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EL GENS 1
PERIÓDICO POLÍTICO


Y LITERARIO.


TOMO XII.


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/In la' imprenta ':del Censoí., por D. LEorx




EL CENSOR


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PERIÓDICO POLI'TICO Y LITEnARIO.


N.° 67.
SAnADO, IO DE NOVíEMBAE DE I821


Plan para el arreglo de cárceles y presidio
correccional en Sevilla , señalamiento de
edíficios proporcionados para estos estable-
cimientos , indicacion del modo y .imedios
de adquirirlos , disponerlos y mantenerlos,
r de las ventajas que ofrecerán al. pú-
blico y á los detenidos y presos. Del doc-
tor don Manuel Maria del Mármol. Se=
villa t821.


D. José Gonzalez, ciudadano de Sevilla,
ofreció por medio del ayuntamiento coas-
titueional de aquella ciudad un premio de
z000 rs. vn. á la memoria qué desempeña-
se mejor este programa. Establecer dos cár-
celes en Sevilla, una para presos y otra pa-




4
ra presidio correccional dentro de los edifi-
cios existentes, cualesquiera que sean, pro-
poniendo los medios de adquirirlos , y tam-


bien de preparar la co'rnoclidad y seguridad
necesarias ; r esplicando las utilidades que
tendrán los presos , y el público, tanto por


s
us elaboraciones , como por su vigilancia,


su moral , su quietud y su relig,ion.
El pre-


mio se adjudicó en 2 de mayo próximo
pasado á la memoria del señor Mármol,
quien lo aplicó inmediatamente á benefi-
cio de. las escuelas gratuitas de nitras po-
bres,que estan, á cargo de la sociedad eco-


,


nómica, de amigos del pais. Nosotros co-
al serrór Mármol muchos afios ha-


noCemos
ce „y .


:no nos admiran en él los rasgos de
caridad cristiana, de celo patriótico y .de
beneficencia ilustrada. Asi que sin detene


ser-


nos en as
elogios que podrian parecer


pechosos en boca de la amistad, pamos
á hacer la análisis de su opúsculo , en el
cual no hemos encontrado una sola idea
que no sea conforme á los m asasl




rectos priu-


cipios de política y de
Empieza formando el lastimoso cuadro


de lo que han
el


sido las
cual


cárceles no ba
est
jo


abima
el ré-


gimen arbitrari o , ,(hu gran cosa los derechos del ciudadano


5


que no fijase su atencion en la
tranquilo, ¿ por qué se ha devirtumo


estragar
suerte de los infelices presos? Pasa despues
á manifestar las clasiricacioorneesusneiadyebleons
hacerse entre los presos p
presos por condena, mucho mas, cuando
bajo el sistema constitnci .Onal es necesario
conservar al hombre sus prerogativas, y
no confundir al acusado, que aun no se
sabe si es ó no criminal , con el que ya está
convencido y sufriendo !a pena. Puede
haber prision , dice , para el que tal 3,ez
será delincuente ; pero por-no estar aun
probado el delito, se tiene.y se debe te-
ner por inocente; y puede haberla para
el que es.ciertamente reo. Las naciones mas
cultas de la antigiiedad han ereido que de-
ben estar estos dos lugares de detencion
o estas dos prisiones separadas del todo
bajo distinto techo. Los atenienses cono-
cian en sus leyes y practicaban esta se-
paracion , como nos lo dice Platon en sus
libros de las leyes. Los romanos tenian las
que llamaban libere auto- dice , separadas
de las cárceles , en que se penaba al de-
clarado reo , como se infiere de varios
lugares de Salustio y Livio. Sus leyes lo
dan de sí, como 'Med:e verse en el Diges-
to de custodia rerunz.»




6
La opinion señala con cierta nota in-


famante al que ha estado en la cartel ó
preso, corno vulgarmente se dice ; y sin
embargo, ¡cuán injusta es la preocupacion
que no distingue entre las causas ó mo-
tivos! Con igual nota queda manchado el
inocente, á quien la calumnia lanzó en aque-
lla casa de infortunios, y el delincuente
á quien llevaron á ella sus crímenes. Por
.estas razones concluye el señor Mármol,
x.° que no deben estar bajo un mismo te-
cho los custodiados por prevencion de de-
lito y los condenados á prision en pena
de un delito probado 2.° que ni aun de-
ben tener un mismo nombre los locales,
ni los que estan arrestados en ellos. A los
que solo estan en custodia, debe llamar-
seles detenidos, y casa de detencion á aque-
lla en que son custodiados , limitando el
.nombre infamante de presos á los que su-
Aren su condena, y el de cárcel al local
en que la sufren. Esta nomenclatura, dic-
tada por la justicia y la humanidad, y muy
conforme á lo que establece nuestra Consti-
tucion, es la mas propia para acabar con
la preocupacion que impone cierta nota
por solo el hecho de estar en custodia: por-
que los hombres creen siempre que son•


unas mismas aquellas cesas que
san con las mismas palabras.


Pasa -despees á manifestar la necesidad
de separar .los condenados á prision por
delitos graves y por delitos de menor cuan-
tia defiende la causa de estos segundos
con las armas del raciocinio y del senti-
miento y con las autoridades irrecusables
de Filangieri y de Benthatn, y prueba que los
condenados á prision por delitos, que no
suponen una completa perversidad de ani-
mo , deben sufrir su condena en un sitio
separado, que . debe llamarse' casa de cor-
reccion o presidio correccional, reservando
el nombre de presidio . para el local . donde
deben sufrir la suya los que la sufren por
delitos muy.cercanos al capital, y á
el nombre. de presidiarios.


Ul ti ma men te demuestra , que asi en las
casas de detención , como en las de cor-
reccion , debe haber separacion entre los
detenidos ó corregidos por diversos deli-
tos. No debe estar el que solo se ha he-
cho reo de calaverada 6 deshonestidad con
el que ha incurrido en el vil é infame de-
lito del hurto , el cual, aun en sus califi-
caciones mas debiles supone cierta bajeza


• ,


de alma, tan dificil de corregir, como fa-


a7
se espre.


estos




2
cil de propagar entre los que estala. den-
tro de una misma babitacion.


Establecidos estos principios „t.° la se-
paracion de la casa de detencion pre-
sidio . correccional , y 2.° la separacion
entre los reos de diferentes delitos , exa-
mina detenidamente los males quo son ane:-
jos al estado de detencion , y que ó son
consecuencias necesarias de dicho estado, y
por consiguiente 'irremediables , ó son ac-
cesorios y pueden remediase con el ce-


/ lo y la vigilancia , ó son abusos procedi-
dos de la negligencia de las autoridades , y
pueden y deben cortarse de raiz. Esta par-
te de la memoria es la mas interesante
de todas , y la que es casi imposible de


• analizar, porque seria necesario cdpiarla.
El señor Mármol , despues de expli-


car sucintamente el sistema de cárceles de
Pensilvania , y la inspeccion universal
el Panóptico ele Bentham , concluye, que
atendidas nuestras circunstancias , no son•
aplicables á nuestra economia de prisio-
nes. En cuanto al Panóptico , es preci-
so que una nacion mas rica haga el ensa-
yo y dé á conocer por .la esperiencia las
ventajas de aquel sistema. En cuanto al
método de los pensilvanos , no podria tras-


9
plantarse en su totalidad á España , sino
se trasplantaban al mismo tiempo las cos-
tumbres de aquel pueblo , y los cualearoS
con su entusiasmo religioso y con su in-
vencible perseverancia. Pero á lo menos es
posible tomar de 'su sistema 4quellas par-
tes que sufren une aplicado ') mas inme-
diata en ' nuestro pais, y esto es lo que
propone el señor Mármol.


Su sistema de reforma para las casas
de detencion en Sevilla se reduce á los
puntos siguientes:


1.‘" Seguridad de la custodia. El edifi-
cio debe estar construido de tal manera, que
no sea necesario 'asegurar á los detenidos
con grillos, esposas, cadenas , argollas ni
los ciernas instrunienros bárbaros que ani-
quilara enteramente la libertad de mover los
miembros, y que son causa de tantas en-
fermedades. Es una crueldad gratuita pri-
var al detenido del movimiento necesario
para su salud: es ademas una pena que se
le impone inj ustamente, porque al deteni-
do se le supone inocente mientras no se
pruebe su delito. Tampoco es necesaria la
in


cornunicacion con sus compañeros de in'
fortunio ni con su familia y amigos , sino .
en un determinado periódo de la causa que




Io
la ley deberá hacer lo mas corta que sea
posible. Asi los calabozos, los cuartos ais-
lados y la incomunicado!' indefinida que-
dan proscritos.


2.° comida moderada y bien preparada.
Los detenidos que tengan medios para
mantenerse , deben comer lo que gusten.
El gobierno deberá pagar la comida de los
indigentes; pero á unos y otros debe pro-
libirseles.el uso de los vinos y de los li-


cores fuertes. Una vez consentida la entra-
da de bebida en la prision , es el paso al


abuso muy corzo y
Si esto es cierto


en todos los paises, mucho mas lo deberá
•ser en Sevilla, donde los


vinos sumame n


-te capitales engendran mas ferocidad que
alegria , y son la causa , de la


mayor parte


de los crímenes que se cometen. ,,No se juz-
gue rigoroso este plan. La esperiencia ha
acreditado que un alimento suficient e y


sencillo, y agua solo por bebida, hace á


los hombres
mas á proposito para trabajos


seguidos y' los mantiene sanos. Desde que
se introdujo este método en Filadelfia y
Nueva-Vorck ,- se observó que hombres de-


- teriorados . por los vicios, sujetos al referi-
do


plan en la corcel , recobraron en poco
tiempo su salud y fuerzas ,


segun la rela-


I I
de Mr. Liancourt."clon deEutodrd


xa losmina. si el suministro de
alimentos debe hacerse por contrata , ó de-


eY y


be darlo el gobierno mismo. “ Bentham ha
tomado una senda por donde ha llevado
tras sí los votos de muchos; mas hasta aho-
ra no se han puesto en ejecucion sus ideas.
Suponiendo un determinado número de
presos , y una computacion de los que sue-
len morir por aquel numero de hombres
en un año , désele una cierta cantidad al
asentista por cada uno de los que no Mue-
ran de aquel número , y exíjasele otra me-
nbr por cada uno que haya perdido por
muerte ó evasion." De esta' Manera se le
da un interes en la conservacion de los de-
tenidos, y por consiguiente. en (lar buenos
alimentos y en la competente cantidad.


El señor Mármol no confia mucho en
este método , porque, pueden proceder la
enfermedad y muerte del preso (le causas
muy diversas del alimento ; , por ejemplo,
del mal trato que reciba del director ó de
los inspectores. Pero nosotros creemós
que los gefes de la prision no tienen nin=
gun interes en maltratar á los detenidos, y
bastará una prudente vigilancia para enfre-
narlos. No asi el. asentista , interesado en




12
dar de comer lo menos y lo peor que pue-
da : es necesario por lo menos neutralizar
este interes que á veces- burlada la mas
celosa vigilancia 4. y no hay para ello me-
jor medio que oponer un interes á otro,
como. propone 13entham._


Sea de esto lo que fuere, el señor Már-
mol propone que se dé la comida por
asiento, vigilando el gobierno municipal los
suministros por medio de un diputado de
cárceles, y admitiendo á la partieipacion de
esta vigilancia á una junta de caridad que
deberá exigirse para el alivio de los dete-


nidos y corregidos.
3.' Ociip. ación de los detenidos. La


ocio-
sidad que' en todas las situaciones de la vi-
da humana es un tormento que estimula
al vicio , lo es mucho mas en las cárceles
donde se reunen otros muchos motivos de
aborrecer la existencia, y muchos mas gér-
menes de perversidad. El ejercicio que pro-
duce el trabajo moderado es muy conve-
niente á la salud. Hay pues dos grandísimos
intereses en hacer trabajar á los detenidos,
el de ellos mismos y el de la sociedad. Su
salud gana en ello : sus. costumbres se 'me-
joran , ó á lo menos no se pervierten : sus
,productos aumentan la riqueza pública , y


el orden interior de las prisiones • no es per-
turbado. «Debe: pues hacerse 'una contrata
en que las antoridades exijan tener ocupa7
do al número de presos que destinan , á
cada uno de los cuales •dé el empresario
tal diario , segun el estado de principiante
ó adelantado, y segun la clase de trabajó
que se efectue."


La eleccion del artefacto debe quedar
á arbitrio del empresario , teniendo tarn
sien atencion á las fuerzas , edad ,


y denlas
circunstancias del detenido. Los pudientes
deberán trabajar tambien; porque tambien -
«tienen salud. que conservar , ociosidad que
ocupar, orden que guardar, si no intereses
que adquirir." El diario que ganen los in-
digentes servirá para pagar su comida y
vestido, y lo restante formará un capital
que: les será muy util en el momento de re-
cobrar la libertad.


4.0 Reglamento para el aseo, ventilacion,
dormztorio• , separacion de clases segwz sur
delitos, inspeccion y orden interior, deberes
religiosos etc. El autor examina con pro-
fundidad todos estos objetos, y manifiesta
en los principios que sienta y en los por-
menores á que desciende, cuan arraygados
estar), en su corazon los sentimientos de be-




neficencia que le pusieron la pluma en la
mano. Concluye esta parte de su memoria,
esponiendo el código de castigos y recom-
pensas para el régimen interior de la casa,
y las atribuciones de la junta de caridad.


Pasa despues á los presidios correccionaj
les, y demuestra que no debe emplear á
los Corregidos en los trabajos públicos.
«Bentham , que tanto estudió el corazon del
hombre y. el influjo de la opinion , que-
ría que no entrase nadie en su casa de cor-„
reccion sin tener cubierto con una máscara
el rostro de los encerrados ; porque de no
hacerlo, esponiéndolos á los ojos de los
que entrasen, se endurecerian á la vergüen-
za, y se perderia el fin de su reforma
moral, que en la casa de correccion se , in-
tenta lograr. Pues ¿cuánto mas se endure-
cerá el reo á la vergüenza , si se presenta
al público por dias enteros? ¿ Llevará más-
cara para trabajar? Aquel infeliz está des-
tinado á volver á entrar en sociedad, ¿cómo
se presentará despues de una ignominia
que le señala y hace incapaz de volver á
ella? No hay que dudarlo : en los trabajos.
públicos la infamia de la publicidad es mas
capaz de depravar á un res, que de refor-
marle la costumbre de trabajar."


15.
El autor opina , que los principios es-


tablecidos antes, en cuanto á las casas • de
detencion , deben aplicarse á las de cor-
reccion. La memoria ,


concluye señalando
entre los edificios públicos (le Sevilla los
que parecen mas á propósito para los dos
establecimien tos : y son el de la estingui-
da inquisicion para casa de detencion, y
una parte de la fábrica del tabaco para ca-
sa de correccion.




Constitucion del ducado de' Sajonia-Cobourg.


Este pequeño estado de Alemania, que.
solo tiene 25 millas cuadradas de crea,
y 80000s almas de poblacion , acaba de
recibir una constitacion , dada por su prín-
cipe, la cual, aunque está fundada sobre
bases liberales, seria mucho mas favora
ble al pueblo si el duque hubiera podido
seguir los impulsos de su cc,razon , y no
se viese obligado á contemporizar con lo que
la Santa-alianza llama el principio monár-
quico. Las máximas generales de este códi-
go constitucional son las siguientes :


Los derechos políticos y civiles son los
mismos para todos los ciudadanos, sin dis-
tincion de nacimiento ó de creencia.'


La propiedad está bajo la salvaguardia
de la ley : son redimibles todas las pres-
taciones feudales.


La adrninistracion municipal será inde-
pendiente.


Hilbrá una sola cámara de diputados,
compuesta de seis diputados , elegidos por
los propietarios de bienes feudales, dos por


17
las municipalidades de Cobourg y Saalfeld,
y tres por los vecindarios de' Cobourg,
Sa.sfeld y Poesnech.


El príncipe puede conceder priNfeegios
y dispensas : tiene la iniciativa de la ky;
Y puede cobrar los subsidios que le niegue
la amara, dando cuenta de su inversion.


Habrá una diputacion permanente en
el intervalo de una sesion á otra.


Este acto constitucional ni permite la
libertad del pensamiento, ni señala lista
civil para el principe , ni habla de la publi-
cidad de los debates en el cuerpo legislativo.


Examinada atentamente esta constitu-
cion, comparada- con la carta de Francia y
con otras, en las cuales domina el princi-
pio monárquico , vendremos á conocer que
este principio tan recomendado por la San-
ta-alianza , no es mas que conceder liberta-
des sin. garantía, asi como el que muchos
llaman principio liberal se reduce á crear au-
toridades • sin poder.


Nosotros queremos gobierno y libertad,
-uno y otro con garantías reales y efecti-
vas; y pues el abuso que se hace de las
palabras exige una nomenclatura mas exac-
ta , Ilamarémos á nuestra máxima el


.•zn-
cipio representativo.


TOMO XII:




Ió Es' de la mayor importancia distinguiy,
estas diferentes gradaciones , porque la di-


plomacia aristocrática
y el ultrabberalismo


abusan cada uno por su parte de las doc-
trinas mas comunes, dando diferentes sen-
tidos á una misma frase, é introduciendo el
error con el • tono de la demostracion.


La palabra monarquia
asi puede apli-


carse al gobierno de Persia ó Constanti no


-pla, como al de Wurteinberg ó de Ingla-
terra. POr consiguiente la espresion


princi-


pio monárquico es esencialmente vaga ; y
cuando la pronuncia un ultra de París
un diplomático de Viena, no podemos co-
nocer con exactitud su significacion , sino


estudiando la esencia de las constituciones,
en las cuales ellos mismos dicen que do-
mina el principio monárquico.


Ahora bien,


„t ertáles son los elementos de estas Consta
ti-


tuciones ? Igualdad ante la ley y 'faculd.
en el principe de conceder dispensas y pri-
vilegios: cuerpos representativos obligados
í deliberar sobre proposiciones emanadas
del ministerio é incapaces de iniciativa : cá-
maras conservadoras para entender en can-
sas-de eonspiracion , y no para juzgar á los
Ministros, que no son responsables, pues no
hay ley que haga efectiva su responsabil i -


Ig
dad : repreSentacion nacional , que no re-
presenta á la nacion, pues la elige en gran
parte la aristocracia : libertad del pensa-
miento y de la persona . , y leyes , de escep-
cion que las destruyen : en fin , máximas
escritas y omnipotencia en el gobierno pa-
ra violarlas•: ideas muy liberales si se quie-
re, pero sin garantias que las hagan efec-
tivas y las saquen del estado de máximas , en
una palabra, la libertad 'en los libros y- el
despotismo en la práctica. Si á eso llaman
gobierno monárquico, ese es 'el gobierno
de Constantinopla . , y por lo menos no
engaña.


Mejor es la idea que naturalmente ocur•
re del principio monárquico , examinado
segun las máximas del verdadero libera-
lismo. El poder ejecutivo de la sociedad
se confia á un solo individuo : esa es la
monarquia , atendido el origen de la voz.
Será pues una constitucion verdaderamen-
te monárquica , sí llena estas dos -condi-
ciones : r.a si deja al poder toda la lati-
tud que es necesaria para que desempe-
ñe- las funciones que le estan encargadas:b •
2.a si dentro de la esfera 'de su actividad
constitucional le asegura la libertad de mo-
verse y de obrar, sin oponerle elhC oque




20
de los hombres y de sus pasiones. Cuan-
do el código constitucional asegura al
poder estas dos condiciones , sin las
cuales ni es poder , ni és nada , ¿ qué le
falta para ser eminentemente monarqui-
co ? ¿ La ilimitacion de la autoridad real?
Pero para crear un poder ilimitado, ¿ qué
necesidad hay de Constitucion.? ¿La opre-
sión de las libertades y derechos natura-
les del hombre? Oprimanlo pues si pueden,
mas no le engallen con constituciones es-
critas. ¿La intervención en todos los ac-
tos administrativ os ? ¿Y en qué constitu-
cion deja de tenerla el rey ? Examine-
mos por un momento la de España que
pasa entre los diplomáticos de la Santa-alian-
za por muy poco monarquica ,


y veremos
que no hay ningun acto en que no inter-
venga el trono. • •


En primer lugar, el gobierno puede pro-
poner leyes á la deliberació n de las Cor-
tes , no á la verdad esclusivame nte ; por-
que en fin , el mas severo aristocrata de
Viena confesará, que los pueblos pueden
tener necesidades muy urgentes , de que
hagan muy poco caso los ministros ; pero
al fin se le deja á estos la latitud nece-
saria para que propongan las suyas, es de-


.


21


cir , para que pidan las garantias de orden
que juzguen convenientes, como son di-,




nero, fuerzas , leyes represivas ect.
En segundo lugar, el gobierno puede


-negar la sanción á una ley, y esto sin ries-
go ni peligro alguno. Nuestra Constitucion
ha rodeado el _trono en este caso de todas
las garantias necesarias para que obre con
independencia. El Rey es arbitro de mo-
derar, con el acuerdo de un consejo de es- ,
tado nacional , la actividad escesiva. que
'mida tal vez introducirse en las. delibe-
raciones 'del congreso.


Vernos. pues que en la parte mas esen-
cial de la administracion , es decir, en el
ejercicio del poder legislativo , el gobierno
constitucional de España tiene una influen-
cia tan esencial, como es proponer y san-
cionar. Es-todo lo que se le puede-conceder,
y todo lo que necesita un- gobierno mo-
narquieo para mantener el ordeU•público,
la independencia nacional y la dignidad del
trono , que son las funciones propias de


- su. instituto.
En tercer lugar el Rey nombra para


todos los destinos : es decir, que por lo
los hombres que liar: de juzgar,•menos


que han de- guerrear , que han de go-




22
bernar , estan bajo su inmediata influen-
cia , ó es cierto que el int...:res no obra
ya sobre los corazones humanos. ¿Es esto
ser poco monarquica una constitucion ?


En fin , no hay ningun acto público
que no esté ligado al poder real , como á
centro de los (lemas pcderes. El Rey cons-
titucional de España puede hacer todo
el bien que acierte á desear : ¿ Es esto
ser poco poderoso ? A la verdad no pue-
de hacer ningun mal :- pero la facultad de
hacer mal no es poder , es tirania : no es
autoridad es desautorizacion. El gobierno
constitucional de Esparta no puede privar
á los ciudadanos del echo de decir, y
escribir , y publicar su opinion sobre los
actos del gobierno y en materias políticas:
no puede prender arbitrariamente: no puede
vejar los pueblos exigiendoles mas contribu-
ciones que las votadas por el congreso ; pe-
ro puede reprimir los desórdenes, vigilar los
movimientos de las facciones, prevenir la
esplosion de los volcanes revolucionarios,
contener á los enemigos del sistema esta-
blecido; le sobran medios legítimos y cons-


- titucionales para acallar las discordias,
amor tiguar el fuego de las .Pasiones, y ejer-
cer su accion con nobleza y dignidad den-


23
te° de la esfera á que está circunscrito,
es decir, dentro de los límites, en que es
necesario para el bien de la sociedad.


Los qué pidan mas poder que este, quieren
abusar de él ; purgue ¿.qué necesidad -tiene
el gobierno de una estensien inutd de auto-
ridad? Quitense pues la máscara los aris-
tocratas • y confiesen paladinamente, que el
trono no existe para el bien de la socie-
dad, sino la sociedad para el trono. La


1: palabra monarquico en sus labios y en sus
escritos :,si nifica lo contrario de nado-
nal. Quieren un gobierno que sea todo,
y que anta él la nacion no sea nada. Pues
eso ya no'es posible en nuestro siglo. Ha-
ya trono: haya gobierno : haya poder to-
do el que sea necesario para conservar el
orden: pero la libertad del último ciuda-
dano que more en la mas miserable- ca-
baila del reyno, ha de ser respetada é in-
violable: y sino ¿ para que sirven las cons-
tituciones ? ¿No ve la aristocracia que
se contradice en sus concesion.rs ? ve
que todos los sistemas que crea, son falsos
y mentirosos , porque concediendo liber-
tades y negando garantías, se miente á
si misma y á los pueblos ? ¿Quiere mo-
narquia ilimitada? Dígalo francamente; por-




'4
que mas vale pelear que engañar; su
derrota definitiva es siempre segura; pero
á lo menos las naciones no se irritan tanto
con la audacia como con la perfidia.


Hemos visto cuan errados van los que
redactan constituciones , en las• cuales no
hay garaiitia 'ninguna contra el poder en
favor de la libertad. Examinemos ahora las
opiniones políticas de los que quieren des-
truir las garantías del orden; porque asi
como .hay quien traspasa la línea al lado


„Ilel poder , cambien hay quien la traspa-
sa al lado de la libertad. Estos son mas fa-
ciles de convencer ; porque son de mas bue-
na fe. Su único argumento es que quieren ser
libres; y para ser libres atacan , sin pararse.
en los medios , al gobierne establecido.


A. estos preguntarémos si puede haber
libertad sin algun gobierno, sea el que
fuere, 6gobierno sin el poder necesario pa-
ra sostener el orden. Claro es que respon-
derán que no; pero que no quieren el go-1
bienio ni el poder actual , sino otro ó con
diversas personas ó bajo diversas combina- .
ciones. ¿Y qué garantía ofreceis á ese otro
nuevo gobierne? Si teniendo medios cons-
titucionales, reconocidos y asegurados por
la ley, para atacar los que crecis yerros en




el actual, os valeis de reclusos ilegítimos y
perturbadores de la tranquilidad pública; si


loscon puñales, que son siem-atnenazais
pre el argumento del que 'no tiene razon,
á los que piensarr-ó escriben contra vnes-


eonvertis la polémicatras opiniones ;
constitucional en .una guerra aleve de ame-


azas , insultos y personalidades indecen-
es, que nada hacen al caso en la cuestion
ue se ventila ; si os. valeis dEl argumentos
e la historia pasada y juzgada ya por la
arte culta de la nacion en las materias po-


líticas que son del día; en lin, si cn vez
del patriotismo ostentais el furor , en vez
de las razones presentais las calumnias , los
dicterios y las espadas , ¿qué garantía , vol-
vemos á repetir, podreis dar . á ningun go-
bierno , á ningun sistema de cosas presen-
te d futuro? ¿No conoceis que vuestro ins-
tinto es el de destruir, no el de edificar?
¿No veis que la pasion y los furores son bue-
nos para derramar sangre; pero de nada sir-
ven para construir un sistema (le gobierno?
Ul tima men te, ¿no veis que para hacer una co-
sa tan razonable como es él gobernar, es ne-
cesaria la razon que despreciais, que in-
sultais , y á la cual y al que os la dice es-
cupís? ¡ Ah! si 'vuestras pretensiones fueran




justas , si vuestras opiniones fueran venia.
deras, de otra manera las espondriais. Sé-
ora ces decia tranquilamente la verdad á sus
oyentes : el puñal y la injuria son las ar-
mas naturales del error; ó sino, ya que
sois tan liberales, examinad corno hablan
los fanáticos perleguidores por causa de re-


, comparad su lenguaje con el yuca-
tro, y avergonzaos de pertenecer todavia á
los siglos de la barbarie, a lo menos por los
sentimientos inhumanos que os atormentan,
y el idioma tártaro con que los espresais.
Podeis tener razon ; pero la defendéis con
armas que ella desconoce.


Pero vuestro principio es errado. Creeis
que el caracter de una nacion libre es el
estado, de guerra contra su gobierno. No
es eso. Ni Roma ni Atenas procedieron
asi. En todos los paises donde es respeta-
do el nombre de !a libertad , hay medios
legítimos y compatibles con el orden , pa-
ra contener á un ministerio que le excede.
En las repúblicas de la antigüedad bastaba la
presencia y la accion contínua del pueblo,
ante cuya sober'ania se humillaban las se
gures y haces consulares. Este medio era
sencillo, y ni aun costó el trabajo de in-
ventarlo. Cuando la reunion del pueblo


27
`ha llegado á ser imposible por la. estension


,ioterritordel son mas complicados los re-
cursos de una nacion contra un gobierno
prevaricador. Estos recursos se contienen
todos en el principio representativo.


En virtud de este principio la nacion
delega todos sus poderes ; y cada delega-
do, sea individuo ó corporacion , no tie-
ne mas autoridad que la que se le ha con-
fiado en el acta de la delegacion. ¿Necesi-
tan de mas en ciertas circunstancias y ca-
sos no previstos ? Es necesario recurrir al
pueblo , fuente y origen de toda autori-
dad, para aumentar ó modificar -los pode-
res existentes.


¿Sucede que algun funcionario público
ó el gobierno mismo abusa de su autori-
dad? Este caso está previsto. Las Cortes
acusan : el tribunal supremo de justicia len.
tencia : los periódicos preparan •la opinion
general, publicando todas las razones en
favor y en contra : la nacion se instruye,
y los jueces tienen que obedecer al grito
de la justicia. No hay necesidad•de tumul-
tos , ni de amenazas , ni de parrales: estos
son argumentos propios de asesinos, no de
acusadores.


Pero y »isi la representacion nacional




no atiende á las reclamaciones justas con-
tra el gobierno?" Puede muy bien suceder
que un cuerpo-representativo se aparte tal
vez de la razon , porque en fin se compo-
ne de hombres. Pero aun en ese caso, que
es muy remoto donde hay una ley liberal
de elecciones, debe el ciudadano particu-
lar someter su opinion á la de toda la na-
cion, cuya razon , cuyo entendimiento, cu-
yo voto está legalmente representado en el
congreso. Enhorabuena que á mí me parezca
demostrado que el congreso yerra : en hora
buena que lo imprima, que lo publique con
toda la energia del patriotismo , y con todo
el respeto que se merecen tan altos fun-
cionarios ; ¿pero me atreveré yo solo á con•
trariar amenazando ó conspirando el voto
'universal. de mi.nacion , que está esp•esado
legalmente en las decisiones de los legisla.
dores? No : deberé tener paciencia ,
apelar de la nacion á la nacion mejor in.
formada en otra legislatura.


Concluiremos este artículo con una oh.
servacion , y es. que la nacion española ha
sancionado con su voto el sistema consti
tucional , como está descrito en la Cons•
titucion de Cadiz. Esta proscribe el pode
ilimitado : proscribe tambien la licencia:


29
tiene garantias para la libertad: las tiene
para el orden. La Constitucion deCadiz es
la que quiere el pueblo español : ,esa es la
que nosotros seguimos.. El priiiepio repre-
sentativo domina en ella, no el democrático
de los ultraliberales, ni el monárquico,de los
aristocratas. Españoles, ¿ será un de lito de-
fender y aplicar en todos los casos el sis-
tema de gobierno que habeis adoptado ?




3o


TEATROS.


Sancho Ortiz de las Roda: : tragedia arre-
glada por don Cándido. Maria Trigueros.


Esta pieza es en su origen la comedia
de Lope de Vega, intitulada la Estrella de
Sevilla, que arregló á nuestro teatro y
ennobleció con el pomposo nombre de tra-
gedia el buen Trigueros de prosayca memo-
ria. Fue muy celebrada en el tiempo de su
novedad, y aun en el dia es muy aplaudi-
da ciiando se ejecuta con destreza.


En efecto , la situacion dramática no
puede ser mas tierna y dolorosa. Estrella,
obligada á perseguir en justicia á su ado-
rado. amante, Sancho Ortiz, separado pa-
ra siempre de Estrella por un asesinato
que se creyó obligado á cometer, presen-
tan uno de los cuadros mas trágicos é in-
teresantes. Es en el fondo la misma situa-
cion del Cid : y esto precisamente es lo
que disminuye el mérito de la combina-
cion de la Estrella de Sevilla; porque cuan-
do se copia la situacion es necesario que


3t
los medios sean nuevos y ¿le mucho in-
teres, para que la nueva pieza ne pierda
en la comparacion. Ni Otelo puede Juchar
con Orosman , ni Montcasin con Tancre-
do, ni Sancho Ortiz • con Rodrigo de Vi-


.bá r.
El enlace del Sancho Ortiz no puede


pasar en• una inicio') civilizada. Toda la
sangre sabe á la cabeza ; y el espectador
murmura de indignacion , cuando ve al
amante de Estrella, fanático por lo que él
llama el servicio de su Rey , insultar á su
amigo, á su 'hermano, al que le ofrece to-
da su felicidad en la mano de su queri-
da , con el objeto de incitarle á una lid
en que muera ó mate. No hay escena mas
odiosa ni mas inmoral. Se detesta á


. San-
cho Ortiz, y no vuelve á inspirar interes.
Las lágrimas de los espectadores son para
la desgraciada Estrella , caracter perfecti-
simo ; pero basta que sea caracter de mu-
ger dibujado por Lope.


Para hacer interesante á Ortiz seria ne-
cesario que su manera de sentir fuese con-
forme á la razon ó á los afectos comunes
de los hombres, ó por lo menos una preo-
cupacion propia de la época á que se re-
fiere la accion del drama.. Se ve pues que




32
la cuestion drambica está ligada con cueS-
\tiones históricas, morales y políticas.


Examinemos • en primer lugar, si en
tiempo del rey don Sancho el Bravo habia
en España la preocupado» de que era lí-
cito asesinar cuando el rey lo inundaba. Tan
lejos estaban los españoles de aquel siglo
de pensar de esta numera , que antes bien
las ideas y maximas comunes entre los no-
bles y personas (le distinción se dirigian
mas bien á exagerar el poder y prerogati-
vas de la nobleza que los- del rey. El mis-
mo don Sancho el Bravo tuvo que matar
por, su mano , casi en el mismo regazo de
su esposa, á don Lope de Hato, señor fac-
cioso y,atrevido. Este hecho prueba la bar-
barie del siglo; mas no prueba que los no-
bles .corrian como Sancho Ortiz, á degollar-
se por dar gusto al rey.


Nadie ignora los desórdenes de la me-
nor edad de _clon Fernando IV, hijo de
Sancho , y'de Alonso X1 , nieto del mis-
mo: de modo que aquel siglo fue en el
que Castilla se vio mas espuesta á los des-
órdenes de la anarquia - feudal. Por con-
siguiente, estaban muy lejos de los animos
las maximas serviles de la obediencia pasi-
va. Sabido es que Alonso el Bravo hizo los


33
mayores esfuerzos para triunfar de la aris-
tocracia española; esfuerzos que su hijo Pe-
drs- , llamado el cruel, continuó con mas
imprudencia que fortuna, que le cortaron
la vida y el trono. Tampoco se ignora
que en los reynados (le los descendientes
de san Fernando aun no era una ley fun -
damental . de la monarquia la transmisión
hereditaria 'de la corona , como lo es en el
dia ; pues vemos á Sancho el Bravo alejar
del trono á los Cerdas y á Henrique de
Trasminara , adquirir el cetro por un par-
ricidio; y aun despues los grandes (le Cas-
tilla quisieron dar la corona al infante don
Fernando, pospuesto el hijo legítimo de
Henrique el Enfermo, y mas adelantede-
pusieron solemnemente al rey


- don Henrique
I V, sustituyéndole su hermano el infante don
Alonso. Pues una época enque ni aun
estaba exenta de los capriclMs de la aris-
tocracia la sucesion al tronzó,., no es en la
que los reyes pueden imitar al viejo ase-
sino del Curdistan.


Las esPresiones fastidiosas é inmora-
les del lenguage servil , de• que abunda la
comedia de Sancho Ortiz, no sori propias
del siglo de


• ancho el Bravo, sino del de
Felipe III, cuando la nacion domesticada


TOMO XII. 3




34.
por Fernando V , enfrenada por la
sicion , llena de cadenas y laureles por Car-
los I , y envilecida bajo Felipe II, habia
perdido con su antigua altivez el sentimien-
to de su dignidad , y adoptado un len-
guage correspondiente á su nueva fortuna.
Entonces se podia decir:


«Vuestra voluntad es ley,
Que no esceptua á ninguno;
Y si ha. de ceder alguno
No ha de ser quien ceda el rey..


‹,Vale tu quietud mas,
Que el vasallo que mas vale.»


« El rey no pudo mentir ?
No : que es imagen de Dios.


« No sé si es injusto el Rey
El obedecerle es ley (1 ). »


«Pues mandó el Rey matarle,
Sin duda Baria causa. »


Que se fuesen con estas horribles má-
ximas á los castellanos valerosos y turbu-
lentos del tiempo de Alonso el Sabio y


(s) Cuando habla y manda como rey , y por
decirlo asi , cl,sdo su trono y bajo la responsab


ili


-dad de sus ministros , si : cuando manda como hom-
bre particular , no.


35
de su hijo • don Sancho , á aquellos caste-
llanos que se desnaturalizaban de su pa-
tria por el agravio que recibian ó creian
haber recibido de su rey , y que cuan-
do volvian á ella sabian, como el ilus-
tre Alonso de Guzinan , dar el cuchillo pa-
ra la muerte de sus hijos , por conservar
la plaza que se les habla confiado. Hom-
bres de este temple no asesinaban para fa-
vorecer los amores de un monarca. Esos
horrores estaban reservados á Felipe II y
á Antonio Perez; y quizá la segunda in-
tencion de Lope de Vega al escribir la co-
media de la. Estrella de Sevilla fue censu-
rar la conducta atroz y baja del Tiberio
español , que mandó asesinar á Luis de Es-
cobedo , engañó al despreciable asesino , y
le hubiera dejado perecer en un cadalso
si no le hubiera validó su -dilkencia. Mue-b
venos & creer esto ver que "la aecion de la
pieza es inventada: que no hubo semejan-
te hecho ni en tiempo de Sancho el Bra-
vo ni de otro rey antiguo de Castilla; y
que ei único suceso que se le parece fue
el (le la traicion de Antonio Perez. La bis.
toria no justifica pues el caracter de San-
clu.) Ortiz.
. La moral tampoco. Felizmente vivimos en




36
un siglo de luces y humanidad , en que
ninguna especie de fanatismo puede dis-
culpar el asesinato ni atenuar el horror que
esGita tan odioso crimen. El homicidio, co-
metase en nombre del cielo, del servilismo
6 de la libertad, es siempre `una accion
abominable y contraria á los intereses de
aquellos, á cuyo favor se perpetra. Todo
delincuente debe perecer á manos de la ley
y no á manos del hombre. La condena-
cion de los hijos de Bruto el antiguo sal-
v ó á Roma: el asesinato de Cesar la perdió
para siempre. ¡Desgraciada de la libertad
cuando para . defenderse tiene que recurrir
al puñal de los asesinos! ! porque es se-
ñal de que las leyes son insuficientes: y si
las leyes no bastan, ¿que bastará.


¿Por qué pues en un siglo ilustrado se
presenta á la . contniseracion de los espec-
tadores un asesino , que cuando mas solo
debe escitar el terror? ¿Tiene su crimen al-
guna disculpa en la máxima política que le
hizo obrar? No : aquella preocupacion no
existia en su tiempo , ni ha existido en
otro ninguno , sino bajo el despotismo de
la dinastía austriaca : entonces se decia en
los teatros y se escribia en los libros, que
los reyes son dueños de -vidas y haciendas;


37
pero no. del honor: escepcion decorosa pa-
ra la nacion española, que aun en el esta-
do de la mas abyecta esclavitud puso fue-
ra del alcance del despotismo la mas pre-
ciosa prenda del hombre socia!.


Pero en nuestro siglo, en que ya se sa-
be que el rey no es amo, sino magistrado;
no es propietario, sino gefe; bajo un go-
bierno constitucional que demarca con to-
da exactitud los deberes y derechos de los
súbditos, ¿qué interes puede inspirar San-
cho Ortiz? Los versos que se han añadido
ultimamente en la representacion, y que
sirven como de correctivo al servilismo que
mancha toda la pieza, acaban de. destruir
todo el efecto teatral que los desgraciados
amores de Sancho y Estrella hayan podido
inspirar á los espectadores.


Lloremos pues la desgraciada situacion
de Rodrigo de Vibar: su historia, cantada
en España desde tiempo inmemorial; las
máximas del pundonor , omnipotentes en
su siglo y no ab pogadas todavia en el nues-
tro; la terrible ofensa que recibió su padre;
l os insultos que él mismo sufre en su diá-
logo con el conde Lozano; todo disculpa
su desafio, todo contribuye á lastimarnos
de su desgraciado amor , y la compasion




38
que escita Jimena se estiende tambien á su
desventurado amante. En su tragedia se pin
tan costumbres antigüas, ideas y preocu-
paciones propias de la época á que se re-
fiere, que es la de la barbarie feudal : el con-
traste entre el amor y el honor es alli per-
fectamente .dramático ; porque los medios
son proporcionados á las situaciones. Deje-
mos pues á Sancho Ortiz entregado en la
prision á sus reflexiones, que se crea hj-
roe cuando no es mas que un asesino , y
escuchemos los lamentos del Cid, que sin
creerse héroe lo es , y que ha cumplido el
mas triste de todos los deberes. Sancho
Ortiz de las Rocías no puede ya vivir en
nuestro teatro ; porque es una pieza con-
traria á los sentimientos morales de la ac-
tual generacion. Ademas , toda su intriga
consiste en el silencio del rey ; y esto se
repite tantas veces y de tan diversas mane-.
ras, que es de estrafiar como los jueces y
el pueblo no conocen la causa del delito de
Sancho Ortiz. Estrella por lo menos la pe-
netró, corno se ve en la ultima escena del
acta IV.


3g


Concluyen las observaciones relativas al opús-
culo del señor Romero Alpuente.


Hemos salido ya de la parte mas eno-
josa del discurso que examinamos, que es
la relativa á las personas: entremos ya en
la que pertenece á las cosas, en la cual ten-
dremos el placer de convenir casi en to-
do con el señor Alpuente. Pregunta este
señor en su tercera cuestion , si la ilustra-
cion del pueblo sobre las ventajas de la
Constitucion y de las leyes que emanan de
ella , seria un gran golpe para la suprema
junta de conspiradores; « y responde como
era necesario , que si. Pero no se conten-
ta con enunciar esta afirmativa, se detie-
ne á probarla enumerando- con la compla-
cencia de un verdadero liberal, todas las
ventajas del gobierno representativo esta-
blecido y arreglado por nuestra sabia Cons-
titucion. Sentimos no poder estractar esta
parte interesante del discurso, porque no
es susceptible de estracto ; seria menester
copiarla : pero recomendando mucho su
lectura , nos limitarémos á estender y am-
plificar ciertas consecuencias muy impor-




40
tantes que se derivan de los juiciosos prin-
cipios sentados por el señor Alpuente. Di-
ce este célebre patriota , y dice muy bien,
que « para hacer amable la Constitucion,
es preciso hacerla conocer ; porque sien-
do el objeto del amor únicamente el bien,
en vano nos empeñarétnos en Tic nues-
tros pueblos amen la Constitucion , si no
conocen los bienes que encierra ; y hé.
aqui lo que este pobre Censor tan calum-
niado está predicando hace mas de un
año. Cien veces y bajo cien formas di-
ferentes hemos inculcado y repetido, que
para consolidar el nuevo régimen es pre-
ciso hacerle amar ; que para hacerle amar
es indispensable que los beneficios que él
promete no se queden en promesas, que
el primero. de los beneficios para un pue-
blo es la paz interior , la union y con-
cordia de sus individuos, que para obtener
esta paz , esta union y esta concordia es muy
mal medio exaspe rae , denigrar, insultar con
apodos, proscribir y perseguirá clases enteras
de ciudadanos , algunas de ellas muy respe-
tables y numerosas como las de los eclesiás-
ticos, los grandes, los empleados : que cuan-
do una persona haya cometido algun crimen,
no se debe ver en él mas que el indi-


vidrio, no la clase ó corporacion á que per-
tenece. Hemos dicho igualmente , que si
alguna vez fuere indispensable desenvay -
nar la espada de la justicia por delitos
políticos, ha de ser con el dolor con que
una madre se ve precisada á castigar los
errores de un hijo seducido y extraviado:
hemos dicho que nada enagena mas los
animos en cualquiera mutacion política , y
nada les impide mas abrazar con gusto ins-
tituciones nuevas , que el verlas precedidas


• del terror y rodeadas de sangre : y hé
aqui mas estensamente individualizado lo
que el señor Alpuente dice en su conci-
sa y enérgica frase : «es preciso hacer ama-
ble la Constitucion." Hemos dicho y repe-
tido cien veces que para estender y gene-
ralizar- las ideas liberales, las doctrinas fi-
losóficas y los principios políticos que sir-
ven de base á la Constitucion y á todo el
sistema de leyes que de ella se deriva , es
necesario mucho tiempo : que para ilustrar
á los hombres es menester enseñarles y
convencerlos , no degollarlos : que los pa-
tibulos nunca fueron buenos argumentos
ni serán nunca las armas con que se de-
fiendan las buenas causas en cualquier gé-
nero que sea : y hé aqui tambien lo que




en suma dice el señor Alpuente cuando-
enseña que ‹, para hice,' amable la Cons-
titucion es preciso hacerla conocer;' y cuan-
do añade muy juiciosamente que siendo
el oljeto del amor unicaniente el bien, en
vano nos empelarémos en que nuestros pue-
blos amen lri Constitucion , si no conocen
los bienes que encierra. ¡ Qué vasto cam-
po nos ofrecian estas preciosas. palabras
para confundir á los jacobinos y anarquis-
tas que tan neciamente declaman y se en-
furecen , porque al año y medio de res-
tablecida la Constitucion , no es ya cada
español un Rousseau ó uu Condillac en la
filosofia , y un Franklin ó un Wasington
en energia republicana. :Ilusos! r no ven que
el propagar y generalizar las buenas doc-
trinas y los principios filosóficos en una
'nacion en que pór tantos siglos han esta-
•do cerradas las puertas á la luz y al ver-
daaero saber, es obra del tiempo y de lar-
go tiempo ? (1 No ven que para enseñar fi-
losofia no son buenos testos los martillos
y los puñales ? No ven que prescindien-
do de lo que se llama instruccion, es me-
nester tambien para regenerar políticamen-
te un pueblo , mudar sus hábitos morales,
y que esto ha de ser obra de institucio-


43
nes que aun no se han creado y de una
educacion patriótica y liberal, para la cual
no se han puesto todavia los cimientos? ¡Y
se indignan ya de que los habitantes de
los pueblos pequeños, que ó no saben leer
ó no han leido mas libros que el Aste-
te y el Belarinino , tengan preocupaciones
religiosas ! ¡Y quieren por fuerza que -clé-
rigos y frayles que no han estudiado mas
que el Lárraga , y los muy privilegiados
el Gonet ó el Billuart, sean Tamburinis y
Palmieris! ¿Ignoran que es muy facil pro-
nunciar palabras nuevas , pero muy difi-
cil mudar el sistema completo de las ideas?
No insistiremos sobre verdades tan obvias
que solo puede desconocer el vandalismo
de los jacobinos , y que estan consigna-
das en todas las páginas de este periódi-
co ; pero para que se vea si hay ya de-
recho para exigir que lo que se llama la
nacion , es decir las nueve décimas de los
habitantes (porque no concedemos poco
si suponemos que un millon de ellos es
verdaderamente instruido)'; ame el régimen
liberal por principios y con conocimiento
de.causa, copiarémos aqui lo que el ilustre
Filangieri dice sobre los beneficios y la ne-
cesidad de la ilustracion, y lo que á su jui-




44
cio deberán hader las leyes para promover-
la y generalizarla en un pais.


“¿Quién no ve , dice , el influjo que tie-
ne esta (la instruccion) en la prosperidad de
los pueblos , en su libertad y en sus costum-
bres mismas? Si el hombre &mg-ido y per-
suadido por la razon obra con mayor ener-
gia que cuando le impele la fuerza ó el te-
mor, sin saber él mismo adonde es condu-
cido ; si los tiempos de la ignorancia han
sido siempre tiempos de ferocidad , de in-
triga, de bajeza y de impostura; si la fal-
ta de luces, cubriendo todas las cosas con
un velo; haciendo inciertos todos los dere-
rechos , alterando, desfigurando, pervirtien-
do las maximas y los dogmas, ha mancha-
do con sangre los tronos y los altares , ha
suscitado los tiranos y los rebeldes , ha dado
4 los errores, tantos mártires, á la verdad
tantas víctimas , al fanatismo tantas hogue-
ras, á los impostores tantos secuaces, á la
religion tantos hipócritas y enemigos , si en-
medio de la ignorancia jamas está el prin-
cipe seguro del pueblo, ni el pueblo del
principe , el respeto se convierte en vile-
za , la obediencia en temor , el imperio.
en'violencia ; la magistratura es arbitraria,
la legislacion incierta , los errores eternos


45
y. venerados, las reformas peligrosas , é irri-
sorias, la opinion pública despreciada, y
la administracion patrimonio de los que ro-
dean el trono,'y venden al príncipe con una
mano y la nacion con otra, si la verdade-
ra sabiduria, siempre acompañada de la jus-
ticia , de la humanidad y de la prudencia,
no escita jamas á los hombres á que come•
tan delitos ; si segura de conseguir tarde ó
temprano el triunfo que merece , no necesita,
como la impostura, comprarle con la sangre
y con las miserias de los mortales ; si la
filosoña , enunciando la verdad con intre-
pidez y celo, mostrando á los hombres los
trágicos efectos de la tirania , de la supers.t
ticion , de los delirios de los reyes, de las
preocupaciones de los pueblos, de la am-
bicion de lbs grandes, de la corrupcion de
las cortes; si descubriendo á los principes
sus verdaderos intereses, y aun haciendo
alguna vez que se avergüencen de sus er-
rores, no ha encendido jamas el Juego de la
discordia, ni producido facciones en los esta-
dos , ni empuñado , como la ignorancia, el
cuchillo regicida; en una palabra , 'si tanto
los que mandan como:los que obedecen, en-
cuentran sus verdaderos intereses en los
progresos de la razon ; justo es que la




4G
ciencia de la legislacion no pase en silen-
cio un objeto tan interesante como olvi-
dado en nuestros códigos: justo es que exa-
mine cuales son los ostáculos que se opo-
nen á estos progresos, cual el método que
debe seguirse para removerlos, cual la di-
recejar] que deberia darse á los talentos,
cómo escitarlos á mirar por el bien 'de la
patria, bajo los auspicios de la libertad,
cómo distraerlos de las ocupaciones que
tienen mas de fastuosas que de utiles, có-
mo conseguir que las meditaciones de los
filósofos precediesen siempre á las opera-
ciones del gobierno, y que los ministros de
la razon preparasen el camino á los minis-
tros de los principes en todo lo que con-
cierne al interes público , cómo servirse
de su ministerio para disponer los animos
á las reformas necesarias y á las inova-
ciones utiles, cómo aprovecharse de la dis-
cusion , madre fecunda de la verdad, dis-
cusion producida por diversidad de opi-
niones, cuando la autoridad no atemoriza
la pluma de los escritores, ni retarda el
curso de sus especulaciones, cómo guiar
todos los talentos de los hombres á un ob-
jeto comun , cómo hacer que las bellas ar-
tes sean, tributarias de la utilidad pública,


47
como hallar y multiplicar los caminos pa-
ra difundir en las provincias las luces de
las capitales, y generalizar el precioso (Je-
pósito de los conocimientos utiles, y en
fin el modo (le conseguir que aun los ciu-
dadanos ocupados en las artes mas su-
balternas , sepan lo que deben á Dios, á sí
mismos, á su familia y al estado ; que ten-
gam ideas verdaderas de lo que es el ham-
bre y el ciudadano, y esten bastante ins-
truidos para conocer toda la dignidad de
su caracter y el respeto que se merece."
(Ciencia de la legislacion tomo t.° )•


liemos copiado este larga pasage del
célebre Filangieri para que se vea, r.0 cuan-
ta es la importancia de la instruccion en
las naciones: 2.0 cuan distantes estarnos hoy
de que sea entre nosotros cual llegará á
ser algun dia : 3.0 cuan grande injusti-
cia y necedad es exigir que nuestro pueblo
esté ya completamente ilustrado, cuando to-
davia no se ha hecho casi nada para quelo
sea ; y 4.0 para que nuestros amartillado-
res y púlale/os vean que la ferocidad r la
ignorancia son compañeras inseparables; que
la ignorancia y no la ciencia es la que
pervierte las maximas , mancha con san-
gre el trono y el altar, suscita los tiranos,




48
fomenta las rebeliones, sacrifica víctimas y',
enciende las hogueras del fanatismo : que
la verdadera sahiduria va siempre acompa-
ñada de la justicia , de la humanidad y de
la prudencia , y segura de su triunfo no ne-
cesita comprarle con la sangre y las miserias
de los mortales : que la filosofia no en.
tiende jamas elfuego de la discordia, ni pro,:
duce facciones , ni empuña el cuchillo regi-
cida; y que esto no lo dice ningun afran--
cesado, ni ultra , ni servil, sino uno d
los escritores mas liberales que produjo a
ultimo siglo ; y repetimos con este moti•
vo que á hombres que citan estos escritos,
que pregonan estas doctrinas y que hacen
esta profesion de fe política , solo la mas
negra calumnia puede contarlos entre los
enemigos de la libertad y de la filosofia , y
entre los propagadores del oscurantisrno..


Volviendo ya al señor Alpuente, pue-
de verse por lo dicho que estamos ente-
ramente de acuerdo en que el gran medio,
nosotros dirémos el único, de acabar con
todas las .conspiraciones actuales y de
pedir que se repitan, es ilustrar al pue
blo , es combatir la ignorancia , el error
y las preocupaciones de todas clases; pero
se entiende, no á martillazos y á puña-


49
lacias, ni con cantares del trágala, sino con
la doctrina , la• ciencia y las armas de la
raza:). Lo unico en que no convenimos con
el señor Alpuente es en que las reuniones
patrióticas sean á proposito para ilustrar al
público y propagar las sanas doctrinas en
que conviene imbuirle. Suponemos que el
señor Alpuente habla de las reuniones pa-
trióticas tales como han existido hasta aqui,
porque dandoles otra forma , y sujetan-
dolas á reglas que eviten los abusos, ya
hemos dicho en varias ocasiones que pue- .
den ser utiles permitirse y aun promo-
verse ,en un pais constitucional. Mas insis-
tiremos siempre en que las reuniones en
forma de club, es decir, en las cuales pue-
de el primer loco"que se presente subir á
la tribuna y declamar un discurso


bdesoraa-
nizador, incendiario y antisocial, lejos de
ser una buena escuela constitucional y de
contribuir á cimentar solidamente por me-
dio de la inát


•uccion el gobierno represen-
tativo , son y seran eternamente la tumba
de la libertad, y el medio infalible de ha-
cerla odiosa y abominable. Esto lo hemos
dicho tantas veces, y lo hemós probado de
una manera tan victoriosa que á nosotros
mismos nos causa tedio y hastio tener que


TOMO XII. 4




So
tocar esta crieStion juzgada ya en el tribu-
nal del público. Sin embargo, corno el ha-
ber sido nosotros los primeros que en Ma-
drid (en Barcelona ya se habia publicado
sobre la materia un escrito muy juicioso)
nos atrevimos á combatir los clubs jacobí-
nicos, malamente llamados Reuniones patrio-


ticas, nos ha valido tantos denuestos , tan-
tas calumnias, y una tan encarnizada guer-
ra, como la que desde entonces nos está ha-
ciendo la - faccion anarqulsta • ó jacobina; no
podemos menos de observar con este mo •
ti-vo que lo que entonces anunciarnos como


en
profecia , se ha realizado punto por


punto , y han llegado los males á un es-
tremo que entonces no nos atrevimos á in-
dicar aunque lo conociamos bien. Lea cual-
quiera el artículo sobre reuniones patrio-
ticas, inserto en el núm. t.° del Censor
(día b de agosto de 1820'„ y coteje nuestras
tristes prediciones con la historia de los
clubs de Madrid, resumida en pocas pala-
bras, no 'por algun afrancesado sino por la
Gaceta, á cuyos redactores creemos que
nadie tachará de francesismo. «En la tri-
buna del café de Malta, dice en el laú).
3o9, y en la de la Fontana de Oro, adon-
de concurrian muchisimos ciudadanos hon-


rados creyGndo que iban á oir el evange-
lio de la libertad , es donde se han ense-
ñado las perniciosas doctrinas que han agi-
tado los animos y han causado en ciertas
épocas algunas conmociones que han podi-
do ser funestas. Alli se ha enseñado lafal-
sa doctrina de la soberania del pueblo , al-
terando la letra y el espíritu de la Consti-
tucion. En la furiosa tribuna de la Fonta-
na, en aquella catedra de sedicion, se dijo
una noche al pueblo , precisamente cuan-
do estaba mas irritado, porque creia que es-
taba ultrajada su soberanía, que la guerra
civil era un don del cielo; y aunque el que
profirió tan atroz espresion quiso modifi-
carla en las noches siguientes, no por eso
.dejó de atestar de malisimas 'máximas
aquellos mismos discursos que se dirigian
al parecer á enmendar un eiTor. En nue,.
Ila misma tribuna se le dijo tambien al
pueblo , que bajo las apariencias de una
•Canstitucion era gobernado como una gavi-
lla de esclavos. En aquella misma tribu
na se-le dió siempre


. 6 casi siempre una idea
•siniestra del poder ejecutivo, pintandose-
lo como una autoridad enemiga por osen-


. •cia (le la libertad pública , infractora per-
pettra de las leyes- 'fundamentales del esta-




52
do , y en lin merecedora de la indignacion
nacional por su culpable incuria' en plan-
tear las instituciones liberales. De este mo-
do se exasperó el ánimo del pacífico ciu-
dadano, y en aquel mismo sitio en que de,
bió haber aprendido á amar y respetar un
gobierno por mil títulos acreedor á su con-
fianza , se imbuyó de falsos principios , se
llenó de errores subversivos de todo orden so.
sial; y en fin se estravió hasta el punto de
creer de\buena fe que era su primer deber
aborrecer y despreciar á una autoridad que
le: presentaban corno prevaricadora y ene-
miga de la Constitucion. Estos hechos son
de tan pública notoriedad, que insistir en de-
mostrar su evidencia, seria en cierto modo
empeñarse en probar que la luz alumbra:


Hasta 4qui la gaceta. Véase ahora si el
Censor se ha esplicado alguna vez con tan
ta fuerza contra las reuniones de Madrid:
siempreba tenido la delicadeza de genera-
lizar la ,cuestion sin contraer sus reflexiones


este ó aquel club determinado; no pm
que no estuviese viendo lo mismo que al fin
confiesa la gaceta y reconoce todo hombre•
(le buena fe ,„sino para que no dijesen sus
enemigos que aparentaba males que no exis
tian, y que combatia fantasmas. Piala to-


53
dos los errores que ha impugnada, todas
las desgracias que ha previsto y todos los
horrores que- ha llorado, no existan nun-
ca sino en la imaginacion de sus editores!


No dejaren-los este punto de las reunio-.
nes sin hacer una pregunta á sus. defen-
sores. Si son tan buenas, tan utiles, tau ne-
cesarias; si son escuelas


.
inocentes de pu-


ro liberalismo, ¿porqué no se presentan en
sus tribunas á ilustrar al pueblo los dipu-
tados nacionales , los consejeros de esta-
do, los jueces de los tribunales colegiados,
los generales, los altos empleados de todos
ramos; y en otra categoría los académicos
de ambas academias, los directores de ins-
truccion pública, los catedráticos , los abo-
gados célebres, los sabios y literatos cono-
cidos, los grandes propietarios , los ricos
comerciantes, en suma , los ciudadanos mas
distinguidos ; y solo arengan en ellas por
le general el tio fulano , el curita A, el
ex4rayle B y algun otro individuo poco
autorizado y conocido? ¿Y por qué cualquie-
ra de los altos personages miraria como una
deshonra el que se le 'llamase clubista y
orador de café? ¿No prueba este solo hecho
que no se mira esta profesion como muy
honrosa? Mediten bien esta refiexion nues-




54
aros lectores : nosotros vengamos ya á la
4.a y 5. a cuestion.


Todo cuanto dice en esta parte el se-
ñor Alpuente se reduce : i.° á que sin em-
bargo de que la responsabilidad legal de
los ministros españoles es mas estrecha y
se estiende lí mas actos que la de los in-
gleses y franceses, hay todavia casos en
que esta responsabilidad ante la ley no
es remedio eficaz contra los males ; por-
que no estan abiertas las Cortes , ó aun-
que lo esten , d no le aplican ó le apli-
can tarde: a.° á que hay otros varios ca-
sos , en los cuales aun cuando los males de
Ja patria exijan este remedio, no há lugar
fi él, sin embargo de que esten abiertas
las Cortes y deseen aplicarle : 3.° que la
responsabilidad de los ministros ante la
opinion pública suple á la dela ley en aque-
llos casos á que esta no puede alcan-
za•, como las acciones ú omisiones que 6
no estan prohibidas ni mandadas, 6 hallán-
dose dentro de las permitidas por la ley,


. pueden preparar la ruina del sistema ó
causarle graves daños : 4.° á que cuando
una orden, aunque cubierta con la letra de
la ley, es perjudicial , la culpa no es de la
ley ni del rey , sino del -ministro que la


firma , y que semejantes órdenes pueden
y deben ser objeto de la censura pública,
dirigida no. contra el rey sino contra
el ministerio ; y 6.° que el poder real , tal
como se halla arreglado por la Constitu-
cion , no es un poder aereo , sino el mas)
grande de la tierra. Todo multo el señor
Alpuente dice para explanar y probar estas
proposiciones, es en general muy cierto y
en algunos puntos se esplica como un an-
gel : y así poco.' tendremos que observar
sobre esta última parte de su discurso. Sín
embargo, como hay en ella ciertos princi-
pios espuestos con demasiada y
con algunakeneralidad, que pudiera dar lu-
gar á que gentes poco instruidas hiciesen •
de ellos aplicaciones poco acertadas y aun
perjudiciales; .


procurarérnos esplicar el sen-
tido genuino y muy constitucional en que
el señor Alpuente quiere sin duda que sean
entendidos y aplicados.


Es muy cierto que los requisitos y trá-
mites que se exigen en toda buena cons-
titucion para poner en acusacion á los mi-
nistros y júzgarlos definitivamente, hacen
lenta y dificil -esta operacion ; pero de aqui
no se infiere (pie esta responsabilidad le-
gi asi regularizada no baste, si la Cons-




titucion no es un nombre vano, para que
las faltas graves, los verdaderos crímenes
políticos de los ministros no queden im-
phnes. En cuanto á las faltas menos tras-
cendentales, los errores y las debilidades
á que estan sujetos, porque al fin son herr,–
bres, el rey es quien advertido ya por
consejeros fieles, ya por el clamor público,
puede poner remedio con solo mostrarles
su desagrado, y llegando hasta separarlos
si sus indicaciones no bastasen. Podrá su-
ceder y sucederá muchas veces , que in-
trigas palaciegas ó alguna faccion conser-
alen en el ministerio á un individuo indig-
no de ocuparle , ó precipiten de la silla
ministerial á un ciudadano benemérito. Po-
drá suceder tambien y sucederá acaso al-
guna vez, que el cuerpo representativo no
use con energia de su autoridad para per-
seguir á un ministro culpable, ó que•este
escape con amaiíos á la venganza de la ley;
pero ¿ qué remedio á estos males en un
gobierno de hombres? Si pudieramos traer
del cielo ángeles para gobernar en la tier-
ra , ó si pudieramos convertir en ángeles
impasibles é impecables á los individuos
de la especie humana, todo iria bien, to-
do seria perfecto y acabado entre nosotros;


pero no pudiendose conseguir uno. ni otro,
es inutil exigir una perfeeeion absoluta en
ninguna obra que salga de la mano de los
hombres. Lo mejor que hasta ahora se ha
ideado para impedir ó hacer muy raros los
abusos del poder en los ministros , es su-
jetarlos á la responsabilidad en el modo
y -forma ctue determinen la Constitucion y
las leyes : pero como al mismo tiempo es
menester Tejar bastante espedita la accion
del gobierno, ha sido necesario coartar
esta misma responsabilidad á los delitos
graves, y rodearla de tales precauciones,
que no pueda ser nunca efecto del ca-
pricho ó la pasion de los enemigos per-
sonales de los agentes del poder, los cua-
les por esta cualidad no deben ser de peor
condicion que los denlas ciudadanos á quie-
nes concede la ley todas las garantias imagi-
nables para que no sea atropellada su ino-
cencia. Sil estas mismas precauciones ha-
cen alguna vez ilusoria la responsabilidad,
este será uno de los mil y cien males que
es preciso tolerar ahora : para lo sucesivo
el remedio es. reformar en esta parte la
Constitucion y las leyes.


Es tambien cierto que para aquellas
faltas que no dan lugar á exigir las res-




158
ponsabilidad legal , el único tribunal que
hay sobre la tierra es el de la Opinion pú-
blica ; pero es menester fijar con toda exac-
titud lo que se entiende por opinión pú-
blica, determinar cuando merece este 'nom-
bre el rumor escitado Contra un -ministro,
y convenir en la pena que este inflexible
é incorruptible tribunal puede pronunciar
en estos casos. Un volumen no muy pe-
queiio seria necesario para ilustrar comple-
tamente esta cuestion de la 'opinion públi-
ca ; pero ya que • los estrechos límites de
un artículo de periódico no permiten tra-
tar magistralmente esta dificil y delica-
da materia, nos contentaremos con inser-
tar al pie de la letra lo que dijo Muy cipo r-
tunamente la Gaceta de Madrid de 1.° de
este mes. No lo hacemos por ahorrarnos
el trabajo de espresar las mismas ideas á
nuestro modo , sino porque soliendose res-
ponder por nuestros enemigos á cuanto
nosotros decimos , que somos-afrancesados,
se hace preciso copiar las mismas doctri-
nas de escritores que no lo sean , para que
en su boca tengan mas fuerza que en la
nuestra. Dice pues asi la Gaceta : « No es
nuestro ánimo querer quitar su fuerza á la
opinión, ni menos despojar .al hombre del


59
derecho que tiene á esponer la suya ; pe-
ro quisieramos que fuese siempre recta, y
se apoyase .en el raciocinio y no en va-
nas aprensiones sin intervención del juicio.
Oygo y oiré las opiniones, decia un escri-
tor español hablando de esta materia ; pe-
ro no me hacen ni me harán fuerza nun-
ca, sino las de aquellos. hombres juiciosos
é instruidos que por efecto de su tino men-
tal y diseerniinienzo por lo mucho que
han estudiado , leido y reflexionado , y últi-
mamente porque estala:dotados de aquel ins-
tinto que se llama talento, son y serán
siempre los unicos capaces de formar opi-
nion. Las de todos los denlas son absolu-
tamente nulas ; pees asi como cien ciegos
no equivalen á• un hombre con vista, cien
falsos opinantes no equivalen á uno ,


bue-
no.=A la instruccion y conocimiento en
la materia sobre que se opina, es menes-
ter que se agregue la rectitud y buena fe,
pues faltando estas, y tratandoSe de soste-
ner una tema ó capricho, es á veces per-
judicial el talento , porque da mas armas
para oscurecer la verdad. En efecto, ¡cuán-
tas veces vemos sostenerse paradojas y aun
preocupaciones absurdas , de que tanto
abunda la época actual ! Gentes hay que




Go
se' apasionan sin saber por qué y odian á
un sugeto, ó forman buen concepto de él
sin considerar en qué se fundan , y asi ha-
blan siempre sin pensar nunca lo que van
á decir. Estos tales no pueden tener ní
formar opinion. Hay tambien opiniones
pegadas ó inoculadas corno las viruelas
( permitase me esta espresion .), y son muy
malignas á veces segun el humor de que
se han tomado. Esto es harto comun, pues
ya se ha dicho muchas veces antes de aho-
ra que el modo de pensar de los hom-
bres es contagioso. En efecto , pocos pien-
san y hablan por sí, sino segun piensan
y oyen hablar á otros , y los ;mas son
votos de reata en cualquiera materia de
que se trate, ó unos meros ecos de voz
-egena. Aun si esta voz que siguen fuera
la de la razon y buen juicio ,-si fuera la
de la justicia y recta imparcialidad , seria
muy. ventajosa y saludable esta deferencia
al que se cree que sabe mas, y serviria pa-
ra propagar las buenas ideas ; pero por una
de aquellas fatalidades inseparables dé la
flaqueza humana , sucede que no son es-
tas las que se entienden y propagan , sino
acaso las mas destituidas de fundamento,
en una palabra las ideas de los necios.


6
Como el número de estos es infinito, se-
gun el Espirite Santo, y cada uno busca
su semejante, de aqui es que no buscan
ni aprecian el dictamen y opiniones de los
sabios ( en lo que padeceria mucho su or-
gullo ), sino el de los que 'estan á su
vel. » — Creemos oportuno presentar por
ahora estas breves observaciones presta-
das para que todos estemos alerta con-
tra aquellos que con bastante frecuencia pro-
curan alucinar á los incautos con las en-
fáticas frases de : esta es la opinion gene-
ral: este es el voto de todos:, asi piensa la
mayor parte de la nacion: el pueblo opina
de este modo , y otras semejantes, que bien
analizadas, tal vez no significan mas que
las siguientes: asi pienso yo y mis amigos:
asi pensamos un puñado de gente:' este es el
dictamen de 200 ó 5oo personas. — Re-
comendamos mucho las reflexiones arri-
ba citadas , á fin de que todos los que quie-
ran investigar con imparcialidad cuál es la
verdadera opinion pública, no se dejen ar-
rastrar por frases retumbantes, sino que
calculen , analicen , comparen , inquieran
y despues de hecho esto juzguen : este es
el medio de equivocarse menos, y de que
el error y los juicios aventurados sean me-




62
nos frecuentes. Esto dice la Gaceta , y
nosotros resumiendo en pocas palabras
cuanto pudiera decirse en la materia , di-
remos al señor Mpuente, que reconocemos
y respetarnos las inapelables decisiones de
la verdadera opinion pública ; pero que
este augusto tribunal no se compone es-
clusivamente de los oradores de cafe y de
los artículos de ciertos periódicos. La opi-
nion pública se manifiesta legalmente, 1. 0 por
esposiciones libres y espontáneas de los
ayuntamientos y de las diputaciones pro-
vinciales, y 2. C" por medio de la impren-
ta cuando esta es verdaderamente libre;
pero es menester que aquella; esposicio-
nes sean Muchas, simultáneas y.nniformes;
y que los eserhos sean numerosos y de
todas clases , es decir, periódicos y no pe-
riódicos , y que á manera de nube inunden
por todas partes el pais. Mientras las esposi-
ciones sean la obra de ciertas sociedades, ven-
gan solo de ciertos püntos, y traygan un cier-
to número de firmas mayor parte desco-
nocidas; y mientras que solo ciertos periódi-
cos que se llaman á sí mismos periódicos de
la oposicion, sean los órganos de lo que fal-
samente se condecora con el augusto nombre
de opinion pública, ya sabe el gobierno y sa,


(i3
be todo hombre sensato el caso que, debe
hacerse de semejante opinion.


En cuanto á que la censura á que den
lugar las órdenes que, aunque cubiertas con
la letra de la Constitucion ó de la ley, pue-
den ser perjudiciales , no deba dirigirse
contra el Rey sino contra el ministerio,
se esplica el señor Alpuente con tal pie-
cision y _tan atinadamente que nada tene-
mos que hacer mas que copiar sus pala-
bras. «Esta, dice , es la mas importante
cuestion , y aunque al parecer delicada,
la mas facil de resolverse. El supuesto so-
bre que camina es de que el perjuicio que
se sigue al bien público es tan manifiesto
y de tal trascendencia, que llega á ser ob-
jeto de examen ante el tribunal de la opi-
nion pública , y por consiguiente digno del
formidable decreto de execracion hácia el
que fue su cansa. Hacese este supuesto por-
que si el perjuicio no es de esta entidad, no de-
be entrar en cuenta para descrédito de nin-
guno , ni para forzar á nadie , sea quien
¡acre, á que siempre acierte y baga lo nalo•.»
Palabras preciosas que me.recian esculpirse
en letras de oro y fijarse en todas las es-
quinas, porque 'en ellas está perfecta-
mente determinado el caso en que la opi-




64
ilion pública debe ejercer su censura contra
las órdenes ministeriales, y 2.°• porque con
ellas el seiíor Alpuente ha respondido él
mismo sin advertirlo á todos los cargos que
deja hechos al ministerio. En cuanto á lo
1. Q queda establecido en principio que pa-
ra que las órdenes ministeriales sean cita-
das ante el tribunal de la opinion pública,
el perjuicio que causen al bien público ha
de ser tan manifiesto y de tal trascendencia
que sea ya digno del formidable decreto de
execracion ; y que si no fuere de esta en-
tidad , no debe entrar en cuenta para descré-
dito de ninguno; porque no se debe exigir
de nadie, sea quien litera, que siempre acier-
te y haga lo ,mejor. En cuanto á lo segun-
do, juzgado por esta regla el ministerio
actual , saldrá necesariamente absuelto en el
tribunal del público, porque no hay hom-
bre imparcial que no vea que el perjuicio
que pueden ocaqona • al estado, si es que
son capaces de &tusar alguno las órdenes
censuradas por el sefior Alpuente, no es
tan manifiesto ni trascendental que merez-
can aquellas el formidable decreto de exe-
cracion contra el que las espidió. Ya hemos
probado largamente que á lo mas podrá
decirse de alguna, que en ella no se acerffi
ni se hizo lo mejor.


65
Sentado este luminoso pr i ncipio, pasa


el señor Alimente á probar que aun supues-
to que una orden ministerial irrogue al
Hico un pérjuicio de mucha trascendencia,
la responsabilidad ante la opinion es toda
del ministro, aun cuando este se escuse
con que el rey le mandó con empajo que
expidiese la orden que se supone muy per-
judicial, 'y dice : «No piense el ministerio
que asi como S. DT. puede reclamar la glo-
ria ó las alabanzas de los pueblos, asi pó-
drá traerse su indignacion y sus maldicio-
nes, porque la ficcinn constitucional con
que haciendo al hombre inviolable y sa-
grado le eleva sobre la humanidad, le pone
al lado de la divinidad misma, y á la ma-
nera que la divinidad como omnipotente
para el bien é impotente para el mal, sol-
puede ser alabada y nunca maldecida ;
el rey constitucional , como omnipotente pa-
ra la felicidad de los pueblo.> , e impotente
para su desgracia, deberá ser en todo lo bue-
no aplaudido y nunca,' ni en lo malo , abo-
minado." Tan preciosas y constitucionales
palabras no exigen comentario alguno: que-
remos solamente que esten grabadas en to-
dos los corazones , y que las tengan pre-
sentes los periodistas cuando toman la phi--


T.0310 XII. 5




66
ma , y los oradores de las tertulias patrió-
ticas cuando suben á las tribunas. ¿Y han
respetado siempre unos y otros este dogma
constitucional? El público sabe cuanto pu-
diera decirse para responder á esta pregun-
ta. Nosotros ño recordaremos, ni seria pru-
dente, los horrores que recientemente se
han estampado en algun periódico contra
la persona sagrada del Rey, ni las atroces
aleg, orias con que en alguna tribuna se ha
blasfemado su nombre; y concluiremos ya
este largo artículo; manifestando nuestro
dolor de que el señor Alpuente haya con-
cluido su opúsculo , hablando , ni aun en
hipótesi , del caso en que «el Rey fuese pre-
sidente ó vocal de la suprema junta de
conspiradores, y de que estuviese tambien
1:ti ella el príncipe ó infante sucesor á la
twrona." ¿La prudencia • de un diputado no
loa visto que escribiendo para el público en
un tiempo en que pueden convertirse en
veneno semejantes- suposiciones , no se de-
be tomar en boca tan funesto acontecimien-
to, ni hablar de él, y ni aun siquiera su-
ponerle posible? ¿Ignora el señor Alpuente
que estas posibilidades divulgadas malicio-
samente entre el vulgo de París pocos Bias
antes del io de agosto de 1791 , precipita-


ron del trono al desgraciado Luis XVI , y
le condujeron al patíbulo á él , á su espo-
sa y á su inocente hermana , y que la re-
paracion de aquel atentado ha costado á la
especie humana diez ó mas millones de víc-
timas? ¿No se ha estremecido al considerar
las fatales consecuencias que puede tener
una indiscrecion de esta clase? Conocemos
que el señor Alpuen te está muy distante de
querer insinuar ni la mas leve sombra de sos-
pecha contra tan altas y sagradas personas;
pero queremos decir unicamente que hu-
biera sido mas prudente no haber citado
tan delicada y peligrosa cuestion.




68


Continuan los apuntes del vicq,sero español.


Fueron tan tristes y , tan repetidas las
nuevas une iban llegando de los progresos
de la epidemia en l3arceloneta en los días
siguientes á mi tíltima visita á casa del co-
merciante, que no pude pensar en otra co-
sa que en salir inmediatamente de la ciu-
dad dirigiendome á esta corte, que es en mi
concepto el pueblo menos espuesto que
hay en España á esta clase 'de desgracias.
Bien hubiera querido yo tomar el cami-
no mas corto y no detenerme en él sino
lo muy preciso para evitar los malos ra-
tos de las posadas, que asi en esta carre-
ra como en casi todas las•del reyno , mas
bien deberian llamarse guaridas ó alber-
gues que paradores. Pero por muy pre-
parado que yo estuviese á las privaciones
propias de los viages , estaba muy distan-
te de figurarme las molestias que me es-
peraban en lás inmediaciones de un pueblo
del tránsito én donde se hallaba estable-
cido un lazareto. Pero i qué lazareto gran
Dios! Mas bien parecía destinado á con-


69
servar y promover las pestes , que á ser-
vir de barrera para que no se propaguen
y difundan.


•Reduciase este de que hablo á un con-
vento de dominicos medio arruinado, don-
de habia por junto un religioso , • el cual
desempeñaba á un mismo tiempo las fun--
-cioneS de prelado y 'de subdito , y dos le-
gos que cuidaban de la huerta y de bar-
rer la iglesia y la cocina. Estaba situado
este convento estramuros de la ciudad,
y se entraba en él por urea valla de ma-
deros ahumados que formaban como una
especie de locutorio esterior para las per-
sonas que iban á visltar á los detenidos.


Luego que penetré en aquel recinto
con mi criado, pregunté á la primera per-
sona .


.que encontré al paso, que cual era
la habitacion que se me destinaba, y don-
de podria colocarse mi corto equipage. No
tiene usted que molestarse , rne respon-
dió, en buscar en todo el convento nin-
guna habitacion separada, sino acote lo mas
pronto que pueda el rincon que mas le
acomode de todos estos claustros , y há-
gase inquilino y guarda de lo que en él
deposite; porque á un volver de cabeza se
quedará sin las maletas aunque trajese en-





cerrada en ellas toda la peste de Barcelo-
na. d'Y qué, le dije, no hay en este laza-
reto disposicion alguna de camas ni de co-
mestibles para estar con alguna comodi-
dad, pagando cada uno su dinero ? Por lo
que' hace á comestibles , me replicó , ya
habrá usted visto á la puerta una mugen
con su anafe que está casi todo el dia frien-
do bacallao , y tambien vende sardinas
arenques que algun dia fueron frescas,
pero al presente no hay paladar que pueda
resistirlas. Suele tambien vender pan , aun-
que no siempre, y una cierta mezcla de un
sabor endemoniado á quien ella llama vi-
no. Mas por lo respectivo á camas , me-
sas, platos, utensilios de cocina, sillas y
otros muebles precisos , no solo no hay
nada mas que lo que tienen para su uso
el prior y los dos legos , sino que hasta
ahora usted es la primera persona á quien
oygO echar de menos todas esas gollorias.
Trece ibas llevo yn en este recinto, y de los
doscientos setenta y seis individuos que
estan encerrados en él , á ninguno -le ha
ocurrido todavía que se necesite otra co-
sa para vivir regiamente que bacallao y
sardinas saladas. Luego que usted se in-
terne por esas cuevas ó galerías tendrá


7'
motivo para hacer reflexiones , a5i sobre
la vida patriarcal , cómo sobre las super-
fluidades que ha inventado el lujo en las
naciones 'que se llaman civilizadas.


Tampoco se ha creido necesaria la pre-
sencia de un médico , ni un botiquin , ni
ninguno de los auxilios que pueden con-
venir á' un enfermo, y en una palabra si
el prior no tuviera la bondad de decir-
nos una misa cada domingo, tambien ca-
receriamos del medio de cumplir esta obli-
gacion. El recinto ya le verá usted despa-
cio y observará que apenas 'es suficiente
para la cuarta parte de los que le ocupan;
mas segun el paso que esto lleva, dentro de
pocos tijas no cabremos en pie. Lo único
que podria servirnos de algun desahogo, y
al mismo tiempo contribuiria á la salu-
bridad interior, que es la huerta , se ha
tenido gran Cuidado de cerrarla, sin otra
mira nt objeto que el de dar á esta es-
tancia el ayre de una prision. Pero vamos
por ahí adentro á ver el modo de acomo-
dar á usted en un átio abrigado no sea que
llegue otro huesped y sea doble la inco-
modidad.


Triste fue la impresion que hizo en mí
el razonamiento de aquel buen hombre, al




2 9* •
paso que me sirvió de gran consuelo ver
el buen modo y atencion con que se brin-
dó á acompañarme é instaurarme en • mi
nueva morada. Acotamos en efecto el rin-
cori menos sucio de los claustros , y dejando
en él á mi criado, fuimos á presentarnos
al conserge encargado por la junta de sa-
nidad para llevar la cuenta de las entra-
das y•salidas. Hicele presente mi fatal si-
tuacion, y la necesidad de que la junta pro-
veyese do medios para que cada cual por
su dinero disfrutase la posible comodidad.
Señor mio , me respondió , aqui no se vie-
ne á disfrutar comodidades ni gollorias , y
dé gracias á Dios de que no se les cas-
tiga por la •mala intencion con que us-
tedes vienen de apestar el pueblo. Sepa
usted que aqui nadie manda sino yo, que
tengo facultades amplias de la suprema jun-
ta para hacer lo que me dé la gana y al
primero que me desobedezca le mandaré
encerrar entre cuatro paredes, como tengo
encerrado á ese que se hace el loco. Si
usted trae cama , duerma en ella , y si no
trunbese en el suelo , que otros tan buenos
corno usted hacen lo mismo, y no vuelva
á faltar al respeto á la junta, porque sabré
hacer un ejemplar.


73
Figurese el piadoso lector cual me que-


daria yo al oir aquel lenguage entre es-
tupido y feroz que me dió á conocer bien


las ciaras la idea que se habia forma-
do, no solo el tal conserge, mas acaso tem-
bien la junta, de la situacion de los dete-
nidos, y de la espeeiu de jurisdiciou que
ejercian sobre ellos. Por eso en lugar de
contestarle con acritud y resentimiento,
me puse á aplaudir su celo y á ponderar
el gran servicio que hacia á la patria con
su entereza y severidad. Despedime inme-
diatamente con ánimo resuelto de rompo-


. verme como pudiese antes que volver á
presentarme .


á semejante idiota 5 y dadas
mis disposiciones para pasar la noche de
cualquier modo, empezamos á recorrer el
.convento y ver los individuos que corno
yo estaban encerrados en él.


Pareceria increible á cualquiera ,
que


hubiese visto los lazaretos de otras partes,
que pudiese llegar á tal grado la inmun-
dicia , la confusion , la pobreza y el des-
orden que reynaba en aquella madrigue-
ra. No parece sino que los encargados de
establecerle no habian tenido otro objeto
que el de crear una epidemia Mortífera, y
que nosotros estibamos destinados á ser




74
las primeras víctimas y propagadores del
contagio. En lugar de escoge!» un sitio sa-
no , elevado y capaz, estabamos en una
llanura húmeda y cenagosa, sin otra ven-
tilacion que la de las ventanas altas, por-
que las bajas se liabian cerrado á piedra
y 'á lodo para evitar que por ellas se pu-
diese hablar con las de afuera. No se ha-
bia pensado siquiera en poner una enfer-
meria separada , y asé es que varios hom-
bres y mugeres que estaban con calentu-
ras dor mian casi en peloton con sus fa-
milias y con las estrainis , abandonados á
los esfuerzos de la naturaleza por falta de
médico y de medicinas. En una palabra,
aquello era una caverna y un lugar de
infeccion y de pestilencia donde perma-
necí treinta y ocho chas , y salí bien re-
suelto á no acercarme jamas ni con mu-
chas leguas á los pueblos epidemiados, mas
bien • que por recelo del mal por temor á
los lazaretos , interin que el gobierno no
pare su atencion en un objeto , cuya im-
portancia no es todavia bastante conocida,
supuesto que está tan descuidada.


La única ventaja que había conseguido
durante mi encerramiento , era la de oir y
hablar poco de política, porque como to-


dos ó la Mayor parte de los que alli esta-
ban eran gente pobre , ó como se suele
decir, pueblo bajo, no se ocupaban sirio de
la mala obra que les hacia la detencion , y
no de los negocios públicos. Bien es ver-
dad que aun sin este motivo be hecho mu-
chas veces la reflexion de. que en general
no se observa en el pueblo aquel interes
político, aquel calor , con que se pronun-
cian , aunque en diferentes sentidos , los


_de la clase media , y singularmente los que
disfrutan ó aspiran á disfrutzar sueldos del
estado. Recorranse las poblaciones, aun
aquellas que con mas placer han recibido
el régimen constitucional, y se verá qúe
como no haya en ellas tesorería , no se oye
jamas un grito , sindique se limitan á una
obediencia pacífica; ordenada y gustosa,
que es la única que permite saborear los
primeros beneficios que ya han emanado
de este nuevo género de gobierno, y pre-
para para recibir otros infinitos que se iran
desenvolviendo con el tiempo.


Pero veanse por el contrario los pue-
blos donde hay tesorería, y se hallará que
ni el amor ni el odio á las nuevas insti-
tuciones se pronuncian sino como sinóni-
mos de mas ó menos paga. Cuanto mas re-
flexiono sobre las diferentes especies que
le oí á , mi amigo el comerciante de Bar-
celona , mas motivos tengo para admirarsu
buen juicio y su entendimiento anafizyler----


•Me acuerdo que en la última
que tuve con él me indicó la el/e4'-iixej


-1.• '4V-s 'AZ"
-




• •PN,




ferencia que encontraba entre la voz siste-
ma y la de constitucion ó régimen constitu-
cional. Y en efecto, á pesar de que tanto
de palabra Como por escrito se usa indife-
rentemente de una ó de otra, no se nece-
sita gran tino para conocer que en unos la
Constitucion es la Constando- , y en otros.
la Constitucion no es mas que un sistema.
No hay nadie que no perciba en qué con-
siste la diferencia de estas dos voces ; pero
por si hay algunos que no acierten á de-
signarla con bastante claridad, juzgo que
se, pondrian al corriente con sus ti tuir la
palabra cine he indicado arriba. Quiero de-
cir, que cuando se lean los funlundos es-
critos de esos . enamorados constituciona-
les que dicen ellos que estan frenéticos de
amor , y como que se degmayan y pierden
el juicio al ver una lárida , no hay mas
que colocar en lugar de la palabra Cons-
titucion. la palabra tesorería, y se verá qué
sentido tan perfecto y armonioso es el
que hacen sus periodos.


Por ejemplo; «nosotros que al oir el
primer acento de la tesoreria sentimos bu-
llir en nuestros pechos (aqui pudiera sus-
tituirse nuestros bolsillos) el noble fuego
del entusiasmo , y que cada vez que imagi-
namos posible que llegue á destruirse la te-
soreria , se conmueve toda nuestra maqui-
na, desde luego protestamos á la faz de to-
da la nacion que. nuestro ídolo es la teso-
reria, .y que estamos prontos 1, derramar
la ultima gota de nuestra sangre porque


triunfe la tesorería, y que 'viva
tesoreria


por lo; siglos de los siglos amen."
Es bien seguro que por este orden ape-


nas podriá equivocarse nadie acerca de lo
que es el alma del negocio para tantos y
tantos que con el sistema arriba y el régi-
mea abajo, ni sueñan- ni anhelan por otra
cosa que por los dulces frutos de tesoreria.
Por eso no se ven tales ardores en los pue-
blos pequeños, á pesar de


.
que en ellos es


donde se encuentran los verdaderbs amigos
de la Constitucion , porque como son los
principales encargados de surtir las tesore- .
rías que otros se dan tanta prisa á vaciar,
no les queda tiempo de entonar jácaras
ni amorosos , sino que se contentan
con ver desaparecer, las trabas que antes
les oprimian , y gozan ó murmuran en si-
lencio segun el mas ó menos bien que lle-
ga á sus manos.


Estas y otras muchas reflexiones venia
yo. haciendo por el camino desde el laza-
reto á Madrid ; pero me confirmé mucho
mas en ellas cuando vi esta bataola de afi-
cionados al sistema, entre los cuales será
milagro que se pueda contar media doce-
na de apasionados á la Constitucion. El
oficialejo que de resultas de esta mudan-
za se encuentra con que de veinte duros
mensuales mal cobrados que tenia, y una
charretera deshilada, ha pasado como por
ensalmo á galones y á dos ó tres mil rea-
les de paga, no se mete en las honduras
de saber si hay ó no Constitucion, sino




yge l o que ve es un sistema, y sistema muy
ventajoso. Por el contrario, el que desem-
peñaba un destino con honradez después
de muchos años , y que ó por reforma cons-
titucional, ó por el capricho de un nuevo
gefe, ó por colocar á un fontanero grita-
dor se ve despojado , arrinconado y redu-
cido á un sueldo miserable, no ve mas que
sistema,. y sistema gravosisimo para él.
Pero ¿qué conexion tienen ni uno ni otro
sistema con la Constitucion propiamente ha-
blando? ¿Por qué se han de confundir es-
tas dos voces, cuando la idea que represen-
tan es tan diametralmente opuesta? Aun
cuando no se reflexionase mas sino que la
Constitucion es para todos, y eso que se lla-
ma sistema es solo para algunos, basta-
ría para "que no se equivocase una palabra
con otra. Yo conozco ya en el corto tiem-
po que he permanecido en Madrid, cente-
nares de sugetos que se quedarán arruina-
dos y por puertas el día que se destruya el
sistema , aun cuando permanezca la Cons-
titucion ; del mismo modo que sé de mi-
llares de individuos que no acabarán de
persuadirse á que hay Constitucion en Es-
paña hasta que se destruya el sistema.


¿Pero qué mauia es esa , dirán algunos,
de pararse en que se use de una ó de otra
palabra, cuando la idea que se quiere espre-
sar es la misma? ¿por qué precisar á nadie
á estrechar el círculo del lenguage hacien-
do los periodos cacofónicos, y multiplican-
do las terminaciones en en que son de las


79
mas desagradables ? Mi respuesta se redu-
ce á decir que son infinitamente mas du-
r¿nz las ca colonias de los hechos que no las
del lengunge , y que no es facil saber cual
seria el término á donde podria conducir-
nos el llamado sistema, mientras no hay
quien ignore que el término á que condu-
ce la Constitucion ha de ser su propia fe-,
licidad y la de sus hijos. Apenas hay un
solo descontento que no haya venido á ser-
lo por causa de/ .s.sienza, porque efec tiva-
mente no ha habido error , injusticia ni
tropelia que no se haya cometido en ob-
sequio del sistema y en desdoro y agravio
de la Constitucion. El decantado sistema
fue el que dió nacimiento á las tertulias pa-
trióticas, origen fecundi:-imo de todos los•
desórdenes y de casi todas las infracciones de
Constitucion. Para promover el sistema di-
cen muchos que se inventaron esas in-
dignas canciones que han enagenado los
animas de casi todos los hombres de bien;
y ciertamente la Constitucion reprueba se-
mejantes medios de promover, y semejan-
tes promociones. Para dar calorcito al sis-
tema se han empezado á poner en prácti-
ca los destierros en forma de motin , lo
cual ha sido lo mismo que desterrar la
Constitucion. Para llevar adelante el sis-
tema ensangrentaron algunos frenéticos un
asilo sagrado, dando un martillazo mortal
á la Constitucion. Bajo pretesto de amar
el sistema se han rebelado unos cuantos per-
versos en Zaragoza contra las autoridades


Pi




Ro
constituciónalcs , y por consiguiente contra
la Constitucion. Con este mismo lema se
han declarado algunos malévolos de Cadiz
casi en guerra abierta contra lo que res-
peta y consagra la misma Constitucion, que
nació en su heroyco recinto. Por sistema
se ha envilecido alli algun representante
público hasta el punto de escitar á la es-
cision nacional, y por consiguiente á la guer •
ra civil que necesariamente habla de aca-
bar con la Constitucion. Por el furor de
sistema se dejan correr á su salvo los pa-
peles incendiarios que sin recurso alguno
han de destruir la noble libertad que san-
cionó la Constitucion; y finalmente no se
han descubierto hasta ahora unos enemi-
gos mas formidables de toda Constitucion
que esos traficadores del sistema.


é Cómo pues no se para la atencion en
la enorme diferencia que hay entre estas
dos voces, y cómo se confunden con tan-
ta frecuencia, siendo acaso las mas opues-
tas que podrian ponerse en uso ? No di-
suenan mas las palabras despotismo y Cons-
titucion, que las de Constitucion y sistema,
mientras no se rectifique en la pri>etica el
sentido en que las entienden muchos ig-
norantes ó malignos. Htiyamos pues del sis-
tema y:de los sistemáticos, y abracemonos de
buena fe con la Constitucion y los cons-
titucionales ; porque si continuamos equi-
vocando á los unos con los otros, el resul-
tado necesario será que á fuerza de seguir
el sistema nos quedemos en España. sin
Constitucion.


El', CENSOR,
PEBIODICO POLÍTICO Y LITERA M°.


N.° 68.
SÁBADO, 1 7 DE NOVIEMBRE DE 1821.


De los odios nacionales y políticos.


buscamos el origen de los odios na-
cionales, consignados en la historia, se ve-
'.11 que no ha sido otro, sino la ambicion
de los príncipes y gobernantes. El de Ro-
ma y Cartago, tan célebre en los fastos
de la antigüedad, y que sirve como de pro-
verbio á todos los




que le han sucedido,
no provino sino de la ambicion de dos
senados y dos pueblos soberanos , que as-
piraban al dominio del universo. Aque-
llas dos repúblicas rivales no empezaron
á aborrecerse, sino .cuando los romanos,
habiendo subyugado la Italia , pasaron á


TOMO XII.


'11


6




82
Sicilia. Antes de esta época eran amigas,
y habían celebrado ya dos tratados solem-
nes de comercio y navegocion. Del mis-
mo modo fueron amigas Castilla y Fran-
cia, hasta que la Italia fue el teatro y
la víctima de la ambicion de entrambas
coronas. El odio de Francia con In-
glaterra, que es el mas notable y dura-
dero de la historia moderna , empezó en
la conquista de aquella isla por Guiller-
mo, duque de 'Normandía , se continuó
con • las urátnas, pretensiones de ambos
reynos , y penetró hasta la edad presente
por los celos mercantiles, propios de dos
naciones casi igualmente sabias é indus-
triosas. En el momento presente , en que
ambas temen á la Rusia , se empiezan á
notar algunos síntomas de reconciliacion
de parte de Inglaterra; pues en cuanto á
la Francia, hace ya muchos años que han
cesado en su pneblo, el mas civilizado del
orbe, todo resentimiento , toda aversion
hacia otras naciones , aunque sean aquellas,
de las cuales ha recibido mas injurias.


En efecto-, basta hacer una sencilla re-
llexion para adquirir ideas y sentimientos
moderados en esta materia. Cuando una
nacion recibe injurias de otra , es de su go-


83.
bierno y no de su pueblo de quien las re-
cibe. Hubo un tiempo , en que los espa-
ñoles, victoriosos desde las costas de Africa
basta las márgenes•del Elba , causaron in-
numerables calamidades á la Europa.
por ventura era el pueblo español la cau-
sa de aquellos males? No : era la víctima.


ambicion del gabinete de Madrid, ha-
ciendo desgraciada á la nacion española,
privandola de su poblacion y de sus ri-
quezas, la hacia á su pesar có,nplice del
infortunio general. Lo mismo deberemos
decir de la Francia bajo Luis XIV y ba-
jo Napoleon, de la Suecia bajo Carlos XII,
en • fin de toda nacion conquistadora que
es el instrumento de la ambicion de su
gobierno. ¡ Ah ! todos los pueblos son na--
ruralmente hermanos : si se degüellan, si
se aborrecen , si el odio cunde por siglos
y _generaciones , culpa es de los gober-
nantes.


En este siglo ilustrado no es tan facil
contaminar los pueblos con los odios re-
ligiosos ó nacionales. Es mi principio de
liberalismo el amor universal de los hom-
bres, el cual , mejor conocido en la Fu-
ropa culta que lo fue en Grecia y en
Roma, ha mejorado el bárbaro derecho de.




.P4
la guerra , ha unido las naciones con los
Lizos de la industria, del comercio y de
las ciencias , aun comedio de una guerra
devastadora, y va convirtiendo poco á po-
co todo el inundo • civilizado en una sola
familia. Si es locura , aunque locura pro-
pia . de uu •hombre de bien , esperar la
época de la paz perpétua y universal , no
lo es esperar la época en que las guer-
ras sean de corta duracion, y en que sus
calamidades se reduzcan á la centésima-par-
te. La ilustracion , el gusto de las cien-
cias y las artes , las sociedades sabias que
admiten en su seno á los estrangeros be-
neméritos , y hasta los mismos goces del
lujo han empezado la 'grande obra de la
concordia de los pueblos. A la libertad
toca el completarla. Cuando todas 11;s na-
ciones hayan obtenido la parte que les
corresponde en el gobierno y en la admi-
nist•acion , cuando todas' las operaciones
de los gobernantes sean la espresion y el
resultado del voto nacional , entonces la
paz universal de Europa será pocas veces
perturbada.


En efecto , no estamos ya en aquellos
siglos en que la ambicion es un senti-
miento nacional y patriótico. Atenas y


85
Esparta aspiraban á dominar en la Gre-
Oa : Roma y Cartago en el mundo. En
la actualidad ninguna nacion europea as-
pira á mandar sobre las denlas , como-no
la aguijonee la ambicion de sus gober-
nantes absolutos. Los ultras de París que
han. dicho que la revolucion francesa se
personificó en Napoleon., han dicho un gran
desatino bajo forma epigramática. liingun
elemento de la verdadera revolucion flan-
cesa existia , cuando Napolcon te apoderó
del poder supremo; ni este encontró sino
las ruinas de la anarquia ó los ridículos
castillos que sobre ellas fundó la inmo-
ralidad- imbécil de los directores. Tenia
mas genio y mas prevision que•ellos, y le
fue facil sustituir su ambicion restaurado-
ra á los furores del jacobinismo y á los
mezquinos planes. de los Barras: La Fran-
cia le aplaudió mientras se contentó con
defenderla y pacificarla: la Francia ca-
lló cuando le vió atacar á la Europa pa,
ra encadenarla al carro de su triunfo.


Las potencias se arman para libertar-
se de su yugo ; se aprovechan 'de las ca-
sualidades y de los desaciertos. Todos los
pueblos de Europa se ligaron entonces con
la diplomacia para abatir al coloso ame,




isi


86
trazador, y se vid entonces la democra-
cia marchar alegre y contenta bajo las ban-
deras del despotismo debil para derribar
al despotismó poderoso.


Toda la Europa aplaudió su triun-
fo: -todas las naciones celebraron el dia de
u. libertad : todos los pueblos dieron á•


los soberanos de la santa-alianza los títu-
los pomposos de defensores de la in-
dependencia comun. Pero apenas las ambi-
ciones particulares empezaron á desunir
los que el peligro comun habia unido;
apenas los gabinetes manifestaron que no se
contentaban con su libertad, sino que ade-
mas querian lograr por fruto de la victo-
ria el aumento de su poder en estension
y en fuerza ; apenas hubo despojados y
despojadores, los pueblos separaron su can:.
sa de la de los principes , y manifesta-
ron con su disgusto que ellos no se ha-
bian armado para aumentar el poderio y
Ja gloria de diez ó doce familias , que se
decian- soberanas , sino para cimentar la
independencia y seguridad europea. Los
congresos de Viena, de Aquisgran, de Club-
bad , de Troppan y de Laybach no han
merecido la aprobacion de las naciones,
como la mereció la -última caalicion con-


87
tra el imperio frances.... d Por qué ? por-
que entonces se trataba de una operacion
europea y necesaria, y en las últimas reu-
niones de los principes solo se han ven-
tilado los intereses de los gabinetes, casi
siempre en oposicion con los de los pue-
blos.


La diferente actitud , ya de alegria,
ya de desconfianza, que ha manifestado la
Europa en las distintas operaciones de la •
diplomacia , prueba que ya ha llegado el
tiempo en que las naciones no quieren
sacrificar su sangre y sus tesoros por el
engrandecimiento y las miras ambiciosas
de sus gabinetes: que ya nO se miran las
conquistas como un verdadero aumento de
poder, y que ningun pueblo Tunda la glo-
ria ni la felicidad propia en el apeno
fortunio. Los pueblos libres de la antigüe-
dad pudieron engrandecerse por medio de
las invasiones ; y aun de esa manera com-
praron la gloria funesta de las armas al
precio de la libertad. Pero los modernos
mas civilizados , mas ilustrados , mas inac-
cesibles tí los resentimientos nacionales de
odio ó de venganza, no encuentran fin-
gutia :ventaja en la ruina de


sus her-
manos,




SS
Todo esto prueba hasta la evidencia,


que cuando toda Europa sea libre cesa
rán las guerras de. ambicion , proscritas ya
por la política y sentimientos de los pue-
blos, y amadas solamente de la diploma-
cia aristocrática , que es siempre la que
toma mas parte en el botin. Se cerrará pues
uno .de los manantiales mas fecundos de
odios nacionales; porque no hay mayor
aborrecimiento que el que reyna entre los
que aspiran á la tirania y los que defien-
den su independencia.


Los escritores políticos , que por su des-
gracia estan infestados del contagio de Hob-
bes, y tienen formada tina idea muy tris-
te del género humano , creen que ,no es
posible cegar las fuentes de sus calamida-
des ; y que cuando la filosofia y la pru-
dencia cierran alguna , el genio niel mal
que dirige las cosas de la tierra , abre otras
mas abundantes. ° Iba_ respirando • la Europa
de los males que la opriniian bajo la anar-
quia feudal , y vinieron las guerras de re-
ligion á abrir un abismo mas profundo y
espantoso que los parciales y mezquinos
combates ele los barones. Cesó en fin el fa-
natismo cíe sacudir su antorcha sobre los
pueblos europeos : los intereses mercanti-


89
les crearon otra especie de lid mas terri-
ble y aun mas vergomosa para el hombre;
pues emplea toda su inteligencia en crear
máquinas con que atravesar los mares pa-
ra ir á degollarse con su hermano á la otra
estremidad 'del universo. No hay remedio:
si pereciesen en un dia todos los instru-
mentos de muerte que,


la naturaleza y el
arte proporcionan , el hombre emplearla
todos los recursos de su genio en inven-
tar otros mas seguros y bárbaros."


No ignoramos que en estas amargas
reflexiones hay mucho de cierto ; y que el
hombre que por su inteligencia casi se
acerca al angel , es muy inferior á las mis-
mas bestias cuando se entrega á la tirania
de sus pasiones. Estas , tampoco lo ignora-
mos , son su herencia ; y rara vez domi-
nador de ellas , tendrá que obedecerlas du-
rante casi todo el tarso de su vida. Es-
tas verdades morales, por ser vulgares, no
son menos ciertas. Sin embargo, el hom-
bre filantrópico debe encontrar consuelo y
esperanza en esta perfeccion indefinida que
van adquiriendo las artes de la civilizacion,
á pesar del choque de los intereses y del
tumulto de las pasiones. Sé puede decir
que cada ciencia destruye una fuente de ea*




9(.)
lamidades. Sirvan de ejemplo las guerras
mercantiles. Hubo un tiempo en que se
creyó que la prosperidad mercantil de Fran-
cia y de España era funesta á los intereses
de la Gran Bretaña, y que no era posible
que esta floreciese sin arruinar el continen-
te occidental de Europa. De aqui tantas
guerras injustas: de aqui la continuacion
del antiguo odio entre franceses é ingleses,
h pesar de haber cesado siglos hace las pre-
tensiones que le dieron origen : de aqui
las batallas navales, ruinas de colonias,
muchos laureles navales, muchas atrocida-
des y perfidias ; y ¿ 'para qué ? todas han si-
do crueldades inutiles. La economía polí-
tica enseña en el dia á cualquier joven , que 001.
la prosperidad del comercio de una nacion
depende esencialmente de la prosperidad
de las cetas; y que si la Inglaterra logra-
se destruir enteramente á la Francia y á
la España, no tardaria ella misma en se-
guirlas al abismo. Descubrimiento tardío
es verdad, con respecto á los males que ya


•4 ha causado el amor del monopolio mer
cantil ; pero muy precioso con respecto ,
los males que evitará en lo sucesivo.'


La Europa yacía en las tinieblas de la
- ignorancia supersticiosa. El hombre creía


9 1
rendir nn digno culto á su hacedor, sacri-
ficando!é víctimas humanas.


. Adonde quie-
ra que veia á su hermano invocar al cie-
lo con Otros ritos, con otras oraciones Y
bajo otros vestidos que los que él habia
cibido de sus mayores, allí juzgaba que
debia dirigir la bala y el puñal', para ven-
gar al cielo irritado, y castigar el error con
los suplicios debidos al crimen. Vieronse
entonces las naciones moverse contra las
naciones, los reyes proscribir á los 'pue-
blos en masa, los . .puebles alzar cadalsos


afilar puñales para sus reyes , y aumen-
tarse las atrocidades del género humano con
los furores del ocho religioso. En unas par-
tes la guerra civil: en otras, para \impedir-
la , el sanguinario tribunal de la inquisi-
cion: aqui la cuchilla de la ley segando a
millares los cuellos de las víctimas : allí las
hogueras encendidas con la pompa del triun-
fo: mas allá la sedicion cubierta con la
máscara del fanatismo y armada de su al.),
torcha funeral.


.¿Quién dió fin á tantos males? ¿quién
.terminó tantas calamidades? ¿quién estin-
guió tan sagrados furores? ¿quién apagó
tamaño incendio? La dulce , la consolado-
ra filosofia. Esta sublime ciencia restituyó


• P •




dric


92
á la religion su vestidura de paz y de ca-
ridad, despojándola de las armas ensan-
grentadas, que á su pesar le babian vesti-
do la ambicion y la hipocresía : hizo ver
á los hombres, que si no era posible haces
que todos opinasen de- un mismo modo
acerca del grande y escondido arcano de.
sus esperanzas futuras, era posible al me-
nos que hiciesen en paz y tolerandose mu-
tuamente la corta peregrinacion de la vida:
que las armas de la verdad no eran las de
la ambicion y de la violencia : que ni la
espada ni la ley pueden nada contra el
santuario del pensamiento ; y que-en fin la
sociedad no se ha fundado para vengar al
cielo , sino para vivir t ranquilos en la tierra.-
Manifestó ademas que las guerras de re-
ligion , tan funestas y calamitosas para la
masa total, solo eran miles para los dog-
matizadores, cuyo poder , influencia y ri-
quezas se aumentaba con los mismos in-
fortunios del mundo . social. Los pueblos
se desengañaron y tiraron lejos las armas
religiosas para no volver á empuñarlas.


En efecto, solo existen ya en Europa dos
naciones capaces de emprender por sí mis-
mas una guerra de religion ; que son. los
rusos y las turcos. Estos últimos , que ni


93
• son ni serán nunca una nacion europea
mientras no rentincien el dogma de la in-
tolerancia , tienen por principio religioso
y civil , que el infiel no pueda gozar los
derechos de ciudadanía, es decir, no pue-
de ser individuo de la nacion dominan-
te , ni aspirar á destinos , ni estar libre de
tributos vergonzosos etc. Con este princi-
pio , y con el dogma religioso que les de-jó D'ahorna, de conquistar la tierra para
Dios, no les falta mas que el poder y
ocasiones favorables para continuar la con-
quista de Europa. Aquel imperio es ya de-
crépito: cualquier nacion enropea le esce-
de en fuerzas; por consiguiente nó es pro-
bable que llegue el caso de que vuelva á
amenazar como en otro tiempo la inde-
pendencia europea; pero en sus principios
está el hacerlo siempre que puedan: que no
lo olviden los gabinetes cristianos.


En cuanto á los rusos , su situacion es
diferente. La civilizacion hace entre ellos
rápidos progresos; y si la diferencia de re-
ligion es capaz de empeñarlos en una guer-
ra contra los turcos , no tanto seria en odio
del mahometismo, como en odio de la in-
tolerancia musulmana. Ven á los griegos
sus hermanos, y aun sus padres en mate-




94 •
ria de religión , sometidos, vejados, opri.
unidos por un pueblo bárbaro ; y se indig-
nan de tanta crueldad. Si los griegos go-•
Taran en Turquía de los bienes y derechos
que todo hombre goza en la- Europa civi-
lizada, la diferencia de religion escitara
muy -poco el odio de los rusos , asi como
no lo escita la diferencia de cultos que hay
entre ellos, y los católicos y protestantes del
occidente.


Vemos pues que las artes de la civilí-
zaeion han ido sucesivamente cerrando to-
das las fuentes de odios nacionales que la
ignorancia délos siglos bárbaros y el semi-
saber fanático de los primeros siglos de lu-
ces habia abierto en Europa. La diferen-
cia de opiniones políticas que• armó toda
la Europa contra la Francia en los princi-
pios de su revolucion, ya no existe. Es ver-
dad que los gabinetes se arman en teclas
partes ,contra los principios liberales ; pe-
ro las naciones no toman interes alguno en
los resentimientos de sus diplomáticos. Te-
davia se pueden oponer en Europa astucias,
oro y bayonetas al liberalismo; pero no el
clamor del mundo civilizado, como en la
revolucion francesa. ¡Tan inconcusas, tan
firmes, tan inespugnables son ya las basas


de la libertad!


95
Destruidos los odios nacionales, los re.


ligiosos, los de ambicion y los de comer-
- cio, no preveemos ningunos nuevos moti-
vos de aborrecimiento , que turben la faz
de la Europa, siempre que se les conceda
á las naciones influencia en los gobiernos
por medio del régimen representativo. Y
si contra toda esperanza y prevision , el ge-
nio del mal hallase nuevos medios de in-
troducir la discordia, inventando nuevas
palabras ó nuevos intereses que malquisten
entre sí á los pueblos europeos,


« d Es por ventura menos poderosa
Que el vicio la virtud?


¿No deberemos esperar que los progre-
sos del saber , el escarmiento de los siglos
pasados y la propagacion de los sentimien-
tos humanos, que es consiguiente al au-
mento de las luces y de la industria , ha-
lan que se sofoquen en su nacer los gér-
menes de las discordias futuras? Todos de-
testan la guerra , y si hay guerras en el
mundo , es porque no son bastante co-
nocidos todavia los medios de estirparla,
y porque aun son fuertes las pasiones
feroces. El género humano tiene en el
cha una propension irresistible á cal-




96
mar las pasiones funestas y á buscar á to-
da costa los medios de mantenerse eri
paz, que es la -única garantía de los pla-
ceres sociales.


Hablemos ya de otros odios no me-
nos funestos que los nacionales, porque
'ensangrientan los pasos que dan los pueblos
hacia su reforma : hablamos de los odios
políticos, es decir , de los que se juran unos
partidos á otros en tiempo de revolucion.
Estos odios son fuertes y terribles, y á ve-
ces . ni la misma muerte los sacia. Son
como los religiosos : cada partido no ve
la patria sino en su mismo seno , asi co-
mo cada secta no cree que hay cielo sino
en su creencia : el fanático religioso in-


- mola víctimas para vengar á Dios: el fa-
nático político no levanta la hacha ó el pu-
ñal sino para vengar la patria. i Impios!
Ni Dios se complace en la ruina de los
hombres, ni la patria en la sangre de sus
hijos. • .


La patria no reconoce mas enemigos
que los inftactores de las leyes , que ella
misma ha establecido para su bien y
guridad: á estos prende, á estos juzga,
estos condena por el ministerio de la ley,
no para satisfacer furores, odios ni ven-


9,ganzas; sino llorosa y doliente, porque se
ve obligada á destruir un hijo suyo


.
-Los


partidos obran de una manera muy di-
versa. Empiezan diciendo : yo soy la pa-
trio; y despues para probar que mienten,
esclaman : mueran los que no piensen como
n9sotros. i Ah! si fuera posible que albur
partido fuera la patria , seria el que tra-
tase de codciliarse todOs los domas , no el
que quisiese esterminarlos.


La patria es la reunion universal de los
• ciudadanos bajo la garantia de las leyes.
Nadie negará esta defi:iicion ; porque es
comun á todos los gobiernos existen tes y
posibles, escluye las sociedades y familias
aisladas, y esplica el origen del afecto, co-
nocido con el nombre de patriotismo , que
es no solo el amor á los individuos, sirio
tambien el amor á las instituciones polí-
ticas que rigen la sociedad. La patria de
los españoles no es solo el. territorio de
España y los individuos que le" habitan,
sino tambien la Constitucion que nos li-
ga á todos , y que todos hemos jurado.


En tendido bien este principio, la pa-
tria no reconoce partido ninguno. Es im-
posible, principalmen te en los tiempos de
una reforma política , que todos los cni-


TOM O XII.




98
dadanos opinen de una mismá manera acer-
ca de los negocios públicos y de los hom-
bres puestos al frente ele la administrador,.
Las pasiones privadas suelen atitnentar la
divergencia de las opiniones. Los. parti-
dos se forman y se coordinan segun .las
clasificaciones de la opinion, y entonces
empieza la lucha constituciona l : lucha lau-
dable, porque á. cada ciudadano debe ser
permitido emitir su opinion y probarla:


lucha util , porque de
.
esta discusion re-


sulta forzosamente que se ilustre el pue-
blo y el gobierno, y que los representa n


-tes y, los agentes del poder adopten los sis-
temas que la razon en juicio contradic-
torio presente como mas utiles al bien de
la patria,. La ley permite y aun promueve
la discusion, tanto para asegurar la libertad
del pensamiento , corno para oir las razones
y argumentos de todos los partidos, y la na-
don , sin aborrecer al que yerra , ni mos •
trar una predileccion insultante al que acier-


. ta, adopta ó rechaza las opiniones. Este e:
el caracter verdadero y la esencia de lat
disputas constitucionales. Los que las sos,
tienen , todos son igualmente hijos de li
patria. La ley los protege á todos igual-
mente en su persona y en sus bienes. Por


99
eso hemos dicho que la patria no recono-
ce partidos.


Oye * tambien , admite y califica !zis opi-
niones políticas mas encontradas


.
, porque


sabe que el error rro es un cl¿tito. La mis-
ma tolerancia que reclama la filosolia del
siglo para los errores religiosos , la mis-
ma y con mas fuerte razon debe reclamar
y reclama para los políticos. Una opinion,
sea cual fuere, es inocente: tarabien lo es
su publicador '


, porque la ley la permite
y autoriza. Hasta aqui no hay delito. Este
no comienza sino desde el momento que
un ciudadano, arrebatado dol•deseo de ha-
cer triunfar su opinion, infringe alguna ley.
Este es el punto de separacion del bueno
y del mal ciudadano, del patriota y del
faccioso , de la opinion y el crimen.


Los principios que liemos sentado
. has-


ta ahora, son con formes al espíritu y la
letra de la Constitucion española ; lo son
á las máximas de los mas


-.acreditados pu-
blicistas; lo son á los sentimientos que ir i s-
piran la humanidad, el patriotismo y la fi-
losofia ; lo son en fin á las lecciones y es-
carmientos de la historia. Abranse los ana-
les de todos los, pueblos , y se verá que las
proscripciones en masa, prodigadas por el


4'
üsi




zoo
partido dominante contra sus impugnado-
res por causa de opiniones políticas, han
-sido siempre.' funestas á los pueblos.


Siendo esto asi , ¿ no parece que ya es
tiempo de acabar con los odios políticos?
¿ Qué razon hay para que el ciudadano
aborrezca al ciudadano, solo porque opi-
nan de diferente modo ? ¿No es posible
que los hombres discutan los intereses pú-
blicos con solas las fuerzas (le la razon?
Y sin embargo, ellas solas deben emplear-
se en aquel objeto , porque la política no
es mas que una especie de aritmética
Tentharn , el mas liberal de los publicis-
tas modernos , lo ha dicho. Haya enho-
rabuena valor , haya energia , haya vigor


. en las espresiones cuando se sostiene é
se cree sostener la verdad; pero ¿odio, ren-
cor y execrador' contra los que nos int
pugnan ? O tienen razon , ó no : si lo pri •
mero, debemos ceder: si lo segundo ., de
hemos compadecerlos , y presentar nues
tr©s argumentos con tanta claridad y cvi
-dencia , que ó se convenzan ó enmudez
can.


Nosotros comprendernos que on hein
bre cuando sostiene una opinion y crek,
que es verdadera, se puede tener por mas


x ox
habil , por mas instruido que sus adver-
sarios : que puede mirarlos corno atletas
(le menos fuerza, ó corno á :


hombres empe-
fiados por espíritu de partido en una ma-
la causa. Todo esto es posible. Pero que
llegue el orgullo á tal punto que yo crea
indigno de mi amor y digno del anatema
y execracion genyral al que no opina co-
mo yo en una ciencia tan delicada y di-
ficil como es la politica , esto verdadera-
mente es incomprensible, y no se podria es-
plicar,


, si no se supiese hasta qué punto
llega el furor del espiritu de partido.


Todo hombre desea naturalmente que
sus ideas logren la preferencia y se pongan
en ejecucion. El hombre racional sufre las
objeciones, responde á ellas , arguye, dis-
cute; y si la mayoría


.
de la nacion es con-


traria á su opinion, obedece. No así el
partidario : este no gusta de tener razon,
sino de triunfar: no espone sus ideas, sino
sus pasiones: no arguye, sino calumnia é
insulta : no discute, sino amenaza: no as-
pira á convencer, sino á estertninar. ¿Por
qué todo este furor? Porque odia : y la 16- •
gica del odio no puede ser en ningun caso
la de la razon.


Se puede calificar c'on exactitud y se-




102
guridad entre dos partidos políticos cuál e§
el que tiene razon, examinando de qué
temple son las armas 1.e que se valen para
defenderse ó impugnarse. Si de una parte
se ven los an;unientos , la moderacion y
la costumbre de no asentar propo,icion nin-
guna sin probarla, y de otra los insultos y
las amenazas ;-si los unos miran á sus con-
trarios como conciudadanos suyos é hijos
de la misma madre-patria, y estos tratan
á los primeros con crueldad é indecencia,
el hombre imparcial no necesita de mas
para decidirse. Las armas de los primeros
son las del error, las del segundo las de la
verdad. En las disputas humanas no se usa
de la pasion sino cuando no hay razones.


éllablarémos aqui de la lid de los perió-
dicos que ciertas almas mezquinas y po-
bres de ideas y sentimientos generosos han
querido convertir en una lucha innoble de
gladiadores... ¡Qué miseria! Es eso lo que
llaman ilustrar la nacion? Un periodista
se toma la libertad que le concede la ley
de censurar ¿ligan acta del ministerio: al
punto se levantan mil gritos, .no para pro-
bar que su censura es injusta , sino para
decir, sin probarlo tampoco , que está pa-
gado por la santa-alianza , que es cnemi-


go• de' la- nacion , que es cómplice de los
conTiradores etc. etc. Escritores parciales y
ciegos , probad primero que no tuvo razon,
y despees acusadle ante los tribunales de
los crímenes que le atribuís.


El mismo periodista toma en otra épo-
ca la defensa del orden público , y mani-
fiesta que tales y tales <acciones son contra-
rias al orden constitucional, y contribuyen
á-la ruina de la libertad, arrojando á la
nacion en el precipicio de la anarquía: mil
y mil gritos se levantan contra él, no pa-.
ras probar que sus terrores son vanos , que
aquéllas acciones son lícitas y permitidas,
sino para decir que está sobórnado por el
ministerio, que quiere destruir las liber-
tades públicas, que debe morir á manos
de los patriotas etc. etc. Escritores parcia-
les y ciegos , probad primero que no tuvo
razon : lo demas que ailadís nada prueba
sino que vosotros no sabeis mas que abor


,


-


recer. La infalibilidad á que aspirais, es la
de la- Inquisicion. Esta decia , ó pereced ó
callad. Lo mismo decís vosotros.






Si vuestros adversarios no tienen razon,
¿por.qué pretendeis hacerles callar con ame-
nazas é insultos? El liberalismo es el im-
perio de la verdad y de las ideas: vosotros




x 04
quereis destruir la libertad del pensamien-
to, que es la mas sagrada de todas; ¡ y lue-
go os proclamais por liberales! Sabed que
solo la ley tiene derecho de imponer silen-
cio en el régimen constitucional, bajo el
cual vivimos; y que usurpar este derecho.
es ponerse en lugar de la Constitucion.


Tales son los funestos efectos del fana-
tismo político. Mientras no se establezca por
máxima moral y civil la tolerancia de las
opiniones en materias de administracion,
asi como ya está aduiitida por toda la Eu-
ropa culta en materas religiosas; mientras
los hombres que siguen determinados prin-
cipios, se crean obligados á detestar, á
maldecir, á persegir á los que profesan una
doctrina diferente ó contraria, no puede
hacerse la regeneracion política de un pue-
blo; porque un pueblo no llega á refor-
marse sino cuando todos los ciudadanos go-
zan de las garantías sociales. ¿Y qué ga-
rantía puede haber, si se tiene, por lícito
y por laudable perseguir á los ciudadanos
tranquilos y sumisos á las leyes, solo por-
que no opinan del mismo modo que los que
ocupan el pináculo del poder, ó se creen
llamados á ocuparlo?


No hay que disculpar con el velo del


2°5
patriotismo semejantes persecuciones , por-
que el patriotismo verdadero no lanza sus
rayos sino contra los enemigos de la pa-
tria : es decir, contra los infractores <le las
leyes que la patria ha jurado : y el ciuda-
dano que dice libremente su parecer en
un país libre, no infringe ninguna ley , an-
tes cumple con el espíritu y la letra de la
Constitucion. Ni hay que decir que las
doctrinas son sofísticas, erróneas, pernicio-
sas: no se diga esto, como de paso, para
zaherir las personas: pruébese una vez, y
se escusarán los insultos y las calumnias.


El mundo está ya demasiado instruido
para que se engañe sino aquel que quiere


>
engañarse. Adivinar las intenciones, penetrar
los designios y examinar los secretos es un
arte conocido de todos los que frecuentan
el foro (le una nacion. Los insultos y las
calumnias pasan, y la verdad y las razones
permanecen. Todos los lugares comunes
de difamacion estan ya agotados : ya fasti-
dian á los lectores : verdades y lógica es
lo que todo el mundo desea.


El objeto de este artículolia sido probar
que el odio , ya de nacion á nacion, ya
de crencia á creencia , ya de partido á par-
tido , destruye y no edifica; y por consi-




106
guiente , que un pueblo corno el español,
en que tanto hay que editicar, no debe
admitir odios de ninguna especie, sino oir
tranquilamente las'dive •sas opiniones y doc-
trinas, y decidirse por medio de sus re-
presentantes á favor de las que le parezcan
mas racionales. Sobre los delincuentes cay-
ga la cuchilla de la ley. Sobre los que yer-
ren en sus opiniones la improbacion de es-
tas mismas, único castigo que puede dar-
se con justicia al que se vale de la libere.
tad de la ley para publicar sus doetrinas.•


Los redactores del Censor que hacemos
profesion del liberalismo adoptado por la
nacion espaiiola en la Constitucion de Ca-
diz, hacemos tambienprofesion de no abor-
recer á los que sigan doctrinas opuestas á
las nuestras. Nos contentarémos con reba-
tirlas , corno hasta aqui Venlos hecho, ya
con las armas del raciocinio , ya con una
especie de sátira que recayga , no sobre las
personas, sino sobre las cosas mismas y los
mismos abusos que queremos combatir. Se-
rá posible que erremos , porque no aspi-
ramos á la infalibilidad; pero así como nos
valernos de la razon para apoyar nuestras,
doctrinas , exigimos , que no los dicterios,
sino la razon misma sea la que nos mani-


107
fiéste que nos hemos equivocado. Pero si
á pesar de esta profesion , nuestros adver-
sarios continuar) con la misma táctica que
hasta aqui, G por no saber otra por 11&
querer estudiarla, esperarnos que la. nacion,
á cuya presencia escribirnos, bal


•á apre-
ciar la paciencia necesaria para oir dia•ia-
mente insultos , y el valor necesario para
arrostrar los peligros crin que nos amena-
zan. Estamos ya en aquella época de la vi-
da en que el hombre estima su reputacion


' sobre todas las cosas ; y es vil el escritor
que no por conviccion sino por miedo
por interes varía de principios.




.11


to8


TEATROS.


Don Gil de las calzas verdes: comedia de
Tirso de Molina.


Don Martín , caballero de Valladolid, y
amante demasiado favorecido de doiia Jua-
na, viene á Madrid con el nombre fingi-
do de.don Gil de Albornoz á casarse con
doña loes de Mendoza. Doña Juana le sigue
disfrazada de hombre y con el mismo nom-
bre de don Gil. Doña Ines. se enamora de
ella; y á favor de esta pasion, de las cartas
dirigidas á don Martín , y que pararon en
su poder con un acaso, y de una falsa re-
lacion que hace á do5a bes , presentan-
dose á ella como una dama de Burgos bur-
lada ,por don Martin , consigue desacredi-
tarle con el padre de doña Ines , y ser te-
nida por el verdadero novio (le esta. Jun-
tanse á la puerta de dofia Ines una noche
cuatro galanes disfrazados que todos se dan á
sí mismos el nombre del don Gil; y doña Jua-
na prepara las cosas de tal manera, que to-
das las desgracias de aquel encuentro vio-




.


109
nen á recaer sobre don Martin , el cual no
halla otro medio de escaparse de tantas
persecuciones, que dar la mano á su an-
tigua amante. Esta es la accion de la co-
media, reducida á los incidentes principa-
les de la intriga ; pues seria proceder en
infinito contar todas las escenas episódicas,
que si agradan por una parte al espectador
por la sal picante del diálogo y la belleza
del lenguage , le disgustan por otra, atendi-
da la no tolerable inverosimilitud de los me-
dios. El sobrenombre de las calzas verdes


« Que cielo son y no calzas,»
se repite fastidiosamente. No conocemos
qué alusion podia tener en tiempo de Tirso
de Molina ; pero alguna debió de ser , cuan.
do un escritor tan ingenioso le adoptó co-
mo un artificio cómico. En nuestros tilas
no hace reir sino por la estravagancia de la
aprension.


La -Toquera vizcaína y Todo es enredos
amor, cuyas fábulas tienen mucha semejan-
za con la de don Gil, son mucho mejores
en cuanto á la marcha y distribucion de los
incidentes; pero es preciso confesar, que
si Tirso es inferior á nuestros poetas cómi-
cos antiguos en la disposicion dramática de
la fábula, es superior á casi todos en la ma-




I
cibido por criado del fingido clon Gil , ha-
ce un cuadro satírico de los amos que ha-
bia tenido antes. Aunque los ,


retratos son
largos y no todos de igual mérito, hay al-
gunos rasgos muy ingeniosos.


& Un mw serví no cumplirlo
tl . un médico muy barbado,
Belfo , sin ser aloman ,
Guantes de am bar gorgoran,
Cuello de felpa engomado,
Muchos libros, poca ciencia;
Pero no se me lograba
El salario que me daba,
Porque con poca conciencia
Lo ganaba su merced.


Porque con cuatro aforismos,
Dos testos, tres sifogismos
Curaba una calle entera.»


Describe prolijamente la vida del nS-
lico, empleadavisitar los egrotos de Ma-enrjdrid , comer y jugar á los cientos ó á la po-


lla; y cuando á la noche quería estudiar
algo le dccia su mugen :


«Acabad, señor,


YS


O


liciosa ingenuidad de su frase , y en sal y
donayre natural. de los pensamientos.


_


Esta comedia es de intriga: no hay en
ella costumbres ni caracteres. Por tanto no
tenemos bellezas dramáticas que presentar
en ella, y tendremos que reducirnos á las
de elocueinn.


-


.No ha habido en Madrid un solo ver-
sificador que no haya hecho su epigrama
al Manzanares y al puente de Segovia.
Tirso pagó tributo á esta moda indispen-
sable , y consignó su epigrama en esta co-
media:


«Ya que nos . traen tus pesares
A que de ( x) esta insigne. puente
Veas la humilde corriente
Del enano Manzanares,
Que por arenales rojos
Corre ,y se debe correr,
Que en tal puente venga á ser
Lágrima de tantos ojos, » ect.


' Doña Juana al llegar á Madrid disfra-
zada de hombre, se encuentra con Cara- •
banehel , personage episódico, medio bo-
bo, medio malicioso, el cual para ser re-


( ) De por desde: usado por les poetas.




X 12
Cobrado habeis harta fama,
Y demasiado sabeis
Para io que aqui ganais:
Advertid, si asi OS cansais ,
Que presto os consumireis.
Dad al diablo los Galenos
Si os han de hacer tanto darlo':
d. Qué importa al cabo del año
Veinte muertos mas ó menos P»


Concluye la descripcion de su médico
con el cuento sabido del que llevaba á gra-
nel las recetas y dedil al enfermo , dan-
dole una:


«Dios te la depare buena ;»


Espresion que ya es proverbial en
nuestro idioma.


Despues se acomodó con un abogado
que se estaba casi toda la mañana enri-


zando el vigotismo , y engomando la barba.


Miren qué bien que saldrá
Un parecer engomado:
Serví luego á un clerigon
Un mes 's'y pienso que- entero )
De lacayo, y despensero:


Era tin hombre de opinion,
Su bonetazo calado,


.Juicio grave, carilleno,
Mula de veintidoseno,
Pero' siempre el anca /í un lado:
Hombre en fin, que nos mandaba
A pan y agua ayunar
Los viernes, por ahorrar
La pitanza que nos daba:
Y él comiéndose un capon,
La conciencia con ensanchas ,
Porque son siempre muy anchas
Las que teológicas son,
Quedándose con los dos
Alones cabeceando,
Decía al cielo mirando :
Ay ama ! qué bueno es Dios.


Dejéle en fin, por no ver
Santo, que tan gordo y lleno,
Nunca á Dios llamaba bueno
Hasta despues de comer. >,


Sirvió luego á un pelon que por
- la me-


nor falta le quitaba la racion ; pero el criado


« Vendía sin redencion
La cebada que le hurtaba:
Con que racion llevaba


TOMO XII.




114
Y el rocin la quaacion. »


Diciendole doña Juana que venia á pre-
tender á la corte, le replica:


« ¿A pretender
Entrais mozo ? Salareis viejo. »


En el segundo acto busca Carabanchel
á su amo, y cuando le encuentra,


«Un real de misas he dado
A las ánimas por vos ,
Y á san Antonio otros dos,
De lo perdido abogado.
No quiero mas tentacion ;
Que me dais que sospechar.Que sois duende ó familiar;
Y temo á la Inquisicion. »


En el tercer acto, quejándose de que su
amo, aunque le paga, no le manda , esclama:


« Quisiera yo servir á un amo
Que me oleara cada instante ,
Carabanchel, limpiadme estos zapatos:
Sabed corno durmió doña Grimalda:
Id al marques, que el alazan me preste:


• 115


Preguntad á 7/tildes (1) con qué comedia
Ha de, empezar mañana ; y otras cosas,
Con que se gasta el nombre de un lacayo.»


Ultimamente, cuando oye decir que su
amo es el alma de doña Juana, esclama:


« ¡ Je3us ! ¡ S csus! que he sido
Lacayo de un alma en pena. »


En el género lírico hay un romance,
en que se habla del amor y los celos en
metáfora de un molino. Lo copiarémos
aqui, porque no es indigno de la coleccion
de Esquilache,- y porque está en el gus-
to ingenioso de los árabes , á quienes de-
bemos este género de versificacion.


«Al molino del amor
Alegre la niña va
A moler sus esperanzas :
Quiera Dios que vuelva en paz.
En la rueda de los celos
El amor muele su pan,
Que desmenuzan la harina


( 1) Célebre autor de comparas cómicas en tiem
-


po de Felipe IV.


I




116
Y la sacan candeal.
Rio son sus pensamientos,
Que unos vienen y otros van;
Y apenas llegó á la orilla,
Cuando asi escuchó cantar:


Borbollicos hacen las aguas (u)
Cuando ven á mi bien pasar:
Cantan brincan , vuelan y corren
Entre conchas de coral.
Y los pájaros dejan sus nidos,
Y en las ramas del ,arrayan.
Vuelan, cruzan , saltan y pican
Torongii, murta y azahar.


Los bueyes de las sospechas
El rio 'agotando van ;
Que donde ellas se -confirman,
Pocas esperanzas 1:ay:
Y viendo que á falta de agua .
Parado el molino está,
De esta suerte le pregunta
La niiía que empieza á amar:


•Molinico, por qué no mueles?
Porque me beben el agua los bue-


yes(2).


( x ) Este y los siguientes son de nueve silabas,
metro franees muy dificil de acomodar á nuestra
poesía.


(u ) Quevedo ha usado de estos dos versos para
-una alusion mas satírica é indecente.


117
Vió al amor lleno de harina ,
Moliendo la libertad
De .las almas que atormenta,
Y asi le cantó al pasar:


Molinero, sois amor,
Y sois moledor,
Si lo soy apartese ,
Que le enharinaré.»




Palinodia general del Censor.


Como vernos que se acerca el momen-
to en que el desgraciado Censor tendrá que
cantar la palinodia de casi todo lo que im-
prudente se atrevió á anunciar , bueno
será ir preparando los oidos de los lecto-
res, á fin de que no parezca que de pron-
to les pedimos perdon por haberles inter-
rumpido el dulce sueño en que descan-
saban. Bien conocemos la enorme canti-
dad de gloria que de esta nuestra hornilla-
cion va á resultar a nuestros perenes cuan-
to bien intencionados impugnadores : ya
suenan en nuestros oidos las chufletas y
los sarcasmos que con tanta gracia co-
mo razon van á dirigirnos; y ya . esta-
mos viendonos seiialar con el dedo por
medrosos, asustadizos y visionarios. ¿ Pe-
ro qué remedio? Mas vale confesar noso-
tros paladinamente nuestro engaño, que no
empeorar nuestra cansa con una ostina-
don temeraria , dando lugar i que acaso
se atribuyan á la voluntad los errores de
nuestro entendimiento.


119
¿ Qué funesto velo cubris nuestra ima-


ginacion el menguado dia en que conce-
bimos el fatal proyecto de combatir fan-
tasmas , perseguir duendes , acorralar bru-
jas y acogotar vestigios? ¿Cómo pudo tan-
to en nosotros la pueril vanidad de pasar
en . el concepto decuatro'simples por hom-
bres de prevision , y. por censores y re-
guladores de la opinion pública? ¿Falta-
ban acaso .en esta' heroYca • capital escrito-
res valientes, imparcialesimparciares y animosos, que
hubieran pulverizado y reducido á vapor
hasta la masligeraldea permciosa que hu-
biera osado manifestarse? ¿No les habiamos
visto apresurarse á reprobar las atrocida-
des de la Inquisicion , los abuso s' - del cle-
ro secular y regular durante los siglos de
la media jurisprudencia, y denunciar va-
lerosamente á las Cortes los desórdenes del
tiempo del principe dé da Paz ?= ¿ Pues có-
mo -nuestra"irtiprudeneiá ; avilantez y des-
caro presumieron tornar la -iniciativa, y le-
vantar la caza sin dar lugar á que pasase
el tiempo de la "veda , y á que preparasen
sus venablos los cazadores acreditados? ¡Mi-
sera petulancia la nuestra , digna de reprén-
sion ó de desprecio !


¿ CuántO-y cuán justo no debe ser alto-




I 20
ra el regocijo de los que tan modestamente
se nos echaron encima al vernos salir con
el ex-arrupto de que las sociedades patrio-
ticas podian degenerar en clubs conspira-
dores, si el gobierno no cuidaba de regla-
mentarlas é inspeccionar muy de cerca sus
discursos y operaciones? ; Qué rechifla tan
justa y tan bien merecida estarán ahora
haciendo á sus solas los ctue nos llenaron
de sabrosos dicterios por el último. artícu-
lo del primer número del Censor! Ellos sí
que conocieron la verdadera tendencia del
espíritu público hácia la moderacion y há-
cia el orden, y nó nosotros estúpidos y pre-
suntuosos que pensabamos sin fundamen-
to que se inclinaba á la licencia. Bien haya
una y mil veces los que con tan sana in-
tencion se propusieron contener nuestro
loco devaneo , y refutar con sólidas des-
vergüenzas nuestras blasfemias políticas.
.¿ Pero 'de qué sirve ya nuestro tardio ar-
repentimiento , cuando nos hemos muage-
nado los aninios, no solo de la gente que
nos precia peligrosa , sino tambien de la
nimiamente confiada ?


Cuándo ni dónde pudimos ni debimos
inferir nosotros, que porque al pueblo se
le diese esta á, la otra idea de su sobera-


121
nia , habla , de haber ninguna porcion de
pueblo , ni mucho menos algunos indivi-
duos de él que se creyesen unos Sobe-
ranitos hechos y derechos? Y en caso de
que se lo. creyesen , qué perjuicio se le si-
gue á nadie de que haya en el mundo diez
ó doce millones de soberanos mas ó me-
nos ? Asi como asi, cuantos mas soberanos
haya, habrá menos súbditos, y en esto di-
cen que consiste la perfectibilidad del gé-
nero humano. Tal fue la ceguedad de nues-
tro amor propio, que llegamos á descono-
cer el trivial axioma de que cuando la lo-
cura es alegre , es una locura el curarla.


Pues por lo que hace á la persona del
monarca, de quien con tal miramiento y
respeto habla nuestra Constitucion, qué
perjuicio se la irrogaba de que algunos
oradores celosos y amantisimos de la jus-
ticia dijesen por medio de una ingenio-
sa y brillante alegoria , que en caso de que
fuera preciso que se apagase el sol, 720 ha-
bia inconveniente en que nos quedasemos
oscuras? Claro es que ni esta ni otras mu-
.chas cosas pueden ni deben interpretar-
se en mal sentido, sino por entendimien-
tos pusilánimes y asustadizos; y que nin-
guna conexion tienen con el respeto é in-




o


122
violabilidad de un rey constitucional. Aun
cuando estas frioleras se hubieran dicho de
dia claro, esto es, en presencia del sol, to-
davia no importarian un pepino: ¿ con que
qué importancia merecen, dichas entre cua•
tro paredes y con luz artificial ?


El diablo solo pudo tentarnos para ha-
blar de tumultos y asonadas, concebirlas
en aquellos focos de ilustracion y patriotis-
mo; porque lo que es por entonces, solo la
mala fe y la .calumnia pudieron pintar 'con
semejantes nombres los inocentes regocijos
de alguna gente alegre y casi casi enamo-
rada.. ¡Miren qué trazas de tumulto salir
doscientas ó trescientas personas por esas
calles, á una hora cómoda, como son las
,once de la noche, á pedir que se pidiese lo
que pedirse debia! El derecho de peticion
le tiene todo ciudadano., tanto de dia co-
mo de noche, y aun bien mirado es me-
jor pedir á oscuras , como piden los ver-
gonzantes , y asi á nadie se le salen los co-
lores á la cara.


Tambien nos arrepentimos (le haber
hablado mal del proyecto de ley sobre li-
bertad de imprenta ; y mas en esto que en
otros puntos. hemos manifestado lo desa-
cordados que anduvimos en anunciar in'


23
convenientes, que ni se han esperimenta-
do ni se esperimentarán. ¿Qué entendiamos
nosotros de cuestiones de hecho ni de cues-
tiones de derecho para meternos á indicar
si los caballeros jurados eran hombres ó no
eran hombres para decidir en unas y otras?
El tiempo ha debido ya desengañarnos de
que toda otra libertad de imprenta que la
que se goza en España, ni es libertad


-ni
sueña en serlo ; y que es imposible que sé
discurra un método mas sencillo para nom-
brar los jurados, que- el de' que se haga .
por los ayuntamientos , á quienes entre
otras cosas está encargada la policia urba-
na , y el que no se hable mal de ella. To-
dos los demas ciudadanos y contribuyen-
tes apenas tienen sentido comun , y si le
tienen que le empleen en buscar medios
para contribuir, que es lo que les toca, y
dejense de lo demas,' asi como nosotros no
debimos anunciar injusticias ni errores, por-
que bien .sabidó es que no ha habido ni
uno ni otro.


No menos torpes anduvimos en censu-
rar el plan de


. .hacienda, reduciendole á
teoremas ó axiomas sencillisimos al pare-
cer, pero que no hay ni puede haber du-
la de que eran impracticables „ como ha




¡24
debido demostrarlo la esperiencia. La pri-
mera necedad que se nos escapó en este
punto fue la de considerar indispensable la
diminucion de gastos, y ya desde entonces
perdimos y debimos perder la confianza
de nuestros lectores. ¿Qué gracia tiene el
ahorrar disminuyendo los gastos? Ni ¿quién
es el hombre honrado que se pone á aconse-
jar semejantes Mezquindades? Lo que se.
necesitaba era un proyecto de hacienda pa-
ra que cuanto mas se gastara , hubiera mas
dinero en tesoreria ; y que cuantos mas
empleados hubiera, estuviese menos recar-
gado el erario. Mas y mas . obcecados en
nuestro error , nos declaraMOS en contra
de la mania de hacer cesantes , sin lconsi-
derar que corno pudiera pagarseles no ha-
bia destino en el ¡hundo mas cómodo y
descansado. Asi és que con este benélco
objeto se siguió cesanteando por docenas,
y- nadie puede - Va dudar de las grandes •ven-
tajas que se • han seguido, siu contar con
las que se seguirán mas adelante. Pero no
contenta todavia nuestra malignidad con
reprobar el cesantismo á ~che y moche,
tuvo la impia avilantez dé atribuir aquel
santo é ilustrado ernpefio al furor de pro-
orcio nar vac antes para colocar ahijados,


125
siendo mas claro que la luz, que las miras
de aquellos benditos seiíores, ayos y pe-
dagogos de nuestra Constitticion, no fueron
otras que las de buscar algun desahogo á
los adictos.


¡Bien sabe Dios el rubor y repugnan-
cia con que pronunciamos está palabra,
despees de haberla perseguido con insulsos
sarcasmos, y llegado casi á escluirla del
diccionario de los pretendientes! Pero es
de nuestra obligacion , ya que fuimos los
primeros á desacreditarla, volverla su ho-
nor y crédito con la sinceridad propia de
verdaderos arrepentidos , abonandola los
perjuicios y menoscabos que de nuestras
bufonadas hayan podido seguirsela. Deci-
rnos pues con vergiienza y confusion, que
por mas que hemos procurarlo pesar y
comparar los méritos y aptitud de los pre-
tendientes á empleos, ninguno encolara-
mos.equivalente al de adicto por ser el.
que encierra en sí todas las virtudes-y ca-
lidades necesarias- ,


para el sistema. Decimos
támbien que aunque el susodicho mérito
es relevaritisimo para obtener esclusivarnen-
te toda clase de destinos, en ninguno sien-
ta mejor que en los que tienen relacion
con cosa de rentas ó de caudales, porque




alli , alli es donde se manifiesta la talliesion
en todo su esplendor y brillo. ¿Qué hubie-
ra sido de nuestra pobre • hacienda nacio-
nal y de nuestro crédito público , si no se
hubiera echado mano de los adictos para
nuinejar uno y otro? A buen seguro que
ya estaria el papel por esas nubes y que
se hubieran suspendido los pagos en al.
punas tesorerias; pero gracias á la adliesion
de muchos de nuestros adictos , van pros.
perando uno y otro que es una bendicion
de Dios.


La segunda necedad que dijimos ha•
blanda del proyecto de mejora de hacien
da presentado 'á las Cortes, fue que an
-tes de plantear el nuevo no se debia tocar
ni á una sola parte del antiguo; , pero aun
cuando la sana razon no desmintiera tan
imperdonable error, bastaría la esperiencia •*I
para demostrar lo distantes que . nos halla
bulles de lo cierto , y que solo la ignoran
cia •y la , mala fe eran las que dirigian nues-
trat pluma. ¿ Digan los señores directore s
de rentas (en caso de que sean verdade-
ramente adictos) si ha podido discurrirse
una medida mas util y mejor meditada que
la supreáion de los estancos? Bien podría
suceder que acaso no haya producido al


127
estado tantos, tantos millones como en
otros arios ; pero ¿ quién repara en eso al
considerar el noble impulso que se ha da-
do á tantisimos ciudadanos que adornan y
hermosean las avenidas de la puerta del
Sol con sus tablitas colgadas del pescuezo,
haciendo muestra y alarde de su indus-
tria y actividad mercantil P 1 No es una co-
sa que edifica y enternece ver corno des-
envuelven sus facultades pulmonares esos
robustos cigarreros , despertando el apeti-
to fumigatorio con solo repetir 'los aro-
máticos nombres de habanos y alicantinos?


• Pues desde luego se puede apostar á que
cada uno de esos laboriosos artífices es un
contribuyente de los primeros. Esos, esos
sí que merecen que se les deje en com-
pleta libertad , y que si faltan ingresos se


' les recargue á los labradores que no vocean.
La tercera necedad que proferimos


entonces fue .... que se preparase por ambos
nzedic-)s un fondo de reserva para pagar
los atrasos , y que de ningun modo se
contrajesen nuevas deudas. Este enorme
desatino fue el que acabó de enagenar-


.


nos ,
el concepto y la aficion de los po-


cos que todav ia esperaban algo bueno de
nuestras míseras producciones ; porque cla-




128
ro es que oponiendonos nosotros á que se•
contrajesen nuevas deudas , no era posible
que llevasemos á bien las ya conocidas ven
tajas de un empréstito estrangero. Por de
contado es indudable que se necesitaba
dinero , y que el dinero no tiene otro gui-
so que el de gastarle , y por consiguien-
te debia tomarse prestado y entregarse á
la tesoreria para' que se repartiese con el
lucimiento que se ha visto. é Qué seria de
la España si solo porque lo decia el cen-


sor se hubiera puesto el dinerito limpio
del empréstito á disposicion del ministerio
de la gobernacion de la península, para que
lo invirtiese en canales, caminos, fomen-
to de la industria y de las fábricas y otros
desperdicios semejantes? A buen seguro que
las mejoras, si habil' algunas , las echa-
rian de ver los actuales sueldistas que son
el ojo derecho del sistema, y que se hubie-
ran visto precisados á_lacer una cuaresma
constitucional, capaz de contener los brios
del• gritador mas exaltado. Pero gracias á
nuestra venturosa estrella no/se hizo mal-
dito el caso de nuestras insensatas predic-
ciones , y se destinó el empréstito ó una
gran parte de él á la tesoreria, y se ha co-
mido y se ha bebido alegremente, interin


129
y mientras que se Va proporcionando otro
y otro, y los que Dios quiera, mediante su
divina misericordia.


Nosotros sin embargo pensabamos ha-
ber puesto una pica en Flandes, cuando de-
cíamos comparando malamente la conduc-
ta de una naciüri con la de- una familia
particular , que cuando esta toma un em-
préstito y le emplea en mejorar sus fincas
y aumentar su capital para hacerle mas
productivo, suele ponerse en estado de
pagar puntualmente sus réditos y el capi_
;tal , y que lejos de empobrecerse con la.
deuda contraida, llega á enriquecerse con
ella (núm. 22 pag. 247); pero que si la con-
sume en su gasto ordinario , aunque en el
primer aiio sale del apuro, se halla en el
segundo


• con el mismo defeit que el preve.
dente, aumentado ademas con los intere-
ses de la suma que pidió prestada." Brava,
mente se reirían , y se rieron en efecto de
nosotros, los que eon sanisima intencion
' profundos conocimientos económicos di-
jeron que estas doctrinas solo eran admi-
sibles para los egoista> que no gozaban
sueldo; pero no para aquellos que por es-
tar zdentilleados con yo no sé qué casa que
está custodiada en la. antigua casa de los


TOjuo XII.
9


1




13o
Consejos, son capaces de subirse por las
nubes el.dia que se les atrase la paga.


Uno de los ar t ículos mas erróneos que
tuvimos la flaqueza de publicar, fue el de la
autoridad del pueblo en e‘ sistema constitu-
cional , inserto en el núm. leí del Censor.


En él tomamos por empeño reducir el ejer-
eicio de la soberania á los tres poderes.
creados por. nuestra Constitucion , despo-
ando í los cales y á las tabernas del im-


prescriptible derecho de deliberar y ejecutar
por sí mismas las leyes que se. les antoje ‘;
formar. Es verdad que dimos por sentado
que de la resolucion de este problema .de
_pendia nada -menos que la esencia del go
(bierno- constitucional ; pero esta fue unaE
'1.,erdadera .bachilleria , porque <iebiainos co-
nocer que cuando losilustradisimos ora
dores populares predicaban lo contrario
no les faltarian razones para sostenerlo. Ya
se sabe que cada dos dios elige la nacion
entera los sugetos que la han de represen
zar; pero ¿ quién es la nacion para qM
tarles á unos cuantos individuos el dere-
cho de representarse á sí mismos? Así co
mo asi sucede ffrecuentementeque los que ..:
salen elegidos para diputados al congresoiI


suelen ser personas eéupadas, los unos en


z
el manejo de su caudal, los otros en la ad-
? n'in istraciowsel4liea , otros;


-en el :servicio
militar, y Otros en gobernarAnsobispados


en asistir á sus iglesias; de modo que mu-
chos de estos seiiores lidian mas bien como
una carga y un hozirol:o sacrificio que deben
á la,


nacion su nombramiento., que no co-
mo un layer.


particular: Al paso que los
que gustan de representarse a sí mismos
veed•ian con mil amores , aunque nadie los


`nombrara y 'acaso porla mitad
.
del sueldo.


Y vé aqui sin. slober cómo ,un Troyecto de
econ <>fluir haútvirlas.oiertd y visible : pie el
del 'em présbui ; porque hien• se puede apos-
tar a que, .habría soberaad de ésos de:café,
que por un•., 'peseta y una botella de vino
sería c:Ipaz, de representar él solo a todas


• las provincias de la cristiandad. ¡Pues .á fe
que estar los tierriPos" para atar los perros
con longanizas




'


( Se concluirá.


j,W1




Algunas reflexiones sobre los últimos sucesos
de Zaragoza, Cadiz, la Isla y Sevilla.


Suzzt lacrrrue rcrum.


vino.


Hace poco tilas de un .Mes que decia-
mos en nuestro artículo (le Asonadas , ar-
tículo que tanto ha_incomodada.a. cierta cla-
se de gentes, que . era llegada la crisis en
que la salud de la patria • dependía tic la
energía y firmeza - del gobierno. Alli diji-
mos al ministerio y a los denlas geles en-
cargados de la conservacion del orden y
de la tranquilidad interior, que si no em-
puñaban con ;mano fuerte las riendas del
Estado, y no encadenaban el monstruo deljacobinismo con prisiones de diamante, la
nacion iba á caer en la mas completa y mas
horrorosa anarquia ; y que los supremos
gobernantes serian las primeras víctimas de
su imprevísion ó debilidad. - Los hombres
encargados de sostener el partido demagó-
gico y/ de preparar la fatal reaccion que se


x33
medita , clamarán como frenéticos contra
nuestra., no profecia, sino sencilla esposi-
cion de lo . que estaba pasando; y no pu-


.. diendo negar el principio de que existien-
do • en el Estado una faccion anárquica y
desorganizadora, era necesario comprimir-
la y. .sofocarla antes que nos •envolviese en
todos los males que traeria consigo el tras-
torno del gobierno constitucional, negaron
la existencia de semejante faccion, y nos
presentaron al público como soñadores que
velamos ejércitos y gigantes donde no ha-
bia ,.mas que corderos pacificos é inocentes,
ó como maliciosos detractores de la nacion
que la pintabamos agitada, conmovida y
amenazada de grandes calamidades , cuan-
do en realidad no habia habido basta aho-
ra mas que inocenteá, desahogos de la ale-
gra popular, que ningun susto ó cuidado
debian dar al gobierno. No somos tan lo-
cos que por la estera vanidad de haber
acertado en nuestras prediciones, si pueden
llamarse asi las realidades que solo se os-
tina en negar el que tiene &Iteres en que
los (lemas no las vean , queramos ser tes-
tigos y víctimas de lo's horrores revolucio-
narios; y -asi hubieramos deseado y desea-
riamos aun engañarnos en nuestros temo-




i34
res y pasar la•plaza de visionarios; pero
por desgracia nuestros tristes anuncios se
estan ya realizando; mucho antes del tiem-
po que nosotros .hablamos creitlo necesario
para que se, empezase á descorrer el velo
conque se procuraban cubrir los horribles
proyectos de la faccion anarquista. El cha
.¿f de octubre en' que el respeto., la verte-
racion, el amor y. el entusiasmo con que los
facciosos .q,arentan mirar al héroe de las
Cabezas , podia hacer disculpables ciertas
dethostraciones públicas, ciertos regocijos;
y ciertas: procesiones que atrajesen un con-
curso numeroso, y fascinasen con su mis-
ma pompa al incauto vulgo , siempre aman-
te de novedades , fue el dia señalado pa-
ra arrojar la máscara , y será un dia me-
morable en los sangrientos fastos de la
rcaccion jaeoblnica que nos amenaza. Sa-
biendose que el gobierno Babia -desapro-
bado y prohibido en Madrid poco tiein,
lo' antes semejantes ovaciones ó "apotéosis,
no por . odio al objeto de aquellos cultos,
sino por saber que estos no era n mas que
ensayos y preludios maliciosamente imagi-
nados para escitar y acOstumbrar'al pueblo
á la desobediencia ; por lo mismo , en ca-
si todas-las eiudades considerables, y aun


135
e,,n pueblos que no lo son, se hicieron esfner-


.


zos y tentativas para que hubiese aparentes
obsequios á la celebridad del dia, -con el ob-
jeto de tantear los aninMs de los habitantes,
conocer hasta qué punto se puede contar
con su'docil credulidad, y empeñarlos poco


pocjen actos mas positivos de rebelion á
la autoridad legítima. Por fortuna solo ea
Cadiz , San Fernando , Sevilla y quizá en
algun otro pueblo', dependiente de estas
tres ciudades , fueren los magistrados lo-
cales ó bastante débiles d quizá bastante
prudentes para permitir y aun


.
autorizar


Mas ó menos los inocentes desahogos con
que- los inocentisimos amigos de la bulla
attirdieron -y aun atemorizaron a"__ los jui-
ciosos habitan tes que vejan eon dolor el ver-
dadero objeto de unos obsequios que en_
ninguna parte se hicieron el año pasado al
general Riego con motivo de sus (has; y
eso pie entonces estaba mas reciente la
memoria de su beroiSmo, y concurria tam-
bien la circunstancia de hallarse desayrado
por el ministerio y retirado en Oviedo, co-
mo ahora lo está en Cataluña. Asi no ha
sido necesario que pasen muchos dial pa-
ra que todo el mundo vea que 'el fin que


- se propusieron los procesionarios de Cadiz


40.1




X36
y Sevilla, y los que en Zaragozalmbieran
hecho la misma farsa si cl gefe político lo
hubiese tolerado, no era festejar y des-
agraviar al' general, que sin duda detesta
semejantes inciensos , y desaprueba las lo-
curas de sus pretensiosos amigos, sino dar
en ojos al gobierno, y multiplicar y repe-
tir con cualquiera pretesto los actos :le des-
obediencia para desconceptuarle y destruir-
le; porque en efecto , un gobierno , de cu-
yas órdenes se burla impunemente varias
veces y en diversos puntos una minoría fac-
ciosa , está destruido. en el hecho , aunque
todavía subsistan su nombre y simulacro.
Por eso en'los pueblos en que han tenido
influjo los facciosos, se han apresurado sus
agentes á aprovecharse del mas ligero y
despreciable protesto que la ca,ualidad les
ha presentado, ó han amañado ellos mismos
para desayrar al gobierno de la capital, in-
sultar á sus delegados, y menospreciar sus
órdenes. En Zaragoza : á pretesto de una
quimera entre paysanos 7 milicianos, ne-
gocio que .á lo mas pedia la intervencion
de un juez y.la formacion de. causa á los
agresores, se aparenta un motin , se arma
la milicia voluntaria, se nombra una di-
putacion para pedir satisfaccion del agra-


,


137
vio, y esta diputacion se propasa nada me-
nos que á deponer al gefe político y co-
mandante general interino de la provincia,
corno si la voluntad de los milicianos vo-
luntarios, suponiendola unánime , que no
lo fue, Como se ha visto, fuese la de to-
da la milicia , cuando 'labia ademas otros
cin ce batallones de la llainada legal: y co-.
ino si aun la voluntad de los milicianos
todos. fuese la del pueblo zaragozano, y la
de este liude todo el reyno de Aragon. En
Cadiz ha sido todavía mas frívolo el pre-
testo, y la ocasion mas traída por los ca-
bellos. En nada las autoridades locales se
habia.n opuesto á los . ,inócentes desahogos'
de los tragalistas , ningunos palos se ha-
bian dado unos á otros los nulicianos y. los
que no pertenecen á la milicia; y sin em-
bargo apenas se sabe que el rey, usando
de una facultad muy constitucional, habia
nombrado nuevo ca pitan general y gefe
político para aquella ciudad y provincia,
una minoría que se dice el pueblo de Ca-
diz,. y que si se fuese á contar acaso no_
será su décima parte, declara pública y es-
candalosamente que no se obedecerá la
real orden , ejemplo que al instante imitó
la seccion de San Fernando, respecto de su




133
nuevo comandante, aunque á este no po-
dia ponerle mas tacha que la de su mucha
edad ; tacha que jamas lo ha sido para
mandar una plaza en tiempo de paz. To-
davilr ha sido mas gratuita la deelaracion
de Sevilla , porque ni aun el pretesto ha
tenido de un nombramiento desacertado 6
acertado. No hablamos de las amenazas con
que van acompaiiadas las declaraciones de
positiva desobediencia, ni de los prepara-
tivos que segun se dice estan haciendo Ca-
diz y la Isla para sostener su rebelion á
mano armada: harto elocuentes son los he-
chos en sí mismos, y Mala que la inespli-
cable ceguedad de los que aconsejan tan
temeraria conducta, no nos lleve á la guer-
ra civil , el azote mas terrible que la cóle-
ra del cielo puede enviar á un pueblo cuan—s..
do quiere castigar sus locuras ó sus críme-
nes! Queremos unicamente que se obser-
ve el origen, caracter y tendencia de es-
tos sucesos verificados en tan pocos dias
casi á un mismo tiempo, y en puntos tan
distantes y diferentes como Cadiz y 'Za-
ragoza.


Si estos actos dé rebelion no tuviesen.
un origen counin , si no presentasen el
racter de un plan vasto , conibindo y es-


139
tendido tambien á las denlas provincias; si
su tendencia no fuese la de trastornar el
gobierno monárquico establecido por la
Constitucion ; en suma , si estos hechos
fuesen inconexos entre sí, casuales y efecto
de -un acaloramiento pasagero, y no pudie-
sen tener ulteriores y muy peligrosos re-
sultados, ni el gobierno deb .eria darles de-
masiada importancia , ni nosotros nos pon-
(Triamos tan de propósito á


• calificarlos y
`á sondear todo el abismo de males á que
infaliblemente nos conducirán' estos prin-
cipios, si la parte sana de la nacion no 5e
une, no se pronuncia abiertamente contra
tan pernicioso ejemplo, y no 'apoya al go-
bierno con todo su poder para que pueda
sostener el trono constitucional , reprimir


.• la audacia de los facciosos y frustrar sus
criminales esperanzas. Pero segun el alto
punto á que ha llegado el descaro de los
revoltosos, atendidas todas las circunstan-
cias de sus primeros pasos , y vista la cons-
tancia con que-trabajan para destruir el go-
bierno actual y sustituir otro que bien pron-
to se abismaria en los torrentes de sangre
que habria costado su establecimiento; so-
lo un estúpido puede no conocer, y solo un
malvado puede negar, que existe entreno-




p


140
sotros una faccion anárquica que quiere lá
ruina del trono , y que está ya formada y
bastante adelantada una conspiracion para
derribarle y atraer sobre este desgraciado
pais todos los males de la guerra civil,
de la estrangera , y del terrorismo de Ro-
bespierre. Nosotros lo estamos viendo ha,
ce mas de un año ; lo hemos insinuado de
cien mil maneras diferentes; lo hemos di-
cho al fin en terminos precisos y claros;
pero los interesados en ocultar la trama
para , coger descuidados y sorprender á los
buenos ciudadanos, han gritado tanto y han
embrollado la cuestion en tales. términos, que
aun hoy apenas logrará sci .oida la voz de
la verdad y del interes general , y lioso:-
tros mismós no nos atreveria mos á insistir-5
si las enérgicas representaciones dolos lea=
les zaragozanos , y las revelaciones hecha s
por animosos ly verdaderos patriotas no hu-
biesen rasgado el velo de iniquidad y no
fuesen bastantes para abrir los ojos á cuan-
tos dormian tranquilos á la orilla del pre-
cipicio, confiados en las hipócritas protes-
taciones de liberalismo con que los anar-
quistas -ocultaban sus criminales proyectos,
y creyendo tal vez las odiosas y falsas in/-
putaciones que nos hacian cuando revela


14K
barrios sus abominables misterios. Por for-
tuna no podrán ya decir que los honra-
dos habitantes de Zaragoza, parte de su mi-
licia voluntaria, y los cinco batallones de
la forzosa ó legal, son afrancesados ó emi-
sarios de los ultras de Paris , y que estan
pagados por la santa-alianza ni por nadie.
Pués bien no el Censor, no el Imparcial,
no la Miscelánea , no la Gaceta , no el Uni-
versal, sino Zaragoza toda , la heroica ; la
liberal Zaragoza es la que ha hecho al go-
bierno por la boca de su valiente milicia la
,esposicion que nuestros lectores habran ya
visto en los periódicos diarios; pero de la cual
es necesario copiar aqui algunas frases: lo uno
porque tan importantes verdades deben re-
petirse una y muchas veces hasta que lleguen
á grabarse en todos los ánimos, y lo otro por-
que la esposicion de que se trata es la apolo•
gia mas completa que puede hacerse de nues-
tro articulo de Asonadas que tanto irritó á
la faccion jacobina. Dice pues asi :


“ El cha 29
de octubre último un puja-


do de, fanáticos invocando el nombre del
pueblo de Zaragoza que detesta su sed de
sangre, su inmoralidad y sus locos furores
demagógicos, compelió tan ilegal como in-
constitucionalmente al•paballero gefe polí-




142
tico á hacer dimision de su destino á pre-
sencia del ayuntamiento que presidia, y en-
Inedio de las augustas funciones de su mi-
nisterio. Tiempo habil ' , señor, que vues-
tra fidelísima ciudad de Zaragoza veia entre
sus valientes defensores y enmedio de las
aguerridas lilas de sus hijos, una porcion
de advenedizos que con cánticos insultantes
y sospechosos lujundia pavor á los buenos, y
tenia en contihnada zozobra. á los pacíficos
-habitantes de esta ciudad 'tán heroyca C07120
desgraciada. Bajo la máscara de libertad,
Constitue ion y ley sus esfuerios se dirigen á
despedazar las .entraiias' de la madre patria,
desolada por la crueldad de sus propios hi-
jos, encender odios, renovar hagas toda-


'via no bien cicatrizadas, y arrojar la tea ..de
la discordia , desterrando para siempre el
principio de reconciliacion , de júbilo uni-
versal y sempiterno que principi g ba á apa-
recer' entre nosotros. Su divisa es desobede-
cer osada y petulantemente á las autorida•
des que protegen la seguridad del ciudada-
no; próvocar motines r asonadas , y cubrir


con el santo nombre de patriotismo los horro-
res de la anarqUia , los tuntültos, el desor-,
den ,las ~dans desorganzzadoras.:"de toda
sóciedddi y ese frenesí que les inspira la de-


x43
.vastacion de la patria__ Llegó el mes de
setiembre , y los acaecimientos políticos
.avivaron el mentido entusiasmo de. los pro-
saltos del jacobinismo ; redokdóse su, furor
y con él las canciones .


satíricas, las impre-
•caciones horrorosas al caballero gefe polí-
tico ect. ea.» Digan ahora todos los hom-
bres de buena fe si tenia razon 'el Censor
cuando escitaba la vigilancia del gobierno
contra la faccion anarquista , si esta existe
.en efecto, y si,


al -describirla empleamos
-nosotros colores tan :


fuertes como los de
la esposiciou de Zaragoza.


Pero no es esta la gran cuestion : que
el Censor haya dicho bien ó mal, que
haya ó no acertado en sus pronósticos, que
hable en razon G delire, y que pinte con
colores vivos G amortiguados, nada impor-
t , y nosotros somos los primeros que qui-
sieramos habernos equivocado y equivocar-
nos siempre que anunciemos calamidades
y desgracias. La cuestion importante que
-deben haber todos los- españoles es la si.-


-


-guiente: ¿Adonde se nos quiere llevar con
'estos primeros pasos? ¿qué es lo que se in-
tensa? ¿Es solo que se fyiude el ministerio?
¡ Ah! si 'no se quisiese pasar'de aqui, faca.
seria persmadir á los ministros que renun-


A
-




x44
ciasen á sus empleos. y ni aun creemos que
fuese 'necesario persuadirselo. Por ambicio-
sos que los supongamos, por. nias desnatu-
-n'izados que, los crean sus enemigos, os
imposible que si supiesen que su perma-
nencia en el destino era el único ostá-.
culo al restablecimient o de la tranquilidad
y confianza pública, dudaran un solo ins-
tante en retirarse á sus 'casas ; cuando
ellos se ostinasen en conservar sus empleos,
es imposible que los clamores de-la dipu-
tación permanente y los avisos del conse-
jo de Estado no decidiesen al Rey á sepa-
rarlos. Pero saben bien el Rey . , la dipu-
tacion , el cofisejo , y todo el público im-
parcial, que la separacion de los ministros,,
asi como los obsequios hechos al general
Riego, no son mas que pretestos y , prelu-
dios para operaciones mas importantes. Su-
pongamos que mañana se retiren los mi-
nistros actuales ó sean separades por el
Rey j á quienes nombrará S. M. por suce-
sores? Si no son. precisamente los desig-
nados por la faccion , vendrian los firman-
tes de Cadiz , la Isla , Jerez y Sevilla di-
ciendo que no reconocen por buena la
eleccion , ni obedecerán la real orden que
la comunique. é Qué habremos pues ade-


r4
• Limado? Que será menester para dar gus


5
-


to á los patriotas gaditanos , isleños y se-
villanos ir haciendo y deshaciendo nom-
bramientos hasta dar con los candidatos que
la faccion designe abiertamente. Ya estar
nombrados: veamos como restablecen el or-
den , inspiran confianza, reunen los ánimos,
consolidan las nuevas instituciones , y re-
nuevan en la feliz España el reynado• de
Saturno. La providencia , abrir en cada
barrio un club, nos hemos equivocado,
Una tertulia patriótica: 2. a espa triar una do=
cena de obispos : 3.a deponer arbitraria-
mente, porque constitucionalmente no pue-
de hacerse sin formación de causa , las
cuatro quintas partes de los jueces togados,
y como la mitad de los de primera ins-
tancia: 4.a ahorcar al instante á Elío, Frei--
re" y consortes , Gritnarest y los suyos, y
demas presos que se hallen en todas las cár-
celes del reyno por conspiradores contra
el sistema, aunque ó los delitos no esten
bien probados, ó haya en algun reo cir-
cunstancias que aten uen su crimen: 5.a echar
de España á todos los que sirvieron bajo
el gobierno intruso : 6.a deponer en todos
los ramos á los empleados que no son adic-.
tos, esto es, exaltado r tragalistas: 7.a en-


TO:110 XII.
10




14G
viar á Filipinas, Canarias y denlas islas á
todos los canónigos, clérigos, frayles, mi-
litares , nobles, i icos, antiguos empleados
y denlas vecinos que las tertulias patrioti,
cas designen en cada pueblo respectivo co-
mo serviles y desafectos al sistema : 8. a co-
mo es imposible que el Rey , ni el cónse,
jo de estado , la dipotacion perma-
nente , ni las Cortes actuales. .aprueben
tau acertadas , justas y beuelicas provi-
dencias , se armará una santa insurreccion,
en la cual el pueblo soberano. de la Fon-
tana declarará que el Rey. y sus inmediatos
swesOres sou.respectivamente presidente é
individuos de 1.a gran junta central Conspi-
radora, que todos 6 casi todos. los conscje:-
rolde estado han hecho' traiciou á la cau-
sa pública por conservar SUS, 1 2 00.oa rs.,
y que la mayoría del congreso ha perdido
la confianza de la nacion: que en consecuen,
cia los herederos inmediatos del trono, que-
dan eScluidos de la sueesion co,uariTeglo al
artículo 181' de la Constitu.cipn: que res.pc-
tan.dose la sagrada é inviolable persona del
Rey , quede: S. I< . separado. del gobierno
hasta que haya seguridad da que ha vuelto,
en su juicio.: que las Cortes actuales se di,
suelvaz y ,se elijan: y c.otivaq.uen otras. es-


r47traordinarias y cons tituyentes para que re-
vean y reformen el pacto constitucional, y
tornen cuantas medidas exijan las crisis en
que la 'n acion se encuentra, y que entre-
tanto se confíe el gobierno y direccion


su-prema de los negocios á una regencia com.
puesta de tres ó cinco sugetos, cuyo pre-
sidente será perpétuo é inamovible hasta
que cesen las circunstancias estraordinarias
que hacen indispensable esta dictadura.


Parecerá, ó se dirá aunque no parez-
ca, que estos son delirios que inventa nues-
tra malignidad para hacer odiosos á los '
buenos patriotas ; pero es facil demostrar
.que son consecuencias inevitables de los
principios establecidos y enunciados en las
representaciones y


.
escritos de la faccion,y providencias que ella misma ha reclama--


do y aun en parte ha ejecutado ya en al-
gunos pueblos. No hay médio: si todos los
crimenes y errores que se imputan al mi-
nisterio actual lo son en realidad, y han
acarreado al sistema tantos y tan graves
males como se dice,


, es preciso para repa-
rar estos que los nuevos ministros hagan
lo contrario de todo aquello que en los
actuales se llama delito , error ó falta.
Es asi que á los presentes se les acusa (ahí


(11




s48
estan las representaciones y los escritos pe
riódicos y no periódicos de la oposicion)


de que han cerrado la Fontana : 2.° de
que no han esti-añado á los obispos con-
trarios al sistema : 3.' de que conservan
en los juzgados y tribunales á los jueces
que sirvieron judicaturas en los seis afios
4. 0 de que Elío, Freire, Grimarest y de-
mas reos de conspiracion contra el sistema
no' estan ya ahorcados: 5.° de que bar
empleado en todos ramos, y señaladamen
te en diplomacia, á Muchos sugetos que no
son adictos. Luego por lo que hace á es
tos cinco puntos es indudable que es me-
nester hacer lo que el ministerio actual no
ha hecho, que es literalmente lo que de-
jamos insinuado. En orden á echar de Es
paga á cuantos sirvieron bajo el gobierno
intruso , es una consecuencia necesaria de
lo que estan diciendo contra ellos ciertos
periódicos. En estos se da por verdad in-1111
contusa que todos ellos son malos é incor-
regibles, que aborrecen la libertad, que
estan prontos siempre á transigir con el
despotismo , que todos fueron traydores,
enemigos de su patria, verdugos y asesinos
de sus conciudadanos, ladrones, estafado-
res, indignos, infames, que no debió dar-


14g
seles la amnistía ni los derechos de


'ciuda-
dano; que todo el que no estuvo en el par-
tido de la independencia fue desleal y mal-
vado , es hijo. espurio ;desnaturalizado , mal
español , y que nunca será, bueno, porque
asi lo dijo Vareas Ponce etc. etc. Es asiVarg s
que •ninguna sociedad debe consentir ni
abrigar en su seno tan horrendos mons-
truos; luego es menester echarlos. Y no
se diga que esto solo se entiende con los
que se refugiaron á Francia y bao vuelto
en virtud de la ainnistia: r. 0


porque'en los
escritos en que asi se habla no se contrae
la acusacion á los solos ,


refugiados , ni se
escluye á nadie : 2.° porque aunque algun
periódico ha querido hacer distincion , el
principio de haber doblado la rodilla á to.
dos comprende: 1,0


porque al escluirlos de
las juntas parroquiales, no se ha limitado
la esclusion á los refugiados vueltos , sino
que se ha estendido 'hasta algunas perso-
nas que ni habian recibido empleo de José,
ni habian pasado el Pirineo, ni se habian
movido de su casa y ni aun habian tenido
necesidad de hacer la farsa de la purifica-
cion. En cuanto á la necesidad de depor-
tar á todos los sospechosos de todas clases,
ya se ensayó en Barcelona , Sevilla y la Go-




150
ruria ; y si tan loable ejemplo no fue imi-
tado por los nemas pueblos de la penínsu-
la é islas adyacentes , no fue la culpa de
los buenos, sino porque el paso fue pre-
maturo y no estaban aun los puros apo-
derados del mando : cuando lo esteu es de
esperar que completarán la epuracion. So- _
bre las ultimas resoluciones del pueblo so,
berano , que sale de cuando en cuando de
la Fontana á enunciar la voluntad general
de los sesenta, ciento 6 trescientos, que
representan legalmente á la riacion espaiió-
la y son su órgano . constitucional , cono-
cemos que. costará algun trabajillo poner-
las en: ejecucion ; pero preparando antes los
-


caminos, quemando las imprentas de los
periódicos que denuncien los proyectos de
la faccion , asesinando á mayor abunda-
miento á sus redactores para que nunca
vuelvan á chistar, arrastrando para escar-
miento unos cuantos gefes políticos y ea-
pitanes generales para que ningun otro ten-
ga la avilantez de oponerse . á la voluntad
del pueblo soberano de los cafés , y hacien-
do. cuando se pueda una leyecilla como
la de Robespiere , relativa á los sospecho- 4Iti
sos , es seguro que todo el individuo que'
tenga un poquillo de amor á la vida


1


10


t
queza de que adolecen por lo general los
animales bipedes é implumes que llaman
hombres; dejará hacer y cada uno se me-
terá en su rin con mientras pase la tempes-
tad que al fin pasará. Pero entretanto, icirán_
tos serán Tos estragos que cause, cuánta
la sangre que se derrame, cuántas las la-
grimas que se viertan por los sueños de
unos cuantos locos!


Ilusos de Cadiz , la Isla , Jerez , Sevi-
lla y Madrid y de .


cualquiera- parte en que
los haya, en nombre de la patria , de la
bertad, de la filosofia , de la humanidad,
de la razon, mirad bien lo que haceis, can•
sideral el precipicio en que vais á sumer-
gir á esta illif¿diz nacion ; si lograis realizar
vuestro sanguinario proyecto. Ved que em-
pezar una revoincion jaeobínica es muy fa-


pero muy dificil contenerla en et.lími-
te preciso que ahora os proponeis:


.
estad


seguros de que más tarde 6 mas temprano vo-
sotros mismos caereis `baja el cuchillo ester-
minador : ved que aun cuando á costa de crí-
menes y atrocidades llegaseis á organizar esa
soñada república, ni este gobierno seria dtr-




rabie «i Espata,ni las demas potencias ,
deja-


rian de oponerse con todo su poder á que lle-
gara á consolidarse : reconoced que en este




152.
caso la resistencia no seria tan tenaz, unifor•
me y general corno en la guerra contra Bo-
naparte , porque la opinion estaria muy di-
vidida y el partido antirepublicano seria muy
poderoso : pensad por ultimo que aun su-
poniendo que al fin triunfaseis de la Euro-


' pa toda, conjurada contra vosotros, no es-
tá -la pobYe nacion en estado de atraerse
por vuestra temeridad una guerra no nece-
saria tan costosa y devastadora. Y tened en-
tendido que los hombres que casi á la vis-
ta de _la hoguera ó del pufial con que pu-
blicamente les amenazan. los furiosos, se
atreven todavia á hablaros en estos tenni-
nos , .acaso por la última vez „son mas re-
publicanos que vosotros en teoría y de
corazon : es decir, que saben hace muchos
años que en aquellas naciones á las cua-


-les su situacion geográfica y otras circuns-
tancias permiten gobernarse sin necesidad
de un magistrado perpetuo y hereditario,
la libertad pública es mas completa y es-
tá mas asegurada ; pero al mismo tiempo
viven muy convencidos de .que el estado
científico y moral del género humano y
otras mil consideraciones no permiten toda-
via que las grandes naciones de Europa que
por tantos siglos han sido monarquia's ah-


153
solntas, pasen de repente desde el despo-
tismo al gobierno republicano , cualquie-
ra que sea el modo , con que se combinen
los elementos del poder. No tienen toda-
via los pueblos la ,


ilustracion y las virtu-
des cívicas que exige la sencillez republi-
cana. Ademas cuando alguna nacion euro-
pea como la inglesa estuviese ya prepara-
da por dos siglos de monarquia constitu-
cional para abolir esta y sustituir una pre-
sidencia temporal, aconseja la prudencia á
los (lemas estados que aguarden á que se
haga el, ensayo en una isla inaccesible é
inespugnable , y esperen á que su - ejeltn-


• plo acredite , prepare y generalice la in-
novacion.


Digan ahora nuestros mas encarniza-
dos enemigos , si hombres que estan á es-
ta al a de principios yy, hacen de ellos
una tily pública y solemne profesion son
serviles, ultra-realistas , fautores del des-
potismo y escritores asalariados por la
santa-alianza , ni por nadie. Pero nos re-
plicarán como siempre, « si ustedes son
verdaderamente liberales , por qué escri-
ben en• favor de un ministerio opresor ?
¿por qué defienden á ministros enemigos
de la libertad ?
Nosotros, como he-




x54
mos dicho ya, no defendemos las per-
sonas Materiales de los ministros actua-
les, defendemos el personale moral del po-
der ejecutivo, cuyas órdenes deben ser
obedecidas y ejecutadas , salvo el recur---
rir á las Cortes para que en caso de
prevaricacion exijan la responsabilidad al
ministro ó ministros prevaricadores. Por
lo que hace á las personas físicas de los
actuales, á nosotros nos es completamen-
te indiferente que mañana ú hoy mismo
sean separados de sus destinos , con tal ,
que sus sucesores sean buenos. , 2.° Res-
pecto de los actuales hemos respondido
sin orden , encargo , ni cornision suya, á
las acusaciOnes, que se les hacen ; porque -1.
estamos viendo ,que todas ellas son 6 ab- li
solutamente gratuitas, 6 que • á lo ,menos . -
se abultan y exageran faltas, descuidos




6 errores que ellos mismos se apresurarian
á reparar si se les advirtiesen de buena
fe y Sin tanta animosidad ., y porque co-
nocernos que los mismos que los llaman
tiranos, opresores, enemigos de la liber-
tad , y aseguran que su proyecto' es des-
truir la Constitucion y restablecer el go-
bierno de los, seis arios , saben que esto




es falso y no lo creen ellos . mismos los


155
que lo dicen ni pueden creerlo : lo apa-
rentan asi para asustar á los patriotas,
armar jarana, emperiar én ella á los in-
cautos , y una vez armada , derribar ellos
el gobierno monárquica representativo.
Que nos aseguren que quitado el minis-
terio actual no se pasará mas adelante,
se obedecerán. constitucionalmente' las'


ór•
denes del que le suceda , se mantendrá
el orden, se conservará la tranquilidad.,
se respetarán las vidas y propiedades de
los ciudadanos, no se destruirá la Cuas-
titucion monárquica que nos rige, y no
caeremos en el terrorismo y la anarquia
revolucionaria ; y nosotros seremos los pri-
meros á aconsejar á los ministros actua=-..
les que por bien de la paz hagan su de-
mision, y si no quieren, ofrecemos po-
ner nuestra firma en cuantas representa-,
ciories legales se hagan al Rey pana que
los separe, suponiendo que sus SUCCSDres
sean tan patriotas como se quiera, con tat,
que tengan juicio y nos conserven la paz
interior. ¿ Hay buena fe en quien escribe
(le este modo ? ¿ Pueden decirse las cosas
mas claras? Pues este será siempre nues-
tro lenguage aun al pie de la hoguera


del patíbulo. Y por eso hemos dicho




1156
varias veces , y repetimos ahora , que los
que se esfuerzan á persuadir al público
que el Censor es un papel sen il y se
escribe para sostener 6 restablecer el des-
potismo de ninguna clase, trabajan en va..
no , porque es imposible que lo crea nin-
guno que haya leido ó leyere sin preo-
cupacion los, 67 números publicados has-
ta el dia. A los que no los hayan leido,
ó no los lean , ó los leo-) con los ojos
de la pasion 1 . será faca hacerles creer lo
que se quiera; pero su voto ya se sabe qué
aprecio deberá merecer en el tribunal de la
razon. No, señores impugnadores del Cp-
sOr de cualquiera clase y cendicion que
ustedes 'sean, y vaya dicho por la milesi-
ma vez , el Censor no se escribe para com-
batir la libertad ni desacreditar la santa fi-
losofia , la bienhechora del género 'huma-
no ; sino' para sostener la forma actual de
gobierno, impedir la anarquia , y hacer la
guerra al feroz jacobinismo. Si• este es un
crimen contra la nacion y contra la hu-
manidad , aqui está nuestra sangre para es-
pia•le. Asi como asi la vida en cierta edad
y enmedio de los horrores revolucionarios,
si estos por desgracia llegasen a verse en-
tre nosotros, tiene muy poco atractivo, y en


57
general la vida aun en el estado ordinario
y en mejor edad, es como decia Voltaire,
«une maavaüe, plaisanteric, una especie de
burla que nos hace la naturaleza. »


A dos palabras está reducida la cuestion
con nuestros impugnadores. Nosotros es-
cribimos para estorbar que el jacobinismo
llegue á dominar en España: ustedes dicen
que no hay tal jacobinismo, ni !e habrá:
bueno; habremos perdido el tiempo, el pa-
pel y el trabajo. Pero de buena fe: aun
en la suposicion de que no le haya ni lle-
gue nunca á haberle, qué mal hay en que
nosotros le hagamos odioso, aunque no sea
mas que por si acaso ?




158


ANUNCIO.


Ensayo político sobre el reyno de Nueva-
España, sacado del que escribió en frances
Alejandro de Humboldt: 2 tomos en 2.°
grande, prolongado , á 48 rs. Este viage,
uno de los mas instructivos y curiosos de
los tiempos modernos por la universalidad
de noticias y profundidad de conocimien-
tos que contiene , presenta la mas comple-
ta descripcion.que se ba publicado hasta el
día de los dominios españoles en la Amé-
rica septentrional, y es de consiguiente de
sumo interes á-nuestra nacion, y en e3pe-
cial á las personas que tienen relaciones
directas con aquellos dominios, en una
época en que el Congreso nacional , va á
tratar de su feliz pacificacion, en la que
tanto interes tenernos todos los españoles
europeos:


Este ensayo se divide en seis secciones
libros. El primero contiene consideracio-


nes generales sobre la estension y el as-


pecto físico de Nueva-España, y en él se
examina la influencia de las desigualdades


159
del terreno sobre el clima , la agricultura,
el comercio y la defensa del pais. En el se-
gundo se trata de la poblacion en general,
y de la division de las costas. El tercero
contiene la estadística particular de las in-
tendencias, su poblacion y superficie, cal-
culada segun las observaciones astronómi-
cas.•del autor. En el cuarto libro se trata
del estado de la agricultura y de las mi-
nas metálicas; y en el quinto del progre-
so de las m anufacturas y del comercio.


Y por


, el libro testo contiene
investigaciones sobre las rentas del esta-
do y la defensa militar del .pais. Se halla-
rá en la librería dé Escribano , calle de
las Carretas,


-y en la de Cruz y Miyar,
, .ca-


lle Mayor frente á las gradas de san Felife
el Real.




I ' La simple indicacion del contenido de
esta obra, demuestra su utilidad, y el nom-
bre solo de su autor la recomienda. Co-
nocido es en el orbe literario el baron de
Humboldt, y las actas del instituto nacio-
nal de Francia prueban el distinguido apre-
cio que hacen de sus escritos los sabios
de la nacion mas culta del universo. Si
nuestro voto pudiese añadir algun peso
al testimonio de un cuerpo tan célebre y


1




6o
respetable corno el instituto francos, diría-
mos que no conocemos una obra mejor


. desempeñada en su línea , ní que mas in-
terese á los españoles que la que anuncia-
mos; y que al pasar al castellano nada ha
perdido del mérito que tiene en el origi-
nal. Asi mientras asuntos mas urgentes nos
permiten dar una idea circunstanciad a de tan
importante produccion , recomendamos des-
de ahora su lectura á cuantos miren con
algun interes las investigaciones estadísticas.


CE NSO 115
PERIÓDICO POLÍTICO Y LITERARIO


N. o 69.
S' ABAD() 24 »E ivov illi1311E »E 1821.


Histoire de la se.,.sionde 1820, par M. Fiévée.


11-14


g.;
_niste escritor realista, ingenioso y nias su-
lit .


que s'61iild ét'abiece ciertos principios
ames de enlpi‘esnder la historia que pro-
mete loS cuáles- necesitan de cspiicaciou


.pái'a ser adrMtidos
. en buena 'política.


primero «-quc?los - prOgn.sos deFall Éra óia


en eit,:iilzacion ,"defi gia1 ., 'artes,:inrdnstria y ligne2. aS !
son independientes


ü'evoinci(in: ;›; 'Nosotros 'no podemos
aíltri ir este;V;rincípih, ni creemos que sin


r6bItfeiWii--se .,
bailara la `Francia en.


dlufírdSperídad que¿ ahorá ¡tiene:Lo r:reát1-15§ ds.7.; ttrle la rovolneion fran.ha heelwilmucho bien y mucho mal,
TOMO aut..




no solo á aquella monarquia, sino tambien
á toda la Europa.


La Francia debe It la revolucion el es-
tablecimiento de las libertades públicas, de
las garantías personales, la supresion de los


privilegios
y la subdivision de la propie-


dad. La Europa le•debe la propagaeion de
los principios liberales y el mapa en que
las naciones. pueden notar los escollos de
las revoluciones futuras. Es verdad que es-
tos conocimientos nos han costado todos
los males de la conquista


.. Las lecciones.


fueron muy caras ; pero en Iin , pues ya
estan pagadas, será lástima no . aprovec


har-


nos de ellas.Si Mr. Fiévée atribuyese la prosperi-
dad ascendente de la Francia á los progre-


-


sos de las luces , en este caso. considera
rémos la revolucion como no efecto deaque-
llos ;progresos , lo que T) le quitaria la ca-


lificacio n :de causa para 101: aconteeimien-,
tos posteriores. En el siglo XVIII se ad-.
quirian muchos conocimientos políticos y
•eConómicos: el espíritu público avanzaba,
y el gobierno se quedaba .estacionario : las
leyes apenas eran paralininbres del ,si-


glo- XVI ., y• se estaba ya cer.ea, del XIX:
Cuando a. legislacion,:políticw cae: un pue-


x63
blo está en pugna con sus ideas , la re-
volucion es un efecto necesario : esta re
gla no „sufre escepeion.


La revolucion francesa hizo mucho mal,
porque el privilegio no quiso ceder, y la
libertad no se contempló segura sino en los
brazos de los que no teniendo nada de-
bían trastornarlo todo para tener algo. Hi-
zose la guerra, no entre las doctrinas po-
líticas, sino entre las pasiones, y la lid fue
sangrienta.


Pero podrá negarnos lir. Fiévée, que
la revolucion removió todos los ostáculos
que la antigua legislacion oponia á los pro-
gresos de las luces y de la industria ? Se
habia hablado , se habia escrito mu-
cho y muy bueno contra los antiguos
abusos ; pero el gobierno rodeado siem-
pre <le privilegiados no los quitaba. La re-
volucion los quitó á mucha costa, es ver-
dad, y debernos llorarlo tanto mas, citan-
to aquellas calamidades no eran necesarias
para producir el mismo efecto: pero al fin
el efecto se logró. La justicia histórica exi-
ge., que confesemos lo malo y lo,


bueno.
Nuestro autor parece dar á entender , que
con la legislacion del antiguo régimen pu-
do la Francia haber hecho los mismos pro-




164
gresos sin la revolucion. Sin unarevolucion
atroz y sangrienta, es verdad; pero sin al-
terar el codigo político, que fue la verdade-
ra revolucion , no ; porque mal se pueden
hacer progresos, cuando la legislacion, los
tribunales , los privilegios y los cortesa-
nos se oponen á ellos; ó hemos de con-
fesar que ni el trono, ni las leyes , ni los
magistrados, ni los ministros influyen en las
cosas públicas.


Distingue despues dos despotismos , el
del gobierno, y el de la administracion. Pa-
re'ee que Mr. Fiévée no lleva á mal el pri-
'Mero estraiiam.os.; pero abomina
del s::gurído;' y;Segurr él •a:única ocupacion
del congreso nacional debiera ser disputar
'Cinc los ministros sobre .el presupuesto y
los subsidieg.; así .Como 'en otro- tiempo
-dispuiabá el:, llero y la , nobleza los do tia-
-tiVes,:-•¿ Y las leyes ?.¿ Es-cosa, tan despre-
-riáble tina nacion ,- que: debe obligarse á
,obedeeet, , sin examinar si lo que se • man-
da es 6“no.,conforme 'con sus ideas , con
-sus placeré& y-,atin con.sus preocupaciv


¿ qué .me importa ser dueño de mi
Bolsillo; si no lo soy de mi pensamiento ó


-de mi persona? Enrique VIII de Inglaterra
-fue un déspota 'fanátic0;,.y sanguinario;


IC5
mandaba hasta en' la religion de sus súb-
ditos: ¿ Ilamarémos libres a los ingleses de
su tiempo , porque calculaban con una
nimiedad prolija los subsidios que le ha-
bian de .pagar?


Es verdad que el clero y la noble-
za eran poderes únicos antiguamente ; pe-
ro si el pueblo llegó á ser un poder con
los progresos de la industria y de las
cieneias ," como confiesa el mismo Fievée,
¿ por qué la legislacion le destronaba ?
¿ por qué conservaba en el pináculo de
la autoridad al privilegio destronado ya
en los decretos inevitables de la opinion
pública?


Nuestra doctrina es que se admitan
en la legislacion política los poderes
que existen de hecho en la sociedad y
que se describan con exactitud todas sus
atribuciones, aun cuando no sea mas
que por impedir que usurpen mas auto-
ridad de la. que les toca. Segun el es-
píritu del siglo, las, naciones son un po-
der; y si los gobiernos no les dan par_
te en la autoridad legislativa , ellas se la
tomarán quizá de una manera violenta.


Por lo que llevamos dicho anterior-
mente, es facii de conocer que las doc-




1(19166
trinas de Mr. Fiévée son demasiado favora-
bles á la estension cle la prerogativa real,
y por tanto deben leerse con suma pre-
caucion 'mas no puede negarsele el mé-
rito de la sagacidad , cuando examina los




movimientos de los partidos en Francia
desde 1815, y el (le la imparcialidad pa-
ra juzgarlos. No le seguiremos en esta
narracion de hechos, consignados ya en
otros números de nuestro periódico; pe-
ro sus reflexiones son escelentes. Estrac-
taremos algunas las mas principales.


«Ningun partido es dominante en Fran-
cia , porque todos aspiran al poder , y nin-
guno toma la defensa de los intereses pú-
blicos."


«No hay verdadera union entré los hom-
bres , sino la que produce la igualdad de
doctrinas."


«La ambicion es una perversa guia en
política, porque hace depender al hombre
de las circunstancias, y no de los princi-
pios.'


«Muchas batallas se han dado los par-
tidos en Francia desde 1815 : ninguna
ha sido decisiva, porque ningun vencedor
ha inspirado confianza."


»El despotismo ministerial es una re-


liquia del reynado de Napoleon."
«Es imposible que el poder real se afir-


me, mientras las libertades públicas esten
á disposicion del ministerio."


Cualquiera de estas máximas que algun
día recogerá y calificará la historia, mere-
ce una profunda meditacion; y este escri-
tor es mas estimable por lo que obliga á
pensar , que por sus doctrinas. La Francia
no verá consolidado el


- sistema representa-
tivo hasta que exista un partido sin ambi-


• cíon: es decir, hasta que la mayoría de la
cámara, sin aspirar al ministerio , obligue
sin embargo á los ministros á contenerse
dentro <le los límites constitucionales.


Convenimos con el autor en que el
triunfo de los liberales no seria tau funes-
to á la monarquia como quieren aparentar
los ultras; pero no podemos convenir nun-
ca en la definicion queda del gobierno re-
presentativo, el cual dice que es la defen-
sa .de los intereses generales. No podemos
admitir esta definicion, Mientras á la pala-
bra interes no se le dé mas latitud que la
que le da Mr. Fiévée, que parece que so-
lo la estiendéá los intereses pecuniarios.
para nosotros: la representacion nacional no
es la reunion déhombres . destinados úni-




i 68
camentc á votar subsidios : es la espresión
de la voluntad general del pueblo acerca
de todas las disposiciones gubernativas;
porque si no hay ninguna de ellas que ya
directa ya indirectamente no influya en la
suerte de la seciedad, ¿por croé no ha de
.tratar la nacion por medio de sus delega-
dos de lo .que á toda 'la .nacion interesa?
Pues no seiior: Fiévée y los defensores de
las doctrinas realistas quieren que el rey
sea omnipotente, y que Itis súbditos no
.tengan • .nras: ;>r ech o ve de guardar su
bolsillo. nro ...¿ :q uién jefiende . su caudal del
cjué ti ¿ID e poder?


En genera observamos quo' en cuan-
to á la -descripcion de los hechos y de los
partidos ess:bastante exacto_ este opúsculo;
pero los principios del • servilismo estan es-
puestos él mas á las claras que etv nin-
guna. otra obrá, del mismo autor. En tales
yerros e,; •forzoso:caer cuando se adopta en
política un' principio falso. - Fiévée . es .sec-
t ario do la I, /unidad. v- enida dél cielo: des-
conoce naciónal •, y por con-
sil.);tii e nt .ontmk; nell del poder • to-
das las.. fuerzasde•a: -saciedad ,.•qüe)•ers', cl
carlicter; . y4a 'esencia del servilismo. •
• - Decimos --todas las faerk,as ., , porque la


169
reserva que hace á favor de los intere-
ses pecuniarios es ilusoria. `.Cambien lo
es la diferencia que establece entre el
despotismo del gobierno y el despotismo
de la administracion , declarándose parti-
dario del primero y enemigo del segun-
do. Pero (1 quién ejerce el poder del go-
bierno ? no es la administracion ? Pues
si el primero es despótico , ¿ cómo deja-
rá de serlo el segundo ? A no ser que -
diga , que se debe cumplir la voluntad
del 'rey-, no la del Mi I astro. Pero para
que se obedezca la voluntad del monar-
ca sin la interyencion del ministro , es
fuerza echar por 'tierra " todas las .garan-
tias constitucionales y volver al régimen
absoluto.


Nuestros principios son otros. .Por lo-
mismo que el rey es el representante de
la nacion en cuanto á las ,


atribuciones
que componen , su augusta preragatiya,
por lo mismo es inviolable, corno la naL
don á quien representa : y como toda
ejecucion trae consigo responsabilidad,
esta debe recaer sobre el ministerio. 'lle-
go el ministerio debe .tetierTotter , es de-
cir, cierta influencia en las actas guberna-
tivas. El poder de los ministres debe. ser n'o


143


/




17o
despotismo de administracion ,no despotismo
del gobierno; la palabra despotismo debe des-
terrarse del diccionario constitucional; sino
una emanacion del poder ejecutivo, que la
sociedad ha entregado al monarca y que es-
te ejerce por medio de sus ministros. Esta
es la verdadera teoría del gobierno consti-
tucional, y en vano se pretende oscure-
cerla con frases de doble sentido y con pa.
labras ambiguas.


No entrarémos en la historia de la sesion
de 1820, tanto porque ya en otro rditné-
ro presentamos á nuestros lectores los resul-
tados de esta célebre sesion, en que los rea-
listas pensaron ganar tanto y han ganado
muy poco ; cuanto porque seria cosa fas-
tidiosa entrar en el pormenor de todas las
negociaciones, perfidias, intrigas , defeccio-
nes que se han verificado entre partidos
ambiciosos , y un ministerio mas ambicio-
so que todos ellos. Mr. Fiévée escribe con
bastante gracia; de modo que sabe dar in-
teres á las mezquinas y ridículas intrigas
de la ambicion de empleos, que parece que
en el día es contagiosa en Francia, asi co-
mo en otros paises. Su-historia es bastan-
te imparcial: solo observarémos que atri-
buyendo á los liberales el deseo del triun-


fo , no augura bien del uso que harían de
la victoria. Esta sospecha es muy propia del
hombre que se pronuncia tan á las claras á
favor de las doctrinas del servilismo.




172


Concluye la palinodia general del Censor.


Por mas adictivo y repugnante que sea
continuar un catálogo de propios errores.
y de tardíos arrepentimientos, ello es pre-
ciso seguir apurando el • trago y bebiendo
las amargas heces de una vergonzosa pa-
linodia. Ya dejamos indicado el facilisimo
proyecto de eeonomia que podía consistir
en ahorrarse casi enteramente el sueldo
de los verdaderos representantes de la na-
ciera, sustituyeudo otros representantes vo-,-
luntarios que tomarian este encargo á ces--
to y costas, y aun se darian por colocados. •
Ahora vamos 'á pedir perdon por otras san-
deces de no menor importancia, como que
de ellas depende' el bien ó el mal de las
futuras generaciones.


Ya conocerá el lector que queremos ha-
blar de los artículos que insertamos sobre
la instruccion pública , en los ' cuales no es
posible hacinar mas despropósitos en tan
pocas líneas. En primer lugar, sin mas da-
tos ni conocimientos que el hahersenos an-
tojado á nosotros, evaluamos en .112 mi-


173
llenes .de reales el gasto que se necesita-
ba hacer para sostenerla en las términos
que se proponían en el proyecto de ley;.
siendo así que á lo mas podria ascender


111.756.000. En segundo , aun dado ca-
so de que no ,


nos hubiesetnos equivocado
tan exorbitantemente al formar este pre-
supuesto, siempre fue aventuradisimo decir
que esta era una carga demasiado 'gravosa
para el actual estado de nuestra hacienda
pública, en la cual, corno sabe todo el rmin-
do, apenas pueden notarse cien millones
anuales mas ó menos. Fuera de que ese
nero espresado en números forma una so-
ma terrible, que asombra por de pronto á
los que tienen que pagarla ; pero reduci-
da á pesos duros, se ve cuáe poca cosa
es,, . y qué•: diminuta les parece á los que
deben cobrada.


Verdad es que puede servirnos de
. al-


guna disculpa el no haber leido entonces
un discurso aritmético-botánico que allana
maravillosamente todas las dificultados , y
que en el .1-diuirlo de .


tres arios da eei•
4•11() y concluido todo lo concernir:.., á
in simceion 13-11blica. Alli se dice, y se di-
ce 1! 1 ny,bien , contestando á nuestros des-
consoladores cálculos, que para lo que es




74
sostener todos los establecimientos de edtt-


, cacion pública , ya habrá, ra habrá ; con
lo que queda zanjada la dificultad de los
fondos. Mas para lo que es plantearlos en
los términos que propónia el proyecto , no
faltará tampoco, luego que el soplo
cador del gobierno vivilique los jardines bo-
tánicos v los laboratorios químicos, y los
campos V destinados á esperimentos agra-
rios que hay ó ha podido haber en Va-
lencia , Zaragoza , Barcelona, Granada, Se-
villa , Cadiz, 'Santiago, Valladolid y San-
/limar de Barrameda.


En él se demuestra con razones sóli-
das, que son las que convienen en mate-




das de cargó y data, y no con vanas escla-
maciones , que tenemos mas de lo que pen-
samos para erigir gabinetes y escuelas de
todo género , porque tenemos sangre es-


pañola, que es escelente para comprar másOjonas y los ciernas utensilios de enseñanza.
No, no haya miedo que cuando los dis-
cípulos de botánica, que es á quienes se.
dirigia este oportuno discurso, lleguen á
ser hombres de estado , y lo serán sin du-
da á fuerza de inculcarles este modo exac-
iisimo de echar cuentas; no haya miedo,
decimos, que se paren en barras, cuando


175
se trate de hacerle producir peras al olmo,
ó lo que es lo mismo, de llevar á cabo de
pronto proyectos de igual naturaleza.


Ni se limitó á eso solo nuestro aromá-
tico calculista, sino que tuvo tamnbien la
sensatez de pasar por alto la respuesta á
nuestros solisticos argumentos , por no
embrollar su cabeza y la de sus oyentes' con
tantos guarismos ridículos , que tan es-
puestos son á errores de suma ó pluma,
por mas que sean-un brillantishno adorno
de todo discurso inaugural. Mas lo que
ciertamente no quiso dejarse en el tintero
fue la respuesta á la segunda'dificultad que
nosotros habíamos tenido la osadía de
enunciar, á saber, que no se encontrarían


• por ahora profesores idóneos. En esto per-
donenos -el ilustre impugnador, porque fue
doble Malicia en nosotros, sabiendo que
existia él en Madrid y como él tantos y
tantos otros, no solo capaces de ser cate-
dráticos , sino de aspirar al sabroso empleo
de directores. Mas dado caso que faltasen
en el dia , siempre queda en toda su fuerza
y vigor la perentoria respuestade que, ya
los habrá. con el tiempo. ¡Oh y cómo se co-
noce,.qtie :hervia en su pecho la noble san-
gre española , que no contenta con servir


.11E


t




176
de moneda para* máquinas y laboratorios,
crea tambien catedráticos que enseñen lo
que no hayan aprendido!


Mas -dejando aparte ya esta impugna-
cion inaugural, i qué triste 'desengaño no
nos ofrece la esperiencia al ver corno se
ha montado en un abrir y cerrar de ojos,
ya que no la enseñanza pública, á lo me-
nos la direccion de ella! No podremos, no,
decir en adelante que el proyecto ofrecia
ningunas dificultades , porque la principal
de ellas, que era el nombramiento de di-
rectores, secretario, oficiales, escribientes,
portero, y demas objetos necesarios para que
el pueblo español salga de su servil igno-
rancia,






se ha vencido con los auxilios del
padre 'de las luces," y en virtud de los . es-
feerzos de que es capaz la sangre españo-
h: Es cierto que todavia no sé han acaba-
do de nombrar todas las plazas; pero hay
grandes' esperanzas de que si continuarnos


el7leson que hasta aqui, se coronará.
la empresa luego que entre en sus fun-
(91Wies la nu eva egisla u ra . tOn e e s. ! si',que
tharchará de' frente y á paso redoblado la
arista, ••ion singularmente' si .se
ii! H -;tara la Idea de inventar: unos:pnifor-
ees bonitos y :elegantemente boriludos,


/77asa para los gefes como para los depen-
dientes; porque segun la sentencia de Aris-•
tóteles:
estén intellectu quin priusluerii


sensu." Nada contribuye mas á ilustrar el
ent


endimiento de los aprendices que el
brillo de los vestidos de sus maestros, el
cual, ademas de ser lo primero que hiere
sus sekides , sirve tambien de estímulo
para su mayor aplicacion. BiamonOs en
efecto de todas esas pensiones 6 casas par-
ticulares de enseñanza, en las cuales .no se
ve mas que la gana de hacer que los alum-
nos paguen su comida y el empeño de los
maestros de holgazanear enseiiándo: ;abu-
só perjtkdicialísitno que ya se va introdu-


- ciendo en la corte, y que acabará por au-
mentar la instruccion parcial antes


la-
_ general se haya empezado á poner en plan-
ta , 'con notable desdoro de fa causa
.pública !




Muy ciegos anduvimos tambien cuando
afectando desconocer las notorias y palp


-a-
bles mejoras que se han hecho-- en todas
las secretárías del despacho, escribimos un


• cierto diálogo entre Mr. Bombé y Mr. Bris-
sac, que _algunos atribuyeron á que era co-
sa de crítica y burleta. Pero por cierto que
en eso nos hacen muy poco favor , porque


TOMO XII.
1.2


•Il




178
si bien alguna vez nos gusta regocijarnos
á costa del projimo,munca llegamos á pun-
to de hacer propiamente burla, ni mucho
menos chacota, sobre todo en materias de
economia, porque sabemos que esta pala-
bra, ademas de ser respectiva segun las di-
ferentes clases, personas y situaciones, tie-
ne tambien la virtud de que cada cual la
entiende como le acomoda. Hay quien
piensa que es una verdadera economia en •
la administracion el tener muchos emplea-
dos en ella , no solo porque la brevedad
'en la espedicion de los negocios suele equi-
librar el esceso de los gastos, sino tambien
porque habiendo de intervenir muchas tila- •
nos y muchos ojos, llega á ser mas dificil
la corrupeion. Otros por distinto acuerdo'
quisieran que no hubiese en ella ni en na-
da mas que los empleados precisos; pero
bien pagados, para que ni e stuviesen es-
puestos al soborno, ni disculpasen su bol-
gazaneria con la de sus compañeras "e in-
feriores. ¿Cómo pues habiamos nosotros
de llevar •á mal que los geles de estos ra-
mos siguiesen esta máxima ó la contraria?
En las materias abstractas , como sin du-
da lo son ya en Espafia todas las que to-
can al dinero, nuestro modo de mirar la


1
economia siempre es en abstracto, porq7u9e
sabemos muy .bien lo dificil y aventurado
que stilele ser el concretarse.


Este vicioso modo de mirar la econo
mia , unto con nuestra individual estre-
chez ó miseria, nos hizo proponer la idea
Mas absurda y disparatada , tratando de la
memoria que con separacion de la ge-
neral rde hacienda presentó á las Cortes
el señor ministro de este ramo en la le-
gislatura del afio 20 sobre el importanti-


, siino objeto de la deuda nacional. Persua-
didos 'nosotros á que casi siempre es cierra
to aquel adagio, de que en dzizero y cali-
dad la mitad de la mitad, tuvimos la fla-
queza de ,'dndar algun tanto de que en
la nacion hubiese tanta multitud de fincas
vendibles y vendederas, corno se asegura-
ba , para cubrir el capital y réditos de la
deuda. Esta maliciosa incredulidad, que so-
lo es disculpable en los que á fuerza de
alios y de experiencia desconfiara


. de los
mejores cálculos, no lo debió ser para no-
sotros que por mil y una razones tenia-
mos obligacion precisa de creer que no exa:
geraban nada los que querian hacer pasar
á la nacion por rica y opulenta , aunque
un tantico descuidada. Por eso pareció y




180
debió parecer importuno 'el pensarnienm
to que enunciamos de cine' se redujese la
deuda nacional . á aquella cuota á que ya
la tiene reducida la opinion pública. Pero
¿ quién duda de que semejante reduccion
no está fundada mas que en un sofisma
pueril y en cierto modo doloso ? ¿ Cómo
es posible hacerle' creer á ninguno de los
que poseen documentos de crédito contra
el estado , que aquellos papelitos tan lle-
nos de sellos y de rúbricas valen ni un
ochavo menos de lo que realmente repre-
sentan ? Pues qué , ¿ porque cuatro simples
hayan dado en la boberia de mirar con
cierta predileccion á la moneda física sonan-
te y material, han de perder tres cuartas par-
tes de su valor unos papeles que valen ca-
da uno de ellos un pifiado de pesos du-
ros ? ¿Qué eonexion tiene el que en la pla-
za no se abone por ellos mas .que un vein-
te, un quince cí acaso un doce por ciento,
para que ellos en sí valgan lo que sabe to-
do el mundo ? Y qué ¿ no vale dinero el
poder uno decir delante de los que no lo
entiendan y sin que nadie pueda desmen-
tirle, que tiene tantos y cuantos millones,
aunque en realidad no puedan reducirse
.. viles y groseras talegas ? Mal haya amen


z
la maldita desconfianza que tanto ha da-
do en apoderarse de los hombres, convir-
tiendolos de genesosos en ruines, y de ga-
lanes en pordioseros. ¡ Miren qué papel pa-
ria nuestro erario nacional negandose á re-
conocer y asegurar otra deuda que la
que realmente tiene contra sí ! Y es las-
tima,ciertamen te que no haya habido otro
orador inaugural que viniese á sacarnos 'de
este apuro como nos sacó


^ del de la ins-
truccion pública, que á fe que ya estaria-
mos á.estas horas tan adelantados en este
ramo como lo estamos en aquel. Y ¿qué
hubiera sido ya de tantos, tantos, tanti-
simos empleados en el crédito público , si
se hubiera seguido nuestro consejo? Las car-
nes le tiemblan á uno de pensarlo.


N9 fuimos por cierto mas felices cuan-
do hablando en el número 39 de la ley in-
terina para la breve sustanciacion de las cau-
sas y pronto castigo de los delitos contra
la seguridad del estado, nos arrojamos é
decir que el único medio de consolidar el
régimen constitucional en Espaíia era el de
interesar en él al mayor número posible
de individuos, y que para eso era muy ma-
lo insultar , perseguir injuriar y calum-
niar á la casi totalidad de los ciudadanos.




182
Solo quien no conozca ni por el forro
el corazon humano , como nos sucede tt
nosotros , podrá dudar del esceleríte efec-
to que producen en- él los apodos y las
denominaciones despreciativas. No falta-
ba mas sino que por un poco de ver-
güenza mas ó menos hubiera perdido nues-
tro idioma ( á quien dejaron en tanta po-
breza los Granadas, Leones y Cervantes )
las ricas adquisiciones que ha hecho y hará
con ocasion de las disensiones , políticas. Por
otra parte , ¿quién se resiste al dulce pla-
cer que recibe el alma humillando al que
es- de contrario parecer l]amandole servil;
pancista, ignorante, jacobino , afrancesado,
persa , traidor y enemigo de los buenos?
Quitensele á cualquiera periodo estos esti-
mulantes apóstrofes , y se verá como que-,
da lánguido , frio , incongruente y se les
cae de las manos á la mayor parte de los
lectores.. Esto de las desvergüenzas y los
apodos en los'escritos es como el aperi-
tivo en las salsas, ó como las aceytunas y
alcaparrones que se sirven en las mesas pa-
ra aguijonear el apetito de los convidados.•
Es verdad que no nutren el entendimien-
to , pero cautivan maravillosamente la
voluntad.


183
Mas aun cuando supusiesemos que hu-


biese algunas personas de genio ríspido á
quienes disgustasen semejantes gracejos, ¿no
se ha de contar por nada la satisfaccion de
una .venganza modesta sin mas que por el
escs rupulillo de enemistar á las nueve dé-
cimas partes de los habitantes de ambos
emisferios ¿ Qué importa que en alguna
de las categorias designadas haya personas
de tal influjo que puedan acelerar la esci-
sion de provincias y de reynos enteros,
si por otra parte se logra satisfacer ó des-
ahogar antiguos rencores ? Esos cálculos se-
rian buenos cuándo estuviera vuelta la
tortilla y se tratase de argüir con ellos á
los que no' fuesen filósofos ; pero en el
reynado de las luces y de la libertad se de-
be permitir y aun cseitar este chistoso de-
recho , salvo garrote 'á cada uno para
que le emplee donde corresponda. Es ver-
dad que la Constitucion previene aquello
de ser justos y benéficos; pero no todo se
ha.de tomar al pie de la letra, que eso hue-
le á servilismo ; y ademas en nada se opo-
ne á la justicia ni á la beneficencia el ven-
garse como se pueda de aquellos á quie-
nes se mira como enemigos.


'l'engase por no dicho lo que dijimos




184
en el número 38, tratando de reformas
eclesiásticas y de estracion -de dinero pa-
ra' Roma; á saber, que por mas justas y
necesarias que fuesen tales medidas, y S.
pesar de ser propias y peculiares del poder
temporal, se procurase acordarlas y auto-
rizarlas con el consentimiento del papa por
no haber nada en el mundo que exigiese
mayor pulso y delicadeza que lo que dice re-
lacion con la conciencia de los fieles; ni ar-
ma mas peligrosa en manos de los eneini-4
gos de la Constitucion. pro ahora cono-
cemosque aquel era un terror pánico fue-
ra de tiempo y muy ageno de la noble
encrg, ia con que es preciso cortar los abu-
sos, vengan de donde vinieren y paren en
lo que paren , que de menos nos hizo.
Dios.


Renegamos de todas veras de cuanto
hemos dicho, escrito ó pensado en elogio


.


de la nmderacion , del orden la toleran-
cia y la suavidad * en las opiniones , por-
que todo , todito. ha sido inspirado. por el
miedo y por la incapacidad do exaltarnos,
ya á causa tle la pesadez y frialdad de
nuestra sangre , ya por nuestro jesuitismo,
quietisnzo , semitismo y todos los acabados
en /*s'izo., que nos hacen errarlo en todo, y


185
no acertar jamas .


con los triunfos actua-
les. Ahora que se necesitaba romper de
firme con todo lo que tiene ayre de cons-
titucional, y que nos pagarian á peso de
oro el bronce y aun el hierro , con tal .que
tuviese apariencias de un metal bien exal-
tado , nos ha tentado la trampa de dec l a-
rarnos en favor de fas leyes y de los ma-


. gistrados encargados de ejecutarlas, y pa"-


ra acabar de cubrirnos de oprobio victo-
reamos á, la Constitucion cuando este gri-
to . es casi casi sedicioso. ¡ Qué insensatez
es la nuestra de querer siempre caminar
contra el torrente de la opinion pública!
La moda es y debe ser siempre la reyna
y soberana del mundo, y hace tiempo qué
debieramos haber conocido que la que aho-
ra está mas en boga es la de hacer comple-
tamente burla dela Cons ti tucion, Ilaniandose
uno constitucional á boca llena. ¡ Dichosos
una y mil veces los que sin perder la fa-
ma de liberales saben emprender á palos
contra los que osan proferir el grito de 1,i-
ca
a la Constitucion!


Seria interminable esta palinodia si bu-
bieramos de ir recorriendo uno por uno
todos los errores que hemos tratado de in-
trocfucir en la administracion y ea la po-




s86
lítica ; y lo seria igualmente si hubiesemos
de sacar á plaza todos los escándalos que
hemos ocasionado y las ofensas que hemos
hecho á la moral pública en nuestros ar-
tículos oscenos y libidinosos. Pero hien
Saben los que nos conocen , que ademas
de- ser éste un efecto necesario de nues-
tra inmoralidad, procede tarnbien de ha-
ber 'copiado ad pedon litem, las notas que
nos ha comunicado la santa-alianza. Esta
buena señora , que es la que nos estuvo
pagando el sueldo' hasta que tomaron la
empresa los rusos r el Gran señor, los cua-
les luego hicieron de ella un traspaso al
-cura Merino, y 'este á los ministros actua-
les , era la que nos ponia en la precision
de escribir contra lo que apetecia la gen-,
te de provecho , que es la que está iden-
tificada con el sistema, con el trágala, con
el martillo y con tantas otras cosas que
nosotros llevados del maldito interes he-
mos procurado hacer odiosas. Por eso no
DOS hemos prestado á la santisima


, incorporacion y mesco-
lanza, que tantas veces diz que dicen que
nos han propuesto. Si no hubieramos es-
tado tan obcecados , ¿ quién sabe los altos
destinos á que hubieramos podido aspit


187
-rar dcspues de bien fundidos ó derretidos
y acrisolados con la gente derretidora que
deseaba nuestra liquidácion , no porque
pudiesemos servirla para maldita la cosa,
sino para nuestro mayor aumentó y bien-
andanza ? Pero ha sido tal nuestra cobar-
dia y apocamiento, que ni siquiera hemos
aspirado á llevar la borla de un pendo')
procesionario. Entonces nuestras voces caz-
carrientas y acaponadas hubieran hecho una
duleisirna armonia con los acentos cigar-
runos y aguardentosos de ,los pregonan-
tes nocturnos , y al cabo de unas cuan-
tas campañas hubieramos obtenido acaso la
futura de los actuales aspirantes á patrio-
tismo. ¡ Qué periódico tan celebrado hu-
biera sido entonces el nuestro ! ¡ qué hon-
rados se verian nuestros nombres y cuán
grata seria nuestra memoria en la posteri-
dadmillf




X88


Utilidad de la historia.


Se dice comunmente que en set mundo
no hay mas rine un hombre y una inugei
que todos los tiempos son unos, y que te
das las tierras se parecen. , Esto significa quo
si bien la ilustracion , los usos, las cos-
tumbres- y el gobierno de las naciones vr
rian de un siglo. á otro , y no son. idén
ticos en todos los. paises, el fondo esen-
cial de la naturaleza hudiana es uno


en todos sus individuos , cualesquie-
ra que sean por otra parte las modificacio-
nes . variables que se observan en ellos,
debidas al clima , la educacion y las ins-
tituciones políticas. Yen este principio se
funda la utilidad de la historia. 'Saber por
solo, saber lo que hicieron - los antiguos,
serviria á lo mas para satisfacer una este-


. ril curiosidad,, pero estudiar en los anales
del mundo lo que ha hecho felices ó infe-
lices á los pueblos y S los particulares pa-
ra promover lo primero y evitar lo segun-


. do , este es, ó debe ser el fruto que se
ira de sacar (le su lectura. Esta es una ver-


189
dad que todos confiesan y de que se apro-
vechan muy pocos, ó á lo menos no se
aprovechan todos y tanto como debieran.
Hace cuarenta siglos que conocernos la his-
toria del género humano , y este gran pe-
riodo de tiempo no es' á los ojos del filó-
sofo mas que Un círculo perpétuo en que
alternativamente se repiten los mismos crí-
menes y los mismos errores prácticos , sin
que las lecciones de lo pasado hayan he-
cho á los hombres 'en general ni mas pre-
cavidos ni mas cuerdos. Desde la infancia
de las sociedades vemos al despotismo en-
vilecer , degradar-y oprimir á los hombres,
á la ignorancia embrutecerlos, á las preo-
cupaciones hacerlos desgraciados y al in-
teres personal oponerse constantemente á
toda reforma que exija sacrificios indivi-
duales. Vernos á las pasiones agitarse, 4-
rigir todos los movimientos y ocasionar ter-
ribles males, tomando siempre . . por pre-
test


•el bien público, y ocultando bajo es-
ta máscara los designios interesados de los
que invocan la salud de la patria para do-
minar en ella con cualquier título que sea.
Vernos tí la virtud misma y al celo mas
puro estravíarse, dejarse deslumbrar por
falsas apariencias y equivocadas teorías, y




190
precipitar en grandes calamidades á los
pueblos que se proponían regenerar. Ve-
rnos que las mismas causas producen siem-
pre los mismos efectos, y que los mismos
errores acarrean siempre los mismos desas-
tres; y. sin embargo, cuando llega el caso
de aplicar tan útiles desengaños , todas es-
tas lecciones son perdidas. Empuña el ce-
tro un ambicioso conquistador y aunque
en todas las páginas de la historia ve gra-
bados con caracteres de sangre los estragos
de la ambicion y de la inania.de las con-
quistas , nada le arredra ni le detiene:' sus
proyectos de engrandecimiento y usurpa-n
cion han de ejecutarse mas que perezcan
millones de inocentes víctimas , corran tor-
• rentes de sangre , y él termine su carrera
con una brillante desgracia. Hombres sa-
bios, bien intencionados, y amantes de su
pais logran hacer en él una revolucion sa-
ludable ; la esperiencia de lo pasado, y
el ejemplo de otras naciones les estan tra-
zando el camino que deben seguir, si no
quieren estraviarse en tan gloriosa carre-
ra; mil naufragios célebres les muestran los
escollos de que han,de huir para llevar la
nave al puerto; parece que es imposible
-equivocarse; la carta tienen á la vista ; los


r9t
puntos estan señalados; y sin embargo las
mismos ilusiones que alucinaron á sus pre-
decesores los seducen , y ellos, acaso con
la mejor intencion del mundo , dan al tras-.
te con el bajel del estado. Estas tristes
verdades estan consignadas en la historia
de los hombres; pero á cada nueva ocasion
que se presenta se olvidan, se desconocen,
y parece que jamas fueron oidas. Sin re-
currir á ejemplos muy antiguos, y sin re-.
correr los fastos de naciones remotas ó que
ya han desaparecido de sobre la hai de la
tierra , contemplemos la historia de nues-
tros dias y veamos si los gobiernos y pue-
blos de Europa se han, aprovechado de la
terrible leccion que á, unos y otros ha da-
do el gran suceso de la revolucion france-
sa. Ya dijimos . en otro número que la his-
toria de los últimos treinta años era el li-
bro en que los gobiernos debian aprender
á no resistir á la tendencia filosófica del
siglo, y los pueblos á no precipitarse en el
estremo de la anarquía popular. Sin em-
bargo ni aquellos ni estos han sabido leer
en aquel libro, ni han querido aprovechar-
se de los utiles documentos que en él es-
tan consignados en cada una de sus páginas.


Los gobiernos no han querido renuu-




19/
ciar al poder absoluto , ceder á las circuns-
tancias-, conformarse con la opinion y ade-
lantarse á hacer ellos mismos las saludables
y necesarias reformas que reclama la ilus-
tracio:: del siglo en que vivimos; y han
dado lugar á que los pueblos se hayan
unos alzado , y otros se preparen á levan-
tarse contra sus antiguos opresores, espo- .
niendo á la generacion actual á todos los
peligros de las revoluciones políticas. Si el
gobierno Trances avisado por la voz de los
filósofos que durante un siglo liabian esta-
do clamando contra los- abusos que la ig.
norancia de los siglos bárbaros habia pro-
ducido, y el interes de las clases privile-
giadas perpetuaba 'con oprobio de la razon
y de la humanidad , se hubiese .prestado
'voluntaria y generosamente á las reformas
mas necesarias, y hubiese preparado con
mano diestra la regeneracion total del vas-
to imperio sometido á su dominacion; ¡cuán-
tos crin :enes, cuántos horrores, cuánta san-
gre Y cuántos males hubiera ahorrado á los
pueblos y aun á todo el mundo ; porque
todo el globo se ha resentido mas ó me-
nos-de la gran coinnocion , á que dió lugar
la eStinaCion ó la indolencia del gabinete
francesa Si ya que al fin estalló la revolu-


193
clon en Francia , los gobiernos de los demas
paises hubieran abierto los ojos, y lejos de
formar coaliciones armadas para destruirla,
y quiméricos planes de engrandecimientos
territoriales l, desinembrando y repartiéndose
las posesiones francesas de las cuatro partes
del mundo, se hubiesen aplicado á mejorar
cada uno las instituciones políticas de su


.pais, transigiendo con las peticiones de sus
habitantes, escuchando sus clamores, y
reedificando poco á poco el antiguo y góti-
co edificio de sus leyes, sin esperar á que.
mas tarde ó mas temprano sea derribado
por el impetuoso torrente de una conmo-
cion popular, ¡ cuál seria hoy el ,aspecto de
la Europa, cuál la felicidad de sus morado-
res! Ea Francia, misma el trono y el altar
no hubieran sido tal vez ensangrentados ; el
terrorismo no hubiera inundado dé lágri-
mas y cubierto de ruinas aquel hermoso
pais ;'y sus belicosos hijos no hubieran Ile-'
vació el terror y la devastacion desde Ham-
burgo hasta Jerusalen , y desde Moscou has-
ta Chiclana. Si destronado ya el poderosia
conquistador que asi habia prodigado la
sangre de los hombres para que la filma de
sus conquistas y. triunfos resonase en todo
el ámbito del orbe, hubieran escarmentado


Tomo mi..




I94'.
en su cabeza los potentados europeos ; y
reconociendo que la sólida, verdadera y úni-
ca gloria es la que resulta ele hacer bien
á bus semejantes, hubiesen rentriciado pa-
ya siempre á ése fatal oficio de la guerra,
hubiesen licenciado sus tan costosos y per-
judiciales ejércitos , y se hubiesen dedicado
esclusivarnente á las artes de la xaz, afian-
zando en duraderas y sabias constituciones
la libertad, la seguridad, la dicha y la ilus-
tracion de sus pueblos, ¿ veriamos ahora
con susto esas ochocientas mil bayonetas
que desde los hielos del norte amenazan á
la independencia y seguridad del inediodia;
y esas quinientas mil austriacas dispuestas
y destinadas ya -en parte á sofocar el grito
de libertad y de reforma en cualquier
gula que .resuene? ¿ Verianios al sucesor de
Federico negarse á dar á su pueblo insti-
tuciones y- libertades cuyas ventajas enseñó
predicó y demostró en sus escritos su ilus-
trado y sabio predecesor? Si nuestros gober'
nantes ele los seis años hubieran aprendido
en la historia misma de Bonaparte que cuan-


..


do un pueblo ha sido gobernado por princi-
piospios liberales, aunque sea por corto tiempo,
es imposibleya reducirle al gobierno gótico
de los privilegios, y que cuando una vez


195
llegan Z disiparse las tinieblas del error , y
ha visto ya la luz de las verdades que le
interesan, no es dado á nadie engañarle y
hacer ,que de nuevo cierre los ojos á la
evidencia y no crea sino lo que le manden.
creer sus directores y guias, ¿hubieran
aconsejado al Rey que aboliese la Consti--


jtucion , restableciese el santo-oficio, tra-ese de nuevo los jesuitas y repusiese to-
das las cosas sobre- el pie en que se halla-
ban en r8o8? ¿No vieron que Bonaparte
disponiendo . de un millon de bayonetas


. ,ak•
teniendo en su favor el prestigio de•sus glo-
rias militares, y siendo de hecho omni-
potente en Francia , se guardó inuy bien
de acabar en un solo decreto con la 'obra
de la revolucion..1


¿No observaron come
aquel despota aunque usurpó y concentró
en sus manos el poder absoluto y solera-
no , conservó sin embargo las formas y me-


: gistraturas constitucionales, y aunque res-
tituyó .,
al clero su existencia -y á la religion


• sus altares, se guardó muy bien de rehice-


!


gral.
á aquel en su peligroso influjo, y de


asociar el incensario con el trono? Diga_
senos ahora, si los , consejeros de Vidancey
hubiesen aprendido lo que debian. en la
historia de la reVolucion fra ncesa,„¿Imbie-


,11,1




196
ran cometido el desacierto de entrar per-
siguiendo á sangre y fuego á los 'hombres
de la Constitucion, y haciendo la guerra á los
intereses que habla creado la estraordinaria
situacion del cautiverio del príncipe; y hu-
bieran dado lugar á una formal insurreccion,
que si felizmente ha respetado y mante-
nido el trono, quizá le hubiera hollado y
destruido si se hubiese prolongado la re-
sistencia , que los necios aconsejaban? Fi-
‘nalinente (pi los emigrados franceses que
volvieron con el Rey , hubiesen aprendidn
en su desgracia que ya es imposible 'reno-
var en Francia los que ellos llaman felices
tiempos de la caballeria, estarian chocan-
do ahora tan abiertamente con la opinion
general de su siglo y de su pais , y esta-
rian comprometiendo á cada paso al mis-
mo principe, cuyo trono aparentan de-
fender?


En cuanto á los pueblos , como hasta
ahora solo el espaliol, el portugues, el na-
politano y el piamontes se han puesto en
el caso de poder aprovecharse de las lec-
ciones que la revolucion francesa ha dado
á cuantos intenten reformar sus institucio-
nes políticas; y corno desgraciadamente los
nobles esfuerzos de Ílos..dos ultimos hao


'97
sido comprimidos por la fuerza de las ha-
yonetas estrang,eras, limitarésnos nuestras
observaciones á los dos primeros, y por
mejor decir al nuestro que es el que mas
nos interesa, y de cuya situacion pode-
mos juzgar con mas. acierto ó- con menos
peligro de engañarnos. Para proceder con
la claridad que Procurarnos siempre en to-
das las discusiones , sentarémos por princi-
pio que la revolucion francesa y la espa-
ñola han tenido un origen muy diferente,
y que los hábitos, el caracter y otras mu-
chas circunstancias de ambas naciones no
solo no son absolutamente idénticos., sino
que son diametralmente contrarios.


En cuanto al origen, bien público es que
en Francia la falta de recursos pecuniarios
fue la que obligó al gobierno á reunir la
junta de notables, que produjo la. de loS
estados generales, y que formados estos
en asamblea constituyente no se limitaron
á mejorar el solo ramo de hacienda, sino.
que emprendieron la reforma universal del
estado. En España una invasion estran-
g,era , el cautiverio. del Rey , y la proyec-
tada introduccion de una nueva dinastía,
fue lo que obligó á recurrir á la convo-
cacion de- tm congreso nacional; que aun-




198
que tomó el nombre de Cortes, se parecia
muy poco á las antiguas en .cuanto á su
composicion interior , poderes de sus in-
dividuos y objeto de sus tareas ; porque
en aquel interregno fue preciso que rea-
sumiese en sí la plenitud de la potestad le-
gislativa. que ejerció con toda la estension
y libertad que le dejaba la ausencia del
Rey y la no existencia de la corte, con
cuya oposiciori no tuvo que chocar con-.
tínuatnente- como la asamblea francesa.
Ademas , es y4 notorio que si. bien én Fran-
cia los filosofos y los 'nombres bien in-
tencionados se apoderaron del movimien-
to revolucionario para dirigirle hácia la co-
man reforma , frieron los secretos amaños
de un ambicioso los que proporcionaron
el movimiento de la capital que (lió im-
pulso á todas las provincias; cosa de que
en España no ha habido ni aun siquiera
posibilidad. De aqui resulta que en Fran-
cia fue necesario emplear el pueble bajo
para empezar y continuar el movimiento,
y en España la accion vino de la clase culta,
y solo se estendió á la menos instruida co-
mo precepto y mandato que .debia obe-
decer.


Él) cuanto á los hábitos y el caracter


.199 -
de los habitantes de ambas paises, no re-
petirémos las trivialidades que todos sa-
ben ; pero notarémos sí una circunstancia
que diversifica notablemente la naturaleza
'y los efectos de ambas revoluciones, y es
el grande influjo que los escritos, señalada-
mente periódicos, tienen en lo que se
llama la masa de• nacion francesa, y el
poco que todávia tienen sobre el bajo pue-
blo de la nuestra. Sea que la ilustracion
esté alli mas estendida; sea que la gente
es naturalmente mas curiosa , novelera y
crédula ; el hecho es que un artículo de
diario ó un folleCo de que entre nosotros
apenas se baria caso , es capaz de hacer
allí una revolucion.


En las muchas circunstancias que es-
tablecen desemejanzas de mucha consi-
deracion entre el modo con que fue ne-
cesario 'empezar y conducir la regenerador,
francesa, y lo que exige la española para
consumarse y consolidarse , las mas im-
portantes son la muy diferente resisten-
cia que opusieron alli y pueden oponer
aqui las ciases privilegiadas. En Francia
la nobleza 'labia conservado privilegios y
derechos desconocidos en España; pero ta-
les, que los senores eran en sus estados ver-


,




200
daderos amos , dueños.


y reyes de sus va-
sallos;' y entre nosotros ya se sabe que-el
mayor influjo que el señor porfia ejercer en
un pueblo suyo era el de su mayordo-
mo ó administrador, generalmente aborre-
cido, por lo mismo que era un inexora-
ble exactor de los pechos ó retribuciones.
con que tenian que contribuir á su amo.


'En Francia la nobleza era por consiguien-
te orgullosa y altanera , y estaba como di-


-


vinizada : era tambien mas instruida , es-
taba apoderada del mando de las armas,
de las principales magistraturas y casi
siempre de los ministerios ; cuando en-
tre nosotros Babia quedado reducida. des-
de Felipe V á la insignificante nulidad de.
s6vir .en palacio y desempeñar á lo mas
alguna embajada de honor. En •Francia el
clero secular era y es todavia en, general
preocupado‘, terco, inflexible ; y ya se vió
cuan pocos fueron los que se acomodaron
con las reformas, y cuan inmensa la ma-
yoria dedos que prefirieron el destierro á
la sumision; cuando -entre nosotros puede
asegurarse que la mayor 'parte ó recibirá
con gusto el arreglo que de él se haga , ó
-á lo menos no opondrá una resistencia tan
uniforme y ostinada como tod.avia está


aor


oponiendo el clero francos á cuanto no sea
recobrar sus pingües beneficios , y vivir. en
la -mas completa sumision á la curia roma-
na. El que haya leido los escritos de Pon-
Royal , de Bossuet y otros eclesiásticos fran-
ceses ilustrados de los dos últimos siglos,
Se figurará que las cuatro famosas propo-
.siciones son la doetrina corriente de los
clérigos franceses; pero Si va á Francia ve-
rá que las cuatro quintas partes son je-
suitas por principios , miran como hereges
á los llamados jánsenistas , y tienen á Bos-
stiet por sospechoso. Aun nuestro clero ye-
guiar es mas racional y menos preocupa-
do que lo era el de Francia.


Esto supuesto, veamos en qué pun-
tos pueden sernos útiles las lecciones de
la revolucion francesa, y cómo debere-
mos escarmentar en cabeza agena , tanto
mas que ciertos errrores cometidos por los
franceses fueron en' ellos necesarios y de
algun modo disculpables ., y entre. nosotros
po lo serian, porque no nos hallamos en
iguales circunstancia,.


1.0 En Francia fue necesario hacer la
revolucion, es decir, derribar el despotis-
mo derrotando sucesivamente á sus pode-
rosos auxiliares, clero , nobleza, privilegia.‘.




202
dos-de todas ciases, y lo que es mas la fuer-
za armarla; y para vencer tan formidables
enemigos fue necesario desencadenar el
pueblo bajo , la plebe ó el populacho, co-
mo quiera llamarse , es decir , la clase in-
dio-ente é ignorante; fue necesario disbnu-b
lar sus primeros escesos , y aun animarla pro-
metiendola los despojos de la victoria, es-
to es , los bienes de los ricos. Entre noso-
tros no hay necesidad de valerse de ella
para nada. La revolucion está hecha , el
despotismo no existe, la Constituciori es-
tá formada, aceptada, jurada y puesta en
ejecucion : las clases, ó realmente perjudi-
cadas en' la reforma, ó que se figuran es-
tarlo , no resisten abiertamente y en cuer-
po ; y aun cuando en secreto y parcial-
mente hagan impotentes esfuerzos para
destruir el régimen constitucional , bastan
la accion del gobierno r la fuerza públi-
ca existen te para frustrar sus ridículos esfuer-
zos y miserables tentativas. Ademas el ejér-
cito, cuya oficialidad era en Francia ene=
miga de la revolucion, es en España el que
la ha hecho ; y nuestros oficiales son gni-
za los liberales mas decididos y fogosos. ¡Oja-
lá algunos pocos no lo fuesen. demasiado!
¿Qué necesidad pues hay ni puede haber en-


203
tre nosotros de apelar á la multitud para cor-
regir cualquier abuso que se note ó para
reparar algun error que el gobierno ha-
ya cometidO ó corneta ? Espeditos estan
los medios constitucionales, sin que sea
preciso alterar el orden , turbar la tran-
quilidad y escitar un tumulto para ende-
rezar peque-los tuertos, á los cuales se Ba-
ria acaso demasiada importancia hablando
de ellos en los papeles periódicos.


2.° Siendo el populacho en Francia el
agente y apoyo principal de la revolucion,
fue hasta cierto punto necesario hacerle en-
tender al golpe la utilidad é importancia
de las reformas que se proyectaban; y co-
Lio para esto no hubieran bastado los es-
crit.os , porque aunque alli el gusto de la
lectura esté mas difundido , al fin hay mu-
chos entre la infuna plebe. que no saben
leer , 'y otros muchos que aun sabiendo
no. tienen tiempo para ocuparse en la lec-
tura , ni facultades para proporcionarse li-
bros y papeles sueltos , fue mil y aun ne-
cesario hasta cierto punto que se 'instru
yese al pueblo en discursos declamados
sobre los asuntos que - se iban á discutir
en la asamblea nacional ; y este fue el ori,
gen de los clubs, de los cuales salieron




no4
luego , como de la caja de Pandora, to-
ldos los males que por espacio de veinte ó mas
años han afligido, no solo á la Francia, sino
á la Europa y aun al mundo entero. Mas
entre nosotros , donde todas las principales
reformas estan ya hechas sin resistencia
ni oposicion visible; donde la voz sola delos
representantes de la nacion basta para con-
sagrar y hacer admitir las resientes; y don-
de no es necesario de ningun modo re-
currir á la accion y la fuerza del pepe-
lacho para vencer las peque ?ias resistené►as,
que todavia pueden oponer los intereses
individuales ó de corporacion á las sueesi-
vas . mejoras que las Cortes vayan hacien-
do con la madurez y lentitud que la pru-
dencia dicta y la razon aconseja ; ,1 para qué
pueden ser necesarias esas cátedras de sedi-
cien que solo reclaman los- que aspiran á
dominar y hacer en España el honroso
papel .de los Marats, los Robespiet4es , y
los Heuriotes ? Sensible tos es tener que
tocar frecuentemente este pun to de los clubs;
pero es á nuestro entedder tan capital pa-
ra la conservacion de la cerda lora libertad,
que no podemos menos de decir franca-
mente al gobierno que en vano buscará.
otros remedios á la agitacion en que nos


205
aliamos; que de poco ó nada servirá mu-
l ar los geles políticos y los capitanes gene-
ales de las ciudades y provincias mas es-
mestas al contagio jacobínico, si no se ciar.
en absolutamente , ó si á lo menos no se
ujetan á )reglamentos muy severos las ter-
uliaS patrióticas. Todo el mundo está vien-
t o que en ellas se pronuncian discursos in-.
endiarios , y se enseñan doctrinas an Liso-
;iales; que de ellas salen los tumultos, que
lli se acuerdan y forjan representaciones


lir..igidas ostensiblemente á que se mude el
ministerio , pero en la realidad á destruir


el gobierno; y que en general, aunque pue-
da haber escepciones , son el foto del des-
orden, de la inobediencia á los magistra-
los, y la copia fiel, aunque reducida, de los
q ubs jacobinicos de Francia. Ya sabemos
.uanto desagrada á ciertas gentes éste' len-
uage, pero es el de la verdad.


3.° La causa principal.
de que en Fran-


ia se entronizase el despotismo de la ple-
be escoltado y sostenido por el terror, y
de que á este sucediese una dictadura mi-
itar,


, la cual enmedio de grandes bienes
)reparó á aquella nacion sus últimas des-
tracias y la espuso á perder , no sol) su
ibertad . sino hasta su existencia política,




2.00
fue que ni en una ni en otra época hu-
bo verdadera libertad de imprenta. Du-
rante la efervescencia revolucionaria que
se siguió á la cuida del • trono , ¡ay del
escritor que se hubiese alrevido no ya, á
defender la monarquia, pero á manifes-
tar siquiera la menor duda sobre si el go-
bierno republicano porfia convenir á una
nacion de veinte 'y cinco millones de ha-
bitantes! La guillotina era la respuesta :á
cualquiera verdad que desagradaba á los
demagogos. ¿Y á quién fue permitido ba-j o el imperio clamar contra los descabella-
dos proyectos y las brillantes injusticias
del guerrero que ocupaba el trono ?
bertad para hablar en favor del sistema do-
minante la tienen hasta los. turcos; y aun
la inquisicion jamas condenó ninguna obra
en que se alabase la humanisima inven-
cion del santo-oficio. La verdadera liber-
tad de imprenta consiste en que el sa-
bio y el filosofo puedan proclamar 'en
blico grandes verdades, y el necio y el
preocupado puedan defender sus sandeces
y sus opiniones por absurdas que parezcan;
y nosotros no creerémos que existe en nin.
gun pais mientras al lado de los escritos
mas liberales no se puedan publicar tata-


207
bien los delirios del mas estúpido servil..
¿hay uno que se empefia en probar que'
lejos de suprimirse los fray les deberá fun-
darse un convento en. cada pueblo en que
no le "hubiese; que todos los patrimonios
deberian amayorazgarse; que el clero se-


,


cular deberia percibir no solo el diezmo
sine el quinto de todos los frutos de la
tierra? Pues que lo imprima libremente,
y que por este hecho solo , si por otra par-
te no conspira contra el gobierno esta-
blecido , nó se le persiga ni moleste. Se-
fior, que sus doctrinas son (Troncas , an-
tiliberales, perniciosas.—Pues impugnarlas,
combatirlas, y oponer el antídoto al vene-
no; pero quemar al autor de ningun mo-
do : reservense tan victoriosos argumentos
para la ' lógica de los inquisidores. Imite-
se la conducta de los Estados-unidos de
América, unieo pais en el inundo en que


• existe la verdadera libertad de imprenta;
pues aun en Inglaterra la acusacion de li-
belo deja bastante campo la arbitrarie-
dad. En América cada uno es libre de so-
ñar y delirar en política , en legislacion y
en economia como se le antoje: y como
él obedezca practicamente á las leyes del
pais y á las órdenes de los magistrados;




n03
bien puede escribir cada dia un'tonío
folio para probar teoricamente que el me-


jor gobierno posible es el de Marruecos
ó Constantinopla : lo único á que se espo-
lie es á pie se rian de él ó le tengan
por demente. Es pues indispensable , si
no queremos mudar solo de nombre


. pasar de un despotismo á otro, que entre
nosotros puedan los serviles hacer profe-
sion pública de servilismo, con tal que no
maquinen ni conspiren contra el gobier-
no• actual : y lejos de que esto pueda des-
truirle , seria de desear que 'escribiesen. Las
respuestas victoriosas que se darian á sus
escritos acabarian de ilustrar al pueblo, y
sePultarian en ignOminioso olvido los so-


. fisMas de las preocupaciOnes. En Francia
ha habido un año de verdadera libertad de
imprenta , y se ha estado viendo que al la-
do de . la Minerva , las Cartas normandas,
la Biblioteca histórica , el Aristarco y otros
periódicos liberales , salian el Conserva-
dor, lá Bandera blanca , el Cotidiano 'y
otros parecidos ; y que junto al curso de
política cOnstitucional de Constant se anun-
ciaban las obras de Boñald. Y bien , d quién
ha sido el que pidió que se coartase es-
ta libertad , á lo menos con respecto á los


fao9
eri


• Fueron los liberales, los fi-p6diárs"P
lósofos ? No por cierto: fue el ministerio,
fueron los ultras y palaciegos , por mas
que Chateaubriand aparentase defender la li-
bertad ilimitada. quién.-sostuvo esta en
ambas cámaras contra el empeño de los
ministros ? Los diputados y pares, de cu-
yas buenas ideas no es permitido dudar.
Libertad absoluta de imprenta es la mas
poderosa garantia contra todo género de
despotismo, y ella sola bastaria para
pedir que se establezca ninguno. Decimos
esto , porque estamos viendo con dolor
que los que se llaman entre nosotros pa-
triotas puros, liberales por escelencia , fi-
lósofos por antonomasia, no solo se enfu-
recen contra cualquier escritor que no ha-
bla. segun sus ideas ó sus intereses , sino
que aplauden que se quemen sus escritos,
y desearian que se hiciese lo mismo con
los escritores :,y creen que han demostra-
do la justicia de tan inquisitoriales proce-
dimientos con decir que los tales autores ó,
periodistas son serviles. En primer lugar
esta es una atroz calumnia que ni se ha pro-
bado ni se probará porque en los perió-
dicos á quienes se hace' esta acusacion no
se citará un solo principio , una sola má-


TOMO x11.




210
xitna que no sean conformes al. mas puro
é ilustrado liberalismo ; pero supongamos
que ellos ú otros sostienen opiniones an-
tiliberales : en este caso ',preguntaremos:
¿ esos escritores han entrado en balaun.
conspiracion secreta para derribar el go-
bierno establecido? ¿andan sobornando y se-
duciendo á la gente para que se levante
contra él ? ¿ provocan abiertamente á la se-
dicion , á la desobediencia 9.7;¿ No son ciu-
dadanos tranquilos y sumisos 9 ¿n O pa-
gan las contribuciones que les correspon-
den? ¿ no ejecutan las órdenes que les con-
ciernen ? Pues ¿ quó mas puede pedirse-
les ? = Es que sus doctrinas son malas. =
Pues impugnarlos, confundirlos y reducir-
los al silencio ; pero dejar en paz las per-
sonas. Lo contrarío es confesar tácitamen-
te y probarlo con los hechos, que la li-
bertad de publicar sus opiniones garanti-
da por. la Constitueion á todos los españo-
les existe de. derecho y en el testo de la ley,
pero no en el hecho ni en la práctica.


4.° Lo que sobre todo hizo degene-
rar la revolucion francesa en una insen-
sata demagogia, fue el cinismo que se in-
trodujo en las clases altas á pretesto
igualdad'. Esta, como hemos dicho en otra


I I
ocasion , no destruye ni puede destruir ni
conviene que destruya la utilisima desi-
gualdad que establecen entre los ciudada-
nos el talento, la instruccion., la educacion,
la moralidad y la profesion y clase á que
cada uno pertenece. Pretender pues que
porque la ley los declara iguales, el hombre
finamente educado ha de buscar por ami-
go al grosero matachin del Rastro, el lite-
rato ha de entrar 'en' la taberna ;Con el
manolo, el criado ha de tutear'


,k. siú-amo,
el general ha de dar el brazo abranche-
ro en el paseo , y el magistrado ha de sen-.
tar á su mesa al ejecutor de la justicia ; es.
destruir en el pueblo bajo toda idea de orden,
de gerarquia , de respeto á los superiores y
de decencia pública : orden, gerarquia, res-,
peto y decencia , sin los cuales no pueden
existir las sociedades.


Otros muchos
•. puntos pudieran señalar-.


se en que es preciso que nosotros haga-
Laos lo contrario de lo. que hicieron' los
franceses, si no queremos caer 'en ',la anar- -
quia popular 6' en- la dictadura de un guer-
rero pero los límites de• este artículo • no
permiten señalar todos los escollos en
que naufragó la libertad francesa 'y -debe.-
mos nosotros eWtaw. :Tal vez tendremos: to7,




212
davia ocasion de tratar este punto con mas
estension. Por 'hoy concluiremos con una
observacion del célebre Lanjuinais en su
escelente tratado sobre la carta constitu-
cional de Francia ; y es que entre las varias
causas que contribuyeren á inutilizar y
destruir la Constitucion de 1791, y traje-
ron la dominadon jacobínica, fue la tác-
tica empleada por los enemigos de la revo-
lucion .Para desacreditar esta. ¿Y en qué.,
consistia cesta. táctica ? En• provocar y pro-
mover escesos de todas clases- para hacer
odiosa la., libertad. Los aristocratas . y pala-
ciegos 'pagaban ya durante la asamblea cons-
tituyente , agentes oscuros que fuesen á
dar gritos á las galerías y á empellar á los
diputados en pasos estremados y prematu-
ros.. En 93 eran ultra-realistas conocidos
los que con mas ardor predicaban contra
los moderados, y los que al fin lograron
poner en ridículo el moderantismo , y lle-
«aron á erigir en crimen la virtud mas
necesaria en todos los negocios de la vi-
da, la moderacion, el ne quid nimis tan
recoanendado por la sabiduria de todos los
siglos. En el mismo ,aiío fue concertada
en. Londres entre el ministerio y los emi-
grados la gran reaccion de 31 de Mayo que


13.
puso la Francia en manos de los jacobi-
nos. En el año siguiente, tres ex-privilegia-
dos inventaron y pagaron la escandalósa y
sacrílega farsa de la diosa de la razon y
en generalestá probado por una multitud
de documentos autenticos que los enemi-
gos de la ,


libertad buscaron, y por desgra-
cia encontraron, los medios de disgustar á
los franceses de sus nuevas instituciones por
los escesos de la demagogia, y lograron se-
parar de los intereses de la revolucion á


. un gran número de personas prudentes y
tranquilas., que al principio hablan abra-
zado con gran calor la causa pública , y
que engallados por aquellas pérfidas intrigas
confundieron luego la libertad con los hor-
rores cometidos en su nombre. Estos
son hechos históricos Confesados y reco-
nocidos no por los ultras sino por hom-
bres cómo Lanjuirlais , testigo y víctima
de las maniobras liberticidas de los aris-
tocratas : y por eso fundados nosotros en
la esperiencia hemos dicho y repetimos
á los que de algun tiempo á esta parte
exageran los principios , promueven des-
órdenes y apadrinan escesos, que ellos con
todo su ponderado liberalismo son los au-
xiliares del despotismo , trabajan sin sa.-




254
berlo en destruir la libertad y son acaso
movidos por manos ocultas, ya nacionales,
ya estrangeras, que ensayan en Espalia la
misma táctica que Pitt y los emigrados em-
plearon en- Francia , y con éxito tan feliz.


215


Reflexiones sobre el discurso de S. 11. cristia-
nisima en la apertura de la sesion de las


cámaras de 8 2 1


Este discurso es muy notable , no solo
por las cosas que dice , sino también por
las que calla.


Esta es la primera vez desde la res-
tauracion que no se ha hablado en el
discurso real de apertura de las divisiones
de opinion y partidos políticos. Solo se di-
ce que las pasiones se van calmando , y que
el trono es y será el defensor de las liberto._
des del pueblojrances. Por consiguiente, pa-
rece que no siendo . necesai ias las leyes
le escepcion donde las pasiones se van
almando , y debiendo ser el monarca el


defensor de las libertades públicas, cesará
en esta sesion el . escándalo periódico que
los ministros han dado anualmente pidien-
do la censura de los papeles públicos y la
ley contra la libertad personal en todas las
sesiones anteriores. Cuan- do el gobierno se
convenza de la inutilidad de la dictadu-
ra que ejerce, se apresurará él mismo á




ta6
abdicarla . ; .y tenernos motivos fundados pa-
ra creer que esta época ha llegado ya. Si
no, carece de sentido la frase : el trono es
defensor de las libertades.


Permitasenos esplicar con alguna esten-
sion el valor de la palabra libertad en los
pueblos modernos de - Europa la diferen-
te acepcion que hoy tiene, comparada con
la ,que tenia en Grecia, Roma, Cartago y
damas estados de la antigüedad.


La libertad para un ateniense ó un ro-
mano no era mas que la participacion del
poder. De aqui la lucha perpetua entre la
aristocracia y el pueblo de aquellas célebres
repúblicas. Y debia ser asi. Los esclavos la-
braban las tierras y ejercían las artes: los
amos no tenian mas empleo que gobernar.
Cuando alguna faccion ó algun hombre se
apoderaba de la administracion , la libertad
perecia : es decir, no se tenian por hom-
bres libres aquellos que ó no participaban
del poder ó les estaba negado el camino
para participar de él. La libertad de Ate-
nas murió en Queronéa: hl de Roma con
Tiberio Graco ; porque desde la muerte de
-este tribuno hubo siempre una faccion ó un
hombre que dictaba la ley, y que separa-
ba del -gobierno á la masa de los ciuda-
danos.


217
Cuando en una república, como fue-


ron las de la antigüedad, se pierde la liber-
tad política es decir, la participacion del
poder', se deben mirar como perdidas las
libertades civiles, es decir, la seguridad per-
sonal y real. Caton y Bruto se dan la muer.
te apenas son vencidos: lo que prueba,
que su existencia como ciudadanos estaba
ligada- á los derechos políticos, y su exis-
tencia como hombres, la miraban con des-
precio. Por otra parte, ó no esperaban pie-
dad del vencedor, ó está vergonzosa pie-
dad irritaba á los que poco antes habian
sido señores del universo. Un romano era
un hombre destinado á mandar...


«Tu refiere imperio populós , roumne, memento. •


La idea 'de la libertad en los pueblas
modernos de Europa es muy diferente:
Es compleja; y si la analizamos, veremos
que se compone en casi su totalidad de
los derechos civiles y de una pequeña por-
clon de los derechos politicos; y esa la que
sea necesaria para dar garantia á las pre-
rogativas civiles. Por ahora no tratamos
de comparar un sistema de libertad con
otro : solo esponemos un beche que es no-
torio á cualquiera que examine con aten-




218
cion el estado actual de las sociedades
europeas.


No hay esclavos que labren la tierra
ni cultiven las artes. Todos los objetos de
necesidad , placer y lujo son producidos
por ciudadanós. Este es un hecho, del cual
resulta necesariamente, que la inmensa ma-
yoria de los individuos de un estado es-
tá incesantemente ocupada en producir,
en aumentar su riqueza con la industria y
el comercio y en crear nuevas fuentes de
placeres y de opulencia. Estos no tienen
lugar para gobernar.


El estado actual de la civilizacion se di-
rige á terminar los odios y'hacer menos fre-
cuentes las guerras entre las naciones, ó
cuando desgraciadamente las haya, á ha-
cerlas menos funestas para la humanidad..
Hay ciencias, hay artes, cada dia mas di-
ficiles de estudiar , porque cada dia pro,
duce nuevas invenciones. Hay placeres, hay
sociedad 'doméstica, casi desconocida en-
tre los antiguos. Ahora bien , los que quie-
ren gozar ó estudiar ó consagrarse al bien
de su familia, no tienen lugar para gobernar.


La ciencia del gobierno es en el dia muy
complicada. Necesita de un estudio pro-
fundo en los ramos de diplomacía, legis-


219
lacion , economia , y de una esperiencia
que sirva de quia en las aplicaciones.. Po.:
eos son los que tienen aquel estudio ni es-
ta esperiencia ; y por consiguiente no son
muchos los aptos para gobernar.


Ultimamente , la Europa se halla di-
vidida en grandes naciones, diseminadas en
vastos territorios. El mismo derecho tiene
para participar del poder el habitante de
frun que el de Madrid : pero ¿ cómo reu-
nirlos? Es imposible que todos los ciuda-
danos vengan á los comicios para gobernar.


Infieree pues del estado actual de las
naciones europeas , 1.° que no es posible •
llamar á los ciudadanos á que ejerzan el
poder, corno se hada en Atenas: 2. Q que
aunque se les llamase, vendrian muy po-
cos, porque la mayor parte estan demasia-
do ocupados con sus negociós domésticos:
3.Q que de los que viniesen solo un cor-
to número seria apto para gobernar, porque
no son vulgares los conocimientos necesa-
rios para ello.


Por esa razon las naciones libres de
Europa,-ó las que aspiran á ser libres, no
piden que se les entreguen las riendas del
gobierno , sino que se les den las garan-
tias necesarias para asegurarse de que los




220 .
que gobiernan no violarán los derechos civi-
les, esto es, la libertad personal, la pro-
piedad y la libertad del pensamiento. En
efecto, ¿qué piden las naciones á .


sus go-
bernantes? Constituciones, es decir, repre-
sentacion nacional, independencia del O-
der judicial, igualdad ante la ley y respon-
sabilidad del ministerio. Y ¿qué son estas
instituciones? Garantías, y nada mas. La
nacion no se queda con ningun poder, yo-
dos los delega; pero'quiere delegarlos de
tal manera, que . esté segura del buen uso
d.e ellos,..


Los derechos políticos que réclama la
Europa, estan todos subordinados á los ci-
viles, y debe ser asi, porque á un ciuda-
dano particular no le importa, como im-
portaba á los romanos , ser consul , pretor


senador; pero le importa y muy mu-
cho• ,no poder ser atropellado en su per-
sona ni en sus bienes , tener espedito' el
uso de la ,lengua , y no temer mas que
á sus delitos. En una palabra, la vida de
los antiguos era en el foro; la nuestra en el
recinto de nuestras casas. Para ellos la li-
bertad política era todo; para nosotros es
mas importante el goce tranquilo de nues-
tros bienes, nuestra industria y nuestro
pensamiento.


225
Esto entendido asi, no Concebinios por


qué el gobierno frances ha solicitado du-
rante seis arios esas tristes leyes de cseep-
cion , que atacando directamente las liber-
tades civiles, han concitado sucesivamente
contra él todos los partidos. ¿Hay en ellas
algun elemento de poder? No. Nosotros ob-
servamos que á pesar de la censura de los
periódicos, se escriben .circulan por Fran-
cia y por toda Europa escritos en los cua-
les estan consignadas , y á veces con bastan-
te dureza , las. mas graves acusaciones con-
tra los ministros. ¿De qué les sirve pues el
silencio forzado de algunos periódicos?'


¿ De qué les sirve tampoco la facultad
de encerrar á quien quieran , si en un
pais como la Francia es imposible ejercer-
la 'impunemente en toda su latitud? ¿Po-
drán encerrar á todos los que no quieren
bien á los ministros? ¿'Creen que podrán.
por ese medio sofocar algunas conspiracio-
nes ? ¿Ignoran acaso que lós verdaderos
conspiradores no gritan ni escriben ?


Entreguen ya de buena fe .en manos
de la Francia esa constitucion que tie,
nen como presa y encadenada con sus le-
yes escepcionales: restituyan á los france-
ses sus derechos civiles; no piden otra co-




222
sa: con ellos vivirán satisfechos; porque ellos
son. la necesidad esclusiva de la presente ge-
neracion : y la prueba es que tanto los ultras
como los liberales piden ya á gritos la eman-
cipacion de las libertades de Francia : estos
por una consecuencia de su doctrina: aque-
llos por no sufrir el yugo ministerial, si aca-
so alguna vez volviese el gobierno á hacer
alianza con los liberales. Todos, sean cuales
fueren sus opiniones políticas, piden garan-
tias, porque todos preveen que llegará el
caso en que las necesiten.


Tampoco hay en el discurso de S. M.
una -sola espresion que ni aun violenta-
mente interpretada manifieste la menor
aversion á las doctrinas y al. partido libe-
ral , lo que reunido á los, virulentos ata-
ques -que en la actualidad estan dando los
realistas contra el ministerio., podria dar
esperanzas de una proxima reconciliacion
entre el gobierno y los liberales. Fiévée
aconseja mas bien la de 'liberales y rea-
listas, y nosotros creemos que tiene razon.


El rey asegura en su discurso que las
relaciones de • Francia- con las potencias es-
traageras son de • amistad , y que tiene • fir-


- me confianza de que continuarán Siendolo.
Acerca de los acontecimientos de Grecia,


223
espera que las calamidades del oriente ter-
minarán en breve, y que la prudencia y
buena armonía de todas las potencias halla-
rán el,medio de satisfacer cí ,


lo que la re-
, la política y la humanidad pueden


exigir con justicia.
En efecto no se 'necesita de"poca pruden-


cia para combinar cosas tan' contrarias se-
gun - el estado actual de la Turquia.


• En primer lugar la humanidad exige,
óo emancipar enteramente los griegos, ó si
han de quedar bajo el poder de los tur-
cos, establecer tales garantías qee se halle
el gobierno del gran sefier imposibilitado
de rePetir las escenas horrorosas de Cons-
tantinopla , Esmirna , Ciclonia y Chipre.
Ahora- bien , para imponer este freno al
divan , á los genízaros y á los fanáticos mu-
sulmanes . , se necesita tina fuerza. Quién
la dará ? ¿ Será la Inglaterra, el Austria ó
la Rusia ? Esta, esta es la gran dificultad.


En segundo lugar, la política , es de-
cir el interes- del mundo civilizado exi-
ge imperiosamente que la Grecia recobre
su independencia y libertad. La política,
es. decir , el interes de la Rusia exige que -
sus fronteras se :coloquen en el mar Ejeo.
La política, es decir, el interes de la In-




a9.4 •
glaterra, exige que los rusos no pasen el
Bósforo. La política , es decir , el interes
Austria exige .que no se engrandezca mas
la Rusia, y que se compriman los esfuer-
zos generosos de los pueblos que aspiran
á su libertad. Entre tantas políticas dife-
rentes muy dificil será establecer la con-
cordia.
- Nosotros no quisieramos• ver el augus-
to nombre de la religion envuelto entre los
intereses humanos. La religion es un bien
del hombre ; pero es un bien enteramen-
te espiritual, y que no se modifica con las
combinaciones de la sociedad terrestre. Ni
la persecucion ni la proteccion' pueden
abatirla ni engrandecerla. Esta es el alma
del hombre: y á aquel santuario no llegan
los esfuerzos de los mortales.


Nosotros creemos ver en estas espresio-
nes del discurso de S. M. cierta concordia
con las opiniones inglesas en esta Materia.
Parece pues que no hay que esperar que la
Francia se interese á favor d& la emanci-
pacion de los griegos. Repetimos aqui lo
que ya hemos dicho en otras muchas par-
tes de este periódico : las naciones euro-
peas se prestarian todas de buena gana á
libertar aquel pueblo valeroso y digno de


225
mejor suerte , si no temieran el acrecenta-
miento de la potencia rusa. Solo hay un
medio facil y obvio para que los griegos
sean independientes sin que la Europa se
encienda en una guerra crueL,, y es que to-
dos los gabinetes europeos se convengan
en crear entre el Danubio y la isla de Cre-
ta una nueva potencia. ¿No sufren en el dia
á los turcos? ¿no permiten que un pueblo
bárbaro é incapaz de ser civilizado ocupe
una parte tan hermosa <le . nuestro chnti-
nentePPues ¿por qué han dellevar á mal que
se les sustituya una monarquia moderada,
ó una confederacion de gebiernos libres,
compuesta de ciudadanos unidos con el res-
to' de Europa por los vínculos de la: reli-
gion, de las ideas y de las costumbrés?


Uno de los artículos principales del .dis
curso de S. M. es el siguiente : la ("poca
en que os he convocado , y las órdenes que
he dado para que se os presenten cuanto an-
tes las leyes relativas á la hacienda públi-
ca, manifiestan el deseo que tenp,v de que. no
haya créditos provisorios. Las cámaras fa-
vorecerán indudablemente mis intenciones.


Al principio -de las sesiones anteriores
ha pedido siempre el ministro de hacien.:.
da á las cámaras que le autoricen para per-


TOMO XII.
15




1


226
cibir provisoriamente los seis primeros me-
ses de la contribucion arreglada al cánon
corriente , antes de que se hayan discutido
ni deliberado las leyes de presupuestos y
recursos; y ha apoyado esta peticion en la
necesidad que tenia el gobierno de satis-
facer á los gastos corrientes durante la se-
sion ; de donde resultaba que la nacion pa,
palia medio año- de contribucion antes de
discutirse la ley, en virtud de la cual de-
bía contribuir. En virtud de este uso la
dirninucion del impuesto territorial , vota-
da en 1821 , no empezó á verificarse sino
desde julio , debiendo haber empezado des-
de enero. Los propietarios han , perdido
el beneficio de esta diminucion que les
había prometido mucho antes , y que hu-
bieran empezado á gozar desde 182.0 , si
los realistas no hubieran mudado la ley de
elecciones. Antes de tomar esta resolucion
se quería disminuir la contribucion terri-
torial én cantidad de 20 millones, y
borrar de las listas electorales los que se-
gun el nuevo cánon pagasen menos de 3oo
francos. Pero como todo se,-compensa en
este mundo , los ministros declararon que
la diminuciou tio empezaria sino desde ju-
lio., y que el derecho electoral se arregla-


227
ria segun el cánon de i820. Ambos lados
de la cámara aprobaron esta medida.


La concesion de los créditos proViso-
ríos depende e n teramente de la mayoria de
la cámara. Si los ministros la tienen favo-
rable se les conceden ; si no , cae el minis-
terio. Se ve pues que la-cueStion de ;los cré-
ditos provisorios es mas política de lo qué


• parece ; y que ademas de dar Un escánda-
lo anticonstitucional y periódico en la apet-
tura de cada sesion , aumenta los motivos
de encono entre los partidos, añadiendo á
las pasiones que producen las doctrinas,
las que son relativas á los hoinbies , que
ocupan las sillas ministeriales. El .general
Donnadieu declaró en la :sesion pasada, que
para poner. interinamente una parte de la
fortuna pública á disposicion de los minis•
tros , era preciso tener confianza en ellos,
y que él no la tenía. Los liberales entra-
ron tainbien en el plan de


.acusaciones con-
tra él ministerio , y advirtieron con mucha
sagacidad álos realistas el lazo que el go-
bierno les tendia ; llegaron basta»ofreeer
les medios de reconciliacion en el sentido
constitucional. El lado derecho


• de la cá-
mara se burló de ellos, y creyó ser bas-
tante fuerte contra los liberales y contra




228
el ministerio ; mas el crédito 'interino fue
aprobado por 268 votos contra 65.


S. M. prometiendo evitar en lo suce-
sivo la necesidad de semejantes créditos,
ha quitado de enmedio esta nueva man-
zana de discordia y ha dado , al régimen
constitucional la marcha que _debe- tener
en materia de hacienda; porque no se puede
negar que • la anticipacion de seis meses
era especie de- ley de escepcion : y es co-
sa muy dura que la carta constitucional
no se pueda consolidar sino á. fuerza de
ser violada:


Antes de concluir este ariículo, dire-
mos algo sobre el estado de la libertad en
Francia. le consideramos legalmente, no
es satisfactorio. La cámara de los pares
está casi sin crédito , tanto por la prepon-
derancia de los individuos ministeriales, T'
como por el destino que casi esclusivamen-
te se.le ha dado de entender en causas de ,
conspiracion. La cámara de los diputados'
sobrecargada del elemento aristocrático
que le regaló la nueva ley de elecciones,
no es propiamente la representacion de los
intereses, de las doctrinas ó de las opinio-
nes de la Francia , sino de las pasiones
políticas y privadas. La ley de la censura


229
ostruye el camino mas facil y espedito pa-
ra comunicar el pensamiento , cual es el
de los periódicos. Los hombres que no
agradan al ministerio, temen el encierro se-
creto. Ademas de la iniciativa real , mu-
chas trabas reglamentarias , como las lla-
madas al orden y á la cuestion , entorpecen
la augusta libertad de la tribuna. Es líci-
to atacar todos los principios liberales, es
lícito aconsejar á los franceses que vuelvan
al siglo IV ; mas no es lícito dar respues-
ta á los enemigos del orden constitucional
en los periódicos de la oposicion.


Nosotros tenemos mas libertad legal; pe-
ro es menester que tratemos de conservar-
la en el hecho, 'que es en último resul-
tado la libertad que llega á los individuos:
ó sino, ¿ cuál pais es mas libre en el he-
cho, aquel en donde se censuran los pe-
riódicos , ó aquel en que se amenaza al.
periodista con el hierro y el fuego? Yo
podré decir en un opúsculo lo que la cen-
sura me prohibe en un periódico : pero
¿cómo tendré valor para decir mi pensa-
miento ni en un libro en folio , ni en una
cuartilla de papel , si sé que mi libertad
me puede costar la 'vidas La censura es
despótica, es contraria al derecho mas sa-


#0'




2 30
grado del hombre , es una ley de eseep-
cion que es cuanto hay que decir: pero
hay medíos de escaparse de ella. Para los
puñales no se ha encontrado recurso to-
davia ; porque hombre muerto no tabla.


Hagamonos pues dignos de la libertad
que nuestra Constirucion nos concede, es-
tendiéndola no solo á los que piensen co-
mo nosotros , sino á nuestros impugna-
dores; porque la nación española no ha
hecho libre el pensamiento á favor de un
partido , de una faccion , de una doctri-
na , sino á favor de la verdad. Si noso-


_tros tenemos razon , la libertad misma de
nuestros adversarios contribuirá á presen-
tarla con mas vigor y brillantez; y si no
la tenemos , - ganará mucho- la ..macion y
ganaremos mucho nosotros en que...nues
tros errores sean combatidos; porque es mi-
serable el escritor que prefiere el triunfo.
del errer propio al de la verdad agena.


231


TEATROS.


El Cadete y el Preguntan : comedia en
tres actos.


El caracter mas interesante de la pie-
za no es ni el Pregunton ni. el Cadete., Si-
no el Raro!). Un. hombre que espia con
largos infortunios trabajos , con toda
una vida de remordimientos un instante de
inmoralidad; que para satisfaceion de la
culpa de st


juventud socorre•4. los, hom-
bres; que,Viendose burlado y despojado por.


renuncia á ser tenido por. benéfi-
co , pero no -á serio; que padece en su
razon y en su ánimo un disgustoy unadis-
traccion perpetua ; en fin que eón


•. todas
las apariencias del mal genio, osleolfio,
indulgente y bueno, es un. caracter nin•
propio para la escena ; y ,


aunque muy:41-
lea de ejecutar, cuando se consigue tle,9-
cribirle bien , suple todos los defectos " de
la pieza, cuya intriga es novelesca .y
y la versficarion.


coplera y desmayada
Nos volvemos á encontrar enesta.pie




232
za con un médico que lee por encima lo
que está escribizmde el baron, y que no
hace escrúpulo en publicar lo que lee: en
una carta dirigida al cadete , y que su
amante había abierto por distraccion: ¿Cuán,
do se acabará de desterrar del teatro ese re-
curso dramático, no solo com an y trivial, si-
no contrario á las buenas costumbres ? No
hay caso: 'altünó- en qtte"•pueda ser lícito
abrir las i cartade Otro sin consentimiento
de su dtreiío; I nilitY cosa mas fea entre las
personas biereiedneadal,•qUe'atisbar lo que
Otro escribe:"


No sabemos por que el pregunten en-
tra en el título , de la comedia , porque de
nada sirve para la intriga:' es un persona-


.enteramente episódico ,'y á la verdad,
no muy . feliz. Enfria las , escenas 'en lúe
interviene, 3,1a unica donde produce buen
efecto, es en la que fastidia . ía Soba , y la
obliga casi á echarle de su casa. En gene-
ral lostaratteres que catiSa n. tedio á los
denlas de la pieza ,• acaban por fastidiar
tambien al auditorio, el cual adquiere co-
mo por simpatía los afectos de los persó,-
naves, á cuyo favor se interesa.


El cadete es buen hijo, buen amante,
buen militar , y sobre todo buen . hombre:


233
su caracter es muy amable. No le es me-
nos el de la ingénita Sofía , que á pesar de
los consejos de su aya madama Lente!),
no hace una accion ni pronuncia una so-
la palabra en que no se exhale su amor al
infeliz y benemérito Guillermo. Estetarac-
ter está dibujado con mucha finura y cor-
reccion.


Aunque al cadete se le pinta necesita-
do , oprimido de deudas y obligado á re-
currir á la generosidad de sus amigos , y á
recibir beneficios de manos desconocidas;
sin embargo lo sagrado del motivo que
le reduce á tanta estremidad , ennoblece
su situacion, mucho mas cuando se le ve
no tolerar insultos ni aun del padre:de su
Sofía.


La catástrofe es enteramente novelesca.
Descubrese que el cadete es hijo del barón,
y que es imposible su umon con su ado-
rada hermana. Pero el autor no querien-
do dejar afligido á un joven tan interesan-
te, deshereda en un momento S Sofía, y
la hace hija de unos humildes aldeanos, á
quienes socorrió el baron en un trance de
guerra , adoptando aquella niña. Ni mada-
ma Lenten ni ninguno de los criados de
casa sabia!) esta anécdota , ni aun la mis-




234
ma .Sofía , á pesar de haber estado en com-
pañia de sus padres hasta la edad de mas de
diez años. Todo esto es muy inverosimil y
ridículo; pero los, autores de come di ase,, aben
que los espectadores son como los amantes, y
creen con mucha facilidad lo que desean.


El efecto de esta comedia es seguro
siempre que haya un actor capaz de desem-
peñar bien el caracter del bacon , como lo
hay en la actualidad. Si no , será insufrible;
porque ademas de estar casi siempre en la
escena, todo el interés (le la acción y de
los incidentes depende de sus distracciones
y estrava ga ncias.


23)


.Aviso de los editores de este periódico.


En uno de los últimos números del Es-
pectador se dice que en Orihuela han reim-
preso el artículo sobre Asonadas y motines;
inserto en el núm. 61 del Censor, y que con
buen ó mal fin se distribuian muchos ejem-.
piares por aquella provincia. No hemos te-
nido hasta ahora otra noticia confirmativa
de esta usurpacion de nuestra propiedad;
pero no podemos dudar de que en Vich
se ha verificado , porque el usurpador mis-
mo , que se' dice impresor y librero , nos
lo comunica ; y afectando en un estilo tan
selvático y abyecto, corno ladino y malicio-
so (no tiene vergüenza de firmarse nues-
tro mas humilde esclavo), que practica un
Acto muy patriótico , nos anuncia • franca-
mente que va á reimprimir tunhien la
Respuesta- general dada por nosotros á los
impugnadores de aquel artículo, y todos
cuantos le parezcan bien de los que va-
yamos sucesivamente publicando. Sepan
pues los impresores de Orihuela y de Vich,
y cuantos quieran en adelante favorecer-




'236
nos de este modo, que nos quejarémos del
atentad ante los ju'eces competentes con
el mismo teson que lo harian ellos contra
quien fuera á robarles sus prensas,


y sus
libros.


237


ANUNCIOS.


11,7.19.011227.7n752...0


Ciencia de la legislacion : obra escrita eni
italiano por el caballero Cayetano


, nuevamente traducida por don Juan Ri-
vera.


• Inutil seria recomendar estas obra : es
tan conocida y apreciada en todas las nacio-
nes cultas que nada podrian decir nuestros
elogios á cuantós la hayan leido ó Jaleyeren.
Asi lo único que debernos recomendar y
elogiar es la nueva traduccion. Para cono-
cer las ventajas que esta lleva á la primera
y -única que se había hecho al castellano,
basta ver en el prólogo del nuevo traductor
la muestra que presenta de los groseros er-
rores eu que por ignorancia ó descuido ca-
yó el primero que se encargó de poner en
espanol el original italiano. Nosotros nos
contentarémos con decir al público que el
antiguo traductor habia vertido respectiva-
mente las palabras italianas, leva (palanca),
vedata (vista ó aspecto), mestieri (oficios),
vaghezza (hermosura ó elegancia); mosso
(movido), appicare (ahorcar), svézzessi (los
suecos), ardito (atrevido), strada (camino),




jt


441


238
avveduto(advertido, sagaz) , valuttá (placer,
deleyte); por las siguientes, aleve, balanza,
menesteres, bajeza, mozo, aplicar, suizos,
astuto, entrada., atrevido, voluntad.


Qué traduccion deba esperarse de quien
llama aleve á la palanca, aplicar a! ahorcar,
entrada al camino y á la hermosura volun-
tad, juzgnelo quien haya saludado los pri-
meros rudiliLentos de una lengua tan fácil
de entenderse como la italiana.


El tomo t.° de la nueva traduccion es-
tá ya de venta en la librería de Sojo: los
denlas se irán publicando sucesivamente y
con la posible brevedad.


De la antolidad real , segun las leyes di-
vinas reveladas, las leyes naturales, y la
carta constitucional de Francia , escrita en
francés por . el Sr. de la Serve, ()bogado 'en
París, y' , traducida al castellano por don An-
tonio Ortiz de Zárate : es un tomo en 8.°
de marquilla,_ y se vende en esta corte en
las librerias de Paz, Collado y Dené.


Cuando á su tiempo anunciamos la sus-
cricion que se abria á esta importante tra-
ducion , recomendamos la obra.; dimos un


239
índice de sus capítulos, y aseguramos que
este tratado de Mr. de la Serve podia mi-
rarse corno un curso de política constitu-
cional escrito segun los buenos principios.
y ahora añadimos que cuando otros asun-
tos mas urgentes nos permitan justificar
nuestro juicio, lo harémos dando el resu-
men analítico de su contenido, y emplean-
do sus mismas palabras en cuanto sea po-
sible, sin añadir comentarios ni interpreta-
ciones, El autor hablará : nosotros no ha-
rémos mas que recopilar su doctrina.


Lecciones, de derecho público constitu-
cional para las escuelas de España: por
don Rainon Salas, doctor de Salamanca:
tomo 2. Q : se hallará con el r.° en la libre-
ria de Sojo.


Para recomendar esta obrita , basta anun-
cia• que ha sido va adoptada como testo en
el ateneo español. —Nosotros daremos tam-
bien cuando nos •sea posible, el estracto de
este torno 2.° como ya dimos á su tiempo
el del i.°




t
r


240
Cuentos á nzi hija, escritos en frances


por J. N. Bou*, y traducidos al castella-
no por D. P. F. y C.


Es una coleccion de cuentos dirigidos á
la instruceion de la juventud , y que puede
ponerse en sus manos , no solo sin el pe-
ligro que ofrecen otras . obras de esta cla-
se , sino cen mucha utilidad. La moral que
en ellos se enseria es pura, y los afectos que
se inspiran benéficos, tiernos y humanos.
—Dos tomitos en 8.'


Segunda impresion del cuaderno_que en
• elogio de Bonaparte se publicó despues de


su fallecimiento en la ciudad de Barcelo-
na con el título de A la buena memoria
de .117apoleon, el bendfico, un español agra-
deeído.-- Se vende en la libreria de Ro-
driguez , calle de las Carretas.


C E 1\ SO E.9


PERIÓDICO POLíTICO Y LITERARIO‘'


N." 7o.
SA.BADO I° DE DICIEMBRE DE 1821.


Cómo se impugnan los artículos del Censor.


flan eLnúmero 223 de Espectador se lin
nsertado una impugnacion á las reflexio-
es sobre los últimos sucesos de


• Zarago-
a , Cadiz eet., insertas en el número 68


lel Censor, que copiada literalmente dice
si :


«El orgullo nacional se resiente al leer
antos y tan continuados improperios di-
igidos sin interrupcion por unos cyantos
etractores á un pueblo que ha mostrado


virtudes heroycas en todas épocas , y con
particularidad en la presente.


»Ciertos hombres , que semejantes á los
condenados•; quisieran que todos participa-


TO110




n42
sen de su infamia y abyeccion , se han
empellado que porque ellos tienen un feo
borran en su conducta, lo tenga tambien
la historia de nuestra libertad ; y para ello
se esfuerzan á hacernos pasar á los ojos
de la Europa por los mayores monstruos
de la tierra. Sin embargo, esto es mucho
mas dificil de lo cine ellos creen. Los es-
critos de la faccion antipatriótica no se-
rán los documentos que sirvan para la for-
inacion de nuestra historia; otros hay que
merecen mas crédito , y no faltarán plu-
mas de hombres amantes de la nacion y
que. han tomado parte en su causa , que
por su gloria se consagren á este noble
trabajo. Asi pues si la dañada intencion
de los a ft ancesadcs del censor y del Im-
parcial se limitase á este solo objeto, esto
es , á deprimir á la patria, al patriotismo
y á los patriotas , el mal no seria estraor-
dinariamente grave ; pero el designio (le
estos escritores venales y mal intenciona-.
dos es sin duda mas perverso y sangui-
nario todavia. Un artículo que se supone
dirigido. desde Vitoria y firmado por uno
que se dice miliciano voluntario , y que
no es sino un afrancesado del Imparcial,
nos •despeja la incógnita. En este artículo


243
que se insertó en el número 6t <le aquel
periódico, se invita á todos los amantes
del orden á apoyar al gobierno (esto es
al ministerio actual), r marchar á estermi-
nar con el hierro y el fuego esa faccion anár-
quica , feroz y sanguinaria, y á morir ma-
tando en defensa de la patria. (1).


•En nuestro sentir, esto no se dirige á
otra cosa que á llevar á cabo un plan in-
fernal y propio de la pureza y candor de
los que lo han concebido, y nada ten-
dria- de estraiio que en algunos puntos de
.Espaiia se viese el dia menos pensado es-
tallar una especie de •cruzada contra. los
liberales, en la cual se saliese gritando vi-
van el lit:y y la Conste* tacion , y mueran los
jacobinos. Ya se sabe que bajo esta deno-
minacion se comprenden los sugetos mas
conocidos por liberales y que mas parte.


(1) »En tiempo (le la dominacion intrusa decían es-
:os mismos escritores en sus papeles: españoles, sal 3e-
mos la patria ; esterminemos á esos bandidos que en
nombre de un ¡turban proclaman el pillase y el saqueo!
Esto decían mientras ellos nos saqueaban. Esto es
lo que se llama decir á tiempo suelta la capa la-
dron. ¡ Un afrancesado y del Imparcial morir por
la patria!!! ¡Y esto lo escribe en el afic, 'A ! Ubi-
:{141/1
sumos'


4:




cloqueo, no tiene siquiera el mérito de la
novedad. Sabido es de todos los españo-
les que los mismos que ahora llaman ja-
cobinos y anarquistas á los liberales, de-
cian y escribian en tiempo de su rey pe-
pino , viva España y mueran los bergantes
y jacobinos. Bergantes y jacobinos eran. en-
tonces los O-Donells, los Minas, los Ralles.
teros , los Argüelles , Antillones y otros
ilustres patriotas , y en el dia lo son los
mismos, y ademas los Riegos , los Qui-
rogas , los Escovedos, Velascos , Callara-
vas , Gastos , Golfines y cuantos aman á
su patria.


que dude todavia de esta verdad;
lea despues del artículo citado el discur-
so inserto en el ultimo número del ('en-
sor, intitulado: Algunas reflexiones sobre los
últimos sucesos de Zaragoza, Cadiz , la Is-
la y , y alli verá el colmo de la ma-
la fe, de la iniquidad y de la superche-
ría , con que afectando sus autores, segun
costumbre, patriotismo y celo por la can-


345
sa pública, se predica la division


. , se siem-
bra la desconfianza entre los ' llberales , se
alarma y escita el furor de los serviles, se
eslizerzan los argumentos" en que ellos Jisn-
dan su odio 4 la libertad , se les amplian las
razones en que se apoyan para justificar su
adhesion al despotismo , se invita á los co,
frades de la santa-alianza á echar una mi-
rada benigna sobre la España que la re-
clama de su .


piedad con alguna mas ur-
gencia que .Nápiiles y Turin , y por últi-
mo se nos pone de manifieste la necesidad
de armarnos unos contra otros para evi-
tar .01 ,


establecimiento de una república
bespierrina que está ya dispuesta, amasa-
da y corriente.


»En este saversivo discurso se dice 'que
el 24 de octubre proximo pasado será un
dia memorable en los sangrientos fastos de
la reaccion jacobínica. ¿Qué estrangero al
leer esta mentira sacrílega no creerá que la
nacion española ha mancillado en aquel
dia su gloria haciendo correr arroyos de san-
gre? Pero no es esta sola la impostura atroz
que se lee en este incendiario papel. Su=
ponese inicua" y maliciosamente, y contra
el convencimiento íntimo de ,


los mismos
autores, que se trata dé trastornar- el gobier-


244
han tomado en la causa de la patria. Este
plan, contra el cual (por si acaso fuere cier-
to) estan tomadas las convenientes precau-
dones y que pudiera 'muy bien tener el
desenlace de la comedia de Aman y Mar-




.246
no monárquico establecido por la Constitu-
don, para sustituir -una repábhca: que se
quiere abrir lin club


-C12 cada barrio : espa-
triar ;inri docena de obispos: deponer arbi-
trariamente las cuatro quintas partes de los
jueces togados y como la mitad de los de
primera instancia.: ahorcar (a) al instante á


, Freyre y consortes, Grinzarest y los
suyos y damas presos que se hallen en todas
las cárceles del rey-no poreonSpiradores con-
tra el sistema: eclzar,de Espaha á todos los
arte sirvieron bajo el gobierno intruso : depo-
ner en todos los ramos á los empleados que
no son adictos, 'esto es, exaltados r ti agalis-
tas, y por último que se conspira á enviar
á Filipinas , Canarias y danzas islas á todos
los canónigos, clérigos jrayles y militares,
nobles y ricos , á, despojar al Bey de la co-
rona, des 9itir las Cortes' y el consejo de es-
tado , y nombrar un dictador.-- .! ! !


»,Puede darse mayor infamia, superche-
ría Mas atroz , ni iniquidad mas horren-
da que la que ' se descubre en todo este ca-
lumnioso y suversivo periodo ? d Puede
eseogitarse un modo mas procaz é inso-


(i) •Ya no existe la horca ; pero los censores la
conservan todayia aficion.


t.,


247
lente y mentiroso de insultar á la nacion
entera? El hombre mas• estoyco pierde la
calma y se llena de indignacion y furor al
considerar toda la malicia y todo el vene-
no de estas absurdas y detestables suposi-
ciones. ¿Qué es esto mas que decir á los
serviles: «armaos inmediatamente para de-
fender el trono , el altar, vuestras propias
vidas y la de vuestras mugeres y vuestros
hijos que peligran : apresuraos á destruir
esa libertad que tantos males acarrea, y á
cuya sombra se maquintin trastornos, robos,
saqueos y derramamiento de sangre ? El
despotismo os garantía al menos la pacífi-
ca posesion de vuestros bienes, la tranqui-
lidad de vuestras familias y la seguridad de
vuestras vidas ; y menos malo era estar
espuesto á ser encarcelado arbitrariamente
alguna que otra vez, y sacrificar una par-
te de vuestros caudales á saciar la avari-
cia de un magistrado prevaricador , que te-
ner la vida continuamente espuesta á ser
víctima de los espaIo/es jacobinos." Esto
es traducido literalmente al lenguage ca-
nilla-t. lo que quiere decir el Censor, solo
que no se atreve á decirlo tan claro.


Estaba reservado al agente de la poli•
cia del sanguinario Arribas, al gacetero de


• C,




248
Sevilla, preconizador odioso de un usurpa-
dor y detractor infame de .su rey y de sus
compatriotas, á . los editores en fin del Ce
sor y el Imparcial, alimañas de que se de-
biera purgar á la España , ecos de la ver-
dadera faccion liberticida: estaba , repeti-
mos , reservado á estos monstruos venir
en el alio 21 á insultar el patriotismo con
los mismos improperios que en el alio i2; á
ellos estaba reservado el encargo de dis-
famar la revolucion mas gloriosa que han
visto las naciones ; y á nosotros estaba
reservado el tener tanta paciencia!


»Es de esperar que Escovedo, Velasco,
Tauregui y otros centenares de ilustres pa-
triotas, tratados de facciosos por los tray-
dores del Censor , pues se dice en él que
las representaciones en que han estampa-
do sus firmas, son representaciones y escri-
tos de la faccion anárquica y jacobina , de-
latarán ante la ley este infame , incendia-
rio y ,stivetsiv o periódico.


Pero hagamos , aunque muy de paso,
algunas ligeras observaciones sobre el con-
testo del discurso en cuestion , ó sea pro-
clama á los serviles. Dice su autor que se
quiere abrir un club <5 sociedad patriótica


.
en cada barrio. ¿Quién ha intentado. se-


249
mejante cosa, cómo , y en qué pueblo de
la peninsula ? Que se quiere espatriar una
docena de obispos : ¿ qué gestiones , y por
quiénes se han hecho para esta tropelía?
Añade que se quiere deponer arbitraria-
mente las cuatro quintas partes de los jue-
ces togados, y como la mitad de los de pri-
mera instancia : no se quiere que sean de-
puestos arbitrariamente los .jueces ; pero se
ha clamado y con razon por todos los aman-
tes de su patria en representaciones dirigi-
das al Rey por la pronta y recta al:1i-
nistracion de justicia ; porque este mismo


rt vicio del poder judicial fue una de las cau-
sas que mas poderosamente contribuyeron
á robarnos la Constitucion .en el año ¡4.
Pedir justicia
es ' pretender atropellar


los jueces ?
Supone inicuamente el Censor que se


quiere ahorcar inmediatamente á Elío, Frey-
re , Grimarest y los suyos




A quienes
se debia ahorcar inmediatamente era á los
editores del Censor, y ganaria mucho mas
la causa de la patria que ahorcando á Ello
ni á G-rimarest: muchisimos infelices han
pataleado en la horca con mucho menos
motivo. Pero de buena fe, señores censo-


oi
res,


quién han oido ustedes confundir árC




25o
Ello y Grimarest ni tiernas conspiradores
con el desgraciado y honradísinio Freyre
que en su vida conspiró ni contra la pa-
tria, ni contra su libertad? ¿Por qué no
han colocado ustedes al Abuelo, Morales y
deliras de su laya con Elio y Grimarest?
¿Por qué? porque esto seria hablar de bue-
-na fe; y lo que se quiere es alucinar á los
incautos con sofismas ridiculos, presentan-
do censo comprendidos por los jacobinos
en una misma categoria á los malvados con
los hombres de bien , y como


Les sots depuis Adain sont enrnujorité,
los concitadores'sangyinario s de la'erédu-
Ia pueden lograr por este
medio falaz hacer caer-en el lazo á los que
no saben deslindar la verdad y la mentira.


«Sienta tambien el Censor que se quiere
echar de España á todos los que sirvieron
.bajo el gobierno intruso. Ningun liberal
ha pronunciado hasta ahora semejante ab-
soluta: mucho ganaria España con que los
hombres que fueron mas criminales bajo el
gobierno intruso, que son cabalmente por
mas despechados los que mas ingrata y
vilmente se han conducido despues de su
vuelta, hubierais ocultado su ignominia


lí•


2.5 r


para siempre al otro lado del Pirineo, y
no se verla T ' izas en- el dia tan .


estravia-
da la opinion; pero se sabe que no todOs
los que siguieron aquel Partido se decla-
raron tanto contra la patria, como esa fac-
cion miserable á que pertenecen los edito-
res del Imparcial y del censor; de consi-
guiente la epinion de los liberales , ó sets
de los jacobinos , hace á unos y otros la
debida.


justicia.
«No merece refutacion aquello de des-


terrar los clérigos, frayles, militares, pro-
.. pietarios . ricos, despojar al Rey de la coro-


na , establecer la república etc. : todo este
.parrafo está copiado casi literalmente de la
.dtalaya de la Mancha, de uno de sus nú-
meros de junio del año 14. Piensa el ladron
que todos son de su condicion, dice un
refran castellano. Como los editores del can-


11 -sor estar acostumbrados á faltar á sus ju-
ramentos y á mudar de amo como quien
muda de camisa , creen que á los •demas
nos sucede lo mismo en punto á mudar de
gobierno : ellos acostumbrados á no creer
en otras obligaciones que en las que les
proporcionan mayores comodidades, miran -
con un sacrílego desprecio la solemnidad
del juramento, y nos suponen á los libera-




252
les capaces de perjurio: solo asi ,
una falsa suposicion á ciencia cierta , pue-
de concebirse el cómo estos agresores dis-
frazados de la libertad de la patria han podido
estampar absurdo tan estupendo. Los libera-
les hemos jurado todos Consti tu eion y Rey,,y
Constitncion y Rey defenderemos basta mo-
rir. Si efectivamente hubiese algun mente-
cato ó malvado que pretendiese que seme-
jante quimera es realizable en España , ó
que aspirase bajo este especioso pretesto á
envolver la patria en ruinas y en 'estragos,
los liberales todos, los que arrostrando pe-
ligros y fatigas y con esposicion de sus vi-
das han restablecido el sistema . constitu-
cional, serian. los primeros , como mas
interesados en la conservacion de su obra,'


exterminar semejante' monstruo , y no-
sotros hemos dicho antes de ahora que
seriamos los mas prontos á volar á su es-
termi O io.


«Si el patriotismo , corno hipócrita é in-
famemente supone el censor, es el que di-
rige su phuna , ¿cómo es que no combate
las tropelias cometidas .en Alcañiz contra
los milicianos nacionales de aquel pueblo,
apaleados, apedreados, heridos yemaltrata-
. dos por los serviles al .grito de mueran los


herejotes liberales , jacobinos, y viva la •eli-
oion? Córric, no . sa alarma con el eseánda-b c
lo de Logroiio en que se grita por los ver-
daderos facciosos; muera la Constitudon, y se
apedrea la lápida ,.y á la tropa que se opo-
ne al desacato? ¿Cómo no fulmina los ra-
yos de la censura contra los atentados de
Corella? ¿Cómo no combate la rebelion de
Montaner en Cataluña? ¿Cómo no nos avi-
sa de la conspiraeion , que se esta traman-
do al otro lado de los pirineos para des-
truir el sistema? ¿Pero cómo ha de comba.-
tir el Censor acaso sus propias obras? .¿có•
mo le ha de dar cuidado el verdadero ene-
migo de la patria , si la ruina de esta pa-
tria y de su libertad es lo que mas desea,
pues que la está preparando con sus es-
critos incendiarios , y evocando cl genio.
de las furias del serviliSmo para que acu-
dan á destruirla? ¿ En dónde está la sangre
vertida el 24 de octubre-que será célebre,
en los fastos sanguinarios de la faccion ja-
cobínica? ;Im postores! La España -entera .es
testigo de que no se ha derramado una so-
la gota de sangre en este ni otros Bias. ¿A
qué pues decir que será célebre en los sae-
pientos fastos del jacobinismo?


,Lo hemos dicho y lo repetiremos mil:


corno




254
veces: bien saben estos escritores vendidos
en todos tiempos y ocasiones á la causa
peor, que no existe semejante jacobinismo


'ni mas faccion liberticida que la que for-
man ellos mismos; pero conviene que los
serviles. lo crean , que sepan que tienen esa
fuerza mas con que contar, y que unien
<lose unos y otros ensayen un trastorno que
les proporcione ventajas. Conviene á sus
miras maquiavélicas invocar los nombres
sagrados de Rey, trono constitueional, Cor-
tes y patria , y hacer ver que estos objetos
caros á todos los patriotas peligran para ha-
cerlos peligrar en efecto.


' Si el dirigir representaciones al trono,
suplicando la deposicion de un ministerio
que ha perdido la confianza pública, es ja-
cobinismo, dos terceras partes de la nacion
es jacobina.


Concluye el Censor diciendo, que aun
en la suposicion 'de que no haya ni llegue
nunca á haber jacobinismo, no hay /lin=
gun mal en que ellos le hagan odioso, aun-
que izo sea mas que por si acaso.


«esto equivale á decir : aunque nosotros
estamos plenamente convencidos de que no
hay jacobmisino , bueno ser& que combata-
mos esta fantasma , porque asi nos libra-


255
mos de combatir á los verdaderos conspi-
radores y enemigos de la patria que si aca-
so saliesen con la suya , puede que se
acordaran de sus impertérritos defensores;
y si no siempre. será bueno tomar la de-
fensa. <le un ministerio aborrecido de la,
nacion , porque nosotros debemos siempre
ir contra la opinwn pública , y porque si
acaso logramos que este ministerio se sos-
tenga , acaso premiará nuestras adulaciones;
y por último cuando no logremos otra co-
sa que hacer creer á los de la santa alian,
za que la España está inundada de jacobi,
nos•, puede que acaso tornen alguna nic-.
elida para refrenados, y cuando esto, no
suceda , siempre habremos logrado desa-
creditar la marcha de la ievolution de
nuestra patria , t la cual aborrecemos de
corazon , porque no nos dejó disfrutar
tranquilamente de los sueldos , goces y bo-
nores con que un invasor filantrópico,
-y que solo se habia propuesto regenerar-
la , nos 'labia premiado nuestros &stip-
guidos servicios. Este es el por si acaso
del Censor."


Aqui tiene el público la imptignacion
de nuestro artículo, sobre la cual nos abs-
tendremos de hacer .observaeion




a56
ella es su mejor respuesta. Nosotros nos
.Contentarémos con decir á los hombres de
buena fe de todos los partidos que la hayan
leido, lean ó leyeren , despues de haber vis-
to nuestras observaciones : «Asi se impug-
nan los articulos del Censor."


En cuanto á los redactores del Especta-
dOr no podemos darles . una .prueba mas ter-
ininante de lo muy confundidos que nos
ba dejado su impugnacion , que reimpri-
iniendola para que tenga mas publicidad;
y véa todo el mundo cuan juiciosas, cuan
l'irbanas , cuan fundadas , cuan convin,:en-
tes son las que escriben sus elocUentisinias
plumas , y sobre todo con cuanta buena
fe Se citan nuestras palabras y se entien-
den - nuestras aserciones, y con cuan rigo-
r• 03alógiea se deducen de ellas las mas le-
gítimas consecuencias. Continuad asi, ilus-
tres periodistas ; pues aunque nosotros os
pagasemos para que en cada impugnacion
nos proporcionaseis una victoria , no pu-
dierais hacerlo mas á nuestra satisfac-
cion.


Advertimos tainbien á los redactores
del Espectador, que algunas personas han
botado que cuando quieren y no impugnar,
sino maldecir al Censor, escogen siempre


257
el viernes , para que la respuesta no pue-
da salir hasta pasados ocho dial, cuando ya..
nadie se acuerda del artículo impugnado
ni de la impugnacion.


'TOMO 17




258


Sobre la manía de creer que todos los perió-
dicos estan pagados por manos ocultas.


Cualquiera que tenga la paciencia de
leer los periódicos diarios y no diarios que
se publican en esta corte, y vea la prisa y


y- encarnizamiento con que se acusan unos
á otros de que estar) pagados por este , por
el otro y por el de mas allá, se persuadi-
rá sín duda de que aqui hay un pozo ina-
gotable de dinero, de donde se va sacando
á puñados para enriquecer á les que toman
el oficio de periodistas. De aqui nace que
apenas corre la voz de que va á salir á luz
-nigua papel público, llueven las esquelas y
recomendaciones de todas partes, pidiendo
un larequecito para colocar al sobrino, al
ahijado , al conocido de , cuantas personas
tienen relacion con el que se pone al Tren- •
te de la empresa. El uno quiere ser es-
cribiente , el Otro repartidor, aquel dice
que aprenderá á corregir pruebas , el otro
que sabe doblar papel , y todos ó la mayor
parte ofrecen hacer sus traduccioncitas del
francos ó .41 italiano , porque dicen que se


29
han .


ejercitado mucho de algunos años á
esta parte. No hay ciertamente un minis-
tro que esté mas obsediado y adulado que
lo está el editor ,de un periódico en los
primeros días de su publicacion..Los úni-
cos que suelen andar


. algo mas escasos son,
los que han de desempeñar la parte de Va-
riedades , no solo por la mayor dificultad
del trabajo , sino tambien porque como gor-
te mas despierta salie que el mas ó el me-
nos de su estipendio ha de depender de
la mayor ó menor aceptación del periódico.


Estos tales, no así como quiera, estan
seguros de que á ellos no les paga sino un
empresario particular que especula en noti-
cias como pudiera especular en garbanzos,
sino que tampoco les cabe duda de que á
los denlas del oficio les sucede poco mas
ó menos ¿Iiro tanto. A pesar de eso, in-.
mediatamente que á unos cí á otros se les
exalta la maldita bilis, la primera injuria
que se dirigen y que sirve como de descu-
bierta para las domas que han de regalarse,
es levantar el falso testimonio de que el
redactor está pagado por el primero que se
les pone en la cabeza. Unos le cuelgan el
milagro al ministerio, otros. á la santa-
alianza, aquel á los americanos, este á los




• V:
1, •


260
los comuneros, otro S. cierto ricacho tra-
vieso y amigo de bullir, muchos . á los ser-
viles , y no pocos á los embajadores cstran-
ie os.


Pero si se reflexionase con imparciali-
dad, no decimos en la certeza, mas en la
probabilidad siquiera de semejantes impu-
taciones , se venia inmediatamente que so-
lo son dictadas por la envidia de la pros-
peridad agena, ó por la 'mda de repetir
Yen vejamen antiguo y usado entre perio-
distas , desde que se usan periódicos en el
mundo. Debió (le haber sin duda un tiem-
po en que los ministros . tuviesen en su ga-
binete privado una gaveta bien provista de
pesos duros , para irlos repartiendo con
mano franca á los articulistas de entonces;
y aquel debió de ser el siglo de . .oro de los
periódicos y el paraiso terrenállde los im-
presores. Pero el que se acuerde de las épo-
cas que han pasado de treinta anos á- esta
parte y 'con particularidad desde la inva-
sión francesa , ¿cómo puede persuadirse á
que haya seres tan dichosos que reciban
un sueldo pingiie sin mas trabajo que el de
defender disparates? ¿Piensan acaso que los
periodistas son hombres para trabajar al
fiado, ó para permitir que sus pagas se


101
consignen en el crédito público? Pues á no
ser asi , es bien seguro que no haVni minis-
tro ni ministerio capaz de apagar el hambre
del mas desaliñado articulero.


Es singular la repugnancia que tene-
mos todos á confesar la estraordinaria po-
breza en que nos hallamos; y . es (le ad-
vertir que los buenos de los ministros ac-
tuales se dejan calumniar en este punto,
4 de puro vergonzosos, por no ,


atrever-
se á decir.


públicamente que en calidad de
ministros son casi unos pordioseros, y que
se darian con.,un canto en los pechos por
poder satisfacer las mas sagradas obliga-
ciones. Sepa . pues,_ el público español que
acostumbra á .leer periódicos , que np solo
no pagan los urinistros ninguno


• de .íos
que actualmente se publican , sino que re-
cibe algunos de ellos gratis et all:zire , sin
otra retribucion que la de permitir co-
piar algunas órdenes y decretos con cierta
anticipacion. Sepan mas, y es que el dia que
se les quite la gana á los empresarios de
algunos periódicos de hacer esta especie
de galanteria con sus escelencias, no l'ay
ni siquiera un,


ministro que tenga dispo-
nible de los fondos de su ministerio la
cantidad necesaria para Suscribirse á un




262
trimestre, aunque corno caballeros parti-
culares sabemos que tienen los medios y
la voluntad .necesaria para hacer esto y
mucho mas. i• Ay' si . nosotros piidieramos
revelar ciertas anécdotas (ie han llegado
á nuestra •Oticia , y corilose les caerían
los palos del sombrajo á los que tanto
cacarean les


• pagos ministeriales! A los
ministros se .les debe defender en España
por caridad, cuando otros les impuglaan por
impugnar en ellos el 'orden y la Consti-.
tueion; -pero• defenderlos por cálculo seria
el contrato mas .


oneroso •qué podria cele-
brar un periodista.


Lo de la santa-alianza es cosa que can
sa risa; porque aun cuándo supongamos
que tendría medios para hacerlo y que
encontraria'al mas bastante corrompidas pa-
ra tomar e á su cargo semejante empresa,


qué necesidad tenia ninguna alianza es-
trangera , santa ó no santa.', de desprender-
se ni siquiera de un maravedí, cuando hay'
tantos y tantos en España que sin que na-
die les dé nada , y antes bien arruinando;
se ellos mismos y sus camaradas , son ca-
paces de hacer mas daño á esta infeliz na.-:
clon , que cuantos ejércitos estrangeros pue-
den pensar en acometerla ? z Podria-hacer-


a63
se una guerra mas sangrienta á los gobier-
nos representativos que la que les estar!
haciendo todos esos periodizantes de ta-
berna , que nadando entre la sed de san-
gre y el furor del vino, parece que re-
claman á gritos la vara de hierro de al -
gun déspota inhumano ? ¿Puede susci-
tarsele un enemigo mas irreconciliable
í la libertad que .•esos inquisidores de la
vida privada de los funcionarios públicos
y de todo ciudadano que obtiene un em-
pleo , disfamandole y calumniandole sin
otro objeto que el de disipar el prestigio
tan necesario para la obediencia ?


Si la tal alianza se propusiese hacernos
aborrecible la libertad de imprenta , no se-
ria á los periodistas á quienes quisiese cor-
romper, sino al cuerpo de jurados para que
relajasen el frenó de la ley en favor de los
escritores injuriosos. Con solo que logra-
se que quedara una vez impune semejante
crimen , habria logrado ya esclavizar la ley
de imprentas , y entronizar el abuso de
ella. Los jurados que hayan .pronunciado
un solo juicio, sea de absolucion ó de con-
dena, contra la razon general ó contra su •
propia conciencia, no solo han servido de
instrumentos .Ciegos de la santa-alianza, sino




264
que han destruido su judicatura y acaba-
do con la libertad de su pais. No hay que
darle vueltas , ni buscar pretestos ni dis-
culpas fuera del caso-; si por desgracia
llega, un dia en que los españoles se dis-
gusten de la Constitucion , cosa que debe
suceder el dia que se disgusten de la liber-
tad de imprenta, nadie será responsable si-
no los que hayan ejercido el oficio de ju-
rados. Vean estos cómo se conducen en sus
juicios, porque si tal .sucediera , ellos solos
cargarian con la justa odiosidad que aho-
ra • sueñan algunos atribuir á la santa-
alianza.


Por lo que hace. á los americanos , no
dudamos que:podrian satisfacer, si quisie-
sen , el costo de algunos periódicos ; pero
dificultamos mucho que se hayan decidi-
do .á hacerlo. Lo primero porque si se
les suponen .laS mismas intenciones que á los
de la santa-alianza , aunque acaso por el
estrenan contrario , son 'aplicables á ellos
las mismas razones que, acabamos de , espo-
ner en los párrafos anteriores ; y aunque
no se puede dudar que hubo un tiempo
en que sacarOn gran partido del pedantis-
mo auxiliado por el poder, no reconocen
igual influjo en él pedantismo actual , que


265
campea por sus respetos .. Lo , segundo , por-
que en caso de emplear su dinero los ame-
ricanos, parece mas natural que lo i_em-
picasen en impedir que saliesen navios,
que se organizasen espediciones ó que
se nombrasen gefes activos , valientes y
amantes de la felicidad de su patria. Es-
tas empresas por lo mismo que tienen una
eficacia mas inmediata y enérgica, serian
tambien mas dignas de unos conspiradores
poderosos, ya que á toda fuerza se quiere que
haya de haber conspiradores como llovidos.


De los comuneros nada podemos decir
de positivo en cuanto al estado de su ha-
cienda pública; porque ni tenemos el ho-
nor de conocerlos individualmente , ni sa-
bernos el sistema de su administracion.
Pero si se ha de juzgar por analogía . de lo
que sucede en otras asociaciones semejan-
tes, no solo no conceptuamos que haya so-
brantes para pagar periódicos. , mas ni aun
lo necesario para satisfacer él gasto de lu-
ces , casa , portero, correo etc. etc: ; y asi
inclinandonos á creer que la dicha socie-
dad no haya pensado en•talcosa , decimos
sin riesgo de pasar por temerarios, que en
caso de haber caído en semejante tentacion,
aunque se hubiese verificado la primera


ir




.266
cuesta , estarán ya en el dia clamando al
verdadero Dios e! impresor, el papelero,
y cuantos prestamistas hayan intervenido
en . tan disparatada empresa. Digunlo los
perseguidos ; euentento los paduanos.


Aquellos que atribuyen los pagos á es-
te ó al otro ricacho particular á quien su-
ponen personalmente interesado • en soste-
ner un partido , suelen equivocarse del
mismo modo y por el mismo estilo que los
que echan la cuenta sin la huéspeda. Bien
quisieramos nosotros que . antes de dar por
sentadas esas honoríficas calumnias, se me-
ditase con un poco de seriedad la dificul-
tad que cuesta desprenderse de quince ó
veinte mil reales mensuales, que por la
parte mas corta cuesta sostener un perió-
dico, por el regaladó gusto de oir los sil-
vidos y las maldiciones que se dirigen á
sus asalariados. Miren los que asi se espli-
can , que donde se piensa que hay toci-
nos suele no haber estacas, y .donde se sos-
pecha que hay millones y mas millones, suele
no haber mas que trampas y embrollos , que
tienen ea perpétua . zozobra á mas de cuatro
presta ► istasincautos. Miren que un mes se
va en un abrir y cerrar de ojos, que los suel-
dos se devengan con mas facilidad que se


262
ganan , que el papel cuesta un sentido,
que la imprenta es un abismo que se tra-
ga las minas del Potosí, y que los suscri-
tores andan por esas nubes. No es esto de-
cir que no se haya hecho alguna que otra
tentativa , la cual ha dejado ronchas que no
se borrarán tan pronto; sino prevenir qué
no se dé tan facil asenso a semejantes pa-
parruchas antes de consultar á los libreros,
que como gente de conciencia sabrán des-
.engafiar á los curiosos , y contarán tales
cosas que mas bien escitarán la lástima que
no la envidia.
- -


En eso de los serviles, lo mismo olmos
delirar en lo relativo a diarios, que en cuan-
tas operaciones se les atribuyen con razon
ó sin ella. Por un lado se les quiere pin-
tar como unos estúpidos , y por otro co-
mo unos hombres llenos de travesura y
de ingenio. A veces se les quiere hacer pa-
sar por unos tacaiíos capaces de dejarse
ahorcar por no desprenderse de un ocha-
vo, y otras se les pinta como unos pródigos


• que distribuyen sumas inmensas por manos
del primer aventurero. Unos dias se di-
ce que estas aislados , que no cuentan con
nadie y que todo el mundo los aborrece,
y otros se pondera inmensamente el parti-




268'.
do que tienen en todas partes. Ya se les
trace pasar por unos_ cobardes indecentes,'
que no tienen espirita'. para nada sino para
estatve metidos en un zapato , y ya se les
representa como unos adalides impertér-
ritos que .por mas reveses que sufran no
decaen de animo, ni desisten de sus crimi-
nales einpciios. Unas veces se .ies echa en
cara la torpeza y falta de rumia en sus in-
trigas y manejos , y otras se exagera su as-
tucia y . artería , á punto de cine cada uno
de ellos es mirado como un Ulises.


i Válgate Dios por serviles, .y qué di-
ferentes tintas entran en el lienzo de su
retrato! Nosotros que muy desde los prin-
cipios sospechamos que la tal palabrita era
una especie de comodin que se aplicaba
lindamente á todo lo que estorbase para
cualquiera cosa , desde luego quisimos fi-
jar la idea que verdaderamente dehia re-
presentar , para no tener que hacer des-
cricionets tan monstruosas y contradicto-
rias. Entendiendo pues por la denomina-
cion de serviles aquellos que. desean que
el Rey ejerza Un poder absoluto y ar-
bitrario sobre . sus súbditos , y que con
este poder renazcan todos los abusos y
privilegios que han abrumado al pueblo,


asr


269
dijimos lo que necesariamente dirá todo
hombre imparcial , esto es, que hay pocos,
poquisinios á quienes sea aplicable este dic-
tado. Que ademas de ser su número de-
masiado corto, está compuesto de gentes sin
instruccion, sin virtudes y sin talento. Que
aun cuando ellos fuesen capaces de sedu-
cir á alguno que otro incauto con sus lla-
malas doctrinas , , el espiritu del siglo las
rechaza y las hace inadmisibles ; y final-
mente que un servil en el vigoroso sentido
de la palabra es un ser nulo y tan despre-
ciado como despreciable.


Convencidos de esta verdad, .decimos
ahora que semejantes seres no 'Pagan ni
estan en estado de pagar ningun periódi-
co, porque no conocen la importancia de
semejantes medios , y porque aunque los
conociesen no son ellos hombres para con-
fiar su dinero á literatos, cualquiera que
sea el colorido de sus escritos. Un verda-
dero servil es un completo egoista , que
primero verá hundirse el inundo al re-
dedor de sí ,,que desprenderse de un cuar-
to, ni tomarse la mas leve incomodidad.
Pero si los que se quiere designar con
el epiteto de serviles son todos los que
no estan apestando al mundo con un Ji-




270
beralismo que nadie nota sino ellos ; si
se da este nombre á todos los que qui-
sieran que ya que se ha jurado la Cons-
titucion,. fuese obedecida y observada por
todos, y hasta por los adictos;' si se com-
prende bajo esta denominacion á todo el
que 'aborrece cualquiera especie de tira-
tija que no sea la de la ley; y finalmente
si se llaman serviles todos los que gastan
camisa limpia ; en este caso aseguramos
bajo nuestra palabra de honor que los ser-
viles son los que pagan todo cuanto se es-
cribe en Espaiia , tanto en periódicos, co-
mo fuera de ellos ; porque esta clase de
serviles son nada menos que la nacion en-
tera. Sí, señores, toda la nacion es servil en
el sentido tan lato como impropio que al-
gunos han querido y quieren dar á esa pa-
labra ; porque toda la nacion quiere que
haya orden , juicio y respeto á las auto-
ridades, que son las tres cosas que mas ofen-
den álos propagadores de este bello epiteto.


De los embajadores estrangeros no nos
parece necesario a iíadir raiones que demues-
tren la improbabilidad de semejante impu-
tacion ; porque ellos mismos se reirían de
nuestras disculpas , asi come, se rién de los
que' procuran divulgar la patraña de sus


si7r,
generosos pagos. Pero no podernos menos
de hacer una reflexion bien obvia , que en
nuestro concepto deberia convencer á to-
dos los que no se niegan á reflexionar , y
es la siguiente : los embajadores y envia-
dos estrangeros , como hombres ó indivi-
duos particulares, podrán pensar de este
del otro modo , tener esta ó la otra opi-
nion , y seguir en política estos ó los o-


u , tros principios ; pero como ministros di-
plomáticos, ni son, ni pueden ser otra cosa
que unos ejecutores y encargados de la
política y de las opiniones que dirigen á
sus respectivos gabinetes. De tal modo que
para nosotros el .embajador de Francia, el
de Inglaterra , el de Portugal etc. , no es el
general A, ni el duque 13, ni el marques
de C, los cuales pueden ser liberales, ser-
viles , republicanos, ó lo que se les an-
toje; sino un ser moral que representa
y promueve los intereses y ventajas de
la nacion francesa , inglesa , portugue-
sa etc. Ahora bien , digan ingenuamen-
te los soñadores de pagos,


ien qué pa-
pel público de esta corte ni de las provin-
cias se han defendido abierta y constante-
mente las actas de ninguna potencia, ni las
medidas generales ó particulares de sus res-




272
pectivos gobiernos? ¿Le habrá pagado el go-
bierno frances al Universal para que publi-
que, aunque por equivocacion involuntaria,
la muerte anticipada del rey de Francia,
<5' para que combata perpetuamente á los
periódicos ministeriales? ¿Le pagará al Cen-


. sor para que esté continuamente pulveri-
zando las doctrinas de los ultras, y sacan-
do á plaza los . errores y la falsa política de
aquel ministerio? Le pagará al Imparcial pa-
ra que escriba les consuelos al Monitor, y
las anotaciones que ha puesto 'á varios de
sus articulos? Preciso será confesar que el
embajador de Francia emplea muy mal el
dinero de su gobierno, ó tiene malisimo
tino para elegir sus operarios.


Lo mismo y con mayor razon podría-
mes decir del embajador de Inglaterra, res-
pecto de estos y otros varios periódicos;
pero no nos atrevemos á continuar esta de-
fensa „porque no faltaria quien intentase
taparnos la boca diciendo con toda segu-
ridad de conciencia , que estos dos emba-
jadores son los que pagan y sostienen el fi-
lantrópico periódico que se publica con el
título de el Regulador..


2-3


De la legitimidad y,,,rle,;laiis*,:an..


Ya..1111bia mucho tiempo 9eyacia se-
•'1' ''pultada en nn4sugente;oly? .153.


11 famosa
cuestion de )a lesitimidall i „ ,,- cuando una
nueva, displyta,I.


5nkre",
Inr.- /l3p11195,1 e1pia 7


deso autor ,, de,ilá.ilegislaCion yrinutiva., y-.
Mr. de Joufroy> ,: uno de 1<,ss atletas de la• + • , - • .wssi,,, \ ly. . • • ,,, , •


* gaceta de Franc,la ha resucitado los anti=
auos: argumentos 5G: producido Otros


gen-
muyb .,,.


...„ . ..:.., . rl • . k) 1 r.k.9 '110 tros




á propósito yara divertir u?4.At?41
's




tes censa ;9s: .:, ,.,,. ,,
, Of


•.izG,)),i,
• )1,:• ) 11


• ,En efecto-- alada es mas ridículo que
• 'I ,, 919


19 J:-..1,)


. :: : '• i) , P,.:, . • „
enpt1R5 ,1ei enbt,w-,1119coritp ,


eiLtinestro en
.


sostenes fzIa ahlrin, a incohW 9ernte, contra-




, . t 'i1
'.)


(1.içt9till'jt..)1111.19kIn'1 el;'?bsu-.11??3?9nes




ha,bituale4 tIe ,m..p
genvacion_ La


... . .r. ... In. 1resente. . ... '11 ,
SCI',1 .


ridiculez se,.aumenta obser vando e71ll lengua-.
ge,, en , parte mística , en i ).rté . ,rnatemá-
tico, que,115/.9 1?: los adeptoy„ (jet


esta ntie-
va:es,gteja fle.kgit.;., mid d . 1, I,


ra ks , lel.
de


siumanera,1111,1ci,pcOar ,. he eitaremps más'




(19,e un cjewplo. Mr. de I3onata
uIn .s


' .
' ' •–• r . 1.111111(


8 ...


‹- • -- •


llgi slacionpritnitiva observa cori:R.3, u.. c... i.a s_a-.
glcidad , que c,.¿ todo gobierno gficb, ehabe r


sTORIO XII:
I/




X 74
rey , ministros y súbditos. Esta es la tesis.
Siguese alioralá-demostracion. Todo gobier-
no debe ser imagen del gobierno del mun-
do: es asi que en el universo hay un Dios,
un mediador Jesucristo y criaturas; luego
en tOille4.1O 'cs preciso que haya monar-
ca itnao.ell de"biós, ministros - imz;genes delb •




I;t1 s • :Salvador (por'ina1 que se le semejen muy
• s r• • •pocas veces en la justicia y la luirnanidad),


y súbditos Pinakeiiés del mundo creado :
45S.tranduin. ¡ O'Voltaire!- si


menos que
oir estos sillín és logogrifos:


, . • .1;.




c est-puzsSamment ralsomiér.• 'No se queda
la cosa en . esto. Es necesario –que todos
los hombresi , sepan que. el 'eje, 'él cimien-




to ó 'el ,4'e> eón=ío sé Vqüiera
del ordeliWiUn'i'Ver¿O‘,1 1;ileilbtipo nécesa-




rió del e's'un'a pfroporetbn éi).-;
métricam c7nitz9'792la" se' le ese-46.


,')IriO .1¿r eSci és 'Menos cierta:.
. ,


Dios es alma z'aclOr,,-comJIT7t1diador'á
c.riátizraí:- De la etial eses infiere con' to'del'




i:1) 1r-1 •
rigor maie:tico que., • ¿t 'all
te,
?,• 1) n 1 • r.%$f.C'")¡‘' 'o, como el muzisterzo- tás naczon. -Ver.-
•: í¿fef:,,I; • :r . .dad sublime verdad descotibtidaIlaslá'aliój;


s'al pero, ue bien estudiadWgPlieadi''lVáu-




5? . V‘ `
ra felices os libios y les 'gobernantéSi=


275


cerrará las fuentes de la guerra. y resta-
blecerá la hacienda pública.


Se ha observado que la sapersticion es
muchas veces blasfema, y la adulacion in-juriosa .


Noso tros creernos firmemente que
hablar, de Dios y del rey , como se hace
en la obra citada, es ofender al autor- de
la naturaleza y dador de la gracia , y a
primer magistrado de una nacion. Pero no
liemos podido dejar de dar una ¡nuestra
dé, la logica que usan , y-delós principios
en que se ;fundan los que hacen descen-
der del , eielála legitimidad.


No sownlenos fecundas en absurdos las
consecuencias' de esta 'doctrina mística.


Illr:; IBonald en sus nuevos opúsculos
sobre esta importante materia asegura, que
asi como el >dogma fundamental de toda
sociedad, religiosa es • anikbrás un solo
Dios, rinciPio fundamental de toda so:-
ciedad política es obedecerás á: un solo rey.
Los atenienses y los romanos que •Idora-
han cosa :


de treinta mil dioses, se ;b•rla-
riari de Bonaid. Nosotros que adora-
mos uno- sola . respondemovque toda com-
paracion H del . torden espiritual con el tem-
poral es desatinada , y que toda compara-
do» je, titiihombre con Dios es blasfema.




276
Las naciones que han adoptado la unidad de
su magistrado supremo, lo han hecho por
razones fundadas sobre intereses puramen-
te temporales, no sobre el dogma de la
unidad de Dios.


De este poderoso raciocinio infiere Mr.
Bonald,. que. el poder de los, reyes es de
derecho .divino; y que por eso pueden in-
titularse reyes por- Za gracia de Dios. No
tendremos-- dificultad en .conceder esto 35.P.
tino , porque en.- fin , si ser- rey .es . un be-
neficio dela Providencia (lo • que es muy
controvertible), ;,misma razon hay para
que. un monarca : se llame tal,. por. la gra-
cia de Dios, que para que Garci,
laso se hubiesen derion4inado poetas por la
gracia de Dios-Tedo lo que-ek,hombre es,
lo es -por Dios:- todo puede colivert.irlo en
felicidad, si hace buen uso ;de el1.10,..y. si
la frase por la gracia de Dios- no Significa.
otra cosa que el . Deu.s. dedit , Dalas abstalit
de- Job, podrá espesar




un sentimiento rt-
ligieso de gratitud . y dependencia akser su-
premo




;. lo que; es. ,;inuy bueno..y/laudable.
.Si dicha frawsignifica la independen-


cia absoluta de todo poder est.rangero , tam-
bien tiene un sentido legítimo ;. porque el
supremo magistrado de turi pueblo, indepen,


diente , es independiente como él en
277


ejercicio de sus atribuciones ; pues en esta
parte representa su soberanía. Pero si en
la frase calada se quiere establecer como un
dogma político la absoluta independencia
del trono con respecto á la nacion , tiene
un sentido absurdo y vicioso , que debe.
proscribirse. Toda autoridad es delegada por
el pueblo, y la dignidad real, aun-en los
gobiernes mas despóticos, no se esceptua
de esta ley , sin la cual ni hay ni ha po-
dido existir sociedad , corno probaremos
despues. Decir que Dios ha delegado á los
monarcas su poder sobre los hombres , es
crear un sacerdocio político, cuyas conse-
cuencias ni él mismo Mr. Bonaid podria
sufrir.
. En cuanto á que la autoridad de los re-


yes es de derecho divino , es una falsedad de
hecho. El derecho divino es invariable ; y
asi vemos que sus preceptos son los mismos
en todos los pueblos del universo , y mu-
cho mas se reconoce esta identidad en los
pie han gozado y gozan de la religion re-
velada. No matarás, no robarás, no harás
á otro lo que no quisieras que te hicieran á ti,
son principios de derecho natural y divino
que jamas han podido variar ni modificar-




278
se. Ahora bien „niene la monarquia este
caracter de invariabilidad? Hemos visto mu-
chos pueblos católicos gobernarse sin re-
yes, como Venecia, Génova ; Florencia,
Milan ; y ciertamente si hubieran quebran-
tado en esto el derecho divino, por esta in-
fraccion sola hubieran salido del gremio
de la iglesia. La inonarquia ha variado per-
petuamente en sus formas y atribuciones:
no fue la misma la autoridad de 'Fernan-
do el santo que la de Felipe y ambos
fueron reyes, segun Mr. Bonald , de derecho
divino. ¿Pues cómo Dios, que es el legis-
lador inmediato de este derecho, ha deja-
do tanta latitud á sus principios , cuanta
hay ele un gefe de aristocratas á un dés-
pota oriental? Por otra parte , ¿en qué li-
bro revelado se encuentran las atribuciones
de la autoridad real? ¿Será acaso en el.
I.° de los reyes, donde Dios, para apar-
tar á. su pueblo escogido de la mafia de te-
ner un rey, le pinta con tan vivos colores
las maldades de los tiranos? Pues si robar
los hijos, la hacienda y el honor son los
derechos de los monarcas , entonces lo me-
jor que tienen que hacer las naciones es
tomar el consejo que el mismo Señor dió á
los israelitas por boca de Samuc1 4 , Ni vale


279
decir que el pueblo escogido teniendo á
Dios por rey no necesitaba de monarca co




mo los denlas pueblos; porque la teocracia
del pueblo de Israel tanto se acomodó con
el régimen republicano del tiempo de /os
jueces, como con la dignidad y esplendor
del trono. Ni Sala ni sus sucesores supie-
ron por las revelaciones inmediatas de la
divinidad que gobernaban aquel pueblo:
fueron jueces, administradores, generales;
pero siempre bajo la inspeccion inmediata
del Señor.


La verdad es que el régimen' monar-
quico ha sido, no una emanacion espre7
sa de la voluntad de Dios, sino el resul7
tado natural del aumento progresivo de
un pueblo en riquezas, territorio, artes, ci-
vilizacion y pasiones. Todas las gentes lo
han adoptado , como los hebreos, cuando
han querido cerrar la puerta á la ambicion
de los que aspiraban al supremo poder, y
cegar las fuentes de las disensiones pábli-
blicas : y es preciso que haya sido asi; por-
que ¿cómo una nacion renunciaria á su li-
bertad sin este objeto? O ¿cómo un hombre
solo podria esclavizar toda una nacion sin
que esta lo quisiera?


añade Mr.Bonald, que la legitimidad de


kr,




28o
las dinastías reynantes es un dogma sagra-
do y religioso; y por consiguiente nosotros
debernos estraiiar que no se inserte en los
catecismos , en los-


cuales seria muy agra-
dable leer que el gran seiior oprime de de-
recho divino á ó 3o millones de hombres,
y que el bey de Argel ejerce la noble pro-
fesion de pirata por ordenamiento del mis-
MO Dios.


Sin embargo , por mas sagrado y reli-
gioso que sea este dogma, Mr. Bonald lo
subordina á la voluntad de Dios , que cuan-
do quiere transporta el imperio de una fa-
milia de un pueblo á otra familia y á
otro pueblo. Y como la voluntad del altisi-
ino no se revela sino por los acontecimien-
tos, Napoleon fue monarca por la gracia
de Dios, , fue emperador de derecho divi
no y fue sucesor legítimo por la voluntad de
Dios de los derechos de los Capetos ; y to-
do esto eu virtud de la doctrina de Mr. Bo-
nald, atleta fortisimo de la legitimidad de
los Borbones.


Los publicistas liberales preguntan á
Mr.Bonald, para quien no hay gobierno le-
gitimo como no sea monarquico , ¿si las
republicas de la Suiza son gobiernos legíti-
mos? B. espuesta de 111r, Bonaldi los canto-


281
nes suizos son en la cristiandad grandes mu-
nicipalidades que tienen él gobierno civil, al
cual deben obedecer los súbditos: pero no
tienen poder politico , sino con el beneplácito
de las grandes potencias. Esto viene á ser
reconocer la legitimidad de la fuerza. Ade-
mas, si el Austria y la Francia, que segu-
ramente son dos grandes potencias,, dispu-
sieran de la Suiza en sentidos contradictor
ríos , ¿á cuál de estas dos potencias debe-
rian obedecer los cantones? Es muy pro-
bable que á lal'que venciera ; y en este ca-
so la palabra victoria seria sinónima de de-
recho divino en el diccionario de Mr. Bo-
nald.


Los edificios que se levantan en el
mundo y para el. mundo , no pueden te-
ner sus cimientos en el cielo. Esto es lo
mas nuevo que hay en Francia, acerca de
la doctrina de la -legitimidad. Su lectura
basta para conocer que los amigos del po-
der absoluto tienen perdido el pleyto.


Se ha abusado tanto de la autoridad
de las sagradas letras en esta cuestion , que
no será fuera del caso dar su verdadera
interpretacion á los testimonios bíblicos
que se-alegan en favor del poder arbitra-
rio de los gobiernos. Omitirnos el célebre




IEI


282
per me reges regnant , porque atendidos sus
,antecedentes y consiguientes , solo prue-
ha la invisible y omnipotente influencia
de Dios en el mundo político , asi como
en el físico y moral; y como las leyes de
esta influencia no pueden conocerse sino
por el ejercicio de la razon y por la esperien-
cia de la -vida humana y de la historia,
aquel . testo solo sirve para estender la om-
ni potencia de Dios.aun á los acontecimien-
tos que parecen . mas dependientes de las
pasiones del hombre.


Qui resistir potestad ,. ordinationi Dei re-
sistit: obedite prcepositis . vestris , etiam disco-
lis. El que resiste a la potestad , resiste
al ordenamiento de Dios : obedeced á vues-
tros superiores aunque sean díscolos, son tes-
timonios de mas fuerza cn la cuestion
presente ; y no hay duda, que serian de-
cisivos, si estas máximas hablasen con las
naciones y no con los individuos. Las pa-
labras potestad y superior denotan una au-
toridad civil legítima, establecida ya y re-
conocida por la comunidad ; y nadie du-
da que no se podria conservar el órden
social, si los ciudadanos se permitiesen el
negar la obediencia á sus magistrados le-
gitimos , aun cuando estos fuesen prevari-


283
eadores. Observese que el testo sagrado
no dice : obedeced á vuestros superiores, aun-
que os manden cosas malas : sino , obedeced
.á vuestros superiores, aunque sean malos. Lo
primero seria..centra la moral , recomen-
dada en otros muchos lugares de la escri-
tura , y contra el derecho . de resistencia
á toda maldad, que estableció la ley evan-
o-élin : lo segundo es la salvaguardia del


"` •


orden social. Cualquier individuo es capaz
de discernir si lo que se le manda es justo
ó injusto; pero es muy raro el que puede
juzgar, si Su superior es bueno ó es malo.
Por esta razon el testo sagrado hace la
obligacion de obedecer independiente de
la capacidad personal del que manda ; mas
no de la naturaleza de la cosa mandada.


Esta obligacion se le impone al cristia-
no, al ciudadano en particular; y se le imr
pone bajo el gobierno monárquico lo mis-
mo que bajo el republicano , porque en
todos debe :haber magistrados que man-
den en nombre de la ley , y súbditos que
obedezcan. No habla una palabra el sa-
grado testo ni de las formas de boobier-
no ni de las condiciones de la ley, por-
que al cristiano le basta' saber á quien y
cómo ha de obedecer. Es un disparate bus-




&34
car en el evangelio la resolucion de las cueS,
tiones pclíticas , cuando no es mas que el
código de las obligaciones morales.


Cualquiera de nuestros lectores juzga-
rá que es imposible manifestar mas amó'
al poder absoluto que el "que brilla en los
escritos de Mr. Bonald; pero se engallará
seguramente. Este atleta del servilismo, á
pesar de su amor á la legitimidad, recono-
ce el -imperio de las cosas, el poder (le la
razon , y la necesidad que tienen los mo-
narcas (le conformarse á las ideas y opi-
niones de su siglo : enfin .7/1r. Bonald es
un ultra tolerante No asi su competidor
Aquiles de Joulioy: hé aqui , un párrafo (le
este escritor en una obra que acaba de pu-
blicar.


«No parece sino que los literatos del
siglo (le Luis - XIV se propusieron minar
la monarquía francesa : 'por lo menos tal
fue e', resultado de sus obras. Moliere abo-
lió la nobleza representando en el tea-
tro los marqueses , los condes y los baro-
nes. La ridiculez cayó sobre los que la
inerecian y se estendió de ellos á todos los


e su clase. Moliere representó el Tadtt-
Fo', y' . nadie se atrevió á Ser-devoto por -no
esponerse á parecer hipé:perita. -Represento


-285
todas ,las clases de la sociedad, y el sen-
timiento • corzserpador que sostenia la ge-
rarquia social , comenzó á estinguirse.»


Si , apenas aquel profundo moralista
hizo brillar la luz de la razon á los ojos
del pueblo empezaron á desvanecerse las
ilusiones


• ue: eonservaban 'la. prepotencia
(le los unos y: la„abyeccion (de los otros.
Es mas ridícu!o que todos los vicios 'azo-
tados por ISIoliere;;; quererque se encubran
á un siglo ilmstratlo los c.1,:electos de los
grandes. La.sakisma aensacion, ,


hacen á la.
Bruyere, que ja Aoliere.


La.Bruyere.. pintó lo jr,antjes. de su
tietn po. : é. Itizo onocer.
blico
bl es de ''grawleza ,, y jwg,4:5,
deza era. mala en. sí•niinna. » 'Si , la que
se funda en ':/ opresiou
y en las vejaciones de pueblcique,
pide la libre c,Ireulacion 4, ropiedzd;
la que nallorece sino eón pr ivilegios one-
rosos á la nacion. Ciwon , Aristidcs y SO-
erates eran. grandes verdaderamente.


El padre,,de.,la tragediai ,mcderua,mo se
libra tam,poco
,Mr. 1.10317


froy.
derramó en.to(las sus :obras


el e4piritu,i;ep )licatio , pres;n1tó al inéri-




286
to luchando contra la tirania, y la impre-
sion que el vulgo sacaba de ver sus tra-
gedias era el odio á toda superioridad
social.


¡Pobre ¿Podia corromper la
'historia ? De dónde 'labia de tomar las
situaciones ylos caracteres trágicos?
do hacer 'á Sertorio servil y á llorado
cobarde ?


Fié "aqui como habla Mr. Joufroy dé
Fenelon, delicia de todas las almas sensi.;=
teles y vir¿tiosas. La celebridad del Telé
maco ha hecho mas . claiier á , los tronos que
veinte conjuraciones ;: e§te,:funesto7,:mo-
delo'-ha ». tiedil'adei -de iteeto.1 t'Odas las cor-
teS . de EUrdpá'--1" .uitO es, lia'formado en to:
das . partehonabreamantéljlelbien público
y . pbrsuadiaos • á l ittieel ¡ trono está:instituido,


para el placer 6' varádiad i del que leocu-
,


pa, sino párá .lel gliien det . las'liaciones. Es-
ta es,: /a' - ína's¿iíri'd. ''necia •qu'é' se reproduce
en el Telémaco bajo 'todas las Pirmas ima-
ginables.


PerrnitasenoS uní obseraélóri-: para
fundar el poder absoliitá iel•neeario que


ffitidenen" la iñdrá$' de Mitlie-
i•e, : l etin,i,Yenio dé la
Bruyere y lanininahidad'Ilei'Venelon: es


29,7
preciso que no se censuren los vicios dé
los grandes : que no se presenten en el
teatro los desórdenes y los infortunios .4
los principes: que no escriba como'


debell
ser los monarcas. Tal es el resultado du
los raciocinios de Mr. Joufroy. De do•fe
inferimos nosotros que la conservado ') del
poder absoluto es incompatible con la mo-
ral, con las luces y . eon los sentimientos
humanos; pues todo esto es tnenester«deá.ij-
unirlo para que aquel triunfe.EliVfellitenL
bién - lás naciones esta de'tilfesiOn-cle:'inylát
partidaiio'de la tirania . , ydecidati !después:


Ultimaincnte
bzotidiana , que


da está en correspondencia con la •sabidtz-
ria divina :* asi corrió está'-eón la &Plo-
mada zé la santa-alianza, sabepositisiaincri-
te' a-cpié;-iá epidemia de 'esatálnfia es
tig&del 'd'ele 'por babel* adOptadk•
tenia 'congl t'u ci °tía ." to'S ¡red ac torest r;.(10
lquel periódico nos creen:ti'd&#iá,enselsi
glo XII:' /Gracias' VItr i -á' piliftSieiliOILD'é'-1'
jemos 1' tantos iíe'diCilrí critOres que ensn,
cian el papel para litiéer .


ridíeula la .eau:-
ia que defienden , y'vOlVámos á la cuestion
dé la l


ir'át cieló deseemler al abismo
se puede'édedritrar • á.' chi gen de esta)(itlea




288
en su misma palabra. Legítimo quiere decir
lo que es conforme á la ley : por consi-
guiente rey legítimo y dinastia legítima son
el individuo y la 'familia que ocupa el tro-
no en virtud de la ley existente. Esto es
claro , terminante y aplicable á. todos los
casos


‹,Pero la ley no es en todas partes él
resultado de una misma combinacion po-
litica. Bajo el despotismo es la espresion de
la voluntad cle. ,uno solo: en la , democra-
tia,`.1 es de la iy9,1,unt.ad gener44.ffl Jos es-
tados representativos concurren varios po-


. &res para su .con.feccion l: en la teocracia
lzy desciende del cielo."
' Todas estas diferencias no importan na-


da en.lalcuestion., de que tratamos ; porque
nirbajo. la teocracia ni bajo„ely.despotismo
pede: ser ley; y mucho menos glpy ,funda-
Mentml, : sino aquella 'á la cualIoda.,la na-
cion .ha dado su asenso,. atiFttame :solo sea
obedeciéndola y soinetienclose4.,ella. Sea el
alcoran.abstirdoi .1,4htunanP 9144n7
to-se quiera : los. i árabes le lianl:eclhido .y
es la ley de los árabes. Sea el Imperio del
gran seiíor despótico , bárbaro, inhumano
cuanto Se. qnieria:, l naeion . turca le re-
conoce, y la .dinastia otomaria,xeyna legí:


89
timamente en Turquia. Si los árabes y tur-
cos se ilustran , quemarán el alcoran y
pondrán límites á la autoridad de los sul-
tanes , y liarán bien : pero entretanto es
una verdad evidente que aquellas dos na-
ciones ilusas, preocupadas é ignorantes
quieren la tirania sacerdotal y política.


;Nosotros llamamos ley á la norma ac-
tual de las acciones ; y por consiguiente
son leyes todas las que la nacion en su
presente estado cree que deben reglar la
conducta de los individuos. Podrán ser le-
yes halas , bárbaras , injustas : podrán ser
contrarias á la razon universal: - pero serán
leyes, y prodtreirán sus efeCtol Cómo tales.


• Nuestra leoria se funda en'el :liéclio mis-
¡n'Y:de la alOéiacion civil. Toda comunidad
sé • ha dado una forma, ó se ha sometido
á la que le 'hatr. dado. El instinto de todos
sus individtios"eS la conserVbeion de


• la co-
munidad, le qUe no puede legrars' d'sin
SW. Pero las leyes que ordinarianiente son
el efecto de las circunstancias de las pasio-
nes y de Iris preocupaciones humanas, sue-
len Ser malas. A pesar de esto , la socie-
dad mas bien qiiiere existir' con' ellas que
disolverse, y tiene razon ; porque la diso-
lucio]] es la muerte , y no 'hay esperanza


TOMO XII.


.




290
para el muerte ;: pero mientras la comuni-
dad está unida, espera que se propaguen las
luces , que se perfeccionen los conocimien-
tos, y por consiguiente que se reformen las
leyes y las instituciones.


De los principios que acabarnos de sen-
tar se infiere, que los reyes y las dinastías
son legítimos, cuando lo, naciones ó por
un asenso espreso si son libres, ó por la
prescripcion de la obediencia, , han hecho ac-
tos positivos de estarles sometidas de modo
que pueda .creerse prudente mente, lana,
cion ,quiere ser gobernada. r per. ,aquel rey y
por aquelladinastía.


«¿que diremos cuando„en virtud de
erras civiles tí estrangeras se mudan ya


la dinastía, ya-la,fornwde gobierno.m,-
eta, parece mas luminoso el ,, principio,. de
la, legitimidad , derivada de 1c zvolantad Tra-
e: ienal , que cuando despues, las cala-
midades de la anarquia ó de la guerra se,
restablece el orden ; porque este orden , sea,
el que fuere, es forzosamente el resulta-
do de la voluntad pública. ¿Un, eenquistal.
dor ha usurpado la corona? Es, usurpador
mientras la riaciob se le resista : deja de
serlo cuándo reyna y, transmite el cetro á
sus herederos pacilicamente, , ¿Los partidos,


sg 5
civiles han destrozado la patria ? La forma
última que torne el gobierno definitiva y
pa«ificamente y de comun acuerdo ó a-
quiescencia, es la legítima ; porque es la
que se supone el resultado de la voluntad
nacional. Asi se hicieron legítimas las di-
nastías de Carlo-Magno y de Hugo Cape-
to en Francia, y la de Borbon en España.
Napoleon reynó legítimamente en Francia
porque hubo una época en que universal-


7


mente aclamado y reconocido obtuvo el
cetro por el voto ó por la aquiescencia
de la nacion francesa.


Si hay algun principio seguro de la le-
gitimidad. de los reyes y de los gobiernos,
no puede ser • otro que el que hemos de,
terminado. Este principio liga á los
viduos ; porquéiningun ciudadano particular
tiene deitcho ni para alterar la forma del
gobierno ni para destronarla dinastía rey,
nante , cuando la nacion se ha decidido:
pero no liga á las naciones corno quieren
los 'ultras de Paris, y para eso hacen des-
cender los cetros del trono del altisimo;
porque ¿cómo puede ser ligada una nacion
entera por ningun principio político, cuan-
de. de ella y solo de ella emanan. todos
los poderes sociales?




292
Y ve aqui 1á' Ctiestion de la soberanía


ligada con la de la legitimidad. Para esta-
blecer el principio de la legitimidad en al7
gun fundamento • que no sea la-voluntad na-
cional, es preciso negar un hecho visible,
evidente, consignado en la historia de to-
dos los pueblos del universo, incluido esen-
cialmente en el hecho de la asociacion hu-
mana; á saber , que la soberania reside en
las naciones, y que todos los poderes so-
ciales , sean cuales fueren sus atribucio-
nes, sus límites y las formas de su ejerci-
cio, no son mas que delegáriOnes. e


Este es un hecho , porque no hay mo-
narca por absoluto que sea, que no haya
recibido de su pueblo el derecho de ser
absoluto. ¿De quién han recibido los sulta-
nes de Constantinopla la facultad de re- ti
partir á su arbitrio los funestos cordones,
sino de las tribus feroces que conquistaron
el imperio griego para aumentar el esplen-
dor de sus verdugos? Los reyes de Euro-
pa ¿de quién han recibido sus prerogati-
vas, 'ya mas estensas, ya mas limitadas, aqui
absolutas , alli sometidas 'á ciertas . formas,
sino de los pueblos bárbaros que conquis.
taron el imperio romano? Negar que Mi-
do poder viene de la nacion 5 es decir qua


t93
puede haber un individuo ó una corpora-
cion , cuyo poder fisico sea superior aol de
toda la sociedad é independiente de él : lo
cual es un absurdo. Hablamos de la fuer-
za fisica , porque en ela. cuestioai de sobe-
rania ella sola debe decidir. La soberania
es un hecho anterior á todo derecho ; y
por consiguiente, debe estar donde resi-
de la fuerza fisica.


La . soberania nació en el momento que-
los hombres se reunierón en sociedad: es
decir, en el momento que se creó la fuer-
zo. fisica, destinada á proteger los intere-
ses de todos. Por el mero hecho de la aso-
ciacion se olió al poder un determinado
destino y distribucion, y entonces nació
la ley. La ley qué determina. en qué ma-




'nos ha de estar el poder y bajo qué for-
mas bu de ejercerse., fijó la soberania ya•
mas ya menos bien.; pero, la fijó- sin 'pri-
var sin embargo á la naciondel derecho im-
prescriptible de reasumirla, y de distribuir-
la de otra:manera , si asi lo tuviese por
conveniente. En. algunas ;


naciones la cons-
titucion , es. decir , la ley fundamental , en
virtud de la cual se delegan y distribuyen .
los poderes , establece..lképoca y las for-
mas de las -niódifica~:íque ha de. su-




294
frir en lo sucesivo el sistema de gobierno,
Asi sucede en la Constitución española. No-
sotros creemos muy sabia esta medida por
dos razones : I.a , porque da -una fiaran-
tia mas á la ley fundamental , haciendo
depender de ella misma hasta las opera-
ciones constituyentes que han de abrogar ó
modificar algunos de sus artículós: 2" por-
que escuna las convulsiones que son indis-
pensables siempre que la nacion reasume
la soberania y altera su sistema político:
convulsiones sangrientas por lo general,
porque se mezclan en ellas el fanatismo de
las opiniones, el furor de los partidos y
la crueldad de los ambiciosos. Nuestra Cons-
titncion ha establecido una manera legal
y tranquila de que la nacion ejerza la so-
berania en el caso mas peligroso y delica-
do, es decir, en el caso de alterar la for-
ma de delegación de los poderes.


Los principios que hemos procurado
esplicar y sostener en este artículo, son los,
siguientes: x.° la legitimidad del poder no
depende inmediatamente ni de la volun-
tad del cielo, ni de la fuerza de las armas,
sino del consentimiento ó aquiescencia de la
nación: 2.° la soberania reside en la univer-
salidad de los ciudadanos: 3.° segun la ma-


295
nera de existir de los pueblos modernos dé
Europa, la nacion delega la soberania, dis-
tribuyendo los poderes de un modo desig-
nado con toda exactitud en el código fun-
damental: 4.? y último, cuando la esperien
cia haga ver, que deben hacerse reformas ó
modificaciones én la constitucion,.la nación
conserva siempre el derecho de reasumir
la soberania y de revisar el pacto de de-,
legacion; • porque solo ella puede abrogar
ó modificar lo que ella misma instituyó.


Siendo esto asi , y estando estas Verda-
des reconocidas , no solo por todos los
publicistas liberales , sino tambien la
razón universal de los hombres, y proba-
das por la esencia misma de la sociedad
política y por la necesidad de -tener leyes
fijas y conocidas que limiten las atribti,
eiones del poder ; no podernos 'dejar dé es-
trañar que haya cundido entre algunos él
principio de las t-


• sistenciás parciales cóns-
tra el orden ,establecido por ›CoUnini-
dad entera ; porque cómó los derechos
de un individuo no son menos sagi*-
dos -que los de tina reunión ( que iib
541a la de todo el ptieblo) ; Consagrada la
resistencia parcial; se canemlia la desobé-
-diencia de -exila uno á la ley es t abledda




296
'p or todos ; es decir , se disuelve el - pacto
social ,• y se disuelve por consiguiente la
sociedad que no existe sino por el pacto.


•Los derechos que la nacion ha da-
do á cada individuo , son estos`: t.' las li-
bertades civiles de pensamiento, de per-
sona y de bienes : 2.° el derecho de re-
presentacion y de peticion al gobierno y
al congreso nacional : 3.° el derecho de
decir é imprimir su opinion sobre los ne-
gocios. y las cosas : 4.° el derecho de ele-
gir sus representantes ordinarios y de dar-
les mar.datos estraordinarios en caso de re-
visión del códiuo fundamental : 5.° el de-


297
de mandarlo. En efecto cualquiera ve que
es imposible que una nacion diga: doy mis
poderes á tales y tales magistrados : estos
mandarán en mi nombre; pero el ciudadano
que no quiera obedecerlos, podrá resistirles sin
temor de culpa ó pena.


Los que reclaman el derecho de resis-
tencia parcial tienen que devorar este ab-
surdo, ó confesarse reos de lesa nacion.
No ignoramos que algunos dirán que esta
consecuencia es sofística; pero ¿lo probarán?
¿ lo creerán ellos mismos?


1


vello de elegir sus magistrados municipa-
les. En cuál de estos está incluido el de-
recho -de resistencia á las órdenes cons-
titucionales del gobierno P En ninguno.
Decimos mas : la nacion no puede dar el
derecho <le 'resistencia parcial por mas so-
berana que sea. Demostracion. La nacion por
mas soberana que sea, está sometida á la ne-
cesidad de las cosas, y no puede mandar lo
que es imposible fisicamente : es asi que es
imposible fisicarriente que exista una socie-
dad en que cada individuo tenga el derecho
de resistencia á las órdenes legítimas del
gobierno legítimo; luego la nacion no ptie.-




293


Nuevas re xiones sobre los negocios del dia.


• Hemos dicho en uno de los últimos
números que quisieramos habernos enga-
ñado en nuestras desconsoladoras predic-
ciones ; pero parece que los que deberian
desmentirlas , se han propuesto verificarlas
aun mas allá de lo que nosotros nos atre-
viamos • á indicar. Deciamos no há mu-
cho tiempo que una faccion liberticida tra-
bajaba en secreto , pero con infatigable ar-
dor, en destruir el gobierno constitucional:
anunciamos luego que se habia quitado la
máscara , y que estendida y ramificada por
varios puntos de la península daba cier-
tos pasos que eran como el preludio y en-
sayo de mas atrevidas empresas: añadimos
que el nombre de Riego y los obsequios
hechos á la celebridad de sus Bias, no
eran mas que pretestos para ir acostum-
brando al pueblo á desobedecer á la au-
toridad legítima y empeñarle insensiblemen-
te en la carrera de -


la rebelion ; y antes
de pocos chas han podido convencerse
bastR los mas incrédulos de que nuestros.


299
temores no eran vanos, ni aventuradas
nuestras aserciones. Los hechos hablan
por sí mismos. Si las procesiones del 24
de octubre no eran mas que inocentes
desahogos de la gratitud popular al be-
royco libertador de la nacion , ¿por qué
en aquellos pueblos precisamente en que
los magistrados locales no solo no se opusie-
ron á estas públicas demostraciones, sino que
las autorizaron espresamente y aun las so-
lemnizaron con su presencia, ha sido en don-
de ,á estos actos en que ya se desayró bas-
tante al gobierno supremo que no los habia
tolerado en la capital , se han seguido nue-
vos desayres , nuevos insultos, y la ino-
bediencia mas positiva á las órdenes cons-
titucionales del poder ejecutivo ? Si el ob-
jeto de las procesiones no era otro que
el de dar á Riego testimonios públicos de
amor, respeto y veneracion , ¿ cómo es que
los mismos que tan á.su sabor y sin con -
tradiccion ninguna habian desahogado su
patriótico agradecimiento •, no han quedado
'satisfechos y han prolongado por mas. días
su oposicion y resistencia al gobierno cen-
tral. de la monarquia ? ¿Cómo es que esta


-oposicion ha pasado á ser una desobedien-
cia formal y una rebelion abierta ? La ra-




11.


4


3oo
zon es clara. Porque lo que se quería no
era festejar á Riego, sino romper con el
gobierno. PaseMos mas adelante : exami-
ne ►os la conducta de aquella Parte del
vecindario de Cadiz que se ha declarado
en guerra con el ministerio , y á cuyo ejem-
plo van entrando en campaña nuevos ene-
migos , y veremos mas claro que la luz , si
es que no queremos voluntariamente cegar-
nos, que el proyecto no es obtener por
medios legítimos la reposicion de una pro-
videncia equivocada , sino trastornar el go-
bierno, para sustituirle, lo que Dios no
permita que veamos. El Rey , en uso de
sus facultades muy constitucionales , nom-
bra al general Venegas para capitan gene-
ral de Cádiz , y promoviendo á Romarate
dan á otro la comandancia de la Isla ; y
al punto vienen representaciones de los muy
leales habitantes de Cadiz y la Isla dicien-
do aquellos que Venegas no es liberal , y
estos que su nuevo gefe militar es viejo; y
concluyendo ambos con que no admitirán ni
reconocerán á los nuevos nombrados. Ve-
negas renuncia ; se da su plaza al baron de




Andilla, y tampoco es admitido. ¿Qué quie-
re decir esto en buen castellano P Lo que
resulta del siguiente diálogo,


3o t
Rey.--Usando de las facultades que


me concede un artículo espreso de la Cous-
titucion, he venido en nombrar al general
Venegas por comandante general de Cadiz;
y en uso tambien de la potestad que la
Constitucion me da para mandar á los
ciudadanos españoles que obedezcan las ór-
denes constitucionales que yo espida , os
mando á vosotros, habitantes de Cadiz, que
reconozcais , recibais y obedezcais , cada
uno en la parte que le toca, al indicado ge-
neral.


Respuesta del que se llama pueblo ga-
ditano, y se dice amante de la Constitucion,
y ha jurado observarla, y de consiguiente
obedecer á las potestades que ella ha crea-
do y que mandan en su nombre.— Gran se-
ñor, no quiero.— ( Qué constitucionalidad
y qué obediencia!)


_Rey.— Y ¿por qué no quereis obedecer
órdenes que yo espino en ejercicio de mis
atribuciones constitucionales'


Los muy patriotas y muy adictos.—
Porque ese Venegas que V. M. nos envia,
no es. liberal á nuestro modo, sin embar-
go de que las Cortes le propusieron para
consejero de estado.


Rey.— Afortunadamente tampoco él quie-




302
re mandar en un pueblo en que se hace con-
sistir el liberalismo en desobedecer á la le-
gítima autoridad; y asi habiendo indicado
confidencialmente los diputados de esa pro-
vincia que el baron de Andilla podrá conve-
niros, y ninguna tacha podreis ponerle, he
tenido á hien nombrarle en lugar de Vene-
gas, y no dudo que le obedecereis con gusto.


Los gaditanos adictos al sistema y firmes
apoyos del trono ponstitucional.— En efee-


' to , no tenemos pretesto plausible que ale-
gr para no recibirá Andilla ; pero tam-
poco queremos obedecerá la orden de Y. M.


Rey.— ¿Y por qué?•
La flor y. nata del liberalismo reunida


en la tertulia patriótica de Cadiz.— Por-
'nue la. orden viene refrendada por un hom-
bre que se llama Sanchez Salvador. .


Este es puntualmente' el hecho que tan
servilmente han copiado los de Sevilla resT
pecto de Daoiz y de Albistu: diga ahora
el mas estúpido é iluso , diga el mundo
entero, diga la razon universal si esto es
liberalismo, amor á las nuevas: institucio-
nes., adhesion a; sistema, patriotis m o ilus-
trado ; ó un acto positivo de rebelion , y
el primer paso para una guerra civil. ¿Qué
se puede decir para justificar esta conduc-


303
2a? ¿Que el ministerio es malo, servil , pre-
varicador, enemigo de la libertad? Sealo
en buenhora ; .¿ pero en qué artículo de la
Constitucion , ea qué ley, en qué obra de
polítilá;


la. liberal que se escoja, está
,r- eserito,,,que aceptada, jurada y establecida


en un gran pueblo una constitucion , pue-
de una ciudad particular desobedecer las
órdenes del poder ejecutivo, solo porque
se le antoja que los ministros no son á su
gusto, ó son positivamente malos é infle-


,* les? .
En toda constitucion, en ,todo


go , en todo escrito racional se dice, •que
,en este casó la ciudad que se cree agia-


rrk y.iada en una providencia , obedecien-
do respetuosamente á la autoridad de don-


* de emana , representa á aquel cuerpo.ó mar
gkstradp 1 . qpiert constitucion autoriza pa-
ra reparar lel agravio ó enmendar 'el yerro;


• pero ninguno que no sea anarquista por
,• 23:1riOpip. 114 dicho jamas que se empie-
• ce por desobedecer y luego se represente.


En nuestro caso, puesto;
que respecto de lá


persona de Andina no hay siquiera 14
ridícula escusa que se alegaba contra 'Vene-
gas, ha debido recibirsele, darle la posesion
y obedecerle, pues habia sido legítima, le-
gal y muy constitucionalmente nombrado;




L


So4
y luego representar al Rey y á la diputa-
cion permanente contra los ministros, si
en efecto daba lugar su conducta á que se
desconfiase de ellos, y se pidiese su re-
mocion. Pero negarse á obedecer una or-
den constitucional solo porque viene re
frendadá de un ministro que no agrada, es
el atentado mayor que se ha cometido des-
de que hay gobiernos representativos en el
mundo. Y si semejantes principios llegasen
á -adoptarse y á prevalecer en las ilaciones


-,que se dicen libres, ya podiamóádesde aho-
ra por disueltas las sociedades que se
rigiesen por makimas tan aniírquicaS.'Bue-
ri&Seria que cuando llega á un pueblo la
Orden para pagar las contribuciones, reem-
plaiar el ejército y démas objetos'del ser,
viCio público, dijesen los vecinos á quic-
hes im acomodase . .Centribuir al estado ni.
"Con dinero rii con sus personas: «no que-
remos obedecer, porque el ministro que ha
&M'ad.° esa orden es enemigo . de la liber-
tad." Y no sedi.g*que en setnéjattes órde
nes el gobierno Mi . 'hace mas qué ejecutar
tiña- ley dada por las Cortes, porque tam-
bitm cuando envía á una ciudad , un gober-.
nador, un gefe político ó cualquier otro
empleado, no hace tampoco mas que eje,


305 •
cutat un artículo de la Constitucion, que es-
algo mas que una simple ley.


Hemos concedido gratuita é hipotética-
mente que los ministros actuales son ma-
los prevaricadores y enemigos secretos ó
públicos del sistema; pero ¿es esto verdad?
¿lo creen acaso los mismos que lo dicen
y lo .estampan en sus representaciones?
auedeu ni aun figurarselo siquiera?-Entre-
mos á razones. No pretendemos hacer la
apología de todas y cada una de las ór-
denes .especlidas por ministerio, ní es-
to es necesario para la cuestion de que
se trata. Estos ministros y todos los del
mundo son hombres, estan sujetos á errar
y a ser engañados, pueden haberse equi-
vocado en varias cosas , y haber cometido
algunas faltas ; pero desde aqui hasta ser
enemigos de la Constitircion hay tanta dis-
tancia,' que solo el aturdido jacobirilino pue-
de confundir dos cosas tan diferentes. De,
jemos á uti lado toda su conducta públi-
ca basta el diá en que fueron llamados al
ministerio; conducta sin embargo en que
sus enemigos no han eitado hasta ahora un
solo hecho que ni aun remotamente de-
muestre su aversion á los principios libe-
rales, y vengamos á su eleccion. La uta-


TOMO XII.
2.10




3o6
yor parte -de ellos fueron propuestos al
'Rey por el consejo: .de estado no pue-
de creerse que -esta patriótica corporacion
fuese á buscar entre todos los •españoles
cinco enemigos de' la' libertad. Suponer es.:
to„es•suponer urvabsurde. En cuanto•á los


despues sido elegidos por el Rey
se 'dirá cuanto se quiera en. orden ti su
mayor ó menor capacidad, y á- su'
d on 'ó moderantismo ; pero sobre su adl


►e-


sion á la causa de la libertad no se ha po-
dido dar prueba alguna valedera de 'que
pertenecen al bando de los serviles; y mien-
tras esta no .se demuestre hasta la'eviden-
-


cia con -hechos inegables , las -acusacio-
nes vagas y . las declamaciones (le colegio na-
da valen. Tenemos pues que hasta el filia de
'-su nombramiento pasaban todos por libe-
rales hasta. entre aquellos mismos que aho-
ra los acusan con , tanto encarnizamiento:
veamos si, durante su administración han
hecho alguna cosa por la cual se les deba
Mirar como enemigos. de la Constitucion,


afirmarse que preparan y maquinan su
ruina. Para no repetir lo que . ya hemos
probado largamente en otro artículo, á sa-
ber , que todos los capítulos 'de ,acusación
que se alegan contra •el mínisterio„.4 son


3o7
infundados, ó á lo mas probarán errores Y
faltas de las que se cometen y es forzoso'
que se cometan por todos los ministros del
mundo , pero no la intencion de destruir
el gobierno constitucional , haremos una
sola pregunta. En las varias representacio-
nes que sus adversarios han forjado contra
ellos, en los artículos de diarios y en Ids
escritos sueltos en que se ha impugnado y
procurado desacreditar al ministerio, ¿se ha
articulado hasta ahora en terminos precisos
y se ha probado debidamente , no ya un
acto de conspiracion contra el sistema li-
beral, pero _ni una sola infracción de Cons-
`


titucion cí dé ley? Hasta ahora no lo he-
mos visto. Palabrotas , espresionazas, ge-
neralidades , deelamacion , cuanto se quie-
ra ; pero órdenes inconstitucionales á i!e'
bales y crimenes politicos bien circunscri-
tos V mejor probados, ni sellan citado has-
ta ahora ni será facil que se citen, porque
no existen. Que se ha nombrado tal ó cual
diplomático á quien voluntariamente se ca-
lifica de servil ; que se ha trasladado se-
parado tal cí cual comandante militar ; que
se ha depuesto ó conservado contra los vo-
tos de la faccion tal ó cual gefé politico;
que se ha mudado la gnarnicion de . tal '0




•08
cual pueblo ; que los jueces elegidos entre
los propuestos por el consejo de estado no
son los mas beneméritos á juicio de quien aca.


, so no los conoce; que las causas de conspira-
cion que penden en los tribunales, y que el
gobierno ni sigue ni ha de fallar, caminan
con una lentitud que desespera á los que co-
mo los muchachos, quisieran que todos los
dial hubiese un ajusticiado ; que en Ma-
drid no se permite á los apóstoles de la
guerra civil ,predicar todas las noches su
nuevo y humanisimo evangelio etc. etc.: hé
aqui los terribles cargos que se hacen al
ministerio., .¿Y no se avergüenzan sus acu-
sadores de estampar y propalar con tanto
énfasis semejantes miserias? ¿Hay en todo
este cúmulo (le acusacionesUna sola infrac-
eion (le Constítucion ó de ley? Citese el
artículo infringido, y pruébese legalmen-


.


te la infraccion , lo denlas es hablar al ay-
re. Hasta aqui los cargos que conciernen es.
clusivaniente al ministerio actual, porque
otros -varios que se mezclan 'en algunas acu-
saciones, comprenden tanto á los minis-
tros de ahora como á sus predecesores ,
por mejor decir, la culpa no es de estos
ni de aquellos sino del mal estado de la
nacion. Son males producidos por el des-


3ug
gobierno de tres siglos; y que no pueden
haberse curado en dos años de regimen li-
beral. Que no hay dinero , (pie el papel
de la deuda está en sumo descrédito, que
hay ladrones que infestan.los caminos , que
el pueblo en general es ignorante , que la
opin ion pública no es buena, que laagri-
cultura no florece, que la industria no ha-
ce progresos, que el comercio no se rea-
nima, que las Americas se perdieron etc. etc:
Harto cierto es todo esto por desgracia, pe-
ro que se pongan en las sillas ministeria-
les los que deploran males de tan dificil re-
Medio , y que ya existian antes del minis-
terio actual , y veremos como los reme-
dian esos Licurgos de los cafés. Aun pu-
dieramos añadir una observacion que los
confunde y se- vuelve contra ellos, y es
que si el dinero se esconde, el crédito se
empeora, los empréstitos nacionales no se
llenan , y hay que recurrir á estrangeros
que acaban de- empobrecernos ; si el espí-
ritu público no -se• rectifica ,; si la libertad
pierde cada dia tin gran número 'de par-
tidarios y empiezan á levaritar•cabeza los
serviles, mucha: parte de culpa tienen. los
que á cada itioniento amenazan con tras- .•
-tornos, que comprometen . la seguridad pú-


1




1


$.10
Mica y esponen la vida y les bienes de
los ciudadanos. á todas las visitudeS de la
anarquia. ¿Cómo quieren que el nuevo re-
gimen se consolide y con él vayan cica-
trizandose las llagas de la nacion, ;os que
sin cesar estan inspirando desconfianza con.
tra el gobierno constitucional? Si sus de-
clamaciones é invectivas fuesen contra la
camarilla de los seis años harian mal
alguno y antes muchisimo bien, •suponien-,
dolas- posibles en aquel regimen porque
prepararian la:eaida de un despotismo des-
tructor ;' pero dirigiendolas contra un go-
bierno 'formado con arreglo á los prin-
cipiosconstitucionales, ¿no ven que cuan-.
to mas vehementes y mas virulentas sean
sus dilípieas contra el gobierno:genial, tan-
to mayor protesto dan a . los , serviles. para
desacreditatla Constitucion?,_¿Con que to-
do va tan .1101? les dirán . estos, ¿con que
n.o solo no se han reforrnado los antiguos
abusos:, sino¿quense hanjntpodueido otros
nuevos? ¿don que el dinero escasea mas que
_antes?, t¡con.que- el papel; pierde mas quo
perdia?¿con,que aun las posesiones de Ame-
rica que nosotros conservábamos, se • han




Cmancipadte:¿con que..Jos ministros respon„,
son tan déspotas, injustos y atrope


3/1
Iládores como los de antaño? ¿con que las
leyes que .


las Cortes hacen. serán innybue-
nas , pero no se ejecutan ? ¿con: que ni, la
agricultura, ni el comercio ., 1a:industria
han salido del -mal estado-en . lue se ha-
llaban? ¿con-que en suma nos estamos. co-
mo nos estabanios ó, acaso peor? Pues ¿qué
se han hecho aquellas lisonjeras promesas
con que ustedes nos aturdianlo•oidos? ¿Nu
decian ustedes que-. establecida. Constl.7
tucion yarreglados por ella los poderes -poe
laicos, todo, bien , renaceria
dito, prosperarian todos. los ramos,„de
riqueza pública, el gobierno, seria*_ justo.,
benéfico, filosq/co y pqternal cesarian
dos los males,. se. reformar'ián todos. los
abusos, renaceria el siglo de oro•,,•y,, todo
seria holganza, paz .y ventura para los ha-
bitantes, de la. rica. Hesp.eria? ¿Pues. cómo
ahora son ustedes-dos pritneros.Lquejarse
del mal estado de laa nacion? Y no. digan
ustedes, añadirán los serviles.,:que-nosoins
'exageramos sus cuadros.;:aWeAtá
Padilla,, es. deci•,. el Organcslie1 rn..as
puro cual en. su..•.urnero 841


de. octubre,.. hace esta. magnif•
ca O/tura • de...nuestra. situaciort..actuali
«Los prinwro5 héroes•de, nuestra, restaura-




1


3 I n
cien, diputados distinguidos, generales acre-
ditados, patriotas insignes, periodistas no de
una provincia sino de casi todas ellas, en
suma, todos los hombres sensatos conocen la
marcha vacilante y desconcertada del mi-
nisterio, y' la creen tal, porque ven cada.
dia el espíritu público mas apagado, los ene
magos del sistema masanimosos, sus críme,
nes' mas • impunes , sus guerrillas:mas osadas,
las provinCias mas empobrecidas , la epide-
•nia mas estendiela, la seguridad en' los ca-
minos mas-atacada:, el erario mas exhausto
lbs empleadós mas descontentos, la hacien-
da mas érnbróllada ,• el crédito mas para&


las obligaciones del estado Mas en
descubierto , nuestras posesiones de America
Mas descuidadas , la guerra en ellas mas en-
cendida ., su desmembración mas sancionada,
sus' comunicaciones mas . ' interrumpidas , la
»idrind mas abandonada , lbs liberales mas
perseguirlos , los 'hoinbres de ulta conducta
dudosa mas premiados ;- finalmente, y para
Iratar'un..codro mas doloróso, porque el
desorden en' la' administracion es- cada vez
mas absoluto." Y'aunque el Eco de Padi-
lla, es 'decir, la voz de losAmais ardientes
liberales alade''que-nosótros los serviles no
nos bailemos én agua rosada en vista tic


313
esta descripcion , nosotros le respondemos
que no solo nos bailamos en agua rosada
sirv o que ni -aun á onza de oro por letra
estaria suficientemente pagada tan preciosa
y terminante cónfesion. Nosotros mismos
y todos nuestros Merinos y Zaldívares ja-
mas nos hemos atrevido á decir otro tan-.
to en nuestras proclamas.


Aqui teneis vosotros los liberales que
os' llamais exaltados 'y que haceis consis-
tir vuestro liberalismo en acumular y exa-
gerar acusaciones contra el gobierno, aqui.
teneis el fruto de vuestras furibundas
clamaciones. ;Insensatos! ¿No veis que
da grito que dais contra el gobierno cons:
titucional , es- un puñal con que asesinais
esa misma libertad de que os deCis tan
amantes ; es una arma terrible -que poneis
en las manos de los serviles, para que
aniquilen esa misma Constitucion que os
proponeis defender ; es un argumento sin
réplica que vosotros les suririnistrais para
que desacrediten las ideas liberales entre
el ignorante vulgo ? Ya no necesitan de
escribir libelos y papeles subversivos : les
basta tomar en la mano vuestro periódi-
co , y decir A sus oyentes : .» ahí teneis lo-
que dicen los liberales, ellos mismos •deSu




3t 4
liberal gobierno ; nosotros nada tenemos
que añadir. ,›
. Esto dirán en efecto los serviles , y no-
sotros los editores del Censor haremos
Otra pregunta á los acusadores del gobier-
no. ¿ Quiénes son de hecho mas amantes
de la Constitucion ? ¿.los que pintan con
tan negros colores un gobierno formado y
arreglado segun sus principios , ó los que
reconociendo• que pueden haberse conreti-
do algunos errores de no mucha impor-
tancia , sostienen que en general la admi-
nistracion actual no es tiránica , ni opre-
sora, rii.arbitraria'. , ni injusta , ni tan des-
cabellada como ellos pretenden? Porque
no hay que engañarse , exitus acta probant:
el gobierno constitucional es el que nos
rige; y si ellos llegasen á .probar que ba-
jo su influjo .y. direccion todo iba .pesima-
mente, por mas que luego quisiesen defen7
der la Constitucion • en sí .misma, • siempre


replicarian los serviles:.« está muy bien
eu•nto ustedes dicen; penoJaajo- esa .Cons,
titucion tan • sabia, la . nacion está peor -que
antes, y todo va á. la diabla: y, amigos mios,
las constituciones no son buenas sino en
canto hacen felices á- lospueblos que poi
ellas son góbernados. Escritas: en el papel


3 í
serán muy santas, pero si en la práctica no
correspGrulen á las esperanzas de las nacio-
nes , si el gobierno que ellas establecen es
tan tiránico y arbitrario como el anterior,
unanlas ustedes 1 la república de Pluton
y á la utopia d'e Tomas Moro ; pero no
pretendan realizar sus sueños en ningun
pais de ,


la tierra. ,, Ah locos , locos! los
que os Ilainais- exaltados , ¡cómo. no veis
el e.laño que estais 'haciendo á la causa de
la libertad! Quiera Dios, y os , lo decimos
con toda..sinceridad: y llenos de amargu-
ra,. aunque vosotros no le (-:eais: ¡ quiera
Dios que algnn día' no os arrepintais de
la imprudente, é , impolítica guerra cine estas
haciendo , no á las_personassiim á las mismas
insauciones que tíos rigen ; [meso!» tanto
empeño trabajais en desacreditarlas, y en
hacerlas -.odiosas, : disgustando al pueblo de
uu gobierno no bien..aflrinado todavía.


Todo eso está_ muy bien ,,nos.dirán los
enemigos del ministerio ;, pero esa multi-
tud de representaciones .que llegan de tan
diferentes puntos., ese clamor universal que
se ha levantado contra .191 , gobernantes ac-
.tuales ,,.prueban por :lo ;menos que .estos han
perdido la confianza dela nacion -y auncpte,
no seln, „positivamente .criminales., debeu




ái á.
abandOnar unos destinos en que ya no pue-
den ser útiles. ¡Pobres hombres! ¡Y á quien
pretenden alucinar con esas representacio-
nes que ellos mismos han mandado hacer,
y que solo se han hecho en los pueblos
en que los magistrados locales han sido débi-
les ó estaban de acuerdo con los gritadores
que las pedian! ¿No sabemos todos cómo se
forjan semejantes papelotes ? Se unen dos,
tres ó cuatro individuos ó docenas de los que
estan en el secreto, forman el escrito Segun
las instrucciones qii&.han recibido, le re,
citan con voz linea y campanuda en una
'tertulia patriótica ó en un café , invitan
á que le firmen á cuantos estan presen-
tes ó van llegando. Les mas no saben si-
guiera su contenido ; pero unos por no
hacerse sospechosos; por no pasar per ser-
viles ó por echarla' • de grandes patriotas,
()tres por no comprometerse en la duda de
lo que puede suceder, y otros para ale-
gar este mérito en caso de que triunfe la
raccion de los gritadores, van firmando ce-


én un barbecho, seguros de que na-
die les ha de pedir cuenta de aquella fir-
ma. Otra cosa seria si hubiesen de probar
en juicio lo, que enuncian' bajo sii




1,'y
quedasen sujetos 'en' visd de nojpfdlYárie


317
la pena que las leyes imponen á los calum-
niadores. Esto es, en cuanto á aquellas re-
presentaciones que no vienen apoyadas por
los magistrados locales, que en orden, a
estas la táctica .:es muy diferente, aunque no
menos conocida. Se arma un aparente motin
en que un grupo de doscientas , trescien-
tas ó cuatrocientas personas, pagadas las
mas, tornen el nombre del pueblo y .va-,
yan á las casas consistoriales á pedir al ma--
gistrado ó magistrados lo mismo que ellos
quieren que se les pida ; se convocan em-
pleados que. ninguna accion legal tienen
en semejantes negocios , y ohligandolos
deliberar á vista de los mismos amotina-
dos y al compas de sus gritos amenaza-
dores, se les arranca nn sí que la ma"-
yor parte reprueban y -detestan en st•
razon , y se dice luego que el leal y he-
royco vecindario de tal parte , legalmente
representado por los gefes y empleados pú-
blicos , ha resuelto dirigir al Rey una res-
petuosa esposicion en que se le diga en
términos precisos y muy claros: —Señor,
V. M. manda tal 'cosa y nosotros no que-
remos obedecerla; pero por lo demas nos
hallamos penetrados de los mas puros sep,-
timientos de lealtad , amor y respeto 4




3r8
V. R. Persona ; y asi verá Y. M. como le
obedecernos .luego que mande lo que á no-
sotros se nos antoje. —fié aqui la gran
fuerza .y la indudable legalidad de las ta-
les representaciones. Por fortuna esta tác-
tica de los anarquistas y demagogos de Lo.-
'dos colores es ya demasiado conocida , y á.
-nadie puede. engallar. Asi lograron los ja-
cobinos que basta las menores aldeas de
Francia .e.wr ias;en :í la convencion adresses
felicitandola por el acto sublime de be-
roisino con que Libia puesto en el cadalso
á un Rey, cuya persona labia sido decla-
rada inviolable y sagrada por aquella ley


:,misma en virtud de.,la•-cnal se le acusaba.
:Asi los.- que. sucedieron 5.los jacobinos en
el mando hicieron tambien. que lloviesen
adresses dando etparabien á la misma conveli-
eron por haber guillotinado á los decenpi-


Asi el. directorio hizo luego. que otras
-tantos •adiesses :legitimasen .su.instalacion,


Jionaparte ...hizo, reconocer su cesaren
espedieion de Saint-Cloud , su . consulado
vitalicio .y la c•eaeion del' imperio, y no
se contentó con ddresses _sino• que hizo
consignar . en . --registros- públicos mas de


.e.aiatro..millones de votos, pero estos,•,inis-
.Mos-votantes-ban aplaudido luego su caida,
le han, declarado. intruso, y han mostrado
el mayor júbilo al': ver restablccidtts sobre
él trono la misma `familia que' ha pian' pros-
crito, y • la misma persona que • habian es-
.tado,,:escarneciendo por. ..espacio .de
años. Et puis fez vous á neessieurs les sa-


3f 9
.varas. ¿Y se dirá que .en todos los hm--
Inefables adresses que á cada suceso im-
portante llegaban á Paris de todos los pun-
tos del reyno,:se espresaba la verdadera
opinion del pueblo trances, es decir , la de


•los hombres instruidos,virtuosos é imparcia-
les, que son los únicos cuya opiniori merece
algun respeto? ¿Qué será pues en nuestro caso
cuando de los veinte mil pueblos que tie-
ne España, solo han venido representacio-
nes de treinta , cuarenta ó ciento, si se
quiere; y cuando en estos no se ha con-
sultado para hacerlas ni á la centésima
parte de' sus habitantes ? .


Al llegar aqui hemos visto con el ma-
yor placer que el Rey ha sometido á las


., Q.. • Cortes la decision de esta contienda , y que


e• . el congreso unánime ha declarado en su• respuesta ,«Jue las Cortes nunca podrán me-
nos de desaprobrar altamente cualquiera
insubordina cion y- lalta-de respeto, al. orden
público y á las .leves,» Nosotros ,,nrk podi4-
.Ilos ni aun -dudarlo; pero . tenemos mu-
cho consuelo en que se haya proclamado
solemnemente este gran principio para con-
' fusion de aquellos que .creian que las
Cortes sancionarian..consu voto lamoho-
diencia y la rebelion. -Si antes de imprimirse
este articulo no. hubiese recaido resolución
del congreso sobre la propuesta del „Rey,
hablarémos de ella en el siguiente.




El CE N


EL PEINCIPE de Nicolas Maquiavelo, tra-
.


(lucido del toscano al español. Un tomo
en S.': se hallará en esta corte en las librerías


-de Paz y viudade Alonso y Antoran, entren-
te de san Felipe el Real , y en la de don loa-
quin Sobo, Calle de Carretas , á io rs. vn.


Esta version se anunció en el número
.20 del Censor, tomo IV, pág. 96.


Coleccion de trozos escogidos de los me-
jores hablisiáS ,:eastellanos-, en .verso y pro-
sa , hecha para el uso de la casa de edu.
carian sita en la calle de San Mateo de es-
ta corte. Tomo 1. 0 ,-estractos en prosa. Un
vol. 'en 8.° marquilla. Se hallará de venta
á 18 rs. en la espresada casa de edu-
eacion , y en la libreria de Crtiz y. Miyar,
enfrente de las gradas de san Felipe el
Real.


PERIÓDICO POdTICO Y LITER ARIO,


N.° 71.
SAnADO 8 DE DiClEillEhE DE 1821.


De la influencia de las revoluciones en los
progresos 4J-saber.


todo este artículo,entendemoslior
revolucion el tránsito de'un sistema de go-
bierno cí «rió; y vamos á 'examinar su in.-
fluencia 'Sobre el progreso ó atraso délas


-ciencias y 'artes.'
Las revoluciones puedendiltribuirse(-on


dos clases ; • se pasa denn sistema mas
liberal 4' otro ,mas absoluto , 'como en••a
de Roma despnes de las-guerras .


civiles y bó
de un sistema mas absoluto á Joir4 mas.li-.
beral ,:epinity en las ultimas revoluciones.de


'InglaterraY.Frafiela y España.'
La influencia de una.Yrevolticion sobre


Tomo XII.
21


9J20


ANUNCIOS.




3 2 2
el saber humano no es del tiempo mismo
en que dura la convulsion sino depende
de la disposicion que deja en los animos
cuando ya ha . cesado el movimiento. Du-
rante la efervescencia de las pasiones y de
los partidos,- solo se piensa en opinio-
nes y doctrinas políticas: mas estas pre-
existian á la . revolncion, pues sin ellas no
se hubiera velilicado la mudanza: y las




modificacioneslue reciben durante el tras-
torno , estando siempre subordinadas á las
facciones • efímeras que adquieren • y pier-
den el poder, necesitan del examen de la
razon en tiempos mas tranquilos para ser
adoptadas ó desechadas. En . cuanto á las


•:ciencias naturales y á las,humanidades, po-
co ó nada se adelanta durante el curso de
la revolucion. Las musas se hacen esclavas




del poder doiniriante, y la filosofia exami-
na, estudia y calla para hablar cuando eh-.
cuentre oidOs.


Debemos ,pues buscar el efecto de las
revoluciones,: despues que estas han pasa-
do. cuales .son los documentos que
nos da la historiaen esta importante mate-
ria. Nosotros creemos haber observado que
las revoluciones en sentido liberal son fa-
vorables;dlos estudios filosóficos, 'y que las


1


323
revoluciones en sentido servil favorecen á
su manera y corrompen las bellas letras.


Algunos años despues de la guerra de
Troya hubo en Grecia un movimiento ge-
neral contra el gobierno monarquico. Es-
tablecióse en todas partes el regimen
publicano: la revolucion fue larga y du-
ró hasta los tiempos de Solon y Licurgo,
que la fijaron. La Grecia habia tenido gran-
des poetas : su posicion geográfica , su
lengua y su imaginacion los llevaba na-
turalmente á perfeccionar este arte en-
cantador. La revolucion liberal de que lie-
mos hablado dió honor á los estudios mo-
rales y políticos ; y la elocuencia y aun la
poesia griega eran , por decirlo asi, filosó-


ficas; es decir , nada era bello si no era ver-,
/ladero. ,


Concluida tan gloriosamente la guerra
de los persas, empezó á sentirse en las de-
mocracias griegas, ya la tirania popular, ya
la aristocrática ; y en esta misma época em-.
pezaron los sofistas que desfiguraron la fi-
losofia y la moral. Cuando Filipo y Alejan-
dro acabaron con la libertad , los poetas
fueron aduladores , los hombres de .estado
declamadores, y los filósofos juglares (le
palabras. . La historia literaria de Atenas


r1/




324
acabó con su historia política •' y solo se
conservó cierto sabor (le las bellezas anti-
guas que se apreciaban sin imitarlas ni
competirlas. El favor que los sucesores de
Alejandro dieron á las letras , no las mejo-
ró; porque sin el apoyo (le la filosofia de
nada sirve la fastuosa proteccion (le los mo-
narcas.


Roma fue ignorante hasta la época de
Escipion: por tanto la revolucion aristocrá-
tica de Bruto y la democrática de Licinio
Estolon la .dejaron en el mismo grado de
ignorancia que la encontraron , asi como
Esparta nunca tuvo artes ,• porque su ré-
gimen. se las prohibia. Los romanos, due-
ños de la Grecia, sufrieron el yugo de sus
vencidos , y se dedicaron á las artes con
preferencia á la filosofia: documento cierto
de la revolucion que iba haciendose err ,sus
costumbres , y seguro anuncio de la que
habia de hacerse en su república. Ciceron„
grande hombre de estado, grande orador
y -gran filósofo, es uno de los fenómenos
mas estraordinarios de la historia romana.


Sucedió el despotismo militar á la re-
pública : y el sanguinario Octavio , con-
vertido en Augusto, llamó á Roma las ar-
tes y los placeres. La capital del mundo


325
se llenó de modelos en todos géneros; pero
murió .


la filosofia , á no ser que queramos
honrar con este nombre el ascetismo de
los estoycos , muy propio para consolar un
alma visionaria (le los males de la admi-
nistrador]; pero que haciendo la felicidad
del hombre independiente de sus relacio-
nes con los (lemas , de nada sirve para me-
jorar el orden moral ó político de las so-
ciedades...Nerou permitia á Séneca consolar-
se con su filosofia de la desgracia de mo-
rir por orden de su alumno ; pero¡ay
de aquel que corno Lucano se atrevia á
proclamar los principios tutelares de la li-
bertad!


Casi un mismo siglo vió la gloria y
decadencia del Parnaso latino : el descui-
do de los estudios filosóficos trajo tras sí
la corrupcion (le los estudios literarios.
Los tiranos quieren palabras y nó cosas:
y las bellas letras se pervierten por prc-
cision , cuando se reducen al estudio de
palabras sin ideas.


El septéntrion vomitó sus legiones, y
aceleró la barbarie que la corrupcion del
buen gusto y la introduccion del escolasti-
cismo en la teología' habian ya preparado.
La Grecia habia ilustrado al mundo en


-é- :




326
tiempo de los romanos: la Grecia, venci-
da por los turcos, hizo refluir al occiden-
te bárbaro los monumentos de su antigua
gloria literaria. Renacieron las luces ; y es-
te t,'0- an fenómeno causó una gran revo-
lucion política, porque destronó al clero
y acabó con los ultimos restos de la *


so-
berana feudal.


Cuando muere, politicamente hablan-
do, un poder , no es lo comun -que ten-,
ga un sucesor. Disputóse quien heredara
la autoridad sacerdotal y feudal ; y. esta
querella se decidió en casi todas partes á
favor del trono. No es del caso espiicar
las causas de este fenómeno; pero obser-
vemos sus resultados con respecto á las
ciencias. En los siglos XVI y XVII to-
dos los monarcas protegian á los poetas y
humanistas, y perseguian y detestaban á los
filosofos y políticos ; pero esta proteccion
y este odio tuvieron diferentes resultas.


En Italia, donde las luces al renacer
encontraron gobiernos populares , vemos
el caracter de la filosofia impreso hasta en
las obras de sus mas grandes poetas. Los
españoles dominaron aquel pais, proscri-
bieron la filosofia, y las bellas letras de-
generaron al momento.


327
Inglaterra , casi bárbara todavia hace


una sangrienta y larga revolucion, en que
intervinieron todas las ,pasiones políticas
y religiosas.' Al salir de ella triunfó el prin-
cipio liberal : desde entonces asentó la fi-
losofia su trono en aquel pais ,• y sometió
las bellas letras. Obsérvese que el gusto in-
glés en humanidades. no era entonces ni
clásico ni seguro; pero se ha ido perfeccio-
nando sin degenerar nunca, porque la fi-
losofia le ha sostenido. Newton hallaba las
leyes del universo, Locke las de la inte-
ligencia humana , y Addison y Pope fija-
ban las del buen gusto. Los primeros poe-
mas filosóficos de la literatura moderna
fueron escritos en inglés.


El conflicto de las opiniones religiosas
causó en los siglos XVI y XVII grandes
calamidades; y todos los gobiernos busca-
ron la manera de tener á un mismo tiem
po religion, y orden. La España no desa-
tó este nudo gordiano; mas le rompió , y
creó la inquisicion. No es de esti-aliar pues
que muriese la filosofia á manos del des-
potismo armado con el hacha sacerdotal.
El genio nacional no conoció entonces mas
gloria que' la militar y la literaria. Los lau-
reles se marchitaron ,y nuestras musas se




11
329


La revolucion no aumentó la masa de
luces; pero aumentó la de las esperiencias
históricas. Nada manifiesta mas la tenden-
cia del espirita frances-, que ver nacer
de entre el caos revolucionario el institu-


sl to de ciencias y artes, monumento el masgrandioso y mejor ordenado que el hom-
bre ha erigido al saber. Se ha dicho que
Napeleon era enemigo de las luces nada
es mas falso. El queria que la gloria fue-
se el ídolo de los franceses ; y no solo la
gloria militar, sino tambien la literaria. Es
verdad que no gustaba de las teorias po-
líticas que contrariaban su sistema es ver-
dad que no gustaba de la ideologia ; que
reducia á nada las brillantes imposturas
de su rey nado; mas él colocó en las pri-
meras dignidades del imperio á esos mis-
mos ideologistas, esos mismos políticos, cu-
yas doctrinas le desagradaban: protegió y
premió las musas, las artes agradables. y
llenó el imperio ... frances de monumentos
útiles y magnificos. La sabiduria francesa
silenciosa bajo el reynado del terror que
habia proscrito á Lavoisier y Condorcct, á
Chenier y á Bailly , se presentó con la
superioridad que le era propia á embelle-
cer el reynado mas estraordinario que cuen-
ta la historia.


3,8
corrompieron ; porque en España bajo el
poder absolut6.todos los infortunios se mi-
raban como preferibles a la mas ligera re-
forma. lié aqui nuestra historia desde Fe-
lipe II.


La Francia conquistadora , opulenta y
sabia bajo el despotismo ilustrado de Luis
XIV , no llegó á cultivar la filosofia ra-
cional y las ciencias politiccas sino en el
siglo XVIII. Sus modelos ea literatura son
tan clásicos que ya casi es imposible per-
vertir el buen gusto. A pesar de las vi-
cisitudes de la moda , la perfeccion de Ra-
cine , la sublimidad de Corneille y Bossuet,
la ternura de Fenelon , el ingenio de la
Bruyere, y la sal cómica de Moliere no
fueron - olvidados en un siglo tan fecun-
do en novedades. La literatura francesa
quedó desde Luis XIV y aun permanece
estacionaria , porque parece imposible su-
perar la perfeccion de los primeros mo-
delos. No asi las ciencias : los franceses han
arrancado. de manos de los ingleses el ce-
tro de las matemáticas : han creado la quí-
mica ,-la política y la ideologia : han me-
todizado . las concepciones sublimes de los
'filósofos de Albion , y por decirlo asi, han
popularizado la sabiduria.




33o
Por la enumeracion que hemos hecho


se ve: t.° que cuando las naciones pierden
la libertad , mueren los estudios filosóficos
y se corrompen los literarios : a.° que
cuando la rescatan son mas apreciados los
conocimientos en política , moral y filoso-
fia ; y que aunque la poesia y las bellas ar-
tes no obtengan el primer lugar se maw-
tienen y conservan con honor y sin de-
generar en miserables sutilezas y necios
juegos de palabras ; porque en las nacio-
nes libres nada agrada por mucho tiempo
sino lo que se funda en la razon , cimien-
to comun de las ciencias filosóficas y de
las bellas letras.


331


Razones en que se han apoyado• las reso-
luciones de la audiencia. de Sevilla ,sus-
pendiendo á varios jueces de primera ins-
tancia que han entendido en la causa
de Mir y Grimarest.


Enmedio de la terrible tormenta que
está esperimentando el poder judicial , no
por parte del gobierno ni mucho menos
por defecto de nuestras sabias institucio-
nes , sino por una gavilla (le hombres des-
moralizados que quisieran proclamar el rey-
nado del terror para esclavizar á todos sus
conciudadanos , justo será que nosotros
aunque débiles, oscuros, notoriamen te agra-
viados por algunos jueces mal prevenidos,
y casi proscritos de todas las ventajas so-
diales , levantemos nuestra voz en defensa
de la verdad y de la justicia , tan impune-
mente oscurecida y vulnerada.


Aunque en diferentes puntos de la mo-
narquía se han desatado con mas ó menos
furor las plumas y las lenguas de los de-
magogos contra los jueces y magistra-
dos que han querido mirar con la itn-




gik


Li


332
portancia que se merece la sangre de los
hombres , en ninguno se han traspasado tan-
to los límites de la decencia y del respe-
to público como en la capital de la pro-
vincia de Sevilla, escarneciendo y calum-
niando descaradamente á los ministros de a-
quella audiencia territorial. Una causa de
conspiracion que 3e suponia tramada en Jerez
de la Frontera , Cordoba y Sevilla , cuyo co-
nocimiento había sido prevenido por el juz-
gado de la primera de estas tres ciudades,
ha servido de pretesto y de piedra de es-
cándalo para que las prensas de Sevilla ha-
yan estado derramando durante un mes en-
tero el veneno mortífero de la calumnia.
Aun cuandó faltasen todas las razones le-
gales que vamos á esponer para demos-
trar la justicia con que procedió -la Au-
diencia en los dos autos que proveyó en 25
y 28 de setiembre ultimo, reponiendo el
proceso al estado que tenia cuando se pro-
movió la ilegal competencia por el juez de
primera instancia de Sevilla , don Francís-


. co Belloc y Navarro, y declarando á este,
á- sus acompaiíados , como tambien al pro-
motor fiscal, incursos en los articules 7.°
y 3.° del decreto de 24 de marzo de 1813;
hastaria observas el tono de furor y de in-


-333
decencia con que se han explicado los es-
critores enemigos del tribunal , para cono-.
cer que no el deseo de la justicia sino la
sed de sangre es quien dirigia sus fero-
ces plumas. Vezinse los hechos, y juzgue
luego el público imparcial.


La causa de conspiracion formada contra
don Isidoro Mir,. don Luis Maria Dato, el
general Grimarest y otros se previno en Je-
rez, en 4 de mayo, por uno de los alcaldes
constitucionales que.ejercia las funciones de
juez de primera instancia, el cual habia ya
despachado requisitoria á varios pueblos, y
entre otros á Sevilla, para la . prisioki de los
dos primeros reos, cuando el gefe político de
esta ultima ciudad recibió oficio del de Ca-
diz para su arresto. Habiendolo verificado •
en 14 -de junio , pasó oficio al juez de pri-
mera instancia de Sevilla don Francisco Be-
lloc, para que les recibiera declaracion so-


* bre los papeles que les habian encontrado,
y que evacuada se la remitiera para despa-
char. las diligencias al juez- originario.


Desempeñó Belloc la . primera parte de
este oficio ; pero copio yá es cosa sabida
que cuando estas causas de conspiracion
se despachan á gusto del partido dominan-
te , dan cierta celebridad á los jueces que




334
en ellas entienden, y á esta celebridad sue-
len seguirse los ascensos en la carrera, le-
jos de cumplir con lo que se le habia pre-
venido de devolver las diligencias , ofició
al juez de Jerez para que le remitiera la
causa. Claro es que una pretension seme-
jante no porfia menos de causar , mucha es-
trañeza al juez de Jerez, y que babia de
resistir, corno resistió en efecto, la remi-
sion de la causa incoada por él. Antes bien
acreditó con testimonio que él era el que
la habia prevenido desde el 4 de mayo an-
terior , que era el juez originario, que ha-
bia despachado requisitorias hasta Sevilla


. para la captura de los reos , y que por
último dirigia sobra ello una consulta al
tribunal territorial.


Al ver esta contestacion y testimonio,
y con solo haber leido - el artículo 14 .de
la ley de , u6 de abril que prohibe en es-
ta clase de- causas toda competencia de ju-.
risdicion que no se suscite entre la ordina-
ria y , cualquiera magistrado celo-
so del bien y exento (le pasiones hubie-
ra remitido las diligencias evacuadas al tri-
bunal competente sin invadir la agena ju-
tisdicion. Pero no se avenia bien esta con-
'<Tueca legal con quien ansiaba por oca-


335
siones de brillar en el foro y pasar por
justiciero á los ojos de los • que nada en-
cuentran justo sino el desahogo dé sus pa-
siones. Sonaba una conspiracion cierta ó
falsa, •y era menester lucirlo so pena de pa-
sar no más que por un juez justo y mo-
derado. °


En efecto, insistió Belloc en que se le
remitiese la causa, y proveyó auto en 20
de junio formando la competencia al juez
de Jerez, si no accedia á su estrava,g•ante
demanda. ¿Pero qué mucho que este buen
juez estuviese tan tenaz y tan animoso , si
se veia estimulado á serlo nada menos que


-por el regente interino de aquella audien-
cia don José Elola, y por él caballero ge-.
fe. político? No faltará quien pregunte, con
qué motivo ó pretesto se mezclaban estos •
dos sugetos en un negocio' tan distante de
sus atribuciones, turbando las augustas fun-
ciones del poder judicial? Nosotros no sa-
briamos satisfacer á esta pregunta ni tam-
poco calificar con su verdadero nombre un
atentado que por sí solo indica un ánimo
prevenido y dispuesto á atropellar las sa-
crosantas leyes protectoras d'e' la inocen-
cia: Solo podemos decir que estos dos fun-
cionarios públicos no se desdeñaron de ofi-


á




336
ciar al juez de Jerez, y aun de amenazarle
el ultimo con que daria cuenta á la su-
perioridad, si no remitia la causa al juzga-
do de Sevilla.


Cuando se ve á dos funcionarios pú-
blicos de clase tan elevada personificarse con
tanto ahinco en un negocio que no les in-
cumbia de modo alguno, y constituirse en
agentes oficiosos para apoyar. una infraccion
de ley, de la cual podia depender lá'vida de
algunos hombres ; no es facil contener la
reflexion sin que se dirija inmediatamente
á compadecer la suerte de la especie hu-
mana 'que tau de contínuo depende de las
pasiones exaltadas por el espíritu de parti-
do. El juez de Jerez que por desgracia era
lego, al ver apoyada lá solicitud de *Belloc
por las dos primeras autoridades de. la pro-
vincia . , accedió á la remision dela causa y
ni aun creyó necesario el dictamen de ase-


. sor, viendo que estaba apoyada por el mis-
mo regente interino de la audiencia , el
cual encabezaba .su oficio como si aquella
fuese la resolucion del tribunal.


Desde entonces se continuó la causa
-en Sevilla á pesar del capitalisirno vicio
• de nulidad que llevaba consigo , y se for- •
rasaron de ella varios ramos.. Los princi-


337
pales son el que se formó contra Mir, Dato,
Pinto y otros, y el que se l'Orinó contra el
general Grimarest , en los •cuales se come.
tieron otros defectos poco menos sustancia-.
les. El primero fue el:de.haberse pronuncia-
do sentencia contra. clon Manuel Gonza-
lez Pinto á quien gravan el testigo Mar-
tinez, que solo es referente , y el .dicho de
Mir , sin que en la ratilicacion de aquel
se le preguntasen las generales de la ley,
ni á este,.eomo testigo ,. se le recibiese ju,
ramento ni:asistiese corno tal al juicio
Hico; á pesar de lo prevenido en el artí-
culo 22 denla ley de 26 de abril. El se-
gundo consistió en no pedir - la ratificacion
á este , ui haber manifestado á los.
reos .el nombre ‘ del de.lator eón arreglo al.
artículo 3o.o_ de la Constitucion.


Pero ninguno de estos defectos , ni
otros muchos .,que han eSpnesto los de-
fensores de los reos en diferentes escritos,
son los q.ne han motivado providen,
das de reposiciim y suspension dictadas Kir
la 'audiencia -sino la falla de jurisdicion
con que. , procedió en la causa. el juez Be-
lloc. Porque . ademas (L•1 principio cono,
culo de derecho de que Iplotl lege prohi-
tiente jure nallanzesi,.ei cual no tie-


TOMO XII.
22




338
ne mas escepciones que las que previenen
las leyes, está fundada tambien la repo-
sicion en el articulo 15 de . dicha ley que
previene , que « el juez de primera instan-
cia á quien •correspOnda el conocimiento de
estas causas, les dará una preferencia ect:»;
y sobre todo en la de Partidas 15, tit. 22,
Partida 3.a que dice • asi: “ apremian á las
vedadas les juzgadores á los demandados
que respondan antellos , mague y sean de
otra jurisdicion sobre que non hayan po-
(torio de juzgar: En -tal caso como este de-
cimos, que todo juicio que fuere dado en
tal manera, que non:seria valedero. Eso mes-
7710 seria citando las partes yerran tomando
algun juz,gador que non ha poderio sobre ellos
de juzgar cuidando • que lo. puede Acer. cá
el juicio que fuese dado en esta razon non
valdría. »


Belloc no pudo ser juez de este nego-
cio , porque ni previno la causa , ni los
reos son del domicilio de su jurisdicion,
ni él los puso presos, ni tiene ra-zon al-
guna que milite en su favor „sino un que-
brantamiento espreso de la ley. Pero se
dirá d por qué contestaron los reos á los car-
gos que él les hizo , en la confésion? La
respuesta -es tan obvia y tan sencilla qus


339
inmediatamente salta á los ojos. Los reos
ignoraban si él era ó no el juez dé la cau-
sa, porque ellos no la habian visto,• y por-
que-se tuvo gran cuidado de ocultarles to-
do lo que se q•eria que ign-órasen.•.Tállue
el no resultar el auto judicial parái que
el juez de Jerez estrechase la prision de
Grimarest , en ,


;.casó-de haberse espedido se-
niejan te auto' para


. esto ó para trasladarle
á .


Sevilla , dudándose hasta ahora ígi';uno , y
Otro fue motivado en alguná -providen-
cia judicial , ó en el oficio del. gefe su-
perior político ds aquella ciudad. Tal fué
igualmente el my haber insertado íntegras
lal ; decla


•acioníj§:dle Mir y Dato, la omi-
sion de algitnás•'de, la


. de Puente y la del
careo entre iViir y Grimarest .,...y:sObre to-
do la afectada ocultacion de todo lo rela-
tivo al punto de jnrisdicion ,•que era el vi-
cio original d•todo • lo actuado: :




Si el oficio fiscal erró acusandolos an-
i‹; un juzgador grc'e-non ha podezio sobre ellos
cuidando que lo puede facer ,• juicio da-
do en esta razon non vale , que es-preci-
sainente lo mismo que ha deelaradó la Au-
diencia mandando reponer,


'el'Preceso
remitirlo para su con tinuacion al: J'nez 'á
quien la ley reconoce con podet i ó de juz-




340
garlos,,Esta .providencia la consintió el fis-
cal, y ni siquiera ha suplicado de ella como
rodia hacerlo supuesto que no es sen-
tencia ni causa.éjecutor i a ; y asi es estraor-
diriariamentemidícu lo el 'recurso de respon-


n o debe 'instruirse onzissosabilidad , que
medio.


Vero qué arbitrio es el que. queda Oln.-
tra los. jileccs.de Sevilla que .han comoti-
do • el: alentado de no asesinar juridieamen-
telá l'ir,. á Dato y sobre:19(10 Grimarest?
Pues, no, hay mas que,quitar c diferir á.
los eeJoGosl.ragalistas cl s. pihrpso espectaeu,-,
jo de los . patibulos que . es !lo que los,,en-,
canta y deleyta? No _habiendo: ya, '61110.401.
efecto alguno las . declamatorias represen,.
taeiones . :..forinaTdas- con. el objeto de sor-
prender la,religion.i9biern o.,... era in-
dispensable/valerse del patriótico medio de
desacreditarlos , denigrarlos;, calutiitriár•-
los , infaitpovlos . y perseguirlos por cuan-
tos medies,puede sugerir el furor , y . la ciega
ambioion' de, unos cuántos demagogos. E.,.se,
pretesto hipócrita de autora la justicia ;coa
que se :intenta sorprender, la sencillez Jlel.
pueblo,,, .no sirve siquiera, para disfrazar la
secVd.,4 • Itiigre y de, revueltas que devora
y atormenta' sus impios corazones. ¿Por que


24 t
al mismo tiempo que se pondera tanto el
interes de que sean castigados los delitos,
no se dice tambien que exige el interes
de todos, que en los juicios no se que-
branten las leyes, cuyas solemnidades son
el verdadero palailion de la libertad? Si
el que esta permanezca y se guarde en las
naciones consiste en que los súbditos obe-
dezcan al principe, y este se sujete á la ley,


será lícito á los tribunales separarse de
ella á su antojo por complacer á algunos
súbditos? ¿No seria esta una verdadera ar-
bitrariedad, cuyo funestisimo ejemplo fuera
tanto mas escandaloso, cuanto mayor es
es el altinco con que se combate y debe
Combatirse el despotismo ?


- Es menester que todos se persuadan de
que cuando en los procesoi se prescinde
de lo que exigen las leyes, el castigo en
lugar de ser una pena no es otra Cosa que
un acto de hostilidad , por mas que le ha-
ya decretado la autoridad pública ; y el
ejecutarle sin las formalidades que ellas
prescriben , espone á la justicia á merecer
el nombre de tirana , cualquiera que sea
el secreto motivo que dirigió su fallo. Cuál
seria el asilo de la inocencia si bastase la
acusacion para la ,ruina? Por notorio que


ti




341
sea el delito no debe el juez valerse para
condonar á los rebeldes del derecho de la
guerra, sino arreglarse en un todo á lo que
mandan las leyes para que no se equivo-
quen la sentencia y la venganza. Eso fue
lo que le sucedió á Galba con la muerte
(le Cingonio Varron y de Petronio 'l'ur-
piliano , en cuya causa no se siguió el or-
den prescrito por las leyes del imperio.


¿Pero qué necesitamos ejemplos ni pre-
ceptos de la antigüedad , cuando tene-
mos tan claro el articulo a54 de la Cons-
titucion, que hace personalmente responsa-
bles á los jueces de toda falta de observan-
cia (le aquellas que arreglan el proceso?
¿Y qué falta seria comparable con la de que
todo ciudadano tuviese la potestad de juz-
gar? Esta potestad se contiene dentro de los
línUtesqué la ley tiene demarcados, y cuan-
to uno ejecuta fuera de ellos es un abuso de
la jurisdicion que se le ha confiado, sin te-
ner otro valor que el acto de cualquier par-
ticular, en cuya clase queda constituido el
juez que escede sus atribuciones.


¿ Qué comparacion tiene esta causa de
que hablamos con la que se siguió en Ro-
des el año de x81 7 sobre el asesinato de
Mr. de Fualdes , de que se habló tanto en


343
Francia y aun en toda Europa , como que
se imprimió y reimprimió dos veces en el
mismo ario? En ella el juez ordinario , ó lo
que es lo mismo, el tribunal d'assises de Ro-
des pronunció su sentencia ; pero la cor-
te suprema , que equivale á la Audiencia
territorial , la anuló por haberse contraveni-
do al articulo 31 7 del código de procedi-
mientos. Esta contravencion no consistió en
otra Cesa sino en que está prevenido, que


Itor la fórmula con que se ha de recibir el ju-
ramento á los testigos, es la siguiente: « ¿ju-
rais hablar sin odio y sin temor, y decir
la verdad, toda la verdad y nada mas que
la verdad? Pero el juez que habia pronun-
ciado va esta misma fórmula con una mul-
titud de testigos, omitió en uno de ellos la
ultima frase, esto es, nada mas que la ver-
dad ; y esto bastó para que se anulase la
sentencia. Cotéjese esta ligetisirna nulidad
con los defectos que ya hemos citado en la
causa de Sevilla, y véase si la audiencia ter-
ritorial estaba en el caso de anularla. Sin
embargo alli no se infamó, no se calumnió
ni Se persiguió á los,jueces , y esto no depen-
de de otra cosa sino de que alli se sabe lo
que aqui se ignora , que es el aprecio que
se merece la libertad.


qr




344,
La Constitucion y la ley de 9 de 'oc-


tubre favorecen al ciudadano ,' aunque sea
criminal, hasta que haya sido convencido y
.declarado tal por el magistrado legítimo: una
y otra previenen que no pueda ser arresta-
do sino en los términos que y cuando ellas
prescriben : que á las 24 horas se le di-
ga la causa de su arresto y el nombre del
delator: que en cualquier estado en que pue-
da ser suelto, que lo sea: que en la confe-
sion se le lean integros los documentos y
declaraciones que le graven : que no se ten-
ga por sentencia aquella en que no haya
mavoria absoluta de votos ect. , ect. Esto
es lo que manda la Constitucion espaiio-
la y las leyes que dé ella emanan; pero es-
to es precisamente lo que disgusta á ciertas
gentes que en Sevilla y otras partes querrian
que se fallase la pena de muerte contra todo
el que les disgusta, aunque careciese el juez
de jurisdicion y atropellasen todas las reglas
del derecho ; ¿ y esas gentes se atreven á
llamarse los buenos ? •, qué trastorno. do
ideas


Luzca militar austriaca en el Piamonte.


Simon , dormis ?


Nuevo ejemplo del espíritu de error que
en la época actual se ha apoderado de los
gobiernos de segundo orden. El documen-
to oficial en que el rey de Cerdeña publi-


• ca la convencion celebrada entre sus pleni,
potenciarios y los de Austria, Rusia y Pru-
sia, tiene un considerando que prueba hasta
qiié‘punto desvariar los gobernantes , cuan-
do luchan contra el espíritu de su siglo.


Los ministros del rey de Cerdeña le ha-
cen decir : ‹‹que en virtud de los sucesos que
antecedentemente habian turbado el orden
público en sus estados, y deseoso de dar á
sus augustos aliados todas las garantías posi-
bles de la tranquilidad europea, deseaba la
ocupacion de una linea militar en sus esta-
dos por un cuerpo de tropas aliadas.»


Esta confesion es importante, porque e
quivale á la abdieacion de la soberania que
como rey absoluto tiene, y a la abdicacion
de la independencia de su nacion , sin la cual




346
no hay soberanía, ni en ella , ni en su mo-
narca. Los acontecimientos que turbaron la
tranquilidad en el Piamonte, se reducen á
un solo hecho: la nacion pidió , consiguió
y perdió sus garantías; y aunque perdidas
ya, la nacion las pide aun y las desea. El
gobierno no quiere darlas; y no liando de
sus propias fuerzas, recurre á las de los alia-
dos para sostener su negativa. Este es preci
saínente el medio de comprometer la tran-
quilidad europea ; porque si el gobierno
sardo accediese á las justas peticiones de
sus súbditos, ni el Austria , ni la Rusia , ni
la Prusia tuvieran nada que ver en los ne-
gocios interiores del Piamonte: pero ha-
llandose ya comprometidas por operaciones
diplomáticas en conservar lo que ellos lla-
man derechos del trono de Cerdeña, ó los
piamonteses han de sucumbir, ó las han de
haber Con toda la santa-alianza ; y esto por
la sumision espontánea de su gobierno pie
recibe el yugo voluntariamente.


No hay medio ninguno para disculpar
al gobierno sardo, sino la persuasión ínti-
ma en que están todos los que conocen la
situacion política de Europa de que esta
ocupacion militar, que: parece reclamada y
solicitada por la corte ._de Turin , es real,


347
mente una medida acordada por la santa-
alianza, y dictada como una orden , no so-
lo al rey de Cerdeña, sino tambien á los
(lemas estados de Italia. Esta rellexion po-
drá estusar la sumisión actual del gobierno
sardo ; pero c por qué ha dejado llegar las
cosas á este punto ? Por qué no se reunió
con Nápoles y con toda la Italia para de-
fender la independencia de la patria co-
mun ? En fin


cspor qué no accedió á , las sa,
plicas de su pueblo , Y se reunió á él: :de
buena fe ? Ya lo hemos dicho otras .veces;
los gobiernos, por no querer dar la líbertad
á sus naciones , se esponen á sí mismos , y
las esponen á ellas á ser esclavas de las
grandes -potencias.


«Esta medida ( la ocupacion por tropas
estrangeras) es necesaria para dar seguri-
dad á los bien intencionados y refrenar
á los perturbadores.» Qué confesion tan
ignominiosa ! ;Desgraciada de la nacion y
del gobierno que necesitan del auxilio es-
trangero para sostenerse ! Mas vale mil
veces abdicar el poder , que.-conservar-
le en el nombre, entregándolo en la rea-
lidad á los auxiliares. Es verdad que
en esta convencion estan guardadas todas
las leyes del decoro :




348
Le seigneur Jupiter sait dozer la pilltde.»


Las tropas auxiliares no se mezclarán
en nada en el gobierno civil y político;
solo ocupará ti' la linea de plazas fronte-
rizas del- reyno Lombardo-Veneto ,; en
fin , estarán bajo las órdenes del rey de
Cerdeña ; pero ¿ qué importa , si el rey
de Cerdeña milita bajo las órdenes de'
los aliados? S. M. sarda ( es decir, la
santa-alianza ) podrá , si lo tiene por
conveniente , hacer que el cuerpo auxi-
liar ocupe otros .puntos diferentes, de la
linea que se-designa en la convencion.» "Y
por consiguiente la santa-alianza és (luc-
ilo militarmente de las fronteras orientales
de. Francia y de las meridionales de Sui-
za en toda su estension.


.Obsérvese que la santa-alianza accedien-
do á los deseos del rey de Cerdeña, nom-
bra entre los motivos de su accesion, el !a-


ur importante que los estados sardo.s ocupan
en Europa. Ahora bien , esta importancia
no es otra sirio ser fronterizos con Francia.


¡ Y la Francia duerme ! ¡ Y la Francia
-permite á la santa'-alianza llegar militar-
mente hasta sus fronteras, sin tener ella la
menor participacion diplomática sobre un
negocio de. tanta consecuencia ahora y en-


349
lo futuro! ¿No es el rey de Francia indivi-
duo de la. santa-alianza? No, cuando los in-
tereses de las tres grandes potencias lo exigen.


O la Francia ha sabido esta conveneion
o no: si la ha sabido y no se ha opues-
to .á , el ministerio francés es culpa-
ble de..nna conivencia• contraria á la in-
dependencia de todo el oceidente• Si se ha
resistido, y su resistencia ha sido sin fru-
to, ó la diplomacia europea bá, deja-
do ignorar una disposicion de la ,mayor
consecneueia para ella , rife espera..el„go-
bierno francés., pa ra convencerse de ,suirtu-
lida&en,„la política europea,


y conveti:-
eido,de,, iella , para apoyase ,en in.mett-.
sa fnenza flo.su nacion?'Esta,fam za será su-
ya y podrá dictar leyes a,.la.santa -afianza
en el tnomen lo que se declare protector
de la liheriad del occidente.


',;e se deje de.slumb•ar la Francia :por
el ere


numero da tropas . ni por la
pea separada de sus . :fronteras, que .desig-
na la convenciera. El dia de un rompimien-*
to con la .santa-alianza tendrá esta croo mil,
hombrel-en las fronteras. de Provenza
otros taetoi en el San•a , por la iníbien-


en el Piamonle y la Sui-
m: hay publicistas franceses ala;:




35o
por no reconocer legitimidad en los go_
biernos republicanos , sostienen que los
cantones helvéticos no ejercen la sobe-
rania sino por tolerancia de las grandes po-
teneias! No olvido nunca la Francia, que
los estados del rey •de Cerdefía ocupan una
pos. icion importante. Este aserto de la
santa-alianza descubre sus intenciones re-
motas.


Pero « no hay que temer rompimien-
to con la santa-alianza.» En efecto, aten-
dida la paciencia diplonzatica del ministe-
rio . francés, será necesario que''las'pretert-
siones del Austria sean demasiado-exorbi-
tantes para ,saearle' del sueño ' tranquilo
y dulce en que yace. Ha dejad que los
austriacos- ocupeh militarmente -á Nápoles
y Sicilia, que establezcan una linea
tar de puestos desde el 15.5 hasta el Vesu-
vio . : 'ahora deja que ocupen con sus tro-
pas el Piamonte (1• qué término . tendrá la
paciencia de los unos y la °sacha de los
otros? Ya solo falta que los aliados quie-
ran ocupar militarmente la Francia : y es-
te caso puede llegar, por mas inverosimil
(pie parezca al ministerio francés. Espon-
(I•emos nuestras ideas sin reserva 'alguna.


La santa-alianza desea hacer en EsPaña,


35t
y Portugal lo mismo que ha hecho en
Nápoles y Piamonte. Las dificultades son
Truchas: pero el proyecto existe induda-
blemente , y aunque se dilate, no se re-
nuncia á él. Cuatro ostáculos ofrece el
estarlo actual de Europa á las miras de la
diplomacia santa contra la Espacia.


El primero consiste en el caracter de
los españoles y en su posicion geográfica
Sea cual fuere la divergencia de opiniow
nes políticas .,,tódos los españoles renuncia.:
rán cada Une á -la suya, y Se' reunirán pa-.
ra la defensa de la independencia nacio-
nal: la santa-alianza debe• contar con este
resultado á la primer operación Ade.
mas , la dificultad-de someter iih' ivosto ter-
ritorio el ejemplo de la guerra pasada,
la distancia enorme' de nuestra península
á los estados de la santa-alianza reducen
casi nadó' l'a probabilidad del buen exito
en una guerra que mas bien será de ostenta--;
cion que de utilidad : porque d qUé pueden
temer de nosotros ni el Austria ni la Ru-
sia? Mas daño hace á las doctrinas aristo-
cráticas un libro escrito en Paris, que el
establecimiento•de la libertad en España.
Estanios .delintsiado aislados del resto de Eu-
ropa , para que nuestro ejemplo sea con-




352
tagioso. Si algun dia son libres el Austria
y la Rusia , serii no por imitar a los es-
paliolesi, sino por haberse ellos instruido
en virtud de 19,s progresos de la civili,
zacioo..


El segundo; ostáculo es la situacion ac-
tual de 1•?1., griegos. El temor (le la guerra
r.,ó.n • Rusia Ocupa la mayor parte de las
.fuerzas turcas sobre el Danubio: lo que fa.
voreie. la consolidacion de la libertad ,en


Tesalia ,.Acaya y las islas.
La célebre.Gfeta es ya libre: solo poseen en.
ella los turcos ciudadela mal abaste-


da y á rendirse. El gabinete de
Petersburgo no puede resolverse á inutili-
zar los prodigios , de valor.. patriotismo,
que han hecho ,sus hermanos de religion
para obtener su. iudependcncia ; y aun
cuando la diplomacia quisiese , la nacion
rusa no. .do consentiria. Aunque ' esclava,
aunque sometida al poder absoluto., la
imitad nacional será obedecida en una ma.
testa , en . que interesa tambien la ambi-
eion del gobierno.. La Grecia segun todas
las probabilidades entretendrá por mu-
chos la santa,ali anta antes que
puedan td aun pensar en 'dar la ley. en


.353
El tercer ostáculo es Inglaterra, bas-


tante descontenta ya con la union íntima
de las tres grandes patencia$ , muy cuida-
dosa tambien del engrandecimiento de la
Rusia , y en cuya política no ,


puede caber
permitir á -los austriacos ni lí los rasos la
nzenor influencia en los negocios de nues-
ua periinsula.


Pero el ostáctdo mas visible y que
Ocurre mas pronto al mirar el mapa de
Europa, es la Francia. El gobierno de este
vasto reyno es constitucional ; .pero aun-
que fuese despótico , y como tal estuviese
en pugna con nuestras doctrinas y unes-
tro •regimen , jamas podrá entrar en su
política dar paso por sus estados á la san-


..


ta -alianza , ni hacer ella la guerra por sí
misma. .No lo primero , porque seria po-
,nerse á la merced de los estrangeros: no
lo segundo , porque nadie mejor, que los
franceses conoce la imposibilidad física
del buen éxito en una guerra nacional.
Ademas que ninguna nacion guerrea
Ara otra para sostener doctrinas sino para
lograr intereses; y la España es tan nata-


•alritenCe aliada 'de la Francia, que esta no
Puede tener nin


•un interés en ser nuestra
enemiga. Lo repetimos: aunque el gobier-


TOWO XII. 23




-354
no 'franca fuese mas absoluto que el de
,Constantinopla, jamás dará paso á la san-
la-alianza contra España, n mucho menos
.nos hará:la guerra por sí misma.


Los aliados han previsto y -calciálado•
.mejor que nosotros estas dificultades; y
-quieren hallarse prevenidos para el caso ,
remoto en el dia„ pero que es posible, de
que entrase en sus miras acometer. la em-
presa de España; y corno proveen tarabien:
la resistencia de la Francia, toman muy de
-antemano todas las precauciones, que liaran
cs:a resistencia ó menor ó mas peligrosa pa:.
•ra el gobierno francés. La ocupacion
.tar del Piamonte es una precaucion muy
-sabia para lograr este fin; porque produce
tres. resultados muy importantes para la
Santa-alianza: t.° quita á la Francia toda
•iniluencia diplomática y militaren Italia:
2.° se coloca junto á •las fronteras france-
sas, y se pone en el. caso de acometer con'
.prontitud y .con ventaja : 3.° se señorea
-de . • la mitad del camino mas corto para
!España. estos resultados, de los cuales
el primero se ha logrado ya, y los• otros
dos son posibles, consiste la importancia de
los estados del rey de Cerdeña. Asi es como -
-la diplomacia prepara. en las operaciones


355
actuales sus medios futuros de ataque.


Nosotros quisieramos que la Francia
. saliese en fin del sueño diplomático en que
yace. Con solo mirar al rededor de sí cono-
cerá facilmente sus amigos y enemigos.
Por su situacion y la de Espana no se nos
puede ni aun declarar la guerra, sin que
los franceses. esten ya sometidos. A qué
esperan pues para defenderse y defen-
4eruos




35r
solo nos quieren asesinar en letra de mol-
de, Sino tambien en la manuscrita! Bien
sabernos, que como ya se ve , nos tentó
el diablo de hacer frente á una masa in-
mensa y poderosisima de identificados , que
el que mas y él que menos pretende ha-
ber salvado por sí solo la España, espo-
niendo su preciosa vida á cada triqui-
traque , nos echam os encima el terrible
descontento de algunos Aquiles españoles;
y que asi para desarmarlos nos conviene
adular algnn tiempo , hasta' que se les dis-
minuya el colosal poder- de que se jactan.


Tambien sabe Dios que aun cuando
lisonjeabamó; á los medrosos , solo por
la analogía de su caracter con el nuestro,
siempre nos quedaba por acá un escozor-
cilio de que aquellas. alabanzas y piropos
hubieran sido mejor eniple arios en enco.
miar á estos nobles atletas del puro y de


. 2 , los bigotes que son los que se saben por-
" tac en un lance. Pues por vida de los mo-


ros , que desde 'hoy en adelante nos va-
mos á hacer 'no solo valientes, sino po-
co menos que héroes; y que al primero
que' nos hable una palabra, le hemos de
convencer con el furor de nuestro brazo.
¿'Qué trabajo nos cuesta


• decir' lo,•Tindi-


3.56


.Pfuerzos de los editoras del Censor para en-
trar en la moda. de los valentones.


Como hace ya cerca de año y medio
que estamos dando pruebas semanales de
que para nosotros no son nada los princi-
pios sino las circunstancias , y que tanto
se nos da porque triunfen el orden y la
Constitucion jurada , como que canten
victoria la licencia y el desenfreno, no pu-
dran estrañar nuestros lectores que aque-
llos mismos que en otro tiempo elogiaron
el miedo y á los medrosos, elogien aho-
ra á los esforzados y valentones. Toda Es-
paña sabe ya cuan apocaditos somos .de
genio, y como se nos arredra con solo di-
rigirnos un anónimo en que nos amena-
cen con darnos cuatro bofetadas: qué se-
rá , pues ahora que en cada correo reci-
bimos media docena de cartas anónimas
en que no solo nos amenazan , mas tam-
bien nos dibujan los puñales, las espadas,
los martillos y lemas instrumentos con
que diz que han de acabar con noso-
tros? ¡ Buena desdicha es la nuestra , que
por solo habernos conocido el flaco , no




Yíf3
cen,.otros de sus proezas pasadas, ni pro-
Meter' dos mil prodigios para ando los
necesite la patria ? j Qué mas nos da ase-
gurar 'que han muerto á nuestras manos
doscientos mil enemigos, que el que nos
hechos estado al brasero 'contando cuen-
tos P. Por qué no han de pasar por ci-
catrices de balazos cuantas sefíales menos
honrosas . de. grarifts ó de cantáridas hayan
quedado en las .. partes :visibles de nuestro
cuerpo P.Quien,.habrá. tan desgraciado que
no tenga. alguna mancha herpética ,


tan
siquiera-una quemadura que '.equivalga
un sablazo; ó quizas„ quinas á una lan-
zada de ageine? Con esto y con:decir 'que
nuestros nombres, acaban en gtf y en'
y que :si nos tienta el demonio de pro-
nunciarlos ha de temblar el firmamento.,.
cátenos usted valientes y autorizados pa-
ra insultar á todo el mundo.,


Vntonces sí. que nuestras opiniones ad-
quirirás? una fuerza irresistible :porque.
en baciendonos vasar por héroes , nadie
nos podrá quitar el que imprimamos los,
mas heroycos desatinos, -estando idenitflea-
dos con la Misma herovcidad nuestra. En-
tonces sí ',que: cada frase del Censor se
citará- corno, .un aforismo, y Cada. dislate,


359.
como una sentencia.,E1 mas ligero disgus-.
to que -Se atreviesen á hacernos, seria mi,
rudo congo un atentado horrible contra:
zate.w'




o sistenia .constitucional. La escasez,
de soseritores -seria una, señal .-visible de
cOnspiraci<9,..6 á ' lo menos uma vil arte/ la;
del ser:vilismo, para minar nuestras intactas
falttiqueras.


-Lo .1.winicro pues que•heinos de lincee
en adelante •s• proponer ..parte. todoá los-
destinos
judiciales y . administrativos á. los


barateros codas bs..rouiJoieo..t.os, donde,
á nosotros se nos antoje dee:•que bemol
servido.. Po ridera rénaOs e d i a ,.. la hora en:
que á presencia muestra y. del, primero qtte
se nos ponga:.en.la cabeza .nombrar', atra7,
vestí las lilas enemigas y .s.a-cc las tripas ..11
Cinco Ó seis gigantes mayores,qme-una..niow-,
taus, ,lo cuni daremos conto ‘ vmeba incon7,
tusa clenne, baria cscelent, político:
En vano se nos dirá quo puede uno ser,
granadero. .v.aliente Y. un apreciable oil--
411 , que. por. eso sea,a„proposito
•a gobernarlos. pueblos : : y las provincias;


porque responderemos muy eoJadados que.
nadie . 'mira ..cou apego loqit e, no lc
costado gotas de sangre. Sangre . y no mas.
han de. chorrear nuestros articulos y




3 6o
fuerza de hablar de sangre hemos de bor-
rar el concepto en que nos tienen de te-
merosos.


El caso es que algunos buenos, al In-
so que nos motejan de cobardes , nos di,
cen, que é cómo tenemos valor para escri-
bir como escribimos, y cómo nos atreve-
mos á dormir en nuestras casas ? Lo cual
nos da á conocer que en esto de valentias
no deben de estar muy acordes ni aun los
mismos que presumen de valientes.
bre hay . que seria capaz de presentarse de-
lant• de una bateria , y no tendria valor
para sufrir una opéracion quirúrgica. Otro.
se arrojará vestido y calzado al mar em,
bravecido por salvar á un náufrago , y no
se atreverá á acercarse á un. pueblo epi-
démiado,•atinque en él esten encerradas las
prendas de su corazon y. no faltará tam-
poco quien arrostre toda clase de peligros
por no vadear un rio.


Por este término han sido hasta el dia
de hoy nuestro valor y nuestro miedo; por-..
que atacando solitos y con singular impa-,
videz los errores de los que en diferentes
épocas han sido depositarios de la fuerza,
no hemos tenido espiritu bastante para men-
tir lo cual hubiera. sido tan facil y ha-


36r
cederla, como que no nos costaba mas que
separarnos alguna que otra vez de los prin-
cipios que abrazamos desde luego. Pero no
será asi de aqui adelante, vive Dios; por-
que al que nos hable gordo, le hemos de
poner :un anónimo nada flaco diciendo-
le que contamos con tantos y cuantos mi-
les, y que en pegando un silVidó , no ha.
de quedar con vida ningun espaijol de jui-
eio. Referiremos ó forjaremos la conver-
sacion de un sargento con un ex-presidario
á la puerta de una taberna , en la cual el
uno responderá con su


-
cabeza de . toda la.


fuerza armada, y el otro dirá que todo
pueblo es suyo, Unas veces diremos quepo
necesitamos á nadie en nuestro auxilio, y
que bastan nuestras tizonas para acabar
con todos los malsines , y otras clainar&
mos porque. se unan con nosotros }tasta.
los cojos y' mancos para asegurar nuestro
patriótico golpe.


Sobre todo nos mostrarémos inexora-
bles contra los que acierten:á adivinar nues-
tros planes. .Esto de no dejarnos hablar ni
obrar con toda libertad, será un crimen lior-
rc,roso que nos escite á declarar sangrienta
guerra .á los inicuos adivinadores. ¡ Guer-
ra tanto mas lucida y gloriosa , cuanto no


`411




362:
barde. haber mas armas que la mentira y
calumnia , ni mas: heridas ni contusiones
que , -una ame:laza in tern] inablel Si. por des-
gracia nuesixa- :viniese. algurni.vez' el miedo
á apoderarse de, .nuestres pechos., cosa que
no' fuera de ,.admirar. .estando:.tan acostum-
brado á tener en , ellos su, morada, s iempre
DOS quedárá. el gran recurso de .deei• que
que unos . enen•igos-tan despreciables no son
dignos de esperiMentar nuestro.'valor,_y que,
damos con-/el -mayor lucimiento, Si
tío Sepresentase:.contra nosotros:con el inai
yeauci miento ,Ishilguno . se présentase. con,
tra res prohibida
razon.... -le- liainaremos tray dor, aleve á, ha-4
ca llena , poro acÍucl 'instaTrte
quedará ,e1:le nipiz por nu eStTo .1:j ' u ers
tedo• lo' hemos de, ser: á .:un
po,;: .áiatones ,, y dise. ursistas?-
,•,:11/Tanos•:pues?á
Con dos mil demonios toda • Opecie:tte . ir&
rarniento como, Vo: á irastor-
nar el IdicciOnario ,de • nuestro idioma caro
biandd :el significado . de: his . ;voces Tecibi:
das, llamad celo y .patriotiSnio. la. bebé-
linn, respeto á hit deso bed ;coda generosidad
al, enipeiiode:oonservar los puestos adqui
nidos, y últituatne'ute , valor y. mérito á la


163
insubordinacion ( i ). Cuando de este mo-
do tic) logremos tener derecho á la inmor-
talidad, por lo menos se hablará de rioe-
tros que es la mania de algunos valien-
tes de nuevo cuno,


:5


•••nnnn••


( r 1 Cuidado , que nada de esto Nu contra la
.ji y hené;;ca ' insurreccion


Hay
-111 lares pe- rn c le y fuera de • eiia trnunca liad o id


hgcér%
sino jiu


.p:zpei muy secur.d;:rin , y que .esc • i-biendo
It favor . Çie nne:13 .,:s libertadores §iy1 talento,


sin i:ino y sin pati autismo , no parece.que se han
. .


propuesto otro objeto que cl de desacp ,di t a rl os ∎ -
iírívar . a la blticion de los behelicie,s kiee
hacerla , jugandose la vida.


• r


re




364


De las insurrecciones parciaTes.


Los demagogos que tiranizaron lal,"ran-
cia despues de la cuida del trono, creye-
ron que anunciaban al mundo un porten-
toso descubrimiento , cuando en su anár-
quica é impracticable constitucion de 1793


• contaron pomposamente entre ]os derechos
del hombre el de levantarse contra la opre•
sion. Los legisladores directoriales creye-
ron que este principio era muy desorga-
nizad« y peligroso, y le eliminaron del
número de los derechos sociales: elimina
cion que se ha conservado en todas las
otras constituciones de aquella nacion tan
fecunda en fabricadores de proyectas, co-
mo cansada ya de los costosos ensayos que
en ella han hecho los empíricos le la po-
lítica , no menos funestos que los charlata-
nes en medicina. Sin embargo, si se exa-
mina lo que significa bien entendido el
tal derecho de insurreccion , y á qué se
reduce ert la práctica ni los jacobinos de
93 debieron anunciar con tanto enfasis una
,verdad tan trivial, ni los traficantes en coñá-
tituciones , sus sucesores, debieron tener.


365
tanto miedo á unas palabrotas que bien,
analizadas nada dicen mas de lo que sabe
y conoce todo el mundo. El mal no es-
tá en que se proclame el derecho de in-
surreccion , sino en que no se entienda
como se debe, y en que se crea que por
él quedan autorizadas la resistencia , la in-
subordinacion y la inobediencia á la au-
toridad legítima, y la rebelion parcial con-
tra el gobierno establecido por la volun-
tad general.


Tratando de la soberania nacional he-
mos dicho varias veces, que este gran
principio que Mr. de Bouald y consortes
quieren oscurecer con sofismas ridiculos,
se reduce bien analizado á un axioma de
geometria , 6 por mejor decir, á un hecho
material y palpable, A saber: que el to-
do es mayor que cualquiera de sus partes;»
y ahora decimos lo mismo respecto de la
insurreccion contra la fuerza opresora. Bien
entendido y esplicado lo que significa es-


,


ta espresion , es una verdad de Pero Gru-
llo; y deberia decirse que la insurreccion
legítima no es un derecho sino una obli-
gacion.


impuesta por la naturaleza á todos
los seres animados: y una verdad no ave-
fignada por.prolijas investigaciones sino en-




366
señada por el instinto. No, solo los hombres,
sino •hasta los: animales capaces dé recibir
sensaciOnes dolorosas y d'é evitarlas, son ad-
-vertidos i cada paso por et mecanismo de
la sensibilidad que hagan esfuerzos para sa-
lir del estado de incomodidad ó 'dolor en
-que cualquiera causa esterna izS• interna les
laya • puesto. El niño reciennacido que
,siente una impresion dolorosa , hace mo-
vimientos, gestos y ademanes que indican
su inquietud y desasosiego, su Conocido de-
seo de que cese aquel estado, y- los es-
fuerzos.


que hace , del modo que le es
posible ,. para mejorar de. situado!). Los
.irracionales, con tal que tengan ,


la-facul-
tad de moverse , huyen de todo I() que les
cansa alguna incomodidad , y acuden


•,a re-
peler .el daño con cuantos instrnmentos les
suministra su o•ganizaeion. El caballo opo-
ne sus duros cascos al lobo que viene lí
devorarle, y el toro sus' bastas al tigre ó -
al alano que le acomete : y hasta el ino-
cente cordero hace alguna resistencia cuan-
do. se le quiere atar de pies y manos. Se
-ve pues _que la oposicion• á cuanto' pueda
sernos dañoso 1S perjudicial es no un dere-
cho, entendiéndose esta palabra en su a-
cepcion legal y rigorosa, sino un deber,


un efecto mecánico de nuestra organiza-
cion ; y que preguntar si no solo las na-
ciones, sino hasta Irk: individuos pueden
oitimamente resistir á la fadza'eac,s.c•nt;-
sa alguna especie do mal ,.es lo 'mismo que
preguntar si el hombre en cualquier esta,
do en que se halle puede 'legítimamente
conservar su existencia y hacerla cómoda
y agradable, repeliendo cuanto se dirija h.
destruirla ó á hacerla dolorosa. Y ya sé,
ve que reducida á estos .termineS•a 'caes-
tion ; no hay sobre - la tierra -un' hombre
racional que sostenga seriamente que los
individuos . de la especie humana • no tie-
nen ni derecho, ni lo. que es mas , obli-
gacion de conservar su vida y de pasar co-
modamente la que les otorgue la natura-
leza. Asi no es esto lo que puede dispu-
tarse, ní lo que importa exand 1311r Con . aten-
eion ; sino en qué casos y en pici térmi-
nos este derecho de' resistencia autoriza :á
las naciones y á sus individuos para le-
vantarse contra el gobierno existente; y es-
to es lo que vamos á esplicar en: térmi-
nos tan claros y sencillos , que solo un
escritor de inalafe, podrá tergiversar la enes-
tion , y cOnfundir la sana doctrina con los
peligrosos errores de los anarquistas.




368
En primer lugar si las naciones gran-


des y pequeñas no son otra cosa que una
cierta coleccion de individuos de la espe-
cie humana que se han reunido en socie-
dad para ayudarse recíprocamente á. dis-
minuir el número de males físicos y mo-
rales anejos á nuestra flaca y debil nato,
raleza , y á procurarse aquella suma de bie-
nes en ambos géneros que permite. su or-
sanizacion física; y si. cada individuo tie-
ne, corno se ha dicho, no solo el derecho •
sino la obligacion de .-conservar su exis-
tencia y hacerla lo mas grata que posible
le sea , es evidente que toda sociedad tic-


' ne el mismo derecho y la misma obliga-
cion. Por consiguiente es claro é innega-
ble que cuando el gobierno de una na-
•cion se opone al fin .esencial de la asocia-


, cion misma, que es la comun felicidad
lo que es lo mismo, es él solo la causa
de grandes males , los coasociados pueden
.y deben 'reunir sus fuerzas ó para mudar


, .enteramente la forma de gobierno, ó solo
hacer en ella aquellas reformas y varia-
ciones que convengan para alejar del cuer-
po social los males que le afligen y se opo-
nen á stisbien estar. Y esto no solo cuandó el


,gobierno se halla establecido de hecho por


36g
hábito, asenso tácito , conquista, tradicion,
herencia ú otra de las mil maneras con que
se han formado la mayorparte de los exis-
tentes, sino aun cuando deba su existen-
cia á una acta formal y constitutiva, como
son los de los paises que por esta razon
se llaman libres. Pero es menester no con-
fundir la voluntad general de un pueblo
que se levanta contra la opresion, con la
parcial de algunos individuos. La insur-
reccion general está justificada y sancio-
nada por ella misma , porque la quiere y
la hace la nacion entera para su conser-
vacion y felicidad. Asi cuando en algun
pueblo se verifica una insurreccion verda-
deramente nacional 'contra el gobierno exis-
tente, sea este el que fuere, y de cualquier
manera que haya comenzado, y mas que
tenga tanta antigüedad como el inundo ; es
inutil disputar sobre el derecho : el hecho
solo la justifica y la defiende. Mas cuando
no es la totalidad de la nacion y ni aun
la mayoria de ella , sino una parte pe-
queña , en este caso. aunque los males que
la promueverr selin ciertos; y la intencion
de los levantados sea recta, si tienen la
desgracia de que el resto de sus conciuda-
danos no los , apoya y no se pone visible-


TOMO XI/. ' a4




370
_mente de su lado , la insurrección podrá
ser justificada por el motivo, y será alaba-
do tal vez en tiempos .mas felices é ilus-
trados ; pero en el acto será calificada y
castigada como rebelion contra la autori-
dad legítima. Y no servirá decir que es-
ta es tiránica de origen ó de uso ; por-
que siempre que sea apoyada por la ma-
yoria del pueblo , este solo acto de apo-
yarla cuando es combatida por una frac-
cion , la legitima y hace nacional.


Estos principios son evidentes y nadie
puede negarlos, á no negar tambien la eter-
na verdad de la soberania ó supremo po-
der de las naciones para todo aquello que
concierne á su régimen interior y á procu-
rarse los medios de ser felices: verdad que
como liemos dicho al principio de este ar-
tículo , se reducen en última analisis al he-
cho material de que el todo es mayor que la
parte. Aplicándolos pues á los casos parti-
culares, no se dará ninguno en que no
pueda resolverse coa seguridad si la in-
surreccion de que se trata fue .ó no : le-
gítima y nacional. El gobierno de Roma,
cualquiera que fuese su origen , y la se-
rie de variaciones por las cuales habia lle-
gado á ser lo que era bajo el último de los


37!
Tarquinos, era un gobierno legítimo y na-
cional, porque estaba apoyado en el con-
sentimiento general. El insulto hecho al
honor conyugal de un ciudadano distin-
guido, no por el gefe mismo del gobierno,
sino por un hijo suyo, da lugar á una in-
surreccion parcial en su origen, pero que el
Odio que se tenia á la crueldad del príncipe


yeynante hizo muy pronto general, y no so-
lo el principe aborrecido fue depuesto, sino
que la forma misma del gobierno fue varia-
da muy sustancialmente con el consenti-
miento casi unanime de la sociedad: esta in-
surreccion fue legítima. Y no lo fue precisa-
mente porque el último Tarquino 'labia
abusado de su poder ó habia usurpado el


_


que no le daban las leyes , sino porque
la nacion apoyó, sostuvo á costa de su san-
gre y legitimó un movimiento que en su
origen tuvo por impulso mas bien los in-


' tereses de la familia ofendida que la fe-
licidad general. Supongamos que Tarqui-
no era un N'unta ó un Marco-Aurelio: es
probable que en este caso el respeto á sus
virtudes personales hubiera impedido que
el levantamiento se generalizase y esten-
diese á todas las clases; pero si tal hubie-
se sucedido , y la nacion le hubiese de-




372- •
puesto , y hubiese- sostenido esta resolu-
cion con Ja unanimidad y constancia' con
que defendió su nuevo gobierno contra
los esfuerzos de Porsena , insurreccion
romana , no necesaria en este supuesto, y
si se quiere injusta en sus efectos, porque
no es justo que un padre virtuoso sca cas-
tigado por los crímenes de -stis hijos, bu-
hiera sido legitimada por la voluntad ge-
neral en cuanto al acto de variar la for-
ma del gobierno. Lo mismo puede obser-
varse en las insurrecciones de los atenien-
ses contra varios de sus tiranos, en las de
Siracusa contra los suyos, y en otras mu-
chas de que hace mencion la historia an-
tigua; pero viniendo á tiempos mas cer-
canos, apliquense nuestros principios á la
gran revolucion inglesa;- -y se Verá que la
deposicion de Carlos I fue un atentado,
el triunfo de una faccion, pero no un
acto legítimo de la autoridad nacional; por-
que una parte muy principal del reyno no
solo no la aprobó, sino que combatió por
el infeliz monarca hasta poner en el trono
á su hijo , ya que á él no podia resuci-
tarle. Al contrario, la definitiva espulsion
de los Estuardos fue legítima y nacional;
porque aunque esta dinastia conservase un


373
1'. partido bastante numeroso, fue mas cre-


cido el de sus contrarios, y llegó á for-
ma• la mayoría, y con el tiempo la casi
totalidad del pueblo inglés. La primera
insurreccion de Francia, limitada á re-
formar los antiguos abusos y á fundar una
monarquía constitucional , fue legal y le-
gítima: la abolicion de la- monarquía y el
establecimiento de la república fue la obra
de un partido que oprimió al resto de la
naeion ; y se ha visto que cuando esta ha
salido de la esclavitud,


revolucionaria, res-
tableció el trono, aunque en otr a
que la del heredero del último rey , y al
lin ha recibido y reconocido de nuevo á
este , cuando el interes de conservar
independencia le ha leclio_sentir las ven-
tajas de tan saludable resolucion. Sin em-
bargo es menester confesar que si ó la re-
pública -ó .el imperio hubieran durado mas
tiempo; y elZhábitO, el tácito consenso en
épocas tranquilas , y una adhesion libre y
no dudosa de la mayoría del i'pueblo fran-
cés hubiesen nacionalizado cualquiera de
aquellos dos gobiernos, este hubiera lle-
gado á prescribir y á legitimarse comple-
tamente. No sucede lo mismo con las con-
denaciones de Carlos I y 'Luis XVI: es-




374
tos son actos judiciales , de cuya justicia ó
injusticia hay que juzgar por otras reglas.
Es punto ,curioso :que no hemos visto bien
ilustrado hasta ahora , y merece que •nos
detengamos á, hacerlo.


Una nacion es soberana y omnipoten-
te en cuanto .1 su política,interior ; y asi
cuanto ella hace en esta parte es legítimo
(podrá no ser acertado , pero esto no es
lo mismo), en el hecho solo de que ella,
la comunidad, lo hace. En censecuencia,
ella toca formar mediata ó inmediatamen-
te las leyes, por las cuales ha de regirse
la sociedad; delegar el , poder de ejecu-
tarlas y de aplicarlas y arreglar todo lo
concerniente al modo conque deben ser
ejecutadas y aplicadas; pero no puede mu-
dar la naturaleza de las cosas, no puede
hacer qnc lo injusto sea justo; y si ella
toda viola las. reglas de la justicia, no ya
respecto del que fue su príncipe, sino res-
pecto del último y mas oscuro de los
socios, la nacion entera es injusta. Qué
decimos una nacion determinada ? El gé-
nero humano entero que condenase á muer-
te á un inocente, seria injusto y criminal
ante la eterna razon , ya que no pudiese
ser juzgado 'y condenado en, ningun tribu-


575
nal. Supongamos que el pueblo entero de
Atenas hubiese ¿ondenado á Sócrates
á Focion : nadie ciertamente le hubiera pe-
dido en juicio cuenta- de este crimen , por-
que él era soberano é independiente ; pe-
ro la opinión de sus contemporáneos y la
justicia de la imparcial posteridad le hu-
bieran acusado y hecho condenar ante el
incorruptible tribunal de la razon y de la
verdad. Siendo pues evidente que una in-
justicia no deja de serio porque la come-
ta un pueblo entero„ y siendo.- eternamen -
te injusto condenar á muerte á un liorn
bre cuando no hay ley preexistente que le
imponga esta pena, está demostrado que
las condenaciones de Carlos y de Luis
fueron injustas, fueron , como se ha dicho
muy bien, asesinatos jurídicos. Supongamos
que ' ambos hubiesen cometido los actos
que se les imputaban : ¿dónde está la ley
.anterior que por ellos les impusiese pena
'capital? No se hallará ciertamente. Al con-
trario, respecto de Luis la constitucion mis-
ma, cuya infraccion se le imputaba, le
absolvia de 'la pena capital, porque ade-
mas de haber declarado su persona invio-
lable, sagrada y no. responsable en lo ge-


.


neral, habia previsto los casos de conspi
racion por su parte contra la .seguridad




376
interior, y especificado hasta los varios mo-
dos de llevarla á efecto facilitando á los
enemigos la entrada en el reyno , entregan-
dotes las plazas fuertes etc., y aun enton-
ces no habia pronunciado contra él otra
pena que la de la deposicion espresada
con la decorosa frase de que en tales ca-
sos se entenderia que el rey habia abdi-
cado la corona. Y no se diga que á fal-
ta de ley espresa se le pocha condenar por
la suprema y general de salas populi, por-
que






para sentenciar juridicamente á un
individuo no bastan estas consideraciones
generales que abusivamente y solo por me-
táfora se llaman leyes; es necesaria una
ley verdaderamente tal, es decir, una re-
gla testual consignada en el código de la
nacion en que es juzgado. Es ademas otro
principio eterno de justicia y de derecho,
que -un reo no sea juzgado y castiga-
do dos veces por un mismo crimen : por
consiguiente, pues ya se habla pronun-
ciado contra Luis la pena de deposicion,
única á que la ley le condenaba por el
crimen de traicion que se le imputaba, es
claro que no se pudo ya legalmente juz-
garle segunda vez y condenarle por la
misma causa á otra pena mas grave toda.
via que 14 imcra.


377
Volviendo ya á las insurrecciones, que-


, da demostrado por lo dicho que la que no
es general y libremente sostenida por la ma-
sa de la nacion, podrá ser tal vez .loable por
su objeto, pero no legítima y verdaderamen-
te nacional, mientras es resistida por el voto
de la mayoria. Y si esto es cierto, aun cuan-
do una parte del pueblo se levanta contra
los gobiernos no nacionales, es decir, con-
tra los que-se hallan formados de hecho sin
intervencion espresa de las naciones, qué
deberá decirse de la resistencia que un col',
to número de habitantes de unas cuantas
poblaCiones opongan á las órdenes legalmer•
te expedidas por un gobierno. legítimo , na-
cional y elegido libremente por la sociedad
entera? ¿Por qué regla de derecho, por qué
principio de política constitucional podrá le-
gitimarse la desobediencia de unos pocos á la
autoridad suprema.que reconoce y respeta
la universalidad de los ciudadanos? Si•con-
traernos á los casos particulares que dan
lugar, á estas reflexiones , y que con escan-
dalo del mundo estan pasando á nuestra
vista, generalicemos la cuestion , y conce-
diendo á los apóstoles de las rebeliones par-
ciales cuantos supuestos quieran hacer, vea-
mos todaVia si en ninguno de ellos puede




378
ser legal, escusable y justa la insurreccion
sea el alzamiento de una fraceion infinita-
mente pequeña contra la sociedad entera.


Existe en un pueblo, y sea el que quiera,
una constitucion política formada, consenti-
da y jurada por la nacion misma. Esta cons
titucion delega á uno ó mas individuos la
potestad ejecutiva , concediendoles aquellas
facultades que son indispensables para ha-
cer ejecutar las leyes y- cnidar:de la seguri,
dad interior y esterior del estado; é impo-
ne por consiguiente á todos y á cada uno.
de los ciudadanos la obligacion de obedecer
á lo que aquella potestad les mande dentro
de las facultades que la constitucion les tie-
ire!concedidas y muy circunstanciadamente
especificadas. Esta constitucion tiene pre-
visto el caso de que este Ó estos deposita-
rios de la potestad-ejecutiva ó usurpan fa-
cultades que lid competen', ó abusan de-
las que realmente tienen ;: y ha :Señalado los
medios legales de evitar los perjuicios que
pueden resáltar de semejante usurpacion 6
abuso de potestad. En el primer caso , es
decir, cuando la potestad ejecutiva manda
cosas que no puede mandar, 6 lo que es lo
mismo quebranta, infringe, ó viola cspr6
samente los ártíCtilos constitucionales que


379
han demarcado los límites de su autoridad,
la constitucion autoriza á aquel ó aquellos
individuos á quienes va dirigida la orden
inconstitucional, á que no la obedezcan:En
el segundo, es decir, cuando el poder ejecuti-
vo manda lo que puede mandar, no sale de
sus atribuciones, usa legalmente de sus fa-
cultades; pero lo mandado puede irrogar
algun perjuicio ó á los simples particulares
ó á la comunidad entera ; entonces la cons
titucion concede á todos los ciudadanos el
derecho de peticion, en virtud del cual pue,
den pedir, al poder ejecutivo que reponga
su providencia ; y si no lo. hiciere, pueden
todavia recurrir á aquella magistratura
quien la misma constitucion ha concedido'
la facultad de impedir ó seguirse e' los daños,
que á la nacion, pueden del abuso
de autoridad en sus gobernantes. Pero en
qué constitucion se halla escrito que cuan-
do el gobierno no se escede de sus faculta-
des, cuando manda lo que legal y constitu-
cionalmente puede mandar, tengan derecho
á desobedecerle aquellos ciudadanos á quie-
nes van dirigidas las órdenes.? No conoce-
mos ninguna en la cual 'se dé- este derecho.
á los individuos; y aun cuando hubiese
gima, no es ciertamente la Constituxion de




3S0
la monarquía española que venturosamente
nos rige. Hagamos todavia mas perceptible


• esta doctrina con ejemplos prácticos. Toda
buena constitucion quita al poder ejecuti-
vo la facultad de juzgar por sí y' ante sí á
los ciudadanos, y por consiguiente la de
condenarlos á muerte. Supongamos pues
que un magistrado subalterno recibe una
orden del gobierno supremo en la cual sé
le manda hacer ahorcar á tal ó cual per-
sona : claro es que el inferior no debe
obedecer ni ejecutar semejante orden arbi-
traria , inconstitucional , y por consiguiente
nula. Toclavia mas , las constituciones pre-
vienen que aun las órdenes que -esten den-
tro de las atribuciones" del gobierno hayan
de ir revestidas de ciertas formalidades pa-
ra que sean obligatorias : v. g. que vayan
refrendadas por uno de los ministros; ysi
falta este- t'ü otro requisito esencial , man-
dan que no se obedezcan. Supongase pues
que llega alguna en que no concurre esta,
circunstancia, claro es que tampoco debe
ser obedecida ; porque es igualmente nula,'
no por falta de autoridad en el que la dió,
sino por falta de una formalidad esencial.
Estos son los únicos casos en que no solo
se puede sino que se debe negar el cmn-


3111
plimiento á las órdenes del poder ejecuti-


! IN vo : en todos los demas ó no hay cons-
titucion, ni orden, ni gobierno, ó es me-
nester obedecer las órdenes que este espi-
de en uso de sus facultades y con las for-
malidades requeridas; salvo el hacerle pre-
sente su error para que las reforme si ha
padecido alguna equivoeacion material ; y
el recurrir en caso necesario á quien cor-
responda para que le obligue á repararle
si se ostina en sostenerle , ó haga casti-
gar á la persona responsable, si esta ha
obrado mal, no por error sino por ma-
licia.


Descendamos al caso práctico del nom
bramiento para empleos , (pie es el del dia.
Un gobierno tiene por la constitucion
facultad de nombrar libremente los coman-
dantes militares, los agentes sabalteruos del
poder, los empleados de todos los ramos
en la parte administrativa , los jueces de
todos grados dentro de cierta propuesta, y
la oficialidad del ejército segun cierta es-


"11' cala ; y este gobierno en uso de sus fa-
cultades nombra por gobernador de tal pin-


ol. za á Pedro, por gefe político de tal provin-
cia á Juan, para juez de tal tribunal á An-
tonio, comprendido en la propuesta para




382
coronel de tal regimiento á Manuel, á quien
corresponde este ascenso por antigüedad.
Preguntamos, si suponiendo que las órde.
nes que comunican , estos nombramientos
van revestidas de las necesarias formalida-
des, deben ser obedecidas y ejecutadas por
aquellos á quienes va encomendada su eje-
cucion. La Constitucion dice espresamen-
te que si en el hecho de conceder al go-
bierno la facultad de espedirlas ; pues la
facultad de mandar y la obligacion de obe-
decer son tan correlativas entre sí , que
la una no puede existir ni entenderse si-
quiera sin la otra; y en vano se darla al
mandante la facultad de mandar, si al mis-
mo tiempo no se impusiese al mandado la
obligacion , la necesidad de obedecer. —
Esta es una demostracion.


Pero y si el electo no es adicto? —Con-
cedamos que no lo sea; pero preguntar&
mos, ¿ y esto lo ha decidir el que recibe
la orden , ú otra autoridad superior Si
se responde que esta última debe decidir;
consecuencia necesaria : obedecer y repre-
sentar á ente juez legítimo de las competen-
cias de esta clase. Si se responde que el
inferior que recibe la orden es el que ha
de juzgar (le las calidades del electo, y se-


383
gun su juicio ha de obedecer ó no obe-
decer la orden, se acabó el gobierno en
todos los ramos. Vamos á demostrarlo. —
Nombra el gobierno un .capitan general de
provincia : llega la orden al interino: dice
este que el nombrado no es adicto, y no
le da la posesion. = Nombra un gefe po-
lítico: dice el que antes estaba , ó el que en
vacante hacia sus veces, que el nuevo no
es adicto, y no le recibe. — Nombra un juez
de primera instancia, y dicen el alcalde ó
el ayuntamiento que no es adicto, y ni aun
le dejan entrar en el pueblo. —Nombra un
togado, y dice la audiencia que el nuevo
compañero no es adicto, y no le deja si-
quiera' presentarse en su seno, Nombra
un coronel de un regimiento , dicen los ofi-
ciales , ó los simples soldados, porque la
misma autoridad tienen estos que aquellos
xara semejante decision, que el nuevo co-
ronel no es adicto, y se niegan á obede-
cerle. — Nombra un contador , un admi-
nistrador, un tesorero , y lo que es mas
un simple guarda , y dicen las respectivas
oficinas que los electos no son 'adictos y
no los reciben. Preguntamos , ¿ habrá go-
bierno en la nacion en que no solo pue-
da hacerse esto impunemente , sino en que




384
semejantes desobediencias positivas á las ór-
denes de la autoridad legítima se presen-
ten , proclamen y preconicen como actos
sublimes de lealtad, de patriotismo y de
adhesion á la constitucion del pais ? Res-
ponda todo el que conserve en su pecho al-
;.;un resto siquiera de buena fe.


385


TEATROS.


La Novicia ó la víctima del claustro :
tragedia en tres actos.


«Tu lui pardorineras : il a 'fait Melanie.


Esta pieza pertenece al genero senti-
mental y filosófico ; y aunque la catástro-
fe es desgraciada , no aprobarnos que se
le dé el nombre de tragedia, aplicable so-
lo á los infortunios de los reyes y de los
héroes.


La accion es sencillisima : la interven-
cion inutil del sacerdote don Prudencio
da lugar á la esposicion de la fábula y
á la amplificacion ele los. argumentos , con
que la filosofia , la humanidad y la reli-
gion combaten el interesado, fanatismo
de un padre ciego y despótico. .Solo ad-
vertiremos que la catástrofe es algo inve
rosimil. Matilde antes de darse la muerte
tenia otro medio que emplear para librar-
se de su situacion , y era publicar su re-
sistencia á entrar religiosa y ponerse bajo
la proteccion de las leyes contra la vio-


TOMO XII.


25




386
lencia del autor de sus dias. Por mas que
ni ella , ni su madre, ni su amante, ni su
consejero hablan de este recurso, no pue-


,'de ocultarse al espectador, que era segu-
. • .1ot .ro ; e mteipreta aquella reticencia , co-


mo un artificio del autor para justificar
la resolucion de tomar un veneno.


A pesar de este defecto capital , la ver-
sificacion , las bellezas de estilo, los afectos


y las rnaimas perfectamente espresados,
dieron al drama de Laharpe tina celebridad
merecida. Mclania será siempre una de las
piezas mas.estimadas del teatro franees; y
eh el nuestro y en. los demas de Europa.
será el título de proscripcion. contra el
bárbaro fanatismo de nuestros abuelos, que
sacrificaban los Sentimientos mas dulces
de la naturaleza al interes y á la ambi-
cion , encubiertos con el velo de la pie:-
dad.


Laharpo, discípulo de Voltaire y su
sucesor en la monarquía de las bellas le-
-
trás , era al Mismo tiempo uno 'de los
apóstoles dé la filosolia. Sin embargo se
le vió desertar sus banderas , atribuirle to-
dos los crímenes de la revolticion france-
sa, y llamar vil sofistas al hombre á quien
deben las madres el -ainor á sus iléberes,


y los uníos la supresion


de los castigos,
ya crueles , ya infantes que se les prodi-
gaban antes. ¡ Tal fue la impresion que- .
cieron en el ánimo de un hombre célebre
por su saber , los desastres é. infortunios
del terrorismo jacobínico , que no creyó
poder espiar su antigua4dhesion á la filo-
sofia , sino denigrando y calumniando á
todos los que liaban


.
merecido el renom-


bre de filósofos. Es facyza, perdonarle , no
solo porque


« Il a fait
sino tambieo porque; todavia hay muchos
que achacan á la filosofia los males de la
revolucion ,.corno si . /a razon tuviera cul-
pa de las locuras de los hombres.


Cuando estalló la revolncion , todos
los hombres :de instruceion, cuyo -número
era inmenso, se declararon por las refor-
mas útiles •que la filosofia del siglo 'labia
ya anunciado corno necesaria:.


La libertad nació ; pero- tuvo , como
Hércules, muchas serpientes


.
en su cuna.


Las clases privilegiadas, la. diplomacia es-
trangera, la efervescencia los: que as-
piraban al supremo poder, que segura-
mente no eran filósofos, la atacaron. Ven-
ció algunas de estas serpientes; mas toda-




388
via nifia, pereció oprimida , y con ella la
"filosofía y la razon. ¿Por qué •se han de
Achacar á esta los crímenes de que fue víc-
tima Laharpe fue injusto ; pero no ol-
videmos que los jacobinos fueron atroces.


El Aro de su Hijo: comedia en dos actos.


Esta pieza es un verdadero saynetc.
La accion es trivial y sin enteres, el len-
guaje arrastrado , la versificacion narc(ati-
ea : por consiguiente nada hay de bueno
en ella, sino la original estravagancia del
brigadier , hombre honradisimo y humano,




pero festivo y locuaz. Un caracter de esta
especie se recibe siempre bien en el teatro.,
Deberia pues reducirse esta pieza á un ac-
to solo, acortarse todas las escenas en que
no está don Policarpo, ó su hermana la con-
desa no 'trata de su ridículo amor al encu-
bierto marido de su hija, y reservarse para
fin de fiesta, asi como ahora sirve de prin-
cipio, y de muy mal principio, cuando se
representan operetas.


La fábula es muy semejante á la de la
Nuera prudente, aunque variados los sexos.
En esta es la madre la que quiere hacer lo
que tanto ha reprendido y castigado en su


38/
hija. Ya sé vé que esta combinacion no pue-
de dar de-sí Mas que una caricatura ; por-
que la condesa no puede significar su amor
al pedagogo de su nieto, sin chocar con la
decencia teatral y la verosimilitud: por con-
siguiente es preciso que su papel sea lo que
se llama asaynetado en el idioma de en-
tre bastidores.


EL Carptntez o de Lwoni a: comedia en tres
•;aetos y, en prosa.


La fábula,
do esta comedia peca contra la


regla de Aristóteles, que manda no presen-
tar en ,el teatro acciones inverosímiles, aun-
que sean ciertas; y solo puedé,disculparse
con el caracter estraordínario y novelesco (le
Pedro el Grande, y con el origen conocido
en la historia de su esposa Catalina. Su her-
niano Carlos separado de ella desde su mas
tierna edad, pjercia el oficio de earpintero:en
una aldea de Livonia, ignorante del alto des¿.
tino á que sulermana se hallaba elevada.
El emperador y su esposa pasan de incóg-
nito pcir. aquella aldea , y la ,casualidad les;
descubre cuan, de cerca les tocaba aquel,
infeliz artesano. Reconocido por hermano
de la emperatriz „premia.


c9ni sq.niatio el lt,,7




3go
mur de Eudoxia; hija del' proscrito Mace-.
pa, y alcanza el perdon del iemperador
para una familia desgraciada por. la tray.:.
cien de su gel.:


La accion ¡PO- ptaetle inspirar por sí mis.
ma mas interés; que el de la curiosidad ;
•nteres que siembre es metquino-,en el tea-
tro. Pero hay cuadros de costumbres y
caracteres, á la verdad épisodicos, pero
dibujados con:fuerza y maestría , ; y ya esto
es dramático. La-accion principal se entre-
ga al olvido, y los espectadores, contentos
con el placer que disfrutan-4i, páidonan fa-
eilmente inconexinn ;falli..tuaciciriet,-
y trareparan ,ensilosueles:a¡grada es prinet:.
oipall eplsadico.


El cáfátfté • 'histórico de . Pedrcrel 'Gran-
de está bilh sImbuido: $11 , irreesarite . des.
velo por la ffelic;idad y e4ai4kákiiciri • 41e stt
pueblo , sus. ¡ tertibles y :.iillMétos


,fflé/cla de 4tItocidad 'y ria)hütl,
httriiani dad , (01 lu alja n e .,etitaz o
de aquel hdrilbkie .estrzaordi bar%
aten te ..q ¡neitmore tónseúv6 bre -él , su els-
posa CatalIfia, emin bien phititdWl‘Tb' lo' él-
tan rueri4GiulsétntimiéntosItuttitiubsy
cosos de 'Catalina , que~ouoce su sangre'
entre las Migerkas yhtunillaci:ones-de la Poi,


39x
hreza , y la-hace partícipe de las felicida-
des que goza.


Pero' la, ,parte mas interesante ele este
•jrama 'pintura; de las costumbres, bfr
trigo y .epredos de. una: aldea. L a locuaci-,
dad de la posadera , la burla.,que..hacen los
vecinos de Carlos, porque se llabia,(1a(Ao
sí mismo,e1 título de caballero que le que.-
dó por mal nombre, y la !Mellad , orgullo
y bajeza. deLeorregidor, -forman un -cuadro
moral ,


d piulho in teres:, Vs, á In posible. re-
presen presentar .de .unsiagistrado necio.
y venal eón, mas..,,perfeceion que lo hizo .el
señor Guzman,: la. iíltinia vez que se lijó
es.la pieza en. .el teatro del Príncipe. La-po,
saderatj ..1.1410Xia tratan de in,
tIlICAAVIP rá-; faws (1.1yP4110s.54.4§PnigAnd9:AW
vanidad,..,y, su .


propension . 4. ; rg,cibir
los,: su, injez9 . :y servil is 11:41 Jiu ni fiel
apenas ¡ye la ;


insignia de- la ,94111.irsitm411.,,
de san .Ana-no: en el peel-Kutlel,,ineígnito:
trata 11 po,br,e carpintero con: la-,mayor


y,,crueldad: por :upa„palabra.
enlena i ,del ,qm juzgaba.cmn ( gr a:ti-señor,
haceppper al .irrocerist:e Patios ,en. la
cel; pero apenas conoce el disparate Tre
ha hecho ; ,-/y5b161 g1145-'.se le viste
POMO: i~mbillev9 FIP, 4 99




le 'pro-




39 2
tege, le adulaey aun amenaza al usurero
Birman ; el cual imitando la bajeza de su
niagistradó, se humilla al mismo de 'quien
poco antes Rabia hecho burla ,; . le entrega
el collar que . 'habi• recibidá, ' en' prendas,
y le ofrece tode! . su caudal. Estos dos ca-
racteres estan :May bien expresados, y se
puede decir rine ellos son •los que sostie-
nen este drama:?


Por pequelia que sea : la escena én que
se ejerce el•despotisrno,' siempre son muy
dignes" de


• cOn%ideracion sus .
efectos. Si el


puñal de 'Melpomene vertga : á : luí mani-.
dad de los desaciertos de lod fltibernatités
súpremos de la' el agote'
debe castigar láitiranía • riclícula y suborrh-,
/Vali que : •suelen' ejercer en los pueblos
peque1ios las' almas pequeñas cuando




'sé
hallan revestidas con el caraetér de nta.:.
gistradeg.' •Nada >es pequeña ér homo
bre. Los sencillos y pacífibtis habitantes
de- un partidri" campestre 'tienen muchtl
que sufrir


• en. Sus yersOnas y • sus bie-
nes , cuando :l a/á magistrados son necios,
altivos y venales. No en valde esclarnaba
Calcleron:


«¡ Ah villanos con poder! »
Allie no se encubre el despotismo ha-


393
jo las formas pomposas de que se revis-•
te- en las grandes capitales : sal contrario
se manifiesta á sus inocentes víctimas con,
toda la fealdad con que salió del abis-
me , no-disimulado con la urbanidad, ni'
encubierto con los velos del placer y de la'
risa. Aili se oprime abiertamente ; y a-
biertamente se aborrece. Son tempestades
en un vaso :«de agua ; Meró ¡infeliz del
insecto á quien cejen las olas ! No de-
bemos olvidar que esos seres ignorados,
sobe los cuales se han dejado gravitar
por tanto tiempo todos los 'vicios de una:
mala administracion y de' pésimos admi-
nistradores , son no solo hombres , no solz
lo ciudadanos , sino tambienlos' que '-alias
mentan .y 'visten á los demas, y propor
cionan á . la república con:su continuo y:
duro afan.todos • los objetos de necesidad>
y de placer.


- En esta parte es admirable nuestra-Cons,0
titu ion., Separando' atribuciones judiJil ,
ciales de las. administrativas.; ha quitado á
los juecesptoda la influenck,,que antes te.,
iiian sobrel•los-bombres 'poniendo en,
manos &des- vecinos el ndinbramiento de.
las magisti•tiiras municipales, y aboliendo.
la distincion de clases y de jurisdicciones, ha.




3g4
entregado á los pueblos el cuidado-de :su'
felicidad en la materia que mas les in-.
teresa; 15 01que el gobieroo• municipal. es
el giste -Uniéainente conocen , y catyos bue,
ríos y malos •ofe.c,tos. sienten Con mas fre-
cúencia los bah:Mutes, de las .poblaci~
pequeñas.


El desquite : coniedia:en prosa. ,eu tres actos;
traducida del francés.


• • rey ,1101910Dia , de Puy,fr,Pombre:no,
quiso .acordiarse zel; autor:, .11egó:ele incóg^
nito á los: lestadol de un palatino, se ena-:
in04(de :su hija ..Eliska, .y determinó averi-•
ectiár podlia ihisSrarla a mer.por: sUihismo;
y sin, auxilio.zdeill
sualidad ,bace;••qtke.; el palá tino Segisnitundo
Crea que:es él duque: de Kalitz que áspirabá.
tambien á la mano de aquella joven:;•y: el rey
consiente en .sé• tenido por su: capitaii de
guardias, imtientras examina si esái1o.ani4do..


Peri:, el ditque • de Kalitz.
ciendo á su. ;.i.itigtisto rival, ;y :lío; querienU
desistir de •. su empresa,. tcima él partido de
fingirse rey. de Polonia; le queeila ro uy ,fite-
til51&:én •una prolvincia' lejan a de la Capital,
r ,entre perlonasi que nunca habian estado


en la corte. El rey no lleva á. mal esta osec-1,
día, porque le acomoda mucho . que su ri-
val esté adminádo


• eón el esplendor del: tro-
no , para hacer ' la prueba del corazon.
Eliska. Esta sale victoriosal :. se decide •19.Or
el que preferiasu corazon.,./imque le creia
un señor particular, y el- rey•declarandose
premia su firmeza con su mano :y su. trono.


:Todos lositicidentesrdá,lapieta son gra-
ciososlyl'eseitan no las,-carcajadas del volt
go, la sonrisa espectadores .delicadósi
El. diálogo:es vivo, y ki,traduccion
cha en . : c¿tstel lar, o ;..cosaanny: poco com u tr,
en •las destinan:ail leacco... La úl ti mit.
escena en que el duque de Kalitz !.declara
quien es , está llena de sal y urbanidad.
Eliska se ha declarado á favor de su rival.
El duque dice:
»Estoy cansado de las grandezas, y abdico


la corona.»
¡Cielos!


Segisnuuldo. ¿Qué, señor
Duque. Puesto ciue SU esplendor no' ha po7


dilo asegurarme la felicidad de agradar
esta señorita, ya no será para mí sino una
carga muy pesada : yo la. abdico, os repi-
to, y la abdico en mi espitan de guardias.


Rey. Yo la acepto.




396
Duque. Pougó á .


'mi cesion una condicion
única, y es que jamas se m'el reconvenga
por ningún acto de mi reynadiE


Rey. Es • muy justo.
Duque: Pienso ademas otra cosa : ya sois rey


che Polonia. V. M. no necesita del ducado
de Kalitz,.y le suplico tenga la bondad de
cedernielo»


• Esta rivalida&entre un monarca y un
señor de la;:corteconducida con-tanto arte
é ingenio., me .es.inverosimil en:un reno
comorno el de Polonia, en que el rey solo era-
el primero de los señores, y en que cada
flor era casi un soberano independiente en
sus estados.


397


ANUNCIOS.


Pruebas que justifican la defensa del
marques . da 'Almenara, publicada y distr--
buida en noviembre de 5820. Un cuaderno
en 4.° que se hallará de venta en esta
corte en las librerías de Alonso y Arito,
ran, enfrente de las gradas de san Felipe,
y de Sojo en la calle de Carretas,
- Aquel que por curiosidad busque esta
obrita, verá cine se halla reducida á un
conjunto de doscientas cincuenta y cuatro
declaraciones, dadas espontáneamente por
diferentes corporaciones y personas respe-
tables de todas clases, las eriales estan con-
testes en que durante la dominacion fran-
cesa en España, el marques de Almenara
ha hecho todo el bien posible á su pa-
tria, ya salvando la vida ó dando la liber-
tad á muchos ciudadanos espuestos á per-
derlas, ya disminuyendo las exacciones ar-
bitrarias de los pueblos sometidos á la
fuerza militar, ya sacando de su cautive-
rio á desterrados ilustres que la violencia
y la desconfianza arrancaron de su pais
y de los brazos de su familia , ya defen-
diendo y conservando en la nacion el pa-




39S
trimonio del público, los modelos de las
artes liberales, las preciosidades de la co-
rona real ect. .eet.


A presencia pues de tantos y . -tári irre-
• cusables documentos, quién seria el im-
prudente que se atreviera á disputar el go-
ce de sus antiguos .honores, títules y me-
recidas condecoraciones al marques de Al-
menara bajo el pretesto de que sirviendo
á un, intruso se declaró de hecho enemi-
go de su patria ? No será sin duda ningu-
no de los españoles que le debieron la vi-
da, ó la .libertad, ó la donservácion de sus
bienes , ó el regreso á su patria y al seno
de su familia, ó la proteccion y apoyo con-
tra la violencia armada. Tampoco puede
ser ninguno de los que sostienen hoy, có-
mo 'Un axioma de derechó político, que
todo empleado público , siendo pagado por
la nacion, debe antes servir .a esta que al
gobierno que le nombra ; y que para ser
acepta y laudable su obediencia á . la auto-
ridad superior, de quien dimanan las 'fun-
ciones que ejerce, es preciso que de• ella
pueda resultar de algun modo el bietyw-
mun; porque habiendo demostrado el mar-
ques de Almenara que•en todos tiempos y
bajo el gobierno que haya servido á la


399
nacion, ha hecho cuanto ha podido á fa-
vor de ella (y ha hecho y podido bastan-
te); se sigue que es justamente acreedor
al reconocimiento de la patria que le ha
pagado., y al mismo tiempo amigo de ella,
por la sericilliSinia razon de que ninguna cosa
puede sery no ser almismo tiempo. En fin tara-
poco seran enemigos personales del marques;
porque ó son demasiado generosos , ó .no
los tiene, respecto á que ninguno se ha pre-
sentado á declarar contra él , no pudien-
do ahora temerle, siendo libre el uso de la
imprenta , y estando formalmente empla-
zados por el papel impreso que con fecha
de 13 de julio de este año distribuyó Al-
menara con profusion. lié aqui tal vez el
primer: ministro que haya reclamado con-
tra sí la aplicacion (le la ley sobre la res-
ponsabilidad ministerial antes de que la
hubiera en su pais , y cuando mas dificil
y delicado podio ser el desempeño de la
administracion pública.


No obstante todavia•habrá alguno que
diga al parecer de muy buena fe: »Parece
con efecto que el marques de Almenara em-
pleaba todo su influjo cerca del intruso y su
poderosa familia en hacer bien á los españo-
les, pero hizo muy mal en acercarse á aque-




.loo
llos ni de cien leguas. Pudo estarse quieto
en Constantinopla, ó en caso de salir de alli
y volver á España, debió pasará Cadiz en
rechura y sentar plaza de soldado.), —Cier-
tamente: y tambien pudo caer prisionero
al otro dia ó morir de un balazo; y enton--
ces no habria ahora tanto número de cor-
poraciones y personas respetables en la na-
cion que SC declararan agradecidas á sus be-
neficios. Tambien pudo haber en el año rz
un mes de noviembre tan benigno como el
de este año.; en cuyo caso no se habria
muerto de frie en :Rusia un soldado ni un
caballo del ejército francés. Entonces hu-
bieran echado buen lance los españoles que
estaban metidos en Cadiz.


Refutacion de la obra intitulada: Voz .
de


la' naturaleza sobre el origen de los gobier-
nos: un pliego en 8.° marquilla.


Observa ciones sobre la ler. que hace respon-
sables ti los ayuntamientos del pago de las
contribuciones de los morosos; sobre los juzga-
dos de primera instancia , y sobre las eleccio-
nes parroquiales : medio pliego en octavo
marquilla. Se venden el primero á doce cuar-
tos; y el segundo á ocho en las librerias de
Brun, frente á las Covachuelas y delkedri-
cxuez calle de las Carretas.


EL CENSOR,
PEll lÓDICO POLITICO Y LITERAR10.


N.° 72.
SÁBADO 15 DE DICIEYIBRE r


1821.


Specitnens of the Russian poets: translated by
John Boivring. F. L. S. Lonclon 182r.


Las piezas. escogidas de los poetas rusos,
traducidas, al .inglés por el señor Juan Bow-
ring , individuo de la sociedad de Londres,
han obtenido de los literatos británicos un
acogimiento ;


superior á las esperanzas del
traductor.- No ignoraba este, que una co-
leccion de poesias rusas debe tener para
las , naciónes del occidente doble inte-
res, ya por:18' poco conocida que es en la
Europa sabia h bella literatura de un pue-
blo que acaba de salir de las tinieblas de
la barbarie, ya por la novedad y estrañe•


TOMO W. 26




4.o
za de Ionrrós poétiCos de . la lengua es-
claviSnia,eónipr2eson los que son pro-
pios de las lenguas clásicas modernas.
• .-,.Pasr.-. 51itlitZ6fo y para', él amante de la
humanidad los .progresos dei genio y del
saber tieWfsif'&76 interés de mas alta gra-
duaeion ; porque. son una prenda de que
los benOcios de la. libertad y de un gobier-
no ilustrado , heeCláriá.l. de
la tlá.-las lketiltades intelectuales,
no ,pueden negadas para siempre al
Pueblósrlikot-,


A' 'U .de- las: peesia's escogi-
das antecede Una introduccion muy bien
escrita, en que se da sumariamente noti-
cia de los progresos de este arte encanta-
dór 'los' ',:\rítste;S-- eznYpeiarori á


itltiVar"lal Tet'étCs1 311 ,1istaiiikXé§trbs2:dias con
etWYSibb flté 4 61'.4,41iii éro s t/han


eu.b
In 9ifigliSFIBIVrOnosoW`e w él eartntlaio de la




peitleynd4O antó .paso
¡;.1 .10 tilaVUTIllfc'éd611: ,;iii6 . ;ilegó . 156r si
estraofd;hri‘ionió glrddo'''d'e"eleacion


rj puru, ''enn"1.11.is"Obra's, y que
las R6, las bárbal'as":c¿iiiiibsicieíné:s
que' les pi' as; padre de
la poélia . espaleli .6j6 . do una vez nuestro


lenguage poético en su inmortal égloga'
de Salicio y Nemoroso. LomonoserIvi


dió
fuerza y gracia al lenguage esekvónico, rtv-:
do todavia é inculto. 'Entusiasmado por
las bellezas de los libros ,Poéticos de , la
sagrada escritura, dió á sus edinposielones y
á su lengua' un' tono mas augusto y subli-
me que> el3kii6pudiera haberadquirido con•
la imitadion-délós clásieós griegos)? latinos.
El estilo


-es vigoroso, y la osadia y la pa-
sion son .


el.
earatter de 'susi,obras.


Sumarako9C;stitiVal eón:PUSO muchll
obras, miraillál" én su' tiempo' cok-in) iniYdej
los de g"racia '; belleza y armonia , y casi
despreciadas .éti estos últimos •años. Sus
compoSicioíie' 'dramáticas 'son por la -ma
yor,


parte grdseras é iuderenteS y su or-
güllósó- desprecie 'de Lomouosów', que era
kátiChe-iUjOrpOétá que di ; : afea Muchas dé
sits .Obra:
embargo Suma rakkw es el


antiguo 'de, los 'fabfilistáS rasos , género •
en que aquella' yen:ion posee tesoros 'Mas:
preciosos y vat'ilidos'que otra alguna, y pue..
de - dheirSe .


• q't'i-e linSia
.ópUesto mas.


de un .
riVar tekible al.6lUel-old".


ice. El nuliGr -di'ama <le Sumarako*eiSmet
Falso Den , : lisurito qu'e aunque'
tnamente manejádb




4o4
que es conocido en el teatro español.


Von-Visin es muy superior á Sumara
kow en la comedia. Se propuso imitar á
'Moliere : sus mejores, piezas son el Joven
robado, y el Brigadier. El señor Bowring
confiesa pon la modestia que es propia del
mérito , que no se halla en estado de ca-
lificar los vicios bellezas actuales del tea-
tro ruso ; pero observa que H se traducen
y representan en él los mejores dramas
franceses y alemanes, y quo las, piezas ori-
ginales publicadas illtimamente son cele-
bradas con adinitlacion y entusiasmo por
los literatos rusos. Ozcrow es el mas emi-
nente de sus poetas trágicos.


Keraskow obtiene un lugar distingui-
do entre los poetas líricos. Su mejor obra
es la Busiada ó la destriiccion de Kassan.
Publicó una coleccion (le sus poesías con
el título de Ba4riana ó el Incógnito.


Pero á Derzhavin se debe , segun Mr.
Bowring, el primer lugar entre los poetas
de su nacion. Sus composiciones llenas de
entusiasmo estan animadas de un • espíritu
sublime: su versificacion es sonora ;


pintoresca : los asuntos son los mas
adecuados á su ardiente imaginacion y á
SUS profundos pensamientos. Se acerca á


4o5
Klopstock mas que otro alguno , y su oda
ti Dios merece un- lugar distinguido en-
tre las composiciones mas sublimes que se
han escrito sobre este asunto tan eminen-
temente poético.


Bogdanovich ha obtenido el título de
Anacreonte ruso: su poema de Psiquis está
escrito con la pluma de las gracias y de
los amores. El señor Bowring se propone
hacer una coleccion de trozos escogidos
de este poema y de otras composiciones
épicas de la misma nacion.


Kostrol,v tradujo la fijada de Hornero,
y dejó por acabar la traduccion de la Odisea.
Ambas traducciones son muy estimadas.
Con él se concluye la lista de los poetas
rusos que ya han muerto.


Entre los que \iven todavía el mas
aplaudido y popular es Karamsin , á quien
Derzhavin llamaba el ruiseñor de la poesia.
.Pero aquel Lope de Vega de los rusos no
debe á los versos toda su fama. Colocado
al frente dé la literatura de su nacion, y •
colmado de honores y distinciones, ha con-
servado siempre la natural bondad de su
¿orazon y la modesta y sencilla urbanidad
de su caracter. Cuando era joven, desea-
ba imitar á Sterne , pésimo modelo ( dice




406
el señor l3owring ), porque sus :aprensio-
nes características no son tolerables- sino
porque son originales. El estilo de Karam-
sin era incoherente y no natural, y su
sensibilidad afectada. Pero abjuró los er-
rores de la juven9Jd y obtuvo. la roas bri-
llante rePtitacion. Su obra,maestra, la his-
toria de Rusia , es sin disputa la mejor
obra literaria que se ha publicado en la
nacion que describe. Fue recibida en .Ru-
Sia' con grandes elogios , traducida á las
lenguas sabias, colocada .entre las'obras
clásicas .


y.. consagrada como una autoridad
histórica. El serie Bowring anade su jui-
cio acerca de las traducciones.'« La alema-
na, dice, es fiel , pero pesada,y mal escri-
ta: la francesa ,.es tolerable en cuanto al
estilo, pero miserable en cuanto 4 la co•-
reccion , pues le oí al mismh Karamsin
que habia cogido dos mil yerros, en seto
el primer tomo. La italiana es derivarla
de la francesa: En prueba de la est'imacion
que se tributara Karawsin basta decir que
en pocas _semanas se despacharon muchos
miles de eienTlares de esta obra volumi-
nosa; y que el autor vendió en.5 0 .oeo ru-
blos el original.»,


Ademas de .Sumarakow sobresalen en


.402
el apólogo , género que como se Ata di-
cho se cultiva trincho cutre los rusos,,
Kemnitzer, Dimitriew y .Krilow. El estilo
de Dimitriew es facil, armonioso, lleno de
vigor, muchas veces de sublimidad. Sus
poesias religiosas son graves y elevadas,
sus elegías tiernas y afectuosas.-


Kritow es el Esopo de la literatura ru-
sa: la fealdad de su figura contrasta sin-
gularmente con las ;tr cas-. d e su diccion.
Pica como la abispa, se retira susurran-
do , pero deja clavado el, aguijen, Ha pu-
blicado un temo de fábulas, notable por
el ingenio y la originalidad. ErL.la actua-
lidad está trabajando una traduccion de
Herodoito, Muchos literatos mulos se em-
plean en enriquecer la lengua esclavónica
con las bellezas clásicas de las . naciones sa-
bias. Zukouskii ha traducido entre otras
composiciones la hermosa elegía de Gay:
Batioskow. á 'libelo y otros antiguos.


Despues de esta breve noticia de los
mejores poetas- rusos y de dar. una idea del
ca.racter 'de cada uno , el .sei'ior Bowring
hace sti'prófesion, de fe. como traductor,
reconoéé la dificultad ,de. trasladar á ora
lengua las bellezas poéticas, y declara que
ha conservado en la traduccionla medida




4o8
de los versos del original, se entiende:, en
cuanto lo haya permitido la diferente me-
trificacion de ambas lenguas. Nosotros pre..
sentamos lo que ha hecho el señor I3ow-
ring como una regla que deberá obser-
varse en las • traducciones poéticas; porL
que es muy dificil traducir el movimiento
de los versos, la armonía de las palabras,
las pausas y los cortes de la diccion, si no
se conserva en cuanto es posible el mis-
mo periodo poético.


La introduccion concluye con algunas
noticias acerca del idioma esclavónico, tan
poco conocido en el occidente de Euro-
pa, y que no tardará en serlo, merced á
los progrAsós de la literatura rusa. Esta
lengua no ha padecido ninguna mudanza
radical, en el espacio de trece siglos. Los
gramáticos rusos la hacen tan antigua por
lo menos corno la fandacion de Novogod.
Los documentos mas antiguos escritos en
este idioma son dos tratados celebrados
entre los duques de Rusia y el imperio
griego, uno hecho por Ole,g en 91 2 y
otro hecho por Ygor en 943. La intro-
duccion del cristianismo bajo Vladimir° el


. grande en el siglo XI enriqueció el idio-
ma con - muchas voces de origen griego


409
Los tártaros aumentaron considerablemen-
te el vocabulario ruso , 'durante los dos
siglos que [dominaron en . aquel pais, y' la
comunicacion , que'abrió Pedro el Gran-
de con la Europa sabia, añadió nue-
vas voces francesas, alemanas é inglesas.
En el dia es una de las lenguas mas ricas
de Europa, y contiene muchas palabras
que no' pueden traducirse en otras lenguas
sino por perífrasis. Sclotzer calcula que
de las 5oo palabras radicales que. tiene el
ruso moderno, las tres cuartas partes se
derivan del griego, latir y aleman ; y
otras proceden del Sansciit , lengua primi-
tiva del Indostan.


El uso de la imprenta es conocido en
Rusia desde la mitad del siglo XVI. El li-
bro mas antiguo lue se ha descubierto, es
un Psalterio esclavónico impreso en Kiow en
x551 ; y dos arios despues se estableció
una imprenta en Moskow. Dícese que el
alfabeto esclavónico, que consta de 42 le-
tras, fue introducido por Cirilo en el si-
glo IX. El alfabeto ruso actual no tiene
mas de 35 letras, entre ellas muchas des-
conocidas en las lenguas 'occidentales.


En cuanto á las cualidades poéticas es
rico , armonioso , flexible y adaptado á.




41 o
toda. especie de versificacion , numeroso,
facil en admitir voces compuestas : en una
palabra 5 posee todos los elementos de la
poesia. Tiene metros de todas medidas des-
de el adónico de cinco sílabas basta el ale-
jandrino, y admite los hexametros y penta-
metros latinos. Sus. rimas se dividen como
las francesas en masculinas y femeninas, se-
gun carga el acento en la última ó cn la
penúltima sílaba. La mejor gramática que
conoce el seiíor Bowring de aquella lengua
es la de Tappe.


lié aqui como se espresa el traductor
acerca del estado actual de la civilizacion
en ,Rusia. »Las producciones de la impren-
ta rusa no son indicio seguro de la cultura
nacional. La mayor parte de aquel estendi-
do imperio está muy cercana todavia al es-
tado de selvatiquez. y . rudeza en que le
dejaron los Ruricos y Vladimiros. La socie-
dad' por desgracia tiene alli muy pocas
gradaciones.; y no hay un ostáculo mayox,
ni situacion Mas desesperada para la perfec,
cien de la especie humana , que la eselavi-
tuddoméstica apoyada en hábitos y.costum-
bres envejecidas. En Rusia el próximo esca-
Ion despues de la esclavitud es la nobleza;
porque las clases intermedias •son de muy


411
poca consideracion. No hay alli el valor, el
talento , las virtudes públicas y privadas
que se observan en nuestra clase media y
(pie tan admirablemente contribuyen á ci-
mentar el edificio social. No hay r'afectos
generales, no hay patria : todas las simpatías
son parciales y exclusivas. En. nuestros pai-
ses el espíritu de instruccion donde quiera
que se manifiesta se esparce rapidamente •y
corre todos los eslabones de. la• cadena elée,
trica de la sociedad. Asciende con noble arre-


' . bicion , si távo.'su origen en alguna de -las
'clases inferiores; desciende sin bajeza, á
las clases inferiores, •si nació en los grados
mas altos : se difunde y lo ilumina todo. Pe- .
ro en Rusia, en donde quiera que nace
la llama, alli se consume. El noble se asocia
al noble; el esclavo se •agavilla


• con. el es-
clavo; pero el hombre no se comunica con el
hombre. No hay ning, un recinto.eonsagrado
á la ciencia ó á la virtud, en que el rico y
el pobre puedan encontrarse igualados, aun-
que solo fuese por mi momento, como hijos
de un padre comun , de un hacedor supre-
mo ; y seguramente la nacion rusa no puede
hacer grandes progresos en la civilizacion
hasta que caygan las terribles barreras que
separan tan completamente las diferentes




4t2
clases.' Es de temer que la multitud igno-
rante y sin ambicion yacerá por mucho
tiempo en las cadenas de la esclavitud. Los
intereses personales de los poderososse opo
nen tan claramente al bien de los vasallos,
que no es posible esperar nada de los seño-
res de tierras. No negamos que hay en Ru-
sia almas generosas y enérgicas ; pero ?en
qué hemos visto su influencia? Conducir una
nacion tan numerosa por los diferentes gra-
dos de la civilizacion á una libertad racio-
nal y permanente, seria efectivamente un
objeto digno de la ambicion mas noble y
gloriosa. Esta empresa llevada á su perfec-
cion no se celebrarla con el sonido de las
trompetas ó el estruendo de la artillería : el
inundo desengañado, de tan insana infatua-
cion, está ya fatigado de los infandos triun-
fos que se aplauden con tanto estrépito; si no
llevaria el nombre del que acabase, ligado
con el reconocimiento, la virtud y felicidad
de mil y mil generaciones á la mas remota
posteridad.»


«Pero no quiero que se equivoquen mis
lectores , ni crean que miro como imposi-
bles los futuros progresos de la Rusia en
cuanto á la civilizacion. Si en el vasallage
que oprime y degrada la .clase mas nume-.


4•3
rosa encontramos un ostáculo para que se
verifique una mudanza facil y considerable,
tampoco hay que temer una oposicion ac-
tiva nos progresos de la verdad y de las
ciencias de parte de la inmensa mayoria del
pueblo , es decir, de los esclavos heredita-
rios. Forman una masa inerte y sin in-
teligencia; y en el presente sistema no da-
rán 3os!pasos necesarios para adquirir un
grado sensible. de civilizacion ; pero por
otra parte no • ,estan dispuestos á tomar
medidas en favor del poder arbitrario ni
á resistir á las mudanzas favorables , cu-
yo buen efecto podrán conocer ellos mis-
mos con facilidad. Los ;xtrsosi estan muy
lejos de tomar un interes. ,


activo en esta
cuestion ; y en lugar de conducirlos al bien,
será preciso darselo ya hecho. Crece dia-
riamente en Rusia una clase media, has-
ta ahora ni fuerte ni numerosa; pero pa-
so á paso llegará á ser el eslabon que una
al opresor con el oprimido, templando
el. orgullo delos unos y 'eseitando la am-
bicion ;de los.ttros. Las almas encadena-
das ahora: llegarán á sentir los estímulos
de la esperanza.


y de la gloria; y la Ru-
sia que contiene todos los elementos de,
TIC se forman los héroes, no tardará qui-




4 1-11-
zá mucho en Ocupar el lugar que le cor-
responde en :la gerarquia intelectual de la
Europa."


Este cuadro' que no hemos p'o'dido tra-
ducir con toda la energia que 'tiene en el
original inglés,:e3 digno d • nn filósofo elo-
cuente que haweonsagradosus talentos y
su 'existencia 4a1:-grandé-,obra , de perfec-
cionar la especie humana ,Contietxe rasgos
de/icadosy; prófund:os y' pinta con suma
verdad tos . o.stactilós y esperanzas que pre.,
sentá la!llusia-,:en su 'estado'. actual.


- 'Las yydesias,, :insertas Ion 'cae; .Niólurrieri,
son de: legz3ntejores poetas .Lrtilos, :olmo
»erzhavitt Batitishkotv, Unión:4U~ , Zu-
kouskii , •Kararnsin ;Krilow . y- otros de
menos nota::>Concluye con algunas can-•
cienes naCionales•Al fin trae algunas no-
tas biográficas-yieríticas acerca : de los att-
loves y de sus obras. Los géneros de poe-
sini• que contiene esta colección son el
el' apólogo y les ' Cari tos'Ericos. En la no-
tiáa 1:11e, StUtItutlóyidv, atttor- del poema'
de ri'llsiqr.4 rh .:Tuad'veida'dera
mete poético '1de los•plateWde l la poe
sia. : ‘,El contento tranqUil•, silencioso , ine-
fable del poeta es quizá el dulce y
sereno que pueden gormi' "los mortales


41:5
¡ Con cuánta superioridad se burlan- los
alumnos queridos de las musas- de, ;los
mezquifiOs fantasmaPkre la




vanidad y 'dé
los artificios (le las pasiones terrestres!
¿Quién 0-.0 los encantos:de tan envidia,
blcs momentos, y no huye del prestigio
efímero' del mundo al' asile:santo 3 donde'
pasó tara deliciosas hOras-? • Un l'e' iS0 enér-
gico y armonioso , una emocion bien
espresada una :


•transikienú graciosa; llenan
el alma del pneta de delicia inucente:,;'•
dejan en su •ebrazon- ufia:


gria
plácida que se dobla cuando se comuni-
ca con un amigo tiernoiyie 'se deje con-
tagiar por : entu'siasmo• y sepa perdonar
sus eSeelo alegria inocente y •espiritdal,
creada-per el trabajo, y este' mismo-ira-
bajo es un placer; y aun produce la 'es-
Perari-a : kid aplause • de• lo •i. sabios
y . blieúoss. Pero ¡ la envidia! —Los mise-
rables esfuerzos de la -'envidia hacen el
fria : ; mas espléndido . : hiere


•y-mttr-
mdra , como las peqn.eiiás olas• el firme
pie de los escollos ; y el verdadero• néxito
se eleva con su propia magestad para gloria
de !su'


• pairs y de la inteli'g'encia humana."
-Sei-ier'- Bowring pbtie los siguientcl


wsisos- -al' frente 'de su ,¿.0•-ilit3ccion:




416
« 1 bore you from- the regions of the


north,
Where ye


opoetry.
NOW, light your smiles and pour your


incense forth
Reneath our Albion's more benignant Sky


1 cull'd your garlands' rieath the polar
star,


From the vast fields everlasting snow,
Adventurous I transplant your beauties far;
Still breathe in fragrance, still irk;heanty


glow.
Within our temple many a holy wreath;•


liallowed by genius . and by time, is hung:
.At our old altar many a bard has sung,
Whose music vibrates from the reabris of


death
may not link your lowlier narres with


their-
The giants of past . ages:—but to brin
To.our Parnassus :orle delightful thing,
Wouk gild my hopos and answer all my


'praYers.


Venid, flores de Clio, de los campos
Que azota . :el Boreas con perpetua nieve
A exhalar- vuestro aroma bajo el ciclo


417
De Albion . , mas benigno. Si guirnaldas
Tejí á la luz de la polar estrella


,Que os vió nacer, Mas atrevido ahora
A transplantaros voy dó el ambar puro
Aun conserveis y el colorido hermoso.


En tu templo feliz, britana musa,
Penden nobles coronas consagradas
Por el genio y el tiempo : ¡cuántos vates,
Cuyo acento aun resuena entre sus tumbas,
PA antiguo altar con himnos celebraron !


A nombres tan augustos nuevos nombres
No osaré yo enlazar ; mas si al Parnaso
Aiiado humilde don, grato aunque humilde,
Mi—esperanza premié, llené mis votos. "


Para dar una idea de la poesia subli-


den del emperador . de aquel pais, y se ha
puesto bordada de oro en el tétriplo .


de Jeddo.


- crita eri una pieza e seda finisima está
ha traducido y al'tlYtáro, y es-
El mismo honor ha recibido 9en la' China. Se


colgada . en el palacio imperial de Pekin.


bright •
_eternal !o no! wh Os e'I:gesenc


me de los rusos, copiarémos
magnífica


oda de Derzliavin al Ser supremo. El via-
gero Golovnin dice que esta sublime com-
posición se ha traducido en Japon por or-


TONO XII.


first blossom'd. , flowers of


27




4i8
All space doth .occupy, all motion guide;
Unchanged through time's all-devastating


kin;
Thou only God! There is no God beside
Being 'aboye al! beings! Tliree in onel
Whom none can comprehend and none


explore;
Who fill'st existente with Tlyself alone:
Embracing all, supporting, ruling o'er,—
Being whom we call GOD , -and know no


more!
In its sublime research, philosophy


May measure out the ocean-deep, may
COUTI t


The sands or the sun's rays; but Goa! for
thee


There is no weight nor measure : nono
can mount


Up to Thy misteries: Reas ón's brightest
spark ,


Though kindled by Thy light, in vain
would try


'ro trace Thy , eounsels ,,.ingnite _and dark:
I , r


And th -ti




ouobt lost ere , can soar




t gh


kg


so bigh ->
Even like past moments iri eternity.


Thou from 'prirneval nothingness didst call
First chaos then existence;—Lord! on Thee


419
Eterniiy liad .its foündatiotí1
Sprung


harmony,
Solo


—all life, all beauty
Thy worai ereated :all ,


doth crea teI2i.
Thy spleriddr
space:WitInrays


Thou art. and wert •and shalt be! Glorious!


Light-giving , life•sustaining Potentate!
'ny chains-


the. unmeastirea- universo
surround:.


UPheld Thee, by 'Thee with
brea t h !


ThoU.-;:: the: 1.1éginning c.Witk hast
bound,


.•


And beautifully iningled
As sparks:rriOurtt.:4Wards frorp..,,the, fieny


-


sund areAorn , so worlds, ,rspring forih.
frOin ahe e:


Andas -a:016" spang-les 4h-e s u n :-ray-s
Shine round the si/ver snow, the pag,Cantry
Of...beaven's brighti:armyd,glittershin::,,


praise.
A ni irtioiiitr ét.' lightea


Wander.unwearied:ythough tilo :blue. "ohyss.;
They own thy power, accomplish.4hy


COM


P,4




429
All gay with life, all eloquerit'with bliss;
What shall wc call them ? Piles of crystal


light-
A glorious company of golden streams-
Lamps, of celestial ethe.r.burning bright-
Suns lighting systems witli theirs joyous


••


•-


But Thou to these art as the noon to
night.


'; • Yes! as a clrop..of water in.thé sea,
All this magnificente in thee is lost:
What are ten thonSand worldS'Compared to


thee?
And -What mi' Heaveds unnumber'd


host,
Thou multiplied. liar:myriads , and.-:array 'd
In all the glory of sublimesuthought ;
Is but an atom in the balance weigh'd
Against thy greatness: is a cypher brought
Against infinity. What am I then? Nought.


Nought! But the effluénee of thy light


Peryading worlds„iliath reach 'd my.bosOm
too:


Yes! in -My spirit doth Thy spirit:Shine
As . shines the sun—beata -sin: a • • drop of


•dew.
Nought! but I live, and on hope's pinions fiy


Eager towards thy presence: for in Thee
live and breathe and dwell : aspiring high,


Even to the throne of Thy
am, cí God! and surely Thou must be!


Thou art ; directing , guiding all, Thou
art!


Direct my understanding theuto Thee:
Control my spirit, guille my wanclering


heart:
Though but an atom inidst immensity,
Still I am soinething, fashion'd by Thy


hand!
I hold a middle rank , 'twixt heaven and


carth;
On the last verge of mortal being stand,
Glose to the reabris where angeis have their


birth :
Just on the boundaries of the spirit-


land!
The chain of being is complete in me;


In me is matter's last gradation lost
Amithe next step is
Deity!


can command the lightning, and am dust!
A monarch, and a s'ave; a worm , a god!
Whence came I here and how? so marvel-


lously
Constructed and conceived? , unknown! this


clod


kr




4/2
Lives surely thróugh some higher energy
For from itself alone it could not be!


Creator, yes !Thy and nd Thy word
Created me! Thou source of lile and good!
Thou spirit of my spirit and my lord!
Thy light, Thy !ove in their bright plenittide
Fill'd me with an inmortal soul, tu sp ring
Over the abyss of death, and bade it wear
The garments of eternal day and wing
Its heavenly flightleyond this little sphere,
Even to its source ; to Thee - its author


there.
O thoughts innefable! O visions:blest!
Though worthless our conceptions all of


Thee,
Yet shall Thy, shadowed image 1111 our breast,
And waft its homage to thy deity.
God! thus alone my lowly thoughts can


soar;
Thus seck Thy presence — Being wise and


good! •
1Vlidst t hy wast works admire, obey, adore;
And when the tongue is eloquent no more,
The soul shall speak in tears of gratitude.


O eterna unidad, cuya presencia -
Llena él espacio, el movimiento rige,
Brilla inmudable sobre el raudo vuelo


4s3
Del tiempo asolador! Dios sin segundo
Ser sobre todo ser, único y trino!
Incomprensible, inesplorable, agotas
Contigo solo , la existencia entera.
Tú abrazas, 'tú diriges, «i mantienes
El universo. ¡O ser , á quien el hombre
Dios apellida, y lo denlas ignora!


Podrá osada medir la humana mente
Del oceano los profundos senos
Sus arenas contar , contar. los rayos
Que se exhalan del sol ; mas no hay medida,
Tlo hay peso para ti. ¿Quién romper pudo
El velo en que ocultaste tus arcanos?
La centella mas pura, mas brillante
De la razon humana, aunque se encienda
En tu sagrada luz, vencer no puede
La inmensa oscuridad de tus decretos.
Pierdese en ella el pensamiento altivo,
Como el instante, que pasó, se pierde
En la insondable eternidad. Tú fuiste.
Quien á la primer nada llamó caos
Y existencia despues: En ti principio
Tuvo la eternidad: único origen
Eres tú de la luz y la armonía :
Toda beldad, toda existencia es tuya.
Tu palabra es creadora : el universo
Lleno está de los rayos de tu lumbre,
Tú eres, fuiste y serás glorioso, grande




424
Dador del ser, sostenedor del mundo.


Rodeaste el universo no medido
Con tu cadena augusta , y le inspiraste
El soberano aliento : tú reuniste
El principio y el fin, sabio enlazando
La dulce vida á la forzosa muerte.
Cual de la ardiente llama se desprenden
Centellas voladoras, de tu seno
Los soles y los mundos se exhalaron;
Y cual bullendo entre la luz febéa
Mil átomos fugaces de oro brillan
Al rededor de la argentada nieve;
Asi la hueste alada de. los cielos
Resplandece cantando tu alabanza.
¡Cuántas antorchas que encendió tu mano,
Vagan infatigables por la esfera,
Obedecen tu voz , muestran ta gloria,
Con beldad, elocuente y giro activo!
¿Qué sois, brillantes astros? ¿Sois columnas
De lucido cristal, raudales de oro,
Lámparas de eter puro ú otros soles
Que mil y mil sistemas iluminan ?
¿ Y qué son para tí? Lóbrega noche
Comparada al fulgor del mediodia:
Menos que gota para el mar inmenso.
Y yo, mortal, ¿qué soy?«—Mil y mil mundos,
La innumerable hueste del empíreo
'Aumentada á míriadas , brillando .•


425
Con cuanta gloria el pensamiento alcanza,
¿ Qué son en tu presencia ? Solamente
Un átomo insensible: y yo, la nada.


Nada soy ; mas tu lumbre_ bienhechora,
Traspasando los orbes , á mi pecho
Llegó tambien : tu espíritu divino
En mi espíritu brilla , como el rayo
Puro del sol en la delgada bruma.
Nada soy mas yo vivo, y á ti anhelo
En alas del deseo: por ti animo,
Aliento y crezco, y en tu amor confío;
Y aspiro hasta tu solio soberano.
Y pues yo existo, ¡ ó Dios! sin duda existes.


Moderador del orbe , tú dirige
Mi pensamiento á ti . : tú lo refrena,
Y de mi errante corazon sé quia.
Atomo hundido en el inmenso mundo,
Yo soy algo, señor, pues tú me hiciste.
Entre el cielo y la tierra colocado
Ultimo ya de los mortales seres ,
Estoy cercano á la mansion, dichosa ,
Cuna del angel , y en el linde mismo
Dó empieza del espíritu la patria.
Yo completo la escala de los seres:
De la materia el último celage
Se pierde en mí , y á mí se sigue luego
El espíritu puro.— ¡Yo soy polvo,
Y mandar puedo al rayo : yo monarca,




426
Y esclavo , insecto y Dios!


Cuál fue mi
origen ?


Cómo existió esta máquina admirable,
Tan misteriosamente concebida,
-Tan portentosamente organizada?
Nada sé, solo sé que un poder sumo
Dió al embrion humano ser y vida,
Que él de sí mismo recibir no pudo.


¡ 0 palabra creadora , fuente eterna
De la vida y del bien , alma del alma!
¡ O Dios de mi salud! Tu amor, tu lumbre ,
En su brillante plenitud mi pecho
De un inmortal espíritu llenaron.
El vencerá los reynos de la muerte,
El ceñirá las nobles vestiduras
De sacra eternidad; y levantando
Sobre la tierra vil sus santas alas,
Volará á ti , su autor, su inmensa fuente.
¡ O esperanza inefable ! Si no dignos
Son de ti los humanos pensamientos,
Tu, imagen que en los aniruos grabaste,
Te pague el homenage de alabanza.
Solo asi , ó eternal sabiduría,
O infinita bondad , solo asi puede
Mi humilde pensamiento á ti elevarse.
Admiro el universo , noble hechura
De tu diestra ; tus leyes obedezco ;
Adoro tu grandeza ; y cuando voces


427
Ya faltan á mis labios, habla el alma,
De gratitud las lágrimas vertiendo.


'Esta traduccion se ha hecho en favor
de los que no saben el inglés ; mas no la
damos como una verdadera traduccion poé-
tica, porque le falta mucho para serlo. Si
la hemos puesto en verso, es por no des-
truir enteramente el entusiasmo que rey-
na en la traduccion inglesa.




428


Sobre algunos descuidillos 4.3 los corres-
ponsales de cierto periódico.


Por lo mismo que han visto las gentes que
el Censor no admite artículos comunica-
dos , parece que han formado empeño de
remitirnos tantos y tales , que podriamos
suministrar un fondo de mucho precio á
varios periódicos diarios, que se conoce
que no estan muy sobrados, que digamos,
de artículos de .variedades. Porque á no
ser asi, ¿ cómo es posible que se aventu-
raran á hacinar hechos á guisa de noti-
cias, que mas parece sea su objeto formar
un romance insulso y maligno, en que se
ven pintadas con negrisimos colores cla-
ses enteras de ciudadanos , que servir á
la historia con apuntes y memorias para
ilustracion de la posteridad? Pero no quie-
ren creer algunos la dificultad que cuesta
llenar las columnas de un periódico, cuan-
do el caudal propio es muy escaso y los
corresponsales no son juiciosos y exactos.
De aqui nace que en enviando á pedir ori-
ginal de la imprenta, no hay mas arbi-


429
trio que remitir lo primero que se halla al
mano, y luego sale lo que el diablo quiere.


Asi ni mas ni menos nos escriben que
ha sucedido ó debido suceder á cierto pe-
riódico que se publica en esta corte con
el título de Espectador para el cual ni
hay mas personas que las que gritan my.-
cho segun el tono que á él le agrada, ni
mas clases ni corporaciones que las que
coinciden con sus ideas. Todo lo denlas
de la nacion ,..es decir, las novecientas no-
ventanrninieve milesimas partes son aleves,
infarries; ,seviles• y enemigas de lo que él
llama sistema; y 'como á tales las denigra,
ofende., tilda .y calumnia, asi como quien
dice : aqui que, no peco. Por ejemplo , le
pareció un dia que podria ser un golpe
patriótico hacer pasar por intrigante y cons-
pirador á todo el cabildo .eclesiástico de
una catedral de Castilla; pues cáteme us-
ted en. el .número 167


un :artículo en el
cual se: da por cosa sentada , que este
tal cabildo labia' despachado .5. la corte á
un prebendado suyo, bien provisto de me-
dallas.: y de instrucciones secretas para in-
trigar contra llamado sistema, Verdad
es que no se perderia mucho en que los
prebendados y no prebendados hiciesen




43o
cuanto estuviese de su parte para echar
abajo este y otros sistemas, con tal que no
se metiesen para riada con la Constitucion.
Pero como hay . t6davia muchos. que en-
tienden una' misma cosa por estas dos pa-
labras tan diferentes , se hace indispensa-
ble saber , que este buen eclesiástico sa-
lió de aquella ciudad con sus dimisorias
correspondientes para ordenarse en Tole-
do , por carecer actualmente de obispo
aquella diócesis, y que en efecto el cabildo
le adelantó de. sus rentas hastaila,canti-
dad de veinte. doblones para los precisos
gastos. Esta mezquina cantidad és ;la que
se pinta en aquel periódico con las pom-
posas frases de sendos mejicanos y iyibi-
cundos medallones. No nos atreveremos á
decir que veinte doblones sean poco ni
mucho absolutamente hablando, porque no
estamos lejos. de persuadirnos. á que con
.semejante suma se podrian Corromper 'á lo
menos veinte pulmonarios , que se estarian.
gritando Un' dia entero aquello que se les
encargase , y aun: servirian de comparsa:
para cualquiera procesion .pseudo-patrió.
tica. Pero mírese como se quiera, veinte
doblones nuned. ,:pasarán de mil y doscien-
tos reales ; y si el Espectador teme quo


43
con esta cantidad se puede hacer bambo-
near á su sistema, poca confianza muestra
de la solidez y estabilidad suya. No suce-
de asi á la Constitucion actual de la mo-
narquía , que esa ciertamente no se con-
moverá por ataques monetarios , y sabrá
resistir aun á los empujes de los falsos
adictos é identificados.


Otro articulito muy curioso , y no me-
nos bien intencionado, estampó el Espec-
tador en su número 181 con el objeto de
plañir la separacion del comandante de
las armas de Avila , y su traslacion á la
plaza de Vigo , con lo cual dice que que-
dó traspasado el corazon de aquellos á quie-
nes él solo acostumbra á llamar liberales.
Nosotros que Cambien tenemos algunos ami-
gos en aquella ciudad, hemos tenido fa-
cilidad para instruirnos de la verdad de
estos lagrimones , como de todo lo de-
mas que ~tiene aquel artículo sentimen-
tal ; y el- resultado que se nos presenta es
el siguiente.


La 'parte sana del pueblo de Avila., que
es casi todo su vecindario , no trató ja-
mas de


•. inezclarSe en . averiguar los méri-
tos ó deinérítos que ptuliése tener el co-
mandante de armas trasladado á Migó, ni




4 32
mucho menos pudo presumir que fuese pro-
tegido del Espectador, en cuyo caso lejos
de sentir su salida para otra parte la hu-
bieran celebrado con repique general de
campanas. Lo cine con verdad sentia- vi-
vamente el pueblo de Avila, como lo sien-
ten tambien otros muchos pueblos , era
que por estas y otras semejantes bachille-
rias de liberalismo estuviesen gravados sus
vecinos con los alojamientos de la oficia-
lidad de artilleria , á pesar de las justisi-
mas reclamaciones de su ayuntamiento cons-
titucional. Sintió tambien aquel honrado
y benéfico pueblo , que por acceder á la
ferocidad de ciertos genios exaltados , á
quienes admira y respeta el Espectador, no
hubiese estado siempre encarga,la la cus-
todia de los presos de aquella caree' á la
milicia provincial ::bajo las órdenes de su
benémerito coronel. Entonces hubiera vis-
to , el pueblo de Avila que estos infelices
gozaban de todos los consuelos y alivios
que son compatibles con su seguridad, y
que tanto recomienda nuestra Constitucion.
A: buen seguro que si hubiesen estado
siempre encomendados á .1;1• .milicia- pro-
vincial, no se hubieran verificado.Lalb oro


-tos á deshora, ni s.e habria insúltalo á los


43 3
presos y á los libres eón canciones inde-
centes y abominables , propias solamente
de hombres sin vergüenza y que bastaria u
ellas solas para hacer aborrecible la mis,
ma virtud, si la virtud pudiera residir en
los que las promueven. En todo el tiem-
po que estuvo al cuidado de aquella mi-
lieia la custodia de las cárceles, disfruta-
ron los presos que tenias comunicacion
el uso de ella y todas las densas consi-
deraciones que dicta la humanidad y re-
comiendan las leyes ; pero la humanidad
y la beneficencia son un suplicio insopor-
table para un cobarde tragalista que qui-
siera inventar cada dia nuevos tormentos
con que afligir á los que estan bajo el hn-
perio de la ley.


Lo que verdaderamente traspasaba el
corazon, á los habitantes. de Avila , y lo
que los llenaba de horror ira ver que ade-
mas de los crueles tratamientos que se ha-
cia sufrir á los presos , se les imputaban
falsos planes de escalamientos de cárceles
para proporcionarse la fuga; siendo asi que
ellos estaban muy distantes (le intentar es-
te medio que hubiera empeorado su cau..
sa. j Cuántas veces hubieran podido fugar-
se facilisimamente sin necesidad de acit-


Tono XJLI. 28




Er-


434
dir á ese .estremo! Se ha querido impu-
tar á los tristes .encarcelados, el incendio
de la carcel antigua'; pero nó., hay 'ya Din-
gun vecino de mediana razon que cote-
jando los antecedentes y consiguientes, du-
de de que este atentado fue,o,béade
nos perversos que se propusieren abrasar
en sus encierros á cinco .indiVádnos que 'ra-
bia únicamente erirella de los-veintey dos
complicados- en la causa 'de conspira- ,
cion. Los diez 'y siete restantes. con su
coronel Morales han estado siempre :ase-
gurados en la nueva corcel, dc,deride
jamas han intentado fugarse, ni- era • po-
sible que lo consiguiesen á no abrirles •las
puertas.


La cárcel antigua ardió á un mismito tiem-
po por sus cuatro ángulos y toda lag te-
chumbre , quedando en pocos minutos
reducido á cenizas todo el edificio , sin
causar la menor lesion á- los presos, los
cuales en vez de aprovecharse de la:,con-
fusion para la fuga ,se fueron reuniendo en
un portal ininediato , y desde alli se tras-.
ladaron á lié- eáleel nueva. No lograron
los malvados el fin que se propusieron ;
pero sí logró el vecindario de Avila ver
destruidos los horrendos' calabozos de


415
aquel edificio; ;donde per :


tantos años se
ha estado atormentando inhumanárnente
á tantas desgraciadas victimaS,, y donde á
pesar de ,


diáposiciones de las Cortes y
de las órdenes" del gobierno; todavia per-


' manecia sepultarlo: al tiempo del fuego un
infeliz que ptidoi salir de'entre'las llamas


. á costa del peligro á que 'se arrojó el car-
celero para librarle.




Habiéndose inutilizado este bárbaro pro-
yecto, fue preciso inventar nuevos medios
para agravar suerte de los procesados
y ocasionarles gastos y dilaciones , trasla-
dandolos áVálladolid , bajo protesto cloque
tampoco era'ségura•Para ellos la nueva pri-
sion. Lo eraitairte ucomo que en ella es-
tan encerrados los asesinos y ladrones, sin
que haya el menor recelo de que puedan
fugarse, á pesar de qué' debe inspirarles
mayor deseo h certeza moral que tienen
de que les aguarda el 'patíbulo.


Traspasaba tamb e...1 el coi azon de los
honrados 'habitantes de Avila el ver la in-
humanidad con que se oprirmia á aquellos
desgraciados •arites de su traslacion,


sola'-
mente por la bárbara. arbitrariedad de los
que estaban encargados dé


•Sti-cultedia, cu•
yas virtudes ensalza el turimanisimo Espec-




436
tador. En vano les concedia el juez de pri-
mera instancia la comunicacion con arreglo
á la ley y al estado de la causa ; porque
el tenerla ó no tenerla habia de depender
esclusivamente del caracter mas ó menos
compasivo del oficial que mandaba la guardia.
El dia que por desgracia les tocaba un ato-
londrado gritador, él mismo los mandaba en-
cerrar en sus estrechas mansiones, estor-
bando la necesaria ventilacion y privan-
doles hasta de la luz artificial , aun cuan-
do les entraban la cena. Si se quejaban
al juez de estos ú otros atropellamientos,
este les contestaba que no tenia fuerzas
para oponerse á aquel nuevo género de
despotismo. Y por último era tal la du-
reza de su trato , que hubieran pere-
cido indudablemente sin la compasion de
algunos otros oficiales que pensaban de
u.n modo muy opuesto al de sus com-
pañeros.


Estas y otras escenas eran las,que tras-
pasaban el corazon de los verdaderos libe-
rales. de Avda, que son los que nos escri-
ben, y no la . insignificante traslacion de,
que se lamenta tanto el corresponsal del
Espectador, quien le hizo estampar unos


437
artículos que á no haber ocasionado el
desprecio y la risa, hubieran ciertamente
despertado la indignacion de aquella mi-
licia provincial. .


••••nn•11.C.•nnn
•.




.43/3


TEATR05:


El mozo de café caballero, ó el :espósito s ilus-
tre: comedia en cinco actos en verso, es-
crita en italiano pór el señor Camilo Fe-
derico , y traducida al español.


Es un principio incontestable que el
protagonista de un drama , á cuyo favor se
quiere escitar el interes de los espectado-
res, no debe cometer ninguna bajeza ; por-
que es imposible interesarnos ,por un al-
ma vil.


Tambien es otro principio dramático,
que el amor debe inspirar sentimientos no-
bles y generosos en el drama; y si se le con-
sidera como una debi lidad, deber serla debili-
dad de las almas bien nacidas. Sus yerros, re-
presentados en la escena, han de ser impru-
dencias, no ruindades.


Si atendernos áestos principios para juz-
gar el caracter del Mozo de café, no hay me-
dio de disculparle. Un espósito recibido
por caridad en casa de un cafetero ,
quien sirve igualmente que al público, ve


439
una • señorita de la primera distincion se
enamora de ella, y para lograr su correspon-
dencia, se finge un personage ilustre con
vestidos, y.modáles . propios-,de la clase que
mentia. Un,c4ballero de -industria no puede
ser,, protagonista- de un dratria..X es lo bue-
no, que •etimpostor manifiesta 'en el tercer
acto los sentimientos más • t.iernqs y virtud-,
sos.-4a, impostura se deseubre;,y le nubie-
1.4 costado.muy cara , á no ,:.averignarsQ al
inilincuiernpn . que en efecto su cuna es ' tan
noble ; ennuAla de su amada, y que profetizó
mintietidO:,1o.,que naturalmente debe ani-
marr á l ptros ti : mentir , y lí otros'á dejarse
engañar, con. .11 esperanza de acertar. Resul-
tado de pésima moral ; pero no es otro el
que dan las novelas ylos dramas novelescos.


¡ Ah ! ¡ cuán diferentemente han trata-
do este-asunto nuestros antiguos poetas có-
micos! Se han guardado muy bien de atri-
buir al amante de baja estraccion la per-
fidia de engañar á la señora de sus pen-
samientos. Vease sino el Carbonero de To-
ledo, de Matos Fragoso, que enamorado de
una dama de aquella ciudad , consagra to-
da su existencia al amor , y parte á Flan-
des á merecer en la guerra por su valor
el esplendor necesario para obtener á su




440
amada.. Si esto es novelesco, es noble y
mí-da 'mal eiemplO porque al 'cabo hay
muchos capaceS;;Iefingirse mas de hs que
son para engañar á una joven ; pero ¿ cuán-
tos hay que ~len á prodigar su vida
para hacerse dignos del objeto de su amor?
Y ¿qué daño resultaría á la 'sociedadde
que el amor produjese héroes?


í:C;


En los actos tercero , cuarto; y' quinto
del Mozo de café hay bastante tráfago dra-
mático, ruido sin sustancia. Lo mas gra-
cioso es la - orden reservada del príncipe á
favor del espósito , y que viene como de
perilla para hacer rabiar al fiaron. Esta pie-
za se representa poco, y lo mejor seria no
representarla nunca.


441


Estado verdadero en que se encuentran los
caballeros exaltados..


Le suceden á uno tales y tales cosas, que
á ne . mirar que hay Dios y que hay infier-
no, fuera asunto de ahorcarse diariamente,
si diariamente se pudiese adquirir un nue-
vo pescuezo. Ahora que nosotros empeza-
hamos á levantarnos de cascos, y que creia-
mos que era llegado el momento de poder:
nos meter 1 , calaveras sin que nadie se atre-
viese á motélifitós ; ahora que al calorcitd
gaditano empezabamos á romper el freno
de. esa fastidiosa ,obediencia con que nos
estan apeliandó 10"oidOsqlesde el paraiso
terrenal 'IaSta la 'ultima que se ha pu-
blicado en nuestros Bias; ahora que estaba-
n:fi:5s ya, por decirlo asi , saboreando los es.;
quisitos y nunca bien ponderados frutos de
una guerra intestina , provocada por pues=
tros filosóficos exaltados, que ni pueden en-
gailarse:»I'engañarnos ; ahora en fin que
creiainos á ojos cerrados que todo el cam-
po era nuestro pueSWItiaSi'nos lo ase-
guraban con su modesto are de triunfo la




442
Antorcha, el Noticloso, el Eco, el Espectador,
el Zurriago , la Manopla , Diario nuevo,
el Cartel de toros y cenas espejos luminosos
que representan-al vivo la opinion pública,
¿salimos . con que la casi totalidad de la na-
cion armada y por armar está tenazmente
decidida á sostener la Constitucion ;jurada?
Mal haya amen quien se,:tawde-engaaosas,
apariencias y quien i e spooPoll-419rehlo,y re-
putacion por eh rinfign-) so1A111, los papeles
públicos. , , „


;.pensara;
que después de,


,Haber
pido á un34A tAl
ontar poi rnillara las-19119,Mb rls.pgrt
docenas las provincias; qulestabaorproritas-


:141Puestas á-:SP IPPIVI:JArAls,40,9 (104114
que es orden, yr,1NMonia, „ hablamos de ,ep--
con tramos d e, ,prento con.„. que, ,to d o. -eso era
-upa pura, pamema , y -conyer,sgeion? N•hay
40, en . ;gy1 ,9" muy . lig)" respetable
la ,usan,zA „oe-, antAd eras :In-propias .fuenas,
anies dq ie14131r thataliArpArailwirAr
animo y fortalelaná lós soldados; pero,ha de
tenerse gran cuidado con. que:
'luya tanto su número ah ,principiarJanae-
cion , que ellps,,misnyo§,Tconon;Au ,eorte-
dad.y- Ilaquexa;•Porque•entoneese.5 rea.si ine-
vitable la,clispersion y la fuga.,.›Esto mismo


441
vemos, verificarse con el mayor dolor en lá
gloriosisima ,empresa que habian acometido
ciertos , iiidividuos disfrazados de ciudades
para acabar;; ele una vez con, esa .sumisjon
legal.


quel.tálit,O,,nos ha . incornodado desde
los principiobRuiscisenos hacer, creer hace
(los, meses que todo-el pueblo dé Zaragoza
y<,ayn la mayor y mas sana parteidp\wpro-
vincia estaban decididarnentem;resueltos , á
soberanizme de pronto:, y, ,que por voto y,
acuerdo general de paysanos y militares ha-.
bia : s1do,,g9Iwesta mera autoridad ci-
vil y militar.,..p/o , cabia la menor duda,,en.
cuanto sustancial del, ,.hecho , ••tüte.
era„ la dmiykion- ó quitadnra . de aquel,
gefe ; pergoisin duda debió: de haber.:,
puna equiv9;cacion , -.i tivobintaria en , culintfik
á votadura y aquiéner1,4 ,,de, ,
ragozapps, ,ptiesto queopo,,lialhabido-
4a4PI9bg-R ildl POTIe ;:i 0mqt-le IDO:41M e;
con.tra,, Isppejan te . atrplpila rshiefil,? , nue-
no,,pida. O. ; caS tigo aquellkolumprosk,
me,dia , ,docena de bribp,nes,.Yrx epsa de
aterrarse, 4,4,:kir , 1á multitud ede bayonetas:,:
espadas y. -fusiles, que , estaban:Prontos
esos diarios para acabar con. todos los'
fes y gefatnras constitucionales; y _era. tan-
to, , lo que, se contaba corkque aquella era




444
la opinion pública, que al primer desen-
gaño que • llegó 'á Madrid el dia siguien-
te, vimos hombres dispuestos á analizar
la noticia y aun casi casi á desmentirla:
¡ tanta era su • pátriótica fascinacion! Pero
afortunadamente nos libramos del análisis
espectadoril, porque quedó de por sí tan
analizada la intriga , ó llámese como quie-
ra, de los que querian pasar por muchos,
que al fin no nos quedó duda de que eran
poros y muy pocos. -


De alli á unos dias se trasladó la de,
coracion á Andalucía ; y al ver el tono de
diferentes -representaciones de Cadiz , su
costa , S 'evilIáu 'r otros pueblos de segun,'
ció orden , debimos creer-que toda la cris-
tiandad, y atirilla morisma toda entera,
hombres , 1 '1141-eres y ancianos iban á ar-
marse y .saiiP-;en'forina de cruzada para
sostener á unostres 15; edatro predilectos'
varones que se hallan bien avésnidos con
sus destinos. Alii fue ver el estrujamien-
to de la lógica-y aun de la mas sublime
metafísica para : qoyar en razones sólidas
é indestructibles el antiguo refran ó sen-
tencia, de que quien por comer no se ma-
ta; lo domas es patarata. Alli el amenazar
á la nacion entera con una amputacion


445
geográfico-quirúrgica, si no se .barrenaba la
Constítucion española en todo lo que
ce relacion con las facultades que ella mis-
ma concede al Rey. Alli el echar plantas
al sentido comun queriendo revestir de
celo á la rebelion , y de patriotismo á
la desobediencia. Alli en fin el darse
por ofendidos de que no se respondía
á vuelta de correo á ,sus liberalisimas ra-
banerias.


Quién no habia de persuadirse que
en negocios de esta gravedad se habria
contado antes con la voluntad del pueblo y
no de un pueblo solo; con la disposicion de
la tropa, y no con algun otro oficialejo; con
la autoridad del cuerpo de propietarios , y 'no
con este ú el otro aventurero? En buen hora
que para restablecer la-Constitucion se ar-
rojasen unos pocos, digamoslo asi , á cuer-
po perdido, sin detenerse á calcular .los
evidentes riesgos á que se esponian , por-
que al fin no era dudosa la generalidad de
la opinion en todo el reyno y aun en
toda Europa ; pero proponerse unos cuan-
tos derribar la Constitucion (que ese y
no otro ,ha sido el atentado de Cadiz y
Sevilla), sin contar ni siquiera con cin-
cuenta ilusos capaces de reclutar á otros,




446
es una empresa capaz' de abochornar al
mismo cura Merino.
. Mas no es..en..Verdad estraño que no-
sotros nos dejásemos alucinar de estas se-
ductóras apariencias, que al fin somos unos
pobres 'periodistas de mala Muerte. Lo que
debe admirar sí, lo que saca de-quicio
nuestro mísero celebro es ver que hasta en
la Coruña se persuadiesen con la misma
facilidad que nosotros, que este nuevo
género de sumision constitucional tenia
unas ralees profundísimas y dilatadas , y
que iba á merecer la aprobacion de los'
honradi3imos' gallegos. Ello al fin , si bien
se mira , con tal que ese sistema de in-
subordinacion ad libitum se generalizase y
difundiese, no solo en todos los pueblos,
sino tambien en todas las familias, la co-
sa no era tan mala como aparece á pri-
mera vista::Porque ¿quién que se halle bien
penetrado de los derechos del hembre y de su
noble y distinguida naturaleza, dejará de co-
nocer lo incómodo y violento que es el que
otro hombre, hermano suyo de Adan y
Eva , con los Misinos miembros y facul-
tades que uno propio, y sin mas que
porqué á los' demas se les ha -puesto -en la.
cabeza nombrarle rey, papa ó cosa así,


447
ha de tener facultad -01ra- decidir quién
conviene que mande erilCadiz , en la Co-
ruña ' en Sevilla? • ¿ Ign tira aque-
llós gefes que ellos se hallan' >niny bien en
sus empleos, y que en prtiveyendolos en
otros , por fuerza se han'dé quedar sin
ellos ? - Fuera de que es • • iniposible que at
darles poseSion'' de sus destinos no se
omitiese enumerar entre sus atribuciones
la de dejar -aquel puesto luego que el rey
se lo mandase; porque li • ito haber pre-
cedido este olvido , quién 'ha de creer que
ellas se rebelasen abiertamente •, Cuando el
que mas y el que menos dice que ha
dado tares pi'nebas de amor, dé . obedien-
cia y de adlieSion á estar empleado , que
enternece solo el oirlos-? ¿No ha sido
testigo la nacion entera de ' la
dad y mansedumbre con que -se pusie-:
ron todos ellos las charreteras cuando les
hicieron capitanes, los galones cuando les
precisaron a ser coroneles , y los borda-;.
dos cuando- les dieron orden para ser gene.
cales? ¡Pobrecillos ! Pues si entonces obe-
decieron con tanta resignacion , ¿ por qué
se ha de sospechar que ahora no hablan
de hacer lo -mismo ? No hay que cansar-
se , señores, el bien y no mas que el bien




448
es lo que se proponian y proponen estos
patriotas; y cualquiera que se atreva á dti-
darlo, se espone á oir una retaliila de
liberalidades de antaño y de ogaiío que sea
necesario darles gracias y premios .encima.


Siempre nos ha parecido muy violen-
to , y aun sobradamente injusto , que solo
porque el sargento es sargento no haya
de poder el soldado hacerle que esté de
centinela durante las noches bias del in-
vierno; del mismo modo que es , una gran
picardia que los oficiales tengan . mayor
sueldo, duerman en sus casas y priven de
su natural libertad á los soldados siem-
pre que faltan á su obligacion. Por mucho
que se ponderen las ventajas de eso.. que
llaman disciplina y subordinaeion , noso-
tros no vemos en uno ni otro mas que
una coartacion de los derechos impreserip-


, y por consiguiente una cortapisa
para hacer ó no hacer lo que á uno le
dé la gana. Son tan palpables, estas verda-
des que , cierto , es mucho de admirar có-
mo no hacen mucha mas fuerza en el
ánimo de los que estan destinados á obe-
decer , y mucha mas si han estado man.-
dando algun tiempo. Por eso nos ha sor-
prendido tanto el saber que aquello de.


441.
tecla la :Galida .que. se pintaba, :como urkl
movimiento • general ; solo no era la,




Galicia tOdct, mas ni tampoco parte de .e1.14,.
como no sea en la aeepcion en que se sue-
le llamar parte del globo terrestre á unos
cuantos granos de arena.


Esto mismo nos escriben que sucederá
en Andalucia; y sepa las trazas en esto
y no en mas vendrán á parar todas las
vociferaciones de la gente exaltada, por
mas que hablen de ejércitos, de vanguar-
dias , de cañones de toda esa nomencla-
tura que algunas veces...dícta solo el mie-
do. De modo que por la cuenta, aqui
lo que hay que temer es la risa y la bur-
leta que nos van á hacer en todas partes
luego que sepan que tambien nosotros te-
niamos tentaciones de exaltarnos. Creemos
pues muy oportuno aconsejar á los mis-
mos que nos aconsejaban la exaltaeion ,
que se vayan muy despacio; porque se acer-
ca el tiempo en que cansados de tanta
moderacion los constitucionales modera-
dos , emprendan con un Zurriago de -ale-
jor temple que el que se imprime en Ma-
drid, y pongan las posaderas de los su-
hlinies exaltados de uno y otro partido
.mas encarnadas que un tomate. Este y
. Como xit. 29




'ntwottó—v/os iíá*lep que es •41 . castigo que
nYéretéri, qué . 11eVárán,duda , lOs que
á fkéríii felbetliake .suelen dars-4-, sí mis-
níc41 . lékféián te; Woiribre,.'•


45x


triad fode. los prmcipíos, ó sesiones meino-,
robles de las Cortes en los deas 9 y x x


de diciembre.


No afligiremos el ánimo de nuestros lec-
tores recordandoles .circunstanciadamente
los tristes acontecimientos que con tanta ra-
pidez Se hani:-yetifie.a.do• y sucedido en va-
rios pueblos d.é ,la península desde que. el.
Rey tuvo por cOn,veniente separar .de la co-
mandancia militar de Aragon . al general
Riego: Fatal separacion que noso.tros qui-.
sieramos!:haber4oclido evitar ;aun. á costa
déiamestra sangre; porque ellkha,servido
no-de justo Motivo. , sino de•.especioso p,re-
testo para todos los desórdenes , atentados
yitimultuosos Movimientos que hemos pre-
senciado • ó :sabido! Pero pues ,elia ha sido
eborigeU:de,,losl,males que ó ya existen ó
rnos':amenazan , seanos permitido .hacer dos
observaciones.


La; Por lo ,mismo que Riego:es el pri-
mer campeori de la libertad, el ídolo de
todós los patriotas, y él hijo predilecto de
lar-patria , ¿ puede ni aun'suponerse, ha-


'chi:




452
blando de buena fe , que el Rey se resol-
viese á separarle de su destino sin tener para
ello motivos muy poderosos? Los ministros
al proponer al Rey esta arriesgada providen-
cia,d podian no ver la tempestad de odio
que iba á descargar sobre sus cabezas?


No es preciso que al firmar la orden de
separacion estuviesen ya resonando en sus...
nudos cuantas imprecaciones , 'cuantos de-
nuestes , cuantas horribles calumn i as se
han vornitado: 4esde aquél aciago dia has.-•
ta el presente por los enernigcs'•;del
der? ¿Podian ignorar quejes ponian.en las.
rnanos el arma mas terrible de que no tar-
darian en valerse? ¿Po. diau desconocer pie,
el nombre de Riego iba(!á . sér lazvoz
alarma para todos los que ó temen ireal4;
mente la ruina de la libertad, • aparen.:.
tan temerla para honrarse á sí mismos cono
el tituló-de ardientes y ¡celosos liberales?,
Pues, si con tales presentimientos y cono
cierta ciencia de que con aquella provi-,
dencia iban á despopularizarse -y á atraer-
se la persecucion de un partido temible
y poderoso, se determinaron sin embargo
á dar un paso en que iban á comprome-
ter su 'hOnor , su destino , sú tranquilidad,
su reputacion de civismo, y quizá hasta


453
su misma existencia , ¿ no está diciendo el
sentido cornil,'


que las razones que los obli-
garon á darle debian de ser de aquellas
ante las cuales ceden y desaparecen en los
gobernantes todas las consideraciones de
conveniencia particular ? Y no se infiera
de aqui que el general Riego es un de-


lincuente á quien sea necesario entregar
á la venganza de la ley. Los hombres pú-
blicos pueden caer en una multitud de
descuidos , faltas y debilidades , que sin
llegar á ser crímenes que den lugar á la
formacion de causa , hagan necesaria su se-
paracion del destino que ocupaban. De-
cimos mas: pueden tener ciertas cualidades
personales y hasta ciertas virtudes que los
hagan muy recomendables como personas
privadas , y muy poco á propósito para el
mando. La franqueza , el candor , la falta
de malicia , la no suspicacia, la amistad ar-
diente , el celo mismo del bien pueden á
veces ser muy funestos en los hombres
encargados de gobernar , y precipitarlos en
errores de ••grandisima trascendencia ; y aca-
so el general Riego se hallará ya muy arre-
pentido de haber sido demasiado franco,
demasiado candoroso, demasiado bueno,
y demasiado confiado.




454
2. 1 La acusacion que tantas ve-


ces y con tanto énfasis se ha repetido,cOn,
-tra el gobierno, porque no ha revelado al'
público los motivos que tuvo para .exo-
nerar á Riego, es una acusacion infimda-
da , injusta, inconstitucional y contraria á
los principios liberales que tamo cacarean
sin entenderlo los gritadores de los ca-
les. 1.? en el hecho de conceder la•Cons-
titucion al Rey la facultad de elegir y :re-
mover libremente á ciertos funcionarios:pú-
blicos , exime al gobierno de la obligacion
de dar cuenta y satisfaccion al público ale
las razones en que funda la remocion de
los empleados de libre nombramiento. Es-
to cs exactamente lo que en el lenguage
constitucional significan las voces libremen-
te , su arbitrio,, ti otras semejantes que se
emplean cuando se quiere espresar la fa-
eultad que tiene todo gobierno constitu-
cional para elegir sin propuesta


m\ciertos u-picados y separarlos sin previa formacion
de causa. 2.° En ninguno de los gobier-
nos representativos que existen , hay la
costumbre de informar al público de los
motivos que el gobierno ha ténido para
nombrar ó destituir á tal á cual funcio-
nario público de aquellos cuya eleccion


:45,5
les está confiada por la ley fundamental. 'N i
el rey de. Francia , ni el de los Palle17.1),4-
jos ,, ni el de Inglaterra han dicho
cen jamas al público cuando eligen 4. ;limi-
tan un prefecto, un comandantes . Militar,
un embajador, un ministro ó clialcinier0,. O
empleado, que lo hacen por esta aque-
lia razon : á lo mas espresan en :los; nom-
bramientos, y esto porque prieren 114ge-
neralidad de que han escogido :al 'flecto
en atenci.on á sus méritos y servidos. El
presidente mismo de los halados-unidos
nombra , muda y separa los agentes 4i-
plomátieos y los bofes militares que 'son
de nombramiento suyo , sin decir al pue-
blo el por qué de sus resoluciones , y sin
que á los ciudadanos se les laya ,pasado
jamas por la cabeza pedirle grel#a oficial
de lo fine hace en esta parte. El yffy,,de
Inglaterra acaba de retirar de su servicio
al general Wilson ; pero por mas clUe
ha criticado esta ;providencia, á ningun in-
glés se le ha ocurrido la originalidad de
pedir al ministerio que comunique los nto-


. tivos en que la lunda. 3.° no solo no ;es
conveniente que nn.ministerio constitucio-
nal dé ,satisfaccion á/ público de :semejan-
tes 1.,es9,ltrcióles, sino pe si,pste abuso se




456
introdujese , en aquel cha acababa la pm-,
rogativa real , 'y con ella el equilibrio de
los poderes, y de consiguiente la


-Consti-
ineion misma que


• en ellos está fundada.
¿ No han visto los quepiden los motivas
de la separacion de Riego ,• que si en -fa-
vor de este general se hiciese semejante
ixánovacion, todos los separados la alegarían
con justisima razon para pedir que dije-
Ae el ministerio por qué los habia . separa-
. do Sí hoy cedia en esta parte eLminis-


,


minis-
texii con respecto á Riego , mai5"ána ten-


. dria que hacer lo mismo para el
- Empeci-


nado , luego para Jauregui, despues para
Mina, Velasco, Escobedo, y en rigor has-
t.11 para el último guarda de puertas que
iiiibiese tenido por conveniente separar. Es-
té- ciudadano es tan ciudadano como un
capitan general, y es igual á él ante la ley;


• y por consiguiente si el general tiene de-
recho á que se le den y se publiquen los
motivos de su remocion , el mismo dere-
cho tiene d simple guarda del último por-
tillo de la monarquia. No ven los grita-
dores á qué absurdo& tan ridiculos con-
ducen sus falsas doctrinas y sus principios
anárquicos? ¡Qué cosa-tan graciosa seria que
todos los dias vinieran llenos lób"periódicos


457
de manifiestos del gobierno en que justi-
ficase los-nombramientos y remociones que
hubiese decretado ! Qué gracioso y qué
edificante seria que dijese al público : « he
separado á fulano de tal empleo porque es
un loco de atar, á tal otro porque envile-
ce su dignidad con un grosero cinismo, á
este porque se embriaga, á aquel porque
haciendo ahora del patriota lie sabido
que en el ario de i4 se honraba con que-
mar ejemplares de la .Constitucion , espar-
cia al ayre las cenizas con la punta de\su
sable', y despues le lavaba para que su ser-
vilisimo acero no quedase contagiado! ¡Lás-
tima es por cierto que el decoro público
y la esencia misma del gobierno represen-
tativo no permitan hacer semejantes reve-
laciones! ¡Qué de cosas se verian! ¡ qué de
reputaciones usurpadas quedarian destrui-
das ! ¡ en qué horrible deformidad apare-
cerían muchos que hoy la encubren con
la máscara del liberalismo ! Si el gobier-
no para justificar sus providencias fuese á
escudriiiar la conducta anterior de Las per-
lonas , y hubiese de revelar todas sus tor-
pezas, ¡cuántos que hoy se llenan la boca
con el pomposo título de patriotas, y que
insultan á hombres que acaso valen mu-




418
cho mas que ellos por sus talentos , sus
-virtudes , su educacion y sus útiles ser,
vicios, resultarian fieles servidores de la
arbitrariedad en los seis anos , celosos
satélites del despotismo y cómplices :aca,
so de sus mas horribles atentados ! No
parece sino que .cuantos hoy blasonan ,sleli-
berales han estado:durante el -gobierno (lelas
camarillas en presidio , en calabozos;,__ó
fugitivos por amantes dela libertad. Los „que
tuvieron esta honrosa aunque desgraciarla
suerte, conocidas son y pueden señalarse
con el dedo ; pero -esa multitud de nue-
vos adictos ¿dónde estuvieron? ¿á quién . sir-
vieron ? ¿ de quién recibieron honras, pre-
mios , condecoraciones, ascensos y:grados,


-con que entonces se envaneeian qué
hicieron hasta que una feliz casualidad ,y
vez el valor ageno les proporcionó sa-
lir de su oscuridad y humillacion , y echar-
la de, valientes y de héroes?:Pexo •oka-
mos al punto.principal de .que:
mente nos hemos distraido
utilidad; porque es uy impokkagtte...
bien la doctrina constituoionnil de


;gel
gobierno. ni debe ni puede sin payes
inconvenientes publicar . los motivos que
tiene para tomar ciertas resoluciones ,que


A:5.9
estan dentro de sus legítimas facultades.


Sin renovar pues dólorosa memoria
de lo ocurrido en varios puntos del xeyno.
en estos tres ultimos meses , vengamos ya
á las dos memorables sesiones del g y .1,x
de .este mes, en las cuales puede decirse
sin adulacion que la sabiduria de las -Cor-
tes , su prudencia y su ilustracion han
-salvado la patria. Llegados ya los desórde-
nes al:punto .de que no solo se haya insul-
tado en injuriosos libelos á la sagrada per-
sona del Rey, á la moral pública, á Jos
primeros gefes de la administracion 1 .y: de
_que se hayan profesado y proclamado los
;principios mas subversivos y las doctri -
nas mas perjudiciales, sino .que se haya
negado formalmente la obediencia á las
órdenes constitucionales del gobierno , y
se hayan hecho publicamente preparativos
_hostiles .para resistir á su autorid lld; cre-
yó el Rey que para evitar los horrores die
una guerra civil , convendria que las Coi.-
tes hiciesen oir su voz á los extraviados,
disidentes y rebeldes, a fin de que eS=
travio, disidencia y rehelion procedian de
un error ó de un celo mal entendido, pu-
diesen volver á la senda de.la obedien-
cia y del orden sin esponer pacion




.46o
todas las convulsiones y calamidades In-
separables de las hostilidades civiles. A es-
te lin pasó á las Cortes en 26 de noviem-
bre ultimo el mensage que nuestros lec-
tores habran visto ya en los diarios, y es-
cusamos copiar ahora. Las Cortes con-
testaron inmediatamente asegurando á S. M.
de la firme resolucion en que estaban de
mantener el gobierno constitucional , del
cual es una parte tan necesaria la pre-
rogativa de la corona, y manifestando en
general cuanto desaprobaban cualquiera
acto de inobediencia é insubordinacion , y
nombraron una comision para que pro-
pusiese su dictamen sobre el contenido-del
mensage real. Esta ';'comision pues leyó
en la sesion del 9 de este mes la prime-
ra parte de su informe , pidiendo que la
segunda quedase cerrada sín leerse hasta
discutida y decretada la primera ; y -ha-
biéndose acordado asi , se señaló para tan
importante asunto la sesion del la mas
interesante que ha habido desde la ins-


. talacion del congreso en julio de 182o.
Por esta razon nos detendremos á dar su
análisis y hacer algunas observaciones so-
bre los discursos pronunciados en pro y
en contra del dictamen , y sobre la reso-


46 t
lucion definitiva que ha consagrado el
principio tutelar de que en ningun caso
se pueden desobedecer las órdenes cons-
titucionalmente espedidas por autoridad
legítima.


La comision despees de la relacion his-
tórica de lo ocurrido en Cadiz y en Se-
villa en orden á los nombramientos del,
general Venegas , izaron de Andina ,
riera/Moreno y señor Albisiury haber com
probado I con . documentos auténticos la
existencia, de los hechos , es decir , dela
pronunciada resistencia á reconocer los
nombramientos hechos por el Rey y á obe-
decer á las reales órdenes . que los:anunciaban,
sin, embargo de que aquellos estaban en.
las facultades constitucionales del monar-
ca :y ;esitAsi,iban refrendadas por los res-
pectivos,secre.tarios del despacho pomo pre-
viene la Const,itticion , pasa .11 esponer su
dictamen sobre tau: desagradables sucesos;
y lo hace con aquel dolor que ningun homT
bre que ame . á su patria, puede dejar de
sentir al verla amenazada de una guerra
civil 1 .. y ,con,toda aquella prudencia y sua-
vidadolue exige lapa turaleza misma de los
acontecitruientos. S,eparardo • muy juiciosa-
menteklas,d0,1 cuestinites que los defenso-




462
res-de la inobediencia han confundido y
confunden maliciosamente para oscurecer la
ver'zIad, á saber, la de si es ó no reprensible,
y si se quiere criminal en otros puntos, la
conducta del ministerio ; y la de si elsobier-
n
•. 1 1 cnalesquiera que sean los ministros, se


ha escedido de sus facultades ót' contrave-
nido á las leyes cuando ha


•'nombraclo
los señoresAndilla (de Venegas ya no hay
que hablar habiendo renunciado


. ), ore-
nci Albista. En cuauto á lo primero, la
coniision' reconoce en el Rey (y ¿I cómo
podia nc, reconocerla) la facultad de pro-
veer todos los empleos civiles y • mili-
tarel.. En en labio- á lo segundo, aunque los
entpleós no sedeben proveer sino en' per-
sonás que hayan dado pruebas positivas de
adliesion á lw Constitudori Política de la
niona'rquia, la cóinision observa


-muy ()por-
tuna;in6Ite: I.' que el calificar estas prue-
bas, y juzgar , al .


gobierno en esta parte,
to .


•toca tí unos cuantos inklivicluos',6 pue-
blOs"'éia particular: a.' que el nombramien-
tó • de Andilla fue dado á conocer á la
provincia de Cadtz por su anterior :e. o-
üliriclaiite general en 5 de


-Wr
Vien'ibre'l y


n'osé manifestó delcóntentti ql , ieptigrian-
eiV contra el ridinbrado


463
3.° que aun entonces confiesa el mismo
Jauregni que no tuvieron parte. alguna ea.
el déSdoitento las cualidades del baron:
4.° que el comandante Fonfreda que le
detuvo en Jerez le manifestó , que su per,
sopa no té inspiraba .desconfianza alguna
5:0 que lo-propio dijeron• citcunstancia-
darriente, lás-sdiputados de las autoridades
y- CárpsOtaeikities de Cadii : .&° que la
putciori objetó' -únicamente
qué cúalgüiera que haya , sitio la conduc-
ta''Oblrea y lirivada del baron:;. nada se.
sabia de sitadliésion al sistema bonstitucionall
y de si ha dado pruebas quede ieconzenda-
sen ; pero én' verdad :, añade mi:1y bien la
ComiSion , .el que la diputacion de Cádiz
rió lo sepa no quita que el baron Jas;ha,;
yá dado que las tenga -el gobierno:;
7 :° . que en ccianto•.á los señores .Morene.
y AlhiStii ranigntia" • objecion pueden hacer
éófiti'a stis''CaliMes. los .,desobedientes
Sé C cala, ctiand ."estos eor'ifiesanIterminat~
Mente, lodos les hacen justicia,
i'éo`nócen- ;las ;tipreeiables: circunstanciase
trié lór ád191'háni,;,' ;euando :hace pocos me#
sis cine él general . Moreno ejercía en,
aquella 'ciudad y provincia el .mismo can.:
,g'd • de Comandante militar á que ahora es




Toi
464
destinado ( y pudiera haberse aaadi-
do , cuando acaba de ser ministro que es
algo mas que comandante de provincia,
y cuando fue indicado al Rey para, este
alta destino por el consejo de estado).
De estas observaciones , 6- por mejor de-
cir de estos hechos, deduce la comision,
que ni el gobierno' se ha escedido en estos
nombramientos, ni .ha habido fundamento le-
gal para desobedecer sus providencias,


• La comisión pasa despees á refutar las.
razones que se han alegado en Cadiz; par
no recibir á Andilla , y en Sevilla para no.
admitir á Moreno y á Albistu.


Las primeras son : ir cri posta:
Andilla hacia sospechosa su llegada '; • cine,
el gobierno no hacia contestado á la ten
presentacion becha,contra el,nombramient9
de Venegas, y por fin que desconfiaban det
ministerio actual ; y la comisk,m, ;responde
asi: en cuantó á las sospechasque, podia
fundir el que ungefenornbradodiacia un mes
fuese al fin etrposka,á tomar posesion de su,
destino•, '.esto. Id .mas hubiera sido mg,.
tivo para suspender. la: admisien.hasta cerr.
ciorarse pero jamas parai <llegar, la estre-
mo quelhetnos visto.: en- cmden.,á la fa],
ta de centestacion,.cuandó,esto,,sea un. 49,


Yecto de ateneion de parte ¿e los minis-
iros ; defectos de esta claseuada tienen que
ver con la .autoridad real Cadiz podia
quejarse.


de los primeros , y obedecer á la
segunda. Sobre la poca confianza que ins-
piran los actuales ministros , en este case>
se pide al Rey su separacion , ó se les de-.
nuncia á la opinion ó se les acu-
sa con arreglo á las leyes ; pero mientras
existan en el ministerio, mientras son el
órgano legítimo de la autoridad real, y
el único que reconoce„la Cónstitucion , y
las órdenes del Rey se comuniquen den,
tro de los límites constitucionales, deben
ser obedecidos, ó de lo contrario IZO hay.
Constitucion ni orden público.


Las razones que se han alegado en
Sevilla para no recibir á. los nuevos non-D.7
orados, como nada se..ba objetado con-
tra estos, se reducen en suma á que can,
saba disgusto la remocion de don Ma,
nuel Velasco y don Ramon Escobe-
do ; y la ,comision pregurpliena de santa.
indignagion : « ¿y dos personas solas , han
valido mas que el decoro del gobier-
no , mas que la tranquilidad de una pro-
vincia, mas que el concepto de' los es-


TOMO ziz. 3o


465




466
yiafibles entre las noliones Istrangeras.,
inás que tla Constitucion y él 'imperio dé
lás leyes ?" ( Y nosotros aladirernos: i y él,
sacrificar á los intereses de clOs personas
la salud de la patria, se llama acendrado
Patriotisnio!


La coinision observa luego que hay
notable diferencia entre los sucesos de Ca-
diz y SeVilla4 que en los de esta última
Ciudad nO : ptiede menos de reconocer cier-
to caracter de faccion , .0 paso que en los
de Cadiz se persuade `títie"todo ha. Iíro
venido de un error, 'd'e un escesivó ea.-
kir y de una suspicacia que no pueden
condenarse enteramente 'en los qué aman
mucho la libertad y han. padecido !Micho
por ella: y que sin embargo el error en
irnos, y el estravio de algunas personas
en 'Otros, ni son•tales que la coniision los
atribuya á la voluntad, ni pueden menos
de merecer la indulgencia de las Cortes;
pero añade que « el congreso nacional no
puede 'tainpeco'llienos de desaprobar alta-.
inente 'á la faz 'de toda la Europa la ino-
bedieticia -é ilegales procedimientos de
aquellas autoridades: lo cual bastará sin
duda para que vuelvan á 'su deber reco-
nociendo que han errado."


467
..$irvanse .


las Cortes, cOntiniala cona=
examinar este punto, y quede ante


todas cosas asegurada la' observancia de la
Constitucioii y la obediencia á la autori-
dad real , Conforme á ella. Son muy in-
separables estos dos objetos; Pues no se
trata de los ministros sino del gobierno y


.


de la potestad. que la • Constitucion señala
al Rey. Los Ministros pueden ser'culpables
y desaparecer; pero el gobierno y la po-
testad real, cuando se,_ contienen en Íos
limites e'Otistitueionales, deben ser sagrados
para todos. ¿Qué sera de la libertad, si no
rigen las leyes? , dY CóMo regirán si es lí-
cito desObedecer al encargado de ejecu.-
tallas cuando no contraviene á ellas? So=
color de sósteizir la Constitucion , se ha
infringido escandalosamente en Cadiz y en
Sevitla, ciíando con el título de juntas, unas
autoridades que la Constitucion desconoce,
atacando prerógativas que la Constitucion
consagm ,y resistiendo órdenes que la ConS,
.titucion manda obedecer : granos degítunós
se erigen 'en intérpretes de


.opircipít r,
luato,d de los , pueblos


no reparan
en


usurpar . sus funciones a todos los
del es tado.' impulso háñ'cedido la




468
bilidatl ó ca irrepezciori y por primera vez se
han precipitado á 4 desobediileia. Teman
las.'


Cortes' gil' e no se aumenten, los males
si no los cortan en su origen. , :" Palabras


.


preciosas que deberian esculpirse_en le-
tras de oro en todas las plazas y parages
públicos del reyno , al lado de las insdip-
ciones de la Constitucien.


lié aqui lo que nosotros llamamos, y con
razon, y llenos de jubilo: EL 'TRIUNFO DE
LOS PRINCIPIOS. — Ya lo oyen ustedes, seña.
res Espectadores', Ecos, Diaristas, Noticiosos
y . demas apostoles y panegirístas de los
atentados de Cadiz y Sevilla. Ya lo oyen
ustedes. «En Cadiz y en Sevilla , socolor de
sostener la 'Constitucion, Se hainfringido es-
candalosamente, se han creado autoridades
que ella desconoce, se han atacado prero-
gativas que ella consagra, se ,


han resistido
órdenes que ella manda obedecer : órganos
iléaitinms. se han erigido en interpretes
déla opinion y voluntad de los pueblos; y
lian usurpado sus funciones á todos los
poderes del estado á su impulso han .


cedi-


m


do la d̀eiltcaa ó la y por pri-
era vee lap0eipitadó V (a desobedien-


cia; y los-males' se augnentaráib st las Cortes


469,
no los . cortan en su orileri. s , ¿Lo oyen'
ustedes¿ ::saben ustedes 24tie esto no
dice, iiingun'aÉrancesado cOniiiión
de Cortes y lá iniriensa del cCn10981
que ha sanCI4do este diétalril; y por triét)
jor decir llitales espailolas
dad,'jyor4le eda-',k1Cjile
há±aii'áPii¿la'dde'¿r Mensagé-allq'Y ta
se proponia, >14Inguno há habido que haya
negado estos 'Principios dé''. eterná 'verdad?
¿Y qué diré i!''tiltedés Weeliás a troces
doctrinas cai iiánestáaWlorlell¡iienctolla.'
lióii Tiór eshiC18.7d2arig'rriresesr;''ile'ls'os prindlY
pios anárquicos que han sentado en susfali'
cjiiérosóclín'641'10''¿No se'ediffetiMeti uste-
des iliói•a r't ocultárld,1111W


jStedeIlkiá'
(Med e`I Witiáenv, y•se'í1ZeirtiWasOlállj


dbatí4iiá
que ilh'estié
nté 1:Os iPios prdeltiiiiáiióssoteittlié-
áierité e'/\''erq"iáto asswhiElVáCidn á


ii'stéáelviida4,ia) »á
que 1Pd¿ilri \la: ;:\ipte;


"diS


sbin)Válilúrás''CoatY1




470
gó el dia. de su triunfo. Este dia esperaba.,
y , no podia faltdr:.oj,alá que asi como su
doctrina está Ya : canonizada, nos cumplan
ja,. mas las ,tristes predicciones li?e




tiene , he,
chas! ¡Ojalá ,


que Cadiz y Seyi,111A9bedezcan,
reconozcan:,/su error y yullvgnal í


buen,
camino'. ¡Ojalá que las se:millas ..de guema.•
civil, de anarvia , de ruinazfidesorgani7
zacion
ustedes,y sus yrntegides


háñ serninallq„ yA en„ Piste naeion,
veden allpgadas


••


para, sie,rn .pre y no
frUctifiquethoimpas .1 . .¡ iOja14 ,


qtf,e • el . Cen-
sor se: engale en sus,Iísles ,presenti-
mientos! volvamos á la .eo,


Esta ..colacluyó su4niórn.55„presentap do
4..;1a a pnlyNglow las q9rt91,, una minuta
411 Ulensage col! ,


que esta,s,,ppflylt n contes,:i.
ter;


al. del, 11.1y.1\ro le goeillITes porque,
t. 11)91a n tlic/M9i119., Y P°:1 ,11 '19 , 1P m11 . /19)


IQ ; es7„,
-pesto en'el <cgerip.o , es deeixy,
la solemne cky.laracipn cle • ,511.31, ?)1es M'es. po.i,
hticos y comandantes
Cgd4í


y Sevilla
,d014iled1.1fipr cuco7,1


plc;^ las 12/;PWMcia-s.,:f'V . -1191)}91T
114%


llevado á qmt9, 1)iensegurAs,41 P9,1. 19y, de


4.71,
que esta resolucion será bastante para qiie
aquellas autoridades, con todas las que á
su ejemplo se hayan estraviado en la senda
de sus deberes, obedezcan, sin poner á la
representacion nacional en el amargo con-
flicto de tener que adoptar otras medidas,




472


'ANUNCIOS.


_Lecciones Talle.
s y a8raclables para tus-


truccion de los n iiiós que frecuentan las es-
cuelas de.


primeras letras. Las dedica á la
del barrio:de Afligidos de esta corte su
autor y diputado del mismo -A.. de S. Un
tomo en 8." Se vende en Madrid en la
librería de Sojo , calle de las Carretas, á
ro rs. en rústica y x 2, en pasta. Esplicar
á los niños las obligaciones que deben des.
empeñar con respecto á la divinidad y al
estado social ; darles idea de las necesida-
des en que se fundan las relaciones de in-
dividuo á individuo , y de todos los ciu-
dadanos con respecto á la patria; inspirar
en sus animos el amor al trabajo y á las
artes, mostrandoles la utilidad que de aquel
y de estas les resulta á ellos mismos y al
estado; presentarles con sencillez y de un
modo accesible á sus cortas luces los mé-
todos que se observan en las diferentes ar-
tes y oficios (objeto utilisimo, pero desaten-
dido en las obras de educacion primaria);
y sobre todo formar buenos ciudadanos y


471
ardientes patriotas con las máximas y ejem-
pios escogidos de que abunda esta obrita
apreciable: tales son los principales obje-
tos que se propuso su autor.cuando le ocur-
rió 'la nfeliw 'idea de escribirla; y á pesar.-
de que su modestia no-le permite
derarla sinoccómo un ensayo, -que lé:esfj
ti and sur, •:«110- , por la ,mejor instruedióW
de.los duda en'tvie 'con ab
ficultad pod lia presentarse,/a' :estos una 'etiva
leccion de reglas, dociina~ obseradi
dones. mas- á propositOi pack,fqiie : adquituf
ran>los don oci kutbircray-éxige • su . eda
y que: grabados en su' Ineniorili ,les ;séran
muy útiles erptodo.el. diicursZ de- .1a.':•viidali.


2n- .•sol
bfib


De' lizs deky j 4-(.1
ikiZh


P líd ¿/t a' en fraivAIó-liSii.'„'
ptiéltdbr? hUltelláln o 'Y
té legiSlátivaqueckáré jiirádú


FrÁiSe di l %I n g ara áljtica -túlá atg
cte` 'Arme sé l Wn 61111 ? 18.P da.1 AYP-I
t 6'116 O1-ti' dé ?)arate' YlfIéPre9-1,litileZIa11--1
dicá á lí r. t (Sí:tés" eltrdólclirrikilii' del 45,'1:181.9




474.


_nlater ias que.se tratan •ev esta. obra,


.,„Iilisenrso,ppelim,i9ar del traductor fran-
cés, = Prefacio: de, autor. = Cap,, L Oh-
s.ervaciones, preliminares. = Cap►: -II. De
la manera de forkn.y la rennionl , gél juey...


çap. I if: Dei grandes:Jurysi 1/arn,A•
dos de actklacioni,I . A±z Cap.. IV. Dé la ma-
n.erft det proceder-en lo.s: peveños jurys
llamados de sentencia. = Cap,. V. De'
unanimidad de los. jurados. ='Cap... VI. De
losdueces. VII. De los abogados.


VILL,D"los testigos y de la prue-
ba,legal.;:---:,. Cap. ,IX. De la declaración de
los jurados. = Cap. X. De la responsabili-
dad de los jueces. = Cap._, XL Del pro-
ceso por libelo , y de la- ley sobre el li-
belo,. = leyes, erimina-
les. =.Cap,.. 1-XIVIo,ricluskones.merales.


ra


Apencli ileglas„pya los ju-
dos t co , Iskt,941c.o. , 111, ; 14s . doctrinas


ni,40 S/1 ç,a p II. D,e. los, lir
ItASY; s91Ve t 1 9s- 11101.;


de,.Ia, ausa de William
--Uf {tf‘_•• • ••• ••••• n ••::•.¡J‘.5 Jr;


1?9,,RY glYVi14 P 1)19441 91Pj.V.
c/IPPli?'/. 1491; i19,9.irRIN:1!1,99W:119/1 Dean


475
de S. Asaph , sobre una acusacion de
belo. = De los Jurados , segun la ,prác-,
tica que se observa en Francia. = De les:
Jurados segun la práctica, .11,e los-Estadcns-
unidos de América. Un tomo tl.°
yor de buen papel y edicion. Se suscribe:
en Madrid en las librerías de Paz y U-1
vilá, y Collado, y en las librerías (le •11
principales .capitales del reyno á 15 rs.
la .rústica. La obra está . en prensa, y sal-
drá á luz á principios de enero próximo.


Consejos á mi Hij'a, escritos en franOés.
per J. N. Bouilly, y traducido libremen-'
te de la sesta ; 'edicion Francisco
Griinaád de . Velaunde. DOS Volúmenes 'eri
12.° de heiviiiOáa : letra' y caii
láminaslinas. Esta Obra se hallará 'de 'VeriA:
ta en la librería de Denné , In» , calle
de la Montera número 38,


Informe y apéndices importantes sobre
la urgente necesidad y conveniencia de


á 44 reales.




4"
INDICE


de los artículos contenidos en el torne XII


DEL CENSOR.


Plan para el arreglo de cárceles y pre-
sidio correccional de Sevilla , etc. Del
doctor don Manuel Maria del .Marmol. 3




Constitucion del ducado de Sajonia-Co- • •
bourg .......... . •. . 16


Teatros. Sanchó Ortiz de las Roelas :
tragedia arreglada por don Candido
Maria Trigueros 3ó.


Concluyen las observaciones relativas al
opúsculo del señor Romero Alpuente. 3g


Continuan los apuntes del viagero espa-
ñol 68


n


476
que se , haga efetti .va la 'declaracion del
coinerció libre delas Américas inanifies-,


•tanse tambien las verdaderas 'causas
deterioro de la hacienda pública (ni aque-
llas provincias . Por Un ctiPutadO ameri-
cano; deseoso del bien general d la mo-
na•quía española.. Un cuaderno en 4.0,
que se hallará• lde venta en est'a' corte en
la librería .de




Paz, enfrente las gradas de
san Felipe el real.


Los diálogos argelinos cí cbnversac iones en-
tre ,z40.,eclesiástico..ylin..árabe 5 sobre la ley y
voto. del ce140.0.- Los da á lnz.nuevamente
un,,españolarnan,t.e.de la felicidad ,deAsti pa-
tnia l


del bien. y. ( citecoro ,del; estadp.,.ecle-
silltico. lin cu.ále.rno en . 8.° 51 ;q4e,,,se lia-
111.<9•111; venm c ,9u la citada Afirer.ía :de!:


f!rte(.: De los odios nacionales y políticos. . .
;• Teatros. Don. Gil de.las calzas verdes :


comedia de Tirso de Molina 108
Palinodia general del . Censor II 8


, • .ckyck,,
Algunas reflexiones sobre los áltanos su-


cesos de. Zaragoza, Cadiz la Isla y


in,.) Ir; • • si
,


Sevilla 132


1111P'




478
Anuncio




_Histoire de la session de 182o, par M
• 'Fiévée


x
Concluye la palinodia general del Censor




172
Utilidad de la historia .....


. •
188


Reflexiones sobre el discurso de S. AL
cristianísima , en la apertura de la se-
sion de las cámaras de z821. .




. 215
Teatros. El . Cadete y el Pregunton-,.'co-


media -en tres actos.


23 z
.4viso delos , editores de -este-periódico. . 215
Anuncios. .........


217
Cómo se impugnan los


.,,artículos del*Cen-
Sor


. .
'2


Sobre la manía de.creer que todos los
periódicos •estan pagados pon.--Inanos
ocultas


'2.58
De la legitimidad y de la soberanía




.-273
Nuevas reflexiones sobre los negocias del


:filia , -298
Anuncios
32o


De la iufluencia de las revcduciónes en
los progresos del saber


Razones etz. que se han apoyado las , re-
solucioizes de la :audiencia,vie-IVeMez,
suspendiendo á varios:jueces .de.prlinv,


479
ra initiiizeia que 'han entendido en la
causa ¿le' -Idir y V .Hrntliest 331


Línea militar austriai:'á'éiz Piamózite 345
Esfuerzos de los editores del Censor para


entrar en la moda de los valen-
tones • 356


De las insurrecciones parciales 364
Teatros. La Novicia ó la víctima del


claustro : comedia en tres actos. . . . 385
El Ayo de su Hijo : comedia en dos


actos 388
El Desquite: comedia en prosa en tres


actos, traducida del francés 194
Anuncios
397


Specimens of the Russiazz poets : trata-
lated by John Bott•ing. L. S. Lon-
don 189 1 401


Sobre algunos descuidillos de los cor-
responsales de cierto periódico 4" 8


Teatros. El mozo de café caballero,
el espósito ilustre : comedia en cinco
actos en verso , escrita en italiano por
el señor •Camilo Federico , y traducida
al español. 438


Estado verdadero en que se encuentran
los caballeros exaltados 44 Y


156




48-0
El triunfo de los principios, ó .lesiones


memorables de las Cortes en los dias
9 y z z de diciembre. ..... . . . 45z


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.. • • 472