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PERIODICO


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cENsaa,


POLITICO Y LITERARIO.


TOMO XVI.




EL CENSOR,
PERIÓDICO POLÍTICO Y LITERARIO.


N.° 9x.


SÁBADO 27 DE ABRIL D1 1822.


Teoría de una constitucion política para.
España, por un español.


Tal es el título (le un librejo impreso en
Valencia, hace poco tiempo , por Venan-
cio Oliveres. Esta obra, maestra de la es-
tupidez y la demencia , habia sido ya pre-
parada por otros escritos sueltos y por va-


.


rios periódicos como el Diar'o gaditano,
el Zurriago , la Tercerola y otros de su
jaez, los cuales haciendo odiosa la perso
na del monarca minaban, ó por mejor de-
cir, cotnbatian abiertamente el trono cons-
titucional, y preparaban el gobierno d'e
un magistrado electivo , temporal, amovi-


TOMO XVI.




4
ble y responsable con todas las 'variacio-
nes que son consiguientes. La sociedad ya
no secreta de los comuneros es segun pa-
rece la que habiendo echado por delante
aquellos escritos incendiarios , creyendo
bastante preparada la opinion por estos me-
dios públicos y por sus secretas maniobras,
y contando equivocadamente con que la reu•
nion de las nuevas Cortes facilitaría la eje-
cucion de sus planes , se ha quitado la más-
cara, por fortuna antes de tiempo, ha re-
velado en letra de molde su gran secreto,
y ha consignado en un documento irrecu-
sable los criminales proyectos de sus indi-
viduos. Publicada la obra, el fiscal de im-
prentas de Valencia la denunció, y con
razon, por subversiva, como que su obje-
to claro , directo y terminante es el de
destruir la Constitucion monárquica que la
nacion ha reconocido y jurado; pero los
jueces del hecho han declarado no haber
lugar á la formacion de causa. Algunos.
habrán estraiíado esta resolucion , porque
parece que no puede haber un escrito mas
subversivo que el que se publica para
echar por tierra los artículos fundamenta-
les de la Constitucion actual; y tal es en
efecto, como veremos, la proyectada en


5
Valencia. Sin : embargo , nosotros nos ale-
gramos de que el jurado no haya accedido
á la peticion fiscal , y creemos que ha he-
cho muy bien en dejar que corra libre.
mente ese aborto de la mas crasa ignoran-
cia: 1.° porque nuestra opinion en pun-
to de imprenta es, como ya lo hemos di-
cho varias veces , que no se prohiban si-
no los escritos contrarios á la religion y á
la moral; y 2.° porque si se hubiera pro-
hibido este se le hubiera dacio importan-
cia, circularia clandestinamente á pesar de
la prohibicion , y por lo mismo que era
perseguido adoptarian algunos.sus princi-
pios, en lugar de que ahora. pudiendo an-
dar en manos de todos, todos VM111


-que
en esta miserable y jacobínica rapsodia (es-
presion muy castellana aunque no lo sepa
el Espectador) no hay mas que absurdos
y delirios impracticables , y que su autor
ignora hasta los primeros elementos de las
ciencias políticas , no sabe ni siquier a l a gra-
mática de su lengua., y es sin duda alguno


d
de esos escolares imberbes recien escapa-
os de las aulas , que con haber leido sin


entenderle el Contrato social de Rousseau,
se


creen ya en estado de dar leyes al orbe
entero. Verán que tan ridícula produccion




G
lejos de ser perjudicial ni seducir á nadie,
es. la mas á propósito para desacreditar esos
principios desorganizadores, que espuestos
con mas habilidad , mas destreza y en me-
jor estilo pudieran acaso fascinar á los me-
nos instruidos. Verari que esta obra de ti-
nieblas , abominable si no fuera tan absur-
da , es afortunadamente del género tonto,
del género estúpido y del género insulso,
insípido y empalagoso; y ya se sabe que,
como tlecia Voltaire, en materia de escri-
tos todos los géneros son buenos , escepto el
que hace bostezar á los lectores. Por eso
nosotros lejos de sentir que no-se haya pro-
hibido, queremos al contrario darla toda
la publicidad posible para que las gentes
la busquen , la lean , y leyendola la des-
1:recien. Ella es en efecto el mejor antído-.
to contra el veneno que las doctrinas ja-
cobinicas pudieran tener presentadas por
un elocuente sofista ; porque los delirios
del soñador valenciano , ó de sus comiten-
tes los caballeros comuneros., ni aun tienen
siquiera el mérito de las brillantes utopias
con que en varias épocas enriquecieron la
literatura los Plafones, los Muros, los Fe-,
nelones, el Abad de san Pedro,


y otros novelistas políticos. Aqui na-


7
da hay que pueda deslumbrar nada que
encante siquiera la imaginacion , ya que no
convenza al entendimiento: todo es as-
queroso y necio. Vamos á demostrarlo; pe-
ro antes haremos ver que esta produccion
es obra de la comuneria , para que no se
crea que levantamos falsos testimonios á
esa masoneria de nuevo cuño.


Prescindiendo de la coincidencia de las
doctrinas y máximas de la obra con las
.contenidas en varios escritos publicados
bajo la direccion de los comuneros, con
el juramento que estos -prestan al tiempo
de ser admitidos, y con otros documentos
que aun no es tiempo de publicar, exa-
minense las iniciales con qué se termina la
dedicatoria del autor á la nacion española
(pag. 4), y no quedará duda de que per-
tenecen á las cifras comuneras. Concluye
así : «T


29 de octubre de 1805 =-
R. D. L. SS. G. P.»:= Cotejense estas ini-
ciales, señaladamente la T... y las S. G., con
las contenidas en la circular comunera
que se insertó dias pasados en el Univer-
sal, y vense si sonó no cifras de comune-
na. La fecha de 18o5 está puesta para di-
simular, porque entonces no existía la co-
znuneria ; pero la verdadera es la de ag de




8
octubre de 1821 , día en que parece se,
cPncluyó y entregó á la imprenta esta be-
lla composicion. El número de la torre se
dejó en blanco con el rnisitict designio; pe-
ro. no será dificil averiguar cual es el que
tiene en la lista la primera torre de 'Valen-
cia. los se5ores comuneros niegan to-
davia que esta es obra suya, nosotros no
iremos por eso á intentarles un proceso
para , que reconozcan por suyo á un hijo de
que ellos mismos se avergonzasen des-
pues de haber dado el ser. Su ne gativa en
este punto seria la mayor prueba de lo
despreciable que es el tal opúsculo , cuan-
do no quisiesen pasar por autores. suyos
los mismos que han. prohijado otras inmun-
das producciones. Entremos ya en materia.


Hemos dicho que el autor sabe ni
aun escribir en castellano , y aunque esto
se ve en todas sus cláusulas, pues acaso
no hay una en que no se . pueda notar al-
gni, defecto , ya en el fondo del pensa-
miento, ya en el estilo ó ci lenguage; sin
embargo como el detenerse á indicarlas
todas seria nunca acabar, nos contenta-.
spinós con dar una sola prueba copiando
la dedicatoria , que como debe suponerse
es el trozo trabajado con mas esmero. Di-
ce asi:


9
aEsparioíes : en un mismo terreno he-


nil mismo gobierno y unasmos nacido ;
mismas leyes nos han oblz15,ado (¿á qué?);
una misma opinion , unas mismas costura.
bres y unos mismos usos nos han regido en
nuestra conducta ( j Qué propiedad, qué
elegancia de lenguage ! «La opinion , las cos-
tumbres y los usos nos han regido en nues-
ra conducta,» ¿ Qué español se ha esplica-


do asi jaulas ?) ; todo. ha fijado nuestra
suerte ,. pero aflictiva y desdichada (;fijar
una suerte aflictiva! ¡pobre Cervantes! ¿qué
dirías si alzases la cabeza.?). Yo la he su-
frido iiievitablemente como. vosotros (otra
belleza : sof'


ir inevitablemente 'una suer-
te aflictiva). Mi corazon sin "cesar oprimi-
do por los males que afligian á nuestra na-•
cion , pensó sin cesar en sus causas y en
su remedio. («El corazon pensó.» ¿De cuán-
do acá res el corazon el que piensa?) Co-
nocí que la oprcsion, la tirania , la afliecion;
el vicio ,.el desorden , la discordia , la ar-
bitrariedad y la miseria pública • tenían su
origen fecundo en el gobierno de toda cla-
se y en las leyes mismas que nos goberna-
ban. (¡ Qué entimeracion- tan bien hecha!
¡qué gradacion tan biensostenida! ¡ qué fe-
cundo. tan oportuno ! ¿Y qué quiere decir




z o


un gobierno de toda clase ?) A3i medité
en trazar y pintar en mi imaginacion y con
mi pluma un plan político , que cual un
médico benéfico se acercase á conocer las
enfermedades políticas de nuestra nacion,
y las curase con predencra. (¡ Un plan po-
lítico que se acerca á conocer las enferme-
dades políticas de una nacion y las cura con
prudencia! it RISUM teneatis?)


»Alentado con tan escelso objeto, pero
circundado de timidez y aun de rubor al
considerar la inmensidad de tamaña em-
presa, hice el primer bosquejo de esta teo-
ría en el arlo de 1 799. (Supercheria:, fal-
sedad , impostura. La tal teoría no es, co-
mo se verá, mas que la parodia ó la ca-
ricatura de la C••nstitucion actual con cier-
tos ribetes de república, mu y mal zurcidos.
¿Cómo pues es posible que el soñador valen-
ciano la hubiese' parodiado ya en el ario
de gg, es decir , antes de que existiese?)


»Finada, me pareció solo acomodable á
mi deseo, pero que no convenia en su to-
talidad al mayor número de los espafioles.
(¡Pobre mamarracho! y aunque les hubie-
ra convenido, ¿ qué hubieras hecho con ella
en el año de 1799?)


»En el alío i800 rectifiqué mi plan pri-,


mero. Lo sujeté de nuevo á mi revision
detenida (si hubiera sido á la de un hom-
bre sensato te hubiera aconsejado quemar-
l ), y sea por irá natural delicadeza en que-
rer aprovechar mis obras con la mayor uti-
lidad pública (¡ infeliz! que no sabe siquie-
ra decir lo que se propone: quiere decir,
deseando que mis obras sean provechosas


útiles al público, y dice: ,•que él quiere
aprovecharlas»), ó sea por haber hecho nue-
vas meditaciones políticas (y con mucho
fruto ), no me pareció bien acabada mi se-
gunda teoría (ni bien comenzada siquiera,
debieras haber añadirlo) : quise darle un
nuevo impulso (¡ qué despropósito! ¡qué
bestialidad! dar nuevo impulso á una teo7
ria queriendo decir corregirla , limarla etc.)
y un nuevo grado de conveniencia (otra
mamarrachada) de rectitud ( la rectitud de
una teoría) y de perfeccion (esto es lo úni-
co que has querido y debido decir).


»Sin desalentarme la pérdida de los pri-
meros trabajos (¿ quién te ha dicho, pobre
demonio, que cuando se revee , se corfiaeb 2
se pule y se perfecciona una obra , y mas
si es tan dificil como la de una ley funda-
mental , son perdidos los primeros traba-,.
jos?) Íy la necesidad de sujetarme.á otros


'11




nuevos , volví 5. dar principio á mi infati-
gable empresa en el ario de i8o5. (El in-
fatigable serás tú, que la empresa ni se
fatiga ní deja da fatigarse. ¡Ojalá que tú
te hubieras cansado y aburrido el primer


asi no hubieras embadurnado el pa-
pel con tal número•de sandeces).


»Asi la rectifiqué por tercera vez cual la
presenté á mis amigos que fueron las po-
cas personas que la vieron. (Y si la apro-
baron buenos Aristarcos serian.)


»En este tiempo era un crimen de traycion
pensar en los males públicos (mentira: que-
jarse de ellos lo prohibia el despotismo,
pero pensar eh males públicos ó privados
á nadie se le ha impedido hasta ahora ; ni
hay poder humano pie lo , y asi
mi teoria debia ser condenada per mí mis-
mo al secreto, á la obscuridad y al clvido.
(Enhorabuena que así fuese por los años
de 5 y siguientes hasta el de 1808; pe-
ro diga usted , señor legislador valenciano,
por qué en, los años de 181o,- 11 y 12


no se fue usted á Cadiz con su teoria y
la presentó á las Cortes para que se apro-
vechasen de tan sublimes ideas y de tan
profundas meditaciones ? é Era entonces cri-
men de traycion , pensar en los males pú-


blicos ? Al contrario, las Cortes 'd no con-
vidaban á todos los españoles á que con-
tribuyesen con su saber y su esperiencia
á la grande obra de la Constitucion que
se proyectak y discutia? Hé aqui mani-
fiesta la impostura de que hablabamos an-
tes. Si la dichosa teoria estaba ya com-
puesta, revista y corregida por tercera vez
en 1805 , y su autor es tan liberal , pa-
triota, y filántropo como aparenta , ¿por
qué no la publicó ó presentó . manuscri-
ta cuando se estaba formando en Cadiz
la Constitucion actual? La razon es muy
clara. Porque no digo en 18o5 , pero ni
en ¡Sao existia semejante rapsodia, si-
no que esta ha sido compuesta en 182r
por encargo de la comuneria con el ob-
jeto de preparar la opinión para el gran
golpe que se proyectaba; y para deslum-
brar supone el compilador que la empe-
zó en 9q, y la finó en 1805. El mentir
quiere maña. )


»Mi obra tiene todo el caracter de la
miseria humana (de la miseria no, de mu-
chísima ignorancia y de mayor presuneicen
sí) , pues que.no es dado al hombre (cual-
quiera) (este bello paréntesis es del ori-
ginal) hacer de una vez °liras , sin rece-




z 4
.sitiad de rectificarlas, ni marcarlas con la
perfeccion. (Ya se enmienda el mocito:
marear CGIL la perfiec:,on.)


»Estoy persuadido de que mi teoria no
es perfecta (nosotros'estamos persuadidos
de algo mas, y es de que no solo no es
perfecta, sino que es ridícula , tonta, ne-
cia, absurda ,.impracticable), pues que no
puede serlo. (Acabaramos : ya se ve ; si
no es perfecta, la culpa no es del autor,
es de la obra : ¡oh si esta pudiera ser per-
fecta! ,¡ quién duda de que aquel la hu-
biera hecho omnibus numeras absoluta?)


» Su mérito consiste solamente en con-
formarse con el objeto de mi deseo ( y
esto basta ; porque en conformaudose una
obra con el objeto del deseo del autor, ¿ qué
importa que no pueda servir para el uso
á que la . destina ?), y en su conveniencia
con las necesidades y circunstancias públi-
cas. de la nacion. (El mismo autor dice y
confiesa luego que la tal teoria no convie-
ne á las necesidades y circunstancias públi-
cas actuales de la nacion española.)


»Si mi teoría pudiese producir a]gun
bien á nuestra nacion por las verdades que
contiene (las pocas que hay en ella son
comunes, trilladas, andan en boca de to-


p x5
dos , y se hallan consignadas en los inu-
merabIes escritos que existen sobre la ma-
teria), ó por el método con que estan
tratadas (cabalmente el autor es como
las arpías que ensucia cuanto toca , es de-
cir, que echa á perder y espresa mal lo
bueno que otros han espresado muy bien),
vuestro conciudadano quedaba (quedaría
en buena gramática) tan contento como .
si se le diese el 'trono de Carlos IV por
aclamacion general de toda la Europa.
(Fuesenos del seguro el señor republica-
no. Quiere poner un ejemplo de lo que
mas . lisonjearia su corazon, y cita la hi-


-pótesis de ser elevado á un trono. « Chassez
le naturel: il revient ate galop.)


»Españoles conciudadanos: afligida mi
vida por una suerte dura y enojosa, des-
tinado al sufrimiento, y á no poseer nin-
gun agrado de aquellos que contentan al
corazón y elevan al alma racional (¿cuáles
son los agrados que elevan al alma ? ¡ay!
¡agrem en francés! ¡y cómo estás sacando
las orej as!), dos veces perseguido por la in-
quisicion de Murcia (¿ si será verdad?), sin
brillo, sin poder alguno (harto parece que
lo sientes), obscurecido por una Laja suer-
te en todo sentido (bien te se conoce) , y




r6
aborrecido sin descanso por los tiranos
del hombre ( i qué modo de darse impor-
tancW y los tales tiranos no sabrán si-
quiera que existe tan inmunda sabandija):
tal es la mansion en que medité y tra-
bajé la teoria que .os ofrezco. (La cárcel
de Argamasilla produjo el Quijote; pero
la de Murcia solo ha producido asque-
rosas necedades.)


,.Quizá pasen siglos sin que la luz del
dia haya visto mi-teoria (y estaba ya im-
presa cuando se escribia esta tonta dedi-
catoria), y los españoles ignoren el fruto
de mi intencion tan pura como el oro mas
acrisolado. ( d Cómo se ignora el fruto de
una 'intencion?)


›,El bien de mi nacion , la justicia y la
humanidad bah sido solamente el movil
de mi corazon para esta empresa. (El mo-
vil habrá- sido el que usted quiera; pero
la empresa ha salido malditamente.)



Si algun dia cuando ni aun mis ce-


nizas existan, ¡triste presagio de la miseria


.fatal del hombre! (compañero, lo que se-
rnos!) la posteridad y las generaciones mas
remotas considerasen mi teoria (no tenga
usted cuidado , que ni siquiera sabrán que
ha existido), ellas dirán con pesar (no lo


creausted aunque se lo cuenten.) .¡ oh fru-
tos preciosos de la razon humana (basta
que usted lo diga) producidos en tre sus
bárbaros enemigos! Su justicia (¿cuál, la
de los enemigos, ó la de los frutos?) nos
llama á •contemplarlos. '( d Qué ha de lla-
mar? Y aun cuando llamase, hay mas que
no responder?) Un español antiguo nos
dejó esta memoria eterna de su bendicen.
cia. (i Qué seguridad tiene el hambre de
que su obra ha de durar por eternidades!)
El nos trazó un plan de felicidad pública,
aprovechemos lo que en él hallemos útil
para nuestro bien. ( d Qué has de aprove-
char, si aun lo que has tomado de otros
lo, has desfisurado lo has puesto en ri-
dículo, y lo has vestido de botarga?)


Hasta aqui la dedicatoria, á l a cual sigue
una cosa que se intitula: « Dictamen del
mismo autor de esta teoria sobre los prime-,
rós años errque pudiera establecerse.


"
No


la copiaremos por no incomodar á nues-
tros lectores, como tampoco otro se


gundoo
.prólogo que tiene por título «dos reflexio-
nes del autor de la teoria." El que ten-
ga paciencia, puede leer ambos trozos en
el original; y si tiene voto en la materia
verá que desde que hay libros en el mun-


TOMO XVI.
2




18
do » no se han escrito diez páginas mas
rematadamente tontas. Nosotros pasare-
mos át examen de la proyectada Cons-
titucion , saltando tambien por una es-
pecie de índice ó análisis que la precede,
en que el autor ha querido á. lo que pa-
rece , dar razon de su teoria ; y no ha he-
cho mas que repetir en .otros términos y
de la manera mas insulsa y pesada lo mis-


mo que se halla en el cuerpo de,la obra.
El tal plan razonado se estiende nada me-
nos que desde la pag. 15 hasta la roo.


PARTE PRIMERA.


Comprende todo lo relativo á la palabra
Constitucion.


CAPITULO 1.


De la inteligencia de la palabra Constitucion.


Contiene en cinco largos artículos otras
tantas definiciones á cual mas absurda de
la palabra Constitucion. No las copiaremos
todas: en el original pueden verse. Pero
para que las personas que no le tengan
puedan formarse alguna idea de este des-


ag
utinadisimo capítulo , el chal por sí solo
demostraria basta la evidencia que el autor
no sabe- siquiera lo que es una constitu•
cion politica , hé aqui el articulo primero:


« Constitucion política es la reunion de
leyes que sirven de prin&pio y fundamen-
to para establecer todo lo relativo á la vi-
da social de:


una nacion. Es la esplicacion
de los puntos cardinales que han de reglar
la conducta de los súbditos ; la esencia , -for-
ma , voluntad y operaciones del gobierno;
las leyes del regimen interior de una naylon;
las leyes relativas á las de,nas naciones por


. /a conexion que estas :tengan con la que
establece una determinada constitucion ; las
facultades de todas las autoridades ; los es-
tablecimientos sociales; las obligaciones y
derechos de la sociedad en general y de
los ciudadanos en particular."


Quien asi principia , ¿ qué idea tendrá
de lo que debe contener la ley fundamen-
tal de un estado ? ¿ Conque la


-constitu-
cion ha de contener todas las le yes que sir-
ven de principio y fundamento para esta-
blecer todo lo relativo á la vida social de
una nacion; la esplicacion de los puntos
cardinales que han de


l'
recriar la conducta


de los súbditos; la esencia, forma,




20
tad y operaciones del gobierno; las leyes del
régimen interior de una nacion ; las leyes
relativas á las lemas naciones por las co-
nexiones, que estas tengan con la que es-
tablece una determinada Constitucion; las
facultades de todas las autoridades ; los es-
tablecimientos sociales ; las obligaciones y
los derechos de la sociedad y de los ciu-
dadanos? Pues ¿ qué queda para las leyes
secundarias, para los códigos, para los tra-
tados, para el derecho de gentes, en suma
para la legislacion No hablemos de lo va-
go, obscuro, pesado y mazacote de la re-
daccion del tal artículo ; solo quisieramos
que el autor nos dijese qué significa aque-
la espresion : ‹, todo lo relativo á la vida
social de una nacion. » Porque ó estas pa-
labrotas nada significan aqui , ó si algo
quieren decir , comprend?n todo cuanto
puede ser objeto de la educacion , de la
religion , de la moral y de las leyes de un
pais; pues no hay una sola cosa en estos
cuatro puntos que no sea relativo y muy
directamente relativo á la vida social de
una nacion ; y por consiguiente , pues la
constitucion ha de ser la reunion de le-
yes que sirven de principio y fundamento
para establecer todo lo relativo rí ta vida


CAPITULO II.


Del derecho de hacer la Constitucion
política.


Aqui despues de decirse en dos artí-‘
culos y de una manera obscura y embro-
llada lo que toda constitucion dice en
cuatro líneas, 'á saber, que las sociedades
tienen el derecho de arreglar la forma de
su gobierno y fijar las condiciones de la
asociacion , se añaden otros siete que es
preciso copiar porque son como el códi-
go de la clemencia , y contienen los prin-
cipios mas falsos, absurdos y subversivos
que jamas se hayan estampado en libro al-
guno. Son los siguientes.


Art. 3.° Es violencia y el crimen mas
atroz contra la felicidad de un pueblo ha-
cerle obedecer á una Constitucion que no
ha examinado , que no conste si es javo-
rabie á su propia felicidad, que es repug-
nante á su voluntad (cotejese esto con lo
que dirl en el artículo 6.°), y contraria á


22
social , habrá de contener principios de
educacion , de moral, de religion y de le-
gíslacion universal. Abultadilla saldria.





su bien estar. Esta violencia no constitu-
ye jamas legitimidad ni derecho.


Art. /.° Igual calificacidi está impre-
sa á toda Constitucion impuesta á un pue-


' blo por una ó por pocas personas ; y sien-
do contraria á la felicidad real del mayor
número de asociados, se les hace obedecer
á ella sin otra causa legítima que la- 'ma-
yor fuerza.


Art. 5.° El derecho de hacer una cons-
titucion política existe permanentemente en
el mayor número de ciudadanos...á estos per-
tenece esclusivan2ente pensar en los medios
de formarla, y definir el contenido de la
misma y el tiempo de establecerla.


Art. G.° Si la ignorancia, las preocupa-
ciones, la esclavitud, 'la miseria , el aba-


.


timiento , la degradacion ( d si será canóni-
ca ?) y toda impotencia (¿ qué significan es-
tas, dos voces ? qué es toda impotencia?)


fuesen la propiedad dominante de un pue-
blo, de tal modo que no puedan conocer
ni hacer una constitucion conveniente á
su felicidad , y que resistan á ella , si se
les propone ; en . este caso es loable, es ra-
cional y muy justificado que señalados su-
getos (es decir los comuneros ) de brillo,
de opiniois de ilustracion y de probidad


32
(basta que ellos lo digan) , presenten á es-
te mismo pueblo una constitucion cual
lo exige su felicidad ( v. gr. la impresa en
Valencia ), y se la hagan observar aunque
la repugne. Esta resistencia del pueblo es
un acto nulo é ilegítimo ; pues es nacido
de su error , el que destruido , dejará lu-
gar á su convencimiento, y el mismo pue-
blo bendecirá á quien le dió la constitu-
cion que él mismo no se podia procurar.


Art. 7 .° En consecuencia de lo dicho es
nula é ilegitima toda constitucion que se opo-
ne á la felicidad real de un pueblo, y con-
tra la libre .é ilustrada voluntad del mayor
número de sus individuos. El medio acor-
dado por dicha voluntad, ó por la de po-
cos , pero justificada ante la razon, será el
que hará válida y legítima á toda cons-
titucion.


Art. 8.° Se proclaman por nulos todos
los actos contrarios á estos derechos, y se
declaran inválidos para siempre en su ori-
gen y -en todos sus efectos.


Art. 9.° El silencio nacido de error, de
violencia , de impotencia ó de indiferencia
no constituirán jamas (el silencio no cons-
tituirán, ¡qué gramática!) derechos en iiin-
g,un pueblo ni en ningun ciudadano en con-




24
tra ni en favor de toda. constitucion que
le haya gobernado, ó que se lo presente y
reciba con sumision.


Detengamonos á analizar y comentar es-
tos preciosos artículos , porque en ellos hay
mas malignidad de la que á primera vis-
ta aparece, y contienen la apologia _del
plan subversivo que se proyecta. Lo pri-
mero que en ellos se pretende es declarar
por nula la Constitucion actual; lo segundo
es legitimar la nueva que se presenta en este
proyecto; lo tercero aniquilar todos los
derechos que el Rey y su dinastía pudieran
alegar fundados en la aceptacion de la
Constitucion monárquica por el pueblo.
Estas verdades irán resultando de su
examen.


Por el artículo 3.° se establece en prin-
cipio que es' violencia y crimen hacer obe-
decer á un pueblo 1021Z constitucion que él
no ha examinado ; es +asi que las Cortes
estraordinarias en 18i2 y el Rey en 1820
mandaron obedecer á una Constitucion que
el pueblo no habia examinado ; luego en
uno y otro caso hubo violencia y crimen;
luego la tal Constitucion es nula; luego no
obliga ; luego no se debe obedecerla ni guar-
darla etc. etc.


25
En el artículo 6.° se enseña que sí mg


pueblo por ignorancia, preocupacion etc.
no puede conocer ni hacer una constitu-
cion conveniente á su felicidad, y aun se
resiste á ella si se le propone, en este caso
es loable, es racional y muy justificado que
señalados sugetos de brillo, de opinion, de
ilustracion y de probidad presenten á es-
te mismo pueblo una constitucion cual la
exige su felicidad , Y se la hagan obser-
var aunque la repugne. Por consiguiente,
aunque los españoles por su ignorancia, por
las preocupaciones en que basta ahora han
estado imbuidos, por la esclavitud en que
han vivido etc. etc. no esten en estado de
conocer y apreciar las ventajas de la cons-
titucion republicana é impia que nosotros
los hombres de brillo , de opinion , de
ilustracion y de probidad. les presentamos,
es loable, muy racional y muy justifica-
do que se la hagamos observar aunque
la repugnen. La consecuencia no puede ser
mas legítima, ni el objeto del artículo mas
evidente.


Por el artículo 9.° se establece que el
silencio nacido de error, indiferencia etc. no
constituye jaulas derecho en mngun pue-
blo ni ciudadano en contra ni en favor de la




26
constitucion que le ha gobernado. Por con-
siguiente cuando derribado por nosotros,
los del brillo , el trono constitucional nos
alegue el pueblo descontento la Constitu-
cion monárquica que actualmente le go-
bierna, y el Rey los derechos que le da es-
ta misma Constitucion, responderemos que
la sumision con que la recibió el pueblo,
y el silencio que ha observado en estos
dos años, nacieron de error ó de indiferen.
cia , y por consiguiente. no han constituido
derecho alguno ni en el pueblo ni en el
Rey. •


Prescindiendo ya de la intencion con
que se han echado por delante tan detes-
tables doctrinas, y de las consecuencias que
de ellas pudieran deducirse con respecto
á España, exaruinemoslas en sí mismas y en
simple teoria, y veamos si pueden admi-
tirse.


x.° ¿Conque es nula toda constitucion
que no ha sido sometida al examen del pue-
blo? Pues lo serán todas las de Europa.
Ni la de Inglaterra, ni la actuai de Francia,
ni la (le la Bélgica, ni la de Baviera, Wur-
temberg y Baden, ni la nuestra, ni las ba-
ses de la de Portugal han sido sometidas
al examen del pueblo; luego hay violen-


27
cia y crimen en hacerlas observar. Medra-
dos estamos. Ademas del absurdo é incon-
veniente que resulta, ¿ .quién le, ha dicho al
legislador valenciano que para ser válida
una constitucion es requisito esencial que
el pueblo la haya examinado? Pues ¿qué?
¿no pueden los pueblos escoger cierto mí-
mero de ciudadanos de su confianza , y de-
cides: « Conocemos que la mayor parte de
nosotros no tenemos la instruccion nece-
saria para entender siquiera los diícilisimos
problemas de política que una constitucion
debe resolver. Por lo mismo os elegimos
á vosotros, que en general sois personas ins-
truidas, y os encargamos que examinando
y ventilando muy detenidamente estas de-
licadas cuestiones, fomeis y arregleis la ley
fundamental por la cual hemos de gober-
narnos en adelante , y nosotros ofrecemos
aceptar, reconocer, jurar y guardar la que
nos diereis?» ¿Una constitucion hecha en
estos términos no seria válida? Pues este
es el caso en que se hallan todas las nacio-
nes. ¿De qué servirá ni para qué es nece-
sario que formado el proyecto de Consti-
tucion por los delegados nacionales, se so-
meta al examen del pueblo antes de


po-nerse en eiecucion? En el estado en que




28
hoy se hallan todavia aun las naciones mas
civilizadas, las cuatro quintas partes de


.• sus individuos ni entienden siquiera qué e s
constitucion, ni cual es la mejor, ni lo que
debe contener. Es pues indispensable que
escogiendo personas instruidas y bien 'in
tencionadas, se remitan á su juicio y deci
sion sobre una materia tan superior á los
alcances y capacidad de la multitud. Es ver-
dad que en Francia los jacobinos entre otras 1
mil de sus farsas hicieron la de someter
al examen y á la sancion del pueblo la ;
constitucion de 93 , y que este ejemplo se
imitó por el directorio y por Bonaparte; pe-
ro ya se sabe que el tal examen y la tal
sancion popular fueron una pura ceremo-
nia para deslumbrar al vulgo y legitimar
la usurpacion.


a.° Si una constitucion no es válida
mientras no conste si es favorable á la fe
licidad del pueblo , ¿cómo ha de constar:;
esto, si no es ejecutada y observada por
algun tiempo? En. estas materias la esp
riencia es la que va mostrando las venta
jas 6 los inconvenientes de la ley funda
mental, la posibilidad 6 imposibilidad de
ejecutar tales ó cuales artículos suyos, et
Pero • para hacer esta esperiencia es neco


:a9
Bario empezar por poner en ejecucion la
que los delegados nacionales han forma,
do ; y con arreglo á lo que se observe
corregirla y reformarla en la época y con
las formalidades que ella misma señale.
Decir pues que es crimen hacer obedecer
á - una constitucion mientras no conste que
.es favorable á la felicidad pública , es lo
mismo que decir que no haya constitucio-
nes; porque de ninguna puede constar que
lo es hasta que por algun tiempo haya si-
do practicada.


3.° Es cierto que el derecho de hacer
una constitucion política existe (reside)
permanentemente en las naciones; y que no
siendo posible contar y reunir individual-
mente los votos de todos los ciudadanos
sin faltar uno, sé debe estar al voto de
la gran mayoria ; pero es falso y falsisimo
que á esta mayoria pertenece esclusivamen-
te pensar en los medios de formarla, de-


finir el contenido de la misma (iqué pre-
cision de lenguageg i el tiempo de estable-
cerla. El mismo soñador valentino es una
buena prueba de que no la mayoría de
los ciudadanos esclusivamente , sino hasta
un solo hombre obscurecido por una baja
suerte en todo sentido puede pensar en los





medios de formar una constitucion política,
definir el contenido de la misma r el tiem-
po de establecerla. Esto es cabalmente lo que
él ha hecho mal 'y muy mal ; pero al fin
lo ita hecho. Sin embargo , á juzgarle por •
sus mismas doctrinas ha hecho una cosa
que pertenece esclusivamente á la mayorza
de los ciudadanos; por consiguiente, ha usur-
pado un derecho que pertenece escluswa-
mente á la nacion soberana. Es pues reo
de lesa nacion, de usurpada soberania. ¡Qué
sandeces , qué - disparates , qué absurdos
dice sin querer el mentecato que se po-
ne á escribir sin la instruccion necesaria.


4.° Diga usted,' señor Licurgo de Va-
lencia, ¿ en dónde ha encontrado usted que
cuando un pueblo , sea por ignorancia ú
otra causa , resiste á una consttucion que
se le propone , es loable, racional y justo
que algunos pocos hombres de brillo se
la presenten y se la hagan observar aunque
la repugne? ¿No acaba de decir usted mis-
mo que es ilegítima toda constitucion que
es repugnante á la voluntad del pueblo á
quien se da ; que lo es igualmente la que
le es inzpuesta por una ó por pocas perso-
nas, y que hasta el pensar en ,firmarla per.
¡cuece esclusivamente al mayor núm ero de


3r
los ciudadanos? Pues ¿ cómo salimos ahora
con que hay casos en que unos pocos su-
getos de brillo pueden presentar al pueblo
una constitucion , y hacersda observar aun-
que la repugne ? Si por lo supuesto el
pueblo no los ha nombrado , escogido y
autorizado para formarla , ¿ de quién han
recibido la autoridad y el poder necesarios
para acto tan importante? Y si no le han
recibido de nadie , ¿ cómo usurpan el de-
recho mas sagrado de la soberanía nacio-
nal ?=_.--Es que el pueblo no conoce lo que
le tiene cuenta ; y la constitucion que los
del brillo le presentan , es cual lo exile
su felicidad ; y aunque él la repugne, esta
resistencia suya es un acto nulo e zlegitbnó,
«pues es nacido de su error, el que des-
truido dejará lugar á su convencimiento, y
el mismo pueblo bendecirá á quien le lió
la constitueion que él mismo no se podia
procurar." ¡Hombres de buena fe! ¡lecto-
res sensatos, de cualquier opinion que seais!
decid : ¿habeis leido jamas ni ciclo un prin-
cipio mas absurdo y una doctrina:mas favo-
rable á los tiranos? Ya estan canonizadas, le-
gitimadas y consagradas todas las usurpacio-
nes , todas las empresas de los facciosos,
todas las conspiraciones. Jamas un tirano




3a
usurpa el mando , jamas una faccion susa
cita conmociones y trastornos , jamas un
conspirador maquina contra el gobierno es-.
tablecido que no digan que el orden de
cosas que ellos substituyen ó intentan subsT
tituir al actual, es el que exige la felicidad
del pueblo; y que si este lo resiste es por
error, es porque no conoce sus verdade-
ros intereses, que ya los irá conociendo,
y 'alguri dia les dará gracias por el bene-
ficio que le hacen. Con que si esta razon
es valedera , muy mal ha hecho la Europa
en destronar á Bonaparte ; muy mal hij
zo la Francia en destruir á los jacobinos;
muy mal hizo Ciceron en perseguir y ha-
cer ajusticiar á Catilina y á sus cómplices.;
porque asi Bonaparte como Robespierre
y los suyos aseguraban que su constitu-
cion y gobierno eran cual lo exigia la fe-
licidad de la Francia , y los conjurados con
Catilina tambien protestaban que su áni-
mo era hacer á los romanos muy felices.
lié aqui las consecuencias que resultan de
los principios de nuestro moderno Solon.


5.0 Diciendose en el artículo 7 .° que
siendo nula é ilegítima toda constitucion
que se opone á la felicidad real de un pue-
blo y contra la libre é ilustrada volun-


33
tad. del 'mayor rulmero de sus individuos,
el medio acordado por dicha volunt:Ad
por la de pocos , pero justificada, ante la


• razon, será el que liará válida y legítima
toda Constitucion 'quisieramos que el se-
fior valenciano nos respondiese á dos pre-
guntas‘untas
allan se dos gravisimas


tades que se ofrecen natural y necesaria-
mente. r. a


dEn qué tribunal se ha <le fa-
llar que una constitucion que se supone
ya hecha, aceptada y puesta en ejecucion,
se opone á la felicidad de un pueblo ? Su-
pongamos que la mayor parte de la na-
cion por ignorancia, preocupaciones , erro-
res rancios , indiferencia ó cualquier otro
.motivo,, está contenta con la constitucion
que tiene , y que unos pocos SU geiOS de
brillo se empeiían en decir que la tal cons-
titucion se Opone á la felicidad del pue-
blo: ¿ . quién decidirá entre la mayoria preo-
cupada y los pocos ilustrados ? 2.a Cuan-
do los pocos sngetos brillantes presentan
al pueblo una constítueion que le repug-
na, dice nuestro legislador que la volun-
tad de estos pocos , pero justificada ante la
razon , hará válida y legítima la tal cons-
titucion; y nosotros preguntamos: quién
ha de decidir si la voluntad de los pocos


ROMO , 3




35
examinada por el pueblo , de la cual cons-
te que es favorable á su felicidad , y que
haya sido formada ó por la voluntad ilus-
trada del mayor número ó por la de pocos,
pero justificada ante la razon. Esta consecuen-
cia es legítima en los principios del valenti•
no, ó por mejor decir, es lo mismo que él
dice ,.pero algo mejor esplicado. Y bien, de
esta consecuencia ¿cuál es la que.resulta in-
mediatamente? La de que los actos de todos
los gobiernos existentes son nulos é inváli-
dos en su origen y en todos sus efectos. Cla-
ro : la mayor parte de los gobiernos ni aun
siquiera estan fundados en constituciones
espresas ; y en los pocos que deben á ella
su origen, la constitucion no ha sido exa-
minada por el pueblo antes de su publi-
cacion. Y de aqui ¿ qué resulta


.? Que cuan-
to estan haciendo todos los gobiernos del
mundo es nulo, que su autoridad es usur-
pada y tiránica, que las leyes que pro-
mulgan no son válidas , que no pueden im-
poner ni exigir contribuciones, que no pue-
den nombrar jueces, que si los nombran
serán nulas las sentencias que estos pro-
nuncien , que los tratados que hacen en-
tre sí no son obligatorios , que ¿ pero
quién es capaz de enumerar todos los ab-


34
está justificada ante la razon ? Ellos dicen
que si ; el resto de la nacion , esto es , la
casi totalidad de los ciudadanos dicen que
aquellos pocos son una cuadrilla de tu-
nantes que con pretesto de dar una cons-


titucion quieren apoderarse del mando, re-
partirse los empleos , los honores y las


- riquezas: ¿ quién , preguntamos, decidirá
la controversia ? ¿ quién justificará su vo-
luntad ante la razon ? Nosotros bien sa-


• hemos lo que las naciones hacen y deben
hacer en estos casos; pero queremos que
el legislador valentino nos diga lo que
deberla hacerse segun sus principios ; có-
mo se formaría ese tribunal de la razon,
qué jueces le compondrían , y cómo se
harian estos obedecer si la mayoria del
pueblo se obstinaba en no reconocer su
autoridad, y en no conformarse con su fallo.


6.° Diciendose en el artículo 8.° que


«se ,
proclaman por nulos todos los actos


contrarios á estos derechos, y se declaran
inválidos para siempre en su origen y en
todos sus efectos ,,» resulta 'por consecuen-


cia ecpria
s que son nulos é inválidos en


su origen y en todos sus efectos los actos
de aquellos gobiernos que no estan fun-
dados en una constitucion que haya sido/




surdos y horrores que resultan de un prin-
cipio tan bárbaro como el que sienta la
constitucion valentina Desatinos y mu-
chos y muy grandes se han escrito en el.
mundo ; pero tantos y tales como los con-
tenidos en este solo capítulo , ni aun pa-
recia posible que pudiese concebirlos la de-
lirante imaginacion de un frenético.


(Se continuará. )


Sobre un folleto que' se publica en Falencia.


Tres números hemos visto de un fo-
lleto que sin periodo fijo se publica en Va-
lencia con el titulo de las Espabiladeras; y
á la verdad que mas bien pudiera llamar-
se las tenazas , las hachas'ó la maza de Hér-
cules, pues que no deja hueso sano á las
personas ni á las cosas con que propo-
ne entretenerse. No hay que pensar que el
que 19 escribe es alguno de aquellos que
aunque conozcan donde está la herida so-
lo se atreven á indicarla con el mayor
tiento ó á insinuarla con palabritas dul-
ces y por medios indirectos. Nada de eso,
el nuevo periodista, cual diestro cirujano,
descubre todo el vendage , mete la tien-
ta hasta el cabo , levanta las escaras y des-
cubre hasta el fondo de las úlceras cancero-
sas con • que un liberalismo desatinado ha
llegado á infestar á algunos habitantes de
Valencia. El hombre está tan satisfecho de
que conoce perfectamente los enfermos y la
enfermedad, que maldito el reparo que tie-
ne en.–aplicar remedios fuertes , ó como




38
generalmente se llaman heroycos. Atrin-
cherado dentro de los límites de la Cons-
titucion , y con un perfecto conocimiento
de los hechos que han dado lugar á' que
se descubran los planes y las maniobras de
toda la galopineria patriótica que ha traido
revuelta aquella ciudad de algunos meses
á esta parte, se burla con tanta gracia, y •
ridiculiza de tal manera á sus autores que
casi se ve uno tentado al leerlo á pedir por
amor de Dios que los trate con mas cari-
dad , y no les cubra de tanta basura.


Nosotros que sin estar en Valencia ra-
biamos á punto fijo que todos los albo-
rotillos que ha habido alli no han sido mas
que unos chispazos semejantes á los de Se-
villa , Murcia , Cadiz y otras partes , vernos
que no se equivoca este - despabilador en la
causa que asigna de que no alumbre la
lámpara constitucional ni en Valencia ni en
los dernas puntos del reyno. Desde su primer
número se manifiesta dispuesto á volverles
á los hocicos las mismas armas con que has-
ta ahora han estado haciendo la guerra á los
hombres de juicio , esos que solo porque no
le tienen se dan el nombre de exaltados. Tan
dispuesto le vernos á cantar el trágala á los
mas furiosos tragalistas , corno á no temer


39
el espantajo de la voz servil, con que de
mucho tiempo á esta parte se está tapan-
do la boca á muchos hombres de bien.


Bien se deja conocer en el tono de
superioridad con que trata á los ternero-
nes de Valencia, que cuenta con el vo-
to y aprobacion de casi todo el vecin--
dario; y sin duda debe (le ser hombre de
pelo en pecho , cuando una de las frio-
leras que les dice es, que está con fuer-
tes ganas de cortar la lengua á un traga-
lista. A nosotros no nos gusta que á na-
die se le corte nada , cómo no sea cuan-
do mas un sayo; pero sí vemos con sa-
tisfaccion que haya quien se las tenga tie-
sas á esos señores boquirubios, que por ha-
ber sabido matar á un clérigo en la car-
ee!, ó disparar un pistoletazo detras de una
esquina, se tiene cada uno de ellos por
un Cid ó por un Aquiles. Mucho tiempo
hace que sin embargó de que ninguno de
nosotros es hombre de armas-tomar, pro-
nosticamos qué llegaria un dia en que las
mugeres perseguirian á tronchazos á to-
da esa gavilla (le miserables ; pero no es-
perabarnos que tan pronto se presentase
quien amenazara con cortar la lengua á
cualquier tragalista , que es como si di-




4 o
jesemos, quien se propusiera azotar al
verdugo.


Pues todavia , si cabe , es mas terrible
el haberles presentado á la espectador' y
risa pública en una linterna mágica, que
aunque no sea un pensamiento Ael todo.
original, siempre surte un efecto sobe-
ranamente ridículo. Supone á un italiano-
que no posee bien la lengua castellana,
y que en una especie de chapurrado bas-
tante comprensible para cl pueblo, va es-
plicando á los que concurren á mirar sus
mapas ópticos, diferentes pasages ocurridos
en el mismo Valencia, en que fueron los
actores esos señores mios que de cuando
en cuando usurpan la denominacion del
pueblo valenciano. Creemos que seria qui-
tarle la mitad de la gracia con solo tra-
ducir al castellano lo que suena mucho
mejor en el lengnage que ha figurado el
autor. Vease la, muestra, y diga cada uno
francamente si es posible pintar' con mas
verdad , ni usar de unos colores que mas
convengan á la originalidad de estas ver-
gonzosas escenas.


4 /


R EM OTI NI.


Mi no saber parlare tropo claramente
la lingua espanola, y aquesta ser una cru-
dele disgracia para il mio core , que re-
conosciuto é agradito á la obligachione de
placere á vostras se:fiorias , que tienen la
berievolenza de far favore di venire á la
ricreacione que mi les ofrece, voliera que
aquesta liberale é sapientisima audienza é
concurso di pópulo gozara de la superba
manificenza delle halle vedute que li mos-
tro para la sub complaeenza é pasatempo•
Questo non obstante eonfido en la vostra
mocleracione é disimulacione , que donarán
perdon á la tina insuficenza para bien espli-
carme 'é con aquesto andiamo á mostrar la


Primera veduta.


Questa n'unifica é agradabile pintura ri-
presenta la superba plaza di la Constitn-
zione de la nobilisima chitá de Valenza,
matrona di los mas liberalisimos amatores
de la liberta di lo populi). Queli sinori que
estan á montoni sobre la destra, coperto
íl viso con le capotini, é alteri contadi-


1




42
ni copertos con las mantas, escoprando
uni é li alteri per basso le trahuchi é le
archebuchi, son li proclamatori di la indb-
pendenza dil gobernamento de li ministri.
que han perduto la forza morale. Que-
llo predicatore que indiricha al populo la
parabola desde la púlpita, vole inflamare
ii animi de tuti le auditori per los inch-
nare á far la representachione al parlamen-
to con il fine di manifestare que non ()be-
dirán las suas providenzas, si no determi-
na , cangiare tu ti le ministri , á imitatione
di le patrioti di le nobilisime chitás de
Murcia, Cartagena, Sevilla y Cadix. Qpi-
lli (pringue citadinos que van montar á
la asamblea di populo , son h nobilisimi é
sapientisimi sudelegati cli populo sobrano
per fare la representachione. Quilli alteri
que arriban per la sinistra , son le brigan
de li servili, que no volen firmare la ré-
presentation e ni aclamare la independenza.
Miren -las vostras seiiorias la máxima con-


. fusione é disórdine introdutos con la venuta
de tala progenie, inimici declarati de tu-
ti le patrioti índependienti: la 'difidenza
é la indiñacione se pintan en il viso del
populo; tuti regañan, tuti se remolinan,
é le miserabili é poberoli servili son pre-


43
cisati á fugere por poder librarse di la
furibunda indiñatione di populo..... Fugi-
te fugite, miserabili bou boyagio.


Seconda vcduta.


Questa seconda é adm-
irabile vecluta que


en tuti le capitali donde la son donati in
espettaculo ha produto la admiracione de
tuti le mondi , ripresenta la picolina plaza
de la Merced, en que se posa il merca-
uy de le pabioli , le pollastri , •le galline,
le caponi, é tuse le volaterie. Le señori
proclarnatori de la independenza, que son
salidos di la plaza de la constitucione en
persecucione de le servili , son arriba ti sú-
bito á aquesta plaza Presten atention vos-
tres señorias á la confusione introlltita par
la arribata dé li proclamatori. Le venditori
treznal], payen tan o demandan misericordia
é compasione, é fugen lasciando le pohe-
roli animallili á la disposicione, absoluta
di populo independiente, que súbito é co-
mo per encantamento es apoderato de tu-
ti le volaterie á la noche sonora de viva la
independenza, viva el populo sobrano y
viva Riego."


Es preciso confesar que la idea de ver




.4 4
correr á los polleros huyendo del popu-
lacho soberano, y ver á este apoderando-
se de los pavos, de los capones y (lemas
volatería , no deja de tener bastante ori-
ginalidad, y puede pasar por un cuadro
pintado daprés sature.


No ló es menos la conformidad 'que
manifiesta el autOr en que se grite á . to-
das horas viva Riego , añadiendole muchas
o al remate, con tal que esta condicion
por sí sola baste para dar el concepto de
perfectisimos liberales á todos los que la:
desempeñen; y sobre todo con tal que es-
te grito dispense á todos los que le (len
del pago de contribuciones, del servicio
personal , de la pena merecida por todas
las culpas pasadas, y sobre todo de pa-
gar á sus acreedores. En este supuesto y
el de que con un medio tan sencillo se
ha de vivificar el comercio, la agricultura
y la industria , dice y dice muy bien , que
se debe obligar á todos los españoles á que
griten continuamente viva Riego; que los
exámenes en las escuelas, colegios y uni
versidades' deben reducirse á probar quien
és el alumno que con mas gracia pror -
rumpe en este grito ; que todos los pre -
tendientes deben encabezar sus ;memori a'


45
les con estas dos palabras ; que hasta las
cartas familiares deben principiar por ellas;
y últimamente que lo primero que sé de-
be enseñar á los niños ha de ser el sonido
de estas voces, antes que otras no muy
limpias con que acaba este artículo del


agni ya realizado el pronóstico
follveteoa.s


que hicimos muy á los 'principios, cuan-
do vimos que se empezaba á abusar tan
neciamente del nombre de este ilustre ge-
neral. No creiamos por cierto que pudie-
se tener enemigos un joven que con ries-
go de su vida habia hecho un eminente
servicio á la patria ; pero ya es indudable
que los tiene, y seguramente no son otros
que los que quisieron autorizarse


-
con su


nombre para cohonestar los inicuos phi-
.


nes que habian concebido, y enlazar una
voz grata á toda la nacion con una con-
ducta criminal y detestable. El general Rie-
go ha manifestado ya de un modo solem-
ne que le disgustaba este abuso, consideran-
dole como una ocasion de inquietud en-
tre los ciudadanos ; pero sus enemigos,
que lo son igualmente de la patria , se
han empeñado en justificar los funda_
dos recelos del general; y no pudiendo ata-




11
46
car su conducta, adoptan el medio de en-
tregar su nombre al ridículo, á pesar de
lo dificil que es la union de dos ideas .tan
diametralmente- opuestas.


No hay que cansarse: mientras se den
al público Zurriagos, Tercerolas ,Tribunos,
Descamisados, .112-ensageros, Patrióticos á la
moderna , y gaditanos que proclamen los
principios de Clara•Rosa y de sus dignos
sucesores, saldrán de cuando en cuando mu-
chas Espabiladeras, que sin mas trabajo qué
dejar correr la pluma, hagan añicos las doc.
trinas antisociales de todos esos apóstoles
de la anarquia.


47


L'Europe et 'Amerique en 182v : par
Mr. de Prat. Paris 1822: en


dos tomos.


Bastante conocida es la originalidad de
este infatigable escritor, no solo en cuan-
to á la elocucion , mas tambien en cuan-
to á la manera de presentar las ideas. La
presente obra es en la que hay pensamien-
tos mas nuevos y consecuencias mas dig-
nas de estddiarse.


es-


Los primeros capítulos contienen la
tadística política y moral de la Europa. En
cuanto á la primera el congreso de Vie-
na de 1815, separando las partes de la mo-
narquia prusiana con estados intermedios,
trayendo la Rusia á las puertas del occi-
dente y entregándole sus llaves , ha em-
pezado una nueva era diplomática en Eu-
ropa. Sus caracteres son : 1.° la dictadura
que ejerce la santa-alianza, es decir, la
alianza de Rusia, Austria y Prusia sobre
todos los demas estados : 2.° el justo te-
mor que inspira la superioridad de fuer-
zas de la Rusia, y que solo está templado




48
en la actualidad por la moderacion de su .
emperador : 3.° el interes comun del occi-
dente en vigilar sobre los movimientds de
la corte de Petersburgo : 4.° la dificultad
que hay ya para los proyectos de conquis-
tas en el territorio europeo , porque la Tur,
quia no debe ser considerada como una
porcion de Europa. •


De estas consideraciones infiere Mr. de
Prat que la situacion diplomática de Euro-
pa es falsa é insegura; pues la suerte de
las naciones y de los gobiernos depende -
de tres potencias ó quizá de una sola. Pe-.
tersburgo es el centro de la: actual dit'olokna-


cia. A la verdad son muy difíciles las con-
quistas; mas no lo es la influencia deci-
siva en la parte mas viva y delicada de la
independencia nacional; ó si no que lo di-
ga la Italia.


En cuanto al estado moral, no solo de


la Europa mas tambien del mundo entero,
es consiguiente al impulso dado en Fran-
cia en 1789, y cuya accion continua esten-
diendose por todas las partes del nuindo.,
El gran pensamiento de todos los hornbres4-
civilizados es en la actualidad el 7'ép. Men.


constitucional, el. cual traduce sabiamente
Mr. de Prat por esta espresion orden


49
como opuesto igualmente á la arbitrariedad
y al privilegio. Busca despues la causa de
este movimiento general, de esta propen-
sion irresistible- de todos los pueblos á es-
tablecer el imperio de la ley, y la halla en
los progresos de la civilizacion. Este capí-
tulo es de los mas bien


.escritos, ya en
cuanto á las gracias del estilo, va en cuan-
to :í la fuerza y eonexion de los pensa-
mientos. Su esqueleto se reduce al razo-
namiento siguiente:


«La civilizacion consiste en el aumen-
to de los conocimientos y de los goces de
la vida. Este aumento es progresivo: nadie
es capaz de contener su movimiento , por-
que el hombre no vuelve á la ignorancia y
á la rusticidad cuando ya ha conocido las
ciencias y las artes. Es imposible que este
espíritu de ilustracion no se aplique á los
objetos que mas interesan al hombre; es
decir, su situacion moral, sus relaciones
como ente social, su existencia política.
Cuando se raciocina en política, lo prime-
ro que ocurre son los medios •de asegu-
rar la propiedad, prenda de las comodida-
des, la igualdad , sin la cual el hombre se
degrada , y la libertad, sin la cual no hay.
hombre': en otros términos, el mundo cl-


TOMO XVI.
4




vilizado no puede tener otro pensamiento
que la adquisicio n del régimen constitu-


cional.»
Haciéndose cargo de la objecion que


haces los aristocratas, tomada de los hor-
rores y barbarie de la revolucion Trance-
sa , responde así :


.Algunos miserables, oriundos de aque-
lla clase de la sociedad á que no ha-
bla llegado la civilizacion , se apodera-
ron violentamente de un poder que no
era para sus manos groseras. Nada prue-
ba esta, contra mi principio-, antes bien
lo confirma: su imperio fue una sorpresa
hecha á la Francia civilizada y ti la re-
volucion , que bien presto los arrojó al
lugar inmundo de donde . no debieron


Las naciones pues que hacen una re-
voiucion en su gobierno originada de los
progresos de la civilizacion , deben impedir
cuidadosamente que no se apoderen del
mando los hombres no civilizados. Es facil co-
nocerlos. Los sentimientos inhumanos, la sed
de castigos y venganzas, los escritos incen-
diarios y turbulento s , el lenguage grosero,
la disposimon á cometer cualquier crimen en
obsequio de la patria , el odio á toda repre-


sion legítima y las canciones insultantes
ó sanguinarias son las señales , por las cua-
les se distingue esta clase de caribes en
todas las revoluciones.


Pasa despues nuestro autor á examinar
en qué manos está colocado el poder de las
grandes potencias europeas , y halla que en
todas partes la aristocracia es soberana. Su
influencia se hace conocer no solo en la zo-
na europea del poder absoluto, sino tambien
en la del constitucional.


En efecto, la Europa se halla dividida
en dos grandes porcidnes, la de oriente so-
metida al gobierno absoluto, y la de occi-
dente, en la cual domina el régimen consti-
tucional. Ambas son casi de una misma po-
blacion : la zona constitucional tiene' una
gran ventaja sobre la despótica por sus pro-
gresos en la ; pero le es inferior
en el poder por sus relaciones diplomáticas
-y militares.


Es cierto que las grandes monarquias des-.
póticas hacen muy facilmente 'sus alianzas:
forman gobiernos militares, es ilecir,'sus . ejér-
citos estan siempre prontos y sumisos :
su régimen es sencillo y uniforme , por-
que el despotismo no tiene mas que una
forma. La semejanza de principios, de admi-


.




52
nistracion y de intereses hace com parimos




y


poderosa su union. asi los gobernos
representativos: sus combinaciones son mas
complicadas y diferentes. 41 principio mo-
nárquico domina en la constítucion fran-
cesa , el aristocrático en la inglesa , el de-
mocrático en la española: los diversos es


-


tados de Alemania tienen diversos gra
dos de libertad. En una parte la base de
la representacion es el número, en otra las
corporaciones, en otra las riquezas. La aris-
tocracia , privilegia la. en muchos paises cons-
titucionales , es la aliada nata del poder
absoluto , é impide la conglobacion diplo-
mática y militar de los gobiernos. libres.


A pesar de esta desventaj a
, el movimiento


constitucional, producto de la civilizacion,
y favorecido por sus progresos, marcha siem-
pre adelante y arrastra tras sí á les reyes, a
los aristocratas y á las naciones.


Todas las cuestiones que en el dia se
ventilan en Europa, pertenecen al contra-
to social, es decir , á la resolueion de esta


cuestion : las naciones deben tener parte


en su .gobierno ó no ?
Porque la soberanea


nacional y la soberania del trono estan
Cluidas en los dos estrenosde esta grafi-
de querella.


53
Á. esto se reduce la doctrina general


de .111r de Pradt: r.° á la influencia de la
civilizacion favorable á la libertad : 2.° á
la influencia de los gobiernos absolutos que
admiten las consecuencias materiales de la
civilizacion, es decir, las ciencias , las ar-
tes y los placares, y no quieren admitir su
consecuencia mas importante , <pie es la
destruccion de las preocupaciones y de las
cadenas: 3:° á la influencia de la aristo-
cracia privilegiada que retarda la marcha
de la civilizacion moral , y aun en los pai-
ses libres impide su triunfó .


sobre el po-
der absoluto.


La primer a plicacion que hace de sus prin-
cipios, es á los congresos de Ti oppáu y Lay-
bach y á la catástrofe de Nápoles. Es impo-
sible redactar esta parte de la Obra que es
hermosisinia. Pulveriza los principios pro-
clamados por los soberanos aliados, destruye
el derecho de intervencion armada que se
atribuyeron , y lamenta la inercia de la In-
glaterra y de la Francia, que se conten-
taron con desaprobar y combatir las doc-
trinas de la santa-alianza, y nada hicieron
á l'avar de un pueblo injustamente opri-
mido.


Despues de esta esposicion de princi-




54 •
pies. qut puede llamarse la parte doctri-
nal de la obra., pasa á referir los aconte-
cimientos TIMS notables de España y Por-
tugal en el mismo año de 1821. Este ca-


pítulo en que termina el tomo primero de
la obra, contiene muchas reflexiones nue-
vas, ingeniosas y verdaderas, aunque ma-
nifiesta no estar muy bien informado en
algunos hechos. Sin embargo su lectura pue-
de ser sumamente util á los españoles, por-
que los principios son sanos.


Hablando de la oposicion al régimen
constitucional conocida en España con el
nombre de servilismo, dice estas notables
palabras: «la esperiencia de las conspira-
ciones serviles no permite A tribuirles mu-
cha eficacia, mientras que sus ataques pro-
ceden solamente de los eontrarevoluciona-
nios propiamente dichos. Estos son impo-
tentes -contra. la revolucion, mientras que
sean ellos solos los que la ataquen.: el sis-
tema constitucional se afirmará con sus ma-
niobras en vez de retrogradar. Las tenta-
tivas del antiguo régimen de España con-
tra la España nueva no tendrán otro efec-
to. que el de agravar corno en Francia la
revolucion. Otra cosa seria si por medio
de combinaciones privadas y cor•esponden-


55
cias establecidas entre los probombres, fo-
mentadas en las grandes ciudades, se tra-
tase de . dar una nueva faz á la revoluczon
de España.


«Si las Cortes no contienen los movi-
mientos capaces de producir una escision, si
los gefes militares mudan otra vez el es-
tarlo, el porvenir .


<le España puede ser es-
pantoso. Se levantarán ambiciones. rivales,
y eninedio de un pueblo, cuyas pasiones
son sombrias, ardientes y sanguinarias
polrán suceder cosas que estremezcan.
¡Quiera el cielo librarla de esta tempestad,
cuyas consecuencias serian horrorosas!"


En esta parte vemos que las ideas de
Depradt coinciden con las de Guizot, con
las de Lanjuinais , con las que no hemos
cesado de esponer desde el primer número
de este periódico , en fin con las de todos los
hombres . Verdaderamente liberales y vir-
tuosos. Todos tiemblan apenas ven un ras-
go de semejanza de lo que pasa entre no-
sotros con los funestos trámites de la re-
volucion francesa. Este temer es saluda-


(r) Esto no es verdad. En España ha habido mu-
chas revoluciones políticas. Ninguna ha sido tan san-
grienta como las de Francia , Inglaterra, Alema-
nia , Grecia y Roma.




56,
ble, porque impide la exageracion de los
principios, que es. la mayor plaga ,que pue-
de sobrevenir á una nacion en la época
que recobra :sus libertades.


Españoles: los publicistas franceses, llo-
raudo sobre las ruinas de su patria bala-
da de sangre , os gritan : desconfiad de la
anzbiczon encubierta con el velo del patrio-
tismo. Escuchad la voz del escarmiento. I\` o-
sotros no cesaremos de repetirla á vuestros
oidos , mientras tengamos aliento para ha-
blar. El negocio mas importante para la
nacion española es ser libre. Pues bien: pa-
ra conseguirlo ,• reunios todos al rededor
de las instituciones. ¿Qué ambicion parti-
cular se atreverá entonces á atacarlas? Si
ponemof. las segundas intenciones en lugar
de los principios que hemos jurado defen-
der; si substituimos los nombres propios á
las leyes; si renunciamos al nombre de es-
pañol para hacernos dignos de una asocia-
cion particular, i ay de nosotros!


.(" Se concluirá.)


Diálogo entre dos caballeros comuneros, con
ocasion de haber visto publicados casi to-
dos sus secretos.


.IMISEUIZIMOrki~1~1


COMUNERO.
¿Conque ya no hay remedio : salieron


al público todos nuestros trapos , y ya no
hay nadie (pie ignore la existencia, el ob-
jeto, el origen y los planes de nuestra con-
federaci oll ? -


CASTELLANO DE UN ALCAZAR.
¿ Y eso qué importa : le coge á usted


de nuevo que se sepa lo que no era po-
sible ijue estiáviese Oculto ?


COM UN ERO.
Pues entonces ¿qué al caso venia ese ter.


rible juramento que me exigió usted al en-
trar, y que be visto que prestan igualmente
los (lemas reclutas que se presentan á alis-
tarse en nuestras plazas de armas ?


CASTELLANO.
Bien se conoce que es usted un pobre


hombre , y que no entiende una palabra
de achaque de juramentos. Esa no es mas
que una fórmula autorizada por el uso pa-




58
ra dar importancia á lo que en sí no es
mas que Una grandísima tonteria. Porque
figurese usted que al tiempo de catequi-
zar á alguno no procuraremos amedrentarte
con los graves riesgos que le amenazaban
en caso de publicar las ridículas ceremo-
nias de su recepcion , y conocerá que era
impOsible , que no se abochornase y saliese
haciendo de nosotros una completa burla.


COMUNERO.
Pero ¿qué burla ni qué demonio, cuan-


do el tal juramento recae nada menos que
sobre tomar venganza del Rey actual y
de sus sucesores,. de- toda corporacion na-
cional y de todo individuo que á nosotros
se nos antoje que 'ha faltado á. su deber?
¿Es cosa de chanza el juramento de ase-
sinar cualquiera de nosótros ó todos jun-
tos á cualquier compañero nuestro que re-


. vele la existencia. de nuestras reuniones?
CASTELLANO.


Y ¿ por qué no se han de mirar co-
mo chanza los asesinatos, cuando de es-
tas chanzas pueden resultar las veras de ver-
nos cada uno de nosotros colocados en los
primeros destinos de la nacion? ¿Parécele
á usted que no vale la pena de hacer al-
gunos juramentes mas ó menos y aun de


59
cumplirlos en caso necesario , la dulce pers-
pectiva de saber que por grandes que ha-
yan sido nuestros crímenes anteriores , y
por notoria que sea nuestra incapacidad y
nuestra conducta viciosa, no nos sirva de
obstáculo ninguno para ser proclamados pa-
triotas; ,adictos é identificados ? ¿ Cómo. quie-
re usted .que sin estar ligados con este ju-
ramento ó convenio hubieseinos podido sa-
carla cara por tanto bribon redomado , es-
cand.alizando. todavia mas .con nuestros elo-
gios que lo que podian.escandalizar los nom-
bramientos que habian recaido en ellos?
Pero todo esto y aun unas se necesita cuan-
do se quiere llevar adelante una confede-
racion tan productiva.


ComUNE11.0.
d


•Conque por lo que usted dice el ob-
jeto no .era 'otro que el de aprovecharnos
de toda la parte momia del sistema , y re-
partirnos los destinos segun nos fuesen aco-
modando?.Pues á fe que -yo hasta ahora
no he logrado otra cosa que hacer tina mul-
titud de faltas á mi obligacion, pagar mu-
chas pesetas que no solo necesitaba para
mantener 'á mi muger y á mis hijos, sino
que tatnbien me han ocasionado bastantes
disturbios; porque Como ella es un tanti7




6o
co celosa, y yo no podia decirla en qué
gastaba el. dinero , lo atribuia á que an-
daba en malos pasos.


CASTELLANO.
El primer comunero será usted que


tome en boca á sis, muger ni á sus hijos,
y que se crea obligado á dar satisfaccion
en su casa del dinero que invierte. Por
eso no es de estrañar que usted se ha-
lle tan atrasado en el conocimiento de nues-
tras cosas, y que no haya conseguido to-
davia alguna colocacion.. Esto me prueba
el poco celo con que usted ha asistido á
nuest ras sesiones , y lo mal que ha meditado
el artículo 95 de nuestra constitucion (1).
¿No 'ha leido usted en él, .cuan necesario
es tener la mayor influencia en el gol.ier-
no para cumplir el objeto de nuestro insti-
tuto? ¿Y qué medio mejor para influir en
el gobierno ó contra el gobierno, que ser
empleado por él ? ¿Por qué no ha enta-
blado usted alguna ó algunas pretensiones,
y se hallaria en el dia sin la ridícula -
necesidad de que se echasen menos en su
casa las pesetas que ha dado por la con-
tribucion mensual?


(x) Se veiide ea las librerias de Cruz frente á las
gradas de san Felipe , y en la de Sane calle de
-Carretas.


COMUNERO.
¡ Ah, .señor castellano, y qué poco está


usted en lo cierto acerca de mis pretensio-
nes! Mas de treinta IlletliOria les tengo ya
echados, solicitando destinos que aunque
no de mucha renta, yo sé que los podría
desempeñar ; y bablandole


. á usted franca-
mente ese y no otro fue mi cuando
me decidí á entrar en la comuneria, porque
esas y-no otras fueron las esperanzas que
me dió aquel" hermano que me sirvió de
padrino. ¿No te acuerdas, me dijo., de cuan-
do yo andaba correteando desde Barcelo-
na á Valencia, y desde Valencia á Grana-
da , sin otro recurso para mantenerme que
lo que me producian las delaciones do lo
que pasaba en las logias de masones que
habia en aquellas provincias por los años
de 17 , L8 y 19? ¿Ignoras los sustos y las
escaseces que pasaba por lo poco que rue
vallan estas peligrosas comisiones? ¡Y gracias
á la recomendacion que traje de nuestro em-
bajador en Francia , y al doble pasaporte
que me dió, el uno con mi propio nombre,
y el otro con el de un italiano que viaja-
ba por efiriosidad y entretenimiento! Pues
aqui me tienes ahora colocado en un des-
tino, cual nunca me pude imaginar, y lo




62
que es mas , sin recelo de que salgan á
luz todos estas máculas que yo sé que
existen en cierta parte, y no se publica-
rán por el miedo que me tienen , sabien-
do que soy uno de los principales de la
eomun eri a .


¿No tienes noticia tampoco, añadió, de
aquel camarada nuestro que logró un as-
censo tan rápido el año 14, por haber
contribuido á derribar las lápidas de una
porcion de pueblos ; y de aquel otro que
mandó hacer los cartuchos con páginas de
la Constitucion , y el que decia que los
liberales eran incorregibles , y que su vo-
to siempre seria el de muerte en los con-
sejos militares á que fuese llamado, y el
que aceleró la ejecucion de aquel infeliz
que perdió la vida en un patíbulo etc. etc. ?
Pues todos esos se verian en el dia per-
seguidos y castigados severamente, si no
fuera porque se han acogido á nuestra
confederacion ; y asi conservan sus destinos
ó han adquirido otros mayores : conque
mira tú si te tiene cuenta entrar en ella , y
si puedes prometerte ascensos, no teniendo
nada que tapar ni de que arrepentirte.


COI tieso á usted , señor Castellano , que
no dejaron de hacerme fuerza aquellas ra-


63
zones; y como por otra parte anda uno
siempre si alcanza ó no llega con el tris-
te jornal, me decidí á ser comunero , sin
hacer mucho alto en las obligaciones qüe
con traia , ni en los juramentos que :pres-
taba.


CASTELLANO.


Pues si hasta ahora no ha hecho usted
alto, procure hacerlo en lo sucesivo; por-
que nosotros no protegemos decididamente
sino á los que hacen mucho, mucho, mu-.
cho alto en el juramento que prestaron, y
en las obligaciones que contrajeron: ¿es-
ta usted?


COMUNERO.


Maldito si entiendo lo que usted quie-
re decirme con ese tono enfático; pues
por un lado me asegura que el juramen-
to no es mas que una fórmula insignifi-
cante, y por otro me quiere dar á enten-
der que tiene mas significacion de la que
á primera vista aparece. Vamos claros: yo
ya soy comunero, y asi como se ha con-
tado conmigo para contribuir á los gastos,
ha debido contarse tambien para comu-
nicarme los secretos que ya no lo son pa-
ra nadie.




64 CoTtud.No.


tros secretos tiene mucho que heñir; y no
porque se haya impreso nuestra constitu-
cion y nuestros reglamentos piense nadie
que ya está al cabo de todas nuestras co.-


sis. Sobre todo tenga usted gran cuidado
con negar que esas piezas son auténticas,
y en caso de que le presenten las firmas
originales, sostenga con juramento que es
una falsedad , y que jamas ha visto á tales


Eso de si son ó no públicos todos nues-


sugetos. en nuestras torres.
COUUNERO.


Yo sostendré lo que usted quiera, su-
puesto que eso de jurar ó no jurar no
quita ni pone, atendidos nuestros principios;
¿pero no conoce usted pm esa precaucion
es absolutamente inutil, y que lejos de dar-
nos importancia no puede servir mas que
para desacreditarnos mas y mas ? Le pare-
ce á usted que tenemos poco que abra-


decer al que ha sacado á luz nuestros se-
cretos en haber suprimido las firmas, por
no comprometer el nombre de ningun par-
ticular? Pues á fe que si tal hubiera he-
cho, mas de cuatro se verían hoy en- dia
tan avergonzados, como se vieron los franc-
masones en el año de -14, cuando se


65
prirnieron las listas sorprendidas én sus


CASTELLANO.
Por Dios que no le vuelva yo á us-


ted á oir hacer comparacion ninguna en-
are nosotros y los francmasones, porque
esa es mayor torpeza todavia que la de
no haber penetrado el fin dé nuestro ins-
tituto. ¿Qué conexion tiene una sociedad
obscura ,'compuesta de hombres que se hon-
ran con el título de albañiles ,,con una con-
federacion de caballeros de espuela y es-
pada, que el que menos -puede apostarse/as
en nobleza al mismo Cid campeador? A fe
que si se le hubiese á usted soltado esa
espresion dentro del alcazar, que no se es-
caparia de sufrir • la pena . que señala el
'código.


COMUNERO.
Vive Dios que cuando le oygo á us-


ted hablar con tanta seriedad de la es-
pada, de la espuela , del código y sobre
todo de nuestra nobleza , que no sé si te-
nerle á usted por loco rematado, ó por
un perpetuo burlon que se está divirtien-
do con mi sencillez y buena fe. ¿Pues qué
le parece á usted •


que no conozco á qué
gente hemos calzado las espuelas algunas


nonio 5




66
noches, y qué .pergeño de espadas ó de
Asadores nos han repartido á


los que no
las usamos para hacer aquellas cesas que
se acostumbran en la recepciou? Vaya que
me pone usted algunas veces en..el caso
de reirme ó de echarlo todo á :doce.


CASTELLA.110


Desgraciado de usted si da en reirse de
nuestras cosas , porque entonces sí que no
tendria remedio nuestra reptitacion.,Hasta
ahora hemos . sido harto felices, en haber
podido sobreponernos á la autoridad y á
á las leyes ; -pero si la gente da „en reirse
de nosotros, y sobre todo si nosotros nos
veintes de nosotros mismos , 'entonces si
que ya podremos decir que el nombre de
comunero será bastante para designar un
hombre á todas luces despreciable; y asi
lo que es menester es conservar á toda
costa el prestigio.


COAIUDIERO.


¡AY, ay s ay , y qué malo lo veo, señor
Castellano , si no tenemos otras esperanzas
que la del prestigio !Yo con lo que le héoi-
do á usted tengo ya lo muy bastante para
conocer que he sido engai-.ado miserable-
mente; y puesto que ya he .perdido el
prestigio que me hizo caer en la tcntacion


de :creer las promesas de aquel
. tuiln qii6u4


dije á usted antes , mas 1V-ate retirárinede
esas.


tonterias , ya fine
.
poi-fortuna 'hay: ráfij,


poeós 'cine' tengan 'noticia` de "irá debilidrad,
que no esponerme á que un dia se leifiCaL
be á todos ese mismo prestigio, y tenga-
mos que llorar nosotros despees de haber
hecho reir á los demas.


CASTELLA-110.


.¿Es esa la Última resolucion de usted?
¿se afirma usted en ello ? .¿Jo dice usted
de veras? Pues por Dios y por Maria san-
tisima que nojeTcuente ustedU á nadie esta
.conversacion; porque si llegan á enten-
derla los muchachos, nos tirarán la pe-
drada que cante el credo ; y ya que tie-
ne usted la fortuna de tener un oficio
con que poderse mantener honradamente,
cOmpadezcase de, nosotros que no tene-
mos otro caudal que el de anda? hacien-
do los caballeros. Pero ya que es la Úl-
tima vez que probablemente nos veremos
comunera/tiente, hagame usted la caridad
de prestarme siquiera medio duro, que
yo se le devolveré á usted in mediatamen-
te que me hagan geke :político.


CoistuNzno.
Perdone usted por Dios, señor Caste-


1




eS
llano, que bastantes medios duros me han
chupado ustedes, y .estan chupando á tan-
tos pobres inocentes por haberse dejado
embaucar con esas y otras muchas ton-
terias.


(5g


Sobre la mayoría de la opznion, y modo
con que se forma.


Hablando en el número anterior de
los graves perjuicios que ocasionaba la de-
bilidad de los principales ministros de un
gobierno naciente, dijimos que seria una
vergüenza , 6- mas bien una verdadera ig-
nominia en los actuales, si cediesen el ter-
reno á los enemigos del orden, contan-
do , como efectivamente cuentan , con una
inutnerable nzayoria de opinion entre los
españoles. Mas como en las convulsiones
políticas no hay partido ninguno que no
asegure y aun llegue á persuadirse que tie-
ne á su favor la mayoria de la opinion,
creemos que convendrá dar algunas ideas
generales acerca de lo que comunmente se
llama mayoria de opznion , y de la manera
con que llega á formarse.


Dos clases se reconocen de mayoria de
opinion, á saber, la una legal y la otra
natural. La primera no es ni puede ser otra
entre nosotros que la mayoria de votos en
el congreso nacional , porque es la que re,





presenta legalmente la- voluntad de la na-
cion la segunda es aquella que se forma
espontáneamente siempre que toda la masa
del pueblo .esperimenta una variacion en
su existencia política , ya sea hácia el bien,
ya hácia el mal: en una palabra, siempre
que los hombres salen de aquel estado
habitual en que habian estado por mu-
cho tiempo. A .esta última mayoria contri'.
huyen no solo los hombres de cierta y de-
terminada clase, condicion ó dignidad , si-
no tambien las mueres , los jóvenes los
criados y todos los individuos que gozan
de la facultad de pensar. Esta mayoria se
subleva muy frecuentemente contra la . ma-
yoria legal sin embargo de haber contri-
buido á formarla; y aunque por si no
tiene ninguna autenticidad, no por eso
deja de 'Obrar y de hacer impresion ,
ya contrariando ya favoreciendo al go-
bierno.


Como su origen no es otro que la sen-
sacien que esperimenta cada uno de los in-
dividuos en bien ó en mal ,la espresion con
que se manifiesta este sentimiento, es lo que
se llama opinion pública , y su mayoria es
la verdadera mayoria nacional. Pero no qui-
sieramos que se creyese que por mas cir-


71
eunstanciada que se halle esta mayoria de-
ba nunca sobreponerse .á la mayoría legal;
porque siendo tan dificil de espresarse nu-
méricamente, podria confundirse muchas
veces con la espresion de la voluntad de un
partido. Debe pues por regla general ser
siempre obedecida la mayoría legal ; pero
no por eso se ha de dejar de oir y con-
sultar á la otra, y acomodarse en cuanto.
se pueda á sus deseos. Mas para no con-
fundirse en .tina materia tan obscura y de,
licada es preciso reflexionar cómo se comu-;
nican las impresiones y :lis' pensamientos
entre las diferentes clases de ciudadanos
Entre estos hay muchos que por escasez de
luces ó por falta de educacion, solo se pue-
de decir que tienen sensaciones; pero no
que puedan formar opinion , porque esta
solo la forman los hombres instruidos , des
de •tos cuales desciende á todas las elasei
de la sociedad. Verdad .es que las clases'
mas necesitadas, esto es, las mas pobres,
son las primeras que sienten los males, v
por consiguiente las primeras que se que,
jan de ellos. Mas como sus lamentos se cti-
munican á las otras clases de que ordiná- .
riainente dependen , y desde ellas á las mas
ricas y poderosas, estas ó bien influyen . di-.




72
rectamente con la autoridad para su reme-,
dio, ó bien indirectamente le solicitan por
medio de los papeles públicos.


De aqui se infiere que siendo las sen-
saciones del bien ó del mal el origen de la,
opinion, esta sube desde las últimas has-
ta las primeras clases (entendiendo por este
nombre la de los hombres instruidos) , y
estos reflexionando , meditando y escri-
biendo sobre los medios de corregir aquel
mal ó de perpetuar aquel bien, mani-
fiestan su modo de pensar, le comunican
á las clases inferiores, y forman lo que.
luego se llama opinion pública. Pongamos
por ejemplo una ley ó decreto de las Cor-
tes en que se mandase abolir todas las con-
tribuciones actuales , y substituir una sola
que se habia de cobrar de esta ó de la otra.
.manera, Claro es que la espedicion de es-
ta leyó decreto debia considerarse como
la , espresion de la mayoria legal, y por
consiguiente debia obedecerse sin réplica
como una orden emanada de la suprema
autoridad. Pero si curando se empezase á
ejecutar en los pueblos conociesen estos la
dificultad ó imposibilidad en que se halla-
ban de satisfacer sus respectivas cuotas,
representarian á las autoridades subalter-


73
nas , escribirian á todos sus amigos, ya para
desahogar sus sentimientos, ya reclamando
su influjo para que se derogase semejante ley,


comunicarian á los diaristas los hechos que
hubiesen ocurrido, y las reflexiones á que
hubiesen dado lugar, para que publican-
dolos por medio de la imprenta, se di-
fundiese y circulase la. necesidad del re-
medio. Si fuera permitido valerse de co ►-
paraciones para hacer entender lo que de
sí es tan claro y perceptible, pudieramos
decir que los sentimientos del pueblo sil-
ben basta las clases instruidas, como su-
ben los vapores de la tierra hácia el . sol,
y condensandose en las regiones superiores
bajan luego en forma de lluvia ó de rocio
á fecundar y fertilizar la tierra.


Solo cuando se forma de este modo la
opinion pública es cuando se puede te-
ner por sana 4 por fuerte y por activa has-
ta el punto de constituir una autoridad res-
petable; mas cuando se le quiere inspirar
al pueblo de repente una nueva opinion
que no haya sido creada por sus propios
sentimientos, solo se puede considerar co-
mo un artificio de las pasiones de algun par-
tido , que aunque por el pronto sorpren-
da á una parte del pueblo , no tarda en
disiparse y producir acaso un efecto con-
trario.


Las -verdades mas claras deben descen-
der desde las clases superiore3 (entendien-
do siempre por esta palabra las mas instrui-




74das ) hasta las inferiores del estado', por-
que de otra suerte se cambian ó se disi-
pan con la misma facilidad con que se
adoptan. El pueblo está tau dispuesto á (lar
su sanciort á cualquier idea por absurda que
fuere, como :á retirarla y admitir la Con-
traria. Vease qué multitud de ideas estra-
vagantes adoptó el pueblo francés durante
el despotismo popular, y cuán corta fue su
duracion , sin que en el dia sirva su re-
cuerdo de otra cosa que de añadir un "ca-
pítulo mas á la historia de los delirios del
género humano. Hasta el odio á la supers-
ticion , sin embargo de ser tan justo y tan
conforme con la , no permanece ni
se generaliza cuando se manda antes debpersuadirse, y esta es una de las cosas que
mas admiran á los que observan al pue-
blo francés , que digase lo que se quiera,
es poco menos supersticioso en el dia que
antes de la revolucion. ¿Yero qué nos can-
samos? hasta las ideas que mas halagan á
los hombres, sobre todo cuando estan en
la indigencia, como son las del interes, ó
lit facilidad de apoderarse de la propiedad
agena, tuvieron poca consistencia y dura-
cion , por lo mismo que tenian contra sí
á la propiedad y á las luces que general-




Mente abundan mas en los que la tienen,


...citte,.no 'ea los que carecen de ella. .
-. -Solo aquellas opiniones que han pasa-




do . por el crisol de una larga serie de
cnsiones producidas por los intereses di-


75
ferentes de los individuos (le la sociedad,
son las que penetran y se insinuan en la
multitud por medio de una persuasion len-
ta y casi insensible. Por eso es necesario
que los gobiernos paren mucho la aten-
cion á fin (le no confundir las pasiones po-
pulares con la sensacion general , ni eso que
se llama opinion popular con la opinion
pública. Aquella merece sin duda que se
la.mire con interes ; pero .esta es la que
únicamente puede ilustrar acerca de los
males :públicos, é indicar su curacion y sus
remedios.


Supuesto pues , coma hemos dicho, que
los propietarios son los que :deben tener
la iniciativa de la opinion, solo deben ha-1.
cer gran fuerza las reclamaciones simultá-
neas ó repetidas de esta clase de ciudada-
nos, no las de aquellos que nada tienen y
que á .t.odo aspiran sin contribuir- con na-
da al bien de la comunidad. Por mas que
el poder mal dirigido intentase vejar y opri-
mir: iá los propietarios, por hacerse un par-
tido- con los que no lo son , y por mas que
n.o falten histriones políticos y literarios
que se .empeñen en hacer ridícula ú odio-
sa esta ..denaminacion , no hay que can-
sarse, pues los hombres que tienen que. per-
der, siempre Serán el órgano de la,


0187.77‘,„
ria• nacional , y siempre será pree4;i".:1"1:
nirse á ellos so pena de no tener ArtinialIty17:-,;,.9.-y:'..,
den , estabilidad ni. ventura.


7-1




76


Sobre otro papelito atercerolado que ha em-
pezado á publicarse en Granada.


Observarnos hace ya mucho tiempo que
cuando en Madrid sale algun papelucho
de estos que levantan el estómago y pro-
vocan la indignacion de los hombres hon-
rados, se imprime tambien en las provin-
cias otro con distinto- título, pero que vie-
ne á decir lo mismo con mas ó menos es-
tupidez y desver.güenza. Desde que adver-
timos esta infame táctica pcdiamos haber
formado un plan demostrativo de que to-
dos los papeles escandalosos escritos con,-
tra el Rey, contra el ministerio y • contra
varios individuos de las Cortes, ya que no
sean dictados por una misma pluma, son
por lo menos inspirados y sostenidos por
un mismo espíritu.


Esta observacion no es facil que pue-
dan hacerla los que solamente leen un
papel ó folleto que otro, como hacen los
mas; pues ciertamente seria ne,-esario per-
der mucho tiempo y malgastar el dinero
para leer tanta multitud de inepcias como
se publica cada dia ; pero los que por ofi-
cio se ven precisados á ocupar largas ho-
ras del dia en este ímprobo trabajo, co-
nocen ya muy bien la clave de los direc-
tores de esta guerra feroz que tiempo há


77
oe hace á toda la sociedad. Sus maniobras,
como las de cualquier otra guerra, supo-


rnen la existencia de un centro de union
del cual pasan instrucciones á otros pun-
tos, principalmente á aquellos en que se
quiere dar el mayor impulso. Cuál sea este
foca de donde parten las instrucciones pa-
ra vilipendiar directamente Ir la augusta per-
sona del Rey no nos toca á nosotros seña-
larlo; aunque ya hemos hecho acaso mas
de lo. que debe exigirse de unos ciuda-
danos particulares (y ciudadanos á secas),
para ,que hasta los ciegos acierten sin la-
zarillo al origen del mal.


Muchos meses há que los operarios su-
balternos de Cadiz y de Sevilla desempeñan
con notable celo esta honrosa comision, á
la cual .


tambien siguen auxiliando los be-
neméritos agentes de Barcelona, Valencia,
Murcia y la Coruña ; pero se echaba de me-
nos que en la bella Granada no hubiera
quien contribuyese al buen éxito de la em-
presa; y en efecto. no dejabamos de admirar-
nos <le que cuando apenas hay aldea en
la península que no tenga su cachito de
periódico; estuviese una ciudad tan po-
pulosa sin este requisito esencial para di-
rigir hacia donde se quiera el espíritu pú-
blico. Trahajillos parece que ha costado
encontrar entre toda la garulla comisiona-
da quien supiese coordinar alguna idea, y
que formara uno ú otro periodo en el senti-
do que se les ordenaba; pero al fin ya se ha




78
encontrado quien eche el pecho al agua y
escriba un billetito que saldrá periódica-
mente eón el alegórico título del Pluton.


Dos solas muestras hemos visto basta
ahora de . los esfuerzos de este nuevhicam-i
reou; y 'S la verd'ad-que asi como- strtí-
tnlo es muy significativo por ser el nom-
bre del príncipe 'de . las :Iverrias:infernales,
asi . tambien las doctrinas que encierra •son
el verdadero: y genuino; catecismo que se
aprende en . las , cuevasA,tictu •nas dios
toties;de . por aeá•arTib'a... Su 'fornia . y distri-
luicion- de materias. : es la misma quellt del
Zurriago y la Terb0bia; y la prosa y ver-
so y parecen Milma. mano. H ay
Ho'de ' la cuartetiía Kit-id:pi°, lo de lag
políticas seria', obscura y 'parda artícu-
lo de otra cosais las rstegtintas siti ,. respues-
ta, y sohre tilde el cava Riego con letras
muy gordas ,ira, tpve sirvan ,corim de pea-
na bajó la alega del' incógnito, á una-de
las mas infames caheiones'contra ,.la-per=
sona- del Rey Vomitado la pilen sa,
Para' que nada ifálte'I , tatn•po-
cO',se omite dedicar'estaoaricion á las Cop-;
tes .,, único iequisitó : que necesitaba para
sá-1a ira' .mas indigna y abominable. .A
may - alto 'grado habiamos visto ya' llegar
la osadía • y el desacato contra la real . per-
sena varios. - papeles públicos ;'pero nós
faltaba 'ver .tarilbieti.interptiestas'talesaber--
minaeihnes entre el respetable nombre de
las Cortes y -el 'de, tul lujo predilecto de


79
la patria vilipendiado con aplausos tan in•
fam es.


Lo admirable es que solo en esta clase
de-papeles se estampan amargas quejas con-
tra las restricciones que se han puesto á la
libertad de imprimir ; y por cierto que no
parece sino que desde aquella época se han
dado cl santo todos los identificados con la
anarquia para desatarse de un modo que
carece de ejemplo en los anales de la licen-
cia. Seguramente parece que hubiera pro-
ducido mejor efecto el que las Cortes es-
traordinarias hubiesen seiialado un premio
al que mas se distinguiese en dictar inju-
rias y en forjar relaciones calumniosas con
el fin de consolidar . la discordia , el desor-
den y la confusion entre los ciudadanos.
Puede ser que entonces los mismos que
ahora se ; quejan de los estrechos límites de
la imprenta, no lograran 'distinguirse tan-
to eorno:se distinguen en esta noble carrera.


•Claro ,es que despues de lo que va di-
cho no deberá admirar el . tono conque
tratan Al capitan general, gefe político y
denlas 'autoridades; porque esto ya se ha
hecho moda, y apenas dan muelles otra
pruebtede,constitucionalidad. Enmedio de
eso, y como para que sirva de pasaporte tí
esta nuei'a especie de liberalismo, denun-
cia Pluton al público un hecho que si fuera
cierto deberia llamar la aten•eion de las auto-
ridades, y castigarse severamente: pero es
de temer que sea un embrollo, puesto que




V7/
I


2


So
lo refiere como cierto un papal tan' del.>
preciable. Reducese á que el doctoral de
aquella iglesia, predicando- el 12 del cor,
riente en la parroquial de las Angustias,
dijo entre otras cosas que los judibs des,
pues de crucificar á. Jesucristo y mortYicar


-le de mil maneras , le cantaron el trágala:
por cierto que si tal irreveencia ha co-
metido todo un senior doctoral, bien me-
rece que se le prohiba subir al púlpito otra
vez, como no sea aquel donde suele pre-
dicar el niiiito de ro arios de Sevilla, ó
se pronunciaban elogios á la guerra civil.
Repetimos que no es creiblesemejan te des-
acato; y si fuere cierto no deberá servir-
le de disculpa haber merecido la aniinad.
version del mismo Pluon granadino, por-
que una cosa es que •élettiVainente el trága,
la sea una cancion indigna, y propia solo de
gentes sin edueacion ni vergüenza; y otra el
que se la mezclé en los diSétirsos evangéW
r,os en doble se pronuncia el sacrosanto
nombre de Jesucristo.


ANUNCIO.
Gramatica general por Mr. Destutt,


sonde de Tracy , par de Francia, traduci-
da por don Juan Angel Caamario, prece-
dida de los principios lógicos del mismo
autor.


Se hallará en la libreri• de Collado, ca-
lle de la Montera,


PERIODICO POLITICO Y LITERARIO.


N.° 91.


SÁBADO 4 DE MAYO DE /822.


BELLAS ARTES.


Diálogo sobre el origen., formas y progre-
sos de la Escultura en las naciones art..
Isriores á los griegos.


L'art s'accrut par clegrés, et par-
vint peu a peu au plus grana' Leas
chez les grecs..


WuccxELmAxrr.


INTERLOCUTORES.


BEREUGUETE CANO.


CANO.
cuento del diablo Garrulo interrum-


pió nuestra conversacion sobre la Escultura.
vom0 6


9




82
13E11.1..11G-0BM


Pero nos divirtió é instruyó mucho. -
Dió noticias de profesores que yo jamas ha-
bia oido nombrar, y describió un soberbio
edificio que pudiera ser modelo de'arqui-
tectura.


CANO.
Lo mas importante que se puede y de-


be sacar de él, es tener por ridícula é im-
pertinente la antigua disputa sobre la pri-
macia entre la Escultura y la Pintura..


BnikiluGur..
Á. tal estado la redujo aquel fingido se-


nado Con su justa v decisiva sentencia.
Coso.


Como dictada por Rhadarnanto , que
dicen fue un sabio y rectisimo rey de Ly-
cia , á quien suponen los poetas hijo de
Ripiter y de Europa , y que i)or haber ejer-
cido en el mundo la justicia con . impar-
cialidad ;-el 'destino le nombró despees


de


Muerto juez de los infiernos en compañia
de Eco y de Minos.


BERralGuETE.
Todo lo sabes sin haber estudiado y


y sin haber salido de España. Volvamos á
tí tratar de la Escultura.


83
CARO.


Enhorabuena. Nadie mejor que tú pue-
de hablar con acierto de ella , porque tú,
fuiste quien llevaste sus luces y conoci-
miento á Castilla y la presentaste obras cor-
rectas.


BeatinGuETE.
Pues me haces tanto honor, diré lo


zwe alcance acerca de este arte. Mas tú,
corregirás las omisiones y estravios que yo
cometiere ; porque aunque no has visto las
obras que yo en Itália , ni tratado á los
grandes profesores (le mi tiempo, te mi-
ro con respeto y consideracion por el
talento con que te dotó la providencia pa-
ra poder discurrir c,on acierto sobre be-
llas artes, para discernir el mérito de sus
producciones , y para ejecutarlas con cor-
reccion y gusto ático, sin perder de vista
á tu única maestra la naturaleza. Estoy
ademas tan bien persuadido de que si hu-
bieras ido á Florencia cuando yo fuí se-
rias igual ó escederias á los famosos alum-
nos de la escuela que Lorenzo de Medicis
'estableció en los jardines de sti palacio, -y
haba'ias llevado mayores ventajas á Espa-
fia que las que yo llevé á Castilla.




84
CANO.


Basta de lisonjas. Vamos al asunte.
BERRUGUETE.


No las gasto, aunque estuve en Italia,
porque soy castellano viejo,.y digo senci-
llamente lo que siento.


Acerca del origen de la Escultura, pres-
cindo de las ilusiones y sofismas con que
la ensalzó Varchi en el senado de marras,
porque yo creo que comenzaba el hombre
á ejercerla por el instinto que tiene á re-
medar, intentando retratar un árbol , un
cuadrúpedo ó cualquiera cosa que tuviese
delante. Pero tambien creo que lo hiciese
modelando y no diseñando ; porque para
esto se necesita echar líneas y sombras eu
una superficie plana, que supone mas ca-
pacidad y metafísica que para lo otro , que
se ejecuta materialmente formando un bul-
to informe : uno y otro se ve todos los
días en una niña de poco mas de dos años
que abulta sus muñecas con trapos , indi-
cando la cabeza, el cuerpo y los brazos ,
en un niño que no empieza á borragear
en las paredes y cartapacios hasta que tie-
ne mas edad y mas rellexion.


CANO.


El ejemplo el: terminaras; pero prue-


85
ha demasiado ; á saber, que es mas difi-
cil diseñar que modelar.


13ERRVGUETE.
Solamente le he traido para buscar el


origen de la Escultura, que supongo ha•
ya sido anterior al de la Pintura ; pero no
para asegurar que esta sea mas dificil que
la otra. Tú que ejercitaste como yo ambas
profesiones, podrás decir en cual de ellas
hallaste mas dificultades que


CANO.


Por mi parte puedo afirmar , tocayo,
haberme sucedido muchas veces, que des-
pues de haber estado pintando toda una
mañana, para descansar cogia un mazo y
un formon , y comenzaba á desbastar un
leño y á trazar una estatua. No hablemos
mas. de esto , porque si lo sabe Garrulo
nos delatará á Rhadama to, y nuestras obras,
tales cuales sean, quedarán despreciadas ú
olvidadas en el mundo para siempre: Pro-
sigue en tu discurso.


BERRUGUETE.


Decidido el hombre á imitar la natu-
raleza, prefirió la humana, y atrevido osó
acomodarla á la divina. Pero siendo esta
empresa imaginaria superior á sus conoci-
mientos en el arte y en la misma natu-


vencer.




86
raleza , el resultado fue , corno era de es-
pera r , torpe y monstruoso. Tales han si-
do las primeras obras de los caldeos y de
los egipcios.


De estos últimos me acuerdo haber vis-
to algunas en India, pero muy diferentes
en mérito y en estilo, por lo que se creia
haber sido ejecutadas en dos diversas épo-
cas. Las estatuas tle la primera , que hu-
bo de durar hasta la conquista de Egypto
por Cambises, eran enanas, los ojos y hue-
sos del sobrecejo estaban aplastados, pero
muy sacados--•hácia fuera lbs de las mejillas,
y barba puntiaguda : los contornos eran rec-
tos y muy poco undularlos, y las actitu-
des estando enhiestas', pesadas é incrSmo-
das ; mas sentadas,, tenian las piernas para-
lelas y los pies muy juntos. Las figuras
de las mugeres presentaban un brazo des-
cansando sobre eL muslo y el otro sobre
el pecho. •


De las estatuas de la segunda época,
esto es, de citando dominaron los grie-
gos en aquella region , conocí tres de ba-
salto en Roma , dos en el Capitolio, y una
en la Vila Albani. Representa esta á /sis
con una camisa tan delgada , que ape-
nas :se percibian los pliegues, y á pri1ue-


87
ra vista parecia estar en cueros. Todas tres
publicaban los grandes adelantamientos que
los egypcios hablan hecho en el dibujo.
Tenian nobleza en los caracteres, natu-
ralidad en ,las actitudes. Sus pies estaban
separados y firmes, y sus manos movidas
COTI elegancia. Mas se distinguieron en los
animales. Se miraban con mucho aprecio
unos leones y una esfinge que les atri-
binan los sabios inteligentes, por sus be-
llos contornos y por sus fieras posturas,
y los anticuarios eruditos , á los griegos.
. Ya se .conocia !a Escultura en la Judea


antes que los hebreos se estableciesen en
Egypto ; pues consta del Génesis .que Ra-
quel habla llevado alli de M.esopotamia
unos idolillos que robara á su ;padre La-
han , los que por el hecho de,halmr1os
tado, en las haldas del :.eanello :en ;lime
iba montada, se infiere que eran de brOXI-
ce. El Exodo afirma que los ¡tubos .A01-
pues de haber salido de Egypto colEstrw•
yeron y vaciaron la estatua de AtA becer-
ro. con las arracadas, axorcas y otras pre-
seas de las israelitas: mas adelante i n ve-
llocino -de oro y una serpiente de.nietal. Y
añade el mismo libro , que Beseleel es-
culpió dos querubines de oro ductil pa-




88
ra el propiciatorio, y otros ricos utensi-


' Los del culto. En todas estas obras es-,
taban marcadas las mismas formas que
usaron los egypcios en las suyas, de quie-
nes las tomaron durante su larga mansion
en aquel reyno.


No sé que los persas hayan Lecho gran-
des progresos en este arte ; pues aunque
eran sensibles para conocer la belleza hu-
mana, la decencia no les perrnitia repre-
sentarla desnuda, ni la religion tampoco,
porque no conociendo otra divinidad que
la esencia del fuego y del cielo, creian
degradarla si se representase con formas
humanas. La política menos , porque no
teniendo ningun sugeto • por grande ni
heroyco sino al monarca, no erigian es-
tatua alguna ni á varones ni á mugeres
ilustres; de modo que Xerxes y Dario se
vieron precisados á llamar al griego Tele-
phanes para ejecutar las suyas. ¿Sin es-
tímulos podria prosperar la Escultura en
Persia Las medallas de los reyes suceso-
res de Cyro manifiestan la corta habilidad


• de los Persas, porcitie son muy semejan-
tes á las de los godos que se encuentran
en Espaa.


Busquemosla en los fenicios, pueblo la-


89
horioso , rico y amante de las artes de imi-
tacion , circunstancias para haber hecho
grandes progresos en la Escultura; pero


'11.0


la hallamos por haber perecido las obras
de sus artistas: sin embargo debemos su-
poner que fueron aventajados en ella y
en la arquitectura, pues consta que tenian
templos magníficos, enriquecidos con es-
tatuas y columnas de oro, y con otros ador-
nos de zafiros, rubies , esmeraldas y demas
piedras orientales; y en los libros sagra-
dos se dice que Salomon acudió á este
pueblo para que sus arquitectos constru-
yesen en Sion el templo del Altisimo. To-
davía se conservan medallas cartaginesas de
cuando Cartago era colonia de fenicios , y
yo he visto diez en el gabinete del gran-du-
que de Florencia, que eran comparables á
las buenas de la Grecia.


Pero antes que hablemos de esta sabia
nacion , quisiera que trataremos de los
etruscos, porque estoy persuadido (le que
fueron .los maestros de los griegos , v la
causa de haber llegado estos á la perfeccion
del arte. Cuentan los historiadores anti-
guos que antes que se conociesen unos y
otros, se balata refugiado en Sicilia el an-
ciano Dédalo, huyendo de la cólera de Mi-




go
nos, que trabajó obras muy estimad as en
aquel l a isla ; y establecido en el continente
de Italia mas adelante, otras mucho mas re-
comendables con el nombre que les die-


rol! de Daedalos ó dacdaleos,
que equivan


ha á .obras ejecutadas artísticamente. Sea
de esto lo que fuere , y el mérito de las
estatuas de Dédalo. el- que le quieran dar
los anticuarios, se afirma que


no


pas.aban de
tener actitudes-exageradas, caracteres fie-
ros y estilo fuerte y duro.


CA1 o.


•, Como el que: todavia tienen los tosca-
nos y les transinitió Micael Angel Buo-
narota.


Brantocert•
Y por qué . no pudo ser efecto de sus


antiguos usos y-costumbres? Pues se dice.
que los romanós adoptaron de ellos los
bárbaros y sangrientos combates de los
gladiadores , que su culto era tan triste
como supersticioso , mezclado con lógubres
ceremonia s , y que sus sacerdotes _marcha-.
ban á la eabeza.de sus tropas armados con
serpientes en las Manos y teas encendidas;
y no atribuir ahora á B.upnarota tin estal
lo duro que nu nca tuvo , auricitie 'haya sí-
do fuerte y exaltado:


CANO.


Nadie duda que la barbarie y la dure-
za de costumbres tienen poderoso influjo en
las bellas artes , porque las ejercitan hom-
bres nacidos y criados con tan•fieros usos;
y los etruscos desde muy antiguo fueron
belicosos y feroces.


IlEartuour.r.E.
No obstante se aventajaron en el prin-


cipio á los griegos en la Escultura; y á no
ser por una dilatada y tenaz guerra que
sostuvieron contra los romanos , en la que
quedaron subyugados á ellos, hubieran si-
do mayores sus progresos , los mejores ar-
tistas del mundo, y superiores á los mis-
mos griegos.


CANO.


Cuando fueron subyugados ya represen-
taban los áticos la belleza ideal que no co-
nocieron jamas los etruscos.


BERRUGUETE.
Mas•no me negarás que dejaron obras


de gran mérito CI1 la Toscana.
Carro.


Poco á :poco, amigo , que sobre ese
punto hay mucho .que decir. -Aunque. no
estuve en Italia ni he visto las antigüe-
dades de


• Florencia , he leido en mi juven-




tul estraviada todo lo bueno ó malo que
lie podido haber á las manos relativo á
las nobles artes , y despues de muerto he
procurado tratar con todos los sabios pro-
fesores y aficionados que habían escrito de
ellas y vinieron á estas mansiones, quie-
nes me ilustraron en las obras de los an-
tiguos , y especialmente en las de los
etruscos.


El célebre J.. Winckelmann que escri-
bió con gran estudio, conocimiento • crí-


tica y gusto la Historia del arte entre los


antiguos, me dijo que los etruscos hablan
tenido dos estilos muy diferentes. Que el
primero era de líneas rectas sobre figuras
larguirucha s , cuyas cabezas trazadas en
óvalos prolongados terminaban en punta
para la barba , sus ojos eran arqu2ados,
sus bocas acababan. en ángulos elevados
hacia arriba, sus actitudes parecían violen-
tas y sus espresiOncs forzadas. Y que el se-
gundo , aunque era mas correcto en el di-
bujo y de mejores proporciones, marcaba
demasiado los contornos de las figuras con
profundas y abultadas undulaciones , y los
dintornos con afectada anatomía de hue-
sos y de músc&os; que. las posturas eran
violentas y los afectos exagerados. Por -111-


timo que las Obras trabajadas por los etrus-
cos segun este segundo estilo pertenecian á la
época en que Phidias ejecutaba las suyas
en la Grecia.


De las del primero no baHemos, por-
que solamente las apreciarán los ilusos an-
ticuarios; pero si las del segundo son las
que tú tanto celebras, y dices dejaron los
etruscos en la ToScana , ya conocerás cuan.
to distan del Apolo de Belvedere, de la
Venus de Medicis, de la de Campidoglio,
del Gladiador Borghese, y de otras griegas
que se conservan en Roma. Tá habrás co-
tejado las obras de los etruscos con el
Moises de san Pedro Advincula, con el
Cristo de la Minerva , con el grupo de la
Piedad en el Vaticano; y hallando entre
unas y otras mucha analogía, creerias que
eran iguales ó superiores á las de los
griegos.b


BERRUGITETE.
Bien pudo haber sido asi; porque á de-


cir verdad, siendo yo entonces joven y sin
conocimiento, no celebraba otras estátuas
que las que se semejaban en el gusto de
la musculacion á las de mi maestro Buo-
narota, atribuyendo unas á los griegos y
otras á los etruscos.




94 Cano.
Pues si asi pensabas y piensas toda.¿


via , podernos dar fin á esta conversacion.
BERVIUGSIETE•


Aunque asi pensé , no estoy decidido
por aquel parecer. Tus reflexiones son muy
poderosas, y no puedo prescindir de ellas:
pero antes de decidirme quisiera que de-jasemos para otra sesion el tratar de las
obras de lós griegos, pues despues de ha-
ber discutido lo que se nos ofrezca sobre
sus propiedades, belleza y estilo , podré yo
confirmar mejor todo lo que dices acerca
de las antigüedades de Florencia.


CA.NO.


Me parece bien. Tú estarás cansado de
lo mucho que has discurrido y referido;
pues llevaste el peso de esta conversa-
cion.


BERRUGUETE.
Yo nunca me canso de hablar de es-
materias; pero conociendo que la de


los griegos seria mas larga, me parece con-
veniente cortar aqui la de sus predeceso-
res. No haré falta en este mismo sitio.
A Dios.


CANO.


A Dios. Hasta mas ver.


95


,V.Zurope et l'Anzerique: par Mr. dePradti
(Conclusion de este artículo.)


Al principio del torno II espone Mr. de
pradt las causas del movitniento general que
se esperimentó apenas fue proclamada en
Madrid la Constitucion de las Cortes;


.y
concluye todo lo relativo á España con re-
flexiones muy atinadas, probando que en-
tre nosotros no habia elementos para cons-
truir un cuerpo conservador; asi como no
los habia en Francia en tiempo de la asam-
blea constituyente.


A España y ,Portugal siguen la Alema-
nia y la Prusia: prueba la imperfeccion de
las representaciones históricas ó por esta-
dos ; refiere las esperanzas de una consti-
tucion dadas por el gobierno prusiano des-
de 1855. Pero si aquel gobierno no ha da-
do la Constitucion , ha dado por lo menos
muchos de sus efectos. Oygamos á Mr. de.
Pladt


«Examinando el verdadero estado de la
Prusia
las mudanzas que desde 1807 se


'tas




tir


lían verificado en su régimen interior, ve96


remos
que en otras partes se ha he-


cho c que lo
mucho ruido, allí se ha realizado si.,


»En 13°7 las pzas de oficiales en ellenciosamente.


la
ejército , que babian sido antes la herencia
esclusiva de los nobles , se hicieron . acce-
sibles á toda clase de ciudadanos.


»En la misma época se desterraron las


p p
enas infamantes del código militar , la pro-


fesion del guerrero recobró toda su dig io
ni-


dad, y abolido el maltratamiento pro
de la esclavitud.


»En 1
813 se organizó militarmente la


juventud de un modo an .
aci


álogo al de las guara


tijasnacionales de lran
»En sedesues


1807 se abolió en Silesia la •escla-


vitud de los paysanos , y poco


p


estendió esta medida á los denlas estados


»En rSoS se estableció el
nuevo régi-de la monarquía.


en municipal segun las bases propues-
in
tas por ir. de Stein. no


n rolo se quitaron á laE
nobleza los


privilegios pecuniarios.
»En el mismo ario se afectaron


nes ralees eclesiásticos al pazo de


da pública.


los bie-
la den'


»En el mismo aiio se abolieron las-ins+
tituciones gremiales de artes y oficios.


»En 18ir se hizo redimible por dinero el
servicio personal, y se dió á los paysanos
la propiedad de una parte de las tierras á
condiciones enfitéuticas.


»En 1816 la monarquíatecibió una nue-
. -va division territorial semejante bajo otros


nombres á la de Francia."
«Detengamonos aqui y preguntemos, si


esta no es una revolucion -completa ; si no
es. la misma que- se ha hecho en Francia,
contra la cual declaman constantemente
los mismos que la imitan ; si no es esto
lo mismo que se hubiera hecho en Francia,
á no ser por las resistencias parciales que
nbligaron á hacer con violencia lo que el
gobierno de Prusia ha hecho por .sí mismo....


«Observando el cuadro de las mudan-
zas que el gobierno ha introducido volun-
tariamente es evidente que para completar-
le solo falta el congreso representa tivo•que
se prometió. Esta cuestion es entre la Pru-
sia y sus gobernantes; pero lo que todos
pueden conocer y decir con igual certi-
dumbre, lo que .se infiere infaliblemen-
te de los efectos conocidos de la civiliz


, es que la primer mitad de la revo..
TOMO XVI,
6




99
constitucionales, dirigen la palabra á la par-
te no propietaria de la nacion." Estos re-
sultados se deben á la mima constitucion
inglesa demasiado aristocrática aun en su
pureza. primitiva.


El Capítulo relativo á los negocios de
América está lleno de ideas y doctrinas muy
sanas y de pronósticos muy probables,,:4
lo menos con. respecto álas metrópolis
europeas ; pues en cuantcrá los estados que
se han hecho independientes en América,
Mr. de Pradt presenta nuiy atenuadas dos
causas funestas que pueden atraer sobre
la América libre grandes calamidades:
z .a el esceso de libertad que han adquiri-
do en un momento, y que


.si hemos de
juigar del Méjico y del Perú por lo que
ha pasado en Buenos-ayres, debe producir
todas las calamidades de la guerra .


intestina:
. a la guerra á muerte entre los colores, fun-


,dada sobre la antigua injusticia de losb/an-
ros y el resentimiento indomable de los
negros. Nosotros estamos persuadidos -que
la América debia permanecer reunida.1.1a
Europa algunos años por su interes pfiit-
pio. En efecto, asi lo hacian las colonias
de la antigüedad. Es verdad.que shs.metr&
polis , mas justus y humanas que las moder-


9$hiciowde Prusia, ha hecho necesaria






s-bsu
e la se-


gunda; y que aquel reyno no `puede
traerse á las consecuencias necesarias del
movimiento que impele á todo el-inundo


civilizado.»Despues de enumerar los principales
sucesos de la historia inglesa en 1821 , es-
pone con toda claridad el caracter de su
gobierno en nuestrosdias y surolítica in,.
iérior esterior: Es mío


de los mejores ca-
pítulos de la obra , y quizá el mas digno
del estudio y examen de los publicistas.


«Lareunion de la propiedad en un pe-
queño número de manos ha mudad do


la si-
su


tuácion la Inglaterra y antua
constitucion : es una -nacion dé asalariados
bajo un corto núnacro de propietarios; si,
tuacion muy temibleamenazadora. Por
eso los amenazados se han reunido. Las
dos cámaras coligadas entre sí han destrui-
do la antigua dívision en aristocracia m rao de-


mocracia : esta última yano existe
h.,:,


mente. El p
in,o


arlamento uno é-indivle


es porsus intereses comunes se
ha reunido al tei-


&dor del gobierno; y este víncill
disoluble so pena de muerte para entrami-


bos.
De aqui nace que los •radicales no


pudiendo abrirse camino por los
medios


4714




1


á oo
nas, no convertian el derecho patriarcal
de la prioridad de origen en una insufrible
tiranía , y emancipaban á sus colonias co-
mo un padre emancipa á sus hijos cuando
los ve capaces de manejarse por sí: solos.


Asi van los negocios del género huma-
no. La injusticia de la prepotencia produ-
ce la injusticia del resentimiento como .un
abismo llama á otro abismo. Cuando el an-
tiguo tirano quiere reducirse á ser padre,
el esclavo no quiere ya , ser hijo. ¿Por qué?
Porque no se abdicó la tirania voluntari a


-mente. Los europeos han sido destronados


en
América. Los americanos quieren obte-


ner todos los frutos de la victoria , hasta


aquellos . que les han de ser funestos á ellos
mismos. La misma causa que hubo para que


DO
pudiese contener la prepotencia de los


dominadores , la misma hay para que sea im-
posible contener ahora el furor de indepen-
dencia que se ha apoderado de las almas
americanas. Este es uno de los mayores azo-
tesdel¿triundo político : que: sus intereses se
-"discuten no segun los dictáffienes dele razon
pública sino segun las sugestioneIde los in-
tereses privados ligados ó contrarios á los in-
tereses públicos. La cuestion de América se
-ha de decidir no por el razonamiento sino


sor
por las pasiones ; y por consiguiente pode-
rnos decir, con de Pradt , que


. todo está con-
sumado.


Desde la América da un gran- salto á
la Grecia : prueba que su revolticion no
es el resultado de las conspiraciones , co-
mo se dijo en Laybach, sino el resulta-
do grande y pública conspiracion
del inundo civilizado contra.la tiranía.
Grecia ha :producido mayores efectos,,es,;»
ta: santa conjuracion , porque el pueblo que
ejerce el despotismo , está condenado por
sus instituciones religiosas á ún-estado per-
manente- de barbarie.


-Los pronósticos del -autor con
peco á la Grecia son los siguientes.


• r.° En las guerras de insurreccion el
negocio decisivo es ganar tiempo. Parece
que la Grecia , propiamente dicha , iio per-
derá su libertad. Se va consolidando , por,.
que ha tenido tiermpo para ello : tiene
la facilidad .de. aprender


.
y perfeccionar


se : cuando los turcos ni- aprenden ni pue-
den aprender. Si se, les dejase solos, no
hay duda que los griegos prevalecerian
la larga.


2.° La guerra es inevitable entre Ru-
sia y Turquía P á pesar de que no. la quien.


res-




mo2
ren ni el divan ni el gabinete de Peters-
burgo. Perd el divan recibe la ley de. las
tropas otomanas que vienen del Asia;
la Rusia se ve obligada, en calidad de
potencia civilizada , á exigir garantias so-
bre la suerte futura dé los griegos: garan-
tias que el divan negará para no espo-
nerse á. ser degollado . por los genízaros.


3.9 El Austria y la Inglaterra serán! á
favor de Turquia. ,- si la guerra dura, no
por odio á los griegos ni por amor á los
turcossino para impedir- que se aumen-
te el poder de la Rusia.


4.° El éxito de la guerra es; dudoso , tan,
to por -el valor y fanatismo de -los , turcos,
como porque los rusos tendran que 'mar-
char por entre ruinas y escombros á la
peste.


5.° La Francia ha sido nula en la guer-
ra diplomática : lo será cambien en la de
los soldados. Tal es la suerte de todo
pais en donde el gobierno no tiene
sistencia , porque no se funda sobre inte-
reses y maximas nacionales.


Mr. de Pradt, no da' por ciertas estas
profecías políticas. No hace mas que in,
ferirlas del orden natural de las cosas: mas
pueden ocurrir accidentes inopinados que
las desmientan.


o 3
La Franois :0eups Ql último lugar


esta: obra. »espites de hablar del. libro ,do
Mr. Guizot,.:Tue ha producido una revo-
Incion en las. ideas, de. tos esfuerzos de la
aristocracia contra la civilizaeion -en todos
los ,paisg4 y en todas las épocas, espolie
el estado de la YymiCit •09 iptta4to á pq,b1A
clon, riquezas,. sociabilidad y gobierno.
Prueba la inutilidad de las leyes de escep-
cion, la insuficiencia de la última ley dé.
elecciones para resolver el poblema del poder
y de la libertad , la imposibilidad de dar
un resarcimiento á la emigracion francesa,
el peligro que habria en darsela de manera
que adquiriese un aumento de poder. Al
fin espone las causas de la caida del últi-
mo ministerio, y pl,f4a4-54 conducta que
deben seguir sus sucesores.


La obra concluye con una especie de
profecia política acerca de los sucesos mas.
importantes de Europa. La parte que nos
toca de esta profecia es la siguiente. El
sistema constitucional triunfará en España
sin tragedias,


» Quod bonura fortunatuinque sit. »
La razón de esta profecia está incluida


en estas dos frases. Los españoles no sou
tan ignorantes que puedan ya retrogradar


con-




x o4
al régimen absoluto. Los esplMoles no son
tan inmorales y tan locos, que llamen la.
anarquía al socorro de las institucion.li-
berales. El consejo que da,111r de Pradt
al gobierno es comprimir con energía . ito-
das las aberraciones de la linea constitucion
nal á derecha y á inizierda:


10,1
Continua el examen de la obra intitulada:


«Teoría de una constitucion política para
España : impresa en Valencia por Ve-
nancio Oliveres.


CAPITULO 3.°


De laobligacion de observar la constitucion.


Contiene en dos artículos la trivialidad
de que la constitucion política de un pue-
blo obliga á todos los individuos : triviali-
dad que no es necesario consignar en un
artículo de la constitucion , porque como.
dicen los franceses «ca va sans dire » ; pero
como nuestro hombre no sabe espresar con. •
claridad y exactitud sus ideas aun las mas..
sencillas, al decir una cosa tan sabida, ha-
ce falso el principio por el modo con que
le enuncia , que es el siguiente : «toda per-
sona está obligada á la -observancia com-
pleta' de las leyes de la constitucion.» Un
autor que supiese hablar con precision hu-
biera dicho al contrario: «cada persona está
obligada á observar las disposiciones ( no
las leyes , porque la Constitucion es una
ley, no muchas) de


• ta' .constitucion en la
parte que le toca»; pero no á la observan-
cia completa de todas ellas ; pues claro -es




xo6


que siendo relativas upas á un objeto y
otras á otro, nadie puede ni debe obser-
var mas artículos que los que le concier-
nen en su caso y lugar.


CAPITULO 1-V•


De las infracciones de la constitucion.


Tiene cuatro •artículos, y á escepcion del


segundo en (1.10 se dice que « todo espa-
ñol tiene derecho reclamar la obser.vap,
cia.de la constituciop-, y á denmciap,,sps.


•inftacciones, ante la•Auloridad legítima ??.,.,e1
cual puede :pasar. y 9ae los otros tres ,.el pri-
mero y el tercero condonen tlus


solernni-


simos . dispara tes y •el cuarto no es en3e19.




:Dice el 1. 9 «La inf000n del,,tqdó
parte .de la constitticion:es el mayoy . crí-


men. qüe puede cometerse.» Dejemos 4 ,un
lada que es imposible infringir el ,tpdp , de,
una constitucioti; ,, y: observemos cuan falso,
absurdo y atroz •es• 491 principio estableeP7
do en este artíciaoá sabey,,q.ue
girla en parte es ebinayor crimen qite.pue


- de .cometerse. ¿Quién ignora que eir toda
eonstitu .cion hay artículos •reglamentarlos,
cuya infraccion es una falta , un - 441494


o7
un crimen si se. quiere, pero no el mayor
crimen que puede cometerse? En nuestra
Constitimion, por ejemplo, se manda que
las elecciones parroquiales se celebren en
tal domingo : supongaines que se celebran
en otro , dia las del pueblo A, habrá sin
duda infracciou de Constitucion ; pero es-
ta. falta -¿ será el \•ayor crimen que puede
cometerse?..¿ Será nirauti comparable, .no
yáeon.'el. parricidio, el asesinato, la muti7
lacion ; el robo fflx.camino ; pero ni aun,
con 'caros delitos menos graves•?


El artículo 3..9 .dice: « toda infi,accion
de la constitácion 'ek, una conspiracion con-
tra:su existencia ;:yeomo :qué es el mayor
críznen exige un castigo indispensable, pronto.
y;riguroso.); Otro despropósito. ¿Cuántas in-
fradciones hay de constitucion que no son
una Conspirador': :contra su existencia , ni
pueden jamas calificarse de tales en .tela de
juicio, y:que de consiguiente no exijan ese
castigo indispensable ,pronto. 9r.riguroso
va de•ejemplo la . que;aeabamos de citar so-
breeleceiones. ¿Qttié.n,sostendrá que dee-
lebradas en lunes: es una•eonspiracion?:


El 4.° dice; « todo español tiene de-
recho í defender la Constitucion contra
cualquier atentado de :Sus enemigos.» Es,




/o{5
to no es exacto ; el ciudadano tiene,
no- derecho á, sine obligacion de defender,
la constitucion de su 'pais.


CAPITULO V.


De la permanencia de la constttucion.


Tiene siete artículos, y se reduce á que
la constituciou no pueda ser alterada ni'mo-
dificada sino tres años .despues de estable-
cida y puesta en ejecucion ; á que en és-
tas modificaciones ó variaciones no se to-
que á los artículos'conCernientes á la' so-
berania nacional, igualdad, libertad civil;
propiedad y detnavderechos sociales.; y .á.
que las .alteraciones no se hagan sino por
detertninacion déla mayoria de. los ciu-
dadanos ; pero todo esto está >mal esplica-
do; y ademas no se especifica el modo de
proceder á la revision y reforma de la ley
fundamental. Para que se vea cómo se tra-
ta- un punto tan capital y delicado copia-
remos el artículo segundo que dice asi:
«podrá mudarse el todo ó parte de la cons-
titucion, si el mayor número de los indi-
viduos de la nacion unánimemente y con
el libre ejercicio' de sus derechos asi lo deter-
minase, selialando el medio por el que . ha


/09
de hacerse la mudanza.» Preguntamos
al autor: y cómo se sabrá que el mayor
número de los individuos de la nacion ha
determinado unánimemente y con el libre
ejercicio de sus derechos que se mude el
todo ó parte de la constitucion ? 2.° Ya ven
ustedes, seiíores lectores, que aqui se sien-
ta redondamente que « podrá mudarse el
todo de • la constitucion, cuando la mayo-
ria asi lo determinare unánimemente. ¿Lo
leen ustedes en términos precisos _y claros ?
¿Si? Pues aguarden ustedes.•


Art. 4.9 «Jamas podrá mudarse en la
constitucion ninguna ley que declare y ase-
gure la soberania natural de la nacion , sus
libertades civiles é individuales, la propiedad.
ect.» ¡ Venga usted acá-, hombre de Dios!
Si en ningun caso pueden -mudarse los ar-
tículos ( no las leyes) que declaran la so-
berania nacional y aseguran los derechos
Sociales ect. ¿ cómo ha de poder mudarse
e ltodo de la constitucion , cuando lo de-
termine la mayoria ? ¿No ve usted que «el
todo podrá mudarse» y « el tódo no podrá
mudarse» son dos contradictorias? ¿No ha
estudiado usted siquiera las súmulas de
Goudin ? ¿ No ha visto usted alli que dos
contradictorias no pueden ser ambas ver:
daderas?




I o
X1


CAPITULO VI.


De la conformidad de las leyes y órdenes
gubernativas con la constitucion.


Contiene en dos artículos la perogru,
Dada de que las leyes y órdenes hayan de
ser conformes á la constitucion , y que se-
rán nulas las que se opongan á ella;
ro el pobre hombre no sabe que esto rió
basta para que las leyes sean buenas y las
órdenes oportunas y convenientes. Por ejem-
plo , den las Cortes una ley sobre aduanas,
ó establezcan una determinada contribucion:
estas dos leyes no serán contrarias á la
constitucion ; pero podrán ser sumamente
perjudiciales, si por la primera se arruina
la industria nacional, ypor la segunda se
grava mas de lo justo 'á los contribuyen-
tes. Lo mismo sucede en todos los denlas


'ramos ; y lo mismo se verifica con las ór-
denes del gobierno. Pueden muy bien no
ser opuestas á la constitucion, y ser no obs-
tante intempestivas y fun‘ estas.


P ARTE SECtINDA.


Comprende los derechos y las obligaciones
principales de la nacían española.


CAPITULO 1.


De lo que se entiende por nacion española.


La Constitucion actual dice sencillamen-
te en el artículo primero: « la nacion es-
pañola es la reunion de todos los espa-
ñoles de ambos hemisferios»; pero como es-
to es claro y lo entenderá cualquiera, nues-
tro legislador valentino , que corno hemos
dicho , tiene la gracia de obscurecer las
cosas mas claras , y echar á perder aun
lo que copia, desfigura aquel artículo, y al
fin le hace falso diciendo : nacion es-
pañola es la reunion de todas las personas
que voluntaria y libremente viven dentro del
terreno demarcado por las leyes, y reputa-
do coi-.1 el título de terreno español, y que
con la misma libertad se obligan á obede-
cer á las leyes que gobiernan en, esta de-
mareacion.» Dejando á parte la impropio-




1.1'2
dad del lenguage « terreno por territorio
y la de «reputado con el título», veamos -úni-
camente las consecuencias absurdas que re,
sultan de esta.definicion. 1.a «Si la nacion
española es la reunion de todas las personas
que voluntaria y libremente viven en territo-
rio español, serán españoles los estrangeros
que voluntaria y libremente viven en di-
cho territorio : pero es asi que los estran-


geros por mas libre y voluntariamente que
vivan en territorio español , no son espa,
iioles hasta que hayan obtenido carta de
naturaleza ;"Ir esto no solo es por nuestra
Constitucion , sino por las leyes de todos
los paises', pues en todos ellos se hace dis-
tincion entre los naturales y los estrange-
ros no ;naturalizados ; luego el señor va-
lentino ha dicho una grandisima tonteria.
2.a Si para hacer parte de la nacion es-
pañola ó de otra cualquiera , es necesario
haberse obligado libremente á obedecer á
sus leyes, no serian españoles los niños y
los menores hasta la edad en que volun-
taria y libremente puedan hacer esta obli-
gacion,


A este primer artículo siguen otros seis
llenos de iguales sandeces y despropósitos
que seria empalagoso recorrer y notar: lea-ea-


a r3
los el que tenga paciencia. Pero para que
se vea hasta qué punto ignora el autor el
significado de las voces castellanas mas usua-
les, citaremos la frase siguiente del artícu-
lo 3.° « tódos sus individuos (los de la na-
cion española) constituyen una masa política,
sólida , compacta ,
y sin distincion


• e,n acepcion de ideas de la palabra na-
cion y pueblo.» ¡ Qué idea tendrá este bár-
baro de lo que significa esta espresion« una
masa sólida y compacta», cuando quiere que
los españoles formemos una masa de esta
clase ? Tan crasa ignorancia no rnerecia
ciertamente el honor de la impugnacion,
ni nosotros perderiamos el tiempo y la
paciencia en escribirla , si no supieramos


b
cuanto ruido ha metido este indecente li-
raco , con qué afectacion y misterio se


han repartido gratis los ejemplares, y con
cuánto lujo se han encuadernada algunos
para presentarlos á ciertos personages , como
si en esta obra se les ofreciese el com-
pendio de la humana sabiduría. Por esta
razon hemos emprendido Ja pesada y eno-
josa tarea de conwmtarla. Continuemos pues,
ya que hemos comenzado.


TOMO X VL,




I I 4


C,I.PITIMO 11.


D¿ la soberania.


¿Quién pudiera creer si no lo viese , que
para repetir la sencillisin:a idea conteni-
da en el artículo 3. Q de la Constitueion
actual, á saber, la de pie ‹, la soberania re-
side; esencialmente en la nacion ,• y por lo
.mismo pertenece á esta esclusivamente el


derecho de 'establece s' sus leyes fundame
n


-tales , haya empleado el nuevo proyectis- • •


ta catorce mortales artículos que compren-
den nada menos de cinco páginas dela obra?
Imposible parece decir mas desatinos, mas ne-


cedades , ni asas mentiras sobre una cosa que
bien. esplicada se reduce en suma , como he-
mos dicho varias veces, al hecho material de
que el todo es mayor que la parte. No nos
detendremos á copiar Y. comentar uno por
uno todos los dislates del valencian o ; pe-
ro para que se vea que no hablamos
ayre en el número anterior cuando dijimos
que- este proyecto de


c


con,taucion habia sa-


lido del taller de los j i obinos , copiare-
aros el articulo 6.° en el cual está espre-
samente consignada la doctrina de los sa-


/15
-télites de Robespierre sobre la soberania
nacional. Sabido es que aquellos malvados
abusando de un principio tan verdadero,
sacaban de él la ridícula consecuencia de
que , pues la nacion es la gran soberana,
cada individuo es un soberanito pequeña.
Pues bien, esta idea es travagante y absur-
da que á fuerza de haber sido ridiculiza-
da hasta en el teatro, estaba olvidada ya y
desterrada del mundo, se halla reprodu-
cida y consignada testualmente en la cons-
titucion valentina. El citado artículo 6.°
dice a'si: la soberanía está difundida en-
tré todas las personas de la nacion, y ca-
da persona es naturalmente una parte le-
gítima y justificada de la soberania : es ca-
da espaziol un pequeño é imperceptible so-
berano , ect.» ¿Lo quieren ustedes mas cla-
ro? Y luego dirán que no hay jacobinos
en España. Obserrese de paso si obraba-
mos con prevision cuando hace mas de
diez meses preveniamos al público contra .
esta errada y jacobínica i nterpretados) del
principio de la soberania 3


• y segase ade-
mas que nos movió á combatir este error
con el arma de lo ridículo , lo que varias
veces habiamos (sido gritar á grupos muy
pequeños de gente del populacho. Habia




1.16 .•
unos cuantos miserables en la calle escu-
chando las doctas y piadosas arengas de la
Fontana ó de Malta en su tiempo, pasa-
ba un coche y le detenian para que no les
interrumpiese tan agradable é .importante
ocupacion; y si el cochero insistia en pa-
sar y alegaba que aquel era su camino rec-
to , que le esperaba su amo, ó que iba á
encerrar el coche en alguna callejuela in-
mediata , se le gritaba (¡lo hemos oido tan-
tas veces!): «¿ Cómo , insolente ? ¿no ve que
está aqui el pueblo soberano? ¿ Cómo se en-
tiende? ¡insultar al ,pueblo soberano!" Y el tal
soberano se iba de cuando en cuPndo á la
taberna inmediata á remojar la palabra....
Y si esto decian aquellos infelices engaiía-
dos por cuatro pícaros que llaman sobera-
na á la plebe para hacerla cómplice, y au-
xiliadora de sus crímenes, ¿qué dirán aho-
ra si leen la consutucion valentina? Que
no solo el grupo , sino cada uno de los


agrup
ados es un soberano hecho y dere-


cho , al cual seria justo que se le formase
la tropa y se le hiciesen los honores que
se hacen á los príncipes llamados sobe-
ranos (r). Volvamos , á nuestra constitu-
don jacobina.


•(s) Habiendo tocado este punto , no debemos
pasar en silencio una de las mas graciosas ocurren-


117


PARTE TERCERA.


CAPITULO UNICO.


De las condiciones necesarias para merecer
el título legítimo de verdadero español.


Aqui en suma se destruye y contradi-
ce lo que se sentó por principio general,


cias que en materia de soberanías plebeyas pueden
ocurrirse jamas. Cuando en la llamada ; por los ja-
cobinos, batalla de las Platerías ( es decir en aquel
acto de firmeza que la historia recordará con gra-
titud , porque salvó á Madrid y aun á toda Espaiia
de la anarquia popular ) huia desbandado y despa-
vorido el grupo de los gritadores á vista de la
Milicia que no le permitía penetrar en las cagas
consistoriales, se vió á un miserable que con su cha-
queta al hombro , su mugrient a camisa , sn viejo
sombrero lleno de yeso, su calzon de gamuza , y
sus rotas medias azules trataba de reunir los dis-
persos, contener la fuga , y rehacer el derrotado es-
Cuadron ; y para ello no encontró espresion mas elo-
cuente y enérgica que la de gritar en voz aguardento.
sa y d'Omitía al peloton fugitivo : « Pueblo soberano,




no huyas.» Semejantes inocentadas harían reir al mis-
mo Heráclito , si no supiesemos que en una nacion
ilustrada y á fines del siglo XVIII hicieron derramar
tantas lágrimas, y lo que es mas tanta sangre.




x
sobre que son individuos de la nacion
española , y por consiguiente españoles,
todos los que voluntariamente viven en
territorio español. Así se dijo alli , co-
mo - hemos visto ; pero aqui ya DO bas-
ta que ellos quieran vivir en el territorio
español; se necesita ademas , respecto de los
estrangcros, una lie( vicia del gobierno para
ser reputados como luj os de la nacion es-
pañola, y el gobierno podrá darla segun las
leyes para esta admision. ¡Tan consecuen-
te es nuestro legislador en sus principios
y dectrinas!”


PARTE CUARTA.


CAPITULO ÚNICO.


De la demarcacion terrena ¿Mía Será la ce-
lestial? ) de la nacion española.


No seguiremos á nuestro Licurgo en
todos los pormenores que contiene este ca-
pítulo lleno de impracticables quimeras. Bas-
te decir que dividiendo el territorio pe-
ninsular en divisiones (provincias), y sub--
dividiendo estas en partidos que él llama
territorios , quiere que solo en la penínsu-


119
la sean mil las provincias y tres mil los
pa todos ; y como luego establece que en
cada division haya una audiencia, un go-
fo político , que el llama gobernador, una
diputacion provincial , y las-correspondien-
tes oficinas centrales de administracion y
de hacienda , y en cada partido un juzga-
do de primera instancia , por esto solo pue-
de verse cuan económico y practicable es
el plan de gobierno. ideado por este bo,
tanate. Para que-se vea que no le tracemos
decir cosa que no haya dicho, hé aqui los
artículos en que literalmente estar consig-
nados estos delirios.


Art. 5.° Todo el terreno español será
dividido en terrenos iguales, de los que ca-
da uno se titulará division.


G.° »Cada division tendrá veinte y cuatro
leguas cuadradas ( por consiguiente siendo
la superficie del territorio peninsular de unas
veinte y cuatro mil leguas cuadradas, re-
sultan mil divisiones).


8.° »En la capital ( de cada division ) es-
tarán las primeras autoridades de la divi-
sion de cualquiera ramo que sean, y tam-
bien estarán los establecimientos que sir-
'ven de tono y regla á toda la nacion.» (é.Qué
quiere decir esto? d Cuáles son los estable-




120
cimientos que sirven de tono y regla á to-
da una nacion ? Ni c cómo han de estar en
la capital de cada provincia I)


9.° »Cada division se subdividirá en ter-
ritorios, y ( o.°) cada territorio tendrá ocho
leguas cuadradas. (De consiguiente habrá
tres mil territorios ó partidos. )


( Parte 9 , cap. 22, art. i .°) .En cada
division habrá un tribunal de siete indi-
viduos ect. (Mil divisiones , mil audiencias
con Siete mil jueces.) (Id. cap. 22, .art.)
En cada territorio habra un juez que cons-
tituirá el tribunal territorial ect. (Tres mil
territorios, tres mil jueces. )


Ib. cap. 24, art. I.° Cada division ten-
drá un gobernador ect. ; y ( art. 3.° ) cep•
ca de él habrá seis sugetos que serán el
consejo ect.. (Aqui tienen ustedes mil ge-
fes políticos , y mil diputaciones ó con-
sejos provinciales.)


Prescindiendo de tales delirios, veamos
todavia otras lindezas de nuestro valencia-
no en el punto de la demarcacion y di-
vision del territorio. Pasemos por alto que
queriendo decir que habrá una capital que
sea como el centro , en el cual resida el d.
gobierno supremo, dice que « toda la na-
cion será sujeta á un punto central», sin acI-


121
vestir que aun en los gobiernos mas des-
póticos, las provincias, ciudades y denlas
poblaciones del estado no estan sujetas á
la capital, sino: al gobierno supremo que
en ella reside, y que la que se llama: ca-
pital ó ciudad central no tiene autoridad
ninguna sobre los lemas pueblos; y vea-
anos como nuestro hombre dispone libe-
ralmente de los inmensos paises que has-
ta aqui habian formado la monarquía es-
pañola.


Despues de decir que los límites de Es-
paña son los Pirineos, el océano y el me-
diterráneo, de prevenir que aunque en ellos
se contienen Portugal y Gibraltar no se en-
tiendan comprendidos en la demarcacion es-
pañola (ya se ve; de riada servida que él
los comprendiese), y de agregar al conti-
nente peninsular ( no se sabe por qué) las
islas Baleares , las Canarias y los presidios
de Africa , continua asi:


Todas las posesiones de España en las
islas Filipinas, sus dependencias ,y en Asia
(sin duda e] buen hombre no sabe que
las Filipinas estan en Asia ), serán cedidas
á la potencia que quiera el gobierno es-
pañol, considerando la mejor convenien-
cia de España en esta cesion; y serán es-




122
cluidas del terreno español.» Ya ven us-
tedes, Señores ingleses, holandeses, france-
ses y . portugueses que ustedes son unos
olandisimos mentecatos; ustedes andan á
caza.de colonias, y han sostenido y sosten, -„J,
dráa todavia largas y sangrienta s guerras,


asi para no perder las que tienen, como
para adquirir otras nuevas, cuando la Es-
paña por consejo de un nuevo Licurgo
va á desprenderse de las únicas que le que-
daban , y se las ofrece al que quiera to-
madas.


h. «En la misma forma se entenderá


(¿ qué se ha de entender?) y quedarán
to-


das las posesiones que España tiene en to-
das las partes de . América y en las dependen-
cias próximas de aquel continente; pero será
condicion necesaria que. la España, en su ce-


sien de todo lo relativo á América, ceda este
terreno h los mismos naturales de aquel
continente ( fl y á los de las islas no ?), y que-
den libres ect.» Adios Puerto-Rico, atlios'
isla de Cuba, y si algo nos quedaba toda;.
vía en el continente. ¡ Qué buen espalo
¡ qué patriota!


Aun hay mas: por si acaso los españo-
les americanos ó del Asia quisiesen volver


unirse con su antigua metrópoli, y for-


223
/ll ar parte del imperio español, tiene cui-
dado nuestro va (entino de prohibir esta
reunioripor un artículo constitúoional. Dice
asi el 23: « dicha demareacion (ya queda di-
cho cual es., y hasta .


dónde se entiende) no
será jamas' por causa alguna restringida,
acortada ,prolongada ni ensanchada.» Ya se
ve que ó este artículo no sign:fica nada, ó por
a se imposibilita á la España para ensan-
char su territorio, aun cuando otro pue-
blo europeo ó americano quisiese unirse
con ella para formar una sola sacio¡.. Pe-
ro á bien que si el legislador nos prohi-
be adquirir, tambien nos asegura que ja-
mas perderemos ni una sola pulgada del
pais que ha tenido la bondad de señalar-
nos. .Dice asi en el artículo 2 z :


« El .
terreno español demarcado por ja


constitucion será. siempre .uno , libre, indi-
visible , imperdible, inenagen.able ect.» De,
suerte que aunque el mundo entero nos
haga la guerra , no debernos tener cuidado
ni temor de perder en tila ni una sola al-
dea de las comprendidas en la demarca,
cion; porque escrito está que todo el
territorio que ella encierra es imperdible.


¿ No habrá pensado este fatuo una vez
siquiera en -los trastornos, ]as desgracias




12 4
y las vicisitudes de todas clases á que es-
tan espuestos , y que tarde ó temprano es-
perimentan los imperios mas poderosos? ¿No
habrá ojeado siquiera algun compendio de
historia? ¿No habrá. leido la de España?


PARTE QUINTA.


CAPITULO UNICO.


De la libertad de la nacion española.


Grandes desatinos llevamos recorri-
dos; pero á los de este capítulo no llegan
ni los delirios de un enfermo. Es menester
copiarle todo.


Art. 1." «En este capítulo la libertad na•
<imita se entiende precisamente sobre su ter.
reno , sobre todos los españoles y sobre las
posesiones de estos, como se esplica en
los artículos siguientes,» Ya ven ustedes que
la definicion de la libertad nacional no pue-
de ser mas clara ; puesto que es aquella
que se entiende sobre su terreno, sobre
todos los españoles, y sobre las posesio-
nes de estos. ¡Una libertad que se entien-
de sobre un terreno !


2. ° «El terreno español., los españoles


1;


9.15
3,i sus posesiones no podrán ser jamas pro-
piedad de dominio particular contrario



la constitucion, á la voluntad de la • na-
cion cí S las leyes españolas. Los ilotni-
fl ios , la propiedad y los títulos compren-
didos bajo los , n om b res señorio , juristlic-
don , baronia , priorato , encomienda,
cipado , feudalismo Geonocen ustedes algun
t ítulo que se llame feudalismo ?) y con.
secuencias dimanadas de tales


.
posesiones


se declaran por nulos, y quedan en entera
libertad ; pero no destruyendo la legítmia
propiedad que el poder legislativo hallase
en estas posesiones despues de un madu-
ro examen." Lástima es que este precio-
so artículo no hubiera estado impreso cuan- .
do las Cortes pasadas se estuvieron que-
brando la cabeza tantos dias sobre la ley
(le señorios: aqui estaba 'ya hecha ; y tal
que no habia mas que pedir. Pero á bien
que las actuales hecha se la encuentran , y
no tienen mas que copiarla.


3.0 «El terreno español, los ,
españoles


y sus posesiones no podrán jamas ser di-
visibles , donables ni enagenables sino en
la forma que la constitucion y, las leyes
españolas señalan sobre estos actos.» Ana-
licemos este artículo por el método de Ben-


1




x26
tbam , para que resalten los absurdos, que
contiene. Aqui hay una proposícion com-
pleja que encierra unas 36 proposiciones
simples.


r.a El terreno ( territorio)
español no podrá ja-
mas ser


3.a
4. a Los españoles no


jamas ser




divisibles.


donables.


enao. c iables.o


x , etc. El terreno, los españoles y


sus
posesiones podrán ser divisibles, do-


nables, enagenables en la forma que la
constitucion y las leyes señalan.


Preguntamos : t.° si el territorio, los
españoles y sus posesiones jamas pueden ser
divisibles, donables , enagenables , ¿cómo
pueden serlo en la forma que la consti-
tucion j, las leyes señalan ? porque ci ja-


127
mas escluye todos los casos, tiempos y mo-
dos. 2.° ¿Cuál es la forma que la cons-
titucion y las leyes señalan, segun la cual
el terreno, los españoles y sus posesiones
pueden ser divisibles, donables y enage-
;Jables? 3.° Pues esta espresio.n « los espa-
ñoles" comprende á todos y á cada uno,
¿cuál será la forma que la constitucion
y las leyes señalarán para que cada espa-
ñol sea divisible? ¿ Por dónde se hará la
division , y en cuántas partes? 4. 0


Cómo el
terreno ha de ser divisible , enagenable y do-
nable con arreglo -á la constitucion, cuando
esta ha dicho ya como hemos visto (art. 22
del cap. anterior) que el terreno será siem-
pre , inenagenah/c é incapaz de ser •
cedido? Y si la constitucion lo prohibe, ¿có-
mo lo han de permitir las leyes? ¿ No ha
dicho usted mas arriba que. es nula toda ley
contraria á la constitucion ? l3é aqui una
muestra de los despropósitos que dirá siem-
pre todo el que se nieta á escritor sin,.
la instruccion 'necesaria, y sobre todo sin
saber la lengua en que ha de escribir , ni
el valor preciso de las voces que ha de
emplear. De esto (dtimo tenemos aqui una
prueba palmaria. El pobre valenciano ha
querido decir : «el territorio español y sus




divisible.
donable.2.a
enagenable.


podrán
divisibles.


donables.


enagenables.5.a6 , a
7 .a Las posesiones de los es-


pañoles no podrán ja-
mas ser




128habitantes no podrán ser divididos, cedi-
dos ni enagenados sino en los casos pre-
vistos en la constitucion y con las forma-
lidades que ella prescribe"; pero no sabien-
do la diferencia que hay entre divisible y


• dividido, donabie y donado.,, (ó cedido),
enagenable y enagenado, de una - proposi-
cion razonable ha' hecho otra la mas ab-
surda que puede darse. ¿No sabe ese des-
dichado que el terreno, las personas 'y las
posesiones en el hecho de ser estensos son
y serán divisibles, aunque digan lo con-
trario todas las constituciones del Mundo,
y todos los valencianos nacidos y por na-
cer? Continuemos.


Art. 4.° «El terreno español, los espa-
ñoles y sus posesiones no podrán jamas
pertenecer á dominio de potencia estran-
gera.» ( Otra bestialidad: no solo el terreno
que actualmente se llama español , sino el
de todo el mundo ha pertenecido ya y
pertenecerá alternativamente á diferentes
potencias. ¿Y quién puede impedirlo? ¿Y de
qué servirá que un sopiston de Valencia
decrete lo contrario?) Del mismo modo
no podrán ser ocupados por ninguna otra


potencia (estas palabras faltan ; pero es sin
duda por error de imprenta, pues hacen


129
malta para el sentido) ya como conquista-
dora, como auxiliar, emigrado (esta es sin
duda' otra errata; porque semejante adje-
tivo no .Viene al caso aqui , ni hay substan-
tIvo á que se refiera) ó de cualquier otra
manera." ¿Sabrá este miserable lo que sig-
nifica el verbo poder cuando afirma tan
rotundamente que el-territorio español no
podrá ser ocupado por una potencia con-
quistadora? Que dijese que esta ocupacion
no constituirá derecho 'dé, propiedad en fa-
vor del ocupante, pudiera'


-pasar ; pero de-
eir que la ocupacion no solo no se ve-
rificar& , pero ni aun podrá verificarse, es
una•secedad de tal : tamaño que parecia
imposible encontrarla en letra de molde..
¿Ignora este necio (precisamente lo
rará-coarido asi se esplica) que prescindien-
do , de otras ocupaciones;mas ó menos lar-
gas ;:lina .


parte (y á los principios mu y
gra n-


de) del territorio .-español estuvo ocupada
po.rla 'potencia conquístadóraH de Tos árabes,
asi.. como unos setecientos y. tantos año?-


Art. 5.° «Si en algún ceso un poder
trangero ha de ocupar en-parte- ó en -tóL
do el. terreno- español.,. deberá preceder lá
solemne. aprobacion de la ,


nacion - por me-
dio-del• poder -legislativa etc.. Si• la oeri1-


'romo xvr. 9




1/So
pacion ha de ser amistosa y por conve-
nio, bien podrá practicarse; pero si fuese
una invasion „¡irán á pedir los invasores
la aprobacion del cuerpo legislativo?


PARTE SESTA.


CAPITULO ÚNICO.


De la libertad que la nacion española
conservará á todas las naciones y


pueblos estrangeros. ,


Otros delirios como los pasados.
Art. I .° «La nacion española guardará


fielmente buena inteligencia, union, fra-
ternidad y justicia con todos los pueblos
de la tierra." Que asi deberian hacerlo la
nacion española y todas las, otras es muy
cierto; pero asegurar que lo hará siempre
esta ó aquella., es demasiado.


Art. a.° «España no se mezclará ni in-
tervendrá jamas en los negocios y opera-
ciones exclusivamente propios de los ha-


• bitantes de otra nacion ( muy bien hecho:
¿quién le mete á nadie e:1 la renta riel es-


cusado?), en los de un gobierno estrangera,
ni en cosa alguna de otra nacion que


no


I á
dañe á los derechos de Espafia." (Cotejese
esta con -,


lo que veremos dentro de poco.)
Art. 3.° España respetará (deberá res-


petar es lo que dice un legislador: si ella
lo hará ó no, sabelo Dios , pero lo calla)
las posesiones de toda nacion estrangera
y las de sus habitantes. Jamas las inva-
dirá , ocupará ni dañará ( mucho decir
es) sin causa probada y justificada ante
la razon. (Falta saber Si ésta probanza y
justVicación se recibirán por ante escriba-
no, y se estenderán :en • papel sellado.) Si
la guerra ú otras cansas exigiesen que la
nacion española invadiese ú ocupase al-
guna posesion estrangera, será temporal-
mente por represalia ó por justa entupen-
iacion. Pero deáada esta causa, volverá la
posesion ocupada á su dueño legítimo."
Lo mismo-mistnisimo decian los anarquis-
tas franceses al principio de su revolucion;
y luego les venia angosto el mundo pa-
ra sus conquistas. Prescindiendo de esto, d de
qué sirven semejantes declaraciones? El
interes es el movil (?el género humano, y
las naciones como 11:s individuos se de-
cidirán en cada oc.tsion por lo que crean
su interes actual , sin acordarse siquiera de
lo que hayan delirado en sueños los pe•:




i32
dantes de Valencia ó de cualquier otro
pais.


Art. 4•.9. Toda nacion estrangera y to-
do estrangero en particular, aunque sea sal-
va se , de distinta religion, de distinto co-
lor, será respetado (hasta aqui va bien; y
asegurado en sus derechos legítimos por
todos los españoles. (Esto ya es una ma-
jaderia. ¿Cómo todos los españoles han (le
asegurar á los salvages, á los negros , y lo
que es mas á todos los estrangeros en sus
derechos legítimos? ¿Quién ha erigido , á
los españoles en aseguradores de los dere-
chos dé los domas hombres? ¿O quiéu.ha
convertido la nacion española en una com-
pañia de seguros?) Su propiedad„ su po-
sesion, su igualdad , su libertad y su segu-
ridad serán inviolables ante todo español.»
(Luego tambien ante el soldada: luego , es.
te en la guerra •no•podrá matar ni hacer
prisioneros á los enemigos , ni apoderarse
de sus propiedades, ni alojarse en sus ca-
sas sin su consentimiento. Claro.: pues que
la propiedad, la libertad, las posesiories de
aquellos son inviolables ante todo español."


Art. 5.° La invasibn y agresion sin cau-
sa justificada, el latrocinio público come-
tido por ejércitos„ por gente armada, por


133
el gobierno, toda opresion injusta, el co-
mercio de la libertad de todo hombre, y otros
actos semejantes, son tantos crímenes ( fal-
ta un otros) reprobados por la constitu-
don. (Mejor hubieras dicho por la moral,
la religion, la justicia,. la razon y la sana
política, porque lo que• es tu constitucion
maldita la cosa importa que los apruebe á
los repruebe.) La nacion española igual men te
los reprueba, y proclama ante el universo
que jamas los aprobara ni promoverá su co-
mision."' Todo esto va muy bien;-'pero la
dificultad no está en escribir en un papel
estas vaciedades, sino en saber v decidir en
la práctica y en cada caso particular cuán-
do una invasíon y una agresion se han
cho sin causa justificada, cuándo las hos-
tilidades son latrocinio público , cuándo la
opresion que se :ejerce sobre el pais in-
vadido, aunque sea por causa justificada,
llega á ser injusta etc. cte. Ya sabe usted
señor valenciano, ó si usted no, lo saben
los que no se hallan tan escasos de noticias
como usted , que desde que el mundo es
mundo no ha habido un ejército que haya
hecho la guerra, que no haya dicho que
tenia causa justificada para ello. Por esa
quisieramos que usted nos dijese ante qué




134juez se han de recibir estas justificaciones;
porque sin esto no hacemos nada.


Art. G.° Si el gobierno, alguna cor-
poracion ó algun particular de España se
atreviese á quebrantar lo prohibido en este
capítulo, la nacion le castigará por medio
de sus propias leyes, como enemigo de la
felicidad universal de las naciones y de
la tranquilidad (le los pueblos." Muy bien:
pero ¿y si fuese la nacion misma ó á lo
menos su mayor parte la que se empeña.
se en hacer una invasion sin causa jus-
tificada (cosa que, no es imposible), ¿quien
la castigarla?


PARTE SEPTIM A.


x35
aquella generalidad es lo mismo que no
decir nada.


En el art. 2.° se previene algo, aun-
que mal esplicado , sobre el fuero de es-
trangería , y en el 3.° se compendia ó des-
figura una ley de las últimas Cortes sobre
los que se refugien á España perseguidos
por opiniones políticas. No nos detendre-
mos pues sobre esta que el autor llama
7 ,a parte, y contiene en suma un capítulo
dividido en tres artículos. ¡Qué talento tie-
ne el hombre para dividir!


PARTE OCTAVA.


CAPITULO UNICO.


CAPITULO UNICO.


De la conducta particular de la nacion es-
, pañola para con los estr ang eras.


El artículo primero se reduce á ofre-
cer á los estrangeros asilo, seguridad etc.
en unos términos que á nada obligan; por-
que añadiendose la eseepcion no ha-
ber causa por la que las leyes lo prohiban»,
y pudiendo ser tantas estas causas 2 decir


De los principios de justicia que proclama
observar la nacion española.


Art. I.° «La nacion española será obli-
gada por su propia voluntad constantemen-
te á conservar , promover , hacer y respetar
(aqui sin duda habrá yerro de;'imprenta:
el autor habrá escrito «respetar y hacer
respetar »,). la independencia.,, i:la, libertad
la felicidad de todos los pueblos de la tierf.




36
ra en cuanto alcancen su‘facultades , y se
lo permitan las leyes españolas.. Que la ru-
cio» española respete la independencia-,


etc,:de los (lemas pueblos va muy
bien ;. pero que . esté obligada á hacerlasrespe-
tar, , á conservarlas y á promoverlas, ese ya
es otro eantar.:Piga usted; señor, ¿ quién ha
hecho; ala España la tutora del género huma-
no. ? , y sellando usted tan gratuitamente la . ha
nornbrldo paró :,..semejartte tu. tor" ía., ¿ ha
pensado usted lien en el berengenal en que
la mete ? Ahí es : tin.a friolera : es, lo mismo
que haber hecho de la España el Quijote
universal, la desfacedora de entuertos, y
obligarla á télier` de continuo la lanza en
ristre para acometer á cuántos follones ma-
landrines atenten en lo mas mínimo á la.
independencia , libertad y felicidad de cual-
quier pueblo.. Un reyezuelo negro de lo in-
terior del Africa se apodera de un estadi-
to vecino, é incorporandole al suyo le arre-
bata '.-sU;.independencía. ¿ Sí? Pues lá Espa-
-fia está obligada 'á hacer que S. 111,
respete la -independencia de los señores ne-
gt:os.,. ;sus veeinos;. • Antojasele al cubo del
Japoli opriMir con tirániedsleyes la: liber-
'tad de lós, :japoneses; y ya tenemos á los
españeles .en 'campaña para hacer que S. M.


537
respete la libertad de su pueblo. Hay .


un cacique entre los iroqueses
- que lejos


de procurar la 'felicidad de sus súbditos los
hace infelices y desgraciados; pues que Se
guarde bien de hacerlo, porque á la estre-
saldad meridional de Europa hay una na-
cion que por su propia 'voluntad está 4li-
gada constantemente á conservar, promover
r hacer respetar la felicidad. de todos. los
pueblos de la tierra. ¡lié aqui, iroqués va-
¡entino, las absurdas consecuencias de tus
disparatadas doctrinas! Ademas, dí, ¿ no
has establecido mas arriba que la España -
jamas se mezclará ni intervendrá en los ne-
gocios propios de los habitantes de otra na-
clon , en los de los gobiernos estrangeros ni
en cosa alguna de las de otra nacion que
no dañe á los derechos de España ? ¿Pu., .-s
cómo la obligas despues ídque por cuan-
tos medios esten á su alcance :conserve , pro-
mueva y haga respetar la independencia,
libertad y felicidad de todos los pueblos de
la tierra ? ¿ Cómo ha de hacerlo, di , sin
mezclarse ni intervenir en los 'negocios y
cosas de las domas naciones y de sus go-
biernos ?


Art.
«No quiere ni aprueba de nin-


gun modo (la nacion española; la opresion




138
de ningun pueblo


de la tierra: no auxilia-
rá jamas las acciones contrarias á la inde-
pendencia y á la libertad de todo pueblo;
no hará la menor gestión contra la felici-


dad de ningun pueblo.»
Este artículo que


bien redactado pudiera entrar no en una
constitución sino en un manifiesto sobre
la conducta que la España se propusiere ob-
servar respecto a las otras naciones, es ri-
dículo é inutil despees del que le precede.
Porque si queda ya dicho que la Espaiia se
obliga á conservar, promover positivamenr
te y-hacer respetar la independencia ,
tad y felicidad de todos los pueblos de la
tierra , es una gran disima insulsez añadir
que no auxiliará empresas contrarias á su
independencia , libertad y felicidad ; pues
habiendose constituid() ya en auxiliar, pro-
tectora y defensora de la independencia,
libertad y felicidad de todo el mundo, di-
cho se está que no ha de contribuir á opri-
mirle y hacerle infeliz.


Art. 3.° «España será siempre enemiga.


de la tirania y de los tiranos (de la tirania
pase, porque es una abstraccion que no
tiene cañones ni bayonetas ; pero ¿de los
tiranos ? bonitos estarnos. Ya nos tiene us.
ted en guerra perpétua con todos los prín-


x39
cipes y todos los gobiernos de la tierra que
no sean constitucionales á la facón del va-
lenciano, porque segun sus principios to-
dos ellos son tiranos ), de la opresion y de
los opresores del género humano, de la
degradacion de la humanidad, del envile-
timiento de los pueblos, de su miseria,
de su ignorancia , los que mantienen las
tinieblas del entendimiento y cansan y per-
reman todos los males dichos (¡ qué ele,
gancia de estilo ! ). Igualmente será enemi-
ga del error, de la injusticia, de la arbitra-
riedad, del crimen , de todo atentado y




de todo desorden contrario á las socieda-
des.» Palabrotas que nada significan, y pa-
ra nada sirven en una constitucion. Es-
paiia• será enemiga de cuanto quiera ; pero
á pesar de su enemistad , habrá todavia por,
luengos siglos en el mundo y lo que es
mas en la misma España, Miseria , igno-
rancia, errores, injusticias, crímenes y aten-
tados. De nada sirve decir que se aborre-
cen estos males: lo que importa es hallar
y poner en práctica los medios de dismi-
nuirlos y aniquilados si posible fuese.


Art. 4. 0 «España ob.servarcrsiempre (de-
berá observar) con todos los pueblos de la
tierra y con, todos los hombres la justicia




140
y todas las virtudes sociales. » Otra vacie-


dad que nada significa.
Ayt. ,5." «Si algun pueblo estrangero pi-


diese á la. España socorro para librarse
de la tirania , de la injusta dependencia, de
la esclavitud ó de la opresion ,


la nacion se


los dará generosamente, pero con justas
condiciones .» Y si el dar generosamente esos
socorres la hubiese de empeñar en una
guerra desoladora, en la cual pudiese per-
der ella misma su independencia, ¿ deberia
hacerlo? ¿Y cómo se aviene esto con lo
de no mezclarse en los ne3ocios agenos?


, ¿Y cuántos individuos han de ser los que
pidan los socorros para suponerse que es
el pueblo el que los pide? No ves, mente-
cato, que cualquierafaccion que se levante
.contra un gobierno dirá que su objeto es
libertar al pueblo de la tirania, la esclavi-
tud y la opresion ? Y si el tal pueblo está
allá en eI centro de la Tartaria ó en medio
del Africa , irá la pobre España á socorrer-
le en sus cuitas? Y esté donde quiera, ¿quién
le mete á Juan de Aldrete en lo que no
le va ni le viene? Aqui tenemos en térmi-
nos bien claros el principio jacobínico ,,paz
á los pueblos, guerra á los tiranos» ; y aqui
está -predicada mas positivamente la cru-


r4
lada contra los gobiernos que no se parez-
can al nuestro.


Los artículos 6.°, 7 .°y 8. 0 .esplican muy
zafiamente lo que la Constitucion actual ha
dicho en muy pocas palabras relativo á
que los españoles deben ser justos y bené-
ficos; pero en el último se añade una es-.
cepcion muy graciosa. Dice asi :


«Estas obligaciones solo se suspenderán
en los casos en que si fuesen cumplidas re-
sultaria-grave daño contra la nacion ó contra
sus individuos ; pero aprobada esta su.spen si o n
por la ra zon y porlas!leyesr..Yd quién nos ase-
gura de que la razoní aprueba' susperi sion?
Este buen homhre , sse 'figura que: la tazon
es un juez vivo de carne y hueso , al cual
se acude diciendo: cinire- usted, señor juez
Razon , yo estoy obligado 'á ser justo,
néfico , humano , modesto y moderado --con
todas las petson as.del mundo (art. 7.° ); pe-
ro como en este caso resultaria grave daño
á la nacion , ó á sus individuos , ó á mí solo
de cumplir estas obligaciones, pido á usted
se sirva declarar que por ahora queda suspen-
dido el cumplimiento de estas obligaciones;
y que en efecto el señor juez. Razon provee su
auto en forma, y dice: «Visto que en es í;e ca-
so (aqui se especifica) resultarán graves daños




142
á la nacion española, 6 á sus individuos
todos, ó á fulano de tal , si continuan ó con-


tinua cumpliendo las obligaciones que á un
valenciano fatuo se le antojó imponerles,
Se declara que por ahora y para este solo
caso la nacion, sus individuos todos, Y tri
particular fulano, pueden suspender el cum-
plimiento de las susodichas obligaciones.»
Fecho en nuestro palacio de la racionali-
dad á tantos de tal mes del año 257,799
de la verdadera luz, es decir de la cons-
titucion valentina , (porque esta ha de:du-
rar algunos millones de años). ¡ Ah Per}
sio, Persio, si hoy vivieras, concuanta mas
razon esclainarias: Quantum e.e in rebus
inane! Palabras que cierto amigo tradujo
con: mucha gracia , hace ya algunos años,
de esta manera: ¡ Cuántas son las cabezas
enanas!


. 143


,análisis del dictamen fiscal publicado con
ocasion de la causa de Velasco.


Ha llegado á nuestras manos el dic-
tamen del fiscal togado don Juan Gualber-
to , Gnzalez en la causa contra el comisa-
rio de guerra don Domingo .Intonio de Ve-
lasco, por auto.


r de un papel intitulado Cen-
tinela -düntra republicanos;


s; sentenciada . en el
tribunal de guerraMarina. Precede á es-
te dictamen un prólogo;, y concluye con
unas notas oportoisimas para la mejor in-
teligencia de esté' negocio, que siendo en
sí sumamente lencillo,-há llegado á com-
plicarse , por tio:sor conocidos.-toda-
vis los principio~-deben regir en ma-
teria de imprentas ;`-•: -tata) ien porque en
el estado de agitacion .en4; que se hallan los
án i mos , es muy free


-tiente 'querer =sujetar


el imperio de las leyes al influjo ;: de . las
pasiones.


Los que ignoren la- historia de este
procesó, que afortunadamente serán`
pocos, no podrán menos de figneaSe:41
ver puestos en juicio á los inagistradosM


(Se continuará.)




544
tribunal de guerra y marina que enten.
dieron en él y absolvieron al reo, que se
trataba de algun crimen atroz, cuya pena
estaba demarcada en las leyes ; y que los
tales magistrados, el fiscal y todos los que
intervinieron en ella habian faltado kí su de-
ber por malicia ó por ignorancia.' "Pero los
que saben que se trata de, la causa del
difunto Velasco, es decir, de la, mayor ó
menor pena Que se había de imponer 'al
autor de un escrii,o no publicad-o, en un
tiempo en que molia.bia,leyes,daras y teP-
niinantes para . este,,•,género,,,de delitos, y
que segun la ley postelior „ n Qsolp,,nn.pue-


de ser eastigad?1:1Si40..411.e ni, siquierade-
nunciado , no podrán ytienos de confundir-
se al,yer la importancia'pó por mejor decir,
el' acaloramiento conque ,se 2 br,na toaaewffiste
zegoe-io, st:a.inos bien,persua±dic los. tá ,q1.1e el


dictamen, 'de los, señores de la , comislon que,
pilollOjo la deelayaciOyi de las Cort.el,;(le
Aer,ilugar, á,lorinacion ;de, causa, á< :.los :re-
fericiós magistrados,,,-no pudonacmge otro
principio que del ardiente celo que,, los,:ani-
,rna eljavor deí la justicia„ y del, desep de
nnep. se;Tersuadan los . españoles á que siein-
rPre.•ienen un remedio espedito contra to-
A? ¡enero de . injusticias que se 115,bagan:


• 145
Cuando se intentó publicar el 'papel que


ha dado ocasion á este ruidoso proceso,
que fue á principios de julio del año de
x132o , escribimos en el número 3.° de es-
te periódico unas reflexiones generales so-
bre los males que produce en la sociedad
la exaltacion de los partidos, cualquiera que
sea el colorido "que adopten, y recrimi-
nando, corno era debido, la que manifes-
taba el autor de la Centinela contra republi-
canos, estendimos tambien nuestra severa
crítica contra los muchos imprudentes ó
malignos que entonces:, antes y despees no
-cesaban de soñar conspiraciones en con-
trario sentido. Pero haciendorids cargo en
primer lugar del riesgo que podia ocasio-
nar el dar mayor publicidad á aquel pa-
pel analizandole é im pugnandole, y cono-
ciendo ademas que por la circunstancia de
no haberle publicado el autor, y de


. no ha-
ber ley ninguna que fuese -aplicable á seme-
jante caso, era del número de aquellos pun-
tos sobre que debian resolver Jos tribunales
segun los principios de la equidad , dijimos
que habiendo sido recogido afortunadamente
antes de que pudiera ocasionar mal ninguno en
la opinion del público, la autoridad sabría dar-


TOMO XVI.
10




146
¡e la calificacion que mereciese, é imponer
á su autor el castigo que le señalasen las


leyes.
Mas en el dia en que se ha hablado


y dado tanto que hablar sobre este papel
no publicado, y cuyo autor falleció hace
ya muchos meses, no es posible dejar de
admirar el contraste que presenta esta cata-,
sa con tantas otras que estamos viendo to-
dos los Bias con escándalo y afiiccion de
los amigos de la libertad de la impren-
ta. Antes de seguir paso á paso el dicta-
men fiscal que nos proponemos estractar,
conviene dar al público una idea sucinta
del objeto de que se trata.


Un.Comisarío de guerra llamado Velas•


ce,
bien fuese por tener una imaginacion


demasiado ardiente, bien por haber dado
mas crédito del que merecían á las voces
exageradas de que -habia un partido que
conspiraba contra la vida del Rey y con-
tra el ,sistema constitucional que acababa
de restablecerse, monta en cólera y se po-
ne á escribir un papel bastante disparata-
do con el título de Centinela contra re-


publicanos. Lleva su manuscrito á la irrh.


prenta de Vega y compañia., donde no se


x47
lo quieren imprimir, y se dirige á la ofi-
cina de Alvarez donde en efecto le ponen
por obra , sin exigir la firma del origi-
nld, como estaba prevenido por los decre-
tos de las Cortes. Tiene noticia el señor
gefe político que entonces era, de que se
estaba imprimiendo este papel , y envia á
llamar al impresor Alvarez. Este le contes-
ta, que es cierto que se, habia encargado
de la irnpresion; pero que era con el ob-
jeto de dar parte al gobierno, á cuyo fin.
habia pasado á avistarse con el fiscal de la
junta de censura. El gefe político le man-
da á Alvarez que valiendose de todos los
-medios que dicta la prudenci , ó corno se
suele decir en tales casos con mucha maña,
procure hacerse con la firma de Velasco;
pero que para no infringfr las leyes de la Li-
bertad de imprenta, siga imprimiendo este
papel tqn contrario á las leyes.; pero que
de ningun modo entregue mas ejemplar
que los que él necesite para tomar las pro-
videncias oportunas, á fin de precaver les
males que podrian seguirse de su publica-
tion. Alvarez va corriendo á buscar 'al au-
tor, le saca la firma, entrega al gefe
Juico los ejemplares que le habia manda-




1413do, y suspende el. tirado de los restantes.
El gefe político envia uno de los seis que
habia pedido , al fiscal. de la , junta de cen-
sura y otro al capitan general, con un ofi-
cio para que procediese al arresto de Ve-
lasco , el cual se verificó en la madruga-
da del dia siguiente. Calificado el escrito
por la junta de censura, y declarado al-
tamente subversivo, se siguió la causa en
la capitania general de esta provincia ; y
habiendose seguido por todos sus trámites,
se le condenó en cuatro aiíos de 'presidio
á uno de los de Africa , en todas las cos-
tas, • y apercibimiento de mayor pena en
caso de reincidencia. Apela el fiscal por pa-
recerle que todavia era muy suave el cas-


' tigo , y apela tambien el reo por parecerle
esceaivamente severo. Llevase la causa al
tribunal, de guerra y marina, en donde
se le absuelve y se manda ponerle en li-
bertad, considerando por suficiente pena
la prision de nueve meses que ya. habia
sufrido , y el pago de las costas.


Como esta resoluciou era muy opuestaW!
á las lisonjeras esperanzas que hablan for-
mado otros Velascos de istinta y no me•
jor ccalaría, que ya se goza


d
ban con que ha-


14g
bia de recaer otra pena mayor contra uno
que habia tornado en boca á los republi-
canos, se empezó á preparar en ciertos
periódicos eso que han dado en llamar opi-
nion pública; y habiendose hecho ária mo-
cion en las Cortes por el celosisimo dipu-
tado señor Romero Alpuente, se pidió la
causa de Velasco, se entregó á una comi-
sion para que informase, presentó esta sil
dictamen , aunque con alguna desconfianza
del acierto , porque la materia estaba suje-
ta á consideraciones encontradas, y no se
discutió en la legislatura anterior; pero ha-.
biendose presentado en la actual, se de-
claró haber lugar á la formacion de causa
al auditor interino de la capitania general
de Castilla la nueva que entendió en ella
en primera instancia, á los magistrados del
tribunal especial de guerra y marina que
la sentenciaron en segunda, y al fiscal to-
gado don Juan Gualberto Gonzalez.


Esta. es en compendio la historia de la
causa de Velasco, que ha dado ocasion
que el fiscal reuna todo lo mas selecto que
se encuentra entre los publicistas moder-
nos sobre la cuestion de la libertad de la
imprenta.


Gs




1 50
No deja de ser curioso ver por nna


parte al fiscal de nn tribunal militar de
guerra y marina defender v demostrar los
privilegios de la libertad de escribir con-
tra los mismos que sancionaron por pris.
mera vez en España este justo privilegio,
ni deja de admirar por otra ver el aspec-
to con que se ha mirado una zrztenczon
conato de delito en un tiempo en que cor-
re impune la consunzacion de tantos abusos
de la imprenta como se estan cometien-'
do casi diariamente de algunos meses á es-
ta parte.


Si la Centinela contra republicanos no
estuviese ya calificada, aunque no prohi-
bida por la junta de censura ( pues no pue-
de prohibirse lo que nunca existió para
el público), seria oportunisimo que se im-
primiera al lado del Zurnae, • , de la Ter-
cerola, del Pluton, del Diario gaditano,
del. Tribuno, del Diario nuevo, del Men-
sagero de Sevilla, de los dzscursos del niño,
de la Teozia de una constitucion política pa-
ra España por un español, y de tantos otros
que no solo se han intentado imprimir,
sino que se han impreso efectivamente,
y que denunciados de cien mil maneras,


rt


x 5
casi siempre han sido declarados lícitos y
corrientes para ;edificacion y aprovecha-
miento del pueblo español. Seria tambien
importante cotejar la soñada república de
Velasco con las soñadas conspiraciones del
ciudadano Juan Romero Alpuente; y por
último conven 'lria pesar en igual balan-
za los riesgos que hubiera podido ocasio-
nar aquel papel, aun en caso de haberse
publicado, con los que ocasionaron las doc-
trinas y aun las tentativas de indepen-
dencia y de escision que se esparcieron
y se autorizaron en Cadiz y en Sevilla
para sostener las inicuas pretensiones de
unos cuantos díscolos. Todo esto lo insi-
nua con suma delicadeza, con esquisito ri-
gor lógico y con un • escelente lenguage el
fiscal del tribunal de guerra y marina, y
no es posible desmenuzar con mas des-
treza todos los argumentos en que ha po-
dido fundarse la resolucion de las Cortes.


«Nunca pensé á la verdad, dice, que
hubiera de examinarse mi dictamen en las
Cortes , sino que liabia de quedar entre los
periodistas, los cuales al cabo no podrian
menos de reconocer con agradecimiento el
que yo hubiese puesto 6:tratado de poner en




152
claro sus privilegios y sus garantías, y he-
cho lo que ellos , los mejores publicistal•
y los apóstoles del régimen liberal se han
contentado con predicar en abstracto.»


Atrincherado en el principio universal-
mente reconocido y preconizado despues
en el mismo congreso por un señor dipu-
tado, de que no hay delito antes de la publi-
cacion de los impresos, solo podia temer que
se le hubiese reconvenido por no haber lla-
mado la atencion contra el enorme abuso
de haber censurado el escrito, y arrestado
al autor antes que este le hubiese publi-
cada. Conociendo este escritor la ventaja
que le dan , no solo las doctrinas generales
sino tambien las que repetidas veces hahian
sentado algunos de los mismos señores di-
putados que iban á fallar sobre este nego-
cio , da su verdadero valor á las injurias y
á los chistes á deshora ;qué algunos creye-
ron oportuno substituir á las razones. Pero
no puede desentenderse del apreciable vo-
to del señor Argüelles , por estar tan ma-
nifiestamente en contradiccion con sus an-
teriores doctrinas.


«Lo mas sensible no es esto, dice, sino
que el señor Argüelles á quien por la par-


'53
te que tuvo en la discusion del Duende, de-
bió parecer el dictamen de la comision una
sarta de heregias políticas, hubiese votado
friatnente por la formacion de causa al tri-
bunal, y al fiscal togado que no hizo otra
cosa que defender en su pureza el testo
constitucional y los reglamentos de la im-
prenta libre, como él


. queria , y con los mis-
mos materiales que é 1 mismo y sus dignos
compañeros le hablan suministrado.


« El voto de un diputado de tanto
nombre , de quien se sabe que «tratando-
se de exigir la responsabilidad á un fun-
cionario público no aventura jamas una
opinion que no sea hija del mas íntimo
convencimiento », puede haber hecho vaci-
lar á cuantos se interesaban en el éxito fa-
vorable de este asunto , creyendo que la
causa del tribunal de guerra era la misma
de la Constitucion en sus dos importantes
capítulos de la independencia de los ma-
gistrados y de la libertad de la imprenta.»


Esta singularidad mas aun que la du-
da del buen éxito de la causa es la que te
ha decidido á publicar su dictamen* fiscal,
y las notas con que le ilustra. Lo que apa-
rece bastante claro del contesto de uno y




154
de otras es, que no tanto perjudicó á la
causa de Velasco lo que resultaba de su
proceso , cuanto las opiniones políticas que
se le suponian ; y esto le da margen al fis-
cal para desenvolver con mucho acierto las
ideas que debieron regir particularme nte en


el ánimo de los jueces despues de publi-
cada la amnistia por S. M. ; y i ojalá que
estas ideas hubiesen dominado en todos
los que desde aquella época ha influido en,
los negocios públicos?


No disimula tampoco su indignacion al
ver como el acaloramiento de las pasiones
confunde la criminalidad de los delitos, pues
quiso juzgarse el intento de Velasco corrió'
igualmente punible que la consumacion de


un asesinato. Indica tambien la oficiosidad
poco conforme con el espíritu de las le,
yes y la justicia , con que se auxilió per
decirlo asi , y se le facilitó á Velasco
consutnacion de un intentado error, y la fal-
ta de delicadeza con que se procuró atra-


parle la firma ,• S fin de que hubiese un reo,
antes de que se hubiese cometido un delito.
,Pues aunque es verdad ,'aSiade , que pudie-
ron considerarse dos delitos, uno de sedicion
ó conspiracion verdadera,y otro de abuso de


155
libertad de imprenta ; mas no probado el pri-
mero , aunque se indagó de ofi cio , quedó re-
ducido únicamente al segundo; y no habien-
dose llegado á publicar, lo quedó al dehaber
udentado abusar de la libertad de imprenta:
delito incomprensible en el sistema constitu-
cional. Esto es lo que producen los autos; y
sin embargo todavia se dijo en el congreso
con a plicacion á Velasco, que la sangre der-


. ramada con opoi tunidad ahorraba mucha san-
gre. Seria bueno de ver á un reo en el su-
plicio con este mote: Por haber intentado
abusar de la libertad de la imprenta: año
de 181, el segundo de la gloriosa restan-
rac.lon de la libertad española.


Seria necesario copiar todo el dictamen
ó á lo menos sus notas, si Imbiesemos de
citar todos los principios luminosos que es-
parce , ya sobre la legislacion en general,
ya sobre la particular que rige en mate-
ria de imprentas, la cual por mucho tiem-
po ofrecerá nuevos motivos _de duda á ca-
da caso nuevo que se presente. Nosotros en
calidad de escritores públicos no podemos
menos de agradecerle las luces que ha pro-
curado difundir sobre esta materia , y elo-
giar la energía con que se ha presentado




á defender la justicia y la humanidad de
los jueces, tan conforme con la índole de
las instituciones liberales.


ANUNCIOS.


Informe sobre la memoria del señor se-
cretario de la Irobernacion de la penznsula,
leido en la sesion del dia 26 de marzo por
el seiior Alvarez Gutierrez, é impreso de or-
den de las Cortes. Se vende en las libre-
rias de Antoran , frente á las gradas de san
Felipe, y de Escamilla, calle de Carretas.


Otro dia haremos el análisis de este in-
forme que solo puede hacerse con presencia
de la misma memoria,


,
• 157


En un tiempo en que el congreso na-
cional está entendiendo en el arreglo del
clero, y en reducir á sus justos límites la
influencia de la corte de Roma sobre la
disciplina económica de las iglesias de Es-
paña, no puede presentarse una obra mas
util, ni que mas ilustracion preste para es-
ta empresa tan necesaria al.bien del esta-
do, y por la que hace mucho tiempo sus-
piraban todos los hombres sabios é inte-
resados en el bien de la patria. Esta me-
moria contiene cuantas noticias históricas
se pueden desear, asi para justificar las sa-
bias providencias tomadas basta ahora por
las Cortes sobre esta materia , como para
indicar y facilitar las que aun restan que
establecer con el fin de dar complemento
á tan importante empresa. Variaciones en
la disciplina eclesiástica desde su origen
hasta nuestros dias: males que se han se-
guido de 1Gs escesivos privilegios conce-
didos al clero : origen y progresos de la
costumbre de percibir diezmos: vanas ra-
zones con que se ha intentado persuadir
que son de derecho divino; con otras mu-
chas interesantes noticias históricas que el
notorio talento y erudicion del autor ador-
na con sus sabias reflexiones: tales son lag




a58
materias que contiené la obra que acaba
de publicar don Juan Sempere y Guarinos
con el título de Historia de las rentas ecle-
siásticas de España, en un tomo en octavo
mayor que se vende en lá libreria de Paz. -


Ensayo histórico-crítico sobre la legislacion -
de Navarra, por don José Maria de Zuaz-
navar. Tomo II: Pamplona, en la impren-
ta de la viuda de Rada : 182x.


El señor de Zuaznavar es un docto ma-
gistrado que emplea liberalmente rus ocios
en la investigacion de las antigüedades, usos,
fueros , leyes y preeminencias de su patria,
estudio á que tan pocos se dedican en el •
dia con perjuicio del lustre de la nacion.
Ahora nes dedicamos á observar lo que se
hace en otras partes , sin fijar bastante la
atencion en lo que pasa dentro_ de nues-
tra casa, imitando al parecer á aquel la-
brador que empleaba el tiempo en ver y
criticar corno el vecino cultivaba su here--,
dad , mientras estaba erial la suya propia.
Esta paree de la obra del señor Zuazna-
var comprende el derecho no escrito ó con-


¿ 09
5uetudinario desde la irrupcion de los ára-
bes en Espacia, y contiene noticias histó-
ricas muy curiosas é importantes para
ilustrar el origen de muchos fueros y le-
yes de Navarra, sin cuyo conocimiento es
imposible que en aqbella provincia se ad-
ministre la justicia con la seguridad y el
acierto que requiere la conciencia de un
juez recto é ilustrado. Los famosos fueros
deNájera, otorgados por don Sancho el ma-
yor, merecen estudiarse atentamente para
saber las facultades antiguas del poder judi-
cial , y el orden con que se administraba la
justicia en materias Civiles y criminales, cuál
fue la demarcacion primitiva del territorio,
cómo se distribuyó este, de qué rentas se
formaba la hacienda pública, bajo qué sis-
tema se hacia la guerra, y qué derechos y
ventajas proporcionaba. No es menos curio-
sa la jurisprudencia del reynado de don San-
cho Garcés, el de Peíblen , sabiamente des-
crita en esta obra, la cual contiene otras mu-
chas cosas dignas Je leerse y que hacen de-
seable su continuacion.


Noticia del origen y establecimiento in-




16o
creible de las lanas finas de España en el
estrangero por culpa nuestra en- no haber
pedzdo mejor la estraccion de nuestro gana-
do lanar ;- y un discurso sobre el origen del
ganado lanar trashumante, el del concejo de
la Mesta y Cabaña real. Por don Baltasar
Antonio Zapata. Madrid „imprenta de don
José Collado, 182o.


Contestacion que dan los gefes y ofi-
ciales del ..segundo departamento de artille-
ria 'nacional á los artículos de los señores
don Manuel Beltran de Lis y don Melchor
Mátau , insertos en el Universal núm. D4.
Madrid, imprenta de Ibarra, 1822.


ERRATA.
Este es el número 9 2 , no el 91 del


Censor, como se dice en la La página.


C
N-


SO P
PERIÓDICO POLÍTICO Y LITERARIO.


N.° 93.
SArinno rr'nE MAYO DE


Union de Portugal y del Brasil,


Nosotros vamos á examinar está enes--
eion no corno españoles, aliados por la
vecindad y por la semejanza de ,


las insti-
tuciones con la nacion portuguesa, sino e&-
rno habitantes del mundo, como individuos
de la humanidad ,,Sin mas in teres que el bien
de esta, y la prosperidad .


del Brasil y de,siu
metrópoli.


Negocios, de tanta traseendencii
la independencia de un.pais no debenide-..
cidirse ni por las convulsiones de losipar-
tidos., ni. por los cálculos de la-.ambicioryi
ni por las declamaciones de 'Una fantasía


2J0110 XVI.
I I




162
exaltada. La razon y la aritmética moral de.
ben discutir y decidir en el silencio de todas
las pasiones , aun de las mas legítimas..


Descubierto el nuevo mundo, las poten-
cias europeas fundaron colonias en los pai-
ses que habian descubierto ó conquistado.
Estas colonias no se han parecido en nada
á las que fundaron los antiguos griegos en
las playas del mediterráneo. Hablando rigo-
rosamente, no han sido colonias las de les
pueblos modernos, sino porciones de su im-
perio sometidas á la metrópoli , y gober-
nadas por los reglamentos particulares que
exigia la inmensidad de las distancias.


Las colonias continentales de los ingle-
ses se emanciparon á fines. del siglo pasa-
do. Santo .Domingo las siguió. Las provin-
cias españolas se, aprovecharon de la ocasion
de la_gmer.ra de la independenci a de la pe-
nínsula para declarar la suya: el Brasil, ani-
mado por. aquellos ejemplos y por el es-
píritu liberal del mundo. político, solicita
en la actualidad su emancipar:ion.


Nosotros no entraremos en ;a cuestion
del derecho; es decir , no examinaremos la.
justicia .de las colonias en sus pretensiones.
sucesivas. Sea cual fuere la, tirania anterior
de. las metrópolis, ya ha pisado, y no hay


fuerza humana capaz de impedir qué ha.,
ya sido lo que fue. Las declamaciones fun-
dadas sobre lo pasado no hacen al caso , po•-
que solo tratamos de lo presente ,y;dé lo fu,
turo. Consideremos al Brasil en el estado el
que se halla en este momento, y examine-
mos si et nunc le acomoda la indepen-
dencia ó la Union con stt metrópoli.


No hay independencia Sin poder, por lo
menos relativo á las naciones, con las cua-
les nos hallamos en contacto. Asi los prime-
ros elementos necesarios para la resolu-
cion del problema son los datos estadísticos.


La poblacion del Brasil , diseminada en
un territorio inmenso desde la embocadu-
ra del rio de la Plata hasta la del Mara-
ñon , es de cuatro millones. A esta des-
proporcion del námero de habitantes con
la estension del pais se añade la heteroge-
neidad .de los elementos de población. Mi-
Bou y medio son esclavos, dos millones in.-
dios ,, mulatos y criollos, el resto es de en).
ropeos: La mayor parte de la' poblacion
consiste pues en indios no civilizados y en,
esclavos. CoMparadacon la de los Estad:os,.
unidos, se: ve que en estos .hay un escia,
vo para. siete hombres libres, y en el Bra-
sil uno para cada tires.




164
De estas reflexiones se infiere que el


Brasil reune todos los elementos de debi-
lidad que resultar; de la imperfeccion de
las sociedades primitivas, y de la corrup-
cion de las sociedades degeneradas.


Los pueblos que comienzan no pueden
organizar un verdadero poder público, si.
no limitandose estension de terre-
no proporcionada á su corta poblacion;
porque la union física es el elemento de la
union moral. La defensa del estado consiste
en la facilidad• de aplicar las fuerzas de la co-
munidad al punto amenazado y atacado. ,iY
cómo podrá hacerse esto en un pais estensi-
simo, poblado de un corto número de ha-
bitantes? La accion del gobierno que dis-
minuye en razon inversa de la distancia á
que obra , se disminuye todavia mas en ra-
zon (,le la falta de comunicaciones que es
consecuencia necesaria de la despoblacion
respectiva. Las sociedades no existen, sino
por la comunicacion casi eléctrica de las
ideas y de los sentimientos' que .identifican
los intereses de un ciudadano con los del que
habita el estrenua opuesto. ¿Qué comuni-
cacion puede haber desde rio Janeiro á Ma-
railon , ó desde San Salvador á las minas
occidentales cercanas al Jaraye ? Parece pues


165
imposible fundar un estado en el Brasil,
atendida su despohlacion respectiva.


Esta ilacion cobra un nuevo grado de
evidencia, criando se examinan el caracter
y disposiciones de los habitantes. Si fuese
un pueblo unido, cuyos intereses é ideas
fuesen comunes, [vidria su Mútila benevo-
lencia suplir la desventaja de su escasez.
Pero no hay dos millones y ,medio de
libres y milion y medio de esclavos; es de-
cir, mas de la mitad de la poblacion no
puede vivir segura sin una gran fuerza com-
presiva que neutralice la barbarie, la in-
moralidad y los furores de los restantes.
No es este el caso de declamar : nosotros
no ignoramos que la codicia y la crueldad
de los europeos son la verdadera, la única
causa del estado moral de los esclavos, que
la esclavitud doméstica es la mas horrible
de las injusticias. Sabemos todo eso ; pero si
nuestros padres comieron los agraces, nos-
otros debernos tratar de preservarnos de la
dentera. Sea cual fuese el origen del mal, el
mal existe; y los hombres libres del Brasil
serán degollados por los esclavos el día que
estos puedan hacerlo sin temor: ó sino que
se lea la historia de santo Domingo du-
rante la revolucion francesa.




I66
Pero-aun hay:Otra subdivision mas per-


niciosa todavia entre los habitantes del Bra-
sil. Esta es la de los hombres libres en-
tre los cuales hay europeos, criollos y mes-
tizos..
., Los europeos :cuyas relaciones y afec-


tos principales estan en Europa, serán en
todo. tiempo sospechosos á los amigos de
la independencia brasileña. Su suerte será
la de los españoles en las provincias in-
surreccionadas de. América, la proscripcion
en masa.


Los criollos forman el núcleo , por de-
cirlo asi., del partido independiente. En ellos
estará por el pronto la fuerza pública , por-
que ellos serán los• que hagan la revolu-
cion. Formarán pues una aristocracia opre-
sora como todas las aristocracias, la cual du-
rará hasta que sea oprimida por la demo-
cracia negra y de color, lo que no puede
dejar de suceder.


En cuanto á los mestizos hay .diferen-
tes: clases de ellos, ya por la diferencia de
Origen negro ó ya por sus diferen-
tes grados de separacion de un origen comun.
Todas estas castas se aborrecen y se (les-
precian mútuamente, asi como son abor-
recidas y despreciadas de las demas.


167
Vease si con estos elementos tan disco'•


des y de intereses tan encontrados se pue-
de formar una población compacta y fuer-
te, capaz de dar el conveniente vigor al
gobierno que alli se crease, aun en la hl.«
pótesi de que el número de habitantes es,
tuviese en una justa propercion con la es-
tension del territorio:


El segundo elemento de todo gobierno
independiente es la riqueza, es decir, la in-
dustria. En el Brasil no hay mas que una
especie de industria, y es la que crea hs
primeras materias , Ó la industria agricul-
tora. Su industria urbana es casi nula, su
comercio interior imposible por la dis-
tancia y despoblacion de las provincias, su
comercio esterior se reduce al cabotage
que hacen las piraguas del pais. La mari-
na portuguesa es la que hasta ahora ha
hecho y protegido la esportacion de los
frutos brasileños. Infierese pues que el Bra-
sil no puede existir sin recibir la ley-de
una marina estrangera que esporte sus pro-
ducciones, les dé valor, proteja sus cos-
tas contra cualquier ataque, en unapala-
bra, sostenga la importancia marítima ente
le compete por su sitlacion. Y á uti 'esta-
do semejante de • cosas se le darl::ertiórn,




x 68
bre de independencia? Y en la hipótesi de
recibir la ley de algrin estranp;ero , ¿cuán-
to mas justo es que dependa de la me-
trópoli unida con su colonia con toda es-
pecie (W vínculos pAblicos y privados, y
que en la actualidad le ofrece todos los
beneficios de una constitucion liberal á cu-
ya sombra adquirirán la consistencia que
les falta, y se prepararán .á• obtener algun
dia una saludable y sólida independencia?
Porque no nos engañemos: el Portugal es-
tá interesado en conservar el Brasil; pero
mas interesado está el Brasil en depender
por ahora de Portugal.


UltiMamente la moral y la instruccion
de los pueblos es la basa de su indepen-
dencia. El estado de la industria y del co-
mercio en Brasil indica su atraso en la
instruccion. Los rencores y las discordias
de sus diferentes castas demuestran el atra-
49. • de la civilizacion y de• la moral. Se ne-
cesitan muchos años de , estudios , de tra-
bajos y de aplicacion para destruir la es-
clavitud. doméstica , desarraygar las preo-
cupaciones, crear la industria y el comer.;
cio , fundar universidades y academias , y
ponerse en estado de concurrir por lo me•
nos en el .gran teatro del mundo civiliza-


x 69
do. Las colonias que toman por modelo
á la,,Aniérica septentrional para separarse
de sus metrópolís, no reflexionan la gran-
de diferencia .


en cuanto á- las artes de la
civilizacion entre el Brasil ó el Perú, y la
Pensilvania y Nueva-Yorck.


Concluiremos con una observacion. El
Portugal-oprimido y opresor ha conserva-
do siempre al Brasil bajo su dependencia:
apenas el Portugal rompe sus cadenas y re-
nuncia á esclavizar el Brasil, quiere este rom-
per no ya las antiguas prisiones, que no exis-
ten, sino el vínculo justo y saludable co n que
la constitucion la une á su metrópoli.


Nosotros no ignorarnos que la tenden-
cia del mundo civilizado es hacia el mayor
grado posible de libertad. Pero como ni
en lo físico ni en lo moral se hace nada por
saltos, estamos firmemente persuadidos á
que la libertad no podrá conseguirse sino
gradualmente. Toda convulsion violenta
que produzca una accion , para la cual no
está preparado el mundo moral, arruinará
en vez de edificar. Tal seria la separacion
actual del Brasil. El gobierno independien-
te que alli se fundase, existiría sobre ci-
mientos de arena. Es imposible hacer aho-
ra lo que se podrá hacer tranquilamente y




170
sin calamidades ni tragedias de aqui. 'á al-
gunos arios. Los ambiciosos quieren tragar,


se
el tiempo : el verdadero sabio , eUque


ama la humanidad ; el que no tiene prisa.
para lograr proyectos de codicia ó ambi-
cion , espera á la época oportuna para ha-
cer las mudanzas. Los niños que se entre-
tienen en sembrar arrancan la semilla á la
media hora de haberla plantado , para ver


-lo que ha crecido. El hombre formado no
corta las espigas por enero.


Muchas de las reflexiones que hemos
hecho son aplicables á la mayor parte de
nuestras colonias de América, las cuales
ganarian mucho en permanecer unidas á la
metrópoli algunas décadas. Pero quién en,
frena el curso de las pasiones ? Los que
atormentan la América con Su ambicione
quieren aprovechar el momento del
fo ; y les importan muy poco los males
,futuros é inevitables de su patria.


171


Sobre la necesidad de que los escritores pú-
blicos auxilien á las autoridades , y estas
á los escritores.


S'a ese touj ours de Vintérét poldic de con-
noitre , ü n'est pas tonjours de
tintérét particulier de la dire.


Heiv. Tratado del hombre.


Entre los inmensos bienes que produ-
ce la libertad de imprenta bien entendida se
cuentan como principales la efusion de las
luces á todas las clases de ciudadanos, el au-
xilio que encuentran en ella las autoridades
para el desempeño tic sus graves encargos, y
Laminen la censura respetuosa de sus abusos:
de suerte que si la libertad de escribir no
produjerli; estas utilidades, vendría áresultar
que lejos de ser un bien , se convertirla en
una de las mas funestas plagas que pueden
afligir á un estado. Por eso se ha dicho
con razon que los escritores públicos ejer-
cen una especie de magistratura superior
acaso á la de los magistrados de ios.;pue-
blos, y que 41 mismo tiempo desempeñan




172
la parte mas noble de la policía, que con.
sirte en denunciar los abusos ó los críme.
nes, á fin de que se prevengan ó castiguen
por la autoridad á quien corresponde su.
Conocimiento.


Pero no se crea que porque se encuer4
tren escritores animosos que se atrevan á de.
nunciar al público los males que existen
ó amenazan á la sociedad, estarán siem-
pre dispuestos á desempeñar tan peligroso
encargo , si una repetida esperiencia les ha-
ce ver que se les deja solos eu la pales-
tra y que los que tienen en su mano re-
prinir el mal , cuya existencia se les dejó
indicada , no tienen la fuerza ó la energia
necesaria para cortarle de raiz, ó á lo me-
nos para impedir sus progresos. Tampoco
es esto decir que baste se denuncie en un
papel público este abuso ó el otro crimen,
lo cual puede ser cierto ó falso vara que


, inmediatamente proceda la autoridad á usar
de la fuerza pública que le está encomen-
dada, y que la emplee contra las perso-
nás cuerpos que se le hayan pintado
como criminales : esto seria convertir la
libertad-de la imprenta en un medio de
opresion tanto mas activo y perjudicial,
cuanto es mayor la facilidad nue tienen los


z73
lió/ubres de denunciar por escrito, que pre-
sentan(lose personalmente. Pero asi como
nunca aconsejaremos la precipitacion en dar
crédito á los avisos que se dan por medio
de la imprenta, ni mucho menos la omi-
sión de ninguna de las ,


formas sabiamen-
te prescriptas en nuestra Constitucion pa-
ra proceder en consecuencia de ellos, asi
tampoco creemos que une autoridad local
cumplirá con su conciencia ni con su de-
ber si inmediatamente no procura verificar
la certeza del aviso, y hallandole exacto no
procede á aplicar el remedio conveniente.


Crece mucho mas esta obligacion , Cuan-
do los avisos dados por medio de la im-
prenta recaen sobre hechos que interesan
directamente á toda la sociedad, ya por la
naturaleza del crimen ó abuso que se de-
nuncia, ya por el número ó la calidad de
las personas que se hallan complicadas en
él. Es preciso considerar que un escritor re-
suelto á revelar y aun á probar con docu-
mentos la existencia de un abuso ó de un
crimen cometido ó proyectado, tal vez no
tendria valor para presentarse personalmen-
te á -hacer esta misma denuncia , porque
semejante paso lleva envuelta en sí cier-
ta idea de bajeza que suele repugnar á




x74los hombres de buena educacion. Un es:-
critor público se honra mucho cuando de-
nuncia asi; pero nunca querr m a ser confun-
dido con un delator. Este se obscurece en las
tinieblas , y el otro sale á la it17, pública,.
aun cuando no firme con su nombre el es-
crito; porque ademas de la responsabili-
dad que siempre existe en la oficina , bas-


tan , para descubrirl
e •el estilo y otras se-


fíales que no se ocultan á los inteligentes . En
una palabra , en un escrito público hay siem-
pre un acusador conocido , que no solo
responde ante la ley, sino tambien en el tri-
bunal de la opinion.


Aun cuando faltasen otras razones pa-
ra hacer ver la necesidad de que las au-
toridades muestren á la roerlos tanta


fuer-
za de alma como los..eSeritores para re-
primir los crímenes que se les denuncian,
que la de estimularlos á que no. se des
animen en tan honrosa carrera, bastaba esta




sola para decidirles á arrostrar siquiera igua-
les riesgos que aquellos. i'Cotejese la. dife-
rente situacion en que se halla un des-
graciado escritor que se atreve á levan-
tar su voz, no solo contra algunos indi-
viduos, sino acaso tambien contra corpo-
raciones numerosas ,. sin otras armas que


z75


las de 'str.amor patriótico, y la razon en que
puede apoyarse, con la altura en que se
halla un magistrado que cuenta con la fuer-
za y la confianza pública , y tiene tantos
agentes para emplearla sin equivocacion.
cuantos son los vecinos honrados del pue-
hin ó de la provincia donde. reside; que
por último tiene por norte..ysspoyo la ley
cuyo cumplimiento reclamase : ! Entonces ve-
rá cuanto esfuerzo necesita hacer el es-
critor particular para no. abandonarse al
egoismo,y á k 'ndiferencia , si no se con-
sidera auxiliado vigorosamente por la co-
operacion activa de las autoridades El so-
lo queda espuesto al odio y la animadver-
sion (le los perversos á quienes arrancó la.
máscara; y aun cuando por fortuna no lle-
gue á ser víctima.de un atentado manifies-
ta, rara vez deja de serlo de sus maqui-
naciones.


Por- otra parte, no pensarán los justa-
mente denunciados al ver que sedes deja im-
punes , que la autoridad los teme ó por
lo menos que no se ha persuadido de la
certeza .de la denuncia ? En


• cualquiera
de las dos suposiciones no solo dejan de
evitarse loS perjuicios que pudiera ocasio-
nar ePéritnen , sino que por lo general se




576
acelera la ejecucion , y se procura salvar otro
nuevo obstáculo que pudiera oponerse á él.


Dejando ya las generalidades, contray-
gamonos á un hecho muy reciente, que no
solo á nosotros sino tambien á todos los
que se interesan en el sosiego público, ha
debido llamar la atencion. Mas hace ya de
un mes que se empezó á correr el velo que
ocultaba la existencia de una confederacion
llamada de comuneros, acerca de la cual, pres-
cindiendo de todo lo que pueda haber crei-
do el vulgo respecto á sus maquinaciones,
y de la'parte mas ó menos activa que pue-
dan haber tenido en los alborotos que tan-
tas veces han turbado la tranquilidad de
la nacion, se sabe , ya de un modo , al pa.
recer indudable , que viven sujetos á una
constitucion y estatutos muy distintos de
los denlas ciudadanos. Se sabe tambien,
con el mismo género de certeza ,. que es-
tan ligados con un . juramento cóntrario á
los principios sociales y á las máximas de
la moral cristiana. Se sabe . del mismo mo-
do que en este juramento no son ellos so-
los los interesados, en cuyo caso aun po-
dría ser menos chocante la negligencia, si-
no que se interesa el sosiego y la vida de
los dermis ciudadanos, y acaso la del mis-


17
mo Rey. Se sabe que por su estatuto d 7e-
ben reunirse secretamente y armados, es
decir , en disposicion de ejecutar en to-
do tiempo las resoluciones que ellos mis-
mos adopten ; y por último se sabe ,


que
existe dentro del estado otro estado 'e, go-
bierno que no está consentido , ni. mucho
menos autorizado por vuestras leyes.


Hemos dicho que se sabe con 'cierto gé-
nero de certeza, porque. hemos visto pu-
blicarse en varios periódicos y aun en pape-
les sueltos , una multitud de documentos
que cada uno de ellos baslaria para llamar
la atencion de las autoridades Y' esci'tar la
curiosidad del público. Ahora bien., una de
dos: ó estos documentOs que se han publi-
cado- son falsos, •6 son -ciertos: en el pri-
raer caso semejantes papeles deben consi-
derarse como sediciosos, puesto que se di-
rigen á introducir é introducen- de hecho
la desconfianzaentre los individuos de tina
nacion , y acaso dentro de una misma fami-
lia: en el segundo; .nO ha debido perderse un
instante en descubrir y disipar semejantes
reuniones , procediendo despues á juzgar y
castigar con arreglo á las leyes á los que re-
sultasen criminales.


Estarnos bien persuadidos de' que aca-
TOMO XVI.
/ 2




x73
so no hay en el reyno otras autoridades á
quienes menos aplicable sea la reconven-
cion.de apáticas y,negligentes que á las que
actualmente gobiernan á 'Madrid ; pelo ha-
:blamos en general, y dirigimos á todas ellas
nuestras reflexiones para que las aprecien


que valgan. Lo único que asegura-
mos es , que por mas impavidez y cons-
tancia , _ que tengan los escritores públicos
para denunciar abusos, y abusos de tan gra-
ve consecuencia , no es posible que dejen de
desanimarse al ver que po producen el efec-
to que ellos se habian propuesto ; y si por
desgi acta llegasen á callar los pocos que has-
ta ahora han consagrado sus tareas á defen-
der .el orden constitucional, no tardarían
las autoridades en sentirlos-efectos del ais-
lamiento en que quedarian. D escariamos que
reflexionasen que no hay nada mas facil que
pervertir la opínion públiea,,balag,ando
tínuamente al pueblo, ya cork pinturas exa-


ge
radas de sus derechos, ya escitando su.


natural desconfianza contra las autoridades.:-
Sobre todo hemos dicho ya en otros nú-
meros y repetiremos incesantemen te, que


no hay . nada que mas perjudique al desem-
peño de los cargos públicos, que el dar
la mas leve ocasion de que crea el públi-


r79
co que los que le ejercen no tienen la fuer-
za-física ó moral necesaria para hacerse res-
petar de losluenos , y temer de los


Persuadanse á que estos-últimos,- por
lo mismo que són cobardes y débiles, es-
tan siempre dispuestos á creer y á vanaglo-
riarse (le que se les terne.


Nosotros. no sónicos capaces de retroce-
der en la noble carrera que emprendimos,
y que con tanto riesgo de nuestras perso-
nas nos atrevimos á demarcar á , otros 'apre-
ciables escritores; pero una cosa es retroce-
der y otra no salir á-buscarlos riesgos cuan-
do estos no ceden en utilidad de la causa
pública.




I oo


Continuan las observaciones sobre Pa obra
intitulada : «Teoría de una Constitucion
política para Espaiia.»


PARTE O N A.


Comprenda todo lo relativo al, gobierno y
régimen de la nacion española.


CAPITULO 1.


Del derecho de establecer la Ioniza de go-
biJrno: de las obligaciones generales


del gobierno.


El art. z.° se reduce á que la nacion tie_
ne derecho para establecer la forma de go-
bierno que. mas convenga á su felicidad, y
seria oportuno si estuviese bien escrito, si


no
confundiese dos cosas muy distintas, y


si no anticipase lo que es propio de otro
lugar ; pero ya hemos visto y veremos á
cada paso que la tan cacareada constitucion
de Valencia es el libro mas mal escrito que
jamas ha salido de manos de hombres, y


:113t
que su autor ni tiene-:ideas claras de•as
cosas,Iirri-Sithe lo que ,se, dice, ni .acierta
á espre'saraquello. inismmipte toma deloúos'
autol .es. Asi en este casailia; querido decir
que toda nacion tiene :elnclerecho .de
bl,,cer la. forma de gobierno que crea mai
conveniente para su felicidad, y el de tutíL
d /1 . 1:t enteramente;- variarla á modificarla
en su caso y: lugar;s:-Otolpor no entender
tn saberla diferencia.


legal (lite-hay entre
estas dns.


espresiones ‹,la,forma de gobierl
no, •y •el gobierno» en tales , tér
nonos que al fin retúltan. falsosT


eón.fuso s pensamientos; rn


•v erda-
-clero s cleros y • distintos: :


Dice asi:.•
-•,. «La nacion •por su -soberania tiene dere-
cho libre (los derechns,


no libres
• ni


forzados: lo qiie ,,ptiedeserlo es el l, ejercl-
cia• de.. ellos)' para: :establecer la forintliige
gobierno • que-irías convenga á su.
y.el de mudar/o ;:variarlo, liacer/o' respOn4
sable de su .


conducta , ;:jnzgarlo , y estirr,
guirlo.» Aqui se confunde la forma del gil.
bierno con el gobierno, este es, con•a
persona ó personas .á .las cuales •está
fiado.; y de confundir estas dos.: cosas, re,
sultán una porcion-d-e absurdos en la ma-
nera con que el artículo está redactado.




I89
i. Q Es cierto que cualquiera nacion al for-
marse, ó aun despues 1 si es gobernada ar-
bitrariamente, •tiene el. derecho de elegir
la forma de gobierno que quiera , y por
tanto, cuando por,primera vez celebra so-
leame.y espresamente el pacto social,. ó
forma', adopta.. .y establece una constitu-
cion, puede mudar ó variar en
parte la forma autigna;, pero una, -,vez he-
ehtula constitucion ,•arreglada por ella 'la
forma•de gobierno.!para lo sucesivo:, elegi-
das á designadas:lanpersona . personas en
puyas. manos deposita los poderes pnblir
ces., ó determinadO,á lo menos el modo4le
elegirlas, ya hii nacio1•Se obliga á noumn?
dar "ni variar esta .forma,,de gobierno, si-
no en,los casos y con las formalidades.que
la constitucion misma :señala. -Por .conste
g'uiente no tiene 'á cada momento el dere-
ello. actual (porque ella- misma le ha re-
nunciado) de. mudar' ó .variar la forma de
sui gobierno; y- si: lo hace- de hechó; 'por-
que:es mas fuerte, quebranta la' ley -á.'que
d la misina sediabia sujetado.: de hecho ha-
rpi• lo que quiera ,. pero . no con legítimo
derecha:, 2.° Por,la misma razon, cuando
una véz la elegido., «nombrado cí designa,
do sus• Mandatarios, ó prescrito el modo. de


z83
elegirlos , y ellos estan ya constituidos, no'
puede Mudarlos ni variarlos sino en los ca-:
sos y cort las formalidades que la constitu-,
cion previene. 3.° Lo de que puede hacerlos
responsables, juzgarlos y estinguirlos no
es cierto sino de aquellos gobernantes que
la constitucion misma declara responsables,
enjuiciables y amovibles ; pero si una eans-
titucioir ha' reconocido uno ó muchos ma-
gistrados por inamovibles y no responsa-
bles • en juicio, la nacion no


.
puede


mamen te deponerlos, hacerles cansa, jut:
fiarlos, y . mucho menos estinguirlos.
cerio .por la fuerza puede; pero será )i'er-
jura ,'infringirá su ley fundamental ,
que el tiempo legitime las consecuenCiáv
de estos actos como legitima las usurpado:.
nes de los particulares, la historia , la jus-
ticia ,,-•la razon y la verdad dirán que el
acto 'de espoliacion fue un atentado ; y si
se llega condenar á muerte al mismo que
la constitucion habia declarado inviolable,
añadirán que esta muerte fue un asesinato
jurídico, una atrocidad, un gran crimen;
porque los principios eternos de la justi-
cia obligan á las naciones como 'á los par-
ticulares, sin mas diferencia que la de que
á estos se les demanda en justicia cuando


Y




x84
los quebrantan, y se les puede castigar;
pero las naciones no tienen otro tribunal ,
que el de la opinion y el de la historia , y
no. pueden ser castigadas como los indivi
duos...Asi no hay un solo hombre justo
sobre la tierra que no reconozca y con-
dene como atentados execrable s los asesie
natos cometidos en las personas de Car-
los 1 de Inglaterra , y Luis XVI de Frage
cia.• Nos hemos detenido en este punto
perpie los maliciosos ó involuntarios erro-
res del valenciano pudieran ser trase:en-
dentales.


Art. 2.° «La nacion - , ningun poder,
.ninguna corporacion ni persona tienen de-
recho á establecer un gobierno, cualquie-
raeque sea, contrario á la felicidad y á los-
derechos de la nacion ó de sus individuos.»
Está . muy bien; pero cuando es la nacion
toda la que le establece , ¿en qué tribunal.
se decidirá que el tal gobierno es contra-
rio á la felicidad de la nacion? y aun
cuando esto se probase, ¿quién mandará á
la nacion que le mude? ¿quién la obliga-
rá y compelerá á verificar esta mudanza?


El art. 3.° quiere decir que los gober-
nantes de las naciones son como ageni•es
delegados suyos que no deben escederse


de las facultades que. ellas les han conce-
dido; pero. h




redaccion ep
. :Como la de to-


dos. Obscuridad, embrollo,, inexactitud en
las ideas, impropiedad de lenguage. Pase-
mos al


3•° « Cualquiera que sea la forma de g&
bierno, este .seca súbela°


de -la nacion,
responsable d'lintistrzu por su conducta gu-
bernativa, y siempre .celará sujeto á las le-
yes.» Esto último es loeilniep, .que hay de
cierto en este artículo.: l ookiMero es,


falso
respecto de las monarquiaÑiconStitricionalej.
En estas el monarca, que es el gefe del
gobierno, cl verdadero .gobernador, no es
sil.bdito . sino gefe, deeela ..es
responsable por su conducta gubernativa.
Y no se diga que el autor torna aqui la
voz gobierno en la .aCepcion limitada .en
que suele emplearse cuando por ella .se.de-
signa el ministerio con •esclusion- dél rey-.
No: esta escusa no es admisible , porque
él mismo esplica maseaaelante su doctri-
na, diciendo espresarnente


.
que ha-


biendo rey, este es .súbdito de la naciere,
responsable , amovible y castigable. Ya lo
veremos á su tiempo. Y aun sin esto bien
claro lo dice en el siguiente


Art. 5.° «El gobierno ya reunido .en




•1-8.6 •
cuerpo , ya en sus,individuos separados, no


podrá jamas , dispensarse de la responsabi-
lidad á la nacion';' de la obediencia á las
leyes , y del,-dasttgo legal


si delinquiese.»
El hombre no quiere que se olvide su be-
lla máxima ; pero no, sabe qtte , aun en la
parte en que és verdadera, á saber „respec-
to de los agentes responsables y castiga-
bles, la gran dificultad no está en estam-
par en el ' papel. estas .generalidade s.


, sino
en determinar los casos de la responsabi.
lidad y eri hacerla, • efectiva. ¡loe opus, hi


labor.


Art., iS.° «En el mismo sentido el go-
bierno:no • será jamas igual ni superior á
la • nacion , sino..en‘euanto represent a á las
leyes y las espresa.:» ¡El 'gobierno espresa
las leyes ! qué, exactitud..de • lenguage !
••..Art..7.° • El gobierno es establecido pa-
ra regir á la nacion entera y á cada per-
sona que esté en el -suelo español hácia su
felicidad. (Regir hácia la felicidad , qué her-
utoso castellano!) : Si el gobierno obrase
contra este instituto establecido por el
mismo pacto social de toda la nacion, es
un traydor contra ella, pues abusa del
poder que se le confió> Generalidades que
nada enseñan. ¿Y en qué casos podrá ase.


•i:/1.7
gurarse que el gobierno obra contra el
instituto establecido por el mismo yaeto
-sodkde la nacion•e•el cual instituto es el
de yegir á la• nacion7 entera y .1.1. cadwper-
sona que esté en el ,suelo español háCiaisu
felicidad? ¿Y quién ha de


. fallar , que el go-
bierno obra contra el instituto estableci-
do? Esto que deberia decirse no se dice.


Art. 8. 0
«Toda persona que exista en


el suelo español , sea natural de, España
estrangero , será oVigada á respetar y á


obedecer al .gobierno ilegítimo., bajo las 'pe-
nas que,: señalen las leyes., Aqui nuestro
hombre empieza á hablar en l'azor: ; -pe-
ro :pronto .de .struirS su :misma. obra.
•Art. e.° »Cualquiera.; que sea un go;


bilrno intruso e) ilegítimo., por ser .con-
trarió-it la soberania •niteional , á las. :


le-
'ves, espaiciolas 4 . o' que abusa de. su poder cOn-
tra ,la . :v011ita tad de nacion, no tiene de-
recho "alguno :á la, : obedteheia• de sus.:sribdi-
tos ni atirespeto de los españoles; :no,cons,
tituy'e derechos ..


de'aut'oridad , ni sus man-
damientos. ,Onstituyen permanencia ni
rechos.); Pase en cuanto á lis ilegítimos,
aunque:


mucho habia que decir en orden
á si se les debe ó no obedecer mientras
existen ;; :pero :en cuanto al legítimo que




abusa de
su poder, tenemos la de siem-


pre.-¿Y quién declara antoritativamente
•que en efecto ha , abusado de su poder?.


¿Bastará . :que lo : dign tos
ideatificados, los


gritadoi'es de plaza
a
y los sugetos . .brillo?


Buenas •andaria n las sociedades humanas.


CAPITULO U.


De la forma del gobierno de. España.


• Art. I.° «El poder legislativo determi•




nará y establecerá la forma de .. gobierno


-que mas convenga á la felicidad ' de _la na.


cion española ,segun la opinion, las luee\s,,


las costumbre s y las• circunstancias de ilus-
tracion y de situataió.n política de los espa.
¡mies,» Otra vaciedad como las antevieres.


-Y•• d cuál es esa . forma (l
oe mas:convienen


la felicidad de la'-nacion españo la? • (esto
.no tardará en decirlo nuestro amor) ¿cuál
esa opinion que se ha de consultar:, cómo
se fui ma , por qttéleondnetos se .rnnificsto,
-3,:cómo..la conocerá el poder legislativo sin
equivocarse ? ¿cuántas luces ha dé haber en
la nacion ? ¿ cuáles han de ser SUS colmo.
bres? ¿cuales las circunstancias dé su ibis.
tracio', ? ( esto es.. morlés de mories, por'


Sil


1,13.9
que es lo . - mismo que las luces) d yiás.de situacion política de los españoles?


«En virtud de este derecho
l2a.gsoberanza nacional , el gobierno es-


pliicillendrá siempre direccion Inicia la De-
mttoracia (en letra bastardilla y con., /)
ymeti lw para que nadie se equivoque),;


,
pe-


re„ no I ,absolut . 4 (mira , estío : itbsofuta,.3-'
orelltuMnte absoluta , ni la ha habido ni
1 4„puede..haber en el mundo, asi como no
1,,4y., ni ha habido., ni habrá jamas un go-
hico() absolutamente despótico), sino nio-‹.
dikada y templada por barreras políticas
( templar por barreras : ¡qué metafora -tan
hien sostenida! y ¡ qué correccion grama-
tical!) segun -parezca al poder legislatima,
Ya; lo ven ustedes„, señores. lectores. No se


ya que nosotros inventamos la fábula
deilknepública: aqui está escrito • en letra
de,:niolde, impreso en Valencia, y permi-
tido circular libremente por sentencia de
jurados, que «el gobierno español tendrá
siempre direccion hacia la democracia.» Mas
claro no lo dice una vihuela. Pero dejan-
do:aparte el republicanismo .del-sei∎or Za-
ragüelles, admiremos su lógica. El poder
legislativo tiene el derecho


.
de establecer la


forma del gobierno; luego. «en virtud de




zgo
este derecho el gobierno espalol•tendr4
siempre direccion:hácia la derrzocraCia> ; d Y
por •qué no hacia la monarquit mUdelJada?


Arti 3.° «Si pareciese conveniente(¿Pues
qué tibio es? ¿no lo reconocieron •Iillas


Cortes , constituyentes? ¿no lo ha querido.
y quiere la • nacion ? ) que exista la monas.,
quia ; ;el realismo , Su dinastia (; la dinas-
tia (lelTealisino! ¡ Santos 'cielos! . ¿dónde es.
tamos 1)y SUCCSIOn hereditaria á la coráno, se.
establecerá esta magistratura •gubernativa:
Pero el•-poder legislativo hará un ..código
especial para todo lo que pertenezca • á este


establecimiento , á su.- üdacacion (
catión, del establecimiento! ¡y hay ttr
paña hombres que han .admirado, aplau-
dido y recibido con entusiasmo un libro
en que se hallan semejantes bestialidades!),
casa, rentas , sucesiones (¿si serán
masculinas y numerosas las de un estable-
cimiento?), honores y facultades de su au-•
toridad.»


Art. , 4.° «Si se conservasen los monar
cas (si; se conservarán á •pesar tuyo y de"
otros jacobinos cornO.túlPorque su conser
vacion es necesaria) , estos no tendrán ja»
mas un poder absoluto (para esto bas-
ta la Constitucion actual: no es necesaria


I•g 1
¡a tuya) y siempre serán szíbdítós de-la na-
cion (súbditos suyos


.. no,. sino sus geles),
sujetos á la soberania de esta


, y á sus le-
yes ( no á todas, sino á las que les con-
ciernen como magistrados supremos) como


(lemas gobernantes (ya ven ustedes aqui
bien claro que ninguna distincion se ha-
ce entre la persona del monarca y las de
los.. ministros y (lemas alientes' del poder),.
siendo tambien responsables á la nacion y
á las leyes por sus acciones gubernativas y
personales.. Ya se enmienda. ¿Qué idea ten-
drá este.


buen seíior de lo que es y debe
ser una znonarquia contitUeional, cuando
quiere que el monarca sea responsable de
sus acciones gubernativas y personales?


Art. 5.° Si hubiere monarcas en España
(dale bola con- la edad: ¡ qué mal disimu-
la el hombre que el grande objeto de su
constitucion es que no los haya!), estos
podrán ser depuestos de dos maneras:
La por el clamor de la rnayoria de la ria,
rion: 2.a por decreto del poder legislativo
fundado en la voluntad de la soberania de
la nacion ( i la voluntad de la soberania! los
soberanos vivos, reales, existentes y ma-
teriales tienen voluntad ; pero la soberania es
una abstraccion que ni quiere,, ni puede que-




192


ver) que asilo haya declarado enea
nion palica.ér por. alguna de las dos cae-.
saS siguientes.


, x.a. Por ineptitud
dad, de falta de entendimiento, de ‘inca-
pacida(' (lo mismo es lo uno que lo. otro),
de negligencia en su destino, de abando-
no de sus ..obligaciones de miagistratura,
de una conducta viciosa ó escandalosa.


n.a Por crímenes personales... á que sean
contra la autoridad que ejerce (imposible
parece que vin rey cometa crímenes con-
tra su propia; autoridad': el valencian o ha-
brá querido • decir, crímenes que deshon-
ren la dignidad de que está revestido;
contra las leyes ; pero probados legalinente,


nos detengamos .eti • este asqueroso


jacobmismo á que no llegaron Marat, Dan-
ton y . cor) pabia : estos derribaron el trono;
pero si le hubiesen conservado, no le hu-
bieran envilecido como propone el Robes-
pierre de Valencia. Solo queremos pregun-
tar á este fatuo : ¿y cómo se hará cons-
tar que el clamor que en alguna ocasion
se levante contra un monarca, es el c:a-
mor de la mayoría de la naosion ? ¿ No ves,


jacobinillo , que con cuatro grupos as ala-riados que griten en algunas ciudades, di-


193
rárvsiernpre los facciosos que aquellos gri-
tbS que ellos han mandado dar son el ola-
mor de la•nayoriaP Demasiado lo estamos
.viendo entre nosotros: nada mas comun
que llamar opinion -pública. á los
dos de cuatro gritadores pagados.




-


Art. 6.° «Si se conservase la monarquía
(abi le duele) el monarca solo se titulará
gobernador nacional; y así será escrito en
todo acto , y llamado dela misma manera.
En todo se sujetará á


.
las.:


mismas leyes
que se establecen en esta: eonstitueion,,sobre
el gobernador nacional:» •Remacha bien el
clavo, no sea que te se vaya. No solo-res-


. ponsable, deponible y ahorcable. há íle, ser
el rey; pero ni aun este título quiere que
conserve el monarca que nos, .deja, ¡Qué
brillante papel baria en el mundo el. ,que
lo fuese con semejantes • condiciones,'


.: ,Ni
¿ quién las aceptaria á no tener tanta,ga-
na de reynar como..el autor de la teória?
Bonaparte no habia nacido en el trono.;
y sin embargo, cuando .se..le insolentaban
un poco viendole: desemejado los mismos
que le habian adulado. en.:..1t:prosperidad,
esclarnó con dignidad: mas quiero serl,Cin-
dadano de: Ima,.zrep,t1.bliffla ;nue, vivir mo-
narca esclavo.»


TOMO VS%
x 3


nacida de enferme-




194


Art. 7 .° «Si se conservase la monar-
quia, el monarca estará esceptundo del nú-
mero de años que se señalaa al gobernador na-
cional para que está en este empleo , en el ca-
pitulo que trata (le esta magistratura.» Hé
aqui á lo que se reduce la diferencia que •
nuestro legislador estableceentre un rey y un
gobernador electivo : en que este conservará
su em pleo diez y seis años ( como luego ve-
remos), y aquel toda su vida. Pero no ve nues-
tro Licurgo que haciende al monarca respon-
sable, amovible, acusable y ahorcable , se
puede apostar ciento contra uno á que
ningun monarca acabaria sus' filias sobre el
trono. Este mentecato como todos los de
su ralea se figuran que el declarar la co-
rona perpétua y hereditaria, y sagrada la per.
cona del monarca, es un privilegio con cedi-1
do á los reyes y á sus familias, y no saben
que la monarquia hereditaria con inviolabili-
dad del monarca es una institución hecha
*ri favor de los pueblos para evitar á 'es-
tos las convulsiones y guerras que son ine-
vitables en los grandes estados, cuando la
suprerna magistratura es temporal y amo-
- vible.»




Art. <Si la monarquia fuese aboli-
da (eso es 19' que usted desea), puntúe asi


z 9 S
convenga al bien de la nacion; el gobier-
no español será reducido á las bases siguien-
tes (i un gobierno reducido, á bases!), y se-
rá fundado solo sobre ellas. i.a Poder re-
presentativo nacional que será el legislati-
vo, depositado en personas legales. "..a Po-
der ejecutivo que 'existirá en el goberna-
dor nacional. 3.a Poder judicial que exis-
tirá en los tribunales para conocer los de.
litos (gramática Dios la dé) y aplicar las
penas. » 'Aqui tienen ustedes el gran secreto
y la grande obra del valenciano : substi-
tuir á un monarca hereditario un gober-
nador temporal.


Art.•• 9.° «Cada poder tendrá sus facul-
tades propias y libres, regladas por las le-
yes, y jamas podrá entrar en las (le Otro.»
¡Un.


poder que entra en las facultades
de otro!


Los capítulos desde el 3.° basta el 13.°
inclusive tratan del poder legislativo, y tie-
nen nada menos cine ciento y once artículos.


No los copiaremos ni comentaremos to-
dos; porque seria apurar la paciencia del
lector : citaremos algunas de las muchas
lindezas que contienen.


Cap. 3.°, art. 2.° «Toda persona será
obligada á obedecer al poder legislativo.»




196
Esto no -es exacto: el poder legislativo no
manda inmediatamente á las personas: da
las leves ó decretos con arreglo á los
cuales, han de níandar el . gobierno y sus
agentes.


1.1). 3.° «Este (el poder legislativo) se-
ra compuesto (deberia serlo ) de las per-
sonas mas eminentes en talentos y en pro--
bidad, en amor á la felicidad nacional y
en patriotismo ( d en qué se distingue el
patriotismo del amor á la felicidad nacio-
nal ? precisamente en esto consiste) segun
manden las leyes sobre este establecimien-
to.» De poco servirá que lo manden , si
las 'elecciones luego no son buenas; y el
conseguir esto no es tan faca. como cree
el señor valenciano. Esta es la gran dificul-
tad en los gobiernos representativos.


lb. art. 3.° «El poder legislativo no ten-
drá jamas un .poder arbitrario , ni podrá
dispensarse de la obediencia y responsabi-
lidad á las leyes y á la nacion. (¡Un cuer-
po legislativo responsable! y ¿quién le exi-
ge la responsabilidad ? « á la nacion ¿
CÓMO se junta esta señora toda entera?)
El poder legislativo es el representante de
la soberania nacional de España ( este boni-
bre no acaba de entender que la sobera-


197
rala es una abstraccion, y que nadie pue-
de


ser representante de una abslEaecion)
- 'y nO• cl dueño absoluto ni aibitralio de


aquella facultad que se le delega y encar-
ga; es el encanallo para hacer cuanto con-
venga á la felicidad nacional; pero circun-
dado por la razon y por las leyes.», Pala-
bras varias de sentido. ¿ Qué quiere decir
un cuerpo legislativo circundado por la ra-
Zon ? ¿ y por las leyes ? Si él es el que las
Lace ¿cómo. le circundará antes que las
haga ?


6,° Si el poder legislativo abusa de
sus ,


facultades , será responsable á la na-
cion (ya estaba dicho) y juzgadoy casti-
gado por: las leyes españolas ( lástima es
que no fuera por las inglesas ).» Todo es-
to está muy ricamente: pero ¿ quién le aru-
sa?.¿ quién declara que ha lugar á la for-
maciori de causa ? ¿ quién le juzga ? Esto
no se dice en parte alguna. Ni como se
ha de decir ni ejecutar cuando el gobier-
no , que es el único á quien se pudiera
confiar el cuidado, no de acusar ni poner
en juicio al cuerpo legislativo, sino de im-
pedir sus estravios ó usurpaciones, disol-
viendole y convocando otro nuevo, como
se hace en Inglaterra y en Francia, es por




.71


fA


xeS
la eonstitucion valentina un mero escriba-
no de cámara, un criado del congreso á
quien este puede despedir , enjuiciar y
hacer castigar cuando le acomode?
- Art. 7 .° El poder legislativo es. inferior
á la nacion y á su soberania; y jamas pue-
de ser superior á ella.» Consecuencia clara:
si es inferior no es superior. ¡ Qué conci-
sion y qué energía


Siguen una porcion (le artículos, en los
cuales como que se quiere decir algo so-
bre el número de diputados, requisitos en
los candidatos para ser elegibles , y mane-
ra de proceder á la eleccion ; pero con tal
obscuridad y confusion que por ellos es
imposible saber cual es el sistema de elec-
ciones que el autor propone. Lealos el que
guste , y lo verá; pero para prueba basta-
rá copiar el i 7 que dice asi:


«El código especial para el poder legis-
lativo ordenará que la malicia , la intriga
y la parcialidad no tengan ningun influjo en
dichas elecciones. ( Muy bien que asi lo
mande, la dificultad está en que se haga.)
Estas serán confiadas á la suerte. (¡Beliisi,
ma idea!) En el último acto ( no ha dicho
cual es ) pueden admitirse propuestas á fa-
vor de señalados sugetos ( y quién las ha


199
dé hacer ?) , y despues se ordenará por re-
glamento ¿despues de hechas las propues-
tas? para qué aguardar á entonces?) que
los electores puedan separar para no entrar en
la suerte , á los sugetos ineptos , indignos 6:
menos dignos en tres distintas sesiones. En


tres sugetos de cadala I . a . podrán escluir
nueve propuestos. En la 9.a dos de cada?
seis: En la 3.a uno (le cada tres. La suer-
te se echará sobre los elegidos ( antes.eran
propuestos; ahora ya estan elegidos) que
quedasen despues cle dicha esclusion. » Si
hay quien entienda este modo de elegir
los diputados, que nos lo esplique y le que-
daremos agradecidos.


Nuestros lectores se acordarán de lo que
se dice en el artículo 17z de la Constitucion
actual tratandose de la primera restriccion
de la autoridad real relativamente á no po-
der suspender ni disolver las .


Cortes ni
estorbar su reunion , ni embarazar sus 'de-
liberaciones. Pues vean ahora como el va-
'entino ha espresado las mismas ideas en
el cap. 4. 0 , art. 4.° de esta . 9.a


parte.
reunion , dice, de los representan-


tes y la celebracion de todas sus operado,
nes (¡ celebrar operaciones!), ya sean or tik-
narias:ya estraordinarias, nunca ni por causo




9,00
alguna podrán ser prohibidas, impedidas,
retardadas (¡cuántas causas pueden impedir,
ó retardar, sin que haya crimen, la rennion
de los representantes de una na.cion guer-.
ras , pestes, calamidades públicas de todas
clases!), inquietadas ni turbadas por.nim
gana autoridad ó persona. Si esta ley se
quebrantase en todo el poder legislativo ó
en alguno de sus individuos ,. se reputará
como crimen de alta traycion contra la na-
don (eso de eufonia no hay que buscar-
la., es pedir peras al olmo.) en cualquiera
acto. y tiempo que. se corneta, y sea quien
fuere el infractor., Cotejese este artículo.
con el de la Constitucion actual y se ve-
rá cuan miserablemente ha sido estropea-
do. :por el refundido): valentino.


CAPITULO VI.


Art. 3.° «Los representantes durante 51k
destino serán inviolables en sus opiniones


en: la manifestacion de estas, en . SUS' osi-
ciones en sus discursos . , en i,sus aftrazatival.
y negativas. En ningun tiempo ni por auto-
ridad alguna se les podrá reconvenir, da.
fiar, degradar, avergonzar ( ¡ (pié do' ter-
minos tan bien escogidos!) ni castigar por


201dicha libertad.
Habrá en el mundo un


libroer que se hallen tan monstruosas con,
trádiceiones ? Queda sentado en- principio,
como hemos visto (cap. 3." art. (j. 0


), que
cuerpo legislativo si abusa .de sus fa-


cultades se.
ra juzgado y castigado con ar-


reglo á las • leyes españolas , y ahora nos
ballarnes con que á los individuos que le
componen ,no se les podrá reconvenir, da-
fiar , castigar ( y ni aun avergonzar ) en
ningun tiempo, ni' por ninguna autoridad,
por las opiniones que hayan emitido mien=
tras lo fueron, por los discursos que Im-
biesen p ronunciado, ni por los votos afir-
mativos ó negativos que hubiesen dacio.
¿ Pues. cómo se ha de castigar al cuerpo,
si no se puede ni aun reconvenir á los indi-
viduos ¡ Y esto se llamas escribir ! v ¡ es-
te disparatado libro ha sido recibido con
aplauso!


CAPITULO VIL


Al% 2." No podrá (ningun represen-
tante) teur :empleo alguno durante el año
próximo al que el diputado estuvo. en el
poder legislativo , aunque sea en clase de
suplente. » Copiarnos este artículo prime-




1135


201
ro para añadir una prueba mas de lo que
tantas veces hemos repetido , á saber, -que
el autor de la teoria no conoce el valor
de las palabras castellanas. Aqui se ve. cla-
ramente que su intenc. ion ha sido decir que


los clip, tados no • podrán recibir , aceptar


O a Jratir empleo .
alguno hasta pasado un


año desde el día en que salieron del cuer-
po legislativo ; y ha dicho un despropósi-
to por haber empleado el verbo tener en
lugar dolos verbos admitir, aceptar, ect. En
efecto estando á lo literal del articulo va-
lentino, los diputados no podrian tener du-
rante el año siguiente á su diputacion , ni


Aun los emplcos.que antes tenían. 2.° Para
prevenir al lector que aunque en las Cor-
tes actuales han hecho algunos señores la
proposicion contenida en el artículo de la
constitucion valenciana, no se imaginen que
la habian tomado de ella. Esta habrá sido
una coincidencia casual.


En el cap. 8.° se trata de las facultades
del poder legislativo, parodiando, desfig,u-
rancio y casi ridiculizando por•lo mal r-
dactados los artículos del cap. 7 .° título 3.e0.
de la Constitucion actual que tratan dell'


cita materia ; y añadiendo de la 'cosecha
del autor algunas preciosidades; tales son
las siguientes:


203
Facultad 9


.a « Elegir y construir un dic-
tador , conforme á las leyes. » Construir
un dictador ! Si deberá ser de cal y canto?


Facultad 20. « El poder.legísl.ativo podrá
citando alguno ó muchos empleados no
cumplan con sus obligaciones, ó por su me-
dio se dañe gravemente á los ciudadanos.


á la nacion, acordar las providencias mas
oportunas, examinar la conducta de los em-
pleados. , juzgarlos y castigarl®s con arre-
glo á lo que establezca él mismo para es-
tos casos.» Aqui tenemos reunidas en una
sola mano la potestad legislativa y la ju-'
dicial. Y luego dirán que no es filosófica
y eminentemente liberal la nueva y sa.
pientisima teoria del valenciano. Prescin-
damos de lo acorde que está esta dispo-
sicion con lo establecido mas arriba ( p. 9.
cap. 2. art. 9 . ) sobre que «cada poder
del estado tendrá sus facultades propias,
y jamas podrá entrar en las de otro. »


Facultad 24. «Examinar, aprobar o re-
probar, y prohibir todo mandamiento reli-
gioso y toda doctrina religiosa que se opon-
gan á las leyes ó á la felicidad pública ó
particular de los españoles. » De este pun-
to volveremos á tratar ; pero entre tanto lié
aqui un cuerpo legislativo que puede e•amz-




204
nar, , aprobar ó reprobaryprohibir,


no algunas


leyes eclesiásticas relativas á la disciplina
esterior de la , sino los mandamien-
tos y las doctrinas de la reltgion, que á él
se le antoje decir que son contrarios á las
leyes ó á la felicidad pública ó particular.
¡Hasta donde llegan los delirios de este lo-
co ! ¡Conceder al cuerpo legislativo la fa-
cultad de reprobar y prohibir los manda-
mientos de la ley de Dios y la doctrina cris-
tiana! ¡Santo varon si como tú mismo su-
pones mas adelante, la religion cristiana es
la verdadera sus mandamientos , di , ¿ no
son los del mismo Dios? ¿Su doctrina
no es la que él ha enseñado y revelado?
¿Pues Cómo los hombres han de poder re-
probar ni prohibir esta ni aquellos? ¡Y los
jurados de Valencia han dejado correr tal
impiedad!


El cap g.° es una especie de reglamen-
to interior para las Cortes ó cuerpo legis-
lativo ; pero tan mal digerido que ni
aun se entiende cómo se han de hacer
las votaciones. Detengase á examinarle el
que tenga gusto y paciencia para ello.


El so trata de la sancion y promulga-
cion de las leyes: contiene en suma lo mil-
no que se halla en la Cunstitucion actual;


205
pero echado á perder segun costumbre.


El capítulo i r pie trata del respeto de-
bido á las sesiones del poder legislativo, per-
tenece tambien al reglamento ; pero para




que no falte en él alguna gracia, halla-
mos las siguientes. En el art. 4. 0


se dice:,
«En 'las sesiones no podrá practicarse nin-.
duna accion baja, indecente ó de poco.res-
peto aun por los mismos diputados. Si se
cómetiese, se castigará corno delito grave.,
¿Cuáles son las acciones bajas ? ¿Y una li-
gera falta de respeto será un delito grave?


En el cap. r3 se trata en suma de las
Cortes estraordinarias; y ya se deja enten-
der que lo poco bueno que hay en él es-
tará tomado de la Constitucion actual, aun-
que chafarrinado por la mala maña del
copista ; pero tambien hay cosas originales,
¡y tan originales ! Por ejemplo, señalando
los casos (que él llama causas) en que se
podrán convocar Cortes estraordinarias (aun-
que no dice quien es el que ha de convo-
carlas), indica los tres siguientes.—Pidien-
dotas la mayoria de la fuerza armada,—la
de las autoridades religiosas de la religion
nacional, —el clamor general de la nacion.---


tanto no llegaron los jacobinos de Fran-
cia: ¡ dar .


á la, fuerza armada la iniciativa




206
en un negocio civil tan importantes Lo mis-<
mo decirnos de los eclesiástico s que aqui
estar añadidos para que pase la primera


parte. ,; -si qué diremos del clamor general
de la nacion? Cómo se sabrá que este
clamor es general?


CAPITULO XIV.


Del consulado supremo de vigilancia.


Qué creerán ustedes que es este con-
sulado supremo? Ustedes se habrán figurü:'


'do que es alguna peregrina ínvenci on dél


valenciano. Pues es la diputacion perma-
nente de Cortes, variado el nombre , y re-
ducido á Cinco el número de individuos
que ahora es de siete. Solo que á las no
pequeñas obligaciones que hoy tiene se le
añaden entre otras las siguientes:


« Saber el estado . moral y político de la
nacion, sus necesidades mas principales, su
seguridad-, interior y esterior, , sus peligros
morales y políticos de mayor gravedad . (Es-
to está comprendido en el estado moral y
politieo , porque conociendo el estado se
sabe si es no peligroso. ) Saber la con-
ducta pública yprivacla de todos los emplea


o7
dos" públicos. (Friolera es lo que pide el pa-
dre : no necesitaba el pobre consulado te-
ner pocos espias. i la policia de Francia
que llegue á tanto.) Saber el modo y esta-
do de toda administracion de justicia y el
deparar los sueldos y pensiones á sus acree-
dores. (demi I es? ¿los deja justicia?) Conocer
el estado , disciplina y orden de la fuer-
za armada. Saber el estado de sanidad ó
de i/feccion nacional. Conocer el estado de
la instruccion pública en todo sentido, de
la educacion , del espíritu ú opinion pú-
blica , de las costumbres y de los' vicios de
la nacion. (¿En qué se distingue el estado
moral de una nacion del estado de sus cos-
tumbres y vicios?)' Conocer el estado de los
establecimientos públicos y mas principa-
les de la nacion. = Prescindimos de si es
posible que cinco individuos que al mis-
mo tiempo tienen que asistir á las sesiones
-de las Cortes mientras dliren , ya sean or-
dinarias, ya estraordinarias (art. 5. 0


de este ,
capítulo), pueden atender á tantos y tan vas-
tos negociados , y solo preguntamos: si to-
do esto ha de correr de cuenta del consula-
do, de qué cuidará el gobierno?


En los capítulos
16, 1 7


y }8 trata
del poder ejecutivo en general, del goberna,




208
dor nacional, de sus ministros , y de' su tu
tul() y sus facultades.


No le seguiremo s en todos sus sueños:
citaremos unas cuantas de sus graciosas ocur-
rencias.


CAPITULO XV,


Art. x.° «Este poder (el ejecutivo) es la
espedita y libre facultad de hacer ejecutar
las leyes, y remover todos los obstáculos
para la observancia de las mismas (sien-h.
pre elegante)• y aniquilar las causas que ya
indicadas por las leyes, 'se opongan á la fe-
licidad pública. » De suerte que si no estan
indicadas ya por las leyes, aunque las esté
,viendo y palpando, guardes° bien de aniqui-
larlas. ¡Qué profundo legislador tenemos en
nuestro valenciano!


2 .0 «El poder ejecutivo residirá constan-
, temente en el gobernador nacional en gra-
do primero.» (Y en segundo ¿en quien ? Eso
no se dice.)


3 .° «Todos los empleados de la nación
obedecerán las órdenes del poder ejectitivri:,'
pero conforme á las leyes. Y cada uno de
ellos decidirá por sí y ante sí, que la orden
que recibe es ó no conforme á las leyes. Es-


29.:to no se dice aqui, pero se previene más ;ade-97
'te. Y en efecto es lo que ya liemos visto lirac_
ticado y aun preconizado corno el acto mas
sublime de patriotismo.


CAPITULO XVI.


Art. 1.° «Habrá un personage legal que
será el magistrado primero de•Espaa , titu-
lado gobernador nacional. » Aqui ya no se
anda en suposiciones: se abolió la mollar-
quia, porque así le plugo á un demente de
Valencia.


3.0 «No podrá sea gobernador nacional
ninguno.... que haya sido ó sea sacerdote
(luego veremos que el dejar <le serlo no de-
be perjudicar. al que lo fue, ni hacerle :de,
peor condicion quedos denlas ciudadanos:.
sin embargo aqui se le escluye de la
mera dignidad del estado), oingurig que ha-
ya sido ó sea ministro superior de cual...
quiera de los despachos gubernativos (es, .
ta ocurrencia es original: otro diría al con-
trario que los que hubiesen sido ministros
serian las personas'mas proporcionadasy mas
aptas para ser gobernadores: la razon es muy
clara), y ninguno que sea ó haya sido mi-
litar de mayor graduacioiy, Ya conocernos


TO310 XVI.




/10.
el objeto de esta precauciona pero no es
necesaria porque el tal gobernador gene-
ral, segun le deja el valenciano , es un tras-
to inutil, una especie de muñeco que ni
bien ni mal puede hacer. Por consiguien-
te no hay que temer que aun habiendo sido
militar de mayor graduacion pueda oprimir
la libertad pública.


CÁri•uLo


Art 3.° Toda orden del gobernador de-
berá ir firmada por este, y ademas por el
,ininistro del despacho á quien corresponda
ete..:»i Pobre gobernador! Si él ha de firmar
todas las órdenes, -trabajito le mando : po-
co tiempo le quedará para comer y dormir.
¿No hastaria, señor Licurgo, que á su nom-
bre y por su mandato las firmasen los res-
pectivos secretarios ;? Ya se conoce que á
usted no se le entiende mucho de cosas (hl
secretarias ; y que no tiene ni aun idea del
cúmulo de órdenes que hay que despachar
cada dia en las siete del despacho. Ya se vel.
usted á lo mas sabrá las que poco mas ó
menos tiene que firmar cada mes un se-
cretario de torre.


Art 4.° Si los ministros obrasen contra


: u ••
los dos artículos antericufes<relsel A.711;s1-191-
previene que no aprueben (autoricen) con su ,
firma ninguna disposicion del gobernador.:
contraria á las leyes: prevencion no necesa.
ria cuando el gobernador es re.sporisable),:se,, •
aán reputados: como .reos. de, arbithariedad
absoluta ( ¿ cuál es la relativa, ? ysin que les::
escuse el haberlo mandado el gobernador. »
Parodia de-un artículo de la Constitucion ae..
tual, la cual parodia es tan oportuna, en:lx
de Y alencia , Como una guitarra en


un en-,
tierra. .


. CAPITULO XVIII.


Art. 1.° «EL•gobernador tendrá en todos:
sus tratamientos (¿ cuántos serán ?) el títuTu.
lo de:erninentisimo y eminencia.» Vitor,'.3t11 '
vanse. Ya le- tenemos hecho Cardenal.


2.° ningun• caso ni tiempo:el gober-
iiador será superior á la


.
nacion ni á las leyes.


(¿Ni cómo lo ha de serl-el pobre demonios
atin..cuando se le pasa por el- inegira), ni
podrá:oponerse á la soberanianationaM,Yaun-
que haga oposicion á ella, hay mas que no
darsela ?


Art. 5.° Enumera las facultades del gober-
nador, añadiendo restricciones que pudieran
ser tolerables tratandose de un magistrado




pér'p'étu''o; heitáltáfió, inviolable y da :n'al.,
chi) poeler;pc. ro que son int', i. es y attruri dIcu-
las 'respecto; de un gobernador ' • teimparal,
41-e:ctivoly,tiesOnsable, y que en restilucion
nada- pisedel,Y«••••se • ve ;• el pobre valenciano •


ha- 0idot;édéido..éstavespeciotas , y las aco-
moda y) encaja vengart , e, no vengan. Puede •
verse en. el original Corno parodia todo el
art. v-,rzde la COnStitucion actual;upero pa-
ra 'muestra baste citar el g:`.' de 1.1:capíYulo,
y se conocerá con qué oportunidad aplica á
su gobernado r la 12.a_ restriccion de la auto-
ridad real. Dice asi El gobernador no po- .ds


drá casarse sino con persona conveniente á
su .escelsotrado ,para lo que necesitará es -
presa: lIcerie.iadel poder legislativo , el que
podránegarlasi.fueseun matrimonio indecen-


te el quese pretenda. Si el gobernador se ca-
sase sin: ésta licencia, por este acto perderá
su malistratura y losderechos de ciudadano.'


1 .° .¿Cómo en la jacobínicá igualdad que es-
tablece`:e1::valenciano , puede haber un ma-


trimmiibindecente? 11.° En caso-de que pueda


haberle, por qué no se especifica en .qué


consistirá, cuando se verificará esta
decencia? 3.° Una restriccion que respecto
de un mocarca puede : Ser. importante por la
influencia que 'as relaciones de familia tie-


213
nen á veces en la politica, ¿es aplicable á un
magistrado popular-.que -enacabando su ma•
gist•atura vuelve á la clase de ciudadano
particular ? ¿Qué le, impOrtár',:á la nacion que
se case con quien quiera? ¿SuespOsa suena si-
quien, yárármadai!én dbs n'egodos)pilblicos?


• ¿Qti:1 MIS Id a quesea;hija 1.1ellezucladartaljer-
dugo-1,;Yrue del ciudlda o wonPaccro:? Nuestro
biretri !rept! Mica:ny 'que- antes: lqixiscobacerse
rey , no es entraño que hable alior-aucie, ma•
trimonic~ec,entes. ,7 se haga el abogado de
la sangre azul.


CAPITULO XIX.


Del Senado.


Otra pasmarotada. ¿Qué se pensará que
es el Senado del valentino? El consejo de
estado de la Constitueion actual hecho y
derecho, sin mas variacion que en el número
de individuos que le reduce á 35 , no se sabe
por qué; en la duracion del empleo que no
es vitalicio, sino (le 14 anos, y en alguna
mas intervencion en los negocios del go-
bierno.




214


.''CIPITULO XX.
r2rii


..De: los minzstros.


Vulélve á hablar de ellos, aunque :ya tra-.
tó en ótra parte, y esto es copia de la Cons-


, ,
titucion actual con la diferencia de que son
ocho los ministros, y .de que su empleo-
:du-ra 14.años...


(Se,eóntmiiai.L)


71i


ed,


Sobre el lujo.


Mucho tiempo hace que estabamos re-
sistiendo las tentaciones de hablar so-
bre el lujo; pero siempre nos arredraba
la idea de •que para tratar de este punto
alguna utilidad de los lectores, era indis-
pensable estendernos en una cuestion eco-
nómica, agitada ya y ventilada de mil rna=
rieras, asi por los publicistas como por
los teólogos. Aunque á la verdad la cuestion
está todavia tan en pie como si nunca se
hubiese hablado de ella, con todo eso no
nos hallamos con ánimo de emprender ye•
solverla, ya por no tener que resumir las
razones de unos y otros, ya por no es-
tar del todo seguros de si en efecto está bienb
definida la palabra lujo.


Ateniendonos, como es preciso atener-
nos por ahora, al único testo canónico
que puede hacer fuerza , que es el dic-
cionario de la real academia española, el
lujo es el escaso y denzasia en la pompa
y regalo ; de manera, que mientras- veamos
que en efecto las gentes no se presen-


dt.




r6
tan con pompa, ni se regalan en demasía,
bien podernos estar tranquilos de que no han;
sido estraordínarios los progresos que ha
hecho el lujo. Mas por si acaso hay al-
guno tan escrupuloso que no se atreva á
descansar en esta defitucion que da nues-
tro diccionario, quisimos tambien consul-
tar el de la academia francesa que pasa por
liaStante correcto, y tenemos la satiSfac-
cien' de que todavia puede tranquilizar-
nos mas la idea que da acerca del lujo.
Dice que este consiste en una suntuosidad
escesiva , ya en los vestidos , ya en los nace-


' Eles , ya en la mesa, de lo cual hemos in-
ferido- nosotros que todo ó casi todo cuan-
to se ha estado hablando del lujo, á Id Me-
nos. desde que tenemos uso de razun , no ha
sido mas que, gana de suscitar cuestiones
aéreas, ó acaso un medio indirecto de reir- '
se de nuestra sencillez.


Mil veces se nos venia á la memo-
ria el repetido paSage de aquel predica-


g


1
11r 'aliníniteró -que en tiempos mas de- ,.'lo


mvotos se poa en la Puerta del sol' com-
p̀ungirpungir Lis timoratas conciencias de los agita-
dórá Mara:landa , exhortandoles á que
iériiinciaáen de una vez á las escofietas-, per
nades de zorongo y otros adornos cede


217


no habían usado jamas. Lo misnió al poco
mas ó menos pudiera decirse de los que fre-


- cuenteinente 'estar'
echando en cara á los


empleados .españoles el escandaloso lujo que
ni han tenido, ni tienen, ni probablemen-
te tendrán nunca, interin '<pie sus sueldos
séan tan mezquinos como son y hariSi-
de de tiempo initemcirial.•


Prescindieridd por abolla dé si es ó no
conveniente promover el lujo y con él él
aumento y prol¡VeridId de nuestra indtil-
dtria; y prescindiendo tainbien 'del
jc: .1 que 'pueda tener ,


énial.l 'clilt'unibres .
y


cultura 'de las naciones cuando se lleva á,
cierto -grado (le esceso con respecto á la
riqueza de que gozan, nosotros no nos 'dé-
tendremos mas que á'Preguntar: ¿dónde éliá
ese lujo tan decantado que' dicen 'que da
en rostro al menestral, 'al arleSario y al
labrador? d D'ó'nde se . ve esa Pompa y ese
regalo .


que d 'nosotros siempre se nos
ilir'd'En 'Cía 'Palees se ostenta'n esos 'tre-
nes tan'magníficos para tener' á' 11


. menos
el gustó` 'de' ir á verlos ? ¿En qné casa se
sirven esas comidas tan espládidas com-
puestas número 'ofe. ).platós y de
inanjáreS 'equisitos? NoseitrOS que alguna
vez . heines sido convidados á • las casas de




213
algunos señores que pasan por ricos, y que
en efecto lo fueron alg.un -tia, apenas hemos
podido notar otra diferencia entre sus mesas


y
las que se dan en cualquier fonda por


veinte reales, mas que la de ser servidas
con mayor aseo; pero en cuanto al nú-
mero y calidad de los platos, vive Dios
que habria mucho que disputar. Esto que
decirnos se ha de entender de las me-
sas de los grandes señores, porque en cuan-
to á las de los empleados, es cosa que
causa risa el ver que hayan podido llamar
la atencion (le nadie , como no sea por su
escasez y uniformidad. No es facil con-
tenerla tampoco at oir las esclamaciones
que hacen algunos cuando se trata de re-


bajar el sueldo de los empleados, que no
parece sino que cada uno de estos tiene
una mesa de veinte cubiertos y un par de
cocineros destinarlos á mimar el paladar de
los concurrentes, cuando es rarisimo el
que honra la suya con otra cosa . 414e un
triste cocido, algo mas flaco y mezquino
que el que disfruta cualquier tmediano la


brador ó artesano.
Para averiguar aproximativamente á lo


que se reducen esos lujos de mesa que.
tanto decantan algunos, deseariamos que


219


á Mil tacion de otras partes se presentase anual-
men te un estado del consumo de perdices, pa-
bos , capones, jamones, pollos etc. que se
despachan en Madrid, y se proratease des-


:pues por el número de grandes <le Espa-
ña, títulos, casa real , empleados de


• todas
.clases, comerciantes, eclesiásticos,
res de . graduacion ,• embajadores, viajeros,
fondistas etc: etc. , • y bien se puede apos-
tar que. uno con otro-no consumen me-


,.


dio polio -por. rmes. . coutando los enfermos
„de. los hospitales. Si sé hiciese suma-


.cié
laá. : fanegas de garbanzos! , que salen ,esclu-


-sívamente
•á lucido. en las regaladas me-


sas de . los .empleados y no empleados:de
dentro•y fitera.de la corte, ya se podriaü
arquear las ; cejas-,•v hacer algunos :aspa-
Iientos;, por su asombrosa cantidad;: pero


, ,echarles en cara
lujo y- eh regalo, Mas


• parece .
gana (le hacerles burla, qué no de


corregirlos, y : hacerlos sóbrios.
-Pero á bien que todo se compensa con


•el :escandaloso, hijo de sus esposase; hijas y
- criadoscle:-.1ibrea. No hay rusa comoaáls-
tir al -teatro y á ;. los bay les que suele lha-
ber de cuando en


-cuando, y en viendo
una cabeza y unas manes llenas de bri-
llantes como huevos, no hay que: dudar




2 20
un punto en a segtirár: -que aquel ctierpe-
cito pertenece ái•iirlieropleado
se ve, :si no' saben en-qué gastar esos
en orin•es sueldos; y, como- éstan ademas pa-
erados con .tanta exactitud,. • ne, hacen mas


que l inSultar , 'á , la-míseria publica


y dar á


-tollOs en rostro - consus poinpailyvanlda-des.
Qué'kle sumas nOlibvierten anuUlmen te los


einplealins -.españOleS ,_en...sortijas, ;aderezos,
-peynetas • y drrázal•tes'lle:piedras preciosas
para el!adohm de;sus.Antigeres!,¡Qiié 'a soM


-15Yesaslcantidadesl.de'Warnera'rio se estraen
pbe.'Sir cuenta en' cambio de unos; eárbó-
nes ; y.lno más es' en 'eldengua-


ellhímileote l inri magnífico ¡ So-
bre; que:es vn e-seándalolpie, tieneenico ns-


=ter,naoion ,. á,' naturales ..'r!estrangerns!.
,)1911A.Sise.'esplicansztlkunos; toMas , adini-
,rable • es :qu'ese esplida'n :delnuy bnewaie,
'creyendo , pie es -Nerdad lo que
'lo que piensánj:Pevo ipor!'desgracianolso-
lo no:es:cierto, sino que está, tznuyidistan-


.1tekei r podertoser niíentrás,liíereynen las
-ideas:actuales • acerea -nde los: iiiconvenientes
-didetujo- y de--.'l'as.,Yentáj ás ,de, lea •pobreia.
°Hace. ya • tantos. 'años los - :españoles
tamos empeñados en-, :hacer todo lo con-


, trarioi-, de lo que. se practica • en ,,otras.-:na°


• 221
dones ' sobre todos los ratnOsAe la eco-
nomia, que,-no es estraño giro nos pa rez-
vá. o,bjeto:Aeauio el comer, et vestir y -el
derniir, en cama. En otras naciones .Se de-
sea y"Sel,aplaude.que .los ricos. galleo to-
das sus . rentas en cuantos caprichos:


, les su-
giera su unaginaeion ,.a fin 'de que reflu-
yan . de este mOdo i á ,


las.
clases menestero-


sas; aqui se les ninintlga,, se les .critica,
y se les hace por fin ser hipócritas .


de una
pobreza fingida, hasta que aburridos y fas-
iidiados . de semejante pesadez huyen á Fra n-
cia, á Italia ó á Inglaterra,, donde no se.
les cuenten los bocados. En otras partem
se desea y se aplaude que los empleados
superiores conviden á su mesa, ya dia-
riamente, ya en determinados dias de la
semana , á sus inmediatos subalternos ó á
los habitantes de distincion , porque de es-
te modo consumen una gran parte de sus
sueldas en eI pueblo mismo que se les pa-
ga; y porque esta comunicacion franca
que generalmente se tiene durante la co-
•ida.,. facilita mucho mas d'arreglo de una
multitud de objetos administrativos que
acaso no se lograria de otro modo. ¡Cuán-
tos establecimientos de beneficencia y de
policia urbana dejarian de existir en Fran-




222
eia ó se habriarabandonádo,. si los pre-
fectos no hubieran podido ó sabido apro-
vecharse de aquellos momentos en que el
ruego ó las insinuaciones de una autoridad


les franquean el corazon y el bolsillo de
sus administrados! Pero es bien seguro que
si un gefe político en España se valiese de
estos mismos medios, no tardaria en ser


motej ado y señalado acaso como una pie-dra de escándalo, 'diciendo que insultaba
á los descamisados de la nacion.


Es tan ridícula la mafia que se ha apo-
derado de algunas cabezas, queriendo que
de' pronto nos manejemos todos á la es•4
&darla, que cada vez que se les oye de-‘
clamar sobre que solo se distingan los ma-
gistrados á fuerza (le vittades, le da á uno
gana de . preferir los vicios de la corte del
gran rey mas bien que una especie de vir-
tud tan fuera de propósito , y tan perjudi-
cial al público. Digase enhorabuena que á


'
lós empleados no se les da mas porque no
hay MAS y porque no es posible que na-
die dé lo que no tiene; pero tenerles
muertos de hambre' y con los calzones re;=
wndados, yvenirse luego á echarles
cara el lujo , es el colmo de la mentecatez
con sus ribetes de insulto.


223
No hay nadie que no declame contra


el escesivo número de empleados ; y á la
verdad que en esto tienen sobradisi ►a ra-
zon; pero tratar de disminuirlos convir-


- tiendolos en otros .tantos mendigos, es un
M edio bastante original , y mereceria paten-
te de inveneion. Afortunadamen te que las
Cortes han puesto una traba invencible con-
tra la manía del cesautismo, porque si bu-
bieramos tenido la desdicha de ver á otro
ministerio encaprichado en la idea de que
se espachurraba el sistema si no se _renova-
ban todos los empleados, antes de un año
exigiria el estado de la nacion que se les
pusiese á la sopa económica. Entonces sí
que brillarian esas virtudes de que ahora
carecen por el maldito lujo escandalizador,
y entonces si que inspirarían respeto, con-
sideracion y


•.conlianza de parte de los que
pusiesen en sus manos sus intereses. Pero
en fin , si la nacion llegase á semejante es-
tado, enhorabuena que los empleados de
ella participasen de su suerte; mas no se
les escarnezca el dia que se pongan cami-
sa limpia.


Concluyamos pues asegurando que to-
do eso que se ha dicho acerca del lujo de-
be entenderse para cuando le haya ; pero




2.14


que. por ahora no solo no le gastan los
empleados ni los. grandes, sino que unos
y otros estan proporcionalmente muchos
grados por bajo de la decencia. Que aun-
que en el filia no sea esto tan reparable
por el estado de atraso en que 'se halla
la nacion , en lo general debe mirarse co-
mo una desgracia, no solo por ser un sig-
no evidente de pobreza, sino porque tam-
bien es una de las causas que la motivan.
Que lejos de motejarse el lujo prOporcio-
nado á la importancia de los empleos , con-
vendria mucho estimularle por medios in-
directos, y aun ridiculizar á los que bajo
el -lelo de la modestia caen en —Un es-
tremo contrario. Y finalmente que por
mas que crean algunos conciliarse con esto
método el aplauso de los labradores,. ar-
tesanos 5, menestrales, esten persuadidos
de que solo podrán agradecerles su bue-
na intencion, mas no el beneficio que re-
ciban con la persecueion indirecta de los
que gastan algun lujo; pues en efecto si
llegase á destruirse el poco que hay to-
davia en España, pereccrian necesariamen-
te casi todas las clases industriosas. El la-
brador no' puede. aspirar á disfrutar algu-
nas comodidades sino. donde haya cierto


Jlujo en las mesas


.22
, y los fabricantes , los


comerciantes, los artistas y los artesanos
todos ltegarian á perecer de hambre si por
desgracia llegaran á adoptarse en la prác-Iica esas con tírmas eselarnaciones que al-
gunos tienen por unos sublimes rasgos de
patrio?i‘


mo y de econoinia política.


TOMO xvi.




a26


Estracto de larefatacion del nzanifiesto publi-
cado por algunos individuos del aranta-
miento constitucional de. Falencia: por su
efe político don Francisco Plasencia.


Van poniendose ya tan en claro los suce
soí de Valencia, O por mejor decir, se van
poniendo tan al desnudo los sugetos que los
motivaron , que apenas se pasa dia sin que
se desengañe un centenar de . personas de que
todo ó casi todo lo que se les quiso hacer
creer á las Cortes y al público sobre el acae-
cimiento del 17 de marzo en la retreta de
los artilleros, no fue mas que u n puro embro-
llo y una calumnia grosera. Poca duda nos
quedó á nosotros ni á casi nadie de los que
leyeron los partes del ayuntamiento y de las
autoridades superiores de aquella provincia,
de parte de quien estaba la razon; porqu&
el conocimiento personal que teniamos de
los sugetos no nos dejaba motivo para du-
dar sobre quién era el que se proponia ilus-
trar la opinion del congreso, y quien soli-
citaba sorprenderle.


Pero como aquel suceso no era mas que


227
una secuela de las ocurrencias dela misma
capitalffln los dias 7 , 8 y 91111,enéro de es-


' te ailn.liabia mucha mayor facilidad para
no equivocarse en atribuir el mismo espíri-
tu á aquelstie á 'estos. Con este motivo ha
dado á luz el gofo político superior de aque-
lla provincia , don Francisco Plasencia , una
refutacion deG manesto que algunos zudivi«
duos aquel ayuntarniento constducional
publicaron ron fecha de 20 de marzo, en la
cual refutacion no se contenta ron poner en
claro los hechos, que esto solo era bastante
para avergonzar á la fraecion.de aquel cuer-
po, sino que pinta con


.1ores muy vivos


í los tales individuos del ayuntamiento, y
á los denlas promovedores.. de los desór-
denes que tanto han afligido á aquel vecin-
dario.


Antes de principiar á estractar algunos
trozos importantes de esta refutacion, no
pedemos menos de recordar nuestros anti-
guos clamores á los hombres de bien por
el punible abandono con que miraron en su
tiempo la concurrencia á las eleciones, que


d
es la época de donde nacen casi todos Jos
esórdenes que se han esperimentado, y


los que acaso 6e esperimentarán todavía en
la nacion, Hubo muchos pueblos en que los




Mas de los n'e' ¡M'in por hombres •ele juicio
Ve•abstitil'erbn'tW concurrir ó tuvie-


rón la debilicia á de ceder- . á lal:Sáíe
rnáiásá


intrigas de una tOrtá pOrcion de 'osados, los
éttales lograrOn''asi poner en estOS'iinpor.,
tanteS déstin os á . sugetos mn y despreciables.;


y .'iiueStos una vez én posesion de ellos, nohaVluien les quite el título de autoridades
peiptilareS, aiinqnée sepa muy bien que el
piteblo no tuvo ninguna parte en su . 'elec-


-ción.
Culpense ptieg á sí mismos los .qrte abo


ra se
quejan lelo que no supieron b no qui


Sieron remediar, y sirvales de escarmiento




lo que pasó en muchas partes á fines del .año
pasado, para evitar que •no ocurra lo mismo
én este, y que no pueda nadie explicarse con
verdad acerca de liingun ayuntamiento en
los términos en qne se esplica del de Valen-
cia s-n mismo presidente. Empieza pues su
refotacion manifestand o la ¿dura necesidad
en que se halla de faltar algun tanto á la mo-
deramon y decoro con que debe espresar-
se un hombre publico enun pais de civiliza-
cion y de cultura. Manifiesta luego su justa
indignacion al ver que una pequeña y detes-
table parcion de españole s llegase al ést•emo


frenético de comete?' con audacia crimen es con-


229
tra la Constitucion y las lores tila vista r pre-
sencia'de inumerables. gentes . , y desfigurarlos
luego en términos que: aparezcan .ó cómo 'vir-
tudes cívicas, ó corno ataques injustos delpo-
der. Este periodo no nos .pareee aplicable
solo á Valencia, sino á casilodos los pueblos
donde ,se han verificado repetidos desórde-
nes de•año y medio á esta parle. .Es. cosa


',muy singular que de cuantas averigilacio-
nes judiciales se han hecho legaltnente , con
tal que por el bien de la paz no sé haya so-
brcsei d o en ellas, siempre. ha resultado que
la Coristitucion ha sido infringida , y atro-
pelladas las leyes' por aquella: misma peque-
ña y detestable porcion de españoles que mas
alto grhaban viva la Constitucion , y viva el
imperio de la ley.


Como este señor gefe político conoce
bastante al pueblo de Valenciai; distingue
perfectamente la verdadera,,opinion : y sexi-
timientos.de los valencianos, y ‘el.odio que
profesan 'a una cortisiznaporéden de-hombres
depravados que han perturbado-da tranqui-
lidad pública 'cuantas veces les ha conveni-
da para consumar sus iniquidades. Dice el
señor Plasencia que no se7 hubiera abatido
hasta el punta de. impugnar semejante ma-
nifiesto , si no supiese el fin con que se ha




n3e)
escrito, y la parte que ocupa en el. plan
de los anarquistas. Tiene ,.muy buen - cui-
dado de advertir que cuando' nombra ál
ayuntamiento ha de entenderse siempre de
la parte de él que fue elegida para el año de
x822; y en esto coincide perfectamente con
lo mismo que nosotros hemos dicho acerca
de la negligencia con que se miraron las
elecciones. , Pero se estiende algo mas so-
bre las circunstancias que deshonraron las
.de aquella ciudad y de que ya tuvimo5
noticia á su debido tiempo. Estas circuns-
tancias son las de haber intervenido los
puñales y aun causadose heridas para ame-
drentar y alejar de las votaciones á los hora-'r
bres de bien.


Cuantas personas se interesen en el bien
general. de la nacion no podrán menos de
ver con 'él mayor dolor espuestas al pu-
blico, nada menos que por la primera
autoridad de una provicia, tantas abomi-
naciones; de las, cuales bastaria la menor
para inspirar-absoluta desconfianza de un
cuerpo que la Constitucion destinaba á
ser el-protector y administrador de los pue,
blos, y á quien confió el cuidado de casi
todos los ramos que constituyen su pros-
peridad. Pero lo que mas desconsuela es


231
ver comprobado el abuso que tantas ve-
ces hemos procurado ridiculizar, de dar el
nombre de pueblo á aquella corta porcion
de seres despreciables sin patria ni hogar
que de algun tiempo á esta parte estan
tiranizando á la casi totalidad de los veci-
nos honrados. Por eso no cesamos ni cesa-
remos (le repetir que la principal culpa
de casi todos los males que afligen á los
pueblos consiste en la debilidad ó mas bien
en la cobardia de los que se llaman hom-
bres de bien y ciudadanos pacíficos , los
cuales abandonaron la única defensa cons-
titucional que tienen en su mano, que es
la asistencia puntual y constante á las elec-
ciones parroquiales. Ni basta asistir mate-
rialmente á votar por el primer nombre
que llegue á sus oidos, sino que es indispen-
sable fijar antes su opinion propia, obser-
vando á sus conciudadanos, y procurar ilus-
trarla con los informes de las personas que
gocen de mejor concepto. Si esto se hubie-
se hecho desde los principios, á buen se-
guro no se hubieran oido tantas quejas, ni
se hubiera dividido tanto la opinion, ni mu-
cho menos podría ponerse en duda , como
lo hace el gefe político de Valencia, de si
pueden llamarse elegidos por el pueblo,Mu.




232
ellos de los que componen aquel ayunta-
Miento constitucional.


Descendiendoluego al pormenor de los.
medios que pusieron en práctica los albo-
rotadores de todas las épocas que mencio-
na, no puede menos de recaer sobre la in-
dignidad de haber procurado diseminar la
desconfianza contra los indivithos del se-
gundo regimiento de artilleria. A la verdad
parece increible que llegase á tanto punto
el descaro y la ,falta de pudor con que se
quiso engañar al congreso y á la nacion
entera, pintando con tan negros colores á
unos militares sin euya'virtuosa decision es
muy de temer que despues de mancharse
Valencia con un crimen horroroso y san-
griento , hubiese sido abiertamente holla-
da la ley fundamental de la monarquía.


Acaso seria oportuno ahora estractar
"'igualmente el manifiesto que, con igual ob-
jeto acaba de publicar el cuerpo de arti-
llería; pero habiendose consignado ya en
varios periódicos la multitud de falsedades
y mentiras groseras que contenia el parte
del ayuntamiento, y hechose ya patentes las
equivocaciones que padecieron algunos se-
ñores diputados de aquella provincia., lle-
vados sin duda de celo. por el bien de sus


.t33
comitentes, no hay necesidad de insistir
mas en ello , singularmente cuando nos es-
tamos ocupando de un documento de tal
importancia, cual 'es el del gefe superior
político de la misma. En él se dice que ja-
mas ha habido ni hay la menor oposicion
entre los artilleros y el verdadero pueblo
de Valencia: d ni cómo podria haberla cuan-


-do uno y otros aspiran á lograr un mismo
objeto , que es la conservacion del orden
y la consolidacion del régimen constitucio-
nal? Tampoco la hay entre estos y los
antiguos concejales, de quienes no apare-
ce ni siquiera una firma en cuantos escri-
tos se han publicado sobre estos desgra-
ciados sucesos, sino 'que donde únicamen-
te hay esa terrible oposicion es entre los
que recien colocados .


en las sillas municipa-
les , inespertos por consiguiente en el arta
práctico Ve- gobernar un gran vecindario,
compuesto. de hombres buenos, malos,
simos é indignos de la- sociedad, no quisie-
ron aconsejarse con sus compañeros e5peri-
mentado:9 en el m'U, Ultimo. No hubo , dice, ta-
les excesos entre los artilleros y el pueblo va-
lenciano, sino cuando mas pudo haberlos
entre algun otro soldadó y los alborotado-
res y revoltosos, que es á quienes llama esa




34
fraccion del ayuntamiento pueblo pacífico,
inocente é inerme.


Acusa altamente al ayuntamiento, de
haber comprometido su autoridad, é inten-
tado arrancarle su anuencia para violar las
leyes ó atentar contra su persona , si no
hubiese tenido bastante valor para resistir
a sus esfuerzos. Le echa en cata con toda
la indignacion que inspira el convenci-
miento de la justicia , haber sido el pro-
movedor,protector ó cómplic4 de los supues-
tos insultos de los artilleros, y de la tra.
moya para hacerles salir de aquella ciu-
dad. Da el título de verdaderos amotina-
dos á los que alli (i y en cuántas otras par-
tes podria decirse lo mismo ! ) se presen-
taron en diciembre último á pedir la ino-
bediencia al gobierno de S. M. , la inde-
pendencia absoluta de hecho, la instantá-
nea muerte del general Elio, y la depo-
siciou de los empleados que no pueden ac-
ceder á estas criminalidades. Se queja amar-
gamente de que al paso que ese trozo de
ayuntamiento afecta defender la libertad
de cada uno de los ciudadanos que iban
á quebrantar las leyes, solo procuraba com-
primir la libertad que necesita la primera
autoridad para protegerlas y hacerlas eje-
cutar.


135
Por último, despues :de ir desvanecien-


do página por página todos los erorres y
faltas de buena fe que abundan en el sur.'
sodícho manifiesto , concluye con las sl-
guien tes palabras : ‹< Tampoco me cansaré
yo mucho en confirmar mi- asercion , (le que
el ayuntamiento estaba muy empeñado' en
la maniobra de espulsar al regimiento de ar-
alada, ya por lo que va dicho anteriormen-
te, ya tambien porque todo su manifiesto
se dirige á probar exactamente esto mismo,
incurriendo en mil contradicciones, aña-
diendo y quitando lo necesario para que
resulte un todo que parezca sinceracion de
la conducta de los alborotadores.


'Creo ocioso detenerme en probar que las
ocurrencias posteriores de esta capital tienen
el uCsmo origen y fin que las de enero, y en
ellas han representado su papel correspon-
diente los mismos ciudadanos pacíficos que
en las anteriores. Desengañemonos de una
vez, mucho tiempo ha que la nacion es;
perimenta violentas sensaciones por parte
de ciertas gentes á quienes no conviene el
imperio de la ley, porque en efecto en él
se anonadan y pierden la fuerza y la espe-
ranza de un dia (aciago por cierto) en que
sujetas las leyes á sus caprichos, y necios




236
y criminales proyectos, se desplome•el
flojo político del estado, sepultando en sus
minas todos los beneficios y garantias de
la sociedad.


«Si la opinion pública pudiera dé • al.
«un modo haberse estraviado con la att
mirahle importancia que en la sesion de
Cortes del 2 z de marzo último se dio
á la ocurrencia en esta capital_ en la na.
che del 1 7 del mismo con la retreta del
regimiento de artilleria , hablaria largamen
te y con justificacion para deshacer las enor
mes equivocaciones con que en dicha se
sion se produjo, particularmente el • dipu-
tado Marau , desmulaudose del. impasible
caracter de legislador para persopalizarse de
un modo indecoroso contra quien por mil
títulos merecia su .consideracion. Pero bas-
tará que sepan todos los españoles, que S. S.
apenas podrá probar una palabra de las
muchisi mas que aventuró, en vez de que
es muy sencillo hacerselas retractar necesa-
riamente, y sin que pueda oponer resis-
tencia alguna.),


23;


TEATROS.


Marta imaginaria.— El va lle del Torren-
te.-,,:Carlos d venturas de
l'eke/i.— Las ruinas de Babilonia.


Estas cincos piezas pertenet en al gé-
nero llamado ridíctilamente comedias de
teatro. El espectador- tlesoues de haber lei-
do el anuncio no tiene derecho para exi-
gir versilicacion, buena descripcion de ea-
ráctéke'¿. ;''ecOnonlia cntiVeniente en la


: soto puede exigir que las decora-
ciones esten bien hechas y servidas., los
bayles sean agradables y los tragos magní-
ficos.


Las decoraciones -qne debian servir
.
pa-


ra Marta imaginaria eran, eseele.,. ntes ; pero
se sirvieron muy mal: Todo el 'mérito de
esta comedia de • mágica consiste en las
transformaciones, y estas-son muy difíciles
de ejecutar con exactitud y ligereza sin
grandes gastos y sin mochos ensayos.


El valle del Torrente es la única que
entre todas las domas merece algun




238
sis. El protagonista es un joven mudo des-
de la edad Je ocho . arios. Contrajo esta en-
fermedad del horror que le causó ver ase-
sinar lUstrpadre3 , y recobró el habla ,oeho
arios despues por la conmocion que le cau-
só la vista del asesino , cuyas facciones se
le quedaron profundamente grabadas. Los
fisiologistas dirán si esto es posible; sin
embargo se da por cierto el hecho , y se di-
ce que sucedió en Lourdes, pueblo - del
condado de /3igorre, en 1621. Esta come-
dia tieie dos decoraciones hermosas y que
produjeron un efecto muy agradable en
la representacion.
. Carlos el temerario escede en absurdi-
dad á todas las piezas de nuestro teatro an-,
tig-uo. Las aventuras de Tekeli son mas agra-
dables; y el ocultamiento del héroe ya en
un tonel, ya en un saco de harina, no dejan
de inspirar grande interes hácia él, y mu-
cha lástima al pobre criado que tiene


que llevarle acuestas. Esta lástima se au-
menta considerablemente cuando el actor
es hombre fornido y de peso.


El enlace de las Ruinas de Babilonia
consiste en la urania de un sultan que da
su hermana . en casamiento á su general,
bajo la condicion expresa de, que no han:.,


239
d tener llo -s. Esa condicion fue precisa-
mente la primera cosa que olvidaron los no-
vios. De aqui la necesidad de un subter-
ráneo donde ocultar al niño, de un tray-
dor que diese el soplo al tio (porque si es-
te, no lo llegaba á saber no habria comedia),
de varias persecuciones que sirven de prue-
ba á la constancia y á la ternura de los
dos amantes, de una tropa de beduinos que
los libertan, de una conspirador '


en que el
esposo manifiesta ,


su lealtad, y de un hijo
del sultan que consigue el perdon de sus
tios; con el cual quedan los espectadores
muy contentos.


ANUNCIOS.


Cartilla agraria, ó sea la práctica da
la agricultura y (le la ganaderia , segun los
autores mas clásicos de estos tiempos: dis-
ptiesla por el coronel don José Espinosa.
Cuaderno V, en que se trata de las enfer--
medades del ganado : del aprovechamiento
de la leche y sus compuestos : del modo
de cruzar los machos con las hembras para
mejorar /as razas etc, etc..




- .Selvende en esta corte en la libredk, de
Rodriguez á 5 reales vellon ; y á 5 y.11,,,en.
viandole fuera franco de porte.


Los animales parlantes de Casti, tradu-
cidos al español en el , mismo metró y nú-
mero de versos que el original italiano. Can-
to, z..° Se hallará en .la libreria de Cruz
enfrente de las gracias de san Felipe, á 4 rs.:
puede ir en carta.


No pudiendo dudar ya el traductor del.
aprecio con que se ha recibido generalmen-
te su trabajo, esperamos que como prome-
te no defraudará al Parnaso español 'cle un
poema tan celebrado y tan del dia, en que
se han hecho familiares las voces despot4,


nao,
democracia, aristocracia ect. , pudien‘


decir en elogio de esta dificilisima traduf
clon, en que se han estrellado otros in"
nios „que esta no solo conserva toda la gra-
cia y ganarla del original, sino que hay es-
trofas en que el idioma español, diestramen-
te manejado por el autor, le da un realce con-
siderable.


EL CENSOR,
PERIÚDICO POLÍTICO Y LITERARIO.


N:c?


S zkEADO x8 DE Brivó hz 182,


licilexiones sobre la nota del .gcneral Fr-
mont al gobierno de Nápoles,


Asta nota pertenece á aquella clase dé
fenómenos diplomáticos 'que solo se ven en
este siglo. La santa alianza autoriza al Aus-
tria para emplear sus fuerzas en el resta-
blecimiento del poder absoluto en Italia, y
para ocupar militarmente desde los Alpes
hasta el Lilibeo. La libertad cae en Nápo-
les: el nuevo gobierno, fiel al principio
del terror, carácter universal de todas las
especies de despotismo , persigue, proseri-
be, atropella , aprisiona y asesinajurídi-Tolo XS'I.
x6




242
camente á todos los que cree enemigos s


e


-


yos. Será verdad , si se quiere, que el g-


neral FrilTIOnt
no ha dejado de dar con-


sejos
de prudencia y moderacion al nuevo


g-obierno: la seguridad del ejército que
manda, y que puede perder mucho redu-
ciendo á la desesperacion á los infelices n a-
pol i tan os , lo exige asi. Pero tambien es cier-
to que el gobierno austriaco 1 recibido


como
prisioneros en las fortalezas de Hun-


gría un gran número de deportados napo-


litanos, sin que se se pa ,
dice 111.r..de Pradt,


hasta que' punto es glorios o
y útil á un gran


monarca ser el carcelero -de otro.
La Europa creta , y -creia






elbien , que


que quiere el fin, quiere tambien los medios
necesarios para -.


el , y que el que desea
restablecer el gobieroo'arbitrario, no puede
desentenderse de las condiciones inevita-
bles de su Itistencia. Al e


d mD
peradorarcade


Austria y de lisia, al rey e inamZu


y
á los príncipes que se hallen en su sima-


cion les es lícito ser clementes y m


-ode


Tados, aunque su gobierno seadespótico,
porque reynan sin oposicion. En sus es-
lados no tienen todavia las doctrinas liber


sale, la consistencia necesaria para ataca
al poder. ¿Pero es posible lo mism


o-o al g


.


.:,-nerno de Nápoles pie tiene la conciencia
-de su debilidad, que sabe que no debe su
efímera existencia sino•á las bayonetas es-
trangeras, que .tiene por enemigos á todos
los que saben leer y escribir, y que rrounc-
cie esperar mas apoyo que el de la fuerza
armada no nacional? Aconsejarle la clemen-
cia es lo mismo que aconsejarle que deje
vivos'y armados á los enemigos que han
de triunfar de él. Esperemos algunos.dos:
las ideas liberales penetrarán en Austria, y
•formarán un partido de oposicion: vere-
mos si entonces el gobierno austriaco usa
de la ct7 illeacii,a para- conservar el poder ab-:
sol nto.


En efecto , no debernos :engañarnos so-
-bre la situacion actual de Europa. La lu-
cha está empeíiadl-a entre la ignorancia an-
tigua y la ilustrador'


moderna : entre las
preocupaciones -y la verdad: entre los de-
rechos y los priyilegios


.: entre la civiliza-
dor/ y la barbarie': entre la libertad que
todo la anima, y el despotismo que todo
lo destruye. La guerra es de muerte; es de-
cir, sean los que fueren los trances é in-
cidentes de la
ó ha de perecer el


Dotismo ó la libertad.
¿,Qué recursos quedan á los deposita-


11~




944
rios del poder? No mas que dos: ó matar


á los hombres y las ideas;, ó
transigir con


unos y con otras. No hay partido medio


que seguir. El primero es impracticable.
Facil es matar los 'hombres; pero no es
dado á ninguna fuerza humana volver á
encerrar en el sepulcro de la barbarie la
masa actual de los conocimientos. Es ne-
cesario pues que el poder transija. No sa-
bemos qué podria responder para invali-
dar estas consecuencias la asamblea de to-
dos los vaybodas y boyardos del universo.


Si el rey de Nápoles se hubiera presen-
tado en su capital . con una conStitucion
en la mano, que aunque hecha en Lay-
bach, contuviese corno la de Polonia, Ba-
viera y Wurtemberg las garantias mas pre-
ciosas de la persona, la propiedad y el
pensamiento ; si conservandole al trono
una prerogativa política muy estensa hu-
biera colocado las libertades . -civiles al


abrigo de la arbitrariedad; si se hubiera
dejado á Nápoles y á Sicilia la constitu-
don que tuvo esta isla durante la ocupa-
eion de Nápoles por Murat , entonces hu-
biera dicho la Europa: la santa alanza
quiere una transaccion amistosa: el rey de
:Nápoles por consejo de sus aliados va á ter-


245
minar sus desavenencias con su pueblo. El
trono quedará tan defendido como la liber-
tad. Esta garantía recíproca hubiera ter-
minado la revolucion ; y por mas injusta
que fuese la intervencion estrangera , por
lo menos no se podría negar que en aquel
momento habia compensado sus injusticias
con los bienes que hubiera producido en
'el pais sometido á su influencia.


Mas no fue asi. Cuerpos provinciales
meramente administrativo, y un consejo
privado con voto de consulta : hé aqui las
garantias, no solo mezquinas, sino nulas
para la libertad napolitana que se han con-
cedido. La Europa debió creer que la in-
tencion de Laybach no era transigir; y por
consiguiente debió creer que su proyecto era
matar, si no tanto como se necesitaba para
afirmar sobre basas sólidas el despotismo,
á lo menos todo lo que fuese posible , en
atencion al proverbio antiguo: de nuestros
enemigos los menos.


Nosotros y la Europa entera con no-
sotros podrá censurar bajo muchos aspec-
tos al gobierno de Nápoles: mas no es
posible imponerle la nota de inconsecuen-
cia. Debió transigir con las luces y las
necesidades de la generacion actual: si no




P.


►1?


'241
quiso hacerlo , ó no le fue licito por'-
que Laybach le habia atado las ma-
nos, como se cree generalmente, no le que-
116 otro arbitrio. para existir que la pros-
eripcion de sus enemigos. El que tiene en.
su; Mano el poden físico puede adquirir sin
riesgo -él poder moral que resulta de las.
concesitires liberales, las cuales se miran
entonces como espontáneas, porque nin-
011a fuerza coactiva obliga á hacerlas. Pe-


l'él
si se renuncia á la adquisicion de este


poder
tan saludable para los reyes corno pa-


ra las naciones ;. si se 'concentran todos los
apoyos del' trono en la fuerza física, entonces.
es preciso, so pena de muerte-, dar & esta basa
talla la estension posible; hacer que obre la
fuerza hasta en los puntos donde no se apli-
ca; centuplicarla por medio del terror, y
cOmprimir no solo los labios sino hasta la
memoria. Tal es , lia sido y será la con-
ducta del despotismo , que quiere con-
servarse en su estado de pureza y per-
fecciori, sin liga ninguna de afecciones li-
berales.


Conozcamos la situacion resbaladiza del
poder arbitrario, y lamentemos la suerte (11,
los pueblos sometido s á su accion. El del-
potisrao puede hacer todo el mal que quie-


.247
re: en esta parte no tiene mas limitacion
que la de sus sospechas ó sus caprichos;
mas apenas puede dar un paso en la lí-
nea del bien.. La clemencia y la genero-
sidad, estas dos virtudes. del poder que lo
hacen ó amable ó á lo menos tolerable,
le estar/ severamente prohibidas 'por la ley
de la. propia conaervacion. El despotis-
mo muere el dia que perdona. Sus con-
cesiones acaban con las condiciones esen-
ciales de su existencia-.


Conozcamos al mismo tiempo cuan
activa es para el mal , cuan estera y
mezquina para el bien la intervencion
de una potencia en los negocios :interio-
res de otra. Pudo el Austria destruir la li-
bertad en el reyno de Nápoles : despees res-.
tablecer el despotismo; mas no le ha
do posible hacer lo que el gobierno.impe-, '
rial hace en sus estados, es decir, gober-
nar con suavidad y clemencia. Esto- nace
principalmente de la imposibilidad moral
que hay para que sea moderado un go-
bierno que se pone en lucha abierta con-
tra los intereses é ideas de su nacion ; pe-
ro aun en la hipótesi de que esto fuera
posible, no seria menos cierto que el
Austria no lo conseguirla del gobierno ua-




WI-
politarm. El poderoso hace grandes esn
fuerz os para obtener lo que le interesa ; y
al' cabo lo obtiene á pesar de todas las.
dificultades: por eso el Austria ha conse-
giiido , ocupar la Italia y oprimir. la liber-:
tatL-Pero en aquellas materias que solo in,
teresan á los pueblo -s i sobre quienes el po-..
cleroso ejerce su intervencion , se -conten.i
ta ordinariamente .:con notas; observacio,
nes- ..y consejos saludables; es con
dar los pasos que bastan á libertarlo- del,
compromiso en que lo ha puesto su inter-
~Clon aunque sean insuficientes para pro-.
ducir los buenos resultados que seiafec,
ta] solicitar. Por eso el Austria no lia.con,,
seguido. y á pesar de las notas llenas de hu,
manidad del general Frimont , que el .go,
hiel-te-de Nápoles renuncie á los proyec-
tos • de proscripeion y de venganza.


Es evidente pues que el Austria no ha
querido eficazmente que el gobierno na-
politanó usase con. moderacion de la -fuer-
za que habia recobrado , ya porque el
poder .absoluto no puede ser moderado, si


ctiando . impera sin obstáculos, ya por-
que hemos visto ,que en Laybach-, se en-.
tregó, lal rey. de Nápoles su antiguo podel.
sio, sin :obligaric 'á !dar á sus pueblos -la.


2.49,
mas ligera garantía: si se queria un régi-
men moderado ¿por qué no se le dictó si-
(Ojera una de esas constituciones que se
dice que :


son buenas porque emanan del
trono, y que á lo menos hubiera :puesto
á cubierto las libertades civiles de los na-
politanos?


Nosotros consideramos las notas del ge-
neralfriniont ó como un documento de su
humanidad y sentimientos privados que le
han grangeado de Canosa, ministro de la
policía, las calificaciones de revoluciona-
rio y anarquista; ó cuando mas como un
resguardo que toma anticipadamen te el Aus-
tria para el .


día en que la Italia y la Eu-
ropa le digan: tri no. has sido mas que un
instrumento de venganzas. En el estado ac-
tual . del mundo civilizado la diplomacia
mas absoluta no puede dejar de tomar pre-
cauciones contra una acusacion tan odiosa.


No olvidemos la época en que las.,no,
tas del general Frirnont se hacen públicas;
porque la coyuntura es todo cuando la di-
plomacia no asienta sus basas en los inte-
reses generales-. Cuando la intervencion del
Austria y de la Inglaterra ha sido dese-
chadaen las desavenencias de:Rusia y Tur-
quia; cuando un terrible incendio escita-




250do en el oriente de Europa amenaza con
fiag-racion universal; cuando se va 11 abrir
para la política una escena vastisitna de
intereses complicados y opuestos', cuando.
está _próxima á estallar una guerra •de


re-


ligion , de política, de- libertad, de elvili-
zacion; en fin


q uia aus-
, cuando la ar


triaca se ve colocada en la diata alterna-
Fi.


tiva ó <le JuChar centra su terrible aliada
la Rusia, é de dejarla adquirli tales fuer-
zas que hagan inutil toda lucha eá lo fu-


. turo ::entonces es cuando se publican notas,
que anuncian tiernos sentimientós. de be-
nevolencia hacia los pueblos italiano s


, y el


pesar de que se les haya tratado •con el
cru


enel.-
dad entonces es cuando se muda l
guage de Laybach , se anuncia corno pe-
-sible ta evácuacion por no ver converti-
tidas sus tropas en instrumentos de opte-
sien ; en una palabra se proclaman los' plín-
ripios de la moderacion contradictorios con
el poder absoluto.


Si se combinan todas estas circunst an-


cias no será temeridad el creer que Tae a
cesidad de reforzar_ los ejércitos de Ilungri
y Transilvania obligue al Austria;á buscar
los medios de reconciliarse con los puebles
de Italia y conservar por medio de la be-


25-:c
nevolencia el influjo que por ahora no se-
rá posible obtener por la fuerza de las ar-
nias. lié aqui otro nuevo ejemplo de ab-
surdidad de los principios en que se fun-
da la diplomacia moderna. El Austria, antes
de la invasion.de Nápoles, era fuerte y muy
fuerte en Italia. Ocupa militarniente el cen-
tro, el mediodía y eI occidente de aquella
península. Sus líneas llegan basta las fron--
teras de Francia. Y d- alié ha conseguido con
esto? Nada Mas que debilitar su imperio
en aquella hermosa region de Europa.:111as
dominio ejercía Napoleon en España cuan-
do no habia en ella ni un soldado francés,
que cuando era dueño de Barcelona y ',Ma-
drid, y establecia líneas delante de
Lo mismo la sucedido al Austria. Su ope-•
racion de t8zr ha•ido muy impopular,. y
por consiguiente ha disminuido su influen-
cia. Los gabinetes de los príncipes son ya
muy poca cosa 'él:poder reside en las afec-
ciones m'orales de los pueblos. A esto nos
ha traído' la civilizacion; esta ha- sido SU -
Consectionciá necesaria; y es precisó o ad-


con todas sus condiciones, ó que el
siglo retrograde á la barb:Arie.


Nada puede ser mas util á lá Italia que
el desengaño del Austra l


ocasionado por.




252
la experiencia y por las circunstancias: Por
otra parte, ya no es posible disimularlo :
Europa necesita crear un gran poder en
Italia: el Austria tiene mas necesidad que
nadie de él, corno la mas cercana al colo-
so amenazador, que la oprimiria antes.que
á los (lemas. Y ¿cómo se puede formar en
Italia una gran potencia, sino .al favor de
las instituciOnes liberales ? En un pais ci-
vilizado y corrompido ¿cómo se pueden
formar ciudadanos y guerreros sino por me-
dio de lbs principios robustos de la mo-
narquia constitucional ? Nosotros estarnos
tan convencidos de esta verdad que no du-
dariamos aconsejar al Austria que fuese
ella misma la que reuniese el congreso ita-
liano, y moviese á sus príncipes á dar cons-
tituciones liberales á. los pueblos. No aten-
damos á los caprichos momentáneos de las
pasiones, ni á intereses particulares y mal
calculados , atendamos ílin interes gene-
ral y europeo. Prevengamonos , contra el


caso de ataque de. parte de la Rusia. Bus-
quemosle á sus ejércitos un Berrecina. Es•
te no lo hay en Europa contra los tuses,
sino en en el suelo árido y bajo el sol
abrasador de Roma y Lucania.


¿Qué• retaguayklia, le queda al Austria


253
despees de vencida en su propio pais? La
Francia humillada militar y diplomática-
mente , y la Italia debil y desmayada. No
será en el Pó esclavizado, ni en el Tiber
sacerdotal, ni en el Apenino sujeto don-
de podrá sacar las fuerzas de reserva ne-
cesarias despues de una gran derrota No
nos cansemos : . no puede oponerse a las in-
mensurables fuerzas de la Rusia , sino el
occidente libre. No podrá pasar esta bar-
rera: pero si el régimen constitucional no
se radica en Italia y se perfecciona en Fran-
cia, si la diplomacia, entregada ciegamen-
te á los intereses de las clases privilegia-
das, solo trata de quitar á los pueblos las
fuerzas físicas y morales que da la liber-
tad , ¿cómo quiere que los gobiernos ten-
gan energia para resistir á una invasion?
El inundo civilizado ha ,venido á tal pun-
to, que no es posible que un gobierno tenga
fuerzas y recursos, sin que ,


sus pueblos sean
ricos y valientes ; y ya no es posible crear
valor y opulencia sin la libertad. Por con-
-siguiente la independencia de los gobier-
nos está en el dia ligada al liberalismo de
las ideas. Murió ya el fanatismo político
y religioso que dió á los monarcas abso-
lutos tantos medios de defensa y ataque en




n'34
cl ardor de los esclavos que peleaban leas-
ta derramar la última gota de sudesangre en


-defensa de sus mazmorra s y sus ea.,


Menas.La cu.estion diplomática mas curiosa
que se ofrece en la actualidad á la reso-
lucion de los políticos , es esta: ¿ qué par-
tido tomará el Austria en la guerra que pa-
rece inevitable entre Rusia y Turquia? ¿Au-
xiliará á la *Rusia, y tomará sobre los es-
tados del Turco un resarcimiento propor-
cional al aumento de poder que adquie-,
ra su aliada? ¿Favorecerá á la Turquia é


impedirá su ruina y la ernancipa cion de
los griegos? ¿Quedará simple espectadora
del combate, ó en fin provocará la reunion"
de un congreso europeo que decida esta
gran querella?


primer partido , que segun nuestra
manera de pensar, es el peor para el Aus•
sria es el que abrazará probablemente.
La mision de Mr. Tatitscbef, diplomático
ruso , á Viena no ha tenido otro objeto.
Parece tambien que la Inglaterra entrará
en esta alianza; y que la Francia ha acu-
dido demasiado tarde á socorrer diplomá-
ticamente á su antigua aliada la. Turquia.


Lasconsccuencias casi necesarias de es-


255
' afianza son:' la evaeuacion de Italia


.! la renunciacion á intervenir en sus ne-
gocios políticos, lo que podria causar una
reaccion terrible', atendida la crueldad con
que los liberales han sido tratados por
aquellos gobiernos , que creían eterna .la
proteccion de las bayonetas germánicas.


9.° El Austria podrá adquirir algunas
provincias en Turquia; pero no aumenta-
rá su poder con ellas: porque las costum-
bres , usos y religion de los servios, Ud-
pros, albaneses y macedonios son absoluta.
mente heterogéneas con las de tos Ha-
garos y anstriacbs. De modo , que la


, aunque no adquiera mas que la Mol-
davia y la Valaquia adquiere mas poder
verdadero, que el que adquirirla el Aus-
tria, apoderandose de toda la Ttirquia. Los
griegos libertados del yugo otomano no
mirarán como libertadores sino á los ru-
sos que han dado•el impulso á la guerra; no
amarán sino á los rusos, con quienes tie-
nen relaciones íntimas de comercio y re-
ligion ; en una palabra , tan facil como es
convertir en rusos los griegos de las pro-
vincias septentrionales, tan dificil es con-
vertirlos en- austriacos.


Por tanto la cooperacion del Austria




256
con la Rusia para repartirse la rturqüia 11H
.producirá en la Rusia un considerable au,
mento de poder, y no liara mas que debi-
litar al Austria , estendiendo sus frontera% 1;.


y dándole vasallos que preferirían serlo de
la Rusia.


Ademas , para esta operacion tiene á las
espaldas la Prusia que nada tiene que co-
ger del botin ; la Francia que. no puede ver
con indiferencia la desineinbracion del im-
perio otomano, y las potencias escandina-


vas,
poco amigas del engrandecimie nto de


la Rusia. Si el occidente europeo no quie.
re consentir en el repartimiento de la Tul.-
quia , como no debió consentir en el de .
Polonia , •¿ sobre quién caerán los prime,
ros golpes de una alianza formada para
salvar á Constantinopla, sino sobre el Aus-
tria?


El segundo partido, aunque mas propio


de la .política permanente del Austria, ni es
seguro ni honroso. Los:turcos no pueden ya
ser defendidos porningtin pueblo civilizado,
ni aun ellos lo quieren. La neta del divan de 28
1e febrero , y su conducta con las cortes de.
Londres y Viena que son las únicas une po-
drian conjurar la tempestad que amenaza á la
sublime Puerta, prueba que el gobierno turco


257
solo confia en el valor feroz de sus gení-
zaros; y que estos son sus únicas esperan-
zas y los directores de su política. Por otra
parte no es posible que se mire con in-
diferencia en la Europa culta la horrible
opresion á que quedaria sometido el pue-
blo griego, si triunfasen los otomanos. Asi
los turcos se han puesto en tal situacion
que toda tentativa para auxiliarlos será
mirada como un ataque á la civilizacion y
como un crimen de lesa humanidad.


Pues seguir un sistema de neutralidad
y reducirse al caracter de simple observa-
dor, e5 un partido imposible de tomar á
una potencia de primer orden en las cir-
cunstancias actuales. Hasta la Francia cu-
ya diplomacia es en el (ha la mas lenta de
todas, despues de haber sido la mas ac-
tiva, y que cree espiar el delito de haber
aspirado al cetro de la Europa dejando opri-
mir á lec, débiles ; hasta la Francia que pa-
recia dar bastante pábulo á su ministerio
con sus divisiones intestinas, sale de su
letargo y empieza á obrar. Cómo seria po-
sible que permaneciese en quietud el ga-
binete de Viena ?


Dos son los principales resultados á
TORIO XV




'rine debe dirigirse en el din la 11olítíca cu-
ere/ es la éíliaileipacion deE.,


segundo íZnpIilir- el aumen-


to del 'poder ruso ;
es'tó's ¿los reSultados


fa
COnn-Ilici Sila ási no


,
griegos no Se . libertarán


«. si trinn.,


'Ya .es pie -
deje de adOirir po-


'der induenCia , aunque i:o a'dOier
a es:*


tension en territorio. .m a te es 'el 'clitado , al.s;'t
cual 'han querido traer y han traido lav ;


plonuil :ros Yr:o ha


li






aquel gabinete que se mirase co-
zun'opeo la emáncipacion


les legos. Se ball jtin Lado congréaos,
sido llathada , y


én los cu.11eS LenidO"Una grán&einiluen-


'
''Cia para .1keítlii'liasta'qhé piintb ha de ser


''ih)re Ta Francia, 'Cual s, , ( . 1 Carac-
de las COnstile:. n ones


hla (le Opriwil'se la ;1:;erIzid en ita-
ellos las résoli1ói'one S que se


han 'tornado han4Ceibido por. decirlo asi


'una sanción Cl rapta mi tigue 1,0-11,


-
l'u :Cual pót(:,11cia


que induia 'Mas ea
Tás:.(1elibel'acii01;es. Uncongreso est:11;8'1én


-:nido cuando se znacifestaronlos prirnezos
sil-don-las de la re'siOlucion de Grecia, y
casi le 'fue prohibido á este congreso bal-


2.59
inzenzr algunas ,palakas


441PXa te:4a ele aquel.PAP 1-4'10FIP-.lo. Se disolvió aoella
,11.1-


sia por sí y ar
., , Ge , sí lea soste,nirio ,lás-q9y-


M
ra diplomática con la Turquia , sin dar


as parte en ella á las potencias occiden-
tales que la que no se les pocha negar
sin indecencia. No parece sino que la guerra
con Turquia interesa mas bien al Asia que
á la Europa. Asi las alianzas que la Ru-
sia ha buscado y conseguido son asiáticas,.
y há contado mas con la cooperacion de
la Persia que con ladeInglaterra ó Aus-
tria.


En una palabra la diplomacia rusa obra
como si hubiese adoptado este principio:
nuestro gabinete debe mandar en Francia,
¿lema/ ate é Italia ; mas la Europa no tie-
ne, que ver en nuestras disputas con los tur-
cos r en la proteccion que darnos á los
griegos.


Si esta máxima es errónea y subver-
siva de la independencia europea ; á na-
die znas que al Austria pertenece iMpug-
parla ; y no hay un medio ni mas hon-
roso ni mas seguro de conseguirlo que
reunir un congreso europeo para la deci-




26o
sion de los asuntos de Turquia• Este es
el mejor partido , y el que debe abrazar
la diplomacia austriaca


; pero es precisa-


mente el que no seguirá.


261


TEATROS.


Pendan d las monjas de Cambray , drama
en cinco actos, de Chenier: traducida al
castellano por D. V. R. de A.


Con esta pieza se ha abierto el teatro
de la Cruz para la salida del señor Capra-
ra. En elogio de este actor solo diremos
que ha logrado aplausos en la representa-
ci on de un caracter en que le ha prece-
dido Mayquez. A esto se llamaba en la anti-
güedad manejar la clava de Hércules.


El ardiente y desgraciado Clienier, que
fne víctima de la faccion jacobina , era
un patriota lleno de talento y de virtud.
Se dedicó en los principios de la revolu-
cion francesa á escribir composiciones dra-
máticas propias para estender en la na-
cion las ideas liberales. De esta especie son
La Escuela de los reyes ó Carlos IX, y el
Fenelon. Esta última tiene por objeto pre-
sentar el contraste entre la tirania mona-
cal y las sencillas y sublimes virtudes del
evangelio. Fue traducida al castellano en


,4P




en que el traductor no crevá
lícito presentar á un arzobispo en la esce-
na, en lo cual se engasó mucho, porque
el decoro está perfectamente observado en
éT ¿iniae¿er de Fefielon. El respeto qáé ins-
piran sus virtnile¿, réíhiyé siz)b're • la dig-
nidad que le condecora. Pero en fin subs-
tituyó al arzobispo de Cambray el duque
'de Pentiebre , célebre tambien por su pie-
áad y be' ne: :, y I Cambray , Lune-
1.11íci , ciudad cuya posicron nos de5:-
conocida , sí se nos obliga a buscarla en
Francia, donde Se ::tipbrie la escena.


U accion sé reduce á pintar los ir14-
stur."tomos oe dOS vietiinas,soinetidas á la Cruel-


dad a da ae i preláill fa'natie:i , y
libl •tádas pór lá piedad. iinStr .adí . 5, bené-
flca de 15eiteneee al drama sen- -"
titnental: no hay artificio en la dispoSicion
de las escenas ni éii fa distiiliiicion aé la


Circe de mérito d'ra'mático todo
-sl& .in'teres consiste en las ideal que. Ye'dner-
'd)a y c ue deinájátrá . y 'COMO no pródti-


veradero .efecto Sino bajo 'punto
che SU á la


.1 ,.átleetura e una sobre los votos
religiosos. Nosotros pues no lá cónsidera-
remos sino bajo su. aspecto mórál y po-
lítico.


e63
En vano se clamará contra el abuso de


la autoridad paterna , contra las seduccio-
nes que se emplean con la tierna juven-
tud, valiendose de su entusiasmo por to-
do lo que es sublime y virtuoso para ha-
cerle pronunciar votos , cuya fuerza no co-
noce, porque no siente todavia el' valor de
los sacrificios que exigen: en vano se cla-
mará corma la prepotencia de los superio-
res monacales, cuya conducta interior es
muy dificil de sobrevigilar por la autoridad
civil: i'dtimamente en vano. se reclamaran.
las luces de un siglo filosófico contra los
abusos del claustro , mientras las nacio-
nes y los gobiernos europeos miren como
una ley civil la pronunciamon de los vo-
tos, y empleen el auxilio'de la fuerza á fa-
vor de los superiores religiosos para Obli-
gar á sus súbditos á que permanezcan ba-
jo un yugo que ya aborrecen. ¿Qué impor-
ta á la sociedad que un hombre ó una mu-
ger cumplan ó no las promesas tate han
hecho, no á la sociedad, sino al cielo?
¿Por qué se le ha de obligar á cumplir vo-
tos , cuyo cumplimiento es absolutamente
inutil á los ciudadanos, cuya infracciones
sin consecuencia alguna á la felicidad pú-
blica de la nacion y al bien estar de sus


262;
un tiempo




264
individuos? ¿Por qué hemos de desplegar
la misma ó mayor energia para volver un
apóstata á su Convento , que para apode-
rarnos de un asesino ?


Nosotros no tocamos por ahora la ma-
teria de los votos. Nos abstenemos de exa.
minarlos en las relaciones con la religion
y con la moral. Sean santos, buenos cuan-
to se quiera : sea un gran pecado su in-
fraccion. Por enorme,. que este pecado sea,
por graves que deban ser las penas ecle-
siásticas y espirituales que se le inflijan,
siempre será cierto que no es dela°, por-
que en nada trastorna el orden social, por-
que á ningun ciudadano hace dalo , por-
que no produce el menor mal, porque no
disminuye la suma del bien público, que
es lo que está obligado á cuidar el gobierno
civil.


Supongamos un religioso , que habien-
do emitido -sus votos, se arrepiente algu-
nos arios después por culpa suya y avena,
y se emancipa del claustro. Prescindamos
del dato espiritual que se hace á sí mismo ;
porque el, gobierno civil no se ha. establecido
para calcular y mucho menos para remediar
esa clase de males. Nosotros preguntare-
mos: ¿ ci quién 7nas hace daño corz su erizan-
eipacion?


265
¿A la sociedad ? No : antes bien le


causa una utilidad real, pues le resti-
tuye un ciudadano sepultado antes y per-
dido, que puede, dedicado á un ramo de
industria, aumentar la masa de la rique-
za nacional. ¿Al orden público? Tampoco;
siempre que su conducta después de sa-
lir del claustro sea arreglada y conforme
á las leyes. ¿ A la religion? Mucho me-
nos: porque los votos no•forman parte del
minisurin , ni de la disciplina sacerdotal.
Las virtudes sobre que se versan lqs 'vo-
tas religiosos, son de consejo y de perfec-
cion evangélica ; ninguna es de prece-pto. So-
lamente los fariseos pueden escandalizarse
de que un debil mortal no se halle con
fuerzas para sostener el peso de una per-
feCcion , á la cual no- fue llamado quizá
sino por el orgullo propio ó por la se-
duccion avena, por el deseo de asegurar
una pitanza gratuita si era pobre, ó por
los infernales cálculos del interes de fami-
lia si era rico.


Pero «le quita un hijo á su orden re-
ligiosa.» En eso le hace el mayor favor. ¿De
qué puede servir en una comunidad un hom-
bre despechado que carece de las virtu-
des necesarias para ser útil, que maldice




266
el yugo impuesto sobre sus hombros, en
fin 5 que, no tiene, ni puedo, ni quiere te-
ner lo quo se llama el espíritu de su es-
tado? Los jesuitas no esperaban á que los
que estaban. disgustados se emancipasen:
ellos misulos los despedian; y nunca se ha
acusado á los jesuitas de ignorantes en lo
que les convenia. No querian en su estraor-
ditiaria corporacion sino semblantes ale-
gres, hombres en fin que hubiesen liga-
do sus intereses y ambiciones á la ambi-
cion y al interes de su orden.


El decoro de una con:unid:id 11Q se sos-


tiene con s. i.ctinuis encadenadas: la religion
cristiana no se protege con violencias : en
fin á los ojos de Dios. es menos culpable
la emancioacion, que.conaesa tacititinente
la debilidad de) hombre', -que las maldicio-
nes y blasfemias que se exhalan <le un pe-
cho oprimido con cien cade:nas , y quo in-


justo ., á fuerza de ser desgraciado., .actis.:
al :cielo de las crueldades que en su nena.
bre cometen el fanatismo y la hipocre-
sia. ¿Y á quién se debe culpar de estas
crueldades? Al gobierno civil que liesto !a
crueldad de reconc.cer un contrato cele-
brado entre Dios y el hombre, y la oe-
ce.dad de querer sancionarlo con su tfuer-


267
za, como sanciona los lemas contratos
civiles.


Ya es tiempo <le acabar. con esas ver-
manzosaS reliquias del 'feudalismo m ona-
cal; ya es tiempo de claisnacionalizar esas
ifiStitütiones opresoras que matan al honi-
bre eri esta .tida eón el pilldeisko, fin de labran
sit felicidad eterna: ya es tiempaide•en...-
'regar al hombre al imperio delusivo do
su conciencia en todó lo . qne no tenga re--
laeion con el reto de la sociedad. Ya es
tiempo de que la nacion espalíoia declare,•
como declaró muy sabiamente la france
sa en los principios de su revolucien


.„ que
la España no reconoce los votos religiosos;
es decir, que no se aplicará la fuerza pú-
blica, ni permitirá que se aplique la vio-
lencia particular para obligar al cumplimien-


S•to de aquellos votos, ni para castigar su
ird raccion.


Porque no basta abstenerse: es nece-
sario hacer que los superiores y los pre-
lados se abstengan. Quizá en algunos con-
ventos de España, bajo pretesto de discipli-
na interior, giman encarceladas. algunas
víctimas en un estado semejante al de la
infeliz Heloisa, libertada por Fenelon. Un
escándalo de esta especie seria la mayor




2,18
ignoininia en•edio de un pueblo libre.


Nosotros quisieramos que las autorida',.
des inunicip.des vigilaran cuidadosamente
la disciplina interior de los conventos, co-
uue;e,:en con exactitud el número de los


que hay en ellos , é hiciesen


fre e ,entes visitas para averiguar si estaban
contentos con su estado, é impedir que.
cí el terror de una autoridad que no qui-




siera que se, le,- escapase su víctima ,
una ver ;lienza mal entendida la hiciese


-


continuar siendo infeliz. El sacrificio que.


- e% Lgen
los votos es grande, es terrible; y


ademas es inutil, sino es 10bn:tarja,


g


Continua el examen -de la constitucion
lenciana.


CÁPITIMOS XXI, XXII y XXIII.


Del poder judiozal.


Una copiamuy mal hecha de la Consti-
tucion actual. El tribunal supremo de juni-
cía, las audiencias y los juzgadosle prime-
ra instancia. Solo hay la pequeña novedad
que dejamos indicada ; á saber, que debien-
do haber una audiencia con siete jueces en
cada division , y un juez en cada partido ( ter-


'6.-ritorio le llama el Valenciano); y siendo se-
gun su demarcacion mil las divisiones, y
tres mil los teritorios; resultan unos to.o25
jueces (estos 25 son los del tribunal supre,
/no), sin contar los tribunales especiales que
habrá segun las leyes (art. 7 .°). Supon,gamos.
les el sueldo de 20.000 l'S, uno con otro, lo
cual no es mucho, pues los jueces de prime-
ra instancia tienen ahora z 2 .000 rs., los de las
audiencias 36.oao, y los del tribunal supre-




270
mo 80.000, y resultará que el solo sueldo de
los jueces siri contar con los fiscales,,promo-
tores fiscales en los juzgados, escribanos, se-
cretarios, relatores y densas curiales, impor-
taría lo millones de duros y algo mas , es.
decir, 2oo,50o,000 rs. vn. ¡Qué tal! no
es muy económico y practicable el. plan de
nuestro Licurgo ?


CAPITULO XXIV.


Del gobierno de cada division.


Se-reduce á llamar gobernadOrAS á los
gefes• Político :consejos ole division .á las
diputaciones provinciales. : a Ilictuos. dicho


que- sieudó:mit las diyisiiines, y debiendo ha
• ber en-C•tild.a;una de 4a s; un «. gobernatd,or,y un


co n Se0i ern at Ivo , resultarán mil gober-
nadoresi otros tantos consejos. Fijemos el
sueldo,toediolde,aquellos á -4o.000 rs..y los
gastosde eszoS á. toco duros.cada.cor.sejo (su-
ponemos-que los consejeros xiotendra,n suel-
d pero el secretario y oficiales-de la secre-


taria, hantde tenerle el cual con; los, gastos
'de escritorio y oficina no puede bajar de los
i 000duros) , y tendremos otros i:6o
nes para sueldos de gobernado •es- y gastos de


271
los consejess.Alímlanse luego los de las secre-
tarias dedos gobiernos , y se verá que nues-
t ro lioinbre 'supone muyrica 'y ornikealta á la
nación 'l y es-claro que


.
no 'podria-antenos de


-serió 'si adoptase su teoría.


CAPITULO XXV.


Del gobierno de cada poblado/e,


Aqui deberili hablarse largamente de los,
ayuntamientos y del gobierno municipal ;
punto tan imporante que casi puede decirse
que es el cardinal-en cual•uiera-constitneioin.
porque "en . efecto siendo 'toda


suz-


4
uta- de ilaS . pdblaciones : panictilaressque_exis-


ten en su territorio, rdoino estavesien bien
?dbernadás, lo estará (la ::nadon rentera. Al
(;mittario , si el gólt'lélitotnitilnicipat)esnia-
I o per cualquiera ,


c;insal quesea , depoeo• ser-
virá 'que . el -gobierno .


supremo que reside:en
hi"diiplua , "esté : Muy bien -coordinado ,y •ar-
regladó . Estolóállte)todo'el<girurillo..,Pues
bien, 'buestro conStítüyéntt-r ÍVálentino tau
prolijó, 'difuso , • pesado y machaca : sobre ar-
tículoS . reglamentariós de muy poca impor-
tancia, se contenta con decir sobre el gobier-
no 'de los pueblos lo siguiente.




n 2Art. z.° «Cada poblacion asi que llegue
- á cien familias ó vecinos, tendrá su gobley...
sno propio segun establezca el poder legisla.
'live), atendiendo á la esperiencia y a las ne-
cesidades de las poblaciones.» có-
digo especial arreglará todo lo -relativo á
.este gobierno. » Esto es lo que se llama huir
el cuerpo á la dificultad.


CAPITULO XXVI,


Del gobierno patriarcal de las familias.


De esto, como se sabe, no hay nada en
la Constitucion vigente; pero no por eso se
creasue el Valenciano lo ha sacado de su ca-
letre. Nada de czo.. El pobre diablo ha leido.
lo que en el código francés se dice aceres'
del consejo de familiay lo ha encajado en su
bendita constitu.cion,.echandolo á perder co-
mo acostumbra. No entraremos en los porme-


- llores (le su patriarcado; pero sí copiaremos
una felicisima invericion que solo ha podidl
ocurrirseá tina cabeza tan destornillada coinl
la suya. Establece quell varo', mayor de edad
en cada familia será,e1p4 triqrca de ella, y


añade.
Art. 4.° Será incompatible esta autoridad


h2:3;
(la del patriarcado) en la persona habitual
mente enferma, imposibilitada por vejez,
ausente, presa, arrestada , criminal, castiga-
da por la ley, aun que solo haya sido una vez,
que haya perdido los derechos de ciudada-
no (hasta dqui pase: lo curioso es lo que. si-
gue ), que tenga algun empleo civil, militar;
religioso ó de cualquiera clase que sea con
tal que se repute funcionario piíblico, ó aya:-
dar/te enal,-o de funcioacirio.» De suerte que
cl magistrado chbierto de canas, el general
coronado de laureles, que se -casaron en su
juventud-y son padres de una descendencia
numerosa, no tienen sobre sus hijos y nie-
tos el derecho de tutela é inspeccion y la
toridad que les dió la misma naturaleza. ¿Y
.por qué ? Porque han servido y estan sirvien-
do á la patria. Y hé aqui lo que se llama uii
legislador filósofo;


CAPITULO XXVII.


De la magistratura del dictador.


Otra gracia : nuestro Valenciano oiria de-
eirchando asistiese, si es que ha asistido á las
aulas (le gramática , que en Roma se creaba
alguna vez un magistrado estraordinario que


TOMO xvx.
x8




274
se llamaba dictador; y sin hacerse cargo de
que semejante magistratura, si pudo conve-
nir á un estadito pequeño, seria muy perju-
dicial en una gran nacion, quiere que tam-
bien haya en l'Apila de cuando en cuando
una cosa que se llame dictador. ¿Y para
qué? Para que obedezca á las condiciones
que le señale el poder legislativo (art. 3.° ).
Pues, hombre de Dios, . estas mismas con-
diciones no se le pueden señalar al goberna-
dorgeneral? ¿Y en qué términos se enuncia
la creacion del tal dictador? En los si-
guientes.


Art. mSolo el poder legislativo ten-
drá él derecho de levantar esta magistratu-
ra.» ¿No nos dirán ustedes, señores lecto-
res, cómo se levantan las magistraturas? Y
no se crea que la palabra levantar puede ser
yerro de imprenta , porque en el artículo 2.1„,
se vuelve á repetir que la dictadura solo se-
rá levantada en los casos en que sea indis-
pensable para salvar la nacion.


El capítulo 28 trata (le la responsabili-
dad de las personas subalternas del poder eje-
cutivo, y en él se halla el principio (le que
siempre que un mandamiento de la autori-
dad superior se oponga á la ley espresa y á .
la justicia de una persona, ningun subalter-


no podrá ser obligado á cumplir lo manda-
do. Como este principio, que bien entendido
y esplicado puede ser cierto, es falso y fal-
sisimo en el sentido que le dan los anarquis-
tas; nos detendremos un instante á indicar
en qué casos puede ser verdadera la doctri.
na del Valenciano. Tres son/ las (micas cla-
ses de órdenes ,


que un empleado subalterno
no está obligado á ejecutar en un gobierno
constitucional: La las que no van revestidas
de las formalidades que la Constitution pre-
viene : 2 . a las que aun llevando este requisito,
Son formalmente


Contrarias á algun artículo
constitucional, ó á


-


uña ley vigente : 3.a: lás•
cpi e ejecutadas ocasionarían algun
juicio que la a toridad superior no
to ó no ha podido prever, poi que depende .lo
circunstancias locales ó de sucesos ines--
perados. Respecto de ta los primeras se nie-
ga abiertarneteiq 'CUMpli iento, espresandó
el motivo: en orden á l'as:Segú n das se susPehL
de hasta queiiiftiiniad o el'
convenientes que ¿Ecce


Obsery'raíiCia
ral de su orden, la reforme, niodi fique, revo-
que ó repita , las razones alegadas no le pa-
recen convincentes. Fuera de estos casos á
ningun subalterno le es permitido constituir-
se en juez de lo que le mandan los' superiores,




y negar la obediencia á pretesto de que á él
le parece opuesto á la justicia de este ó aquel
particular. Si esto se permitiese y auto-
rizase, se acababa la subordínacion, tan
necesaria en la gerarquia civil corno en la
milicia.


PARTE DÉCIMA.


De los códigos.


Contiene en dos capítulos la trivialidad
de que habrá códigos generales y especiales.
Entre los primeros comprende varios regla-
mentos que jamas se han llamado códigos,
tales como el de instruccion pública y el re-
lativo á los uniformes y distintivos de las tro-
pas; y entre los segundos enumera el códi-
go de enjuiciar , ó de procedimientos, que to-
do




41'




el mundo tiene y ha tenido por uno de
los que se llaman generales; pero estas inexac-
titudes son pecata minuta.


277


PARTE UNDÉCIMA,


CAPITULO UNICO.


Disposiciones relativas d los empleos
nacionales.


Aqui empieza nuestro autor á ser lo que
se /lama original. Ni en la Constitucion de
Cadiz , ni en ninguna del mundo, ni en
libro conocido se encontrarán ciertamen-
te las ideas que contiene este capítulo. Ellas
son de tal naturaleza que parecía impo-
sible pudiesen haberse formado en una ca -
beza sana y organizada como las denlas; pe-
ro la del Valenciano está lisiada segun pa-
rece, y su entendimiento. está calzado al
reves. Muchos son los delirios de este ca-
pítulo ; pero nos contentaremos con- indio
car unos cuantos. •


Establece (art. 4. 0) «que ningun ciu-
dadano debe admitir el empleo que se le
confiere, si para darsele se ha infringido al-
guna ley, si el nombrado es inepto para
aquel servicio. , ó si ha cometido algun de-
lito, ora que este cielito haya sido juzga-
do y castigado antes del nombramientos




2,78
ora que todavici no lo esté.»


Que al que
haya de proveer los empleos se le preven-
ga que no infrinja las leyes al proveerlos, y
que no escoja sugetos ineptos ó delincuen-
tes , puede pasar, aunque estas prevenciones
vagas de nada sirven en.lapráCtica; peropre-
tender que el nombrado vaya él mismo á re-
velar que en su nombramiento se ha infrin-
gido algutia ley O que él es inepto ó de-
lincuente, es el colmo del absurdo, de la
injusticia y de la tirania. Nemo tenetta
se ips:um profiere, ha sido hasta aqui un
principio de derecho , • de justicia y aun de
Moral; pero de-aqui adelante habremos de
alterar no solo las bases de la législacion
.sino hasta lás leyes. de la naturaleza, la
cual prohibe á los individuos perjudicar.
se á sí mismos. Y aun si el Valenciano se
contentase cOn aconsejar esta humildad
comd,oin acto:.. de supererogacion seria
disculpable su celo ; pero Id gracioso es
que le hace obligatorio, é impone gravi
simas penas al ciudadano que cuando- 1
dan un empleo no va al que se le dió
Je dice: « señor, usted 'labia creido que yo
tenia la aptitud necesaria para desempe-
ñar tal destino, ó esto supuesto, que yo
era un hombre honrado é inocente ; pues


e


Y


279
sepa usted que yo soy un porro, G ya que


e tenga talento é. instruccion, soy un gran-
disimo bellaco , un delincuente que he co-.
metido tal ó cual crimen aunque hala
ahora no ha sido este juzgado ni castiga-
do. » ¿En qué pais del mundo , en qué le-
gislacion se ha obligado jamas á nadie á.
ser su acusador? Se creerá tal vez que no-
sotros exageramos y abultamos los despro-
pósitos del Valenciano, ó le hacernos decir
lo que no ha dicho; pero para que se vea que
no le levantamos ningun falso testimonio,
copiaremos sus palabras.


Art. 4.° «, Todo empleo no deberá ser ad-
mitido por ningun ciudadano


.por cualquie-
ra de las tres causas siguientes: — Si
alguna ley se ha infringido para darlo O
admitirlo. — 2. a


Si el sugeto empleado por
cualquiera causa es inepto para aquel ser-
vicio.— 3. a


Por crimen cometido, ya es-
té- juzgado y castigado 'antes del nombra-
miento, ya no lo esté.»


Art. 13. Toda persona que reciba un
empleo contra el art. 4.° en sus condi-
ciones ha y 2. a


y contra el 9, so y rr,
sufrirá la pérdida de los derechos de ciu-
dadano y dos años de prision. » Se ve pues
que el que se sienta sin la capacidad ne,




ASo
cesaria para servir el empleo que se le da,
tiene que hacerlo presente, porque sin ma-
nifestar la causa legal que tiene para no
aceptar, no se le admite la renuncia (ar-
tículo-3.° ); .y si no lo hace pierde los de-
rechos de ciudadano , y es castigado ade-
mas con dos años de prision. Pero aun hay
mas. Ya ven ustedes. que al que ad,
mite un empleo sin tener la suficiencia
necesaria Se le imponen dos años de pri.r
sion ; pues lo gracioso es que al que se lé
dió no se le impone mas de uno ( artícu-
lo 15).


2.° En el art. 5.° se previene que toda


deposicion de un empleado por falta '.de
salud ( por esta causa no se depone 4 na,
die, se le exonera O jubila) O de aptitud
suficiente, será reconocida y juzgada por
el gobernador nacional, oyendo el dicta-
men del senado.» Esto „en todo el mundo
se llama un espediente gubernativo ; pero
nuestro sabio que no sabe siquiera la sig.:.
nificacion de las palabras, repite luego la
misma idea contrádiciendose á sí mismo
y diciendo (art. x2): « toda persona emplea-
da , cualquiera que sea su empleo, no po-..
drá ser desposeída de este sin preceder juicio
!cual de su ineptitud ó de su justa depoff


281
sicion.» Ya se sabe que un espediente gu-
bernativo no es un juicio legal, porque
este nombre no se da sino á los juicios de
los tribunales.




3.° En el a rtículo 7.° se dice: « todo
.empleado servirá en él (empleo ) todo el
tiempo que señala la ley sin poder ser mudado
á otrQ, empleo hasta finar (¡cómo le gusta


terminillo ! y ¡ qué bien le aplica! Zape
aqui infaliblemente: ¿ hay gato mas esterior?)
el tiempo legal del anterior. » De lo cual
resulta, que nombrado un ciudadano para
gefe político, por ejemplo, no se le puede
nombrar para consejero de estado ,'minis-
tro, embajador ú otro destino en que pu-
diera ser muy útil hasta que haya finado
el. tiempo legal de 14 gefa tura que es de
:doce anos. Esto se 11ama entenderlo.


4. Q
En el artículo Jo «se escluyen de


todo empleo aun militar á los estrangeros
aunque tengan título de.espahóles y- de cm-
dadanos espaiiolcs:» y nosotros preguntamos,
si aun siendo ciudadanos no pueden aspi-
rar á ningun empleo, ni aun militar, ¿ dónde
está la igualdad legal ? «Tú, ciudadano que
naciste.


en España , puedes obtener todos los
empleos de la nacion; y yo tan ciudada-
no como tú, pero que nací en Portugal, no


dé.




u.82
puedo ser ni aun portero de una oficina.


Y me dirás luego que somos iguales ante
la ley, cuando esta te concede á tí todos
los destinos honoríficos y lucrativos, y á mí
me los niega para siempre ? Que por no
haber nacido en el reyno no se me con-
cediese por precaucion ser gobernador na-
cional ú obtener otro puesto eminente, pa_
se ; pero , que no se me permita ser al-
ferez de un regimiento, escribiente de una
secretaria, y lo que es mas, ni triste guarda
de puertas, esto, amigo, es demasiado. Alá
tiene usted pues su carta de ciudadano, que
yo me voy á otro pais donde no se me •
trate como á un ilota.» lié aqui lo que
diría cualquier estrangero á quien se le ofre-
ciese la ciudadanía con la restriccion del
Valenciano. ¡Qué bello modo de atra'er los •
estrangeros al pais! Mas adelante veremos
cómo el Valenciano concede en otro capí-
tulo lo que se le antojó negar en este. Tal
es su memoria, tal la coherencia y con-
formidad de sus doctrinas.


5.° En el artículo r r se previene que «en
un empleo que tenla muchas plazas, no pe-
dr:in estar padres, hijos ni parientes de
ning-un grado.» Pasemos la impropiedad
del lenguage , empleo que tenga muchas


n83
plazas , caaudo no hay • n ingun empleo que
lis tenga ; y supongamos que ha dicho co-
oe' : debia , t?ma cr istratuS'a colegiada , ofici-•
na , cuerpo '6' establecimiento que conste
de varias plazas , y veamos solo el absur-
do. que- resulta. ¿`Conque; en un consejo
de estado,


• ,por ejemplo; no podrán estar
juntosdos.inaividoos aunque sean los lioni-
hreV. de firayor 'mérito, si casualmente son
primos'6 parientes en 5. 0 , (3.` y aun roo.'
grade? Terminante: parientes era ningun
grado. » El ningun los ' escl uye todos. Con-
que en un mismo regimiento no podrán
servir padreé hijo , des hermanos, dos pri-
mos, y en rigor , ni aun des individúes de
la especie humana ; pekcjiíe• Sttiliendo has-
ta. Adan , han cle resultar al


.
cabe parien- ,


tes en aigun grado?
6.° .0traectirreneia.original.


«'toda persona subalterna de una
autoridad, cualquiera que esta sea ,que esté
unida eon ella para el despacho del mismo em-
pleo, como secretario, escribiente y de cual-
quiera otro oficio semejante, no podrá es-
tar en un ion con la misma autoridad mas
de dos años. Estos finados no podrán estar
en • el mis:no local ni en dependencia de
la autoridad de si no median dos tailos.0
Las palabras faltan para hacer sentir todo




a85
2.64
lo absurdo de semejante disposicion cons,
titucional cuando menos ): citemos un solo
caso. Se nombra el gobernador nacional:
toma este un secretario ó un simple es,
crzbiente , hombre muy fiel , muy honrado,
muy inteligente : está contento con , le
sirve á su gusto. o' importa :finados los
dos años tiene que„ .,despedirle', separarle
de su lado y aun . echarle de su casa. y
como el empleo de gobernad« di.tra
años, hétele usted aqui al gran magistra-
do nacional obligado á mudar ocho veces
de secretarios y escribientes. Aun hay mas:
los desdichados que le hayan servido en estos,
llamense destinos ó ministerios , al concluir
los dos años de su co ision , tienen que irse á
viajar otros dos años fuera del reyno. No
hay arbitrio : la constituciOn prohibe que
durante este tiempo vivan en dependencia
de la autoridad de él : es asi que la auto-
ridad del gobernador general se estiende
á todo el territorio , y cuantos residen en
este estan en la dependencia de la autoridad
de el; luego para no estarlo , es preciso
que aquellos pobretes se vayan á tdrnar
ares á otro reyno. ¿ Habrá habido jamas
en las jaulas de Zaragoza un loco que ha-
ya dicho tantos y tamaños disparates ? Pues
,auri quedan otros mayores, A verlo vamos,


PARTE DUODÉCIMA.


De la religion y de los cultos religiosos.


CAPITULO I.


pelos derechos propios de la nación,sobre la
religion y sobre los cultos religiosos.


Es menester copiarle todo.
Art.. I.° «Se declara como parte de la- so-


berania nacional el poder libre de examinary juzgar la verdad y existencia de toda reli-
-pon,x, ..»


Desde que hay hombres en el mundo no
se ha dicho quizá un desatino mas garrafal.


..1, ,Qué tiene que ver la solieran ia nacional con
' - '1 derecho de examinar y juzgar la verdad


de las religiones ? Lejos de que el examen de
laverdad de una religion sea ni peda ser la
4ibra de la nacion en cuerpo, es, ha sido, será
siempre, debe ser y no puede menos de ser la
obra de los individuos. El admitir Por verda-
dera ó desechar por falsa tina religion es un
derecho de cada partictilar tan sagrado que


r)to solo la nacion en que vive, pero ni el géne-
ro humano todo entero pueden despojarle de




286
esta propiedad, la mas respetable que tiene él •


hombre,


como que es la de su alma , de su
entendimiento, de su voluntad, de su con-.
ciencia, en la cual ninguna sociedad, nin- .
gunpoder humano tiene dm echo á entro_
meterse: Hé aqui, estúpido, lo que enseña la
filosofía , y nadie hasta tí habla dicho jamas
que la nacion en cuerpo es la que debe
minar la verdad de las religiones. La religion,
sea la que quiera, es un negocio privado en-
tre Dios y el hombre, sobre el cual ni ngun
otro hombre ni todos ellos juntos tienen. au-
toridad ni poder alguno. Las sociedades en
esta materia no tienen otra autoridad ni otro
derecho que el del pedi r las acciones , ester,
TIS, materiales y visibles que puedan ser•on-
trarias á la felicidad de los asociados; poro
examinar y juzgar la verdad de lo que creen


piensan en lo 'íntimo de su conciencia. es-
to nunca ha pertenecido, ni pertenecerá, ni.
puede pertenecer mas que á la razon de los
particulares.


Art. «Tiene la nacion el mismo de-
recho para aprobar; reprübar, establecer y
dirigir toda,: religion (cuidado. que quien
dice todas no escluye, nin gt, n'a ), y todo cul-
to religioso;» Luego la .nacion tiene el


de,


recho de, reprobar la rdigiozi.cristiazza
y -el


287
culto cristiano. ¡Y esto se imprime en Es-
paña! ¡Y esto circula libremente por sen-
tencia de jurados! ¡Hombres de buena fé!
¿qué dirá, qué deberá decir acerca de nues-
tra situacion, no ya el obispo de Ceuta,
sino el eclesiástico mas ilustrado, cuando
vea que no solo se imprimen , se publican,
se aplauden, sino que se califican de ino-
centes por sentencia de un tribunal seme-
jantes horrores, semejantes blasfemias , se-
mejantes impiedades! Hombres todos los
que os Ilamais liberales, decid : el mayor
enemigo de la libertad y de la filosofia
¿podia haber hallado un medio mas segu-
ro para desacreditarlas , qué digo desacre-
ditarlas, para hacerlas abominables? ¿Qué
respondereis ahora cuando un clérigo iluso


.41 un frayle fanático se presenten al indoc-
to pueblo, y con el libro del Valenciano
en la mano le digan : españoles, nosotros
os hablamos anunciado que á pretesto de
libertad y de filosofia se tiraba á destruir
la religion de Jesucristo , la religion de
vuestros padres, la religion en que habeis
sido educados. Aqui lo teneis ya consig-
nado en letra de molde: aqui teneis la cons-
titucion que se quiere imponeros á pesar
v uestro, y aunque vosotros la repugneis




( vense lo que dejarnos dicho sobre la
1 .a p ; e , 2 , 1), art. 6.° ): leed en ella en tér-
minos formales que «la nacion puede re-
probar toda religion y todo cidto religioso;»
luego tambien la religion que ahora teneis
y el culto que profesais. Y no creais que
al que ha dicho y publicado esta blasfe-
mia se le ha castigado y se ha recogido
el libro; al contrario , el tribunal á quien
la ley ha cometido el conocimiento de es-
tos delitos, ha declarado absuelto al autor,
y ha permitido que su obra corra y cir-
cule libremente entre vosotros, y se impri-
ma y reimprima cuando se quiera. Aqui
teneis lo que se llama libertad de impren-
ta. Esto diran los serviles y los preocu-
pados; pero prescindiendo de lo que ellos
digan ó puedan decir ; preguntamos no-
sotros al Valenciano: ¿Y donde, necio, has
leido 6 hallado que una nación puede re-
probar la religion establecida , la religion
que profesan sus individuos ? Robespierre;
Marat y sus satélites é dijeron jamas seme-
jante absurdo ? 'Ellos trataron sí de des-
truirla , ridiculizando sus ceremonias y
prácticas , saqueando y profanando los tem-
plos , persiguiendo á los ministros del san-
tuario, y tratando como delincuentes á


n89geles que no renunciaban á la religion
de sus padres; pero á lo menos


, su loca
osadía , y su impiedad no llegaron 0.1 estre-
in° de consignar en su constitución el
principio de qué la nacion porfia reprobar
toda religion.- ¡ Tener derecho. las naciones
para, reprobar toda religion! Leyendolo es-
tamos , y todavia no acabamos de creer que
esto se haya impreso y circule itnpUne-
mente en Esparza!


Art. 3.° «Es derecho propio de la na-
den reglar la religion y todo lo relativo á
ella por medio de leyes fijas.»


Art. 4.° «Es derecho de la nadan co-


f
nocer é intervenir como soberano lego y pro-
ano en la creencia, en los dogmas , en la


'doctrina r en las lores sagradas de
ligion y del culto , y réprobar ó aprobar
todo lo que como religioso sea necesario,
inutil ó dañoso á su bien estar.» Estos dos
artículos no hacen mas que remachar el
clavo á las blasfemias contenidas en los dos
primeros, y no necesitan-de comentario.
Solo preguntaremos á su autor, cómo la


fa
nacion. en calidad de soberano lego y pro_


no ha de conocer de 'la creencia, los dog-
mas ,.,la.doctrina y las•• leyes-'sagradas' dela religion


.


y 1-del culto religioso. ¿No ves,
T9:110 XVX, X9




290
ignorante, que ese soberano en el hecho de
ser le5rn no es juez competente en materias:
eclesiásticas ,.y en el hacho de ser profano
no debe intervenir en, las cosas sagradas?
¿No.ves, animal , que los .térinines mismos
que empleas desmienten y 'contradicen tus
doctrinas absurdas é impías ? Y lo que es
mas—. ¿ no ves que ttt mismo las destruyes
en el artículo' que sigue inmediatamente?
Dice asi:


Art. 5.° «La potestad religiosa , ó llame-
se toda autoridad religiosa , no estará lamas
unida con ninguna autoridad profana, ó am-
bas existirán nunca (; qué gramática!) 'en
un mismo sugeto ni en una misma coi,•
poracion. Cada autoridad estará en dis-
tintos sugetos y en distintos ramos, con
diferencia de facultades y de limites.» Ven
acá , escritor de Barrabás : si la potes-
tad religiosa no puede jamas estar unida
con ninguna autoridad profana, ¿cómo
quieres que un soberano profano se entro-
meta á conocer nada menos que de la creen-
cia , los dogmas y la doctrina' de la re-
ligion, é intervenga n las leyes sagradas
del culto? Por el contrario , si ese soberano
lego y profano puede, como has dicho .mas
arriba, aprobar, reprobar, establecer Y di:


nsit
rigir toda religion y todo culto religiosos;
si puede reglar da religion y todo lo rela-
tivo á ellas si puede conocer de la creen-
cia., el dogma y la doctrina , é intervenir
en las • leyes sagradas de la religion y del
culto ; si puede aprobar ó reprobar todo lo
que en calidad de religioso sea necesario ó
;mai' , favorable ó dañoso , ino ejerce , dí,
la suprema potestad religiosa ? ¿no tiene
una autoridad esencialmente religiosa? Pues
¿cómo dices luego que esta no podrá ja-
mas estar unida con ninguna autoridad
profana ? No ves.... ¿ pero á qué detener-
nos en demostrar y hacer palpable una
contradiccion que-salta á los ojos?


CAPITULO II.


De la religion nacional española.


Art. z.° «La nacion podrá mudar su re-
ligzon y el culto religioso , como y- cuando
quiera, segun le parezca mas conveniente
á su felicidad.» Ya escampa y liovian
das de molino. El hombre cree que esto
de mudar de religion es como mudar de
casa ó mudarse la camisa. A él se le figu-
ra que las religiones se establecen y se




292
mudan corno se establecen y-suprimen los
impuestos , v que basta que las Cortes di-
gan : hasta aqui liemos tenido tal religion;
desde mañana tendremos tal otra , pira que
en efecto al punto lodos los Individuos
tengan mañana por falso lo que hoy tie-
nen por verdadero, y adorando hoy á Je-
sus adoren mañana al sol. ¿Qué idea ten-
drá este hombre chi lo que es religion,
cuando no sabe que ninguna de ellas, sea
verdadera ó falsa , se ha establecido nunca
ni puede establecerse, ni se ha mudado ni
puede mudarse por un decreto ni acuerdo
simultáneo de una nacion, por chica que
sea ? ¿ sabe que el abrazar tal cí cual re-
ligion es obra del conycnciiniento, es un
negocio de opinion ; que las opiniones ni
se mandan ni se pueden mandar; y que
aun cuando se manden , de nada sirve el
precepto si no es conforme al modo de pen-
sar de los que han de Gbedecerle? ¿ No
habrá leido siquiera por encima la histo-


ria del género humano ? ¿No habrá visto
cuándo y cómo han empezado todas las
religiones que ha habido y hay en el inun-
do, cómo se propagaron en cada pais , có-
mo se establec.ier o u delinitiv.amen te en ellos,
cómo se alteraron y variaron alunas, y


293
cómo al fin fueron destruidas otras? ¿No
ha visto cuánto tiempo fue necesario pa-
ra introducir las nuevas y acabar con las
antiguas? ¿ No ha visto cuánta resistencia
ha opuesto siempre la creencia ya difun-
dida entre el pueblo á la doctrina que de
nuevo se le predicaba ?¿lla visto jamas (ni
es posible en lo humano que suceda) que
una nacion que por cierto tiempo ha pro-
fesado tina doctrina religiosa , sea la (pie
fuere, mude de repente y simultíineamente
de creencia ? e 'Qué cosa tan graciosa seria
que la nacion espafiola se juntase un dia.
(demos por supuesto que puedan juntarse
y reurtirse .- en un garage doce mil!ones de
individuos; porque esta es materia en la
cual hasta las mugeres deben dar su voto).
y dijese : «hasta ahora hemos sido cristia-
nos; pero desde mañana vamos á ,cr ~-
holm-canos: por consiguiente á quem::ar to-
dos los santos y altares, á inutilizar todos
los ornamentos sagrados, á fundir los va-
sos y utensilios de oro y plata , y á conver-
tir los templos en mezquitas: los obispos
y clérigos que se hagan santones y der.
viches , ó que se pongan á cavar: la fi-
bija y todos los lemas libros que tratan
de la religion cristiana que se envien á los


Es




294
especieros, y en su lugar que se impriman
doce millones de ejemplares del alcoran
(traducido se supone ): pongatnonos todos
el turbante, empecemos desde hoy las ablu-
ciones legales, y los varones todos circun-
cidense en el término de ocho alias ? Esta
ultima operacion no seria muy agradable;
pero al fin , pues el soberano lego r pro-
fano se ha empeñado en ello habremos de
llamar al cirujano y largar nuestro prepti.
cio. ¿Parece esto absurdo, imposible; im-
practicable ? pues el Valenciano lo supone
muy racional , muy posible y hacedero.


Art.- 2.° n La nacion nunca dejará de
tener una religion que sea proclamada y
reconocida nacional , ó de la mayoría de
los españoles, á la que especialmente (com-
parese este especialmente con lo que despues
se verá) protegerán las leyes y el gobierno.,,
¿ Y si la nacion usando del derecho que tía
la has concedido en el artículo anterior
para mudar de religion como y cuando,
quiera, las va ensayando todas una tras
otra.; y al fin no se halla bien con
guna ? ¿ qué religion tendrá entonces ?
caso no solo es posible y probable , sinb-
infalibl;?; porque una nacion que cada lu-
nes y cada martes (cuando y corno quiera,


295
dice el art.) mudase de religion, vendria
al cabo á quedarse sin ninguna.


Art..3:° «Toda religion nacional-estla-
lolal y cualquiera-•que sea 'su culto, no po,
drá dejar de com prenderlos l s princirius,furb.
damen tales siguientes : i.° Un solo D'Os


yp-vbernador de todo el. universo ,el que
tódo•lo• dispone por su providencia, que
quiere' la lust:•cia y toda virtud , qüeabor-
reeela injusticia y el vicio , que quiere la
fraternidad. intima y cordial entre todos los
hombres, y que. estos no- se opriman unos


otro.; ni se aflijan, y que se hagan' todo
bien; que quiere que todos los hombres
tengan una vida social en la que busquen y
adquieran su felicidad , conserven•las causas
de sus bienes , ..repal¿tn las da 411.1 males


qué elegancia! i:jut; Dios ama y T rote-
Lvirtuoso,, aborrece y abandona al


cielosn :y al criM Que nuestra vida
svei fina con la muerte, sino que •utences
comienza otra nueva N . ida invisible . : que al
salir de este mundo cada perSonaH ha de
ser• juzgada por. la divinidad segun sus
buenas 6 . malas obras que haya practicado
en • este mundo , en virtud del que ( ;qué
l ástima que no . se den ya azotes en las au-
las de gramática ¡cuántos llevarla nuestro




296.
legislador si á ellas volviese!) será: pre,
miada ó castigada en .una vida futura.
3:° Que aun en' la vida presente 'Dios. pre-
mia y castiga al hombre moralizado y al in-
moral segun sus buenas cí malas obras.
-4.9 Qué sus dogmas, doctrina , creencia,.
autoridades y culto en nada se oponen:4.
las leyes ,sociales, á la razon , á la. morali-
dad' las .costumbres necesarias al..hombrT,


felicidad- de la nacion ni de los
particidares.p ¡Gran sermon nos ha echa-
do• el .pa.dre predicador! ¡Qué ufanoiy
que contento quedaria al escribirle! SeAe
•figuraria al pobrecito que nadie llegaria
á descubrir que esté capítulo de deismo,
tan• impertinente en ,una:cónstitucion polí-
tica,. está tomado de una obra harto. cc),
nocida y manoseada, con la diferencia de
que en el original está escrito en esti-
lo brillante, elocu.ente , y .seductor, y • en
la miserable copia del Valenciano está tradu-
dolo. en bárbaro. Se le habrá figurado tam-
bien que al leer este artículo nadie se licor,.
daria ya •del famoso. discurso de RebeSpievz
re. sobre .las fiestas deoadarias , en el: cual
aquel padre de les jacobinos hizo al Ser
supremo , el honor de darle carta de na-
turaleza, reconociendo su existencia, y re..


297
veló al género humano el gran secreto
de la in mortalidad


.dcl alma , discurso di-
rigido á


establecer err.Francia .la ,religion
natural que él seiior Zaragüelles trata tam-
bien de aclimatar en Espaiía ; discurso
finalmente que este - badulaque- ha tenido
presente, como se vera por otro


.
pasage de


su constitucion„.
Art. 4.° .«Toda religion 'y todo culto


religioso . Ghabrá
• 'alguno


..que no lo sea?)que en todo (S
en parte .no -enseñe esta


doctrina, no la confirme, la repruebe 6
destruya, será escluida de la nacion espa_
iiola .corno contraria


.
á su felicidad y4


.
lade sus. individuos.» Prevencion inutil:


ha habido, .ni hay, ni habrá jamas una
divi
religion que 110, yeCOTIOZCZ1 la. existencia de


nidad, y'una vida futura, y que á loeneros; parte no enserie los .principios.ge-
aerales. de la sana moral; .aunque algunas
de 'ellas tengan dogmas secundarios fal-
sos, y autoricen prácticas absurdas y aun
inmorales.-


CAPITULO .111.


Da la religion propia de España.


Art. 1.° «La religion propia de España




,a98
será la que la nacion decrete


por medio de 1:


laopinion general, la que confirmar á el


poder legislativo.» ¿Conque basta que la


nacion decrete
por medio de la opinion ge-


neral, cuál ha de ser la religion que ha-bremos de tener en adelante , y basta
que el poder legislativo confirme el


vo


decre-


nos estaremos sin ninguna?¡t ,Br !


Art. 2.(' religion propia naciona
l se-


rá la única y -esclusica
de otra; • .0'07 estará


balo proteceion de la-
s leyes r del go',.


bieraoy
y será sostenida por: los mionositté,
¿Conque las otras' ikvligione,5 dque


s'élun Usted dice mas abajo ,'podrá-tiabeien
España,


- estar an.• bajo la proteccion de,


las , leyes?
Ofo


, señor • lil sl



El culto religioso; solemne, y


tninun de la- nacion española. será el pro-
pio' de la Y eligion nacional, y eSeInSiVO'de
otro en el sentidn •que se dirá en adélan-


. te, segun esplique el •código•religioso.wPre.
vencion muy •-nportuna ; porque sin


ella


era muy regular que siendo la religion na-
cional de España. lá..cristiana, por ejemplo,
el Culto religioso , sol: orne y como° de la
nacion española, fuese el,delareligionniabo.


etana. Este bárbaro no sabe que el culto
m
público y solemne es la reuniondeltetos


299
y ceremonias visibles:-con que se solein-
niza en público la religion que n se :profe-
sa-interiormente. Clari*eS que


• no !lo .
Sa.i.


cuando supone da posibilidad de
• que


el culto público y so lemne,de una nacion
no sea el de la religiow que


• ¿Ha profesa.
Art. 4.° « Aunque: la nacion


.
tenga 'Una


religion propia y dominante .( tampoco sa-
be el hombre lo que'significa esta palabra,
ni la diferencia que hay entre"religionna-
cional y religion dominante: ¡ religiondomi
liante admite despues de contentarse con la
rehgion natural


. ó el puro deiSm o ! ¡ qué bien
digeridas tiene las icleas•l mocito !) no se pro_
bibey sí se tolera (mira , bruto: cuando se
admiterr-varias en un pueblo es menester
algo mas que tolerancia, es necesario au-
torizarlas positivamente ; reconocerlas y
protegerlas á todas aunque del erariOlpú',
blico . se costee solo.la nacional , que


. es lo
que tú has querido


no,haS sabido decir)
toda otra religion que ':.quiera profesar
la buena •fe de los particu l ares;. y el •eul-1
to privado de mis . conciencias. <Para esto
no .necesitan licencia, permiso ni toleran-
9ia: .tle nadie; y aun con cien inquisicio-
nes puede cada particular seguir en snconciencia la religíon .que le acomode; y




3oo
come no baga acciones esternas propias
de. su culto, di pie le'cojan.) No se pro-
hibe la :•ibertad de estas:. sobre la reli-
gion y cultos; ni se manda 4a.impia y
cruel intolerancia.» Mirado,;el'eónter•ido de
este .articul o como • tripa : .dpiniofi. teórica


nada temblamos (pie- decir. si estiniese
bien escrito ; pero consi,lerado cómo al._
tícitto • de una constituí:ion- que se propo..
ne para España, quisieramos saber cuino
los jurados de, Valencia- han podido con-


( y aun todo el capítulo: en- que
está) con el de la Constituciorwactual que
dice «La. religión de' la nacion española es
y. será. perpetuamente la católica , apostó iea,
romana, única verdadera La nacion la pi e-
tege -por leyes sabias y: justas, y prohibe el


ejercicio de cualquier otra.»
.
No lo tinten.


demos á la verdad. La ley de. imprentas
declara subversivo todo escrito en que se


»provengan máximas , & doctrinas dirigidas
á destruir los artículos fundamental es de


la COnstitueio n actual: en la del Valen-
Mano se trata de abolirá la monarquía he,
reditaria , se declara . que- la nacion puede
dejar .cuando quiera la religion católica;
y se permite el •ejercicio de todas: y sin
embargo un escriba de esta clase no


3ot
se declara subversivo. Leyes debe haber
para todo, ó en Valencia no regirán las
de Castilla.


Art. 5.° «Como la voluntad general de
loa españoles quiere
religion cristiana


romana y el culto católico, ambos serán •
los propios y dominantes de España.» El


-mentir quiere memoria. Ven acá, hernio-
se', no has dicho en tu dedicatoria y en
tu prólogo que ttí no has escrito tu teo-
ria


para este tiempo, y que quizá pasa-
rán siglos- sin que la luz de) dia la haya
visto? ¿Pues cómo dices ahora «la volun-
tad general de España quiere la rebgion
cristiana romana? ¿Qué sabes tá si pasa-
dos esos tantos siglos, y cuando ni aun
tus cenizas existan (dedicat. pag. 4) se po-
drá decir: «la voluntad general de los es-
pañoles quiere la relígion cristiana roma-
na y el culto católico?» Nosotros debernos
desear que esta proposicion sea siempre
verdadera; pero no sabernos si en los de-
signios de la providencia entrará el de que
la religion cristiana permanezca eternamen-
te en Ey paiía. ¡La hemos visto desapare-
cer de regiones mas estendidas, y en las
cuales brilló en otro tiempo en todo su
esplendor! El Asia menor, el Egypto,




3029


costa septentrional de Africa y una bue.
nw parte . de Europa fueron cristianas por
muchos siglos y hoy , son mahometanas;
y otra gran parte de la misma Europa,
aunque iio ha renunciado al cristianismo,
no es .católica romana. •


Art. 6.° «El poder legislativo izará en


la religion cristiana . y en , su culto , en . su
doctrina, en sus prácticas, en sus autorida-
des y en sus lenes las reformas, modilica-
ciones, restricczones y ampliaciones que sean
oportunas y necesarias á la felicidad de
los españoles.» Volvernos á preguntar: ¿y
esta doctrina falsa . , impia , subversiva de
la religion ha sido declarada corriente por
sentencia de jurados? ¿Y habrá todavia
quien sostenga que 11.110s jurados legos é
ihtcratos son ni pueden ser jueces com-
petentes para caliacar escritos en que se
hable de religion ? Ali tienen la prueba


de lo funesto que ha sido ensayar la insti-
tucion de los jurarlos en una materia tan
delicada corno la de imprentas; y ahi ve-
rán comprobado prácticamente lo que. les
dijimos cuando se dió la ley vigente•, á
saber, que calificar escritos no es juzgar
hechos, sino decidir cuestiones de dere-


. cho, cuestiones muy dificiles, muy corn-


303
plicadas á veces, y muy superiores á la
capacidad que pueden tener el artesano,
el mercader, el empleado, el militar, y
casi todos los que ordinariamente com-
ponen un tribunal de jurados. Aqui tie-
nen un libro en que se enseñan entre otras
doctrinas subversivas, no solo de la Cons-
titacion actual, pero de toda sociedad y
de todo derecho , la de st ne el poder le-
gislativo puede reformar,- modificar, /VS-
tringir y ampliar la religzon


.
cristiana, sir


culto, su doctrina, sus prácticas-, sus au-
toridades y- sus leyes: si semejante má-
xima no es subversiva de la religion , di,
,,,Yasenos cual lo será. Pues bien : el escrito
en que está consignada, enseñada, preco-
nizada y erigida en artículo constitucional,
ha sido delatado' á un tribunal de jura-
dos; y este tribunal ha declarado absuelto,
corriente y santo un, impreso tan impio y
escandaloso..


Art. 7. 0
«Del mismo modo (el poder le-


gislativo) quitará toda supersticion , los er-
rores, abusos y delitos que existen corno
derechos y obligaciones de religion.» Pres-
cindamos de que al cuerpo legislativo no
le compete quitar las supersticiones y er-
rores que la ignorancia puede haber an-




3 o S
304.
torizado con pretesto de religion; y di..
ganos solamente el señor Valenciano ¿cuá-
les son esos delitos que existen como de-
rechos y obligaciones de religion ? Otra
de las muchas calumnias que se hallan en
su obra. En España no existen como dere-
chos y obligaciones de religion delitos ningu,
nos. Y si no, cítelos ese impostor. ¡Deli-
tos mandados como obligaciones de reli-
gion,ó consagrados como derechos! ¿Quién
ha dicho semejante falsedad?'


(Se continuará.)


Sobre len escrito publicado por la diputa-
cum provincial de Cadiz.


Aunque ya se ha publicado en otros
periódicos la alocucion de la diputacion
de la provincia de Cadiz á sus pueblos
y á toda Espacia, no poi-eso debemos no-
sotros omitirla y pi ivar á nuestros lecto-
res de un documento acaso el mas im-
portante, .el mas veraz, el mas útil y el
mas bien escrito de cuantos se han da-
do á luz desde nuestra regeneracion po-
lítica. Muevenos tambien á publicarle el
ver consignadas en él todas las máximas
que con tanto empeño y anticipacion he-
mos procurado' inculcar en el ánimo de
nuestros compatriotas; y que despues de
habernos valido el odio y las honrosas in-
jurias de toda esa turba de escritores fac-
ciosos, nos han proporcionado la dulce
recompensa de verlas proclamadas por la
diputacion provincial de la heroyea Cadiz.
;Pluguiera á Dios que esta magnífica alo-
cucion se hubiera publicado hace algunos
meses, y hubiese servido de modelo, co-
mo servirá ahora, para que las denlas del


TOMO XVI.
20




3o'
reyno hagan igual profesion de su fe po-
lítica, que esto solo habria evitado acaso


mu
chos estravios de ideas que han puesto


mas de una vez á la nacion al bordedel preci_


piciol ¿Qué ,dirán ahora todos esos mise-
rables que con tanto empello querían ha-
cernos creer que la provincia de Cadiz
participaba de sus delirios? ¿Insistirán te-
davia en querer hacer pasar por cómpli-
ce de su criminal aulicion á esta cor-


, poracion popular? ¡Desdichados: que ni si-
quiera habeis sabido disfrazar vuestros rui-
nes é -insensatos proyectos!


Ya la diputacion eprovincial de Cadiz
os arroja el guante qu no osaréis jamas
levantar


, porque ademas de ser necios
sois cobardes. Nosotros que tuvimos los


a di
l-


cha de conoceros antes que otros
hemos arrojado mil veces, hemosy nos
burlado de vuestra única fuerza que so-
lo consiste en el puñal y en la traycion.
Sí, exaltados hipócritas, enmedio de nues-
tra nulidad política hemos tenido la glo-


es
ria de haceros frente casi solos, y de d-
nudaros de ese robado disfraz de patrio-
tismo con que intentabais cubriros. Con-
tinuad, si querels,proclamandoos los


reden,


tores del género humano,. las columnas de


, 307
la Constitucion, y el escudo de la libertad,
mientras que no sois ni habeis sido otra
cosa cae los apóstoles de la rebelion, los
propagadores de la anarquia , y los instru-
mentos del despotismo. Seguid haciendo la
guerra á los magistrados y á las leyes, pues-
to que hasta ahora habeis podido Incer-
lo impunemente; pero temblad al ver vues-
tro retrato en el siguiente escrito, y el anu-
ro de bronce que teneis que derrocar an-


áll tes de que logreis llevar á cabo vuestras
infernales miras,


La diputacion de la provincia de Cadiz
á sus pueblos y á toda España.


Tiempo há que sufria esta diputacion
en silencio la amargura de ver combati-
da de todos lados nuestra naciente
tad., no solo por la clientela interesada del
despotismo, que quisiera sofocarla en su
cuna, sino por una turba alucinada ;de gen-
tes que se dicen sus defensores, y tratan
de precipitarla en escesos que no menos
la llevan á perecer. Cualesquiera que sean
los ataques de hecho dados hasta ahora
por unos y otros _inútilmente, los últimos
han usado de un arma especial,


cuánto




309
cuales suponiendo que la libertad y aun
los ciudadanos estan á punto de perecer,
y los diputados de la nacion en riesgo
de ser llevados á un patíbulo , se alarma
al pueblo para que embista á sus menti-
dos opresores, se le exhorta á la vengan-
za, se le recomienda y elogia el puñal y
el asesinato, y se trastornan los principios


3o8
mas encubierta y dolosa, tanto mas certe;
ra en sus tiros, y de tanto mas alcance
en sus daños. Los partidarios del poder
absoluto han conocido que su causa es-
tá perdida para siempre en el tribunal de
la raz.on, y apenas han osado diseminar.
por escrito algunas de sus máximas tene-.
brosas, sin atreverse á emprender una apo--
logia sostenida, ni á desplegar las teorias
absurdas de los déspotas, que la ilustra-
cion del siglo ha disipado. Pero los se-
cuaces de la licencia , escudados con el
título de liberales, y mostrandose corno
protectores de los derechos públicos, no
han temido proclamar las doctrinas diso-
lutivas de la sociedad civil, que no pue-
de conservarse sin el respeto y sumision
de los pueblos al ..gobierno constituido . La


afectacion- de patriotismo, asi como la de
virtud, es mas peligrosa que la enemistad
declarada. El manifiesto delincuente obra
el mal á la descubierta, y á nadie enga-
ña.; el hipócrita obra el mal y seduce.


Por desgracia de la provincia de Cadiz
no son nuevas en ella las predicaciones de
este falso liberalismo; pero se han aumen-
tado en estos días con la multiplicacion de
periódicos consagrado s á la sedicion, en los


deda Constitucion española y de todas las
constituciones monárquicas, negando la in-


. violabilidad absoluta del Rey y suponien-
dole sujeto á la deposwion por la," mis-
ma ley fundamental. A tal punto ha su-
bido la audacia de esos apóstoles de la
anarquia, que han amenazado en-uno de,
sus •impresos alTefe superior político ,por
la denuncia de máximas tan horrendas,
con la venganza irremisible que han de to-
mar cid-día de la lucha en que quisieran
•precipitamos.


Ni se han contentado con la seduccioá
y la osadia ; emplean ademas la impostu-
ra, suponiendo que esas son las ideas y


• esa la resolticion de los habitantes de Ca-
diz; y que este pueblo, idólatra de la Cons-
titucion y cumplidor fiel de sus juramen-
tos, la destrozará y' los hollará sacríle-
gamente, para dar á España una liber-




3xo
taca cimentada sobre el rompimiento de sus
pactos y obligaciones. Tan grave insulto
hecho á la provincia y á su capital bene-
mérita, solar de la Constitucion española,,
ha sacado á la diputacion de un silencio'
que pudiera juzgarse.com Apodera
da de los pueblos y encargada por la ley
para celar la observancia de la Constitucion,
desmiente á la faz de España y del mundo
tan injuriosas imputaciones. La diputaciou
de Cadiz , muy segura de los principicis
constitucionales y generosos de los moraj:•
dores de su provincia , declara en nombre
de todos ellos que no quiere otra libertad
que la dada por la Constitucion de la mo-
narquia; que respetará siempre los poderes
sancionados en ella ; que no desea refor-
ma alguna sino en el tiempo y por los trá-
mites que en ella se estatuyen; y que jamas
consentirá la alteracion de sus basas fun.,
damentales.


'Tal es la separacion de los poderes , sin
la cual se eleva el despotismo donde quie
ra que se reunan : tal es la garantia recí-
proca en todos ellos de no ser invadido
por otro: tales son la inviolabilidad abso.
luta de la sagrada persona del Rey y su per-.
petuidad en el trono, como la suprema


3/ z
fianza del gobierno, sin cuya firmeza no
hay libertad. Inviolabilidad y perpetuidad
consagradas muy de antiguo por los pue-
blos, sancionadas en todas las constitucio-
nes monárquicas, reconocidas y defendidas
por todos los políticos , como el áncora
que asegura de agitaciones y revueltas el
estado ; como la barrera insuperable ,
tada contra las pretensiones de los ambi-
ciosos. «La historia de la sociedad huma-
na (decian sabiamente los que formaron'
nuestra Constitucion ) la prudencia y la sa-
biduria de los hombres y escritores mas
profundos ponen fuera' de toda duda la ne-
cesidad de que el entendimiento humano se•
rinda á la esperiencia, y haga el costoso sa-
crificio de declarar suelta de todo cargo la
persona del Rey , que por tanto debe ser
sagrada en obsequio del orden público, de
la tranquilidad del estado , y de toda la
posible duracion de la institucion magní-
fica de una monarquia moderada.» ¿Y có-
mo seria libre de todo cargo, cómo exenta
de responsabilidad , si fuese permitido acu-
sar al Rey, fallar sobre sa conducta y des-
tituirle? ¿Se diría inviolable el monarca,
á quien se pudiese arrancar el cetro y pre-
cipitar de su trono? ¿Ni qué reposo pu-




312
diera gozarse en una nacion donde se abrie-
ra esa puerta á la ambicion del mando su-
premo ?¿ Faltarian alguna vez imputaciones
y conspiradores que las preconizaran , y re-
beldes que los sostuvieran P


Es un pervertuniento aun mas estúpido
que tnaligno del sentido literal de la Cons-
zitucion suponer que segun ella pueden las
Cortes separar á un Rey del gobierno, de-
clarandole incapaz por su conducta. Si tal. .*9
error, disculpable solo en la infancia de las
lnonarquias se hallase en la Constitucion es-
pañola, hubiera sido el objeto de la desapro..
bacion de.todo el mundo civilizado. Deter-
mina sí, que cuando el Rey fuere menor de
edad, y cuando se halle imposibilitado:de ejer
cer su autoridad por cualquiera causa , será
gobernado el reyno por una regencia. Pero es-
ta imposibilidad, asi como la inenoria , exis-
ten de hecho, y son anteriores y tan inde-
pendientes de la voluntad y decision de las
Cortes, que aunque ellas declarasen que no
era menor, ó no estaba imposibilitado el Rey,


podrian remover el obstáculo, ni conse-
guir que efectivamente gobernase. Imposibi-
litado por causa física, como en Inglaterra
Jorge III por enfermedad, ó por causa moral
como doña Juana en España por su denten-


3t3
n'a , á las Cortes toca nombrar el goberna-
dor ó gobernadores del reyno. Ni la Consti-
tucion las faculta en ninguno de sus artícu-
los para juzgar la conducta, ni para decidir
la separacion del Rey: ni la palabra impó-
sibiiiiado de que -usa, sugnifica desmerecedor
ni peligroso para la libertad patria; sino im-
pedido y falto absolutamente de poder ó de
mediol:para obrar. Por manera, que •en esa
hipótesis injuriosa á la magestad regia nun


-ca se podria llamar imposibilitado al monar-
ca Sino en un seutido in:propio y meta-
fórico , cual no debe admitirse en ningu-
na ley mucho átenos en la fundamental
del estado.


¡ Ignorantes ó pérfidos los que quieren
que la .inViolabilidad y permanencia sean
una merced concedida al merecimiento de
los reyes, y no una salvaguardia de la
seguridad pública, y no una fuerza alía-.
dila ;al brazo ejecutor de las leyes , ne-
cesaria para que sea respetado con s'un:-
slot] , para que sean obedecidas con docili-
dad! De nada servirian las..determinacío-
nes mas sabías sin ese poder inaccesible
creado para ponerlas en eiecucion y co-
locado sobre una esfera á donde no alcan-
zan los tiros de las pasiones :.interesadas


P1. :,




3r!
combatirlo. No haya miedo que un monar-
ca inviolable é inamovible despoje á la na-
den de su libertad, cuando está ligado a una
constitucion que le iiOposib i lit a para tales
usurpaciones. Si algun príncipe in tentase dar
órdenes contra ella ó contra las leyes, nin-
gun ministro pudiera ro !BU nicarlas , ningu-
na autoridad cumplirlas, sin hacerse respon-
sables ante las Cortes. Esta es la grande can-
cion dada.á los pueblos, sin esponerlos (co-
mo decian los redactores de nuestra ley fun-
damental) «á los riesgos de una coavulsion
interior, ó á las espantosas resultas de la.,
disolucion y de la anarznaia.»El pueblo mas
libre de Europa rió tiene tantas segurida-
des contra las agresiones de sus reyes, co-
mo <la á la España su Constitucion.


La libré y po?ular eleccion de todo el
cuerpo legislativo; la congregacion anual
de las Cortes, independiente de la convo-
cacion real y no sujeta á la disolucion por
el monarca ; la sancion necesaria de las leyes.
á la tercera vez que se apruebe el proyecto; el
encargo de examinar en las sesiones prime-
ras, y acordar el remedio y la responsabili-
dad de las inFraciones de Constitucion; la
perpetua vigilancia de una diputacion per-
manente del congreso para observar y


3t5
darle parte de las transgresiones; el deber
de las dipu taciones provinciales de dar cuen-
ta. de las que notaren en su distrito ; el
derecho de todo español para representar
y pedir la observancia del código censti-
tucional ; la facultad de publicar por la
prensa , no las calumnias ,sino los abusos
de los magistrados, ¿ no son bastantes ga-
rantias de que la escrittira sagrada de nues-
tros •


derechos no se nos arrebatará por
sorpresa? ¿ No es tan cierta como asegu-
ran los mismos que quieren alarmarnos,
la resabicion del ejército á defender la
libertad. . que proclamó gloriosamente , el
amor de la milicia nacional al régimen
establecido , el escarmiento pasado y el
buen espíritu de la parte mas ilustrada y
numerosa de la nacion ? ¿ Pues cómo pue-
de robárselo su libertad , sin que ella lo
quiera ni lo conozca ? ¿ La esclavizará un
gefe, porque pretende mantener ( con de-
masía si se quiere) la tranquilidad ? ¿Se en-
tregará á un miserable que' olió tal vez;
un grito de subversion? ¿Caerá aherroja


= ;
(la ante una ga y lla de facciosos que
minan de la derrota al patíbulo ? Si toda
la nacion está ciega , y no ve esa ruina.
cierta de sus derechos que descubren me-i•




316
dia docena de escritores, denuncienla
con vagas declamaciones , Sino determinan-
do las personas y los medios que emplean,
y los pasos que clan en empresa tau abo.
minable. Congregadas estar las Cortes, y
muestras han dado bastantes de su celo por
la libertad de la patria.


Habitantes de la provincia:gaditana, des-
confiad siempre..de los que pretenden in-
quietaros, para teneros en una perpétua
conmocion. Nombrados una vez los defen-
sores de vuestros derechos, establecidas las
autoridades en la forma constitucional , to-
madas tantas garantia.s contra el abuso del
poder, vuestra obligacion es la obeditn-
cia á la ley y el respeto á las ,autorida-
des. Sin este vínculo, no hay . Subordina-
cion , no hay familia, no hay sociedad.
En ella ha querido conservar el hombre
lo mas que pueda de su libertad primiti-
va; pero no ha venido á buscarla cuando
la tenia mas completa en los bosques; an-
tes bien la ha renunciado en gran parte,
para adquirir la seguridad y el sosiego de
que no gozara, abandonado á sí mismo.
El sosiego nacido de la seguridad, es el
fin último de la sociedad humana. ¿ Qué pre-
tenden pues sino destruirla los perturba-


377
dores eternos de vuestro reposo? ¿los que
quieren teneros en un movimiento ince-
sante, y hacer de cada ciudadano un agen-
te de la causa pública , como si no hubie-
se nombrado sus procuradores, como si no
hubiese depositado su parte de poder, co-
mo si no se hubiera obligado á la surni-
sion ? Si tantos celadores establecidos, si
tantas seguridades tomadas, cuantas no tie-
ne ninguna monarquía de Europa , no son
bastantes para descansar el ciudadano y
entregarse pacíficamente á sus deberes do-
mésticos, pudiera dudarse si la sociedad
civil conviene á los hombres, puesto ;:que
al cuida do ineficaz de su seguridad pro-
pia añadirla el sobresalto y los afanes por
la seguridad coman. -


El sosiego es el fin de la sociedad. Sin
él, sin la union- íntima del pueblo con
el gobierno , es imposible que las reformas
se establezcan, ni se logren los frutos de
nuestra gloriosa revolucion. Un gobierno
naciente es débil por las circunstancias:
se ve obligado á conquistar la obediencia
de los pueblos, á combatir intereses y abu-
sos contrarios, á exigir sacrificios de una
nacion empobrecida. Delante de todos sus
pasos se levantan estorbos; sus tropiezos


10'




318 •
son disculpable s. Y cual si no bastaran los
escollos y peligros que se oponen á la di_
reccion del estado, ése concitan los vien-
tos de la sedicion , y se quiere que la
nave camine prósperamente por entre los
furores do la tempestad?


Los enemigos del reposo público
han empeiládo en desacreditar nuestra re-
volucion ante la Europa entera, testigo de
la sangre y de las lágrimas que ha der-
ramado el estiavío de las doctrinas políti-
cas: ante la Europa, que ha visto incen-
sar el trono en el principio de una re-
volucion , volcarlo y ensangrentarlo despues
y sumergir al pueblo todo en los mas es-
pantosos desastres. Se han empeñado en
alejar de este suelo desventurado la paz
y la riqueza que la sigue y crece á su
sombra. Muchos millones podemos recibir
todavia de América , que las provocadas
turbulencias ahuyeutarian. Capitalistas de
Nueva-España, que recogidas las cuantiosas
reliquias. de su fortuna , quieren trasladar-
se con ellas á la península , manifiestan sus
miedos é indecision por los ru:nores que
allá corren de desavenencias y conmocio-
nes en el reyno. Tal es el fruto de las pre-
dicaciones de insurreccion.


3x9
Pero no la temaís, españoles: supisteis da-


ros un gobierno libre: sabreis conservarle
y obedecerle. ¡ Habitantes de la provincia
gaditana! estos son los principios, estos
los propósitos de vuestra diputacion. Es-
pañoles todos, esta es la creencia política,
esta la resolucion de la provincia de Ca-
diz. Ayudadla vosotros, hombres' virtuosos
y honrados, que gernis en silencio sobre
la tormenta con que se amaga á la patria:
declaraos francamente, que vuestro voto


, es el de la mayoria inmensa de la nacion.
Ayudadla tambien , hombi es ilustrados,
combatiendo la anarquia con vuestros es-
critos. Si no lo habéis hecho, porque os
parecia innoble la lucha con papelistas que
tan rudos se muestran en el arte de pen-


4sar y el de escribir,_ considerad que la
gloria nace, no de la calidad del enemi-
go, sino de la causa que se defiende. Si ha-
beis callado por temor á los puñales con
que tan sin pudor amenazan frecuentemen-
te, sabed que todos los hombres de bien
estarán á vuestro lado ; y que el puñal es
el:arma de los cobardes. No , gaditanos:
no, españoles. Ni los déspotas con sus
cadenas, ni con su cuchillo los sediciosos
triunfarán de este heroyco suelo, inacce-


Se




320
sible á la esclavitud y á la licencia. La
putacion en nombre de su provincia protes-
ta solemnemente, que la libertad española
regulada por nuestra sabiaConstitocion no
perecerá en Cadiz, ni bajo el yugo de des-
potismo, ni entre las convulsiones de la
anarquia.


Cadiz' I ° de mayo de 1822.=Joaquin
Escario, presidente.= Ramon Aldasoro,
Tomas Galarza. = Francisco Montes de
Oca.=JoséNicente Durana. = Pedro
quelme. Lorenzo Parra.=Joaquin Ti.


José Lo; an , secretario. ==


Ausente don Juan Luis B.odriguez Romano.


L CENSOR,
PERIODICO POLITICO Y LITERARIO.


N.° 95.


SÁBADO 25 DE MAYO DE 1822.


Defensa legal de la borrachera y de los
borrachos.


k._4 o m o hace ya tanto tiempo que no elo-
giamos cosa de provecho, nos ha venido
ahora, sin saber por qué, la gana (le sa-
lir á la defensa de una aficion muy noble
en sí misma; pero que ha llegado á envi-
lecerse algun tanto por haber abandonado
su profesion pública á las gentes de poco
mas ó menos. Ya se deja conocer que ha-
blarnos de la pasion algo desmedida de be-
ber -Vino, á la cual llaman unos embriaguéz,
Otros borrachera, 011'0$ borrachez, otros an..
na, otros turca, lobo ect. ect., confun-


'e mato xvr,
25.




322
diendo de este modo el acto de embor-
racharse, que puede ser único en el discur-
so de una larga vida, con el hábito de po-
nerse como un cuero , que consiste en la
repeticion frecuente ó acaso diaria de em-
pinar el codo hasta perder su razon habi•


goal.
No en vano decimos la razon habitual,


porque nunca concederemos á nadie, entre-
tanto que no se nos demuestre, que los bor-
rachos pierden la razon hasta el punto de
quedarse sin ella , como un jugador cuan.
do pierde su dinero; sino que si el bor-
racho pierde una razon adquiere otra, y
se ve con mucha frecuencia que suele no
perder en el cambio. ¡Cuántos y cuántos
hombres hay que valen noventa y nueve
por ciento mas cuando discurre por ellos
el vino que cuando se hallan en su estado
natural!


1Varratur et prisci Catonis
supe mero calluisse virtus,


dice Horacio ; y á fe que si Caton se em-
borrachaba de cuando en cuando, no sé
yo quién tendrá valor para desdeñarse de
imitar tan ilustre modelo , ni mucho me-
nos para despreciar á los que tanto en es-


ta como en
brep u ja


Pero qué necesidad tenemos de actz,.
dir á Caton el antiguo cuando hay otros
mucho mas antiguos que él, y que fueron
muy hombres , no solo para emborrachar-
se, sino para ennoblecer esta loable cos-
tumbre? En primer lugar nadie ignora lo
que dice el sagrado testo de que ‹, el vino
alegra el corazon de los hombres»; y esta
sola circunstancia bastaria para que se le
diese la primacía sobre todas las produc-
ciones de la naturaleza. Son tantos Ios ob-
jetos que al cabo del cha entristecen y afli-
gen á los hombres, que deberia mandar-
se por ley qué todos los ciudadanos to-
masen éste medio (le alegrarse una á dos
veces al dia , porque no ganan nada el es-
tado y la causa pública con que anden los
hombres tristes y macilentos por esas ca-
lles pudiendo andar mas alegres que unas
castañuelas.


En segundo ]uñar la mitologia grie-
ga que casi no és otra cosa que una per-
pétua alegoría de la naturaleza , nos repre-
senta á Baco y á Sileno , no solo como
héroes sino como dioses; y es muy de
notar que frecuentemente colocaban al prá.


323
otras virtudes se proponen so-




324
mero junto á Minerva, como queriendo in-
dicar que el vino da vigor al ingenio. El*
verdad que cometieron la indiscrecion de
poner una ninfa á su lado dando á en-
tender que era bueno moderar su fuerza
con agua ; pero este fue un error nacido
de la ignorancia que habia entonces de las
ciencias físicas, como veremos mas ade-
lante.


Descendiendo á los tiempos históricos
encontramos á Dionisio , el cual , segun
refiere Pintare° , propuso un premio para
el que bebiese mas en una -fiesta, y le de-
cretó una corona. Alejandro el grande era
hombre que por no ceder en nada á nin-
gun otro , se echaba al coleto cada vez que
bebia una copa mayor que las de todos
los convidados: costumbre que no le es-
tuvo bien á su amigo Clito. Bien sabida
es tambien la historia de cierto Dromáques
que tenia el raro mérito de embaular cuatro
medidas de á diez libras cada una , es de-
cir , veinte botellas de las nuestras. Neron
fue uno de los mas famosos bebedores de
su tiempo, y entre sus muchas y oportn,
nas graciosidades tuvo la de mudarse el
nombre de Tiberio en el de Biberius. No.
helo Torquato, segun refiere Plinio, se be-


325
bia quince botellas comunes sin parar ;. y
se cuenta del famoso parásito Oficio-Vibu-
lo , que dw aut bibit aut minxit , cu-
ya ponderacion demuestra que tambien ha-
bia andaluces entre los romanos.


Si paramos la vista en la época del ba-
jo imperio, veremos que al principio los
monges no solo bebian y brindaban. por
los vivos, sino que tambien hacian diaria-
mente libaciones por los muertos, hasta
que se les prohibió como idolatria. Un
concilio del ario 817 procuró lijar la can-
tidad de vino para cada miembro de la
iglesia, y solo se le concedieron cinco li-
bras de peso á cada canónigo. Carlo Mag-
no, que rabiaba por meterse en todo, es-
petó- una capitular entera prohibiendo el
incitar á beber , esto es, el brindar y cor-
responder á los brindis ; y el concilio de
Tours de i289. prohibió á los sacerdotes
que entrasen en las tabernas, á-no ser en
los viages ; de modo, que segun fue decaen


.


yendo el vigor de la antigua disciplina,
asi fue disminuyendose el consumo del vi-
no con notable perjuicio de la agricultura.


Recorriendo- esta parte de la historia
sin otro objeto que el de llenar este ar-
tículo, nos hemos encontrado con una anéc-




32(1
dota, que á fe que no se debe omitir, aun-
que parezca poco importante. Es el caso,
que habiendo subido mucho de punto la
ancion á la borrachera, cosa que parece
imposible , se formó el año de 16oa por
Mauricio, duque de Hesse, una sociedad lla-
mada de la templanza, y poco tiempo des-
pues otra con el título del anillo de oro,
fondada por Federico V , conde Palatino,
cuyo estatuto mandaba que ningun caballero
bebiese mas que siete bocales .á cada comida,
y solo dos veces al dia. No sabemos cual
era la capacidad de estos bocales ; pero si
se ha de formar juicio por los vasos que
se ven pintados en las antiguas mesas es
cosa que meten miedo, y no dan una idea
muy buena de los límites á que redueian
la templanza los tales .caballeros. Verdad
es que se obligaban á no corresponder á
los brindis que se echasen por las perso-
nas que no fueran de la orden, y esto ya
era mucha abstinencia con visos de sacrificio.


Volviendo pues á la borrachera y á los
borrachos, y habiendonos valido de la listo.
ria para hacer su defensa, justo será tain,
bien que busquemos para ella el auxi-.
lio de la medicina, como buscaremos des-
pues el de la política para hacer ver que


327
no es un mero capricho nuestro sacar la
cara por esta gente, sino que es un re-
sultado natural del convencimiento, ó co-
mo sí dijesemos , un punto de conciencia.
Definen los médicos la embriaguez, aquel
estado á que viene á parar un hombre á
quién el uso de las bebidas fermentadas ha-
ce pasará una exaltaczon de las fuerzas cm-
tales é intelectuales. De modo que en re-
sumidas cuentas siendo la embriaguez una
exaltacion, venimos á parar en que un exal-
tado no es mas que un grandisimo lioarra-
cho. Ya sin que los médicos nos lo dije-
sen habiamos sospechado nosotros lo mis-
mo ; y aun por eso hemos defendido va-
rias veces á los exaltados en calidad de
borrachos , y ahora á los borrachos en
calidad de exaltados.


No entraremos sin embargo en los por-
menores en que entran los médicos des-
cribiendo las variedades características que
se advierten en una sociedad de bebedo-
res ; porque esto nos precisaria á hacer
una disertacion patológica, en la cual pro-
bablemente diriamos muchisi mos disparates.
Sin embarro, convienen todos ellos en que
b. lo menos los primeros vasos (adviertase
que siempre hablan en plural) produ-




328
cen en el estómago un suave calor que
no tarda en difundirse por todo el cuerpos
que se siente un bien-estar general ; que
se despiertan las fuerzan vitales y las del
alma; que los conceptos son prontos; las
ideas abundantes, y que ocurren los chis-
tes en la conversacion como si fuesen re-
lámpagos No sabemos como al oir esta
pintura puede haber quien se resista á me-
nudear esos primeros vasos, aunque no
fuese mas que- para animar tantas y tantas
conversaciones y sociedades en donde sin
duda por falta de vino no solo no se difun-
de ese calor vital , sino que se advier-
te tanta frialdad de conceptos y de ideas,
que desea uno hallarse solo por no aca-
bar de parecer un estúpido.


Blas prescindiendo por un instante de
la mayor ó menor exactitud que puede
haber en esta descripcion de los risédi-
cos, que al fin y al cabo son hombres,
y lo que es peor, suelen convertirse tam-
bien en poetas pintando con voces muy
bonitas las cosas mas ridículas y vulga-
res, corno cuando llaman capillum cene-
TiS al culantrillo, ít oleum serpentorum ter-
restrium al aceyte de lombrices, lo que no
tiene dula es que el vino es uno de los


329
tónicos mas poderosos, es decir, que co-
munica muchos grados de fuerza al que
le bebe; y siendo esto cierto como- lo es,
parece natural que el que beba en dema-
sia adquirirá mucha mayor fuerza que
el que bebiere con moderacion y sobrie-
dad. No sabemos si esta fuerza que su-
ponen los médicos es una fuerza física ó
moral, cosa que debieron haber distingui-
do los Brownianos , que son los que pu-
sieron mas en boga el uso therapéutico
del vino ; porque de poco serviria que
los que se entregan á él adquiriesen al-
gunos grados mas de fuerza física, si per-
dían otros tantos de fuerza moral; ni con-
vendriá tampoco que por adquirir al-
gunos grados mas de esta, se quedasen
sin fuerza física. Este silencio de los au-
tores nos hace creer que cuando clasificaron
al vino en el número de los tónicos ó
comunicantes de fuerza, quisieron dar á
entender que comunicaba fuerza física y
moral, tanto mas cuanto no es facil que
pueda conservarse por mucho tiempo la una
sin la otra. El vino pues debe ser usado ge-
neralmente por todos, porque á todos les
conviene aumentar en lo posible la cantidad
de sus fuerzas; y si es cierto, como di-




330
cen, que es capaz de (lar la salud á los
enfermos, qué no les dará á los sanos,
y mas si le beben sin aquella repugnan..
cia que acomparia siempre á la falta de


salud? .No ignoramos los muchos falsos testi-
monios que casi en todas las épocas se ha
complacido en levantar á los aficionados.
al vino una porcion de miserables , que sin
otra razon plausible que la de que el agua
cuesta mas barata se han declarado ene-
migos de aquel benéfico licor. Pero estan


ya tan pulverizados
sus ridículos argumen-


tos, ya con razones , ya con esperiencias,
que apenas hay necesidad de refutarlos.
Con solo ver la energia con que se esplica
un borracho , cualquiera que sea la mate-
ria que haya tomado entre manos , compa-
rada con la frialdad que se advierte por lo
general en los que solo beben agua, bas-
taria para elogiar debidamente á los que
acostumbran á prepararse para todos los
actos humanos con una cierta cantidad de
vino puro. Y no en vano decimos pino puro;
porque siguiendo la misma •reflexion médi-
ca que nos conduce en este artículo, no
puede menos de ser dariosisima la mezcla
de cualquiera cantidad de agua. Toda la


virtud del vino consiste esclusivamente3en
el alcohol, ó corno vulgarmente dicen, en
el espíritu que tiene; y hé aqui la razon
por que le comunica, como que mal po-
dria comunicarle si no le tuviese, y asi
se debe evitar con el mayor cuidado la
mas ligera mezcla de agua ; singularmen-
te cuando uno tiene que esplicarse con
energia; y cuanta mas energia necesite,
mas vino.


Ni se crea tampoco que la energia que
indudablemente comunica el vino es solo
para precipitar á los hombres' á que ejecu-
ten algunas empresas que sin este medio
no se atreverian á acometer , sino que
tambien es convenientisirno para-resolver
cuestiones y demostrar teorías que sin él
parecerian acaso absurdos. Hemos nido de-


. cir que en el parlamento de Inglaterra no
era raro ver pronunciarse largos y elocuen-
tes discursos en que se echaba de ver el
benéfico influjo de los vinos de España,
que son los que mas se distinguen por su vir-
tud tónica y estimulante ; y este seria el
momento de_ hacer algunas esclamaciones
patriótico-económicas sobre el fatal aban-
dono con que hasta ahora se ha mirado
este ramo de la riqueza nacional , y este




332
medio auxiliatorio de la elocuencia foren-
se y tribunicia. ¿Por qué nuestros abogados
cuando se presentan á defender algunas
causas peliagudas no hablan de preparar-
se con una ó dos botellas de vino jereza-
no, en lugar de esas flatulentas jícaras de
chocolate , que son capaces por sí sotas de
enfriar la imaginacion mas fecunda y ar-
diente? ¿Por qué , ya que tantas cosas imi-
tamos de los ingleses, no habiarnos de


.imi-


tar tambien la de perorar despues de bien
bebidos., ó lo menos la de beber bien
para adquirir la fama - de oradores ? Pero
es de esperar que se supla esta negligen-
cia , y que con el tiempo vayan descu-
biendose algunos verdaderos amantes de
su patria que la restituyan el esplendor de
que en esta parte carece. Es una mala ver-
güenza que ese llamado vicio del vino ba-
ya estado circunscripto hasta ahora entre
las clases mas ínfimas de la sociedad, co-
mo si las mas ilustres y elevadas no ne-
cesitasen tambien de cuando en cuando ad-
quirir sigan aumento de fuerza , y mas en
unos tiempos en que el que mas y el que
menos se ve á cada instante amenazado de
perder la que Dios le dió por quitame allá
esas pajas. Y es de advertir que por Inas


333
vino que se beba, con tal que fuere pu-
ro y español, tampoco podrá decirse que es
un esceso de lujo ,Bino al contrario un
medio muy conveniente para vivificar la
agricultura.


Supongamos por un momento que en
lugar de e mborracharse solos los zapateros,
los caleseros, los cocheros, los albañiles y
demas menestrales, se introdujese la moda
de que hiciesen lo mismo los marqueses,
los duques, los consejeros, los jueces y los
diputados á Cortes : ¿ no seria una delicia
ver como se propagaria el cultivo de las
vigas, y como se reirían esos campos , y no-
solo los campos sino tambien los hombres?
No es esto decir que fuera del todo imposi-
ble que alguna que otra vez se les fuesen los
pies á los deliberantes y sentenciantes; pe-
ro siempre que esto ocurriese, en echan-
dolo la culpa al celo , al patriotismo, al
'calor de la oratoria, y nunca al vino ni
al aguardiente, se salvarla el buen nombre
del orador, que es lo único que importa
en semejantes casos. Con tal que sus se-
ñorial ó escelencias tuviesen un poquito
de cuidado para no dar á entender con
vayvenes poco nobles ó con algun vómito
estrepitoso el 'mal asiento de la colambre,




334
lo demas es facílisimo de componer, y aun
pásaria á ser un distintivo de los prime-


ros oradores.
Pero no basta tampoco ser uno bor-


racho á sus solas , sino que es indispen-
sable parecerlo en público; lo primero pa-
ra acabar de destruir esas necias preocupa-
ciones que talo.. ia tienen ofuscadas algu-
nas cabezas, y lo segundo para evitar to-
do género de hipocresias, á: las cuales he-


' mos jurado guerra eterna. Bien sabida es
la moda que reynó en Francia durante la
regencia del duque de Orleans, en que los
elegantes roués no pasaban por hombres de
pro si no se presentaban por las mañanas
con todas las sei'lales esteriores de haber pa-
sado la noche en alguna taberna ; y á fe
que las damas mas delicadas se disputaban
la preferencia en el obsequio de aquellos
señoritos, sin que las moviesen el estóma-
go las manchas ciertas ó figuradas que lle-
vaban en su rostro y en sus vestidos. ¿Por
qué pues ha de ser abominable entre no-,
somos lo que fue de Mútila moda ailá en
Paris hace cosa de siglo y medio?


Mas aun cuando supongamos por un
momento que la borrachera habitual fue-
se un tantico asquerosa é indigna de los


335
hombres de mediana educacion , no por eso
creemos que .deberia castigarse, ni mucho
menos proscribirse, por no perder las ven-
tajas que indudablemente produce la bor-
rachera accidental. Es esta en nuestro Con-
cepto tan "útil para la política, como lo
fue e" n algun tiempo para la medicina , en
la cual se prescribía corno una escelente
regla de higiene emborracharse una vez al
mes, y se defendieron conclusiones públi-
cas en pro y en contra de este singula-
risimo método. Non ergo singulis
bus repetita ebrietas salubres, dice Humbert,
lo cual prueba que otros la tenian por su-
mamente provechosa, hasta que á media-
dos del siglo diez y siete se atrevió á defen-
der el temerario Langlois que nunca era sa-
ludable: cuya proposicion escandalizó jus-
tamente á toda la facultad, y se tuvo por
.una innovacion no menos aventurada que
la de la vacuna. Cotejese si no su doctri-
na con el proverbio latino que dice:


Si nocturna tibi noceat potatio vini,
hora matutina rebibas , et crit medicina,


y se ver< con cuanta desconfianza debe mi-
rarse á todos estos perturbadores de las an-
tigua.s máximas.




33(Mas por lo que hace á la política es
todavia al


as palpable la utilidad de la bor-
raehera en general y de los borrachos en
particular. Aquella debe considerarse co-
mo un suplemento feliz ál espíritu públi-
co, cuando se ve que llega á amortiguarse;
y estos, si se manejan bien, son un es-
celente instrumento para avivarle y comu-
nicarle energia. Y obsérvese aqui la reci-
procidad y armonía que guardan todas las
-cosas en el universo, y cuánto debemos
admirar las sabias leyes de la naturaleza.
El mismo licor que hace dormir profun-
damente á la disciplina militar, por ejem-
plo, despierta el espíritu público lo


e po-


ne mas vivo que una centella ; y mis-
mos que no levantarian cabeza en tres Bias
si los dejasen, son los que se proclaman
centinelas de nuestra felicidad. ¡Qué de ser-
vicios no han Prestado á la causa públi-
ca en estos últimos tiempos los borrachos
de profesion t A fe que sin sus báquicas
convulsiones mil veces nos hubieramo s vis-


to oprimidos por el peso constitucional,


y hasta las mismas leyes hubieran pene-
trado en las tabernas. Pero ya querrá Dios
que cese este desorden, y que el título so-
lo de borracho sea tan respetable corno


337el de legislador z aun mas
quiere la for-


tuna que en una sola persona se reunan
los dos dictados de legislador y de bor-
racho este será. el triunfo mas noble de
los progresos de la política, y el fruto mas
copioso de las monedas empleadas en vino.


3'. °210 xy. 9.2


Iff




338


TEATROS.


Cuantas veo tantas quiero: comedia de dos
ingenios, don Sebastian de Villavicio-
sa y don Francisco de Avellaneda : re-


fundida nuevamente en cuatro actos.


No sabemos por que en el anuncio de
esta comedia se atribuyó á Calderon; pues
ni está entre las suyas, ni en el índice
de las apócrifas publicado por Villaroel,
ni la versificacion ni la intriga se parecen
en nada á las del padre de nuestro an-
tiguo teatro.


Villaviciosa y Avellaneda, que segun
todas las apariencias pertenecen á los úl-
timos años del reynado de Felipe 1V , se


semejaban mucho en el estilo. Su versifi-
cacion es debil: su elocucion, aunque pu-
ra y urbana, carece de intencion y de ma-
lignidad cómica, y ó sube hasta la hinclia


ion gongorina ó es prosayca y desalentada..
La presente pieza es una muestra de


su manera de escribir. No hay en toda ella
un solo verso que de notar sea. Sólo hay'


33g
algunos rasgos cuyo efecto en el teatro
solo se debe á la originalidad de la si-
tuacion.


La fábula consiste como la anuncia su
mismo título en la libre. ,inconstancia de
uh plan que se divierte y no ama, ven-
cido por la hermosura y . gracia de una se-
hora disfrazada de criada. El- caracter de
don Pedro de -.Guzinari


yesti tránsito del
estado de libertad al de esclavitud amo-.
rosa no estár mal delineados. Pero los gér-
menes de esta situacion que es bastante
dramática, se hallan superiormente desen-
vueltos cowemucha mas gracia, mejores
versos y mas brillante elocucion en el


..dmor
al uso, de Solis , y en No hay burlas con
el amor, de Calderon.


El refundidor conociendo sin duda la
debilidad de la pieza , la ha ,


embellecido
con versos muy ingeniosos del Socorro de-
los mantos , de don Carlos de Arellano , cu-
yo protagonista .


tiene elmismo caracter que
el de Cuantas nmo, tantas


.yítiero. Los versos
siguientes .lo describen.


Con las mug-eres me porto
sin amor, mas con decencia:
el sombrero doy á todas




y el , Alma á ninguna de,
ellas :




34o
que .es acucien muy cortés
y seguriáádianny diestra
ser amante de ninguna
y ser salan de cualquiera.
Estimarlas lia de ser
costumbre; pero quererlas
ha de ser comodidad,


de parecer fineza.
Yo juzgo que la muger
de Mas robadoras prendas
no és buena para cuidado ;
solo para gusto es buena.
La, que por lo lindo mata
mayo á rayo y flecha á flecha ,
Ciad solo . un Dios te bendiga
•nie libro de su belleza.
La que pide, será hermosa:


aunque• tenga desvergüenza,
: yo sé' que üo tendrá cara
:para ,pedir una fea.
Y . asi doy á las (pie piden


.:.diamantes; rubíes; perlas;
pero es •cuando en un romance
las hago auroras ó estrellas.


¿Quiátiliabrk que' no contiene
por facilidad, tierna
que -porque-la. otra: sea hermosa


34t
se muera un necio de, pena ?
Si es hermosa, si es bizarra,
si es un angel,suelo sea:


han de ser en


•mí, desgracias
las que son gracias cd ella ?
Y, hombre, siendo • dama 'harpia
la que tanto te enagerta;
cómo te ha dacio en el alma,


si tira á la faltriquera?
Es la muger un enigma,
clue aunque despees salga buena,
el- que con ella se casa ,
la adivina, no la Acierta etc.


Este último verso es escelente por el
buen uso de los sinónimos. En general
todo este trozo tiene urbanidad é


-ingenio,
y no es estraiio que El socorro de los man-'
tos se haya , atribuido á Calderon, coma
corista del 'citado índice de Villaroel;
quizá -el •quei escribió el anuncio de' Cuan.;


oeo- tantas quiero la equivocó con la
comedia,..de-donde se sacaron los mejo-
res versos de la. refundida.


-En esta se han quitado dos personages
episódicos', y dos lances- nocturnos muy'
m'A: fraguados, y • otro de tapadas en las,
huertas del' Prado. El disfraz de Helena:


13




342
el arte con que desespera al gafan de to-
das, su astucia para asegurarse de la cons-
tancia de su nuevo ,amante, y la risible
exultacion del lacayo, cuando se cree ama-
do por una señora de alta distincion, di-
vierten mucho y aseguran el efecto me-
diano que es capaz de producir esta co-
media.


El viejo y la niña: comedia en tres actos.


Cui non. elictus Hylas?
VIRG.


Seria una necedad que emprendiese-
mes el análisis de una pieza, que es ca-
si vergonzoso no saber de . memoria, á lo
menos entre las gentes de gusto y cultu-
ra. Asi las reflexiones que haremos con
motivo del Viejo y la niña, serán bien re-
lativas á la historia de nuestro teatro mas
bien que á la pieza misma.


La aparicion de este drama enmedio
de la espantosa corrupcion de nuestra es-


, cena formó una nueva era en los anales
del teatro español, é hizo conocer á la Es-


343
paila que tenia un Terencio, y le clió la
esperanza de tener un teatro clásico.


¡Qué efecto tan agradable debió pro-
ducir la ,


primera representacion del Viejo
y la niña en el ánimo de. los espectado-
res capaces de apreciar el contraste de
su elocucion y artificio con las monstruo-
sas composiciones de Comella, Zavala y
Valladares, que plagaban entonces nues-
tra escena!


El Viejo y la niña tiene una diccion
ya formada y compacta en cuanto á la
pureza, propiedad y armonía. Las inten-
ciones morales (le la pieza anuncian la
fuerza y vigor de un gran pincel filosófi-
co, sin el cual no hay ni puede haber
verdadera comedia , sino farsas y arlequi-
nadas.


Esta pieza fue la primera del señor
Moratin : en ella se acercó mas que en otra
alguna de las que ha dado despues á la
sencillez Terenciana. Sin duda reconoció
la necesidad de aumentar los lances é inci-
dentes de la fábula para agradar á los
espectadores espafioles , que gustan mas
del movimiento y la intriga que de los ra-
zonamientos. Sin embargo, tal es la per-
feccion del estilo, que el discurso de Mu-




344
iioz ,•• cuando describe las diferencias de
las edades, discurso digno de Horacio en
la filosofia y superior al del satírico la-
tino en la clocucion ;arranca mas aplausos
que los mejores lances de teatro.


Esta pieza es tambien la que contiene
mas parte sentimental que otra alguna
de las del mismo autor. El castigo del ri-
dículo don Roque desaparece á los ojos
del espectador, agitado todavia por las
situaciones dolorosas que le -ha causado
la suerte de Isabel. En las composicio-
nes• posteriores del señor Moratin hay mas
cómico de accion y menos interes de
sentimientos. Pero la perfeccion clásica
del Jeuguage empezó desde la primera;
y si no nos engañamos, el Viejo y la niña
es la que contiene mayor número de
trozos' dignos de :conservarse en la me-.


341


Concluye el examen de la Constaucion va-
lenciana.


Conocemos que nuestros lectores es-
tarán ya.


'•fastidindos de los delirios del
Valenciano que nada :tienen de ingeniosos
ni brillantes., y basta de nuestro- comen,.
torio que necesariamente ha . debido ser
pesado. Pero


• les rogarnos- qué. aunque sea
con repugnancia, lean que- falta , pa'-
ra que conozcan á


.qué se reducen las
quiineras_y sueños con que. los anarquis-,
tas procuran. seducir á los incautos é igr.:
norantes. Nosotros para que sea menor--su./
molestia, procuraremos recorrer mas ligerl.
ramente lo que resta, limitandonos á .los
errores y despropósitos mas de bulto, y
remitiendó al. original á.. los que tengan.
estómago para apurar hasta las : heces- es-
te asqueroso brebage. Estamos en la par-
te 12.a y su


CA Pilla, O IV.


De los sacerdotes españoles.


„En los siete primeros artículos se es7:




346ponen muy mal, con poquisima ea9tittul
y en términos que casi resultan falsasloc-
trinas que bien esplicadas pueden ser cier-
tas. Leamos pues, no lo que el autor ha di-


clao
sino lo que ha querido decir , y pa-


semos al art. 8.' en el cual se enseña que
«todo sacerdote español de la religion do-
minante, cualquiera


que esta sea (por con-
siguiente los de la cristiana tambien), es
un funcionario público, un oficial


público


de la nacion (morlés de morlés : lo mis-
mo es funcionario público que oficial pú-


blico) constituido por esta etc.» Este homue
-


bre por ignorarló todo., ignora lo q
saben hasta los niños ; es decir , que segun
los principios de la religion cristiana, los
sacerdotes pueden muy bien .ser elegidos,
nombrados presentados por la potestad
secular ; pero han sido constituidos


por el


mismo Dios.
Art. g.° «Todo sacerdote, de cual


ra religion que sea, no solo podrá ser em-
pleado en los de su religion (quiere que se
sobreentienda empleos:


elipsis de oficinista),
sino tambien en todos los demas de la nacion


conforme á las leyes. » Sin embargo de este


todos ya hemos visto que no solo el que
actualmente sea sacerdote sino .hasta el


347
que lo haya sido, no puede obtener el
empleo de gobernador nacional.


Art. L O . « En el mismo tiempo en que
algun sacerdote ejerza empleos profanos,
ó que no sean religiosos ( pase la Auno-
logia), estará suspenso en sus funciones,
en el ejercicio del empleo religioso , y no
tendrá ,autoridad ni jurisdiccion religiosa
en ningun súbdito.» Bellisimamente : lue-
go el sacerdote que sea electo diputado
á Cortes ó nombrado ministro, consejero
de estado , director. de estudios ( este tam-
bien es empleo profano ó no religioso), no
puede mientras sirva estos destinos ni de-
cir misa, ni predicar (está suspenso de las
funciones);


ni administrar sacramentes, y el
obispo en iguales casos no podrá dar ór-
denes (no tiene autoridad ni jurisdiccion).
¿Puede delirarse mas? len dónde habrá
tachado este bárbaro? qué libros habrá
leido?


Art. r ,‹ Si un sacerdote ejerciese al,.
gun empleo profano, y lo dejase, y vol-.
viese á nejercer el religioso, ya no ten-
drá autoridad ni jurisdiccion profana .s9:
bre ningun súbdito. » Otra machada: si el
empleo profano era el que le daba la au-
toridad y jurisdiccion profana, claro es y




cou-


vuel-


343
dicho -se está, que dejado aquel 'no
serva estas; y esto aun , cuando no
va á ejercer el- •empleo religioso. •


Art. x 2. « Todos los sacerdotes ten_


drán 37- gozarán todos los derechos como_
nes á los (lemas ciudadanos y los espe-
ciales que les señale el;ódigo
serániibres , iguales, propietarios (esto de:
propietario lo será el que lo fuere) y posee-
dores, y tendrán seguridad en- todoSstis
derechos. Uno de estos será la liberkurde•
poder estar ó • contraen matrimonio,
segun las leyes.» Y basta que asi
ya resuelto el Valenciano; porque-én : dee-
to la abolicion del• , celibato en la • comir-.
niou romana no presenta ningunas
cultades, ni es , menester para ello contar
con la autoridad eclesiástica. Nada -de esos.
lo: decretó el padre fray Feliciano, y Ya
está hecho. ¡Ah necio entre los mas
dos de todos los jacobinos! ¿ te se fign-


' ya que ignoramos cuántos desórdenes,
cUáritos . males,- y • cuán lainentlible,
ma ocasionaron en la iglesia de Fran-
cia estas y otras jacobinadas? d Y . qnierés
que-en España se repitan-tan luctuosas es,
cenas? ¿Y dices' que amas 1 tti patria?


Art,.• 13, «Contra la posieion y elgóee


349
de dichos derechos (¿ cuáL• es la posicion
de unos derechos?) •no.- valdrán jamas ley,
precepto, práctica ni ejemplo de autoridad,
sle corporacion ni de persona alguna.: to-
do será nulo , si se opone á la ley ante-
rior.» Asi me gusta: á tierra cuanto exis-
te. Leyes- eclesiásticas, decretos de con-
cilios generales, costumbre uniforme de
la iglesia latina observada por mas- de
catorce siglos , bulas, decretales de pa-
pas consentidas por la iglesia universal,
votos solemnes , todo es nulo. c Y quién 'lo
ha anulado? Un sopiston de Valencia. ¿Y
no sabe este fatuo que tratandose de "le-
yes es un principio de derecho recono-
cido é inconcusa, que «ejus est antigua-
re, cujas est coudere»; y por consiguien-
te que habiendo sido la potestad ecle-
siástica la que hizo la ley del celibato,
á ella toca abolirla ó revocarla; y que
la civil lo único que puede hacer en
los paises en que hay varias religiones.,
es reconocer por legítirnos los matrimo-
nios de los sacerdotes que segun su creen-
cia -ó rito pueden casarse; pero no dispensar
del celibato á quellos á quienes por su reF,
ligion les..eltá mandado observarle?


«Ningun sacerdote español po-




a -oDo
drá ser obligado por ninguna autoridad
á obedecer á lo que no maittlen


los eó...


dilos españoles. » Muy bi tí: es asi que
los códigos españoles ri . :ahora mandan,
ni mandarán nunca , porque no les.:M..
ea., que en la misa se/, digan tales 6 cita-


les oraciones, que se/ hagan tales ó cua-
les ceremonias etc. etc. ; luego aunque la
autoridad eclesiástica á quien compete, or-
dene la liturgia de este 6 de aquel mo-
do, y arregle la disciplina interior de la
iglesia por medio de tales 6 cuales cá-
nones , los sacerdotes españoles no esta-
rán obligados á obedecer á sus superio-
res eclesiásticos en lo que estos les man-
den, puedan y deban mandarles. Hé aqui
las consecuencias del tal artículo.


Art. 1 5. «Tod sacerdote , ya sea de
la religion dominante , ya sea de otra, pa-
drá libremente -dejar este empleo (pase la
palabra impropia : el sacerdocio no 4 uu
empleo), sin que por dejarlo padezca dtgra-
dacion civil, infamia, rebaja ( i padecer re-
baja!) ni deshonra entre la comunidad
de ciudadanos españoles. » En cuanto


á


Ios ciudadanos de tu república será lo
que tú quisieres ; pero en la república cris-
tiana h as de saber que el .que se hace


35í
sacerdote contrae obligaciones que no es
dueño de abandonar cuando se le antoje.


Art. 19. ( Pasamos' los intermedios por-
que en suma nada dicen.) «Será reforma-
do el teage sacerdotal español, y el có-
digo señalará otro sencillo, cómodo , de-
cente, y que muestre la distMcioa de coda
grado sacerdotal.» Ya le tenemos conver-
tido en uniforme. ¿ Si habrá charreteras
y galoncitos ?


CAPITULO V.


De la gerarquia cristiana sacerdotal
de España


Art. x.? «Solo habrá la graduacion ge-
tárquica sacerdotal señalada en este capí-
tulo.::


Art. 2.0 «Esta será de obispos en gra-
do primero : de vicarios generales subor-
dinados á los obispos en segundo : pie ar-
ciprestes ó primeros presbíteros , que con
subordinacion á los obispos serán cabeza
de los presbiterios, en grado tercero : de
presbítero en grado cuarto.» Ya ven ustedes
cuan instruido es maestro legislador cuan-
do cuenta entre los grados de la gerarquia




:352
sacerdotal á los vicarios y á los arciprestes.


Art. 3.' «Se prohibe todo otro grado
en la gerarquia. sacerdotal. >, Por consiguien-
te fuera diáconos y subdiáconos , y mas
que los primeros fuesen instituidos por los




:nisinos a\póstoles.
Art. 4,Ç «El poder legislativo podrá su-


primir algunos grados y aumentarlos Cam-
bien.» ¡Y qáé bien viene esto con aque-
llo de que la , potestad religiosa y la pro-
fana nunca existirán en un mismo 'suge-
to , ni en una misma corporacion! ¡Y qué
cosa tan linda seria ver al cuerpo legisla-
tivo suprimiendo el obispado . ó el presbi-
terado! ¡ Y los jurados de Valencia se han
tragado corno .almendras unas doctrinas
tan sanas!


CAPITULO VI.


De la autoridad sacerdotal de España. -


Dejemos los tres artículos primeros , en
los cuales se quiere decir algo que pudie-
ra ser racional, y no se acierta á decirlo, y
pasemos al -


Art. 4.° «Bajo la misma reputacion (lá
de enemigo de la tranquilidad pública) y


353resp onsabilidad, toda autoridad sacerdo-tal no podrá mandar ni prohibir, no soloeste riormente ,
sino ni aun en lo que se lla-


ma fuero de conciencia , nada que sea con-
trario á las leyes ( esto va bien), ó que no
esté mandado por ellas.» Aqui entra el dis-parate.


•Las leyes no mandan ni mandarán nun-
ca, porque no pueden ni deben mandarlo,
que tal individuo tenga tantas horas de
oracion mental , ó rece los salmos peni-
tenciales, ó se sujete á tales ó cuales mor-
tificaciones, ú oyga tantas misas etc, etc.:
luego la autoridad sacerdotal no podrá man-1 dar á los penitentes en el licero de la con-ciencia que practiquen aquellos actos de
cristiana devocion. i Risum teneatis?


Art. 5.° Ninguna autoridad sacerdo-
tal (ni siquiera propiedad en los térmi-
nos, autoridad eclesiástica se ha llamado y
se llama la que aqui" se nombra sacerdotal)
podrá por sí sola , sin dependencia y pre-sencia del gobierno y de comisionados al
efecto por el poder legislativo, tratar de
ningun asunto religioso que baya de pu-blicará los pueblos (¡publicar un asunto!),
ni mandar cosa alguna, ni enseñar doctri-
nas que por las leyes no estera ya aprobadas.»


TOMO xvt.
2 3




354 posible, esta embrolla.-Analicemos, si es
da legislacion. La potestad eclesiástica sin
presencia del gobierno y de comisionados de
las Cortes (para que nos entendamos me-
jor) no podrá. 1. Q tratar de ningun


asunto


religioso que haya de publicar á los pue-


blos: 2. 0 ',mandar cosa alguna : ense-
ñar doctrinas que no esten ya aprobadas
por las leyes.=-Luego siempre que un obis-
po, por ejemplo , trate de dirigir una pas-
toral á los pueblos, es preciso que el go-
bierno y los comisionados de las Cortes
vayan á donde esté el obispo, ó este haga
un viage á la corte para que su pastoral
se examine á presencia del gobierno y de
los comisionados. Luego ninguna autori-
dad eclesiástica puede mandar nada, si el
gobierno y los comisionados de Cortes
no estan presentes. Luego ninguneclesiás-
tico puede enseñar aquellas doctrinas que
no esten ya aprobadas por las leyes (es de-


., cir, ninguno de los dogmas que constitu-
yen el fondo de la religion cristiana; por-
que á las leyes no les toca aprobar estos
dogmas) sin que esten presentes el gobier-
no y los comisionados, i Y el hombre que
esto ha escrito no está ya 4in un hospital


de locos!




355Omitimos los restantes artículos de -és-
te capítulo y los del siguiente, porque sea
del mismo jaez. Se conoce que en ellos se
quiere decir una cosa racional ; pero por
los términos y el modo con que está entin.-
ciarla, resulta un absurdo• ti una grandiL
sima Sifiapleza. Lo mismo decimos del ca-
pítulo'.h. 6 ;• 'pero respecto de este eS'pre-
ciso repetir 'lo que ya hemos notado en
varias ocasiones; á saber, que nuestro Va-


.
lenciano al trazar su 'bella .


teoría , hizo la
cuenta sin la huéspeda. Queremos decir que


,


aunque
en el fondo no fuese tan desati-


_ nada como es, seria impracticable solo por
lo costoso del gobierno y del servicio pú-
blico cual él los ha organizado. Ya hemos
visto que los sueldos de los jueces costa-
rian 200 millones y ttiedio de reales, los de
los jefes políticos y gastos de las dipu-
taciones provinciales otros 6o millones:
veamos ahora lo que


. costaria la sola dotacion1'
del clero. Segun su plan habria mil obispos,
mil vicarios generales, tres mil arciprestes;
y aunque no especifica el número de pres-
bíteros no puede bajar de 6o.000. La cosa
es clara. Los arciprestagoS son 3.000, cada
uno tendría un número de presbíteros pro-
porcional á su estension ; y siendo esta de




Rebajemos todavia los presbíteros á
3o.000 (menos no pueden bastar para la
sola España peninsular), y tendremos que
sin contar, las islas que el señor 'Valencia-
no ha tenido la generosidad de adjudicar-
nos, costaría la sola..dotacion del clero ea
la, península 425 millones. Añadanse todos .
los gastos del culto que no pueden gra-


356
ocho leguas cuadradas , no nos parece muu
cho que entre todas las poblaciones com-
prendidas en esta demarcacion llegasen al
número de 6o los sacerdotes necesarios
para su servicio. Una sola ciudad de una
.legua cuadrada ¿cuántos mas necesitaria?
No demos á los obispos mas que 6o.000 rs.
anuales de dotacion (nadie dirá que so-
mos pródigos ), 20. 000 á cada .vicario, 5.0oo
á cada arcipreste, y 1 0.000 k cada presbí-
tero : tendremos que estas dotaciones im-
portan.


La de 1.000 obispos
La de r.000 vicarios
La de 3.000 arciprestes
La de 6o.000 presbíteros . • 600.000.000.


6o.000.000•,,
20.000.000.


45.000.000.


Total 925.000.000.


357duarse en menos de 7 o millones (entra la
con


struceion , reparacion y conservacion
de los templos), y nos resultaran como cosa
de 5oo millones para solo el artículo del
culto. Vagase giran do á proporcion para
los domas ramos , y vease la suma total que
resultaria. Pasemos ya al


CAPITULO IX.


De la tolerancia religiosa en la nacion
española.


Art. I. «Se permite y tolera (permi-
tir es mas que tolerar) en todo el terre-
no español toda creencia religiosa, toda opi-
pinion de conciencia relativa á religion , to-da enseñanza religiosa privada , y toda doc-
trina religiosa , ya sea como familia (falta


tf¿ un de), ya como de secta especial ; pero
tambien privadamente.» Cotejese este ar-
tículo con el 4.° del cap. 2.° de esta mis-
ma parte que ya dejamos copiado, y


se ve-
rá cuan consecuente es nuestro legislador.
Aqui no solo tolera sino que permite es-
presamente toda creencia religiosa, toda
opinion relativa á religion , toda enseñan-
za y toda doctrina religiosa ; y alli habin




358
dicho que « toda religion que no se con-
forme ea todo ó en parte con la doctrina
del deismo , espiritualismo , vida futura,


divino y castigos del olio mundo,
será escluida de la nacion española.» Pre-
«untamosle pues: si en tu república se in-
traduce una religion gire en algun punto
no esté conforme con la profesion de fe
del vicario saboyano que es la que tú has
parodiado tan lastimosamente, ¿qué harás?
Si la permites y toleras , obras contra el
cap. 4.° de esta 12. 1 parte : si la prohi-
bes faltas al 9.° No hay remedio. Aqui
permites todas las religiones , todas las
creencias., todas las opiniones , todas las
doctrinas religiosas ; y alli no solo no las
permites todas, sino que escluyes positiva-
mente algunas. A cuál de los dos artícu-
los nos habremos de atener ? Vaya otra
contradiccioncita asi tamaña corno el puño.


Art. 5.° ( Dejamos los intermedios.) Aun-
que haya tolerancia religiosa , nin gnu cul-
to que no sea cristianó romano podrá apa-
recer en solemnidades , en templos , en reu-
nion pública de pueblos enteros , nz en acto
alguno que demuestre publicidad y prepon-
derancia sobre la religion cristiana nacio-
nal.» ¿ Lo ven ustedes , señores lectores?


1.59
¿ Es ó no claro, es espreso y terminante
que ningun culto que no sea el cristiano
romano podrá aparecer en solemnidades, en
templos, en reunion pública de pueblos ente-
ros , ni en acto alguno
blicidad?


que demuestre pu-
Si ? Pues aguarden ustedes.


Art. 6.° .«Si las dos terceras partes de
una poblacion ó toda ella tuviesen una mis-
ma religion , se les permitirá tener templos,
solemnidades y sacerdotes segun su creen-
cia ect.» Digan ustedes ahora, señores ló-
gicos, estas dos proposiciones « el culto
que no sea cristiano romano no podrá apa-
recer en solemnidades ni en templos: el cul-
to que no sea cristiano romano podrá apa-
recer en solemnidades y en templos » cómo,
se llaman en las aulas ? Y al que asi es-
cribe, al que asi da leyes, ¿ qué nombre
se le dará ? = Baste de religion , salte-
mos los tres capítulos que restan de esta
I2. a parte, y vamos á la


PARTE DECIMATERCIA.


Del nzatrimozzio.


El cap. r.° contiene tres definiciones
de lo que significa la palabra matrimonio,




36o
á cual mas obscuras y tontas. El 2.° quie..•
re decir qua á las leyes toca arreglar las
formalidades de este contrato , como las de
otro cualquiera; y el 3.° como que trata
de especificarlas; pero es corno todos. No
nos detendremos sin embargo á criticarle;
pero para que se vea que el tino de nuestro
legislador en esta parte es como en las an-
teriores, copiaremos una sola de sus feli -
cisimas invenciones. Está diciendo en qué
casos será nulo el matrimonio , ó estable-
ciendo, como suele decirse, los impedimen-
tos dirimentes , y entre otros (en el del pa-
rentesco se ve que no sabe siquiera lo que
es línea recta ) establece el siguiente.


3.° «Será nulo (el matrimonio) entre
personas de las que una esceda ti la otra en
mas de diez años.» De suerte que el jo-
ven de 26 no puede casarse con una jo-
ven de r5 , y asi gradualmente el varon
de 3o con muger de 19 ect. Qué tal?
¿No es este un buen medio de promover los
matrimonios ?


CAPITULO IV.


Del divorcio.


Prescindimos de que cuanto en él di-


36xce el autor
.


no' pertenece á la constitucion
política, sino al código civil, y vengarnos
á la última pincelada con que corona su
obra.


Art. 5.° «Todo matrimonio divorcia-
do podrá Contraer otro nuevo,


segun las le-
yes.» Otro allánjazo de n-oro zurdo como
el del celibato clerical. Se le figurará á es-
t
e miserable que ha puesto una pica en Flan-


des con proclamar la disolubilidad del ma-
trimonio, corno si el último escolar de teo-
logia ó de cánones no supiese lo que
hay en la materia. Si, pobre hombre , to-
dos lo saben•; pero tambien saben que los
inconvenientes que resultan de establecer-
la por ley son superiores á las ventajas que
pudieran esperarse de esta resolueion , so-
bre todo en paises cristianos; y saben que
en Francia despees de un costoso ensayo
ha sido preciso revocar la ley que permi-
tia á la persona divorciada contraer nue-
vo matrimonio. viviendo el otro conyuge.
Y saben en esta materia doctrinas que
ni por el forro has saludado tú, gran Li-
curgo de Valencia.




ara


PARTE DECIMACPART A,


CAPITULO


De los derechos de cidadano español:
/


Art. 3.° «El derecho de ciudadano es-


pañol comprende las propiedades siguien-
tes : 1.a estar unido con las personas mas


principales y beneméritas de la familia na-


cional española ( i y con las menos prin-
cipales r beneméritas no ?) : 2.a la pala-


' bra ciudadano es un título
noble, escaso


y venerable (.y aun por eso los jacobi-
nos tus maestros llamaban ciudadano al


verdugo) que demuestra el mérito qué
mera() puede haber en el niño recien na-
cido? Sin embargo si es hijo de español
en este solo hecho es ciudadano, art. 8.°)
de toda persona por su pertenencik en
grado primero á la familia nacionaÜes-
pañola : 3. a constituir parte de la sobera-
nia nacional de España (aquí tenemos /a ja-
cobínica fraccion del soberano): to a estar con
preferencia y predileccion bajo la prote,e-
cion de las leyes y del gobierno de España
para el seguro goce de todos los derechos'


363
.Murales y sociales de la nacion espafio_


la en" comunidad (el dogma de la igual-
dad bien entendido enseña precisamen-
te lo contrario ; á saber, que aunque
los ciudadanos 'de un estado tienen ('ier-
tos derechos de que no gozan 'los que
no son ciudadanos, las leyes y el gobier-
no` deben asegurar sin preferencia tanto
á estos como á aquellos el goce de los de-
rechos naturales y sociales que son comu-
nes á cuantos viven en un pais. Asi las
Myes castigan del mismo modo y con la
misma pena la muerte , violenta de un
hombre que no sea ciudadano que la del


.,que tenga este título. Lo contrario es pre-
. cisamente propio de las legislaciones que


reconocen diferencias de clases y de car-
tas ): 5.a poder ser admitido á las dis-
tinciones, á los honores, á los premios
' . á los empleos de la silicio]: , y ser le-
islador , magistrado y defensor de la pa-


tria segun las leyes. .> Recuerdes e el artí-
culo so , cap. z.° parte Ir , que deja-
mos copiado, en el cual se dice que: «se es-


*cluye de todo empleo, aun de los milita-
1: s, al estrangero aunque tenga titulo de


español y de ciudadano español», y cond-
ijese si es posible con el que acabarnos
e copiar,




364


CAPITULO II.


De las consecuencias de la pérdida de
derechos de ciudadano español.


Entre estas consecuencias se enumera
en 4.° lugar la siguiente: ‹, No tener derecho
á ser admitido en ninguna reunion de cía.
dadanos ( pase esta escomunion política)
ni de españoles.» Esto é por qué ? Si el que
pierde el título de ciudadano queda redu-
cido á la de simple español , é por qué no
ha de ser admitido en las reuniones de los
simples españoles? Hombre de Dios, siem-
pre se ha dicho :. cada cual con su cada cual,
cada oveja con su pareja.


A esta ocurrencia sigue otra no menos
original en el núm. 5. u , en el cual se pre-
viene que “sobre la parte esterior de la
puerta de su casa tendrá constantemente
basta que muera (el que haya perdido los
derechos de ciudadano) una pintura negra
semejante á esta figura


P. P. P.


el legislador no esplíca lo que
las tres P ' , iniciales, cada uno


365
Podrá leer lo que gustare. Nosotros nos
inclinamos á creer que convendria leer:
«Pobrecito, Pobrecito


., Pobrecito» ; porque
en efecto , muy digno seria cae Compasion
el que hubiese sido despojado, del título
de ciudadano por las leyes de la teoría va-
lentina. Quizá otro 'cenia : «Pedanton , Pe-
danton , Pedanton»; se entiende el que man-
dó poner esta inscripcion. Y no leerla muy
mal.


PARTE DVCIMAQUINTA,


CAPITULO L


De'los derechos legítimos del hombre..


No nos seria facil, aunque quisiesernos,
enumerar y hacer sentir todos los absur-
dos, todos los errores, todas las neceda-
des, todas las majaderias que encierra esta
parte 15 en sus cinco primeros capítulos.
Imposible parece que un hombre que no
esté loco ó borracho haya podido acumu-
lar en pocas páginas tantos y tamaños dis-,
parates. Pero para muestra bastará copiar
una parte del cap. 2. 9


Habia dicho en el
1.° , articulo 5.° , que los derechos natura-
les del hombre constituyen su propiedad sa-
grada „íntima é imperdible: y enumerandoCorno


significan




366
luego en el cap. , art. 3.° , los objetos
que componen esta propiedad sagrada, di.
ce asi:


«pertenece á la sagrada/propiedad del
hombre: . — soberania parcial que es
propia de cada ciudadano.-2.° Los dere-
chos de ciudadano (luego aquella y estos
pertenecen á todos los hombres , son dere-
chos de la naturaleza, y son imperdibles).
3.° Lo que (le) debe la sociedad, las le-
yes y el gobierno en virtud del pacto so-
cial (luego los derechos civiles son. natu-
rales).—.-. 4.° La vida y los medios justos de
conservarla. — 5.° La casa y todo C017C-


p I e tul/ do en ella (lié aqui el último cachar-
ro que uno tiene puesto en la misma
pea que la vida).-6.° Los terrenos adqui-
ridos segun las leyes (luego - las propieda-
des territoriales adquiridas por compra, do.
nacion , herencia ú otro título legal, per-
tenecen al "dueño, no por este título sino
por derecho natural).— 7 .° Todo lo 44
pertenezca á su justa posesion y tenga tí-
tulo legítimo para poseerlo tranquilamente,
aunque no lo posea (luego el derecho á
una herencia es un derecho natural). —
S.° La familia doméstica, inclusos lo'cria-
dos, y todo sugeto que esté en su casa ha-


367
jo su cuidado , direccion 6 proteccion (loe-
go los criados, los pupilos, los discípulos,
y hasta los huéspedes que viven en una
casa bajo el mando, el cuidado , la direc-
clon 6 la proteccion del dueño, son por de-
recho natural propiedad de este dueño, y
no una propiedad asi como quiera, sino una
propiedad sagrada , intinza é imperdible).


41
9.° Todas las bestias, de cualquiera clase
.(de la tuya no se hallarán muchas en el
mundo), y que por justo título pertenezcan
á la posesion del hombre.— lo. Todo lo
comprendido bajo los nombres de fábrica,
de invencion , industria y comercio.—
ti. El entendimiento y la libertad de las fa-
cultades intelectuales, el pensamiento , el
juicio . y lix O plItiOlG ; los medios de ilustrar
su entendimiento y de ejercitarlo en las
ciencias útiles á la vida humana (y si no
son útiles, ; será contra el derecho natural
que uno ejercite en ellas su entendimieri-


1vto?)•— 5 2. La Opi /1101Z especial personal porque es uno juez de todas las cosas que
llegan á su entendimiento ; pero sujetando-
/


a á la recta moral y á las leyes (cabalmen-
te la opinion especial personal por la cual
es .uno juez de las cosas que llegan á su.


wontendimiento , es la única cosa que ni es..




368
tá sujeta á las leyes, ni puede ni debe es-
tarlo. Por ejemplo, llega á mi entendimien-
to la teoría valentina, y se me antoja opi-
nar que su autor es un acéfalo insipiente:
habrá alguna ley á la cual deba ya suje_


tar esta opinion ? ¿hay .algtítia que me pro.
piba tener por ignorante al que lo es, y
por pedanton insufrible al original de don
Hermógenea — 13, Todos los medios de
adquirir y comunicar conocimientos y ver-
dades que estan al alcance del hombre (si
no lo estan , libre está que los adquiera ), en
cuyos medios entran los signos, las pala- .
oras, los caracteres ó letras, las asociacio-
nes libres con sus semejantes (lié aqui co-
mo los clubs y la comuneria son de dere-
cho natural), los discursos públicos, los es-
critos (¿ son estos otra cosa que caracteres


letras estampados en un papel ó en otra
materia equivalente?) , los libros (¿ no son
estos escritos?), el arte de escribir y la im-
prenta (¿ si esta y aquel son una propiedad
natural del hombre, sagrada, íntima é im-
perdible, ¿cómo careció del primero por.
tantos siglos y ,de la segunda por muchos
mas todavia?). Asi cada persona podrá es-
cribir y dar á la imprenta. los pensamien-
tos que quiera con absoluta libertad sin


369
preceder licencia alguna..(Está muy bien;
pero esto de no publicar sin licencia , ne,
es de derecho natural; porque si !o fuese
no se podria mandar lo contrario sin ofen-


' der á la naturaleza y sin violar sus derechos:
y las leyes vigentes •n España bajo el régi-
men liberal exigen la previa licencia para


.los escritos en que se trate espresamente
de los dogmas de la religion, de la sagra-
da escritura etc., y nadie dirá que esta es-
cepcion es contraria al derecho natural.) Si
alguna persona &autoridad se sintiese ofen-
dida por el abuso de estos medios , podrá
defenderse por los mismos sin 'que jamas el
que escribió, habló ó imprimió pueda ser
castigado, á no haber calumnia ó sedicion
intentada por tales medios, en cuyos casos
se observará lo que manda la ley. (Una vez
que nuestro hombre ha querido hablar en
razon, al fin lo ha echado á perder. Si cuan-
do una persona se siente ofendida de pala-


* bra , por escrito 6 on un impreso 'debe
defenderse por los mismos medios sin que
jamas el que habló , escribió ó impri-
.111 ió pueda ser castigado', ¿cómo podrá serlo
en el caso de calumnia.? r Puede verificarse


.esta por otros medios que la palabra
., el ma-


.nuscrito ó el impreso ? ,1Podrá serlo,tampo.
Tomo xvi.
24




41i


370
co cuando de palabra, por escrito ó con
impresos escite ó promueva la sedicion?
Aquel jamas podrá ser castigado ¿ no es-
chive todos los casos posibles de abuso de
la palabra , de la escritura y de la impren-
ta?)—. 14. Las opiniones4bres de concien-
cia sobre religiones y cultos `religiosos. La
o•pinion es como el a yre , en el que todos
pueden respirar libremente. (Comiese esto
con aquello de que es menester sujetarlas á
las leyes)-15. Los trabajos de entendimien-
to ordenados en signos , en papeles, en escri-
tos (¿ conque los papeles que preceden se-
rán blancos ?), en libros ó en impresos es-
to ya queda dicho en el núm. t 3). —16. Los
secretos personales, los de amistad y los
de trato especial con otros sugetos (¿ en qué
se distinguirán estas tres clases Je secre-
tos?) en tanto que no se opongan á las
leyes (los secretos nunca se oponen á las
leyes : los proyectos comunicados podrán
oponerse; pero aun en estos hay que dis-
tiirguir. A no tratarse de una gran cons-
plracion contra el estado „; quién ha di-
cho que el nombre no está obligado á guar-
dar el secreto que se le ha confiado bajo
la salvaguardia de la amistad ? Solo los ti.
rallos y los inquisidores hablan proclama-


37t
do hasta ahora esta doctrina)—r 7 . Todo
lo 'confiado á los correos y cartas , y á en-
cargados especiales para llevar papeles. Pe.
ro las leyes determinarán los casos .críticos
en que esta propiedad será sujeta _í la re-
viszOn de los magistrados, por exigirlo
causas graves y urgentes en favor de la fe-
licidad nacional.» -No es muy estrecha la
regla, pues hay sus dias de asueto; quere-
mos decir que no es muy rígido el libera-
l ismo de nuestro comunero, pues concede
al gobierno el .


derecho de registrar la cor-
respondencia pública; pero es en casos crí-
ticos y en favor de la felicidad nacional. Y
el gobierno mas despótico ¿no dice cuan-
do viola la fé pública que el caso es críti-
‘o y que lo hace en favor de la , felicidad
nacional? ¡Ah, pobre hombre! si, dejas
bierto este portillo, todos tus derechos
urales van por tierra. Baste Ale,,sandeces
n esta materia : pasemos á otekque
a, sin que se adivine porqué,. eivesta par-
e; y es el




çArgTtn,o


Del orden de honor nacional.


Parodia muy tonta de la legion de ha-




.371
nor de Bonaparte ;y todavia nos querrá per..
suadir el autor de la teoria que escribió
esta en 1799. Leale el que guste, y verá
que algunos-artículos estan tomados de la
ley por la cual se creó y estableció en Eran,
cia la lelion de honor.


PARTE DECIMASEST1:,


'CAPITULO


De la instruccion pública.


Nuevos delirios, nuevos absurdos, nue-
vos sueños mas que platónicos, nuevas ma,
jaderias impracticables. Copiaremos para
muestra tres 'artículos solamente.


Art. 12. <<La instruccion pública será
dividida en dos clases. 1 . á De conocimien-
tos menores con título de primera gene-
ral. Esta será para todos los 'varones espa-
ñoles sin escepcion (de las hembras no se
habla ni una sola palabra en parre alguna:
sin duda no querrá que aprendan ni aun
áleer): comprenderá la enseñanza de leer y
escribir, de principios de aritmética y de
geometría; de los principios generales de la
religion dominante (donde hay muchas es-


373
tos no se enseñan en las escuelas públicas
sine ,en los templos y en las casas particu-
lares); de los principios generales de moral
y política ; del conocimiento' general de la
historia de Esi..aña ; de principios generales
de historia zuzzvez sal y especiales de Euro-
pa ; de geogrufla espurio/a ,europea


ea y univer-
sal; de principios generales de conservar
la salud., la vida., y robustecer- las fuerzas
físicas, uniendo la Moral y la medicina pa-
ra este conocimiento- por sus principios ge-
nerales de preeaucion y templanza ; cono-
cimiento y práctica de lo que seillama vul-
garmente ejercicio militar; conocimiento es-
tudiado de. la Constitucion política española;
inteligencia de los primeros empleos' popu-
lares y de las obligaciones propias de es-
tos, y de la manera con que deben hacer
ejecutar las leyes. 2.a De conocimientos
mayores: esta comprenderá la enseñanza de
empleos ó destinos especiales, ' y de todo
estudio para entendimientos ya ejercitados.


Art. 13. »Toda persona que por docu-
mento público legal no haga constar ha-
ber recibido íntegra la primera, clase de
instruccion , no .gozará de los derechos de
ciudadano español.


Art. s4. »Si aunque se haya Tecibidola




374
primera. instruccio n íntegra se—ignora leer,
escribir y contar, óTeV-tl -documento 'de ins-
truccion. se hallzubmrieta ,(nd aprovechó es.:
ta enseñanza por ineptitud - d negligencia»,


jamas se podrá tener empleo, ni ser pre-
miado con el -orden de honor nacional,.


Mas necios seriamos nosotros que él au,
tor si nos detuviésemos á hacer sobre 'es,
tos tres artículos todas las observaciones
que se nos ocurren. Asi nos contentare-
mos con hacer dos preguntas al !egis/a-
dor. . a Si no ha de gozar de los !derechos
de ciudadano el qúe no hoya recibido in•
tegra la instruccion primaria, y en esta se
ha de enseñar á leer y escribir, aritmé-
tica, la religion dominante , moral, polí-
tica, historia y geografia de España, de
-Europa y Universal , higiene, conocimien-
to y práctica del ejercicio militar, conoci,
miento. estudiado. de la consutucion,
gencia de- los primeros empleos populares,
sus obligaciones y la manera con que de-
henhacerejecutar las leyes , .cuántos serán
los que esten en goce de los . derechos de
ciudadano? 2. a ¿ Cómo es posible que :un
hombre que haya recibido íntegra aquella
instruccion primaria; es decir; un hombre
que haya aprendido á leer Ylescribir,.arit-


37;
inética , geografia, principios • de religion,
!floral, polítn .a, historia, geografia , higie-
ne etc. etc., 1,0 sepa leer,


;escribir y contar?


PARTE DECIMASEPTIMA.


De la fuerza orinada nacional.


Dejamos á los militares la divertida oro-
pacion de examinar esta parte de la teo-
ria que consta de r r capítulos ; y á lo
que nosotros podemos juzgar contiene igua-
les ó mayores despropósitos que los que
llevamos vistos.


PARTE DECIMAOCTAVA.


De los tesoros nacionales.


Dos capítulos con 7 artículos para re-
velar al mundo el gran secreto, el profun-
do arcano de que ademas de la tesoreria
general, debe haber otras particulares: pe-
ro para que no falte aun en estó puco al-
guna invencion peregrina, se dispone que
en cada poblacion hoya un tesoro especial;
y si como debe suponerse, está á cargo
de un tesorero, y á este se le da aip,un




376
sueldo por limitado que sea', tendremos
como unos 2 2.000 tesoreyitcd, y 22.000
sueldecitos que no—diejárán de importar.
algo.


PARTE DECIMANONA...


CAPITULO UNICO.


Del coleoio de ilustracion nacional.




Al ver el 'título creerá cualquiera que
este colegio será algun instituto nacional
de ciencias y artes, ó una 'cosa parecida,
como nuestra academia. Pues no, señores:
el colegió de ilustracion es en suma la di-
reccion de estudios decretada por las
mas Cortes con arreglo al art. 36 9 de la
Constitucion , y ya erigida en esta capital. Asi
consta del artículo 3.° que dice : «Su destino
será ocuparse en dirigir todo lo relativo a:
ilustracion nacional é iostrnccion pública.»
Iié aqui otra prueba de que la dichosa .
teoria no. se escribió en 1799 , sino en 7 82!
con presencia <le la Constancion actual y •
leyes de ella emanadas. Pero para que no
falte alguna arlequinada, dispone nuestro




Valenciano que •los individuos de la date-


377
cien sean por lo menos ciento, y que el
cuerpo legislativo pueda cada dos años es-
cluir á cuantos se le antoje.


PARTE VIGESIMA.


De varios establecimientos nacionales.'


CAPITULO UNICO.


Dictas nacionales.


Creerá el lector que aqui se establecen
ciertas reuniones que se parezcan en al.
go á las Dietas y Dietinas de Polonia. Na-
da menos que eso: las dietas nacionales
ideadas por el Valenciano son en suma las
tertulias patrioticas , las sociedades popu-
lares, ó los clubs de mis señores los ja-
cobinos sus maestros: soló que para ren-
cherir sobre las bellas usanzas de sus mo-
deles, quiere que haya clubs de poblacion,
clubs ilé partido y clubs de provincia. Pe-
ro es menester hacerle justicia: ya que es-.
tablece los clubs no permite que tengan
sesión •diaria. Los de poblacion no tendrán
mas que dos sesiones por mes, los de par-.
tido dos en cada año, y los de .provin-'




373
cia una.sola anual. Sin embargo se nos occur-
re una pequeña dificultad sobre el mo-
do y la posibilidad de celebrar las dietas
de noblacion , y es la siguiente: ' .1t la de
cada pueblo quiere que asistan todos 1,,s
ciudadanos de él; y á nosotros nos parece
que en los de mucho vecindario no seria
muy facil esto. En Madrid, por ejemplo, aun.
que no supongamos mas que cuarenta mil
ciudadanos, quisieramos saber en qué lo-
cal podrán reunirse coi la comodidad , el
silencio y el orden necesarios para alli ha,
blar, proponer y discutir todo lo relativo
á la felicidad nacional (art. 4.1. Aiiada-
se que como oyentes pueden asistir aun les
que no sean ciudadanos.


CAPITULO II.


Instituto nacional.


Gracias á Dios dirán, nuestros lectores,
que ya tenernos aqui el gran cuerpo lite-
rario, la grande academia nacional que de-
be propagar los descubrimientos nades. y
acelerar con sus doctas tareas los pi ogro-
sos del saber, reuniendo en su sello aque-
llos pocos hombres eminentes que seanya-


7
paces de ensanchar los límites de la sa


3
b


9
i-


duria. Si, señores , ya le tenemos; pero no
crean ustedes que es uno solo. Esa mez-
quina idea de que aun en la nacion mas
ilustrada son muy pocos los sabios litera-,
tos y artistas de primer orden, solo pudo'
entrar en las estrechas cabezas 'de esos
bres ignorantes de franceses que en 3o
llones de habitantes apenas han podido en-.
centrar So ó too hombres 'de Superior ins-
trucción den las ciencias y en las artes pa-
ra componer un solo instituto. ¡Un solo ins-
tituto! Valiente 'friolera para nosotros los
sapientisimos españoles. ¡Un sólo instituto
para 3o millones de habitantes! ¡Miren qué
hazaña! Veinte y. dos mil institutos ha de ha-
ber en España., y no tenemos mas que unos
io á I I millones de almas. Hombre de Dios,
usted. se.luirla. ¡Veinte y dos mil institutos
nacionales én; España ! Si señor, veinte y dos


,oatnil; y si usted no lo cree ahí tiene la teo,
ria del Valenciano que en él art. 2.° cap.
unico de su vigésima parte .dice .en tér.
minos bien claros : En cada poblacion ha-
brá urca sociedad de ciudadanos, de la mis-
ma titulado (salvo el solecismo).:. Instituto.
nacional.» Y siendo las poblaciones unas
22.000


,.á instituto por barba salen 22.000 ni




3.8o
mas ni menos, Y no dude usted. de que son


- N ,
institutos literarios, y aun \ aigo mas que
literarios: abrazan todas las ciencias, todas
las artes, todos los oficios, eifin todo lo
escible y hacible. Terminante: «SU destino
y ocupacion (dice el testo art. 3.°) será tra.
tal públicamente en sesiones solemnes cada
dia festivo de todo lo util y relativo á la
felicidad nacional»; y ya usted conoce que
no hay cosa en et inundo que no tenga
alguna relacion con la humana felicidad, ni
hay ciencia, arte, oficio, invencion que no
sea irás ó menos util para lograr tan inte-
resante objeto.


CAPITULO III.


Juegos nacionales.


Aqui tenernos la jacobínica manía de
introducir en las naciones modernas la lu-
cha, el pugilato y otros ejercicios gínini-
cos de las antiguas , y hacer de ellos un
objeto de diversion. , , como si un
habitante del Seria puchera divertirse con
ver á dos zamacucos darse de mogicones
uno al. otro. Esta escena podrá ser diver-
tida para el populacho inglés; pero en otras
naciones lejos de ser una diversion nacio-


3$x
nal, ni aun á los concurrentes á las ta-
bernas puede serles grata.


CAPITULO IV".


Fiestas cívicas nacionales.


Las fiestas decadarias de Robespierre mal
entendidas y peor esplicadas.


PARTE VIGESIIVIAPRIiIrIA.


Disposiciones generales para admi-
nistrar justicia.


Tiene tres capítulos con 33 artículos lar-
guisimos por la mayor7parte. Convidamos
á los jurisconsultos á que los lean para apren-
der alli muchas cosas que no saben sobre
e] orden de los procesos, tanto civiles co-
mo criminales. Nosotros nos limitaremos á
copiar una de las mil graciosisimas inven-
ciones del autor.


Dice asi el art. 7 .° del cap. »toda auto-
ridad de España, sobre la mesa en que acos-
tumbre sentenciar y espedir órdenes, ten-
drá constantemente los símbolos siguientes;
y uno de ellos que se pruebe ha faltado
al tiempo de sentenciar ó mandar, será nulo
el mundanziento ó la sentencia. i`? El sím»


i1;




382
bolo mas venerado déla religion 'nacional
(¿y si esta fuera cierta rellgion antigua P).
2.° Un peso suspenso sobre la Nnaesa ( (ly si
es de hierro,. y le da la gana de, caerse
sobre la'icabeza del firmante?). 3.° Una va-
ra recta de hierro clavada perpendicular




so-


bre la mesa (y si no está perpendicular,
¿


será nulo lo mandado ó sentenciado?) 4.° La
constitticion política y los códigos legisla-
tivos de Espala.» Que cada magistrado
gefe tenga á la mano aquel que le con-
cierne, pase; pero que todos los hayan de


tener todos, y sobre la mesa, esto ya es
demasiado pedir. Chanzas aparte : puede ha-
berse ideado una cosa mas ridícula ni mas
absurda' que la de hacer depender lo vá-
lido de una sentencia y todavia mas. de una
orden gubernativa, de que sobre la me-
sa en que se firman baya clavada perpen-
dicularmente una 'vara de hierro? Aquíte•
veis, españoles, una parte de los errores,
absurdos y dislates que contiene la cons-
titucion política que os preparan los ca-
balleros comuneros para haceros felices, y
la cual dicen que os liarán recibir aunque


-vosotros la repugneis. Pero no lo temais:
sus tramas estas descubiertas, y sus locas
y criminales esperanzas quedarán burladas.


3 83


Siguen los estrictos de dos folletos que se
publican en Valencia.


Tiernos llegado á tomar tanto cariño
á las cosas de Valencia desde que vimos
el calor con que procuraron desfigurar-


' las aquellos á quienes desde nuestro pri-
mer w ámero declaramos una perpétua guer-
ra , y guerra sin t; ansaccion , esto es, á


pu los caballeros exaltados de cualquiera cla-,
se que sean, que lo mismo es llegar á
nuestras manos cualquiera papelucho en
que se les ridiculice con alguna gracia,
al momento procurarnos estractarle , sin
otro fin que el (le que tenga mayor pu-


141blícidad, y que desde un cabo al otro de
la monarquia les persiga la risa y el des-
precio público, antes que sea necesario
valerse de otros medios mas severos. En
el número 9 r insertamos ciertas vedutas
de un tal Remotini insertas en un folle-
tito periódico que se publica en Valen-
cia, el cual ha tornado per su cuenta
dar al traste ;:on unos cuantos canallas que
han traido alborotada aquella ciudad y




31;4
que segun nos dicen les ha hecho ya
mas daño en la opinion publica , que el
que pudo hacerles el padrinazgo de sus des- •
acreditados defensores, que es hasta don-
de puede llegar la- ponderacion.


Teniamos sin embargo algun escrú-
pulo de si lo llevaria á mal el autor de
las Espaviladeras, porque al fin por mas
que el reirse de los exaltados sca un de-
recho general de todos los españoles y no
españoles (como que ellos mismos se go-
zan en dar que reir á trueque de que
se hable de ellos), con todo y con eso
el burlarse de esta ó de la otra manera
es una propiedad particular que á nadie
le gusta que le usurpen. Nos abstuvimos
pues de continuar publicando las lemas ve-


llidas hasta que hemos recibido amplios
poderes del autor de ellas 'para copiadas,
ya en su mismo idioma chapurrado , ya
traducidas al lenguage vulgar , y para
comentarlas, aumentarlas ó suprimirlas,
segun nos venga á cuento ; porque su
deseo no es otro que el mismo que nos
anima, esto es ,• el de hacer burla de to-
do exaltado ; y cuanto mas exaltado ••sea,
mas burla y mas desprecio. Conque asi
manos á la obra, y vean nuestros lecto-


385
les la des.cripcioa óptica que hace el fit-
n-L01.0 . Renzot.zni de . ja, - batalla del , capito -
lio, esto es, ;de


• aquel, lance. escandaloso
en que una porcion de populacho, patro-
cinado y seducido por unos cuantos bri-
bones de Valencia, influidos ,


por otros mu-
cho trt4s .


bribones , de Madrid , se pre-
sentd,..91 ' las salas capittilares


,
á pedir que


11,/,;;;1P. Obedeciese „al,
"gobierno constitu.-


cicnal ;, ¿fue se depusiese al ministerio, por-
que les averiguaba sds


.
Rfrardias y les,


im-
peda la ,ejeeucion de pm planes, y final-


' mente .
que. ,


se ,declarase una desatinadisi-
ama independencia, semejante á la que so-
iiaban. poder realizar en Cadiz y cn,., Se-
villa otros tunos, á quienes en su tienl-


:pes
o ; copintamos


nYenian. Dice
nosotrosasí: los colores, que


l
• «lYli voleba esplicar á ostras signo-


* „rías lo gusto inesprimibile que h
la .mía ténera ánima„, al considerare


lo molió favorito que me trovo, por la
concorreriza con que me han hoz] °rato.
.11i esperar de la , sna ,pietá demostrata il
perdono, : di ..


•lo .inio difetto de pronon-
. chiachone per amenizare la mie veclu-1"


• te, que no tienen per objeto altera co-
sa que impulsare il fomento di la ins-


Tollo Va:.
25


FRO




386
trttchione chenerale, é cuesta incaminar-
se á la fine del Ilumine para ser bona,
estando lo util.... Corninehianio._.


Sexta veduta.


.Cuesta estupenda é sorprenante ve-
duta ripresenta la terribile é sanguinulen.
ta bataglia dil capitolio, in la cuale se
trovó distrozato é pósito ín fuga violen-
ta ii echército dil popolo sobran° la not-
te dil sete de enero.


11 primo término di cuesta •Mafiífica
veduta ripresenta li alborotatori que' vole-
ban establtre di fato la indeperdenza , no-
minando una yunta sobrema di goberna-
mento , la cuale debeba siparare dii co-
mando les autoritates, é tuti le grosi em-
plead de la chitá que no estaban adic.-
ti ni identificad , ni voleban dire viva


«L'alborotatori reuniti en la porta dil
capitolio , de la maniera que está repre-
sentato en aquesto primo término de la
veduta, conocheban tiene que la presen-
za de li canonieri, é tute le trape de la
guarnitzione, estaba un ostácio inso pera-
bite per la realisacion de le sui proyec-
ti patriotiqui; me convenehutos que no


387
estaría posibile lanchare duna volza tuti
le rechimenti , risolveron asestari é diri-
chire le sui tiri. contra soli li canonieri.


‹, Scoltate.... scoltate le confusi é ron-
qui gridamenti de queli perturbatores, de-
mandando á viva voche que surtan Tora


elis, de la chitá le canonieri, lo briconi ca-
nonieri, que han perduto la conliaza dil
populo sobrano , y estan inimichi decla-
rati de li vechini pachifici é perturbato-
res de la tu nquilitá é di le júbilo de
les inochentes ricreasiones de un popu-
lo libre: ¡ fora le canonieri! y súbitamen-
te prenon le artni le milisiani voluntari
per les obligare á sortire de la chitá.


«Observate, espectatori niiei , la calitá é
ropache de queli desorg,anichatori interpo-
lad con li alteri que debeban atrapare li
emplei , é la impazienza de cuestos per
scoltarse aclamad autoritates.


« I1 secondo término ripresenta la sun-
tuosa habitasione en que celebran° le se-
sioni li signori capitolini , que reuniti
in cuela notte pe.r tranquilichare il po-
polo qui debeba alborotarsi, comandan
á le gritatori que monten á la audienza
á far le sue demande, á fine que il tri-
bunale. las precia in considerasione per




388
asigurare la tranquilitate


« Observate, miel signori, la apresura,
done con que se agolpan tuti le dedo,.
ratores á la volta, per manifestare á lo
tribunalo le insulti é li atropellarnenti co-
misi per le canonieri contra il populo
indefenso é 'contra le miliciani de lo se-
condo batallone; terminando tuti la sua
relacione con la cantinela consabida que
sortan súbito le canonieri, perque asi lo
demanda il popolo. Le signori capitolini'
les fan il prometirnento de interpolar la
sua autoritate pon , el signore chefe polí-
tico, per conseguir la sua condescenden-
za, é donare gusto á le patrioti, é con
aquesto ' fine disponen que sortan dil suo
seno duas comisiones per inclinare le dic-
to signore ávenire al capitolio. Ma la sua
signoria andaba in cuelo momento rece-
noehendo la chita ; é habendo veduto que
tuti le inondi se trotaba tranquili , se
diriche al capitolio per videre si logra-
ba calmare le ánimi de li revoltosi : á la
sua presencha tuti se remolinan redoblan-
do le sui gridamenti é menachandole con
puñali é trabuchi, perque no voleba 'ít
consentire la formasíone de le batalloni,
ni la espulsione de li canonieri. Depara-


389
te, reparate il viso de pascua del signor
Plachensa se videndo insultato é apelato
servile per li priconi : ¡ bella ocasione per
te demandar una gradúa! Vole fitchire per
evitare il compromiso, é tato -lo, trova
cercato é sitiato. Quelo grupo de pa-
trioti son fachendo forsa per robinare la
porta de la liabitachione del capitolio en
que se trova inserrato il elide con 1i sig-
nori capitolini. Pr 'estate atenzione al gol-
peamento é crujimento de 10 cancelo des-
quiciare. ¡Mísero Plachensa in cuate puf--
colo te trovas!


Fachiamo una petita pausa , especta,,
tore miel, é suspendiamo per un instan•
te il espetácolo per disposare le ¿inirni nos-
tri á contemplare il tercio término de cues-
ta veduta que ripresenta las disgracias inau-
ditas de queda notte, notte horri pile é crii-
dele , notte triste é aciaga que la patria plo-
rara con pianto di sánguine al.ricorclar la
clisolacione dé li suoi filióli predilecti.


aIn el medesimo momento en que la
porta iba á venir á vachio per il empu-


dd de le soberani , se presenta subi-
tamente lo cheneralo con il suo penacho
bianco á lo capite de 4o granadieros
bravo rechimiento di Zamora, y montan,.




39c)
do la escaliera con una duchena di queli •
valienti, pinetra in la antesala con la in-
difíacione pintata itr il suo viso , intima
la retirata al populo sobrano; ma
do que si fa lo remolone é no vole obe-
dire, con. tura, pi de allá patatumbi de acu-
llá les fa bachiare la escaliera amontonati
é revoluti le uni sorra le alteri , pleni de.
pavura é confusione , lachando li iscaglio-
ne pleni di sanguine. Fogite, fugite , in-
solenti é miserabili descarnisati , andate á
gridare al inferno.


«Resta , espectatori miel , in aquesta ve-
dota il cuadro piu- interesante é piu mar-
cabile de tuti Ii cuadri, in il que se ri-
prisenta la tropelia borribile á un chene-
ralo penetrando in la sala di." capitolio é-
asestando le bayonete contra le pectore de
li capitolini. ¡Oh Dio cuelo espetácolol; La
casa dil populo profanata , é le concejali
atropellad senza respeto al santo Cristo que
está pósito en la rnedesíma sala dil capitolio!
Videte, Videte le ténero cuadro que ofre-
cen cueli poberoli, que intimidad con il
rumore de li armi é le lamenti'de li contu-
si é feriti , se videri postrad é arrodillad
ante la sua imáginedemandando misericor-
dia é tempo per far la confesióne de li sui


39r
pecati , credendo que le rusi babean intra-
tu per asalto in il capitolio.


<, II arrogante cheneralo canta la victo-
ria se retira ufano portando in triunfo
al signo ' .


Plachensa , 'acidando in la disola-
cione á le signori capitolini. A Dio, signor
cheneralo....signor cheneralo, á


Pues no menos amarga y cortante está
la Cimitarra del so/dado musulman , que es
otro folleto igualmente . gracioso que se pu-
blica tambien en Valencia, y de que ya se
han insertado algunos trozos en el Impar-
cial. Este no se anda con vedutas ni con
chapurrados italianos, sino que cuenta en
buen español todas ó sa de las truha-
nadas que han hecho alli los falsos pa-
triotas par3 trastornar el régimen constitu-
cional y substituir una especie de gobierno
anárquico , que es el rtnico que apetece la
gente exaltada.


Fuera necesario copiar todos sus núme-
ros para formar una idea cabal de.las galo-
pinerias que se han practicado allí y pro-
curado defender aquí , como otros tantos
rasgos de patriotismo y de amor escesivo
la libertad. Es cierto queda tal asco ver pro-
fanados estos nombres por personas que ni
quieren ni necesitan otra libertad que la




392
de robar cuanto alcanzan sus ojos, que mas
parece cosa de chanza y de pasatiempo el
usar de semejantes .voces , que no ventilar
seriamente una cuestion política. ¿ Qué
especie de libertad , por ejemplo , podrá
apetecer un introductor fraudulento de ta-
baco y de muselinas, sino aquella que trae
consigo la destruccion del comercio y la
disrninucion de las rentas públicas? ¿Cuál
podrá apetecer aquel otro á quien se le está
siguiendo una causa por haber robado unas
cargas de pañuelos y otros objetos de
interes , sino la libertad de no estar sujeto
á las leyes, no pudiendo quedarle duda de
que en el momento que estas recobren su
imperio ha de serconúenado á buen librar
á pasar en un presidio lo que le resta de
vida?


Gritarán sin duda, y gritarán con mu-
cha razon que la libertad se pierde para
ellos desde el momento en que cada uno
quiera conservar lo suyo al abrigo de la ley;
pero semejantes gritos solo probarán la ur-
gente necesidad de refrenar cuanto sea poj
sible la libertad que ellos apetecen , para
estender y consolidar la que necesitan los
que ni roban ni ejercen el contrabando. Lo
mismo puede decirse de la especie' , de Ii-


393
herrad que afectan defender los llamados
comuneros, á quienes el autor de la Cimi-
tarra se ha propuesto combatir con las ar-
mas del ridícu!o hasta el punto de no de-
jarles hueso sano. Para ello introduce una
conversacion entre dos individuos de es-
ta obscura cofradia , en la cual abochorna-
do uno de ellos que acababa de llegar de Ma-
drid, del desprecio á que les habia redu-
cido la publicador'


de sus secretos, le des-
cubre al otro
origen de la comuneria,


se explica en los términos siguientes.
Comunero de Valencia.


«Amigo, veo que el viage á Madrid y.
la lectura de las Espabiladeras te han he-
cho variar de modo de pensar : ese lengua,
ge no es el que usabas en otro tiempo
¡ Qué poca constancia tienes


! ¡ y desma-
yas ahora que tenemos entre nosotros al
héroe de la suprema asamblea...! ¡al mas
fuerte campeon de las libertades patrias, á
ese inmortal autor de la constitucion co-
munera!


Comunero recien llegado de Madrid.
Pocas y malas son las noticias que _tie-


nes


Ya ese,héroe ha sido espulsado de
la asamblea suprema.... Pero ya.que viene
á pelo voy á contarte el origen de la co-




394
muneria y de su constitucion Un dia


que ese inmorta l campeon no pudo
afey_


tarse, porque
estaban demasiado irritados


los purpurinos granos que circundan su


prolongada nariz , llegó un médico y lemart-
(16 purgarse; tomó una pequeña dosis de
jalapa, y como causara un efecto repen-
tino tenia que andar continuamente yen-
do y viniendo al cortito): su criada 6 su
ama (pues de todo participa) le dijo: ¿ qué
es eso, pichon indo? ¿Por qué tenemos hoy
tanta comuneria....? Muger ó diosa... es.
clamó nuestro don Quijote, ¿ qué es lo que
has dicho....? Ttí acabas de dar la liber-
tad al género humano.... si, de esa pala-
bra han du salir los redentores del mun-
do armados corno Minerva de la cabeza
de Júpiter.... ya acabaron los tiranos.... Con
esto se encerró en su cuarto, planteó el
proyecto, se le coniumcÓ á algunos ton-
tos que en su vida hahian oido hablar de
Padilla ni de la batalla de Villalar, esc•i-
bió la constitucion comunera , y ahí tie-
nes el origen de la confederacicn: es de-
cir, que de la irritacion de unos granos,
el efecto de una purga, de una moza y


un comun nació la comunera.
—No digas disparates, hombre.... ¿Te pa-


395
rece á tí que si eso fuera cierto, habrian
entrado allá tantos sabios , tantos héroes,
-tantos grandes hombres?


—Sí, verdaderamente hombres grandes,
hombres de historia.... y sino pasa revis-
ta á los de esta merindad y hallarás.... un
letrado vendiendo la justicia , un contra-
bandista, un ladron , escapado de pre-
sidio, uno que no está ahorcado porque
sus causas estan archivadas, un asesino, un
jugador que estafa con barajas marcadas,
un pintor pereciendo de hambre, un car-
nicero, un músico borracho ; en fin , obser-
va estos y tendrás un bosquejo de la comu-
•eria de toda España.


— ¿Y me guerras probar tambien que no
fue cierta la muerte de Padilla, y que no
hubo tal batalla de Villalar?


—¿Qué tieneque ver lo uno con lo otro...?
¿Quieres apostar á que aqui mismo forma-
mos nosotros una sociedad que dentro de
dos meses echa por tierra á la comuneria,
y se pasan á ella los comuneros á cente-
nares? Pues juremos vengar la muerte de
Viriato que fue vilmente asesinado por los
romanos , nos -llamaremos los hijos de Vi-


, diremos que en las ruinas de Pom-
peya se ha encontrado una cartera dePli-




396
nio el viejo , y que en ella estaban los es-
tatutos de la sociedad viriatrida ó de los
hijos de Viriato ; y sin que reparen en
anacronismos, tendremos dentro de dos me-
ses sobre Socio descamisados que jurarán
vengar la muerte de nuestro héroe, y gri-
tarán viva Fincar), si se les ofrece en em-
pleillo con el que puedan salir de miseria.


—Mejor será que la formemos.— aunque
hay un inconveniente.... Nuestro héroe fue
vandolero, y como en casa ,del ahoicado
no se debe mentar la soga , los comuneros
de Ogaño no querran que los llamen por sul
nombres..... gente vandolera.... pero no im-
porta..-.. en nuestra ;tierra hay •muchos ton-


. tos.... algunos caerán, y exigiremos lo me- o•
nos cuatro duros á cada neófito •que ini-
ciemos en nuestros sagrados misterios.


— A Dios.... la ensuciaste.... esa es la idea
que se han llevado todos ellos.... la mis-
ma que tú—. el chitar los cuatro duros
es el puro patriotismo, esa es la defensa
de las libertades patrias, ese el objeto
de la independenCia, 'y el origen de toda
la letania de moda, el dinero y el em-
pleo: por eso no se ha dial() que nin-
gun escribiente sea servil, ni menos nín-
gun zapatero de viejo, ni tampoco ningun


397
sargento ni cadete ; pero los gefes todos
serviles, todos malos que no se identificarán
jamas con el sistema ; y los ministros de
las audiencias, gefes políticos, comandan-
tes generales , todos los que no son ser-
viles propenden á la aristocracia.... ¿qué
tal? ¿nos conocemos ó no?


— Amigo ., vas apurando tanto la ma-
teria, que al fin 'convendré mi que tienes
razon ; pero á nosotros tampoco nos fal-
ta; y á la verdad, si no se grita por (line-
ro y empleos, ¿ por qué se hatide gritar


. P
Dime.... tl'"que habrás adquirido buenos
conocimientos allá en la corte, cómo po-
dré lograr una ad ministracion


correas?
— No Seria dificil :si pudieses quitar del


medio aquella causa de la bancarrota que
está archivada en el ministerio.


— Toma - se da un .
,reeibo". y se ha-


ce traspapelar : eso és muy
— Sí: en .


estos tiempos nada es dificil
de traspapelar, y menos tu causa que ten-
drá 'lo mas doce ó quince pliegos.... Otro
mamotreto mayor y que tenia lo menos cua-
renta pliegos ; se traspapeló en cierta par-
te,


• y no hace mucho tiempo


Pero no
le valieron patrañas al traspapelador, aun-
que dió recibo, y dijo luego que era .fal-




398
so: no hubo emboque pareció el mamo-
treto , y no ha logrado mas que hacerse co-
.nocer de todos por un embrollon , tan dies-
tro como Pinetti en la ciencia del escamo-


tage; bien que muy pocos eran ya íos que
no le conocían. •


—Pero, hombre, ¿qué in terés tenia él
.en


hacer desaparecer ese mamotreto ?
¡Interés' no es poco.... nada mas que


el libertarse de ir algun dia á Melilla con
arreglo á la ley ; pues aunque ahora hace
algun papel en el mundo, dentro de poco
se quedará como estaba, sin empleo ni ofi..
cio ni modo de vivir conocido; y en ha-
biendo en su lugar un corregidor de bigo-
tes, le sopla en presidio por vago con otros
tres ó cuatro compañeros suyos: lo mismo
que sucederá con las torres y castillos : una
noche les darán el asalto cuatro alguaciles, y
desde el castellano con peluca y anteojos
de oro hasta el marinero con puñal y gorro
colorado , marcharán á Cartagena á sacudir
las cadenas. Si.... á sacudir las cadenas del
despotismo de ese infame ministerio.


—Amigo, me convences.... Veo que tie-
nes razon, y voy á hacer lo que tú: no vuel-
vo ya á la torre ni al castillo , no sea el
diablo que me pillen y se les antoje remo-


399
ver la causa de marras : hombre, ¿ no po-


4100 drás hacerla traspapelar?
— Yo, amigo, no valgo para esas cosas;


pero te dirigiré á un sugeto que tiene da-
das muchas pruebas de habilidad en esa
materia : él hizo traspapelar doce cañones
de á .24 volviendo una hoja solamente.


— Hombre, ¿qué dices? ¿Y tenian cure-
ñas •esos cañones?,


Aunque hubieran tenido avant train
y .ocho caballos cada uno hubiera sucedi-
do lo mismo; y si los caballas hubieran si-
do rabones mucho mejor.... Son tan boni-
tos para la:: carretelas.... Sobre todo si las car-
retelas estan montadas á la inglesa.... No
digo yo cañones, pero toda la jarcia y ve-
lamen de un arsenal escamotaria yo por
tener carretela.... Alli meciéndose blanda-
mente se respira el aura dulce, refrigeran-
te y benéfica de la libertad.... Alli recos-
tado sobre un mullido almohadon le asal-
tan á Uno recuerdos tan tiernos.... ¡ Ali'
beneficios de la libertad'


— Amigo, te has elevado tan alto que no
te entiendo: tú tienes ideas heroycas; y yo,
amigo, no quiero tanto.... con el empleillo
que perdí me contento....A Dios.... vete á
perorar á donde te entiendan.,,.




400
Alguno me entenderá, y si no les di-


ré un latinajo que he aprendido de mi ami-
go el espavilador: qui potest capere"capiat.»•


Este es el verdadero origen, objeto, me.
dios y fines de todos esos defensores del
género humano, tan virtuosos y tan dio-
nos del aprecio público en sus inmundas
cuevas, como lo son en sus vericuetos los
que se proclaman defensores de la Je.


EL CENSOR,
PERIÓDICO POLITICO Y LITERARIO.


N.° 96.


SAIIADO I DE JUNIO DE 1822.


.:De la revolution de Espagne et de sa crise
actuelle. Par Mr. Alphonse de Beaucliam p.
Paris , 1822.


.10••nn••••


i un escritor se formase el proyecto de
emplear todas las fuerzas de su ingenio en
destruir el' trono y la monarquia española,
no podria seguir un método mas á propósito
para lograr este fin que el que ha adopta;-
do con muy poca habilidad, pero con mu-'
chisima pasion el autor de este miserable
folleto. Felizmente sus co ntradicciones , sus
errores en cuanto á los hechos , sus pe-
Limos principios políticos y su mal estilo


TOMO XVI.
26




402
no ofrecen recornendacion alguna ni para
leerlo con fe ni para imitarlo.


En un papel de 84 páginas el autor
comienza su narracion desde los tiempos
de Roma y de Cartago, lo que recuerda
muy oportunamente el huevo de Leda. Di-
ce que la España no ha descansado de sus
continuas revoluciones mas que tres veces,
y esas en el seno de la monarquía: ba-
jo el imperio romano, bajo la dominacion
de los godos, y en la gran monarquia que
creó Fernando el católico. Todos saben de
qiié Materiales hizo este último el cae/ion
en que descansó la nacion : todos saben
la tranquilidad que se gozaba bajo los bár-
baros sucesores de Alarico, empleados en
degollárse unos á otros ; • y en cuanto á
los emperadores romanos no se ignora has-
ta qué punto:llegaba la dulzura de los go-
biernos .-de Calígula , 1\reron y Cómodo. Es
imposible elegir ejemplos mas á propósito
para desacreditar el trono y el gobierne.
monárquico.


El autor afecta gustar del régimen cons-,
titucioná; pero es del que representa los di-


ferentes intereses de la sociedad; es decir, del
que dividiendo la sociedad en clases su-
bordinadas unas á otras, establece el Mi-


pujó léláV de la aristocracia , de modo
que los nobles lo sean todo y la nacion


,Una constitucion de esta especia
es lá


• que Mr. de Beauchamp hubiera
querido que nuestro monarca nos hubiera
dado en la época de


su restauracion.
Este escritor inespliCable confiesa que


habia deéaido en España el antiguo es-
plendor baballeresco de la nobleza ; pie la
iiiquisicion no era mas que un espectro;
que los antiguos apoyos de la monarqpia
estaban carcomidos ; que no debió liaber-
se vuelto á fundar sobre ellos el gobier-
no realista de 18x 4 ; que este gobierno
hizo mal en perseguir á los liberales y á
los emigrados ect. eet.:' y despues


-'de
todas estas confesiones , tan preciosas en
la cuestion de que tratamos , reprende
vehementemente la revolucion de ••,-1820
que no fue mas que una Consecuen-
cia necesaria é inevitable dé lOs-, 'yer-
ros que c:1 mismo reconoce. No se de-


, be tomar la pluma para - escribir en ma-
teria de política, si no se sabe muy de
memoria este principio : las causas de las
revoluciones deben buscarse en las cosas y
no en las personas. Pero el intento de
Mr. Beauchamp no- es hablar de lá revo-




ti


404
lucion de España, sino calumniar á los
liberales de Paris y de todas partes. Al
leer su papel hemos observado , que en-
tre todas las causas de la revolucion
de España 'que enumera, no dice la mas
principal de todas, que es la antipatia en-
tre nuestras antiguas instituciones y el
espíritu del siglo y los progresos de la
civilizacion. Se guarda muy bien de in-
dicarla, .porque entonces tendria que con-
fesar que la revolucion del 9 de . .mar-
zo fue el efecto de la voluntad general
de la masa culta de la nacion; y él quie-
re de por fuerza que aquel movimien-
to sea esclusivamente obra de una fac-
cion revolucionaria.


Mr. de Beauchamp no reconoce en
España mas elementos. monárquicos que
los curas valerosos, semejantes á Merino,
y los frayles.. ¡Pobre monarquia y des-
graciado trono el cine no tuviese mas
apoyo que el fanatismo de los asesinos
y el amor de la pitanza conventual! ¿Es
posible que en 1822 se impriman seme-
jantes desatinos; y que se crean elemen-
tos propios de ningun gobierno los hom-
bres que han renunciado á los deberes
y á los derechos sociales , y asesinos


4o5
que llevan escrito enpuñales el Dios
de láS .


venganzas?


sus


¡Cuánto rriéjiwel"éldinerites de monar-
quia sdri ésta masa numerosa de
liétariciS y hombres instruidos, que si
bien-ruin
r'écisibrar sus libertades


civiles, '


• renuncian á la su-
:


•pe'ribVidad saludable ' y tranquila del ce-
tró Ésos lifiérales Verdade-
rainéntei


• Víderosos, que
. dellpues ' de ha-


ber"bebide él caliz •qc, les pres'entó
despotismo, saben arrostrar los furóreá y


•liñales de la
• ariarqúia : esos milita-


rá decididos; que al" tiempo que Compri-
miau' Navarra la hidra del servilismo,
aFranaban de la Bética , como confiesa
el-mismo Beauchamp, las semillas recien-
tes de la anarquia. Estos son verdaderos
elementos de' poder y de orden , con los
cuales sé pliede organizar la verdadera y
sólida , :mOnarquia ; la mor:argüid robusta,
como decía Filangieri,• que es la mode-
rada y constitucional. Pero ¿qué" se pue-
de hacer con frayles y con curas en el
siglo XIX?


Mr. de BeauChainp afecta reunir el nom-
bre <le cristiano al" dé' nzolid.quico. Nosotros,
y con nosotros la inmensa mayoria de los




406
españoles, nos gloriamos de ser lo,uoo y,10
otro ; pero al mismo tiempo nc que.remos:que
se reunan dos .ideas,•qtte, ninguna relacion
tienen entre .í.Los turcos no son cristianos.,
y sin embargo son hombres 77zonárquicqs pon
eseelencia , si no en el sentido pie lo somos
nosotros, á,lo menos en el que nas agrada á
Mr. de Beauchamp, Al contrario, los ameri-
canos del norte nada tienen de mon4rquicos;
y sin embargo son cristianos, aunque la mayor
parte de sus provincias no sean católicas;
No confundamos , pues dos ideas que no do,
ben estar reunidas. La preocnpachan•;que du-
rante muchos siglos ha enlazado layeligiop
con el trono ha sido dañosisima al tronp
y á la religion ; 6 si noahí está la historiaane
no me dejará mentir. ¿Por qué la de.tener
el miserable mortal.. , la osadia de reunir su
obra. con la de Dios, y hacer depender las
voluntades eternas del cielo de las suyas,
caducas, instables y petecederas?
. Para nuestro autor ;fuera de los curas


-oulerosos , todo lo domas es igual en , Es-
paña , todo es revolucionario. Los amantes
de la Constitticion son, segun él,• tan ja-
cobinos como los que quieren traspasar sus
límites en cl sentido de la anarquía: es de-
cir el amante y defensor del trono cons-


407
titmeional es tan delincuente y tiene miras
tan reprensibles como el que próvoca el
desorden y proclama la anarquia y la guer.
ra civil. Qui non est mecant contra me est.


Asi hablan los ultras de Francia , y es
bueno saberlo: por lo menos no cogerá de
susto á nadie la suerte que le espera, si lo
que no nos parece posible, llegasen algun
día á triunfar los curas valerosos.


Nuestro caballero andante aconseja á
S. M. el rey de Francia que haga la guerra
al liberalismo español con el título modes-
to de rnediador entre el rey de Españaa y
su pueblo. En este parage que no copia-
mos por ahorrarles ;mucha náusea 1 nues-
tros lectores, se apodera del escritor un
entusiasmo muy ridículo , apostrofa
Luis XVIII, y le dice cosas muy buenas
acerca del último ministerio francés, que
no quiso hacer la guerra á la España. Por
fortuna Luis XVIII tiene mas talento y
sabe mas que sus ridículos cortesanos, co-
noce mejor que nadie la situacion de Fran-
cia y de Europa, sabe cuan peligroso es
atacar el espíritu del siglo , y está corryen-•
sido de que el único antemural que hay en:
España contra la anarquia es el constitucio-
nalismo.




4o8
¿-Qué podemos decir en la parte narra-.


tiva de este opúsculo? Baste saber que to-
dos los hechos cstan desfigurados: que ca-
lumnia á todo el pueblo español, supo-
niendole imbuido en las ideas anárquicas,
cuando nosotros sabemos todo lo contrario:
que supone aun en en los hechos ciertos mil
particularidades que no lo son : que supone
á los serviles proscritos y perseguidos en to,
das partes , cuando sabemos que los que
tienen opiniones de el5a especie estan
mo los (lemas bajo la salvaguardia de
la ley, mientras no sean conspiradores.
En fin , supone gritos que jamas se han
dado, y un movimiento ascendente hacia
la licencia y el desorden, cuando es todo
al contrario. No -negamos que ha habido
algunas convulsiones que sosegar, 'algunos,
exaltados que comprimir : que se han come-
tido en nombre de la libertad algunos yer-
ros , tanto de parte de. osgobernantes co-
mo de , los gobernados; pero observase al
mismo tiempo que todas las- desavenencias
de esta clase se han terminado sin efusion
de sangre , corno entre miembros de una
misma familia: los únicos movimientos que
ha habido sangrientos y horribles son los
de los amantes del poder absoluto : prueba


409
cierta de que no miran á los demas espa-
ñoles como miembros de su familia. Los
hermanos riñen algunas veces; pero rara
vez se matan.


Un solo pasage nos, escusará de citar
otros para justificar el juicio que liemos for
mado de este opúsculo. El autor termina
su narracion en la caida del ministerio pa-
sado; y dice hablando del Rey: no espere


, nada de este '
nuevo sacrificio á favor del


orden r de la tranquilidad páblica. Los fac-
ciosos van ahora á hacerle aceptar un minis-
terio á gusto de ellos que ayudari. enterrar
la inonarquia. Los que sepan ,(que no son,
pocos) .


los incidentes que han precedido- y
acompañado al nombramiento del ministe-
rio actual, las ideas, sentimientos y opiMo-
ries de los individuos que le componen, y
su decidida y determinada .voluntad de sos-
tener la monarquia ..representativa , se ad-
mirarán de la impudencia con que se es-
tampan semejantes frases.


Todo el libro de de Beauchamp es,
en cuanto á las doctrinas, la quinta esen,
cia de la aristocracia feudal; y en cuanto,
á la narracion , un zurcido de los dispara-
tes que escriben á Paris los curas valero-
sos de España.




Oto


TEATROS.


Indulgencia para todos: comedia original
de don Manuel Eduardo de Gorostiza,
en cinco actos.


« Nemo repenté fuit turpissimus.»
Jvvzr.


El germen de esta pieza se halla en
los brillantes proyectos de Mennon , que
cometió toda especie de yerros y de cala-
veradas el mismo dia que habia resuelto
ser completamente sabio y virtuoso.


Pero el señor Gorostiza ha aumentado
considerablemente el resultado moral del
apólogo de Voltaire. Mennon no persigue ni
censura á los otros : se contenta con formar
sus, planes imaginarios de perfeccion, y
con mostrar en su ejemplo el desvarío del
orgullo luunano, DGn Severo, protagonista
de la comedia que analizamos, no solo tie-
né una presuncion filosófica, que es tan'
insufrible como otra cualquiera, porque es
tan necia como todas, sino ademas e j er-
ce sobre el resto de los hombres una 4e-


41r
veridad que si no es tan ridícula , es mas
perniciosa que la presuncion; y esta se-
veridad es la que se propone atacar nues-
tro autor , como lo indica el mismo tí-
tulo de la


• pieza. Pocos dejaron de en-
tender su alusion política en la época
que se representó esta pieza por primera
vez. Nosotros creemos que la tranquilidad
pUblickestá cifrada en estas dos palabras:
indulgencia para todos , se entiende erro-
res.; porque en cuanto á los delitos,


;dice muy bien don; Pedro, tino de los
personages de esta pieza:


«La ley castiga las faltas,
y el hombre las compadece.»


Don Severo, sabio , virtuoso, •adorna-
do de todas las cualidades que hacen al
hombre apreciable en la sociedad, las des-
lustra con su falta de indulgencia para con
los defectos agenos. La familia de su fu-
tura esposa se conjura para darle una lec-
cion dolorosa pero util. Se proponen ha-
cerle caer en algunos yerros considerables:
y la leccion es tan buena que en el tér-
mino de un dia se enamora de la que cree
prometida esposa de su amigo v futuroy




4s
milíalo, se desafia con este, va á tin
rito, juega y pierde tin dinero que no es
suyo, le manda al' criado misine á qtilen
habla despedido por una' leve falta que
finja Un pretesto, es . .d'ecir; que intenta pa_
ra sacarle dinero á su padre,- ve condu-
cir á la carcel por - Culpa suya- á. turainis
go y discípuló sin tomar In d'efená; des-
miente en la practicados consejos que4tas
bia dado á un juez en general, y eri'fin
á pesar de tárilaS catáeérada's y errores ,ferz
ma él• próyecto de 'ser hipócrita; ocultan..
do su mala conducid. á los iniIirUS s'eftle
la hablan ocasionado ; y a pesar de sus prin-
cipios y de su doneieriCia, se róncatela con
.que podrá tedáViá - eónsérvar sn'ax4igtio cré-
dito. Roto el velo pasagero , de esta ilu-
sión, conviene con los que le han burla-
do que es necesario tener indül Ozóui crin
todos. La fábula es corno •se Vé''por--si
p


es-


-bSicion muy la ni á ti ea : pertenece • al' gé-
nero CóMice'vtibral, 6 á la -comedia :sle-c¿ss-
ttitrilsrés . en's¿ftin tanto ha solsresalidOsen
iiitésfrOS -diasl él: célebre Picard ; y qu'e se
acerca mas qué sitra9 'alguna al'eStiliSHile
TereciCie es decir,' al modeld-'4déal "del
cómico ,PrOpio :de las sociedadelsctiltas:En
esté generó no se trata de escitar


413
ceras carcajadas del vulgo con arlequina-
das, sino la sonrisa fina del hombre ins-
truido, capaz de conocer la mordacidad de
una espresion delicada, la fuerza moral
encerrada á veces en una frase comun.


Nos parece que el plan de la pieza en
su totalidad, es decir, en las relaciones de
la fábula con los caracteres , está perfecta-
mente concebido, y muy ingeniosamente
ejecutado; y esto es muy digno de, ala-
banza en la primer composicion d ' Amad-
casde un autor. En los pormenores hemos
notado Algunos que nos parecen


.
defectos,


y que :segun, nuestro modo de entender
serian' muy fáciles de evitar.


El primero s' mas capital de todos es la
facilidad de don Severo en rendirseal amor
de la fingida Flora, sin combate, sin con-
traste de afectos, sin lid entre tina pasion
naciente y una amistad antigua. En dra-
mática es necesario como en todas cosas
proporcionar tos medios á los fines: un
poco de vino de Peralta bebido por .corn-
placencia , una postura elegante de la da-
ma, un pie pulido puesto al descuido so-
bre el palo de una silla no son recursos
suficientes para hacer que un hombre que
tiene principios, salte en un cuarto de ho-




414
ra tantas barreras como debian contener
á don Severo. Ni el lector ni el especta-
dor lo cree; y ya se ve cuanta influencia t'e.-
lie este primer paso de la conjuracion en
la verosimilitud del resto de la fábula.


Cuando leimos el principio del segun-
do acto, nos pareció ver en la fingida nar-
racion que hace clon Carlos de su amor
á Flora, los recursos que el autor debía
poner en actividad para hacer caer á don
Severo. Este debia decirse á sí mismo:Flo-
ra no ama á Carlos: me ama á mí: es un
deber mio librar á entrambos de un nudo
que causada su mátun zinc. nadad; y dan-
do de esta manera un barniz de virtud


su naciente pasion, se arraygaria mas y
creceria en menos tiempo. Para esta com-
binacion era necesario empezar la intriga
amorosa desde los fines del primer agito.


Despues de este primer lance los denlas
incidentes de la pieza estan bien contras-
tados. Los remordimientos de don Severo,
hijos en parte de la virtud y en parte del
orgullo humillado, la necesidad de caer
en nuevos desaciertos á medida que ocur-
ren nuevas situaciones, e.itan muy bien des-
critas y graduadas con mucha verosimi-
litud.


415
Nosotros no quisieramos que fuese la


criada quien hiciese saber á don Severo
que no se ignoraba nada de cuanto le ha -
bia pasado. En el teatro cómico de los fran-
ceses hacen las criadas un papel muy im-
portante, gracias á Moliere. En nuestro
teatro antiguo solo entendian en' tercerías;
y bien se les puede dejar esta ocupacion
subalterna sin nota de inverosimilitud ; pe-
ro ni nuestras costumbres ni nuestro tea-
tro admiten á las criadas á los consejos y
negocios de familia. Sin embargo la ínter-
vencion de la Colasa no nos pareciera un
defecto, si esta criada hubiera tomado des-
de el principio una parte mas activa en la
pieza.


lam Nuestro autor ha imitado en las cos-
tumbres , caracteres y disposicion de la fá-
bula el estilo de Picard. En cuan to á la
elocucion sus modelos son nuestros cómi-
cos antiguos, cuya soltura y facilidad de
versificacion ha imitado felizmente , sin el
gongorismo lírico ó la ingeniosidad afec-
tada que desfiguran los mejores trozos de
nuestro antiguo teatro. El lenguaje es pu-
ro , castizo, adornado de gracias', ingenioso
en su misma sencillez , aunque sin una gran
dosis de fuerza cómica, Las sentencias son




416
oportunas y espresadas con concision y
brío.
• Quejandose don Severo de sí mismo
por haber cometido tantos desaciertos , le
dice don Carlos :


quién saberlo podrá?
Don Severo.


La conciencia.
Don Carlos.


Callará.
Don Severo.


Calla jamas este juez?


Hemos citado este ejemplo con prefe-
rencia á otros del mismo género de que
abunda esta comedia, por la semejanza de
este corto diálogo con otro de Calderon
en circunstancias análogas. Se le quiere per-
suadir á un noble que cometa una vile-
za, diciendole:


‹< ¿Quién sino tú
lo sabrá?»


Y su respuesta es


é Qué mas testigo?
417


Para ser yo ruin , rro basta
saberlo yo de rfif mismo ? »


La versificacion, principalmente en las
décimas y redondillas, nos ha parecido muy
buena 'y acomodada al género. No podernos
decir lo -mismo de los versos cortos ó ende-
chas. Nos parece que estas por su natu-
raleza son un vehículo propio para los sen-
timientos amorosos ó para las quejas : á
lo menos nuestros antiguos cómicos, cu-
yo instinto era muy seguro en materia de
versificacion y armonía , no la usaron nun-
ca sino en dichos casos ; y aunque las pri-
meras endechas en boca de Flora pudieran
disculparse si no acabasen los asonantes en
un baaudo tan desagredable , pero de nin-
aun modo debió haberse elegido este me-
tro en la escena del desenlace.


El liaron: comedia en dos actos , en ver-
so : de Inarco Celenio.


En esta comedia se aproximó el señor
TOMO XVI.
27




Iré
111oratin iras que en otra alguna al gále-
ro de Platito. Es verdad que un pillo de
Triana y una tia crédula de Illescas no
presentaban grandes motivos para manejar
el pincel delicado y urbano de Terencio.
No es estraiío pues que se mire esta pie-
za como la mas debil entre todas las del
mismo autor. Pero esta inferióridad es so-
lo en cuanto á la fábula y sus resulta=
'dos morales; que el lenguage . y los versos
'son siempre lt.s del autor (jet Viejo y la


Leonardo . es un . galan de Calderon .; y
debe serlo, atendido el lugar de la escena
donde se puede suponer sin inverosimili-
tud que no ha penetrado aun el sistema
Inoderno de gálanteria. • Asi su ,pasion á
Isabel es como en • las comedias antiguas,
el objeto que esclusivaniente ocupa su al-
ma. Por eso versificación de este per-
sonage es mas animada y artificiosa, y se
acerca mas á la manera de nuestros anti-
guos cómicos.


«Dila en fin que no hay amante,
por mas infeliz que sea,
que si no merece afectos
desengaiios no merezca."


Si no supieratnes quién
.
es él autor de


estos versos, podrian atribuirse ó
á Rojas; y á semejanza de estos hay otros
muchos en el papel de Leonardo.


El caracter mejor dibujado de esta
comedia es en nuestra opinion el de don
Pedro. Lleno de ternura para una sobrina
que la vanidad necia iba á sacrificar,
de amistad á Leonardo, cuyos ímpetus cor-
rige y enfrena, usa con su crédula her-
mana y con el pillo embaidor de aque-
lla socarroneria pausada y penetrante que


jcaracteriza la prudencia de nuestros vie-os de aldea, y que se conoce vulgar-
* mente con el nombre no impropio de gra-


mática parda. Reunir y hacer resaltar su-
cesivamente estas diversas cualidades en
un mismo caracter, era bastante dificil;
pero la dificultad misma parece que con-
tribuyó al buen éxito. El caracter de don
Pedro es uno de los mas acabados de
nuestro teatro. Sus rasgos mas esenciales
y que lo descifran á los ojos del es-
pectador con tanto ingenio como ver-
dad , estan en el .dialogo que sigue en
la escena VII del acto II á las quejas
que da el fingido barcn á los dos her-




420
manos. El verso de don Pedro con que
termina este diálogo ,


“ Pues con todo no me
equivale á una escena entera.


42r


Algunas reflexiones en apoyo de lo que qui-
so ser impagnaczon del man mesto de la
diputacion provincial de Cadiz , inserta en
el número 94 del Censor.


En mala hora y peor instante la vino
á las mientes á la diputacion provincial
de Cadiz publicar su alocucion á los pue-•
blos de .aquella provincia y aun á los de
toda España, que insertamos hace dos se-
manas en este periódico , pues no parece
sino que su ánimo ha sido echar un jarro
de agua fria al- horno de la exaltaeton que
estaba en lo mejor de sus. hervores. No
nos engañamos por cierto cuando dijimos
que semejante plática no venia á ser otra
cosa que arrojar. el guante al traga. lismo,
y dar armas á esos malditos moderados
para que nos batiesen en brecha por nues-
tra parte flaca , que siempre ha sido, es
y será la falta de razon. Pero bien se echa
de ver que asi la diputacion como todos


los, de su partido son como aquellos ra-
tones que no tienen mas que un agujero,
el cual si llega. á: faltarles , quedan espu.esr


engañas»,




422
tos á que los atrape el gato. Todo el fuer-
te de esa gente consiste en hacer uso 'de
la razon y de las razones, sin embargo


/de que ya les hemos dicho mil veces que
nosotros no reconocemos esa táctica , ni
queremos ni sabemos hacer uso de ella;.
pero como si hablasemos en griego, siem-
pre nos presentan razon en la vanguardia,
razones- en el centro y razones de reserva
paica quemarnos la sangre y envol,vernos
en:;unos. laberintos de donde no sabemos
salir: '


Estn.es lo que nos sucede por la cen,
tesima vez con esa maldita proclama que
va haciendo mas dalo que la peste, y cun-
diendo como la mala yerba. Madrid, Se.;
villa y otros pueblos han empezado ya á
esplicarse en el mismo sentido; y si Va-
lencia , Cartagena y alguna otra capital
mas llegan á corromperse por el mismo
den, nos vatt á embocar la Constitucion
por.todos nuestros cinco ó nuestros siete
sentidos. Para evitarlo hubiera sido sin (lu-
da• lo mejor impugnar la proclama ó pro-
fesion , ó como se llame , porque. en pro-.
bando que probasemos que lo que ella di-
ce es anticonstitucional y ademas comple-
tamente falso , ya teniamos todo cuanto


423
necesítabamos para tapar la boca á esos im-
portunos proclamadores.. Pero ya que esto
no sea posible, bueno es haber publicado
una asi á manera de contestacion como
quien dice, para no quedar debajo, y lo
Mejor de todo' es haber puesto por firma
un militar gaditano. Yo no sé qué diablos
tienen esas firmas con bigotes, que ya que
no .convenzan á nadie cuando no aciertan


convencer, á lo menos siempre impontm
algun respeto , aunque real y verdadera-
mente sean de un frayle secularizado. Si
esta contestacion ú otra cualquiera por d.
mismo •esti-lo hubiese sido firmada , pon-
gamos la comparanza, por el constitucional
á toda. prueba , ó por! • que no transige coa
el despotismo, ó por el liberal crudo, ó , por
el exaltado á prueba de bomba, ó por otros
varios titules 'que 'han sido de moda una.
temporada., no solo no la hubiera leido na-
die , sino que lo que es -peor , se hahrian
echado á reir las gentes conociendo, • co-
mo conocen , la maula , y á Dios gasto de
la impresion. Pero poniendo la firma de
un militar, y mas en un tiempo en que se
les b-ayla el agua delante, la da un no sé.
qué de importancia que equivale á decir:,
«. cuidado., se5ores , que aunque ustedes y




424
la Constituci0n digan eso, nosotros tene.,
ratos de nuestra parte á la tropa y va-
ya usted á que averigiá.en el falso testi-
monio..


En efecto, ha sido una escclente ínge-
niatura poner el tal escrito detras de la
pantalla de. un militar, y sobre todo mi,
Jitar que no conoce el miedo. La prueba
de que.no le conoce es , que en las tres
primeras líneas se le han soltado .por
menos dos insignes disparates, sin contar
el principal' y el de mas consecuencia que
consiste. en. haber puesto por primera pa-
labra de su escrito el miedo, y por última
un militar; de modo que si no fuera por
aquellos dos errores que la salvan , ¿ quién
sabe los. platillos de conversaci.on- que se
hubieran hecho al ver la conexion tan in-
conexa que tenia el fin con el principio?
Pero no señor, no se le alcanza ni una jo-
ta de achaque de. miedos á quien empie-
za su escrito con las siguientes palabras:
«el miedo y la ambicion son pasiones ter,
ribles y no poco admirables por sus estra-
iíos efectos; pero. particularmente el mie-
do los produce singulares : unas veces ins-
pra la virtud y el herozsmo ect. » Voto lo.
brios que es una verdadera valentia


425
Llar en tales términos del miedo, y mas en
las actuales circunstancias ; pero por mas'
que éi mismo diga: en la duodécima línea
que el miedo es el que le hace tomar la
pluma, esto solo debe atribuire á su, he,
royca móde•icion.


Mas dejando aparte el miedo inspira-.
dor de virtudes y heroismos, ¿quién-mejor
ha sabido. dar un quite, que e! que da
nuestro tnilita• á la diputacion provincial
de Cadiz por haber dirigido su palabra á
sus pueblos con el mismo orgullo con que
estos pudieran. haber dirigido la suya á
su diputacion Tampoco tendria nada de
estraño que no fuese el mas esquisito su
conocimiento de los pronombres, porque
ni en su regimiento se enseñaban esas co-
sas , ni tampoco él tenia obligacion de
áprenderlas para instruir á sus soldados.
Bastábale saber á fuer de militar (§. x.0)
« que los que gobiernan son los que han
trastornado, el ordein•; y esto bastaba y so-
braba para destruir todo el efecto del eá-
crito de la diputacion. No quieren aca-
bar de creer las gentes que no basta que
un gobierno esté constituido y adoptado
por los pueblos para que se le haya de
prestar sumision y respeto , sino que es




426
indispensable ademas que cada individuo
al tiempo de obedecer calcule á sus solas.
si el gobierno Merece -6 no ser obedecido.
Manda, por ejemplo., un general que- se
pongan centinelas en un puesto avanzado,
porque asi se le figura 'fue conviene para
observar constantemente los movimientos.
del enemigo ; mas no por eso ha de (lar
inmediatamente la Orden al gefe del esta-
do mayor sin reflexionar antes si el ge-
náral merece que se le obedezca. Dado ca-
so que este vote en su interior por la
afirmativa (cosa que debe suceder , por,
que siendo gefe ha d(' ser necesariamen-
te. un pícaro servil) , deben los coroneles
entrar en consulta para ver si el gefe del
estado mayor merece 6 no la obediencia.
Con igual escrupulosidad deben proceder
los Capitanes y despues de. ellos los te-
nientes , los z:féreces, los sargentos y los
cabos; pero la♦ consulta toas detenida y
meditada ha de ser la de los pobres
soldados que han de hacer la centinela,,
porque si todos los anteriores desatore.- •
czesen á sus ojoy el respeto y la 'obedien-
cia , como que no • hoy ni puede haber


. ninguna ley humana superior á la ley natu-
ral (la chal á nadie le manda que •s9


427
ponga de centinela por otro), es claro
que no deben obedecerlos.


No . nos parece que hizo igualmente
bien..el militar en impugnar el párrafo
segundo, citando para ello los escritos
de los virtuosisimos Romero Alpuente
Moreno Guerra , porque fuera aparte sus
vi rtudes, lo que es los escritos son mas
que Fin si es no es disparatados; y esto
lo.


saben ellos, Dios y .todo el mundo:
No asi el párrafo tercero, que par


diez encierra él solo el trozo mas brillan-
te y mas magnífico de •.nuestra historia
política. Perfectisilnamen te traido está aque-
llo de que,


la sensacion del escándalo pa,
caliza. ?a de la indignacion, como que ya
se ha pasado medio año, y todavia se
está paralizada la nuestra , al ver que por
esos y otros miramientos ridículos se que-
dó sin dar aquella. pirtuosisima patada,
puente, de Suazp, se vendrá todavia la
diputación á querer persuadirnos que aque
lla no, era una patada muy- constitucional,
y muy adicta, y muy identificada? Pués.
se engaña muy mucho su selioria ; y
tarjamos prontos , á probarlo, si corno
dijimos: al principio gustasemos nosotros
de usar de las armas de la razon.'




428
Tambien el párrafo cuarto está lo


que se llama concluyente , y la prueba
está en la mano. Si los reyes fuesen in-
violables luego que juran la Constitucion,
es claro que no se les podria deponer
ni guillotinar; es asi que el rey de Fran-
cia , á pesar de haberla jurado fue de-
puesto.y guillotinado virtuosisimamente, lue-
go. á cualquiera otro se le puede depo-
ner y guillotinar. Tómate esa , y vuelve
por otra.


S. 5. q ‘ Aqui si que hay meollo, y co-
mo si dijeramos, táctica militaruna : aqui
se trata de un Rey qné da de pescozo-
nes á cuantos se le presentan, y que no
quiere que se los den. á él , solo porque
la Constitucion le declara inviolable. Asia
me gusta, las cosas claras y las compa-
raciones que vengan á pelo: el párrafo
anterior fue de patadas, este debia ser de
pescozones. ¡Pus no faltaba mas, sino que
por que al Rey ó á sus ministros se les anto-
je que se han de obedecer las leyes, hu-
biésemos de bajar la cabeza física, care-
ciendo ellas y ellos de la fuerza moral!.
Bendita sea mil veces la boca de los que
adverbiaron estas dos palabras, que con
ellas solas nos dieron mas fuerza y vigor


429
que un siglo entero de alborotos y de bor-
racheras. é Qué mas quisiera un asesino si-
no que el dia en que le van á sacar al
suplicio se declarase que el verdugo habla


4Iír,pe7dido la fuerza moral? Entonces sí que
tNk


campearíamos por nuestros respetos los
enemigos de las doctrinas de la diputa-
cion provincial de Cadiz.


En el S. G.° la pega contra los aní-
lleros, y hace muy bien en .pegar, por-
que ellos pegan con nosotros. Bien es ver-
dad que hubiera sido mejor citarles algun
gran atentado, hubiesenle cometido ó no,
como por ejemplo-alguna tamajonada; por-
que eso de echarles en cara las cámaras y
la tirania, y denlas frases que se nos han
dado por orden, nos parece que ya mas
bien escitan la risa que la indignacion. Ya
se ve, los andleros son gente que no gusta
de asistir á las tabernas como nosotros, tie-
nen una buena casa, muchas comodidades,
algunos criados que los sirvan , diversio-
nes pacíficas y sin gran ruido, chimeneas
en el invierno y agua de nieve en el ve-
rano ; y ya está visto que los que tienen
estas cosas se hallan muy bien con la Cons-
titucion. Pero á fe que si se vieran co-
mo nosotros los virtuosos descamisados, sin




43o
casa, ni hogar, ni dinero, ni (•rédito, ni na-
da mas que muchisima gana de empleos, va
se puede apostar á que renegabanni mas ni
menos que nosotros de las leyes, de la Consti.
vician y de cuantas barreras se oponen
á nuestras virtuosisimas asonadas.


Mas ya que en los párrafos anteriores no
se hubiese mostrado nuestro firmante tan
militar como debiera, á lo menos en el sép-
timo se echa de ver el disgusto con que mi-
ra la tranquilidad de las provincias, cosa
que debe suceder á los que miran el es-
tado de guerra cono su propio elemento.
En efecto, ya estamos cansados de decirlo:
¿para qué demonios sirve esa tranquilidad
tan decantada, ni á quién le interesa que
se observe? Podrá mny bien suceder que
la deseen los labradores, los artesanos, los
comerciantes, los artistas, los que se dedi-
can á las ciencias, los traficantes, los hora,
bres de iglesia", y finalmente los que habi-
tan los campos y las ciudades; pero qué
son todos estos comparados con la masa de
la nacion? ¿Seria justo ni conveniente que
porque á esos pocos les acomode esa tran-
quilidad sepulcral, nos estuviesemos '
mas mano sobre mano dejando crecer las
alas del despotismo á. la sombra del sosie-


43'
go? Bulla y mas hulla, 'señores y compa-
ñeros nuestros, porque de ]o contrario na-
die reparará en nosotros, y 'continuare-
mos chupandonos los dedos toda la vida.


Feliciima ocurrencia ha sido la de los
párrafos octavo y nono de dar por tierra con
aquella necia máxima de la diputacion; á
saber , que sin la union íntima del pueblo
con el gobierno, es imposible .que las refor-
mas se establezcan, ni se logren los frutos
de nuestra gloriosa revolucion. Efectivamen-
te parcela imposible impinznarla ponien-
dose de intento á ello: pero con achacar-
sela al gorro, y decir que se ha copiado
de aquel papel, no solo queda impugna-
da , sino tambien convertida en heregia po-
lítica. Sin embargo nosotros litibieramos de-
seado que nuestro militar hubiese atacado
frente á frente la tal máxima, conten-
tarso con flanquearla; porque no nos pare-
ce tan inespugnable ni tau cierta como se
quiere suponer. Es verdad que para ello era
menester entrar en la repetidisima cuestion
de lo que se ha de entender por la voz
pueblo; y segun la mayor ó menor esten-
sion que se quiera dar á esta palabra, au
resultará falsa ó cierta la máxima de la di-
putacion. Para los que estan en el error de


1




432
llamar pueblo español á las clases que enu+
meramos en el párrafo anterior, ¿quién duda
que la tal máxima pasará por un axioma?
Pero para nosotros los identVicados, que so-
mos los verdaderos representantes de noso-
tros mismos, y por consiguiente los so-
beranos por escelencia , tan lejos estamos de
creer util nuestra union :con ningun go-
bierno, cuanto estamos persuadidos á que
es del todo incompatible su existencia con
la nuestra. ¡Oh qué poco nos conoce el que
nos supone capaces de ser gobernados! Pri-
mero derramaremos nosotros aquello de la
última gota que permitir que nos gobier,
ne nadie. Ya, ya, que se vengan. con go=
biernitos, y verán que pronto los despoja-
mos de la fuerza moral


Pasemos al párrafo décimo, en el cual
pone nuestro militar, como se suele decir,
eLdedo en la. herida. La diputacion se ha
empeñado e:1 decir y en sostener que los
enemigos del reposo público son los que le tia.-
han ra cada instante ; y voto á tal que no
debemos pasar este falso modo de discurrir.
Los verdaderos enemigos del reposo públi-
co y privado son los que se estan quietos,
los muertos; y los que le protegen-y asegu-
ran son los que aun cuando le turben por


433
unos cuantos años, al fin y al cabo se mo-
rirán y todo se quedará sosegado. Buena
cosa es que estando todos nosotros conve-
nidos en echar de todo la culpa á los ser-
piles, á los arisocratas y -al ciclo, que es
como si dijeramos aquí que no peco, se
vengan de cuando en cuando algunas cor-
poraciones con la majaderia de que Cambien
.alborotan los alborotadores? Y el caso es
que á fuerza de repetirlo lan logrando que
lo crean muchos de los que lo ven, con
notabilisimo perjuicio de nuestras sanas doc-
trinas. Esto depende en' gran parte de la
equivocada idea que tienen de los alboro-
tos , llamando tales á los desahogos -mas sen-
cillos é inocentes de un pueblo libre. Se en- -
cuentran por ejemplo quince ó veinte vir-
tuosos amigos en una taberna, y despues de
haber consumido los pocos cuartos que tenian
en el bolsillo, y lo que haya querido Garles el'
tabernero , les da la humorada de salir gri-
tando por las calles : ¡nuera el ge/e político:
mueran las autoridades: .viva la gente que
no tiene camisa: muera el ministerio pasado,
actual y futuro: mueran los moderados etc.,
y sin mas ni mas ya dicen que esto es al-
boroto. Estan estos pobrecillos muy con-
fiados de que un juez ha de condenar á


TOM O XVI. . 28




434
• muerte á un reo porque asi corria la voz
aqüellos- dias , y... vamos porque asi les aco-
riaódába á algunos ; cuando de pronto se en-
cuentran con que no va mas que á presidio
por-diez años. ( Que habian de hacer enton-
ces ? Lo que dicta la misma prudencia iden-
tificada: se van derechitos á la carcel , y le
matan ellos mismos en uso cle su soberanía:
¿y se dirá que esto es un alboroto ? Ven
estos mismos señores que continuan los
Males de no darles un etnpleo , y fastidia-
dos, como es justo, de tan nociva inaccion,
investigan quien de entre ellos sabe leer y
escribir, y le nombran periodista de los
buenos. Escotan entre todos para pagarle un
par de frasquetes con que despertar la mu-
sa, y escitan la generosidad de algun vir-
tuosisinio trapalon para que salga á los
gastos de la imprenta: se escriben un par
de párrafos diciendo que todos los reyes son
tíranos, parricztas, enemigos del género hu-
mano•; que. es Indispensable acabar con to-
dos ellos, y que si avizora por lo encade-
nada que se halla la libertad de la impren-
ta todavia se esplicarzan mas claro. Leen
estas sencillas verdades los gobernan tes ser-
viles, y al momento las califican de albo-


' tano: • Discutese CP1 el congreso una ley que


435
truhana ú otro dia puede conducir á una
carcel ó al patíbulo á quienes las infrinjan:
sostienen la discusion eri favor de ella al-
gunos diputados de esos que la echan de
partidarios de la razon: se gana la votadu-
ra solo porque era del gusto de esta últi-
ma señora : ¿ qué remedie les queda enton-
ces á los que no aprueban la formacion de
semejantes leyes? ¿Puede haber cosa mas
inocente ni que mas desahogue el ánimo
de un pueblo libre, que el ir á asesinar
á algunos diputados? ¿Y se le dará á esta
accion el nombre de alboroto? Solo en una
cabeza servil á aristocrática puede caber se-
mejante delirio.


Llegarnos por fin al undécimo y último
párrafo de esta valiente impugnacion , y en
él á lo que se llama epílogo ci sacadura del
Cristo. Nuestro militar insigne dcspues de
haber aniquilado y hecho añicos las fuer-
zas reunidas de la diputacion y del racio-
cinio , carga con heroyeo denuedo contra
las tropas fugitivas entonando el himno de
la victoria. No son ; dice, los escritores
exaltados., ni los facciosos, ni los anarquis-
tas los que nos quitan nuestro bien estar,
sino esos servilones de ministros que se
niegan á colocarnos por no incurrir en




436
la responsabilidad: Esos que despues de
haber sido todos ellos de la camarilla , y
haber disfrutado mil favores del monarca
durante los seis años, le precipitan ahora
á que tenga por borrachos á los concurren-
tes á la taberna.


Descansa, militar valiente, limpiate ese
sudor con que está regada tu frente augus-
ta, y otro dia que te ocurra hablar cen
igual acierto de las grandezas humanas, no
se te olvide firmarte el capuchino de dlco-
bendas , con lo cual inspirarás tanta vene-
racion como miedo has inspirado con fir-
marte el militar gaditano.


437


Seszon de 1821 de las cámaras de Francia.


Esta sesion será célebre en los anales
parlamentarios por la respuesta al discurso
de apertura, por la caida del ministerio
pasado , por la su presion de la censura,
y por el acontecimiento estraordinario que
ha dado lugar . á su disolucion.


.


Las fuerza, respectivas de los dos parti-
dos estrenos que dividen la cámara en
lado derecho y lado izquierdo , hablan per.,
manecido las mismas que en la sesion an-
terior: es decir, los liberales estaban en
una casi igualdad con los nitras; pero en
minoria con respecto á la totalidad de la
cámara, porque el bagage del centro ,:..co-
ro le llama Mr. de Pradt, añadia un pe-
so estraordinario al lado derecho siempre
que votasen juntos, como rabian hecho en
los dos años anteriores.


Mas esta condicion no podia verificar-
se en el presente. Entrambos lados de la
cámara estaban ya hartos del sistema bas-
cular. El lado derecho aspiraba á adquirir
una preponderancia independiente de la




438
carta constitucional y capaz de producir
su. abolicion. Los liberales llevaban muy
á. mal que la carta sirviese solamente de
salvaguardia á las pretensiones de los mi-
nistros y no á los derechos de la .nacion.
Por otra parte nada iban á perder en la
ruina de un ministerio que solo daba ga-
rantias á un simulacro de libertad necesa-
rio para conservar sumisos á los ultras, y
que hollaba sucesivamente todas las liber-
tades civiles. «O el nuevo ministerio, de-
cian , es liberal ó es aristocrático: si lo pri-
mero, nosotros ganamos evidentemente: si
lo segundo, la nacion gana en ver clara y
distintamente que el'gobierno aspira al des-
potismo privilegiado. Convencida la nacion
de esto , aumentará nuestras fuerzas en las
próximas elecciones. Ya es tiempo desque
todos sepan lo que se quiere hacer: ya es
tiempo de destruir este sistema que pro-
clama la libertad con frases, y ejerce la ti-
rania CCM los hechos.»


Los dos partidos se reunieron para con-
seguir un' mismo fin , aunque con distin-
tas armas y diferentes miras. Los ultras con-
taban con la mayoria numérica de Ja cá-
mara, porque creian , y no sin razon, que
el nuevo ministerio seria suyo. Los libe-


439
raleo contaban con la mayoria de la opi.7.
nion nacional que tarde ó temprano es la,
que triunfa. Reunidas las mayorias legal y,
moral, el ministerio no pudo subsistir :un
solo momento. La primera hostilidad fue
la respuesta al discurso del rey; y aun-
que S. M. respondió con cierta energia.cer-
cana á la aspereza á aquella representaeion,
era fácil de prever que lo hizo solo. por
sostener la dignidad del trono, y que ya
era imposible defender un ministerios ata-
cado por los dos grandes partidos que di-
viden la Francia.


Sin embargo, esto que preveian todos
no lo vió el ministerio, ni aun cuando es-
taba ya próxima la grande erupcion , y es-
taban nresentes todos sus síntomas. Veri
ficóse entonces el pronóstico de Mr. Guizot
que anuncia á todo ministerio que opri-
me la libertad del pensamiento una caida
repentina cuando mas seguro se . crea. Los
ministros se Orejeo tan afirmados que se atre-
vieron á proponer en la cámara la con-
tinuación de la ley escepcional de censu-
ra por cinco años. Miadióse al odio el
desprecio, y el ministerio se sepultó pa-
ra siempre, y con él el sistema de la báscula.


Su caida no dejó al gobierno otro re-




440
curso que el caminar declarada y abierta-
mente, ó por la senda de la constitucion,


por la senda del privilegio. El caracter
conocido de los nuevos ministros indicaba
bastantemente que seguirian esta óltuna , y
en efecto la han seguido. Asi toda la ven-
taja que han sacado los liberales de la mu-
danza , es sacar á sus adversarios de la em-
boscada, y obligarlos á combatir en un ter-
reno desventajoso para ellos, á pesar de hl
superioridad del ru'unero. El centro es ya
nulo : los amigos (le los destinos y de los
banquetes ministeriales, ó han de sostener
las libertades'públicas ó las pretensiones de
la aristocracia. Cesó el escándalo de la do-
ble oposicion , y solo quedó en la cámara
una minoria , la cual es mas facil de con-
vertirse en mayoría que bajo el sistema an-
terior, pues entonces una victoria no, deci-
dia nada : el ministerio, poderoso . auxiliar,
cogia la gloria del triunfo y el botin. En
el dia ,el primer combate que ganen los li-
berales será la seíial de una superioridad
constante y duradera , con , tal que no abu-
sen de ella; porque el mundo civilizado es-
tá en el siguiente pie: nada conduce mas
cierta y seguramente á la ruina que una.
aictoria de que se abusa.


441
Bien esperaba el lado izquierdo de la


cámara que no buscaria partido el nue-
vo ministerio; y pie la efímera coalicion
de los ultras con los defensores de la li-
be' tad no seria otra cosa mas que la señal
de una guerra, menos solapada , pero mas
terrible y estruendosa. Asi es: que se pre-
pararon al combate con _armas mas fuer-
tes y tin•jor templadas aun que en las se-
siones precedentes ; y la tribuna de Fran-


. cia r n e:. ta memorable SCS1011 ha , eclipsa-
do la de Inglaterra , pais obligado por la
situacion de sus negocios interiores a
ventilar ya las grandes cuestiones consti-
tucionales.


El primer ataque del nuevo ministe-
rio, y el único de importancia dallo en
esta srsion, fue contra la libertad de los pe-
riódu os. Era preciso ya que concluyese la
censura , arma de dos. filos que puesta en
las manos del ministerio ofe'ndia igualmen-
te á los ultras y á los liberales. Ya era
tiempo de que los p>riódicos entrasen ba-
jo el imperio del derecho ctimun, y sacu-
diesen el yugo de la arbitrariedad. La abo-
licion de la censura, necia lir. de Segur,
es un bien tan grande que. debe, comprarse
á costa de cualquici sacrificio. Es verdad




442
que no es pequeño el que ha lecho la li-
bertad del pensamiento para conseguir aquel
bien.


La libertad ilimitada de la imprenta se
estableció en Francia al principio de la
revolucion , y dió lugar á horribles abusos,
cuyos funestos efectos tuvieron la influen.
cia que todos saben, en los desórdenes
calamidades de la anarquia. La institucion
de los jurados, introducida entonces en
Fr+ncia, se aplicó á los delitos de la pren-
sa igualmente que á todos los (lemas; y por
consiguiente estaban seguros los escritores
de •encontrar su absolucion ó su condena-


, cion en las opiniones políticas que profe.
saban los jurados, ó el partido que influia
en su eleccion.


Al fin el escarmiento produjo la cor-
dura. La libertad, ó por- mejor decir, la
licencia de la imprenta se mitigó; y poco á
poco se fueron acostumbrando losjurados
-mirarse corno magistrados de la nacion mas
bien que como agentes de .un partido. Una
y otra institucion estuvo muy oprimida ba-
jo el gobierno imperial ; y al restaurar-
se la dinastia de Borbon volvieron con
la libertad todos sus . apoyos constitucio-
nales.


443
Todos los escritos , escepto los perió-


dicos , han gozado y gozan en Francia de
la proteccion del derecho comun. Estan li-
bres de la censura previa, y sus delitos se
califican en juicios de jurados. Los gran-
des libros, decia en 1820 N. de Pradt,.
libertan del yugo de la arbitrariedad á fa-
vor del fastzdie que causan. Los periódicos
que antes estaban sujetos á la censura que-
dan irrevocablemente libres de ella ;* mas
sus delitos no se han de calificar por les
jurados, sino en los tribunales comunes,
que podrán suspenderlos y aun suprimir«
los si descubriesen que su espíritu y ten-
dencia es perniciosa. De este modo se ha
introducirlo en el derecho con= una ley
privilegiada que pone á• disposicion de los
tribunales un ramo muy considerable de
industria y propiedad , y los medios mas
rápidos de cornunicacion que tiene .el pen-
samiento en una gran nacion.


Un artículo de la ley contaba entre los
delitos de la imprenta los ataques contra
da autoridad del rey, y


-está. discusion dió
motivo á que se ventilasen de una mane-
ra muy luminosa las cuestiones mas impor-
tantes del orden social. Los liberales que-
rian que se agregase á la palabra autora


, .




444
dad el epiteto constitucioncd. Los , ultras se
oponian á ello, y su voto prevaleció en la
cámara de los diputados: mas en la de los pa-
res conservó el epiteto, y sin negarse á do-
tar ampliamente el trono de toda la dig-
nidad y esplendor que es justo y conve-
niente que tenga en la monarquía mode-
rada , pusieron un dique á la arbitrariedad
que podria identificar con la autoridad del
rey los caprichos de los ministros.


La ley de periódicos es la única vic-
toria considerable que ha alcanzado la aris-
tocracia sobre el liberalismo durante esta-
sesion ; pero muchas causas concurren á.
disminuir la importancia de esta victoria.


r a abolicion de la censura es una
pérdida real para el partido aristocrata iden-
tificado ya con el ministerial. La censura
previa ha sido hasta ahora uno de los agen-
tes mas poderosos del poder para influir
en las elecciones. Los periódicos liberales
se veían én la época de esta grande ope-
racion reducidos al silencio : los ministe-
riales ensalzaban y denigraban á su placer
sin freno que los contuviese. Asi la opi-
nion publica no podia ser suficientemente
i lustrada. Es verdad que un artículo de la
ley concede al gobierno la facultad de res-


:445
tablecer motnentáneamente la censura. Pe-
ro ¿ hará uso de esta facultad sino cuando
se vea atacado ? Nosotros no lo creemos.
A pesar del poder que esta ley deja en
sus manos , no nos parece que se resolve-
rá fácilmente á suprimir el Constitucional,
ni á someterle otra vez á la censura: Po
lo baria sin peligro , á lo menos mientras
el Constituciona/ conservtl el tono modera-
do y juicioso que le distingue eje los de-
tias periódicos de Francia, señaladamente
de los del partido contrario , casi todos
furibundos , y por consií;uiente poco apre-
ciados de una nacion que mira el fanatis-
mo político como la mas funesta de las
pasiones.


2.a
Los tribunales gozan actualmente


en Francia de mucha independencia, y no
se someterán fácilmente á recibir la ley
del ministerio. Estan compuestos de per-
sonas instruidas que conocen el estado de
la nado') ; y por lo mismo que se les ha
puesto en la mano un arma muy temible,
no usarán de ella , sino con mucha cir-
cunspeccion ; mucho mas cuando el mal
uso que pudieran hacer, no cedería en pro-
vecho ó aumento del poder judicial que
ejercen, sino en utilidad de los ministros.'




L)


446
Nadie se espone á la animadversion pú-
blica por sostener intereses que no son
los suyos.


3.a El gran triunfo de los ultras- hu-
biera sido la supresiou de la palabra cons-
titucional; pero no habiendolo conseguido
no han hecho mas que manifestar sus bue-
nos deseos, sus doctrinas erróneas y sus
pretensiones insensatas. La nacion ha vis-
to de lo que son capaces cuando no tie-
nen freno que los modere. Este desen-
galo equivale á muchas derrotas.


4.a Ultimamente, existe en Francia una
masa, por decirlo asi , de libertad de hecho,
contra, la cual tienen que estrellarse to-
das las malas leyes. Ninguna institucion
iliberal puede prescribir ni arraygarse en
aquel pais. Se sufren, es verdad, los des-
aciertos del gobierno, y el orgullo de la
aristocracia, no porque se acceda á los
primeros ni haya disposícion para some-
terse al segundo, sino porque se quiere
á toda costa evitar las convulsiones po-
líticas, de las cuales resultan ciertamen-
te muchos males, y cuyos bienes son muy
inciertos. La nacion francesa mas juicio-
sa que sus ministros y sus ultras, pare-
ce decirles á unos y á otros : haced cuan-


447•
tas leyes querail , yo me vengaré permane-
ciendo libre y negando mi asenso á vues-
tras operaciones. Contra esta fuerza de iner-
cia no tienen poder los gobiernos , sino
(le un modo, y es causando la felicidad
y la gloria de la nacion.


La dotacion del seminario eclesiásti-
co de Chartres ha terminado casi ex abrup-
to la sesion de 1821. Los liberales vie-
ron que se quería sacar la votacion sin
examen y como por alto, y se negaron á
votar, lo que privó á la cámara del nú-
mero de sufragios necesarios por regla-
mento para constituir votadura. Este ejem-
plo no será perdido para las minorías, que
oprimidas por la superioridad numérica,
se vean obligadas á votar 'sobre materias,
á las cuales no alcanzan las facultades del
cuerpo legislativo ordinario.


Decimos ordinario, porque en' nues-
tro sentir existe en la nacion la facul-
tad de (lar poderes estraordinarios á sus
representantes para deliberar sobre nego-
cios y materias determinadas. Pero si una
cámara de diputados pone en discusion
un negocio abiertainente contrario á la
constitucion , entonces ¿ qué puede ha-
cer la minoría constitucional? ¿Votar que




449
no ? Sus votos serian perdidos. ¿Votar
que no ha lugar á la deliberacion ? Se-
ria inútil, porque, la mayoria diría que
sí, y ganaría. Debe pues abandonar
campo , y quitar .5 sus adversarios el de-
recho de deliberar, cuando no les queda
otro medio de ser fieles á la constitucion
y al juramento que han hecho de defen-
derla.


La ley sobre periódicos ha produci-
do una reaccion , y es el movimiento del
general l3erton. Tal es la suerte de las
asambleas legislativas: si no quieren pro-
ducir imites y calamidades, es necesario
ve respeten todas las garantías: si no,
el partido atacado sin justicia busca en
la violencia su 'defensa y su venganza: •


Generalmente las mayorias son muy
pródigas en dar salvaguardias y ventajas
al partido á que pertenecen ; pero estas
no deben ser tales , que invaliden las sal-
vaguardias y derechos concedidos en la
constitucion á todos los ciudadanos, sean
las que fueren sus opiniones. El yerro .
capital está en que no miramos la na-
cion y la patria sino en el partido á.
que pertenecemos: todo lo denlas esenemi-,
go. Qui non est ~clan, contra me est, es


449
tina verdad en boca Je Dios; pero es una
blasfemia contra Dios y contra los hom-
bres en boca de un miserable mortal. Los
partidos no conocen mas justicia que su
iateres ; pero las naciones se vengan mi-
rando con indiferencia sus triunfos injustos
y sus vergonzosas derrotas; y oponiendo
á su ambicion del mando aquella inércia
invencible que acaba con los partidos y


W011(0 XII.




45o


Esposicion sobre el estado de la enser‘,:-
ztt pública, hedta a las Cortes p,p,
direccion general de estudios.


lileitios leido esta memoria con toda la
atéiition qué exigia su importancia, rnos
coinplacemos en tributar á la . direCcion de
estudios el justo elogio que merecen. su
laboriosidad y su celo. En efecto en el po-
co tiempo que cuenta de existencia y con
los escasos fondos de que dispone , ni ha
podido hacer mas de lo que ha hecho, ni
se la puede acusar de haber omitido nin-
guno de los pasos preliminares que debia
dar para ir poniendo en ejecucion el plan
de instruccion pública decretado por las
Cortes.


La direccion bien convencida de que la
enseñanza primaria , es decir, la que se pro-
porciona á los niños en las escuelas deprime-
ras letras, es la base del edificio, y que an-
tes de pensar en ciencias y en bellas ar-
tes es preciso que los hombres aprendan á
leer y escribir, y adquieran por este medio
una especie de sesto sentido que los pon-
ga en contacto , por decirlo asi, con el inun-


45t
do intelectual ,


dedicó sus primeras tareas
á tan interesante objeto, procurandose to-
das las noticias necesarias para conocer el
estado actual de la primera enseñanza. El
fruto de sus investigaciones no ha sido muy
lisonjero á la verdad;:ipues de ellas resul-
ta que en la península «apenas hay un ter-
cio de las escuelas que necesitarla pobla-
don » y que por el. menoseaboHne han


• .sufrido varios de los fondos con que has-
ta ahora se han costeado las existentes, por
la total estincion de otros , y por el en-
torpecimiento que se esperimenta en la re-
caudacion de los restantes., viene á resultar
que lás.an tipos recutswson en gran parte
insuficientes ó nulos, y pie es necesario bus-
car otros paraproporcionar á los pueblos una
instruccion tan necesaria! •con toda la esten-
sion.que sus necesidades,exigen.,» Y .annque
el buscar y proponer estos recursos noestá
á cargo de la direccion, animada esta de
su propio celo s•.aireve .á indicar á las
Cortes que tomando en consideracion es-
te objeto, y supuesto el inconveniente que
habria en gravar mas losfondos públicos, de-
terminen <, si convendrá imponer una con-
tribucion sobre los baldíos que gratuita-
mente se han de repartir en los pueblos,




452
aplicada á la subsistencia de las eseuelas
de primeras letras.1 Tambien propone que
se interese á los:.párrocos de los puebles
donde no las hay para que esciten ayu-
den á los ayuntamientóS á establecerlas •eh
ellos, quedando á la prudencia de las:Coit,


•tes y del gobierno el, determinar cuál
ya de ser;e1 estímulo con que podrá ani-
marse , el celo de aquellos eclesiásticos.
Nosotros aprobamos desde luego este úl-
timo arbitrio, aunque :reconocemoF, co•la




direccion que no es muy eficaz ni muy direc-
to; pero en cuanto al primero que seria mas
seguro, pensamos que su adopcion ofrece no
pequeñas dificultades, y no despreciables in-
convenientes. r.° Convertiria los baldios con-
cedidos á los particulares en verdaderos fo-
ros ó capitales dados á • censo perpétuo,
cuando la voluntad de lá ley ha sido conce-
derlos como propiedad absoluta y libre de
toda '-carga : propiedad tanto mas respeta-
Lie•Cuanto en gran parte • está destinada á
recompensar á los defensores de la patria
a.° No es exactamente cierto que . este
cánon anual no causaria ningun gravamen
á los pueblos , pues no siendo las ciuda-
des, villas , lugares y aldeas entidades rea-
les y distintas de los vecinos que los ha-


453
bitan , cuantas contribuciones pagan estos
somHsiempre gravosas á la riqueza colecti-
va de sus respectivas poblaciones. No hay
que engañarse: cuando se saca dinero de
alguna parte siempre. se grava á la rique-
za pública , que es la suma de los parti-
culares. 3.a


Es necesario tener presente que
aquellos á quienes se repartan los baldíos,
habrán de pagar el medio diezmo de sus fru-
tos y la parte de contribucion directa que
les corresponda por razon de su nueva pro-
piedad; -y no parece junto •que se les im-
ponga otra tercera contribucion.


En orden á la segunda enseñanza, co,
mo hasta ahora se ha proporcionado esta
á la juventud en escuelas de latinidad di-
seminadas con mucha desigualdad por va-
rios pueblos de todas las provincias
seminarios , en colegios y en ciertos esta-
blecimientos particulares, la direccion ha-
bla con separacion de todos ellos. En cuan-
to á las cátedras de latinidad sueltas , por
decirlo asi, ó que no forman parte de un
instituto literario , la direccion; observan-
do muy oportunamente que no han ser-
vido ni pueden servir mas que para aumen-
tar el número de eclesiásticos ignorantes,
y para crear otros tantos holgazanes cuan-


r.




vp doci Vos salulsop anb so.pqpy sa3s7.11 sodio
1100 o'zgainizad ap 7171V


1.I.W112/.1910.7212
cc?


-.1am'apm.1.1,7clso apaza 0C.11 ugo os solio ua ano
-


na rpepünj uo:oaa.itp tumulto t )1A Á tu
-ridtastp L soialns Á sopeano sol ‘i!oap so
4sotialp aluautelduad sollaioo so! anos


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-at 35 9 uypniCe °u corsa !s aub Á sopriaad
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-noo sol ()puma atad !ezuruasua el


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4,utptorlatd uotoupuni etudie op nuana
aod onsaetu It 050puded aub ua mana
-so ap soturiqrti aub opuallua as •esattul
-tse S epounzulioll ap srianosa asieuntu rum


-atpnd ua!cpseux anb upr.E zar; manosa 9
seartteuturop seso aeluattny 1.1a osopueopitua
uasun u 11 uoa °ab:. trnittraad .:anb ‘.1e,1 no tia Id
oso. us. ua :ttasatlatitu!.1soi •so!doad sarpue.)
ap 0.W/03. sopa apopttatttodsnt,onb eaud so[
-asiefap -yeti e¡Jpie,.&.` yi•andoad,wsoly. uutp
-aaae ou Is edad '1.e9:utts.oad apisopepts/aA
-tun set y uopetop ap•oluaturte -¿avía ott.tatti
-O2 Tap.',uotatsodstp sopuoj. s.olso ttasats
-ml anb y aeJlitu!..ttaaqapssoE .39:90.1.0SaJns sus
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sopeugsap salualketutaad 501)90j 1.103 .5e1)132
-ed tos allí) peptutmseiana.sa:senanbe
une uasauundus as aub la- Á ‘,setu-sutucJars
-•


uasatant os aub some:tal-9mb 501:010
-doasa seaod s'usa une tu 0111) ‘Itotooaalp el
ap anuas ¡a ua 13.1011e11.1 Un 0[J souttpuntie son
-osoN..sauotadaosa seaod seutt.glestAir. s `up.
-el lap el anoto as solos soisa y anb Á ez
-tzettasua epunIas ap saptiourn.oad sotuattuto
alquisa sol y soba uoulaJle as anb 'sooyq


-pd sopuojop svpvgvd tos.1.711221/1,10p
sniawsa szy svpa,1 ueuttr.dns os aub ouod
-oad otouo un ap st4tt0twelaati 5el . 9 op
-cae 13 M11'0111101 L aavto.s. ap aari: uenap
-sal). as tia rutinon Itaida nb Oil 9 .opuatp
-nd ou Á 'miel /al) (nimba la aod-. ut.te.tai


zialaea Ll eptudrautad Jul.: sol tus




1


456,
gefieral Una . enfermedad de toda la vida,
propone la estincion de todos los existen-
tes y la aplicacion de sus fondos á los gran-
des establecimientos de instruccion públi-
ca:, como universidades y escuelas especia-
les. Nosotros respetando la autoridad de-
la • direecion , no podernos aprobar en to-
das sus partes la propuesta. Convenimos sí
en que los colegios tales como se hallan
en el dia son mas perjudiciales que útiles;
pero creemos que lo que conviene es re-
formarlos , no . destruis los. En el núme-
ro 14 de este periódico ( tomo 3.° pág. 81)
tratamos largamente de la materia; y asi para
no repetir lo que entonces espusimos sobre
las ventajas de los colegios, nos limitarémos
ahora á este solo argumento que para la
direccion es ad bonzinenz. El establecimien-
to . de san Fulgencio y el de Vergara son
colegios, y sin embargo la direccion ni di-
ce ni podria probarlo que los jóvenes que
en ellos se han educado, hayan contraido
ese espíritu de cuerpo, de intolerancia y
aun de privilegio; y esos tristes hábitos, en-
fermedad de toda la vida ( estos y otros
peores se contraen mas facilmente y con
mas impunidad en los estudios abiertos),
que supone ser funesta herencia de los co-


457
legios. Y tan lejos está de creer que los jó-
venes que se han criado en aquellas dos ca-
sas se hayan comuni‹..adu sus vicios en vez
de comunicarse sus virtudes, que hace de
ambas el mas pomposo elogio, proponi en


-do conservarlas como base para establecer
en ellas las respectivas . nniversidades de
las provincias en que se hallan situadas.
Del colegio de Vergara dice que ha dado
un gran número de jóvenes bien 'instrui-
dos y educados, y del de san Fulgencio
asegura que continua en una situacion flo-
reciente que r2o desdice del buen nombre que
siempre ha tenido entre los az. nal,tes de la
iastmccion. Y nosotros preguntamos: si los
colegios son por su misma naturaleza nudos
y perjudiciales, y estan deszereditados en-
tre los conocedores del corazon /u dcó.
mo es que los de san Fulgencio y Verga-
ra han sido y confirman siendo buenos ., úti-
les y justamente acreedores á la celebridad
y buen nonzh, e que adquirieron desde,su
fundacion ? Si todos los colegios son malos,
¿cómo hay dos que son buenos y muy
buenos? cómo se falsifica en ellos el eter-
no principio de que: quod naturá sua ma •
lanz est , nunquanz potest fi, eri bonunz?
Por el contrario; si ha podido haber, y




.453
hay ,en efecto, en España dos colegios
buenos, y (pie han dado tanto número
de jóvenesjóveué>s bien educados, ¿por qué no
podrá ha ber' doscientos? ¿Es porque las
coriltituciones -6 los reglamentos de aque-
llos dos son 'excelentes, y muy severa la
disciplina que err ellos se observa? Pues
poner los demás bajo las mismas reglas
y el mismo régimen interior. No vemos
que pueda responderse á este argumen-
to; y asi persistimos - .en creer que no se
deben totalmente suprimir los colegios, si-
no reuniralgunos donde convenga ,


• y po-
nerlos á todos en aquel pie que parezca
mas á propósito para que sin perderse
ninguna de las muchas ventajas que ofre-
ce la educacio.i. comun , se evite el ma-
yor número posible de los inconvenientes
que puede tener la reunion de muchos
jóvenes en un mismo edificio. Esto se lo-
graria fácilmente con hacer en ellos va-
rias separaciones independientes por eda-
des y clases para que los de diferente
edad no se reuniesen nunca todos sino en
el refectorio, en el paseo y en alguna
otra ocasión en que estuviesen á la vis-
ta de los superiores. De todos modos, y
sea de esto lo que fuere, nosotros nura-


4 5.9;
ca creeremos que la •edad en que se re,.
cibe la segunda enseñanza , es decir, la dp:.
9 á. 14 años, permita que se deje á la
juventud abandonada á si misma y. . re-
partida por las posadas estudiantinas. Es-.
ta vida licenciosa trae mayores males que:
la reglada de los colegios.


Acerca de varios institutos literarios.
que ya existen , y que sin ser colegios
propiamente tales , pertenecen á los esta-
blecimientos de segunda enseñanza,
reccion hace la justicia que se merecen á
los estudios de san Isidro de esta cor-
te, y al instituto asturiano fundado y
sabiamente reglamentado .por el inmor-
tal Jovellanos; M ero al mismo tiempo se
lamenta con razon de que las rentas de am-
bos se hayan disminuido notablemente por
las vicisitudes de los tiempos.


Llegando á la tercera enseñanza la
direccion deplora igualmente el mal es-
tado económico en que se hallan hoy
aun las universidades mas bien dotadas
en otro tiempo. Y como • el restituir-
las sus antiguas rentas ó señalarlas otras
nuevas no está en manos de la direc-
cion y en realidad de nadie, porque
la pobreza de la nacion no lo ,pernrite,




4flo
solo el tiempo podrá proporcionar Tos
fondos -necesarios para establecer y plan-
tear la tercera enseñanza con toda la
estension y en 'los. pueblos que previe-
ne el reglamento. Entretanto es urgen-


.


te sin embargo que se dé algun auxi-
lio á las universidades que han de con-
servarse segun el nuevo pian, como son
las de Salamanca, Valladolid, Oviedo, San-
tiago, Zaragoza y Valencia, suprimiendo
desde luego las que no Layan de exis-
tir, y aplicando sus fondos á las primeras.


La direccion pues, no pudiendo por
sí mejorar la suerte de las antiguas uni-
versidades que podemos llamar mayo-
res ó de tercer grado, ni proceder á la
ereccion de todas , las nuevas que deben
crearse segun la ley, se limita á propo-
ner que por ahora y en este mismo año
se establezcan en Madrid la de provincia,
la de tercera enseñanza, y la de amplia-
cion que debe tener esta corte reuni-
das en una sola con el título de cen-
tral.' En cuanto á las dos primeras obser-
va muy bien que con reunir la universi-
dad de Alcalá que debe ser suprimida,
á los estudios de san Isidro, se compon-•
drá facilmente el número de cátedras. de


46't


que deben constar por reglamento; y en
cuanto' á la de ampliacion , cree igual-
mente que los estálakcimieutos del jardin
botánico, museo de ciencias, observatorio
artronómice y gabinete de historia natu-
ral ofrecen auxilios; .para. establecer las cái-
tedras mas necesarias entre las 57 seña-
ladas en el plan. En consecuencia pro-
pone; el de las que por ahora deben com-
poner ,la universidad central en sus tres
grados, y presenta el presupuesto de su
coste que será el .de un millon , tres-
cientos diez y seis' Mil reales, inclusos los
cien! . mil en que regula el gasto particu-
lar de la biblioteca nacional.


Sobre el plan y presupuesto se nos,
Ofrecen algunas observaciones.


1." Hay en él una equivocacion ma-
terial que suponemos error del escribiente
que le:copió, pero que es menester rectificar.
Se dice que: las cátedras son 45 , y con-
tadas no resultan mas que 44: se añade que
su coste será de 716,000 rs.', y sumadas
las partidas no resultan mas que 7.01,000.
Esto proviene sin duda de que al hacer
la copia saltó el escribiente un renglon.
en que se hablaria de una cátedra de
las de 15.000 rs. que suponemos será la




462
•de árabe; pues habiendola ya y debiendo
conservarse, no vemos rizon ninguna pa-
ra suínimirlar , ni la direccion indica si-
quiera ¡pie deba verificarse semejante su-
presmn.


2. a
Las dotaciones de algunas cátedras.


nos parece que no 'son las que
rán sus respectivos profesores, ya.
sidere lo poco ^.onmes: que son los co-
nocimientos We;•que deben estar. adorna-
dos, y por consigui gnte lo dificil que se-
rá el hallar personas que los reunan, ya


•la •clae mistna, de las enseñanzas que
•se7les confiar! Que las cátedras de la-
tinidad esten dotadas con 12,000 rea-


•les, • nos -parece: arreglado; . porque: pa-
ra servirlasse encontrarán en .abundancia
sugetoS •bastatne idóneos por lo coman


•que'ás -entré nosotros el estudio del la-
•-tin, y porque. para enseñar lo que -de-
-este se necesita— en la carrera escolásti-


no, se requiere una grande instruccion
•,ew el maestro-; peroseñalar igual dotacion
.4( 1 /as ..Cátedras de


• 'griego y •hebrea
perte-


'necierites á la tercera enseñanza; es dar
á entender que no se sabe cuán :dificil
es hallar entre nosotros hábiles profesores
de estas lenguas, ni cuantos otros estudios


463
supone su perfecta inteligencia. Saquense


• •


sino á oposicion las Medras de latin ,
la de griego y la de- hebreo , y se vera-
que para las primeras se presenta un gran
número de concurrentes, y para las se-
gundas, ó no habrá opositores, ó si los hay
no se hallará tal vez uno solo que con-
tente *. .los jueces del concurso ¿Y por pié?
Porque ,eseuelas de latin ha habido siempre
entre •nosotros muchisimas y casi en, to-
das' Paries. , y : de griega:y hebreo solo
ha habido, unas cuantas para todo el rey-
no, y porque para saber el latin que se
enseña : en las escuelas basta haber estu-
diado ,la.grarnática ;latina ; pero para espli-
car los clásicos griegos los libros del
antiguo testamento es necesario saber al-
go mas que la grann.'itica de la lengua en




que estar escritos..
3a Nos parece 'fue ,asi como en las


cátedras de ampliacion se han omitido por
aboya. algunas por las muy fundadas ra-
zones,que la direccion espolie, en su me-
moria, se hubieran podido omitir ó mas
bien reunir todavia algunas otras para dis-
minuir gastos en un tiempo en que no hay
fondos con que ats:nder siquiera á la pri-
mera enseñanza, que es la mas impor-


..


merece-


se con-




464
tante y urgente. Por ejemplo, se propélnen
das cite Iras separadas y distintas, una de
ideologia y otra de gramática general; y
seria mejor reunirlas en una sola. é Qtré
es la gramática general sino una parte y
no muy larga, ó por mejor decir un ca-
pitillo de la ideologia? Se establecen una
'cátedra de literatura antigua y otra de li-
'terattna española, y nos parece que po-
-


drian y aun deberían reunirse ; porque
'la aplicacion de Lis principios generales
á la literatura nacional es como un co-
rolario ó apéndice á la esplicacion de aque-
llos. Vemos en las clases de ampliacion
una cátedra de disciplina eclesiástica, y no
es dificil convencerse de que ganaría mu-
cho en andar unida con la de historia ecle-
siástica que pertenece á la segunda ense-
Zanza. Son tan inseparables estos dos ob-
jetos, que es imposible tratar del uno , sin
tener á cada paso (píe rozarse con el otro.


a , No convenimos con la direccion en
que la universidad central tal como ha si-
do ideada en el reglamento y se propone
establecerla, sea una verdadera eseeela nor-
mal. O nnsotro .; no entendernos bien lo
que significa este tau! ., h unas cátedras
á las cuales pueden coucurrir y concurri-


465
trIn de hecho los que entonces estudian
por primera vez las ciencias que alli sé en-


-seiian , no compondrán jamas una escuela,
en que se formen los maestros. A esta úl-
tima solo deben asistir les que estudia-
das las ciencias, quieran adquirir en ellas
la perfeccion necesaria para enseñarlas á
otros, lo cual no puede verificarse en al-
gunas cátedras de las que se asignan á
la universidad central: Por ejemplo, entre
estas se cuenta la de . astronomia ; y co-
mío este ramo no se enseña en ninguna
de las de r.° y 2.° grado, es


. claro que
los discípulos empezarán .entonces á sala.,
dar esta ciencia , y harto .harán en estu-
diarla :f para sí. 'Ni el catedrático podrá ele-
varse á los mas sublime de la ciencia tra-
tando con discípulos que vienen á apren-
der sus elementos.


Propuesta la ereccion de la universi-
dad central, pasa la direccion á tratar de
las escuelas designadas en el reglamento
con el nombre de especiales ; y en esta
parte nada tenemos que hacer mas que re-
petir los elogios que ya hemos dado 11' su
celo. Ha hecho cuanto es posible en tan
poco tiempo y sin recursos pecuniarios.
Unimos tambien nuestra voz á la suya pa-


TOMO xvx. 3o




466
ra que ,ante, todas •epsas se establezca ;la
escuela politécnic,a; , ,y,aun .deseamos que si
lioso pueden pro.perciónar fondos para do-
tar las Medras de ampliacion, de la UD iver-
sidad, se • cle>stinen•lá, la .es.cuela, politécnica
101 .pocos' de D 'quei rlasi,Icireinaszancias per,
mítan disponer...4escindi elido de . 0,1nas,con-
sideraciones,i es necesario tener .presente
que . 11T111• gran parte,; de lo•queise ha de
enseñar' .1a, universidad,, apren-,
clgrse - • sin; maestros sin :Inas; auxilio que
1qs libres.; ,y .10 que,es.. propio de la el•
eAela llamada politéenicasolo•podrá apren-
derse en un establecimiento,. público y graH
tuito. Ideologia , gramática ,:literattira, his-
toria derechb: .público y .diseipiina ecl•
siastica son cosas que cualquiera . que ha-
ya pasado ya -,por los dos , primeros gra-
dos de la enseñanza pública, puede apren-
der en su casa. hasta,el punto de hacer-
se un sabio •eti.estOS,rainos; pero la geo-
metria descriptiva en. todas ;sus aplicacio-
nes, la arquitectura civil , el tratado de cons•
trucciones,,, ,-la•fortificacion , mineria., geo-
desia y topografía, la física y la química.,:
y el dibujo topográfico y de paysage
den. auxilios, planos, mapas, modelos ,


instrumentos., laboratorios y co-


467
lecciones de varios 'objetos que un par-
ticular no puede proporcionarse en su ca-
sa. Esta regla queremos que se tenga pre-:
sente siempre. Facilitar al público á costa
del erario aquellos estudios que uno no
puede hacer por sí .solo y en su gabinete.
Las ciencias que cualquiera puede apren-
der en su casa deben tambien enseñarse
en escuelas públicas; pero ,


ha de ser cuan-
do sobre dinero, despues de costeadas las
enseñanzas que solo pueden darse en cá-


•tedras pagadas por el estado.
Tratando de . bibliotecas públicas dice


la direccion que fuera de aquellas queper-
tenecen á establecimientos literarios, como
colegios, seminarios, universidades y con-
vento's existentes, hay poquisimas en las
provincias. Asi dando una ligera noticia de
las de Oviedo, Valladolid y Toledo, pasa
á tratar de. la nacional de esta corte, y pide
con razon que se traslade á otro edificio
mas cómodo y mejor situado, Es en efecto
inconcebible cómo por dejar espedito el
convento de la Trinidad, adonde 'labia si-
do trasladada en tiempo de la dorninacion
estrangera, se pasó á 'la casa que habitó
el príncipe de la Paz junto á doña Ma-
ria de Aragon. Puede que aunque de in-




468


tentó se hubiera buscado el edificio
nos á propósito para biblioteca , no se hu-
biese hallado otro' peor para el caso. De-
seamos pues que las Cortes concedan los
3oo,000 reales que se creen 'necesarios para
costear el gasto que ocasionará su trasla-.
cion á otro edificio mas acomodado, ya sea
el mismo convento de la Trinidad don-
de antes estuvo, ya el de san Martin,
si no se colocan en él las oficinas del cré-
dito público. En cuanto á las, bibliotecas
de los monasterios y conventos suprimi-
dos, aunque entre el cúmulo inmenso de
libros que se haya encontrado en ellas, la
mayor parte serán dignos- de la hoguera
AS de pasar en cuerpo y alma á las tien-
das de los especieros, sin embargo obser-
va muy bien la direccion que «enmedio de
tanto escombro deben hallarse sin duda
riquezas muy apreciables, ya en los monu-
mentos históricos y diplomáticos que ha-
brá en los archivos, ya en libros es-
quisitos y raros, ya en colecciones creci-
das y costosas. Y como cualquiera pér-
dida en esta parte es irreparable y ver-
gonzosa, la direccion desea y pide con jus-
ticia que el encargo de recoger y custodiar
las librerias de las establecimientos supri-


'midos no se confie á -manos imperitas, si-
no que se busquen precisamente y se co-
misionen sugetos idóneos para este ob-
jeto.


En cuanto á los arbitrios que podrán
adoptarse para costear la enseñanza públi-
ca de segunda y tercera clase, porque de
la primera ya deja indicado su dictamen,
la direccion los divide en dos clases: una
la restauracion en todo ó en parte de los
fondos que antes tenia la instruccion pú-
blica , y de que ahora no disfruta por una
consecuencia de los sucesos ó de las ins-
tituciones, y otra la creacion de otros nue-
vos. «A la primera pertenecen, dice la
memoria, las rentas de todas las univer-
sidades pagandoselas en su integridad, ó
reemplazandolas con bienes nacionales que
basten á cubrir las que les han quitado,
y de que deben ser indemnizadas. 2.° Los
productos de las infinitas memorias, obras
pias y fundaciones de esta especie que
entre los bienes de los conventos y entre
las ventas verificadas se han comprometi-
do por el crédito público con perjuicio de
la enseñanza á quien' debian satisfacer es-
ta carga. 3. 0


Las rentas de todos 'los co-
legios mayores suprimidos ya , y las de
los colegios menores. La segunda clase




4


470
(fria componerse del producto que resul-
tase de un moderado impuesto sobre e4...
da paso legal de los que forman estado- en
la carrera escolástica , como matrículas, cer-
tificaciones, grados, habilitaciones, títu-
los y dispensas.» Nosotros diremos tambien
Algo sobre estos diferentes arbitrios.


r.° Que se conserven á los estudios pú-
blicos aquellas rentas antiguas cuya exis-
tencia sea compatible con el sistema libe-
ral, nada mas justo. 'Asi, por ejemplo, si
tal universidad tenia á su favor un censo
sobre esta ó aquella finca, semejante car-
ga deberá seguir á la hipoteca en cualquie-
ra mano que se halle, ó reconocerse por
la nacion, si esta vende la finca libre de
toda carga. Si tal otra tenia una cantidad
impuesta sobe juros v. g. ó sobre la renta
del tabaco , el crédito público deberá li-
quidar, reconocer y clasificar esta deuda co-
mo si fuese de un particular, y pagar los.
réditos que devengue convertida en ins-
cripciones. Pero si un establecimiento te-.
nia agregado uno ó muchos beneficios ecle-
siásticos, estos deben suprimirse; y si per-
cibía alguna asignacion sobre rentas públi-
cas generales ó mnnicipales como aleaba-
las ., sisas etc., estas asignaciones deben ce-
sa y las rentas entrar íntegras en las fel


471
pectivas tesorerias para ser empleadas en


bienes raices como tierras y casas que sean
las destina la ley. 2 .Q Loslos objetos á que


propios de los establecimientos literarios;
deben conservarseles por ahora ylasta que
se les pueda -dotar én dinero ; pero llega-
do este caso, deben enagenarse , y poner-
se en libre • circulacion. Su producto po-
dría imponerse en los fondos públicos; y
sus intereses acrecentar la dotaciori del es,
tablecimiento á qúe perteneciereo.':E17ini


-contestable principio de la desamoriizaeion
exige está providencia cuando . las circuns-
tancias permitan 'tomarla. 3.° Por esta ra,
zon no aprobamos el pensamiento de que
se adjudiquen á los institutos literarios
bienes nacionales en inderrininciori de las
rentas que hayan perdido por •las _vleisitttu
des de los tiempos, consecuencia de
la reduecion de los diezmos. 4.4,Pensamos
enteramente 'como la difeccion en•cuanto
á que se establezca un moderado derecho
sobre todos los actos de la carrera esco-
lástica que constituyan estado , señalada-
mente en las profesiones lucrativas; por-
que como dice muy bien la direccion , la
enseñanza que la nacion proporcióna en
ellas 'á los individuos equivale á un eapi,,




472
tal que les anticipa., el cual ya que. no sea
restituible., devenga por lo menos un in-
terés; y esto por principios de la mas
rigurosa justicia. El ejemplo de los médi-
cos y cirujanos es concluyente. Si estos
pagan su reválida ., ¿ por qué no la paga-,
rán los .abogados?


Hasta aqui la memoria. de la direccion,
á la cual acompañan varios apéndices, al-
gunos de los cuales son como piezas justi-,
ficativas; pero los dos primeros merecen
particular atencion. El uno es un proyecto
de. reglamento 'general para la primera en-
señanza, en el cual se trata de las circuns-
tancias que deben tener los maestros, for-
ma de sus exámenes, modo de nombrarlos,.
dotarlos, removerlos y jubilarlos; de.la lo-
calidad y disposicion de las escuelas; de,
la instruccion que en ellas debe darse á,
los alumnos ; . de los exámenes públicos que.
deben celebrarse cada dos años; de las aea-,
demiasJde los profesores; de las visitas de,
las escuelas y de la enseñanza de las mu-
geres. El segundo contiene el proyecto de
un plan,metódico de primera enseñanza, pre-
sentado. á la . direccion por una comision
nombrada con este objeto. En cuanto al
reglamento poco se puede decir hasta que.


473
se ponga en elecucion ; porque estas. leyes
reglamentarias aunque parezcan bien en teo-
ría, no corresponden - muchas veces en la
práctica á la esperanza de sus autores. Solo
se nos ocurre por ahora una duda acer-
ca de lo Ve se 'previene en el art. 8.° del
cap. Se klice..en él que «todo indivi-
duó que aspire á ser examinado' para ob-
tener título de maestro, ha de presentar una
iustificacion legal de buena vida y costum-
bres, y de ter adhesion ti la Constztucion
política de la Mona,quia española. ., Lo de
buena vida y costumbres lo entendemos;
pero en cuanto á la adlieszon, no sabemos
cómo se ha de justificar legalmente que
uno la tiene. Ademas, 'que esta adhesion (pa-
labra de que tanto se ha abusado , se abu-
sa y se abusará , y que tan cómoda es
para amayorazgar todos los destinos en-;
tre cierto número de individuos) se exija
en los empleados propiamente tales, está muy
bien, pues hay un decreto que asi lo man-
da; pero pretender que hasta los maestros
de leer sean del número de los adictos, y
que esto lo hayan de justificar legalmente,
es querer que el número de pretendientes
sea muy escaso, ó que muchos de ellos
presenten justificaciones falsas. Exigir de




474
los maestros públicos que no hablen mal
de la Constitucion, que no la impugnen


desacrediten, se puede y se debe hacer;
pero añadir que sean adictos á ella, :és una
vana fórmula que en la práctica' y en el
hecho para nada sirve. Todo el que quie-
ra ser 'maestro de primeras letras, dirá pie
es tan adicto á la Constitucion como el
mismo Riego, y lo probará legalmente del
modo con que pueden y suelen probarse
estas cosas; pero ¿ cuántos dé ellos serán
en su interior tan serviles como los sier-
vos del serrallo? No hagamos ridícula la
Constitucion exigiendo en favor suyo jus7
tificaciones legales que no se piden en nin-
gun otro pais. ¿ Se exigen acaso semejan-
tes documentos ni en los Estados-unidos,
ní en Inglaterra, ni en Francia , ni en los
Paises-bajos, ni en ningun otro estado cons•
titucional ? ¿No se ve que estas mismas pre-
cauciones para no emplear enemigos de la
Constitucion, suponen y dan á entender que
los hay, y que su número es considerable,
puesto que se exige una justificacion legal
de que el candidato no pertenece á seme-
jante eategoria? Cuidese mucho de que los
maestros de primeras letras sepan leer, es-
cribir y contar , y de que sean capaces


475
de comunicar á los niños esta primera ins-
truccion; y reservese á Dios el juicio de
si allá en su alma son ó mi adictos á la
Constitucion política de la monarquia.


En cuanto al plan metódico se nos ocur-
ren también algunas reflexiones.


En primer lugar sentirnos mucho ver á
la direccion de estudios muy empeñada en
probar (en dos distintos garages) qué los pri-
meros inventores del método -de enseñanza
mútila fueron españoles. I.° Si lo fueron, y
sin embargo no le hemos seguido despues,
y no le hemos dado el grado de perfeccion
que ha recibido últimamente entre .135 ma-
nos de Lancaster y de Bell , mayor men-
gua es la nuestra sí no hemos sabido apro-
vecharnos de nuestra propia invencion que
si no hubiesernos sido los inventores. Un
descubrimiento util que se olvida y se des-
cuida, ó del cual no se sabe sacar partido
en el pais mismo en que se hizo, prueba
que el inventor fue un hombre d.e prove-
cho , pero que sus compatriotas son indo-
lentes ó mentecatos. Y no se eche la culpa
al mal gobierno de los dos últimos siglos,
porque el despotismo no llegó nunca á pro-
hibir ni impedir que los maestros de leer
y escribir tuviesen á los niños en las au.




426
las de este ó de aquel modo , ni que les
enseñasen de esta ó de aquella manera.
2.° É! método de enseñanza 'm'atta es
en cuanto al fondo tan antiguo como las
escuelas, y se ha practicado en las de to-
das las clasesy grados , porque en todas los
mas adelantados repasaban á los menos ins-
truidos Jqs tomaban las lecciones y les ser-
vian de instructores bajo esta ó aquella
denominacion , distribuidos de este ó de
aquel modo. Este era en las escuelas
de leer y de tatin el objeto y oficio de
los decuriones , pasantes y tomadores: á
este fin• se dirigian las divisiones en anti-
guos y modernos, en remínimos , míni-
mos , medianos y mayores de los


g: atnáti-
cos, aun estando en una misma aula ; y pa-
ra esto se_habían establecido los bancos de
arriba y abajo en las academias de facultades;
los pasos , las conferencias comunes y otros
ejercicios en las aulas : cosas que aun los que
no somos decrépitos hemos conocido an-
tes de que Anduaga entre nosotros , Lan-
castcr y Bell entre los estrangeros hubiesen
ensayado y publicado sus métodos ; y es-
tas practicas existian antes de que el her-
mano Lorenzo Ortiz de la compañia de Je-
sus escribiese su obra, y aun antes de que


477
Illibiese compañia de Jesus. En Quintiliano
hay pruebas de que la enseñanza rnlitua
era conocida y practicada por los antiguos.
Ni puede dejar de existir en una escuela
numerosa dirigida por un solo maestro. Sin
que nadie -se lo haya enseñado, él por ins-
tinto y por necesidad tiene que valerse de
los discípulos mas adelantado' s . para que lo
ayuden en parte á desempeñar su encar-
go. Asi en el método lancasteriano lo que
hay que.examinar no es 'el pensamiento de
emplear los discipulos más instruidos para
que enseñen O ayuden á aprender a los
que no lb son tanto. Esta Idea es tan an-
tigua como la enseñanza misma : lo que
hay que ver es el partido que se puede
sacar de este principio, y si el mecanis-
mo eón que Lancaster, Bell, Anduaga y el
hermano Lorenzo organizaron respectiva-
mente las escuelas de primeras letras, es
ó no ventajoso para ahorrar tiempo y fa-
cilitar la enseñanza. Y en este punto nos
parece muy bien lo que hace la direccion,
que es tomar de cada uno de los cono-
cidos métodos lo que parece mejor ideado.
De uno los semicírculos, de otro el silaba-
rio , de otro la disposicion de los bancos etc.


En segundo lugar , conviniendo con
la direccion en que para enseñar á contar
es conveniente y aun preciso empezar dan-
do á los niños ideas de los números, cree-
mos que para esto no es necesario todo
el aparato de bolas y de alambres que se




47-8
propone. Por corta que sea la edad del ni-
ño que despues de haber aprendido áleer
y escribir pasa á la clase de cuentas, es im-
posible de toda imposibilidad que no ten-
ga ya ideade los números hasta quince, vein-
te ó mas unidades, y por lo menos hasta diez.
Habrá contado ya tantas veces una, dos,
tres hasta diez cerezas, guindas , pasas, al-
mendras etc. que le hayan dado: habrá oi-
do repetir tantas y tantas veces-uno, dos,
tres, diez hombres , soldados, animales etc.
viendo- señalar los objetos : en la escuela
misma, desde que' en ella puso los pies,
habrá estado viendo tantas veces•los, ocho


diez muchachos que están en cada -banco;
las tres, cinco ó mas líneas, palabras, sí-
labas ó letras que hay ;en cada carton , que
al llegar á contar es absolutamente: inutil
que se le diga uña mano, dos manos; una
dos tres, cuatro bolas etc. Asi creemos
TM teniendo ya , como necesariamente-
tiene, ideas y muy claras de los números'
hasta diez, lo que- resta es hacerle en-
tender el sistema decimal; es decir, co-
mo en llegando las unidades á ..diez , se
considera su rrunion como una ,unidad de
cierta clase que se llama decena, y


como


diez de estas juntas -componen otra espe-
cie de unidad que se llama centena •(5 cen-
tenar, y ase progresi%arnente. Y esto nos
parece que . se les hará entender mas facil-
mente con rayas y con los guarismos en
un encerado ó pizarra, que con tanta má-


479
quina de bolas, alambres, bastidores, su-
bidas y bajadas. Lo sencillo en todas líneas
es preferible á lo complicado : rayas tra-
zadas con yeso , que se hacen •y se borran.
cuando se quiere, son mas cómodas que
bolas y varillas permanentes. Todo apa-
rato desusado y nUevo da idea de que.
la cosa que va á estudiarse . ,es muy difícil;
y ésto lejos de, animar desalienta y acobar-
da á los muchachos.


Concluiremos estas observaciones aña-
diendo que en , la anemona que examina-
mos hemos notado . algunos. ligeros descui-
dinos de estilo, descuidillos..de que no ha-
ríamos mérito si se hallasen en un escrito
salido de otras manos;> .pero que.-no dejan
de ser reparables cuando se encuentran en:
una memoria compuesta por una coreo.
racion eminentemente literaria, cual es la
direccion general de los estudios de todo
un reyno. Para citar algunos de estos des-
cuidos no pasaremos de las tres primeras
páginas. En la 1. a nos encontramos ya con
esta frase: «la direccion.... al paso que
manifieste el progreso que.... ha podido dar
á los objetos designados en el plan etc. ', ; pe-
ro al escribirla debió tenerse presente que
en castellano se hacen progresos en las cien-
ciaS; artes , etc.; pero no se dan progresos
á ningun objeto: Esta Misma falta está re-.
petida en la página siguiente, cuando be:


no se detuvo (la direccion) en tra-
tar al instante del progreso que era posible.




410
dar á los establecimien tos de enseñanza etc.»
En seguida de esta frase se halla la
guiente: «se propuso por regla de ronque-
ta dos principios que aunque no fueran tan
imperiosamente prescritos etc.» Se prescri-
ben reglas, condiciones etc.; pero no be
prescriben principios. Pág. 3.» «La direc.
cioníz muy- luego de verse instalada á lue,
'go, á muy luego, tan .luego, son provin,.
ciaiismos , ó mas bien, espresiones vulga-
res y aun chavacanas que. no deberian
hallarse en un escrito de esta clase. Un
Toco mas abajo: «una comision que.... to-
mando las luces que creyere .necesarias:» se
tornan noticias, informes etc.; pero no se
toman luces, á no ser cuando esta palabra.
conserva su acepcion literal, y se dice, por
ejemplo, á un criado «toma esa luz y


.alum-
brame.» •Baste esta muestra para que se vea
de qué clase son los déscuidillos dé que
hablamos.


AVISO AL PUBLICO.


La imprenta y despacho de este perió-
dicor se han trasladado de 11 Carrera de San
Francisco á la Plazuela de Santiago, casa
número r, .donde en adelinre podrá el
que guste corresponderse con la .


empre-
4'á, dirigir sus cartas' . y encargos.


481


D (IP


'de los artículos contenidos en el tomo XVI


DEL CENSOR.


Teoria de una constitucion política pa-
ra España , por un español


Sobre un folleto que , se publica en Fa-
lencia


L'Europe et l'Amérique en 1821: par
Mr. de Pradt. Paris 3822 : en dos to-
rnos


Diálogo entre dos caballeros connote-
*


ros con ocasion de haber visto publica,
dos casi todos sus secretos


Sobre la mayoria de la cpirdon y mo-
do con que se forma


Sobre otro papelito atercerolado que ha
empezado á publicarse en Granada.


Anuncio
Bellas artes. Diálogo sobre el origen,
formas y progresos de la Escultura


37


47


57


69


76
80




489
en las naciones anteriores á los grie-
gos.


L'Europe et l'Amerique : par Mr. de
Pradt. (Conclusion de este artículo ).


Continua el examen de la obra intitu-
lada : Teoria de una constitucion po-
lítica para Espaíia


'Análisis del dictamen fiscal publicado
con


• ocasion de la causa de Velasco. 143:
Anuncios.


z 56
Union .


de Portugal y del Brasil


16 1
Sobre la necesidad de que los escritores


príblicos auxilien á las' autoridades, y
estas á los escritores


Continuan las observaciones sobre la obra
intitulada: Teoría de una constitucion
política para Espaiia


Sobre el lujo
Estracto de la refinadon del magyiesto


publicado por algunos individuos del
ayuntamiento constitucional de Pa-
lencia : por su gele político don Fran-
cisco Plasencia


226
Teatros.= Marta imaginaria. = El Ya-


Zle Torrente. = Carlos el Temera-
rio.= Aventuras de
Las Rui-


nas de Babilonia


23.7


483


Anuncios. 239
Reflexiones sobre la nota, del general •


Frunont al gobierno de Nápoles. • . 245
Teatros. Fenelon ó las monjas de Cam-


bray zG 1 .
Continza el examen de la constitucion.


valenciana 9.Q, 9
Sobre un escrito publicado por la di7


Defensa legal de la borrachera y de
putacion provincial de Cadiz


los borrachos.




3o5 •


3:1


Teatros. Cuantas veo tantas quiero: co-
media de dos ingenios 3 38


Concluye el examen de la constitucion
365valenciana.


Siguen los estractos de dos folletos que
se publican en Valencia . . . . . 383/


De la revolution. de Espagne et de sa.
crise actuelle. Par Mr. Alphonse de
Beauchamp. Paris. , 18 2 2


Teatros. Indulgencia para 'todos co-
media original de don Manuel Eduar-


' do de GorOstiza, en cinco actos.
—El Baron : comedia en dos actos en
verso , de. Inarco Celenio


Algunas reflexiones en apoyo , de lo
que quiso ser impugnacion del ma-


8 2


os


1 . 7 1 . -




18o
215




402,


417




484
niliesto de la diputacion provincial de
Cadiz , inserta en el número 94 del'
Censor 42y.


Sesion de 18 .21 de las cámaras de
Francia
43'5


Esposicion sobre el estado de la ense-
ñanza pública , hecha á las Cortes
por la direccion general de estudios. 4 5