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HISTORIA
DE L\


:Rl~VOLl]CION
~FRJA_NCES.Á_


POR


HE LA ACADEMIA FRANCESA.


TRADUCIDA Y ANOTADA
POR


nON SEBA8TIAN ltlIÑANO
HE T,A .U:ADE'lfTA DE l' HISTORTA.


'TOMO NOVENO,


SAN SEBASTIAN


'Imprenta de IGNACIO RAMON BAIW.IA.
Caracteres de la Iuudieion de LAUREN'[ et DE BERNY dc j';trIs.


1840.




.( '.


t'\)
• I




HISTORIA.
DE J.A


llEVOljUCION FI1ANCESA.


CONVENCION NACIONAI-Á.


CAPITULO PRIMERO.


Redóhlase el odio y la violencia de los partidos después del
12 de germinal. - Nueva couspiracion de los patriotas. -
Matanzas en las carccles de Lyon egecutadas por los reac-
tores. -Nuevos decretos contra los emigrados y sobre el
egcr<:icio del culto. Modifiacioues en las atribuciones tic
las comisiones. - Cuestiones económicas. Raja progresi va
del papel moneda. Agio. Diferentes proyectos y discusio-
nes sobre la reduccion de los asignados. Providencia impor-
t-ante dirigida á facilitar 1,\ venta de los bienes nacionales,
- Insurrecciou de los revolucionarios del 1.6 de prerial
año Ill. Es invadida la convención. Asesinato del represen-
tante Feraud. Principales sucesos de aquel día y siguientes,
- Consecuencias de la jornada de preriaI. Arresto de di-
Ierentes miembros de las antiguas comisiones. Condena-
cion y suplicio de los representantes Romme , Goujon,
Duquesnoy , Duroy, Souhrany , Bourhote y otros <'ompro-




4 IlEVOLUCION FRANCESA.
metidos en la insurreccion. Desarme de los patriotas y
destrucción de aquel partido. - Nuevas discusiones sobre
la venta de bienes nacionales. Escala de reducción que se
adoptó para los asignados.


Los sucesos del mes de germinal no habian da-
do de sí otro resultado para los dos partidos que
tenían dividida la Francia sino el que generalmen-
te se vé cuando no hay uno que predomine, y es
que cada cual adquiere mayor violencia y se en-
carniza mas en perseguir al otro. En todo el Me-
diodia, y particularmente en Aviüon , Marsella y
Tolon , continuaban los revolucionarios con mas
osadia y amenazas que nunca, sustrayéndose á to-
dos los esfuerzos que se hacian por desarmarlos y
volverles á sus pueblos, sino que insistian en pe-
dir la libertad de los patriotas, la muerte de
todos los emigrados que habian vuelto, y la
constitución de 93. Estaban en correspondencia
con los partidarios que tenian en todas las pro-
vincias á quienes llamaban para que se juntasen
con ellos en dos puntos principales, que eran Tó-
Ion para los del Mediodia y Paris para los del Nor-
te. Luego que estuviesen con bastante fuerza en
Tolon , pensaban en sublevar los departamentos y
marchar hácia París á juntarse con sus hermanos
del Norte , lo. cual era en sustancia renovar el
proyecto de los federalistas de 93.




CONVENCION NACIONAL (1795). 5
POl' otra parte sus adversarios, ya realistas ya
gil'Ondino~, hahian tomado mas ánimo desde que
el gobierno habia dado la señal de las persecucio-
nes luego que se vió atacado en germinal. Como
eran dueños de las administraciones hacian uso
con bastante severidad de los decretos espedidos
contra los patriotas, á quienes arrestaban por
cómplices de Robcspierrc ó por haber manejado
fondos públicos sin haber dado cuentas. Les des-
armaban por haber participado de la tirania que
se abolió el 9 de therrnidor , ó en fin les desterra-
ban de un sitio á otro por haber abandonado sus
pueblos. Donde lTIaS fj..ecuentes eran tales perse-
cuciones fue en el Mediodia, porque sabido es que
la violencia siem pl'e provoca otra violencia ig;ual
ó mayor. Era terr-ible la que se preparaba en el
departamento del Ródano, porque obligados los
realistas á huir de las crueldades de 93, volvian
atravesando la Suiza y se entraban en Lyon con
pasaportes falsos, donde hablaban de rey, de re-
ligioll, de la antigua prosperidad , y recordaban
las antiguas matanzas á metralla para convertir en
monárquica unaciudad que era tan republicana. Asi,
los realistas se apoyaban recíprocamente en Lyon
como los patriotas en Tolon, y se decia que había
vuelto Precy y que estaba oculto en la ciudad cu-
yas desgracias habia causado pOI' su propio valor.
Igualmente aparecian mas presumptuosos que nun-




6 REVOLu(~ION FIU~CESA.
ca muchos emigrados que estahan ~en Hasilea , en
Berna y en Lausana , anunciando su entrada IH'Ó-
xima y diciendo que ya gohernaban sus amigos, y
no tardaria en subir al trono el hijo de' Luis XVI,
que los Ilumaria inmediatamente y les volverra
sus bienes; pero que no se tuviese cuidado, por
cIue esceptuando algunos terroristas y algunos ge-
fes militares [1 quienes era indispensable castiaar;
todos los dernas se apresururian ú contribuir á la
restauraeionr En Lausana ,. cuya juventud era en-
tusiasta de la revolucion , no dejaban de moles-
tarles j ohligarles a\ silencio; pero en las demás
partes les dejaban vocinalear sin hacer caso de sus
baladronadas, á (Iue estaban acostumbrados des-
pues de seis años , pero desconfiaban de alg'unos
de ellos que estaban pensionados pór la policiu
austriaca para espiar en las posadas las COllvel'-
saciones imprudentes de los viageros. Tamhien se
habian formado en (1(1 uella comarca ,es •.lecir hácia
Lyon la~ tompa'l1ia~ del so!y de Jesus eucaraadus de
recorrer las campiñas ó penetral' en las ciudades
y degollar .li los patriotas que viviau retirados en
sus tierras Ó estaban preso~ eu las cárceles. POl'
aquella misma frontera entraban tamLien los
clérigos deportados, y ya se haLian esparci-
do' por las provincias del Este, declarando nu-
lo cuanto hahian hecho los clérigos juramenta-
dos; volvian á bautizar á los niúos ,á casar á los




CONVENCION NACION,\L. (1795). 7
esposos, é inspiraban al pueblo odio y desprecio
contra el cobierno. Sin embargo cuidaban mucho
de no apartarse de las fronteras para poder esca-
par á la primera señal. No menos que estos últi-
mos abusaban los eclesiásticos no deportados que
estaban disfrutando de una pension alimenticia y
gozaban del permiso de ejercer su culto; porque
poco contentos con decir misa en casas particula-
res alquiladas ó prestadas, amotinaban al pueblo
y le escitaban á que se apoderase de las iglesias
que habian venido á ser bienes comunales. Ya se
habian repetido con este motivo bastantes escenas
tumultuosas, en que habia sido preciso hacer uso
de la fuerza pal'a que se respetasen los decretos. En
París escribían los diaristas vendidos al realismo
Ó escitados pOl' Lemaitre , con IDas osadia que nun-
ca contra la revolucion , y predicaban abiertamen-
te la monarquia, Desde que Lacroix , autor del Es-
pectador habia salido absuelto de las pesquisas di-
rigidas contra él, habia perdido el miedo la tur-
ba de libelistas al tribunal revolucionario.


Se hallaban pues en presencia uno de otro los
dos partidos, prontos á una batalla, decisiva. Los
revolucionarios estaban resueltos á dar el golpe,
de que solo fue amenaza el 12 de germinal, y
conspiraban á cara descubierta, sin que hubiese
barrio alguno en que no se cruzasen las intriga~,
despuesque perdieron sus principales gefes , que




RE\'OLUCION FllA~CESA.


eran los q~le meditaban sus designios para todo el
partido. Formósc una reunión eu casa de un tal
Lagrelet en la calle de Bretaña , donde se discutia
el proyecto de escitar muchas asonadas, á cuya
frente se pondrian Cambon , Mari.bon-Montaud y.
Thuriot , que los unos. se. dirigirian á las cárceles
pal'a Iibertar á los patriotas, otros i rian á apode-
rarse de las comisiones, y por último se dirijirian
otros ú la convencion á exigir por fuerza los decre-
tos queles acomodasen. Una vez dueños de esta
última , querían los conspiradores que se reinte-
grase ~á los diputados presos, anular la sentencia
dada contra Billaud-Varennes , CoBot de Herbois
y Barrére : escluir á los 73 y proclamar inmedia-
tamente la constitucion de 93. Todo estaba ya pre-
parado hasta las tenazas para abrir las cárceles ,
las contraseñas para reconocer á los conjurados y
hasta una pieza de tela que se habia de colgar' en
la ventana de donde saliesen todas las órdenes. Se
interceptó una carta dentro de un pan, dirigida
á un preso, en la cual se decía. {( "El dia en tIue ~'e
« cibais huevos pintados la mitad de blanco y la
« mitad de encarnado, procurareis esta... prontos. »)
Se había señalado para esta empresa el dia prime-
ro de ílorcal , pero uno de los conjurados descu-
hrió el secreto y declaró á la comision de seguri-
dad general los pormenores del proyecto. Mandó.
esta inmediatamente arrestar á todos los corifeos




CONVENCION Nt\CIONAL (1795), 9
.lesiauados , lo cual pOI' desgracia no hastaba para
desorganizar los proyectos de los patriotas, por-
que todo el mundo era entonces gefe y se conspi-
raba en mil sitios á un tiempo. Hovére , que antÍ-
guamente había merecido el nombre de terrorista
cuando mandaba la comisión de salud pública, y
hoy era un desatado reactor, vino á informar á la
comision, é inculpó mucho á los diputados que
dcbian ponerse al frente de las asonadas. Pero Los
tales diputados no sabian una palabra de la tra-
ma , sino que habian abusado de sus nombres sin
decirles nada, solo porque necesitaban de ellos y
contaban con sus disposiciones. Aunque condena-
dos por un decreto á estar presos en Ham , no le
habian obedecido sustrayéndose á su condena; pe-
ro Rovére consiguió decidiese la asamblea que si
en el momento no se constituian presos, serian
deportados 1pSO {acto en pena de su desobediencia.
Por lo mismo que habia abortado el proyecto era
de esperar un acontecimiento próximo.


Luego que publicaron los diarios aquella nueva
trama de Jos patriotas, se alborotaron estraonli-
nariamente los habitantes de Lyon, y se enfurecie-
ron de nuevo, con ocasion de estarse juzgando en
aquel momento á un famoso delator terrorista,
perseguido en v:::-L:d C~2~ ~~~~reto contra los cóm-
plices de Robesoierrc. L!cgaron los diarios con la
noticia del informe de :'iovére , y como la mayor




10 REYOLUCION FRANCESA.
parte de los Lioneses tenian que deplorar la pélo-
dida de su caudal ó la muerte de sus parientes,
se arremolinaron al rededor de la sala del tri-
bunal. y el representante Boisset montó á caballo
y puestos todos al rededor de él empezaron á
enumerar los cargos que tenían contra el hombre
que estaba enjuiciado. Aprovechándose de aquel
desorden y de aquella conmocion los instigadores
y los miembros de la compañía d el Sol y de Je-
sus, fomentaron mas el tumulto y dirigiéndose á
las cárceles penetraron en ellas y degollaron á se'-
tenta ú ochenta pr~sos reputados pOI' terroristas .,
cuyos cadáveres arrojaron al rio. No dejó- de hacer
algunos esfuerzos la gnardia nacional para impe-
dir la matanza, pero tampoco manifestó el celo
qu~ hubiera desplegado si hubiese estado menos
resentida contra las víctimas de aquel dia.


Asi apenas se supo la conjuración del 29 de
germinal, cuando contestaron los contra-l'evolu-
cionarios con la matanza del 5 de Iloreal (24 de
abril) en Lyon. Por IDas que los republicanos sin-
ceros reprobasen los intentos de los terroristas
no dejaban de darles inquietud los de los contra-
revolucionarios. Hasta entonces solo se habian
ocupado en impedir la vuelta de un nuevo terror
y no~habian hecho gran caso del realismo, por-
que parecia ya tan distante después de tantas eje-
cuciones del tribunal revolucionario y despues de




CONVENCION NACIONAL (1795). 11
las victorias de nuestros ejél'citps, que nadie le te-
nia por posible, Pero cuando le vieron arrojado
en cierto modo del Vendée, volverse á entrar por
Lyon, formal' cornpuüías de asesinos, esparcir
clérigos alborotadores hasta en lo interior de
Francia y dictar en el mismo Paris escritos llenos
de cólera y furor, pararon un poco la atención y
creyeron (Iue sin perjuicio de las providencias
dictadas contra los instrumentos del terror con-
venia tambien dictar otras contra los partidarios
de la monarquía. POl' decontado pat'a quitar todo
pretesto ú los que habian sufrido con los escesos
cometidos anteriormente y reclamaban ,'engan-
za, se mandó Ú los tribunales que anduviesen
J11aS activos cn perSf.f?,'uil' á los (lue estaban acu-
sados de dilapidaciones, abusos de autoridad y
crueldades notorias. Despucs discurrieron las me-
didas mas capaces de reprimir á los realistas. Se
encargó redactar un i nIorme sobre este parti-
cular Ú Cl1enicl' que era un hombre conocido por
su talento corno literato y por su rigorismo repu-
hlic~~no; y en efecto trazó un cuadro muy enérgi-
co de la Francia, de los dos partidos que se dis-
putaban la dominacion y particularmente de las
tramas urdidas por la emigración y el clero, pro-
poniendo fIue inmediatamente se entregase á los
tribunales á todo emigrado de los que hubiesen
vuelto para (Iue se le aplicase la ley; que se c¿u-




12 RHVOLUCIO~ FUANCHSA.


siderase como emigrado á todo el que habiendo
sido condenado á la de portacion se hubiese res-
tituido á Francia y permaneciese en ella en tér-
mino de un mes : que se castigase con 6 meses
de cárcel á cualquiera que violase la ley relativa
al culto ó intentára apoderarse por fuerza de las
iglesias; que se condenase á destierro á todo es-
critor que pl'ovocase al desprecio de la rf'presen-
tacion nacional ó al restablecimiento de la monar-
quía; últimamente que se obligára {l todas las au-
toridades que estaban encargadas de desarmar á
los terroristas á esponer los motivos que tenian
para el desarme. Todas estas disposiciones fue-
ron adoptadas, menos dos que dieron motivo á
ciertas observaciones, como por ejemplo Thibau-
deau dijo que era imprudente castigar con 6 me-
ses de cárcel á los infractores de la ley sobre el
culto, diciendo con mucha razon qne las iglesias
no eran buenas mas que para un destino, que es
el de las ceremonias religiosas; que el puehlo
que tenia devocion de asistir el misa en las casas
particulares veria siempre con sentimiento que
se le privaba de los edificios en que se celebraba
en otro tiempo; que una vez que el gobierno se
hahia declarado para siempre exento de los gastos
de todo culto, hubiera debido devolver las igle-
sias á los católicos para evitar quejas, conmocio-
nesy tal vez un Vendée universal. No se aprecia-




CONVENCION NACIONAL (1795). 13
ron las observaciones de Thihaudeau , pOl'que si
se devolvian las iglesias á los católicos, aun con
la obligacion de conservarlas, se recelaba que
volviesen á sus antiguas pompas en que consis-
tia por la mayor parte el poder del clero. Tallien
que se habia metido á diarista con Fréron , y que
fuese pOI' esta razon ó por afectar justicia, queria
proteger la independencia de la imprenta, se opu-
so al destierro de los escritores y sostuvo que era
una disposicion arbitraria, que dejaba demasiada
latitud á las severidades contra la imprenta. Tenia
mucha razon sin duda alguna; pero en aquella situa-
cion de guerra abierta con el realismo, tal vez im-
portaba que la convencion se declarasefuel'temen-
te contra estos libelistas que tan pronto se apl'esura-
ban á restablecer en Francia las ideas monárquicas *


* Ya se anuncia en esta relllcxion el auto!' futuro de las
leyes escepcionnles de setiembre ,y lo (fue es peor, se echa
~le ver la falta de principios fijos en materia de libertad de
Imprenta, que <l nuestro entender serán siempre el nudo gor-
diana de los gobiernos representativos. ¿ Que significa eso de
que convenia declararse contra los que tan pronto intentaban
restablecer las ideas monárquicas? Pues qué ¿consisti a su de-
lito en conocer an tes que los demás el deseo y las necesidades
del pueblo Irances P ¿: Ha de ser siempre castigada como un cri-
men la previsión y las advertencias hechas al poder? Tallien
estaba en lo cierto, y el informe de Cheuier en lo relativo a
periodistas no era mas que una repeticiou de las violencias
propias (k todos los g,"uel'o:-, de despotismo. (N. del T.)




nnVOLUCION FllANCESA.


I ..ouvet , aquel girondino tan fogoso, cuyas des-
confianzas hahian hecho tanto mal á su pal'-
tido, pero que era de los mas sinceros de la
asamblea , se apresuró á responder á Tallien
y conjuró á todos los amantes de la repúbli-
ca, que olvidasen sus disidencias y cargos recí-
procos, uniéndose contra el enemigo mas anti-
guo y único verdadero de todos, que era el rea-
Iismo, Era sin duda el testimonio de Louvet en
favor de las medidas violentas el menos sospecho-
so de todos * porque habia hecho frente á la mas
cruel de las proscripciones por combatir el siste-
ma de las medidas revolucionarias. Toda la asam-
bIea aplaudió su noble y franca declaracion , vo-
tó la impresión y distribución de su discurso por
toda Francia, y adoptó el artículo con no poca
confusion de Tallien , que tan mal habia escogido


JI- Raro modo de discurrir tiene MI'. Thicrs en algunas oca-
siones, pues parece que se olvida del cadcter de los perso-
nages ,segun les ve inclinarse mas ó menos á sus propias
ideas. La opinión de Louvet , era no solo sospechosa en la
cuestión de libertad {le imprenta , sino tau despreciable como
despreciada fue pOl' todos sus contemporaneos, que sabian
que era autor (le uno de 10i libros mas perjudiciales á~la moral
ptihlica , que jamas hayan profanado la imprenta. (Vease su
Ilota), en la cual llamarnos la atencion, como quisieramos
llamarla siempre sobre la ¡facilidad que tienen para ser rigo •
..istas aquellos que mas han abusado de la tolerancia pública
y del gohierno de ([lIe no hacian parte. (¡Y. dd T. ,1




CONVErfCION NACIONAL (1795). 15
el momento pal'a defender una máxima justa y
verdadera en sí misma.


Así, mientras que la convencion habia manda-
do que se persiguiera y desarmára á los patrio-
tas, haciéndoles volver á sus pueblos, renovaba
al mismo tiempo las leyes contra los emigrados y
deportados, instituia penas contra la apertura de
las iglesias y contra los folletos realistas; pero las
leyes penales son una garantia 'muy débil contra
los partidos cuando están prontos á pegar uno
contra otro. El diputado Thibaudeau creyó que
la organizacion de las comisiones de gobierno
estaba muy débil y relajada desde el 9 de thenui-
dor , Y en efecto aquella organizacion se habia es-
tablecido en el momento que acababa de derribar-
se la dictadura y solo se habia imaginado por mie-
do de una nueva tirania. De aqui habia resultado
una relajacion estrema despues de una tirantez es-
cesiva de todos los resortes; habiendo restituido
á cada comision su influjo particular con el fin de
destruir el que con sobrado dominio ejercia la co-
mision de salud pública, de lo cual se seguian con-
tinuas competencias,lentitudes y una'Iaxitud com-
pleta en el gobierno. Por ejemplo si ocurrian algu-
nos alborotos en un departamento, exigia la ge-
rarquía que se diese cuenta á la comisión de se-
guridad general, la cual lo pasaba á la de salud
pública y en algunos casos á la de legislacion, y'




J6 REVOLUCION FRANCESA
era preciso espel'ar que estas comisiones estuviesen
completas para reunirse y que tuviesen tiempo
de conferenciar. Esto ocasionaba que las reuniones
fuesen casi imposibles y demasiado numerosas pa-
ra obrar. Con solo que se necesitase enviar 20 hom-
bres de guardia, tenia precisión la comision de se-
guridadgeneral encargada de la policia de diri-
girse á la comision militar; y ahora se conocia
cuan mal se habia hecho en asustarse tanto y tan
pronto de la antigua comisión de salud públi ca,
y en tomar precauciones contra un peligro que
era en adelante quimérico. Tal cual estaba orga-
nizado el gobierno, no podia resistir sino débil-
mente á las facciones, ni oponerlus mas que una
autoridad impotente; por lo cual propu~o el di-


.putado Thibaudeau una simplificacion del gobier-
no, pidiendo que quedasen reducidas las atribu-
ciones de todas las comisiones á la simpIe pro-
pUEsta de las leyes, y que las medidas de ejecucion


.perteneciesen esclusivamente á la de salud públi-
ca; que esta reuniese la policia , y por consecuen-
cia quedase abolida la de seguridad general; últi-
mamente que estando asi encargada de todo el
gobierno la comision de salud pública, se aumen-
tase hasta 2·4, miembros parapoder dar vado á:sus
nuevas oblig·aciones. Los poltrones dela asamblea,
que siern pl'e están prontos á armarse contl"a¡peli-
gros imposibles , se opusieron á este proyecto di-




CONYENCIO~ NAClONA L. ( 1795) 17
ciendo que eso era renovar la antigua dictadura.
Mas como ya estaba abierto el camino á la dis-
cusion , cada uno hizo una proposicion distinta.
Los que tenian la manía de 110 salir de -las vias
constitucionales y de la división de poderes, 1>1.'0-
pusieron crear un poder ejecutivo fuera de la
asamblea, con el fin de separar la ejecucion de
la ley de la votacion de ella; otros imaginaron
elegir los miembros de aquel poder en la aS:Ull-
hlea misma , pero prohibiéndoles el voto legislati-
vo mientras durase II sus funciones. Por últirno d.es-
pues de divagar mucho conoció la asamblea que
no faltándola ya mas que dos ó tres meses de exis-
tencia, es dccir , apenas el tiempo necesario
para eoncJ uir la constitucion , era ridículo per-
der' el tiempo en hacer una provisional , y sobre
todo renunciar á la dictadura en el momento que
se necesitaba lnayor fuerza que nunca. En conse-
cuencia se desecharon todas las proposiciones re-
lativas á la division de poderes, pero inspiraba
grandes recelos el proyecto de Thibaudeau para
poder adoptarle y asi se contentaron con de-
sahogar un poco la marcha de las comisiones,
Se decidió que quedarian estas reducidas ú la
simple propuesta de las leyes; que la de salud·
pública seria la única encaraada de tornar las me-
didas para su ejecucion, pero que el ramo de po-
licía continuaría en la de seguridad general; que


IX. 2




Illn'OLUCIO~ f'RA~CESA.


no se vei-ificarian las juntas de comisiones sino
para el envío de comisionados, y últimament.e
con el fin de preserval'se cada vez mas de aquel
terrible enemigo conocido con el nombre de salud
pública que tanto miedo les inspiraba, se deci-
dió que en adelante no tuviese la iniciativa de
las leyes, ni pudiese jamas hacer proposiciones
clirigidasá proceder contra ningun diputado.


Mientras que se tomaban aquellas resol uciones
para restituir un poco de energía al gobierno,
continuaban ocupándose de cuestiones de hacien-
da, cuya discusion se habia interrumpido por
los sucesos del mes de gel'minal. Es de advertir
que con la abolicio n del máximum , de las requisi-
ciones, del secuestro , y de todo el aparato de las
providencias forzadas habia sido mas rápida la
caída de los asignados. Como nadie precisaba á
las ventas eran libres los precios, y las mercan-
cias habian subido de un modo estraordinario,
desmereciendo el de los asignados en igual pro-
porción. Se hahian ido restableciendo las comu-
nicaciones esteriores , y pOI' consiguiente era mas
visible la comparación del asignado con los va-
lores estrangeros, que tanto influían en el cam-
bio. Así puede considerarse como completa la
caida del papel moneda bajo todos aspectos, y
segun la ley comun de la gravedad, la rapidéz de
aquella caida se aumentaba con su rapidez mis-




'CO~"VE~CION NACTONA1.(i 795).. 1g
1113. 'Tudo cambio repentino en los valores ocasIo-
na especulaciones aventuradas, -es .decir el agio,:
y Como nunca se verifican estas repentinas alte-
ruciones , sino por efecto dealgun trastorno po-
[ítico .¿ e-conómico .,en que se entorpece la pro-
-duccion , ó la industriaó el comercio., lo único que
'qu eda en pie son esa clase de especulaciones.., con.
las cuales en Iugar de fabricar ó traspol'tar nue-
vas mercancias , se especula sobre las variaciones
del precio de las que existen. En lugal' deprodu-
-cir , se hacen apuestas sobre lo que ya está produ-
cido, En esta ocasión se renovó con mayor fuerza.
aquel agio que hahia subido tan de punto en los
meses de abril, mayo y junio de 93 ., cuando se
esca pó Dumouriez ,se sublevó el Vendée y se ar-
mó la confe.leracion de los departamentos.; ~ lo
cual se agr~gaban ahora los horrores de la esca-
sez y el escándalo de un juego desenfrenado .que
contribuyó á aumentar la carestia de los 'géneros
y el desprecio del papel. El método de los juga-
dores era ahora en los meses de germinal., floreal
y prerial del año III (abril y mayo de 95 ), el
mismo que habia sido en 93, Y el mismo que se-
rá siempre, es decir : comprabangéneros que su-
biendo de precio con l'especto á los asignados ra-
pidísimamente, se aumentaba mucho mas en sus
manos, y les proporcionaban en pocos intantes
considerables beneficios: de suertp. que los esfuer-«




20 IlRVOLUCION FRANCESA. .
ZOS y 103 deseos contribuian á la caida del papel,
Habia objetos que se vendian y revendian nlilla-
res de veces sin salir de su sitio, y se especulaba,
como hoy, sobre lo que no se poseia. Compraban
un género de quien no le tenia en la realidad,
pero que quedaba en la ohligacion de presentar-
le en un término fijo, y como no podía presen-
tarle porque no le tenia, pagaba la diferencia al
precio corriente si habia suhido el género, ó re-
eihia la diferencia si habia bajado. Solian reunir-
se los agiotistas en el Palacio Real, ya tan culpa-
ble á los ojos del pueblo por ser el punto de reu-
nion de la juventud dorada, y no se podia atra-
vesar por allí sin verse asaltado por una multitud
de marchantes que llevaban en la mano telas, ca-
jas de oro, vasos de plata ó ricos objetos de quin-
ealleria. Todos los que traficaban en materias me-
tálicas se juntaban en el café de Chartres, y aun-
que el oro y la plata no eran ya considerados como
mercancia , pues estaba prohibido con penas JllUY
severas desde 1793 venderlos á cambio de asig-
nados, no por eso dej aba de hacerse aquel conler-
cio casi abiertamente. Un luis de 01'0 se vendia en
160 francos á papel, y en el espacio de una hora se-
le hacia subir desde 160 á 200 Y aun á 210francos·


Asi los cargos y reconvenciones con que los pa-
triotas procurahan sublevar al pueblo consistian
en la suma escasez de pan y falta absoluta de com-




CONVENCJON NACIONAL (179;»). 21
hustihlc durante un frio riguroso que casi no se
hahia disminuido con la primamera; el aumento
cscesivo de todas las mercancias y la imposibilidad
de pagarlas con un papel que cada dia se envile-
cia mas, á lo cual se agreg'aha un agio desenfre-


.nado que aceleraba el desprecio de' los asignados
con sus especulaciones y ofrecia la imágen de un
j llego cscandaloso en que se veian ganancias enor-
mes y repentinas, en medio de la miseria general. .
Era importantísimo, asi para aliviar las desgracias
públicas, como para evitar una subjevacion hacer
(lue desapareciesen semejantes cargos, pero esta
era la gTan dificultad.


El medio quc parecia mas indispensable era,
corno ya hemos dicho, hacer que· subiesen los
asignados amortizándolos, para lo cual se necesita-
ha vender bienes; pero sin acabar de conocer que
el verdadero obstáculo para ello consistia en fa-
cilitar á los COlll prado res los medios de pagar una
tercera parte del tecritoeio. Se habia dado de ma-
no á los medios violentos, es decir' al empréstito
forzoso y á la providencia de quitarles la calidad
de rnoneda; pero se vacilaba todavia en adoptar
los medios vol untarios , esto es entre una lotería y
un hanco nacional. La proscripción de Camhon
decidió la preferencia cn favor del proyecto de
Johanot que habia propuesto el banco; mas en-
tretanto que se conseguia plantear aquel medio




22
'luilnéríco j el cual aun después de realizado HUf1-
ca podia elevar los asignados ú la par del dinero "1
eontjnuaba el mal en toda su fuerza j que consistía
en la diferencia entre el valor nomi nal V el efecti-


.'


vo. Asi el acreedor del estado y los particulares-
que recibian el a~ignado á la pal', no'podian desha-
cersc de él sino perdiendo las nueve décimas par:.-
tes- por lo menos. Los propietarios que habían ar-
rendado sus tierras no recihian en pago de su a1'-
,riendO' mas q ue la déci ma parte, y se vieron al-
gunos arrendadores saldar el precio de su póliza
con un costa! {lt~ trig'o, un cerdo cevado , ó un caba-
llo. J~l tesoro p~i·ticulal·menteesperirnentaba pér-
didas que contribuinn ~ la ruina de la hacienda y
por consecuencia del mismo papel, pues recibía
<le los contribuyentes los asignados por-todo su va-
lor y llegahan á sus manos 50 millones cada mes,
que cuando mas valían 5. Para suplir; este déficit y
cubrir los gastos, cstraordinarios de guerra se vela
pt'ccisado á erniti r hasta 800 mil lones mensuales
en asignados, siendo de la mayor urgencia, inte-
rin se veía el efecto de aquellas soñadas provi-
dencias , con (IUl~ SP. contaba p.u'(l hacerle subir y
amortizar, restablecer á lo menos alguna propOl'-
cion en trc su valor nominal y el efecti vo, de mo-
do que ni la república, ni los acreedores del esta-
do ,ni los propietarios, ni los capitalistas, ni nin-
guno en fin de cuantos erun pagados en papel que-,




tONYENCIOS NACIO:SAL (1795). 23
dasen arruinados. Propuso Johanot que se volvie-
sen á adoptar los metales por reguladores de los
valores', para lo cual era necesario tomar nota dia....
ria del precio de los asignados, eon respecto al
oro y la plata, y no recibidos en adelante sino á
aquel precio. La persona á quien se le debían 1000
francos recihia 10 mil en asignados siempre que
estos no valiesen 111aS que la décima parte de los
metales. Hahian de pagal'se en plata ó en asigna-
dos al precio corriente las conu-ibuciones , los ar-
rendamieutos , to.la especie de rentas y propieda-
des de bienes nacionales ; pel'O se opusieron á que
el dinero fuese el término C0l11Un de todos los valo-
res ya por odio á lo" metales, á quienes echaban la
culpa de que habian arruinado el papel, ya porque
los Ingleses, como dueños del dinero, podrían ha-
cerlos va rjar á su gusto v estaria Úsu at-hiti-io e ~ cur-
so (.le los asignados. Eran muy miserables aque-
llas l'azoncs, pero fueron suficientes para decidir'
it la convcncion á que desechase los metales como
regulador'es de los valores, y entonces propuso
Juan-Bon-Saint-André que se adoptára el tl'igo
como típo comun y corno valor esencial que ha-
bia sido en todos los pueblos, al cual debían pro-
porcionarse todos los demus valores. Asi hahia de
calcularse la cantidad de trigo que se podia ad-
quivir con la suma debida en la época en que se
habia verificado el contrato, y debia pag'~lrse en




HE\'OLUCIO~ FIUN.~ES'\.


ft'lignados el valor suficiente para comprar hoy la
misma cantidad de trigo. Asi el ({Ile dchia una ren-
ta Ó un arrendamiento Ó una contrihucion por
ejemplo de mil francos, en época en (Iue estos re...
presentaban cien quintales de trigo, de!)ta pagar
en asignados el valor actual de los cien quintales
de trig'o. Mas á esto se opuso una obje ccion , y fue
fIUC las desgracias de la guerra y pérd i das de la
agricultura hahian hecho subir considcrablemen «
(~


te el trigo con respecto á las demas objetos y mer-
cancias , tanto que valia cuatro veces mas. Seg-un
el curso actual de los asignados huhiera debido
costal' el trigo solo JO veces mas que en 1790,
es decir á 100 francos el quintal, mientras (Iue en
el dia costaba 400. El flue en 1790 dehia 1000
francos , deberia hoy 10 mil en asignados pagán-
dolos al precio del dinero ~ y 40 mil si se le pre-
cisaha á pagal' al precio del trigo, lo cual equi-
valia á condenarle á pagar 1.. veces mas, De SlH~L'~e
que no se sabia que medida adoptar para los valo-
res. El diputado Raffron propuso hacer bajar los
asignados desde el 30 de aquel mes á razon de
uno por i 00 cada dia , á lo cual se dijo que esto
era hacer una hancarrota , como si ya no lo fuera
bastante reducir los asignados al curso del dinero
ó del trigo, es decir hacerlos perder 90 por 100.
Pero Bourclon , que siempre hablaba de hacienda
sin entender una palabra, logró que se decretase




CONVENClON NACIONAL (1795). 25
no escuchar jamas ninguna proposición dirigida á
hacer bancarrota.


Entre tanto la reduccion de los asignados al
curso tenia uno de los mas graves inconvenientes
porque si no se tomaban en pago de. contribucio-
nes, ó arrendamientos, ó rentas los asignados sino
al precio á que se encontrasen cada dia , no ten-
dría término la baja no habiendo nada que la con-
tuviese. Efectivamente en el estado actual corno
todavia podian servir los asignados por su valor
nominal para el pago de los impuestos, arrenda-
mientos y todas las deudas vencidas conservaban
cierto destino que todavia daba alguna realidad á
su VarOI' ,en lugal' de qU? si no se aclmitian mas
(Iue por el (Iue tuviesen cada dia , necesariamente
habian de bajar indefinidamente. Era muy posi-
ble que un asignado emitido hoy pOi' 1000 francos
no valiera al dia siguiente mas que ciento, ó diez,
ó cinco, ó nada. Verdad es que eso no art-uinaria á
nadie ni á los particulares ni al estado pOl~que na-
die le tomaría sino por lo que valiese, pero por la
misma razon que en ninguna parte habría obliga-
cion de recibirle, quedaria anulado en el acto
mismo. No había razon alguna para (Iue un
millon nominal no quedase reducido á una pese-
ta efectiva y entonces quedaba :aniquilado el re-
curso del papel moneda en un momento en que
el gobierno no podía pasarse sin él.




26 (tEVOLUCIO~ FRA.NCESA.
Viendo Duhois C¡'ancé el inconveniente que


ofrecian todos aquellos proyectos, se opuso á que
se redujesen los asignados al CUl'SO y dando pOl:a
importancia á la ruina de los que tenian que re-
cihir los pagos en papel, propuso que únicamente
se obligase á pagar las contribuciones en especie,
con lo cual podia estar seguro el estado de te-
ner los medios necesarios pal'a hacer frente á la
manutenciou de los ejércitos y grandes poblacio-
nes, evitando tener que emitir de tres ó cuatro
mil millones en papel, que es lo que gastaba en
compral' aquellas especies. Aunque aquel proyec-
to pareció á los principios muy seductor , no dejó
tampoco de desecharse después de haberle exami-
nado con madurez y asi fue indispensable acudir
á otro.


Pero entre tanto el mal continuaba y se iba au-
mentando diariamentc , multi plicándosc las suble-
vaciones en todas partes motivadas en la escasez
de víveres y combustible. Se veia en el mismo
Palacio Real ponerse á vender el pan á 22 francos
la libra, y algunos ]YlrfIUCl'OS en uno de los pa-
sos del Sena pedir 40 mil fl'ancos POl' un servicio
que se pagaba antes sobradamente con 100; en
términos que llegó á apoderarse de los {mimos
una completa desesperacion , clamando todos á voz
en grito, que era indispensable salir cuanto antes
de semejante estado. En aquellas circunstancias




CON\'ENCIO~ NACIONAL (1795). 27
Bourrlou del Oisa, que era un economista muy ig-
norante y acostumbraba á trata r todas aquellas
cuestiones co mo un energúmeno, adivinó sin duda
casualmente el único medio de salir de to.los aque-
llos apul'os sin grande inconveniente. Era dificil,
como ya hemos visto, sujetar los asignados al CUI'-
so, ~lHles no se sabia si debia tomarse pOI' reg"Ja
el dinero ó el trigo, y ademas era preciso fJn itar-
les por el pronto todo su valor, espouiúndolos á
un desprecio ilimitado. No menos dificultad ofre-
cia ,hacerlos suliir , porque era preciso vender
bienes y no habia quien pudiera pagal> tanta mul"
titud de propiedades.


Sin emhal'go hahia un medio de deshacerse tic
estos bienes, (IUC era el de ponerles al alcance de
los compradores, no exigiendo de ellos l11a5 que
el valor que mercci an en el estado actual de la I ¡-
qneza pública. Actualmente se estaban vendiendo
los bienes nacionales ú pública subasta de que re-
sultaha flue las ofertas eran proporcionadas al
desprecio en que esta ba el papel, y se nr-ccsi taba
dar en asigonados cinco ó seis veces pi precio que
tenían en 1790. Verdad es ({ue entonces uo era mas
que la mitad del valor de las tierras ,pero aun
ese era un precio escesivo para hoy, cn que no
llegaban ni á la cuarta parte del valor que ~_enian
en 1790. No hay ningun valor absoluto en el mun-
do, y así en América y sus vastos continentes las




28 REVOLUCION FRANCESA.
tierras valen poco porque su masa es muy supe-
rior á la de los capitales movibles, y esto mismo
es lo que venia á suceder en Francia en t 795. Por
tanto no era cosa de atenerse al valor ficticio de
1790, sino al que podia realizarse en 1795, por-
que ninguna cosa vale realmente mas que lo que
se puede pagar por ella.


En consecuencia propuso Bourdon del üisa que
no se adjudicáran los bienes á pública subasta
sino pOl' una simple oferta que cualquiera hicie...
se de dar en asignados el importe triple de la
tasacion hecha en 1790. Si habia concurrencia
entre dos ó mas compradores, habia de darse la
preferencia al que se hubiese presentado prime-
ro, y asi una hacienda estimada en 100 mil fran..
cos en 1790, quedaba pagada con 300 mil en
asignados. Habiendo llegado estos á la quincena
parte de su valor, no representaban en realidad los
tales 300 mil francos mas que 20 mil efectivos,
resultando. de aquí que con 20 mil francos se ad-
quiria una posesion que hahia sido valuada en
j 00 mil el año de t 7HO. Esto no era perder las 4
quintas partes supuesto que verdaderamenteno era
posible conseguir IDas, fuera de que aun cuando la
pérdida ó sacrificio 11 ubiese sido efectivo, no se
dehia dudar en aceptarle porque las ventajas eran
Inmensas.


Por de contado se evitaba el inconveniente de




CONVENCION NACIONAL (1795). 29
la reduccion al curso, que destruia enteramente
el papel, pues en efecto se vió que luego que se
sujetó el asignado al curso corriente para el pago
de cualquier cosa y aun para el de los bienes na-
cionales dejó de tener valor fijo en ninguna par-
te y se redujo ú nada. Pero conservándole la fa-
cultad de pagar con él los bienes, tenia un valor
determinado , supuesto que representaba una cier-
ta cantidad de tierra , y con tal que pudiese siem-
pre adquirirla" conservaria su valor y no perece-
ria mientras ella no pereciese. Se evitaba pues el
aniquilamiento del papel; pero esto era 10 de me-
nos sino que segun se vió dos meses despues, era
constante que podian comp.'arse inmediatamente
todos los bienes con la condicion de pagados al tri-
ple precio del que tenia en 1790. Todos ó casi todos
los asignados hubieran podido volver á entrar en
el tesoro, y los que hubieran quedado fuera
habrian recobrado su valor, y el estado en dispo-
sicion de hacer nuevas emisiones y sacar partido
de aquel recurso. Verdad es que no exigiendo mas
precio que el triple de la tasa de 1790 era pre-
ciso enag'enar muchas mas tierras para recog'er la
masa de papel que estaba en circulacion; pero de-
bia quedar todavia sobrante para otras nuevas ne-
cesidades estraordinarias. Además de eso las con-
tribuciones, que en el dia estaban reducidas á na-
da por que se pagahan en asignados, recobrarian




30 REVOLUctON FRANCESA.
su valor si estos se absorvian ó tomaban mayor
precio; al paso que los bienes entregados inme-
diatamente á la industria individual, iban á pro-
ducir utilidades tanto para el particularcorno pa-
ra el estado, y por último se ponia término á una
catástrofe inminente, pues que se restablecía una
ju'sta relacion entre los valores,


Quedó aprohado el proyecto de Bourdon del
Oisa é inmediatamente se Pl'cpéu'aron á ponerle
en ejecucion ; pero aquella tempestad que ame-
nazó el 12 de gel'minal y estaba formada des-
pues de tanto tiempo, volvia á amenazar ya
rnuy de cerca en el dia y se la veia venir por el
horizonte, Cada uno de los dos partidos se agita-
ba á su manera , y los contra-revolucionarios que
dominaban en algunas secciones, liacian que se
redactasen peticiones contra las providencias pro-
puestas por Chenier y particularmente contra
aquella que conminaba con el destierro á los que
abusasen de la imprenta , como lo estaban hacien-
do los realistas. POI' su pal'te los patriotas redu-
cidos al último estremo meditaban un proyecto
desesperado, habiéndoles irritado hasta el estre-
mo el suplicio de Fouquier Tinville , que con otros
muchos jurados del tribunal revolucionario habia
sido condenado á rnuerte por el modo ~con que
habían desempeñado sus funciones. Aunque se
habia descubierto su proyecto del 29 de gel'minal




CONVENCION NACIONAL (1795). 31
Y disipado la segunda tentati va que hicieron para
poner en permanencia todas las secciones bajo
pretesto de la escasez, no por eso dejaban de cons-
piral' en diferentes barrios populosos, hasta lle-
gar á formar una comisión central de insurrcccion
que residia entre los cuarteles de San Dionisio y
l\'Iontmatre en la calle de Mauconseil. Hallábase
compuesto de antiguos miembros de las comisio-
nes revolucionarias, y de varios individuos de la
misma laya, casi desconocidos todos ellos fuera de
su barrio. Estaba bastante indicado el plan de la
insurreccion con otros acontecimientos del mis-
mo género, y se reducian á echar por delante las
mugeres, hacer que las siguiese un inmenso po-
pulacho, rodear á la convencion de una multitud
tal que fuera imposible socorrerla, ohligarla á que
echase de su seno á los 73 , llamar á Billaud, Co-
llot y Barrére , soltar á los diputados que estaban
presos en Ram y á todos los patriotas, poner en
fuerza y vigOi' la constitucion de 93, nombrar un
ayuntamiento nuevo en Paris , y recurrir de nue-
vo á todas las medidas revolucionarias, como el
máximum, las requisiciones etc. Redactaron los pa-
triotas este plan en un maní fiesto com puesto de
once artículos, que se publicó en nombre del pueblo
soberano restituido á SU9 tierithos, el cual se imprimió
el 30 de florea] por la tarde (19 de mayo) y le es-
parcieron por Paris, Se mandaha en él á les ha-


.;.,


.::.... /




32 REVOLUCION FRANCESA.
hitan tes de la capital que acudiesen en masa á la
convencion llevando escritas en sus sombreros es-
tas palabras; pan y la constüucion de U3. Toda aque-
lla noche del 30 de floreal hasta el primero de
prerial se pasó en idas y venidas, gritos y ame-
nazas, corriendo por las calles las mugeres, di-
ciendo que era necesario marchar al día siguien-
te contra la convencion que solo habia quitado la
vida á Robespierre para ponerse en su lugar, que
mataba de hambre al pueblo, protegia á los mer-
caderes que chupaban la sangre del pobre y da-
ba la muerte á todos los patriotas. Ellas mismas
se animaban á ir delante, diciendo que la fuer-
za armada no se atreveria ú disparar contra nlU-
geres.


Efectivamente al otro dia, que era miércoles
2.0 de mayo era ya general el tumulto al ama-
necer en los arrabales de San Antonio y San 1\1ar-
celo, en el barrio del Temple , en las calles de
San Dionisio y San Martin , y sobre todo en lo
que llaman la ciudad. Pusiéronse los patriotas
á echar á vuelo las campanas de que pudie-
ron disponer, á tocar la generala y disparar
los cañones. En aquel mismo instante se tocaba á
rebato en el pabellon de la Unidad por órden de
la comision de seguridad general, y se iban reu-
niendo las secciones; pero las que estaban en la
intriga se habian formado desde mqy tempra no,




CONVENCION NACroNAL (t 795) 33
Y caminaban ya en armas antes que estuviesen
advertidas las otras. iba creciendo la reunion y
avanzando poco á poco hacia 'l'u llerias.vicndose una
multitud de nlugeres mezcladas con hombres bor-
rachos, gritando pan y la S01~stÚucion de 93 á que se
agregaban pelotones de bandidos armados con pi-
cas, sables y todo género de armas, rodeados del
111aS iufimo populacho y seguidos de algunos ba-
tallones de las secciones armadas regularmente,
y todo aquel conjunto caminaba sin orden hacia el
punto indicado para todos que era la convencion.
A eso de las 10 ya habian llegado á Tullerias y si-
tiaban la sala de la asamblea cerrando todas las
avenidas.


Habian acudido apresuradamente los diputados
y estaban en su puesto, sin haber sido advertidos
los miembros de la montaña que no tenian comu-
nicacion con aquella junta obscura é insurrec-
cional y no tenian otra noticia, igualmente que
sus cólegas, de lo que era aquel movimiento sino
por los gritos del populacho y por el sonido de la
campana. No dcjaban de estar desconfiados temien-
do que la comision de seg'uridad general hubiese
tendido algun lazo á los patriotas, sublevándolos
para tener ocasion de dar sobre ellos. Apenas reu-
nida la asamblea , vino á leerla Isabeauel manifies-
to de la insurreccion , y las tribunas, que ya des-
de muy temprano estaban ocupadas por los pa-


IX. 3




I\EVOLUCIO~ FUANCESA.


triotas , resonaron inmediatamente en bulliciosos
aplausos. Al ver cercada de este modo á la con-
vencion dijo uno de los miembros que ella sabria
morir en su puesto, y al instante se levantaron to-
dos los diputados :repitiendo sí, sí.- Una de las
tribunas mejor compuesta que las de mas aplaudió
aquella declaracion, y en el instante se oyó crecer
el ruido y rujir las oleadas del populacho, de
suerte que los diputados ibanlsucediéndose unos á
otros en )a tribuna y presentando diferentes re-
flexiones. De repente se vió acudir un ernjarnbre
de mujeres á las galerias, atropellando á los que
las ocupaban y gritando pan, pan. Entonces se cu-
brió el presidente Vernier t, y mandó guardar si-
lencio pero ellas no hicieron'el menor caso y conti-
nuaron gritando que se las diera pan. Algunas de
ellas amenazaban con el puño á la asamblea y otras
se reían á carcajada de verla en tales apuros. Le-
vantáronse una multitud de diputados pidiendo
la palabra y no pudiendo lograr que se les escu-
chase, solicitan que el presidente haga respetar
la convencion ; mas este no podia conseguirlo. Su..
cedió á Vernier Andrés Dumont que con tanta
firmeza había presidido el 12 de germinal y se
sentó en la silla; pero continuó el tumulto y los
gritos depan, pan que repetian las mugeres que ha-
bian inundado las tribunas. Entonces declaró Am-
dres Dumont que iba á :mandarlas salir , pel'O le




'CONVENCIO:-i~ACIONA1. (179·5). 35
cubrieron de ultrages pOI' un lado y de aplausos
por otro, cuando de pl'onto se oyeron unos gol pes
muy fuertes que estaban dando en la puerta que
habia á la izquierda de la mesa y los esfuerzos que
hacia la multitud para derribarla. Crujian los goz-
nes de la puerta y empezaroná caer yesones, oido
10 cual pOl' el presidente en aquella peligrosa si-
tuacion , se dirig'ió á un general que sc habia pre-
sentado en la barra con una tropa de jóvenes, pa-
ra hacer una peticion lnuy prudente en nombre
{le la sección del Buen Consejo , y le dijo: C( genl~­
« ral yo os mando que veleis por la representacion
« nacional y os nombro comandante provisional
<r de la fuerza armada.: Confirmó la asamblea con
sus aplausos aquel nombramiento y el general de-
claró que moriria en su puesto y salió para vir al
lugar del combate. En aquel momento cesó el rui-
-do que se hacia en una de 118 puertas y se resta-
bleció un poco la calma; visto lo cual dirigién-
dose Andrés Dumont á las teihunas , mandó á to-
dos los buenos ciudadanos que las ocupaban que
saliesen de allí, declarando que iba á emplear la
fuerza para hacer que se evacuasen. Salieron en
efecto muchos ciudadanos pero las mugeres se
quedaron dando los mismos gritos. Pocos minu-«
tos después volvió á entrar el general á quien ha-
hia encargado el presidente la guardia de la con-
vencion con una escolta de carabineros V muchos
~ .




36 REVOLUCION FRANCESA.
jóvenes que se habian provisto de látigos de posta
con los cuales escalan las tribunas y hacen salir
á las J!lugeres á latigazos. Ellas se echaron á huir
dando gritos espantosos, pero con muchos aplau-
sos de la mayoi' parte de los concurrentes.


Apenas se evacuaron las tribunas cuando redo..
bló el alboroto en la puerta de la izquierda y la
gentuza volvió á la carga haciéndola pedazos con
violencia, y los miembros de la convencion se re-
tiraron á los bancos superiores, formando la gen-
darmeria una hilera al rededor de ellos para pro-
tegerlos. Inmediatamente acudieron por la ¡puerta
de la derecha los ciudadanos armados de las sec-
ciones para echar al populacho, y aunque al prin-
cipio le repelieron, cogiendo algunas mugeres ,
nluy pronto empujaron con mas violencia los de
fuera quedando el populacho victorioso. Por for-
tuna llega en aquel instante la sección de Grene-
lle , que fué la primera que acudió al socorro de
la convencion y la dió un apoyo muy útil. Estaba
á su cabeza el diputado Auguis con el sable en la
mano, gritando adelante, y en efecto se estrecha-
ron sus soldados y cruzando la bayoneta consi-
guieron rechazar á la multitud sin herir á nadie,
porque cedieron á la vista de las armas. Cogieron
por el cuello del vestido á uno de los revoltosos,
y le llevaron hasta el pie de la mesa donde ha-
biéndole registrado se le encontraron los bolsillos


,




CONVENCION NACIONAL (1795). 37
llenos de pan. Era cosa de las dos de la tarde
cuando se restableció aIgun tanto el sosiego en la
asamblea, y se declaró benemérita de la patria á
la seccion de Grenelle. Todos los embajadores de
las potencias habian acudido á la tribuna que les
estaba reservada, y asistieron á la escena , COOlO
para tomar en cierto modo paL'te en los peligros
de la convencion , y se decretó que se hiciese rnen-
cion en el acta de aquella genero'm circunstancia.


Entre tanto se iba aumentando la multitud al
rededor de la sala, sin que apenas hubiesen te-
nido tiempo de acudir dos ó tres secciones, que
intentaban pasar al Palacio Nacional, pero no po-
dian resistir ú la masa de los sitiadores, que iba
siempre en aumento. Iban llegando algunos otros,
que tampoco podian penetrar al interior, y esta-
han por consiguiente sin comunicacion con las
comisiones, y sin órden alg'lHIa para hacer uso de
sus armas. En aquel instante hizo nuevo esfuerzo
la multitud en el salon de la Libertad y penetró
hasta la puerta desquiciada, con lo cual enlpeza-
ron de nuevo los gritos á las armas y la tropa que
estaba en el interior acudió hácia la puerta ume-
nazada. Cubrióse el presidente y la asamblea se
estuvo quieta; cuando por ambos lados vienen á
las manos junto á la misma puerta, y habiendo
cruzado la bayoneta los defensores de la conven-
cion , hicieron fuego los sitiadores y las halas ví-


• < ':~
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'i .'." t . ~




1ff;\'OLUCfON "'ftA~CESA.


nieron ~l estrellarse cn ras paredes. ElllO'J}{~CS Tus-
diputados empezaron á gritar viva la república. Acu-
den nuevos destacamentos ,atravesando de dere-
cha á izquierda para sostener ;el ataque, y redo-
blando los tiros , Ilcg'an á mezclarse y hacer uso
de los sables. Pero como era tan inmensa la mul-
titud que estaba detrás de- los revoltosos , les im-
pcdia retroceder, mas ántes les empujaba Inicia
las bavonctas , de suerte que vencidos. todos los-
obstáculos entraron CTl la asamblea. Un diputado
tan jóvcn como valiente y decidido llamado Fe-
raucl , tIne acababa <le llegar del ejército del Rhin
y no hahia parado un instante en recorrer los al-
rededores de Pai-is naru acelerar la llea-ada de los


1 0


víveres, se presenta al frente de la multitud y la
suplica que no pase adelante, diciendo con el pe-
cho desnudo : « mataclme : pero no entrareis sino
f( pasando por encima df' mt.») En efecto se echó~ J
por tierra procurando detenerlos , pero aquellos
furiosos sin escucharle pasan pOI' encima de su
cuerpo ~,r ~ :1g-01pua hacia la mesa. Era cosa de
las tres CWUHln una multitud d~ mugeres borra-
chas, de hombres armados con espadas , picas y
fusiles llevando en sus sombreros el lema de pan
y la c-onstttueion de 93 j inundan la sala, y se dil'i-
gen las unas á los bancos inferiores que hahian
abandonado los diputados, y otras se derraman
pOI' la sala ¡ mientras (lUC varios hombres iban




CONVENCION NACIONAL. (1795). 39
subiendo las escaleras que conducían á la silla
del presidente. U11 oficial jóven de las secciones
llamadó Mally 2 (Iue estaba en las gradas de la
nlesa, le arrancó á uno de ellos el letrero que te-
nia en el sombrero, pero al momento dispararon
sobre él y cayó herido de una multitud de tiros.
Entonces todas las picas y bayonetas se .dirigen
contra el presidente y le tienen como encerrado
entre un cerco de puntas de hierro. ÉI'a Boissy
d'Anglas que habia sucedido á Andrés Dumont y
permaneció en aquella actitud tan inmóvil COInO
sereno. Habiéndose levantado Ferraud, vá COI'-
riendo al pie de la tribuna, se arranca los cabe-
llos, se dá puñadas en el pecho con el rnayor do-
101' , Y viendo el peligro del presidente, se la nza
á él para cubrirle con su cu~;rpo. Uno de aquellos
hombres de las picas intenta detenerle ti randole
de la casaca, pero un oficial que queria desem-
barazar á Fcraud , dá una puñada al hombre que
le detenia , y teste últirno contestó 'tirándole un
pistoletazo fJlIC hirió ú Feraud en el hombro. Cayó
aquel desgraciado jóven y npoderáudose de él le
arrastran y le llevan fuera de la sala y entregan
su cadáver ú la multitud.


Boissv d'Anglas permaneció sin inmutarse en
medio de aquella terrible escena estando rodeada
su cabeza de picas y bayonetas. Entonces princi-
pió una confusion que no es facil de describir ,




40 IHWOLUCION FIL\I'CES,\.
pues cada cual se empeñaba en hablar y da.. gl'í-
tos sin que nadie quisiese escuchar, Hcdohrahan
las cajas para imponer silencio, pero el popula-
cho di vertido con aquella confusion misma , voci-
fera y dá patadas en el suelo, y está loco de con-
tento de ver reducida á tal estado aquella sobe-
rana asamblea. No de aquella manera se habia
hecho la revolucion del 31 de mayo cuando el
partido revolucionario, teniendo ú su frente al
ayuntamiento, al estado nlayor de las secciones
y á un gl'an número de diputados ([Ue recibian y
dahan el santo, rodeó á la convención de una mul-
titud armada pero silenciosa, se contentó con cer-
carla sin invadirla, y la obligó á espedir con cier-
ta dignidad aparente los decretos que se habia
propuesta- conseguir. Mas en esta ocasion no hahia
medio de entenderse, ni siquiera de arrancar la
sancion aparente de los deseos de los patriotas, Un
artillero rodeado de varios soldados de infanteria
subió á la tribuna para leer el plan de insurrec-
cion pero le interrumpian ú cada instante los p:ri-
tes, las injurias y los tambores. Quiso un hombre
tomar la palabra y dirijirse á la multitud dicién-
dola: « Amigos mios, todos estamos reunidos aquí
« por la misma causa, el peligro crece, necesita-
«mos decretos; dejad á vuestros representantes
« que los espidan. » Pero no se le dió 111as respues-
ta que ab(~jo, abajo. También quiso deci r algurias




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CONVENCION NACIO"ÁL (t 79,». 4f
palabras desde su asiento el diputado Ruhl:\ ,
anciano de venerable aspecto y montañés celoso,
dii-ijidas fl obtener silencio, pero le interrumpie-
ron con nuevas vociferaciones; entonces pidió la
palabra el diputado Romme, hombre austero y
estraño ú la insur-reccion , como toda la rnontaña ,
aunque deseoso de que se adoptaran las providen-
cias solicitadas pOI' el pueblo ,pero que conocía
que tona aqne\\a espantosa coniusian iba á. que-
dar sin resultado alp;uno como la del 12 de ger-
minal. Igualmente la pidió el diputado Duroy con
el luismo objeto pero ninguno de los dos pudo
conseguirla. Volvió á principiar de nuevo el tu-
multo y duró mas de una hora, cuando de repen-
te se vió aparecer á la pnnta de una bayoneta una
cabeza humana, y aunque la miraron con asom-
bro ninguno pudo reconocnrla , diciendo unos que
era la de Frerou y otros la de Feraud. Era en
efecto esta última, que habiéndola cortado unos
irlfames la clavaron en la bayoneta y la andaban


.) .¡


paseando por la sala entre los rugidos de la !llul-
titud. Henovóse el furor contra el presidente Bois-
sy d'Anglas y se aumentó su peligro, rodeándole
de hayonetas y apuntándole de todos lados ame-
naz ándole con mil I:!:éneros de muerte.


(,


Eran ya las 7 de la tarde, y estaban temblan-
do en la asamblea de que aquella multitud en
que habia tantos perversos, no llegasen al último




42 REVOLUCION FRANCESA.
.


estremo y degollasen á los representantes del pue-
blo al abrigo de la obscuridad. Muchos individuos
del centro instaban á varios montañeses á f[Ue ha-
blasen á la multitud y la aconsejaran que se di-
sipase. Procuró Vernier decir á los revoltosos que
ya era tarde y debian pensar en retirarse por no
esponer al pueblo á que faltase el pan impidien-
do su llegada. Pero le respondió la multitud : ce esa
ce es siempre la táctica, y ya hace tres meses que
«nos estais diciendo ¡lo luismo.» Entonces se Jp-
vantaron sucesivamente muchas voces del medio
del tumulto, pidiendo unas la libertad de los pa-
n-iotas y di putados arrestados : otras la constitu-
cion de 93; otras el arresto de todos los emigra-
dos, y otras muchas la permauencia de las sec-
ciones, el restablecimiento dcl ayuntamiento, un
comandante de la fuerza armada de Pnris , las visi-
tas domiciliarias para buscar los víveres ocultos,
los asignados á la pal' etc. Uno de aquellos hom-
brcs que consiguió ser escuchado por algunos ins-
tantos , se empeñó en CIne se habia de nombrar
iumerlintameu te (>1 comandnnte de la fuerza ar-
mada de París, y que lo hubiu de ser Soubrany, IJ
Ultimamente otro no sabiendo ya qué pcdir,se pu·
so á gritar pidiendo el arresto de los bribones y de los
cobardes, sin cesar de repetir estas mismas pala-
hras de rato en rato durante media hora.


<:onociendo en {in uno de los agitadores la ne-
\,)




"O~VESClOX NACIO~AL (1793), 4·3
cesicla.l de que se decidiese algo, propuso hacer
bajar Ú los diputados de los bancos altos don-
de estaban para reu ni dos en medio de la sala
y obligarlos ú deliberar. Adoptóse inmediata-
mente la proposicion y echándolos ele sus asien-
tos se les obligó it baja!' y arremolinándolos co-
mo un rebairo de ohejas los pusieron en el es-
pacio qne separaba la tribuna de los bancos in-
feriorcs cercándolos con las picas. Reemplazó Ver-
nier á Boissv d'Anglas en la silla idc la presi-
dencia , el cual estaba ya rendido des pues de 6
horas de una situación tan peligrosa. Er.m ya las
9 de la noche y entonces se organi¿ó una especie
de dclibcrncion en la cual se convino en que el
pueLlo perrnancccria en bierto' y que los diputa-
dos solos levantarian sus sombreros al aire en se-
iial de aprobacion ¡. desaprobacion. Principiaban
los mrmtaiieses á e.spCl'ill' que podian espcdil'sc los
decretos , y ya se disponian ú tomar la palabra,
proponiendo Romme, que ya la habia sol ici tatlo
antes, qoc inmediatanwlllc se mandase ponel' ea
libertatl ú los patriotas. Aüatlió DUi'OY que desde
el di.i 9 de t.hermidor hubi.ui ej{~l'cido Ios encrni-
gos de la patria una rcacciou funesta; que los di-
putados arr-estarlos el dia 12 de gCl'minul , lo ha-
hian sido ilegalmente .Y CInc era necesario llamar-
los sin pérdida de tiempo. Obligaron al presiden-
te á ;qne sin di lacio n a19ana pusiesea votos ar!IlC-




REVOLUCION FRANCESA.


Has difeeentes proposiciones y levantando los sorn-
breros empezaron ú g:'itar aprobado, aprobado to-
do esto en medio de un ruido espantoso, y sin que
se pudiera decir si efectivamente los diputados
habian emitido su voto. Detrás de Romme y de
Duroy habló Goujon y dijo que era necesario ase-
gurar la ejecucion de los decretos; que no se sa-
hia donde andaban las comisiones y era lnuy im-
portante saber lo que estaban haciendo; que era
indispensable llamarlas y pedirlas cuenta de sus
operaciones y sobre todo reemplazarlas por una
comision estraordinaria. Eíectivamente allí es don-
de estaba el verdadero peligro de aquella jornada
porque si las comisiones estaban en lihcrtad de
obrar pndian muy bien venir ú sustraer ú la con-
vencion de las manos de sus opresores. Observó
Albitte el lllayor que no se guardaba el órden de-
hido en la deliberacion porque no estaba forma-
da la mesa y era necesario formar otra, como en
efecto la for-maron al instante. Pidió Bourbotte el
arresto de los periodistas y entonces una voz ~"des­
conocida gritó diciendo que para qne no se dijera
que los patriotas eran unos caribes prcponia que
se aboliese la pena de muerte. « Sí, sí , gritaron
« todos escepto para los emigrados y para los fa-
(( bricantes de asignados falsos, ((Esta última pro-
posicion qucdó adoptada en la misma forma que
las anteriores y volvió Duquesnoy á repetir la mis-




CONVENCION NACIO~AL (1795). !,,5
roa proposición de Goujon relativa á que se sus-
pendiese á las comisiones y se nombrase una es-
traordinaria de solo cuatro miembros , designan-
do inmediatamente á Bourbotte , Piieur del Mar-
ne, Duroy y al mismo Duquesnoy, los cuales
aceptaron el nomlnamiento , diciendo que por
mas diGciles y peligrosas que fuesen sus funcio-
nes sabrian desempeíiartas y 1110rir en su puesto.
En efecto salieron de 1.1 sala para dirijirse ú las
comisiones y apoderarse de todas las facultades,
que es en lo que consistia todo el resultado de aque-
lla operacion.


Eran, como ya hemos dicho, la!' 9 y ni la jun-
ta insurreccional, ni las comisiones del gohierno
parece que habian hecho nada durante aquella
larga y terrible jornada, pues lo único que ha-
bia sabido emprender el primero era lanzar al
pueblo contra la convencion , pero COll10 aquellos
corifeos obscuros que siempre quedan en los úl-
timos dias de un partido, no tenian á su disposi-
cion ni al avuntamicnto ni al estado mayor de las
secciones ni un comandante de la fuerza arrnada,
ni tampoco algunos diputados, no pudieron di-
rijir la insurreccion con aquella mesura y vigor
que son lo únicos garantes del acierto. Se conten-
taron con echar por delante á varios furiosos que
cometieron toda clase de escesos, pel'o sin hacer
nada de lo que con venia. Ni siquiera les ocurrió




46 REVOLUCIO:; FRANCESA.
enviar un destacamento pal'a sorprender- y parali-
zar á las comisiones, abril' las cárceles y ponel' en
libertad á los hombres enél'gicos cuyo auxilio les
era tan precioso. Solo se apoderaron del arsenal,
que estaba guardado POl' la g'endarmeria de los
tribunales, compuesta toda ella de la milicia de
Fouquier Tinville , que le entregó ú los primeros
que se presentaron. Por el contrario, durante
aquel tiempo las comisiones de gobierno, rodea-
das y defendidas de la juventud dorada, habian
empleado todos sus esfuerzos en reunir las seccio-
nes , cosa dificil en medio del tumulto que reina-
ha, el susto que se habia apoderado de muchas de
ellas y la mala voluntad de algunas. Por de pron-
to ya dijimos que habian reunido dos ó tres, cu-
yo esfuerzo fué inutilizado POl' los sitiadores, pero
luego consiguieron junt-ar mayor número de ellas,
gracias al celo de la sección Lepelletier , llamada
en otro tiem po de las hermanas de Santo Tomas,
las cuales se disponian á aprovechar el momento
de la anochecer en que el pueblo ya cansado
princi piara á retirarse, para cargar sobre los re-
voltosos y libertar á la convencion. No dudando
de que en toda aquella larga operacion la habrían
arrancado alaunos decretos contra su voluntad,


L:


hicieron un acuerdo en que declaraban que )10
reconocerian pOl' auténticos los decretos espedidos
durante aquel dia. Dadas estas disposiciones se




CONYENCION NACIONAL (179;')). 1..7
fueron Legendre , Auguis , Chenier , Delecloi s ,
Bergoing 6 y Kervelegan al frente de I1U111erOSOS
destacamentos cerca de la convcncion , y luego que
llegaron aHí convinieron en dejal' abiertas las
puertas á fin de que el pueblo impelido por un
ludo pudiese salir pOI' el otro. Luego se encarga-
ron Legendrf' y Delecloi de penetrar en la sala,
subir á la tribuna en medio de los mayores pe-
ligros é intimar á los rcboltores que se retirasen.
En caso de que no quisiesen obedecer , les dijeron
á sus cólegas: « cargad sobre ellos y no temais
{( nada por nosotros, porque aunfplc huliiesemos
«de perecer en la chamusquina debeis avanzar
ce SIempre. )


Efectivamente penetraron en la sala Legendre
y Delecloi en el momento mismo en que iban á
salir los cuatro di putados nuevamente elegidos
para formar la comision estraordinaria , y subien-
do Legendre á la tribuna en medio de los insul-
tos y algunos gol pes, tomó la palabra y dijo:
«aconsejo Ú la asamblea que se mantenga firme,
« y á los ciudadanos que cstan presentes, que se
« retiren.o Empezaron entonces á gritar abajo,
abajo, y tuvieron que retirarse Legendre y Dele-
cloi; de modo que entónces Huquesnoi se dirig'ió
á sus compañeros de cornisiou , instándolos á que
le siguieran para suspender á las comisiones , que
corno ya veian , eran opuestas á las operaciones de




REVOLUflON FRANCESA.


la asamblea. Tarnbicn Souhrany les instó ú que se
dieran prisa , pel'o se encontraron con el destaca-
mcnto , Ú enya fl'entc marchaban los representan-
tes Legendre, Kervclegan y Auguis, con el coman-
dante de la guardia nacional Uaffct. Preguntó
Prieur el del l\Iarne á este último si hahia recibi-
do órden del presidente para cntrar , ú lo cual
respondió Ruflct que no tenia ninguna cuenta que
darle ú él y marchó adelante. Entonces intimaron
á la multitud que se retirase , y el presidente se
lo repitió en nombre de la ley, mas dla solo res-
pondió con gritos y befas. Inmediatamente baja-
ron las havouetas y entrurou , cediendo la mult i-
tud desarmada, pero los hombres que teuiun ar-
1nas, resistieron un momento y viendose rcchaza-
dos, echan á huir gritando: á nosotros los descami-
sados. Oyendo este grito, volvió una partc de los
patriotas, y eargó con violencia al destacamento
que habia penetrado en la sala, consiguiendo la
ventaja por algunos instantes, é hiriendo al di,
putado Kerveleaau en la luano, de suerte que los
montañeses ,Bourbottc Pevssarrl i y Gaston empe-
zaron á gritar vitoria. Pero resonó en la sala es-
terior el paso de carga y llegando un refuerzo con-
siderable, carga de nuevo sobre los insurgentes,
los rechaza, los dá de sablazos y les persigue con
las bayonetas. Echan :l huir agolpándose á las
puertas, ó escalando las tribunas se escapan pOI'




CONVENCION NACIONAL (1795) Hl
las v~ntanas ~ q uedando al fin evacuada Ia sala ú
media noche.


Libre ya la convenciou de los sitiadores que ha-
hian violentado y aun ensangrentado su asilo, tar-
dó alguntiempo en seren¡:ll'se~ pero al fin resta-
hlccida la calma dijo uno de sus micmhros : « con
que al 1i n es cierto flue ésta asamblea q ue ru~
« cuna de la república, ha estado otra vez es-
« puesta ú ser su sepulcro. Por fortuna ha abort a-
« po también lwy el crimen de los conspiradores;
« pero no seréis dignos de la nación ú quien re-
« prese ntais sino la vcngais de un modo cjemplar.
Aplau(ljúse la lwopucsta por todos los lados y se
empleó aq ueUa noche, como la del 12 de genll i-
na] en castigar los atentados del dia; pero otros
hechos mas graves exijian providencias mucho
IDas severas. Lo primero que se hizo fui~ uuular
1 es decretos pI'opuestos y espedidos por los rc-
volosos eá lo cual dijo Legendl'e á los que hahiau
Iiech o esta proposicion : « No debe usarse la pala-
« ora anular ~ pOI' 'I ue la convencion no ha votado
« ni podido votar mientras se estaba degollalHlo ú
« uno de sus miembros. Nada de cuanto se ha he-
« cho se la dehe atribuir sino á los bandidos que
« la oprimian , y ú algunos representantes culpa-
« blcs que se convirtieron en cóm plices suyos. ») En
consecuencia se declaró que todo lo hecho se COII-
siderase como si no hubiera pasado ~ y los secrc-


1'\, .'1




50 RE'·OJ.UCION FUANCESA.
tarios quemal'on las minutas de los decretos espe
didos pOI' los sediciosos. Luego se empezó á bus-
cal' con los ojos á los diputados que habian to-
mado la palabra durante aquella terrible ~sesion ,
y señalándolos con el dedo empezal'on á reconve-
nirles con vehemencia , diciendo Thibaudcau: «: No
«hay que cansarse , es imposible esperar ninguna
c( reconciliacion entre nosotros y una minoría fac...
e ciosa. Ya que hemos desembainado la espada es
« preciso combatir y aprovecharse de las cil'cuns-
« tancias para restablecer de una vez la paz y la se-
«guridad en el seno de esta asamblea. Pido que
« decreteis inmediatamente el m-resto de esos di-
«putados que haciendo traición á todos sus debe-
« res han intentado realizar los deseos de los amo-
e' tinados y los han convertido en leyes. Pido que
« las comisiones propongan sin dilación las ]11'0-
« videncias mas severas contra esos mandatarios
« infieles á su patria y á sus jUI'alnentos.}) Enton-
ces se les designó uno por uno, y fueron Ruhl,
Romme y Duroi ,que habian ~impuesto silencio
para abrir la deliberacion ; Albite qUf~ propuso la
formacion de la mesa; Goujon y Duquesnoy que
pidieron la suspension de las comisiones y fOl'ma-
cion de una estraordinaria compuesta de, cuatro
miembros; Bourbotte y Prieur del Marne que acep-
taron con Duroi y Duqucsnoy ser miembros de la
dicha comision : Souhrany ú quien los rebeldes




CO'NYENCION NACIONAL (1795).
'nú1l11Jl'aroncomandanlcgcnel'al de la fuerza al'-
mada de Paris ; y Pevssard que gritó victoria du--
.rante la acciono Intentaron hahlar Duroi y Gou-


"JOIl pero se lo im pidieron tratándolos de asesinos
·'éinmccliatarncnte se ('s[lidió el' decl'clo contra
ellos y que se cuidara de cIlIe no pudieran lntirsc
como "la mayor pal'tc de los qu(' hahian sido con-
denados el j 2 de g.crmi nal. Mandó ('1 prcsident«
que los cercase la gcndal'meria y les ('OlHlugese ;i
la barra. Andaban buscando á Rernme que estaba
remiso en presentarse ~ pel'o le scfial() ron el dedo
Bourdon y le llevaron it la harrn como ú sus corn-
pañeros. lllas no se limitaron :l eso las vcng'anzas ~
sino que se las quiso cstcmlr-r Ú todos los JllOnta-
ñeses que se [rabian distinguido en mal sen tido
en sus comisiones á los departamentos, y así cla-
mó una voz diciendo: ({ Solicito el arresto de Le-
({ carpentier 8 ,que ha sido el verdugo de la Man-
e cha .... y 'clde Pine(9 el mayar, esclamó otra.,
«pOrfJue lo ha sido de los habitantes de Vizcaya ...
«y la de Borio 19 gl'ilb otro di putado que asoló el
-( lUediodia ,y el de Favau 11 esterminador del Ven-
«: dée.: Todas estas proposiciones fueron adopta-
das al grito genel'al de viva la convencion, viva la
república. Pero tomando la ,palabra Talliendijo:
(l No hay que andar tomando medidas á medias,
« pOl'que es evidente que el ohjeto del moví miento
(( dc hoy no era otro (Iue restablecer Ios jacobinos




REYOLUCION FUANCESA.


({ y particularmente al, ayuntamiento ; y soy de
«opinion de que se acabe con todo lo que queda
« de ellos; es menester poner presos á Pache y [t
« Bouchotte , IDas esto no es mas que el preludio
«de las providencias {Iue os propondrá la comi-
« sion , i venganza ciudadanos, venganza contra los
« asesinos de vuestros compañeros y de la repre-
« sentacion nacional! Aprovechemos de la torpeza
« de esos hombres ~lue se 1iguran ser iguales á los
« que derribaron el trono y procuran rivalizar con
( ellos; de esos que intentan hacer revoluciones y
« no saben prep(ll'¡H~ mas que motines ; aproveché-
({ monos de su falta de habilidad; y démonos pri-
«sa á concluir con ellos para ponel' un término f.
« la revolucion.» Aplaudióse nluy mucho y quedó
igualmente aprobada la proposicion de Tallien y
en medio de aquella inundacion de la venganza
se oyó una voz que denunciaba tarnbien á Rober-
to Lindet ~ cuya virtud y servicios le habian pro-
teg'ido hasta entonces de todos los furores de la
reacciono Lehardi pidió el arresto de aquel mons-
truo pero hubo tantos que clamaron en sentido
corrtrariu ponderando la moderación de Lindet
y recordando que hahia salvado pueblos y de-
partanlentos enteros, que se resolvió sobre ello la
órden del dia. Después de estas resoluciones se
volvió 4 mandar el desarme de los terroristas, de-
cretando que el qttintidi inmcdiato , que era el do-




CONVENCION NACIONAL (17H3t 53
mingo 2l~ de rnayn, se juntasen las secciones y
procedieran inmediatamente al desarme de los asesi-
nos y sanguillarios, ladrones y agentes de la tiranía que
precedió al 9 de thermidor: se les autorizaba también
para mandar arrestar Ú los que creyesen :que de-
hian ser conducidos ante los tribunales. Al miSl110
tiempo se decidió <plC hasta nueva órden no vol-
viesen {t ser admitidas las mugeres en las tribu-
nas, y siendo ya Ji/S tres de Ja mn fíanu , y hnbien-
<lo avisado las comisiones de que estajsa comple-
tamente l'cstah\eci(\a la tl'anqui\itlad en Paris se
suspendió la sesion hasta las 10.


A esto se redujo aqucl]a asonada del primero
tic prcrial, la mas terrible de cuantas habia ofre-
culo la revolucinn , porque si el 31 de mayo y el
9 de thermidor , hubo callones apuntados contra
la convenciou , por lo menos no se violó su recin-
to ni mucho menos rl\{~ el\:mngl'cntado el salen de
sus sesiones con un combate, ni se habían cruzado
las balas en él , ni dúdose la muerte á ninguno de
los reprcsell Iautcs <Id l'ne!Jlo. Aquella vez obra-
1'011 los revolucionarins con la torpeza y violencia
de un parlido vencido despucs de mucho tiempo
sin tener cómplices en cl gohierno de quien esta-
ba escluirlo , privado de sus corifeos y diriiido \)or
hombres obscuros, comprometidos Ó desespera-
dos. Sin saber servirse de la montaña , y sin si-
quiera prevenirla del movimiento , habían com-




RE\'Olrt:lo:\ FHA:'iCES.-t.


prnmetido y cspuesto al c.ulalso ú unos diputados
íntegros, rnuy agcllos dc los escesos del terror ,
afectos ú los patriotas por temor de la reacción y
(lue no hubiun tomado la palabra mas flue para
impedir mayol'f~s dt~sgTaciasy por acelernr el cum-
pli miento de a!~'lUlOs deseos (Iue eran tamhien 10&
SUVOS•


.'


Entre t.ruto , viendo los reheldes la suerte (Iue
les aguardaba ú todns , y estando como estaban
habituados ú las luchas revolucionarias, no eran
hombres para dispersarse de repente, sino que á
la siauieut.e maíiaua se reunieron en el ayunta-


'" .


miento : .v proclamáudose ú si mismos eninsur-
reccion IH"i'lllanelllc, procuraron juntal' al rede-
dor suyo las secciones tIue eran de su partido. Mas
(.'on todo eso creyendo que la casa de la ciudad no
era UH sit io conveniente , i.HUl'ltle estaba situada
entre el lxu-rio del Temple y la Ciudad, prefi-
rieron esta blcccr el cuartel general de la insurrec-
t,'ion en el .u-rabnl de San Antonio. Allí se tl'asla-
~lal'oll en mitad del dia y se prepararon Ú reuovar
la tentativa de la vispcra: pero por esta vez procu-
raron mauej.use con [nas ("I'llen y precaucion, Hi-
cieron nuuchar Ú tres batalloue-, perfectamente ar-
mados y orgalliz(ltlos, que eran los de Quince
}-'ingls, Jlonlreuil .ti PopincouJ'l , compuestos todos tres
de artesanos robustos y tliri~idospor gcfes intré-
pitios. Avanzaron solos aquel los tres batallones-




CONVENCION ~AClONAL. (1793). 55
sin el concurso del pueblo que los acompañaba la
víspera, y se encontraron en la convención con las
secciones fieles, pero que no estaban con bastan-
te fuerza para detenerles, y vinieron después de
medio dia á formarse con sus cañones delante del
palacio Nacional. Inmediatamente se pusieron en
frente de ellos las secciones Lepelletier , la Ilutte
(les lUouli ns y otras pal'a proteger Ú la conven-
cion; pero si hubiera llegado ii travarse el comba-
te, era lnuy dudoso, seg'ull el estado de las cosas
(iLLe se hubiera declarado la vic.uria en {aVOI' de
los defensores de las representaciou nacional. Para
colmo de tlesgTacias , los art.illeros que en todas
las secciones eran ardientes rcvoluciouarjos , aban-
donaron á las que estaban delante del palacio,
y fueron Ú reunirse con sus cañones ú los artilleros
de Popincout-t , )Iuntreuil y Quince Vinqts. Dióse el
grito á las armas y cargaron los fusiles de una y
otra parte, cual si se pI'epararan á un sang-l'i(~llto
combate , de suerte que se oia el ruido de las ca-
jas de artillería hasta en la misma asamblea. Se
levantaron muc hos miembros para 11abLu' pero
anticipándose Legcndre, les dijo: « HepI'esentantes
({ permaneced tranquilos y no ahandoneis vuestro
« puesto. La naturaleza nos ha condenado ú todos
« Ú la muerte , é importa nluy poco fIue esta YCJ1-
ti ga. algo mas tarde ó mas temprano. Hay huenos
« ciudadanos (pie están prontos ú delcndcros , y




56 HEVOLUCIO~ FIUNCESA.


( en el entretanto la mejor de las mociones es
« guardar silencio.» Volvió ú sen tarse toda tr
asamblea y manifestó una serenidad tan imponen-
te como la que habia desplegado el dia 9 de ther-
midor , y entantas otras ocasiones durante el cur-
so de su tumultuosa legislatura. Continuaban en
tanto las dos tropas opuestas en frente una de
otra en actitud arrreuazadora : 11MS antes de venir
á las manos gritaron algunos individuos diciendo
que era una cosa horrible deg-olla'rse unos ú otros
tantos buenos ciudadanos sin esplicarse ú 10 me-
nos y procurar entenderse. Salieron en efecto de
las filas y se hicieron presentes sus cargos, duran-
le 10 cual se introdujeron algunos miembros de
las comisiones en los batallones de las secciones
enemigas y principiando á hablar á este y al otro '!
conocieron que se podia sacar mucho partido por
las vias de conciliacÍon y pidieron ú la asamblea
(jue vinieran 12 individuos suyos para fraternizar.
Pero viendo la asamblea que semejante paso era
una especie de debilidad estaba poco dispuesta á
consentir en ello, pero sin cmhargo la dijeron que
sus comisiones le tenian por útil para evitar la
efusion de sangre, y entonces salieron los doce
miembros y se presentaron á las tres secciones.
No tardaron en romperse las tilas y en mezclarse
los de una y otra; y corno los hombres de clase in-
terior agTadccen por lo g~eneral las demostraciu-




f.ONVENCION NACIONAL (1795). 57
ncs amistosas de aquel que por su trage y llloda-
les parece superior, los soldados de los tres bata-
llones enemigos declararon (p.1C no querian derra-
mar la sangre de sus conciudadanos ni faltar ú los
~-' ,


respetos á la convencion nacional. Sin embargo
insistieron los instigadores en que se oyese su pe-
ticion, y el general Dubois , comandante de la ca-
balleria de las secciones y los doce representantes
que hahian sal ido ft fraternizar, consintieron en
introducir en la harra una diputacion de los tres
ha tallones.


En efecto la pl.'esentaron y pidieron la palabra en
favor de los suplicantes, y aU1Hlue algunos dipu-
tados querian rcusúrscla , por fin se les concedió y
dijo el orador de la tropa .; ( Estamos encargados
« ele pediros la constitucion de 93 y la libertad de
« los patriotas. » Al oir estas palabras empezaron
á gritar en las tribunas; [uera los Jacobinos. Impúso
silencio el presidente y continuó el orador dicien-
do (1'le los ciudadanos reunidos delante de la con-
vencion estaban prontos ú retirarse al sena de sus
Iamilias , pero tambien dispuestos Ú morir antes
(Iue abandonar su pnesto , si no se escuchaban las
reclamaciones del pueblo. Respondió con firmeza
el presidente que la convencion acababa de es-
pedir un decreto sobre subsistencias y que iba á
leérscle, corno en efecto se le leyó, y añadió lue-
go (ille examinarla la asamblea sus proposiciones,




ss lU~VOLUCION FRANCESA..
y juzgaría en su sabiduría lo que debia dcterrn i-
nar , convidándoles en seguida ú los honores de la
sesión.


Durante aquel tiempo coutiuuabau las tres sec-
ciones enemigas mezcladas con las otras, y se les
dijo que sus comisionados habian sido admitidos,
é iban á ser examinadas sus proposiciones, y era
preciso esperar la dccision de la convención. A to-
do esto eran ya las once de la noche, hora lnuy
adelantada sobre todo para unos obreros, y vién-
dose rodeados de la inmensa mayoria de los ha-
hitantes de la capital, tomaron el partido de reti-
rarse á sus arrabales.


No les habia salido bien tam poco esta tcntat.i va á
los patriotas, mas no por eso dej:tl'on de perrna-
neCC1' reunidos en los arrabales conservando su
actitud hostil, y sin desistir ele las demandas que
habian entablado. Desde el 3 pOl' la maiiaua espi-
dió la convcncion muchos decretos propios de las
circunstancias , y para dar mas unidad y energia
á los medios que pensaba empicar, confió la dí-
reccion de la fuerza armada á 3 l'{~rl'eSclltantes que
fueron Gilet , Aubry y Delmas, autoriz.ándolos ú
que empleasen la via de las armas para asegurar
la tranquilidad pública, Conminó con 6 meses de
cárcel á todo el que tocase el tambor sin órclen es-
presa, y con la pena de muerte Ú cualquiera (lHC
tocase la generala sin estar autorizado pOl' los re-




C07(VE~CIO~ NAOONAL (1795). 59
presentan Les del pueblo, Mandó formar una conli-
sion militar para juzgar y mandar ejecutal' inme-
diatamente á todos los prisioneros hechos á los
rebeldes el dia primero de prerial. Convirtió en
decreto de acusación, el que solo se hahia dado de
arresto contra Duquesnoy , Duroy, Bourbotte ,
Prieur el de 1\farne, Romrne , Soubrany , Goujon ,
Albite, el mayor, Peyssard, Lecarpentier el de la
Mancba, Pinet el mayor, Borie y Fayan. Igual
mandamiento espidió contra los diputados arres-
tados en los dius 1~ Y 16 de germinal, ordenan-
do á las comisiones que estendiesen un informe
acerca del tribunal que habia de juzgar ú unos y
otros.


Diéronse mucha Jwisa los tres. representantes
pal'a reunir en Paris las tropas que estaban es-
parcidas en las inmediaciones con el fin de ase-
gurar la llegada de los granos; mandaron per-
manecer sobre las armas á las secciones fieles á la
convencion, y se rodearon de los muchos jóvenes
que no habían desamparado ú las comisiones du-
rante toda la insurrecciono En aquel .mismo d ia
entró en <'jel'cicio la comision rnilitar , y el pri-
mcrindividuo {. quien juzgó fue al asesino de Fe-
~'aud , fIue habia sido arrestado la vispera , y le
condenó {l mnerte , mandando ejecutar la senten-
cia en la misma tarde del 3. En efecto. trajeron al
cadalso ~al sentenciado , P(lI'O hahiendo sido ad-


.-


,


/'




60 REVOLUCJON FRANCESA.
vertidos de ello los patriotas, se reunieron algu-
nos de los mas determinados, cargaron sobre el
cadalso y dispersando á la gendclrmería, liber-
taron al paciente y le condujeron al arrabal. Des-
de aquellanlisma noche convocaron á todos los
patriotas que habia en Paris y se prepal'aron á
retrincherarse en el arrabal de San Antonio. Pu-
sieronse sobre las armas v asestando los cañones
~.


hacia la plaza de la Bastilla estuvieron esperando
las consecuencias de aquella atrevida acciono


Apenas se supo en la convencion aquel aconte-
cimiento , salió un decreto mandando que se in-
timase al arrabal de San Antonio la entl'ega del
condenado, que rindiese sus armas y cañoncs , y
que en caso de desobediencia se le bombardease
inrncditamente. Podia lllUY bien la convencion
en aquel momento usar de un lenguage mas im-
perioso por haber llegado las fuerzas en virtud de
las órdenes de los tres representantes, y no baja-
ban de tres á cuatro mil hombres de tropas de lí-
nea, :í las cuales se agTeg'aban mas dc 20 mil
hombres de las secciones armadas, escitadas por
el temor de que volviese á renacer el terror, y
ademas la tropa decidida de los jóvenes. Inmedia-
tamente se confió el mando de todas aquellas
fuerzas reunidas al gencl'al Menon y se prepara-
ron á marchar contra el arrabal. .Mas en aquel
mismo dia 4 de prerial (23 de mayo), mientras




CONVENCION NACIO~AL (1795). 61
(iue iban abanzando los representantes, quiso la
Juventud dorada echar una bravata y se dirigió
antes que nadie hacia ,la calle de San Anto-
nio en ,número de mil á mil y doscientos in-
dividuos. Los patriotas les dejaron adelantar-
se sin oponer resistencia y los envolvieron pOl'
todas pa rtes , de suerte {lue á corto rato .vieron
los jóvcnes ú su espalda los terribles batallones
del arrabal, y una multi tud de nlugeres á las
ventanas, dispuestas ú disparar sobre ellos una
nube de piedras , en términos que cl'eyeron pa-
gar muy cara aquella temeridad. Quiso su huena
suerte quc se acercara la fuerza armada , y ade-
TIlaS los habitantes del arrabnl no tenian la in-
tencion de acabar con ellos, sino que les dejaron
salir de su barrio después de haber castigado á
algunos. En aquel momento avanzó el general
con sus 20 mil hombres y mandó ocupar todas
las salidas del arrabal , particularmente aquellas
que se comunicaban con los patriotas. Mandó
asestar los cañones y lwcel' la intimacion el los re-
beldes, ú lo cual se presentó una diputacion para
recibir su uliinuüuni que consistia en exigir la en-
trega de las armas y la d.el asesino de Feraud. Así
los fabricantes como toda la gente pacífica yaco-
modada del arrabal que temia el bombardeo, se
apresuró ú usar de su influjo en la poblacion, y
decidió á las tres secciones ú que rindieran las ar-




62 REYOLUCION FRANCESA.
111 as , lo cual ejecutaron efectivamente entregando
sus cañones y prometiendo buscar al culpable á
quien habían libertado. Volvió triunfante el ge-
neral Menou con los cañones del arrabal, y des--
de aquel instante no tUYO ya la convencion nada
que temer del partido patriota, 'que abatido pata
siempre no volvió á figurar en lo sucesivo mas que
para sufrir venganzas..


Al instante principió la comisión militar á juz-
:gar á todos los presos que pudo haber á las manos,
y condenó á muerte á varios gendal'mas que se
habían alistado con los rebeldes, á varios obreros.,
mercaderes y miembros de las comisiones revolu-
cionarias, cogidos en fragante el dia primero de
prerial. Principiaron en todas las secciones los
desarmes de los patriotas y el arresto de los indi-
viduos Inas señalados , y no bastando un solo dia
para hacer esta operacion, se concedió á las sec-
ciones que continuasen en permanencia.


1\'las no era solo en París donde se ponía áprue-
ba la desesperacion de los patriotas, sino tambien
en el Mediodia por acontecimientos no menos
desgraciados. Ya digimos como se habían refu-
giado en Tolon en número de siete á ocho mil, y
como cercaron muchas veces á los representantes
ar-rebatando á los pl'esos que estaban acusados del
delito de emigracion , procurando envolver en
sus asonadas á los obreros del arsenal, á la guar-




CO~'fENCION NACIONAL (1795). G:l
111ClOIl y á las tripulaciones tlc los navios, Estaba
la escuadra pronta á dar la vela , y ellos se empe-
fiaban en impedirla, siendo muy contrarias tá sus
opiniones las tripulaciones de los navíos de Brest
que habían venido á juntarse con la division de
'Tolon pal'a la espedicion que se meditaba : pero
podian contar de seguro con los marinos perte-
necientcs al puerto de Tolon. Escogieron para al-
Lorotarse casi las mismas épocas que los patrio-
tas de Paris , y se acusaba al representante Char-
bonuier , que habia pedido una licencia, de que
los dirigia secretamente. Se insurrecciouaron el
día 14 de lnayo y fueron al pueblo de Soulies á
coger quince emigrados que estaban pres03 y se
volvieron triunfantes á Tolon, pero consintieron
en. en.tre.~á.l'3elos á los representantes. A los pocos
días volvieron ú insurreccionarse y valiéndose de
los obreros del arsenal se apoderaron de las ar-
111aS que en él halria y rodearon al representante
Brunel 12 para obligarle á que rnandára soltar á los
patriotas. Acudió el representante Nion 13 que es-
taba embarcado pCl'O ya estaba triunfante la sedi-
cion , y tuvieron ambos que firmar la órden de
soltura. Desesperado Brunel de haber cedido, se
sal tó la ta pa de los sesos, y Nion se refugió á la
escuadra. Entonces pensaron los rebeldes en mar-
char sobre Mal'sclla pal'a sublevar, segun decian ,
todo el Mcdiüdia. Pero los representante ({tIC se




HEVOI.UCION FRANCESA.


hallaban en comisión en esta última ciudad, pu-
sieron en el camino una compañia de artil le riu y
tomaron todas las precauciones parl impedir la
egecucion de sus proyectos. El día primero dc
prcrial eran dueños de 1'01011., si n poder á la
verdad estenderse mas lejos, y procuraban cor-
romper ú las (tripulaciones de la escuadra, parte
{le las cuales se rcsistia , al paso que la otra corn-
puesta de marinos provenzales, parccia decidida
á reunirse ú ellos.


Dióse cuenta de estos sucesos ú la couvcuciou el
dia 8 de preriul y no podia menos tal noticia de
producir otro nuevo enfado contra los monta-
ñeses y los patriotas, se dijo que estaban con
certados aquellos movimientos de Tolon y de Pa-
ris , atribuyéndolos ú los di putados montaiieses ,
contra los cuales se enfurecieron de lluevo. Al
instante se mandó arrestar ú Escudier 111 Hicord 15 ,
Chal'1)Ollllier y Salicetti , acusados todos cuatro
de que estaban agitando el Mediodia. Aquellos
diputados Ú quienes se puso en estado de acu-
sacion el primero de pl'{l,l'ial , cuyos juc¡:es 110 es-
taban todavia nombrados fueron objeto de nlayar
severidad , pues sin consideracion alguna ú su
cualidad. de representantes del pueblo se les en-
tregó á la misma comisión militar encargada de
juzgaL' á los fautores y cómplices de la insurreccion
de aquel dia, Solo se esceptuó al anciano Huhl ,




CONVENCION NACJONAL( 1795). 65
cuyas virtudes y prudencia fueron recomendadas
J)or muchos miernhros de la asamblea. Destinaron
á ser juzg-ados cn el tribunal dc Eul'C y Loire al
ex-corregidor Pache , ú su yern{) Audouin, al an-
tiguo ministro Bouchottc, ú sus adjuntos Dau hig-
ni y Hassenfratz , y últimamente á los tres ag'entes
principales de la policía de Robespierre , Herou
lUarchand 16 y Clemence n. Parecia que la depor-
tacion pronunciada contra Billaud, Col1ot y Barrri-
re hubiese adquirido fuerza y autoridad de cosa
juzgada, pero nada menos que eso, ;pues se creyó
en aquellos dias de rigor que era una pena ele-
masiado suave y decidieron que era necesario juz-
garlos de nuevo en el tribunal del Charanta j nfe-
rior para que sufriesen la muerte destinada ú lo-
dos los corifeos de la revolución. Hasta entonces
parecian haber sido perdonados los miemhros que
quedaban de las antiguas comisiones protegidas
por Carnot , Roberto Lindel y Pricur el de la Cos-
ta de 01'0 por los inmensos servicios hechos ú la
república ; pcro fueron denunciados :1(1ucl dia COIl
cstraordinaria violencia por el girondino Enri(lllc
Larriviére , y por mas que una multitud de miem--
hros defendicse ú Roberto Lindet porque conocian
su mérito, no pudieron libertarlo del arresto,
Otros muchos empezaron á gl'itar que Carnot ha--
hia organizado lavictoria y no sc atrevieron los reac-
tores ú pronunciar igual pella contra el vencedor


IX.




66 nEVOLUCION FRANCESA
de la coalicion. De Prieur el de la Costa de Oro no
se dijo una palahra; mas en cuanto á los miem-
bros de la com ision de seguridad genel'al, que to-
davia no habian sido arrestados, :10 fueron todos
aquel dia , y David á aquien habian absuelto por
su mucha habilidad, lo fue igualmente que Ja-
got, Elias Lacoste, Lavicomterie , Dubarran y
Bernardo el de Saintes. Solo quedó esceptuado
Luis el del bajo Rhin cuya humanidad era notoria.
Ultimamente se volvió á reclamar el informe que
ya estaba mandado dar contra todos los que ha-
bian desem peñado comisiones á quienes daban el
nombre de procónsules ; y se principió á proce-
der contra Artigoíte, Mallarme, Javogues , Ser-
gent, l\fonestier, Lejeune , Allart 18, Lacoste y
Baudot. Se preparaban á pasar sucesivamente re-
vista por todos los que habían estado encargados
de cua lquiera comision , de suerte que ninguno de
los gefes de aquel gobierno que habia salvado la
Francia estaba perdonado , sino que tanto los
miembros de las comisiones como los que habian
sido representantes sufrian la suerte general. * Car-
not era el único á quien la estimacion de los ejér-
citos cubria con su proteccion , pero cargaban so-


,.. No nos parece que se perdia mucho en que los tales
gefes tuviesen el fin que tuvieron, por(lue rara vez se encuen-
tra un corifeo revolucionario quc no sea UI1 gl'andísimo pí-
raro. (N. del T.)




'CONYENCIO'N NACIONAL. (f795). fi7
\ '


~:)I'e Lindet que era un ciudadano tan útil y mas
gencI'oso, pero sin victorias (Iue le protejioscn
contra. la cobardia de los reactores.


No habia por cierto necesidad de tales sacrifi-
ciospara satisfacer ú los manes del jóven Fcraud s
siendo muy suficientes los honores tan tiernos que
-se hicieron á su memoria. Decretó la convencion
una sesión fúnebre en que se colg'ó la sala de ne-
-gro y todos los representantes acudieron en tragc
.de ceremonia y de luto precedidos de una música
lúgubre, con que se abrió la sesion y luego Lou-
vet pronuncia su elogio ponderando, corno era
justo, su celo y su valor y lamentándose de su
'temprana pérdida, Se decretó levantar un monu-
mento pal'a inmortalizar su heroisrno , y sirvié
aquella ocasion de pretesto para mandar que se
hiciese una fiesta en comernoracion de los gironcli-
nos, cosa justísima, pues unas víctimas tanilus-
tres merecianque se les tributasen homenages,
por mas que hubiesen comprometido la segul;-
dad del país. Pero bastaba esparcir flores sobre
.sus sepulcros sin derramar sangTe sohre ellos como
se derramó escesivarnente , pOl'que ningun parti-
do , por mas que se precie de humano sabeguar-
dar prudencia en la venganza. Parece que la <':011-
v encion no estaba todavia satisfecha con las pél'-
d idas que habia hecho sino que intentaba añadir
otras nuevas. Los diputados acusados , á quienes


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,




68 REVOLUCION FRANCESA.
llevaron 'preventivamente al castillo de Toreau,
para evitar que se hiciera tentativa alguna en su
favor, fueron traidos á Paris y se instruyó su causa
con la mayor actividad. Aquel anciano Ruhl, á
quien únicamente habian esceptuado del decreto
de acusación no quiso admitir tal indulgencia, y
creyendo perdida la libertad se dió la muerte de
una puñalada. Compadecidos de tantas escenas fü-
nebres Louvet, Lt~g'endre y Freron, solicitaron que
en lugar de ser juzgados los diputados por la comi-
sion militar se les entregase á sus jueces natura-
les; pero Rovére antiguo terrorista y hoy realista
desatado, y Bourdon del Oisa, implacable como
todo el que ha tenido miedo, insistieron y consi-
guieron que se mantuviese el decreto.


Efectivamente fueron llevados ante la comision
militar el dia 17 de junio, y á pesar de las mas
esquisitas averiguaciones no se pudo descubrir he-
cho alguno que probase su conivencia secreta con
los revoltosos. Dificil era que se descubriese por-
que ignoraban enteramente el movimiento y ni
siquiera se conocian unos á otros; solo Bourbotte
conocía á Goujon por haberse encontrado con él
en una comision en los ejércitos, y lo único que
se pudo probar fue que una vez verificada la in-
surreccion , intentaron leg-alizar algunos de los de-
seos del pueblo. A pesar de todo fueron condena-
dos como sucede siempre en las comisiones mili-




CONVENCION NACIONAL (1795). 69
tares cuando un gobierno las somctc algunos acu-
sados de im porLancia, flue nunca aciertan á absol-
verles. El único que salió libre fue Forestier 19 á
quien incorporaron con los otros solo por haber
hecho una mocion durante aquella sesion famosa.
Peyssard que solo hahia dado un grito durante el
combate fue condenado á la deportacion; pero
Homme, GOUjOIl, Duqucsnoi , Duroi , Bourbotte y
Soubrauv lo fueron á muerte. EI'a Romme un
hombre sencillo y austero; Goujon jóven, lnuy
lindo y dotado de bellas calidades; Bourhotte,
igualmente jóven que Goujon, tenia además mu-
cho valor y hahia recibido escelente educacion "y
Soubrany era un antiguo noble, pero muy deci-'
dido por la causa de la revoluciono Al instante que
se les leyó la sentencia cntreaarnn al escrihano
~. l.


cartas, sellos y retratos destinados á sus familias,
y lueg'o los retiraron ú una sala particular antes
de conducirlos al cadalso. No hahian ellos conta-
do con una suerte tan dura y no tenian á su dis-
posición BUS que un cnchillo y un par de tigeras
que habian escondido en el forro del vestido. Al
bajar la escalera se hirió ú sí mismo Romme, y
temiendo no acabarse de matar se metió el cuchi-
llo muchas veces en el corazon, en el cuello y en
el rostro, y luego se le pasó ú Goujon que COll pu-
ño mas firme se diú un golpe mortal y cayó muer-
to. Desde las manos de Goujon pasó el arma des-




70"
tructora a las de Duquesnoi , Duroi , Bourbotte y
Soubranv : pero por desgracia estos tres últimos
no pudieron herirse mortalmente y los llevaron
llenos de siHlgTe al cadalso. :Soubrany , aunque-
ahogúndose en su propia sangre-, pudo conser-
-V~H' aquel continente sereno y orgulloso que hahia
manifestado siempre, Duroi, estaba desesperado-
de haber errado el golpe y dijo: «gozad de vues-
« tro triunfo señores reali~tas.») Bourbotte conser-
vó toda la serenidad de la juventud y dirigia las
palabras al pueblo con una tranquilidad imper-
turbable. En el momento en que iba á recibir el
golpe fatal , observó que la cuchilla 'no estaba en
su sitio y fue necesario componer el instrumento,
durante cuya opcraciou habló todavia algunas pa-
labras reducidas ú decir que ninguno moria mas
amante de su puis ni mas celoso pOI' su f(dicidad y
libertad. Coucurr-i« JHuy poca g-enLe á aquella eje-
euciou , porque ya halria pasado el tiempo del
fanatismo político ni reinaha aquel furor con que
antes era insensible el pueblo al espectáculo de
la muerte. Todo el mundo se estremeció al saber
los ponnenores de (HIuc1 suplrcio , y recavó su
vergiienza sobre los thermidorianos. Asi en aque-
lla Lu'ga sérre de ideas contrarias todas tuvie-
ron sus vict.imas , sin que se esceptuasen ni aun
las de la clerncncia , la humanidad y la recon-
ciliacion ~ ponl ue en las revoluciones nmgu-




CONVENCION NACIONAL (1795). 71
na puede conservarse pura de sangre humana.


De esta suerte quedó destruido el partido de la
montaña, pues acababan tambien de ser vencidos
los patriotas de Tolon. Despues de un combate
bastante sangriento que se dió en el camino de
Marsella, se vieron precisados á rendir las armas
y entregar la plaza en que contaban a poyarse pa-
ra sublevar la Francia; y como desde aquel mo-
mento dejaron ya de ser un obstáculo, sucedió lo
{Iue sucede siempre y es que con ellos cayeron
tarnhien varias instituciones republicanas. Se abo-
lió definitivamente aquel cclelu-e tribunal que ya
desde la lcy de 8 de nivoso habia quedado redu-
cido á un tribunal ordinario. Todos los acusados
quedaron sometidos en adelante á los tribunales
criminales que juzgaban segun el método de '1791,
Yso los los conspiradores quedaban sugetes á las
formas de proceder dictadas por la lcy de 8 de n i-
voso. Se suprimió la palabra revolucionaria que se
aplicaba antes á las instituciones y estahlecimien-
tos creados. Volvieron á organizarse segun el an-
tiguo pic las guardias nacionales, escluycndo de
ellas á los obreros, á los criados, á los ciudadanos
pobres y en una palabra al puehlo; quedando de
esta manera encargada la tranquilidad pública á
la clase quc1mas intcres ticne en mantenerla. Se
nombré cn Paris una junta militar, á cuyas ór-
dencs habia de estar la ~uardia nacional, organi-




72 REV(JLU(~roN FRANCESA.
zada por batallones, por brigadas, y mandada
ulteruativamente por cada gefe de estas últimas.
Finalmente se verificó la concesion mas deseada
de los católicos que fué la de restituirles las igle-
sias con la única obligacion de conservarlas y re-
pararlas á su costa. Por mas que esta concesion
fuese de resultas de la reaccion , no habia horu-
bre de mediano juicio que no la considerase 111UY
acertada, corrro que sabia todo el mundo que lo s
católicos no se persuadirian jamas de que exis-
tia la libertad de cultos mientras no se les l'csti-
1uyesen sus iglesias para celebrar en ellas las ce-
remonius acostumbradas.


Una de las cuestiones mas urgentes y embara-
7,05as eran las relativas ú hacienda que .hahian
quedado pendientes desde los sucesos de prerial y
la asamblea volvió sobre ellas inmediatamente (lue
se restableció la tranquilidad. Se habia nueva-
mente mandado que no se fahricara mas que una
clase ele pan con el ohjeto ele que el pueblo no
tuviera motivo para quejarse del lujo de Jos ricos.
l labiu mandado formar la cstadística dc los gra-
nos para recogel' los que habia superfluos en cada
departamento y empleados en la mauutenciou de
los ejércitos y ele las gTalldes poblaciones. Ultima-
mente habia revocado cl decreto que perrnitia el
libre comercio del oro y la plata resultando q llC
por la fuerza misma elc las circunstancias se ha-




CONVENCION N'\CIO:\'AL (J79,)). 7~3
hia visto precisada ú adoptar algunas de aquellas
medidas revolucionarias contra las cuales se hahia
declamado tanto. En aquel entonces el ag.-io habia
llegado al último grado de furor, sin que hubiese
panadero, ni carnicero, ni especiero de oficio, si-
no que todo el mundo compraba y volvia á ven-
der pan, carne, especería, aceites etc. Desde las
boardillas hasta la ~ cuevas todo estaba lleno de
mercancias y comestibles sobre los cuales todo el
mundo proeuraba especular. Se vendia en el Pala-
cio Real el pan blanco á 25 Y aun á 30 francos la
libra. Los regatones se preci pitaban á los merca-
dos y compraban los frutos y leg"l1mhres que traian
los hornhrcs del campo para aumentar inmedia-
tamente su precio; hasta se compraban las cose-
chas en verde mucho antes de madura rse v los
rebaiios enteros para especular despues sobre su
carestía. Prohibió la convencion ú los recatones


e


([ue pudieran presentarse en los mercados antes
de una hora dcterminada y tamhien se vió preci-
sada Ú mandar (lue los carniceros de oficio fuesen
los únicos autorizados p~ll'a cOlnprar bueyes y que
nadie pudiese comprar las cosechas antes de la
siega. Por manera quc todo se hallaba trastornado
sin que hubiese persona por estraña (lue fuese al
comercio y á las especulaciones, que no tuviera
la vista tija sobre cada variacion de los asignados
p,u':\ hacer que otro cargase con la pérdida y sacar




74 HEVOLUCION FRANCESA •.
la posihle utilidad de cual<tuier género ó mercan-


,


cIa.
Ya hemos visto que entre los dos proyectos,


esto es, el de sugetar los asignados al CUl'SO co.r-
riente ó recibir las contribuciones en especiel, ha-
hia preferido la convencion el que únicamente
consistia en vender los bienes nacionales sin píl-
blica subasta, al precio triple de la tasacion que
tuvieron en 1790. Este era, como ya hemos di-
cho, el único medio de enagenarlos porque la su-
hasta hacia siempre suhir el precio en proporcion
de la pérdida de los asignados ,'es decir, á un pre-
cio que el púhlico no podia pagal' jamas. Apenas
se publicó la ley cuando fué estraordium-ia la COIl-
currencia de las sumisiones , pues apenas se supo
que bastaba ser el primero á presentarse pal'a no
pag'ar por los bienes mas que tres veces el valor
de ellos en 1790, yeso en asignados, acudieron
de todas partes y hubo bienes á los cuales se hi-
cieron centenares de sumisiones. Una hubo en Cha-
renton á que concurrieron 360 postores á una po-
sesión de los frailes de la lUerced , y á otra se hi-
cieron hasta 500 posturas. Estaban atestadas las
oficinas de los distritos y habia simples mance-
bos y gentes miserahles , en cuyas manos se cncon-
trabanpor el momento algunas sumas de asigna-
dos, que acudianá sumisionar los bienes, y como
no tenian que pag:ar al contado sino una sesta




CO~VENCION ~ACIONAL (1193). 75
parte') y el resto en muchos meses , adqui rian con
cantidades muy pequeñas, sumas considerables
para volverlas lueg-o á vender con ganancia:á los
que se habian dado menos prisa. Gracias á aque-
lla concurrencia muchas posesiones que los admi-
nistradores ignoraban perteneccr á bienes nacio-
nales ') fueron denunciadas como tales, y así tuvo
un suceso completo el plan de Bourdon del Oisa ,
y se podia esperal' que muy pl'OlltO quedaria cna-
genada una gran parte de los bienes, y en conse-
cuencia amortizados Ó mejorados de precio mu-
chos asignados. Verdad es qne la repúb] jea per-
día en estas ventas sumas que reguladas aritméti-
camente podrían llamarse :considcrahles, porqu(~
la tasacion de 1790 ') fundada únicamente en la
renta (Iue aparccia producir ') era frecuentemente
inexacta') como (lue los bienes (lt:'\ clero y todos los
de la órrlen de Malta estahan :lITCndat1os á precios
muy bajos,y los arrendadores satisfacian el esceso
del precio en gl'alHicaciones que so\ian ascender
al cuádruplo del arrendamiento. Una tierra que
aparccia estar arrcnduda en 1000 francos, bien
podía aseg"Ul'arSe que rcdi tuaba 1..000; pero se-
g"un la tasa de 1790 estaba regulada en 25 mil
l_ L.


francos de valor , y por consiguiente debian pa-
garse por ella 75 mil francos en asignados') los
cuales no valian en la realidad mas fIue 7500 fran-
cos. Iban á venderse el) Honfleur UIlOS almacenes




76 REVOLUCION FRANCESA.
de sal que hahian costado mas de '..00 mil francos
en 22,500 ; yasÍ seg'un este cálculo la pérdida era
enorme; pero era preciso resignarse á ella procu-
rando aminorada exigiendo cuatro ó cinco veces
el valor de 1790 en lugar de solo tres.


No comprendian esto Rewhcl y una multitud
de diputados, que solo paraban la vista en la
pérdida aparente, y asi pretendian que se des-
perdiciahan los hienes de la república y se la pri-
vaba de sus recursos, sobre lo cual se levantaron
gritos de todas partes, en términos que todos los
que no entendian la cuestion y los que miraban
con sentimiento la enagcnacion de los bienes de
los emigrados , se coligaron para hacer que se sus-
pendiera el decreto. Ballaud 20 y Bourdon del Oi-
sa se pusieron á defenderle con calor, pero no su-
pieron dar b principal razón que consistia en no
deberse pedir por los hienes mas de lo que po-
dian pagar los compradores; aunque siempre dije-
ron lo que era cierto, esto es, que la pérdida nu-
rnérica no era tanta como parecia , porque aunque
75,600 francos en asignados no valian lTIaS que
7500 en numerario , tambien este tenia hoy dos
veces mas valor que antiguamcnte, y que 7,500
francos representaban hoy sin duda alguna lo que
15 á 20,000 en 1790; añadieron que la pérdida
actual quedaba equilibrada con la ventaja que ha-
hia en terminar cuanto antes aquella catástrofe




CONVENCION NACIONAL (1793). 77
económica, con recoger ó levantar el precio de los
asignados, con poner fin al agio que se estaba ha-
ciendo en las mercancias atrayéndole hácia las tier-
ras, con entregar inmediatamente la rnasa de los
bienes nacionales á la industria individual, y últi-
mamentecon quitar toda esperanza á los emigrados.


A pesar de todo esto se suspendió el decreto, y
se dió órdeu á las administraciones para que con-
tinuaran admitiendo sumisiones con el objeto de
que aumentase las denuncias el interes individual,
y pudiera formarse una lista mas esacta; pero al-
gunos dias des pues se revocó enteramente el de-
creto mandando que continuara la venta como
antesú púhlica subasta.


Asi , después de haber principiado á adivinar el
único medio de poner término á la crisis, le aban-
donaron de pronto para voLver á caer en aquella
espantosa miseria de que hubieran podido salir.
Pero sin embargo ya que no se hacia naja para
dar valor los asignados, tampoco se podia perma-
necer en aquel funesto engallO de un valor nomi-
nal que arruinaba Ú la república y á los particu-
lares que eran pagados en papel. Era indispensa-
ble vol ver á la proposición hecha anteriormente
de reducir los asignados. Se habia deshechado la
proposicion de sugetarlos al curso de la plata por
la razon de que abundando tanto los Ingleses de
numerario, se harian árbitros del curso; tanlpOCo




'18 REVOLUClON FRANCESA..
se hahia querido sugetarlos al dd trigo por haber-
se aumentado considerablernente el precio de los
granos; se reusaba tornar per escala al tiempo, é
ir reduciendo cada mes el papel á un valor de-
terminado, porque decian que esto equivalia ci
quitarle la calidad de moneda y en sustancia era
la bancarrota, Todas estas razones eran muy frÍ-
volas porque ya se tomase el dinero, ó el tl'i~o , Ú
'el tiempo C0l110 basa para determinar la reduc-
cion del papel, en todos los casos perrlia la cah-
dad de moneda; ni tampoco consistia la bancal'-
rota en reducir el valor del asignado entre los par-
ticulares, supuesto que esta reduccion existia ya
de hecho, y el reconocerla no era mas que irnpe-
dil' los robos; la verdadera bancarrota mas bien
hubiera consistido en restablecer las ventas á pú-
blica .subasta. No habia prometido la república
que los asignados valiesen tal ó cual suma entre
particulares , cosa que no dependía de ella, sino
que habian de proporcionar tal cantidad de bie-
nes ; ahora bien con vol ver á las subastas, los asig-
nados no proporcionaban ya cierta cantidad de
bienes, sino que quedaban impotentes así respec-
to de estos como de los géneros, y sufrian la mis-
rna baja por efecto de la concurrencia,


Estúvose discurriendo otra medirla que no fue-
se ni el dinero , ni el trigo, ni el tiempo para re-
(lucir los asignados, y al fin se eligió la cantidad




CON"ENCION NACIONAl•• (1795). 79
{le las emisiones. Considerado como pri nci pio , es
evidente que el aumento del numarario en circu-
lacion hace aumentar proporcionalmente el pre-
cio de todas las cosas. En consecuencia si un obje-
to cualquiera valia un franco cuando estaban cir-
culando dos mil millones de numerario , dehia va-
ler dos francos cuando hahia cuatro mil millones
de numerario , tres cuando habia seis, cuatro
ruando habia ocho, y cinco cuando habia diez.
Suponiendo que la actual circulacion de los asig-
nados ascendiese á diez mil millones, era necesario
pagar hoy cinco veces (mas que cuando no habia
mas de dos mil. Hízose una escala de proporcion
que principiaba desde la época en que no circula-
ban mas que dos millones de asignados, y se de-
cidió que á todo pago hecho en esta moneda se
añadiria una cuarta parte mas por cada quinientos
millones que se hubiesen aumentado en circula-
cion , Asi por una suma de dos mil francos que se
hubiese estipulado cuando habia dos mil millones
en circulacion deherian pagarse dos mil y qui-


nientos francos cuando hahia dos mil y quinientos
millones; tres mil francos cuando hubiese tres mil
millones, y últimamente hoy que existian diez mil
millones dcbian pagarse diez mil francos.


Mas ni tampoco debían estar muy tranquilos
con esta medida los. que miraban corno una ban-
carrota esta pérdida de la calidad de moneda.por




80 HEVOLUCION FRANCESA.
que en lugar de guardarse proporción con la pla-
ta, el trigo ó el tiempo, se entorpecia entcramcu-
te su curso en proporcion de las emisiones , lo cual
equivalía á lo mismo y tenia un inconveniente
mas. Gracias á la nueva escala, cada emision iba
á disminuir una cantidad cierta. y conocida del va-
lor del asignado; es decir, que cuando el estado
ernitia 500 millones , arrebataba al portador del
asignado una cuarta, ó quinta, ó sesta parte etc.
de lo que poseia.


Sin embargo esta escala que tenia sus incon-
venientes ,COlDO todas las domas sugeciones al
curso de la plata ó del trigo, debiera por lo me-
nos haberse aplicado á todas las transacciones;
pero no se atrevieron ú hacerlo, y solo se aplicó
por de pronto á las contribuciones y á los atrasos.
Prometieron aplicarla ú los empleados públicos
luego que se hubiese reducido su número, y á los
renteros del estado luego que hubiesen princi-
piado á cobrarse las contribuciones y pennitie-
sen con arl'(~glo á la nueva escala pagarlos sobre
el mismo pir-. No se determinaron Ú que los acree-
dores dc toda especie se aprovechasen de aquella
escala ni tampoco los propietarios de casas en la
ciudad r. en el campo, ni los <lucilos de ferrerias
etc., sino que solo se favoreció á los propietarios de
tierras. CO:\lO Ios ar-rendadores haciau una ganan-
cia esccsi \ a IIU pagando por medio de los asigna--




CONVENCIO~ NACIONAL (1795). 81
dos mas flue una décima ú duodécima parte del
precio de sn arrendamiento , se les ohligó á que
pagáran el arriendo segun la nueva escala, y así
tuvieron que pagar una cantidad de asignados pro-
porcionada [1 la cantidad que se hahia emitido de
ellos desde la fecha de su póliza.


A esto se redugeron las providencias dictadas
con el objeto de disminuir el agio y poner t{·!'-
mino al desórdcn de los va lores ~r consistian ,co-
mo hemos dicho, en prohibir á los especuladores
que se anticipasen al consumidor en la compra
de comestibles y géneros, y en proporcionar los
pagos <] ue se hiciesen en asignados á la cantidad
de papel que estuviese en circulacion.


.Habia principiado la nál)a de los patriotas con
la providencia que se tomó en el mes de brumario
de cerrar Íos jacohinos, y fuó acelerándose con la
aventura (lel t 2 de gcrminal, pel'o se remató en-
teramente con la última asonada de prerial. Aque-
lla masa de ciudadanos que era enemiga suya,
no por espíritu de realismo sino por miedo de que
volviese el terrnr , estaba mas desatada qut' nunca
contra ellas y los perscguia con el ma YOI' I'ip;or.
Iban encerrando y desarmando ú todos los fpIe ha-
hian servido con cierto calor á la revoluciono;' ejer-
ciendo con ellos actos tan arbitrarios como antigua-
mente contra los sospechosos. Iguahn ente llenas
estaban hoy las cárceles que flntes del H de thet'-


rx , (j




82 nEVOLUCIO~ FIlANCE5A
midor , solo que ;cl'a de revolucionarios, bien que
no pasaba el número de los presos de 20 á 25 111il
individuos, cuando antes llegó á subir á cerca de
J00 mil. Estallan los realitas locos de contentos
con el desarme y ptisiou de los patriotas, con el


1"" I 1 J' . ' -, 1 .
:';lqHiClU i P lOS Ul¡m!adlb montaúeses, as sumarras
pri qci piad,i:-i con1¡"J otros muchos, la su presion
del t ri im nnl rcvoltrciunario , la restitución de las
igle,-,ias al culto católico, y la reorganizacion de las
guardias nacionales; todo lo cual despertaba sus
esperanzas y se lisongeaban de que no tardarin n
en obligar á la revolucion á destruirse á sí mis-
nla, y la república acabaria por encerrar ó dar
muerte á todos los que la hahian fundado. Para
acelerar aquel movimiento intrigaLan en las sec-
ciones, las escitabaucontra los revolucionarios y
las provocaban á los mayores escesos, Iban vol-
viendo á entrar muchos emigrados, ya con pasa-
portes falsos, ya con pretesto de solicitar que se
les borrase de la lista. Todas las administraciones
locales que se habian renovado despuesdel 9 de
thennidor, y estaban por lo general compuestas
de hombres débiles ó enemigos de la república"!
se prestaban con mucho gusto á cuantas men-
tiras oficiosas se exigian de ellas y les parecia IUUY
permitido cuanto se d irijiese ú suavizar la suer-
te de Jos que entónces llamaban las víctimas del
terror, con lo cual proporcionaban ú una multi-




CONVENCION NACIONAL (1795). 8"3
tud de enemigos de su país los medios "de vol-
ver á entrar en a para destrozarle, Asi en LYOIl
como en todo ell\fediodia continuaban los agentes
realistas apareciendo secretamente y las compa-
ilias de Jesus V del Sol habian cometido nuevos


.'


asesinatos. Se distribuveron inútilmente á la guar..
dia nacional de Lyon 10 mil fusiles que estaban
destinados al ejército de los Alpes, la cual sin ser-
virse de ellos habia dcjado degollar el t:3 de ju-
nio á una multitud de patriotas, volviendo el Sao-
na y el Ródano á llevar muchos cadáveres en sus
aguas. Tambien se verificaron iguales matanzas en
Nimes, Aviñon y lUarselJa, habiéndose dirijido en
esta última ciudad al fuerte de San Juan, donde
renovaron los horrores de setiembre contra los
infelices que estaban presos.


Al paso que el partido dominante de la conven-
cion , compuesto de thermidorianos y girondinos
se defendía contra los revolucionarios, no perdía
tampoco de vista {¡ los realistas y conocia la nece-
sidad de reprimirlosv Para ello decretó inmediata-
mente que fuese desarmada la ciudad de Lyon
por un destacamento del ejército de los Alpes y
quedasen destituidas las autoridades que habian
dejado sacrificar ú Jos patriotas. Mandose al mismo
tiempo á las comisiones civiles de las secciones que
revisasen las listas de ,los presos y dispusiesen la
soltura de los que lo estaban sin suficiente causa.




84 REVOLUCION FRANCESA.
h.mediatamente se sublevaron las secciones escita-
das por los intrigantes realistas y vinieron con pe-
ticiones conminatorias á la convencion, diciendo
que la comision de seguridad general ponia en li-
bertad á los terroristas y les volvia las armas. Las
secciones de Lepelletier y del Teatro Frances
(Odeon) , que siempre fueron las mas emperradas
contra los revolucionarios, vinieron preguntando
si se pensaba en reanimar á la facción abatida, y
si eso de hablar de realismo á la Francia era con
el objeto de que se olvidase el terro rismo,


A estas representaciones, generalmente muy
poco respetuosas añadian los interesados en el des-
órden los rumores mas propios para agitar los áni-
mos, esparciendo unas veces que Tolon se habia
vuelto á entregar á los Ingleses; que el príncipe
de Condé y los Austriacos iban á' entrar por el
Franco-Condado, mientras que los Ingleses pe-
netrarian por el Oeste; que habia muerto Piche-
grú, que iban á faltar- enteramente los víveres
porque se iba á ponel~ el comercio libre; y por úl-
timo que en una jUIlbl de las comisiones se habia
estado deliberando sobre restablecer el régimen
del terror. Todas estas voces se fomentaban por
medio de los diarios realistas, y podia decirse al
ver aquella general agitacion que habia llegado el
reinado de la anarquía. Pero se engañaban mucho
los thermidorianos y los contra-revolucionarios,




CONVENCION NACIONAL (1795). 85
cuando daban el nombre de anarquia al régimen
precedente, pues no fue sino una dictadura es-
pantosa , y solo ,principió la anarquía, cuando
dos facciones casi iguales en fuerzas se pusieron á
combatir entre sí sin que el gobierno tuviese bas-
tante fuerza para sujetarlas.






NOTAS D:~~l~ TJIA.DUCT01\
PEUTENECIE~TES AL CAPITULO PHBJEHO.
~- ----~-..........._--


P.\Gl:\".\ 3 L


I Tl'odol'o "el'uil'!' Il;tciú el .':2~ dt' Ju!io 1i31 ('11
Lous-Ic Suuluier y di'spues de coucluidus sus estudios d(~
lnuuauidndcs se decidió por la carrera de la ubogucin.
Pero sus padres le dostiunhan ú la carrera eclesiástica y
luyo <lile cstudi.u: al mismo tiempo la teología y el del'c-
cho , Jías para cortar la cuestión entro su pudro y (,1 so-
))I'C su verdadera vocaciou , sentó plaza en la ~Wl1dal'lllrria
<le Luncvihc. Dcspues de algunas ealli(xlllas volvi« Ú LOlIs-
le Sauluicr y se didicó ú la abogacia en q¡W adquirió 1I1l1-
cha rcputaciou..\11í le uourhrurou pal'a los estados gene--
rales y se oCllplÍ (,sIH~ciallll(~l1te d(~ materias de hacienda.
Lo mistuo hizo despues eu la couvcuciou , donde cuando
llegó el PI'OC('SO de Luis X\'1 dijo «.tw él 1I0 se creia jU(!Z
SIlYO , sino qne úuicarueute votaba por el destierro , v eso
1:0;110 mcdkla política, y con apcluciou al pueblo; l;'uc
uno de los 73 diputados q ue fueron escluidos de la usnm-
Llca de resultas del 31 de ma)'o, y tomó la resoluciou
de irse á Suiza donde pasó la temporada del terror. AHí
escribió Sil tratado de las pasiones; obra filosófica, pe/'o
que se resiento UIl poco de la t:d:td del autor. Cuando-
volvieron Ú llaunulc , como ú sus compuiieros en 17:)4
se vio eu lu:, apul'os de quc habla el teXto pOI' hallaL;¡' dc
prcsitlcut« cuando el populacho invadió la couveucinn.
Concluida esta, pasó Vernier al cousojo de los Ancianos,
hasta que Bouupurtc invadió el poder el dia 1g dp bruma-
rio y eu sr-guidu le nomhró senador y com.uuluuu. de la
legioll de honor. Cualldo volvió Luis xvm ú Francia Il~
1I0l1l\)r(, par y estuvo usisticudo ú la CÚIlJ:t1 a Ilasta SI/
mue rte oc1I1Tida t' JI () de Iclncro 181 ~ á la edad de X7




XOLts


:llIOS. Ha dejado escritas é impresas lus siguientes obras.
Elerncuu¡.... de hacienda 1 tomo en !¡'. o cspuúol. Caracie-
res de las pasiones usi en lo físico como en lo morai í. tomo
eIl1·. () idem. Nociones qenerale« sobre la educacum id. id.
J)escJ'ipcion de la Quinta de Beanreyard en VíIlanneea de San
Jorge id. id. J)elicias de la vida del campo id. ti. Y otros
muchos opúsculos d(\ menos importancia.


"2 K"te )l1111y era hijo del diputado .\ntonio ellally el
cual haLla servido en los ejércitos ; y aunque recihió es-
tas heridadu-, que habla.Mr. Thiers , tuvo la fortuna de
que no Iuosc n p'~lig rosas.


PALaNA 41.


;) Felipe Iluhl era administrador del departamento
del Bajo Rhin cuando le nombraron para la 1egi.;lativa y
después para la convencion ~ donde no votó en (o/ pro--
ceso del ,'ey por hallarse comisionado en el departamento
del Mosella , Era nn republicano acérrimo ~. frecuente-
mente se le vió en la legislativa atacar al I'f'Y, ú los lUi~­
nistros , ú los príucipcs ~ ú los emigrados , y ú sus puriou-
tes. En la couvenciou todavía se hizo mus e:\ag(\l'ado pues
adoptó con furor el sistema jacobino. De resultas le nom-
I» arou representante en el departamento del Mame, y
;'1 su paso pOI' Rcims hizo pedazos públicamente la hotell»
llamada Santa Ampolla destinada para la cousagracion de
los reyes, y los envió ú la couvencion , que aplaudió mu-
eho su civismo. Aunque montañes y miembro de la segu-
ridad gel)('I'al ~ sobrevivió ú la reacciou del n de thermi-
dOI' y ú la proscripcion de Barrére y compañia ~ pet'o ha-
hiéndosc puesto al frente de esta iusurrcccion de <[Ile ha-
lila el texto ~ le mandaron arrestar y se matél ú puuala-
da~ eu su propia «asa.




DEL TRAUtJCTOR.


PAGINA 42.


89


,{ Pedro Augusto Soubrany era natural de Hiom y
oficial de dragones cuando principió la revoluciou y en-
touces le nombraron corregidor de~Jliom , después dipu-
tado á la legislativa y últimamente á la convencion, don-
de rué uno de los regicidas. Durante la época del tenor
estuvo de representante en el ejército del Mosella. A su
vuelta ocurrió esta insurreccion del populacho de Paris
contra la convencion, cn que se le nombró comandante
gcner'al de la fuerza armada. Pero vencida la insurrec-
cion le cnu-cgnrou á un consejo de guerra que le conde-
nó Ú muerte el día 28 de prerial. Apenas oyó su senten-
teucia se dió de puñaladas, pero viendo que no estaba'
muerto le condujeron al suplicio donde espiró. Era hom-
bre de mucho valor' y de una frugalidad ejemplar , que le
ganó el cariño de sus soldados pues comía y dormia á
campo raso lo mismo que ellos y sobre todo les conducía
con frecuencia ú la victoria en el ejército de los Pirineos
Orientales donde sirvió mucho tiempo y se distinguió
mucho en la reconquista de Santelmo, Port-Vendré y
Coliouvre.


PAGINA 47.


ti Delecloi fue convencional y régicída , pero uno de
los que protestaron contra la tropelía del 51 de mayo de
179:3, por lo cual rué del número de los 75 diputados
quc estuvieron pr'esos durante la tirania de la montaña.
Desde que volvió á la convencion procuró vcngtu-se de
sus perseguidores denunciando á José Lebon ,ú los miem-
hros de la cornisiou revolucionada de Nantes, á los que
se hubiun divertido en ahogar ciudadanos en los estan-
ques de Tullerias etc. Este fué el que pr-opnso quc el ter-
reno ocupado áutes pOI' el club de los jacobinos se COfl-
viniese en un mercado púhlico, que es el que hoy se CO'
Hoce con este nombre, y también con el de Mercado de


.,
,h'
....


..JO'
.-.~


r
.- .' t'1 /
\~ .. -..'1:.··· ./'


.,.--- .




no- NOTAS
San Ilonorato. Habiendo sabido que ltuhl , lino de los-
arrestados en su casa de resultas de la iusurrecciou del
l. o de prerial (20 de mayo ¡17H5) se había dado de pu-
ñaladas , propuso el decreto de que todos los que se ha-
llasen en igual caso fuesen couducidos á la cárcel públi-
ca. En el consejo de los 500 promovió diferentes esta-
blecimientos de humanidad y beneficencia, y cuando sa-
lió de él, le nombraron comisionado del directorio cerca
del tribunal de correccion de Doulcns. Despuos le eli-
gieron miembro del consejo de los Ancianos y' última-
mente los cónsules le destinaron al cuerpo legislativo ,.
donde murió en 1809.


PAGI~A 47.


G Francisco Bergoiug fué uno de los diputados de la
Girouda que opinaron por la reclusión en el proceso de-
Luis XV I. Hizo parte de aquella cornisiou de los doce,
que sirvió de pretesto p:lI'a la proscripcion de los gil'on-
dinos. De sus resultas le pusieron fuera de la ley por de-
creto de 5 de octubre 1795; pero pudo ocultarse y \'01-
vió á entrar en la convcnciou en 179-.J, donde va refiere
el texto el servicio tan SPIlah\l!l) qne la hizo :{clluiendo
con tropas á media llUCÍli' P;\1':l salvarla de los demagogos.
Como era un rcpuhlicnno Sit!U'l'O , se mantuvo Iirrne en
los principios constitucionulcs , no solo en el consejo de
los 500 , sino también cuando ocurrió la revolucion del
18 de brumario , en qne por no condescender con Ho-
naparte envió la dimision de su destino, y se retiró ú la
"ida privada.


7 Juan Pablo Peyssard habia sido gual'dia dI! LOI'PS
y caballero del hábito de San Luis pOI· Luis XVl Y siII
embargo no solo votó su muerte , sino que le acusó de
<pIC había envenenado Ú Francisco Gausain, uuudieudo
que desde niño habia LIado muestras de (erucidatl, adies-
trándose en atormentar animales para devramar luegu á




BEL TIlADUCTOR.


torrnues la siuujre luuniuui. ¡ A tanto llega el /'UI'OI' del
espíritu de partido! Este rué el que hallándose de re-
prcseutante eu el ejército del Norte, acusó al desgracia-
do gencml Houchard despues de haber ganado la bata-
lla de Hondschoote, y el que estuvo encargado de depu-
rar la escuela de :Metz. Ya puede verse en el texto
cual íué su conducta en la revuelta del populacho del 20
(le mayo '17!JS , de cups resultas fll(~ pl'(~So y condena-
do á la deportucion , pero gozó del henelicio de la am-
ustia deI 1, do hruruario. En tiempo lIel directorio le
uomhrarou admiuistrador del departamento de la Dor-
doña, pero rué necesario destituirle por ruulversacioues
y 110 volvió nndic á hacer caso de él.


PAGINA ;,1.


};Lecal'pcllli.'1' era llll algll;)('i! d., Valoguo y dcspucs
diputado .'11 la couvr-uciou donde votó la muerte del rey,
('Ilt'lIl'cci.Slldosc de qll(~ hubiera quien 110 le tuviese pOI'
criminal. 'I'amhieu rué liada menos que representante en
los departamentos de la Mancha; I1e y Vilainc y las cos-
tas del Norte , tal era la canalla que entonces dirigía los
destinos de la Francia , y ú fl; que persiguió :'\ los nobles
v {¡ los ~ !.;l'¡~os COIl un i'ncll'niz'\íuiellto tal que, segun
refiere Prudhoruc , esclarnaha . allá va la caza; cuumlo
veia pasal' los infelices ú quienes enviaba ú la guillolill:l.
Verdad es que en sus cartas Ú la comision de salud pú-
hlica , decia el mismo, que jamas había perdonado á na-
die . Este Iué el que dil'igió la defensa de Gi'anville eOH-
trn los de! Yelldéc y uunbieu puede alegarse CH su faYOI',
que á lo mellas pcrmnneció fiel ú la montaña despues de
su caidu , mientras fpW tantos otros cometieron la bajeza
de volverse contra ella cuando la vieron ahatida. Es inú-
til añadir que aunqne le pusieron pre so, le alcanzó muy
pronto la nmnistiu.




92 NOTAS


PAGINA :>1.


9 Jacobo Pinet , llamado el mayor, era administra-
dor del distrito de Bergerac cuando le eligieron miembro
de la legislativa y después de la couvencion donde votó
la muerte de Luis XVI. Estuvo de representante en el
ejército del Oeste, y mas adelante en 1794 pasó al de
los Pirineos con Cavaignac , donde debieron ser muy no-
torias sus rapiñas y crueldades, si hemos de juzgar por
el gran número de acusaciones que llovieron sobre él.
Sobre todo la sociedad popular' de Bayonn le pintó como
un monstruo de iniquidad y esto rué lo que ocasionó su
arresto , de que salió en virtud de la amnistia. En tiem-
po del directorio fue necesario quitarle el destino de ad-
ministrador del Dordoña pOI' haber querido influir en
las elecciones, y luego no se volvió á hablar mas de él.


PAGINA ~H.


10 Jacobo Borie Camber era un abogado del depar-
tamento del Coreze, que fue miembro de la legislativa y
d e la convención habiendo votado en esta última por la
muerte del rey, Trabajó bastante en materias de hacien-
da; pero mucho mas en promo\'er acusaciones contra el
general Custine , á quien hablan denunciado antes unos
soldados del batallón de Coreze , y consiguió su diputa-
do Borie que se hiciese á fines de 1792 mencion honrosa
de esta denuncia del hatallon , como una hazaña cívica.
En 1795 pasó de representante al ejército de I Ithin , y
apenas legó, escribió dando parte de las medidas que ha-
hia tomado contra el enemigo, lo cual bastó para que le
mandasen retirar. Despues le enviaron á los departamen--
tos del Gard y Lozere á perseguir realistas y clérigos no
juramentados, lo cual desempeñó á las mil maravillas,
pues no hubo género de crueldad que no emplease con-
tra ellos. Una de ellas fue ponerse á bailar la caramañola
con su traje de representante, al rededor de la guillotina,




-DEL TRA.DUCTOR. 93
mientras estaban dando la muerte á los que él habia
mandado guillotinal'. Estas y otras muchas pruebas de
patriotismo revolucionario ocasionaron el arresto de que
habla ~lr. Thiers. Pero le alcanzó como á tantos otros
pervel'sos , la amnistiu del 4 de hrumario de 179a. Ulti-
mamente le nombrar-on los cónsules oidor en el tribunal
civil de Cognac , pel'o fue necesario quitarle el destino
por su mala conducta y desapareció de la escena política
para siempre.


PAGINA aL


f 1 Fayau fue diputado del Vendée á la convenCion y
uno de los regicidas. Estuvo de representante en su pais
para promovel' las levas en masa; pero era tan bárbaro
y cruel , quc solicitó se arrasase enteramente todo el ter-
ritorio del Vendée hasta que quedase inhabitable á lo me-
nos por un año. En 1794 propuso una ley pal'a que se
aplicasen á los aristocrátas las mismas medidas que se
tomaban contra los lobos. Asi fue que después del 9 de
thermidor fue uno de los que mas se resistian al movi-
mientos rctrógudo , invocando á cada instante el alma (fu
Marat. Estos antecedentes fueron los que provocaron Sil
arresto el 23 dc mayo dc f 79a, pCI'O le alcanzó pronto
la amnistía como á sus compañeros, Concluida la legisla-
tura le nombraron oficial de la secretaría de justicia y
después comisionado del gobierno cerca del tribunal de
policía de I\1onlaigu y murió siendo fiscal imperial del tri-
bunal civil <Ir! mismo pueblo.


PAGINA G5.


12 JOI'g'C Brunel era corregidor de Beziers cuando
le eligieron pal'a la legislativa y luego para la convencion,
dondc votó por la reclusion del I'ey. Fué miembro de la
comision dc las colonias y en 1795 pasó de representan-
te á Lyon , cuyas autoridades estando dispuestas á in-
surreccionarse , le pusieron pl'eso , pero le soltaron á los




() 'r.
, .. NOTAS


pocos días yle dieron una completa satisfacciou. Volvio
á Paris , y habiéndole acusado Chahot de qne seguía cor-
respondencia con los federalistas de Burdeos le volvieron
ú prender y no consiguió su libertad hasta dcspues del 9
de therruidor. A los pocosdias pasó en comision á '1'0-
Ion, donde se quitó la vida en la ocasión de que habla el
texto. Lucouveueion señaló una peusion á su viuda yú
sus hijos.
PAGl~A 63.


15 Juan Niou , ingeniero de marina en Bochcfort J
diputado y regicida, COI'I'ió de representante en muchos
departamentos como el del Oeste, Norte y Paso de Caláis,
sin que en ninguno de ellos se le eche en cara el menor acto
de crueldad. Se dice que su pohro mugel' se asustó tan-
to de una visita domiciliaria que hahia mandado hacer la
junta revolucionaria de Hochefort , que malparió en el
mismo acto y se quedó muerta. Estuvo alguu tiempo de
comisionado en la escuadra de Tolon , donde corrió mu-
chos peligros con la insurrección de los jacobinos de
aquella ciudad en 179;>. Después le destinó el directorio
á que pasase á Lóndres á entender en el cangc de J11'Í-
sioneros )' firmó un convenio acerca del cange general de
los prisioneros entre Francia é Inglaterra. Luego cedió
esta comision á MI'. Ouo y Ú su vuelta ú Francia en 1800
le nombró el cónsul Bonnpurtc miembro (te la comision ó
consejo de presas, donde se condujo con suma integri-
dad y creemos que murió en el mismo destino húcia el
año 1808.


PAGINA 64.


14 Escudier era diputado del Val' á la convcncion
donde votó la muerte del l'ey, y pocos meses despucs
pasó de comisionado al ejército de Carteau , que estaba
encargado entonces de sujetar á Marsella (~ impedida que
fuese al SOCOl'ro de Lvon , Debe decirse en honor de este


,;


diputado, que no imitó las crueldades de Barrns , Fre-
ron etc. sus compañeros de comisiono Conducta tanto




DEI. TRADUCTOR. 93
.mas ostraña , cuanto ya tenia reputación de muy cruel ,
por haber derramarlo mucha sangre al frente de la comi-
sion revolucionaria de Orange. Esto último fue lo que
ocasionó su arresto, que duró poco tiempo pOI'flue le
.alcanzó la amnistia que se publicó ú fines del mismo año
17m, y volvió ú entrar en la obscuridad,


PAGI~A 64.


1:; RicOl'd fue abogado en Val' y 1uego convencional
~. regicida. A principios de 1794 pasó de representante
Ú los ejércitos de Italia con Itobespierre el menor, de
.quieu era íntimo amigo y concurrió con él á todas las
hazaiius revolucionarias en el Mediodia, no menos que á
.la espulsion de los Ingleses y Piamonteses del territorio
Irances , V sobre todo ú la toma de Tolón. A su vuelta le
acusó el severo Cambo u de que habia robado grandes
cantidades de aceites destinados á Génova, pel'O no tuvo
consecuencias aq uclla acusacion . No asi esta otra de que
habla el texto, pues le arrestaron , como á los demas ,
aunque luego le alcanzó la amnistía. :Mas adelante estuvo
implicado tambien en la conspiracion de Babeuf y aun-
que el fiscal pidió su muerte le absolvieron los jurados ,
y en lo sucesivo vivió tranquilo en París hasta el año de
18'l~ en que falleció.


'PAGINA 63.


16 Este tunante llamado l\lal'chand era uno deJos
agentes ó delatores de las comisiones del gobierno v uno
de los mas notables de la sociedad d ~ los f"ancisca~os de
Paris durante la época del tenor. Mas ,hahiéndole arres-
tado pOI' una de sus muchas Iechurias , se presentó una
d iputucion de los franciscanos ú pedir su libertad que le
fue concedida. Otra vez se le volvió á prender de resul-
tas de la eonspiracion de Ilebert y tambicn pudo salvar el
pescuezo. Después de la cuida de Rohespicrrc se le arres-
tó nuevamente pCl'O le protegieron los jacobinos y uun-




96 NOTAS
bien consiguieron su libertad engañando á Clausel qn~
era miembro de la cornision de seguridad general. Luego
que este averiguó la sorpresa que le hahian hecho, vol-
vió á cspedir otro decreto de arresto hasta que después
de esta crisis de que habla el texto se pidió su deporta-
cion, pero le alcanzó la amnistla. En 1799 fue tuuihien
miembro muy acalorodo de la sociedad del Picadero ,
donde defendió constantemente á los antiguos terroris-
tas , á quienes daba el título de mártires de la libertad.
Estaba entonces empleado en el ministerio de la guerra y
dió su dimisión cuando Bernadotte renunció el miuistc-
rio , Ultimamente le deportaron por dos veces sin que en
ninguna de ellas saliese de Francia, sino que huyó, hizo
correr la voz de que habia muerto, y resucitó el año
1804 , contentándose el gobierno imperial con ponerte
bajo la vigilancia de la policía en un pueblecito de NOI'-
.mandia , donde murió.


PAGINA. Gtl.


17 Juan Bautista Clcmence fue uno de los jurados
del tribunal revolucionario de Paris , y le echaron de
allí en 1794 de órden de Robespierre. Despues del U de
thermidor le arrestaron por terrorista )' aunque los jaco-
binos consiguieron que se le pusiese en libertad, volvió
luego á prendérsele y se le juzgó en el tribunal del Eure
y Loira que le condenó á estar encerrado en el castillo de
Ham. Pero habiéndole sacado de allí por orden del co-
mandante para que lo juzgase de nuevo la po licia corree- .
cional , esta l~ absolvió con ID misma arbitrariedad que
el comandante le había relevado de la pena anterior.
Ultimamente los cónsules le nombraron administrador'
del derecho de puertas de 1\1ontauban, en cuyo destino
murió.


PAGINA 66.


18 Este Allart era un vecino de Hevel , á quien hi-,




DEJ. TRA()UCTOR •


eierou corregidor de Montesquien y fue diputado suplen-
te pOI' el departamento del Alto Carona. Entró en la con-
vencion en el lugar de Julian elde Tolosa , á quien ha-
bian guillotinado. Pero la conducta del lluevo diputado
fue todavia peor que la de su antecesor , pue~ que la so-
ciedad popular del departamento del Arriege le acusó á la
convencion de que era un hombre atroz é inmoral )' de
que había robado muchas alhajas de precio, por lo cual
se le puso pl'eso . pCI'O le salvó la amnistía del 4 dl~ hru-


, 1~o·'mario : i n»,


19 Enrique Forestier PI'a hijo de un zapatero de la
Pomeraye , departamento del Maine y Loira , á quien d(~s­
tinaba su padre para cura, pel'O cuando principió la
guerra civil tomó las armas y se alistó con Stolflet si-
guiendo toda la guerra. Dcspues de la derrota de Sa-
venay se quedó en la orilla derecha del Loirn ~. ayudó á
Puisaye á formar la primera Chuaneria y despues se vol-
vió al Anjou con Stolflet. En 1799 le nombraron gcfe tI.-
divisiou , PCI'O habiendo sido peligrosamente herido no
volvió á presentarse hasta la pacifícacion. De sus resultas
pasó á Paris y en 1801 á España y desde allí ú Lou-
dres para u-abajar siempre en favor de su partido y luego
que se rompió el tratado de Amiens le encargaron ú él y á
su amigo Ceris la sublevación de la Guiena. Vino á B~Jr­
deos furtivamente y estableció una agencia realista que
fue descubierta casi al mismo tiempo qne la conspiracion
de Jorge Cadoudal; pero él se escapó á España y una co~
mision militar establecida en Nantes le condenó ú 1I111l'I'ttl
en rebeldía.


PAGINA 67,


20 Carlos Andres Ballaud era procurador síndico del
distrito de BrUVCl'fl,S cuando la asamblea electoral de 1010;
Vosgos le nombró diputado suplente c\ la If'gisiativ:t , y
aunque no asistió nunca á ella le nombraron después pa-
ra la conveuoion , donde condenó al rl'Y Ú la reclusion ,


IX. 7




98 NOTAS
salvo el caso, dijo ~ en que el pueblo quiera matarle. Ern
muy aficionado á materlas de hacienda y al sistema mo-
netario. Luego fue miembro del consejo de los t)Oü,
donde corrió con el plan del empréstito forzado de 179G
y cuando salió del cuerpo legistativo le dieron un empleo
en las oficinas de la contabilidad intermedia, donde "i-
vió v murió obscuramente.


"




CONVENCIONNACTONAL (179~,).


CAPJTLTLO SEGUXDO.


'Situncion de los ejércitos en el "Norte, en el Rhin , ('11 los Al-
pes yen lo:' Pirineos :í mediados clcl afio lII. - Pr-imeros
proyectos de la traicion de Pichegrti. - Estado del Ven-o
dce y de la Hrctaña. Intrigas y planes de los realistas. Re-
novacion de las hostilidades en algunos puntos del pais ya
.pacilicado. - Espediciou de Quiberoll. Dcstruccion del
ejército realista por Hochc. Causas del ma 1 ó, ito que te vo
aquella tentativa. - Paz con la Espalia. - Pavo del H.hiu
por los (~F'I'('ito'i fralle(·SI's.


l\Iuy poco hahia vai-iado la situación de los ei(~L'­
citos y á pesal' de haberse pasado ya la mitad dcl
verano no habia ocurrido suceso alguno impor-
tante. So hahia dado cl mundo del cjé1'(~ito del
Norte, que estaba acampado en Holanda al gene-
ral Moreau; el del Sumhra y l\Iosa qne estaba en
las orillas del Rhin hácia Colonia, á Jourrlan , y el
del Rhin que estaba a cantonado desde Maguncia
hasta Strasburgo , ú Picliegrú. Continuaha la pc-
nuria d e las tropas y ann se habia aumentado 111U-
d10 en pl'OpO rcion de la flojedad en que haliian
caído los resortes del ~ohi('l'110 V sobre todo con la
~ . J




tOO REVOLUClON FRANCESA.
ruina del papel moneda. Se hallaba Jourdan sin
tener siquiera un puente volante para pasar el
Rhin, ni un caballo con que conducir su artille-
ria y bagages. Klóber , que estaba delante de Ma-
guncia, no tenia ni aun la cuarta parte (~el mate-
rial necesario para sitiar aquella p'aza ,y todos los
soldados se iban desertando al interior , creyendo
la mayor parte de ellos haber hecho ya lo bastan...
te en favor de la república con haber llevado sus
banderas victoriosas hasta el Bhin, El gobierno no
sabia proveer á sus recnrsos, ni ocupar ni enar-
decer su entusiasmo con grandes operaciones, ni
siquiera se atrevía ú mandar prender á los que
habian desertado de sus banderas. Se sabia noto-
riamente que los jóvenes de la primera requisi-
cion habian vuelto al interior , y ni se les husca-
ba ni se les castigaba, llegando ú tal punto la des-
vergüenza, que hasta en Paris mismo gozaban de
cierto favor en las comisiones, á quienes servían
de vez en cuando de milicia voluntaria. Así era ya
11lUV considerable el número de los desertores,




como que los ejércitos habian perdido una cuarta
parte de su fuerza efectiva, y se conocia en todo
aquella relajaciou genel'al qu(aleja al soldado del
servicio, disgusta á los gefes y pone á mucho ries-
go su fidelidad. El diputado Aubry que estaba en-
cargado en la comisión de salud pública de lo
personal del ejército, hahia conseguido hacer una




CONVENCION NACIONAL (J 795). 101
verdadera reacción contra todos los oficiales pa-
triotas, en favor de los que no hahian servido en
los dos años célehres de 93 y 94.


Si los Austriacos no hubieran estado entonces
tan desmoralizados, aquel era el momento de ven-
garse de todos sus reveses, pero estaban organi-
zándose lentamente del otro lado del Rhin y no
se atrevian á hacer nada para impedir las dos úni-
cas operaciones intentadas por los ejél'citos fran-
ceses , que eran los sitios de Luxemburgo y Ma-
guncia. Eran quellas dos plazas los únicos puntos
que todavía conscrvaha la coalicion en la orilla
izquierda del Hhiu ; y la toma de la primera com-
pletaba la conquista de los Paises Bajos, mientras
que la segunda privaba á los imperiales de una
cabeza de puente por donde podian pasar el Rhin
con toda seguridad. Habiendo sido bloqueada Lu-
xemhurgo durante todo el invierno y primavera,
tuvo que rendirse por hambre el dia 24 de junio;
pero Mag-uncia no podia caer mas que por medio
de un sitio, para el cual faltaba el material nece-
sario, y era indispensable atacarla por las dos ori-
llas , atravesando antes el Rhin Jourdan y Pi che-
g-rú ,cuya operacion era muy dificil en presencia
de los Austriacos, y del todo imposible carecien-
do de puentes. Por manera , que estando victorio-
sos nuestros ejércitos, se hallaban detenidos á la
orilla del Rhin sin poder atravesarle por falta ..le




HEVOU'CION F1LlNCESA.


medios, y se resentían como todos los ramos deí
gobierno de la debilidad de la actual atlrninis-
tracion.


Todavia era menos satislactoria nuestra situa-
cían en la frontera de los Alpes, porque á lo me-
nos en el Rhin habiamos hecho la importante con-
quista de Luxemburgo, mientras que en la fron-
tera de Italia lejos de adelantar habíamos retroce-
dido. Mandaha Kellermann los dos ejércitos de los
Alpes, que se encontraban en el luismo estado de
penuria que todos los demás , pues sin contar la
deserción se habian debilitado tambien por dife-
rentes destacamentos que se habían sacado de
ellas. Pensó el gohicrno en dar un gol pe ridículo
sobre Roma, y pa ra vengar el asesinato de Basse-
ville babia embarcado 10 mil hombres en la es....
cuadra ele Tolon , ya reparada eutcrarucntc , pOt'
los esfuerzos de la cornisiou de salud pública, y
se proponía enviarlos ú las orillas del Tiber para
imponer una cont.ibucion sobre la ci udar] (Id pa-
pa y volverse proBLu:nelilt~ eu ~,;¡¡S Laísmos navíos.
Por fortuna un couihatc naval que:-le liahia dado
con el Lord Ilotam , de que se retiraron las dos es,..
cuadras ig'ualmente mnlt.ratadns , impidiú la cge-
cucion do aquel proyecto; y así se devolvió al ejér-
cito de Italia la divisiou que huhian sacado de ella,
pcro fue preciso al mismo tiempo enviar un cucr-
po á Tolo n pa ra a tacar ú los terroristas , y otro [l




CONVENCION NACIONAL (1795). 103
Lyon para desarmar la guardia nacional que ha-
bia dejado asesinar á los patriotas. Esta era la cau-
sa porque se encontraban los dos ejércitos de los
Alpes privados; de una parte de sus fuerzas en
presencia de los Piamonteses y Austriacos que se
hahian reforzado con 10 mil hombres venidos del
TyroL Aprovechando el general Devins el momen-
to en que Kellermann acababa de destacar una de
sus divisiones sobre Tolon , atacó su derecha cerca
de Génova; y no pudiendo resistir Kellermann á
un esfuerzo superior se habia visto precisado á re-
plegarse. Contento con ocupar el collado de Ten-
de sobre los Alpes, se guardaba lnuy bien de es-
tenderse por su derecha hasta Génova, y habia to-
Iludo posición detrás de la línea de Borghetto ,
y aun tenia motivos para temer que muy pronto
no podría comunicar con Génova, cuyo ('cmH'lTIO
de granos esperj mcntaria grandes obstáculo- a!}p-
nas ocupase el enemigo el rio Ponant.


Tampoco se había hecho nada decisivo en Es-
pafia, dourlc e! cj('~n:ito de Jos Pir-ineos Orientales
continuaha ocu parido la Cata Iuiia hasta las orillas
del Fluviá. Ya se hahian dado algunos combates
inútiles en las inmediaciones de aquel rio sin po-
der pasar al otro lado. En los Pirineos occidenta-
les oqpnizaba Moncey su ejército que estaba lleno
de enfermedadcs , para volver á entrar en Gui-
puzcoa y avanzar por Navarra.




104. REVOLUf~ION "'ttACESA.
Aunque nuestros ejércitos no hubiesen perdido


nada sino en la parte de Italia y por mas que hu-
biesen conquistado una de las princi pales plazas
de Europa, se hallahan , corno hemos dicho, mal
administrados , flojamente conducidos, y se re-
sentian de la anarquia general que reinaha en to-
dos los ramos de la admi nistracion.


Era pues aquel el momento favorable, sino pa-
ra vencerlos , porque el peligTo les hubiera vuel-
to toda su energia , á lo menos para hacer alg'unas
tentativas de cOl>rOlupel' su fidelidad ,y ensayar pro-
vectos de contra-irevolucion. Ya hemos visto como
los realistas y los gabinetes estranaeros habian con-
cebido algunos planes para sublevar las provin-
cias insurreccionadas; y que Puisave y el ministe-
rio ingles estaban preparando un desembarco en
la Bretaña y la agencia de Paris y la España dis-
ponian otra espedicion en el Vendée. Al mismo
tiempo la emijn-acion pensaha en penetrar en
Francia por otro punto que era el del Este, mien-
tras que las otras dos espediciones de España é
Inglaterra habian d.e efectuarse por el Oeste. Te-
nia el príncipe de Condé su cuartel general en el
Hhin donde mandaba un cueL'po de 2500 infantes
y 1500 caballos. Se pensaba dar órden á todos los
~migL'ados que andaban viajando por el continen-
te de venir ú reunirse con él, hajo la pena de ser
espelidos pOl' las potencias de sus respectivos tcr-




CONVENCION NACION,U, (1795). í05
ritorios. De esta manera se encontrarla reforzado
aquel cuerpo con todos los emigrados que hasta
entonces estaban ociosos y dejando á los Austria-
cos ocupados en repeler á los Franceses que esta-
ban hacia el Rhin, procurarian ellos penetrar por
el Franco-Eondado y marchar sobre Paris mien-
tras que el conde de Artois con los insurgentes
del Oeste se iria aproximando por su parte. En
caso de no conseguir el ohjeto que se proponían,
contaron por lo menos con obtener una capitula-
cion semejante á la del Vendée fundada en las
mismas razones que la de estos últimos. Porque
dirian los emigrados que hacian parte de aquella
espedicion· « Nosotros somos unos Franceses que
({ hemos recurrido á la guerra civil dentro de Fran-


L


« cia y sin mezclarnos con los estl'angoeros.» Y aun
añadian los partidarios de aquel proyecto que este
era el único medio de volver á entrar en Francia,
bien fuese haciendo una contra-revolucion ó bien
pOI' medio de la amnistía.


El gobierno ingles que habia tomado á su suel-
do la división de Condé, v deseaba mucho se hi-
ciese alguna di version por el Este, mientras él es-
taba operando por el Oeste, insistia mucho en
que el príncipe de Condé emprendiese alguna
tentativa, fuese la que fuese. Le prometió por me-
dio de su embajador en Suiza Wickam 1 auxilios
de dinero y los medios necesarios para formar




'106 UEVOLUCION FRANCESA.
otros nuevos regimientos. Aquel intrépido prín-
espe no apetecia otra cosa sino intentar cualquie-
ra empresa, y aunque él fuese del todo incapaz
de dirigirla, ni mandar una hatalla, á lo menos
estaba pt'outo á ma.\'ch.at' con l()~ ())()~ (',~rrad()~ al
frente del peligro inmediatamente que se le in-
dicase.


Se le sujírió la idea de intentar corromper á Pi-
chegrú que mandaba el ejército del Rhin, y como
ya no asustaba á los generales aquella terrible co-
mision de salud pública y no tenia la vista fija
ni la mano levantada sobre ellos; y corno la re-
pública pagaha tan malditamente Ú sus oficiales
que apenas les daba con fIne satisfacer las mas u "-
gentes necesidades, yeso en asignndos , cada cual
de ellos temia ver desaparecer aquel gobiel'llo al
considerar los desórdenes que con tanta fl'ecnen-
cia ocurrian en la convención , y recelaban perder
con su caida las elevadas dignidades de que se
hallahan revestidos. Se sabia fIue Pichegrú gusta-
ha de Iuugeres y de pasarlo bien; fIue los 1..000
francos (Iue le pagaban mensualmente en asigna-
dos apenas correspondían: á 200 en la frontera,
cantidad insuficientisima para él, que además es-
taba disgustado de. servir á un gohierno tan vaci-
lante. No se habia olvidado tampoco que en el mes
de genuinal habia prestado su auxilio contra los
patriotas en los campos Elíseos, y todas estas




CONVENCION N,\CIONAL (179,)). 107
eircunstaucias reunidas hicieron parar la considc-
racion en que tal vez seria accesible Pichegrú á
ciertas ofertas brillantes. En consecuencia se diri-
gió el príncipe l),wa la e~ecucion (le aquel pro-
yecto á Mr. de l\'Iontgailldrd 2 , Y este ú un Íibrero
de Neuf-Chatelllamado Fauche-Borel 3, que sien-
do súbdito de una república prudente y feliz, iba
ú constitnirse en servidor obscuro de una dinastía
hajo la cual no habia nacido. Este Fauclic-Bore] se
fué á Altki rch , dondc estaba el cuartel general
de Pichegrú ,y después de haberle seguido en
muchas revistas, acabó por l larnar su utencion á
fuerza de no dejarle ú sol ni somhra. Últimamente
se atrevió ú accrcárscle en un corredor ,donde le
lIahló ú los principios dc un cierto manuscrito que
le qucl'ia dedicar, y habiendo cu cierto modo Pi-
clICgrú provocado su confianza, acabó por cspli-
carse con (d •. Le pidió I)ÍL'IH~g'l'ú ante todas cosas
una carta autógrafil lId princi pe p~H'a saber con
quien tenia que habérselas, y en efecto se volvió
Fauchc-Ilorc] Ú Íruscar ú Mr. de 1Hollt[l,ail1anl , V


, J


este al príncipe, hahieudo tenido (rW emplear
toda una nochc para hacerle escr-ibir una ('aeta de
ocho l'eng'loncs.. Tan pronto no queria dar á Pi-
chegrú el título de gene~'al,por m iedo de recono-
cer ú la república, y tan pronto' reusaba estampar
sus. armas en el sello, hasta quc por fin escrita la
carta j se volvió Fuuchc -Borcl ú donde estaba Pi-




108 REVOLUCION FRANCESA.
chegrú, el cual luego que vió la letra del prín-
cipe .entL'ó en los pormenOl'es del contrato, Se le'
ofrecia para él el grado de Mariscal, el gobiel'no
de Alsacia , un millón de francos en dinero y la
quinta y parque de Chamhord en toda propiedad,
con doce piezas de artilleria de las cogidas á los
Austriacos, y una pension de 200 mil francos de
renta reversibles á su muger é hijos. Se ofrecia á su
ejército la conservacion de todos los grados, una
pension para todos los comandantes de plazas que
se rindiesen, y la escepcion de contribuciones du-
rante 15 años á las ciudades que abriesen sus
puertas. Pero se pedia que Pichegrú enarbolase
la bandera blanca, que entregase la plaza de Hu-
ninga al prícipe de Condé , y que marchase con
él sobre Paris. Era demasiado astuto Pichegrú pa-
ra aceptar semejantes proposiciones, porque no
queria comprometerse hasta el gTado de entregar
á Huninga y enarbolar la bandera blanca en su
ejército. Pedia que le dejaran pasar el Rhin con
un cuerpo escogido, y allí prometia enarbolar
la bandera blanca, tornar con sigo el cuerpo de
Condé y marchar luego sobre Paris. No se al-
canza á comprender la ventaja que él se propo-
nia en este proyecto, porque igualmente dificil
era seducir al ejército del lado allá que del lado
acá del Rhin; pero no corria el peligro de entre-
gar una plaza y ser sorprendido en el acto


oftt.




CONVENCION NACIONAL (1795). 109
sin tener escusa alguna que dár á su traiciono


Por el contrario trasladándose del otro lado del
Rhin era siempre dueño de no consumar su trai-
cion en caso de no poderse entender con el prín-
cipe y con los Austriacos, ó si se le descubria de-
masiado pronto, podia aprovecharse del paso que
le hahian concedido para egecutar las operaciones
que le hubiese mandado su gobierno, y decir lue-
go que no habia escuchado las proposiciones del
enemigo sino para sacar partido contra él. En uno
y otro caso se reservaba el medio de vender á la
república ó al príncipe con quien estaba tratan-
do. Volvió Fauche-Borel hácia los que le envia-
ban, pero estos le dcspacharon dc nHCVO con ór-
den de que insistiese en las mismas proposiciones
y fué y vino muchas veces sin poder terminar la
diferencia, que consistia en querer el príncipe la
plaza de I1uning'a y Pichegrú el paso del Rhin. Ni
uno ni otro se resolvian á conceder una ventaja
tan gra nde, siendo el principal motivo de la ne-
gativa del príncipe la precisión en que estaba de
recurrir á los Austriacos para obtener la autoriza-
cíon del paso, sino que queria tener él solo el
.honor de haber hecho la contra-revoluciono Sin
embargo parece que se vió precisado á recurrir al
consejo aúlico ,durante cuyo tiempo vigilado Pi-
chegrú pOI' los representantes, tuvo que suspen-
der sus correspondencias y su traiciono




110 REl'OLUClON FIl.ANCESA.
Mientras que esto pasaba en el ejército los agen-


tes del interior Lcmaitre , Brottier , Despornellcs ,
Lavi\\e-lleurnois' , Duverrie (\e Presle y otros con-
tinuaban sus intrigas. Acababa de 1110rir el joven
príncipe hijo de Luis XVI de un tumor en la ro-
dilla que provenia de un vicio escrofuloso , y los
agentcs realistas esparcieron la voz de que habia
muerto envenenado y se dieron gl'an prisa ú hus-
cal' las obras que trataban del ceremonial de la
consagracion para enviarlas á Verona. El rcg'ente
habia pasado pal'a ellos á ser el verdadero rey,
bajo el nombre de Luis XVIll , y el conde de 1\1'-
tois tornaba el título de l\IonsÍeul'.


No habia sido mas que aparente la pacificncion
de los paises insurreccionados , y aunqne Jos ha-
bitantes , que principiaban á gozar de un poco de
sosiego y seguridad, deseaban continuar en paz, Jos
gefes y los hombres agucl'l'idos que les rodeaban,
no esperaban mas que una ocasion para volver á
tomar las armas. CharéUe , que tenia á su dispo-
sicion aquellos guardias territoriales donde se ha-
hian reunido los que tenian afición á la guerra,
solo pensaba en prepal'ar un núcleo de ejército
para entrar en campaña, so pretcsto de hacer Ía
policia del pais. Ya no salia de su canlpanlClllQ de
BelleviLle, donde recibia continuamente á los en-
viados realistas, y la agencia de Paris le habia
enviado una carta de Verona en respuesta ú la su-




CONVENCION NACIONA.L (1795). 111
ya en que intentaba disculparse de la pacificacion.
En ella le dispensaba el pretendiente de dar escu-
sa alguna, le continuaba su confianza y favor, le
nombraba teniente general, y le anunciaba los
próximos socorros de Españn.Mavores eran todavia
las lisonjas que le hacian los agentes de Paris adu-
lando su ambicion con la rnas magnífica perspecti-
va , y le prometian el mando de todos los paises
realistas y una espedicion considerable que debia
salir de los puertos de España y traer socorros y
príncipes franceses. ~Por lo que hace á la que se
preparaba en Inglaterra, no parece que la daban
mucho crédito, porque decian que los Ingleses
siempre habian prometido mucho y nunca cum-
plido nada; pero que no habria reparo en servirse
de sus medios si se podia, aunque para un ohje-
to diferente del que ellos esperaban , y era indis-
pensable hacer que abordasen al Vendéc los socor-
ros destinados á la Bretaña, y someter aquella co~
marca á Charétte , corno el único que merecia la
confianza del rey actual. Semejantes ideas no po-
dian mcnosjde lisonjear á un tiempo la arnhicion de
Charétte, y el odio que profesabaá Stofflet, igual-
mente que sus celos de la reciente importancia de
Puisaye y su resentimiento contra Inglaterra el
quien acusaba de no haber hecho nada en su favor,


En cuanto á Stofllet tenia menos disposiciones
que Charétte para volver á tornar las armas, sin




1-12 ItEVOLUCION FRANCESA.
embargo de haber opuesto mayor dificultad para
deponerlas ; y su pais se mostraba mas sensible
que los demas ú las ventajas de la paz. No dejaba
tampoco de estar profundamente resent.ido de las
distinciones y preferencias que se daban á Charét-
te , pues creia haber merecido tanto como el otro
aquel grado de teniente general que le daban y
él miraba como una injusticia.


La Bretaña organizada como antes, estaba en-
teramente dispuesta á una sublevacion pues los
corifeos de los Clnuuie» habian obtenido como los
del Vendée la organizaciou de sus mejores solda-
dos en compañias regulares, bajo pretesto de ase-
gurar la policia del pais. Cada uno de ellos habia
forrnado una compañia de cazadores con casaca y
pantalon verde y chaleco encarnado , compuesta
de los individuos de los Clnuuie« mas intrépidos.
Corrnatin continuaba haciendo su papel y dándo-
se una inportancia ridícula, habiendo establecido
lo que él llamaba su cuartel general en la Prevala-
ye, de donde enviaba públicamente órdenes á to-
dos los gefes de los Chuanes. Se trasladaba de di-
vision en división para organizar las compañias de
cazadores; afectaba reprimir las infracciones de la
tregua siempre que se cornetian , y parecia ser un
verdadero gohernador de la Bretaña. Vcnia fl'e-
cuentemente á Rennes con su uniforme de Ghuan,
que se hahia hecho de moda, y allí le hacian en to-




CONVENCION NACIONAL (179.5). J J3
das las tertulias muchos agasagos los hombres y mu-
ellas caricias las mugcres, que le tenian por un per-
sonage importante y pOl' gefe del partido realista.


Entre tanto continuaba él preparando secreta-
mente los Chuane« á la guerra y carteándose con
los agentes realistas, pOl'que no pudiendo ya estar
hien con Puisaye, á quien hahia desobedecido y
faltado á la confianza, no le quedaba otro recurso
mas que echarse en brazos de los agentes de
Paris que le habian ofrecido el mando de la Bre-
taña y revelado los proyectos que tenian con la Es-
paña. Estapotencia prometia un millon y quinien-
tos mil francos por mes con tal que se obrase sin
la Inglaterra, y esto es lo que mas acomodaba él
Cormatin, pues solo buscaba un pretesto para
romper con la Inglaterra y con Puisaye. Otros dos
oficiales que este último habia enviado de Londres
• Bretaña llamados VieuvilLe y Dandigne, habian
entrado también en el sistema de los agentes de
Paris , y Ilegado á persuadirse que la Inglater-
ra queria engañar, como en Tolon á los realis-
tas , sirviéndose de ellos para tener un puerto,
y hacer que se batieran Franceses contra France-
ses, pero sin querer dar ningun socorro efectivo
capaz de restablecer el partido de los príncipes y
asegural' el triunfo. Mientras que una parte de Jos
gefes bretones abundaba en aquellas ideas, los
del Morbihan, Finistere y las costas del Norte,


IX. 8




11 'a. REVOLUfJON FIlANCESA.
" acostumbrados á servir bajo las órdenes de Puisa...


yc , que les hahia organizado á todos, y no parti-
cipaban de las intrigas de los de Paris , decian
que Cormatin era un traidor, y escribían á Lon-
dres que estaban pl'ontos á volver á tomar las ar-
mas. Hacian preparativos, compraban municiones
y tela para hacerse cuellos negros, enganchaban
soldados republicanos y les aconsejaban quc de-
sertasen, cosa que no les era :dilicil obtener, por-
que como dueños del pais ¡tenian abundancia de
víveres, mientras que los soldados de la república
rnal comidos y sin tener otra cosa que asignados
para suplir á la ración , se veiau precisados ft aban-
donar sus banderas para no morir- de hambre. Por
otra parte se habia cornetilla la imprudencia de
dejar muchos Bretones en los regimientos que ser-
vian contra cl pais realista, y era muy natural que
se uniesen á las filas de sus compatriotas.


Hache que siempre estaba vigilante y 'ohserva-
ba con atencion el estado del pais veia pcrsegui-
dos á los patriotas hajo pretesto de la ley del de-
sarrne , á los realistas llenos de jactancia, las sub-
sistencias encer-radas en manos de los arrendata-
rio s: los caminos poco seguros, los carruages públi-
cos ohligados á salir en convoy para que les es-
coltasen y á los Chuanes formando 'concil iábulos
secretos y teniendo frecuentes comunicaciones con
las islas de Jersey, de todo lo cual dió cuenta á




CoNYE~CIO~ N'\CIO~AL, (1795). 1 j .)
la comisión y á los rf'pl'cscntanles diciéndoles que
la pacificacion no era mas (lue un engallO insigne
que se estaban hurlando de la república, y que
todo anunciaba que nlUY pronto iban á tornar de
nuevo las armas. Hahia empleado el tiempo en
formal' columnas movibles y distribuidas por to-
do el pais para aseg'llrar la tranqui lidad y caer so-
hrc la primera reunion que se formase. PPI'O era
insuficiente el número de sus tropas para la su-
-perficie del país y la inmensa estension de sus
costas y como á cada instante se temía algun mo-
virniento en una parte de la com rrca , ó la apari-
cion de las escuad ras ing'lesas en las costas, que
exijicsc la presencia de sus colurnnas , se iban es-
tas apurando en marchas continuas. Para dar vado
ú semejante servicio se necesitaba tanto de su
parle como del ejército una resignacion cien veces
mas merituriu que el valor para arrostrar la 111 uer-
te. POl' desgracia se vengaban sus soldados de las
fatigas cometiendo escesos , lo cual le causaba á él
la 111ayor pesadumbre y necesitaba trabajar tanto
para rcprimh-lescomo para velar sobre el ene-
1l1lgO•


.Muy pronto tUYO ocasión de cojer á Corrnatin
con las m auoscn la masa, pOrcjllC se intercepta-
ron pliegos suyos ú diferentes gefes Chuones y se
adquirió la prueba material de sus secretas intri-
gas. Enterado de que había de COIH:UJ'I'ÍI' un día




116 REVOLUCION FRANCESA.
de feria á Rennes con una multitud de Uhuane»
disfrazados , y temiendo que quisiese hacer al-
guna intentona contra el arsenal, le mandó Bo-
che arrestar el dia 6 de prerial por la tarde y así
interrumpió su trama. Inmediatamente empeza-
ron á quejarse diferentes gefes de que se quebran-
taba la tregua, pero Boche no dió mas respuesta
sino mandar imprimir las cartas de Cormatin , al
<'.u~l QX\.:Vl.Q eQU- ~u..~ eQm..?l~('.es> :i h.\.~ ~i~~~l~~ d.e
Cherburgo, teniendo al mismo tiempo prontas sus
columnas para caer sobre los primeros- rebeldes
que se suhlevasen. En el MorLihan levantó la ca-
beza el caballero Desilz , pero inmediatamente le
atacó el general Josnet & que le quitó 300 hom-
bres y le puso en una derrota completa , habien-
do perecido en la accion el mismo cabecilla. Tam-
hien se sublevó en las costas del Norte Bois-Hardi
y le sucedió absolutamente 10 mismo, pues enfu-
recidos los soldados contra la mala fé de aquel jó-
ven, que era el mas temible del pais, le corta-
ron la cabeza y la clavaron en la punta de una
bayoneta. Indignado lIoche de aquella falta de
generosidad escribió á sus soldados una de las
cartas mas noblemente dictadas y mandó buscar
á los culpables para castigarlos. Esta súbita des-
truccion de los dos gefes que habian intentado
sublevarse, impuso respeto á los demas que no se
atrevieron á mover esperando con impaciencia la




(ON\'ENClON NACIONAL ~ 1"795). 117
llegada de aquella espedicion qne se les estaba
anunciando después de tanto tiempo; y era su
gl'ito de guerra viva el rey, la Inglaterra y Boncluunp,


Grandes preparativos se estaban haciendo en
Inglaterra donde Puisaye era perfectamente reci-
bido de los ministros, los cuales no le concedian
ya todo l"'l (lue le ofrecieron á los principios', por
(!ue la pacificacion habia disminuido la confianza,
pero le daban los regimientos emigrados y un ma-
terial considerable para intentar un desembarco ;
y .{H.h.:~UlclS le ofrecian todos los recursos de la mo-
narquia , con tal que la espedicion tuviese algun
principio ventajoso; Aunque no se considerase mas
que el interés de la Ing'laterra debian creerse ta-
les promesas, porque echada del co ntinente des-
de la conquista de la Holanda recobraba un nue-
vo campo de batalla en el centro mismo de Fran-
cia y reforzaba sus ejércitos con Franceses. Los re-
cursos que se daban á Puisaye eran los siguien-
tes: los rep;imientos emigrados del continente es-
taban desde la última campaña al servicio de In-
glaterra , y corno ya dijimos ántes, aquellos for-
mahan el cuerpo de Cond(~ que debia permane-
cer en el Rhin, pero los demas , que en sustancia
no eran mas que restos de regimientos, debian
embarcarse en las bocas del Elba y trasladarse á
Bretaiia. Además de estos antiguos regimientos
qne llevaban escarapela negra, 'y estaban muy




f18 REVOUJCION FRA:NCES,\.
disgustados del inútil y mortífero scrvrcio Ú que'
les habían destinado las potencias, hahia consen-
lido la Inglaterra en formal' mreve regimientos
nuevos á su sueldo, pero con escarapela blanca, á
fin de que tuviesen un destino mas propiamente
frances. La dificultad consistía en reclutarlos, por
que aunque en el primer fervor hahian consenti-
do los emigrados en servir de soldados rasos, ya
no querian en el dia , y así se pensó en admitir
desertores ó prisioneros franceses. Hahia muy po-
cos de los primeros, porque no es lo comun que
el vencedor deserte hácia el vencido" y así hubo
que atenerse á los prisioneros. Habiendo encon-
trado en Londres el conde de HcrvilIy ú unos re-
fugiados de Tolon que hahian formado un regi-
miento , los alistó en el suyo, y pudo componel'
de 1100 Ú 1200hom'bres,es decir, las dos terceras
partes del completo. El conde Hector :; compuso
el suyo de marinos que habían emigrado y llegó
ji juntar unos 600 hombres. El conde de Dresnav
encontró en las cárceles muchos bretones ú ([uie-
nes habian ai istado por fuerza en la primera rc-
quisicion y fueron hechos prisioneros durante la
guerra, de los cuales reunió 400 poco mas ú me-
nos; y esto es todo lo que se pudo jUlltar entre
los Franceses pal'a servir en los regimicntos de la
escarapela blanca. ASÍ, de los nueve proycctados
solo se pudieron formar trcs , y ele estos solo uno




CO~VE~C(O~ ~ACIO~AL (1795). j 19
con las dos terceras partcs del número competen-
tc, y los otros dos con solo un tercio, Estaba tam-
bien en Londres el teniente coronel Rothalier que
mandaba 1..00 artilleros Toloneses, con los cuales
formó un reginliento de artilleria agregándole al-
gunos ingenicros franceses, de quienes se compu-
so un pequeño cuerpo de ingenieros. En cuanto á
toda la domas multitud de emigrados que ya no
querian servir en clase de soldados, ni podian en-
contrar tropa suficiente para formal' reginlientos,
se resolvió formar con ellos cuadros que se llena-
rían en Bretaíia con los insurgentes. Como allí no
faltaban soldados, y babia pocos oficiales instrui-
dos, podrían emplearse f<ícilnlente, y asi se les
envió ft Jersey para que se organizasen y estuvie-
sen prontos para segui!' al desembarco. Mientras
(lue se formaLan tl'opas, no se descuidaba Puisaye
en arlquitir foudos , y desde luego ta Ing'laterra le
oCt:eci.ó bastante nUluenu·io., pe["o (~L deseaI->a al.-hlui-
rir asignados. En consecuencia se autorizó á los
prmcipes para que fabricasen 3,000,lnillones fal-
sos, y en esto se emplearon varios eclesiásticos
ociosos que no eran útiles para ,llevar la espada.
Pero el obispo de Lyon que juzgaba de muy di-
verso modo que Puisaye y los príncipes semejan-
te medida, prohibió á sus clérigos que tomasen
parte en ella, y entonces tuvo Puisaye que valer-
se de otros empleados y fabricó la suma que ha-




12.0 l\E"OLUCION FIL~NCESA.


bia proyectado llevar. Tambien quiso que fuera
con él un obispo que hiciese las veces de legado
del papa cerca de los paises católicos, portIue se
acordaba del estraordinario influjo que habia ejer-
cido en el Vendée un intrigante que tomó á los
principios de la guerra el título de obispo de
Agra , y así escogió para llevar con sigo al obispo
de Dol , que tenia una comisión de Roma. Le pi-
dió al conde de Artois las facultades necesarias pa-
ra mandar la espedicion y nombrar todos los gra-
dos ínterin que llegaba Su Alteza. El ministerio
ingles por su parte le confió la dirección de la es-
pedicion; pero desconfiando de su escesiva teme-
ridad para tomar tierra, encargó al conde de Her-
vill i el mando de los regimientos hasta que se hu-
biese verificado el desembarco.


Apenas se concluyeron aquellas disposiciones,
se embarcó en una escuadra el regimiento de Her-


e


villy y los otros dos de Hector y de Dresnay, que
llevaban escarapela blanca') los 400 artilleros To-
loneses mandados por Rotlralier , y un regimiento
emigrado de tos de la antigua formación , que era
el de La-Lhatre , conocido con el nombre de Loyal-
Emiqran: que estaba reducido por la guerra del
continente Ú 1..00 hombres. Este valeroso resto es-
taba reservado para las acciones decisivas. Se em-
barcaron en la escuadra víveres para un ejército de
6000 hombres durante tres meses, 100 caballos




CONVENCION NACIONAL (t 795). 121
de silla y tiro, 17,000 uniformes complentos de
infantcria , 4000 de caballeria , 27,000 fusiles, 1n
piezas de camparla y 600 barriles de pólvora. Se
dieron á Puisaye 10,000 luises en oro y letras
de cambio sobre Inglaterra, á fin de que tuviera
recursos econórnicos mas seguros que sus falsos
asignados. Componiase aquella escuadra de tres
navios de línea de 74 cañones, dos fragatas de 44,
cuatro navios de 30 á 36, muchas lanchas cañone-
ras y buques de trasporte. Estaba mandada por el
comodoro Waren , que era uno de los oficiales mas
distinguidos y valientes de la marina inglesa pero
esta no era mas que la primera division , y estaba
convenido en que al instante que esta saliese iria
otra division á recoger en Jersey los emigrados que
se estaban organizando en cuadros la cual cruzaria
algun tiempo delante de Saint-Malo donde se ha-
hia proporcionado Puisaye algunas inteligencias y
aun le habian prometido algunos traidores entre-
garle aquella plaza. En caso de que Saint-l\falo no
se hubiese entregado, durante aquel cruzero,
vendria inmediatamente á buscar á Puisaye y le
traeria los cuadros. Al mismo tiempo irian los bu-
ques de trasporte á la embocadura del "Elba á bus-
car los regimientos emigrados de la escarapela ne-
gra para trasladarlos á donde estuviese Puisaye,
persuadiéndose á que aquellos diversos destaca-
mentos llegarian al mismo tiempo que él. En caso


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RE"OLUCION .FHANCESA.


de que se realizase todo lo (Iue él hahia dicho y
se verificára el desembarco y que una parte de l:.t
Bretaña se declarara por él y mucho mas si podia
apoderarse de alguna posicion sólida en las costas
francesas ó bien entregándole á Suint-Malo , ó Lo-
rient, ó el Puerto Luis ú otro cualquiera, enton-
ces saldria otra espedicion con tropas inglesas de
desemharco y mucha mas artilleria y con el conde
de Artois para ponerse al frente de todo. Efectiva-
mente ya hahia salido el lord l\Ioira á buscar al
príncipe en el continente, y solo podia ponel'se un
obice á todas aquellas disposiciones el cual consis-
tia en haber dividido la espedicion en muchos
destacamentos y particularísimamente no haber
embarcado al príncipe frunces en el primero de
todos ellos.


Diose á la vela la cspedicion á fines del mes de
prerial (mediados de junio) llevando Puisave á
su lado al obispo de Dol , con otro" muchos cléri-
gos y cuarenta caballeros (Iue cada uno pertenecía
ú una ilustre farnjlia , sirvicuclo en clase de vo-
luntarios. Nadie sabia el punto en que habia dc
desembarcarse esceptuando Puisavc , el comodoro
Waren y los Señores Tinteniac y Allégre á quie-
nes habia destacado Puisaye para anunciar su lle-
gac\a.


Despucs de lnuchasjuntas y deliberaciones se
habia dado la preferencia al Sur dc la Hrctaiia res-




CO~\'ENCION NACIONAL (t 795). 123
pedo del Norte y dccidídose por la bahin de Qui-
hcron que es una de las mejores y mas seguras
de] continente perfectamente conocida de los In-
gleses porque habian anclado en ella durante
mucho tiempo. Mientras que iba navegando la es-
pedicion estaban amenazando diferentes puntos
de la costa Sitlney 801i1h y Lord Cornwallis, con
el fin de deslumbrar ú los ejércitos republicanos
sobre el verdadero punto de desembarco y lord
Bt-idport con la escuadra que estaba estacionada
en las islas de Ouessant i'ria protegiendo el con-
vúy. No habia mucho que temer de la marina fran-
cesa en el Oceano desde los des~,Tacjados cruzeros


<-


del invierno anterior, durante el cual la flota de
Ilrcst habia sufrido horr-iblemente por el mal tiem-
po. Mas ú pesar de eso habia recibido Villaret Jo-
vcuse la órclcu ele sa111' al mar con los 9 navios de
-'


línea <ple estaban andados en Brcst , para reunirse
con una divisiun que estaba hhHlllcada en 13cllc-
lslc. Sal ió eredivamcntc y dC~pH('S (le haher rcco-
~'i(lo ;¡(fliella divisi on y (hdo caza ú alg'unos na-
\ ios il!gle:.;cs, se volvía hacia Brcst , cuando le so-
brevino UU:l tcmpcst:«] fpW dispersó su escuadra.
Tuvo (llle perder bastante tiempo en volver á rcu-
uitla de lluevo y en aquel intervalo encontró la
cspcdicion dcsti llalla Ú las costas de Francia. Era
la suya lnuy su pcrior en número, y hubiera po-
dido cog'crla loda cutcra , pero conocicndo el pcli-




124. REVOLUCION FRANCESA.
gro el comodoro Waren, soltó todos los trapos y
situó su convoy á lo Iejos en términos de aparentar
otra segunda línea y destacó al mismo tiempo dos
quechemarines en busca de la grande escuadra
del lord Bridport, Al ver esto Villaret , no creyen-
do poder combatir con ventaja, volvió á empren-
der su marcha hácia Brest , con arreglo á sus ins-
trucciones ; pero llegó en aquel instante el lord
Bl'idport y atacó á la escuadra republicana el dia
5 de mesidor (23 de junio). Queriendo Villaret
ponerse en formación sobre el navio Alejandro
que era muy poco velero , perdió un tiempo irre-
parable en la maniobra y habiéndose introducido
la mayor confusion en su línea, perdió tres na-
vios , que fueron el Alejandro, el Formidable y el Ti-
gre, y no pudiendo arribar á Brest tuvo que me-
terse en Lorient.


Habiendo dado principio la espedicion con una
victoria naval, hizo vela hacia la bahia de Quibe-
ron, despues de destacado una division de la escua-
dra, para que intimara á la guarnicion de Belle-
Isle que se rindiera en nombre del rey de Fran-
cia; pero no recibió del general Boueret mas que
una respuesta muy acre y algunos cañonazos. Lle-
gó por fin el convoy á la bahia misma de Quiberon
el dia 7 de mesidor (25 de junio) , en ocasion que
segun las noticias recibidas por Puisaye, habia
muy pocas tropas en la costa, y así quería co n su




CONVENCION NACIONAL (1795). 125
natural ardor saltar inmediatamente en tierra, Pe-
ro el eonde de Herbilly sin dejar de ser valiente y
muy propio para disciplinar un regimiento, era
del todo incapaz de dirigil' una operacion , y so-
bre todo muy quisquilloso en materias de autori-
dad y del servicio, dijo que él era el comandante
de las tropas y responsable de ellas ante el go-
bierno ingles, y que por tanto se guardaria muy
bien de esponerse en una costa enemiga y desco-
nocida antes de hacer en ella un reconocimiento.
Un dia entero perdió en observar la costa con un
anteojo de larga vista ~ y aunque no atisvó ni si-
quiera un soldado, con todo eso no quiso que las
tropas saltasen en tierra, hasta que habiendo de-
cidido el desembarco Puisaye y el comodoro Wa-
ren, tuvo que consentir Hervilly el dia 27 de ju-
nio, y saltaron en tierra aquellos Franceses im-
prudentes y ciegos, trayendo consigo la guerra
civil, donde les esperaba tan triste suerte.


La bahia donde desembarcaron está formada
por un lado de la costa de Bretaña, y por otro de
una península que tiene cerca de una legua de an-
cho y dos (le largo, que es la famosa península
de Quiheron,la cual se une á la tierra pOI' una len-
gua de arena estrecha y de una legua de la rgo lla-
mada la Falaise. Defiende los aproches por el lado
de tierra el fuerte de Penthievre situado entre la pe-
nínsula y la Falaisc , en el cual habia 700 hombres




126 REVOLUCION FRANCESA.
dc"guarnicion. Esta bahia facilita álos navios una dt~
las radas mas scguras y abrigndas del continente,


Habia desembarcado la espcdicion en el ccntro
de la bahia en la aldca de Carnac ; y al instante
acudieron COIl sus tropas diferentes gcfcs, como
Dubois-Berthclot 6 , AlI(\grc, Gcorges-Cadoudal í
y Mercier 8 á quienes habia prcycnido Tiutcniac ,
los cuales dispersaron algunos destacamentos que
guardaban la costa, los echaron hacia el intcrior-,
'y ellos se vinieron ú la orilla. Traian consiao d('


"


cuatro ú cinco 111il hombres aguerridos, pero mal
armarlos y vestidos, sin estar acostumbrados á
las filas y con mas traza de bandidos que
soldados. A estos se [rabian reunido los pai-
sanos de las inmediaciones que gritaban »ica el rey
y traian huevos, aves y toda especie de víveres
para el ej(~rcito libertador que venia á traerles su
príncipe y su religion. Contentísimo Puisaye de
verlos, contaba ya con que toda la Bretaúa iba ú
insut-rccciouarse ; pero los emiurados f[ne lc acom-
pañaban , recibieron al ver aquella gente muy di-
ferentes impresiones. Acostumbrados ú vivir en
las cortcs , ó á servir en los mas hcllos ejércitos de
Europa, miraban con disgusto y con nluy poca •
confianza los soldados qne les daban ú mandar , y
ya principiaban á ci rcular las chufletas y las que-
jas. Trajeron varios cajones dc fusiles y vestuarios,
sobre los cuales se arroja ron los Chuanes y por




CONVENCION NACIO~AL (1795). 127
111as órden que quisieron poner en ello los sargen-
tos del regimiento de lIervilly , no hahia'quien
pudiese contenerlos, y sin la mediacion de Puisa-
ye hubiera podido tener consecuencias funestas la
escaramuza que se armó. l\Iuy poco á propósito
eran estos primeros incidentes para inspirar con-
Iianza entre los insurjrentes y las tropas reglada s
que vcnian de Inglaterra, las cuales por solo per-
tenecer á aquella potencia, eran ya alg'o sospecho-
sos ú los C/wwws. Sin embarao a1'l11a1'On aquellas
bandas que iban llegando, cuyo número ascendió
á diez mil hombres en dos días. Diéronlcs unifor-
mes encarnados y fusiles, y luego quiso Puisave
uomhrarlcs sus coire.sponclicn tes gefe;..;. Faltaban
oficialcs , ponpw 10s'..0 caballeros voluntarios que
le hahian seguitlo eran UIUY insuficicntes , y no
habían liegado ro.lavia los cuadros, sino que es-
tubau , segun el plan convenido, cruzando delan-
te de Saint-Malo ; y así queria tomar algunos ofi-
ciales de los regimientos don.le estaban de sobra,
distribuirlos entre los Cliuancs , marchar rápida-
mente sobre Vaunes y sobre Rennes sin dar tiem-
po ú los republicanos para reconocerse, sublevar
toda la comarca y venir á tornar posicion detras
de la importante linea de Mayena. Allí siendo ya
dueíio de 40 leguas de pais y sublevada toda la
poblacion, pensaba Puisaye que seria tiempo de
organizar las tropas irregulares. Mas Hcrvilly tan


.'.




128 REVOLUCION FRA.NCESA.
valiente como caprichoso y metodista, que des-
preciaba aquellos Chuanes indisciplinados, no qui-
so dar los oficiales, mas ántes queria escoger cn-
tre aquellos los hombres necesarios para com ple-
tal' sus regimientos, y adelantarse á reconocer y
escoger posiciones. No se conformaba esto con el
plan de Puisaye , y aunque intentó valerse de su
autoridad, se la negó Hervilly diciendo que ú él
le tocaba el mando de las tropas regulares, y que
debiendo responder de ellas al gobierno ingles no
queria comprometerlas. Puisaye le respondia que
aquel mando no era mas que durante la travesia ,
pero que una vez llegados al territorio de la Bre-
taña, él era el gefe supremo y el árbitro de las ope-
raciones. Inmediatamente envió una lancha cor-
reo á Lóndres pidiendo una esplicacion de las au-
toridades, y entre tanto suplicó á Hervilly que no
ocasionase el mal logro de la empresa con dis-
cordias funestas. Hervilly era hombre de muy hue-
na fé, pero poco á propósito para la guerra civil,
y tenia una repugnancia decidida contra aque-
llos insurgentes desgarra pados. Verdad es que to-
dos los emigrados pensaban como él que no les
convenia guerrillear; que Puisaye les comprometía
trayéndoles á la Bretaña, mientras que debie-
ran haber desembarcado en el Vendée , donde ha-
brian encontrado al ilustre Charétte V sin duda


"


otra clase de soldados.




CON\'ENClON NACIONAL. ~1795). 129
lUuchos dias se hahiun perdido en estas inútiles


disputas y pOI' el pronto dividieron los Cluuuies en
tres cue!'pos para hacerles ocupa!' las posiciones
avanzadas de modo que tomasen los caminos de
Lorient á lIennebon y á Aurav. Situose Tinteniac
con un cuerpo de 2500 hombres á la izquierda
de Laudevant y Berthelot hacia la derecha en Au-
ray con una fuerza poco mas Ó menos ig·ual.E I
conde de Vaubant (lue era uno de los 40 volunta-
rios que hahian seguido ú Puisaye y de los que
por su reputación no podian menos de estar en
las primeras filas, tuvo el encargo de ocupar uua
posicion central en Mendon con 4000 Chuane« en
términos de poder SOCOlTel' á Tinteniac ó á Ber-
thelot. Se le dió el mando de toda aquella 1inca
defendida por 9 á 10 111il hombres, y avanzada
hasta unas cuatro ó cinco leguas en lo interi 01'.
Los Ghuanes que se vieron aHi, inmediatamente
preguntal'on por qué las tropas:de linea no esta-
ban con ellos, y era prueba de que contahan IBas
con su auxilio que con el propio, como que ellos
no habian venido á otra cosa que á ponerse á su
lado, seguirlas y apoyarlas, pero contando con
que fuesen las primeras que se adelantasen para
resistir el primer choque de los republicanos. Pi-
dió Vauban siquiera unos 1..00 hombres tanto pa-
ra resistir el primer ataque en caso neccsario , co-
1110 para tranquilizar á los Chuane« y darles el ejern-


xv




130 REVOLUCION FRANCESA.
plo de que no se trataba de sacrificarlos á ellos
solos. Hcrvilly resistió á los principios, después
.lió esperanzas, y últimamente envió el destaca-
mento que se le pedia.


Ya eran pasados cinco dias desde el desem-
barco y todavía no se habian apartado de la costa
mas que tres ó cuatro leguas; dc lo cual estaba
descontentisimo Puisaye , pero no decia una pa-
labra esperando superar todas las lentitudes y
obstáculos que le oponian sus compañeros de ar-
mas. Mas sin emhargo creycndo quc á todo even-
to era necesario asegurar un punto dc apoyo', pro-
puso á I-Iervilly hacerse ducíio de la peníns ula
sorprendiendo el fuerte de Pcntliievrc, porqu~ una
vez dueños de aquel fuerte que cerraba la penín-
sula por el lado de tierra , y apoyados en las :es-
cuadras inglesas, tenian una posición iuespuana-
hle, y como la península tenia una legua de lar-
go y dos de ancho, sería en adelante un apeadero
mas cómodo y seguro que los de Saint-lUalo, Brest
Ó Lorient, Allí ;podrian los Ingleses desembarcar
todo cuanto habian prometido así de hombres ~co­
mo de municiones. Esta medida de seg'uridad era
muy del agrado de Hervilly, y consintió en ella
con tal que se hiciese un ataque en regla al fuer-
te de Penthievre ; pero Puisaye sin escucharle
proyectó un ataque á vi va fuerza , que el COD10-
doro Waren prometió auxiliar con todos los fue-




COXVENCIO~ ~,\CIONAL (1795). 13 í
'gos de su escuadra. Principiaron á caiionearle el
L° de julio., con ánimo de dar el ataque decisivo
el 3., Y mientras que se hacian los preparativos en-
vió Puisaye emisarios por toda la Bretaña para
(Iue avivasen á Scepeaux ., Charétte ., Stofflet y to-
dos los corifeos de las provi ucias insurrecciona-
das.


Habiéndose esparcido la noticia del desembarco
con estrnord inai-ia rapidez , se difundió en dos
dias pOI' toda la Bretaña ., y en pocos mas por to-
da Francia , en términos que los realistas entu-
siasmados dc gozo y los revolucionarios de rabia
creian ver ya á los emigrados dentro de Paris. In-
mediatamente envió la convencion dos comisiona-
{los estraordiuurios cerca del genel'al Hoche, que
fueron Blad 9 y Tallien , sirviendo lespecialtnente
la presencia de este último en el punto amenaza-
do, de prueba de que los therrnidorinnos eran
tan opuestos al realismo como al terror. Hoche muy
sereno y sin perder nada de su energia escribió al
instante á la comisión de salud pública para tran-
quilizada. diciéndola: ({ Sosiego , actividad y vive-
« res que nos faltan, asi como los t2000., hombres
(J que ustedes me han prometido hace tanto tiem-
({ po. » Al instante diú sus órdenes al g·cfe de esta-
do lnayor, y mandó al general Chahot 10 (lne se si-
tuase entre Loi-icnt y Brcst con un cuerpo de 4000
homhrcs para acudir al SOC01'l'0 de cualquiera de




132 IlEVOLUCION FRANCESA.
los dos puertos que estuviesen amenazados y le di...
jO: « Cuide usted particularmente de Brest , y en
« caso de necesidad enciérrese en la plaza y de-
« fiéndala á todo tranze. }) Escribió á Aubert Duba-
yet , que mandaba las costas de Cherburgo para
que hiciese desfilar tropas hácia el norte de la Bre"
taña con el fin de guardar á Saint-Malo y su cos-
ta. Para defender el Mediodia suplicó á Canclaux
que cuidase de no perder de vista á Charétte y á
Stoffiet y que le enviase por Nanles y Vannes al ge-
neral Lemoine con algunos socorros, En seguida
mandó juntar todas sus tropas entre Rennes ,
Ploermel y Vannes , y las puso en escalones en
aquellos tres puntos para tener guardadas sus es-
paldas ; y últimamente avanzó el mismo hácia
Auray con todas las fuerzas que pudo reunirl, de
suerte que el dia 14 de mesidor (2 de julio) ya
estaba personalmente en Auray con tres ó cuatro
mil hombres.


Quedaba de esta suerte envuelta toda la Breta-
ña, y aquí debian disiparse las ilusiones que ha-
bia [ocasionado la primera revuelta del Vendée ;
porque como el año de 93 , no habian encontrado
á su frente los paisanos del Vendée mas que guar-
dias nacionales y tl'opas enteramente bisoñas , pu-
dieron fácilmente apoderarse de todo el Poitou y
del Anjou y formar luego en sus barrancas y ma-
torrales un establecimiento dificil de destruir, á




CONVENCION NACIONAL. (J795) 133
que se agregó la persuasion de que la Bretaña se
sublevaría él la pl'iInera señal de la Inglatel'1'a. Pe-
ro los Bretones estaban lnuy distantes de partici-
par del mismo ardo!' que los primeros insurgentes
del Vendée. Mas ántes solo algunos bandidos con
el nombre de Chuanes estaban decididos por la
guerra ó por mejor decir por el saqueo, y ademas
un general jóven con tanta viveza cómo talento mi-
litar disponia [. su arbitrio de tropas aguerridas,
contenia á toda la poblacion con mano firme y.
segura. ¿Era posible en medio de tales circunstan-
cias la sublevacion de la Bretaña sobre todo no
avanzando rápidamente el ejército que: venia á
sostenerla, en lugat' de estarse vacilando en Lis
orillas del Oceano ?


Ademas de este obstáculo una parte de los Chua-:
ues que obraba bajo el influjo de los agentes de Pa-
ris , estaban esperando antes de reunirse con Pui-
saye á que llegara uno de los príncipes, y asi el
grito general de estos agentes y de cuantos eran
partícipes en sus intrigas, se reducia á decir
fIue la tal espedicion era insuficiente ysobre lodo
mal intencionada pues los Ingleses no tenian otro
designio ;que el de renovar en Bretaña el mismo
suceso de Tolon. No decian ya que fuese su ánimo
dar la corona al conde de:Arlois, supuesto que no
estaba allí, sino al duque de Yorck , y asi cscrihian
fIlie de ningun modo dehian reunirse con la espc-




,.' 3 f.o1 ef· HE\OL[CIO~ FIU:\'CESA
tlicion sino al contrario ohligarla ú que se volviese
á embarcar para que fuese hácia el lado donde esta-
ha CharéUe. Este no estaba deseando otra cosa y
respondió á los emisarios de Puisaye que él habia
enviado á Mr. Scepeaux á Paris para reclamar la
ejecucion de uno de los artículos de su tratado y
que POl' tanto necesitaba esperar su vuelta para no
esponerle á que le prendieran si por acaso se torna-
ban de nuevo las armas. Por lo quc hace áStoffict
que estaba mucho mejor dispuesto en favor de
Puisaye , respondió verbalmente que si le asegu-
rahan el grado de teniente general marcharia in-
mcdiatamcnte á hacer una diversión á espaldas
tie los republicanos.


De esta manera todo se reunia contra Puisave
asi las miras opuestas ú las suyas de los realistas
del interior, como los celos rcciprocos entre los
gefes del Vendée y lo (lue era peor tener pOI' ad-
versario ú un general haLil quc disponia de fuer-
zas bien organizadas y en número suficiente para
contener todo cuanto celo les quedaba ft los Breto-
nes en favor dcl realismo.


Ya dijimos como el dia 3 de julio habia resuelto
Puisaye atacar el fue rte de Peuthiévre cuya guar-
nicion escaseaba de pan habia )'a tres dias. Vién-
dose amenazados de un asalto ú viva fuerza, y
acribillado con el fuego de los navios , se rindieron
y entregaron el fuerte á .Puisayc; pcro en aquel




CONVENCION NACIONAL (1795). j 3;)
mismo instante estaba Hoche desde Auray man-
dando atacar todos los puestos avanzados de los
Oluuuie» para restablecer la comunicacion entre
Auray y Hennebon y Lorient. Habia mandado dar
un ataque simultáneo contra Lauderant y hacia el
puesto de Auray , sin que pudiesen sostenerse los
Chuanes de Tinteniac contra las tropas de línea.
Acudió Vaubant que estaba situado en el centro en
lUeudon con una parte de su reserva al socorro de
Tinteniac , pero ya se encontró disperso el peloton
de este último, y al verlo hizo lo mismo la tropa
(Iue él mandaba y se vió precisado ú huir atrave-
sando á nado dos pcqueiios brazos de mar para ve-
nir á reunirse con el resto de sus Chuanes en Men-
don. Hácia su derecha habia sido rechazado talll-
bien Dubois-Berthelot , de suerte que avanzando
los republicanos asi por su derecha como por su
izquierda, iba irremisiblemente á encontr.u-se eu-
tre dos fuegos. Entonces fue cuando le [hubieran
podido servir de mucho aquellos 400 hombres de
línea que pidió para sostener á los Chuoue« y vo1-
verlos al combate, pero acababa de llamarlos Her-
viBy para el at:lflue del fuerte. Sin embargo n»
dejó de i nspirar algun valor á sus soldados y los
decidió ú aprovechar la ocasión para caer sobre la
espalda de los republicanos que se adelantaban
demasiado persiguiendo á los fugitivos. Entonces
se inclinó hacia la izquierdu y cayó sobre una al-


·lL"'-:.·.
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REVOLUClON FltANCESA.


dca donde acababan de entrar los republicanos
corriendo tras de los Chuanes ; y como no esperaban
un ataquc tan brusco se vieron precisados á re-
plegarse. En seguida se volvió Vauban hacia su
posición de Meudon, pcro se encontró absolutamen-
te solo en ella porque todo el Inundo habia echado
á correr, y así tuvo también que retirarse, pero
con orden y despues de Íiaher hecho un acto de
vigor que habia moderado la rapidez "del enemigo.


Estaban indignados los Chuanes de haberse vis-
to espuestos ellos solos á los golpes de los repu-
hlicanos , y se quejaban amargamente de que se
les hubiesen quitado los 400 hombres de línea,
sobre lo cual reconvino Puisaye á Hervilly , y este
le respondió que los habia llamado para el ataque
del fuerte; pero lo cierto e-s que de nada sirvieron
estas quejas recíprocas sino que continuó la irri-
tacion de una y otra parte. Entre tanto viéndose
dueños del fuerte de Penthiévre , mandó Puisaye
desembarcar en la península todo el material que
hahian enviado los Inaleses y trasladando allí to-


'- .


das las tropas pensó en fijar su cuartel general y
establecerse sólidamente. Dió órden á los ingenie-
ros para perfeccionar la defensa del fuertc y au-
mentar algunas ohras avanzadas, enarbolando pOI'
de pronto la bandera blanca al lado dc la ing'lesa
en señal de alianza entre los reyes dc Francia é


.J


Inglaterra. En fin sc decidió (lue ca.-Ia regimicnto




CONVENCION NACIONAl. (1795). 137
diese para g'uarnicion un destamento proporcio-
nado ú su fuerza. Hervilly que tenia muchas ga-
nas de completar el suyo con buenas tropas, pro-
puso á los repuhlicanos que hahian hecho prisio-
neros que pasasen á su servicio, y formar el ter-
cer batallon de su regimiento, á lo cual condes-
cendieron ellos, tanto por hartarse de víveres y
cobrar algun dinero de que habían carecido lal'go
tiempo, como por repugnancia á quedar de me-
ros prisioneros , y la esperanza de volver pl'onto á
incorporarse de nuevo con Hoche.


Puisaye , que siempre pensaba en marchar ade-
lante, y solo se habia detenido á tomar la pe-
ninsula para asegurar una posicion en la costa,
habló con mucha energia á Hervilly dándole
buenas razones para decidirle á que entrase en
sus ideas, y aun le amenazó de que pediria su
reemplazo si persistia en reusarlas. A primera
vista pareció que se prestaba Hervilly á sus pro-
yectos, porque segun Puisaye no necesitaban los
Uhuanes para desplegar el mayor valor sino de
que se les sostuviera, y así era necesario distri-
huir las tl'opas de linea en su frente y á su es-
palda y así colocados en medio en número de
doce á trece mil hombres, cuya cuarta parte eran
de linea, podian arrollar á lIoche que por el roo-
mento no tenia mas que cinco á seis mil. Consin-
tió Hervilly en aquel plan, y babiéndole escrito




138 REVOLUCION FRANCESA.
Vauban , que conocia lo aventurado de su posi-
cion por haher perdido la que ocupó á los prin-
cipios, pidiéndole órdenes y socorros. Contestole
Hervilly con la órden mas pedantesca del mundo,
en la cual le mandaba que se replegase sobre Car-
nac y le prescribia unos movimientos tales que no
se hubieran podido ejecutar por las tropas mejor
organizadas del Inundo.


El dia 5 de julio salió Puisaye de la península
para pasar revista de los Chuanes y tambien salió
Hervilly con su regimiento para prepararse [l ege-
cutar el proyecto formado el dia anterior de mar-
chal' adelante. Observó Puisave quc en toda su
gente no hahia mas que tristeza y desaliento en
lugar dc aquel entusiasmo que tenían el primer
dia, y le dijeron que parece se trataba solo de es-
ponerlos á ellos y sacrificarlos á las tropas de li-
nca. El les apaciguó corno pudo y procuró inspi-
rarles algun valor; mas Hervilly viendo á sus sol-
dados vestidos de encarnado y que llevaban con
tan poco aire cl uniforme y el fusil de bayoneta ,
dijo que era imposible hacer nada con semejantes
tl'opas y volvió á entrarse con su regilnicnto. En-
contróle entonces Puisave y le preguntó si era
aquel el modo de ejecutar el plan conven'i<1o , pe-
ro él le respondió que jamas se espondriu ú mnt--
chal' con semejantes soldados y que lo Ú uico quc
convenia era volverlos ú embarcar Ó encerrarse en




COlV\'ElVClOlV N.lCIONAL (1795J. 139
fa península para esperar nuevas órdenes de Lón-
dres ,lo cual equivalia en su mente á que serian
las de desembarcar en el Vendée.


Al dia siguiente 6 de julio ~recibió Vuuhan un
aviso secreto de que los republicanos le iban á
atacar en toda la linea, y no dejaba de ser su si-
tuacion de las mas peligrosas. Estaba apoyada su
izquierda en un: puesto llamado de Santa Bál'ba-
1'a, que se comunicaba con la pciii nsulu , pero el
centro y la derecha se estendian por la costa de
Carnac sin tener otro abrigo que el mar ; y a3Í en
caso de un ataque podian nluy Lien ser cortados
el centro y la derecha sin poder salvar mas que
la izquierda en el dicho puesto ó en Quibcron.
Muy desalentados sus Chuanes era imposible que
se mantuviesen firmes ,y no le quedaba otro ar-
Litrio sino replegar el centro y la derecha sobre su
izquierda y desfilar liácia la península por la Fa-
Iaise. Mas esto ofrecía el inconveniente de encer-
rarse en la lengua de tierra sin poder salir de
ella, pnl'fl ue aquel puesto (l~ Santa Bárharn que se
nhaudonaba , no tenia casi dcfensa alguna por la
parte de tierra ,mientras (IHe era inespugnalile
por la dc la Falaise á quien dominaba enterarnen-
te. Así cste proyecto de retirada equi valia nada
menos que á encerrarse en la península de Qui-
heron, y así pidió Vauhan algunos socorros pal'a
no verse precisado á retirarse, pero lIervilly le




140 REVOLUCION FRANCESA.
volvió á enviar otra nueva órden redactada con
todo el estilo militar, en que le mandaba espre-
samente que defendiese á Carnac hasta el último
estremo , y Puisaye le intimó ~inmediatamente á
Hervilly que enviase tropas, lo cual prometió.


,


Al siguiente dia 7 de julio al amanecer los repu-
blicanos en columnas cerradas vinieron á atacar
en toda la linea á los diez mil Chuanes , los cuales
tendiendo la vista por la Falaise, no veian llegar
las tropas regladas. Entonces se enfurecen contra
los emigrados que no venian á su socorro, y el
joven Jorge Cadoudal, cuyos soldados reusaban
hatirse, les suplicaba que no se desbandasen, pe-
ro ellos no le querian escuchar. Furioso entónces
Jorge, empieza á gritar que esos pícaros Ingleses
y emigrados no habian venido mas que para per-
der á la Bretaña, y que plugiese al cielo que los
hubiese tragado el mar ántes que abordasen á sus
costas. Entonces mandó Vauban á su derecha y
centro que se replegasen sobre la izquierda para
salvarse en la península por la Falaise ; y en efec-
to se precipitan ciegamente los Cluuuics ; seguidos
la 111ayor parte de sus familias que huian de la
venganza de los republicanos. Una multitud de
mugeres niüos y viejos, cargados con sus pobres
despojos y mezclados con muchos miles de Ghuanes
vestidos de encarnado, cubrian aquella lengua de
arena larga y estrecha, bañada de las olas por arn-




CONVENCION NACIONAL (1795). 1.il
Los lados , donde ya empezaban á caer bombas
y halas. Rodeándose entonces Vauban de todos los
gefes , se esforzó por reunir los hombres mas va-
lientes y les instó á que no se perdiesen por una
fuga precipitada , rogándoles por su propia sal va-
cion y honor que hiciesen una retirada en buen
órden. Así, les decia , hareis avergonzar á esa
tropa de linea que os deja solos, espuestos á todo
el peligro. Poco á poco los fuc tranquilizando y
los decidió á volver cara al enemigo, soportar el
fuego y responder á él. Desde entónces, gracias á
la firmeza de. los gefes, principió á hacerse la re-
tirada con mas sosiego, y se disputó palmo á pal-
mo el terreno. Mas con todo no estaban lTIUY se-
guros de resistir á una carga vigorosa y de no ser
arrojados al mar ; pero felizmente el bravo como-
doro Waren anclado con sus navios y lanchas ca-
ñoneras empezó á disparar sobre los republicanos
de los dos lados de la Falaise, y los impidió por
aquel dia llevar adelante sus ventajas.


Se apresuraban los fug-itivos por entrar en el
fuerte, aunque se lo disputaran á los principios
pero ellos se arrojan sobre las empalizadas , las
arrancan y se meten confusamente en la penínsu-
la. En aquel instante llegaba por fin Hervilly con
su reginliellto, y encontrándole Vauban le dijo
lleno de cólera que él le pediria cuenta de su con-
ducta en un consejo de gUf'rra. Se esparcieron los




142 HEyotUCION I"Uc\NCESA.


Chuanes pOI' toda la estension de la península ('11
que lrabia muchas aldeas y algunas caLaiias,
cuyos alojamientos estaban ocupados pOI' las tro-
pas de línea, y despues de muchas i-iñus , se acos-
taron por fin los Cluuuies en el suelo, y les dieron
media ración de arroz que se comieron crudo por
no tener donde cocerlo.


Así aquella cspcdicion que debia conducir lllUY
pronto el estandarte de los Ilorboues y de los In-
gleses hasta las orillas del Maycna, se encontra-
ba ahora encerrada en aquella península de dos
leguas de lal'go. Tenian de doce á quince mil bo-
cas mas que mantener, y no habia para ellas alo-
janliento, ni leña , ni utensilios dondc guisar la
comida. Podia aquella península, defendida por
un fuerte en uno de los estremos y apoyada en
los dos lados por las escuadras inglesas oponer una
resistencia invencihle : pero se inutilizaba entera-
mente por la falta de víveres, como que solo ha-
bian traído los necesarios para 6000 hombres y
habia de diez y ocho á veinte mil que mante-
ner. No era tampoco posible salir de aquella si-
tuacion por un repentino ataque contra Santa Bár-
bara ,porquc los republicanos llenos de ardor,
estaban atrincherándole de manera que fuese jn-
espugnahle por el lado de la península. Mientras
que la confusion , el odio y el desaliento reinaban
en aquella mezcla informe de f'JIIlWIC:; y crnlgra_




CONVENCION NACION,~L. (1795). 143
(los, se ocupaban por el contrario asi los soldados
como los o ficiales en trahajar á porfia en los re-
trinchcramientos, y así cuenta Puisaye: « Yo veia
« á los mismos oficiales en mangas de camisa dis-
CI tinguiéndose solo por las golas manejar la haza-
« da y acelerar el trabajo de sus soldados. })


Sin embargo decidió Puisaye aquella noche ha-
cer una salida para interrumpir las obras , pero
la obscuridad y el caíion del enemigo les precisa-
ron á volver á entrar en el fuerte, con lo cual des-
esperados los Gluuuies , se quejaban de que les ha-
Lian engallado y echaban mucho de menos su an-
tigua manera de guerrp<ll' , pidiendo que les y01-
vieran á sus bosques, Lo peor es que se estaban
murienclo de hambre, porque Hervilly para obli-
garles á que se alistasen en los regimientos, habia
mandado que no se distribuyese mas que media
ración á las tropas irregulares, de cuyas resultas
se revelaron, y Puisaye que no sabia nada de se-
mejantc órden la mandó revocar y se les concedió
la ración entera.


Lo que mas distinguía á Puisaye, sin hablar de
su talento, era una perseverancia 'á toda prueba,
y así lejos de desalentarse pensó en escoger los
Chuanes mas valientes y desembarcarlos cn dos pe-
lotones para recorrer el pais á espaldas de Hoche,
sublevar ú los gefes de quienes no se había teni-
do noticia y llevarlos en masa al campo de Santa




144 REVOLUCION FRANCESA.
Bárbara, cojiéndole por la espalda mientras que
las tropas de la península le atacaban de frente.
De esta suerte disminuia por el pronto de seis á
ocho mil bocas, las empleaba útilmente, desper-
taba el celo amortiguado de los gefes bretones y
preparaba un ataque por la espalda de Santa Bár-
bara. Decidido el proyecto, hizo la mejor elec-
cion posible entre los Chuones de Jos cuales dió
4000 á Tinteniac, con tres gefes intrépidos que
fueron Jorge, Mercier y Allegre H, Y otros 3000
á los llamados Jean-Jean y Lantivy. Dehia desem-
barcar Tinteniac en Sarzeau cerca de la emboca-
dura de Vilaine, y Jean-Jean y Lantivy cerca de
Quimper, Ambos debian reunirse despues de un
rodeo bastante largo, (l!l 14 de julio en Baud , y
marchar el 16 por la mañana á espaldas del cam-
po de Santa Bárbara. En el momento en que iban
á marchar vinieron los gefes de los Cnuane« á bus-
car á Puisaye y suplicar á este antiguo gefe que se
fuese con ellos pOI' que aquellos traidores de In-
gleses iban á perderle; pero no era posible que
aceptáraPuisaye. Marcharon pues y desembarca-
ron felizmente, y entonces escribió Puisaye á Lón-
dres diciendo que todavia podia remediarse todo,
con tal que inmediatamente se enviaran víveres,
municiones, tropas y el príncipe frunces.


Mientras que ocurrian estos sucesos en la penín-
sula, hahia reunido ya Hoche de ocho á diez mil




CON\'ENCJON NACIONAL (1795). 1'lo,)
hombres en Santa Bárbara , y Auhert Dubayet le
iba enviando nuevas tropas para guardar el NOl'Le
de la Bretaña. Candaux le envió tambien un re-
fuerzo considerable de Nantes , hajo las úrdencs
del general Lemoine , al paso (Iue Jos representan-
tes habian disi pado todas las intrigas relati vas á la
entrega de Loricnt v de San-Malo. ILan pues rne-
jorándose cada dia los negocios de los .repuhlica-
nos, á lo que contri huian en gran manera las tra-
mas de Lernaitre y Brothier para hacer abortar la
espedicion. Escribieron estos á la Bretaña desapro-
bándola, pOl'que tenia un objeto peligroso su-
puesto (Iue no estaba con ella el príncipe .Y nin-
guno debía auxiliarla seg'un esparcían los agentes,
hablando hasta en nombre del rey, COllI0 se lo
previnieron á Charétte para que no hiciese el me-
nor movimiento. Continuando en su antiguo sis-
tema de aprovecharse de los socorros ingleses, en-
gañándolos al mismo tiempo, formaron allí mis-
lllO un plan que fue el de intentar que en el caso de
entregarse San-Malo ú Puisaye, entrasen en este
puerto los cuadros de emigrados que cruzaban
con la flota inglesa, y tomar posicion de él en norn-
IH'e de Luis XVIII, mientras que, segun ellos de-
cian estaria obrando Puisave en Quiheron en fa-


,)


VOl' del duque de Yorck, Mas habiendo fallarlo la
intriga de San-Malo, se replegaron sobre Saint-
Briene y detu vieron delante de aquella costa la


IX. JO




lí6 REVOLUCION FRANCESA
escuadra que llevaba los cuadros de emigrados y
enviaron inmediatamente vemisarios á Tinteniac y
:í Lantivv de quienes sabian que habian desembar-
cado, intirnándolos que se fuesen á Saint-Briene.
Llevaban en esto la mira de formar en el Norte de
la Bretaña una contra espedicion , mas segul'a en
su concepto que la de Puisaye en el Mediodia.


Habia desembarcado Tinteniac con mucha feli-
cidad, y des pues de haber cogido varios puestos
republicanos, habia llegado á Elven, donde sc en-
contró con la intimacion en nombre del rey para
que fuese á Coetlogon á recibir nuevas órdenes. En
vano espuso la dificultad de la comisión de Puisa-
ye y la necesidad de no aventurar un plan sepa-
rándose del sitio que le habian señalado , porque
tuvo que ceder, prometiéndose llegar por medio
de una marcha forzada á encontrarse á las espal-
das de Santa Bárbara para el dia 16. Jean-Jean
y Lantivy, que tamhien habian desembarcado fe-
lizmente ,se disponian á marchar hacia Baud ,
cuando se encontraron igualmente con la órden
de dirigirse á Saint-Briene.


En aquel intérvalo , no estando Hoche muy tran-
quilo por su espalda, tuvo precision de enviar
nuevos destacamentos para contener á lasbanclas
cuya marcha ya sabia; pel'o dejó la fuerza suficien-
te en Santa Bárbara pal'a resistir ú un ataque de
viva fuerza. Le inquietaban mucho las lanchas ca-




('''79 1':: ) l!~rr'CONYRNCION NA'ClO~AL I '),' •
'iioncras inglesas, quP acrihillabau Ú sus tropas
apena~ se pr cscntahau ú la Fulaise j ~' no contaba
mas que cou clhamhre para reducir Ú los emi-
arados.,


Por su parte Puisave se preparaba al ataque del
t ti , Yla víspera Il(~gú ú la hahiu una nueva divi-


sion naval") que era la <iue habia ido {t las bocas
del Elba ú buscar los reg'imientos .crnigrados que
estaban al sueldo de Illglaü~lTa, conocidos con el
Hombre de los de la escarapela uegl'a. Traian con-
sig'o las legiones de Salm , Damas, Beon y Peri-
gord, reducidas-en todo á unos 1 too hombres por
las pérdidas .que ihabia» hecho en la campaña.,
mandadas pOI' un oficiul muv distinguido Ihul1a-
do Sombreuil, Tamhicn traia nuevos socorros de
víveres y ruunicioues , y anunciaba la venida de
:3000 Ingleses mandados pOI' el lord Graham 12 j Y
la próxima venida delcondede Artoiscon fuerzas
mas considerables. -En una carla del ministerio in-


e,


gles se le decia ú Puisave que los cuadros estaban
detenidos en la costa del Norte por los agentes
realistas del interior ,quc segun decian iban ú en-
tregar un puerto. En otro pliego separado se resol-
via la disputa entre Hervilly y Puisavc dando á
,este último elmando absoluto de la espedicion , y
confuicndole además el título de teniente ceneral


c'


-al servicio de lllp;laterra.
S rguro )'fl Puisav« demandar ~ lo lB CP<H Ó todo




148 REVOLUCION FRANCESA.
para la jornada del dia siguiente; y aunque hu-
biera preferido diferir el ataque proyectado para
dar tiempo á que desembarcase la división de
Sombreuil , no pudo retardarle por haberse ya fi-
jado aquel día y estar avisado Tinteniac para con-
curt-ir á él. El 15 por la tarde dió órden á Vauban
que fuese á desembarcar en Carnac con 1200 [lhua-
nes para hacer una diversión en la punta del cam-
po de Santa Bárbara y unirse con los que iban á
atacar pOI' la espalda. Pero se prepararon IllUY
tarde las harcas y no pudo Vauban embarcarse
hasta media noche, llevando órden de disparar
un cohete en caso de que hubiese desembarcado,
y dos sino conseguia llegar á la or-illa.


El 16 de julio al amanecer salió Puisaye de la
península con todas las tropas que tenia, mar-
chando en columnas con el bravo regimiento de
Loyal-Emigrant á la cabeza y los artilleros de
Hothalier : por la derecha avanzaban los regimien-
tos de la Marina real y Drusenay con 600 Chua-
nes mandados por el duque de Levis, El reg'imien-
to de Hervilly y 1000 Chuane« mandados por el
caballero Saint-Pierre ocupaban la izquierda. To-
dos estos cuel'pos reunidos componian una fuerza
de 4000 hombres poco mas ó menos, y cuando
iban marchando por la Falaíse oyeron un cohete
disparado por el conde Vauban, y no habiendo
oido el segundo creyeron que habia conseguido su




CONVE~CION N.U:WNAI. (1793). 149
intento y continuaron su marcha. Entonces oye-
ron ú lo lejos un ruido como de fusilería, y al ins-
tante gritó Puisuve ({ este es 'I'iutcniac , adelante. »
Entonces se tocó carga y a vanzuron hácia los atrin
cheramieutos de los republicanos. Estaba manda-
da la vanguardia de Hoche por Humbert , situado
delante de las alturas de Santa Bárbara, el cual
al acercarse el enernigo , se replegó y volvió á en-
trar en sus lineas. Avanzuron los realistas llenos
de gozo, cuando de repente hizo un movimiento
un cuerpo de caballecia que habia quedado en for-
macion , y descubrió unas haterias formidables,
que acompañadas de la fusileria recibieron al ene-
migo con un fucgo espantoso de balas y metra-
Ha. tos reg·imiento.) dc la marina real y Druse-
Ilay perdieron filas enteras sin descompone!' la
Iorrnacion , y el duque de Levis quedó gravemen-
te herido al frente de sus Cluuuies , al mismo tiem-
po que el regimiento de Hervill y avanzó resuel-
tamente á pesal' del fuego. Mas entre tanto cesó
de repente aquella fusileria que habian creido oir
por la espalda, y no habiendo concur-rido al ata-
que ni Tinteniac ni Vauban se perdió toda espe-
ranza de tornar el campo. Entonces todo el ejérci-
to republicano, así infanteria corno caballeria sa-
lió de sus utriuchcrumieutos , y viendo Pusaye que
no podiau menos (le perecel', dió ódcn á Herviltv
pal'a que dispusiese la retirada de la derecha,




mientras que él eget:utaha por sí mismo la de tI'
iz.quierdu. Pero en aquel mismo instante Jler\'i-
By que estaba haciendo frente al fuego con el ma-
y01' valor , recibió una bah de pedrero en mitad
del pecho yno tuvo tiempo mas que para. encal'-
g'~ll' Ú un edecán suyo que llevase la órden de re....
tirada; mas este mismo fué muerto de una bala
de cuñon ,V no rccihicudo aviso alg-l1l1o el re~i,...
~ ~. ~~


miento de Hcrvil]v V los 1000 (,'!lnanes del caha-
.J .-


llero Saint-Pierre , continuaron adelantándose ú
l)esal' del horroroso rup~o , de modo que mientras
se tocaba á retirada en la izquicrda , estaban to-
cando ú carga en la derecha. Fueron espantosas la
confusiou y c.uniceriu en aquel momento , y se au-
mentaron m ucho mas una y otra cuando la caha-
Heria repn blicana cargó sobre el ejército emigra-
do v le llevó en desórclen hasta la Fulaisc. Cogié-


_ u


ronse Los c.ríioucs de Hothalicl' <IlIe se hahian que-
dado atascados en la arena i y des pues de haber
hecho pl'odif6os de valor i lruvó todo el ejért:ito
hácia el fuerte de Pcuticvre , sjg'lIi':IH!o!c con tan-
ta prisa los republicanos, íj He sin duela hubieran


I . I l' i .cnt rauo pUllo:) en ('1 uertc. }ero un socorro In-
esperado' pudo libertarle de la pCI'SeCUÓOll de los
vr-ucedores , porquc Vauban quc rlebia estar en
Carnal' se hallaba en la punta de la Falaise con
sus ChlUUlC~ y con el comodoro Warcn , los cuales
montados en las lanchas cañoneras contuvieron á los.




CONVENCION NA.CIONAL. (1795). 1~) t
republicanos con un fuego· violento y salvaron pOI'
segunda vez al desgraciado ejército de Quiberon.


Asi ni pareció- Tinteniac , ni Vauban pudo sos-
prender á los republicanos por haberse embarca-
do muy tarde y ademas se vió mal sostenido por
los Ühsumes , quienes á trueque de no batirse m-oja-
ban sus fusiles en el mal', y asi. tuvo que reple-
garse cerca del fuerte', á todo :10' cual se agl'egó no
haberse oido el segundo cohete que habia dispara-
do ya de dia, Todo esto fue necesario para que
Puisaye, engañado en todas suscombinaciones su-
friese u na derrota tan desastrosa. Todos los regi-
mientos habian hecho gran{les pérdidas, tanto que
el de la.Marina real de 72. oficiales que tenia habia
perdido 53 y los dernas á proporción.


No puede negarse que' Puisaye se precipitó de-
masiado en; atacar el campo porque- yendo solos
4000 hombres á combatir contra 10,000 que esta-
ban Lien atrincherados , debía haberse- asegurado
antes de un modo positivo que no habían de- fal-
tar los ataques preparados por el flanco y la espal-
tia. No Lastaba dar una simple cita á unos cuer-
pos que tenían que supel'ar tantos obstáculos para
suponer que l1aLian de llega r infaliblemente á
punto y horas convenidas, sino que hubiera debi-
ho tomar la precaución de asegurarse con alg'una
señal ó con otro medio de que estaba ejecutado el
plan. En esto Puisaye aunque prevenido por aquel


"' (\ 1;.'
' ....


-,




1.)2 I{EVOLUClON FIlANCi?SA.
flWKO de ¡ilsÍ/crÍa que oyó, no se mallcjó con bas-
tante precuuciou. Pero tampo se puede dudar que
hahiendo pagado con su pel'sona en los términos
que lo hizo, respondió completamente ft todos los
que afectaban inspirar (ludas acerca de su valor ya
que no podian tenerlas de 'su talento é inteli-


.gencJa.
No es d ificil comprender la causa por que no


hahia \.Heg-ado Tinteniac al punto scíialado , pues
ya hemos dicho como en Elven se encontró con la
órden para dirigirse á Coétlogon ; y tuvo que obe-
decer aquella estraña providencia esperando po-
der reCUpel'(ll' el tiempo perdido por medio deuna
marcha forzada. Allí se encontró con unas mugeres
que estaban encargadas de transmitirle la orden
de ir á Saint-Briene. Todo esto provenía de los
agentes enemigos de Puisaye, que usando del
nombre del rey, como Jo hacian para todo, se
propusieron hacer que los mismos ~Hel'pos desta-
cados por él contribuyesen á la contra-espedicion
{Iue ellos meditaban sobre San-Malo ó Saint-Brie-
neo Mientras que se estaba. conferenciando acerca
de esta órden vinieron á atacar el castillo de Coét-
logon aquellos destacamentos ql~e habia enviado
Boche en persecucion de Tinteniac , y este que sa-
lió inmediatamente ú su encuentro cavó muerto
de un balazo en la frente ; y su sucesor en el man-
do habia consentido en marchar á Saint-Briene ...




CONVENCION NACiONAL (1795). 153
Por su parte los señores Lantivy y Jean-Jean que
habían desembarcado en las cercanías de Quim-
per se encontraron con iguales órd.enes, y hallán-
dose di vididos los gefes al ver aquella confusion de
órdenes y proyectos se dispersó Ia tropa. que ya es
taba hastante descontenta, y esta fue la causa de
que ninguno de los cuerpos enviados por Puisaye
para hacer diversión á su ataque pudiese llegar al
punto seüalado , resultando flue la agencia de Pa-
ris con sus proyectos privó á Puisaye de los cua-
dros que detuvo en la costa del Norte; de los des-
tacamentos á quienes impidió acudir á Baud el dia
14 y últimamente del concurso de todos los gefes
á quienes habia comunicado la órden de no hacer
el rnenor movimiento.


Ya encerrado en Quiberon no tenia Puisaye
esperanza alguna de salir de allí para marchar
adelante ni le quedaba otro recurso mas que vol-
verse á embarcar antes que el hambre le obligase
á hacerlo para buscar otro punto mas convenien-
te en la costa del Vendée. La mayor parte de los
emigrados lo estaban deseando, porque se les fi-
guraba que estando allí Charrétte tendrian un
gran general al frente de un magnífico ejército y
sobre todo les acomodaba mucho que no fuese
Puisave quien veriticara la contra-revoluciono


Entre tanto no cesaba Hoche de observar aque-
lla península buscando el medio de penetrar en




134 REVOLUCION FHANCESA.
ella. Su frente estaba defendido ;}lor el fuerte de-
Pentievre Y. en las orillas por las escuadras in-
inglesas, y no habia que pensal' en desembarcar
en él con algunos botes., ni mucho menos en to-
mar el fuerte por medio de un sitio regular que
era del todo imposible porque solo se podia lle-
gar á él pOI' la Falaise , donde cruzaban los fue-
gos de las lanchas cañoneras. En cfecto los repu-
blicanos no podian hacer siquiera un reconoci-
miento sin que les acrihillase la metralla. Solo
una sorpresa. nocturna ó el hambre podian ha-
cer caer la península en manos de Hoche, pero
una circunstancia le determinó á intentar una
sorpresa, por peligrosa (Iue fuese. A(I uellos pri-
sioneros que se haliian alistado casi á p~sar suyo
en los regimientos emigrados, solo hubieran po-
dido permanecer aHí si hubiese habido ventajas;
pero su principal interes , ya que no su patriotis-
1110 les obligaba á pasarse al lado del vencedor
que los halrria tratado COlll0 á desertores si los
cogia con las armas en la mano. Estos se escapa-
ban á bandadas al campo de lIochc diciendo que
solo se habian eng'anchado por salir de la cárcel
ó porque no les encerrasen en 'ella, y le indicaron
un medio de penetrar en la península. Habia á la
izquierda del fuerte de Peutievre una roca á don-
de se podia llegar entrando en el ag'ua hasta los
pechos, y luego que se la daba la vuelta se cn-




eONVENClON NACIONAL (1795). l.j5
contraba un sendero que conducia hasta lo alto
del fuerte. Aiiadieron que sus camaradas (lue ha-
hian quedado dentro de él corno parte de la guar-
nicion , ayudarían á abrirles las puertas.


No vacilo Hoche- en seguir este consejo á pesar
de lo es puesto de la tentativa, y formó su plan
con arreglo ft estas indicaciones, queriendo apo-
dorarse de la península y cogel' toda la espcdicion
antes (Ille tuviera tiempo de reembarcarse en sus
navios, La noche del 20 de julio estaba bastante
obscura, y Puisave y Vauban habian preparado
pati-ullus para asegurarse contra un ataque noc-
turno, .licicmlo Ú los oficiales que quien diablos
hahia de aguardal' tiros de las centinelas enerni-
g'as con un tiempo semejante; y así pareciéndoles
('PIe torlo estaba sosegado- se fueron á acostar COIl
toda seguridad.


Mas ya estaban hechos todos los preparativos
en el campo repulrlicauo', y ú cosa de Inedia no-
che principió á 1l10Vel'Se Boche con su ejér-
cito. Estaba el cielo cargado de uuhes , y co-
mo las olas estaban hasLante alborotadas con el
viento , no hahia riesgo de que se oyese el ruido
de las armas y de los soldados. Dispuso Hoclie
sus tropas en columnas en la Falaisc , y luego
(lió :300 g;ralwlleros al ayudante general Menan-
ge 13 qi-Ie era un republicano joven y de un valor
heróico , mundandolc (1 ue desfilase por la dere-




'156 llEVOLUClON FllANCESA.
cha , se echase al agua con sus gl'anadel'os, diese
la vuelta á la roca en que estaban apoyadas las
murallas, tomase el sendero y procurase intro-
ducirse en el fuerte. Dadas estas disposiciones
empezó á marchar con el mayor silencio, habien-
do puesto á las patrullas uniformes encarnados
de los que se cogieron á los muertos en el com--
bate del 16 y habiendo lJeg"ado á saber' el santo
eng"allaron á los centinelas avanzadas, tanto que
pudieron acercarse sin ser reconocidos. Entró l\Ie-
nage en el mar con sus 300 gl'anaderos, oscure-
ciéndose el ruido que hacian con el viento y las
oleadas. Algunos se caian y vol vian á levantarse.pe-
ro otros fueron ahogados en Jos abismos, del mar,
rnasal fin pasando de rocaen roca llegaron preccdi-
dosde su gefc hasta el sendero que conducia al fuer-
te. Entre tanto se hahia cercado tanto Hoche con
sus columnas á las rnurallas , que al fin los centi-
nelas reconocieron una <le aquellas falsas patrullas
distinguiendo á p-esai' dc la obscuridad una larga
sombra que se movia , y sin detenerse hicieron
fuego y dieron el alarma. Acudieron los artilleros
de Tolon á sus piezas y empezaron á vom i tar me-
tralla sobre las tropas de Hoche desonlcnán-
dolas, confundiéndolas y casi obli g"úndolas á
huir. Pero en aquel momento llega lHenage á la
cima del fuerte y los soldados que eran cómplices
suyos acuden á las almenas y alargándoles las cu-




CONVENCION NACIONAL (1795). 157
latas ,de sus fusiles les ayudan á subir y los intro-
ducen en el fuerte. Entonces cayeron todos jun-
tos sobre el resto de la gual'nicion , y degollando
á los que se resistian , enarbolan inmediatamente
la bandera tricolor. Hoche, ú pesal' del desórden
que le habian ocasionado las haterias enemigas,
no se aturdió ni un solo instante, sino que acu-
diendo ú los gefes en particular les hizo estar en
sus puestos y volvió á reunir su ejército en medio
de aquella lluvia de fuego. Cuando ya se aclaró un
poco la obscuridad divisó la bandera republica-
na en lo mas alto del fuerte y les dijo á sus solda-
dos: « ¿Ql1(~, retrocederéis cuando ya vuestros ca-
( maradas han plantado su estandarte en las 11lU-
« rallas enemigas?» Los llevó hácia las obras avan-
zadas donde estaba acampada una pal'te de los
Chuanes y penetrando en ellas por todas partes se
hicieron por fin dueños del fuerte.


En aquel momento Vauban y Puisavc [l quie-
nes habia despertado el ruido del fuego, acuden
al lugar del desastre pero ya no era tiempo, sino
que vieron huii- mezclados con los Chuanes los ofi-
ciales abandonados de sus soldados y los restos de
la guarnicion que habian permanecido fieles. No
se detuvo noche con la toma del fuerte, sino que
reuniendo una parte de sus columnas se adelanta
hacia la península antes que pudiera reembarcar-
se el ejército de la cspedicion. Puisave , Vauban y




158 "l\EVOT,UcrON "FRANCESA.
todos los gefcs se retiran hacia el interior aonele
todavia quedaban el "regimiento de Hervijlv , los
restos de los reg'imientos de])l'usenay, Marina
real T Loya l-Emigrant y la legion de Sombreuil
que hahia desembarcado dos di as antes en núme-
ro de 1100. Tomando una huena posición de las
muchas flue hahia en la peuinsnla , y ocupándola
con los 30-00 hombres .de tropas regladas que aun
tluedaban ,se podia dar tiempo ú la escuadra pa-
ra recoger á JosInfclices vemigrados., por(lue el
fuego de las lanchas caüoneras hubiera protegido
el emharque, pero era tal el desórdcn de los áni-
mos, que los Cluuuu» se preci pitaban al mal' con
sus familias p.u'a entrar en algunas barcas de pes-
cadores que estaban á la orilla y Ilegal' á la escua-
dra, á quien el rmal tiempo tenia á hastantedis-
tancia. Corrian las tro ,)as esparcidas aquí y allí
por la península sin saber donde reunirse, y Her-
vrlly que hubiera sido Inuy capaz de defender vi-
gorosamente una posicion., y conocia muy bien
los sitios estaba mortalmente herido. Sornbreuil
que le hahia sucedido en el mando, no conocia el
terreno, ni sabia donde apoyarse ni á donde reti-
rarse, de suerte que á pesar de ser hombre de
mucho valor, parece que en aquella circunstan-
cia le abandonó la presencia de ánimo. Cuando lle-
~·ó Puisayc le indicó una posiciou , y entonces le
preguntó Sornhreuil si hahia avisado á la escuadra




CONVENCION NAClON1L (1795). 159
})ara que se acercase,' y el otro le respondió que
habia enviado un marinero muy diestro y muy
fiel, pero el tiempo era malísimo y el 'piloto no
llegaba tan de prisa como necesitaban ~los desgra-
ciados que se veian amenazados de que les alTO-
jasen hasta el mar. Ihanse acercando las columnas
republicanas y Sombreuil insistió de nuevo pre
guntando ú Puisaye si estaba advertida la escua-
dra. Entonces aceptó este último la comision de
ir corriendo á bordo para que se acercase el corno-
doro, comisión que hubiera debido confiar ú otro
pues él debia ser el último á evitar el peligToo Mas
tUYO una razon pal'a decidirse que fue la necesidad
de sal val' su corresponde ncia , quehubiera podido
comprometer á toda la Bretaüa si caía en manos
de los republicanos. Era sin duda tan importan-
te sal varia como sal val' al ejército mismo, pero
Puisaye pudo haberla enviado á hordo , sin llevar-
la él luismo y en efecto echaá andar y llega ábordo
del comodoro al mismo tiempo que el piloto que
antes hahia enviado. Con la distancia, la obscu-
ridad y el mal tiempo no se habia podido adver-
tir el desastre desde la escuadra, y el valiente al-
mirante 'Varen, que durante la espedicíon habia
favorecido cÍ los emigrados por cuantos Inedias ha-
Iiia podido, hizo fuerza de vela , y llegó por fin
con sus navios á tiro de cañon en el instante rnis-.
1110 en que Hoche al frente de 700 granaderos car-




160 :REVOLUCION FUANCESA.
'gaha sobre la legion de Sombreuil , é iba á hacer-
la perder tierra. ¡Que espectáculo tan terrible
presentaba entonces aquella desgraciada costa !EL
mar agitado apenas permitia que las embarcacio-
nes se acercasen á la orilla, y una multitud de
Chuanes y soldados fugitivos se arrojaban al agua
hasta el pesquezo para alcanzar las embarcaciones
y se ahogaban por llegar mas pronto; unos mil
infelices emigrados que estaban entre e\ mar 'Y \as
bayonetas republicanas se veian reducidos ó á ti-
rarse al mar óhácia las puntas del hierro enemi-
go, sufriendo al mismo tiempo ti fuego de la es-
cuadra inglesa como los mismos republicanos. Ya
habían llegado algunas emharcaciones , hacia otro
punto, pero por este lado no habia mas que una


, goleta que hacia un fuego espantoso y suspendió
por algun rato la marcha de los republicanos. Se
dice que algunos granaderos gTitaron á los emi-
gTados que se rindieran y no se les haria nada,
cuya voz corrió de tila en tila, y queriendo Sorn-
breuil acercarse ú parlamentar con el general Hum-
bcrt , no se lo perrrrit ia pI fucg-o. Al instante se ar-
rojó á nado un oficial emigrado para hacer que
cesase; pero lIoche no queria capitular -porque
sabia nlUY bien cuales eran las leyes contra los
emigrados, y por otra parte no era hombre para
ofrecer 10 que no pudiese cumplir. En uua carta
suya (111(' ha corrido torla Europa aseguró que no




CONVENCION NACIONAL (1795). 161
hahia oido ninguna de las prornesas atribuidas al
general Humbert , y que de cierto no las habria
autorizado. Pudieron muy bien algunos soldados
suyos gritar Rendios , pero él no ofreció nada ni
prometió nada, sino que avanzó, y no teniendo
los emigrad.os otro recurso mas que el de rendirse
¡, 111Orir, concibieron la esperanza de que tal vez
se les trataría como ú los del Veudce ; .Y asi rindie-
ron las armas. Ninguna capitulacion ni aun vel'-
hal medió con lIocllc, y Vauban que estaba pre-
sente, confiesa que no hubo convenio alguno, y
aun aconsejó á Sornbreuil que no se rindiera con la
vaga esperanza de los gritos de algunos soldados.


lUucllOS emigTados se quitaron la "ida con sus
propias cspadas , otros se echaron al mar para
alcanzar las embarcaciones, y el comodoro 'Varen
hizo todos sus esfuerzos para vencer los obstáculos
que ofrccía el mar, y salvar el mayor número
posible de aquellos desgraciados. Hahia una mul-
titud que al ver acercarse las chalupas, se entra-
ron con el agua hasta el cuello , y disparaban des-
de la ribera apuntando ú sus cabezas. Algunos se
lanzaban {l las chalupas que ya estaban demasiado
cargadas, y los que estaban dentro, temiendo su-
n!ergirse les cortaban las manos á salJlazo..;.


Apresurémonos ú sali r de estas escenas de 1101'-
rol' en que unas terribles desgracias castiga ball
culpas gTaves. Muchas fueron las causas que <.:on-


I\" .l 1




162 REVOLUCION FRACESA.
tribuyeron á impedir el buen éxito de la espedi-
-cion ,siendo la primera entre ellas haberse for-
mado una idea demasiado ventajosa del estado de
]a Bretaña, porque cuando un pueblo está verda-
deramente dispuesto á insurreccíonarse, se le-
vanta de pronto, como hicieron los del Vendée en
lllayo de 1793, busca sus gefes, los suplica, los
obliga á ponerse á su frente, pero no espera que
se le organize , ni aguanta dos años de opresión
para sublevarse despues que aquella ha termina-
do. Mas aun cuando tuviese las mejores disposi-
ciones, siempre bastaria un hombre tan vigilante
como Hoche para impedir que las manifestase.
Así no se puede dudar de que Puisaye se había
dejado llevar de muchas ilusiones; pero sin em-
bargo se habria podido sacar partido de aquel
pueblo y encontrar muchos hombres dispuestos á
combatir, si una espedicion considerable se hu-
b.iese adela~1tado hasta Rennes y arrollado al ejér-
CIto que SUjetaba al pais. Para esto era necesario
que los corifeos de los insurgentes estuviesen de
acuerdo con Puisaye y este con los agentes de Pa-
ris; que no se les hubiese enviado á los gefes de
los Chuanes instrucciones opuestas ni dado órden
á unos para estarse quietos, y á otros para que to-
masen una direccion contraria á la de Puisaye;
que los emigrados comprendiesen mejor la guerra
que iban á emprender y no despreciasen tanto á




'CO~VENCIO'N NAClOi\'1\L (t 79.')). Jü·3
los paisanos que se sacrificaban por su causa, que
los Ingleses hubieran tenir'o 111a~ confianza en Pui-
saye y no le hubieran nombrada un adjunto y con..
fiádole todos los recursos que le destinahan , ,'cri-
ficando la espedicion con todas las fuerzas reuni-:
(las,. sobre todo era necesario un KC[Ulpn'ncipe al
frente de la espedicioll ') Ó por 10 menos ya que no
fuese gl'ande ') que pusiera el primcr« el pie en la
orilla del mar. A su aspecto se hubieran desvane....
cido todos los obstáculos y cesado de pronto la
division intestina de los gefes del Vendée, la de
estos con el gefe breton , la de este con los agen-
tes de Paris , .Ia de los Chuanes con los emigrados
y la de España con Inglaterra. Con solo ve!' aquel
príncipe se hubiera despertado el entusiasmo de
la comarca, todos se hubieran sometido á sus
órdenes y concurrido á la empresa. El mismo
Hoche podia haber sido envuelto, y á pesar de
su habilidad y energia ') se habria visto precisa-
do á retroceder en presencia de un iNflujo tan
poderoso enel pais. Es cierto que detrás de él ha-
bia otros valientes ejércitos que hahrian vencido á
la Europa') pero el Austria podia entretenerlos
en el Rhin, é impedir que se sacasen de ellos fuer-
tes destamentos ; el gobierno no tenia tampoco la
energia de la gran comision de salud pública, y
la revolucion hubiera corrido gTavc's riesgos. Der-
rocado 20 años antes, no hubiera tenido él tiempo




164 REVOLUCION FRANCESA.
necesario para consolidar sus bencficios , y 'hubie-
ran podido inutilizarse para la Francia los inaudi-
tos esfuerzos, las inmortales victorias y los torren-
tes de sangre que se habian derramado; ó en caso
de que no fuese dado ú un puñado de fugitivos
sugetar á su yugo una nacion valiente, á lo me-
nos huhieran puesto en peligro su regeneracion,
y ellos no habrian perdido su causa sin defender-
la, mas antes habrian honrado sus pretensiones
con su energla.


De todo echaron la culpa á Puisaye y á la In-
glaterra aquellos embrollones que componian el
partido realista, diciendo'del primero que era un
traidor vendido ú Pitt para renovar las escenas de
Tolon, siendo así que Puisaye hahia hecho cuan-
to hahia podido. No era menos absurdo suponer
que la Inglaterra no qucria el éxito de la espedi-
cion , cuando por el contrario sus propias precau-
ciones respecto de Puisaye , la eleccion que habia
hecho de Hervilly para impedir que quedase de-
masiado comprometido el cuerpo de emigrados,
y últimamente el celo (Iue mostró el comodoro
'Varen por salvar sus restos en la península, prue~
han que á pesar de su genio político, no habia
meditado el horrendo y cobarde crimen que se la
atribuía. Hágase justicia á todos, aun á los mas
implacables enemigos de nuestra revolución y de
nuestra patria.




CONYENCION NAUONAL (t 79,)). I 65
rué ú desembarcar el comodoro Waren en la


isla de Houal ú los desgraciados restos de la espe-
dicion , y allí esperó nuevas órdenes de Lóndres
y la llcgada del conde de Artois , quc estaba it hor-
do del Lord ltloira para saber lo qUf~ se dehia ha-
ccr, Es indecible la dcsespcracion ~y miseiia que
reinaba en aquella isleta entre los emigrados y
los Chuaues , que atacados de una enfermedad con-
tagiosa , no hacian mas (IlIC recriminarse unos á
otros y acusar arnuraamente Ú Puisayc. Mucho ma-
yor conflicto reinaba en Auray y en Vannes á
donde habian sido trasferidos aquellos mil cn1Í-
grados cogidos con las armas en la mano. Hochc
después de haberlos vencido habia huido de su
triste presencia para pcrseguir la Landa de Tin-
tcniac , Ilamadu el ejérl:ito colorado. Nada tenia
que ver con la suerte de los prisioneros ni podia
hacer nada en su Iavor , POl'(Iue las leyes existian
y no estaba en su mano anularlas, sino (1 ue se re-
firió á la cornision de salud pública y ú Tallien,
Este marchó inmcdiatamente ú Paris , donde llegé
la víspera del aniversario del U d(~ lhermidor , en
que seg"un la nueva moda que se habia adoptado
se iba ú celebrar una fiesta en el seno mismo de
la asamblea en coumcmoracion de la caida de Ho-
bespicrrc, Todos los representantes asistian en
ll'age de ceremonia mientras que una l1U111el'OSa
orquesta Y varios coros entonaban los himnos de




HEYOIXCIO~ FI.L\~CES,t.


Chcnier. Levó €onrLois Jlt un informe acerca de' la
.J


jornada del 9 de thermidor , y en scguida leyó-
Tallien otro sobre la accion de Quiberon. Se notó
en él la i ntcncion de proporcionarse un doble
triunfo , pero sin embargo aplaudieron mucho
sus servicios del año anterior y los que acababa de
hacer en este momento. Efectivamente su presen-
cia había sido IllUY útil ú lIoche pal'a todas sus
operaciones. Hubo aquel día un convite en casa
de Tallien ,donde se reunieron los principales gi-


. rondinos y tliermidoriauos , entre los cuales se ha-
llaban Louvet y Laujuinais. Este ,últinlo echó un
brindis al 9 de thcrmidur y Ú los valientes dipu-
tarlos qu~ hahiun ahatido la tirania ,al cual C01'-
i'éspondiú Talli~"n con otro ú la salud de los 73 y
de lus 22, iguahnente que á los diputados víctimas
del terror; aiiad iemlo Lou vet estas palabras = '!J á su
uuion intima con los hombres del!J de thermidor.


En cf.eclü tcnian Imucha nccesidad de reunirse
,


para combatir y hacer com unes esfuerzos contra
los adversarios de toda especie qnc se habían su-
blevado contra la república. Fuúmucha la alegria
que allí reinó, sobre todo considerando el peligro
que se habriu corrido ea caso de (Iue la espedi-
«ion del Oeste hubiese coincidido con la que el
principe de Cond(~ tenia preparada hacia el Este.


Era necesario decidir la suerte dc los prisione-
ros, y se dirigieron en su favor muchas solicitudes




CONVENCION NACIONAL. (1795) 167
a las comisiones, pero era del todo imposible sal-
varlos en la presente situacion. Decian los repu-
blicanos que el gobierno queria llamar á los emi-
grados, volverles sus bienes y por consiguiente
restablecer la monarquia: esto mismo repetian los
realistas siempre presumptuosos ,diciendo que es-
taban gobernando sus amigos y se manifestaban
mas osados cuanto mayores eran sus esperanzas.
Cualquiera indulgencia que entonces se manifes-
tase era justificar los temores de unos y las locas
esperanzas de los otros; era desesperar á los repu-
blicanos y dar alas á los realistas para las mas atre-
vidas empr.esas. Mandó la comisión de salud pú-
blica que se les aplicasen las leyes, y no puede
decirse que hubiera montañeses en su seno, sino
que conocian era im-posible proceder de otro mo-
do. Se encargó á una comision reunida en Vannes
hacer distinción entre. los prisioneros que se ha-
bian alistado á pesar suyo y los verdaderos emi-
grados, los cuales fueron todos pasados por las ar-
mas. Procuraron los soldados dejar escapar á cuan..
tos pudieron, pero no dejaron de perecer muchos
valientes, aunque no dehian quejarse de su suer-
te después de haber llevado la guerra á su pais y
sido cogidos con las armas en la mano. Si la re-
pública hubiese estado menos amenazada de toda
especie de enemigos y sobre todo de sus propios
cómplices, hubiera podido perdonarlos; pero en




168 HEVOLUCION FRANCESA.
las presentes circunstancia" no lo pod ia, Aunque'
l\"h~. de Sornbreuil era un oficial muy valiente, c(~­
dió en los últimos instantes ú un movimiento poco
digno de su valor, escribiendo una carta al como-
doro Waren en que acusaba á Puisaye con toda
la violencia de la desesperacion , y encargó á Bo-
che que le hiciera el favor de remitírsela. Aunque
en ella se contenia un aserto falso , respetando
Hoche lél voluntad de un moribundo se la dirijió
al comodoro, el cual contestó con otra en que le
desmentia diciendo: «Yo estaba al frente de los
« 700 gTanaderos de Humbert , y aseguro que no
« se hizo ninguna capitulacion. » Todos los con-
telllporaneos que conocieron el carácter de aquel
joven general le tienen por incapaz de mcntir ,
fuera de que otros muchos testigos oculares con-
firman su aserto. Hizo mucho daño esta carta de
Somhreuil Ú la erniaracion y á Puisavc , y aun se
ha tenido por tan poco honrosa á la memoria dc
su autor, que han llegado á esparcir la voz de que
la hahiau ~lIpllesto los republicanos; chisme por
..iert o digno <1(' las muchas cousejas c[He circula-
han entro los emiarados.


<,


Mientras qlH~ el partido realista acababa de su-
I'rir tan duro revés en Quiheroll, sele preparaba
otro en España ~ porquc l\10IlCf'.\C hahia vuelto de
nuevo Ú iuvadi r la Vizcava anodcá\lHlose de Bil-


• 1,


hao V Vitoria y amenazando muy de cerca á Parn-
.. J v




CONVENCION NACIONAL (1795). 169
piona. El favorito que gol)ernaba la corte, des-
pues de haber reusado á los principios las propo-
siciones de paz hechas por el g'obierno cuando se
abrió la campaiia, por no haber ido por su con-
ducto, se decidió á negociar y envió á Basilea al
caballero l riarte 15, quien la firmó con el minis-
tro de "a república Barthelemy el dia 12 de fulio
en el momento mismo en que estaban ocurriendo
los desastres de Quiberon. Se redugeron las con-
diciones á que la Francia restituyese todas las
conquistas que habia hecho en España, y que en
cambio cedería esta á la Francia la parte españo-
la de Santo Domingo. Era ciertamente mucho lo
que cedía la Francia por una ventaja ilusoria, por
que Santo Domingo no pcrtenccia ya á nadie en
la realidad : pero estas concesiones eran dicta-
das por la mas sana política. Nada tenia que de-
sear la Francia del otro lado de los Pirineos, ni
tenia el men 01' interes en debilitar á la España:
áutes bien hubiera dehido volver, si fuese posi-
hle , á esta potencia todas las fuerzas que habia
perdido en una Íucha emprcn dida contra los in-
tereses de ambas naciones.


Fue recibida la noticia de esta paz con estraor-
dinario gozo de todos los que amaban la Francia
y la repúh!ica, porque no solo se apartaba una
potencia de la coalicion, n13S tarnhien se veia un
Borbon mas reconociendo á la república, y que-




170 REVOLUCLON FRANCESA.
daban dos ejércitos disponibles para trasladarlos ál
los Alpes, al Oeste y al Rhin. Los realistas se de-
sesperaron, y sobre todo los agentes- de Paris em-
pezaron á temer que se divulgasen sus intrigas y
se publicasen las :cartas que habian escrito á Es-
parla, en las cuales habria visto la Inglaterra to-
<lo cuanta decian de ella, y por m-as que esta po-
tencia estuviese muy desacreditada entre ellos con
el lance de Quiberon, era en adelante la única
que podia dar dinero y se necesitaba contemplar-
la, salvo á engañada despues , si era posible ",


Otra ventaja nO' menos importante consiguieron,
los ejércitos de Jourdan y Pichegrú, los cuales
despues de muchas lentitudes habian rcsuelto por
fin pasar el Rhin. Estaban en presencia uno de
otro los ejérci tos Frances y Austriaco en las dos
orillas del rio desde Basilea hasta Dusseldorf', sien-
do escelente la posicion defensiva de los Austria-
cos en el Rhin , cubriendo al mismo tiempo su de-
recha las fortalezas de Dusseldorf y de Ehrenbreits-
tein y Maguncia, l\1anhein y Phili ~burgo su cen-
tro é izquierda. El Necker y el Mein toman su ori-
gen no lejos del Danubio y corren casi paralela-
mente hacia el Rhin formando dos líneas impor-
tantes de comunicacien entre los estados heredita-
rios y por ellas podian conducirse los víveres ne-


* La prueba de todo esto se encuentra en el tomo V de
las Memorias de Puisayc.




CONVE~CLON NAClONAL (1795). 171
cesarías y cubrir los dos flancos del ejército si
queria obrar en movimiento concéntrico sobre
Mag·uncia. En aquel carnpo de batalla era absolu-
tamente el mismo plan de operaciones para los
Austriacos que para los Franceses porque tanto
unos como otros, segun el dictámen de un gran
capitán y de un célebre crItico , debian proponer-
se obrar' concdntricamente entre el Mein y el Ncc-
ker. Los ejércitos de Jourdan y de Pichegrú te-
nian que hacer esfuerzos para pasar el Rhin
en las inmediaciones de Maguncia á poca distan-
cia uno de otro, tratando de reunirse en seguidu
en el valle del Mein, separando á Clerfayt de
Wurmser , y subir entonces entre el Necker y el
~fein procurando batir alternativamente á los dos
generales Austriacos. De la misma manera estos
últimos debian procul'ar concentrarse para desem-
hocar por lUaguncia en la orilla izquierda y caer
Ó sobre Jourdan ó sobre Pichegrú. En caso de ser
prevenidos pOL' su adversario que hubiese pasado
el Rhin por algun punto, debian concentrarse en-
tre el Necker y el Mein , impedir la reunion de los
dos ejércitos franceses y aprovecharse de un 1110-
mento para caer sobre el uno ó sobre el otro. To-
da la ventaja estaba sin duda en favor de los Aus-
triacos para tamal' la iniciativa, porque eran due-
110S de Maguncia y podían desembocar ú su an-
tojo en la orilla izquierda.




172 REVOLUCTON FH.ANCESA
Pero fueron los Franceses los que la tomaron,


y habiendo llegado las barcas holandesas, después
de muchas lentitudes hasta la altura de Dussel-
dorf, se preparó Jourdan á pasar el Rhin, como
en efecto lo ejecutó por Eichelcamp , Dusseldorf'v
Neuwied, con una maniobra atrevida. Avanzó por
el camino de Dusseldorf á Francfort entre la línea
de la neutralidad Prusiana y el Hhin, y llegó ha-
cia el Lahn el enarto dia complementario (20 de se-
tiernhre ). En el mismo instante tenia órden Piche-
grú de intentar el paso por el alto Rhin , é intimar
la rendicion ¡á lUanheim, teniendo la fortuna de
que se rindiese aquella floreciente ciudad por :.te-
mor de un bombardeo, el mismo dia 20 de se-
tiembre. Desde aquel momento ya todas las ven-
tajas estaban de parte de los Franceses, porque
Pichearú apoyado en l\Ianheim , debia atraer allí
todo su ejército, y jUlltal'se con Jourdan en el va-
lle del .Mein. Entonces se podia muy bien separar
á los dos generales Austriacos y obrar concéntrica-
mente entre ell\Iein y el Necker. Sobretodo impor-
taba muchísimo sacar á Jourdan de su posicion entre
la línea de neutralidad y el Hhin , porque como
su ejército no tenia los Inedias necesarios de tras-
porte para los víveres, ni podia tratar como ene-
migo al pais , necesariumente se iba ú encontrar
sin recursos como no marchase adelante.


Asi en aquella época todo era ventajas para la




COVENCION NACIONAL (1795). 173
república: paz con Espaiía, destruccion de la es-
pedicion inglesa sobre las costas de Bretaiia , pa-
so del Rhin , iniciativa feliz en la Alemania y to-
das las satisfacciones ú un tiempo. Ahora ya solo
dependia de los gencl'alcs y de su gobierno apro-
vech arse de tantos sucesos felices,






NOTAS DEL TRADUCTOR
:PERTENEcn~NTES AL CAPITULO SEGUNDO.


-Q-
PAGINA 10t>.


-1 Guillermo Wickam, ministro plenipotenciario de
Inglaterra cerca dc los cantones suizos, hizo cuantos
esfuerzos pudo durante los primeros años de la revolu-
cion para apartados de la neutralidad y que entrasen en
.la coalicion contra la Francia. El fué también quien en
marzo de 1796 entabló negociaciones de paz con ]Ur.
Barthelemy , pero habiendo sido hechas con tan mala fé
como recibidas, no tuvieron resultado alguno. Se dice
que él fué quicn reveló al directorio francés el plan de
insurreccion que dehia estallar en la misma época desde
las fronteras del Franco Condado hasta las costas del
Oceano, pero esta especie es poco verosimil y solo se sa-
be que la noticia vino por la Suiza. Despues le dieron
diferentes comisiones al continente para suscitar enemi-
gos contra la Francia y sobre todo pal'a pagar' subsidios
á las potencias y á los agentes contra-revolucionados. To-
do esto lo desempeñaba bajo el título de ministro resi-
dente en diferentes córtes hasta que últimamente le dió
su gobiel'llo uno de los empleos mas lucrativos en Irlan-
da , donde acabó sus días.


PAGINA 107.


2 El conde l\Iontgaillard nació en Tolosa , y emigró
de Francia al principio de la revoluoion para Hamburgo ,
donde residió mucho tiempo. Desde que llegó allí no ce-
só de escitar á las potencias á que declarasen la guerra
á su país en favor de la causa realista. Los príncipes
franceses y en particular el de Candé hicieron mucho ca-




176 NOTAS
so de él. Ademas de esta intriga con Pichogni , de q uc
habla el texto, mandó el directorio imprimir dcspues
de la revolucion dc U'~ tructidor (.1 de setiembre ,1797
una couversacíon suya con el conde do Autruignos , qU('
se hahia encontrado en la cartera de este último en Yc
nezia , donde se patentizaban todas las intrigas de los
agentes realistas en lo interior de Francia. En 17D!) pa-
só á Holanda; de donde le espulsaron á pcticion del di-
rectorio ; pero apenas ocurrió la gran mudanza del 1~
de brurnario se atrevió á venir á Francia, v al momento
le arrestaron con su hermano el abate l\lonlg'aillanl, ,


t ' L/


estuvo encerrado muchos meses en el Temple. Al tin
consiguió la libertad y se le desterró :í Burdeos hajo la
vigilancia de la policia. Allí imprimió en 1~01· , cuando
se descubrió la conspiración de JoqjC Cududal y Piche-·
grú , dos uiemorias en que refiere todas sus relaciones
con los príncipes franceses emigrados y sobre todo COIl
el de Candé. Prescindiendo de la caliticaoion que nH~I'{'Z­
ca el autor de ellas, como agcnte de una traiciou , no
puede negarse quc son unos monumeutos históricos lllUY
apreciables. En ellas dá cuenta de todos los pormenores
de su negociacion con Pichegrú , y añade que desde el
año siguiente 1796 se fué ú Venezia , donde se lo descu-
brió todo al ministro de la república Iraucesa Lallcruaud ,
y le puso al corriente de todos los secretos del partido
realista. Esta conducta de Montgaillar'd tuvo g¡'ant1ísilllo
influjo en los sucesos políticos de aquel tiempo. Poco
despues de la publicacion de estas memorias estuvo algun
tiempo en Lyon y luego desapareció sin que haya mas
podido averigunr en que paró.


PAGl~A 107.


5 Este Fauche-Borcl era un impresor del I'ey de Pru-
sia en Neuchutel y su correspondencia se encontró en
uno de los carros que se cojieron en Klingliu. Vino á Pa-
rís en lS05 , donde le arrestaron en el temple donde es-
tuvo 18 meses purgando los malos pasos en que habla




DEL TRADUCTOn. 177
andado con Pichcgrú. Pero habiéndole reclamado la
Prusia, se le puso en libertad fuera de las fronterás de
Francia J apenas llegó ú Bel'lin 1<' nomhraron impresor
de la corte ,


PAGI~AH().


4 Este general Josuet fue el que debía llevar ú Santo
Domingo el decreto para la libertad de los negros en
1. 794 , Y ú quien arrestaron al tiempo de su salida por
una intriga de los colonos, Citado á la barra de la con-
vencion pal'a que diese cuenta de los motivos de su arres-
lo , respondió que segun tenia entendido, Le habla pucs-
to preso la policia de París pOI' una denuncia de dos co-
lonos contra-revolucionarios hecha ante la comision re-
volucionaria de Nantes, la cual babia escrito con este
motivo al corregidor de Paris estas palabras: I( des]Jru:hád-
(e le prontameute , Ú onviádle por acá p~H'a qne nosotros
« le despachemos por nosotros mismos,}) Al oir esto la
convencion mandó que se le pusiese á disposicion de la
comision de salud pública, pero que entre tanto S(~ pu-
siese presos ú todos los colonos que habían sido miembros
de la asamblea de San Mareos V de los clubs de 1lassiac
y de :las colonias. La couiision I)USO en libertad al g-<~Il('­
ral , pero le mataron ú poeo tiempo en Italia.


PAGINA 118.


t> El conde do Hector era oficial g(~neI'al de unu-iua y
comandante general de Brest antes de la revoluciono El';'
hombre de mucho talento y habia hecho gl'ancles scni-
dos durante la guelTa de la independencia nmericaua
para lweparal' los armnmentos y obras JIl aquel puerto.
Pero cuaudó llegó la revolucion fueron tantas las iIlSUl'-
recciones en aquella ciudad pOI' haber sido la primeru
que organizó un club jacobino á imitación dn P;1I'is. , f{lW
acabó por hacer renuncia de Sil empleo y se fué á Jngla-
terra. Allí tomó servicio ¡y levantó un cuel'po compuesto


IX. 12




178 NOTAS
en la mayol' parte de oficiales de marina, que casi todos
\)Crecieron en el_'.\taq\\e (le Qui\)eron.


PAGINA 126.


6 Julian Berthelot era un marino, natural de la ciu-
dad de Auray y uno de los primeros geíes de los insur-
gentes del Morhihan , el cual mandó la cahalleria del c,iél'-
cito de Jorge Cadoudal, Pasada la catástrofe de Quibe-
ron, estuvo mandando un cuerpo de ejército de los colo-
rados, bajo las órdenes de Tintcniac , hasta que última-
mente habiendo los emigrados abaudonudo ú los Chuanes,
Berthelot salvó el ejército con Jorge y Lcmercicr. Conti-
nuó haciendo la guerra hasta el año 1800 que se some-
tió al general Bruno. Mas adelante habiendo inspirado
sospechas de que intentaba pasarse ú Inglaterra , le pu-
sieron preso y falleció en la cúl'C('1 ú los últimos del im-
perio de Napolron.


PAGINA 126.


7 Jorge Cadoudal nació el alto 1769 en Brech,
cerca de Auray en la baja Bretaña, siendo su padre mo-
linero. Se crió en el colegio de Vanncs , cuyos principios
religiosos no olvidó jamás , y le cogió la revolucion cuan-
do apenas babia concluido sus estudios. Al principio no
tomó parte alguna en ella hasta que en el mes de mano
1795 se alistó de soldado de caballeria en la primera in-
surreccion dell\lorbihan. Mas como esta no tomase cuer-
po por el pronto , como en el Vcndée, resolvió Jorge po-
nerse al frente de ~O paisanos bretones é irse Ú reunir
con estos últimos que ya habiun pasado el Loira. Llamó
la atención en diferentes combates y le nombraron oficial
en el sitio de Granville. Mas habiéndose atropellado las
derrotas del ejército realista en Mans y Savenay , se rc-
tiró ú su pais natal juntamente con su amigo Lcmercier
(V. su nota). Estos dos fueron los principales autores de
la insurrección del Morhíhun , ayudados de muchos ecle-




DEL TRADUCTOH. 179
siústicos y de algunos nobles ; pCI'O en lino de aquellos
oncucutros fueron sorprendidos pOI' un destacamento re-
publicano que los llevó prisioneros Ú Brest. Allí estuvie-
ron presos muchos meses, pel'O tuvieron la yentaja de
tener pOI' compañero de cárcel al caballero Allogre que
les dio muchas nociones Del arte de la guerl'a y de la po-
lítica, supliendo de este modo á su falta de educacion.
Pudieron escaparse todos en traje de marineros y cuaudo
llegaron á su puis se encontraron ~'a organizada la insur-
recio n realista bajo las ordenes del conde de Silz. Mas
habiendo este perdido la virln en el combate de Grana
Champ , aspiró desde luego Jorge á succderle en el man-
do. Ocurrió á poco tiempo el desembarco de Quiheron ,
que es á donde llegamos de nuestra historia, y Jorge fue
uno de los que bajo las órdenes de Tinteniac se metie-
ron en lo interior para inquietar pOI' la espalda el cjérci-
to del genel'al Hoche. Muerto Tiuteniac al frente de los
suyos, perdieron toda esperanza los emigrados; pero
Jorge que conot.ia mejor el espíritu y recursos del
2Uorbih:1Il, sacú á salvo ú sus paisanos Y los llevó al inte-
rior. Dueño entonces de su confianza adoptó en cierto
modo el mismo método que los republicanos decla-
rándose enemigo de los nohles , y poniéndose al frcu-
te del partido popular realista. Obsérvese aquí cuanto es
el influjo del ejemplo hasta en las guerras civiles y en trc
partidos diametralmente opuestos en principios, entre
los cuales se ejerce inscusiblcmcnte eso que llaman la
propaganda, como hemos visto entre nosotros dar por re-
sultado el convenio de Vel'gara , y cutre los Franceses la
imitacion de ciertas máximas republicanas. Quiso Jorge
al mismo tiempo dcscrubaraznrsc del influjo de Puisave
sobre quien rccueria b responsabilidad del desastre de
Quiberol1 y le mandó arrestar pOI' mano de Lcmercier
con ánimo de fusilarle. Pero habiendo pedido Puisaye qne
le llevasen ú la presencia de Jorge, consiguió ablandar-
le con su elocuencia y obtuvo su libertad. Enu:c tanto
Hoche ocupaba todo el Morbihau y tuvo Jorge qne des-
handar su gente hasta que se retirasen los rcpublicanos ;




180 NOTAS
pero aprovechó aquel tiempo en dada una nueva organi-
zacion y no tardó en tener su estado mayor ,su cuerpo
permanente de tropas escogidas y sus gefes de división
en términos que ú la edad de 26 años era tan poderoso
en aquella parte de la Bretaña como Chnréue en el Ven-
<Me. Sin embargo no pudo hacer cosa de provecho en
aquellos dos años de 96 y !J7 porque Hache no le dejaba
descansar un punto hasta hacerle que se rindiera y entre-
gase todas las armas, Fingió acomodarse JOI'ge con aque-
lla condicion, pero dió secretamente órden par'a que las
ocultasen los paisanos ~. el trató de sustraerse á la vigilan-
cia de los republicanos aguardando la ocasión. Esta se
presentó en el mes de enero de 170\) en que avisó á to-
dos sus gafes que estaban ocultos para qne se apresta-
sen á una nueva insurreccion. Se dirigió .diroctauionto al
gobiel'llo ingles y al señal' conde de AI'LO;S por medio de
Lernnrcior para que le enviasen amias y municiones, y
se encendió de nuevo la gucrl'a cu las Irontcras y en el
Oeste. Cuando llega 1'0 11 los principales geles de Londres ,
que fue en el mes de agosto de aquel alío, les convocó
á un consejo general en la quinta de la Jonchere y en él
se decidió que quedase con el mando del Morbihan y
costas de Norte , y que principiasen inmediatamente .las
hostilidades contra los republicanos. El era el único de
los gefes realistas qne no fuese noble, y el único también
que se apoderó de varios cañones y otros l'eCl\I'SOS que
necesitaba. La mayor parte de los encuentros que tuvo
fueron para facilitar desembarcos de armas. Pero habien-
do sobrevenido la rovolucion del18 de brumario en que
Bonaparte se apoderó de la autoridad, principió este su
gobierno por hacer proposiciones de paz á todos los in-
surgentes. Jorge no quería entrar en ellas, pero muchos
de los geles ,se fueron inclinando ú admitidas y se vió
precisado casi solo á sostener la lucha centra todo el cjér-
;·¡to de los generales- Bruno y Theix , Mas al fin de resultas
'.h'¡ combate de Grand Charup tuvo una conferencia con
"h,¡J)~ dos gcnel'alcs y convino en entregar la artillería y
t'H!es que tenia, mediante las condiciones ventajosas qne




DEL nlAllUCTOIL 181
le propusieron. Entonces se rué ú Puris donde peruiauc-
ció un mes entero sin poder IOBT~lI' la co níirmacion de
las cláusulas relativas á los Bretones. El mismo Bonapar-
te le hizo mil instancias para que entrase á servir en su
ejército con un grado superior ; pero él no quiso admi-
tirlo y marchó ú Inglaterra bien resuelto á no servir' mas
que á su legitimo rey. Allí fue recibido magníficamente por
Luis XVIII, que le nombró teniente general, gran cruz
de la órden de San Luis y mil felicitaciones por su no-
ble conducta. A fines de '1800 volvió secretamente á
Bretaña para ejecutar ciertos planes que se hablan acor-
dado par'a apoderarse dc Brcst y de Bellc lile, pero se
supieron en Francia y no se pudieron realizar. Entonces
ocurrió aquella aventura de la esplosiou de la máquina
infernal contra la "ida de Bonaparte y la policía le acusó
de que era el alma de aquella conspiracion tramada in-
dudablemente por subalteruos suyos. Desde enton-
ces empezó á obscrvársele con la ma~or atencion y aun
se dice que se enviaron espías para prenderle Ó asesinar-
fe ; pel'o él penetró sus designios y mandó fusilar á varios
de ellos. A pesar' de eso no teniéndose pOi' seguro ~ escapó
ÚIngluterrn desde donde se puso en relaciones con Pichegrú
con el objeto de dcrribur el gobiel'llo de Bouaparte ~ ata-
cúndole ú viva fuerza en medio de su propia guardia.
Para eso desde el mes de enero 1803 envió ú Francia
muchos de sus partidarios ). vino el mismo el 21 de agos-
to desembarcando en la costa klja de Belleville y desde
:tlli se dirigió;'¡ Paris d(~ guarida en guurida , pues ya es-
tahan preparadas" allí estuvo en secreto cerca de seis
meses cu diferentes casas esperando que Pichegrú y Mo-
rcan le diesen la señal para obrar. Pero la demasiada len-
titud y falta de unidad de ideas entre los principales de
la conspirucion , hicieron qne abortase antes de pl'in('ipia-
da , v ú poco recibió la po\icia algunos avisos de los con-
jurados subalternos y conociendo que su último asilo es-
taha observado pOI' la policia , se quiso escapar en un ca
briolé pero al momento le rodearon y detuvieron el caba-
llo los de la policía. Entonces sacólas pistolas y derribó i~




NOTM}


sus pies á dos de los agentes y queriendo tomar la fuga le
echó la mano un carnicero y le condujo ú la prefectura
de policía , donde declaró francamente que su objeto era
restablecer ú Jos Borbones. Instruido el proceso le conde-
nó el tribunal criminal á muerte COIl Otl'OS once compa-
fieros el diu '11 de mayo 18tM. Trasladados á la cárcel
de Bicétre le trageron ;11 dia siguiente una representa-
cion escrita proponiéndole que si la finuuba, él y los su-
)·os quedarlau perdonados. Mas apenas leyó el eucaheza-
miento que decia : á S. Jf. el emperador de los Franceses,
devolvió el papel al alcaide, ). dijo ú sus compañeros:
amigos ~ 'Vamos á rezar las oraciones y sil! dar la ¡menor
señal de debilidad sufrió la muerte el diu 2~ de junio á la
edad de 30 años.
PAGE~A 12(;.


8 Lernercier r y 110 )1el'cier' como dice el texto, II a-
mado el Vendée ,era hijo de un posadero de Chatea 11
Gouthier , qne se incorporó con el ejército realista cuan-
do pasó pOlo su pueblo. Fué gl'ande amigo de Jorge Ca-
doudal , y se encontró ú su ludo en una multitud de com-
bates, y con él también estuvo prisionero de los rcpu-
blicanos en Brcst , de dode se escaparon juntos en agosto
de 1794. Volviéronsc ~d ñlorbihan donde no tardaron en
juntar dos divisiones de Cnuane« llamados de las costas,
que fueron las que protegieron este desembarco de Qui-
hcron. Después de aquel desastre le uornbrnron general
bajo las órdenes de Jorge, y este le envió Ú la isla de Dios
donde estaba el conde de Artois , tIue le dio un estrecho
abrazo v le dió la CI'UZ de San Luis. A su vuelta ayudó
á Jorge oJen todas sus operaciones, le acompañó en todos
sus combates y contribuyó mas que nadie ú la última in-
surrcccion de '17DD. Ilas al tiempo quc se dil'Ígia ú la
costa para pasar' Ú Inglaterra con tilla comisión de Jorge
le mataron cerca de Londres y los papeles que se le en-
contraron descubricrou todos los proyectos de aquel gefe
sohre Brost v BcHe llle.


,;




DEL TRADUCTOR.


PAGINA 151.


183


9 Luis Antonio Blad diputado de Fiuistere en la con-
vencion y uno de los regicidas , fué de los firman tes de
la protesta el Gde junio 1795 contra las jornadas del 51
de mayo y 2 de junio, y por tanto uno de los 75 dipu-
tados escluidos de la convencion y reintegrados despues


-rlel 9 de therrnidor. Pero se vengó luego de sus adversa-
rios condenando ú la misma pena á los antiguos miem-
hros de las comisiones. En esta de que habla el tex-
to mostró mucha menos barbarie que Tallien despues
de la derrota de Quiberon. Era miembro de la comision
de salud pública y desde ella pasó al consejo de los .500
donde solo se ocupó de asuntos coloniales, protegiendo
á los deportados de Santo Domingo para que fuesen juz-
gados por el tribunal del Charanta inferior y no por una
comision militar, como quería el directorio. Cuando con
cluyó sn diputación al cuel'po legislativo se retiró á su
casa y no volvió ú tener empleo ni ocupacion pública.


PAGINA 15t.


10 El gener'al Chabot no era pariente ni se parecia
en nada al infame capuchino de su mismo nombre, sino
que fue uno de los militares mas valientes y entendidos
del ejército frances. Este mandó la primera division que
bloqueaba á l\1antua y firmó la capitulación de esta pla-
za el 2 de febrero 1797. En 1800 vino á las comarcas
del Oeste :l concluir su pnciíicacion , la cual consiguió
batiendo completamente al general Bourmont, que luego
ha sido mariscal y héchose tan célebre por la conquista
de Argel, como por la tenacidad de sus principios legiti-
mistas. Murió en la catástrofe de Moscow , si no nos han
equivocado noticias verbales de uno de sus subalternos.




t 8'.. NOTÁS


PAGINA 144.


PAGINA Hl5,


11 A.llegl'e de Saint Trone era gelc de divisiou del
ejército de los Chuanes en el Morbihan , y después de
esta espedicion de que habla el texto, firmó la circular' á
los habitantes de las ciudades con fecha 5 de enero 1796
y en junio siguiente rindió las armas y se sometió á las
leyes de la república. Otro del mismo nombre murió en
el cadalso pOI' haber hecho parte del campamento de
Jalés , pero no podemos decir si era hermano suyo.


PAGINA 147.


12 El general ingles Graham es el mismo que había
mandado en Talan cuando los confederados le entrega-
ron ú los Ingleses, Luego se le dió el mando de la Gua-
dalupe , que tuvo queentregar Ú los Franceses en octubre
de 1794:. Despues mandó las tropas francesas en el si-
tio de Malta~en ,1800 y últimamente hizo la guerra en Es-
paña y en Portugal y ~au¡J en la misma Francia cuan do
cayó el imperio.


13 Este valiente oficial llamado Menage que tal servicio
prestó en Quiberon CI'3 ayudante general de Hache y de
resultas le nombraron los represantantes general de bri-
gada, y la couveuciou mandó que se hiciera mencion
11OIII'08a de su conduela y le regaló una armadura com-
pleta. .Mas adelante le noruhró Napoleón miembro de la
legioll de honor y general de division ; le llevó consigo á
Italia y po\' último murió en la hatalla de ~-'('iedlan,


PAGI~A lGG.


11 Estovan Courtois fue recibidor de contrihucicnes en
f'1 partido dc Arcis sur 1.ube antes de se!' diputado y I'C·-
í)icida. Este fue el Cllc<.ll'g'ado, dcspues del D de tlicrmi-




DEI, THADl'CTOR. 185
tlm' de examinat: los papeles de Rohespierre , entre los
cuales encontró muchos quc cornprometian Ú varios di-
putados de haber sido cómplices del tirano. En 179~ le
eligieron miembro de la coruision de segur-idad general,
~- se portó con mucha energía contra los alborotadores
demócratas. En 1797 pasó al consejo de los Ancianos,
donde fue reelegido segunda vez dos años después , y
entonces se declaró abiertamente por Bonaparte. Acusó á
Arena de que intentaba asesinarle y denunció el motin
que se preparaba en Pnrís. Le nombraron miembro del
trihunado , pel'O á poco tiempo se le acusó de que se ha-
bia dejado corromper y le echaron del cuerpo á la pri-
mera eliminacion. Desde entonces vivió retirado en un
magnifico palacio que había comprado en Paris , siendo
uno de los mas ricos propietarios.


PAGI~A 169.


-jt-; Don Domingo Iriartc , sobrino de don Juan de
Iriarte y hermano de don Tomas el fabulista, nació en
Teuerife el año 174:G Y entró desde muy jóven en la car-
rera diplomática. Despucs de haber estado mucho tiempo
de secretario de embajndu y encargado de negocios en
Viena y en Paris , le nombraron ministro plenipotenciario
en Polonia. Desde ulll pasó á Basilca y firmó esta paz de
que habla el texto. Volvió de allí enfermo y tuvo qne de-
tenerse en Gerona , donde murió el 22 de noviembre del
mismo año J 7D~, en JW:lZOS de aquel señor obispo. Fue
caballero de la órden de Carlos llI, ministro honorario
del consejo de estado después <le haberlo sido de gnerra
~. acababa de ser uomhrndo embajador en París.


LI..lr, .'


.. r: .~.






CONVENCION NACIONAL (1795). 1'87


CAPITULO TERCERO.
-~


[ntrigas del partido realista en las secciones. - Vuelta de los
emigrados, -rersecuf~ioll de los patriotas. - Constitucion
directoriul Hamada del año 111 y decretos del 5 Y 13 de fruc-
tidor. - Accptacion de la constitución y de los decretos
pOt' las asambleas prunarias de Francia. - Revuelta de las
secciones de París contra los decretos de r¡'uctidor y contra
la couvencion. J DI'IIada del 13 de vendimiario: derrota de
las secciones insurreccionadas. - Cierrase la convencion
nncional.


Batido en las fronteras el partido realista y
abandonado de la corte de España, que era en
quien tenia mayores esperanzas, tuvo que redu-
cirse á intl'igar en lo interior, y no puede neg'arse
que el estado de Paris era el mas oportuno para
ello. Ibanse adelantando las tareas de la constitu-
cion y parecia el momento mas á propósito para
las tramas contra-revolucionarias aquel en que la
convencion resignaria sus poderes y en que la
Francia se reuniese para elegir nuevos represen-
tantes, ó cn que una nueva asamblea sucediese á
la que habia reinado por tanto tiempo.




188 REVOLUCION FRANCESA.
Estaban fermentando en las secciones de Paris


las mas veernentes pasiones y aunque su espíritu
no fuese ciertamente realista, servia al realismo
sin conocerlo. Todo el empeúo era combatir con-
tra los terroristas, y con el calor mismo de la lu-
cha querian que se les persiguiese y se irritaban
contra la convencion porque no permitía (Iue se
llevase la persecucion hasta el exceso. Nunca se
olvidaban de que el terror habia salido de su se-
no ,y la pedian sin cesar una constitución y nue-
vas leyes y sobre todo que terminase su larga dic-
tadura. La mayol' parte de los qne talcs cosas pe-
dian no se acordaban por cierto de los Borbones ;
sino que eran ó bien aqueUa clase media y aco-
modada de t 789 , Ó comerciantes y mercaderes,
propietarios, abogados y escritores públicos, que
deseaban el imperio de las leyes y el goce de sus
derechos; ó bien muchos jóvenes sÍnccramente
republicanos, pero obcecados por el odio que te-
nian contra el sistema rcvolucionario; y final-
mente muchos ambiciosos, periodistas ú oradores
de las secciones, que para conseguir a1gun em-
pleo deseaban con ansia que se retirase la conven-
cion, Detrás de toda esta masa se ocultaban los
realistas, entre los cuales se contaban algunos
emigrados, alg'unos clérig'os que hahian vuelto á
entrar, algunas criaturas de la antigua corte que
habian perdido sus empleos y muchos indiferen-




CONVENCION NACIONAL (1795). 189
tes y cobardes que siempre temblaban de una li-
bertad bulliciosa. Estos últimos no concurrian á
las secciones, pero los primeros no faltaban jamas
y hacian cuanto estaba en su mano para agitarlas.
Las únicas instrucciones que los realistas habian
dado á sus agentes y apasionados era que usasen
del mismo lenguage que los otros, que solicitasen
las mismas cosas, esto es , el castigo de los terro-
ristas, la conclusion de la constitucion y el proce-
so de los diputados de la montaña ; pero encar-
gándoles que todo lo solicitasen con mayor vio-
lencia á fin de comprOlllcter á las secciones con
la convencion , y provocar nuevos alborotos, por
que sabido es que todo movimiento ofrece la co-
yuntura por lo menos de disgustar de una repú-
blica tan tumultuosa.


Por fortuna semejantes tramas no eran posibles
mas que en Paris , porque ya se sabe que esta es
la ciudad mas alborotada de Francia, en que se
disputa con mas calor sobre los intereses públicos
porque se tiene en ella mas aficion á influir en el
gobierno y ú tomar la iniciativa de la oposición.
Todas las demas ciudades, escepto Lyon , l\Iarse-
Ila y Tolon donde todavia se estaban degollando,
tomaban mucha menos parte en aquellas bullan-
gas que las secciones de Paris,


A todo aquello que se decia ó se hacia decir en
todas ellas, aiiadian los intrigantes pagados por




190 R.EVOLUCION FRANCESA.
el realismo varios folletos y artículos de diarios:
y no contentos con eso, mentian segun costumbre
dándose una importancia que no tenian, y escri-
hiendo á paises estrangeros que hahian consegui-
do seducir á los principales gefes del gobiet'no. No
les eran del todo inútiles estos embrollos pues
con ellos se 'proporcionaban algun dinero y
consiguieron con aquel pretesto algunos miles de
libras esterlinas de Inglaterra. lUas no pudieron
corromper ni á Tallien ni á Hoche, como ellos
decian, sino á algunos pocos convencionales que
no pasaron de dos ó tres, y segun voz pública
fueron Rovére y Saladin 1 que habiendo sido an-
tes furiosos revolucionarios se habian convertido
en reaccionarios rabiosos. Tambien se cree que se
hicieron lugar aunque por medios mas delicados
con algunos de aquellos diputados de opinion in-
decisa, que teniendo alguna inclinacion á la mo-
narquía representativa, no tenian repugnancia
en admitir un Borbon con tal que estuviese liga-
do por ciertas leves á la inglesa. A Pichegrú le
habian ofrecido un palacio, cañones y dinero, y
á otros legisladores ó individuos de comisiones se
les pudo decir: « la Francia es demasiado estensa
« para poder ser gobernal\a como república, y se-
({ ria mucho mas feliz con un rey, cuyos minis-
( tros fuesen responsables, y que tuviese pares
« hereditarios y diputados.» Aun cuando nadie




CONVENCION NACIONAL (1795). 191
sug-iriese esta idea era muy natural que ocurriera
á mas de un personage y sobre todo á aquellos
que se sentian con las calidades propias para ser di-
putados ó pares, y ya desde entonces eran mirados
como realistas secretos Lanjuinais ,Voyssi d' Anglas,
Enrique Lariviere y Lesage el del Eure y Loir.


Ya puede inferirse que no eran grandemente
poderosos los recursos que tenia la agencia realis-
ta , pero sin cmbargo bastaba para turbar la tran-
quilidad pública, inquietar los ánimos y sobre
todo recordar á los Franceses aquellos' Borboncs
únicos enemigosquc tenia ya la república, á
quien sus armas no hubiesen podido vencer, pOL'
que no sirven las hayonetas para destruir re-
cuerdos.


No dejaba de haber algunos monarquistas entre
los 73, pero en general eran republicanos; y de
los girondinos todos ó casi todos. Sin embargo,
los diarios de la contra-revolucion les elogiaban
mucho con cierta afcctacion y con eso logL~aron
hacerlos sospechosos á los thermidorianos. Ellos
para defenderse de tales elogios protestaban jun-
tamente con los 22 de su adhesión á la república
pOl'que entonces ya se hubiera guardado nadie de
esplicarse con frialdad acerca de ella; y en efecto
hubiera sido una contradiccion demasiado cruel
haber derramado tanta sangre y tantos tesoros
por ella asi en lo interior como en las fronteras y




192 REVOLUfJON }'RANCESA.
dar á entender por otra parte que no se la que-
ria, POl~ consecuencia era preciso amada ó por lo
menos decido; pero á pesar de todas las protestas
no dejaban de estar desconfiados los thermidoria-
nos, los cuales no contaban mas que con Daunou 2
cuya probidad y severos principios eran notorios
y con Louvet , cuya alma toda de fuego se habia
conservado republicana. En efecto, éste despues
de haber perdido tantos amigos y corrid» tales
riesgos, no podia comprender que todo hubiese
sido en vario y que hubiesen perecido tantos
hombres ilustres para venir á parar en la monar-
quía. Por eso se hahia unido tan de buena fé á los
thermidorianos, y estos últimos se iban apegando
TIlaS y mas á aquella masa de montañeses repuhli-
canos acérrimos , de quienes hahian sacrificado
una buena porción,


Al principio se proponian suscitar algunas pro-
videncias contra la vuelta de los emigrados quc
continuaban agolpúndose, unos con pasaportes
falsos y nombres supuestos, otros hajo pretesto
de que venian á solicitar se les horrase de la lis-
ta , y todos ellos presentaban certificados fingidos
de residencia, diciendo que no se hahian ausenta-
do de Francia, sino que habian estado ocultos, y
que solo se les habia perseguido por las ocurren-
cias del 31 de mayo. Con el prctesto de entablar
sus solicitudes en la comision de seguridad gene-




CONVENCTON NA.CrONAT. (1795).193
ral acudían todos á Paris y algunos contribuian
ú los tumultos dc las secciones. ~=ntre los perso-
nagcs mas notables que habian vuclte á Paris era
lUadanla Stael acompañada de su marido que ve-
nia de embajador dc Suecia; la cual puso inme-
diatamente tertulia para satisfacer la necesidad
que tenia de desple~'<H' su brillante la lento. No re-
pugnaba ciertamente á su ánimo el aspecto de una
república, pero con la condición de que brillasen
en ella sus amigos que estaban proscritos, y de-
sapareciesen aquellos revolucionarios que ú pesar
de toda su energia eran groseros y de muy corLo
entendimiento. No había el menor reparo en re-
cibir de sus manos la república libre ya de sus
peligros, pero con tal de escluirlos muy pronto de
la tribuna y del gobierno. •


.. Este sarcasmo de ::VII'. Thiers 110 prueh« otra COSi! siuo
la oonvicciou en filie par'cce estar de que eS<1 clase de hom-
bres rué la qne salvó la república; mientras fluC nosot ros ,
apoyados en los hechos mismos que él re licrc , creernos (IlIe
lejos de salvar ellos ni la república, ni la patria, ni la revo-
lucion, ni la liberlad , ni nada, solo se les dehcll los peligros
(¡ue corrió, los males de que la cubrieron y el órlio que ins-
piró á todo el g\'~nel'l) humano aquel callos de violencias y
de tiranía demagógica. Mas aun cuando se quisies« condes-
cender con la gratuita suposicion de que los hombres de sau-
gre hubiescll salvado ¡l la reptíblica , ¿ se inferil';{ )lOI' eso 1J1If'
ellos debieran gobcrn"r1a y (Iue (,1'" justo continuasen ejer-
ciendo su horrible tiranía? (N. rle! 1'. j


IX ')I j




1H'í- RItYOI.UCIO~ FRAXCESA.
Concurrian á la casa de Madama Stai¿l muchos


cstrangeros de distiucion , todos los embajadores
de las \10tenclas y los literatos de mayOl' fama ha-
hiendo adquirido su tertulia la primacia hasta so-
bre la de madama Tallien, que es cuanto puede
decirse para probar el cambio que habia hecho la
opinion en Francia en el corto espacio de seis
meses. Se decia que madama Stael intercedía pOI'
los emigrados y que hacia grandes esfuerzos para
que se llamase á Narbonne , Jaucourt y otros mu-
chos, tanto que Legendre la denunció fOl'mal-
mente en la tribuna. Hubo tambien quejas en los
diarios del influjo que se empeñaban en egercel'
los corrillos de las casas de los embajadores y por
último se pidió la suspensión de nuevas cancela-
cienes de emigrados. Ademas de eso consiguieron
los thermidorianos un decreto que fue el de 18 de
agosto para que todo emigrado que hubiese vuel-
to á entrar para solicitar su cancelacion , estuviese
precisado á volverse á su pueblo á esperar la deci-
sion de la comisión de seguridad general; por cu-
yo medio esperaban ve!' libre la capital de una
multitud de intrigantes que contrihuian á tenerla
agitada.
(~


Al mismo tiempo querian los thermidorianos
contener las persecuciones que se hacian contra
los patriotas , y lograron que la misma comision
pusiese en libertad á Pache , Bouchotte , al famoso




{,ON\'1~XClON NAClONAL (1795) lD~
Ileron y {l otros muchos : no pudiendo negarse que
podian haber hecho mejor cleccion que la de este
último para justificar ú los puuiotas. Ya las sec-
ciones hahian (lirigido algunas peticiones contra
estas solturas, y COIl tal motivo hicieron otras
nuevas; pero respoudicron las comisiones que era
indispensable juzgar á los pa triotas y no tenerlos
encerrados por lilas tiempo si eran inocentes. Esto
~le provocar su juicio era lo mismo que proporcio-
lUU' su libertad porque la mayor parte de sus de-
litos eran cargos políticos n:!uy difíciles de probar
:por su esencia misma, y si se esceptuahan algu-
nos miembros de las comisiones revoluciouuias
conocidos por sus atrocidades, la ma.nH' parte no
podían ser condenados legalmente. Vinieron mu-
chas secciones ú solicitar ql~C se les concediesen al-
gunos dias de permanencia pal'a motivar el arres-
to y desarme de lo.~ que hahian mandado pren-
del', diciendo que en el primer momento no ha-
bian podido investigar las pruebas ni esponer los
motivos, pcro ofrceiun suministrarlos. Mas no se
dió oidos á estas proposiciones qlle ocultaban el
deseo de reunirse y conseguir su permanencia y
se pidió ;l las comisiones un proyecto para cnjui-
ciar á los pauiotas presos.


Sobre esto se suscitó una violenta disputa, p9r
que unos querian que fuesen juzgados por los tri-
bunales de los departauieutos , y otros se opuniau


..~,:..~ .;~""
fd...-.... • ~,~. "


.-, ,1,




196 REVOLUflON FRANCESA.
á ello recelando el influjo de las pasiones locales y
preferian que se eligiese en la convencion una co-
misión de doce individuos, que entresacasen los
mas notables para que los juzgaran los tribunales
criminales y pusiesen en [ibertad á los demas. De-
cian que esta comisión exenta de los odios que fer-
mentaban en los departamentos, hariu justicia recta
y no confundirja á los patriotas comprometidos
por el ardor de su celo con los verdaderos culpa-
bles que habian tomado parte en la tirania de-
cenviral. Todos los enemigos de los patriotas se
opusieron vivamente á la idea de aquella comi-
sion que iba á proceder como la de seguridad ge-
neral renovada después del 9 de thermidor , es
decir, á soltar en masa, y pregnntaban l, cómo
era posible que doce individuos solos pudieran
conocer y juzgal' de veinte á veinte y cinco mil es-
pedientes? A eso se les respondió que procederia
con el mismo método que la comision de lseguri-
dad general, la cual había juzgado á 80 ó 100 mil
el dia que se abrieron las cárceles. Pero esto era
precisamente lo que no se queria , y al cabo de
muchos dias de debates, mezclados con peticio-
nes cada vez mas atrevidas, se decidió por fin que
los patriotas fuesen juzgados por los tribunales de
los departamentos y se remitió el decreto ú las co-
misiones para que modificaran algunas disposicio-
nes secundarias. Fué preciso consentir tamLien en




CON'vRNClON NAClONAL (t 79;)). 197
í:a coutiuuaciou del informe acerca de los diputa-
dos que se hallaban comprometidos por su con-
duda mientras estuvieron comisionados y se dc-
cretó cn los dias 8 y 9 de agosto el arresto dc Le-
quinio 3, Lanot , Lctiot 4, lJupin , Bó á, Piorry 6,
Maxleu 7 , Chaudron-Rousseau , Laplanche y Fou-
ché; y se principió el proceso de Lebon. Tenia la
convencion en aquel momento tantos individuos
suyos presos como en ticm po del terror * , y así
los partidarios de la clemencia no quedaban á de-
llcr nada supuesto (Iue tornaban mal por mal.


Ya se había presentado la constitucion pOI' la
comisión de los once, y se estuvo discutiendo du-
rantc Jos tres meses de messidor, ther;nidor y
{ructulor del año 111, quedando aprobada con al-
gunas pequerías alteraciones. FUCl'1:Hl sus autores
Lesage , Daunou , Boissv-d'Anglas ~ Cruczc-Latou-
che ~ Bcrljer 9 , Louvet, Larcvcillerc-Lepaux, Lan-
juinai,;, Duruud-Mail lane , Baudin el de las Arde-
nas 10 y Tibaudeau. Sieves no había querido hacer


.. Con la diferencia clt' <lile los linos era u por la may01"
parte inocentes , y los otros notoriameute culpables y culpa-
hlcs de sangre; y <luC para los linos el juicio era 1,1 guillotina
y tÍ los otros se le concedieron todas las formas protectoras de
la justicia y de la inoccucia. Jamas admitiremos estas equipo-
lencias entre los hombres rlcl tcrror y otroscualesquiera , por
malos <{ue parezcan ¡í nuestros ojos. "canse las notas de todos
estos personases arrestados, l. ir. riel r.)




parte dc aquella comisiou , porque era todavia
IDas absoluto en materi« de constituciones que en
todo lo deuras : como q ue toda su "ida hahia es-
tado meditando sohro ellas y eran para iJ una es-
pecie de vocacinn. Ya tenia pensada una (lue le
va recia escclcn le, V no era hombre para sacrifi-
cada al silencio ni ú la modestia, sino <lue vino ;í
proponerla eu su nnmlrre sin cantar con la comi-
sion, La asamblea tuvo la LOIHlad de escucharle
IJor consideraciou ú su ingcll io , pcro no adoptó
el proycdo, y ya la veremos reproducirse mas
adelantc , y entonees s(,I';'¡ tiempo de dar Ú conocer
aquel pensamiento- notal,le en la historia del en-
!í'!HI1H1Íenlo humano. La <¡He se <lIU'ob/) era cicr-
taurentc anúloga ú lo:.; pl'ogTc..sos <!ue 'tahia hecho
la intciiacncia, En rHH eran los Franceses tan


.


novicios en lu m:_llPria y tau c;',utlidos, que lJO ha-
biaü podido ('onJpi'('ll{I{~i> la existencia de un cuer-
po aiistocrático qlW iutcrv iniesc en las voluntades
de la rcprcsentaciou nacional, ,11 mismo tiempo
fple haLidrl couser , .uio con l"c:'ij1,:10 y casi con amor
el poder l'c,d, Sin c;ulJ:!l'go, rcHc\iollúndolo BIC-
ji)!', era f;l(:i 1ver (PW un CW~l'pO nristocrático es pro·
pio de todos los paises y aun mas particularmente
conveniente á las repúhlicas; y <lue una gran poten-
cia se pasa rHny bien si 11 I'ey pel'njamas sin senado ".


.. No tt;Ul'!lIOS por tan Sl'Stlra l'~la maxima como parece te-
nerla ~11'. Thicrs ; l'iIt'S aUI](ll1l' en todo faso convenimos en




CONYENCION NACIONAL (t 795). t un
En 1795 ya se empezaban á divisar los Inconve-
nientes y desórdenes á que esponia una sola cá-
mara, y se consintió en fundar un cuerpo legisla-
tivo dividido en dos asambleas. Habia ya menos
irritacion contra la aristocracia que contra la co-
rona porque en efecto se ternia menos de la una
{Ille de la otra, y asi se puso mayor empeño en
defenderse de esta última en la cornposicion del
poder ejecutivo. Habia en la comision un partido
monárquico, cOlnpuesto de Lesage , Lanj uinais ,
Durand lUaillane y Boissy d' Anglas, cuyo partido
proponia un presidente, y no se quiso admiti 1'.
« No seria estraüo , dijo Louvet , que algun dia os
« pongan al frente á un Borbon.» Baudio, el de
las Ardenas y Daunou proponian dos cónsules y


la necesidad de un senado ó segunda cámara. y cl.uuabamo ,
por ella cuando tantos y tantos hombres de pró la teuiau pI'OS-
('l'ila en nuestro país, y decían CJue era un délito hasta el de-
searla ; no por eso creemos que ninguna gran potencia pueda
pasarse bien sin un rey, mientras no se verifiquen grandes
II11HJanzas eu el irrleu social. Pero este asunto es demasiado
«steuso para tratado en una simple nota y tal vez 110 nos falte
ocasion para volver sobre él. Ba::>te por ahora insinuar (lile
en nuc-tro humilde sentir, tan necesaria era y es eu una na-
cion como la Francia un rey como un cuerpo aristocrá tico
propiamente conservador; es decir hereditario. Todo lo .lernas
será muy bueno como probatura, mas no como estado nor-
mal de una que á lo menos hasta ahora se lleno mina .ll-lollal'-


,


'l/({(l. (N. del T.




200 REVOLUCION ~ftANCEgA.
otros estaban por que fuesen tres. Pero se prefirie-
ron cinco directores que deliberasen ú pluralidad
de votos, sin conceder á este poder ejecutivo nin-
guno de los atributos esenciales de la monarquía,
como la inviolabilidad, la sanción de lasleyes, el po-
der judicial yel derecho de paz. y guerra. Solo dis-
frutaba de la inviolabilidad propia de los diputa-
dos, la prornujgucion y ejecucion dc las leyes, la
direccion , mas 11o la facultad de declarar la guer-
ra , y la negociacion, mas no la ratificación de
los tratados.


Tales fueron las bases de la constitución direc-
torial : y en su consecuencia se decretó:


Un consejo llamado de los 500, compuesto de
otros tantos miembros de cdad de treinta años pOl~
]0 menos, con sola la facultad de proponer las le-
yes y debiendo renovarse cada ario un tercio de
., v


sus individuos;
Un consejo Hamado de los Ancianos, compues-


to de doscientos cincuenta miembros de edad de
cuarenta arios cumplidos por lo menos y con la
calidad de ser viudos ó casados, al cual consejo
correspundera la sanción de las leyes, y se reno-
vara igualmente pOL' terceras partes;


Ultirnamente un directorio ejecutivo, compues-
lo de cinco miembros que deliherartin por nlayo-
ria de votos y se renovará uno dc los cinco cada
año , teniendo ministros responsahles, la facultad




CONVENCION NACIONAL (1795). 201:
de promulgar y hacer ejecutar las leyes, la dis-
posicion de las fuerzas de 111a1' y tierra, las rela-
ciones esteriores', la facultad de rechazar las pri-
meras hostilidades, pe1'o sin poder hacer la guer-
ra sin el consentimiento del cuerpo legislativo ~
negociando los tratados y sometiéndolos á la rati-
ficacion del cuerpo legislativo, escepto los artícu-
los secretos quc podrá estipular con tal que no es-
ten en contradiccion con los artículos patentes.


Todos estos poderes habían de ser nombrados
de la manera siguiente:


Todos los ciudadanos de edad de 21 años se
reunian de derecho en asamblea primaria el pri-
111er dia de cada mes de prcrial y nombraban las
asambleas electorales. Estas se reunían el 20 de
aquel mismo mes todos los años y nombraban los
dos consejos. Estos nombraban el directorio; ha-
biéndose preferido que el poder ejecutivo fuese
nombrado pOl' el legislativo para que fuese mas
dependiente;y tambien por otra razon nacida de las
circunstancias.Como todavia la Francia no estaba ha-
bituada á la república, y mas bien era una opinion
de los hombres ilustrados ó comprometidos en la
revolucion que un sentimiento genc1'al, no se quiso
confiar á las masas la composición del poder ejecu-
tivo. Por eso se creyó que á lo menos en los prime-
ros uüos, debiendo naturalmente tener gran influjo
los autores de la revolucion en el cuerpo legislativo,




202 HEVOLUUON FH.ANCESA.
elegirian directores capaces de defender su obra..


Se confió el poder judiciario ú jueces elec-
ti vos y se instituyeron jueces de paz. Se creó un
tribunal en cada departamento, el cual habia de
juzgal' en primera instancia las causas del depar-
tamento, y en grado de apelación las de los in-
mediatos. A lo cual se añadió un tribunal del crí-
meo conlpuesto de cinco jueces y un jurado.


No se admitieron ya asambleas comunales, sino
administraciones municipales y departamentales
compuestas de tres ó cinco miembros ó mas, segun
el número de la poblacion , las cuales habían de-
formarse por via dc eleccion. Luego la esperiencia
hizo que se adoptasen ciertas disposiciones acceso-
rias de la rnayor im portancía , como por cjem plo ,
el cuerpo legislativo designaba por si mismo el
lugar de su residencia y podia trasladarse al pue-
blo que le agTa<1ase. Ninguna ley podia discutirse
sin que se leyera tres veces, ú no ser de tal natu-
raleza, qne se calificara de urgente y fuese reco-
nocida tal por el consejo de los Ancianos. Este era
un medio de evitar aquellas resoluciones tan pre-
cipitadas \~ tan frecuentemente revocadas \101' la
convencion. Últimamente se prohibió toda socie-
dad llamada popular con sesiones públicas, tribu-
na, afiliaciones, secretaria etc. La imprenta quedó
enteramente libre. Se declaró á los emigrados ex-
pulsos para siempre del territorio de la república,




co~nENCIUN ~.\CIONAt (179"'». 203
los hienes nacionales adquiridos irrevocablemente
en favor de los compradores; todos los cultos libres,
pero ninguno reconocido ni pagado por el estado.


A esto se redujo la constitucion ;'por la cual se
esperaba mantener la república en Francia.' Solo
faltaba decidir una cuestión importante y era si
h{lbia de ~egllirseel :cjemplo de la constituyente,
la cual por ostentar rlesinteres se habia csclu ido á
sí misma del cucrI)O le~óslativo (IHe se si[~;uió :i


L L


ella. No puede dudarse que semejante determina-
CÍOIl hubiera sido muy imprudente, pOl.'que en
un pueblo tan veleidoso que después df; Labee v~­
"ido catorce siglos en monarquia , la hahiu derri-
bado en un momento de entusiasmo, no estaba la
república tan infiltrada en sus costumbres que se
la pudiese abandona r Ú la sola fuerza de las co-
sas. No CI'a posible defender la rcvolucion sino por
sus mi s.nos autores, y la co nvcncion estaba cn
gran parte compuesta de constituyentes, de miern-
hros de la leg'islativa , de l.omhres que habían
abolido la antigua const.it.ucion fcuda] el 11,. de ju-
lio y el '" de agosto de 17BH', (pIe derribaron el
trono el día 1() d{~ agosto de 92, que sacrificaron al
gefe de la familia de los Borboncs el 21 dc enero
de 93, Y (Iue por espacio de tres años habiau he-
cho esfuerzos inauditos contra la Europa por de-
fendcr su obra; estos soloseran ca paces de defen-
der bien la revolución consagrada en la constitu-


-


"
.:....


." , I


I




204 REVOLUCION FRANCESA.
cion directoria]. ASÍ, dejando ú un lado un vano
desinteres , decretaron el 22 de agosto que el nue-
vo cuerpo legislativo se compondría de dos terce-
ras partes de la convencion y solo se nombraría
nuevamente otro tercio. La dificultad era saber si
la convencion misma habia de designar los dos
tercios que habian de continuar, ó si deherian ha-
cerlo las asambleas electorales y despues de una
porfiada disputa se resolvió el día 30 de aquel
luismo mes que fuesen estas últimas quienes los
designasen. Se mandó pues que se reunieran las
asambleas primarias el 20 de fructidor ( 6 J de se-
tiembre) para aceptar la constitucion y los dos de-
cretos del 5 y 13 de fructidor , y que despues .de
emitir su voto sobre ello, volviesen ú reunirse de
nuevo é hiciesen dentro del año III (1795) las
elecciones el 1.° de perial del año siguiente. Con
esto anunciaba la convencion que iba á deponer
su dictadura y poner en actividad la constitucion
y decretó igualmente que aunque por lo comun
estuviesen privados los cjércitos del derecho de
deliberar, se reuniesen en sus respectivos campos
de batalla y votasen la constitucion ; pOl' que de-
cian que era muy justo :diesen su consentimiento
aquellos que habian de defenderla, intercsándolos
en ello por su propio voto.


Apenas se tomaron aquellas disposiciones cuan-
do se manifestó el disgusto que causaban á los




CONVENCION NACIONAL. (179lí ). 205
muchos y diversos enemigos de la convencion ,
porque aunque á la mayor parte importaba muy
poco la tal constitucion , cualquiera les habria pa-
recido admirable , con tal que diese lugar á la to-
tal renovacion de los miembros del gobierno. Los
realistas la deseaban para ocasionar alborotos e y
reunir el mayol' número posible de hombres de
su eleccion sirviéndose de la misma república en
favor de la monarquía; y muy particularmente pa-
ra alejar á los convencionales que tan interesados
estaban en contrariar á la contra-revolucion, y
para nombrar gente nueva, poco esperirnentada ,
no comprometida y mas fácil de seducir. Tambien
hahia muchos literatos, escritores y hombres des-
conocidos que tenían gran prisa de lanzarse en la
carrera política, no por espíritu contra-revoluciona-
rio /sjno pOI' ambicion personal, y todos estos de
seaban la renovacion completa 'para tener mayor
número de vacantes que ocupar. Unos yotros se
esparcieron por las secciones y las escitaban contra
los decretos, diciendo que el objeto de la conven-
cion era perpetuarse en el mando , y que sin sol-
tar de la boca los derechos del pueblo, diferia in-
definidamente el egercicio de ellos; que sugetaba
las elecciones, no permitiéndole que prefiriese
aquellos hombres que se habian mantenido puros
de todo crimen ; y se empeñaba en mantener por
fuerza una mayoria compuesta de malvados que




206 HEvOLUCION I~IL\NCESA.
hahian cubierto la Francia de cadalsos. De esta
suerte, añadian , no es posible purg'ar la nueva
legislatura de todos los terroristas, ni que la ~"'ran­
cia quede segura (le su porvenir y de que no se
renueve aquel espantoso réginlCn. No deiahan de
producir efecto aquel las declamaciones en una
gran parte de la clase mcdia , fIue si bien deseaba
las nuevas instituciones propuestas, tenia un mie-
do cerval de que volviese el tcrror : lo mismo les
sucedia á muchos hombres sinceros pero irreflexi-
vos que soñaban en una república sin tacha y por
tanto deseaban confiar su direccion ú una genel'a-
cion nueva y pura; á muchos jóvenes embebidos
en las Inis111aS quimeras y á otros cuya imagina-
cion era ansiosa de novedades, todos los cuales
veian con el 111ayor sentimiento que la convencion
se perpetuaba de este modo por otros dos ó tres
años. Tambien se sublevó la gabilla de los perio-
distas y una multitud de hombres (Ine tenian cier-
ta nornbradia en la literatura ó habian figurado
en las antig'uas asambleas se presentaron en las
tribunas de las secciones. Los señores Suard !", lUo-
relel t2 , Lacretelle el menor 13, Fievee 14, Vaublanc,
Pastoret , Dupont de Nernours 1\ Quatremere dc
Quincy 16 Dclalot , el fogoso convertido de La-Har-
pe, el general Miranda, que liahia escapado de
las cárceles á donde le condujo su conducta eu
Nerwimle , el español :Jlal'chclla, que pudo sus-




CONVEl\"CION NACION'AL. (1795). 207
traerse á la proscripcion de sus amigos los giron-
dinos, y el corifeo de la agencia realista Lemaitre
se distinguieron pOI' los folletos y discursos acalo-
rados en las secciones, de suerte que fue universal
el desencadenamiento contra los decretos.


Era nluy sencillo el plan fIue se propusieron se-
gUil' en París pues se reducía á aceptar la consti-
tucÍon y rechazar Jos decretos, escitando á todas
las secciones de Francia á que 11iciescn 10 mismo.
Pero los iutriguntes que enredaban las secciones
querian llevar mas adelante la oposición hasta
que parase en una verdadera iusurreccion , ha-
ciendo que las asambleas primarias despues de
haber aceptado la consti tucÍon y desechado los de
cretos del 5 y 13 de fructidor, se constituyesen
en p;}rm~nencia; que declarasen haber espirado
los poderes de la convencion y f{Ue las asambleas
electorales eran dueñas de elegil' sus di rutados
entre todos los ciudadanos que fuesen de su agra-
do. Ultirnamcnte , que no consintieran en separar-
,.,e sino después de la instalucion del nuevo cuer-
po legislativo. Se encargaron los agentes de Le-
maitre de hacer adoptar este plan en las inmedia-
ciones de Paris , y escribieron á Normandia , don-
de se intrigaha mucho en favor del régimen de
1791 ,y lo mismo Ú Bretuiia , ú la Gironda y á
todas partes donde teuian relaciones. Fue inter-
ceptada una de sus cartas y se If'Yó en la tribuna:




208 REVOLUCION FRANCESA.
}1erO no se asustó la convencion al ver los prepa-
rativos que se hacian contra ella, sino que per-
maneció sosegada esperando la decision de las
asambleas primarias de toda la Francia, bien sc-
gura de que la mayoria se esplicaria en su favor.
Mas sin embargo, sospechando que hubiese la in-
tencion de emprender alguna nueva jornada como
las anteriores, mandó acercar algunas tropas y
las reunió en el campo de Sablons , junto á Paris.


No podia menos de distinguirse en aquella oca-
sion la seccion de Lepelletier , Ilarnuda otras veces
de Santo Tornas , y así vino con las del Mallo, la
de la Butte des Moulins , la dc los campos Eliseos ,
ylla del Odeon á dirigir peticiones ú la asamblea,
conviniendo todas ellas en pt'cguntar si los habi-
tantes de Paris habian desmerecido en :algo , y si
se desconfiaba de ellos, supuesto que se Ilamaban
tropas; quejándose de la especie de violencia que
se hacia á su eleccion y empleando espresiones
insolentes, como por ejemplo: « mereced nuestra
eleccion y no la forceis.» La convención respon-
dió enérgicamente ú todas aquellas peticiones .li-
mitándose á decir que aguardaba con respecto la
manifestacion de la voluntad nacional y que se
someterla á ella inmediatamente que la constase,
asi como ohligaria á todo el mundo ú que hiciese
lo mismo.


Lo que principalmente se quería era establecer




CONVENCION NACIONAL (1795). 209
'Un punto céntrico para comunicarse con todas' las
secciones y darlas un impulso cornun á fin de or-
ganizar la revuelta , porque ya sabían por repe-
tidas esperiencias que esta era la primera necesi-
dad. Así se constituyó en centro la seccion de Le-
pelletier , y por cierto que tenia derecho ~á este ho-
nor, siendo, como era, la mas fogosa. l\Ias pri nci-
pió publicando una especie de acta de qtuantia tan
torpe como inútil, porque decia que los poderes
del cuerpo constituyente cesaban en presencia del
pueblo soberano, y que como este pueblo sobera-
no era representado por las asambleas primarias,
tenian estas derecho para emitir su opinion, cual-
quiera que fuese , sohre la conslitucion y sobre
sus decretos, como que todas estaban bajo la sal-
vaguardia unas de otras y se debian una garantía
recíproca de su independencia. Todo esto era in-
contestahle sin (pie le faltase mas que añadir uua
modificación muy sencilla, y era que hasta tan-
to que constase la decision de la mayoría, no podia
menos de conservar sus poderes el cuerpo consti-
tuyente. Fuera de eso, aquellas vanas g'eneralida-
des no eran mas que un medio para llegar á otra
resolucion; y asi propuso la seccion de Lcpclletier
Ú las 48 secciones de Paris que designase cada una
de ellas un comisionado encargado de espres<u' el
dictamen de los ciudadanos de la capital acerca
de la constitucion y los decretos. Aquí es donde


1.x. JI¡




210 REVOLUCION FltANCESA.
ya principiaba la infraccion de las leyes, porque
estaba prohibido á las asambleas primarias cor-
responderse entre sí , ni enviarse comisionados ni
circulares; v asi la convencion anuló el acuerdo


01


y declaró que si llegaha á ejecutarse le considera-
ria como un atentado á la seguridad públ ica.


Como todavía no estaban las secciones nluy se-
guras de su fuerza, cedieron y se pusieron á re-
coger los votos sobre la constituciou y los decretos
principiando pOI' echar de su seno sin forma al-
guna legal á todos los patriotas. En unas se con-
tentaron con cogerles del brazo y plantarlos á la
puerta de la sala; en otras se les anunció por carte-
les que se guardasen de presentarse porque si lo
hacian se les espulsaria ignonliniosamente. Fue-
ron muchos los que pOI' este medio quedaron pri-
vados de emitir sus votos, y así acudieron á la
convencion á quejarse de la violencia que se les
babia hecho. Esta desaprobó la conducta de las
secciones, pero no quiso intervenir en ello por-
que no se digese que andaba reclutando votos, si-
no que antes bien el abuso mismo probase la li-
hertad de la deliberacion. Los patriotas escluidos
se refugiaron ú las tribunas de la convencion que
ocuparon en gran número , y cada día solicitaban
de las comisiones que se les volviesen sus armas
ofreciendo estar prontos á emplearlas en defensa
de la repúhlica.




'CONVH~ClON NACIONAL (17-9'-)). ~1tl
'Todas las secciones de Paris , menos la de Quin-


(AC vinats , aceptaron la constitucion y desecharon
los decretos; mas no sucedió lo mismo en el resto
~lc Francia, porque corno sucede siempre, la opo-
sicion era menos acalorada en las provincias que
("11 la capital. Solo en Paris eran numerosos los rea-
listas, 105 intrigantes y los ambiciosos que tenían
intcres en acelerar la renovacion del .cuerpo legis-
lativo y del gohierno, y asi fueron muy sosegadas
las asambleas en las provincias y perfectamente li-
hrcs ,adoptando la constitución casi pOI' unani-
midad y los decretos pOI' Hila gran mayoria. Por
)0 (ILle .hace ú los (~j(~rcilOs, todos recibieron la
consti tucion con cut usiasmo asi en la Bretaíia
como en el Veudóc , en los Alpes como en el Hhin ,
hahiendo resonado en aclamacioues los campos
convertidos en asambleas primarias. Habia en ellos
muchos hombres adictos á la revolucion , tal
vez á causa de los grandes sacrificios queya ha-
bian hecho por ella, y no reinaba pGr cierto tallí
aquel odio de Paris contra el gobierno revolu-
cionario. Los que vinieron al ej(~rcito de resultas
de la requisición de 1793, que eran la mayor par-
te, conservaban respetuosos recuerdos de la fa-
mosa comisión de salud púhlica , que les hahia
conducido y alimentado algo mejor que lo hacia
el gobierno actual. Ya (lue habían salido de la vida
privada y estaban ac ostumLrados á las fatigas y


,.


~


~-. "




2J2 REVOLUCION FRANCESA.


á la muerte, sin pensar rnas que en gloria y en
ilusiones, conservaban todavia aquel entusiasmo
que principiaba á disiparse en lo interior de Fran-
cia, y tenian vanidad de llamarse soldados de una
república defendida por ellos contra todos los re-
yes de Europa. Juraban con sinceridad que no la
dejarian perecer; y particularmente el ejército del
Sambra y l\Iosa , que mandaba Jourdan , partici-
paba de los nobles sentimientos de su gefe. El era
quien habia vencido en Watignics y levantado el
bloqueo de Maubeuge ; quien habia conseguido la
victoria de Fleurús y quien últimamente acababa
de asegurar la línea del Rhin con los triunfos del
Ourthe y del Roer. POl' lo mismo que aquel ejér-
cito era el que mejor habia servido ú la república
era tamhien el mas apasionado suyo; yasi apenas
acababa de pasar el Rhin ,cuando hicieron alto
sesenta mil hombres y aceptaron á una voz la nue-
va constitucion republicana.


Mucho regocijaron á la convencion estas noti-
cias que iban llegando sucesivamente, al paso que
entristecian á los partidarios de las secciones, los
cuales venian diariamente á anunciar con cierto
gozo insultante el voto de su junta que aprobaba
la constitucion y desechaba los decretos. Murmu-
raban los patriotas reunidos en las tribunas ; pero
acto continuo se leian los partes llegados de los
departamentos que casi todos anunciaban la acep-




CONVENCION NACIONAL, (1793). 213
lacion de una y otros, y entonces se vengaban los
patriotas con aplausos furibundos y con hacer bUI'-
la dc los secciouarios que estaban sentados en la
Larra, En esto se pasaron los últimos dias de fruc-
í.idor , hasta quc por fin se proclamó el 1.0 de ven-
dimiario del año IV \ 23 de setiembre 179ft) el
resultado gcncral de los votos.


Quedaba aprobada la constitucion pOI' la casi
unanimidad de los votantes y los decretos por una
inmensa mayoria ; pero no dejaba de haber algu-
nos miles dc votos contra los decretos, y aun al-
gun otro suelto, que se habia atrevido á pedir un
rey; lo cual era una prueba evidente .de que ha-
bia reinado la mas completa libertad en la yota-
cion de las asambleas primarias. En aquel mismo
dia quedaron declarados la constitución y Jos de-
cretos como leyes del estado en medio de losma-
yores aplausos. Despues decretó la convención que
las asambleas primarias que todavia no habian
nombrado sus electores procediesen á hacerlo an-
tes del 10 de vendimiario (2 de octubre), y que
las asambleas electorales se juntasen el 20 pa-
ra que, á lo mas tarde el 29 (21 de octubre) estu-
viesen concluidas todas las operaciones; y final-
mente, que el nuevo cuerpo legislativo se habia
de reunir el dia 15 de brumario (6 de novicmbre ).


Esta noticia dejó aturdidos á los partidarios de
las secciones, que hasta el último momento ha-




hian esperado que la Francia emituia UIl voto ~C;.,..
mejante al de París y se vcriau libres de 10 'Iue
llamaban los dos tercios; pero con aquel decreto
quedaron desvanecidas todas sus esperanzas. Fin-
~áendo <1 He sospechaban falta de fidelidad en el
recuento de los votos en viarou comisionados á la
oficina para reconocer las listas de las provincias,
y lejos de picarse en ella de tan injuriosa descon-
fianza se les recibió muy. bien y se les patentiza-
ron los p] iegos originales para que se con vencieran
de su exactitud, corno asi se verificó. Entonces ya
no tuvieron el recurso de apelar hl error ó la
mentira <.lel cálculo y no les quedó otro arbitrio
mas <lue el de la insurrcccion ; pero era un parti-
do demasiado violento para resolverse ¡;~cilmenle
éÍ él. No estaba la dificultad de parte de los ambi-
ciosos que deseaban suplautar ú los hombrr-s de la
revolucion y tomar- parle en el gobierno republi-
cano; ni de parte de los jóvenes que queriun ha-
cer alanl{~ de su valor J' huhian sen ido por la
lnayor par:e; ni mucho HleHOS de los realistas,
que no tcui.iu otro recurso mas que un ata(p1(~ ,'l
vi va fuerza; PC1'0 no eran tan Iacilcs de decidir'
aquellas masas de hombres pacíficos que solo ha-
hian seguido el torrente de las secciones por mie-
do de los terro cistas y no pOI' otras miras políticas.
1)01' de contado sus principios eran opuestus á toda
insurreccion , COJTIO quc siendo enemigos Batos




CONVENCION NACIONAL (1795). 215
de la anarquía no era cosa de atacar al gohierno
establecido y reconocido. Verdad es que los par-
tidos no suelen reparar en contradicciones ¿pero
como era posible que unos vecinos que jamas ha-
Lian salido de sus mostradores, se atreviesen á
atacar á las tl'opas de línea armadas de cañones 't
A pesar de todo, los realistas intrigantes y los
ambiciosos se; metieron en las secciones y empe-
zaron á hablar de interes público y de honor, di-
ciendo flue no hahia la menor seguridad mientras
(Ine el gobierno continuase en manos de conven-
cionales, pol'flue siempre. se estaría espuesto al
terrorismo, y que era vergonzoso retroceder y de-
jarse someter, Se apeló á la vanidad individual y
los jóvenes que volvían de los (~j(~rcitos alborota--
ron mucho para alentar á los tímidos é impedirles
que dieran muestras de temor y todo se preparó
para una próxima asonada. Iban grupos de jóve-
nes recor-riendo las calles gritando abajo los do..... t~r­
cios : y cuando los soldados de la convencÍon ill-
tentaban di:-;pcl'sados (~ impedirles dar gritos se-
diciosos, les contestaban á tiros, de suerte que
hu ho di Icrcntcs motines y muchos balazos hasta
en el mismo Palacio Real.


Al ver Lemaitre y sus cólegas el mal éxito de
sus proyectos, hahian mandado venir áParis mu-
chos gefes de los Chuanes y cierto número de emi-
grados que estuvieron ocultos aguardando la pri-




216 REVOLUCJON FRANCESA.
m era señal para salir á luz. También se habia con-
seguido provocar movimientos en Oi-leans , Char-
tres, Dreux , Verneuil y Nonancourt: tanto que no
habiendo podido el representante Letellier 17 im-
pedir un motin en Chartres , se hahia saltado la
tapa de los sesos. Mas á pesar de que se hubiesen
comprimido todos aquellos movimientos , podia
muy bien una asonada en Paris ocasionar un al-
boroto general, y así no descuidaron nada los
conspiradores para organizarla. en términos que
parecía mas que probable el éxito.


No estaba todavía resuelto el proyecto de insur-
rc~~ion, peL'o los vecinos honrados de Paris se iban
dejando seducir por los jón~nes y los intrigantes y
de bravata en bravata iban ú encontrarse compro-
metidos de un modo irrevocable. Continuaba la
seccion de Lepelletier siendo la mas alborotada , y
como ya hemos dicho, lo mas esencial era fijar un
punto céntrico de dirección , que al fin después
de mucho discurrir se convino en que 10 fuese la
asamhlea de los electores quc hahia sido nombra-
da por las primarias de Paris. Pero con arrealo al
último decreto no debia reunirse aquella asam-
blea cintes del 20, Y no era cosa de esperar tanto
tiempo. Por tanto, determinó la seccion l.epeLle-
í ier formal' un acuerdo fundado PJ1 un motivo
rnuy singular, y filé el siguicnte. Seg'un ella, la
constitucion no habia dejado mas que 20 días de




CONVENCION NACIONAL (1795). 217
íntérvalo entre la reunión de las asambleas prima-
rias y las de las juntas electorales ; y habiéndose
reunido las primeras por aquella vez el 20 de
fructidor , debian juntarse las segundas ellO de
vendimiario. Sin embargo de eso, la convencion
no habia seiialado la junta hasta el 20, solo POl'
retardar ({ue se pusiese en actividad la constitu-
cion y por no repartir su autoridad con el nuevo
tercio; por lo cual y para defender los derechos
de las secciones , determinaba la de Lepelletier
que los electores ya nombrados se reuniesen in-
mediatamente, y comunicó este acuerdo á las de-
mas secciones para que le aprobasen, En efecto le
aprobaron muchas de ellas y se fijó la junta para
el dia 11 en el tea tro frances (en la sala de Odeon).


Aquel dia se reunió una parte de los electores
bajo la protcccion de algunos batallones de la
guardia nacional, y acudió una multitud de cu-
riosos á la plazuela de aquel teatro formando en
poco tiempo un gentio considerable. Pero habién-
dolo sahido las comisiones dc salud pública y se-
guridad general y los tres representantes que des-
de el !.. de prerial habian quedado encargados de
la fuerza armada, fueron inmediatamente á dar
parte á la convencion diciéndola que aquel pri-
rner paso indicaba evidentemente un proyecto de
insurrecciono Hallábase reunida la con vencion en
la sala de sus sesiones para celebrar una función




218 llEVOLUClON FRANCESA.
fúnebre en honor de los desgraciados girondinos.,.
y al oir la noticia se quiso suspender la cerenl0-
nia , pero se opuso Tallien diciendo quc no seria
digno de la asamblea interrumpir sus ocupacio-
nes sino que dehia desempeñarlas todas en me-
dio de los mayores peligros. Espidió inmediata-
mente un decreto Inundando fIue se separase toda
r eunion de electores que se hubiese formado )lc-
gallnente, ó áutes del término prescrito, ó para
un objeto estraño á sus funciones electorales. Pa r a
dejar algun medio de disculpa á los fIue estuvie-
sen con ganas de rctroce.Ier , aluulió al decreto
que todos los que volviesen pronto ú su dc bcr
quedarían Iibres de toda pesquisa contra ellos. En
seguirla envió unos comisarios d(~ pulicia escolta-
dos solo de seis dragones á la plaza del Odeon para
que publicasen el decreto, queriendo en cuanto
fuese posible evitar que se emplease la fuerza.Pe-
ro ya se habia aumentado mucho la multitud so-
bre to do al acercarse la noche y estaba mal al um-
brado lo interior del teatro, cuyos palcos estaban
enteramente llenos de scccion.u-ios , mientras que
los que tomaban parte activa en el suceso se esta-
b an paseando en el foro con mucha agitaciol1. No
se atrevían á deliberar ni decidir nada y al saber
la llegada de los comisarios dc policia cncargados
de intimar el decreto, se salieron todos á la plaza
y cargando la multitud sobre ellos apagaron las




co~rENCIO~ NACIONAL (17H.». 2 JU
hachas (lHC [levaban y obligal'o/'~jl los dragones~á
echar á correr. Entonces se volvieron ú entrar en
la sal.i lllUY contentos de aquel suceso y se hi~ie­
ron varios discursos promctiéndose con juramen-
to resistir á la tirania ; pcro sin tomar resolucion,
alguna en apoyo del paso decisivo que acababan
de dar. Iba adelantándose la noche y empezaron á
retirarse muchos curiosos y miembros de las sec-


-ciones , de modo que la sala no tardó eu quedar
enteramente yacía cuando se acercó la fuerza a1'-
mada, En efecto- liabiau dado órclcn las conlisio-
nes al general Menon , que desde el lf. de prcrial
estaba nombrado general del ejér~ito del inter-ior,
para que hiciese adelantar una columna del cam-
po de Su hlons , y cuando llegó con dos piezas dc
artillería, ya LO encontró una alma en la plaza
ni en la sala del Odeon.


Aunr¡ ue esta escena HO tuvo resultado alguno,
no dejó de causal' hastaute impresion ,porque los de
las secciones hahian hecho un en::iayo de sus fuer-
zas y tomando un poco de úuimo , como sucede
siempre dcspucs de un primer dcsallOgo, y la
couvcucion se lrahiu asustado demasiado con los
sucesos de aquel dia , estando mas pronta á supo-
ner resoluciones en sus adversarios que estos en
tomadas. Auuque los patriotas estaban desconten-
tos con la conveucion , que les halua tratado con
sobrada dureza, conocieron que era iudispensa-




220 REVOLUClON FRANCESA
ble sacrificar sus resentimientos al triunfo de su
causa , y en aquella misma noche acudió una
multitud de ellos á las comisiones á ofrecer sus
personas y solicitar armas. Algunos habían salido
el dia anterior de la cárcel, otros habian sido es-
cluidos de las asambleas primarias y todos tenian
muchos motivos para mostrar su celo. A ellos se
reunieron una multit ud de oficiales horrados de
la lista del ejército por el reactor Au¡'ry 18 ., ':f co-
n10 los thermidorianos dominaban en las comisio-
nes y se hahian vuelto enteramente al partido de
la montaña, no dudaron en aceptar las ofertas de
los patriotas, y hasta lo aprobaron algunos gi-
rondinos. Ya hahia propuesto Louvet en las
juntas que se tenian en casa de un amigo comun
de estos y de los thermidorianos , que se armase á
los arrabales y aun que volvieran á abrirse los ja-
cobinos, sin perjuicio de volverlos á cerrar en ca-
so de considerarse necesario. Por tanto no se
dudó en entregar las armas á todos los ciu-
dadanos que se presentaron, designándoles para
oficiales los militares que estaban sin empleo en
Paris. Encargóse del mando de. esta milicia l'epen-
tina al anciano y valiente general Berruver , y to-
do esto quedó concluido en la mañana del 12. In-
mediatamente corrió la voz por todos los barrios y
fue muy buen pretesto para los agitadores de las
secciones que procuraban comprometer álos habi-




CONVENCION NACIONAL. (1795). 221
tantes pacíficos de Paris , diciéndoles que intenta-
ba la convencion dar de nuevo principio al terror;
supuesto que volvia á armar á los terroristas; que
no tardarian en pegar contra los hombres de hien;
que ni las propiedades ni las pel'sonas estaban ya
en seguridad y que era indispensable acudir á laS
armas para defenderse. Efectivamente se declara-
ron en estado de rebelion las secciones de Lepe-
lleticr, de la Hutte des Monlins, del Contrato so-
cial, la del Teatro francés , la del Luxemburgo, la
de la Pescaderia, la de Bruto y la del Temple,
mandando tocar generala en sus barrios y que to-
dos los ciudadanos de la guardia nacional se presen-
tasen en sus batallones para velar sobre la seguri-
dad pública amenazada por los terroristas. Inme-
diatamente se constituyó en permanencia la sec-
cion Lepelletier y sirvió de centro para todas las
intrigas contra-revolucionarias, esparciéndose los
tambores y los proclamistas de las secciones por
todo Paris con la mayor osadia dando la señal de
la insurrecciono Alarmados los ciudadanos con to-
das aquellas maniobras, acudieron á sus secciones
dispuestos ,á ceder á todas las sugestiones de una
juventud imprudente y de una faccion pérfida.


También la convencion se declaró al instante
en permanencia y mandó á sus comisiones que ve-
lasen sobre la seguridad pública y la ejecucion de
los decretos. Revocó la ley qne mandaba el des-




222 nEYOLUCION }'RANCES;\.
arme de los patriotas, legalizando de este modo las
providencias tomadas .J)or las comisiones; pero al
mismo tiempo publicó una proclama dirigida ti
tranquilizar á los habitantes de París acerca de las
intenciones y patriotismo de los sujetos á quienes
acababa de devolver las armas,


Viendo las comisiones que la sección de Lepe-
lletier era el foco de todas las intrigas y que podía
llegar á ser muy pronto el cuartel 'general de los
reheldes, determinaron cercarla y desarmarla en
aquel mismo dia, y asi recibió Menou nueva ór-
den de salir de Sahlons con un c~:erpo de tropas y
artilleria. Este general Mcnou , que era un huen
oficial y ciudadano justo y moderado , hahía pasa-
Jo durante la revolución una vida muy penos.a y
agitada; porque habiéndole destinado á combatir
en el Vendce , le hahia mortificado mucho el par-
tido de Honsin á punto de ser citado á Paris y
amenazado con el tribunal revolucionario, no de-
hió la vida mas que al nueve de tlicrmidor. Cuan-
se le nornbró general del ejército del interior el día
4 de prerial y se le dió órden para marchar con-
tra los arrabales, tuvo entonces que combatí!'
contra sus enemigos naturales, á quienes era
al mismo tiempo contraria la opinión , y que sien-
do muy poco escrupulosos en quitar la vida á los
demás ,no debia repararse mucho en quitarles la
suya. Pero en el dia le daban la comisión de dis-




CONVENCION NACIONAL (1795). 223
parar contra la poblacion brillante de Paris , con-
tra la juventud de las mejores familias y contra la
clase que dominaba en la opinion, en caso de que
no quisiesen ceder de su imprudencia. Se veia pues
en la lnayor perplegidad , como sucede siempre á
todos los hombres débiles, que no saben renunciar
su destino ni resolverse á ejecutar una comision
rigurosa. Tardó mucho en mandar poner en lnar-


"clla sus columnas y dejó á las secciones proclamar
cuanto quisieron durante el dia 12, poniéndose á
parlamentar secretamente con algunos de sus co-
rifeos en lugar de obrar , y hasta llegó á dl~cir á
los tres representantes encargados de dirigir la
fuerza armada, que no queria tener bajo sus ór-
denes al batallon de los patriotas. Le contestaron
los represEntantes que aquel batallón estaba bajo
las órdenes esclusi vas del general Berruyer, y le
instaron á qne se pusiese en movimiento sin dar
lugar Ú qne las dos comisiones notaran sus vacila-
«iones y mala disposision , Igual repugnancia se
echaba de ver en otros muchos oficiales, y en tre
otros en los (los genel'alcs de brigada Despierre y
Debar 19 quienes protestando una enfermedad no
se encontraron en su puesto. Ultimarncn'.e ya cer-
ca de la noc.i c avanzó el general :Menan con el re-
presentante Laporte hacia la seccion Lepel leticr ,
que estaba situada en el convento de las henna-
nas de Santo Tomas, donde ahora estú el mag:nífi-




'2:::!.4 REVOLUCION FRANCESA.


eoedificio de de la Bolsa. Penetró allí Menou por
la calle de Vivienne , amontonando en ella la in-
fantería, la caballeria y los cañones, en términos
que no hubiera podido comhatir , estando como
estaba rodeado de la multitud de seccionarios que
ocupaban todas las bocas calles y se habian apo-
derado de las ventanas de las casas. Pero él man-
dó acercar las piezas hasta la puerta del convento
y penetró en él con el representante Laporte y un
solo batallon hasta la sala misma de la seccion , cu-
yos miembros en lugar de haberse formado en
asamblea deliberante, estaban armados y en línea
con su presidente á la cabeza, que era MI'. Dela-
101. El general y el representan le les intimaron
cIue rindiesen las armas, ú lo cual se resistieron, y
observando el presidente la frialdad con que se ha-
cia tal intimacion, respondió con energia , habló
á los soldados de Menou con oportunidad y pre-
sencia de ánimo y declaró que no se arranca-
rian las armas á la seccion sino llegando al úl-
timo estremo. No dejaba de ser una alternativa
bien dolorosa combatir en espacio tan estrecho
ó tener que retirarse para batir el edificio á caño-
nazos ; pero con todo, si Menou hubiese hablado
con decision y apuntado su artillería, es de creer
que los seccionarios no hubieran mantenido su
resolucion. lUas tanto Menou como Laporte prefi-
rieron una capitulacion , prometiendo mandar re-




CO~VENCIO~ NACIONAL (1795). :22;')
tirar las tl'opas convencionales con condición de que
la seccion se disolvería inmediatamente , lo cual
prometió ú aparentó que lo prometía. Desfiló en-
tonces una parte del hatallon corno pi:u'a retirarse,
y l\Ienou salió con su tropa y mandó torcer el ca-
mino á sus columnas, que con mucbo trabajo atra-
vesaron la mul titud amontonada en los barrios
inmediatos. Pero mientras que d tenia la de\Ji\i-


• dad de ceder en presencia de la firmeza de la sec-
cion Lepelletier , esta habia vuelto ú entrar en el
lugar de sus sesiones, y envanecida de haber re-
sistido , tomó ánimo para il~sistir en la rebeliou.
Estendióse inmediatamente la voz de que no se
habian ejeculado los decretos, que la insu l'rec-
cion estaba victoriosa y que las tropas se vol vi.u:
sin haber hecho triunfar la autoridad de la con-
vencion. Una multitud de testigos de aquella es-
cena echaron Ú correr á las trihunas de la asam-
blea , que estaba en permanencia , y se lo dig'eroll
~á los diputados gritando: estamos »enduloe ; esuunos
vendidos: á la barra el general ~Menou. Entonces se
mandó venir ú las comisiones para ({IlC dicseu
cuenta de lo que pasaba.


Noticiosas estas de lo que acababa de suceder
estaban en la mayor agitacion, queriendo arres-
tar á Menou y juzgarle inmediatamente; pero es-
to no remediaba nada y lo importante era pOller
remedio. l\las era lllUY dificil que cuarenta indi-


1.\. 1 :)




Illn'OLUCIO~ FIUSCESA.


viduos que discutían sobre los medios de cjccu-
cion , \)uuieran entenderse y obrar con el ,-igol'
necesario, y tampoco eran una autoridad muy
enérgica los tres representantes encargados de di-
rigil' la fuerza armada. Entonces se pensó, como
siempre acontece en todas las ocasiones críticas,
nombrar un gef(~ único, y se convino en elegir al
diputado Burr ás ,que como general de brigada
habia mandado tambien en la famosa jornada del .
9 de thermidor y se hahia conducido con toda la
energía que era de desear. Era el diputado Barrás
UI1 hombre de bastante estatura y tenia una voz
111UY fuerte, con la cual aunque no acostumbraba
hacer largos discursos, tenia la gracia de impro-
visar algunas frases enérgicas y veementes que da-
han idea de ser un hombre resuelto y decidido.
I ..e nombraron general del ejército del interior y
se le dieron por adjuntos á los tres representantes
que antes estaban encargados de dirigil' la fuerza
armada; pero una circunstancia estraordinaria hi-
zo que fuese mucho mas oportuno este nombra-
miento de Barrás , porque tenia este á su lado un
oficial lnuy capaz de mandar , y no era hombre
para separar de sí á Qt1'0 de mas conocimientos
que él. Todos los diputados que habian estado en
comisión en Italia conocian al jóven oficial de~ar­
tilleria que hahia decidido la toma de Tolon, y
facilitado la de Saorgio y las lineas del Roya, el




t:O'NVJ~~tIO~ l\Af.IOl\"AL (17951. 22'-
~l1al habia sido ascendido Ú general de hrigada 7
y se hallaha entoncesen París destituido pOl' Au-
bl'Y y casi reducido ála indigencia. Le [rabian in-
troducido en casa dcl\:fadarila Tulfien que le re-
el hió con su hondad ncostumln-adn y no se desde-
ñó de solicitar en su favor, Era dclgadito y no muy
alto, con las mejillas hundidas y pálidas, pero
tenia buenas facciones , ojos 1l111Y vi YOS y pene....


.. trantes y su lenguagc firme y orig'inaL llamaban
la utenciou, Hahlaba muchas veces de la Italia
como de un teatro decisivo de lagucrra ~ donde
la república consegui rin victorias y la paz; sin de...
jar de volver fi-ecucnternente ú esta conversaciou :
y así luego que Kellerman perdió las lineas :del
Apenino, le Ilumaron ú la comisión pal'a esponer
3U dictamen , y desde entónces se le confió la l'e-
daocion de la correspondencia de oficio y se le
agregó á la direccionde las operaciones militares.
Pensó Barras en él la noche del 12 de vendimia-
río, y le. pidió para segnndo comandante, lo cual
se le concedió inmediatamente y habiéndose dado
cuenta á la convencion en la m isma nochc , se
aprobaron las dos elecciones. En consecuencia
Barras le confió el cuidado de luadisposioiones
militares , y no solo aceptó el encargo, sino que
se puso inmediatamente á dar órdenes con la ma-
yor actividad. -


Hahia continuado toc:lIHlo."if' la ~'('IlP.l'ala eu lo.....


,)t-a''',,,
~'.' .~.
~~


ti;
.
~-:




228 REVOLnCION FRANCESA.
dos los barrios , y andaban por todas partes emi-
sarios ponderando la resistencia y ventajas de la
seccion Lepelletier, exagerando los peligros, que
se decia eran comunes ú todas, y escitándolas co-
mo punto de honor á que tratasen de igualar el
valor de los granaderos del barrio de Santo Tomas.
Habian ido acudiendo de todas partes y al fin se
babia formado una comisión central y militar en
la seccion Lepelle.tier bajo la presidencia del dia- '
rista Richer-Serizy. 20 Estaba ya convenido el pro-
yecto de una insurreccion y formados los batallo-
nes con casi todo el vecindario de :,Paris, que es-
traviado por un falso punto de honra iba á repre-
sentar un papel nlUY ageno de sus costumbres y
contrario á sus intereses.


Ya no era tiempo de pensar en marchar contra
la seccion Lepelletier para apagar la insurreccion
en su origen, porque la convencion no tenia mas
que unos cinco mil hombres de tropa de linea;
y si todas las secciones desplegaban el mismo ce-
lo podian reunir cuarenta mil hien armados y
organizados y no era cosa de salirles al encuentro
con tan. corta Tuerza en las calles de una gran ca-
pital. Lo mas que podia esperarse era defender á
la convencion y formar un campo bien atrinche-
rado y esto fue lo único en (Jue pensó Bonaparte.
Las secciones careciande artillería por haberla
entregado toda el 4 de prerial , y por cierto que




CONVENClON NACIONAl, (17H5). 229
la,·; mas acaloradas de hoy fueron entonces las pri-
meras ú dar aquel ejemplo con el fin de aseguraL'
el desarme de] arrabal de San Antonio. Esta era
una inmensa vcntaja para la conveucion porque
todo el parque se encontraba reunido en la lla-
nura de Sablons , y así no perdió ur~ momento el
general Honaparte en dar ór-dcn al gefe de cscua-
drou 1\1 u rat 21 pa ra (ILIC fuese ú traerle al frente de


.. 300 caballos, y llegó tan á propósito este oficial,
flUC en el instante mismo se hahia presentado un
batallon de la sección de Lepelletier para apode-
rarse dc él. Pero Murat se anticipó con su caba-
Ileria , enganchó las piezas y las trajo ú Tullerias.
Entonces se ocupó Bonaparte en defender todas
las avenidas, para Jo cual disponia dc Hnos cinco
mil soldados de linea, un peloton de patriotas
(jlIe asceurleriu ú cerca de mil y quinientos, algu-
nos genllarmas de los tribu nales que se hahian
desarmado cn prcrial y vuelto Ú armar en esta
ocasion , y últimamente con la leg'ion de policia y
algunos invúlidos : en todo, cerca de ocho mil
hombres. Distribuyó estas fuerzas y la artilleria
en las calles del Delfin, la Escala, Hohan , San Ni~
casio ,el Puente nuevo, el Puente Real V el de Luis
XVI, Y en las· plazuelas d~ Luis XV yV de Vando-
ma , sin dejai.' punto alg'uno por donde luese acce-
sihle la convención. Colocó toda la cahalleria y una
parte de la infanteriu en reserva en la plaza del




230 fUnOl.ruu.\ f'IUt~S,\.
Cal'l'Ollsel J' jardin dl~ Tul lcrius , ú donde mandó
(tu~ se trasportasen tocios los víveres 'I ue hahia en
París, estahlecientlo un depósito de municiones y
un hospital provisiouul para 103 he ridos. Envió
un destacamento ú cügel'el depósito de Meudoll y
apoderarse de sus alturas para 'poder retirarse á
ellas eOH la convención en caso de aIgHn reves , y
lnaIH\Ú ocupar el camino de San German plu'a un-
pedir que p1Hlif~se Ilegal' i.tl'LiHei'la Ú 103 rebeldes.
Tampoco se descuidó en enviar varios cajones de
armas al arrnba] (le S. Antonio con el objeto de
armar (1 la secciou d¡~ lo.~ Quillze-Villgts , (lue era
la tllllCa qne hahia votado en favor de los decre-
tos ,.y ú la cual Sf~ habia llia'igido Frerou para rea-
nimar su celo. Qücdal'on terminadas todas aque-
llas disposiciones en la mañana del 13 y se dió ór-
den ú las tropas n:puhli.:~ana", (le aguarda,' el ata-
tIlle y no fH'OVOcal'h'.


Etretauto la comisiou insurrcccionnl establecida
en la sccr-ion de Lcpcllet ier hahia tomado tam-
bien sus disposiciones , declarando tuera ele In ley


I u


it las comisiones guhernativas y creando un tri-
1 1 J • I ' • , I '"runa ücstwano a juzgar a os que se resistreseu a
la soberania de las secciones. Muchos generales
hahian venido ú ofrecerla sus servicios , y entre
ellos uno del Vendóe , conocido con el nombre de
conde de Maulcvrier 22, Y un emigrado jóven lla-
mudo Lafond 23 , que salieron de sus escondites




CONYENCION NACIONAL (1795). 23 t
pal'a dirigil' el movimiento. Tamhien se reunieron
á ellos los generales Duhoux y Danican 2'. , que ha-
bian mand.ulo los ejércitos republicanos en el Ven-
dée, siendo este último un hombre turbulento y
mas propio para declamar en un cluh que para
mandar un ejército, no obstante haber sido gl'an-
de amigo de lIoche, que le reprendia á menudo
pOI' sus inconsecu encias. Hallándose destituido,
se encontraba en París muy descontento del go-
bierno [y pronto á entrar en cualquier proyecto
por malo (LUC fuese; y así le nombraron general
en gefe de las secciones. Una vez tornarla la reso-
lucion de batirse y comprometidos á su pesar to-
dos los ciudadanos, se formó una especie de plan
que se reducia á lo siguiente. Las secciones del
arrabal de San Gcrmau , bajo las órdenes del con-
de de Maulevrier , debian sulir del Odeon para
atacar ú las Tullerias pOI' los puentes, mientras
que las de la orilla derecha 'dehian atacar pOI' la
calle de S. Honorato y pOi' las dernas traversales
que vienen á parar desde esta última ú 'I'ullerias.
Un destacamento á las órdenes de Lafoud debla
apoderarse del Puente nuevo á fin de poner en
comunicacion las dos di visiones del ejército sec-
cionario. Pusieron al frente de las columnas los
jóvenes que ya habian servido en los ejércitos y
eran los mas capaces de arrostrar el fuego; pcn,
solo habria presentes de los 40 mil hombres que




232 REYOLUCION FIUNCESA
componian la g'uartlia nacional, como unos veinte'
ú veinte y siete mil. Hahia una maniobra mue ho
mas segura que la de presentarse en columnas
cerradas al fuego de las baterias , que era la de'
construir ban-icadas en las calles y encerrar de este
modo á la asamblea y á sus trop~s en Tullerias;
apoderarse de las casas inmediatas desde las cua-
les se podia dirigir un fuego mortífero, matan-
do uno ú uno los defensores de la convenciou y
reducirlos hien pronto POl' el hambre y las ba-
las. Pero los seccionarios no pensaban mas que
en dar un golpe y creian que con una sola car-
g'a ll~g'al'iall hasta el palacio y les harian abrir las-
puel'las.


En aquel}a misma mañana la sección de la Pes-
cnderiu detuvo los caballos de la artilleria v las ar-


.;


mas (1ue se dirigian á la de Quinze-Vingts ; la de
Mont Hlauc Sf' apoderó de los vi veres destinados á
Tul lerias , y un destacamento de la sección Lepe-
lleticr tomó posesiou de la tesorería. !~l júvcn La-
Iond al frente de muchas cornpn iiins -c dirigió al
Puente nuevo, mientras qne otros batallones ve-
nian nor la caHe Dcltínu. Estaba el I!Pl1cral Car-


1 ~)


tcaux cncaru.ulo de defender aquel puente con
.4,00 hombres y cuatro piezas, 111as no queriendo
comprometer PI combate se reti ro sohre el muelle
de Louvrc , y los batallones de las secciones vinie-
ron ú situarse ú pocos pasos de los puestos de la




COYENCION NACIONAL (1795). :2 33-
con vencion , hastante cerca para poder hablar con
Jos centinelas.


Tuvieron las tropas convencionales una gran
ventaja en tornar la iniciativa y ,Probahlemente
dando un ataque brusco hubieran desordcnado á
sus adversarios , pero se habia recomendado lUU-
cho ú los gencrales tlUC evitaran ser ellos los agre-
sores. En consecuencia, á pesar de las hostilidades


, ya cometidas cogicndo los caballos de la artilleria
y los víveres y las armas, yaun á pesar de la muer-
tc dada á un liusar que iba de ordenanza por
la calle ele San Honorato , no se les quiso atacar.


Toda la mañana se habia pasado en preparativos
de partc de las secciones y en estar esperando de
la de la convcncion cuando el g'cncral Danican


<.J


antes de principiar el combate creyó deber enviar
un parlamentario á las comisiones proponiéndo-
las ciertas condiciones. Anduhan Barras y Bona-
partc recorrrendo los pucstos cuando les presen-
taron al parlumentario con los ojos vendados co-
mo en un plaza dc guerra, y mandaron que le
llevasen á las comisiones. Allí se esplicó con tono
amenazador y ofreció la paz con condicion de CJ ue
se desarmase á los patriotas y se revocasen los de-
cretos del 5 y 13 de fructidor. .Mas ni eran acepta-
hles semejantes condiciones ni la convencion debía
escuchar ningunas ; pero sin embargo las comi-
siones al mismo ticmpo que pensaban no respon-




23!" HEVOLUClON FRANCBS,\.
del', determinaron nombrar 2¡' diputados pUI'a qne
fuesen á fraternizar con las secciones, cuyo paso ha-
bia producido buenos efectos algunas veces, por-
que suelen servil' de mucho las buenas palabras
cuando se está apunto de venir á las manos. Mas,
entre tanto Danican viendo que no se le daba res-
puesta alguna, clió la órden para el ataque, y al
momento se oyeron algunos tiros. Mandó Bonaparte
llevar 800 fusiles y cartucheras á una de las salas de'
la convencion para que se armaran los mismos re-
prescntantes en caso de necesidad y podrían ser-
Vil' corno de cuerpo de reserva: lo cual les dió
idea de la importancia del peligro. Cada diputa-
do se apresuró á ocupaL' su puesto, y segun la cos-
tumbre inveterada en los momentos de gran ries-
.go, estuvo la asamblea esperando con el l11ayoL'
silencio el resultado del combate , siendo aquel ;el
primero que se hubiese dado en regla :contl'a las
facciones rebeldes.


Eran las cuatro y media de la tarde cuando Bo-
naparte acompañado de Barras montó á caballo en
el patio de las 'I'ullerias y fue corriendo hacia el
puesto del callejon Del fin que está en frente de la
parroquia de S. Roque. Ya los batallones ;de las
secciones ocupaban toda la calle de S. Honorato
y llegaban hasta la entrada del callcjon , habiéndo-
se apostado uno de los mejores 'en las gl'adas de
la igle sia , perfectamente situado para disparar








CONVENCION NACIONAL (1795). 23.5
contra los artilleros con vencionales. Bonaparte que
sabia apreciar la ventaja de los primeros tiros,
mandó adelantar sus piezas y dió órden para hacer
la primera descarga. Correspondieron á ella los
seccionarios con un ~fuego muy vivo de fusileria;
pero Bonaparte acrihillándolos con la metralla,
les obligó á replegarse á las gradas de San Roque
y sin perder un memento desemboca en la calle


.. de San Honorato y lanza contra la misma iglesia
un tropel de patriotas que se hatian á su lado con
el mayor ardor y tenian muchas injurias que ven-
gar. Despues de una viva resistencia fueron des-
alojados los seccionarlos y tornando al momento
Bonaparte sus cañones á derecha éizquierda, man-
da disparar por la calle recta y se pon~n en huida
los agresore.s por todas paltes con el nlayor desór-
den. Entonces Bonaparte dejó allí un oficial con
encargo de continuar el fuego y terminar la der-
rota, y vol viéndose húcia el Carrouse] fue á re-
correr los demas puntos. En todos ellos mandó
disparar ú metralln , y en todos echan á huir
aquellos desgraciados secciouarios tan malamente
espnestos en ,columna cerrada á los dedos de la
artillería. Huyeron en efecto apresuradamente ha-
cia el cuartel general de las hermanas de Sto. To-
mas á pesar de tener al frente de sus columnas
hombres muy valientes; y entonces fue cuando
conocieron Danican y los demás gefcs la falta que




236 REVOLUCION J.<'RANCESA.
habian cometido en quel'el' asaltar las piezas en
lugar de hacer barricadas y apoderarse de las ca-
sas inmediatas á Tullerias. Sin embargo no se des-
alentaron, mas antes se decidieron á hacer un
nuevo esfuerzo reuniéndose con las columnas que
venian 'del arrabal de San Germán para dar un
ataque simultaneo sobre los puentes. En efecto
reunieron de seis á ocho mil hombres y les diri-
gieron hacia el Puente nuevo ,~donde estaba apos-'
tado Lafond con su tropa, incorporándose con los
batallones que venian de la calle Delfina bajo el
mando de Maulevrier. Todos juntos avanzaron en
columna cerrada desde el Puente nuevo hasta el
Puente Real siguiendo por el muelle ;de Voltaire;
pero ya se encontraba allí Bonaparte , que 'nunca
faltaba donde lo exigia el peligTo. Colocó sus ba-
terias en el muelle de las Tul lerias que está para-
lelo con el de Voltaire , y mandó adelantar los
cañones que estaban situados en la cabeza del
Puente Real, apuntándolos de manera que enfi-
lasen el muelle por donde ven ian los seccionarios,
Luego que tornó estas disposiciones los dejó acer-
car yentonces dió de l'epcnte la voz de fuego. Sa-
lió al mismo tiempo la metralla del puente co-
giendo de cara á los sitiadores y la que estaba pre-
parada en el muelle de Tullerias abrasándolos de
costado, de modo que esparcieron el terror y la
muerte en todas las filas. Cargó el jóven Lafond




CONVENCION NACIONAL (1195). 237
con -el mayor valor al frente de los mas bravos
para apoderarse de las piezas del puente, pero fue
aniquilada su columna con un fuego violento y
por mas que quiso reunir de nuevo sus restos pa-
ra cargar segunda vez, echaron á huir al fuego de
una artilleria bien dirigida. Eran apenas las seis
de la tarde cuando ya estaba terminado el com-
bate que principió á las cuatro y media; y en-


"tonces Bonaparte , que tanta energía habia mani-
festado durante la accion y disparado contra la
poblacion de Paris ni mas ni menos que sobre los
batallones austriacos, mandó carg'ar los 'cañones
solo con polvora para acabar de disipar la )nsur-
reccion. Todavia estaban retrincherados algunos
seccionarios en la plaza de Vandoma, iglesia de
San Roque y Palacio Real, y entonces ¡mandó des-
embocar sus tropas 'por todas las bocas calles de
la de San Honorato , y destacó un cuerpo que sa-
liendo de ~la plaza de Luis XV, atravesó la calle
Real y rodeó por los baluartes, limpiando de este
modo la plaza de Vandoma y la iglesia de San Ro-
que para embestir el Palacio Real limitándose á
bloquearle para evitar un combate nocturno.


Al dia siguiente por la mañana bastaron algu-
nos tiros de fusil para hacer evacuar el Palacio
Real y la seccion Lepelletier , donde los rebeldes
habian pensado atrincherarse. l\1andó Bonaparte
apoderarse de algunas harricacIas qne se habian




238 REYOtU{:ION' "IlANCHSA.
levantado cerca deIa barrera d(~ los Sargentos , y
contener á un destacamento que venia de S. Ger-
1113n á traer artil leria á los de las secciones, dc
1110do que quedó perfectamente restablecida la
tranquilidad cn todo el dia 14. Mandáronse tras....
portar los muertos para que no quedase huella al-
guna del combate , y eran entre los de una y otra
parte de tres á cuatrocientos, incl usos los heridos.


Fué mucho el gozo que causó aquella victoria á'
todos los amigos sinceros de la república, que no
pudieron menos de reconocer en aquel movimien-
to el influjo del realismo ; y con ella se restituyó
á la convencion amenazada, es decir á la revolu-
cion y Ú sus autores, toda la autoridad que ne-
cesitahan para afianzar las nuevas instituciones.
Sin embargo , se acordó unánimemente no usar
con severidad de la victoria. Desde luego salta á
los ojos el cargo que podia hacerse á la convcn-
cion, y era haber combatido en favor del terro-
rismo y con el fin de restablecerle ; y por lo
mismo era muy importante que no se la pudie-
se achacar el proyecto de derramar sangre. Por
otra pal'tc los seccionarios habian dado una prue-
ba bien clara de que eran unos conspirado-
res nluy medianos, y que estaban muy lejos de
tener aquella energia de los patriotas, como que
se dieron gran prisa á volverse á sus casas, no
poco satisfechos de haber salid. del lance me-




r.ONVENCION NACIONAL (1795). 23n
nos mal de lo que pensaban y con algun orgullo
de haber arrostrado un instante aquellos mismos
'Cañones que tantas veces habian roto las filas de
Brunswick y de Cobourg. Con tal que se les deja-
ra vanagloriarse de su valor en sus casas, no ha-
hin nacla que temer de ellos, y 'por consecuencia
se contentó la convencion con destituir el estado
Juayor de la g'uardia nacional, disolver las compa-


"ilias de gl'anaderos y cazadores, que eran las me-
jor org'anizadas y constaban en gran pat'te de los
jóvenes de las trenzas y:con poner en adelante la
guardia nacional bajo las órdenes del general co-
mandante del ejércilo del interior ; mandando
desarmar á las secciones Lcpelletier y Teatro fcan-
'Ces, y que se formaran tres comisiones para juz-
gar á los gefes de 1(1 rebelion , cuya mayor parte
habia desaparecido,


Las compaíiias de granaderos y cazadores se
dejaron disolver, y las dos secciones Lepelletier y
Teatro franccs entreg-aron sus armas si n resisten-
cia V todos se sometieron. Las comisiones hicieron


.J


la vista gorda dejando escurar á muchos culpa-
hles y hasta toleraron que algunos permanecie-
sen en Paris con poco disimulo, Cuantas senten-
cias se pronunciaron fueron en rebeldía, menos
la del jóven Lafond, á quien en vano se intentó
salvar, porque se obstinó en declarar su calidad
de emigrado y en confesar su rebclion y no fue




REVOU;CION FRANCESA.


posible perdonarle. Llegó á tal punto la tolerancia
que encontrando .Mr. de Castellune 2~ miembro de
la comisión de la seccion Lepelletier , una patru-
lla de noche que le grita ha ¿; quien »ice ? respondió
Castellane el contumaz. No fueron pues sangrientas
las resultas de la insurreccion del J3 de vendi-
rniario ni tuvo que llorar pOl' ellas la capital otras
desgracias que las del combate. Los culpables se
escondian ó se paseaban Iibremente y en las ter-e
tulias no se hablaba de otra cosa qne de las ha-
zañas que referian ellos mismos. Mas ya que no
castigaba la convencion ú los que la habian ata-
cado, por lo menos recompensaba á los que la
defendieron, declarando que habian merecido
hien de la patria, que se les diesen socorros, y ha-
cer un recibimiento brillante á Barrás y Bonapar-
te. El primero de estos que ya era muy celebre
desde el 9 de therruidor , lo fué mucho mas ahora
con la jornada de vendimiario atribuyéndole la
salvacion de la convención. Pero no tuvo reparo
en publicar que una parte de su gloria se debia á
su seguIHlo, diciendo: « el que ha salvado este
« recinto es el genel'al Bonaparte con sus dis-
«posiciones tan prontas corno acertadas. » Se le
confirmó ú Barras el mando del ejército del in-
terior y se nombró segundo comandante á Bona-
parte.


Gran chasco se llevaron los intrigantes realistas




CO~VE~CIO~ ~ACIO~¡\L (t 795). :H·1
'al ver el éxitn de la insurrección del 13 , Y se die-
ron prisa á escr-ibir Ú Verona que todo el mundo
les habin engaitado; que había faltado diuero , y
que cuando se necesitoba oro apeJl.a.~ tenia» trapos l)it~¡os;
(jue los diputados monárquicos de.~pues de tantas prouws(ls
les habian engarriado y hecho un papel ~:nfanw; que era
tttna raza jacobi'na, en quien no debia fiarse; c[ue
desgraciadamente no se habia comprmnetir/0.tl em-
peñado lo bastante ú los que quería Il servir la cau-
-sa ; que lo" realistas de Paris ; asi los del cuello ¡negro
como los del verde y las trenzas, que tanto baladroneaba"
:en los teatros y tertulias habian echado á correr al pri-
mer tiro , y escondulose debajo de las camas de las nlugt!-
res gue les toleraban.


Acababa de ser arrestado su gefe Lemaitre COII
otros instigadores de la sección Lepellcticr y se
cogieron en su casa una. multitud de papeles, te-
miendo los realjstas que en ellos se descnlu-iose ('1
secreto de la intriga y sobre todo qne la revelase
el mismo. Mas sin embargo no se desanimaron, v
sus confidentes continuaron influyendo con los de
las secciones, pOl'que les habia dado aliento la im-
punidad. Al ver que la convencinn en medio de
haber quedado victoriosa no se atrevía ú proceder
c-ontra ellos infei-ian que estaba convencida tic que
la opinion no la era favorable y (Iue muy poco se-
g'ura estaba de su causa cuando dudaba de como
habia de conducirse: de modo (Iue vencidos y to-


IX. 1 (j




2V! IlErOLUCION FRA~CES.~.
do tenian mas orgullo que ella y así se presenta-
ron nuevamente en las asambleas electorales para
votar conforme á sus principios. Debian estas reu-
nirse el 20 del vendimiario y durar hasta el 30
para que pudiera estar formado el nuevo cuerpo
legislativo el dia 5 de brumario. Consiguieron los
agentes realistas que se nombrara al convencional
Saladin, á quien ya tenian ganado, y 11I'0VOCarOll
disputas en varios departarnentos , Ueg'ando el ca-
so de que algunas asambleas electorales se divi-
diesen y repartieran en dos.


Todas estas intrigas y recrudescencia de osadia
contribuyeron á irritar mucho [¡ los patriotas que
habian visto realizarse todos sus pronósticos en la
jornada del 13, Y no soloestahan orgullosos de
haber acertado en sus vatici uios mas también de
haber vencido con su valor los riesgos que habían
previsto. No querian que les fuese del todo inútil
la victoria que hahian conseguido, ni que queda-
sen impunes sus adversarios, ni mucho menos
que se dejase de indemnizar á sus amigos que es-
taban en las cárceles, y asi hicieron peticiones en
que solicitaban la soltura de los pl'esos, la desti-
tucion de los oficiales nombrados pOl' Aubl'Y el res-
tablecimiento en todos sus grados de los que hahian
sido destituidos, el juicio de los di putados presos
y su reintegración en las listas electorales si eran
inocentes. Apoyada la montaña por las tribunas




CON"ENCH)N NACIO'NU. (l7H5). 213
'<fue estaban llenas de pauiotas , aplaudia sus so-
licitudes y reclamaba COIl energia su aprobacion ,
por mas que procuraba Tallien contenerla en cali-
dad de corifeo del pal'jdo político así como Bar-
rás lo era del partido mili la 1', Y en efecto consi-
guió suprimir la última demanda relativa á Ia
reintegracion de los diputados presos en las listas
'electorales, como contraria á los decretos del 5
~r 13 de fructidor. No hay duda que estos decretos
declaraban iueligiblesú los diputados que en la
cctualidud.sehullaseu suspensos de sus funciones
pero no era menos difícil de contener la mont.aña
que las secciones, y los últimos dias de aquella
asamblea, á quien ya no quedaba nlas,quc una
década de existencia, pareccqlleno podían .})a-
sarse sin nuevas tormentas.


Tambien contribuían ú aumentar la agitacioll
las noticias de las fronteras cscitando las descon-
fianzas de los patriotas y las esperanzas inestin-
guihles de los realistas. Y'a hemos visto que Jour--
dan hahia pasado el Hliin en Dusseldorfy se ha-
Lia adelantado hacia el Sieg, y que Pichegrú ha-
biaentrado en Manheim y lanzado una di vision
del otro lado del Rhin, Pero en medio de unos .su-
cosos tan prósperos no se veia que hubiesen
inspirado niugun -gran pensamiento á aquel Pi-
chegrú tan ponderado? mas antes daba pruebas de
su incapacidad ópedidia. Jutl~ai1do pOI' Jo (ju.e




REVOLUCION FRANCESA.


regularmente sucede, parece que sus faltas de-
hian mas :,hien atribuirse á torpeza, porque aun
supuesto el deseo de hacer traicion , nadie reu-
sa la ocasion de conseguir grandes victorias,
que siempre sirven para ponerla ú ruayor pre-
cio. Sin embargo , no faltan contemporaneos dig-
nos de fé, que atribuyen todas sus falsas ma-
niobras á la traición , en cuyo caso será el único
general en la historia que se haya dejado batir vo-'
Iuntariamente. No era un cuerpo solo el que debia
dil'igirse del otro lado de Manheim sino todo el
ejército para apoderarse de Heidelherg , que no so-
lo es el punto esencial donde se cruzan los caminos
para ir desde el Alto Rhin á los valles del Necker
y del Mein , sino que ocupándole se impedia que
pudieran reunirse Wurmser y Clerfayt , dejando
separados para siempre aquellos dos generales y
asegurándose una posicion pOI' la cual podia él
reunirse con Jourdan y formar con él una masa
que hubiera destruido sucesivamente á Clerfait y
á W urrnser, Conociendo Clerfayt el peligl'o, aban-
donó las orillas del Mein y echó it correr á Heidel-
berg; pero su teniente Kwasdanowich , ayudado
por Wurmser , habia conseguido ya desalojar de
Heidelberg la división que Pichegrú habia dejado
allí. Este se encerró en Manheirn, y Clerfayt no
recelando ya por sus comunicaciones con Wurm-
ser, marchó aL instante contra Jourdan. Hallábase




CO~"ENCION N.lCIONAt (' 195). !4.5
este cerrado entre el Hliin y la línea de neutl'ali-
tlad , donde no podia vivir como en pais enemi-
g'o , ni tenia Ol'ganizado servicio alg'uno pal'a traer
víveres de los Paises najos, de suerte que ni
podia marchar adelante ni reunirse con Pichegrú
lo cual le ponia en una situación muy crítica. Ade-
IDas de eso Clerfayt , sin respetal' la neutralidad
se hahia situado de maucra que flanqueaha su
lz.quiel'da y la precisaba Ú echarse sobre el Rhin.
No era pues posible (Ille Jourdun se mantuviese en
aquella posición y así resolvieron los repl'esen-
tantes ., con acuerdo de los gellel'ales., replegarse
sobre Maguncia p,u'a bloqueada pOI' la orílla dere-
cha. Pero no era nada mejor esta situacion que la
precedente , pues además de dejarle en la misma.
penuria de viveres, le esponia á ser atacado por Cler-
fayt en una posicion desventajosa, pudiendo tal
vez perder sus comunicaciones con Dusseldorf', y
en consecuencia se decidió emprender la retirada
hácia el Bajo Rhin., la cual se ejecutó en huen ór-
{len y sin ser inquietados pOI' Clet'fayt, quien me-
(litando un gran TH'oyecto, se vol vió hacia el 1Uein
para aproximarse á Maguncia.


A esta noticia de la marcha retrógada del ejél'-
cito del Sarnhra v Mosa se añadieron ciertos l'U-


.J


mores siniestros sohrc el ej(~l'cito de Italia, á don-
de hahia llegado Schérer con dos hermosas di vi-
siones de los Pirineos orientales ([ue quedaron




HEVOLLCIO:': rlL\:':CES',\


elispouibles tlc resul tas de la paz con Espafta; IW\S
á pesar de eso se dc.ia <¡!le aquel g'cneral no se'
creia seguro de su. posicion y pedia socorros tle
artillería y víveres que era imposible en viarle y
sin 103 cualesamenazaba tener (fue retirarse. Ulti-
rnmnente se hablaba de otra segunda espedicion
inglesa que llevaria consigo' al conde de Artois y
nuevas tropas {le desembarco,


il.lllH]UC estas noticias no tu viesen nada que
ameuazára la existeuciude la repúhlica , siendo
romo era dueün <-le! curso del Hhin , tenien-
do dos ej{~n.:itos eJe mas <Iue poder enviar , uno
á Italia y otro al Vendé, y cIue acababa de recibir
una prueba terminante cou lo ocurr-ido en Qlli-
hcron de cuanto podia contar con Hoche para no
temer las espediciones de los emi grados, no por
4eSO dejaron de contribuir estas noticias ú desper-
tar las esperanzas de los realistas que estaban
aterrados con el mul suceso de vendimiario, V ú
irritnr á tos patriotas, poco satisfechos del mojo
con que se huhia hecho uso de la victoria. Sobre
todo produjo malísimo dedo el desculn-imiento
de la correspornlieucia de Lemaitre , porque en él
se eucoutró dL~cuLicrta toda la conspiraciou que
se habia estado sospechando tanto tiempo y se
supo con certeza que hahia en París una agencia
secreta que estaba en correspondencia con Vero-
Ha) con el Vendce y con todas las provincias de'




CONVENCION NACIONAL (1795) 241
Francia , escitando en ellas movimientos contra-
revolucionarios y teniendo inteligencias con mu-
chos miembros de la convención y de las comisio-
nes. Las mismas valadronadas de aquellos misera-
bles agentes que se banagloriaban de haber gana-
do tan pronto á los gcnel'ales como á los diputa-
dos, y decían haber tenido relaciones con mo-
narquistas y thcrmidorianos , contribuyó á au-


· mental' las sospechas, y á que estas recayesen
so hre los diputados del lado derecho.


Ya se sindicaban entre estos á Hovére v Sala-
,)


din y se habian adquirido pruebas convincentes
contra ellos, pues este último hahia publicado un
folleto contra los decretos del 5 y 13 de fructidor
y acababan de recompensar-le con los votos de los
electores de Paris. Tambien se señalaban como
cómplices secretos de la agencia realista á Lesage,
el del Eura y Loir , á La Hiviere , á Boissy d'An-
glas y á Lanjuinais , porque les habia comprome-
tido mucho el silencio que guardaron durante los
dias 12, 13 Y 14 de vendimiario. Contrihuian
tamhien mucho it no ponerlos en buen lugar los
diarios anti-revolucioruu-ios que los elogiaban con
afectación , y que al mismo tiempo que aplaudian
tanto á los 73, llcnaban de ultragcs [l los therrni-
dorianos ; y así era Inuy dificil que dejara de se-
guil'se algul1 rompimiento. Continuaban los '13 y
los thermidorianos reuniéndose en casa de un




21.8 nEvOUJCiO~ FítANCESA.
amigo comun, pero faltaba ya la confianza ~T fa'
huena arrnonia entre ellos, desde q He en los últi--
mos dias de la sesiou se habló de las nuevas eleccio-
nes j de las intrigas del realismo para e crromperles
y del silencio de Boíssy, Lanjurnais , La Riviere y
Lesaae durante las escenas de vendimiario. No de-
jó Leaendre con su petulancia orclinaria de echár-
selo en cara Ú los cuatro diputados (Iue estaban
lH'eseutes, y ellos procuraron justificarse; pero de- "-
tando escapcw Lanjuiuais la estraira espresion de
Iu carniceria del 13 de vendimiario ,. con la cual dió
muestra ó de un gl an desórdcn en sus ideas ó de
(1 ue sus sentimientos eran poco republicanos. Al
oi r aquella pa' abra montó en cólera Tallien y se
quiso salir diciendo que no podia estar mas tiem-
po con unos realistas (~ iba ú denunciarles á la-
convenciou ; pero se le rodearon varios cólegas y
~e logró sosezarlc esplicaudo la f¡'ase de Lan] uinais


e e


pero no salieron coutcntos unos de otros.
-Entre tanto iba creciendo la ap;itacion en Pm-is


y a II mentaudosc las deseen lianzas y sospechas de
realismo contra todo el muudo, Pidió Tallien que
la con vencinn se cousti tu yese en sesión secreta y
denunció formalmente ú los nl;\tro diputados,
aunque sin tener pruebas sulicieutes , pues solo se
reducian á inducciones IBas Ó menos prohahles , y
asi no se apoyó la acusacion. Louvct., alllHlue pal'-
tid.uio de los thcrmidoriuuos , tarupoco (luiso-




CONVENCI01'i NACIO~L\L (1795). 249
apovur]a contra aquellos CUCltl'O diputados- que
eran amigos suyos; pero acusó i. Royere y Sala-
rliu pintando su conducta con colores odiosos,
haciendo resaltar el contraste de su fogoso terro-
rismo con su actual realismo y logró que se de-
cretase su arresto. Tamhien se puso preso á Lho-
morid 26, que se hallaba comprometido pOI' Le-
maitre y Aubry, autor de la reacción militar.


En represalias solicitaron los adversarios de Ta-
lIien que se publicase una carta del Pretendiente
al duque de Harcourt , en que hablando de lo
que le comunicaban de Paris , decia : nopuedo per-
suadirme á que Tallien sea un realista de buena especie.
Es de advertir que los ag;entes de Paris se vana-
g'loriahan de haber conquistado Ú Tallie~ y á Ho-
che; pero sus continuas baladronadas y sus ca-
lumnias respecto á este último bastan para justifi-
car al primero. Hizo poquísimo efecto aquella car-
ta porque desde el suceso de Quiberon y conducta
que observó Tallien en el de vendimiario, lejos
de pasar por realista 1l1aS bien era considerado
como un terrorista sanguinario. De esta suerte
unos hombres que hubieran debido unir sus es-
fuerzos para salvar una revolución que era obra
suya, desconfiaban UIlOS de otros y se dejaban
comprometer cuando no ganal' por el realismo.
Gracias á las calumnias de los realistas terminaban
los últimos dias de aquella ilustre asamblea del mis..




250 UEVOtUCION FltA~CHSA.
mo. modo que habian principiado, esto es, COIl
alborotos y tormentas *


Ultimamente pidió Tallien que se nombrase'
una comision de cinco. miembros encargados de
proponer medidas eficaces para salvar la l'evolu-
cion durante el tránsito de un go bierno á otro; y
en efecto se le nombró á él, á Dubois Cl'ancé, á
Florent Guyot , á Boux el dell\f~ll'lle 27, Y Ú POIlS
de Verdun, 28 El objeto de esta comisión era evi-


,. Es menester estar tan prevenido como MI'. Thiers cuan-
<lo escrihia esta histori.r p.Ira echar la culpa ..( los realistas de
la corrupcion ó de las nuevas conv iccioues de los repuhlicu-
nos. ¿ De que porliau importar los OhSCU1'OS manejos de al-
gunos agentes pagados pOI' los príncipes ó por los estrnn-
ber05, si no hubiera estado ya hecha la contra-revolucion en.
las ideas, nacida de los escesos de la democracia y de la rene-
cion therrnidoriuna ? Aun cuando no hubiese habido realista
¿llgulIO tIlle calumniase ó dijese la vcrdarl acerca de LIS clispo-
sir-iones de este ó d otro cOllvencioll;,I, no pl)r eso dejaria
b opinion general de Illallife~tarse cual se m.mifestó , esto es
fastilliada de 1 epúblil'a y de teorías impracticables. La rcpii-
blica francesa I1HlI'ió el chu 9 de thermidor , )' todo lo maS
que hubieran podido hacer los esfuerzos reunidos de los ther .
midori.inos y girol)dinos seria prolongar mas ó menos su ago-
nia , sin (¡lIe los alborotos), tormentas que acompañaron el en-
tierro de la convencion fuesen otra cosa que una condici on
esenci..1 de su propia existencia. Mur-ió como hahi.i nacido y
como nacerán y morirán todas las asambleas iinicas (¡ue se
empeñen en ejercer por sí mismas todos los poderes de la so-
~i~'dad. ~N. lid T.)




..


CONVENCJON NACIONAL (1795). 251
tal' las maniobras realistas en las elecciones y
tranquilizar á los republicanos acerca de la com-
posicion del nuevo g·olJierno. Como la Montarla
estaba tan acalorada y creia que esta comision
iba á realizar todos sus deseos, se persuadió y es-
parció la voz de que iban á anularse todas las
elecciones y suspender temporalmente la nueva
constitucion. En efecto se huhia llegado á pe¡'sua-
dÍ!' que no era todavia tiempo de abandonar la
república á SI misma y que no estaban bastante
abatidos los realistas, sino (lue era indispensable
continuar por algun tiempo el gobierno revolu-
cionario. Iguales voces procuraban esparcir los
contra-revolucionarios; pero Thibaudeau que has-
ta entonces no había estado ni con los de la mon-
talla, ni con los therrnidoriauos , ni con 10$ lno-
narquistas , pero que no por eso dejaba de pasal'
por repuhlicauo sincero , y acababa de ser elegido
por 32 clepartamentos , desconfiaba menos que los
demas del estado de los ánimos. Creia que Tallien
y su partido calumniaban á la nacion queriendo
tomar tantas precauciones contra ella, y hasta
llegó á suponer que Tallicn tenia pl'oyr-clos pCI'SO-
Bales é intentaba ponerse al frente de la montuüa
y hacerse dictudor con pretesto de preservar á la
república de los realistas. Llevado de esta idea,
denunció amargamente este soñado proyecto y ha-
bló contra Tallicn de un modo tan imprevisto;




252 UEVOLUCION FllANCESA
que sorprendió á todos los republicanos que igno-
raban el motivo. Mas esto mismo suscitó sospechas
contra él entre los mas desconfiados suponiéndo-
le intenciones que no tenia, y por mas que él
re.cordase que era regicida, se sabia muy bien por
las cartas interceptadas, y entre ellas por una de
Entraigues á Lernaitre del j Ode octubre de 1795,
inserta en el Monitor del aíio IV página 150, que
hasta se podia rescata l' la muerte de Luis XVI
con grandes servicios hechos á sus herederos , y
asi no les parecia aquella suficiente garantia.Por
tanto, á pesar del notorio republicanismo de
Thibaudeau, le perj udicó mucho en el ánimo de
los patriotas su salida contra Tallien , al paso que
le valió estraordinarios elogios de los realistas,
que le llamaron Barra de hierro.


Pasó la convencion por alto aquella denuncia y
esperó el informe de Tallien en nombre de la co-
misión de los cinco, que se redujo á un proyecto
de decreto que contenia las providencias siguientes:


Esclusion de todo empleo civil, municipal, ju-
dicial y militar de los emigrados y sus parientes
basta la paz general;


Permiso de salir de Francia y de [levarse sus
bienes á todos los que no quisiesen vivi r bajo las
leyes de la república.


Destitucion de todos los oficiales que no habían
servido durante el régimen revolucionario , es de-




CONV ENCION NACIONAL. (1795 j. 253
cir , desde el t O de agosto, y que habian sido res-
tablecidos en sus empleos despues del 15 de ger-
minal, esto es, desde que estaba Aubry encar-
gado de este ramo.


A probáronse estas disposiciones, y en seguida
decretó solemnemente la convencion la reunion
de la Bélgica ú la Francia y su division en depar-
tamentos. Ultimamente el 4 de brumario, estan-
do ya para separarse, quiso terminar por un gran
acto de clemencia su larga y tempestuosa carre-
ra. Decretó ~lue luego que llegase la paz general
quedaria abolida la pena de muerte en la repú-
blica francesa; mudó el nombre de la plaza de
la Revo!ucion en el de plaza de la Concordia, y en
fin concedió una arnnistia para todos los hechos
relativos ú la revolucion, excepto el de la revuelta
del 13 de vendimiario, lo cual equivalia á ponel'
en libertad á los hombres de todos los partidos,
menos á Lemaitrc , quc era el único de los cons-
piradores de vendimiario contra quien existian
pruebas suficientes. Se confirmó la sentencia de
deportacion pronunciada contra Billaud Varen-
nes, Collot de Herbois y Barrére, que se habia
revocado para ser juzgados de nuevo , esto es I
para ser condenados á muerte ; y como Burrcre era
el único que todavia no se hubiese emharcado ,
se mandó que Jo fuese. En consecuencia debian
abrirse todas las t:úl'cdes, y siendo las dos y media




REYOJ;(TCI0N FRANCESA.


rle la tarde del dia ~, dc brumario año IV (25 (1~
octubre) pronunció el presidente de la comision
las siguientes palabras: «: La convencion nacional
« declara que su misión está cumplida y su sesión
el: terminada.» Oido lo cual principiaron los gl'itos
dc viva la república.


Asi concluyó aquella larga y memorable sesión
de la convencion nacional. La asamblea constitu-
yente habia tomado por objeto destruir la anti-
-gua organizacion feudal y fundar otra nueva: la.
legislativa tuvo que ensayal' esta organizacion ·á
la vista de un rey que la constitucion había con-
servado; pero al cabo de algunos meses de ensa-
yo reconoció y declaró imcornpatible al rey con
las nuevas instituciones y su complicidad con las
naciones estrangeras , y después de suspender ai
rey se disolvió. Por 'consecuencia se encontró la
convencían con un rey dcstornado , con una COllS-
titucion anulada y con la guerra declarada á la
Europa, sin otro recurso que una administracion
enteramente destruida, un papel moneda desacl~e­
ditado y algunos viejos cuadros de rcgimientos ca11-
sados y vacíos. Asi no solo tenia ya que disputar
la libertad en presencia de un trono abatido y des-
preciado, sino que defenderla contra toda la Eu-
ropa veste era un negocio algo mas grave. Mas:sin
arredarse un momento proclamó la república á la
fuz de los cjén:itos encrnigos; dcsp nes sacrificó al




CO~YE~ClON NACIO~AL. (1795). 255
rey para cerrarse á sí misma la retirada, se apo-
deró de todos los poderes y se constituyó en dic-
tadora. Hubo algunas voces en ella que haLlaban
de humanidad cuando no queria oir hablar sino
de energia, y las ahogó. :Muy pronto aquella dic-
tadura que ella hahia usurpado á la Francia por
la necesidad de la comun defensa, se la abroga-
ron sobre cIJa doce de sus miembros conducidos


"IHH' la misma razono Estos doce dictadores se apo-
deraron de todo desde los Al pes hasta el mar
V desde los Pirineos hasta el Rhin V haciéndose
. ~


dueños de personas y de cosas principiaron con
las naciones de Europa la lucha mas terrible y gi-
gantesca de que haga mencion la historia. Para con-
servar la suprema direccion de aquella obra in-
mensa, sacrificaron alternativamente á todos los
partidos , .Y como es propio de la condicion huma-
na, cometieron los escesos in lierentes á sus calida-
des: es decir, tuvieron fuerza y energía , pero tam-
bien esceso de crueldad. Derramaron torrentes de
sangre basta que lleg'ando áSCI' inútiles pOI' la v¡'c-
toria y odiosos por el abuso de la fuerza, vinieron
á sucumbir, Entonces vol vió á tornar la dictadura
la convencion y principié á aflojar poco ú poco los
resortes de su terrible administracion. Tranquili-,
zada pOI' las victorias, dió oidos á la humanidad
y se entregó á su espnitu de regeneracion. Mani-
festó deseos de todo lo bueno r lo gl'anoe ylo es-




256 UEVOLúCION FRANCESA.
tuvo ensayando durante un año: pel'O los partidos
que habian estado oprimidos hajo una autoridad
inexorahlc volvieron á renacer bajo una autoridad
demente. Dos facciones compuestas de diferentes
rnatizes de enemigos y amigos de la revolución la
fueron atacando sucesivamente y venció á los UIHH
en gernlinal y prcrial y á los otros en vendimiario,
y hasta el último momento se mostró heroica en
medio de los peligros. Ultimamente redactó una.
constitucion republicana y despues de tres años
de lucha con la Europa, con las facciones y consigo
misma , hizo dimisión y entregó la Francia al di-
rectorio.


Terrihles son los recuerdos que ha dejado; pe-
ro ella no necesita alegar mas (Iue un solo hecho
pal'a desvanecer todas las reconvenciones: ella nos
salvó de la invasion estrangera, Las anteriores asam-
bleas la habían entregado la Francia comprometi-
da y ella se la entregó [ihre y salva al directorio y
al imperio. Si en 1793 hubiera vuelto á entrar en
Francia la emigracion , no habria quedado huella
de los trabajos de la constituyente y de los bene-
ficios de la revolucion , pOl'que en lugar de aque-
llas admirables instituciones civiles y de aquellas
magníficas tareas que distinguieron á la constitu-
yente, ú leí convencion, al directorio,al consula-
do y al imperio solo tendriamos la anarquía san-
gl'ienta y haja que vernos hoy del otro lado de los




CONVENCION NACIONAL (1795). 257
Pirineos. Con rechazar la invasion de los reyes con-
jurados contra nuestra república aseguró la con-
vencion á la revolución un influjo no interrumpi-
do durante ~30 años sobre el territoi-io francés y dió
-~


á sus obras tiempo para consolidarse y adquirir
aquella fuerza que las permite arrostrar la im po-
tente cólera de los enemigos de la humanidad.


<..,


Siempre podl'it la convencion decirles á los hnm ,
"bres que se llaman á sí mismos con tanto orgullo


los patriotas de 89: «vosotros habiais provocado
q la lucha, pero yo soy quien la sostuvo y tcr-


. ..


« mIno.)}


lO Y ellos no debcrríu responderla otra cosa sino decir
mientes en uno V otro.


IX.


I N. dr] 1". )
\ /


17






NOTAS DEIJ rrJl}'_DU(~TOR
PERTI~NECIENTES AL CAl)ITULO TEHCERO~
_._._~_ ...---~


1 José Ilnmon Salndin era juez en el tribunal de
Amicns cuando vino ú ser diputado ('11 la trgisbtin, y


,desde las primeras votaciones indicó la inccrtidurubre de
sus principios politioos , hublando unas veces contra un
partido y otras contra otro. l\1as en Ia couveucion ya no
se pudo "dudar de sus ideas Iavoruhlesnl tCI'I~OI', pues no
solo votó la muerte de Luis XVi sino ~]nc mucho mas
adelante proponía medidas smuamente scveras , aun
cuando declamaba coutru los terroristas, En medio de
(~SO file comprendido entre 1GS 7;) diputados que fueron
escluidos de Ia couvenoiou por haber dicho que la mon-
taña era unu C:lYCI'n:l (le asesinos y todos los montañeses
unos ladrones y pcrvcrsosv Cuando volvió á ser rointc-
grado en la convcncion en 1nH,le hicieron miembro de
la couiision do los 21 y persiguió eucarnizudumente :i
Ililluud , Collot, Ilarrére , Vcrdler etc. , l' en genel'al Ú to-
dos los terroristas. EI1 ~ de octnhrc d(~ 17mi se le acu-
só de que prctendin dividir el cuerpo jcgislutivo por ser-
vil' los intereses de los enemigos de la patria, y crecieron
mucho mus lus sospechas couu-a (SI cuando se declaró en
favor de las secciones de Paris ; pero todo esto no le im-
pidió ser elegido pal'a el consejo de los 500, en el cual
tauibicn se declaré coutra el directorio , que lc condeno
á la dcportaciou , d1 d(~ setiembre 1797. Sin ernbar-
go pudo evitar' el ,·iage ú Cnycnu y luego le llamaron los
cónsules; mas no obtuvo empleo alguno sino qm' vivi«
y murió ('¡;CI'Ci<'IHlo la noble profesiou d<' ahogado.




260 NOTAS


PAGINA 1H2.


2 Entre los litcrntos quo tomaron pnrte cu los negocios
políticos desde 17HH S('I'Ú Daunou uno de los que dejen
memoria mas honrada y digna de presentarse COIIIO ejem-
plo. Nació cn Boulegue-sur-álcr en 17Gl )" era uno de
los miembros mas distinguidos de la congrcgacion del
oratorio cuando estalló la revolucion . Ilulláhase ('·U 1791
de provisor del obispo constitucioual del Paso de Caláis
cuando aquel departamento I(~ nombró al año siguiente
diputado ú la couvencion nacional, y luego que ocurrió'
el proceso de Luis XVI, PI'OPUSO que pa~ase ú examen
de un tribunal criminal )" votó pOI' la recluslou ; mas
cuando la mayoría decidió la mucrte , votó pOl' la suspcn-
sion. Aquellas dos votaciones fueron para muchos de sus
colegas una sentencia de uiuertc , pero ú él no le costa-
ron mas que una prision despucs de la derrota de los gi-
rondines. Mas al fin al cabo de 1t> meses llegó el 9 de
thermidor que volvió ú abrirle las puertas de la conven-
cion y estuvo uubajando mucho en las leyes orgánicas de
la constitución del año Ill , siendo además uno de los
principales autores del plan de instrucción pública, Lo-
gró que costease la república la iuipresiou de la magnífi-
ca obra póstuma de Condorcet sobre lo~ progresos del en-
tendimiento humano. Luego que le nomhrarou miembro
del consejo de los 500 no Ialt..) nunca ú las sesiones sino
para ir á organizar' la república romana en nombre de la
república francesa , y cuando llegó el 18 de brumario
reusó la plaza que le dieron los cónsules en el consejo de
GBtndo ~ pero allmitió la tic tribuno, donde esperaba po-
der defender' la libertad. Entonces principió una carrera
de oposicíon al despotismo que ya sacaba la cabeza J que
le costó la privaciou de la plaza de uihuno en 180~, de
suerte que escluido de la vida política hubo de limitarse
á la literaria. Fue miembro del instituto, bibliotecario
del Pantheou , archivero del cuerpo It'gislativo y última-
mente archivero del imperio. Cuando llegó la restaura-




hEL ruxuucron. 261
CJOll le privaron de la pJaza de Conservador de los archi-
vos; pero en cambio le pligió el departamento de Finis-
tero pal'a la cámara de diputados y allí hizo lo luismo que
en las anteriores asambleas, esto es, la oposicion cantea la
arbitrariedad y ser liel defensor de las goal'antias coustitu-
eionules. Se l'ctil'Ó voluutariaurente de la carrera ll'gisla-
uva hasta que después de la revolncion de julio '1850
se te nombró pal' de Fruuciu. Es sin disputa UllO de los
hombres qne mas y mejor ocupados estuvieron durante
su vida hasta en Sil última enr('I'medad, levantándose al
nacer el dia y IJO LOmando uingun desahogo hasta cerca~de la noche. 'Publicó en t 787 l~ua obra iUlitllbda Influjo
d(~ Boileau sobre la literatura [nmcesa ; al año siguiente
HIJa .'Memoria sobre la estcnsion )' límites de la autoridad pa-
terna; mas adelante en '17n7 un elogio del general Hoche;;
en 1802 Analisis de las diferentes opiniones sobre el origen
de la imprenia ; com-o tambicu una Jlemoria sobre las e!ec-
cienes por escrutinio: despues un Ensayo sobre el poder
temporal de los papas y pOI' último otro sobre las garantías
indiciduales. Dej« de existí¡' el dia 20 de junio d(l est«
presente año 181.0 ú b ('(LId de setf'ntl v llu:'yr ('ufllpli-
dos.
PAGI~A J~7.


;:; Juun JLllllwl l.equiuio habia Sil lo corregidor d e
Henncs y después 'juez en el tribunal de Vanues cuando
vino de diputado :', la legislativa. Ern ya conocido su nour-
hl'(l pOI' !J:11}(,I' redactado UlI purió.lioo con el título de
Duui» del Labrador \' dos obritas con el de Escuela del
Labrador v sobre las' Elecciones. El 20 d(~ octuhre 1791
S(~ opuso ú los que estaban etupcúndos en que se habiau
d(~ tomar providencias rigurosus coutru los emigrados:
'WI'O no estuvo tan clemente con los clérigos no juramen-
tados, sino con los quc se casaron , proponiendo qUI'
se les conservasen sus pensiones. Poro ú poco fueron
pervirtiéndose sus ideas segun se iba accrcaudo la época
de la convenciou , proponiendo unos dias la necesidad
del divorcio, otras cl secuestre de todos .los bienes df~




2'62
los principes Irauceses hasta <fue al liu 1I01II11l'a<lo illdiyí·-
duo de aquella ,. votó fa muerte del rey, aunque diciendo
que sentía qnc las circunstancias r(~ impidiesen cnvi.ule ú
HalcFas perpetuas. Se (~OIlOC~ que su principal mauia era
contra la religiorr , pmes ~ la vuelta de su comision al ejér-
cito del Norte conxiguió un decreto rara que se deporta-
se ú los obispos que se opusiesen al matrimonio de- ros
clérigos ; J i\. P(')Cé> tiempo publicó otra obrita intitulada
Las preocupaciones destruida'S', dirigida toda ella contra las
autoridades políticas y eoutra toda especie de religiones ,.
en la enal toma el LíLui«J de Ciudadano (te! (;[o{¡(J. Et Hde
setiembre '17D5 re dieron d encargo de ir' :iÍ rcvolucionav
el puerto de Itochelort., y su corrcspoudcncia basta pal':}
dar idea de sus principios ~ operacicnes , pues escribía
desde allí ú la couveucion : « He tenido que luchar cuer-
" po Ú cuerpo con e] cnru en la misma ig~esia, 'j de- tal
l( modo he aterrado ú los ministros, que el pueblo despues
«( de hacer burla del cura ha declarad» qne aquella iglesia
« ('S d lcmpfo de la ·H'nhtd. ir


El) 7 de ucvieuibre cscrihia igualmente: « qne hub ia
" tenido la fortuna de cneontrar allí mas yuillotinadores JI'
"los que necesitaba. y (Ille (h'SPlWS de hnlier elegido ú
,{ lino de ellos, le hahia convidado á CO me r con (~I y cou
(t sus compañeros Gm'zllo y 'Fopscut. » AIg-lIll tiempo des-
pues- anunció que hab~a te-nido la sutisfucciou d<~ saltar
por si mismo la tapu de los sesos ú dos habitantes del
Vcndéc que estaban encerrados en la cárcel , por que le
habían asegurado que se prcparab» una rcbelion , y en
consccucuciu hubin dado órden pal';} fusilar ú 500 perso-
nas. Estas »iismas l)I'oezas continuó haciendo en Lorieut ,
Ilrcst y la Hocheln. De vuelta á Pal'is en 1794 hizo el dia
7 de l{layo ('11 los jacobinos un pomposo elogio del dis-
curso de Bohespierre sobre la inmortalidad del alma. Pe-
ro el tirano, á quien hahiu pretendido lisongear , lc
denullció en la misma tribuna como Ú IIn vil adulador ,
porque le citó sus obras cuyos principios estaban PI) con
tradiccion con la existencia del Ser snpr'('lllo. Quiso dis-
culparse Lcquinio , pero nadie le escuchó. Cuando llegó




DEL TRADUCTOR. 263


"


el caso de prenderle en la misma convencion , que es el
pasage de que habla el texto, se le acusó de que habla
obligado á unos niños á que mojasen los pies en la sangre
que estaban derramando sus' padres en la guillotina y de
haber robado sumas cuantiosas. Pero todo se olvidó con
la amnistía que vino tan á propósito para este y Otl'OS mal-
vados. Acabó su carrera siendo comisionado en Newport
para las relaciones comerciales con los Estados Unidos.


PAGINA 197.


4 Lefiot rué diputado por el departamento del Nievrc
á la convencion , y COU10 buen partidario de la Montaña
votó la muerte del rey. NO' habló muchas veces en la con-
vencion , (pero se desquitaba en los jacobinos , donde
contribuyó mas que otro alguno- á la muerte de Desmou-
Iins y de Philipeaux. Cuando estuvo de comisionado en
el Nievrc y en el Chér, cometió grandes crueldades y en-
tre ellas mandó guillotinar á cuatro vecinos de l\1ontal'gis
pOI' el único delito de haber escrito una carta al rey en
que desaprobaban los desacatos del 20 de junio 1792.
Pero pOI' mas que le condenó el tribunal de que habla
el texto, á una larga prisión , le alcanzó inmediatamente
la amnistia. Este había sido defensor acérrimo del infame
Carrier , á quien apenas cedía en crueldad. l\Ias adelante
fué miembro del club del Picadero y últimamente esta-:-
hlcció una fábrica de hilados en cl departamento de Allior
y murió de edad lllUY avanzada.


PAGINA 'ln7.


S Juan Bautista Bó era médico y despues procurador
síndico del partido dc l\1Ul' de Barrez , que fué quien le
eligió miembro de la legislativa y en seguida de la con-
vencion. Habló muy pocas veces en ambas asambleas
aunque rué miembro de diferentes comisiones; pero votó
por la muerte en la causa de Luis XVI. Pasó despues dc
representante á Córcega y al Vendée y habiéndole puesto




264 NOTAS
preso las SLCC!Ones. de l\l.a!'s~lIa de I'csnlta~ d.el ::>1 ,de .~1~~­
v01795 , le liberto el Cjel'clto de Cal'taH~~· se volvió á
la convenciun , que le nombró poco después p~l'a las Ar-
,lenas, e\ A.n\)e '5 e\ Ma\'ne cou ón\cn ue o\'g~\n\'l.~\\' \'C'iO--
Inclonariamcnte los cuerpos administrativos. ~Hal\ándose
en Nantes mandó arrestar ántes del 9 de thcrmidor la fa-
mosa comísion revolucionada y la envió á París. Pero es-
te rasgo no le puso á cubierto'de la acusación de terro-
\'ista qne n'ca~'ó sobre é\ en \a é{)oe~\ que u\ee e\ texto


'"'''' "'~ ~;",.~" "'~ \S,,\,~"yó'\).\W~ 'P~\(\\)Y'd'& -pYonunÚ~\UaBpo\' F\ en
Heiuis diciendo « que en revolucion no se deben conocer
f( parientes ni.amigos y que el hijo pucd(' degollar' á su'


r( padre si este no está á la altura de las circunstancias. »
Se le acusó ele haber dicho á la sobvinu üe un \lI'e~o que
solicitaba en fav01' de su tio : « Bien, )'0 me quedaré con
,( su cabeza y mandaré que te entreguen el tronco. » De
haber dirigido cartas supuestas de los paises insurgentes
para tener pretexto de multar y perseguir á las personas
que le desagradaban, Sin embargo se defendió Bó dicieu-
do flue ninguno de estos hechos estaba probado, '! en
efecto había bastantes dudas. Pero el resultado rué ser
comprendido en la amnistía del 4, dc brumario (2;) de
octubre 17H5). Luego se le nombró oficia! de la secreta-
ria de policia hasta que el 18 de brumario le quitaron
los cónsules la plaza ~. en lo sucesivo vivió en la ohscu-
ridud.


PAGlXA un.


(; PeJI'O Frauciscc Piorl'Y era abogado y miembro de
la It'¡.',islali\;l ) de la conveuciou donde "oto la muerte de
Luis XYI. 1)t' resultas le nombraron individuo de la co-
rnision de abastos, donde se le acusó de malversaciones ,
pero se justificó. Despues le enviaren de representante al
departamento de Vicnue , donde se manejó con estraor-
dinaria crueldad , segun represcntnron los habitantes de
Pultlers. EUlI e otros documentos cuviarou Ú la COIHcn-
don una carta suya á la sociedad popular de aquella du-
dad, que principia con estas palabras: « Vigorosos des-




HEL THAIRCTOn.. 265
,( comisados : he conseguido que vaya á vuestros muros el
/( patriota lugrand y puedo aseguraros que con este alma
« de . , , . de montañés podréis hacer cuanto os dé laga-
ce na , r'ompel', derribar , incendiar, deportar, encerrar ,
«( guillotinar' y regenerar cuanto se os ponga pOI' delunte.»
Este gl'an patriota rué amnistiado como los <lemas.


PAGiNA HJ7.


7 Juan Bautista Mussieu , cura de Sergy y diputado
del clero á los estados gcnenlles , abrazó con ardor los


"principios revolucionarios. En marzo de 1791 le nom-
braron obispo constitucional de Beauvais , y luego que
le eligieron miembro de la convencion votó la muerte del
rey. En aquel año de 1795 pasó de comisionado al d e-
partamento de las Ardenas donde parece que ejerció mu-
chas crueldades singularmente contra los eclesiásticos, se-
gun resulta de una esposicion hecha por los habitantes
de Heims , en que le acusan de haber provocado muertes
y saqueos y dado órdeu al tribuual revolucionario , bajo
pena de incurrir en su desgracia • de que se quitase la
vida á todo el avuntumieuto de Sedan y se arruinasen en-
teramente las lúbricas de la ciudad. Los habitantes de
Beauvais le denunciaron de que hubia formado una com-
pañia de pillos destinada Ú perseguir y degollar' ú los ha-
hitantcs y que se ponia á predicar desde la guillotina con-
tra la religiou católica y contra los cl{~l'Ígos, diciendo que
los conocía mejor que nadie, romo que luibia sido su co-
ronel. POI' supuesto que se hahiu casado en 17H4· con la
h\ia de un ta\ Lecoic , co\'r\c~r,\Ju\' de, G\'I"Pt )' uno de \0'6
mayores terroristas de las Ardeuas ; pC!'O como su esposa
habiu sido educada en los principios que eran de moda
entonces, los aplicó de tal manera dcspues de su m.uri-
monio , que no dejó la menor duda á su mitrado esposo
de que era consecuente con ellos. En medio de tal con-
ducta y de tales acusaciones le alcanzó la aumistiu del 4
de hrumario año Hl y murió desempeñando una plaza en
la escuela central de Versalles.




NOl'AS


PAGINA 197.


8 Juan Antonio Creuzé Latouche era teniente general
del senescalato de Chatellerault cuando le eligieron para
los estados generales, donde trabajó bastante en la parte
administrativa y fue miembro de la comision de monedas.
El fue quien propuso que se recogiese la plata de las
iglesias que no fuese indispensable pal';} el culto. Estuvo
de comisionado para la enagenucion de bienes nacionales
en los departamentos de las Bocas del Bóduuo , Alto Loi-
ra , el Lozére y los dos Sevres, dcspucs de lo cual le norn- '
braron juez del tribunal de apelucion de Orleuns y últi-
mamente diputado á la convencíon. En ella votó pOI' la
reclusiou del I'ey, bien que protestando contra la irre-
gularidad de que los mismos que dictaban las leyes pu-
diesen coudenar á muerte. Este fue quien dió asilo á la
hija del ministro Ilolaud que estaba proscrita como su
familia y la sirvió de padre. Después de la muerte de Ho-
bespicrre fué miembro de la comision de salud pública
y dc la de lcyes orgánicas de la constitucion. Hizo parte
del consejo de los Ancianos y en él al mismo tiempo que
se opuso á que fuesen deportados los clérigos no jura-
mentados , pronunció un discurso terrible contra todos
los sacerdotes católicos, atribuyéndoles todos los críme-
ncs que han asolado la tierra. Igualmente apoyó la I'eso-
lución que privaba á los nobles del derecho de ciudada-
nos y salió de aquel consejo el 20 de mayo 178D, Inme-
diatamente después le reeligierou par'a el de los 500 y des-
pues del 18 brurnario le 110mbl'i.U'OIl senador y murió el
22 de setiembre de 1800.


PAGINA 197.


9 Theofilo Berlier era un abogado dc Dijon , ú quien
nombraron diputado de la Costa de 01'0 Ú la couvencion ,
y se principió ú distinguir en ella con ocasiou del proceso
de Luis XVI, sosteuieudo (lue HO era iuvioluhle y votó




DEL THADUCTOR. 267
su coudeunciou ú muerte. En agosto de aquel :lÜO de n5
le enviaron ú Duukerque cerca del ejército del Norte y
nunque volvió ú Paris, guardó gran silencio hasta la eaida
de Hobespierre. Dcspues de ella le enviaron de nuevo al
mismo departamento y al del Paso de Calais , donde creó
un tribunal para jnzgar á los acusados de emigracion. A
su vuelta le eligieron miembro de la coruision de leyes
orgáuicas y él fné quien propuso la aholicion del tribunal
revolucionario , de cuyas resultas se le OOIll))\'Ó presiden:"
te de la couvcnciou v miembro dc la comision de salud
públíeu. Luego lo fll~ del consejo dc los 500 y tuvo el


.. encaq~o especial de entender Cilla supresiou de los clubs
~. en la couspiracion de Balxcuf y Drouct. Cuando salió
del consejo se le nombró comisario directoria! cerca del
tribunal de cusuciou hasta que en '1 í98 le volvieron ú ele-
gil' para el mismo consejo de que fuü presidente. Se ocu--
pó mucho de ese luheriuto de leves sobre libertad de iui-
pronta ,queriendo, como en todos los tiempos y en todas
parus , qlle fuese libre y quc tuviese trabas , y quc sin
haber censura se pudiese censurar y quc en una palabra
existiese v 110 existiese como se p rcton do en el elin y se
J)retem\et:á fll'ohahlementc por toda la eternidad. En tiem-
po del consulado se le nombró consejero UC estado y lue-
go presidente de la comisión de presas, cuyo destino con-
tinuó dcsempcñuudo durante el imperio hasta que falle-
ció en HH5.


P.\GINA 1n7.


'10 lkiudin siendo torlaviu lIluy jóven se dedicó al es-
lado eclesiástico al principio de la revolución y llegó ú
ser provisor del obispo constitucional Gobel. Después
hizo parte del club de los jacobinos y en 1795 le enviaron
al YeIHlée en calidad de cornisario del poder ejecutivo;
pero habiéudose opuesto ú las medidas sanguinarias , le
arrestaron de orden de Francustcl Y' de Ilantz , y después
de ocho meses d~ cárcel pudo volver Ú Paris. En el mes
de noviembre 17Ui presentó ú la COll"CUCiOll su titulo




268
de sacerdote diciendo que un pueblo li{J1'e no necesitaba
de clerigos ni de reyes, Hoche se "alió de él para la pa-
ciíicacion del Vendée v en 1797 le nombró el directorio
comisario cerca de la ~ oficina central de .Pnris , pero le
duró muy poco aquel destino porqne se le qUit31'01l los
cónsules inmediatamente después del 18 de brumario.
Mas adelante consiguió ser' miembro de la administracion
de los hospitales civiles de Paris y tambieu se lo quitaron
en breve , sin que pudiese despues obtener colocncion
nlguna.


PAGiNA 20().
11 Juan Bautista Suard nadó en Besauzou )' su padre


era pertiguero de aquella catedral , que pudo darle estu-
dios en la carrera de leyes; pero tuvo la desgracia de te-
ner un desafio con un oficial de la gU3micioll á quien ma-
tó de uua estocada), le fue preciso huir de su puu-in. Pl'O-
tegió su fuga 1\1. Agay fiscal en el parlamento y hahiéudo-
se echado tierra al asunto pudo Suard volver Ú Francia,
Eu efecto vino ú Paris y resolvió dedicarse á la literatura ,
como único medio tic conservar su imbpcndcnei:L Lleva-
ha una carta de recomendacion de Madama Gcsflrlu para
un poderoso , que le recibi» con algu na altivcz , y no
quiso volver ú poncl' allí los pies; pei'o Mnrmontel tuvo
la fortuna de conseguirle Uq empleo de cuntrocicntos du-
cados en casa de un rico banquero y en clase de super-
numerario ; pel'o viendo que no le daban llalla que hacer ,
le renunció y devolvió los salarios. Entonces tomó co-
uocimicnto con el abate Al'lIaud y desde luego se profa-
saron una amistad que 110 se alteró jamas. Veinte y cinco
años vivieron juntos en perfecta comunidad de bienes v
de trabajo intelectual, poco (UCI'OSO Ú los principios·,
porque el Diario Estrangero que publicaron no tuvo mu-
chos suscriptores aunque fue lllUY estimado, Pero vino á
su socorro el duque de Choiseul primer ministro en
en aquella época y les encargó la redaccion tic 1a Gaceta
de Francia , señalándoles el sueldo de diez mil francos.
Mas esta fortuna se concluyó con la cuida del ministro y




DEL TUAIlUCTOR. 269
los dos amigos volvieron á su primera medianía y ú su
Diario estrosujero , bajo el título de Gaceta literaria de Eu-
'ropa. Entre tanto habia adquirido Suard la estimación de
muchos hombres célehrcs , pnrticulurmente de Helvecio
y de Buffon, Este te recomendó con tal empeño al rico
librero Paukoucque , qne al poco tiempo le dió á su hCI'-
mana en matrimonio , jóven hermosa, rica y de gran ta-
lento con quien pasó t,ü años de su "ida. Hizo un viage
á Londres ú visitar Ú sus amigos David Hume y Horacio
Walpole, quienes le obsequiaron runcho y le dieron á
conocer del célebre Hohertsou , que estaba entonces con-
~ cluycndo su magnifica historia de Carlos V. Yle concedió


el favor de que fuese su primer truductor al Irauces. Des-
de el año 1772 fue admitido en la academia francesa el
mismo din que Delille; pCI'O ni UIIO ni otro fueron apl'O-
hados pOI' el rey y fue preciso proceder ti otra elección.
l\. poco tiempo desengañado l ... uis XV de que no eran
ciertos los iulorrnes que le huhiau dado de aquellos dos
ilustres sujetos, mandó avisados de qu<' pretendieran
las primeras vacantes y en el término de año y medio
quedaron ambos incorporados en aquella sabia reunión.
Cuando sobrevino la revolución procuró Suard retirarse
Ú la obscuridad y l/O se presentó cn público hasta el año
179ii en que interpuso su voz para C]IH' se permitiese vol-
ver á todos los emigrudos : delito mas que suficiente para
que le proscribiesen de resultas del '18 de Iructidor , y
se vió precisado Ú salir de Francia. Yolvió en tiempo
del gohiel'no consular y continuó redactando el Pu.blicista
que era propiedad suya, 1)('1'0 habiendo rehusado escu-
sal' la muerte del duque de Enghicn y el proceso del ge-
neral MOl'can , le suprimió la autoridad ya nrbitraria del
emperador Bonnpartc. Sin embargo continuó rlesempe-
ñando la comision de ('(-'nSIII'al' las piezas teatrales quc se
le habia conl'c'rido desdí' el núo 177·1· v se 1(' volvió en
tiempo del imperio. Fue sccretnrio perpetuo d(~ la acade-
mia Irnncesn , y citando lh'gó la época de la restauracion
prestó inmodiutamcuto juramento á Luis XVllI, que le
cnvló las iusiguias dt' I:t Úl'd('1/ de San 11igllcl y al fin ya




270 NOTAS
en la edad avanzada de 86 años mudó en París el -20
de julio 18t T, Es estensisima la lista de sus turcas litera-
rias , pero no copiaremos sino algunas dc ellas las mas
interesantes. Las variedades literarias en 4 tomos. La vi-
da de David Hume. Cartas del solitario de los Pirineos:
Consejo» á un jóven: Observaciones sobre las leyes penales:
Cartas sobre la censura de los teatros, sobre la administra-
cun» de justicia y sobre el jurado inqles, Trnduccion d(~ la
historia de Carlos V de Bobertson y la de Inglaterra de ]fu-
me etc. etc,
PAGI~A 20G.


12 El abate Andre Morc\et , miembro del Instituto
de Francia, era conocido antes de la revolucion como
critico v economista. Publicó la traducciou del tratado


"sobre los delilos y penas de Beccarui . la Teoría de la Para-
doja : Cartas y Disertaciones sobre el comercio y unas Notas
sobre Pope, cu~·as obras escritas con purcza y elegancia le
sirvieron de título para entrar' en la academia francesa en
1785. Cuando principió la rovolucion sc encontró, como
otros muchos sin e 1menor recurso y tuvo quc trabajar
pOI' cuenta de los libreros , mas que para su propia glo-
ria, traduciendo novelas inglesas de aquellas de los fan-
tasmas y los espectros )' las apariciones nocturnas de Ana
Iludclilf, Mas entretanto publicó algunos escritos en faVOI'
de los parientes de los condenados it muerte y de los pa-
dresde los emigrados , que hacen mucho honor Ú su co-
razón y :í su valor'. Como escribió tanto durante aquella
época, hay algunas produccioucs suyas (lile indican el
hombre de mérito y otras que solo dcscuhreu las pasiones
de que nadie está eseuto. Entre las primeras deben con-
tarse sus folletos sobre La Academia. francesa y sus Pensa-
samicuio« libres sobre la libertad de la imprenta; y entre
las segundas su Critica de la novela el Atala de Mr. de
Cluueaubruuul, Presidió muchas veces el Instituto en 180;)
Y il pesar de su avanzada edad se nota en sus discursos
todo el calor de la juventud y la dignidad de UlIO de los
decanos de la literatura Irnnccsa. En HH;> pcgó una cai-




DEL TRADUCTOR. 271
oa teniendo ya 88 aIIOS de edad y no pudo volver á salir
de casa; pero aprovechó el tiempo de su forzado retiro en
ordenar y publicar en 4 tomos varias obras suyas inéditas
bajo el título de Miscelanea de literatura y filosofia del siglo
X riu Y murió el 1.2 de Enero 1819.


PAGINA 206.


15 Lacretelle el menor, hermano del célebre redac-
tor del Mercurio de Francia, es autor de un compendio
hlstorico de la revolución francesa, que hubia principiado


"llabaut de Saint Etienne. Casi siempre estuvo siendo co-
laborador de todos los periódicos moderados, 'j en conse-
cuencia le proscribieron el 6 de octubre dc 1. 795 pOI' ha-
berse declarado contra la convencion en las secciones y
en la asamblea electoral de París. En 1797 le volvieron á
prender de resultas del f S de Iructidor y estuvo dos años
en la Fuerza y en el Temple. En 1806 le nombró el em-
perador individuo de la junta de imprentas que dependía
del ministerio de policía.


PAGINA 206.


14 Fievee fue natural de Soissons, é hijo del adminis-
trador de correos de aquella ciudad. Tuvo 18 hermanos
de madre y le enviaron muy joven á Paris á que apren-
diese el oficio de impresor ; pero su natural inclinacion
le llevaba al estudio de la literatura. En 1792 dió á luz
la comedia de los Rigores del Claustro en dos actos. En
1795 publicó un folleto sobre la Necesidad de una Beliqion
y contribuyó á la redaccion de vados diarios , entre ellos
el de la Gaceta francesa. Era presidente de la sección del
Teatro francés que tan opuesta se mostró al directorio y
esto bastó para que este le comprendiese en el decreto
de deportación que espidió de resultas del 18 de fructidor
(4 de setiembre 1797 ) pero logró escaparse. Dos años
despues le arrestaron y estuvo preso algunos meses en el
Temple. Luego que salió volvió á trabajar en los diarios




270 NOTAS
en la edad nvnnzada de 86 años mudó en París el "20
de julio 18t 7. Es estensísima la lista de sus tareas litera-
rias , pero no copiaremos sino algunas de ellas las mas
interesantes. Las variedades literarias en 4 tomos. La vi-
da de David Hume. Carlas del soluario de los Pirineos:
Consejo» á un jóven: Observaciones sobre las leyes penales:
Cartas sobre la censura de los teatros, sobre la tulnunistru-
cion de justicia y sobre el jurado itujles. Trad uccion de la
historia de Carlos V de Bcbertso» y la de Tnalalara de llu-
me cte. etc,
PAGI~A 20G.


12 El abate Andre Morclet , micmbro del Instituto
de Francia, era conocido antes de la rcvolucion como
crítico v economista. Publicó la truducciou del tratado


.,


sobre los delitos y penas de Beccarui . la Teoria de la Para-
doja : Cartas y Disertaciones sobre el comercio y unas Notas
sobre Pope, cuyas obras escritas con pureza y elegancia le
sirvieron de título para entrar en la academia francesa en
1785. Cuando principió la revolucion se encontró, como
otros muchos sin e l menor recurso y tuvo quc trabajar'
por cuenta de los libreros , mas quc par'a su propia glo-
ria , traduciendo novelas inglesas de aquellas de los 1~1Il­
tusmas y los espectros y las apariciones nocturnas de Ana
Iladclilf, Mas cntretauto publicó algunos escritos en favor
de los parientes de los condenados á muerte y de los pa-
dresde los emi grados ~ quc hacen mucho honor Ú su co-
razon y á su valor. Como escribió tanto durante aquella
época, hay algunas producciones suyas qlle indican el
hombre de mérito y otras quc solo descubren las pasiones
de que nadie está esento. Entre las primeras deben con-
tarso sus folletos sobre La Academia. francesa y sus Pensa-
samientos libres sobre la libertad de la imprenta; y entre
las segundas su Crítica de la nOl..tela el Alala de ftIr. de
Ctuüeaubrianü. Presidió muchas veces el Instituto en '180~
y :i pesa!' de su avanzada edad se nota en sus discursos
todo el calor de la juventud y la dignidad de UlIO de los
decanos de la literatura Iranccsa. EIl '18'1:> pcgó una cai-




DEL TRADUCTOR. 271
da teniendo ya 88 años de edad y no pudo volver á salir
de casa; pero aprovechó el tiempo de Sil forzado retiro en
ordenar y publicar en 4 tomos varias obras suyas inéditas
Laja el título de Miscelanea de literatura y filosofia del siglo
XPIlI y murió el 12 de Enero 1819.


PAGINA 206.


15 Lacretelle el menor, hermano dcl célebre redac-
tor del Mercurio de Francia, es autor de un compendio
hístorico de la revoluciou francesa, que habla principiado


"Ilabaut de Saint Etienne. Casi siempre estuvo siendo co-
laborador de todos los periódicos moderados, y en conse-
cuencia le proscribieron el 6 de octubre dc 179t) pOI' ha-
herse declarado contra la convencion en las secciones V
en la asamblea electoral de Paris. En 1797 le volvieron [1
prender de resultas dcl18 dc Iructidor y estuvo dos años
en la Fuerza y cn el Temple. En 1806 le nombró cl em-
perador individuo de la junta de imprentas que dependía
del ministerio de policía.


PAGINA 206.


14 Fievee fue natural dc Soissons , é hijo del adminis-
trador de correos dc aquella ciudad. Tuyo 18 hermanos
dc madre y le enviaron muy jovcn á París á que apren-
diese el oficio de impresor' ; pero su natural inclinacion
le llevaba al estudio de la literatura. En 1792 dió á luz
la comedia de los Rigores del Claustro en dos actos, En
1795 publicó un folleto sobre la Necesidad de una Reliqiot:
y contribuyó á la redaccion de varios diarios , entre ellos
el de la Gaceta francesa, Era presidente de la seccion del
Teatro frances que tan opuesta se mostró al directorio y
esto bastó para que este le comprendiese en el decreto
de deportación que espidió de resultas del 18 de fructidor
(4 de setiembre 1797 ) pero logró escaparse. Dos años
despues le arrestaron y estuvo preso algunos meses en el
Temple, Luego que salió volvió ú trabajar en los diarios




y publicó muchos articulos en que se veían ideas nuevas
y profundas con no pocos conatos húcia la monarquía,
Trazaba los sucesos que ocurrían con mucha gracia y
esactitud. En 1802 hizo un viaje ú Londres y á su vuelta
publicó sus Cartas sobre la Inglaterra y unas reflexiones
sobre la filosofía del siglo XYIlI. Luego entró de colabo-
rador del Mercurio con MI'. de Fontanes v en 1803 ad-
quirió parte de la propiedad del Diario d;l imperio que
luego tomó el titulo de los Debotes. Durante sus dos años
de destierro desde 1797 á 99 compuso dos novelas que
tuvieron mucha voga y fueron el dote de Suzeta y el Fe-
derico.


PAGINA 206.


H) Pedro Simon Dupont de Nemours fue consejero
de estado ~ caballero de la órrlen de Vasu y diputado pOI'
el estado llano ú la asamblea nacional. Gozaba antes de
la revolucion del concepto de hombre lllUY versado en la
economía política, y debía serlo supuesto que en aquel
tiempo sostuvo contra la opinion general la libertad ab-
soluta en el comercio de gr'anos, corno medio para sub-
venir á la escasez, Todas sus opiniones durante aquella
asamblea fueron no solo las mas acertadas, sino uuubien
las mas conformes con los principios de la modoraciou.
Asi le eligieron miembro de muchas comisiones v al mis-
mo tiempo inspector de la caja de descuento~. Siendo
presidente de la asumblea en agosto de 1790 , la anunció
una próxima anarquía sino se ponia freno ir los escritos
incendiarios ~ limitando la libertad de la imprenta á cier-
tas reglas y condiciones. Al mes siguiente se opuso á la
creaeion del papel moneda , pel'O estuvo para costarle la
vida , porque al salir' de la sesiou le cercó el populacho y
apoderándose de su persona iba á echarle en el ";0 cuan-
do pOI' fortuna sll~:a acudió la gn:\l'(jia nacional y le sacó
de sus manos. Concluida la legislatura se oscureció de
tal modo durante la época de la convencion, que se dijo


, que había emigrado á Suiza; pero no hizo mas que ocul-
tarse prudeutcurente ~. no volvió ir darse al público hasta




OH)' l'JUl)l'CTOIL


1ílJS. Ell{OflCCS le clig'i(; el d(~pal'lalllC"(O <ld Loíret pa--
ra el consejo de los Anciauos , y lo primero que hizo Iu«
presentar un esceleute informe sohre ni estado económi-
co de la Fruucia en qnc descubrió los abusos qlH~ estaban
minando el tesoro público. Continuó en aquella corpuru-
cion apovuu.lo siempre los principios d(' justicia y mode-
raclou (OUIn 10 hahia hecho eu la Constituyente, y pOI' tan-
to se opuso :1 todas las propuestas cu que se iuteutubu
agT:lV:l1' 1:1 dura suelte de los parientes de los ('migr:ulos
y los jununeutos insultantes dI' odio ú las monarquias (·Le.
etc. Pero viendo cuan poco lograba qne S(' :.1(10pI:11'.CII


'\ sus principios reuuució su plaza del consejo y se fue :1
los Estados Unidos de Aruérica , donde fundó una casa tl('
comercio en Nueve Yorck , y no volvió ú Francia hasta
despues del 18 de brumario en que el primer consnl le
recibió muy bien v I(~ nombró miembro de la cámara de
comercio (le Pal'is", en la cual fueron Illuy útiles sus co-
nocimientos. Lp~'ú en el instituto , (le qne era individuo
sus Estudiossobre las ciencias, instituciones sociales y,ta len-
gua de los animales. En tiempo de la rcstnuraciou de los
Barbones le nouihrurou consejero de estado; pero CU:lIJ-
do Napoleón volvió de la isla de Elba tuvo que espatriur-
se y no volvió mas ú Francia porque le cogió la IllIWI'L('
en los Estados Unidos el dia nde agosto 1817.


GPA1N¡\ 20fi.


1G Antonio Crisostorno Ql1atl'emel'C de \Jl1ille~' era UII
antiguo consejero .Id Chatelct de Paris qne abrazó 1Il0-
deradameute el partido de la revoluciou , y fll(~ 1'('latol'
de la causa del desgraciado Fuvras (V. su nota). En 1 7~H
le eligieron miembro de la legislativa y defendió con vi-
gOl' la constitucion monúrquica , haciendo frente muv Ú
menudo á la turba rovoluoionuriu qne no cesaba de a;~Il­
sar Ú los ministros para desacreditar al I'e)'. POI' conse-
cuencia )'a se deja discurir que seria uno de los mas agl'i;l-
mente insultados p0I' toda la canalla de dentro y lucra d(~
Iu asamblea, que le atacó al salir de la sesion del diu X


IX.




274 NOTAS
de agosto 17H2. Al dia siguiente se quejó de aquellos in
sultos ; pero no era regular que le hiciesen caso pues
qne los agitadores tenian en su mano la fuerza. Después
(Iue concluyó aquella legislatura le nombraron presidente
de la seccion de la Fuente de Grenelle y habiendo podi-
do sobrevivir it la época del terror , era muy natural , que
por odio á los terroristas se declarase en favor de las scc-
cienes que se opusierou á la convencion en los dias 15 v
14 de vendimiario (¡') v 6 de octubre 179~) v habiendo


oJ •


sido vencido su partido, le codenó ú muerte el consejo
militar el dia 18 de aquel mes. Pero luyo la buena suerte
de escaparse y habiendo al año siguiente declarado el'
jurado que no habla habido sublevación en octubre de
179¡) , volvió á presentarse en público con igual impnvi-
dez y con los mismos principios que antes, El departa-
mento del Sena le nombró en marzo dc 1797 miembr-o
del consejo de los 500 , Ysiempre continuó haciendo la
guelTa al partido exagerado , Ú cuya frente estaba el di-
rectorio, que se vengó, segun su costumbre , coudenán-
dole ú la deportacion el 5 de setlombro del mismo año.
Tamhicn pudo libertarse de ir ú Cayena y en 179H lo
llamaron los cónsules. Al siguiente le hicieron miembro
del consejo general del departamento del Sena, de que
fue secretario. Es autor de varias obras qno denotan su
amor é intcligencia en las bellas artes, como Las consi-
deraciones sobre las artes del díbnjo en Francia : Hila Me-
moria sobre la interesante cuestión de C"ul/tte el estado
de la arcuüectura entre los Egipcios y que parte tomaron de
ella los Griegos: muchos articulas de arquitectura en la En-
ciclopedia metódica: Carta sobre los perjuicios que ocasio-
noria sacar las obras'maeuros y monmnentos de Italia. Fue
miembro del Instituto y murió en edad avanzada.


PAGINA 21G,


J 7 Antonio Letellier habla sido fiscal en Melun cuan-
do le nomb raron diputado á los estados generales y tra-
bajó bastante bien en la comisión de judicatura. Despues




ll'lft TlU])UCTÜH.


Iue elegido para la convcuciou y lino de los que COIl-
-denaron al I'C)" Ú llHICI'tC. La que él se dió ú sí misrn o en
Chartres no procedió del motivo ;qne dice el texto, sino
de no haber 'podido CYil:H' 'un .motin ocasionadopo: la rs-
casez de ¡Jan y haberle precisado á Iirmur un impuesto so-
JH'C el .uigo y ú g"ital' uhm el re!!, despuos de haberlepa-
seudo pOI' las T:i1Ies SO)>I'l~ mi borrico..


PA(~INA. 220.


~ IR Fraucisco AlllH'Y , mlcmhredc h couveuciou pOI'
r-I departamento d<.i( C;m} , salió desde los principios de
la sesión d(~ representante ú los Pirineos, de donde pasó
ú Niza, y á su vuelta votó la muerte del rey, aunque con
suspeusiou hasta que el rHH~hl0 aceptase ha coustituciou .
Este fue quien PI'OPUSO y C(H1Siguió el decrete para ~lIe
todas 'las campanas, Ule-UOS uuu en 'cada .parnoquia " se
pusieses it 'lu disposiciou 6tffi ministerio de la guerra. Fue
uno de los 75 diputados escluidos y l)1'esos pOI' haber
firmado la 'protesta contra Jo ocurrido el 51 deUI.~~~~
t795 , Y reincorporado COIl tos demas después del 9 lfle
therniider. Desde aqne1 instante empezó :í ocuparse mn-
-cho de la parte militar y en particular , de los ..trasportes
'DC couvo~'es y de la orgauiznciou del cuerpo .te iingenie-
I'OS. En abril de 9iS hizo ,par-te tic.a comision de salud
pública é hizo decretar 'lapean de mnerte contra todo el
que mandase tocar gcncl'a.Ia sin érden de Taautoridad y
dirigió el mismo la fuerza uriandu eu las jornadas de 20
y 25 de mayo d.e,~lqReI año. Se acdt:u'ó enemigo capital
de '16s terreristas )' consiguió 1111 decreto en faVOl' de los
desertores de lu ;primcl'ail'cqnisicion; si bren le culparon
de que hahiaIncorporndo en el ejército ú muchos m'is-
tocratas y antiguos nobles que hubiun hecho la guelTa il
la libertad. Estas yagas acusaciones dicron motivo ú Sil
.arresto, nuuque soprctestó qne Ül'tl'ji)OI' causa del mal éxi-
-to que había tenidoelpuso dod. Hhin pOI' el ejército frnn-
ces. Pero fuese 'pOI' -lo quefuese, esto lIO le impidió pasar
al consejo de Jos ;;00, donde tnruhicn intluy« mucho ('U




276 NOTAS
varias resoluciones, sobre todo en materias de jurispru-
deucia militar. En 2 de julio '1796 hizo ver los incon-
venientes que resultaban de poner á los comisarios de
gucrra bajo la dependencia de los generales en lo reluti-
YO Ú hacienda. Sn mas brillante discurso fue el que hizo
en defensa de la umnistia gcneral propuesta por Camus y
combatida pOI' muchos que realmente la necesitaban mas
que aquellos en cuyo favor se proponia. El cs el autor
del código penal militar que todavía rige en su mayOl'
parte, "Fue uno de los mas principales miembros del pal'-
tido de Cliehi en oposiciou contra el directorio y denun-
ció muchos abusos de autoridad de aquel poder ejecutivo;
sin embargo de haber el mismo dado frecuentes ejem-
plos de ellos siendo miembro de la comision de salud pú-
blica, entre otros la destitución de los generales Bona-
parte y Massena. PCI'O el directorio se vengó de él de-
portándole de resultas del '18 de fructidor año V y le em-
barcaron en la Rochela para la Guiena. Pero logró esca-
parse de allí en una lancha con Pichegrú y otros vari os
deportados , y con ellos llegó á Demerury ,donde murió
de enfermedad )' pesadumbre á la edad de 49 años. Era
natural de Paris y habia sido capitán de artilleria antes
de la revolución , por' lo cual sin duda le confiaron en la
comision de salud pública el encargo dc la dirección de
la guerra que antes desempeñaba Carnot.


PAGINA 225.


19 Nicolas Debar era úntes de la revoluciou capitán
de iufanteria , caballero del hábito de San Luis y coman-
dante del depósito militar de S. Dionisio , De resultas de
la conducta equívoca en este lance de que habla el texto,
le formaron consejo de guerra del cual salió absuelto;
pero á poco tiempo murió de pesadumhre de verse sin
empleo y humillado por el directorio.




HEI. TIL\IlUCTon.


PAG1~A. ses.


277


~() Hicher SCI'iz) nadó en este último pueblo , pro-
vincia dc Normandia , y estuvo trabajando algun tiempo
en casa de un procurador d(~ Pnris , llamado Michcl. Se
dió ú conocer antes de la revolucion pOI' algunos opús-
culos en verso y prosa y era muy amigo de Camilo Des-
moulius y colaborador de su diario. En 17n2 cuando se
hahlaha tanto dc que hahia tina camarilta ausu-iaca que
dil'igia ú la reina tUYO la mala ocurrencia de irse en el
nies de mayo ú casa de Ucgnanddc Saint Jean de Angeli,
fingiéndose encargado pOI' la princesa de Lamhalle para
convidnrle de sn parte á que pasase ú su rasa Ú reunirse
con Otl'OS amigos del I'ey, como ~Ialouet, Bertrund de
~Iü\leville, Montmol'in etc. Rcgn:Hul se dió mucha prisa
:1 ir á rasa de Malouf't felicitándose de entrar en tan bue-
na compañía, y parece que este tuvo mucho trabajo en
persuadir!c quc todo aquello era uuu farsa y que él no
pcrteuccia Ú scm(~jante camarilla austriaca ni creía que
existiese en ninguna parte. Entonces el ministro Ber-
trand acudió ú dar qucjn al juez de paz Lariviere contra
los autores de aquella culnmuin , y ya pueden haberse
visto en esta historia las funestas consecuencias que tuvo
aquella cansa para ('1 honrado (~ integr-o juez de paz. En-
tretanto Hichcr SI~lizy se ocultó por algunos días y luego
se presentó en casa del ministro diciendo que solo habia
querido prgal' 1111 chasco Ú RegnaHfl , sin qne los jaeohi-
/lOS tuviesen pal't(~ alguna en la hroma. Lo cierro es que
dl~sdc entonces se hizo muy realista y estuvo preso de
orden de Rohespierrc hasta pocos días despues de sn
muerte . y entonces empezó ú publicar un periódico con
el título del Acusador JHlblim , en sentido arui-republicu-
110. en que ú vueltas de cierta hinchazon de estilo se
hallaban trozos muy helios que recordaban el antiguo
colaborador de Camilo, aunque p de conuuria opinion.
Dice Dumouriez en sus memorias quc Hicher tenia una
pluma de fuego, y usi no ('S cstrnüo ({Iw estuviese mu-




t:has \TCeS eu la c:íI'CI'1 pOI' CaH~a dt'! tal p:lpCI. EIl este
lance d(~ [:1 iusurrecciou del 4 de ocutbrc 17m> í'15 de


. . \


veudimiurio) que es la primera "el q.ue le nombra el
autor de esta historia, tauihien le absolvió el tribunal'
eriminal del Sella; pero el ministro de la justicia Mel'lil}
hizo anular el juicio y cometió la causa al tribunal de
Vau:~altes, donde pidió r-l tiscul la pena de muerte en.
«outamacia. Pero Hicher se hallaba presente disfrazado-
enu-e los csper tadores , y los jurados le declararon ino-
ceute con aplauso universal. Siguió escribiendo. con
mayor fuerza contra el gohierno hasta el din famoso dd
18 de fructidor , eu que luyo por mus prudente quitarse
l.llcl melito por evitar la dcportaciou. Entonces se retiró i,
Basilea ,~pel'o aun alli mislll{)· le arrestaron Ú fines de oc-
urbre (le 17~)7 ú petición det. ministro de la república
Bacher y le' trasladaren Ú Hochefort para desde aMi ser
conducido á Cayena.. Mas en marzo de 17H8 pudo esca-
W~U8e lle la fH'ision ): se escoudió en el ~Jediodia I,,\e fran-
eia donde al :\i\o siguiente volvió ú imprimir su Acusador
público, Eu 1801 pasó ú IUaul'itl con tilla eomision de los
Bol'1)()llcS y habiéndole obligado iJ saljt, de la capital u
peüeioll del cmbnjudor thm'Ces, pasó ú InglatclTa don-
de t.MY!'ió dos años despues.


P.\Gk\A ~2U


~ I ,JOé.\t:{Uill )rul'at . umriscal del iU'lH'rio , príncipe •
grallde :dllliranlt' ,~Tan duque d(~ Bt'I'H Y últimamente rey
d(~ ~úpul('s . !laciu '" 2;') de marzo l7G7, segun lIIIOS,
~. 177 I srgllll otros ('11 la Baslide cerea de Cuhors , don-
ti.. Sil p:alt·(, ('I'a posadere. Oluuve P(,)J' la pretcccion UC
uuu familia uo hl« de Perigord una beca gratuita en el
.~olegio de esta última ciudad ,. de donde salió para con-
tiuuan sus estudios en 'I'olesa. Habiéndole destinado ú la
~~I('sia Hegó ú ordenarse de sulxliácouo ; pero el abate :Mu-
rut , que es como le llamaban en su tHtehto, hizo cierta
ti avesura de joven que obligó ú sus superiores ú despe-
dido del scmiuurio. Volvió ú su casa dOllde Sil padre Lil




DEL TRADUCTOR. 279
recibió muy mal, y no estando de humor de desempe-
ñar en ella el olicio de criado , sentó plaza en el regi-
miento 11.o '12 de cazadores)' Que pasalJa pOI' TOJos~L A
poeo tiempo le hicieron sargento, pel'o dejándose UI~'7ar'
de su carácter vivo y atolondrado, cometió una falta bas-
tante grave de disciplina y se le despidió del regimiento.
Entonces tuvo que volver por fuerza á la casa paterna,
desesperado de ver que se le cerraban todas las carreras.
Mas al fin se decretó la guardia constitucional de Luis
XVI y el departamento del Lot eligió á MUI'at para hacer
parte de ella, y se puso en camino pal'a Paris en com-


.. puñia de Bessieres , el que luego Iué duque de Istria. En
esta nueva situuciou no disimuló sus opiniones políticas
que le ocasionaron muchas peloteras por su exaltuciou
republicana, y así salió de la guardia mucho úntes que
esta se licenciase y consiguió entrar pOI' segunda vez en
un regimiento de cazadores con el grado de subteniente,
No tardó en ascender' al <le teniente coronel y entonces
rué cuando escribió á los jacobinos <le Paris d~sde Ahde-
villc , donde estaba de guarnicion , dándoles parte de que
estaba cn ánimo de cambiar su nombre en el <le ll/arat.
Este pliSO tan necio estuvo para costarle lUuy caro después
del D de thermidor pOl'que rué denunciado á la conveu-
ciou y se trataba de destituirle; pel'o le salvó el diputado
de su departamento Juan Bautista Caviguac borrando la
denuncia del registro de la comision de salud pública. Ya
vemos en el texto el servicio ffue hizo el dia 15 de veu-
dimiario trayéndose la artilleria de que iban ú apoderarso
lus secciones, y como estuvo aquel diu bajo las órdenes
inmediatas de Ilouapartc , cuando ú este le dieron el man-
do dd ején:ito de ltalia, le tomó pOI' edecau suyo, y esta
lué la primera sonrisa de la fortuna, que dcspues le col
Hit) de tantos favores.


Estando la historia dc Joaquin Murat tan enlazada con
la del prituc:: cónsul y empcrador , no 1IOS p.ucce couvc-
nieute detenernos en esta nota mas quc á recordar Jo que
fuc personal suyo, so pena de tener que repetir casi to-
da la historia de aquel tiempo, Fueron tales las pruebas




2~O NOTAS'
lk valor (:. iutcligcucin que dió en aquella !illlllOrtal cunr-
palla de Italia, que mereció la estimaciou particular de
Bouaparte hasta el punto de elegirle para que fuese {.
presentar al directorio egccutivo las lmuderns cogidas al
enemigo , y le recibieron en triunfo y con los maYOl'es
honores. De vuelta al ejército tomó parte activa en las
celebres batanas de Bovercdo , Bassauo , San Jorge , la
Corona otc. habiendo salido herido en tres de ellas. De
resultas do estos servicios se halla ha )'a en 1798 de ge-
neral de brigada, cuando le enviaron Ú Homa con Ber-
thicr , y allí castigó á los insurgentes de Marino, Albano
y Castollo haciéndoles entrar en su deber. Luego que se '"
resolvió !a espediciou de Egipto declaró que por nada en
el mundo se separarla de su genoralv en efecto se em-
harcó COII • (~I )' no hubo acción alglina de tantas como
presenció en aquellos climas en que no diese ejemplos
de admiruciou ~l sus soldados, hasta que íué gruvcmcnte
herido en la d(~ Aboukir pOI' haberse cmpeñudo en hacer
prisionero con sus mallos al hijo del hnjá del Cairo , Es-
las huznñas le valieron el grado de general de division v(: e. oJ
1'1 1101101' de volver il :Fr3uCÍa en compañia de Bonaparte.
Es bien sabida Sil coudurta el dia i ~ de hrumario , en
que al hcute de (jO granaderos dispersó al consejo de los
;;00, lo que le valió pocos dius despues el mando de la
gU:lniia consular , y lo qll(~ es mas, la mano de la Seño-
rita Caroliuu , heriuaun del primer cónsul.


EII la segunda campaña de Italia se le diú ('1 mundo de
la cnbulleria " mereció UIl sahl« de honor en la batullu de
'¡arengo y la plaza de goocl'Uadol' de la ropúblicn Cisal-
pilla: pero renunció ('sU, destino pOi' ir Ú presidir las opc-
rarí()II('~ dd colegio electoral del departamento del Lot ,
<lile le 1l001Ibrú diputado al cuerpo \(·gislativo. En segui-
da cou la «levacion al imperio de su cuñado rué sucesiva-
1Il()II!f~ Bol)L'l'IwdUI' .d(~ Paris COIl los hOIlOI'('S de genel'al
('11 B'd(', mariscal del l111P("'ío ~ priucip«, gl'alld(~ ahuiran-
ti, y ~4'1';~1l úgnila de la kgioll de honor. EII IXOii turnó el


._ <. c.. e


IllalHlo de la cahallcria «n .\lclll:lIlia y se apodel'ú el dia X
dp ortuhro de torlus las salidas d" la selva Iwgl'a dispcr-




OEL TR,\OUCTOR. 281'
sruulo una división anstrincn que pocos dias despues rué
envuelta y hecha Iwisioncra en número de seis mil hom-
hres. EII seguido corrió ú batir la retag uardia rusa el 20
de noviembre y se presentó el 2 de diciembre en el fa-
moso campo de Austertu», en" a victoria terminó aquella
campaña. En 1806 le nombró Napoleon grnn duque de
Berg y le hizo reconocer por toda la Europa, no pudien-
(lo Il;~gal'se que supo captarse el amor de sus súbditos pOI'
sn. benig~l:1 é ilustrada administracion. Cuando en aquel
nusmo ano se declaró la guerra :í la Prusia tamhien man-
dü I:l cal);,llleria CIl la decisiva batalla de Jena que acabó


., con I~l monarquin I~rllsiana en aquel tiempo, y ú los po-
cos días se apodero personalmente del estandarte mismo
de 1:1 reina qlle Ar:I como una especie de oriflama del'
l'jército cnernigo , y cogió prisionero 31 gene,,:;,1 Bluchei-
con toda la artilleria. Entonces cayó tambien en su POdCl'
la plaza de Steuin , que se rindió y capituló en presen-
cia de una de sus divisiones de caballeria mandada por el
genc\'a\ Lasallo , con cu~'o motivo le escribió el empera-
dor diciéndole : {( Una H'Z quc tc hasta tu caballeria para
{( tornar las plazas íuertes , habré de licenciar el cuerpo
ce de ingenieros y mandar derretir los cañones, »


En las carupnúns de invierno de 180ü y 7 continuó el
gl'an duque haciendo señalados servicios bajo los muros
mismos de Varsovia , donde atravesando rápidnrueuto
aquella ciudad para seguir la retaguardia del ejército ru-
so \e l:'og\6 sus bam\cras y arÚ\\el'\a. Lo mismo egecutó
en la sangrienta batalla de Evluu , y si no pudo encon-
ll'~II'S(~ en la de Fiicdlund ('uc pOI' cstúr aquel mismo día
ocupado en embestir y rendir, aC?lIlp~\LJado del nWI'isc,al
Sonlt la importante plaza de Koinisgberg , segunda capI-
tal de la Prusia ,cogipndo prisioneros á 4, mil rusos que
la defel1dian.


En ahril de 1808 se le dió el mando del ejército des-
tinado ú España, y lo único que podemos decir' de él en
el cortisiruo tiempo qne le desempeñó és que solo se dió
:'1 conocer ú los españoles pOI' haber protegido la salida de
los reyes padres Carlos IV y María Luisa; haber subs-




~Ol'AS


traido á n. Manuel Godoy dc la pl'lslon Y.J 1I1CIO qne Te'
amenazaba , y haber promovido y ensangreutado la
triste jornada del 2 de mayo , que no se borrara jamas:
de la memada de los Mndrilcüos , y que en medio de las
inútiles crueldades con <T;ue se quiso iutimidur Ú' la capi-
tal, produjo el universal entusiasmo con que la España,
toda entera se levantó como un solo. hombre y declaró,
una guerra de esterminio á los ejércitos de Bounparte. El;
éxito fue h1l'go- y penoso>, pcro a\ \in sobrepujó á cuan to-
podiun imaginar las mas patrióticas esperanzas.


A. fines de- aquel mismo año fue lUurat nornhrndo rey
dc Nápúfes y tomó posesión de sus estados ba,jo el uoru-
bre de Jooqu.in ¡Vapulean, habiendo sido recibido con
aquellos aplausos tan comunes y tan poco durables en el.
pueblo italiano. Su primera operacion fue enviar al ge-
neral Larnarque con un puñado de hombres ú apoderar-
se de la isla de Cnprea , ocupada pOI' los Ingleses, )' tan
fortificada que la llauuibau elpequeiio Gibraltar-. Itindiola
cobardemente su gobernador Sir Iludson-Lowc , aquel
mismo que luego fue carcelero de Napoleón en Santa He-
lena, y que ha dejado de sí una memoria tan inruuuda.
Murat le dió libertad bajo palabra de honor. :No nos ha-
llamos con datos suficientes para calificar la administra-
cíondo su nuevo reino pOl'que cn esta materia , mas
que en otras muchas, no puede uno liarse dc relaciones
contemporáneas , y sobre lodo los mejores jueces serian
los Napolitanos y C3tOS se esplicnn con demasiada varié-
dad. Se dice que estableció bastante hucn órden en la
hacienda y en la marina y sobre todo que forme': un bri-
liante ejército de 70 mil hombres )' uua 1I111llCI'OSa gu.u--
dia nacional. Todo esto podria ser muy bueno; pCl'O el
vicio radical de todas estas coronas en comision consistía
en que no les era permitido á los IlUCVOS reyes nacionali-
zarse y gana!' el afecto de sus pueblos sin incurrir en el
desagrado del emperador , que solo hahin querido hacer
de ellos unos súbditos poderosos pal'a que le auxiliasen y
courribuyesen á la consolidaciou y engrandecimiento de
su imperio y dinastia. De aquí nació que apenas Joaquiu




DEL 'l'nA,OUCTOR. 283
;\hu al lomó en serio su corona , cuando principiaron las
mismas contrariedades y celos q.ue con su hermano José
en España. A esto se agrega,ha que el defecto capital de
.Murat era la vanidad , y- como los Italianos son tan maes-
tros en adula.' esta pasion , no tardaron en formal' al .'e-
dedor de su nnevo rey un partido nadonal que irritaba
ú hl corte de Francia. Quiso Mm'at que los Franceses
que entraban ú su servicio renunciasen ú la calidad de
ciudadanos franceses; pero Napoleón espidió inmediata-
mente un decreto terrible , declarando que cl príncipe
que reinaba en Nápoles solo hahia sido elevado al trono
IW virtud de los esI'UCI'ZOS y. sangre det pueblo Irances y
flor consccucucia que todo« los ciudadanos franceses eran
ciudadanos natos del reino de las dos Sicilias. Este decreto
llevó á su colmo la mala inteligencia entre ~lnl'at y Napo-
lcou , y 110 se duda que desde entonces preparó el pri-
mero su deleecion. Sin embargo , HO pudo resistirse
cuando se le llamó á fa gigantesca espediciou de Itusia ,
aunqne no falta quien diga quc ya estaba de acuerdo con
los enemigos. Podl'Ú sor así, pero lo que no puede du-
darse cs (IUC en el campo de batalla se batió con su valor
acostumbrado y que derrotó al genel'al Ostcnuann en Os-
tl'OWIIO yen Suiolensk l y que mostró la mayol' intrepi-
«el. en la batalla del Moskwa. Tambien es evidente que
en la desastrosa retirada de l\IOS(~OW le entregó Napoleón
el mando del ejército cuando salió para París el ti dc di-
cicmbre ; 1)cI'O (q desesperando ya <le la esu-elln de su cu-
ñado , se dió prisa á volver ú sus estados y aquí acaba la.
parte gloriosa de su "ida. Apenas IIrgú ú Nápoles se ocu-
pó cn 1'(;110\':11' sus relaciones con los Austriacos y los
Ingleses con el objeto de consumar su dclccciou . .Mas en-
tretuuto volvió á llamarle Napolcon en HH3 y aunque es-
tuvo dudoso ú los principios , al fin se decidió al ver las
victorias de Lntzcn y Bautzen. Pasó á Dresde y batió el
ala izquierda de los enemigos cortándoles el camino de
Freybcrg y Pirua , pero despnes de la batalla de Leipzig
se volviú ú lIl~H'Ch:II' Ú SlIS estados, y clll de cuero 1814
lirtuó con la COI'te de Yicua un tratado por el cual sc ohli-




284. NOTAS
gaba á pouer á la disposición de los aliados un cuerpo de
30 mil hombres, en cambio de ser reconocido pOI' rey
de Nápoles. Engañando al virrey Eugenio Bcauharnais
con fingidas promesas , avanzó contra la espalda del ejér-
cito frunces é italiano lo cual trastornó todos los planes
de Napolcon; pero cuando Murat supo la" ventajas obte-
nidas por este último en la Champaúu , volvió á enviarle
protestas de su celo y amistad, las cuales precisamente
llegaron á su~ manos cuando aquel estaba firmando su
renuncia en Fontainebleau. Los Borhones solicitaron con
instancia en el congreso de Viena la dcposiclou de Joa-
quin, mas este levantó un fuerte ejército y convocó ú los e
Carbonarios y patriotas italianos, cuando de repente le
uvisaron que el emperador hahia vuelto de la isla de Elba
y reconquistado el trono de Francia, y en su consecuencia
se puso á hostilizar al ejército ausu-iuco. Después de al-
gunas ventajas de vauguardia , que él ponderó como vic-
torias , fueron derrotadas sus columnas y se vió precisado
á huir en un esquife y la reina tuvo que cnu-cgncso á los
Ingleses. Llegó él á la pluyn do Can nas y despachó un cor-
reo al emperador , el cual acordándose de la perrada del
año anterior , no le permitió ir á Paris ni al ejército , y
tuvo que volverse ú Plasenciu. Después de la batalla de
'Yatel'leoo no se creyó en seguridad allí, y montando en
una pequeña embarcacion se dirigió nácia Bastida donde
desembarcó el 25 de agosto, y apenas vió alli unos cuan-
tos de sus antiguos servidoros , cuando concibió el insen-
sato proyecto de reconquistar el reino de Núpoles. Pre-
paró una flotilla y dió ú la vela el 28 de setiembre 18'15,
pel'o habiéndola dispersado una tempestad, hui arrojado
casi solo en en el golfo de Santa Eufemia , y tuvo la teme-
ridad de querel' seguir adelante; pel'o los habitantes hi-
cieron fuego sobre su tropa , y echaron ú huir las dos em-
barcaciones dejándole abandonado en la playa. Murar qui-
so desatar una lancha de pescador que estaba en la orilla
pero cayó en manos del pueblo qne le condujo pf'eso al
castillo de Pizzo. Tres días después estaba ya juzgado y
condenado á muerte por una comisión militur , sin dejarle




DEL TRADUCTOR. 98-... J
otro consuelo que el de que pudiese escribir Ú la reina, y
en efecto la puso una carta muy tierna. Despnes le con-
dujeron á una sala del castillo y vio entrar Ú doce solda-
dos que ~e formaron en dos filas delante de él, Y le pre-
sentaron una silla y un pañuelo para vendarle los ojos;
mas él reusando uno y otro con iudignacion les dijo: (e He
« arrostrado demasiadas veces la muerte para que me ins-
(( pire ahora temor ; apuutadme al corazon.» Esto dícho
cayó penetrado de doce balazos, Era dc hermosa figura
muy aficionado al fausto y brillantez en las fiestas yen los
trages, llevándolos hasta cierta exageracion ridícula. PCl'O
nadie le ha negado la prenda del valor, la generosidad y
casi toda:" las virtudes y vicios que constituian un perfecto
caballero de la medía edad.


PAGIl\'A 250.


22 El conde do Colhert Maulewier era sobrino del
ministro plenipotenciario de Fraucia en Colonia y tan roa-
lista como su tio, que nunca quiso prestar juramento Ú
la constitucion. Tomó partido en el Vendée y llegó á
mandar un cuerpo bajo las órdenes de Elbee; pero ha-
biéndose venido á Paris despues de la pacificacion , ofre-
ció sus servicios á las secciones insurreccionadas, )' pagó
con la vida siendo fusilado cl dia 20 de octu bre! 793 por
sentencia de una comisión militar.


PAGL~A 250.


25 Juan José Lafond de Soule era un antiguo guar-
dia de corps de Luis XVI y uno de los hombres mas her-
mosos y forzudos de Francia. Estuvo haciendo la guerra
en el Vcndéc y vino á morir arcabuceado en París el 20
de octubre 17!Hi por haber mandado un batallan de las
secciones iusurrecciouudas contra la couvencion . l\hu'ió
con estraordinario entereza.




28-6 ~OTAS


PAGINA 231.


24 Alberto Duuican descendía de una familia noble
pel'O pobdsima J principió il senil' de soldado en el re-
-gimiento de infunteria de Barrois , pasando luego ú la
bendarmerl<1 oc Luneviúc. "En \a epoca úera revotuciou
tuvo unos aSC(~IlS0Smuy rápidos y en poco tiempo le hi-
cieron coronel de un reciruicnto de húsares y IllC~O ce-(..1 ., v t:"
neral de brigada. Con este grado pasó diferentes veces al
Vendée durante los años de '1793 y !H, donde se condu-
jo con bastante humanidad. Pero fue batido en varias oca ~
siones , y precisado á encerrarse en Angers , que der(~B-
dió valientemente, mientras que al mismo tiempo le acu-
saban de que queda eutregar la plaza á los rebeldes. En
1. 79:-> estuvo mandando en Rohan v desde a'llí denunció
á varios generales que hablan servido con (:1 en el Vcndé«
y cometido atrocidades, como Turean, Grillan Huchet y
otros. Mas á poco tiempo le destituyeron como ú otros
muchos y se vino á París en esta ocusion de que habla el
texto, en que le dieron el mando las secciones iusurrec-
clonadas. Pero apenas vió que las tropas de la couvenciou
empezaban á conseguir alguna ventaja, se escapó de Pa-
f'is y á poco le juzgó en :r-cLeldia el consejo mllitar )" le
condeno á muerte. No volvió á Paris hasta el afio 17~)7,
pero tuvo de nuevo que escapar á Alemania, donde se
vengó escribiendo varios folletos políticos contra el parti-
do revoluciouario , entre Otl'OS UIIO con el título de los
Vandoleros desenmascarados. POI' fin tomó partido con los
emigrados é hiz.o con ellos la campaña de 17H9 en Suiza,
)' se sospecha que tuvo parte en el asesinato del los mi-
nistros franceses en Ilastadt , aunque él se ha justíficudo
de tal imputacion. En tiempo del imperio se retiró á In-
glaterra y no hemos vuelto á oir hablar de él.


PAGINA 240.


2tl Eduardo, vizconde de Castellauc no tuvo empleo
alguno durante la revolución , á P('s:\I' d(\ qne su IH'I'm:l-




DEL TRAnUCTOU. 287
110 el conde de este titulo fue bastante acalorado durante
la asamblea constituyente. POI' lo mismo pasaba el vlz-
'ronde pOI' realista y le encerraron como sospechoso
hasta el Ü de thermidor. En esta insurrección de que ha-
hla el texto no solo fue miembro sino presidente de la
coruisiou de Lepelletier y en consecuencia condenado á
muerte en rebeldia. Al año siguiente 1796 se presentó Ú
purgarla y el jurado declaró unanimemente que estaba
Jnocen te.


PAGINA 249.


26 Juan Bautista Lhomond era administrador del de-
paruuucnto de Calvados, y cuando ocurrió el proceso de
Luis XVI fue de los pocos que sostuvieron cara á C3m
que cuanto se habia dicho en la tribuna pal'a probar que
"los mismos que dictaban las leyes podían aplicarlas, era
un puro sollsmn , y asi votó solo pOI' la reclusión , aun-
'fJue ni para eso dijo que se contemplaba con derecho.
Fue miembro de la comision uc seguridad general el año
17!H., )' en el siguiente le pusieron preso, como dice el
texto; pero 110 tuvo resultado alguno y duró poco tiem-
po , como que al instante le eligieron pala el consejo de
los ancianos. En él continuo profesando los mismos prin-
cipios , que no podian rueuos de ponerle en oposicion con
el directorio , el cual le condenó ú la deportación el dia
18 de Iructidor ; pel'O se escapó de Í1' Ú Cayena , y ha-
biéudose presentado en Oleron , le llamaron los cónsules
en 17!m y se le nombró prefecto de su mismo departa-
mento, en cuyo destino IUUI'ió.


PAGINA 250.


27 Luis Roux diputado por el departamento del
Mame ú la conveucion era sacerdote y no pOI' eso dejó
de ser uno de los regicidas y revolucionarlo frenético.
Imbuido en los principios de la comision de salud pú-
hlica se empeñó en perseguir la religion y sus ministros
en el departamento de las Ardenus, y particularmente en




288 NOTAS
Sedan. Estuvo eucargado del ramo de las reqursrcrones
de víveres cn "arios departamentos é hizo condenar Ú
muerte á no pocos infelices sin otro delito que el de no
quererse dejar despojar. Luego que se anuló esta comi-
sion de los cinco á propuesta de Thihuudeau pasó lloux
nl consejo de los tiOO y tomó el partido det directorio.
En 1797 le nombraron oficial de la secretaria dcl inte-
rior; pel'o cuando quitaron el ministerio á Quincue , que
era so protector, perdió tarnhien su plaza. Mas adelante
le nombraron miembro de la comisiou de emigrados v
después oficial del archivo del ministerio de policia , de
donde le echaron tamhieu después de la dimisión de Fou-
ché y desde entonces nadie volvió ú hacerle caso )' no sa-
hemos en que paró.


PAGINA 2;>0.


28 Hanion Pons dc Verdun era un abogado muy co-
nocido ántcs de la revoluciou pOI' algunas poesías ligeras,
cuentos y epigramas que habia publicado. Habiéndose de-
clarado POI" la causa popular le nombraron en 1792 fiscal
del tribunal de Paris y despues diputado á la convenció 11
donde fué uno de los que votaron la muerte iumediatu del
rey, Este fue quien propuso el Jia 10 de agosto 1794 quc
todo plebeyo ó plebeya que estuviese casada con alguu
noble pudiera divorciarse , ~. el 17 del mes siguiente que
no se pudicl'a juzgar ú ninguna muger acusada de cruneu
capital si estaba en cinta. Trabajó mucho en la couiisio 11
de legislacion así cn la conveuciou como en el consejo de
los 500, donde pl'OpUSO el:5 de diciembre 17Di que se
sustrajese á los hijos menores de los emigrados del domi-
nio de sus padres á fin de educados con máximas confor-
mes al nuevo órden de cosas. Tumblen se empelló en que
los ascendientes de los emigrados hahian de partir sus
bienes con la nacion , o lo que es lo mismo, que esta ha-
hia de ser heredera de la mitad pOI' lo menos de unos hom-
bres que 110 se hahian movido de Francia y quc tal vez
pensaban como él en materias políticas. En 1800 le noru-




DEl. TRADUCTOR.


Irraron comisionado consular cerca del tribunal de apela-
cion del departamento del Sena. Fué miembro de la so-
cicdad litcraria llamada el Portico repnblicano, donde le-
yó los fragmentos de un poema intitulado Ya/cano, qm'
creemos no lIrgó á imprimirse. Ultimamcntc le nombro
el emperador sustituto del fiscal general del tribunal U(~
casacion, en cuyo drstino murió.


I f)











DIRECTORIO (1795). 2!H


1) IRECrrOR 10.


CAI>ITULO ClJAnTO~


WOmh,.,1m;cTlto dl' J·os ('jIJeo dircctof('s. --IlISI;.]éll';Oll del (U"'lf
po lcgislatin) y d.·1 directorio. - Sitnacion dificil del 11(11'\'0
gohil~rno.Escasez de la hacienda; descrcdito del p;¡flel mo-
neda. - Primeras tareas dd directorio. - Perdida de las
lineas <le Maguncia. - Bcnovacion de Ias hostiíidudes eh
Bretaña y en el Vcndce, Aproximacion d~ una nueva ('s-
'Cuadra inglesa en 1,Is costas del Oeste. - Plan de hacienda
<Iue propuso el -lirecto-io ; lluevo préstamo 1'or.1.050.- Con-
-denacion de alguuos ag(.'Uteii realistas. _. Entrega de la hija
de Luis XVI á los Austriacos en cange de Los representan-
tes qne hahia entregado Dumouriez.c-c-Situacion de los pÜI"
tidos á fines de 17g5.-Amlisticio concluido en el Rhin.-
Operaciones del ejército de Italia. Batalla de Leano.-
Espediciou de I'Ile Dieu. Salida de la escuadra inglesa. Ul-
timos esfuerzos de Charctto ; medidas que toma el general
Hoche para realirlar la pacific.rcion del Vcndec. - Resulta-
dos de la ca1npaña de 1 íg5.


Habiase señalado el dia 5 de brumario año IV
(27 de octubre de 1795) pal'(l poner en vigor la
constitución dircctorial, cn cuyo dia dchian rcu-




REVOLUClON FRANCESA.


nirse los dos tercios de la convenciou que se ha-
bian conservado para el cuerpo legislativo y el
otro tercio nuevamente elegido por las asambleas
electorales, dividirse en dos consejos, constituir-
se y proceder inmediatamente á la eleccion de los
cinco directores que habian de encargarse del po-'
del' egecutivo. Durante aquellos primeros instan-
tes consagrados á organizal' el cuerpo leg-islativo y
directorio, debian continuar en actividad las comi-
siones de gobierno y conservar el depósito de toda
la autoridad; asi como los miembros de la con-
vencion estaban comisionados ya en [os eiércitos,
ya en los departamentos, debian continuar hasta
que se les notificase la instalacion del directorio.


Reinaba en los ánimos una estraordinaria ag"i-
tacion , pÚl'que Jos patriotas moderados y exalta-
dos mostraban igual acaloramiento contra el par-
tido que había atacado á la convención el 13 de
vendimiario; y por lo mismo que les asaltaban
mil recelos se escitaban á unirse para resistir al
realismo, y decian sin disimulo que no debia
nombrarse para el directorio ni para empleo al-
guno mas que á hombres comprometidos Ínevo-
cablernente con la causa de la revolucion , descon-
fiando todos ellos mucho de los diputados del
nuevo tercio y así anclaban pl'eguntando con an-
sia por sus nombres, antecedentes y opiniones
conocidas ó presuntas.




nmscromo (1795'1" 293
Al mismo tiempo habian vuelto á recobrar su


insolencia los seccionarlos vencidos el dia 13 aun-
fIue tratados con estraordinaeia clemencia despues
de la victoria, p.0l'que envanecidos de haber re-
sistido un instante al fuego, se les figul'aha que
la convcncion no les trataba con benignidad sino
pol'<fue conocia su fuerza y porque respetaba la
justicia de su causa. Por todas pal'tes andaban pon-


, dcrando sus haznñas y esparciendo las mismas
.impel'tinenci.~lsque antes contra la g-rande asam-
blea que acababa de dejar la autnridud , afectan-
'{lo gran confianza en los nuevo.'; diputados.


Mas estos que venian á incorporarse con los ve-
tcrano.s tle la rcvnlucion y it l'CIH'esenl-ar la nueva
opiuion que se hahia formado en Francia, es-
taban nluy distautes de justificar ni las descon-
fianzas de los repuhlicanos ni las e. ;pel·(HlZ~.lS dc los
contra-revolucionarios. S:: contaban entre ellos al-
gunos miembros (le las antiguas asambleas , corno
Vauhlauc , Pastorcl , I}unus, Dupont de NpmOlll'S y
~l hnurad» .v ~úhio Trnuchet , (PIC tantos -servicios
habia hecho :i nuest ra leg-islaci[)n. Dcspues 3C se-
'huian 11l11Chos hombres nuevos, que sin ser de
...qucllos (fue se distinguen en los principios de
las rcvol uciones , tenian un mérito sólido ya. en la
carrera de la política ya en la de las artes, corno
por egem plo los Portalis , Sirneon 1 , Uarbe-Mar--
bois:2 ,y Tronzon Ducoudray. En general estos




29í nE'\'a1XC10~ fR.t~C'ES,t.
nuevos dedos, si se esceptúan alg-unm; contra-re-
volucionarios notorios, perteuecian ú a.quella d-a-
se de hombres moderados (Iue siu hahcl' tomado
parte en los sucesos y por consiguiente- sin haber
podido hacer mal ni c-ngaii'arse, pretendían amar
la revolncion , pero sin confuudirla con lo (Iue lla-
mahan sus crímenes. Era natural <1 ue estuviesen
dispuestos ú censurur lo pasado, pe'rO' principia-
ban ú reconciliarse un pot'() con la con veucion y
t~OH la repulrlica desde <¡ ue les h.ihiau elegida,
ponlue fYtcihncnle se perdouu un órden de cosa-s.
tic tIlle se hace parte. Mas en lo dcmas, corno eran
estraños itral'is y á la política y estaban todavia
tímidos en aquel nuevo teatro , procuraban visi-
tal' v relncionarsc con los miembros JIlaS couside-


.J


rudos de Ja convcuciou naciouu l.
Tal era la disposición de los ánimo.., el ,J ele hru-


mario del aiio 1V. Los miembros de la cunven-
cion que habian sido reelqúdos procuraban con-
ccrta rse para hacer los nombr.uuieutos que falta-
ba 11 ~'l tia de c¡ uctl.u: dueños del ~"(}Liel'llo. En vir-
t ucl de los c¿'¡ebl'cJ decretos de 5 y 13 "le frucridcr
debia ascender ú 500 el número de las diputados
del nuevo cnerpo legislativo, y sino se completa-
ha este número pOI' las. reelcccioues , dchian for-
marsc los miembros (lue estuviesen !},l'cscutes el
dia ;') de hrumario en cuerpo electoral para COIl1-
pletarle. Acordóse presentar una Iista á la comi-




DIRECTORIO (1795). 295
sion de salud pública en que se asentaron los nom-
bres de muchos montañeses decididos; pero no
se aprobó enteramente. Sin embargo solo se pusie-
ron en ella patriotas conocidos, y habiéndose
reunido el dia 5 todos los diputados presentes en
una sola asamblea, se constituyeron en cuerpo
electoral. Principiaron por completar los dos ter-
cios de los convencionales que debian hacer parte
del cuerpo legislativo, y luego formaron una .lis-
ta de todos los diputados casados y demas de 40
años, escogiendo entre ellos {t la suelte los 250 que
habian de compone!' el consejo de los Ancianos.


AL dia siguiente se reunió el de los 500 en
el Picadero , cn la antigua sala de la asamblea
constituycntc y se eligió ú Daunou pOI' presidente
y á Hewell , Chenier , Cumbaceres , y Thibaudeau
por sccrcturios. El de los Ancianos se reunió en la
antigua sala de la couvencion y nombró presiden-
te ú Larevcillere Lepaux , y secretarios ú Baudin,
Lanjui nais , Hreard , y Carlos Lacroix. Todas estas
elecciones eran m uy regularcs y probaban que en
los dos consejos tenia la mayoria la causa republi-
cana. Declararon entrambos hallarse constituidos
y se dieron aviso recíprocamente pOI' medio de
lnensages, confirmándose provisionalmente en la
calidad de diputados, pero remitiendo la verifi~
eacion de los poderes para cuando ya estuviese
instalado el gobierno.




296 l\CEVOLunON FllAJfCE~A.
Faltaba VOl' hacer la elcccion mas importante'


({ue era la de los cinco magistrados flue hahian de
encargarse del poder egecutivo , de cuyo nombra-
miento dependía no solo la suerte de la república,
sino tambien la fortuna de los individuos. En
efecto, como los cinco directores tenian la facul-
tad de nombrar todos los empleados públicos y
los oficiales de les ejércitos, podian acomodar el
gobierno á su gusto y llcnarle de hnmlnes ami-
gos ó contrarios á la república. Ademas eran due-
¡íos del destino de los individuos J podian abrir-
les ó cerrarles la carrera de los empleos públi-
cos y rccompensar ó desalentar Jos talentos fieles
á la causa de la revoluciono POl' lo tanto era in-
menso el influjo quc dcbian egcrcer J esto es lo,
que tenia tan preocupados los ánimos de los que
iban ú elegidos.


Rcuniéronse los eonvcncionales para concertar-
se sobre la eleccion , y convinieron unúnimemen-
te en elegir reaicidas á fin de dar mayores garan-
tias, Después de ha hcr flotado algull tiempo las
opinioncs , pOI' fin se reunieron en J:tVOl' de Bar-
rás , Hcwbell , Sieyes, Lareveil lcrc-Lcpaux y Le-
tourneur. Barrás hahia hecho gl'aJl(l(~s s-ervicios en
tliermidor , prcrial y vendimiario, siendo en cier-
to modo el legisladol' general opue~to á tOl\as las
facciones, y la última batalla del 13 dc vendimia..
vio le hahiu dado gTan importancia , por mas que




n~nECTOlUO (1795). 297
el verdadero mérito de las disposiciones se huhie..


. se debido al jóven Bonaparte, Rewbell., que estu-
YO encerrado en Maguncia durante el sitio , y sido
miembro de diferentes comisiones después del !)
de thermidor , 11abia adoptado las opiniones de
aquel dia y manifestado aptitud y aplicacion á los
negocios y cierta firmeza de cal ácter. Sieyes era
mirado C0111-0 el primer ingenio especulativo de la


• época. Larevcillcrc-Lepaux se había asociado vo-
luntariamente ú los gil'ondinos el dia de su pros-
cripcion , y vuelto el 9 de thermidor al seno' de
sus cólegas., donde combatió con todas sus fuerzas
á las dos facciones que alternativamente habian
atacado á la conveucion, Patriota suave y liumano
era el único g-il'olldino de quien no sospechase la
Monta.\\a.., "j el \\\\lCO pat\'iota l\e (l\\len \05 contra-
revolucionarios. no se atreviesen ú negar las virtu-
des. * No tenia contra sí otra cosa., segun el dicho-
de la gente., que la disformidad de su cUel'p0.,
porque le cacria ll1UY mal el tl'age directorial.
Ultimumentc Le-Tourneu 1'., conocido por patriota
)' estimado pOI' su carácter , era 1Ul antiguo oficial
de ingenieros que en los últimos tiempos liahia
reemplazado ú Curnot en la comisión de salud pú-


,. Son tan distintos los colores con que Caruot pinta en
sus memorias <l Larcveil lcrc-Lepaux , que dice cspresarncn-
te no haber conocido maY61' pícaro ni mayor hipócrita, ¿ á.
quien CTCerl'Ill0S ~ (N, del T.)




298 REVOLUCIO~ FIU.NCfiSA.
hlica , aunque muy inferiol' á él en talento. Hu-
hieran deseado algunos convencionales co-locar
entre los directores alguno de los generales que
mas se hahian distinguido al fi'ente de los ejérci-
tos, como IHéhel' ., Moreau., Pichegrú Ú Hoche; pe..
ro se recelaha dar demasiado influjo á los militares


.y no se quiso conferÍr á ninguno el poder supre-
1110. Para ascgurar las elecciones discurr-ieron los
convencionales un medio que sin ser del todo ile- l
gal se asemejaba bastante á una supercheria , y
fué el siguicnte. Segun el tenor de la constitucion
dehia el consejo de los 500 para todas elecciones
presentar una lista décupla de candidatos pal'a el
consejo de los A ncianos ., y este escogia UllO de ca-
d.a diez. Para losyinco directores se hubian de pre-
sentar cincuenta candidatos; y los convencionales
(Pié te uinu la mavoriu en los 500., convinieron en
poner los cinco ya referidos al frcute de la lista,
Ilcuaudo los otros 43 de nornbrcs dcscouocidos , en
quienes era im posíblt quc recayesc la elección.
De esta muuera no se podía salir de los cinco can-
didatos que los couvcnr-ioualcs se proponian ele-
var al directorio,


Siguióse exactamente este plan y no hubo mas
que un nombre (Iue faltó para llenar las 43 nuli-
dades y aíiadicron .í Camhaccres , que agl'adaba
mucho al nuevo tercio y á todos los moderados ;
y cuando se presentó aquella lista ú los Ancianos,




UlUECT01UO (1795). 299
les tle~agradó mucho este modo de forza,' la elec-
cion , tanto que Dupont de Neurours , que ya
hubia tigul'atlo en las asambleas anteriores y era
enemigo declarado, sino de la república, á lo
menos de la convencion , propuso que se difiriese
el nombramiento diciendo: « Sin duda que los
«( 45 individuos (IUC completan esta lista 1)0 son
« indignos de vuestra eleccion, pol'(Iue en el caso


, (f coutrario no podria menes de deeifl que se lHllJÜl
ee intentado violentarla en favor de los otros cinco
«, personages. Sin duda (Iue estos nornbres , que
« I)()l' primera vez llegan ú vuestros oidos , perte-
« ncccu Ú sujetos de tilla virtud modesta y serán
( dignos de represental' una gran república; pero
« se lH~cf~,.;i la tiem po para conocerlos. Su modestia
« m isma que les ha tenido ocultos , nos obliga á
(f tomnr iuformes para apreciar su mérito y nos
(1 autoriza p:ll'a pedir que se difiera. l> Pero pOI'
JU:lS que hubiese disg'ustatlo ú 105 Ancianos aquel
}WOCCdCl', part.ici pabu la mavoria de las mismas
opiuiones de los 500 y confirmaron la elección de
los cinco propucstos. Larevci llere-Lepaux tu vo 2 t 6
votos de 218 que eran los votantes, tan unánime
como eso era la estirnacion que se tenia de aquel
hornlu-c de bien: Le-Tourneur obtuvo 189: Rewhel l
j 'lü: Sicyes 156 y Burras 129. Este último , que


era mas hombre de partido <lllC los dcruas j debia
escita!' lnayor discntimicuto y reunir menos votos.




300 REVOLUCION FHANCES',\.
Mucha satisfaccion causaron á los revoluciona-


rios estos cinco nombramientos pOl'que les ascgu-.
raba su influjo en el gobierno, y solo faltaba sa-
ber si los electos adrnitirian. En cuanto á tres de
ellos no habia la menor duda, pero de los otros
dos se sabia su poca afición á gobernar, pOl'que
Lareveillere Lepaux, hombre sencillo y modesto,
ni encontraba ni buscaba otra distraccion que en
el jardin de plantas con los dos hermanos'
Thouin 3, Y era dudoso que se decidiese á acep-
tar las funciones de director, * Tamhien Sieyes, á
pe~ar de su gTan capacidad pal'a comprender.tan-.
to los negocios como los principios, tenia cierta
repugnancia á OCup<ll'se de las atenciones del go-
bieruo , y como por otra parte la rcpú blica no es-
taba constituida á su gusto, parecía poco dispues-
to á aceptar su di recccion, Pero sc hizo valer con
Larevcillere-Lepuux una reflexión (Illc no podia


, menos de decidir]c siendo como era tan honrado,
y fue dccir]c que era útil y necesaria su asociacion
ú los magistrados que iban ft gobcrnar la repúbli-


" No solo las aceptó , sino que lomó p,arle en tollas las
intrigas, persecuciones y crueldades tIlle llO tardó cu ejercer
el directorio contra la mayoria del cuerpo legislativo y hasta
contra sus propios cólegas Barthclemy y Caruot. Despues de
haher consultado é.Í la mayOl' parte de escritores de aquel
tiempo, nos pal'eee que el autor de esta historia."está muy
preocupado en favor de este pcrjona3c. (N. del T.)




DIRECTORIO (1195). 301
ca ; y entonces cedió pOl'que en efecto se necesita-
ba al lado de aquellos hombres de accion y de
negocios una virtud pura y acreditada, lo cual
se consiguió con la aceptacion ele Larevcillel"e-
Lepaux, Por lo que hace á Sieyes no hubo medio
de vencer su repugnancia, sino que reusó asegu-
rando que se tenia por impropio para el gobierno.


Fue indispensable pi'oveer á su reemplazo y se
• pensó en Carnot , que gozaba d.e una reputación
inmensa en toda Europa. Se exageraban sus servi-
cios militares , pOI' cierto IUUy verdaderos, y se le
atribuían todas nuestras victorias, sin que sirviese
de obstáculo haber sido miembro de la gran co-
mision de salud pública y compañero de Bobea-
bespierre , Couthon y Saint Just , porque se sabia
muy hien .que les habia combatido con la mayor
energía. Además se reunian en él un gl'an génio
militar y un carácter estoico, siendo su reputa··
cion y la de Sieyes las dos mas gTande'i de la
época, y asi no se podia hacer cosa mejor para el
directorio q1;le reemplazar en él la una por la
otra. En efecto se le puso en la nueva lista al la-
do de quienes no podian ser elegidos, y se añadió
el nombre de Cambaceres , pero los Ancianos no
tuvieron duda en preferir á Carnot , el cual ob,-
tuvo 117 votos de 213 y quedó elegido pOI' uno
de los cinco directores.


Entre estos cinco magistrados encargados del




302 REVOLUCION FRANCnSA.
gobierno de la república no había ningun hombre
de génio ni de una reputación ~imponcntc :sino
Carnot. ¿Pero qué podia hacerse al fin de una re-
volucion sangrienta, que en pocos aüos habia dc-
vorado muchas generaciones de hombres eminen-
tes en todo género? No habia quedado ya en las
asambleas ningnn orador estraordinario , ni en la
diplomacia ningun negociador célebre. El único
que habia adquirido cierta especie de considera- '
cion era Barthelemy, ,. por los tratados de paz
que había concluido con la Prusia y la Espaüa ,
pero no merecia la confianza de los patriotas. En
los ejércitos se iban ya formando gl'andes genel'a-
les y se preparaban otros mayores, pero no habia
todavia entre ellos una superioridad decisiva y
ademas era universal la desconfianza de los mili-
tares, pudiendo decirse, como acabamos de insi-
nuar, que no habia mas que dos !reputaciones
asentadas, la de Carnot y la de Sieyes, y pOI' eso
ya que no se pudo tener la una, se echó mano de
la otra. Barrás era hombre de accion, y Hewhell
y l ..e Tourneur eran trabajadores , al paso que
Larreveillere Lepaux era prudente y honrado :
de suerte que en aquellas circunstancias hubiera
sido dificil componer mejor la magistratura su-
prema.


No era nada buena la situación en que aquellos
cinco magistrados ascendian al poder y bien ne-




Dlt~t:CTORIO (1795). 303
cesitaban los unos mucho valor y virtud y los
otros mucha ambicion para aceptar semejante car-
go, porque se hallaban en el dia siguiente de un
combate en el cual habia sido preciso valerse de
una faccion para vencer á otra, Los patriotas que
acababan de derramar su sangl'e se mostraban
exigentes, mientras que los seccionarios no habian
perdido nada de su orgullo, y en una palabra la


, jornada del J3 de vendimiario no hahia sido una
de aquellas victorias seguidas del terror que ya
que someten el gobierno al yugo de la faccion
victoriosa le lihertan á lo menos de la faccÍon
vencida; sino que Los patriotas habían levantado
la cabeza sin que quedasen sometidos sus adver-
sarios. Estaba inundado Paris de intrigantes de


<C


todos los partidos, agitado por toda clase de am-
hiciones , y entregado á)a mas espantosa miseria,


Asi entonces como en el mes de prerial faltaban
las subsistencias en todos los pueblos grandes y
el papel moneda causaba el mayor desorden en las
transacciones y dejaba sin recursos al gobierno.
No habiendo querido la convencion ceder los
bienes nacionales por triple valor del que tenian
en 1790 ,se habian suspendido las ventas á papel
y como este no se amortizaba pOl~ este medio j se-
guia en la circulación y cada dia se despreciaba
mas. En vano se discurrió la escala de proporcion
para disminuir la pérdida de los que recibian su




304 llEVOLUCION FRANCESA.
paga en asignados, porque aquella no lcs reducía
mas que á un quinto mientras quc en la realidad
no representaban los asignados ni la 150.ma parte
de su valor primitivo. Como el estado no recibía
sus contribucion es mas que en papel, estaba tan
arruinado corno los particulares, pues aUnf{UC la
mitad de la territorial la cobraba en frutos, lo cual
le serviamuy bien palfa surtir á los cj-(;rcitos de
alg'unos géneros, le faltaban con mucha frecuen-
cia medios de conduccion y los víveres se pudrian
en los almacenes. Para colmo de desgracia se ha-
llaba obligado, como ya hemos dicho, á surtir á
Paris y daba cada racion :por:un precio determi-
nado en asignados, que apenas cubria la centési....
ma parte de su costo. Es cierto quc este era el ún-i-
co medio posible de dar á lo menos pan á los ren-
teros y empleados públicos á quienes se pagaba
en asignados; pero no dejaba de elevar los gastos
á un precio enorme. Por:ott'a pal'te como el estado
no tenia otra 'cosa que papel para atender á todo,
hahia hecho emisiones sin término de asignados ,
y en pocos meses hablan subido desde 12 mil mi ...
Bones emitidos á 29 mil, de suerte 'que descon-
tando las entradas hechas anteriormente y los que
estaban en caja, escedia la sumacirculante dc 19
mil millones, cosa inaudita hasta entonces en ha~
cicnda. Para ponel' un coto á estas emisiones, Jo....
gl'Ó aquella comision de los cinco instituida en los




IlTRECTOIlW (f 7!);j) 30;j
'últimos elias de la convención para proponer me-
<-\ios estraorúiuarios t\e po\ieia y hacienda , hacer
que se decretase una. contribución cstraonlinaria
de guerra de 20 veces la contribucion tccritorial
y de 10 veces el impuesto sobre las patentes, la
cual podia dar de sí de seis ú siete mil millones
en papel. Pero estacontribucion no se había de-
cretado mas que como un principio , y entretanto


•que se mandaba exigir se les daban á los asentistas
inscri pcioues de rentas á un precio ruinoso , es de-
cir , (Iue se les adjudicaban cinco francos de ren-
ta por solo diez francos de capital. Tambien se hi-
zo el ensayo de un préstamo voluntario al tres pOI'
ciento" que fué tan !ruinoso como mal cubierto.


En aquella espantosa escasez los empleados pú-
hlicos'jio podian vivir con sus sueldos y la mayol'
parte daban su dimision; tambien abandonahan
los ejércilos muchos soldados, en térrninos de ha-
berlos reducido una tercera parte de su número y
se venia n á las ciudades, donde la debilidad del
gohierno les permitía residir impunemente, Así
los nuevos magistrados supremos de la república
se hallaban abrumados con la obligacion de man-
tener cinco ejércitos y una capital populosísima
sin contar con otro recurso que la emision de asig-
nados , y ademas tenía que reclutar los tales ejer-
citos y reorganizar el gobierllo en presencia dc dos
facciones enemigas.


lX


. :




306 RE\'Or.UCION FB.ANCBSA.
Pero es tan grande la necesidad del órden en


las humanas sociedades, que ellas mismas se pres-
tan á su restahlecimiento y auxilian eficazmente
á los que· se encargan de reorganizarlas , lo cual
seria del todo imposible si ellas no se prestasen;
pero esto no disminuye el mérito de los que
se atreven á encargarse de semejantes empresas.
Cuando los cinco directores se presentaron en el
palacio de Luxemburgo no encontraron en él ni.
siquiera un mueble, pero el portero les prestó
una mesa coja, un pliego de papel y un tintero
con el cual se escribió el primer mensage á los
dos consejos, anunciándoles que el directorio que-
daba constituido. No habia tni siquiera un real en
tesoreria , y cada noche se imprimían los asigna-
dos necesarios para el servicio del dia siguiente,
y se distribuian todavía húmedos de las impren-
tas de la república. Reinaha la mayOl' incertidum-
bre en materia de víveres, y durante muchos dias
no se habian podido distribuir mas que algunas
onzas de pan ó arroz al pueblo.


El primer pedido que se hizo fue el de algunos
fondos, porque segun la nueva constitucion era
indispensable para cualquier gasto que precediese
una peticion de fondos con destino á cada minis-
terio ; y entonces los consejos daban órden á la te-
soreria, que habia quedado independiente del di-
rectorio , pal'a que entregase los fondos decretados




DIRECTORIO (1795). 307
1ml' ellos. Pidió pOi' de pl'onto el directorio tres
mil millones en asignados, que .le fueron conce-
didos y fue indispensable convertir inmet:liata-
DIente en numerario. Pero la primera duda que
ocurrió fue saber quien habia de hacer esta
conversión , si la tesoreria ó el directorio , porque
si lo hacia la primera , salia de sus atribuciones
que estaban reducidas á la vigilancia; mas con to-


.do eso se la autorizó para aquella negociacion y
resultaron Iíquidos en numerario de 120 á 125
millones de francos. Con esta suma apenas lurbia
lo suficiente para los primeros g~stos corrientes ,
y no se perdió un instante en trabajar un plan de
hacienda, que el director-io ofreció presentar á los
consejos dentro de breves dias, Entretanto era ne-
cesario mantener á Paris donde se carecia de todo,
y no habia sistema alguno lorganizado para hacer
las requisiciones; por' lo cual solicitó el directorio
la autorizacion para exigir en los departamentos
inmediatos al del Sena la cantidad de 250 mil
quintales de trigo á cuenta de la contribucion ter-
ritorial que se pagaba en frutos. Pensó luego el di-
rectorio en proponer una multitud de leyes para
reprimir toda especie de desórdenes y particular-
mente el de la desercion , que cada dia iba dismi-
nuyendo la fuerza de los ejércitos, Al mismo tiem-
})() eligió los sugetos que debían componer la ad-
ministracion ,y se confh'i{) el ministerio tic la jus-




308 REYOI,UClON FRANCESA.
licia Ú l\1erlin Douay, mandando venir :al general
Aubert-Duhayet del ejército de las Costas de Cher-
hurgo para conf1arleel de la guerra; á Carlos La-
croix :> se le dió el de negocios estrangeros; á
Faypoult i el de hacienda y á Benezeoh '7 el del
interior. Luego se dedicó el directorio á escogel'
entre la multitud {le pretendientes los hombres
mas capaces de desempeñar los destinos públicos,
pero no era posible que en aquella precipitacion,
dejase de hacer algunas elecciones ll1UY malas. So..
bre todo, empleó ámuchos patriotas que se ha-
bian distinguido por~u imparcialidad y juicio.,
no siendo posible pasarse sin ellos despues de lo
ocurrido el dia 13 de veudimiario , mucho In as
cuando el gobierno todo entero, 'directores , mi--
nistros , y empleados de toda especie se habían
formado en odio del espíritu de aquella jornada.
Los mismos diputados convencionales no fueron
todavía llamados de sus respectivas comisiones en
las provincias, contentándose con noticiarles la
instalacion del nuevo gobierno y dándoles tiempo
para que concluyesen sus tareas. De aqui se siguió
que Freron á quien habian enviado al Mediodia
para apaciguar los furores contra-revolucionarios,
pudo continuar su visita en aquellas desgracia-
das comarcas. Todos cinco directores trabajaban
sin descanso y desplegaban en aquellos primeros
rromcntos el mismo celo que antes vimos en los




HIHECTOHIO (i in,")). 309
miembros de la comisision de salud pública en los
vara siempre memorables dias de setiembre y oc-
tubre de 1793.


Desgraciadamente se habian aumentado las di-
íicultades con las denotas, y en particular in-
quietaba mucho la retirada que se liabiu visto pre-
cisado á hacer el ejército del Sumhra y Mosa. Ya
hCIllOS visto como no pudo verificarse la iuvasion




proyectada en Alemania it causa. de su vicioso plan
y de la traición de Pichegrú. Se hahia intentado
pasar el H.hill por dos puntos y ocupar con dos
ejércitos su orilla derecha, para lo cual des pues de
pasar Jourdan COIl bastante felicidad , habia salido
de Dusseldorf y se había encontrado á orilla del
Lalin cerrado en ue la línea prusiana y el nhin ,
escaso de víveres y de todo y sin poder vivir en
aquel pais neutral como lo hubiera hecho ú dis-
creciou en uno conquistado. Mas esta escasez hu-
hiera durado poquísimos días si hubiese podido
avanzar en el puis enemigo y reunirse con Piche-
grú, que COIl tanta flcilidad podia pasar el Rhin
desde Manheim. Eutouccs hubiera podido Jour-
dan reparar' los defectos del plan de campaña á
que le haLían sujetado; pel'O Pichearú , que esta-
La todavía regateando con los agentes de Condé so-
bre las condiciones de su desercion , no habia
hecho pasar el Hhin mas que á un cuerpo insuíi-
cien te , obstinándose en no atravesar el rio con Lo-




310
llo el ejcl'cito y lt(~janlIQ á Jourdan com prometido
en medro de la Alemania. Esta sitrraeion no podia
durar mucho tiempo y cuantas personas tenian la
menor noción de la guet'ra estaban ternhlando po.r
Juurdan. Asi se lo escribia ú todos sus amigos el ge-
neral Hoche desde la Bretaña donde se hallaba de
cornandante , y en efecto se vió precisado {.. ~,eti­
rarse y volver á pasal~ el Rhin ohrando en cllo


,


con mucha prudencia y adquiriendo IDUdlO apre-
ci{)l [>0'1' lo, bien que condujo la retirada.


Mas esta misma era un ohjcto tic triunfo pa.'a
tos. enemigos de la repúhlica quc esparcían sobre
ella las voces mas siniestras, y no tardaron en ve-
rificarse en el momento mismo de' la instalación
del ltil~ectoáo. El prjnci pal vicio del plan adop-
tado pOI' la comisión de salud pública cousistin en
divid ir nuestras fuerzas, dejando así al enemigo
que ocupase á lUaguncia, y con ella una posición
central, é in~:pil'ándole la idea dc reunir las su-
yas. y caer con toda su masa sobre cualquiera de


1 .,. ]"'" r.' l . ,uuestros l os eJcl'crtos•. ~sto IlIC o CIne SUSCIto en
el general Clerfilyt un pensamiento feliz que pro--
haba mayo!' ingenio del que habia manifestado
l.a,sla entonces y que el <[ue luego mostró en la
ejecucion, Estaba bloqueando á Maguncia,un cuer-
po de,30 mil frauceses , IDas corno Cled¡'yt era due-
ñu de la plaza, podia desembocar por ella y ani...
quilar aquel 'cuerpo de bloqueo ántes fIuC JJUl·....




DInscronro (1195). 3 t 1
dan y Pichegl~ú hubiesen tenido tiempo de socor-
nerle. En efecto escogió con mucho tino el instan-
te oportuno ,pues apenas se habia retirado JOUl~­
dan al Bajo-Rhin pOl~ Dusseldorf y Neuwied, cuan-
do dejando Clerfayt un destacamento pal'a obser-
vade, se fué á Maguncia y concentró allí sus fuer-
zas pal'a desembocar de repente sobre el cueq}o
de bloqueo. Esle se hallaba bajo las órdenes del
genel'al Schaal y se estendia en semicírculo al re-
dedor de l\I.lguncia formando una linea como de
cuatro leguas. Pero por mas cuidado que se hu-
biese tenido en fortificarla , no habia sido posible
cerrarla del todo pOI' su mucha estension , y Cler-
fayl qlie la hahia observado muy bien, sabia que
habia en ella algunos puntos accesibles. Debiendo
apoyal'se la estremidad de aquella linea semicir-
cular en el CUl'SO superior del Rhin , dejaha entre
103 últimos atrincheramientos y el rio una estensa
pradera , que fué el punto por donde resolvió Cler~
filyt dil'ig-il' su principal esfuerzo. El dia 29 de
octubre desembocó por l\faguncia con fuerzas res-
petables , aunque no tantas que pudieran hacer
decisiva la operación. En efecto le han echado en
cara los militares haber dejado en la orilla dere-
cha un cnel'po, que bien empicado en la izquier-
da, habria inevitablemente ocasionado la ruina de
una parte del ~~jército francés. Destacó Clerfayt
por aquella pradera que llenaba- el intérvalo eu-




REVOLUCION FUANCESil.


tre el Hhin y la linea de bloqueo una columna-
que :~111a('chó armas al hombro , al mismo tiempo
que subía por el rio una flotilla de lauchas caiío-
rieras para auxiliar el movimiento de la columna.
Lo restante de su ejército marchó directamente al
frente de las lineas y mandó dar un ataque pronto
y vigoroso. Viéndose la división francesa que es--
taba situada en el estremo del semicírculo ataca-
da ú un lUiSIDO tiempo de frente, Ilauqueada por'
un cuerpo que destilaba por la orilla del rio y ca-
ñoneada por una flotilla cuyas balas pasaban pOl'
encima de sus cabezas, se asustó y echó á huir
en desorden. Entonces se encontró descubierta la
división de Saint-Cyr que estaba situada inmcdia-
tamente despues, y se vió amenazada de ser en-
vuelta" Por fortuna la sacó del peligro la serenidad
y buen ojo del general, el cual hizo un cambio.
de frente hácia atrás y ejecutó su retirada en buen-
órden advirtiendo á las demas divisiones que hi-
ciesen otro tanto. Desde entonces se abandonó to-
do el semicírculo , y la división Saint-CYl' hizo su
movimiento de retirada sobre el ejército del alto
Hlrin ; mientras que las divisiones Mengaud y Re-
naud, que ocupaban la otra parle de la línea,
hallándose separadas, se replegaron sobre el ejér-
cito del Sambra y ~Iosa, de que por fortuna se iba
adelantando hácia I1unds-Ruck una columna man-
dada por Marccau. Fue tan dificil la retirada de




l)lllECTORIO. (1795). 31~r
uquellus dos últimas divisiones, que habria llega-
do á ser imposible si penetrado Clerfayt de la im-
portancia de su maniobra hubiera obrado con ma-
sas mas fuertes y con m-ayOl' rapidez. En tal caso-
hubiera conseguido, segun el dictamen de los mi-
litares , romper la linea francesa, flanquear rápi--
darneute las divisiones que marchaban hacia el


• Bajo Hhin , envolverlas y encerrarlas en el ángulo
(Iue forma el- rio desde IHagullcia á Bingen.


.Mas no por eso dejó dc ser muy bella la manió-
hra de Clerfayt y es la primera de este género que-
ejecutaron los coligados. Mientras que él ocupaba
de este modo las líneas de :Maguncia ,hacia Wurrn-
ser un aL:Hlue simultáneo contra Pichegrú y le to-
maba el puente del Necker rechazándole hasta los
muros de Manheim : de suerte que á un mismo
tiempo se veian los dos ejércitos franceses reple-
gados del lado acá del Hh in , y aunque conser-
vaban ú Manheirn , Neuwied y Dusseldorf, tam-
hien se encontraban separados uno de otro por
Clerfayt, que habia despejado todo cuanto blo-
queaba á Maguncia, y hubieran corrido gTandes
pe1igTOS con un genel'al atrevido y ern prendedor.
Este último suceso les hahia afectado mucho y los
fugitivos habian llcgado hasta lo interior aumen-
tando el espanto la desnudez. Por fortuna Clerfayt
no se daba mucha prisa y empleó mucho mas tiem-
po del necesario en concentrar todas sus fuerzas.




3t~ UE\'OLUCIO~ FRA~CES,\.
Llegaron estas tristes noticias á Paris en los días


1:1 Y12 de brumavio en el momento mismo de la
instalacion del directorio, y contribuyeron mucho
it aumentar las dificultades de la nueva organiza-
cion republicana. Otros sucesos muy importantes
en la apariencia , aunque en la realidad menos
{,"Faves, ocnrr'ian en el Oeste, donde amenazaba
UN nuevo desembarco de emigrados. Despues de
aquel tan funesto de Quiberon , que como ya he-
mos dicho, no se ejecutó mas que por una parte
de las fuerzas' llrepal'adas pOI' el gobiel'llo ingles,
se hahian trasl.ulado ú su flota los restos de la es-
pedicion y depositado luego en la isleta de Ouat.
Allí desembarcaron tambieu las desgraciadas fa-
milias del Morhihun que hahiuu salido á recibir
la cspedicio n y el resto de los l'cp;imiclltos emi-
grados. No tardó en sentirse allí una epidemia agl'a-
bada con horribles discordias; y al cabo de algun
tiempo llamado Puisave por todos los Chuall'es que
habian roto la pacilicacion y no atribuia n mas que
ú los Ingleses y nu Ú su antiguo gcfc la desgracia
de QuiLcl'on , se vol "ió á Brctuün donde todo lo
tenia preparado para redoblar las hostilidades. Du-
rante la espet.icion de Quiberon hahian pel'mane.
cilio inmóviles los gefes del Vendée pOl'qUC no se
habiu dirigitlo ú su puis y porque los agentes de
Paris habian prohibido que se favoreciese á Pui-
saye, sin que tal vez dejara de influir tamhien al-




nIREC"fORIO (1795). 315
go el cstár ag'uanlando que se decidiese la victo-
ria pal'(l declararse, Solo Charétte habia entrado
en contestaciones con las autoridades republicanas
con ocasión de algunos desórdenes que se habían
cometido en su distrito, y de algunos- prepm'ati--
vos militares fIne estaban haciendo y de que se le
reconvenia ; pOl' manera fluC casi había roto abier-
tamente. Acababa de recibir por conducto de Pa-
ris nuevos favores de Verona con el nombramien-
te {te general en gefe de los paises católicos flue es
lo (tue tanto había deseado. Al paso quc esta llue-
va digni·d·ad habia entibiado el celo de sus rivales,
habia escitado el suyo al mas alto punto y no es-
}lera1>a mas que la llegada de otra nueva espedi-
cion dirigida á sus costas, con lo cual y con haber-
te ofrecido el comodoro 'Varen los sobrantes de
las municiones que quedaron de la de Quiheron ,
no vaciló un instante en dar un ataque general
en la costa para hacer replegar los puestos repu-
bJieanos y recogió alguna pólvora y fusiles. Al mis-
mo tiempo desembarcaron los Ing'leses en la costa
del MOl'bihan ti las desgl'aeiatias tamil ias que hubiau
Hevudo en su séquito y que se morian de hanl-
bre y miseria en la isla de Ouat. En resolucion,
quedó rota la paciticacion y restablecida la guerra.


Hahia ya largo tiempo que los tres generales re-
publicanos Aubcrt-Duhayct, Hochc y CaIlclaux,
fIue mandaban los tres ejércitos llamados de Cher-




316 ItE\'üLUC1ÜN FIlANCES,\-.
burgo, Brest y el Oeste miraban como rota la pa-
cificacion no solo de la Bretaüa mas tambien la


,


del Bajo Vendée, acerca de lo cual se reunieron á
conferenciar en Nantes y no habian sabido qué
resolver. Mas entretanto tomaron sus disposiciones
para acudir individualmente á cualquier punto
que fuese amenazado. Se hablaba bastante de un
nuevo desembarco y se decia Jo que era verdad,
esto es , que el de Quiberon no había sido mas que
el primero y no tardaría en seguirse el segundo..
Advertido el gobierno de este nuevo peligro que
amenazaba las costas, nombró ú Hache comandan-
te del ejército del Oeste, como que cn efecto el
vencedor de \Vissclnbul'go y de Quiheron era el
hombre que merecia la confianza nacional en aque-·
Ha urg-ente circunstancia. Fuese inmediatamente á


e


Nantes Ú reernplazar Ú Canclaux , y los tres ejér-
citos destinados ácontener las provincias insurgen-
tes fueron sucesivamente reforzándose con algunos
destacamentos venidos del Norte y con muchas di-
visiones (lue hahian (plc¡.lallo (lisponibles de resul-
tas de la paz de España. Pidi() tainhien Hache la
autorizucion para sacar otros nuevos destacamen-
tas de los ejércitos de Brest y de Cherburgo, á fin
de aumentar el del Vendée, que ascendióá 1,.4 mil
hombres. Estableció puestos bien fortificados á
orillas del Sevre Nantés , que corre entre los dos
Vendées y separaba la comarca de Stofllct de la de




lnUECTORIO (179;'5). 317
Charéttc ,para aislar á estos dos gefes é impedir-
les que obrasen de concierto. Este último se ha-
bia quitado ya del todo la máscara y proclamado
formalmente la 'guerra, pero Stoffiet, Sapinaud y
Scepaux celosos por una parte del nombramiento
de generalísimo en Charétte ,éintimidados por
otra con los preparativos de Hoche y sin estár se-
guros de la llegada de los Ingleses, no se atrevían


·á moverse todavia. lUas al fin apareció la escuadra
inglesa, primero en la bahia de Quiberon y des-
pues en la de Ile-Dieu en frente del bajo Vendée ,
trayendo dos mi~ hombres de infantería inglesa,
quinientos caballos equipados y montados, cua-
dros de reg'imientos dc emigrados, gl'an número
de oficialcs, arnus, municiones , víveres ,vestua-
rios para un cjército considerable, fondos en me-
tálico y POl' último el príncipe tan esperado. EH
'Caso dc que la espedicion tuviese algun principio
de ventaja, la seguirian otras fuerzas mas consi-
-derables , sobre todo si el príncipe daba muestras
de querer sinceramente ponel'se al frente del par-
tido realista. Apenas fué divisada la espedicion
-desde las costas cuando todos los gefes realistas
enviaron emisarios al príncipe pal'a hacerle pre-
sente su celo y reclamar el honor de tenerle á su
frente y concertar sus esfuerzos. Charétte, como
dueño dcl litoral, estaba mejor situado que los
otros para concurrir al desembarco, y así su fama




318 REVOLUCION FRANCESA
COU10 el voto general de toda la emigracion llamaban
la espedicion hácia él , por lo cual envió tambien
sus agentes para concertar el plan de operaciones.


Entretanto no se descuidaba Hoche en hacer sus
preparativos con aquella actividad y resolución
acostumbradas : y formó eL pr9yecto de dirigir tres
columnas desde Challans , Clisson y Santa Hcrmi-
nia , que eran tres puntos situados en la circunfe-
rencia del pais mandando que se reuniesen en Be- ,
llcvilLe que era el cuartel general de Charétte. Estas
tres columnas que constaban de veinte á veinte y
cinco mil hombres debían sujetar á la comarca y
arruinar el principal establecimiento de Charétte y
dando contra él un ataque brusco y vigoroso no po-
dian menosde desordenarle en términos que no
pudiese pl'otegel' el desembarco del príncipe emi-
gl'ado. En efecto se pusieron en marcha las tres CD-
lumnas y Ileguron sin obstáculo á Bellevillc ; pel'o
no encontraron allí á ,Charétte, el cual habiendo
reunido de nueve á diez mil hornbres , :se hahia
encaminado á Luzon con intento de llevar la guer-
ra hacia el Mediodía del pais y alejar de las costas
la atencion de los republicanos. Este plan estaba
muy bien concehido, pero impidió su ejecucion
la energía de su contrario, y mientras quc Hoche
entraba en Belleville con sus tres columnas , esta-
ba Charétte delante del puesto de Saint-Evr , 'Iue
cubre el camino desde Luzon fa Sables. Atacó el




DIRECTORIO (1795). . . 319
puesto con todas sus fuerzas; PC1'O doscientos re-
publicanos que se retrincheraron en una iglesia
hicieron una resistencia heróica y dieron tiempo
á que llegase la division de Luzon que habia oido
el cañoneo y IJcurlió /1 su socorro, A cometido C)N~-


rétte POl' el flanco fue completamente batido y
precisado á dispersarse y vol ver á entrar en lo in-
terior de la mar-isma.


No encontrando ya .Hocl.c enemigo á quien
combatir y descuhricndo el verdadero intento de
su movimiento volvió á traer sus columnas á los
puntos de donde habian sal ido y se ocu pó en
atrincherar un camparnento en Soullans cerca de
la costa pal'a caer sobre el primer cnel'po qne in-
tentase desembarcar. En el entretanto el principe
emigrado, rodeado de su numeroso consejo y de
los comisionados de todos los gefes bretoncs y del
Vendée, continuaba deliberando sobre 103 planes
de desembarco y daba tiempo á 1I0che para pl'e-
paral' sus medios de resistencia; de suerte que las
velas inglesas á la vista no hacian otra cosa que
Pl'ovocal' los temores de los republicanos y las es-
peranzas de los realistas,


Asi desde los primeros dias de la instalación del
directorio pat'cce flue se habian conjurado la der-
rota delante de lUag;uncia y un desembarco inmi-
nente en el Vendée, pal'a preocupar los ánimos y
para que los enemigos del gobierno opusiesen




REVOLUCION FRANCESA


obstáculos á su consolidacion. Mandó esplicar ó
rlesmentir una parte de las voces que seesparcian
acerca de la situacion de las dos fronteras y se ilus-
tró al púhlico sobre los sucesos que acababan de
ocurrir. No era posible disimular la derrota sufri-
da delante de las líneas de Maguncia; pero res-
.pondió el gobierno á los discursos de los alarmis-
tas diciendo que todavia conservábamos ú Dussel-
dorf y á Neuwied; que tambien poseiamos á lUan- ,
heim y que por consecuencia tenia todavia el ejér-
cito del Sambra y Mosa dos cabezas de puente, y
una el ejército del Hhin para pasar cuando quisiera
.al otro lado; y por tanto que nuestra situación
era igual á la de los Austriacos porque si ellos eran
dueños de las dos orillas teniendo á Maguncia,
también lo éramos nosotros poseyendo á Dussel-
dorf , Neuwied y Manheirn, El razonamiento era


1


sin duda esacto , pero de lo que se trataba era de
saber si prosiguiendo sus ventajas los Austriacos,
tardarian mucho en desalojamos de Neuwied y de
lUanheim y se situarian en la orilla izquierda en-
tre los Vosgos y el Mosella. En cuanto al Vendée ,
dió pal'te el gobierno de las vigorosas disposicio-
nes de Hoche , que no podian menos de tranqui-
lizar á los hombres de buena fe, pero no dejaban
de inquietar á los patriotas exaltados, ni impedian
que los contra-revolucionarios esparciesen recelos.


En medio de tales peligros redoblaba sus es-




DIRECTORIO (1795). 321
fuerzos el directorio pal'a reorganizar cl gobierno,
la administracion y sobre todo la hacienda. Ya di-
jimos que se le habian concedido tres mil millo-
nes de asignados, que produjeron ciento y tantos
millones de francos; pero hubo de suspenderse
e I empréstito voluntario (Iue se habia abierto al
tres por ciento, pOl'que pOl' un capital en papel
prometia el gobicrno una renta efectiva y estc:era
.


un contento ruinoso. Todavia no se habia puesto
en ejecucion la contribucion estraordinariu de
guelTa propuesta pOI' la cornision de los cinco, y
escitaban muchas quejas contra aquel último acto
Tevolucionario de la convencion en perjuicio de
los contribuyentes. Iban á paralizarse todos los ser-
vicios, y hasta los maestros de posta, á quienes se
pag-aba en asignados habian anunciado que iban
á cesar porque no les cuhriau sus pérdidas los so-
corros insuficientes del gohierno. Lo mismo sucedia
con los correos , lo cual equivalia á interrumpirse
de pronto todas las comunicaciones aun por es-
crito desde todos los puntos del territorio..Era
pues urgentísima la presentacion del plan de ha-
cienda ofre .rdo , porque era la mas perentoria
necesidad del estado y la primera obligacion del
directorio; y en efecto se comunicó á la comisión
de hacienda.


Podía valuarse la masa de asignados que esta-
han en circulacion en unos 20 mil millones de


lX.




322 REVOLUCION FRANCESA.
francos y aun suponiéndoles todavia el uno por
ciento de valor cosa que no sucedia así, todo lo
mas á que podria ascender seria á 200 millones
efectivos. Es verdad que hubiera podido tomarse
por de pronto la providencia de no admitirlos
mas que al curso corriente, asi en las transac-
ciones individuales C01110 en el pago de contribu-
ciones y compras de bienes nacionales, con lo que
al momento hubiera desaparecido aquella enorme
masa de papel ; ademas quedaban todavia por ven-
der sobre 21 mil millones de francos de bienes
nacionales comprendiendo los de la Bélgica y los
bosques públicos, con cuyos recursos se podían
amortizar los 20 mil rnillones reducidos á 200 Y
hacer frente á nuevos gastos. Pero era muy dificil
de tornar aquella grande y atrevida providencia ,
pues no solo la rechazaban los hombres escrupu- .
losos que la miraban como una verdadera bancar-
rota, sino tambien los patriotas, diciendo que
esto era arruinar los asignados.


Ni unos ni otros tenian razon; porque la tal
bancarrota , en caso de que lo fuese", era inevi-


,.. El empeño de defender paradojas y disculpar todas las
medidas esencialmente revolucionarias obliga muchas veces
al autor de esta historia á echar mano de 'sofismas que dicen
muy mal con su claro entendimiento. Tenían muchísima razon
los que decían que esta era una verdadera bancarrota y no se
necesitaba ser muy escrupuloso para oponerse á ella. Es tal




DIRECTORIO (1795). 323
table y se verificó mas tarde. Solo se trataba de
abreviar el mal, es decir, la coníusion , y resta-


el embrollo de paralojismos qlW env~le!ve todo este Ixírt'afo,
que dificilmcutc podra comprenderle el lector. Eu primer hi-
gilr el estado habia estado obligando durante cinco años ¿í to-
dos SllS acreedores á que recibiesen los asignados por todo su
valor , y ahora trataba de no recibirlos de sus deudores sino
por la centésima parte de él. En segundo, que una grall par-
se de los poseedores de asignados, lo eran pOI' fuerza, su-
puesto que los sueldos y las reintegraciones de oficios enage~
nados y los antiguos emprcstitos , todos se hahian pagado en
papel por su valor nominal; y todavia se empeña MI'. Thiers
en que esto no era una verdadera bancarrota , y se devana
los sesos para probar con una comparacion inexactísima , que
segun el mismo principio hubiera tenido que abonar el tri-
ple de lo que valían en 1790. No, no es verdad que aquel
principio conduzca á una consecuencia tan absurda. El estado
no tenia otra obligacion mas 'loe Ia de cumplir lo ofrecido , y
cuando esto no fuese posible hncer lo que hacen los particu-
\aI'CS, \a bancalTola de huena fé. El fundamento de todos es-
tos sofismas uo es otro :mas que la siglliíicacioll de la palabra
Estado porque parece (Iue hay un empeño en que los acree-
dores , solo por serlo, ya no hacen parte de él , sino que son
como uua especie de enemigos suyos. De aquí nacen todas
esas falsas doctrinas de la comiersion de rentas con que se
está amenazando hace años á esta porcion respetahilísima del
estado que le sacó de sus apnros con condiciones solemnes y
espresas y á quienes se trata de defraudar tomando por lwe-
testo al estado mientras que por otra parte se pone ~í este deu-
dor fuera de las condiciones de todos los deudores ordina-
rios ; esto es, paga cuando quiere y puede y deja de pagar
cuando no puede Q no quiere; selIala el mismo el interes del




324 RBVOLUCION FRANCESA.
blecer el órdcn en los valores, única justicia "!fue
el estado no pucdc dispensarse de hacer ú todo el
Inundo. No hay duda en que á primera vista era
nna bancarrota compl'ar hoy por un franco un
papel que en 1790 se habia vendido por ciento y
que contenia entonces la promesa de 100 francos
en tierras. Segun este principio, hubieran debi...
do conlprarse los 20 mil millones de papel por
el triple de su valor y pagarle integramente : pero
los bienes nacionales apenas hubieran bastado pa..
ra cubrir esta suma. Aun en el caso que se hubie..
ra podido pagarla íntegramente , era preciso con-
siderar cual era la suma recibida por el estado al
emitir los 20 mil millones, y puede que no as-
cendiesen á 5 mil millones. No se hahian recibido
de sus manos mas que pOi' este valor y adenias
habia ya reembolsado por medio de las ventas un
valor igual en bienes nacionales. Hubiera sido
pues muy injusto para el estado, es decir, para
los contribuyentes, considerar los asignados con


capital qne torna y en la forma que le conviene, y lo varía
cuando se le antoja y prodiga las ofertas y las obligaciones,
pero sin que nadie pueda precisarle á su cumplimiento , mien-
tras que él tiene en su mano todos los medios coercitivos "a-
ra estrujar á sus deudores. Digase enhorabuena (Ine esta es
la ley de la necesidad, pero no se intente probar que la h,1O-
carrota no es hanoarrota , sopena de que nos veamos preci-
sados á decir que lJaY palnbras que son un verd<lJcJ'O sofisma.


(N. del T.)




lHHECTOIHO (1795). 325
alTeglo Ú su valor primitivo; y así era preciso con-
sentir en no tomarlos sino á menos precio y aun
ya se habia 'ptincipiudo á ejecutar adoptando la
escala de proporciono


No hay durlu en (Iue muchas pel'sonas conser--
vaban todavia los primeros asignados que se emi-
tieron sin haberlos cambiado ni una sola vez, los
ella les indudahlcmcn te sufririan una pérdida
enorme ,COll10 (púen los recibió casi ú la par y
los vé reducidos á cero. Pero esta no era. mas que
una ficción pOl'que no es verosimil que ninguno
atesorase papel sino que cada cual se daba prisa
ú salir de él sufriendo una parte de la pérdida;
y como todo el mundo hahin aguantado su parte
de hancari-otu , dejaba ya de serlo. * Consiste la
bancarl'ota do un estado en hacer soportal' ú algu-
HOS i udi viduos , es cleci l' Ú los ucrecdorcs , la deuda
(Iue no se quiere (IHe PcS(~ sobre todos los contribu-
-ycntc'6 ; ahora pu(',:'. ,~\ t{H..\O d \\\\\\H\O hahla sul\'i,lo
mas Ó mcuos COIl d dcspl'ct'io de los asignados,
no había hanca rrota para nadie. Mas todavía r~e
podia alegar ot ra razon mas podel'osa y es la si-
~uielltc. Supongumos que el asignado no hubiese
Jiajado de precio mas (lue en manos de alg"unos y
por consijruiente pel'j udicado solo á ciertos iudi-


* Dcsafimuos a todos los solistas del IlIlI 11 do ;í que desaten
t'~te embrollo. El mas diestro jugadl)l' de manos se quedaria
cou la boca abierta al escuchar este l¡¡ll'io(~illio. (N, del. T)




326 REVOJ.UCION Fl\A~CES.\.
viduos , ya habia pasado á manos de los especu-
\ac\Ol'CS el papel y esta sola dase es h quc habria
recogido el fruto de una elevucion inconsiderada
de su valor mas bien fIue los verdaderamente per-
judicados. 1>01' eso habia escrito Calonne un folleto
en Lóudres en ({ue decia con mucha razon que se
en~añahan mucho los que creian que la Francia
estaba agoviada con el peso de los asignndos ,cuan-
do al contrario este papel moneda era un medio.
seguro para hacer la bancarrota sin declararla ..
Solo hubiera debido añadir; para esplicarse con
filas justicia , que era un medio de hacérsela so-
portal' ú todo el mundo, es decir, á nadie.


El'a pues Jnuy racional y muy justo atenerse á
la realidad y no admitir los asignados mas que
por su verdadero valor, allllflue dijesen los pa-
triotas que esto era arruina.r los asignados des-«
pues flue ellos hahian salvado it la revolucion y
miraban el proyecto como parto dc los realistas.
Los qne pretendían raciocina.' con mas luces y
conocimiento de la cuestion , sostcuiuu que iha ú
caer de pronto lodo el papel, y (pIe no podría
continuar la circulacinn , supuesto que faltaban
los metales, ó por estar escondido ó por haber pa-
sudo ú manos estrangeras. ~=I porvenir desmintió á
los que así raciocinaban , pero un simple cálculo
hubiera debido desengañarlos de su error: pues
en realidad con 20,000 millones le asignados rc-




DIRECTORIO (1795). 327
presentaban menos de 200 millones') y en otro
tiempo no podia verificarse la circulacion ') segun
los cálculos mas juiciosos, con menos de dos mil
millones en 01'0 Ó en plata. Ahora hien, si en el
día no fig1:H'aban los asignados en ella mas que por
la suma de 200 millones, ¿con qué se hacian las
demás transacciones? Es evidente que debian cir-
cular grandes cantidades dc metales, y circulaban


'en efecto, pero 'solo en las provincias y en los
campos, lejos de la vista del gobierno. Fuera de
que los metales, como todas las mercancias , aflu-
yen donde las llama la necesidad, y no podian
menos de volver una vez quitado el papel, como
volvieron en efecto luego quc pereció por sí luis-
mo.


E"a pues un 'doble error lnuy arraigado en los
lwi/110S el que haci« mirar In reduccion del asigna-
do á su verdadero valor como una bancarrota ó,
como una repentina destruccion de todos los me-
dios de circulacion, Solo tenia un inconveniente,
y era precisamente el que no se echaba en cara ,
como vamos á ver bien pronto. Apurada la comi-
sion de hacienda por las ideas que reinaban, no
pudo adoptar sino en parte los verdaderos pl'in-
cipios de la 'materia , y asi despues de haberse
concertado' con el directorio acordó el proyecto
slguiente. Entre tanto que POl' el nuevo plan vol-
viesen á entrar con la venta de hienes y la cobran-


,~
~.


; t-I',....


, '.
\ t,


.. ~ ~-




:l28
za de con tri buciones valores cfectivos y no Iacti cios,
era necesario servirse todavia de los asignados, y


:asi se propuso estender la emisiou á 30,000 mi Ho-·
nes , pero oblig'ándose á no pasar-de allí, como que
el dia 30 denivoso se habia de hacer pedazos el mol-
de. Con eso se tranquilizaria al publico de que no
habían de hacerse nuevas emisiones, y se consagra-
han para 101; 30,0.00 millones 3000 millones dc fran-
cos en bienes nacionales. POl' consecuencia el asig-
nado ({ue no valia realmente en la circulacion mas
que la 150~méJ parte y aun menos de su valor, que--
daba liquidado en una 30.ma lo cual era una enor-
HU'. ven.t:J..~a \")a.\'~"- tos. te.n.e~\.o\'e.'6d.e P'<\lw1. 1:'<\\)")\)l.en
se consagraban otros 50,000 millones de francos
en tierras para recOlnpcnsal' á los soldados, cuya
promesa se les habia hecho mucho- tiempo antes,
.y así solo quedalJau ya. cinco de los siete mil Dli-
l loues tic que se podia disponer. En estos cinco en-
traban los bosques naciona les, los muebles de los
emigrados y de lacorona , las casas reales, y los
bienes (\e\ clero belga. Bahia pucs toilavia quince
m il mj llones dt' francos disponibles, pCl'O era la
dificultad encontrar el medio de disponer de aque-
1J os valores. Hasta entonces efectivamente hahian
sido los asignados un medio de anticipar su circu-
lacion sin estar vendidos los hienes; pero una vez
supr-imidos aquellos, y no pudiendo contar mas
que con diez mil millones sobre los veinte mil !fue




OIilECTORIO (1795). 329"
exrstran , cuya suma representaba á lo mas tres-
cientos millones de francos, j,'Como realizar el va-
lor anticipado de los bienes y usar de deBos pal'a
los gastos de la guel'l'a'? Esta era la única objecion
que podia hacerse á la liquidacion y supresión del
papel. Se discurrieron las cédulas hipotecarias de
que se habia hablado el año precedente, y segun
este antiguo plan se debia tornar prestado y dar á


,lo.; prestamistas aquellas cédulas con hipoteca es-
pecial sobre determinados bienes. Para encontrar el
préstamo dehia recurr-iese á compañias de ban-
qu~ros que se encargasen de aquellas cédulas, y
en una palabra en lugar de tener un papel cuya
circulacion era forzada, no se tendria mas que una
hipoteca gencl'al sobre la masa de hienes naciona-
les, que variaria de valor todos los dias y se con-
vertia en un papel voluntario, que al mismo tiem-
po era una hipoteca especial sobre una tierra ó
una casa, sin sufrir otra mudanza de valor que la
del ohjeto mismo (Iue representaba. Este no era
propiamente un papel moneda , ni estaba espues-
to it caer porque no entraba forzosamen te en la
circulacion , pero estaba espuesto á no encontrar
donde colocarse. En una palabra consistiendo en-
tonces la dificultad, lo luismo que al, principio de
la revolución ,en poner en circulacion el valor de
los bienes ,quedaha reducida la cuestion á saber
si convcnia m~s forzar la circulacion del tal valor,




230 nEvOLUCIO~ FIlANCESA.
ó dejar que fuese voluntaria: mas como el primer
medio estaba ya apurado, era lllUY natural que se
pensase en ensayal' el otro,


Por tanto se convino en que después de haber
aumentado el papel á treinta mil millones de
francos y despues de haber designado tres mil en
bienes nacionales y otros tres mil en tierras para
los so'lrlaclos de la patria, se crearjan cédulas por
una suma proporcionada á las necesidades púhli- '
cas , y se trataria de ellas con compañias de capi-
talistas. No se quiso sugetar á ellas los bosques
nacionales, sino conservarlos para el estado, y co-
mo importaban poco mas ó menos dos mil millo-
nes de los cinco mil (pIe quedaban disponibles,
se debia negocial' con las cornpa iiias para solo ena-
gCIl:U' su producto durante cierto número de a11OS.


La consecuencia de este proyecto, fundado en
la reduccion de los asiauados á su valor efectivoe ,
era. ~(H.' lte contado la <le no admitirlos en ningu-
na transaccion mas que al curso corviente , y así
hasta tanto flue pOl' medio de la venta del millar
de cuentos que .se les habia designado pudieran
amortiznrse, no debian recibirlos ni los particula-
res ni el estado sino pOl' el valor' que tuviesen
aquel dia. Con eso iba á cesar el desorden de las
transacciones y se hacia imposible todo pago frau-
doloso. El estado iba á recibir valores ciertos por
medio de las contribuciones, que por 110 menos




DIURCTORlü (1795). 33 t
cuhririan los gastos ordinarios '1 y no tendría que
pag'al' en bienes mas <{ue los gastos estraordina-
ríos de guel'l'a. Solo debia reci birse el asignado
pOi' todo su valor nominal en pago de contribucio-
nes atrasadas, que no dejaban de ser considerables
pues ascendían á trece mil millones, y con eso se
proporcionaba un medio facil de que saldasen sus
deudas los que estaban en atraso ,con tal que lo
hiciesen inmediatamente, V se disminuía en otra
tanta suma la cantidad de treinta mil millones
que hahia de reembolsarse en bienes nacionales
al 30. 111 3 pOI' ciento. Luego que se adoptó este plan
por el consejo de los 500 despues de una larga
discusion secreta, se presentó inmediatamente á
los Ancianos, y mientras que estos se preparaban
á discutirle se hahian suscitado en el otro lluevas
cuestiones' acerca del modo de llamar otra vez á


. -


las bauderas ú los muchos soldados que habían
desertado al iuteeior , acerca de los nombramien-
tos de jueces, oficiales municipales y toda especie
de ('11) pleados , que las asambleas electorales, cuan-
do estaban agitadas pOI' las pasiones reinantes en
el mes de vendimiario no habian tenido tiempo ó
ganas de nombrar. De esta manera el directorio
no cesaba un instante de trabajar y proporcionar
ocupaciones áIos dos consejos.


Aquel plan de hacienda que :se hahia sometido
it los Ancianos no carecía de bastante buenos prin-




332 REVOLUCroS FRANCESA.
cipios y sobre todo presentaba algunos de los in-
mensos recursos que todavia tcnia la Francia.Jdas
por desgracia no alcanzaba á vencer la principal
dificultad porque no subvenia inmediatamente á
la penuria actual. Es evidente que con unas con-
tribuciones anuales corno las que tenia la Francia
habia lo suficiente para los gastos corrientes , con
tal que el pa pel no hiciese ilusorio el pag'o de ellas
y con la venta de los 20,000 millones de francos ,
de bienes nacionales destinados á reembolsar los
asignados y proveer á los ga~tos estraordinarios de
la guerra no queda la menor duda de que la Fran-
cia podia salir del paso; pero no era tan esencial
formar un huen plan y fundarle en buenos prin-
cipios, como facilitar medios para hacer frente á
las actuales escasezes.


En consecuencia los Ancianos no fueron de opi-
nion de que debiera renunciarsc tan de pronto á
los asignados y la idea de aumentar la emision en
diez mil millones todo lo .mns que presentaba era
un aumento de recursos de trescientos millones de
francos y esta cantidad era demasiado cOl'tapara
ag'uardar las entradas que hahia de proporcionar
el nuevo plan. Fuera de eso ¿quien aseguraba que
se encontrasen compañias que quisieran tratar de
beneficiar los bosques durante veinte ó treinta
años? ¿Y se encontrarian tam bien quienes acep-
tasen las tales cédulas ó lo que es lo mismo asig-




· TJlRECTOlUO (1795). 333
nados voluntarios? En la incertidumbre de poder
aprovecharse de los bienes nacionales por estos
medios discurridos nuevamente¿ habia de renun-
ciarse al antiguo modo de salir de ellos, es decir
á los asignados forzados? En consecuencia el con-
sejo de los Ancianos, que examinaba muydes.pa-
cio y con gran severidad las resoluciones de los
Quinientos., y ya habia desechado algunas, opuso
su veto al proyecto de hacienda y no quiso apro-
barle,


En mucho apuro puso á todos aquella resolución
volviendo á renacer todas las incertidumbres , con
no poco contento de los contra-revolucionarios,
·que se empeñaban en sostener que eran absoluta-
mente indisolubles las dificultades que ofrecia la
situacion, y no podia menos de pel'ece,r la repúbli-
ca por causa de la hacienda. Tambien se lo temian
los hombres mas ilustrados, que no siempre sue-
len ser los mas resueltos. Por otra parte los patrio-
tas, que ya habian llegado al mayor grado de il'-
ritacion, gritaban, al ver que se habia pensado
en abolir los asignados , que habia empeño en
destruir aquella creacion revolucionaria que ha-
bia salvado la Francia , y pedian que sin vacila-
cion alguna se restableciese el crédito de ellos
por los mismo medios que en } 793, es decir por
el máximun, las requisiciones y la muerte. Era tal la
violencia y acaloramiento, que recordaban los años




33~ llEVOLUCION FRANCESA.
mas críticos y por colmo de desgracia se iban
tambien agravando los acontecimientos en el Rhin,
pOl'que aunque Clerfayt no hubiese sabido 'apro-
vecharse de la victoria como lo hubiera hecho un
gran capitan , no por eso dejó de sacar de ella
grandes ventajas. Habiendo llamado cerca de sí al
cuerpo de Latour, habia marchado contra Piche-
grú y atacádole á orillas del Pfrim y en el canal
de. Fran Kendal y le habia sucesivamente recha-
zado hasta las murallas de Landeau. Jourdan se
líabia adelantado hacia el Nahe atravesando un
pais muy áspero, y empleaba el mayor celo en
hacer la guen'a en aquellas horribles montañas pa.
ra desembarazar al ejército del Rhin, pero sus es-
fuerzos no alcanzaban mas que á moderar .el ardor
del enemigo sin repal'ar nuestras pérdidas.


Por tanto aunque nos quedase lalínea del Rhin
en los Paises Bajos, la teniamos perdida en frente
de los Vosgos, y nos habia quitado el enemigo al
rededor de Maguncia un vasto semicírculo.


En aquel estado de cosas envió el directorio un
pliego de los mas urgentes al consejo de los qui-
nientos, en que propuso una de aquellas resolu-
ciones estraordinarias que se tomaron en las oca-
sienes decisivas de la revoluciono Consistiaesta
en un empréstito forzoso de 600 millones de fran-
cos efectivos ya en numerario, ya en asignados al
curso corriente, que se habia de repartir entre las




J)lRECTORIO (1795). 335
clases mas ricas; lo cual era lo mismo que abrir
una nueva serie de actos arbitrurios , como lo hizo
Cambon en su tiem po ; pero como este lluevo em-
préstito eraexigible inmediatamente , y podia ha-
cer que entrasen en el tesoro público todos los
asignados que estaban en circulación y proporcio-
llar ademas un supembi: de tres á cuatrocientos
millones en numerario , cuando eran necesarios
recursos prontos y enérgicos, se adoptó inmedia-
tamente.


Qeudó decidido que se recibiesen los asignados
al uno pOI' ciento, y asi con 200 millones del ern-
préstito habia lo suficiente para absorber 20 mil
millones de papel; y mandando quelual' todo
cuanto entrase, se esperaba dejarle amortizado
casi enteramente y que lo que quedase aumenta-
ria de precio y tal vez podria emitirse nuevamen--
te y valerse de aquel recurso. Con esto faltaban
pal'a cubrir los 600 millones otros 400 en .'nu-
merario ,con los que habria lo suficiente para las
necesidades de los dos primeros meses, pOI'que se
calculaban en 1500 millones los gastos de aquel
año IV de la república (1195 á 1796).


Algunos enemigos del directorio que sin pararse
mucho en el estado del pais solo quarian contra-
riar al nuevo gobierno á cualquier precio que fue-
se') presentaron argumentos capaces de asustar á
todos, diciendo que aquel préstamo iba á arreba-




336 REVOLUCION FRANCESA.
lar todo el numerario de Francia y apenas hahia
'con qué pagarle, como si el estado al recojer Ji·OO
millones en metálico , no fuese inmcdiatamente á
restituirle ú la circulacion comprando trigos ~ pa-
ños , cueros, yerro elc., pues el estado no iha á
quemar 111as f{Ue el papel. La cuestión consistia
en saber si la Francia podia suministrar inrncdiu-
'tamente 400 millones en géncros y mercancías,
y quemar 200 mjllones en papel, que sonaban
20,000' millones. Podia hacerlo ciertarncnte , y no
habia oteo obstáculo, que el de la manera de pcr-
cibi rlo , porque no podia menos de ser vejatoria ,
y por consiguiente menos productiva; pero no se
sabia qué partido tomar. Detener las emisiones de
los asignados en los 20,000 millones, (~S decir no
tomar mas que 100 millones efectivos de mas por
el pronto, destruir luego el molde y fiar la suerte
del estado á la enagenacion del producto de los
bosques y á la colocacion de las cédulas, esto es á
la emision de un papel voluntario, les parecía co-
sa muy atrevida; y asi en la incertidumhrc de lo
que darian de sí las voluntades Iibres , prefirieron
los consejos forzar á los Franceses á contribuir es-
traordinariamente. Hicieron la rellcxion de que
por medio del préstamo forzoso no podia JIlCnOS
de entrar en el tesoro una parte á lo menos del pa ...
pel , y con él una cierta cantidad dc numerario ,
adernas siempre se conservaba el molde quc ha-




DIRECTORIO (1795).- 337
ln'ia adquirido mayor valor con la estincion de la
mayor parle de los asignados. Mas no por eso se
renunció á los demás reCUI'SOS, sino que se decidió
que una parta de los bienes quedaría afecta á las
cédulas, operacion nlUY larga pues se necesitaba
mencionar el porrnenor vde cada propiedad en
ellas, y que luego se entrase en trato con las com-
pañias de hacienda. Se decretó ponet' en venta las


'casas sitas en las ciudades y las tierras cuya cavi-
da no escediese de 300 fanegas , y últimamente los
bienes del clero, belga. Tambicn se resolvió la
enagcnacion de todas las antiguas casas Rea les , es-
cepto Fontaincblau , Versailles y Compiegne~ Lo
mismo el moblage de los emigrados, y todas aque-
llas ventas hahian de hacerse á pública subasta.


No se atrevieron todavía á decretal' la reducción
de los asignados al CUt'SO del dia ,con lo CHal ha-
bria cesado el daüo princi pal , esto es, la ruina de
cuantos los recibiesen tanto particulares co~o el
estado, porque temieron acabar con ellos con esta
sola providencia. Solo se decidió que en el prés-
tamo forzoso fuesen admitidos al uno pOl' 1.(lO de
su valor nominal, y que en el pago de atrasos de
contribuciones lo fuesen á la par á fin de estimu-
lar al pago de lo atrasado que importaba 13 mil
millones; que quedasen suspendidos los reembol-
sos de capitales; pero que las rentas y los intere-
ses se pagasen á diez capitales por uno, lo cualera


IX.




33R REVOLUC10N FRANCESA.
sobradamente oneroso para Jos 'que recibían sus
rentas á tal precio. Se mantuvo en el mismo pie
que antes, es decir, 'mitad en asignados y mitad
en numerario el pago del impuesto territorial y
de los arriendos, sucediendo lo mismo con los de-
rechos de aduanas. El motivo de esta última es-
cepcion no fue otro que el de que ya circulaba
bastante numerario en las fronteras. Tambien se
hizo otra escepcion relativa á la Bélgica, porque'
los asignados no habian penetrado por allí, y asi,
tanto el préstamo forzoso como las contribuciones
debieron pagal'se en numerario.


Ibase pues volviendo tímidamente hacia la m{)-
neda metálica sin atreverse á cortar del todo la di-
ficultad, como sucede siempre en semejantes ca-
sos, con lo cual iban,proporcionando entradas
considerables en papel ya el préstamo forzoso, ya
los bienes puestos en venta ya el pago de contrihu-
ciones atrasadas, y pOl' consecuencia se podían
hacer nuevas emisiones, contando además con al-
gunas entradas en numerario.


Después de estas leyes económicas las dos de-
terminaciones mas importantes eran relativas á
las deserciones y á la manera como se habian de
hacer los nombramientos de empleados no elegi-
dos. La una debia servil' para reorganizar los ejél'-
citos y la otra para terminar la organizacion de los
ayuntamientos y tribunales.




DIRECTORIO (1795). 339
Ladesercion á país estrangero , que era un


crimen bastante raro fue castigada de muerte , y
conesre mDtivo se ,JisclÍlió JJa..,tailtc SObl"C la pena
que habia de imponerse á los que reclutaban par~\
fuera, conviniendo por fin á pesar de la oposi-
cion , en que fuese igual á la de la desercioná país
enemigo. Toda licencia que se hubiese concedido
á los jóvenes de la coalición debió espiral' al cabo
~le diez dias y como hasta entonces habian anda-
do flojos los ayuntamientos en perseguir á los que
hahian abandonado sus banderas, se encargó esta
comisión á la gcndarJneria. Esta deserción al in-
terior se castigó por la primera vez con la prision ,
y pOI' la segunda con la cadena. Hasta entonces la
única medida que se habia tomado para reclutar
los ejércitos fue la gl'an requisición general del
mes de agosto de 93 y conella hubo sobrada gen-
te para completar los ejércitos y mantenerlos en
un pic rrespetablé , pudiendo suceder ahóra ló
mismo con tal que p(jr medio de álgullá nueva
ley se aseguI'ase su ejecucion. No dejó de haber
bastante oposicion á estas medidas porqué üatu-
ralmente se propendía á' disminuir la acción del
gobierno; pCl'O fueron adoptadas por la mayoria
de los consejos.


Muchasde las asambleas electorales agitadas· con
aquellos 'decretos del 5 y t 3dc fructidor , hahian
estado perdiendo el tiempo sin acabar de hacer




340 REVOLUCION FRA.NCESA.
los nomhramiontos de individuos que debían ha-
cer parte de las administraciones locales y de los
tribunales. Otras, como las que estaban situadas
en las provincias del Oeste, no habian podido ha-
cerlo á causa de la guerra civil; y últimamente al-
gunas habian dejado de hacerlo por pura negli-
gencia. Por tanto la mayoria convencional, con el
objeto de asegurar la .homogeneidad del gobier-
no, pero homogeneidad revolucionaria *, queria"
que el directorio hiciese aquellos nombramientos,
fundándose en que era muy natural que el gobier-
no heredase los derechos de los ciudadanos que pa-
recian renunciar al uso de ellos; ó lo que es lo mis-
mo, que la accion del gobierno supliese á la de los
individuos. ASÍ, en todos aquellos puehlos donde
las asambleas habían dejado pasar los términos
constitucionales y donde no habian querido usar
de su derecho, era muy natural que el directorio
procediese á nombrar, porque eso de convocar
nuevas asambleas era no solo faltar á la constitu-
cion que lo prohibia espresamente, mas tambien
recompensar la rebelion contra las leyes y dar pá-
bulo á nuevos alborotos. Ademas habia ciertas


,.Ji No , esta homogeneidad no era revolucionaria: al con-
trario , la revolucion es quien hahia usurpado estos nombra-
mientos que en toda buena adminstracion deben pertenecer
al gobierno. (N. del r.)




I>lIlECTOItIO (1795). 3-l1
analoaias en la constituciun quc podian servir P:l-
ra resolver la duda en favor del directorio. En
efecto él estaba encargado de hacer los nomln-a-
mientos en las colonias, y de reemplazar á los
empleados que morian en el inter-valo de una elec-
ciou á otra. No dcjó la oposicion de argulnentar
contra aquel dict.uncn , y :Dumolard 8 en el con-
~ejo de los Quinientos, y Portalis , Dupont de Ne-
rnours y Tronzou Ducoudrav cn el de los Ancia-
nos, sostuvieron que aquello era conceder una
prcrozuti va real aldirectorio ; de suerte que aque-
lla miuoriu que en lo gencral propendia mas en
fii VOl' dc la monan) uia <pIe en el de la república,
c.unhió cu esta ocasión de papel con la mayoria
rcpuhlicaua apoyando con la mayor exageracion
las ideas dcmocraticas ; mas no por eso se turbó
aquella solemne discusion con uingun acalora-
miento gTavc. Obtuvo el directorio los nombra-


<


mientes con [a única .condiciou de hacer las elec-
ciones en pcrsollas que ya hubiesen sido honradas
con el sufragio del pueLlo, exigiendo los princi-
pios" a'1uclla sol uciou , pero realmente la política
debía aconsejar todavia algo mas. Por el momento
quedaba evitado el inconveniente de hacer nue-
vas eleccioucs , y se daba á toda la administra-
cion, á los tribunales y al gobierno nlayor homo-
geneidad.


Ya tenia el directorio medios para adquirir




RFVOLUCION FRANCES,L


fondos, pal'a red utar cl cjél'ciló y para concluir
la Ol'ganizacion de la admiuistracion y dc la jus-
ticia, y lo cIue es mas tenia. la mavoria en los
consejos. Verdad es (Iue se ih~, formando cierta
oposición moderada así en el de los Quinientos
como en el de los Ancianos, donde habia algu-
nos votos que le disputaban sus atribucioues , pe-
ro aquella oposiciou era decente y soscguda , res-
petando su situación cstraordiuaria y sus inmen->
sas tareas. No hay duda en que tamhien respetaba
en aquel gobiel'no elegido por los couvencionales
y apoyado por ellos, la revolucion que todavia
era poderosa y profundamente resentida. Se ha-
bían repar-tido entre los cinco directores todo el
peso de los negocios, pues Barrio; c.sta ha cnc;H'-
g ado de todo lo personal; Carllot del movimiento
de los cjen.:itos; Itewbe] de las relaciones estran-
gcras, l Letourueur y Lnrrevel.lióre Lcpaux de
la adrninistracion interior ; mas no por eso deja-
ban d<' ci(·tilwrar en comun sobre todas las reso-
l uciour-s importantes. Por largo tiempo tuvieron
un mohlage miserable.rnas al fin sacaron del Guar-
da-M uebles los oLgetos necesarios para el adorno
del LuxemLur~o, y principiaron á representar
dignalnente á la rcpúlalica francesa. Estaban sus
antesalas llenas de prctendientes, entre los cua-
les no era facil escogcr, aunquc el directorio , fiel
á su origen y naturaleza elegía por lo comun los




lHllECTORIO (1795). 3¡3
hombres mas pronunciados. Acoudándose de la
revuelta del 13 de vendimiaeio , se cercó de una
fuerza considerable. é imponente para defender á
Paris y la residencia del gobierno de cualquier
ataque repentino, encargando al jóven Bona-
peL'te el mando de aquel ejército llamado del in-
terior. Este le reorganizó enteramente y le situó
en el campo ele Grenelle, donde reunió en un solo


. cuerpo, con el nombre de legion de policía una
parte de aquellos patriotas que ofrecieron sus ser-
vicios el dia 17 de vendimiario, Estos patriotas ha-
bian pertenecido en gran parte á la antigua gen-
darmeria que se disolvió después del 9 de thermi-
dor , y constaba de antiguos soldados de las guar-
dias francesas. Después organizó Bonaparte la guar-
dia constitucional.del directorio y la de los consejos
cuya fuerza total era suficiente pal'a tener en res-
peto á todo el mundo y mantener los partidos en
el órden,


Firme en la línea que se habia propuesto el di-
rectorio, se confirmó mas en ella con una mu lti tud
de providencias parciales; pues insistió en no no-
tificar su instalacion á los diputados convencio-
nales que estaban comisionados en los departa-
mentos : prohibió á todos los directores de los tea-
tros (Iue se cantase otra canción que la de la
Marsellesa, y proscribió la del Reveil d'u peuple, No.
dejaron de parecer pueriles aquellas disposicio-




'.1 " r..),f-!l. HEVOLUCION FllANCES1L


nes, y cierto que hubiera sido mas digno l)l~hi-·
bir toda especie de cánticos; pel'o se qucria des-
pertar el entusiasmo repuhlicano , que pOl' des-
gTacia se hallaba bastante entiviado. Mandó perse-·
guir algunos diarios realistas quccontinuahan es-
cribiendo con la misma violencia que en el mes
de vendimiario , pues aunque fuese ilimitada la
libertad de imprenta, siempre daba pretcsto pa-
ra reprimirla en los casos estremos la ley de la
convención contra los escritores que provocasen la
vuelta de la monarquía. En efecto se persig'uió á
Hicher-Serizy y se mandó-juzgar á Lcmaitre y á
Brottier, cuyas correspondencias con Verona ,
Lo-ndres y el Vendée probaban su calidad de
agentes realistas y su influjo en los alborotos de
vendimiario. Lemaitre fue condenado á muerte
como agente principal, pero el otro s-alió absuel-
lo , y quedó averiguado que dos secretarios de la
comisión de salud pública les habían entregado
papeles importantes. Aquellos tres diputados Sa-
ladin , Lhornond y Hovero que fueron arrestados
ú causa del t 3 de vendimiario, y con todo eso
hahian sido elegidos por la asamblea electoral de
Paris , fueron reintegrados por los dos consejos, á
causa de que ya eran diputados cuando se proce-
dió contra ellos, y no se habian observado las for-
mulas prescritas por la constitucion relativas á los
diputados. Tamhien se formó causa á Cormatin y




DIRECTOIlIO (1795).
Ú los ChlUl1WS que fueron cogidos con él C0l110 in-
fractores de la pacificacion, y se condenó al pri-
lucro á la deportación pOi' haber trabajado se-
cretamente en renovar la gucl'l'a civil, y queda-
ron absueltos los otros con gran disgusto de los
patriotas, que se quejaban amargamente de la in-
dulgencia de los tribunales.


Totlavia probó mucho mas el rigor republicano'
'de los sentimientos del directorio la conducta que
observó con el ministro de la corte de Florencia..
Se estaba ya de acuerdo con el Austria en entre-
garla la hiJO a de Luis XVI único resto de la fami-,/ ,
lia que había sido encerrada en el Temple ,el con-
dicion de que fuesen devueltos ú las avanzadas
Irnnccsas [:quellos diputados que fueron entrega-
dos por Dumouricz. Salió la princesa del Temple
el dia 19 de diciembre, yendo á buscarla el mi-
nistro del interior, que la condujo ú su casa con
las mayores consideraciones, y salió de ella acom
pañada de dos personas qne ella misma hahia ele..
f,ódo. Se provcyó abundantemente para los gastos
del viag'e y se la puso en camino para la frontera-
No dejaron los realistas de hacer versos y alusio-
Hes á la desgraciada princesa que ya habia reco-
brado la libertad i y el conde Carletti 9 aquel mi-
nistro de Florencia que habian enviado á Paris á
causa de su notorio afecto á la" Francia y á la re-
volucion , pidió permiso al directorio para visitar




34.6 llEVOLUCION ..~nANCESA.
á la priucesa en calidad de ministro :de una corte
aliada; mas esto bastó 'para hacerle sospechoso,
con mucha injusticia sin duda á causa de su mis-
I11a exageración de republicanismo. No se conce-
hia flue el ministro de un príncipe absoluto, y
sobre todo de un prínci pe austriaco, pudiese ser
tan exagerado, y asi no le dió otra rcspuesta el di-
rectorio que la orden para salir de Paris , aunque
declarando que esta providencia era puramente'
personal al ~enviado, y no á la corte de Florencia,
con la cual continuaba la república sus relaciones
de amistad.


Habria mes y medio á lo mas flue se hallaba
instituido el directorio y ya principiaba á conso-
lidarse ,estando los partidos algo habituados á la
idea de un gobierno estabiecido , mas aunque no
pensasen en dervib.n-le ,se iban preparando á com-
batirle den tro de los limites trazados por la cons-
titucion. Corno los patriotas ~no renunciaban ú su
idea [;1vorita de los clubs, se habian reunido en
el Pantheon en número de mas de cuatroruil y
formaban una asamblea bastante parecida á los
antiguos jacobinos. Mas con todo eso fieles á la le-
tra de la constitucion habian procurado evitar lo
qu~ ella prohibia en las reuniones de los ciudada-
nos, esto es ,la organizacion en. forma de asam-
Llea política. Así es {Iue no tenian lo que se Ila-
ma la mesa, ni se :daban diplomas , ni se .distin-




DIRECTORIO (1795). 347
guian los concurrentes en espectadores ni, soc ios
J~i hahia correspondencia ni afiliacion con otraf
sociedades del mismo género; pero en todo lo d e-
mas tenia el club todos los caracteres de la anti-
gua sociedad madre , y no pOI' ser mas rancias sus
pasiones dejaban de ser mas tenaces.


Se hahian organizado los socios con los restos
de otras sociedades mas análogas á sus gustos y
costumbres, Asi entonces como en tiempo de la
convención contaban entre sus ¡filas algunos rea-
listas, pero en corto número , porque la mayor
p<\rte de estos Ó por temor ó por buen tono eran
enem igos de los terroristas y de los convencionales
afectando confuudirlos bajo la misma denomina-
cion y se i"dignaban de ver á muchos de ellos ha-
cieurlo parte del ~ohierno. Se habian formado so-
cicdades donde se leian los diarios ó en que se ha-
blaba de asuntos políticos con aquella urbanidad
y buen tono propios de las tertulias y donde des-
pues de las conversaciones se cantaba y se bailaba.
Princi piaba ya el invierno y aquellos señores se
entregaban á las diversiones como haciendo una
especie de oposicion al sistema revolucionario, el
cual no queria renovar nadie , ppl~qu:e ya no exis-
tian ni los Saint-Just , .ni los Robespierre , ni los
C()llth,OI) pa,ra, vol vernos, á llevar por medio del
terror á unas costumbres que ya eran imposibles.


Cada partido lenia SllS diarios favoritos , siend~




348 REVOLUCION FRANCESA.
los de los patriotas, El tribuno del pueblo, el Amigo
delpueblo , el Desengaiiador del pueblo, el Orador ple-
beyo y el Diario de los hombres libres. Todos estos eran
completamente jacobinos. En cuanto á los realistas
lo eran, la Cotidiana, el Relámpago, el Veridico, el
Postillon, el Mensagero y el Papel del dia. Asi en los
diarios como en los discursos de sus clubs mani-
festaban mucha irritacion los patriotas pOl' mas
que el gobierno fuese indudablemente lnuy adicto
á la revoluciono Verdad es que no tanto se indig-
naba contra él como contra los sucesos, pues los
últimos reveses en el Rhin , los nuevos alborotos
del Vendée y la espantosa crisis económica eran
otros tantos motivos que les hacia n volver á sus
ideas favoritas : porque decian que si esperimen-
tábamos algunos reveses ó si bajaban los asigna-
des, de todo tenia la culpa la indulgencia y no sa-
ber hacer uso de los gTandes medios revoluciona-
rios. Sobre todo aquel nuevo sistema económico
que dejaba traspirar el deseo de acabar con los
asignados y aun suprirnirlos enteramente les habia
indispuesto mucho.


Bastaba esta sola irritacion para que sus adver-
sarios se quejasen amargamente, porque segun
ellos estaba pronto á renacer el terror, mirando
como incorregibles á sus partidarios y por mas que
el directorio hiciese cuanto ellos pedian nunca se
les podia tener contentos sino que se alborotaban




DIREECTOIUO (1795). 3¡9
de nuevo y hahian vuelto á abrir la antigua -caver-
na de los jacobinos donde se preparaban á reno-
var todos sus antiguos crímenes.


A esto se reducian los trabajos del gobierno, el
giro de las ideas y la situacion de los partidos en
el mes de frimario del año IV (noviembre y di-
ciembre 1795).
~Ias [¡ pesar del rigor de la estacion principia-


, han á prometer mejores resultados las operaciones
militares que proporcionasen á la nueva adminis-
tracion algunas indemnizaciones en premio de sus
esfuerzos. El celo con que Jourdan se habia dirigi-
do al Hunds-Ruck atravesando un pais espantoso,
en medio de carecer de todos los recursos materia-
les que hubieran podido suavizar las penalidades
de su ejército, habia restablecido un poco los ne-
gocios en el Rhin. Viéndose los generales austria-
cos espuestos á una serie de combates encarniza-
dos, mientras que sus tropas se hallaban tan can-
sadas como las nuestras, propusieron un armisti-
cio durante el cual conservasen unas y otras sus
actuales posiciones. Aceptóse el armisticio con la
condición de avisarse recíprocamente diez dias an-
tes de volver á romper las hostilidades. La línea
que separaba álos dos ejércitos siguiendo el curso
del Rhin desde, Dusseldorf hata por cima de Neu-
wied , se separaba del rio en aquellataltura y for-
maba un semicírculo desde Bingen hasta 1Uanheinl,




REVOLUCION FRANCESA.


pasando por el pie de los Vosgos, desde donde no
se apartaba ya del rio hasta Basilea, resultando
que habiamos perdido todo lo que comprendia
aquel semicírculo en la orilla izquierda, Es ver-


, '


dad que toda esa pérdida podia remediarse en la
primera maniobra, pero el principal daño consis-
tia en haber perdido el prestigio de la victoria.
Entraron en sus acantonamientos los ejércitos ren-
didos de fatiga, y se principiaron ;todos los pre-
parativos necesarios para volverlos á poner, á la
primavera próxima en estado de a'hrir una campa-
ña decisiva.


En la frontera de Italia no habia interrumpido
totalmente la estación las operaciones de lague!'-
ra y se habia trasladado á los Alpes el ejército de
lós Pirineos orientales, que tuvo q'ue emplear mu-
chó tiempo en hacer la travesia desde Perpiñan á
Niza , á cansa de la escasez de víveres y zapatos.
Por fin cerca del mes de noviembre llegó Auge-
reau con una soverbia división que ya se habia dis-
tinguido eh la llanuras de CaLaluña, en ocasión
que, como ya hemos dicho, se habia visto precisa-
do KeUermann á replegar su ala derecha , y l~€­
nuneiar á la comunicación inmediata ton Génova.
Tenia apoyada su izquierda en los Grandes Alpes
y su centro en lagargant:t de Terrde , mientras
que su derecha estaba situada detrás de la lii'H~a
llamada de Borghetto ,que es una de las tres tpIe




DIRECTORIO (1795). 351
habia reconocido y trazado Bonaparte el aiióan-
terior para el caso de una 'retirada. lUuy orgulloso
Dewins de su ligera ventaja, descansaba en la ri-
bera de Génova y ponderaba mucho sus proyec-
tos sin ejecutar ninguno, y pOI' lo mismo estaba
esperando con impaciencia el valiente Kellermann
los refuerzos de España pal'a volver á tomar la
ofensiva y recobrar su comunicacion con Génova.


'Queria terminar la campaña con alguna accion
brillante que volviese á los Franceses la posesión
del nio , les abriese las puel'tas del Apenino y de
la Italia y separase al rey del Piamonte de la coa-
licion. No cesaba de repetir nuestro embajador en
Suiza Bartelemy que una victoria hácia los Alpes
marítimos nos valdria inmediatamente la paz con
el Piamonte y la cesión de la linea de los Alpes.
Conforme el gobici.'no francés con el dictamen de
Kellermann en cuanto á la necesidad de atacar ,
no lo estuvo en cuanto al plan que habia de se-
guirse , y 'así le dió por sucesor á Schérer , á quien
hahian .1a(lo á conocer ventajosamente sus triun-
fos en la batalla del Ourthe y en Cataluña , el cual
sé presentó :tUi á mediados de brumario y resol-
vió intentar una acción decisiva.


Sabido esque la cadena de los Alpes luego que
toma elnombre de A períino , estrecha bastante el
Mediterráneo desde Al'benga á Genova, y no deja
entre el mar y la cresta de las montañas mas que




352 REVOLUCION FRANCESA.
unas pendientes estrechas y rápidas que apenas
tienen tres leguas de estension. Por el contrario
hácia el hdo opuesto., es decir, hácia las Ilanuras
del Pó se van suavizando las pendientes en un es-
pacio de 20 leguas. Colocado el ejército frances en
las pendientes mai-ítimas , se hallaba acampado
entre las montarlas y el mar, mientras que el Pia-
montes, bajo el mando de Colli 10 se hallaba rc-
trincherado en el campo de Ceva del otro lado de ·
los Alpes defendiendo las puertas del Piamonte
contra la izquierda del ejército frances. ~:l aus-
triaco situado parte en la cresta del Apenino en
Rocca-Barbenne y parte en el vertiente nlúriti-
mo en el valle del Loano comunicaba con Colli
por su derecha, ocupando con el centro la ci-
ma de las montañas é interceptando con su iz-
quierda la' parte litoral que cortaba nuestras co-
municaciones con Génova. En tal estado de cosas
ocurría naturalmente una idea, que era la necesi-
dad de dirijirse con fuerzas sobre la derecha y
centro del ejército austriaco echándole de las ci-
mas del Apenino y tomándole las crestas supcrio-
res. De esta suerte se le separaba de Colli, y mar-
chando rápidamente por ellas, quedaba encerra-
da su izquierda en el valle de Loano entre fas
montañas y el mar, Ya habia. concebido aquel plan
Massena, que era uno de los' generales -divisiona-
rios y se le habia propuesto ú Kcllerrnan ; )' como




DlIlECTOJUO (1795). :3,'):1
Schérer conoció su importancia resolvió ejecutarle.


Después de haber hecho Dewins alguna tenta-
tiva durante los meses de agosto y setiembre COll-
tra nuestra linea de Borghetto habia rcnuuciado
Ú toda especie tle ataque por aq ucl alío y viéndo-
se eufermo se hahi« hecho reern p lazar por \Va-
Ilis 11, Y los oficiales no pensaban mas (Iue en en-
trezarse ú las diversiones del invierno en Génova


<,


, Y sus inmediaciones. Luego fJUC Schércl' pudo
proporcionar ú su ejército alg'unos víveres y 2'1- 111il
pares de zapatos de que enrecia ahsolutarnente .
determinó su movimiento para el dia 23 de nu-
viemhre. Iba con 36 mil hombres á atacar ú .'1,,)
mil, pero la buena elección del punto de alat!lH;
compensaha la desigualdad de fuerzas. Encargó
El Augereau que impeliese la izquierda de los ene-
migos hacia el valle del Loano , y mandó ú l\Ias-
sella que cayese sobre su centro en Hoca-BarLclJ-
ne, y en fin <lió órden á Serrurier para que COIl-
tuviese ú Colli que formaba la derecha en la ver-
tiente opuesta. Tenia Augereau el ;encargo de eIl1-
pujar la izquierda austriaca hacia el valle del Loa-
no de obrar lentamente , y Serrurier la tenia tarn-
bien de engaiiar á Colli con ataques falsos.


En la mañana del 23 de noviembre 1795 des-
pertó el cañoneo frauces á los Austriacos, que HO
se esperaban á una batalla y echaron ú correr los
oficiales desde Loano y Final« ú pOJWl'se Ú la ca-


IX.


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354. REVOLUClON FRANCESA.
heza de sus tropas aturdidas. Atacó Augereau con
vigor pero sin precipitadon y le detuvo el valiente
Roccavina estando situado aquel general en una
altura en medio del valle del Loano , que defen-
dió con tenacidad y se dejó rodear por la division
Augereau, reusando siempl'e rendirse, Mas cuando
se vió envuelto, se precipitó como un torrente so-
bre la línea que le rodeaba y se reunió con el ejér-
cito austriaco atropellando una brigada francesa.


A fuerza de contener Schérer el ardor de Augc-
reau le obligó á pernlanecer tiroteando delante de
Loano para no ernpujar con demasiada prisa á los
Austriacos hácia su línea de retirada; y entre tan-
to l\Iassena que estaba encargado de la parte bri-
llante del plan, atravesó con su acostumbrada osa-
dia las crestas del Apenino, sorprendió á Arg'en-
teau 12 que mandaba la derecha de los Austriacos,
le puso en el mayor desórden, ~le echó de todas
sus posiciones y vino á campar por la tarde en las
alturas de Melogno que formaban la circunferencia
del valle de Loano y cerraban su espalda. Serru-
riel' habia tenido en jaque á Colli y á toda la dere-
cha enemiga por medio de ataques firmes y bien
calculados.


Aquella noche se acam pó en medio de un tiem-
po horrible en las mismas posiciones que se habian
oeupado , y al dia siguiente por la rnañana conti-
nuó Schérer su operacion y habiendo reforzado á




nIRECTORIO (1795). 355
Serrueier , se puso á batir á Colli con mas serie-
dad, á fin de aislarle enteramente de sus aliados;
l\:lassena continuó ocupando todas las crestas y sa-
lidas del Apenino , y Augereau no teniendo ya pa-
ra que contenerse empujó vigorosamente á los Aus-
triacos, cuya espalda habia interceptado. Desde
aquel instante principiaron estos su retirada con
un tiempo espantoso por entre caminos horribles,
y su derecha y centro huian desordenados POl' la
pendiente del Apenino, mientras que encerrada
su izquierda entre las montañas y el mar, se reti-
raba penosamente pOl'el litoral y camino de la
Cornisa. Una furiosa tempestad de viento y nieve
impidió que la persecución fuese tan activa como
pudo serlo, pero sin embargo se hicieron 5000
prisioneros '1 muchos miles de muertos, 40 piezas
de artilleria y almacenes: .abundantísimos , como
fruto de una batalla que fue de las mas desastro-
sas para los aliados desde el principio de la guer-
ra, y una de las mejor dirigidas á juicio de los
militares,


Quedó asombrado el Piamonte con aquella no-
ticia y ya se creyó invadida la Italia sin otra espe-
ranza mas que lo adelantado de la estacion que
impediría á los Franceses continuar .sus operacio-
nes. Aquellos almacenes tan considerables sirvie-
ron para dulcificar las privaciones y sufrimientos
del ejército, y bien se necesitaba' una victoria tan




356 REVOLUUON FR.UJ:CESA.
importante para restablecer los ánimos y afirmar
el gobierno naciente. Por tanto se puhlicó y reci-
bió con el mayor gozo por todos los verdaderos
patriotas.


En el mismo instante tomaban los sucesos un
giro no menos favorable en las provincias cdel
Oeste, donde Hoche despues de haber aumenta-
do su ejército que defendia los dos Vendées hasta
44 mi] hombres; habiendo situado puestos atrin-'
cherados en las orillas del Sevró Nantés , para ais-
lar á Stoffiet de Charétte ; habiendo dispersado la
primera reunion ique formó este último gefc, y
guardando por medio de un campamento en Sou-
lIans toda la costa de la marisma , se hallaba en
disposicion de oponerse á un desembarco. Por el
contrario la ¡escuadra ing'lcsa que estaba anclada
en Ile-Dieu , se hallaba en una situacion muy tris-
te. La isla en que tan torpemente hahia tomado
tierra la espedicion no presentaba mas que una
superficie sin abrigo ni recurso alguno ,iy sin otra
estension que la de tres cuartos de legua. Tam-
poco presentaban las orillas de las islas ningun
anclage seguro, pues se encontraban espuestos los
navios á todos los furores de los vientos, en un
fondo de pura roca que cortaba los cables y les
ponia cada noche en el mayoripeligro. La costa
de enfrente, que es donde se proponian desem-
barcar no presentaba mas que una estensa playa




l>lHECTt)lUO (t7~).»). 357
donde si u hastaute filudo se estrellaban sin cesar Ías
olas, y donde ni siquiera las lauchas podian abor-
dar sin riesgo de zozohrar. Cada dia se .ihan au-
mentando los pel igros de la cscuad ra inglpsa y los
recursos de Hoche , habiendo mas de mes y me-
dio que el príncipe Ii-auces se encontraba en lle-
Dieu ,rodeado de todos los comisionados de los
l'jl/uwe,'j y d(~ los del VeiHléc, (pie mezclados con


'su esta ..ln lllayor csponiau sus ideas y procuraban
hacerlas prevalecer. Todos pretendian poseer al
pi-inci pe , pero tambien estaban todos de acuerdo
en la urgente uecc-idad de hacer el desembarco,
cualquiera que fuese el punto Ú f{Ue se diese la
p rclc ~.(' 11 ci a.


No puede dudal':<,(~ (ple aquella permanencia de
mes v medio en Ile-Dieu en frente de las costas
habia hecho sumamente cli íicil el desembarco,
porque es cosa sabida que semejante operacion ,
así COIllO el pa:-;o (1('. HU rio elche hacerse de l'e-
pentc para 1\0 (b!' l icm po al enemigo á tille co-
nozca cual (':-; el pllllto umeuuzudo. Hubiera sido
preciso qll(~ uu.t \('.~ decidido el sitio donde Iiahia
de descmhurcar y prevenidos todos los gefes se
hiciese improvisarnente el desembarco en algun
punto tiW' IH~i'lllit iese estar en comunicacion con
las escuadras inglesas, y donde al mismo tiempo
pudieran los del Vendée .Y los Chuaues conducir
fuerzas considerables. Scgurameute que si huhie-




nE"OLVCIO~ FIL\:\'CES.t.


sen desembarcado en la costa sin e..tarlu amena--
zando tanto tiempo, es HHIY probable que se ha-
brian reunido ,iO mil realistas de la Bretaña y el
Vendce ántes que Boche hubiera tenido tiempo
p::ll'a mover sus regimientos. Cuando uno se acuer-
da de lo que pasó en Quiberon , de la facilidad
con que se hizo el desembarco y del tiempo que
se necesitó pm'a reunir las tropas republicanas,
no puede menos de comprenderse cuan fáci! hu~
hiera sido este otro, si no le hubiese precedido
aquel largo cruzero delan te de las costas. En vez
de qne en la precedente espedicion el nombre de
Pujsave hahi« paralizado á todos los gefes, aqui
el nombre del pr-íncipe los hubiera reunido ú to-
dos y sublevado veinte departamentos. Verdad es
que despues hubieran tenido los clcsr-mharcados
fiue sostener fieros combates, y COITC1' los l~lÍsnlos
peligros que hahian estado sufriendo StoHlct y
Charótte durante tres años , dispersarse tal vez y
huir en partidas sueltas, y ocultarse en los mon-
tes ~ y volver Ú pl'cs('ntarse y ocultarse otra vez, y
últimamente pod iun ser coaidos v Iusi lados; pero


e J


este c-s el precio ú que se cOlnpran los tronos. Na-
da tenia de indecente !JuerriLlear en los bosques de
la Bretaña, cu las marismas y chaparros del Ven-
dce ,porque un príncipe que hubiera salido de
aquellos escondrijos para subir al trono de sus
padres, no hubiera gozado de menor gloria que




DIRECTomo (179:»). 359
Gustavo Wasa cuando salió de las minas de la Da-
lecarlia. Por lo demas , es probable que la pre-
sencia del príncipe hubiera escitado tal celo en las
comarcas realistas, que no le hubiera faltado un
ejército numeroso en las costas para poder inten-
tar la guert'a en gl·ande. Tambien lo es que nin-
guno de cuantos le rodeaban hubiera tenido su-


, fi cicnte ingenio pal'a batir al jóven plebeyo que
mandaba el ejército republicano ; pero en todo
caso se hubiera corrido el riesgo y la gloria de
ser vencido; pues también ofrecen muchas veces
consuelo las derrotas, como le sucedió á Francis-
co 1 en Pavia.


Siendo pues muy posible el desembarco en el
instan te en ({ue llegó la escuadra , dejó de serlo
despues de mes y medio pasado en Ile-Dieu , y los
marinos ingleses emrezal~onpOl~ declarar que den-
tro de pocos dias no seria posible permanecer en
aquel mar y (Iue era indispensable tomar algun
partido. Toda la costa del pais que manda ba ella-
rctte cstaha cuhicrta de tropas, y no habia la me-
nor posibilidad de desembarco sino mas ,allá del
Loira hácia la embocadura del Vilaine ó en la co-
marca de Scepeaux , ó tal vez en Bretaiia donde
estah.r Puisavc. Pero los emigrados y el príncipe
estaban encapr-ichados con Charétte y solo tenian
confianza en él. lUas la cosa era imposible en aque-
lla costa, y segun asegura Ml~. de Vauban , solici-




tú d pl'ín,:ipe del ministerio ingles <[ue le marr-
rLase ret.i 1'<11' , Y aunque el ministerio reusó hacer-
lo ft los principios por no perder inútilmente to-
(los los gastos de la cspedicion , a) fin le dejó á su
arbitr-io que tomase el partido que quisiese.


En el instante mismo se hicieron todos los pre-
parativos de viage y se redactaron en Londres
instrucciones H1UY inútiles pa('a los gcfes reulis- •
las, diciéndoles que por órdenes superiores se ha-
hia suspendido momentáneamente el desembarco
y que era necesario que los Sres. Chnróttc , Stof-
Ilet ,Sapinaut1 y Scepeaux se concertasen entre sí
para rcu ni r una fuerza de 20 Ú 30 mil hombres
mas allú del Loira , la cual rcuuicla con los Breto-
nes porlia formar un cuerpo escogido de 10 á 50
In11 hombres lnuy suficientes para proteger el
dcseml}al'co del prmcipe. Que ya se desig:naria el
sit.io en que lmlriu de "criticarse luego que se hu-
bies en tornado algunas disposiciones preliminares
y que S(~ cmpleavian lodos los recursos de la Ino-
llal'q nía illgle.sa en favorecer ú los l'ca! istas. Se aiia-
d ierou ti estasinstr-uccioues los socorros de algu-
110:-; m iles de libras esterlinas para cada gefe, al-
gunos fusiles y un poco de pól vora , cuyos objetos
se desernha rearen de noche en la costa de Bretaña
mas corno se huhiesen averiado todos los acopios
que hahian hecho los ingleses en la escuadra fue
preciso arrojarlos al mar. Lo mismo hubo que ha-




nmECTOHIO (t 793). 3{}f
Cf'T con los :iOO caballos pertenecientes ú la caba-
llería y ú la artillería inglesa que casi todos esta-
han enfermos de rcsultasde la larga uavegncion.


Ultimamente dió {l la vela la escuadra el 15 de
noviembre (26 hrurnm-io ) quedando sumidos Jos
rea listas en la lllayor conaternncion, Se les quiso
persuadir ;t (I'H~ eran los lng'leses los (Ine habian
precisado al pl'Íncipp. ú volverse, de lo cual se in-:
digna:'oll muchísimo y volvió á despertarse su an-
tiguo ód io contra la perfidia de la Inglaterra, El
(ilW mas irtitudo estaba era Charétte y en verdad
que cea qujen tenia mayor razon para estarlo por-
que se veia el mas comprometido. Hahia vuelto
ú tomar las armas confiado en una grande espedi-
ciun y e,~pel'alldo recibir Ha inmenso refuerzo ca-
paz de equilibrar las fuerzas entre los dos parti-
dos y hallándose chasqueadn en esta espel'anza no
veia otra perspecti va que una dcstrnccion corn ple-
fa y muy inmediata. Con solo la amenaza de un
desembarco hahian caido sobre (~l todas las fuer-
zas repuhlicanas y en el caso ('11 que se hallaba no
podia quedai-le la 111en01' c.~pcl'anza de transaccion
sin poder esperar otra cosa que ser inhumanamen-
te arcabuzeado sin siquiera poder quejarse del ene-
migo que con tanta generosidad le hahia perdona-
do la primera vez,


En consecuencia se decidió á vender cara su vi-
tb y emplear sus últimos momentos en luchar con




362 nEVOLUCIO~ FRANCESA.
desesperación. Aventuró varios combates para es-
currirse por la espalda de Hoche , atravesar la lí-
nea del Sévre Nant.és y meterse en el pais de Sto-
fIet obligando á su cólega á tomar las armas. No
le fue posible conseguido, mas antes lc precisaron
las columnas de Hoche á volver á la marisma.
Entre tanto Sapinaud á quien habia podido pel'-
suadir á tomar las armas sorprendió la ciudad de
lUontaigú y quiso penetrar hasta Chatillon , pero •
le rechazaron en aquella ciudad y habiéndole ba-
tido se vió en precisión de dispersar su CllPrpo, y
en sustancia no se pudo vencer la línea del Scvrc,
Permaneció Stofilet tranquilo detrás de ella, por-
que estaba muy fort.ificada , y aun es 11lUY dudoso
que tu viese tentaciones de volver ú tomar las ar-
mas : antes bien veia con cierto placer secreto la
dest.ruccion de un rival á quien habian colmado de
honores, después de habcrle tentado á el Y querido
entregar ú los republicanos. Tampoco se atrevia á
moverse Scepeaux entre el Loira y el Vilaine , y
la Bretaña se encontraba enteramente desorgani-
zada por la discordia. Al! í se había revelado con-
tra Puisaye la division del lUorbihan, mandada
por Jorge Cadoudal , á instigacion de 103 emigrados
que rodeaban al prínci pe frunces y habian con-
servado contra él sus antiguos resentimientos. Hu-
bieran querido quitarle hasta el mando de la Bre-
taña, pero no hubo mas que aquella division del




DIllECTORlO (1795). 363
lUorbihan que desconociese la autoridad del g'ene-
ralísimo.


En aquel estado de cosas principió Hoche su
gran proyecto de pacificacion : porque conocié
aquel jóven, tan huen general como diestro po-
Iítico , que no eran ya las armas el medio de ven-
cer ú un enemigo á quien no se podia haber á las
manos , ni alcanzarle en ninguna parte. Destacó
muchas columnas móviles detrás de C.harétte,
pero como sus soldados llevaban armas pesadas y
tenian pvecision de carg<u' con sus prov isiones y
sin conocimiento del pais , no podian igualar la
rapidez de los paisanos que no llevaban otra carg'a
({ue su fusil, y estaban seguros de encontrar vÍ-
veres en todas partes, y adenias conocían hasta
los mas ocultos senderos y los mas escondidos
barrancos. En consecuencia mandó inmediata-
mente que cesase la pcrsecucion y formó un plan
(JIIe seguido con constancia y firmeza no podia me-
nos de 'producir la paz en aquellas asoladas co-
marcas.


Los habitantes del Vendée eran á un mismo
tiempo labradores y soldados, y en medio de los
horrores de la guerra civil no habian 'dejado de
cultivar sus campos y cuidar de sus ganados. Te-
nían siempre el fusil á su lado oculto debajo de
tierra ó entre la paja, y á la primera señal de
sus gefcs echaban ú correr, atacaban ú los repu-




364 REVOLUCION FRANCESA.
blicanos, y desaparcciau en los bosques, desde
los cuales se volvian á sus canlpos, ocultaban de
lluevo su fusil y cuando llegaban los republicanos,
no encontraban mas que p.iisanos inermes, en
quienes era imposible reconocer un soldado ene-
migo. De esta manera se hatian los del Vendée,
se mantenian y era imposible cogerlos : al paso
qne siempre tenian medios para hacer daño y de
reclutarse , cuando los ejércitos republicanos, pen- '
dientes de una administración arruinada, que ni
siquiera podia mantenerlos, carecian de todo y se
encontraban en la mas espantosa desnudez.


No era posible hacer que sintiesen la guerra los
del Vendée, sino ú fuerza de devastaciones , cuyo,
medio se habia ensayado ya en tiempo del terror,
pero sin escitar mas que ódios violentos, y sin
terminal' la guerra civil.


Hache, sin destruir el pais, discurrió un medio
ingenioso para reducirlos, quitándoles las armas
y una parte de sus subsistencias, en provecho del
ejército republicano. Por de contado insistió en
establecer algunos puestos fortificados, situados
unos en el Sevrc para separar {l Charétte de 'Stof-
ílet , mientras que otros cubrian {l Nantes, la Cos-
ta y los Sables. Despucs formó una línea circular
que se apoyaba en el Scvre y en el Loira y habia
de ir abrazando sucesivamente todo el pais, Esta-
ha compuesta aquella línea de puestos bastante




}HRECTOIUO (1795). 365
fuertes y enlazados entre sí por medio de patru-
llas, sin dejar intervalo alguno por donde pudie-
se pasar el enemigo por poco numeroso que fuese.
Tenian estos puestos el encargo de ocupar todas
las aldeas y lugares y recoger las armas de los ha-
bitantes, para lo cual dehian principiar .por coger-
les los bueyes que generalmente pastaban en los
propios, y apoderarse de los granos, que habia en
las granjas, tomando al mismo tiempo en rehenes á
los habitantes 111as notables, y con órden de no res-
tituir ni bueyes ni granos, ni soltar á los presos in-
terin que no entregasen voluntariamente los paisa-
nos las armas. Para que estos no les engañasen en-
tregando algunos fusiles inútiles y conservando los
huenos tenian los oficiales encargados del desarme
la precaucion de pedir los registros de alistamiento
que habia en cada parroquia, y exigir tantos fusiles
como alistados. A falta de estos registros, se les
habia mandado hacer el cálculo de la poblacion ,
y exigir un número de fusiles igual á la cuarta
parte de la poblacion masculina. Inmediatamen-
te que entregaban sus armas, se les habia de res-
tituir fielmente los bueyes y los granos, menos
una corta porción de estos últimos que se retenía
por via de impuesto y se depositaba en los alma-
cenes que se habian formado detrás de aquella lí-
nea. Habia mandado Hoche tratar á los habitan-
tes con la mayor dulzura, que se les restituyesen




366 REVOLUCION FRANCESA..
los ganados y granos con escrupulosa esactitud y
sobre todo los rehenes. Tambien recomendó muv


.J


particularmente á los oficiales que conversasen
con ellos, que los tratasen bien, que se los envia-
sen de cuando en cuando á su cuartel g"eneral, y
que les hicieran algunos regalit os en gTanos Ú
otros objetos. Igualmente prescribió que se guar-
dasen las mayores consideraciones á los curas,
porque decia y decia muy bien que los del Vcndée '
no tenian otro afecto verdadero que el de sus clé-
rigos, y estos no apetecian otra cosa que afeccion
y descanso, y una vez asegurados estos dos obje-
tos y algun bien estar, se veria renacer la incli-
nacion á los militares.


Toda esta línea, á quien se dió el nombre de
línea de desarme debia abrazar circularmente el
Bajo Vendée, é irse adelantando poco á poco has-
ta comprenderle todo entero; y como segun avan-
zaba dejaba tras de sí un pais dcsarmado, no era
difícil, tratándole bien, de reconciliarle con la
república. Ademas le protegía contra la vuelta
de los gefes insurgentes quienes pOl' lo común
castigaban con debastaciones la sumisión á la re-
pública y la entrega de las armas. Para ello pre-
cedian á la línea dos columnas movibles capaces
de combatir con aquellos gefes y tal vez de cojer-
los, lo cual no podia menos de suceder estrechán-
dolos cada vez masé imposibilitándoles la hui-




DIRECTORIO (1795). 367
da. Se había recomendado á todos los coman-
dantes de puesto las mas estrecha vigilancia para
comunicarse siempre por medio de patrullas, é
impedir que pudiesen pasar la línea partidas ar-
madas, y hacer la guerra á sus espaldas. Por gran-
de que fuese la vigilancia, podia muy bien suce-
der que Charétte y algunos de los suyos burlasen
la vigilancia de los puestos y atravesasen la línea


..de desarme : pero aun en aquel caso, que nada
tenia de imposible, solo podian pasar algunos in-
dividuos, que se encontrarian con campiñas de-
sarmadas, restituidas al reposo y seguridad ú fuer-
za de buen trato, y adenias intimidadas por aque-
lla gran red de tropas que abrazaba el pais. Que-
daba ya previsto el caso de una revuelta á las es-
paldas, pues hahia mandado Hoche que una de
las columnas se replegase inmediatamente..al pue-
blo insurreccionado y que en castigo de no haber
entregado todas sus armas y hecho uso de ellas,
se le quitasen definitivamente sus ganados y ~gra­
nos y se cogiese ú sus principales habitantes. Era
seguro el efecto de estos castigos, y dispensándo-
se con justicia dehian inspirar no tanto el odio
como un saludable temor.


Inmediatamente se puso :en ejecucion el pro-
yecto de Hoche en los meses de noviembre y di-
ciembre, y la linea de desarme pasando por Saint
Gilles, Lége , lUontaigu y Chantonnai formaba un




368 llEVOLUClON l~RA.NCESA.
semicírculo cuyo cstrcmo derecho se apoyaba en
el 111ar, y el izquierdo en el rio de Lay, y dehia
progresiv~unenteencerrar á Charétte cn unas Ina-
rismas intrasitablcs. No era posible conseguir este
plan sino conduciéndole con estrcmacla pruden-
cia, y así dirigia Boche á sus oficiales con ins-
trucciones claras y juiciosas, y se multiplicaba di-
gán10slo así para atender á todos los )onnenol'cs.
N 1 , . 1 .1 o era esto iacer umcarnente a guerra SIno una,
operacion política que exigia tanta prudencia co-
mo vig'or. Bien pronto principiaron LtB habitan-
tes [t entregar sus armas y reconciliarse con las
tropas republicanas, cuidando Boche de sacar de
los almacenes del ejército lo necesario para socor-
rer á los indigentes, y el mismo visitaba ú los ha-
hitantes arrestados como rehenes y despues de te-
nerlos presos algunos dias los despachaba satisfe-
chos. A los unos les regalnba escarapelas, á otros
gorras de cuartel, y alg'unas veces granos ú los
{{ue no tenian para sembrar sus campos. Estaba
en correspondencia con los curas (Iue tenian IllU-
cha confianza en él , Y 1(' enteraban de todos los
secretos del pais. De esta suerte principiaba á ad-
quirir un gran influjo moral , que era la verdade-
ra potencia que hahia de terminar aquella guerra.
En el entretanto se iban llenando de granos los
almacenes formados á espalda de la línea, y se
juntahan grandes manadas de bueyes cou que el




DIRECTORIO (1795). 369
cjét'cito principiaba á vivir en la ahundancia POl'
d sencillo medio dcl impuesto y de la multas en


.


espccIe.
Andaba ya Charétte escondiéndose por los bos-


ques con ciento, ó ciento cincuenta hombres tan
desesperados como él , Y Sapinaud , que il instiga-
cion suya habia vuelto á tomar las armas solici ta-
ba deponerlas con la única condición de que se Ic


.. perdonase la vida. Encerrado SLoffiet en el Anjou
con su mi nistro Bernicr , recogía á todos los ofi-
ciales quc abandonaban á Charétte y Sapinaud
procurando enriquecerse con sus despojos. Tenia
en su cuartel g'cnct'al del Lavadero una especie de
corte compucsta de emigrados y oficiales, alis-
taba gentc y sacaba contribuciones hajo pretcsto
de organizar las guardias territoriales. Hochc le
observaba con la mayol' ateneion, é iba estrechán-
dole cada vez mas con puestos atrincherados, y le
amenazaba con un desarme inmediato al primer
motivo que le diese de disgusto. Asustó mucho
it StolJIet una espedicion que dispuso Boche al
Loroux , que era un pais en cierto modo indepen-
diente donde ni se obedecia it la república ni ú
ningun gefe en particular. No era otro el objeto
de aquella espedicion que el de pl'ocurar vinos y
granos que allí abundaban y de que enrecia ah-
solutamcnte la ciudad de Nantes; pero bastó pa-
ra asustar it Stofflet que solicitó una audiencia de


J X.




370 REYOLUClON FRANCESA.
noche. Después de protestar de su fidelidad al
tratado, queria )nterceder en favor de Sapinaud
y de los Chuancs , sirviendo en cierto modo de in-
termedio p~U'a una nueva pacificación , proporcio-
nándose al mismo tiempo la continuacion de su
influjo. Tambien lintentaba adivinar cuales fuesen
las intenciones de Boche con respecto á él , Y este
no le disimuló las quejas de la república, signi-
ficándole que si daba asilo á todos los bergantes'
y.continuaba sacando dinero y hombrcs , escc-
diéndose de las facultades propias de un gefe tem-
poral de la policia del Anjou , y en un a palabra
echándola de príncipe, inmediatamente iba á apo-
derarse de él y en seguida desarmar á toda la pro-
vincia. Prometió Stofilet la mayOl' surnision , y se
retiró bastante asustado del porvenir.


Tenia Hoche en aquel momento otras dificul-
tades que vencer, y eran que como él habia atrai-
do á su ejército una parte de los de Brest y Cher-
hurgo, con ocasion del inminente peligro de un
desembarco, y habia llegado á juntar en el Ven-
dée .~4. mil hombres de tropas, venian ahora re-
clamándolas los generales de aquellos dos ejérci-
tos, y el directorio parccia inclinado á aprobar sus
reclamaciones. Escrihia IJoche diciendo la im-
portancia de la operacion que acababa de prin-
cipiar, y que si se le quitaban las tropas con que
tenia cercada la mavisma , podía difevirse inde fi-




mnECTOUIO (1795). 371
nidamente la sumision del pais y la captura de
Charétte. Que valia mas concluir de una vez lo que
estaba tan adelantado, <Iue no dirigirse ú otra par-;
te, y que no solo se aprcsuraria Ú restituir las tro-
pas que habia tornado', sino que conu-ihuiria con
las suyas al g'cnel'al (Iue mandaba en Bretaña pa-
ra aplicar allí el luismo método que tan buenos
efectos producia en el Vendéc. El gobierno, ú quien


"habian convencido las razones de Hoche , y tenia
suma coníianza en él le llamó á París, con illtCll~
cion de aprobar todos sus planes y de darle el
mando de los tres ejércitos del Vendée , Brest y
Cherhurgo, Era ~¡a á Iiues del mes de fi-imario
cuando le Ilamaron ú concertar con el directorio
las operaciones que huhiau de poner término Ú la
guena mas calamitosa.


Asi terminó la campaiia de 179,), 'cuyo princi-
pio y medio se seüalarou con la torna del Luxern-
hurgo , el paso del Rhin ., las victoriasen los Pi-
rineos ,seguidas de la paz con la Espuña , y la
destrucción del ejército emigrado en Quiberon. No
rué tan feliz el fin de ella, porque la vuelta de
los ejércitos hácia el Rhin., la pérdida de las
lineas de l\Iaguncia, y la de una parte del terri-
torio al pie de los Yosgos, vinieron {~.obscurecer
por un momento el resplandor de nuestros tr'iu 11-
foso Pero con la victoria del Loano , que nos abrió
las puertas de la ltalin , se restableció la s upel'io-


.".t'
.... "


,.•
1.,-




372 R.EVOLUCION FRANCESA
ridad de nuestros ejércitos; y los trabajos de Hocbe
en el Oeste dieron principio á la verdadera pacifi-
cacion del Vendée tantas veces anunciada en vano.


Reducida la coalicion á la Inglaterra y el Aus-
tria, y á algunos príncipes de Alemania y de Ita-
lia , tocaba ya el término de sus esfuerzos, y hu-
biera solicitado la paz á no ser por las últimas vic-
torias en el Rhin, por las cuales adquirió Clerfilyt,
una reputación inmensa, llegando á persuadirse
las gentes á que la próxima campaña se ahriria en
nuestras provincias del Rhin.


Pitt que tenia necesidad de subsidios, convocó
segundo parlamento en otoño para exigir nuevos
sacrificios, y el pueblo de Londres clamaba por
la paz con igual ohstinacion. Se habia juntado en
medio de la calle la sociedad llamada de cor-
respondencia y votado representaciones las mas
osadas y conminatorias contra el sistema de guer-
ra y en favor de la reforma parlamentaria. Cuan-
do el rey se encaminó al parlamento le asaltaron
el cocheá pedradas, le rompieron Jos cristales, y
hasta se creyó que se le habia disparado un tiro
con una escop,eta de viento. Ycodo Pi tt á caballo
por Londres le conoció el pueblo y le fue pel'si-
guiendo hasta su casa cubriéndole de lodo. Fox y
Sheridan ,IDas elocuentes que nunca, llevaban
muchos cargos que hacerle, y no podian menos
de reunir muchos motivos de acusación contra la




lHHECTOIUO (1795). 373
hahilidall y política del ministerio la conquista
de Holanda, estar incorporados los Paises Bajos á
la república francesa , haberse en cierto modo
convertido en definitiva su conquista con la torna.
del Luxemburgo, y sobre todo las inmensas:-, su-
mas gastadas en el Vendée , y los infelices Fran-
ceses espuestos Ú ser fusilados. Lo que particular-
mente escitó mayor indignacioll fue la espedicion


,de Quiheron , la cual quiso cscusar Pitt diciendo
que no hahia corr-ido sangTc Ínglesa.- «Sí, l'cpli-
« có Sheridan con una energía dificil de traducir,
« sí, no ha corrido la sangTe inglesa., pero el ho-
« nor ingles ha chorreado por Lodos los póros.))-
Pitt tan impasible como siernpre , dió el título de
desgracias á todos los suceso" dc aquel año , di-
cicndo que se debia estar preparado á ellas cuan-
do sc tentaban los peligTos de la guel'l'a ; pel'ó hi-
zo valer mucho las últimas victorias del Austria en
el Rhin, y cxagcró la importancia y facilidad que
ofrecían para tratar con la Francia. Sostuvo, segun
costumbre que la república tocaba ya al término
de su poder y que una hancarrota inevitable iba á
colmar la confusión y la impotencia del encmigo,
debida únicamente á la continuacion de la guerra
durante aquel aiio. Prometió solemnemente que en
caso quc el IlUCVO gobierno frances llcgára á fijarse
y tornar una Iorma regular, aprovecharía la primera
insinuacion (Iue se le hiciera para negociar; y en




uuvor.ucrox FHAl\'CESA.


seguitla propuso un nuevo próstumo de tres mijlo-
nes de libras esterlinas- y leyes represivas contra
la imprenta y contra las sociedades políticas, á
(¡uienes- atribuia él los ultrag(~s hechos al rey y {[
sí m isrno i La o posicio n le replicó que las soñadas
victorias en el Rhiu no pa sub m de algunos dias ,
111ientras (¡He' las derrotas en Italia acaban de des-
truir el efecto de las ventajas conseguidas en A le-
mania: (IUC <H[uella república siempre reducida al ~
{, ltimo estremo , vol via ú renace!' BIas fuerte que
nunca en la apertura de cada cnmpaüa ; fine los
asiglla(los est.abun perdidos hacía ya mucho tiern-
po y lel'minat1o su scrvirio , y los recursos de la
Francia estaban en otra parte, y que fuera de eso
si la Francia se arruinaba , mucho mas y mas de
prisa se estaba arruinando la Gran nl'el~,ila; que
la deuda se aumentaba todos los dias v habia llc-
~'ado ú ser tan espantosa , (pIe amenazaba tl'agal'se
Ú los tres reinos. En cuanto ú las leyes sobre la im-
prenta v sociedades pul iticas , dcclarú Fox en un
1'apto de illllignacioll , que si lI('gaiJall Ú adop-
tarse 110 le (pwdaba al pueblo ill~'les 'otro rccur-
so que el de la rcsistcucia ,y (Itle d ya no la mi-
r.uia en udr.laute como una cuestion de d erech o
sino tic prudencia. Aquella especie de con ;a~Ta
cion del dereclm de iu sturcccion escitó el mayor
tumulto quc se terminó con la adopciou de las le-
}es solicitadas por Pit! , el cual consiguió el une-




DIUEECl'OlUO (t 795). 3_-¡a
vo empréstito, las me..lidas reprcsivas, y prometió
abrir cn hrcve una ncgociucion , y se prorogó la
sesión del pnrlamento hasta el 2 de febrero 1796.


De ninguna manera pensaba Piu en la paz, ni
queria hacer .oh'a cosa quc algunas demostraciu-
nes pal'a satisfacer la opinion y acelerar el éxito
de su empréstito; porque la sola posesión de los
Paises Bajos PC)l' 1<l Francia bastaba para hacerle


I insoportable toda idea de paz. .Mas en efecto se
1)1'OPUSO escoger un momento para a1JI'iL' alguna
negociación simulada, ofrecicudo condiciones in-
admisibles.


Con el oLjeto de satisfacer al Imperio que cla-
maba por la paz, hizu el Austria alg'unas pl'OpO-
siciones por medio de la Dinamarca, la ·cual pro-
puso al gobiel'no francés de parte del Austria que
se Iormáru un congreso europeo, ú lo cual res-
pondió el gobicrno con mucha razon , q uc este se-
ria precisamente el medio de hacer imposible to-
da negociacion , porque habriu :que conciliar de-
masi.ulos intereses; y que si cl Austria deseaba
siuccrauicntc la p.1Z , no tenia 111aS cIue hacer la
proposicion directa, pucs la Francia estaba dis-
puesta á trata.' iuclividualmente con todos sus ene-
migos , y entenderse con cllos sin necesidad de
mediador. Esla respuesta era lllUY justa, porque
un congreso complicaria la paz con el Austria con
la de InglatclTa y del imperio haciendo quc una




37{) REVÜLUCION FHANCESA.
y otra fuesen imposibles. Por lo domas no desea-
ba tampoco el Austria otra respuesta, pur(Ille no
queria neg'ociar, como (luienhabia perdido de-
masiado, y esperaba mucho de sus últimas vic-
torias para que consintiese en dejar las armas.
Por el contrario procuró animal' al rcy del Pia-
monte que estaba aterrado con la última derrota
del Loano, y le prometió para la próxima cam-
palia un ejército numeroso y otro nuevo gellcI'al. ~
Se le hicieron á Clerfayt los honores del triunfo
á su entrada en Viena, tirando el pueblo de su
coche y haciéndole rnuchas mercedes la corte cn
dcmostracion del entusiasrno popular.


Así terminó para toda la Europa la cuarta cam-
palia de esta memorable guerra.




:es:z::=s *


NOTliS DI~L TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO CUARTO.


PAGINA 295.


1 José Joaquiu Simeon, diputado de las Bocas del
Ilódano del consejo de los ~OO, rué uno de los mas


, «elosos defensores de los principios moderados , si bien
llevándolos hasta cierta exageracion , como suele aconte-
cer aun ú los hombres que abrazan los mejores partidos,
pues echaba la culpa ú los terroristas hasta de los críme-
nes visiblemente cometidos por las compañias de Jesus y
del Sol en el Mediodia. Verdad es que el había sido per-
seguido en 1194 pOI' fcderalista , y precisado á huir á
Génova, lo cual sirvió de protesto para que el 29 de
enero 1796 le denunciasen de que habla contribuido
á la entrega de Tolon á los Ingleses; pero se justifico en
el mismo acto. Desde entonces continuó fiscalizando los
abusos de la autoridad administrativa contra la propie-
dad. En 1797 se halló en cierto modo compllcado en la
conspiracion realista de Laville-Ilcurnois , pero tambien
se lavó de aquella inculpacion. Desempeñó varias veces
el empleo dc secretario del consejo y se hallaba de pre-
sidente el terrible día 18 de fructhlor , y tuvo valor para
presentarse desde muy temprano en la sala de las sesio-
Hes con unos treinta compañeros suyos, sin embargo de
que ya estaba rodeada de las tropas del directorio , y
cuando ellas penetraron en la sala amenazando con sus
bayonetas el pecho de aquel corto número de hombres
animosos, pronunció Simeon con acento dolorido é in-
dignado estas notables palúbras : ce La constitucion está
« violada y la representacion nacional indig namente ul-
a trajada : yo declaro disuelta la asamblea hasta que sean
( castigados los autores de tan criminales atentados. »




378
huuediatameute fue condenado á la deportaciou , á pe-
sal' de reclamar en su I'avol' varios colegas suyos; pero
habiéndose escapado pOI' entonces, vino á presentarse
ú Oleron cn enero de 1799 y llamado á fines de aquel
alto pOI' el gobiel'llo consular, dúndolc el empico de su
sustituto de fiscal cn el tribunal de casacion. En abril
de 1800 le oligierou para el tribunal, donde presentó
t\'a\)ail)~ mu~ úÜ\e~ rciaüvos á la legistnclou y á la ins-
truccion públtca. Fue muy partidario de Bouaparte , el
cual luego que ascendió al imperio le uomhró cOIISCjCI'O
de estado y después senador ~. conde y comandante de
la legiou de honor. Ultimamente fue ministro del interior
~: CU~lI)(~O volvieron los Borhoues le nombraron par de
Francia.


I>'AGINA 2tl5'.


2 Bal'bf~ Ual'lwis nadó en 3Ictz del director de 1:1
casa de moneda tic aquella ciudad y Il('gó á ser consejero
del parlamcuto y luego intendente de Santo Domingo.
Habiéndole llamado poco tlCSPIWS , volvió ú .Metz, donde
se encontraba Ú principios de la revoluciou , y le nom-
hrurou corregidor de allí. En 1791 le envió- el rey á la
dicta de Hatisboua y al nño siguiente fue á Viena en cali-
dad de adjunto del cmhajudor nwl'CJuf's de Noai\lf's, para
averiguar las ver.laderas inteucioues del emperador , rc-
lativas Ú los príncipes qne tenían posesiones en la AI:;a-
cia y en la LOI'CII:I. No pudiendo conseguir al cabo de un
mes de residencia tina respuesta categórica, se \'01-
vió ú Francia, donde estuvo igllol'ado hasta el setiembre
de 't7Ht>. Entonces le nombró el dcpuruuneuto del Mose-
lb diputado del consejo de los Ancianos, )' al momento
tUYO que juslificnrsc de haber tomado IX\I'te en el conve-
nio de Pilnitz , Lo negó redondamente y pidió que se le
abriese juicio , pCI'O habiendo UIlO de sus eóle?a~ tomado
su defensa " asegurado qne durante su corrcgumcnto de
Metz habia' dado repetidas pruebas de patriotismo , no
se dió curso á la acusncion. Hizo repetidos tli:;CUl'SOS en
favor de los parientes UC emigrados pal'a que se les ud-




DEL TUADUCTOR. 379
ruiticsc á ros empleos públicos, de que estaban privados
pOI' la ley de 5 de hrumario ; mas como se le hubiese de-
signado en una lista Ilrmndu pOI' Lavlllc-Ileurnois , agen-
te dt' los príncipes franceses, se le contó en el número
de los enemigos del directorio. De ser reputado tal á pa-
sal' á serlo no suele haber gl'an distancia en las revolú-
ciones , y nsi Barbé Mal'1JOis se declaró efectivamente
enemigo de los directores en la lucha que se suscitó en-
tre ellos y los consejos. POI' consiguiente fue condenado
Ú la dcportacion el 10 de Iructidor y trasladado ú la
Guiaua. No tuvo la fortuna de escaparse cuando Piche-
gnÍ; pero como estaba aclimatado pOI' su larga residen-
cia en Santo Domingo, pudo resistir ú las enfermedades
que acabaron con tantos Otl'OS.•"l1e llamado Ú Fruu-
CÍa de resultas del 18 de hrumario y ú poco tiempo le
nombraron los cónsules consejero de estado, y al año si-
guiente (1801) director g(~llel'al del tesoro, (~uya plaza se
asimiló en setiembre de aquel año á un ministerio .
AcompaiJó :1 Bonaparto en su viuge á Bruselas en 1805 y
al año siguiente presidió el colegio electoral del Eure que
le eligió candidato rara el senado conservador. En 180lS
le nombró PI Emperador Napoleon gl':m oficial de la le-
gion de houor , y poco después le dieron tambien la
gran cruz do San 1I11bCI'lo de Buvieru. Es hombre cono-
cido por dilorcutes obras suyas, cuyos títulos son: (i En-
a sa~o 501>1'0 los medios de inspirar amor' ú la virtud: La
(( Parisima en provinciu : Julinua , cuento trud ucido del
(( ingles , y Sócrates delirando. » Tamhieu publicó un es-
tado de las rentas de Santo Domingo acompañado de re-
Ilexiour-s sobro aquella colonia etc.


PAGINA 500.


:> El mayol' do estos (los hcrrnauos , Andres , era UIlO
de los all tiguos miembros de la academia de las ciencias,
de la sociedad de :tgricuItlll'a, del Instituto de Franci a y
jardinero mayor del jardiu de plantas. Es autor de los ur-
tientos Bouuuc« y Ayricultura del lluevo diccionario de




380 NOTAS
historia natural de Detcrville , impreso el año de 1800, Y
presentó muchas memorias, qne ha adoptado y publica-
do la academia.


PAGINA 502.


4 Francisco Barthelemy nació en Auvugue , en Pro-
"enza, y debió su educucion y fortuna á su tio el abate
Juan Jacobo Barthelemy , autor del viage del jóvcn Ana-
charsis. Este le colocó desde muy jóveu en la secretaria
del ministro MI'. de Choisscuil , y á poco tiempo lo llevó
consigo á Suiza el barón de Brcteuil y desde allí á Suecia. ,
Allí se quedó de secretario del embajador ~h. Adhemar ,
y en la ausencia de este último quedó de encurgudo de
negocios. En los primeros años de la rcvolueiou estuvo
de ministro plenipotenciario en Inglaterra , y él rué quien
anunció á aquella corte la accptacion de la constitucion
dada por Luis XVI. En 17!H pasó de embajador á Sui-
za, donde permaneció hasta el año 1795 en que Iirrnó la
paz con Prusia y con España en Basilea. POI' mas que en
su calidad de embajador tuviese que solicitar- la espulsion
de los emigrados y Jos clérigos de órdcn de la comisión
de salud pública, se condujo con la mayor modcracion
y sin dar motivo de queja á ningun partido. En fines de
179G le elevaron á la suprema dignidad de director en
lugar de Le Tourneur , pero habiendo debido este favor
al partido de Clichy , no tardó en participar (le su calda
y así á pesar de no estar' unido con Caruot ,se conjura-
ron contra ellos los otros tres directores v durante la no-


.'
che del 18 de fructidor arrebataron de la cama ú Mr'. Bar-
thelerny y le condujeron á la prision del Tcmplc , y desde
ella á Rochefort , donde le embarca ron con Pichegrú y
los demas deportados de aquel día. Luego que llegó á
Cayena cayó con uua peligrosa eufcnuedad ; pero al cabo
de unos meses de cautiverio se escapó con otros seis com-
pañeros de infortunio y pasó á Inglaterra y desde allí al
continente. Cuando ocurrió la reacción del 10 de bru-
mario fué Barthclemy uno de los IH'iIllCI'OS á quienes lla-




D-EL TRADUCTOR. 381
mó Bonaparte y al momento le hizo miembro del senado
conservador.


PAGINA 508.


a Carlos Lacrox de Constant , diputado del Marne á
Ia convencion, fué nno de los que volaron la muerte del
rey, pero se dió poco á conocer en las asambleas legis-


·lativas, aunque estuvo en difcreutes comisiones, parti-
cularmcnte en la de la leva en masa y en la de vigilancia
de ]a fúhrica de armas de Versalles. En 7 de abril de 1795


" entró en la de salud pública, donde hizo espedir varios
decretos contra los emigrados y contra las adrnluistracio-
nes que pusiesen obstáculo á las reuniones populares. En
los últimos meses de 1794 comprimió á los terroristas del
departamento de las Ardenas , y en 179t) se opuso á que
se devolviesen los bienes ú los parientes de las victimas
condenadas durante el tCITOI', y declamó fuertemente
contra la religión católica y contra los clérigos, al mismo
tiempo que recomendaba mucho la libertad de cultos.
El dia 1. 0 de agosto 1795 en que se discutió el tratado
de paz con España, quiso qne se suprimiese el artículo
relativo á la demarcacion de limites pOI' la cresta de las
montañas y vertientes de los Pirineos, pero no se le hi-
zo caso. En setiembre de aquel mismo año pasó al con-
sejo de los Ancianos y le eligieren secretario en la prime-
ra scccion , oponiéndose desde luego al juramento que se
exigía de odio á la monarquia. Nombrado ministro de re-
laciones esteriores ,las desempeñó dos años hasta que el
16 de julio 1797 le reemplazó 1\1['. deTalleyrand. Durante
su ministerio firmó la paz con el príncipe de Parma , tra-
tó con el Portugal y entabló negociaciones con el emba-
jador ingles l\Ialmesbury , á quien acabó por intimar la
ÓJ den de salir' de París. Tuvo la insolencia de convidar á
los embajadores de Prusia y España á la ceremonia del
aniversario de la muerte de Luis XVI, enviándoles las
esquelas por mano de gendarmas , pero ni MI'. Sandos ,
ni el marques del Campo se dignaron contestar' á seme-
jante provocacion. Al salir del ministerio le nombró el




382 NOTAS
directorio embajador en Holanda, y Invorceió mucho la
revolucion democrática que estalló cn 1798. El uño si-
guiente íué uno de los candidatos para plaza de dircr--
tOI' en lugar de Rewbell , )' en marzo de 1800 le nombró
Bonaparte prefecto de las Bocas del Ilódano , de donde
pasó ú la prefectura de la Gironda. Murió cn Burdeos el
día 4 de noviembre 180;-;.


PAGINA :>08.


G Cavetnno Favpoult era oficial de ingenieros ruando
principió la revolución )" habiéndose declarado partidario
suyo Iué elector en Paris en 1792 ~' despues que se dCI'-
ribó el trono le nombraron gefe de división del ministe-
rio del interior que desempeñaba Garat. Desde aquella
oficina pasó á las de la comision de salud pública y supo
agradar á todos los partidos. En 179:> publicó un Ensayo
sobre hacienda pública, tan modesto en el mérito como
en el título; pero le valió el nombramiento de ministro
de hacienda, que rué preciso quitarle al año siguiente,
bien que nombrándole embajador' en Génova. Apenas lle-
gó á aquella ciudad consiguió revocar el destierro de
muchos Cenovescs , al mismo tiempo que exigió la salida
del ministro del emperador)' la espulsion de los emigra-
dos: hizo que le entrcguseu algunos buques ingleses que
habla en el puerto y prohibió que se admitiesen otros en
lo sucesivo. Al año siguiente 1797, tuvo algunas desazo-
nes y renunció la embajada que por el pronto no se le
quiso adrnitir , pero al fin vino á succdorle Bclleville y él
pasó á noma cn calidad de comisionado para la instala-
cion de la república romana. En 1798 contribuyó con
Trouvé á la mudanza de las principales autoridades de la
república Cisalpina , y al siguiente vino á l\Iilan , donde
permaneció muy poco tiempo. El 18 de junio 1799 le
denunció Bertraud , el de Calvados, como dilapidador, y
aunque la causa se instauró en el uibuual del Sena, no
tUYO consecuencias pOI' haber sobrevenido la Detinencia




DEI. TRADUCTOR. 383
del 18 de bmmarlo. Entonces le nombraron los cónsu-
les prefecto del Escalda ,. murió dos años después.


PAGL,"A 508.


7 Eduardo Benezech era úntes de la revolución gcfe
de la admiuistracion de la correspondencia situada en la
calle nueva de S. Agustin en Paris, Después en el gobier-
no revolucionario se le dió la cornision de la fábrica de
armas y pOI' último le nombró el directorio ministro del
interior. Pero atemorizado con los continuos ataques de
los diaristns democrúticos, quiso dar su dimisión y no se
le aceptó. En 1797 pasó á Bélgica con el objeto osten-
sible de organizar alli los ramos de la admiuistracion que
dependian de su ministerio , y rué recibido en Bruselas
con salvas de artillcria á que correspondió con un pom-
poso discurso en la sesión pública de la administracion
central. En la conspiracion realista de Lavillc-Heurnois
se descubrió que Luis XVIII le contiuuaria en el ministe-
rio del interior ; y como d se hallaba entonces recorrien-
do los deparuunentos reunidos escribió al directorio ma-
uifestando su admiración de verse tan bien mirado de los
realistas ). protestando de su adhesiou á la república,
En 26 de marzo 1797 publicó una instruccion dirijida ú
los comisarios del directorio sobre el modo como hablan
de celebrar las fiestas nacionales. Pocos dias antes del 18
de Iructidor le quitaron cl ministerio para dúrsel« ti Frun-
cisco de Neufchutcau , y despucs del 18 de In-umurio le
nombró Bonaparte consejero de estarlo y después inspec-
tOI' dcl palacio de 'fullerías. En noviembre de l800 PI'C-
sentó un proyecto de ley para que se reedificasen las ca-
sas demolidas en Lyon durante el gobiel'llo revoluciona-
rio. Dcspues pasó á Santo Domingo con el general Le-
clero en entidad de prefecto colonial y allí mm-ió el año
de 1802, dejando dos hijas, ú cada una de las cuales se-
ñaló el ~oh\er\\o una pension de ~()() francos.




NOTAS


8 Juan Vicente Dumolurd nació cu Yiúllé cu el DcI-
finado y Iué ahogado en Grcnoble. No tenia mas que 2~
años cuando le nombraron diputadoá la legislativa, y des-
de luego sc mostró progresista acalorado , propouicudo
el divorcio y cscitando á que se touiascu medidas CI'llC-
les contra los clérigos y los emigrados. Pero apcnas co-
noció que la tendencia <le la asamblea no cm otra quc la
de perturbar todos los vínculos sociales, cambió entera-
mente de modo depcusal·. Desde entonces principió ú
oponerse ú que se admitieran en ella diputaciones arma-
das: hizo inútiles esfuerzos pOI' defender á la reina cuan-
do veía q uc la acusaban de todo, y estuvo para ser ase-
sinado el dia 8 de agosto 1792 al salir UC la sesión por
los jacobinos unidos con los confederados por haberse
opuesto al decreto de acusacion coutru Lafuycue. Tuyo
que refugiarse en un CUCl'pO de guanJia del Palacio Heal
y cscapal'sc por una ventana que daba Ú otra calle. E~te
peligro le hizo mas cauto y se escondió hasta el fin de
aquella legislatura y durante todo el reinado del terror
que se siguió á ella. Ea setiembre <le 17m) le eligieron
para el consejo de los :>00 y en él defendió el derecho de
Jos parientes de los emigrados á que no se les privase (k
sus bienes; mas uuubieu estuvo para costurle caro PIl(~S
no faltó nada para que le pusiesen preso en la Abadia.
Se declaró opuesto á las arbitrariedades del directorio en
los nombramientos para los empleos: protegió los hospi-
tales, que estaban del todo abandonados: defendió á la
ciudad de Lyon , contra la cual se suscitaban nuevas acu-
saciones, y sacó la cara por la libertad de la imprenta ú
quien el directorio trataba no solo de contener sino d{~
oprimir enteramente. A fuerza de oponerse Ú cosas noto-
riamente injustas, llegó á ser un corifeo declarado de los
partidarios de la mouurquia. Apenas hubo dia en que no
denunciase la conducta de los directores en Italia, ('11
Suiza y en todos los paises ucuualcs ó conquistados. Ya




DEL TlU.DUCTOH.


se deja discurrir que aquellos no le' perdonarian el día
de su triunfo que fué el 18 de fructidor : mas ántes le
condenaron á la deportaciou. Pudo escaparse de que le
condujeran á Cayena , y se presentó al año siguiente en la
isla de Oleron , de donde le llamaron los cónsules en 179H
y le volvieron los derechos d(~ C'illfttHlnno. En 1800 S('
le nombró subprefecto en Camhray y despues vmiornbro
t.l el cuerpo legislativo por el departamento del NOI'l<'.


PAGINA 543.


'i 9 Francisco Javier , conde de Carletti ,cabaltf~ro de
a úrrlen toscana de San Estovan , udquir ió la reputacion
de revolucionario de resultas de un desafio que tUH} ron
el ministro ingles Windha m , que segun se dice le hahia
tratado de jacobino. Mas resta misma reputaciou le valió
que le nombrasen para ir á París ú negociar fa paz ron la
república francesa , cuyo tratado firmó el 13 de l'dlrel'()
1793. Despues de lo que refiere el texto sobre su preten-
sion de presentarse :l la hija de Luis XVI se retiró ú Flo-
rencia , donde murió el 11 de agosto 180;) de una en
fermcdad aguda que Ir acabó en 24· horas.


PACINA 512.


14) El buron de Colli , general al servicio de Cl'rtl(~­
ña , mandó el ejército austro-sardo hasta el mame nto en
que su soberano concluyó la paz con la Francia. Se le
culpa de falta de actividad y de no haber sabido sacar ja-
mas partido de las ventajas que consiguió sobre los I'epu-
blicanos. En efecto siempre se mantuvo en la defensiva
sin aspirar á ningun resultado importante, mientras que
por el contrario cada uno de sus reveses tenia consecuen-
cias serias en presencia de un enemigo tan activo como
emprendedor, Después que ya fueron invadidos los esta-
dos de su I'ey propuso en abril de 1796 al g'f~lwl'al ROlla-
parte una suspension de armas , il que se siguió JUuy
pronto la paz, En enero de 1797 lomó el mando del ('jl~r-


IX.




:386 NOTAS
cito del Papa, é hizo contra los Franceses algunos prepa-
rativos de defensa todavía mas inútiles que sus antiguos
esfuerzos en el Píamente.


Hubo otro barou de Colli , que algunos confunden con
este, J fue uno de los mas bulliciosos revolucionarios de
13 Cerdeña ; pero fueron muy distintos sus principios y
carrera.


PAGINA 555.


i t El conde Oliverio de 'Vallis, feld-mariscal al ser-
vicio del Austria , habia servido en clase de mayor en la
guerra contra los Turcos bajo las órdenes de lo¿ genera-
les Laudon y Clerfayt, y se distinguió en una multitud
de acciones. En 1792 le emplearon en los Paises Bajos;
en 1795 en Brisgaw , donde mandó una división del ejér-
cito de Wurmser, y en marzo de 1794.,e le confió el
mando interino del ejército desde quc salió de él el prín-
cipe de Waldeck hasta que llegó 1\11'. Brown. En 1795
pasó al ejército de Italia como general en gefe, pero le
retiraron en los primeros días de abril de 1796 y no se
le volvió á emplear.


PAGINA 3t>4.


12 El conde Mercy d'Argenteau general mayor aus-
triaco, sirvió en el ejército de Italia en 1794 con bas-
tante felicidad á los principios, pero con suma desgracia
despues. Batió á los Franceses en Ormea el16 de mayo ,
y en Palestrino el 1.o de octubre; pero ellos le derrota-
ron en Ceva , y habiendo escítado bastantes sospechas su
conducta, se le mandó formal' consejo de guerra, que
le absolvió solemnemente el t> de febrero 1793. Al mes
siguiente se le confirió el grado de Teniente Feldmaris-
cal y habiendo sido atacado pOI' los Franceses en Dego el
dia 12 de abril le echaron de aquella posición y á este
reyes sucedieron 52 días de continuas denotas del ejér-
cito austriaco bajo las órdenes de Beaulieu. Este general




l'ET. TRA.DUCTOR. 387
se desesperó tanto de esta contiuuacíon de desgracias,
que llegó á persuadirse á que el conde de Mercy habia
faltado á su deber, sino pOI' traicion á lo menos por en-
vidia, Mandó prenderle y llevarle á Pavía , donde no pu-
do conseguir que se le formase causa. Parece probable
que el Sr. Mercy , se descuidaba en trasmitir las órde-
nes que recibía. Lo cierto es que desde entonces DO vol-
vió á ser empleado.






389DIRECTORIO (1796).
O(~~~~~~~


CAPITULO QUINTO.


Continuacion de las tareas administrativas del directorio. -
Promíncianse los partidos en el cuerpo legislativo. - Ins-
titucion <le una fiesta anual en conmemoracion del 21 de
enero. -Vuelta del ex-ministro de la guerra Beurnonville ,
y de los representantes Quinette , Camus , Bancal, Lamar-
que y Drouet, entregados por Durnouriez al enemigo.-
Descontento de los jacobinos. Diario de Bahoeuf - Insti-
tucion del ministerio <le policia. - Nuevas costumbres.-
Apuros económinos; creación de los mandatos.- COn5-
piracion de Baboeuf -Situucion militar. Planes del direc-
torio. - Pacificacion del Vendée; muerte de Stofflet y de
Charétte.


Ya se hallaba asentado y fijo el gobierno repu-
blicano con los sucesos que acababan de terminar
la campaña, y habiendo reunido la convencion la
Bélgica á la Francia, comprendiéndola en el ter-
ritorio constitucional, habia impuesto á sus su-
cesores la obligacion de no tratar con el enemigo
sino con la condicion de la linea del Rhin. Se ne-
cesitaban nuevos esfuerzos y otra nueva campaña
IDa'::! ueó'::!\.'\'a C\.ue las ~~eced.enteo:; "pa.~'<\. ob\,\;a:r á




398 RE'VOLUClON "'UANCESoA.
la casa de Austria y á la. Inglaterra á que consín-
tiesen en nuestro engrandecimiento; y para con-
seguirlo trabajaha el directorio con la maY(!)l~
energia en completar los ejérci tos, restablecer la
hacienda y reprimí r las facciones..


Ponia el mayar esmero en la egecuCÍ'on de las
leyes relativas á los jóvenes sacados pOl' requisi-
cion , obligándoles á reunirse' il los ejércitos con el
mayor rigor, y anulando todo género de escepcio-
nes , habia formado en cada distrito comisiones
de médicos pal~a juzgar íos casos de enfermedad.
Se habian introducido una multitud de jóvenes
en las adminitracienes donde saqueaban á la re-
pública y daban muestras de malísimo espíritu,
por lo cual se dieron las órdenes mas severas pa-
ra no tolerar en Ls oficinas mas que á personas
(IlIe no perteneciesen á la requisición. Lo que mas
llamaba la atención del directorio era el ramo de
}lacienda, y aceJel'aha con suma actividad el co-
bro del préstamo forzoso de los 600 millones; pe-
ro era indi:-;pensahlc aguanlar sus entradas, la
enagenucion del producto de los bosques nacio-
nales ,la venta de los bienes de ca vida de 300
fanegas y la cobranza de las contribuciones atra-
sadas ; mas entretanto era preciso hacer frente á
los gastos que por desgracia se presentaban todas
á un tiernpo , por lo misrno que se habian diferi-
do todas las liquidaciones hasta la instalacion del




DIRECTORIO (1796). 391
nuevo gobiel~no, y porque el invierno era el mo-
mento destinado á los preparativos de la campa-
ña. Con el fin de anticipar la época de todas es-
tas entradas se habia visto precisado el directorio
á usar del recurso que le habian dejado de los
asignados. Pero ya en un mes habia emitido de
12 á 15 mil millones por adquirir algunos en IlU-
merario , y hahian llegado las cosas á punto de


, que no los admitian en ninguna parte. Discurrió
crear un papel corriente y de próximo vencimien-
lo que representaba las entradas del año como se
hace en Inglaterra con los pagarés del Echiquier,
y como hacemos todavia nosotros COIl los pagarés
Reales. En consecuencia emitió con el título de
rescripciones unos pagarés al portador, pagables en
tesoreria con el numerario que iba á entrar en
ella muy pronto, ya con el préstamo fOl'ZOSO, que
en Bélgica se exigia en numerario , ya con las
aduanas, ya en consecuencia de los primeros con-
tratos celebrados con las compañías que se encar-
g'asen de beueliciar los bosques. Al principio creó
por unos 30 millones de las tales rescripciones ,
que no tardaron en subir á 60, valiéndose del au-
xilio de los banqueros,


Ya no estaban prohibidas las compañias de ha-
cienda , y así se pensó en valerse de ellas pal'a la
fundacion de un banco que hacia mucha falta pa-
ra el crédito, sobre todo en un momento que se




3(\~-. ~,- nEVOLUClO~ FHANCES,\'
creia haber salido de Francia todo el numcravio,
Para ello formó una compañ ia , y propuso aban-
donarla cierta cantidad de bienes nacionales que
sirviesen de capital para el banco, el cual babia
de emitir billetes hipotecados en tierras, paga-
deros: (\ la vista, como todos los billetes de' banco.
Tambicn debia prestar al estado sumas propor-
cionadas á la cantidad de bienes dados en hipote-
ca , lo cual ya se deja conocer fIue era un nuevo
modo de girar sobre el valor de los bienes nacio-
nales , y que en lugar de emplear el medio de los
asivnatios,se e mpleaha el de los billetes de banco.


No ofrecía muchas probahijidades de buen éxi-
lo, pero en la desgraciada situación en que se en-
contruha cl gohiel'llo , echaba mano de todo y te-
nia mucha ruzon para hacerlo. La operacion mas
mer] loria de todas fue la de su primir las raciones
que SP estaban dando al pueblo y dejar libre el
comercio de suhsistencias , pues ya hemos visto los
«sfucrzos que co:-;talu. al gohierno encarg;arse pOt'
,. I 1 l· 1 . ' p .SI nusuio uc a couuuccron (e gralJo", a al'lS,


y el mucho pel'jui<.:io que resultaba al tesoro de
pap,<ll' IO~i gr'~uw:; por su va 101' pf{'ctivo, y darlos
1¡¡('~O al pueblo de la capital en cambio de valores
nominales, COl1lO que apenas entraba ti 200.m.¡ par-
te del gasto, y asi podia lllUY bien asegurarse que
la república mantenia la poblacion de Paris.


Conociendo el nuevo ministro del interior Be-




DIllECTORIO (1796). 393'
nezech los inconvenientes de este sistema, y que
las circunstancias permitían renunciar á él se lo
propuso al directorio. En efecto ya principia-ba el
comercio á restablecerse y acudian los gl~anos á la
circulacion : el pueblo se hacia pagar su salario en
dinero, con el cual podia satisfacer el precio del
pan, que era sumamente módico en numerario.
En consecuencia propuso el ministro al directorio


, que suprimiese la distribucion de raciones que so-
lo se pagaban en asignados, escepto á los indigen-
tes, y los renteros y empleados públicos, cuya
renta anual no escediese de 3000 francos. Fuera
de estas tres clases, todas las demas dehian acu-
di., á comprar el pan á las casas de los panaderos
por medio del comercio libre.


No dejaba de ser atrevida esta resolucion , pero
el directorio la puso en ejecucion inmediatamente
sin miedo de los furores que podía escitar en el pue-
blo, ni de la ocasión de alboroto que podia dar
á las facciones con jm'aelas contra el reposo ele la
república.


Ademas de esta providencia, discurrió tambien
otras no menos perjudiciales á los intereses, pero
igualnlente necesarias. Lo que mas falta hacia en
los ejércitos, corno sucede siempre en las guerras.
largas, eran caballos, y por tanto solicitó el
directorio de los dos consejos la autorizacion
para exijir todos los caballos de lujo, y tomar,




394 REVOLUCION HL\NCESA.
pagándolos, uno de cada 30 caballos de labor y de
acarreo. Los recibos de estos últimos habian de
admitirse en pago de las contribuciones, y] por
dura que fuese aquella medida, se aprobó por
indispensable.


Ayudaban los dos consejos al directorio, y ma-
nifestaban su mismo espíritu, salva la moderada
oposicion de la minoria ,porque con ocasion de
algunas discuciones acerca de la verificacion de los
poderes, sobre la ley del 3 de brumario, sobre las
sucesiones ó herencias de los emigrados , sobre
los clérigos y sobre los sucesos de J\'.lediodia , ha-
bian principiado ya á pronunciarse los partidos.


Habiéndose encargado á una comisión la justi-
ficacion de poderes, la cual tenia que tornar mu-
chas informaciones relativas á individuos, cuya
eligibilidad era Inuy contestable, no pudo dar su
informe sino al cabo de mucho tiempo y despues
de dos meses de legislatura. Esto dió lugar á mu-
chas contestaciones sobre la aplicacion de la ley
del 3 de brumario , la cual, corno ya hemos dicho,
amnístiaba todos los delitos cometidos durante la
revolucion , escepto los del 13 de vendimiario, y
escluia de los empleos públicos á los parientes
de los emigrados, y á los individuos que en las
asambleas electorales se habian puesto en estado
de rebelion contra los decretos del 5 y 13 de fruc-
tidor, Habia sido este el último acto de energla




D.lRECTORIO (1796).395
del partido convencional, y ofendía singularmen-
te á los moderados y á los contra-revolucionarios
que se escudaban con ellos. Era preciso aplicarla
á muchos diputados, yen particular á un tal Job-
Aymé 1 que lo era del departamento del Droma s
donde habia sublevado la asamblea electoral, y se
le acusaba de que pertenecia á las compañias de
Jesus. Se atrevió un miembro del consejo de los
Quinientos á proponer la anulacion de la ley, y
esto bastó para que todos los partidos saliesen de
la reserva que habian observado hasta entonces y
se suscitó una. disputa semejante á las muchas que
habia habido en la conveneion con moti vos igua-
les á este. Louvet que nunca se separaba de la cau-
sa revolucionaria, se precipitó á la tribuna á de-
fender la ley y Tallien que estaba haciendo tanto
papel desde el 9 de therrnidor y si no habia lle-
gado á ser director era únicamente por falta de
consideracion personal, hizo en esta ocasion ala r-
de de ser partidario de la revolución y pronunció
un discurso que hizo mucha sensacion. Se fueron
recordando las circunstancias en que se habia pro-
mulgado aquella ley yaun llegaron á insinuar que
habia sido un abuso de la victoria conseguida en
aquel dia. Tambien se habia hablado mucho de
los jacobinos y de la nueva audacia que mostra-
ban, á lo cual dijo Tallien: el Déjense ya de asus-
« tamos con el recelo del terror y de recordar nos




396 REVOLUCION FRANCESA.
( épocas tan diferentes de las actuales, procurando
«hacernos creer que van á renovarse; porque
« ciertamente están nluy cambiados los tiempos.
« En las épocas que se traen á nuestra memoria
«: no se atrevian á levantar la cabeza los realistas
el ni se protegía á los clérigos no juramentados,
e ni osaban los emigrados vol ver á entrar en el
« territorio; tampoco se absolvia á los gefes de los
« Chuanes y asi ¿ por qué es ese empeño de compa-
« rar unas circunstancias tan desemejantes entre sí?
([ Lo que parece mas probable és , que se intenta
« reprobar lo ocurrido el 13 de vendimiario y las
« providencias á que dió ocasion y á los hombres
« que en aquel dia salvaron la causa pública. Pues
({ bien, que ocupen esta tribuna nuestros enerni-
« gos, pues aquí los esperamos los !amigos de la
«:república para defenderla y defendernos; aque-
« llos mismos que en la desgraciada circunstancia
« de que hablamos empeñaron en Ja lucha á una
« multitud estraviada , querrian reconvenir-nos POl'
« los esfuerzos que hicimos para rechazarla; quer-
« rian anular las providencias á que os obligó la
« inminencia del peligro, pero no, no lo conse-
({ guirán, sino que mantendréis la ley del 3 de
({ brumario que fue la mas importante de todas,
({ porque es absolutamente necesaria para la cons-
({ titucion , y ciertamente no será vuestro ánimo
«atropellarla. »-No, no, no lo queremos en ma-




DIRECTORIO (1796). 397
'nera alguna, gritaron á una voz muchos diputa-
dos. - En seguida propuso Tallien la esclusion de
Job-Aymé y habiéndose opuesto á ella muchos
miembros del Jado derecho se acaloró bastante la
discusion ; pero al fin se sancionó de nuevo la ley
del 3 de brumario, quedó escluido Job-Aymé y
se continuó tomando informes acerca de los miem-
bros del nuevo tercio á quien podian ser aplica-


, bIes iguales disposiciones.
Inmediatamente despues se empezó á tratar de


los emigrados y del derecho que tenian á las he-
rencias de las personas que todavia no habian
muerto, pero que les correspondian. Es de adver-
tir que por una ley antigua de la convencion se
habia mandado confiscar la parte correspondiente
á los emigrados en esta clase de herencia para que
no recibiesen socorro alguno. En consecuencia se
habia principiado por secuestrar los hienes de los
padres de los emigrados y se pidió al consejo una
resolución que autorizase para apoderarse desde
luego de la porcion que pudieran heredar los emi-
grados de sus padres que todavia vivian ,en cuyo
caso podria levantarse el secuestro. * No dejó de


'" Entre cuantas atrocidades caben :en la perversidad de
los partidos unos contra otros, tal vez no se ha discurrido
jamas otra mas feroz y mas injusta que esta de que hace men-
cion el texto, porque no solo indicaba el furor y el espíritu
de rapiña que constantemente animó á una gran parte de




398 REVOLUCION FRANCESA..
suscitarse bastante oposicion en el nuevo tercio,
queriendo combatir aquella medida esencialmen-
te revolucionaria con razones sacadas del derecho
comun ,esto es de que se violaba ,la propiedad.
Sin embargo de eso se aprobó la resolucion , pero
no sucedió lo mismo en el consejo de los Ancia-
nos ~ el cual, ya por la edad de sus miembros, ya
por su calidad de examinador supremo, tenia mas
prudencia que el de los Quinientos ,como quien ..
estaba menos poseido de las opuestas pasiones que
dominaba n en el otro, siendo menos revolucio-
nario que la mayoria ,~aunque siempre mucho mas
que la minoria. Tenia, como todas las corporacio-
nes intermedias , un espíritu mas acomodado al
justo medio, y así desechó aquella medida, por
que se dirigia á egecutar una ley que miraba co-
nlO inj usta. Despues decretaron los consejos que


miembros de la convencion y de las comisiones , sino que sir-
vió de prueba de que no fue el espíritu de justicia ni mucho
menos de reforma quien animó á los autores y secuaces
de la revolucion , sino las ruines pasiones de la venganza y
de una nueva tiranía. Por mas que se recorran los sangrien-
tos y sordidos anales de las inquisiciones políticas y religio-
sas , á fé que no se encuentre un rasgo comparable á este,
con la particularidad de haber sido dulcemente propuesto
por el profundo jurisconsulto Cambacerés , quel uego murió
emigrado y dispuso libremente de riquezas inmensas, aquiri-
das Dios sabe como, y sin que nadie tocase siquiera á los
muchos papeles á que tenia dsrecho el gobierno. (N. del T.)




DIRECTORIO (1796). 399
el directorio fuese árbitro supremo para horrar de
las listas á los emigrados : renovaron todas las le-
yes anteriores contra los clérigos que no habian
prestado juramento ó se habian retractado des-
pues, y contra los que habian sido condenados
á la deportación por las administraciones de los
departamentos. Decretaron que esta clase de clé-
rigos fuese tratada como los emigrados que habian
vuelto á entrar si se les cogia dentro del territo-
rio, y solo se consintió en que quedasen encerra-
dos aquellos que por sus enfermedades no se ha-
bian podido espatriar.


Otro asunto causó tambien bastante agitacion
en los consejos y Pl'OVOCÓ una esplosion, y fue
que Freron continuaba su comisión en el Medio-
dia , llenando las administraciones y los tribuna-
les de revolucionarios fogosos; de modo quc los
miembros de las compañias de Jesus y otros contra-
revolucionarios que habian estado asesinando des-
pues del 9 de t hermidor , se veian espuestos á su
vez á nuevas represalias y ponia n el grito en el
ciclo. Ya habia hecho el diputado Simeon algunas
reclamaciones moderadas sobre ello, mas el di-
putado Jourdan-D'Aubagne 2, hombre bastante
acalorado y el ex-girondino Isnard'hicieron otras
mucho mas violentas y ocuparon varias sesiones
con sus declamaciones, en términos que los dos
partidos vinieron á las manos. Jourdan y Talot 3




400 REVOLUCION FRANCESA.
negaron casi á agarrarse en plena sesion , y tu-
vieron que separarles sus compañeros y hubo que
nombrar una comision que informase acerca del
estado del Mediodia.


Con estas diferentes escenas vinieron á desig-
narse los partidos, pero no por eso dejaba de ser
grande la mayoría en favor del directorio , si bien
poco á poco iba haciéndose mas osada la minoría,
y mostrando cierto espíritu de reacciono Era la ..
·continuacion del que se habia manifestado des-
pues del 9 de thermidor, que combatiendo á los
principios justamente los escesos del terror acaba-
ba por desaprobar del todo la revolución. Algu-
nos miembros de los dos tercios convencionales vo-
taban con la minoria , pero en cambio tambien
habia otros del nuevo tercio que lo hacian con la
mayona.


Los primeros se aprovecharon de la ocasion
que iba á presentarles el aniversario del 21 de
enero para poner á una prueba terrible á sus có-
legas sospechados de realismo, Propusieron una
funcion en que habia <~e celebrarse todos los años'
el 21 de enero la muerte del último rey, y consi-
guieronque se decidiese prestar en aquel dia ju-
ramento por todos los miembros de los dos con-
sejos de odio á la monarquía. Esta formalidad del
juramento, tan frecuentemente empleada por los
partidos, nunca ha servido para otra cosa sino




lHRECTOIHO (1796). 401
para que los vencedores tengan el -gusto de ob\i=-
gar á un nuevo perjurio á los vencidos , ":i asi se
adoptó 'el proycdo por los dos "Consejos, Espera-
ban con impaciencia los convencionales la sesión
del 1,6 de pluvioso año IV, (<{ue á esta corresponde
el 21 de enero) para ver desfilar por la tribuna
al nuevo tercio , y cada consejo concurr-ió aq uel


, dia con gran solemnidad.Sehabia preparado una
tiesta en París á que dehiun asistir todas Ias autoei-


"dudes, mas cuando fue preciso pronunciar eljura-
mento hubo algunos de los nuevos electos que se
vieron bastante apurados. El ex-constituyente Du-
pont de Nemours.que era miernhrode los Ancianos,
y-conservaba mucha viveza en medio de su avan- .
zada edad, no disimuló su despecho, añadiendo
á las palabras, juro odio á la monarquia estas otras;
y á toda especie de tiranía. Este era nn medio dp
veng-al'se y de jural' odio al directorio valiéndose
de aquel rode-o, por lo cual se levantó bastaute
murmullo y se le obligó á conformarse ú la f()l'-
mula general. Lo mismo quiso hacer en el couse-
jo de los Quinientos el diputado Andró , pero se le
sujetó á lo mismo, y el presidente del directorio
pronunció un discurso enérgico en que el g"ehicl'-
no todo entero hizo una profesión de fe completa-
mente revolucionaria.


En aquella época llegaron á Paris los di pula-
dos que hahian sido ('angeado~ por la hija d~


1'( 'J,(j




402 REVOLUCION FRANCESA.
Luis XVI Y fueron QuineHe, Bancal, Camus, La-
marque, Drouet y el ex-ministro de la guerra
Beurnonville, los cuales hicieron relación de su
cautiverio y se les dieron muchas muestras -de in-
terés, ocupando el puesto que la convencion les
habia reservado en los consejos, pues efectiva-
mente se decretó que serian de derecho miem-
bros del cuerpo legislativo.
~


Asi caminaban el gobiel'no y los partidos du-
rante el invierno del año IV (de 1795 á 1796).
La Francia que deseaba tener un gobierno y el
restablecimiento de las leyes, principiaba á gus....
tal' del nuevo estado de cosas, y hasta le hahria
aprobado enteramente á no ser por los esfuerzos
que se exigian de ella para la salvación de la re-
pública. Mas eran tan rigorosas las exacciones
ya de la requisicion, ya del préstamo fOl~ZOSO, ya
la leva de los caballos, y tan miserable el esta-
do de los renteros, á quienes se pagaba en asigna-
dos, que no dejaban de dar graves motivos de que-
jas, pero á no ser por todos estos motivos hubiera
parecido escelente el lluevo gobierno. Solo lo mas
selecto entre las naciones es lo que se muestra sen-
sible á la gloria, á la libertad, á las ideas nobles
y generosas, sin reparar en los sacrificios que
le cuestan; pero la masa del público solo desea
el reposo y los menos sacrificios posibles. Es ver-
dad que hay momentos en que toda esta masa se




DIUECTülUO (1796). ·i03
levanta movida por pasiones grandes y profundas
como en 1789 cuando fue preciso conquistar la.
libertad, ó en t793 cuando se necesitaba defender-
la. Pero cansada de tantos esfuerzos la inmensa
mavoria de 103 Franceses no (¡ueria ya hace.' mas,
y se necesitaba un g·obierllo diestro y vigoroso
capaz de conseguir de ella los recursos necesa-
rios para la salvación de la república. POI' fortuna


, la juventud, siempre pronta á seguir una vida
aventurera , no dejaba de ofrecerlos para reponel'
los ejércitos, y aunque manifestaba alguna re-
pugnancia á los principios para salir de sus hoga-
res cedia IllUY pronto después de alguna resisten-
cia. Una vez trasladada á los campos tomaba ali-
cion á la guel'ra y hacia prodigios de valor, mas
no asi Jos contrihuyentesá quienes se exig~an sa-
crificios de dinero, pues estos eran mucho mas
difíciles en reconciliarse con el golJierno.


Los enemigos de la revolución se prevalían
de estos nuevos sacrificios impuestos á la Frarr-
cia para clamar en sus diarios contra la requi-
sicion , el préstamo forzoso, la leva forzada de
los caballos, el estado de la hacienda, la desgra-
ciada situación de los renteros, y la severa egecu--
cion de las leyes relativas á los emigrados y los
clérigos. Afectaban considerar al gobierno como
verdaderamente revolucionario y cual si conser-
vase toda su arhitrariedad y violeucia , de su elle




404 REVOr.UClON FlUNCESA.
que segull ellos, no habia que tijars'e en él ni en..
tregarse con confianza al porvenir. Sobre todo se
enfurecian contra el proyecto de una nueva cam-
paña y pretendían 'qne se estaba sacrificando el
reposo, el caudal v-la vida de los ciudadanos á la
manta de \as conql\\~tas, como s\ les incomodase
que la revolucion tuviera el honor de agregal' la
B-élgica lá la Francia. Bien que, decian , no es de ~
admirar que el gobierno tenga semejante es-
píritu y tan desastrosos proyectos, supuesto que
tanto el directorio como los consejos están atesta-
dos de miembros de una asamblea que se manchó
con toda especie de crímenes.


Mas los patr-iotas que en esto de cargos; y recri-
minaciones nunca se quedaban atras , decian por
el contrario que el gobiel'no era demasiado débil,
.v estaban á pique de acusarle de condescendencia
en favor de los contra-revolucionarios. Segun ellos
se dejaba volver á los emigrados y á los clérigos;
se absolvia diariamente á los conspiradores de
vendimiario; no se usaba de bastante/severidad
con los jóvenes de la requisición para obligarles
á ir á los ejércitos , y el préstamo forzoso se exi-
gia con sobrada lenidad. Sobre todo desaprobaban
el sistema económico que al parecer queria adop-
tarse , y ya hemos visto cuanto les irritó la idea
de suprimir los asignados, intentando que se les
volviese á poner á la pal' por los mismos medios




DIRECTORIO (17H6). 405
revolucionarios que en 179a. Todas estas preocu-
pacioues se les vol vieron á despertar con el pro-
yecto de recurrjr á las compañias de hacienda ,
diciendo que el ~'oLiern{) , iba el. entregarse en ma-
nos de los agiotistas, ,y que con la fundación de
un banco iban á arruinarse los asignados y todo
el papel moneda de 1i1 república para sustituirle
un papel particular de creación de los banqueros.
Mucho .les indignó también la supresion de las
raciones, porque eso de vol ver los víveres al libre
comercio y no alimental' Ú Lt ciudad ,de París,
era un ataque á la revolucion , querer ..natal' de
hambre al pueblo y reducirle :l la desesperacion.
Sobre este punto parecian e-tur de acuerdo los
diarios realistas con los del jacobinismo, y el mi-
nistro Beuezcch se vió asaltado de injurias tanto
por unos como pOI' otros.


Otra providencia se espidiú que acabó de mon-
tar la cólera de los patriotas contra el nuevo go-
bierno, y filé que en la ley del ~l de brumario se
concedia amnistia pOl' lodos los hechos relativos á
la rcvoluciou ~ esceptuando los crímenes particu-
lares como robos, asesinatos etc. , los cuales que-
daban siempre sugetos á las leyes. En consecuen-
cia volvieron á continuarse las pesquisas que se
habian suspendido ¡dul'antc los últimos tiempos
de la convención contra los autores de las matan-
zas de setiembre; al mismo tiempo que quedaban




Ji.O6 RgVOLUCIO~ FILt~CES.l.
absueltos casi todos 103 oonspiradores de "endí-
minrio. No porlinn pnes aguanta,' los patriotas
que se fuese tan rigOl'oso con unos y tan indul-
gente con otros. Un tal Bahupur', que era un ja-
cohino desatado J' ya había estado lweso dc res ul-
tas del alboroto de prerial , y ahora estaba libre
en virtud de la ley de amnistía, había principiado
á publicar un periódico ú imitacion del de Maral
con d título de el Tribuno del Pueblo, y ya se deja
conocer cual podriu ser la imitación de un mo-
delo semejante. Aunque mas violento (lue el de
l\'Ja,'ar, no era el periódico de Baboeuf tan cíni co
(W1110 el otro, pero si algo mas tonto, pnes ]0 que
:.tlplel hahia provocado en circunstancias es traor
(Iinarias , Jo reducía éste á sistema apoyándolo con
una necedad y frenesí desconocidas hasta enton-
(Ces. Se observa generalmente que cuando las ideas
fIue preocuparon los ánimos tocan ya ú su fin,
suelen queda,' impregnadas en algunas cabezas y
se convierten en mania V en imbecilidad. Era


.J


Buhoeuf corifeo de Hila seda de maniáticos Ó de-
lirantes «ue se cmpeíiaban en sostener <lue las ma-
tanzas de sctiemhl'c habian sido incompletas, y
era indispensable renovarlas y generalizarlas para
'Ine fuesen definitivas. Predicaban en público la
ley agraria, cosa á que no se habian atrevido ni
los mismos hehertistas , y se serv ian dc una voz,
nueva que era la ele (el-icidad comun para espresar




DIRECTORIO (t 796). 407
el ohgeto de su sistema. Esta sola espresion carac-
terizaba en ellos el último término del absolutis-
mo demagógico, y era cosa de estremecerse al leer
aquellas páginas. Los hombres de buena fé las mi-
rabancon com pasion, pero los alarmistas fingie-
ron creer que se aproximaba un nuevo terror ,y
á fé que no dejaban de dar motivo para creerlo las
sesiones de lá sociedad dd Pantheon , pues como
ya hemos dicho, allí, en aquel magnífico templo
de Santa Genoveva es donde los jacobinos hahian
vuelto á dar principio á su club. Eran estos en~


. I
tonces mas numerosos que nunca pues pasaban de
4000 y no cesaban de vocear hasta muy adelan-
tada la noche , habiendo ido poco á poco esccdién-
dose de lo prevenido en la constitucion , poniendo
su mesa , su presidente y sus di plomas, es deci r ,
tomando todo el carácter de una asamblea polí-
tica. Allí declamaLan contra los emigrados y tos
clérigos y contra los agiotistas y contra las sangui-
juelas del pueblo, atacando los proyectos del ban-
co , la supresión de las raciones ,,.la abolicion de
los asig"nados y las causas .que se scguían contra
los patriotas.


Como el directorio se miraba ya en cierLo nJO-
do consolidado y temia menos á la contra-revolu-
cion , procuraba adquirir la aprohacion de los
hombres juiciosos y moderados, y pOI' tanto C11 e-
yó de su deber no ser indiferente á este desenfre-




HE\otlJCION FHAN(;HSA.


no de la facción jacobínica. Tenia en su favor á la'
constitucion y ú las leyes existentes y resolvió ha-
cer uso de ellas, mandando por de pronto recogel'
muchos números del diario de Bahceuf como aten-
tatorios ú la constitucion..Después mandó cenar la
sociedad del Pantheon y otras muchas que había
formado la juventuct dorada, en las cuales se bai-
laha V se leian los diarios : estas últimas estaban
situadas en el Palacio Real V en el Baluarte de los
Italianos con el título de Sociedtul del Ajedrez,. Sa-
Ion de los Pruicipes , Salon de las Artes, etc. Eran estas
últimas lllUY pOl:O temibles , y solo se las com-
prendió en la providencia por hacer alarde de im-
parcialidad. Puhlicóse y se egecutó el edicto el día
S de ventoso \27 de febrero J796) , y por medio
de una resolución que se pidió al consejo de los
Quinientos, se añadió una condición á todas las-
<lemas que ya exigia la coust.itucion para las socie-
darles populares, y fúé que no pudieran constar
filar que de (iO miembros.


Viéndose acusado el ministro Bcnezech pOI' am-
bos purtidos quiso dar su di mi sion ,ppro el di-
rectorio se llegó á aceptarla, .v le escribió una car-
ta felicitándole por sus servicios, la cual se publi-
có en los diarios. Se mantuvo el nuevo sistema de
distribución de víveres, y solo los indigentes, los
renteros y los empleados cuyo sueldo no pasaba
dp :3000 francos continuaron recibiendo raciones.




DIRECTORIO (1796). 400
Se pensó tambien en aquellos desgraciados rente-
ros á quienes siempre se pag'aba en papel, y de-
cretaron los dos- consejos que en adelante se les-
diesen diez capitales por uno ilo cual distaba mu-
cho de ser suficiente, pues que .los asignados per-
dian mas de doscientos de su valor.


Añadiú el di rectorio á estas providencias la de
retirar pOI' fin ú los diputados convencionales que
estaban en comisión y nombró en su lug'ar comi-
sarios del gobierno. Estos representaban al direc-
torio así en los ejércitos como en las adminisÍl'<l-
ciones y vigilaban sohre la egecucion de las leyes,
mas no tenian aquellas facultades ilimitadas en
los ejércitos, sino que en los casos urgentes á
que no alcanzaba su pode,' general podian tornar
alguna providencia provisional, corno por ejem-
plo la requisicion de víveres ú de tropas, some-
tiéndola despues á la aprobacion del directorio.
Se habiau suscitado muchas quejas contra algTlnos
empleados elegidos por este en los primeros mo-
mentos de su instalacion , y así dió órdeu il los
comisarios para que vigilasen sobre ellos y escu-
chasen las quejas cuidando de dar parte de tos
que convendria remover.


También pensó en crear un ministerio especial
de policía para vigilar á las facciones, que vién-
dose obligadas á ocultarse, no podian menos de
trabajar en la obscuridad. Es la policia un objeto




410 RBVOLUCION FRANCESA.
muy importante en los tiempos de turbulencias ,
yasi las tres asambleas precedentes habian desti-
nado para ella una comisión numerosa y no creyó
el directorio dejar este encargo como una de las
atribuciones accesorias del ministerio del interior-,
sino que propuso ú los (los consejos que erijiesen
un ministerio especial. No dejó de resistirse la
oposicion diciendo que aquella era una institu-
cion inquisitorial lo cual era cierto , pero desgra-
ciadamente necesaria en tiempo de facciones, y
sobre todo facciones obstinadas que se veian en
precision de intrigar secreta mente. Aprobóse el
proyecto .v se nombró paJ'a este destino al di puta-
do Cochon, Bien hubiera querido el directorio
ariadir alB'unas leyes sobre la libertad de la im-
pl'en ta, pero la constitución la declaraba il imita-
da, est:epto en los casos en que pudieran ser ne-
cesarias algunas disposiciones. Los dos consejos
des pues de una solemne rliscusion desecharon to-
do proyecto de ley represiva, y se vió en ella,
como en otros muchos casos, cambiados los pa-
peles, pues los partidarios de la revol ucion que
debian sedo de la libertad ilimitada, solicitaban
medidas represivas , mientras que la oposición cu-
yas ideas secretas eran monárquicas , votó por t.
libertad ilimitada; tan cierto como eso es que
nunca los partidos se gohiernan mas que pOl' sn
propio i nteres, POI' lo domas la decisión era muy




~lllECTOIUO. \ 1796). 411
prudente porque puede muy bien la imprenta ser
j lirnitada sin peligro, como qne solo la verdad es la
temible, mientras que lo falso siempre es impotente,
y cuanto mas se exagera mas se desgasta. .¡, Ningun


lO Dudamos mucho quc Mr. Thiers tuviese hoy por tan
cierta esta máxima como cuando la escribió, y por lo menos
no pareee muy conforme con la conducta observada por e l
mismo durante su primera presidencia del consejo de minis-
tros en (Ille solicitó y obtuvo las leyes escepcionules de setiem-
bre , que todavia están hoy en vigor, Tan cierto es que no
piensan del mismo modo los hombres encargados de la alta
aclrninistrucion de un vasto pais , como cuando escriben bajo
la iuspiruciou de sus teorías 'privadas. No es esto decir que
la varíuciou Ó contradiccion del lenguage con la práctica su-
ponga lila/a Ié , ui aun lijcreza entre el escritor y el ministro ,
sino <tUl' hay una mulriturl de verdades teóricas que se des-
mienten pOI' necesidad en la prríctfca ; y qlle es dI.' mllY dis-
tinta naturaleza la responsabilidad de un mero escritor que
dice al piiblico lo (Iue tiene por verdadero , de la que toma
sobre sí un ministro encargado de la seguridad del L o hicrno y
de !os ciudadanos. Tamhien nosotros que esto escrihimo- r:J'
blir-amos en un tiempo y presentam06 á las cortes española en
J 8:w 1111 escrito en (Iue ma uifestahamos nuestras ideas en fa-
VOl' de 1.1 absoluta libertad de escribir, compara ndola con el
uso de cualquiera otru facultad humaua. Mas hoy desengaña-
dos por la esperiencia, nos iriamos con mucho tiento antes de
presentar nuestra opinion , sobre todo si pendiese de nosotros
la seguridad general, En una palabra tÍ fuerza de comparar los
principios generales de la libertad con los riesgos del abuso
~ "


y aun del uso de ella, hemos ven ido á parar á un estado de
duda y de irJ'csolucion tal que miramos esta cuestión de liber-




412 RBVOLUCJON FRANCESA.
gobierno ha perecido pOlo las menti ras que se dí-
een de él. ¿ Qué importa que un Baboeut' celebra-
se ó no la ley agraria ó que u na Quotidiana se em-
peñase en abatir la grandeza de la revolucio n ,
calumniase á su héroes ó procurase ensalzar á los
príncipes desterrados 'tEI gobierno dehia dejarles
declamar porque con ocho dias de exageraciones y
mentiras basta para desacreditar todas las plumas
de los folletistas y libelistas; pero se necesita mu- ·
eho tiem po y mucha filosolia para persuadir á los.
gobiernos de estas verdades. Tal vez no era toda-
via tiempo de entenderlas aquel en que mandaba
la convención , pero el directorio que ya estaba
mas tranquilo y consolidado hubiera debido prin-
cipiar á comprender-las y cg-ecutadas..


Las últimas providencias del directorio, como
pOlo ejemplo haber cenado el Pantheon y la no


tad de imprenta como un verrladero enigma cuya solucion
tal vez esta reservada para otros tiempos V para otra nueva
organizaciou social ; mas por lo que hace al estado presen te,
IlO tenemos reparo en decir, por mas (IUC se ofendan Jos se-
ñores partidarios del pl'Ogreso ilimitado que nos inclinariamos
mas bien al menoscabo de una pal'te de esta libertad, que á
correr los riesgos tan frecuentes á qlle nos lleva la libertad
ilimitada. Si nos equivocamos ahora COIllO nos engañamos an-
tes en nuestro juicio, atribúyase á la dificultad de h cuestion ,
y no á la impureza de nuestras intenciones, entonces y aho-
ra dictadas por el deseo lid bien de nuestra patria.


(N. del T.I




ln!l.ECTOIUO (1196). 413
admisión de la renuncia de Benezech , igualmente
que el retiro de los convencionistas que estaban
comisionados y el relevo de algunos empleados
produjeron escelente efecto, porque sirvieron para
tranquilizar á los que verdaderamente temian la
vuelta del tenor y redujeron al silencio ,á los que
afectaban este mismo recelo, al mismo tiempo que
satisficieron á los hombres de juicio que deseaban
que el g'ohierno se hiciese superior á todos los par-
tidos. No menos contribuveron á conciliarle la es-
timacion general Ia actividad y serie no intert'um-
pida de sus tareas pues cada cual llegó á persua-
dirse que con el rég-imen actual se conseguiria el
deseado reposo. Estaban ya rodeados los cinco di-
rectores de cierto aparato estcrior , y Barras que
era hombre de mundo hacia los honores del Lu-
xemburgo , siendo él quien representaba de cere-
monia en nombre de todos sus cólegas. Tenia la
sociedad casi el mismo aspecto que el año ante-
rior, esto es una mezcla rara de condiciones, gran
libertad de costumbres, una aticion desenfrenada
á los placeres y un lujo estraordinario. Estaban lle-
nas las salas del director de generales, cuya edu-
cacion y fortuna se habian hecho en dos años, de
asentistns y hombres de negocios que se habian
enriquecido ú fuerza dc especulaciones y rapi-
ñas, de desterrados tIlle veniau Ú reconciliarse con
el gobierno, de hombres de gran talento que




REVOLUCION FRANCESA.


principiaban á creer en la república y pretendían
ocupar un lugar en ella, y últimamente de int.l'i-
gantes que solo venian á buscar el favor. Tamhien
venian mugeres de distintas clases á lucir sus gra-
cias en aquella concurrencia y valerse de su influ-
jo en un momento en que todo se podía solicitar
y conseguir. Aunque no siempre se observaba aque-
lla decencia y dignidad de modales que tanto se
aprecia en Franca y que suele ser fruto de una ..
sociedad civilizada culta y esclusiva , reinaba pOl'
lo .menos una estrerna libertad de espíritu, yaque-
lla gran abundancia de ideas positivas que sugie-
re la vista y la práctica de los grandes negocios.
Los hombres que componian aquella sociedad: se
habian emancipado de toda especie de rutina, y
no repetian tradiciones insignificantes, sino que
todo lo sabian y lo habian aprendido por su pro-
pia esperiencia , como quienes habian presenciado
los mayores sucesos de la historia, y tomado par-
te en ellos, cuyo espectáculo ya se deja discurrir
cuanta impresion haria en los jóvenes ambiciosos
y llenos de esperanzas. Allí brillaba en primera
linea el jóven Hoche que desde simple soldado de
guardias francesas habia llegado á ser en una sola
campaña general en gefe, y dád ose á sí mismo en
dos años una educacion esmerada. Hermoso de
cara y lleno de urbanidad, y reputado por uno
de los primeros capitanes de su tiempo á la edad




DiRECTORIO (1796). 415
de 27 aíios , era la esperanza de los republicanos
y el ídolo de las mugel'es que estaban enamoradas
de su presencia aun mas que de su talento y de
su glOl'ia. A su lado se notaba ya el jóven Bona-
parte, que todavia no gozaba de igual reputación,
pero cuyos servicios en Tolon y en el dia 13 de
vendimiario eran sabidos de todos, y cuyo ca-
rácter, presencia y talento causaban cierta admi-
racion pOI' su misma originalidad. Allí hacian alar-
de Madama Tallien de su belleza, Madama Beau-
harnais de su gracia, y Madama de Stact'-desple-
gaba todo el brillo de su talento aumentado pOI'
las circunstancias y por la libertad.


Aquellos jóvenes destinados ú dominar el estado
solian escoger sus esposas entre mugeres de noble
condicion , que se tenian por muy honradas de
ser elegidas; y algunas veces en las familias de los
nuevos ricos que aspiraban á enohlccer su riqueza
por medio de la reputacion. Acababa Bonaparte de
casarse con la viuda del desgraciado general Beau-
harnais, y cada cual procuraba proporcionarse
destinos Lastante en gL'ande, pues estaban abie.'-
tas una multitud de carreras. La guerra del con-
tinente , la maritima , la tribuna , las maaistratu-
ras y en una palabra defender y gobernar una
gran república presentaban grandes objetos dig-
nos de inflamar los ánimos. Habia hecho última-
mente el gobierllo una adquisición preciosa, cual




416 REVOLUCION FRANCESA..
fue la de un escritor ingenioso y profundo que
consagraba su talento á conciliar los ánimos COIl
la nueva república. Acababa Mr. Benjamin Cons-
tant á de publicar un folleto intitulado De la fuerza
del Gobierno que habia produci~lo mucha sensa -
cion , en el cual desmostraha la necesidad de reu-
nirse al g'ohicrno, como única cspenlllza de la
Francia y de todos los partidos.


Mas en medio de todo, lo que mas [larnaba la
atención de los gohernantes era el estado de la
hacienda ~ pues las últimas providencias no ha-
bian hecho otra cosa mas que diferir la dificul-
tad. Se habian puesto á su disposición ciertos
bienes para veuder , la facultad de hipotecar los
bosques, el préstamo forzoso, y se les había
confiado el molde de los asignados como últi-
mo recurso. Ya hemos dicho flue para antici-
par el producto de lodo aquello se crearon 60
millones de rescripcioues que eran u n especie de pa-
garés Reales que debian realizarse con el primer
numerario que entrase en tesoreria. Mas estas res-
cripciones no habian conseguido tener curso sino
con mucha dificultad, y los banqueros que se ha-
bian reunido con el objeto de concertar el proyec-
to de un banco tcrritoeial fundado en bienes na-
cionales , tuvieron que retirarse al oir los gl'itos
que daban los patriotas contra los ap.iotistas y tra-
ficantes. Tamhieu andaba nHLS LenLo:el ¡clnpréstito




;UlHEC1'O'UO (17961_ .4 l '1
de lo que se .hahia creido , porque corno fundado
en bases sumamente arbitrarias V esclusivarnente
sobre las clases mas acomodadas, no había uno
que dejase de reclamar, y cada parte del emprés-
tito ocasionaba una contestaciou Ú los perceptores.
Apenas habia entrado la tercera parte en aquellos
dos meses y solo se habían cobrado algunos mi-
llones en numerario y algunos miles de cuentos


<en papel. Al ver la insuficiencia de aquel recul'-
so, hubo que acudir al remedio estremo que úni-
camente podia suplir á los demás , que era el mol-
.de de los asignados. Ya habian ascendido las emisio-
nes en aquellos dos meses á la inaudita suma de
4.5,000 millones; y si 20,000 de estos apenas ha-
hian dado de sí 100 millones efectivos porque los
.asignados no valían mas que la 200.ma parte de su
título ,ya decididamente no los queria admitir el
público á ningun precio porque no servían para
nada. No para el rernbolso de créditos, porque es-
taba suspendido; no para pagar mas que la mitad
de los arrendamientos y contribuciones, porque
la otra habia que pagarla en frutos; no para
comprar en los mercados, donde solo se recihian
por el valor de uno por ciento, y ,últimamente ni
aun para compra de bienes nacionales , porque
solo se admitian al precio de los mercados, y la
subasta hacia subir las posturas en proporcion del
envilecimiento del papel. El'a pue~ imposible dar-


11:1·




418 REVOLUCION FRANCESA.
les empleo alguno que representase valor, y
como por otra parte no se sabia el término á
que habian de ]legal' las emisiones no se podía
fiar en ellos. Los miles de millones representaban
á lo mas millones, y habia llegado ya á verificarse
aquella caida de que hablamos antes cuando se
rehusó prohibir las subastas en la venta de los
bienes.


Aquellas pel'sonas en quienes todavia labraban'
las preocupaciones de la rsvolucion , pues todos
los sistemas y todo género de autoridades deja
siempre algunas, se empeñaban en que hahian
de hacerse subir los asignados ,determinando pa-
ra hipoteca especial suya una gran cantidad de
bienes, y empleando medios violentos para obli-
garles á circular. Pero no hay cosa mas imposible
en el mundo que restablecer el crédito de una
moneda que ya le ha perdido y era indispensable
renunciar á los asignados.


Preguntan algunos ¿ por qué no se abolia de
una vez el papel moneda reduciéndole á su justo
valor, que era el de 200 millones á lo mas, y exi-
giendo el pago de las contribuciones y de los hie-
nes nacionales ya en numerario , ya en asignados
al curso corriente? En efecto iba pareciendo el nu-
merario y aun con cierta abundancia, sobre todo
en las provincias, y así era un error temer su es-
casez , supuesto que apenas alcanzaba el papel




mllECT01UO (1796). 419
'que estaba en circulacion mas que ú 200 millo-
nes ; pero hubo otra razon para impedir que se
renunciase al papel moneda..Es preciso repetir
que la única riqueza consistia en los bienes nacio-
nales, cuya venta ni parecia segura ni próxima , y
así no pudiendo ag'uanlar á que su precio llegase
espontaneamente al tesoro por medio de las ven-«
las, era necesario anticipar la representacionde
'él y emitirle pal'a volverle después á recoger; en
una palabra, era preciso disponer de su precie
ántes de cobrarle; y esta necesidad de gastar ántes
de haber vendido fué lo que sugirió la idea de la
creación de un nuevo papel,


Las cédulas hipotecarias que no eran mas ({ue
una hipoteca especial sobre cada uno de los bie-
nes, llevaban consigo largas dilaciones, porque
era indispensable poner en ellas el nombre y S6-
ñas de cada propiedad; fuera de que dependian
de la voluntad del tomador y no superaban la
principal dificultad. Se discurrió crear un papel
que con el nombre de mandato representase el va-
lor fijo de una posesion : y así todas ellas debian
entregarse sin subasta y con un simple espedien-
te por un precio dividido en [mandatos , igual al
de 1790 (22 veces la renta). Se habian de crear
2400 millones de aquellos mandatos, y asignar
para ellos inmediatamente 2400 millones de bie-
nes segun la estim 1 cion que teniancn dicho alío




4!O RFYOLUCIOl'{ FR.ANCESA.
de 1790. Con eso estos mandatos no podían su-
frir otra variacion que la de los mismos bienes,
supuesto que representaban una cantidad fija de
ellos. Verdad es que no podian estár á la pal' con
el dinero porque los bienes no valian lo que en
t 790 ; pero lo menos debian tener el mismo valor
que ellos.


Se resolvió emplear una parte de estos manda-
tos en rescatar los asignados, cuyo molde se hizo'
pedazos el dia 30 de pluvioso del año IV , des pues
de haber emitido 45,500 de estos últimos. Ya por
diferentes entradas, ya por el empréstito y ya
por el atraso de contribuciones se habia reducido
la cantidad circulante á 36,000 millones, y se es-
peraba reducirla muy pronto á 24. 1\'las estos
24,000 millones reducidos á la 30.ma parte de su
valor representaban 800 millones, y se decretó
cambiarlos por 800 millones de mandatos, lo cual
venia á ser una liquidacion de los asignados á la
30.ma parte :de su valor nominal. Ademas se ha-
bian de emitir 600 millones de mandatos para el
servicio corriente, y los 1200 restantes encerrar-
los en una arca de tres llaves, de donde se saca-
rian por medio de un decreto segun lo fuesen re-
clamando las necesidades.


Esta creación de mandatos no era otra cosa que
una reimpresion de los asignados, aunque en me-
nor guarismo, con distinta denominacion y con




DIRECTORIO (1796). 421
un valor determinado proporcional á los bienes.
Es como si se hubiesen creado, ademas de los
24,000 millones que debian quedar en circulación
otros 48,000 con los que se habrian completado
72 ; ó lo que es lo mismo, igual á decidir que es-
tos 72,000 millones fuesen recibidos en pago de
bienes P?" la 30.ma parte del valor que ;tenian en
1790 , )0 cual suponía 2400 millones de bienes


-hipotecados. De esta suerte quedó reducido el gua-
rismo , fijada la relación de esta moneda con los
bienes y variado su nombre.


Creáronse los mandatos el 26 de ventoso (J 6 de
marzo ),! é inmcdiatarnente hubo que poner los
bienes en venta y entregarse al portador del lnan-
dato con una simple escritura. Debia pagal'se la pri-
mera mitad del precio dentro de la primera déca-
da, y la restante en tres meses. Se dejaban aparte
los bosques nacionales, y los 2'~OO millones de bie-
nes fueron elegidos entre los que tenian menos de
300 fanegas de envida tomándose inmediatamente
las medidas que necesitaba la adopcion de papel
moneda. Mas como este era la moneda de la repú-
hlica , todo debia pagarse en mandatos, así los
créditos estipulados en numerario, como las pó-
lizas, los arrendamientos , los intereses de capita-
les, las contribuciones (menos las atrasadas) las
rentas sobre el estado, las pensiones y los sueldos
de los empleados públicos. Hubo gl1andes discu-




REYOLUCION FRANCESA.


SiOllOS acerca del impuesto territorial, P0l'(IUC Ios'
que estaban persuadidos ji que los mandatos cae-
rían ni mas ni menos que los asignados, querian
que para no priv.u- al estado de UBa entrada cier-
ta, se continuase pag'ando aquel impuesto en fru-
tos, pero ocurrieron las dificultades de la cobran-
za , y se decidió que se veriticase en mandatos , así
como la renta de aduanas, los derechos de regis-
tro, sello, correos etc. Ni se detuvieron en esto-
solo, sino que se creyó necesario acompañar la
creación de este nuevo papel de aquellas conmi-
naciones severas qne suelen usarse cuando se quie-
re forzar cualquier valor : y asi se declaró que el
oro y la plata dejarian. de ser considerados como
mercancias y que no se podria cambiar 01'0 por
papel ni papel por oro. Ciertamente era bien mi-
serable semejante disposicion después de tantas
esperiencias hechas, y 110 lo fue menos otra que
tambien perjudicó m-ucho á la opinion del direc-
torio, cual fue la de mandar cerrar la Bolsa, de-
biendo saber que no basta cerrar un mercado pú-
hlico para que dcjen de abrirse centenares de-ellos
en otras partes..


Era gravísinlo el eLTOl' que cometió el gobieL'no
creando esta nueva moneda de los mandatos y
sustituyéndola al numerario para todo, pOl:que
por mas que se hiciese era impo sible que el
mandato pudiera igualar jamas el precio de la




DUtECTOIUO (1796). 1..23
plata. En buen hora que el mandato valiese tanto
como la tierra, pero no era posible que valiese
mas. Ahora bien la tierra no valia ni aun la mi-
tad del precio de 1790, como que una propiedad,
aunque fuese patrimonial, de valor de 100 mil
francos , no hahria quien diese por ella 50 mil en
dinero; y con todo se queria que too mil francos
en mandatos equivaliesen á 100 mil en numera-
'rio. Hubiera debido el gobierno hacerse cargo de
esa diferencia y aun cuando no existiesen tantas
otras causas para la baja del papel, esta sola era
bastante para ocasionarla.


Era tanta la prisa que tenia el gobierno, que
mientras se tiraban los mandatos mandó circular
simples pronlcsas de ellos, y desde el mismo ins-
tante principiaron á circular POL' un precio muy
inferior á su valor nominal. No dejaron de in-
quietarse bastante con esta novedad, pues recela-
ron que el nuevo papel en quien tanto hablan espe-
rado iba á caer como los asignados y dejar la re-
pública sin recurso alguno. Pero habia una causa
especial de esta caida anticipada, y no dificil de
remediar, redactando inmediatamente instruccio-
nes para el uso de las administraciones locales á
fin de que arreglasen los casos estremadamente
complicados que habia de ocasional' la venta de
los bienes con una simple escritura: y este tra-
bajo exigia mucho tiempo y retardaba la apertu-


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Jr-EVOLUCIO:"f F'JtA~CESA'..


ra de las ventas. 1\'fas entretanto iba cayendo el'pa..·
pel , y se decía que su val 01> bajaria tan rápida-
mente, que el estado no querria abril' las ventas,
abandonando los bienes por un valor nulo; que
iba á suceder á los mandatos lo mismo que ha-
bia sucedido á los asignados, (lue se reducirian
sucesivamente á nada, y entonces se recibirían en
pago de bienes, no pOI' el valor que' tenian al
tiempo de su ernision , sino por el (Iue tuviesen'
ya después de' reducidos. A este añadían los ma-
lévolos que el nuevo papel no era t,mas que un
cebo, que j.amas se enagenarian los bienes, y que
la república queria reservárselos como una hipo-
teca aparente y eterna para todas las especies de'
papel que se la antojase emitir. Sin embargo de'
eso se aln-ieron las ventas y fueron numerosas las
suscri pcioues , de modo que el mandato de 100,
francos que habia bajado á 15, subió sucesiva-
mente á 30 Y á .~O, yen algunas partes á 88,por
manera que hubo instantes en que se creyó que
la operación teurhia buen éxito.


Estas eran las ocupaciones del directorio mien-
tras que las facciones conjuradas contra él traba-
jaban secretamente. La de los realistas no hahia
quedado escarmentada con el suplicio de Lemai-
tre, y aquel Brottier que hahia salido' absuelto
pasó á ser gefe de la agencia secreta , compuesta
de Duverne de Presle, La ville-Heurnois , y Des-




DIRECTORIO (1796). 42'5,
pomelles , los cuales á pesar de sus miserables in.
trigas no tenian el influjo que anteriorrnente ,
sino que se Iimitaban á pedir dinero sin cesar,
escribir muchas cartas y prometer maravillas. Se-
guia pOI' sus manos la correspondencia entre el
pretendiente y el Vendée, donde tenian muchos
agentes y continuaban en la idea de hacerlo todo·
desde Paris , aUnfjUe f~ue3e por _medio de un rno-
vimiento interior, una VEZ que se adelantaba tan
poco en las provincias oprimidas por Hoche. No
dejaban de vanagloriarse ~ C0010 en el tiempo de
la convención , de que estaban en relaciones con
muchos di putados del nuevo tercio, y pretendian
que era preciso contemporizar, promovel' la opi-
nion por medio de los diarios, desacreditar al go-
bierno y prepararlo todo para que al aúo siguien-
te saliesen las elecciones del otro nuevo tercio en
un sentido cnntrn-revoluciou.n-io. Así se propo-
nian destruir la constitucion republicana por me-
dios constitucionales, cuyo plan era ciertamente
el menos quimérico, .v que mas se conformaba
con sninteligcncia.


Los patriotas pOI' su lado preparaban otras tra-
mas peligrosas con los recursos que tenían á su
disposicion , pOl'que al ver que se les habia echa-
de del Pantheoo y que el gobierno se habia se-
parado enteramente de ellos y les iba quitando los
empleos , se convirtieron en enemigos implacables'




426 REVOLU{IO~ FRAMCESA.
suyos. Como se lcs observaba y perseguia con el
mayor cuidado, no tuvieron otro recurso mas que
el de conspirar secretamente y de modo que no se
su piera quienes eran los corifeos <le la conspira-
cion, Eligieron cuatro individuos para formar la
comision ó directorio secreto de salud pública,
en cuyo número estaban Baboeuf y Drouet. [.Este
directorio debia comunicarse con otros doce agen-
tes principales que no se conocian unos á otros,
los cuales estaban encargados de organizar socie-
dades de patriotas en todos los barrios dc Paris ;
pcro con condicion de no nombrar si quiera á los
cuatro miemlnos del directorio secreto , sino ha-
blar y hacerse obedecer en nombre de una auto-
ridad misteriosa y suprema que se había institui-
do para dirigil' los esfuerzos de los patriotus hácia
lo que ellos llamahan , la felicidad conmn. De este
modo era muy dificil seguir el. hilo de la conspi-
racion , porque aun suponiendo que se descubrie-
se alguno, quedaban desconocidos los dernas, En
efecto se organizó aquel plan, segun l~ habia pro-
puesto Bahoeuf', y llegaron á existir las sociedades
secretas en todo París, las cuales recibian impul-
so de una autoridad desconocida pOl' medio de los
doce agentes principales.


Procuraban Baboeuf y sus cólegas averiguar
cual sería el medio de verificar lo que llamaban
ellos la emaucipacion , y á quien se confiarla la au-




DIRECTORIO (t 796) 427
toridad luego que se hubiese degollado al direc-
torio, dispersado los consejos y puesto al pueblo
en posesion de su soberania. Tenian poca confían-
z a en las provincias y en la opinion general para
esponerse á una elección y convocar una asamblea
nueva, sino que deseaban nombrar una comisión
compuesta enteramente de jacobinos secretos en
los distintos departamentos. Ellos mismos se pro-
ponían hacer esta eleccion y completar la asam-
blea con todos los antiguos montañeses que no ha-
bían sido reelectos. Mas ni aun estos les daban su-
ficiente garantia, porque muchos de ellos habian
aderido en los últimos tiempos de la convención á
lo {Iue ellos llaman providencias liberticidas y aun
habian aceptado destinos del directorio. A pesar
de esto se decidieron por fin á admitir en la nue-
va asamblea á 68 de entre ellos que pasaban por
los mas puros. Esta asamblea habia de ejercel' to-
da clase de autoridad hasta que se asegurase la fe-
licidad comun,


Era necesario entenderse con los convenciona-
les no reelectos, cuya Olayor parte estaban en
París, y en efecto entraron en comunicacion con
ellos Baboeuf y Drouet. Hubo grandes discusio-
nes acerca de la eleccion de las medidas que ha-
hian de tomarse, por que los convencionales no
entraban muy bien en las que proponia el direc-
torio insurreccional , sino que se restableciese la




428 REYOLUCION FRANCESA..
antigua convencion segun estaba organizada por
la constitucion de 1793. Al fin se pusieron de
acuerdo y se preparó la insurreccion para el mes
de floreal (abril y mayo) , y eran verdaderamente
espantosos los medios que se proponia emplear el
directorio secreto, Por de contado se puso en cor-
respondencia con las principales ciudades de Frau-
cia á fin de que la revolucion fuese simultanea y
semejante en todas partes. Debian los patriotas sa- ,
Iir de sus respectivos barrios llevando guiones ó
banderillas en que estuviesen escritas estas pala-
bras: Libertad, Igualdad, Constitucion de f 793 , Fe-
licidad comun , y cualquiera que resistiese al pue-
blo habia de perecer inmediatamente. Luego se
degollaria á los cinco directores, á varios miem-
bros del consejo de los Quinientos y al general del
ejél'cito del interior; apoderarse del Luxembur-
go , de la Tesoreria , del telégrafo, de los arsenales
y del depósito de artilleria de Meudon. Para com-
prometer al pueblo y est.irnularle á que se suble-
vase y no se dejara pagar con vanas promesas, se
obligaba á todos los habitantes ricos á alojar y
mantener á todo el que hubiese tomado parle en
Ja insurrecciono Los panaderos y vinateros ten-
drian ohligacion de surtir de pan y bebidas al pue-
blo mediante una indemnizacion que les abonaria
la república; y bajo la pena de ser ahorcados de
un farol en caso de rehusar. aquel servicio. Todo




D\RECTORIO (1796). 429
soldado ql:1e se pasase al campo de la insurreccion
quedaria dueño de todo su equipo, recibiria cier-
ta suma de dinero y ademas su licencia absoluta.
En caso de que prefiriese permanecer en las ban-
deras tendria en recompensa el saqueo de las ca-
sas realistas. Para tener completos los ejércitos y
reemplazar á los que se fuesen á sus casas se pro-
ponian conceder á los soldados ventajas tales, que
no pudieran menos de levantarse espontaneamen-
te muchos nuevos voluntarios.


Ya se echan de ver cuan terribles combinacio-
nes hahian formado aquellos cerebros desespe-
rados. Designaron á Rossignol el ex-general del
Vendée para mandar el ejército parisino insurrec-
cional , y habían entablado algunas inteligencias
con aquella legion de policia que hacia parte del
-ejército del interior, compuesta de patriotas, gen-
darmes de los tribunales y antiguos guardias fran-
ceses. Llegó efectivamente á amotinarse, pero de-
masiado pronto y la disolvió el directorio; mas el
ministro de policia Cochon , que seguia el hilo de
la conspiraciou porque se la habia denunciado un
oficial del ejército del interior á quien quisieron
alistar, la dejó correr para apoderarse de todos
los pormenores de ella. Debian reunirse el dia 9
de mayo BaLreuf, Drouet y los demas corifeos y
agentes en la calle Bleue en casa de un ebanista;
y como ya estaban apostarlos en las inmediaciones




430 REVOLUCION FRANCESA.
"arios empleados de policia , cogieron á los cons-
piradores y los llevaron á la carcel. Además se
arrestó á los ex-convencionales Laignelot, Vadier,
Amar, Ricord, Choudieu ., al Piamontés Buona-
rotti 6, al ex-miembro de la asamblea legislativa
Antonelle, y Lepelletier de Saint-Fargueau 7 her-
mano del que fue asesinado. Al instante se pidió
á los consejos un decreto de acusacion contra
Drouet qne era miembro del de los Quinientos y
á todos se les puso á disposición del tribunal na-
cional, que todavía no estaba organizado y se
mandó formar inmediatamente. Baboeuf cuya pe-
tulancia solo era igual á su fanatismo, escribió al
directorio una carta muy estravagante, que pin-
taba el delirio de su imaginacion, en que decia :
« Yo soy una potencia, y asi no temais tratar con-
migo de ig'ual á igual, porque soy gefe de una sec-
ta formidable, que no destruireis aunque me qui-
teis la vida, sino que al contrario se irritará mas
y llegará á ser mas peligrosa con mi suplicio. Vo-
sotros no te neis mas que un hilo de la conspira-
cion , y de nada sirve haber arrestado algunos in-
dividuos porque los gefes renacerán perpetuamen-
te. Dejaos de derramar sangre inutil y ya que has-
ta ahora no habeis hecho mucho ruido, quédese
esto aquí y negociad con los patriotas. Bien se
acuerdan de que en otro tiempo fuisteis republi-
canos sinceros yos perdonarán si queréis concur-




DIRECTORIO (1796). 431
rir con ellos á la salvacion de la república.»


El directorio no hizo caso alguno de semejante
carta y mandó que se siguiese la causa, que no po-
dia menos de ser lal'ga porque se queria proceder
con todas las formas judiciales. Este último acto
de vigor acabó de consolidar al directorio en la
opinion general. Ibase aproximando el fin del in-
vierno , las facciones eran vigiladas y contenidas,
la administracion se dirigia con celo y actividad,
y solo daba inquietudes el nuevo papel moneda,
aunque no dejó de suministrar los reCUl'SOS indis-
pensables para la próxima campaña. Efectivamen-
te habia llegado ya la estacion propia para las
operaciones militares, y el ministerio ing'les siem-
pre astuto en su política, liabia intentado dar con
el gobierno frances ciertos pasos á que le obliga-
ba la opinion pública. Encargó á su comisionado
en Suiza Wickam que dil'ig'iese ciertas preguntas
insignificantes al ministro de Francia Barthelemy,
reducidas á saber si la Francia estaba dispuesta á
la paz, si consentiria en que hubiera un congreso
para discutir las condiciones, y si querriu dar á
conocer anticipadamente las bases principales con
que estaba dispuesta á tratar. Este insignificante
paso que dió el ministro ingles el dia 7 de marzo
1796, no era mas que una vana satisfaccion que
daba Pitt á su nacion con el objeto de pedir nue-
vos sacrificios en caso de que la Francia se negase.




~32 RE'VOLUelON FRANCESA.
'Si Pitthubiese obrado con sinceridad, no habría
encargado semejante comisión á un agente que no
tenia poderes, ni habría solicitado un congresG
europeo, que pOI' la complicación misma de las
cuestiones no podia ponel' término á nada, y que
hahía sido ya reusado por la Francia al Austria
cuando esta se valió del intermedio de la Dina-
marca; en fin no hahria preguntado sobre qué ba-
ses Irabia de abrirse, supuesto que sabia que se-
gun la constitución habian venido á ser los Paises-
Bajos parte integrante del territor-io frunces y que
-el gobierno actual no podia consentir en separar-
los. El directorio que de ningun modo queria que
le tuviesen por tonto, mandó ¡responder á 'Vic-
karn que ni la forma ni la esencia de seme jante
paso indicaban que se queria hablar con sincel'i-
dad, pero que para no dejar duda acerca de sus
intenciones pacíficas desde luego consentía en dar
respuesta á unas preguntas que no la merecian y
declaraba querer tratar bajo las únicas bases fija-
das en la constitución : lo cual equivalía á anun-
ciar de un modo definitivo que la Francia no re-
nunciaria jamas á la Bélgica. Esta carta del direc-
torio que estaba escrita con tanta firmeza como
urbanidad, se publicó inmediatamente en los dia-
rios con la de Wickam, y este fue el primer ejem-
plo que se dió de una diplomacia franca y firme
aunque sin jactancia alguna.




DIRECTORIO (1796). 433
Todo el murido aprobó la conducta del direc-


torio, y de una y otra parte se prepararon á prin-
cipiar de nuevo las hostilidades. Pitt solicitó del
parlamento un nuevo empréstito de 7 millones de
libras esterlinas y se esforzó en negociar otro de 3
millones para el emperador. Trabajó lo que no es
decible con el rey de Prusia para sacarle de la neu-
tralidad y hacerle tomar parte en la lucha ofre-
ciéndole fondos y haciéndole presente que cuando
llegára el fin de la guerra y estuviesen apuradas
las dernas potencias tendría él una superioridad
notoria; pero escarmentado el rey de Prusia de
sus primeras tentativas no se dejó engañar y con-
tinuó observando neutralidad. Una parte de su
ejército, estacionado en Polonia cuidaba de la in-
corporacion de sus nuevas conquistas, y la otra si-
tuada en las orillas del Rhin ,estaba pronta á de-
fender la linea de neutralidad contra las poten-
cias qne intentasen violarla, y tomar bajo su pro-
leecion los estados del im perio que reclamasen la
mediacion prusiana, La Rusia, siempre pródiga
de pl'omesas , no enviaba todavia sus tropas y se
ocupaba en organizar la parte de territorio que la
habia tocado en la Polonia.


Orgullosa el Austria con las ventajas consegui-
das á fines de la campaña anterior se preparaba
á la guerra con energia y formaba esperanza5 pre-
sumptuosas; mas no por eso habia dejado de ser
I~. 28




REVOI.UCJON FRANCESA.


destituido el general á quien debia aquel ligero
retorno de la fortuna. Tuvo Clerf~lyt en medio de
su gloria la desgracia de desagradar al consejo áu-
lico , y le despojaron del mando del ejército del
Bajo Rhin en Livor del ;óven archiduque Carlos
en quien se cifraban muchas esperanzas, á pesar de
que todavia no se tenia idea de su mucho talento;
pero efectivamente habia dado muestras en las
campañas anteriores de ser un escelentc oficial.
Continuaba Wurmser mandando el ejército del
Alto Uhin y pal~a decidir al rey de Cerdeüa á que
continuase la guerra habian enviado un refuerzo
considerable al ejército imperial que militaba en
el Piarnonte , agregando allí al genenll Beaulieu
que habia adquirido mucha reputación en los
Paises-Bajos. La España que principiaba á gozar
de los beneficios de la paz, no hacia mas que ob-
servar atentamente la nueva lucha que iba á ahrir-
se y mejor enterada ya de sus verdaderos intere-
ses deseaba el triunfo de la Francia.


Celoso el directorio como todo gobierno nuevo
y ansioso por lucir su administración meditaba
grandes proyectos. Había puesto sus ejércitos en un
pie respetable; pero no podido caviar mas que
soldados sin los surtidos necesarios, á pesar de
haber hecho contribuir á toda la Bélgica para
mantener el ejército de Sambra y Mosa y hecho
los esfuerzos mas estraordinarios para aprovisio-




D"RRCl'ORIO (1796). 435
nar el del Rhin en medio de los Vosgos : mas ha-
bía sido del todo imposible facilitarle medios de
trasporte ni remontar su caballeria, El de los A1-
pes se habia aprovechado] de los almacenes de los
Austriacos de que se apoderaron después de la ha-
talla de Loano , pero carecia de uniformes y za-
patos y tenia notable atraso en sus pagas; que-
dando de este modo inutilizada aquella victoria.
En mejor estado se encontraron los ejércitos de
las provincias del Oeste, gracias á laprevision de
Hoche , aunque no es esto decir que tuviesen todo
lo necesario; pel'o á pegal~ de toda esta penuria
estaban nuestros ejércitos acostumbrados á sufrir,
á vivir de reCUl~SOS estraordinarios y sumamente
aguen'idos con sus Iu-illantes campañas que les
preparaban á grandes cosas.


Hemos dicho que el directorio meditaba vastos
proyectos, proponiéndose terminar desde la pri-
mavera misma la guel'l~a del Vendée é inmedia-
tamente despues tomar la ofensiva en todos ,los
puntos. Tenia pensado penetrar en Alemania con
los ejércitos del Rhin para bloquear y sitiar á
Maguncia, concluir la sumision de los príncipes
del imperio , aislar al Austria, trasladando el tea-
tro de la guerra á sus estados hereditarios y man-
tener tus tl'opas á costa del enemigo en los fértiles
valles del Mein y del Necker. Con reipeclo á la
Italia eran todavia mas estensos sus proyectos,




436 IVOLUCION FRA1(CESA.
sugeridos por el general Bonaparte , porque ya
que no se habia sacado partido de la victoria de
Loano era necesario, segun el dictámen de aquel
jóven, conseguir otra , que decidiese al rey del
Piamonte ,á la paz ó apoderarse de sus estados,
pasar luego el Pó y venir á quitar al Austria la
mejor piedra de su corona que era la Lombardia,
Aquel habia de ser .el teatro de las operaciones
decisivas, asi como allí habian de darse los golpes
mas sensibles para el Austria conquistando un
equivalente con qué pagar los Paises Bajos" for-
zar á la paz, y acaso emancipar la bella Italia, So-
bre todo iba á mantenerse y remediarse el mas
pobre de nuestros ejércitos en la mas fertil comar-
ca de la tierra.


Decidido el directorio á continuar en estas ideas
hizo algunas mudanzas en los mandos de los ejér-
citos, conservando el del Sambra y Mosa á Jour-
dan que le tenia tan bien merecido, y sacando á
Morean de Holanda para que reemplazase á Piche-
grú, de quien ya se principiaba á sospechar que
habia hecho traicion á su patria. Se le ofreció á
este la embajada de Suecia que no quiso aceptar
y se confirió á Beurnonville , que acababa de Ile-
gal' de su cautiverio el mando del ejército francés
?:1 Holanda, en lugar de Morean. Tambien se des-
tituyó á Schérer del ejército de Italia porque ha-
bia descontentado mucho no haher sabido aprove-




lHHECTOHlO (1796). 437
eharse de la victoria de Loano y p(wque se <lue'-
ria ponel' aLLí á un jóven emprendedor ,capaz de
hacer una campaña atrevida, El que se creyó. mas
á propósito para reemplazar á Schérer fue Bona-
parte, que ya se habia distinguido en aquel mismo
ejército de Italia, y paresia estar muy penetrado
de las ventajas que podian sacarse de una marcha
del otro lado de los Alpes. En efecto se le promo-
vió desde el mando del ejército del interior al de
Italia y se puso inmediatamente en camino pa-
ra Niza , tan lleno de ardor y gozo, que dijo al
tiempo de marchar , (Iue dentro de un mes hahia
de estar en l\filan ó en Paris. Parecía temerario
aquel aserto hijo del entusiasmo, pero en un jó-
ven, y cuando se trataba de una empresa atrevi-
da, no dejaLa de ser de lllUY buen agüero.


Otras mudanzas semejantes se hicieron en 10&
tres ejórcitos {pIe ocupaban las provincias insur-
gentes, pues habiendo llamado á Paris á Hoche
para concertar con el directorjo un plan que tel'-
minase la guerua civil, habia sido recibido con un
agasajo justísimo, y dádosele muestras de una
particular estirnacion. Quedó el directorio rnuy
penetrado de la prudencia de sus proyectos, flue
aprobó cn todas sus p~H'tcs, y para que nadie pu-
diera contrariar su cg"ecucion:, reunió hajo su man-
do superior los tres ejércitos de las costas de Cher-
hurgo , Brest y el Oeste en uno solo ceu el título




438 HEVOLUClON fR:ANC~A.
de ejército de las costas del Oteano. Este era el
mas numeroso de la rcpúhl ica ,COlno que aseen-
dia á 100 mil hornhres , se esteuclia por varias pro-
vincias , y exigia en el q uc le hubiese de mandar
una reunion esí raordinnriu de facultarles civiles y
militares. Un mando tan estenso era la Inayor
prueba de conlianza que se podia dar á un ge-
neral, y ciertamente la merecia Hoche, porque
á la edad de 27 años reuuia tan las prendas lllÍ- ,
litares y civiles que suelen pasar á ser peligrosas
para la libertad. Mas aunque no carccia de ambi-
cion no tenia ciertamente <HIucHa cul pable auda-
cia que puede inspirar {] un capitán ilustre otros
deseos fILIe los de ser un simple ciudadano. Era
republicano sincero, y 110 tenía menos patriotis-
mo y probidad que Jourdan , por Jo que podía la
libertad nplaudir sus ven tajas sin temor y desearle
nuevas victorias.


>' Solo pasó un mes Hoclie en Paris , y se volvió
inmediatamente al Oeste para terminar la paci-
ficacion del Vendée á fines del invierno ó princi-
pios de primavera. Dividióse en artículos su plan
de desarme y puciticacion , convirticudosc en de-
creto del directorio, por el cual se acordó, segun
el plan, que por medio de un corrlon de desarme
se rode.uiun todas las provincias insul'l'ccciona-


. das y se recorrerían sucesivamente ; mas entretanto
(Iue se conseguia su completa pacificacion tenian




DIRECTORIO (1796). 439
flue estar sugetas á un régimen militar, Todas las
ciudades se declaraban en estado de sitio y se
sentaba como principio general que el ejército ha-
hia de vivir 'á costa del pais. Por consecuencia
quedaba Hoche autorizado á percihir las contri-
buciones y el préstamo forzoso ó en dinero ó en
especie, segun le conviniera, y para formar al-
macenes y tesorerias para el mantenimiento del
ejército. Los pueblos gl'anc1es á quienes las cam ..
piñas sitiaban pOl' harnhre , habiau de surtirse mi-
Íitarrnente pOl' medio de columnas situadas en
los principales de entre ellos. Desde luego SP con-
cedía el perdón ú cuantos rebeldes depusiesen las
armas, mas por lo que hace á los gefes y á todos
los demas que se cogiesen con las armas en la ma-
no se les hahia de fusilar sin remedio, Los que se
sometiesen voluntariamente quedarian arrestados
ó bajo la vigilancia en las ciudades que se desig-
narian para ello, ó conducidos fuera de Francia.
Al mismo tiempo que el directorio aprobaba el pro-
yecto de Hoche que consistía en pacificar POl' de
pronto el Vendée antes de pensal' en la Bretaña, se
autorizaba á terminal' sus operaciones en Ja orilla
izquierda del Loira antes de llevar sus tropas á la
derecha; y luego (lue estuviese del todo surniso el
Vendée se estenderia otra línea de desarme, que
comprendiese toda la Bretaña desde Granville
hasta el Loira ,y adelantarse por toda la Penínsu-




440 REVOLUCION FRANCESA.
la bretona hasta la estremidad del Finistere, A
Hoche le tocaba señalar el momento en que le pa-
reciesen sometidas todas aquellas provincias para
libertarlas del régimen militar, é incorporarlas en
el sistema constitucional.


Llegó Hoche á Angers á mediados de enero y
encontró bastante trastornadas sus operaciones du-
rante su ausencia, pues dependiendo principal-
mente el éxito de su plan de la manera de ejecu- ,
tarle , era indispensable su presencia y no habia
sabido suplirla bien el genet'al Willot. Hacia muy
pocos progresos la linea de desarme, y la habia
pasado y repasado Charétte muchas veces por su
espalda, sucediendo lo mismo con el sistema re-
gular de provisiones, pues se habia continuado
mal y faltádole al ejército muchas veces lo nece-
sario por lo que habia vuelto' á entregarse de nue-
vo á la indisci plina y cometido escesos capaces de
enagenal' á los habitantes. Despues de haber hecho-
Sapinaud, como ya dijimos, una tentativa hostil
contra Montaigu, le habia concedido el general
Willot una paz ridícula que no podia consentir
Hoche; como tarn poco aguantar (pIe estu viese Stof-
flet echándola de príncipe, con su primer minis-
tro Bernier recogiendo los desertores que aban-
donaban á Charétte y haciendo preparativos se-
cretos. Las ciudades de Nantes y Ange!':; escasea-
han de ~íveres y en ellas se habían refugiado los




DIRECTomo (1796). 441
patriotas de los pueblos inmediatos , los cuales es-
taban formando clubs y haciendo declamaciones
furibundas y dignas de los jacobinos. Ultima,...
mente se habia estendido la voz de que á Hoche
se le habia llamado á Paris para quita de el Inan-
do, diciendo unos que se le destituia por rea-
lista, y otros que por jacobino.


Con su vuelta se disiparon todas estas voces, y
principió á reparar los males causados por su au-
sencia, pues hizo que volviese á empezar la lí-
nea de desarme; que se llenasen los almacenes y
que se surtiesen las ciudades. Declaró á todas en
estado de sitio, y como estaba autorizado para
ejercer una especie de dictadura militar, mandó
cenar todos los clubs jacooinos que habían for-
mndo los refugiados y particularmente una socie--
dad conocida en Nantes con el nombre de Cámara
ardiente. Reusó ratificar la paz concedida ú Sapi-
naud , mandando ocupar su pais , y le concedió
la facultad de salir de Francia ó cont.inuar recor-
riendo el pais , Ú riesgo de ser fusilado si le cogian.
Mandó estrechar mas y mas á Stofflet y continuar
la persecucion de Charétte, dando órden al ayu-
dante general Travot 8, hombre intrépido y acti-
vo, para que le persiguiese con muchas columnas
de infanteria ligera y caballeria , sin dejarle des-
canso m esperanza.


En efecto perseguido Charétte dia y noche, no




4í2 REVOLUCION FHANCES,'.
tenia medio alguno de escapar, sin que pudieran
socorrerle en manera alguna los habitantes de la
marisma, ya desarmados y exactamente vigilados.
Ya habian entregado estos mas de 7,000 fusiles,
algunas piezas de art.illeria , 40 barr-iles de pólva-
ra y estaban del todo imposibilitados de volver á
tomar las armas, aun cuando tuviesen voluntad
de ello, (lue ciertamente no la tenian porque se
hallahan lnuy bien con el actual reposo y temían ~
esponerse á nuevas devastaciones. Los mismos
paisanos venian á denunciar á los oficiales de la
república los caminos pOI' donde pasaba Charétte,
y los sitios donde tomaba algun descanso, cog;ien-
do de cuando en cuando algunos de los que le
acompañaban, pal'a entregarlos al ejército. Cha-
rctte , rodeado apenas de un centenal' de servido-
res suyos y ,dc algunJ.s 11lugeres mundanas no
por eso pensaba en rcndirse , mas antes lleno de
desconfianzas, salia sacrificar á sus huéspedes
cuando recelaba que pudieran veude.Ie. Dícese
que entre ellos mató ú un cura de quien sospe-
chaba que le hubiese denunciado ú Jos republi-
canos. Travot tuvo con él varios encuentros en
que le mató cerca de 60 hornbres , muchos oficia-
les y entre ellos á su hermano, de suerte que ya
no le quedaban mas que cuarenta ó cincuenta
hombres á lo mas.


Mientras que Hoche le perseguia sin descanso,




D1HECTORIO \Í196). 443
Y continuaba su proyecto de desarme, veía Stof-
flet con mucho susto que le iban cercando por
todos lados, y que una vez rendidos ó aniquilados
Charétte y Sapinaud con todos los demas Chuanes,
no se aguantaria por mas tiempo la especie de prin-
ci pado que a habia establecido en el alto Anjou.
Por tan to creyó que no le tenia cuenta esperar á
que todos los real istas fuesen esterrninados para
sal ir á campaña; y asi dando por prelesto cierto
reglamento de Hache, levantó de nuevo el estan-
darte de la rehelion y volvió á tomar las armas.
Se hallaha entonces Hache á las orillas del Loira
y se dirigia á Calvados para juzgal' por sí mismo
del estado en que se hallaban la Normandia y la
Bretaña. Inmediatamente resolvió diferir su via-
ge, é hizo sus preparativos para coger á Stofflet
ar.tes que la revuelt.a pudiese adquirir alguna
importancia. Mas en medio de todo se alegró mu-
cho de que el mismo Stoftlet le hubiese dado oca-
sion para romper la paz, por([ue le daba nluy
poco cuidado aquella guerra, y le permitia tratar
al Anjou como ft la marisma y á la Bretaña. Man-
dó salir sus columnas de muchos pllntDs á un
tiempo, esto es desde el Loira , del Layon y
del Sevre Nantes. Asaltado Stofflet por todas
pal'tes no pudo sostenerse en ninguna, y corno los
paisanos del Anjou habian tomado gusto al sosie-
go aun mas que los de la marisma 2 no respondió-




REVOLUClO~ FRANCESA •


.ron al gl'ito de su antiguo gefe, sino que le deja-
ron principiar la guerra con la gente perdida del
pais y con los emigrados de que estaba lleno su
campo. Inmediatamente se dispersaron dos gru-
pos que habia podido reunir , y se vió precisado á
correr como Charétte de monte en monte. Pero
le faltaba el teson y habilidad de aquel otro ge-
fe y la comarca no estaba tan bien dispuesta que
pudiera ocultarse Pl1 ella una tropa de bandidos.
Efectivamente fue entregado por sus propios con-
fidentes, que le atrajeron á un cortijo bajo pretes-
to de una conferencia, y allí le ataron y entregaron
á los republicanos. Se asegura que tuvo parte en
aquella traición su fiel ministro Bernier , pero sea
de esto lo que se quiera , la prision de aquel gefe
fue de la mayol' importancia por el efecto moral
que debia producir en el pais. Le llevaron á An-
gers, donde despues de un corto interrogatorio le
fusilaron el dia 26 de febrero á presencia (te un
pueblo inmenso.


Causó aquella noticia un gozo estraordiuariu y
no dejó duda de que l11UY pronto acnbaria la
g'uerra civil en aquellas desgraciadas comarcas. A
Hoche no le faltaban disgustos de toda especie en
medio de las penosas atenciones dc aquel géncro
de guen'a, porque 103 realistas le miraban natu-
ralmente como á un pervel'SO sanguinario, á pe-
sar de que él procuraba valerse de los medios




DlREECTORIO (1796). 445
mas leales para destruirlos, al mismo tiempo que
los patriotas le atorrnentaban con continuas ca-
lumnias. Tambicn le denunciaban al directorio
los refugiados del Vendée y de la Bretaña, cuyos
furores procuraba reprimir y cuya pereza solia
castigar rehusando alimentarles devalde cuan-
do había cesado todo peligro en sus posesiones.
Igualmente daban quejas contra él las adminis-
traciones de las ciudades que estaban en estado
de sitio porque las incomodaba el régimen :nili-
tal', haciendo lo mismo los pueblos sugetos á las
multas ó á la cobranza militar de las contribu-
ciones, de suerte que era un concierto de quejas
y reclamaciones. Hoche que no tenia nada de pa-
ciente sino de muy irritable, se desesperaba de
todo esto y pidió formalmente su destitucion, pe-
ro el directorio la reusó terminante y procuraba
consolarle con nuevas muestras de estimación y
confianza. Ademas le reg-aló en nombre de la na-


L


cion dos hermosos caballos, uno de los cuales
por lo menos dehia considerarse mas bien que
como un presente nacional, como una necesidad
indispensable, porque aquel jóven general que
gustaba mucho de los placeres, que estaba al
frente de un ejército de 100 mil hombres y que
disponía de las rentas de muchas provincias, ca-
recia muchas veces hasta de lo necesario, Como
sus sueldos se le pagaban en papel, quedaban




446 l\EVOLUClON FRANCESA.
reducidos á nada y ni tenia caballos, ni sillas, ni
frenos , y habia solicitado la autorización para to-
mar por su jnsto precio seis sillas, seis frenos, al-
gunas herraduras, algunos pilones (le azucar y bo-
tellas de rhon de los almacenes que dejaron los
Ingleses en Quiberon. Egelllplo admirable de de-
licadeza que dieron frecuentemente nuestros ge-
nerales republicanos y que poco á poco fuc ha-
ciéndose menos comun, segun iban dilatándose
nuestras invasiones, y corrompiéndose nuestras
costumbres guerreras por efecto de las conquistas
y de las costumbres de las córtese


Estimulado pOI' el gobierno continuó Hoche sus
esfuerzos para terminar sus proyectos en el Ven-
dée, sin que faltase ya otra cosa para su completa
pacificacion que la prisión de Charétte, harto
apurado ya, y precisado ú pedir permiso á Hoche
para pasal' á Inglaterra. Consintió el general en
ello autorizado pOI' el decreto del directorio rela-
tivo á los gefes que hiciesen su surnision : pero
Charétte no había dado aquel paso mas que por
conseguir alguna tregua, y no con ánimo de
aprovecharse del permiso. Tampoco el directorio
por su parte queria perdonar á CharéUe porque
suponia que siempre seria aquel famoso gefe un
espantajo para el pais , y así escribió á Hoche
que no le concediese transaccion alguna. Pero ya
cuando el genel'al recibió aquellas nuevas órde-








DIRRCTORIO (t 796). 447
nes había declarado Charétte que su demanda no
habia sido mas que una ficcion para conseguir
algunos momentos de descanso, y que renunciaba
á todo perdón de los republicanos y principió de
nuevo á correr los montes,


No le era ya posible escaparse por mucho
tiempo, sino que perseguido á la vez por colum-
nas de infanteria y cahalleria observado por tro-
pas de soldados disfrazados, denunciado por los
habitantes que no querian mas devastaciones en
el pais , y cazado en los montes como una fiera,
cayó por fin el 22 de marzo en una emboscada
que le preparó Travot , donde armado de pies á
cabeza y rodeado de algunos valientes que se es-
forzaban á cubrirle con sus cuerpos, se defendíó
como un leon y cayó últimamente herido de mu-
chos sablazos. No quiso entregar su espada mas
que al valiente Travot , que le trató con todas las
consideraciones debidas á su mucho valor , y le
llevaron al cuartel general republicano, donde le
convidó á su mesa el gefe de estado mayol' He-
douville. Estuvo hablando con la mayor sereni-


.J


dad y sin manifestar la menor afliccion pOI' la
suerte que le esperaba. Primeramente le llevaron
á Angers y luego cí Nantes para terminar allí su
vida en los sitios mismos que habian sido testigos
de su triunfo. Sufrió un interrogatorio á que res-
pondió con mucho sosiego y urbanidad, y habién-




448 REVOLUCION FRANCESA.
dole preguntado acerca de los pretendidos artícu-
los secretos del tratado de La Jaunaye, confesó
que no habia habido ninguno. No intentó paliar
su conducta ni escusar los motivos de ella, sino
que confesó francamente que era servidor de la
corona y que habia trabajado con todas sus fuer-
zas pOi' derribar la república, manifestando en
todo tanta dignidad como impavidez. Conducido
al suplicio pOi' entre un pueblo inmenso, que no
era bastante g"eneroso para perdonarle los males
de la guerra civil, conservó toda su entereza, á
pesar de estar todo cubierto de sangre y haber
perdido tres dedos de la mano en el último com-
bate, por lo cual llevaba el brazo colgado de un
pañuelo, y la cabeza cubierta con otro. No se de-
jó bendar los ojos ni quiso ponerse de rodillas,
sino que permaneció en pie, sacó el brazo del pa-
ñuelo y dió la señal de fuego cayendo muerto in-
mediatamente el dia 29 de marzo. Así concluyó
aquel hombre célebre, cuyo indomable valor cau-
só tantos males á su patria, y que merecia ilus-
trarse en otra carrera. Comprometido por la últi-
ma tentativa de desembarco en sus costas, no qui-
so retroceder y acabó como desesperado, exhalan-
do, segun se dice el Dlayor resentimiento contra
los príncipes á quienes habia servido, y de quie...
Des se veia abandonado.


La muerte de Charétte causó tanta alegria co-




DIRECTomo (1796). 449
mo la mayor victoria contra los Austriacos ponpIe
decidia el término de la guerra civil. Por tanto
creyendo Hoche que ya nohabia nada que hacer
en el Vendée , sacó de aHí el grueso de iUS tropas
para dirigirlas del otro lado del Loira y desarmar
la Bretaña; mas sin embargo dejó las suficientes
para reprimir á Ias bandas aisladas que siempre
quedan despues de las guerras civiles y conclui r
el desarme del pais. Antes de pasal' á Bretaña
tuvo que reprimir una rehelion que se manifes-
tó en las inmediaciones de Anjou hácia el llerry
en lo cual tuvo que emplear algunos dias y luego
marchó con 20 mil hombres á Bretaña, donde
conforme á su plan la cercó con un vasto cordon
desde el Loira á Granville, No era posible que los
desgraciados ChtUlnes pudieran sostenerse contra un
esfuerzo tan grande y bien concertado, yusi el
primero que solicitó someterse fue Scepeaux entre
el Vilaine y el Loira, entregando un número de
armas considerable. Segun se les iba empujando
hacia el Oeeano iban haciéndose mas tenaces los
G/mane.\;, tanto que á falta de municiones se batian
cuerpo á cuerpo á puñaladas y bayonetazos, has-
ta que al fin se les arrinconó enteramente hácia el
mar. Entonces rindió sus armas todo el Morbihan
que mucho tiempo antes se habia separado de
Puisaye y unas tras de otras siguieron el mismo
ejemplo las demas divisiones. Quedó pues muy lue-


IX. 29




REVOLUCION· FRANCESA.


go sometida toda la Bretaiia , y Hoche no tuvo que
hacer otra cosa sino distribuir sus 100 mil hom-
bres en una multitud de acantonamientos para
observar el pais y mantenerles con mas facilidad.
Ya estaba reducido su trabajo á las atenciones de
administración y policia , bastando algunos meses
de un gobierno suave y benéfico para calmar los
odios y restablecer la paz. A pesar de los gritos
furibundos de todos los partidos, era Hoche temi-
do, amado y respetado en la comarca, y los mis-
mos realistas principiaban á perdonar á una repú-
blica que estaba tan dignamente representada. Los
que mas completamente se hahian reconciliado
con él eran los clérigos, cuya confianza habia sa-
hido captarse, y ellos eran los que le enteraban
de todo lo que le importaba saber. Todo presagia-
ha ya la paz y el término de tantas calamidades,
sin que pudiese la Inglaterra contar en adelante
con las provincias del Oeste para atacar á la re-
pública en su propio seno, sino que por el contra-
rio veia en aquel pais 100 mil hombres, de los cua-
les 50 mil por lo menos quedaban disponibles y
podian ocupal'se en cualquiera empresa fatal para
ella. En efecto estaba rumiando Hoche un gTan
proyecto que reservaba para mediados de prima-
vera, y sumamente satisfecho el gobierno de los
servicios que acababa de prestar, y queriendo in-
demnizarle de la peno~;a empresa que hahia lJeva-




DIltECTORI0 (1796). \51
:do á cabo, hizo qu~ se le declarase á él Y los ejér-
-citos que hahian conseguido grandes victorias ,
beneméritos de la patria.


De esta suerte quedó pacificado el Vendée en el
mes de germinal antes que ninguno de los ejél'ci-
tos hubiese entrado en campaña, pudiendo el di-
rectorio entregarse sin inquietud á sus grandes
operaciones, yaun sacar útiles refuerzos de Ias
costas del Oceano..






·cl


NOTAS DEL TRADUCTOR·
I)ERTENEC[ENTE~ AL CAPITULO QUINTO.


PAGINA 595.


l Juan Jacoho Job-Avine era natural de Montclimar
,)' procurador síndico del 'departamcnto del Droma , que
le nombró en t 795 miembro del consejo dc los 500.
Al cabo de algun tiempo le denunció la comisión de po-
deres en los términos que dice el texto, de que hahia
sido uno de los gefes de los rcalistas , cosa que él mismo
no se atrevió á negar abiertamcnte; pero para que se
vea cuanto había cambiado la opinion, que á pesar de
haberle espelído del cuer'po legislativo ~yJ¡haber querido
asaltarle muchos diputados cuando bajó de la tribuna,
volvió el pueblo á elcgirl« cn la primera ocasion y hubo
que revocar la ley de esclusion , y aun que elegirle se-
cretario antes de concluirse el mes]; tal era el odio que
habian causado las ideas revolucionarias. Entonces él
aceleró el cumplimiento del decreto que condenaba á la
deportacion á Vadier y á Barrére. El se opuso abierta-
mente á que se celebrase el aniversario del 9 de thermi-
dOI', lo cual le ocasionó la proscripcion del t 8 de fruc-
tidor , y aunque se ocultó al principio, al fin le arresta-
ron en las barreras de Paris y le comprendieron en la se-
gunda tanda de deportados. Pero le llamó un decreto de
los cónsules de 26 de diciembre de t 799 , Y le condena-
1'011 á la vigilancia en el pueblo de Dijon. l\'Ias como hu-
hieso csperimentado un naufragio al volver de la depor-
tacion , fue arrojado en las costas de Escocia cerca de
Aberdeen, donde le diéron los socorros quc exigia su
situaciou. De vuelta ú Francia publicó uuas memorias so-
bre su dcportacion cn un lomo en 4. 0 A poco tiempo
se le nombró juez en la nueva colonia qu~ el gobierne




l\OT..\S


~t' proponía formar en la Luisiaua , y últimamunre fe-
nombraron director' de derechos reunidos en d departa-
DlcnLo del Gen; ,- donde murió.


PAGINA3!)!}.


2 Antoniu José Jourdan d'Aubagne fue diputado de
las Bocas del Hódano al consejo de los !)OO y desde los
primeros días se declaró protector de todos los persegui-
dos pOI' el partido revolucionario y en particular de-los
parientes de los emigrados, contra quienes no hubia otro
(~argo verdadero quc el deseo de robarles Sil caudal. Mas
no se Cl'C~ que por eso fuese partidario del despotismo
del antiguo régimen ni de ningun otro: al contrario , po-
cos manifestaron tanto 'Valor como él en el famoso dia 18
de brumario , pues 1Inido eJI) ese mismo Talot , con
quien tuvo la riña de que habla el texto, se empeñó en
que se habia de declarar á Bonaparte fuera de la ley y en
que se retirara ~ Paris el cuerpo legislativo, Y era esto
tanto mas admirable en él cuanto-J'a antes habia sido con-
denado :'l la deportación pOI' el directorio despues del18
de Iructidor. Con todo eso le llamaron los cónst¡J¡,:-\:í ti-
lles del uño '1799 ! aUllqUt~ pOI' de pronto ~;e le puso ('11
l'igilancia en Orlcnns , al año siguiente le volvieron todos
tos derechos d~ ciudadano, EII 1803 salió electo candi-
dato P:W3 el senado conscrvudor , peró murió poco tiem-
po desln\cil_


PAGINA 59n.


5 MiGuel Luis Talot era ulguucil en Chollet , después
capiinnde un batallan de voluntarios y ayudante general.
Sirvió á los principios contra los del Vcndée y fue dipu-
tado suplente á la couveuciou , dondc no asistió hasta
despucs de la muerte tkl rey. En ~~¡¡CI'O de f 79a le cn-
viaron al ejército del Sumhra y Mosu )' se declaró con-
tra las revucltas de las secciones, Pidió que se formase un.
consejo oc guerra contra los chuaues y los emigrados
que hubiesen vuelto á entrar y estaban arrestados en Pa-




DEL TRADUCTOIt.


riso Después pasó de comisionado al Paso de Calais para
perseguir á todos los que hubiesen tomado parte en
las intrigas de los realistas. En 11796 insistió en que ha-
bia de prestarse el juramento de odio á la monarquia , y
en pedir castigos sin término contra los quc se vengaban
de los patriotas en el Mediodia. De resultas de esta pelo-
tera que tuvo con Jourdan de Aubague se empeñó en que
se habían de agravar las penas del código penal milital' y
contra los diuristas á quienes él llamaba predicudores se-
diciosos contra el directorio , de quien él era partidario.
Poco despucs del 18 de fructidor le nombraron miem-
bro de la comisión de inspectores, y en calidad de tal
"ató porque se hiciesen visitas domiciliarias en TIls casas
de los diaristas contrarios á su partido. El año 17H8 vien-
do que cada dia se aumentaba el despotismo del direc-
todo, se pasó al partido de la oposicion é hizo pública-
mente el elogio de la sociedad del Picadero. Desde en-
tonces ya se declaró enemigo de los proyectos de Bona-
parte, y reprobó mas abiertamente el dia 18 de bru-
mario proponiendo al cuerpo legislativo que se volviese á
Paris vestido con su traje de ceremonia y sublevase al
pueblo. POI~OS dius después le encerraron en la conser-
gel'ia, de donde le sacó la mediacion de Bcrnadoue.
Cuando se \'l~I'itieú el atentado de la uiúquiua infernal
le pusieron eu la lista de los deportados pOI' una sim-
ple sospecha, pero se ocultó en aquellos primeros dias
v cunudo IIiPgo fue descubierto se contentó el primer
cónsul con que solo estuviese bajo la vigilancia de la po-
licia en su pueblo. Fue Talot uno de los hombres mas
hourudos del partido republicano.


PAGINA 406.


1, Camilo ó Graco Balneuf nació en las cercauias
de S. Quintin de un empleado en las gabelas bastante po-
hre , y salió de la casa paterna á la edad de '16 años para
entrar al servicio de un señal" de las cercanias de Bo je.
Como tenia buenas disposiciones, quiso su amo darle al-




NOTAS


gunft ~ducaeion )' adquirió los conocimleutos necesarios
para con el auxilio de su amo subir ú mayordomo. No lar-
dó en casarse con la criada de la casa, pel'O habiéndose
conducido luego mal, hubo que despedirle y aun perse-
guirle pOI' lo que se habla comido, así de Sil amo como
de otros que por respetos suyos le hahiau confiado sus
negocios, como el prior de Saint Aubin y el marques de
Soyecourt. El mal éxito de sus asuntos, que él atrihuia
ú la injusticia de los hombres, le hizo arrojarse de lleno
en los principios revolucionarios. Escribió vados folletos
contra las gabelas, los subsidios, y el régimen Ieudul,
f(ue solo le produjeron algunos meses de cárcel de la cual
salió graciaCI á las circunstancias. En 1792 le 1l0111IJI'uroll
adrninistrador del disn-ito de Montdidier, pero á los dos
meses le acusaron de haber falsificado varias firmas en
una escritura de adjudicación de bienes nacionales y le
condenó el tribunal criminal del Sorna ::t 12 años de ga-
leras, pCl'O habiendo apelado al tribunal del Aisue , salió
absuelto y se vino á Paris. AlU vivió obscuramente hasta
la jamada del 51 de mayo, tan fatal para los gil'olldinos,
t1(~ cuyas resultas le nombraron secretario de la courisiou
de viveres , pCI'O al [}OCO tiempo le prcndierou otra vez
por ciertas trabacuentas aunque no tardaron cu soltarle.
Desde entonces se obscureció durante todo el tiempo del
te no!' , y cuando cayó Hobo pierrc abandouó entera-
mente la carrera administrativa y se metió á periodista,
bajo el nombre de Graco , El objeto primitivo d(~ Sil diu-
rio intitulado El Tribuno del pw:{;[o , fue [JI'rspgllir cucar-
nizndamr-ntc ú los jacobinos y terroristas , tanto qlle es
los I(~ miraban como Sil mayor enemigo. Pero de PIOIl-
ro tomó Ú su cargo rcstahlecer la antigua I:tlTioll del
uyuutamicnto de Pnris y se volvió contra los thurmirlurin-
IlOS. Alli era el sacar á la luz pública los robos de 'fa-
lIien, las crueldades dc Freron , la embriaguez de Bour-
don del Oisa , las queridas de Dumont, los canos;en
hierros sacados de Maguncia por Mcdio de Thioll"ille y
todas las demás miserias de aquellos regeneradores de la
Francia. Ya se deja discurrir cual seria el escándalo tIlle'




DEL TRADUCTOR.


se armarla entre aquella buena gente y las persecucio-
nes de que seria objeto tanto de parte de los thermido-
danos como de los antiguos partida ríos del tenor. POI'
fin le acusó Tallieu de que envilecia á la convencion y 10-
gTÓ que le prendieran el· ~n, de enero de 1795, mas ha-
biéndole enviado ú la cárcel de Arras , no tardó en 31-
cauzarle la amnistía que se publicó al cerrarse la conven-
r.ion. De vuelta á Paris , t ornó Ú publicar su Tribuno del
Pueblo ~ no ya contra los mismos personages que ante-
riormente, sino contra la tirunia del directorio , espla-
nando uderuas su fumoso v anticuado sistema de la nive-
lacion 1111 iversal. lUandóselc de nuevo arrestar en ma)'o
ile 1796 y se le formó causa de conspl racion contra la
constituciou del año Il]. Después de haber escrito al dí-
rectorio la estravagante carta que cita el texto le condu-
jeron al trihunul de policía, y durante el interrogatorio
se dil'Ígiú Ú llllO de los porteros para pedirle un vaso de
agua diciéudole : ce ESel:lVO, dame de beber. » Desde en-
touces comprendió el auditorio ~' el público que aquella
cabeza estaba tl'aS101'1I:1da ). qlW toda aquella gran cons-
piracion podiu IIIU)' bien ser en parte fruto del delirio ).
en parte obra de la policía. Pero no hubo remedio , y
pOI' mas que el jurado declaró que no habia habido cons-
piracion , fue Bubu-uf condenado :'1 muerte el dia 23 de
mayo 17H7. En vano protestó MI'. Heal que era defen-
sor suyo y de AI'lhó sino tuvo que decides la suerte que
les esperaba. Al uiomento se mataron ambos con un huido
que Ilevaban oculto <~1I el vestido y llevaron sus cadúvc-
res ú la guillotina donde les cortaron las cabezas. Dejó
Babu-uf dos hijos de tierna edad, quc adoptaron despues
Feliz l...cpellctier y el gCllcr'aL Turreau.


l)AGINA 4'16.


;; Eurique Benjamin Constant de Bebeque nació en
Lausana el 2;, de octubre 1768 , de una antigua familia
francesa refugiada allí pOI' causa de religión. Su padre
estaba prevenido contra los colegios y enseñanzas púbJi-




468 NOTAS
cas, por lo que se empeñó en que la educacion de su hijo
habla de ser absolutamente doméstica. Mas al fin habién-
dose visto precisado ú despedir muchos ayos uno tras de
otro, envió al fin á su hijo ú la universidad de Oxford.
Allí no sacó otro fruto qne aprender la lengua inglesa
pOI' ser demasiado joven, pnes no tenia entonces mas que
treze afias, por lo que determinó su padre llevarle á la
universidad de Erlang el) Alemania. Allí estuvo hasta el
año 1785 en que su padre le mandó venir Ú Suiza cuan-
do estaba mas acalorada la disputa del país de Vaud con-
tra las pretensiones de la ciudad de Berna , y lo qne en-
tonces se decia cantea la aristocracia fue 10 qlle previno sus
ideas desde niño en Iavor de la i~ualdad y libertad. En
aquel mismo año le enviaron ú Edimburgo , donde a1'01'-
tunadameute era entonces moda entre los jóvenes dedi-
carse mucho al estudio ~' Ilcnjamin Cousmnt la siguió
con tal esmero, qne I\('gó ú formarse de ella un hábito
p~ll'a toda la vida. Alli se relacionó con algunos hombres
sabios menos .iÓV(~I1eS que él, como "Tilde, Gl'aham, Ers-
kirie y otros que luego han adquirirlo celebridad. Luego
qne terminó su CUI'SO vino Ú Pnris y vivió en la casa de
SIl~1l'IJ (v. su nota) , donde coucurriuu los literatos ~lol'e­
lIet , Maruiontel , Lucretclle , Lahnrpe y casi todos los
académicos c¡ ue aumentaron su aficion á las ideas filosó-
ficas. Ciertos cstruvios de juventud le precisaron Ú mal'-
chal" Ú Bruselas donde mezclando los recuerdos de la es-
cuela fllosóllca de Eilimhurgo con las máximas de la es-
cuela fraucesu en materias de libertad , se Iormó un
sistema qne influvó mucho después, tanto en su conducta
COlllO en sus escritos. Seria demasiado prolija esta nota,
si hubiésemos de esplicar detenidamente las diferencias
entre estas dos escuelas; pe¡'o baste para la inteligencia
del lector qne la escuela escocesa no tanto miraba la li-
bertad como derivada de un principio divino , natural y
filosófico , cuanto como una serie de libertades adquiri-
das por medio de leyes ó conquistadas por el uso; al pa-
so que la escuela francesa no veia en ella mas que un
arsenal en donde el derecho de examen podia buscar




DEL TR.ADUCTOR.


armas contra todo 10 que desease destruir. Con estas dis-
posiciones de ánimo emprendió Benjamín Constant escri-
bir {l la edad de 19 años la historia del Politheismo, así
como algunos años ántes babia emprendido un romance
heroico intitulado Los Caballeros, cuyas tentativas indi-
caban en él suma afición al trabajo y un gran deseo de
gloria, si bien mezcladas con toda la exageración y falta
dc nociones propias de la niñez. Emprendió un viage á
Alemania, donde tuvo la fortuna de ser admitido al tra-
to familiar con Gibhon ,Joho de .M uller y Kant, quienes
lc inspiraron la verdadera aílcion á un estudio serio y á
una vida pací/ica , y volvió á París en 1787, de donde no
tardó su padre en tlamarlc á Brunswick á desempeuar un
empleo que habla conseguido para él. Si sn permanencia
en Edimburgo le hubiu hecho ser admirador del sistema
wigh y las disputas de Vaud contra Berna un gran odio
á la uristocraciu , su estancia en Brunswick le reconcilió
mucho con esta última, conociendo que ni la del naci-
miento, ni mucho menos la del saber son tan nocivas á
la sociedad, como se empeñan en hacerlo creer los que
no pertenecen á una ni otra.


Allí contraje su primer matrimonio y no volvió á P31'is
hasta 17n7 ú solicitar el título de ciudadano írances , co-
mo hijO o de un rcliuionru-io , lo cual consiguió con f.lcili-


L e


dad. Entonces publicó el folleto de que habla el texto.
intitulado De la fuerza del gob¡:erno actual de Francia y de
la necesidiul de reunirse á el , COII cuyo motivo se ligó con
Chcuier , Duunou y Louvct qne eran los republicanos mas
accudrados. Poco tiempo despues dió ú luz otros dos con
el título de las Reacciones políticas y de Los efectos del
terror, cuya tendencia era la misma, esto es, probar qlle
las persecuciones no sirven mas que pal';} perpetuar los
odios ~. que cl terror no produce otro efecto que el de
reunir todas las opiniones contra el gobierno que le pone
en uso. Hízose miembro del club del palacio de Salm
en contrnposiciou al de la calle de Clichy y allí hizo ver
en las discusiones verbales que su corazón era tan bueno
como amena é ilustrada su polémica escrita, De alli prin-




NOTAS


eipié su estrecha amistad con Madama Staél cuya tertulia-
luchaba á brazo partido contra el club de Clichy al mis-
mo tiempo que contra los terroristas; y tarnbien tuvo allí
su origen el trato de Constant con 1\11'. de Talleyrand ,que
como ministro y auxiliar de la mayoria del directorio , ter-
minó la disputa conel brutal episodio del 18 de Iructidor.


A todos los dejó iguales el 18 de brumario en que
Bonaparte aprovechando todas las capacidades puso á
Benjamín Constant en el tribunado. Este á pesal' de su
admiración por el héroe de Italia, no tardó en prever
en él el futuro emperador y la mina de la república, por
lo q.ue no dudó en alistarse en las banderas de la oposi-
cion, qne al cabo llego á irritar á Bonaparte , y resolvió
despojar del título de tribunos á él, á Cabanis , Chenier,
Daunou y otros muchos hombres de gl'an talento y ente-
reza. Echada la oposicion del tribunado, tUYO que refu-
giarse en la tertulia de Madama Staél y á poco tiempo
publicó Benjamin Las consecuencias de la contrarevolucion
de '1660 en Inglaterra; pero las que tuvo para él aquel
escrito fue una órden consular para que saliese de Fran-
cia, no menos que Madama de Stnél y algunos otros.He-
fugiáronse á Alemania y Constant se fijó en Weymar,
donde trató mucho á Goccio, Schiller y Wieland que le
inspiraron mucha aflcion á la literatura alemana, pensan-
do en traducir al frunces el génio del teatro aleman. Era
esta una empresa sumamente dificil cuando no imposible
ú causa de la estrerna diferencia de las dos lenguas; pero
si el Wallestein no llenó todo el objeto, tampoco se pue-
de negar' que su admiralile prefacio introdujo en Francia,
esa aficion á la literatura alemana que se ha Helado des-
pues al esceso, como sucede con todas las modas. Iba
de cuando en cuando á Coppet, residencia de Madama
Stael, y estos viages fueron origen de la novela El Adolfo
y después de la de Cecilia, que es un episodio de la otra.
Al cabo de dos años consiguió permiso para volver á Pa-
ris , mas no para fijar allí su residencia, por lo que no-
tardó cn volverse de Alemania y se estableció cn Goeti-nga.
Allí concluyó su obra de La religion considerada en su




'DEL TRADUCTOR. 461
étJrígen J (ormas Y desarrollo; pero para distraerse de aque-
Ilos estudios sérios y vengarse del largo destierro que su-
fria, compuso el poema de Ftorestan ó el sitio de Loissons,
que es una sátira ingeniosa aunque sobradamente dura
'contra sus adversarios políticos.


No volvió á Paris hasta la restauracion y entonces cre-
yó posible establecer sólidamente el gobierno represen-
tativo sobre la base monárquica y aunque luchó largo
tiempo centra las invasiones del poder real, jamas su
oposicion fue directa contra el gobierno sino solo en fa-
vor de la libertad. Cuando Napoleón volvió de la isla de
Elba , se refugió en casa del cónsul americano y aun pen-
só en salir de Paris ; pero Napoleon1e envió á decir que se
tranquilizase y que pasase á hablarle en su gabinete partí-
-cular. De resultas de una larga conversacion que tuvo con
él , se convino en tomar plaza en el consejo de estado,
'cosa que admiró á todos y que no admite otra esplicacion
'sino laque dá el mismo Benjamín Constant diciendo que
segun lo que le habla oído al mismo emperador, su
sistema era 'en el dia el de unir su suerte estrechamente
con la Franela. Cuando ocurrió la segunda restauracion
-se retiró Benjamin Constant á Inglaterra, pero nohahien-
do sido inserto su nombre en la lista de los proscriptos,
'Volvió á Paris y publicó allí un Tratado de la doctrina po-
litica inserto en el Mercurio , la Minerva , la Fama , el
Correo y el Tiempo. Mas adelante dió á luz el Curso de
politica constitucíonal en que se dilucidan todas las
eternas cuestiones de la libertad de imprenta, la libertad
individual, la responsabilidad de los ministros , el po-
der real etc. etc. Al fin le nombraron diputado y es
bien pública su constante pero noble y sincera oposicion
al absolutismo de la cual no se separó en 13 años de lu-
cha y de polémica constitucional. La rama primogénita
esperimentó la catástrofe que la habia predicho muchas
veces y á él tambien le cogió muy poco despues de la épo-
ca en que tantos creyeron como Benjamín Constant que
una asonada popular habia asegurado para siempre la li-
bertad y el órden.


~,
..-;'....




462 NOTAS


PAGINA 450.


6 Este Buonarrotti era un literato florentino que se
decía descendiente de :l\Iiguel Angel. A pesar de los mu-
chos favores que debia al gran duque Leopoldo ,que le
condecoró con la órden de San Estevau , adoptó los
principios de la revolución francesa con tal Iuror ,
que se vió precisado á desterrarle de sus estados. Enton-
-ces se retiró á Córcega , donde publicó un diario con el
título de el Amigo de la libertad italiana, y despues pasó •
á Francia con Salicetti , donde le admitieron en la socie-
dad de los Jacobinos, y se hizo muy amigo de Vadier ,
Ricord y Lignelot. Le envió la convencion de comisario
á Córcega , pero no pudo impedir la insurrección contra
la Francia, y no fue poco feliz en poder escaparse entre
los mayores peligros. Diéronle otra comision para Lyon
á donde llegó en el momento que acababaA de guillotinar
á Chalier y estuvo para correr igual suerte, y la hubiera
ciertamente sufrido sin la victoria del ejército republica-
no contra aquella desdichada ciudad, Entonces le emplea-
ron Rohespierre el menor y Ricord, que estaban de repre-
sen tan tes en Niza , en el tribunal militar del ejército de
Italia, y luego como agente de la república eh los paises
conquistados en aquella frontera. Después de la calda de
Hobespierre se volvió á París y presidió algun tiempo
la sociedad del Pantheon, hasta que luego le implicaron
en la conspiraclon de Balxeuf.de cuyas resultas le depor-
taron á Cayena ; pero pudo conseguir quedar pl'eso en el
fuerte de Cherburgo y dcspues no se ha vuelto á saber
de él.


PAGINA 450.


7 Feliz Lepelletier , hermano del que file asesinado
en el Palacio Real por el guardia de eorps Paris, des-
pues de haber hecho el papel de realista durante los pri-,
meros años de la revolucion, se metió ú terrorista yapro-
vechándose de la muerte trágica de su hermano llegó ~í




DEL TRADUCTOR. 463
adquirir cierta celebridad de mala especie. Uno de los
rasgos mas vergonzosos que de él se cuentan es haber
querido obligar á su sobrina, hija de Miguel Lepelletier,
á casarse con él por disfrutar de su inmensa riqueza,
contra el dictárnen de ella y de toda la familia. Habiéndole
ofrecido Carnot en 1796 el empleo de comisionado del
directorio en Versalles, le desechó con desprecio dicién-
dole que era un tirano y que no cesaría de trabajar hasta
derribarle. En efecto entró en la conspiracion de Babreuf
y habiéndose escapado cuando se formó aquella causa fue
juzgado en rebeldía y salió absuelto. Entonces salió de
su escondite y volvió á intrigar en la sociedad del Picade-
ro tanto que se renovaron las inquietudes del directorio
y aun de los cónsules. Ultimamente el atentado de la má-
quina infernal , en que ciertamente no tuvo parte , fue
causa ó prcstesto de que le encerraran en la isla dc Rhé ,
donde permaneció hasta 1805 que salió á !ruegos de su
familia. Mas á muy poco tiempo de su vuelta á París
volvió á dar nuevos motivos de quejas y después de
tenerle algunos meses preso en el Temple se le desterró
á Italia bajo la vigilancia de la policía.


PAGINA 44'1.


8 El general Travot llegó á serlo en recompensa del
servicio importante de haber cogido á Charétte. En '1799
se le dió tambien el mando contra la última insurrección
de los chuancs que concluyó al año siguiente. En 1805
le nombró Bonupartc general de division y miembro de
la legión de honor. En 1805 fue electo candidato pal'a el
senado conservador y despues sucesivamente obtuvo man-
dos en el interior ó en las guerras del imperio hasta que
finalmente murió ya en edad bastante avanzada. Hace dos
años, esto es en 185~ se le ha levantado una magnífica
estatua en la plaza dc Bourb on Ycndéo.


FIN DEL TOMO NOVENO.






TABLA
DE J.OS


CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE '1'01\10.


CAPITULO PRUtERO.


Redoblase el odio y la violencia de los partidos despues del
12 de gcrminal. - Nueva conspiracion de los patriotasv--;
Matanzas en las carceles de Lvon egecutadas por los reac-
tores. -Nuevos decretos contra los emigrados y sobre el
egercicio del culto. Modifiaciones en las atribuciones de
las comisiones. - Cuestiones económicas. Baja progresi va
del papel moneda. Agio. Diferentes proyectos y discusio-
nes sobre la reducciou de los asignados. Providencia impor-
tante dirigida á facilitar la venta de los bienes nacionales.
- Insurrecciou de los revolucionarios del L° de prerial
año IlL Es invadida la convcncion. Asesinato del represen-
tante Feraud. Principales sucesos de aquel dia y siguientes.
-. Consecuencias de la jornada de prerial. Arresto de di-
fcrentes miembros de las antiguas comisiones, Condena-
cion y suplicio de los representantes Romme, Goujon,
Duquesnoy , DuI'OY, Souhruuv , Bourhote y otros compro-
metidos en la insurreeciou. Desarme de los patriotas y
destruccion de aquel partido. - Nuevas discusiones sobre
la venta de bienes nacionales. Escala de reducción que se
adoptó para los asignados pago 3.


CAPlTutO 11.


Situacion de los ejércitos en el Norte, en el Rhin , en los Al ...
pes y en los Pirineos á mediados del año IlI. - Primeros
proyectos de la traicion de Pichcgrú. - Estado del Ven-
dée y de la Bretaña. Intrigas y planes de los realistas. Re-
novacion de las hostilidades en algunos puntos del pais ya
pacificado. - Espedicion de Quiberon. Destrucción del
ejército realista pOi' Hoche. Causas del mal éxito que tuvo
aquella tentativa. - Paz con la España. - Paso del Rhin
por los ejércitos franceses 99.


IX. 30




CAPITULO TI!.


intrigas del partido realista ('/1 las secciones. - Vuelta dc los
emigrados. -Pel'secll,~ion de los patriotas. - Constitucion
director-iul llamnda del año 111 Ydecretos del [) Y 13 de Iruc-
tidor. - Aceptacion de la consti tut-iou y de los decretos
por las asambleas primarias de Francia. - Hevuelta de las
secciones de París contra los decretos de fructidor y contra
la convencion. J ornuda del 13 de vendimiar io : derrota de
las secciones insurreccionadas. - Cicrrase la con vencion
nacional 187,


CAPITUJ~O rv.


N-hllJhramiento de los cinco directores. -- Iustnlacion del cuer
po legislati \'0 y del directorio. - Situacion dificil del nuevo
gobi~'rno.Escasez de la hacienda; dcscí-cdit o del papel mo-
neda. - Primeras tareas del directorio. - Pérdida de las
líneas de Maguncia. - Rcnovaciou de las hostilidades en
Bretaña y en el Vendce. Aproximación de una nueva es-
cuadra inglesa en 1.15 costas del Oeste. - Plan de hacienda
que propuso el directorio; lluevo préstamo forzosu.- Con-
denacion de algunos agentes realistas. - Entrega de la hija
de Luis XVI á los Austriacos en cange de los representan-
tes que huhia cntrC'g:.Hlo Dumouriez.-Sítuacion de los p;lr
tidos á fines de I795.-Armisticio concluido en el Rhin.-
Operaciones del ejército de Italia. Batalla de Loano.-·
Espediciou de l'lle Dieu. Salida de la escuadra in~lesa.Ul-
timos esfuerzos de Charcttc ; Illedidas <¡ue toma el genera
Hoche para real ida!' la pacific.icion dd Ve udce. - Resulta-
dos de la campaña de '795. 291


CAVITFi.O '1/.


Continuaciou de las tareas ndministr.u ivas del directorio.-
Promincianse los partidos en el C¡li'rpo lcgislati\'o.- Inst i-
tucion de una tiesta auual en coumcmoraciou del 21 de ene-
ro. -Vuelta del ex-ministro de la gucrra Bcurrionvillc, y de
los representantes Qninette , Camus , Bancal, Lamarque y
Drouet , entregados por Dumouriez al encmigo.-Dcscon-
tcnto de los jacobinos. Diario de Bab02uf.- Institucion del
ministerio ele poli cia. - Nuevas costumbrcs.- Apuros eco-
nómicos; creación de los mandatos. - Conspiraciou de Ba-
boeuf - Situacion militar. Planes del directorio. -llacili-
eacion del Vendée; muerte de Stolflet y de Charétte. 3Sg.




=


INDICE DE LAS NOTAS BIOGRAFICAS
CONTENIDAS EN ESTE TOMO.


Allara. pago
Allegre
Álldres
Aubrv.
Rab(~'lIf
Rallaud
Barbó Mai'bois.
Barthelerny •
Baudiu
Benezech\
Benjarniu Constant
Bcruoirur .t' b
Berlier
Ilcrthelot .
J11ad
nó.
Bnrie
Bi-nucl
Buoruu-roti
C..doudal.
Carletti .
Cast¡·llallc
Chal iot
Clemr-ncc.
Colti .
Courtois
Daniran
])ilUIlOU
Debar.
Delccloi
Dumou la rr]
Dupont de Ncmours
Escudier .
Fauche-Borel
Fayan.


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Massi('lI .
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J\l1'I't·V el' AI'''CIHcau


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Montgaillard.
Morcllet .
Mulevrier
Murat.
Niou .
Peyssard .
Pinet .
Pons de Verdun
Priorry .
Quatremere .


382.
271.


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177'
185.
453.
177,
454·
27 J.
381.
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266.
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263.
182.
462.
261.
274·
28 7,


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95.


265.
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175.
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278¿


94·
9°'
9 2 •


288.
264·
27 3.




Richer Serizy '1.77· Suard . 268~
Ricord. 95. T:llot /,04·
Roux . . '187.' Travot.' 463.
Ruhl . . , 88. Vernier 87·
Saladin e , 259 ' . Wallis. ~ 386.
Simeon .. 377- 'Yrckam .. I75~
Soubrany. 89'