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DI'scuttso-


SQBlrÉ
...,.-


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EL MINIST~RtQACTUAL.


"


COMPUESTO D.E LOS SEÑORES


SAN MIGUEL- ..
GAt&f."'""" 'T .
VADILLO •


• NAVARRO.
EGEA ,.. INTERINO •.
LOPEZ BAÑos.
CAPAZ •


. SU AUTOR


EL CIUDADANO JU~N ROMERO ALPUEN1'E.


-M A D R 1 D.


f.M:PRENTA DE DON MATEO REPULLÉS.
A Ñ O DE 1. 822 •
.


Se hallará en las librerías de P a'Z, frente de las Gradas d~
SQll Felipe; ae Orta., calle de la Momera,:¡ de.Ran'/. caIJe J,
la Cru~.


..






DISCURSO
SOBRE


l Q,uién es? z dónde está.? ¿yen qué 'Vendrá á parar
el actual Ministerio ~


He .aqui las tres preguntas cuyas respuestas han
de formar la materia de este discurso, dirigido úni-
ca:mente á poner á todos los españoles. en el pun':'
to verdadero de vista, bajo el cual deben conside-
rar nu(.>stra actual situacion, para que 106 unos se
alienten de nuevo en la gloriosa empresa de la li-
bertad, los otros despierten del profundo letargo en
que yacen, y los incautos, arrastrados por la se-
duccion de los viles traidores, conviertan contra ellos
'as armas que les han comprado para la esclavi-
ud de Sll pa\ ria.


PRIMERA PREGUNTA.


l [¿uién es el actual Ministerio r
Todos sus micmb"ros han sido nombrados por el


Rey en el mismo estado de liberrad, de conviccion
y de amor á sus intereses personales y á los de la
N acion, que tenia cuando el año vei ote sacó de los
destierros y presidios á los que habían de servirle
en tan altos puestos; porque como entóncl's des-
aparecieron de su lado los pérfidos consejt'ros que le
habían vendado los ojos para qU€ no vit'se, y le
habian ligado las manos para que no obrase el bien
general ni el suyo, así ahora desaparecieron, y de-
jado á solas con su razon y su libertad digió entre·
los españoles que la opinion pública señalar-a para
Mffiistros, los que le parecieron mas convellitutes.




4Los del año veinte -no correspondieron á la confian-
za nacional, porque ignoraron que una persona sa.
grada é inviolable como el Rey no tenia ni podia
tener, cuando se tratase del bien público, pasion
alguna propia de los demas hombres, pues si la fic ..
don le habla elevado á esta dignidad y prerogativa,
habia sido porque suponía que dejaba de ser hom-
bre; y una vez purgado de la levadura con que se
forman los afectos y pasiones que á los demas hom-
bres hacen criminales, sus únicos afectos y sus úni-
cas pasiones habian de ser las de hacer feliz á la
nacion que presidia. El bien de la nacion, pues, era
el único vendo que habian de haber puesto á lo!
ojos del Rey para que no pudiera ver ni al cria-
do que le suplicaba, ni al grande que le rogaba, ni
aun á la misma Reyna que le pedia este empleo 6
~quel paso, que no era el mas conveniente á la na-
cion. Como ignoraron una verdad ta n importante,
dejaron que mandase el Rey hombre, y no el Rey
constitucional, y de esta manera hicieron retrogra-
dar la marcha de nuestra revolucion de un modo
espantoso; porque á este enorme error juntaron, co-
mo consecuencia precisa, el de no hacer en todos los
{'amos progresivamente las mudanzas que co,nvenian,
quitando á nuestros enemigos, y dando á nuestros
amigos el poder poolíco fisico y moral que los Esta-
dos Unidos de América quitaron á los ingleses.y die-
ron á los suyos; y quedando de esta manera los mis-
mos sacrificadores, ¿ qué estraño habia de ser que que-
dasen las mismas víctimas? Estos ministros no caerán
en yerro semejante, porque han. visto lo que ha suce-
dido á los otros, y tendrán demasiado cuidado en
apartar hasta las ocasiones mas remotas de que el Rey
olvide que es Rey constitucional, y como tal insen-
sible á todas las sugestiones y arterias de su pala-
cio, sin contentarse con que salga de él un confesor,
Ó un mayordomo sospechosos al sistema, como se




5
contentaron losotr'os, sino disponiendo que salgan
todos. los que con cintas coloradas ó- sin ellas ser-
vian á su Real persona y á su Real familia el siete
de Julio, sin excluir ni á una camarista, ni á una
moza de retrete, ni á una vieja siquiera; ni perdo-
nar á un médico ni cirujano ~e Cámara, y mucho
menos á ninguno de su Real Capilla, reemplazán-
dolos todos con patriotas que hayan dado pruebas
positivas de amantes de la Constitucion, y por con-
siguiente de su Real persona y dinastía. La edad de
unos Ministros, y lo que llaman falta de .. mundo
en otros, podian en concepto de algunos ser fucr-
tes arguij1cntos de que su nombramiento no ha si-
do tan acertado corno el de los otros; pero sobre
no ser las canas la señal única de la sabiduría, ni
sel' aplicable á. estos la falta de mundo, porque tie-
nen mas que ellos, ahí estan las discusiones de tres
que podrán responder de su sa-bidurÍa, de' la madu-
t:ez de su juicio, de su patriotj'sino á prueba, y so-
bre todo, de su valor político; y en la Isla de
Lean, dejan consignados para siempre dos de sus
compañeros. el gran pulso y tino con que se con-
dujeron hasta el pL1nto de romper, y la bizarría
heróica con que lanzaron y sostuvieron el grito de
las libertades pátrias. Entre los compromisos de uno
y otro Ministerio, no hay punto de comparacíon;
porque el de los primeros era ninguno, pues si los que
le compusieron estaban desterrados y en presidio, co-
mo el Rey estaba en Valencey cuando ellos pero-
t.aban en Cádiz 6 en Madrid, sus virtudes no fueron la
cáusa, lo fueron las maldades _d~ sus opr~sores; siem .


. pre por consiguiente por mas fieras que fuesen,
debían esperar de ellos alguna indulgencia; pero
estos ninguna, porque sus hechos y sus discursos
han sido pronunciados en medio de una revolucion
y á la faz de sus enemigos. Lo que importa es que
tengan presente la fugaz dura cían de la opinion pú-




6
blica: ella es entre las manos de los altos fundo ..
narios , lo que el metal entre las de los escultores:
el bronce derretido corre libremente por 103 mol-
des, y recib~ con ámia b.s formas hermosas que se
le dan; pero enfriado queda reducido á una ma-
teria muerta incapaz de recibir forma alguna. No falta
quien crea, que no han tenido hasta aqui muy
presente esta verdad, pero' sin bastante fundamen ...
to; trab3.jan hasta apurar sus fuerzas: hay algullas
leyesobscmas y otras demasiado claras que les li-
gan las manos: no es tan facil edificar como des ..
truir: Si de un palacio compuesto de grandes pie-
zas, pero con muchas que le afean, se qu4asen es~
tas de un golpe sin reponer con otras. mejores las ne'"
cesarias, vendria todo el palacio á t'lerra: lo muchísimo'
que tienen que andar, apoca lo mucho que han an·'
dado, y en política generalmente marcha mas lejos\
el que anda mas despacio .. La opinon 'pública aun'
no se ha enfriado del .. todo; y reunidas las Córtes
recobrará el calor que es menester para esperarlo
todo de ellos, especialmente si la propiedad del Mi-
nisterio de Hacienda se confia pronto á ,manos pu-'
ras, inteligentes y activas, sin relacÍon alguna con
las que la han manejetdo hasta ahora. Dada así lue-
go la propiedad de esta delicada Secretaría, me atre-
vo á asegurar, que el actual Ministerio no es ,.~­
va/l/cionaría, porque es' cuanto debe ser, amigo y fiel
egecutor de la Ley; pero es Ministerio de revolu ... ·
don, porque no dejará de ejecutar cuantaS leyes hay
dadas y á propuesta suya dIeren las Córtes para ha;,:
ceda' andar, correr, y aun volar.,


! .




ii
.


SEGUNDA .PREGUNTA •..


lDónde está . pues el actual MinistúifJ ~
Está en una N acion "que por las provincias fron-
t~rjzas arde en facciones, y por las interiores se
encuentra amenazada de otrás, animadas todas con
la esperdn~a de . que algunos gabinetes estrangeros
Iés darán auxilios. Está en una Nacion, cuyo es ..
píritu público no está tan exaltado como convenia
para ahogarlas en su cuna, porque de los amantes
de la Constitucion, muchos y poderosos para ani.
quilarlas por sí solos,. hay unos encarcelados, otros
fugitivos, amilanados bastantes, sin autoridad y
sin dinero no pocos., y la gran masa de interesa·
dos en la Constitucion duerme mas que sus ene-
migos.


Este adormecimiento n.ace de que al frente de
muchos regimientos se han puesto enemigos nuestros
que han dado lugar á que varios oficiales buenos
se retirasen, y que otros malos se hiciesen peores.:
Nace, de que se' han buscado para gefes politicos á
algunos militares que no han ente'ndido maS que de sa-
lir en persecucion de facciosos, dejando sin empleo á
los comandantes de armas, y descuidando las obliga~
ciones mas esenciales de sus destinqs, hasta la orga-
nizacion de la Miiicia Local, sin remover, antes au-
mentando los obstáculos de su armaménto y de sus.
ejercicios, y haciendo insoportable y desesperado el
servicio de la voluntaria. Corno no han visitado sus
pueblos, no ban conocido las necesidades ql:'le pa-
decen, ni las- mejoras de que son susceptibles-, ni loas
personas principales que los comporten., ni' el -ver-
dadero estado de su espíritu público, ni las causas
que le tienen adelantado o muerto, ni el estádo de
sus escuelas, ni los grados de ilustracioo, ni 108 me-




8
dios de promoverla, y e.n fin, nada han sabido
de agricultura, industria ni comercio, y á su con-
secuencia nada han hecho por donde los pueblos co-
nociesen lQ mucho', que ,han ganado con la Consti-
tucion, y lo mucho que van á perder si se pier-
de; y 10 peor' es, que no' pocos han llevado al pa-
recer el empeño de amortiguar el amor á las nuevas
instituciones, como.se observó con el de Teruel, que
cuatro días antes' de llegar por el correú, entre las
medidas acordadas por las Córtes, la de excitar el
entusiasmo por medio de canciones patrióticas, en-
cargó estrechamente al comandante de la Milicia
Nacio~ul, que su batallo n no· las echase, y aun
recibida la' órden de que las echasen, le volvió á
hacer el mismo encargo, permitiéndolas solo cuan-
do la Milicia estuviese formada.


N ace de que se han conser\1ado en sus puestos
casi todos los obispos que habia en el año 20, á pesar
de haber sido presentados los 'más por las traicio-
nes que habian hecho á la Patria, y ias que prome-
tian hacer durante su vida, llenando como han lle-
nado de curas fanáticos sus obispados, y enviando
á 19.s pueblos para sus cuaresmas "'y entre año, con
licencias de confesar y predicar, á los fraHes m~s
suspersticio50s, sin exceptuar aquellos obispos cu-
yas pastorales publicadas recientemente á excitacion
del gobierno, pero desmentidas por otras escanda-
losas publicadas contra la Patria y sus mejores hi.
jos el año 14, son en la apariencia mas liberales;
pues hay obispo de estos, como el de Teruel, que
en su seminario conciliar no ha puesto aun en ege-
cucion las dispQsiciones de las Córtes y del gobier-
no relativas á la instruccion pública, permitiendo
que se enseñe en él la filosofia por el pobre Goudin,
la Teología por la obscura suma de Santo Tomas de
Aquino, y la moral por el célebre Antoine': que tra·
baja tanto sobre la clausura de los frailes, que les per-




9
mite servir vicarías de cñratos, á pesar de habérsc-
le presentado algunos eclesiásticos seculares solid-
tándolas: es tanto su celo por el aumento de las
secularizaciones de religiosos, que agota todos
los recursos de su fecunda imaginacíon para di-
ficultarlas' oponiéndose al cumplimiento de los Bre-
ves que se le presentan, y destinando á los pueblos
mas malos á los secularizados, sin perjuicio de ha-
cerles sufrir cuanta dosis de vejaciones puede: ama
tanto á la Constitucion y á los amigos de ella, que
patrocina á banderas desplegadas á sus enemigo,>
mas declarados, como lo hace entre otros con su
Secretario, quien el dia de la Vírgen dd Pilar pre-
dicó en la iglesia de San Andres de Terue1 el año
catorce, un sermon, en el cual, con el mayor escán-
dalo de los buenos, y con el mas bochornoso ul-
traje del decoro debido á aquel sagrado lugar, vo-
mitó mil dicterios contra la Constitucion y los cons-
titucionales; y al contrario á los amantes de ella,
los persigue con tal encarnecimiento, que los e-
cha indirectamente de su casa, y trata de echar-
los de su obispado, negándoles á título de su pobre-
za el corto honorario que les tiene asignado por ley,
como lo hace con su discreto y ejemplar provisor:
en cuanto al cumplimiento sobre bienes del clero,
Dios guarde á V. muchos años. Así, aunque' ha-
ya entre los curas de España lo mas sublime de la
sabiduría teológica, canónica y moral, adquirida en
sus estudios domésticos y reservados, y aunque son
testigos de esas pastorales escritas á favor de la Cons-
titucion, que convencen su conveniencia, y aun las
ventajas estrordinarias que con ella asegura ahora
mas' que nunca la Religion Santa de Jesucristo,
como saben que sus prelados, aunque ven lo me-
jor siguen lo ,peor, y á los curas celosos ror el bien
de SLl Patria tratan 10 menos como exaltados v Sll-
getos aborrecibles, vienen á esconder sus lu~~s y


2




10
su patriotismo en el pecho de cuatro amigos, y por
consi2:uiente su influio como pasivo en circunstan-
cias ven que todo d~be ser actividad, aunque pro~
duce algunos efectos favorables al sistema, son
mas lentos de lo que nos conviene; y si alguna vez
por una vehemencia estraordinaria de su celo, lle-
gan á publicar en el púlpíto las altas. ideas de su
ilustracíon, como los dernas cura~ callan, se hacen
singulares, y cuando los Obispos no los persigan por
mil medios indirectos que estan en el abuso de sus
facultades, no falta quien los asesine, de que ya hay
algun ejemplar en CÍerra de BurgoS'.


Nace de que los agentes, que en la carrera de
embajaJas y consulados mantenemoS' y honramos,
son nuestros enemigos, como puestos y escogidos
para sostener el despotismo; y ahora en vez de in-
formar á las cortes estrangeras y á las naciones el
verdadero estado de nuestras cosas, para que se alen-
tasen los buenos, y se aterrasen los gabinetes que
intentasen mezclarse en nuestros asuntos, haciendo
caer á su consecuencia de las manos de nuestros
traidores las armas parricidas de que les han pro-
visto otros paises, obran en sentido enteramente
contrario, ponderan su fuerza, suponen nuestra des-
unían, y son testigos mudos de 10 que la. mas ne-
gra y obstinada perfidia está maquÍnando contra
la invencible, pero vulnerable España.


Nace de que hay falta de justicia; pues muchos
jueces de primera instancia, y no pocos Magistra-
dos, son tan enemigos de la ConstitucÍon como los
facciosos mismos, y haciendo lo que harían ellos
en su lugar, protegen y salvan á sus cómplices, y
persiguen y castigan los mas distinguidos patriotas.


Nace de que ese Ministerio de Hacienda no ha
acertado en época ninguna, ni aun en la presen-
te, á ganarse la confianza pllblica, de que resulta,
que nada se le' perdona, que todos los interesados por




1t
sus sueldos ó pensiones griten, y sobre todo los ce·
santes que no pueden perder mas siguiendo el sis-
tema, y pueden ganar mucho si llegára á perderse.


Nace en fin, de que todos, aun los amigos mas
decididos de la libertad, con sus temores fantásticos
sobre el abuso de las tertulias patrióticas, parece se han
conjurado para no hacer presente á nuestro pueblo sino
únicamente los males pasageros de toda mudanza
de gobierno, sin llamar su atencion á los bienes in-
mensos que ya estan tocando, en ser igual á todos
los Españoles la contribucion de sangre ó quintas,
que antes cargaba solo sobre las clases mas laborio-
sas y pobres; en entrar en sus graneros, laneras,
almacenes y casas la mitad del diezmo que an-
tes les arrebataban sin retribucion alguna; en pa-
gar con la baja del precio en la sal casi el todo de
sus contribuciones; en repartirse entre los parien-
tes sin costarles nada las capellanías vacantes; en
dividirse entre dos generaciones el cúmulo prodi-
gioso de bienes vinculados; en haber abierto la puer-
ta de la libertad y sall'acion temporal y eterna
á tantos y tantas infelices como la pOlítica, la mal
entendida piedad, la seduccion, las ilusiones y el
despecho habian encerrado en los cláustros; en ha-
ber trasladado á manos laboriosas y propietarias las
tierras fecundas que antes se trabajaban por merce-
narios; en haberse repartido entre jornaleros honra-
dos las grandes porciones de terrenos queantesservian
al pasto del ganado de los magnates; en haber librado
de la horrenda y tiránica carga de los señoríos cerca
de trece lila pueblos; y haberse en fin elevado esta
Nacion, de esclava á soberana, y de recibir, á dar
la ley á sus Reyes.


Lo cual siendo así, una vez que segun estos hl'chos,
los interesados en el nuevo sistema compondrán las
nueve décimas partes de la Nacion, ¿ cómo no sien-
ten el ruido con que los gabinetes de otras nacio-




12
nes se reLlGen contra nosotros; ni la actividad mar-
cial con que los vecinos se presentan en la. fron-
tera , y facilitan acogida, vestnario y armamento á
nuestros enemigos, ni oyen el estrépito sangriento
de armas que resuena de un lado á otro de los Pi-
rineos entre nuestros mismos hermanos; ni meditan
sobre 10 que encierra el siete de Julio, en que,
si bien por la clase de Españoles que se dejó ver, y
la maestría, la serenidad, y el valor con que der-
ribaron en un momento el coloso entero de la ti-
ranía, han podido conocer nuestros enemigos y los
gabimJtes, que no hay fuerza humana capaz de ar-
rebatarnos la Constitucioll; tambien se descorrió el te-
Ion para q L1e hasta los ciegos vÍt!sen el volcán de cons-
piraciones. que está bajo nuestros pies, y que si bien pre-
sentaba antes en sus llamas á solo t!c1esiásticos perdi-
dos, y á fura?;iJos infames, dió aquel día claramente á
entender por las lavas platt!adas que arrojó, que sus
materÍ:tks incenJiarios ¡;-rau los millones que neciamen-
te dimos á las dos únicas clases interesadas en que vol-
vamos á las ('aJe[las ~ lEn quién pues consiste tan pro·
fun Jo sueño? l Pu~de por ventura señalarse otra causa
que la inJolencia, la ineptitlld, Ó la perfidia de la ma-
yor parte de los empleados civiles y eclesiásticos que
mas honra y l1lejor mantiene nuestra N acion ~


Mini, ferio de Estado, ¿quién pues te liga las ma-
nos para que en tu Secretaría, y en todas las Cór-
t;:s estrangeras, hagas los nombramientos de oticíales y
a?;,,'ntes, que sean d honor, y el baluarte de nuestras
instituciones? No todos pueden igualar á tu gefe
en el patriotismo y en la decision; pero hay mu-
chos que se lt! acerquen; y un gobierno represen-
tativo no exije en tale:; agentes las al terías y doble·
ces que el absoluto; 10 queexije es, penetracion, ce-
lo y nn carácter varonil dispuesto á desplegarse en
la ocasion, corno se desplegó el de B~rtier ante
el s¡;nado de V (o:uecÍa. Si el decreto de las Córtes




13
requiere para la separacion de un empleado que ha-
ya justo motivo, y que se esprese en la órden, con-
sidera que en la separacion de los diplomáticos eres
libre, y para la de los oficiales de tu Secretaría
no puede haber un motivo mas justo que la des-
confianza ó la falta de opinion ;: porque la obli-
gacíon de todo hombre de adquirir buena fama y
deshacer la mala que sin fundamento se le levante,
es mucho mas urgente en un empleado de Secreta-
ría ó Embajada; y por esto, si la pena natural del
que no cumple con aquella obligacion, es la de huir
de su compañía los demas hombres, la misma pe-
na y con doble razon, debe imponerse á los em-
pleados de tanta consecuencia; cuya opinion es du-
dosa. Esta pérdida de opinion es en la China cau-
sa legitima, aunque la pérdida de la opinion sea
infundada, para separar de las provincias á los go-
bernadores, y no destinarlos ya mas á otra.


Ministerio de la Guerra: nÍ eres el que sin per-
der un momento en el despacho de todos los reti-
ros pendientes, y sin perder de vista aquel gene-
ral ingles llamado el Bello, que habiendo formado
su ejército sobre la máxima de que el oficial mas
antiguo no siempre es el mejor, ganó el terreno so-
bre los franceses sin combatir; debes disolver sin
dilacÍon esa Junta Consultiva de Guerra, que nun-
ca d<:bió formarse, y que mucho menos puede to-
lerarse ahora que hay esa nueva Junta de Inspec-
tores: disuelve tambien luego esa Seccion de Gefes
y Oficiales, cuyas atribuciones no se saben, ni es
menester saberlas, porq l1e donde están la Secretaría,
la Junta de Inspectores, el Estado Mayor y el Con-
sejo de Estado, corporaciones únicas reconocidas por
la Constitucion y la ley, son y serian superfluas
todas hs dernas, aunque nuestro ejército fuese tan
grande como el de Napoleon. Con estas dos refor-
mas quedará la hacienda nacional descargada de los




i4
sobre-sueldos y gastos de Secretaría designados á es-
ta Junta y Seccion, se restituirán al ejército estos
beneméritos oficiales, y á los que están en él se les
librará del desconsuelo de estar haciendo su servi-
cioentre las balas por sus compañeros que le estan
haciendo solo entre las plumas. Haz en ese Estado
Mayor, especialmente en su archivo, en esas co-
mandancias de castillos, plazas y provincias, y en
los gefes de los regimientos, las mudanzas que re-
clama la Patria, empezando por tu secretaría, pues
sin empezar por ella, por mas acertadas que sean
tus resoluciones, nunca serán bien recibidas. Ni te
detenga aquella ley de la separacíon de empleos, que
acaba de citarse, por"que para las primeras mudan-
zas no puede tener aplicacion alguna, y para las
de la secreta ría tampoco, por las mismas conside-
raciones hechas al Ministerio de Estado" No pon-
gas en movimiento á cuerpo ninguno, sin haber he-
cho antes en él las convenientes reformas, y si por
alguna equivocacion le pusi.eres, y en su reuníon ó
SLl marcha diese alguna señal de indisciplina, de-
tenle hasta que su gente libre de la aristocracia que
la seduzca, marche entre vivas á la Constitucion,
al campo de la libertad y L1 gloria. No queden sin
castigo los oficiales de toda graduacion que estan-
do en Madrid no corrieron á los puntos que la Pa-
tria á voz en grito les señalaba. el siete de Julio pa-
ra su defensa, pues no son dignos ni de ponerse
ya en la honrosa lista de ciudadanos españoles; pe-
ra tampoco queden sin premio los que volaron á
ellos, y premio distinguido los que mas se dis-
tinguieron.


Ministerio de Gracia JI Justicia: de tí espera la
Nacion que con el mismo tino, la misma firmeza,
y la misma actividad con que te has conducido en
las traslaciones de jueces y magistrados, te conduz-
cas en las visitas de causas de todos los tribunales




15
con arreglo á tus facultades, y no apartes tu vis-
ta del Consejo de Estado hasta que las Córtes pre-
senten á sus individuos en la altura de gratitud ó
de execracion que merezcan las virtudes, ó las de-
bilidades de cada uno, dejándose ver tu formidable
poder ya en éste" ya en el otro punto, de modo
que le sientan pocos, y concenga: á muchos. Los
Obispos ocupen vuestra. atencion principal: no creas
sus palabras, fiate solo de sus hechos. ¿ Qué re-
formas, especialmente de' libros, han hecho con ar-
reglo á los decretos de Córtes? Sino han hecho nin-
guna, ó cuantas el Congreso Nacional quería,. de-
claralos enemigos de las luces, y pOl' consíguiente
de la Constitucion, que tan ardientemente las de-
sea para la felicidad de los Españoles, y la conso-
lidacíon de su sistema. Basta esto para comprender-
los en la medida sesta, y á su consecuencia exigir-
les que renuncien de sus obispados, como sin fun-
damento alguno se ejecutó por el gobierno absolu-
to con el varan apostólico Fuero, Arzobispo de Va-
lencia, y no haciéndolo en el término limitado que
les señales, ocápales las temporalidades, y estráña-
los de las Españas. Y si por una causa,. al parecer
tan pequeña, puedes y debes tomar una medida tan
seria.,. porque en los cambios del sistema la menor
indiferencia con que se entorpezca su marcha, es un
crímen imperdonable, ¿ cuántos Obispos podrán ser
comprendidos en la misma medida, cuando será ra-
rísimo el que no esté descubierto en puntos mucho
mas esenciales? La opinion pública, que es la guia
mas segura en tiempos como los presentes basta
para conocerlos, y juzgar sobre sus operaciones; y
si se buscan hechos, en primer lugar, una vez que
el espíritu público de los pueblos es el de los curas,
sépase cuantos hay en cada obispado amantes de la
Constitucion, y desafectos ó indiferentes á ella, y
sin titubear puede echarse el fallo sobre si los Obis-




16
pos son ó n6 convenientes, y á su consecúenC:Ía de-
ben ó nó ser conservados, porque á ej~mpl0 del Obis-
po se compone el clero: en segundo lugar, es una pre-
suncÍon vehementísima la de qlle los autores de un
ddito son los interesados en él, Y es justo el cas-
tigo de consentidores á los que pudiendo impedir-
le no le impiJieron. Así que, siempre que se levan-
te en un pueblo algun alboroto contra la Cons-
titucÍon, ó entre en él alguna partida de traidores,
que estando decidido el pueblo á favor del sistema,
pudo y debió atacarse y deshacerse, y no se hizo,
sin detenerte traslada luego á otros puntos todos los
frailes, y los principales sugetos del clero secular que
hubiere; y si en él estuviere, ó debiere estar el Obis-
po, ocúpale las temporalii:lade~, y extráñale del rei-
no. Con estas prontas y suaves medidas los libra-
rás de las sangrientísimas del dos de Setiembre, en
que los franceses, por no haberlas tomado sú go-
bierno, quitaron la vida á catorce mil personas.


Minist?riQ de la Gobernacion: por medio de tus
Gcf.:s Políticos, las Diputaciones Provinciales y los
Ayuntamientos, no ha de haber cosa ni persona que
no conozcas. Tu presencia en todos los .1ugarcs de
.nocbe y día no puede ser interrumpida. Te está con-
fiada la prosperidad de los pueblos; y no puedes
promoverla sin conocer y sin abrir los manantiales
de ella, hasta en la m:1S humilde cabaíia. No pue-
d:: haber prosperidad sin luces ni dinero. Tampoco
puede haber uno ni ctro sin una seguridad absolu-
ta; y la seguridad necesita de hombres, y hombres
armados, aunque sea con la quinta parte de picas,
á ejemplo de las que usaron los vecinos de Lúndres
en su revoluciol1 un dia igual á nuestro siete de J tI-
lio. Ya ves los inmensos ahorros que ha hecho la
N acion con la mitad de los diezmos, con la casi
absoluta abolicíon de los señoríos, con la baja de
los esta.ncos, y sobre todo de la sal.' Ya ves los mi-




17"
'llones que nuestros enemigos' siendo tan pocos, der-
raman en sus maquinaciones, enganches, comidas,
vestuarios., armamentos y municiones, sin forzar
á nadie á contribucion·. alguna, y .haciendo defen ...
der á nuestros mismos hermanos la causa de su per-
dicion, y la de todos nosotros. No habrás olvida-
do los inmens.os donativos que. de todas partes llo-
vían sobre el erario público en la primera guer-
ra con Francia, cuyo objeto era únicamente dar gus..;
to al despótico capricho del vil Godoy. Tampoco:
has podido olvidar los donativos sin cuento, la pre-' '
sentacion de las alhajas de particulares é· iglesias;
y el ofrecimiento generoso de hombres para servir.
en el ejército, y defender con su sangre el honor'
y la independencia nacional. Estos portentos no co-
nocen otro origen que el' de estar montadQ el espí-
ritu público sobre el interés grande, verdadero ó
aparente de una y otra guerra. Era aparente el de
la primera, mucho tenia de real el de la segunda,
y sienda incomparablemente mayor el de la presen-
te, zcómo _ hohay donativos? ¿ cómo no hay: pre-
sentacÍon de alhajas? i cómo no. hay alistami'entos'
voluntarios de hombres? Porque el espiritu público
duerme, y el Ministerio de la Gobernacion ha dor-
mido mas, si es posible, que los demas Ministerios •
. i Qué Gefes pol~cos ha enviado hasta aq ui á las
provincias? Algunos Abogados desconocidos , y mu-
chos militares, que' aunque algunos' de gran nota
en sus cuerpos, son- casi todos los menos á propó:"
sito para semejantes destinos, porque si son malos-
militares han de ser necesariamente malos para to-
da otea repentina carrera; y si son buenos~ es im-
posible que sean buenos Gefes políticos;' !,orque
toda profesion es larga, y no hay vida que -n&'- sea.
corta. No puede concebirse en ningun gobierno pa"-
ternal como el representativo, un fundamento , ni
siquiera apaTentc, de ·una dislocacion de empleados


3




H~
tan monstruosa, especialmente en tiempos que por
una parte reclaman para los Gobiernos políticos los
homhres mas consumados en el arte dificil de gober.
nar los pueblos, y que á los conocimientos que se
requieren ,para ello, junten cuantos es preciso poseer,
para dar 'a los pu~blos la seguridad, limpieza y va-
r-atura de los comestibles, que pedía el Rey de Fran-
da por medio del primer presidente de Arlés al
teniente general de policía qe París, y la prosperi-
dad en los tre,s ramos de agricultura, industria y


. c-omercio, que piden á todos los Gefes políticos
nuestra Constitucion, y las instrucciones 6 regla-
mentos dados sobre .estos destinos; y por otra par-
te Harnan imperiosamente para las filas, para las '
c-Olllandancias .m,ilitares de"provincia, para las for-
talezas', y las gruesas partidas sueltas que moles-
ten-y«:nvuelvan á los enemigos, cuantos militares
por sus' señalados servicios y sus grandes esperanzas,
pueden ser colocados con algun decotO en tales go-
bie.rnos, porque se priva' á la patria de las muchas
~ntajas que le dar~all deütro de su elemento' en
que > eranrhaestros: no le dan alguna en los Go-
h1erhos 'polítieos ,porque no poseen el conocimien-
to de sus atribuciones; y creyendo que cuando al-
gjJn faccioso asoma por su provincia, llegó la· suya, '
ahand.onansu puesto, 'ytomalld0ias armas por el
'b4ston causan .otro daño mas grave, pues dejan al
cpmandante militar sin la oc;¡sion de su empleo.
¿Qu~'estraño es· pues que con Abogados tan poco
conocidos, y con militares sacados dI! su centro,
no hayan ,podido sentir los pueblos tantas ventajas'
comO por su medio les ofrece la Constitucion? que.
haga c~da. uno lo que quiera, ande el malo' en-
'V~~lto con el bueno, el domic.iliado con el vaga- .
mundo, el frayle fuera de su convento, el conven-
tO sin el número débido, el confdonario y el púl ...
pito convertidos eh cátedras de mentira; las tertll.- .




f9
tias patrióticas cerradas , .. Jos· amantes del sistema
.perseguidos; y que no oyéndose la voz Patria mas
que en susurro, y estando lo demas en silencio;
duerman los españoles, y no se vean ni donativos •
. ni alistamientos, ni la M:"~:"daLoca\ orgal1izitda.
ni armas de que proveerla, ni ejercidos; con que
adiestrarla, ni casi señal alguna de vida para aque·
llos~randes sacrificios, que fueron siempre' el pre-
cio de las libertades públicas? ¿En qué provincia se
ha recordado hasta ahora la ley de SOlón que esta-
bleció penas contra loo ciudadanos,· que en tiempo
de turbaciones no se declarasen abiertamente por
UQO de los partidos? Ley la mas sabia de cU<tntas
se conocen, porque de ella depende que noh~ya
turbacion al~ma; pues d~clarándose abiertatr:Jeute
todos á favor 6 contra la primeq que se leva Me,.
siendo como son todas ó buenas como el alzamien-
to de los leales de la isla por la Libertac,f, ó malas.
como el levantamiento de estos traidores por la es..,
clavitud, nunca podria haber formacion de p~ni~
dos, ni por consiguiente podria encenderse la guer ...
ra civil, que es la mayor de las Jres espantosas ca ..
lamidades que reducen á polvo y sangre los mas
fuertes imperios. Las Córtes de España solo han se-
ñalado penas á los que siguen el partido contrario
á la Patria; pero no á los que no se declaran abier-
tamente á favor de ella. iPero por eso las Córtes
ae la Naturaleza dejan de imponerlas gravísimas á
los que no se declaran á favor suyo tan abierta-
mente como queda Solón ~ Estamos en guerra con
no pocos enemigos en las fronteras de Francia,
apoyados y protegidos, cuando menos, indirecta-
mente por aquella nacion, y sa~mos que en 10
interior de nuestra península hay enemigos ocul-
tos, que proceden de acuerdo con los ya declara·
dos, y solo esperan el momento de declararse tam·
bien. Si esperan este momento, tambien llegó el nues-




20
tro dé con6cerá nue~ros. amlgQs y á nuestros ene.
migas; á los amigos'''Para protegerlos,. y á los ene-
migos para. esterminados,. ó:á lo menos reducirlos á
!a absolúta : impotencia de 'hacernos daño.


n Decidfos: pues indiferentes, c~n¡¡Q substancialmen-
te decía una de las camisiones de la Asamblea de
Francia, y como literalmente debieron haberles di-
cho ya nuestros Gefes políticos; pero antes conftde-
rad las consecuencias de vuestra determinacíon: ell a
es de la que áeperide la guerra interior y eXterior, y
por consiguiente sobre vuestras cabezas va á caer la
responsabilidad de una cadena interminable de deso"
lacion y de muertes. Si _ abandonando vuestro orgu'"
Ha, os presentaisen las tertulias patrióticas y elec";;
cione~ populares al lado de los ciudallanos de todas
Ji't~iones-, sin deteneros en sus vestidos ni eh Sll~
Hloctales;si sacrificando una pequeóa parte de vues ...
tías riquezas, sois los primeros no solo en el pago
tle las contribuciones, sino en las listas de 105 dona-
tivOS; si cuando no c'ayere la suerte de quinto á al-
r;uno de vuestros hijos ,presentais á la Patria ves-
tido y armado al m~lsquerido de ellos; si de tan
buena fe os jllntais al pueblo para destruir y ano-
nadar á los traidores, ya ensalzando á los libertado-
res de la Patria, ya abominando á sLlsenemigos y
señalándolos con sus nombres propios, nO de faccio-
sos ni de serviles-, sino de brutos á los ignorantes,
de pícaros á los inteligent~s y de traydoresá los que
con sus palabras ó sus obras nos hacen la guerra, sin
reparar en poneros en la cabeza la cinta verde Ó mo-
rada, ó cualquiera otro distintivo de patriotismo que
adopten los amantes de la Constitucion, como con
menos motivo se hizo por todos en lagüerra· de la
independencia con la. escarapela encarnada , estad se-
guros de que se acabó la guerra en las fronteras, y
no Negará á estallar la de ningu!1 extrangero; pero
si no d~spertais de vuestro letargo, si por algun pe-




21
queño grito de vuestro orgullo, si por un bárbaro
impulso de alguna ruin venganza, si por algun con-
sejo de la sórdida avaricia, si por un terror pánico ó
algun compromiso de vuestras vidas ó haciendas no
es juntais á los ardientes patriotas, cuya exaltacíon
murmurais, y cuyo precio y necesidad conocereis tal
vez ya tarde, va la guerra interior á propagarse y
la exterior á encenderse; y entonces elpueblo, indig-
nado de las cadenas que le habeis preparado con
vuestra estúpida moderacion y refinado egoismo, en-
trará en furor; y este gigante formidable, alzado cuan-
to largo es á los ojos de los traidores y de los tira-
nos, abrirá los millones de sus brazos y despedazará
á un tiempo á cuantos ejércitos se le opongan, y á
vosotros, á vuestras mugeres y á vuestros bijas, como
en un caso y por una causa igual lo visteis el 2 de
Setiembre en Francia."


A ninguno sino á los Gefes políticos tocaba es-
te lenguage. A ninguno sino á ellos tGcaba ba-
cerle resonaren las tertulias patrióticas, en los
púlpitos y hasta en los confesonarios, 2 Y ha re-
sonado en alguna parte? Si los conf<:sonarios y
los ptllpitos no esta n sino indirectamente sujetos
á su impulso, estándolo las tertulias patrióticas,
¿cuántas han establecido, ó cll~ntas no h~n de-
jado perecer por falta de proteccion en Su cuna~
Dígalo la· de Madt'id, que cerrada con el mayor es-
cándalo, en tiempos en que todo se temía, toda-
via no se ha abierto en tiempos en que todo se es·
peraba. Lo cual siendo así, ~ qué maravilla ba de
ser no haber nada de lo que forma esoocialmente el
objeto de la policía, ni siquiera aquella seguridaJ
en los caminos, ni aun en los poblados, que es lo
menos que puede exigírsela? l pero cómo ha de ba-
ber nada, si nada se-ha hecho ni aun para alentar
la Milicia voluntaria, activar la de la Ley, y hacer
recíproco entre ambas el servicio armado ~ No hay




22
dinero; z pero c6mo ha de haber dinero sino hay
esptrltu público ~ No hay espíritu público, porque
los Gefes Políticos no han sabido formarle. Mi-
nisterio de la Gobernacion: Nad;l, nada te de-
tenga para hacer luego luego en los Gobiernos po-
líticos el cambio de Gefes que reclaman las circuns-
tancias, restituyendo sin dilacion á sus filas á los
bravos y sabios oficiales que has sacado de ellas, ..,
reemplazándolos con Incendados, con estudiosos Y'
con letrados que hayan dado iguales pruebas de pa-
triotis1l19, de decision y de conocimientos políticos,
que las dadas por aquellos valientes guerreros en
su carrera. El decreto de Córtes que prohibe dar
empleos á los que no. gocen sueldo dd Er:uio Na-
cional, ni el que para la separacion de los emplea.
dos exije justo motivo, y que se esprese en la 6r-
den, no son un obstáculo para estas mudanzas; por-
que 10 primero, los destinos dd Gobierno político
no son empleos, ni para la facultad libre ue qui-
tarlos, pues si 10 fueran, el Ministerio espresaria
en la árden de la separacíon el justo motivo, y no
10 espresa, ni para la facultad libre de proveerlos
en los que no gocen de sueldo, porq l1e si no son em·
pleos para lo uno -, tampoco han de serlo para lo
otro: lo se~lI ndo, en las C:lfi'eraS de Estado, Hacienda
Justicia y Gobernacion hay sl1getos con sueldo, y
muy idóneos: lo tercero, la ley no habla de los em-
pleos interinos, y he aqui un medio de proveer todos
los Gobier,nos políticos con los sabios mas distingui-
dos, y de restituir al Ejército y á sus importantes
comisiones e~tos grandes oficiales. La consideracion
de que el ntlmero de traidores armados que infestan
las provincias, reclama mas las armas que las letras,
podrá ser espe¡::iosa, pE'ro es la menos sólida que pue"';
de caber en el raciocinio. El mal no está en el nú·
mero de los facciosm, sinó en que el espíritu pú-
blico está dormido: despiértesele, 1 no habrá [ebel-




23
des. El desperta:rle no' es . obra de las armas, lo' es
solo de la razon presentada á tiempo con la pa-
labra, cwn la pluma, y con las. obras. El material-
esterminio de los rebeldes, mientras el eSr'íritu públi-
co no esté despierto, toca sí á las armas ~ pero no
á las· dd Gefe Político, sino á las de las Milicias
Nacionales dirigidas por sus gefes respectivos, y á
la tropa permanente, cuyogefe nato y único es su
Comandante.


Ministerio de Hacienda: Hasta que los otros
Ministerios no te presenten el espíritu público como
conviene, no puedo dirigirte mi voz; porque sin él
no puede haber pago puntual de contribuciones, y
mucho menos donativos, ni aun empréstitos; y don-
de no hay Hacienda, son vanos los avisos sobre su
administracion y repartimiento .. No pierdo sin em-
bargo la ocasion de decirte lo primero, que el acree-
dor necesitado es preferido al deudor en sus bienes,
y cada uno debe usar de 10 suyo antes que cqntraer
empeños. La opinion pllblica es que los m:lnipulan-
tes de la Hacii.:!nda Nacional en estos dos auos y
medio han hecho su cuenta ant(s que la de la Pa-
tria, y que estan descubiertos en al~unos miilom:s,
especialmente los de Madrid y Barcelona.: véase lue-
go 10 que hay en esto, y siendo verdad, sdquen-
se de ellos ó de sus fianzas inmediatameme: lo se-
gundo, f:¡ue aun los deudores comunes sin relacion
alguna c~n sus acreedores, como los empleados pú-
blicos ,. cuando son ejecutados, y llega á retenérsdes
el sueldo, la retencion nunca pasa de s,u tercera par-
te, y si es padre ó hijo el ejecutado, nunca se le
aprieta ni apura mas que basta aquello que puede
pagar cómodamente. Por estas observaciones, y por
las de que antes es vender que empeñarse, bien .po-
drían sacarse para venderse y reducirse á dinero, mil
millones de los veinte y ocho mil que tal VC~ im-
portarán_los bienes aplicados al Crédito' público, el




24
cual en vez de perder con esta medida, gana.ria mu-
cho; porque ella era capaz de hacer por sí sola nues-
tra regeneracion política, y asegurar para siempre
el m .. 1Y vacilante Crédito público. Nos daria la re-
generacioIl política, porque nos sacaria de ahogos
sin necesidad de recargar las contribuciones; y no
hay sistema de gobierno mejor para todos los pue-
blos del mundo ,. que el que menos les pide: lo ter-
cero, que en una Nacion cuya riqueza ha sido su-
perior á todas las conocidas, siempre quedan recur-
sos, que si no fueron atendibles en tiempos de opu-
lencia' y de desórden, son sumamente apreciables
en tiem¡:'os de escasez y de economía. El Rey no
puso á disposici09 de las Córtes todos los bienes que
poseía sin ser palacios ni bosques de recreo seÑa-
lados por ellas, y tal vez importarán muchos mi-
llones, que reducidos á metálico podian servir mucho
á nuestros apuros. Las minas de azogue de Almadén,
las de plomo en Alpujarra, las de Almagra en AI-
mazarron de Murcia, y los presidios menores de
África son unos recursos iguales á los Pozos de
Anibal. Si el tabaco Brasil fuese mejor y mas bara-
to, y las mismas calidad~s tuviese el Habano, se
extinguiria el contrab:mdo de este género, no habria
necesidad de tantos dependientes, y toda la ganan-
cia seria d(! h .Nacion. La misma cuenta nos sal-
dria en rebajar todos los derechos de Ad~na , y
aun si se q uÍere ,en conservarlos; pero con la condi-
cion de reforzar el cardon del resguardo hasta cer-
rar bien todas las entradas, si esto no fuera tan im-
posible como poner puertas al campo: 10 cuarto, que
10 que noS falta de renta.. nos sobre de econcmia, y
no serán tantos nuestros apuros ni los d.escontentos.
Con pocas horas de traba.jo, y éste contínuo, que se
aumentasen en todas' las ofiCinas, podria disminuir-
se ml1tho el númerQ de sus oficiales y la cantidad
de sueldos. Eguía cobró los suyos hasta. que de-




25
sedó. Díces~ que' Lozano úe Torres y don Justo
Pastor, el Lucindo de Valencia, los estan cobran-
do tambien , y que en el mismo caso se hallan los
verdugos que compusieron las Juntas de Estado para.
esterminar á los patriotas, y otros muchísimos indig-
nos hasta de respirar el aire de la leal España. ¿Por
qué han de' cobrarle los generales de Valencia que
cuando mas los necesitaba la Patria la abandona-
ron? l Por qué han de cobrarle tampoco los que
estando en Madrid honrados con sus fajas y sus bas-
tones militares, para desplegar todo su celo, sus co-
nacimientos, y su valor en un día como el siete de
Julio, no se dejaron ver en ninguno de los puntos á
donde acudieron los Ballesteros ~ Para esto se m~ce­
sita formacion de causa ~ z Por qué pues no se les
forma~ l6 por qué no se les ha forn~ado ya en tanto
tiempo? :,10 quinto, que se ponga en ejecucion sin per-
dida de momento la medida quince de las que au-
torizaron las Córtes, fijando luego fuera de Madrid,
en los pueblos de la Península é islas, el haber de
los cesantes, obligándolos á cobrarle personalmente
en ellas, porque estos son los que absorven los
sueldos de los empleados efectivos, y como así no
hay para ninguno, y ellos no' tienen en que ocu-
parse, sino en, maldecir el sistema, y trabajar jun-
tos para destruirle, es muy· poderoso, su influjo,
cuando no en la corrupcion, á lo menos en el
adormecimiento del espíritu público de la capital,
y por consiguiente en el de las principales provin-
cias: lo sexto, que sobre el empréstito pendiente el
público tiene fija su vista; ni hasta el menor ae-
cid'ente ~ele 'oculta: escarmentado de los emprésti-
tos anteriores, y de las ocurrencias sobre la deuda
de Holanda" vive muy' receloso, y está muy deci-
dido á no 'perdonar ni las dilaciones que van sien-
do ya demasiadas,' ni la menor inadvertencia con
que pueda- ofenderse á, lós·intereses de l;t Nacion.


4




26
Lo séptimo y último, que siendo 'un'a obUgacion


esencial de todo Ministerio la de hacer buen empleo
y una justa reparticion de los caudales públicos, la
de llevar una exacta cuenta y razon del gasto ge-
neral del Estado, pues estos dos puntos son una de
las pri,ncipales bases de la confianza que debe inspirar
un Ministerio de Hacienda, es, precis(} publicar un
manifiesto de sus· principales operaciones: relativas á
los empréstitos, á los pagos considerables de deudas
atrasadas, y á las cueptas de la Tesorería General.


Algo se me ofrecia decir á los Ministerios de
Marina y Gobernacíon deUltrarnar; pues. aunque
el uno tiene menos buques, y el otro menos pro-
vincias mas allá del mar ,. que hacienda el Minis-
terio de ella" por l(} mismo los auxilios que nece-
sitan para dal~ el de Marina seguridad á las costas
y las islas, yel de Ultramar órden, paz, y fra-
ten].idad á las Américas entre sí y con la Penínstila,
sin sonar el cañon, deben ser mayores; pero no siendo
un folleto lug~r á propósit(} para materias tan difusas y
complicadas con' otras naciones, me limitaré á de-
cirles, .que pudíendo ser su egemplo en las pocas
mudanzas que hagan, y su influencia en las jun-
tas de Ministros q ne tuvieren, tan grande como
grand~ es su patriotismo, espera de ambos la. Pa-
tria, que si en los dernas á quienes toca ha-
~erlo todo hubiese alguna irresolucion, los ataquen
varonilmente, y unidos todos fraternalmente entre
sí en la accion, como lo estan en el deseo, reco-
r,lozcan, que sin, espíritu pú.blico no puede pedirse á
los pueblos sacrificios grj¡luqes: que mientras los! ma-
los esten entre los buenos, mandándolos' y~ diri-
giéndolos, no puede haber este espíritu público: que
estando en las manos del actual 'Ministerio la fa-
cultad irresistible de hacer con órden y sin derramar
una gota de ~angr~ esta separa cío n de los malos, y esta
c0nversion el) sU,nuliqad abs.oll.1t<\; que reclama. la




27
salvadotl. de la Patria, yaun el interés de ellos, no
deben hallar un obstáculo, ni temer ningunas resul':
tas, porque para los que salvan la Patria, nunca ha
habido otras que las de la gloria; y que con solo este
paso han ganado ya la mitad del triunfo, y han ase-
gurado ganar unidos á las Córtes ,el triunfo entero.


No lo dudeis: las Córtes estraordinarias serán las
que den el ejemplo solemne de la reunion mas since-
ra, y el sacrificio de todas las pasiones, hasta la de
la opinion de algunos individuos suyos en favor de la
sublime pasion, que sola debe ocuparlos, el amor á la
Patria. Nada os negarán de cuanto propusiereis con-
veniente á la renovacíon ó establecimiento de las
alianzas defensivas y ofensivas, contando desde lue-
go con Portugal, nuestro mas natural y seguro ami-
go, y con las dernas naciones libres, como los Esta-
dos Americanos, la Inglaterra y los heróicos Griegos.


Cuando se trate de la Hacienda tendrán presen-
tes los recursos que se han indicado hablando de
este Ministerio. Si para cobrar puntualmente los im-
puestos á las épocas señaladas, pedís que os auto-
ricen para que en último estremo, no bastando el
apremio del honor, se reparta y exija, con apremio
de la Milicia del pueblo mas cercano, el cupo del
pueblo que esté en deber entre el número de pu-
dientes que puedan adelantarle, haciendo presentar
al cobrador en las casas Capitulares de la cabeza de
Partido, nombrando el Ayuntamiento otro en su lugar
hasta que los pudientes queden reintegrados, y admi-
tiendo en pago si conviniese una cuarta parte en trigo
os dirán: qudais autorizados. Os autorizarán ademas
para abrir suscripcione,') de donativos en dinero y en
alhajas de particulares é iglesias: asímismo para
empréstitos voluntarios, con término de un año á pa-
gar con derechos y contribuciones posteriores á este
plazo, y aun para rifas de fincas Nacionales, que
cómodamente puedan dividirse hasta la cantidad de'
millones que se tengan por convenientes.




28
Ya ofrecieroh las C6rtes al cerrar ~U:5 se~iones


el aumento del Ejército que creyeseis conveniente,
y os autorizará para cuantas medidas sean necesa-
rias para realizarle. En cuamo á las Milicias,. si pe-
dísque se os autorice para apremiar á la ejecu-
don de su último reglamento con multas y pre-
sentaciones á la CapitaL, á los que fuesen la cau-
sa de su entorpecimiento, QS será otorgado,


Un Egército llamado de proteccion situado en el
centro, que pueda prontamente arrojarse sobre los pun-
tos mas importantes, compuesto de regimientos del
permanente y de la Milicia activa, di.! soldados que
se reenganchen y quieran pasar á él, de licenciados
que se recluten, y de las voluntarios pa triotas, que
110 se hJ.llen en ninguno de estos. dos casos, sus-
pendiéndose por ahora para todos el artículo de la
Ley orgánica, que prohibe los reenganches., y pre-
mi~ndo á ('stas últimas clases con arreglo á las órde-
nes antiguas que hablan de ellas, y ademas con la
cantidad de valdíos ó de dinero que sea posible, sien-
do su fuerza de diez mil hombres, y sus gefes yofi-
ciales escogidos por el Gobierno, con suspension
tambien por ahora, de ~as Leyes que para esto
restrinjan sns facultades; seria el descanso y el apo·
yo del Ejército permanente, el freno que haria
temblar á nuestros enemigos ocllltos, el golpe mor-
tal de los manifiestos, y el terror de los Gabinetes.
Asi, lo mismo será proponerlo vosotros, que acor-
darlo las Cortes.


La España observa con escándalo, y la Europa
con a,sombro, que los principales traidores, los que
prepararán el horroroso proyecto de invadir la, Ca-
pital,en la madrugada del siete de Julio, cuya eje-
eneian se confió á los desventurados Guardias; que
aqudlos hombres sin Patria"sin ponor, y respirando
el ali..:uto impuro del mas exaltado egoísmo, se pa-
~can entre los libres,. viv~n con tranquilidad, maqui-




29
nan sin obstáculo , proyectan sin freno, y !u existen~
cia, su libertad, su cornunicacion irritan al patrio-
tismo, comprometen 'el reposo de lós ciudadanos
honrados, y amagan llanto y exterminio á los hom-
bres decididos por el sistema que felizmente nos ri-
je. Si el poder de las Leyes no alcanza, los recur-
sos de la imaginaciol1 presentarán á un gobierno ilus-
trado y Patriota) y á unas Cortes eminentemente li-
berales, los medios seguros I.<ie contener tan funesto
desorden ahora ,. y para 10 sLlcesi vo. El Congreso
reunido no solamente para la expedicion de los nue-
vos decretos, sino tambien para la reforma y modi-
ficacion de 10'> ya expediJos, destinará alguna de Slli
sabias' medit3ciones á la revisÍoH de la llamada· Ley
Marcial de 18:21. Una investigacion de esta especie
seria muy oportuna, pues que de ella podría resultar
el conocimiento de las mejoras de que es susceptible.
La Ley guarda el mas profundo silencio sobre el
nombramiento de los Fiscales y su .modo de proce-
der en la» causas;~ y este silencio- puede ser el origen
de que el poder ejecutivo tome alguna parte en ellas,
y de que su instruccion no sea tan acertada y pron'-
ta, como quiso la Ley y conviene á la seguridad
pública. Asi el poder ejecutivo no por su obligacion
de hacer que se administre justicia, sIno por la par-
te que ha tenido siempre en las causas de los mili-
tares y de la. naturaleza de la del siete de Julio,
mandó, no que en ella se hiciese justicia, sino que
se procediera á la formacíon de causa sobre la salida y
entrada hos.til de los Guardias en Madrid aquel dia. Di-
ciendo simplemente que se administrase justicia, no
hubiera limitado el conocimiento; pero habiéndole
señalado los terminos de entrada, salida JI Guardias,
ha parecido á algunos, que los Fiscales no podian ra-
montar su averiguacion al origen de estos delitos, ni
extenderla á otras personas, por mas que fdesen,
~01110 habían de serlo, los autores formales de al11bos~




30
Si la Ley se hubiese explicado un poco mas c1ar:t·
mente sobre q lle el poder ejecutivo no debía tener
en estas causas ninguna intervencion sino en el mo-
do preciso, y en los únicos casos señ:dados por la
Constitucion y las Leyes, como en verdad lo q ue-
ría, se hubieran evitado algunas fl1alas inteligencias
y no pocas dilaciones. La Ley tampoco señl1a el ofi·
cial que ha de ser Fiscal en estas ,causas, y por eso
]e nombra el Comandante general, oeque resulta h
dilacÍon de este nombramiento, la nueva dilaeion lue
suele seguirse por las escusas que regu1Jrm~nte se
dan para no admitirle, y:1J. acepcion d~ p:;!rsonas con
peligro ó de los reos, ó de la vinjicta pública. Aun
se sigue mas, porque se sigue por una parte la ins-
tabilidad de estos Fiscales, pues ya lo son, y ya
dejan de serlo, y por otra su dl:!pendencia casi ab-
soluta de los Comandantes generales y auditores, re-
sultando de aqui unas dilaciones incalculables, y un
campo sin término para la intriga y las seduccio-
nes. Todavía ha-y ',otro inconveniente m'ucho mas gra-
ve y opuesto hasta á la Constitucion, porque los
Fiscales consultan al Comandante general si los m-
marias han de elevarse ó no á plenarios, y despue~
si se hallan perfectamente concluidas las causas, y á
qué Consejo han de pasatse; y como el Consejo de
Oficiales debe remitir á 105mi~mos Comandantes su
sentencia para la aprobacian, viene á suceder, que
los Comandantes son aun mismo tiempo Jueces de
primera instancia, y Jueces de apelacian. Aun hay
pues otro absurdo mayor, y es el de que siendo es-
tas causas de conspiracion las mas' dificiles de formar-
se, por las muchas y diferentes cla.ses de personas
que intervienen en ellas, y por constar 10 menos de
dos partes esencialmente distintas, una el plan don·
de esta n los formales autores, y otra laejecucion don-
de solo se dejan ver los materiales ó los instrumentos,
se encarga su formacion á los militares, como si fue-




31
sen las sencillas y muy .conocidas . por todos: ellos 1
llamadas de Ordenanza; y como no pueden poseet
los conocimientos legislativos, que forman la profe-
sion de los Letrados, no pueden andar tanto como
conviene para su completa ínstruccion, ni casi dar
paso sin tropiezo, y sin con~L1ltar á personas que no
son responsables de nada, con mücho peligro de que
se falte al secreto, que es casi el alma de la libertad y del
acierto de unos procedimientos tan delicados. Hay to-
davía otros puntos que sin embargode no llec'esitar de-
claracion, conviene hacerla. No está bíen reconocido
el principio de que no debe dividirse la continencia de
la causa en las de esta naturaleza l' y algunos temien-
do al Consejo ordinario de OficÍales intentan librar-
se de él por haber sido presos por paisanos, ó haber-
se presentado voluntariamente en la carceI. Todos
estos inconvenientes y alegaciones del miedo , y n()
de la razan, cesarian si se declarase; lo primero,-
que los fiscales de las causas de conspiracion, y de
los otros delitos' de que habla fa expresada Ley, es-
tan enteramente independientes del poder ejecutivo
y de los Comandantes: lo segundo;, que es Fiscal na-'
to de ellas e! Alferez, ó Teniente, 6 Capitan mas
antigua' de la: Milicia Nacional,' ó del Ejército per.,.
manente que'huhiese' concmrrida á la accion:babien-
d9: dos ó mas, con la misma' ant:igiiedad de grado~
sea preferido el Abogado, y no lo siendo: lirnguno,.
el que decidiese la suerte, observándose lo mismo
c;on el mas antiguo Abogado ó sorteado de Milicias,
y, el serteado ó Abogado del Ejército permanente,.
cuando ambos cuerpos hubiesen concurrido á la ac-
don, y por consiguíente hubiesen de componer por
mitad el Consejo de Oficiales: lo tercero, que no sien-
do Abogado el Fiscal Militar, sea su acompaÍlado
nato el Juez de primera instancia del partido en que
!'5e forme la causa, y habiendo, mas Jueces que uno
en el pueblo sin partidos detetminados" 10 sea· el mas




3~
antiguo: 10 cuarto,· que seaconsideradó este Fisc.ai
Militar como si fuera el Juez de primera instancia,
y por consiguiente dé al suma.rio y plenario la
misma sustanciacían, trámites, y términos señalados
á los Jueces de primera instancia hasta -el pronuncia-
miento de la s~ntencia, que remitirá al Consejo de
oficiales, desde .cuyo momento continuará la sus'tan-
ciácion por el orden, trámites y selltencias que
se previenen por la Ley: y lo quinto, que en estas
causas tielle tambien lugar el principio llamado
Continencia de Causa pa.ra atraer á ellas Jos cómpli-
ce3, sea cual fuere el' concepto bajo el cual lo sean,
los aprehendidos por cualquiera autoridad ó persona,
y los presentado~ Propcme(Uo pues así á las Cortes;
y esperad que quedará acordada esta declaracion. Aun
podeis esperar mas para la mejor y mas pronta ad-
ministracion de justicia, porque si considerando los
inconvenientes que puede traer á ella la -literal ob-
servancia de los capítulos de la Constitucion, relati-
vos á las prisiones, y de las Leyes dadas para su
mejor cumplimiento, como podeis y debeis considerar.
los, pidieseis su sllspension temporal, os será concedida.
El prontisimo ck'Spacho del Código d~ procedimientos
se recomienda por el mal estado de los Tribunales.


Si para sacar de cada Español todo,el partido que
necesita la Patria conviniese la suspension de las Leyes
que prohiben la separacion de los Empleados sin jus-
to motivo, lá provision dI.': los Empleos en los que no
gocen sueldo,. y toda comisiotl del Gobierno en los
Consejero." y Magistrados, y propusieseis la suspen-
sion de ellas, os sera otorgada.


Es demasiado peligroso reservar parata inexorable
anarquí.a la pena de los que miran con indiferencia la
agresion de los traidores en los pueblos, sin unirse á los
ciernas para resistirlos y castigarlos; pero siendo una de
las primeras condiciones, con que los hombres se re-
unen en sociedad, socorrerse y ayudarse recíprocamente




33
en sus peligros, es clarísimo <ttte los que se niegan á dac
estos auxilios en casos semejantes no deben tener dere~
cho alguno á recibidos de los demas, ni á estar en
la gloriosa lista de ciudadanos españoles. Si pues pro-
pusieseis á las Cortes una Ley por laque se imp?u-
ga la pena de suspension de los derechos de 'Ciudada-
no, y el resarcimiento de los perjuicios que se sigan,
contra cualquiera que á la, primera señal :de ,ha-
llarse turbada la tranquilidad' pública, no 'se una
pudiendo á la autoridadencargarda de su con-
servacion, el decreto que os darán será: como se Pide.


Mas criminales son los que viéndonos rodeados
de traidores, y siendo la obligacion mas sagrada la
de defendernos todos juntos y de concierto en el co-
,mun peligro, nos abandonan cobardemente en él,
y huyen para ponerse en salvo ó acaso para ha-
cernos con mas seguridad la guerra. Estos, cornoopi-
nan todos los publicistas, son desertores infames, y
el Estado debe castigarlos con el mayor rigor. Y pues,
que tal es el caso en que se hallan 'tantoscOl11o
sin causa conocidamente legítima, piden pasaportes
para Francia y otros paises estrangeros, proponed
á las Córtes una ley que prohiba darlos por ahora, 'é
impongan á los que los dieren y á los que 'con eUos.,ó
¡ineHos se marcharen, las penas severas que puedan
contenerlos, sin olvidar á los que estando fuera de
España con licencias ilimitadas, ó cuyo término se
hubiere acabado, no regresen dentro del 'que se
les señale, y sin perjuicio de suspender la data de
pasaportes que no sean muy urgentes hasta que las
Córtes resuelvan lo que tengan por conveniente ; y
estad seguros de que tambienos será decretado.


El descuido y abandono acerca . de caminarse
sin pasaportes, y de no reconocerlos las justicias, y
aun la indiferencia con que se oye por algunas au"
toridades responsables de la seguridad de los pueblas,
la noticia de haber 'entrado 'ó haber 'salido, y aun-de


5




;34
estar dentro de ellos algunos hombres sospechosos,


. es causa de que vaguen por el Reino y se reunan
ún sentirse los conspira\.lvres. Por esta razon si ~o
haceis presente á las Córtes para que señale penas
á esta inJolencÍ.l tan funesta como escandalosa, no
se detenJrá ni un momento en acordarlas.


Los pasageros s.ikn de los mesones robados ya
. de dos maneras, una. por los mesoneros que no tie-
nen mas arancel que el de su avaricia insaciable,
y el terrible apremio de no poder detenerse el cami-
nante para buscar la Justicia por no perder su jornada,
y otra en los caminos, porque los ladrones que en-
tran y salen, y aun duermen en las posadas, se


··informan y avisan á sus compañeros para dar en
el camino con toda seguridad sus asaltos, y pOC03


. desórdenes hay que desacrediten como este á nues-
tro actual sistema, tanto mas, cuanto algunos sa-
crih:,gos intentan cubrirle con la Santa. Libertad que
protege. Si como tan urgente una ley muy severa
contra las Jllsticias que no visiten todas las no-
ches las posadas, no tengan su arancel de mani-
·fiesto· en lugar que pueda leerse, y esten prontas
á oír y despachar sin dihLcion las quejas que se Ié
dieren, la propusiereis, os será adoptada.


Es del interés de la Nacion entera y de sus mis-
mos Gefes ilustrarlos por todas vias y en todos tiem-
-pos, especialmente en los mas dificiles. L:ls verda-
-Jeras luces estan en laS representaciones que se les
-hacen, en los escritos que se imprimen y en las
reuniones patrióticas. Ninguno de estos medios de
comunicarse los hombres, si han de ser tan útiles á
la sociedad como lo quiere la naturaleza, ha de su-
frir restriccion alguna que no sea igual á la que tie-
ne la lt'n¡!;ua; el respeto profundo á los derechos de
los demas, y la obligacion sagrada de no violar-
los. Solo los tiranos, ó aquellos gobiernos que como
'fl}¡l,asado se hizo sospechoso de entrar en empre-




35
sas secretls ruinosas á la Patria, puede pretender unas
restricciones sernej:lIltes á las que se acordaron sobre
las Sociedades Patrióticas, el derecho de Peticion,
y b. libertad de Imprenta. Dad á la España y á
todo el mundo una prueba solemne de que la fran-
queza de vuestro patriotismo no busca las tini.:blas,
sino las luces, y á su consecuencia proponed la sus-
pension de semejantes leyes, y esperadta.


Creedlo , Ministros: la respuesta de l<ts Córtes á
cuantas propuestas les hagan vuestra sabiduría y pa-
triotismo, os será siempre favorable; y si por nu~s­
tra desgracia el peligro de la Patria creciese, por muy
poco que fuera, os dirán en alguna manera lo que
el Senado Romano decía á los Cónsules: .alvrrd la
Constitucian JI el Estado, y obrad tan denod:1dll'1ten-
te como lo exUan las circunstancias. Toda via harán
mas, porque publicarán un manifiesto á la Nacion
sobre el Estado en que se encuentra, los inmensos
recursos con que se haBa, la oblig.1cion qGe estf'¡::-
cha á toJos para unirse con sus bienes y personas
á la comlln def~nsa, y la pena natural d..: los que
viendo abrasarse la casa de su vecino, no corren á
ayudarle á apagar el fuego, como lo esperimentaron
los Franceses que eran sospechosos, ó murmuraban,
ó miraban con indiferencia los sacrificios que hacian
sus hermanos por la libertad de todos, pereciendo á ma-
nos del furor del pueblo en solo una noche mas de ca-
torce mil personas; medidas fuertes, cruelísimas y
espantosas, pero inevitables en toda revolucion en
que los gobiernos no han tomado las sensibles, pero
justísimasy muy tolerables qlle acordaron las Cór-
tes, y las dernas que quedan propuestas; porque con
ellas únicdmente se pone á los enemigos en estado
de no hacer daño, ni de sepultar en su ruina á
los inocentes á quienes engaflan oCLlltándol~s los in-
mensos bienes políticos y religiosos de un sistema fe-
lids.imo que han jur.d<:J defender, yenseñándoles so·


..




36
10, Y ponderándoles traidoramente los • males que
sobre ser pasageros, no son hijos del sistema, sino
acaso de Sus maquinaciones inicuas.


Todo esto y mucho mas harán los Padres de la
.Patria en las próx.imas Córtes ex.traordinarias; pero
Ministros, sin el espíritu público, cuya formacíon
tiene tantos elementos y toca á vosotros, l quién
oye estos. manifiestos~. ¿ quién obedece estas leyes ~


TERCERA PREGUNTA,


¿En qué 'Vendrá á parar el actual Ministerio ~


El espíritu público de una nacion es la opinion
pública: la opinion pública sobre un sistema es el
juicio que la mayoría de la nacion forma sobre las
ventajas ó desventajas de él: se dice que la opinion
públka, es. la reyna dd mundo, porque viendo la
mayoría. de una nacioll la conveniencia de un sis-
tema. se drdara amante suyo, y uniéndose para de-
fenderle). así como se ha unido para aprobarle, no
hay fUerzas humanas. que puedan vencerla. N Llestro
actual sistema. no solo es mas conveniente que otro
alguno á la mayoría de. la. Nadan, sino á todo el
pueblo entero, porque pueblo es todo lo que tiene
interés. en la prosperidad del Estado: es todo lo que
ha. entrado. en la sociedad para llevar sus cargas y
sacar sus. ventajas recíprocas:. se escJ lIyen por con-
siguiente de. la masa. pueblo. tQdos los que. no se pt;O-
ponen mas, que participar de sus. ventajas, todos ]os
que- ex}gen mu.c.ho sin. dar nada, y todos. los que
nada tienen. por su: industria "por- sus propiedades,
por sus empleos 6 por sus. servidos .. No. siendo pue·
bto esta da·se de hombres, su opinion es. nula, tan·
to, mas ~ua.nto nada. les ím.pona. que el Gobierno
m.arche ~omo quiera: que el Estado de la Hacienda
pública. amenace ruina" y que sea. ninguna la con-




37
sideracion de su pueblo entre las de mas naciones.
N uestro pueblo todo tiene un interes. en el nuevo
sistema,. que por mas que se pondere,. nunca se pre-
sentará tan grande como él es en sÍ, y los únicos
interesados en d¡?struirle son los malos Eclesiásticos,
que en vez. de gloriarse como Jesucristo de ser ricos
en virtudes, se glodan de serlo con los despojos del
sudor de los miserables; y si esta clase de gentes.
no son pueblo, porque no tienen en su felicidad in-
teres alguno, iserán pueblo, ó enemigos del pueblo
los malos caballeros que u nidos. á ellos, no conten-
tos con las grandes riquezas que les. quedan, y
la dignidad de hombres libres. que han adquirido,
se han conjurado para ser esclavos de un déspota, y
hacernos á la vez esclavos suyos? Lo cual siendo aSÍ,
¡puede darse empresa mas facil paJa vosot,ros que la.
de formar este espíritu público, estando reducido á
hacer ver á todo el pueblo español, que nuestro. ac-
tual sistema es el mas ventajoso y dig.no de los hom-
bres. que ha podido imaginarse, y que los Eclesiás-
ticos y nobles que le desacreditan" son. unos traido-
res que le engañan, porque quieren que sea siem-
pre lo que fue, su esclavo? Nuestros. jornaleros, á.
quÍl.nes con. el oro estan seduciendo, esos, malos. EcLe-·
siásticos, yesos nobles. infames, para que' claven el.
puñal á su Patria, l no podrán decirles, lo. que' Fabri-
cio decia en UD caso. igual al Rey Pirro" que tam-
bien q ueria. sobornarle, (( nosQtros" los, españoles co-·
mo los romanos ,. todos somos ricos" porque la Pa-
tria. nos hace iguales, á toaos, y, para· elevarnos á
grandes. plazas no nos. pide mas. que mérito?" Poned
pues. en ejecu.cion de esas diez y, siete medidas, que.
acordaron las Córtes,. las que no la hayan ya teni-
do: unidoos fraternalmente á ellas para que mien-
tras vosotros eJecutais las que estan en las. facltlta-.
des del poder ejecutivo, entre las. que dejo propues-
ta.s" examinen" quiten ó. añadan á.las,dcmas que se:




38
han indicado las que tengan por convenientes para
auxiliaras. Apagad lLiego la seJ de justicia que
abrasa á· este gran pueblo: no perdais un momen-
to en procurar que administr3ndose S'2 saque de las
cárceles para los cad::thalsos ó los presidios á los t ray·
dores, y á sus casas á los esclarecidos patriotas, que
por serlo estan en los calabozos. Apartad de su vis-
ta á sus seductores y á los que detesta como enemi.
gos suyos, especialmente si son empl'.:ados; no ti t ll-
beis un momento en que es justo motivo p:lra la
separacion de cualquiera Ja pérdida de la opinion
pública, ni en que para la provision de los destinos
políticos no se necesita gozar d~ sueldo: confiad
estas importantes comisiones á sugetos que sean dig-
nos elogiadores de la ley de Solón, é inspiren con-
fianza de que la harán resonar eri toda su provincia,
sin consentir dentro de ella quien ni aun en lospúl~
pitos y conK:sonarios no 1.i haga reconLcer y aplau-
dir. Tenedlo todo preparado para ese ejército inven-
cible de proteccion, y poned luego las plazas fron-
terizas de Francia en el estado mejor posible. V ues-
tro Ministerio es de revolucioll, y no revolucionario;
solo se os pide pues, que ejecuteis y propongais las
leyes propias del nuevo sistema, y que marche,
corra, y si es posible vuele la revoluciono Si asi os
. conducís, como lo espera la Patria, y os lo ruegan
vuestros mas cordiales ami?:os, sereis los verdaderos
líbertadores de la heróica España, porque entonces
habrá aquel espíritu público que nos hará formida-
bles é invencibles; y las fiestas públicas que los pue-
blos celebren por la seguridad y felicidad que les
envÍeis, será la recompensa mas agradable á que po-
deis aspirar; pero sino lo hicieseis así, si abrumados
con el peso de los negocios, si rodeados de los que
han sabido vender á vuestros predecesores, y ador-
mecidos como ellos con el aire de la adulacion, y
los vapores de miras ambidoias os olvidáseis de 10




39
que'! sois y no viéseis dónde estais, aumentareis el pe-
ligro de la Patria; pero la Patria no perecerá, vos-
otros sí , porque el torrente del furor del pueblo, que
arrastrará á millares de familias, envolverá las vues-
tras, y si se salvase alguna, seria ce las primeras
víctimas que sacrificase el mismo furor del pueblo
revestido con las fórmulas de tribunal, pero tribu·
nal revolucionario de sangre.


NOTA. El que imprimiere este Discurso sin
el permiso de su Autor sufrirá la pena que le impone
la Ley.