-MISMO,OBRA UTIL
}

EL JACO-MISMO,
OBRA UTIL


EN TODOS TIEMPOS


Y NECESARIA


EN LAS CIRCUNSTANCIAS PRESENTES.


SU AUTOR


DON JOSÉ GOMEZ HERMOSILLA.


TOMO II:


i1/1 A DRID:
Imprenta de D. Leo N A et AB A, Plazuela de


Santiago, ndirt. r. — 823.




NUMERO VII.


IGUALDAD.


CU A.S grande sea la mala fe de los
modernos reformadores y de sus maes-
tros los pseudo-filósofos del siglo xvin,
queda ya probado en los precedentes
artículos, y en los anteriores números
del presente. En aquellos se ha visto
con cuan refinada malicia han atribui-
do al pueblo una soberanía que jamas
tuvo ni le puede -convenir; han supues-
to un contrato que nunca se celebró;
han creado un estado de pura natura-
leza, cuya realidad está desmentida por
la historia, la tradicion, los viaies, el
raciocinió, y hasta por la misma orga•-
nizacion de nuestra máquina; y han fin-
gido un código anterior á la formacion
de , las sociedades, por el cual se le ase-
guran al hombre unos derechos ima-
ginarios , á que las leyes positivas no





(4)
pueden tocar so pena ,


de sacrilegio, á
los que no puede renunciar el indivi-
duo, y contra los cuales no se admite
prescripcion , aunque jamas los haya-
mos poseído. En este artículo hemos
visto tambien con cuanto énfasis y en
qué términos tan vagos se han procla-
mado la libertad en general, y las llama-
das civil, política, de industria, de con-
ciencia y de imprenta; y que respecto
de todas ellas, aliado de alguna verdad
importante, y de otras ó muy triviales
(S muy estériles, y las mas enseñadas
ya por los antiguos -filósofos y recono-
cidas por todos los legisladores, se han
inculcado maliciosamente peligrosos er-
rores, capaces de acabar con todas las
sociedades si llegaran á generalizarse
y adoptarse prácticamente.
• Pero todo cuanto llevamos recorrido


-


no es comparable en superchería y ,nua-
lignidad con lo que vamos A ver bajcyel
título (le igualdad. Si hay en el mundo
un hecho notorio, evidente, que salta á
los ojos, que nadie puede negar, y cuya
-verdad estan palpando todos los hom_
bres desde el Gefe de la nacion mas


( 5 )
culta y poderosa hasta el último salva-
ge (le la tribu mas ignorante y mas po-
bre, es que los individuos (le la espe-
cie humana no solo no son todos igua-
les, sino que no pueden serlo; y que
cuando por imposible lo llegasen á ser
un dia, en aquel se acababa la socie-
dad. Sin embargo, siendo el hecho tan
público é innegable, ¡cuánta bulla se
ha metido en el mundo con esa qui-
mérica igualdad, que nadie odiaba tan-
to como sus mismos apóstoles, puesto
que todos ellos aspiraban á ser los pri,
meros hombres de la tierra, los cori-
feos de las -naciones, y los árbitros de
sus futuros destinos! ¡-y con cuánta im-
pudencia se ha dicho la faz -del uni-;
verso: «todos los hombres son iguales,»
cuando los mismos que lo decian esta-
ban bien convencidos de que la pro-
posicion verdadera seria la siguiente:
«Es imposible hallar dos individuos. de
la especie humana que bajo todos.as-
pectos sean completa y absolutamente
iguales !»


Esta proposicion es la que voy' á
demostrar; pero para proceder con la




( 6 )
claridad y distincion que piden estas
materias, y evitar equivocaciones, exa-
minemos antes cuántas y cuáles son las
cosas en que los hombres pueden ser
iguales entre sí. Claro es que estas son
todos los bienes ó ventajas que pueden
poseer, de cualquier modo que sea. Y
estas ventajas ó estos bienes ¿á quién
los debe cada individuo? Unos á la vo-
luntad del Hacedor, ó sea á la natura-
leza: tales son la vida, la robustez , la
salud, la estatura, el valor, la belleza,
el talento. Otros á lo que se llama
fortuna, es decir, á la secreta coordi-
nacion de ciertas causas que le condu-
cen á tal estado determinado: tales son
la educacion, la riqueza, los empleos,
lo que se llama nacimiento, y la buena-
ó mala suerte en todos los negocios-
de la vida. Otros á su propia eleccion
y actividad, corno la instruccion , la
conducta, el mérito, el oficio ó profe-
sion , de donde resultan las empresas
de toda especie, en cuyo bueno ó mal
éxito tienen tanta parte los mismos do-
nes de la naturaleza y de la fortuna.
Otros á_ la legislacion del pais en que


( 7 )
vive, la cual puede serle mas ó menos
favorable, segun que sea mas ó menos


j usta: aqui pertenecen todos los dere-
chos que las leyes le conceden. Otros
á la opinion agena que él podrá mere-
cer ó desmerecer, formar ó preparar
hasta cierto punto; pero que no está
en su mano dominar enteramente : aqui
se comprenden el afecto, la benevolen-
cia, la estimador' y el respeto que le
dispensan las personas que le rodean,
los beneficios que le hacen, y los ser-
vicios que le prestan. De esta clasifica-
cion de las cosas en que los hombres
pueden ser iguales ó desiguales entre sí,
resulta que la igualdad puede ser físi-
ca, fortuita, electiva, legal, y de opinion.
Examinemos separadamente lo que cons-
tituye cada una, y resultará demostra-
do con tanta evidencia como las ver-
dades matemáticas, que no solo no hay
en el mundo dós hombres iguales, sino
que es imposible que los haya. Este
examen, mas importante de lo que á
primera vista parece, dará lugar á re-
futar no pocos errores , y á resolver
muy importantes cuestiones.




( 8 )


Igualdad fisica.
Detenerme á probar que jamas exis


ten á un tiempo sobre la haz de la
tierra, y quizá ni aun tomados en di-
versas épocas , dos individuos de la
especie humana que sean fisieamente
iguales, es decir, que hayan debido á
la naturaleza igual número de dones y
en igual cantidad matemática, seria ha-
cer agravio á la capacidad de mis lec-
tores. ¿Quién ignora que cuando por
imposible se fuesen -examinando uno'
por uno todos los hombres que hoy
viven , han vivido y vivirán, no se .ha-
llarian dos que fuesen matemáticamente
iguales en altura, :complexion, fuerzas,
robustez, salud actual, sensibilidad , in-
clinaciones, belleza, color etc., y aun
en las. solas facciones do la cara? Asi
ni- un hubiera yo tocado este punto,
si sobre un hecho tan evidente no hu-
biera suscitado algunas dudas la mo-
derna filosofía. Esta no ha podido ne-
gar lo que está á la vista; pero para


( 9 )
establecer su sistema de igualdad has-
ta en el mas precioso clon de la natu-
raleza que -es el talento, se ha acogido
á lo que no puede verse ; y ha soste-
nido que aunque las potencias del alma,


como dicen los ideólogos del dia las
facultades intelectuales del hombre,
aparezcan tan desiguales por el diverso
modo con que en cada individuo se des-
arrollan segun las diversas circunstan-
cias en que se halla durante todo el
curso de la vida, son en sí .mismas ori-
ginaria, idéntica, y perfectamente igua-
les. Estaba reservado al siglo de las pa-
radojas consagrar dos volúmenes á pro-
bar lo que no puede probarse, y que
aun probado se reduciria á un caso
metalisico ó ideal que jamas puede
rificarse en la realidad de las cosas. Ya
se conocerá que hablo de la célebre
paradoja de Ilelvecio sobre la igualdad
de los talentos ;• paradoja tan absurda
y falsa, que ni aun á recordarla me
detendria si de ella no hubiesen sacado
consecuencias prácticas muy funestas
los mismos que no la admiten, siendo
asi que aun adoptada deberian en ri-




(Io)
gor deducirse las opuestas. Por esta
razon no será del todo inutil que exa-
minemos y refutemos en pocas pala-
bras el gran sistema de Helvecio.


Este se reduce en sustancia á que
el talento, es decir, la aptitud fisica á
adquirir todo género de instruccion y
en el mismo idéntico grado, es igual
en todos los individuos de la especie
humana comunmente bien agonizados;
esto es, en los cuales no se advierte
alguna lesion orgánica del cerebro; y
que la desigualdad que se nota en la
instruccion positiva de cada uno com-
parado con los restantes, proviene úni-
camente de la diversa educacion que
reciben; entendiéndose por educacion
todo lo que el hombre aprende desde
el momento en que nace hasta aquel en
que termina su vida. Tal es el modo
con que explica Helvecio la innegable
desigualdad literaria, por decirlo asi,
que constantemente se observa entre
los hombres; y es preciso confesar que
jamas una mala causa fue defendida con
mas ingenio y habilidad. Helvecio tiene
sobre Rousseau la ventaja de la buena


(I i
fe: no da por . supuesto lo que se dis-
puta, sino que se esfuerza á probarlo;
y si no lo consigue, á lo menos no en-
gaña á sus lectores con estudiados so-
fismas y maliciosos equívocos: expone
sus razones sin abusar de los términos;
acumula pruebas mas ó menos fuertes;
cita hechos constantes; y aunque como
todos los escritores de partido los ex-
plica de modo que cuadren con su sis-
tema, siempre pone al juez en estado
de fallar con conocimiento de causa.
Tambien es preciso confesar que en el
sistema de Helvecio hay cierto fondo
de verdad en cuanto al grande influjo
de la educacion sobre la desigualdad
intelectual de los hombres; y aun puede
decirse que presentada de otro modo
su paradoja , ó no exagerando tanto su
principio , vendria á reducirse á una
doctrina harto cierta, roe padieva adop-
tarse sin ningun inconveniente. Sin
embargo tal como se halla en su libro,
es imposible sostenerla.


En primer lugar la desigualdad fi-
sica de talento es tan real y positiva,
que á pesar de los argumentos que acu-




( 1 2
muló Helvecio para ciar cierto colorido
de verdad á su ingenioso' sistema, no
hay ya un solo hombre de buena fe
que no reconozca y confiese, que tan di-
ferentes corno son los rostros humanos,
tan diferentes son los talentos que el
Autor de la naturaleza ha repartido á.
los hombres. Y no puede menos de ser
asi. Aun suponiendo la igualdad de las
almas, punto controvertido entre los
teólogos, y sobre el cual parece que la
revelacion está por la negativa segun
aquello de sollitus est animara bonam;
es constante en todos los sistemas de
filosofia, que el ejercicio de las faculta-
des mentales está subordinado á la or-
ganizacion material de nuestra má-
quina. Siendo pues imposible de toda
imposibilidad que en tantos y tan de-
licados órganos, como son los del cuer-
po humano, haya perfecta y rigurosa
igualdad entre todos los individuos, ya
en la finura, ya ea la irritabilidad , a
en el grado de elasticidad , ya en el
volumen, ya en las. otras dimensiones,
ya en el tejido íntimo, y ya en tantas
otras cualidades de los músculos, bue-


3 )
sos, vasos, nervios y (lemas partes com-
ponentes: y llamándose talento la ap-
titud á ejercer mas ó menos bien las
facultades mentales; es innegable que ,
bien examinada la cuestion , lejos de
que todos los talentos sean iguales,
es fisicamente imposible que lo sean;
porque es fisicamente imposible que
en tan complicada máquina no tenga
cada individuo ciertas modificaciones
particulares en alguno de los órganos
internos y externos á que está subor-
dinada la inteleccion; y la mas ligera
diferencia basta para que la accion de
estos órganos no sea igual en todos
ellos. Esta verdad, que se halla com-
probada hasta en los :irracionales, en
los cuales se nota muy notable des-
igualdad de instinto , aun entre los in-
dividuos de una misma especie, pudiera
reducirse á rigurosa demostracion, exa-
minando y haciendo sentir la prodigiosa
diversidad de caracteres, inclinaciones
y afectos que se observan en los hom-
bres. , y son el resultado de su particu-
lar organizacion, y la prueba demos-
trativa cle que esta es infinitamente va-




( 14 )
riada ; pero esto me alejarla demasiado
del objeto á que se dirigen estas cortas
observaciónes.


En segundo lugar, aun concediendo
que los talentos sean iguales en sí mis-
mos, si luego los hace tan desiguales
la diversa educacion, siempre resultará
que en el hecho, en la práctica, en el
curso de la vida, y para los efectos le-
gales, es lo mismo que si originariamen-
te lo fuesen. Es evidente. Entendiéndose
pu' educacion, segun Helvecio , y en
esto tiene razon, todo lo que el hom-
bre aprende desde que nace hasta que
muere; siendo esta enseñanza el resul-
tado de todas las ,


impresiones materia-
les que el hombre recibe de los cuer-
pos que le rodean, y se ponen en con-
tacto con el suyo; y no siendo posible
que (los individuos de la especie hu-
mana reciban el mismo número idénti-
co de impresiones, porque para esto
era menester que naciesen ambos en
el mismo instante, que nunca se sepa-
rasen , que estuviesen despiertos las
mismas horas y minutos, y en suma
que ejecutasen ambos los mismos mis-


(i5)
rnísimos movimientos, cosa, como se
ve, materialmente imposible; lo es igual-
mente que dos hombres reciban una
misma é idéntica educacion. Y corno
discrepando esta en lo mas mínimo, ya
los talentos no pueden ser en la prác-
tica rigurosamente iguales, resulta lo
que antes dije, á saber, cine la tan de-
fendida igualdad se reduce á una su-
posicion ideal, que ni se ha realizado
todavía, ni se realizará jamas, ni puede
realizarse, tómese como se quiera. La
perfecta igualdad de educacion, es la
mas impracticable quimera que ha po-


el entendimiento hu-


1


dido imaginar
mano.


Siendo pues lo que se llama talento
actual de un individuo el fruto nece-
sario de la educacion que hasta aquel
instante ha recibido; y no pudiendo
esta ser igual en todos ellos, es claro
que para los efectos sociales viene á
ser lo mismo que si los talentos fuesen
desiguales en sí, pues en efecto lo son
en su aplicacion actual. Esto es evi-
dente, ó no hay cosas evidentes en el
mundo.




(16 )
• ¿Y cuál es la consecuencia legítima


que debió sacarse_ de este principio in-
concuso ? Que pues la aptitud actual
de los hombres á ejecutar mas ó me-
nos bien las 'operaciones intelectuales
es tan notoria y prodigiosamente des-
igual, ya provenga la desigualdad de la
de los talentos en sí mismos, ya nazca
del modo con que han sido cultivados,
es justo, útil, necesario, acertado y
prudente no admitir á desempeñar co-
misiones y encargos, que requieren cier-
=ta capacidad é inteligencia,• sino á los
que tienen dadas pruebas de haber ad-
quirido con la educacion el grado de
habilidad necesario para manejar dies-
tramente aquel género (le negocios que
se trata de encargarle. Esta es regla
eterna de prudencia. ¿Se ha cónfiado
en parte alguna el cuidado de hacer
zapatos al que jamas habia cogido en
las manos el . trinchete? ¿Se ha encomen-
dado nunca la construccion de un ca-
nal á quien no tuviese la- menor noti-
cia de los 'principios de hidráulica


.? ¿ En-
caacraban antes los Gobiernos la forma-
cion de un código de leyes á quien teó-


( )
rica ó prácticamente no conociese los
principios del 'derechO? ¿Se da tampo-
co el mando de un ejército á quien
no ha militado todavía , y el de una
nave al que no entiende de náutica?
En suma , á no. ser en un hospital de
locos ¿se ha mandado nunca hacer una
cosa al que no supiese hacerla? Pues
lié aqui cabal y precisamente lo que
han hecho los modernos legisladores
y reformadores del mundo. Saben, y
no pueden negar , que no todos los
hombres tienen igual aptitud para to-
dos los negocios y ocupaciones de la
vida, ya se atribuya la desigualdad á
su organizacion primitiva, ya á la cdu-
cacion que han recibido ; y sin em-
bargo habilitan indistintamente á todos
para desempeñar comisiones que pi-
den mucho talento, mucha inteligen-
cia, muchos y muy varios conocimien-
tos; en suma, una instruccion muy di*
ficil (le adquirir.' Ya se deja entender
que hablo del gran principio jacobí-
nico de que todos los ciudadanos de-
ben tener derecho á todos los empleos
de una nacion ; principio el mas ab-


TO310 2




)
-sordo y antisocial que jamas se haya
predicado entre los hombres. En efec-
to, esta subversiva doctrina esplicada
en otros términos-quiere decir, que to-
dos los ciudadanos tienen derecho á
maridar los ejércitos, aunque no hayan
militado , á dirigir los navíos en sus
peligrosos viages, aunque no hayan vis-
to el mar, á dictar leyes á su pais, aun-
que no sepan qué es ley.


Yo bien sé que siendo el absurdo
tan grosero y tan de bulto, se procura
salvar añadiendo en las famosas decla-
raciones «en razon de su capacidad ;»
pero ademas de que luego en la apli-
cacion práctica del principio, se des-
entienden de esta segunda parte del
artículo, el añadirla es destruir con una
mano lo que se edificó con la otra. Im-
porta ilustrar estas dos observaciones.


1.° La excepcion que para deslum-
brar á los incautos se pone al princi-
pio general, se olvida y desatiende en
sus prácticas aplicaciones. Claro. Abra-
se nuestra sabia Constitucion, y poco
mas ó menos lo mismo dicen todas las
jacobínicas hechas y deshechas desde


X19)
179 1 en los desgraciados paises que se
han sujetado al ernpirismo de los conl-
Aitticioneros, y se verá, que no solo pa-
.ra ser Elector parroquial, de partido y
de provincia , Alcalde, Regidor y Di-
putado provincial,. sino para Diputado
en Cortes, Embajador, Ministro, Con-
sejero de Estado; y hasta Regente del
Reyno , no se exige mas condicion que


.la de ser ciudadano y haber cumplido
25 años de edad. Y como la ciudada-
nía no supone tampoco mas instale-
cion y capacidad que la de saber leer


.y escribir , y. aun esto , si hubiese re-
gido el sagrado código, solo desde el
año 3o, es evidente que las tan sabias
Constituciones no exigen de hecho pa-
ra el desempeño de los mas dificiles
cargos la capacidad necesaria. ¡A qué
absurdos ha conducido el mal enten-
dido, ó mas bien, el falso y falsísimo
principio de la igualdad! Nuestras an-
tiguas y, al decir de los pedantes, bár-
baras leyes, exigian para que uno pu-
diese ser Alcalde mayor (le un lugar
de doscientos vecinos que hubiese es-
tudiado leyes, cuyo estudio supone el




( 20 )
del latin, la filosofia etc.; que fuese
cenciado por alguna Universidad, y que
estuviese examinado de Abogado ; lo
cual, ademas dé la teórica , exige uno
(5 mas arios de práctica : pero en el ad-
mirable código, obra de la ilustracion
del siglo, dictado por la sabiduría, y
casi inspirado por la diosa de la razon,
solo se pide para gobernar la nacion
entera que el gobernante conozca á lo
Más las letras, y sepa firmar su' nom-
bre. De este punto se tratará muy á
lo largo en su propio lugar; pero era
necesario anticipar esta indicacion pa-
ra hacer • sentir cuán funestas son las
consecuencias que se han deducido del
falso principio de la igualdad, -enten-
dido como le- entienden los jacobinos,
y para demostrar cuán inconsecuentes


'-son en sus mismas teorías. Reconocen
con todo el mundo, porque no pueden
desconocerlo, que los hombres no son
iguales en talento , ó á lo menos en
capacidad actual , y --sin embargo en el
hecho de llamar á todos indistintamen-
te á los destinos y empleos, les supo-
nen igual aptitud para desempeñarlos


(2Y
con utilidad general; si no, no los lla-
marían. Y aunque por bien parecer
hablan primero de su capacidad res-
pectiva, se desentienden luego de su.
misma condicion , y solo exigen la de
ciudadano para las mas arduas- y
cadas comisiones, aquellas cabalmente
que piden la instruccion mas vasta, y
la mas probada habilidad. ¡Qué pronto
dieron la carta y descubrieron el ver-
(ladero secreta de sus inicuos proyec-
tos,. que no son otros sino poner la
--itoridad pública en itanos de la ig-


norancia para ser elle los amos!
.Supongamos que fuesen consi-


guientes, y que con arreglo á la excep-
cion general exigiesen luego tal y cual
instruccion determinada para cada una
de las comisiones públicas, ¿qué resul-
taría? Dos consecuencias de que de-
berian avergonzarse: T.a Tiabrian des-
truido con una mano lo que a/ pa-
recer habían querido edificar con la
otra. No tiene duda. Decir primero que
todos los ciudadanos tienen derecho á
todos los empleos , y limitar despues
este derecho general á los que tengan




( 2 2 )
la capacidad e instruccion necesarias
para desempeñarlos con acierto, es lo
mismo que si uno dijese « todos tienen
derecho á gobernar el Estado,» y lue-
go añadiese «no todos , sino los que
tengan tantos años, hayan hecho tales


cuales estudios, tengan tanta ó cuan-
ta renta, hayan seguido tal ó cual car-
rera, y hayan dado en ella estas ó aque-
llas pruebas de idoneidad.» ¿No se ve
que en este caso el artículo se reduce
á decir primero todos, y á decir des-
pues al8unos? ¡Y por estos misera-
bles y contradictorios juegos de pala-
bras se han sublevado las naciones con-
tra sus Gobiernos legítimos, y se ha
regado la mitad de la tierra con la
sangre de sus hijos! 2. a : Si en suma
la famosa declaracion quiere decir que
no deben obtener los empleos sino
los que sean capaces de desempeñar-
los bien, esto estaba ya dicho y mejor
explicado , no solo en nuestros anti-
<mos códigos, sino en cuantas l egisla-b b b
ciones racionales han tenido las nacio-
nes civilizadas; tractent fabrilia fabri,
ha sido siempre y debe ser la regla en


( 23)
esta materia. En suma, ó los jacobinos,.
dicen que solo . tienen derecho á los
destinos los que son capaces de ser-
virlos con utilidad del público, y en-
tonces dicen lo que todo el mundo sa-
be y lo que estaba ya dicho , ó afirman
que tienen derecho á ellos los qúe son
incapaces de desempeñarlos bien, y en-
tonces dicen un- solemnísirno dispara-
te. De suerte que, como dice Bentham,


• la famosa declaracion de los derechos
del hombre, ó del ciudadano, como los
quieran llamar, ó no dice nada, ó dice
lo que por sabido no era necesario ex-
presar, ó dice una cosa impracticable,.
absurda y perjudicial. Escójase de estos
tres extremos el que agrade.


Y no se piense que estas discusio-
nes son quisquillas escolásticas, y que
.los falsos principios que combatimos
se quedan en puras abstracciones teó-
ricas , que en nada influyen ni perju-
dican en la práctica. ¡Ojalá que asi fue-
se! Pero ya hemos visto entre noso-
tros, y hemos llorado, que consiguien-
tes nuestros jacobinos al gran princi-
pio de la imaginaria igualdad de los




( 9. 4 )
lentos ó de' las capacidades actuales,
que para el caso es lo mismo, y almas
funesto todavía, de que en consecuen-
cia todos los ciudadanos tienen .dere-
cho á los empleos del servicio público;
hemos visto, digo, que la administra-
cion y gobierno de los pueblos han si-
da confiados á los .hombres mas idio-
tas, mas ineptos, mas incapaces, y á
veces por añadidura los mas perversos
de cada uno; que el gobierno munici-
pal de Madrid se ha puesto en manos
de zapateros, y algunas otras personas
ignorantes y no muy bien educadas; y
que la dificilísima obra de la formacion
de las leyes ha sido encargada en rea-
lidad á los pedantes de Cadiz, y en apa-
riencia á cirujanos, médicos y botica-
rios , auxiliados de varios clérigos, al-
gunos de ellos muy ignorantes, de cier-
tos abogados, intonsos que nunca


. per-
dieran pleyto, de unos cuantos milita,
res, valientes y aguerridos si se quiere,
pero que ni de vista conocian la difi-
cilísima ciencia de la legislacion, y de
cuatro mayorazgos ó propietarios aña-
didos pro formula , alguno de los ctta-.


( 25 )
les poco mas sabia que leer en lo gor-
do del Caton. Y eso que en las dos pri-
meras legislaturas ha venido lo escogi-
dito de entre los liberales (le España;
que si el .sistema hubiera seguido, ya
hubiéramos visto cómicos, -y carnice-
ros, y matachines, y zurradores en el
augusto. templo de Temis, en el San-
tuario de las leyes. Y lié aqui una (le
las. fatales consecuencias del dogma de
la igualdad, y la razon, por qué yo me
he detenido tanto á refutar la (le talen-
tos y capacidades; porque insignifican-
te en sí misma la paradoja teórica, tie-
ne tristes y tristísimos resultados, cuan-
do en la práctica se abre en conse-
cuencia á todos los hombres la puerta
de los destinos honoríficos que al mis-
mo tiempo exigen cierta preparación
para su buen desempeño..¿Por qué he-
mos tenido regidores zapateros, y le-
gisladores contrabandistas? Porque se
ha dado por supuesto que en teniendo
un hombre 25 años de edad, y com-
prando los votos de su parroquia, re-
cibe en el acto la ciencia necesaria pa-
ra gobernar una gran ciudad , y para




( 26 )
juzgar de la bondad ó malicia- de las.
leyes, de su justicia ó injusticia , de sus
inconvenientes y ventajas, y de su con-
veniencia y utilidad. ¿Y esto es asi? El
resultado lo ha dicho.


Se me hará quizá la objeción de que•
no es menos absurdo el sistema de los
empleos hereditarios. No le defenderé
yo; pero diré que entre el juro de he-
redad á los destinos, y la libre entrada-
en ellos concedida al primero que se
presente, hay el medio racional de la
eleccion del Gobierno, que no deberá.
recaer sino en las personas que tengan.
tales ó cuales circunstancias, y que ha-
yan dado estas ó aquellas pruebas de
idoneidad ; circunstancias y pruebas-
que las leyes deben especificar en ca-
da caso con mucha claridad y distin-
cion. Esto se verá á su tiempo.


S . 2.°
Jgualdad casual ú (le fortuna.
Muchas son las cosas que debemos


á esta secreta combinacion de causas,
llamada fortuna, hado, suerte ó acaso,


( 27 )
cuyos caprichos deciden de nuestro
bien ó mal estar durante todo el curso
de la vida; pero solo me detendré á
hacer - algunas observaciones sobre los
cuatro mas importantes clones (le la
fortuna, que son el nacimiento, la edu-
cacion , las riquezas y los empleos. Y.
estas observaciones no las hago para
probar que los hombres son desigua-
les en estos puntos tan capitales, por-
que ¿quién puede negar que .á no ser
hermanos no se hallarán (los individuos
nacidos (le padres rigurosamente igua-
les, atendidas todas sus circunstancias?
¿ Quién podrá presentar otros dos que
hayan recibido una misma idéntica ed u-
cacion? ¿Quién habrá encontrado ja-
mas dos personas iguales .en riqueza
positiva , porque en la negativa ó en
pobreza hartos estamos viendo á cada
paso? ¿ Y quién ignora que en la ge-
rarquía política hay grados muy des-
iguales? Toco esta materia, porque en
ella la ignorancia ó la malicia confun-
den ordinariamente cosas que es muy
importante distinguir, y porque es ne-
cesario refutar errores muy acreditados,




( 28 )
pero muy funestos, y que forman unx
parte muy principal de la doctrina ja-
Cobínica.


Nacimiento. -Cierto es y notorio que
no está en manos del hombre escoger
sus progenitores, y que por tanto no•
es culpa del individuo que sus padres,
y abuelos hayan pertenecido á las cla-
ses que se llaman distinguidas, ó á las
que en toda sociedad se han tenido,
tienen y tendrán por bajas, innobles, y
aun infamantes por motivos que luego
veremos, y en los cuales, aunque ha-
ya parte de preocupacion, hay tambien.
cierto fondo de justicia. Sin embargo,
sea por razon ó puro capricho, el he-
cho es que en ningun pais civilizada
son iguales en la estimacion del públi-
co por la sola circunstancia del naci-
miento el hijo del verdugo, y el . de un
capitan general. Se declamará cuanto
se quiera contra esta opinion, pero ella
será superior siempre á las declamacio-
nes y aun á las mismas leyes, que se
empeñasen en destruirla. En el prácti-
co jacobinismo de Francia se vió la de-
mostracion. Se quiso realizar la quime-


( 29 )
ra de la igualdad absoluta, aun en la
sola parte del nacimiento, hasta lla-
mar al verdugo ciudadano, y hacerle
sentar al lado de los primeros Magis-
trados, de los Generales y de los Pro-
cónsules , ó representantes del pueblo,
como entonces se decia ; pero la opi-
nion pudo mas que la pseudo-filosofía
de los revolucionarios : pasó la crisis
del delirio popular, y el verdugo vol-
vió á ser simple bourreau, y el último
hombre en la gerarquía civil; y á pesar
de cuantas declaraciones (le igualdad
se han hecho ó puedan hacer, no hay
en Francia un sola hombre que mire
con igual respeto al hijo de un verdu-
go, y al hijo, no <ligo del Rey , sino de
Ufl honrado labrador. Este es el hom-
bre, y asi se le ha de mirar al tiempo
de hacer las leyes.


¿Y qué se infiere de aquí? Que aun
sin haber nobleza hereditaria, y aun
cuando desapareciesen del mundo to-
dos los pergaminos y ejecutorias, ha-
bria siempre en él cierta nobleza de
opinion. Esta la ha habido , y la hay
en efecto, no solo en los paises en que




( 3o )
se ha reconocido el patriciado legal,
como en la antigua Roma y en los Es-
tados modernos de Europa, sino hasta
en las repúblicas democráticas de la an-
tigüedad, y en la actual de los Estados-


' Unidos. Los Atenienses con toda su
igualdad miraban con respeto á los in-
dividuos de ciertas familias ilustres, y
les daban el título de eupatridas (hijos
de buenos padres): y los Griegos todos
daban el de euguenes (bien nacido) al
descendiente de varones esclarecidos
por sus virtudes ó servicios. Hoy mis-
mo en la América que fue inglesa na-
die mira con igual respeto al hijo del
verdugo, del matachin y del que lim-
pia las cloacas , y al de un carpintero,
un grabador y un comerciante. Ade-
mas los antiguos todos no solo trata-
ban con desprecio á los que ejercian
ciertas profesiones reputadas por servi-
les, sino que extendian la infamia has-
ta los hijos de los que las habian ejer-
cido; y llegaba á tanto la orgullosa aris-
tocracia de los mas zelosos republica-
nos, que tenian por gente baja á los
hijos de. los libemos , sin embargo de


( )
que la esclavitud era una-desgracia ca-
sual, una suerte de la guerra que re-
•caia muchas veces -en hombres muy
ilustres en su patria. El «libertino pu-
.tre natura» de Horacio prueba que esta
circunstancia era en .


la opinion públi-
ca una tacha, que él se adelanta á pu-
blicar para que no se la echasen en
cara los que intentaran deprimirle.


Qué más se infiere? Que pues hay
una desigualdad real, de nacimiento,
todo lo que las leyes pueden hacer en
:favor de los que tienen la desgracia de
-.no pertenecer á las clases privilegiadas
por la opinion, es no cerrarles la puer-
ta de los destinos honoríficos, siempre
que por una educacion esmerada, por
su buena conducta, por su capacidad
natural, y por útiles servicios hayan
borrado en cierto modo aquella man-
cha. Y aun con estas condiciones du-
do mucho que el hijo de un verdu-
go pudiese entrar en un tribunal de
justicia sin que padeciese mucho el
amor propio ó el orgullo , si asi se le
quiere llamar, de sus compañeros de
toga. Seria pues mejor premiar sus mé-




1


1


9
k


ritos con recompetilas pecuniarias, que
exponerle á él mismo á vivir sonroja-
do y humillado por el recuerdo de su
cuna. Lo mismo puede decirse propor-
cional y gradualmente del hijo del car-
nicero, el zurrador, el torero, y de ahi
arriba de cuantos se hallan colocados
en todos los grados que pueden con-
siderarse como bajo de cero en el ter-
mómetro de la pública estimacion. Sea
de esto lo que fuere , lo que sí es cier-
to v certísimo, es que los que tienen
á su cargo nombrar ó elegir para des-
tinos honoríficos, no deben poner en
ellos á los individnos que teniendo la
desgracia de' haber nacido de padres
reputados por viles, no compensan es-
ta desventaja con relevantes prendas y
méritos personales. 'Su eleccion en el
caso contrario, sobre ser en realidad
injusta, porque otros habrá beneméri-
tos y sin aquella especie de tacha,
quedará muchas veces desayrada, sin
que lo pueda evitar ni aun el poder
de un Monarca. En estos y en otros
casos se verifica literalmente lo de que
la - opinion es la reyna del inundo,


( 33 )
y mas poderosa que las leyes.


Compárese ahora con esta doctrina
cierta y muy cierta , y á la cual nada
se puede oponer, la cínica pretension
de los jacobinos, que quieren confun-
dir todas las clases y hacer creer que
no hay distincion de nacimiento, triun-
fando, á su parecer, con la insípida
frialdad deque tan encarnada es la san-
gre de un zurrador, como la de un Ar-
chiduque. Sin duda, la sangre de un
verdugo puede ser médicamente tan
buena cuino la de un Emperador; pe-
ro en la justa y racionalísima opinion
de los hombres, nunca serán iguales el
que tiene por oficio descuartizará sus
semejantes, y el que ha sido destinado
por la Providencia para gobernarlos:
ni tampoco serán iguales el hijo del
primero, condenado por su desgracia
á ensebar los cordeles. y tirar de los
pies á los ahorcados, mientras le llega
el turno de apretarles el gaznate, y
el que deberá un dia al feliz acaso del
nacimiento el alto honor de sentarse
bajo el solio , recibir las adoraciones
del pueblo. Repito, este es el mundo


TOMO U. 3




34 )
'real, este es el- hombre; y aliado que
asi será siempre, y que debe serlo
ra que haya sociedades.


Educacion: No tomo aqui esta pa,
labra 'eti la significacion genérica que
antes vimos por todo aquello que du-
rante la vida 'aumenta la suma de las
ideas, y extiende la esfera del saber en
cada individuo particular, sino en la
acepcion comun, por la cual. se llama
educacion.


la enseñanza moral y urba-
na que- recibirnos en nuestros prime-
ros, años; enseñanza que en castellano
designarnos ordinariamente con el ter-
mina -de. crianza. Tomada en esteSen-
tido la palabra 'educacion , ya se•détjá
conocer que ningun individuo es dtie
áo de darse: asi , i'hismo esta ó aquella;
y que siendo , la obra de los que cui,
dan'de nuestra infancia, es un señala..
ch;favor5 : dé- la, fortuna 'que Juan la re-
ciba bu etia, y una fatal desgracia de,
la suerte :que á Pedro no se le dé nin-
guna, o sea positivamente- mala la que
él' acaso le depare. Se ve tamkien que
para que la educacion, aun siendo bite.


prbduzca en el,alurnno los.sahoda,


•jJ)
hiles éféttót qüé sé pii3Ohtilii fiá,
ches ó tutores; es necesario que ~-
turran las diSposidinnel tiáturaleá del
educando; y gire nd siendo estás igua-
les en todos los indiVidtios de la espe-
cie humana, eS iitposible que résidte
igual la educacion, aun suponiendo qrie
hit/ i dirigidbá por lós MiSn'YóS ayos -
directores: Se Ve flriálinente qtie' t'o
iiiendo posible que do-4 individuos ba.


tenido. padres' Ó tátore's
s• .y . duidadogdS 7 y qiie ha-


yan pidido emplear los mismos iiiediós
para educar á sus • respectiVos: ainintrot;
es de toda imposibilidad eine ddS'hoiñ-
brest hayan' recibido' ightát educatiWi'i y
coii ii'a4 efectos", , aun lía it á lid oS é' á
los priinlerol apios dé la vidhl-


¿ Y giré resulta de aquí? Que si. á
fa' dekigvliddad; tilica" del t'allefili- y á' ra
'casual del zilciihi'eütot Se añade ira' (fe la
educaciolv-,, casual larntritii . hasta Cid.-
fo- tendremos qué ya dalle la
Criticada d'd lra vial' sé establecen' entre
los houilkét- tres' principios dé= cl€1-


dile' ñb poeo en él
esto de &l' • 'Ma's, y gliti•ri o' libd ráirdeá-




( 36)
truirlos todas las legislaciones del mun-


. do.. Resulta tambien que por este solo
título queda legitimada la opinion que


„mira con cierto desprecio á los hijos
de aquellos individuos que ejercen cier-
tas profesiones. Aun suponiendo que
todas ellas sean iguales en sí mismas,


;la educacion que de ordinario dan á
; sus hijos los que pertenecen á unas, es
..tan diferente de la que pueden dar á


_los suyos los que se dedican á otras,
,que si el individuo no acredita prácti-
camente que á pesar de su nacimiento


; ha sido educado con mas esmero de lo
que. es comun en su clase, la preven-
cion está contra él, y todo el mundo
le tendrá por grosero y mal criado, si
los hechos no demuestran lo contrario.
Esto se ve todos los dias , y se verá
mientras haya hombres. Las leyes di-
rán cuanto quieran para ennoblecer en
la opinion á los que se ocupan en cier-
tos oficios bajos ; pero su educacion,
salvas algunas .excepciones debidas á la
riqueza , los colocará siempre en un
grado muy inferior al que por la suya
merecen los que pertenecen á las cla-


( 37)
ses mas elevadas. Y no puede menos
de ser asi. Las costumbres del popu-
lacho, y populacho y• muy zafio hay
en todas las naciones aun las mas li-
bres y cultas, son en -general estraga-
das , su carácter es feroz , sus inclina-
ciones bajas, sus modales groseros, sus
ocupaciones demasiado materiales , y
hasta sus distracciones y juegos bruta-
les y repugnantes. La taberna, la crá-
pula, la ignorancia, el poco trato con
las personas'finas y cultas, el embru-
tecimiento consiguiente á este género..
de vida, y hasta su mismo lenguage
chavacano , ¿ serán buena escuela ni-
buenos elementos para que los- indivi-
duos de la plebe reciban una educacion -
esmerada ? ¿Por qué se pretende pues
igualar en la estimacion pública á los
que han tenido la desgracia de ser taw
mal educados, con los que debieron
á la suerte la feliz . casualidad de nacer,
vivir y criarse entre personas morige-
radas , instruidas , pundonorosas, deli-.
cadas en su trato , y urbanas hasta en
su misma conversaeion ? De estos, al-
gunos podrán luego degenerar y




( 38, )
chr,11, y In, efecto demasiados le han
envilecido en nuestros, clics, gracias al
ciuisno de que se hace alarde y
dad desde_ la revollicion de Vrancia;
pero la misma opinion pública, que los
1104Va Honrado,


1Yul>keseu des-
nacnticlo Primera eduenion lios ha
castigado y castigará con.


el desprecio,,
Y10,A4olos lace vvluutaviArneAlt-U


Ilesultá por. último., que aun pres-
cindiendo del nacimiento en sí naisrno,,
las leyes no deben llamar á ocupakdesr
tinos que exigen cierta educ,acion fina,
á aqueflos individuos eu que no. del?e,
suponeY4C, y cutre los: cuáles »Q. se
izki,141 en realidad, ,


no ser.
por un: 'san,.


rarísimo, accidente q capricho de: la for,.
tuna. losisto tanto.


en esto,,
porque im-,


porta hacer ver cuan sabias,, jimiciosal,
y verdaderamente filosOficas, eran enk


parte las apt)guas leyes que ex",
cluian, de los:


empleos.
1,1affl ad91


£e,
plfblica. á. los, hijOs de ciertos;


ip4irvi,‘
COnlf:) verdugos, t4"›


renos, zurradores y otro$ varios;;
solo porque:


mirados (!i-!,; cito. 4i0ár.


( 39) •
vor por el' comun de las gentes, cita
sola circunstancia los inhabilitaba para
mandar, sino porque en los novecientos
noventa y nueve de cada mil no se de,
bia suponer, ni se hallaria ciertamente,
la capacidad necesaria para gobernar á
los otros; ni- aquel grado de civilidad
que deben tener los hombres públicos
para no , hacerse despreciables. Y de
aqui sé inferirá cuan desacordadas, • ne-
cias. y antifilosóficas son, las COnstitu-
'ciones jacobínicas, que conceden indis-
tintamente á todos los llamados eiuda-.
danos el derecho de ocupar . los puestos
mas eminentes de la república. Esta
mal entendida igualdad perdió: á Ate-
nas, y perderá. á etiantos. Estados con-
lien el manejo.de los negocios á zurra-
dores, corno Cleon. Lo único que las,_
leyes pueden hacer, es declarar que Si
por un acaso el matachin ó su hijo, sa-.
liendo de su esfera, reunen el talento,
la instruccion, y la fina . crianza que
exigen los empleos honoríficos , -no les
sirva de obstáculo para obtenerlos 14,
bajeza de su clase; pero estemos segu::_
vos de que este es un caso rarísimo „eine




( tio )
m una nacion de diez millones no se
verificará en un siglo mas que dos ó
'.res veces. ¿ Y 'por una excepcion casi
imaginaria se establecerá por regla ge-
-neral, -que los Ayuntamientos, las Dipu,
taciones provinciales , las Córtes, el
Consejo de Estado., y hasta el Ministe-
rio mismo puedan componerse en ri-
gor de matachines y zurradores? Vuel-t
yo á repetir que insisto, é insistiré siem-
pre que se presente la ocasion , en este
punto capitalísimo para desterrar del
mundo el funesto jacobinismo; y por-
que entre nosotros es importantísimo
volver á nuestros 'antiguos usos, resta-
blecer las antiguas leyes, y aun borrar
de la memoria del populacho la falsa,
idea que tanto se le ha inculcado de:
que - todos los hombres son iguales, y
dé que basta llamarse ciudadano para.
poder. optar. á todos los destinos. Es
menester al contrario repetirle y pre-
dicarle á todas horas, que para obtener
los empleos de nada sirve tener 9.5 añosy llamarse' ciudadano , si no- se tienen:




las cualidades que, los destinos exigen.
para su buen desempefio.


( 41.)
- •


Riquezas. No me detendré á pro-
bar que la desigualdad de riquezas, no
menos positiva que la de nacimiento y
educacion , existe de hecho ahora, exis-
tió antes, y existirá siempre, mientras
baya sociedades que no esten niveladas
con el nivel de Baboeuf, si es que se-
mejante nivelacion es posible. No in-
sistiré tampoco en que supuesta la
desigualdad en los llamados bienes de.
fortuna, es imposible desconocer y ne-
gar la inmensa desigualdad de poder
que (le ella resulta entre los individuos
de un mismo Estado; y que hagan cuan-
to quieran las leyes, y clamen cuanto
puedan los-pedantes, el rico será siem-
pre el amo, el dueño, y en cierto senti-
do el señor absoluto (le los pobres, por-
la incontestable razon de que el pobre.
necesita, y el rico lo puede dar. Esto.
es demasiado evidente. Solo me pro-
pongo pues ilustrar algunas cuestiones
que maliciosamente embrollan los que
desean obtener ciertos resultados muy
jacobínicos, y muy perjudiciales á las.
naciones.


1.a ¿Deben. las leyes establecer di.,




(42)
rectamente; querer y mandar la igual-
dad absoluta de riquezas? La respuesta
negativa es ya un axioma „entre los
hombres juiciosos, y que no pertene-
cen á la secta ele los niveladores. La
comunidad de bienes, la nueva repar-
ticion de las tierras en porciones igua-
les , la abolicion de las antiguas den-.
das, el máximo de propiedad rural ó
mobiliaria, sobre no set practicables si-
no en pequeñas repúblicas, que vengan.
á ser otros tantos conventos de la Tra-
pa, son providencias injustas en si mis-.
mas, como atentatoriás la propiedad,,
objeto capital que las, leyee deben res-
petar en todas sus disposiciones. Y á
pesar de este axioma, ¿qué hemos visto,
en nuestros dios? Hemos visto no sola
proponerse y prediearse públicamente
la comunidad de bienes y la igual re-
particion de las propiedades, sino auto-
rizados por sabios cuerpos legislativos el
robo y la espoliacion, á pretexto de fa-
cilitar y promover directamente la po-
sible igúaldad de las riquezas. Asi
clero de Francia fue despojado en un
dia de todos sus bienes y pertenencias,:


f 43)
como si por ser clero no fuese verdea,,
clero propietario; y entre nosotros he-
Mos visto á los señores privados de sus
principales rentas, corno si la posesion
inmemorial fuese por si sola .un
tolo mas legítimo que los pergaminos
que se les mandaban presentar, ycomo
si con la palabra mágica de feudalismo
se les pudiese despojar de las. tierras
que han poseido pacíficamente por es-
pacio de cinco siglos. He aqui el puros
jacobinismo en toda su hedionda de-
formidad. Suponiendo que la acorna-
lacion de bienes raices en manos muer-
tas hubiese llegado en Francia y err,
España á un grado perjudicial al co-
rima, ¿ iJo habia medios para ir destru-
yendo lentamente la amortizacion? ¿Era
preciso autorizar legal y públicamente
el robo? ¿.ó. no lo es tomar lo apeno
contra la voluntad ele: su dueño ? ¿No.
lo era el clero de sus bienes, y los., se-
fiores , de sus rentas? Se . dirá acaso que
el clero, solo tenia: usoirmelo, de sus
fincas, Sea: pero si par esta ragon se. le
pueden arrebatar, con la misma.sepo-
<1.143›, quitar 10, .1,0119> los ia-


!!




(44)
\rorazgos. No • hay ninguna diferencia..
Tampoco tienen estos mas que el usu-
fructo y adininistracion de los bienes
amayorazgados , y sin poderlos enage-
nar, cuando el clero al contrario podia
disponer libremente de los suyos. Se
responderá que los bienes de mayoraz-
go pertenecen á familias particulares.
¿ Y qué?.


Cada comunidad eclesiástica-,
secular ó regular ¿no forma tambien
una familia sin mas diferencia que
la


•de que las familias naturales se
perpetúan por generacion , y las cor-
poraciones por agregacion voluntaria ?'
Se insistirá..,.:.; pero esta cuestion será
ventilada en otra- parte. Aqui se ha to-
cado de paso para demostrar cuan poco
escrupulosos son con los bienes agenos
los que tanto encarecen el respeto á la
propiedad , y rebatir el especioso pre-
texto de que se valen para cohonestar.
la espoliacion, á saber, la necesidad de
promover y facilitar la libre circulacion
de las propiedades, para llegar por este
medio á la posible igualdad de las d.-.
quezas.


En el caso de que esta se estable-


( 45 )
ciese viólentamente por medios direc-
tos y coactivos, ¿seria permanente? ¿Se
podria conservar? Claro es que no. Su-
pongamos que se han repartido todas
las propiedades rurales que son las
que pueden repartirse estando como es-
tan á la vista, y no pudiendo ocultar-
se, porque en las mobiliarias, señala-
(lamente el dinero , habria tanta ocul-
tacion y tantó"fraude , que la provi-
dencia se .baria al fin ilusoria. ¿Qué re-
sultarla ? Que al instante empezada de
nuevo la desigualdad de riquezas. El
uno cuidaría con esmero .su porcion,
el otro la dejaria abandonada.; este ten-
dria buena cosecha , aquel la temida
mala, porque se la quitada , mi pedris-
.có: Pedro tendria enfermedades y gas-
tos. que no •tendria :su vecino: la fami-
lia se atunentaria con una prole
numerosa , y la de Antonio. quedada
reducida por falta de hijos •al marido y
la muger etc. etc.: porque ¿quién es
capaz de enumerar todas las causas que
necesariamente contribuirian , á destruir
aquel facticio nivel? Y ademas , aun
cuando por imposible se mantuviese





rr


9


( 46)
igualdad de bienes raices, ¿cómo im-
pedir la desigualdad -de riquezas que
necesariamente ocasionarian la indus-
tria fabril y comercial? ¿Quién puede
impedir que un fabricante venda mas
de sus artefactos que otro de su misma
clase; que un comerciante gane mas
en una operacion mercantil que su cota-
pañero, y que un género de comercio
sea. mas, lucrativo que otro? Para esto
no, hay poder que. alcance en ninguna
legislaciath Quede pues estab!ecido cc.
tito. principio- constante, que la igualdad
real obit riquezas, ni puede obtenerse
con leyes.,. ni,. aunque, more en táneametr.
te se obtuviese. Podria durar un aii‘o,.
I-Lasta alai puede. decirse que todos los
hombres; racionales estala, de acuerdo,
á pesar (le kts. snefios impracticables&
algunos; visionarios; • no, suceda lo- mis-
nia: con. la siguiente,


cuestion.
3./.


• Suponiéndola posible, ¿seria d'e
desear, quese , estableciese.en ltts.nacio.
nestjai igualdad; absoluta, de riquezas'?
Zrw falt quien onAliesandto itriposibi-
liclad. de, conseguirlo,. asegura sin: 0114


vez key.es. deben:..proouratlo


( 47 )
indirectamente, que es muy importante
el irse acercando á ella , y que las na-
ciones serán tanto mas felices cuanta
mas y mas se aproximen á esa igual-
dad ideal, ya que no sea posible ob-
tenerla completamente. Veamos lo que
en esto hay de verdadero y de falso,
de util y perjudicial.


Que la igualdad absoluta de rique-
zas, lejos de ser un bien apetecible, se-
ria el golpe mas fatal que pudiera darse
á las sociedades humanas, y acabaria
con ellas el . dia en que se •introdujese
y asegurase de una manera permanen-
te, es tan notorio y evidente, que• no
acaba uno de adtnirarse al~rque hom-
bres sensatos , al parecer, propongan
'esta quimera,' impracticable por fono...
na , Corno el, último término de la , Hu-
mana felicidad. Bajemos de lasnubes . á,
la tierra , y dígase de; buena fe, si d
criado se hiciese de repente tan• pode-
roso como su amo, ¿conti•uaria sir-
viéndole? Si , el , trabajador • del' campo
igualase en riqueza al duefío•de-la he-
redad, ¿querria cavar la tierra? !. Si la
hilandera tuviese tanto- dinero como




( 48 )
el fabricante (le lienzos, ¿ se sujetaría á
hilar el hilo por im mezquino jornal?
Si el que hoy es peon de - albañil ad-
quiriese un capital igual al del propie-
tario de casas que ahora le emplea,
¿ continuarla manejando la llana y la
piqueta? Y si no hubiese albañiles ¿quién
baria esos hermosos caminos , y esos
magníficos canales con que tanto se
llenan la boca, y que sin duda son uti-
lísimos, los que tanto disertan sobre la
felicidad de las naciones; felicidad im-
posible de obtener sin la desigualdad
muy real y muy notable de riquezas ?
¿No salta á la vista que cabalmente esta
desigualdad, contra la cual tanto y tan
neciamente se declama, es el alma del
mundo, la que da vida y movimiento
á las sociedades . civiles, y que el dia
en que faltase este grande y poderoso
móvil quedarla paralizada la accion de
los individuos?


Si suponemos que por imposible tu-
viesen todos y cada uno cuanto nece-
sitan Ora satisfacer sus necesidades y
caprichos , pues hasta este punto nanie
puede llamarse rico, ¿quién haria tra-


( 49 )
tajar al que asi nadase en la abundan.,
cia? ¿Qué es lo que ahora .estimula y
obliga á todos los hombres á ocuparse
cada uno en su profesion- respectiva?
La pobreza relativa, la desigualdad de
riquezas. ¡Cuán necios son pues los que
aun indirectamente se proponen des-
truir y derribar de su trono á esta reina
del universo, que sin órdenes ní leyes
positivas hace trabajar á todos! ¡Ay de
los que la persiguen! Pronto perece-
rian ellos mismos, si llegasen á dester-
rar del mundo esa benéfica deidad, á
la cual se deben la creacion, permanen-
cia, conservacion y prosperidad de las
naciones! Harto mas sabia es la Pro-
videncia, ó sea, si se quiere, la ciega
fatalidad, que repartiendo á los hom-
bres con tanta desigualdad los bienes
que se llaman de fortuna, los ha cons-
tituido en esa mutua y felicísima de-
pendencia , sin la cual ni aun existirian
las sociedades.


Y de aqui ¿qué se infiere en buena
lógica ? Que las leyes lejos de procu-
rar ni aun indirectamente destruir la
desigualdad de 'las riquezas, deberian


TOMO H. 4




( 5o )
'oponerse á que se estableciese la igual-
dad. Pero' como esta no es de temer
que llegue nunca á realizarse, lo mas
acertado es que las leyes ni la promue-
van ni la estorben. Lo único á que
pueden oponerse es á que la .desigual-
dad sea tan monstruosa que reduzca la
mayor parte de la nacion á la absolu-
ta miseria, mientras un pequeño nú-
mero de individuos viven en la opu-
lencia mas escandalosa. Y para esto
¿qué es lo que deben hacer? O destruir
la amortizacion, ó reducirla á límites
muy estrechos, prohibiendo nuevas vin-
culaciones, y desamortizando gradual-
inente una parte de las antiguas. He-
cho esto, y no poniendo á la industria
agrícola, fabril y comercial mas trabas
que las que exija rigurosamente el in-
teres general , la riqueza pública se re-
ducirá por sí misma al grado de igual-
dad relativa que es posible y conve-
niente. Circulen libremente los bienes
raices , cultive, fabrique y venda el par-
ticular sin otras restricciones que las
indicadas en otro número ; y con el
tiempo llegarán las naciones no al equi-


( )
librio matemático de las riquezas á que
ni pueden ni deben llegar, sino á aque-
lla proporcional reparticion de bienes
que deseaba el buen HenriquelV, cuan-
do quería que hasta el pobre trabaja-
dor pudiese echar en su olla una ga-
llina los domingos, sin que por esto se
quite á los mas bien tratados por la
fortuna comer diariamente perdices,
faisanes, pabos, y otros exquisitos man-
jares. Libre circulacion de bienes mue-
bles y raices , libertad razonable de in-
dustria en sus tres ramos, buen siste-
ma de rentas, y equitativa reparticion
de las contribuciones directas: lié aqui
las cuatro bases de la felicidad de las
naciones. Y como los Gobiernos exis-
tentes pueden adoptarlas y establecer-
las por si mismos sin necesidad de nue-
vas Constituciones , declaraciones de
derechos , vocinglerías parlamentarías,
corporaciones populares para el go-
bierno de los pueblos y provincias,
ficciones legales, equilibrio facticio de
poderes, guardia, nacional , libertad ab-
soluta de imprenta , tertulias patrióti-
cas, sociedades secretas, y lemas




( 52 )
minículos de la jacobinería , claro es
que está en manos de los Príncipes aca-
bar con esta el dia en que tengan ver-
dadera voluntad. Adopten pues aque-
llos cuatro principios, y gobiernen en
lo <lemas paternalmente; pero no ha=
ya otro poder en el Estado que el su-
yo; sean sus delegados y de su elec-
cion cuantos ejerzan cualquiera parte
de autoridad civil, y yo respondo
con cien mil cabezas que tuviese de que
los pueblos serán tan felices como pue-
den serlo, y de que no se volverá á ver
en los paises civilizados otra revolucion
en sentido jacobínico. Conquistas, vi-
cisitudes de la fortuna, trastornos ac-
cidentales, aunque se disminuirá su nú-
mero, habrá todavía en el mundo mien-
tras le habiten hombres organizados
como nosotros.


Volviendo ya de esta especie de di-
gresion , que he debido anticipar por
si no llega el caso de extender en su.
propio lugar las indicaciones que con-
tiene, al punto de que estabamos tra-
tando, no quiero concluirle sin refu-
tar un error predicado y puesto en


( 53 )
planta por los jacobinos franceses, y
acreditado todavía entre cierta clase de
gentes, aun despees de abolida en Fran-
cia la bárbara é inútil ley que le con-
signó en el código revolucionario. Ha-
blo de la libertad de testar. Se insiste
mucho en que para promover indirec-
tamente la igual reparticion de las ri-
quezas es necesario.6 abolirla ó coar-
tarla sobre manera; pero yo no veo la
razon. Con tal que se prohiba la nue-
va amortizacion , y se declaren herede-
ros forzosos los que lo son .por nues-
tras leyes, con alguna ú otra modifica-
cion que parezca necesaria, no veo por
qué á falta de aquellos nó se ha de
permitir que cada uno deje sus bienes
á quien mejor le parezca. ¿Qué puede
suceder? ¿que se los deje todos al pri-
mer .desconocido que se encuentre por
la calle? Enhorabuena: pero con tal que
este pueda venderlos libremente, ¿qué
perjuicio resulta á la sociedad? -Ningu-
no. Tal vez los disipará mientras vive;
y cuando esto no suceda , á su muerte
se repartirán entre sus , herederos, y al
fallecimiento 'de estos se subdividirán




( 54 )
ya en tantas partes, que aunque la he-
rencia del primer testador hubiese as-
cendido á cien millones, ¡qué pocas hay
de estas entre nosotros ! á la segunda
generacion estará ya repartida en trein-
ta ó cuarenta porciones desiguales.


Se cuenta tambien entre los medios
de promover indirectamente- la igual-
dad de riquezas la abolicion del mo-
nopolio , comprendiéndose bajo este
título todo privilegio exclusivo para el
cultivo de ciertos vegetales, la elabo-
racion de ciertos artefactos, y la Mi-
portacion ó exportacion de ciertos gé-
neros ; porque en realidad estos privi-
legios paran siempre en una venta re-
servada á ciertas manos. Pero yo nada
tengo que añadir á lo indicado en otro
lugar. Monopolio de cultivo ninguno:
de comercio y fabricacion puede ha-
berle alguna vez en beneficio del era-
rio, y por exigirlo asi la seguridad de
las naciones. El Estado puede en efecto
reservarse la elaboracion y venta del
tabaco y de la sal, y la fabricacion de
pólvora, balas , y armas grandes de fue-
go; y siempre convendrá que se reser-


( 55 )
ve la de la moneda, aunque luego dé
en empresa la manipulacion de




cada
.fábrica. Esta es doctrina corriente y
muy sana , digan lo que quieran los
pedantes.


Empleos. Aunque el mérito, la ap-
titud para desempeñarlos, y laeleccion
de los que hayan de conferirlos tienen
mucha parte en que uno llegue á ob-
tenerlos , es innegable que lo que se
llama fortuna contribuye no poco á po-
ner al individuo en aquella situacion
de la cual depende que se conozcan su
mérito y capacidad , y que la voluntad
del elector se decida en favor suyo. No
es esto pues lo que yo quiero probar;
porque todo el mundo lo sabe. Lo que
deseo es llamar la atencion de mis lec-
tores hácia este origen de desigualdad,.
tan necesario, tan inevitable y tan jusr
to. ¿Puede existir una sociedad sin go-
bierno? ¿Puede haber gobierno sin una
gerarquía tan graduada que apenas
puedan hallarse dos empleados cons-
tituidos en un mismo escalon ; pues
aun en los que parecen iguales habrá
siempre la diferencia de antigüedad, y




( 56 )
á veces la de alguna condecoraciou
circunstancia que distinga á cada uno
(le los demas compañeros? Ya tenemos
pues dividida toda nacion en dos par-
tes muy desiguales en suerte y autori-
dad: los empleados, y los que no lo son.
Aquellos reciben sueldo. del erarió pú-
blico, ó á falta de sueldo gozan de 'cier-
tos honores y preeminencias, y tienen
ciertas facultades: estos'ni reciben suel-
do, ni gozan de aquellas distinciones,
sean las que fueren , ni tienen la auto-
ridad aneja á los destinos. Y entre los
empleados mismos ¿es idéntico el suel-
do de un magistrado que el del.algua-
cit. de su tribunal? ¿es el mismo el po-
der de un ministro que el del portero
de su secretaría? Son iguales en sueldo,
honor y poder el intendente de la pro-
vincia y el guarda de puertas , el es-
tanquero. de tabaco y el, administrador
de un puesto de lotería? Si del orden
judiciario y administrativo pasamos á
la milicia , cuyos individuos. todos pue-
den considerarse como empleados pú-
blicos pues el público les paga, ¿se-
rán iguales sus diferentes grados en.


( 57 )
sueldo, poder y honores? ¿Serán igua-
les el soldado raso y el capitan, el co-
ronel y el general? Esto es demasiado
evidente para que sea necesario que ,


-me detenga á comentarlo.


S. 3.°
Igualdad en las cosas que hasta cierto


punto dependen de la eleccion del
individuo.


Ya dije que á este principio pueden
referirse la instruccion, la conducta, el
mérito , y el oficio ó profesion de cada
uno ; porque en efecto, aunque el ta-
lento natural, el nacimiento, la educa-
cion , las riquezas mismas, y hasta mil
inapreciables casualidades tienen no
pequeña parte en que uno adquiera
tal grado de instruccion determinado;
aunque el temperamento, las compa-
ñías, y otras muchas circunstancias
casuales, y sobre todo la primera edu-
cacion, contribuyen poderosamente á
que la conducta del individuo sea ó no
morigerada, , y lo sea mas ó menos; y
aunque la. voluntad ageua, la fortuna




( 58 )
y el acaso influyen tambien ordinaria-
mente en que uno abrace tal oficio,
carrera ó profesion, y de consiguiente
á que en ella eontrayga. estos ó los otros.
méritos ; sin embargo no puede dudar-
se de que la voluntad y eleccion del
individuo se atribuyen tambien su par-
te en las ventajas ó desventajas que al
hombre le proporcionan su instruc-
cion, mérito, conducta y oficio. Re-
corramos pues brevemente estos cuatro
nuevos principios de desigualdades, y
acabaremos de convencernos de que la.
tan preconizada igualdad se reduce á
que los hombres ni fueron , ni son, ni
serán jamas iguales.


Desigualdad de instruccion. Es esta
tan notoria é incontestable, y son tan
importantes sus efectos, que sola ella
bastaria para demostrar que no pueden
hallarse dos individuos de la especie
humana completa y absolutamente igua-
les ; porque es en efecto imposible que
haya dos matemáticamente iguales en
instruccion. No solo cultivan unos una
ciencia y otros otra, sino que aun en-
tre los que se llaman de una misma.


( 59 )
profesion , no es posible hallar dos ju-
risconsultos , dos fisicos, (los poetas,
dos pintores, dos arquitectos, y de ahi
abajo dos artistas de cualquiera clase
que tengan el mismo idéntico grado de
instruccion en sus respectivas profe-
siones ;• y esto no solo tomados de dos
en dos en cada generacion, sino aun
escogidos en toda la duracion de los
siglos. Y si tanta diferencia se nota aun
entre los que se llaman instruidos,
¿cuál será la desigualdad que este solo
principio establece entre los sabios y
los ignorantes, entre los que cultivan
su razon los que solo vegetan corno
las plantas sobre la tierra ? ¿Y se querrá
todavía que el derecho á la estimacion,
al poder , á la autoridad y -á los em-
pleos•sea igual en los últimos y en los
primeros ? Se dirá que no se pretende
semejante cosa. Pero si no se pretende,
¿ á qué establecer esa tan injusta y per-
judicial igualdad de derechos entre el
que sabe y el que no sabe ? ¿A qué in-
culcar tanto á la multitud ignorante que
todos los hombres son iguales ante la
ley, sin decir cómo ni cuándo? ¿Ten-




( 6o ),
drá el mismo derecho á gobernar los
pueblos el idiota , que apenas se dis-
tingue de los brutos mas que por su
configuracion exterior, y por tener una
alma entorpecida é inerte , y el sabio
que cultivando con esmero su talento
natural llega á rivalizar en cierto modo
con las inteligencias angélicas ? ¿ Ten--
drán igual. derecho á sentarse en los
Consejos de los Reyes un Jovellanos,
el desgraciado á quien su mala suerte
no ha permitido ni aun aprender á leer?
Vuelvo á insistir en este punto capital,
porque es menester repetir usque ad
satietatem, que en ninguna sociedad
bien gobernada deben tener derecho á
hacer una cosa, que pide cierta ins-
truccion 'sino los que la hayan-adqui-
rido. Los (lemas no ,


tendrán acaso cul-
pa en no haber aprendido lo necesa-
rio; pero esta no es razon para que
se les conceda el derecho de meterse
en lo que no entienden. No tiene la
culpa de ser ciego desde el .vientre (le
su madre el que nació con los ojos se-
cos; pero por eso ¿se le ha- concedido
en parte alguna el derecho de (lar su.


( )
'voto sobre pinturas? ¿Pues por qué se
ha de conceder al ignorante é iliterato
el derecho de dar su voto sobre un
plan de instruccion pública?


Desigualdad moral ó de conducta.—
Que el hombre de bien, honrado y vir-
tuoso, es apreciado y respetado hasta
de los malos, y que estos son detesta-
dos, aborrecidas y despreciados, á lo
menos interiormente, por cuantos tie-
nen la desgracia ó fortuna de conocer-
los, es un hecho panul y notorio. Que
esta diferencia que establece entre los
hombres su respectiva moralidad , es
justa, justísima y util, no habrá, me
parece, quien'se atreva á disputarlo. Y
que no siendo los hombres igualmente
morigerados, es decir, igualmente mo-
destos, prudentes, sobrios, juiciosos
etc., y no habiendo acaso dos que po-
sean las mismas virtudes, ó tengan los
mismos vicios y en el mismo idéntico _
grado, ha de resultar entre ellos gran•
dísima desigualdad moral, y muy des-
igual derecho á todo lo que exige cier-
to grado de probidad, es una conse-
cuencia innegable. ¿ Por qué pues en




( 62 )
ninguna Constitucion jacobínica, aun-
que tal vez pro formula se torne en
cuenta la instruccion, se exige para los
destinos públicos una cosa tan necesa-
ria como la honradez? ¿Por qué se abre
la puerta para todos ellos al que tenga
25 años y se llame ciudadano? ¿Por
qué no se añade la condicion de buena
conducta, la de no haber sido nunca
procesado, y otras semejantes? Porque
lo que realmente se quiere es poner el
gobierno en manos del inmoral popu-
lacho; conociendo que solo de la in-
moralidad ignorante se pueden obte-
ner las leves atroces que se desean fun-
dadas en injusticias. ¡Cuándo se arran-
carian á virtuosos ciudadanos decretos
de proscripcion, leyes de sospechosos,
códigos revolucionarios, tasas del má-
ximo, la espoliacion de los templos, la
persecucion del clero, la abolicion del
culto público, las fiestas decadarias, la
gran solemnidad de la diosa de la Ra-
zon , todos los atentados legislativos
que deshonraron la revolucion france-
sa, y los ensayos en miniatura que se


'han repetido en la nuestra? Para esto


( 63 )
es menester que el cuidado y poder de
hacer las leyes esté confiado á mons-
truos de iniquidad, como 'Ararat, pan-
ton y Robespierre, y á la misma in-
moralidad personificada en el capuchi-
no Chabot; y entre nosotros .no re-
velemos nuestra vergüenza á las gene-
raciones venideras. lVeque enim necesse
est onznium flagitia proferre. lié aqui
lo que produce, vuelvo á repetir, el
funesto principio jacobínico de conce-
der indistintamente á todos los ciuda-
danos el derecho de optar á empleos
tan importantes corno el de legislador:
que vengan á dar leyes á los pueblos
los que deberian estar poblando los
presidios y arsenales.


Desigualdad de Méril0 por servi-
cios hechos á la patria en cualquier
línea que sea. Que existe y no puede
dejar de existir , es un hecho. ¿Có-
mo todos los individuos han de po-
der prestar iguales servicios al públi-
co? Y cuando pudiesen, ¿cómo todos
se han de hallar en circunstancias igual-
mente favorables para tener ocasion de
manifestar su zelo por el bien general




( )
de su pais? Que no siendo pues igua-
les todos los ciudadanos en méritos.
anteactos y positivos , no deben ser
igualmente premiados y honrados con
la confianza pública, es una consecuen-
cia necasaria. Y de esta última ¿qué se
infiere? Que cuando quisiéramos pres-
cindir del talento natural, de la capa-
cidad actual , del nacimiento , de la
crianza, de la instruccion y de la pro-
bidad (le los individuos , nunca será
j usto conceder igual derecha á los des-
tinos honoríficos al que nada ha he-
cho todavía por su pais, y al que le
ha prestado ya útiles y relevantes ser-
vicios. ¿Qué nuevo género de justicia
distributiva es el que se quiere intro-
ducir en el mundo, concediendo igual
derecho á los honores públicos al hom-
bre desconocido, y al que ya se ha se-
ñalado y distinguido en una larga Car-
rera? Porque, sutilícese cuanto se quie-
ra, nunca se responderá á este dilema:
ó los empleos son carga, ó son una re-
compensa. Si son carga, no debe ad-
mitirse á servirlos sino á los que pue-
den llevarla, y aqui entran el talento


( 65 )
natural, la educacion , la honradez, y
la capacidad actual ú la instruccion. Si
son premio, no deben tener derecho á
él sino los que le hayan merecido,. y '
aqui entran los servicios anteriores..


Desigualdad de honor enfre las mis-
mas pro.Psiones. Ya he observado que.
aunque la eleccion del individuo tiene
mucha parte en que abrace esta ó aque-
lla carrera, concurren tambieu otras
circunstancias involuntarias á que aca-
so, con repugnancia suya se vea preci-
sado á ejercer tal profesion. La vo-
luntad (le sus padres., la falta de: me-
dios pecuniarios, imprevistas,


desgra-
cias, trastornos ,


políticos, y otras mil
y mil causas, hacen tal pez un humil-
de é ignorante jornalero del que_ la
naturaleza destinaba á ser el primer
capitan de su siglo, si la casualidad le
hubiera_ conducido .á,iservir en la.;rna-,
ch. De aqui se infiere,. que rarísimas.
veces se puede culpar .enteramente
un individuo de haber seguido tal ó
cual carrera, ó de.. ejercitarse en :esta
ó ,en aquella ocupacion. Pero no .por
esto deberá dispensarse igual hónor al


TOMO II.




( 66 )
que se dedica á ciertas profesiones re=
putadas por serviles, bajas é iguobles
en todos los siglos y paises, y al que
abrazó las tenidas por liberales, eleva-
das y distinguidas. Las legislaciones mas
sabias han reconocido y sancionado
esta diferencia ; pero aun cuando sé
empefiasen en destruirla, no lo conse-
guirian jamas completamente. Los có-
digos jacobinos podrán declarar la igual-
dad legal de todas las profesiones; pero
mientras haya hombres subsistirá en-
tre ellas, y con mucha justicia, la des-
igualdad (le honor.-
• Esta consiste en que ciertas opera-


ciones manuales , ciertas habilidades,
ciertas artes, en suma, ciertas profesio-
nes, tomada esta voz en su mas lato
sentido, son, mas estimadas que otras,
y los que las ejercen mas honrados y
respetados. Este desigual honor de las
profesiones parece á los filósofos jaco-
binos una terrible . é inexcusable injus-
ticia , y quisieran que todas fuesen
iguales en la estimacion del pueblo;
pero esto ni se ha verificado hasta
aqui, ni se verificará nunca: y Una opi-


o /;1;"


nion tan antigua y general en el mun-
do es preciso que sc funde en al.
gun motivo racional. Y cuál puede
ser este? La averiguacion no es dificil.,
Recorramos todas las artes y profesio-
nes; veamos cuáles son las que los hom-
bres estiman y aprecian mas, y halla-
rémos que en general son las más úti-
les , mas dificifes, mas. arriesgadas , y
á lo menos las que suponen mas ta-
lento é instruccion en sus respectivos
profesores. Y ya se deja conocer que
el hombre no es injusto cuando aprecia
lo util mas que lo superfluo, lo dificil
mas que lo facil, lo que pide cierto valor
y esfuerzo extraordinario mas que lo que
no._ presenta riesgo alguno ; y lo que
supone gran talento y aplicacion mas
que lo que se aprende pronto, y aun
por hombres de muy limitada capa-
cidad.


Asi por mas que grite la superficial
pedantería .contra esta supuesta injus-
ticia, los hombres apreciarán siempre
mas , y con razon , al médico que les
consuela y asiste en sus enfermedades,
que al saltimbanquis, ó decidor de buena




( 6B )
ventura, qüe entretiene un instante su
curiosidad en una plaza; mas al arqui-
tecto que forma el plan de la obra y
dirige su ejecucion , que al simple alba-
ñil que construye los tabiqueSI.Mas• al
militar que expone su vida, que al bu,
honero que sin riesgo ,


alguno está ven,
diendo agujas en la esquina de.tma caj
Ile; y mas al abogado, al sabio, al
terato,- al' matemático y al verdadero
poeta, que ál mozo de esquina , al agua-
dor, al barrendero de calles , -N , aun al
trabajador que labra la tierra. Porque
aunque estos -últimos sean mas nece-
sarios que los poetas, y aunque los ofi-
cios mecánicos sean de Utilidad mas
inmediata y sensible que las profesio-
nes literarias;- todos conocen que el
oficio de aguador se aprende al primer
viage; y qué Para ser barrendero- ó ca-
vador no se necesita mas que tener
robustos ; pero para , 'compo-
ner una Ifigenia se necesita 'talento,
mucha aplicación, y I, ,,orto apren-
dizage. Hay Cambien 'otro principio de
deshonor entre las ocupacióads-, fun.
dado, si se quiere. en una -preocupa-


( 69 )
cion , pero preocupacion invencible; y
es lo asqueroso ó repugnante de la ma-
teria. .?psi, por mas que. se haga, y aun
prescindiendo (le la dificultad respecr
tiva •de oficios, .el -matachín, el
.cornic,


zurrador y el pocero, mm-
ca ser :/onrados .como el ebanis-
.ta , el, platero el. dorador. .Este es, el
mundo, vuelyo á repeLh este. es el hom-
bre, y para:.gobernarle . CQ11 . ;acierto es
necesario ,Itener .,en cuenta .hasta sus
mismas. Imeognpaciones &Obre todo
si las que asse llamanino.-son tan


, absurdas corno, pretenden,los sofistas,
sino. que, se. fundan, t: motivos, :muy
racionales. ¿Por,: qué . •en todos los
paises, ann;;Mquias cultos.. y libres,
se mira con cierto horror el. oficio
de cortante? Porque- se supone, y con
razon, cp! , ' ,,,t-nbre ocupado to-
da sii 'V;(1 . descuartizar
animales.; ,•!lyz,is: manos estan, siem-


sángre se • ;familiariza
con estos objetos horrorosos, y con-
trae eierta;:durez,a, é, insensibilidad de


-azon,.citirta crueldad y,feroeidad,de
:caracter,•qUe no pnedt inspirar sn•mis-




( 7o )
mo oficio al que se ocupa en pulimen-
tar diamantes, ó en animar con su cin-
cel los mármoles y los bronces. Un
platero de oro y un escultor podrán
ser accidentalmente crueles, feroces y
sanguinarios; pero estos malos hábitos
no los habrán contraido en sus diarias
ocupaciones. Al contrario el matachin
y el carnicero podrán ser por tempe-
ramento humanos, tiernos, y compasi-
vosmmro no será ciertamente la cos-
tumbre de matar y descuartizar las re-
ses 1w-que les haya inspirado aquellos
buenos sentimientos. Sabido es que el
horror á la sangre: y la Matanza se dis-
minuyen á proporcion que•el hombre
se habitúa . á tan repugnantes ocupa-
ciones.


4.°


Igualdad legal ú de derechos.


Este puede llamarse el último atrin-
cheramiento de los jacobinos. Primero,
por si pasa, establecen la igualdad ab-
soluta de


• los hombres sin especificar
en qué consiste, para seducir y enga-
ñar al populacho, insinuándole


mali-


(?I)
ciosamente que el último barrendero
es, ó debe ser, igual en nacimiento,
honor, riqueza y autoridad al Monarca
mas poderoso. Pero como al instante _
se les demuestra que esta rigurosa igual-
dad es materialmente imposible, se aco-
gen á la que llaman legal , ó á la igual-
dad (le derechos. Precisemos bien la:
cuestion, y desaparecerá casi en su to-
talidad tan fácilmente como las otras
que llevarnos recorridas.


¿Qué dicen los jacobinos? 1.° Que
la ley debe ser una para todos, ora pre-
mie, ora castigue. 2.° Que todos los
hombres. son iguales en derechos, 6 lo
que es lo. mismo, que todos tienen de-
recho á las mismas mismísimas cosas,
y á ejecutarlas mismas mismísimas ac-
ciones. Si la igualdad (le derechos no
quiere decir esto, no dice nada en sus-
tancia: es una expresion vacía de sen-
tido, inventada y pomposamente repe-
tida para alucinar á los tontos. Exa-
minemos pues ambas aserciones.


En cuanto á la primera ya observó
juiciosamente Bentham , que lalegisla-
eion mas absurda y mas injusta sería la




( 7 9- )
que por un mismo delito impusiese álo-
dos los individuos los mismos idénticos
castigos, y les concediese por el mismo
servicio la misma idéntica recompensa.
Y la cosa es evidente, aunque Bentham
no lo dijese. Al decretar los premios y
castigos es necesario distinguir: 1. 0 los
sexos, pues claro es que á las murieres
no se las enviará á los arsenales en el
mismo caso en que se envia á los hom-
bres; y aun cuando alguna sepa tantas
leyes como Gampomanes, no se pre-
miará su aplicacion haciéndola Fiscal
de Castilla : la edad y otras circuns-
tancias, pues claro es tambien, como
dice Bentham , que doscientos azotes
dados•á un joven robusto y endureci-
dwlio- son una pena realmente igual,
aunque suene materialmente la misma,
que .


otros doscientos azotes dados á un
anciano delicado y enkrinizo. A este
pneden causarle la muerte, y al joVen
vigoroso solo Je causarán una leve y pa-
sagera


• ndisposicion. •Lo mismo sucede
conlas recompensas. Sabido es que por


.
.111a a ccion brillante en
, un grado aibficial joven, para


( 7 3 )
que continúe en el servicio, y su re-
tiro con una pension al veterano que
necesita descansar.•Para este es en efec-
to honorífico premio el permiso de vol-
verse á sus hogares, y para el primero
seria esta licencia un verdadero casti-
go. :En suma, desde que el mundo es
mundo se 'labia dicho y creido, que la
justicia distributiva consiste en que al
repartir los premios y castigos se ten-
gan en cuenta todas las circunstancias
de..persona , lugar y tiempo; pero es-
taba reservado á la pedantería del si-
glo xvm alborotar el mundo con la no-
vedad de que la ley al decretar los pre-
mios y los castigos debe desentenderse
de todo ; y que, si bien ó mal se le an-
toja mandar que al ladron se le pasee
en un burro por las calles desnudo de
medio. cuerpo , debe mandar que se
haga lo mismo con las ladronas, aunque
lo xesista el pudor.


Dirán acaso los jacobinos que ellos
no entienden en este sentido su prin.
cipio, y que al contrario reconocen que
en la distribucion de 'premios y Casti-
gos . debe hacerse distincion entre hom-




( 74 )
ores y .mugeres, viejos y niiios , enfer-
mos y sanos, débiles y robustos etc. ;
pero en este caso dicen lo que todo el
mundo sabia, y acaban por confesar
que la proposicion verdadera es la con-
tradictoria de la que sentaron corno
principio, y que en lugar de decirse:
«la ley debe ser una para todos, ora
premie, ora castigue,» debe decirse
«la ley no debe ser una para todos, ora
premie, ora castigue.» Hé aqui en lo
que vienen á parar los que se llaman
principios en la lengua de los pedan-
tes; en aserciones tan falsas, que sus
contradictorias son precisamente las
verdaderas en la materia.


En cuanto á lo segundo, distinga-
mos tambien los derechos relativos á
las cosas y á las acciones: examinemos
separadamente ambas clases , y resul-
tará mas claro que la luz del medio
dia, que los hombres, es decir, los in-
dividuos de la especie humana que per-.
tenecen á una misma sociedad, no solo.
no son iguales en estos derechos, sino
que es imposible que lo sean.


Derechos relativos á las cosas. Estos


( 7 5 )
se subdividen, como se sabe, en dere-
cho sobre la cosa que ya se posee, y
derecho á la cosa que no se posee- to-
davía. En cuanto á los primeros ¿hay
en el mundo un solo hombre racional
que diga ni pretenda que cuando, cons-
tituida la sociedad, posee cada indivi-
duo alguna cosa, tienen los (lemas un
derecho á poseerla igual al del pose-
sor? Cuando Pedro es dueilo legítimo
de una casa ó heredad, ¿tienen todavía
derecho los restantes individuos á po-
seer aquella misma propiedad? Cuando
Juan ha sido nombrado, bien 6 mal,
para tal destino, y ha tornado posesion,
¿tiene ya nadie el derecho de colocarse
en su puesto? Nadie ha dicho ni pue-
de decir semejante disparate. Luego ya
tenemos que los individuos de un Es-
tado no son ni pueden ser iguales én
los derechos llamados in re. Veamos
ahora si lo son en los llamados ad rem.


Distingamos tambien las cosas ma-
teriales que se llaman propiedades ó
bienes, y los destinos 6 empleos. Acer-
ca de aquellas dicho se está por sí
mismo que solo tienen derecho á ellas




( )
los que son llamados por la ley á po-
seerlas. Asi solo los hijos y demas que
se dicen herederos forzosos, 6 los nom-
brados por el testador, tienen derecho
respectivamente á las herencias que la
ley ó la voluntad del dueño les adju-
dica; y ninguno sostendrá que todos
los españoles tienen derecho á heredar
al duque 'de Medinaceli ó de Villaher-
mesa, ni á nadie de quien respectiva-
mente no sean herederos voluntarios ó
forzosos.—Esto es notorio: luego todos
los individuos de una sociedad no son
iguales en los derechos denominados
ad renz, S lo menos respecto de las
cosas que se llaman propiedades ó bie-
nes, ya raices, ya muebles, ya semo-
vientes.


Si de los bienes pasamos. á los em-
pleos, sin necesidad de-repetir lo que
ya se dijo relativamente al diferente de-
recho que cada individuo puede tener
á ellos, atendidas sus circunstancias
personales de talento, capacidad actual,
nacimiento, educacion, probidad y mé-
ritos: circunstancias en que es imposi-
ble hallar dos individuos absolutamen-


( 77 )
te iguales.; entremos en otras conside-
raciones. Es. innegable que en nin-
gun pais bien gobernado tienen las mu-
geres derecho, ni deben tenerle, á los
empleos , á no ser al trono, donde se
ies permite heredarle con la mira de
evitar el advenimiento de líneas,trans-
versales y dinastías extrangeras. Asi en
ningun pais racional se concede dere-
cho á Jas hembras para optar ,-eri igual-.
dad con los varones, á los empleos de
toga, administracion y milicia. Luego
á lo menos por esta parte es falso que
todos los individuos de la. sociedad
tienen ,igual derecho á los empleos.
Es necesario añadir la palabra varo-
nes. a.° Aun limitando á estos la su-
puesta igualdad , es falso tambien que
todos tengan derecho á los destinos; y
es necesario excluir los niños, los fá-
tuos, los dementes, los presuntos reos




puestos en juicio „los criminales
ya juzgados y condenados á pena in-
famante :mientras estan cumpliendo la
condena; lós extrangeros. que no han
renunciado: alifuero de extrangería, los
que solo son naturalizados v no han




( 7$)
obtenido carta de ciudadanos, los es-
clavos, si los hubiere, y sus hijos si
la ley positiva no los habilita, los fisi-
camente imposibilitados para obtener-
los, como para algunos destinos los mu-
dos , los ciegos etc. Luego aun limi-
tando el derecho á los solos varones,
es necesario añadir « ciudadanos hábi-
les.» ¡Cuántas porciones vamos ya qui-
tando de aquel «todos los hombres son
iguales en derechos» con que tanto se
llenan la boca los jacobinos! 3.° Redu-
cido aquel todos á los solos ciudadanos
hábiles y en actual ejercicio y goce de
la ciudadanía, todavía es falso que to-
dos ellos tengan igual derecho á todos
los empleos que vaquen , porque hay
algunos que piden ciertas condiciones
y circunstancias que no se encuentran
en todos, y esto en cualquiera legisla-
cion. ¿En qué pais del mundo tienen
los legos derecho á los destinos ecle-
siásticos, y los paisanos á los empleos
militares? Ademas en todas partes exi-
gen las leyes


• ciertas condiciones para
determinados destinos; y en este caso
es evidente que los que no se hallan


( 79 )
en la demarcacion de la ley , no tienen
derecho á ellos. Asi en Inglaterra solo
los nobles de origen , ó ya ennobleci-
dos por el Rey ó el episcopado, pite- ,
den ser individuos de la Cámara de
Pares ; y en Francia la ley requiere
cierta edad y cierto_ censo para ser elec-
tor y miembro de la Cámara (le Dipu-
tados, y para otros destinos de los lla-
mados de república : luego los que no
se• hallan en aquella categoría no tie-
nen el mismo derecho á ellos que los
que reunen las condiciones legales: lue-
go aun los ciudadanos actuales no son
iguales en derecho relativamente á la
provision de los empleos. Si esto no
es evidente, no sé yo qué se llamará
evidencia.


Se dirá: no es ese el sentido en que
se quiere que los ciudadanos tengan
todos derecho á los empleos y cargos:
lo que se dice es que la ley no debe
excluir de ellos á ninguno que retina
las circunstancias exigidas por la mis-
ma ley.—Entonces el gran principio
se reduce á una perogrullada que todo
el mundo sabia, y nadie negó jamas;




( 8o )
á saber: que la ley lió debe excluir á los
que admite. Sin duda, y hasta ahora en
uacion alguna del mundo no ha habido
una ley que diga: «Todos los indivi-
duos que se hallen adornados de tales
y cuales circunstancias, podrán optar á
tales y cuales destinos;» y que luego
añada: «Pero aun estando adornados de
ellas no tendrán derecho á los destinos
que las requieran.»


Se insistirá: «no es eso tampoco lo
qué se dice: lo que se pretende es que
la ley no excluya á nadie por la sola
razon del nacimiento.» Ya hemos visto
que el que tuvo la desgracia de nacer
de un padre envilecido en la opinion
por su oficio, no debe ser admitido á
los empleos honoríficos en dos, casos:
t.° cuando él abrazó y está ejerciendo
actualmente la profesion de su padre,
ú otra notoriamente envilecida :
cuando dedicado á. alguna de las hon-
rosas no ha borrado con méritos.,rele-
vantes la mancha involuntaria de su
origen. Esto quiere decir que el .hijo
del verdugo ó matachin, que tambien
ahora • ahorca hombres ó descuartiza


( )
carneros, ó que en otra carrera hon-
rosa no ha lavado aquella mancha, no
debe ser admitido á los honores


¿ Se niega esto, ó se concede?.
¿ Se niega? las naciones todas se levan-
tarán contra tan antisocial :doctrina;
porque ninguna (le ellas querrá con-
sentir en que el que está matando hom-
bres ó animales, ó nada ha hecho que
le saque de tan oscura condicion, pase
desde la horca, la tabla, ó la oscuridad
infamante ít presidir un Tribunal .ó á
despachar un Ministerio. ¿Se concede
que el hijo de padre vil cuando actual-
mente ejerce una profesion envilecida,
ó no ha resarcido esta desgracia con re-
levantes servicios, no debe optar .á los
destinos con igual derecho que los que
pertenecen á clases mas distinguidas en
la estimacion comun? tendrernos que
el nacimiento bajo , si el hombre no
ha salido de la esfera en que.lecolocó
esta desgraCiada casualidad, puede. ser
un obstáculo legal que destruya la su-
puesta igualdad .de derecho á los em-
pleos ; y que solo en el caso 'de que
elevándose sobre la clase en que nació


TOMO II. 6




( 82 )
logra anular aquella tacha y destruir
aquel obstáculo, es cuando podrá op-
tar á ellos. Pasemos mas adelante. Ya
he dicho que hay oficios tan viles, v. gr.
el de verdugo , que aun ennoblecidos
los hijos por sus méritos personales to-
davía no permite la delicadeza, ni es
conforme al interes de los mismos in-
dividuos, que se les confieran ciertos
destinos en que sus compañeros no
querrian alternar con ellos, y en que
su amor propio se venia humillado á
cada paso. Y esto es de notoria ver-
dad. Resulta pues que en semejantes
clases, solo cuando no se sepa el ori-
gen del individuo, ó cuando pasadas
algunas generaciones se haya olvidado
enteramente , es cuando se puede op-
tar á destinos elevados.


¿ Qué es pues lo que se puede pre-
tender racionalmente ? ¿ Que aquellos
hombres, que aunque no hayan nacido
en la púrpura ni en los palacios de los
Grandes, tampoco pertenecen á las ín-
fimas y deshonradísimas clases , sino
que son hijos de padres, pobres sí, pe-
ro honrados, como el labrador y el me-


( 83 )
nestral decente, tengan abierta la puer-
ta á los destinos honoríficos si tienen


ion yccnstruila probidad necesarias
para desempeñarlos ; en suma , que
la nobleza de pergaminos no debe
dar derechos exclusivos á los empleos ?
¿Si? ¿ es este todo el gran dogma de
la igualdad? Pues en España, gracias


' á Dios , se ha profesado constante-
mente , salvas algunas ligeras excep-
ciones de que me haré cargo. Vamos
á probarlo.


En primer lugar: es notorio que la
puerta á las dignidades eclesiásticas es-
tuvo siempre abierta á todo el que
acreditase, no ejectitoriada nobleza, si-
no simple limpieza de 'sangre; que aún
en esta parte hubo bastante conniven-
cia, y que por medio de la carrera ecle-
siástica hombres de muy humilde na-
cimiento se elevaron no solo á las mi-
tras. ), capelos, sino á los primeros em-
pleos- de ,


la gerarquía civil; y hace mas
de trescientos años la Europa vió man-
dar ejércitos y gobernar el reyno á un
pobre frayle francisco. Y como este


cuántos otros ejemplos ofrece nuestra


0




( 84 )
historia hasta en los siglos que se lla-
man de ignorancia!


En segundo lugar: aún sin el salvo
conducto de la iglesia , los altos em-
pleos que piden ciencia .y aprendizage
han sido accesibles á todos los que por
una feliz reunion de circunstancias han
podido dar á conocer su mérito. ¡Cuán-
tos Consejeros, Presidentes de Conse-
jos, Ministros, Embajadores , Intenden-
tes, Directores generales etc. pudieran
citarse, á quienes elevó á tan brillantes
destinos su mérito personal y no la eje-
cutoria de nobleza! Conque si el gran
principio de la igualdad tan pomposa
y enfáticamente predicado quiere decir
en resoluciou, que la virtud y el méri-
to deben ser premiados con la confian-
za de los Gobiernos, con la estimacion
pública y con los empleos honoríficos;
esto ya se hacia mas ó menos en' todas
partes, y señaladamente en España, sin
necesidad de alborotar el universo,
trastornar las naciones, y hacer derra-
mar torrentes de sangre para estable-
cer una verdad reconocida y practicada.


Las únicas excepciones que la ley,


( 85 )
ó la costumbre, oponian entre nostros
al principio general, se redueian, bien
examinadas, á confirmarle. Y no parez-
ca paradoja. Se exigian papeles de no-
bleza para las plazas togadas, para los
cuerpos facultativos militares, para en-
trar de cadetes en los domas del ejér-
cito, y aun para ciertas catedrales. Y
bien .; este requisito ¿á qué se reducia
en la práctica ? A que todo el que era
hijo de los qué se llaman padres hon-
rados, aunque no- fuesen rigurosamen-
te nobles, era admitido en aquellas
corporaciones, I.° porque en el exámen
de los papeles, á no resultar el candida-
to hijo de verdugo, carnicero, zurra-
dor, ó cosa muy parecida, hacia mu-
cha indulgencia: .° porque siendo tan-
tas las familias nobles, era tan facil pro-.
bar el entronque con alguna, que ra-
rísimo será el ejemplar que se cite de
un pretendiente que no siendo noto-
riamente envilecido por el oficio de su
padre, fuese repelido por la falta de no-
bleza: 3.° porque la puerta estaba abier-
ta para hacerse noble á todo el que lo
solicitaba, y podio seguir el pleyto




( 86 )
las salas de hijos-dalgo: 4.° porque las
leyes mismas ennoblec•an de hecho á
una m 111 1 i tud de prdfesiones , .seña la da-
mente las literarias y curiales, desde el
primer catedrático y abogado hasta el
último maestro de niños ó notario de
los .


Reynos: 5.° finalmente, porque la
riqueza -tapaba las macas, é igualaba en
cierto modo las clases: 6.° porque la
carrera militar, que á no empezar por
cadete estaba abierta á todo el mundo,
ennoblecia á las familias de los que en
ella tenian la dicha de distinguirse. por
señalados servicios. Eu nuestros dias,
para no hablar de los Minas, Empecina-
dos , Chalecos , Abuelos, Chapalangar-
ras etc., hemos visto á un Barceló llegar
desde simple patron de barco á Teniente
general. De suerte que los tan pondera-
dos privilegios de la nobleza, relativa-
mente á la provision de los empleos,
se reduéian en suma á excluir de ellos
á los verdugos, carniceros, zurradores
y algun otro, y á sus inmediatos hi-
jos; y esto ya se ve que, sobre funda-
do en razon, era un tributo pagado ,á
la opinion; tributo que ahora todavía,


( 87 )
y acaso siempre, habrá que pagarla,
y no será grande el mal que resulte
de que se le continúe pagando. Asi, lo
único en que pudiera variarse la an-
tigua legislacion seria en sustituir á •la: •
palabra nobleza la de clase honrada;
declarando que no se reputan por ta-
les la de verdugo, torero, cortante,
con sus auxiliares, trapero, por lo que
tienen de mata-perros, y alguna otra;
porque las de este jaez no se ennoble,
cerán nunca en la opinion, por mas que
las leyes hagan.


No quiero dejar este punto de la
mano sin decir algo de nuestros anti-
guos colegios mayores; porque en tan-
to como se ha declamado contra ellos,
al lado de alguna verdad hay mucho
de falso ó exagerado.


.° No es cierto que sus alumnos
tuviesen el privilegio exclusivo de las
togas y canongías: tenian, sí, cierto fa-
vor, y en igualdad de circunstancias
eran preferidos; pero tambien optaban
á ellas, y entraban muchas veces los
que no eran colegiales.


2.° La intencion de los que á titule




( )
de reforma destruyeron nuestros cole-
gios mayores, pudo ser buena., y yo
creo que lo seria ; pero los efectos de
sus providencias han sido notoriamen-


'funestos. Todo hombre de buena fe
reconoce hoy y confiesa que la toga
española perdió mucho de su antiguo
lustre nada ganó en virtudes , desde
'que se poblaron los tribunales con no-
Arios de camaristas y abogados pobre-
tones. Los antiguos. colegiales serian
menos sabios que los abogados de ofi-
cio que han ocupado sus sillas, y ami
esto ,es, mucho conceder ; pero es in-
negable que en finura ,decoro , pundo-
nor, honradez y limpieza de manos les
llevaban por lo general mucha ven-
taja . , . Ahora , si estas son ó no pren-
das importantes en los jueces, que lo
digan los litigantes. ¿Y qué necesita-
rnos de litigantes? que lo diga la.razon.
Una de las cosas que con otras mu-
chas .ha contribuidos propagar entre
nosotros el sansculotismo trances , la
funesta doctrina de la igualdad , y la
nivelacion jacobínica „ y que á favor de
estos principios • ha traigo la famosa


.( 89)
Constitucion gaditana y el reynado de
los'obscuros pedantes cine nos han per-
dido, fue la destruccion de los cole-
gios. ¿Cuándo , si estos hubiesen sub-
sistido, habriamos visto en los Conse-
jos, en las Audiencias, en los Juzga-
rlos, y hasta en las Córtes hambrientos
letrados, que á muy escasa doctrina
añadiesen la petulancia , grosería , ve-
nalidad y (lemas vicios de miserables y
descamisados parvelms, que ni aun pa-
ra fámulos hubieran sido buenos en los
antiguos colegios?


3.° No es . tan cierto , como se su-.
pone, que en una monarquía en que se
reconoce la nobleza de origen con vin-
culaciones que perpetúen y acumulen
las riquezas en ciertas familias 5, no de-
ban reservarse ciertos destinos elevados
para los individuos de estas familias pri-
vilegiadas. No hablemos de las Cámaras
de Pares donde las haya hereditarias, pe-
ro aun en los destinos de libre nombra-
miento del Rey no habria gran mal en
que, cuidando al mismo tiempo de que
se diese una excelente cducacion á los
hijos de los Grandes, se escogieran de




( 90 )
entre los mas sobresalientes é instrui-
dos de su clase los Ministros, Embaja-
dores, Vireyes de ultramar, Capitanes
generales de mar y tierra (suponiendo
que hubiesen llegado á estos grados
por rigurosos ascensos empezando des-
de cadetes), Gobernadores de las pro-
vincias, y aun Presidentes (le los Con-
sejos supremos. Una de las causas á
que entre otras muchas debe Inglater-
ra la solidez de su gobierno y el sis-
tema constante de política que sigue su
Gabinete, es que estío se compone por
lo coman de individuos, que si no son
los primogénitos que llevan el título
de la casa; pertenecen á las primeras
familias, ó estan emparentados con ellas,
y que los altos empleos y de mayor
confianza se dan tambien á la nobleza.
Nuestras pobres gentes cuandó oyen
hablar de Pitt, Fox y otros célebres es-
tadistas ingleses , y de Generales como
Nelson y Wellington , se figuran que
aquellos eran abogadillos de guardilla,
y estos unos zafios guerrilleros; y no
saben que sobre pertenecer á ilustres
y muy antiguas familias , se habian pre-


( )
. parado con una encelen te educaeion z't
ser los primeros hombres (le su pais.
Yo bien sé que sin esta la cualidad del
nacimiento vale poco ; pero precisa-
mente por eso digo, qué en suposicion
de que haya en el Estado una nobleza
hereditariamente rica , como ella es la
que puede dar á sus hijos mas brillan-
te educacion , estos, si en efecto la han
recibido , son los mas á propósito para
los altos empleos.


Si ahora se me preguntase si en-una
monarquía no despótica sino absoluta,
es decir, sin fantasmagorías constitu-
cionales, debe haber una nobleza he-
reditaria, constantemente rica por me-
dio de vinculaciones, y al mismo tiem-
po muy instruida , responderé una co-
sa que sin duda sorprenderá á los cine
no hayan meditado sobre esta impor-
tante euestion. Para que el poder del
Príncipe sea tan grande , fuerte, único
y concentrado , como acaso conviene
para mantener el orden y evitar con-
vulsicines y revoluciones políticas, no
debe haber semejante nobleza; pero es
útil , si se quiere templar , disminuir




( )
y contrapesar de algun modo aquel
gran poder del _Príncipe. Mas breve:
el sistema de la division y equilibrio .
del poder exige esa especie de nobleza;
el de la única potestad pediria que no
la hubiese. Esto está en contradiceion


. con la opinion vulgar (le que la no-
. bleza hereditaria y amayorazgada es el


mas firme apoyo de los tronos; pero es-
ta opinion no es cierta. El- trono mas
poderoso y respetado es aquel bajo cu-
yo cetro no hay destino, honór, , títu-
lo , condecoracion , pension ni gracia.
que no sea • personal , Irvitalicia , y aun
amovible en ciertos casos , y que por
consiguiente no la deba el individuo al
Monarca que le ocupa. Reflexiónese
bien este principio, y se verá que si
los Príncipes del Continente de Euro-
pa habian acrecentado y consolidado
tanto su poder desde Carlos V hasta
que las revoluciones jacobínicas han
venido á disminuirle y desquiciarle, era
porque desde entonces habian ido con-
centrando entre sus manos toda la au-
toridad civil , y habian abatidO la alta
nobleza, reduciéndola á un vano título


( 93 )
que solo daba entrada en palacio para
obtener una llave de Gentil-hombre.
Este es punto que pediria una diserta-
cion particular. A su tiempo le ilustra-
ré completamente; por ahora baste es-
ta ligera indicacion.


Si de los 'derechos relativos á las
cosas pasamos á los relativos á las ac-
ciones, hay que distinguir aquellas que
presuponen autoridad ó poder, y las
que no requieren mas que el .simple
permiso é la no prohibicion. En cuan-
to á estas, nadie ha negado jamas que
todos pueden ejecutarlas; y por consi-
guiente, si este es el gran secreto que
han revelado al mundo los filósofos
modernos, pudieran habérsele guarda-
do, porque ninguna falta hacia tan es-
tupenda revelacion. En efecto , desde
que existen las sociedades se sabia, y
por sabido se callaba , que si la ley no
prohibe comer, beber y dormir , to-
dos los individuos del Estado tienen
igual derecho á comer y beber cuando
tengan gana y qué, y á meterse en la
cama, si la tienen, cuando el sueño
les sobrecoja y alguna .circunstancia




(94')
particular no se lo impida. No serán
pues las acciones de esta clase á las que
segun los jacobinos tienen igual dere-
cho todos los individuos de la nacion;
serán sin chala aquellas para las cuales
se requiere cierta autoridad concedida 6
asegurada por la ley. Examinémoslas, y
veremos que tampoco en estas es igual
el derecho que todos tienen á ejecutarlas.


La autoridad , como se sabe , es de
(los especies, pública y privada ; aque-
lla está aneja á los destinos ó empleos,
y esta al grado que ocupa cada uno
en la gerarquía doméstica. Empecemos
por la última, y (lígasenos si son igua-
les los derechos del hijo menor y los
del padre, los del pupilo y el tutor,
-los del criado y el amo , los del discí-
pulo y el maestro, los del trabajador
y el que le emplea, los de la muger y
el marido etc. etc. Paréceme que nadie
se atreverá á sostener que si el padre
tiene derecho á reprender y á castigar
á su hijo, este tiene igual derecho á
reprender y castigar á su padre; que
si el amo tiene derecho á mandar y
regañar á su criado, este tiene igual


-( 95
)


derecho á mandar y regañar á su amo;
que si el maestro tiene derecho á se-
ñalar al discípulo las horas en que ha
de estudiar y á imponerle penas cuan-
do quebranta sus órdenes, el discípulo
tiene igual derecho á dárselas al maes-
tro , y á penarle por su inobediencia
etc. etc.; porque el hecho es tan evi-
dente, que seria ridículo extender mas
la demostracion. Y ni aun me hubiera
detenido en una cosa tan clara , si ma-
terialmente no hubiésemos visto soste-
nidas de hecho tan absurdas preten-
siones en los tres dichosos años del fi-
losófico gobierno de la pedantería ga-
ditana. Pero no se tome á chanza ; ha
habido criados que han querido comer
á la mesa con sus amos, y que estos
alternasen con ellos en el alcanzar los
platos; discípulos que se han negado a
obedecer á sus maestros; hijos que si
sus padres.iban a castigarlos les ame-
nazaban con usar de represalias ; y mu-
geres que por la igualdad constitucio-
nal se creian exentas de obedecer á sus
maridos en lo que estos les mandaban.
con justo título como cabezas de la la-




( 96 ),
milla, Asi se ha difundido entre no-


. -


sotros el espíritu (le insubordinacion
é indisciplina que estarnos viendo aun
en las familias, y que costará trabajo
y tiempo desarraygar enteramente!


En _ cuanto á la autoridad que dan
los destinos públicos, poco habria que
decir tampoco, si no fuese necesario
combatir cierta paradoja, ó por mejor
decir cierto desatino de marca que lue-
go veremos, y que escritores muy mo-
dernos han estampado con tanta con-
fianza como si fuese una decision de
oráculo. En efecto, hasta que los após-
toles del error se han coligado para
trastornar y confundir todas las ideas
recibidas, y poner en (luda hasta la mis-
ma evidencia, ¿ ha habido en el mun-
do un solo hombre que haya descono-
cido ó negado, que los diferentes des-
tinos del servicio público dan á los que
los ocupan derechos muy variados y
desiguales, y que, por ejemplo, el Ge-
neral, el Obispo , el Juez, el Adminis-
trador civil tienen derechos propios de
que no gozan los ciudadanos que no
pertenecen á. estas clases? ¿Quién has-


( 97 )
ta ahora ha desconocido, que pues es-
tos destinos llevan consigo ciertas obli-
gaciones ,• han de tener anejos ciertos
derechos análogos, ó lo que es lo mis-
mo, que á las obligaciones de . los que
mandan han de corresponder ciertas
obligaciones en los que han de Obede-
cer, y á las de los que sirven al pú-
blico otras en aquellos para cuya uti-
lidad se establecieron los destinos? El
último pitan del campo ¿no sabe y re-
conoce que por cuanto los defensores
de la patria tienen que hacer en servi-
cio suyo largos y frecuentes viages,


' tienen derecho á hospedarse en las ca-
sas de los particulares; derecho que no
tienen los que no son militares: que
por cuanto el soldado, el eclesiástico
y el empleado civil estan obligados á
ocupar en beneficio del Estado el tiem-
po en que podrian ganar de comer con
otro género de trabajo, tienen derecho
á que el Estado los mantenga, y que
no le tienen igual los que no son mi-
litares, eclesiásticos ni empleados: y
que por cuanto los jueces estan encar-
gados de aplicar las leyes penales, tie-


T0A10 7




( 98 )
nen el derecho de mandar prender, y
castigar á los delincuentes ; y que los
que no son jueces no tienen igual de-
recho? ¿Puede'nadie negar, que pues
-el Príncipe, y bajo sus órdenes los mi-
nistros y lemas gobernantes, estan en-
camados de atender á la seguridad in-
terior y exterior de las naciones, de
mantener el orden público, y cuidar
de la administracion de justicia etc. ,
tienen incontestable derecho á expedir
órdenes, á nombrar empleados subal-
ternos etc. etc., y que no tienen igua-
les derechos los que no son Príncipes,
ministros ni gobernantes? ¿Es esto evi-
dente? ¿es cierto, certísimo, innega-
ble? ¿Sí? Pues hay escritores muy famo-
sos que creyendo decir una gran cosa
han dicho que «hablando con propie-
dad, los gobernantes no tienen derechos
sino obligaciones.» ¡Pobres hombres!
¿Pues no ven que estas obligaciones
llevan consigo las facultades necesarias
para cumplirlas, y que estas mismas
facultades les dan por consiguiente de-
recho á hacer todo lo que exige el cum-
plimiento de sus respectivos cargos:


( 99 )
derech o que no puede competir á los
que. no tienen semejantes obligaciones?
Elevemos ésta doctrina al grado de ri-
gurosa demostracion.


Su misma dignidad impone al Prín-
cipe la obligacion de defender la na-
cion contra los enemigos exteriores, y
esta obligacion lleva consigo la facultad
de nombrar los generales que en caso
de guerra han de mandar los ejércitos:
¿ no tendrá derecho á nombrarlos? El
Rey encarga al ministro que comuni-
que sus órdenes; y esta obligacion lle-
va consigo la facultad de expedirlas, y
de cuidar de su ejecucion: ¿no tendrá
el ministro derecho . á comunicar y ha-
cer que se ejecuten las órdenes del Mo-
narca? La ley y su mismo nombramien-
to imponen á los jueces civiles y cri-
minales la obligacion de fallar pleytos,
y perseguir á los delincuentes; y esta
obligacion lleva aneja la facultad de
juzgar, formar sumarios, decretar pri-
siones etc.: ¿no tendrán los jueces de-
rtcho á enjuiciar, juzgar y prender, se-
gun los casos? La ley y la naturaleza
del destino imponen á los Alcaldes y




(roo)
Ayuntamientos la obligacion de cuidar


• de la policía urbana de los pueblos, ó de
su aseo, salubridad etc.; y esta obliga-
cion misma los autoriza á publicar han-
-dos de buen gobierno , y celar su eje-
cucion: ¿no tendrán derecho á publi-
carlos, cuidar de que se observen, y
penar á los contraventores? El Inten-
dente de una provincia está obligado
á recaudar las contribuciones, y tiene
en consecuencia la facultad necesaria
para apremiar á los morosos en el pa-
go embargándoles ciertos bienes: ¿no
tendrá pues derecho á expedir man-
datos de apremio, y á decretar en su
caso la venta de tos efectos embarga-
dos? En sama, ¿ hay un solo destino
público en el cual no esté aneja á una
obligacion particular la facultad •ece-
.saria para cumplirla? ¿y esta facultad
no da derecho á ejecutar aquellas ac-
ciones respecto de las cuales se con-
cede? ¿No es esto mas evidente que
la evidencia misma? Si el guarda de
puertas tiene la facultad de registrar
las cargas y efectos que se quieren in-
troducir, ¿no tendrá el derecho de Te-


( . 1 oi )
gistrarlas en efecto?- Si el soldado tie-•
ne por su Oficio la facultad de llevar
armas, ¿ no tendrá el- derecho de lle-
varlas? Vuelvo á repetir que esto es lo.
que con razon se llama «luce meridiana
clarius;» y ahora pregunto: ¿En una •
monarquía absoluta (porque si hay hen,
ditas Cortes puede que se reserven la
facultad de nombrar hasta los cabos
de .escuadra) el que no. es Príncipe
¿tiene derecho á nombrar los genera-
les de los ejércitos? Y en todo gobier-.
no, el que no es ministro ¿ tiene dere-
cho á comunicar órdenes generales que
obliguen en todas partes? ¿el que no.
es juez tiene derecho á dar autos de
prision., comparecencia, careo, traslado,
compulsa etc. etc.? el que no está en-.
cargado de la policía ¿tiene derecho á
publicar bandos de buen gobierno, é-
imponer y exigir multas á los infrac-
tores del bando? el que no es Inten-
dente ó cosa parecida ¿tiene derecha.
á despachar apremios contra los mo-
rosos en el pago de los tributos ? el.
que no es soldado , ó por otro títu-
lo no está autorizado á llevar ciertas.




toa')
armas, ¿tiene derecho á llevarlas?


Se dirá acaso que no debo insistir
tanto en una cosa tan evidente; pero yo
sé que todo esto y mucho mas es ne-
cesario para demostrar, sin que haya
lugar á réplica, que en toda sociedad
los empleados públicos tienen ciertos
derechos respectivos, que no tienen ni
pueden ni deben tener los que no son
empleados; que por consiguiente aque-
hos tienen derecho á ejecutar una mul-
titud de acciones que no tienen dere-
cho á ejecutar los simples particulares;
y que por tanto es falso y falsísimo
que todos los individuos de un Estado
son iguales en los derechos relativos á
las acciones que piden cierta autoriza.,
cion legal. Ademas era necesario reba-
tir el error harto acreditado de que los
gobernantes no tienen por este título
derechos verdaderamente tales, sino pu
ras obligaciones: error fundado en un
absurdo tan de bulto, que deberian
avergonzarse los mismos que le sostie,
nen; pues en suma se reduce á decir,.
que el hombre que tiene facultad le.,
,;al de hacer una cosa , no, tiene dere-


( 1°3)
cho á hacerla. ¿Pues qué es el derecho.
á.hacer una cosa sino la facultad legal
de hacerla? ¡A. tales inepcias conducen
el prurito. de innovar, y la . manía de
combatir las ideas recibidas!


¿En qué sentido, pues, se .
pregun-


tará ahora , puede sostenerse que los.
hombres son iguales en derechos ? La,
respuesta es muy sencilla. El estado
mismo de sociedad exige, que respecto
de aquellas cosas y acciones que son
comunes á todos los individuos de un
Estado, haya reglas ó leyes generales,
que sean comunes y aplicables á- todos
ellos; y estas leyes, al paso que les im-
ponen- obligaciones iguales, les asegu-
ran en consecuencia derechos tambien
iguales en su generalidad, salvas algu,
reas diferencias individuales, que siem
pre serán inevitables. Los ejemplos lo.
aclararán.


Todos los.individuos del Estado son
propietarios de alguna cosa, aunque no
sea mas que del miserable andrajo que-
cubre su desnudez; y en consecuencia
las leyes que arreglan lo concerniente
á la propiedad en general, modo de ad-.


ers


<4




( o4 )
quirirla , transmitirla etc., son comu-
nes á todos los individuos, y todos
por lo mismo son iguales en los dere-.
chos que crean aquellas leyes. Todos
los individuos libres pueden disponer
de sus personas, y por tanto las dis-
posiciones legislativas concernientes á
las personas son comunes en su gene-
ralidad, y crean en esta parte derechos,
iguales á favor de todos los compren-
didos en ellas. Asi todos los habitantes
de un pais le tienen á que la fuerza
pública los proteja contra las vejacio-
nes de toda especie de que pueden ser
objeto, ó lo que es lo mismo á que el
Estado defienda én general sus vidas,
personas y propiedades; aunque. luego
en particular la ley puede conceder á
ciertos individuos una proteccion mas
especial. Asi vemos que muy justamente.
la ley concede al Príncipe una guardia.
numerosa que defienda su persona, y
á ciertos gefes y magistrados da cien,
tos medios de defensa que no da á
los simples particulares. La esencia mis-
ma de la sociedad impone á todos los
individuos. de un Estado la obligacion


( /o5)
de contribuir á los gastos comunes en
proporcion de sus haberes, y les da
por consiguiente igual derecho á que
no se les exija mas de lo que en ri-
gor les corresponda. La esencia misma
de, la sociedad impone á todos la obli-
gacion de concurrir segun sus fuerzas
á la defensa comun, y todos tienen por
lo mismo igual derecho á que no se
les exiga un servicio que no correspon-
da á su fuerza individual; pero de este,
mismo derecho resultan una multitud
de justísimas excepciones, que es nece-
sario hacer en cuanto al servicio per-
sonal: 1. 9. habrá que exceptuar á las
mugeres:• 2.° á los varones impúberes:
3.° á los ancianos: 4. 0 á los físicamente
inhábiles,- y por otras consideraciones
á los que prestan un servicio mas útil
permaneciendo en su casa que mar-
chando á la frontera: tales son los hi-
jos únicos de viuda ó. padre sexagena-
rio, los que estan ya sirviendo en des-
tinos incompatibles con la profesion. de
las armas, corno los eclesiásticos, los ma-
gistrados, profesores públicos etc. etc.
En suma, todo. lo. que hay que decir




( ro6 )
en esta parte, se reduce á que las




yes de un pais son ó generales ó par-
ticulares: que aquellas crean derechos
comunes, y estas derechos particula-
res: que en los primeros son iguales.
todos los individuos á que son aplica-
bles las llamadas leyes comunes, y que
de los segundos solo gozan aquellos in-
dividuos que estan comprendidos en.
las que se denominan particulares. ¿«.14
es esto asi? ¿Hay quien pueda ponerlo.
en duda? Pues bien, si á esto se reduce.
la tan predicada y encarecida igualdad
de los derechos, ¿qué nuevo arcano se,
ha revelado al universo? Esta division
de las leyes en generales y particulares,.
¿no existe desde que existen leyes en el
mundo? Pues. ¿á qué alborotar con una
trivialidad que


.
todo, el mundo sabia


¿ Y á qué se reduce en definitiva.el
.
gran


principio, el derecho natural, sagrado,.
inalienable é imprescriptible de la igual-.
dad? A que los hombres reunidos en,
sociedad son iguales en un .cortísima
número de derechos, y muy desiguales.
en los restantes, y á . que en todo lo
demas ni son ni pueden ser iguales,.


( 107 )
ni conviene que lo sean.


Quizá replicará algun furibundo ja-
cobino, como Baboeuf: pues cabalmen-
te lo que nuestra secta pretende es que ,
desaparezcan del mundo esas leyes par-
ticulares, esas excepciones, esos omi-
nosos privilegios ; y que en las nacio-
nes no haya mas que leyes generales
sin excepcion alguna, y sin privilegios
que las modifiquen , particularicen y
anulen.— En efecto., á tomar á la letra
las vagas declamaciones' de los últimos
publicistas contra los privilegios, pa-
rece que no atreviéndose ya por ver-
güenza á hablar (le la igualdad, COMo
hablaron en su tiempo los niveladores
de Francia,. quieren todavía sostenerla,
empleando la vaga expresion de privi--
legio.. Es pues necesario quitarles tam-
bien este último efugio tan maliciosa-
mente buscado, explicando lo que se
entiende por privilegio., y demostrando,
que en cualquiera acepeion que se to-
me la :palabra, no puede menos de ha-
ber privilegios en toda buena legisla-
cion, y es justísimo y convenientísimo
que los haya.,


é




Tos)
La palabra privilegio tiene tres.


acepciones legales, y muy legales: 1.a
ley que arregla y determina ciertos ca-
sos, ciertas obligaciones, ciertas accio-
nes, en suma, ciertos objetos particu-
lares , y esta es la definicion general,
etimológica y legal de la palabra: «pri-
vilegiara est privata lex.» 2.a Exencion
de alguna carga 'á favor de uno ó va-
rios particulares. 3. 3- Concesion de al-
guna gracia , hecha tambien á uno ó.
muchos individuos. Examinemos una
por una estas tres acepciones, y vea--
mos lo que en cada caso hacen y de-
ben hacer las buenas leyes.


En cuanto á las que sin ser excep-
ciones ni gracias propiamente dichas
se llaman leyes particulares, es tan cla-
ro corno la luz, que no solo debe ha-
berlas, sino que es imposible que: no
las haya en cualquier Estado del mun-
do, y que las hubo y habrá en todas
las sociedades medianamente civiliza._
das. 1.° En todas hay y hubo siempre,
y habrá, una cosa que se llame reli-
gion, y consista- en lo que quiera. Es
pues necesario que la ley•arregle bien


( o9 )
45 mal todo lb concerniente al ejercicio
de esta religion, ó religiones, si son va-
rias; y ya tenemos una ley particular,
un privilegio, leyes sobre cultos. 2.° En ,
toda nacion hay una fuerza pública, y
es necesario regularizar el uso y em-
pleo de esta fuerza. Ya tenemos pues
otra ley particular, otro privilegio, le-
yes ú ordenanzas militares. En toda
nacion hay gastos comunes, y es ne-
cesario que una ley arregle el modo
de subvenir 4 ellos, y regularice todo
lo concerniente á la repartiCion„ recau-
•acion y -.empleo de estos fOndos: ya
tenernos otra ley particular, otro privi-
legio, ley de hacienda. En toda nacion
tal cual numerosa hay comercio inte-
rior y exterior; y es necesario . que las
/leyes regularicen sus operaciones: ya
tenemos otra ley particular, otro privi-
legio, leyes ó código de comercio. En


.,fin para no .cansarnos, en toda socie-
dad son necesarias leyes particulares ó
privilegios, conocidos con los títulos
de códigos ú ordenanzas de hipotecas,
,rurales, de montes, de aduanas, y de
marina , si ya nacion tiene puertos, etc.




( )
etc. , y luego una multitud de regla-
mentos indispensables para facilitar la
ejecucion de aquellas leyes particulares.


¿Y qué se infiere de aqui ? Que
de estos códigos , estas leyes y estos
reglamentos particulares resultan una
multitud de rigorosos y verdaderos
privilegios , aun . tornada esta palabra
en el sentido de excepcion ó gracia
particular, porque todos ellos al paso
que imponen ciertas obligaciones á so-
los aquellos individuos á quienes se
refieren , les conceden ciertos dere-
chos, que son otras tantas gracias ó
exenciones. Asi la ordenanza del ejér-
cito, al mismo tiempo que especifica
las obligaciones de los defensores de la
patria, les asegura ciertos fueros de
que no gozan los que no son militares,
y los exime de ciertas cargas á que los
lemas estan sujetos: el derecho de uni-
forme, hospedage, y porte de armas,
el de percibir el sueldo, el de ser juz-
gado en los delitos militares por conse-
jos de guerra y por un código parti-
cular etc., son otros tantos privilegios
de la clase militar, justos, justásimos en


(rrr)
toda legislacion. Asi las leyes civiles re-
lativas á negocios eclesiásticos, al paso
que sujetan á los individuos del clero
á ciertas obligaciones que no tienen,.
los seglares ó legos, les aseguran y de-
ben asegurarles ciertos derechos priva-
tivos, y les conceden ciertas inmuni-
dades ó exenciones muy justas, como
la de no servir en la milicia, y otras
etc. etc., porque es imposible recorrer
aqui todos los códigos particulares.


En cuanto á las exenciones de las
cargas públicas, ademas de las que van
;anejas, cuino acabamos de ver, á cier-
tas profesiones, hay todavía otras muy
justas y necesarias, concedidas en cier-
tos casos á determinados individuos.
Por ejemplo, se quiere fomentar tal ra-
mo de cultivo; y se ofrece que al que
destinare á él tantas ó cuantas fane-
gas de tierra, antes incultas, se le exi-
mirá de la con tribucion directa por
dos, tres ó mas años. ¿Es esto injusto?
No por cierto. Se trata ;de fundar una
colonia ó nueva poblacion, y se ofrece
4 los colonos exencion de todas las
-contribnciones por espacio de diez años.




( II 2 )
¿Está mal hecho? Nadie que tenga jui-
cio se atreverá á sostener que sí.


Lo mismo debe decirse de la con-
cesion de ciertas gracias. Sin contar las
que son como inherentes á las clases y
profesiones, y que por esta razon se
llaman sus derechos, privilegios, ó pre-
rogativas ; privilegios justos y justísi-
mos, como queda ya probado, pues
son consiguientes á las facultades que
necesitan para desempeñar sus respec-
tivas obligaciones ; hay todavía otras
gracias mas particulares, que en todo
buen gobierno se conceden á determi-
nados individuos. Asi, por ejemplo, al
que inventa una máquina ó cualquier
utensilio se le concede la venta exclu-
siva de su artefacto por tantos ó cuan-
tos años; y es muy justo que asi se
haga para fomentar la industria. Tam-
bien para animar el cultivo en tales
cuales ramos se conceden premios ho-
noríficos ó pecuniarios á los que mas
los promuevan; y 'para facilitar la ex-
traccion ó importacion de ciertos gé-
neros, se dan tambien premios á los
que extraygan ó introduzcan mayores


( 11.3 )
ea-ntidades, á razon de tanto por fane-,
ga, ó tonelada, ó lo que fuere.


Hay mas: puede asegurarse con ver-
dad que el alma de las sociedades son
los privilegios, si se otorgan con justo
discernimiento. ¿Qué son en efecto si-
no privilegios , las condecoraciones,
mercedes , pensiones y gracias de toda
especie, que conceden y deben conce-
derlos Gobiernos, para:estimular á los
individuos, premiar el mérito y pro-
mover la felicidad ? Cada cruz, cada
banda, cada título; cada pension ¿ no
es. un privilegio concedido al que le
obtiene para llevar tal condecoracion,
ci gozar de tales honores ó rentas, pri-
vilegio de que no gozan. los que no lo-
graron aquella gracia? ¿ Y es este un
atentado contra el imprescriptible de-
recho de la igualdad ? ¿ Comete sacri-
legio el Gobierno que por tantos me, -
dios trabaja en hacer desiguales á los
individuos de una misma sociedad? A.
estos atentados, á esta violaeion es á
la que deben las naciones su existen-
cia y prosperidad. El que lo dude, que
vaya á la liberalísima Inglaterra, que


TOMO




( )
examine su Constitucion y sus leyes, y
verá que jamas hubo en el mundo un
pass de tantos y tan varios privilegios.
Ademas de la nobleza hereditaria, los
mayorazgos, los títulos , las cruces y
calvarios, los fueros militares y cele.-
siásticos, las jurisdicciones privadas del
Banco del Rey, el Almirantazgo y otras,
las pensiones, y aun los beneficios sim-
ples civiles , las sine-curas, que no se
conocen sino alli ; no se inventa una
herramienta del valor de dos pesetas,
cuando ya tiene el inventor su privi-
legio ó patente de invencion , qüe le
-asegura la venta exclusiva (le su arte-
facto poi mas ó menos tiempo. Y aun
alli se ve lo que no se ve en parte al-
guna. En los otros paises, cuando hay
escasez de granos se dan premios á los
que los introduzcan, y en Inglaterra se
ofrecen á los que mas prisa se dieren
á extraerlos, y en mayores cantidades.
Y es de notar que al que extrayga lana
del pais, haya de ella abundancia ó es-
casez., se le imponen penas gravísirnas.
Esto se llama entenderlo.


¿Cuáles son pues, se preguntará, los


privilegios perjudiciales ? Solo puede
establecerse una'regla general; el apli-
carla con tino dependerá en cada caso
de la prudencia de los


-
Gobiernos. Los '


privilegios perjudiciales son aquellos
-que en el orden regular deben produ-
cir cierto mal, mayor que el bien que
,con ello& se. procura. se desea obte-
ner. Asi . limitándonos á: generalidades


-puede.éstablecerse por regla que á no
ser en el caso.. de .nueVa fundacion ,, des-


. monte ó _cultivo de-tierras antes incul-
- tas, ó por calanaiid.adaccidental, no.de-
be concederse.exencion de contribu-
ciones; porque el bien. que (le ella re-
sillta es individual, y el daño se extien-
de: á los ciernas contribuyentes :.que las
exenciones del servicio militar no se
Concedan sino por la falta de aptitud.
física, ó por estar prestando otro ser-
vicio mas importante: que las gracias
no se dispensen sino al verdadero mé-
rito; y aun asi, con mucha economía
y parsimonia ; y que el monopolio
privilegio exclusivo& venta no se con-
ceda sino en el caso:de inVencioír,:ú
otro parecido.




1


5.°


isualdad de opinion.


Poco • hay que decir en este punto.
Ya hemos visto que por la sola profe-
sion que el hombre . ejerce ó la clase á
'que pertenece, goza de muy distinta
opinion; pero esta extiende su domi-
nío mas allá tl .T las clases •y profesio-
nes. Y aun puede: decirse que la des-
igualdad <le hon'or y , estimacion en el
público es la suma de todas las des-
igualdades qnellevamos examinadas,
añadiendo algunos otros principios de
que basta ahora no ha habido ocasion
de hablar, como la belleza, el genio y
la edad; aunque respecto de esta las
careas- no inspiran ya en el día aquella
venerácion que en los siglos de igno-
rancia , gracias--al filosofismo que • se


• ha empeñado en nivelar hasta los años.
En efeeto,••la iopinion de que. cada


•hombre goza entre las gentes que le
conocen, está, Corno dicen los mate-


- máticos, en razon con puesta del naci-
miento, la edad, la fuerza física, la her


(r17)
mosura, la educacion, las riquezas, la,
capacidad- actual cí instruccion, el es-
tado., la clase, el destino, la conducta
moral, el genio ó carácter, y los me-
ritos anteactos. Y como es .imposible.
de toda imposibilidad que bayadós in-.
dividuos. de la : espeele .thnInfula perfe.c,i
tamente , iguales mi, soló en todas. estas
eiírennstancias reunidas,, pero oi,aun.
en dos, de. ellas solamente; es claro que
con solo atender al principio de la pú-
blica estiMacion se demostraria hAsta
la evidencia, que no hay en el mundo,
dos hombres absolutamente iguales,„
¿Cómo. es posible que haya dos, cine,
hal?,iendo. nacido en, el:Mismo instante
sean iguales en talentos fuerza, hermo7
sura , educacion „ bienes de fortuna,
ciencia, estado, clase, destino, genio,
virtud y méritos personales? Aun bus,.
cándolos en- toda la duracion de los si-
glos seria imposible hallarlos, aunque
no: se tomasen en cuenta. sino las cua-
lidade:-- del entendimiento y las circuns-
tancias morales, .Asi , no es esto lo que
me propongo probar en este párrafo,
porque harto evidente es por si misa.




(
mo, sino hacer algunas observaciones
curiosas, y no del todo instiles , so-
bre t;'ada uno de estos principios de
inmensa desigualdad , de los cuales
rládie puede .


desentenderse, por mas
que -haga y sobre los cuales ' no es
posible dominar la opinion agena.


Acerca del nacimiento ya hemos.
visto que las leyes no han impedido
hasta ahora ni jamas impedirán que se
mire con mas respeto, aun preseidien-
do de las lemas circunstancias, al hijo
dél hombre constituido en dignidad,
que al del infeliz á quien la desgracia
condenó á ocuparse en ministerios re-
putados por infames. Y tambien hemos
visto cine esta que algunos llaman pre,
Oeupacion no carece de fundamento.
•:.' Lo mismo hemos' observado respec-
to de las .


profesiones en sí mismas, y
eá repetir lo que ya se dijo. Des-.
'de el Origen del mundo hasta el dia,
y lo mismo será hasta la consuinacion
de los siglos, la profesion ha..
sitió .


siempre mas honrada cine la de
-v—dugo; porque aunque en ambas se-
iinateri hombres, en la primera se ira-.


("9)
tan con riesgo del matador . , en el.carn-
po de batalla, en el ardor de la pelea,
y como suele decirse, con honor; y en_
la segunda sin peligro,, sobre un OH,
co cadalso, á .sangre fria, y con cierta
infamia porlo - indeft:nso de la víctima.


En cuanto á los destinos queda
tambien notado, que nunca pueden ser
iguales en la estimacion del público,
los que pertenecen á diversos . ramos, y
dentro .de 3.1110. mismo los que no se,
hallan en el mismo grado gerárquico..
Asi nadie pretenderá que la persona
de un monacillo haya de inspirar la
misma veneracion que la de un Obis-
po,, y que los cuerpos de guardia ha-
gan. los mismos honores á un Alferez.
que al .Capitan general de la provincia.


Sobre las riquezas, ademas de la des-.
igualdad de poder que establecen en-
tre los que las debieron á su habilidad
ó (tia suerte, y los que ó no han sido
tan favorecidos de la fortuna ó no han
sabido aprovecharse de sus favores, es
de notar que el solo presentimiento
de que podremos acaso necesitar á los
ricos, nos hace mirarlos de antemano...




( v /o )
con cierto respeto que no tributamoW
á los pobres. Entre en una tertulia un;
pQrsonage desconocido ; dígasenos
oído que es un rico mayorazgo ó Co-
merciante millonario , y'"ya desde aquel
momento empezamos á tener con él
ciertas atenciones, que no tendremos
con el pordiosero que encontramos en
la calle. Será esta una debilidad, una
preocupacion , lo que se quiera; perol
yo siempre repetiré: «este es el hombre.»


Otra preocupacion semejante, y del
mismo 1130d0 universal é inevitable, es.
la del respeto que inspiran la corpu-
lencia y fuerza física de los hombres.
Los graves filósofos clamarán cuanto.
gusten contra esta debilidad; pero en
cualquier encuentro casual siempre im-
pondrá mas respeto el varon colosal,
hercúleo y de temperamento atlético,
que el de corta estatura , afeminado
rostro ; y enfermiza complexion. La ra-
zon es muy sencilla. Del que nos pare-.
ce fisicamcnte debil nada tememos,
aunque le faltemos á alguna de aquellas
atenciones que exige la buena crianza;
pero no,


las omitiremos ciertamente


( 121 )
respecto del hombre forzudo, de quien:
recelamos que acaso castigará nues-
tro primer desprecio de una manera
que no• nos deje gana de. repetir el se.:.
hundo. Parecerá que esta es una insig-
nificante bagatela ; pero. estúdiese el
mundo real, y se verá que influye no.
poco esta diferencia en el grado de res-
peto y urbanidad exterior con que se
tratan los hombres. Y si á la fuerza y
robustez natural se añade la circuns-
tancia de llevar armas, ¿quién es el qué
en esta vida ha hecho las mismas cor-
tesías-y demostraciontS de respetuoso.
acatamiento • al encannado é inerme.
currutaca l¿rue le disputa la acera, y al
corpulento militar que va .arrastrando
el furibundo chafarote? Y esto es aho-
ra , citando ya las armas de fuego in-
utilizan en muchas ocasiones la fuerza
material de los combatientes, que en
otros siglos, la sola circunstancia de los
puños era la que daba la preferencia.


De la misma clase, aunque menos
fundada en' razon , es la diferencia que
resulta de la • belleza ó deformidad de
Ros individuos.. No hablemos-de las Hm.:.


1




,


( r22•)
geres, entre quienes la hermosura su-
ple por casi todas las prendas ; pero
aun respecto de los hombres no es tam-
poco indiferente haber debido á la ua-.
turalcza una fisonomía regular y al mis-
mo tiempo agradable. En vano el que,
tiene la desgracia de ser feo, ó estar se-
ñalado por alguna deformidad „alegará
lo de «ipse ficit nos,» y el racional prin-
cipio de Aristóteles, «reino viluperabi
lar casco nata:» la ausencia de la be-
lleza y la positiva deformidad le atrae-
rán en el curso de la vida muchas y
dolorosas humillaciones, á- que no está
expuesto el hombre á quien la natu-
raleza favoreció con una hermosa y
regular presencia, No es aqul,e1 lugar
de entrar en ciertas consideraciones
muy filosóficas para explicar el origen
del horror ó veneracion que general-
mente inspiran ciertas fisonomías: las.
obras de Lavater y de Gall prueban con
hechos incontestables, que .la -configu,
racion exterior del rostro humano tie-
ne mas conexion de lo que eomunmen-
te se cree con las, cualidades del áni
mo; y que los antiguos, en los cuales


( 123 )
todo se encuentra, como no sean cier-
tos descubrimientos mecánicos, fisicos,
químicos y astronómicos , no carecian
de razon cuando dijeron por boca de
Ciceron: «t'altas sermO quídam tacitas
mentis est,» « el rostro es como un len-
olia«e mudo del alma.» Solo observaré,
aunque en esto abogue contra mis pro-
p ; os intereses, que .pasa ciertos desti-
nos espectables puede ser preferido sin
injusticia, en igualdad de mérito y ap-
titud, el hombre de presencia mages-
tuosa y de agradable fisonomía al fe-
giielo , desgarbado y contrahecho. Tan
cierto es y que en esta parte en que la
naturaleza ha hecho tan desiguales á
los hombres , puede introducirse tan,-
bien cierta desigualdad legal. La gallar-
da presencia, acompañada de los otroá
requisitos, no es indiferente en un Em-
bajador, un General y otros persona-
ges que deben representar en el mun-
do ciertos papeles de ostentacion y
aparato., En el gobierno de los pueblos
no se deben descuidar ni aun las cosas
que miradas con cierta superficialidad,
parecen poco importantes.,




( I24)
La desigualdad •en las edades es ya-


muy poco atendida en este siglo de in-
subordinacion , en que la juventud pre-
suntuosa quiere . .dictar leyes á la res-
petable ancianidad ; pero aun se con-
serva en los pueblos morigerados al-
gun vestigio del respeto que en otro
tiempc, sernerecian las canas, y en que
la pública estimacion tanto distinguia
al venerable, juicioso. y prudente an-
ciano, del mozalbete imberbe, atolon-
drado y calavera. Y nada se perdería.
ciertamente en que del modo posible
se restituyesen sus antiguos derechos
á la- edad de la experiencia y del jui-
cio. Para esto •corivendria mandar que.
en los concejos de los pueblos se sen-
tasen y hablasen los -vecinos por orden
riguroso de :edades, 'y elegir siempre
los Alcaldes, Regidores y Síndicos .en-
tre los mas ancianos, que reuniesen las
otras cualidades requeridas por la ley.
Pudieran concederse tambien


• ciertas
distinciones á los ancianos en otras
concurrencias públicas, y señalar para
muchos destinos la edad á lo menos de
30 años , como circunstancia precisa,


( I25)
Sea' de esto lo que fuere, siempre será
cierto que la mayor sensatez, que en
general debe suponerse en el hombre
que'ha vivido muchos años, establece
cierta desigualdad . ; muy real y muy
atendible , -entre . los•ancianos de cada
clase y los jóvenes 'inexpertos que aca-
ban: de entrar en el gran teatro del
tríündo. •


Laidiferencia en kr que se llama ge-
nio 6 carácter - moral en los hombres
--es tan' grande, que -con dificultad se
hallarán dos que •-rio se distingan entre
•sí por alguna de -aquellas variedades
-que mas bien se sienten que se . defi-
nen: 'El •uno es impetuoso, atrevido y
:einpreárledeir, el otro tranquilo, tími-


• do 'y . circunspecto: este duro , áspero
insocial; . -aquel blando, suave y afa-


ble: el •uno cruel y feroz, el otro com-
pasivo y humano etc. etc. Y dentro de


: estas;tnismas clases ¿quién es -capaz de
enumerar • y explicar á los (lemas las
-imperceptibles gradaciones que se ad-
vierten en el rasgo dominante? Y de
aqui •¿qué- consecuencia deberá dedu-
-cir 'el 'verdadero filósofo ? Que cuándo


o




( 19.6
por imposible se pudiese prescindir en
la humana sociedad de tantos otros
principios de notorias é nnportantes
desigualdades, la que resulta del solo
carácter bastaría para que no .se halla-
sen dos hombres acreedores en igual
gradó á la pública estimaciom


Sobre el desigual derecho -al apre-
cio de los (lemas, que proviene


. de la
diferente capacidad y educacion; .de los
individuos , nada tendria que añadir,
pues harto notorias son las ventajas que
el hombre instruido y finamente edu-
cado lleva al ignorante y grosero; pera
conviene refutar cierto error que en
esta corno en tantas otras materias se
procura introducir al lado de la ver-
dad. «Es constante, dicen los reformas
-dores, que los hombres son por des-
gracia demasiado desiguales en instruc-
ción y en crianza; pero esta desigual-
dad es cabalmente la que nosotros qui-
sieramos desterrar del universo. De to-
das las aristocracias que resultan : „de
las desigualdades naturales y fortuitas
entre los hombres, la mas perniciosa
y temible es la del entendimiento , el


( 127 )
ingenio la instruccion y la crianza.
Por consiguiente es menester trabajar
en destruirla; y para esto no hay otro
medio que. difundir las luces de tal
manera y con tanta profusion, que pe-
netren hasta la choza Más humilde, y
que el último ciudadano esté en estado
de examinar y censurar las operacio-
nes del Gobierno, y resolver los pro-
blemas de política mas complicados y
dificilr d. pobre pueblo es ignoran-
te y . . grosero , si está mal educado en
genera0i'''eSta falta de crianza le hace
tan inferior á las clases que se llaman
cultas , es porque la legislacion y los
gobernantes hacenduanto pueden para
mantenerle en este estado de ignoran-
cia, • incivilidad y rudeza. Si sus cos-
tumbres son por lo común estragadas
y su carácter feroz , es porque se le


•los inedioá de suavizar su :na-
tural as'pere'za, y corregir las inclina-
ciones viciosas. Déscle pues una edu-
cación' fina y esmerada, y desaparecien-
do entonces esa monstruosa desigual-
dad que hoy le degrada y envilece, no
habrá ya justo motivo de cerrarle la




128 )
.entrada á los destinos honoríficos.».----,-
'Paradojas y sueños como los ciernas que
llevamos recorridos.


Distingamos primero la instruccion
.de la crianza ; veamos si es


. posible y
conveniente que todos los individuos
de la sociedad cultiven igualmente su
.entendimiento, y luego examinarémos
.si á lo menos . podrías adquirir el mis-
mo grado de urbanidad.


En cuanto á la educacion literaria ó
la instruccion , es demasiado claro para
que me detenga á demostrarlo , que la
sola diferencia de riquezas estorbará


. siempre que la cultura del entendimiew,
to sea igual en todos los individuos:
¿ Cómo es posible que el leñador, el
albañil, el cantero, en suma, el traba-
jador que pasa todo el dia ocupado en
operaciones manuales y penosas, y que
solo espera la noche para retirarse á
descansar, pueda emplear en la lectura
y en el estudio las mismas horas que el
hombre acomodado, á quien la suerte


. feliz ha dispensado del trabajo corpo-
ral? Dejo aparte la imposibilidad en
que el pobre se halla de adquirir los


( 12 9 )
libros, las máquinas y denlas, utensi-


. hos necesarios para estudiar con fruto
las ciencias y las artes liberales. Pero
concedamos .01 imposible de que el ca-'
bador, el herrero, y de ahi arriba cuan-
tos viven de • un limitado jornal gana-
do-con el trabajo de manos, tengan tan,-
ta..ociosidad, y gavia de entregarse á la
lectura, corno las personas desocupadas,
y :reunan tambien los medios pecunia-
rios que se necesitan para gastar en li-
bros el triste salario , que apenas alcan-
zará para dar pan á. sus hijos. ¿Seria
conveniente que desde el Príncipe has-
ta ,el :verdugo fuesen todos, no ya ma-
temáticos, fisicos, naturalistas, ó litera-
tos, sino leguleyos y publicistas? ¿Se-
ria...de desear que al volver el boyero
de arar, y al salir de sus talleres los
artesanos y menestrales se, juntasen pa-
ra,leer y comentar el Contrato;social,
•e.1 Espíritu de las,leyes, el Derecho pn7
blico, de Watel, y la Política constitifr
ciónal de Constan' . Por fortuna
mera es impracticable ; pero si pordes,-
gracia- del género humano llegara al-
guna vez en las naciones,


TOMO 9


1




( 13o )
en aquel dia acababan su paz y su r&
poso, y se disolvía la sociedad. Y nó
se crea que esta es una falsa profecía
y una suposicion arbitraria. Es el,for'
que se proponen los niveladores de la
instruccion , el último término á que
desean llegar. Y para que nadie lodu-
de , ellos mismos lo han confesado .can-
dorosamente; ó por mejor decir , la
fuerza de la verdad les ha arrancado una
terrible confesion que destruye su mis-
mo plan, y advierte á los Gobiernos,de
la tierra que se opongan con todo su
poder- .á esa igual é indefinida propa-
gacion. de las luces que tanto se caca-
rea. Én una obra moderna que puede
mirarse como el extracto de cuantas
se han publicado hasta el día sobre la
política constitucional, se dice y con=
fresa paladinamente lo -que sigue: «Si
las luces circulan y se extienden se aca'-
bó el mando y la superioridad.» Con-
fesion de parte releva de prueba. Si
.con la igual difusion de las luces de-
ben acabarse el mandó y la superiori-
da4;; :. rognemos al Todo-poderoso que
nunca lleguen á difutithrse y extender.


( 131)
se con esa generalidad que se apetece;
porque para que haya sociedades ., y ch.
ellas se mantenga el orden y- se con-
serve la paz, es neceSario, ;rtiuy
necesario , que haya superiores 'Ole.
mariden.


¿Cuál será pues el límite que. los
Gobiernos deben prescribir á la difu-
-sione igual reparticion de las luces?
El que señala y fija la desigualdad mis-


: ina•
de las riquezas y de las clases. To-


dos los individuos podrán sin incon-
veniente aprender á leer , escribir y
contar; y sería 'muy útil é importante
que todos, todos,' aún las mugeres, se
elevasen á este primer grado de ins-
trüccion ; porque asi estarian todos en.
estado de cumplir mas exactamente sus
respectivas obligaciones. Ademas , los
labradores , fabricantes y menestrales
que pueden necesitar respectivamente
algunos principios de química, geome-
tría práctica, mecánica, delineacion y
dibujo , podrian tal-tibien adquirir es-
tos preciosos conocimientos; pero de
ahi arriba, en cuanto . . a latin, literatu-
ra, ciencias exactas y naturales en toda




1


( 132 )
su,extension, y sobre todo legislacion,
alta política, controversias teológicas,
lejos de facilitarse á las clases bajas su
estudio y la lectura de los libros, fo-
lletos y periódicos en que se proponen
y ventilan sus cuestiones, convendría
alejarlos de las manos de todos aque-
llos . que por su desgracia, ó acaso por
su fortuna , no son llamados á gober-
na• las naciones, y que por sus afano-
sas tareas. no pueden llegar nunca á
profundizar y poseertandificiles y com-
plicadas enseñanzas. El mal que han he-
cho. al mundo la manía de facilitar
á las clases indigentes.


y laboriosas el
estudio del lati.n: 2.°. cuando esta moda
.pasó, la de escribir en lenguas vulga-
res todos los tratallos : científicos para
que anden en manos de las cocineras


los, Jacayos, y 3.° la publicacion de
-veriódicos en que se traten y ventilen
cuestiones de política y de gobierno;
este -mal, repito, ya le estamos palpan-
do y muy á nuestra costa; pero lo que
ahora vemos es-nada, si los Gobiernos
no, se apresuran á circunscribir indi-
rectamente la instruccion de cada clase


( 133 )
dentro (le aquellos términos que inch--
can sus mismas ocupaciones y necesi-
dades. Para explicar el modo -de con:.
seguirlo seria necesario entrar 'aqüi en
una multitud de -pormenores; agenos
de este lugar', y que me fdiltraerian
demasiado del Objeto de este . artículo.


Volviendo pues á la desigualdad de
educacion , ya lo que debe-pen-
sarse de la que se llama literaria, ven-
gamos á la que puede llamarse moral,
ó como vulgarmente se dice; -á la crian-
za. Esta tiene dos partes, la moral; -pro-
piamente dicha •( aqui se comprende
religion), y la urbanidad. En orden á
la moral, esta es la única que debiera
ser igual, si la naturaleza misma de-las
cosas lo permitiese, en todas -115-s- indi-
viduos de la especie humana. Todos
deberían conocer igualmente' no la
ciencia, sino las reglas prácticas, las
máximas, los principios de la- moral,
los fundamentos de todas sus obliga
ciones para con -Dios y con el prógi-
mo , y penetrarse bien del grande • in-
teres temporal -y eterno que- tienen en
ser justos y 'virtuosos: Pero ya que es,,-




( 134 )
tú no sea rigurosamente .posible por la
diferencia de los talentos naturales, de.
la situacion particular en que á cada
uno le. coloca la Providencia , de los
padres, tutores, ayos 6 maestros que


• le depara ,
- y de los me-dios pecuniarios


qué la fortuna le reparte para propor-
cionarse esta sólida Mstruccion , deben
á lo. :menos los Gobiernos. dirigir sus
esfuerzos á que á todos sus súbditos se
les inspire desde la-cuna el amor á la
virtud, y hacer en cuanto es posible
que las costumbres públicas sean pu-
ras, .para que los malos ejemplos no
esterr destruyendo de contínuo la obra
de la educacion moral doméstica, su-
poniendo .que esta sea bien dirigida y
esmerada. Ya se deja conocer que para
extender y comprobar con ejemplos
esta sola in4icacion se•ia:preciso 'escri-
bir un . largo tratado , y que aqui me
es imposible amplificar é ilustrar cada
una de las ideas que al paso se me
ofrecen en la materia de que trato.
Continuemos pues.


En. cuanto á la urbanidad , dicho
se. está que la educacion (le la infan-


( 135)
cia nunca puede ser igual en las clases
pobres y en las mas favorecidas de la
fortuna, y que aun suponiendo que en
unas y otras se •inculcasen á los niños
las mismas reglas y máximas, es im-
posible de• toda imposibilidad que el
miserable las practiqué con tan escru-
pulosa fidelidad como el hombre acau-
dalado y poderoso. En la parte sola
del aseo, ¿de qué sirve predicar al po-
bre que se mude á menudo la camisa,
si tal vez no la tiene el desdichado ?
¿Qué importará que se le recomiende
mucho la limpieza de cara y manos,
si su desgracia le obliga á estar so-
plando la fragua, amasando la cal ,
desaguando las cloacas? La. pulcritud
en la mesa y las reglas para manejar
el tenedor , ¿ de qué uso serán para el
que no tiene mas cubierto que . las ma-
nos ni mas bajilla que una miserable
ortcra? Este es el mundo real: el de
los sueños desaparece asi que nps acer-
camos á las cosas. Infiérese Je aqui
que las . clases indigentes nunca ten-
drán ni pueden tener en sus. . modales,
usos, costumbres y trato aquella deli-




(-r36 )
cádéza , finura .


y urbanidad que con
derecho exigirnos de las mas bien tra-
tadas por la suerte. Y como por otra
parte queda probado que . es imposible
desterrar del mundo la pobreza relati-
va , y que aun siendo hacedero no de-
beria ni aun intentarse si se quiere con-
servar'


• la sociedad ,- - 16 es tambien in-
contestablemente, que la cultura y ci-
vilidad sean iguales en todos los indi-
viduos. Y no siéndolo, claro es que no
igualará jamas tampoco la opiniori al
hombre finamente educado con el rús-
tico y grosero.


En orden á la necesaria desigualdad
que establecen entre los individuos del
Estado en la sola parte de la estima-
cion pública la conducta , personal y los
méritos anteactos, es inútil añadir na-
da á lo que ya se dijo .


acerca de estos
principios considerados bajo el aspecto
legal. '-


Sólo pues me resta advertir relati-
. vamente á lo que se llama el estado
del individuo, que no solo la ley no
debe igualarlos á todos en la opinion,
sino tine al contrario debe dar cierta


( 137 )
preferencia á los casados y viudos sobre
los solteros, ó célibes no eclesiásticos.
Seria acaso muy útil para disminuir el
número de estos supernumerarios del
mundo, que la ley no solo concediese
ciertas distinciones, como ya lo hacen
las nuestras , á los padres de muchos
hijos, sino que en igualdad de circuris
tancias se prefiriese para muchísimos
empleos á los casados', imprimiendo
cierta nota infamante á los célibes se-
glares; sobre todo cuando por su clase
y situaciont . es notorio que hubieran
podido casarse. Hasta en este punto no
son 'ni .deben ser iguales el virtuoso
padre de -familias y el solteron vicioso;
que . acaso huyó del matrimonio para
entregarse con libertad á la mas asque-
rosa .disolácion. Y no parezca que
tas son , capuchinadas; son cosas muy
importantes y. serias. - La ley no debe
mandar á- nadie que se case; pero no
debe mirar con igual favor al que au-
menta el número de los brazos útiles,
y al que pudiendo no procura- dejar un
heredero de su nombre.


Y á vista de tantos principios de
^ni veis


o




( t38 )
desigualdad como existen entre los in-
dividuos de un Estado, ¿habrá todavía
demagogos que alboroten ekmundo
con la vaga é insignificante frase de
«todos somos iguales?» Lo somos, sí,
les dirá el amante del orden ,v de la
subordinacion, lo somos en ciertos de-
rechos comunes; pero en todo lo (le-
mas ni lo somos, ni podemos serlo, ni
conviene que lo seamos. Y estos dere-
chos comunes ¿á qué se reducen en
suma? A que los hombres en sociedad
le tienen á que sus coasociados no los
maten ni les roben. ¡Y es, este, el gran
secreto que han revelado al mundo los
modernos niveladores! ¿han dicho otra
cosa todos los moralistas y legisladores
del mundo ? Pues á esto se reduce , bien
analizado , el gran dogma de la igual-
dad: á que todos tienen derecho á que
los demas respeten su persona,Ionor
y bienes. Bien lo saben los reformado-
res ; pero lo que ellos pretenden en
realidad no es que los que estan deba-
jo se encaramen á su altura, sino ele-
varse ellos á la de los que estan mas 4
arriba. Bien claro lo dijeron los jaco-


( 139 )
binos en aquel lernar «Les Grands ne
sontgrands, que parceque nous sommes
cc genoux : "levons nous done.» «Los
Grandes. parecen altos porque estamos
de rodillas: levantémonos pues.» ¡Ola!
Y por qué no añadieron: «Les petits


ne sont petits, que parceque nous S0172-
mes debout: asseyons nous , done.» «Los
que se llaman bajos no lb parecen sino
porque estamos de pie : sentémonos
pues , y quedaremos. iguales ?» Porque
no era esto lo que se quería, sino pO-
nerse;en el lugar de los mas altos. Men-


, lita est: iniq;uitas sibi.
He. tratado tan difusamente el pun-


to de. la igualdad, porque como se ha
visto es uno de aquellos en que mas
han delirado á sabiendas los modernos
reformadores. Por la misma razon será
tambien un poco largo el siguiente


N ti 111 n o 8.°


Propiedad..


¿Quién creeria que en una materia
tan sencilla, tan clara, y sobre la cual
estarr;de :acuerdo todas las legislacio-




( i 4o )
nes del mondo, hubiese podidó . intro-
cir dudas la moderna sofistería? Nadie
ciertamente se atreveria ni aun á sos-
pecharlo, si no lo estuviera viendó. Y
no• se piense que el haber embrollado
la cuestion es efecto de ignorancia; na-
da de eso. Los que han metafisiqueado
sobre el derecho de propiedad sabian
muy bien que este ha sido reconocido
y consignado en todos los códigos an-
tiguos y modernos; que siempre ha si-
do teóricamente respetado, aunque en
la práctica haya sido violadó en este ó
aquel pais, porque mientras haya hom-
bres habrá siempre algun abuso; y que
en consecuencia nada podian revelar
al género humano que no fuese ya sa-
bido. Pero.


nó 'era su ilustracion la que
se buscaba ,• no era la verdad la' que
se deseaba encontrar: lo que se pro-
ponian los novadores era trastornar el
orden establecido, enriquecerse con los
despojos agenos , y hablando mucho
del respeto debido á la propiedad , ro-
bar á los que tenían. Y para esto era
menester, corno en todo lo demas, con-
fundir las ideas recibidas , alterar ina-


(i4x)
liciosamente el significado de las No.-
ces , y crear una especie ; de propiedad
desconocida en buena jlifispriidencia.
Volvamós,,pues á las-,;nociones ' copal-
nes y k•lAs, , antiguas.. doctrinas; expli-
quemos CCM) claridad. y sencillez lo.que
se entiende por propiedad; establezca-
mos sobre sólidas bases-eliderechó:có,
nocido con este título , y quedarán..desr
va necidas y refutadas por .sl.mismas:lats
cavilaciones de los sofistas, y destrui-
das de una -vez; las : funestas consecuen-
cias que han deducido de sus . falsas
suposiciones.


La palabra propiedad , como , sus-
tantivo abstracto derivado del adjetivo
propio, expresa la cualidad de ser :una
cosa, propia. ¿Y qué significa esta voz?
Hasta los niñas lo saben. Propio es •de
alguno, lo que no es de otro. Asi, has-
ta ,en , fisica se llama: propiedad de al-
gun, cuerpo„ la cualidad que ,no con-
viene á los otros,, la , que ; solo en él se
halla. ¿Y qué se infiere deesta aparen-
te trivialidad? Se infieren.varias y muy
importantes verdades: 1. a


.lo que ya in-
diqué en otra parte,,, y conviene pro-




( 1 42 )
bar aquí ; -á saber , que mientras no
existe sobré la , tierra mas que-un:solo
individuo déla especie huMatia. ;-ó- ann-
-que haya muchos, mientrásiven di-
seminados- sin verse ni juntarse y sin
tener entre sí ningun género de -comu-
nicación y trato, no hay propiedad ver-
daderamente tal que esta por consi-
guiente nace del estado de sociedad,
l'solo en él puede hallarse. 2.a- Que co-
mo una cosa que no es de . Pedro ni
-de Juan puede ser de Antonio y de
Pablo reunidos, la propiedad se divide
necesariamente en individual y colec-
tiva; ó lo que es .lo mismo, en propie-
dad de un individuo , y de una corpo-
racion. 3." Qtie como todos 'Os objetos
materiales que pueden ser de los hom-
bres se dividen, segun los jurisconsül-
tos, en personas y cosas, la propiedad
-Pirede ser de dos especies. 4:a Que pues
las personas y las cosas pueden consi-
derarse ó en sí mismas, ó segun que nos
son útiles; - es decir, en cuanto las em-
plearnos eh . algún Uso ó ministerio que
nos sea ventajoso, la propiedad tiene
dos partes distintas y separables , la


( r43)
pertenencia del objeto y la facultad de
usarle; y en consecuencia puede tener
Uno 4a pertenencia, y otro el .•so; eh
cuyo caso el derecho llamado de .pro-
piedad está - dividido en. dos-, el dere-
cho sobre la cosa, y el - derecho de dis-
frutarla; pero las leyes deben prote-
ger -y respetar uno y otro, Ilustraré
completamente estas importantes ver-
dades.


En el evado que se llama de pura na-
turaleza , dado que hubiera existido,
no hubo ni pudo haber propiedad
verdaderamente tal : esta nace del
estado de sociedad, y solo en él pue-
de hallarse.


El hombre solitario pudo en efecto
apoderarse de una multitud de objetos;
pero ninguno era suyo antes de la ocu-
pación. Alio, tuyo y suyo son palabras
tan correlativas, es decir , expresan
ideas tan dependientes entre sí, que la
una no puede existir sin que exista su
correspondiente. Y asi 'cómo nadie es
ni puede llamarse padre sin que haya


n




P


( T.44 )
otro individuOque.sea y pueda llamar-.
se ./tifo, asi , nadiep tiede decir este ar-
bol es Mil) si no hay otro individuo
que no pueda decir lo mismo ; esto es,.
respecto del cual el arbol sea no suyo.
Parecerá ,esta una sutileza .escolástica,
per.o;es una verdad de bulto, un hecho
material', es la exactísima y filosófica
definicion :de las ideas expresadas por
las palabras Mío, tuyo y suyo, las cua-
les denotan la cualidad (le ser una cosa
tan de de ti, ó de tal individuo ó
c(,'•!)oracion, que simultáneamente no
pueda ser de 'otro alguno. ¿Y qué se
infiere de aqui?.Que es falso y muy
faso que han dicho algunos escri-
toreS modernas; á-saber, «que los hom-
bres se reunieron en sociedad precisa-
mente para. gozar: segura y tranquila-
mente de la propiedad bajo la protec-
Oon de una. fuerza pública: que hay
una propiedad natural anterior. á las
sociedades,.y • que estas ; sellan : forma-
do.. para, proteger , , aquella :propiedad
preexistente.» Bentharn , ha.,combatido
este error, pero no se ha explicado. cou


acostumbrada exactitud.. Diciendo


(;45)


que laupropieclad es la obra 6 criatura
de la ley, ha dado lugar á que se le
'impugne con alguna apariencia de ra-
.zon, porque en efecto la ley protege y
asegura la propiedad , pero en rigor
no la crea. 1,0,


que ,en realidad la esta-
blece es la sociedad, y esta es anterior
á la ley verdaderamente tal, como que
ni hay ni puede haber leyes hasta que
haya sociedad, ó reunion de algunos
individuos. Y esto no porque la ley.sea
ni deba ser la exOresion de la voluntad
general, sino , porque siendo toda ley
una regla establecida para dirigir la so-
ciedad, (y sea la expresiou de la volun-
tad de todos, ó de muchos, ó de po-
cos, ó de uno), es evidente que nopue-
de haber direccion hasta que haya cosa
capas de ser dirigida. llentharn pues se
hubiera explicado mejor si hubiese di-
cho, que la propiedad es la obra,. cria-
tura ó consecuencia del estado de so-
ciedad. Entonces nada habria que opc-
nerle; porque es tan evidente que no
puede haber una cosa que deje de ser
de otro para ser exclusivamente de uno;
hasta que hay este uno y este "otro*


TOMO II >




( 14G )
'Como es evidente que no puede haber
amos hasta que haya criados, padres
hasta que haya tambien hijOs, y supe-
riores, inferiores é iguales hasta ¿lijé
'haya individuos respecto' de los cuales
se verifiquen las superioridad , inferio-
ridad é igualdad. S1 'cesto'no es cierto,
quisiera se me dijese cuáles son las'co-
sas ciertas.


¿Podrá pues negarse que la propie,
-dad nace ¿Vel estado de sociedad, Y'so-
lo en él puede ball-á-se? Esta, coinii se
ve, es laconsecuencia inmediata v ne-
cesaria de la propógititin anterior. La
propiedad existe;" 'esté es iin hecho: no
exist la en i l estado dé' pura naturaleza;
queda probado : 1i1ó 'ha nacido en el
llamado de sociedád:'luego solo en él
se halla. Sin embargo la llamada indi-
vidual no se halla necesariamente; por-
que puede haber tina sociedad en que
todo - sea coman. Bien sé yo que es-
to no es practicable sino en un pueblo
muy reducido; que aun alai la comu-
nidad de bienes duraria poco tiempo;
que seria perjudicial á los progresos
de la industria; que semejante nacion


( 1/17 )
jamas seria rica ni poderosa, y que por
consiguiente hablar siquiera de , comu-
nidad de bienes en las sociedades ac-
tuales, grandes 3a, numerosas y ovo,
lentas, es el mayor de los delirios..Pe-
ro no es esto de lo que trato: lo que
quiero demostrar es, que siendo Meta-
fisicamente posible' la comunidad de
bienes en un pequeño aduar, ó á lo
menos en una sola familia, resulta que
el derecho llamado de propiedad, lejos
de ser natural, inalienable é impres-
criptible (sagrado se le llama con ra-
Z911, pero metafóricamente, para dar á
entender que cuando existe merece ser
muy respetado), pueden no tenerle los
individuos aun en el estado de socie-
dad. En efecto , podemos figurarnos,
aunque nunca haya existido , una pe-
queda república en la cual personas y
bienes, todo sea de todos, y nada de
este ó el otro particular determinado;
en cuyo caso es innegable que los in-
dividuos no tendrian verdadera pro-
piedad : tendrian solo el uso y la po-
sesion actual de los objetos que con-
sumiesen ó usasen, pero no la perte-


:




( rtr8
nencia ó el dominio. Vuelvo á repetir
que semejante manera de asociacion
seria monstruosa y , •oco duradera, y
.que los socios serian en ella sobrema-
nera desventurados ; y puedo añadir
que no se ha realizado todavía en nin-
gun Estado considerable, y que aun en
Esparta no era perfecta y completa la
comunidad de bienes. Pero me basta
que la cosa sea rigurosamente posible-,
y como dicen , que no implique con-
tradiccion; pues de aqui resulta que la
propiedad individual no es natural-
mente necesaria, y cine poclria no ha-
.berla aun en el estado de sociedad.


If19


Consistiendo la propiedad en la exclu,
sioade lu perténén cia agena, con 'Id
que un. objeto no sea de tal . ó j• cual,
individuo , será '»erdadera propie,
dad aunque pertenezca' á muchos.


Esta, que á primera-vista podrá pa-
recer una insípida trivialidad eS• un
principio importantísimo , y poi- él de-
ben' resolverse lis : cuestiones que tan,
tas veces se han agitado sobre el- dere-
cho que 'se abrogan lós Gobiernos pa-
ra disponer de los bienes que se lla-
man de manos rnnertas, es decir, que
pertenecen no á individuos sueltos, si-
no á Corporaciones enterasó á estable-
cimientos públicbs...Es - pues necesario
cine yole ilustre eón alguna•detencion,
y resuelva una vez por las reglas eter-
nas de la justicia las• dudas 'que hasta
ahora han Sido resueltas por la rapa-
cidad y la codicia.


Sien una sociedad se hubiese adop-
tado la perfecta y absoluta comunidad




( t5o )
de bienes, no habria mas propietario
que la misma comunidad ; y aunque
esta concediese temporalmente el uso
de este ó aquel, objeto á tal individuo'
determinado O á. tal coleccion de per-
sonas, la concesion por su misma na-
turaleza Ilevaria envuelta la cláusula
de poderla revocar. Esto me parece
evidente. La sociedad en este caso ba-
ria exactamente lo mismo que hace
ahora el propietario particular cuando
presta á un amigo su caballo, su esco-
peta, su perro de caza., ti una. canti-
dad de dinero: sabido es, que aunque
nada le diga expresamente al tiempo,
dé concederle el uso de aquellas cosas,.
se entiende necesariamente, que cuari-.
do ,las necesite el dneño podrá recla-
marlas del que solo las tuvo prestadas..


• Creo que esto es tambien innegable. Y
bien, ¿sucede lo mismo cuando la so-.
ciedad, reconociendo y asegurando la.
propiedad individual ó colectiva, no se
ha reservado. ni podido ' reservarse el.
derecho de despojar á los propietarios:
de lo que estan no solo usando , sino
poseyendo. bajo su proteccion y garan-


ita.P'.11adie., sostiene semejante absurdo.
tratándose de.propietarios particulares.
Los mas dosaforaclos jacobinos , para
invadir á mansalva las propiedades de
hs corpOraciones y establecimientos,.
gritan y clan que nada. hay tan sa-
grado en las . sociedades humanas co-
mo la propiad4 del individuo; que ni,


ni:elobierno, ni la nacion en-
ter'a, pueden despojarle de ella ni me-
nopeabarla ex ápice, aun para obje-


coman utilidad, sin asegurarle
cíe antemanola equivalente
zacion por ; la.propiedad que se le to-
ma,. estimánslose su .valor á , buen-visto
dq. :49mbrostwzos , como .decia el sa-.
grado Códi,,gq: Estos mismos acérrimos
defensores . de, propiedad haCen ju-
rar' á los Reyes :que no tomarán los
bienes ageno yoluntad de su due-
ño,como. si esto no les hubiera esta-.
do prohibido siempre sin necesidad de
Constituciones, y conio si desde la vi-
lla Diabot no les estuviera conmi-,
»ando la reli con la : cólera del Al-
tísimo si despojaban (le su herencia
violentamente al mas infeliz de sus va:,




( 152 )
sallos. Ahora bien: si tan justos son los
nuevos legisladores con los .Propietarios
sueltos, ¿por qué periniteti 'luego del-
pojar de sus .


haciendas «alds propieta-
rios colectivos? ¿ Por cíiíéla.Asatnblea
constituyente robó sus"própiedadeS:
todas las corporaciones 'del . reyno? ¿No,
eran estas verdaderas y . legítimas 043.=
pietarias de los bienes que"de
inmemorial estaban.' poseyendo y liáL. •
frutando: bajo la próteeCiOn ile las
yes? Las antiguas, -ígátél'hlista aquel
dia , ¿no habian perinitido;.tegitiinado.
y garantido las adWiciones .heehas•
por donacion 6 por compra? ¿Cómo
pues se anulan por un arbitrariodeere-
to ?• Concedamos que •et bien de k so-.
ciedad exigia que.'á las llamadas manos.
muertas se les prohibiese adquirir en
lo sucesivo bienes. raicés ó propieda-
des inmuebles y. que aSi se hubiese
mandado; ¿quedaban por esto nulas
las anteriores adquisiciones, hechas en
tiempo habil y legitimadas por la ley?
¿Puede tener esta efecto retroactivo en
ninguna legislacion?


Se responderá que las corporácio,


( 153
nes y establecimientos públicos no eran
verdaderos propietarios de los bienes
que poseian , sino simples usufructua-
rios, y


• aun puede decirse meros ad-
ministradorls. Examindnós
mente . eféfiígio, y se Verá que jamas:
se ha lieClib'inayor burla de la razon
humana . ,irías se 1W:ha .insUltado con.
mas desear ,. Trié en el' Sigló. de la filo-'
sofia, ériique alto se acatan al pare-
cer 'sás ,dec ,;iones: Sin embargo no re-
Ctisein Os 'el j tic/ eir éste 'pintó ; compa-
rezca la . ''parte


pídansele
sus tí('itlós,'re'etinózcansW-; diSentase
valor
urincipid"áe'derecho , y


decida el tribunal con presencia de los`
atitbs.--Quiiá.ningun-propiefario
cidar'podrá presentar titillos mas Icgi-
limos,.ánitígubs é incontestables. Nada
r)enoS"q'iie 'cinco son los 'que pueden
alegar réSpeetivamente las'comunida-
des religib'Sas'; lbs cabildos, las iglesias,
y los establecimientos de , piedad y de
instruceison: 1.°'/a ocupadien: 2.° la do-
nation vóhintaria: 3:° las 'Cbiiipi-ás:
lá posesioniiiMernorial . , iro contradi-
cha ni turbada, de lo adquirido por los




( x54)
tres primerosu 5.° la prescripcion mas.
legal que jamas hubo en. cl mundo,.
Veámoslos uno por 11119.


Ocupacion. Este título prirnordial
de toda humana propiedad, nunca es
mas legítimo ., que cuandu,deyostados
los paises por el azote de la,gnerra..des-
aparecen los antiguos po4ladpres, que-
dan :incid tos; los. campos , , se , pierde has-.
ta la memoria de, la anterior posesion,
se establecen , nuevos ,collinps .,, fy con;
su trobajo...é...industria: restitnyen,„4 .
cultivo y á • la produccion. Os. campiñas
eriales ,,:aclaran los bosques ,,extermi,,
non las alimafías , desecan los patita,:
nos, y , tabl e y salubre una;
comarca; inhiabitada y sana. Esto,
es de yo:49,-101%10ml ;, y lalley. cs po-
sitivasde los paises civilizados, lejos
de oponerse á tan legítimaadquisicion,,
brindan con ella, la promueven: , y.oun,
ofrecen premios á los laboriosos, colo,.
nos que vengan á fertilizar con su.tra,
bajo los campos abandonados. Buen
testigo son en dia los ,Estados Ame-
ricinos. Pues este fue cabalmente„
primer origen, y el justisitno título de.


( 155)
las' adquisiciones monacales. Asoladas
por los ,


bárbaros del Norte las proviin-
cias europeas de la antigua Boina:, ex-
terminados en gran porte sus antiguos.
moradores, y convertidos en habita,
cion de fieras ;muchos fOrtiles terrenos,.
para. que en ellos pudiesen entretener,
se.; nuevos duelos con


.,el ejercicio,
de klb k,gaza, quedaron todráví:i incultas,
y .141;ndo. r00 ii3PW._111» ,porciPnes de'
territorio, cuya propiedad nadiepodia
reclamar cop justo título. Por
rnisrno tiempo la :piedad y Jos desig-
nios de la Providencia, ,O en len.gpage.
revolucionario, el. fanatismo y la .
entendida. devocion ,
número de monasterios. Y como,;estas.
casas de oracion debían establecerse
en despoblados.y desiertos, y los anti-
guos,monges vivian , como se sabe, del
trabajo de sus manos ; es un hecho
histórico que los primeros Cenobitas,
haciendo suyo por el derecho del pri..
mer ocupante el terreno que elogian:
para edificar sus monasterios, fueron.
al mismo tiempo colonos industriosos,.
que ron sus manos cultivaron y ferti-




( 56 )
liza/vi/1 las campiñas adyacentes. ¿Y se,
lel'disputará al cabo (le doce siglos la,
propiedad de unas tierras regadas con
el sudor (le su rostro, y restituidas al.
cultivo por su laboriosidad ? Es Mas:
nOkblo fueitin útiles colonos elles mis-
mos; sino fundadóres de un gran mí-
TrIétd . 'de pueblos; 'porque extendiendo
mas y mas el ' cultivo , aunieritada
produccion, y no bastando ya 16s mil-.
geá-`para todas las ,faenas de la labOr,„
bolearon jornaleros seglares, loS'éliaj
les acrecentados én número y esta,-
bletliktos' con ~lanillas en las tierras'-




de rios , 'monaSterios, edificaron muchas
rústicas alqueras, que con el tiempo
han


• legadó ser opulentas poblacio-
nes;ES'esto tan cierto, que si-se bus-
ca-el origen de todos .


los pueblos ac•
tnáles de Inglaterra, España ,''Francia,.
Alemania é Italia;" quizá se hallará qué
mas de una sexta parte se fundaron
en tierras de Monasterios por los tra-
bajadores , que esclavos y miserables-
en-las ciudades muladas, en que ha-.
bitaba la ociosidad militar de sus se-
ñores, se avecindaron , por decirlo asi,


( 1 5 7 )
en las haciendas de, los monges , dones
de encontraban trabajo . , y un trato
mas humano y caritativo. ¿Y será tau
injusta la generacion actual que sin
justo equivalente despoje (le la obra
de sus manos á los fundadores de tantos
pueblos? Los antiguos concedían gran-
des premios al ciudadano que se 'encar-
gaba de conducir á.pais extrangero una
colonia; su familia conservaba por lo
coman- principado .hereditario (le la
nueva poblacion, y á lo menos era siem-
pre respetada, y á veces divinizado su
autor; pero la moderna; justicia de la
filosofia honra la memoria ; de los anti-
guos fundadores de los pueblos despo-
jando á sus sucesores hasta de las ca-
sas mismas en que aquellos habitaron,
(le las cercas que labraron con sus ma-
nos, y (le las huertas en ,que planta-
ron los ya carcomidos árboles, que el
tiempo ha conservado como para tes-
tigos que acrediten la antigua y legítil
ma pertenencia.


Donacion. Este, como se sabe, es
el segundo y mas general título que
no los monasterios solos, sino las igle-




( 158 )
sias y las fundaciones todas, ya piado-
sas, ya de instruccion, pueden ,alegar
á la propiedad de los bienes qúe les
fueron donados allá en siglos no` muy
cercanos al nuestro. ¿ Y qué se puede
oponer á un título tan sagrado y va-
ledero en toda legislacion? Los dona-
dores ¿no eran dueños legítimos de las
tierras y casas que donaban? La ley en
aquel tiempo ¿no les permitia, bien ó
mal, disponer de sus haciendas en fa-
vor de las' llamadasmanos' muertas?
¿Pues cómo estas no harian suyo lo
que les daba el dueño legítimo , y legí-
timamente autorizado por las leyes de
su pais? — Que no debieron hacerse
tales donaciones; que fueron inspira-
das por una falsa piedad ; que qui-
zá fueron arrancadas por las interesa-
das sugestiones de los frayles y de los
clérigos, y que de todos modos eran
perjudiciales á la agricultura é indus-
tria , que para florecer reclaman im-
periosamente la libre circulacion de las
propiedades.— Concedido, para no en-
trar en disputas, aunque mucho habria
que rebajar de tan recargada pintura-


( 1'5-9 )
,-(7Y qué se infiere de aqui? Que los do-
nadores" no Obraron cuerdamente , que
-pitdicrOii disponer de sus bienes de Una
manera mas ventajosa relativamente á
la sociedad;


• pero nunca se dedueirá'en
buena lógica , que no fue válida una
donación 're -conocida Y sancionada por
la ley. Sabidas son las malas artes con
que en la antigua Roma se liad= nom-
brar herederos de los ricos sin hijos
ciertos vampiros de haciendas, que de
su mismo oficio se llamaron hceirdipe-


,tas y-ca»tato-res teslamentorum: llenas
estad las




satiras de Horacio y Juvenal,
Y algunas composiciones de Luciano,
de chistosas y amargas Invectivas con-
tra sus arterías y adulaciones. -¿Y qué?
.¿Eran .


por eso nulos los testamentos
otorgados en su favor , cuando no te-
Man por otra parte algun vicio legal
que los invalidase ? lloy mismo ¡cuán


• tas amas de gobierno y cuántos cria-
dos zalameros se alzan con la herencia
de lbs viejos solterones, 'á quienes en-
gañan y etribatican .


eón 'afectadas de-,
mostraciones de cariño y lealtad: he-
rencia que hubiera estado mejor dis-




•( 'Go )
tribuida entre los parientes del testa-
dk-ir I Y bien, ¿se anulan acaso semejan-
tes testamentos? Entre las donaciones
llamadas inter-vivos, i cuántas se halla-
rian hechas por motivos vergonzosos
y , aun criminales! pero ¿son nulas por
.eso? .¿Qué exigia pues la justicia en el
caso de que las hechas antiguamente
á los conventos, á las iglesias y á las
fundaciones públicas, ó fuesen desacor-
dadas , O positivamente perjudiciales ?
Dos cosas: 1." prohibir que se repitie-
sen, inhabilitando á las manos muer-
tas para adquirir en adelante bienes
ningunos raices ; y n." mandar que los
anteriormente adquiridos se fuesen con-
virtiendo poco á poco en otro género
de propiedad ,del modo que diré lue-
go. Hasta aqUi puede llegar el derecho
de las sociedades y de los Gobiernos
que las dirigen : basta apoderarse de
los bienes existiendo el propietario, y
sin previa y justa indemnizacion, nun-
ca; por la sencillísima razon de que ni
al la sociedad ni al Gobierno le es per-
mitido ,robar. Y claro es que roba el
que toma lo ageno contra la voluntad


( 161 )
de su dueño; y las manos muertas lo
son de los bienes que adquirieron por
donacion , y los .


Gobiernos se los toman
contra su expresa voluntad, pues solo
á la :,fuerza ceden.,


Perw.esas.donacimies en la mayor
parte: fueron hechas, por los Reyes
el concepto de que• son los Sobera-
nos de las naciones, Señores de vidas
y haciendas , y árbitros absolutos para
disponer como quieran de las propie-
dades comunes. POI, consiguiente, sien-
do.falsos estos principios, nulas son las
donaciones que se fundaron en tan ima-
ginarios derechos. 1.° Aun suponiendo
que fuese errada la opinion que en
aquellos siglos atribuia á los Reyes la.
soberanía que les disputa la moderna
ilustracion, no resultaría que fueron
nulas las donaciones que hicieron en
favor de las manos muertas; porque si
hubieran de anularse cúantos actos eje-
cutaron entonces los Reyes en uso de
las facultades que creyeron competir-
les, nada quedaria en las naciones. Có-
digos generales, cartas-pueblas, fueros
particulares, creacion de magistraturas,


Tomo u.




( 1;6:2)"
concesiones de .títulos y de • honores,
ereccion y dotacion de las universida-
des, fundaciones de todas clases etc.
etc., todo fue obra de los Reyes, y he-
cho en el concepto de que ellos .eran
los Soberanos de las naciones. Luego
si porque este concepto fuese errado
deben anularse sus actas , será preciso
anular cuanto existia en las naciones
cultas antes del Contrato social de
Rousseau , de ese Alcoran del jacobi-
nismo escrito expresamente para 'des-
pojar á los Príncipes de la soberanía. que
hasta entonces nadie les 'labia dispu-
tado. 2:° Sin salir 'de la materia de:que
tratamos, si las donaciones de lis Re-
yes en favor de manos muertas son
nulas por defecto de potestad, lo serán
Cambien las hechas en favor de parti-
culares. No hay arbitrio. Si . el Rey ..no
podia donar á muchos, tampoco podría
donar á uno ; porque en esta y en to-
das cosas magis el minas non variant
ápeciem. Que el que recibe la cosa do-
nada sea uno ó sean muchos, la do-
nacion siempre es el mismo acto de
potestad : luego si no la hubo para en-


( 163 )
riquecer á muchos, tampoco pudo ha-
berla para enriquecer á uno. Esta es
tina demostracion. Y bien: ¿ha dicho
nadie hasta ahora que las donaciones
hechas por los Reyes á favor de parti-
culares son nulas porque el Rey no tú-
ve facultad para donar? Nadie: los mas
rígidos, como nuestros jacobinos, solo
exigen que se presenten los: títulos para
ver si la donacion es cierta ; y quieren
ademas que se examine si se han cum-
plido las condiciones, y se despoje de
las tierras al que por su parte hubiere
faltado á lo prometido; pero anularlas
todas indistintamente porque fueron
hechas por Reyes, nadie se ha atrevido
á tanto. 3.° Concedamos que las dona-
tiones fueron nulas en su - Origen por
falta de potestad en el donador; pero
él consentimiento tácito de la sociedad,
''que segun los defensores . de la sobe-
ranía popular todo lo subsana y legiti-
in a , ¿ no ha subsanado 'y legitimado
suficientemente aquellos actos ? ¿ Las
naciones'enteras no han reconocido y
sancionado las donaciones de los Re-
yes, no solo con su silencio sino con




( 164 )
leyes expresas, y no por espacio de al-
gunos meses sino durante muchos si-
glos? ¿Cómo pues solo para las pobres
manos muertas de nada sirve la sobe-
ranía popular? Esta, segun sus apósto-
les , puede quadrare rotunda el Milllt-
dare cuadrata; ¡y no podrá legalizar
una donacion piadosa, solo porque la
hizo un Rey!


Pasen estas, se afiadirá; pero ¿y las
hechas por particulares en perjuicio de
sus familias?En primer lugar, cuan-
do asi fuera y se hubiese de reparar
la• injusticia , ¿ cómo iremos á buscar
ahora los, herederos de los fundadores
para restituirles lo que donaron sus as-
cendientes ?,¿:Quién, al cabo de cuatro,
cinco ó mas .siglos podrá deslindar los.
entronques de las familias, muchas dé
las cuales uo existirán ya seguramente,
para devolver á cada una su porcion?
En segundo lugar, cuando este argu-
mento probase algo, probarla no que
el Gobierno tiene derecho á apoderar-
se de los bienes donados , sino que la
familia del fundador le tiene para re-
clamarlos ; y esto ni es lo que se ha


( 165)
practicado, ni lo que pretenden los ni-
veladores , ni podria hacerse , don equi-
dad y justicia por la casi imposibilidad
que habria , como hemos visto, para
encontrar los legítimos descendientes de
los primitivos' poseedores. En tercer lu-
gar, no habiendo reclamado estas fa-
milias en tanto -tiempo Contt4a aquellas
donaciones, su posesion ha prescrito,
y puede decirseqne ha sido legitimada
por el silencio y tácito consentimiento-
de los que pudiendo reclamar no le,
cieron en tiempo hahil.


¿Y el perjhicio que se irrogó á la
r>


ao.ricultura .é industria con la arnorti-
zacion de aquellos bienes A , este se
ocurre . 1.° prohibiéndola para -ch,ade
lante: 2.° invitando á las mismas cor-
poraciones á venderlas y á imponer
su importe sobre las cajas públicas
con un justo y proporcionado interés
que les sea religiosamente pagado:
3.° cuando se hiciesen sordas .á la in-
vitacion del -Gobierno, •y rniraseh :con
indiferencia general,-man-
da`ndoles , :que. dentrodé-'cierto plazo,
que deberia ser bastante largo para .que




( ifi6 )
las fincas no perdiesen de su valor, las
fuesen enagenaudo .poco á poco, é im-
poniendo. su producto en los llamados
fondos -públicos. Esto se afiade para
mayor seguridad y ventaja (le los por
seedores actuales, queypor lo (lemas,
con tal.que . las . enagenen ; se les podria.
dejar. la libertad sde•imponcr• su: pro-
ducto .


donde mejor les;:agradase. Esto
es lo mas que. los Gobiernos pueden
hacer con las fincas de,manos muertas;
apropiárselas nunca., ..mientras aque-
llas existen. Si llegan á faltar, es otra
cosa : en e:4e caso sus bienes quedan
rigurosamente mostrencos, vuelven


• al
comun, y el .Gobierno los ad-


ministra y dispone de ellos como de
todos los baldíos. Esto pide explicacion.


Las comunidades
• y corporaciones


y los establecimientos; públicos son pro-
pietarios colectivos, y su propiedad co-
'num es tansagrada como las de los par-
ticulares. Asi es que las leyes la prote-
gen del.mismo modo, -y castigan ál que
las roba como si hubiese robado á un
individuo. Ademas la prueba de que
colectivamente son legítimos y muy le-


( 167)
gítimos dueños, es que pueden hacer
y . hacen con sus haciendas lo -mismo
mismísimo que hacen los dueños par-
ticulares; las venden, las truecan, las
dan en arrendamiento y .á censo, las
derriban (si son edificios), las reedifi-
can de nuevo; varian su forma , las
cultivan, las plantan, las descepan, ha-
cen en ellas toda ;clase de obras, me-
joras y reparos etc. etc. Y muchas de •
estas cosas no , podrian hacerlas si fue-
sen simples usufructuarios ó meros ad-•
ministradores. Asi, la- única diferencia
que hay entre. la ..propiedad • :colectiva
y la individual consiste-en que en aque-
lla el propietario • es la 'persona moral,
y no los. tndividuos materiales que la
representan ó componen. De consi-
guiente si la persona moral llega á fal-
tar por cualquier causa que sea., los
representantes miembros, que no te-
nian mas que la administracion • ó el
uso de los bienes , no adquieren por
su falta su dominio: este pasa á vuel-
ve á la sociedad general. Un ejemplo
sencillo: Pedro Fernandez fundó.en tal
lugar un hospital, y le dotó con sus


1'




68 )
bienen. ¿Si? Pues mientras este hospi-
tal está en pie y en él se asiste á los
enfermos, su propiedad es tan sagra-
da como otra cualquiera; y el Gobier-
no lo mas que podrá hacer será obli-
garle á convertir en (linero los bienes
raices para que estos entren en la cir-
culacion general. Pero si el _hospital
deja de serlo ó porque el pueblo todo
quedó inhabitado, 6 porque ya no acu-
den á él enfermos , ó :porque el Go-
bierno tuvo por conveniente suprimir-
le (pues este derecho nadie se le pue-
de disputar), en cualquiera de estos
casos sus bienes vuelven á la masa•Co-
mun , y el Estado puede ó conservarlos,


venderlos, ó aplicarlos á otro 'objeto
de• pública utilidad , suponiendo que
por voluntad expresa del fundador no
deban•volver á su familia, ó que esta
haya :desaparecido; porque si se con-
serva y aquella fue la voluntad del_ do-
nador, el Fisco no tiene derecho nin-
guno á los bienes que fueron del hos-
pital.


Compra. Olvidemos ya los dos
tatos precedentes : supongamos que


( 169 )
ninguno de ellos dió á las manos muer---
tas la propiedad de sus fincas, y con-
cedamos quohan sido' hasta ahora
ras -usufructuarias de , lbs bienes. /o
habrán • hecho suyos lOs frutos
habrán podidodisponer de las rentas
que por ellos han percibido? Me pare-
ce que nadie lo negará. El mayorazgo;
el simple arrendatarinliacen suyos
frutos y disponen de ellos •á su arbitrio.
Y sentado esto, si con el producto de
las fincas ocupadas (5 .recibidas por do-
nacion han comprado algunas otras
permitiéndoselo la ley, ¿no serán 'légP•
timos dueños y verdaderos . propieta-
rios (14 todas estas? ¿Cómo prreden.de
jar (le serlo? ¿ N.o se las -vendió el que
antes era legítimo dueño? ¿no les trans-
firió este todo el derecho que á -ellas
tenia? ¿no pagaron el precio conveni-
do? es decir, ¿no dieron en catnbid un
valor igual? La ley hasta entonces '¿ ha-,
bia dicho acaso que en las venta¿ . he-
chas á manos muertas no se transferia
el dominio desde el vendedor al coin-
prador? ¿Cómo pues este no se hizo
por aquel acto dueño legítimo y rigu-




•7o)
ruso propietario :de la cosa que com-
praba? Y sí se hizo, y si lo era antes
de la expoliacion, ¿no será esta un ver-
dadero robo ,.un .atentado inexcusable
contra el, derecho de propiedad


.? Diga-
se si no, cuándo ó cómo se viola este
derecho tan sagrado, si quitándole vio-
lentamente unacosa á su legítimo due-
ño no se comete injusticia. Ahora bien:
¿ puede negarse que; entre las fincas de
manos muertas hay muchas • compradas
á .particulares con parte cié las rentas
que produjeron las primitivamente ad-
quiridas por. donacion graciosa:ó por
la simple ocupacion? Luego, á lo me-
nos respecto ,de :las cosas compradas,
el Fisco no puede tener derecho algu-
no, á no ser que tambien le tenga so-
bre los bienes libres que adquieren los
mayorazgos y colonos con los frutos


14$ vinculadas, ó tomadas en arren-
damiento. Luego en caso de que se
vendan, el Erario no puede apropiarse
su importe.; debe quedar en, manos
del dueño para.que disponga de él tan
libremente como hubiera dispuesto de
las rentas que ahorró en su tiempo pa-




( )
ra hacer aquella compra. Si estas no
son reglas eternas (le justicia, dígase?
me cuáles. merecerán este_títtilo.


Posesion inmenzorial. Nada valga
todo lo dicho; no se hable del título
primordial.; no se tenga en cuenta ni
la legítima ocupaciou de los terrenoS,
abandonados. , incultos y baldíos, niel
beneficio que se hizo á la sociedad ; c‹,'
romperlos .y cultivarlos, ni la libre,
pontánea y legal donador' de tactos
otros, ni las compras hechas con los
productos de los adquiridos por ambos
títulos:. ¿podrá negarse que las manos
muertas estan poseyendo de buena .fe
los que hasta ahora se llamaban bienes
suyos, y quo esta posesion no sim-
plemente.la que en Orecl..., se llama
inmemorial, sino mas que inmemoria-
lísinaa., si asi pudiera decirse? Y aun
concediendo que la primera..adquisi-
cion no hubiese sido muy :limpia, ¿no
bastarán para legitimarla.,y revalidarla
dos, tres, cuatro, cinco y mas siglos


.de quia'' pacífica y no interrumpida
ni disputada • Posesion? ¿Tienen otro
título •todas las naciones existentes so-




( 17 2 )
bre la tierra á los paises que compo-
nen sus dominios? ¿No es notorio que
todos ellos fueron violentamente usur-
pados por la fuerza de las armas en
una y en muchas épocas? ¿Y dejarán
por' eso de ser suyos? ¿Y no son tam-
bien las naciones personas' morales ó
colecciones de -individtios?'•Luegó estas
hacen suyo y• muy suyo por la larga
posesion hasta lo que usurpó la vio-
lencia. Pues ¡ cuánto mas serán dueños
de lo que en su origen adquirieron con
justo y justísimo título ! ¿ Puede darse
una razon 'especiosa siquiera :liara- no
reconocerlas' 'por verdaderos propie-
larios?


Prescripcion. Esta es la Consecuen-
cia necesaria de una posesion


pacífica y no disputada jamas.
Y si las leyes reconocen por tal la de
veinte, treinta, cuarenta ,• ó á • lo mas
cincuenta años, ¿no bastará' la de qui-
•nientos? Para todos, y basta para los
injustos conquistadores ha sido siem-
pre mas que suficiente; ¡y solo para las
comunidades, los cabildos, las iglesias
y los establecimientos públicos se ha


( 17 3 )
inventado una nueva jurisprudencia!
¿Y por quién? Por los filósofos que
ofrecian restablecer sobre la tierra el
reyno de. la justicia.


3.°


Propiedad sobre las personas y sobre
las cosas.


No tocaría este punto ni recorda-
ria esta distincion , reconocida por los
jurisconsultos, si con este motivo no
fuera necesario. deshacer algunas equi-
vocaciones., refutar algunos errores in-
troducidos por los novadores, y resol-
ver algunas cuestiones importantes.


Ante todas cosas es preciso distin-
guir, hablando de las personas, entre
la propia y las agenas. En cuanto á la
persona propia , este mismo epiteto
con que ordinariamente la designamos,
parece que la constituye en la clase de
las propiedades verdaderamente tales;
pero si se examina el punto con la de-
licadeza filosófica que requiere la ma-
teria, se verá ' que esta es una expre.
sion figurada como tantas otras; y que




( 1 74 )
la persona de un hombre nunca es ni
puede ser tina propiedad suya en el
Mismo sentido legal en que se dice: «es-
ta casa es mia ; esta heredad es de An-
tonio.» La persona del hombre es el
hombre mismo; y por consiguiente de-
cir,- que este es verdadero• propietario
de su persona, es lo mismo que si se
dijese que es propietario y propiedad
á un mismo 'tiempo; lo cual seria, co-
mo se ve, un juego pueril de palabras.
La propiedad verdadera solo podemos
tenerla respecto de las cosas que no son
nosotros; y aunque el uso y la pobre-
za de las lenguas nos autorizan y aun
obligan á decir «yo soy dueño de mi
persona; mi' persona es mit' , » las dos
voces mi peijona no significan que hay
en nosotros dos cosas, una que posee
y otra que es la poseida, sino que for-
man una -perífrasis que en- suma quie-
re decir yo ; y ya se deja conocer
que si en las proposiciones '«yo soy
dueño de mi persona, mi persona es .
mía ,» se sustituyese la palabra yo en
lugar de• la perífrasis , resultarian las
ridículas y •absurdas proposiciones «yo


( i75)
soy dueño de yo, yo es mio.» Estas
delicadas observaciones .


no son vanas


sutilezas, son distinciones muy verda-
deras y necesarias para combatir el
principio. revolucionario _de que la pro-
piedad es anterior al estado de .


socie-
dad , y que por tanto derecho •cono-
eido con este título es




riatural, inalie-
nable é imprescriptiblei- El sofisma en
que se funda aquel principio es el si-;
guiente: «El borhhre es dueño de su
persona esta es su primera , esencial
y necesaria propiedadl, y -de ella nacen
y seder,ivan todas las flemas' • que se
distinguen en el estado social: es así
que la persona . del hombre existe en el
de 'naturaleza , y quelien este el hombre
es tan • dueño deisu :persona como des-
piles en sociedad; luego la propiedad
rigurosamente tal existe en el estado de
pura 'naturaleza; luego el derecho que
asi se llama es natural, imprescripti-
ble, inalienable, y anterior y superior
á toda legislacion positiva.» Ya Se ve
que todo este grandeárgurnento se fun-
da en el equívoco que forman los dos
sentidos el figurado y el literal ; y por




4,


( 176 )
consiguiente que es un sofisma. el mas
debil , futil rpueril de cuantos pueden
emplearse. .En efecto, primero se to-
rnan las palabras dueño, propietario,
mi o., propio etc. en. sentido metafórico
6 extensivo para denotar que .cada in-
dividuo de la especie humana es.dis-
tinto de los demas, y que la persona
A no es la persona B: y luego argu-
yendo de este sentido figurado al lite-
ral, se deduce que cada persona es una
propiedad real. y: verdaderamente . tal
de su respectivo individuo. Y corno;esr
te es en sustancia la persona misma,
lo ...que resulta emlbnena lógica, es .que
cada. persona .es..cada persona., y que
la una no es laíotra; cosa que todo -el
mundo sabia y. nadie, negó jamas..Pero
de aqui ¿qué se.infiere para el asunto
de la propiedad verdaderamente tal,
que es la. pertenencia de las cosas que
no son nosotros? Yada. Pues..asi son.
todas las palabrotas y expresionazas
usadas por los modernos sofistas. Ana-
lícense bien, y vendrán á parar en,un
equívoco ó una insignificante vaciedad.


Lo mismo debemos decir respecto


( 1 77 )
de la segunda propiedad natural que
los sofistas reconocen en el. hombre
anteriormente al estado de sociedad,
que es la de su trabajo. ¡Cómo se ufa-
nan aqui ! ¡ cómo triunfan! ¡ cómo se
envanecen con su profundo descubrí-
miento! Y lo mas gracioso es que to-
dos les han dejado pasar el equívoco
en que se funda,su doctrina, y ni aun
se han atrevido á examinarla. ¿ Y á.qué
se reduce en suma la delicada y subli-
me teoría de los economistas en. que
se apoyan los filósofos:y políticos ? A
lo siguiente: «lo que crea los valores
da valor á las cosas es el trabajo del
hombre. Y como todas nuestras pro-
piedades no son otra cosa que valores,
si estos .son el producto de nuestro tra-
bajo actual ó acumulado , se infiere
que nuestro trabajo es nuestra única
propiedad originaria. Y como el traba-
jo no es otra cosa que el uso que ha-
cernos de nuestra .persona para . crear
valores obrando sobre las cosas, restd,:
ta Cambien por necesaria consecuencia
que toda propiedad que tiene otro ori-
gen que el trabajo sobre las cosas, vie-


T0/10
2


c»-




< X78)
ne de un robo.» Examinemos una por
una estas varias proposiciones, reduz-
•C.átnoslas á su verdadero valor, y se ve-
rá que se convierten en humo, G na-
da significan para el punto de que tra-
tamos.
- • «Lo que da valor á las cosas es el
trabajo del . hombre.» Esto es falso, to-
mado en tan vaga y exclusiva genera-
Edad. Para que la proposicion sea cierta
es menester restringirla , y decir: «cl
trabajo del hombre es lo que da á laS co-
sas cierto valor, pero no todo el que tie-
nen. En efecto, todas ellas tienen cierto
valor por sí mismas, independientemen-
te del trabajo de los hombres. El agua,
por ejemplo, los frutos espontáneos (le
la tierra, los animales (le que está po-
blada, los peces que. nadan en los ríos
y en los mares, son cosas útiles en sí
mismas, y de consiguiente tienen cier-
to valor que no deben á la accion del
hombre que las hace suyas. Se dirá que
para apropiárnoslas , para cogerlas á
lo menos , es necesario algun movi-
miento fisico y material de nuestro
cuerpo, y que este es ya una especie


( '79 )
de trabajo. Vana sutileza que nada
prueba para el objeto de la cuestion.
1)e que para usar de hecho las cosas
útiles en sí mismas_ sea necesario el mo-
vimiento mecánico (le algun miembro,
no se infiere ni puede inferirse que es-
te movimiento sea el que dé Valor á
aquel objeto, á no ser que el acto de
masticar y digerir los alimentos sea lo
que les dé su valor. Pero harto noto-
rio es que las cosas que pueden servir
para nuestra manutencion tienen ya
un valer muy real antes de que las
llevemos á la boca, desciendan al es-
tómago,. y se conviertan en quilo..¿Por
qué las compramos en el mercado y
las pagarnos con otra mercancía equi-
valente? Porque el valor de las cosas
no está en el uso actual que (le ellas
hacemos, sino en que por sí mismas
sean capaces de sernos útiles, (le ser-
vir para la satisfaccion de nuestras ne-
cesidades. Luego si el madroño que
está aun pendiente (le la rama, la be-
llota que cuelga de la encina , el co-
nejo que trisca en la pradera, la per-
diz que vuela por el ayre, y el pez que




( .18o
gira bullicioso por la corriente del rio,
O surca la vasta extension del mar , pue-
den sernos útiles, es, decir, son capa-
ces de prestarnos alg.un servicio como
el de reparar. nuestras pérdidas des-
pues de haberse incorporado y asimi-
lado con las varias sustancias que com-
ponen el cuerpo humano, claro es, cla-
rísimo é innegable que todos aquellos
objetos tenian un valor real en sí mis-
mos anterior al acto de cogerlos ó (le
usarlos. Por esto los cogemos precisa-
mente, porque son útiles, porque va-
len. Hablando con rigurosa propie-
dad, el trabajo no crea el valor de los
objetos, le aumenta. Todos los objetos
materiales que componen el universo
tienen en sí mismos, como acabamos
de ver, cierto valor radical; porque to-
dos ellos preparados , combinados y
manipulados (le esta ó de aquella tila-.
riera pueden sernos útiles; y el traba-
jo lo que hace es aumentar este valor
radical, preparándolos, combinándolos
ó manipulándolos de aquel modo que
es necesario para que de hecho nos
prop'orcionen aquella utilidad que por.


( 18r )
sus cualidades fisicas son capaces de
producir. Asi, Por ejemplo, en los fru_.
tos que la naturaleza produce y sazona
espontáneamente ,"la preparaciori se re-
duce al acto de' 'cogerles y arrancarlos'
de los arboles, y no hay duda en que el
madroño ya cogido vale mas cine mien-
tras estaba en la rarna.'En los animales
terrestres y acuáticos de que Hemos
alimentarnos , la pre 1 )arado:1 abraza
mayor número de operaciones;* es'pre-
ciso Cogerlos;' rdatarlos , y cnando no
somos ya salyages crudívorns,
los y -eondimentarlós de alguli Modo
etc. etc. Quede 'pues 'establecido que el
trabajo no da á las
toda su valor;


les da una parte del definitivamen-
tellb&an á tener en el acto de ser usa-
das:' -alimenta el primitivo que tiencá
poi' su naturaleza, pero en rigor' no le
crea. Esta verdad incontestable és mas
importante de lo . tine .


• á primera vista
parece. Por de contado por ella queda
rébatida la segunda : parte sófisma
que estamos exam• nando,.á saber que:


«Todas nuesiHs"propiedadés, ó lo
(pe' es lo' misa, , todos « los liálor'es.




( 182 )
Son el producto del trabajo actual ó
acumulado.» Falta de exactitud, como
siempre.. Las que se llaman propieda,
des no son los valores, son las cosas.
que valen, que tienen valor. Asi, cuan–
(lo por imposible una heredad que aho-
ra es mia llegase á ,


no tener valor al-
guno, porque á consecuencia de alga¡¡
trastorno fisico de la naturaleza se hi- .
ciesc absolutamente estéril, y nada va-
liese en el lenguage vulgar, no por eso
dejarla de ser mia. He ° dicho por im-
posible, porque en efecto,, mientras un:
objeto material existe siempre tiene
algun valor, porque siempre puede ser
útil, paa alguna cosa. Por ejemplo , a-
campo que se hizo estéril para el cul-
tivo porque una avenida le convirtió
en. un lago ó en un infructífero arenal;,
consc'r todavía algun valor, porque
aun asi puede servir para alguna cosa,.
Si es. laguna criará peces con el tiem-
po„ y el (lucilo podrá . , cogerlos , y en-,
tretanto el agua para algo podrá servir.,
Si se convirtió en arenal podrá apro-.
fechar la arena, á lo :menos pasearse.
p(» :)do él cuando quiera hacer cjer-.


( 183 ):
cicio. Este hecho incontextable acaba
de probar I.° que las cosas todas tie,
nen cierto valor primitivo, intrínseco.
y esencial anterior al. trabajo de los'
hombres: 2.° que las propiedades no.
son los valores; y 3.° que estos y agite,
lías no son en su totalidad el producto.
del. trabajo.. Pero cuando asi DO fuese„
y aunque la accion de la especie ha-
mana:


diese á las cosas todo su valor,
cí crease, corno se dice, todos los. va,
lores, todavía no se infiere de aqui en.
buena lógica la conclusiou que COQ,
tanta confianza deducen los escritores..
de economía y copian los de política.
constitucional, á saber : que


«Nuestro trabajo -es nuestra única,
p.ropiedad originaria.» Proposicion
sa , si jamas las hubo en el mundo,.
fundada en un abuso; tan manifiesto de
las voces , que no verlo nadie creeria •
que se hubiesen atrevido á estamparla
en. el papel los mismos hombres que




tanto se precian de .grandes filósofos„
profundos ideólogos, y exactísimos ra-
zonadores. ¿Conque nuestro trabajo es,
nuestra única 41)ropiedad ? ¡Cuánta bur,


fr


n




( 184 )
la se baria de los escolásticos si algu-
no de ellos se hubiera explicado con
tan peca exactitud! No: el trabajo no
es la propiedad , es el medio con que
se . adquiere la propiedad , asi como el
trabajo no es tampoco el valor (le las
cosas, sino el instrumento, el agente
con que se aumenta el valor primitivo
(le todas ellas; y los mismos economis-
tas y políticos reconocen y sientan co-
mo principio que todos.los valores son
el producto del trabajo ; y dicho se* está
que,


la 'cosa producente no es la cosa
producida. Y. cuando no lo dijesen,
equién no ve que las propiedades son
las cosas que nos apropiamos, adqui-
rimos, beneficiamos y avaloramos con
el trabajo, pero no el trabajo mismo?
Ocupa el hombre un pedazo de terre-
no abandonado, y por el derecho del
•primer ocupante ó por ley expresa de
la sociedad en que vive le hace suyo,
adquiere su propiedad: pregunto: esta.
¿es por ventura el trabajo que puso en
ocupar aquel terreno, ó es el objeta
ocupado? Este Ultimo, responderá U),
do el mundo. Labra luegt aquella•tier,


( 185)
ra , y con su trabajo la ayuda á pro-
ducir trigo y le vende en el mercado:
pregunto: ¿ es el trigo suyo, ó no es
suyo? .¿ es su propiedad , ó no lo es?
Todo el mundo dirá que sí. Pues vuel-.
vo á preguntar: el trigo ¿es acaso el
trabajo que se puso en cultivar la tier-
ra que le produjo? Nadie habrá que lo.
sostenga. Mata el cazador un conejo,
y ó le vende 6 se le come, ¿era suyo
este conejo ? No se le disputará creo
tan legítima propiedad. Y bien : el co-
nejo ¿es el trabajo que costó su adqui-
sicion ? Disparate. Luego la propiedad
no es el trabajo, sino la cosa que por
medio del trabajo nos apropiamos 6
hacemos propia. Si esto no es eviden-
te, ¿cuáles son las cosas evidentes en
este mundo? Yo bien sé que lo que los
escritores modernos hubieran podido
decir es muy cierto ; : pero tambien lo
es qué no han sabido 6 no han queri-
do explicarse con rigurosa .precision.
Lo que ellos, al parecer, han querido
enseñar es que el trabajo es el instru-
mento natural y primitivo con que nos
apropiamos las cosas, es el medio iuii-




( r86)
co que la .


naturaleza nos ha dado para•
aumentar el valor esencial de los obje-
tos que nos apropiamos , es en suma
el origen de toda humana propiedad;
pero tan cierto como es esto, es falsa
que él sea la propiedad misma y nues-
tra única propiedad. Esta, vuelvo á re-
petir, es la cosa que hacemos nuestra
por el medio del trabajo , pero no el
trabajo mismo: asi como el arado 6 al
aladon es el instrumento con que se ara
6..cava la tierra , pero no cs la cosa
arm l a ó cavada.; la pluma es el instru-


io con que se escribe, pero no es.
.7sa escrita.. ¿Y no es una vergiien-


a haya que enseriar tan sencillas,.
claras é incontextables verdades álmos
Lombres que se anuncian como los
doctores de las gentes , los precepto-.
res del género' humano? Acaso se pre-
guntará: ¿y siendo tan palpable el ab-
surdo de que el . trabajo es la propie-
dad, cómo han .podido sostenerle es-
critores por otra parte recomendables?.
Bray que distinguir; en unos ha podi-
do , scr involuntaria falta de exactitud,
ligereza, descuido;-pero en otros es por


87 )
refinada malicia. Sea de esto lo -que
fuere, pasemos ya á la última aser-
cion de las que estamos examinando;;
y es la siguiente:


«Siendo el trabajo el uso que ha-
cernos de nuestra persona pa/ a crearr,
valores obrando sobre las cosas, resul-
ta por necesaria consecuencia que to-
da propiedad que tiene otro origen
que el trabajo sobre las cosas, viene
de un robo.» Son palabras literales to-
madas de una obra moderna , citada.
ya con otro motivo. Examinemos su.
verdad. La definicion del trabajo no.es
exacta. El trabajo en general no es el
uso que hacemos de nuestra persona
para crear valores obrando sobre las
cosas; es el uso que hacemos de todas
nuestras potencias ó facultades, ya :in-
telectuales, ya corporales, y de todos.
nuestros miembros; . y bágase este uso..
para crean valores con cualquier otro.
designio, y óbrese sobre las cosas
óbrese sobre las personas , no se obre
sobre las cosas ni sobre las personas.
Asi , por ejemplo, el hombre que pien-
sa , es decir que..compara y combina




( 188 )
sus ideas, trabaja verdaderamente; .; y
tanto como trabaja! pero no obra ni
sobre las cosas ni sobre las personas
que estan fuera de él, ni hace uso de
sus facultades mentales para crear ac-
tualmente valores , aunque su medita-
cion contribuirá tal vez á que se creen.
El que mueve maquinal 6 voluntaria-
mente la mano y hiende con ella el
ayre, hace cierto esfuerzo, cierto tra-
bajo , y obra sobre una cosa; pero no
crea valores ni se acuerda de crearlos.
El que habla con otro, el que le ense-
ña, el que le aconseja, trabajan obran-
do sobre las personas; y aunque no
crean ningun valor, podrán Contribuir
remotamente á que se creen algun dia..
El empleado público de cualquiera cla-
se trabaja obrando


• sobre las personas,
y contribuyo directamente á la crea-
cion de los valores. Es pues necesario
explicarse con precision, y decir• que
el trabajo en general es el uso que ha-
cemos de nuestras ..


facultades y de to-
dos nuestros órganos: que este trabajo
cuando se manifiesta exteriormente se
ejerce sobre las personas ó sobre las


( 189 )
cosas: que el que se ejerce sobre las
personas unas veces contribuye indi-
recta y remotamente á la creacion de
nuevos valores, y otras muy directa ó ,
inmediatamente : que los que se ejer-
cen sobre las cosas unos crean valores
y otros no. Explicándose con esta exac-
titud quedan resueltas por principios
eternos de justicia ciertas cuestiones
que maliciosamente se han embrolla-
do, y refutados para siempre varios er-
rores que de intento se han propagado
en estos últimos tiempos. Sirva de ejem-
plo la siguiente


Cuestion: El hombre que trabaja,
no sobre las cosas sino sobre las per-
sonas, ¿hace suyo legítimamente lo que
se le da por aquella especie de traba-
jo? Parecerá .inútil la pregunta , pero
cuando se vea la respuesta y las expli-
caciones á que da lugar, se reconocerá
que no en valle se ha tocado este pun-
to , y que acaso no hay otro en que
mas haya fascinado á los incautos la
charlatanería de los modernos sofistas.
En efecto, á fuerza de clamar contra
las clases que llaman improductivas,




( 190 )
sin detenerse á señalar las que en rea-
lidad y de justicia pueden merecer es-
te título, han generalizado entre el ig-
norante vulgo la opinion de que todo
el que no trabaja de manos es como
una planta parasita en la sociedad que
chupa y consume inútilmente la sus-
tancia destinada á vivificar todo el cuer-
po. No hay cosa mas falsa: al contra-
rio , los individuos mas útiles en gene-
ral son los que no trabajando de ma-
nos , obran, no sobre las cosas , sino
sobre las personas. A estos es precisa-
mente á quien debe la sociedad su
existencia y conservacion, y el grado de
frlicidad (le que goza ; y puede asegu-
rarse con verdad que sin obrar mate-
rialmente sobre las, cosas, crean mas
valores, ú aumentan la riqueza pública
mas que todos los trabajadores manua-
les. Recorramos rápidamente estas cla-
ses que se llaman improductivas , y re-
sultará la demostracion.


Empecemos por el clero , ú como
se dice en el lenguage del dia , por los
ministros del culto, y prescindamos de
que la religion que predican sea ver-


19t )
'Mera en sus dogmas: todos ellos en-
señan principios de moral, que salva
alguna excepcion en las religiones
sas, son en general humanos y bené-.
Picos. Y con solo inculcar al pueblo
ideas de justicia y de virtud, con ins-
pirarle horror á los crímenes que tur-
ban el orden público, y con recomen-
darle el respeto debido á la propiedad


s agena , ¿no contribuyen eficacísima-
mente á que cada uno goce en segu-
ridad de la suya? Y esta seguridad . ¿ no
es por confesion de los mismos econo-
mistas el agente mas poderoso de la
reproduccion y de la industria? ¿Có-
mo -pues no contribuirá eficacísima-
mente á la creacion (aumento) de nue-
vos valores el que añadiendo á la obli-
gacion legal la de conciencia , manda
no tomar los bienes agenos contra la
voluntad de su dueño , y amenaza en
nombre del Altísimo con eternos cas-
tigos á aquellos mismos que por cual-
quier medio logran substraerse á la


. venganza de la ley ? Esta verdad es tan
notoria', que hasta el mismo Rousseau
reconoció y confesó el. poderoso




1 9 )
jo de la religion sobre la conservacion
de las propiedades.


Pasemos al ejército, ó sea la fuerza
armada, otra clase de las mas aborre-
cidas de los sofistas hasta que por des-
gracia se ha hecho cómplice , i ►str ► -
mento y ejecutor de sus planes. Cuan-
do los hombres armados cun:plian re-
ligiosamente con su obligacion; cuan-
do no se erigian en legisladores, sino
que obedecian al Príncipe ciegamente,
sí, ciegamente, porque tal debe ser la
obediencia del soldado , ¿habia en la
sociedad una clase que mas directa y
eficazmente contribuyese á la creacion
de nuevos valores ? Ora defendiesen las
fronteras contra los enemigos exterio-
res; ora se limitasen á mantener el or-
den en lo interior, á evitar crímenes,
y á perseguir malhechores, ¿á quién
sino á ellos debian los restantes indi-
viduos del Estado la entera seguridad
con que se entregaban á útiles y pro-
ductivas ocupaciones? ¿No es la ley la
que asegurando y protegiendo la pro-
piedad es el fecundo y perenne ma-
nantial de la riqueza pública? ¿ Puede


( 193)
existir esta donde no haya sociedad ni
leyes? ¿Y de qué servirian las- leyes
sin una fuerza que asegurase la ejecu-
cion, contuviese á los transgresores, y
en caso necesario los pusiese bajo la
espada de la justicia? ¿ Y no harán su-
yo y muy suyo el estipendio que se
les paga ? ¿Y vendrá de un robo la
propiedad que adquieren obrando so-
bre las personas? Y si desempeñan su
encargo en el sentido de la ley, ¿no
serán - tan útiles á lo menos como el
buhonero, que vendiendo agujas au-
menta un poco su valor primitivo con
el trabajo de ponerlas en una esquina
para que puedan comprarlas los que
pasan ?


¿Y qué se dirá de los empleados ci-
viles en yodos ramos? Que no pudien:
do subsistir sin ellos una sociedad tal
cual numerosa, todos influyen muy in-
mediata y poderosamente en la crea-
cion, aumento y conservacion de la ri-
queza pública , aunque no aren , ni
siembren, ni caven, ni poden, ni cor-
ten maderas, ni las conviertan en me-
sas y ventanas, ni guarden material-


TOMO II. •




( 194 )
mente ovejas , iii esquilen , carden y
tejan las lanas de los rebaños. Mas
Custodian los ganados el guarda del
campo y el alcalde de la hermandad,
si cumplen con su deber, que el pas-
tor, el cabrero y 'el rabadan de meri-
nas; y mas parte tienen en la repro-
duccion de las mieses los magistrados
y alguaciles, que despues de cogidas
aseguran y proteje» su posesion, que
los mismos cultivadores. El sabio que
en su gabinete se ocupa en indagacio-
nes científicas; el ministro que dirige
un ramo de pública administracion ; el
consejero que hace,


dar lipa buena ley,
crean cada uno en un instante mas va-
lores que todos los que puede .produ-
cir en un año, y acaso en siglos, el
simple cavador que remueve los ter-
rones. Hasta el ocioso literato: que pa-
sa su tiempo en registrar antiguos.có-
dices, én examinar medallas, en apren-
der palabras árabes O fenicias , ó , en
buscar el consonante para hacer, una
miserable redondilla, contribuyen, aun-
que mas remotamente, á enriquecer á
las naciones. Algunos, es verdad, per-


.


( 195 )
derán el tiempo, y nada encontrarán
que pueda ser útil á sus semejantes;
pero á su lado se formarán tambien
autores célebres, cuyas obras darán á
la nacion que las produjo cierta cele-
bridad, que no será indiferente para su
engrandecimiento y prosperidad. La
Francia debe mas quizá á sus buenos
escritores. el influjo político de que go-
za, que á la feracidad de su suelo y á
su numerosa poblacion. Supóngase á la
Francia sin literatura clásica; su len-
gua no seria hoy universal: y sin es-
ta universalidad de su lengua y sin la
fama de sus autores , ni seria hoy Pa-
ris la capital del orbe civilizado, cir-
cunstancia que vale muchos millones,
ni el comercio &anees seria tan ex-
tendido.


¿Y qué se infiere de todas estas ob-
servaciones? Que en las sociedades no
hay realmente mas clase improductiva,
que la de aquellos que no hacen nada,
absolutamente nada, ni manual ni in-
telectualmente , los cuales son muy
pocos en todas partes: que los emplea-
dos y asalariados públicos, si cumplen




( 1 96 )
con sus respectivas obligaciones, au-
mentan mas la riqueza nacional que
los mismos trabajadores; y que la pro-
piedad que adquieren obrando sobre
las personas es tan suya y tan sagrada
corno la de estos últimos, tiene el ori-
gen mas legítimo, y solo por una es-
pecie de locura se la puede llamar ro-
bo. Se dirá que ,no todos los asalaria-
dos públicos son necesarios ni cum-
plen con sus deberes. Esto quiere de-
cir, que en las naciones bien goberna-
das no debe haber ,mas empleados que
los estrictamente necesarios : que es
.preciso cuidar -de que no coman sin
ganarle el sueldo que se les da, y que
este ha de ser proporcionado á los ser-
vicios que prestan. ¿Y quién dice lo
contrario ? El principio está reconoci-
do en teoría, aunque ctli la práctica sea
muy dificil la observancia de la regla.
Que el mas estirado político responda
categóricamente á estas cuestiones y


.de un.modo satisfactorio: i." ¿Cuántos
son los empleados estrictamente nece-
sarios en una nacion? 2." ¿ Cómo se
conseguirá que todos ellos hagan la


( 1 97 )
cantidad precisa de trabajo á que estan
obligados por sus respectivos empleos?
3." ¿Cuál es el sueldo justo que á cada
uno de ellos debe asignarse? Ya se de-
ja conocer que es imposible resolver
semejantes cuestiones por una regla
general; que la resolucion depende de
mil y mil circunstancias locales, que
varian de nacion á nacion , de ramo á
ramo, de siglo á siglo, y casi de dia á
dia : y que siendo imposible fijar con
exactitud matemática el número de los
empleados estrictamente necesarios,
medir la cantidad de su trabajo, gra-
duar en rigurosa justicia el respectivo
sueldo que merecen, y obtener que to-
dos ellos cumplan con su obligacion
sin desperdiciar un solo instante de
tiempo; no hay , ni ha habido, ni ha-
brá un gobierno en que no haya algu-
nos empleados no necesarios, en que
otros no dejen de hacer una parte ma-
yor ó menor del trabajo á que se obli-
gan , y en que los sueldos sean geomé-
tricamente proporcionales al bien que
hacen á la sociedad entera. Pero tam-
poco hay ni hubo jamas nacion algu-


f




( 198 )
ira , que con un poquito de mal en es-
ta parte, porque la perfeccion absolu-
ta no es posible en ningun , ramo , no
deba mas á los individuos que traba-
jan sobre las personas, que á los que
obrando sobre las cosas aumentan ma-
quinalmente sus valores. Toda sociedad
se compone necesariamente de ambas
clases: su trabajo respectivo es necesaz
rio para que subsista la nacion ; pero
entre el manual sobre las cosas, y el in-
telectual sobre las personas, hay la mis-
ma diferencia que entre el cuerpo y el
principio interior que le vivifica. ¿Qué
es el cuerpo del hombre cuando le fal-
ta la vida ? Un poco de polvo que se
disipa. ¿Qué seria una sociedad com-
puesta, por imposible, de solos traba-
jadores manuales? Una asociacion for-
tuita que no tardaria en disolverse, y
que en rigor no podria subsistir un so-
lo dia. Digo por imposible, porque en
el mas pequeño aduar se encuentran
necesariamente individuos que no tra-
bajan de manos. El anciano patriarca,
el cacique, el encantador ó brujo ya
se limitan aun alli á obrar sobre las


( 199)
personas; y si alguna vez obran sobre
las cosas en la caza ó en la pesca, es
por pura diversion.


Se insistirá todavía y se dirá: «cuan-
do se sostiene que la propiedad que
tiene otro origen que el trabajo sobre
las cosas es un robo , se habla de la
adquisicion primitiva, para dar á en-
tender que las adquisiciones hostiles
solo se distinguen del robo en la im-
punidad.» Si esta es la gran verdad que
se nos quiere enseñar, sabida era des-
de que se conoció entre los hombres
la distincion de lo justo y de lo injus-
to; pero esta verdad nada tiene que ver
con la cuestion de que se trata , y na-
da prueba en favor de los que llaman
robo á toda propiedad, que tiene otro
origen que el trabajo sobre las cosas.
El conquistador de un pais , despues de
ocuparle, obra tambien sobre las cosas,
cazando, pescando, y cultivando la tier-
ra; y sino harto inútil le seria la ocu-
pacion. Y si este trabajo legitima su
propiedad, al dia siguiente que entró
en la region conquistada se hizo su due-
ño legítimo. ¿Lo es sin embargo? No


stg




( 200 )
Por cierto, hasta que la posesion haya
prescrito. ¿Y por qué no lo es? Porque
la usurpó á los antiguos poseedores,
pero no por la frívola razon de que
no obra sobre las cosas. Demasiado
obra, y mas de lo que era menester;
tala , destruye, incendia para adquirir
la posesion, y una vez adquirida, edi-
fica, puebla, cultiva; y si no trabaja él
misrrio , hace trabajar á los míseros ha-
bitantes. Luego la injusticia no está en
la falta del trabajo sobre las cosas, si-
no en la injusta violencia con que se
despoja al antiguo propietario. Permí-
taseme aqui una ligera digresion. Cuan-
do empecé á escribir esta obra , sabia
en general que en las de los modernos
políticos constitucionales 'labia erro-
res, suposiciones 'arbitrarias, é inexac-
titudes de lenguage; pero á medida que
voy adelantando, veo que es mucho mas
de lo que yo mismo creia; y me atre-
vo á probar que en cuanto se ha es-
crito sobre política constitucional, des-
de Rousseau hasta este dia , no hay
una sola proposicion importante y de
las que se llaman capitales, que bien


( 201 )
examinada sea rigurosamente exacta y
verdadera. Asi , mi obra va teniendo
mucha mas extension de la que al prin-
cipio me propuse darla. Y no lo puede
evitar. En cada punto que toco voy en-
contrando nuevos y nuevos errores que
antes no habia observado sino en glo-
bo, y que es'preciso combatir, porque
veo su perjudicial trascendencia. Tal es
todo lo que acaba de verse relativa-
mente á las clases improductivas , en
las cuales con tanta falsedad como ma-
licia se comprende á los asalariados
públicos. Ruego pues á mis lectores,
que disimulen estas -continuas excur-
siones á objetos que á primera vista
parece no debian entrar en el plan
que me propuse. Consideren que nin-
guna de ellas es inútil.


Viniendo ahora á la division que hi-
ce al principio de este párrafo entre
las personas consideradas como objeto
de la propiedad ; visto ya que la per-
sona propia no puede en rigor filosó-
fico y legal ser propiedad del indivi-
duo que constituye, á no ser que pue-
da uno ser propietario de sí mismo;




( 202
visto que el trabajo es el instrumento,
el medio con que adquirimos la pro-
piedad y aumentamos el valor primi-
tivo de las cosas adquiridas; visto que
este trabajo ejercido sobre objetos que
no son nosotros recae ó sobre las co-
sas ó sobre las personas; y que en uno
y otro caso puede aumentar ó no au-
mentar el valor primitivo de las pro-
piedades; y visto tambien que siempre
-clue ejercitado sobre las cosas G sobre
las personas contribuye directa ó indi-
recta , mediata ó inmediatamente al
aumento de los valores primitivos, es
un título justo y justísimo de la pro-
piedad que por su medio adquirimos;
pasemos á tratar de las personas que
no son la nuestra, y veamos si pue-
den ser propiedades. Esto es lo mismo
que examinar la gran cuestion de la
esclavitud doméstica. Para hacerlo con
la necesaria claridad, dividámosla en
partes; porque es el modo de no con-
fundir cosas muy distintas, que de in-
tento confunden los declamadores de
mala fé. r.a


¿Puede tener derecho un
individuo de la especie humana para


( 203 )
hacer de su semejante una propiedad
suya de la misma clase que lo son las
cosas inanimadas , y aun los animales
que sujeta á su dominio? 2. a ¿Puede un
individuo de la especie humana enage-
nar su libertad personal , poniéndose
absoluta é ilimitadamente bajo el do-
minio de otro hombre, de tal modo
que este adquiera sobre el esclavo el
derecho de disponer de él hasta ven-
derle, y el de apropiarse todo el fruto
de su trabajo ? 3.a Suponiendo este ca-
so, ¿ cuáles son todavía las obligacio-
nes del dueño con respecto á su escla-
vo, ó lo cine es lo mismo, cuáles son
los derechos que este conserva en el
estado de esclavitud?


En cuanto á la 1.a , en la cual no
puede negarse que Rousseau ha defen-
dido victoriosamente la causa de la hu-
manidad , ya antes de él la religion
cristiana habia pronunciado el fallo de-
finitivo ; .y todo hombre de buena fe
debe reconocer que á la propagacion
del cristianismo se debe la abolicion
de la esclavitud doméstica, admitida,
sancionada y casi naturalizada, por de-




( 204. )
cirio así, en todas las naciones no cris-
tianas, inclusas las cultísimas y libera-
lísimas repúblicas de la antigüedad,
cuyo gobierno tanto se ensalza y pre-
coniza para fascinar á los jóvenes, sin
advertirles que en aquellos libérrimos
paises la mitad á lo manos de los ha-
bitantes eran esclavos, á los cuales ata-
ban sus dueños á la rueda de la taho-
na, como ahora se atan las mulas; es-
clavos que se vendian á manera de re-
baños en los mercados públicos, como
ahora se venden los carneros y las ca-
bradas; esclavos á l'os cuales se les mar-
caba con un hierro ardiente, como aho-
ra se marcan los caballos y los bue-
yes; esclavos á los cuales maltrataban
sus amos por puro capricho y antojo
con los castigos mas dolorosos; escla-
vos que la bárbara ley sujetaba á la
tortura, de que eximia á los ciudada-
nos; y esclavos en fin de cuya vida dis-
ponian sus señores, como ahora lo ha-
ce cualquiera con los animales que cria
ó compra para su manutencion. Y aun-
que abolida ya en las naciones cristia-
nas la inhumana costumbre de reducir


( 205 )
á rigurosa esclavitud los prisioneros
que mútuamente se hacian en la guer-
ra, subsistió aun por via de represalia
respecto de los infieles; y con el des-
cubrimiento del Nuevo mundo se in-
trodujo y extendió el uso mas inhuma-
no todavía de comprar en las costas
de Africa los inocentes negros para re-
venderlos en América ; la caridad cris-
tiana y la doctrina de la igualdad evan-
gélica, harto mas útil, consoladora y
benéfica que la igualdad política pre-
dicada por los revolucionarios , han
triunfado finalmente del interes y de
la codicia; y el siglo XIX se honrará
con haber visto el dia en que el impio
comercio de negros ha sido legal y so-
lemnemente proscripto en todas las
naciones.que profesan la religion de Je-
sucristo. Obtenido pues este triunfo,
nada les resta que hacer á los escrito-
res sino confirmar por los principios
de la justicia humana la resolucion dic-
tada .por la justicia del cielo. No hay
cosa mas facil. ¿En qué fundaban los
antiguos el derecho que se abrogaban
para hacer esclavos á los enemigos que


1/4




( 206 )
caian en sus manos? En un falso Su-
puesto. Daban por sentado que en la
guerra puede lícitamente el vencedor
exterminará todos los combatientes del
ejército contrario, y que en consecuen-
cia puede Cambien conmutar esta pe-
na (le muerte en otra menos cruel; ,y
de aqui deducian que el guerrero en•
cuyas manos cae vivo un enemigo
puede otorgarle la vida, pero á condi-
cion de que le sirva como esclavo. Y
en efecto, si la suposicion fuese cierta,
la consecuencia no estaba mal deduci-
da , pero aquella no lo es. La ley de la
propia conservacion autoriza á los in-
dividuos y á las naciones á defenderse
.contra los injustos 'agresores, y á ma-
tarlos en el acto de la agresion , mien-
tras estan todavía con las armas en la
mano; pero en el momento en que las
dejan y se rinden, cesa ya el derecho
de matarlos. Se podrá cogerlos y te-
nerlos mas ó menos custodiados por
cierto tiempo hasta asegurarse de todo
insulto de su parte; pero reducirlos á
esclavitud vitalicia, á pretexto de que
se les perdonó la vida en el campo de


( 207 )
batalla , ni es permitido por la ley di-
vina, ni conforme á los principios de
la moral filosófica. Esta misma no per-
mite hacer á otro hombre mas canti-
dad de mal , que la estrictamente ne-
cesaria para impedir que él nos le ha-
ga á nosotros. De aqui se infiere que
si no es humanamente justo hacer es-
clavo al guerrero desarmado que po-
cos minutos antes nos amenazaba con
la muerte, mucho menos justo será
hacer esclava á su inocente descenden-
cia, que ningun mal nos ha hecho. Se
infiere tambien , que sería aun mas in-
justo, si cabe, que los comerciantes
europeos vayan á las 'orillas del Sene-
gal á arrancar (le sus hogares á unos
hermanos suyos, de los cuales ni de
sus padres no han recibido ningun
agravio; y que trasladándolos á las pla-
yas opuestas los vendan alli como ma-
nadas de ovejas. Quede pues estableci-
do , que un hombre no tiene ni puede
tener derecho para hacer esclavo su-
yo por la fuerza á otro individuo de
su especie: veamos ahora si este , ce-
diendo á la fuerza, podrá constituirse




( 208
en esclavitud doméstica , que es la


2.a Cuestion. En esta , en la cual
no se trata ya de indagar lo que un
hombre puede lícitamente hacer con
otro, sino lo que cada uno puede ha-
cer consigo mismo , vuelve Rousseau
á su acostumbrada mala fe. Se propo-
ne ventilar la cuestion (le la esclavi-
tud : prueba muy bien que ningtm
hombre tiene el derecho de esclavizar
á otro; pero, debiendo pasar á la 2.1
parte , es decir, á determinar si en el
caso de que el primero abusando (le su
fuerza le quiera reducir á esclavitud,
puede el segundo consentir en ello, y
por qué principio, elude la dificultad
pasando por alto tan importante ma-
teria, y substituyendo la declamacion
á las razones. Sin embargo, la moral
divina y la moral humana estan de
acuerdo en este punto, con tal que se
fije bien la cuestion. Esta se reduce á
un caso no metafísico, sino muy real,
y que hoy mismo está ocurriendo con
frecuencia entre los salvages de Amé-
rica; y lo que para él se decida. será
la regla general. Supongamol que en


( "9 )
accion de guerra, ó por cualquier Otra
desgracia ,.cae un hombre en ManoS'íle
un enemigo feroz y desapiadadó, y pie
este con la macana levantada sobre lá
Cabeza del infeliz prisionero, le dice:
«sé mi esclavo, ó morirás aqui'mismo,»
Se pregunta: ¿puede el rendido acep-i
tar la vida con aquella condicion?
-¿pnede consentir en quedar esclavo del.
que le hizo prisionero? ¿ cometerá sa
crilegio violando y-enagenando el su-
grado • é inenagenable derecho de su li-
bertad natural? Respuesta. — Puede;
y lo que es mas, debe áceptar la con:-
dición. Puede, no porque sea metafó-
ricamente dueño de su persona, sino
poreine 'puesto en tan cruel alternativa,
es muy dueño , es decir, muy árbitro
de elegir entre dos • males el menor.
Debe, porque la -voluntad del Hacedor,
y si se quiere su mismo interes bien
-entendido, le obligan á conservar la vi-
da •inientras puede; aun á costa des.IU
mayores sacrificios.


AdViértase aquí . cómo se enlazan
entre sí todas las verdades; y cóMÓ los
erroros4nas indiferentes á l parecer


TOMO IT. 14




( 2 9 )
4,5n tener peligrosa trascendencia. He
usgtado pOco,


ha que el gran principio
de los In odernos ,,políticos de que la
primera propiedad del hombre es su
~Pa, que es dueño de ella en el
sentido :gal en que se dice «esta casa


lila,


> y que en consecuencia puede
disponer de ella.de la misma manera
c i ne 4,ispone destis bienes, es un prin-
cipip.falso , inexacto ,,, antifilosófico, y
fundado en un equívoco; y ahora pue-
de .y,erse , que estos juegos de palabras,
que,en otra materia serian pueriles so-
lamente., aqui son, pecaminosos. En


.•tá„ de toma ,d, pie de la letra y
sentido legal la. expresion Inetafá-


ripR, 1<pada. tino„:es, dueño.
de su p,erso.-


na , »: resulta nada menos que la impia
.doctrina del suicidio. En efecto , si el
hombre es due, Ap; legal de su persona,
podrá disponer :


de ella libremente, po-
drá destruirla, como puede hacer pe-
dazos su tintero ,


ó romper el baston
en que se apoya , y podrá por consi-
guiente poner, ,fin á su vida lícitamente


, cuando se le antoje, asi como derriba
_lícitamente su casa para reconstruirla


( a )
de. nuevo. Esta- és en efecto. la ra-
zOn que alegan, los ,defensores; del sui-
cidio.. Y admitido el principio :• de; que
el hOmbr•,es verdadero propietario de
su vida ,• nadai se les puede miden
Pero la religion y . 1a sana filosota no
enseñan • una , -doctrina tan : -funesta y
'equiVocadatAl contrario, dicen que el
hombre rinlet dueño' ni de-la. persona
nig dei lai vidaeque recibió del,Badetlor;
-quedebe conservar esta mientras le, sea
rigurosamehrevosible que' la 'Muerte
es el mayor de los . :males temporales,
y' por tanto que nunca es per (MI& es-
cogerla para./ evitar otro' porDterrible
que pa rez Ca'.. • • •


Y de ésto ;;¿. iiué se deduce para el
punto de qtie • traiamos? Qué , dándos-e-
le á escoger entre la muerte -y : la es-
clavitud , siendo esta un mal' menor
que la otra, 3r-estando obligado , en con-
ciencia y'Por)interes á elegir el menos
grave entre dos que le amenacen ; no
solo puede , sino -.que debe 'consentir
en ser esclavo , si con eta, aunque > chi-
risima condiCion, se' le concede la vida.
Se dirá que en este caso 'no es él quien




( 212 ),
se la quita negándose ít, ser, dsclavo; que
por. sti. parte es pasivo; y' no atenta
contra: sí mismo , , • con5ti; .en: el suicidio
rigurosamente tal. Esto ;quiere decir,
que su rcrímen no seria tan grave,•tan
repugnante y liorrendctiro no. que
pueda lícitamente,


dejarse;:matar cuan-
do le es dado conservar J. vida. No : el
hombre „no,_ puede .sin: 0,ulpa dejar.;e1
puesto ( 'imite la PAGY:Wg cia le ha, co,
locada sobre , tierm;, ilebe,:rtiantener-
se. en, á; toda Costa,..mientwas le es hu-
manamerne posible.:


No, sel lnfiera de .asItti ii, que cuando
se le .poney,en la altertiativa•de cometer
un pecado ó de morir, deba pecar „pa,
ya consewmA• la vida.,,En: este caso ya
estáldichoque . debe :abrazar,


,e1 extremo
de la:mu«t#:;,p •ecisamente por la mil,-
ma razo- wy por el mismísimo principio
que. aqufr i estamos .alegando , á saber,
porque entre (los males debe elegir. el
menor y la muerte jo' es sin duda
comparada con el crimen. No sucede
lo mismo ,en el caso de haber de optar
eAlze ! , ella „y • la, esclavitud.. Esta es un
inal.fisico. y, civil, una; desgracia, pero


( 213 )
no es un pecado ni contra la. ley na-
tural ni contra la ley divina. El crimi-,
nal en el casa de que hablamos, no es
el desgraciado que redime la vida á
precio de su lib.ertad personal , es el
vencedor inhumano que asi abtisa de su
fuerza, su. pórier'actual, su: fortuna ó
sn ictoria.. EU:Salvage no tiene dere-
cho ,paraesclavizar al prisionero, pero
este. tiene, no Como quiera derecho , si-
no obligacionlá,conformarse con la des-
graciada suerte que la Providencia le
depara.
- 3.a Cuestion: ¿Cuáles serán pues en
este. las obligaciones del dueño,
y.. cuáles los, derechos del esclavo?
Aquellas son, las mismas que- lás.:;del
amo relativamente al- criado,. rnenes.:la
de 'pagarle.'salario.; . ,Debe alimentarle y
vestirle, tratarle ;con cariño, y: no. ha-
cerle trabajan, mas (le lo que, permiten
ses..fuerzas. y :el estado (le su salud;
asistirle en sus, enfermedades, y ergo,
lira tener connélaa misma indulgencia
y eanidad,.qn0 quisiera: encontrar• si
la suerte se trocase, Esta es
de la religion , y ,aun ila tiatural . bien




( 214 )
entendida. En cuanto á los derechos
deVesclávo, ademas de los que! son
análogos á. las obligaciones del dueño,
es decir, en orden. á: ser alimentado;
vestido ,:.tratado con-dulzura etc., tie-
ne •;tambien el de romper:aquel con-
trato;;porque comwdictado. por la fuer-
za .y la violencia , lleva implícita la Cláu-
sula,


de; no . alurar mas tiempo , .que el
que dure la causa que le produjo. Esto
quiere decir, que el quelbe hecho es-
clavo por la `fuerza conserva siempre
el derecho de recobrar su libertad , si
la ocasionase presenta..Esté, es un pun-
to.lcuridltil que pidelSarticular


.y len cuat
. 4 rreéesario pre-


cisar-bien • las ideks! p'ara fievitar equi-
vocaciones , y prévenir


•. ciertás muse-
o:11-én~ que: pudiera 'deducir la malig-
nitiad lIdé los jacobinost.Lh,


; 'que :
se diee ptrevis que: un


liorbbre •á quien 'dtlio
coriiarnb4


naza ,
,muerte ''títirlqiie; ..


para .ersjitiiitv
esta bay11)


..dado-stIrÁlabra, puede•líd,;
lamente 'substraerse á la esclavitud; y
iro


• está , ;bbligado á cumplir- -una .oferta
qué=l


violencia .amenaián l-


( 215 )
dole con un mal . tan terrible corno el
de perder la vida. Este caso es lo mis.-
•mo, que el de la promesa que para evi-
tar la muerte hiciese . uno- á" los ladro-
nes de no (lar parte -.á la justicialuego
que escape de sus manos, de Servirles
en la cueva ,comó Gil 111as; ó. de cual-
quiera otra cosa que á ellos se les an-
tojase exigir. "Stas promesas 'y estos
contratos son nul6s, como se' sabe, en
toda legislacion y aún euel fuero in-
terno, por la •cOaCCiori moral' con que
se hacen. Puede pues el eselvo esca-
parse y huir de la' esclavitud; sislafOr-
-tuna le favórece. Pero no se infiera de
aqui, que para recobrar su libertad pue-
de asesinar ii driño, • ni • robarle, ni
causarle mal uingtino»Asi; pór : ejem-
plo, los esclavos , de que' habla Cervan-
tes en su ia;, Cátitivo luditrón
lícitamente admitir el dinero •dell Ittio-
ra , mientras creyeron qué •trah'Itiyas
aquellas cantidades, darle al renegado
lo necesario para"que com•praSé l la bar-
ca y huirse-en ella cuando. llegó 'la
ocasion; lierci' Jen 'buena n'Oral no de-
bieron cc). nléritir entltk




11


( 216)
sc las alhajas á su padre , ni esta pudo
hacerla porque pensaba en ser cristia-
na. Una .hija que desea abrazar la re-
ligion verdadera puede abandonar su
patria , su casa y á sus padres ; esto
es ,lo, que el Evangelio llama aborre-
cerlos; pero no puede robarles. Nótese
de paso, cuán fácil es que un hombre
piadoso, como lo era Cervantes , ense-
ñe sin malicia doctrinas no muy sa-
nas, cuando en una obra de pura ima-
ginacion solo se propone divertir y
sorprender con la novedad de los lan-
ces. Lo mismo se observa en la nove-
la .de ...Curioso impertinente , y en al-
guna otra de las suyas.


Y ,si; tal es el derecho de los indi-
viduos en el caso de haber sido redu-
cidos á esclavitud por la fuerza y la
violencia , ¿cuál será el de las naciones
conquistadas? Para responder comple-
tamente. seria necesaria; una larga di-
sertacion , que me. alejavia demasiado
del asunto de este número. Baste pues
hacer • algunas , observaciones para pre-
_venir lasfalsas consecuencias que los
-i.RP9k inos i pudieran.Jedricir de lo dicho


( 217 )
en favor de los esclavos particulares..
1.° Hay que distinguir entre el con,-
quistador bárbaro y brutal que no res-
peta ni las personas, ni las propieda,
des, ni las leyes, ni los usos, ni las
costumbres, ni la religion de los ven-
ciclos, y el Gobierno culto que en bue-
na guerra se apodera del pais apeno,
y aunque se cometan algunos excesos
inseparables de las hostilidades, respeta,
como debe, en el territorio invadido
lo que siempre es respetable entre na-
niones civilizadas: vida, honor, con-
ciencia y bienes. Contra el primero to-
do es permitido, porque él es una es-
pecie de bestia feroz desencadenada
para hacer todos los males imagina-
bles ; contra el segundo, mientras en
general trata bien á los vencidos, ni la
caridad cristiana, ni la moral mas co-
mun , ni la gratitud , ni las leyes del
honor permiten á los „habitantes pasi-
vos hacerle daño ninguno; los que con
las armas en la mano continúan defen-
diéndose podrán causarle todo el que
autoriza la .


guerra. Es mas .; los .habi-
tantes inermes que se rindieron , -ea-




( t )
pitularon y ofrecieron obediencia pa-
siva, deben cumplir lo pactado, 'mien-
tras el invasor .


..por su parte no que-
branta los tratados. Esta es la Moral de
Jesucristo, y la moral misma (lelos fi-
lósofos que merecen este título, aun-
que por desgracia '


en nuestrós dias *ha-
yamos Yisto:predicár máximas horren-
das que deshonran la humanidad, y ha-
cen estremecei'l 'al hombrel'inas.insen-
sible. Tales son las contenidas 'en un
artículo: inserto en. el Universal en este
mismo año.. 2.° Verificada la • conquista,
-estando la posesion la prescrito, aun-
que la invasion:fuese en su origen in-
.justa, si por otra''parteei nuevo Go-
bierno no es absolutamente opresor,
:si ene :coman •( porque abusos siempre
la de haber) . promueve'. la' pública fe-
licidad, si respeta las per.sóna$ y pro-
piedades, y sobre todo. si con- el tras-
cu.rso del • tiempo el pueblo. conquista-
dor se .ha mezclado y confundido con
-la naciohiconrmistada, y forman un so-
lo: Estada , regido por unas mismas le-
yes, medianas que sean,-nadie tiene ya
-derecho á' levantarse contra el Gobier-


( 2 1 9 )
no establecido, á pretexto • de que la con.
quista fue injusta y verdadera usurpa-
don. Este es un principio que se debe
tener 'presente é inculcar á cada paso
para hacer olvidar, si.posible fuera, el
falso 'dogma de la soberanía popular.
Lo dije ya , en otra parte, y no me can
saré de repetirlo. Si lo que legitima los
'Gobiernos fuese la.voltintad soberana
de los pueblos , cornO




está demostrado
históricamente que ninguna nacion ha


'llegado 'por su propia voluntad á ser
10 :que 'es ahora, sino por una serie
de acontecimientos fortuitos, y á veces
violentOs y contrarios á sus mismos
deseos , y en los cuales no ha tenido
más , parte que la de conformarse por
fuerza con lo que no podia evitar, re-
sultaría que nada hay legítimo sobre
la tierra, y 'que todos los pueblos pue-
den- ponerse en insurreccion abierta


"trá
• los• Gobiernos existentes.


csólvamos por estos' principios la
nasa cuestión del' dia . , es deeirlla


dé los 'griegos, 'y- se "verá caíana-co-
. nexion tienen entre sí todas las verda.


-cómio''se apdvan unas á otras', y




220
cómo, por el contrario, los falsos prin-
cipios se destruyen á sí mismos. La Gre-
cia , pais que á consecuencia de mil
vicisitudes de la fortuna babia venido
á poder del Emperador de Constanti-
nopla y de los venecianos, fue conquis-
tada por los turcos á fines del siglo XV
y principios del XVI, y desde entonces
ha formado constantemente hasta el
dia parte del imperio Otomano. Paré-
monos aqui , y hagamos una. observa-
cion importante. Si el tácito consenti-


. miento de los pueblos es lo que legiti-
ma los Gobiernos y las adquisiciones
que estos hacen, el Sultan es legítimo
Príncipe de la Grecia, y esta es legí-
timamente una provincia de su impe-
rio, y si se subleva contra • él, es rebel-
de y es perjura. No tiene duda. Los
griegos en mas , de trescientos años han
vivido de hecho sometidos.4 la Puerta,
han consentido lácitomenle, en estar
.bajo su dominio, han reconocido y obe-
decido sus órdenes, han pagado las
-contribuciones pedidas, han:estado ba-
jo. la proteccion de sus armas, y no
solo no se han levantado contra su nue-


( 221
yo , pero ni aun .han reclamado
siquiera de palabra su anterior
pendencia: luego por el principio de
la soberanía nacional el !Gobierno (le
Constantinopla es tan . legítimo •en. la
Grecia como en las denlas . provincias.
Y como por confesion de los filósofos
populares la soberanía reside hó en una
s'Ola parte, sino en toda, la nacion , y
cada provincia particular tiene que con.-
;formarsei.con: la voluntad, de la mayo-
-ría . ; siendo notorio quelainmensa ma-
yoría (le las. provincias: turcas siguen
reconociendo .1a autoridad del Sultan,
la Grecil , há,liebído :hacer! lo mismo,
v si no lo hace es rebelde y digna de
ser .exterminada con el último castigo.


¿Por,
qué principio-pues-.se podrá


justificar -hl iinsurreccion de los- grier
gos? No por ,e1 primitivo. Contrato so-
cial, .porque:.sii este valiese, : cada pro-
vincia. de. cualquier Estado.; cada .
.dad . , cada pueblo, cada: aldea , y aun
cada:; individuo particular-padrian


le-
- el Gobierno .


del Estado
el dia: en tino se les hiciese la menor
injusticia ;Itel, como dice Rousseau , la




( 222 )
menor violacion de las condiciones del
pacto le disuelve y hace nulo.. NO por
la soberanía popular, porque claro es
•que residiendo ésta en: toda la gran
nacion gobernada por el Sultan, y sien-
do • la Grecia una muy pequeña parte
de aquel imperio, tiene que estar y pa-
sar por lo que quiere la .mayoría ; y
esta no quiere' ciertamente que se su-
bleven los griegos. No por los. derechos
naturales, porque á estos;(aunque los
hubieran tenido los , primitivos salva-
ges , hace muchos siglos que renun-
ciaron los habitantes de la antigua Gre-
cia, y en vano los alegarián •hoy sus
sucesores. , ¿V« cuáles putes,? Por los
que tienen los hombres en sociedad, y
precisamente porque estan en sociedad.
-e Y cuáles son estos derechas?' 1.0 El de
que el Gobierno respete y proteja su
vida , su, persona, su honor, sus bie-
nes, y lo que es mas , su conciencia:
y 2.° el que resulta de aqui , á saber,
-el de substraerse al dominio de un amo
que le trata como á una' bestia: de car-
ga, y mucho peor si cabe; derecho que
no se justifica-ni por el consenthnien-


( 2 2 3 )
to ii .por la voluntad, de la ma-
yoría , la sol?erarría ,


popular„de
la masa nacional, ni por ninguno de
los ,sueños de los .


_metafisicos moder;
nos, FI vérdaderol


único ,y legltimo,lie,-.
rechu hombyes, laya .


substraerse
á la dominacion de un mal Gobierno,
está en el 'que,


adqUieren por vivir en
socieda44i es decir, el de, que la nacion
'Oda, el-Gobierno y los particulares res-
peten
vida su,;p,ersona, su honor


y :sus ,propiedades. Por consiguiente el
puelilo,lconquistado á quien el-nuevo
Señor río guarda estos prjj4isos. é un-
portantes ,fiteros , , conserva, siempre el
de sacudir. el yugo : .M.;


. mismo modo
qué que. _violentamente ha


Ve4110do á tan:triste situacion ,
tie-


ne siempre el de recobrar su libertad.
1,adiklicah diferencia que hay entre el
parjieuigyr esclavizado y las provincias
cenquistadas y tratadas con dureza, es-


eo que el esclavo para substraerse
Al ;yugo no puede lícitamente quitar
14,:vida,,á su. amo; y las provincias tie-
ne» nue recurrir á las armas y entrar
eh guerra formal , en que han de -pa-




1


i'2 2 4 )
decer los opresóres; pero elloS'iíenen
la culpa, y merecen el daño ,qtie .se les
hace;


Este es el principio ; apliquémosle
á la Grecia, y se verá por qué piieden
sus infelices habitantes reconquistar su
independencia. Sabido es que el Go-
bierno turco no ha respetado desde la
conquista ni las personas, ni-las villas,
ni el honor, ni las propiedades, r4 la
conciencia dé los infelices griegos'; y
que lejos de proteger la industria y fo-
mentar la pública felicidad (le•loS .- pai-
ses' que conquistaron sus armas; lós::ha
estado talando y devastando, como eri
los días de la invasion : que ha' , dis-
puesto y disponé!arbitrariamente de las
personas, vidas y haciendas de los cris-
tianos sometidos á su cetro; que á ve-
ces arranca inhumanamente de los bra-
zos de sus padres á los varones para
que :sirvan en los genízaros , y á las
hembras para la prostitucion de los
'serrallos; que los griegos y los turcos
no forman un solo pueblo gobernado
'por unas mismas leyes, sino que son
dos naciones separadas y distintas, do


( 225)
mismo exactamente que lo eran entre
los antiguos los hombres libres y los
esclavos ; que los turcos los miran y
tratan como á verdaderos perros, y aun
este es el título: que les dan; que en las
provincias 'no hay .,:mas código ni mas
ley: que la voluntad de los Bajaes; que
estos arrebatan á los míseros goberna-
dos el fruto de sus sudores, sin: dejar-
les muchas veces ni aun el preciso ali-
mento; que con el mas leve motivo los
reducen á material esclavitud , y los
venden en los mercados comó viles re-
banos de carneros. lié aqui el justo y
justísimo título con que los griegos
pueden tomar las armas para repeler
tamañas tropelías y para asegurar en
lo sucesivo sus personas , vidas y bie-
nes. Y qué tiene que ver con esta si-
tuacion particular de los griegos la de
nuestras Américas , cuya rebelion se
quiere canonizar, ni ese pretendido de-
recho universal de insurreccion que
predican los jacobinos, y por el cual
sostienen que las naciones cultas y ra-
cionalmente gobernadas pueden levan-
tarse contra sus Gobiernos el dia que


TOMO II.
15




II


( 226 )
les agracie, solo porque hay este ó aquel
abuso, y porque tal ó cual ley no es
tan buena como hubiera podido ser-
io? Este es punto que tratare despues
extensamente ; pero era necesario ha-
cer aqui estas ligeras indicaciones, pa-
ra prevenir el argumento con que los
jacobinos quieren justificar las insur-
recciones políticas, tomado del derecho
que tienen los particulares para subs-
traerse á la esclavitud personal y do-
méstica el . dia en que la fortuna les
.presenta la ocasion., Son casos tan ab-
solutamente distintos, que solo la ma-
la fe ha podido confundirlos:


Adviértase que -.cuando tomo la de-
fensa..dc. los griegos , considero teórica-
mente :la pura cuestion de derecho;
pero prescindo, y clebo prescindir , de
otras muchas cuestionessubalternas y
de pontic, , como las siguientes: L a La
insurreceion de los griegos ha sido
oportuna y útil , ó intempestiva y per-
judicial? 2.a Los Príncipes cristianos
¿deben Sostenerlos :abandonarlos al
furor y venganza de los turcos ? 3.a La
Grecia ¿ reune en 'el dia todas las con-


( 22 7 )
diciones y cualidades. necesarias para
formar 1111 Estado independiente ? 4..
Suponiendo que asi fuese, ¿seria con-
veniente su ereccion? 5. 1


Aun. siendo
útil en sí misma, las ventajas 'que. re,
sultarian de ella ¿ compensáran los mar
I es que traería consigo la guerra uni-
versal que seria. inevitable? 6.a ¿Cuáles
son las potencias '


interesadas en que la
Grecia forme un Estado independien-
te, cuáles se opondrian á ello, y(por
qué intereses políticos? 7.a Si fuera po-
sible que todas las potencias de Euro-
pa se conviniesen, ¿exigiria la causa de
la religion, de la humanidad y de la
civilizacion que se echase á los .turcos
de Europa ? Ya se


• deja conocer que la
resolucion de todos estos problemas


'pediría una obra á parte. Asi solo di-
ré, para que no se dude de mi fe po-
lítica . /lie aunque los griegos son muy


- .dignos de compasion, su levantamien-
-lo ha sido sumamente inoportuno y
perjudicial : que por ahora los esfuer-
zos de los Príncipes cristianos deben
limitarse á defenderlos contra el furor
de los bárbaros por medio de negocia-




( 228 )
ciones diplomáticas , y á mejorar su
suerte sin sostener la insurreccion
reconocer su independencia: que cuan-
do ellos la reconquistasen, no podrian
conservarla sino erigiendo una monar-
quía absoluta, y poniendo en el trono
-1:tin•Príncipe de cualquiera de las ca-
sas reinantes ; pero que habiendo em-
pezado! por constitUcionear á lo jaco-
bino, al cabo serán deshechos si la Eu-


•xopa los abandona:


De la pertenencia y el uso.


Todo cuanto: hay. que saber en es-
:le punto labia .Sido tan bien explicado
,basta por los jurisconsultos mas ram-
plones, que nada babria que decir, si
los sabios reformadores de la edad pre-
:sente.. no se hubiesen: empeñado en


• ha-
cer mal lo que estaba muy bien hecho.
Pero siendo su objete embr47.11a4P .to-
do. y contundir;


las ideas dando. nue-
vas acepciones., á las. voces, empiezan
por hacer denla persona de cada ! 4idi-
viduo una verdadera y rigurosa ,pro-


( 229)
piedad ; y reduciendo luego esta al so-
lo trabajo del hombre, deducen de tan
falsos principios una multitud : , de con-
secuencias que bien examinadas. no son
las mas verdaderas. Tales son las si-
guientes: «La propiedad consiste en la
facultad de disponer de nuestro traba-
jo ó del producto (le nuestro trabajo.
Decir que la Constitucion debe garan-
tir las propiedades de los individuos,
es decir que debe dejarles y asegurar-
les la libertad de emplear su trabajo
como les parezca , y disponer (le los
productos de él como quieran. No es
necesario que el legislador diga al ciu-
dadano : trabaja, y yo te recompen-
saré; basta que le diga: trabaja , y
yo te aseguro que el fruto de tu traba-
jo será tuyo , y que tú solo podrás dis-
poner de él como te parezca. Cuando
el hombre trabaja para sí solo , pro-
cura adquirir la abundancia ; pero
cuando sabe que el Gobierno no le
dejará del fruto de su trabajo mas que
la parte necesaria para continuarle y
vivir, no trabaja mas que lo necesario
para vivir en el dia. La Constitucion




( 23a)
debe dejar absolutamente libre la in-
dustria , y un campo abierto al interes
individual , prohibiendo los monopo-
lios, los privilegios, los gremios, las
corporaciones. Si las Constituciones
políticas deben garantir la propiedad
contra los atentados de los individuos,
deben protegerla mas contra los de la
autoridad , estableciendo que en nin-
un caso pueda exigirse del pueblo


una contribiicion que no haya sido
examinada y consentida por sus repre-
sentantes. El hombre de industria , es
decir, él propietario (le un estableci-
mientó fabril ó comercial , tiene un
interes mayor ó mas directo en la co-
sa pública , que el hombre arraigado ó
propietario de tierras; porque la for-
tuna del primero depende .esencialmen-
te de la fortuna.


de la nacion; y el in-
terés del segundo es mas aislado y mas
independiente de la suerte de la socie-
dad.» Examinémoslas brevemente , y
veremos :anuo al lado de aparentes y
ntilelWilid4des se ocultan errores muy
reales -


y'rpéligrosos.
«La propiedad consiste en la factd-


( 231 )
tacl de disponer de nuestro trabajo 6
del producto de nuestro trabajo.» Que-
da indicado que la propiedad completa
consiste en la pertenencia del objeto
y en la facultad de usarle; pero hasta
el último patan sabe, que el dueño de
una cosa puede ceder 4 otro la. facul-
tad de usarla por tiempo determinado; .
y sabe tambien; que cuando asi la ce-
dióse priva de la de disponer de su
propiedad hasta que se cumpla el pla-
zo..Asi el que impone su dinero .ó le
presta con formal estipulacion de tiem-
po, .no puede sacarle de la•casa de co-
mercio, ni exigírsele á su amigo hasta
la época prefijada. Y qué, todos estos
propietarios ¿ no lo serán mientras es-
tan privados de• la facultad de dispo-
ner de sus propiedades? Nadie lo dirá
ciertamente. Luego la esencia de la
propiedad no consiste precisamente en


• la facultad actual de disponer de. ella,
sino en la pertenencia del objeto que
lleva consigo la facultad habitual. 2.°
Prescindiendo de esto , queda ya pro-
bado que el trabajo no es la propiedad
misma, sino el medio con que se ad-




( 232 )
quiere : luego esta no piiede consistir
en la facultad de disponer del trabajo.
3.° La facultad de disponer ó no dis-
poner de un objeto es una especie de
libertad: luego no es la propiedad, á
no ser que libertad y propiedad sean
una misma cosa. 4.° Cuando se dice que
la libertad consiste en la facultad de
disponer del fruto de su trabajo, ¿se
habla de todo el fruto, 6 de una parte
del fruto ? Elíjase el extremo que se
quiera. ¿Se habla de todo el fruto? No
hay propiedad en las'naciones civiliza-
das. Claro: no hay nacion ninguna en
qué al-individuo no se le torne una


.parte , por pequeña. que sea, del fruto
de su trabajo para los gastos comunes:
luego á lo menos de aquella parte -no.
puede disponer libremente: luego 'no
tiene propiedad. , ¿Consiste esta en la
facultad de disponer de una parte del
fruto de su trabajo? ¿Sé reduce á esto
el gran principio moderno ? Pues está
recOnOcidO y fielmente practicado 'des-
de el origen,


deLmunclo en todas .
las


sociedades. Si :ien todas ellas tienen los
• individuos facultad :de disponer .del:Una.


( 233 )
parte del fruto de su trabajo, y de he-
cho disponen de aquella en que con-
siste el alimento diario , y si no se mo-
ririan. El mas infeliz esclavo es pro-
pietario en este sentido, pues de todo
el fruto de su trabajo se le deja á lo
menos un pedazo de pan negro, y de
este puede disponer; y en efecto ó se
le come, 'ó le tira , ó le reparte con su
perro. Vean pues los hombres superfi-
ciales á lo que se reducen , bien anali-
zados, los grandes principios que con
tanto aparato les predican los apósto-
les del moderno filosofismo.


«La Constitucion debe dejar y ase-
gurar á los individuos la facultad de
emplear su trabajo, y disponer de los
productos de él como les parezca. »-
¿De veras? ¿Es esto cierto? ¿Consiste
en esto el gran derecho de propiedad?
Luego si con el fruto de mi trabajo
he comprado una viña y fabricado una
casa, podré fundar con ellas una ca-
pellanía, ó dárselas á uu convento. —
No señor ; no puede usted amortizar
sus bienes; no puede usted donarlos
á pianos muertas; 'no puede usted ha-




1


( 234 )
cer fundaciones que fomenten la su-
persticion del vulgo y la holgazanería
de los clérigos.— ¿Y por qué? —Por-
que una ley lo prohibe.— ¿Y esa ley
es justa ?— Si señor , justísima; y ojalá
que siempre la hubiera habido.—Muy
bien: ¿conque la ley puede justamente
quitarme la.facultad de disponer como
quiera del producto de mi trabajo: lue-
go puede justamente privarme de .mi
sagrada propiedach—No tiene réplica.
Esta, segun ustedes, consiste en la fa-
cultad de disponer del fruto de mi
trabajo; la ley me despoja de esta fa-
cultad ; luego me despeja de mi pro-
piedad. Iié aqui un argumento sin res-
puesta, que patentiza la mala fe de los
jacobinos. Primero para indisponer á
los pueblos contra sus Gobiernos en
materia de contribuciones, claman que
la ley debe dejar á los individuos la
mas plena y absoluta libertad para que
dispongan de sus bienes como quieran
y se les antoje ; y luego para comprar
con un papel que nada vale ricas é
inmensas posesiones, sostienen que la
ley no debió permitir á los individuos


( 235)
que hicieran fundaciones piadosas, ni
que dieran ó vendieran sus bienes á
manos muertas; y que por .tanto se de-
ben vender al instante todos los que
estas poseen. Yo concedo por ahora
que tienen mucha razon en todo esto,
y que las leyes debieron y deben opo-
nerse á la amortización civil y eclesiás-
tica; pero reduzco la cuestion .á este
dilema: ó las leyes deben . dejar á los in-
dividuos que amayorazguen sus bienes
y dispongan de ellos en favor de ma-
nos muertas, ó no deben. ¿Deben? lue-
go son injustas las que prohiben las
nuevas vinculaciones y fundaciones pia-
dosas. ¿No deben ? luego es falso el gran
principio de qué la Constitucion debe
dejar á los individuos la libertad de
disponer como quieran del producto de
su trabajo. De aqui hasta el dia del jui-
cio se da de término para que se res-
ponda de una manera satisfactoria.




«No es necesario que el. legislador
diga al ciudadano : trabaja, y yo te
recompensaré; basta que le diga : tra-
baja, y yo te aseguro que el fruto de
tu trabajo seuí tuyo etc. » —Pregunto:




( 236 )
plantar moreras, importar ó exportar
trigo, aclimatar plantas exóticas, ferti-
lizar terrenos . incultos, fundar nuevas
poblaciones, desecar pantanos , • cons-
truir un puente, hacer una máquina
etc. etc. etc. , ¿es trabajar?. Paréceme
que sin trabajo nada de esto puede ha-
cerse. Muy bien: pasemos adelante. Una
medalla (le oro , tantos reales por fa-
nega de granos importada ó exportada,
exencion (le tributos por tantos ó cuan-
tos años, la propiedad del terreno de-
secado , cobrar un derecho 0-pontazgo
durante un siglo , privilegio exclusivo
de venta para un artefacto etc. etc. etc.,
¿son ó no recompensas? Si no lo fue-
sen, ni se ofrecerian como premio, ni
habria quien las solicitase. Un poquito
mas. Cuando el legislador dice: «Se da-
rá una medalla de oro al que plante
mas moreras en tales ó cuales terre-
nos; se pagará una prima de tanto por
cada fanega de trigo que se extrayga
del reyno , ó que se importe, segun los
casos ; se eximirá de tributos al que
rompa y fertilice tales tierras, ó aclima-
te tales plantas; á los colonos que


X237)
den nuevas poblaciones se les sumí-
nistrarán tales ó cuales auxilios; se da-
rá la propiedad de los baldíos á los que
se encarguen de cultivarlos , y la del
terreno desecado al. que desagüe tal
pantano; se concederá por 99 años el
pontazgo de tal puente al que le cons-
truya, para que no solo se cobre del di-


-pero, que gastare y de sus intereses cor-
rientes, sino para dtie se forme un gran
capital ;:.el que invente una máquina
para: tales manipulaciones tendrá el pri-
Nikgio de venta por espació de ro años
etc,iPregunto: este legislador ¿ hace bien


hace . mal? ¿Hace bien ? Luego hace
.bien el que dice: « trabaja , y yo te re-
,cornpensaré.» ¿Hace mal? Pues vaya en-
-horamala la tan ponderada sabiduría
de los ingleses , y desaparezcan del
inundo todas esas sociedades económi-
cas y de fomento cori, que tanto se en-
vanecen :esos mentecatos de france-
ses, ingleses alemanes , y americanos.
né aqui otra prueba•de lo que son
_esas. generalidades .. que tan gratuita-
mente se condecoran .


con el título de
Trincipiw; ó insignificantes vacieda-




( 238 )
des , ó absurdos insostenibles.


« Cuando • el hombre trabaja para sí
solo, procura adquirir la abundancia;
pero cuando sabe que el Gobierno no
le; ha de dejar mas que la parte nece-
saria para continuarle y vivir, no tra-
baja mas que lo necesario para soste-
ner la vida.»— Una obra entera , y no
muy pequeña, seria necesaria para des-
enmarañar este sofisma -y poner de ma-
nifiesto la falsedad de lo que aqui se
asienta como verdad inconcusa. Ya que
los límites á que debo ceñirme en este
párrafo , no permitan tratar el punto
con: toda la extension que requería,
expondré sumariamente las principales
razones con que -puede combatirse el
imaginario principio; pero antes es pre-


• ciso entrar en algunas explicaciones
para que no 'se confundan cosas que
es. importante distinguir. Cuando
se trata de exigir á un pueblo las con-
tribuciones necesarias para los gastos
comunes, hay ciertamente un término
del cual no se puede pasar sin arrui-
nar el pais ; pero es 'imposible fijarle
con exactituct • Matemática: lo único que


( 239
)


se pueden determinar sori los límites
en que seguramente está encerrado. Se
puede saber la cantidad á que no lle-
ga , y la cantidad de que pasa ; pero no
aquella á la cual es exactamente igual:
asi como en geometría se sabe y se
demuestra que la circunferencia del cír-
culo es mayOr que la del polígono ins-
,cripto , y menor que la del circuns-
cripto ; pero • no se puede' hallar sino
aproximativamente la línea recta á que
es rigurosamente igual. Permítaseme
este simil científico qué he buscado,
no por pedantear, sino porque explica
con claridad lo que se quiere decir en
la proposicion. Asi en España se sabe
que el total dé las contribuciones pile-
de pasar, pues efectivamente pasa,.


de
quinientos millones de reales , y no
puedellégar' á tres ó cuatro mil; pero
entre estós dos extremOs no es posible
determimar matemáticaMente, si la su-
ma que puede pagar lá izacion es de
seiscientos, ú ochocientos , ó mil ,
mas. 2• a 'Cuando las contribuciones, sin
acercarse demasiado al límite superior,
se alejan notablemente del:


inferior,




( 240 )
se emplean en objetos Utiles, lejos de
empobrecer el pais , fornentan su in-
dustria y contribuyen eficazmeute
enriquecerle. Esto quiere decir, que si
las contribuciones no son conocida-
mente exorbitantes , y por otra parte
se emplean Utilmente , son tanto mas
beneficas, cuanto son mayores. Esta,
que parecera una paradoja a los horn-
bres superficiales, es una verdad teU-
rica y p.ractica que nadie puede negar,
y que luego demostrare; pero para


sentir su verdad , baste por ahora
observar, , que las naciones que pagan
menos contribuciones no son. por eso
mas ricas y poderosas, sing . mas po-
bres y debiles. Los vasallos inmediatos
del Sultan , es decir, los habitantes del
Asia menor, de las islas del Archipiela-
go , y del continente de la Grecia, pa-
gan de contribucion anual uno con otro
43 rs. vn.; los de Francia unos y
los ingleses 255: y son acaso mas po-
bres y miserables los franceses que los
turcos y griegos, y los ingleses mas
que los franceses ? A la vista estft la
respuesta. Supuestos pues estos


( 241 )
cipios , vengamos a las dos partes de
la proposicion enunciada. •


1 . a « El hombre que trabaja para si
solo . procura ,a'dquirir la abundancia.
Que quiere decir esto? que el hom-


bre que trabaja para si solo , trabaja
mas que si trabajase tambien para otros?
Asercion falsa si hay asercion


.es fal-
sas en'eli-mundo. Al contrario: el hom-
bre trabaja 'tanto mas , cuanto ma-
yores son las- obligaciones a q.ue tiene
que atendeduantas mas personas tie-
ne que mantener con su trabajo. Y de-
be ser asi. El- : rnOvil de todo trabajo
es la necesidad ; y nadie trabajaria si
-por medio del trabajo no tuviese que
satisfacer alguna. Esto es evidente. Y
pie se infiere de aqui ? Que el hom-


bre trabaja • Canto Inas, cuanto sus ne-
cesidades son mas numerosas y mas ex-
tensas. Por eso zio-solo• los individuos
de las naciones , eivilizadas trabajan mas
que 'los de las tribus salvages, sino que
en las .mismas sociedades cultas traba-
jan mas los de aquellas que 'se hallan
mas adelantadas en la civilizacion. Este
es otro hecho incontestable. eCrtzinto


TO.1110 H.
16




( 242 )
mas laboriosos, no son los ingleses,
franceses y alemanes, que los argelinos
y rnarroquies? Siendo pees innegable
que el hombre trabaja .tanto mas, cuan-
to rnayores son sus necesidades , se
pregunta : i quiert necesita •mas , el que
trabaja, para si solo, 6 el que trabaja
tambien para mantener a otros ? En
igualdad de circunstancias, zquien se-
ra mas. trabajador, , el hombre suelto y
sin obligaciones , 6 el mach) que tiene
que mantener una dilatada familia? Que
responda . la experiencia de todos los
tiempos y paises. I bien, por este prin-
cipio quien trabajara mas, el que con
su trabajo tiene que procurarse la sub-
sistencia para si solo y sus dependien-
tes ,domesticos, si los . tiene, 6 el que
ademas tiene que contribuir tambien
a la subsistencia del Estado con Aura
parte de su trabajo? Desceiidamos
un caso practico. Si un labrador con
un trabajo moderado puede cultivar
cincuenta fanegas de tierra, y con su
producto atender a todas sus obligacio-
nes domesticas , y nada tiene que dar
para los gastos comunes, pregunto: en


( 243 )
este caso c trabajara extraordinariamen-
te- y se fatigard cultivando otras diez
fanegas rnas? Puede que alguno derma-
siado avaro lo haga ; hero en general:
Bien puede asegurarse que de los cietiL.
to los noventa y nneve se contentarati
Con el trabajo moderado que les suml:
nistra to necesario. Stipongarnos ahora
que aieste mismo'hornbre se le impo-
he una contribucion"igual al producto
de diez fanegas de tierra: que sucede-
r:1 Qne viendo qtid el de las eirieuen.;
to solo alcanza para sus gastos perso-
nales , procurara*tiltivar otras diez
rnas , aunque sea -osta de aumentar
proporeionalment a trabajo. No' hay
arbitrio: este es el hombre, y
mente lo estamos:Yiendo en todaslas
familias. Si tiene uno 'mil ducados' de
renta•, provengan de to que se quierj,
y con ellos se mantiene decentemente;
no busca ninguria btra' ocupacion en
que aumentar su trabajo. Pero sold
tiene quinientos: que ham Si' es tin
hombre econOrnico y arreglado ? Hace
la cuenta siguiente: para el alimentO
necesito In rs. diarios; para la casa


1).00


87'


n •




( 2,44 )
para el vestido , para gastos impre-
vistos de enfermedades etc. otros 2 0 3;
suina 19 6 20 : no tengo mas que 1 5;
luego es precise) quc busgue algun •ar-
bitrio de donde suplir la falta. Y que
arbitrio sera este? Cualguiera; pero si
es licito y honesto consistird siempre,
en un aumento.de trabajo. , Si .el ..cal-
culador escribe entiende.,de
copiar ,nansica , ira : 4 , escribir el correo
a uno gue le quiera oeupar en este Tin-
nisterio , o buscarkunisica quc copiar.
Esta misma cuenta ,pees bard todo el
que ademas de su gasto,tenga que , con-
tribuir para los generales de la nacion,
y sea del , .modo que: . quiera. , Es . esto
tan ;cierto , clue , entre nosotros la, pro-
vincia mas industriosa. y trabajadora
es la de Cataluna .,.y,lo es, precisameute
des& ,te se recargaron sus contribu-
cit, acabada:la guerra de sucesion.
^io , hay, remedio; la ne,cesidad.es la ma,
dre , ,kai industria y de. las artes;
go tod9. aquello„ve .aurnetite las ne-
cesidades de los iinliyiduos excitara su
,actividad , aumeniara suindustria, y


hard ma ns , laboriosos. V uelvo It re-


( 245 )
petir, quo hay tin termitic, del coal no
ptiede :.pasarse , porque las fuerzas hu-
manas son limitadas. Asi, al pie para
si solo no cultivaria mas que cincuenta
fanegas, sc le . podrS imponer una.foon-
tribucion igual al producto de otras
diez ., pero no igual al de doscientas,
porgue seria 'exigir tut imposible.


En esta materia de contribuciones
hay nn error popular que los jacobi-
nos:, Tnientras no se apoderan del man
do . ; se . 'esfuerzan a sostener y propagar,
( bier •saben ellos por• que) y es el de
que la nacion rnas feliz seria aquella
que no pagase ninguna contribucion;
y de.- Consigniente, que ya que no sea
posible abolirlas enteramente , es ne-
cesario::disminuirlas , rebajarlas y re-
dticirlas a la menor cuota posible. Es
esto tan falso, que matematicamente se
puede,demostrar que la nacion mas
feliz seria la que no pagase contribu-
ciones, y que la mas dichosa sera siem-
pre. la que pudiendo pagar y pagando
enormes sumas , las emplee ntilmente.
Hagamos una Utopia. Supongamos que
la !melon espariola estuviera tan po-




( 2116 )
blada y rica, que pagase anualmente
cinco mil millones de reales; que con
ellos , despues de mantener el trono
con esplendor, dotar al clero, y pagar
generosamente a los empleados civiles,
tuviese un ejercito brillante de •dos-
cientOs mil hombres, cien navios de Li-
nea con ciento cincuenta fragatas, y
pasta otras doscientas embarcaciones
rnenores de guerra, y que atm queda-.
sen anualmente, como quedarian, tres-
cientos 6 mas millones de reales para
1à construction de canales , caminos,
puentes, y otras obras de comun itti,
lidad : pregunto, zseria feliz la Espana;
.6 no lo seria? zQue buen espaliol no
desearia que se realizase este sueno?
La Espana entonces rica y opuleuta en
.16 interior, y respetada de Codas las
naciones del mundo , jamas tendria
guerra si voluntariamente no •queria;
y en el caso de que sus intereses bien
entendidos la obligasen a tomar las
aimas, el exit° seria favorable, y de
•tddos modos en •tiempo de paz su co-
rnercio se extenderia por todo el uni-
verso, y su pabellon treinolaria en to-


( 247 )
dos los mares. Y a este poder y a esta
riqueza que grado de abundancia y
prosperidad no corresponderia en sus
afortunados habitantes ! Pues suponga-
mos lo contraries:: los individuos no pa-
gan nada. Sin duda cada particular ten-
dria en los primeros afios un poco mas
de dinero ; Pero que corm el tiernpo,
y veremos lo que resulta: I.° no hay
ejercito, ni plazas fuertes artilladas ni
provistas, ni se funden o compran ar-
ms de ninguna clase: no. estara la
nacion A merced de sus veeinas que
invadinin y asolaran cuando . quieran?
2.° No hay marina militar que proteja
la mercante, y con un navio en cada
puerto nos cierran los ingleses la en-
trada , y no permiten que entre ni sal-
ga una mosca, y hasta pesear nos im-
piden; que se reduciria nuestro co-
mercio ? Y sin comercio , cl ue hace-
mos de nuestras cosechas, pre-supon-


inmensas? 3.° Se van destruyendo
los caminos , los canales , los puentes,
y todos los edificios y establecimientos
publicos: mid sera de la agricultura,
de las fabricas, y del trifle() interior?




( 2i8 )
necios los que declaman contra


las. contribuciones! Estas• son el alma
de los Estados, y sin ellas ni aun po-
dria existir la sociedad. Cada peseta
que se saca al particular, le causa un
pequefio priva de un placer;
pero de estos os males indi4i-
duales resulta el Bien general. Esta pe-
seta empleada en objetos de pUblica
utilidad , ,y tales son la manutenciOn
del ultimo guarda de puertas, y la mas
simple escobada que se da en las ea-
lies por los barrenderos de


• villa , pro-
duce, gastada . de esta manera, dievve-
ces mas que hubieraproducido en Ma-
nos del que la diO. Pudiera extender-
me indefinidamente en esta importante
materia , •pero me alejaria demasiado
de mi objeto principal, y ya me he
alejado tanto que casi se habra perdi-
do de vista. Vengamos pues a la


2.a parte de la proposicion. Guan.-
do el hombre sabe que el-Gobierno no
le ha de dejar del fruto de su trabajo
mas que la parte necesaria para con-
tinuarle y vivir, no trabaja mas que
to preciso para sostener la villa. 1.° No


( 2119 )
hay Gobierno en el mundo , ni le ha
habido , ni le puede haber , que cons-
tantemente no deje a los particulares
mas parte del fruto de su trabajo, que
la necesaria para continuarle y vivir;
porcine si asi lo hiciese , dejaria de
existir. Luego la suposiciori es falsa,
es un absurdo; y la consecuencia que
de el se quiere inferii, nada prueba en
buena lOgica; pues hasta los nifios sa-
ben que de un absurdo se sacara lo que
se quiera.-- i. Pues quê? se &I'll , cuan-
do un Gobierno rapaz arranca a los par-
ticulares et fruto de su sudor para sa-
tisfacer caprichos y mantener en el
lujo a hombres destinados a consumir
lo que otros producer' , y a trabajar
sobre las personas en vez de trabajar
sobre las cosas, E no se disrninuyen los
capitales productivos? Y faltando con
ellos el poder y la voltintad de traba-:
jar, c'. no se amortigua laindustria , y'al
fin se extingue del todo y con ella . la
poblacion ? No es asi C0610 han des-
aparecido las naciones ricas y flore-
cientes pre en otro tiernpo ocupaban
los terrenos , hoy desiertos , del Asia




( 25o )
y del Africa?._ No, setior : no ha sido
asi. Las, ricas y populosas naciones que
otro tiempo ocuparon las fertiles pro-
vincias del Asia y del Africa, no han
desaparecido, porque bajo el Yugo de
los otomanos hayan pagada mas con-
tribuciones,, y porque el Gobierno ha-
ya mantepido mas hombres destinados


consurnir que los que mantenia el
anterior, Sitio :


porque el feroz Musul-
man solo ha tratado de arruinar y des-
truir, y nunca de edifcar; porque no
ha tenido r ti been sistema administra-
tivo y econinico; porque no ha cui-
dado de rcparar ,un catni p°, ni abrir
un canal , ni hacer un puente ; porque
en Turquia no hay artes ni ciencias,


verdadera civilization; porque con-
tra los pueblos subyugados ha sido to-
do permitido a los vencedores; porque
no se han protegido ni la vida ni las
personas; porque se ha talado y asola-
do el pais en lugar de fomentar su agri-
cultura y su industria; porque no se
ha achninistrado justicia ; porque no
ha habido mas ley que la voluntad de
los Bajaes; para decirlo de, ,una vez,


( 251)
porque no ha habido Gobierno, es de-
cir , una gerarquia numerosa y bien
arreglada de esos hombres que ustedes
Haman destinados a consumir, cuando
cabahnente, si cumplen con sus encar-
gos , son los que hacen producir , y
conservan to producido manteniendo
el orden , administrando justicia , per-
siguiendo a los malhechores , defen-
diendo el Estado,contra los enemigos
de fuera, y haciendo ejecutar en lo in-
terior las providencias y leyes. La fal-
ta de estos hombres que trabajan so-
bre las personas, en vez de trabajan so-
bre las cosas, es..lo que despuebla el
mundo , y no el aumento de tributos,
a ser que estos lleguen a lo impo-
sible , en cuyo caso no se pagan. Per-
mitaseme hacer aqui una pregunta
los modernos publicistas, que aunque
inconexa con el asunto de este niune-
ro; es importante en si misma. i, Gon-
que en Asia y en Africa hubo en otro
tiempo una poblacion rica y florecien-
te? Luego bubo alli naciones Bien go-
bernadas. Consecuencia innegable ; pues
ellos mismos dicen , y en esto convie-




( 252 )
nen todos los demaS; aunque sean
(le .su secta , que sin 'ien Gobierno
ninguna naciortipuede ser rica;


flore-
ciente y


poderosa.•Pues, senores, en ese
tiempo a que ustedes•sc refieren, y se-
lialen la epoca mejor les cuadre,
no habia en Asia y en Africa Gobier-
nos moneirquicos representativos, today
las monarquias fueron absolutas, y
'bubo jamas otras reptiblicas quo las de
Tiro y Cartago, algunas colonias grie-
gas , y las esclavisimas pro vincias ro-
mattas ,


. Este es un hecho histörico. Lue-
go para quo las naciones esten Bien go-
bernaclas, y sean Ticas y florecientes,
.no es necesario que .su Gobierno sea
republicano, 45 al metros montirquico-
representativo-constitucional : y al con-
trario, bajo los absolutos puede haber,
pues las ha habido , naciones opulentas


-y felices. Me parece que la consecuen-
cia no esta may mal deducida. A su
tiempo se probard por otras princi-
pios hasta reducirla a rigurosa demos-
tracion; por ahora continuemos.


2.° Cuando por imposible un Go-
bierno no dejase a los particularcs mas


( 253 )
parte, del fruto (le su trabajo quo la
indispensable paracontinnarle y vivir;
no resultaria.de ahi que calla
no trabajaria mas. pie lo necesario pa-
ra Lo que, resulta es, que en este
caso calla: particular tiene Tie trabajar
Jo; necesario para .mantenerse
nuar su trabajo, y.,dar; al .Gobiet lo
que le pidc. Demostracion. Trabaj. un
hombre e.ste alio lo necesario Kara vi-
vi continuar . trab.ajando , le sobra
alguna . cosa, .y est.a . .se la toma el ;Go-
bierno .que: sucedera al alio, sigtiien-
te2 (due , trabajara ctui porn Inas! para
clue su. trabajo le,: produzca Tara
vivir , .2.° para trahalando,
3.° para star al Go.bierno to q:.


y .4.° si puede! para,ique le sobre
.alguna cosa. Este es orden, este"es
el hombre, y suponer lo. contrario es
no haber ,en ,mundo. jamas
•ivtrabajadOr 'que ayer. trabajo. COW:
.cuatro ., ba:,trabajado hoy: corno, tries,
porque el Gobierno haya pedido
aunt parte de lo.que le producia el tra-
bajo. comb ..cuatro :..al contrario;) saca
flterzw, tlaquego,y.trabaja COMO: cin-




( 254
)


co, si su salad lo permite. Si este:.es4
fuemo no alcanza para ganar Jo. que
e • iti-obierno le saga ") : 'estamos en el . ca-
so del mAximo qtte antes dije;,elcual
si llegase, se arritinai fian los partienla-
res y con elks las naciones. y sus Go-
biernos ; Pero .esternos- seguros de. que
todavia no ha llegado, ni Begat& -ve-
rificarse jamas. Nth


.
nadie


• con verdad
citara un solo Estado•antiguo
deino, que haya desaparecido po•do
exorbitante de las.contribuciones,:otras
sou las causas


• de su decadencia y mina.
stLa Constitucion. debe dejar pbso-


hitamente y un Cam-
po !abierto al interes individual, pro;-
hibienclo los monopolios, los
bids , los gremios, laa corporaciones.-»
t.0 Ya se ha explicado que especie de
libertad es la quereclama la industria,
y se ha visto que no puede ser abso-
luta sin que resulten gravisimos darios
a la comunidad y a los individuos. 2.°
En cuando a los gremios, las corpora-
clones 6 colegios en que se distribu-
yen las profesiones , siempre que- no
sean cerrados, ni tengan privilegios per-


( 255 )
patios, no solo no hay inconveniente
en que se conserver, sino que es may
necesario para la buena policia de las
grander cittdades, que cada;oficio y pro-
fesion forme una de las . secciones en
que este dividida la poblacion entera,
conste de un registro, y tetiga sus pro-
hombres 6 veedores con quienes se
entiendan los Magistrados para mil y
mil operaciones que ocurren a cada
paso , como el repartimiento de las
contribuciones, la formacion del 'cen-
so , y otras. Es mas atm cuando el
Gobierno no forme estas secciones, y
aun cuando la ley las prohibiese, ellas
se fortnaran y existiran de hecho ,
pesar de la prohibicion; porque la con-
formidad de ciertos intereses comunes
en cada ramo reunira siempre en cuer-
po moral 6 sus individuos. Por eso en
toda nacion civilizada existe un cuer-
po de comerciantes, otro de artesanos,
y otro de labradores; y en cada uno
hay luego tantas secciones como va-
riedades pueden distinguirse en la octi-
pacion principal ; y sus individuos se
retmen en clase colectiva o en colegio,




( 256 )
cuando su inheres lo exige. Asi , entre
los comerciantes los banqueros, los ar-
madores , .los de por mayor, los ten-
deros , y bajc.),otro aspectg„ los de jo-


. yas, de patios, de lienzos, de sodas,
de licores ect.; entre los artesanos los
carpinteros, doradores, tallistas, zapa-
teros etc., y entre los labradores los
ganaderos , los cosecheros de vino, los
de granos etc., aunque esten esparci-
dos , y Como diseminados y desunidos
no solo en :una ciudad sin g


..en todo
el reyno,. forman siempre nu cuerpo,
que en su caso, y lugar representa co-
lectivamente y nombra apoderados, y
los Gobiernos se entienden, con ellos;
y bacen muy bien, porque •seria im-
posible entenderse directamente con
cada individuo particular. Quiere esto
decir, que tratAndose de grernios y cor-
poraciones . no es justo, fail, ni fi-
los6fico declamar contra ellos vaga-
mente y en general ; es precis() expli-
carse con exactitud , y decir que los
colegios perjudiciales son. los cerrados
y con privilegios perpetuos. De otro
modo se clan ideas muy equivocadas


((257)
kia multitud, se cenfitriden cosas que
es muy importante distinguir ; y err
soma, se sigue prattkiiMente la tacti-.
ca especulativa de la jacobineria , que
es la de insinuar errores perjudiCiales
A favor de u.n equivoce, 6 de un ter-
ming vago y mal defiiiido , para exas-
perar a los pueblos contra los Gobier-
nos existentes. 3.° Sobre los monopO-
lios 6 privilegios para la yenta de ''aId
gun objeto , ya estA •dicho tambien y
repetido que los que se oponen • a la
felicidad pliblica son los perpettios egri7
cedidos a ciertas , caporaciones , pet,'
no los temporales g torgados A partiew-
lares para recompensar .6 estimular 'su
actividad. Ahora afiado, que aunqiie
to es' cierto en general', puede haber
todavia .:c.asos en que N excepcion A la
regla sea muy ventajosa para el Estado;
y no -seria dificil probar Tie la bight-
terra Glebe una gran parte tie su poder
y de su inmensa riqtleza al priiikgiA-
do monopolio de ,


la C ► mpaiii4 'de la
India. Tan dificil.eS4edueir tebfOtiqig
geomarieos las cuestiones de •pOlitica'
y legislacion. La •''Vertlad que parece /5iiTfioIs0A10 II.
17




("2513!)
zna,s general tiene tantas y tantas ,ex-
cepcjones, que.al fin;no pasa en la pr.:Se-
tick una regla muy variable, que
debe acomodarse los casos, y .no los
casos a ella. Este,, es otro de his machos
males ocasionados ,.a las naciones por
la pedanterla filos011ea, que se empefia
eu,sujetar a riguroso.


• calculo materna-
tico.cuestion es que,se versan sobre ideas
'que no son de . -cantidad mensurable,
y se obstina en dar por aforisnios in-
falibles abstracciones gerierali-
zadas , que luego en la practica Se re-
ducen a, muy ligeras probabilidades.
4.°. , k41!re los • otros privilegios nue. no
paranien,monopolio, esta ya demostra-
do,qne lejos de ser perjudiciales .4 la
sociedad, son el alma que la vivifica y
cons( a. Son, en suma la una.de las
dos „Balancas quo ,rn a n tienen en . aceion
y ..movintiento et An ,undo moral SQU. los
prenzios..Claro•;es, pees que


leyes
no; clehen ,


prosc4birlos,.y destquarlos
del.pu.ndo, sin() 'lacer de inotlotque
s,,e; .:partan obse,rvitudose las. reglas 'de.
la ntas ; igt.itrosa justicia.


,1,.
Qonstitocion ,diebe estabtecer,


( 2 59 )
que en ningun caso pueda exigirse del
pueblo una conlribucion que no haya
silo examinada y consentida por sus
representantes. » Cuestion . es esta que
merece un examen particular y deteni-
do, que se hard en otro lugar.: por abo-
ra baste preguntar quo se reduce en
la practica ese gran .derecho del pue-
blo, tan preconizado en i las modernas
Constituciones? A que el pobre pueblo,
donde tiene el sagrado papelote , paga
a consecuencia del examen y consen-
timiento de sus llamados representan-
tes mucho mas de in que antes .paga-
ba mucho mas de lo que pagan pro-
porcionalmente esas,,de.,.sgraciadisimas
naciones que no tienen sacrosanto (6-
cligo,.ni Carla finidwizental. Ya he di,
cho que para mi , y en la pealiclad cje
las cosas, no esta el mal en que scan
crecidas las contribuciones con tal que
se in% . tan en,objetos Utiles; y asi no
recae la, observacion sobre que paguen
mas precisamente, sino sobre que este
mas , es consentido por sus' represen-
tantes:; ,y ,por .consiguiente, si el pue-
blo al cab!),


lo ha de pagar, le es y




I


( 260 )
be ser muy indiferente que Ia albarda
Se la echen los gobernantes 6 los pa-
dres de la Patria. linos cinco mil y
quinientos millones de reales paga su-
misamente el -roily libre y constitutio-
nal pueblo de las islas Brit:inicas, des-
pues de examiriada y consentida por
sus representantes esa friolerilla; que
si estuviese reunida en pesos •duros
formaria una montafiita de plata. Y
esto solo para los gastos generales, que
si luego se afiaden los municipales, la
contribution de pobres, las eclsiltsti-
cas , y otras mil gabelas , acaSo :ascen-
derA la soma. total A la del numerario
eirculante. Tres mil y ochocientos mi-
Hones de reales pagan los franceses por
contribucion general , sin 'contar los
derechos municipales, despues de muy
examinado y eonsentirlo por sus re-
presentantes el bacljel , ci estado anual
de gastos que el Ministrd de hacienda
les presenta. Yo supongo que estas
el-tort-nes somas' son necesarias y se dis-
tribuyen' Bien ;':pero pregunto-: z que
mas pagarian Ainhos pueblos si no tu-
viesen reprvsedtaitte's que examinasen


( )
y consintiesen las recetas an uales despa-
chadas por el Canciller del Echiquier y
el Ministro des finances? Probablemen-
te no pagarian ni atm tan to ; y en efec-
to no . stiben proporcionalmente A tan
crecida tarifa los impuestos tie Rusia,
Prusia , Toscana, R.orna y.NApoles, don-
de no hay. representantes clue exami-
nen y consientan las • contribuciones
ped idas por el: Gob ierno.: Pero conce-
darnos ique no- teniendo papelote pa-
.asei-riambienlo inisind; vuelvo A pre.-
guntar: z .qii . beneficio:real les resulta


los pobres contribuyentes de que se
les saque el:dinero: por couseutimien-
to de 'siis honrados representantes., y
no por tin decreto del Soberano, si en
resolution se les Baca? Qiie les impor-.
to a ellos quo la orden en viand de la
coal se les exige se !lame ley de sob-
sidios votada en una Camara, que al
fin da siempre lo quo se • le :Ode ,
clue tenga por titulo ukase del: Ernpe-
rador , decreto del Rey, onlonnance
Royale, alvara de S. M. F., 6 hula del
Santo Padre? z Es posible quo los hom-
bres se han de pagar siempre de pa-.




262 )
labras, y no than de penetrar hasta
sustancia de ids -cosas? —Si senor, les
importa ,muclio. ; . porci ne habiendo re-
presentantes , estos cuidariin.de que las
contribuciones seas proporcionadas
las verdaderas necesidades de la


r.° Como las verdaderas nece-
sidades de las naciones nadie puede
conocerlas :exactaniente .


sino .el.Gobier-
que es el.:quereime.)en:su...taiino


el estado cue :gakos• de . todos los ramos
del servicio &air .que. los re-
presentantei;.prop.orcionaran .


los tribu-
tos verdavleras necesidades , es
de.cir en suma . Tie los prbporcionaran
al .estaclo ' de gastos que,rel -Gobierno
les presente.'-Y ext efecto!, esto es lo
que se bade en; 10s paises constitucio-
pales ,. y id ,que :Lie.taios vista practica-
mente eritre nosOtros. Conque-en Ulti-
mo resultado. en todas •partes. paga el
pueblo -lo .


-que el Gohierno, dice que se
necesita, para atentler,ii las, verdaderas
necesidades. Qne lo diga pues directa-
mente , 6.10 .diga pot,interptiesta per-
sona, la cosa Ora siempre en sacar el
dinero del bolsillo. 2.° d Es cierto que


( 263
los representantes, donde los hay, cui.,
dati....de:..que conttibuciones 'scan
proporcionada.o. las::Verdaderas nece,
sidades del Estado ..se ,gastai . en
Inglaterra y, en Fra Ili • se ha .gas-
ta do neni :Espana durante 7los tres..aliOs
del sislenza mas de-10 •necesario para
souvenir :1 las Nerdakleras . necesidades.
de .his7:.:tr,•-. naciones.. Era verdadera
necesiflad de) la, nacion,espat5ola tenet,
algunos,,miles,..de:!cesantes . y pagarles
u no s cti a ten tat.in illb es e reales para
que:oeui.lasen, sus Idestinds :los iclenti-
fieadoS,eop el :regimen constitucional?
Ara vendadera.:.necesidad de la -Fran,-


cia en-tienipo•e:13tionaparte la de man-
tenet„on,,ejereit0 oe4ocientos mill
co m ba tienies para. que Sil Em pera d or'
hiciese 4e_rablar sobre sus tronos.a .to-
dos;lo- -NI,marcas legitimos, y exten--
these los :etragt•s: 'de la guerra desde
las. columnas de Hercules hasta la car.
pital de los antiguos Kzares de Mosco-
via? d Tiene verdadera necesidact la In-..
glateri. :que sus armas hayan, redu-.
cid() Rroviticia inglesa . .la vasta
ninsula del Indostan, despues de ha-




( 264 )
berla devastaefoOr 4e que su marina


todas las del
universo- retiniclas•A;Y• si• ni lal;Espnlia
teniaA)odaderil ze'eeiidad de cesaroes,
nit l;a . Francia de• conquistas, ni la In-
glaterra la tienexie


. asolar la mitad del
Asia: r:tiranizar leis mares, ecOmo sus
respeCtivos‘ representantes han
didey 'las • contribuciones destinadas 4
subvenir -A•estas necesidades no:verda
deras? zLo .veis-,- pueblos y nationes,
que todas esas


•delicadas teorias con-
signadas en las modernas Constitticio7
nes se reducen a humo, y quedan en
nada cuando se . 11ega a. la pritetica, y
que las ,esperanps•con que se , Os adu-
la son vanos fantasinas y trampantojos
inventados solo -para .


engaCiaros, sedu-
cirosy esclavizaros en nombre de la li-
bertad y de la .


fitosnfia ? Desengailaos
pees, y no os pagueis de palabras, que
se quedan escritas en el papel , y tie
las cuales se burian los mismos que las
escriben.


«El hombre de industria tiene
interes mayor y mas directo en la cet-
sa pUblica que el propietario. territo-


265 )
par que?— Porque la for-


tuna del primer() depende esencialmelz•
te;. tit. la fortuna de la- nacion, y el in-
keres del Segundo es mas independien-
te'(le la suerte de la sociedad en que
vive.—eY como se proban't que la for-
tuna del comerciante 6 el artesano de-
pende mus esencialmente de la fortuna
tie su nacion , cute no la del propieta-
rio • territorial?— Mity facilm-ente. Mire
listed: «el propietario territorial, que
no• puede • separarse de su sierra sin
dbandonar saizinieo media de existen-
eia, lo sufrirti lode) con tal que se le
deje su lierra. Impuestos exorbitantes,
vejaciones • persOttales , todo se puede
ensayar con el impunemente: pegado


'su tierra , como la ostra a su perias
co ,. :estit disptiesto a la paciencia y la
eselavitnd. Al coutrario el comerciante
y fahricante : coma la propiedad in-
dustrial es tan facil de trasportar, co-
mo no ester arraigada al suelo, 710 im-
pone sujecion alguna , no hace nece-
saria la mansion en un pais, y la tier-
ia es la patria del hombre in-
elustrioso. Si un comerciante es opri-




1


mid° on tona sus fonclos, porgrandes


seam, en una cartera.,, y
en pocos dias se .halla con su caudal
en los Estados-Unidos, y ha puesto
Occeano entre el y su opresor. Si un
artesano es vejado en. Paris, a today
panes Ile.va sus, fonclos,con su -persch.
na;;;y en Alemania o en Rusia pocIr4
trahajar. 3 vivir como .en Francia.??.


Q4714a. :icon ctue.1a .
.fortnna del hombre:que


tiene,
precision.


de:yivir .en un pais y
1.,io puede.. abanclonarle.sin privarse del


,-que para subsistir,
esta...menos- dependienta de la suerte.
0.e,-Jactuel•pais, que.la fortuna del hom-
lorew9u. pued:e abandonarle cuando
gniera ∎ llevandose consigo todo sit-can-dal,,.,t,odx.)s sits fondos, todos los me7,
dins 40, ? Pues.. hasta ahora
siempre.-se habia creido,que tiene,mas
interes , en que sea -rica , feliz y Bien
gobernada una nacion aquel hombre
que (tiene que• vivir .en, ella , que el
que.puecte dejarla


.
cuando se le antoje:


sieropFese habia creido que tiene rims.
amor a su patria y se interesa mas en
su suerte el que no conoce ni puede.


( 26 7 )
tener otra patria distinta -de. aquella
que .el que tiene patria etzitliverso
enter° : siempre se habia creido.ique
tomaban mas parte en la Cosa p6blica


el., yeenio.,. el ,
eiudadane..de un


pueblo, pie el forastero, el transeunte
y el extrangero que• pueden largarse el


que no les : vaya Bien: siempre
se, habia• creido que las: desgracias de
un pais cogen mas de lleno, y por.tan-
to, deben series mas sensibles ,..‘t los
que-tienen. clue continuar.viviendo en


aunque sea desgraciado., que.i.aque-
Hos .que con solo la amenaza y.antes
q u e .11egue el. chubasco pued
nemente hacerle una cortesia. Sienapre
se habia creido. que si el peliasco se
desmorona y hace afiicos poi vio-
lencia de un ,


terremoto; Fiadecerã, arias
la•ostra que wive pegada a el y no.pue-
de:desasirse, que la merluza inmedia-
ta que apenas. sienta la conmocion. pue-,
de,escurrirse, ponerse en franquia, y
largarse al alto mar. Ya se ye ,, como
de' estas cosas habian creido, nuestros
est►ipidos abuelos; pero nosotros,
Dios gracias, estamos ya en el siglo de




( 268 )
las laces, y no creemos .semejantes pa-
parrticluis. Y asi, cuando llegue el case,
confiaremos la suerte y la: fortuna .de
la patria al hombre que no tiene- so-
bre que' le llueva el cielo que des-
pues de haberla saqueado puede roger
en una cartera todos sus Tondos, y en
pores (has poner el


. 0eceano entre el
y los que pudieran residenciarle; y no
se la .confiaremos al otro pelele que te-
niendo grandes olivares , inmensos.


•numerosos rebaftos y vastisi-
mas).1abranzas, habra de perecer el dia
en-que trasladado a pais extrangero y
privado,:de sus rentas. tenga que vivir
r t e limasna. Y haremos muy hien. M-i-
ren , lo que le import:1ra ;I este tunante
quo las contribuciones de su pais sean
chicas-o grandes , que sus &mos se
vendan ,


con estimacion o haya clue' dar-
los que hap en el caminos
y canales para trasladarlos de un pun-
to a , otro.6 no los hays, que un co-
mercio activo IlevAndolos a las extre-
midades del globo aumente su valor
y estimacion y se los pague a buen
prccio, 6 que se queden sobre la tier-


( 269 )
ra que los produjo; y que haya 6 deje
de haber fabricantes de aguardiente y
jabon que vengan a buscar sus vinos y
aceytes para elaborarlos. que cuida-
do se le tiara tampoco de que haya
buenas leyes y se administre justicia?
Nada: para el es indiferente que ven-
On los ladrones a sua vivas y le roben
la tnitad 6 el todo de la cosecha.-7-De-
jando ya el torso irOnico : todo esto
quiere decir que para no dar al pueblo
ideas equivocadas es menester decirle
clue .en una nation debe haber propie-
tarios territoriales , artesanos , fabri-
eantes y cornerciantes; que todos ellos
son Utiles y necesarios, é igualmente
estimables mientras permanecen en el
pais y contribuyen a la comun
dad; pero que tratandose de examinar
y decidir coal de ellos deberit tener
pots su profesion mas apeso a su pais,
es claro y demostrable que seri aquel
que viviendo pegado a el corn° la ostra
al peilasco , tiene identificada su suerte
con la del peliasco en que vive, y fue-
ra del cual Ferece. Y si est° no es evi-
dente, i. que hay evidente en el mundo?


Nt•
-81


O




( 270 )
'Pero una guerra, un robo pueden


privar a un comerciante y A un fabri-
came de todos sus capitales; en vez de
que solamente podrAn privar A un pro-
pietario particular (lel fruto de una 6
dos -de sus cosechas , dejAndole sus
tierras pie son sus capitales , con los
cualeS• puede resarcir sus perdidas. Et
capitalista de industria tiene plies mas
interes que el capitalista territorial en
la guerra, en la paz y en la adminis-
traciOn interior.— :No senor:, todo lo
contrario. Demostracion palmaria. Hay
guerra; • sitiadas sertin las plazas y ta
l'adaS las; provincias cuAl suerte sera•
peor, la del comerciante que recogien-
do en una cartera todos 'sus fondos
puede trasladarse a provincias mas le-
janas , y aun A pais •extrangero , 6 la
del propietario de casas pie no puede
mudarlas . de donde estan, y tiene que
dejarlas para pie las bombas se las re-
duzcan a ceniza? A la del artesano que
se puede it A otro punt() Ilevandoso
sus tondos „ pie son su talent() y ha-


, o la del dueno de villas,
vas y arboledas, que no pudiendo tras;.


( 2 7 r )
ladarlas A otro suelo tiene que dejar-
las para que lean cortadas por los ene-
niigos, y hasta por los mismos defen-
sores de la Patria , como succ. en
Zaragoza? perdi6 mas en el-
-tio de Bayona , los comerciantes' con
sus carteras, 6 los Buenos de tantas y
tan hermosas casas de campo .con 'sus
jardines y arbolados, de las cuales no
ha quedado mas que el sitio en qUe
existieron? En cuanto al robo , como
et propietario de tierras tiene tambien
mitebles, ropas y dinero, tan interesado
esta por esta parte en que no haya la-
'drones, comb el comerciante y cl artesa-
no; y aun ailade la riqueza de los frutos
que tiene que .dejar abandonados en
el campo hasta.el moment() de cogerlos.


Todo eso esta bien ; pero no pue-
de negarse que el carActer de los
propietarios territoriales es netesaria-
mente servil y clued al yugo el del
hombre de industria comerciA 6 fa-
hril es necesariamente fibre , indepen-
cliente y poco sufrido.—Esto es decir
que et propietario territorial es un ciu-
dadano mas sumiso y obediente al Go--




( 27 2 )
bierno, y menos dispuesto i entrar
en conspiraciones-y revoluciones jaco-
binicas. Sin. duda; .y esta importante
verdad advierte a todos los Principes,
si no quieren ser victimas de regene-
raciones filosOficas , que en igualdad
de circunstancias aprecien mas a la
ostra pegada al peliaseo, que a lit an-
guila que se escurre. Esto quiere decir,
que supuestas las demas cualidades, es
preferible para los destinos de confian-
za el pretend ien te arraygado , que el que
nada tiene que perder, O puede meter
en una cartera sus fondos. Verdad muy
importante y digna de meditarse.


§. 5.°
.dmortizacion.


Ya he tocado varias veces, pero in-
directamente, este punto de que tanto
se habla, y sobre el cual, como sobre
los otros que ya llevo examinados ,rto
se precisan bien las ideas, 6 porque
no se sabe, o porque no se quiere,
porque asi conviene para engailar,
los pueblos con vagas declarnaciones.-


( 273•)
Es pues,llegado el casol.de tratarle di-
rectamente; porqueigthlando de la pro:
piedad no .hay . ning,trao, entre los)poli-_
ticOs.y economistas,l-podernos qne no
declame . contra la -aurtortiza.cion, 2. 1()
sostenga que para proteger eficazmenr.
to la, propiedad territorial, 6, lo•que es
lo mismo, para . fotnentar, la industria
agricola , es de toila, necesidad acabar
con la iuil celeSiOstica,.
y dejar en libre ett-.2.tt4acton'todos los.
bienes raices. En es .tayparte, cojno,en
otras c has , hay u n , gran fon do. do
verdad; pero .para no confundir ,con
ella aserciones 6 . po muy verdaderas,
(") absolutamente es pecesario
Lijar- con exactitud el . sentido legal de
1.a .. paLabra amortization , explicar de
gm; modo y por que razor es,perjudi-
cial , y determinar Los. limites en clue
las leyes deben circtinscribirla, eh ea-
so que no puedan o no debal• des-
truirh'.


Se tree generalmente, y la palabr¢
misma de atnorti4acion contribuve .4
que se crea, que toda finca que se ha-
llaep poder de las que se Hair-Jan. ma-


Tomo 18




( 274 )
;nos muertas esta rigurosamente arnor4
lizada; pero esto no es cierto en el sew
tido econ6mico; esta es una acepciou
vulgar que Glebe borrarse del diccio-
nario legal. En este no es verdadera-
mente amortizada la finca que ei po-
seedor actual puede libremente 'vender


dinero, gastando este como mcjor le
parezca, sino aquella que in el posee_
dor actual, ni.el imnediato, ni los que
les sigan Basta .


la consumacion de los
siglos , p ► eden enagenar gastando sti
importe como mejor les acomode, si-
no que en caso de venderla ci trocarla
con licencia del Gobierno, del legisla-
dor, 6 de quien fuere, tienen que de-
jar otra de equivalente valor. De aqui
se infiere que las fincas amayorazga-
das y las de capellanias y memorial,
de que los poseedores no pueden dis-
poner sin licencia de un magistrado,
sea el que fuere, y cuyo product() en
caso de enagenacion Glebe invertirse
necesariamente en bienes raices equi-
valentes , son fincas rigurosamente
amortizadas: pero por Ia rnisma razon
no lo son las de' 'las comunidadcs re-


( 2 7 5 )
ligiosas, las de las catedrales, y las de
las Ordenes militares , siempre que pue-.
dan venderlas, ya con licencia, ya sin
ella, pero sin la obligacion de adquirir,
con su precio otra finca equivalente.
En una palabra, siempre que el posee-
dor actual de bienes raices, y sea ma-
no muerta 6 viva, puede venderlos, y
o gastar el dinero que le valgan, 6
potted° a redito en los fondos pUbli-
cos y en bancos partiarlares, o darlo
it censo redimible, estos bienes no es-
tan verdaderarnente arnortizados, por-
que no estan fuera de la viva• circula-
cion: lo estaran si el poseedor 6 no
puede venderlos jamas, 6 en caso de
enagenarlos tiene que-tornar en su
gar otros bienes raices equivalentes.
Esta es la amortizacion rigurosamente
tal, y la que .con mas 'propiedad de-
beria llarnarse incirculacion perpctua,
eon to cual se evitarian las vagas v
.equivocas acepciones que ordinaria-;
mente se dan a Ia palabra_ arnortiza.
cion ; palabra que todos repiten, y po-
cos•entienclen bien.


Hecha'esta explicacion se ve mas




( 2 76 ).
claro pie la luz del mediodia, por que
la verdadera arnortizacion es perjutli.7
cial en las naciones. No es precisamen-
re porque desa mortizadas.


fincas se
liayan de nivelar la-s riquezas, aunque
tambien con tribuiria esta providencia


su menos desigual reparticion ; es
porque substraida una parte de la pro-
piedad territorial 6 la ,libre circulacioni
se aumenta el,precio de Ia. parte que
circula libremente; y el valor capital
de cualquiera finca, 6 sea log que cues-
ta el adquirirla , no esta en


. justa pro-
porcion con el producto 6:renclirniento
que deja: Esta es una verdad ma teni-
tica para todo el que entiemla de eco-
nomia ; Pero no sera iniitii que yo ha-
ga perceptible su verdad a los que no
esten innv versados eu esta ciencia.
No hay cosa was facil ni mas secilla.
Todos -saber que cuando vienen mu-
cbas uvas a la plaza y acude poca yen_
toa comprarlas, valen mas baratas que
cuancio vienen po,cas y.son intichos losque las bnscan., ,Esto•quiere decir quo
el precio de. los objetOS esr.tantofor ;


cuanto mayor es el nUmero de


( 2 77 )
los compradores y menor el de las co-


: sas vendibles; y al roves,


menor.,


euanto mayor es el niunero de esti y
menor el de los Tie las buscan
comprarlas. Y de aqu• clue se infiere?.
Quo suponiendo quo nUmero de per-
sonas que,quierei t comprar bienes rai,
ces emuna nacion sea de: cien mil, se
-venderair aquellas lanta_ was cants,
cuantb, !scan en menor runner° ; y ,al
contrario )::se venderian mas. baratas.sh
quedando el tilistno el nnmero -de corn-
pradores fuese mayor el .de . las puestas.
en yenta. Y "come el ronditniento anual
de una finca no esL: precisatnente en
proporcion rigurosa.coa lo que costa
su adquisicion ,-sino .que dep.ende de
.otras mil circunstancias :variables; re-
sulta, cuando. se comprO muy Cara,
que el recta° .-anual que deja es menor
quo el quo. dejaria si so hubiese com-
pralo was barata. Pot- ejemplo: el pre-
cio arnaal,: del depende de to bue-
-no 6 male de la cosecba, de la abun-
dancia escasez que habia antes de
que esta Ilegase , de la mayof 6 menor.
•extraccion que se verifica, espera„ y




( 27 8 )
de algunas otras circunstancias acci-
dentales ; y por consiguiente, dado ya
el precio, es muy- desigual el redito de


tierras. El que compro la suya mu3r
.1)arata , sacani cinco 6 seis por cien-
-to; el que la compr6 menos barata,
sacara cuatro 6 ties; y el que la corn-
Tr6 sobre cam, tal vez no sacani dos.
Esto lo pueden entender basta, los


Itesulta pees que en general cuan-
-do las fincas tienen ,I114 valor exorbi-
-tante es rntly'corto el redito


• que pro-
dncen. Y como queda demostrado que
.siendo•ocas las que circulen.ha de ser
exorbitance su precio, se ve igualinen-
te que en este caso la ganancia quo
dejen los capitales empleados en fin-
cas, ha de ser por necesidad mezquino.
Y Como siendo escasa la ganancia que
dejen estos capitales, son tambien pe-
queiios o ningunos los ahorros que pue-
den hacerse para aumentar el valor de
las rnistnas fincas, el resultado final es
que la agricultura en lobar de acre-


. ccntarse y prosperar, disininuye , de-
cae, y i lo mas se sostiene en un es-
tado de languidez de que no puede sa-


( 279')
lir por -otro medio .que aumentando- el
nUmero de las fincas circulantes, para
que esta mayor concurrencia de obje-
tos vendibles las vaya abaratando in-
sensiblemente y Testableciendo por
te • n;tedio el nivel natural. que , dadas
.las dernas circunstancias ., debe tuber
entre el valor capital cle, cada finca y el.
redito que produce..


Aqui puede. hacerse una obj.ecion.
delicada, .y al parecer bastante fuerte,.
y es la signiente : Produciendo poco,
las fincas . cuando su circulacion dismi-
nuye, se ira disminuyendo tambien
nimaero, de cornpradores. Es copse-.
cuencia necesaria. Todo el que trata de
invertir 6 pacer productivo su capital„
procura en-plea/lc en . aquella clase de
industria que le proporciona mayor ga-.
naucia ; y por onto si ve que com-
prando fincas- el redito no ha de ser
mas que.de uno 6 dos por ciento, no
le empleari en esta clase de compras,
sino en el comercio o en alguna ma-
nufactura, porque en estos dos ramos
sacarzi un interes mas crecido. Y como
este acertarlo cidculo que hace el ea-





`k-
pitalista A;le hdran'tarnbien los capi-
talisttis' C,..D etc., ;..e ira disminn-
yenclO ' insensibleirWrite el Mirriero•
'eennpradores Y coin


.° que-
-dandO el misrno f el nittnero de las yen-
clililcs hajar5 sit :


valor ti proportion
que sea


.


menor el . de los compradores;
Annepe''en .. 01 .


act() de ..athortizarse•una
cantidad de aquellos resulta'ra pron-
to.-el efecto que- se nuponc., este,irh
-CeSando Tioeo 'poro, y con .of tieinpo


valor'edpital y el rc4 clito recobrarAn el
jitsto y prim itivo nivel Tie 'actidental-
1Mente' perdieron. Es evidente. Si las.
fiiieas circulantes son rotas , .tambien


"Son, 'pOcos :
los compradores. No trac


piles' la amortization ese dafio que tan-.
'to se pondera y cacarea. Este : argu-
ment° seria •convineente, si en efecto
el capitalista quo empleando su dinero
en fincas ve Tie sacarA muy limitado
interes, .se . retrajera por eso de corn-
prarlas y destinase su capital 5 ernpre-
sas fabriles o comerciales;- pero este
snpnesto no es cierto. La mayor se-
guridad•y duration que ofrecen los bie-
nes raices, y el mucho deseo Tie de


( 9.81 )
COnSiguiente ticrien todos los hombres
en general de ► acerse propietarios ter-
iitoriales , p ace que thin siendo muy
cOrtn el 'renclitnietitO de las fincas,las
prefieran por to- cOrnitita las erript0gas.
cOnieteiales y fabriles • por los Mayores


-
rieSgoS, Menet 'Seguridad, y mas corta
clitradon que presen tan estaS . 6pecu-


slaeiofies. Asi' •apenas . hay tin hombre
toe 'no *prefieta 'el tres por ciento ase-
gurado sobre tierras, al seis, b al' siete
expueSto z't las • coritingencias del co-
mercio 6 de las mannfacturas. Diaria-
mente se estan 'viendo pritehas demos-
-trat“ras e innegables de esta verdad.
No hay comerciarite,'ni artesano, ni
propietario de unafiibrica que, en Ile-
gando 'it componet con sus ahorros
detente capital no' trate de comprar
con el Una -linen. rims o menos produe-
tiya, segue su calida€l y las cireunstan-
cias del pais. De aqui resulta que el
tinnier° de compradores de hienes raj--
ces es siempre tan grande corno puede
serlo en cada Cpoca . determinada;


,J-que en todas es siempre el de aquellos
Ave amen capitales disponibles. Per-


00




( 282 )
manecienclo piles este nirmero siempre
el mismo , y disminuido , por lo su-
puesto, el de las fincas vendibles, su
valor en yenta sera constantemente
mayor que el que deberia ser atendido
el rédito que producers. Esta es, como
se ye , una demostracion aritmetica;
siendo innegable el principio antes sen-
tado de que el precio de los objetos
venales aumenta neccsariamente cuan-
do queclando el mismo el ninnero de
compradores es rnenor el de las cocas.
vendiclas..




Otro perjtticio trae consigo la ver-
dadera amortizacion , y es. el de que las_
fincas no se cultiven con tanto esme-.
ro Como si fuesen de fibre circulacion,
ni se hagan en ellas las mejoras que
se harian en este' caso. Esto se ve en
todas partes , y no puede menos de
ser. El hombre que puede vender su
finca cuando quiera u tenga necesidad,
procura necesariamente que v.alga lo.
mas posible por si I.lega el caso de
teller que enagenarla; y en consccuen-
cia invierte en mejorarla y repararla
todo lo que puede ahorrar, cubiertos.-


( 283 )
los demas gastos. No sucede asi con el
que no puede venderla. Este se ex-
tiende , a lo mas, a conservarla en buen
estado para que no le faire la renta
que le produce; pero no cuida de acre-
centar un valor que no ha de ser para
el. Asi el capellan y el mayorazgo solo
tratan por lo cornun de disfrutar mien-
•ras viven de los bienes que poseen
tom° simples usufructuarios, y• se cu-
ran muy poco de aumentar el valor
-que tenian cuando entraron a poseer-
los. Toman la renta y se la comen, y
rarisimo sera el que separe una parte
para mejorar las fincas. No sucede lo
mismo exactamente en la amortizacion
incompleta , es decir, cuando las co-
munidades y corporaciones pueden
vender sus bienes , si asi lo exige su
interes 6 necesidad. No tienen .ellas
la verclad un estimulo tan poderoso
para trabajar en beneficio de sus in,
mediatos y remotos sucesores , como
el que tienen los propietarios sueltos


- y libres; pero el nacres de la comu-
nidad , que aunque formacla por agre-
gacion voluntaria es una verdadera fa-


.




( 284 )
milia, bace'que no deseuiden tanto sirs
haciendas como los capellanes y ma-
yorazgos , antique no sea . por otra ra-
zon que por si llega el . case do tenor
que enagenarlas. Sin embargo, respec-
to de los propietarios colectivos en ge-
neral, hay cierto motivo. para (pie sus
fincas no esten tan bien cuidadas co-
MO las de los particulares; y .es que•no
p-udiendo cultivarlas y adrninistrarlas
-por si mistrms, tienen que ponerlas en
-manos de mayordonios.


6 administra-
dores, que nunca las rniran con tanto
cariiio como los duefios individuales.a
-las suyas. Este es otro 'hecha notorio,
coasignade en cien adagios o prover-
bios castellanos. Hacienda, ta.duciio to
yea; el 010 del arno .engorda al cabct-
llo etc, son senteneias 'natty verdade-
ras , antique vulgares , fundadas en


• la
constants experiencia lo que pasa
en el mundo. Otra cosa es cuando las
arriendan; en este case no se diferen-
cian de los propietarios sueltos.


De todo esto resulta que el -gran mal
no esta en que las llamadas rnanos
muertas poscan bienes raices, sino ea


( 9.85)
'que se les proltiba enagenarlos; y que
si fuera . posible conciliar su fibre cir-
culacion con la naturaleza del servicio
a que. estan destinados estos bienes,
no habria inconyeniente en que .aque-
llas comprasea 6 adquiriesen por do-
nacion bienes raices de cualquier es-
pecie que fuesen. Pero como por otra
parte si se les dejase la libertad de dis-.
p.oner de ellos sin reemplazarlos con
otros equiyalentes , es .casi EC,g111'0 que
en calla generation las personas que
actualmente los disfrutasen los vende-
rian para repartirse entre si y gastarse
alegretnente ,sti importe, se hate pre-
cis° en muchos casos quitarles la li-
bertad de v. enderlos sin • permi::a del
magistrado a quien toque, y ailadirles
la obligation de substituir otros de.
equivalente valor. Y en efecto asi esta
determinado por nuestras leyes respec-
to de los bienes amayorazgados, los de
capellanias y memorias, y los que es-
tan destinados a dotar los estableci-
mientos de instraecion y beneficencia,
come universidades , colegios , semi-
narios, hospitales, casas de expositos




( 286 )
etc. No sucede lo mismo con los de
las comunidades rcligiosas y los cabil-
dos eclesifisticos. Estas corporaciones
ban podido siempre y pueden dispo-
ner de sus fincas, si no son de me-
morias , como mejor les parezca, y gas-
tar su importe en lo que mas les aco-
mode ; y no es cosa inaudita que tales
monjas 6 tales frayles vendan esta
aquella finca para con su valor reparar
otra , 6 subvenir a mas urgentes nece-
sidades. Asi, las que se hallan en este
caso ni estan verdadera , rigurosa y
completamente amortizadas; ni el pie
pertenezcan A manos muertas produce
tanto mal como se supone: y sin em-
bargo contra esta especie de amortiza-
cion, que en realidad no lo es , y que
de todos modos 'es la menos perjudi-
cial , es contra la que mas declaman
los que todo lo coufunden por igno-
rancia 6 malicia. No obstante, como
las comunidades y corporaciones son
personas morales que mueren,
y por esta razon estan menos expues-
tas a las vicisitudes de la fortuna
las familias y los individuos naturales;.


( 287 )
es innegable que venden mas raramen-


te sus fincas, y clue estas si no estan
rigurosamente amortizadas permanecen
en cierto estancamiento que algun tan-
to perjudica a Ia circulacion general,
porque la entorpece y disminuye , y
de esto resulta siempre dafio A la so-
ciedad civil.


Que reglas debertin pues deducir-
se de estos priticipios para el caso de
que el Gobierno quiera y ptietla aca-
bar con todo genero de amortizacion,
asi civil como eclesitistica, asi comple-
ta inccmpleta? Varias , pero muy
sencillas. Ante Codas cosas se debe pro-
hibir la nueva amortizacion rigtirosa-
mente tal, a saber , la fundacion de
nuevas vinculaciones, capellanias , me-
morias y fundaciones piadosas consis-
tentcs y dotadas en bienes rakes; pero
se puede permitir a todo particular que
no tenga herederos forzosos que haga
donaciones 6 deje legados a estableci-
mientos de beneficencia, conic) hospi-
tales, hospicios , inclusas,.y aun a otras
cualesquiera manos muertas, siempre
que consistan en dinero, 6 ann consis-




( 288.)
tiendo en fincas, siernpre que -previa-
mente se reduzcan A metalico, y este
se imponga en fondos que presentee
bastante seguridad: y Itiego respectu
de las fincas que hoy esten completa
o incompletamente amortizadas , hay
quo proccder de muy .distinta manera
segun su naturaleza, origen y destino.
i.° Las de capellanias colativas podra
venderlas el Gobierno a la muerte. de
los poseedores actuales , suponiendo
que haya obtenido la competente hula
del Papa Para la supresion de some-
jantes capellanias. 2.° Las de las Ila-
maclas de sangre, atin suprimiendolas,
no puede el Gobierno apropiarselas
sino en el caso de que se haya
z,


extin-
auido totaltnente la familia del funda-
dor: si esta subsiste, lo Unico que se
puede mandar es que a la muerte del
poseedor actual pasen libres y lAicos
los bienes al pariente mas inmediato.
3.° En cuanto a los bienes de enco-
miendas vacantes y fundaciones
todas clases, cuyo . patronato toque al
Gobierno, puede .es. te irlos vendienclo
lentamente, aseguranclo el competen-.


( 289 )
to interes a las personas morales que
antes poseyerqn las fincas, en caso de
q ue no se tenga por conveniente su-
primir las Ordenes y corporaciones
quo deberian percibirle. 4.° En las filn-
daciones de patronato particular que
no se supriman , el Gobierno debe li-
mitarse por su parte a invitar A los
patronos y administradores a ,convertir
en metAlico los bienes y A impouer su
importe en alguna caja ci casa en .que
se asegure el justo interes, que debera
emplearse religiosamente en los fines
de la fundacion: si no lo hacen,. po-
drã Ilegar pasta mandarlo. -las
que deban suprimirse, aun ocupados
los bienes y vendido,s,


6 administrad4s,
por cuenta del G.obierno,c§
cia continual. - pagando


pew'
siones ci carps.


vitalicias que t,
contra si. 6.° En Orden 'a las
cabildos y comunidades
con la competente autorizacion
nica se suprirniesen, podra el Gol4eE,.,
no apoderarse de ellas, pero aseguraR.,
do y pagando a los individuos de los
cabildos o colegiatas la misma renta


TOMO II.
19




( 290 )
que tenian mientras formaron corpo-
ration; y a los religiosos una pension
suficiente para subvenir a todas las
necesidades de que antes cuidaba su
comunidad. 7.° Si estas y los cabildos
se conservan, lo mas que puede hacer
el Gobierno es mandarles, si han des-
preciado la simple invitacion, que den-
tro de un plazo, que no deberà bajar
de veinte y cinco afros, vendan sucesi-
vamente sus fincas, dejandoles la liber-
tad de gastar su importe 6 de imponei le
donde mejor les parezca. Se deja enten-
der que en el ninnero de las fincas -ven-
dibles I n° se incluyen "las iglesias, mo-
nasterios, palacios episcopates, semina-
rios : , colegios, casas'rectorales y otros
edificioSuecesarios. 6 las mismas corpo-
raciones que se consi.rrvati. 8.° Sobre los
mayOrazgos actuates consistentes en fin-
cas;liay tres caminos que seguir; pue-•
den baiservarse todos por aliora , su-
prittOse todos desde luego, o conser-
itärA t algunos por cierto tiempo y su-
pitnirse los demas. Si se conservan to;-
dos, se puede mandar cl ue 6 la muerte
del poseedor actual se vendan la fin-


( 291)
eas, y con su importe se constituya de
nuevo mayorazgo, con un capital me-
talico impuesto a ganancias, en cabeza
del inmediato sucesor, del coal pasari
en adelaute segun el orden de llama-
mientos establecido pot.


el primer fun-
dador: con el tiempo ellos se iron aca-
bando. Si se suprinien todos, se debe
mandar imicamente que 6 la muerte
de los poseedores actuales pasen ya
libres los bienes al inmediato, quien
de consiguiente dispondrà de ellos Co-
mo guste. Si se conservan algunos , es
menester primero fijar sus respectivas
cuotas, porci ne no deberian ser igua-
les, y mandar luego que al pasara los
inmediatos se venda la-porcion de bie-
nes necesaria para formar el capital
que impuesto haya de producir ague-
lla renta, y en los restantes Basta con
dejarlos libres en manos del sucesor.
Si seria convenientc conservar los ma-
yorazgos todos por algun tiempo, su-
primirlos todos desde luego , 6 de-
jar algunos, y con que dotaciones res-
pectivas; estas son cuestiones que fa-
cilmente pueden resolverse por lo que





( 292 )
a su tietnpo. dire. Aqui to Unico que
puedo anticipar es que en suposicion
de que haya en tin Estado alta no-
bleza hereditaria y titulada, es consi-
guiente que los titulares tengan asegu-
rada su existencia por medic) de rigu-
rosa vinculacion; y que en este caso
ya no convendria mandar que el ca-
pital que haya de permanecer vincu-
lado se convierta previamente en me-
talico y se imponga en alguna caja
Mica 6 compaaia de comercio: la ra-
zon se very


luego.
Acerca de estas cajas en pie haya


de imponerse el (liner() que produzca
Ia yenta de los bienes de maims muer-
tas , se puede hacer una euestion cu-
riosa d interesante, que no lie visto
ventilada en libro alguno de los que
conozco. Es la siguiente: Se podrti
permitir a los individuos y ctierpos
quienes se manda reducir sus iincas a
metalico que impongan este en &n-
dos 6 Bancos ex trangcros ., 6 se les de-bera obligor a ponerle. precisamentc
en el erario publico, 6 a lo rnenos en
alguna caja 6 compailia national? Para


( 293)
responder con acierto , es necesarib
hacer varias observaciones importart-
tes v delicadas. ha Es un error ratty
capital y muy funesto ,el de mirar co-
:no ventajosa a las naciones la opera-
cion de que et erario PUbliCo reciba
cantidades ya reernbolsables, ya a fon-
do perclido,.con la obligation de pagar
un Crams anual por limitado que sea.
Si el erario fuera una casa de corner-
eio itegociase con •los capitales re-
-cibidos 4 . no solo no habria .inconve-
,niente en que recibiese'cuantos se le
7conflaSen , sino que este -seria un me-
dio de en•iquecerse sin gravamen de
los pueblos. No tiene• Buda. El erario
n este caso ganaria en las negociacio-


nes ocho diez, doce 6 mas por cien-
to, y corm) no pagaria mas . que tres,
cua I cinco ,ci a to sumo sumo seis,
le q::,.•daria iin beneficio considerable.
NaS no -, sieirdo los erarios estableci-
mientos de cornercio, clue debe sece-
der cuando toman dinero a intereses?
.Que - consumen inmediatamente los ca-


,,


-pitalerrecibidos, y se quedan con Ia
carga de pagar los r&litos; y por con-




( 294 )
signiente que si continuasen recibien-
do llegaria un dia cn (pie los intereses
que tendrian que pagar compondrian
una surna tan crccida que seria impo-
sible satisfacerlos; y los particulares y
establec ►nientos que dcbian percibir-
los, perecerian 10


.s unos y se arruina-
rian los otros. No tendria pues cuenta
mandar que


• el product° de las fincas
de manos muertas se irnpusiese preci-
samente sobre el erario. 2. 1


Si al tiem-
po de enagenarse las fincas antes amor-
tizadas liubiera en la nacion Bancos,
compaflias 6 casas bastante sOlidas y
seguras , no hay Buda en que los ca-
pitales que se les confiasen ainenta-
rian la riqueza p ► iblica con su misma
circulacion en lo interior del pais, si,
como supongo, se empleaban en ven-
tajosas negociaciones : pero como no
siempre hay semejantes establecimien-
tos , y por otra parte seria injusto y
cruel obligar a las manos muertas
que pusiesen en manos poco seguras
unos capitales de los cuales va a de-
pender en adelante la suerte de los in-
dividuos y establecimientos que ban


( 295 )
de subsistir con sus reditos , no veo
inconvcniente ni perjuicio alguno en
que, dado semejantc caso, se permita
a los interesados poner su dinero en.
Bancos 6 fondos extrangeros.


zC6mo? clamara tal vez algun apren-
diz de economia, isacar del reyno tan
crecidas sumas, empobrecer el pais,
y enriqueccr a los extrangeros con
nuestra propia sustancia! —Tenga us-
ted paciencia, y vera como (linen va
enriquecerse a costadd pais que reci-
be 1:y cantidades extraidas, es cabah,
rrietw_- LI que per ► ite extraerlas. Su-
pongamos. que de un golpe, cosa im-
posible, se venden en Espana todas
las f ► neas, amortizadas, que importan
diez mil.milhines de reales, y que re-
cogida y reuuida esta enorrne suma,
cosa todavia mas imposible, porque no
la hay, se traslada en cuerpo y alma
a los Bancos de Londres, Paris, Ams-.
terdan y Filaddfia. Supongamos que es-
tos Bancos tienen bastante solidez pa-.
ra contar con que a lo menos en den,
afros no harhn bancarrota, que en efec-
to no la hacen, y pre pagan puntual-




( 29, )
Rasta ahora he supucsto que el Go-


bierno quiere, puede y debe destruir
enteramente Ia amortilacion eclesiasti-
ca y civil; y no se dirt quo he omiti..
do ninguno de los argumentos que se
bacon contra ella, ni he catlado 6 corn.
batido los arbitrios y medios que - pu-
dieran emplearse Para conseguirlo: yea-
MOS ahora si el GObierno debe que-
rerlo , y si estas providencias tendrian
6 no desagradables resultados. Para
procedcr con claridad en esta impor-
tante cuestion fij&nosla con toda pre-
cision y exactitud ; es decir, hagamos


contrario de lo que haven los so-
fistas y demagogos, que no buscando
la verdad la confunden siempre a . sa-
hieirdas con el error, y solo tratan de
irritar las pasiones del populacho con
vagas declamaeiones.


En primer lugar queda probado, y
es innegable, quo la verdadera y-eorn-
pieta amortizacion de las fincas causa
cierto perjuicio 6 produce una canti-
dad de mat que serit-tanto mayor -, cum-
to Mayor sea el rilimeto y valor de las
fincas atnortizadas ; y que Ia arnortiza-I


( 2 )
thente por la stima96


recibida tin intereA
anual de cinco por ciento, cue re-
stiltaret


part Espalia? Que en los pri.
rneros veinte anos recobrara su capi-
tal ,'y en los ochenta siguientes sacara
de paises extratigeros Ia itimensa canti-
dad de cuarenta mil millones de rea-
les. Y con los quinientos millones quorecibini Anualmente, cuanto puedenfomentarse , y se' fomentetran sin Buda,
su agricultura , sus fii bricas y
cio? Mas acaso que si al principio se
hubieran quedado en el reyno los chez
mil millones de las yentas. No bay du-
da. A no tenet' Ia nacion constante-
mente en su favor la balanza del co,
mercio durante los cierfailOs , una gran
parte de aquel capital hubiera ido pa-
sando insensiblemente a paises extran-
geros; y en la otra suposicion; hubiera
vuelto a ella q ui ntuplicado, y siempre
Se h ubierati hecho productivos grandes
c
apitales, pie de otro modo babrian


estado ociosos. Materia es esta que pu-
diera d.tr lugar a una larga disertacion,
quo vendra mejor en otra parte: aqui
baste! '


estas breves observaciones.




( 298 )cion inco
mpleta , 6 la especie de


es..
tancarniento pie tienen en poder do
propictarios colectivos aun las que pue-den venderse libremente, causa tam-
bien algun perjuicio antique no tan
grave. De aqui se i nftere que si se pue-den evitar ambos perjuicios sin queresulten otros may-ores, no bay dada


era que los Cobiernos deberian acaLarcon todo genero de amortizaciones: nitampoco la hay en que si ahora hu-bieran de f
ormarse de nuevo las na-


ciones , deberian tomar todas las pre-
cauciones i ► aginabics para quo siem-pre estuviesen en Libre circulacion to-dos Jos bienes m uebles y raices quec
ompusiesen sus respectivos capitales.


Ya dejo dicho que esta libertad es uno
de los primeros e lementos de pie se
cornpone la felicidad de los pueblos.
Pero no estatnos en este caso, ni la di-
ficultad esta en resolver en


abstract°la cuestion teOrica de si la
arnortiza-


jor
cion es 6 no perjudicial, y si seria me-


pie no la hubiese. La cuestion del
dia es prtictica, y se reduce a la siguien-
te. Suponiendo que, sea por


( 299 )
eia é imprevision de las generaciones
pasadas, sea por el efecto inevitable de
las conquistas, sea por otra cnalquier
causa que acornode selialar, 6 por la
reunion de muchas , que es lo cierto,
existe de hecho amortizada en Espafia,
mas 6 menos completamente, una gran
cantidad de bienes raices; se pregunta:
x.° C.;oi,iventlra destruir totalmente y
de nn golpe la amortizacion existente?
0 10 que es lo mismo, el Bien que re-
sultaria de esta providencia., z no seria
en parte destruido por los perjuicios
que ocasionase? 2.° Suponiendo que la
desamortizacion no pueda ser comple-
ta , e a quid terminus prudentes puede
circunscribirse para que el dafio que
ocasione la parte que se conserve sea
poco sensible ,-y este compensado con
las ventajas que proporcione ? He aqui
cam° se fijart y determinan las cues-
tiones cuando se camina de buena fe
y se desea encontrar la mas acertada
sol ucion.


Para resolver la primera es necesa-
rio que antes se responda categOrica-
Dente a estas otras tres:


Se debe




( 3oo )
conserver en Espana luta alta nobleza


.hcreditaria? 2.a
Los diezmos y los re-


ditos que dieser] los capitales- produci-
dos poi.


la yenta de las fincas de ma-
nos muertas, e cubririan la enorme so-
ma pie -se necesita para dotar todos
los establecimientos eclesiásticos y losde beneficencia 4 ins traccion, esto es,para mantener todo el : clero secular ylas comunidades de ambos sexos, pa-


gar core puntualidad los gastos mate
riales de Iiibrica , y sostener en been
pie los hospitales, hospicios , casas de
txpOsitoS .y correccion•, universidades,
seminariox, colegios y (fermis estable-
citnien tos nacionales que se conceptnen
in diSpensables Para el mejor servicio
del ptiblico en Lodes :estos ramos taninteresantes? 3. 3


Suponiendo pie no la
cubrieSen e Ot;'t la nation en estado,lo estarz't -


en muchos afios, de sufrir
el recargo clue habria que hacer en las
contribucibues generates Para Ilenar
este deficit.? -


-
En cnanto it la r .3 , prescindiendo
-de si la alta nobleza rica por vincula- -
ciones es 6 no 6til para la conserva-


( 3o )
cion del trono, cuestion teerica sohre
la cual he indicado ya mi opinion que
ilustrare en otra parte ; lo que real-
mente debe exarninarse en la practica
es si conviene destruir ahora mismo la
alta nobleza ya existente. Y .ya se ve
que con solo proposer el problema en
estos terminos, qucda reSuelto por si
mismo. En efecto; equien seria el necio
que aconsejase al Rey abolir la Gran-
deza? Y cuando alguno se to aconse-
jase , ecOmo el Rey adoptaria un con-
sejo tan absurdo? Y antique no lo (ne-
se en si mismo, eanno podria ejecu-
tarse sin graves inconvenientes ? 1Sro
hay nadie que no los palpe, y es in-
Util que yo me detenga it enumerar-
los. Supuesto puts que se ha de con-
servar la alta nobleza, y (ie esta.para
perpetuarse necesita de rentas fijas,
permanentes , y tales que aun cuando
por las vicisitudes de los tiempos pue-
dan tal vez menoscabarse, no desapa-
rezcan del todo ; se pregunta de nuevo:
eY se conseguirii esto, si reducidas las
fincas a dinero se pone a interes en
Gualquier caja que sea? .Hay alguna




( 3o9 )
en el monde de la cual pneda respon-
derse que nunca suspenders sus pagos?
Las que parecen mas seguras , como
los Bancos de ',ouches y Paris y las
inscripciones de Francia, e no pueden
faltar inanana por una reVolucion ? eY
no son estas temibles ? jOjahl estuvie-
semos ya seguros de que no volverhn


repetirse! Pero equi6n se atreverA ni
aun l esperarlo con racional funda-
ments ? No hablo de nucstros estable-
cimientos arritinados , como Banco,
Gremios y Filipinas, ni de nuestro Era-
rio y Credit() pUblico, porque el inal
estado de ambos no permite confiar
en sus promesas', antique a ellas presi-
da la mejor fe del mundo y el deseo
mas sincero de curnplirlas. Quede pues
establecido comb principio inconcuso
que si ha de haber alta nobleza


ama-


yorazgada , y si ha de conservar sus
rentas , no pueden estas constituirse
en capitales metAlicos dodos a redito.
Sobre que se fundAran pues? Sobre


fincas arnortizaclas: no hay otro medio
de asegurarlas.


Sobre la 2.a , sin entrar aqui en cal-




( 3o3 )
culos prolijos y complicados: I.° Es de
toda notoriedad que si se quitan sus
fincas al clero secular y regular, a las
fiibricas, y todos los establecitnientOs
pUblicos de beneficencia é instruccion,
y se les quiere dotar con solo el pro-
ducts de los diezmos, no alcanzar(in
estos ni aun para la mitad de los gas-
tos. Ilagase subir cuanto se quiera el
valor de las retails decimates, y nada
tome de ellas el erario pdblico; pero
separese, cern° es precise , la cuota
de los particulares legos, porque it no
ser por manitiesto robo no se les pue-
de guitar, y se very que no Regan ague-
Has a doscientos millones de reales.
Pero el solo clero secular, aim redu-
cido su iinmero y disminuidas cuanto
es posible' las asignaciones de sus in-
dividuos, dos operaciones que no pue-
den tampoco hacerse sino fluty- despa-
cio y en cosa de medio siglo, debe
costar ciento y ochenta milloncs. Que-
dation pues solo veinte para todas las
demos atenciones a que en el supuesto
se destinarian los diezmos , que es lo
mismo gm: dejar indotados todos los




( 364 )
establecirnientos Utiles y una gran- par-
te de las comunidades regulares de
ambos sexos. 2.° Aim afiadiendo a los
diezmos los reditos (lel capital produ-
cido por Ia yenta de las fincas perte-
necientes a los mismos establecnnien-
tos, y a las iglesias y comunidades, to-
davia no quedarian suficientemente do-
tadas. Esta es otra verdad innegable;
lo uno porque este capital tardaria mu-
clros


en jtintarse si habian (le ven-
derse a metilico, y lo otro porque su
interes nunca podria ser tan .grande
como el que dejaban las fincas. Este es
un hecho que se ha palpado ya. Hay
un hospital 6 una comunidad de fray-
les que se sostiene con haciendas pro-
pias; quitcnsele , y desele el tres 6 el


. cuatro por cierto- (lel capital .que pro-
dujeron en yenta, y ya no alcanza pa-
ra. su manutencion ; porque adminis-
tradas por ellos mismos ciertas
utilidades (pie luego laical " , y .de.con-
siguiente producer mayOrinteres neto
que dado a redito.el capital equivalen,
te, Una pequeria huerta de frayles
tivada por un lego les surte de verdu-


3o5 )
ras todo el afo: vendase, y el redito (le
su importe no alcanzard para la provi-
sion de un solo mes. A. estos pormeno-
res hay que descender cuando se quie-
re acertar en estas materias. 3.° Hasta
aqui se supone que se pagan cstos re-
ditos; pero zy si dejan. de pagarse? Se
arruinaron los establecirnientos, y pe-
recieron los individuos que con ellos
debian mantenerse. zY , no sucederzl asi?
Demasiado cierto es que al cabo suce.7


Quede piles establecido en prin-
cipio que si ha de haber clero secular,
drdenes religiosas y .establecimientos
de publica utilidad, no se puede liar
Sn manutencion a Ia precaria é incier-
ta duracion de los reditos, atm auxilia-
dos estos de los diezmos. z Qu.6 seria
pues si por previa providencia se abo7
liese Ia contribucion decimal, como en
realidad hicieron las benditas COrtes,
:unique irz rzomine conservarOn el me-
dio diezrno ?


En order a la 3.a nada hay que de-
cir. Demasiado pUblico es que el esta-
do de la Real Hacienda , y mas todavia
el estado de la Nacion , no permiten


TOMO II. 20




( 306 )
sobrecargar las contributione's genera-
tes con la cantidad que stria neetWaria
Para snplir lo 'que faltase en la dota-
cion del Clem, culto y establecimientos


todas elaSes, SO que
los diezmos, ankiliatIOS cat tos re-
ditos de los capitales irnpileStOs ; no
pudiesen cubrir el gasto tine otasiata-
riatt aquellas urgentes neteSiclades. .°
Si los capitaleS se habian 'West() en las
Cajas del erario, clialquiera que fuese
el hombre que se las (Hese, hallo ha-
tia aquel en pagar cob purittillitlad el
-interes, sin pie ademas .tuviese que
cubrir el deficit a que este no alcatiza-
se aun ailadida tina parte de los diez-
*los. 2.° Si los capitales se liabian con-
flail° A otras manos y estos pagaban el
re'dito , la diiicnitad no seria y e a tan
grande; . pero siempre seria urt gritV(t-
men insoportable, el de tenor que
brir coh las contribuciones con-nines
no solo los gastos generates de la Na-
cion, sino los particulares : de esta-
blecimientos locales. StipOrigase . pie pa-
ia pasta la soma de seiscien-.
toS ruillones de Walt y que para au-


( 30 7 )
xiliar a estos hltithos haiese Pie des-
tihar otros ciento, rite a much() mas
ascehderia Ia cuota, (!no seria infinita-
mente mas titil emplear esti
partida en objetos de utilidad mas ge-
neral, como seria la construccion de
caminos, canales, puertos, arsenales.
plazas, buques de guerra etc:-etc.? Un
hospital; un hospicio, un seminario,
son objetos Utiles sin Buda como lo
los arsenates; Pero en ambaS clascs hay
due distinguir dos especies de utilidad;
la comun; y la particular 6 local del
pueblo y provincia en que se Italian;
y la diferencia ..estA luego en clue en
las obras filiblicas es mayor Ia utilidad
general; y en los establecimicutos par.
ticulares es mayor la local. .Asi una
earretera, on canal, antique no atra•
viesen todo el reyno, una plaza fron•
teriza y un departamento de marina
proporcionan cierta utilidad local a las
provincias por donde pasan 6 en que
se hallan'situados; pero , esta•apenas es
atendible, iii entra casi por nada cuan
di3 se Calculawsus . ventajas: lo pie se
busca y a lo pie se atiende es la pros-




( 3o8 )
peridad general. En los hospitales , bos-
picios , inclusas etc. es. al 'contrario: In
que directamente se procura es el bierf
de aquel pais, y solo indirectamente
se cuenta .con la utilidad general, a
que ciertainente contribuyen. Por eso
en todos los paises bien gobernados,
los gastos que ocasionan estos objetos
se reputan municipales, y se pagan de
los fondos que se conocen con este ti-
tulo; pero los que ocasionan los pri,
meros se consideran como nacionales,
y se cubren. con las contribuciones
comunes.


Resulta pues . de:todo lo dielio:
que . debiendo babel.


alta nobleza,:una-
yorazgada , es indispensable quo sus
mayorazgos consistan en bienes raices,
si se quiere que SUS rentas sean per-
manentes y siempre bastantes para que
se mantenga con decoro aquella clase
privilegiada: 2.° que no alcanzando los
diezrnos y los reditos que pudieran dar
los capitales producid:Os. por ia Yenta
de las fincas para dotar todos los esta-
blechnientos de religion, beneficencia
y educacion, y no..estanclo el eraria.


( ;309 )
en estado de suplir el deficit; es ignal-
tnente necesario, A to menos por aho-
ra, que los establecimientos pUblicos
conserven las fincas, en cuyos
mientos consiste la mayor parte de
sus rentas. EstO quiere decir en sus-
tancia que por y en algunos alms
no seria ni prudente, ni politico, ni
iitil destruir totairnente y de una vez
la amortizacion civil y eclesiAstica, obli-
ga.ndO A. las manos muertas a conver-
lir sus fincas en dinero. Quitarselas el
Gobierno sin competente y rigurosa
indemnizacion seria ademas injusto,
seria un verdadero robo. La razon de
por clue no seria prudente ni po-
litico adoptar una resolucion tan fu,
nesta, es la que ya, queda largamente
dernostracla; a saber: la de quo man-
dar reducir a dinero las fincas de la
Grandeza , • iglesias conventos y esta-
blecimientos piadosos y literarios, se-
ria lo mismo que destruir, no indirec-
ta • sino muy direetarnente , los mayo.-
razgos de quo dependen los Grancles,


dejar • clesatendidos é indotados ob-
jetos tan importantes. como son el ck-




(31.9
ro, el qultO, lit beneficencia y la ins-
truccion. Es. evidente: trocadas por. di-
nero las fiticas y


.
d,ado




este it interes, no
pasaria una generacion sin que el re-
dito 6 no se pagase del todo, o 1:1,1,eSC
ya muy limitado por sucesivas dimi-
nucione.s. Ademas que tla probado ewe
atm satisfecho religiosamente no alcan-
zaria para


-


cubrir toda las atenciones
pie se le destina.ba. Este es


.
Imes of


grande 6 insuperable in convenien te pie
ofrece la operacion tan temerariamen-
te einprendida de acabar de tin golpe
con toda a mortizacion. Y coxpo akin
concediendo gratuitamente que la Rim-
genaeion de los bienes rakes pudiera
realizarse ntilmente , cosa mucho mas
dificil de lo que Green los proyectistas,
porque seria materialmente imposible
vender ;1 metilieo tantas fiticas, y si se
vendian a papel era como darlas de
valde, era quedarse sin la alhaja y sixt
el precio; y comb el daft° que en este
caso resultaria seria mucho mayor, mas
grave y trascendental que el que puer
de haber err dejar subsistir por aliora
la a mortizacion civil y cc lesitistica, siem7


( 3i t)
pre que se la reduzea a los liMites prc-.
eisos t es evidente que este Ultimo vat?:
tido es el pie debe tornarse.


zY ctiAles son estos lirnites? No es
posible fijarlos aqui con toda la, exac-.
titud que reptiere un tomato tire Uinta


,
gravedatl, y que el Gobierno debe exa-
minar y decidir con la was detenida.
eseruptilosidad y la, mas delicada, attn-
cion pica, conciliar los dercchos ae los
poseedores, act141:(,-s con el interes ge-
neral. Asi limitar6 a siesta s


()WS erales•
.a A las fineas (19cstablecimientos


pnblicps., alas dc, nionasterios
y et , entos no, debe tocarse qiiewps.
eN itit,IL los propietarios colectivos,
cuerpos, corporaciones y persor.aas.m.o-.
Talcs que las posecu. Si por las vicisi-
tildes del tiernpo ci por reformas lie-
Chas con la autoridad competente, y con
la prudencia y oportunidad pie de jus-
ticiareclainim semelantes providenciaS,.
Ilegare a faltar :tlguno de los poseedo-
tes, artuales, en este caso el, Eisco le
u; etic por derecho de mostrencos en


aquellos Dienes pie poi condition ex-




( 312 )
presa de la dOnacion no deban volver
A • alguna familia particular, suponien-
do que esta exista.


2.3 Con las fincas de memorias, ca-
pellanias colativas y beneficios patri-
m niaL's , &be procederse la mismo.
Obtenida la autorizacion del Papa para
conmutar y trasladar las carps de las
primeras, y para abolir las segundas y
los tereeros a la muerte de los posee-
dores actuates , el Fisco dispondria de
sus bienes conforme fueran quedando
libres, salvo el derecho de las familias
que le tuvieran para reclamarlos.


3.a
Respecto de los afectos a .cape-


llanias de sangre, obtenida la Bula pa-
ra su extincion al fallecimiento de los


- capellanes, el Gobierno nada mas tie-
ne que hater; porcine verificada la va-
came las fincas vuelven a la familia del
fundador -en ctase de libres y Micas.
Solo en el dificil caso de que ya no
haya parientes seguirian la suerte de los
mostrencos. Supongo dificil este caso,
porcine en el hecho de que todavia se
esta observando el orden de llamamien-
tos, es claro que la familia subsiste..


(313)
4.a Cuando la Nacion haya llegado


A tal punto de prosperidad y riqueza
que pueda dotar en dinero asegurado
en contribuciones y arbitrios indefee-
tibles al clero, al culto y a los estable-
cimientos ptiblicos de todas .clases, es
cuanclo pudiera mandar-que sus fincas
se enagenasen patilatina y gradualmen-
te, y entregar suimporte en tesoreria
como parte del capital corresponcliente
a IA asignacion pecuniaria que a cada
uno se le tuviere ya hecha y asegurada
con ague' grado de probabilidad y por
todo ague! tiempo a que puede exten-
derse la prevision humana.
• 5.a Los mayorazgos destinados a do-
tar la Grandeza deban siempre consis-
tir en bienes, raices; pero para que es-
ta • amortizacion no - sea sensiblemente •
perjudicial por el ninnero y gran va-
lor de las fincas, pudiera reducirse
progresivamente la nobleza titulada al
ninnero siguiente: cincuenta Grandes
de primera clase con un milieu' de ren-
ta anual: ciento de segunda con medio
minim de renta : trescientos simples ti-
tulos, su renta de ciento cincttenta




( 3.14 )
doscientos raiil rs.: todas las flncas no
necesariaS para producir estas rentas,
quedarian Ubres a la muerte de los. 0,c-
Wales poseedores. LOS otros rnayoraz-
goA todos sin excepciou serian
de hectic) al fallechniento de los.spyes‘;
p:' ; Lys bienes pasarian iutegros eu
C40.44 de libro, al sucesor inmediato,


podria luego dispone• de ellos
comp mejoiLle pareciese. Los titulos
anejps a los lienes que se fuesen des-
atnortizando, poi". la destruccion de los
1.11 ay 0 r:47,go pockian c V arse conno
sWnple distincion boiloriftca en la per,
sona del primer sp,ce: .r a quiet/ pasa-
sen ; pery e i7 61 aeabarian. Si. el ri6rne-
m de las casas . tituladas clue dejo indi-
cado, s,e filese disminuyerido sucesiva-
mente pasta evinguirse del todo
14 Picorporacjou de imas. en otras, co-
s4a que no (Wiwi* inkpedirse ,, este seria
el caso de abobr .para siempre la no,-
1.4eza hcreditaria, y lia.cer esta dl:s0Or
cion Nitalici4 comp todas las 4eAp4A.
Tales deberian ser tarnbien los titulos
que el Rey, podria siernpre conceder a
las peRsowAs bcnetp6ritas. De todos ma-


( 315 )
dos estos titulos, a,un baci4adose here-,


, PC7 darian tlevecho a fuadar
nti CAPS, mayorazgos. Cpando dos o mas
yineulos de los que se conservasen Ile-
Oran a reunirse en una ipisma pe,rso-
na, solo spbsistiria el mayor, y en ca,
so de ig. ipld 4d el prim,ero que: poscia;
los otros serian desVuldos, y de sus fin,
cas podria dspotier Como


£4t4§ son, en gel*ral las providen-
elas que, ppdrian toT,ar Rara


iinmensaracn,te, lxa apprtizacion , y
al. gijsmo tiempo copservar. la Grande-
za y. asegurar la dotacion dcl clero, las
fabri,cas,


de las iglesias , las comupida-
des , y los establecimientos Utiles. Pero
ya se deja conocer que estas generali-
(lades estan sujetas en su ejecucion a
mil y mil modificaciones, de cuya ne-
eesid4d solo puede, juzgar y decidir
,con acierto ,


la sabicluria del Gobierno.
En todo caso ,


siempre es necesario pro-
ceder en,


estos. tres supuestos: 1.° si ha
de haler Grandeza amayorazgada, ,


los
mayorazgos ban de consistir en. fincas:


rpientrasque por medio,
de contri,


buciones seguras arbitrios indefecti-




( 316 )
'hies no se puedan obtener las grandcs
suinas que se necesitan para mantener
el culto y dotar todos los estableci-
mientos pUblicos, es necesario dejar
estos y a la iglesia los bienes raices
que aliora tienen, para pie con sus
re.climientos cubran si no todos sac
gastos, a lo menos una parte conside-
rable , y sea muy peqtiefia la quo el
erario haya de suplir sacandola de las
contribueiones generates .:' 3.° cualquie-
ra reform que se Naga , cualquiera
providencia quo se tome para destruir
6 aminorar la amortization existente,
ha de ser sin perjuicio (le los posee-
dores actuales. Este es el principio eter-
no de justicia que todos los reforma,
Bores rnodernos han desconocido; esta
la regla infitlible a que todos los legis-
ladores deben atender'si quieren que
sus providencias seari bendecidas y no
conciten contra elks el odio de los par-
ticulares y de las naciones enteras. I


. esta• regla infalible, este gran principio
de justicia .eque enselia ? .que dice?
Que si alguna cosa hay en his socieda-
des civilcs clue pueda mereeer con ra-,


(317)
%on el titulo de sagrada, es la propie-
(lad individual 6 colectiva; y de consi-
guiente que los Gobiernos minca tie,
nen derecho ni autoridad legitima pa-
ra despojar a nadie, sea . individuo par-
ticular , sea corporacion 6 estableci-
miento , de ninguna cosa, finch 6. ren-
ta quo se halle poseyendo de buena fe
y bajo la salvaguardia y proteccion de
la ley, sin darle previa 6 sizn.ultinea-
mente la competence y rigurosa indem-


. nizacion: que: si-el bien pnblico exige
.que se. hagan ciertas refortnas, las le-
yes que las decreten no pueden ni de-
ben tenor, .como ninguna Otra, efectos.
retroactivos que cedan.en.perjuicio
los antiguos poseedores , y scan estos'
los quefiteren. ejemplo sencillo:
Supongamos que la felicidad pnblica,
el .bien estar de la Dacron exige que se
supriman los beneficios simples, quo
se disininuya el 'Amer° de capellanias
colativas 6 de ‘sangre, (pie se extinga
esta 6 aquella comunidad religiosa:
que pide la justicia? Que los benefi-


cios y las capellanias se supriman a la
muerte de los actuates beneficiados ,




(318)
que la cotinittidad se extingtiiiiegO pie
hayan falletido lbS individuoS actnales,
O se hayan reducido A tan cortO tal-
rnero que tab fohnen corporation. Y 10
mas pie piadiera hacerse si la
cion fuese urgente, scria unir .aquella
cornunidad con otra , o secularizar ca-
nOtticamente a sus individtios; pero en
ambos casos conservandoles.rnientras
vivan las mismas misinisimas rentas
quo poseian enando formaban comu-
nidad. Asi se conducen los Gobiernos
justos que reformat) pero no destruyen,
y ri ne proceden anirnados de zelo por
el bien de los gobernados, y no por
pasiones mezquinas y rencorosas ,
par principios de irreligion.


Examinemos ahora :as operaciones
bursales de los Gobiernos europeos en
estos nItimos siglos, destinadas a des•
truir la amortization, y veamos si han
sido conformes 6 los principios de jus-
ticia que acabamos de establecm


Los reforrhadores del siglo XVI, co--
nocidos al prieipio con el titulo gene-
ral de Protestantes , antique despues
se han dividido. en innumerables sec-


(3r9)
vas y Comntiones, tada . una de las ctaa=
les tiene su nornbre particular, todos
Conv-inieron en el grab dogma politico,
origen de la r6pida propagation de su


-ddetiiiiu, de pie los Gobiernos tempo,
rates pWliab apoderarse de los biebes
.eelesiasitidoS: y 'etetto; Los• paises
(-pie admitic •on la refeirrna , totlas las
pi.Opiettacies de laS igleSiaS; conventos
y fundadidttes -piadolias, heron ailapi,
dadas y •epartidas entre los mismos
raptores'. • De este liècho ha podido re-
stil indirctaltiryte el bien 'de poner


,eit Uwe circulacion las fincas anforti.
7.attas; veto si es eierta a ineoncttsa la
regta de' ho !meet mat •para que


•estd-
ten .bietfes , stEht farieriilci malt
(/, no puede justilitarse
la :porque bajo clekto as-
peetO terridO , ventajosas conse-
citeneia.. No 'es esto• keit que 'stun en
aqtiellos paises se hart de violas twit.
-el .dei.echo de los 5oseodores atttiales:
/tads de -eSo. Aqi: cc:info en todos
deibas itegoeibs in'irianos, el tiempo
Saireioila hi que ejeeiito la violencia.
lia tat ftieSe en sii generandad la psi:


4




( 32o )
rnera usurpacion, es innegable. Elev.&
monos zi la mas alta region de -la im-
parcialidad filos6fica, y supongamos
que . la Providencia permitiO que en
aquellas naciones cesase de repente
el catolicismo, y Tie todos sus habi-
tantes cayesen en el error de la refor-
ma, coca que no sticedie de esta ma-
nera, siendo notorio que una gran par-
te de los individuos permanecieron fie-
les a la autigua creencia , y que han si-
do necesarios casi tres siglos de opre-
sion, de vejaciones, y hasta de horro-
rosas crueldadcs para que la nueva re-
ligion haya llegado a ser verdaderamen-
tenacional. hubiera sido en aquel
caso el derecho de los Gobiernos re-
formados? Es necesario distinguir. I.°
Jiespecto de las fundaciones piadosas
o literarias, coma los temples mate-
riales, seminaries etc., pu-
(heron ociipar sus Merles , continuan-
do a los sirvientes y empleades perpe-
tilos 6' la pension que teniati , A otra
equivalente vitalicia para sti malluten-
cien ;porque babiendose consagrado.
a aquet ministerio eu tiempu habil , y


( 32" )
bajo la proteccion de las leyes , habian
adquirido incontestable derecho a que
se les cumpliesen las condiciones con
que se habian obligati° servir un des-
tine en que cesaban sin culpa suya y
contra sa voluntad. 2.° Respect° de los
eclesiasticos seculares, cuyo ministerie
se abolia, y cuvas rentas se aniquilaban
con la abolicion de los diezmos, exigia
tambien la justicia que se les indemni-
zase proporcionalmente con pensiones
o con el usufructo vitalicio de los bie-
nes ocupados. 3.° Respect° de las co-
munidades de regulares debi6 proce-
(terse del rnismo mod°. Puesto que bien
o mal se disolvian, claro es que atm
apoderAndose de sus bienes el Estado,
no pudo defraudarles de la cOngrtut
sustentacion que la comunidad les de-
bia, y les hubiera surninistrado en ca-
so de haber continuado en la posesion
de sus fincas. Y no se crea quo estas
son reglas de derecho irnaginadas por
algun frayle; estan reconocidas por los
buenos jurisconsultos, y sefialadamen-
te por Bentham, a quicu nadie actisaril
de absolatista. Yo quisiera que se me-


TOMO 11. 2 1


tea- OC/Z•





( 32'2)
ditasen Lien , y sobre todo quo se prac-
ticasen fielmente, las reglas que este
liberalisimo escritor establece en mate-
ikia de reformas. Para el y Para todo
hombre de buena fe es, como he di-
cho , un principio etcrno de justicia
que A naclie se le puede privar, ti nom-
bre del Lien palico y a pretexto de
utilidad general , de lo que esta legiti-
mamente poseyendo, sin indemnizarle
escruptdosamente y en ignaldad de va-


. lores por el perjuicio que se le irroga
en el nueva orden de cocas. Apliquese
pues este principio a los paises proles-
tantes , ,y digase de buena fe si en ellos
se indemniz6 eutnplidamente al clero
secular y regular, y ii los dependien-
tes perpetuos de los establecimieutos
de todas clases por los bienes raices,
rentas, sueldos , pensiones y emolu-
mentos quo perdian. iY luego se cla-
ma contra las injusticias que se supo-
nen cometidas por los Principes catO-
ficos! 1_.)Ontle iii cuAndo se cometieron
tantas y tan atroces, como en los paises
ahora protestantes al tiempo de intro-
ducirse la reforma ? Se (lira acaso que


( 323 )
esta llevaba consigo el inestimable don
de la libertad politica; pero esto no es
cierto, porque el Gobierno de casi to-
dos ellos se qued6 tan absoluto comp
era. Sea de esto lo que fuere, yo no lin-
biera citado este memorable ejemplo
de latroeinio y expoliacion , si no fue-
ra el modclo que se han propuesto y
han irnitado , donde han podido, los re-
formadores politicos abortados por la
faccion jacobina. VeAmoslo demostra-
tivamente. •


La Asamblea Constituyente de Fran-
cia hizo aun Inas quo los Principes pro-
testantes. Estos al fin, destruyendo las
instituciones catOlicas, solo fueron in-
justos con los individuos interesados
en ellas, y la ocupacion de los bienes
eclesiasticos era una consecuencia ne-
cesaria de su doctrina , sin embargo
de pie atm supp.-ia aquella , era de
rigurosa justicia cornpetetite indem-
nizacion A los anteriores duefios; pero
los legisladores frithceses fueron toda-
via mas injustos , pues conservando el
catolicismo despojaron de cuanto te-
rtian a los ministros del altar y a los




( 34 )
templos materiales, bajo la engaiiosa
promesa de una pension que no les ha
sido . pagada hasta el restablecimiento
del orden. Coneeclamos que tuviesen
razon para suprimir los conventos de
ambos sexos y apoderarse de sus bie-
nes; pero con que titulo se reduce a
la mendicidad a tantos miles de indi-
viduos que bajo la mas soleinne garan-
tia habian adquirido el derecho a ser
mantenidos durante su vida por las co-
munidades a que se habian asociado
y reunido legalinente? Las religiosas so-
bre todo, ono habian entrcgado en sus
dotes on capital con cuyos reditos de-
bia subvenirse , a lo rnenos en parte,
al gasto que oeasionasen ? Y este capi-
tal ( no era una propiedad de sus res-
pectivas laminas? 131.1es por que no se
les devuelve ya que se.destruye la co-
munidad en que estaba depositado?
Y esto hacen los filOsofos que tanto


claman por justicia, y tanto encarecen
de palabra el respeto debido a la pro-
piedad ! Eit cuanto a las iglesias mis-
rnas, a las fabricas y clenias estableci-
mientos publicos de beneficencia é ins-


( 325)
trucCion , es todavia mas terrible a in-
excusable la injusticia. Se dice que se
conserva el culto catOlico, y se quitan
ti los templos • los medios de costearle.
zY con que derecho? Con el de la vio-
kencia y el poder. Admitamos :enhora-
buena que prohibida la amortizacion
posterior se quisiese destruirla ya;exis-
tente: que es lo nnico que permitia
la rigurosa justicia? Mandar a las fa-
bricas de las iglesias y demas estable-
cimientos piadosos y kiterarios que .te-
nian bienes raices, que los enagenasen
dentro de cierto plazo , que comb- ya
he dicho , debi6 ser considerable; y
que imponiendo el producto en los fon-
dos ptiblicos, se empleasen sus intere-
ses en los objetos que antes se .cOstea-
ban con el producto de las fincas. Pe-
ro apoderarse de ellos y malyenderlos
por asignados para que poca. 6 nin-
guna costa se. enriqueciesen los hijos
predilectos de la famosa revolucicin,
esto S eri que jurisprudencia se encrien-
tra justificado? Sin embargo, respect°.
de estas yentas repito lo explicado an-
teriormente..Supuesto que la posesion




( 326 )
de los compradores ha prescrito , y
que el Gobierno legitimo las ha reco-
nocido y sancionado , indemnizando
del•modo posible a los antiguos posee-
dores que atm yiven , ya no se puede
incomodar a los actuates a pretexto de
que:.la yenta nula 6 ilegitima en su
origen.. Aqui se confirma el gran prin.,
cipio de que el tiempo, y. no las sobe-
ranias populares ni los contratos socia-
les , es el que todo lo subsana y legiti-
ma. .No hablemos de la .abolition de
los may:orazgos: notorio es que todo
el.fruto que se sac6 de esta grande ope-
racion se ha reducido a quo durante
la, mismageneracion que los y i6 des-
amortizados , los ha• y isto restableciclos
y centuplicado su mimero. Y esto su-
cederi siempre con toda reforma uni-
versal,..repentina, violenta, prematura,
y no preparada con rnalia , prudencia
y habilidad. Ella se inutilizari por si
misma.


Vengamos ya a nosotros, fieles
tadores..de las modas transpirenitycas,
aunque yeses en caricatura , y em-
pecemos por la yenta de obras pins.


( 327 )
No negare que esta operacion , Como
todas las que ponen en circulacion bie-
ties raises amortizados, surti6 ciertos
efectos saludables; • Pero sin repetir lo •
de no bacer males para. que resulten
bienes , examinemos la operacion en si
misma. Supongamos qu.e el aliment°
de la deuda nacional exigia imperiosa-
mente que se. reuniesen fondos para
su extincion progreSivw:y pago de in-
tereses mientras no se •acababa de ex-
tinguir, y que no se 'hall() otro arbi-
trio. sino el de reducir a diner° ague-
Ila clase de fincas coal era el derecho
del Gobierno? Mandar A los patronos,
administradores y usufructuarios -que •
enagerrAndolas sucesivamente
sen su producto en la .caja de amorti-
zacion, a la ci.ial debieron asegurarse.
rentas 6 arbitrios suficientes para pa-
gar p u n t ua Im en te los in tereses corres-
pondientes a los capitales recibidos.
Y. se hizo asi? Bien pliblica es la tris-


te y lamentable historia de la famosa
Caja de amortizacion, y de la sima del , •
Credit° su. malaventurado su-
cesor. iCuantos establecimiento.s




( 328 )
ies han desaparecrdo o estan redtici-
dos A la Iasi nulidad ; cinintas farnilias
de capellanes perecen en la miseria, y
enintas cargas, amebas de las 'cuales
consistian en obras de muy acendrada
beneficencia, ban dejado de cumplirse
porque, ocupadas las fincas que esta-
ban gravadas con ellas, no se ha paga-
do despises el interes prometido!
(pie fruto ha sacado el erario pUblico
de aquellas famosas yentas? ()tie el ca
pital recibido sirviO Para amnentar los
desOrdenes y los males, y la deuda ha
quedado recargada con la enorme


que importan los intereses : que
estos no puede') pagarse: que el des-
credito es consiguiente, y que por es-
ta y otras operaciones de la rapacidad
bursa', la bancarrota national es in-
evitable, digan cuanto quieran los pro-
yectistas.


Y si de la Caja de amortization pa_
samosahi


grande okra de- las COrtes
revolucionarias, clue hallarernos en,
sus sapientisimos decretos? de-
solacion e injusticia. No hablemos de


extincion de monacales y la ocupa-.


-(329 )
cion de sus bienes: ya queda indicado


que en esta parte permitia la justi-
cia; pero i y las fincas de los cabildos,
de las iglesias y de las cofradias que se
conservaban? Cori cl ue titulo se apo-
dera de ellas el Fisco sin dar ninguna
indemnizacion a los propietarios, y sin
prometerles siquiera el engailoso tanto
por ciento, ni reconocer A lo menos
un credit° igual al importe de los bie-
nes, ofreciendo pagar a mejor fortuna
Y la reduction de los diezmos a la mi-


tad ? i con que derecho se despoja A
tantos participes de la mitad de su reit-
ta? - Digo a la mitad, porque asi Bue-
na; pero i era en realidad esta la parte
que les quedaba? Que respondan las
catedrales , las colegiatas , los curatos
y beneficios. iQue nueva especie de
justicia es la que se quiere introducir
en el mundo? Concedamos cuanto su-
ponen los nuevos. reformadores, y vea-
mos, attn concedido, si han observa-


4 da en sus operaciones las reglas mas
comunes de la justicia.—No deben que-
dar beneficios quo uo tengan aneja la
cura de almas: sea esta el Ulric° titulo.




( 330 )
legitimo de ordenacion : suprimanse en.
consecuencia para en adelante las pros-.
tameras, los beneficios llamados sim-
ples , las prebendas y canongias de to-
das clases: no queden mas que parro-
cos y obispos.— Enhorabuena no exa-
minemos , porcine no es esta la mate-
ria . de este inimero, si el obispo debe
tener a sit lado rm consejo de presbi-
teros ancianos y beneme;ritos; si estos,
aunque no tengan aneja a su prebenda
la cunt de almas, podrian y deberian
conservarse para la solemnidad del mil-
to; si ademas de


. los parrocos .
y sus


coadjutores debe haber otros
ticos ocupados en utilisimos ministe
rios que no son precisamente curados,
Como .los rectores y maestros de los
seminarios conciliares , los capellanes
del Principe y de los prOceres , los
ayos y maestros. que los particulares
ricos destinen a la education de sus
hijos, los catedraticos de las universi-
dades y estudios.pnblicos, distintos de
los seminarios, los directores de los
colegios seglares de ambos sexos , y de
ciertos estableeimientos piadosos que-


( 331 )
nadie pueden confiarse mejor que it


eclesiasticos de conocida piedad y ar-
diente zelo; y demos por sentado que
la reforina se hate con la generalidad
que se pretende, y que destruido el
clero regular debe quedar reducido el
secular a obispos y parrocos con sus
tenientes y sacristanes. z Como debit')
hacerse la reforma para no atropellar
los derechos de los eclesiasticos actlia-
les ? En cuanto a los regulares. queda-
ba hecha con solo prohibir la recep-
cion de -novicios; el tiempo•los acaba7
ria, y entonces el erario podria dispo-
ner de sus bienes sin gravarse con el
pago de las pensioner. . En orden a los
seculares , 'con solo ejecutarse la hula
que ya existia para no proveer pre-
benclas ni beneficios no curados, y con
no dar los curatos sino a eclesiasticos
que , supuesta la idoneidad , tuviesen
ya otro beneticio, fuese colativo 6 pa-
trimonial , en pocos ailos se podia ar-
reglar el clero bajo la nueva planta clue•
se ideaba. en cuanto a las rentas?
La cosa mas sencilla del mundo. zSe
queria stiprimir los- diezrnos y dotar al




( 332 )
clero en nnmerario tornado de las otras
rentas del Estado? Pues hacerlo asi con
los nuevos provistos, conservar su cub-
ta en dieztnos a los antiguos poseedo-
res, y cuando estos hubiesen fa}lecido
abolir entonces aquella contribution.
(7, Y se ha hecho asi? Que lo diga todo
el clero, reducido A la casi mendici-
dad. E Y se queria que injusticias tan
manifiestas se recibiesen con agrado,
y aun con tierna gratitud, y que se
predicase y bendijese la politica expo-
liatriz de los nuevos legisladores ? Es-
carmienten en ellos sus sncesores , y
cuantos propongan reformas a los Go-
biernos legitimos. Todas las que se Ka-
gan serail injustas, si ofenden . y vio-
Ian en lo mas minimo el derecho de
propiedad ; y siendo injustas no pue-
den menos de hater descontentos y
quejosos ; y habiendo en el Estado mu-
chos que con razor puedan •quejarse
y murmurar del Gobierno , este al fin
se desacredita, y al descredito sigue
mas tarde ci mas temprano la ruina.


Si de la amortization eclesiastica
pasamos a la civil, es decir, a los ma-


( 333 )
yorazgos , hallaremos el mismo espiri-
tu asolador, , quo solo se propone des-
trnir, , pero no eciificar para utilidad.
comun. — La mitad de todos los bie-
nes vinctilados quede desde ahora fi-
bre, y la otra mitad A la muerte de los
poseedores actuates.—He aqui una ley
clara , terminante y concisa, que pu-
diera compararse a la espada de Ale-
jandro. No se trata en ella de desatar
el dificil nudo , se corta de una vez.
Ya se ve, no hay cosa mas expeditiva
ni mas facil. Sin embargo, i cuantas ob-
servaciones pudieran hacerse sobre es-
ta gran providencia, y a cuantos obje-
ciones no daria lugar un examen cir-
cunstanciado de esta importante medi-
da ! Ya que esto no sea posible ni ne-
cesario en este lugar, limitêmonos
revelar el misterio jacobinico y la ten-
dencia democratica quo encierra esta
tan famosa y alabada providencia. Do-
jo dicho , y lo probar6 a su tiempo,
que la nobleza hereditariam.ente rica,
si bien no es necesaria en las monar-
quias absolutas, en las cuales todo el
poder esta depositado y concentrado




f( 334 )en la sola mano •del Principe , es un
eleinento indispensable en las monar-
quias constitucionales; es decir, en
aquellas en que se quiere dividir y
equilibrar este gran poder, establecien-
do cuerpos intermedios y clases here-
ditariamente revestidas de cicrta por-
cion de autoridad. Y en esta segunda
parte convienen todos Jos publicistas
modernos. Siendo pues el Gobierno
prometido por la Constitucion de Ca-
diz una monarquia constitucional, era
consecuencia forzosa que en ella hu-
Mese Grandeza hereditariamente ri-
ca. Y en efecto, esta qued6 reconoci-
da y sancionada, al parecer, en aquel
famoso Cedigo, puesto que en el se
destinaban cuatro plazas del Consejo
de Estado a otros •tantos Grandes que
el Rey no podia menos de c'legir en las
ternas cl ue le presentasen las COrtes.
Muy bieii; hasta mini son consiguien-
tes nuestros sabios legisladores: pero
pasemos mas adelante, y respOndase
esta pregunta: si todos los mayorazgos
se destruyen totabnente arfallecimien-
to- de los actuates poseedores, y aun


( 335 )
se toma la precaucion de mandar que
desamortizados los• bienes raices se
constituyesen nuevas vinculaciones con-
sistentes en capitales impuestos , c67
mo se conservaria la Grandeza a la ter-
cera 6 cuarta generacion? No dicen
los publicistas, y lo reconoce todo el
mundo, que la Grandeza hereditaria no
puede conservarse sin vinculaeiones
anejas A los titulos? Y cuando los pu-
blicistas no to dijesen, e no es evidente
por si mismo, que la nobleza sin Me-
rles es el titulo mas vano y ridiculo
que puede haber en el mudo, y que
si las rental no se perpetria ►


y con-
servan, el titulo mismo desaparece con
la pobreza? zCuAntos miserables y an-
drajosos pordioseros encontramos a ca-
lla paso que biers examinadas sus al-
cuinias perteneceran acaso a familias
muy ilustres y opulentas en otro tiem-
po ? Y esas rancias familias, e por que
ban Ilegado al estado de obscuridad en
que los vernos? Porque no habiendo
sido vinculadas sus haciendas, las han
ido enagenando sus respectivos posce-
dores , y las vicisitudes humanas ban




( 336 )
traido A sus descendientes i punto de
mendigar. Que debia Dues resultar
con nuestra Grandeza, destruiclos los
mayorazgos? Que a la primera genera-
cion los bienes de un Medinaceli se
repartirian ya fibres eutre sus cinco 6
seis herederos; que estos venderian
disiparian una gran parte, y el rest°
se subdivicliria a su muerte en veinte
y cinco o treinta porciones; que a la
tercera cdad desaparecerian ya en im-
perceptibles cantidades ; y que a la
cuarta podria muy bier llevar el aw-
l() de aquella casa tan ilustre un infe-
liz porquero, a un miserable zurrador.
j se le Ilamaria entonces para sentar-
so en el Consejo de Estado? Y lo que
sucediese con la descendencia de Me-
dinaceli, no sucederia tainbien con la


Infantado, Osuna, Alva , Miranda,
Villafranca, Altamira y demas pr6ce-
res actuales? Quienes scrian piles los
cuatro Grandes, que por Constitution
debia haber en el Consejo del Rey ?
z No se ye en esta sola ley, aunque di-
rigida al parecer contra la ainurtiza-
cion, que bajo el titulo de Monarquia


(337)
con stitueional to que realmente se que-
ria establecer era la pura, purisima de-
mocracia, y la igualdad republicana
de los anglo-americanos ? Si, pueblo
espafiol: este era el objeto verdadero
de los constituyentes (le Cadiz, esta la
monarquia moderada que tan pompo-
samente se ofrecia, este el trono cons-
titucional que se trataba de fundar so-
bre bases indestructibles. Por fortnna,
para que tit no vivieses engaiiado, ellos
mismos to revelaron el secret° eu su
famosa ley de mayorazgos. i Y ha-
bido Grandes de Espana que se ban
unido con los revolucionarios, con los
enemigos mas encarnizados (le la Gran-
deza y de toda •istincion nobiliaria!.
Y no conocierori, que los rnisrnos que


los halagaban 'than preparando malio-
samente el envilecimiento de sus hijos
y la destruction de su clase! IY pue:
den cegarse los hombres hasta 'el pun-
to de afilar ellos mismos el puiial que
sus enemigos acaban de foliar para
clavarsele a ellos en -•el pecho!
. lie aqui todo lo que la mas des-


preocupada c imparcial .
p.olitica , v.ip


TOMO II.




(


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-mug ttonsana Ef aJgos irlii ap apap
uapand erjosofu Esotaftlf A rims sew


( sus )




( 34o )
plearle en esta especulacion. Asi, no
acusemos a las manos muertas de que
ellas sort la causa Unica y principal de
nuestro empobrecimiento : otras mu,
char hay que t su tiempo indicate. El
inmenSo contraband°


que siempre se
ha hecho y sigue haciendose todavia


j
por Codas nuestras fronteras secas y IDO-
adas : he aqui el cancer que nos de-


vora : he aqui el gran mal que exige
pronto retnedio.


NumERO


Seguridad.


Este es el mas importante de los
derechos sociales; y en rigor a el solo
pudieran reducirse todos los detnas
se cuentan comp distintos. En efecto,
el llamado de libertad, y considarese
esta bajo el aspecto (pie se quiera, que
viene a ser sino la seguridad de poder
hater una cosa sin merecer la animad-
version de la ley? El de propiedad es
acaso mas que la seguridacl legal de
que nadie incomodarti al propietario
en el quieto y pacific°


goce de sus bie-


( 34 1 )
nes, y de quo no se le privara sino
de aquella portion con que deba con-
tribuir Para los gastos comunes ? La
igualdad• Bien entendida ono es tam-,
Bien la seguridad tie que al individuo
le seran guardados los fueros genera-
les que le cornpeten , sea por el con-
cept° quo fuere? Los privilegios mis-
mos e a que se reducen ? A la seguri-
dad de que en la persona 6 corpora-
cion privilegiada se respetara aquel
fuero particular que justamente les fue
otorgado en beneficio comun. Final-
mente, los derechos intituladOs de re-
union y petition , y el de resistencia
bien entendido, 1i (ie son cuando exis-
ten, sino ciertos medios de seguridad
que la ley permite emplear pa pa que
los hombres eviten tales 6 cuales ve-
jaciones, de que pudieran ser objeto
en el cstado de sociedad?


Sin embargo, aunque la seguridad,
tomada csta voz en sit acepcion mas
general, es en suma la protection que
las leyes y los Gobiernos deben dar
las personas y bienes de los individuos
que componen las sociedades civiles;




( 342 )y
aunque en este sentido encierra ella


cola todos los derechos sociales, pues •
entre los bienes se cuentan las propie-
dades , la li bertad de todos especies,los fueros generales y privados, y los
medios de defensa Contra las vejacio-
nes. injustas ; no es aquella sIgnifica-
cion generica la que tiene la palabra
seguridad


cuando esta se considera co-
mo un derecho particular , sino pie
se toma en una significacion mas limi-
tada y precisa. En este caso no se (ra-
ta ya de que las leyes nos aseguren el
goce de las (Heroines libertades y di-versos .


fueros que las mismas leyes nos
hubieren eoncedido, y la tranquila po_
sesion de los bienes llamados de for-
tuna ; se trata de Ia proteccion especial
que en el estado de sociedad debemos
hallar contra cualquier mal y datio quepudieramos experitnentar en fluestra
propia persona.


Y Como los males y daflos para que
pueden obrar sobre las personas han
de ser materiales , sensibles; y
estos pueden provenir de la naturale-
za , es decir, de todos los cuerpos


( 343 )
climes y animados irracionales que nos.
rodean , 6 sernos causados por otros
hombres, ya sean simples patticulares,
ya personas p6blicas consideradas co-
mo tales; resulta que «el derecho lla-
mado de seguridad es el que tiene to-
do hombre que reside en un pais , y
sea su residencia habitual y permanen7.
te, 6 accidental y transitoria , a que la.
ley, .1a fuerza ptiblica y el Gobierno le
preserver en euanto es posible de to-
da molestia material, no necesaria ni
merecida, en pie peligre Ia vida, pa-
dezca la salud, 6 a lo menos sea algun
tanto incomodada la persona.» Limito
el derecho de seguridad a la protec-


- cion contra los males fisicos y sensi-
bles; porque sobre los espirituales la
ley civil, la fuerza pUblica y el Gobier-
no solo pueden obrar indirectamente.


Y aunque el fin de toda humana
sociedad es la felicidad temporal de los
individuos que la componen , y esta
consiste, no solo en evitar males, sino.
en gozar de placeres permitidos é ino-
centes , esta Ultitna condicion resulta
de la primera; poxque si en calla mo-




( 345 )
gun dicen,. de conseguir , si .posible
fuera, que la seguridad legal . de las per-
sonas nunca sea atropellada 6 ,meno-
cabada en un Estaftios todos tau
directa y personalmente iuteresados en-
que asi sea , que nada de cuanto en
este punto se diga puede `servos indi-
ferente. Nuestra felicidad depende de.
que se acierte con los meclios, y de
que no se nos den por realidades sue-
nos y y por verdades errores.
Si lo hacen o no los escritores libera-
les , del examen result-at-A. Por ahora
establezcamos la cuestion. Es la si-
Guiente:6


Que deberAn hater las leyes y los
Gobiernos para libertar de toda inco-
modidad personal, no necesaria ni jus-
ta, A los particulares soinetidos a sty
imperio?—Para resolverla con acierto
y responder con la debida claridad, es
necesario recordar la observation ya
indicada, A saber, que los males todos
de que puede ser objeto nuestra per-.
sona , vienen 6 de la naturaleza, 6 de
los hombres ; y que estos pueden ser
ci indivicluos particulares, 6 personas


(344)
mento clado ejercitamos nuestra sensi..!
bi/idad de una manera no dolorosa,serAn gratas necesariamente las sensa-
clones querecibamos. Asi los hombres
no suelen exigir de la sociedad sino
que los libre de males; pees con tab
de que asi 16 haga , clicks sabrAn bus-
car y propo


rcionarse los bienes. I'Co es
esto decir que los gobernantes no de-
ban cuidar tambien de procurar a los
gobernados honestas. recreaciones , co-
modidades de todas clases, bienes po-.
sitivos, y en suma cuanto puede con-
tribuir al hien estar de los hombres,.
sino que esta parte no se refiere di-
r
ectamente A lo que se llama seguri-


dad. El derecho que se conoce con es-
te titulo se limita a reclamar la action
protectora que preserva de los males.
Pero aun reducido a esta esfera, al pa-
recer tan limitada , ya se deja


conocercuan importante y precioso don es pa-
ra nosotros el de la seguridad perso-
nal , y clam necesario sera examinary analizar escrupulosamen te los arbi-trios imaginados por los modernos le-gisladores y publicistas con elfin,




( 346)
r
evestidas de la pUblica autoridad; pues


claro es que la accion protectora de la
ley deberil ser muy distinta en estos
tres casos difereines„ Examinem.oslos
pues con separacion.


S . 1.'
Proteccion contra los nudes que puede


causarnos la naturaleza.


Puede que alguno al leer el argu-
ment° de este parrafo condene coma:


la discmion que promete, y se
imagine que las leyes y los Gobiernos
nada pueden hater para preservarnosde los males con que la


naturaleza nos.
acosa por todos lados; pero se desen,
gafiar5 prontarnente si reflexiona, que
el primer beneficio que debemos a la,
sociedad es el de disminuir, ya pie no
pueda impedirlas to talmente, el gran
mirnero de incomodidades fisicas deque s


eriamos objeto y victirna en el
estado de selvatiquez y abandon


°
quelos fi lan trOpicos soiladores ha llamado


de Pura naturaleza. En efecto, un ali-
ment° mas seguro, mas a bundante y


(347 )
fri •as sano , un pellico con pie abrigar-
nos, una humilde y rÜstica choza en•
que descansar a cubierto de la lluvia,
arcos y flechas con que perseguir y
matar las alimailas que pudieran devo-
rarnos, el socorro de nuestros seme-
jantes para preservarnos de no pocos:
peligros y males, y su asistencia y Con.-
suelo en las enfermedades que no lle-
pen a precaverse, son el primer fruto
de la mas imperfecta sociedad. Y des-
de este punto hasta el alto grado de,
civilidad y cultura a que han llegado
las naciones ilustradas, y en el cual
tienen los hombres tantos medios de
prevenir y evitar en parte las incomo-
didas fisicas de todas clases, que es
calla paso dada en la carrera de la ci-
vilizacion, mas que una cantidad subs-
traida a la imnensa suma de los males
que afligen y amcnazan a la misery hu-
manidad al)andonada a si inisma? Las
ciencias , las artes, los oficios , todo
cuanto ban inventado los hombres„
que se dirige ? que objeto tiene? e para
que sirve? Para Lacer tan cOmoda v
deliciosa coin°


pueda serlo nuestra




( 348 )
corta peregrination en este mundo. y
para hacerla cOmoda y deliciosa , emit
sera la primera condicion ? La ausen-
cia de los males y dolores. Y las leyes


. e
no deberan ser las quo dirijan la ac-


cion benefica de las ciencias, artes ypr
ofesiones? Y los Gobiernos para.


pie han lido i nstituidos sino para pro-
teger las personas de los gobernados
contra todo insult() quo pudieran re-
cibir de sus semejantes, para evitar y
precaver los males fisicos que pueden
ser evitados y precavidos, y para


y alejar los que del todo no se
pueden rernediar, y que tarde 6 tem-
prano estarnos condenados a padecer?
No hay ni puede haber en el mundo
una legislation y un Gobierno que pa-gan a los hombres inmortales , y quo
los preserven de toda enfermedad 6 in-
disposicion corporal ; Pero una sabia
l
egislation puede evitar los males no


n
ecesarios, y disminuir el ninnero de


los que, dada nuestra organizacion, nopueden evitarse enteramente. Este, Co-
mo he dicho, es el primer beneficio
que el hombre tiene derecho a espe-


( 349 )
.gar de la sociedad , y esta una de las
primeras y mas importantes obligacio.
nes de los Gobiernos. Asi, no es esta
vaga generalidad la que me propongo
dernostrar, sino Weer algunas obser-
vaciones interesantes, combatir cier-
to principio jacobinico, que entendido
.y ejecutado al pie de la letra recluciria
las sociedades a un estado tal de inse-
.guridad personal, que ciertarnente val-
dria mas entonces irse a vivir en las
selvas. Las observaciones son relativas
a la importantisima ciencia Hamada
giene pablica . 6 Policia nzédica , harto
desconocida y descuidada entre noso-
tros; y el principio jacobinico es el de
que las leyes y los Gobiernos deben
dejar entera y absolutamente lib•e la
.tccion del interes individual.


Desde quo hubo sociedades, leyes
y Gobiernos entre los hombres, hubo
ya, y no pudo menos de haberla, una
verdadera higiene pUblica, 6 tun espe-
cie de policia que considerada en toda
su vasta extension se ha llamado con
propiedad urbana; y que limitada a las
precauciones legales contra todo to quo


s‘t 1.14'


C


r.




( 350 )
puede cornprometer la vida .y salad de
los habitantes, se conoce hoy con el
titulo de Policia medica ; per° lo que
en la infancia de las socieclades era una
ciega rutina y una especie de empiris-
mo traclicional o ensefiado por el ins-
tinto , ha llegado a ser en el Ilia ver-
dadera ciencia, fundada en principios
incontestables, y la mas importante


para la felicidad del genero hu-
man°. Ya se deja entender que yo no
ire it .dar aqui un tratado completo de
esta preciosa y utilisima ensefianza, ni
podria hacerlo aunque quisiera, por-
que no tengo ht instruction que para
ello se necesita; per lo que puedo y
debo hacer es manifestar su importan-
cia, y Hamar la atencion del Gobierno
hAcia urr objeto que por desgracia se
mica entre nosotros con alguna indi-
ferencia, y aun puede decirse, con cier-
to desprecio altamente perjudicial.


La higiene pnblica, Como su hom-
bre lo indica, coinprende todos los
principios cientificos en que deben fun-
darse las leyes y , proviciencias que se
dicten para conservar la salmi de los


(35r )
habitantes de ,un pais. Y ya se puede
conocer que asi corn° la higiene par-
ticular da reglas para clue cada indivi-
<Iuo evite cuanto es posible las enfer-
rnedades que la imprevision , el des-
cuido y los abusos de todas clases po-
drian ocasionarle ., y bajo este aspecto .
no hay una sola accion en la vida que
no este sujeta at imperio de estas re-
glas ; de la misma manera la higiene
pnblica es una coleccion de verdades


que los Gobiernos deben
consultar en todas. las disposiciones
que tomen ,para evitar y prevenir una
.multitud de incomodidades y males
que su reunion misma pudiera ocasio-
nar ai los individuos, y de que estos
no pueden libertarse por sus cuidados
particulares : y harto claro es por si
rnismo que no hay un solo objeto que
mas o menos no deba ser dirigido por
estas leyes tutelares.


Consideremos cada poblacion des-
de que se funda hasta que se arruina
y desaparece , y cada poblador suyo
desde que nave hasta que muere, y
veremos que nada puede hacerse en


r




'( 352 )
aquella, ni estc vivir un solo instan-
te, en que la accion ben6fiea del Go-
bierno no deba intervenir, •atin aten-
dido solamente el interes de la pnbii-
ca sanidad. e Se trata de fundar un nue-
vo pueblo ? Pucs no es indiferente que
se .coloque en alto 6 en bajo, cerca 6
lejos Cie un arroyo, en parage arido 6
abundance de aguas etc. etc. Se esco-
giO ya el sitio? No lo es tampoco que
sus calles sean rectas 6 tortuosas, an-
elms o estrechas, y que se corten en
escuadra 6 en dirccciones oblicuas; que
las casas sean excesivamente bajas, 6
alias en demasia ; que las habitaciones
sean 6 no reducidas, que estcn 6 no
ventiladas, que tengan 6 no ventanas
de un tamaito proporcionado, 6 estre-
chas clttraboyas a la morisca ; y para
resolver estas cuestiones es necesario
atender a lo caloroso del clima), y a
otras,


circunstancias locales. Las plazas
y plazuelas , los jardines, las arboledas
interiores y exteriores, los paseos pd-
blicos, las fuenteS, los encaliados quo
las surten , la materia mistna de los
editicios y el modo de construirios


( 353 )
ra evitar hater raros los incendios,
los desmontes y cortas de las selvas
vecinas si son demasiado espesas y ex-
tendidas, .6 al contrario, el plantlo y
fomento de los bosques si o no los hay,
6 son pequefios; la desecacion de los
pantanos, si los hubiere, y la limpie-
za de los cauces y orillas de los arro-
yos son objetos en quo nada debe ser
indiferente para un Gobierno que no
sea de argelinos. Solo este -Ultimo pun-
to , mirado con mas atencion por nues-
tros Ayuntamientos, haria miry Banos
a muchos pueblos periOdicamente afli-
gidos por el azote de las tercianas, y
que no deben esta plaga sino a un ar-
royuelo que los atraviesa, y tiene las
margenes cuajadas de arbustos, cuya
putrefaction en el verano es la causa
inmediata de las calenturas malignas
que reynan duraute aquella estacion;
y podria ocasionar pasta la fiebre ama-
rilla si juntamente con las materias ye-
getales se puclriesen tambien algunas
sustancias animales. e Quien sabe si csta
Ultima circunstancia verificada en las
costas fangosas de algunos puertos se-


'103TO . 23




( 355 )
rnisma razon que en las boticas no se
nos de por quina corteza de pino pul-
verizada, y que todas las preparaciones
quimicas esten hechas con el esmero
y cuidado que pide el arte! Prescin-
diendo de los comestibles, las bebidas
y los medicamentos, shay nada que
pueda mirarse con indiferencia en las
poblaciones en que viven reunidos los
indiA iduos de la especie humana ? El
barrido y regado de las canes , el alum-
braclo , el empedrado, la construction
y el been estado de las cloacas, la for-
macion de estercoleros fuera de pobla-
do, la conduction 6 ellos de la basura
de todas clases, los mataderos de las
roses, la extension, capacidad y ordeu
de los mercados prIblieos, la situacion
de los hospitales, etc. etc. etc., 'manta
atencion y vigilancia exigen de parte
de los Magistrados locales encargados
de la policia! Y la Nacion donde esta
se halla mas Bien entendida y organi-
zada, cuanto deja todavia que desear!
Que sera piles entre nosotros, donde,
exception de la Corte y algunas ca-


pitales de provincia , en las cuales ba-


( 354 )
rã la que regale anualmente a sus ba-
bitantes con el funesto presente de la
fiebre, y


no scrap los barcos de Ame-
rica los que la traygan a Europa ? De
Codas modos, quien ignora cuanto mas
vale prevenir los contagios y las pestescon oportunas providencias, que tonerluego que oponerse a sus estragos,
cuanto por


un descuido Began a ma-
nifestarse en alguna p oblacion ? (!Quiennegara tampoco calm necesario es para
este objeto, y en general para mante-
ner la .sanidad en las grandes pobla-
ciones, vigilar con el mayor cuidado
sabre los ali mentos que se vendenlos sanos, y los remedios y drogas que
se propinan a los enfermos ? i Cuan-tas dolencias se ev itarian si se cuidase
come, se debe de que las Carnes, lospescados frescos, salados y en eseabe-che, los em butidos y pasteles, los vi-nos y licores , las bebidas heladas, elaceyte, la Manteca , y en soma los ali-


mentos de todas clases, es tuviesen siem-
pre en el estado de salubridad nece-
sario para que DO ernpo nzofien a losbabitacites! iY cuanimports por




( 357 )
cicio que hacen , de los alimentos con
que reparan sus perdidas , y de los re-
meclios que han de curar sus enferme-
dades si por desgracia Ilegaron a On-
traerlas , dicho se esta que no bay en
su vida un solo instante en que el cui-
dado o descuido del Gobierno sobre
todo lo que puede tener relation con
sus personas no influya en bien O en
mat, y 6 les evite 6 les ocasione gra-
ves incomodidades y Asi no es
este el punto sobre el coal quiero yo
Hamar la atencion de mis lectores , si-
no sobre la solicited que reclaman de
parte de los Gobiernos las epocas prin-
cipales dc-la vida, que son el nacimien-
to, la juventud, la vejez , la enferme-
dad y la muerte.


En orden a la primera , sin hablar
de las casas de expOsitos y de los es-
tablecimientos de maternidad para asis-
tir a las parturientes pobres e impe-
dir los infanticidios , ocultando las
debilidades a que estan expuestas las
solteras; quisiera yo que el Gobier-
no hiciese entender a los parrocos,
porque machos ni aim habran pensa-


( 356 )
bria sin embargo mucho que mejorar
y corregir en varios ramos , se hallaIasi descuidada y abandonada esta pri-thera obligation de todo Gobierno cul-
to? Solo afiadir6 pues una


observationque com anmente no paten los que tan-
to hablan de caininos , pucntes y ca-


objet
nales, y es que estos interesantisimosos lo


son , no solamente miradospor el aspecto econOmico y mercantil,lino rnas todavia con relation a la
vi-(la y salad de los babitantes. Cada ar-


royuelo que seco y miserable en vera-no cope aquas en el invierno , tiene de
costa rnas villas al Cabo de tin siglo que
una batalla campal: cada mal Paso de


camino ocasiona mas fractavas ycon tusiones que tam paliza de monta-fieses; y pot. el contrario, la seguridadcon que se viaja por 'los canales hatedesear pie
cada Nation !Jaya tan-tos corm permitan el caudal y direc-cion de sus rios naturales.


En coanto. a los indivicluos que bande habitar en las poblaciones, con so-lo reflexionar que su vida y salad de-penden del ayre que ' respiran, del ejer-




( 358 )
do en ello, ni se les babra ocurrido
semejante idea , quo el abuso (le ban-
tizar en el invie•no a las criaturas con
el agua Iasi helada de las pilas bautis-
males, tiene el gravisimo inconvenien-
te de quo i /machos nifios la fuerte im-
presion del frio les ocasiona peligrosas
fluxiones 5 los ojos , de que algunos
quedan ciegos. Fie presenciado varias
desgracias de esta clase, y en mi mis-
rno tengo tambien la prueba de esta
verdad. Y no puede menos de ser asi.
Cuando al tierno infante que por es-
pacio de nueve meses ha estado cons-
tantemente a la alta temperatura del
send materna, es decor, a 32 grados
por lo menos, y a quien, conducida
la iglesia muy abrigado y envuelto , se
le. descubre de repente Ia cabeza , se


echa una gran concha de agua 5 la
temperatura de hielo, es imposible que
aquel sensible y delicado. cerebro no
contrayga una fuerte constipacion; y si
esta hace tiro a los ojos, como sucede
con frecuencia, y los asistentes y fa-
cultativos se


.
descuidan, la inflamacion


y la supuracion son consiguientes 4


(35g)
inevitables. Seria pees conveniente pre-
venir a los parrocos que en la estacion
rigurosa cuidasen (le que el agua bautis-
mal estuviese al temple de it; o 20 gra-
dos a lo menos, y que atm asi solo apli-
casen sobre la frente una corta can tidad..


En cuanto a la juventud 6 la edad
de las pasiones, hay un punto de hi-
giene pnblica que reclama toda la aten-
cion del Gobierno, y es la sanidad de
las mugeres prostituidas. Que en toda
gran poblacion las ha de haber, es no-
torio: que no es indiferente que apes-
ten a la incauta juventud , y senalada-
mente a Ia tropa , lo conoce todo el
mundo; y que para evitarlo es necesa-
rio pie la policia tome todas las pre-
cauciones imaginables, me parece quo
nadir, lo ncgara. (pie arbitrio habra
para que las providencias y precaucio-
nes del Magistrado no se hagan iluso-
rias? Aqui se presenta una euestiou
importantisima sobre la cual estoy tan
seguro de la verdad de mi opinion,
que no ternere aventurarla , aun con
riesgo de incurrir en la censura y el
olio de ciertos doctores nirniamente




( 36o )
t imoratos• La cuestion es esta: eDebezi
los Gobiernos permitir , autorizar y
.tenor bajo ulna severa discipline man-
cebias publican, 6 deben prohibirlas y
perseguirlas? No ignaro lo que se ha
dicho y puede todavia decirse contra
los establ


ecimientos de esta clase. Tam-
poco se me oeulta que tienen ciertos
inconvenientes inevitables: se tambien


que alegan sus defensores; y si hu.-
biese de tratar la materia con toda la
extension que permite, podria escribir
ttn volumes; pero para el objeto de
este rainier°


basta hacer esta pregunta
al moralista mas rigido: «En la inne-
gable suposicion de que en las- ciuda.
des populosas ha de haber siempre
cierto ntimero de mugeres entregadas
por oficio a la comun liviandad ,
sera el mejor partici °


religiosa, moral,
politica y sanitariamente considerado?
que sean conocidas ysefialadas , y es-


.ten bajo la inspeccion y vigilancia de
los Magistrados, 6 que m ezcladas y


ejerz
confundidas con las .matronas honestas


an su infame trifico sin sujecion
ningun reglamento, y puedan ocul-


( 361 )
tar los claims y estragos quo ocasiona-
re su desaseo, sin peligro de ser re-
convenidas ni castigadas? t Gila sera
mejor bajo todos los aspectos imagi- ,
nables? qne las mugeres pnblicas va-
guen sueltas y libres por una inmensa
ciudad,-quiten la vida a una multitud
de jOvenes inexpertos , inutilicen a
otros machos para el resto de la suya,
y pagan eufermiza y cacoquimica una
larga serie de generaciones , 6 que
acuarteladas, por decirlo asi, sujetas
regla y vigiladas en todos sus pasos
por la policia, no puedan arruinar la
salud de los incautos jOvenes que la
hurnana fragilidad Dace caer en sus en-
gafiosas reties? suma la cuestion
es la siguiente: en suposicion de que
hays prostitutas , i exigen la religion,
la moral y la salud pnblica que ademas
del daho - espiritual causen tambien ter-
ribles males temporales? 6 al contrario:
(!es del interes de la religion, de la mo-
ral y d.el Gobierno que solo causen et
dafio espiritual, ya que este sea inevi-
table? La ley divina, la que se llama
.natural, la civil, si es justa , e; no man-




( 362 )
clan todas elegir entre dos males el
menor? e no quieren que si no se pue-
de evitar todo el dailo, se impida ti la
menos una parte? Pues este es el caso:
sin lupanares reconocidos se peca, y
ademas se corrompe la salmi de innu-
merables individuos, corrupcion que
se propaga y comunica a sus inocentes
hijos: con burdeles reglamentados se
ofende it Dios, pero se evitar los da-
fios temporales que en la primera su-
posicion acompafian al pecado teo
gico.a o Diga ahora el plas tetrico mora-




lista cuAl do los dos males es menor,
y cual deberki por consiguiente prefe-
rirse en el caso de tener que optar en-
tre los dos partidos propuestos.


Hay mas: es tin hecho reconocido.
incontestable, 'que siendo


los burdeles es menor la corrupcion
de costumbres, por la innegable razon
de que muchos quienes no retracrian
del libertinage los remordimientos de
la conciencia, se contienen por ver-
giienza y pundonor. Cuando las rame-
ras estan mczcladas con las mugeres
honestas,•y viven disemidadas por to-


( 363 )
da la . poblicion, cualquiera puede acer-
carse a sus habitaciones sin temor de
que se conozca el objeto que le con-
duce, porcine en Ia misma casa moran.
familias honradas; pero (!quien es el
hombre de honor que pUblica y des-
caradarnente entra en una casa de pros-
titucion reconocida Tor tal? Esta sola
razon bastO en Ia antigiiedad para pie
se permitiesen y autorizasen los bur-
deles; y aunque el interes de la said-
dad piiblica no debiese por aquel tiem-
po entrar en cuenta, como general-
mente se cree, o fuese menos urgente
que en el dia , la sola consideracion de
que la honestidad de las matronas es.n.
taba mas defendida habiendo
lupanares , los estableci6 en toda la
Grecia, y aun en Roma en los siglos
mismos en quo eran rnas austeras y Au-
ras las costumbres de los romanos. El
celebre dicho de Caton el Censor, re-
ferido por Horacio , prueba bastante-
mente cuales eran los principios de po-
litica que en esta parte habian guiado.
al Gobierno de la Y no se
crea que los burdeles desaparecieron




( 364 )
con la introduction del cristianismo.
Sabido es que continuaron bajo los
Emperadores cristianos; que se han to-
lerado y toleran autorizados en muchos
reynos catOlicos; que los hay actual-
mente en Paris, Viena, Milan , Floren-
cia, Napoles, y hasta en la capital del
Estado Pontificioi


y sobre todo que
los hobo en Espafia hasta mediados del
siglo XVII. Y bien , e no era Espafia Ca-
tOlica y muy catOlica en todos los si-
glos de la monarquia gods, y en los
felices reynados de Carlos V y Felipe II?
No eran entonces graves y severas las


costumbres de nuestros padres? No
existia en todo su vigor el tribunal del
Santo Oficio ? (7, Y se opuso este en to-
do el siglo XVI a que continuasen las
mancebias ? 'zPens6 acaso que la reli-
gion exigia que se suprimiesen? Y so-
bre todo, e ganaron algo las costum-
bres pitblicas con la supresion decreta-
da en tiempos muy posteriores? Ha.
silo desde entonces y es menor hoy
la corruption porque, no habiendo me-
retrices matriculadas y reconocidas por
tales, se puede perseguir arbitrariamen-


( 365 )
to h toda la que no soborna al algua-
cil 6 al alcalde de su barrio? que se
reclucen en surna esta persecution é
intolcrancia? A que dos o tres entre
cada mil son puestas en reclusion tem-
poral, y perdidos sus pocos bienes se
yen obligadas cuando salen a entregar-
se al libertinage con.mayor desenfreno
y abandono. Y el lenocinio ono existe?
z se ha desterrado acaso del mundo
porque se ernplume cada treinta aims
a una de las miserables que se declican
a este vergonzoso comercio ? Al con-
trario , lo que secede con-el lenocinio
clandestino es que la actividad y zelo
de las corredoras se ocupan en seducir
a las hijas de familia y a las mugeres
casadas; cuando si las Celestinas es-
tuviesen sujetas a patente y fitesen co-
nocidas del Magistrado , se litnitarian
a las solteras ya viciadas.


No es esto decir que, olvidada ya
entre nosotros hasta la memoria de las
antiguas mancebias, se hayan de res-
tablecer de pronto, por ley, y solemne-
mente ; esto seria escandaloso. Quiero
decir que por ahora es urgente y ur-




( 366 )
gen tisimo, Util, atm religiosamente con-
siderado, y necesario como articulo de
higiene pUblica, que la policia en las
grandes--ciudades tenga secretamente
matricula formal de las rameras que
en ellas haya, que cele muy particular-
mente su conducta, que cuide macho
y se asegure del estado de su salud ; y
( 1 110 las madres , aunque no pongan ta-
blilla, sean responsables de los des6r-
denes y males de todos clases que sus
burdeles pudieran ocasionar. La poli-
cia de las mugeres publicas es ono de
los ramos que con mayor zelo y me-
jor exit() atiende la de Paris. Y esto sin
contar con ciertas noticias que solo por
su medio pueden obtenerse , y que en
algunas circunstancias ban sido y pue-
den ser muy importantes. De todos
modos, y sea lo que se quiera de la
cuestion teOrica de los burdeles pUbli-
cos , lo que si es necesario entre noso-
tros es que no se mire con tanto des-
cuido como hasta aqui la parte de la
salud. Contemple 1,1 policia los estra-
gos horribles que diariamente hacen
en las ciudades populosas las enferme-


( 367 )
lades sifiliticas, y juzgue si hay algun
otro objeto que con ins prelerencia
reclame su atencion y solicited.


Despues de escritas las anteriores
observaciones se ban publicado en on
periodico algunas muy sucintas y li-
geras, que pudieran parecer contrarias
a la opinion que yo sostengo; pero
hien examinadas se vera que no lo son.
Por cuanto puede colegirse de aquel
articulo parece que sn actor cree


que se evite la disolucion reani-
mando con misiones la amortiguada
virtud (le los espalioles; y en este caso
dice que no se deben permitir ptibli-
cas prostitutas. Y yo digo lo mismo.
Siempre pie de cualquier modo pueda
lograrse que no haya prostitucion, y
no la habra ciertamente si no hubiere
quiera la pague , es justo y justisimo,
titil y utilisimo, necesario y necesari-
simo que se destierre del mundo la
plaga y el horrible azote de las prosti-
tutes. Pero si, como yo creo , mien-
tras haya en el mundo hombres y mu-
gores, sean de came y hueso, y vivan
reunidos en ciudades populosas, sera




(568)
eternamente imposible acabar con la
juvenil disolucion, la cuestion siempre
es la misma , a saber: «En suposicion
de que exista este comercio, e qu6 sera
mejor? e que se ejerza sin sujecion
ninguna regia, 6 que este. reglamenta-
do? que las personas que a el se de-
dican esten bajo la inspeccion y vigi-
lancia de los iliagistrados, 6 que no to
csten, y ni aun scan conocidas?» Esta,
vuelvo a decir, es la cuestion : decida-
la el mas estirado teOlogo y mas pia-
doso politico; y con estas 6 aquellas
restricciones vendrA necesariamente
coincidir con mi opinion. Si es nece-
sario que 7tnya escandalos , disminn-
yase a lo menus el ninnero de los ma-
les que &ben ocasionar. Y pars esto
zque remedio? No perder de vista y
teller a raya a las personas que escan-
dalizan. Yo a lo maws no hallo otro.


Sobre los auxilios que de justicia
reclaina la desvalida vejez en su inch-
gencia, Nue puede hacer un simple y
oscuro particular mas que elevar al
trono su voz, y clamar y pedir que en
toda gran poblacion , y a to menos en


( 369 )
las capitales de provincia , se establez-
can hospicios en que • los pobres inva- •
lidos sewn manterridos, y se les ocupe
en aquel genero de trabajo que puedaiu
desempefiar? El ejemplo de otras nit-
ciones, y entre nosotros mismos el
magnIfico hospicio de Cadiz cual estu-
vo en otro tiempo ( en el dia no se si
contiuiia como entonces), ban demos-
trado practicamente la utilidad, las yen-
tajas y el pocoo ningun coste de se-
mejantes establecimientos. Qtre digo
coste? Uri hospicio been dirigido pue-
de dejar .todavia utilidades y ganancias
despues de cubiertos los gastos.


Respecto de los hospitales, nada
puedo afiadir a lo mucho que se ha
dicho y escrito sobre la materia. Una
sola observacion importante se me
ocurre, y es que los hospitales se ban
de mirar no solo com p


estableeimien-
tos Utiles y necesarios para la curacion
y asistencia de los enfermos pobres,
sino com© escuclas de medicina. Algo
de esto se hace entre nosotros; Pero
aun no se saca todo el partido que se
pucliera de estos vastos depOsitos de


TOMO II. 24i




(37o)
'enfermos y enfermedades. Deben arre,
glarse de manera que no se presente
en ellos una dolencia cuya historia no
se escriba, ni fallezca una persona sin
que se abra y examine su cadaver,
consignandose en on registro el resul-
tado de la inspeccion cadaverica. iCuan
distantes estamos de la perfection aun
en aquellos ratnos en que nos creemos
arias adelantados y sabios!


Acerca del Ultimo instante de la vi-
-da, en (pie el hombre cesa de estar ya
bajo la accion de la ley, hay todavia dos
-circumstancias en que puede


.ejereitar-
se la proteccion bendfica del Gobierno:
la certeza de la muerte, y el lugar del
enterramiento. Sobre lo primer() nada
tendria yo que decir habiendose dado
ya oportunas providencias .para que
ningun cadaver sea inhumado hasta
pasadas 24 horas del fallecimiento, y si
este. fttere repentino, hasta cumplidas 48;
Pero habie ► do lido testigo de que en
los pueblos pequenos no se observa esta
orden con la printualidad que merece,
no puedo menos de clamar contra el
abuso de enterrar por la mailana a to-


( 371 )
do el que ha fallecido en 'la tarde y
noche anterior, antique solo hayan pa-
sado 4 , 6. to, to Inas t 2 horas des-
de el instante en que se le supone fi-
nado. Este abuso, contra el coal clamp
ya en su tiempo el juicioso Padre Fei-
kit), existe todavia en algunas . partes,
y es menester que desaparezca. Son tan
dudosas senates de muerte actual,
y hay tantos ejemplos de personas te-
nidas por muertas cuando solo eStaban
asfixiadas, y que fueron enterradas vi-
vas en esta falsa creencia, que la sola
posibilidad de que una vez se repita
tan horroroso y cruel asesinato , Basta
para que no se tolere el menor descui-


, do en materia tan delicada • y trascen-
dental. En cuanto . al lugar (lel enter-
ramiento, estando ya mandado queen
todcs los pueblos se construyan cemen-
terios , y habiendose • adelantado mucho
en la ejecucion de esta leiy tan benefi-
ca, sabia y necesaria, no tocaria yo el
punto si con este rnotivo no tnviese
que hater una observacion importan-
te, y que se refiere directamente al ob-
jeto (le esta obra, y es La signiente. Cla-


-




3 7 )
man en alta voz los j acobinos que laley


es, 6 debe ser, la expresion de la
voluntad ge


neral; que el legislador de-
be consultarpara todas ellas la•opinion


.phblica.; y que cualquier providenciaclue abie
rtamente la contrarie, es por


solo este hecho injusta; barbara, tiza-nica y abo
minable. Muy hien; pero yoles pr


egunto: la ley que prohibi6 los
enterrarnientos en las igiesias, (1


file jus-
ta benefica y paternal, 6no lo fue? (Illebi6 darse, 6 no clehi6
darse cuando se did ? Pareceme que na-
die (lira clue hie injusta, perjudicial,
necia , in liumana y opresiva, y que no
debiO promillgarse. Esta- hien; pero
vilely.) pr


eguntar: esta ley e lite la ex-
presion de .la voluntad general?


e fUe
conforme a la opinion phblica ? No
fue al contrariO resistida y desobede-
cida por largo tiempo, y no en uno
otro pueblo, sino en casi todos ellos,y no por solo el capricho de los cle-
rigos , sino a i nstancias y con general
aprobacion de sus habitantes ? Hoy
mismo no hay to.clavia muchos y mu-
chisimos lugares en que aun no se ha


( 373 )
construido el cementerio fuera po-
blado ? Y en aquellos en que ya se ha-
llan establecidos, cuantas dificultades
ban teniclo que superar para conse-.
guirlo las personas ilustradas que co-
nocian toda la importancia y utilidad
de lo que rnandaba el Gobierno?'
que se infiere de aqui? Que cuando la
ley es buena en si misma , y fail 6 ne-
cesaria , el legislador debe dada sin
curarse de que sea 6 no la expresion
de la voluntad general: basta que 'sea
la expresion de la verdad, de la razon
y de la justicia; y que esa que se lla-
ma opinion phblica puede ser, y lo es
muchas veces, errada, funesta, brutal
y contraria al interes mismo de los
que estan imbuidos en ideas equivoca-
das, o dominados de mines paSiOnes,
6 preocupados por rniras de • interes
personal; y que en este caso es nece-
sario que el legislador, ayudado de la
casi imperceptible minoria de los hoM'-
hres verdaderamente ilustrados, se atre-
va a tener razon contra la inmensa ma-
yoria del vulgo ignorante, y que a des-
pecho y pesar suyo le haga toclo el




(374)
Lien que ahora no conoce y aun Ilia
conocera„ bendiciendo la man °


pode-
rosa y benefica que le hizo feliz por
fuerza. Si porque el pueblo, y en este
nnmero entrap ninclms hombres con
peltica, resiste una providencia de buen
gobierno no se hnbiese de promulgar,
habria a estas horas un buen alum-


brad°
en Madrid? e,


estarian limpias y
empedradas sus calles? no pisariamos
aun la deliciosa rnarea, y oiriamos los
armoniosos gruilitlos de los cerdos de
S. Anton ? t Quien ignora cuanta resis-
tencia opuso nuestra


.
heroica manole-


ria „ y una muy buena parte de los que
no son manolos, a las 6 tiles y acerta-
das providencias del Gobierno, y cuan
saludable file el teson constante con
que,las hizo .ejecutar Carlos III, a pe-
sat' del amailado motin que se hizo es-
tallar para que no tuviesen efecto ?
quien no bendice boy la memoria


.
de


ague" juicioso e in comparable Monar-
ca ? Aprendan puts en, el los Soberanos,
cuando tengan razon en lo que man-
den, A no arredrarse por los impoten-
tes cliilliclos


fine Haman opinion


( 37 5 )'
pUblica, siendo por lo general la opi-.
nion de una •seeta , de un partido, y
cuando mas,. el resultado de secretas
insinuaciones env iaclas a los pueblos per
ciertos intrigantes cortesanos. Obpen.
bien, que la verdadera opinion pUblica,,
aunque al principio no parezca favora-
ble , ella se pondra de su parte , y no
se tarclara mucho. Solo el Principe es el
que ilustrado por sus Ministros y Con-
sejeros legitimos puede saber, y sabe,
lo que conviene: el pueblo , lo que se
llama pueblo, no sabe por lo comuri
lo que se pide; u por mejor decir, , so-
lo pide to que sus directores inmedia-.
tos le mandan o le. aconsejan que pida,
De esto se volvera a bablar en su
Lugar.


Entretanto, ejemplo solo que aca-
bo de citar, y las breves reflexione s que,
me ha sugerido , bastan para refutar el.


jacobinisirno principio de que las leyesy los Gobiernos deben dejar entera y
absolatanzente libre la accion del lute-
res particular. Imposiblc es inventar


anyuna doctrina mas falsa , funesta -


tisocial. Lo es en. tanto grado, que si,




(.3 7 6 )
•Se practicase literalmente, seria prod-so ah


andonar las poblaciones, renun-
ciar a la so


ciedad civil, e irse a viviren los d
esiertos, como los solitarios dela T


ebaida. Y no parezca exageracion.
Exam inernos brevemente lc, quederia entre los hombres si se dejaselibre y desenc


adenada la action del in-teres
y resultara tan claro


coma la Luz, que las cavernas de los
montes serian preferibles a las socie-
dades gobernadas por ague! principio,
y la soledad una mansion mas segura
que los pueblos en quo cada particular
pudiese bacon impunemente lo que exi-giese sit particular conveniencia.


Dejese libre la action del interes
privado al.tiernpo de fundarse las ciu-dades, y despues de fundadas para to-do lo eine concierne a su aseo, conser-


vacion y salubridad:.eque resultani in-faliblemente ? Que cada particular se


mejor
apoderara de Ia portion de terreno que


le cuadre, y edificara su casa de
la manera que le parezca mas


cOmoda,
sin curarse de si quita la luz y perju-dica a su veeino , si la


calle saldra de-


( 377
recha 6 torcida , ancha o angosta, tran-
sitable 6 intransitable para tal 6 coal
pinto deterniinado etc. etc.; que con-
tento cada uno con asear lo interior
de su habitation, arrojara a Ia calle las
inmundicias de todos claseS, y la ciu-
dad entera se convertira en una inmun-
da cloaca ynn asqueroso inuladar; que
nadie querrA gastar su dinero para ilu-
ininar de noche y empedrar siquiera
las aceras de sit casa; que reedificar
los edifitios que se arruinen, cada uno
se tomara . dos, tres, cuatro, eine.° 6 mas
pies de la propiedad cornim; que uno
levantara una torre de Babel ,dando
cinco, seis a siete pisos A la- casa que
construye para alquilarla, y otro vie
quiere habitarla por si mismo la deja-
ra en cuarto bajo, o a lo mas en prin-
cipal; que el uno ponds el corral a la
entrada , y el otro las zahurdas, las ca-
ballerilas 6 las cocheras, etc. etc. Y no
se- diga que estas son arbitrarias supo-
siciones , es


• la historia de todos los
pueblos antiguos, que atm existen pa-
ra testigos irrecusables, y la de los que
todavia no tienen una buena policia;




(378"
es decir, de todos aquellos en que fa-
accion del interes particular no esta
sujeta a las Ordenes del Gobi'erno , y
no es dirigida y reglamentada por sa-
bias disposiciones.. RecOrranse , no la
Turquia y los Estados berberiscos, Si-
no. las naciones mas civilizadas, y en-
sus antiguas poblaciones se veran to-
davia vestigios de la antigua barbarie;
es decir, de aquellos siglos felices en
que no habiendo aun buena policia Ur-
bana se dejaba fibre y nmy libre la ac-
cion del interes particular. Comparen-
se luego esos restos de las antiguas po-
blaciones con las nuevamente construi-
das bajo reglas dictadas sabianaente por
los Gobiernos municipales , y digase de
buena fe si son mayores los inconve-
nientes que resultan de que el interes
pnblico y general limite y regularice
la accion del privado é individual,
los que son inevitables cuando este obra
sin sujecion a ninguna regla. Que ha-
blen entre nosotros las nuevas pobla-
ciones de Siexramorena, Cadiz, la Bar-
celoneta y algunas otras, y el mismo.
Madrid tan mejorado en sus edificios


( 379 )
y su limpieza desde el reynado de Car-
los HI; que liable la Inglaterra toda
convertida en un tablero de damas en
el espacio de un siglo; que hablen
ris , renovado y hermoseado en el es-
pacio de 20 afros, Marsella en su par-
te nueva , Bardeos, y aun las moriscas
ciudades die Montpellier y Nimes en
sus nuevas construcciones; que hable
toda la America inglesa, y decidase lue-
go si es mas ventajoso dejar sin rienda
al interes privado, que obligarle con-
currir a la comodidad general.


Dejemos ya las poblaciones mate-
riales, y veamos que seria de los po-
bladores mismos si estuviese absoluta-
rnente libre la accion del interes par-
ticular, y si la ley no les estorbase ha-
cer cuanto les pile su tan recomenda-
do interes. Demasiado lo estamos vien-
do. Si a cada uno se le dejase hacer lo
que mas enema le tiene, el carnicero,
prescindiendo de la fidelidad del peso,
nos dari:t la oveja mortecina por car-
'nero nano de la Alcarria, y la vaca sar-
nosa por buen cebon de Galicia; el
salchichero y el pastelero reilenarian




.11


( 38o )•
sus embutidos y pasteles con carne de
perro, caballo , burro, y quiera Dios
no aiiadiesen alguna tajada humana,
corno ya hizo un pastelero de Paris ; et
bodegonero y fondista nos darian gato
por liebre, y los besugos apestados; el
botillero venderia las bebidas estadizas,
y si se le dejase las prepararia en cobre
mal estaliado; el boticario daria raiz de
retama muy Bien molida, cuya Libra le
costaria tres cuartos, en higar de la
corteza peruviana que vale tres o cua-
tro duros etc. etc. , porque es inntil
extender enumeraciones que cualquiera
puede hacer. •


No hablemos de lo que haria si se
le dejase libre el interes privado de los
proveedores, mayordomos y sirvientes
en los hospitales, hospicios, colegios
y demas establecimientos; ni de lo que
harian los sargentos, cabos y ranche-
ros en los cuerpos militares, si no se
vigilasen y castigasen sus picardias. No
hablemos tampoco del Mien orden y
aseo que habria en los mercados
blicos, si la distribution y colocacion
de los puestos 'se dejase al arbitrio de


( 38i )
los mismos vendedores; ni descenda-
mOs • otra infinidad de menudencias
importantes en la policia de los pue-
blos. Lo dicho Basta para que resnite
tan demostrada como las verdades ma-
tematicas la siguiente proposicion: «En
ninguna materia que tenga conexion
con la coinodidad, salmi y Bien estar
de los hombres, puede dejarse libre la
accion del interes individual sin que
resulten. gravisimos danos y terribles
inconvenientes: ,) proposition, que Co-
mo se y e, es precisamente. la contra-
dictoria de la maxima jacobinica que
me propuse refutar. Pees asi son todas
las insignificantes palabrotas y vagas
.generalidades a que tan gratuitamente
se ha dado el titulo de principios. Aqui
se ve demostrativamente. Si hay en po-
litica una verdad incontestable, un ver-
dadero principio, es el de que cabal7
rnente los hombres se han reunido en
sociedad y han establecido !eyes y Go-
biernos para que las !eyes y los Ma-
gistrados dirijan, sujeten y regularicen
la accion del interes particular, y la
•agan concurrir, , quiera 6 no quiera,




( 382 )
al interes general. ()tie seria de las na-
ciones si a cada individno se le dejase
hater todo lo que su interes • privado
le inspira y le acouseja ? En aquel dia
no solo acabaria la sociedad, lino que
el genero humano todo se pondria en
estado cle guerra perpetua, y destines
de una larga lucha acabaria por des-
aparecer de la tierra. No bay arbitrio:
el interes del clue no tiene, es robar al
que posee; el del ofendido, es• vengar-
se del agresor; el del que vende, en-
gariar y estafar si puede al que corn-
pra; el de este, pagar por el genero
menus de lo que vale, etc. etc. etc.


Y no se diga que el interes privado
que se opone al general es un


• interes
mal entendido , y que de este no se
habla. T.° Ann concediendolo, como la
experiencia de sesenta siglos- nos ha
probado que los individuos entienden
mal su interes , resulta al fin clue es
necesario y muy necesario Tie la ley
y los• Magistrados se le hagan en ten-
der , mal que les pose, y entrar por el
camino derecho. 2.° Es falso que solo
el interes particular mal entendido sea


( 333 )
el que estA en contradiction con el in-
leres general: hay muchas y muchisi-
mas ocasiones en que los individuos,
obrando por un interes muy bien en-
tendido, .pueden incomodar'y perjudi-
car a sus convecinos. La verdulera que
sale de su puesto fi importunar A los
.que pasan pars que la comprcn sus es-
parragos 6 colitiores, entiende bien y
inuy bien su interes, porcine asi ven-
derd mas que estanclose •quieta en sit
puesto; pero este su interes tan bien
entendido no es el de los que cruzan
por aquel parage: el de estos exige
contrario , que el paso este fibre y des-
embarazado de cualquier tropiezo 6 es-
torbo que retarde su camino, 6 les obli-
gue it dejar la acera y a meterse de pies
en el arroyo. El interes muy bien en-
tendido del pordiosero es acometer
todo yente y viniente, porcine entre
tantos algnno data limosna.; pero el in-
teres del que pasa , y aun el de toda
la sociedad , es que el pordiosero este
recogido en un hospicio en dondc ga-
ve su alimento sin ser gravoso A sus
convecinos, etc. etc. Vuelvo a repetir,


V.




( 384 )
y repetire todavia muchas veces, to que
ya dije con otro motivo: u este es el
mundo real: el de los jacobinos , y aun
el de ciertos economistas, solo se ha-
Hard en los espacios imaginarios.),


S. 2..o ••


Proteccion contra los males y Banos
que pueden causarnos los individuos
privaclos.


Es tan evidente que en el estado de
sociedad todos tenemos derecho kque
las leyes y el Cobierno nos preserven
en cuanto es posible de este genero de
males, que en efecto la mayor parte de
las leyes criminales y civiles se hacen
con este objeto. Las civiles, arreglando
todo lo perteneciente a las cosas y
las personas, se proponen impedir que
estas no se .usurpen unas a otros as- .
tuciosa y fraudulentamente sus respec- .
tivos derechos y pertenencias; y las cri-
rninales se oponen igualtnente a pie
con violencia se perjudiquen unos
otros los individuos en los bienes que
se Haman naturales y de fortuna ; es de-


( 385 )
tiir, (pie procuran evitar por medio de
los castigos que los individuos abusan-
do de su fuerza fisica 6 de su maila se
causen uno a otro el menor dano en su
vida, salud , honor y bienes. Esta es
cosa Marto sabida, y en ella convienen
todos. Asi no. es esta verdad notoria la
•que yo me propongo ibistrar, porque
seria perder' el tiempo, no habiendo ni
pudiendo hater tni hombre racional
vela impugn , situ) tocar ciertas.cues-
tiones en las • :iales.,• como en tantas
otras de las que Ilevamos examinadas,
ha procurado el jacobnrismo introdu-
cir sit veneno.


Ante todas cosas es menester .sepa-
rar lo quo directamente pertenece a la
seguridad personal, de pie aqui se es-
t tratando , y lo que no se refiere a •
ella sum de up modo indirecto. Esta
es la legislation civil. Todas sus dispo-
siciones tienen por objeto asegurar los
derechos de los individuos,. e ,impedir
que los linos usurpen los de los otros;
y como usurpandolos se causa cierto
dano al particular a quien se le nsur-
pan , es evidentc quo las leyes civiles


TOMO II. 9.5




( 386 )
se dirigen tambien a impedir cierto ge-
nero de danos; pero no son estos de
los que se trata cuando se habla de la
seguridad personal, son, corno he di-
cho, los que directamente °fenden Ia
persona. Y aun respecto de los bienes,
si estos se comprenden en el mimero
de las cosas que la sociedad debe pro-
teger por el principio de la seguridad
general, no es en el , coneepto de sim-
ples propiedades consideradas C01110 ta-
les, sino en cuanto de su perdida re-
sulta cierto dano personal al dueilo
quien se le- roban. No tenemos pues
que hablar aqui de la legislacion civil,
Ili de la especie de protection que nos
dispensa, sill° de la que debemos a las
leyes llamadas criminales. Limitando-
nos pues a estas, hay que distinguir to-
davia el cOdigo que laS' : contiene , los
tribunales que las aplicaii, y la fuerza
pUblica que asegura su ejecucion. De
los tribunales 6 jueces hablare en el
parrafo siguiente: aqui me limitare


. los codigos criminales y a la fuerza pro-
tee tora.
• Relativamente a las leyes crimina-


( 387 )
les, no se esperara sin dada que yo
presente un proyecto de codigo penal,
ni que discuta las reglas generales quo
deben tenerse presentes para formarle;
porque rii es propio de este lugar, , ni
semejante obra puede serlo de tin hom-
bre solo. iQuiera Dios que aun reuni-
dos varios sabios jurisconsultos acerta-
sen 6 darnos una buena legislacion cri-
minal! Poe el .ensayo que hicieron Mies-
tras liberalisimas COrtes, y por las fun-
dadas criticas que mereci6 su informe
compilation, ha podido conocerse cuan
dificil empresa es Ia de clasificar y gra-
duar todos los delitos posibles , y asig-
nar a calla uno Ia pena correspondien-
te. Lo que yo me propongo pues en
esta parte , es hater una observacion
sencilla, pero importante, Tie sugiere
Ia misma dificultad de la obra, y decir
algo solve las famosas cuestiones de la
pena capital y del derecho de perdonar.


La observacion es la signiente: Si
por confesion de los mismos jacobinos,
y aunque ellos no lo confesaran, por
evidencia notoria, es empresa tan ar-
dua y tan dificil la de formar tin linen




( 388 )
cOdigo criminal; si el legislador que
haya de componerle debe reunir al es-
tudio mas profundo de la legislation
en general, gran conocimiento del mun-
do y del corazon hurnazio, y una ins-
truccion casi universal en las ciencias
morales, y no. ser del todo forastero
en las exactas y fisicas; si ademas do-
he estar dotaclo de una prudencia con-
sumada , 'de una sensibilidad exquisita,
y de una rectitud inalterable para que
Ili la excesiva compasion, ni el acalo-
rado zelo le desvien una linea del pun-
to medio que separa el justo castigo
por un lado de la demasiada lenidad,
y por otro de la crueldad inUtil ,
bra todavia quiet) pretenda y pueda
sostener . con firmes y valederas razones
Tie.


las leyes &ben ser la expresion de
la voluntad general? Ann prescindien-
do por ahora de las politicas y civiles,
en las miles , ya quo no sea menor la
dificultad ,


que eu las criminales, a lo
mends los errores no son de tanta con-
secueucia y pueden repararse y en-
meudarse despues quo se cometieron;
cosa que no se verifica en las Ultimas,


( 389 )
porque al muerto no se le puede re-
sticitar, ni al azotado quitarle de enci-
ma los azotes que recibii); cOmo las
penales, si han de ser sabias y
pueden ser en ningun caso la expre-
sion de la voluntad general? Stiponga-
mos , por imposible, que todos los ha-
bitantes del vasto imperio de Rusia se
juntan en una inmensa llanura para
discutir y decretar un proyecto de c6-
digo criminal ; o para que no se diga
que liacemos suposiciones absurdas,
demos (ie los.solos ciudadanos activos
se constitnyan •en asambleas primarias
a la francesa , 6 en juntas parroquiales
A la espaliola, y que se les presenta no
cada cuestion en si misma para que la
discutan y resuelvan, sino la resolution
ya dada; es decir, que se les manila,
no que formen elks el cOdigo , sino
que vote') articulo por articulo el que
se les entrega ya formado. iQud res-,
pouden y decretan los ciudadanos ru-
sos, y lo mismo seria poco mas 6 me-
nos de los alemanes 6 franceses, sobre
cada una de las infinitas, delicadas y
dificilisimas cuestiones que ya se les.




( 39 T )
por consiguiente seran Ia expresion,
no de la voluntad general , sino de Ia
de cierto tifimero de legistas. Si no per-
tenecen esta clase todos los legisla-
dores, y hay entre ellos labradores,
tesanos , militares ,. simples teelogos,
maternaticos, fisicos, quimicos , diplo-
maticos , rentistas, empleados de otros.
ramos, literatos, poetas, medicos, ciru-
janos, boticarios ,:mtisicos y ensaladis-
tas, lclue resultari? Que todos estos se-
nores tendran que pasar por to que ha-
gan los leguleyos' de oficio , 6 si se
empenan en enmendarles la plans; di-
ran y Baran tantos solemnisiinosIdis-
parates , cuantos necesariamente paten
y dicen siempre los que se meten
hablar de to que no entienden.: en su-
ma ,-que ci serail votos de. reata ,,y juz-
gartin sobre palabra , 6 formaran. un
cOcligo penal monstruoso, impractica-
ble 6 injusto. La primera parte , con..
algo de la segunda, la hernos vista ya
.practicamente en nuestro salon de COr-
tes. zQue voluntad expresd el. celebra-
do COdigo criminal que nos dieron
nuestras. sabios representantes? La, de


( 390 )
clan resueltas? eQue se resolvieron con
acierto , u que es desatinada la soiti-
don ? Ctia/quiera cosa que digan sera
decir por decir; porque de calla die?,
mil, uno solo tal vez no tendra la ins-
ruccion (ie se necesita para decidir


con c
onocimiento de causa. Y sin este


conocirniento,,eque sera esa decision


de la multitud? que se reducirà esa
voluntad general ? A una resolucion
aventurada y arbitraria , a un Caprich


►irrational : porque claro es que sin me--
• tivos muy poderosos y fundados, y sini


nstruction en la materia, es una te-
meridad adelantarse a juzgar. Pasemos
mas adelante. No supongamos que et
pueblo en persona haya de sancionar
las leyes, como pretende Rousseau:
tengase por suficiente la decision de
un cuerpo legislativo, y sea este mas 6
nienos lit imeros0 , y este compuesto y
formado de esta a aquella manera
que mejor agrade. 0 todos sus indivi-
duos son jurisconsultos, o no lo son.,
Si lo son , tendremos entonces que un
cuerpo de letrados es el que discute,
bace y decreta las leyes, y que estas.




( 392 )
la comision que le present6 ; y si se.
hicieron en el proyecto alganas ligeras
alteraciones, las indicaron otros legis-
tas. Y los demas senores que parte
tuvieron en tan importantes leyes? La
de . sentarse y levantarse para it apro-
bando a docenas


. artionlos y tittdos en-
teros, sin entender-las mas veces ni
ann los terminos


.
legales .


•en que esta-
ban concebiclos.' , Este . ,. vuelvo a repe-
tir, es el mundo de la tierra, es el


.
m un-


do real , y a esto ,• se-reducen , ailado,
los cuerpos represen-
taciones uacionalesi: .


a que en resottr-
cion,se


• hace en-todoi y por todo la. va-
luntad
dos 6 tres docenas . de ilidi--


vidtros,qtre 6 tienen mejor charla , .6
saben
poco masque sus. colegaS , 6


son mas a.trevidos v nettdantes.....Los'do-
rms, es
las • :,ere


-d&imas par-
tes,' alzan y •ajan oabeza maquinal-
mente . corno los


• swiatis-baratts• , y for-
man la comparsa de: la _comedia. i.Ah
pueblos, pueblos! hasta cuAndo os pa-
gareis de palabras,'y os dejareis guiar
y conducir por charlatancs ? Si hay en
estas rnaterias una verdad demostrable,


(393)
cs la de que todavia no se ha hecho
ni se hara jamas, a no ser en repiibli-
cas como de San Marino , una ley
clue haya silo o sea la expresion de la
voluntad general. .Y sin .embargo, su
contradictoria ha pasado por un dog-
ma, y Iv que es. poor, pasa todavia por
tal entre los que se Raman grandes
hombres. i Pobre genero humano, y
como juegan contigo los que•se dicen
tus doctores y maestros!


La gran cuestion de la pena capital
pudiera darme materia , si quisiera os-
tentar erudicion , para coruponer tin
larguisimo tratado; pero como no tra-
to . de -pedantear, sino de ser la
reducire a. terrninos muy breves y


No tiene duda que si algun. dia
Ilegaran. los..hornbres• a nil estado .tal
de inoralidad y virtud que todos cum-
pliesen siempre• con todas sus obliga-
ciones religiosas, dourest:teas y civiles,
publicas y privadas, se podrian abolir
y desterrar del mundo no solo la pena
capital , sino los &rims cistigos; y atm
llegarian a ser inntiles las leyes todas,
"limos. las que se Haman politicas. En




( 394 )
efecto, s3 los hombres fuesen- tan ins-
trnidos que por mismcs conociesca
en cada ocasion lo que debian hacer,
y tan virtuosos que siempre lo ejecti-
tasen , no habria quo hacer otra cos:
en las sociedades huYnanas sin° distri-
buir los cargos ptiblicos y deslindar
sus respectivas facultades y coMisio-
nes ; pero no estamos en este caso. Por
desgracia vivimos en un mundo, y en
el viviran todavia Inengos siglos las
generaciones Inturas , en el coal hay
tin gran unmet


.° de hombres inmora;-
les, viciosos y corrompidos, a quienes
sin embargo pueden contener en sus
extravios y


. maldades el terror y Ia vis-
ta de cicrtos.castigos moderados; y otro
mirnero, no-tan grande, pero mas funes-
to, de hombres profundamente malva-
dos , incorregibles., endurecidos en el
crimen y con naturslizados con .61, es-
pecie de monstruos con figura hurna-
na, a los cuales solo la idea espantosa-
de Ia muerte, y la vista dc tin infamante
suplicio son capaces de aterrar y con-
tener; y atm esto cuando no les que;
da la menor e.cperanza de que su delito,


( 395 )
si le con-teen, puccla quedar irnpune
ignorado. Semejantes hombres a todo
se atreven mientras estan seguros de
no morir ; porque siempre se lisonjeaji
de que en las reclusiones temporales
y aun vitalicias tendran medio de es-
caparse , a unit stibita revolucion les
abrira espontaneamente la puerta de la
prision , e innumerables ejemplos les
prueban que no es infundada su espe-
ranza. zQue castigo habra pees capaz
de intimidarlos y contenerlos? El • de
la pena capital; y atm este, respect°
de algunos y en determinados casos,
sera tal vez insuficiente. Que. seria
pues si se les quitase este freno Unico,
aunque no siempre tan poderoso
mo ser debiera? La experiencia lo ha
dicho que, se multiplicarian. espanto-
samente los delitos. Asi sucedi6 en Aus-
tria no ha machos arms, cuando abo-
lida Ia pena de muerte por unit mat
entendida filantropia, fue precis° res-
tablecerla. Y atm cuando la experien-
cia no lo dijese , la sola razon lo prue-
ba. Nacho Mega, ni negarsc puede, que
sicndo el terror de la pena el quo re-




T


(39C)
trae al hombre de cometer los delitos,
tanto mas eficaz sera el temor,


, cuanto
mayor fuere la pena; es decir, cuanto
mayor sea el mal con que la ley nos
:menace. Y no hay tampoco duds en
que todos tenemos a Ia muerte por el
mayor de los males: Si amenazAndonos
pues la ley con un mal el mas temible
de todos, la quebrantamos todavia, equ6
fuera si solo nos amenazase con males
reputados por inenoresit


Que Ia viola-
riamos con mas frecuencia y facilidad.
Esta es una dernostracion , 6 no las hay
en el mundo.


No se infiera de aqui que las leyes
penales cleben ser nimiamente severas
y crueles , e imponer el ultimo suplicio
por las mas ligeras y pequeilas tnms-
gresiones.


• Esta seria muy mala logica;
porque las penas legates tienen dos ob-
jetos muy chstintos y separables , el
castigo del delincuente, y el escarmien-
to de los &rms. Y asi, aunque mira-
das comp ejemplos saludables para los
que no han dclinquido todavia, debe-
rian ser terribles aun en los delitos mas
leves; serian inicuas consideradas co-


( 397 )
3110 castigo. Para que estos sean justos
es menester que la cantidad cle clan°
que por ellos se irroga al delincuente
sea, no matemkica , porcine es imposi.-
ble rnedirla con el compas , sino mo-
ralmente proporcionada a la del daiio
Tie 61 caus6 a la sociedad. Por esto,
aunque para evitar o disminuir los ro-
bos convendria tal vez amenazar con la
muerte al que robe una peseta , esta
pena, fuera de alguna circunstancia ex-
traorclinaria, seria en realidad demasia-
do cruel y notoriamente injusta; por-
cine el mal que se hiciese al delincuen-
te al ejecutaria, seria incomparablemen-
te mayor que el recibido por el roba-
do; y aun por la sociedad entera. He
dicho a no ser en circunstancias extra-
ordinarias , porque estas pueden legi-
timar lo que en otro caso seria abusi-
vo a injusto. Las circunstancias eu que
se ' pace una ley son en efecto las que
deben decir si en.las penas se ha de
atender alas A to condigno del castigo,
que. lo saludable del ejemplo , 6 al
contrario. En tiempos ordmarios y tran-
quilos, y entre un pueblo rnorigerado




( 398 )
debe predominar la primers considera-
cion ; en tiempos de revuelta, en el des-
enfreno de las pasiones, y en una na-
cion notoriamente pervertida y extra-
viada , puede inclinarse algun tanto la
balanza al extremo del rigor. Esto se
entiende en los delitos commies, que
en los llamadOs- politicos hay que aten-
der A otras rnuchas consideraciones que
aqui no es del-caso determinar.


Una cola reflexion harts todavia so-
bre esta importante cuestion , y sera
un dilerna propuesto a los filantrOpicos
enemigos de la pena capital. No trato
de su intention, respeto la de Beccaria
y demas escritores que le ban copiado,
supongo que fire rimy pura , filos6fica
y 'malaria; pero pregunto: 6 fierier '


por
mas terrible que la muerte la prision
temporal 6 perp6tua que proponen
su bstit int, o miran a esta Como metros
ternibie y espantosa. Si lo primer°, ba-
jo el titulo de hinnanos filOsolbs, y fl-
lantrOpicos defensores del genero hu-
rnairo, son mas (biros, severos y crue-
les que los sanguinarios cOdigos y bar-
baros legisladores, contra los enales


( 399 )
tan hinchadamente declaman. No hay
Arida, supuesto que proponen agravar
una pena que pintan Como demasiado
rigurosa. Si lo segundo mal merecen
de las sociedades cuyo bien tanto 'de-
sean , a lo que dicen; pues to que de-
be resultar en su sistema es que se au-
mente el inimero de los crimenes, es
decir , la suma de los males sociales.
Esto tampoco tiene duda por lo demos-
trado ya. Si con severas penas se deliu-
que Como diez , con penas menos te-
mibles se delinquira •como duce, como
quince, y sake si como veinte?
Este es el hombre. Y si la paradoja de
que disminuido el rigor de los casti-
gos Glebe disminuirse en proportion el
unmero de los crimenes fuera cierta, v
los argumentos en que se apoya fue-
ran concluyentes, resultaria que (Leber'
abolirse los castigos todos. Claro: si
suavizados como trim se cometen me-
nos delitos , suavizados como dos se
cometeran menos todavia: suavizados
como cuatro seran los cometidos la mi-
tad menos de los que se cometian en
la suavidad de dos, y asi progresiva-




(4or
r


(too )
'Dente ; de suerte que suavizados del
todo, o lo que es igual,
ya no habria deliucuentes. i Ojala: que
llegase este dia venturoso! pero despa-
cito le va : y cuando, par itnposible,
amaneciera, no sera porque se hayan
abolido prematuramente los, .castigos,
y el primero de todos el de muerte,
sin° ! torque la viand de los pueblos
los habra ya 'tech° inntiles. y . super-
fluos. Por ahora estemos seguros de
que para los delincuentes no. absoluta-
mente incorregibles pueden basun',
Begun los cases, los presidios , los ar-
senales,la prision mas 6 metros larga,
y otros castigos que no toqucu a la vi-
da; pero para ciertas conciencias caa-
terizadas es necesario amecirentarlas
y aterrarlas con la vista del cadalso , y
anti esta no bastard alguna vcz. iQtA
seria pues si faltase!


No quiero concluir esta materia sin
hacer una reflexion para des-
engailo de los pueblos. Los revolucio-
narios franceses se anunciaron come
filOsofos amantes de la humanidad, co-
mo apasionados sectarios de los


)
cipios filantrOpicos, como aiscipulos
fieles de Beccaria , come enemigos de
tocla crueldad en los castigos, y aunt
-de todo rigor que no fuese imperiosa-
mente reclainado per la seguridad ge-
neral: y i cuanto no dijeron contra la
pena de muerte! Y en que vino a pa-
rar a poco tiempo esta aparente man-
sedumbre de los tigres, estos engalio-
sos halagos de los crocodilos? En que
en solos once meses cayeron mas ca-


. bezas sobre los p6blicos cadalsos, que
habian caido en los once O dote siglos
corridos desde la fundacion de la mo-
narquia francesa. Asi. son todos los ja-
cobinos. Al princiPio mocha dulzura
y suavidad, mucha tolerancia en la Bo-
ca , mucha clemencia y humanidad;
pero esperad a que se aseguren en el
mando , dejadles hacer, y vereis correr,
no a arroyos lino a tortentes , la ino-
cente sangre de cuantos no se Kagan
fautores 6 cOmplices de sus crimenes.


En cuanto al derecho de perdonar,
que no sin razon se llama la mas im-
portante prerogativa de los Principes,
baste deeir, sin entrar en largas, suti-


TOMO it. ati




( 402 )
les y quIsquillosas discusioncs, que si
las leyes fueran justas y los tribunales
integros hasta tal punto que el Sobera.
DO pudiese .estar moralmente seguro
de que el st'ntenciado a pena capital
merecia en realidad este castigo, seria
mejor que nunca hiciese use del dere-
cho de perdonar en los delitos comu-
nes ; porque propuesta la pens, lo que
mas contiene y escarmienta a los que
pudieran ser crirninales es la infalible
certeza de. sufrirla ; y al contrario, lo
pre los alienta y cstimul .a a delinquir
es la esperanza, por leve que sea , (le
evitar el castigo merecido. Por eso se
ha dicho siempre, y es evidente por si
mismo, que vale mas una pena menos
grave pero inexorablemente aplicada,
que. otra mas severa si lea Lugar a la
impunidad por cualquier medio que
sea. El que sabe que robando, matan-
do 6 cornetiendo otro crimen de los
comprendidos en las leyes ha de it ir-
remisiblemente a presidio 6 A la horca,
se abstiene por lo comun de cometer-
los; pero el que ya en el acto mismo
de ejecutar el delito cuenta con el ami-


( 403) -
go 6 el pariente que en el ultimo apu-
ro podra obtener su pordon, se entre-
ga en csta confianza a la .pasion actual
que le aconseja el atentado, sobre cuya
ejecucion delibera. No sucede lo mis-
mo con los delitos politicos: en estos
por justa pre sea la. ley y por Inas im-
parcial que supongamos al juez, debe
estar expeditasiempre la clemencia del
Soberano. La razon es, porque los deli-.
tos Cornunes nacen de. perversidad y
corrupcion, y los Ilarnados politicos
prieden ser triste fruto del error, de
la ignorancia, de la seduction, del fal-
so ztlo, y hasta de la misma virtud. No
es..esto decir que hayan de quedar im-
punes , sino que en general se puede
disrninuir o ternplar el Ultimo rigor
de los castigos siri tantos inconvenien-
tes como en los crimenes ordinarios.
Y en elect°, en estos casos es donde
mas brilla la clemencia de los Princi-
pes. Julio Cesar, Augusto, Tito, y.Hen-
rique 117 de Francia seran siempre. ci-
tados con elogio, porque supieron.per-
dollar a sus enernigos politicos, al paso
que el triunviro Octavio , Tiberio , Ca-.




( 404 )
ligula y isieron pasaran siempre por
mOnstruos de crueldad; no .porque no
fuesen delincuentes muchos de las vic-
timas que inmolaron , sin() porque sus
crimenes no eran de los quo en todos
tiempos son odiosos y punibles; cram
delitos mas bien •del tiempo quo de la
persona.


Llegamos a la delicada materia de
la fuerza pnblica que ha de asegurar
la ejecucion de las leyes, proteger it los
individuos contra todo insult() privado,
y ser el azote y terror de los mallie-
chores. Y ya se conocera , sin que yo
lo advierta , que mi ammo no es for-
mar la. ordenanza general del ejercito,
ni dar un proyecto de ley orgluuca P a-
ra constituir, , olasificar y arreglar las
diferentes especies de fuerza armada
que deberan admitirse en un Estado;
y que no siendo militar, , si me entro-
metiera a dictar leyes sobre una cosy
de que no entiendo`, diria necesaria-
Mente muchos y muy ridiculos dispa-
rates. Mi objeto es- solamente exponer
ciertas consideraciones politicas sobre
las peligrosas novedades. que en tan


( 4o5 )
importante materia ban introducido y
procuran sostener los .


jacobinos.
Dejando a un lado y dando por sa-


bida la erudicion histOriea sabre la
fuerza armada en las repUblicas y mo-
narquias de la antigiiedad, y sin engol-
farnos en mil y mil cuestiones que pu-
dieran agitarse sobre los inconvenien-
tes y las ventajas de sus institucioiies
militares; omitiendo tambien todo to


- perteneciente a los Gobiernos feudales
desde la caida (lel Imperio Romano pas-
ta el reynado de Carlos V; y concedien-
do por ahora cuanto se quiera decir
contra el sistema de ejercitos perma-
nentes , adoptado en Europa desde me-
diados del siglo XV, de cuya importan-
cia sin embargo hablare en otro lugar;
tomemos las cosas en el estado en que
se hallaban al ernpezarse la funesta re-
volucion francesa , triste caja de Pan-
dora , de cuyo fondo salieron todos
los males de que ha sido vietima la ge-
neracion actual, y de los cuales queda-
ra todavia un buen legado a las que se
vayan sucediendo: •,sabe Dios por cuan-
tos alios




( 4o6 )
En todas las naciones europeas ha-


bia entonces, como se sabe , un ejerci-
to permanente y reglamentado, y suje-
to a la mas severa disciplina , cuyos
gefes todos, desde el cabo de escuadra
hasta el Capitan general , eran nom-
brados por el Gobierno 6 inmediata-
mente, 6 en su nombre y con su apro-
bacion por los respectivos Gomandan-
tes de los cuerpos. En algunas partes,
como en Espana, habia adernas cier-
tos regimientos formados y organiza-
dos hajo Ia misma planta que los de Li-
nea, pero que no servian sino cuando
eran Ilamados en circunstancias extra-
ordinarias. , y solo se reunian en cier-
tas temporadas para ejercitarse en el
manejo del arma. y en las evoluciones
militares. Y a lo Inas habia tambien en
algunas ciudades unas cuantas compa-
iiIas de milicia urbana , la cual unida
con los invalidos cuidaba de mantener
el ordcn a falta de guarnicion Verma-
nente. En consecuencia, toda la fuerza
armada estaba en manos y a disposi-
cion del Gobierno. El ejárcito de Linea,,
porcine el le formaba y refbinzaba co-


( 407 )
tno tenia por consveniente, porcine de
el recibia la papa, las raciones, el yes-
tuario y armament° , porque Ia oficia-
lidad era su hechura, y de el solo es-:
peraba sus ascensos y recompensas. La
milicia provincial , porque puesta so-
bre las armas quedaba sujeta a la or-
denanza general, y . porque los oficiales,
antique elegidos entre las personas ha-
cendadas y distinguidas de las provin-
cial, debiari.al Gobierno esta honrosa
distincion; y si bin eran mas fibres
para retirarse que los del ejercito per-
manents, estaban tan sujetos como es-
tos al Principe 6 Magistrado supremo
mientras too dejaban la charretera, el
baston 6 los galones. La milicia Urba-
na sobre ser poco numerosa era tan
insignificante , que solo existia en al-
gunos pueblos , y aun alli tiara nada


para muy poco se contaba con ella,
y de todos modos dependia »nicamen-
te del Gobierno o algun Magistrado
nombrado por este; y su oficialidad re-
cilia tambien el titulo 6 la patente
del gefe militar a quien tocaba esta
election. De aqui resultaba que en re-




( 4o8 )
solucion y bien examinado el pingo.
no habia en las naciones uu cuerpo ar-
mada a quien el Gobierno no hubiese
presto las arenas en la mano; que nin-
guno podia hacer use de ellas sino
la voz. de gefes nombrados por 61, de
orden soya, y Para los fines quo 61 se
proponia; y que en consecuencia todo
militar era fiel , ciego y obediente eje-
cutor de la voluntad del Principe 6
Gobernante supremo del Estado. De
aq.ui resulta ba tambien que la fuerza
armada era, comodebe ser, el firme ba-
luarte del Gobierno establecido, y el
enemigo mas formidable de los revol-
tosos y perturbadores del orden, cual-
quiera quo fuese el color de so librea; y
que si algun pueblo 6 provincia se le-
vantaba contra la autoridad legitima,
pronto acudian las bayonetas a sujetarla
y ponerla de nuevo bajo el imperio de
la ley. Y si algunos paises, Como la Ho-
landa , Portugal y los Estados-Unidos,
lograron substraersc A la antigua do-
minacion , foe porque al cabo de al-
gun tiempo llegaron a crear un ejer-
ciko regular , y tomaron auxiliares


( 4og )
su sueldo, 6 llamaron a su socorro tro-
pas veteranas de otras naciones inte-
resadas en sostener su rebelion.


Bien conocieron pues los hombres
turbulentos que en el siglo Ultimo se
coligaron para destruir las ,monarquias
europeas, trastornar el orden estable-
cido, y regenerar el munclo entero re-
duciendo a practica las absurdas teo-
rias imaginadas por ciertos entusias-
tas y acalorados soiladores ; bien co-
nocieron, digo, (.(ire jamas podrian rca-
lizar su desatinado y abominable pro-
yecto si no ernpezaban por desacredi-
tar, , corromper , destruir y aniquilar
los ejercitos y las tropas regladas exis-
tentes ; y , por si esto no se conseguia
del todo, si no lograban crear una fuer-
za popular independiente de los Go-
biernos, interesarla en su favor, y acau-
dillarla ellos mismos para derribar,
apoyados en ella , todos los tronos de
la tierra , y aun todos los Gobiernos
que no fuesen clemocrAticos a su mo-
do. A este fin les prepararon el carni-
no los pseudo-filosofos del partido, hon-
rando siempre a los-militares reglameu-




( to )
tados con los titulos de satelites de los
tiranos, apoyos del despotismo, azote
de las naciones , genizaros asalariados,
maquinas con fusil, autOmatas sin vo-
Itintad, heroes de cinco sueldos (ocho
cuartos y medio), y otras mochas lin-
dezas de este getter°. Luego se paso
pintarlos como la' causa imica de la
mina de los Estados , se exager6 su
coste, se atribuyO la despoblacion a su
celibato, y se procurO hacerlos sospe-
chosos a los mismos Principes cuyos \
tronos defendian , y odiosos a las na-
ciones cuya paz interior y exterior ase-
guraban. Para lo primero sirvi6 rimy
Lien el ejemplo de las cohortes preto-
rianas y el de los genizaros tie Cons-
tantinopla, que no dejO de citarse, aun-
quo uno y otro nada probaban en 'bue-
na lOgica contra los modernos ejCrci-
tos europeos; y para lo segundo no se
dejaron tarnbien de desenterrar los hue-
sos de los guerreros ciudadanos de Ma-
raton, las TerrnOpilas, y Platea. A esto
se aliadi6 la comparacion entre las le-
giones de Mario, Sila Pompey° , Ce-
sar, Antonio y Augusto con los vir-


( 4 t )
tuosos ejercitos de los Brutos , Vale-
rios , Camilos , Decios, Cincinatos y Fa-
bricios: estos fundaron o sostuvieron
la libertad, y aquellas la destruyeron.
Mas comb la erudition histOrica no es-
fa al alcance del populacho , que no.
sabe si Maraton y Platea son ciudades
o provincias de la China, se echo ma-
no de la satin y lo ridiculo; y por des-
gracia la afeminada corruption de al-
gunos oficiales currntacos del filtimo
tiempo, sus relajadas costumbres, la
venalidad de algunos grados, y otros
abusos que en la milicia, como en to-
das cosas, se habian introducido, fue-
ron muy- buenos temas para gctierali-
zar la opinion de que el soldado era
una carga:del Estado , inntil, pesada, y
al mismo tiempo despreciable; y que
era necesario volver a la sencillez de
los tiempos republicanos de la Grecia
y de la antigua Roma, en los cuales
todo ciudadano habil era soldado de
officio , pero solo tomaba las armas
cuando el enemigo invadia el territo-
rio; iba , le vencia, y se volvia tan con-
tent° A manejar la esteva o el azadon.




( 412 )
Todas estas maquinaciones no bastaron
sin embargo: los Principes se obstina-
ban en tener g,nardias que custodiasen
sus palacios y defendiesen sus perso-
nas; y sus infames cortesanos, es de-
cir , los que deseaban la conservation
del trono, les habian hecho creer que
en el estatto actual de los conocimien-
tos humanos el arte de la guerra se
habia hecho una profesion dificil que
requeria largo y larguisimo aprendiza-
ge ; y que si aliora vinieran al mundo,
no ya los trescientos de Leonidas, sino
los diez mil de Maraton y los cuaren-
ta mil de Platea, y el mismo Aquiles
con los cien mil valientes que asola-
ron la orgullosa Troya , serian envuel-
tos, derrotados, deshechos y aniqui-
lados en pocas horas por un par de
divisiones que sostenidas de unas cuan-
tas baterias supiesen dar cuatro de esas
vueltas a la prusiana que Daman evo-
luciones y maniobras. Fue pues nece-
sario al estallar la revolucion ganar
ante todas cosas a cstos mismos aut6-
matas con fusil, acariciandolos con el
lisonjero titulo de ilustres defensores


( 413 )
de la patria, halagandolos con la espe-
ranza de que algun dia serian llamades
ciudadanos cabos y surgentos, y pro-
meti6ndoles por ailadidura el reynado
de la igualdad, tierras, y a mal anda' r
el saqueo de los ricos propietarios y
cemerciantes. Pero por si todo esto no
alcanzaba, se ailadiO el Ultimo y mas
importante recurso, que fue el de ar-
mar en masa al paysanage pars que
con su ninnero oprimiese y aniquilase
las mercenarias falanges del tirano. Y
ya se deja entenar que al ponerle las
armas en la maim, y al formar las corn-


- paCiasy batallones de esta militia Ciu-
dadana , se tendria buen cuidado de
que el desgraciado Principe que debia
descender del solio no eligiese y nom-
brase los comaiidantes, oficiales, sar-
gentos y cabos, y de que organizada
ya la fuerza no estuviese a las Ordenes
del Gobierno superior, sino de los Ma-
gistrados populares de su distrito.


Ya se conocera que hablo de la fa-
mosa guardia nacional creada , orga-
nizada republicanamente , y desde su
nacimiento empleada por la Asa rublea




1'
(4'4)


de Francia para derribar el trono; y
nadie habra tan ignorante y forastero
en la historia de las calamidades y los
horrores de la revolucioii francesa, que
DO sepa que sin esta invencion . filbsa-
fica ni se hubiera planteado ia Cons-
titucion de I 791, ni el Sol hubiera vis-
ta .el luctuoso y ensangrentado la de
.Agosto de 1792., ni en el ilustrado si-
glo XVIII se hubiera dado el escanda-
lo de la septembrizacion , ni el bonda-
doso y nimiamente confiado Luis XVI
y su inocente families hubieran regado
el patibulo con su preciosa y augusta
sangre, ni la de seis millones tie hom-
bres hubiera corrido inntihnente par
los cadalsos y eu los campos de bata-
11a, ni la Europa hubiera sides teatro de
Lantos y tamailos desastres como ha
sufrido, iii la America espailola y por-
tuguesa es*arian hoy entregadas :A la
devastacion y anaxquia , ni. nuestra in-
feliz patria hubiera sido invadida .por
Buonaparte , iii nuestro Principe hu-
biera sido arrastrado prisionero desde
la capital hasta la Aduana de Cadiz, ni
la generation actual se veria expuesta


( 4 15 )
a las horribles convulsiones que toda-
via amenazan , nr las venideras serian.
victirnas de los males que acaso les
aguardan , yen cuya cornparacion ha-
bran sido los nuestros ligeros ensaybs,
sombras pasageras , y simples imitacio-
nes teatrales. Si: es preciso predicarlo
en alta voz para desengafio de los Re-
yes y de los pueblos: la sabia,-filan-
trOpica y liberalisima invention de la
guardia national, ha sick), es y sera,
donde 'quiera que se introduzca, el po-
deroso agente de las revoluciones po-
pulares , el instrumento de los deina-
gogos, y la maquina de que se valdran
los jacobinos para acabar con todas las
rnonarquias. Bien cerca y Dien a nues-
tra costa hemos tenido la prueba. Cual
file el primer cuidado de los perjuros
de 1820 apenas pudieron tremolar im-
punemente el estandarte de la rebe-
lion ? Crear, fomentar a toda costa y
organizer a la francesa la guardia na-.
cional espafiola, bajo el engailoso ti-
tulo de militia local y voluntaria. Due-
nos Bran del ej6reito de la Isla , cur-
rompidole habian, coutaban con la ca-




( )
si totalidad de los otros cuerpos, las
lOgias encendian y atizaban por todas
partes el fuego voraz del jacobinismo,
y mil escritos abortados por el averno
avivaban y propagaban rApidamente la
llama devoradora; pero bien sabian los
caudillos de la faccion que todo esto
era insuficiente para llevar a cabo su
atrevida y fatal empresa , y quc nada
habian hecho mientras no tuviesen
sus ordenes una fuerza armada, inde-
pendiente del Alonarca. Conocian que
el ej6rcito, aunque engafiado y sedu-
cido por sus malas artes, podia tarde
6 temprano reconocer y detestar su
extravio ; que A la voz del honor y
la de los antiguos y respetados gefes
que no habian doblado la rodilla ante
el 1(1010 de Baal, podia volver,ft la sen-
da (le la fidelidad y la obediencia ; que
estanao a disposition de los gobernau-
tes, estos mismos por su interes, 6 ten-
drian que disolver el de la Isla, 6 pro-
curarian contenerle en sus furores anAr-
quicos , y que de todos modos los re-
emplazos anuales podrian traer A las
filas veteranas (pintos no corrompidos


( 1' 17 )
ai empefiados todavia en la carrera del
crimen. Era plies necesario precipitar
en ella a la incauta y novelera juven-
tud , alistar en las banderas revolucio-
narias los hombres turbulentos y con-
rompidos de toda la Peninsula, habi-
tuarlos insensiblemente ii despreoiar al
Monarca para quc algun dia Ilegaran
pasta insultarle y amenazarle; y en sit-
ma , era indispensable para sus planes
contar con un millon de hombres man-
dados por oficiales elegidos por sus sol-
dados , amovibles y dependientes' de
aquellos mismos que momentaneamen-
te debian obedeceries: en una palabra,
un ejerctto no sujeto al rigor de
ciplina , y solamente docil a la' voz de
los masones y jacobinos que compu-
siesen los Avuntamientos de todo el
Reyno.


Afortunadamente la iniquidad revo-
lucionaria no ha sacado tie tan funesta
inslilucion todo el fruto que se propo-
ma „porcine la _Espaild no estaba tan
preparada para la revolucion coin° dins
necesitaban; . porcine en muchisimos
pueblos no pudo aclimatarse esta . plan-


TO111 11. 27
-




1


{ 418 )
to transpirenayca ; porcine en Otros mu-
chos no correspondiO a la esperanza
de sus autores; porque tres ;tilos eran
un tiernpo demasiado corto para des-
moralizar a una generacion educada en
otros principios , -y porque la pronta
intervencion de la Europa no ha dado
Lugar a que madurasen los aniargos
frutos que ya empezaban a sazoitarse.
Pero pie el reynado de los pedantes
hubiera sido mas largo; que el regla-
mento de la milicia local proyectado
en la pennItima legislature , y que en
parte aborto por prematuro, hubiera
Ilegado . plantearse; que hubieran des-
aparecido, como ya se consigui6 en
parte el 7 de julio, los pocos restos
del antiguo ejercito que aim daban al-
gun cuidado; y al fin; hubieramos


vis-
to en todas las ciudades cohortes como
las seeciOnarias de Paris, y huhieramos
tenido nucstro to de


. agosto , y iquiert
Babe si en seguida nitestro 21 de enero!


clue resulta de estos hechos re,
cientes, notorios, pnblicos 6 innega7
bles ? Una leccion general para los Re-
yes, y una mas► particular para el de


( 4 1 9 )
Espalia; que boy reyna como por mi-
lagro. Aquella se reduce a que jamas
y con ningun pretexto permitan tomar
las armas al indisciplinado paysanage
sino. A falta de tropas regladas , 6 en el
..caso de que en una invasion extran-
gera sea precis() que todos los hom-
bres habiles acudan A la defensa de sus
hogares; y esta, a que siendo necesario
disolver el ejercito permanente • para
formarle de nuevo bajo el pie de la.
.arrtigua y severa discipline, se conser-
yen por al ► ora los cuerpos de volun-
tarios realistas, pero mandaclos por ofi-
ciales que el mismo Rey `designe, 6 en
su hombre los Comandantes militares
de los distritos y provincias ; que no
esten bajo las Ordenes de los Magistra-
dos civiles sino en ocurrencias locales
y repentinas, y siempre con sujecion
a lo que despues resuelva el Coman-
dante militar ; y sobre todo que Ilega-
do el Ilia en que Maya Un ejercito per-
manents con el cual pueda, contarse,
una buena y•,nurnerosa gendarmeria,
y una milicia provincial tan honrada,
feel y valiente como la que hobo en




( 420 )
tiempos nienos afilosofados, se distiet-
van los cuerpos no reglados de coal-
quiera clase y denominacion que


fue-
ren; se les recojan las armas: y agra-
deciendo y preiniando con honrosas
distinciones sus importantes servicios,
se les mande volver a sus ocapaciones
ordinarias.


La razor para los Reyes en general.
es que los batallones . 11arnados naciona-
les, es decir, compuestos del .puro,
inexperto 6 indisciplinado paysanage,
solo ptheden prestar algun servicio
falta de tropas regladas; y conservados
fuera de este caso, es miry terrible que
hagan use de sus armas para sostener
los partidos, y sean estos del color que
fueren. Dos sort los objetos de la fuer-
za armada: manteneria paz y el olden
en lo interior del pais , y defenderle
contra los enernigosde fuera; y ni una
ui otra cosa pueden Lacer tan bier'
coma los cuerpos de Ilnea las llama-
(las guardias nacionales. Ambos extre-
mos estan demostrados:por la experienr
cia. Para la poilcia. interior estit probaf:
do que unit cornpaliia de gendarritaS


( 421 )
vale y hace mucho mas que un.:regi.
miento de nacionales: y para pelear en
campafia contra enemigos extrangeros,
los hechos ban desmentido, como siern-,
pre, las teorias tie los novadores. In-
vatlida la Francia en 1 792, la salvaron
los restos (lel *reit° veterano, y no,
los cuatro millones de sus guardias na-
cionales: esto.s solo fneron valientes
contra el abandonado Monarca, y solo
tuvieron habilidad para arrancarle de
su palacio, degollar, siendo mil contra
uno, a su fief guardia suiza, y acorn-
pafiarle al cadalso. Invadida de Tuley°
en 1 793. y acosada por todas partes, Ia
salvaron tambien , no las , ohortes po-
pulares de las secciones de Paris ,y de
los departamentos, sino los catorce
ejërcitos levantados 'por conseripcion,
distribuidos en, brigadas, organizados
rnilitartnente, sujetos a severa discipli-
na , y obligados a marchar. A Ia fron-
tera bajo las Ordenes de antigyos ofi-
ciales y sargentos. Bisolios al
pio los conscriptos , se hicieror • r.‘te-
ranos con el tiempo; y solo entorrees
liegaron a ser el terror de sus enerni,




(422)
gos..Y a fe mia que cuando los ejerci-.
tos reglados antiguos y amaestrados du-
rante veinte ailos por el use continuo
de la guerra, hubieron desaparecida
entre los yel ps de Rusia , los cuatro
millones y medio de sus guardias na-•
cionales no preservaron a la Francia
de la invasion extrangera , ni estorba-
ron que los rusos, austriacos y prusia-
nos penetrasen hasta Paris; y si alguno
Les disput6 el.terreno todavia y les opt/_
so alguna resistencia, fueron los restos
de Linea y de la Guardia imperial, nolos buhoneros de las ciudades, los man-
cebos de mercader , y los ofieinistas
del Gohierno. No bay que cansarse:
lacer la guerra es nn oficio, y es me-
nester aprenderle, y no se aprencle tan
pronto. Sobre todo, es necesario que
los soldados sear mandaclos por ofi-
ciales clue sepah su obligacion , y este
aprendizage es todavia mas largo. Ade-
Inas .


, la ciencia y el valor son nada,
como se sabe, sin la mas severa y ri-
gurosa disciplina; y esta in la tienen ni
la tendr6n nunca los que fuera de la
guardia.,. que les suele tocar de mes en:


( 4 23 )
mes, viven siempre en el regalo, y lo
que es mas, en la indepeudencia de
su casa. El soldado ha de ser soltero,
ha de estar acuartelado, ha de tener
arregladas, distribuidas y ocupadas to-
das las horas, ha de estar casi siempre
it la vista de sus gefes: estas han de
tener sobre el una autoriclad pinto me-
nos que despotica, no le han de deber
nada, ban de ser independientes de sus
caprichos, y en toda ocasion se le han
de mostrar como superiores. Digase-
aliora de buena fe si una sola de estas
condiciones se verifica en las milicias
locales, aunque no seat/ voluntarias,
suponiendo que ester organizadas por
el jacobinico modelo de la guardia na-
cional a la francesa. i.° Los mejores
soldados son casados , y los restantes
hijos de familia , criados 6 depenclien-
tes de los primeros. 2.° Todos viven en
sus respectivas casas, y concluido et
scrvicio 'cesa toda dependencia y su-
bordinacion respecto de sus gefes y
oficiales. 3.° Cuando no estan de fati-
ga , sus horas son todas suyas, y las
emplean como ruejor les parece , sin,




( 424 )
glue los oficiales sepan siquiera si exis-
ten. 4.° Estos son nombrados por los
mist-nos subalternos, son y se dicen sus
iguales, les deben aquella temporal dis-
tincion de la charretera , tienen que
mandarles como quien suplica , mirnar-
los, contemplarlos, y ceder a sus ca.
prichos cuando se empenan en una
Cosa; y si quieren tomar el tono alto
de la autoridad , son al punto desobe-
decidos , si ya no son apaleados. iY con
semejante tropa se quiere hater la
guerra A ejercitos veteranos! Ya, por
dicha nuestra, lo han visto los pedan-
tes gaditanos. De que les ban servido
para defender el sagrado COdigo los
ochocientos mil voluntarios nacionales,
aun sostenidos por los quinientos mil
hijos de Padilla? Que han hecho es-
tas legiones ciudadanas? Echar a cor-
rer y esconderse calla coal en su gua-
rida. Y la tan decantada victoria del 7
de Julio a quien la debieron ? a los
milicianos? Disparate: al aturdimiento


insubordination de los guardias es-
pafiolas , 5 los cauioncitos y a los arti-
tleros que los manejaban, y la tropa.


( 425 )
de linea que hizo armas contra los ba-
tallones del Pardo.


En order A la segunda observation,
no se crea que yo desconozco el sIN-
vicio . que actualmente estan haciendo
los voluntarios realistas ; al contrario,
confieso que mientras no haya on ejer-
cito fiel , y sobre todo una buena y nu-
merosa gendarmeria, porcine a tni jui-
cio por aqui debe empezarse , convie-
Ae conserver, fomentar y proteger
los honrados y , leales voluntarios que
tan gratuitamente estan haciendo .el
servicio interior de los pueblos en que
no hay tropa reglada, ya national, ya
extrangera. Lo que digo es ,k que cuan-
do las circunstancias hayan permitido
formar un lucido cuerpo gendar-
Inas, tanto de A pie como de a caba-
llo , y una hermosa guardia Real sobre
el pie de la francesa; cuando se hayan
restablecido los regimientos de milicias
provindialcs , segun nuestra antigua
usanza, aumcntando mucho suntimero,
porque esta tropa, sacada A campafia,
se hate pronto veterana , precisamente
porque los soldaclos no son padres de




( 426 )
familias; y cuando se tenga ya un ejer-
eito de linea no muy grande , pero rimy
Bien escogido y disciplinado: en este
caso seria injusto , inntil, y acaso per-
judicial, conservar cuerpos de volunta-
rios, cualquiera que sea su titulo , ni
milicias locales forzadas parecidas A la
guardia nacional. Seria injusto, porque
pasada la necesidad es una injusticia
notoria no dejar litres, para que ex-
clusivamente se elitreguen a sus
b


anti-
onas ocupaciones , al labrador, al arte-
sano , al cornerciante y al empleado.
Cada lino de elks , cumpliendo con
sus respectivos deberes , hace rrn servi-
cio mas importante que hicienclo por
las canes el uniforme y el chacd. Seria
imitil, porque habiendo ya por lo su-
puesto tropa reglada, y pagada para
ello, que cuide del orden interior de
las grandes poblaciones, es ins itil mo-
lestar con guardias y retenes A hom-
bres que tienen que cuidar de sus ne-
gocios particulares. Seria acaso perju-
dicial , porque, no nos engailemos,


un-


paysanage litre y armado, aunque boy
defienda la buena causa, puede maria-


( 427 )
na volver sus armas contra el trono
si las circunstancias varian. Una provi-
dencia del Gobierno que disguste en
las provincias, el atnnento de las con-
tribuciones, que es indispensable, las
ocultas maquinaciones de los libe-
rates que sin cesar estan minando el
edificio de la legitimidad , masones y
cornuneros introducidos en las filas,
resentimientos particulares, ambicio-
nes no satisfechas, esperanzas frustra,-
das,.pueden convertir en enemigos del
trono a machos de los que boy se Ha-
man sus defensores. No hay que ce-
garse, rrl obstinarse en sostener lo con-
trario: este es el hombre, y la historia
de todos los siglos y paises acredita
que el populacho es inconstante, yque
los mismos quo boy maldicen a los ne-
gros, rnaiiana cantaran el ircigala, si
ya no es que algunos de ellos le can-
taron en su tiempo. Los misrnos mis-
misimos franceses que cuando Henri-


,que IV era vencido gritaban: vive
Ligae, se deshacian a gritar vive
Roy cuando le vieron triunfante : los
mismos pie en nnestros dias• pedlars,




( 4%8 )
la muerte y exterminio de los Capetos,
dicen ahora a voz en grito: (vivan y
reynen los Borbones ;» y entre noso-
tros , 1 cuantos de los que blasfemaron
diciendo: viva el santisimo Riego ,»
cuando iba en la carretela, habr5n pe-
dido su Muerte cuando le vieron cai-
do y aprisionado! Prracipes de la tier-
ra , no os fieis nunca de los aplausos
populares! Ya sabeis quo el mismo pue-
blo de Jerusalen que el Domingo dice
Hosanna, dirft el Viernes tale, toile.


s . 3.°
Proteccion contra las vejaciones que


pueden causar d los partieulares los
Magistrados y Oficiales pdblicos.
Estas , corao se Babe, pueden ser


innumerables. Todo empleado, si abu-
sa de la porcion de autoridad que le
ha sick confiada, puede incomodar y
vejar a los simples. particulares. Desde
el Ministro que recibe con desagrado
y trata con aspereza al infeliz proton-
diente , hasta el Ultimo subalterno em-
pleado en aquel raw(); todo hombre


429)
asi coma, puede hacer algun


. Bien, puede tambien causar cierta can-
tidad de mal a los. que mas o metros
estan sujetos a la autoridad que ejerce:
Los jueces Y sus curiales , los emplea-
dos: de hacienda, los encargados de la
policia , los militares de todos grados,
los Magistrados municipales, todos, to-
dos pueden ocasionar, , y ocasionan mu-
chas veces, inolestias, incomodidades
y vejaciones , no necesarias ni mereci-
das, a cualquiera de aquellos iudividuos
11 los cuales se extiende la esfera de su
poder: y. no hay dada en clue las ley-es




deben prevenir del modo posible estos
perjudiciales abusos, y castigarlos con
severidad cuando no alcanzaron a pre-
venirlos„ Pero nO son precisarnewe es-
tas vejaciones Regales contra las que la
soGiedad dete ponevnos 5 cubierto.por
el principio do la seguridad personal;
soh las que con la ley en la mano y S10
abusar de su poder_pueden causar al
inocente los jueces .mismos,enearga.dos
de proteger la inocencia. Mas clam: las
vejaciones personales de . que se trata,
ion las quo resultan al individno cuan-




(430 )
do 6 se le impone alguna pena no Ira-
biendola merecido, o se le condena
una mas grave de la que en rigor me-
recia: en suma, se trata del dafio que
pueden causar con sentencias injustas
los jueces cncargados de fallar los pro-
cesos crim Males. A lgunos corn premien
aqui el daiio que se irroga con el sim-
ple encarcelamiento cuando este es 6
injusto o al.menos no necesario ; .pero
ya dije en otra parte que el derecho
no ser uno arrestado arbitrariamente
pertenece mas Bien a la Ilamacla fiber-
tad civil , que no a la seguridad perso-
nal. Aqui, prescindiendo de si el indi-
viduo esta 6 no . encerrado en una car-
cel, con razon 6 sin ella, se trata del
irreparable dafio que le irrogaria la
sentencia que injustamente le comic-
riase a una pena corporal 6 pecunia-
ria, considerada esta cas-
tigo; porque de los claims en ,


los bie-
iics de fortuna que pueden ocasionar
con sus injustos fallos losjueces encar-
gados de sentenciar los procesos. civi-
les , se prescinde tambien; cuando se
habla de la seguridad personal. Con-


( 43 f )
trayêndome pues a las sentencias -cri-
minales, voy a examinar eon toda ex-
tension el gran arbitrio que tanto -re-
comiendan y preconizan los moderoos
constitucioneros, corno el gran sanalo-
todo , y el .Uuico recurso capaz de pre-
venir y hacer imposible la injusticia de
estos fallos. Ya se adivinara que hablo
-de la famosa institacion inglesa Hama-
da de Jos jurados, planta exOtica , y
si es no es venenosa, que el jacobinis-
mo se emperia en aclimatar en todos


N los parses; el. por que, ya lo veremos.
Pero antes, para que nada. Elite en es-
ta parte, •tocare tambien , separando de
la verdad las vagas declamaciones , con
que se quiere ernbrollarla, lo pertene-
ciente al seguinhiento del procesooantes
de que liegue panto •le:sentenciarse.


Supongamos que un individuo, • o
por hater sido .eogido iii fraganti , .6
porque la sumaria incoada.sobre
delito ofrece suficiente merito para do.;
cretar su arresto, ha sido en efectnre-
ducido al estado de prision: . qu6 de-
rechos le da todavia en este caso el lla-
mado de seguridad personal? Varios.


fr;




( 432 )
muy iMportantes y preciosos, pero que
es necesario no exagerar, y en los ctia
les , por mas que las levies hagan, y
los pedantes declamen , habr6 siernpre
que dejar much() a la prudentia del
juez. 1. 0 Que el aposento en que se le
ponga no sea IMmedo y mal sai2o, ni
este absolutamente obscuro. 2.° Que
:;e le permita adquir.ir, 6 se le surninis-
tre un alimento capaz de mantenerle
en buena salmi durante su detention.
3.° Que nose le nieguen aquellas otras
comodidades ordinarias que puede
estar habituado -segun su clase, como
ropa limpia, carna , libros , y luz du-
Ta ► te la. noche.. 4.° Que no se le Naga
daflo de 'linguii especie para obiigarle
a declarar. 5.° Que no se le teuga in-
comunicado mas tiempo que el indis-
pensable Para la formation . de la su-
maria en la parte que a el le toca. Y
G.° que si resUlta inocente, .6 , si la ley
permite la excarceracion bajo esta 6
aquella fornriiidad , no se. prolongue
indebidamente su arresto. Esto es cuan-
to pueden exigir la. mas aeendrada Cr-
lantropia y la caridad Inas. evangelica;


(433 )
pero en todos estos pantos hay que
distinguir de personas, y esto es en. lo
que nunca quieren entrar los senores
jacobinos ; porque si lo hiciesen se,
privarian de las Unitas armas de que
pueden valerse con algun fruto para
seducir al vulgo. Leanse sus fUribun-
das declamaciones relativas a este pun-
to, y no se veran mas que grillos, ca-
denas y potros, calabozos subterraneos,
alimentos escasos d insalubref;, cruel-
dades itiauditas, carceleros inexorables,
espectros animados, cadaveres ambu-
lantes, victimas del despotismo etc. etc.
Algo , y aun algos , hay de cierto en .
esta parte , y ojala no liubiese tantol
pero es necesario descender a muchos
pOrmenorcs para que a todos los. pre-
sos no se les mida por un rasero.


Primeramente , el lugar del arresto
puede sin injusticia no ser el ,


rnismo
para todos. El eomtin de los ciudada-
nos puede ser conducido a la cartel
pUblica ; pero un Principe de 1;i San-
gre, si el ,Rey mandase arrestarle por
motivos que hubiese para ello , un Car-
,denal , un Obispo , un General , un


TORO tr. 284!k




( 434 )
Grande, un Ministro, un Juez togado,
y aun otros empleados de cierta clase,
deben ser tratados con alguna distin-
cion. Su casa rnisma , un convento,
otro edificio particular, una Fortaleza,
pueden y deben servir para prision de
los altos personages , sin que deha dar-
se por ofendida mi senora la igualdad,
Y ve aqui echado por tierra de un so-
lo golpe el gran principio constitticio-
nal con clue tanto alborotan los jaco-
binos: a saber, que la prision adonde
se conduzca al presunto reo sea una
casa preliminarmente reconocida por
tal, y destinada a aquel triste ministe-
rio. e Y por mentecatos? Qiie ley
divina ni humana , ni clue derechos del
hombre , ni que igualdad pueden exi-
gir que, no digo a un personage con-
decorado , pero ni aun al simple ciuda-
dano si esta enfermo, se le lleve ii la
camel pnblica ? Solo por esta
circunstancia, zno se le podra poner
preso en su misma habitacion ? Y aun-
que este sac° y robust° , z se debeth
encerrar en la mansion de los malhe-
chores comunes al Ministro infeliz, que


( 435 )
honrado y virtuoso por otra parte, hay
ya cometido alguna falta que le Naga
merecedor de castigo? No se hablaba
de filantropia y Ile humanidad en a isi-
glo XVII y en el btirbaro pais de nues
tra Espana a tanto como se ha charlado
en el y en la cultisima Francia;
y sin embargo 1). Rodrigo Calderon
saliO de su casa para el suplicio; pero
el desgraciado Luis XVI estuvo preso
en el Temple , y su hermana y su es-
posa salieron para la guillotine desde
la prision ordinaria de la Consergeria.
e Y quien hie mas humano , racional y
verdaderamente filOsofo, el santurron
de Felipe•III, jacobina Convencion
francesa? suponiendo que su
Ministro fuese en verdad delincuente,
le tratO por lo menos con humanidatl,
y se port° con el como caballero: los fi-
lOsolos de Francia trataron corno•tigres


su inocente Manarea , y se portaron
como pillos que se conitilacian en


y degradar a la.persona augusta
ante la cual habrian temblado mil ve-
ces. i Pueblos de la tierra! ab uno dis-
cite ()macs.




( 436 )
Lo mismo debe decirse, para no


andar repitiendo las mismas observa-
ciones, en orden a la habitation, co-


•mida, canna y asistencia de los presos:
hay que distinguir de personas. Un
cuarto seco, pero sin esteras, un buen
jergon con dos mantas, tres cazuelas
de sustancioso potage con un pan de
munition, una silla en que sentarse,
una camisa limpia cada domingo, es
un trato regalado para el saiteador de
caminos que de ordinario dormiria so-
bre el duro suelo en las cuevas de los
montes, y para el triste pordiosero que
alirnentado con la galopa de un con-
:vent° se recogiese antes, en algun mu-
ladar 6 estercolero; pero seria un trato
inhumano para una .senorita delicada,
y atm para el hombre acostumbrado
las delicias de la vida. A estos ya se les
puede conceder, sin que la igualdad se
ofenda, un cuartito mas abrigado, una
cania con colcitones, una comida mas
fina , una mesa y algunos inuebles,


si, ellos los pidieren, luz hasty
la , Nora de recogerse, y otras mil ba7
gatel.as indispensables para el aseo•


( 437 )
que estan acostuinbrados. Y sepan los
espalioles para su consuelo, que en es-
ta parte hay por lo general mas hu-
manidad en nuestras carceles que en
las de Francia y otros paises que se tie-
nen por mas civilizados que nosotros.
Aqui, si el preso puede pagar cuarto
de alcayde , esta con bastante comodi-
dad dttrante todo su arresto, este 6 no
incomunicado; pero en Francia tanto
se ha predicado la igualdad, que si el
reo esta lo que se llama sin comuni-
cacion (au secret) ) se le trata como
un perro, aunque sea nn gran perso-
nage. Y si se Buda, preguntarselo
General Donnadieu: vivo esta , y .no
me dejarâ mentir: impresa corm la
historia de su prision.


En cuarto a la Barbara costinubre
de emplear los dolores fisicos para ha-
cer.:que declare el reo, nada tengo ya
que decir: abolido se halla el tormen-
to , asi entre nosotros como en las de-
mas naciones cultas; pero debo hacer
dos observaciones. La primera es, que
aunque este triunfo de la humanidad
se ha debido en parte a la elocuenCia


r




( 438 )
de algunos escritores verdaderamente
IllOsofos, no son los del siglo XVIII
los Onicos ni los primeros que alzaron
su voz contra la inhumana ley de la
tortura, herencia preciosa que nos de-
jaron las democriticas y rimy fibres re-


• riblicas de la antigiiedad griega y ro-
mana. Ya varios Padres de la Iglesia,
y setialadamente S. Agustin , habian
defendido y perorado la causa de la
razon; y entre los publicistas


moder-
nos el celebre Grocio, a quien Rousseau
tanto acrimina comp a fautor y patro-
no del despotismo de los Reyes, habia
decidido para siempre la cuestiori con
el argumento sin replica , «nzentietur
qui ferre poteril , inentietur qui ferre
non polera:» reflexion profunda que
en nueve palabras encierra ella sola
luta larga disertacion. En efecto , si el
reo a quien se atormenta puede aguan-
tar los dolores, negara su crimen aun-
que sea delineuente ; si no puede, le
confesar4 sin haberle cometido. La se-
gunda es, que no basta haber abolido.
la tortura; es menester desterrar de las.
prisiones las cadenas , los grillos, las,


( 4 39 )
esposas, los perrillos o prisiones de
apremio, y en sum, todo rigor y to-
da molestia corporal clue no sea abso-
lutamente indispensable para evitar la
fuga de los presos. Yo bie ► se que •esta
nitima razon puede autorizar todavia
en las dirceles. mal seguras el uso de
los grillos y los cepos; pero la huma-
nidad pile que a la mayor brevedad se
constrityan prisiones seguras si, pero
comodas y &Inas, que se destinen
este uso otros edificiosAue reunan es-
tas tres importantes 'circunstancias.


En order a que la incomunicacion
y el arresto no se prolonguen- 'mas de
lo que imperiosamente exija la buena
sustanciacion de la causa, solo debo
advertir que en esta parte nada se ade-
lanta para evitar la arbitrariedad con
la tan decantada disposicion constituZ
clonal de que en el termino de 24 ho-
ras se le tome declaracion al presunto


/ reo. Palabrotas que en la practica se
reducen a pura conversacion. Si las le-
yes particulares sobre el modo de en-
juiciar no evitan luego con acertadas
providencias las maliciosas, voluntarias.




( 440 )
tr! intitiles dilaciOnes , nada ha co pse-
guido el preSo con que a la Nora de
entrar en la carcel le hayan tornado proformula una i nsignificante declaracion.
No hay coca mas facil despues -ele• to-
mada que dilatar dos 6 tres ailos la
conclusion de la causa. Asi en todas
rnaterias venimos A parar en que las
verdaderas .garantias sociales no estan
en el papelote, sino en Las !eyes par-
ticulares. A estas hay (ie recurrir en
ultimo resultado , y a ellas se atendra
siempre todo el que no sea un impos-
tor, 6 no se pague de palabras.


Supongarnos ya concluido el pro-
ceso y a panto de sentenciarse: exa-
minemos con toda imparcialidad si se-
ra' mas ventajoso, no solo para• el Es-
tado, porque el interes general no de-
be ser desatendido , sino aun para el
mismo reo, que las causas sear falla-
das por un tribunal cornpuesto de le-
trados, 6 por simples particulares cons-


' tituidos jueces para solo aquel' nego-
cio ; 6 lo que es lo mismo, decidamos
de una vez por las laces de la razon,
y no por principios de anglo-mania, si


( 441 )
el juicio por jurados ofrece al reo y A
Ia sociedad mas sarantias de ilustra-
cion é imparcialidad que el juicio de
los tribunales colegiados tales come
existen en Espafia. Para proceder con
cuanta claridad es dable, explicare pri-
mer°, porque algunos lectores no lo
tendran bien sabido, lo que es el farno-
so jury de los ingleses y de sus hijos
los anglo-americanos . , y despues exa-
minard estas tres cuestiones que abra-
zan comPletamente la materia: z a Tra-
tandose de declarar a uno por inocen-
te o por reo, etudes estan mas expues-
tos a equivocarse en su juicio., los -an-
tiguos, prActicos y acreditados le-gistas,
ó los simples particulares no letrados?
2.a zQuienes por regla general deberan
ser mas imparciales en sus juicios?
3.a Suponiendo , lo que por lo menos
ma es imposible, que Ia sentencia • de
los twos 6 de los otros sea injusta, z en
clue sistema sera mas facil rcparar esta
injusticia, en aquel en : el cual por su
misma csencia no se perrnite ni se
puede perrnitir apelar del fallo pronon-
ciado, 6 en aquel en el cual 6 se per-




•( 442 )
mite 6 se puede permitir la apelacion?
Resueltas estas tres cuestiones , todavia
para que nada se eche de menos res-
pondere al grande argumento sacado
de la legislacion inglesa y americana,
y revelare por corolario el profundo
misterio de iniquidad en que se funds
el tenaz empelio. con que los jacobinos
procuran establecer la instituciori de
los jurados en todo pais que quieren
hacerle republicano.


En cuanto A lo:primero, sin entrar
aqui en prolijas indagaciones• histOricas
y legales sobre el origen, las faculta-
des y las obligaciones de los jurados,
asi en Inglaterra como en ,los Estados-
Unidos; noticias que .


el lector ballarA
reunidas en la ()bra de Phillips tradu-
cida al castellano en el alio .


de 1821,
haste decir ,que la cliferencia entre la
prActica espailola y la inglesa ( dejemos
A un lado la de Francia, donde tarn-
bien hay un simulacro de jury-, y las
de Alemania , Austria , Rusia y otras
naciones donde no le hay), se reduce
A siguiente. En Espana cometido
un delito, tornado conocimiento por el


( 443')
juez a quien compete, instruido por
escrito el proceso , y llevado por todos
los tramites sefialados en la ley, es sen-
tenciado 6 por el mismo juez, si por
si solo ,forma juzgado, peru con remi-
sion la Audiencia o Chancilleria del
territorio, () por la Sala del ern-nen .a
que pertenece el juez que form() y coin-
plet6 la sumaria. En este caso , si . es en
la Corte, la sentencia necesita para ,eje-;
cotarse de la aprobacion del Rey ; Pe-
ro en Iasi provincias es ejecutada
diatamente, salvo en algun caso en que
Se haya mandaclo :consultarla con la
superioridad. En Inglaterra y America,
cometido el crimen, un-juez toma co-
nocimiento; recipe la , informacion su-
maria, arresta, si puede, al reo y c6m-
plices, escribe mss o menus (en Ame-
rica es poquisimo); y hechas estaspri-
meras diligencias se sacan por suerte
cierto mimero de •ciudadanos particu-
lares entre los que lienen el derecho
de ser jurados , los cuales , supuestas
ciertas formalidades , declaran que ha
6 no ha lugar A proceder criminalmen-.
to contra, el que aparece reo. lIe.cha la




( 444 )
declaracion, si es afirmativa , cnando
llec,a el caso de la sentencia se eligen
del mismo modo otros cuantos ciuda-
clanos, distintos de los printeros , los
cuales constituidos definitivamente en
tribunal, despues de apuradas las re-;
cusaciones permitidas , y habiendo
do in voce las declaraciones de los tes-
tigos , la defensa del reo, y la acusa-
cion fiscal, para hablar a nuestro mo-
do, responder por si, 6 no , despues de
haber confereneiado entre si en sala
separada y a solar, a las cuestiones pre
les ha propuesto el juez que preside el
tribunal. Estas cuestiones son las nece-
sarias para calificar de reo al acusado
o declararle inocente: por ejemplo N.
ha eometido tal crimen ? le 'ha' come-
tido con premeditacion? En caso de no
haber Ilegado a consumarle, einpez6
por lo menos a ejecutarle? El no ha-
berse completado, ha sido efecto de
alguna causa accidental independiente
de su voluntad etc. etc.? porque ya se
conoce que estas cuestiones pueden y
deben variar, y ser mas o menos nu-
merosas segun los casos. Si por las res•-


( 445 )
puestas de los juraclos no resulta reo
el acusado, el Presidente le declara ab-
suelto , y es puesto inmediatamente en
libertad sin pagar costas ningunas;
ro Si en efecto aparece culpable , pro-
nuncia el Presidente la sentencia en es-
tos terminos , poco mas 6 menos : «Es-
tanclo prevenido por el articulo tantos
de tal ley, que el que hubiese cometi-
do tal delito con tales y tales circuns-
tancias sea condenado a rnuerte, v. g.;
y habiendo declarado el jury- (pie N. es
reo del delito previsto por el articulo
tantos de la citada ley, esta condena
N. a la pena de muerte , y al pago de
las costas procesales, reparacion de da-
nos , si los hubiese, etc. etc.» Dada la
sentencia se ejecuta en America irremi-
siblemente ; Pero en Inglaterra hay al-
gun raro caso en que es permitido oh-
tener del Rey el perdon o conmutacion
de la pena. En Francia se permite re-
currir tambien al tribunal llamado de
Casacion (de anulaciones pudieramos
llamarle nosotros ), el coal o anula et
proccso si enctientra alguna informali-
dad en cualquier punt() de su actua-




ERR AT AS


ALGtJNOS EJEMPLARES DEL TOMO I.


Pap-. Lin. Dice. Lease.


14.. 13 ellas ella
387.. ix menos mas


TOMO H.


16.. 18 en eargarle
20 lo


nostros




168.. bienen




278.. rnezquino




380.. 12 corteza pe-
ruviana


encargarles
le
nosotros
bienes
mezquina


bOrrese la pa-
labra corteza


( 446 )
don , y en este caso le devuelve al mis-
mo tribunal, 6 le pasa a otro Para que
le instruya de nuevo desde el primer
acto ludo; 6 no hallando ninguno
esta clase, declara que no ha lugar
C'asacion, y la seutencia se ejecuta , sal-
vo tambien el derecho de perdonai que


' el Rey se ha reservado en la Carta, y
que alguna vez ejerce.


1L