranclo por Dios al Nazareno, Inas dada en
mi esta preocupac(on no serail osados a censurar a quien rinde


un Dios, es decir, A la verdad misma el obsequio del eaten-
dimiento; porque fuera de la verdad, iquieu pudo jamas alc-
gar el derecho de poseer al entendimiento? Podra ser este
derecho mAs 6 menos cierto, segun sea mis o menos cierta
Ia posesion de la verdad; siempre por consiguiente la propor-
cion del derecho va al par con la de la verdad. Luego mien-
tras permanece vivo y profundo en un pais el sentitniento
catOlico las lamentaciones de los que declaran Imposible po-
rter un freno a las opiniones serAn solo un error de entendi-
miento o una hipocresia de obstinada tirania, y esta
es aun la causa mis activa y ordinaria.


457. Los Gobiernos (y cuenta pie no hacemos ahora dis-
tiucion entre sus forms, sin° los consideramos en general
Bien sean republicanos 6 monArquicos, constitucionales 6 ab-
solutos, pues es to mismo para el caso) ocupados con el pen-
samiento naturalisimo de la propia salvacion, clue cifran en Ia
plenitud de su absolutismo, rechazarAn eternamente por ins-
tinta el tremendo oNon licet» contra el cual pudieran a veces
naufragar, corriendo a banderas desplegadas, sus mayores em-
presas; y cuanto mas resonara por razon de su intrinseca jus-
ticia en las interioridades mAs intimas de toda conciencia,
tanto más se le terraria el paso pa ra que no pudiera llegar


ellas por la via de la publicidad.
458. Esta es la razon por Ia que cuanto es un Cobierno


DE LOS OOBIERNOS LIBEDALES.
:581


Inas ilegitirno, canto mAs aprieta furiosarnente, pm' Inas que
Dam liberal, las retortas de Ia Iglesia catedica. Recientes es-
lair los ejemplos; el liberalismo italiano rivaliz6 con el de Flo -
tespierre; y si en tiem.pos del absolutismo anterior imptii,aba-
se A los Obispos como delito reunirse en un sinodo 6 publicar
una pastoral, luego que se enLroniz6 la libertad ni un solo pe-
riodista podia siquiera hablar en favor del Catolicismo. Yo no
puedo vituperar el imprutle,nte mentis que se daban A si pro-
pios los matones de la libertad: bien sabian ellos trial era nues-
tra resolucion como catOlicos do sostener contra toda agresion
nuestra re, y nuestros derechos: sabian quo al -primer decret.o
de latrocinio sobre los bienes de nuestra habriamos di-
cho tnuy alto que al bien de /a Iglesia y no alas miras de los
Gobiernos proveyeron nuestros mayores con sus larguezas.;,sa-
bian que al pruner ostracismo de un Obispo 6 de alguna .Orden
religiosa, no procesados, habriamos in voCado aquel habeas cor-
pus y aquella legalidad misma que estos tales nos predicaban;
sabian, en fin, que cada una de sus caluinnias les habria costado
una multa, y un proceso por cada una de sus blasfemias. ;Santo
Dios! ;en que -*los hubiera encontrado la anti-catOlica
regeneration italiana en pueblos .sincerarnente catOlicos en su
mayor parte, provistos por los mistnos regoneradores del su-
fragio universal, excitados por un O'er° venerado y venerable
a la defensa de los altares ya casi desplornados al impulso do la
piqueta luterana de los rcformadores!!! Ifibilmente, pues, co-
mo buenos despotas huian de todo lo quo fuese tolerar en la
Iglesia la influencia que a pesar de ellos le reconooe el respeto
de los pueblos, soberanos y atm soberanistmos,.como es sabi-
do, con tal que reinen y no gobiernen; pues todo el poder que-
da A cargo de sus ayos, quo esperan en breve formar los cere-
bros de la nation por el tipo infalible del suyo propio: con-
tradiccion extrafta por cierto en quien hate las revoluciones en
nombre del pueblo, que, al decir de ellos, las desea; y por 10
pronto le fuerzan a desearlas sosteniendo quo las tales revolu-
ciones son necesarias, porque tenon la libertad de la prensa,
-con que seponen en Ono los derechos del pueblo. ,Decirles,
Imes. a estes quo el pueblo catOlico reconoce en la Iglesia una




'382 PRINCIPIOS TEOincos
potestad reguladora de Ia enserianza, cabalmente por serlo in-
faliblemente tie las opiniones en todo lo quo toca al Orden mo-
ral: que ex:ste por consiguiente un tribunal competence, eft-
caz, respetado, cuya fuerza procede de la conciencia catOlica,
no de hogueras ni polizontes; que por consiguiente, la tutela
que ellos se toman de nuestra inteligencia es para ellos una
molestia, un dispendio, una accion odiosa de que les suplica-
mos se dispensen; decirles todo esto seria como si dispensase-
mos al ladron de hacernos una visitadandonos por Ptisfechos
con nuestro menaje: maxi/me cuando siendo como son una pan-
dilla de . periodistas fallidos, abogadillos sin pleitos, de gar-
rapateadotes sin ingenio, comprenden muy bier) que encomen-
dar a la Iglesia el gobierno de las opiniones seria por su parte
condenarse a si mismos a sempiterno silencio.


Dejemos, pues, aparte a esta partida abortada por el libera-
lism° y la tirania unidos en maridage ante el ara de su liber-
tad, y hablernos formaltnente con los liberates sinceros y con
los legitimistas catOlicos.


§. VII.


459. 1 los primeros suplicare que candidamente me res-
pondan una cuestion de hecho. Determinados como estais
dejar no a una fraction slim al pueblo entero el gobierno de si
mismo, osareis:disputarle el mas sagrado de los derechos,
libertad de su conciencia, y la education religiosa, y la segu-
ridad de sus hijos? Porque todo esto depende para el del ph-
bile° respeto que Se profesa a la Religion, el cual sn vez se
deriva del asenso rendido a sus enseflanzas. Un pueblo catO-
lico desea, pues. ratcesariamente quo no se publique nada que
pueda oscurecer 6 el esplendor de su fa ó la pureza de sus cos--
tumbres. Putts asi como estos objetos sagrados ensefiados po .
la autoridad los -acepta el tie la Iglesia docente como maestra
infalible de la verdad, asi tarnbien aceptara un freno 'en todo
el Orden de las opiniones morales con tanto mayor respeto-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
385


cuanto sea mas compacta la ensefianza y descienda de mas
altura.


Quó parte en este raciocinio do hecho creis combatir?
mareis acaso que un catOlico no reconoce a la Iglesia por maes-
tra 'en religion v moral? io que no quiere que sea puesta en
salvo en el Orden pnblico esta religion y moral? io que enco-
mendando a la Iglesia la conciencia, y los hijos al Orden do-
mêstico, espere de los gobernantes la salmi eterna? En un ar-
ticulo de La independencia Belga, referido en sustancia por
la Caccia piamontesa de 5 de Marzo en 1850, aquel periOdico
Baba a estas preguntas una respuesta evasiva, que reducida
una formula general tendria mucho valor. para los opresores
de la Iglesia en las naciones catOlicas. Despues de halter re-
ferido que la ensefianza belga hast y


el afio de 1840 estuvo
abandonada a la rivalidad que hahia entre los comunes y el
Clero, afiade: «Pero bien pronto rue conveniente reconocer que
el municipio abandonado a sus propias ftterzas dejaba por efecto
de su debilidad descaecer la ensefianza secundaria: el Clero se
esforzaba por absorver, por anular la accion municipal, y cami-
naba al monopolio.» Os parecera un tanto singular que la rivali-
dad de los municipios con el Clero-condujese a aquellos a aban-
donar la ensenanza; pero, icuanto mas os asombrareis al oir que
los documentos oficiales demuestran que las administraciones
comunales de un gran rntmero de localidades secundarias enage-
naban voluntariamente sus derechos en favor del Clero (; miren
gue rivalidad tan complaciente! pero todavia vamos a oir cosas
mayores) y que antes en esto existia una especie de emula-
cion. (De suerte que la rivalidad en excluir al Clero se ha
convertido en emulation a favor del Clero, y esto en gran
mimero do municipios.) Asi, de setenta y siete establecimien-
tos libres subvencionados, el Clero poseia cincuenta y uno.»
En vista de esta relation ino parece evidente lo que poco
.antes os decia, que el pueblo catOlico quiere Ia ensefianza en
manos de la
y que por consiguiente el que pretende


dejarle al pueblo el gobierno de si mismo debe resignarse con
esta condicion? No lo pensaba asi La Independencia, porque
despues de hacernos hablado de la de,bilidad de los comunes,




384 PRINCirms TEOntees
aitade: 0E1 ministerio de 30 de Julio de. 1335, presidido por
el Sr. Van de Weyer, de acuerdo con el poder legislative,
desaprobo el principio Antes establecido de la omnipotencia
comunal en materia de instruction pitblica ; pues no pouia
por lo Milos cousentir que la libertad del municipio Ilegase
p asta el punto de renunciar a esta misma libertad (1).» ill6
aqui que juego de cubiletes tan gracioso! No so dice: D el Go-
bierno quita a los cotnunes la libertad de encomendar al Cle-
ro la enseilanza;» sino ague pierde su libertad:» corn° si se
perdiese la libertad cuando so emplea en pactar come a cada
coal place con cualquiera persona 6 corporation. Segun esta
nueva jurisprudencia , la persona menor de edad pierde su
libertad cuando despues de emancipada cornienza a adminis-
trar por si misma sus rentas; y converidria quo el tutor le
tomase de nuevo debajo de su yugo Para restituirle la li-
bertad.


Pero no termina aqui el tejido de sarcasms ofensl..—
todo lector bonrado. Contimiemos: uLa mayoria del Consejo
sostenia qua la ensenanza de la religion declarada obligatoria


»en los Ateneos del Estado ..... se deberia encargar esclusiva-
»mente a los ministros del cult°. El Sr. Van de Weyer res-
»poodle que..... la independencia absoluta de los ministros del
»culto garantida por la:Gonstitucion no permite que se fuer ee al
»Clero a intervenir en los colegios.» Asi se defiende la liber-
tad del Clero monde se le exime de la enseilanza religiosa, al
paso que se combate la libertad de los cornunes cuando tie-
nen la debilidad de encargar al Clero el ministerio de la en-
sefianza.


De este mode entienden ciertas gentes la libertad: hero vos-
otros,•liberales catelicos, a quienes solamente me dirijo, sien-
do como creo que sois leales y lOgicos, estareis muy distantes


(1) 111as indulgente que el Sr. Van Weyer, el conde de Broglie
decia: •Es propio de las libertades revolucionarias forzar a los
hombres a gozarlas aun contra su voluntad. Las libertades
les son mss generosas, y la libertad de pensar, Bien entendida,
cornprencle hast y


el derecho de pensar libremente.. (Revue de DeUx
mondes, t. IV, XIX aOo, nuevo periodo.)


OF, LOS GOBIERNos LIBETIALES.


385
de tomar parte en tatnafla tirania: y convendreis que un pue-
blo catOlico dotado del derecho de gobernarse a si mismo, no
puede menos de desear que no sea violada en el Orden
co su religion para no encontrar obsticolo alguno en tal viola-
tion A so propia salud (1).


460. Dos finicas objeciones de alguna importancia se me
figura que podriais oponerme. La primera, que tante como es
justo para el catOlico la libertad, lo es asimismo para coal-
quiera otro que opina de muy diversa manera; y por consi
guiente que prehibirA este iilt.imo la publication de sus pensa-
mientos, 6 lo que es lo mime, confiar a la Iglesia la cen-
sura de las opiniones seria una injusticia civil. Pero esta ob-
jecion es en nuestro caso, O una contradiccion de hecho, 6
una contradiccion de principios; contradiccion de hecho si so-
poneis quo en on pueblo catelico son nuinerosos los que no
piensan catOlicamente, pues en tal caso de semejante pueblo
no podria decirse con verdad que es on pueblo eat011eo. Y si
suponeis que por tin nionero moralmente pequefio con relation


la masa de los catOlicos, pueda ser obligatia en justicia la
imnensa mayoria de estos a establecer por si misma una ley
con la que, al mertos segue sus doctrinas, se prepararia el
peligro y abriria bajo sus pies todas las bocas del inferno,
renegais en el mismo acto de aquel principio de legislation
que teneis por sagrado, es a saber, la pluralidad de los so-
fragios.


Y todo este admitiendo como verdadero el absurd() de vues-
tea primera proposition, que a on catOlico debe ser tan es-
trail°, 6 sea que la libertad de la verdad no es Ms justa que
la del error. En el principio de este articulo demostrarnos
que la libertad del error al reenos cuando nos es noci•
vo, es doctrina intolerable: es asi que para el catelico el error
de los disidentes es cierto y somamente nocivo: luego para los


(1) • Una nation vivamente persuadida de las verdades religio-
sas no podria deeir ni hater cosa alguna en que no se deje al pun-
to sentir la inspiration religiosa., Revue de deux mondes, t. IV,
XIX ao0, nuevo period°, p. 689.


ra•




386 PRINCIPIOS TEORICOS
catelicos la libertad de los disidentes no puede ser un derecho
natural. Podria sera lo nits un derecho legal si procediesede
una legislacion justa que tolerase al error; pero en nuestro
caso la ley justa, segun vuestros principios, la ley de Ia plu-
ralidad condena el error cierto y sostiene una verdad indu-
bitacla; por tacit() no queda al disidente apoyo alguao, ni en
la naturaleza ni en la ley, como quiera que no puede justa-
rnente pretender que su derecho a publican las propias opinio-
nes amenace y aim ofenda impunernente todos los intereses
Inns vitales de on pueblo entero.


461-. Esta conclusion es tan evidente, que el mismo
magnosi, tan poco devoto de los Papas y de la Inquisicion
como es notorio, no se atrevi6 sin embargo a sostener en me-
dio de tal peligro la libertad de hablar, y sail° del paso con
una sentencia que honra mas su lOgica que so candor, pees
dijo al disidente, tinguam mulct, sentenliam teneat.


462. Por lo que a mi toca si hubiese de aconsejar como
ahogado a quienes desean la libertad de las opiniones, les
diria mas bien que apoyasen sus pretensiones en on aserto
poco honroso ciertamente para los italianos , pero acaso mas
verdadero de lo que algunos se liguran; cual es el progreso
espantoso de la incredulidad, especialmente en aquellas clases
clue se llevan detrts de si a las clases inferiores, las cuales
como torrente que sale de sus limiter no pudiendo luego con-
tenerse con leyes , tiene que reducirse aun en Italia misma
necesariamente a la condicion de aquellos paises donde es res-
petada Ia Iglesia por una parte de la nacion y conculcada por
otra no Ilevando ya en sus manos aquel cetro moral bajo el
cual se inclina espontaneatnente toda inteligencia en los Es-
tados catelicos.


Si tal fuese en realidad el escado de nuestra Peninsula (de
lo (Noy° no soy juez), convendria hablar de ella, como habla-
remos despues de on pueblo en donde no es una la creencia
religiosa, donde por cons;guiente no subsiste una autoridad
infalible, donde, por puede parecer ménos irracional el
lamentarse de que es imposible enfrenar las opiniones. Pero
mientras nos encerremos en el circulo de una nacion verdade-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 387
ramente catOlica, a la que quiere coullar on liberalismo sin-
cero y leal el Gobierno de si misma, yo desalio valerosamente


este liberalismo it que le impida sin injusticia enfrenar toda
expresion piiblica con la autoridad de Ia Iglesia, que el mismo
pueblo respeta. Le desafio a que no puede disponer en favor
de unos pocos, sin tiranizar la sociedad y contradecirse a si
mismo, de aqttella pluralidad cuya autonomia tanto encarece.


No tiene, pees, fuerza alguna en el sistema liberal el dere-
elm invocado en favor de unos pocos disidentes, que preten-
den pervertir las ideas y dejar sin defensa los tilts caros inte-
reses de una sociedad para mochas generaciones, inocultndo-
le libremente las mismas opiniones que esta sociedad juzga
con absoluta certeza por delirios de cerebros enfermos.


463. Vengamos a la segunda dificultad, no tnenos dad
que la primera. (tNadie Mega, se nos dirt, que la Iglesia de
la norma de las creencias teolOgicas;. ni sornos nosotros tan
freneticos que queramos se vuelva a las guerras por las pala-
bras consustancial, transubstanciacion; ni aun cuando fuese
tanto el estravio de nuestras ideas habrian de seguirnos los
pueblos, deseosos, mucho mas do regular los salarios y orga-
nizar los trabajos, que de dogmatizar acerca de la Trinidad 6
de los Sacramentos.


bias concedida a la Iglesia con la censura la disciplitra 6 di-
reccion del pensamiento, religioso una de dos: 6 no decidira
nada sobre las cuestiones politicas que tanto ruido meten en
la sociedad, y el desenfreno de las opiniones seguirt trabajtn-
donos hasta conducirnos al horde del precipicio: 6 la Iglesia
pretenders dictarnos el derecho politico y la economia
ea, y en este caso no siendo la Iglesia en tales materias nits
infalible que nosotros, Antes suele acaecer pie los eclesitsti-
cos generalmente las ignoran, su autoridad no sent ni corn-
pieta ni respetada, ni por lo tanto eficaz. Luego siempre sent
necesario que el Gobierno asuma Ia direccion de las ideas en
las materias que tocan al bien comun de nuestra existencia
terrena, dejando a la Iglesia su propio patritnonio, la ciencia
de la divinidad y de la vida eterna.»


Cualquiera que sea el valor con que pueda parecer esta obje-




388


PRINC1PIOS mimeos
cion ante los catOlicos de los gabineles, y por mas que sea de
lamentar de todo buen catOlico, pero hablando filosOlicamente,
os confieso tine me siento tentado de - la risa despues de haber
demostrado la absoluta incompetencia de los gobernantes politi-
cos para determinar la verdad, y me parece -wino si un tirador,
viendo la ineficacia de la artilleria contra una rota alpina de
Vard 6 de Fenestrelle, dijese a RI general: «Sefror, pues la anti-
lleria es impotente contra esas rocas degranito, dejadnos a nos-
otros hacerlas polvo con nuestros fusiles.p No se echaria a reir
el general al oir tamafto despropOsito? Y en caso de responder
que otra cosa diria sino que vista la absoluta hnpotencia de las


dos armas seria lo mejor dejar de gastar pnlvora y arrostrar
peligros? Pues est.() es cabalmente lo clue a mi me ocurre. Si la
Iglesia 6s impotente, si es impotentisimo el Gobierno para en-
frenar las opiniones en tales materias, resignemonos, pries, y
no afiadamos a Ia discordia de las ideas el gasto de los censo-
res y la injusta vejacion de los que sufren su censura.


464. Pero vuestro aserto, para todo buen filosofo, y mas
aitn para todo linen catOlico, esta muy distante de aquella cla-
ridad y evidencia que suponeis ; y cabalmente carece de evi-
dencia, porque carece de claridad. .La Iglesia, decis, no es in-
falible en economia ni en politica , y por consigniente le falta
todo genero de autoridad para dirigirnos en tales materias.,>
Esta proposicion abraza toda la ciencia social en sus princi-
pios y en sus deducciones, y confunde por consiguiente en una
misma negacion los prirneros con las segundas ; ahora bien,
duo sabeis que a menudo los principios de una ciencia no son
otra cosa que coro'arios de otra ciencia superior? que la
nAutica, por ejemplo, debe recibir sus principios de la me-
cAnica y de la astronomia , como la arquitectura de las mate-
mAticas y estas de la metalisica ? Si esto es verdad, compren-
dereis quo negar a la Iglesia absolutamente toda influencia
en los teoremas de economia y de politica , envuelve uno de
estos errores : o que estas ciencias no pertenecen A las cien-.
cias morales, O que las ciencias morales no estim subordinadas
a las leyes morales, 6 que la Iglesia no declara autenticamente
las leyes de la moral.


DE LOS GOBIERNOS LIDERALES.
380


La prilwra proposition podeis refutarla con el programa
de cualquier Universidad de Europa , donde hallareis en-
tre las ciencias morales las catedras de politica y de econo-
mia. La segunda proposicion es una contradiction in to-mi-
nis. La tercera es una herejia y suena como tal en los oidos
de todo catOlico, y por consiguiente no puede corner fibre-
mente en una sociedad verdaderamente catOlica. Por lo cual
vuestra proposicion deberia aclararse exponiendola de esta
manera: .La Iglesia, infabble para todo catOlico en las cien-
cias que tratan de las leyes que tratan de la rectitud moral,
DO esigualmente infalible en Orden A las materias a que estas
leyes se aplican; y asi puede decirme infaliblemente en que
caso esta prohibido !lacer un contrato en que se viola la
justiela ,


porn no puede decirme del mismo modo, cuándo
sera nocivo A mis intereses tal contrato. Presentada en estos
terminos vuestra proposicion adquiere, como veis, plena evi-
dencia, y to que mas importa , el pleno sentimiento de rode
buen catelico. No negare por otra parte que todavia le que-
de un grandisimo defecto en vuestro caso, cual es que nada
podri concluir en favor del despotistno sabre las opiniones
tan anlielado por ciertosgobernantes politicos.


465. Pero el trastorno de la sociedad, que .suele origi-
narse de las doctrivas ensenadas publicamente, no nace de
Ia afirniacion 6 negacion de las verdades tocantes al Orden
material de la sociedad: si en vez de enseriar Proudhon, que
poseer es uh delilo, que robar 4 los poseedores es tin de.-echo,
hubiese enseilado que los robados se Itaeen ricos, y los la-
drones pobres, apuesto la cabeza a que no habria tenido cin•
cuenta proselitos: los errores generates de hecho en cosas sit-
jetas al humano arbritrio, pronto son espiados por el hecho
mismo y abandonados por intones.. He aqui porquó la infinita
sabidu que instituy6 Ia sociedad cristiana, jitzgO enteramen-
te inkil en estas rnaterias de hecho la infalibidad que perpetita
y milagrosamente conserva A la Iglesia en las cosas del Orden
moral.


466. Afirmar, pues, en este sentido que la Iglesia no tiene
acacia para refrenar las opiniones, no quita la mas minima




PRINCIPIOS TEORICOS


fuerza alas doctrinas que hasta aqui he defendido solve la in-
fluencia del Catolicismo en refrenar las opiniones. Que si en
algun caso la ensenanza pitblica de algun error, relativo a las
ciencias materiales pudiera poner en peligro la salud pfiblica,
nadie de seguro, como antes dijirnos, impedirà a los gobiernos
que acudan a defenderla como la defienden en efecto contra el
charlatan que vende venenos por medicinas, 6 contra el arqui-
tecto imperito que prepara la sepultura en las construcciones
que levanta.


467. Pero la gran dificulted en refrenar las doctrinas no
esta en la materia de ellas, la cual es evidente aun para los
.brutos, lino en los principios universales de derecho, donde
los e.sperimentos, 6 no son sensibles 6 solo se palpan en el
trascurso de muchos altos y ann de siglos. Aqui es donde los
Cobiernos son impotentes, aqui es donde produce a la socie-
dad catOlica un beneficio inestimable la infalibilidad de la Igle-
sia declarando alguna verdad, que no puecle menos de resul-
tar ventajosa en detinitiva; y cierto que si en lugar de genu-
fiexiones judaicas,hubiese obtenido la Iglesia de los Gobiernos
el respeto pie le es debido, la sociedad europea no se agitaria
el dia de hoy ent.re el puual de las sectas secretas, siglos ha
excomulgadas, y las bayonetas de un comunismo impudente
engendrado por los sofismas de la impiedad.


468. Concluyamos, pues, que donde quiera que es nece-
sario un freno, aun en materias politicas y econOmicas, la
Iglesia nos lo presenta eficaz y respetado. Donde ella se decla-
ra incompetente, 6 el freno es innecesario, 6 no hay nadie que
lo rehuse a los gobernantes. Por donde se echa de ver la ver-
dadera razon de donde parte en Ultimo analisis la segunda
dificultad que hemos confutado, la cual recibe cierta aparien-
cia de verdad del vicio cotnun entre personas vulgares de mi-
rar cotno importantisimo lo que es material y como Cosa ente-
ramente inutil toda verdad abstracta. teQue me importa, di-
cen, saber que en el septimo mandamiento se veda tal mane-
ra de usura, en el cuarto tal tentativa de rebelion, si en . rne-
dio de esto me veo forzado a morir victima del hambre 6 de
/a esclavitud? En vez de declararme principios abstractos; cuan-


DE LOS GOBLERNOS L1BERALES,
591


toaniejor me vendria que me enseilasen .almiltiplicar lashogazas
y6. librarrne de los comunistas!. Asi discurren para demostrar
la impotencia de la Iglesia en defensa del Orden ciertos enten-
dimientos groseros, que solo reparan en los-males que de cer-
ca les tocan, sin curarse para nada de- los principios teOricos
de donde el mal proviene. Tambien,, podria responder a estos
desventurados, si, tambien a ellas suministra la Iglesia sus
medicinas de paciencia y de heroismo; pero no habiemos
ra tie estas cosas, pues nos vemos reducidos a tratar de la en-
sefianza phbliCa: it.este proposito basterios halter demostrado


un liberal sincero Como en una sociedad catOlica el freno
de laCopinioneS pertenece de derecho


porque
pluralidativiene en ello, y resulta de hecho eficazporque


lo respeta,


VIII.


469. Ilablemos ahora con aquellos legitimistas catOlicos
que poniendo en olvido la gran promesa bajo cuyos auSpiCios
prosigue la Iglesia sunavegacion, fundan toda su esperanza en
la proteccion de las potestades temporales, y se alegran cuando
estas procuran encadenarla para tenerla más segura. Seame
heito decir a estos francamente la verdad por desagradable
que sea. La censura de las opiniones ora ensdiadas oral-
mente, ora publicadas por escrito, naciO en su forma legiti-
inaen la Iglesia y con la Iglesia, y fue despues venerada en
el punto de renacer la civililacion., lornismo por el bLrbarq
cuyas sienes ceilia la corona's como por toda la grey, cuan-
do el primer fervor de la fe y le intim6 con autoridad 0 . que-
ina to que adoraste y adora 'lo que quemaste:» y -esta
Aoridad respetada en totlos los grados de la gerarquia . social.
desde el supremo hasta el in.fi_mo, huniillando al tno .narea sin
-envilecerlo; y ennObleciendo'61 sUbdito sin Need° soberbio,


Tomo 1.




592 PRINCIPIOS TEORICOS
forme aquel vinculo reciproco que trasformo el Estado fen,
familia y tom) por consiguiente en hijos a los sithdilos, en
padres a los monarcas. Un sentimiento de adhesion al Rey,
mezcla maravillosa de respeto y de amor para con una persona
sayrada, para con el ungido del Senor, se despertO 'entOnees
en los corazones nlas generosos y magnanimas..inspirados Por
la ley por la caridad catOliea, sentimiento cuyas filtimas pul-
saciones, ya casi estinguidas, tenian eco todavia, aunque debi-
les y moribundas, alrededor de la cuna donde vi por vez pri-
mera la lux. Ententes Dios y el Rey, el altar y el 'frono, eran
formulas recibidas pot todo catelico, en las cuales nada se
percibia de vileza, ni adulation, porque eran la expresion de
una fe viva é independiente. ;,Quien forme este sentimiento?
La Iglesia y el Catolicismo. iQuien lo destruyo? Aquella secta
protestante, que habiendo suprirnido el crisma y roto el
vinculo de los juramentos dinasticos en la coronacion de los
Reyes, los trasforme en funcionarios de la nacion, y poniendo •
les en la mano un cetro de hierro, les dijo cruelmente: «Rey
.por lu gracia, no de Dios, sino del pueblo, disponed de so
,entendimiento., de su voluntad, de sus riquezas, de su vida,
.que dl ciegamente os entrega: cread la justicia.a vuestro pla-
cer; el Estado sois vos. Idolatras de los monarcas, politicos


de Gabinete, estais contentos? zAceptais esta omnipotencia
que lOgicamente se deriva de semejante metamerfosis? 6Quien
os parece que debe ser preferido, un Rey omnipotente, primer
funcionario de la nacion, o un Rey encadenado por la justicia
y por su juramento, primer funcionario del Dios quo la nacion
adora?


470. En otros tiempos la respuesta podia ser incierta, no
la verdad para el corazon de an catelico, sino mochas veces


para el de un ministro, de un diplomatic), ocupados, como si
este fuera el Ultimo lin y la beatitud suprema, en dilatar las
cimbrias del mando regio, bajo cuya sombra se cobija su
mando: la mente limitada de los politicos empiricos no ye
alli entences en las formulas, Rey por la gracia do Dios, Rey:
por la gracia del pueblo, sino un pequeilo gasto quo hater
para mudar el troquel de la moneda, on titulo sin ningun va-.


DE LOS GOBIEDNOS L1BERALES
3133


tor, como el de hijo del cielo para el Emperador de la China.
Pero la legica cuyos raciocinios van enlazando en el
curso de las generaciones las consecuencias a sus principios,
con rigor inexorable, ha deducido hoy dia de la segunda
formula, en el Orden de los hechos, tan tremendas ilacionec,
que toda persona amine de so Principe no puede menos
de indignarse y temblar a su vista: el Rey es funcionario de
la nation; luego la nacion, ha diem° la legica, es soberana;
go 0 ella le toca juzgarlo, condenarlo, desposeerlo, castigar-
lo, a ella le toca..... vosotros politicos sabeis todo lo demas.
Ahora bien, puestos de pie sobre el patibulo todavia humeanto
con la sangre de vuestros Principes, en presecia de su cabe-
za separada por la guillotina de aquel tronco todavia


.palpitan-
te; responded a mi pregunta: iquien os parece roe debe pre-
ferirse: si on Rey omnipotente, primer funcionario de la na-
cion, un Rey encadenado por la justicia y por Ibs •juramen-
tos, primer funcionario de Dios?


Por to que a mi toca, como amigo .sincero que soy, no adu-
lador, de los ungidos del Senor, jamis deseare para mi
rano esta omnipotencia, hija de la mentira, madre del despo-
tism), abuela de la rebelion. Vosotros los que adorais al Prin.,
cipe, aun siendo catClicos sinceros, convenis en este punco
conmigo?


471. Pero en tal caso, .vamos despacio; en tat caso, os
despojais vosotros mismos y a vuestro Principe de toda supre-
macia en los entendimientos. Si la Iglesia debe intimar con
fruto a vuestros sUbditos quo respeten al ungido del Senor,
debera ser creida como maestra infalible é impartial, y su
sentencia debera ser reputada pot' Ultima a independiente en
los juicios de la opinion, y por consiguiente superior en. estas
materias a todos los tribunales de la tierra. Tal foe cabalinen-
te en los tiempos en que hizo resplandecer en la regia diade-
ma un rayo de majestad sobrehumana: la Iglesia velaba enter,-
ces por las doctrinal, daba la investidura a los maestros,
fundada las universidades, condenaba los errores, y dominaba
en suma todo el mundo intelectual y moral con fuerza sua-
visima, pero irresistible: week; bien al Espiritu Santo y




394 reiNct PIOS TEORIEOS
nosotros,(M: este formula divinamente miglca que paralizaba
a todo eipidiq'ue no Ittese sorde , e- la voz•. del sibio encantador;
asi coma enfrenO desde luego las t lenguas y los escritos, las
universidades'y los doetores, asi :tambien cuando las prensas
animedas por Gutemberg-,idespidiendo Iuz :inultiplicaron las
ondulaciones de todas las doctrines, luego apretaba en .sets
manes. las riendas delpensamiento que se.habla echado a vo-
lanpor estas nuevas vies, y sei,alaba it este terrible movimien.-
to sus verdaderos . !buttes. ,Vieron y admiraron los poli-
ticos est niaravilla , y comprendieron al punto las int/lenses
ventajasqiie par su carte pottrien ellestambien sacar en pro de
sue designios, si llegasen coma lalglesia C.sefiorear el pensa-
miento, y tioparecid dificil a entendimientos materiales y em-
piricos; suplantar come los encantadores egipciOs valiandose
de fuerzes creedaS losportentos del libertador de Israel: seller
una imprenthypegar fuegO a una ninquina de imprimir no
es cosa pare espantar a un Gabinete;• y pues la Iglesia domi-
nando al-pensamiento quenztaba libros .y,tcerrabaeimprentas,
pensaron ellos buenamente; que quemando :was y cerrando
imprentas dominarian:alepenSamiento. De este . extrafia y gro-
sera ilacion puede. decirseelue cenfunde el efecto. con la cause;
mas no que.sea . 1a, imica de su .genero que ha sacado la inter
ligencia de los materialistas; pues desde Epiciireo haste
vecio . siempre giraron sabre este mismo 'equivoco, damlonos
el movirinionte per :principio del alma yilos dedos por princi-
pio dela inteligencia. A este ! modo erigierOn tambien el tribu-
naPsobre,las'opinionesounque en un pritielpio por cierta ma-
nera de. pudor catelica:que todavia se conservaba como una
reliquia de.,NiVaie do nuestros mayores, mantiivose como tri
bitnabrnixto-en . la Monarquia espafiola, que entonces tenia el
peedeminio etrltdda culta. Pero no fie igualmente
poderosa en el movimiento de . aquella institucion la influeru
eta de ambos principids; pues el elemento de la fuerza mate-
rial, coma suele de ordinariti acaecer, prevalecie en aquel tri-
bunal, conduciendole,i!tal extreme que el Papa Sixto IV, juz-


(1) Visum est Spiritui Sancto et nobis:


DE LOS GODIERNOS LIBER1LES.
395


go por necesario templar• .su autoridad, infundiendole nuevos
elementos de fuerza moral, confiados al ascendiente constante
de un Institut°


religioso. Si el intento del Pontifice luvo•cum-
plidaejecucion, no es este el !tiger de discutirlo: lo que:hace
nuestro propOsito es observer el modo coino aquel debil ele-
mento de formes y de espiritus catelicos, ingeridos. en una
institucion politica, dieron alli inmensa fuerza al .dominio del
Gobierno en las opiniones; tan cierto es que no e.sta en la
fuerza, sino en el espiritu el derecho de dominar et pensa-
miento.


472. En efecto, en Lodes las dernas partes donde quisieron
los gobiernos asociarse 0 la Iglesia en el set


-it:trio de .
los enten-


dimientos, al censor eclesiastico juntOse primeramente.elpoli-
tico: despues no baciendose caso'del primero;.prevaleci6.el Se-
gundo; y por itltitno .condenese al primer°


.
a destierro, y en


mas de un pais catelico •piisose .ehtrelos .
libreeprollibidos el


Lidice tridentico, y la invasion qtxedO coon-made.
Pero que sucediO? Desde el punto pie el elemento bru-


tal hizo su intrusion en et gobierno de los espiritus, Ilegaron
estos a rioter cuanta era la flaqueza del micro Faetonte, que
asi se atrevia A regir los corceles del Sol; comprendieron ,que
perdidos los caminos de laJuz, tenia que set' arrastrado- 'Apia
la tierra por los intereses; debilitada en las . conciencias Wpro-
bibicion politica, comenzO a enervarse sn religiose conapafiera,.
baste Tao par itltimo tin grito universal contra la tirania.ejer-.
cida sobre los entendimientos, produja aquel inmenso•incendio
que todavia nos abrasa.


473. Politicos, 1podeis negar que este es la serie de los be-
etles y el itltilno resultado de. la soberania que os arrogais so-
breel pensamiento? ;, Potleis negar la razon con que los enten-
dimientos se niegan a sufrir vuestro Yugo? iOsariais jamas in-
timer lormalmente a una sociedad que piensa, 0,pensed coma
yo, porque soy infalible P . 0 Bien: ttpensad como yo, porque
soy Reflexionad cuanto querais sobre estos dos.ridicu-
los y absurdoeporque; mirada la proposicion bajo cualquier
aspecto pie sea, siempre debereis concluir comnigo, persuadi-
dos por la razon y por los hechos, que fuera de la autoridad4




596 PDINCIPIOS TEÔRICOS
edesiastica, no tienen los Gobiernos instrumento alguno para
gobernar el pensamiento.


Henos aqui, pues, en la alternaliva, 6 de admitir con toda la
gente cristiana, que solo Olen es infalible tiene derecho a dic-
tar leyes a los entendimientos, y que solo la Iglesia catelica es


asi con reverencia, como guia de la opi-
nion pUblica, la ensehanza de la Iglesia; 0 de resignarnos a ver
ponerse para siempre el astro de los Reyes por la ,gracia de
Dios, que saliO por Oriente con las doctrinas catelicas, con
cuya luz resplandecia, y condenar los Monarcas asi envilecidos
en su condition de siervos del pueblo, a esperar de un momen-
to a ;otro tin pasaporte que los separe del servicio 6 un verdu-
go-pie les de el pago del capacho.


Toda4tra esperanza es vana, porque ningun otro poder fue-
ra del Catolicismo hara jamas del Principe un sec sobrehuma-
no; ningun otro . afecto que no fuese la est6pida superstition 6
la adulacion vii que divinize los menstraos de Roma imperial,
reconocera nunca sus apoteosis; ningun otro nuembro podreis
jamas afiadir a la inexorable disyuntiva: -«6 el Gobierno debe ser
Ainfalible, 6 no tiene derecho alguno en los entendimientos. A




474. Pero dos graves dificultades tendrin todavia • en sus-
penso vuestro juicio sera, porventura , el poder de la


sociedad .espiritual, si le ayuda el politico?
»puede ,ser su. poder contra una casts de errores que consisten
»principlmente en menospreciar toda autoridad y no terner
»mas qife a la fuerza? Periraun suponiendo que no carezca
.de poder, es evidence que podia abusar de el contra nosotros
)T61.'4 .Someter lo civil a losagrado y resucitar los Hildebrandos
Ay Bonifacios. Entre la Urania de . un Pontifice soberano y la
A de un pueblo soberanO ..... el qua rco quiere ealdo, dos tazas


llenas .»
475. Desatemos estos dos nudos que forman el escandabi


de los catOlicos politicos.
La Iglesia, decis, no tiene poder para enfrenar con su atitori-


dad espiritual ttna-raza que habla y escribe e imprime especial
yexpre:amente'p'ara infamarla y hater pedazos en sus manos
el cetro.


DE LOS GODIERNOS MURALES.
X97


476. Pero, como podeis asegurar esto? Por lo visto os ha-
heis olvidado pie estamoatratando de an pueblo sincere y
lirmemenle catOlico en su maxima pluralidad: apoyado en esta
hipetesis , puedo por consiguiente negar de un : modo resuelto
semejante asercion; y aun por fiadores de lo que digo, tengo
los mismos enemigos de la Iglesia; porque iliarian estos tantos
esfuerzos por guitar de sus manos la censura, si la considera-
sen impotente? Eno se complacerian Inas Men en hacerla odio-
sa con ese derecho . y ridiettla en su impotencia. de- hecho?
No, no penetrara en la pluralidad dp la nacion el error, mien-
tras Ia voz venerada de los pastores prohiba con nota de in-
famia los papeles con que el.- veneno se envuelve; y esta misma
infarnia causara desaliento para escribirlos y publicarios: asi
obraron siempre con toda energia los supremos:pastores, pro-
hihiendo ciertos diarios pestiferos , que a veces pasta corren
en manos de personas piadosas, por no caer estas en el veneno
que encierran.


477. Se rimy Bien que en el dia de hoy no se brinda la
oportunidad a este remedio, rque la prohibicion aim en los
paises.catOlicos es para algunos la salsa mas agradable para
c.Otifer la muerte escondida en . 1a fatal manzana de la cien-
cia. Pero iclue maravilla si el Catolicismo es para muchos-un
hombre mas Bien que una fe?


se mira a la prohibicion
mas como arma de politica que como amonestacion de pas-
tor?. 6 Si a los inisrnos; pastores se les viene impomendo tantos
ahos ha on violento silencio a fuerza de censuras y procesos?
Sin embargo , min 'en tiempos tan calamitosos permanece y
permanecera siempre ciertanfirnero• de verdaderos creyen-
tea , a quienes dicha autoridad regula e irifunde valor para
protestar contra la mentira en favor de la verdad: esto
esto brit siempre:, esto conseguira siempre Ia Iglesia, aun en
medio de


al
Paso vos, gobernante politico,


jamas pudisteis, ni podreis hacerlo en vuestro mayor auge.
Pues ;. por quereduciros asttestra-. nada.propia, rehusando lo


por terror de no conseguir el todo? iNo sera siempre
manos triste , no sera Antes inmensa ventaja conservar vivo




598 PIUNCIPIOS TEORIGOS
-el germen de verdad y viva tambien una clase piadosamente
resuelta a propagarla?


478. Pero yo he aceptado vuestra proposicion en el mode
mAs desfavorable para mi y he consentido , que nada pueda la
Iglesia contra los refractarios; lo cual por otra• parte, tratin-
dose de un pais catOlico, es una falsedad manifiesta, porque-
aquel es pais ea1011eo, donde Ia Iglesia ejerce libremente todos
sus derechos y libremente imprime sobre los refractarios ague-
Ila marca de reprobacion, que espanta a todo el mundo en los
paises donde Ia autoridad . que la imprinle, es universalmente
venerada: la excomunion que hacia temblar a los Enriques y
los Barbarojas en un mundo esclavo de Ia fuerza brutal,
haria temblar a los Guerrazzis y Mazzinis en un mundo ci-
vilizado que respetase el derecho catOlico; y si gstas frentes de
bronco Ilevasen su desverguenza hasta el punto (le no sentir
el rubor, ni merles inclinarse, luego las veriais it errantes por
los desiertos , como espectros repugnantes , .huyendo de la
compaina de todo hombre de hien.


479. i Que la Iglesia no Ilene poder para enfrenar d esla
rasa! Pues si tal os parece, ;porcine no le prestais ioh poli-
ticos! la vuestra? No corresponde al politico, lo se, lo sosten-
go, lo he demostrado p ace poco, no corresponde al politico
definir las doctrines; pero cuando la Iglesia las ha condenado,
las ha definido, cuando ha condenado y corregido el error, si
el derecho de la Iglesia resiste Ia prepotencia de los refracta-
rios, nadie impide clue, implorada por ells, venga en su auxi-
lio Ia fuerza pUblica, la fuerza que asiste a todo ciudadano par-
ticular, a toda ascciacion privada para obligar al que de una
palabra, ;AL que la cumpla. 1 0h! la Iglesia, la Inas augusta
las asociaciones, la asociacion divina por excelencia„ ;no oh-
tendrA de un gobernante catOlico, en favor de sus derechos,
aquella asistencia que obtendrian una compaffla cOmica y una
comparsa .de bailarines? Y cuando la prima donna se viera
obligada eon una anilta 6 arrest() a 'lacer gorgoritos en el tea-
tro donde se contrate. ;se permitira al cristiano violar la fe,
que j ure a la Iglesia al entrar en la sociedad catOlica con un
acto que forma la base de su civilizacion y de sus derechos.


DE LOS. GOMMINOS LIBMIALES.
399


480. Se que asi lo juzgan hoy dia muchisimos que se Ha-
man filOsofos y catelicos; pero antes de asentir a su sisteina
de tolerancia, quisiera me demostrasen, o que la autoridad
pfiblica no esta obligada a defender los derechos de toda aso-
elation reconocida, o que la Iglesia no es una asociacion re-
conocida en un pais catOlico; 6 que las promesas que se le
hacen de obediencia y obsequio, no le dan derecho alguno so-
bre los que las hacen.


Y si el gobernante tiene:eldeber de defender, cuando la Igle-
sia se lo pile, sus derechos, ;quien puede dudar ya de su poder
para contener el error, juntandose en ella de esta suerte la
autoridad que enfrena los Animos y el braze que dispone de la
fuerza?


481. En esta respuesta que dames a Ia primera dificultad,
se hacia asimismo la solucion de la segunda: .Que la Iglesia
.podria abusar de su poder contra la.


voluntad del principe.x.
Pero venid ace y decidnos: ;contra que voluntad? ;contra una
voluntad 'iinjusta, arbitraria, tirAnica, contra el ejercicio des-
potico de la fuerza brutal?. liner use del derecho contra una
voluntad semejante no: puede Ilamarse abuso del derecho
mismo.


482. Bien se que en otros tiempos todo derecho tenia que
bajar Ia frente al brillo de la cimitarra, salvo el catOlico, que
sabe arrostrar la muerte; mas boy que todo derecho, aunque
sea aparente, !labia tan alto y con tanta firmeza A los imperan-
tes supremos, ;sera el catOlico el Unico que deba temblar y
callar?


483 Pero si me hablais de la justa voluntad de un imperan-
te supremo, ;como no echais dever que el miedo de que la
Iglesia le resists es boy dia mas ridicule todavia que injusto?
Injusto rue siempre; y a restaurar la tbma de los Ilildebrandos
y Bonifacios levántanse por todas partes A la voz de:los erudi-
tos, no ya solo catelicos, sino liasta4rotestantes, testimonies
polvorosos de la Edad Media, que nos muestran A la brutali-
dad y al despotisMosentados en el sOlio de los Barbarojas. y de
los Enriques. bias boy , el miedo es ridiculo, hoy que la fuerza
espiritual de la Iglesia


• tiene tan pocos adoradores, y que la




NNW


400 PRINCIPIOS TF,ORIC.OS
material solo puede recibirla del mismo Principe, contra el
cual temeis que ahuse de ella.


481. Concluyamos de nuevo, que en tm pals catOlice, es
decir, verdadera, sincera, plenamente catOlice, 1a Iglesia y
sOlo la Iglesia tiene semejante poder, un poder tan respetado
y penetrante como se necesita para porter freno a los entendi-
mientos; y siendo esto corriente, un liberal sincere no puede
tacharlo de injusticia; un legitimista catOlico, no puede temer
sus invasiones imaginarias. Si plies sentis la terra vacilar de-
hajo de las pi-anti-is, no me digais en torso Moron quo es imposi-
ble hallar un freno en las naciones eatOlicas; sino decid (y
eon esto merecerit al menos alabanza-vuestra lealtad), que sois
liberal, peso liberal tan sOlo para con vuestra faccion, que
sois legitimista, pronto a sacrificar al mismo hey con tat que
Ilegueis a encadenar a la Iglesia. Si en vez de ilustrar al pue-
blo 0 pesar suyo, quereis cumplir de verdad sus deseos; si en
vez de dominar como ministro despotico A la sombra de nn fait-
tasma soberano pensaisverdaderamente en asegurar en las con-
ciencias la .autoridadde•vuestro Principe, os reputariais feliz al
-halter pronta a venir en vuestroanxilio una voz respetada porla
generalidad como voz de Dios; y si en los momentOs de cualquie-
ra de vuestros delirios hubiOreis tie temer de ella'un inexorable
Non licet, no stria este un nuevo titulo para implorar su tu-
ttla? ;no seria razon preferir la voz mansa e inerme. que os
veda Racer un delito, al pufial del pueblo soberano que acaso
os lo impone?


§ IX.


485. Pero Memos hablado haste aqui de un pais catOlico,
sincera y plenamente-catOlico, de un pais que es boy dia como
el arabiga. fenix, 6 come el Eden negado al mortal prevari,
cador. Pasemos, pues, aliora•al mundo moderno, al mundo
real, al mundo donde Ia Providencia colocO en los presentes
tempos casi toda la generation presente, al mundo donde


DE LOS GOI3IERNOS LIBERATES.
401


guarda silencio, porque ya no es eseuchadalen las conciencias,
la voz que sefioreaba un dia omnipotente el mugido de los
Oceanos tempestuosos y el fragor de • las llamas devoradoras.


- No es ya lino en Europa el pensamiento, piles Ia soberbia del
fraile apOstata, trasmitida por juro de funesta heredad a toda
la estirpe audaz de Japhet, volvie la sociedad europea A la
confusion de lenguas de lagentiliea- y entre los mismos
catOlicos, apOnas salvada la unidad esencial en los articulos
de fe defiuidos, un libertinaje de espiritu, menospreeiador de
los:!antepasados y de la autoridad, ha extinguido casi del todo
los r :spetuosos sentimientos de. Ia piedad antigua, que inch-
naba los Animos: aun en materias, no definidas A opinar con la
Iglesia y eon los Padres, juzgados boy rancios, ignorantes, os-
curantistas, retregados. Enna ,Oeeano donde tantas tempesta-
des levanta el impetu furibundo r de mil vientos contrarios, sin
un Neptuno, ni un Eolo capaces de aquietar las olas y apri-
sionar los aquilones, ;A cual de las dos sentencias habremos de
acomodarnos? ;A la que desencadenatt pensamiento con. ruing
de la: sociedad porque el Gobierno es incapaz de enfrenarlo,
a la que sustituye al derecho, que se echa delnenos.,. la fuerza
de las bayonetas, porque la sociedad no perezca?


48fi. Esta alternativa abre, por amb.os• lados un abismo que
con razon causa pavor a todo .


Online honesto. Soltar contra
sociedad el horrible cancervero de la anarquia, ,no seria, 1011
cielos! el Eras nefando de los parricidios? Pero por otra page
;que bienes nos vienen con poner las riendas en una mano
impotente, movido del deseo no de la verdad, siao imicamente
de, asegurarse el poder y deimpedir el sacudimiento de- aquella
manera de letargo, 0 que llama Orden, la cual elegir0 el Ca-
mino mas encadenando a los delensores de la verdad
nnsma siempre más dOciles que los revoltosos sectarios?


• 487. Tal es 0 primera vista la. condicion lamentable de to-
da sociedad, en donde el principle de autoridad espiritual
enmudecc o no es escuchado; condicion, en apariencia incon-
ciliable con la bondad del Criador, que pareceria haber abando-
nado la mOs noble de stts criaturas visibles al poder de su mAs
hero enemigo, el error, ponzofia del entendimiento. 'La auto-




402 PRINCINOS TEORICOS
»ridad infalible, podria decir un filOsofo, no es planta indigena.
»del barro de Man; la naturaleza ha creado, pues, en nosotros
»una viva y perpetua contradiccion forntAndonos para la ver-
»dad, y haciendonos imposible conseguirla. Ahora Bien: como
»conciliar esta contradiccion, este Tinitalo sediento, que casi
»toca con sus lAbios el agua sin poder beber ni una sola gota
»de ella, con la bondad infinita del Dios que le cria?»


488. Responders a esta dificultad en terminoS,.algun tanto
claros, Pero antes permitasenos subir a principios . algo remo-
tos; y aunque a primera vista parezcan estos casi del todo age-
nos it mi asunto, el lector atento advertira bien pronto cuan
intimo sea el vinculo que existe entre la cuestion de la ense-
hanza en una sociedad mixta, y la del modo como so propaga
en la marcha natural de la humanidad la inteligencia de la
verdad. Con todo, una sociedad destituida de autoridad reli-
giosa positiva, y reducida por consiguiente A las solar con-
diciones procedentes en este panto de la naturaleza, de ellos
debera valerse necesariamente para mantener los debiles prin-
cipios de unidad intelectual, Unica salvacion, itnico refugio
contra la total disolucion.


489. .Adviertase, pues, que la objecion que algunos pare-
ce poco menos que insoluble, puede presentar varios aspec-
tos, ora con relacion A las sociedades modernas, heterodoxas
infieles, ora con relacion A las antiguas en el estado o ae ino-
cencia, 6 de corruption. Entendida con la sociedad inocente,
la objecion desaparece, porque Dios •revelO realmerae al pri-
mer hombre las verdades del Orden moral, dandole el fAcil y
agradable encargo de desenvolverlas y aplicarlas con obras
jas de su propia energia intelectual (1), llena entonces det:su
primitivo vigor, de lo coal parece darnos. la Escritura misma
un ejemplo, cuando el Creador, no queriendo manifestar por
si mismo al progenitor de los hombres locnombres apropia-
dos a cads especie de animales, qtiiso que Adan mismo contem-
plase la naturaleza de ellos para darles un nombre expresivo


(1) Ut operaretur.


DE LOS GtBIERNOS LIBERALES.


40i
de la misma (1): el debiO, pues, conforme al designio primiti-
vo de la creation, trasmitir A sus descendientes el tesoro de
las verdades primordiales, acrecentado ya por 61 con su propio
trabajo, cuya semilla echada en la tierra virgen de entendi-
mientos no sujetos al sentido ni alas pasiones, hubiera dado tin
fruto del ciento tanto.


490. La naturaleza, pues, proponia al hombre en tal esta-
d9atn objeto intelectual, que con las fuerzas recibidas del Cria-
dor„ conforme a su naturaleza, .esencialmente intelectual y
traditional, 6 sea individual y social, habria el hombre cierta
'Dente obtenido.


491.. Natese aqui*paso la importancia de las influencias
tradicionales y sociales en el eonocimiento de la verdad, para
comprender Bien desde el principio el maravilloso designio do
la Sabiduria creadora, en la formacism del hombre, designio
tan malamente desfigtirado con las doetrinas protestantes, aun
en las ideas de muchos catOlicos; pues cuando estos admit en
como axioms que el hombre debe llegar a conocer la verdad
con las fuerzas naturales, reducen estas fuerzas alas puramente
individuale.sdaaeuerdo con el fattest° individualism° quo vi-
cia profundamente todas sus doctrinas; como si no fuese igual-
mente , natural al hombre recibir de los padres la palabra de
verdad y dis.currir : acerca de ella con la propia inteligencia. De
donde sacan despues muchas y ,pesimas consecuencias, entre
elle.s la Restintuasa:e insolente libertad do pensar de que va-
mos hablaildo. No ofrece, pues, dificultad alguna en el estado
de inocencia la proportion de las fuerzas intelectuales con la
verdad, kque tienden: Dios que trio al hombre para la verdad,
conducialo segura y derechamente hacia : ella, conforme a su
naturaleza: este recibia de la sociedad Integra la revelacion
primitiva, y con la inteligencia, no viciada aun por el predo-
minio de los sentidos y de la fantasia, cultiyaba aquella plants
tan vigorosa.


(1) Ut videret (fijaos bien en este videret) quid vocaret ea. Las
palabras quesiguen en el sagrado texto demtiestran dlarathente
como conveniebant rebus nomina.




404 PRINC1PIOS TEORICOS
492. Pero despues de la culpa el hombre no es ya lo que


fu.; ,—lo cual, podria deciros, no provino del Criador , que
ciertamente no puso al hombre en la tierra para que pecase:
si peco, justo es Tie sufra el castigo: si quiso saber demasia-
do, justo es que carezca de lo convenience; y no es razon
atribuir el desorden penal de la naturaleza a ordenacion del
Criador, lino al voluntario desOrden de la culpa.


493. A pesar delo cual la bondad infinita, no usando ente-
ramente los derechos de la justicia vindicativa, no dojo al
hombre todo en poder de la ignorancia a que la misnia culpa
le hub() reducido. La herencia de Ia verdad no perecie por
completo con la inocencia, cuya perdida puso enferma, pero
no destruye la naturaleza en el hombre: este continue recor-
dando de generacion en generacion las tradiciones del Paraiso,
y en muchas de las antiguas naciones, las deposite en ague-
llos COdigos que fueron durante largo tiempo objeto inviola-
ble del respeto de los Solos o Sacerdotes. Por donde se ye
cemo rue natural a Ia ciencia nacer del Santuario: si todo sa-
ber debe comenzar per una verdad no demostrada (com p


todo
acto debe proceder de una potencia ya actuada), es evidente
que toda ciencia rue deudora de sus principios a la ensefranza
primitive conservada inviolable en los libros sagrados de
aquellas gentes; ensefianza quo bien pudo Ia inteligencia pa-
cer soya estudiando sus causas, pero no producirla por si
misina, a no estar fecundada por la semilla recibida.


Tuvo, pues, el hombre en las tradiciones sagradas un pri-
mer elemento de fijeza en la verdad, que trastnitido de fami-
lia en familia, resplandecie en los principios come faro en las
tinieblas, con luz tanto mas perenne cuanto más firme sub-
sistia en el corazon del hombre el respeto a Dios, autor de la
revelacion, y a los progenitores que la escucharon. Si des-
pues abandonado de los hombres el respeto debido a esta pa-
labra infalible, se disrninuyeron proporcionalmente entre sus
hijos las verdades ( .1), 6sera razon echar la culpa de esta dis-


(I) Dinanutx suet veritales
hominum.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 405
minucion al Dios cuyas leyes conculcaban con su sacrilega re-


' 6• belion, y a los padres que guardaron la verdad?
494. Aunque en medio de aquellas funestas tinieblas en


que caminaba tientas en sus.Ultimos periodos elg entilismo,
no es (le career que


Simla nel cielo ognibenigna /crrnps.
le fuese inaccesible el umbral de la verdad. En toda socie-
dad por corrompida , por barbara y salvaje que sea, se con-
serva necesariamente cierta strum de verdades primitivas, quo
no puede destruir fuerza alguna sin disolver la sociedad , quo
gira en torno de ellas la sociedad considera tan potente su
fuerza, tan ineluctable su, necesidad, tan funesto su esterminio,
que jamas consentira privarse de ellas scan cualesquiera los.
sofismas urdidos para engafiarla 6 las violencias usadas para
oprimirla.


495. Verdad es quo a las tradiciones veraces iran Inez-
clandose con el tiempo errores y aun errores estupendos, los
!males serail pasta en sus mayores estravagancias respetados
Como verdades irrefragables; y escitando su misma extrafieza
la burla, la compasion, la indignation de los ingenios Inas
despiertos y audaces, acaecera que estos confundan en un des-
precio universal lo verdadero y lo false, admitidos por el vulgo
con universal veneration: aunque todos sus dichos no con-
seguiren jarnas (pre perezca toda verdad, porque mostrandose
la desolacion y la muerte cual furias espantables en el tenni-
no a donde el error conduce a los individuos y a las naciones,
haran que retroceda horrorizado arm el pie Inas temerario. Asi
vimos en nuestros dias ser tornados (lel frio de la muerte el
eclecticismo volteriano y el panteismo gamerrico , y retroce-
der de orillas del abismo donde los espera para tragárselos el
tremendo fantasma (lel comunismo.


Hay, pries, en la naturaleza una fuerza co nservadora (le
la verdad, en la que pueden apoyar la palanca del raciocinio
todos aquellas cuyo corazon no corrompido anhela sinceramen-
te por Ia verdad.


496 Mils como a pocos es dado no caer en la corruption,
y aun a estos pours les seria largo y arduo el camino, y el paso




4013


PRINCIPIOS TEORICOS


incierto les haria fluctuar entre verdadess-y errores; a medida
que se perdia entre los hombres la tradicion primitiva, levan-
tabase el sol de la segunda revelacion .; quo IlegO a toda su
plenitud en la Palabra Encarnada. Dorante todo este lar-
guisirno period() no dej6 , pues , el hombre de hallar ac,
ceso a la verdad , aunque- su culpa se lo llenase de . es-
pinas.
497 Pero desde el dia que Coda verdad fa° conliada.a la Igle-
sia de Cristo por el mismo Unigenito que habita-en';el seno
del Padre, y -por el Espiritu de Verdad quo procedeAe am-
bos, Ia objecion ha perdido evidentemente toda fuerza; pues
antes Bien no hay entendithiento sano que no yea delante de
si la fuente de la verdad ciilpese a si mismo si no corre a
apagar en ella su sed; no ets.culpa de Dios, que le ha abier-
to el santuario de la verdad natural, dejandole ade.mas en-
trever por las hendiduras kle. la puerta.; en el enigma de los
tnLiterios i . los esplendores:de la verdad 'sobrenatural, que ha-
ten-resplandecer tnitS, a primera. - La objecion contra la
Pt6'.ithorcia creadora es plies de todo punto insubsistente,
y careceria aim de la ,inas minima apariencia, si sus autores
no' partiesen de . una hiPOtesis no menos falsa que arrogante,
es a-saber; que el hombre ,deba oonocer toda verdad con su
sola ra-zon aislada de todas las generaciones anteriores y de
toda inlluencia de maestro lo eual es tan.falso
come verdadero Os; quo • los hombres nacen por via de gene-
ration y aprenden unos de otros por via de enseilanza. Mas
porque siendo como es false esta doctrina, y grave y pernicio-
sa la culpa de quien rechaza la revelaCion, todavia se ha
heclio boy tan comun, examinemos que derecho tenga entre
tantas lenguas discordes e1lensamient6' del individuo y la au-
toridad del Gobierno.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
407


§. X.


498. Todo individuo limos dicbo
. que tiene el derecho do


enseftar la verdad en proporcion a la certeza con que le posee,
y de la necesidad de otro de conocerla; y este deber que obliga
al individuo, obliga mucho mas al gobernante, encargado ex-
presamente del bier( social por la naturaleza de la sociedad.
aqui, pues, el uno en trente del otro, dos derechos, uno en el
individuo, otro en . el Gobierno , que miran al mismo fin y se
apoyan en el mismo principio: midamos, piles, en el modo que
sea posible, su intensidad respectiva, segun las leyes universa-
les de la colision en los derechos.


499. En primer lugar, 0Onde se encuentra la posesion
indubitada de la verdad? Tratandose de verdades nuevas y. to-
davia no esploradas,-la presuncion estarit ciertamente a favor
de los mas doctos; pero si las doctrinas disputadas pertenecen
al Orden de verdades universales, que sirven de base a Ia so-
ciedad, quien duda entOnces de quo la sociedad las posea?
Aleccionada por una tradicion, quo prescribiO hiego coin° divina:
confirmada por Ia experiencia del bien producido por ellas y
por la experiencia del mal que se sigui6 de haberlas abando-
nado, la sociedad- tiene un derecho plenisimo a mantenerlas
ilesas, si las razones con Tie el individuo las combat°, no tie-
nen mas fundamento que so propio parecer, contrario al clic-
(amen de la generalidad..«Quien os (la derecho, podria ella
»decide, a minar los fundamentos de Ia sociedad, preparanclo
»asi so ruina? Si vuestras especulaciones pudieran detener el
»curso de los planetas yvolve,r al mundo al carts primitivo, na-
»die podria dudar de mi demotic'


para enfrenar su propaga-
',don y salvarme de la ruina. Ahora bien, la fuerza de (pie
» carecen sobre los planetas, bien pueden tenerla sobre las
» inteligencias mas debiles y sobre los corahnes mas corrom-


Luego pretender que yo respete en uno de los asocia-
»dos la libertad del delirio , no es doctrina de entendimiento


TOMO
27




1


408 PRINCIPIOS TEODICOS
»sane ni de hombre alguno que discurra hien.» Este podria•
decir la sociedad al temerario que, acusando do ignorancia
la inmensa mayoria de sus conCiudadanos, aspirara, come etre-
Sanson, 6 tracer que taiga desplornado sobre la cabeza de to-
dos, inclusa la suya, el inmenso edificio de la sociedad, en el
punto de deitruir sus dos columnas maestras, Verdad y Justi-
cia. En van ° diria el disidente, quo su animo es ilustrar la so-
ciedad, redimirla, regenerarla; pues mientras permanezca
solo, cualquiera que compare los derechos respectivos, reco-
nocera siernpre la superioridad del que tiene la sociedad ; tante,
por haber esta recibido en herencia la sabiduria de Ins siglos,
como por opener al individno un inmenso de inteli-
gencias. Fuera de quo asi como la sociedad no es arbitra de
su propia conducta, sine en cuanto se unifica y concentra en
la autoridad, asi a la autoridad misma y a la persona que lit
posee, pertenece en la sociedad rnixta de que hablamos, el dere-
the de enfrenar Ia lengua (101 disidente, no para imponerle
sus opiniones particulares, sino para poner a salvo el comun
tesoro de las antiguas verdades reconocidas.


500. En cuando a las nuevas y todavia no esploradas, o n°
tienen por entonces una conexion evidente con -las primeras,
y en este casodeben librementemanifestarse, 6 se enlazan evi-
dentemente con cites, y cubran por consiguiente en /a clase
y leyes de las anteriores luego al punto que este enlace es •per-
eibido del pOblico. De donde resulta quo el derecho de enfre-
nar, si no el pensamiento a lo metros la lengua, no Dace pro
piamente en estas sociedades mixtas del juicio del gobernante,
sire de la verdad difundida universalmente entre los asocia-
dos, eco debit de la primitiva revelacion; y asi no es maravi-
Ila que semejant.e derecho sea imperfectisimo, pues nace de un
tattle tan debilitado y controvertido.


501. Bien veo que Contra esta docirina militan en aparien-
cia Was aquellas razones 'pre trazamos en el principio.de es-
te tratado para demostrar la imposibilidad de mandar, la socie-
dad civil A los enteirdimientos; r ero bier mirada la cosa no se
oponen direciamente a aquella, lino cuando la autoridad pre
tendiera impeller al entendimiento alguna adhesion; porque no.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
409


pudiendo este asentir sino a la verdad, Ia autoridad, que es in-
competente, porque es falible, se tornaria despOtica exigiendo
tal asenso.


502. Pero la facultad que acabamos de otorgar, tiende
enfrenar la lengua, no ya el pensamiento: y sobre Ia lengua 110
hay quieu niegue A la sociedad cierto dereeho Inas 6 ménos


fuele concedido en otros tiempos contra los lieresia
cas y blasfemos, contra los sediciosos, contra la obscenidad de
los libertinos, y nadie sera osado a disputirselo aun en el dia
de boy contra los.falsarios, calumniadores y testigos falsos.
Luego los que pretenden quo se conceda una libertad absolitta
A la pluma y a la lengua, 6 no saben lo que dicen, 6 no es-
tan en su juicio cuando hablan, 6 padec4A alguna de aquellas
aberraciones contrarias al sentido comun, que hacen los mOns-
trues 6 los insensatos en el Orden moral.


503. El derecho de la propia conservation en la sociedad,
como en los individuos, se liana tan universalmeilte reconoci-
do como base primera de Coda operation externa, que no es
posible desarraigarlo de los animos, donde file : puesto por la
mane de Ia natnraleza; el mismo instinto que dice al uno: el
quint° no motor, dice el otro correlativamente: tienes dereoho
is defenderte; y no hallandose [una exception que permita al
primero asesinar con la pluma y con la lengua, verlandole solo
que lo haga con el cuOhillo 6 el trabuco, tampoco hay excep-
tion para el segundo, con que pueda decirse: «defiendete
contra el pupal etas no contra la pluina y la lengita.n Esta
voz de la naturaleza fuê bArbara Pero claramente expresada
en los pasades desOrdenes por aquellos facciosos, que maldeci-
dos per la prensa libre corrieron 0 pegar Fuego A las mAquinas
de iniprimir y a desparramar por el uel.o los..caractOres
imprenta, gritando' 0 los impresores: «Si vosotros tenets liber-
»tad para tratarnos mat, a nosotros se nos ha dado para de-
»fendernos, use cada cual de sus respectivas armas.» A lo coal
guardando silencio los tribunales en aquella sazon y suponien-
do cierto elta"geaVio causado 0 aquellos salvages, no se yo como
habria podirtor sponderseles con


al derecho puramente
natural.





410 PRINCIPIOS TEORICOS •
501. «La verdad, se dice, no hate dano a nadie, sine an-


tes es el principio de todo bien;n concedido en buen flora,
mas no esti aqui el punto litigoso entre la sociedad y el indi-
viduo. La cuestion, como yal.o Memos esplicado, ,versa Unica-
mente sobre decidir si la verdad es poseida por el individuo
contra la sociedad, 6 por la sociedad contra el individuo: y si
bien es todavia muy cierto que entre los disidentes a que nos
referinaos, una vez perdida el Ancora de la infalibidad, el
error puede existir en una y otra parte, pero es includable
que en materia de verdadessociales, todas las probabilidades
estan a favor de la sociedad instruida por la tradicion contra
el individuo privado de sus luces. Pero aun prescindiendo de
Ia mayor 6 menor probabilidad de poseer la verdad, siempre
estaria Ia ventaja en favor de la autoridad, per otro motive
que forma el verdadero objeto del debate. La sociedad que
se,defiende contra las innovaciones del dogmatizador, no la
.echa de rnaestra, sine limitase a protejer al pueblo: no de-
cide si la nueva ensefianza es verdadera 6 falsa, sine si es
tail 6 nociva, en lo cual podri a la verdad impugnarle el sitb-
dito si este poseyese con certeza la verdad, pero faltindele esta
certidumbre, revive el derecho social con una fuerza tanto
mayor, cuanto la esperiencia !labia ordinariamente en favor de
la sociedad y contra el individuo.


505. La evidencia de estas razones y lo arraigadas que es-
tan en Ia natttraleza, esplican siempre la reproduction del fe-
nOmeno de que . somos tesiigos tambien nosotros, conviene
saber, 1a compresion arbitraria, las leyes mecinicas, el estado
de sitie, al lade de la libertad de pensar legalmente desenfre-
nada. Censurad a vuestro: placer, condenad, excomulgad, ar-
rojad de la sociedad el arma defensiva de sit existencia, la
censura de las lenguas y de las plumas, no por este logra-
reis veneer la naturaleza, que es invencible: el derecho de
defensa se presentara bajo otras formas, y la sociedad pere-
ceri.


506. «;,Con que sera, pues, eterna la opresion, siendo asi
>,que todo el mundo ye como abusa la autoridad4e . semejante
»derecho? ;No es evidente que encailenadas las opiniones, ca-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
411


)>minamos a la estupidez de los musulmanes, y todo principe
.puede tornarse en un Viejo della Montalto?» Ciertamente
cuanto es mayor lo fuerza y santidad de un derecho, tante
mas ficilmente puede abusar de el la liumana malicia. Pero si
del abuso hubiera de inferirse su abolition,;que derecho po-
dria tenerse en pie sobre la tierra? Autoridad , propiedad, pa-
ternidad, consorcio domestico, religion, todo en una palabra
sirve de instrumento a las pasiones, Lode par cenSigniente de-
beria ser abolido. En este punto ,digimoslo en alabanza de la
verdad, el comunismo es mas lOgico que sus adversarios in-
credulos, pues saca de sus principios todas las consecuencias:
si es licito encender rebeliones con la pluma y con la lengua,
no sera mends licite-ejecutarlas con el pupal y la artilleria: si
debe . ser abolida la autoridad porque abusa, tainbien per igual
razon debe ser abolida la propiedad. Si esta consecuencia es-
panta hoy Ilia a toda persona honrada, por que motivate pre-
tenderà aceptar el principle de que se deduce para destruir el
derecho con que toda sociedad defidnde su egistencia? Esta
es la propiedad natural de coda arma: la espadale mistno pue-
de estar en manes de un militar qua en la de un sicario: abolir
las espadas seria escelente remedio contra el sicario,;pero de
que manera combatiria sin ella el soldado?


507, Bien que el derecho considerado por nosotros- pasta
aqui en la sociedad contra el individuo encadenaba la lengua
de• tin solo disidente oponiendolala autoridad del nittnero y de
la tradicion ; ahora si in-vertis estas condiciones, si aislais a la
so&edad de sus antepasados y del genero humane, suminis-
trando este apoyo al individuo disidente, vereis salir de aqui
consecuencias no stile muy diversas, sine .. hasta contrarias.
Suponed por tut memento, coca estravagante e imposible, que
fascinada una de las soctedades mas cultas de Europa por las
doctrinas de Proudhon 6 de Ledru Rollin , trocase de repente
su civilization por las formas de los caraibos y botacudos y
que abolulos .el matrimonio , la propiedad y con-
sintiese en vivir la vida de las fieras dando con el pie a todas
las reliquias de la antigua humanidad. En semejante manada
de bestias feroces no subsistiria ya gobierno alguno, pero Bien




412 PRINCIPIOS TEOntcos
ppdrian algun dia encontrarse reunidas muchas /Hints en un
territorio cualquiera. Pues suponed que . A la indOmita multi-
tud se presenta de . repente uno de sus antiguos ciudadanos que
escapo por milagro de las manes de- la hechicera Circe, y que
teniendo compasion del estado de embrutecimiento A que los
veia reducidos, comenzase per recordar delante de aquellos
hordas los eternos principios de justicia y de razon, por los
que en otros tiempos habian llegado a tanta grandeza:
quien de los dos dariais la razon en semejante caso? sconce-
deriais a aquella sociedad (si tAl nombre mereciera) 61 hor-
rible derecho del suicidio? podria ella responder racional-
mente al individuo dogmatizador diciendole «estis solo, cAlla-
te»? «Q11e estoy sOlo»? responderia el heredero de la antigua
civilizacion. .q -Yo que hablo con la multitud de una de las mAs
»cultas naciones. ! i yn que soy eco de cincuenta generaciones!
iyo apoyado en los monumentos mAs estupendos de las artes
y del saber! iyo mensajero de paz en medio de vuestras dis-


»cordias:,que os:traigo alilmentos con que sacieis el hambre,
»bienestar A vuestra ancianidad , hospicios para yuestros ma-
les, verdades que disipen vuestras dudasl iyo que intento
goner t6rmino al esterminio, que devora -vuestra pohlacion!


»iyo estar sOlo y deber callar!»
508. Ni uno sOlo de mis lectores se atreverA a conceder a


la sociedad suicida el derecho de imponer silencio A quien de-
sea su salmi; tendra si la fuerza con que descuartizar A su-sal.
vador: per°. a el derecho? No: ha perdido en este caso todo ti-
tulo, toda posesion, la antigiiedad del dogma, la universalidad,
la necesidad de defensa, la prueba de la experiencia: por el
contraries:-.su bienhechor le trae la salmi, comprobada por la
experiencia de mil generaciones. Examinando todas las pro-
babilidades, resulta ser 61 quien unicamente posee la verdad;
y para atribuirle los:,-derechos consiguientes, no hay necesidad
de acudir a argumentos especulativos, ni ii posibilidades de lo
que.este por venir: 61 tiene de su parte Ia antigua sabiduria,
61 invita A aquellos pueblos A la adquisicion de . bieties visibles
y palpables poseidos por ofros pueblos civilizados y conformr
con las ideas primitivas de honestidad y de verdad, cuyos ger-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 413
manes aun no han desaparecido del todo en sus feroces con-
cindadanos.


Por donde podra inferirse cuAn insubsistentes scan las re-
crirninaciones de los incredulos y los pAnicos temores de los
que vacilan en sus creencias; los cuales intentan persuadir
•tm en pueblos totalrnente catOlicos la tolerancia de todo lina-


. je de errores para evitar una Pala represalia en los pueblos
heterodoxos. oSi un Gobierno cab:die°, dicen, tiene derecho A
»imponer silencio al error porque tuba el pais, icomo podra
»negarse el mismo derecho A los Gobiernos hereticos o infieles
»contra el apOstol catilico? El niantener la tranquilidad
»ca, ono es por ventura un deber y un derecho lo mismo de


telos Principes infieles que de los fir-des? iNo procede de la inis-
ma naturaleza social?


no dijiste poco 11A que el Principe
• »obra en este caso como protector del Orden y no como maes-


. »tro de la verdad?» (1).
50:). Como se ve, esta objeeion no tiene fuerza para quien


comprende la razon de lo..; derechos en la segunda hipOtesis
que Memos presentado : para producir en la autoridad social
el derecho de imponer silencio al dogmatizador hemos exigido
dos elernentos, Ia probabilidad en la posesion la•verdad, y
Ia necesidad de asegurar el . bien priblico; ahora bien, el apOs-
tol catOlico posee la verdad con certeza y la publica con man-
sedumbre • se apoya en las tradiciones, admitidas inns 6 me-
nos de antiguo por las naciones a quienes habla , y las confir-
ma con su propia Sangre , no con la liana de sus adversa-
ries: habla el lenguaje de Dios por medic do milagros o el de
mil pueblos con la Iglesia catOlica. I)irige su palabra ti a in-
fiele qtte se rien de sus propios dioses, o a judios quo le su-
tninistran los antecedentes del Cristianismo , 6 A heterodoxos
que abrazaron gran parte de 61, 6 a incredulos que profesan la
libertad de la razon. En todos estos casos es facil comprender
que todo lo cm esta el catelico de acuerdo consign mismo al


(4) En este paralegismo vino a dar en la Camara de Turin (12
de Marzo) el diputado Chenal, diciendo: .Esto stria justificar la
conductor de los paganos, que castigabao 4 Los przineros cristianos
por negarse estos a saludar las estaluas de Jupiter..




414 PRINCIPIOS TEORICOS
defender sus hijos armado por la certeza catelica contra las
seducciones del error, tanto se contradicen a si mismos el
infiel y el incredulo armados de sus absurdos y de sus dudas.
No es ridiculo ni absurdo aun en la sociedad quien nos dice:
gcreedine, pues estoy clerto de lo que sino aquel seria
sumamente absurd() y ridiculo quo os dijese : creedmc, porque-
dada.


No puede temerse, pues, la recrimination propuesta, ni se-
na junta la represalia contra los cotOlicos. Bien es verdad que•
siendo como es injusta, no podrA evitarse de hecho en =elms
casos, y cabalmente por esta razon puede muchas veces acon-
sejar la prudencia aun a los Estados catOlicos Una tolerancia •
que la justicia no impone: pero estas rniras de pura prudencia,
se salen del circulo de mi asunto, en quo me he certido a con-
sideraciones de riguroso derecho. Ahora Bien, creo haber
puesto de manifiesto que un Estado, (Londe no se conoce un
principio racionalde certidumbre en que todos convengan,.
no time derecho alguno de oponerse al dogmatizador catOli-
co, cup simbolo, concepto armOnico de todo el murl° civi-
lizado, se apoya en las tradiciones de sesenta siglos,- y es por-
tador de todos los tesoros de la .civilizacion, que alli solo ger-
mine donde fue trasplantado el arbol de la Cruz. Que un go-
bierno 6 un pueblo aislado, oponiendo a las verdades que
este predica y A la certidumbre de su doctrina sus propios ab-
surdos a incertidumbres, le prohiba hablar so pretesto de fal-
sedad 6 de claim del pOblico, cosa es que puede suceder,.
mas no sin abierta violation de la lOgica y de toda jus-
ticia.


En un Estado infiel tiene, pues, el catelico derecho plenisi-
mo de enseOar sus doctrinas; pero este derecho del catOlico
;1.1estruye civilmente el derecho que podria corresponder
otros de publicar las doctrinas contrarias?


Estamos hablando de un pueblo misto, donde no es uno
el modo de pensar en materias religiosas, sino muy diver-
so: que derecho tiene, pues, el Gobierno para imponer silen-
cio a unos en ventaja de otros? Un solo titulo se me alcanza•
Para esto, y es que el catOlico predica la verdad y por consi-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
415


guiente es fail al pithlico: pero certiflca al Gobierno de
esta verdad? notoriedad? Pero esta segue la hipOtesis no
existe, pues no existe la conformidad de todos los Animos.
AEI juicio privado del gobernante? Pero este juicio no tiene
carActer pfiblico, ni derecho de irnponerse a si mismo A la
inteligencia de los sitbditos. Un Dios gibe lo manda? Pero
Dios quiere ser aceptado por las conciencias individuales vo-
luntariamente, no ya por publica coaccion. No se obedece
Dios por respetos al Principe, sino al Principe por respetos a
Dios. No veo, en que Wd() pudiera apoyarse el Principe
para impedir aun en favor del catolicismo, en un pueblo di-
sidente esta 6 aquella doctrina con su sola autoridad per-
sonal.


510. La libertad, pues, de publicar las propios doctrinas
no encuentra en semejante sociedad otros limites fitera de los
que ya hemos senalado a las sociedades gentilicas, donde las
prinieras verdades tradicionales absolutamente necesarias para
la subsistencia de todo consorcio humano , y trasmitidas de
generacion en generacion por Ia education ► aterna, suminis-
tran todavia al gobernante un fundatnento, no para enseilar el
mismo, sino para proteger aquella debit reliquia de verdad
primitiva, A la cual continua asida la sociedad como a Labia de
su salvation! En este mismo fundament° se apoyarA continua-
rnente el misionero catOlic°, cuando despedazada y convulsa la
sociedad, apurando hasta las Noes el cAliz del error y de la
desolacion, comience a cornprender quo aquel la entregO trai-
doramente, que logrO emanciparla. [Lista ese dia del arrepen-
timiento Ia autoridad civil no puede refrenar los entenditnien-
tos, ni a titulo de su propia conviction , porque esta es
incompetente , de la nation, porque esta dividiyfa , ni de la
verdad que habla 0 de Dios (pie lo manda, porque estas augus-
tas votes piden el Libre asenso interno, fib' la externa coaccion
de la fuerza.




511. Por donde se ye la Nita de razon con quo las nacio-
nes heterodoxas, acusandonos de servilismo, exaltan con Co-
das sus fuerzas la envidiada libertad de pensar, quo creep


ex-
clusivamente poseer. iDesventuradas! poseeis, si, poseeis


-t


• •




416 PRINCIPIOS TE6111COS
vosotras solas- esa misera libertad del error! A vosotras so•
las es dado arrancar la planta de vuestra existential social
de aquel antiguo suelo donde germinO, y aisiarla de toda in-
Iluencia• de la internacional sociedad ; solo vosotras podeis
abrir las puertas a todo maniaco que delire , y levantarle
catedras donde arrastre a muchos a delirar con el ; vosotras
solas podeis gloriaros de pre toda verdad vacua ya en vuestra
mente, de que todo principto de justicia y de Orden fluctita
por los aires sin base ni fundamento; vosotras solas correis
libremente al precipicio, habiendo ya perdido todo derecho
para decir al insensato quo os arrastra bacia el: ((idetente, par-
ricida!


De esto finalinente se gloria aquella sociedad que ha-
biendo perdido la unanimidad del sentimiento catOlico, ya no
tiene quiet) enfrene la anarquia de los entendimientos. Goce
tanibien de este privilegio el desdichado que corre libremen-
te al precipicio, O. el intbecil que le envidia la libertad de pe-
recer; pero nosotros, catOlicos, a quienes' aterra esta horren-
da libertad del suicidio social, castigo tremendo de un orgu-
llo desenfrenado, la cual se ha tornado poco menos quo en un
verdadero-derecho, coma antes demostramos; echemos una
mirada de cotnpasion sabre estas gentes y tendimosles en su
auxilio una mano amiga: (ha llegarA en que no rehusen este
auxilio fraternal. Mientras tanto pasemos a esplicar brevemen-
te lo dicho pasta aqui it la ensehanza pfiblica.


§ XI.


512. La aplicacion generica es muy licit. Demos dicho
Clue la ensehanza no es otra cosa que una palabra ordenada
con metoclo mas exacta al conocimiento de una verdad deter-
minada; y plies cl estar ordenada una verdad con mayor en-
cadenamiento de raciocinios no muda su naturaleza, la pala-
bra del maestro se halla sometida a las leyes mismas que
gar) otra palabra cualquiera a las leyes morales en el comer-


DE LOS GOBIERNOS LIDERALES.. 417
cio individual, Ala autoridad paterna en la sociedad de familia,
y cuando se presenta en el Orden pnblico al pitblico gober-
nante, moderado empero por las inismas normas quo limitan
su influencia sobre cualquiera otra palabra.


515. Luego si gobernais un pueblo catOlico , donde la
autoridad civil, por si misma incompetente para definir la
verdad, encuentra no obstante en la Iglesia una maestra in-
falible igualmente reconocida por el Principe y por los siibdi-
tos, no hay nada Inas justo que conliarle la direction de la en-
sefianza pfiblica en todo lo tOCante a ciencias morales y ratio-
nales, como it la Religion y a las costumbres (1). LNi que
podri replicar un sfibdito cuando esta venerada autoridad le
impida cellar del cuerpo una palabra. errOnea O licenciosa?
Dira acaso que no reconoce este tribunal? Pero dejaria entim-


ces de ser catelico. que lo reconoce, pero que no quiere
obedecerlo? Violaria la palabra que diO en el bautismo y los
derechos de todos los ciudadanos que quieren ser pfiblicamen-
te catOlicos. Si, pues , el .:Principe interviene para reprimir
sulengua,,no hart otra cosa que proteger el derecho vigente
de la Iglesia y de los conciudadanos contra una flagrante vio-
lacion. testa protection no es solo un derecho sino un deter
de todo gobernante; no es esto meterse a irnponer doctrinas,
sino proteger A quien esta reconocido por legitimo maestro de
ellas, y a quienvoluntariamente se ha constituido en discipulo
suyo. Ln los Estados , Unidos no concede Ia autoridad en,cier-
tos casos lo quo el sfibdito pretende , si este no prueba Haber
cumplido sus obligaciones religiosas 'para con los ministros
reconocidos par tales del cult() que el reclamante profesa;
dirernos por esto, que en aquel Estado tan hive pretende e/


(1 .) Tel es el sentir aun de los diarios rojos. ,Que el Estado
pretenda ensenar, cuando profesa alguna creencia , cuando es
poseedor de alguna doctrina, cuando sabe ti tree saber de donde
viene y a donde va, cosa es quo tiene inconvenientes, pero a lo
m6nos no es absurd° ; pues quiere dar a las generaciones nuevas
una education conforrne con el destino social, quiere formar las
almas y Las inteligencias segun son los fines de Ia sociedad , tat
como cornprende la sociedad misma., (La Republique 15 de Enero
de 4850.)


Is




418 PRINCIPIOS TEORICOS
Estado regular las conciencias? Obligar a un catOlico a que
cumpla lo que prometiO a su Iglesia, no es mas contrario a
la libertad, que impedirle que falte a otro contrato, 6 6 otra
asociacion cualquiera; y asi como tendriais por Rojo 6 •debil
un Gobierno que no reprimiese la mala fe en una sociedad de
mercaderes 6 de literatos, 6 la fidelidad de los cOnyuges 6 el
abandono de los hijos, asi debe ser tenido por debil y negli-
gente el Gobierno pie deja libertad a los profesores catOlicos
para injuriar pnblicament:‘, a su maestra.


514. Mese adernas que Ia Maestra del catOlico es la
Iglesia como Iglesia; es decir, los pastores secundarios y pri-
marios que lorman gerirquicamente un solo cuerpo bajo is
influencia del Romano Pondlice. Lo coal pide ser atentamente
notado, porque no se crea que se provee cumplidatnente a las
exigencies y que se liga la conciencia de un catOEco leal,
cuando la autoridad civil nombra por inspector régi° de los
estudios a un eclesiastico 6 un Obispo con minion puramcnte
civil: cualquiera que pueda ser su doctrina y santidad y el
respeto debido al august° caracter y a la plenitud del sacer-
docio, el catOlico no verti jamas en este representante del Go-
bierno la autoridad de la Iglesia: un sentimiento intim° de
desconiianza le tendra perpetuarnente alerta contra una ense-
fianza que trascendera a interesada y servil; siendo evidente
que se mudaria de representante siempre que este pretendiera
alterar u n a sola silaba en las instrucciones que recibe de


• quien
lo emplea:


515. Enseue, pues, librernente la Iglesia las verdades eter-
nas, en que descansa esencialinente todo el Orden de Ia jus-
ticia y todo gobierno; vigile el Obispo, como su nombremis-
mo ce lo previenc, sobre el Catolicismo de toda doctrina:
vigile, no como cotnisario de vuestra policia, sino como suce-
sor de los ApOstoleS, recibiendo sus instrucciones, no de la
burocracia seglar, sino del Evangelio y de la tradicion. EntOn-
ces reconocera el pueblo la voz de so Pastor, y sornetera,ii
esta autoridad su inteligencia y so palabra. Y si la presuncion
de algun ingenio soberbio y obstinado osa impugnar una
voz respetada por todo el pueblo, como eco de la divina,


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 419


abanaonado, execrado, maldecido por todos, verase proscrito
por la opinion pUblica mucho mejor todavia que por vuestros
decretos.


516. Y si temeis Ia personal fragilidad Basta en la digni-
dad suprema de los Pastures catelicos, haced que vuelvan
los antiguos usos y prescripciones de los Canones , dejando
que se junten libremente para examinar doctrinas y metodos
en aquellas augustas Asambleas, donde fueron tan raras en to-
dos los tiempos las humanas aberraciones,. comb que presidia
en aquellas y las gobernaba por un modo especialisimo el Es-
pirito de Dios. Un Sinodo es juez legitimo del Obispo, a quien
puede corregir sin envilecer, y sobre los mismos Sinodos esta
la autoridad irrefragable del Vicario de Cristo, a cuya voz no
hay quien deje de inclinarse. Este es en un pueblo catelico
el Organ° de la verdad, el moderador de los maestros supre-
mos, y por medio de ellos, de las opiniones del pueblo en-
tero. iQue felicidad la vuestra tenerle siempre tan pronto
secundaros en el Bien, a manteneros en la justicia! i.Cuanto
mas seguro sera para vosotros, mas lionroso para los Obis-
pos, .mas eficaz en los pueblos para corregir y levantar a los
que yerran, un ()tient° del Vaticano que un;ministerio de po-
licia, quo pasando por las manos de cinco 6 de seis oficiales
pagados por vos, dicta la ley firmada y sellada por tres i-6 cua-
tro firmas y sellos y dirigida de parte del R. N. S. 6, aquel
Obispo cuya ensehanza debia recibir el Rey, por ser tan lego
como el ultimo de sus shbditos!


517. Bien vco que respondera un Gabinete politico:
Demos de barato que el bueno de vuestro Obispo impida las


.herejias, obscenidades y rebeliones; pero no conociendo mi
mal podra convertir la enseilanza hacia aquel blanco


»ti donde yo dirijo todas las trazas de mi Gobierno; con lo
»coal perderia yo la suma e irresistible eficacia que proviene
.de la intima persuasion de los sitbditos: los cuales, oyendo
.rebatir perpetuatnente la gloria de las conquistas si el Go-
bierno quiere conquistar; los goces de la paz, si es pacifico;


.las ventajas de la industria, si necesita manufacturas; las de


.la marineria, si pretende armar buques de guerra 6 mercan-




420 PRINCIPIOS TE6111cos
asi como otro designio del gobernante, se empapan final-


omente en estas ideas'hasta la embriaguez, y se convierten en
Dinstrument4s ciegos de las mismas.D Tal es en mi seutir la
verdadera y profunda razon, pre mueve a los politicos Ailirigir
la ensefianza (1): asi lo han declarado sin misterio por Boca de
los protestantes en Alemania y de los universitarios en Francis,
si bien lo disimulan sin 'Menlo ocultar donde al . mOnos con-
servan el pudor dela injusticia; Pero oculto O manifiesto, este
es siempre el resorte del pithlicn monopolio de la ensefianza
laical: no siendo posible encadenar los entendimientos con es-
posas, quir'urese formarlos arbitrariamente con doctrinasorde-
nadas a determinados designios politicos, en lugar de regular-
los con la autoridad divina, con la verdad y con el derecho.
Perversion detestable del fin y de los medios, fruto del orgullo
protestante, que se rebelO contra la Maestra legitima tie Ia ver-
dad pars emancipar la razon, sin haber conseguido otra cosa
que hacerla vii esclava de tin poder incompetente, que en vez
de tenerla cautiva de la verdad,- su senora legitima, quisiera
tornarla en instrumento de sus caprichos, sujettndola con el
freno del error.


518. Pero semejante artificio, harto viejo ya y harto cone-
ciao, no priva con los europeos molernos: entendimientos aye,
zados a no tolerar ni tun la legitima autoridad de la Iglesia,
crutadores temerarios y suspicaces de todos sus designios por
mis que se dirijan a un Orden y a unas -minas sobrenatura-
les, zceinio es posible que en las cocas tocantes a los intereses
naturales no escudrifien y .adivinen en vuestros decretos la
especie de utilidad que los inspira, aunque disfrazada con el
amor it la verdad? Los hechos hablan al presente tan claro, la
sociedad desde el primer patricio hasta el Ultimo mozo de
cordel se ha convertido en censor tan inexorable y a yeses


(1) Un ejemplo tenernos de esto en el reciente opiisculo del se-
fior Bautain: ' La restauracion, lo mismo que el Irnperio, y a su
ejemplo ha seguido en todo lo que toca a instruction on
camino torcido. IIa intentado t.ambien explotar la educacipn de
Francia en obsequio de su principio, y pars seguridad de su.reino
y para su gloria..


DE LOS GOBIEP.NOS LIBERALES.
421


tan injusto de todos los actor del Gobierno, el furor desapia-
dodo del periodistno ha dado a Ia critica una publicidad tan
solemne, que sin una rara simplicidad pareceria imposible
lisonjearse todavia de conquistar el asenso pnblico por este
medio: cuanto Inas insiStais en conducir los entendimientos
por la fuerza, tanta mayor reaccion encontrareis en los ingenios
vigorosos , que sienten vivamente sobre estas materias su
propia fuerza y vuestra incapacidad.


519. Si por el contrario acudis a la :itnica autoridad legiti-
ma, cuanto se trata de i mponer la verdad, tendreis una inmensa
pluralidad de . sUbditos &tell a sus ensefianzas, pues ahora ha-
blo de un Estado catOlico; v tanto mts dOcil cuanto nits evi-
dente sea su persuasio% de que el Obispo habla, no con el
COdigo en la . mano, Iii rodeado de gendarmes, sino con Ia
mano puesta en el Evangelio ylos ojos en el cielo. No discu-
tint ciertamente el Obispo sobre la utilidad de esta o de
aquella mania del Gobierno, no leerá en el Evangelio el sis-
tema de Cobden 6 la lira aduancra; pero toda vez pre hays
formado snbditos obedientes por conciencia, mno os sent mil
veces nuts facil dirigirlos con junto mando, que convencerlos
con razones ?


Por lo demas O vuestras razones son exactas en
el Orden ictelectual y ntiles it la sociedad, en cuyo caso la
conviction, hija del raciocinio y de los hechos, recibirt nueva
fuerza de la voz de la Iglesia, sin que esta inspire politica 6
economia; O vuestras razones vienen por tierra, desmentidas
por los hechos, y en tal caso el disentimiento de lossirbditos,
neutralizado por la autoridad de la Iglesia, que no tiene corn-
plicidad alguna en vuestros errores, encontrart un dique en
las conciencias y quedart redncido t una esteril especulacion -
intelectual; y asi el Lefler en vuestro favor la voz de la Iglesia
esenta de todo inheres terreno, siempre os resultant al fin
ventajoso para vuestros designios politicos. Que si ademas os
urge tantear algun medio de persuadirlos, zos impide ella por
ventura emplear todos aquellos que la razon suministra,
justicia aprueba y vuestro poder pnblico reviste de tanta efi-
cacia? vC)iriOn os impide subvencionar periddicos, neimpri-
mir obras, ganar catedrâticos, emprender esperiencias que





422 PRINCIPIOS TEORI COS
obtengan el asenso de 'todos con la fuerza de la verdad, no
obstante la fibre resistencia de la opinion contraria? iPro-
fundamente perversa 6 injusta o absurda o nociva tiene que
ser una disposicion, cuando provista de Lantos argumentos
persuasivos no encuentra acceso en las inteligencias de todo
tin pueblo! Allora bien, apuntalad cuanto os plazca con mo-
nopolies v censores una doctrina de este jaez, todo sera inittil
para haceros dueilos de las muchedinnbres, si estas no se com-
pollen 6 de esclavos 6 de brutos: la seducireis acaso durante
alguna semana o algun mes; peso en la situation presente de
Europa, el error no puede hacer por convict° la vuelta del
Zodia co.




bueno es para Europa que estA verdad vaya penetran-
do en todos los entendimientos, enderezando toda politica, qui-
tando de en medio los diques puestos por la impiedad y el Jo-
sefinismo: la tea incendiaria Ilevada por manos del comunis-
mo por las calles de Paris y de Viena, de Roma y de Buda,
de Liorna y de Genova, ha arrojado vivas centellas aun en
los entendimientos que parecim mas contrarios a la libertad
catolica. Los aulicos de Viena comenzaron a recordar que
los Obispos fueron puestos por el Espiritu Santo para regir
la Iglesia (1). En las Camaras de Wurtemberg un ministro
detesta el antiguo sistema de oprirnir al Episcopado: la Asam-
blea de los Obispos de Wurzburgo hahla it los fieles el lengua-
je de ios Droste y de los Bonald, y otros resultados semejan-
tes se esperan en otras partes (2). Los Concillos se reunen


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 425
liremente en Saboya y en Francia a pesar de las libertades
galicanas. Y quien lo creeria? hasta en Landres mismo el
clero anglicano declara pitblicamente la incempetencia del
Gobierno en la ensefianza (I); Fernando de Napoles (2), mas
penetrado que ningun otro Principe de esta verdad, confia
it los Obispos, casi plenamente, la instraccion de la juventud•
en aquel mismo Estado donde no ha machos altos guardaba
silencio la voz del Obispo bajo la fernla de los sucesores de
Tannucci. Estos hechos ya son alguna Cosa, iquicn podria
negarlo? Son mucho mas todavia, son un milagro si se les
•compara con losprincipios de este siglo, y se les consideraacae-
tidos sobre las cenizas aim palpitantes de los Tamburini, de
los Rizzi y de los Palmieri.


520. Esperemos que una meditacion mas seria y mas pro-
longada sobre las insensatas insurrecciones de la plebe ilustra-
da, sobre el peligro de que Ileguen las laces al puoto de ha-
cer inteligentes las bayonetas, iiltimo recurs() de la sociedad
en los trastornos pasados, sobre la necesidad de introducir en
las masas no element° de conciencia, obra superior a toda
fuerza perecedera; esperemos, digo, pie esta meditacion per-
soda finalmente a recibir de Dios y de la Iglesia la verdad,
en vez de buscar lo.ittil con la mentira y con el interes. En-
tonces y solo entonces podra decirse en .todo estado catOlico
que los ingenios son fibres, y sin embargo conocen un freno.


S. XII.
(1) Le rninistre do l'ingtruction publique, comic Leo Min,


voudroit coneentrer entre les mains du clerge tonic l'instruction
publique.(2)


•Los peligros que hen amenazado a nuestros Principes, les
han movido por lo manos a alejarse del injusto sistema de °pre;
slop


en el cual han reconocido una falta que cometian contra St
mismos. Sobre todo en Wurtemberg se ha determinado dejar el
sistema seguido, especialmente desde 4850, que era el de la prag-
matica de Francfort, y consiste en restringir en todas las cosas 1a
jurisdiccion episcopal. Un ministro lo ha decAarado asi solemne-
mente en una de las Ultirnas sesiones de la Camara. En el Ducado
de Baden se puede Ilegar al mismo resultado.• ......


(Lr linivees, 7 Fehrero 1850).


521. Tocante a aquellos estados, donde el Catolicistno, re-
(lucid° a condicion privada, deja oir sit voz en las conciencias


(4) L . (I WWI'S, 25 Febrero 4850.
(2) Decreto de Julio de !;4849, articulo IV. .Los Arzobispos y


Obispos en sus diOcesis respectivas serail los inspectores natos de
los colegios y de cualesquiera otras escuelas de ensenanza pdblicas
y privadas en todo lo tocante a la parte religiosa y moral, asi en
el Orden cientifico Como en el de la disciplina..


TOMO I. 28


ME-


:111




4110


111


424 PRINCIPIOS TEORICOS
y no en las leyes, es evidente que la enseftanza piabhca no
puede ser catOlica, pues no esta reconocida en ellos univer-
sahnente la autoridad de la unidad catOlica. Seria, pues, impo-
sible &jar aqui A la Igiesia el juicio de las doctrinas toCando
al gobierno ejercitar los derechos de tutela, que le hemos reco-
nocido en Orden alas verdades primeras, dando siempre mues-
tras de perfecta imparcialidad respecto a cualquiera otra ver-
dad. La tutela de las verdades primitivas, apoyada en el con-
sentimiento de la pluralidad y en la necesidad del Orden pit-
blico, le autoriza para sostener con las leyes aquellas reliquias
de antigua tradicion catOlica que no pueden sulrir violencia
sin grave comnocion de los animus y peligro de la sociedad (1).


522. No sera, pues , tiranico , especialmente donde rige el
sufragio de la pluralidad el acto de escluir de las catedras el
ateismo de Proudhon, el deismo de Strauss, el panteismo de
Hegel. Pero esta esclusion, persuAdanse de esta verdad los po-
liticos , es tin pobrishno paliativo , el mime paliativo de los
protestantes y de sus articulos fundamentales , los cuales una
vezproclamado per los bijosde los hombres aquello de «la len-
gua, con que bablamos es nuestra y no conoce Sefior (2),»
fueron disminuyendose sucesivamente hasta venir a parar en el
racionalismo aleman, que muy luego invadiria la sociedad.en-
tera y las leyes, si la verdad primitiva no tuviese otra defensa
que gendarmes y polizontes.


(I) Por donde se ye cuzin injustamente haya sido desaproba-
da en la Asamblea de Francia la horrenda proposicion de paper
una czitedra de ateismo; y cuzin szibiamente el ilustre Broglie
despues de haber demostrado la imposibilidad de dar leyes reli-
giosas en Francia a la pnblica ensenanza, shade:


• L . clot ne
pent pas grande chose pour aider la religion dans cette oeuvre..,..
11 doit continuer d remplir les devoirs qui seal qui donnent le
drott de commender, se rallachent avec force d ces croyancrs com-
munes a la raison comme 4 la foi, a dont Joules les religions se
glorifieut d' affermir les bases et d' epurer la pratique; laissant
du resle a la religion le champ fibre pour repanare sa propo gande
et P appelant 4 son aide dons la mesure que permet le respect
des consciences (Revue des deux, mondes Tome IV. Nouvelle pe-


riode, peg. 800.)
(2) Diminulae aunt veritates k flits hominum,qui dixerunt


bia noslra a nobis sunt: nosier Dominus est? Pa. II.


DE LOS GODIERNOS LIBERALES.


425
525. Esta fate la razon que me movie. en segundo lunar


decir (pees obligation estrecha de tales Gobiernos "una inn-
parcialidad sincera. El estado de una sociedad dividida en el
Orden de las creencias religiosas , es tan contrario a la natu-
raleza y por consiguiente tan precario y vacilante , Tie toda
persona clue ama el verdadero bien social y macho mas los que
por oficio estAn obligados a procurarlo , deben esforzarse per
librarla de esa tremenda incertidumbre.


524. illAspues, come beams visto hasta aqui, el estado
no permite en justicia al gobernante emplear a este pro-


pOsito la fuerza para sasterier el derecho contrastado nth' la
Iglesia (la cual no quiere arrancar el cousentimiento primiti,
vo de los hombres contra su voluntad, a pesar del derecho
la verdad tiene sobre su inteligencia), el gran apOy° que
ben los gobernantes a la verdad positiva para que se intro-
duzca en la sociedad, di-1(101e el Orden y la paz, se reduce en
Ultimo termino a una imparcialidad pura y sincera, que deje
combatir libremente a la verdad contra el error y la proteja
contra el abuse de la fuerza, pciniendola asi en estado de
alegar las razones del asenso que pide, a pesar del furor con
que el error pretendiera impugnarla y sofocarla. Esta tutela
no es una parcialidad a su favor; sino imicantente consiste en
no rehusar a la verdad lo que a todo ciudadano se otorga,
libertad y seguridad. Esta es la protection que reclaina de Ids
gobiernos en los pueblos que desdichadamente no son cate-'
licos: no pide violencia con que propagarse, ni beneficing
meteriateS con que ganarse los Animos; ella es bastante fuerte
de por si en razon de sus luces y de los sentimientos clue ins
pira.


525. Esto no -Oita, sin embargo, que un gohernante cat6
lico de una nation mixta ejercite en pre de la Iglesia aquella
influencia privada, que todo huen ciudadano esta Obligado
,emplear en favor de la verdad, y que tanta eficaCia puede reci-
bir de la dignidad, de las riquezas, del prestigio de los mag-
nates. que razon puede vedar jamis a un principe ha-
blar privadamente en favor de la verdad? ,;acaso pier de hi
sn inteligencia en el Orden privado al recibir de Inano




426 PRINCIPIOS TEOtucos
de la Providencia el encargo de dirigir la sociedad con
actos palicos al bien comun? Sea justo, en buen hora, con
todos, a impartial cuando se trata de los intereses y em-
pleos pUblicos ; pero en el Orden de las conversaciones
intimas y de familia, de los ministerios domesticos, de las
relaciones de la amistad, seria cilia pretension injusta quererle
impedir lo que esta permitido y muchas veces ordenado a to-
do ciudadano, manifestar la verdad evidentemente conocida:
el derecho y el deber de manifestarla se funda, como vimos al
principio, en el conocimiento cierto, en la necesidad agena, y
en el richer de reinediarla. Si pues el principe no esta destitui-
do de inteligencia, si la fe le certifica de la verdad de sus
creencias y del error de sus sirbditos, estando como esta obli-
gado a ilustrarlos y socorrerlos, debe al par de otra persona
privada, y aun con obligation mas estrecha, emplear en su
bien todos los medios particulares que esten a su alcance de
persuasion y conocimiento. Pero dejemos los deberes de la
conciencia privada, y volvamos al Orden pirblico.


526. Proteccion a las verdades primeras y libertad para las
opiniones que no las impugnan directamente, ni comprome-
ten la tranquilidad pfiblica, son deberes que resultan de la hi-
pOtesis de una sociedad mixta, acerca de la cual vamos discur-
riendo. La libertad, por otra parte, no consiste finalmente en
el solo derecho de los individuos asociados; el Cobierno no
esta destinado »nicamente a impedir la violencia y el deserdent
porque al reunirse los hombres en sociedad, la naturaleza los
impulsa a proinover ademas de un modo positivo todo bien
comun con esfuerzo armOnico, y esta armonia de los esfuer-
zos individuates exige necesariamente una inteligencia que la
conciba, y una fuerza moral que juste y ponga en movimiento
esos mismos esfuerzos.


Las inmensas ventajas acarreadas a la sociedad y al Orden
material pm' mil instituciones, como postas , caminos, tribu-
nales, que los particulares no hubieran podido establecer,
pueden reunirse en Orden cientifico y estetico, solo por obra
del Gobierno mismo, al menus cuando la indolencia habitual
y el egoismo de los particulares se deja de toda tentativa en


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
427


este punt° y aun escusa su pereza diciendo : oesto a mi no me
incumbe.


527. Esto acaece tambien naturalmente y cierto de un
modo lamentable respecto de la propagation del saber propor-
cionado a las varias clases del pueblo bajo, ohm humilde y mo-
lesta, que cada cual abandona de buen grado al celo ageno,
aun cuando sea de los que se deleitan zurciendo frases !mina-
nitarias, cuando arenga a la multitud. No nos hagamos ilusio-
nes: ciertos arranques fllantrepicos, que han pasado a la mano
de la lengua, nada prueban contra lo que decimos, por mas que
procedan del seno de una sociedad incredula en beneficio de
las clases pobres: la centella del Catolicismo, quo todaiia se
conserva en las frias cenizas, continua agitando las ahnas bien
nacidas, é inspirando terror de abandonar los infelices a total
embraecimiento, y aun sin este resto de caridad el espiritu de
partido fuerza a mantener una emulacion material con el Ca-
tolicismo, que esta muy cerca aun de aqueAs corazones en
que faltan sentimientos muy generosos. Asi se expliea, que
veamos correr aun sin ser movidos del celo a los propagandis-
tas incredulos de su cristianismo rational en las barbaras der-
mas de la mas remota Occeania, no tanto para cristianizar
aquellas gentes, como por impedirles el acceso del Catolicis-
mo. Dias si quitais de la sociedad toda reliquia de espiritu ca-
telico, toda emulacion y envidia de partido, no hallareis en la
sociedad moderna otros elementos que los de todas las socie-
dades antiguas. Los mismos pre embrutecieron a los parias
bajo la casta Braminica, a los ilotas bajo el cddigo tan admira-
do de Licurgo (1), a los esclavos bajo los legisladords roma-


(I) No acierto a comprender como un Sacerdote, por otra par. ,
to estimable, y consagrado a ayudar cristianamente a la infancia,
se haya esforzado en un libro escrito para los entendimientos mas
vulgares por vindicar a los Espartanos de la nota de crueldad.
(PARRAVICINT, Manuale de pedagogia, etc., método de Licurgo 145.)
Habiendo sido algunos tocados de la mania de resucitar la civili-
zacion pagana, no conviene pasar por alto sus infamias sino en
aquella parte que pudieran ser origen de seduccion.Muy bien que
el autor haya omitido ciertas obscenidades de aquella leghlacion;
pero refuter a los que la tienen por barbara, es favorecer en los




428 PRINCIPIOS telietcos
nos, los mismos que todavia continiian embruteciendo atm
entre los esplendores de los ejemplos catOlicos al pueblo trA-
bajador de LOndres y Paris, no obstante la resistencia de los
Gobiernos y Parlamentos. ,Dues que seria si ciesoparecieran
estos auxilios, y las Ieyes y las autoridades dejasen de tomar
providencias rela. tivas. a la instruccion , del pueblo?


528. Veber es, pues, natural de todo Gobierno promover
los incrementos del saber proporcionado a cada clase, y de
consiguiente proveer a los sitbditos de los medios de instruc-
tion. Alas 1que camino podra conducirle al cumplimiento de
este deber importantisirno de acuerdo con las layes de Ia jus-
ticia? Partira la ensefianza entre los disidentes como Salo-
mon cuando ordenO, que se dividiese el nifio entre las dos
madres? Eligiendo profesores de opiniones diversas que pug-
mm entre si zllegara a formar conforme a justicia un cuer-
po docente?


529. FAA ee comprender que no puede darse una ense-
fianza donde las doctrines pugnan entre si, como no se da un
cuerpo donde no es uno el espiritu: y si todavia quereis Ila-
marle uno porque los miembros estAn materialmente unidos
en el, este sent uno de aquellos inenstruos que alguna vez se
encuentran en la naturaleza, donde dos sores ae una misma
especie se encuentran desgraciadamente unidos en un mismo
suplicio, pues por tal puede tenerse su vida etimera.


530. Un cuerpo docente en que se imprima esta forma,
esta viva contradiccion encarnada , donde una Iengua des-
miente lo que otra afirma , donde una mente detesta lo que
otra exalta, es incapaz por naturaleza de producir jamas una
sola conviction, una sola persuasion en los discipulos, cuyo
asenso se apoya principalmente en la autoridad del maestro:
semejante cuerpo jamas podra lievar verdaderamente el nom-
bre de cuerpo docente con virtud para format' la inteligencia
de un pueblo ; cuando mas podria instituirse de esta suerte
una. Academia donde los ingenios mas eminentes removiendo


idiotas la estApida admiration por el paganismo que prepara una
apOstasia funestisirna entre los catOlicos.


DE LOS GODIF.DNOS MURALES.
429


aqui y alli entre las dudas discusiones alguna centella de
verdad , podrian de vez en cuando excitar algun enten-
-dirniento mas vivo A tomar un vuelo mis sublime y atrevido.


531. Esta reflexion se pace todavia mas evidente reflexio-
nando en Ia naturaleza propia de la instruction del vulgo,
destinada por la sabiduria del Criador A producir no solo la
luz en los entendimientos , sino alectos y Par esta ra-
-zon cualquiera que pueila ser el valor intrinseco de toda ver-
dad, aun la mas material, toda persona que mira y discurre
Bien deberii reconocer que el saber, sea el que quiera,
no tiene finalmente en el hombre sino.razon de media, y por
consiguiente todo su valor procede de su relation con el fin.


532. En efecto, 4cinil es el fin por que el Criador hizo el
universo? No file otro ciertamente sino la glorification de sit
autor, como largamente demuestran los Buenos filOsofos.
de donde resulta finalmente esta glorification Ale Dios , sino


del Orden maravilloso del universo.? Aliora: bien; este Orden,
que,considerado en el mundo material nos arrebata en un ex-
tasis: de admiration, hit menester por complemento el Orden
moral, sin el que ni siquiera podria la inteligencia concebirlo
en el mundo material (1); y en realidad mil veces nos vinie-
ron arguyendo los impios con la imposibilidad de que exista
un Dios que sea autor de un mundo donde reina el delito, que
es la objecion acaso mas fuerte que oporten A la existencia de
la Providencia de Dios. Alas apenas ilegais a comprender que
subsiste en el mundo a despecho del delito un Orden moral,
vuestra admiracion, pasando desde la materia al espiritu, os


, ofrece la idea completa de un Orden universal, y os humilla
en el polvo ante el acatamiento del Criador. Ahora bien, este
Orden moral tan admirable y tan necesario para la gloria de
Dios, unico intento del Criador, ide donde procede sino de la
conducta moral del libre albedrio de los hombres? Las accio-


(4) El mismo Kant, que no fue por cierto el mas sabio de los
filOsofos, asegura que toda la creation material seria inexplicable,
si no se mirase como subordinada a la inteligencia.


(La Religion en los li gnites de la rayon.)




430


PRINCIPIOS mimeos ,
nes fibres son, pues, el fin Ultimo a que se ordenan todas las.
facultades humanas; y la ciencia que perfecciona el entendi-
miento, entOnces puede llamarse verdaderamente ordenada„
cuando sirve para dar rectitud a los sentimientos y a las ac-
clones.


535. Luego a las acciones y a los sentimientos debera or-
denarse finalmente una instruccion pUblica recta, que aspire i
ser completa, y esta tendencia esta tan connaturalizada y en-
trefiada en la enseflanza que no se puede separar de ella, por
mAs pie se empefien los hombres en divorciarlas: la naturaleza,
que prOvidamentejuntO. a todo deber del hombre rational un
impulso afectivo y una teudencia instintiva, hizo poco menos
pie imposible una enseiranza exclusivarnente especulativa.
Aun el profesor de ciencias puramente mecinicas se vera tarde
o temprano trasladado al Orden de las ideas, y un rayo de la
mente creadora surgira ante sus ojos sorprendidos del seno de.
la verdad material: el interprete pie la ilustra, sera arrebata-
do a la vista de aquel relAmpago, si su corazon .no esta cor--
rompido, 6 se sentira tornado de indignation si tuviese el cora-
zon danado: el Odio, , e1 furor, 6 bien la adoration y el amor,
son una necesidad para el que ensefia, y un medio -de traer en
pos (le el a los que aprenden. Asi la instruccion es una educa-
tion por su naturaleza, siendo tan imposible separarlas, comb-
divorciar los pensamientos de los afectos, y los afectos de su
expresion externa.


534. Siendo esto asi, iquien no ve la imposibilidad de -un
cuerpo docente, compuesto de elementos religiosarnente bete-
rogeneos?;Que aprovecha al vulo que los profesores esten con-•
formes en ciertas verdades primeras, rimy universales, si en su
aplicacion, pie es el fruto final inportantisimo de la enseflan-
za, estan divididos? ;Si al uno parece just() lo que el otro tiene
por inalo? ;Si este condena como delito lo que aquel canoniza.
como el mAs sagrado deber? ;$i el primer() venera el CorAn co-
mo una manifestation divina, y el Segundo lo condena como
un monument° de obscenidad? (1). -


(l) •para que el maestro pueda enseilar seriamente la Religion,


DC LOS GOBIERNOS LIBERALES.
431


555. El decir que los estudiantes son fibres para escojer
las doctrinas que quieran, es un abuso grosero de los termi-
nos, porque Ia libertad desaparece cuando Ia verdad es inac-
cesible; quien no ye que es inaccesible la verdad en nuestra
hipotesis, por ser imposible pre un escolar, y aun toda una
escuela entera, resista mucho tiempo las influencias (le un en-
tendimiento sublime y de on habil hablador, si este quiere
cogerles en las reties de sus sofismas? Tambien es libre el
propietario de no sacrilicar la bolsa a un usurero, que se le
presenta al modo de Cagliostro, y sin embargo un Gobierno
recto castiga severamente al usurer() para salvar su victima,
porque la libertad esta encadenada, cuando media fraude, can-
sa de ignorancia involuntaria.


El hombre doloso pie de esta suerte sorprende a otro para
arrancarle su asenso, abusa en ambos casos de la superioridad
de su entendimiento, y comete una inj usticia no menos perni-
ciosa y reprensible que la del que abusa de la superioridad de
la fuerza material, con esta diferencia, que el fraude de un
bribon es perseguido juntamente por el derecho del hombre
de hien, y por sus pasiones, y aun por el objeto sensible que
aquel tiene que devolver, mientras que al contrario el sofisma
de un profesor que en cuestiones sumamente arduas aten-
dido su carActer ideal 'lace traicion a sus discipulos, tiene
por auxiliares la buena fe y aun las pasiones mismas.


es preciso que crea lo que ensena, 6 al menos que no haya duda
de que tales son sus creencias, cuales son sus palabras. ,


•Pues bien, yo os pregunto: ;si despue s
de haber ensenado el


Catecismo cat6lico, si despues de haber ensenado el dogma de la au-
toridad y de la hi catOlica, el tnismo profesor, de cuyos labios ha
salido esta ensenanza, se os presenta cantando un hitnno a la liber-
tad 6 sea diciendo que no se debe obedecer 4 ninguna autorida ; y si
un cuarto de Nora despues se llega a los hijos de los israelitas para
decides que cuanto acaba de decir es pura superstition, y que no
se debe creer Di lo que ha dicho 4 los ca!nlicos, ci lo que ha dicho
a los protestantes, sino que el Itlesias no ha venido todavia, etc.;
OS vuelvo a preguntar: 0o es esto desti-uir toda idea religiosa en lajuventud?.


(M. Chouvin en la sesion de la Aviv:1)10a francesa de 14 de Fe-
brero de 1850.)




432 PDINCIPIOS TEORICOS
556. Es, pues , irresistible , al menos moralmente , la in-


fluencia pie en materia de educacion ejercita el maestro : es
tan imposible separar la educacion de la instruccion, como di-
vidir el alma intelectual del alma afectiva. Asi, pues, un cuer-
po docente es al mismo tiempo tin principio de educacion , y
el formarlo con elementos contradictorios no solo destruye la
integridad de la enseilanza (lo coal seria ya un grave mal), si
no tambien la educacion, lo cual constituye el mal supremo,
el mils funesto que en materia de instituciones pitblicas puede
sobrevenir. Digo que destruye la educacion, porque dada la
necesidad de que dependa la inteligencia que aprende de la
que enseiia, el poner maestros que se contradigan, es suprimir
todo principio determinado , toda direction determinada para
Ark imos todavia virgenes 0 ignorantes. Ahora bien que otra
cosa es educar, sino determinar hacia el bien las direcciones,
habitos, inclinaciones que dej6 indeterminadas la naturaleza?


537. Con lo dicho hasta aqui se puede resolVer una dill-
cultad propuesta por el ilustre condo de Broglie (1) en un be-
ilisimo articulo solve instruccion pitblica , donde despues de
hither confesado ser imposible que el Estado mantle al.profe-
sor, que tenga 6 inspire una religion a sus discipulos, y que-
riendo por otra parte mantener el Mier del Estado en la di-
reccion de la enseilanza phblica, discurre en sustancia de esta
manera : aseria ciertamente de desear que en todqs los actos
»pitblicos del Gobierno, interviniese, dAndoles mayor autoridad
»y acacia, el sentimiento religioso : pero siendo esto imposi-
ble por la libertad actual de las conciencias, el Gobierno no


»debe renunciar a cierto Orden material de decoro exterior en
to d a s las instituciones ptiblicas , como caridad pnblica, car-


»celes penitenciarias, etc., en lo cual no hay persona alguna
de seso que se atreva a censurarlo.
»Pues a este mismo modo seria cosa de desear que la instruc-
»cion fuese tambien educacion religiosa; pero siendo esto


debe el Gobierno reservarse al menos un derecho de


(I) Revista de Ambos mundos, nuevo periodo a go XIX, to-
mo IV, 15 noviembre de 1849, pOg. 688.


DE LOS GOBIERNOS MURALES.
433


»inspeccion para .
irnpedir los excesos irre]igiosos. De aqui que


(concluye diciendo) las dificultades pie se oponen A la in-
»fluencia religiosa del Gobierno en la educacion, nada tienen
de peculiar a este ramo, sino son las mismas que se encuen-


»tran donde quiera que los actos exteriores demandan con-
»curso de Ia conciencia. Este decoro exterior es poca con,
»cierto: pero des solo en materia de educacion donde hay que
»deplorar la ausencia de no principio religioso positivo? LNo
»se,ria de desear pie en todos los grandes actos que el Estado
»ejecute en nombre de la sociedad interpusiese la religion
»entre la ley que manda y el ciudadano que obedece aquella
autoridad misteriosa que hace intktil la coaccion? zY se ha-


»bra de concluir de aqui por un raciocinio analog° que el Es-
»tado que profesa la libertad de cultos y carece por consi-
»guiente de una creencia oficial, es por lo mismo incapaz de
»ejercer en la sociedad que dirige action alguna moral?


n No hay, pues, en las dificultades que se nos ponen ningun
»respect° especial a la educacion.»


Este raciocinio inspirado por un corazon vivamente persua-
dido de la importancia de la religion, descubre la falta de dis-
tincion necesaria en las ideas de las funciones sociales en la
ensehanza. En primer lugar asimilanse en 01 dos funciones
Marto diversas entre si, la de fortnar Ia inteligencia, y Ia de
bablar a la inteligencia: seria ciertamente de desear clue .eI
hombre adult() se alimentase siempre de manjares saludables
y sustanciosos; pero zquien no ye quo esto es absolutamente
mils necesario al nib° recien nacido (en cuyo obsequio Ia
naturaleza lo extrae del seno materno), que al hombre ya for-
mado, ya curtido y robust°, el cual solo tiene que nutrirse, al
paso que el nino debe casi enteramente formarse? Ahora
Bien, seria en efecto de desear por igual modo, que toda pa-
labra dirigida por el Gobierno a los sitbditos les recordase,
los verdaderos principios de la moral, encerrado .s esencial-
mente en la idea religiosa: pero en la educacion no se tra-
ta. de recordarlos, sino de ensefiarlos, lo cual es casi crear-
los; crearlos. es absolutamente ,necesario, y si no los creais,
los Itaceis imposibles al desventurado




II


g1


4M PRINCIPIOS TEORICOS
La otra diterencia entre los dos casos comparados por el


ilustre autor, es que en la institucion de las circeles, de los
magistrados, de los cOdigos, etc., el Gobierno obra dentro de
la esfera de su competencia donde nadie podria suplir su
inaction, donde por consiguiente debe contentarse con un mar
menor cuando no puede llegar al bien positivo. Per el contra-
rio, cuando invade con el monopolio de la ensefianza las fun-
ciones domesticas, se sale de su competencia, y atropella con
una violencia mas o menos disimulada, pero siempre injusta,
los derechos paternos. A Nora hien, si esta empresa no estaria
bien ni aun en persona que tuviese capacidad necesaria pa-
re usar de estos derechos,- ;,con cuanta mayor razon debe-
ra reprobarse mediando la imposibilidad absolute de conse-
guir el fin? Si los actos piiblicos donde el designio del Go-
bierno se refiere directamente al Orden externo, no van
acompafiadas de la idea religiose , carecen , cierto , de un
condimento, pero de un condimento que cada uno de los con-
vidados puede echar por si mismo: por el contrario, en la
educacion is religion forma Ia sustancia que se promete en
el convite, y una instruccion sin religion es exactamente.
como una mesa donde se sirven salsas y especias, y falta el pan
y la carne.


La tercera diferencia entre los otros actos morales del go-
bierno y Ia ensefianza, race de la esencial continuidad de
este, segun esplicamos al principio de este articulo. Cuando
un acto aislado no va positivamente acompaiiado de menos-
precio contra la religion, no por esto es tenido por irre-
ligioso, porque se puede y aun se debe presunfir quo cada in-
dividuo junta con el el elemento de la conciencia. Mas cuan-
do el discurso oral dura meses y afros, pasar en silencio por
completo la religion demuestra positivamente la ausencia y
aun la negacion de ells. Y en efecto, un padre verdaderatnente
piadoso no adinitiria al que tat hiciese entre los miembros de
su familia, en compafiia con sus propios hijos, pero no se des-
defiaria de acompafiarse de el en paseo 6 en un convite: porque
guarder silencio sobre la religion en estas ocasiones puede
acaecer aun al hombre mas vivamente penetrado de las ideas


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


455'
religiosas, el coal por otra parte no acertaria a disimular este
sentimiento viviendo con otros meses y afios enteros. Luego la
instruccion, esencialmenle continua, es tambien esencialmen-
te 6 religiose 6 irreligiosa, y es tan imposible una instruccion
que no inspire uno it otro de estos sentimientos, cuanto es im-
posible que el maestro no tenga entre sus discipulos la fame de
docto o ignorante, de dare it oscuro, etc.


Un cuerpo docente sin unidad de doctrine es, pues, Inca-
paz de ejercitar las dos funciones que le incumben; incapaz
de establecer firmemente los principios en la razon; incapaz
de dirigir hicia el bien las tendencies de la volnntad. Ahora,
y nOtese esto bien, en un pueblo donde la ley consiente a to-
dos opinar libremente„es absolutamente imposible formar con
elementos heterogeneos un cuerpo docente; porcine ;de que
modo podra obtenerse semejante unidad? ;mandari el Gobier-
io a los profesores que crean to que el? Ya vitnos que esto es
absurdo. 1"„lispondra que se pongan de acuerdo entre si? Este
mandato seria mas . absurd() si no interviniese la autori-
dad; porque ;que otro motive hace necesaria la atitoridad, si
no es cabalmente la imposibilidad de conciliar sin ella los en-
iendimientos? ;Elegiri entre los sUbditos profesores adictos
una sole opinion? Pecaria contra el principio abrazado en la
ley de plena libertad en las opiniones. Per mas quo mireis
bajo todos los aspectos posibles la composition de una ense-
fianza pfiblica con unidad de espiritu, en un pueblo donde
hay libertad de pensar, la empresa sera siempre imposible de
oda imposibilidad; siempre intervendrin 6 podrán intervenir


opiniones divergentes y opuestas, que neutralizanclose reel-
irocamente, haran nula la instruccion, nula la educacion;
fortnarin un pueblo sin espiritu national, unido por la sole
midad material del territorio y de los intereses piddicos; ;y
querreis pare obtener tan mezquino resulted° que el Gobierno
argue •con los infinitos gastos, cuidados v responsabilidad de


tin protesorado pfiblico? ;y osareis decir que el Gobierno
cumptiria su deber ensefiando la dude y haciendo imposible
a educacion?


538. La institucion de un cuerpo docente en un pueblo




i i!


436 PRINCIPIOS TEORICOS
mixto, es, pues, absurda a los ojos de la razon, nociva en el
terreno de la politica: y el haber pretendido darle la vida, si no
es un arte finisima de 'despotismo -napoleOnico , es una de
tantas reminiseencias religiosas, como sobrevivieron siempre al
Catolicismo en los paises que desventuradamente le fueron
infieles; reminencias que traen a memoria la' perdida unidad
catOlica en la enseftanza , cuya talta se lamenta .y se quiere
sustituir con la unidad nacional: reminicenClas, que traspiran-
do en toda ramification, en toda vena del pueblo apOstata lo
convierten en una perpetua contradiction viviente , y causan
en el aquel perpetuo malestar , aquel movimiento intestine,
aquella mania de innovar que jamas tendra termino, mien-
tras no se abrace en toda su plenitud el elemento catOlico de
vida social, la autoridad de la Iglesia en las opiniones.


539. Si se mira en el Orden civil esta institucion irratio-
nal é impolitica, fAcilmente se echa de ver su injusticia, con
que peca evidentemente contra la justicia distributive. Y A la
verdad ;,que es to clue pide esta virtud? Que la autoridad dis-
tribuya las cargas en proporcion a las ventajas, de suerte
que cads ciudadano contribnya con sus obras en proporcion
al provecho. que sacs. Por esta razon, en un pueblo donde es
una la fit, regida por unit autoridad espiritual cuya aprobacion
6 desaprobacion es aceptada anticipadamente por todos, el go•
bernante, que tambien la acepta al par del snbdito, puede ra-
cionalmente decirle a este: «Contribuye t6 con to cuota pars
una enseftanza que es necesaria a la sociedad y que esta garan-
tidapor una autoridad que to tambien reconoces por
Pero en un pueblo donde todas las opiniones, aun las mss
contrarias, se hallan igualmente amparadas, icon que cars
podrA el Gobierno exigir (lel snbdito que le de su dinero para
combatir su conciencia? paciencia para oir a un minis-
tro de Instruccion publics que intima sus Ordenes diciendole
a uno: «PAgatne pars que yo pueda preparar un e,uerpo docen-
te que vaya contra tus opinionos, que yo debo respetar, y que
corrompa el entendimiento y la voluntad de tus hijos?» 2,CuAl
es en este caso el provecho que corresponde al gravamen? De-
cir que no corrompe sino que ilustra al pueblo, es renegar de


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
437


la tutela prometida a toda opinion fibre. Decid, , pues, fran-
camente que el Gobierno quiere format a su arbitrio el
pensamiento de todo 'on pueblo, y que el disidente tends que
pagan con una multa la pena de la libertad constitutional.
Multa es verdaderamente lo que paga al Erario por instruc-
tion publica el disidente a cuya razon, a cuya conciencia,
cuyos sentimientoS se resiste semejante mode de instruction,
obligandosele a pagar un maestro privado despues de haber-
contribuido, muy a su pesar, a mantener en el profesor oficial
un adversario pnblico, si no es tambien un enemigo: tal es la
suerte que lamentan los catOlicos irlandeses, 'que ven pasar.a
manos de los anglicanos, sus enemigos, los recursos debidos
it los objetos de su culto, teniendo (pie imponerse nuevos sa-
enificios para mantener un Clero ortodoxo. iQuien creyera
que a tal vileza bayan venido los catelicos franceses despues
de sesenta aftos de liberlad de enseiianza, escrita no se cuan--
Las veces en tantas constituciones sucesivas, ora con tinta,
ora con lagrimas y sangre! y sin embargo, esta es la ver-
dad, un inmenso butgel pagado por ellos por instruction pu-
blica es para todos los catOlicos una contribution impuesta
por el ejercito enemigo; violation tan flagrante de todo prin-
cipio de libertad y de equidad no puede comprenderse ni sun
en un pueblo de esclavos.


540. Esta repugnancia esencial de una enseftanza pitblica
en una nation de creencia mixta, parecerii acaso un absurdo
al que antes haya meditado las razones con que demostramos
la obligaciomque tiene el Gobierno de favorecer los progresos
cientificos; pues $Omo, se dirt'', como es posible al Gobierno
favorecerlos sin un 'euerpo docente? Esto, decis, es imposible,
luego el Gobierno esta obligado a to imposible.


541. Pero esta aparente contradiction no demuestra otra
cosa, finalmente, que lo absurdo de la hipetesis, pueblo sin re-
ligion, establecida por nuestros adYersarios: pues sabido es
que dada una hipetesis absurda, sus consecuencias deben par-
ticipar del mistno vicio• suponed un triAngulo cuadrilatero, y
una sociedad compuesta de un solo individuo, y sobre estos
principios formadme, si podeis, un curso de geometria y de




458 PRINGINO§ TEORICOS
derecho y veremos la obra maestra que sale de aqui.
No es, pues, extraib que establecida como hipOtesis la indife-
rencia de los gobernantes y de los sitbditos respecto de. la ver-
dad, a que todos estan naturalmente sujetos, los gobernantes
no puedan ya gobernar, ni los sitbditos deban ya obedecer. Si
la razon Ultima del Gobierno es el deber de producir un bien
pUblico de Orden moral, y la razon Ultima de la obediencia la
necesidad de.-conseguirlo; establecido por hipOtesis que no se
sabe en nuestra sociedad coal sea el bien moral, siguese que ni
hay derecho para gobernar, ni razon para obedecer: y si esto
no obstante veis todavia subsistir alguna idea de autoridad y de
obediencia, debe itnicamente atribuirse a que el pleno ateismo
y el pleno excepticismo son, mientras el hombre conserve un
rayo de inteligencia, absolutatnente imposibles (1).


542. Aun podremos exponer esta razon en un Orden toda-
via mas universal. La sociedad parte esencialmente de la union
de los entendimientos; pues el hombre no obra como hom-
bre, sino en cuanto obra con inteligencia; y nor consiguiente
no se asociamentre si conic) hombres los que no se juntas •con
los entenditnientos. Ahora hien , la razon final de toda autori-


- dad es la sociedad, supritnida la coal, la autoridad carece
tin; luego a medida que Ccsa 6 se disminuye la sociedad de
las inteligencias, debe cesar 6 disminuirse la autoridad.


515. .1",)tre maravilla, pues, qite en una sociedad donde las
inteligencias se van perpOtuannente separando unas de otras,
hasta la autoridad vaya perdiendo toda fuerza? El Criarlor
habia formado la sociedad para que fuese una en espiritu, y
este espiritu la habria entOnces dirigido a un fin imico en todo
saber material y moral: vos le quitais la lunidad de espiritu,
y despues os maravillais que empiece la disolucion, que las
moleculas se vayan segregando, que la unidad se tome im-
posible.


Esto no obstante, queda a esta especie de Gobiernos alguna
obligation en tal materia, proporcionada al grado de unidad
que todavia subsiste, cuya unidad puede reducirse a aquel


(1) V cap. 1.°, rain. y signientes.


DE LOS GODIMINOS LIBERALES.
459


precept° universalisimo otodo hombre debe conocer a su. Dios
y obedecerle: ”


este aforismo , mientras universahnerite se
conserva, debe mantenerse, come dijimos pow ha, nor los
Gobiernos. Puede . pues, el gobernante exigir de cada una
de las comuniones religiosas, quo proven a sus rniembros de
los medios oportunos de instruccion pithlica, que forma par-
te esencialmente de la educacion y de la Religion. Y si las
encontrase 6 inertes por Ianguidez, O indiferentes por prin-
cipios (como suele acaecer en Codas las sectas anti-cat6-
1icas), entOnees obligarlas a contrilmir a una manera cual-
quiera de instruccion piiblica no seria fuera de razon ni
medida opresora; pues es deber de la autoridad suprema,
cuando las' secundarias, aun despues de amonestadas, no
cumplen sus deberes para con los sitbditos, suplir su falta
obrando directamente en favor de aqnellos que se yen aban-
donados de so inmediato superior.


544. Todo esto se ha de entender, sin embargo , de ague-
Ila instruccion que esta unida esencialmente con la educa-
cion, es decir, de la que se da a los idiotas, ahora sean
ahora adultos. Tocante al fomento de los progresos cientificos
entre las personas que ya tienen dominio sobre si mismas por
su edad 6 instruccion, con un criterio formado, y que pueden
discutir las cuestiones mas arduaS sin caer por esto en manos del
sofisma y de las declamaciones, nada impide que en un estado
misto se constituyan, como dijimos poco academias (testi-
'lades a los progresos de las ciencias profanas, con tal que
se observe en ellas rig,orosamente, ademas del reipeto debido a
las verdades fundamentales del hombre y de la sociedad, la
ley impartial de la justicia distributiva, de suerte que solo el
merit° social Rove a los escafios a los elegidos, libre de todo
favor.


545. De que modo puede esto obtenerse? No me deten-
dr6 a discutirlo temiendo ser prolijo y contentandome con
haberlo indicado: per° el obtenerlo es de absoluta necesidad,
si todos los sitbditos han de contribuir a esta como a cualquie-
ra otra carga phblica, siendo sumamente injusto obligar
pagar el portazgo a quien no se le permite la ,entrada.


TO)10 1. '29




440 PRINGIPIOS TEORICOS


546. Y si la dificultad de conseguir la imparcialidad preci-
sa Ilegase a punto de ser imposible lograrla, seria mejor de-
jar a los particulares el cuidado de .egos progresos lithos porn
no necesarios, antes quo violar abiertamente las sagradas leyes
de Ia justicia, base primer& de toda asociacion humana.


547. He aqui, piles, en breves palabras Ia doctrina explica-
da hasta aqui acerca de la instruction pnblica.


Llamando la naturaleza a bas hombres para vivir en socie-
dad, quiso unirlos . entre si con el fin de perfeecionarlos. y su
perfeccion natural !labia de consistir principalmente en la or-
denacion moral de todas sus obras al Ultimo fin de suexisten-
cia. •Deber pues, de la autoridad, en donde se personifica
la action moral (le la sociedad, tender Itheia esta perfeccion.
Mas para tender a la perfeccion es necesario conocerla, v
conocerla socialmente, O lo que es lo mismo, cuando hay una-
nhnidad en las doctrinal morales, el gobernante que tambien
participa de semejante unanimidad,, puede con razon exigir
de los skit:6 una contribution equitativa, y juntar los esfuer-
zos de las inteligencias mas sublimes para facilitar a todos el
aumento sucesivo de conocimientos estrechamente enlazados
con el ordenamiento social.. Mas cuando dividida Ia sociedad
en partidos varios, no conviene en la misma norma de recti-
tud moral, entOnces no puede rectamente un Gobierno exigir
de los sUbditos tributo alguno, ni congregar maestros hetero-
geneos para la ensefianza de materias esencialmente enlazados
con el Orden moral; piles esto seria forzarlos a pagar Ia null-
:lad de la instruction y education, y muy a menudo hasta
propio dano. En tal caso quedaria al Gobierno el derecho de
estimular a las.varias sectas existentes al cumplimiento de
esta su parte respectiva de deber social, enlazada esencialmen-
te con la idea religiosa, cuya excision forma la base de su
existencia parcial: permaneciendo sin embargo en la autori-
dad suprema el derecho de establecer Academias superiores,
donde los verdaderos sAbios imparcialmente congregados po-
(Irian ocuparse Unicamente en la ciencia profana.


548. Esta es; en nuestro juicio, la mera y exacta aplica-
eion del principio de la •libertad de conciencia, como dicen,


DE LOS GOBIERNOS LieccALEs. 441
principio deplorablemente adoptade y mas deplorablemente
violade boy en casi toda la semi-protestante Europa, donde la
libertad, patrirnonio exclusivo de tin partido despOtico, preten-
de dictar leyes al pensamiento, coal nunca imaginaron los Ne-
rones y Dornicianos, y echando naano de cuatro o cinco voces
vagas, regeneration, civilizacion,oscurantismo, progreso, je-
suitismo, etc., etc., Lanza descaradamente sus brabatas con-
tra todo el quo entiende de otra manera la nacionalidad, la re-
ligion, la ciencia. o'No piensas como yo? plies renuncia A los
grados academicos, renuncia al derecho de educar y enseftar a
la juventud.o


549. Ea, callad alguna vez y no sigais profanando el sagra-
do nombre de libertad, quo nunca conocisteis: la libertad es
patrimonio exclusivo de nosotros los catOlicos: para nosotros so-
los sera una verdad en los paises donde reina el Catolicismo,
porque alli no se impondrA la ley del pensamiento A los sUbdi-
tos voluntarios de la Iglesia, sine por la que todos respetamos
como Madre comun de los tiales é infalible maestra: nosotros
solos la introduciremos en los paises donde muchos conciuda-
danos y hermanos jamAS conocieron la verdad, o desdichada-
mente Ia perdieron, porque alli queremos alcanzar conversio-
nes de almas, no dominio gubernamental, y nos sentimos has-
tante- fuertes para enjendrar Ia con viccion sin recurrir a expo-
liaciones, ni pufiales: herederos nosotros de aquella piedad que
detuvo el brazo y modern el celo, a veces demasiado ferviente
de los Cêsares cristianos, que suavizO las legislaciones bArba-
ras, que reprob6 elbautismo a la fuerza, que admitiO a los reos
capitales A la reconciliation que les negaba el rigorismo de los
magistrados, que modern la severidad de la Real Inquisicion
de Espafia, y acogiC en Roma a los judios perseguidos, nosotros
solos sabemos tolerar a los que yerran, mientras tanto que
condenamos sus errores, porque solo nosotros teneinos porve-
nir y menospreciamos lo presente.


Pero el que predicando libertad de pensar se tiene A si mis-
mo sin embargo por verdaderamente infalible, y so pretexto
de ilustrar A los que piensan erradamente, quiere en realidad
dominar el pensamiento ageno con el propio, ese (tengamosle




411


442 PRINCIPIOS TEORICOS
compasion y perdonOrnosle) por necesidad tiene quo ser ti-
rano si no quiere perder toda influencia. Puesto en la alter-
native 6 de ver puestas a la verghenza y abandonadas las
miseries del error, y a si mismo precipitado del sOlio en
donde reina por la fuerza, 6 de contener a los demas con
la violancia, de suerte que teman respirar O quo sean castiga-
dos si respiran que maravillas es, si no queriendorenunciar
al predominiointelectual abraza el partido del despotismo,
especialmente hallando en una fraccion nurnerosa aprobacion
y apoyo pare su tirania , y aun acaso pretexto para engaharse
a si mismo vendiendose pomposamente por Organ° de la opi-
nion pitblica? No hay que hacerse ilusiones: una libertad mo-
derada de ensehanza sera un sarcasmo en boca de aquel par-
tido que concede a las muchedumbres el terrible derecho de
crear la justicia, quo es como si se dijera de crear el Orden,
de crear la idea eterna de Dios y aun a Dios mismo: pues Ia
impia tentative de Fichte en el Orden especulativo venia pre-
parade muy de atras por aquellos corifeos de la impiedad que
habian otorgado a las muchedumbres el divino poder de crear
la justicia (I). Sigan estos en mal Nora reprimiendo con el fre-
no del error la dOcil boca del vulgo y de ciertas personas liar-
to candidas: nosotros seguiremos nuestro camino y despues
de haber demostrado que se opone a la naturaleza establecer en
una nacion de creencias mistas un cuerpo phblico docente, y
que se debe dejar en ella la ensehanza a las autoridades espi-
rituales en que cada una de las comuniones disidentes recono-
ceel derecho, el poder de enseftar magistrahnente la verdad,
pongamos termino al presente tratado, deduciendo de aqui
consecuenctas y aplicaciones importantes.


S. XIII.


550. En primer Lugar, ruegote, lector benevolo, que refle-
xiones en la celestial sabiduria que resplandece en los carni-
nos del espiritu catilico", que agita la inmensa mole de la Igle-


(!)t Ilobbes, Itouseau, etc.


DE LOS GODIERNOS MURALES.
443


sia, infundido en todos y cada uno de sus mietnbros, y que Re-
na, estoy por decir instintivatnente, todos los deberes, aun los
meramente naturales de una sociedad perfecta en el acto que
mira solo a un Orden.


sobrenatural. En una sociedad mista de
muchas creencias toca a sus autoridades gerarquicas, como he-
mos dicho poco ha, proveer a la phblica instruccion de sus
proselitos, lo cual no puede beer el Gobierno civil equitativa-
mente, si no es estimulando al cumplimiento de setnejante
oficio a los quehacen cabeza de las comuniones disidentes.
lla aguardado nunca la Iglesia catOlica a los estimulos y soli-


citaciones de los Gobiernos para cumplir 'este -oficio? Todo le
contrario; ni aun la autoridad misma de la Iglesia tuvo nece-
sidad de pensar en esto, pues tan grande Cue, tan viva y eficaz
la disposicion de su espiritu interior vivificador para entrar en
este palenque mucho tiempo antes que nadie hubiese pensado
en demostrar con tOrminos filosOficos esta obligacion. No bien
se habian reunido al pie de Ia crux en Alejandria los primeros
fieles, cuando ya al lado de la filosofia pagana surgia la cris-
tiana que bien pronto habia de combatirla y oponer a los Gel-
sos y Porfirios, los Clementes y los Origines: la misma escuela
difundia en Atenas la verdad cristianada, y en los banoos de los
EstOicos y del Portico veia sentados loeBasilios y loeNazianze-
nos: poco a poco cada monasterio se iba, con virtiendo en una
Academia, asilo de las ciencias perseguidas por la barbara ci-
mitarra: a los monasterios sucedian las cases de CanOnigos re-
gulares: los Concilios particulares y ecumenicos se erigian en
magistrados y reformadores de los estudios publicos; a estos
sucedian los Pontifices fundadores de las Universidades catOli-
cas, y cuando por efecto de la rebelion hiterana su augusta
voz era desoida por muchas naciones de Europa, numerosos
profesores y maestros gratuitos se ofrecian a los catOlicos va-
cilantes en los pueblos heterodoxos por tantos institutos reli-
giosos como se ban consagrado por espiritu de sacrificio cat6-
lico a instruir phblicamente a la juventud y a la nillez de
cualquiera grado y condition que sea. zY que no podemos decir
en nuestros tiempos? .... Humildes hijas del gran
ApOstol de Francia que en la for de la edad correis a se-




I


444 PRINCIPIOS TEORICOS
pultar la hermosura y la gracia en el bedor de la miseria y en
las ligrimas del inlortunio, ;,ois la voz de aquel nifit que
recien desprendido del pecho materno esta llorando en la tu-
na? A vosotras toca tomar en su favor entrafias de Ma-
dre, ensefiandole en los asilos de la infancia a pronunciar
con el nombre del Criador los nombres de los animates y de las
plantas, con los misterios de Ia Religion, los misterios de la
palabra y de los signos alfabeticos; apenas luzcan ell 61 los
primeros albores de la razon, lo encomendareis al magisterio
de los que adoctrinados por la sublime sabidaria de la Cruz
quisieron Ilamarse ignorantes: el ignorantico lo entregari ya
adelantado al barnabita, al escolapio, de cuyas manos no saldri
mientras no tenga disposition para darse estudios profundos:
y aun de estos le abriria en todo pais catOlico copiosas fuentes
la vigilancia gerirquica, si no estuviese comprimida por la
16rrea mano del tnonopolio: asi es que apenas sonrie a BO1-
gica, a America, a Irlanda alguna aura plicida de libertad
sincera, luego germinan y florecen con su soplo en los mis
sublimes estudios las Universidades catOlicas, animadas del
solo impulso del catOlico celo. Tambien surgirian de tupropio
seno, de la Italia amada de mi alma, en aquellas panes, donde
hoy los entendimientos se hacen rebeldes bajo el pig° uni-
versitario, tan luego como no fuera en ti la libertad una Car-
ta, sino una verdad, no un escarnio, sino un don, no triunfo
del protestantismo, sino espiritu catOlico.


Vease, pees, cuan Bien comprende la Iglesia el gran deber
que tiene para con sus hijos! iVease cunt) viva conserva la
impresion y la inemoria de aquel gran mandato Euntes docete
onmes gentes! IV6ase cuan econOmica seria la instruction
publica, si no se aspirase a tiranizarla! ;011, si la Iglesia obra-
ria por si misma! Pero se prefiere el enorme dispendio de
una instruction publica que oprime a los catOlicos a Ia
inmensa economia que habria de proporcionar la verda-
dera libertad, la libertad a que tiene derecho el catOlico,
la libertad que le ha sido prometida con cien juramentos que
bien pueden tenerse por falsos! En que secta podriais hallar
una actividad tan constante , un sacrificio tan desinteresado,


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 4-1.)
una sabidnria tan prOdiga , una continuidad tan perenne?
aim° no detestar la tirania de los politicos que eese magiste-
rio, que cumple un deber sagrado , oponen la palabra venal
-de sus pagados secuaces, y a la maestra de toda verdad pues-
ta por Dios imponen silencio en nombre de la nacion? De la
nacion misma que detesta su tirania, de la nacion forzada a pa-
gar el estado de opresion en que gime, y el silencio de los
pastores, cuya voz es para ella la voz misma de Jesucristo.


551. La segunda consecuencia que se deduce de to dicho
pasta aqui, es el caricter indigno y desnaturalizado de Ia presion
universitaria, ejercitada en la education de los jOvenes. Ha-
biendo probado que en justicia no puede imponerse a un pue-
blo mixto ningun cuerpo publico docente (aun cuando se
dejase al (pie quisiera ejercitarla la libertad de no escucharle),
por estas dos grandes razones, que semejante cuerpo no puede
teller unidad, y que los tributos con que tendria que mante-
nerse habrian de ser pagados por todos en provecho exclusivo
•de un partici(); se hace mcis evidente cuan tiranico sea obligar,
no solo a pagar una enseOanza estolida y enemiga , sino a con-
fiarle lo que hay de mis caro para un padre , el cuerpo, el
alma , la inocencia de sus hijos ,•• las esperanzas, el honor, la
tranquilidad de su familia ; aquel sacrificio inestimable que un
Dios se determine apenas a pedir a manera de prueba al itnico
padre de los creyentes, prometiendole en galardon una proge-
Me inmensa, ese mismo lo exige, lo saca por fuerza la tirania
pedagOgica a millones de ciudadanos libres para ext.inguir su




descendencia moral y acaso hasta la material : « dame esta
triatura angelical que tan solicitamente. criaste : este entendi-
miento virgen todavia en que esperaba§ revivir, debe repro-
ducir mis ideas, no las tuyas; esta inocencia tan inmaculada,
t uya defensa te costO infinitos cuidados, quiero arrojarla como
presa de un puflado de discolos; estos mietnbros tan floridos
serin pasto de la corruption ; tit mismo te avergonzaris cuan-
do yeas dentro de los inuros paternos cuan mudado esta tu
propicchijo ; su indocilidad te haric temblar, vivirás en una
-alarma perpetna a causa de sus calaveradas, y su libertinaje
sera tu desesperacion ; Boras por ventura al entregarmelo?




44G PRINCIPIOS TEORICOS
Marto Ines amargamente llorare yo al recibirlo; pero la ley es,
inexorable, inevitable el sacrificio, inmola to hijo a Moloch, y
paga ademas al sacerdote de este idolo.


552. Confiesote, amado lector, que cuando reflexiono
que este es el lenguaje que usa Iasi desde un siglo a esta
parte la libertad heterodoxa, dirigiendose a las naciones ca-
tOlicas, y que estas se lo toleran y obedecen (1), me sien-
to poseido de asombro, pues en este caso al absurd() de una
enseiianza sin imidad , a la privation de un medio nece-
sario, It la injusticia de pagar forzosamente a un enemigo,
se auade la violation forzada mAs sagrado entre los de-
rechos de los hombres, la paternidad: en efecto, 4quiên hay
que no Yea, que impedido a los padres que reproduzcan su.


propia inteligencia en la de los hijos, y que continiten en
ellos un himno pOstumo al Criador que nos di6 la gran mision
de glorilicarlo, toda la mision de la mils augusta entre todas
las dignidades naturales, 6 sea de la paternidad, se reduce fi-
nalmente al solo acto semi-brutal de engendrar el cuerpo? Y
yo pregunto: del que (la vida al cuerpo, da con esto 1a vida al
hombre? Se la daria si el •hombre luera una pura masa de.
barro organizado; pero todo el que contempla en .el hombre,
como parte supreme de su esencia un entendimiento progre-
sivo y perfectible, una tabla dispuesta A recibir los caracteres.
que imprime en ellos primeramente la, mano del hombre, corn-
prendera ciertamente que si estos caracteres no fuesen con-
fiados por la naturaleza a la mano del padre, no podria lla-
marse este procreador de si mismo. de pie otro principio.
deduce principalmente todo catOlico, ni aun todo hombre de.
juicio, la perpetuidad Inas 6 menos necesaria del lazo conyu-
gal, sino de la obligacion de former el pensamiento en los
hijos ? Exonerad al padre de este deber, , y decidme si no podra
separarse de su compafiera despues de haber ilevado sus hijos


(1) El autor escribia esto el ail° de 1849: sabido es el cambio
acaecido despues en le rancia; pero la tirania paso los Alpes, y los
padres en el Pia rnonte deben elegir a menudo para sus hijos, dolo-
rosa alternativa, 0 la ignorancia 6, la corruption.


DE LOS GODIERNOS LIBERALES.
447


A la casa de expOsitos. Divorcio 6 prostitution legal, exposi-
cion de los hijos, monopolio de la ensefianza son parto natu-
ral de una misma madre, la reforma; y nada:me admira la pro-
propension de ciertos publicistas a la tirania universitaria,
cuando los veo tan dispuestos a echar en el fango de la bruta-
lidad la sagrada mision del matrimonio: reducidas las madres
a la torpe condition de filles meres (doncellas madres), es evi-
dente que tendreis tan solo una grey bastarda de enfants de
la patrie; zque maravilla, plies,que la educacion de estos
sea monopolio del Estado, su padre adoptivo , monopolio de la
palate?


El protestantismo, creador del idolo Estado, restaurader
del divoreio, reltabilitadol' de la came, ha sido rigorosamen-
te lOgico conduciOndonos finalmente esta singular tirania
del pensamiento: los Cesares perseguidores intentaban violar
la lengua de los fieles; mas sOlo la sagacidad de un despotis-
mo cientifico pudo discurrir una trampa en que pudiese
ser hecho cautivo real é inevitablemente hasta el mismo pensa-
miento.


De esta manera el protestantismo preludiaba las teorias co-
munistas, destructoras de la familia y de la propiedad , que
en puridad no son milts que una ampliacion del supremo ma-
gisterio, atribuido al dios Estado; ampliacion harto menos
funesta y menos degradante para el hombre , como quiera que
despues de haber usurpado para si sOlo el derecho de admi-
nistrar a su albedrio todo tesoro de verdad y de rectitud, que
much() que usurpe la administration de todos los bienes
materiales ni que espere exclusivamente de si kilo el sus-
tento del cuerpo, cuando de si sOlo espera el aliment() del es-
piritu? (1)


(1) Sin comprender acaso enteramente el Sr. Driers en su
Raport say h assistances el propio pensamiento, ha columbrado,
aunque en. sentido M yers°, esta relacion entre el comunismo pe-
cuniario y el literario; y asi, donde nosotros decimos: gSi el mo-
nopolio de la ensellanza es justo. justo sera el comunismo del di-
nero,'• 61 ha dicho: •si es justo el del dinero , justo sera el espi-
ritual. Queue est la cause de ces etre/ages resultats! C'est que,
dans ce nouveau communism, qui tend d fondre les individus




448 PRINCIPIOS TEORICOS
553, La Iglesia catOlica, , esa tirana de las ideas, Ia que


enciende las hogueras y anima a la Inquisicion, la que en otros
tiempos tuvo A Su disposicion las fuerzas inmensas de los Ce-
sares supremos, Soso acaso jameS




en favor de la verdad, de
que esti plenisimamente cierta, lo que es osado de hacer el des-
potismo universitario, no obstante de profesar este la duda por
principios y de ser acusado por la mayoria de la Dacion de ar-
ruiner la aNcacion é instruction de la juventud? Bien se que
no faltaron catOlicos , aun entre los doctos y piadosos , que
idearon en favor de la Iglesia, maestra de la verdad, una espe-
cie de monopolio, semejante al que se nos regala hoy dia para
falsificar los entendimientos y corromper los corazones de gene-
raciones enteras.


Quitense, decian, a los rnahometanos, a los hebreos sus hijos
»en Ia Herne edad, scan imbuidos en las doctrinas cristianas,
»y haremos una obra meritoria pare con Dios y para con los
»mismos niftos asi redimidos de la perdicion.» Ahora bien : isa-
beis lo que a estos clamores en apariencia tan religiosos res-
pondia la Iglesia con la pluma del mayor de los filOsofos y
moralistas catOlicos? Corria a Ia sazon el siglo XIII, hallabase
en todo su vigor la Inquisicion, el moralista era dominico,
no !labia diadema que no se hiciese tributaria de la tiara,


dans le tout, le tout dans les individus, d titer d chacun le suits
de sa vie pour eon charger, on arrive, par cello confusion des
existences individuelles, qui detruit (a liberte de l'homme, qui
supprime l'emploi de ses facultes, qui transporte son action
l'Etat soul, on arrive 4 une addition gigantesque, la quelle con-.
tient Pamir de sous les individus, et de mime qu' on a reuns
lour avoir, faudrait réunsr aussi lour esprit, leurs yeux, lours
lactates, pour Ogaler lour solticitude, et rendre de lours blots IT
compte aussi stir.—Rapport general de l'asistance et de la pre-
voyance publique. (De la Vieiltesse.)


conforme con nuestros principios el magistrado Frances
M. Delaroyere, se expresa en estos tdrminos: Loi sur Pen-
seignement ne fait autre chose, que conskcrer le principe d u soma-
lisme en maintenant la toute puissance de 1' Oat sur l'instruc-
Lion; non pas, si volts voulez dune maniere absolue stir la scien-
ce proponent dile, rnais sur la morale, sur tout ce gni est du
ressort de la conscience sur ce qui doit diriger les pensees, et
les acres.. L'Univers, 15 Mars, 1850,


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
449


Inocencio III perpetuaba a Hildebrand° y pre,paraba it Bo-
nifacio VIII. En tanto auge del poder eclesiestico, Tomes de
Aquino, gran Santo, IllOsofo mixitno (y sumo politico aliadiria
aqui Cousin) respondiO francamente que «esta novedad con-
»traria a la costumbre de la Iglesia no se debia introducir,
»porque si fuese conforme a razon, no habrian dejado do usar
N este rnedio de apostolado tantos santisimos Prelados, que ha-
»blaban con familiaridad a los Ines grandes Emperadores, como
»Silvestre A Constantino. La fe no se puede acrecentar de un
»modo durable por este camino; y aunque realmente se acre-
»centara, no se debia usar polique repugna a Ia justicia natu-
ral, atento quo el hijo es naturalmente Cosa del padre, mien-


»tras no usa libremente de su razon. Y despues de haler lle-
»gado it el use de ella, se le debe infundir la fe con la persua-
sion, no con la fuerza. Y no es poderoso el derecho de los


»principes para hacer que sea licita la violation del derecho na-
tural, ni la salud de los nifios puede moralmente procurarse


»con daub del Orden de la justicia natural.» (1.)
Podrils negar, caro lector, en vista de estas palabras que la


(I) Hoc Ecclesiat uses nunquam habuit ..... Quansvis fuerint
retroactis temporibus multi catholici principes potentissinzi, ut
Costantinus, et Theodosius, q uibus familiares fuerunt sanctissimi
episcopi, ut Sylvester Constantino, et Ambrosius Theodosio: gut
nullo modo prcetermisissent ab eis impetrare„si hoc asset conso -
num rations. Et ideo, periculosum vidaur bane assertionenz de
novo inducere; ut printer consuetudinem in Ecclesia hactenus ob-
servatam etc..... ratio est quia repugnat iustitice naturoli.
mina naturaliter est aliquid patris: et primo quidenz a parentibus
non distinguitur secundum corpus, quandiu in matt-is utero con-
tinetur: postmodum vero, postquam ub slier° cgreditur, antequam
usum Uteri arbitrii habeat, continetur sub parentum CUM, sicut
sub quodam spirituale utcro: quamdiu enim mum ratio.nis non ha-
bet puer, non differt ab animali uncle sicut bos, vel
equus est alicuius, ut utatur eo cum voluerit secundum sus sivile,
sicut proprio instrutnento; ita de iure naturali est quod filius an-
tequam hellcat /aim rationis, sit sub cura patris. Undo, contra ivy


-titiam naturalem esset, si puer antequam habeat usuni rationis, a
aura: parentum subtrahatur, vet de co aliquid ordinetur invitis pa-
rentsOus. Postquant autem incipit habere usum lsberi arbitrii, tam
incipit esse slum; et potcst quantum ad ea quce sunt items vet
naturalis, sibi ipsi provideri; et tune est inducendus ad fidem, non.
coactiane sod persuasione.—S. Th. 2. 2. Quaest. X, art. XII 0.




450 PRINCIPIOS TEÔRICOS
verdadera libertad solo se encuentra finalmente genttina y
completa en el verdadero Catolicismo? Comparad con la mo-
deration de estas doctrinas de la teologia cristiana, en el apo-
geo de sus triunfos, la rabia feroz de las arpias universitarias
no bien Ileg,art 0 atrapar con alguna arteria la cartera de Ins-
truccion pitblica!


Pero yo no Inc maravillo deAan admirable contrasts: porque
solve ser propio de todo derecho la sobriedad y de toda in-
justicia la arrogancia con que hate alarde de sus fuerzas ,


ser Ia Iglesia tutora del Orden natural, siendolo de toda
justicia, otra razon debe hacerla protectora celosisima de este
mismo Orden, y es que pues lo conoce tan bien, en el funda
en gran parte su propagation entre los fetes mediante el bau-
tismo de los nifios. Cuya razor'


merece ser algun tanto
ficada para corregir las preocupaciones de muchos a quienes
parece absurdo, que se tengau por catOlicos a nifios incapaces
de haber admitido voluntariamente ninguna creencia. El nifio
piensa esencialmenle en sus primeros afros como instrumento
dela inteligencia paterna: altora hien, siendo incapaz de pen-
sar sin ideas rnetafisicas y morales; no pudiendo poseer estas
ideas sin el lenguaje, ni usar del lenguaje sin la sociedad pa-
terna, ode dOnde podria partir por las vias del mundo inteli-
gible si el entendimiento de su padre no le infundiese sus
primeros pensamientos avivando de esta suerte una inteligen-
cia que yacia inerte? Es, pues, ley de Ia naturaleza que el hijo
en/piece a pensar con el pensarniento del padre; es efecto de
la naturaleza


• que el Catolicismo se propague por medio dela
educacion e instruccion paternal; y cuando los teOlogos ease-
fan que en la ley antigua se salvaban los hips por Ia fe de
los padres ; expresan un hecho simplicisimo que vemos y to-
camos todos los dias (1).


Si Ia Iglesia hubiese aprobado las violencias con que para


(1) Undo de pueris antiquorum pair= dicitur, quod sizteati
snot in fide parentuot per quod dalur quod ad parentes
pertinet providere Ins de sue salute, prcecipue antequant habeant
usum rationis.—S. Tam 22. Quaest. X. art. XII. 0.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 451
su aumento se queria arrancar de manos del padre infiel las al-
mas de sus hijuelos, la Iglesia se habria dado, como suele de-
cirse, con la azada en los pies, habria negado aquel mismo
derecho natural de los padres en que ella se apoya, aceptando
sus hijos por seguidores de Cristo, a quienes regenera en el
agua y el Espiritu Santo.


554. Otra razon trae el sapientisimo maestro, y es que
los hijos pertenecen a la sociedad domestica, A la que no pue-
den arrancarse sin injusticia: dia llegara en que el nifio, pasa-
da la adolescencia, se convertirA en hombre perfecto; entonces
llamado por el Orden acostatabrado de la naturaleza 0 ser pa-
dre de una nueva familia, entrari natural mente en el Orden
blico, corno quiera que este Orden esta formado por la union
de las familias; y como padre de una nueva familia dependerA
directa e inmediatatnente del ordenador pnblico. Pero mien-
trasz permanezca por la naturaleza dentro del circulo del consor-
cio domestic°, no es licito penetrar en su recinto, invadir el
domici lio y disputar al ciudadano fibre que to gobierna los de-
rechos quo la naturaleza le confiriO. Si el celo de los progresos
cientificos os mueve a ofrecer algun subsidio, si teneis ocasion
de ofrecerlo sin estrujar indebidamente la bolsa:de los sitbditos,
hacedlo enhorabueua, pero sea un subsidio para quien lo desee,
no un recargo contra quien to rehusa. Dejad 0 la sociedad do-
mestica lo que a ella le incumbe, formar hombres, y cuando
os los presente ya formados, ofreced si quereis todo auxilio
imaginable A los que quieran instruirse ulteriormente, y todas
las ventajas imaginables a los que se hacen cafkaces de servir A
la patria; pero no os aventureis a introducir entre los hijos
cristianos la desapiadada educacion espartana, destructora de
la familia.


555. NOtese que al decir que la ensefianza de los niflos es
por sn naturaleza una tuncion domestica, no me ocurre hater
la mas minima distincion entre escuelas mas 6 menos numero-
sas, como acaso podria imaginar un entendimiento mas empi-
rico que filosOfico. La naturaleza de las cosas no cambia con
el nirmero; mil hormigas jamAs formarAn un pajaro, ni mil
sensaciones una idea, nu mil cualidades singulares un con-




11


SI


452 PRINCIPIOS TEORICOS
cepto abstracto. Si Ia instruccion de los jevenes es funcion
esencialmente domestica confiada a los padres, ahora tengan
un hijo 6 mil bijos, ahora proceda la instruccion de un solo
padre 6 de mil, esta continuara siendo siempre una funzion
domestica, De aqui que si diez, ciento, mil padres reunen
su costa encases de su pertenencia bajo la direccion de maes-
tros convenidos sus jevenes hijos, bien podria aplicar a esta
reunion las leyes comunes a las demas reuniones numerosas,
mas no por esto gobernareis a vuestro gusto la funcion esen-




cialmente domestica de ensefiar y educar. .
Al modo que una accion esencialmente un juicio,


una discusion, etc., no pertenece al Orden dornestieo , aun-
que se trate a puertas cerradas y entre pocos individuos, asi
por el contrario una reprension paternal, un convite de fami-
lia no se tornaran jamas en acciones publicas, aunque se pa-
gan en medio de la plaza y ante millares de espectadores.
Luego si no canonizais el aforismo de Cousin , tan contrario
Ia naturaleza, que la enseftanza es funcion esencialmente po-
litica, habreis de convenir que el vedar a los padres, bien seen
pocos o muchos, que formen por si mismos o por otro medio,
conforme al dictamen de su conciencia, el sentimiento de sus
hijos, es violar un derecho natural pie solo el despotismo
puede disputar a los padres.


Traslademonos abora de la consideracion del derecho del pa-
dre A los deberes del hijo. No hay catequista que no ensefie a los
muchachos, al explicarles en los rudimentos de la vida cris-
tiana el cuarto precepto del decalogo, el deber que tienen de
prestar oido atento y dOcil a la enseflanza del maestro ; y
para confirmar esta parte de su obligation se suele dar la ra-
zon de que por el ministerio de la ensefianza se trasmiten al
maestro los derechos mismos del padre. Admitida esta razon
no es dificil comprender cuan grande sea el valor de la obli-
gation que tiene el discipulo para obtener su cumplimiento;
como quiera que la ensefianza no es sino una particular apli-
cacion de aquella autoridad universal a que encomende el Cria-
dor por cornpleto la nueva existencia inteligente; pero con un
acompailamiento tal de dones y de propensiones, que hacen


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 453
igualtnente amoroso el mando y suave la obediencia. El cetro
paterno esta confiado al amor, a la sitnpatia natural, al mas
sagrado deber, y en stuna, a todas las garantias mas firmes
que pueden encontrarse en los seuthnientos de Ia naturaleza:
el padre esta intimamente persuadido a que del modo de usar
de este poder dependen para 61 la quietud de la familia, el honor
de su Casa, el sosten de su ancianidad, la asistencia en sus en-
fermedades y aun su pOstunia supervivencia. Si a despecho de
tantas sujestiones naturales todavia faltase el amor del padre, he
aqui al lado de este la ternura materna, cuya versa inesausta
esta siempre dispuesta antes que a olvidar los derechos de la
prole a defenderlos con exceso. 116 aqui a quien foe confiado un
poder absoluto en . la familia; deberes, afectos, intereses, to-
do vela en favor del chicuelo quo juguetea sobre las rodillas
de sus padres. 40tte maravilla que a una autoridad tan Bien
adornada de direccion y arrimo conceda la naturaleza una casi
omnipotencia despetica? Bien se que el grito de rebelion con-
tra toda autoridad no perdon6 A la paterna; y que los COdigos
modernos quisieron proteger la familia contra el despotismo
del padre, como los Parlamentos de Francia protejian a la
tglesia contra los abusos del Papa: pero luchaban con la na-
turaleza, y este luclia no fue menos dura que inittil: los pa-
dres siguen todavia siendo padres, y si no abusan general-
mente de su autoridad, no sera gracias al COdigo. Propio es de
la naturaleza obrar espontaneamente, coma es propio del
arte obrar por via de contrasts : la naturaleza infundie
en el corazon paterno la dulzura del mando como infundie en
el hijo la propension a la obediencia, y esta obediencia co-
mienza por ser en el un instinto y una necesidad mucho antes
de trasformarse en un deber. Olvidese en bora menguada el
padre de los sentirnientos que la naturaleza /e inspira, no por
esto cesarA el nitro de abandonarse completamente a su poder.
Siendo impotente no solo para obrar, sino aun para querer y
pensar, tiene una necesidad absoluta de querer y pensar come
su padre, y cabalmente por esto la naturaleza le inspires aque-
lla tendencia imitadora, por la cual la obediencia del nifio es
pura espontaneidad.




454 PRINCIPIOS TEORICOS
Mas cuando corriendo los afros se desenvuelve la razon, la


necesidad y el instinto se convierten en deber , y iay si este
deber no ]race sentir su voz imperiosa al corazon del nifto!


La educacion y la instruccion se tornarian imposihles siendo
el como es incapaz no ya de dirigirse por si mismo, sino aun
de sentir la necesidad de ser dirigido. no es este cabalmente
el primer paso que debe dar para tomar maestro? Mas para
sentir semejante necesidad deberia conocer ya el verdadero
bien, de que esta privado y el medio de conseguirlo: una vez
sentida dicha necesidad deberia escoger un getter() determina-
do de instruccion , discernir los medios oportunos , aprender
a emplearlos rectamente, y perseverar constantemente en tan
larga carrera de sacrilicios, penosisimos como es sabido para
los jOvenes. La imposibilidad moral en que se encuentra con
relation a todo esto su edad inesperta ha lido compensada por
el prOvido consejo del Criador con la ley que obliga a los hijos
a abandonarse ciegamente en la solicitud de los padres ; el
nifto no ye a dOnde le gala esta solicitud y debe vivir en un
perpetuo acto de fe y de confianza , en un abandono ciego y
completo de si mismo; y si algun dia osase pronunciar la ter-
rible formula del racionalismo , creo lo que no veo,» la
educacion estaria perdida, seria tan imposible, tan absurda co-
mo dar una figura cualquiera a tin cuerpo, sin quitarle Antes
la que tiene.


Esta confianza total, este completo abandono de si mismo,
en manos de otro, es el gran deber del educando: se lo impone
la naturaleza de las cosas y por consiguiente la voluntad del
Criador, que en el Decalogo, no hizo Inas que repetirlo y con-
firmarlo. Pero este deber quo la naturaleza impuso al nii,o
lo armonizO, segun su costumbre con todo el universo fisico
y moral, y especialisimamente con el deber correlativo del
amor paterno, y asi puede valerosamente el moralista intimar
al jOven una confianza ilimitada, mostrandole igualmente el
padre una ternura entranable. Pues suponed por un moment()
anulado al padre con todos los atributos que despliega en el la
naturaleza, y decidme con que Cara, con que justicia, con que
garantias intimarcis al hijo que haga este acto de fe y de aban-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
455


Bono en favor de un extraflo, desconocido, indiferente, que
nada espera de el, que nada le promete. Decir al jOven en
presencia de semejante maestro, otu debes creer» sin razon
alguna seria dictar una ley sin principios, querer un electo
sin causa. Otte esto se haga en universidades catOlicas bajo
gobiernos armonizados en la unidad catelica, bien lo compren-
do, porque etitonces salon fiadores el Episcopado y la Iglesia
la que todo catOlico reconoce por madre, y aquel celo entra-
liable de las almas que obtienen del institutor catelico tin sacri-
ficio continuo de la vida. ;Pero entre vosotros. pueblos des-
venturados, quo renegasteis de tal madre!... Bien lo han


cono-
cido algunos profesores universitarios, los cuales se han hu-
millado con actos monstruosos y absurdos, no de humildad,
sino de vileza hipOcrita dejando a la estudiantina nominalmen-
te el derecho revolucionario de no creer unido a la imposibi-
lidad natural de volver al combate. Oh si, aunque juzgue ella
maduramente si debe 6 no creer los asertos del profesor, si
debe Ono dejarse envolver por sus sofismas, y persuadir por
su clocuencia, y sufrir el peso de su nombre : aunque delibere
con suprema independencia y arbitrio, faltale sin embargo cri-
terio para discernir, experiencia para conocer, prudencia pa-
ra dominarse, cautela con que 1,reservarse.


;Otte sarcasm°, Santo Dios, iniciar la instruccion para edu-
car a los jevenes aconsejando un acto imposible que la reduci-
ria a la nada! Oprimirlos en nombre de su libertad, inducien-
dolos entre tanto a un suicidio moral con pacer imposible toda
instruccion, toda educacion ulterior, desarraigando hasta 'el
primer element° de ella, que es la confianza en el institutor!
Pero esta Bien quo sea de esta matiera con/in-nada la incompe-
tencia de cualquiera otra persona, a excepcion del padre, para
obtener de los hijos la confianza necesaria. Aceptemos esta de-
claracion y deduzcamos sus consecuencias. Una ley que viola
los derechos paternos disminuyendo su action libre en la ins-
truccion y educacion de los hijos, abusa igualmente de la bue-
na fe de estos, cuando pretende obtener de ellos aquella
obediencia ciega que deberiase dar por la naturalezh solamen-
te de los padres. Pues si en vez de arrancarla directamente de


T01110 I.




453 TEORICOS
su candida buena fe un monopolio obliga a los padres.
a hacerse cOmplices de la opresion con una especie de infanti-
dello espiritual, sera acaso menos barbara, menos
menos censurable la opresion?


§. XIV.


CONCLUSION.


Pleguemos ahora las velas , y Antes de entrar en el puerto
mostremos al lector, coffio en una carta geografica , el catni-
no que hernos recorrido al trues del mundo inteligible : esto
servira para poser de inanitiesto en toda su limpidez a los
lectores todo mi pensamiento, ahora quieran abrazar, ahora
impugner( mis doctrinas. Haas aqui reducidas a termitios sim-
plicisimos y casi diria a un esqueleto : si mis lectores asienten
con ben,,:volencia , verin aqui la firineza de las razones; si son
adversarios, veran delante de si, tal como es, a su antagonista,
y el punto a donde liabran de dirigir los golpes , para herirlo.


.Preguntabase si la enseilanza debe ser libre y hasta que
punto deba serlo conforme is naturaleza. Para resolver esta
cuestion, convenia exaininar la naturaleza de la enseilanza,
de (Filen la da, de quien la recibe.


Grant° a la naturaleza de la enserianza , pareciOnos quo se-
debia reducir a esta sencillisima definition :‘ola ensaranza es
on discurso continuo y metedico sobre una materia dada con
el lin de comunicar la verdad.» Siendo un discurso debera
estar sujeta A la ley fundamental del habla, que es la expre-
sion del pensamiento. Siendo expresion del pensamiento, debe-
ra obedecer a las leyes por las cuales este se ripe naturalmen-
te. Ahora hien , conforme A naturaleza, la suprema ley .del
pensamiento es la verdad: si el pensamiento concibe la coca
tal coma es , sera verdadero y conforme A la naturaleza.; si lo-
concibe de otra manera , sera ilegitimo y contrario A la natu-




DE LOS GOI3lE11NOS LIDERALES.
457


raleza del entendirniento, que tiende esencialrnente i la verdad.
No esti, piles, fibre de toda ley el entendirniento segun la na-
turaleza, sino depend& del ser de las cocas y por consiguiente
del ser que las forme, de cuya -sabiduria reciben la verdad
junlamente eon el sdr.


Si piles la verdad es ley del pensamiento, segun la natura-
leza, la verdad sera tainbien ley de la palabra, (pie es expresion
del pensamiento. En tanto, pues, tends la palabra derecho
para manifestarse, en cuanto, trasrnita de on entendimiento
otro el pensamiento legitimo segun la naturaleza, 6 sea la ver-
dad que en el se contiene.


He aqui por consiguiente la ley primera fundamental de to-
do discurso humano; si A la humana inteligencia repugna el
error, la palabra, comunicacion de los entendimientos, no tiene
derecho A manifestarse sino en cuanto espresa la verdad. Co-
municar la verdad es on acto de caridad social; comunicar el
error un dailo que se lace A la sociedad, ,


cualquiera que
ella sea.


La palabra no es solo expresion de la verdad conocida, sino
aun del acto qtterido : si bajo el primer aspecto depende del
que juzga de la verdad, bajo el segtmdo sera gobernada por el
que gobierna la action. De aqui la segunda ley de la palabra.
Si todo acto debe tender al Bien , la palabra que impulsa al
acto no tiene derecho a mostrarse sin() en cuanto tienda al
lien. Ahora , la verdad no es siempre e igualmente un biert-
para ague/ a quien se comunica: hay una verdad necesaria
para la consecution de la felicidad absoluta y y esta
debe comunicarse al que esta, privado de ella , y so comunica-
cion es on deber tanto etas estricto, cuanto mac cierto esta
el que habla de poseer/a, cuanto mAs lejos de ella se encuen-
tra quien escucha, cuanto Inas intima es entre ambos la comu-
nicacion.


Hay otras verdades no necesarias, sino y el deber d'e•
comunicarlas sera proporcionado a las funciones del Tie ha-
Ida y a la necesidad del que escucha. Estas condiciones faltan
enteramente en la verdad incliferenle, por to coal nadie esta
obligado en rigor i comunicarla.




458 PRINCIPIOS TEORICOS
Hay por Ultimo una verdad que puede ser nociva amen-


guando los medios de felicidad para el que la escucha o para
otros; y tal verdad debe segun la naturaleza callarse , por-
que segun la naturaleza, el habla tiende al hien y no al mal.
No es, pues, ley de la naturaleza que toda verdad se publi-
que; antes muchas veces no es licito publicarla, no en razon
de la verdad misma, sino del daft° que se infiere a otro; y en
semejantes cases, el ordenador de la sociedad debe impedir
los excesos de esta especie que pudieran dafiar al individuo
al cuerpo social.


Pero estas leyes se refieren a la verdad y a la ensefianza,
consideradas en si mismas y objetivamente; lo cual no basta
sin embargo para determinar de un mode adecuado sus leyes
naturales: la enseitanza es un acto de sociedad humana, y por
consiguiente no se puede comprender del todo su naturaleza
si no es contemplada en el agente y en el tirmino de ella,
en la persona que habla y en la que escucha. El que habla
es un hombre: es asi que el hombre no posee la verdad por
esencia, Antes puede estar, y no raras veces esta, privado
incierto al menos de ella: luego dependiendo todo el 'dere-
elm de la palabra de la verdad que expresa, es evidente que
tanto sera mayor el derecho del hombre a hablar , cuanto
mas plena y ciertamente posea la verdad. El que no la posee
no tiene derecho a hablar, el que no esta cierto de ella, no
tiene un derecho cierto: solo aquel tiene derecho ciertisimo
a hablar, que posee plenamente y con absoluta certeza la
verdad.


Si a la plenitud de esa posesion se junta el deber de comu-
nicar la verdad poseida, el derecho se tornara entances inalie-
nable y el callar sera delito.


Concertad estas leyes en la persona que ensefia, yvereis que
el derecho absoluto de ensefianza no se encuentra exencialinen-
te silo en Dios solo, en Dios, que asi come pudo decir por
naturaleza yo soy, asi solo puede decir yo so (1), Con la par-
ticipacion y la certeza de su divina ciencia se participa tam-


F
(1) Units est enim magisler vester Chrtstus.


DE LOS GODIERNOS LIBERALES.
459


hien del derecho de ensefianza; y si A la participation cierta
se junta el deber de comunicarla, este deber confiere un de-
recho inalienable de ensefiar.


Ahora hien, nuestros primeros padres recibiendo de. Dios el
don de la palabra, quo debe pasar de padres A hijos, lueron
hechos participes, (aunque por una manera defectible) de la
verdad: luego la comunicacion de las prirneras verdades nece-
sarias al Orden moral, es debida A los hijos por los padres, se-
gun las proporciones hijas de las necesidades antes mencio-
nadas.


La segunda participation de la verdad rue iniciada y aiegu •
rada a la Iglesia con la obligation de publicarla por el Verbo
eterno. Pertenece, piles, it la Iglesia un derecho inalienable
en la ensefianza pUblica de las verdades morales 6 intelectua-
les en cuanto estas disponen el camino que conduce A la felici-
dad absoluta y suprema.


El gobernante politico y el individno particular no han reci-
bido comunicacion alguna especial de la verdad, ni certidum-
bre de poseerla, ni por consiguiente deber de comunicarla,
salvo en cuanto participan de la tradicion dornestica y de la
catOlica: deber es, pues, del primer° proteger, del segundo
respetar los derechos de otro. Proteger el derecho de calla
ciudadano y con mayoria de razon de la sociedad entera con-
tra la intemperancia de las lenguas y de las plumas, proteger
elderecho del padre en la familia, y.


de la Iglesia en la socie-
dad pUblica es, pues, deber del gobernante; respetarlos es de-
bey de todo individuo privado. Y si entre atnbos surgiese al-
ma diferencia acerca de la posesion de la verdad, el derecho
sent de aquel a quien fuC comunicada mas plenamente la ver-
dad pritnitiva por las tradiciones domesticas, 6 la verdad po-
sitiva por la comunion catOlica.


Tendra, pues, derecho un Gobierno catOlico a hacer respe-
tar la ensefianza de la tradicion social y de la Iglesia; un Go-
bierno heterodexo a proteger al menos las primitivas verda-
des sociales. Pero si este Ultimo comienza por declarar que
no existe verdad alguna palica cierta, renuncia por el rnismo
caso A todo derecho de ensefianza, pues, renuncia al titulo




PIUNCIPIOS TEORICOS


que tiene con reIaOion A 61, quedandole solo el derecho y el
defer de defender la sociedad en el Orden material contra todo
el que abuse de la palabra considerada como instrumento que
mueve, DO como luz que ilumina la sociedad.


Demos hablado de la verdad y de quien la . dice; restanos
hablar de quien la eseacha. Este 6 esta ya en plena pose-
sion de su razon 6 la Clone todavia en &men. El quo ple-
uamente Ia ejercita, debe tender a poseer Ia verdad que le
conduce la dicha: luego debe buscarla -Mil donde. su pose-
sion es cierta; y guiar para que sacien su sed de verdad en
la fuente de que procede, en cuanto dependen de 61 a todas
las personas que bien quiere.


El nitro, pees, en quien solo resplandeeen los primeros
rayos de Ia inteligencia, este naturalmente sujeto a aquel
quien 1-a naturaleza encargO el desenvolvimiento de este poten-
cia infundiendole con la capacidad para educar el afecto y /a
ternura que • hacen naturalmente imposible cometer con el
nifto un acto de traicion.


116 aqui, si mal no juzgo, las byes fundamentales que de-
ben gobernar la enseltanza . conforme a la naturaleza.


Italianos cattilicos, vosotros veis sus consecuencias-precticas
I)* cualquiera de las formes tie los Gobiernos que rigen la
Peninsula. LVivis bajo un Gobierno absoluto? Piles de boy Ines
se cOmprend'e, a Dios gracias, generalmente que la iiidepen-
dencia .del poder temporal no de. derecho .alguno en los en-
tendimientos y cbnciencias; de los cuales pliblicamente se re-
conoce a la Iglesia por imica maestra y guia. Vosotros tam-
bien reconocereis en ells, si sois catOlicos, este mismo dere-
cho; liable, piles, la Iglesia, pero liable por si , pero
libremente, pero liable con,


autoridad; y pone dique de una
vez al torrente del error quo nos in•unda , de la obscenidad
que nos afea, de la maledicencia cl ue nos destroza.


V si viviendo bajo instituciones libres participais tambien
del gobierno, manteniendoos en la fe catOlica, tened presente
que sois responsables a los ojos de la conciencia, de Ia socie-,
dad, de Dios mismo, de totla palabra que tienda a -la ruina de
otro: y si en razon de los derechos politicos participais de la


DE LOS GOBIERNOS LIBETLVLES. 461
soberania, reconoced que sobre vos y sobre cualquier otro go-
hematite reina sin embargo con derecho insprescriptible la
verdad que Organ() infalible de verdad la .es Iglesia para
vosotros, que todo lo que concedais a la Iglesia en punto


otro tanto adquirireis respecto . 6 Ia posesion de la
verdad, de otra tante antoridad os revestireis a los ojos del
pueblo catelico: que el arnenguar pare este pueblo su tesoro es
para los individuos una grave iujusticia, pare la tinkled so-
cial un dello imnenso, .para la Iglesia un ultraje enorme, pa-
re vosotros mismos una contradiccion ridicola; y un grave peli-
gro para vuestra autoridad.


APENDICE AL CAPITULO ANTERIOR.


Alves de los gobiernos en el anonopolio de la enseltanza.


Terrible enemigo de la razon y de la legica es el interes: y
bablamos especialmente de aquel inheres efimero, que por re.,
cojer en el moment° que pasa un fruto cualquiera con que sa-
tisfacer el orgullo, la ambicion, la avaricia, esti siempre pron-
-to a sacrificer todos los bienes durables del porrenir en toda
la extension de la sociedad. Este interes pigmeo, que no liege-
m . eiertamente a la.altura de las teorias anteriores, sera siem-
-pre enemigo jurado de la libertad de los entendimientos, que
,s6lo el catolicismo reduced verdad prectica, plies el liberalis-
m seductor, que tanto liable de,ella, jamas sabre. crear otra
cosa que la tirania.


Servira de complement° a las teorias esplicadas haste aqui
echar ilea Mirada a los sucesos recientes para ver brotar esta
tirania del principio liberal que a si misrno se convence de men-
tiroso, considerando a la par cuan mai calculador sean, nun en
materia de intereses los fautores del monopolio de la ense-
panza.


Despues de los ejemplos de Francia, Mande, Belgica, rio,era




462 PRINCIPIOS TEORICOS
necesario terser espiritu de profecia para prover que el mo-
nopolio de la ensefianza se tornaria bien pronto bajo las in-
fluencias de la revolution en una playa de la mistna Italia.
Largo tiempo ha los euamorados perdidos de la libertad nos.
to anunciaban: un diputado, hoy ministro, decia desembozada-
mente que rl queria meclidas excepcionales contra el Clero,
mientras el Clero libre en su action pudiera llega.r a obtener
el predominio en la sociedad; oimos al diputado Asproni in-
sistir en que se opriman los Seminarios, 'torque el estado da
2zuestra sociedad no esta todavia prcparado para sostener la
concurrencia del initujo enenzigo de la libertad civil de los
pueblos: oimos al diputado Berti, que la enscdanza de Roma
no debe ser tolerada en mt Gobierno constitucional: y muy.
recientemente he aqui quo el diputado Borella grita por to-
dos los angulos del Estado QUE POR AHORA la libertad de ense-
ilanza seria la ruina de la instruction pablica. Cuando el
Gobierno con su vigilancia haya podido difundir la instruc-
eion liberal por un espacio de tiempo igual al quo ha-
yan empleado los jesuitas para difundir la enseiianza
papal, anti-evangólica...,. entonces promelo tin panegiri-
co sobre la libertad de la enseiianza: entre tanto vigile
el Gobierno los Seminarios como los jesuitas vigilan a los li-
berales. Como pueda conciliarse este predominio del Clero.
con aquellas frases ampulosas que nos repiten cada dia aquello
de la nacion quiere verse libre de la Iglesia, los Sacerdotes:
son execrados por el pueblo, las opiniones clericales cuentan
solo con una pequena imnoria, etc., etc., cosa es cuya explica-
cion dejamos a estos vanos declamadores: dejAmosles que nos.
muestren la buena fe con que se encadena un pueblo para
darle Ia libertad, con que se profesa la voluntad de imitar en la
prActica A los jesuitas en el acto de reprobar sus doctrinas:
pero a estas contradicciones estamos ya acostumbrados (I). Lo-


(I) El ministro belga Van-de-Veyer, quien verernos en bre-
ve encadenar los municipios para que renuncien a Ia libertad, juz-
o.aba dice la Independencia belga, .que no existe ninguna ley por,
>la cual correspouda al Clero la ensefianza religiosa, y la razor
>es que el Clero debe ser fibre..


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 463
quo hate a nuestro propOsito es uotar quo se prepara uoa ca-
dena para los entendimientos; y el ejemplo del Piarnonte verAse
acaso dentro de poco (si la fama no miente) imitado aim por
la tirania helvetica, que de igual suerte quitaria a aquellas po-
blaciones tan libres en otros tiempos hasta el -Ultimo aliento de
la libertad; conduciendo como esclavos tras el carro del radi-
calismo triunfante los entendimientos de aquella generosa ju-
ventud, cerrados asi a la palabra de verdad, (mica hbertadora
de los pueblos.


Cuan injusta sea esta cadena ya lo vimos en otro lugar (1);
mis pues la politica en nuestros dias de tal mode esta basada
en la utilidad, que de la rnisma utilidad pretende sacar la jus-
ticia diciendose francamente que es justo todo to quo Peporta
utilidad a la nacion; echemos boy en el crisol utilitario
monopolio de la enseftanza, y veamos que porvenir tan pros-
pero preparan A los pueblos sus regeneradores, cuando en
nombre de la libertad maquinan la esclavitud de los entendi-
mientos. No hablo aqui al despotismo de los rojos, para quie-
nes la utilidad de la patria no es mAs que la utilidad de su
partido. Hablo con aquellos moderados que todavia conservan
algunas renainiscencias catOlicas; hablo con aquellos catOlicos
en cuyos animas pace vacilar a veces A la religion y a la fe la
idolatria del Estado. A todos los cuales digo que el monopolio
de lainstruccion es una de las Ilagas mas acerbas e irrepara-
bles que pueden abrir en el seno de. la patria, uno de los da-
flos mAs funestos que pueden pacer A su Gobierno.


Limo monopolio una institution cualquiera a quo conce-
den los Gobiernos el privilegio de ser la sola dispensadora de
la doctrina ora se obtenga este privilegio con la violencia,
arrancando los hijos del seno de sus familias, como lo hicieron
en su tiempo las garras del Aguila napoleonica, ora con veja-
ciones y fraudes y patentes y grados. de bachiller, como la
Universidad francesa bajo la casa de Orleans.


;Si! de cualquier modo que un Gobierno ofenda el derecho
de los padres sobre sus hijos, el derecho de la Iglesia sobre


(1) Civilta Catollea. Vol 1 Teorie salt' inseguenzento.




4G4 PRINCIPIOS TE6MCOS
los entendimientos, lo que Mara slot-tyre con tal ofensa es
abrir bait) sus pies un abismo donde tarde o temprano caerC.


Isar necesario demostrar esta verdad despues del espanto-
so ejemplo que nos ha dado la Francia vacilante aim a la ori-
lla de aquel remolino que amenaza tragirsela, y esforaindose
por librarse de la cadena universitaria y desterrando a cen-
tenares de maestros comuniAas que les regal6 el monopolio?


Estrada demostracion seria esta cuando todos
• los ':en•eini-


gos de los Gobiernos claman a toda orquesta y hacen todo II-
naje de esfuerzos para introclucir donde quiera el monopolio
de la ensafianza. iComo es posible que hombres de algun seso
na comprendan Ia fuerza de este argumento: si enemigo
me induce al monopolio. por fuerza debe lzaber para nil en
el un precipicio? C.reeis si O no que Asproni, Borella, Mella-
ra, el Estatuto y otros de su calafta hostilizan su Gobierno y
buscan el modo de minarle el . terreno? Pues si estos adversa-
rios tienen por derrota toda influencia de la Iglesia en


,


la ense-
flanza, si Genet] por ventaja toda ley que excluya esta influen-
cia, clero es que los Gobiernos deberian mirar el negocio de
no modo inverso, reputando util para ellos mismos la influen-
cia de la Iglesia, y daftoso el monopolio. Ilablo aqui especial-
mente de la Iglesia, porque Ia Iglesia propiamente es la sola
que pretenden excluir estos fautores del monopolio. A la •ver,
dad, tambien son excluidas por 61 otras personas seglares;
pero esta exclusion es puramente accidental, y los logos, si no
son demasiado catOlicos, hallaran gracia ante el despotismo
liberal. La Iglesia es la que itnicamente les 'lace sombra: con-
tra la Iglesia es, puns, imicamente necesario el monopolio. Y
p il es los enemigos de la Iglesia son al mismo tiernpo enemi-
gos de toda autoridad enemigos de toda autoridad
legitima sort por consiguiente estos fautores del monopolio.


es posible que, vosotros,amigos de la autoridad, vosotrosque
anhelais A promover sus intereses , favorezcais el monopolio!


Comprendo coal es vuestra /fusion: os habeis dejado con-
fundir por las palabrotas con que estos tales muestran un tole
cordial en pro de la dignidad y autonomia del .7slodo., com-
prometido por los intrusiones (lel clero.


DE LOS GOBIMINOS LIBERALES. 465
1 0h! isi por cierto! iel poder del clero debe espantar al go-


bierno! Basta recordar la resistencia que le opusieron los ter-
ribles oinnipotentes jesuitas (I), y poco despues todas las Or-
denes regulares, y toclo el clero secular, cuando se le quiso P0-
bar, y en Francia hasta matar. iY este clero, victima sacrifica-
da sin resistencia por sus asesinos, habrit de atemorizar a on
gobierno qua bone en su mano end/arcs de bayonetas!


Sal)eis a quierr mete miedo el clero? A los que no quieren
la fe ni la honestidad en la education, iOh! estos si que ,tienen
motives para aborninar do la Iglesia como incorregible en la
materia. Pero vosotros todos que tomais a pechos una educa-
tion informada de honestidad y de 1'6; ique teneis que teener de
la Iglesia? Especialmente si no habeis perdido enteramente la
IC en aquella divina asistencia que si bien puede permitir las
aberraciones de alg.ua individtto en el clero, raras veeessttele
permitirlas en las alas altas dignidad .es y jamas las pemitirit
en toda la Iglesia docente.


Pero iteneis por ventura algo semejanteen una Universidad
laical? Lo acaecido en Francia harto os 14-) declara, como an-
tes indique, pero aun todavia habla mAs clero la razon. Cier-
to los gobernantes • no pueden por si mismos ()war las ciae-
dras, sino deben absolutamente en toda sociedad calta toner
individuos 6 cuerpos docentes. Mientras tenga individnos el
Gobierno, permanece14 autOnotno: si en Yea de individuos . cou-
fia la enselianza a colegios separados y diseminados, la autori-
dad de semejantes institutor, aislados como los seminarios' de
una diOcesis, los colegios de una Orden religiosa podran, si, ad-
quirir nombre 6 influencia, pero limitada sienyre por su inis-


(I) Oigamos Until en la Historia Universal, tomo XVII, (To.
ea XVII. Se trataba de uua Orden tan rica y poderosa euyo gene-
ral mandaba despetieamente.en 25,000 sacerdotes tan amados del
pueblo como familiares de los reyes. Imaginaos eit6ntas prem.
clones seran necesarias para impedir la conflagration del universe
mundo!.,.. leas, ioh portentol ni una sola resistencia encontraron:
aqua! institute tan poderoso, tan vengativo, la primera sepal
de mando bay) la cabeza, eruze Ins manes sabre el pecho, y espirC
compadeciendo la debilidad del Pontiftce, ó la intolerancia de los
tiempos.




466 PRINCIPIOS TEORICOS
ma naturaleza y por la emulacion de otros establecimientos.
Pero cuando se reunen en un gran cuerpo toda la tier de los in-
genies, tanto mas orgullosos é independientes cuanto son mils
eminentes é instruidos, y el Gobierno les hate entrega de todas
las iraeligericias del pueblo, organizando buroerdlicamente Ia
maquina de la instruction; entonces el Gobierno suscribe sit
propia esclavitud, el Gobierno vende su independencia.


No porque no pueda per espacio de largo Liempo a favor es-
pecialmente de las tradiciones anteriores, encontrar buenos
maestros y en los maestros muy Buenas disposiciones gracias
a sit rectitud individual. Pero estos ventajas de todo punto ac-
cidentales a la institucion y derivadas solo de las dotes per-
sonales de los individuos, cesarim tan luego como un habil 6
inteligente Weisaupt sepa introducirse en la institution para
alterar su espiritu. Mil veces se ha repetido Ia esperiencia;
;ay cuando en una corporation acierta a introducirse la mala
semilla! El janseuismo de Port-Royal, el galicanismo de la
Sorbona y de los Parlamentos, el bayanisrno de Lovaina, deja-
ron a la Iglesia y los gobiernos terribles recuerdos, y si no
conociesemos personalmente tantos esclarecidos y catOlicos
profesores de la Universidad de Turin, deberiamos deplorar
su desventura y asociarla a los estudios susodichos, leyendo
su elogio en la Gaz.zetta del Popolo. La corrupcion de las doe-
Ulnas en una de aquellas universidades fuè un mal partial,
aunque gravisimo; Lmas que hubiera side, si aquella Unica
Universidad, tomada de la gangrena hubiese suministrado at
reino entero tech' el saber desde el alfabeto hasta las mas su-
blimes teorias y aplicaciones de las ciencias morales y politi-
cas? $E)ció.hubiera sido si sus errores en vez de inficionar in-
mediatainente dogmas teolOgicos remotos, hubiese corrompi-
do propiamente los primeros elementos de la sobordinacion
politica? El Gobierno rpm se sujeta a la dependencia de tai
especie de maquina, encontraril siempre en sus politicos tail-
ta perspicacia, tanto estudio, una vigilancia tan asidua que le
aseguren contra el peligro de que se tome universal la gan-
arena?


Y es de notar que los efectos aqui no se conocen de ordina-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES•


467
rio, sino cuando llegada la corrupcion a su ultimo punto, co-
mienza a producir irresistiblernente sus sintomas exteriores.
EntOnces id a guitar a un pueblo entero de la cabeza su sobe-
rania inalienable , su derecho al lrabajo, la independencia de
su razon; 6 si no podeis desarraigar estos principios de su.
;Mime, probad al menos a ontener sus consecuencias. Decid-
le con los moderados que la soberania es buena , pero que no
debe usarse; que el trabajo es un deber y no un derecho; que
Ia razon es independiente cuando esta ilustrada, j y vereis!


iAlgo mas se requiere para comelier un ejercito de endemo-
niados ! Bien lo sabe la Francia. Pero de donde nace esta
tempestad? ;AI"! Las doctrinas formaron los entendimientos;
los entendimientos santificaron las pasiones; las pasiones mue-
ven hey los brazos, y a todo esto, sin que reste siquiera a los
malvados el franc del remordimiento, ni a la patria la espe-
ranza de que algun 'miracle se arrepienta.


He aqui la ruina a donde puede llegar un Gobierno que
pone todas las esperanzas de su juventud en manos de linos
hombres tanto mas temibles, cuanto mayor es la capacidad
de su -"ingOnio, hombres libres en sus pensamientos, expues-
tos a todos los atractivos de la arnbicion y del interes, -a todos
los vinculos de familia y de recta, no lormados para la piedad
ni ejercitados en la austeridad de la virtud , ni probados por
largas experiencias.


Que con tales elementos forme el Gobierno una enseflanza
especial, a quo la misma concurrencia de los otros cuerpos
docentes irnponga reserva, inspire emulacion y prepare en
case de necesidad algun remedio, Bien lo comprendo; pero que
ciegamente se pongan en ella todas las esperanzas de la so-
ciedad, que so constituya de suerte que el Gobierno no tenga
otra alternativa, pie 6 depender de la Universidad, 6 cerrar
todas las escuelas, cosa es que no acertaria a entender, tratan-
dose de un Gobierno habit y politico , si no me lo explicas.e
Bien la omnipotencia cabalmente de aquellos mismos secta-
rios, que fingen tamer las intrusiones de la Iglesia.


«iQue quereis? diva alguno; este es tin inconveniente a que
estan sujetos todos los ramos de la administracion




468 PHINCIPIOS TEORICOS
tambien puede al ejercito pronunciarse, tambien pueden los
empleados de las aduanas entrar a la parte con los contraban-
distas; y quereis por esto que loo Gobiernos renuncien A...estas.
cOrporaciones, si en el estado normal de tutu sociedad, aun-
que se compongan de muchos individuos corrompidos,todavia,


-ejercitan hien su oficio?D
Si alguna persona desinteresada opusiese semejante obje-


cion, responderiamosle que no hay paridad alguna entre estas
funciones materiales y la ensefianza y la educacion; porque en
primer lugar, el disparar cafiones y recaudar tributos son
efectos que se alcanzan visible y plenamente cuando cl soldado
ha penetrado por la brecha y el exactor ha llenado las areas
pftblicas, sea la que quiera la moralidad de los agentes mate-
riales; mientras por el contrario, la sustancia de la educacion


que aspirais por tnedio del cuerpo universitario, consiste ca-
halmente en la moralidad , que no puede trasmitir el que no
este adornado ricamente de ella. Ademas, si los agentes ma-
teriales de las dos funciones cicadas llegan a pervertirse mo-
rahnente, todavia pueden volve,r al boon sendero, mientras
permanezcan en salvo los buenos principios sociales y religio-
sos en la mayoria de la sociedad, y especialmente en las per-
sonas que tienen mas iniluencia en el Orden de las ideas. Pero
si estas mismas personas cabalmente son lasque llegan a cor-
romperse, y no de una manera individual 6 aislada, sino siste-
mAticamente en todo el cuerpo, zde dOnde sacareis entOnces
un elemento vital de honestidad y de verdad, singularmente
si }labels eliminado A Ia Iglesia para reemplazar sit action con
vuestro monopolio universitario ? Si sal .infatuatum lava
(este es nuestro caso), iin quo salietur?


Politicos, reflexionad seriamente sobre este punto. La ne-
cesidad de tut magisterio en una nation culta es irresistible; A
vosotros toca imicamente elegir. 0 dejar libres de hecho y no
de palabra a las personas honestas, y especialmente A Ia Igle-
sia, Ilamandolas en vuestro auxilio; o formar un ejercito bien
organizado de maestros de la juventud, capaz si el se rebela
de levantarla en masa contra vosotros mismos. zY porque no
hemos de poder reunir con nosotres todos estos varios ele-




DE LOS GOBIERNOS LIBETULF.S. 469
mentos? los doctes con sus secuaces; el Clero con sus Semina-
riot•; las Ordenes regulares con sus .


colegios; los concejos con
sus escuelas. iroequO no hemos de dar 'a estos elementos di-
serninados una organization cotnun, elevandOlOs a una casi
omnipotencia sobre las opiniones.


;Me preguntais porque! Por la misma razon que os pro-
hibe tomar una inanada de cien ovejas y liacer con ellas un
elefante; tomar quinientas 6 seiscientas farnilias y format. un
regimiento; tomar quinientas .6 seiscientas (rases de varios es-
critores y combinarlas ate suerte pre compongan una .oration
de Ciceron. Cada ser tiene su naturaleza; calla naturaleza sus
tendencias, sus facultades, sits oaaraciones propias. Al formar
vuestro cuerpo aconservaTeis a coda naturaleza par-
ticular sus propiedades respettivas? Pues entOnces hareis lo
mismo cabalrnente que os hemos aconsejado: es decir, entOrt-
ces llamareis en auxilio del Gobierno todos estos elementos,
dejando a cada uno la libertad natural de su action pyopia.
Strprirnireis, por el contrario, esta naturaleza lorzando, por


ejemplo, al inunicipio a que ponga unit escuela que no con-
venga A sus intereses especiales; al Obispo A que ensefie doe-
trinas que no ha consentido; a los regulares a que envien
profesores emancipados de la dependencia de sus superio-
res, etc., etc.? Asi formariais vuestro gran cuerpo do indivi-
duos aislados yno de instituciones subsidiarias. Y pues los in-
dividuos aislados no inspiran otra seguridad que la del fragil
harro de Adan, recacreis en todos los inconvenientes ya indi-
cados del monopolio laical. Autiguamente la politica decia:
Divide et impera. Estrafta Cosa es que hoy en un interes tan
vital en que se trata de dotninar todos los entendimientos
hayan imaginado los Gobiernos reducir todas las fuerzas a tan
irresistible unidad.


Se dejaron llevar deAuel dicho ridiculo. la Universidad no
es Inds quo el Estado enseftando; mas bien a su costa habrim
aprendido cuan dificil es al Estado mover el manubrio de esta
inmensa iniquina.


A otros hace caer en la ilusion el tetnor de perder, en cesan-
do el monopolio de la enseftanza, la unidad del espiritanacio-




470 PRINCIPIOS TEORICOS
como si el espiritu nacional estuviese adherido a los ban-


cos (le la escuela, como las figuritas del prestidigitador estrin
encerradas en la botella: como si todo el comercio de las fami-
lias y de las sociedades, y de estas y de la religion, no estuvie-
se animal° por este espiritu y no to tuviese en incesante acti-
y idad: como si la unidad de espiritu para un pueblo consistiese
en que todos los teOlogos fuesen partidarios, por ejemplo, del
sistema de Escoto, todos los filOsofos del de Hegel, todos los fi-
sicos del eter, todos los matemAticos de Euelides, todos los re-
tOricos de Blair, todos los gramAticos de Nebrija! Magnifica
unidad nacional por cierto, la cual proclarnan los mismos que
gritan contra la unidad de religion, de pensamientos politicos,
de familia, de Inunicipios, de provincias, y en sums, contra to-
das las unidades que forman la villa politica de las naciones!
iSi! todas estas unidades se concalcan publicando la libertad
de las doctrinas en todas las esferas mónos en la de la ensefian-
za. De esta suerte se Tinge una unidad nacional donde es in-
irtil e imposible (pees el profesor hallarA siempre el modo de
enseñar lo que Ic plazca), y se destruye la unidad Antes poseida
en to que importa sobre todo, la fe y la honestidad. Esto es tan-
to Inas absurdo en la ensefianza de las meras opiniones, cuan-
to es cierto que en ellas cabalmente y solo en ellas tiene apli-
cacion to pie oimos decir algunos pavoneAndose con gran
prosopopeya, que el choque de las opiniones es el gran me-
dio de descubrir la verdad; y no se yo en que panto se encon-
traria la ciencia si los inspectores universitarios hubiesen po-
dido en otros tiempos to que pueden boy en ciertos Gobiernos,.
excluir de la ensefianza todo libro o profesor que no concuer-
dan con sus ideas.


Otros se dejan alucinar por la ignorancia y oscurantismo
de que suele tildarse al Clero. No reparan los simplones que al
Clero se le llama oscurantista y retrOgndo tan solo porq11 ,3 no
ensena revolution, pees en todo lo demAs sigue el curse de to-
das las doctrinas verdaderatnente progresivas, las doctrinas fisi-
cas, quimicas, rnaternalicas, etnogrâticas, etc:, etc., y cuanto
entre sus miembros, personajes doctisimos, cuales pueden ha-
llarse•en todas las otros clas .es de eiudadanos.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
471


Pero baste de este primer argumentoi todo politico habit
que considere con cuanto calor sostienen el monopolio de la
ensefianza los enemigos de los Gobiernos, cuantos frutos ha
recogido de el la revolution, cuanto peligro se corre en entre-
gar todos los entendimientos de todas las generaciones a un
cuerpo itnico docente , sin otra garantia con relation al tiem-
po pasado que un certificado de buena conducta, y para el
porvenir que el inheres o la ambicion, se persuadirA facilmente
que a los Gobiernos no les tiene cuenta el monopolio.


Pero cuidado con no caer en el engafio a que puede inducir
el ejemplo de Francia. Trabajada esta nacion por la larga
tirania universitaria, rue su primer paso en el camino de la
libertad introducir en los consejos acadOmicos, ademas del
elemento universitario , un elemento municipal y uno religio-
so. Laudable tentativa ciertarnente , en cuanto un primer paso
no puede ser un salto hasta los antipodal. Pero las numero-
sas contradicciones que stifriO aquella ley aun de parte de mu-
chos catOlicos y Obispos revela bien el vicio del expedience.


quien no Ye que en cesando por un moment° la firme ener-
gia de los gobernantes supremos en favor de la libertad ver-
dadera de los entendimientos, la fuerza burocratica de la Uni-
versidad prevalecera necesariamente sobre los otros dos prin-
cipios reducidos a los estrechos limites de un municipio 6 de
una diOcesis? Un cuerpo Unico que se ramifica en toda la ex-
tension del Estado, moviendose todo el por un solo impulso,
ejercita necesariamente una fuerza poco menos que irresisti-
ble, no solo sobre el aislado y a veces ignorante sindico de un
municipio, sino hasta sobre cada uno de los Obispos cuanto se
les coge desprevenidos 6 de improviso. No teniendo t.iempo
de concertar reciprocamente sus ideas y sus planes, ni de cal-
cular la trascendencia favorable 6 contraria de ciertos pres-
cripciones universitarias, ;,que resistencia podrian oponer a la
inmensa asamblea de ingenios activos , perspicaces a intima-
mente ligados por el inheres a tan vasta organization?


Se que el Clero de Francia, y especialmente el Episcopado,
han obtenido en gran parte la victoria que boy ha libertado la


y\que despues ha sido imitado por los - Obispos de Ir-
TOMO*




472 PRINCIPIOS TEORICOS
landa y Belgica. Pero en los paises donde la lucha apenas ha
comenzado, 4 pensais encontrar facilmente tanta sagacidad de
miras, la rnisma unidad de sentimientos y una estrategia tan.
hibil, que Rogue it conducir A buen termino la lucha? Ann en
los paises mismos donde obtuvo el triunfo la Iglesia, icuintas
discordias y agitaciones hobo de costar! Establecer una insti-
tucion nueva v rodearla de ddicultades para llegar por Ultimo
a hacer tolerable el monopolio que podria abolirse o evitarse,
es por Ventura prudeute? Aunquc Corilla fusion de los ties ele-
mentos se evitaran algunos inconvenientes, nunca podrin evi-
tarse todos, ni sera durable el bleu: los estimulOs de la con-
currencia quedarin abolidos, no se podri ensayar en adelante
el modo de perleccionar los metodos; y si algun dia se insinha
el veneno en el Centro de• este gran cuerpo quo todo lo go-
bierna, la Iglesia se vent forzada a rechazar toda participacion
y a reanudar la lucha que despucs de la apostasia es la mayor
desven tura de las nacioneS.


Ile considerado hasta aqui los intereses de los Gobiernos en
lo Inas intimo de la institucion universitaria; paseemos aho-
ra un poco la vista sobre Ia parte exterior de ella.


Politicos, icreeis pre los Gobiernos estan interesados en
ganarse la voluntad de los pueblos y especialmente de la parte,
Inas infiuyente de ellos?. •Creo (pie no me lo negareis; pues
ahora bien, considerad el olio que tienen los pueblos A este
monopolio: asi que no bien llegaron A poseer la libertad, y
no una libertad (le palabra 6 de cartas, sino de obra y de ver-
dad, declarironsealtamente contra el monopolio y a favor de la
Iglesia, echAndose en los brazes del Clero.


Respecto it los franceses, es inittil traer documentos„ tra-
tindose de un -hecho notorio y tatty reciente: ignora
cuantos colegios fueron sustraidos por decreto municipal A la.
Universidad, apenas hizo la ley esta concesion, poniendose -en
su lugar, ahora Obispos, ahora simples sacerdotes 6 religiosos?
Tocante t Belgica, basta recordar come el ministerio Van de
Veyer desaprobO el principio Antes sancionado de Ia omnipo-
tencia comunal en materia de instruccion piblica, y no pudo-
consentir quo la libertad del municipio llegase hasta el extrc-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


475
mo de renunciar d esta misma libertad. Sabeis porque? ((Per-
que los documentos oficiales, dice La independencia Belga, de-
muestran que las administraciones comunales de gran flume-
ro (le pueblos secundarios enagenaban voluntariamente sus de-
rechos en favor del Clero, y aun (labia en este punto una espe-
die de ernulacion; de aqui que en 1847, de setenta y nueve es-
tablecimientos libres subvencionados, el Clero poseia cincuen-
ta y ono..... y tal es todavia Ia condicion de las escuelas secun-
darias en Belgica (1).»


Tal es el sentir de las poblacionos catOlicas cuando el libe-
ralismo de los Thiers, de los Borella, de los Asproni, no las
fuerza a ser libres: se echan en brazes (lel Clero, sin temer su
tirania; pues su criterio natural les dice bien no ser posible
la tirania donde la perfectisima unidad de fe y de probidad de-
ja el campo libre a todos los metodos, a todas las opiniones,
todas las variedades tocantes al fin y a las personas. El vulgo
sabe muy bien que si no esta satisfecho con los Jesuitas, podri
llamar A los Somascos; que si un maestro ignorantillo no le sa-
tisface, hallari facilmente a un Sacerdote que lo reemplace: 01
ha recurrido al superior, al Obispo, al Papa, para reprimir los
abusos que quiza pudieron surgir. Pero ;coin rare es 'pie el
pueblo se encuentre en esta condicion! vemos, por el con-
trario, que la education de la Iglesia se !lace tradicional y el
padre manda los hijos al colegio donde 01 mismo fue educado?
HO aqui las lecciones de la experiencia acerca del monopolio
en Francia y Belgica. 4Quereis ahora saber cuiles son en este
punto los pensamientos de la nacion en Italia? Muchos hechos
podria citar; entre otros, me acuerdo de una famosa publica-
cion con que el ministro de lustruccion p6blica en Palermo,
prometia sustituir la ensefianza de los Jesttitas- expulsados con
una copia de doctrinas modernas, tal que por ellas llegase a ser
aquel colegio maestro de toda Europa (sic). Pero cuando se vi-
no a los hechos, el resultado fue tan cOmico asi respecto de la
ensenatiza come en la disciplina, pie donde Antes concurrian
espontineamente cerca de mil alumnes, no se pudieron rennir


(1) lie s̀ae el Univers de 26 de Fehrero de 1850.




474 FRINCIPIOS TEORICOS
'nits de quinientos 6 seiscientos, por mis que se cerrasen las
aulas a no se cuantos otros colegios que en los Bias del des-
potism ensefiaban libremente, forzando A la juventud A fre-
cuentar el liceo nacional.


Pero dejando las antiguas memorias, he aqui un teltimonio
flamante y nada sospechoso, la Gazzeta del POpolo de 28 de
Mayo que dice asi: oEl Clero tiene el mejor personal con que
cuenta la ensefianza.


oQue el Clero no teme la concurrencia decláranlo las cifras
de la estadistica siguiente:


oEnNiza cuenta el colegio nacional solo treinta y tres alum-
nos, y el colegio episcopal sesenta.


»En Novara el colegio nacional tiene veintiseis, y en la mis-
ma Novara (diOcesis) existen cuatro colegios episcopales con
cuatrocientos alumnus.


«En Chamberi tiene el colegio nacional diez y nueve inter-
nos, y en Albini (diOcesis de Chamberi) tiene sesenta el cole-
gio episcopal.


»En suma, en solo cinco diOcesis entre todos los colegios na-
cionales juntan ciento cuarenta y dos; y en solo cinco diOcesis
los colegios episcopales cuentan setecientos veinte.


»Luego la concurrencia que puede hacer el Gobierno esta
en proportion con la que hacen los Obispos, de ciento cuarenta
y dos a setecientos veinte.


»Y cuenta que llevamos ya tres afros de Estatuto.»
Tal es el lenguaje de los bechos certificado por los enemi-


gos del Clero. Decidme ahora, pues, los que soil amigos sinceros
de vuestro Gobierno, si creeriais prestarle un gran servicio ha-
ciendo que todas estas familias murmurasen, y aun se indig-
nasen contra el.


Podeis al menos decir: hacen mat. Pero quien lo dareis
entender? Despues de haber predicado por espacio de tanto
tiempo mil derechos imaginarios y de hacer enloquecido al
pueblo con ellos, zabrigareis la necia esperanza de hacerlo in-
diferente a los verdaderos y sagrados derechos que is natura-
leza concede a los padres y que la Iglesia respet6 en todos


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
475


tiempos hasta en los infieles (I)? iEste derecho respetado por
la Iglesia cuando los entenditnientos se inclinaban ante ella con
tanta reverencia, dos atrevereis a conculcarlo boy que basta
una sombra de ofensa irnaginaria para sublevar i los pueblos?
Podreis comprimir con el auxilio de una secta salvaje y desna-
turalizada las votes de la naturaleza, pero ctianto tiempo po-
drA durar la violencia?


Las escuelas del gobierno especialmente, aun cuando estu-
vieran en su derecho, tienen hoy contra si mil preocupacio-
nes: son enemigos de ellas, los independientes por la antipa-
tia que sienten h cia toda sujecion, y los Buenos porque A me-
nudo se echa de menos en los colegios pitblicos aquelia seve-
ridad de disciplina que es la '


garantia de la inocencia, y cuando
la disciplina es rigida, sus rigores puramente materiales no
penetrando en las conciencias, no fortnan jivenes castas, sino
hipOcritas. Los catilicos, acostumbrados A ver declarada la
guerra contra la Iglesia, desconfian de tales directores ; los
nobles que atm conservan alguna idea de sus privilegios no
quieren mezclar sus Injos con la multitud. Y despues la inft-
nita variedad de metodos divulgados en la sociedad es causa
de que casi todos sean censurados por unos y preconizados
por otros, de manera que sea el que quiera el adoptado por el
gobierno, tends por lo menos Lantos adversarios como ami-
gos. En este conjunto de circunstancias contrarias, hated que
se pueda decir a la univerSidad privilegiada: tit ofendes el de-
recho natural de los padres sobre sus hijos; y vereis la semilla
de disgustos y reaccinnes contra el gobierno que preparais
con el monopolio en el acto que contentais las tirAnicas inva-
siones de un partido, pronto quizi a volver contra vosotros
mismos la fuerza que de esta suerte le aumentais.


Pero no basta. Para conseguir vuestro intent() antipAtico,
habeis menester una sancion, y ya sabemos cual es: el que no
trecuente las escuelas pnblicas no pods recibir los grados
acadeinicos; y sin grados no hay destinos. Asi se impone una
tiranionstante sobre individuos y familias distinguidas que


(t) Civ. Cott. v. I, pig. 374.





476 TRENCIPIOS TEORICOS
se resignaran a la pens con tal de librar a sus hijos de todo
peligro. .0tros habrA quo se rindan por temor, pero rabiando
y mahliciendo: otros ensayaran trampas o pedirrin escepciones;
y A todo esto.tendreis que estar siempre en la alternativa
de frustrar la ley O de aumentar el disgusto.


Para este disgusto, originado de otros causas, tenia la Igle-
sia en otros tiempos aquellos balsatnos de exortacion y de pa-
ciencia que tanto poder tienen en los Animos de la midland.
Pero. desde quo la impiedad reinante y una funesta esperiencia
le ban dado a conocer el estrago que se prepara en ciertos


-liceos paganos a Ia fe y a la inocencia de Ia juventud bajo
aquellos Gobiernos cabalmente en que se conceden a los pa-
dres, como a cualesquiera otros ciudadanos, los derechos de
peticion, de. asociacion, de imptenta, de eleccion, con tan-
tos otros medios como les sirven de acornpafiamiento, lcreeis
que la Iglesia se vea obligada a vedar a los cat6licos el use de
estos derechos forzandolos a hacerse cOmplices de los que ase-
sinan las almas de sus hijos? Hablara, si, hablara la Iglesia,
comp ha hablado hasta ahora, y exhortara a los holes a que
sin faltar a los deberes de buenos sitbditos, usen cuantos me-
dios. le la ley para cumplir su mision nomo padres
cristianos. Y, recordadlo bien, politicos:1as bayonetas estin en
.vuestra mano, pero los corazones y las conciencias estan en
=nos de la Iglesia. iQue cuenta puede tenor a los Gobiernos
desaflar los corazones y las conciencias con el solo apoyo de
las bayonetas?


Bien.
veil. que el eseluir a la Iglesia de la ensefianza es en-


tre.catOlicos absolutarnente imposible: asi que loda esta gran
maquina del monopolio levantada por los impios contra la
Iglesia. hiere finalmente a todos los donnas institutos , que
cacti por tierra ante el dios Estado, y nada pueden oon-
tra la Iglesia, sino es molestarla, vejarla, afligirla; pero sub-
yugarla, jamas. Curintos afros han pasado desde que Jose II
oprimia al Episcopado en Alemania con sus seminarios impe-
riales? Xuantos desde que la Francia iniciO su sacerdocio
laical? Y sin embargo, siempre estarnos lo mismo; apenas qui-
tais a la Iglesia la carga de los hombros, vuelve a pediros el


DE LOS GOBIEDNOS LTBERALES.


477
derecho de cumplir su mision de ensefiar a los pueblos.


Yamos, pues, politnoS a cuentas, Impedir a los padres que
-eduquen comoles dicte la conciencia A sus hijos, impedir a la
Iglesia que ensefie alas gentes conforme al precepto de Cristo,
es hacerse reos de lesa religion y de lesa naturaleza. alas yo
no considero ahora este crimen, sino consulto solo it vuestro
interes. COs tiene cuenta seguir los consejos de los enemigos de
a Iglesia y de Ia sociedad? Si estos consejeros os parecen fie-


les, seguid adelante; reunid si quereis en un ejercito compact°
veinte o treinta mil indivicluos que puedan estar afiliados a
las sectas, aunque garantidos con cedillas de vecindad, tenien-
do los sectarios sus cOmplices qttiza muchos é importantes
cargos: organizadlos y /raced que snbyugando los entendimien-
tos de todas las generaciones esparzan la sernilla de verclades 6
de errores con ciega obediencia a la deterrninacion soberana.
Pero recordad que mientras subsisten en los pueblos el amor
la Iglesia y la fe catOlica, los pueblos implorarnn Ia enseftanza
Ale Ia Iglesia, los padres querrAn -segura Ia inocencia de los
hijos, los Prelados querran forrnar libremente los anirnos de
los jovenes y las conciencias de los pueblos, y asi os aguarda
-una lucha en que todos los amigos del Orden, de la fe, de la
honestidad, todos los derechos de la conciencia y del corazon
estaran contra vosotros. Y si en tan arduo negoclo acertais
finalmente a salir vencedores, tanto poor para vosotros; vues-
tra victoria seria vuestra perdition: porque no habreis espug-
nado A la Iglesia, sino pervertido los sitbditos; y cesando la
lucha con la que es maestra de obediencia y 'de probidad, os
vereis acometidos del furor y del prifial de los rebekles.


No hay medio hoy dia: querer pueblos dOciles sin catolicis-
mo, quererlos catOlicos sin la Iglesia, querer Iglesia sin ense-
fianza, todo es un puro suefm. La Iglesia sofa posee el arte
de mover los corazones y de dominar las conciencias. 0 de-
jarle la plena libertadAe espugnar a los enemigos del Orden,
o reunir en 'falange invencible A los enemigos del Orden para
queombatan la sociedad y la Iglesia. Escoged: qui non est
mecton contra me cit.




CAPITILIAD WM.


NATURALISMO.


Las ideas, principios, dictamenes, 6 como se quiera llamar
las ilaciones Rasta aqui deducidas del venenoso axioma he-


terodoxo razon liumana es por naturaleza independiente)
miran principalmente al Orden intelectual, pues al entendi-
miento pertenece Ia idea del derecho en la sociedad, el juicio
concedido a cada individuo respecto de las leyes y de los go-
bernantes, la falsa idea de libertad opuesta al Orden social, y
la licencia otorgada a todo pensamiento por absurdo que sea de
difundirse con Ia imprenta y agitar la sociedad. En cuyas ideas
se ye como una vez aceptada la independencia protestante, la
idea del derecho y de la sociedad qneda abolida, la autoridad
que deberia mandar, cae en poder de Ia multitud que deberia
obedecer; la libertad que resultaria de la obediencia, se con-
vierte en esclavitud bajo el imperio de la anarquia,.y la pala-
bra que deberia ser Organ° de la verdad, recibe carta blanca
para publicar toda clase de mentiras; en tal estado de desor-
den en las ideas si no quiere el gobernante abandonar la so-
ciedad a la perdition, se encuentra en la necesidad de domi
nar , los entendimientos con el monopolio de la enseilanza, ya
que no puede preservarlos encadenando Ia palabra pUblica.




480 PRINCIPLOS TEORICOS
Pero el delirio del entendimiento se comunica necesaria-


mente a la volumed , alterando todas las disposiciones del co-
rner); y esta alteracion cabalmente debemos ahora contem-
plar para comprender hien todas las prevenciones con que se
prepare la regeneration politica a la moderna de los pueblos,
que en la segunda parte deberèmes despues examiner bajo
el aspecto de sus aplicaciones practices. Estes predisposicio-
nes de los afectos podemos considerarlas en el principio de
que proceden, en el fin a que tienden, y en el medio con que
a este fin se dirijen. El principle engendrado en los corazones
per Ia independencia, es el naturalismo; el hien a que anhelan
es el pure bien material; el medio con que tienden a este hien,
es no mecanismo sin conciencia. Estes predisposiciones des-
cienden tan naturalmente del principio de independencia que
Forman en el individuo y en los pueblos casi una segunda na-
turaleza, y vician todos sus juicios , y desvian de su c,auce
todas sus inclinaciones, y agitan lodes. sus fibres, y dirigen to-
das sus operaciones con tante espontaneidad que los infelices,
aun en el acto de protester de la fe catOlica con las formulas
de los dogmas y de los preceptor , piensan, amen y viven come
si no creye.,:en otro dogma sino la independencia heterodoxa.
De donde luego nacen aquellos aforismos practices socialmen-
te recibidos, lion los cuales es desterrada de la sociedad publica
toda influencia catOlica. ()1.16 maravilla es que con tales pre-
disposiciones no haya absurd°, ni iniquidad , ni impiedad, que
no logren salvo.conducto; y que la generalidad no sepa si-
quiera aun en el ado de dolerse de los excesos que este obli-
gada a presenciar, halter en si misma, ni la verdad que
desbarata los sofismas , ni la energia que resiste Ala opre-
sion? Sabido es , y ya lo decia cuatro mil aims ha un
un profeta , de Israel, pie el error es una cadena. Pongase esta
cadena en la boca a los pueblos, y se les tendre arrendados
con tin freno irresistible, con que se les puede Ilevar 0 donde
se quiera aun al precipicio , donde se lanzaran con los ojos
abiertos. Esta es la condition a que fueron reducidos muchos
pueblos a fines del sigle XVIII ; per donde se explica lo pron-
tos que estuvieron pare todo desOrden politico, religiose; y si


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


481
la dolorosa experiencia de engatios y desventuras comienza ya
a abrir los ojos a muchos, todavia quedan otros muchos quo
los cierran voluntariamente, 6 que los tienen cerractos del en-
gailo, siendo imnorlante sobremanera hacerles tocar con su
propia mane Ia verdadera cause de los desastres verdaderos.


Prosigamos, nuestro camino, deduciendo en este, ca-
pitulo del principio heterodoxo el NATURALISM°, que• liege a ser
el espiritu motor de una sociedad regenerada.


§. I.


QUE ES NATURALISM°.
AI


556. Pero ante todo comprendarnos los terminos a que se
reduce el naturalismo, quo se engend6 de la independencia
de la razon. Aquella disposition universal del dnimo que ex7
cluye la influencia de lode consideracion sobrenalural en el
ordenamiento moral de la humanidad: he aqui lo que yo en,
tiendo per naturalismo. 3Ias pare que el laconismo no perju-
dique la inteligencia, ponderense cada:una de estas expresiones.
Digo una dispesicion universal del animo, porque no liable
precisamente de una doclrina; el naturalismo puede ser doc-
trine, pore puede ser igualmente afecto, 6 aplicacion practi-
ca,.6 costumbre social, 6 expresion del lenguaje , 6 tendencia
inconsiderada, 6 come se quiera Hamar al habit() de todo el
hombre; pues la propiedad de los principles metafisicos con-
siste cabalmente en insinuar su influencia en todo el hombre.


557. T no solo en todo el hombre, lino tratindose de un
principio social, en todos moralmente los aspciados; come
quiera que, sin tal universalidad de influencia, no podria este
Ilamarse social, come debe llamarse a ,juicio de todos los doc-
tor la influencia de la reforma (I). El naturalismo es pues en


(1) Veanse los preliminares.




48'2 PRINCIPIOS TEORICOS
este sentido una disposicion universal de la sociedad, constitui-
da A la moderna, que , inficciona en unos el juicio, en otros el
afecto; estos la aplicarAn al interes, aquellos a las ideas jinidi-
cas, estotro a las ciencias profanas, el de mas allA a las sa-
gradas y asi sucesivamente: bajo este aspecto todos los indi-
viduos asociados se ayudan entre si para proseguir en tan tris-
te Camino confirmandose unos a otros con la analogia de las
consecuentias. Asi por ejemplo, el politico material que espe-
ra hallar la unidad social en la fuerza de la multitud, se vera
apoyado en su doctrina ctiando hay un inaterialista, que se
jacte, cual otro Allip de formarle la unidad cOsmica con Ato-
mos materiales mo y idos por la fuerza del hidrOgeno; y este
creeri haber tocado la rneta, cuando yea a un fisiOlogo, que fa-
brica la vida animal con fuerzas fisicas y quitnica. En este
sentido debe ser universal la intluencia social del natura-
lismo.


558. 1.)6ro en que consiste principalmente su malicia? He
afiadido que esta disposicion natural de los Animos tiende a
excluir la inlluencia en el ordenamiento moral de Soda con-
sideraeion, sobrenatural; por to cual no veda precisamente el
naturalismo moderno las expeculaciones sobrenaturales por si
mismas, sino por Ia influencia moral quo ejercen en la vida
prictica y principahnente en la social. «Crea cada cual to pie
quiera debe decir lOgicamente todo naturalista de esta espe-
cie» (antique a decir veriad, no es esta lOgica muy frecuente),
«con tal que no pretenda impornernoslo por ley: si ha visto un
milagro, si ha oido una revelation, crea enhorabuena, mas no
pretenda introducir su creencia en la generalidad; de otro mo-
do nos veriamos encadenados por la opinion y queremos ser
independientes.»


559. De aqui aquella version que casi Ilega a convertirse
en mania , en rabioso despecho contra el proselitismO , espe-
cialmente contra el quo, ejerce la Iglesia catOlica errand° clama
las gentes: 6 creer, O perecer. De aqui aquel burlarse de torla
conviccioa vigorosa y prActica de las verdades sobrenaturales,
tildAndolas de fanatismo. Bien puedes persnadirte de que
cierto fildsofo por nombre Testis predic6 como Diogenes O Cra-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 483
tes ser bienaventurada la pobreza ; aun esto hien puede soste-
nerse ; pero que aquel Jesus sea un Dios, que su consejo me-
rezca el respeto de todos, y que aulicado por todos ejerza una
influencia social, joh! esto es intolerable.


Y esta intolerancia debe extenderse por todas . partes a me-
dida que lo sobrenatural pretende trastornar la naturaleza ho-
mana , la cual acompana al hombre donde quiera que ilega su
influencia, y 116 aqui porque ailadi que el naturalismo preten-
de excluir al principio sobrenatural de Coda la humanidad.


EL NATURALISMO NACE DE LA INDEPENDENCIA DE LA RNZON.


560. Explicado lo que entiendo por naturalism° , mi pri-
mera proposition es tacit de comprender y casi inail demos-
trarla; porque za quien se le oculta que la razon hutnana no
puede sin ser dependiente elevarse A un Orden sobrenatural?
Con todo, quiero explicarla brevemente, no sea que haya algu-
no a quien impida comprenderla la idea de una facultad de
lo sobrenatural, puesta por Gioberti entre las facultades natu-
rales del hombre, en virtud de Ia coal podria decirse a si
mismo : «oor qua razon no podria yo, sin depender de otro,
elevarme al Orden sobrenatural, teniendo semejante facultad?»


Debo confesar candidamente que mi ruin ingenio no ha po-
dido formarse una idea algun Canto clara de lo (pie aquel 616-
solo entendiera por facultad de lo sobrenatural: pero no creo
necesario que nos metamos en un laberinto cuyo bib no
tengo en mi mano, pudiendo bastar a mi propOsito demostrar
directamente lo que poco antes he afirmado: que lo sobrena-
tural es inaccesible a todo el que no quiera conocer depen-
dencia. Y esta prueba puede reducirse a una simple esplica-
cion.


561. iQue se entiende por sobrenatural? Lo que escede




•84 PR1NCIPIOS TEORICOS
las fuerzas de Ia naturaleza. Pero la voz naturaleza puede apli-
carse al hombre y [á todas las cosas criadas y por analogia
aun a Dios mismo: las fuerzas vitales son superiores a la na-
turaleza del mineral, las sensitivas a la naturaleza del veje-
tal, las rationales a la naturaleza del bruto, la inteleccion pu-
ra a la racionalidad do la naturaleza humana, la inteligencia
absoluta é infinita a toda naturaleza limitada. Esto supuesto,
crees t6, lector cones, que una sustancia bruta pueda produ-


cir con sus solas fuerzas fisico-quimicas un vegetal? 'Fe lo nie-
ga categeric.amente Cuvier: ('<Formas permanentes que se per-
pethan mediante la generation, distinguen las especies de
los cuerpos vivos, determinan Ia complication de las funcio-
nes secutularias de calla lino de ellos, y les seftala la parte
que deben representar en el sistema del universo. Estas formas
no se producen ni se mudan.D


Pero sin recurrir a la autoridad, ino veil claramente la con-
tradiccion de los terminos? Si denominamos fuerza vegetativa
la quo produce un efecto que no alcanzan a producir las fuer-
zas fisico-quitnicas, es evidente que estas no pueden por su
naturaleza Ilegar a producir aqua!. efecto. Si quisieseis soste-
ner como los lisiOlogos mecanicos, que pueden llegar a produ-
cirlos, tendreis quo alterar por esta causa con ellos el diccio-
nario, y decir que la diferencia entre la tierra y los veje-
tales , no es. natural , sino puramente accidental. -Pero
mientras se conserva esta diferencia natural, nunca podra
la materia bruta con las sofas fuerzas de su naturaleza pro-
ducir rtn vejetal, y cuando lo producen, esto sucede en fuerza
de tin principio superior a la pura naturaleza de la materia
bruta. Esto es lo que cabahnence acontece en la germination
y desenvolvirniento del vejetal, que asimilindose por efecto
de su vitalidad las varias sustancias del suclo donde nace,
da al barro de donde absorbe los materiales aquel brillo,
aquella belleza, aquella fragancia , con que . to recrea por
maftana, superiores completamente a las fuerzas del abono y del
aqua (le que se nutren.


562. Lo que hernos' dicho (lel vegetal puede aplicarse al
animal, cuya retina y cuyas narices impresionadas respectiva-


DE LOS GOBIERNOS LIRERALES. 485
mente par los purpurinos rayos, o par las olorosas ernana-
ciones de una rosa continuarian insensibles comb un pergami-
no, si la vitalidad sensitive apoderândose de aquella impresion
producida por las emanaciones 6 por el rayo (cuya naturale-
za Coca investigar a los tisiOlogos) no la elevase a la categoria
de sensacion, lo coal no podrian hacer jarnis aquellos Orga-
nos por las solas fuerzas que la rosa . excita en ellos.


Lo mismo puede decirse de la sensacion, que no pasa a ser
idea sin la fuerza superior a ella del hombre racional; la coal
apenas ye un ser cualquiera, aunque no hubiese más que el
en el mundo, al instante es movida por una fuerza irresistible
a generalizarlo, y esta fuerza es cabaimente su misma natura-
leza suprasensible, A la cual no pueden Ilegar las fuerzas sen-
sitivas.


5.65. lIe aqui, pues, una idea clue pace mas inteligible la
neeesidad de two•depondenoia, siempre qua un ser cualquiera
haya de ejercitar una operation sobrenaturat. iPues cuinto
tiles necesario sera esta dependencia para el hombre al elevar-
se al Orden sobrenatural por el Cristiaoismo! Lo sobrenatural
que antes esplique, al cual van elevindose gradualmente los
varios reinos do la naturaleza, es una serie do grados todos li-
mitadisimos; rims- cuando la inteligencia criada es eievada por
la idea cristiana at Orden de la revelation y a las potencias de
to gracia, da un Paso quo participa de to intinito, pues infinita
es la distancia entre et hombre y Dies.


564. No me detendre sconio .quisiera hacerlo el corazon de
un catelico a ponderar este infinito Tesoro do la anristad di-
vina, por no apartar la atencion del panto capital a que se
ordena todo lo discurrido pasta aqui, que juzgo mas que
ciente para el asunto que traemos entre manos. Siendo i tnpo-
sible a todo set- criado sobrepujar las fuerzas de su naturale-
za, siguese que no puede sobrepujarlas sin depender de un
ser superior; y por consiguiente, quo siendole coucedida (como
sucede en el hombre) la libertad de no depender, en caso de
usar de semejante libertad, debe recaer necesariamente en la
bajeza de su pura naturaleza, como acontece en la muerte del
animal 6 de la planta , cuando los elementos fisicos y qui.




486 PRINCIPIOS TEORICOS
micos , desamparados de la vitalidad predominante, recobran
sus afinidades primitives, perdiendo las propiedades de Beres
vivos.


He aqui, pues, lo que debe suceder en toda sociedad que
quiera regenerarse a la moderna, aceptando el terrible princi-
pio de destruction: soy independiente. Debe encontrarse re-
ducida a las verdades que el hombre afirma conforme a su na-
turaleza: todo lo que supera las fuerzas de esta naturaleza ra-
clonal, no debera erierse en cuenta por los que acepten este
principio y a medida quo el principio sea aceptado mas
plenamente , habra de disminuirse toda influencia sobrena-
tural.


Por tanto la plena admision del principio, 6 sea del espiritu
de independencia, equivale a una plena exclusion de to sobre-
natural en toda Ia sociedad. La detnostracion me parece inne-
gable; y asi sin it rnas lejos actunulando otras pruebas, entre-
mos en el cameo de las aplicaciones.


§ III.


IDEA DE LAS FUERZAS MORALES DE LA NATURALEzA HLTMANA.


565. Para conocer bien los efectos que el naturalism° debe
producir en la sociedad, conviene hacer un breve paralelo
entre las fuerzas naturales quo obran en las sociedades rage-
neradas a la moderna, y las fuerzas sobrenaturales que infor-
maron las sociedades cristianas de la Edad Media; y para no
set. difuso, supondre en el lector una noticia suficiente de las
ideas cristianas, tales como son explicadas a todo parvulito en
el catecismo. Aunque por desdiche nuestra no pocos en Italia,
si por venture recuerdan estas ideas, todavia estin Nos de
abrazarlas en la practice y aun acaso en la teoria; por to
cual si supusiese en ellos la fe, podria mi discurso parecerles
mencts eficaz, con solo negar las premises: asi solo pido al lec-


DE LOS GDRIERNOS TARERALES.


487
tor Ia noticia de lo quo ensef,a la Iglesia, para probarcon
dencia la trasformacion quo de ,abandonar a la Iglesia liabre de
experitnentar toda sociedad reducida it las puras fuerzas de
la naturaleza.




566-. ,Cuales son estas fnerzas•en el hombre tal como de
presence le vetnos? Yo no puedo exigirte que. me concedes Ia
•corrupeion pues este •es un misterio sobre la natura-
leza; mas antique su cause es sobrenatural, el espectaculo que
tenemos it la vista es por demes naturalisimo. l'eatnos,pues,
coin° obra el hombre segun -el estado de su naturaleza-presen-
te, sea la que quiera la cause que a ti to plazca sefialar a su
degradation.


567.. •Ptiede nunca la inteligenCia humane adquirir alguna
idea abstracta que no se le inuestre •revestida y como •susten-
tada por una itnageh concrete? No, responden untinimes todos
los-•filOsofos sensatos; y si alguno escesivamenteldeal osase
nerlo en duda, este no miraria e la conducta de la generalidad
de los hombres, de la cual resulta cabalmente el movimiento
social- de que ramo3 hablanclo.


La dude se referire a Ia posibilidad de comprender sin jute-
genes; perO ..nadie hay que niegueser esto inusitado y dificil
la inteligentia humane; to que basta• para mi intento. En
maestro caso podetnos pues admitir como proposition indubi-
tada, que las fuerzas naturales no se eleven baste el espiritu, •
sino pasando pot' Ia materia.


568. Pero el desligar las ideas espirituales de la envoltura
material en el acto del raciocinio, e3 operacion por si misma
muy ardua, como se ve no solo en las•mas sublimes' especula-
clones . ontolOgicas. sino aun en las abstra-cciones matematicas„
que tambien esten sostenidas por le imagen del espacio rotras
cantidades.•Con mayor . motiro puede afirmerse esto mismO• de
las fisicas, donde Continuamente acaece aun a _los mejores
profesores, tomar, por causes ciertos accesorios sensibles intro-
ducidos sin intent() en el Orden inteligible del raciocinio: asi
clue Newton tuvo que recomendar en las reglas para los•fisicos
-que•esturiesen en guardia para no confintdir las causas con
as circunstancias quo aeornpailan los •fenOrnenos. Par no ha-


TOMO I. 3')




488 PRINCIPIOS TEORICOS
ber seguido este aviso nos regale Boyle aquella receta de que
se lie Steward, en que entraba entre otros ingredientes el
hueso de una costilla de un ahorcado. Por regla general, pues,,
la action del entendimiento humano tiende mucho mas a en-
frascarse en los fantasmas sensibles que a sublimarse con pu-
ras abstracciones.


569. De aqui que las tendencies sensibles deban adquirir
y adquieran realmente gran predominio en la sociedad; predo-
mini° pie ha llegado hoy hasta el punto de pie en vano os
cansais en pacer comprender aun a filesofos, que puede el
hombre tender a otra cosa que no sea sentir agradablemente,
para valerme de la expresion de Romagnosi admitida casi uni-
versahnente por todo el que va perdiendo el sentimiento cat6-
lico. Distingan todavia estos filOsofos una sensibilidad mas no-
ble, que produce actos de compasion, de lilantropia, de glo-
ria, etc., de la sensibilidad Inas innoble que codicia placeres.
deshonestos y brutales; pero siempre sera verdad que la ten-
dencia humana, tal como de presente se nos manifiesta, arras-
tra al hombre hicia lo sensible, pues lo inclina a sentir agra-
dablemente.


570. Siendo esta inclinacion de la naturaleza tal como la
conocemos, debe hallarse en la sociedad humana en todas sus.
edades 6 periodos; Pero con esta diferencia, que en Ia socie-
dad catOlica todo individuo dice: esta inclinacion esta cor-
rompida; y lo tree sobre la palabra de Dios, aun en el acto de
dejarse Ilevar de la inlicionada corriente; al peso que por el
contrario Ia sociedad regenerada, no hallando en si misma la
evidencia de la propia corrupcion, dice francamente: esta in-
clinacion es naturaleza, y estudia el motto de secundarla y sa-
tisfacerla: satisfaction que llega a ser no ya una prevarica-
cion, sino un derecho y haste un deber de la naturaleza.


571. Bien sabes, caro lector, que esta consecuencia no
es un artificio dialectic° que yo invente para estrechar
mis adversarios; sino un hecho histdrico manifiesto don-
de quiera que la idea protestante ha esparcido su semilla.
Toda la escuela utilitaria de Bentham en Inglaterra, de Hel-
vecio en Francia, de Giogia y de Romagnosi, la han redu-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


489
cido no ya ii una formula de Pura consecuencia, sino a un axio-
ma que no necesita prueba por su estremada evidencia. , Th sa-
besque introduciendola Bombe!) en su cOdigo ha formado nue-
vas categorias de delitos desconocidos en la Edad Media, sefia-
landoles una pena proporcionada a su gravedad; y son ayu-
nar,predicar, el inferno, renunciar d las riquezas, y otros
semejantes actos contra Ia naturaleza: y porcine no imagines
ser tales extravagancias hijas de un cerebro acalorado, ruego-
te que traigas a la memoria tantas declamaciones como ha-
bras acaso oido aun entre catelicos contra los consejos y; virtu-
des evangelicos, como la mortilicacion, el celibato, la pobreza
voluntaria y todo lo que tiende a menospreciar la tierra por
amor del cielo: virtudes evangelicas desacreditadas hoy aun
por muchos catedicos como excesos contra la naturaleza. Nada
dire de los sansimonianos que se arrogaron la mision de pro-
mover la rehabilitation de la came; nada del Fourerisino, que
quiere trasformar el mundo en un paraiso de deleites. Toda
esta historia es bastante conocida, y no hay necesidad de que
yo me detenga en ella, plies resulta no solo de los libros de
los filOsofos, sino hasta de las sentencias de los tribunales y de-
las discusiones habidas en las asambleas politicas. Es, pues,
un hecho histdrico que el protestantismo ha proseguido la se-
rie de sus desenvolvimientoserigiendo en ley, en derecho, en
deber, procurar sensaciones agradables de cualquier naturale-
za que seen.


No debo, por otra parte, omitir otra consideracion histOri-
ca, que puede comenzar a hacerte comprender la influencia
real ejercitada por el concepto explicado poco ha en todos los,
Estados, que bajo formas representativas aceptan lo que yo
llamo principio de independencia. Si este excluye a lo sobrena-
tural, y a todas sus influencias, especialmente en cuanto corn-
bate la corrupcion de la naturaleza 6 en la independencia del
entendimiento, 6 en los deleites carnales, toda institution ca-
tOlica en que resplandezca vivamente lo sobrenatural por si
mismo, O en la humildad de entendimiento, ó en la mortifica-
cion de la came, cuyo emblema, como sabes Bien, es la cruz,
debe necesariamente excitar las antipatias de tales Gobiernos,




490 PRINCIPIOS TEDRICOS
Esto cabalmente vemos que acaece con relacion a las or-


denes regulares y a la vida ascetica. Q. tre les importa a es-
tos Gobiernos que cierto nitmero de castas palomas busquen
sa albergue en los agujeros de una piedra para alli desahogar
con secretos gemidos el amor que les tiene fijos perpOtuamen-
te los ojos en el cielo? No estamos ya en el tiempo en que se
ternia el celibato, por la mania de aumentar la poblacion;
este asilo puede auxiliar hasta econOtnicamente a las familias y
al Estado; ique de necesidades no repara! ique de tribulacio-
nes no consuela la obra de estas virgenes sagradas! Pero nada
de est° , es poderoso a salvarlas del ostracismo, y por el con-
trario, seria suficiente titulo para condenarlas la vida ascetica
que Ilevan su vida sobrenatural. El espiritu del siglo no
quiere ascetica iii aun entre seglares ; y los epitetos igno-
miniosos de estravagante, fandtico, ocioso, planta
paragla ., etc., son el acompatiarniento obligado del ascetismo
y del misticismo, a veces aun en los labios de ciertos catOlicos,
A quienes falta conocimiento 6 piedad. Esperamos que se
nos presente otra vez ocasion de rectificar estas ideas , dis-
tinguiendo lo verdadero de lo falso , lo ridiculo de lo lau-
dable.


Por ahora me basta notar que la esencia de Ia vida catOlica
es la caridad, que junta en una verdadera amislad al alma
con Dios por virtud• de la gracia sobrenatural; y pues esta
gracia dispose sus analogias en armonia con la naturaleza , la
amistad de las almas con Dios toma entre nosotros formas
analogas amistad natural, siendo ora robusta en las al-
mas rnas • austeras, ora suave y tierna en las delicadas y afec-
tuosas, ora impetuosa en, las ardientes, ora ingeniosa en las
discursivas; de aqui aquellos espiritus varios del austero Tes-
bita, del fervoroso Javier, del manso Sales , del festivo
de Bernardo y de Alfonso , que hablan al cielo un lenguaje


amor que las personas inespertas creen que esta to-
rnado de la tierra. Ahora bien, todas estas formas asceti-
cas son incomprensibles a la naturaleza: bien• puede , esta
formular ciertos- conceptos lilosOficos. del cute supremo;•
pero llamarse enamorada de Dios; su amiga, su esposa, es


DE LOS GOBIERNOS MURALES.
491


ilsar de terminos incomprensibles y aun estravagantes al pa-
recer para el entendimiento de la presente naturaleza hu-
mana.


De aqui por consiguiente la guerra de exterminio suscitada
por el espiritu moderno contra el ascetismo , del cual se burla
con la hiel del sarcasmo en los labios , cuando no le es dado
exterminarlo con el puital del asesino en la mano. Pero entre
todos los ascetismos, debe serle en sumo grado antipatico
el de los religiosos, porque no contentos con practicarlo , lo
profesan, es decir, que a todo pasajero que encuentran,
pregonan solemnemente , hasta con su vestido inusitado,
la existencia de un Orden completo de ideas y de cosas , de
pre huye despavorida y aterrada la naturaleza que se quisie-
ra canonizar. Y no solo en general, sino en las tendencies mas
especiales y radicales del siglo se sien ten heridos nuestros
regeneradores por este espectro que en Nora triste se les
ofrece de la severidad catalica, por este espectro que a su grito
de independencia inalienable responde severamente ((go pro-feso obediencia;0 a la rehabilitation de la carne .profeso cas-
tidad;0 a Ia aristocracia de la riqueza u profeso pobreza.»
Ved ahora si puede darse contraste mas enojoso para los pie
aborrecen todo vinculo que reprima los


y.
desOrdehes de ague-


llos apetitos que elks llaman naturaleza que frecuentemente
no son sino stt corruption universal.


Luego si veis a todo Gobierno liberal cojer en sus ma-
nos la piqueta para demoler todo claustro y acabar con todo
ascetismo, la razon es clara, y esta razon es el solo medio de
resolver perfectamente el problem que sin este elemento re-
sultaria insoluble. Otras razones suelen dar Begun el caso,
pero todas son O falsas o incompletas. 0Perseguimos, dicen,
a los frailes coma ociosos;» pero entances, porque tratais
tan mal a los Ligorianos y misioneros que siempre estAn en
accion? oDetestamos A los jesuitas por entrometidos y orgullo-
sos»; mas, porque no perdonais Ia soledad de los Cartujos y
la humildad del Ignorantico? “ Los Benedictinos seran supri-
midos a causa de sus riquezas ;), mas, porque, aholis al Ca-
puchino que es mendicante? Estas tOnicas nos sofocan; mas





452 FRINCIPIO'S TROnicas
porque aborreceis tambien las congregaciones de San Pa-


blo y Ia propagation de Ia fe?
13Cirquê? El porque ya lo habeis visto ; todo elemento so-


brenatural irrita a nuestros regeneradores pasta el punto que,
por no ver delante de si el fantasma importuno , son capaces
de sacrificar intereses de algun valor. Si suprimen los men-
dicantes tendrAn que sefialarles una pension : sea en buen
hora, con tat que no haya froiles. Si echan a las hermanas del
hospital babrAn de pagarlo los enfermos *neat° en buen
Nora, y no haya hermanas. Los religiosos eSpulSados pedirAn
una cuota hereditaria que gravitarà sobre las familias: tengan-
la ea buen hora, pero no haya claustros. La administration
gratuita de los congregados aumentaba los beneficios del . Mon-
te de piedad: pues que se pierdan estos beneficios, con tal
que taiga la congregation. Si el pueblo canta Tantum ergo,
no cantarA marsellesas: pues que las cante, con tal que no nos
recuerde el cielo con sus oraciones.


Ile aqui, Caro lector, la aplicacion prActica de aquel natu-
ralismo (pie ha poco to schalaba como consecuencia inevitable
del espiritu inoderno. 'Si esta consecuencia so muestra cons-
tantemente en toda sociedad'por ma's honesta y catOlica que
sea, apOnas es invadida del espiritu Modern°, es evidente que
no se puede negar el kilo de mi raciocinio , del cual forma
casi una segunda prueba. Igualmente se manifiesta entonces
la verdad de mi teorema, asi A priori como a posteriori. I
priori file tlemostrado, que el entendimiento independiente
debe canonizar como cosa natural el orgullo y la concupiscen-
cia, y el raciocinio me parece convincente ; a posteriori. 11e
probado que en las sociedades regeneradas el olio de to .so-
brenatural va a la par con la independencia de las inteligen-
cias. La evidencia racional es, pues, conlirmada innegable-
mente pot. el hecho histOrico.


Y (mira si yo no de la bondad de mi causa) atm este hecho,
esta confirmation histOrica de mi proposition, me atreveria
no tomarlos en enema , suplicando solamente a mi lector que
intcrrogase sn propia conciencia, honesta como es 6 irre-
prensible, para pedirle cuenta de lo que trabaj6 y combatio


DE LOS GOBIEIIXOS LIBERALES. 495
-consign misma, cuando a Ia vista de los atractivos de pasiones
juveniles, hobo de eslorzarse por hater un acto de fe y decir
con evangelica austeridad: t.odo deleite, si no es. torpe, por lo
rnertos es vano. zY no basta esto para hacerte comprender cual
es en verdad la tendencia predominante del hombre, entera-
mente material y sensitiva , cuando se rechaza el correctivo
medicinal que le rue aplicado por el Iledentor?


572. Si esta es boy su naturaleza , siguese que aquella so-
ciedad sera. naturalista donde esta tendencia se ve trasforma-
da en dogma, y el satisfacerla se tiene por ur deber.


Pero nOtese ademas, que sernejante deber, ya , de suyo fa-
tal para. .1a sociedad , como veremos en su lugar recibe del
prineipio mismo do que se nrigina, aquella- perpetua instabi-
lidad de que otra vez discurritnos: :de suerte que no solo debe
afirmar la sociedad regenerada que gozar es un debar de la
naturaleza , sino ademas que calla hombre tiene el dere-
cho de determinar el objeto de sus deleites: boy queremos
gozar socorriendo A los pobres en un bade filantrOpieo ma-
&Ina divirtiendo al pueblo con una masearada: en un club
nos dive,rtiremos con una danza angelica, en una iglesia clan-
do,sepultura a .tin . excomulgado, etc. Los objetos varian, pero
ei derecho siempre es el mismo.


573. Hag° esta advertencia porque no os . engafie la hones-
tidad de vuestros sentimientos creyendo posible que seme-
jante sociedad sea conducida a la altura donde. acaso estais
vosotros. No: vano es pretender que los mils se pleguen




los pocos; a estos illtimos toca conformarse con los mils.
Por donde 0 tienes que afirmar que pocos son los males, los
nacos, y machos los Optimos; 6 persuadirte que Ia sociedad
.naturalistairO donde la guien con este .principio los malos,
los mediatiOS, los nacos, que ponen en .el . goce, no-solo su bien
•sin0 su .derecho p su debar.


574. Sirva esta observation de respuesta a aquellos uti-
litarios honestos que Green haber purificado su principio.
liende al placer, cuando demuestran bien 0: Mal) que no se
da placer verdadero fuera de la virtud, y par consiguiente
clue su axioma tiende a hater todos los hombres virtuosos.




.40 .4 PIVINCIPIOS TIWI(ICOS
Concedamos en buen Nora por un memento lo que es false,:
A saber, que es razonable su argumento conform° a sus prin-
cipios: ipodra inferirse de el que ellos daran una ley irrectt-
sable en las sociedades donde corre valida la especie de la
razon independiente? Contra diez que sostengan constante-
mente, a despecho de toda tentacion, que Ia virtud solamente
es verdadero placer, encontrarits diez mil menos probos, pero.
mas lOgicos, que repitan con Bentham quo solo el placer es ver-
dadera virtud.


575. Aqui tienes, amado lector, el principio de una socie-
dad reformada A la tnoderna por el espiritu protestante. PodrA
ser mas 6 , menos equivoca la profesion de fe, mas o menos hi-
pOcrita la apariencia esterior, alas 6 menos severa y audaz la
logica: mas al fin aqui debe, llegar inexorablemente todo el
que se atreve a proferir el tremendo principio: «creo solamen-
te en mi razon infalible; •raon me manifiesta solo lo que yo
siento en mi mismo; con este 'sentimiento quiere que yo guie
mi conducta; el sentimiento agradable es pues indicio de que
aprueba mis operaciones. Luego mi ley, mi derecho, mi deber,
consisten en sentir agradablemente.» Desafio al lOgico mas so-
til a que niegue la conexion de las consecuencias con las pre-
misas en la totalidad de los individuos humanos y en sus gran-
des asociaciones. Y si nadie sera osado a negArmela, tit en -
contraras aqui, lector mio„ el principio moral de la sociedad
regenerada, cuya aplicacion aplicada a todos los intereses po-
liticos habra de seguir trazandonos el cuadro fief de los rim-
dernos sistemas constitticionales, que ya hemos considerado
en sus tendencias religiosas y en la libertad (le la prensa: y
vice-versa Ia fidelidad (le este cuadro confirmara con una nue-
va el teorema precedente, si por ventura alguno quisie-
ra ponerlo en duda: pues a Ia verdad si en estos gobiernos ve-
mos aceptada la consecuencia (le aquel principio, estos gobier-
nos caminan con Ia norma del principio de que proceden.


Permitaserne, sin embargo, que antes de deducir estas con-
secuencias, esplique brevement el principio contrario pie ani-
ma la sociedad catOlica.


DE LOS GOB1ERNOS LIBERALES.


§. IV.


IDEA DEL NUMMI() MORAL DE L. SOCIEDAD CATOLICA.


576. El principio catOlico combatido por la reforma, es
como todos saben, so mas terminante contradiccion: 01a razon
es dependtente por naturaleza;,, y este principio se apoya
para el catOlico principalmente en dos argurnentos, In creation
y la corruption.


577. El hombre ha sido criado por el Supremo Ilacedor
para un fin perfectamente conocido (le la intinita sabiduria; y
siendo asirnismo esta sabiduria bondad infinita, no puede me-
nos de haberle prescrito un termino, en donde el hombre Valle
su reposo. Termitto del movintiento sin reposo seria una con-
tradiccion, seria un reposo sin repose: el repose debe necesa-
riamente satisfacer las tendencias, porque si las tendencias no
estuviesen satisfechas, no se detendrian en aquel punto, y el
Criador habria dado a la naturaleza tendencias contrarias
sus designios, en cuanto estas tendieran a pasar mas alia del
termino en donde el Criador les habia fijado el reposo. El re-
poso, la satisfaction, la felicidad, se encuentran, pues, preci-
samente en aquel punto a que hemos sido ordenados por Ia
sabiduria creadora. Por esto al indagar el hombre pensador
come debe obrar para llegarse a la felicidad ino debe interro-
gar el propio sentimiento de placer 6 de dolor, cuando puede
tener algun indicio que le certitique (le Ia voluntad del Cria-
dor, que conoce y quiere la felicidad del hombre, ó sea su na-
tural reposo, con una certeza y bondad infinitamente superio-
res a las nuestras? Aqui esta, pues, la gran diferencia de los
dos principios prActicos. Mientras el protestante consultando
su razon independiente, establece como su primera norma:
• tat action es ogradable, luego es querida por el Criador; " el
catOlico, por el contrario, persuadido a pre su razon depende




496 PRINCIPIOS Tr.Onicos
de la razon de la Iglesia, veliiculo e interprete de la diving,
invierte el aforismo y dice: <tal action -me es revelada coma
conforme d la ,voluntad de Dios, luego infaliblemeate me con-
ducird d la felicidad.)


578. Este principio que seria certisimo atendiendo
mente al Orden de naturaleza, redobla su evidencia, cuando
esta es contemplada en su estado de corrupcion: comb quiera
que en este estado, no solo podemos dudar que sea indicio fa-
laz nuestro sentimiento de placer 6 de dolor, pero tambien sa-
bemos por fe que este sentimiento es un juez corrompido; sa-
bemos que el entendimiento es tenebroso . la voluntad debili-
tada y torcida; icon cuAnto mis motivo debemos conformar
nuestros juicicios con los de la inteligencia y justicia infinitas!
Cuando tienes un pleito en un tribunal cualquiera siempre
puedes dudar del 'exit°, porque testigos y jueces pueden pre-
varicar: cuando bees una observation astronOmica con on te-
lescopio nuevo puedes dudar si el instrumento es exacto: y
asi en ambos casosrprocederis con mocha cautela valiendote
do todos aquellos'inedios ,


capaces de inspirarte la apetecida
seguridad. Pero 4qttO harias si no solo supieses quo el juez
puede estar • vrrompido , y el telescopic) , ser falaz, sino que
ademas estuvieras clerk) de que el juez foe comprado por to
contendiente 'y de que la inesacti tad del telescopio estaba ya
ex p erimen tada?


579. Dues este justamente es el caso de todo CatOlico: no
solo se conoce falible por naturaleza, sin g


que ademis sabe
por la revelation que esta corrompido. Di, pues, si pu-
diendo rectificar con los juicios de Dios sus tendencias a la
felicidad v sus jnicios• acerca del objeto donde puede esperar
reposo, no debe reputarse feliz sornetiendose a tal guia. La de-
pendencia es para el no solo un deber, sino un beneficio; y
el la toma como un prineipiO -seguro de su conducta con la
certeza infalible de ser conducido a la felicidad.


580. De aqui una diferencia esencial y awl una oposicion
tambien esencial entre el procedirniento ligico de una so-
ciedad catilica y el de la protestante; pues mientras este pone
por objeto el placer, 6 sea el interes con que se procura,


DE LOS GOBIERNOS tinEnnEs. 497
aquella establece por fin la justicia, de que espera la paz. Si;
un cuerpo deliberante catOlico en su totalidad mirari lo
que es justol con la certeza de encontrar en este termino so
reposo, al paso que la deliberation guiada del principio de la
reforma mirará al interes y creera haber cumplido con la
justicia, cuando haya asegurado los intereses de la pluralidad.
Este principio de legislation es cosa boy ya tan sabida en las
sociedades regeneradas, que seria ridiculo el intento de pro-
bar su predominio. Cierto que:algonas almas honradas ., en
quienes quedan restos de rerainiscencia catilica todavia re-
petiran la antigna formula: la justicia es la supremo ley; pero
i cuantos y cuantos, si les preguntais qua cosa es la justicia,
os dirin que la justicia es „to . que es .ntil d los nuis1 De modo
que-la diferencia entre los Buenos y los malos en la sociedad
reformada a la moderna usanza , consiste en que el malvado
procura parasi solo el deleite, y el hombre de bien lo procura
a la pluralidad. Por el contrario, en la sociedad catOlica lo
primero que se delibera no es si tal cosa tiene cuenta a nno


muchos, slim si esta conforme con los designios de la vo-
luntad creadora y reparadora de la naturaleza humana. En el
espiritu de la reforma tanto el individuo como la sociedad
toman por guia lo que neaten; en el espiritu catilico lo que.
conocen. Lo primero es esencialmente humano, subjetivo, psi-
coligicO; lo segundo diving, objetivo, ontolOgico.


En estos pocos conceptos se resume la gran diversidad de
los principios (pie se contraponen mutuamente en las socieda-
des que limn en el lenguaje de los regeneradores modernos
los dos titulos opuesto.s de progresivas y de retrogrades, titu-
los cuya exactitud no ha silo todavia .


hien comprendida, prin-
clpahnente de ciertos catOlicos cuya ilustracion no corre pare-
jas con su bondad.


581. Estos tales se suelen ()fender de que los llamen re-
trOgrados; y Ora desarmar a sus adversarios condeselenden
con sus principios pasta donde esperan Ilegar sin perder la fe:
aqui suprimen, pues, privilegios, alli cierran conventos , hoy
secularizan el foro, maiiana la ensefianza; y luego se glorian
de hallarse en pleno progreso, de seguir la corriente del si-




498 PRINCIPIOS TE6RICOS
glo, en tanto sin embargo que quede a salvo el Catolieismo.
Almas cAndidas, ono veis que cabalmente por querer que sub-
sista el Catolicismo sois verdaderos retrogrados? 6Que quiere
decir retroceder y progresar? Progresa el que apoyado con un
pie en terreno firme, mueve el otro hicia el punto a donde
se dirige; mas si por el contrario, to mueve hacia el punto
que estA detras, es retrogrado, retrocede. Ahora hien, vosotros
los que os llamais catOlicos pot. principio (y es sabido que el
principio es el solo terreno firme en todo discurso) , volveis
la vista al fin a que mira el catOlico, a la felicidad revelada, y
luego % .... teniendo el pie firme y los ojos fijos en este termino
moveis el otro pie, esto es Ia consecuencia prActica hAcia el
termino opuesto. Luego sois retrogrados, retrocedeis. De aqui
cabalmente las perpetuas contradicciones que se nulestran en
eiertos Gobiernos, que aunque catelicos, estan inficionados
del elemanto protestante; los cuales son verdaderamente re-
trogrados a los ojos de todas las opiniones ; son retrogrados
tiara los catolicos,porque de vez en cuando protestan; son
retrogrados para los protestantes, porque se detienen en sus
protestas.


582. De aqui tambien aquel perpetuo malestar de estos
Gobiernos contradictorios combatidos con igual razon de los
catOlicos, porque no Green todo to que deben Greer; y de los
incredulos porque no niegan todo lo que ellos niegan.
do llegara el dia en que los individuos y la sociedad , pronun-
ciada francamente la formula de su principio , progresaran
con leal franqueza hAcia el termino a que su principio les
mueve?i, CuAndo llegara la Nora en que todos los pueblos scan
rigorosamente progresistas , los catelicos segun el principio
catOlico, los heterodoxos segun el principio de absoluta inde-
pendencia?


585. No lo se; to quo se muy bien es que el principio ca-
tOlico conduciria a la cumbre de la grandeza ; pues levanta al
hombre inmensamente solve su nal uralen, y el principio pro-
testante al abismo de Ia miseria, pues toma por guia , no la
naturaleza integra, que ya no to esta, sino la corrompida que




DE LOS GOMERNOS LIBERALES. 499
arrastra hAcia lo pesimo. Esta verdad, ya evidenciada con las
razones alegadas hasta aqui, brillara todavia con mayor es-
plendor, si contemplamos el fin que tienden las dos socie-
dades opuestas y el medio de que se valen, que sera el terra de
los capitulos siguientes.




CS.PIETULO IX.


§. I.


FIN: LA FELICIDAD MATERIAL (1).


584. TODOS TENEMOS DERECIIO A GOZAR, TODOS TENEMOS DE-
RECHO A TENDER nicrA EL GOCE CON LAS OBRAS, COMO QUIERA QUE.
LA NATURALEZA NOS INCLINA EL cox LA AFICION: he aqui, ama-
do lector, el principiO prActico reconocido doginaticamente
por libisofos y publicistas a la moderna, y adoptado práctica-
mente en las sociedades regeneradas (2). Supuesto este prin-
cipio surgen naturalmente en la mente y en el corazort de
de los que asi piensan, un sentimiento tan falso en su realidad,
como lisonjero en sus apariencias: cuyo sentimiento es este:


“ deberse encontrar aqui en la tierra un niodo de yobierno
donde el hombre con las solos fuerzas de sic naturaleza,


obtenga una felicidad siempre en aumento y poco menos que
infinita.. Este sentimiento que en el catolicismo podria tener


(1) Este capitulo ilustra lo que decimos en el ENSAY0 TE6RICO,.
tomo 1. cap. II, y torn. 5.°, lib. 2, cap. I y siguientes.


(2) Vase la Civilllc Cattolica, serie 1.', velum. IV, p5g. 591.




502 PRINCIPIOS TEORICOS
ciertarealidad, esta fundado en aqua! principio innegable de
que el Criador no odia las cocas que hizo (1), y quiere por
consiguiente que todos seamos felices: luego los medios de
que nos ha provisto el Criador (uno de los cuales es el .Go-
bierno social) !tan de podernos conducir a la felicidad. To-
(los, catolicos y creyentes, admiten este argumento; pero los
catelicos afiaden con la fe: « la naturaleza corrompida no
puede conocer el camino, porque esta ciega, ni hollarlo por
su flaqueza; y por tanto, si aun en la tierra puede esperarse
grande felicidad (que nunca sera perfecta, pues hemos sido
criados para el cielo), toda ella depende de la restauracion
obradapor el Redentor, que quiere restituirnos It la felicidad
con Ia Cruz: esta debe iluminar nuestro entendimiento,
haciendonos repetir con el Evangelio: «bienaventurados
quo padecen siendo pobres , humildes , mansos , perse-
guidos„ete.;), estadebe fortalecer nuestro corazon con la ()ra-
tion, con los sacramentos y con tantos otros enedios de gracia
como nos ofrece la revelation. Si nos mantenemos firmes, a pe-
sar de las apariencias contrarias, en la creencia de esta verdad,
en el use de estos medios, sacando de aqui confladamente las
consecuencias legitimas con relation no solo al individuo, sine
aun a la sociedad, la felicidad tante individual como social
sera,para nosotros la mayor que pueda gozarse en este mundo.


585. Asi piensa, asi habla el cattilico, era liable faiiii-
liarmente al amer de la lumbre con su mujer y con sus hijos..
ora discuta con los prOceres sobre los intereses del Estado en
el palacio de las COrtes: y sin hablar de la Edad Media, toda-
via vemos en nuestros Bias a las Asambleas de los cantones Ca-
telicos reunirse en un santuario de nuestra Senora, empezan-
do con la gran sefial de la Cruz y con alabado sea elesu-
cristo, y tratar de la defensa de la profesion catOlica conside-
randola come el principal deber del Estado. No quiero decir
que todo hombre de Estado Maya siempre seguido con tanta
perseverancia entre los catelicos el principio catelico; to que
digo es solamente que todos cites profesan a lo mOnos en lo


(I) odati Corm quie feciSti.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 505
exterior esta norma, asi de la accion social, como de la indi-
vidual.


58G. Pero, dos atreveriais Ii exigir de los estadosregenerados
la adoption de estos principles? ;Oh! con estg exigencia dariais
que reir a Ia Asamblea y a las tribunas ! En Inglaterra se
ha podido cierto sostener, que un hebreo no debia entrar en
el Parlament° al metros per este afro, porque entre los pro-
testantes , comb ya dije con Bronwson, es costumbre y aun
necesidad detenerse en los raciocinios a la rnitad del camino.
Pero entre los catOlicos la contradiccion salta a los Ojos de
improvise ,y asi se explica , que los estatutos italianos, aim es-
cribiendo en su primera linea que el estado es caldlico, ha-
brianse avergonzado de negar Ia entrada a un hebreo. Forma-
da. pues, una Asamblea, que Wen puede componerse de
hebreos y de incredulos, de Avigdor y de Brofferios, ; no seria
ridicule que el presidente , abriendo la sesion con la sefial de
la cruz y con un alahado sea. Cristo, hablase de la necesidad
mantener el dogma, de practicar las bienaverituranzas evangó-
licas, de exigir que se cumpla con el precepto pascual? Esto
seria ridicule, muy ridicule, pues come ya otra vez dije, es
diculo toda incoherencia inesperada entre personas racionales.
Y que incoherencia mas extrana que invitar a un judio con la
serial de la cruz a sostener la doctrina evangélica?


587. Ya se ve muy hien, que del principio de la felicidad
una conciencia v una Asamblea regeneradoras tienen que sa-
car en fuerza de su naturalismo otras consecuencias harto
diversas. «Dios, dirán (0 la naturaleza), nos mid para la fe-
licidad y nos did los medios de Ilegarnos a ella: luegosiguiendo
à la naturaleza encontraremos un Gobierno que nos haga fe-
lices, sin que reneguemos jamas de los instintos con que la
naturaleza misma nos invita a gozar.' Busquemoslo, piles, sin
cansarnos; ensayemos y probemos codes los medics y caminos;
alguna vez hemos de Ilegar al termino.»


588. Penetra , candid° lector, en lo intimo de to con-
-ciencia, si acaso esta un tantico regenerada; penetra en los
sentimientos intimos de los que a contar desdela epoca de
Condorcet hasta Ia obra flamante de Luis Blanc, nos. vienen


TOMO I.




50-1 PRINCIPIOS TEORICOS
prometiendo lase beatitudes de la regeneration, y yetis que en.
el secreto do sus nnitnos esta fijo este pensamiento de una
felicidad que deberA obtenerae alguna Net empleando siempre
con nuevas tentativas los medios de que la naturaleza. nos.
provey6. Gabalmente por esta causa se sucitan facilmente en
la multitud aquellos sentindentos de malestar con que la
agitart,dos regeneradores; mientras haya algun mal en el Go-
bierno (y entre hombres na.faliará ciertamente), siempre tie--
nen estos una palanca con -que levantar los pueblos ilustrados,
es decir, los pie lormados por el naturalismo se ,persuaden.
que hemos recibido de la naturaleza el deber y el derecho y:
los medios de hacernos„ felices sobre la sierra.


589. No negare que aun los mismos regeneradores, cuando;
ban Ilegado a atrapar una cartera, juzgan quo seria tiempo do
detenerse, y que los deseosde,#na felicidad infinita son.en este
mundo irracionales; mas como la satisfaction de los . pocos clue,
gozan, no cotnpensa jamas el malestar de los muchos que Ho-
ran, ni cambia la lOgica en los cerebros, la muchedumbre-
cOntinita sintiendo su infelicidad y esperando de la naturaleza
j, de medios nuevos un porvenir rnejor.


iEsperarlo y no ensayarlo! ;Oh, esto seria una locura! Que..
dese para el catOlico la est4pida indiferencia que . le hate ea-
paz de resignarse coma eselavo a la ferula de tin tirano; los
eSpirittis generosos del hombre maderno, en cuyo corazon flo-
rece la magnanimidad. de los Catones y de los Brutos, sabrAn
morir, pero servir jamis. Y tienen razon; no perinita el cielo
que yo los censure, supuesto su principio: la naturaleza me tla
el :derecho, me impone el, deber, me inspira el deseo, me so-
ministra los medios de hacerme feliz y de que scan felices con.
migo todos mis conciudadanos: idetenerme yo, pues, en la
mitad del caMin°1 despues de haber sacudido el Yugo de-,una-
Iglesia que venere como divin g , de unos principes que ame.co-
mo a padres, detenerme ahora ante un idolo de barro, que yo,
mismo forme con mis mamas, sacandolo del cieno,- a condicion
de que me hiciera feliz!


590. Niegame lector sintero , niegame si puedes que esta.
raciocinio exactisinto legicninente , no sca tambien histOrica-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 505
mente certisimo. Que sociedad hay entre las regeneradas,
donde on perpetuo descontento no produzca tict -rnoNiiiniento
perpetuo, cuando aun este mismo movimiento es reputado por
elernento necesario al bien6stär de un Gobierno?


591. Pero cuidado con no engafiarnos : aun los Gobiernos
catOlicos son movidos a procurar perpetuamente una perfec-
tion progresiva , asi por las necesidades - del pueblo, que no
cesan ora de pedir Immildemente, .ora de clamar con fragor,
Como por la voz .morahnente imperhtiva de un 'deber que les
dice desde el santuario: sois ministros de Diotpara el bien
de los pueblos (I).:1si que la diferencia entre los catOlicOS y
los liberates no consiste solo en el deber de perfeteiOnarse,
sino en ey tribunal, en el medio y en el fin: para el catOlico el
fin es la justicia , el tribunal de la justicia la revelation, so
Organo 6 medio la autoridad : para e1 regenerador liberal, el
fin es el goce de los inns; el tribunal pie juzga este goce es la
multitud, MiniSfrO o medio de la multitud el poder. Ambits
son pues progresivos con relation A su respectivo princi'plo;
pero la sociedad catOlica es Ilevada a la perfection de la jus-
ticia por la autoridad de Pie depende; la prOtestante es arras-
trada al goce universal la ' niultitud''de independietites, solos
juices legitiMos del goce y del malestar.


592. Observa-adentaS, lector !men°, una difeirencia impor-
tantisima entre ' la sociedad del Hombre-Dios Oa del hombre
de la naturaleza. El Hombre-Dios ciiya inti -01a sabiduria, en
efacto mismo que sublimaba 'la razon con la ' fe y el corazon
con la gracia y cibligaba a la naturaleza renovada a obrar con-
fattie a estos impulses celestiales, conocia sin embargo al
mismo tiempo la fueria y la debilidad intimaS de la naturale-
za, con que formaba la sociedad 'reStattrada ; conocia todo to
que quedaba todavia en esta ' misera naturaleza de la ce.gtiedad y
flaqueza primitiva; y en vet de destruirla enteramente emplea-
bala a mode tie aguijon, con pre despertar y punzar n los go-
Iern'antes si por acaso se quedaban dormidos. De esta
8 impulso que 'proCede de la indigencia popular permanece


Dei cairn minister est tibi in boaurn,




506 PRINCIPIOS TEORICOS
todavia en la sociedad cauilica , pero contenido en la muche-
dumbre por la idea del deber que las pace menos impetuosas
en sus exigencias y inasflOciles. De manera que en la socie-
dad catOlica se echa de ver un doble elemento de conservation
y otro doble eleinento de progreso, pero combinados entram-
bos por la sabiduria infinita en proporciones admirables; por
una parte se ve a los gobernantes, cuya tendencia al bienestar
les invitaria al reposo, aguijados perpetuamente por la con-
ciencia del deber que les mueve a hater verdaderos progresos,
y del lado opuesto se ye alas muchedumbres inclinadas a mo-
verse por su misma necesidad ,.enfrenadas por el deber de la
obediencia, que les pace Nevar el sutrimiento.


593. ()1.16 debera resultar de todo esto? ResultarA natural-
mente una perpetua cotnpensacion, que forma, como es sabido,
una de las rnas preciosas excelencias que Indian en toda ma-
quina perfecta y acabada; y la sociedad catOlica se ver y guia-
da en medio de sus perpetuas oscilaciones hacia un incremen-
to templado y constante. Por esta razon a medida que crece
o mengua en la sociedad uno de los dos impulsos, hallase siem-
pre alguien interesado en renovar Jo incompleto 6 en mode-
rar lo excesivo. Por tanto si una sociedad elevada A ideas
morales sublimes siente vivamente la impresion de la concien-
cia pie le manda obedecer, podria acaecer que en los gober-
nantes se enfriase el deseo de perfeccionar, confundiendo la
obediencia del pueblo paciente con la tranquilidad de un hom-
bre satisfecho. Pero no; pues en el acto que la conciencia en-
frena la lengua y las menos del pueblo, adquiere una fuerza
proporcionada en el corazon de los gobernantes secundarios y
supremos, recordAndoles estos la gravedad de sus deberes é
inspirando a aquellos las magnAnimas representaciones pie
ban formado en muchos casos casi la admiration y el auxilio
aim de los principes mas absolutos.


Supongamos, por el contrario, que debilitado el impulso de
la conciencia, se acrecienten en los pueblos la audacia de las
manifestaciones y la rebelion de la intolerancia; por Ia misma
causa, enflaquecida tambien en los gobernantes la conciencia,
se agtizarà al mismo tiempo el aguijon del interes, y oponien-


DE LOS GOBIERNOS MURALES. 507
dose este con todos las arses y fuerzas materiales a la accion
popular , detendra6 atenuarA al menos, el impulso material
de las muchedumbres.


594. Bien es cierto pie entendiendo Bien pronto con un
cAlculo luny sencitio y licit unos pocos miles de gobernantes,
entre subaiternos y supremos, no poder luehar largo tiempo con
veinte 6 treinta millones de sitbditos interesados todos en
ocupar el mando, los gobernantes comprenderAn a su costa
pie la conciencia phblica es para entrambos el supremo inte-
res, y luego echarAn mano a los medios pie juzgarAn eficaces
para restituirle el vigor perdido. Que medios deben elegirse
para este intento, no es cosy dudosa entre los catOlicos; pero en
nuestros Bias hemos visto aun entre los sombras infernales de
una sociedad atea, despertarse cual espectro un recuerdo de
conciencia catOlica, y ante la Francia aterrada y cubierta de
sangre dar por boca de Robespierre, de quien no esperaria
ciertamente instrucciones sobre el catecismo, dar, decimos, un
grito de espanto, y clamar que existe utz Set- supremo; pero
con mas fundamento todavia se anuncia boy Ia vuelta de la so-
ciedad entera en Europa al reconocimiento de la conciencia y
de un Dios no ya abstractos é impotentes, ocultos en las nie-
blas de lo ontologia, sino concretos y eficaces en Ia luz de la
revelation y en las instituciones catOlicas rejuienecidas. A es-
tas recurren boy en todos los angulos de la agitada Europa
Principes y pueblos; y los Principes ceden derechos mal ocu-
pados, y los pueblos comienzan a esperar en la conciencia de
los gobernantes, garantida por la fe y por la Iglesia.


Este prodigio casi inesperado el catOlico no puede menos
de mirarlo como operacion interior de la gracia sobrenatural,
ni puede menos tampoco de presentarse a los ojos del filOsofo
politico coin° efecto natural de la sobrenatural sabiduria que
dispuso concertadamente todo el sistema de la sociedad cris-
tiana.


595. Ahora Bien, de esta sapientisima economia solo con-
servo la reforma la parte mas grosera y material, el instinto
de los goces desligado de la razon y de la fe; y roto . este vincu-
lo, cre6 aquel caos de la lucha tan bien descrito en las meta-




508 PRINCIPloS TEOrticos
mOrfosis de Ovidio y tan bien trepresentado por las dos partes
esenciales de todo Gobierno :onstitucional; por una parte eri-
gia el Gobierno, a quien el derecho y el interds mueven a ccn-
servar el bienestar, en que wive; y por la parte opuesta soli° un
trope] de mastines hambrientos, a quienes dijo en torso de
oraculo: vuestra ,hambre es meshy) derecho. Y a vista del es-
potaculo de un poder que se defiende contra los mastines, y
de los mastines que despedazan poco a poco con los dientes el
poder, la estalida Regeneradora se pavonea hinchada repitien-
do con gran satisfaccion su epifonema: oIlemos resuelto el
gran probleuta: hemos hermanado el principio del movimiento
con el •de la conservacion; el movimiento es el pueblo, la con-
servacion el Gobierno (1).,)


596. ;Admirable solution en verdad tan bellamente proba-
da por la experiencia! ;Solution portentosa que ha quitado al
hombre su dignidad de naturaleza y de gracia, la luz de la
razon y de la fe dandole por guia el apetito y el sentido!


§ II,


NEMO: LA INDEPENDENCIA PUESTN EN EL LUGAR DE LA CONCIENCIA..


597. Pero ahora reparo que -el lector podri acaso mirar mi
juic . o como en extremo severo, y decir para si: 0,,COmo!


(I) Esta verdad la hallamos en on esclarecido autor 6 quien no
queremos confundir con los regeneradores desenvueltos, porque, su
discurso casi podria abrazarse por nosotros completamente como
una justa censura del espiritu reforthista .. •fladas estas cualidades
tan• propicias.a las condiciones del Orden civil pueden coufundirse
y hallarse reunidos en el regimen representativo los dQs extremos
opilestos de la Mptiarquia y de la repiiblica: el principio monar-
quit° yet .demo6ratieo hallan 'verdaderamente en la monarquia
consLitucional un nudo comun, en que depuestas


. sus Iell0e0Cia$
excesivas, roto el antagonismo y asociados los intereses caminan
un mismo paso, estimulandose mdtuamente para conquistar lo
mejor para la sociedad; y en este eonsorcio de los dos nrineiPios
opuestos pueden realizarse l un mismo tiempo los dos ideates po-
liticos de la pas perfecta de las moriarquias :v de la mejor de las
replibliess, (Ti rolusiOne del Prof. Melegari V it Risorginiento de 7
Dicembre de 4850.)




DE LOS GOBIERNOS •LIBEIIALES. 509
figura este que en la sociedad moderna hemos perdido todos la
•conciencia? .Tambien nosotros tenemos conciencia y probidad
y cabalmente porque las tenemos en tanta estima,. hemos
puesto entre los articulos de nuestro simbolo la libertad de
-conciencia.»


598. Se muy bier, oh lector, que hay personas honradas
en la sociedad reformada por el espiritu moderno: y sin meter-
me a averiguar cuanta lOgica. Ilaya en su lionradez, respeto era




reciosa reliqnia de una conciencia que Tertuliano Ilamaria
nataralmente cristiana. bias to suplico que atiendas a que es-
tamos dis.curriendo no de Ia conciencia sino de la
social, coal es la de . una Asamhlea deliberante y de una socie-
dad gobernada. Para que esta conciencia..dirija Ia sociedad
Bien moral, ha menester dos elementos: el primero quela
pluralidad de los que tienen voto deliberativo, y por consi-
guiente, de sus electores, este compuesta de aquellas personas
honestas y virtiosas, que segue Balbo, son•siempre pocas, al
paso que el nittnero.de los contrarios, como dice la Escritura,
es intinito: y . el segundo, pie por todos aquellos se entienda la
probidad del mismo modo, y que todos . esten persuadidos de
tener el mismo 'concept° de ella. Ent.onces ciertamente po-
dra el cuerpo deliberante resolver con probidad, y los goiter-
nados se persuadiran de ello.


Pero recordemos que en la sociedad reformada por el espi-
ritu moderno, semejante ttnidad de concepto y universalidad
de conciencia es una utopia de gente cAndida, como quiera
•q0e toda razon privada es en ella juez supremo de lo que se
entiende por las palabras derecho, deber, probi•dad, justicia,
-virtu& vicio, etc.; recordemos qua este juez hate use con ad-
mirable desenfado de la autoridad quo le conceden de pensar


sit modo: por ejemplo,.pocos meses ha mientras el Episcopa-
do entero repetia con el Papa y con el Concilio, que tal action
es ilici.la,inn Parlamento catolico con -dos -CArnaras y un mi-
nisterio repetia que la misina accion,es..obligatoria. Tomemos,
piles, la sociedad mcolerna en la plenitud de su libertad ver-
dadera y real, y no en la novela de los quo sueAan con enter


todos tutiforrnas v con muehedumbres dotadas de la so-




510 PRINC IPIOS TEORICOS


briedad de un anacoreta. Estas utopias, reminiscencias deplo-
rabies de on catolicismo abjurado, no dam-nos introducirlas en
la sociedad regenerada por los liberales. En la coal cada.sitb-
dito debe decirse a si mismo: «todo legislador piensa...en
sus intereses y tiene razon;» y el mayor nitinero de los legis-
dores •ciertamente pensara del mode corricrSe ha deinostrado
en 'el capitol° anterior.


599. Es, pues on fenetneno necesario de las sociedades
reformadas poca conciencia en la pluralidad de los gobernan-
tes, poquisima 6 :ninguna fé de parte de la roucheduMbre'en
el valor de Ia conciencia agena. ;Pluguiera a -Dios quo tuvie-
ras valor para negarme esta verdad! iPluguiera a Dios que
fib oyeramos tan a menudo en lobios de los regeneradores la.
burlatontra la eandidez de los buenos de nuestros padres,.
que'eneomendaban sus derechos A. la conciencia de los gober-
nados! La gran razon por que la constitution representativa
es tenida, segun la frase sacramental, por una necesidad de,
los tiempos modernos, es cabalmente no poderse los pueblos
liar de la conciencia de sus gobernantesCpor esto ;se exige tin
antagonism° -de poderes, por esto una election universal y
continua, por esto una prensa sin trabas, por esto on jurado.
que defienda. xl ciudadano contra los magistrados, pot' esto
una guardia national que lo defienda contra el ejercito, por
esto una fiscalizacion perpetua y publica de la administration
y cle los gobiernos.


«El regimen representativo es el mas•efIcaz, y aun el solo
eficaz para los derechos de'propiedad y para todo linaje de.
garantias,D decia un constitutional pontilielo en la Miseela-
nea de Floreucia, pan. 201. Y aftadia: «no podrian obtenerse-
con tin Gobierno absolute, aunque paternal, las ventajas que-
se esperan de las Constauciones. No, porque estos gobiernos.
dieron frutos en vista de los cuales todos-aprobaron e.1 pare-
cer de Rossi..... No, porque la omnipotencia de Ia autoridad es
la omnipotencia de lo arbitrario.D El actor, por lo visto, no
creia posible, ni aun bajo el wand° de Pontifices Santisi-
mos, componer la oinnipotencia de Ia autoridad. Debie, sin
embargo, reflexionar que so doetritra es una espada de dos


DE LOS GOBIERNOS LIBERALHS.


511
files, pues lo mismo (IA la muerte A los gobiernos paterna-
les que A los constitucionales, como lo probaremos en otra
parte. La anteridad es siempre una, aun en los gobiernos
constitutionales, yes siempre omnipotente, puest.debe impe,dir
todos los deserdenes en todos los ciudadanos. Y pues la onmi-
potencia de la autoridad es la onmipotencia de lo arbitra-
rio, eaclaro que aun bajo la constitucion lo arbitrario 'Riede
hater violencia A los sitbditos; y asi se esplica, en efecto, el
despotismo del Parlament° britanico contra los irlandeses, el
frances contra: les hermanos de Avilton, el piamontes contra
los ServitaS y lay Arzobispos, etc.: y yo me confieso obliga-
do para con el por haberme dado ocasion de tratar de esta
materia. Solamente le suplicare que se abstengadel vicio floe
imputa acaso . al Estatuto (periOdico) de atribuir a todos sus
propias opiniones. Esto de arrojar, no digo en el fango de
Ia ignorancia, sino en el abismo de la nada„A todos los que
no piensan comet nosotros, sobre no sentar bien a un escritor
templado, suponeno se (ie incoherencia en un liberal que pro-
fesa respeto A todas las opiniones.


Toda esta balumba de instituciones se funda en el gran
principio de (pm debe- suponerse a los gobernantes sin con-
deneia; y este axioma politico es la consecuencia rigurosa del
axioma moral, todo hombre debe, procurarse coos. Porcine ;yo
que se en lo que gozan estee el otro ministro, este o aquel di-
putado, este ei aptel juez? 4 Quê se yo cOmo entienden los debe-
res de conciencia, los textos de la escritura, los mandamien-
tos de la Iglesia? Lo que ciertamente se, es que buscan su pro-
pia satisfaction , pues la naturaleza los incita , los obliga
y ayuda para esto; y asi, en Ia duda, debo abrazar el partido
ma y seguro.


600. ;, Pero que digo en la duda? IIe dado por supuesto que
los saditos son harto moderados en sits juicios; pero la ver-
dad es que la sociedad moderna los fuerza, no A dudar de sus
gobernantes, sino a tenerlos por enemigos. La observation
es antigua, y ya la hizo el celebre Spedalieri, con la misma
sineeridad con que se explice en mil circrinstancias aquel file--
sof° tan candid ° , quo foe uno de los primeros catelicos que




512 rtaNcrptos.TzOiticos
para deshacer los sofismas protestantes creyeron seria la me-
jor traza aceptar sus principios. En el libro primero de sus
Dernhos del hombre (cap,,1, S.16) asienta como un ltecho
indubitado, que no pudiendo olvidnr el pueblo los derechos
que le arrebate su Soberano , se Italia en perpetua hostilidad
con el.


601. Esta proposicion, desmentida, como confiesa Giober-
ti (1), en la sociedad verdaderamente natural, y con mayor ra-
zon en la catelica por la razon y la esperiencia, es de una ver-
dad perfectisima en las sociedades modernas, con relacion asi
al derecho, como A los hechos: estos declaran que la oposicioa
es de esencia de los Gobiernos representativos, y se liana cons-
tantemente en guardia para contener los ataques que le ame-
nazan ypoiler de manifesto sus artificios y hater todo lo demas
que se entiende bajo el nombre de prâcticas parlamentarias.
Todo esto es tetricamente cierto; porcine estando compuesta
la pluralidad que combate al ministerio do todos los partidos
siempre numerosisimos, que tienen intereses diversos del
snyo, todos tienen que tenerlo por adversario, salvo cuando el
ministerio bane el modo de ganar diputados venales, o cuan-
do los partidos &Nies tienen intents en mantenerlo en el
Gobierno por carecer cada uno de ellos en particular de
fuerza:superior it la que tienen los demas partidos con que su-
plantarlo.


602. He aqui la posicion natural de las dos personas so-
ciales, gobiertto y mullitud, en las sociedades modernas. Yea-
se .si tuve razon para asegurar que animado el pueblo del inte-
res y del naturalismo protestante, no solo debe dudar de la
conciencia, sino tambien prestanir que es enetnigo suyo todo el
que manda. A tales terminos debia reducir y reduce en efecto
el espiritu protestante A la mAquina i,Comp,rendeis bien
por aqui la degradation a impotencia a que de esta suerte des-
ciende ra ,


idamente la institucion divina de la sociedad natu-


(1) Hay en la multitud cierto buen sentido (harto diverso del
instinto servil de los dOrtesanos),que la induce a respetar y arnar
la autoridad de los Principes. (Gioberti, Intr., torn. II, pig. 288.)


• DE LOS GOBI ERNOS-LIDERAIES. 513
rat, tan sublimada por la idea cristiana? Nada menos pie a una
manada.de fieras dispuestas ninttramente a despedazarse; puts
la peor,:entre las fieras es el hombre sin sentitniento alguno
moral, el hombre que no•co.nserva laluz de su razon, sing
para entender con tnas certeia


• quien es su enemigo, para pro-
veerse de las arenas was homicidas y Ora moverse it la vengatr
za con Odios mas agudos.


603. En esta sociedadAlegradada que poder tendril la na-
turaleza para formar la nnidad, la concordia, la obediencia?
De las dos grandes palancas por las que el hombre se mueve
(derecho é interes), solo le ha quedado una cola, y esta .es la
itltima. Aqui intents que siembra cizafia en las familias, y
que el Catolicismo intent6 extirpar del genero litimano, es ab-
sorbido como elemento,de unidad por el espiritu moderno. Y
hay quien sin embargo espera de este elemento ciego y mate-
rial elprodigio de Orden,moral de una sociedad ordenada! Se
escluye de la humanidad el element° °specific°, su razon, su
conciencia, tin derecho reconocido por todos, una autoridad
benefica para todos, un deber para todos inviolable, y con este
ca d v.er ,te . esp era el Progreso!


§ III.


CONCLUSION,.


604. Demos tocado hasta aqui una de las llagas was won-
tales (..!e los modernos sistemas representativos. Permitaseme
alioraque aqui en to presencia emplace ante el tribunal de to
imparcialidad las fragiles teorias y las venenosas invectivas de
los que noludiendo hacernos perder el seso en la necia admira-
cion (le los esperimentos con que de tantos aims a esta parte
Van torturando la sociedad euitpea, siempre tan predigos en
promesas, como esteriles en utilidad, no cesan de acusarnos de
osettrartlispio y de servVistno. Si vosotros todos los que sacan-




514 PRINCIPIOS TE6DICOS
do de la cartera la constitution-modelo, la idea platOnica
de un pueblo bien gobernado, Ia tirais cara de la fecunda
naturaleza,. condenandola a esterilidad perpetua, pues no es
poderosa, decis, a producir jamas ninguna otra sociedad fuera
de vuestro Estado y delos tres poderes (1), y del Rey que rei-
ns y no gobierna, y del sitbdito soberano, y del veto que no
veda, y de los representantes que nada representan, venid y
decidnos con desusada franqueza, cual de las proposiciones
siguientes, cuyo sabor anti-catOlico es la mas perfecta combi-
nacion de vuestros estatutos a los ojos de quienes tienen en
mas la fe que el interes. cual digo de estas proposiciones ne-
gals, 6 mas bien cual de ellas podeis negar Idgicamente CON-
FORMS A VSESTROS PRINCIPIOS.


605. El pensalniento humano es naturahnente indepen-
diente de toda autoridad sobre la tierra.


Debe guiarse en su independencia por el sentimiento de su
naturaleza.


La tendencia de su naturaleza es a la felicidad, que consiste
en sentir placer.


Para alcanzar este fin tiene el derecho y el deber de hacer
use de sus fuerzas.


Solo con este fin ha entrado en sociedad.
Solo para este fin elige los gobernantes.
Si estos gobernantes no le hacen feliz tiene el derecho de


deponerlos.
Estos gobernantes deben atender a su propio interes, 6 sea


a procurarse deleites.
El placer 6 el interes de los gobernantes no es el placer 6 el


interes de los SOliditos.
Los sithditos deben envidiarlo y anhelarlo.
La sociedad no es, pues, otra cosa que una lucha o antago-


(I) ' Para que fuesen ó se tuviesen por verdaderamente garan-
tidos (los bienes del pueblo) habrias debido ocuparos en hacer un
descubrimiento, esto es encontrat en las condiciones presentes de
los Estados una cosa mejor que un Estatuto; pero os advertimos
lament° que gastariais mejor el tiempo en buscar la piedra filosofal.'
(V. Miscellanea di Firenze, it constituzionale pontificio, pag 211.)


DE LOS GOBIEltNOS LIBERALES. 515
nismorperpetuo de dos intereses, el interes del (pie goza, corn-
batido del interes del que quiere gozar, y par consiguiente
segun Ia espresion de IIelvecio “ el arte del gobierno consiste
exclusivamente en trasegar el dinero (medio de gout) de la
bolsa de los sitbditos al erario de los gobernantesd)


Si: nieguen estos reformadores la que mas les agrade de
estas proposiciones en el sentido quo hemos esplicado, y en-
tonces podran decirnos (pie la aversion profesada por grandes
pensadores catelicos a sus Estatutos-modelos, race de la vile-
za de inimos serviles, del olvido de los intereses del pueblo,
de conjuraciones tramadas al pie de los altares y de los
tronos.


606. 0 si la bilaza de esas dote proposiciones les parecie•
se mal, demuöstrennos lo e,ontrario de una de las tres siguien-
tes. “ La conciencia es por naturaleza el principal motor en el
gobierno de la sociedad:


«El protestantistno, con la independencia intelectual y moral
pace imposible la unidad pitblica de Ia conciencia social:


((Los estatutos modernos adoptan la independencia intelec-
tual y moral del protestantismo con la libertad de su palica
espresion.»


607. Demuestrennos, digo, lo contrario de una de estas
tres proposiciones que acusan a sus estatutos, y tendrin en-
tonces algana apariencia de buena re, cuando nog acusan de
oponernos a la generalidad de los principes y a la felicidad
de los pueblos. Pero mientras dichas proposiciones sean incon-
cusas y evidentes, no podran taparnos a nosotros la boca, ni
cerrar los oidos de los italianos. Este amado pueblo catOlico
a quien un torbellino de invectivas y blasfemias lanzadas
contra el Catolicismo, bajo la egida de los nuevos estatutos, no
pudo arrancar del corazon la planta vigorosa de la fe heredada
de sus abuelos, y aun rejuvenecida y avivada por el torrente
de lagrimas y de sangre que vuestras doctrinas sacaron de
los ojos y de las venas: este pueblo de verdaderos hertnanos ,
pues fueron hermanados por la caridad de un Dios: este pue-
blo verdaderamente asociado, como inspirado que fue.unarti-
memento por la conciencia de una sola IC y una sola ley: este




100


516 PRINCIP10S TE6RICOS
pueblo no confundira jamas con la \item de la adulation Ia
voz del que despojado a imitation de sti Dios (le cuando tenia
en la tierra, y sin pedirle ni carteras, ni pesetas, sin esperar
nada ni de principes ni de pueblos, le intima francamente las
verdades catedicas y sostiene la inviolabilidad de todo Gobier-
no legitimo, cualquiera quo sea su forma.


Y si con argumentos indultitables y con la historia en la
man° debemos . decirles que en los Gobiernos ilegitimos y
veces pasta en los legitimos el aliento protestante ha introdu-
cido hoy un element° de disolucion quo habra de conmover
y alligir aun al pueblo mils feliz si;busca con las fuerzas natu-
rates al traves de perpetuas rebetiones un Gobierno perfecto y
beatifico, lejos de atribuir a aversion et servilismo la expre-
sion de verdades tan tremendas, solo deberà considerar en ella
la razon de un hecho, de que ha sido victims y el amor de
quien le compadece y quiere su salud. Ilustrado, pues, v for-
talecido abjurarit por Ultimo aquella independencia y aquel
naturalismo, que falseando toda conciencia y todo derecho,
acaba con .toda confianza en Ia moral y en la autoridad y redu-
ce a un pueblo desventurado, privado de fe en la otra vida Ai
pedir :1 la naturaleza, lo quo esta no puede darle. a exigir un
Gobierno perfecto, una felicidad terrena, donde nada haya que
sufrir, y exigirla perpetuamente coil nuevas tantativa.; (le tras-
tornos perennes, en que se saca en claro que los quo gozan
quieren conservar, los que padecen There desposeerlo.


'Pal es el principio que los pueblos deberrin abjurar tarde 6
temprano, si quieren recuperar aquella tranquilidad paciente,
sin la que no hay gobierno posible sobre la tierra. Pero mien-
tras se maquina pretendiendo absolutamente la perfection en
ella, sin querer conocer la corrupcion é impotencia de nues-
tra naturaleza, A la que se pide un organismo de gobierno per-
fecto, 2, cuiles serAn las consecuencias practicas que habrAn de
seguirse necesariamente de aqui? Ya las estudiaretnos al anali-
zar en la segunda parte , a la luz de los principios explicados
pasta ahora, Ia sociedad regencrada, sus representantes , sus
gobernan tes.


Tenga siemprepresente el lector estos principios para poder


DE LOS GOBIEDNOS LITIEDALES. 517
comprender en toda su plenitud la evidencia de nuestras de-
ducciones, y evitar aquel error con que mss de uno imputO
la Civilla Cattolica,que defiende estas doctrinas, una hostilidad
facciosa contra todo gobierno representativo y templado. No:
lo repetimos mil veces, y no cesaremos de repetirlo: no somos
partidarios de ninguna forma de Gobierno, sino respetanlos
igualmente la autoridad, ora cilia con la diadema la frente de
un Monarca, ora junte en consejo los prOceres y el pueblo,
hien trasmita la autoridad por lierencia, bien la distribuya por
elecciones y sufragios. que sostenemos es que tin gobier-
no, cualquiera (pie sea, emprende una India fimesta contra Ia
naturaleza y contra Dios , cuando, abolido el senthniento de
natural dependencia del Criador, grita titre todo hombre debe
recobrar la plena autonotnia por derecho inalienable de su
naturaleza ; cuando le exime de todo derecho y aun le erige
en autor del derecho mismo ; cuando le etnancipa de toda
autoridad, derivandola exclusivarnente de la fibre voluntad de
la persona; cuando le, da suelta para que conleta todo linaje


• de licencias bajo el nombre de libertad; cuando lo hace esclavo
de la mentira y le autoriza a conspirar contra la -verdad;
cuando le hace esclavo de la fuerza , concediendo a los mas el
gobierno de la sociedad ; cuando le precipita en el fango de la
corrupcion pritnitiva, despojAndole de todo element° zobrena-
tural, ora en Ia conducta privada, ora ,en el gobierno social; y
le propone como fin una felicidad material, y como medio de
conseguirla un mecanismo sin conciencia.


Si: un gobierno sea el que quiera que abrace y desenvuelva
en toda su lOgica maldad el principio de Ia humana indepen-
dencia, es para nosotros tin gobierno malefic°, un gobierno
heterodoxo, un gobierno abominable. I' pues en este sentido
se da boy el nombre de modernas a las ideas liberates, por
maleficos, heterodoxos y abotninables juzgamos y prontmcia-.
n(Loass.altamente todos los gobiernos que ponen por obra tales


Y si al examen de los gobiernos representativos hemos de-
dicado mas especialmente estas piginas, solo ha sido porque
sobre ellos fuirnos consultados,y porque la mayor parte de sus





518 pruNcirms TEORICOS
fautores contemporimeos pollen su caracter esencial en la
INDEPENDENCIA PIIIMITI VA cuyas consecuencias hemos exHinina-
do. Renuncien los liberates a esta funesta teoria, dejette
proclarnar que la TaZOII es independiente de la revelaCon, el
estado de la Iglesia, los fetes del Pontifice, la prensa de la
verdad catOlica; concedan a un Dios que hable por h ca de
su Vicario el dereclio de hacerse oir de toda sociedad hurna-
na: cesen sobre todo de decirnos que el -caracter propio fie sus
gobiernos favoritos y su valor inimitable consiste cabalitente
en esta emancipation heterodoxa; y entonces pondrento ter-
mino a la guerra contra los ACTUALES sistemas represcntati-
vos. Depurados los cuales de la gangrena que los consurLe, de-
jarAn de represvtar en Europa el vergonzoso .espectAculi que
iremos sucesivamente exponiendo, del cual hemos sido spec-
tadores por espacio de sesenta afros, y ahora hate cina que
somos en Italia, no solo actores, sino victimas.


CAPITCLO X.


LA DIVISION DE LOS PODEIIES.


§. I.


Demolicion




608. Pero antes de poner mano en estas aplicaciones que-
(la todavia U n principio universal que nuestros regeneradores
presuponen como infalible y que se ha hecho celebre entre sus
publicistas, bajo el nombre de division de los poderes: y habien-
do querido hacerse reinar en todas las sociedades regeneradas
por ellos, vieronse primer() obligados a destruir todas las ins-
tituciones existentes. Veantos pricticamente como debi6 esto
acaecer en fuerza de aquel principio de independencia que
forma , como hemos dicho, el espiritu vivificador del -espiritu
regenerador A la moderna: y comprenderemos que admitido
el principio, la destruction de las instituciones antiguas era
inevitable; y para restaurar la sociedad bajo otras formas fue
cosa naturalisima recurrir A la division de los poderes, y no
menos natural que semejante division no obtuviese ninguna de
las ventajas que los regeneradores habian prometido con im-
provida franqueza y en tono de OTaCU10.


TOMO 1. o4




520 PRINCIP1OS TE6R1COS
Para esto tornemos con el pensamiento a las doctrinas es-


plicadas Basta aqui , siguiendolas en su encadenamiento
lOgico.


609. Ya vimos A la idea protestante gerrninar en los en-
tendimientos y producir el fornes de toda discordia, el dere-
cho inalienable de libre discusion ; ya Ia vimos agitarse en los
cerebros reformados y engendrar la esperanza en un paraiso
terrenal, en un Eldorado cuyo logro por los medios natura-
les es tan seguro, cuanta es Ia seguridad de que no tallan los
designios de la naturaleza: de estos jardines encaritados baj6
la idea protestante a la voluntad despertando en esta potencia
el inquieto anhelo por alcanzarlos y moviendola hAcia este
lin con un impetu tanto mss frenetic°, cuanto era mayor la
certeza de haber recibido este impulso de la madre naturaleza.
Queremos un Goblerno"que nos Naga gritaron las mu-
chedumbres irritadas por la sed de gozar: el bien es cierto,
los medios infalibles , irresistible el impulso: no podian ser
mAs favorables los auspicios. Venga, pues, la idea protestan-
te a informal' los sistemas concretos del mundo politico, y
ponga de manifiesto a los ojos del mundo que no habia necesi-
dad de un Dios Iledentor para conducirnos a la felicidad. Tal
es el espectaculo que voy A ofrecerte en este capitulo, lector
amigo; donde has de ver a la idea protestante destruir will-
guallas, dividir poderes y equilibrarlos. iY con que resulta,
do? A to buen juicio dejo apreciar el valor de esta idea trete-
ram.


610. Digo la idea, porque aunque vamos ii entrar en el
Campo de los hechos, con todo el que ahora contemplamos
es obra de este 6 aquel individtto, sino aplicacion de la itlea
que informa todas las cabezas reformadas y reformadoras.
Asi como la idea cristiana sembrada por el Verbo eterno en
las facultades humanas fue causa de la perpetua maravillosa
fermentation que no cesarA de abrigar A las masas mientras
permanezcan en contacto con la levadura, y esto sin que los
primeros apOstoles conocieran naturalmente nuestro presente
estado, y sin que nosotros conozcamos el de nuestros descen-
dientes; asi tambien sin saberlo los primeros protestantes, sa.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


521
idea rebelde .trabajO el mundo que vemos, y sin saberlo hues-
tros reformadoras continuard trabajando, si no muere, el 'nun,
do nuevo, del que los-sueilos de Condorcet, de Saint. Simon, de
Fourier y Luis Blanc son lisongeras anamorfosis.


Diego esta idea, este principio de independencia con los
aforismos inmediatamente engendrados por 61 en el entendi-
miento y en el corazon, es Ia que ha emprendido la empresa
regeneradora y formado en el vasto Campo de la Europa civili-
zada las sociedades liberalizadas.


611. Pero, tlitride, oh cielos, pondrA ella su mano cuando
toda Europa esta cubierta de antietallas de aquella sociedad
gritica , que cree que el hombre depende pot' naturaleza?
Cierto esclue despues de tres siglos de declarnaciones contra
la esclaVitud caldlica ciertos refOrmadores comienzan it caer
en la cuenta de que-aquella rue la gran era de libertad , y que
la esclavitud comenz6 cabalmente en el aiio de 1815 en que
comenzaron it pulular las constituciones en Europa ; pero es-
tas anomalias no deben impedir que se aproveche toda co-
yuntura para seguir declamando contra el espiritu servil (le
la sociedad catelica. Caiga, pues, la esclava A los golpes de
sit enemiga , y sean rotos los vinculos del entendimiento hit-
mano donde quiera que la reforma se siente en cAtedras y
tronos.


612. Pero ya comprendertis, amigo lector, que el grado- de
independencia puede corresponder a tres clases -de naciones 6
sociedades: las unas dominadas con mano de hierro por algun
ingenio prepotente solo oiran las pocas silabas de aquel grito,
que el orgulloso dominador se ha servido dejar pasar: y bien
podria acontecer en-:estas naciones que del viva la indepen-
dencia que resuena 'en la Corte, gracias A los serviles„orActilos
de Ia teologia aduladora, no quedasen para use del pueblo sino
las cuatro riltimas silabas. El despota que en tales naciones
haya puesto buen semblante A la idea reformists..... rebatira
con su lerreo guante su derecho inalienable de independencia
individual, ó invadiendo el santuario donde un dia se inclina.
ba la dependencia , mantendrA tenazmente en todas las otras
partes el antiguo Orden de cosas. Es to es, como todos saben,




4to


522 PRViCIPIOS TEORICOS
(a historia de la reforma en Inglaterra , en Prusia, en Suiza y
en todos los pequeims Estados germAnicos donde la teologia
protestante arrodillada en el infimo grado del sell°, harto vi-
goroso para vacilar al primer sacudirniento, en actitud modes-
ta, con las manos cruzatlas sobre el pecho y con voz blanda y
sumisa


«Que parecia A Gabriel diciendo Ave,»
declarOse por huntildisima sierva del principado civil. Lee si
quieres las devotas zalemas de Lutero A Federico de Sajonia, y
de sus teelogos al Landgrave de Hesse, y despues, por Orden
sucesivo, las reverencias de los Crammer, de los Sarpi, de los
Grocio, de los Puffendorf, de los Bolemero, de los Tomasi y
de tantos Febronios y Giannoni que con nombre de catelicos
hicieron politica protestante, todos los que veras a los pies
de su Senor contemplando en extasis beatific° la majestad de
su independencia, teniendose por dichosos con los elluvios de
oro y de prebendas que se derramaban de la diadema del idolo
satisfecho. , En eStos paises la idea protestante solo podia tra-
bajar a medias; y detenidndose en la mitad del camino, acos •
turnbrO A Ia multitud y a los sabios a discurrir sin legica (1)
y A vivir en la estupida indiferencia consiguiente A semejante
estado intelectual.


615. Alas luego que, 6 encontre nun multitud ya madura
para recibir sus principios, como entre los paisanos de Ale-
mania, pudo con lenta elaboration disponer los enten-
dirnientos para el mismo tin, como en Francia, obteniendo
sagazmente nada Inas que la libre discusion, ;oh! entonces si
que acelere su obra y pudo con un soplo derribar todo el edi-
licio precedente. -«Eres independiente, dijo al pueblo, tienes
derecho A ser feliz; y si la sociedad antigua deja que corra en-
tre vosotros una lagrima, sugobierno es injusto0 ilegitimo, y
la insurrection el Inds sagrado de los deberes.» Aqui, pues,
se allane el terreno en un segundo, y la idea protestante pudo
volver A su tarea de levantar el edilicio de la sociedad desde
sus cimientos.


(1) Vase lo que dijimos sobre la prensa en Inglaterra g
America, cap. 6, S 1.


Di LOS GOBIERNOS LISERALES.
523


614. Hay otra condition de pueblos, donde el principio
protestante, batido perpetuamente por la idea catOlica predo-
minante, tropezO al saltar la barrera no ya en las bayonetas,
sino en la fe, y aun en la Inquisition y aqui el golpe fue po-
deroso para qui tarle toda esperanza. Transtormado entonces
en rilosofia, en idantropia,:en jansenismo-, . en economic, ell
razon de Estado, en htonanidad liberal, en espiritu national
y en mil otras mascaras hien conocidas, trabaie por espacio de
tres siglos al pobre pueblo (al italiano por ejemplo), aunque
con tan mala ventura que despues de largos ensayos viendose
prOxima a caer decrepita en Inglaterra, A evaporarse en abs-
tracciones metafisicas en Alemania, a verse echada por horror
en la Francia desangrada, comenzaba ya A perder toda espe-
ranza de }lacer conquistas en Italia, donde los pueblos fieles
percibian al través de esas mascaras el hedor de la peste, y
mal persuadidos, de los inalienables derechos continuaban ve-
nerando con gOtica probidad los derechos que cab antiquo cor-
respondian A sus pastores, a las dinastias de sus Principes,
A los feudos de sus patricios, a las colonias de sus poseedo-
res, A la santidad de sus matrimonios y hasta A la liberty'
de sus mendigos. ;Mira la esperanza que tenian de retormar
Italia!


615. Afortunadamente para la reforma un espatriado muy
devoto de ella le revelO el secret() de reformar la Italia. «En
los grandes paises, dijo Mazzini, se (lobe proceder A la rege-
neration por medio del pueblo; mils en el vuestro por medio
de los Principes; es menester procurar quo pongan manos en
la obra, lo cual es tacit. El Papa se adelantarA en las refor-
mas por principio y por necesidad; el Rey del Piamonte por
Ia idea de Ia Corolla de Italia; el gran duple de Toscana por
inclination é imitation; el Rey de Napoles por la fuerza: y los
pequefios Principes tendrAn que pensar en cosas que no sears
reformas. El pueblo, A quien da la Constitucion el derecho de
exigir, puede hablar alto, y en caso necesario imponer su vo-
luntad con s6diciones; mils el quo todavia vive en la esclavi-
ttid, no puede hacer mils que cantar sus necesidades,' re-
nnir las masas, comunicar espansion A las ideas, dar al pue-




524Ptos TEORICOS
blo el sentimiento de su fuerza y bacerlo exigente


616. Cualquiera pre este practico en esta jerga, la volverà
ficilmente en boon castellano con la formula siguiente: ((En
aquelios paises donde los entendimientos protestaron ye, no
es necesario el concurso de los principes, porque la doctrina
del pueblo .soberano concede el derecho de pronunciarse: pero
en los paises catOlicos, y especialmente en Italia, donde la se-
dicion es un delito no solo contra el Estado, sino tambien contra
la conciencia, se debe proceder d la regeneration por mediotle
los principes, y con su licencia reunir masas de hombres dig-
nos de TODA CLASH DE OPINIONES; asi fructificartin las ideas, el
pueblo se hard exigente y tentlrd el sentimiento de sus fuer-
pas pal'a lograr sus exigeneias.» Claraniente ve aqui, lec-
tor amigo, pie el procedimjento sugerido por este Pontifice es
el mismo exactamente que antes expres6, derivandolo del
principio mismo de Ia reforma; emancipadas Codas las opinio-
nes, surge la idea protestante de la independencia y esta
exige la felicidad yaprende a conseguirla con la fuerza. Todo
lo coal se ha visto practicado en medio del torbellino italiano,
compendiandose en Ia formula «el pueblo soberano» insertada
de un modo mas 6 menos esplicito en toda constitucion se-
glar por aquellos afiliados que cotnprendiendo la fuerza de
esa espresion dictaban los estatutos italianos, presentandolos
despues 0 la firma de sus monarcas, y abusando de esta suerte
traidoramente de su confianza y lealtad.


617. Proferido el terrible juramento por el Principe y
el pueblo, consumose virtualmente la ruina aun en Italia,
pues solo faltaba el tiempo para consumarla efectivarnente:
los triunviratos de Roma y de Floiencia fueron mas resueltos,
en Sicilia la falta de madurez del pueblo indujo a tomar una
mascara a la normanda, en Napoles bubo la desgracia de
tropezar cuando se corria a rienda suelta; en un ejercito fief, en
el Piamonte la natural moderacion, el afecto a la dinastia su-


el) Lettera agli amici d,Italia,1848, inserta en Ia pc-
1)04/ea italiana del esclarecido Audisio, CanOnigo de San Pedro y
profesor de derecho natural en la Sapienza.


DE LOS GOBIERNOS LIDERALES. 525
balpina, la sinceridad catOlica del liberalismo patricio, la ne-
cesidad de respetar un Orden cualquiera para no descaecer en
la guerra lombarda, y sObre todo on sentimiento practico y
profundo de catolicismo infiltrado en la vida domestica, contu-
vieron aquel punado de alhorotadores que:chillaban en las de-
mostraciones sin poder comunicar su delirio a las muebedum-
bres sensatas, y con la lentitud salvose la idea protestante. de
la execration de los pueblos y del esterminio de una reaccion.
De esta suerte pudo continuar su elaboration secreta en los
entendimientos y en los corazones, Ms en cambio bubo de
verse delante de las instituciones catOlicas y probar la dureza
de su resistencia y la firmeza de sus fundamentos mas de lo
que esperaban los regeneradores. Pero dejadle el tiempo, pie en
materia de destrucciones muy maestro; y tin dia antes 6 un dia
despues el aerea del nuevo edificio se hallara libre de escom-
bros y la idea protestante, embriagadas las turbas con su li-
bertad y potencia individual, podra comenzar a reconstruir.


§ II.


DIFIGULTAO DE CONSTBU,R.


618. Pero mi6ntras se aprestan al trabajo los arquitectos,
detente aqui conmigo, lector benevolo , para formai' una idea
exacta de las dificultades que tienen que veneer. Asi solemos
bacerlo en toda empresa colosal, coal la del timel, 6 el Puen-
te de Bangor. Tambien en estas obras se admira la impor-
tancia de ellas , las proporciones del piano, lo esquisito del
trabajo, la elegancia de las forms, etc.; pero el primero , el
grande objeto de la admiration, es siempre la dificultad supe-
rada en la Iucha contra la naturaleza.


619. Ahora hien , Lrual es la gran dificultad que sale al
encuentro del que eclia por sierra las sociedades antiguas
para construir las sociedades nuevas? A mi juicio la gran difi-




526 PRINCIPIOS TEORICOS
cultad, bien conocida del tal y a rnenudo presentada a nues-
tra atenci.on es esta, que fabrican sin argamasa , y de esta
suerte todo el nuevo edificio tiene que levantarse y sostener-
se poi- la viand del contrapeso. Comprendes ahora bien en
que esta la pericia de estos arquitectos? Los arquitectos de
Babel, al decir de algunos estaban dotados de una sahiduria
sobrehumana , procedeute de la revelation primitiva; mas
con todo esto, no creyeron eterno su edificio, sin argamasa, y
a la cal que alli andaba e'scasa 6 prevalecia poco tiempo con-
tra la intemperie. sustituyeron el betun; pero nuestros arqui-
tectos por el contrario leVantaran la nueva torre de Babel, y Ia
torre desafiara los siglos sin necesidad de argamasa.


620. zQue mezcla es la que englutina a los hombres en so-
ciedad? Ya otra vez nos lo dijo Tulio; los hombres son congre-
gados en sociedad por el derecho: Ccetus hominum jure so-
ciatus (1).


Ahora bien, nuestros regeneradores han abolido todo derecho
preexistente, han excitado al pueblo a quemar los idolos que
adorn: derechos dinasticos, eclesiasticos, sertoriales, privile-
giados, internacionales, municipales, todo caye en nornbre de
la igualdad a los pies de la soberania popular, a la que reve-
rentemente fuê dicho: ,,Lo quo ti stares, serd atado; lo quo
lti desatares, sera desatado.» Todo derecho cayO, plies, por
prtncipios y de hecho.


621. No basta: la independencia de los entendimientos ha-
ciendo imposible toda unidad de juicios ha cortado por la raiz
hasta el germen, hasta la posibilidad de un derecho futuro (2).
Sin derecho, pues, sin argamasa tiene que levantarse el edifi-
cio de la sociedad regenerada.


Parece, caro lector, quo me miras con aire de quien vaci-
la ..... ;,Te se olrece acaso alg.iina dificultad?


622. Lector. Me parece en efecto- demasiado universal
vuestra afirmacion. Es muy cierto que todo derecho debe ce-
der al juicio de la nacion: más cabalmente por esto la nation


(1) Cap. I, miry). 71.
(2) 'ease el cap. I, mini. 2. •


DE LOS GODIERNOS LIBERALES. 527
misma es la fuente del derecho, Y aim digiunoslo mejor, es su
interprete: Inas el derecho que en realidad nos liga es la eter-
na ley de justicia , ante la cual se humilla todo entendi-
miento.


Au(or. De veras? Pues siento haber puesto en tu , boca
una contradiction, que desapruebas tanto como yo. No obs-
tante perrniteme que sign platicando contigo como si fueses lino
de aquellos benditos, que no faltan en Ia sociedad. Volvamos,
pues, a nuestra idea. Decia que tu objecion es una contradic-
tion: quieres ver la prueba? La objecion dice que no faltaria
gluten a la sociedad nueva porque la nacion es interprete del
derecho, el cual dimana de la ley eterna. Mas ;que hara el in-
terprete para hablar? Crees tit que la nacion abrira veinticua-
tro millones de bocas, pronunciando todas la misma formula
como los cantantes en el Ririe de Mozart?


L. Tales simplezas me excitan la bilis: bien lo sabeis vos,
en toda comunidad basta la pluralidad de votos.


62'5. A. Pero dime, por tit villa, esta pluralidad es siem-
pre constante, Ile' a las mismas ideas? iNo puede acaecer que
la pluralidad asegure que pueden violarse los Concordatos y
el alto que viene mudados los consejos ó los intereses 15 las
personas, declare inviolables los Concordatos mlsmos?


L. Lo contieso candidamente, vuestra razon me convence.
Pero ella solo prueba que el derecho en las sociedades
nas no nace de una ley eterna é immutable: aunque no es menos
cierto por esto que siempre habra un derecho reconocido que
sea el wield() de la pluralidad. Aqui teneis, pues, aunque me-
nos consistente la argamasa para el nuevo edificio.


A. 14h, taro lector, que argamasa tan tnezquina! Tit crees
haber dado con la argamasa, y lo que has encontrado es aqua
pura. ;,Quieres verlo?


L. Yeamoslo: el caso es curioso.
624. A. ;,Due es to que tit aspiras a juntar con tu arga-


masa?
L. Quiero juntar los ciudadanos en sociedad.
A. Pero explicate bien , porque la metafora del edificio es


a prueba de martini). Cuando el albaitil hare la mezcla, pe-




I
528 PRIIGIPIOS TE6111c OS


nela entre dos piedras diversas porque tome que o el impulso
de las bOvedas, o el agua que cae de un terrado, 6 un golpe, 6
un terremoto separe las piedras del edificio; si este fuese todo
de una pieza, como una columna, una architrave , 6 un mo-
nolito. cualquiera, seria ridicule hacer uso de la cal. i A que
uso, piles, has destinado tu cal en el edificio social que pien-
sas construir? iA congregar a los quo estan unidos, 6 A los que
estan separados? Una sociedad honesta y rational cleberA tener
lo mismo que el individuo una norma cierta, recta y constan-
ts en su action; de otra suerte todo sera desOrden, moral é
intereses, justicia y politica. Ahora hien, para lograr esta
constancia, ,como podra servir el gluten de la pluralidad?


L. Uniendo los ciudadanos debajo de Ia ley.
625. A. Pero, lcuales ciudadanos? vuelvo a decir: la plu-


ralidad concorde? pero estos ya lorman todos una pieza, ya es-
tan concordes en querer la ley; y por tanto la mezcla es aqui
iniitil.


L. Enhoralmena, pero el derecho obligara a los renitentes.
A, derecho obligarA? Por Dios no confundamos los ter-


minos: una cosa es el derecho que obltga, v otra la fuerza
que sujela. Si me dices que la pluralidad podra someter con
la fuerza, toda la razor esta de tu parte, y yo to doy las gra-
cias, porque me ahorras el trabajo de demostrartelo, y atm-
que porque me proporcionas una de las habituales diversiones
A que ya otra vez nos convidaba aquel pobre estatuario, de
cuyas manos salia siempre lo contrario de lo quo se habia
propuesto hacer, y henos aqui cabalmente en el caso mismo
de la idea protestante, que mientras se esta aniquilando por
crear el derecho con quo encadenar la fuerza, en llegando,
pie llega a su termino, advierte que ha creado la fuerza con
que se encadena al derecho.


Mas si entiendes que la pluralidad obligue realmente con
aquella fuerza moral que encadena las conciencias honestas y
les itnpide oponerse, i oh! este derecho, esta liga no la has
cncontrado ciertamente. Y si no, ye girando un poco por los
bancos de la minoria apenas es volada la ley; atiende a 10
que en ella se dice y oirits pie ya estan preparandose a tomar


DE LOS GOBIERNOS LIBERA LES. 529
el desquite. Y iquien sabe si algun pecho generoso no protes-
ta altamente de que este decreto es contrario a la conciencia,
a aqueha conciencia a cuya libertad hace la idea protestante
tan humildisima reverencia?


(11.16 to parece, lector amigo, de este medio, hueno sola-
mente para unir a los que ya estin unidos; pero inntil para
congregar a los disidentes? ;,No to parece pie es exacta-
mente como aquel heroe que,asesinaba A los hombres despues
de muertos? LPuedes negar que en vez de argareasa hemos en-
contrado agua clara? Buscando el derecho hemos ballade la
fuerza, y con la fuerza sujetamos a los hombres contra el dic-
tAmen de la conciencia, cabalmente cuando nos lisonjeAbamos
de haber promulgado la libertad de conciencia! La empresa,


que se disponen a acometer los nuevos arquitectos, es-
ta, pues, como Antes dije, toda ella formada pot . via de con-
trapeso, como jamas se form6 obra ninguna, sin mezcla alguna
de cal, y sin clavos ni cadenas.


626. Deseaba vivamente hacertelo asi notar, no solo para
que tributes despues a esta obra maestra elogios proporciona-
dos a las dificultades vencidas, sino tambien porque no taigas
en un error en que otros cayeron per inadvertencia, semejan-
tes a aquel autor de una leyenda de la Edad Media que con-
templando y refiriendo con mils devotion que talento el mar-
tirio de San Dionisio, decia que habiendo sido decapitado el
Santo Obispo, tome prodigiosamente con las manos la cabeza,
y llevandola por espacio de treinta pasos al lugar donde queria
ser sepultado, tornOse a arrodillar, y antes de poner en el sue-
lo la cabeza, la hese reverentemente. No se acordabael buen
cronista que el Santo decapitado no tenia otra boca con que
besar sino la de la cabeza cortada.


627. Ahora Nen; en nuestros tiempos no faltan cronistas
que, acostumbrados como estan a ver hombres con cabeza y
cabeza con cerebro, y en el cerebro las ideas de un derecho
obligatorio, formado por Ia naturaleza y la revelation en vir-
tud del principio catOlico de dependencia, todavia despues de
haber cortado esta cabeza continuan haciendo trabajar a los
hombres como aun Ia tuviesen sobre los hombros. Este


rfr





550 PRINCIPIOS TEORICOS
ViCi0 es antiguo; pues desde los primerosafios de la Reforma,
no solo Melancton, y Erasmo, y Carlostadio, sino hasta el mis-
mo Patriarca de la independencia, fray Martin Lutero, despues
de haber pregonado con voces estentereas la independencia de
todo cerebro y de toda lengua, se asombraba despues y !amen-
taba que hubiese tantos y tantos que ya no quisieran depen-
der. Asi tambien oirAs mil veces A.ciertos moderados de bue-
na fe que pisotearon los juramentos prestados a los gobiernos
antiguos, mravillarse de que no se constituya derecho para
con los modernos; y al paso que defienden a los violadores de
los Concordatos jurados ante una autoridad superior, admiran-
se de que un Principe suspenda una ley publicada con su pro-
pia autoridad: y despues de haber dicho al pueblo que el es el




Senor maravillanse de que no guarde respeto o fe
la sabiduria de sus moderadores,


Nosotros por to menos, lector benevolo, permanezcamos fir-
mes en nuestra hipOtesis; y pues hemos decapitado la sociedad
no demos en referii- el cuento de que esta se arrodilla para
besar su propia cabeza. Sin derecho , sin mezcla alguna debe
construirse el nuevo edificio social: apartemonos un momento
Para dejar fibre el cameo A la obra de regeneration.


§ III.


DIVISION DE LOS PODEIIES.


628. Son caidas ya las preocupaciones ; todo individuo es
independiente, tiene derecho a la felicidad , tiene derecho
emplear sus fuerzas segun le dicte su razon para satisfacer su
naturaleza. Pero sus fuerzas son limitadas ante veinte o trein-
ta millones de ciudadanos, y podria ser aplastado por tamafia
mole. Afortunadamente para 01 asi como recibie de la natura-
leza el instinto social, asi tambien reciln6 el derecho de aso-
ciarse libremente, pues la sociedad no es otra cosa , que el


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 551
medio de obtener con algun sacrificio la delensa universal del
interes propio do cada individuo.


629. Siendo libres para defender los intereses por medio
de la asociacion, claramente se ye, que habremos de asociar-
nos con intereses congeneres y la sociedad universal se con-
vertirA en una arena de tantos gladiadores cuantos sean los in-
tereses; lo cual causaria la ruina de muchos y la satisfaction
acaso de ninguno. ConvendrA, pues, que nos pongamos de
acuerdo y que formemos un gobierno en donde representa-
dos todos los intereses y equilibrados por via de contraste los
poderes, la tirania se Naga imposible, el Orden inviolable, la
felicidad indelinida. Exarninemos este primer fundament° de
la nueva fibrica inangurada por la idea protestante: repre-
SeillaGiOn de todos los intereses, equilibrio de los poderes; y
comencemos por este Ultimo.


630, LQue quiere decir poder? Aqui se toms genericamen-
te corno una funcion de la autoridad. “ Si la autoridad, decia
el orilculo de los modernos publicistas, llamado el espiritu de
las leyes, si la autoridad de tracer la ley, de conseguir su eje-
cucion, de juzgar sus infracciones, se personifica en un solo
individuo fisico 6 moral, aunque sea en un pais republicano,
como Venecia, por ejemplo, no puede haber libertad.), Rasta
aqui son palabras de Montesquieu (1): y el • orAculo solemne
fuê escuchado con docilidail mas edificante que lOgica por to-
dos los espiritus •ndependientes, los cuales todavia siguen re-
pitiendolo con ciega obediencia. Si tir, amado lector, tienes una
fe tan viva en aquel suer() voltimen objeto de mofa para Vol-
taire, y que provoc6 a nauseasa Itomagnosi, sera forzoso que yo
me calle, no sea que me entierren bajo la ceniza de un auto
de fd. Pero si se me concede la libre discusion, to confieso que
el oriculo se me causa tanta risa en sus supuestos, como en sus
aplicaeiones.


631. iQue no se dd libertad donde los tres poderes estein


(4) Dans les republiques de Italic ou ces pouvoirs sont reunis,
la liberte se &olive moins vie dans nos monarchies. Espr. Des
Lois, lib. XI, cap. 6.




552 PRINCIPIOS TEORICOS
unidos! Luego en la familia no se (la libertad. Si, lector mio: el
primer elemento y germen de toda sociedad, la obrd maestra
inmediata del Criador, el asilo de los afectos mas suaves, la
seguridad de los aftos mas debiles, la paz de las comunicacio-
nes mas intimas, el consuelo de todo trabajo y de todo Ilanto,
la sociedad modelo es una esclavitud; y los nombres que un
dia fiteron espresioll de lo que hay mas dunce sobre la tierra,
los nombres de padre, hijos, esposa, son comprendidos por
Montesquieu en Lula sofa palabra: despotismo, absolutismo ar-
bitrariedad.


652 L. zQue delirio, clue ridicula blasfemia, pie confu-
sion de ideas? iQuerer comparar el poder absoluto de un Prin-
cipe con el potter absoluto de un padre? Pues no veis, santo
varon, que el absolutismo paterno es manejado por un corazon
de padre, y que no puede darse una garantia mejor que esta
del buen use de esta autoridad natural.


A. L De veras? por to vida, lector mio, dices esto con ente-
ra advertencia y convencimiento ? repite, suplicote por favor
que repitas este ultimo sentimiento.


—El absolutismo paterno es manejado por un corazon de
padre y no puede darse una garantia mejor que esta del buen
use de esta autoridad natural.


633. Oh, menos man! Estas verdades de sentido comun
me confortan en media de tantas especies con que los refer-
madores expresan los sentimientos .de un corazon desnaturali •
zado. Pero despues de haber asi respirado, continuemos dis-
curriendo.


Si la union de los tres poderes en la familia puede estar
exenta de los abuses del padre con solo sentir este los ins-
tintos de la ternura, en suponiendo la misma ternura en un
Principe, no me negarás que tambien en el puede estar Libre
de abusos la union de los tres poderes.


L. Cierto si fuera posible; pero la suposicion es ridicula.
A. Acaso no tanto como to itnaginas, pues ya en los Prin-


cipes toscanos el Sr. Martinez de la Rosa, y lo que es mas, el
_Estella° de Florencia, reconocieron un despotismo paternal,


DE LOS GOBIERNOS LIBERAI.ES. 555
como lo reconocieron los diputados Josti y Broferio (1) en los
Principes de Saboya, y puedo asegurarte que asimismo hu-
bieran podido reconocerlo no menos paterno en los I3orbones
de Nipoles y en los Emperadores de Austria (2). Mas porque
pudieras replicarme tine estas expresiones no han de tomarse al
pie de la letra, afiadire que si la ternura de un Principe no se
iguala nunca por naturaleza con la ternura de un padre, Lien
puede ser favorecida en el Principe par ottos afectos que en
breve explicare, a los cuales seria insensible el padre. De esta
suerte el efecto seria siempre el mismo , y el poder . con-
centrado enAnanos de lino sOlo, continu gria teniendo un con-
trapeso eficacisimo en el sentimiento y en los afectos.


L. Pero reparad, buen senor, que la dificultad no esta
tanto en querer, como en conocer. Principes buenos tenemos
hate largo tiempo en Italia, y a despecho de todas las filipicas
de nuestros DemOstenes de un sueldo por foja, les desafio a
que me presenten un sOlo tirano en los tres ifflimos siglos de
la historia italiana. Alas quC quereis? Aunque llenos de buenos
deseos, no saben ejecutarlos, y se dejan llevar por los mi-
nistros.


634. Concedo que el hecho en Ciertos casos no puede ne-
garse, mas el remedio confieso (Dente parece curioso. La ex-
trafteza esta a la vista. Se supone que los Principes quieren el
Lien y los ministros el man; y para poner remedio en esto se ha
dicho: AEI !Rey no pueda querer nada, gobiernen los minis-
tros.. iPardiez, quo la medicina es homeopatica! Pero dejemos
esto par ahora, para no salirnos de nuestra ruta, y sigamos ha-
bland° de la division de los poderes. Me concedes que en el
Principe como en el padre puede haber buena voluntad, y que
solo le falta conocer el Bien. Pues ahora dime, lector sincere,
ierees tin que en los padres no falta nunca este conocimiento,
y que las habas y las calabazas se vean ahora privadas de la fa-
cultad de propagarse?


L. Oh, no: pero, i,quien les impide aconsejarse con perso-


(1) Vase L'Amico eattolico, 7 Marzo 1851, pa& 297.(2) Vase a Silvio Pellico, Le mie prigione.


I




534 PRINCIP tOS TE0111 COS
nas de seso querreis comparar con los grandes intereses
de un Estado encomendados al Principe los intereses de la fa-
milia confiados al Padre, el puchero que hierve sobre el foga-
ril y los cuatro palmos de tierra que cultiva?


A. iCuatro palmos de tierra! A esto, pues, solamente,
la azada y al puchero quisieras reducir todas las funciones de
la paternidad! i Mas quien ignora,que el Padre es ministro del
Criador para formar inteligencias para el cielo ? La paterni-
dad, comunicacion la mas sublime sobre la tierra de la ma-
jestad divina; la paternidad que confiere a la patria y a quien
la gobierna todos sus titulos al respeto; la paternidad rethicida
a manejar Ia azada y a volver la olla! Ah si tuvieramos ojos
menos materiales, si no midiósemos la grandeza de los imimos
como medimos la de las hogazas , acaso cornprenderiamos que
si A la ternura paterna y todavia mas a la razon y conciencia del
padre (pues la razon y la conciencia son propiamente su guia),
si a esta garantia tuvo por bien la sabiduria del Criador con-
fiar las inteligencias infantiles tesoro reservado para el cielo
y sin embargo puesto enteramente en manos . del padre sin un
rayo de fuerza ni de razon con que defenderse ; bien pudo
igualmente la misma sabiduria haber confiado al honor, a la
conciencia, a la religion de on Principe un pueblo entero, que
ciertamente no carece de fuerza ni de razon para promover
sus propios intereses , que aun llegan a ser formidables por
la misma gravedad de la masa. faltara en este Principe si es
escaso de laces consejeros officiates y oficiosos , invitados y es-
pontaneos, importunados é impertinentes , capaces é inca-
paces ?


635. Pero veo que nos apartamos del asunto, y podriamos
perder el hilo. Todo lo dicho pasta aqui es redundante, por•
que basta a mi propOsito clue pueda darse una autortdaa ab-
solula conciliable con la libertad, para poder afirmar que es
falso el primer supuesto del tripode politico_ Contra la lOgica
no puede luchar ni aun esta autoridad; y el oraculo de la 16-
gica asegura que las proposiciones universales 6 son verdade-
ras siempre (especialmente cuando se trata de esencias meta-
fisicas) , 6 nada concluyen en los casos particulares , pues Ia


DE LOS GOBIERNOS MURALES.
535


conclusion particular puede versar cabalmente sobre aquella
materia por donde peco la universal. Luego si en el padre
puede darse autoridad absoluta sin pOrdida de Ia libertad do-
inestica; si puede..darse igualmente bajo un Principe honesto
y la proposicion afirmada en su universalidad es falsa y
sus consecuencias no tienen fuerza.


L. Vuestras razones, no puedo negarlo, tienen algun va-
lor; perosiendo, como sois, sincere, espero que me concede-
reis tambien que Ia paternidad de un Principe no puede com-
pararse ni con mucho con la ternura paterna.


A. Te lo conceders, 6 mejor, ya to lo he concedido, siendo
cosa clara, que si no otra razon, por lo menos, el nitmero mis-
mo de personas a quienes abraza la primera 'lace imposible
darles un abrazo muy apretado, piles como dice el proverbio,
el que mucho abarca, poco aprieta. Pero concedeme tit tam-
bien que la ternura, puro instinto fisiolOgico, no es ni la sola
ni la principal garantia de la familia, ni la mas digna del hom-
bre racional. La ternura es en la familia lo que el sabor en los
manjares, un condimento afiadido por la naturaleza para ha-
cer suave el cumplimiento de un deber. l. asi como de la falta
de especias no se sigue que el hombre Maya de morir de ham-
bre, conociendo como conoce y obedece el deber de conser-
varse, asi puede faltar en un padre austero la ternura, sin que
por esto falte a su deber, mientras este deber liable é irnpere
en la conciencia paterna. Ahora bien; ottedes negar que los
Principes, y especialmente los Principes catOlicos, pueden co-
nocer y sentir el (letter en el santuario de la conciencia?


L. ;Oh! esto no lo negare nunca, que en el to ofenderia a la
verdad. Sus mismos enemigos han debido convenir en tal pun-
to: antique no falt6 quien quisiera disrninuir el mOrito de los
Principes atribuyendo la regularidad de sus costurnbres al te-
rror de las imprudencias tipograficas de los Estados circun-
vecinos.


A. Esta Bien: entren si se quiere estos murmuradores en
los santuarios de aquella conciencia (que quieren ver etnanci-
pada) para adivinar sus intenciones. A nosotros nos basta ha-
lter encontrado en ella una garantia para Ia familia civil, ga-


Tomo I. 35




536 FRINCIPIOS TEORICOS
rantia escrita por la misma mano onmipotente que afianz6-
tambien sobre la conciencia los derechos de Ia familia
natural.


Y esta garantia la siente el pueblo tan vivamente, qua a
despecho de todas las teorias constitucionales, y aun bajo el
Estatuto, continita viendo . en el Principe su verdadero gober-
nante como en los tiempos del absolutismo. La observation es
del ilustre orador frances Montalembert (1): «En el poder
ejecutivo se concentra siempre en Ultimo termino el amor
el Odio del pueblo, lo mismo en Luis XVI que en el general
Cavaignac.» El pueblo tiene razon: conoce que por nattirale-
za el gobernante es siempre el pie walla la ley que le im-
pone otra razon, la cual en su grade supremo es la razon im-
finita. Bien liable esta con el lenguaje de los hechos naturales
o por medio de la razon sobrenatural, o bien sea interpreta-
da por un Consejo de Estado, puramente consultivo o por
una Asamblea deliberante, elPrincipe pie no quiere ser tirano,
esta siempre:Obligado a guiarse por una ley superior a el. Lue-
go cuando los constitucionales imponen al Principe sus delibe-
raciones, el pueblo que las supone sabias y dirigidas a su bien,
no advierte mudanza alguna en su Principe, quien continua
siendo supremo (soberano) motor de la sociedad, y ejecutando
la justicia que aplica en cada caso particular con su propio
jutcio. Aunque fuese:absoluto, el pueblo no le creeria libre de
la ley suprema, como tampoco le tree esclavo de las Camaras,
aunque estas declaren con autoridad lo que es justo o injus-
to: asi para el pueblo el Principe continua siendo lo que fue.
En realidad hay una gran diferencia, pues antes el Soberano
se guiaba por la luz de su conciencia y por el dictimen de sus
consejeros„cuya capacidad juzgaba por si mismo; mas boy
bajo el Estatuto los ministros se guian no por las conviccio-
nes de su conciencia, sino por la de la Camara, ,con la capa-
cidad de los diputados que el vulgo tiene por hAbiles y que el
rninisterio coin pra en caso necesario. Juzgue ahora el lector
cual es la mejor de entrambas garantias; a nosotros permita-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 537
senos decir pie la de la conciencia puede tambien tener al-
guna fuerza y merecer que se la cuente entre los resortes so-
ciales.


636. Si los regeneradores modernos 6 no leen 6 no com-
prenden la fuerza augusta de esta sagrada garantia, compade-
celos, lector mio, y acuerdate pie viven bajo el imperio del
principio heterodoxo, el cual hace imposible lOgicamente Ia
conciencia, e imposible


• taMbien prActicamente la confianza
social en la conciencia agena, y especialmente en la de los
gobernantes, determinados segue sit teoria a no mirar mas
que a su propio interes (1). En lo pie se hecba de ver
la razon Ultima de esta falsa suposicion de MOntesquieu.


637. L.—Pero si el Principe fuese uno de aquellos des-
dichados libertinos pie mandan la conciencia a paseo,
seria de /a sociedad?


A. Y si del ninnero de estos libertinos fuese tambien el
padre, /Atte seria dela familia?


L. La familia recurriria al magistrado.
A. I Vaya! tendria curiosidad de leer tales procesos'para


ber Cuantas veces ha sucedido pie un infante asesinado ha
intentado contra sus padres la causa de infanticidio. Amigo
mio, en todos tiempos se han cometido delitos por padres,
por Principes absolutes y por Parlamentos constitucionales:
baste decir que el gran dechado de los Gobiernos representati-
vos, el Parlamento ingles, cuya esplendorosa hermosura puso
loco de ainor al presidente frances hasta el punt() de liamar‘
lo este un Avatara de la libertad encarnada, era aquel mis-
mo ParlaMento (el bueuo del hombre no lo advertia), pie
dos siglos atras trasformaba a los irlandeses en ilotas y los
patibulos de LOndres en suplicios a lo Neron. Una cosa ,


es de-
cir que un Gobierno no tiene garantias, y otra decir que es-
tas garantias no pueden ser violadas de hecho. La garantia
domestica y la pUblica puede ser violada por tin malvado; y
aunque si hien se mira es mas fAcil que lo sea la privada que
la pitblica, porcine esta (quith cabalmente por no estar pro-


(1) Discurso en la Asanablea (10 de Febrero de MI.) (1) Wase el cap. IX. Felicidad social.'




558 PRINCIPIOS TM:1111E0S
tegida de los afectos mas demos y porque su violation en-
volveria en la desgracia a gran Muller° de personas ),
fue auxiliada por la Providencia con tantas ayudas qua
en comparacion de ellas , la ternura paterna Ah ,
lector mio, no se si me ria de la puerilidad 6 me indigne
por la arrogancia de estos pigmeos, que con un pedazo de
carta en la mano, de la misma carta hecha mil veces pedazos
y recompuesta otras tantas, se Began con gravedad cOmica al
trono de la sabiduria creadora a quien se dirigen, diciendo
que no supo formar bien sus instituciones , y prometiOndole
los emplastos de sus arbolitos. ;Ohl si, dejad a un lado aque-
llos contrapesos insuperables, que hacen imposible en Ingla-
terra la tirania, aquellos tres poderes equilibrados que pocos
altos ha Ilevaban el nombre de dipulados, pares y Luis Feli-
pe, de todo lo cual no queda boy sino una memoria histOrica:
poned este pedazo de carta desgarrada en uno de los platillos
de la balanza politica, y en el platillo opuesto poned Ia t.ernu-
ra, la conciencia, la religion de un Rey, padre de los pueblos,
aquella satisfaction qua se esperimenta haciendo Bien a una
persona cualquiera, aunque sea extranjera, aquella gloria
acompaila A los pasos de un monarca benefico y calve de flo-
res su sepulcro, aquel interês que encuentra en no inquietar


sus sUbditos y en mantenerlos tranquilos, aquella indepen-
dencia que le procuran sus riquezas, que dispensan a la na-
tion de tenerle que remunerar sus deliberaciones en el con-
sejo, aquellos avisos que puede recibir de un confesor celoso,
de un Obispo intrepid°, de un Pontifice independiente, y jim-
tese a todo esto las representaciones de sus consejeros fieles,
las burlas de los bufones 'satiricos, las impertinencias de los
plebeyos resentidos, las rotas concordes de diplomAticos con-
contederados, los peligros de tumultos a insurrecciones que
guitar a sus hijos la herencia paterna; y estos hijos Horan, y
la Reina suplica, y la madre manda y todos aiiaden peso a Ia
balanza: zy que resulta? .... Venid ace, senores censores de la
Providencia: dad al viento vuestro pedazo de carta deshecha,
ponderad su importancia y sus efectos mAgicos en la sociedad
libertada de la tirania, de los Amadeos y de los Manueles,


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
539


gracias a la inviolable justicia, con que son despojados los
frailes, y desterrados los Obispos. Pavoneaos gallardamente,
presumiendo haber suplido los vacios de Ia Providencia. Decid
con valor al pueblo italiano seducido, que se fiaba estiipida-
mente en los sentimientos de humanidad y en los deberes de
la conciencia de sus principes. .;Conciencia! ;deberes!
;humanidad! ;religion ! ; intereses dinasticos! ; representation
de altas personas! ;amor de los vasallos! ;resistencia de los
ministros catOlicos! itemor de los rebeldes! No, no, este cacho
de carta basta y sobra; todo lo demas es inhtil, es ciertamen-
te insuficiente.D ;Bravo, muy bien! (Aprobacion universal,
vivas repetidos.) ;Es negocio terminado! En no estando di-
vididos los poderes, no es posible ninguna manera de liber-
tad; pero una vez divididos, la libertad es Segura.


L. ;Diantre que calor 'lace! IQitisiera tomaros el pulso! ....
A. Dispensa, lector amigo, si me dejo llevar del sentimien-


to. Cuando pienso en el daft° que producen estas teorias exclu-
sivas, en la irritation que excitan en el pobre pueblo, igualmente
incapaz de combatir los sofismas con qua se echa lena al fuego
que ya siente, como de tolerar un yugo que se le pinta bajo una
forma intolerable , y de contentar sus deseos insaciables , par-
que - son irracionales, no puedo m6nos de lanzar con algun ar-
dor el vituperlo y la execration merecidos contra esos absur-
dos seductores,;


658, L. ,Pero segun esto quereis sostener que para nada
sirve la division de los poderes ?


A. ;Todo lo contrario! ;,No to acuerdas que en el capi-
tulo IV , par. III, yo mismo sostuve que todo gobierno en
fuerza de la misma naturaleza se halla moderado por un or-
ganism° pie 'lace inevitable cierta division de poderes? Lejos,
pues, de tenerla por vana , la juzgo necesaria y natural en el
sentido clue alli explique; mAs hablando ann en el sentido de los
moderados, cuya teoria hemos examinado hasta aqui, nada he
dicho que la excluya absolutamente. Si estos senores se con-
tentasen con decirnos que la division de los poderes puede
traer sus ventajas cuando nace legitimamente de los hechos
conforme a las doctrines que expusimos en el cap. III, Or. IV,




540 PRINC I PIOS TEORICOS
sobre la legitima posesion de la autoridad, de buen grado pon-
driamos el visto hueno a estas opiniones politicas , con tal que
se dejase en libertad a otros de ponderar Ia utilidad del poder
indiviso. Todas las instituciones en este mundo, tienen su pro
y su contra, con tal que permanezcan en el campo de legitimi-
dad donde la razon eterna les trail) la esfera en que deben
ejercitar su accion.


639. Lo que no se tolerar es aquella mania esclusiva, aquel
todo o nada con qua al paso que se proclaman likes todas las
opiniones, aun las mas hereticas, se pretende imposer tirAni-
camente una teoria tan controvertida en derecho y de conse-
cuencias tan poco favorables en el Orden de los hechos c Urfa-
mar como ilegitimo todo Gobierno y como servii todo enten-
dimiento que no se deja oprimir por este despotismo pedan-
tesco, que por afiadidura ni siquiera sabe defender sus pro-
pios fundamentos, sino apoyAndose en el error protestante,
negando torpemente todo vigor A la conciencia y todo valor al
derecho y menospreciando por ignorancia O malicia cuantas
razones se le oponen.


Los Gobiernos absolutos y paternos, son drbolcs, dicen, que
en Codas las latitudes y longitudes terrestres, dieron frutos
por los cuales todo el mundo aprobd la sentencia dada contra
ellos por Rossi (4). Pero acaso los Gobiernos no absolutos ni
paternos han creado la edad de oro en Italia, en nEuropa?—La
experiencia ha sido breve, responden.—Breve si, pero terri-
ble aun para los mismos que habian promovido ciegamente


ensayo. Ahora hien, si tales son los neclios, si los in-
convenientes se ofrecen por ambas partes, icomo se pretende
inferir de la utilidad de los Estatutos sit necesidad absoluta,
su legitimidad cuando destruyen cualquiera otro Gobierno?
Aunque fuese plenamente cierta esa utilidad, jamas podria yo
conceder que hubiese de prevalecer contra el derecho; pero
pretender que una utilidad tan incierta par lo menos, tan fu-
nestamente experimentada, destruya derechos antiquisimos
respetados por espacio de siglos; pretender que sea servilismo,


(I) hliscellanea dello Statuto, pág. 48G.


DE LOS GOBIERNOS LIBERAL ES. 541
oscurantismo, ddio a la patria, dudar de estas doctrinas y
no resolverse a hollar aquellos derechos: he aqui lo que yo
llarno despotismo pedantesco é intolerable.


For lo.demas, no solo no desconozco, sino positivamente
confieso la ntilidad de alguna division legitima de las funcio-
nes de la autoridad. Ann si os place, reducire a formula clan-
tifica esta teoria; lo cual me agradecerAn todos los lectores afi-
cionados a las teorias cientificas.


640. iQue cosa es autoridad? La autoridad es el principio
de la unidad social que congrega a los individuos con la fuer-
za moral del derecho. Si tal es la naturaleza de la autoridad,
cuanto mayor aptitud tenga para congregar a los individuos,
tanto sera mas perfecta. Ahora hien, la autoridad concentrada
en manos de uno solo, es mas apta para unir, como quiera
que no puede fraccionarse en el sugeto de ella. Luego ATEN •
DI ENDO A LA NATDRA.LEZA DE LA AUTORI DAD su concentration es
ventajosa y la division do los poderes nociva. Mas- para juzgar
del hien 6 del mat moral, no debemos acudir a Ia naturaleza
fisica del sugeto, sino al fin de su accion: ahora hien, ,icon
que fin reune la ociedad? Sabido es que para conseguir el
Bien pitblico. Luego asi como la autoridad es perfecta stistan-
cialmente cuando tiene mucha fuerza unitiva , asi es per-
fecta moralnzente cuando tiende con toda plenitud al hien
comun.


Pero estas dos conclusiones que son puramente ideales, por-
que se refieren a concretos absolutos, declaran, como demos-
tramos otra vez, que la autorulad no puede obrar realmente,
si no esta realizada en individuos concretos, es decir, en hom-
bres rationales quo. gobernando conforme a razon , procuren
a la sociedad el verdadero bien.


641. Ahora hien, ;, no faltaran jamas A tal mision estos in-
dividuos humanos? Nadie puede negar por lo menos que pue-
den faltar; y en semejante caso podrA ser falso el primer too-
rema, que poco antes demostre, y deberA modificarse con el
segundo, diciendo que la antoridad es perfecta en razon corn,•
puesta de su sustancia y de su tendencia; es decir, segun




542 PRINCIPIOS TEORICOS
que tiende con plenitud al bien y Ilene gran. eileacia para
conSeguirlo.


642. Por donde se ye que cuando el sujeto que la posee es
perfectisimo corno Dios, la autoridad individisa sera tambien
perfectisima, y seria gravishno dant) dividir su potencia con el
dualismo maniquo y con el politeismo geutilico.


Por el contrario, si el sujeto que posee la autoridad fuese
imperfectisimo, irnperfectisima resultaria la autoridad colleen.
trada en el. En efecto, concretemos el teoK ,ema: cutAl es el
sujeto imperfectisimo? Sustanclalmente Ia nada, porque el.
existir 6 el ser es siempre alguna perfeccion en razon de sustan-
cia: moralmente es a nuestros ojos el mal demonio; ahora bien,
suponed en uno de estos dos sujetos indivisa la autoridad; ;,no
es cierto que sera imperfectisima? Imperfectisima en la nada,.
porque sera la plenitud de la anarquia, total negation de la au-
toridad: imperfectisima en el demonio, porque sera dirigida a
Ia mayor plenitud.del desOrden y del darto, del pecado y del
inferno. Luego si en el demonio residiese autoridad, seria tan-
to menos cruel, cuanto mAs estuviera contrastada y dividida..
Ile aqui los dos extremos de la autoridad, la perfectisima y la
irnperfectisima.


643. Pero la autoridad social no esta manejada inmedia-
tamente ni por Dios, ni por el demonio, sino por hoMbres.
Buenos por creacion, pervertidos por corrupcion, mas 6 me-
nos perfectibles por via de education y de instituciones.
Aqui, piles, lo absoluto no se dA, la division de los poderes no•
esni absolutamente bien, ni absolutatnente mal ; pero la va-
riabilidad del sugeto debe hater variar las aplicaciones de los
dos anteriores teruinos , los cuales tomados en su razon
compuesta , podrian reducirse a las dos siguientes proposi-
clones:


1." Siendo la imperfection esencial y constante en el hom-
bre por la contingencia y corrupcion de su naturaleza, la
plenitud de la concentracion de la autoridad en manes de un
hombre solo, seria siempre un defecto de tal gobierno. Por
esta razor' el Supremo Autor de la naturaleza que armoniz6
togas sus obras con exactisimas proporciones de 911 *Onel"0, peso.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.
543


y medida, hizo ituposible naturalntente al hombre imperfecto
la plena posesion de una autoridad perfecta (I).


2.' En proportion que por causas accidentales sea mAs
menos perfecto el sugeto que posea la autoridad , resultarA
Inas 6 menos perfecta la autoridad concentrada en sus manos.


NOtese aqui ademas que Ia aplicacion de estas proposiciones
puede hacerse a un hecho y a una ley. Si alguno pregunta,
por ejernplo: eal Principe hereditario gobernara Bien O Ina'?
La pregunta se refiere. ,al hecho. Par el contrario, si se prope-
ne la cuestion diciendo seria bien en tal nation dividir los.
poderes politicos? La pregunta tendria por objeto constituir
una ley. Ahora se comprenderit muy bier' cuin diversas deben
ser las precauciones con que )debe discurrirse sobre estos dos
objetos tan diversos.


644. Cuando se trata del hecho, como todo en el es ya con-
creto é individualizado, puedo yo discurrir de el Begun los datos
bistOricos y responder categOricamente, teniendo ante los ojos
los sucesos y las personas, sin mirar a lo que otras veces
diera acontecer. Asi dire, por ejemplo, que fue una dicha para
Roma la concentracion de la autoridad en manos de Augusto,
que asi pudo librarla de la anarquia ; o en manos de Constan•
tino, que asi pudo salvarla del despotismo de los tres perse-
guidores , porque de hecho aquellos Principes eran mAs que
mediocres.


Por el contrario, cuando se trata de constituir una ley, co-
me esta miry a futuros tOdavia itidetertninados, no podra fun-
darse en las cualidades personales, sine deberemos recurrir a
los elementos cortstantes , cuales son en la sociedad , ademas
de la naturaleza hutnana, las instituciones, es decir, aquellas
formas materiales en que llegan a realizarse y perpetuarse las
ideas. De aqui que a medida que las instituciones sociales ha-
cen mns probable la honestidad de la conciencia en los gober-
nantes, la autoridad, siempre naturalmente templada y limi-
tada, no habra menester de nuevos vinculos sino obrara con
mayor perfeccion si en esta misma medida se hallase más


(1) Lo demostramos en el lugar ya citado, cap. IV.




544 PRINCIPIOS TEORICOS
concentrada; y por el contrario, a medida que las instituciones
sociales den metros seguridad de la honestidad del gobernante,
sera mas imperfecta la autoridad concentrada en el„ y la divi-
sion de los poderes contribuira en tal caso a perfeccionar
C obi erno.


045. Mas porque no podria establecerse en terminos abso-
lutos, al menos con relacion a los Gobiernos hutnanos, que la
autoridad dividida es =is perfecta? Ya respondi en parte di-
ciendo que en ellos estrin siempre divididas las lunciones de la
autoridad. Mas porque la respuesta sea mas clara y adecuada,
recordare que el gobernante es un compuesto de hombre y de
autoridad, y por tanto que debemos discurrir de el siempre
en razon compuesta ; y si la imflerfeccion humana nos pace
decir siempre que la division de los poderes es un bien , la
esencia Una de la autoridad, nos hate decir siempre que esta
diivision es un mal. Por donde se ye claramente que toda di-
vision no necesaria es siempre un mal, lo mismo que toda con-
centracion superior a la debilidad humana.


He aqui, lector, un trozo algun tanto metafisico, por el que
padre ser acusado de hacerme inoportuno, mas no de cubrir-
me 'con mascara de hipOcrita. Si estas formulas tan Auras quie-
res aplicarlas a cosas concretas en forma de ley, he aqui alga-
nas de sus expresiones cuyo valor podrAs tit mismo apreciar.


646. 1.° La autoridad de la Iglesia, estando como esta en
un sujeto que por las instituciones canOnicas es ordinaria-
mente muy perfecto en querer el Bien, siendo poco menos que
impotente pare el mal, en un sujeto que por laStlivinas prome-
sas tiene la infalibilidad en las doctrines y una asistencia espe-
cialisima en las otras: es lo mejor, salvo siempre los tempera-
mentos puestos por su divino Fundador, la concentration que
Ia division de los poderes. Por esto el Galieanismo jamas ha
alcanzado favor en el comun de los catOlicos, y lo ha Perdido
de hoy mas totalmente entre sus mismos corifeos.


647. 2.' En la sociedad domestica los instintos de la natu-
raleza hacen improbable tin grave abuso ordinario do Ia auto-
ridad paterna. Luego generalmente hablando es mejor concen-
trarla quo dividirla: salvo el mas y el menos (Pre puede;.depen-


DE LOS GOBIERNos LIBERALES. 545
der de mil otras consideraciones relativas al hecho social y
las instituciones.


648. La. autoridad piiblica tiene una casi omnipotencia de
la fuerza confiada a un Nit) de Adan. Mas esta naturaleza cor-
rompida puede considerarse en manos de si misma, O bien bajo
las influencias del Reparador. De aqui dos aplicaciones di-
vers as:


Cuanto mayor eficacia adquieran en fuerza de las institucio-
nes sociales en la mente y en el corazon del Principe la fe y la
gracia del Reparador y Ia autoridad moderadora de las con-
ciencias, tanto , serit menos oportuna la no natural division de
los poderes. Per el contrario, cuanto menos eficaz sea en la
mente y en el corazon del Principe en virtud de las dichas
instituciones la influencia. del Reparador, tanto sera mas ven-
tajoso que su poder se divida y sea asegurado contra abusos
con medios materiales que compensen su debilidad moral.


6 49. Si cornparas estas formulas de aplicacion con los he-
chos histOricos, echaras fAcilteente de ver que el juicio del
vulgo ha seguido siempre por efecto de cierto instinto racio-
nal estos principios pricticos, aunque no supiera reducirlos a
estas formulas casi geometricas; y, Para hablar solamente de la
Era cristiana, verAs que la autoridad de los Emperadores
contrastada perpetuamente por otras poderes mas 6 metros
regulares en Ia sociedad pagans , comenze a adquirir un ca-
rider inviolable de divinidad y un trihuto de afectos con la
regeneracion cristiana. Cuando los bArbaros vinieron a desme-
nuzar aquel colose; volvi6 en medio de la Europa cristiana el
reino de Ia fuerza; pero el poder estaba dividido por la inde-
pendencia bArbara de las varias tropas guerreras y de sus
jefes. Acostumbrados estos a la autoridad cristiana y someti-
dos A la autoridad de la Iglesia , vieron los pueblos dOci-
les rehusar los temperamentes de la autoridad como un
agravio, en vez de codiciarlos como un privilegio, y Carlo
Magno3tuvo quo obligar a los pueblos deliberantes A concur-
rir A las reuniones en los campos de Mayo; tan poco fia-
ban de la division de los poderes en comparacion con Ia
conciencia de aquel gran Principe. Convertidos los Emperado-


'64




546 PRINCIPIOS TEORICOS
res genninicos en dèspotas desenfrenados sin respeto a la su-
prema autoridad cristiana, vieron desenfrenarse Asti vez contra
ellos a sus barones no garantidos ya contra su tirania. Ordenada
de nuevo en cierto modo, despues de San Grcgorio VII y de
Inocencio HI, la sociedad europea , fueron perdiendo nueva-
mente su estima las garantias politicas. Por Ultimo, cuando se
volvio a sentir de nuevo el peso de Ia fuerza terrena, emanci-
pada por la reforma de las influencias pontificias, tornaron
los pueblos a gemir y a desear temperamentos en los Gobier-
nos; y por esto cabalmente fueron con tanta facilidad seduci-
dos por quien codiciaba no el Orden de los temperamentos que
la naluraleza, la juslicia, los hechos pueden hater legitimos,
silo la licencia desenfrenada para luchar contra toda autori-
dad, que recibiO el nombre de division de los poderes.


650. Como yes, amado lector, ni rechazo la division legi-
tima de los poderes, para adular a los Principes, ni la cano-
nizo para adular a los sediciosos, sino Unicamente sostengo
que no es una panacea infalible y necesaria en todo pueblo,
y pie mejor panacea , y panacea siempre legitima, son los
sentimientos de honestidad y de religion profundamente ar-
raigados en el corazon del Principe, de sus ministros, del
Clero que los dirige y de la sociedad entera que los nutre y
avi va,


651. Haz ahora conmigo una reflexion, y hazla sin preocu-
pacion ninguna, con aquel candor de sincera amistad que hasta
aqui me has demostrado.


De tres siglos a esta parte el protestantismo, de dos el janse-
nismo, de uno el filosofismo, y de solo medio siglo el libera-
lismo, vienen invocando bajo formulas diversas la gran pana-
cea, la division de los poderes. HAnla exigido con libertad de
voces y de escritos, de apostasias y de tutnultos, de heregias
y de cisrna, de rebeliones y de guerras ametrallando pueblos
y degollando monarcas, gastando ingenios y tesoros en la
prensa, tramando intrigas en las COrtes y conjuraciones en
las sectas, arriesgando innumerables vidas en los campa-
mentos y conduciendo victimas a los patibulos; y despues de
tres siglos de trabajo, toclavia están minando a Europa entera


DE LOS GOBIEP.NOS LIBERALES. 547
bajo cuyo suelo vacilante muje el estampido de un cercano
terremoto, sin que por esto se haya mejorado la condition de
los pueblos. Dime ahora por to 10, por la 10 con que hablan
entre si los amigos, crees que si todo ese trabajo, todo ese ar-
dor, esos sacrificios, esas coaliciones, esa solicitud, esas cons-
piraciones, esos tesoros, esa tinta y esa sangre, si todo eso se
hubiera empleado en inoderar, perfeccionar, avivar, subli-
mar entre los pueblos y los Principes la conciencia, la idea y
la autoridad catOlica, que con toda clase de esfuerzos se pro-
curo envilecer, esterilizar y estinguir, ono habriainos obteni-
do algun resultado? iNo to parece que para disminuir la enor-
me carga de los tributos impuestos indebidamente no habria
tenido mayor fuerza, favorecida asi por la opinion piiblica y por
las instituciones "Siiciales , Ia excomunion fulminada en la
l3ula Cence contra los Principes opresores que las parlerias
sobre el budget?


652, Si me concedes esto, si trees que los estipendios de
las conciencias catOlicas, que solo aspiran a las riquezas del
cielo, no aumentarian la deuda pitblica con ochenta millones
anuales, deberas confesar candorosamente que no nos faltan
motivos para lainentarnos de estos absolulistas de, nueva raza que
pretenden a toda costa inclinar la frente generosa del eatOlico,
que supo resistir y-venter a los • Nerones, Enriques y Napoleo-
nes, bajo las horcas caudinas de sus tres poderes, y forzar su
conciencia a decir a despecho de la verdad y de la probidad:
os creo aun despues quo habeis despedazado Europa,
y os aceplo aun cuando. seais ilegitimos. Si se contentasen
con desenvolver cientificamente sus teorias en el Orden poli-
tico, paciencia: podrianios compadecer su error politico, si nos
inclinasemos 0 una forma de gobierno mis que a otra; pero la
idea moral continuaria firme, la autoridad conservaria su fuer-
za moral, y los pueblos sentirian el deber de obedecer aim a los
Gobiernos absolutos siendo legitimos,ipor mas que alguno inte-
riormente losjuzgase por mónos Utiles que los representitivos.
Pero es el caso, que no cesan de gritar que sin sus tres poderes
no hay salvation, que estos tres poderes deben conferirse por
la nacion, lo cual equivale a decir pie en la nacion reside toda




518 PRINCIPIOS TEORICOS
Ia autoridad, tad() principio moral para fundar un Orden de
cosas que sea duradero. OigAmoslo leyendo el Estatuto de Flo-
rencia (7 de Marzo de 1851): «Los pueblos no reconocen en
el absolulismo el derecho de mandar ..... En nucstros dias
lea fuerza moral s6lo puede emanar de la nacion; la nacion
no da su confianz,a sino a la autoridad d quien ella misma
conferido el poder quo tiene; en otros terminos, la fuerza
de la autoridad solo puede dinzanar del sistema representa-
tivo..... Queda lodavia d la reaction que resolver un proble-
ma insoluble. Si con la sole fuerza de los caziones y sin un
principio moral se puede fundar un Orden de cosas que sea
duradero.» Donde se ye que el absolutism° de los estatutistas
florentinos Ilega hasta el punto de decir, que toda forma de
gobierno fuera del representativo, carece de Monza moral,
no tiene derecho de mender: lo cual equivale a decir, que
fuera del Gobierno representativo, en ninguna otra forma de
gobierno puede la Iglesia predicar al Catolicismo Ia OBLIGA-
CION de la obediencia. PodrA decirle: cede a la fuerza de
los cailones, tome al absolutismo circundado de bayonelas,
pero verdadera obligation para los pueblos, ya no existe.


Esta doctrina sale a biz diariamente para inculcar la idea
de un supuesto derecho en el cerebro del vulgo, sosteniendo
el error donde esta ya arraigado, y difundiendolo donde todai-
via no se profesa , acabandose por decir que la sociedad no
tendra nunca asiento mientras no llegue d aquel tórmino; que
es inevitable que las nuOvasIneeesidades sean satisfechas, y
que triunfe el nuevo Orden de cosas.


Tambien creo yo que la sociedad no hallarA nunca reposo
mientras que todos los dias le propinen estos venenos. Y ca-
balmente por esto demostramos en el capitulo VI que la im-
prenta Libre !lace imposible, como decia Napoleon, todo Go-
bierno, cuando es completa y absoluta su libertad, especial-
mente cuando rompe en rebelion aun contra la autoridad de
la Iglesia y contra el principio de dependencia catOlica, de que
debe originarse para los catOlicos todo el Orden social.


Pero cuando el principio catOlico vuelva a reinar en los
pueblos, entonces apareceri la supuesta necesidad social, y la


DE LOS GORIERNOS LIBERALES. 549
sociedad tendrà descanso bajo cualquier gobierno, con tal que
sea legitimo, sin dar libertad al choque de los intereses VariOS,
y sin reconocer con el Estatuto el derecho :supremo de Ia
fuerza, al que por lo visto llama verdadero Orden de N socie-
dad. OigAmosle nuevamente hablar por si mismo. “ El choque
entre los intereses varios que hay en un Estado, es gliiza in-
evitable, mas cuando las .cttestiones son lodes interiores, es
tambien inevitable que los varios elementos se reconstruyan;
y rue venza a todos los demas clementos LA NECES.DAD PREDOMI-
NANTE. Pero cuando a los elementos nacionales se junian la
influencia 0 la action del extranjero..,. entonces es inevita-
ble que la agitacion dare perpituamente, y que el ORDF,INI • VER-
DADERO no llegue jamas.»


J.° has leido atentamente? iHas cornprendido bien cual es
el ORDEN VERDADERO de la sociedad? Es la victoria de la NECESI-
DAD PREDOMINANTE en el choque inevitable entre los INTERESES
varios. Lo que quiere decir, que si Jesus Nazareno hubiese si-
do llamado a juicio no por Pilatos en el Gabbata, sino por el
Estatuto en el palacio viejo, en oyendose decir que era conve-
niente que solo aquel Hombre pereciese para salvar al pue-
blo de la tirania de los romanos (1), el Estatuto habria tenido
que fallar en favor de la necesidad o sea-interes predominan-
te; y librenos el cielo que hubiese querido.emplear la fuerza
extranjera de las legiones romanas para defender A aquel
uno solo, cuyo dObil interes tenia contra si lanecesidad predo-
minant° de los gritadores judios. Y Si restaurada hoy la repre-
sentacion .national, y habiendo conseguido los intrigantes
formar un Parlament° poco catOlico, la pluralidad de los di-
putados juzgase conveniente desterrar Obispos, encarcelar re-
ligiosos, infringir Concordatos, perseguir a los catOlicos,
esto seria el verdadero Orden de la sociedad toscana, pues
en esto consistiria el interes predominante.


He insistido en estos doctrinas del Estatuto, porque entienda
el lector el valor que tienen en boca del partido moderado las
palabras tan repetidas, Orden pOblico, fuerza moral , bien so-


(I) Expedit unum hominemmori etc.




550 PRINCIPIOS TEORICOS
cial etc., etc., que este partido contrapone tan a menudo
los caliones y a las bayonetas de la reaccion. Tan cierto es
que aun los mas discretos entre nuestros regeneradores ha-
cen coin() el San Dionisio de marras, besar su misma cabe-
za despues que se la han cortado. Decir que el derecho y el
Orden verdadero consiste en la necesidad predominante, es
decir que el derecho es la faerza, o que el derecho no existe; y
sin embargo en ese mismo articulo se invocan el derecho y el
Orden sabe Dios cuantas veces. Si quieres traducir en lengua
espafiola estas doctrinas , 116 aqui como se pueden expresar:
«Si los constitucionales fuesen libres de imprimir y de obrar,
hallarian modo de ilustrar al pueblo hasta sublevarlo y con-
seguir una mayoria favorable. Ahora bien, toda mayoria que
ha logrado salir victoriosa, es en razon de su victoria el Unico
origen del verdadero derecho y del verdadero Orden social:
Diego la fuerza extranjera que nos sujeta las manos , y la cen-
sura que nos reprime la lengua hasta cierto punto,1facen im-
posible el gobierno de derecho y el verdadero Orden de la so-
ciedad.»


Deploremos sinceramente tan grave error de entendimien-
tos no vulgares, y lo que mas nos duele, de almas quiza natural-
mente honestas; pore estamos muy obligados'A decirles
francamente que uu catOlico no podrA nunca conformarse con
esta doctrina del interes predominante, que los catOlicos reco-
nocen una justicia eterna, contra la coal nada prueban la ne-
cesidad y el interes predominante de un pueblo entero; y que
la fuerza social, no solo interior, sino hasta extranjera, es ra-
cionalmente empleada en favor de esta eterna justicia a instan-
cia de la autoridad legitima.


Sabemos muy bien que estas doctrinas no agradaran a dicho
partido, mas a nosotros no nos es cambiar la moral del
Catolicismo. Combatala 61 a su antojo con tal que no la desfi-
gure; y entienda bien que esta moral no quiere decir que son
buenas lodes las reacciones, justos todos los rigores, santos
todos los patibulos. La justicia eterna puede ser ofendida por
todos los partidos, por la pluralidad de los cafiones, como por
la mayoria de los sufragios. Pero asi como yerra el clue se apo-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


551
ya en Ia sola fuerza de los cafiones, asi yerra tambien el que
solo invoca la mayoria de los sufragios y la division de los po-
deres derivada de ellos.


§ IV.


LA INDIVISIBILIDAD DE LOS PODERES.


655. Espero, lector mio muy amado , haberte explicado
bastante y haber juntamente contigo persuadido a todo lector
de buena 1'6, que la division de los poderes, si bien debe res-
petarse alli donde pack; legitimamente del Orden y de los he-
chos, no es de aquella absoluta necesidad que puede hacer 11-
cita la rebelion contra las autoridades legitimas, para introdu-
cirse donde no naciO espontaneamente: y que la naturaleza
form() para contener Ia autoridad temperamentos de familia y
de comun, sentimientos de conciencia, de religion, de amor,
de interes, much() mas eficaces que la division de los poderes.
De las pruebas que traje a este propOsito habras podido sacar
en limpio que el protestantismo, segun su costumbre, en esta
cuestion tambien creyeudo que edifica destruye; pees induci-
do el pueblo a romper el -yugo de una autoridad antigua, vene-
rada, habitual y casi diria divinizada, icOmo esperan estos tales
recabar respeto al nuevo poder, solo porque a una ilustre di-
nastia que infundia on respeto hereditario han afialido por con-
sejeros trescientos O cuatrocientos abogados que ayer estaban
arrodillados en el fango a Ia puerta de una taberna empinando
vasos de vino y mendigando votos del mismo pueblo que boy
pretenden mandar a la baqueta? Me hacen a la verdad reir con
su inocencia estos senores, cuando se maravillan de que el
pueblo no respele la ley hecha por el voto de la nacion ; y no
recuerdan la escena bufa de Julio de 1818, cuando el pueblo
de Turin irritado contra el Parlamento porque se entretenia
en espulsar a las monjas en el tiempo mist-no que los tudescos


TOMO I. 36




552 PRINCIPIOS TEÔRICOS
zurraban a los italianos, prorrumpia en gritos contra la Cama-
ra, diciendo que la nacion ya no queria Constitution, y res-
pondia el diputado Sineo : es imposible que la nacion no la
quiera, porque la nacion somos nosotros. En Inglaterra si
podrdn los tres poderes, porque ocultan su cabeza misteriosa
entre las sombras de los antepasados, y manejan con el braze
aquella fuerza moral del derecho que jamas fire destruida por
los embates de la reforma en el pueblo ingles, apegado Inas
tenazmente quiza que ningun otro pueblo a sus tradiciones
civiles y politicas. Pero fuera de alli , donde quiera que para
introducir tres poderes se ha empleado el arte admirable de
gritar abajo el poder, sera cierta la ruina del nuevo edificio
como fue desastrosa la del antigno.


654. Pero la absoluta necesidad de dividir en tres poderes
la autoridad, es el primer error de las teorias que aseguran que
sin tal division no hay libertad civil; a lo cual afladen un Se-
gundo error que queremos poner de manifiesto, cual es el de
decir: “ dividir los poderes y aSegurareis la libertad..


De veras ? Cuanto te agradeceria , lector benevolo , que ol-
vidando por un momento el buen sentido que to hate detes-
tar las sutilezas , quisiera explicarme al abrazar Ia teoria de
esta division el modo en que sin la ayuda de una concientia
individual y social con solo el contrapeso de los intereses
puede tal division asegurarnos la libertad!


L. La dernostracion no me parece dificil: si el que hate la
ley es la misma persona (fisica o moral) que la aplica y juzga,
sus trasgresiones, claramente se echa de ver que puede tracer
la ley por su propio interes, y que segun el mismo la aplicara
y juzgara sus infracciones. En tal posicion omnipotente de
cierto sereis sacrificados si sus intereses son contrarios a los
vuestros; y de aqui que vuestra libertad, el use de vuestros
derechos se encuentren en una perpetua incertidumbre pu-
diendo vos mismo de un momento a otro ser victima de la
arbitrariedad.


A, i14Ias porque no habia de poder apelar a otr.o tribunal
superior?


L. iVaya, sefior mio, que decis cosas donosas! i , Que supe-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 55'5
rior hallais al que posee todos los poderes sociales? Llamadlo
Roy 6 Dux 6 Directorio 6 Consejo de los Diez, el caso siempre
es el mismo; contra el poder supremo no hay apelacion posi-
ble. Por el contrario, cuando ninguno de los tres poderes es
supremo, sino que todos tienen que concurrir libremente, es
claro que si unos os persiguen por interes, el otro tendra inte-
res en defenderos.


Saepe praernente Deo fell Deus alter, opera.
655. iQue es clam? 'Fe confieso, amigo lector, quo me pa-


rece tan claro como el verso que acabas de citar con gran
oportunidad. Cierto, seremos defendidos por estos tres pode-
res corno pudieramos serlo par Vulcano, por Apolo, por Ve-
nus y por Juno contra Jupiter, que a todos podia confundirlos
con sus rayos.


L. Dejemonos de bromas, senor mio, y discurramos. iNo
veis claramente, por ejemplo, que si los pares de Francia te-
nian intereses hereditarios, los diputados tenian intereses co-
merciales? que si los primeros hubiesen pretendido gravar
con tributos al comercio, los segundos habrian gravado los
feudos? iy que en esta coalicion cada uno de los dos partidos
se hallaba contenido en los limites de lo justo por temor de
una represalia?


A. iQue quieres que te diga! Acaso se me alcanza poco en
achaque de intereses; pero es lo cierto„ pie la cosa no me pa-
rece tan liana , asi porcine en Francia, despues de todo, al
cabo de pocos afros la Camara electiva prevalecia solve la de
los pares hereditarios, y pasados otros diez y echo afros ex-
pulselos enteramente de la escena politica; como porcine has
mezclado aqui el element° honesto que, como vimos . otras ye-
cis, no tiene ni puede tener en las sociedades reformadas a Ia
moderna una signification constante y universal (I), y por
otras razones que pronto te dire; pero antes dejame exponer
otra dificultad que ahora se me ocurre.


656. Has supuesto que en las Camaras hay siempre posee-
dores y comerciantes; y no (ludo que los haya, porque estas


(4) Vease el cap. I.




554 PRINCIPIOS TEORICOS
condiciones son comunisimas. Pero supon un moment() que
el interes de una Camara aconsejase una ley opuesta, no a
los intereses de la otra Camara, sino a los de otra clase de ciu-
dadanos no representados en ninguna de ellas: que garantia
tendrian estos en los intereses de las dos Camaras y en la divi-
sion de los poderes?


L. -Pero vos, seftor, haceis ciertas suposiciones metafisicas
que pueden ciertamente pasar en el mundo de la luna. iCOmo
pocleis suponer que haya algun interes no representado entre
trescientos o cuatrocientos diputados y ministros?


A. Ay, amigo lector, que no me ando por el mundo de Ia
luna, sino harto voy hablandote del mundo real. Pues no yes
que los pobres, los debiles, los imbeciles y todo getter° de mi
serables jamas Regal-in a gobernar, y por consiguiente que sus
intereses nunca estan representados?


L. ;Oh l
en cuanto alos imbeciles, puedo oponer una protesta


y aseguraros que en las Camaras no faltan nunca todos cuan-
tos son menester para representar a todos los tontos de la na-
cion. Pero no puedo negar que los mendigos, los enterrnos,
las mujeres y otras condiciones, tienen todavia poca esperanza
de arengar en Parlamentos.


A. Puos Bien, esto me basta: supon que en una Cam ra
que quiera hater la guerra, hay interes en privar a las muje-
res de los que hacen su alegria, en abandonar los entermos
en medio de la via publica, para ocupar y despojar los hospi-
tales, en Aar a los pobres limosna de plomo en vez de dinero,
mandândolos a la guerra: quien se levantara en favor de estos
infelices a perorar en la otra Camara, interesada acaso Inas
que Ia primera en sostener el ardor guerrero?


Pero za que imaginar combinaciones fantisticas? jLa Irlan-
da ha encontrado acaso alguna garantia en la division de los
poderes britanicos? ;Que. tutela encontraron en los tres pode-
res los Arzobispos desterrados y los religiosos despojados y ex-
pulsados en el Piamonte?


L. ;Oh; aqui, escusad, no faltaron almas generosas que
tomaran su defensa.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 555
657. A. ;Magnifica defensa! Escitsame, lector; si Ilegara


chancearme, Mme perdonarias?
L. Chanceaos en buen Nora: somos amigos.
A. Al verte 'lacer la defensa de los tres poderes, se me


figura que veo aquel abogado que mostrando a los pasajeros un
reo que iba en un carro a sufrir la Ultima pena en una horca,
decia a todos los que le oian: A este lo he del'endido yo. Que
me unporta que haya quien me defienda, si los . intereses com-
binados son duefios de condenarme? Aun bajo el gobierno do
un solo poder, puedo ha/tar un abogado que me defienda, sin
que por esto pueda reputarse segetra en to juiclo mi libertad.
Lo que deberia probarse es, que no puedo ser condenado sin
motivo: y a la verdad, el hecho que tit alegas no me parece
convincente.


L. iToma! Eso ya se sabe, que en los hechos siempre ha
de hater alguna anomalia.


658, A. Pero esta amigo mio no es una simple anomalia,
sino una aplicacion rigurosa de la teoria.


L. COnao?
A. La teoria asienta que Ia libertad de los shbditos en


manos de los tres poderes, adquiere por el contrapeso de los
intereses de estos toda su firmeza, pues el hombre (como su-
pone el principio heterodoxo) solo se =eve por su propio
provecho. Pero aquella clase, cuyos intereses no estan repre-
sentados (nOtese bien) por una pluralidad importante, no solo
no esta segura de su libertad, sino por el contrario, esta casi
cierta de su opresion. Y esto explica cabalmente el -fenOmeno
tan constante en todas las revoluciones modernas, que consis-
ts en infundir temor y ser tenidos por sospechosos cuantos
tienen contra si el espiritu heterodox° de Ia pluralidad. Re.
ligiosos de todas clases , Clero edificante, catelicos celosos,
patriOticos a la antigua, todos estos saben muy bien que el
toque de agonia suena para ellos: ;bien sabes que jamas ha
fallado este pronestico! Porque? porcine sus intereses O no
estan nunca representados O lo estan solamente por algunas
pocas almas generosas, contra las cuales Ileva la pluralidad
en el bolsillo escrito indelehlemente el ostracismo.




556 PRINCIPIOS TE6RICOS
L. Pero seller, con estos oscurantistas era necesario aca-


bar si habia de llevarse adelante la obra de la regeneracion.
El siglo no quiere ya frailes ni privilegios: el siglo quiere que
los sacerdotes pagan su oficio, y que los calelicos no sean fa-
naticos ni Ia echen de predicadores.


jAh! iBravo, amado lector! Representas admirablemente to
papel; y por mi parte to concedo cuanto exijes, porque esto
es cabalmente lo que debia demostrarte. Si; frailes, sacerdotes,
privilegiados, aristecratas, mendig, os y debiles de todas cla-
ses, todos podran ser oprimidos menos los que gobiernan.
iDonosa garantia hemos adquirido! i admirable gobierno que
presta a todos asistencia, menos a los debiles, l'enicos que tie-
nen necesidad de ella! Con razon decian los lazzaronis que
toda la diferencia entre monarquia y Constitucion consistc en
que en la primera gobernaba el Rey, en Ia segunda los ca-
ciques.


659. L. Pero oiga, senor: que en todo esto haya defec-
tor, no puedonegarlo; pero tampon podeis negarme que sien-
do ranchos los intereses representados, estos por lo menus es-
taran seguros, lo cual es ya de alguna utiliclad. En Inglaterra
si no eran libres los irlandeses y los catOlicos, eranlo al menos
los protestantes; en America, si no son libres todos los ne-
gros, por lo menos estan seguros de su libertad todos los
blancos. Ademas, quien os ha dado derecho para suponer es-
tinguido en el corazon de los gobernantes todo sentimiento de
humanidad, todo princ ipio de lilantropia?


A. iQue quidn me do derecho! me lo da la teoria que de-
liendes. ,No sostienes tit el gobierno de. los intereses? Pues
ahora bien, el interes por naturaleza no tiene otro principio
que la ambicion ni Inas entralias que la bolsa. d No to acuerdas
de aquellas tumultuosas ynauseabundas sesiones del Parlamen-
to ingles , donde se vieron frente é frento Ia politica que se
espantaba de los incendios y de los tumultos de los operarios
y la economia que temia deber aumentar los salaries y dismi-
nuir las horas del trabajo? LNo to acuerdas de aquella estadis-
tica calculadora con que se examinaba hasta que panto se
podia mantener clavaclo en su taburete al nifict de diez afios,


DE LOS GOBIERNOS MURALES. 557
y con cuantas patatas podria conseguirse que no muriera de
hambre? eNro has visitado nunca el fetid° y tenebroso recinto
de las fabricas donde el artesano no tiene otro privilegio sobre.
el esclavo que el de carecer de pan si cae enfermo? zNo has
penetrado nunca en la humedad de las cavernas suhterraneas
donde el trabajador de minas pasa poco menos que su vida
entera cuando no se Ia arrebata el estallido de algun gas ful-
minante? IY a este interes que para servir las mesas con es-
quisitos manjares condena friamente millares de victimas
inmolarse en su ohsequio, como condenaba Potion sus escla-
vos a las murenas, a este mOnstruo concedes tit sentimientos
de humanidad, y encomiendas los destinos del pobre y el llanto
del desdichado!


L. Pero en suma no quereis que se trabaje en algodon ni
que se saque el carbon de las minas.


A. Quisiera que esto se hiciese por hombres y por cristia-
nos. i Alt! si en vez de los Tres poderes antagonistas surgiesen
en defensa de estos miserables (como parece en visperas de
surgir) el espiritu catelico, verias cuan pronto se abreviarian
las horas del trabajo .y se proveeria de patatas al operario. Ve-
rias acudir junto al jergon abandonado del artesano decrepi-
to, cual angel de paz, la hermana de Ia Caridad, y penetrar en
las ahumadas oficinas al pastor eatOlico, y en los antros sin sol
algun religioso redentorista para embalsamar al menos entre
estos bipedos sin Dios y sin alma, los tormentos de una noche
mortal con la esperanza de un eterno dia: veriaslos despues en
saliendo de aquellos antros penetrar en los palacios, no para
participar de unas delicias que abominan, sino para recordar
con el valor de la caridad y con el lenguaje de la fe a los ricos
y a los poderosos que aquellos infelices son sus hermanos. que
no reses de que puedan disponer; y que si desfallece junto a
Ia puerta de un epulon un lazaro, rabiar ha de sed a la mira-
da de 'Azar° el epulon avariento.


Pero mientras Ilega el dia en que el catolicismo curarã en
el proletario ingles con medicinas muy diversas de la rebelion
las malignas llagas del interes protestante, voy a suponer por
un instante en em Camara del Parlamento un ninnero de per-




558 PRINCIPIOS TEORICOS
sonas honestas que haga contrapeso it los intereses de la otra.


L. ;Oh! entonces menos mal, la libertad sera puesta en
salvo.


A. En salvo! ;Por que?
L. 'Coma, lo cosa es clara: porque si los interesados insis-


ten en su injusticia, los buenos no les concederan ninguna
otra demanda.


660. A. iY entonces coma podria marchar el Gobierno?
Forzoso es que alguna vez se pongan de acuerdo; y asi lo
dice el oractilo Montesquieu (1). Ahora bien: en este
acuerdo, qttien quedara victorioso?C.'Ittantas veces podra
acaecer que los buenos tengan que darse por vencidos porque
la sociedad no perezca en la paralisis de la maquina guber-
nativa?


L. Por lo menos se hart una transaccion, en que sacrifi-
que calla uno parte de sus pretensiones.


A. Magnifica replica: por lo vista to has olvidado de la
materia que tratamos: de otra.


suerte, cOnio es posible que to
hubieras atrevido sugerir una transaccion tocante a ella?


L. j porque no?
A. Los buenos sostienen Ia justicia, los interesados la in-


justicia: si entrambos ceden una parte de sus pretensiones,
ctitil sera el resultado final?.... Ono respondes?..., responders


yo. El resultado finalmente sera un justo medzo, esto es, una
injusticia mediana.


L, Poco a poco, senor mio, que os labels olvidado de un
tercer elemento que interviene en la formacion de Ia ley.
el poder ejecutivo? zy el Rey y. sus ministros? Acaso no torna-
ran estos el partido de la justicia?


A. Si, se me babia olvidado; contemos tambien con el po-
der ejecutivo. lPero quiet' nos asegura que se decidirá por la
justicia y no por el interes?


L. Al menos puede esperarse.....
661. 1 Famoso! ;al nzónos puede ESPERARSE! Debias haberme


(1) •Elles seront fordes &alter de concert. • Lib. Xi, c. 6, pa-
gina 141.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 530
probado que con los tres poderes la libertad llega a ser invio-
lable, v solo hemos conseguidoprobar que puede esperarse:
de quien puede esperarse? del monarca. Pero del monarart
podia ya esperarse aun sin division de poderes, luego que cosa
hemos ganado?


L. lemon ganado muchisimo, porque el monarca no pue-
de hater nada sin ministros, y los ministros .lo hacen todo
bajo la cautela de la responsabilidad.


A. ;Oh! bravisimo, tambien esta razon se me }labia olvida-
do. Pero ten la bondad de hacermela comprender hien: es-
plicame claramente su valor.


L. LQue necesidad tiene de ser esplicada una cosa tan
clara? pues no veis que si los ministros se apartan tie la lega-
lidad, la Camara puede citarlos, darles un voto de censura y
aun obligar al Rey a despacharles las ditisorias?


662. A. Perfectamente: esto era lo que se necesitaba
para destruir con una mano lo edificado con la otra. ;Viva,
pues, mi pequefio pica! Habiamos cortado la mesa en forma
cuadrada 6 más bien triangular y hemos destruido una de sus
esquinas.


L. ,(), Iiereis explicaros un poco Inas claro?
A. i,COmo? iNo ves que has acabado con el poder montr-


quico? Teniamos que conciliar dos carnaras antagonistas , una
de ellas declarada por el interes, y la otra por la justicia: para
hater que prevaleciese la justicia, tit recurriste al Monarca.
De esta suerte me dabas el triunfo, 'torque habiamos vuelto
esperar Unicamente en el Monarca. Pero tit me replicas que
el Monarca no Mace nada sin ministros, y que los ministros
dependen de las Ciunaras. Luego todo el poder vuelve a re-
caer en poder de las Camaras, y el Rey tiene que it a ocultar-
se entre los esplendores de su inviolabilidad.


663. Ea, piles, persuadarsonos una vez de lo que dice
Benthan ; y cuenta que no cito a De Maistre 6 Ronald,


Bossuet 6 D'Arlincourt, sino a Bentham, aBentham en per-
sona: fuerza es recurrir finalnienle ci una autoridad superior




560 PR1NCIPIOS TEORICOS
que de la ley y no la reciba (1); persuadamosnos con Romag-
nosi, que la supuesta BALANZA DE Los PODERES que se equilibran
sin someterse a un poder central que los domino, es un con-
trasenado subversivo de Coda idea. de Gobierno politico (2).
He aqui to que dice en sustancia aun el mismo Montesquieu
en el pasage ya citado cuando nos asegura que los tres pode-
res deberan al fin ponerse de acuerdo; en sustancia, dice como
Benthan, como Romagnosi, como Ia filosofia, como el sentido
comun, que el Gobierno es esencialmente uno; que su division
puede hacer mas lenta y dificil su action, y dar asi tiempo
las conciencias estraviadas por los impetus de la pasion de res-
tituir a .


la razors sus derechos y los sfil4ites su libertad.
Mas, se suprime este elemento principalisimo de conciencia,
los tres pofleres debiendo finale inevitablemente unificarse,
podran unificarse en el interes, en la opresion, en el despotis-
mo, sin que quede a les sithditos mas garantla que un pedazo
de papel o un pufial. Si quieres oir esta verdad a un profesor
de derecho constitucional, el profesor Malegari to Ia repetirA
en estos terminos: «el principio monArquico y el democrati-
co ..... asociados los intereses caminan concordes hacia la
conquista del mayor hien posible ..... pero este hien seria Hu-
sorio ..... si ambos principios conservasen su indole absoluta,
sus tendencias originales, porque ententes la fuerza monArqui-
ca adunada con la democratica, conducirian inevitablemente
al mas invencible de los despotismos..


L. Mas esto quiere decir solamente que habremos vuelto
A la condition de los Gobiernos absolutos.


664. Vas muy errado, amigo lector. En los Gobiernos ab-
solutos no habriamos tenido la gran zahurda de la elecciones
con los rencores y discordias que nos abrevaron de hiel y nos
quitaron el suefio; no habriamos tenido aquellas facciones con
nombre de militia national que nos robaron los Bias de tra-
bajo destinados al sustento de la familia ; no habriamos tenido
necesidad de hacer gastos par4 mantener y comprar diputa-


OcuvrO, t. 1. pag. 251.
2 1st. civ. files. t. I, pag. 483.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 561
dos, ni sufrido el escandalo de su venalidad corruptora de las
ideas pUblicas acerca de Ia probidad; no habriamos tenido en
fin periOdicos que temer y pagar a un mismo tiempo.


Pero prescindamos de estas contras accidentales, y miremos
las instituciones en su propia naturaleza, para que yeas cuAn
inmensa sera siempre la diferencia. Cuando 'en la monarquia
catOlica poniase: en mano de uno solo la esperanza de to liber-
tad, este podia oprimirte, asesinarte si quieres; pero ,podia
acaso sustraerse el a los anatemas de la conciencia pUblica y
al punzon de sus remordimientos? Remordimientos que presen-
taban a Teodorico en la mesa el craned roto, y A Anastasio la
copa con la sangre fraterna. Pero despues que con el compas
en la mano has descrito a la justicia legal el circulo del anfitea-
tro parlamentario y la has atado por los lados para que Gamine
derecha por virtud de los dos contyapesos de las bolas blan-
cas y negras, lque culpa podra tenor la Custicia , o que cargo
podras hacerle si cojea 6 se ladea a uno de los lados? Ella se ha
convertido en un automata: que culpa tiene si se precipita?
Los diputados se lavan las manor; una Camara le cella la culpa
A la otra; el que propuso la ley confiaba en que seria corregida;
el que Ia aprobO, desesperaba de poder impedir que fuese ley;
no la querian los cobardes, pero temieron; habrianla rechazado
los ignorantes, pero no supieron lo que se hacian; combatieron-
la los hombres de hien , pero fueron vencidos. Y despues de
todo', la ley pas6 ; las injusticias mas sangrientas, las infamias
mas ignominiosas se consumaron legalmente: ya solo recta de-
cir aquello de Glebe respetarse la ley, y los legisladores perma-
necen en la linea del deber a los ojos de su conciencia, que
manejan con estos sofismas impudentes, y a los ojos de la con-
ciencia pUblica, que ya no existe ni puede existir.


El filtirno termino de la division de los poderes se reduce
pues a volverlos a reunir, a devolverles el absolutismo de un
dêspota a quien la teoria protestante dice sin rubor : «To-
do lo que tit mandes es justo emancipandolo entretanto
de todo freno de parte de una conciencia que ya carece, de
certeza, de todo temor porque oprime solo a los &biles, de
pudor porque es secreta la culpa de aquel sufragio y tiene




562 PRINCIPIOS TEORICOS
por cOmplices tres o cuatro centenares de lIonorables.


665. En esto viene a parar finalmente bajo las influen-
cias modernas (6 protestantes) la gran fantasmagoria de los
tres poderes. Despues de haber despedazado a la sociedad
para herir a la autoridad, es preciso reunir sus miembros se-
parados para que Ia autoridad pueda gobernar: despues de ha-
her afirmado profeticamente que el gobierno de uno solo es
esclavitud, y el gobierno de tres libertad, nos encontramos
con pre el gobierno de los tres no puede marchar, y si por
desgracia marcha no es silo para sellar autenticamente
opresion y justificar el despotism°.


jAh! si sobre el cadaver de esta sociedad, que ya hiede,
tornase a venir un soplo de aquel espiritu catOlico que vivi-
lice a Ia Edad Media, entences veriais Ia energia de los tres
poderes hollar los intereses guiada por una ley de sacrificio,
sostenida por una conciencia invencible, pues esta fundada
en Ia autoridad de la Iglesia y no en las apreciaciones del in-
dividuo, avergonzarse del temor y desafiar los peligros con la
voz .de todos los que no resistieran descaradamente a Ia con-
ciencia catOlica. Pero que bienes nos vendran de los que con
pretesto de los tres poderes miran a desquiciar la sociedad?
Aun sin la division de los poderes? uo resistirian a la injusti-
cia de no monarca estraviado, una vez regulados por Ia con-
ciencia catelica, los ministros no firmando, los gobernantes
no ejecutando, los magistrados no cumpliendo, los militares
no defendiendo? Bajo la influencia, plies, del Catolicismo, los
tres poderes divididos, respetables ciertamente donde su di-
vision ha sido legitima, habrian perdido toda su supuesta im-
portancia; bajo la influencia del principio heterodoxo -pie los
proclama omnipotentes para el bien, sirven itnicamente de
cebo a los simples para correr al matadero, de gancho a los
astutos para cojer riquezas y poder, de seguridad a los gober-
nantes pare justificar toda maldad.


666. La consecuencia prActica la tienes, pues, a la vista,
lector benevolo. sea la que quiera to opinion sobre la eficacia
que pudiera tenet.


en igualdad de circunstancias esta 6 aquella
organization de los poderes, ninguna podra compensar jamas


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 56'5
Ia fuerza moral ejercitada sobre los gobernantes por Ia con-
ciencia catOlica, y sobre los sitbditos por Ia legitimidad del
mando. Si quieres, pues , pacer una obra verdaderamente
A la sociedad trabajada, en vez de abatir un poder venerado y
cierto para reemplazarlo con tres poderes inciertos y oscuros,
piensa mAs Bien restaurar la conciencia catelica en la sociedad,
para que aprendan por aqui los gobernantes a mandar sin
interes y los saditos a obedecer en el sacrificio. Esta obra es
licita a todo. el que la intente y iltil para todo el quo la acepte.
En ella tendrAs Ia ayuda de la Providencia y la direction de
la Iglesia.


Es de tal importancia la materia de este capitulo, que no
temo hacerme molesto resumiendo aqui en pocos periodos la
sustancia de lo que acabamos de decir, aun a riesgo do ser
acusado de importuno. No todos los lectores son sietnpre
tan perspicaces que penetren especialmonte bajo la forma del
dialog() toda la fuerza de las razone , 6 tan metOdicos que
las reconstruyan en su mente, 6 de mernoria tan firma que las
retengan tenazmente. Reduzcamos, pues, en pocas frases la
doctrina propuesta , antique no sea sino para facilitar el tra-
bajo al que quiera combatirnos.


667. En todos tiempos hubo gobiernos templados, y gene-
ralmente aun bajo Ia forma representativa con la division de
los poderes usada en Inglaterra y en otras partes: la cual for-
ma, nacida legitimamente 6 por la sucesion de los hechos 6 al
menos por una larga prescription politica, fue ciertamente
un bien para aquellos pueblos que respetaron bajo tal forma
el derecho y su legitima posesion; y habria pododido produ-
cir ventajas politicas aun en otras partes si se bubiesen intro-




564
• PRINCIPIOS TEORICOS


ducido en ellas, bajo los auspicios de la verdad historica sin
conmover las bases de la legitima autoridad.


668. Desgraciadamente un cerebro frances hizo alar-
des de stitil ingdnio (Lorca de las leyes (1), estando Ileno de
aquel protestantismo que Voltaire trasforme en filosolismo,
Reno de aquel vacio de conciencia y de derecho que surge de
estas doctrinas, Ileno de aquellos abusos que las doctrinas mis-
mas liabian introducido en el gobierno corrompido de Fran-
cia. Con tales disposiciones enamorOse de la Constitucion in-
glesa sin comprender verdaderamente las causas secretas por
donde esta Constitucion es tan libre y vigorosa ; sin advertir
aquel profundo respeto a la autoridad, merced al cual un
tumulto popular detiene sus cicadas al solo contacto de la
vara del policeman, contempl6 solo el cadaver; y crey6 haber
dado con la causa de aquel Bien politico que su apasionado
telescopio }labia extrafiamente aumentado. Form& piles, su
teoria exclusiva, y conden6 a muerte a todo Gobierno auu
poliArquico donde no este dividido el poder (2), dejando A la
Francia que lo adorn el penoso encargo de realizarlus suefios.


669. Los italianos regeneradores que al paso que gritaban
contra el extranjerismo, parodiaban muy a menudo con estit-
pido servilismo las utopias francesas (5), hicieronse un deber


(I) El lector tendra acaso noticia del dicho irOnico de Voltaire
sobre el libro de Montesquieu Del-Esprit des lois, al cual Haim")
aquel De l'Esprit sur les lois.


(2) Tout serail perdu si ..... le memo corps ecercait les trois
pouvoirs. Lib. X, c. 6.


(3) Mueve ciertamente a compasion el servilismo de estos sa-
biondos politicos, que con rara modestia se inciensan unos a otros
teniOudose por flor y nata del genio nacional, supliendo asi otro
Otter° de admiration que no pueden obtener, cuaudo justarnente
carecen por convict° de aquella originalidad que ennoblece al
ménos en apariencia en los entendintientos elevados hasta sus
mismos estravios. No, ni siquiera supieron estos italianisimos ser
grandes en el error, sino frotandose con el polvo de Ia peluca de
Montesquieu, que a su vez tocO el polvo y la polilla de Ia Magna
Carta, adoraron estimidamente un idolo que no comprendian. Con
todo, no faltaron en Italia, aun entre libres y potentes ingenios,
un Romagnosi, un Rosmini que reprobaron el idolo gritando a
Italia: did aqui lo que has adorado (ace quern colebasti).. Y fu


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 565
repetir como todavia repiten, que sin division no hay libertad,
no hay legitimidad, no hay Gobierno posible: y a la falsedad
absurda de estas doctrinas, afiadieron coal base necesaria,
aquel otro absurdo del pueblo soberano, que en los tiempos
de Montesquieu germinaba en los escritos del sofista de Gi-
nebra.


670. La falsedad de estas doctrinas ha sido un golpe mor-
tal Para la doctrina politica de los constitucionales, que ha Ile-
gado a tenerse por falsa, funesta, incapaz de clefensa gracias it
los malos abogados que le han caido por su desgracia en
suerte.


Es falsa y su falsedad ha sido dernostrada por los hechos,
como 'quiera que la sociedad domestica es ciertamente libre
sin la division de los poderes ; y en cambio muchas sociedades
son a pesar de esta division harto menos libres de lo que fue-
ron debajo de los Monarcas.


671. Con los hechos concuerda la teoria demostrAndonos
que la libertad'es posible aun sin la division de los poderes:


1.° Porque un Gobierno que tenga conciencia (especial-
mente siendo catOlico) respeta la libertad del individuo (1): y
a Dios gracias los Gobiernos que tienen conciencia, no son to-
davia imposibles , Bien que sean imposibles entre los hombres
gobernantes sin defectos.


2.° Porque siendo imposible un Gobierno que no se reduz-


la imitation tan estOpida, que en medio do su entusiasmo por la
lengua de Petrarca, ni siquiera supiera imitar en lengua italiana:
y fuimos condenados a ver importados de montes allende el Ono-
revole, el Preopinante, la Camera, el Controllo, el Preventive, el
Centro, el Ventre, la Montagne, y a (toyer la emnienda a anun-
der interpelaeiones, d pesar ru la Orden del duo, a prorogar la
Cdmara,con tantos otros vocablos barbaros o extrafios a su sentido
ordinarib como entraron enia jerga parlamentaria. Solo la Cons-
titucion fud confirmada con el nombre de Estatitto, dejando huOr-
fanos a Pantos hijos o bijas, Constitutional, Constitucionalismo,
Inconstitucionalidad, etc. , etc. , como Doran la sentencia de
rnuerte, pronunciada contra su madre, Unica entre tantos barba-
rismos que fue condenada, aun siendo mas inocente que muchos
de ellos.


(I) V. Sobre el respeto a la personalidad humana la Civiltd
Cott. v. II, pag. 637.




1
566 PRINCIPIOS minicos


ca a la unidad, aun el Gobierno de los tres poderes se reduce
finalmente al Gobierno de uno solo. Por consiguiente 6 hay
que decir que ni aun bajo los tres poderes hay libertad, o con-
venir en que tambien puede esta existir bajo el Gobierno de
two solo.


5.° Porque reduciendose propiamente la teoria de los tres
poderes, en el sentido protestante, al reino de la pluralidad,
reino de la fuerza sobre el derecho, esta division de los poderes




animada por el espiritu protestante, se reduce finalmente
una verdadera y absoluta imposibilidad de gobierno humano y
de libertad civil, pues sOlo se (IA el nombre de Gobierno 0 la
ordenacion racional, y la libertad no se encuentra donde reina
Ia fuerza.


672. Vean aqui nuestros adversarios una manera fácil y
expedita de combatir nuestros doctrinas. Para alcanzar sobre
nosotros la victoria, no tienen otra cosa que hater sino de-
mostrar la falsedad de las proposiciones siguientes:


El gobierno de Ia familia, aunque naturalmente absolu-
to, asegura no obstante a los miembros de ella sometidos 0
un buen padre el libre use de sus derechos individuates.
2." Pueden darse Principes honestos y capaces, a lo manos
Para escojer buenos consejeros, y pueden hallarseespecialmen-
te en la religion catOlica, aun sin d'ividir los poderes, institu-
ciones sociales que pagan poco menos que imposible al Princi-
pe tornarse politicamente en t.irano, o aun sOlo querer positi-
va y constantemente la injusticia.


3.° La division de los poderes es por si un inconveniente
contrario 0 la naturaleza de la autoridad, Ia cual por si quisie-
ra ser una, con todo esto, mirando al hombre investida de au-
toridad, la division de las funciones le es necesaria por la li-
mitacion de sus fuerzas, y puede ser ittil por la corrupcion de
su naturaleza.


4.° La division necesaria por su naturaleza se encuentra
en todo Gobierno, pero puede perfeccionarse su distribution
por medio del arte,


5.° La division fail per razon de la corrucpion hurnana
en las sociedades regeneradas por el Catolicismo sera. desea-


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 567
da par los Principes, mas no invocada por los pueblos: en las
sociedades pervertidas por el naturalisin g sera invocada por los
pueblos, rehusada por los ' Principes, cediendo en detriment°
de entrambos.


6.° Si la division de los poderes se introduce violando los
derechos, lejos de moderar la tirania, hacela necesaria; porque
violado legalmente un derecho, todos se vuelven violables.
Cuando todos los derechos son violables, el reino de la fuerza
es necesario; ahora bien, la tirania no es otra cosa que el rei-
no de la fuerza sin derecho. Luego la division de los pode-
res, introducida por la violation de la legitimidad preexisten-
te, Mace necesaria la tirania e imposible todo buen Gobierno,
toda libertad verdadera.


Si estas proposiciones resisten a todas las indagaciones:de
la critica, a todos los asaltos de la argumentation enemiga,
nuestros lectores comprenderan cuan necia é injusta la
ernpresa aconietida por nuestros regeneradores cuando A costa .
del derecho quisieron introducir en todo Gobierno su imagi-
naria division de poderes. Pero asi sucede cuando la mania de
un utopista penetra en los cerebros mas turbulentos de una
sociedad, que luego quierenestos reliacerla; y Antes que persua-
dirse de su error, acabaran por echarla enteramente a pique.
Acometan • pues, estos la ejecucion de sus designios, encarnen
sus principios, y're.signese la desventurada Europa a sus ten-
tativas experimentales como en manos de Galvani se resigna-
ban las ranas 0 los experimentos electricos. A nosotros to-
cara seguirles con la vista pnesta en sus tentativas explicando
sus hechos con la teoria: lo cual sera la materia del siguiente
volUmen.


CONCLUSION.


El terrible fenOineno del mundo moderno y el extrafio con-
traste que presenta de entendimientos perspicaces que cons-
.piran con brazos temerarios para tlerribar por tierra todo lo


TOMO I. 57




568 PRINCIPIOS TEORICOS
que fue, sin hallarse jamas contentos con lo que actualmente
es, y sin saber ellos mismos lo que sera, O lo que quieren que
sea, despierta en todo observador profundo, no solo la aten-
cion cl ue contempla tal espectaculo, sino tambien el anhelo
por conocer sus causas.


Muy larga seria la investigation si en cada una de sus partes
hubiesemos de investigar Ia metamorfosis acaecida, pre Wray
parte alguna del mundo que no participe de la regeneracion
que, jOven como es, ha dado a luz las naciones todas de que se
compone la jOven Europa.


No teniendo ni tiempo ni fuerzas para recorrer con solo
una carrera tan inn:enso teatro, limitemonos a contemplar la
escena que lleva hoy el nombre de Gobiernos representativos,
con animo de estudiar filosOficamente las causas por que estas
nuevas formas de gobierno, primera vista tan inocentes y aun
tan lisonjeras, no han .podido Rasta aqui plantearse en el con-
tinente europeo sin producir aquei espantoso desOrden pie ar-
rancO a uno de sus mas apasionados admiradores las espresiones
de dolor, por no decir de arrepentimiento, que en otro lugar
dejarnos referidas.


Para hallar estas causas, nos fuó precis() ante todo goner
en ciaro lo que, filostificamente hablando, es este mundo mo-
derno a quei,se atribuye la regeneration y la joventud; y para
conocer lo que es filosOficamente, deb.enos it a buscarlo en
su histOrica realidad, 0 sea en su vida y accion.


In te rroga mos, pues, la historia, y luego oimos en sus enserian-
zas una respuesta tortes, pronta y cabal: ella nos franque6 sus
frontispicios, donde leimos que el periodo de la edad moderna
comienza casi para todos los historiadores en la epoca de la
reform luterana y del sinodo Tridentino opuesto a ella. De,
esta suerte dimos en el blanco de nuestras meditaciones, y se
nos ofreciO el personaje con rasgos tan precisos, que no nos
perm iten confundirlo con ningun otro.


Entonces interrogainos al analisis IllosOlico preguntandole
cual es el rasgo distintivo de nuestra epoca y en que se dife-
rencia primaria y principalmente de la epoca pasada, Ilamada
de ordinario Edad Media. Y la filosofia nos respondiO que solo.


DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 569
en los principios supremos del conocimiento se puede encon-
tram la causa de las mudanzas generales acaecidas en el Orden
moral. Buscamos luego el principio nuevo predicado por Utte-
r() a inoculado en todas las instituciones del mundo moderno,
y reprobado por el Tridentino y combatido por la y al
fin encontramos el catheter distintivo de la filosofia moderna,
de la moderna sociedad.


Ahora hien, este principio escrito ya con caractéres indele-
bles al frente de la sociedad regenerada, de la ciencia y de la
literatura, de la fisica y do la metafisica, del Orden teOrico y
del practico, del intelectual y del moral, del privado y del pii-
blico, del Civil .), del politico, y en suma de todas las formas
pie pueden contemplarse en el ser social; este principio, deci-
moS, es la Independencia de la razor.


Ahora Bien, siendo esta independencia precisamente to con-
trario de la fe catOlica, llamada por el [ApOstol caatioitlad del
entendintiento en obsequio de Cristo, (1) no es maravilla„que
muchisimos entre los ardientes favorecedores (2) de los Go-
biernos representativos, no cesen jamas de ponderar la impo-
sibilidad de una alianza de estos nuevos Gobiernos con el
antiguo Catolicismo: de aqui la necesidad 0 de destruir el Ca-
tolicismo papal, o de regenerarlo tornandedo a Ia infancia. Por
aqui funnos conducidos a plantear verdaderamente Ia cues-
tion que nos proponiamos resolver. No se trata, deciamos, de
demostrar que es imposible por si mismo 6 pernicioso el Go-
bierno representativo, to cual seria teciricamente falso, y en la
practica imprudente: se trata de probar que los males pie
lamentatt todos los hombres de bier proceden del mal espiritu
que se ha seitoreado de las rnodernas forms representativas
y las conduce por vias de perdicion 0 inevitable ruina. Si esta
ruina , esta perdition debian de nacer, , cual nacieron , del
principio de la independencia heterodoxa, i no es evidente que
en este principio encontramos la verdadera causa de aquella


(1) In captioitatem redigentes °mem intellectum in obsequium
Christi. 2 COr;;X, 5.


(2) V. ,las palabras de BALBO, pig. 252.




570 PR1NCIPIOS TEORICOS
mina, y en esta la confirmation de Ia malicia de los prin-
cipios?


Para demostrar, plies, con plena evidencia esta solution
del problerna, de necesidad habia de abrazar dos partes la con-
firmacion. Primer(); era necesario desenvolvor los principios
teOricos, y despues encarnarlos en los hechos. La explication
de los principios debia suministrarnos la materia del primer
volitmen ; su aplicacion a los hechos la materia del segundo.
En este primer volninen emprendimos, pues, la primera parte
de la demostracion; y tomando como principio la absoluta
independencia de Ia razon, vimos salir de aqui su primera
consecuencia, que es Ia negacion de todo deber y derecho no
aceptado libremente por la voluntad independiente , y por
consiguiente la absoluta imposibilidad de unidad social cons-
tante , pues en el hombre nada es constante fuera de la ra-
zon ni conforme por virtud de la propia naturaleza en todos
los hombres el juicio de cada razon individual. Estas razones
multiples podrian reducirse a la unidad bajo la autoridad de
un superior; pero en el punto en que se les concede la inde-
pendencia, la autoridad se desvanece y falta por consiguiente
toda posibilidadde union social.


Hart° comprendieron esta verdad nuestros regeneradores,
por lo; cual se dieron a estudiar una palingenesia coer-
ced a Ia cual germinase del fragil barro de Adan la planta ce-
lestial de la autoridad; y creyeron haber dado cima a la obra
con la famosa invention del pacto social, sepulta do hoy entre
antiguallas roidas de gusanos, y con el sufragio universal,hijo
y herder() del pacto ginebrino. Invitamos, pues, a semejante
sufragio a documentar sus derechos y los beneficios dispensa-
dos a la sociedad humana; y su impotencia para comprobar
los primeros, se nos ofreciO igual a la que tiene para numerar
los segundos. El supuesto sufragio universal debiO confesar no
haberse jamAs acercado a las urnas, silo con una pequedisima
parte de sus bolas blancas y negras. Tanto mejor para nues-
tro intent() que Ia naturaleza le disputase este paso hacióndolo
incapaz iguahnente de conocer la justicia, de garantir la con-
veniencia y de gobernar la sociedad.


DE LOS G0131E1INOS LIBERALES. 571
Pero si la autoridad no estriba en el sufragio universal, O en


la voz del pueblo, como suele decirse, idOnde hallarentos quien
gobierne sus destinos? Para resolver esta cuestion debimos in-
vestigar en clue consiste la autoridad social y como se adquie-
re su posesion: para salir de este laberinto nos di6 la naturale-
za el hilo de la historia, mostrandonos las numerosas fcirmas
con que procede en la constitucion de los principados. Y pues
las teorias del pacto social y del sufragio universal han busca-
do en nuestros dias una mascara O disfraz nuevo en Ia Ilamada
emancipacion de los pueblos adullos , tambien examinamos
esta pretension usada por muchos para conmover a los pue-
blos, declarando con verdad firmisima, cual sea el desenvolvi-
miento de un pueblo maduro, y cual el derecho que adquiere
de tener parte en el gobierno. De todo lo cual resultaba no
haber encontrado todavia nuestros regeneradores modo alguno
de salir de la independencia ingenita y de constituir una ver-
dadera autoridad y por medio de ella una verdadera unidad
social.


Donde no _hay unidad, no puede haber Orden (porque el Or-
den es la reduccion de lo nta ltiple (-1 lo uno), y donde no bay
Orden, no puede haber libertad civil e politica, cuya existencia
exige necesariamente que todos los asociados respeten los de-
rechos de los demas, y por consiguiente el orden de que dima-
nan estos derechos. Sin embargo , pues aun la sociedad mo-
derna no cesa de gloriarse del Orden y de la libertad, hubimos
de investigar en que consistan el uno y la otra ; y el Orden se
nos presentO como un puro equilibrio de fuerzas materiales de
imposible conservation; y la libertad como un desenfreno de
todas las fuerzas que no reconocen mAs dique que el interes.
El Orden tuvo por sinOnimo el Juslo Atedio, en cuya ara fueron
sacrificados sucesivamente todos los derechos de la verdad y
de la honestidad, segun la alternada sucesion de las mayorias
en el gobierno de los 9noderados. La libertad debiO consistir
en reconocer el derecho de toda pasion , sea Ia que quiera su
malicia, siempre que acierte a conciliarse una pluralidad de
intereses a que tenga cuenta usurpar y sacrificar los intereses
de los que son menos.




572 PRINCIPIDS TEORICOS
Pero i, cOnio podrA formarse entre tantas razones Mires e in-


dependientes esta j)luralidad invasora que habrA de conclucir
la condition de ilotas a los que siendo pocos carecen de fuerza
para resistir? Los entendimientos se conducen con la palabra
y por consiguiente de la independencia de los entendimientos
y de la necesidad de reunir a les hombres en sociedad, race el
gran principio de la libertad concedida a la palabra, ora pro-
nunciada en la discusion, ora publicada por medio de la pren-
sa. Sobre esta libertad discurrimos en el capitulo 1V consi-
derandola en la historia de sus resultados y en la vanidad de
sus fundamentos.


porque la libertad de la palabra y de la prensa suele
apoyarse en el supuesto derecho de enschar la verdad enca-
recido como inalienable en todos los hombres, inquirimos las
bases de semejante derecho desenvolviendo en el capitulo VII
la teoria de la enseilanza pnblica.


Con esta serie de consideraciones habiamos examinado el
principio (le la independencia heterodoxa en los derechos
que pretende conceder al hombre intelectual; quedaban per
examinar las consecuencias relativas al hombre volitivo, las
cuales pueden reducirse a dos principales. La primera es
aquel naturalism° de afectos que necesariamente debe seguir-
se al naturalismo de las ideas; y que concentrando todo el
hombre moral en la sed del goce rilAs 6 menos material, pero
siempre egoista, 'lace imposibles A la sociedad regenerada a la
moderna Ia verdadera alteza, la tendencia a lo justo, a lo
bueno, a lo Santo por si mismo sin hacer reflexion sobre el
hombre sujeto y sus goces.


Comunicada despises a las turban esta imperfection de la
idea moral, alterase legicamente la idea del Bien piiblico, del
bien social; y cada cual entre los siihditos indipendientes in-
Lima audazmente a todo gobernante esta alternativa: «0 me
hates dichoso con goces, que fue lo que me propuse cuando
to elegi para Ilevar el timon del Estado; 6 to retiraró aquel stt-
fragio a que debes imicamente esta beatitud de grandeza, de
riqueza y de mando que gozas.»


Cosa rara es, 6 mejor, imposible que un pueblo halle en sus


-DE LOS GOBIERNOS LIBERALES. 575
gobernantes la liberalidad que satisfaga su sed de goces, por lo
cual el resultado de todo esto esta a la vista de todos; taiga el
gobierno actual, y fOrmese otro que no pueda menos de ser-
vir a su soberano el pueblo.


Ahora Bien, que Gobierno sera este que no pueda nunca
resistir al pueblo? Sera un Gobierno dividido: un Gobierno en
que la autoridad estara repartida em tres personas sociales,
y en quo todo el derecho de estas descanse finalmente en el
fango de laplaza pnblica mediante la opinion 6 sea el favor po •
pular: una vez divididos los poderes, los intereses (pie no hallen
-apoyo en el primero, podran esperarlo en el segundo 6 en el
tercero: y si esto no podran luchar contra todos implorando del
soberano de chaqueta la protection que no obtiene del Sobera-
no vestido de purpura.


Luego el dogma de la division de los poderes es la suprema
crarantia de una sociedad cornpuesta de razones indepen-
dientes


Tales son las principales teorias en quo intenta apoyarse el
moderno sistema del gobierno representativo , Begun iremos
demostrando con hechos en el Siguiente volumen.


FIN DEL TOMO PRIMERO.


*).




INDICE.


PROLOGO V.
kTRUDUCCON 1


I. Necesidad de este examen y su problema.—II. re-
suelto en dos sentidos contradictorios.—III. El vicio
de las Constituciones no es esencial.—IV. sino ac-
cidental.—V. Su causa es moral y social.—VI. No ya
roateriaL—VIL pnatias de los refmnadores mo-
dernos con la irreligion antigua.—VIII. Debemos,
pues, buscar un heeliti moral universal que inficione
a la sogiedad.—IX. Este hecho es la Reforma.—
X. Qud se entiende aqui por Reforma:7X1. Aun a


.juicio de los auteres libertinos.—XII. eiinviene con
ellos un autor catOlico.—XIII. De aqui el ateismo le-
gal en los Gobiernos..reformades —XIV. Mitigado con
la formula: Separadtm de la Iglesia del Estado.—
XV. Cuan absurda sea esta doctrina.—XVI. Necedad
impia del Risorgimento.,-XVII. Una cosa es separa-
tion, otra Observaciones sobre el
Rey Pontilice.—XIX. libertad de cultos es escep-
cion, no regla.—XX. Es. consectIencia de la hetero-
doxia social.—XXI. La heteredeiia social es contra-
ria a la naturaleza.—XXII. Luego es contradictoria.
—XXIII. y destructors.—XXIV. Prueba histOrica.—
XXV. Division de la 'Ora: teorias y aplicaciones.—
XXVI. Bien que puede seguirse de ella




37


40


II


INDICE.


PARTE I.


PR1NCIPIOS TEORIGOS DE LOS GOBIERNOS LIBERALES.


CAD. I. El principio heterodoxo es la abolition del




derecho y de la nnidad social


I. Objeto y oportunidad de este capitulo.-2. Toda
sociedad esta ligada por la unidad de derecho.-
5. Problem y division.


$ I. Idea del derecho


4. Idea del derecho: poder conforms d la razon,-
5. fundado en la verdad;—G. Verdad practica;-7. Ver-
dad que, causa necesidad segun Ia razon.-8. Esta
necesidad nace de la felicidad,-9. y de la idea de
Orden.-10. Oscuridad de esta idea.-11. Todos con-
vienen que el Orden existe en Ia naturaleza.-12. Que
cosa es el Orden natural.-13. Su principio el fin.—
44. Fin de Ia creation,-15. la gloria del Criador.—
18. De ella se deduce la idea de Orden moral y de
derecho,-17. y del respeto que inspira,-18. y la
arrnonia dialectica del derecho y del deber.-19. Cual
sea el Orden que obliga.-20. El quo tiene por termi-
tic) la felicidad.-21. Analisis completa del derecho.-
22. Liga todas los hombres,-23. antique scan in-
credulos.-24. La influencia catelica da vigor al de-
recho.-25. Quien dedenda al derecho, debe defen-
der la influencia catelica.-26. DOble element° del


—•


derecho: el Orden y el Itscho.-27. Representados
encarnan el deber-28. entre sores inteligentes.—


Gradation de los derechos y su origen.-50. CuAl
derecho sea natural; no el de la pasion;-31. no el
dictAmen de la sola razon privada;-52. no la nece-
sidad de la naturaleza.-55. Natural es 1.° el que
conviene con Ia naturaleza de los objetos:-54. 2.° el
que puede ser conocido de la razon humana:-35. 3.°
del hombre social.-36. Elemento individual de co-


INDICE.


nocirniento de la ley natural. 57. Intuition interna no
totalmente innata.-58. Necesidad de rev-elacion y de
ensenanza.-39. Epilogo del natural.-10. Conclu-
sion: cual sea la verdad, base del derecho.


S II. Idea rational del protestantismo
68


41. Se excluyen las formas teolegicas.-42. Expresion
Mosel-lea del protestantismo.-45. Apariencias de ra-
zon en su favor.-44. Son ilusorias.-45. Equivoco
de la voz regla.-48. Y razon.-47. Puede signiacar
la facultad humana o la norma divina.-48. Verda-
dero sentido del principio racionalista.-49. Es ab-
surdo eu su aplicamon.-50. Ejemplos.-51. Proce-
de la antroPolatria.-52. A donde vs A parar.-53.
Transition.-54. Proposiciones que deben probarse.


7GS. II. El derecho abolido por el protestantismo
55. El protestantismo suprime todo elemento de uni-
dad,-58. de direccion,-57. de hecho y de idea:-
58. por influencia de imagination y de pasion.-59. El
error practico tiende a destruir los principios.-60.
Conclusion: el derecho perece.-61. Aplicaciones
Italia.-82. La verdad madre del derecho debe ser
social.-83. Ninguna verdad es comun en el protes-
tantismo.-84. En su Lugar entra la opinion.-65.
De ella nace la legalidad material,—GO. formada ar-
bitrariamente por la pluralidad.-07. Su injusticia:
el derecho y la fuerza.-82. Consecuencias que de
aqui surgen: arbitrio.—G9. Conciencia ptiblica perdi-
da,-70. en religion, politica, socialidad, moralidad.
—71. El derecho es la fuerza.-72. Epilogo: en fal-
tando el derecho; 75. entran la opinion y la fuer-
za.-74. iY aceptara Italia tal yugo! Conclusion.


97CAP. II. El sufragio universal
75. Importancia de este tratado.-78. El sufragio
universal repugna canenicamente.-77. Repugna A la
naturaleza de la Iglesia.-78. No puede derivarse de
la naturaleza de la sociedad civil —79. Cuestion me-
tafisica.-8O. Refluye sobre todas las cicncias.-81. El
sufragio universal hijo del protestantismo:-82. Por
su principio,-83. por su termino-34. esencialmen-
te epicdreo.-85. Bases rationales-8G. en el sistema




133


136


159


tv


ateo.-87. Sistema catOlico.-88. Yerran sus mante-
tenedores: confunden lo abstract° con lo concrete.
-89. Los hombres en concrete son desiguales.-
90. La sociedad no es esenCialmente reptiblica.-
91.-Distingase entre elegir y gObernar.-92. De la
posesion de la autoridad sejtablara otra vez.-93. En.
gano la felicidad en elegir.-94. El sufragio uni-
versarno es justicia,-95. ni igualdad,-96. antes es
injusticia ridWa,-97. como enSeXia la experiencia.
-98. Quiere la. ruina de la f6.


-9e El sufragio uni-
versal es imPesible:-100. es necivot-101.
laz-102. aun en la representacion del interes.-


tumultuario.-104.
snultiplicar


intereSearepreseutadost-1052rthie
de no querer` niu-


gun gebterno.-106. Conclusion del teorema
co-107. y del canOnico.


CAP. III. Seine la posesiolz de la autoridad


408. Engartos democriticos-109 propuestos por un
anOnimo veneciano.


$ J. Naluraloa,fle la autoridad


110. Partition.-111. La autoridad esencial a la. Ao-
ciedad-112. porqUe esta comPuesta de entidadeStiue




piensan de varios modos:-113, y son libres en obrar


-114. La autoridad es un derecho:-115. per° todo


derecho es autoridad.-116. Ilepugna una sociedad
sin autoridad.


5 Realidad* /a ulorqad
117. 11,aautoridad metafisica.-118.-Debe concretar-
se.-118. en algun individuo mediante un
hecho.-121. No Basta para esto la existencia de la
multitucl.-122. !Tech° colectivo y no bastante deter-
minado.-1 425. Es preciso un hecho personal.-124.
Ohjpcion contra esta Ultima proposicion,-125. confu-
taila por sus tnismos autores.-126. Su primera razon
flaquea por la cenfusiOnde las ideas.-127. Su ailema
claudica.- 128. No concluye el argumento.-129.
Conclusion. -130. Otra 010000.-131. Iles pies%
primera, conocer este lieC116;ei. ima nedesidad
132. En toda sentencia.-155. Segunda: por el hecho
se determina no ya fin de Ia autoridad , sino solo


ND10E.


su peSesion.-154. Aplicacion a los Estados Pontifi-
cios.-15t. y a la peiegibia de otos d,erechos.-156.
El hecho posesorio precede legleamente a la forma-
tion de la sociedad.-=137. Errores histericos de los
adveiSeifis.-138. Pribritiad legica.-POTdad de
dignidad.-159. Prioridad histerica del hecho pose-
sorio.


5 111. Poseutor de la autoridad


140. Restimen dales dos anteriores.-14l. Siguese de
aqui la 1egttimidid del hecho posesorio,-1 2. pues
1kautor1dad no personifteada no puede obrar- 143.
come Ia Iglesta invisible de los protettantes; 144. de
donde se sigue anatquia diga el
aneninao lo que quiera.-156. bien confutado por los
hechos. 147. Daftos de la incertidumbre de q,uienzo-
bieina. 148. Actualidad 1:16'eStii''Cuestion en . WieSha-
den.-140. Lo Imo en lo vario ley universal,-150.
desconogida por los .-_adversarios151. Otte consen-
timiento se exije pueblo.-152. Cetie'se ob-
tenga.-153. Por la dependencia del cuerpo.-154.
Germen de: .un deber.-155. Por el optripf, *Mere-
cho' 456. predominante.-157.-La neceirdid puede
combatirse, el derecho no.-158. Energia del derecho
de indeggndOlatia159. exagerada,lor el paganis-
mo.-10Puedeacaecer un hecgo por donde entre
en coliSien,-161. cuandb: la salud pftblica dependa
de un Reber de.neoperar al hiep,44-
blico;=463. por conattniente dettehedecer al (-.)1o' ca-
paz' 'aettittrlo.-16t'gSta obediencia no es por el
bien principalmente de1teternante,-165. coax) al-
gunos vociferan.-166. Pretesta.-1t57. Absurdo de
queen ihailelVe los delitos politides.-168. Criigen de
este error, 1.°, el parlamentaristno.-169. 2.°, deser-
den de la socieda.dy de las ideas.-170. El bienlhibli-
co puede deT6iiigit '̀il.th de gobernatite no feared-
do.-HiStoria sagrada.-171. llistoria profana.-172.
Deherf*Obedecer. A.este,A7P. , atinqUes-ilegiqmo.-
174: Nate del 'dehir ; 6-`cooperar• al
-175. Esta conflrmado por la doctrina catelica.-
176. Epilogo.-177. Objecion que surge de aqui.


156




,VI
-178. Respuesta: I.°, el -derecho crea deber.-179.
Respuesta: 2. 0, el derecho no es del tirano, sino de
la sociedad.-180. Conclusion del parrafo.


S IV. Legitimidad de la posesion 180
181. El hombre puede ser obligado:-182. por la na-
turaleza,-185. por Dios,-184. con la palabra 6 con,
los hechos,-185. u por otros hombres.-18G. En la fa-
milia,-137. por medio de ella en la sociedad


ordinaria causa de ptiblica dependencia,-
189 fortalecida por sentimientos naturales.-190. Lue-
go la dependencia es deber.-191. Daft° de las doc-
trinas contrarias.-192. La dependencia puede nacer
de derechos individuales.-195. Clasificacion de los
derechos.-194. Como llegan a ser desiguales por de-




lito,-195. y producer' dependencia politica.-I96


Derecho de defender la conciencia.-I97. Como lle-
gan a ser desiguales los ,derechos de propiedad,-
198. y producers dependencia politica,-199. y sobe-
rania territorial.-200. El dominio no es la aulori-
dad, Pero la personifica.-201. Censura de un anOni-
mo.-202. Continua.-203. Respuesta:-204. Filoso-
fia sin hechos es falsa y vana.-205. El hombre que
discurre, parte del hecho.-206. Erreres del anOnimo
que se olvida de esto.-207: Idea de aplicacion.-
208. El dueno puede escluir, no ser escluido del Go-




bierno.-209. Puede ceder las funciones de 61.-210
Luego es propietario de 61,-211. sin ser propietario
de los hombres.-212. La propiedad del mando sese-
pare del terreno donde se concretO-21.5. come acae-
ce en otros derechos.-214. Cuan rational es esta tee-
ria-215. mal rebatida por el anOnimo.-216. El de-
recho se forma poco a poco,-217. en cuanto es obra
del Criador,-218. por medio de la naturaleza.-




219. Asi acaece en la posesiou de la autoridad.-220
Prueba histOrica,-221. aun para .los tiempos mo-
dernos.-222. Sabiduria de esta ley;-223. su utili-
dad-224. durable,-225. conservadora de la socie-
dad.-226. Epilogo de la proposition,-227. de las
pruebas.-228. Consecuencia practica.-229. Armo-
nia de estas doctrinas en el Orden politico.-230. Prue-
ba por inversion-251. en el espiritu de los partidos


INDICE.


VII


-252. y en su practica.-255. Armonia metafisica-
234. de las inspiracioaes protestantes.


CAP. IV. Sobre la entancipacion de:los pueblos adullos. 225
S I. Exposition de let rnatezga


235 'Ocasion del a-kiculo.-23G. Verdadero sentido
de la cuestion de Ricci,-237. eliminada ya por nos-
otros.-238. Principios adoptados por 61.-239. don-
sectencias clue deduce en Orden a los pueblos i rdul-
tos.-240. Examen de los presupuestos : facultudes
ocupableS-241. en los pueblos nifios.


S H. Idea y talsas consecue,n4as de la eclad de los pueblos. 228
242. Riga idea de los pueblos ninos.-243. Compara-
da con los individuosniaos.-244. No pueden inferir-
separa entrambos las mismas consecuencias.-245


.6itanto a la infancia e propagacion.-246". En que
el pueblo usa de su razon-247. aplicandola a socie-
dades nacientes,77248..Contradicciones y falsedad del
sistema'.OontrarIO.-2491 'Los pueblos niflos se corn-
ponen de hombres adultos-250. ni cuanto a la in-
fano*, de cicadas y artes-251. de que han abusa-
do iiiinlcatnente los radicales.-255. 5.° ni malt() a
la seneillez ,de eozzOilueion.-'254. Resentimiento ju-
ridico en los puebIds:ninos-255. si es indicio de ma-
durez.-256. Resulta de unidad nacional.-257!Ver-
dadera idea de su autonomia-258. maltratada por
vientos pseudo-libera*.-259., Libertad histOrica de
los pueblos ninos.-260..ConcluSlOn: la emancipation
no nace de la edad de los pueblos.


S Verdadera idea y verdaderas consecuencias 258
261. Epilogo del anterior.-292. Peligro de la termi-
nologia figurada.-265. Los periodos constantes de
las genies no son determinados por la cultura.-
264. kenos dos,,,solos, son d,esenvolvimientosankna-
los,-265. porque los modifica el libre albedrio.-
266. De aqui qua no constituyen leyes constantes de
libertad.-267.-La:teoria tiene un aspect() verdade-
ro,-268. por incrementosproporcionados al tiem-
po,-269. sino en incrementos organicos-270. se en-
cuentra periodo constante.-271. Es un hecho-
272. necesario fisicamente,-275, anhelado por into-




VIII iNnicE.
res,-274. querido por razon de entendimiento y de
voluntad.-275. Prueba metafisica.-276. La natura-
leza tiende a IO:perfecto.-277. Union mas numero-
sa y mas perfecta,-278. perfectisima. es por consi-
guiente la catOlica.-276. Periodos constantes de los
incrementos humanitarios-280. impugnados por el
protestantismo.-281. Toda gran sociedad es orgdnica.
-282. Todo Organ() tiene su razon .6 283. por consi-
guiente su unidad. de fin, de fuerza y de autoridad.-
284. lie ellos se siguen las influencias gubernativas
de la multitud-285 en auxilio de los gobernantes,-
286. que no pueden pasar sin ellas,-287. en todo
grado de incremento organico.-288. Reaction que
resulta de aqui-289. en la sociedad honeSta.-290.
Hay, pues, una influencia popular, progresiva y legi-
tima,-291. de la cual resulta la publicidad de los
actos gubernativos-292. de information,-293. de
legislacion,-294. de operation;-295. de donde se
sigue que ninguu Gobierno es absoluto 296. por su
naturaleza-297. y organization. 298. Ley universal
de suhordinaelbn , aun fisica:-299. en lo moral es
restauracion.-500. Da la razon del cens.o electivo.-
501. Consecuencia practica: respdtese ol . organismo-
3112 que el centralismo destruye.- 36. Salvese la
unidad.


S. IV. Examen de dos respueslas de Ricci
304. Examen de dos objeciones de Ricci.-305. Sus
respuestas.-506. Dificultades tocantes a la primera,
-507. por parse de los legitimistas y de los anarquis-
tas.-508. Confirmada por la teoria de la division de
los poderes,-509. rnal sostenida definiendOlo que es
el pueblo.-310. Dificultad sobre la segunda rek
puesta.-311. Si ley es imperfeccion; no ley es per-
feccion.-512. No es imperfeccion atendiendo a las
esferas todas de accion.-513. Suspiro de los pueblos
es la libertad civil, no la politica.
Conclusion
314.Epilogo: el progreso de las lutes no einandpa.-
315.LOsincrementos organicos forman autoridades
subordinadas.-316. Medio de Orden de reaction, de


iNDICE.


IX


restauracion.-317. Comparacion de las dos teorias.
-518. Consecuencia practica perfeccionar la natura-
leza y la fd,-519. no conabatirlas.-520. Diversisima
conclusion del Sr. Ricci.-321. 4Es verdadero su
supuesto progreso?-322. Su politica exclusiva con-
tra el hecho y la naturaleza.-323. No explica la his-
toria.-324. No se da &fie° gobierno justo y posible.
-525. Estildiese lo justo y lo posible con humilde de-


pendencia de la naturaleza y de la fd.




CAP. V. Liberlad


277
526. Materia de este tratado.-327. Falsa idea de li-
bertad en el vulgo.-328. Metodo para poner en
esto remedio, elitato nzedio.-529. Ejemplos arigguos
3r,naodernos.-550. Del mismo nacen las concqSion es
-331. muy diversas de la bondad polilica.-532. Del
mismo principid las durezas injustas.-555. Absurdo
fatal ckl justo niedio.-534. Error en que se apciya.-




535. Ejemplo de la lglesia citado fuera de propOsito
-336. Metodo 2.'verdad absoluta.-357. Verdadera




idea de libertad-48. deducida del sentido comun
-339. Debe ser conforme a naturaleza,-540. consi-
derada en su pleritud.-541. La naturaleza humana
no es solo pasion:-542. 'lace al hombre indepen-
diente de esta.-543. La Iii)ertad, no puede existir
fuera del Orden;-M. porqui'4'Olden es esencial
la inteligencia,-345. la inteligencia a la libertad.-
346. Error vulgar autorizado por sofistas,-547. que
presentan a la libertad como enemiga del Orden,-




548. y al Orden como enemigo de la libertad.-549
Obj.ecion y respuesta.-350. Raiz erriinea de la ob-
jedion.-351. .4"a independencialle la razon,-552. se
pone de manifiesto este error.-353. El hombre de-
pende naturalmente de las leyes de honestidad natu-
ral:-354. luego en esto no sacrifica libertad. sino re-
cibe esta auxilto.-555. Leyes positivas.-356. Ni aun
estasexigen verdadero sacrificio,-357. siendo como
son ordenamientos de la razon.-358. Dificultad de-
ducida del lenguaje cientifico.-559. Este podria lle-
gar a ser mas rigoroso y oportuno.-3C0. Su juste
valor-581. aclarado con ejemplos.-562. Una cosa es


262


267S. V.




S


X iNDICE.


muchos vinculos, y otra muchos terminos de un vincu-
lo.-365. Disminuir estos terminos conduce al esta-
do salvaje.-564. La ignorancia los rompe como el
conoci2niento los forma.-365. Conclusion. La ley
que se humilla es un absurdo.


CAP.
Libertad de la prensa




307
I. Es discordia religiosa




507
366. Libertad de pensar necesaria a las sociedades
regeneradas: prueba de autoridad.-567 Prueba de


Libertad de pensar negada antigua-
mente.-569. Necesaria consecuencia del Protestan-
tismo-570. entrana en todo el Orden social-571.
en fuerza de la lOgica.-572. Libertad del pensamien-
to causa de desunion-575. .1.° porque en si es anti-
catOlica.-574. Objection que confirtna la doctrina .-
375. Mons. Parisis habla con sociedad no catOlica.-
376. El catOlico no puede amer la libertad de la
prensa.-577. Esta produce division con solo publi-
carla.-578. Presupone una hetdodoxia ;oculta-
379. que vicia los juicios sociales-380. aun de mu-
chos catölicos-581. enganados por sofismas trivia -




les.-382. No obstante las leyes eclesiAsticas-583


2.° produce discordia con sus efectos.-584. Si la
accion corresponde al pensamiento - 385. como
quiere la conciencia catOlica.-386. Perseguida en
concepto de intolerante.-387 Su influencia aun en
los in crklulos.


S. II. niscordia politica 322
588. La prensa libre produce discordia politica bajo




nombres sistematicos.-589. Autoridad de C. Balbo




-590. El ren3edio seria el espiritu cristiano,-391


mks que en las monarquias,-392. es necesario en
las poliarquias.-593. Violencia de las pasiones poll-
ticas,-394. especialmente hoy.-505. Del Orden po-
litico pasa al civil.-596. Conclusion: la discordia
efecto de la independencia protestante.-397. Se pro-
ponen tres objeciones.


$ III. Ley represiva




328
598. 1.- La prensa esta reprimida.-309, R. la repre-
sion es indtil.-400. Su ley es imposible,-401. y


XI


por consiguiente no da nunca resultado,-402. por-
que implica contradiccion i-7405. queriendo que sea
fibre y sin embargo inOreiisivo el hombre torrompi-
do.-404. Tentativas desesperadas.


§ IV. La prensa.en 1,nolaterra y en America
405.-La sociedad




nglesa es fibre y con todo eso vive
unida.-406. Se pone en duda.-407. Aun suponien-
dola se responde a la objecion con Browsson.-40a.
Restimen foe su respuesta. - 409. Indole practica
410. aun en rnaterias especulativas,-414. no da asi-
dere a los delirios del error.-212. Siendo contradic-
torio el protestantismo-413. conduce al indeferen-
tismo,414. especialmente en Inglateira, donde la
contradiccion es mayitscula,-115. favorecida por el
ejemplo y por el interes.-416.-La indiferencia ate-
ntia las Ragas de la prensa.-417.-Mentira que en-
vuelve esta libertad,-418. que no es libertad -419
de la naturaleza liumana-420. en las relaciones so-
ciales:-421. sine solo del hombre exterior.-422.
La voluntad y la inteligencia-425. en su poder de
habauarse-424. sufren una cuasi violencia.-425.
La ignorancia disminuye la libertad.-426. Los mal-
vados son atiiraces.-427. Conclusion sobre los in-
gleses


§ V. Las discorclias de la Edad.Media
428. La discordia es antigna , en Italia. 4129. No nace
del Catolicismo, sino de la barbaric, que fue antes que
61-450. conabatida por el Catolicismo,-431. y reno-
vada por el protestantismo.-452. Impotencia da pro-
testantismo en Italia.


5 VI. Conclusion
CAP. VII. 'Aortas sociales sobre la enseftanza 360


Ibid.
455. Gravedad de esta cuestion.


565
454.4Es libre la enseilanza?-435. No hay obligation
de desenvolver todas las facultades.-456. El habla
es medio social-457. para defender la 'carded.-
458. Debe usarse en proportion con el fin.


S III. 566


354


555


356




569


572


377


382


S


591


S.




XII 1NDICE.


439. El habla es ensenanza.:--440.ambas tienen leyes
comunes:-441. lo contrario es absurdo.-442. Base
de la ley para la palabra.




S IV.
443. La palabra no debe mentir, ni en privado ni en
pUblico.-444. Ella prepara ruinas futuras-445. rui-
nas inminentes.-446. La mentira ptiblica, se puede


veces pUblicamente vedar.-447. , Si es nociva y
cierta. •


S V.
446. Pero ;,puede el Gobierno conocerla?-449. Pare-
ce que no.-450. iE impedirla Como mal?-45i. Tani-
pow.


S VI
452. Absurdo de un.Gobierno docente,-455. cual lo
sostienen ciertos politicos,-454. aleccionados por el
protestantismo.-455. Falsedad de su argumento.-
456. existe un tribunal competente y eficaz-457. no
amado por el despotismo-458. aun de los liberales.




VII
459. Los liberales no pueden recusarlo lOgicamente
entre los catOlicos,-460. 4.° porque no es injusta su
institution-461. el mismo ,


Rornagnosi conviene en
ello-462. miOntras el pais es catOlico;-465. 2.° por-
(lute la Iglesia no es incompetente-464. tratdndose
de leyes morales,-465. principal objeto de las disi-
dencias political,-466. pues sobre los hechos mate-
riales DO hay disputa.-467. Utilidad social de la in-
fluencia eclesiAstica.-468. Conclusion dirigida a los
liberales.




VIII
469. Los legitimistas estan interesados en no recusar
el tribunal de la Iglesia,-470. conservando a los




Principes el caracter sagrado de la autoridad:-471




este no esta firme fuera del Catolicismo libre:-472




la influencia politica sobre la Iglesia la debilita-475


racionalmente.-474. I)ificultades.-475. 4.° La Igle-
sia no tiene fuerza.-476.La tiene en un pueblo ca-
tOlico,-477. al mines sobre los pocos, pero Utiles al
Orden pUblico;-478. mas aun contra los recalci-


.


isnicE. XIII
trante5.,:-470. especialmente ayudada del brazo se-
cular.-400. Epilogo y conclusiones respecto de la
primera respuesta.-481. 2.° La Iglesia abasaria de
la fuerza. -482. Resnuesta oportuna en nuestros
tiempos. Contra lo arbitrario no seria abuso:-485.
contra lo justo ni quiere ni puede resistir.-484. Epi-
logo y conclusiones respecto de un pais catOlico.


Ix
400


485, Pueblos mistos: no se curan de la autoridad Ca-
tOlica:-486. condition deplorable, y con todo parece
natural.-487. Lo coal contrasta con la bondad crea-
dora.-488. Se responde subiendo a los principios.-
489. Varios aspectos de la. dificultad.-490. E° En el
hombre inocente no tiene Lugar.-491. La verdad so-
cial es esencialmente tradicional.-492. 2.° Despues
de la culpa la ignorancia nace del hombre y no q
Dios;-495. que antes bien mantiend en el hombre
las nociones necesarias,-494. aun en los periodos mas
corrompidos;-495. con el instinto insuperable,-
496. y con la segunda revelacion.-497. En el cris-
tianismo tiene amplia compensation.


X 407
498. Derechos reciprocos entre sitbditos y Soberano.
-499. Cuando la sociedad posee.las primeras verda-
des,-500. las consecuencias sacadas de ellas por los
sabios son libres, con tal clue no las contrarien.-
501. Dificultad nacida de los antecedentes.-502. Iles-
puesta: la sociedad reprime solo la lengua-505. por
su propia conservation,-504. mientras la verdad es
incierta:-505. los hechos conflrman la teoria.-
506. El abuso del derecho no destruye su existencia.
-507. Cuando el indiViduo posee y la sociedad ha
perdido la. verdad.-508. Ilazones . en pro del indivi-
duo: la autoridad y la utilidad.-509. Diversa 1;posi-
cion del Gobierno fiel y del incrddulo.-510. Aun los
disidentes son aqui libres para hablar:-511. con tal
que no impugnen las primeras verdades.


XI 418
512. Aplicacion de las doctrinas a la ensenanza.-
515. En un pueblo catOlico-514. vela sobre las hoc-


,




S


i ?MICE.


trinas el Obispo,-515. libre, ecomimica, evangelica-
mente ;-516. sobre el Obispo el sinodo , sobre el
sinodo el Papa.-517. Utilidad de tal influencia.-513.
1)ano en abolirla.-519. La iglesia pro9ra todo, bien:
forma sugetos obedientes por conciencia.-520. Hasta
los politicos comienzan a comprenderlo.


$. X 11 425
521. En un pueblo niixto.-522. Freno que puede po-
nerse en justicia. 525. Libertad inviolable asegurad,a,
-524. sin hater violencia croque
vor pr vaao a la verdad Li-ingtrifeciOn 0115116a
es un deber de todo Gobierno recto;-527. porque los
particulares no puede', hater esta obra.-528.Institu-
cion de un cuerpo docente.-529. Debe tener un solo
espiritu-550. I.° que determine los juicios,-531.




que dirija las voluntades-532. y las obras.-533




Enseftanza y educacion son cosas inseparables.-534
No basta la unidad en los principios unitersales,-
553. ni la libertad coneeclida a los que..r.aprenden,-




556. los cuales dependen :20cesariamente del.amestro
-557. Se respoude a una dificultad.-538 Tielinidad
de espiritu es indispensable en el magiste:tiO;Ve un
pueblo mixto.-539. La institucion de un cuerpo do-
cente es injusta.-540. Objecion : 4c(5mo conciliar el
deber y la imposibilidad?-54i. Respuesta: la conse-
cuencia absurda nace de hipOtesis:abatirda.-542. La
souedad humana parte de 1iTinidadintelectual.-543
Deshecha la unidad debe desbacerse en la inisma
proportion la instruction pUblica.-544. Es licito un
instituto de estudios sublimes,-545. con tal que sea
imparcial en la eleccion,-546. (5 a espensas de los
particulares.-547. Epilogo del derecho pplieo de
ensenariza libre,-548. de que ha abusado el libera r


-lisino-549. con relation al catolicismo.
s XIII 4413


550. El catolicismo provee expontaneamente de
maestros.-551. Injusticia,desnaturalizada :de la eda,
cation a la fuerza.-552. prueba.-555. 'El padre
debe reproducir aun la inteligencia.-554. Autoridad


XV


de Santo Tomas.-555. La educacion deb°, ser do-
meStica.


$ XIV. Conclusion 456
ApOndiee al capitulo anterior.-Interes de los Go-
biernos en el Itionopotio dklit ensefianza 464


CAP. VIII. Materidlismo.-114eria de los siguientes
capitulos


479
S Que cosa es naturaksmo 481


556: Idea del ,naturalismo.-557. Su universalidad
-558: Teofoldi que de (51 se sigue


S II. El naturatiMo ease de la -independencia de4arazon. 483
560. Se eXcluye la potencia de In sobrenatural.-
561. E4licasetique ebh1liSta este-562. en los va-
rios ordenes de la naturaleza.-563. Envuelve la ne-
cesidad de dependencia.-564. La independencia ex-
cluye 10'86146natural.


IL Una idea sobre las fuerzas morales de la naturaleza
laimana 486


565. Presupuesto para las aplicaciones.-566. La na-
turaleza esta corronipida.-567. Elentenditniento re-
tenido en lo sensible;-568. por consiguiente vaci-
lante por lo eon:tin:L-569. Inclinado al princip epi-
cureo,-570. coinienado por el principio catOlieb.-
571. Conduce de heck° al sisterna utiWarip.-572
Prueba de conciencia.-572. Inficiona la seciedad do-
minada der ifaifittilistoo.-574. En vino resisten los
pocos buenos.-575. La consecuencia es inevitable.


£ HI. Idea delprinc4io.lnoral de la sociedad, cciplica 495
576. Fdigdit. Y.-"bateletate priiieftb,-577: El hom-
bre depende por creacion,-578. y por corruption,
-579 por interes-,580. Cottjo de ambos principios
en- 1as sidedides.-581.Es retr 6giAtfoVido el
que no es lOgico.-582. Se expone A dos ataques.-
585. Sin ldgica no hay reposo social.


CAP. IX. La felicklad social.
Fin: la felibtclza material
584. Debe eacontrarse un Gobierno que haga felices
A los hombres.-575. Lo dice racionalmente el cate-
lico,-586. irracionalmente el incrklulo-587. de-
mandAndolo a la naturaleza-,-588. pero en vano`.-


50'2
S 1. Ibid.




XVI


589. Deaqui inquietud sin t6rmino de derecho,-590.
y de hecho.-591. El movimiento es propfo de todö
Gobierno.-592. Pero en el Catolicismo resulta de dos


Esta ,por lo tanto templado-594. y
fortalecido por Ia Beligion -595. En el protestantis-
mo resulta de un solo principio,-586. el Inds mate-
rial y grbsero.
Medio: la independencia puesta en Lugar de la con-


eieneia
597. Los buenos-598. no pueden resistir 0 este prin-
Cipio-599..sostenido pprIkplurarlded-600. :clue no
puede con ger en Ia coneieneia del Gobierno:-601. an-
tes debe tenerlo pot.


enemigo.-602.-Los Gobiernos
modernos perpetua lucha civil-650. en fuerza del
prineiplo protestante.


S , 111. Conclusion
606. Exageracion de los constitucidnales exclusivos.
-605. No pueden negar nuestras teorias.-606. Epi-
lege de estas.-607. Sus titulos al respeto de los ifa-
lianos.


CAP. X. Division de los poderes


S I. Demolicion


608. Si puede Ia naturaleza dar la felicidad,-009. Ia
idea protestante trabajara para obtenerla;-610. por
consiguiente destruird-614. la sociedad antigua.-
Mt. penetra en los Monarcas emaricipa al Princi-
pe, encadena al pueblo;-613. si en las democracies
las aglta,-014. si en la sociedad catOlica brama y
desespera.-615. Introduce la hipocresia en Italia,




que-616. siendo como es catOlica respeta el derechb


-617. Vicisitudes histOricas del Oxito obtenido.
IL Dilleultad de reconslruir


Superar la naturaleza-619. levantando una Li-
brka sin mezele.-020. La argamasa de la sociedad
es el derecho.-621. Imposiblellajo Ia infinencia pro-
testante-622. donde la natiblr'eareadora de la jus-
ticia-623. y puede alteraria a su arbitrio.--624. In-
utilidad del .derecho quo crea-025. pare los que
consienten y'para los que no consienten en 61.-626.
ApOlogo.-627. Advertencia: seamos consecuentes.


INDICE. XVII


III. Division do los p,o4erqs


628. Pacto social.-629. Su antagonismo-630. ne-
cesario , Begun Montesq.uieu.-651. Es claratnente
falso en la farntlia652. gobernada absolutamente
por la ternura paterna.-633. Sentimientos equiva-
lentes en el Principe.-654. Otro absurdo de la divi-
sion de los poderes.-655. En sentido absoluto es
false la, asercion.-656. Se apoya en la negation de
la ctddiencia.-057. Temores irractonales y su reme-
dio.--058. liealidad y utilidad de la division de los
poderes.-60. Engano de sus defensores.-640. Ba-
se de una teoria vereZ.-641. Su formula general.-
642. Sus aplicaciones extremes, Dios y el mal.-645.
S usapligaciones.medias-644. alhechoy 4.184e0.--845.
La division es un 'Mal en si, periiCOMpe'hWile.-840.
Division de los poderes en la Iglesia,-647. en la fami-
lia,-648. en la sociedad catOlica 6 pagana-649. con-
firmed,' por la historic.-656. Equidad de nuestra
teoria.-651. Facilidad de aplicarla.-652. Absolutis-
m° de los:coRtikucionales.




S IV. La inclit*ibilidad de los poderes
655. Epilog° del anterior.-054. Otra ilusion.-055.
SO. insubsistencia.-656. Muchos intereses no están
representados,-657. o lo estan en vano-658. en
fuelta de la teoria constitutional.-659. El inter6s
excluye Ia piedad.-660. La utilidad del aotagonis-
mo661. torna? de nuevo 0 la unidad-662. torna
luego Confesiones de Bentham y
Romagnosi.-604. Tirania justiticada de los tres po-
deres.-665. Utilidad del Catolicismo en ellos.-666.
Fortaldced, puei, su influencia.
Epilog°
667. Los antiguos Gobiernos templados.-668. Vivian
por el derecho.-669. Los nititerfibs refdimadores
solo vieron su organismo.-670. Falsificaren el he-
cho-671. y Ia teoria.-672. Verdad quo tuvieron
que combatir.
CONCLUSION


508


515


519
Ibid.


525 S V.


551.


550


565


507