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HISTORIA
DE L\


REVOLUCION
FRANCESA


POR


DE r.A ACADEl\lIA FRANCES.~.


TRADUCIDA Y ANOTADA
PO1\.


-DON SEBASTI~;\N ltIINANO
DE I.A .H;'\DElIlI.o\ DI': Y.A. HlSTORLL


TOMO SESTO.


SAN SEBASTI AN


'mprenta de IGNACIO RAIUON R.\ROJA .•
Caract('rea de la fundicion de LAURENT et DE BERN" de Pftn •.


1840.




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I


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DE L\


CONVENCION NACIONAl.4.


CAPITULO PRIMERO.


IJcgada y recibimiento que tuvieron en Paris los C011l1SlOn'a-
dos de las asamhleas pl'Ímarias. ,- Retil'ada del ejército del
Norte del campo de Ccsal'.- Fiesta del aniversario del 10
de agosto é inaugul'acion de la constitucion de 1793.-
Providencias estraordinari:is de salud pública. Decreto en
que se manda el levantamiento en masa. Medios que se to-
maron para asegurar su cjecucion- Institllcion del Gran
Libro; llueva organizacion <.le la deuda púhlica.- Présta-
mo fOl'za<.lo. Pormenores sobre las operaciones econóllIicas
tIe aquella época.-- Nucvos decretos acerca del má.ximum.
Decretos contra el Vcudée, cont.ra los estrangeros y con-
tra los Borhours.


Acababan de llegar á Paris los comisionados que
enviaban las asambleas primarias para celebrar el
aniversario del 10 de agosto y aceptar la consti-




llEYOtVClON FUNCESA.


tUt'jOll el) nombre de toda la Francia ~ y !Se quiso
aprover.hal' aquel momento para escitar nueva-
mente el en tusiasmo, reconciliar á las provincias
con la capital y provocar resoluciones hel'óicas. Se
les preparó un recibimiento brillante, l1amando á
los cOlnerciantes de las cercanias y reuniendo ví-
veres en grande abundancia para que la escasez
no turhase aquellas fiestas y los comisionados go-
zasen el espectáculo de la paz y del órdell; ha-
ciéndoles el obsequio de m~ndar á todas las adnli-
nistraciones ¡te diligencias que les cediesen los
asientos aun en el caso de estar ya tomados por
los viajeros. La direccion del departamento, que
rivalizaba en austeridad de lenguage con el ayun-
tallliento, dirigió un 11lensaje á sus hermanos de las
asmnhleas prilnarias , en que decía: «Aqui ven-
« drán algunos hombres cuhiertos con la máscara
« del patriotismo á hablaros con entusiasmo de li-
« bertad de igualdad y de república, una é indi-
« visible, nlientras que en el fondo de su corazon
IX no aspiran ni se ocupan de otr3 cosa que del
c( restablecinlÍento de la lnonal'quia y del modo de
({ asolar á su patria. Esos son los ricos; y los ricos
« en todo tienlpo han aborrecido la virtud y des-
CI truido las huenas costumbres. Alli encontra-
« reis Illugeres perversas, muy seductoras por sus
el atractivos, que se entenderán con ellos para ar-
e rastraros hacia el vicio .....• TemedIas, temed so-




(O~VENCION NACIONAl. (17"93).
« bl'e todo al antiguo Palacio Real, porque en me-
(\" dio de su jardin es donde encontrareis á esas
q pérfidas. Ese .filmoso jardin , poco tielnpo hace
« cuna de nue~tra rcvolucion y asilo de los anú-
tt g"OS de la libertad y de la igualdad, no es hoy
« otra cosa, ú pesar de nuestra activa vigilancia,
« que una cloáca innlunda de la sociedad y cueva
« de los inicuos y conspiradores ...... Huid de" ese
c( sitio elnponzoñado ; preferid al espectáculo pe-
« ligroso del lujo y la licencia los cuadros inocen-
«tes de la virtud laboriosa; visitad esos al'rabales
«que son los fundadores de nuestra libertad; en-
/{ trad en sus talleres, donde hallareis hombres
« activos, sencillos y virtuosos como YOsOtl'OS,
({ y como voSOtTOS prontos á defender su patria,
«que os esperan h:lce largo tiempo para estrechar
« los vínculos de la 'fraternidad. Venid sobrc todo
«á nuestras sociedades populares. Unámonos es-
c( trechanlente , reanimémonos con los nuevos pe-
« ligros de la pat.ria y juremos por la últinla vez la
« 111Uerte v destnlccion de los tiranos. ])


Lo primero que se hizo fue llevarles á los ja-
cohinos, quienes les recibieron con la mayor
atencion y ]es ofrecieron su sala para reunirse.
Admitieron la ofel'ta los comisionados y se convi-
no en que delihf'rarian pn el SPI10 lnismo de la so-
"iedad y se confundirian ('OH ella durante S11 per-
manenr.ia. De t'sta Sllel'tl' babia en Pal'is ~·()O jaco~




6 REYOLUClO~ FfC\.XCESA.
]Jinos mas, y la sociedad· que hasta entonces se
reunia un día si y otro no, determinó juntarse
todos los días para deliberar con los cOlnÍsÍonados
de los departamentos acerca de las providencias
de salud pública. Se decía que entre los comi-
sionados habia algunos que propendian á la in-
dulgencia y traian encargo de proponer una am-
nistía general para el dia en que se aceptase la
constitucion. Efectivamente algunas personas ha:-
hian pensado en este lTlCdio de salvar á los gil'ondi-
nos y dernas que esbban presos por causas polÜi-
caso Pero los jacobinos no entraron en ninguna
composicion, como quienes necesitaban energía y
vcnganza. Dijo Hassenfratz que se lIabia calum-
niado á los comisionados de las asambleas prilna-
rias atribuyéndoles el proyecto de proponer una
amnistia , siendo tan incapaces de tal cosa, como
(Iue se unirian ú los jacobinos para solicitar al nlÍs-
mo tiempo que medidas urgente~ de salud públi-
ca, el castigo de todos los traidores. Con esto se
tuyicron por advertidos los comisionados y si al-
gunos, fIue siempre serian muy pocos, pcnsaban
en tal anlnistia, ninguno se atrevió ú proponerla.


El 7 de agosto por la lnaIlana fueron conduci-
dos al ayuntamiento; desde él á la casa episco-
pai, donde estaba el <:luh de los electol'es y don-
tle S~ preparó el 3 t de. mayo. Allí es donde habia
de hacerse la rct:onciliat:ion dc los departanlcn-




CON'"ENCIO:-i NACIONAL. (t 793). 7
Lbs con Paris, por lo nlísmo que de allí habiasa-
licIo el ataque contra la representacion nacional.
El corregidor Pache, el procurador síndico Chau-
lllette y toda la municipalidad en cuerpo intro-
dujeron á los comisionados en la sala, donde se
hicieron discursos de una y otra parte, declaran-
do los Parisienses que jalnas habia sido su inten-
cion desconocer, ni mucho menos usurpar, los de-
rechos de los departamentos, y los comisionados
declararon á su vez que se habia calumniado á
París, con lo que se abrazaron unos á ótros y se
entregaron al entusias1110 mas vivo. De repente
les vino la idea de- ir á la convencion á darla par-
te de aquella rcconciliacion, y en efecto fueron
allú y se les introdujo illlnediatamente , y habién-
dose internunpido la discusion, tOlnó la palabra
uno de los comisionados y dijo: ({ Ciudadanos re-
({ pl'esentantes, venimos á daros parte de la es--
«cena ternÍsima que acabamos de presenciar en
«la sala de los electores, donde hemos ido á dar el
« heso de paz á nuestros hermanos de París. Espe-
({ ramos que muy pronto caerá hajo la cuchilla de
~ la ley la caheza de aquellos que calumniaron á
('( esta ciudad repuhlicana. Todos SOlnos montailC-
c( ses, viva la l\lontai"Ia.}) Otro solicitó que los re-
presentantes diesen el beso fraternal á los cOlni-
sionados, y al instante se levantan de sus asientos
los miembros de la asamblea y se arrojan en los




g. REVOLOCION FRANCESA·.
brazos de los comisionados, y des pues de algunos.
momentos de ternura y entusiasmo, desfilaron
por la sala los comisionados gritando viva la mon-
taña, viva la república y cantando una cancion
que decía;


I .. a Montaña nos salvó
Despidiendo ¿í Gensonné ....
La Moutaña nos salvó.
Despidiendo á Gensonné.
Al infierno 105 Buzot
Los Vel'gniaud y 105 Bri~sot.
Bailemos la Caramañola etc.


Desde allí se fueron á Jo§ jacobinos, donde re-
dactaron en nomhre de todos los empleados de las
asambleas prinlarias una circular declarando á los
departamentos que Paris habia (sido calumniado.
« Hermanos y amigos, les decian, calmad, calnlad
C{ vuestrns inquietudes. Todos son10S aqui de la
({ n1isma opinion. Todas nuestras alnlas están re-
( fm¡didas en una y la libertad triunfante no es-
<c tiende su vista Inas que sobre jacobinos', sobre
<c hermanos y sohre al11igos. Ya no existe el pan-
<c tano ó la marisma, sino que todos formamos una
«enonne y terrible 310NTA~A , que ha de vomitar
«sus fuegos sohre todos los realistas y partidarios
( de la tiranía. Perezcan los libelistas infalnes que
« han cahunniado á Paris ...... Aqui vigilamos dia y
« noche y trabajamos de concierto con nuestr05




CON,'ENCION NA'CIONAL. (1'793). 9
«hernlanos de la capital para la salvacion co-
e' mun ...... No volverémos á nuestros hogares mas
({ que para anunciaros que la Francia es libre y
« que se ha salvado la patria. » Esta circular leida
y aplaudida con entusiaslno fue remitida á la con"
vencion para que la insertase inmediatamente en
el boletin de la sesion , y fue tal el frenesí que se
precipitaron una multitud de oradores á la tribu-
na del club y principiaron á monf arse las cabe-
zas. Mas al ver aquel alboroto Robespierre, pidió
al instante la palabra y todos, asi jacohinos como-
cOlnisionados se la cedieron para aplaudir al cé-
lehre orador, á quien algunos no habian todavía
ni visto ni oido.


Felicitó á los departarnentos que acababan de'
salvar á la I<'rancia y dijo: « Ya la salvaron una
4: vez en 1789 arlnándose espontaneamente ; otra'
«viniendo á Paris para ejecutar el 10 de agosto; y
« ahora reuniéndose en la capital para dar el es-
« pectáculo de la union y reconciliacion general,
( la han salvado la tercera. En este instante han


I


4: afligido á la república sucesos siniestros que pu-
({ sieron su existencia en peligro, pero los repu-
«blicanos no deben telller nada, con tal que des-
({ confien de alguna emocion que pudiera arras-
« trarlos al desórden. Querrían algunos producir en
( este momento alguna escasez facticia y ocasio-
fe nar un tumulto; querrian llevar al puehlo al ar-




10 REVOLUCION FIlANCESA.
« senal para dispersar las municlones {, pegarlas
« fuego, como acaba dc'suceder en varias <.:iuda-
« des; querrian en fin suscitar algun otro aconte-
« cimiento en las cárceles para calumniar á Paris
c( y romper la union que acaba de jurarse. Des-
({ confiad de tales arterias, añadió, permaneced
« tranquilos pero' firmes; mirad sin desaliento las
«desgracias de la patria y trahajemos todos pOl~
c¡ sal varia. })


Todos se sosegaron al oir aquellas palabras y se
separaron despues de hahel' saludado al pruden-
te orador con repetidos aplausos.


No hubo el menor desót~den en Paris en los si-
guientes dias , pero tampoco se perdonó nlcdio
para exaltal' los ánimos y prepal'arlos á un gene-
roso entusiasnlo. No se ocultaba ningun peligl'(),
ni se disimulaba al pueblo ninguna siniestra no-
ticia, sino que se publicaban las derrotas del Ven~
dée, los sucesos alal'll1antes de Tolon, el 1110vi-
111iento retrógrado del ejército del Rhin que se
replegaba delante de los vencedores de Maguncia
y últimamente el estremo peligro del ejército del
Norte, que se hahia retirado del campo de Cesar
que huhieran podido tomar con un golpe atrevi-
do los Ilnperiales, los Ingleses y lo.;; Holandeses,
como dueños que eran de Condé y Valenciennes
y como que tenían doble número de tropas. En-
tre el campo de Cesal' y París hay á lo lnas lO le-




coxrENCION N'ACIONAL (1793). 1 J
guas de distancia y ni siquiera un regimiento ni
el menorohstúculo para que pudiese llegar el
enemigo. Una vez cogido el ejército del Norte to-
llo estaba perdido y se buscaban con la lnayor
ansietlad las menores noticias que llegaban de
aquella frontera.


En efecto eran muy fundados los temores por-
que en aquel momento se hallaha el campo de
Cesar en el lnayor peligro, habiendo llegado á él
los coligados el día 7 de agosto y amBnazándole
por todas partes. Entre Cambray y Bouchain se
estiende una línea de alturas, á eu yo pie corre el
Escahla, y esto es 10 (lne se llanla el calnpo de Ce-
sar', apoyado en dos plazas y defendido por un
río caudaloso. El duque de York, que estaha en-
cargatlo. de flanquear á los Franceses, desembo-
có el 7 por la tarde á la vista de Cambray, que
{()l'nlaha la derecha del campo, y aun intinló
la rcndicion ú la plaza; contestó su comandante
cerrando las puertas y quemando los arl'abales. En
aquella lnisma tarde llegó Cobourg con 40 mil
hornbres [(H'rnados en dos columnas á la orilla del
Escalda y vivaqueó en frente de nuestro campo.
Hacia un calor terrible que pal'alizaba las fuerzas
asi tle honlbres COl110 de caballos, en tél'minos que
nluchos soldados espil'al'On aquel elja sofocados por
los rayos del sol. No creyó Kilmaine 1, á quien se
habia nombrado para remplazar á Custine y que




12 REVOLUCION FRANCESA.
solo quiso admitir interinamente el mando, que
era posible defender una posicion tan peligrosa,
sino que viéndose amenazado por su derecha ¡de
que ,le cortase el duque de York y no teniendo
mas que 35 mil hombres desalentados contra 70
mil, tuvo por mas prudente pensar en la retirada
y ganar tiempo para IJuscar otra posiciono Pare-
ciole muy buena la línea del Escarpa que está de-
tras del Escalda, porque entl'e Arras y Donay for-
man las alturas de su orilla un calnpo semejante
al de Cesar, apoyado, como él, en dos plazas y
defendido por otro rio, y asi prepal'ó Kilmaine'
su retirada para el dia siguiente 8.


Tenia que atravesar su cuerpo de ejército el
riachuelo Cense que corría á espaldas del terreno
que ocupaba, y él en persona con una fuerte re-
taguardia marchar hacia la derecha, que es por
donde estaba pronto á desembocar el duque de
York. Efectivamente muy de maiiana se pusieron
en movimiento la gruesa artilleria , los bag'ages y
la infanteria , y atravesando el Cense destruye-
ron todos sus vados. U na hora desplles salió KiJ-
maine con algunas baterias de artilleria ligera y
una fuerte di vision de caballeria para proteger la
retirada contra los Ingleses, llegando tan á pro-
pósito, que dos batallones que hahian penlido el
camino se hallaban comprometidos en la aldea d('
Marqllion y estaban haciendo una fnertp rpsish'H-




CONYENCIO~ NAClO~AL l1793). 13
cia á los enemigos. Mas á pesar de sus esfuerzos
iban ya Ú sel' envueltos, cuando Kilmaine ases-
tando su artilleria contra el flanco de los Ingl.e-
ses, lanza sobre ellos la cahalleria y les obliga á
retroceder, quedando los dos batallones en dispo-
sicion de reunirse con el resto del ejército. Enton-
ces los Ingleses é Imperiales que desembocaban á
un tiempo por el frente y derecha del campo de
Cesar, le encuentran enteranlente evacuado. Ul-
tjmanle~lte , al caer de aquel dia estaban los Fran-
ceses reunidos en el canlpo de Gavarella, apoya-
dos en Arras y Douay y con el Escarpa delante
de sí.


Asi quedó abandonado el campo de César el
8 de agosto, como lo habia sido el de Falnars ,
como lo fueron Cambray y Bouchain á sus pro-
pias fuerzas y como lo habian sido antes Valen-
ciennes y COlulé. Sabido es que la línea del Escar-
pa, situada detras de la del Escalda, no está en-
tre Paris y este rio, sino entre este rio y el ruar ,
y asi Kilmaine no habia caminado hacia atras si-
no á un lado, dejando descubierta una parte de
la frontera , y los coligados podian estenderse
por todo el departaIuento del Norte. ¿ Que partido
tonlaran? ¿ lran , con un día mas de marcha á ata-
car el campo de Gavarella y encontrar al enemi-
go que se les habia escapado? ¿ Marcharan sobre
París ó volverán á su antiguo proyecto sobre Dun-


-;r; ,
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REYOLUCION :FRANCESA.


kerque? Entretanto que lo decidian envlan pelo-
tones hasta Perona y San Quintín y se llena Pal'is
de susto, diciendo que se habia perdido el calupo
-de Cesar, como el de Famars; que Cambray se ha-
bia entregado como Valellciennes y que Rilnlaine
era un traidor") sin acordarse del inmenso servicio
que acababa de hacer con su bellísima retirada.


Entee estos rumores siniestros se preparó la fies-
ta solemne del 10 de agosto, que estaba destinada
á electrizar los ánimos. Desde la víspera se había
dado cuenta á la convencion de la lista de los
votos con que 44 mil nlunicipalidades habian acep-
tado la constitucion. Solo faltaban en aquel núme-
ro los de Marsella, Córcega y Vendée , y un solo
ayuntamiento, que fué el de Saint-Tonnaut, tuvo
valor para pedir el restablecimiento de los Bor-
Lones.


Comenzó la funcion el 10 al romper del dia,
habiendo sido el ordenador de ella el célebre pin-
tor David. A las cuatro de la mañana se reunió la
comitiva en la plaza de la Bastilla, y se pusieron
al rededor de una gran fuente, llalnada de la Re-
generacion , la convencion y los enviados de las
asambleas primarias, entre los cuales se habian
elegido los ochenta y seis de mas edad para re-
presentar los 86 departamentos , las sociedades
populares, y todas las secciones armadas. Aque-
lla fuente tenia la fornla de una gl'an estatua de




CONVENCION NACIONAL (1793). 15
la natul'aleza que arrojaba agua por los dos pe-
chos en un illl11enSO estanque, y apenas el sol prin-
cipió á dorar las cimas de los edificios, la saluda-
ron cantando estrofas en el tono de la l\larsellesa.
El presidente de la convencion tomó una copa de
agua de la regeneracion y derramando una parte
en el suelo, hebió la restante y pasó la copa á los
decanos de los departamentos que fueron hacien-
do lo nlismo. Despues de aquella cerenl0nia se
encamin~ la comitiva por los baluartes, llevando
las sociedades populares una handera en que es-
taba pintado el ojo de la vigilancia y era la que
rompia la procesion. Luego seguia la convencion
toda entera, y cada uno de sus miembros llevaba
un ramillete de espigas de trigo y ocho de ellos
en el centro conducian en una arca el acta cons-
titucional y los d~rechos del hombre. Al rededor
de ]a convencion caminaban los decanos de edad
formando una cadena, unidos con un cordon tri-
color. Llevaban en sus manos un ramo de oliva
en selial de la recon'ciliacion de las provincias con
Parisy una pica destinada á formar un haz nacio-
nal, formado de los 86 departamentos. Detras de
aquella porcion de la comitiva venia n grupos de
pueblo con instrumentos de los diferentes oficios,
y en nledio de ellos se adelantaba un arado regi-
do por un viejo con su anciana muger al lado y
tirado por sus hijos. En pos de aquel arado seguia




16 REVOI.UCIO[l{ .'RANCESA.
inmediatanlente un carro de guerra en que iha
colocada la Ut'na funerária de los soldados ll1uer-
tos por la patria. Y por último cerraban la marcha
varios carretones cargados de cetros, coronas, es-
cudos y tapices bordados de flores de lis.


Atravesó la comitiva por los baluartes y se en-
canlÍnó á la plaza de la Revolucion, y al pasar por
el baluarte de la Pescaderia dió el presidente un
ramo de laurel á las heroinas del 5 Y 6 de octubre
que estaban sentadas sobre unos callOnes. En la
plaza de la revolucion volvió á detenerse para
prender fuego á todas las insignias de la monar-
quia y de la nobleza, que estahan en los carreto-
nes. Luego ronlpió el velo que cubria una estatua
que representaba la libertad, é inmediatamente
las saludó la artilleria con sus salvas y ;soltaron
millares de pájaros con banderitas anunciando al
lanzarse por los aires, que la tierra era ya libre.


Pasaron desde allí al campo de Marte por la pla-
za de los Inválidos y fueron desfilando delante de
una estatua colosal que representaha el 'puehJo
frances aterrando al federalismo y ahogándole en
el fondo de un pantano. Por fin llegaron al cam-
po mismo de la confederacion, donde la cOlniti-
va se dividiá en dos columnas, que se fueron es-
tendiendo al rededor del altar de la patria. El
presidente de la convencion y los 86 decanos ocu-
paron lo mas alto del altar, y las gt·adas se fue-




CONVEl'(CIOl'( NACIOl'fAL. (1793). 11
ron llenando con los mienlbros de aquella y los
demas comisionados de las asambleas primarias.
Cada grupo del pueblo vino á poner al rededor
del altar alternativamente los productos de su ofi-
cio , como telas, frutas y objetos de toda especie,
y luego el presidente recogiendo las actas en que
estaban asentados los votos de las asambleas pri-
marias, los colocó sobre el altar de la patria. En-
tonces resonó una salva de artilleria y los gritos de
un rpueb~o inmenso aUlllentaron el estrépito del
cañon , jurando con el mislllo entusiasmo que en
14 de julio 1790 y 92, defender la constitu-
cion : ¡ juramento muy vano si se considera la le-
tra de ella, pero llluy heroico y hien observado
si por ella se entiende el pais y la miSllla revolu-
cion! En efecto, las constituciones han pasado co-
mo el humo, pero el pais y la revolucion fueron
defendidos con heroica constancia.


Concluida esta ceremonia los ochenta y seis de-
canos entregaron sus picas al presidente y este
formó con ellas un haz, y se le entregó, junta-
mente con el acta constitucional á los diputados
de las asambleas primarias, recomendándolos que
reuniesen todas sus fuerzas al rededor del arca
de la nueva alianza. Despues se separaron, y una
parte de la comitiva fue acompañando á la urna
cineraria de los Franceses muertos por la patria
hasta un templo destinado á recibirla; y los de-


"l.




18 REVOLUCION FRANCESA
lnas fueron á depositar el arca de la constltu
don en un sitio donde dcbia quedar hasta el dia
siguiente, para llevarla luego á la sala de la con-
vencion. Lo restante del dia se empleó en una re-
presentacion que ~guraba el sitio y bomhardeo
de Lille y la resIstencia heroica de sus habitan-
tes, con el objeto de preparaL~ al pueblo á las es-
cenas guerreras.


A esto se redujo la tercera confederacion de la
Francia republicana, en la cual no se veian ya
como en 1790 todas las clases de un gran pueblo
ricas ó pobres, nobles ó plebeyas, confundidas
por algunos instantes en un mismo delirio y can-
sados de ahorrecerse, perdonándose por pocas ho-
ras sus diferencias de clase y opjnion. Solo se
veia un pueblo inmenso que no hablaba de per-
don sino de peligro, de zelo, de resoluciones
desesperadas, y gozando con elnhriaguez de aque-
llas pompas gigantescas esperando correr al dia
siguiente á los campos de batalla. Una circunstan-
cia habia en aquellas escenas que podia relevar
su carácter y lavar de la mancha ridícula que al-
gunos genios desdeiios03 Ú hostiles encontraban
en ellas, y era la 'consideracion del peligro y el
entusiasmo con que se le arrostraba. En el prilner
aniversario del 14 de julio 1790 estaba todavia
inocente y benévola la revolucion ; pero talllbien
podia no ser cosa seria y venil~ á parar en una me-




COXYE"CIO~ N.\CIOX.\.L (t 793).
ra hu';;;a por las hayonetas estl'angeras ; PI} agosto
de 93 era ya trágica, pero grande, seiialada pOI'
victorias y por derrotas, y seria como una l'esolu-
cion il'l'cvocahle y heroica.


Habia llegado ya el UlOlllento. de las grandes
n1edidas, y en todas partes fermentaban las ideas
l11as esiraordinarias. Se proponia esduir á todos
los noblcs dc los empleos, decretal' la prision ge-
neral de todos los sospechosos, contra los cuales
no había todavía ninguna ley espresa, levantar la
poblacion en Illasa ,a poderaric de todos los vÍve-
res, trasladarlos á los almacenes de la república
quc los iria 'distribuyendo á cada individuo; y
por último se dcseaba tomar algun medio, sin sa-
JJcr el cual, que proporcionase fondos suficientes
en cllnomento. Exijian sobre todo que la COnyell-
cion pennanecicsc en sus funciones sin ceder sus
poderes á la nueva legislatura que habia de suce-
derla, y que se cubriese la constitucioll COlno la
estatua de la ley hasta la derrota general de los
enemigos de la repúhlica.


Todas estas illcas se fueron proponiendo en los
jacobinos, y Uobespierre que ya no trataba de 1110-
derar el empuje de la opinion , mas antes de es-
citarle, insistió particularmente en la necesidad
de mantener á la convencion nacional en sus fun-
ciones, y en esto daba un consejo prudente. Di-
solver en aquel n10lnCllto una asamhlea que tenia el




Rf:\'OLueION HlANCES1.


gohierno de todo:, en la cual habian cesado ya la3
divisiones, y reemplazarla por otra nueva, ines-
perta y que necesariamente habia de entregarse á
las facciones, era un proyecto desastroso. Los di-
putados de las pi'ovincias rodeando á Robespierre,
dijeron que habian jurado pertIlanecer reunidos
hasta que la convencion hubiese tonlado medidas
de sa~ud pública y declararon que la obligarian á
permanecer en sus funciones. Andoin 2 el yerno
de Pache, habló inmediatanlente despues y pro-
puso pedí r la leva en masa y el arresto general de
los sospechosos, con lo cual inmediatamente re-
dactaron una peticion los comisionados de los de-
partalucntos y al dia siguiente fueron doce de ellos
á presentarla el la convencion. Pedían que esta se
encargarse de salvar ella misma á la patria, que
no se ~concedie:3e ninguna amnistia, que fuesen
arrestados hs sospechosos, que se les presentase
en primera fila á los enemigos y que el pueblo en
masa fuese detras de ellos. Adoptóse una parte de
estas Pi'oposiciones , principiando por aprobar el
arresto de los s3spechosos, pel'o el proyecto de
la leva en masa, por parecer delIlasiado violento,
se renlitió al e~..:amen de la comision de salud pú-
blica, y los jacobinos poco satisfechos, insistieron
y cO~ltinuaron '~o'J:tiendo en su club que no con-
venia un InovilIliento parcial sino universal.


Pocos dias des pues dió su infOl'me la comision




CONVENCION NACIONAL. (1793). 2f.
proponiendo un decreto demasiado vago y pro-
clamas lnuy frias. « La comision, dijo Danton,
«no lo ha dicho todo; por ejemplo, no ha dicho
ex que si la Francia llega á ser vencida y destroza-
« da , los ricos serán las primeras víctimas de la ra-
e pacidad de los tiranos; tampoco ha dicho que
« los patriotas vencidos harán pedazos é ~incendia­
«ran la república primero que verla pasar á nla-
(' nos de sus insolentes vencedores, y esto es lo
« que se debia decir á esos ricos egoistas. » -~ « ¿ Que
« esperais , añadió, vosotros que no quereis hacer
«nada por sal val' á la república? Ved cual será
« vuestra suerte si llega á sucumbir la libertad.
e( Una regencia dirigida por un imbecil, un rey
c( niño, cuya lnenor edad será larga, la des1l1cm,bra-
«cion de nuestras provincias y un destrozo espan-
« toso. Sí, ricos, os im pondl'án contribuciones y os
c( estrujarán mas y lnil veces mas que lo que aho-
« ra teneis que pagar por libertar vuestro pais y
«eternizar la liLertad ...... La con vencion tiene en
«sus manos los rayos populares, que los lance y
«llaga uso de ellos contra la cabeza de los tiranos.
c( Tiene á los comisionados de los departanlentoS.,
«tiene sus propios miembros; que envíe á unos y
« otros para ejecutar un arnlamento genera1. .»


Volvieron otra vez los proyectos de ley á la comi-
5ion, y al dia siguiente los jacobinos destacaron
de nuevo comisionadoi de lai asambleai prima ....




22 REYOLt:CION FHANctrS,{'.
rias ú la convent:ion, solit:itando nuevamente no
un alistamiento pal'cial , sino la leva en nlasa, pOL'
que, decian, toda medida media es mortal y porque
la nacíon entera, es nlas facil de conmovel' que una
parte de los ciudadanos. « Si pedis, añadian, cien
Cl mil so!dados, no se encontl'arún, pero habl'ú
c( millones de hombres que respondan á un llallla-
Cl núento general. Que no haya dispensa, alguna
« para el ciudadano fisic~nnente apto para las ar-
e: HnoS cualesquiera qne sean las funciones que <le-
er ~)f'mpei'ie; (Iue solo la agricultura t:onserve los
« hrazos indispensables para sacar de la tierra los
c: productos alimentit:ios; que se pare momenta-
« ncalnente el curso del comercio y cese todo nc-
« gocio en presencia del único, el Inas grande y
« universal que pueden tener los frauceses, que
« es el de salvar la república.


No pudo ya resistir la convencion Ú ulla intima-
cíon tan urgente, y como ella n1Ísll1a p~lrLicipaLa
de la C1ll0C10n de los peticionarios nlandó á la co-
lnisinn (Iue se retirara p:lra rellactar en el instante
lnÍsmo el proyf'cto de la l C\'(l en lnasa, yen efecto al
cabo de pocos luinutos trajo el proyecto siguiente
que se adoptó en medio de un trasporte universal:


A nT.l. o El pueblo franees declara por el órga-
no de sus representantes que va á levantarse todo
entero en defensa de su libertad, de su constitu-
cion y para libertar su territorio de sus encmiS-0i.




CONVENCION NACIONAL (1793). 23
2.° La comision de salud pública presentará


maiíana el modo de organizar este gran lnovilnien-
to nacional.


En otros artículos se nombraban 18 represen-
tantes encargados de esparcirse por toda Francia y
dirigir á los enviados de las asambleas prilnarias
para hacer las requisiciones de homhres, caballos,
municiones y subsistencias. U na vez dado este
gran impulso ya todo era posible, y estando de-
clarado que la Francia entera, asi cosas como per-
sonas, pertenecia al gobierno, esle era quien de-
bia considerar, atendido el peligro y segun sus
luces y energia, lo que era útil ó indispensable.
Claro es que 110 se necesitaba levantar la pobb-
cíon en masa interrulnpiendo la produccion'y has-
ta el trabajo necesario para la nutricion , pero sí
convenia que el gobierno pudiese exigirlo ~odo j
salvo á no disponer sino de 10 suficiente para bs
necesidades del momento.


El mes de agosto fue la época de los grandes
decretos que pusieron á toda Francia en lnOVI-
miento, todos sus recursos en actividad y termi-
naron en ventaja de la revolucion .su última y
mas terrible crisis.


No solo se necesitaba poner la pobIacion en pie,
sino surtida de armas á toda costa, y sohre todo
tOInar una nueva providencia económica que pu-
siese el papel moneda en proporcion con 103 vÍve-




RItVOLUf:ION P'ILlNCESA..


re~ y 101 géneros; hacer la distrihucion de aque-
llas armas y de los generales segun conviniese al
teatro de cada guerra y últimamente satisfa-
cer la cólera revolucionaria con grandes y terri-
bles ejecuciones. Vamos á ver lo qué hizo el gobier ..
no para satisfacer á un tiempo á las necesidades
urgentes y á las pasiones perversas, de que no po-
dia prescindir porque eran inseparables de la ener-
gia que suele salvar á un pueblo que se halla en
peligro.


Exigir á cada pohlacion un contingente deter-
minado de hombres no era cosa que convenia en
aquellas circnnstancias, porque hubiera sido du-
dar en cierto Inodo del entusiasmo de los France-
ses, y el mejor nlodo de inspirarle es suponer
que le hay. Fuera de que estaba en contradiccion
aquel método germánico de imponer á cada co-
marca tantos hombres y tanto dinero, con el prin-
cipio ya sentado de la leva en masa. Talllpoco
convenía un alistamiento general por vía de sor-
teo ,porque no siendo llamado todo el mundo,
cada cual pensaria en eximirse y se quejaria de la
suerte el que estuviese obligado á servir. Es ver-
dad que la leva en masa esponia la Francia á un
desorden universal y escitaria los sarcasmos de los
moderados y de los contrarevolucionarios; pero la
COlllision de salud pública discurrió el medio ma~
conveniente, cual fue el de poner toda la pobla-




CONVENCION NACIONAL (1793). 25
cion en disponibilidad dividiéndola por genera-
ciones y haciendo que estas marchasen por turno
de edad y segun fuesen las necesidades. «Desde
« este dia , decia el decreto de 13 de agosto, has-
«ta que los enemigos hayan sido expelidos del
«territorio de la república, todos los Franceses es-
« tan en requisicion permanente para el servicio
« de los ejércitos. Los jóvenes irán al combate; los
« hombres casados fabricarán armas y conducirán
« los víveres; las mugeres construirán tiendas de
(' camparla, cosel'án vestuarios y servirán en los
« hospitales; los niños harán hilas; ~os viejos irán
« Ó harán que los lleven á las plazas públicas pa-
(( ra escitar el valor de los guerreros, predicar el
({ odio á Jos reyes y el amor á la república. »


Todos los solteros ó viudos sin hijos desde la
edad de 18 arios hasta la de 25 estaban compren-
didos en la primera leva, que se llanló primera re-
quisicion. E3toS tenian que reunirse inmediata-
mente, no en las capitales de departamento, sino
en las cabezas de partido, porque desde que ha-
bia ocurrido el federalismo receleban de las grandes
reuniones por departamento, que les daban cono-
cimiento de sus fuerzas y la idea de insurreccion:
fuera de que tambien habia otro lllotivo para obrar
aSÍ, que era la dificultad de hacer provisiones pa-
ra mucha gente. Debian inmediatamente princi-
piar los batallones reunidos en las cabezas de par-




2& REVOLUCION ¡"UANCESA.
tido sus ejercicios militares y está11 prontos al pri-
mer aviso. La generacion comprendida entre los
25 años á 30 debia tenerse por advertida para prepa-
rarse, y entre tanto tenia que hacer el servicio de
lo interior; y los demas desde 30 hasta 60 años
quedaba disponible al arbitrio de los representan-
tes que se enviasen para ejecutar esta leva gradual.
Sin embargo de estas disposiciones, habia sitios
en que se mandaba de derecho la leva general é
instantanea de toda la poblacion , por ser puntos
mas amenazados, COlno el y endée , Lyon , Tolon ,
el Rhin etc.


En proporcion de las circunstancias eran tam-
bien los medios que se emplearon para arnlar las
levas, alojarlas, alilnentarlas y "estirlas. Todos los
caballos y bestias de carg"a que no fuesen ahsolu-
tamente precisos para la agricultura ó las fúhri-
cas , quedaban requeridos y á la disposicion de
los cOlnisarios ordenadores de los ejércitos. Los
fusiles ó escopetas de calibre se ponían en manos
de la generacion que lnarchaba, y las de caza ó
las picas quedaban reservadas para el servicio in-
terior. En los departamentos donde podían esta-
blecerse manufacturas de armas habrian de habi-
litarse para talleres las plazas públicas, los paseos,
las casas grandes de bienes nacionales eet. pero el
principal establecinúento era cIcle París. Pusieron-
se fraguas en los jardines de Luxemburgo y má-




CON\"ENCION NACIONAL. (1193) 27
quinas para perforar caiiones por toda la oril1a del
Sena. Cuantos :armeros y mancebos de relojeria
pudieron encontrarse, los cuales tenian entonces
poco trabajo, fueron elnpleados en varios ranlOS de
la f¡lbricacion de armas, y solo para ella se pu-
sieron á la disposicion del ministro de la guer-
ra 30 millones de francos, debiendo continuarse
iguales medios estraordinarios hasta que la manu-
factura llegase á dar mil fusiles diarios. Se habia
situado aquel estahlecimiento en Paris porque es-
tando á la vista del gobierno y de los jacobinos
era imposible la menor negligencia y se asegura-
ban la rapidez y energia. En efecto no tardó en
desempefwr su destino.


Como f~tI taba salitre, se pensó en estraerle de
las hodegas y asi se trató de reconocerlas todas
para ver si la tierra en que estaban abiertas con-
tenia alguna porcion, y así cada vecino tuvo que
aguantar la visita y registro de sus cuevas para
lavar la tierra que contuviese salitre. Las casas
nacionalel) se convirtiel'on en cuarteles y alma-
cenes.


No menos cstraordinarias fueron las medidas que
se tOlnaron para proporcionar víveres á todas estas
grandes lnasas annadas. Hubieran deseado los jaco-
hinos que concluido el estado general de la cantidad
de subsistencias que hahia en Francia, las huhiese
comprado todas la república y que ella. nlisma hi-




REVOLUCION FRANCESA


ciese la distribucion, ya dándoselas á los solda-
dos que estaban al'mados en su defensa, ya ven-
diéndoselas á los demas ciudadanos á un precio
módico. Pero no se siguió felizmente aquella ma-
nia de querer hacerlo todo y suplir á la misma
naturaleza cuando esta no camina á nuestro gus-
to, por mas que se empeñasen los jacobinos. Pero
sin embargo se Inandó que se concluyeran los es-
tados de existencias pedidos á las rnunicipalida-
des, y se enviaran al ministerio del interior para
formar la estadística general de las necesidades y
de los recursos; que se acabase de desgranar el
trigo donde no lo estuviese, y que los mismos
ayuntamientos mandasen hacer esta [operacion si
los particulares se resistian; que los arrendado-
res ó los propietarios pagasen en frutos las con-
tribuciones atrasadas y los dos tercios del a110 de
93, Y últimamente que los arrendadores y admi-
nistradores de bienes nacionales entregasen tam-
bien las rentas en frutos.


Hasta la ejecucion misma de estas estrordina-
rias medidas tenia que ser estraordinaria porque
no hubieran bastado facultades lirnitadas en las
autoridades locales, que á cada instante hubieran
podido paralizarse con resistencias, ó por que no
todas:tendrian la misma enel'gia y celo, y asi hubo
de autorizarse la dictadura en favor de los comisio-
nados de la convencion como único medio de que




CONYENCION NACIONAL (1793). 29
se podía haeer uso. Ya se les habia investido de
ella cuando por primera vez se decretó la leva de
300 mil hombres y habia surtido muy buenos
y muy prontos efectos. cuando les enviaron á los
ejércitos, velaban sobre la conducta de los gene-
rales, y aunque algunas veces contrariaban las
opel'aciones de militares consumados, siempre y
en todas partes reanimaban el celo y comunica-
han un gran vigor y entereza. Si estuvieron cer-
cados en las plazas fuertes sostuvieron sitios heroi-
cos en Valenciennes y Maguncia, y si esparcidos
por lo interior, contribuyeron eficazmente á es-
tinguir el federalismo. Por eso se les empleó tam-
bien en este caso y recibieron tlcnltades ilimita-
das para ejecutar la requisicion de hombres y de
cosas, teniendo bajo sus órdenes á los comisiona-
dos de las asambleas pl'imarias, á quienes podian
enviar donde gustasen y confiarles 'una parte de
sus plenos poderes, de suerte que tenian á la ma-
no unos hombres decididos, perfectamente ente-
rados del estado de cada pueblo, y sin otra autori-
dad que la que les delegaban ellos mismos para
las necesidades del servicio.


Ya habia diferentes representantes en lo inte-
rior, pues los habia en el Vendée, en Lyon yen
Grenoble para destruir los restos del federalismo,
y se nombraron otros 18 entre quienes habia de
repartirse la Francia, concertándose con los que




30 REVOLUCION FRANCESA.
ya estaban en mision para hacer poner en marcha
á los jóvenes de la primera requisicion, arlllarlos,
provisionarlos y dirigirlos á los puntos convenien-
tes segun el dictámen y pedidos de los generales.
Al miSlllO tiempo debían concluir la entera sUlni-
sion de las administraciones federadas.


Necesitábanse ademas de estas providencias mi-
litares otras medidas econólnicas para subvenir á
los gastos de la guerra, y ya se sabe cual era en
este punto el estado de la Francia, una deuda
confusa cOlllpuesta de toda especie de deudas y
de diferentes fechas, que todas estaban en opo-
sicion con las contraidas pOl' la repúhlica; unos
asignados desacreditados, que estahan en compe-
tencia con el numerario, con el papel estrangero, con
las acciones de las compaiíías lnercantiles y no po-
dian servir al gobierno para pagar los servicios
públicos, ni al pueblo para comprar las nlercancias
que necesitaba: esta era entonces nuestra situacion.
¿ Pero qué partido tonlar en semejante coyuntura?
¿ Se abriría algun nuevo elnpréstito Ó se haría
alguna nueva emision de asignados? Lo priulero
era poco menos que ilnposible atendido el desór-
den en que se hallaba la deuda y la poquísinla
confianza que inspiraban los negocios de la repú-
blica ; lo seg"undo no costa ha mas que quererlo ha-
cer y bastaba para ello la imprenta nacional. Pero
se necesitaban emitir cantidades inmensas de pa-




CON\rENCION NACIO~AL (1793). 31
'pel, es decir, cinco ó seis veces mas que su valor
nominal, aumentando su descrédito de un modo
indefinido y por consiguiente acrecentando la ca-
lamidad pública. Veamos ahora lo que el genio
de la necesidad inspiró á aquellos hombres que
se habian encargado de la sal vacion de Francia.


La primera y mas indispensable providencia era
poner algun órden en la deuda, é impedir que
se dividiese en diferentes fornlas de contratos, en
diferentes épocas, en distintas procedencias y en
diversas naturalezas dando lugar al agio que era
tan peligroso para la revolucione Por lo miSlTIO
que era tan dificil el conocimiento de aquellos tí-
tulos antiguos y su j ustil-icacion y clasificacion, co-
mo que exigia una ciencia particular, era nlucho
mayor el cahos que presentaba para la contabili-
dad. Solo en Paris podian conseguir sus pagos los
poseedores de rentas y era muy comun tener que
acudir á veinte pagadurias distintas, segun esta~
han divididos sus créditos en diferentes porciones
y clases, porque habia deuda constituida, deuda
exigible en ténnino {ljo, deuda exigible proceden-
te de la liquidacion, de lnodo que la tesoreria se
veia á cada paso agoviada con vencinlientos y en
precision de buscar capitales para reembolsarlos.
Por eso dijo Calnbon que era necesario uniformar y
repúblicanizar la deuda y propuso convertir todos los
títulos de los acreedores del estado en inscrip-




ltEYOLUCION FRANCESA.


ciones sobre un Gran L~'bro de la deuda pública. Esta
inscripcion y la copia que se hahia de entregar
á los acreedores serian en lo sucesi YO los únicos
títulos con que estos tuviesen derecho á cobrar, y
para que no les quedase recelo de que pudiera
estraviarse aquel libro , se depositó una copia esac-
ta de él en los archivos de la tesoreria, y por lo
que hace á un incendio ú otro caso fortuito, el mis~
mo peligro corrian los registros de los escribanos.
Asi se les previno á los acreedores que en el térmi-
no preciso que se les señaló entregasen sus títulos
para copiarlos en el libro y qumnarlos despues.
Se mandó á los escribanos que presen tasen todos
los que tenia n en depósito, imponiéndoles la pe-
na de diez años de presidio si antes de la entrega
sacabán ó entregaban copias de ellos. El acreedor
que dejase pasar seis meses sin hacer la presenta-
cion, perdia los intereses, y si un año, el capi-
tal entero. ( De este modo, decia Cambon , no po-
( drádiferenciarse la deuda contraida por el despo-
« tismo de la que lo haya sido despues de la revo-
«lucion y yo desafio al señor despotismo, en caso de
«que resucite, á que venga á reconocer la deuda
« que él contrajo luego que esté confundida con
e la nueva. Luego que este concluida esta opera-
C' cion ya verán ustedes á los capitalistas que de-
c seaban un rey porque era deudor suyo y te-
c mian perder su crédito sino era restablecido,




r.ONVE~CION N ACIO[(AJ. (t 793). 3~~
< como desean ahora que triunfe la república por
~ que esta es deudora suya y perderá el capital si
« ella se pierde. 1>


Mas no era esta la lUúc<\ ventaja de aquella ins-
titucion sino que tenia otras llluchas ,y entre ellas
la de dar principio al sistellla del crédito público.
El capital de cada crédito quedaha convertido en
una renta perpetua con el interes de cinco por
ciento, y así el aCl'eedor, por ejemplo de fnil fi.'an-
cos, quedaba inscrito en el gran libro por una ren-
. ta de cincuenta francos. De este nlodo las antiguas
deudas, muchas de las cuales devengaban intere-
ses usurarios y otras sufl'ian descuentos injustos
ó estaban gravadas con ciertas imposiciones, ad-
quil'ian un rédito uniforllle y arreglado. Al mis-
D10 tiem po el estado cOll1nutando su deuda en una
renta perpetua, no se veia espuesto á vencimien-
tos ni estaba obligado á reembolsar el capital
Jnientras que pagase los intereso Fuera de que
siempre tenia un medio fácil y ventajoso de es-
tinguide comprando rentas en la plaza cuando
estuviesen en baja: y así decía Cambon, cuando
una renta de 50 francos que, representa un capi-
tal de mil, no valga lnas que 900 ú 800 el estado
ganará una décima ó una quinta parte del dicho
capital comprándole en la plaza. No estaba enton-
ces organizado e] nlOdo actual de estinguir la deuda
por medio de una anlortizacion fija, pero ya se


VI. 3




34 llEVOLUCION FRANCESA.
sospechaba este luétodo y es lnenesteL' considerar
que apenas principiaba {t formarse la ciencia del
crédito público.


Es pues visto que las inscrí pciones sobre el gran
libro simplificaban la forma de los títulos, iden-
tificaban la existencia de la deuda con la existen-
cia de la repúhlica y cambiaban los créditos en
una renta perp~tua, cuyo capital no era reembol-
sable y cuyo interes era igual para todas las ins-
cripciones. Esta idea era muy sencilla y en gran
parte tomada de los Ingleses, pero se necesitaba
mucha fuerza de ejecucion para aplicarla á la Fran-
cia y. tenia el mérito de la oportunidad en aquellos
momentos. ¿ Quien duda de que hahia cierta vio-
lencia en una operacion destinada á cambiar tan
bruscamente la naturaleza de los títulos y crédi-
tos, obligándolos á tener un interes uniforme, y
que imponia nada menos que la pena de perder
el capital á los que reusasen conformarse con la
conversion? Pero la justicia es paL'a un estado el
mejor órden posible y nadie negará que aquella
grande y enérgica unifol'midad de la deuda con-
venia perfectamente á una revolucion att'evida,
completa, que tenia por objeto sugetarlo todo al
derecho comun.


Llevaba tarnbien consigo el proyecto de Cam-
bon, ademas de su osa di a , un respeto escrupulo-
so á las deudas estrangeras que se habian ofrecido




e ,,' '1 .... (\ 3 \ ." 5 CONVEN JO~ NALJO:'<iAL ( ¿ tJ l J
reeml)olsal' en épocas fijas; y así espresaha el tlecl'eto
que corno los asignados no tenian curso fuera de
Francia, los acreedores esll'angeeos serian pagados
en numerario en épocas tletenninadas. TaInbien co-
mo los ayuntamientos de los paeLlos habian con-
traido deudas particulares y no pagaban á su~
acreedores, se cal'g"aba el estado con ellas apode-
rándose de sus propiedades solo hasta cubrir la
suma que se emplease en el pago. Este proyecto
se adoptó en su totalidad el 24 de agosto y se eje-
cutó con la luisrna felicidad con que hahia sido
concebido, quedando ulliforlllada la deuda y con-
vertida en una 11laSa de renta;; de 200 millones
de francos anuales. lUa;; para reeemplazar los an-
tiguos descuentos con que estaba gravada se im-
puso sobre ella una ('ontri~ucion territorial de


la quinta parte, con que quedó reduciada á 160
Inilloncs. De este luodo se sim plificó y aclaró todo
quedando destruido un gran 11lanantial de agiota-
ge y empezó á renacer la confianza por el solo
}lecho de ser imposible una bancarrota parcial oon
esta ó la otra especie de deuda y por no sel' pre-
sumible una bancarrota g"eneral.


Desde entonces era mucho 11las facil recurrir á
un enlpréstito y ya veremos de qué modo se usó
de esta Inedida para sostener los asignados.


Todos los valores con que contaba la revolucion
para hacer [¡'ente á los gastos estraorrunal'ios CGn~




REYOLUCrONFRANCESA.


sistian en los hieres 'nacionales, cuyo precio re~
presentado por los asignados flotaba en la circula-
cion, y era necesario facilitar las ventas á fin de
I'ecoger los asignados haciéndolos Inenos comu-
nes. El medio mas seguro para ello eran las victo-
rias, pero no el mas facil de consegui!', y para S11-
p~ir á ella.;; se discUl'L'ieron diversos espedientes.
Por ejelnpio, St' habia permitido á los comprado-
res que dividiesen sus pagos en llluchos años; pe-
ro esto aunque era utilísimo para que los prole~
tarios llegasen á ser propietarios, no era lo Inas
espedito para hacer entrar los asignados en caja.
A fin de disminuir con IDas seguridad la cantidad
que circulaba se hahia decidido hacer el reembol-
so de los oficios enagenados de la corona, parte
en asignados y parte en reconocúnientos de liquida-
cwn. Aquellos reembolsos que no subian:de tres mil
francos debian pagarse en asignados ,y los demas
en reconocinn'entos de liqwidacion que no tenian el
curso de moneda ni podian dividirse en sumas me-
noresde diez mil fl'ancos , ni transmitirse sino
COlno los demas títulos al portador, pero eran re-
cibidos en pago de bienes nacionales. De este mo-
do se disminuia la porcion de estos últimos que-
dando convertidos en moneda forzada; siendo de
ad vertir que todo lo que se habia trasformado en
reconocimientos de Hquidacion consistia en sumas po-
co divididas, dificilmente trasmisibles , que todas




CON\-ENCION NACIONAL. (179-3/. 37
estalJan en manos de los ricos y léjos de la c.:ircu-
lacÍon y del ag·io.


Para promovee todavia m·as la venta de bienes
nacionales se decl~uó, al crear el gran libeo, que
las inscripciones de rentas serian l'ecibidas por mi-
tad en su pago, lo cual debia proporcionar nue-
vas ventas y nuevas entt'adas de asignados.


Pero todos estos Inedios por ingeniosos que flle-
sen, no alcanzaban ni con lnucho pOl' sel' tan con-
siderable la cantidad del papel moneda. La asaUl-
hlea constituyente, la legislativa y la con vencion
habian decretado sucesivamente la creacion de
5,100 millones de asignados, de los cuales solo
quedaban en caja por cll1itir 48.í Inillones, de UlO-
do que estaban en circlllacion 4,616. Una parte de
ellos habia vuelto [t entl'al' de resultas de las ven-
tas y se adeudaban to(Ltvia por los conlpradore:; á
térnlino corno unos 12 á Ít, núl10nes y en todo se
habian recobrado y queluado 8!,,0 111illones de asig-
nados, quedando por consiguiente en cil'culacion
en el mes de ago:;to de 1793, 3,776 Inillones.


I..o pl'ill1erO ({ue se 1l1andó fllé privar del curso
de moneda á los asignados que tenian la efigie del
rey y estaban acaparados con perjuicio de los asig-
nados republicanos por la lnayol' confianza que
inspiraban. l\Ias no pOl' salir de la clase de mone-
da dejat'on de tener un valor, pues fueron con-
yerlidos en títulos al portador y se rccibian en


\).'n. l ".
;j~
''-


,",




38 nEVOtuCION FRANCESA.
pago de contribuciones ó en el de bienes naciona ...
les hasta el J. o de enero siguiente. Pasada esta
época ya no tEnían uinguno, y ascendia su totali-
dad á 558 lllillones, que dehian dC3aparecer en
el téL~mino de cuatro rneses, y como por otra par-
te se' sabia que estaban en manos de especulado-
res contrarevolucionarios , se daba una prueba de'
justicia con no anularlos, pero si poniéndolos en
la precision de v.olver á entrar en tesorería.


Ya se acordará el lector que durante el mes de
Iuayo cuando se declaró C01110 principio que hu-
hiese de haher ején~itos revolucionarios, se decla-
ró al mismo tiem.po hacer un préstamo forzoso de
mil Jnillones sobre los ricos para suLvenir á los gas-
tos de una guerra, de que se les pl'e:H!lllia ser auto-
res por ser arist6cl'atas, y ú la cual no querian con-
trihuí l' ni ('on sus I)f~l'sonas ni con sus bienes. Este
préstalno que se repartió del modo que se dirá,
fué destinado, se{!un el pl'oyecto de Carnhon, á
recobrar para la tesorería mil millones de los asig-
nados en circulacion ; por tanto para dejar á elec-
cion de lo.~ ciudadanos f{lW luviesen buena volun-
tad'y quisiesPll asegurar a 19unas ventajas, se abrió
un emprpstito voluntario. Los que se presentaban
á tOlnar parte en él recibían una inscripcion de
renta 5 por ciento C(}fno interes de sus fondos, y
con ella podian exintil'se de] empréstito forzado
por lo menos en la parte ya tomada en el volun-




CONVENCION NACIONAL (1793). 39
tario. Los ricos de ulala voluntad que esperaban
la ejecucion del préstanlo forzoso no recibían mas
que un título sin interes , que ademas de ser tí-
tulo republicano tenia 5 por ciento nlenos de va-
lor. Ultímamente, C01110 segun la ley nueva po-
dian las inscripciones servir por mitad de pago de
bienes nacionales, los prestamistas volunta,rios que
recibian una inscripcion de renta tenian la facul-
tad de reelnbolsarse inmediatament.e con ellos,
mientras que por el contrario las certificaciones
del préstanlo forzado no se admitian en pago de
los dichos bienes hasta dos -años despues de la paz.
Porque era necesario, decia el proyecto, intere-
sar á los ricos en la pronta ternlinacion de la
guerra y en la pacificacion de Europa.


El enlpréstito voluntario ó forzoso debia en to ..
do caso amortizar nlil lnillones de asignados que
se quemarian inmediatamente y ademas otros 700
millones de contribuciones atrasadas, entre los
cuales se hallarian los 55S millones de efigie real,
que ya habian dejado de ser moneda, y solo eran
recibidos en pago de los impuestos. Era pues co-
sa segura que en el espacio de dos á tres lneses
hahrian c.esaparecido de la circulacion primero,
los rnil nlillones del préstamo y luego los 700 de
las contribuciones, quedando reducida la SUIna
flotante á solo 2,076 millones. Suponiendo, como
era muy probable, que la facultad de cambiar las




40 REYOJ~C(J]ON' FRANCESA.
inst:ript:iones de la deuda por bienes nat:ionale~·
ocasionase nuevas adquisiciones, era de esper:lr
que por este Inedio entrasen de 500 á 600 millo-
nes mas, en cuyo caso podía quedar reducida la
masa flotante á 1,500 lnillones poco nlas Ó menos.
De este medo quedando ya disminuida en una
mitad, volvian los asignados á tOlnar su valor y
no hahia inconveniente en emitir los 484 millo-
nes que estaban en caja. Para el' año siguiente po-
dian volver á entrar en cil'culacion 103 700 millones
de las contribuciones despues de poner la efigie re-
publicana á los 558 que antes tenian ladel rey y se
habria conseguido lo que se deseaba, que era dar
valor á losasignados. Si adelTIas l1egaba á salvarse la
república, la victoria acahal'ia de realzarlos y per-
mitiria hacer nuevas emisiones y acahar de realizar
las ventas de bienes que aun quedaban lnuchos y
se iban aumentando cada dia con la emigl'acion.


La manera de realizar aquel préstamo forzoso
era por su naturaleza pronto y necesariamente ar-
hitrario , porque ¿ como calcular los caudales sin
error ni injusticia aun en tiempos tranquilos, y
tomándose el tiempo necesario para consultar to-
das las probahilidades? Pues ahora bien, no sien-
do esto posible en las circunstancias mas propi-
cias, tenia que serlo mucho lnenos en tiempos de'
violencia y preci pitacion. Pero cuando hahía pre-
cision de perturbar tantas existencias y carg'al' so-




CONrENCION NACIONAL. (1793) .~ f
Lre tantos ¿ por qué admirarse 'de algunas equi-
vocaciones de cúlculo ni de algunas desig'ualda-
des en la reparticion? En efecto presidió á esta
operacion del empréstito, como á la de las requi-
siciones una especie de dictadura que se confió á
los ayuntamientos, donde cada individuo estuvo
obligado á declarar el estado de sus rentas. El con-
sejo general nombró en cada puehlo personas que
verificasen la esactitud de las declaraciones y es-
tas eran las que decidian si se habia de pasar por
ellas ó no, en la inteligencia de que las que fue-
sen reconocidas por falsas tenian la pena del du-
plo. De las rentas de- cada familia se separahan
ante todas cosas n1íl fi'ancos por cada individuo,
es decir, marido, llluger é hijos, y todo lo que
quedaba era considerado como renta superflua y
por consiguiente sujeta á la imposicion. Desde mil
francos hasta diez mil de renta imponible se les
sacaba una décima parte, ó sean 100 francos pOl'
cada 1,000; 2,000 francos de superfluo pagaban
200 y asi sucesivamente. Cuando la renta supel'-
fina excedía de 10,000 francos, se la cargaba una
suma igual ú su valor; por manera que toda fa-
lnilia que ademas de los nlil francos concedidos á
cada individuo y los 10 111il de superflno que pa-
gahan la décima, tenia precision de dar al prcs-
tamo todo lo restante. Supongamos una f~lmilia
compuetita de cinco illdividuos que gozaba 50 nlÍI




42 REV01UCION FRANCESA.
francos de renta; pues bien, se la señalahan 5·
mil para alimento preciso, luego 10 mil aunque
reducidos á nueve, es decil', 14 mil francos, y to-
dos los 36 mil restantes quedahan por aquel año
para el prestanlO voluntario ó forzoso. No era cier-
tamente un rigor escesivo privar por un año de
todo lo superfluo á las clases opulentas cuando
tantos individuos iban á espirar en los caInpos de
batalla, mucho mas cuando esta suma, que hu-
biera podido to-marse sin condicion alguna COlll0
contribucion estraordinaria de guerra, se cambia-
ba por un título republicano que podia conver-
tirse en rentas sobre el estado ó en hienes nacio-
nales. El decreto para el pl'éstanlo forzado tiene
la fecha 3 de setiembre.


Consistía pues aquella gran operacion en sacar
de la circulacion mil millones de asignados á co.,-
ta de los ricos: quitar á este millar de cuentos su
calidad de moneda y de valor circulante, y hacel'
de él un sill1ple pagaré sohre los bienes naciona-
les que los ricos camhiarian ó no por una porcion
correspondiente de dichos hienes, De este modo
se les obligaba á ser compradores ó á lo menos á
dar la mÍsma SUllla que hubieran tenido que dar
siéndolo. Eu una palabra era una colocacion for-
zada de mil millones de asignados.


Otras varias resoluciones se tonlaron fuera de
las destinadas á sostener el papel moneda, pues




CONVENCION NACIONAL (1793). 43
despues de destruir la rivalidad que existía entre
las antiguas deudas del estado, es á saber, la de
los asignados de efigie real, era preciso acabar
tambien con la que mantenian las acciones de las
compañias mercantiles. Para ello se decretó la
abolicion de la compañia de seguros vitalicios, la
de la caja de descuentos y la de todas aquellas cu-
yos fondos consistian en efectos al portador, efectos
negociables, inscripciones sobre algun libro y
trasmisibles ú voluntad. Se TIlandó proceder á su
liquidacion dentro de un corto tél'mino ,y que
solo el gobierno podria en lo sucesivo crear esta
clase de estahlecimientos. Se mandó dar un pron-
to informe sobre la compaiiia de Indias, que por
su nlucha importancia exigia un eX~Ullcn particu-
lar. Ya que no era posihle estorhar las letras de
camhio sohre el estrang'ero , á lo menos se declaró
traidores ú la patria los Franceses que colocasen
sus fondos en hancos ó factorias de los paises que
estuviesen en guerra con la república, y última-
mente se recurrió á nuevas medidas de rigor con-
tra el nunlerario y contra el cOlllercio que se ha-
cia con él. Ya se haLia (illlpuesto la pena de seis
años de vigilancia á cualquiera que vendiese ó
comprase numerario, es decir al que le recibiese
ó le diese en cambio de llna suma diferente de
asignados; igualmente se habia amenazado con
una multa á todo vendedor ó comprador de géne-




RE\'OLUCION FRANCESA.


ros contratados á difel'ente lwccio, segun se hu-
biese estipulado el pago en numerario ó en asig'-
nados; n1as como tales hechos eran dificiles de
averiguar, se veng"aron aumentando la pena. To-
do el que fuese convencido de haber reusado el pa-
go en asignados, ó de haberlos dado ó recibido
con cualquiera pérdida, era condenado á una
multa de 3 mil francos y seis nleses de cúrcel
por la primera vez, y en caso de reint:idencia, á
una multa doble y 20 aüos de presidio. Ultima~
lnente, como la moneda de vellon era indispcn~
sable en los mercados y no se podia supliL·f[lcil-
mente, se mandó emplear el metal de las cam-
panas en fabricar décimas y n1edias décimas etc.
que valian dos sueldos, un sueldo etc. *


Pero por mas providencias que se tomasen para
hacer retnontar los asignados y destruir las rivali-
dades que tanto les perjudicaban, era irnposible
ponerles al nivel del precio de los géneros, sino
que era preciso bajar el de estos últimos. Al pue-
blo se le figuraba con razon ó sin ella que todo
dependía de la malevolencia de los lnercaderes ,
y cualquiera que fuese la opinion de lo,; legisla-
dores no les era posible moderarle sobre cste pun-
to cuando le estaban desencadenando sobre tantos


,.. Dos sueldos equivalen a tres Cllal'to~ '! mediu y lllHl I'rac-
l'ioncita mas. (:Y. drl 1'..




(;ON\-ENCIOX NACIONAL (17.93). ·4.5
o-tl'OS. Hubo pues que hacer con las mercancias lo
mismo que ya se hahia hecho con el trigo, que
fue espedir un decreto declarando delito capital el
acaparamicnto dc ellas y castigándole de n1uerte)
Considerábase COlno acaparador á todo el que oculta-
ba de la c'l'rculacion las rnercancias de primera necesidad,
sin ponerlas públicamente en venta. Los géneros ó
mercancias de prúnera necesidad eran e] pan, el vino,
la carnc ,]os granos ,la harina, las legumbres, las
frutas, el cal'bon ,la lcila, la manteca, el seho, el
cáñan1o, el lino, la sal, d cuero, las bebidas, las
salazones, los pallos , la lana y todas las telas, ex-
eepto las sederias. Claro es que para la ejecucion
de selnejante decreto sc tOlnarian lnedios inquisi-
toriales y ycjatorios, obligando á los mercaderes á
que diesen declaraciones de todo cuanto tenian en I
su almacen, las cuales se vcrificaban [luego por
111edio de visitas domiciliarias. La menor fraude ó
complicidad era en el hecho lnismo castigada de
nnlCrte. Unos con1isionados nombrados por el
ayuntamiento tenian encargo de reconocer las
Elcturas y fijar el precio de modo que dejando un
Jnódico beneficio al mercader no superase los re-
'cursos del pueblo. Pero sin embargo, añadia el
decreto, si el subido precio de las facturas fuese
tal, que no dejase ganancia alguna al 11lercader,
no por eso debe dejar de egecutarse la venta al
precio que pueda pagar el comprador. Asi en este




46 REVOLUCLON FRANCESA.
ilecreto como en el que mandaba la deelal'acion
de los trig'os y su máximum se dejaba ú la discre-
cion de los ayuntamientos que pusiesen los pre-
cios segun el estado de las cosas de cada pueblo.
Mas no estaba lejos el tiem po en que fuese nece-
sario generalizar estas medidas y hacerlas mas vio-
lentas estendiéndolas á mayor número de objetos.


No puede negarse que las operaciones milita-
res, administrativas y económicas de aquella épo-
ca eran tan bien concebidas cuanto lo permitia al
situacion del pais, y tan vigorosas cual lo exigia
la inminencia del peligTo. Toda la . poblacion di-
vidida por generaciones estaba á la disposicion
de los representantes y podia ser llamada ó para
batil'se ó para fabrical' armas ó para curar los he-
ridos. Todas las deudas antiguas quedaban con-
vertidas en una sola republicana y espuestas á su-
frir igual suerte y no tener filas valor que el de
los asignados. Estaban destruidas las muchas 1'i va-
lidades de los ¡antiguos créditos, de los asignados
reales y de las acciones de las compaflÍas; se i111-
pedia que los capitales se retirasen sobre los valo-
res privilegiados asemejándolos todos, y se obliga-
ba á recobrar los asignados tomando un nlÍllar de
cuentos sobre los ricos y haciéndolos pasar del es-
tado de moneda al de un simple pagaré para com-
prar bienes nacionales. Ultimamente, para resta-
hlecer un equilibrio forzoso entre la moneda y los




CONVE~CION NACIONAL (1793). 47
géneros de prinlera necesidad se dejaba al cuida-
do de los ayuntalnientos la investigacion de todos
los víveres y mercancias haciendo que se ven-
diesen al precio conveniente en cada localidad.
Jamas gobierno alguno tonló tantas providencias á
un tiempo, ni tan estensas, ni tan enérgicmnente
discurridas, yel que pretenda acusar de violentos
á sus autores no debe olvidar el peligro de una
invasion universal y la necesidad de vivir á costa
de los bienes nacionales sin haber quien los com-
prase. Todo el sistema de los recursos violentos de-
1'¡baba de estas dos causas. Hoy una generacion
superficial é ingrata critica sus operaciones, ta-
chando las unas de crueles, las otras de contrarias
á los buenos principios de economia añadiendo la
sin razon de la ingratitud á la ignorancia de los
tiempos y de la situacion. Que se medite en los
hechos y entonces se hará justicia á unos hombres
que tantos esfuerzos hicieron y tanto~ peligros pa-
saron por salvarnos. *


* Este pan'afo y algunos otros que se notan en esta histo-
ria han hecho decir á muchos que 1\'11'. Thiers no tanto es el
historiador cuanto el apologista de 1.1 revolucion , y ('omo pa-
ra la mayor parte de los que h(\y leen y juzgan los hechos y
sus consecuencias, ha llegado esta voz á ser inseparahle de los
escesos que la acompañaron, se admiran de que un hombre
de tanto ingenio y de tan buena lógica, pretenda disculpar
las violencias iJl<.tuditas de aquella épOC¿t con la necesidad .de




48 JtEYOLUClON « IlANfESA.
Despues de estas pl'ovidcncias g'cnerales de ha ..


cienda y administracion, se tOl11ar0I1 otras mas
apropiadas á cada teatro de la guerra y por fin se
decretaron los medios estraord.inarios que tanto
tiempo antes se habian resuelto contra el Vendée.
En el dia cs ya hien conocido el carácter de aque-
lla guerra. No consistian las fuerzas de la insurrec-


una situaciou creada por los mismos que se lamentaban de
ella y conducida por entre crímenes é injusticias sin lI1Ímero.
Cuando un ladron para asegurar sus robos toma el h¿l/,haro
partido de asesinar á los mismos que ha despojado ¿ SI:' le ad-
mitirá la disculpa de decir que se veia forzado á ser el'ud pOl'
lo crítico de su situacion ? ¿ Y serán injustos los que le llamen
asesino sin acordarse de qHe el pobrecito no podia sin eso ser
ladron impunemente? No señor, no es tan ingrata ni tan su-
perficial la actual gcneracio[) cuando sin negar lo grandioso
de algunas ideas del tiempo del terror, se lamenta de que
muchas de ellas no fucron dictadas por el patl'iotisllJu sino por
rivalidad ó por baja venganza, no menos reprensible en los
individuos que en los partidos y en las naciones. Los jacobi-
nos hicieron sin duda algunas cosas admirahles que nadie les
niega, pero es imposible agradecérselas, porflue la mayol'
parte de ellas fueron para enderezar entuerto¡, que el'an obra
suya, no de la nacion. Y cuando se cOllsidcl'a fJuC' siu e1!rH
hubiera tl'iunfado la libertad veinte años antes, y (pie ellM
fuel'oH la causa lÍnica de que se suspendiese eOIl apariencias
de sopara siempre, y que ellos llegaron á hacerla abol'l'eeihle
y por último que sin ellos ha vuelto á renacer á esfuerzo:) de
los conc;titucionales , no será muy injusto quien se mucstre al-
go mas avaro de admiracion y aplausos q\te el ilustre autor de
esta Historia. (N. del T.)




r.ONYENCION ~ACiO~Al~ (1793). 49
cioll eH tropas org'anizadas que se pudiesen des-
truir ú fuerza de vidorias , sino en la poblacion
entera que aunque en la apariencia pacífica y
ocupada en sus trabajos agrícolas, se levantaba de
repente cuando se la daba la señal, oprimia con su
masa las tropas republicanas, ó las sorprendia con
un ataque imprevisto y en caso de derrota se es-
condia ,en lo( montes, entre los trigos y volvia á
t{)mar sus ocupaciones sin que se pudiese distin-
guir quien habia sido soldado y quien no habia
dejado de ser tr.ahajador. No era posible que de-
jára de llanlar la atencion del gobierno una lu-
cha tenaz de nlas de seis meses, sublevaciones que
llegaron alguna vez ú 100 111il hombres, actos
realInente temerarios, una reputacion fOrIl1ida-
{lable y la opinion ya sentada de que el nIayor pe-
ligro de la revolucion estaha en el Yendée; to-,
do esto decirnos no podia menos de provocar las
resoluciones mas enérgicas y coléricas. Habia ya
largo tiempo que se estaba diciendo que el único
Inedio de sujetar aquel desgracia.do pais no era el
(le combatir contra él sino el de aniquilarle, su-
puesto que sus ejército:, estaban en todas partes
y en ninguna. Esta proposicion sirvió de base al
fonnidable decreto de 1.0 de agosto en que no so-
lo el Vendée mas taulbien 103 úItinlOs BOl'bones
y los estrangeros eran aOlenazados á un tiempo
('011 el estel'minio. En consecuencia de este dccrc-


VI. 4




50 RE\'OLUCION FRANCESA.
to se tnandó al lninistl'o de la guerra que enviase
á los dcpartalllentos rebeldes 111alerias inflama-
hles para incendiar los luontes, las fresnedas y
los chapal'ros. « Los hosques qnedarún abatidos?
« decia , las guaridas de los rebeldes destruidas,
« las cosechas cortadas 'por conlpaüias de tl'abaja-
« oores , el ganado cogido y conducido todo fuera
« del pais. Los viejos, luugeres y l1iüos se traspor-
«tarán fuera de la comarca y se cuidará de su su b-
« sistencia con el esmero dehido á la humanidad.»
Se les encargaba tanlbien á los generales y rqwe-
sentantes que hiciesen provisiones al rededor del
Vendée para grandes masas de tropas, é inmedia-
tanlente despues hacer una leva en los departa-
mentos inmediatos, no gradual como en los de-
mas de Francia, sino repentina y general amonto-
nando toda la pohlacion. Hasta la cleccion de los
sujetos correspondia á la naturaleza de tales 111C-
didas , porque ya heluos visto como Bi ron, Ber-
thier, LUenou y Westermann se hallalxll1 compro-
metidos y aun destituidos por habel' defendido el
sistema de la disciplina, y á Rosjgnol , qne cra in-
fractor de ella, sacado de la careel por los agentes
del ministerio. El triunfo del sistelna jacobino era
conlpleto, COlUO que Rosignol de simple gefe de
hatallon, fué nOlubrado de un golpe general en
gefe del ejército de las costas de la Hochcla. Hon-
sin, que era el corifeo de los agentes del n1inistc~




CONVE~CION N.\CIO~At (~t 7H3). 51
río que llevaron al Vendée todas las pasiones ja-
cobinicas , sosteniendo que no se necesitahan ge-
nerales CSpel'iIlH~lllatlos sino francos repuhlicanos;
que no con venia una guerra regular sino estenui-
nadora, que todos los hornbres de la llueva leva
eran sohlados y que todo soldado podia ser gene-
ral, ese Ronsin fue 1l0lnbrado en cuatro dias ca-
pitan, gefe de escuadro n ,general de hrigada yad-
junto de Hosignol con todas las facultades del mis-
1110 luinistro para presidir ú la ~jecucion de aquel
nuevo sistema de guerra. Al luismo tiempo se
mandó quc la guarn~cion de Mah'tlllCia pasase ca
l)osta desde el Rhin al Vendée, y era tan grande
la desconfianza, que los generales de aquella va-
liente gual'uicion habian sido arrestad03 por ha-
ber capitulado. Por fortuna que el animoso Merlin
á quien siempre escuchaban con la consideracion
debida ú un carácter heroico, tOlllÓ la defensa del
celo y del valor, y esto fue lo que hizo que Klé-
ber y Auber-Duhayet fuesen I'cstituidos ú sus sol-
dados que querian libertarlos ;t viva ftlerza y rnar-
dlaron al V cndée ,donde ú fuerza de habilidad
(lehian reparar los desastres causados por los agen-
tes del lninisterio. Es una verdad que no pode-
lllOS menos de repetir sienlpre , la pasion no es
nunca prudente ni ilustrada, pero ella sola es
(luien puede salvar á los pueblos en los grandes es-
trel110S. El 110luhratniento de Rosignol era una osa-




Ia;VOLUCIO~ FRANCESA.


día estraorc.linaria, pero anunciaba una resolucion
irrevocable que no permitia ya medidas medias
en aquella funesta guerra del Vendée y obligaba
á todas las administraciones locales que aun esta~
ban dudosas á pronunciarse. Aquellos jacohinos
fogosos esparcidos por los ejércitos les alborota-
ban y perturhahan á menudo, pero tambien les
comunicaban aquella energia de resolucion, sin
la cual no hubiera habido ni armamento, ni pro~
yisiones, ni recursos de ninguna especie. * Eran
inicuamente injustos con los generales pero no
pernlitian que ninguno de ellos dudase ni condes~
cendiese un punto. Ya veremos bien pronto com-


lO Lo que parece una resolucion irt'evocable , un parti pris
en el autor de esta historia es defender paradojas y aun in-
ventarlas para tener la satisfaccion de esplicarlas con otras
nuevas. El nombr~lnliento de Ronsin y de Rosignol fue uno de
los mas grandes desaciertos de los ministros Pache y Bouchotte
y una de las call~as prillcipales que prolongaron é hicier.m
tan sangrienta la guerra del Vendée, la cual huhiera sido
etel'na y habria tal vez dado al traste con la república, si su
gobierno no huLiera salido de las manos de los jacobinos. A
estos, esto es , á la pa~ion brutal é irreflexiva, se (deben casi
todos los desastres y todos los errores que se padecieron en
Francia en aquella época, y 'lue á tanta costa IJudieron re-
mediar los valien tes y generosos ~migos de la libertad, que
por fortuna no eran jacobinos. Véanse las notas de sodos los
persona¡;es que figuraron en la guerra del Vend(~e


(N. del T.)




CONVENCION NACIONAL (1793). 53
)Jillarse su frenético ardor con la prudencia de
otros hombres mas serenos y producir los mas
grandes y felices resultados.


Aquel general Kilmaine que habia hecho la be-
lla retirada que salvó al ejército del Norte fue
reenlplazado inmediatamente por Houchard , an-
tiguo general del ejército del Mosella , el cual go-
zaba de una gran reputacion de valor y de celo.
Tambien se hicieron algunas llludanzas en la co-
mision de salud pública, habiendo dado su dinli-
sion Thuriot y Gasparin por causa de enfermedad.
El uno de ellos fue reemplazado por Rohespierre!,
que al fin tuvo entrada en el gobierno, y cuyo in-
nlenso poder fue reconocido y ¡aguantado por la
convencion ,que hasta entonces no habia querido
nombrarle para ninguna comisiono El otro tuvo
por suceSOl' al célebre Carnot 3 que hahiendo si-
do enviado anteriornlente al ejército del Norte
habia dado de sí una idea ventajosísima como nli-
litar sabio y muy diestro.


Aiiadiéronse á estas resoluciones administrati-
vas y militares otras que llamarenl0s de vengan-
za, segun la costumhre de hacer que se :siguiesen
á los actos de energia otros actos :de crueldad. Ya
hemos visto como á peticion de los enviados de
las asalnbleas prilllal'ias se habia resuelto una ley
contra los sospechosos, pero aun faltaha preselltar
el proyecto y uo S~ pasi::ha rlia sin que se recor-




fIase j porque decían (Iue 110 era bastante con el
decreto de 27 de marzO' (Iue pO'nia á lO's aristO'crú-
tas fuera de la ley. Este decretO' exigia el requisi-
tO' de un juiciO' , y lO' que se deseaba era pO'der
encerrar á lO's tenidO's pO'r sO'spechosO's sin fO'rma
de prO'cesO' ni O'tra fO'rmalidad mas que el recO'nO'-
cimientO' de la identidad de la persO'na , y mien-
tras tantO' que salia el decretO' se decidió cO'nfiscar
en beneficiO' de la república IO's hienes de tO'dO's
JO's que estaban fuera de la ley. TO'davia fuerO'n
mas severas las dispO'siciO'nes que se tO'marO'n cO'n-
tra IO's estrangeros, á quienes se había puestO' ya
hajO' la vigilancia de las cO'misiO'nes llatna(las re-
voluciO'narias , perO' tO'davia se pretendia muchO'
mas, pO'rque tO'dO' el mundO' estaha preO'cupado
con la idea de una conspiracion estrangera, á
('uva fi'cnte supO'nÍan á Vitt. Dió la casualidad de
haberse encontrado una cartera en las nlurallas
de una de nuestras ciudades fronterizas, en la
(na} hahia unas ca:rtas escl'itas en ingles y dirigi-
das pO'r unos at~entes 1 ngleses ú otros que estaban
en Frallcia. Se hablaba en ('llas de sumas cO'nsi-
derables enviadas pOL' agcn tes secretO's Ú nuestrO's
campatTlcntO':" Ú las plazas fuertes y á las ciudades
pl'i nei pales, y se les encargaba á unO's que prO'-
('nl'a:'Í(~n ponerse en rclacion con los generales pa-
ra s(~d uu dos } q 11(' tomase u lwtic!as exactas de
illt('stnt>; fucrza~ '; pLvac.; y pUl" ¡ÚtilH':' ; Ú otl'O~ se




CONVEXCfON NACIOXAL (1193). .JJ
les encoJncnllaha quc procurascn introducirse en
los arscnalcs y alJnacenes con mcchas fosforicas pa-
ra incendiarlos. ( Procurad, dccian estas cartas, al-
« zar el calnhio hasta doscientos francos por cada
«libra esterlina. Es preciso desacreditar cuanto se
({ pueda los asignados, y reusar todos los que no
« tengan la efigie real. Haced que suba el precio
« de todos los géneros, y dad órdenes á vuestros
« mercaderes para que acaparen todos los ohjetos
«de primera necesidad. Si podeis persuadir á
« Cott ...... y <Iue cOlnpre sevo y velas á cualquier
« precio, hacédsclo pagar al público hasta cinco
«,francos la libr3. Milord está lllUy satisfecho) del
« modo con que se ha manejado B. T. Z., y espera-
(í 1110S que los asesinatos se ejecularún con pruden-
« cia , siendo los 111aS apl'opósito para esta opera-
« CiOll los clérigos disfrazados y las mug'eres. })


Lo único que probaban estas cartas es que la
] ll~1alcl'ra tenia al!!'unos eSI)ias militares en nues-


,-' l......1


tros ejú'citos , y algunos agentes en nuestras pla-
zas de cOlllercio , encargados de agraval' los apu-
ros de la escasez, y tal vez algunos se hacian pa-
gal' dinero hajo pl'clcsto de COlneter algunos ase-
si natos. Pero fuet'a de lo poco te111ibles que son
semejantes Inedios, había tanlbíen sin duda la
exajeracion propia de todos los empleados en esta
clase tic maniobras. V cnlad es que se .habian no-
tado algunos incendios cn DOllay ,en Yalencien-




56 R.EVOLUCJON FRANCESA.
nes, en la f.'Íbrica de velamen de Lorient, en Bayo-
na y en los parques de al~tillel'ia que hay cerca de
Chemillé y en Saumur. Tambien es posible que
los tale5 agentes fuesen los autores de tales incen-
dios; pero ciertamente no fuel~on ellos los que
asestaron el puñal de Paris contra Lepelletier, ni
el de Carlota Corday contra :Marat;.y si elnplea-
han el agio en el papel estrangero y los asigna-
dos, ó cOlnprahan algunas mercancias, nle-
diante los créditos que Piu les tenia abiertos en
Londres, todo ello no tenia mas que un influjo
muy corto en nuestra situacion económica y co-
Inercial, que ciertamente provenía de otras cau-
sas rnayores y nlas generales que aquellas viles in-
trigas. l\Jas como las tales cartas concurrían con al-
gunos incendios, con dos asesinatos y eon el agio
que se estaba haciendo con papel estrangero , es--
citaron una indignacion universal. La convencion
denunció por un decreto de primero de agosto el
gobierno ingles á todos los pueblos de Europa, y
declaró á Pitt enemigo del género humano, man-
dando allnismo tielnpo que todos los estrangeros
domiciliados en Francia desde el 14 de julio 1789·
fuesen illmediataluente arrestados.


Ultinlalnente se mandó tenninar inmediatamen-
te el proceso de Custine y formar causa á Biron y
Lamarche. Se dió órden par:! apresurar al mismo
tiempo la acusacion de los girondinos , y se pl'C-




CONVENCION NACIONAL (1793). 57
vino al tribunal revolucionario que en el término
el mas breve posible concluyese su proceso, y úl-
timamente se estendió la cólera sobre los restos
de los Borbones, y sobre :aquella desgraciada fa-
milia que estaba llorando en el Temple la muerte
del último rey. Se decretó que todos los Borbo--
nes que habia en Francia fuesen depOl'tados , es-
cepto aquellos que estaban bajo la cuchilla de la
ley; que al duque de Orleans , á quien habian lle-
vado á l\farsella en el mes de mayo, se le tt'asla-
das e á Paris para cOlnparecer ante el tribunal re-
volucionario , debiendo su muerte servir de res-
puesta á los que acusaban á la Montaña de que
queria conferirle la corona. La desgraciada Maria
Antoneta , á pesar de su sexo fue destinada como
su esposo al cadalso, porque pasaba por ser la
instigadora de todas las conspit'aciones de la an-
tigua corte, y era tenida por n1ucho Inas culpable
que Luis XVI. Sobre todo tenia la desgracia de ser
hija del Austria, cuya potencia era entonces la
mas telnible de todos los ellemigos de l~ repúbli-
ca , y segun la costumbre de desafiar con mas au-
dacia al mas peligroso, se quiso eleg'ir el momen-
to en que los (~jércitos imperiales avanzaban sobre
nuestro territorio para derribar la cabeza de Ma-
ria Antoneta. La trasladaron pues á la consel'gel'ia
para juzgarla por el tribullal revolucionario, co-
1110 si fuese una acusada vulgar; y d.etu vieron la




58- REVOLUCION FRANCESA.
marcha de la princesa Isabel para que depusiese
contra su herlnana. Los dosniIlOs debian ser cdu~
cados y mantenidos por la república, la cual juz-
garia, cuando llegase la paz, lo que convinicse ha-
cer con ellos. Hasta entonces los gastos del Tem-
ple se hahian hecho con cierta suntuosidad que
en algun modo recordaha el rango de la familia
prisionera, pero- en adelante se mandó reducir á
lo estrictamente necesario. Ultimanlcnte, para con-
sumar todos aquellos actos de venganza reyolucio-
naria , se decretó la destruccion de los sepulcros
reales de San Dionisio.


A esto se reduiCl~on las medidas que el inlni-
nente peligro del mes de agosto 1793 provocaron
para la defensa y venganza de la rcvolucioIL




N01'AS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO PRDIERO.


PAGINA 11.


1 El general IG/maine habia sido capilan de húsares
de Lallzlln. Era uatlll'al (le Irlanda, de l~llllilia noble y
entró desde Illuy nillo al sel'yicio de lirancia. Siguió á
BiI'OH y Lal~lyettc en la cspedicion de Améríea y se dis--
tinguió mucho en aquella guena. La reyolucion le pl'O-
pOl'cionó luego muchas ocasiones en que llamar la álen-
don por su ,-alor y ascender á los pl'imeros grados. Es-
tuvo empleado en los Cjél'citos de A.l'den:ls y del Norte,
pero dcspues de este suceso del campo de Césal', empe-
zaron contra (q las mismas l'idíeulas denuncias que con tea
lodos los g'C'lIcl'ales y 110 solo le uestituyeI'on del malldo,
sino que le lmil'l'ou pecso durante JS meses, hasta que
recobró la libel'l~HI de resultas del !hle thcrmidor. Se de-
claró parti(la¡'io de la cOllyeneion en la reyuelta de las sec-
dones el allO "17m> y en seguida pasó á Italia ú recoger
nuevos lalll'eles en las llanuras de Castic'lione y de Mall-


() "


tna. Pero habiéndose pensado en hacer un desembarco
en Irlanda, ,-ohiú á P:ll'is y le nombral'on general en gc-
fe del (ljt'~I'eilO de 11lglatCl'l'a, que aceptó con el ánimo dc
dar la indr'p(llHlclIcia ú su patria. p(~l'O no habiéndose ye-
ri{]cado el }>l'OyeclO, ohtllYO eH 1798 uu mando en el in-
tedo!'. Despnf's pasó ú Holanda y últimamente á lIeIYe-
cia donde tUYO el mando en gcfe, que no tardó en ceuer
Ú j)Iass{~na, y Hlclto ú París, murió allí el Hi de diciem-
hre 17DD.
PAGI~A 20.


2 }<'l'allcisco Jayier A udoin nació en Limogcs el ,18
de abril '1766, lllYO diferelltes empleos púhlicos y fué




60 NOTAS
miembro de la sociedad libre de altes y bellas letl':ls.
Al principio de la revolucion era vícario de la parroquia
de S. Eustaquio de París, y en 1792 electol' y comisa-
rio de escrutinio de la municipalidad. Cuando pl'illcipia-
ron los alborotos en el Vendée , le enviaron alli de co-
misionado del poder ejecuthTo y trajo algunos docume n-
tos sobre las causas y medios de la insul'l'eccion que se
preparaba. En enero de 93 se casó con la hija de Pache,
que era entonces ministro de la guel'ra y le nombró se-
cretario general. Despues su sucesor Buchotte le nombró
adjunto suyo. En setiembre de aquel aflO se quejó á los
jacobinos de que habiéndose puesto el terl'Ol' á la órden
del dia solo subsistia el agiotage. Este fue el que propu-
so en nombre de la misma sociedad que los jurados del
tribunal revolucionario pudiesen COl'tal' los debates, con
solo declal'ar que estaban suficientemente illstl'Uidos , lo
cual se decl'etó asÍ. Asi pasó todo el tiempo que dul'ó el
terror pero en el año de 93 le denunció Bourdon del
Oisa como uno de los cómpliccs del gobicl'no revolucio-
nario y salió nn decrelo para que le llevasen al tribunal
de Eure y Loira, juntamente con Pache, Buchotte y otros
ú quienes se caliticaba de bandidos y de monstl'uoS , de
que debia purgarse cl suelo de la república. Pel'O no tar-
daron en ser puestos en libertad y el gobicl'l1o del direc-
torio le encargó á Audoin que escribicra la historia de la
guerra. En febrero de 96 entró en la cofradia de escrito-
res periodistas publicando por cuadernos una obra polé-
mica intitulada El Publicista Filantrópico, en que comba-
tia muchas veces á los jacolJinos, cosa que admiró lllueho.
El periódico no pl'Ospel'ó y clltonees sc hizo abogado de-
fensor en el consejo ó comision de pI'esos , y últimamen-
te llegó á ser juez del tribunal de casacion. De resultas de
]a l'evolucion del 18 debrumal'io le pnsiel'On cn lista pal'a
SCl' deportado, pero habiéndole rcdamado el tl'ibunal de
casacion SR le bol'l'ó de ella y el primel' consul le Bombeó
secretario general d;) la prefectura del departamento de
montes y plantíos, en cuyo destino mUl'ió.


Ha dejado escritos al~'lllloS opúsculos, lIlIO dI' ('lIos in-




DEI. TRADUCTOR. 61
titulado Aviso al clero, una Oracion fúnebre de illirabean,
pronunciada en el campo de Marte, Lo 'interior de las cár-
celes y una lVoticia de los generales 111eunier y Dugomier.


PAGINA 55.


:5 Lázaro Nicolas Margarita Carnot nació el 15 de
mayo f 7))3 cn Notay, departamento de la Costa de 01'0.
Su padre que era un abogado de mérito, pero pobre y
con nada menos que 18 hijos, se encargó de darle por
si mismo la primera educadoll. Despues le envió al co-
legio de Áutun y luego al seminario de aquella ciudad
con intencion de que fuera clél'igo , pero fue talla incli-
nacion que manifestó al estudio de las ciencias abstl'ac-
tas y á la carrera milital' , que HO pudo menos de enyial'-
le á Paris á una de las escuelas especiales establecidas
para la instruceion de los jóvenes que se dedicasen á in-
geniel'os, artilleros ó marinos. Pasó Carnot este novicia-
do milital' entrc dos estudios que pal'ccen bastante
{)pueSlOs y fueron las matemúticas y la teologia, lo cual
no le impidió scr admitido, despues de un exámen bri-
liante, á la cscuela de J\Ietz, donde estuvo dos años es-
tudiando el arte de la fortitleacion v asistiendo al curso


- 01


de física, química y matemáticas sublimes que esplicaba
el célcl)l'e J\Ionge. No tal'dal'On en enviarle á Calais, co-
mo segunda escuela práctica para continuar los tl'abajos
militares hi(Ü'áulicos de aquella importante plaza. Alli dió
desde muy jóven indicios de aquella índependencia de
pensamiento que tanto le distinguió dm'ante su vida,
apart:lllllole de la l'utina é inclinándole á la perfeccion,
pues con no poco escúndalo de sus gefes sentó la propo-
sieion d~ que en el sistema de Vauban habia llegado á
ser tan superior el de ataque (le las plazas al de su de-
fensa, que á mellOS de circunstancias estraordinarias,
se podia calcular anticipadamente la caida inevitable de
la mas fuerte que hubiera en cualquiera paI'te. Él era de
pensar que la defensa puede y debe adquil'Íl' mayor pre-
ponderancia que el ataque y sobre todo mas de lo que




NOTAS


:ldclantan los df~scubl'imientos de :H{ucl grande hOllllm~.
En medio de eso, el primer pl'incipio de la reputacion de
Carnot fue el Elogio de Va lIban , premiado por la acade-
mia de DijOll, y grandem('nte aplaudido pOI' HurTan y por
el príncipe Enrique de Pl'usía, el cual le hizo grandes
ofertas si queda pasa!' al senicio de Federico el Gl'ande,
cosa que reusó pOI' amor Ú su patria.


Era ya capitan de ingenieros cuando principió la re"o-
lucían y aunque por su continua aplicaeion al estudio no
hubiese tenido tiempo de foemal'se ninglln sistema polí-
tico, abrazó con ardor las ideas de la asamhlea consti-
tuyente, y cuando despues le eligiel'on para la legisla-
ti-va se mostró muy decidido ú sost('ncl' la cOllstiluciol1.
Pero no era Cal'n~t lIomb['e para tl'atal' de (lcrel1d(~da pOI'
otros medios que los que dictan la razon y la t¡l'lll('za en
su convencimiento, )' asi no se oyó jamas hablar de él
en ninguna de las conmociones del 20 de junio, 10 de
:lgosto ni en ningun otro movimiento POPUlal'. Su políti-
ca consistia 110 en destmil' un gohicrno estahlecido sino
en intelltar todos los medios de consonade :lllte3 dc CIl-
sayal' otro nuevo. Eu aquella asamblea tllYO diferentes
ocasiones de dar pruebas tic sus cOlloL:imicntos milital'ps
y mostrar lo que debia ser en adelante. Despnes de la
tleposicion del rey fue uno de los doce miembros de la
asamblea á quienes se cncargó el informe de las mrditl:1~
que eAijian las circunst~lllcias y apcllas se evacuó, le drs-
tinaron al ejército del llhin á rccibil' el jlll':1mento de fi-
delidad ú los decretos de la asamhlea. Nunea quiso sr~'
miembro de la sociedad de jacolJillO:'; :'t pes:H' d(· las mu-
chas inst:Hlcias que le hieicl'oll, porque ('11 prime(' luga!'
queria consenal' su inJependencia y cn seS'llIHl0 no cre-
yó jamas que sinic3e para nada hueno aq ucUa In lallC;l
popular, y ú fe que no le faltaba razono


Despncs de concluida la legislativa quiso retirarse Ú Sil
casa, pero se halló con el nomhl'amiento del depananH'll-
to del Paso de Calaís pal'a miembro de la ('OllYCIlCioll , y
tUYO que enfangarse mas que nunca CH la peligrosa ca/'-
l'era de la-política. Como e11 el resto de esta obra se 1Ia-




HEL TllADt:CrOR. 6:1
l)Iarú rcpetidas yeces de Carnot y de sus planes mi-
litares, nosotros nos limit:u'emos en esta nota á tocar li-
geramente solo lo que le es personal y le dió títulos á la
gloria de que goza. Apenas se reunió la convencion , le
envió esta de comisionado al ej(~l'cito de los Pirincos que
estaba en el mayor desorden y preparó COIl sus dos có-
legas las Yenl:1jas que despncs consignio sobre el gobier-
no espailol. De vuelta á Pal'is fue uno de los que vota-
ron la muerte de Luis XYi y dice eH sus memorias qzw
jamas voto algullo lIabia costado tanto lÍ sn cora=on. Asi
seria, pero pOl' lllas inclinados que nos hallemos á res-
petar las com'icciones política3, si(;mpl'e nos parecerá
esta una mancha i:HlelelJle en la memoria de Ca~'not por
lo mismo qne su cal':\clcr era tan entero y su razon tan
ilustrada. Pasó inmediatamente dcspues al ejército del
Norte, donde se le debió la toma de Furnes que prepa-
ró la "íetoría de llondschoote en que estuvo para ser
prisionero el duqne de York con todo su ejército. Con
esta batalla principió aquella campaña de 17 meses que
no fue lllas que ulla s(;l'Íe de "ictorÍas para los ejércitos
franceses y de las cuales se le dehe mucha parte á Cal'-
nol. Pero donde tomó su car:tcter mayor enel'gia fue en
la comision de salud púhlica porque desde ella organizó
la "ictoría y llegó {t Sf'1' su voluntad ulla potencia, p01'-
{'JIle t'll efecto sus órdenes eran dictadas por la prnision
y el ingenio, pndif'ndo decirse lle d, que era el alma de
los ti, ejt\reitos de la república.


Cuando oClll'l'ió la l'C'aeeion thermidoriana fué Carnot
acusado como todos los que habian sido miembros de la
comisioll de ~alud púhlica poI' una especie de loco llama-
do Leeointre el de Versallcs (v. su nota) y no puede disi-
mnlarse que en aquel proceso desmintió notablcmanle
la decantada lIl'llH'za de su carácter, pues en lugar de
confesar francamente que las severas ejecuciones que lw-
hia firmado eran un efecto necesario de la peligrosa si-
tuacion de la l'('púhlica, tUYO la debilidad de echar la
cnlpa d<.' ellas al ya finado Hohespiene , y esta es otra
mancha de que di11cillllcntc le layarú la hi~tol'ia, Pero esta




XOTAS


causa no t.lIYO consecuencias y algo IBas adelante entl'ú
('11 el dil'C'ctorio cjecutiyo por el yoto de la COllyencioll y
tambien se le confió en él la o.ireccion o.e los negocios lUi-
litares, que condujo eOll su acostumbrada habilidad.
Aunque realmente fue Barrús quien promoyió la cal'l'e¡'a
de Bonaparte, Carnot habia adivinado en él las calidades
de tan gran capitan, asi como este concibió lo mucho que
valia el antiguo miembro o.e la comision de sainO. pú-
hlica. Pero la guerra de Austria pal'ece que dió origen á
las disensiones que oCUlTiOl'on entl'e Cal'1lot y sus cóle-
gas en el directorio, los cuales se empeñahan en conti-
nuarla , mientms que él era de parecel' que se hiciese la
paz. Fuese este ú otra la causa, lo cier'to es que no solo
se le sacó o.el dil'ectorio sino que se le llegó á pl'Oscl'ibir',
lo cual no contribuyó poco al descréo.ito total de aquel
gobiemo. Entonces se elevó Bonaparte al cousulao.o; y
o.espues o.e haber nomb['ado á Camot inspector de I'C-
,'istas, le confió el ministerio o.e la guerra y en él con-
tl'ilmyó eficazmente á los buenos r(~sllltados de las eam-
pailas o.e Italia y del Rhin.


Mas en medio ue sus inumerahles ocupaciones eneon-
tró tiempo para escI'Íbir dos oL)I'as e\~lsicas que fuer'on la
geOlnetria de posicion y la correlacion de las figuras de geo-
metría. Dícese que los proyectos polít.icos de BonapaI'te
decidieron á Camot á dejar el ministcl'io y asi debe de ser'
cuando le yemos pl'Otestal' abiertamente contra su el~va­
cion al imperio. De resultas de esta pl'otesta se retir'ó ú su
casa y se entrcgó enteramente á la educacion de sus hi-
jos y al estudio o.e las ciencias. El cmpel'adol' que no po-
dia oh'idm' sus servicios le señaló uua pCllsiou oc diez mil
francos y el Instituto le recibió entl'e sus mieml)l'os. En-
tonces publicó á instancias dd empCl'adOl' , SLl famoso
Tratado de la defensa de las plazas fuertes. A los pocos
dias tuvo una conversacion particular con el, que, segun
cuentan, se terminó por estas palabras: ce Ú Dios S 610 l'
« Carnot, cnanto Vm. quiera, cuanuo Ym. quiera y como
« Vm, quiera » ; pero CarnoL no pidi ó nada.


Es bien sabido que cuando !legaron las <1('I'I'ota8 dl'l




J>EL Tlum:crOIt.


imperio Camol ot'l'pció sus sel'\'idos al cmpcradol', que le
confió Ja defensa de Ambercs. Tampoco se ignora la ge--
lleras:! I'cspuesta qun <lió al general Bulo"\\' que qlwria
llevarle al scnicio de Rusia, ni sus recl'imillaeione~ con-
tl'a BCI'll:ulotte que int(~lltaba h:tcel'lc cómplice de su ver-
gonzosa defeccioll. Toda csta (~poca de la vida de Carnot
es un modelo de constancia, honradez y ycniadf'I'o pa-
triotismo. Los habitantcs de Ambrres penetr<lflos df; gra-
titud á su defensa\' fueron ú darle gracias casi, todos en
masa y en pal'ticulal' los dos :ll'l'abales á ql1i(~nes hahia
salvado pOI' su pmdencia.


Su ministerio ele los cien dias fué un vf'l'dadpro sacri-
ficio que hizo :l las desgl'acias que de nuevo amenazaban
á su patl'ia y una ocasioil qne :tproH~chó p:tl'a dedl' n~l'·­
dades útiles al emppl'adol'. Mas to(lo ('stc heroismo que
debía haberle preservado de las ·venganzas fue causa de
que ú él solo entre todos los ministros que habían sido
del emperador se le cOlldenas(~ ú destiel'l'o el ~4 de julio
l8J 3. Salió de l"l'aneia el illls!;'e destcl'Iado y así en Po-
lonia como CII Hnsia se le hi{:icron las llIas sedllclol'3S
ofel'tas pal':\ que tomase servido , quc l'eusó como habia
hecho con las alllí~I'ior('s , contentúndosf con recibi.'
muestras del mas alto aprecio ('11 todas pai'tes donde es-
tuvó. Murió en Magdrhul'go el 2 de agosto 1825 con la
sel'enidad de un sabio, lIe"ándose con sigo la admiracion
.de la EUl'Opa y el p(~sal' de todos los htlf'no~ FI'alH'f'Se~.








'#).~.:.): . ' ...... \ . .. Y-"o."". , ~ ,,1,\
~t,


¡l




CONVENC10N NAClONAL (J 7'93" 67


CAPITULO SEGUNnO.


~rovimicnto oc los eY'I'Cit(lS t'tI ilr;(I"Lo 'Y seticmbt,(> 179'~. -
T,'airion de Tololl ql1e se' eutre~¡', á los [lIgleses.- DcrroL~
UC 4o,o()o homhrcs del Vcnol~c cn I~lIZ011. Plan gcncr:d de
campaña contra el Vendéc. Discnsiones de Jos gCllcl'aJes r(~­
publiranos SObl'C este teatro de la' guerl'a.- Operaciones
militares en el norte. Sitio de Dunkcl'quc POl' el Duque
de Yorlc-Victoria de Hondtschootte. Gozo cstl'aordinario
que oca~iona en Francia.- Nuevos l'eveses. Derrota en
Menin, en PirmasclIs, en Papiñan, y en TorSOll en el
VClldée. Retirada de Canclaux sobee Nalltes.-.\laques cou-
t/'a la comision de salud pública.- E-;tablecimicnto del go-
bienw revolaciollario.- Dccl'eto que organiza uu ejército
revolucionario de 6000 hombl'es.- Ley contra los sos pe-
chosos.- Concentraríon del poder dictatorial en la COIll Í-
siou de salud pública.- Proceso de Custillc, su condena-
cíon y suplicio,- Decrcto de acusacion contra lo~ gil'ondi-
ROS, alTcstll de 7~ miemhro!) <1(> b convencion.


Despues de la retirada de los Franceses desde
el campo de Cesat' al de Gavarella hubiera n de-
bido los coligados perseguir á un ejército d esmo-
ralizado que no habia tenido mas que desgracias
desde que se ah rió la campaila. Efcctivalnente des-
de el1 O d~ marzo habia sido Latido en Aquisgran




68 HE\'OLt t:WN FrtA~Cf.SA.
:v ('H ~erwilltle , hahia penlí(lo la Flandes 1101al1~
dpsa., la Bélg'ica., los campamentos de Famal's y de
Cesar., las plazas de; Condé y de Valencienes. Uno
de sus gencl'alcs se habia pasado al eneuligo y otro
habia sido rlluerto ., de lllOdo que desde la batalla
de .JemnlapeS., todo había !'ído retiradas, IllUy
meritorias sin duda,mas poco á propósito para ani-
mar á los soldados. Pero sin ocul'rirles siquiera una
rnarcha atrevida y directa sobre Paris, hubieran
podido los aliados aniquilar' aquel cuadro de ejér-
cito., y entonces estaba en su nlano tomal' cuan-
tas plazas conviniesen á su egoismo. Mas apenas
fue ocupada Valenciennes ., cuando los Ingleses exi ..
jieron el sitio de Dunkerquc, en virtud de los
convenios hechos en Amberes. Mientras que el
príncipe de Cohourg pennaneciendo en las inme ..
diaciones de Hel'us, entt'e el Escarpa y el Escalda
creia ocupar á los Franceses y ~tomarles á Ques-
noy, 'emprendió el duque de York su marcha
con el ejército ingles y hanoveriano por Orchies ,
Menin, Dixnulde ¡y Turnes para establecerse de-
lante de Dunkerque, entre Langmoor y el llIar;
tle suerte que estos dos sitios que aun habia que
hacer nos daban algunas treguas. Se habia en via-
do al genel'al Houchard á Gavarella, y estaba reu-
niendo á toda prisa todas las fuerzas disponibles
para ir al socorro de Dunkerque. Las razones que
hacian considerar á Dunkerque como el punto mas




(;(}:VVENCION NACIOI'UJ. (t793). 69
importante de todo el teatro de la guerra, consis-
tían en impedil' que los Ingleses ocupasen un
puerto mas en el continente, inutilizar uno de sus
ejército5, y arrebatarles el fruto principal que se
habian propuesto en aquella g'uerra, dando al
mismo tiempo nuevas armas á la oposicion ingle-
sa contra Pitt. ({ Ahi esta la salvacion de la repú-
hlica, » le escri bia ú Houchard la comision de sa-
lud pública, y conociendo perfectamente Carnot
que eran inutiles las tropas reunidas entre la fron-
tera del norte y la del Rhin, es decir las del l\'Io-
sella, hizo que se decidiera sacar un refuel'zo de
aquel punto para enviarle á Flandes. En estos pre-
parativos se pasaron veinte ó veinte y cinco dias,
cuya tardanza era lllUY natul'al en los F¡'anceses
~ ~


que tenian que reunir sus tropas °de gl'andes dis-
tancias, pero es jn(~oncevible de parte de los
Ingleses, que no tenian lnas que cuatro ó cinco
marchas que hacel' para estar delante de los nlU-
ros de nunkerque~


Dejamos á nuestl'os dos ejércitos del Mosella y
del Rhin haciendo lo posihle, aunque ya demasia-
do tarde, por adelantarse hacia Maguncia, sin po-
der impedir la toma de aquella plaza. Despues se
habian replegado sohre Saarbruck, Hornhach y
Wissemboul'go; pero no podemos dispensarnos
de dar una idea (lel teatro dp la guerra para que
pueda pi lect.or compt'pn({PI' t.odos ('~tos nHwimien-


.~. --- .


. :~~!.to •
'Ó'


...-


- >:




'H, RE\OU:UOl\ fllANtESÁ'.
loS. Es hastanle ~inhtllal' (·1 limite de la ji'oniera'
fí'ance~a por el Norle y por el Este, pOl'tIue el .Es-
calda, el Mosa, el Mosclla, la cordillera de los Vos-
gos y el Rhin, <.:Ol'l'cn ha<.:ia· el nOl'te formando
lineas <.:asi pa.ralelas. Cuando el Rhin lleg'a á la
cordineL~a de los Vosgos, tucrce de repente y deja
de scguir paralelanlente par aquellas- lineas y las
lcnnina cortando la cordillera de los Vosgos y re-
4~ibicndo las aguas del Mosella y (lel Mo-su. POl' en-
tre el Escalda v el Mosa habian avanzado los


,!


coligados en la fi'ont.cl'a del NOl'le ; pel'O uo ha-
.hian hecho progresos entre el Mosa y ell\Iosella "}
á causa de que el destacamento qne hahian deja-
do entl'c Luxc¡nhul'go ! TrévCl'ÍS no habia podido-
inten tal' ('o~a tlp provecho; i)-ero podían ,alclan-
tal' luncho lnas entre el Mosella j los Vosgos y el
RllÍn.. Ya di i ímo:-\ ('OU10 se habi-an siluado en la


)


(·ol't.liílel'a de los Yo:-;gos palte sobre la vet,tiente
oriental y pat'l(' ~;oIH'C la. occidcntal; y asi era muy
~ellci Ho , COIUO ya insinuaIllos, el plan que tc-
nian .quc sc~:uil'. Considerando la einla de los
Vosg-o., ('¡¡al si f¡¡rs(' un rio CUj'Oi pasos fuese
necesario OLT!.p;lI', pudían dirigir las masas so-
bre ulla d{· la~ orilla:) ,anonallar al enclnigo en
dla ~. despucs pasar á la otra. Pero ni los Fran-
(:escs, ili los col i~ados hahian pensado en ello, si-
no que desde J.a toma de Ma~nnlcia se estahan los
Pl'U);iallOS en la Elida occidental) haciendo cara al





CONVBNCION NACIONAL. (1793). 7f


ejército del Rhin. Nosotros nos habiamos retirado
á las fanlosas líneas de Wissemburgo, y el ejército'
del Mosella, en número de 20,000 hombres esta,ba
apostado en Saarbuck á orillas del Sarra; el cuer-
po de los Vosgos, que constaba de' 12,000 hOln.,...
hres se hallaba en Hornbach y en Kettrick, comu-
nicándose por su estrema izquierda con el ejército.
del Rhin por las Inontaiias. El ejército' del Rhin
compuesto de 20,000 hombres, conservaba las ori ..
llas del Lauter desde 'Vissemburgo á Lauterburgo,
Las líneas de 'Vissernburgo son las siguientes: cor-
re el rio Sarra desde los ,Vosgos al l\losella, el Lau-
t-er desde los Vosgos hasta. el Rhin, y ambos forman
una sola linea que corta casi perpendicularmente'
ellUosella , los Vosgos y el Rhin. En ocupando á
Saarhruck, Hornhach, Kettrick, Wisselnburgo y
Lauterburgo se hace uno dueilO de ella y esto es
pl'ecisamente lo que habiamos ejecutado sin tener
mas que sesenta Inil hOlnbres en toda aquella fL'on-
tera, por que habia sido indispensable llevar so-
corros á Houchard. Dos Dieses habian tardado los,
Prusianos en acercarse á nosotros y al fin vinieron
á Pirmasens, reforzados con 40,000 hombres que
a-cahahan de terrninar el sitio de Maguncia, y hu-
hieran podido, reuniéndose con los Austriacos con-
cluir con nosotros en cualquiera de las dos vertien-
tes; pero por fortuna reinaba todavia alguna des-
union entre la Pnlsia y el Austria de resultas de la




72 ItE \"OLUCION P'n:AN(~ESA:.
partIclon de la Polonia. t'ederico Guillermo, que
todavia estaba en el campo de los Vosgos no lnos-
traba tanto ardor como 'Vurmser el cual impacien-
te y fogoso á pesar de sus aIlos, todos los l\ias ha-
cia nuevas tentativas contra las líneas de Wissem-
burgo; pero todos aquellos ataques pal'ciales que-
daron sin otro resultado que el de lllatar inútil-
mente lnuchos hombres. A esto se reducía el esta-
do de las cosas en el Rhin, tlul'ante los prinleros
dias del mes de setielnbre.


En ellHediodia se hallaban ya lnas desenvuel-
tos los sucesos, y la larga incertidumbre de los
.Lyoneses se habia tenninado en fin por una resis-
tencia abierta, que hacia inevitable el sitiO' de
aquella ciudad. Ya dijimos que ofrecian SOIl1eter-
se y reconocer la constitucion, pero sin esplicarse
acerca de los decretos en que se les Inandaha que'
enviasen á París á los patriotas que tenían presos,
y disolviesen la nueva autoridad seccionaria. Mas
no tardaron en inft'irgirlos del Inodo mas ruidoso
poniendo en el cadalso á Chalier y á Rianl, ha-
ciendo diarianlente preparativos de-guerra, cogien-
do los caudales de las cajas públicas y deteniendo
los :,convoyes dC::itinados pal'(l los ejércitos. Se
hahian illtl'oducido alli lHUellOS pal'tidal'ios de la
emigl'ucion que les asustaha n en caso tle ser resta-
blecida la autigua 111ullicipalidad lllontañesa, al
paso que les adlllahan con la próxima Hcg-ac.la (1 ~




CON\'ENClON NACIO~AL (t 79:1). 73
Jos Marselleses, que segun decían iban subiendo
por el Ródano ,y con el auxilio de los Piarnonte-
ses, que ihan á desenlbocar de los Alpes con
60,000 hOlnbres. Por l11as que los Lyoneses , como
buenos federalistas, abOlTcciesen igua]nlente á los
estrangeros que á los emigrados, era tal el espanto
que les causahan la Montaña y la antigua nlunici-
palidad, que preferian esponel'se pl'in1ero al peli-
gl'O y la infamia de una alianza estrangera, (Iue á
las venganzas de la convencion.


Se reunen en Lyon el rio Saona, que corre en-
tre el Jura y la costa de Oro, y el Ródano que
viene desde el Valais entt'e el Jura y los Alpes,
hallúndose situada aquella rica ciudad en su pro-
pia confl uencia. SuLiendo el Saona por el lado de
Macon, era todo aquel pais entel'amente republica-
no , y los diputados LapOlte 1 y Reverchond 2 des-
pues de haber reunido algunos lniles de hOlnbres
.:.:on la requisicion , cortaban la comunicacion con
el Jura; 111ientras que Duhois-Cl'ancé con la re-
serva del ejército de Savoya , venia por el lado de
los Alpes y guardaha el curso superior del Róda-
uo. Pero los Lyoneses eran enteralnente dueños del
curso inferior de uquel rio y de su orilla dere~ha
hasta las lllOntaiias de la Auvernia , dominando
en todo el Forez, haciendo fl'ecuentes incul'siones
.Y surtiéndose de arinas en la fábt'ica de San Este-
van. Un ingeniero rnuv hahiJ habia levantado al




REVOLUCION FRANCES.\:.


rededor de la ciudad esccleuLes fortificaciones l'
y un estrangero habia fundido varias piezas de
haluarte. Estaba la poblacion dividida en dos
porciones, de las cuales- los jovenes solteros-
seguian al comandante Precy en sus escursio-
nes, y los hOlllhres casados y padres de fa--
mili a guardahan la ciudad y sus atrincheramien-
tos. En fin el dia 8 de agosto Dubois-Crancé que
habia apaciguado la insurreccion federalista en
Grenoble, se dispuso á l11archar contra Lyon en
cumplimiento del decreto que le Inandaba traer
ú la obediencia aquella ciudad rebelde. Lo mas-
que tenia el ejército de los Al pes serian 25,000
hombres, con los cuales dehia muy pronto verse
precisado á resistir {t los l>ialnonteses, que apro-
vechándose de las calores de agosto iban, á desem-
hocar por la gran cordillera. Adelnas ya hemos
dicho que habia tenido qne debilitarse enviando
un destacamento de refuerzo al ejército de Italia,
y otro para reducil~ á los Marselleses. Los reclutas-
del Pu y de Dome no podian reunirse con él por
estar ocupados en ahogar la insurreccion del Lozé ..
re de que ya dejamos hecha 111encion. ~EI general
Houchard se habia quedado con la legion del Rhin
que estaba destinada á los Alpes, y el Ininisterio
prometia continuaruentc enviar un refuerzo de mil
caballos, aunque 110 parecía ninguno. Sin embar-
go Duhois-Crancé destacó 5000 hombres de tro-




CD~rENCION NACIONAL (J 793). 75
pas regladas, á (1 uienes reunió siete á ocho lni!
1'lOmbres de la nueva requisicion. Con estas fuer-
zas vino á situarse entre el Saona y el Ródano,
ocupando su curso superior á fin de interceptar
las provisiones que llegaban á Lyon por agua, y
conserva!' sus comunicaciones con el ejército de
los Alpes, al paso que cortaba las de los sitiados
con la Suiza y la Savoya. Con tales disposiciones
dejaba siempre {l los Lyoneses dueríos del Forez,
y sobre todo de las ilnportantes alturas de FOUl'-
'Íeres, pero no era posible otra cosa. Lo esencial
era ocupar los tlos rios y cortar á Lyon de la Sui-
za y del I)iamonte. Esperaba ,Dubois-Crancé para
completar el bloqueo las nuevas fuerzas que se lc
habian prometido, y el material tIc sitio que tenia
preci~ion de sacal'de nuestras plazas de los Alpes,
cuyo tl'asporte exigia el servicio de 5000 caballos.
I~l dia 8 de agosto intinlú Ú la ciudad que se


rindiera, imponiéndola por condiciones el desar-
lne general de totlos los ciudadanos, que se retirase
cada uno ú su casa, se cnireg'asc el arsenal, y se
formara un ayuntaluiento provisional. I>ero en
aqad instante mismo no cesaban los emigrados
ocultos en la comision y en el estado luayor, de
atemorizar á los Lyoneses con la yueIta de la IllU-
nicipalitlad lnOlltallcsa ,ailadiélldolcs (lUC 60,000
Pi amontes ihan á dcsclnbocar para socorrer la ciu-
dad. OCUITió tamhicn que una eSCal'alllUZa cntre




76 REVOLUCION FRANCESA.
dos puestos avanzados fue favOl':.lble á los Lyone-
ses, y esto les exaltó allnas alto gt'ado, y decidió
su resistencia y sus desgt'acias. Principió el fuego
Dubois-Crancé por el lado de la cruz encarnada,
entt'e los dos rios donde había tomado posicion , y
desde el primer día hizo muchos estragos su ar-
tillería. Asi una de nuestra:; principales ciudades
industriosas se veia reducida á los hOl'rores de un
bombardeo .' y nosotros mismos le estáhamos eje-
cutando en presencia de los Piamonteses que i han
á bajar de los Al pes.


Al mjsmo tiempo estaba marchando Carteaux so-
bre Marsella y habia pasado el DU1'anzo en el mes
de agosto, retirándose los Marselleses desde Aix
á su ciudad, con el proyecto de defender las gar-
gantas de Septemes, por entre las cuales pasa el
camino desde Aix á Marsella. El 24 les atacó el
general Dopret 3 con la vang'uardia de Carteaux y
fue bastante vivo el ataque; pero una de las sec-
ciones que siempre había estado en oposicion con
las otras, se pasó á los republicanos y decidió el
comhate en su laVOr. Fueron tomadas las ~'al'gall­
tas y el 25 entró Carteaux en Mal'selIa con su pe-
queIlO ejército.


Este suceso decidió tambien otro que fue el mas
funesto que hasta entonces hubiese aHijido á la re-
pública. La ciudad de Tolon que siemp,'e habia
parecido animada df'1 ma~ violento l'f'pnhli('anis-




CONrENCW" NACIONAL (17U:3j. 71
nlO mientras se lnalltuvo la ;antigua 111ulticipali-
dad, había cambiado de ideas con haberse apode-
rado de la autoridad las secciones é iba ll1Uy pron-
to á 111udae de ..lueilo. Reunidos los Jacobinos en
la lllunicipalidad , estaban furiosos contra los ofi-
ciales aristócratas de la marina, y no cesaban de
quejarse de la lentitud con que se hacianlas repara-
ciones de la escuadra, de su j l1l11ovilidad en el
puerto, y pedian ú g-L'itos el castigo de los oficia-
les, á quienes atribuían el rnal resultado de la es-
pedicion de Cerdeña. Los republicanos Illoderados
respondian allí como en todas partes que los oficia-
les antiguos eran los únicos capaces de Inandar las
escuadras, que los navios no se pOllian cOlllponer.
con mas pt'ontitud, que era muy imprudente ha-
cerlos salir contra las escuadras española é inglesa
reunidas') y que por último los oficiales cuyo cas-
tigo pedian , no eran traidores sino unos guerre-
ros desgraciados. Triunfaron los moderados en las
secciones y al Inomento se introdujo en Tolon una
multitud de agentes secretos que intrigaban por
cuenta de los emigrados y de los Ingleses, y pre-
cipitaron á los habitantes mucho mas allá de don-
de se proponian ir. Estos agentes se comunicaban
con el almirante Hood y adquirieron la seguridad
de que las esclladl'as coligadas se hallarian en los
parages inmediatos, pl·ontas á presentarse á la pri-
mera señal. Por de contado á ejemplo de los Lyo-




78 REVOLUClON FRAN'C'ES>\.
neses hicieron que se juzgase y condenase á muer·
te al presidente (\el elul) lacobino llalnado Seves-
tre, y en seguida restablecieron el culto de los
clérigos refi'actarios, haciendo desenterrar y lle-
var en triunfo los huesos de algunos desgt'aciados
que hahian perecido en los alborotos, defendiendo
la causa realista. Habiendo mandado á laescuad.'a
la comision de salud pública que detuviese los
buques destinados para Marsella á fin de reducir
aquella ciudad, no quisieron permitir que se eje-
cutase esta ól'den, y se hicieron un mérito de ello
con las secciones de Marsella. Despues principia-
l~on á hahlar de los peligros á que estahan espues-
tos resistiendo á la convencion , de la necesidad
de asegurar un auxilio contra sus furores, y de la
posibilidad de obtener el de los Ingleses procla-
mando á Luis XVII. Parece que el ordenador de
la marina era el principal instrumento de la cons-
piracion, pues que él era quien recójia el dinel'o
de las cajas, enviaba á buscar fondos por mar has-
ta el departamento del Herault , escribía á Géno-
va para retener las subsistencias y hacer que fue-
se mas crítica la situacion de Tolon. Ya se habian
cambiado los estados mayores, y sacado de la cár-
cel á un oficial de marina comprometido en la es-
pedicion de Cerdeña para darle el mando de la
plaza, y puesto al frente de la guardia nacional á
un antiguo guardia de corps, c;omo igualmente




CONVENCION NACIONAt (t 793). '79
;confiado los fuertes á los emigrados que habian
vuelto á entrar y por último estaban seguros del
almirante Trogoff fa que á pesar de ser estrangero
habia sido colmado de favores en Francia. Enta-
blose una negociacion con el almirante Hood bajo
pretesto de uu cange de prisioneros, y mientras
que Carteaux entraba en Marsella y estaba en su
mayor punto el terror en Tolon , á donde acaba-
ban de llegar ocho ó diez mil Provenzales de los
mas contrarevolucionarios de la comarca, se atre-
vieron á hacer en las secciones la vergonzosa pro-
posicion de entregar á los Ingleses en depósito
aquella plaza en nombre de Luis XVII. Indignada
]a marina envió una diputacion á las secciones
oponiéndose á la infamia que se preparaba; pero
mas osados que nunca los contrarevolucionarios
Toloneses y Marselleses, desecharon las reclama-
ciones de la marina, é hicieron que se aceptara la
proposicion el 29 de agosto. Inmediatamente se
dió la señal á los Ingleses, y poniéndose el almi-
rante Trogoff á la cabeza de los que querian en-
tregar el puerto, llamó hacia sí la escuadra enar-
bolando la bandera blanca. Entonces el valiente
contra-almirante Saint J ulien , delarando traidor
á Trogoff, arboló el pabellon de mando á su bor-
do y quiso reunir la marina fiel. Mas en aquel
momento los traidores que ya estaban en posesion
de los fuertes, amenazaron quemar á Saint Julien




'80 ItEYOl.lJCIO:'( HL\~CRSA.


con sus navíos, y él se vió Iwecisado á huir con al-
gunos oficiales y nlarilleros. Los dp.mas se dejaron
.coger sin saber lo que iban áhacp.r ele p.lIos,en cuyo
('aso se prcsentó en fin el alInil'ante Hood , que
había estado largo tiem\10 dudoso,) y baio pretes-
to de aceptar en depósito el puerto de Tolon, pOI'
cuenta de Luis XVII, tomó posesion de él para in-
cend;iarle y destruirle.


Durante aquel tiempo no se habia hecho mo-
vimiento alguno en los Pirineos, y en el Oestc se
preparaban á egecutal' las providencias dictadas
pOl' la convencion.


Dejamos á las columnas del Vendée organizán-
-{lose en Angers, en Namur y en Niol't, lnientra~
que los insurgentes, dueños de los puentes de Cé
inspil'aban tanto recelo, que fue necesario decla-
rar á Saunlur en estado de sitio. La única colunlna
que se hallaba en estado de operar activamente
era la de Luzon y la de Sables, porque estaba
mandada por Tuncq á que era uno de los genera-
les que pasaban por pertenecel' á la aristocracia
lnilitar, y cuya destitucion solicitaba Honsin en
el ministerio. Hallábanse con él los dos represen-
tantes Bourdon del Oisa y Goupilleau 6 de FOIl-
tenay, que estaban animados de los mismos sen-
timientos que el general y por consiguiente OplW,S-
tos á Ronsin y Rossignol. El último, esto es Gnu-
pilleau lo estaba mucho Jnus pOl'que sienoo lIa-




CONVENCIOl'4' NACIONAL (1793). 81
1m'al del país deseaha f~lvorecer á sus habitantes
por relaciones de f~lmilia y amistad y queria evitar-
les los rigores que les In'eparaban Ronsin y los suyos.


eOfilO esta columna de Luzon inquietaba bas-
tante á los del Vendée resolvieron dirigir contra
ella sus fuerzas siempre victoriosas, y sobre todo
querian socorrer la division de MI'. de Roirand 7
que estando situado en frente de Luzon, y aisla-
do entre los dos grandes ejércitos del alto y hajo
Vendée , obraba con sus propios recursos y nece-
sitaba ser apoyado. Efectivamente en los primeros
dias de agosto condugeron algunos grupos hacia
,el lado de Luzon y fueron completamente recha-
zados por el general Tuncq, visto lo cual resol-
vieron intentar un dtaque mas decisivo. Para ello
se reunieron los Sres. Elbée, Lescure , Larroche-
jaquelein y Charette con 40,000 hombres, y el
dia 14 de agosto se presentaron de nuevo en las
inmediaciones de Luzon. No tenia Tuncq mas que
6,000 hombres ,y fiándose 1\1. de Lescure en la
superioridad del número, dió el funesto consejo
-de atacar en la llanura al ejército republicano.
Tomaron él yCharette el mando del ala izquier-
,do, M. d'Elbée el del ,centro y Larrochejaquelein
el de la derecha. Los dos primeros operaron con
'gran vigor en la derecha, pero en el centro, vién-
dose los soldad0s precisados á luchar contra tro-
pas disciplinadas, mostraron alguna vacilacion, y


TI. 6




82 REVOlUCION FRANCESA.
adelllas no pudo asistÍL' á tielllpo por la izquierda
Larrochejaquelein por haberse estraviado en el
camino. Entonces el genéral TUllcq, nlatliobrando
oportunamente con su artilleria ligera contra el
centro que ya estaba deshandado, le desordenó
enteramente, y puso en huida en pocos instantes
á los 40,000 hombres del Vendée , siendo este su-
ceso el mas funesto que hasta entonces hubiesen
esperimentado. Perdieron toda su artilleria, y se
volvieron al pais en la mayor consternacion. Fue
lo particular que en aquel mismo instante llegaba
la destitucion de Tuncq solicitada por Ronsin, pe-
ro indignados Bourdon y Goupilleau, le mantu-
vieron en el mando y escribieron á la convencion
para que revocase la decision del ministro, dando
nuevas quejas contra el partido desorganizador de
Saumur, que segun ellos ocasionaba cOllfusion, y
se proponía reemplazar á todos los generales ins-
truidos por demagogos ignorantes. En aquel tiem-
po llegó á Luzon Rossignol, que estaba pasando
revista á diferentes columnas de su nlando, y toda
la conferencia con Tuncq, Goupilleau y Bourdon
se redujo á un escopeteo de desvergüenzas, por-
que á pesar de las dos victorias, estaba descon-
tento de que se habia combatido sin consultar sn
voluntad, tanto mas cuanto no le faltaba razon en
sostener que era preciso evitar todo encuentro
antes de la completa reorganizacion de los diferen ..




f.O~VENCION NACIONAl. (1793). 83
tes ejércitos. Se separaron de mal hunlOI', é jn-
Dlediatamcnte despucs hahiando llegado á noticia
de los dos representantes algunos actos de rigor
ej.ercidos por Rossignol en la (~omarca, tuvieron
la osadia de destituirle pOI' Inedio de un decreto.
Mas innlediatalllenle fue reintegrado por otro de
los representantes Merlin , Bourbotte , Choudieu y
Rewhell, que estaban en SaumUl'. Pasó el asunto
á la convencion, la cual habiendo confiL'maclo de
nuevo á Rossignol, Inandó reti rarse á Eourdon y
á Goupilleau y suspendió del mando á Tuncq.


Tal era la situacion de las cosas cuando llegó
al Vendé e la guarnicion de Maguncia.. Se dudaba
del plan que seria JllaS conveniente seg'uit', y en
que parte se emplearia aquella valiente guarni-
cion, esto es si se agregaria al ejér~ito de la Uo-
chela, que estaba hajo las órdenes de Rossignol,
ó al de Erest que mandaba Canclaux .. Todos que-
rian tenerla á su lado porque ella era quien ha-
bia de decidir la victoria en cualquier parte don-
de se encontrase, pues aunque convenian todos
en asaltar el pais con ataques simultaneos, que
desde todos los puntos de la circunferencia vinie-
s.en á parar al centro, siempre se suponia que la
columna. donde estuviese la de 1\laguncia hahia
de tonlar la ofensiva con mayor decision y empu-
jar á los del Vendée sobre las otras, é illlportaba
mucho saber hacia que punto se haLia de impeleJ'




84 REVOLUCION FRANCESA.
al enemigo. Sostenian Rossignol y los suyos que
el mejor partido era que los de Maguncia mar-
chasen por Saumur pal'a empujar á los del Ven-
dée .. hacia el mar y el bajo Loira donde serian
destruidos enteramente; que las columnas de
Angel's y Saumur') por ser las mas debiles j ne-
cesitaban para obrar del auxilio de los de l\la-
guncia ,como que si se las dejaba reducidas á sus
propias fuerzas, no podrian entrar en canlpaila
ni darse la mano con las otras columnas de Niort
y de Luzon; que tampoco podrían hacer frente y
contener á los del Vendée cuando viniesen impe-
lidos , ni mucho menos estorbar que se esparcie-
sen por el interior; y últiluamente que se ganaria
tiempo con que los de Maguncia fuesen por Sau-
mur, al paso que dirijiéndose por Nantes tenían
que hacer un gran rodeo y perder doce ó quince
dias. Canclaux pensaba de distinto modo porque
le parecia peligroso dejar abierto el nlar á los del
Vendé e , mucho mas cuando se habia distinguido
una escuadra inglesa que cruzaba por el Oeste y no
era de creer que dejase de traer la intencion de
hacer un desembarco en el Marais. Esta era á lo
menos entonces la opínion general, y por mas er-
ronea que fuese., todos se inclinaban á ella. Sin
embargo ni siquiera pensaban los Ingleses mas
que en enviar un enlisario al Vendée, el cuallle-
gó en efecto disfrazado , y .. andaba informándose




CO~VE~CIO~ NACIO~UL (1793,1. . 8;)
<Icl nomhre de los gefes , de las fuerzas que tenían,
tle sus intenciones y objeto, tan ignorantes conlO
eso se hallahan en Europa de los sucesos interio-
res de Francia. Respondieron los del Vendée pi-
t1iendo dinero y municiones, y ofreciendo llevar
.~O,OOO hombres a 1 punto donde se quisiese hacer
un desemharco. Vease pues cuan lejano estaba to-
davia un proyecto de este género, por mas que en
todas partes se tuviese por muy próximo. Funda-
do en esta equivocacion, queria Canclaux que
los de Maguncia operasen por Nantes cortando la
comunicacion dellllal' á los del Vendée y obligán"
dolos á dirigirse hacia el pais alto, porque aun-
<lue se derramasen por el interior no tardarian en
ser destruidos lTIUy pronto, y por 10 qne hace al
tiempo que se pcrdia ,no era cosa de considera-
cion , porque el ejército de SaUn11lr no estaba en
el caso de obrar antes tle diez ó doce dias ni aun
con el auxilio de lO:=j de l\Iaguncia. Otra razon ha-
hia algo mas fuerte aUnf{Ue nadie la alegó y era
que como el ejército de Maguncia estaba ya acos-
tumbrado :\la guerra, prefería servil' con la gen-
te de su oficio y quería n1as bien ser mandada
por Canclaux, general espel'imentado, que por
Rossignol que era un ignorante, fuel'a de que el
ejército de Bl'cst se hahia distinguido por varios
hechos p;loriosos, núentras que el de Saumur no
hahia hc('ho Illas ({lW C'spcrinlental' derrotas. Los




HHVOLlCION FrlKNC":SA.


¡'cpl'esentalllcs quc taulbien eran del partido de
la disciplina, apoyaban este dictamen y tenlian
cOlnprometer el ejército de Maguncia incorporán-
dole con los soldados jacobinos é indicisplinados
de Saumur.


El nlayor enemigo del partido de Ronsin que
era Philipeaux se fue á Paris y olJtuvo un decreto
de la comision de salud púhlica en l~\vol' del plan
de Canclaux , pero Ronsin hizo fIue se revocara y
('nlonces se convino en que un consejo de' guerra
que se celehraria en Saumur decidiese donde se
hahi an de emplear aquellas fuerzas. Verificose el
eonsejo el dia dos de setiembre, y en él se conta-
ha ¡nucho con el dictúmcl1 de los representantes
y genel'ales, IDas estuviel'on di "ididos los parece-
res, y Rosignol que estaha de buena fe en sus opi-
niones, ofreciú Ú Canclaux celh~rlc el lnando, si
queria permitir <lue los de Maguncia fuesen [i
combatir pOL' Saumue. A pesar de eso prevaleció
el dictúmcn de Canclaux y se agTegaron los de Ma-
~uncia al ejército (le Erest, cuyo principal ataque
dehia di ri i i ['~e d(~."Íd(> el hajo al alto V cndée. Fi rmóse
el plan dt~ GUnparla, y se convino en mat'char en
un dia seflalado desde Saumul', Nantes, los Sables
y.siort.
~falísinlO humor reinaba en el partido de Sau-


mur, ponfllc liUrH!Ue Uosigno! era fogoso y estaba
de buena f{, , carecía de jll:!tl'uccioll v tenia luala


, ~




CONrBNCIO~ NACIONAL (1793). 81
salud, todo lo cual le imposibilitaha de servil' de
un modo útil en el ejército. Sin enlhargo se, resin-
tió menos que sus propios partidarios de la reso-
lucion adoptada, como Ronsin, 1\Iónloro y demas
agentes ministeriales. Estos escribieron inmedia-'
tanlente á Paris quejándose amargamente del fu-
nesto partido que se acababa de tomar, de las ca-
lumnias esparcidas contra los generales descalni-
sados , de las prevenciones que se habían inspira-
do al ejército de Maguncia, y dieron de este mo-
do á entender que no estaban muy dispuestos á
emplear su celo en favor del plan que se habia
acordado en SaumUl'. Ronsin tuvo la osadia de in ..
terl'llmpir la distribucion de víveres para el ejér-
cito de lUag'uncia , bajo pretesto de que cOlno aquel
ejército pasaha del de la Rochela al de Brest, no
era obligacion suya, sino de Jos cOlnisarios de es-
te último suministrarles los vÍveres. Innlediata-
mente se pusieron los de Maguncia en camino pa-
ra Nantes y Canclanx tomó todas sus disposicio~
nes para ejecutar el plan acordado en los prilne-
ros di as de setiembre.


A esto se reducia el estado de los sucesos en los
diferentes teatros de la guerra durante los meses
de agosto y setiembre. Vamos ahora á seguir con
la vista las grandes operaciones que se siguieron
á tales preparativos.


El duque de York habia llegado á Dunkerque




88 REVOLUCIO~ FRANCESA.
con 20,000 Ingleses y Hanovcl'ianos y 12,000 Aus-
triacos.EI mat'iscal Freylag estaha en Ost-Capc-
Be con 16,000 hombres, y el príncipe de Orangc
en l\Ienin con 15,00 O Holandeses, cuyos dos úl-
timos cuerpos cstahan alli como simple ejército
de ohservacion. El resto de los coligados esparci-
dos al rededor de Quesnoy y hasta el Mosella ,
ascendía al número de cerca de cien mil hOlnhres ;
de l1lodo que se hallahan sobre aquella linea in-
lnensa de 160 á 170,000 honlbres,empleados en si-
tiar plazas y guardar todos los vados. Carnot que
ya principiaba á dirigir las operaciones de los
Franceses, no tardó en sospechar que no conve-
nía hatallar 'en todos aquellos puntos sino em-
plear á propósito una fuerte nlasa sobre algun
punto decisi"o. Para eso propuso trasladar 35,OO()
llomhres desde el Mosella y el Rhin al ejército del
Norte, y aunque fue adoptada su propuesta, nO'
pudieron llegar mas que 12,000 á Flandes. Sin
embargo con aquel refuerzo y los diferentes cam-
pamentos que habia en la Gavarella en Lille yen
Cassel podian formar los Franceses una masa de
60,000 hombres la cual visto el estado de disper-
sion en que se hallaha el enemigo, podia obrar
muy en grande, y para convencerse de ello no
hay mas que tender ]a vista sobre el teatro de la
guerra. Siguiendo ]a orina de la Flandes para en-'
tra.r en Francia se encuentt'a primero á Fl1rnes y




CON,'E~CION NACIONAL (1793). 89
despues ú Dunkerque , cuyas dos ciudades baña-
das por un lado del mar y por otro por los vastos
pantano, del gran Moer, no tienen otra comunica-
cíon entre si que la de una estrecha lengua de tier-
ra, sobre la cual se habia colocado el duque de
York para sitiar á Dunkerque, viniendo por Fur-
nes que es la pl'ímera (Iue sc presenta entre el
gran Moer y el Oceano. El cuerpo de observacion
de Freytag no se habia situado en Furnes de ¡mo-
do que pudiese proteger la espalda del ejército de
sitio, sino que al contrario distaba bastante de
aquella posicion delante de los pantanos y de Dun-
kerque, sin podeL' cortar los socorros que pudie-
sen llegar del interior de Fl'ancia. Igualmente inú-
tiles eran los Holandeses del príncipe de Orange,
flue estaban apostados en Menin á tres jornadas
de aquel punto. Por tanto una nlasa de 60,( 00
hombres que lnarchase rúpidalnente entre los Ho-
landeses y Freytag, podia llegar á Furnes detras
del duque de Y Ol,k, Y maniobrando entre los tres
cuel'pos enemigos batiL' sucesivalnente á Frcytag,
al duque de York iy al príncipe de Orange. Para
eso bastaba una sola l11asa y rapidez en los movi-
mientos ; pero entonces no se pensaha 111as que en
atacar de frente, oponiendo dcstacamento á des-
tacamento. Sin embargo la cOInision de salud pú-
hlica habia comprendido al poco lllas Ó luenos el
plan dc (IHe estaluos hahlando , y en consecuenCIa


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96 REYOLUCION FRANCESA.
mandó formar un solo cueepo y marchar sobre
}~urnes. Tambien hubo momento en que lIouchard
comprendió el m'ismo pensamiento, pero no fijó
en él la idea y solo pensó en marchar contra Frey"
tag y hacer replegar á este sobl'e la espalda del
duque de York, procurando inquietar el sitio de
este modo.


lUientras que Houchard aceleraba sus prepara-
tivos , hacía Dunkerque una vigorosa resistencia.
Ayudado el general Souham 9 por el joven ¡gene ....
ral Hoche 10 , que se condujo en aquel sitio de una
manera heroica, habia ya rechazado muchos ata-
ques. El sitiador no podia abrir facilmente la trin-
chera en un terreno arenoso donde se encontraba
el agua á menos de tres pies de profundidad. TaUl-
poco llegaba la flotilla que debía bajar por el Tá-
mesis para bonlbardear la plaza, nlientras que por
el contrario una flotilla francesa que habia salido
de Dunkerque y anclado á la orilla, abrasaba á
los sitiadores que se hallaban en una estl'echa len ..
gua de tierra sin tener agua potable y espuestos á
toda clase de peligros. I~stc era el caso de no per-
der tiempo y dar golpes decisivos. Estáhalllos ya
en los últimos dias de ag'osto, y segun la costum-
hre de la antigua túctica principió HOllchard pOI'
hacer un reconocimiento sobre l\Ienin que no con-
dujo mas que {t un combate sangriento é inútil.
Dado este ataque preliminar, se adelantó por di-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 91
ferentes caminos hacia la linea .del Iser que es un
riachuelo que le separaba del cuerpo de observa-
cion de Freytag. En lugar de venil' á situarse en-
tre el cuerpo de oLservacion y el de sitio, confió
á Hedouville 11 el encargo de marchar sobre Rous-
hrugghe, solo para inquietar la retirada de Frey-
tag á Furnes, y él en persona fué á atacar de fren-
te á este último, caminando con todo su ejército
por Houtkercke, Herseele y Bambeke. Habia dis-
puesto Freytag su cuerpo en una linea hastante
estensa , sin tener cerca de sí mas que una parte
tle él cuando recibió el primer choque de Hou-
chard. Resistió en Herseele, pero despues de un
combate bastante vivo se "ió precisado á repasar
el Iser, y replegarse á Banlbeke, y sucesivamente
desde llarnheke á nexpmde y Rillem. De esta suerte
reLil'úndosc nlas all{t del Iser , dejaha comprome-
tidas' sus alas que quedahan atraso Igualmente
quedaLa muy distante hacia su derecha la division
Walmoden 12, Y su propia retirada hacia Rous-
hrugg)1C estaba anlenazada por Hedouville.


Quiso entonces I~'reytag marchar aquel misnlo
dia adelante y yolver á tomar á Rexprede en el
momento mismo en que entraban en él los Fran-
ceses, pero se trahó uno de los mas fuertes COIn-
bates en que Freytag fue herido y cayó prisionero.
Ocurria,esto ya á la entrada de la noche, y temien-
do Houchard que le viniesen á atacar durante ella,




92 REVOLUCION FRANCESA
se retiró fuera de la aldea sin dejar 111 as que tres ba-
tallones; pero Walmoden que se replegaba con su
comprometida division , llegó en aquel 11lomento
crítico, y se decidió á atacar á todo trance á Rex-
prede para abrirse paso. Diose un recio combate
de noche, con el cual no solo se abrió paso, sino
que rescató á Freytag , y se retiró el enemigo en
masa sobre la aldea de Hondtschoote. Está situa-
da esta aldea cerca del gran Moer en el caluino de
Furnes, y era uno de los puntos por donde tenian
que pasar los que se retirasen á esle pueLlo. Habia
renunciado Houchard á la idea esencial de ll1anio-
brar hacia Furnes, entre el cuel'po de sitio y el de
ohservacion, sin quedarle otro arbitrio que atacar
sienlpre de frente al 11lariscal Freytag y empeñar-
se contra la aldea de Hondtschoote. Pasose el dia 7
en observar las~posiciones del enelnigo , que esta-
ban defendidas por una fuerte artilleria, y se re-
solvió el ataque decisivo para el dia siguiente, en
que desde lllUy temprano :se puso en 11lovimiento
todo el ejército Frances para atacar la linea de
frente. El ala derecha bajo las órdenes de I1edou-
vil1e se estendia entre IGllem y Bcveren; el cen-
tro , nlandado por Jourdan 13, marchó directamen-
te desde Killem á Hondtschoote, y la izquierda
atacó entre IGl1em y el canal de Furnes. Se com-
prometió la accion en unos bosquecillos que cu-
hrian el centro, lucia Jos cuales se dirijió la ma-




CONVENCION NACIONAL (1793). 93
yor parte de las fuerzas de ambos lados, habien-
do atacado repetidas veces los Franceses, hasta que
al fin se hicieron dueños de las posiciones. Mien-
tras que triunfaban en el centro se tomaron tanl-
bien los atrincheramientos de la derecha, lo cual
obligó al cnemigo á tomar el partido de retirarse
á Furnes por los dos canúnos de Houthem y de
Hoghestade.


Mientras que pasaban estas cosas en Hondts-
choote , estaba la guarnicion de Dunkerque hacien-
do una vigorosa salida bajo las órdenes de Hoche
y poniendo á los sitiadores en el mayor peligro. A
la mañana siguiente del combate tuvieron estos un
consejo de guerra en el cual considerando que es-
taban amenazados por la espalda, y que no llega-
ban los socorros marítimos, que habian de servir
para el bOlnbardeo de la plaza, resolvieron le-
vantar el sitio y retirarse á Furnes donde acaba-
ba de llegar Freytag, y en efecto se reunieron to-
dos allí el 9 de setiembre por la tarde.


A esto se redugeron aquellas tres jornadas que
tuvieron por objeto y i-e!Sultado replegar el cuer-
po de observacion á las espaldas del cuerpo de si-
tio siguiendo una marcha directa. El último com-
bate fue quien dió nombre á aquella operacion, y
la batalla de Hondtschoote fue desde entonces con-
siderada como la salvacion de Dunkerque. Efecti-
vamente esta fue quien rompió la larga cadena de


/" ",.,. .:~ ,-'lA- t"
i ':




94 RE'·OJ.UCION FR,\NCESA.
nuestros reveses en el norte, quien ocasionó á los
Ingleses un desaire personal, quien disipó sus
mas gratas esperanzas, y quien salvó á la repúbli-
ca (le la desgracia que la huhiera sido mas sensi-
l)le ,"y qu:\.en. ~e\\n.\.m~ el 'Il\\~~ de- \a "francia.


Grande fue la alegria que produjo en Paris la
victoria de Hondstchoote ,inspirando mayor ardor
á la juventud, y dando espel'anzas de que podria
llegar á ser muy feliz la energia que se habia lna-
nifestado. En efecto, poco impol'tan los reveses
cuando vienen mezclados COIl algunas ventajas que
reaniman la esperanza y el valor. Esta mis-
ma alternativa sirve para aumentar la energia
y exaltar el entusiasmo de la resistencia.


:Mientras que el duque de York lnarchaba para
Dunkerque , habia resuelto Cobourg el ataque de
Quesnoy, cuya plaza carecia de todos los medios
necesarios para su defensa, y Cobourg la tenia en
la mayor estrechura. l\las como la con1Ísion de sa-
lud pública 110 tenia menos presente aquella par-
te de la frontera que todas las dernas, habia man-
dado inmediatamente que saliesen columnas de
Landrecies, Cambray y l\'Iaubeuge. Por desgracia
aquellas columnas no pudieron obrar á un tiem-
po, porque la una quedó encerrada en Landrecies,
la otra fue rodeada en la llanura de A vesnes y á
pesar de haberse formado en cuadro, la rompie-
ron despues de una de las mas honrosas resisten ...




CONYENCION NACIONAL (1793). 95
cias. En una palabra tuvo que capitular Quesnoy
el once de setiembl'e , y aunque no fuese gran co-
sa aquella pérdida comparada con la libertad de
Dunkerque, sienlpre nlezcló alguna ¡pesadumbre
con el gozo que habia producido aquel último
suceso.


Despues de haber obligado Houchard al duque
de York á concentrarse en FUl'nes con Freytag
no le quedaba nada que intentar en aquel punto,
sino batirse con fuerzas iguales contra soldados
mas aguerridos, sin que ninguna circunstancia
ni favorable ni urgente le obligase á aventurar una
batalla dudosa. En tal situacion lo nlejor que tenia
que hacer era caer sobre los Holandeses, que es-
taJJan disenlinados en muchos destacamentos al re-
dedor de l\lenin, Halluin, Roncq, 'Verwike é
Ipres. Pl'ocediendo Houchard con la debida pru-
dencia, Inandó al campamento de Lille que hicie-
se una salida contra l\Ienin, mientras que él haria
otro tanto contra Ipres. Dos dias estuvieron dis-
putándose los puestos avanzados de Werwike de
Roncq y de Halluin, empleándose de una y otra
parte muchísimo valor y muy mediana inteligen-
cia. Aunque el príncipe de Orange se veia apreta-
do por todas partes y con sus puestos avanzados
perdidos, se resistió tenazmente cuando supo la
rendicion de Quesnoyy la próxima llegada de Beau-
lieu que le traia socorros. Mas al fin se vió obliga-




RE\'OLUClO~ FJlANCESA.


(lo el 13 de setiembre á evacual' á Menin , tlespucs
de haber perdido en aquellos difcJ'entes encuell-
tl'OS de dos á tres luil hOlnbres y 40 piezas de a 1'-
tillerÍa. Aunque nuestro ejército no hubiese saca-
do toda la ventaja posible de su situacion, yaun-
que por carecer de ,instrucciones de la comision
de salud pública hubiese operado con masas muy
divididas, al fin era dueño de Menin, y el 15 ya
se puso en marcha para Courtl'ay. Encontl'óse en
Bisseghem con Beaulieu y se trabó el combate con
hastante ventaja por nuestra parte, pero de re-
pente se asoma un cuerpo de caballería por las dos
alas y causa el mayor desorden, sin estar funda-
do en ningun verdadero peligl'o, pero hastó pa-.
ra que todos echasen á correr á ~lenin. Mas no se
<letuvo alli aquella inconcebible derrota, sino que
comunicándose el terror á todo el campo y á to-
dos los puntos, vino el ejército en masa á buscar
un refugio bajo el cañon de Lille. Aquel pánico
terror, de que ya habia mas de un ejemplo, y
que provenia de la juventud é inesperiencia el.e
nuestras tropas, ó tal vez de algun pérfido que nos
-cortan, nos hizo perder las mas insignes ventajas y
nos llevó otra vez á· Lille. Cuando llegó á Paris la
noticia de aquel)contecimiento causó la mas fu-
nesta impresion, haciendo perder á Houchal'd los
frutos de la victoria, escitando contra él los rumo-
res mas absurdos, que no dejaron tambien de al-




CONVENCION NACIONAL. (1'793). 97
eanzar un poco ú la misma COlllision de salud pú-
blica. Siguierollsc á este otros muchos rcycses fllW
nos volvieron á poner en la peligrosa situacion de
que acabábanl03 de salir por un nlomento con la
victoria de Honcltschoote.


Empezaban los Prusianos y los Austriacos {Iue
estaban en las dos vertientes de los Vosgos, en
frente de nuestros dos ejércitos .del Mosella y del
Rhin , á hacer algunas tentativas serias. como que
el anciano \VurmseL', Inas fogoso que los Prusia-
nos, que conocia mejor la ventaja de apoderarse de
los pasos, se propuso ocupar el puesto impOl'tante
de Bodenthal haciael alto Lauter. En efecto aventuró
un cuerpo de 4000 hombres, que atrav-csando por
las mas clsperas Dlontañas, llegó á ocupar áBoden-
t11a1. Al nlismo tielllpo los representantes del ejér-
,cito del Uhin, cediendo á la opinion general del
dia, que consistia en redoblar la energia en todas
partes, resolviet'ou una salida geneL'al de las lineas
de 'Vissemburgo para el 12 de setiembre. Lan-
zados á un tiempo contra los Austriacos los tres
generales Desaix ir" Dubois 15 y Michaud 16 , hicie-
ron esfuerzos inútiles y se vieron pl'ecisados á vol-
ver á entrar en sus lineas. Sobre todo las tentativas
que se dirigieron contra el cuerpo Austriaco que
habia ocupado á Bodenthal , fueron completamen-
te rechazadas; pero sin elubargo se preparó otro
nuevo ataque para el t .i-. Mientras que el general


Vl. '"' ¡




98 nEYOJ.UCION FRANCESA
Ferl'ctte marchaba sobre Bodenthal , debía el ejél'-
eito del l\Iosclla , operando sobre la otl~a vertiente
atacar á Pirlnasens que está en frente de Boden-
thal, donde Brunswick se habia apostado con una


. parte del ejército prusiano. El ataque del general
Fel'rette salió perfectamente porque nuestros solda-
dos asaltaron las posiciones de los Austriacos con
una tem.el'idad heróica") se a~oderaron de eUas') 'Y
rec01waron el ilnportante desfiladero de Bodenthal.
~Ias no sucedió lo mismo en la vertiente opuesta,
porque Brunswick conocia perfectamente la im-
portancia de Pil'masens, que cel'l'aba los desfila-
deros, tenia fuerzas considerahles , y se hallaba en
posiciones escelentes. Mientras que el ejército del
Mosella hacia frente á lo restante del ejército pru-
siano á orillas del Sarre ,cayeron 12,000 hombres
de Hornbach sobre Pirmasens , y no teniendo los
Franceses otra esperanza mas que apoderarse de
este últinlo por una sospresa , la intentaron, pero
fueron descubiertos y abrasados de metralla, sin
que les quedase otro al'bitrio que la retirada. Esto
es lo que deseaba el general, pero los l'epl'eSen-
tantes se opusieron á ella, y mandaron atacar en
tres columnas por tres barrancos que conducian á
la altura en que se halla situado Pirmasens. Ya se
habian adelantado bastante nuestros soldados á
fuerza de valor, y la columna derecha estaba ya
pronta á saltar el barranco por donde iba mar-




CO~VENCIO~ N;\CIO~ÁI. (1193). 99
eRando y flanquear á Pil'masens, cuando por alll-
hos lados se encontró con un fuego vivÍsinlo que la
destrozaba inopinadamente. Al pl'incipio resistie-
ran nuestros soldados, pero habiéndose doblado
el fuego tuvieron que precipitarse por el nlismo
camino por donde habían subido. Las otras colum-
nas sufrieron casi igual suerte y tuvieron que huir
},or los valles 'en el mayor desOl'den, con lo cual
se vió precisado el ejél'cito á volver al puesto de
donde hahia salido, dándose por muy feliz de que
16s Prusianos no pensasen en perseguirle y ní si-
quiera en ocupar su campo de Hornhach que ha-
m.an dejado indefenso para marchar contra Pirma-
sens. Perdimos en aquel ataque 22 piezas (le arti-
llería y 4,000 honlbres entre muertos, heridos y pri-
sioneros, pudiendo adema s ser de la lllayor inlpor-
tancia , porque reanimados los enemigos con aquel
suceso, pensahan en hacer uso de todas sus fuerzas
y se preparaban á marchar contra el Sarre y el Lauter
y desposeernos de las lineas de 'Vissemburgo.


Iba continuando con lentitud el sitio de Lyon,
en el cual habian hecho diversion los Piamonteses
que desembocaron por los altos Alpes á los va-
lles de la Sa voya , y ohligado á Dubois-Crancé y á
Kellermann á dividir sus fuerzas. Este último se
dirijió á la Savoya , y el primero se quedó delante
de Lyon con Dledios suficientes empleando el fue-
go y el yert'o contra aquella desgraciada ciudad,




tOO REVOLUCION FUANCESA.
que hallándose resuelta á sufi,irlo todo, no se la po-
dia reducir con los desastres del bloqueo y del bom-
banleo, sino por medio de un ataque á vivafuerza.


Tambien en los Pirineos habiamos esperimen-
tado un sangl'iento reyes , habiendo permanecido
nuestras tropas') despues de los últimos sucesos en.
las inmediaciones de Perpiñan, y los Españoles en
su campamento de Masdeu. Como eran muchos y
aguerridos, y estaban mandados por un buen ge-
neral se hahia duplicado su ardor y esperanzas.
Ya describimos antes el teatro de la guerra, esto
es, que los dos valles paralelos del Tech y del Tet
nacian en la gran cordillera y se estendian hasta
el mar, hallándose Perpiñan situado en el segun-
do de estos valles. Habia pasado Ricardos la pri-
Juera linea del Tech, supuesto que se hallaba en
Masdeu ,y estaba resuelto á pasar el Tet muy por
cima de Perpiñan, de modo que flanquease esta
plaza y precisase á nuestro ejército á abandonarla.
Con esta mira, pensó por de pronto en apoderarse
de Villafranca, cuya fortaleza aunque de poca con-
sideracion, estaba situada en el curso superior del
Tet y debia asegurar su ala izquierda contra el va-
liente Dagohert, que con tres mil hombres estaba
consigu~endo varias ventajas en la Cerdania. En
consecuencia destacó al general Crespo con algu-
nos batallones, y este no tuvo mas que presentar-
se delante de Villafranca para que el comandante




CUNYENCION NACIONAL. (1793) 101
le abriesc cohardenlente las puertas, y dejando
allí una corta guarnicion volvió á reunirse con Rí-
cardos. Entrc tanto andaba Dagobert recorriendo
toda la Cel'(lania , obligando á los EspallOles á re-
plegarse hasta el Seu de Urgel y aun pensó en em-
pujarles hasta Campredon. Sin emhargo, como
era tan corto su destacanlento , y Ricardos era due-
ño de Villafranca no le dahan lllucho cuidado
aquellas ventajas de los Franceses en su ala iz-
quierda ,y por tanto persistió en la ofensiva. El31
de agosto, elupezó á anlenazar nuestro campo de
Pel'piñan, y pasó el Tet por cima de Soler, ha-
ciendo huil' nuestra ala derecha que vino á reple-
garse á SaIses, pocas leguas detras de Perpiñan y
muy cerca del mar. En a(!uclla posicion estaban
parte de los Franceses enccrrados cn esta plaza, y
los dClnas arrinconados hacia SaIses con el nlar á
la espalda y en Ulla situacÍon muy crítica. Verdad
es q ne Dagobert continuaha ohteniendo algunas
nueva5l vcntajas en la Cenlania, pero no eran de
tal ilnpnrtan cía qne inquietasen á Rical'dos. Los
representantes Fahre 17 y Cassaigne lR que estahan
retirados con el ei(~rcito en Salses, resolvieron lla-
mar á Dagobcl't cn recm plazo de Bal'bantané á fin
de lncjoral' de fortuna con el nuevo general. Mieu-
tras que este llegaba, proyectaron un movimiento
eombinado entre Salses y Perpitian para salir de
aquella sitllacion pe] igl'osa, y así luandaron á una




REl'ULUt:IO~ H\A~CES..t.


f:olmnna quc se adelantase desde Perpiñan yataca ..
se por la espalda á los Españoles, nlientras que ellos
saliendo de sus posiciones, les ataca.ban de fl'ente.
En efecto" el 15 de setiemlwe salió de Perpiñan el
general Davoust con seis ó siete mil hombres,
lnientras que Perignon 19 se dirigia desde Salses
contra los Espailoles. A una seila.l conven«la se
arrojaron de los dos lados sobre el canlpo enenli-
go, y los Españoles apretados por tOllas partes se
vieron precisados á huir detras del Tet abando-
nando 26 píezas; pero al instante volvieron á po-
nel'se en posicion en el eampo de "Masdeu ,de don-
de habían salido para ejecutar aquella atrevida
aunque peligrosa tcntati va ..


Llegó Dagobert en aquellas circunstancias y aun-
que este guerrero tenia ya 75 aiíos, reunía el al'-
do l' de un jóven á la prudencia consumada de un
antiguo general, llándose prisa ú seiíalal' su veni-
da con alguna intentona contra el canIpo de l\Ias-
den. Dividió su ataque en tres columnas, una .de
las cnales saliendo del ala derecha y marchando
.por Thuir ú Santa Colomba debía flanquear ú los
Espaiiolcs ; la scg"unda operando sobre el centro
tenia elH.:argo de atacarlos de fren te y arrollarlos,
y últitnamenlc la tercera que habia de maniohrar
sohre la íz<[uierda, debia situarse en un hosque y
cortarles la rclirada. Esla última, mandada por
Dayousl no hizo nada de pl'oyccho sino que huyó




CO:\'Y~NCIOS NACIONAL (1793). 103
~Il desól'dcn, con lo' cual pudieroll los Espaiioles
dil'ijir todas sus fuerzas contra las otras dos colunl-
nas del centro y de la derecha~ CL'eyendo Ricardos
(fue todo el peligl'o estaba por este lado, dirijió so-
bre él la 11layor parte de las fu.erzas y consiguió> re ...
chazar á los Francese-;. Solo en el centro, que es-
taha animado con la pI'esencia de Dagobert se
€onsiguió tomar los retrincheramientos que tenia
delante y ya iba á decidirse la victoria, cuando
volviendo Ricardos con las tropas victoriosas en
derecha é izquierda, cayó sabre su enemigo con
t(}das' las fuerzas reunidas. Sin elnhargo de eso,
todavia se resistia Dagohert cuando, un batallon
}'indió las Ul'JnaS gritando v·iva el rey. Indignado
Uagohert dil'ijió dos piezas de artillel'ia sobre aeple-
lIos traidol'es y mientras que Jos acrihillaba , reu-
nió en del'l'cdol' de sí un corto número de valien-
tes qne habian permanecid.o lieles, y se retiró con
alguno~ centenares de hOlnbl'es ,sin que el ene-
migo, intimidado por su fiero continente, se atre-
viese á pCI'seguirlc,


Ciertalnente no mel'eci.a aquel bravo general
sino elogies y la.ureles por su firmeza en medio de
t..les reveses y si su colu111na de la izquierda hu-
biese hecho sn deher, y los hatallones del centro
no se hubieran desbandado, no hay dUlla en que
sus disposiciones habl'ian sido cOl'onadas por la
victOl'ia. Mas á pes¿H' de eso la tenaz desconfianza




104 KEVOLUCIOl'f l< IlANfES".
de .108 representantes le echó la culpa de aquel
desastre; y el general picado de tal injusticia se
volvió á tomar su mando subalterno de la Cerda-
nia, y nuestro ejét'cito se encontró segunda vez
arrinconado en Perpiñan y espuesto á pet'der la
importante línea de Tet.


Ya se habia puesto en ej ecucion en el Vendée
el plan de campaña del 2 de setiembre, segun el
cual, como ya henl0s visto, debía obrar la division
de Maguncia por Nantes; y la comision de salud
pública á quien inquietaban las noticias que reci-
bia de los proyectos de los Ingleses en el Oeste,
aprobó mucho la idea de conducit' las principa-
les fuerzas hacia las costas. Rossignol y todo s u
partido se pusieron de muy Illal humOl' con eso y
escribieron al ministro cartas en que no disimu-
laban su proyecto de cooperar muy poco en filvor
de los planes convenidos. Salió pues la division de
~laguncia para Nantes, donde le l'ecibieron con
grandei fie3tas y Illuchas demostt'aciones de gozo.
La tenian preparado un banquete, y antes de COl1-
currÍl' á él quisieron brilla!' en una escaramuza
con las partidas enemigas que estaban esparcidas
por las orillas del Loira. Si la columna de Nantes
estaba contenta de verse reunida con el célebre
ejército de IHaguncia, no estaba este nlenos satis-
fecho de sCl'vir bajo las órdenes del valiente Can-
danx, aliado de su division que ya se habia dis-




CONVENCION NACIONAL (1793). 105
tinguido con la defensa de Nantes y otros hechos
muy honrosos. Segun el plan concertado, todas
las cohunnas que salian de los diferentes puntos del
teatro de la guerra, debian reunirse en el centro
y acabar alli con el enemigo. El general Canclaux
saliendo de Nantes con el ejército de Brest, debia
bajar por la ol'illa izquierda del Loira, dar la
vuelta al espacioso lago de Granel-Lieu, lilnpiar
de enemigos todo el Vendée inferior, volver lue-
go hacia lUachecoul y encontrarse del once al tre-
ce en Leg"er. Su llegada á .aquel punto habia de
ser la seüal para que se pusieran en mal'cha las
columnas del ejército de la Rochela, que estaban
encargadas de acometcr el pais por el Mediodia
yel Este. Acuérdcsc el lector de que cl ejército dc
la Hochela, bajo las órdencs de su general en gefe
Rossignol, se cOlnponia de 111uchas divisiones, á
saber la de Sables l11andada por lUieszkousky, la
de Luzon por Beffroy, la de Niort por Chalbos,
la de SaumUl' por Santérre , y la de Angers por
Duhoux 20. Apcnas llegase Canclaux á Legcr, te-
nia ónlen la colunula dc Sahles de ponerse en
nlOvinlÍcnto y cncontrarse el 13 en San Fulgcn-
cio, el ti en Herbicl's y últimamente clt6 en
Mortag"nc con Canclaux. Las de Luzon y Niort
debian dándose la mano una á otra, adelantarse
hacia Bressui¡'e y Argenton, habiendo llegallo á
esta altura para el 1 \'; y por último las columnas




f06 REVOLCUlON FIL\NCESA'.
de Saumur y Angers que salian del Loira, {lehian
llegar el mismo dia 14 á las cercania3 de Vihierg·
y Chemillé. Asi, segun este plan, habia de que-
dar recorrido todo el pais del 14al16 y los rebel-
des encerrados por las columnas repuhlicanas eu-
tre Mortagne ,. Bressuire, Argenton, Vihiers y Che·
millé, siendo inevitable su destruccion.


Ya hemos visto que rechazados por dos veces de
Luzon los del Vendée con una pérdida considera-
ble , tenian gran empellO en tomar la revancha,
y para ello se reunieron en bastante fuerza antes
que los republicanos hubiesen ejecutado sus pro .. ·
yectos~ y mientras que Charette sitiaba el campa-
mento de Naudiere, pOl' el lado de Nantes, ellos-
atacaron la division de Luzon que se llaLia ade-
lantado hasta Chantonay. Verificaronse estas dos-
tentativas el 5 de setiemhre, pel'o la de Charette
fue rechazada, mientras que el ataque contra
Chantonay, como imprevisto y mejor dirijido,
puso á los republicanos en el mayor desordenr
Alli hizo el valiente j¿ven Marceau prodigios de
valor para evitar un desastre, pero su division,
despues de haber perdido los hagages y la artille-
ria se retiró atropelladamente it Luzon. Un reves
semejante podia perjudicar lnucho al plan pro-
yectado, porque la desorganizacion de una de las
columnas dejaba un vacio entre la division de Sa-
hles y la de Níort , pero los representantes hicie-




CONYENCION NACIONAL. (1793). 1(Yf
rO'n los Jnayores esfuerzos para reorg'anizarla, y
enviaron correos á Rossignol, previniéndole de lo
ocurrido.


Todos los del Vendée estaban en aquel momen-
to reunidos en Herbiers- al rededor del generalisi-
mo Elhée, y se halla.ban entre si tan divididos co-
mo sus adversarios, pOl~que el corazon humano
es en todas partes el 111ismo, y la naturaleza no
concede esclusivamente ni el dcsinteres-ni otras vir-
tudes á un partido, dejando al otro el orgullo, el
egoismo y los vicios. Los corifeos del Vendée tenian
tanta envidia entre ellos como los gefes republi-
canos, y los genel'ales hacian muy poco caso del
consejo superior, que afectaba una especie de so-
berania. Como eran duellos de la verdadera fuer-
za, no estaban de ningun IllOdo dispuestos á ce-
der el mando á una autoridad que solo recibia
de ellos su facticia existencia. Por otra parte no de-
jaban de tener celos del generalisimo Elbée, y
pretendian que Bonchamps hubiera sido mas
apropósito para mandarlos á todos. Charette por
su pal'te (lueria sel' el único dueilO del bajo Ven-
dee, y asi estaban todos mal preparados para en-
tenderse y concel'tar un plan en oposicion al de los
l'epublicanos. El único que propuso un proyecto
atrevido, que indicaba ideas profundas fue Bon-
champs , el cual creia que no era posible resistir
largo tiempo á las fuerzas. de la repúlJ)ica reun,~:.
I-"~"<")':" " i
, '~.




108 REVOLUCION FRANCESA.
das en el Vendée, y que convenia salir cuanto an-
tes de aquellos montes y cañadas donde se halla-
rian eternamente aislados sin conocer á los coli-
gados y sin que estos tuviesen noticia de ellos. Por
tanto propuso que en lugar de esponerse á seL'
aUi aniquilados, valia mucho mas salir en colum-
na cerrada del Vendée, adelantal'se hacia la Bl'e-
taña, donde les estaban deseando, y donde la
república se creia muy segura. En consecuencia
les aconsejaba que marchasen hasta las costas del
Oceano , se apoderasen de un puerto y entrasen en
cOlnunicacion con los Ingleses, recibiendo algun
príncipe emigrado, y dirijirse desde alli sobre
Paris haciendo una guerra ofensiva y defensiva al
nlÍsmo tiempo. 1\las no fue seguido este dictúmen
que se atribuye á Bonchamps porque las miras
del Velldée estaban siempre limitadas á no salir
del pais sino con la mayor repugnancia. Tampo-
co:Sus corifeos pensaron en otra cosa que en repar-
tir la comarca en cuatro porciones para reinar in-
dividual.nente, y asi Charette obtuvo el bajo Ven-
dée, MI'. de BonchaIllpS las orillas del Loira por
la parte de Angers, MI'. de Larrochejaquelein lo
restante del alto Anjou y .Mr. de Lescurc toda la
porcion insurl'ecionada del Poitou. 1\1t'. D'Elbée
conservó su título inútil de generalísimo y el con-
sejo superior su autoridad imaginaria.


El dia 9 se puso Canclaux en movimiento de-




CONVENCION NACIONAL. (1793) 109
jando en el campo de Naudieres una fuerte reser-
va bajo las órdenes de Grouchy 21 y de Haxo 22 pa-
ra proteger á N antes, y encaminó la colu mna de
Maguncia hacia Leger. Al nlismo tiempo el anti-
guo ejército de Brest bajo las órdenes de Beisser,
dando la vuelta del bajo Vendée por Pornic,
Bourgneuf y Machecoul debia reunirse en Leger
con la columna de Maguncia.


Todos estos lllovimientos dirigidos por Canclaux
se ejecutaron sin el menor obstúculo. La columna
de Maguncia, cuya vanguardia mandaba I\léber,
y Aubert Duhayet el cuerpo de batalla, empujó é
hizo retirar á los enemigos,y Kléber tan leal como
heroico, hacia acampar sus tropas fuera de los
pueblos para evitar que los desvastasen y decia :
({ Al pasar delante del herIlloso lago de Grandlieu
(encontrábamos paises deliciosos y puntos de vis-
« ta sumamente agradables. En una inmensa pra-
« <.lera andaban errantes nUlllerosos rebaiios aban-
«donados á sí mismos y no pude dejar de entris-
« tecerme considerando la suerte de los habitan-
« tes, que estraviados y fanatizados por sus cléri-
( gos , rechazaban los beneficios del nuevo órden
« de cosas por correr á una destt'uccion inevita-
«ble.» Hizo los mayores esfuerzos por proteger el
pais contra los soldados y lo consiguió muy á me-
nudo. Se babia reunido al estado mayor una co-
lllÍsion civil, encargada de ejecutar el decreto del




110 REVOLUCIOS F1U.NCESA.
1.0 de agosto, que Inandaba arruinar el 'pais y
trasladar á otra parte los habitantes; y se prohi-
bió á los soldados pegar fuego á los edificios sino
con órden de los generales y de la comision civil '1
que eran los encargados de enlplear los medios de
destruccion.


Llegó la colulnna de lUaguncía el14 á Leger y
se reunió con la de Brest mandada por Beisscr , y
durante aquel tiempo tambien se hahia adelanta-
do á San Fulgencio la de Sables hajo las órdenes
de Mieszkousky'l segun el plan convenido '1 y ya
se estaba dando la mano con el eiército de Can-
claux. La de LU1.on que se ha bia retardado algun
tiempo por su derrota de Chantonay se quedó un
poco atras , pero gracias al celo de los represen-
tantes que nomhraron para mandarla al general
Beffroy, habia marchado adelante. La de Niort
estaba ya en la Chataignerie, por todo lo cual '1
á pesar de haberse retardado el movimiento ge-
neral uno ó dos dias sobre todos los puntos., y de
que Canclaux no llegó hasta el 14 á Leger , donde
hubiera debido llegar el 12 no se destruyó la uni-
dad del proyecto, y podia ejecutarse el plan de
campaña. Pero en aquel intérvalo habia llegado á
Saumur la noticia de la derrota sufrida por la di-
vision de Luzon, y se hahían puesto en alarma
Rossignol , Ronsin y todo el estado mayor '1 temien~
do que sucediese igual percance á las otras dos




r.o~n~NCION NACIONA.L (t 793). 111
'columnas de Niort y de Sahles , cuya fuerza no les
tranquilizaba, y asi ,decidieron mandarlas volver
inmediatamente á sus primeras posiciones. Esta ór-
den era imprudentísima, pero no fue dada de ma-
la fe , ni con intencion de dejar en descubierto á
Canclaux esponiendo sus alas, sino que nació de la
poca confianza que tenian en su plan, y de lo muy
dispuestos que se hallaban á tenerle por in1posi-
ble y ahandonarle al lnenor obstáculo. Esto fue
sin duda lo que determinó al estado nlayor de Sau-
mur á mandar el movimiento retrógrado de las
oolumnas de Niort, Luzon y Sahles.


Continuando Canclaux su marcha habia hecho
nuevos progresos, atacando á l\fontaigu por tres
puntos, en los que Kléber por el camino de Nan-
tes Aubert Duhayet por el de Roche-Serviere y
Beisser pOI' el de San Fulgencio se hahian preci-
pitado á un tiempo y desalojado al enemigo. El
17 tomó Canclaux á Clisson,y viendo que Rossig-
nol no obraba en el punto convenido, resolvió
detenerse y limitarse á hacer algunos reconoci-
mientos esperando noticias suyas.


Por consiguiente se acantonó en las inmediacio-
nes de Clison, dejó á Beisser en lUontaigu, y
envió á Kléber con su vanguardia á Torfou, donde
se presentó el 18. Habia llegado la contra órden
dada en Saumur á la division de Niort, y comu-
nicádose á las otras dos de Luzon y de Sables con




112 HEVOLUCION FRANCESA.
lo que inmediatamente elnprendiel'oll su movi-
luiento retrógl'ado, dejando admirados ú los del
Vendée y á Canclaux en el mayOl' apuro. Tenían
aquellos sobre las armas cerca de 100 mil hom-
hres de los cuales un gran número estaba dcllado
de Vihiers y de Chemillé en frente de las COhUll-
nas de SaunlUl' y de Angers; otra porcion todavla
mas considerable se hallaba cerca de Clisson y de
lUontaigu contra ,Canclaux. Viendo (pIe eran tan
numerosos, decian las columnas de An~'ers y de


4.. "


Saumur quc el ejército de Maguncia se les cmbo-
caba alli contra ellos y se quejaban de quel el plan
los esponia á tener que haberlas con un enemigo
tan formidable. Sin embargo no habia una palahra
de cierto; sino que los del Vendée estaban prepa-
rados en todas partes y siempre en 111ucho núme-
ro para resistir á los r~publicanos. Acplcl lnismo
dia , lejos de dirijirse contra las colwunas de Hos-
signol marchaban contra Canclaux, y J)'Elbée y
y Lescure salían del alto Vendée para encontrarse
~oü el ejército de Maguncia.


Por una rara combinacion de sucesos, cuando
supo Rossignollas ventajas obtenidas por Canclaux
y que habia penetrado hasta el corazon del Vell-
dée, revocó sus primeras órdenes de retirada y
mandó á sus columnas que marchasen adel<tntc.
Las de Saumur y Angers, como situadas á su al-
cance maniobrahan sobre Doué y sohre los puel1-




CONVENCION NACIONAL (1793). 113
tes de Cé, equilibrándose las ventajas de una y
otra parte. El dia 18 quiso adelantarse la que Inan-
daba Santerre desde Vihiers hasta una corla al-
dea llamada Coron donde la artilleria, la caba-
lleria , y la infanteria se encontraron alnontona-
das en las calles., por las torpes disposiciones
que habia tomado el general, situacion tanto nlas
peligrosa cuanto la aldea estaba dOlninada. Quiso
Santerre reparar aquella falta y hacer retroceder
las tropas para ponerlas en batalla sobre una al-
tura; pero como Ronsin durante la ausencia de
Rossignol, creia tener una autoridad superior á la
suya echó en cara á Santerre que mandaba tocar
retirada y se opuso á ella. En aquel mismo instan-
te cargan los del Vendée sobre los republicanos y
ponen en desórden á toda la division. Habia en
ella una multitud de homhres í·ecogidos.como por
leva el dia que se tocó á rehato y estos fueron los
primeros á desbandarse huyendo precipitadamen-
te desde eoron á Vihiers., á Doué Y á Saumur. El
dia siguiente 19 nlarchan los del Vendée contra
la division de Angers mandada por Duhoux , y no
nlenos dichoso5 que el dia anterior rechazan á los
republicanos hasta Inas allá de Erigné y vuelven
11 apoderarse de los puentes de Cé.


No con menor actividad continuaban batiéndo-
se por la parte donde mandaba Canclaux, pues
en aquel mismo dia caen sobre la vanguardia de


VI. 8




114- REVOLUCION FRANCESA.
Kléber que constaba de unos dos mil honlhres 26
mil del Vendée, que se hallaban en las cercanias de
Torfou. Púsose Kléber en medio de sus soldados
y estuvo sosteniéndolos contra aquella multitud
que venia sobre ellos. Era el terreno en que se ba-
tian un camino dominado por alturas, pero á
pesar de toda esta desventaja de posicion se retiró
-con tanto órden como fiL'meza. Sin enlhargo ha-
hiendo sido desmontada una pieza de artilleria ,
no dejó de ocasionar confusion en sus batallones y
tuvieron que retroceder por la primera vez de su
vida. Al ver esto Kléber , conociendo la necesidad
de contener al enemigo, llalua á un oficial con
algunos soldados y les dice: amigos mios es úulispen.
sable que os sacrifilu.eis por la defensa general, y ellos
ejecutaron esta órclen con un heroísmo admirable.
Entre tanto llegó el cuerpo de hatalla y restable-
ció el combate, rechazando á los:del Vendé y per-
siguiéndolos hasta hastante lejos, con lo que que-
daron bien castigados de su pasajera ventaja.


Todos estos sucesos ocurrian el dia 19, a cuya
fecha todavia no les habia llegado á las colunlnas
de Luzon y Niort la orden para volver á marchar
adelante por causa de las distancias, cosa que tan
cara habia costado á las divisiones de Saumur y
de Angers. Continuaba Beisser en Montaigu for-
mando la derecha de Canclaux y se hallaba en
descubierto por aquella falta, y asi para ponerle




'CONVENt:ION NACIONAL (t 793) 115
aJ abrigo, le lnanU., Canclaux ([ue saliese de 1\lon-
t.aigu y se apl'oxituase al cuerpo de hatalla, alll1is-
mo tienlpo que dió órden á Kléber que se adelan-
tase hacia donde venia Beissel' para proteger su
lnovillliento. Mas este por dClnasiado descuido ha-
bia dejado DIal guardada su columna en Montai-
gu y la sorprendieron Lescul'e y Charétte en tér-
luinos que huLieran acabado con ella sin el cs-
fuerzo de dos batallones que á fuerza de oLstina-
cion contuvieron la rapidez de la persecucion y
del ataque. Mas no por eso dejaron de perder la
artilleria y los hagajes, echando á correr hasta
Nantes, donde les l'ecibió la "aliente reserva que
IuLia quedado para proteger aquella plaza. En-
tonces resolvió Canclaux rctirarse para no quedar
aislado en aquel país, espuesto á todos los ataques
de los insurgentcs. En efecto se replegó á Nantes
con sus valientes lUaguncianos , que no fueron ata-
cados, gracias á su aptitud iInponente, y lnas aun
á que no quiso Charétte unirse con Elhée y Bon-
champs para perseguil' á los republicanos.


Es evidente la causa que impidió el suceso de
aquella nueva espedicion contra el Vendée, y no
fué otra sino el descontento con que el estado rna-
yor de Saumur hahia mirado el plan de reunir
la columna de Maguncia á Canclaux. Sirviole de
pretesto el reves del 5 de setiembre para desani-
marse y renuncial' á semejante plan, dando con·




116 REVOLUCION FRANCESA.
tra-órden á las columnas de Sables, Luzon y la
Rochela, con lo que se halló en descubierto Can-
e laux, que habia principiado con tantas ventajas,
y llegó á verse en "una situacion muy dificil por la
última derrota de Torfou. Verdad es que cuando
el ejército de SaUUlur supo sus progresos, se puso
al instante en marcha desde aquella ciudad y
desde Angers para Vihiers y Chemillé ,y si no se
hubiera desbandado tan pronto, es probable que
1 a retirada de las álas del ejército no hubiera es-
torbado el suceso definitivo de la empresa. Así,
por demasiada prontitud en renunciar al plan
co ncertado, por la mala organizacion de las nue-
vas levas y sobre todo pOL' las muchas fuerzas de
los del Vendée , que tenían mas de 100 mil hom-
bres sobre las armas, hubieron de seguirse estos
reveses. Pero no contribuyeron á ellos ni tra1-
cion de parte del e~tado mayor de Saumur, ni vi-
cio que hubiese en el plan de CandatIX. El efecto
era sin duda funesto, porque esta nueva resisten-
cia del Vendée despertaba todas las esperanzas de
los contra-revolucionarios y agl'avaba estraordina-
riamente los riesgos de la república. Ultimamen-
te ya que los ejércitos de Brest y de Maguncia no
se hubiesen desordenado, por lo menos el de la
Rochela volvía á encontrarse desorganizado, pues
todos los contingentes {le la leva en masa se retira-
ban á sus hogares esparciendo el mayor desaliento.




CONVENCION NACIONAL (1793). 117
Inmediatamente empezaron á acusal'se unos á


()tros los dos partidos del ejército, y Philippeaux
como el mas fogoso escribió á la comision de salud
pública una carta llena de indignacion, en que
att'ibuia á traicion la contl'a órden dada á las co-
lumnas de la Rochela. Choudieu y Richard que
eran los comisarios de SaumlH' escribieron talnbien
respuestas iguallnente injuriosas y Ronsin echó á
correr al ministerio y á la comision de salud pú-
blica para denunciar los vicios del plan de campa-
lla. Dijo que Canclaux por elnpeñarse en maniobraL'
con masas demasiado grandes en el bajo Vendée
habia impelido toda la poblacion insurgente ha-
cia el pais alto, y ocasionado las derrotas de las
columnas de SaumUl' y de Angcl's. Ultimanlente
pag"ando calumnias con calumnias corl'espondió
Ú la acusacion de traicion con la de aristocracia,
y denunció á un luismo tiempo á los dos ejércitos
de Bl'e~t y de Maguncia diciendo que estaban lle-
nos de hombl'es sospechosos y mal intencionados.
Así se iba envenenando OlaS y nlas la enemistad
del pal'tido jacohino contra el que queria la dis-
ciplina y la l'egulal'idad en la guerra.


Casi al mismo tiempo se supieron en Paris la in-
concehible derrota de Menin, la inútil y mortífera
tentativa contl'a Pirmasens , los l'evesesen los Pil'i-
lleos orientales y el olal éxito de la última e~pcdi­
('ion contra elVendéc, todo lo cual causó la Jnas fu-




118 UEYO'LUCIO~ FRANCESA.
nesta impl'csion.Fuéronse esparciendo sucesivanlen-
te estas noticias desde el 18 hasta el 25 de setiem-
hre, y segun cnstumbre el temor escitó la violen-
€ia. Ya hemos visto como los rnas ardientes agita.-
dores se reunian entre los Franciscanos, que eran
mucho menos reservados quc los Jacohinos, y
mandaban en el ministerio en tiempo del débil
Uouchotte. El corifeo que tenian en París era Vin-
cent así como Ronsin lo era en el Vendée, y ambos
se aprovecharon de esta ocasion para renoval' sus
acostunllJl'adas quejas. Como inferiores á la con-
vencion todo su intento se dil'igia {\ sustI'aerse
de la i ncólnoda autoridad que ejercian los repre--
s~ntantes en los ejércitos, y en París la comisiolíl
de salud pública. Aquellos no les dejaban ejecu-
lar medidas revolucionarias con toda la violencia
(lile ellos deseahan,y esta últirna arreglando sobe-
I'anamellte todas las operaciones con arreglo á
ideas mas elcvatlas é janparciales ,los contl'adecia
sin cesar y era el ohstitculo que mas les incomo-
daha de todos. Asi les OCUITia muy á menudo que-
rel' ítH'ma¡' otro IIl1evo podel' ejecutivo segun el
lnétotlo adoptado pOI' la constitucion .


.\0 dejaba de ofrccer gl'andf~S peligros ponerle
e n[onces (;11 \' igol', s{\gun deseaban los arisiócra-
la., con nnla llltCllcioll ,pol'flue exigia nuevas elcc-
eiones, l'ccmpbzaha la convelJC10n por otra asam-
hlea (pte nccesari<uncntc habia de scr lllas inesper-




CO~TEXCIO~ NACIO~AL (1793). 119
fa, menos conocida en el pais ,y necesariamente ha-
bia de constar de todas las facciones á un tielnpo.
Conociendo este peligro los revolucionarios entu-
siastas, no solicitaban la renovacion de la repre-
sentacion nacional, sino Ítnicanlente que se eje-
cutase la parte de la constitucion que convenia á
sus miras. Hallándosc colocados casi todos en las·
oficinas solo qucrian (fue se fornlase un nlinis-
terio constitucional, independiente del podel' le-
gislativo, y pOl' consecuencia de la comision de
salud pública. Tuyo Vincent la audacia de que se
redactase una pcticion en los F l'aneiscanos, solici-
tando la organizacion del lninisterio constitucio-
nal y se retirasen los diputados que se hallaban en
comisiono Huho una discusion nluy acalorada y
Legendre que era anligo de Danton y ya un poco
aninconado entl'f~ aquellos cuya energia pr~ncipia­
La á enfriarse, se opuso á c1b ¡ull1fIue en vano, y
se adoptó la pClicion luenos en un articulo que
era el que solicitaba la vuelta de los r~presentan­
tes. Era tan cvillente la utilidad de estos y tan per-
sonal la clúnsula :que les concernia como n1Íeln .....
bros de la convencion, que no se atrevieron á
insistir en ella; Olas no por eso dejó de escitar
nlucho tumulto en Paris, y comprometió :seria-
mente la reciente autoridad de la comision de sa-
lud pública.


Ademas de estos violentos adversarios tenia la




120 REVOLUCION FRANCESA.
comision otros muchos entl'e los !nuevos modera-
dos á quienes se acusaba de que intentaban re-
producir el sistema de los girondinos y contrariar
la energia revolucionaria. Habiéndose pronuncia-
do fuertemente contra los:rranciscanos , los jacobi-
nos y los desorganizadores de los ejércitos, no ce-
saban de quejarse á la comision echándola en cara
que no se declaraba abiertamente contra los anar-
quistas.


Asi se encontraba espuesta á los tiros de los nue-
vos partidos que principiaban á formarse, y se-
gun costumbre se aprovecharon estos de las des-
gracias públicas para acusarla y condenar sus ope-
raciones, criticándolas cada uno á su lllanera.


Ya se sabia el dia 15 la d~rrota de Menin V
.J


princi piaban á susurrarse los úl timos reveses del
V endée, porque se hablaba vagamente de un mal
encuentro en Coron, en Torfou y en l\'Iontaigú.
Thuriot que no habia "querido ser lniembro de la
cOlnision de salud pública y ya pasaba por uno de
los nuevos moderados errlpezó á hablar al princi-
pio de la sesion contra los intrigantes y los desor-
ganizadores que acaba·han de hacer unas proposi-
ciones muy violentas con ocasion de las subsisten-
cias , y dijo: «Nuestras conlisiones y el consejo
C( ejecutivo se ven oprimidos por una multitud de
«intrigantes que no tienen otro patriotismo que
« su provecho. Si Señores, ya ha llegado el tiempo'




CONVENCI0N NACIONAL (1793). 12 f
c( de echar de ahi á :esos hombres de rapiña y de
« incendio que creen que la revolucion 'no se ha
« hecho mas que para ellos, mientras que el hom-
(e bre de bien ;y puro :no la defiende sino para la
« felicidad del género ¡humano. 1> Esto bastó para
que fuesen desechadas las proposiciones que ha-
bia :combatido Thuriot , y :entonces leyó Briez!,
que era uno de los cOlnisionados que estuvieron
en ~,Valenciennes una nIelnoria crÍtica'sobre las
~ ~


operaciones nlilitares, sosteniendo que nunca se
habia hecho mas que una guerra lenta y poco
apropiada al carácter fl'ances, que siempre se ha-
bian batido en detalle y en pequeñas masas y no
habia que echar la culpa á otra cosa que á este sis-
tenIa los reveses que se habian esperimentado.
Luego, sin- atacar abiertamente á la comision de
salud pública, insinuó que esta no habia dado
cuenta de todo á la convencion , y que, por ejenI-
plo habia habido en Donay u n cuerpo de seis mil
Austriacos á quienes se hubiera podido coger y
110 se habia hecho. Al oir esto la convencion le
nombró al mismo Briez adjunto á la :comision de
salud pública; mas al momento mismo llega el
por Inenor de las noticias del Vendé e por una car-
ta de l\Iontaigu y causan un estupor general. Uno
de los miembros que estaban presentes se levanta
en pie y dice: « En lugar de dejarnos intimidar
( por estas desgracias, juremos todos salvar la re-




122 REVOLUCION FRANCESA.
( pública.» Dichas estas palabras se puso en píe'
toda la asamblea y juró otra vez salval' la repúbli-
ca, cualesquiera que fuesen los peligros .,que la
amenazaban. Entonces entraron en la sala los
miembros de la comision de saluel pública que no
habían llegado todavia y tomó la" palahra Barrére
que era su orador ordinario y dijo: ({ Cualquier
c( sospecha que se dirija contra la comision de sa-
« lud pública seria una victoria para Pitt. No de-
« mos á nuestros enemigos la enonne ventaja de
« mancillar nosotros luismos la consideracion á la
«autoridad que está encargada de salvarnos.» Y
dando parte de las providencias que ya habia to-
lnado la comision continuó: « Hace nluchos dias-
('( que la cOluision tenia 1110tivos para sospechar
« que se habían cometido graves [altas en Dunker ...
(e que, donde hubieran podido ser esterminad05
« todos los Ingleses, y LUlnbicn en lUenill , donde
«no se llizo esfuerzo alguno para contener los es-
« traordinarios efectos del terror pánico. La conli-
« sion ha destituido á Houchard y al general de
« division Hedouville quc no hizo cn ~Ienin lo que
« debiel'a , é inrnediatamente se exarninal'á la con-
« ducta de estos dos generales. Despucs procederá
« la comision á depurar todos los estados 111ayores
« y todas las administraciones de los ejércitos. íHa
« puesto las escuadras sobre un pie tal que podrán
«: medir sus fuerzas con nuestros ellclnigos. Acaba




CONVENCION NACIONAL. (1793) 123
« de levantar un cuerpo de 18 mil hombres y ha
« ordenado un nuevo sistema de ataques en masa.
« Ultimamente quiet'e co·mbatir á Roma en la mis-
« ma Roma, y un cuerpo de 100 mil hombres irá
« á destruir en Londres el sistema de Pitt. Hacen
«pues muy Inallos que acusan á la conlision de
({ salud pública, que no ha cesado un instante de
« 11lerecer la confianza que la convencion la ha dis-
«pensado hasta aquí.»


TOlllÓ entonces la palabra Robespierre y dijo:
« Hace mucho tiempo que hay empellO en disfamar
« á la convencion y á la cOlllision depositaria de su
(( autOl'idad. Ese Briez que hubiera debido nl0rir
c( en Valcncienncs, salió cobardemente de alli pa·
«l'a yellil' r. Paris á servir á Piu y á la coalicion vi.
el lipendiando al gobierno. Pero no basta, aliadió ,
« que la convencion nos continue su confianza,
« sino que es precjso que la publique solemncluen·
« te, y rcvoque la decision que acaba de tomar re·
« lativamente {\ BL'iez 1l00uhrándole adjunto nues-
« tro. » Recibiose esta denlanda con grandes aplau-
sos, decidiendo que no fuese adj 11 nto Briez ,y de-
clarando por aclamacion que la cOlnision con-
servaha loda la confianza t!e la convencion na-
cional.


Estaban presentes en ella los nlOderados y vie-
ron que esta era una nueva derrota que se les sig-
nificaha, pero los adversarios Dlas temibles de la




124 REVOLUCION FRANCESA.
conlision , esto es ]os revolucionarios fogosos se
hallaban en los jacobinos y en los franciscanos.
Estos últimos eran los que mas recelo causaban y
por eso se fué Rohespierre á los jacobinos, donde
tenia el mayor ascendiente y allí desenvolvió la
conducta de la comision, justificándola de los do-
hles ataques de moderados y exagerados, mani-
festando el peligro de toda peticion dirigida á so-
licitar la formacion del ministerio constitucional,
diciendo: « Es necesario que algun gobierno su-
( ceda al que acabalnos de destruir, y debeis co-
({ nocer que el sistema de organizar en este momen-
({ to el ministerio constitucional, no es otra cosa
el: que destruir la misma convencion y descomponer
« la autoridad en presencia de los ejércitos enemi-
«gos. Solo Pitt pudiera ser autor de tal idea, y sus
« agentes son los que la han propagado y seduci-
«do á los patriotas de buena fe, y como siempre
« el pueblo crédulo y desgraciado se inclina á que-
({ jarse del gobierno que no puede remediar todos
( sus nlales, se ha convertido en eco fiel de sus
« calumnias y de sus proposiciones. Vosotros, ja-
« cohinos, que sois dClnasiado :sinceros para que
( nadie os corrompa y demasiado ilustrados para
« ser seducidos, vosotros defendereis á la montaña
« que se ve atacada; vosotros apoyareis á la comi-
« sion de salud púhlica á quien intentan calumniar
«potra perderos y asi es como se tt'innfará de to-




CONVENCION NACIONAL (1793). 125
«das las in trigas de los enemigos del pueblo.»


Aplaudiéronle mucho asi á él como á la comi-
sion ,y no se volvió á habl:n de la tal peticion de
los Franciscanos, quedando por consecuencia re-
ducido á la nada todo el ataque de Vincent.


Entretanto era muy urgente ton1ar un partido
en lo que decia referencia con la constitucion, por
que era muy peligroso ceder el puesto á los nuevos
revolucionarios equivocos,desconocidos, probable-
men te opuestos en las opiniolles,como que vendrian
de todas las diferentes facciones que reinaban y eran
opuestas á la con vencion. Era indispensable declarar
á todos los partidos que se queria conservar el poder
y que antes de abandonar la república á si misma
y á la accion de las leyes que se acababan de pro-
mulgar para ella, se gobernaria revolucionaria-
mente hasta haberla sal vado. Ya se habian dirijido
muchas representaciones á la convencion, instán-
dola á que conservase su puesto; mas el día 10de
octubre,llevando la palabra Saint Just en nombre
de la comision de salud pública, propuso otras
varias medidas gubernativas. Principió por hacer
una pintura muy triste del estado de Francia,
cuidando de recargar el cuadro con los sombrios
colores de su imaginacion melancólica y á fuerza
de talento y aprovechándose de algunos hechos
que eran den1asiado ciertos, produjo una especie
de terror en los ánimos. En seguida presentó, é




126 REVOLUC10N FRANCESA.
llizo adoptar un decreto que comprendia las dis-
posiciones siguiente~. Por el priuler artículo se
declaraba el gobierno de Francia revolucionario has-
ta la paz, lo cual significaba inlplícitamente que
por ahora quedaba suspendida la constitucion , y
se instituia una dictadura estraordinaria hasta que
cesasen todos los peligros. Esta dictadura quedaba
en n1anos de la convencion V de la comision de


.'


salud pública, por que decia el decreto: {( El conse-
« jo ejecutivo, los ministros, los generales, y to-
({ dos los cuerpos constituidos, quedan bajo la vi-
« gilancia de la comision de salud pública, quien
« cada ocho dias dará cuent.a á la convencion. »
Ya henl0s esplicado anteriormente como la tal vi-
gilancia se convertia e n autoridad suprelua, por-
que asi los ministros como los generales y dernas
empleados tenian que sometel' sus operaciones á
la comision , y acabaron por no atreverse á obrar
de movin1Íento propio sin aguardar las órdenes
de la misma. Luego se decia: ({ Las leyes re-
( volucionarias deben ejecutarse rápidamente,
« porque habiendo sido la inercia del gobierno
« ~ausa principal de todos sus reveses, deben fijar-
ce se de un modo exacto los términos en que hayan
« de ejecutarse dichas leyes, hien entendido que
« la violacion de estos términos será castigada co-
fl mo un atentado á la libertad. » Luego se siguie-
ron algunas providencias sobre el surtido de víve-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 127
res, porque decia Saint Just que el pan era el dere-
cho del pueblo. Luego que se concluyó definiti-
vamente el cuadro general relativo á subsisten-
cias, era necesat·io enviarlo á todas las autorida-
des, á fin de que se calculase aproximativamente
y se asegurase lo que necesitaban los departamen-
tos; mas en cuanto á lo superfluo que hubiese en
cada uno de ellos, habia de quedar sujeto á las
requisiciones, tanto para los ejéreitos conlO para
las provincias que careciesen de lo necesario. Es-
tas requisiciones las arreglaria una comision de
subsistencias, y Paris debia ser considerado como
una plaza de guerra surtida para un año desde
el priJnero de lnarzo siguiente. Ultimamente se
decretaha la institucion de un tribunal qu~ habia
de verificar la conducta y riqueza de todos los que
hubiesen manejado fondos públicos.


Con esta inlportantísima decIaracion quedaba
compuesto el goLierno mientras durase el peli-
gro, de la comision de salud pública, de la de se-
guridad general y del tribunal estraordinario, lo
cual equivalia á declarar la revolucion en estado
de sitio yaplicarla las leyes estraordinarias pro-
pias de semejante estado mientras suhsistiese. Se
añadieron á este gohierno estraordinario diferen-
tes instituciones que se habian reclamado mucho
tiempo antes, y llegado á ser inevitables. Por
ejenlplo, se pedia un ejército revolucionario, es




228 REVOLUCION FRANCESA.
decir una fuerza especialmente encargada de ha-
cer que se ejecutasen las órdenes del gobierno en
lo interior; y aunque mucho tiempo antes estu-
viese decretada, se organizó pOI' fin por el nuevo
decreto de 3 de setiembre. Componiase esta fuer-
za de seis núl honüwes y mil doscientos artilleros,
estando en la obligacion de salir de Paris cuando
se la quisiese enviar á las ciudades donde fuese
necesaria su presencia, y pernlanecer de guarni-
~ion en ellas á costa de los habitantes mas ricos.
Pretendian los franciscanos que se nombrase una
en cada :departamento, pero se opusieron á ella
diciendo que seria volver al federalismo si á cada
departamento se le conferia una fuerza individual.
Tambien solicitaron los mismos que á cada desta-
camento del ejército revolucionario se agregase una
guillotina con ruedas, porque tales son las ideas: de
un pueblo cuando se le deja entregado á si mismo.
Desechó la convencion todas estas petlelOues
y se atuvo á su decreto, quedando Bouchotte en-
carga~lo de componer aquel ejército, que en efec-
t(lo fue de todos los pillos que habia en Paris, y
estaban siempre dispuestos á servir de satélites á
toda autoridad dominante. Por lo que hace al esta-
do lnayor se llenó de jacobinos y mucho mas de
franciscanos, sacando á Ronsin y á Rossignol del
Vendé e para ponerles á la cabeza de aquel ejército
l'evolucionario. Presentó á los jacobinos la lista del




CONVENCION NACIONAl. (t 193). 129
'es-tado mayor y sujetó á cada oficial á que suft'iese
la pl'ueba del escrutinio., y en efecto no quiso fil-
mar el nombramiento (le ninguno sin que . hu-
biese sido aprobado por la sociedad.


Tambien se añadió á la cl'eacion del ejércite re-
volucionariG la ley sobre wspechosos., tantas veces
pedida y ya resuelta en el fondo el dia lnismo
que se acordó la leva en masa. Por lo que hace al
tribunal estraordinario ., por mas que estuviese 01'-
ganizado de modo que pudiese proceder por siln-
pies probabilidades., todavia no satisfacia del todo
aquellas imaginaciones revolucionarias., sino que
!)retendian poder encerrar á todos los que no de-
biesen ser condenados ú muerte y exigian ciertas
disposiciones que perrrlitiesen asegurarse de su.;;
personas. Era demasiado vago el decreto que po-
nia á los aristócratas fuera de las ley') y exigia las
formalidades de un juicio., mientras que lo que
se intentaba era llevar inlnediatamente á la car-
cel á cualquier individuo que por la sin1ple de-
nuncia de las comisiones revolucionarias., fuese
declarado sospechoso. Efectivamente se decretó el
arresto provisional hasta la paz de todos indivi-
duos sospechados., cuyo decreto espedido el17 de
setielnbre , es conocido con el nombre de Ley de
los sospechosos. Eran considerados como tales; 1.0 los
que pOL' su conducta ó por sus amistades., COll-
,'ersaciones ó escritos hubiesen parecido ser incli-


\' l. 9




130
nados á la Lil'ania , al federalisnlo, Ó fLH~sen ene-
lnigos de la libel'tad ; 2.° los que no pudiesen jus-
tificar del modo que prescribe la ley de 20 de
lnarzo último, sus medios de subsistencia y el
cumplimiento de sus obligaciones cívicas; 3.0 to-
dos aquellos á quienes se hubiese reusado la cer-
tificacion de civismo; 4.0 los empleados públicos
que hubiesen sido suspensos de sus elnpleos por
la convencion nacional ó por comisionados suyos;
5.° los antiguos nobles, maridos, esposas, padres,
luadres, hijos ó hijas, hermanos ó hermanas ó
agentes de los emigrados, que no hubiesen cons-
tantenlente manifestado adhesion á la revolucion;
6.° los que hubiesen emigrado en el intú'valo des-
de elLo de julio de 1789 hasta la publicacion de
la ley de 8 de abril 1792 , aunque hubiesen vuel-
to á entrar en Francia en los términos señalados.


Debian ser encerrados los presos en casas na-
cionales y guardados á costa suya, concediéndose-
les la facultad de trasladar á dichas casas los mue-
bles de que tuviesen necesidad. Las comisiones
encargadas de decretar su arresto, no podian ha-
cerlo sino por mayoria de votos quedando en la
obligacion de enviar á la comision de seguridad
general la lista de todos los sospechosos y los mo-
tivos de su arresto. Estas cil'cunstancias hacian ya
bastante dificil el desempellO de semejantes car-
gos que pedian un trabajo continuo, y ,'inieron á




CONVENCIO~ NACIONAL (1793). t 31
ser una especie de carrera que necesitaba sueldo,
y así desde entonces se les concedió una asigna-
cion para indemnizarlos.


Todavia hubo que añadir á fuerza de instancias
:(lel ayuntanliento otra medida contra los sospe-
chosos que hacia mas lamentahle su suerte, y fue
la revocacion del decreto que prohibia hacer vi-
sitas domiciliarias durante la noche. Desde aquel
mismo instante todo ciudadano sospechoso no pu-
do contar can un solo instante de tranquilidad por,
que podian perseguirle á cualquiera hora. Aun .....
que antes estuviesen encerrados en casuchas y es-
condites, que la necesidad les habia hecho buscarA]
por lo menos respiraban el aire libre durante la
noche, mas en el dia les era imposible y como los
arrestos no cesaban ni de dia ni de noche, no tar-
daron en llenarse de sospechosos todas las cárce-
les de Francia.


Todos los di as se reunian las asambleas de sec-
cion , pero no podia el pueblo bai o asistir á ellas
pOl' falta de tiempo y asi no pasaban generalmen-
te la,s medidas violentas y revolucionarias. Por tan-
to se decidió á propuesta de los jacobinos, del
ayuntalnienio y de los ft'anciscanos') que no hubie-
se tales juntas sino dos veces á la semana y que to-
do ciudadano que concurriese á ellas recibiese dos
pesetas de propina por cada asistencia. Este era el
medio mas seguro de que no faltase el pueblo sin




132 RE"OLUCION FRANCESA.


l'eUntrse l\elnasial\o á menudo, y pagándole el
tiempo que perdía. Los revolucionarios Inas fogo-
sos pusieron el grito en el cielo de que se entra-
vaba su celo limitando á dos veces por semana las
juntas de seccion , y asi hicieron una representa-
don quejándose de que se atentaba á su soberanía
con impedil'\e que se l'euniera siempre que \0 tu~
viese por conveniente. El autor de esta nueva re-
presentacion fue el joven Varlet, pero no se hizo mas
caso de ella que de otras muchas que dictaba la
efervescencia revolucionaria de aquel tiempo.


Por estos medios quedaba montada la máquina
gubernativa en sus dos ramos mas esenciales que
eran la guerra y la policia. En la convencion dirijia
todas las operaciones militares una comision que
elegia los generales y toda especie de empleados,
y podia valiéndose del decreto de la requisicion
permanente disponer á su arbitrio de las cosas y
de los hombres; lo cual ejecutaba, ya por sí mis-
ma ya por medio de los representantes que se ha~
Ilaban en comision •. Bajo las órdenes de esta co-
Inision desemperlaba la de seguridad general la
direccion de la alta policia y se servía para ella de
la vigilancia de las comisiones revolucionarias que
habia en eacla pueblo. Cualquier individuo por li-
jeramente sospechado que estuviese, no digo de
hostilidad, mas de simple indiferencia, era inlne~
«liatamente encerrado; los demas que es hallahan




CONVENCION NACIO~.\I. (1793). j 33
gl'aVenlente cOlnprometidos el'an irremisibleUlente
entregados al tribunal eSlraordinario, aunque por
fortuna habia todavia pocos de estos últimos COlllO
que hasta entonces eran en muy corto número las
condenaciones que habia pronunciado aquel tri-
bunal. El ejército especial destinado á hacer que
se ejecutasen las órdenes del gobierno, era una
especie de columna movil ó gendarmeria de a(Iue!
régimen, y últimamente el pueblo á quien se pa-
gaba para asistit, á las secciones, estaha sieolpre
dispuesto á defenderlas. Asi la guerra, la policia
y todo venia á parar á la comision de salud públi-
ca. Dueña absoluta de cosas y personas, con la fa-
cultad de requisicionar todas las riquezas, pudien-
do enviar á los ciudadanos á los campos de bata-
lla, al cadalso ó á los calabozos, ejercia en la rea-
lidad una dictadura tan soberana como terrible.
Verdad es que cada ocho di as tenia que dar cuen-
ta á la convencion de sus tareas, pet'O sienlpre era
aprobada la tal cuenta porclue la opinion crítica
solo se ejercia en los jacobinos, de quienes dispo-
nía Robespierre desde que entró en la sociedad.
La única oposicion que tenia aquel poder era la
de los 111oderados que pecaban por corto y los
nuevos exagerados que talnbien pecaban por lar-
go ,pero que unos y otros eran poco temibles . .,


I


,.. Supouemos que el utento lector )lO pasad pOI' alto en
esta llueva coneentracioll de poderes la tendencia hacia la




f34 IlE\'OLllC\O~ FRANCESA.
Ya henl0s dicho «(ue RolJespierre )' Carnot file-


ron agregados á fa cOluision de salud pública en
lugar de Gasparin y Turiot que ambos estaban en-
fermos. Trajo Robespierre con sigo su poderoso in-
flujo, y Cuenot sus conocimientos militares. Que-
l'ia la convencion poner ani tambien á Danton
como cólega de RoLespierre y rival suyo en repu-
tacio11; 111as hallándose fastidiado aquel de traba-
jary reconociéndose poco á propósito para los PO'f-
menores administrativos, y bastante disgustado
tambien de las cahuunias de los partidos, no qui-
so peetenecer ya á ninguna comisiono Habia he-
cho ya 10 hastante en fayor de la rcvolucion sos-
~eniendo los únirnos en todos los dias de peligro,
dando la pri.mera idea .le! trihunal revoluciona-
rio, del ejérci lo t~llnLicll revolucionario, de la
rcquisicion perrnanente, del ilnpuesto sobre los-
{'ieos y de Lis do.; pesetas por sesion ú todos los
llliernhl'os de las secciones. Era por fin autor


unidad guhemativa que se iba dcsalTollando en Francia á to-
da prisa, y (lile sllct'sivamcute la condujo al triunvir:lto, al
directorio, di cOllsulado y al impcrio, Todos los historiadores,
incluso lU. Thie!':-i, aguardan á señala/' esta tendencia en el 18


...


de brllmario y la suponen tan repentilla como un rel<impago,
cuando realmente no fue mas fIue el último escalon de la pen-
diente (Iue priucipió en la caída de los girondinos, únicos
-verdaderos rqlLlblicLlno:, (11lC hubo el] l'rallcia.


(N, tld T.




COIHE:\'CIO~ NACJO~AL (1793). 135
{le todas las rnedidas, que si llegaron á ser crue-
les cn la cjccucion, á lo luenos connulicaron
ti la revolucion aquella cnergia que la sacó á
salvo ... Principiaba ya Danton en aquella época
Ú no ser tan necesario, porque desde la prinlCra


* Estamos tan distantes de convcnil' Cll esta l'eflexion con
el dictámcll oe MI'. Thicrs , que antes bien nos hallamos l1las
persuadidos (jlle nUlIca de (jlle las cntel(hllles del régimen ti-
rúnico de los j;¡co!Jiuos , lejos de s;tlvar la revolucioll , no hi-
cicron lilas que pl'olollgarla y hacc!' ahorrecible la libcrt,ut
entonces y par-a lo sucesivo. La rc\'olucioll pl'opiamc:ltc di-
cha fue completamente consumada por los girondinos qne
eran los que habian conocido la índole de las opiniones del
pueblo francl's, y los (Iue lejos de hacer sucumbir las ideas
liberales en f,'allcia, como sucumbieron ~í fllcrza de sangre,
milI (> inhumanallll'nte oCIT<lmada, las hubierall propagado
con rapidez por toda Elll'opa , no sac<tudolas de la línea de la
.azon, que ('S h:úlJica fuente de donde reciben toda su fuer-
za. Tal vez alude l\Ir. Tllicrs <l los gigantescos esfuerzos mili-
tares y económicos fIlic dicto la violencia pOI' medio del terrol'.
Pero JUIl en estos mismos 110 vemos mérito alguno en ~\(Iuclla
institucioll dictatorial I'c('ollcentratla en la comision ele salud
pública: el1 pl'illlel' lugar POI'(IlIe todas las dificultades y obs-
tiÍculos, como ya hemos dicho en otra parte, fueron cl'cados
esclusivallH..'utc pOI' los jacobinos, no pOI' la l'evoluciol1 ni me ..
no:; por la liberLHI. En segundo, porque esas medidas econó-
micas de (lllC tanlo hOllor se hace á Cambo n , ni fueron COI1l-
hinacion suya, sino Lt cópia de lo (IUC pasaba en Inglatel'ra
con sus rentas dd banco, ni hubieran debido ejt'clltarS(~ sino
pOl' quienes tenían la voluntatl y el podcl' de pedir la bolsa ó
la l'irla, pues esto y no otra cosa fue 1" célt-bre teoria de los




t36 IUfVOLOCION FUANt:ESA.
invasion de los Prusianos habían sido tanto 1m,
peligros, qne ya esta'han a{:ostumhrados ú dlo-s.
A él le repugnaban las venganzas ({ue se prepa-
rahan contra los gil'ondinos; acababa de casarse'
con una jó\'en de quien estaha enmnorado, y ir


a~igllados. En cuanto á los sucesos militares de u(Jud tiempo
todos fueron debidos ¿i la ciencia individual de Cal'llot «Iue
jamas quiso sel' jacobino ni fl'ancisrano) , alpaso (Iue las der-
rotas y reveses que pa(Teciel'oll los <'jél'citos rqHlhli('anos en
d Vcndée y en el Norte tod'os tllvÍcron porcéllIsa inmediata
la insubordinacion, la insolencia, 110 pocas veces la cohalY -
dirt'y siemlJl'c la ignorancia de los jacobinos y de casi todos
sus gefes. Lo único en que no puede negiÍrscfes qnc tuvieron
toda la parte de gl<wia que se les quiera conceder file rn los
rl'Ímenes. Estos si que fueron psclusivanwllte suyos, asi corno
la pérdida de la libertad para la gClleracioll que la habia com-
prado con Sil sangre. Quítese á Carnot de la comisioll de saluú
pública y se ved de qu& huhieran sCl'Vido esos nécios man-
dalos de "enCC1' para tal dia fijo y otras vaciedades semejan-
tes. Muy Ucil es rodéa/'sc de "enTugos dándoles parle en los
despojos de las víctimas: tampoco es dificil hacerse gr.llo al
populacho señalitndole un salal'Ío para que no trabaje y devo-
re lo que poseen los <lemas: tampoco se necesita gran valor
para ir sacando y degollando á muchos miles de hombres en-
cen'ados en las ('¿[recles ; pero teller la energia- necesaria para
COll(lui::>tar el derecho, mantenerse en él y defenderle sin (lue-
bl'anLlrle, esto e~ lo dificil y lo glorioso y fo etel'namente
laudahle. No la otra energia que solo se cifra en cubrir COIl
la m~isca/'a del patriotismo las mas rllines pasiones del corazon
humano y los V(;l'ti·ros sall,ruillarios de 1<\ cmbriacrucz enfu-· b • b o
rccida. (N. del T.)




CONVf;NCI0N NACIONAL (1793). 137
quien dotó con el dinerO' robadO' en Bélgica, se-
gun dicen sus enelnigos , Ó cO'n el reembO'lsO' que
se le dió de su empleO' de abO'gadO' del cO'nsejO';"
padecía, cO'mO' Mirabeau y ~Iarat una enfermedad
inflamatO'ria y últimamente necesitaba descansar,
por lo cual pidió una licencia para ir á Arcis-sur
Aube que era su pueblO' y gO'zar del campO' á que
era muy apasiO'nadO'. Le habian aconsejadO' este
viaje cO'mO' medio de poner términO' á las calum-
nias, tantO' mas cuantO' ya podia asegurarse la vic-
~oria de la revO'luciO'n sin auxilio suyO', pues bas-
taban para ellO' dO's meses de guerra y energia,
y él se proponía volver despuC'S de la victoria á
interponer su poderO'sa voz en favor de lO's venci-
dos y en el de un órden de cosas menos violento.
¡ Vana ilusion de la pereza y del desalientO', por-
que abandO'nar pUl' dos meses, y aun por unO' SO'-"
lo una revolucion tan rápida, era lo misnlO que
cO'nvel,tirse en estraña y abdicar tndO' su poder!


Reusó pues Danton entrar en la comision de sa ..
lud púhlica y obtuvO' la licencia que pedia, y en
consecuencia se nombró adjuntos de ella á Billaud
Varennes y ColIot d'Hcrbois, de IO's cuales el
prÍlnero la servia cO'n su caráctel' friO' é implaca-
ble, y el O'tro con su furia y su influjO' entl'e lO's
turbulentos franciscanos. Tambien se refO'rmó la
cO'mision de seguridad general, reduciendO' á 9
el númerO' de lO's 18 miemhrO's que la compo-




138 r(EVOLUCIO~ FHANCESA.
nian ,y eligiendo los mas severos de entre ellos ..


Mientras que se organizaha el gohierno de esta
manera tan fuerte') iha manifestantlo mucha ma~
JO~ ene\'~ia. en toda.<:, <:,u<:, "\'e~()\uci()nes. No \la)Jian
producido todavía sus resultados las grandes pro-
videncias tOlnaclas en el mes de agosto, porque
aunque atacado el Vendé e segun un plan regular
habia opuesto resistencia, y por otra parte el re-
ves de l\Ienin hahia hecho perder ¡casÍ todas las
ventajas de la victoria de Hondtschoote y se nece-
sitaban nuevos esfuerzos. El entusiasmo rcvolu-
cionario inspiró la idea de que la voluntad tenia
en la guerra como en todo un influjo decisivo, y
por la primera vez se le mandó ú un cjército que
venciese en un tiempo detcnninado,


Todos los peligros de la república se velan rc-
concen tl'ados en el Vendée, y así decía Barrére:
« Destruid el Vendée, y vereis como ni Valencien~
« nes ni Condé están en poder de los Austriacos.
« Destruid el Vendée y vereis que los Ingleses no
«vuelven á pensal' mas en Dunkerque. Destruid
« el Vendée, y el Rhin se quedará libre de Pl'usia-
« nos. Destruid el Vendée y la Espaiia se verá apu~
«rada y aun conquistada por los mCl'idionales
« reunidos á los soldados victoriosos de lUortagne
« y de Cholet. Destruid el Vendée, y una parte de
«ese ejército del intcrior irá ú reforzar aquel otro
({ tan valiente del Norte, tan frecuentemente ven-




tO~\'ENCION NACIONAL (1793). 139
« diclo y tantas veces desorganizado. Destruid el
( Vendée, y cesará la resistencia de Lyon, y To-
«Ion se levantará contra los Es pañoles y los In-
f( gleses ,asi como el espíritu de Marsella se eleYa~
«rá á la altura de la revolucion republicana. Ul-
ti: timamente cada golpe que deis en el Vendée, re-
e( sonal'á en las ciudades rebeldes, en los departa-
« mentos federados yen las fronteras invadidas ...
({ El Ventlée y siempre el Vendé e ... alli es donde
« se necesita dar el golpe desde aqui al 20 de oc-
« tubrc , antes del invierno, antcs que se pongan
( im practicables los caminos, antes que los bandi-
( dos encuentren su ilnpunitlad en el clima y en
t la estaciono


« La comision ha visto con su rápida y vasta in-
teligencia todos los vicios del Vendée en estas po-
cas palabr as :


( Demasiados representantes;
« Demasiada division moral;
« Demasiadas divisiones nlÍlitares;
«Dell1asiada indisciplina en los triunfos;
({ Demasiados partes falsos en la relacion de los


acontecill1ientos;
({ Demasiada avaricia de dinero en una parte


de los gefes y de los administt'adores. })
De resultas de esta esposicion redujo la con-


vencion el número de sus cOlnisionados, reunió
los dos ejércitos de Brest y de la Rochela en uno




140 REVOLUCION FRANCESA.
solo con el nombre de ejército del Oeste y dió el
mando de él, no á Rossignol ni á Canclaux sino á
Lechelle 23 que estaba de general de brigada en
la division de Luzon. Ultimamente uetenninó el
dia en que habia de concluirse la guerra y era el
del 20 de octubre, acompañando á este decreto
de 1.°:del mismo mes, la siguiente proclama:


LA CONYENCION NACIONAl. AL EJÉRCITO DEL OESTE.


« Soldados de la libertad, es indispensable que
ti: los bandidos del V endée queden esterminados
([ antes que concluya el mes de octubre. La salud
« de la patria lo exige, la impaciencia del pueblo
( Frances lo manda y su valOl~ debe cumprirlo,
<r para aquella epoca espel'a la gratitud nacional
« á todos aquellos cuyo valor y patriotismo hu-
({ hiesen afirmado para siempre la libertad y la
( república. » .


No menos prontas y enérgicas fueron las pro-
videncias que se tomaron en el ejét'cito del Norte
para reparar el reyes de Menin y decidir nuevas
victorias. Houchard fué desti tuido y arrestado, y
se nombró general en gefe de Jos ej~l'cif os del Nor_
te y de las Ardenas al general Jourdan que habia
mandado el centro en la hatalla de Hondtschoote,
con orden de reunir en Guise masas considerables
para hacer una irrupcion contra el enemigo. Era
universal el grito contra los ataques en pequeño,




CONYENCION NACIONAL (1793). 141
Y sin juzgar el plan ni las operaciones de Houchard
al rededor de D'unkerque, se decia que no se ha-
bía batido en nlasa, prefiriendo esclusivamente
este género de combates, mas propios, segun de-
cian al ímpetu del carácter frances. Se habia pues-
to en marcha Carnot para Guise, con intento de
concertar con Jourdan un nuevo sistema de guerra
enteramente l~evolucionario. Tambien se habian
agregado tres nuevos comisionados á Dubois-Cran-
cé para hacer las levas en masa y precipitarlas
contra Lyon, y se le recomendaba que renunciase
al sistema de ataques metódicos, y diese el asalto
á la ciudad rebelde. De este modo se duplicaban
en todas partes los csfuerzos para terminar glo-
riosamente la campaña.


Pero es el caso qUf~ .los rigores eran siempre
compañeros inseparables de la energia, pues el
proceso de Custine que tanto se retardaba contra
el deseo de los Jacobinos, se habia principiado
por fin y se iba llevando con toda la violencia y
barbarie de las nuevas formas judiciales. Todavía
no había subido al cadalso ningun general en ge-
fe, y estaban impacientes por ver derribar algu-
na cabeza elevada y por ver plegar el cuello de
los gefes de los ejércitos ante la autoridad popu-
lar, sobre todo deseaban con ansia que alguno
de los generales espiase :la desercÍon de Dumou-
riez y eseojieron á Custine que se le asemejaba




142 REYOLUCION FRANCESA.
en opiniones y senlimientos. Habian escojido pa-
ra prenderle ellTIomento en que estando encarga-
del nlando del ejército del Norte habia venido
por algunos dias á Paris á concertar sus opera-
raciones con el ministerio, y habiéndole encel'ra-
do por de pronto en una carccl, no tardaron en
solicitar y obtener el decreto tIc su traslacÍon al
tribunal revolucionario.


Es menester no olvidar la campafía de Custine
en el Rhin. Encargado del mando de una division
del ejército, habia encontrado á Spira y 'Vormes
poco vigilados, porque presurosos los coligados
de marchar á la Champaña habian descuidado
sus alas y sus espaldas. Entonces los patriotas
Alemanes acudieron de todas partes ofreciéndole
sus ciudades, y en efecto se adelantó entrando
en las dos ya dichas y dejó de tomar á lUanheim,
que estaba en el camino, respetando la neutrali-
dad del elector palatino, y tambien por temor de
que no podria ocuparla con facilidad. Ultimamente
llegó á ~Iaguncia, se apoderó de ella; regocijó á
la Francia con inesperadas conquistas, é hizo que
le confiriesen un mando independiente del de
Biron. En aquel nlismo momento acababa Dumou-
riez de rechazar á los Prusianos hasta el Rhin, y
Kellermann se hallaba en Tréveris. Debia enton-
ces Custine bajar por el Rhin hasta Coblentz , reu-
nirse con Kellermann, y hacerse dueño de la de-




COX,'ENCION NACION . .\.L (1793). 143
Techa de aquel rio, cuyo 'plan cstaha apoyado en
mil razones. Los habitantes de Cohlentz, los de
Saint-Goard, y los de Rhinfelds clamahan por
Custine y no se sabe hasta donde hubiera podido
ir continuando por el curso del Rhin. Tal vez
habría podido bajar hasta Holanda; pero tam-
bien le llalnahan á gritos nuestros patriotas del
interior de Alenlania, porque se les fignraba al
verle avanzar con tanta osadia, que traia consigo
100 mil hombl'cs. Mas él estaba muy contento de
haber penetL'ado en territorio enemigo, y esto de
verse del otro lado del Rhin, lisonjeaba mas la va-
na imaginacion dc Custine. Pasó á Francfort á sa-
car contribuciones y vejar á los habitantes con
muy poca politica, y alli misnlo volvieron á soli-
citarle de nuevo. Habia Jocos que le instaban á
fIue fuese hasta Cassel en el centro de la Hesse elec-
toral á coger el tesoro del elector, mientras que el
dictámen mas prudcnte del gobierno frances, era
que volviese al Rhin y marchase hacia Coblentz.
Pero el no escuchaba nada y estaha soiiando con
hacer una revolucion en Alemania.


Entre tanto:no dejaba de conocer el peligro de
su si tuacion, porque no ignoraha que si al
elector le ocurl'ia romp~r la neutralidad, se veria
su espalda amenazada por Manheim, y hubiera
deseado tOInar aquella plaza que le ofrecian, y 110
se atrevía á hacerlo. Estando para ser atacado en




REVOLUCION· FRANCESA.


li'rancfort donde no podia sostencl'se, no queria
abandonar aquella ciudad ni entl'ar en la linea
del Rhin por no perder sus imaginarias conquis-
tas , ni mezclarse en las operaciones de los demas
gefes bajando hacia Coblentz. En esta situacion
fue sorprendido por los Prusianos, perdió á Franc-
fort, le obligaron á retroceder hacia Maguncia,
cuya plaza estuvo indeciso de conservar ó no, me-
tió en ella alguna artilleria que habia tomado en
Strasburgo, y tardó mucho en dar órden para sur-
tiria de provisiones, de modo que en medio de
aquellas incertidulnbres fue sorprendido segunda
vez por los Prusianos. Se apartó de Maguncia y lle-
no de tenI0l' creyéndose perseguido por t 50 mil
honlbres, se retiró á la alta Alsacia, casi hajo el
cañon de Strasburgo. Situado en el alto Rhin con
u n ejército bastante considerable, hubiera podi-
do marchar sohre Maguncia y poner entre dos fue-
gos á sus sitiadores, pero nunca se atrevió á ha-
cerIo; en fin avergonzado de su inaccion, <lió un
ataque desgraciado el 15 de mayo, en que fué ba-
tido y se dirigió con mucha pena al ejército del
Norte, donde acabó de perderse por conversacio-
nes moderadas y por un consejo lTIUy prudente,
cual era el de reorganizar el ejército en el Call1pO
de Cesa!' en vez de hacer que le batiesen inutil-
nlellte por ir á sOCOrt'er á Valenciennes.


Tal fue la carrera de Custine ,en la cual huho




CONVENCION NACIONAL (1793). 14.5
sin duda muchas faltas, pero ni siquiera un aso-
mo de traiciono Diose principio á su proceso y con-
vocal'on para deponer en él á los representantes
que habian estado en comision, á los agentes del
poder ejecutivo, enemigos mortales de los gene-
l'ales, á oficiales descontentos,.á individuos de los
cluhs de Strashurgo, Maguncia y Cambray , y úl-
timamente al terrible Vincent., que era el tirano
de la secretaria de guerra en tiempo de Bouchotte.
Era una cuadrilla de acusadores que no hicieron
mas que acumular cargos injustos y contradictD-
l~OS., reconvenciones enteramente agenas de una
verdadera crítica militar, pero fundadas en des-
gracias accidentales de que ninguna culpa tenia
'el general y que jaInas debieron ilnputársele. Iba
l'espondiendo Custine con cierta vehemencia mi-
litar, pero eran tantas y tates que no le era posi-
hle hacer frente á todas. Los jacobinos de Stras-
burgo le decian que no habia querido ocupar las
gargantas de Porentruy , á pesar de haberle dado
Luckner la órden paL'a ello; y él probaba inutil-
1l1ente que era imposible. Un alcmall le echaha
-en cara no haber tomado á l\1anhein, por filas que
él se le ofrecia, y Custine se disculpaba con la
neutralidad del electol' y las dificultade.'i del pro-
Jccto. Los habitantes de Coblcntz ,de Rhinfelds,
de Darsmstadl, de Hanau, y de todas las ciuda-
des fIue habian querido enlreg'arse á él, le acusa-


n. 10




146 llEYOLUCION FIlANCESA
1)all todos á un tielnpo de que no había querido
consenlil' en ocuparlas. No se defendió Lien en el
punto relativo á no haber querido ir á Coblentz,
"Y a.un ca.lum.niaba. á Kelle~m.<\..""-""- ~"\l..~~",-~~ ~~~"-~ ~~~
no había querido ayudarle; mas en cuanto á no
haber querido ocupal' las otras plazas decia con
Dlucha razon {lue le estaban llamando de tantas
partes, que hubiera 'sido preciso ocupar cien le-
guas de pais para satifacerlas. l\fas lo estraño es
que al misnlO tiempo que se le reconvenía de no
haber tomado tal ó cual ciudad ó sacado contribu-
ciones de esta ó de la otra, le aCl'iminaban de ha-
ber ocupado á Francfort y saqueado á los habitan-
tes, de no haber tomado las disposiciones necesa-
rias para resistir á los Prusianos, y de haber es-
puesto á perecer la guarnicion fl'ancesa. El valien-
te Merlin de Thionville, que era uno de los que
deponian contra él , le justificaba sobre este pun-
to con tanta lealtad como razon, pues decia que
aunque hubiese dejado 20 mil hombres en Franc-
rort, 110 hubiera podido sostenerse, y lo único
'lue tenia que hacer era retirarse á lUaguncia ,
siendo su única falta no haberlo ejecutado antes.
Pero añadian otros testigos, que tampoco en Ma-
guncia habia hecho los preparativos :necesarios,
porque ni había reunido víveres ni municiones,
habiendo amontonado artilleria, despojando de
ella á Strasburgo para entregarla á los Prusianos




CONVENCION NACIONcU. (1793). 147
COil 20 Iuil honlbres de guarnicion y los diputa-
<los. Probaba Custine que hahia dado las órdenes
para provisionarla; que la artilleria et'a apenas
la ·suficiente y que no se habia acumulado inutil-
mente para entregarla., cuyos asertos apoyaha
Merli n., y lo único que no le perdonaba era aque-
Ha retirada tan pusiláninle y su inaccion en el Al-
to Rhin ., mientras que la guarnicion de Magun-
cia estaba haciendo prodigios. A esto no sabia que
responder Custine. Le echaron luego en cara haber
incendiado los almacenes de Spira cuando se re-
tiró; reconvencion absurda., porque viéndose pre-
cisado é retirarse., valía mas quemar los almace-
nes que dejárselos al enenligo. Tambien le acusa-
lrcln de haber mandado fusilar á unos voluntarios
de Spira por delito de saqueo., á lo cual respondia
que la convencion hahia aprobado su conducta.
Igualmenle le hicieron cargos de no haber queri-
do batir á los Prusianos., de haber espuesto vo-
luntariamente su ejército á ser batido el 15 de
mayo, de haber tardado mucho en ir á tomar el
Inando del Norte, de haber intentado desguarne-
cer á Lille de su artilleria para llevarla al campo
de Cesar, de haber impedido que se socorriese á
Valenciennes y no haber opuesto ningun obstácu-
lo al desembarco de los Ingleses; reconvenciones
todas mas absurdas las unas que las otras.- Ulti-
mamente le decian: « Tu te has cOlupadecido dé




148 REVOLUCION FRANCESA.
C[ Luis XVI, tu e~tuviste ll'iste el 31 de mayo, tu
c( quisiste mandar ahorcar d doctor Hoffmann 21t
( presidente de los jacobinos de l\Iaguncia, tu
« impedias la circulacion del diario del padre Du-
« chesne y del periódico de la Montaña en tu ejét'.
« cito, tu digiste que Marat y Robespierre eran
« unos alboro~adores, tu estabas siempre rodeado
fe de oficiales aristócratas, tu no has tenido nunca
({ á tu mesa á los buenos republicanos.» Cada una
de estas acusaciones era Dlortal y estos eran los
verdaderos delitos porque se le perseguía. *


Duró el proceso Dlucho tiempo porque eran tan
vagas las acusaciones, que el tribunal no sabia que
resolver. Habia dado algunos pasos la hija de Cus-
tine y algunas otras pel'sonas que se interesaban
por él, porque aunque ya en aquella época era
grande el terror, todavia se atrevian algunos á in-
teresarse en favor de las víctimas. Pero inmediata-
mente se denunció en los jacobinos al luismo tl'i-
bunal revolucionario y Bebert fue quien les dijo:
« Me es muy doloroso tener que denuncial' una au.
« toridad que era toda la esperanza de los patrio-
({ tas y que en efecto mereció á los principios su
« confianza, pero que me temo va á ser su perdi-
([ cion. El tribunal revolucionario está á punto de
«absolver á un perverso, en cuyo favor es verdad


* A este género de hazañas se limitó siempre la encl'gia
<le los jacobinos. (N. del T.)




CONVENCION NACIONAL (1793). 1l .. 9
({ que abogan las mugeres mas bonitas de París
{( que no dejan piedra por mover. La hija de Cus-
« tine , que es una cómica tan diestra en Paris,
({ como lo fué su padre al frente de los ejércitos,
« anda visitando á todo el mundo y hace toda da-
(\. se de pronlesas por obtener su perdon.)} Tanl-
bien Rohespierre por su parte denunció la aflcion
á las fOl'nlalidadcs {lue estaha rnostl'ando el tribu-
nal y sostuvo que Custine merecia la muerte, aun
cuando no fuese mas que por haber desguarneci-
do á Lille.


Vincent, que era uno de los testigos, sacó de la
secretaria y llevó al club las cartas y las órdenes
que se echaban en cara á Custine , y que cierta-
Jnente no constituiall crimen alguno. Pero Fou-
quier-Tinville 25 hizo con ellas un paralelo entre
Custine y Dumoul'iez, que fue lo que perdió al
desgraciado general, porque dijo que Dumouriez
se habia adelantado rúpidalnente en la Bélgica
para abandonarla luego con no nlenor rapidez y
entregar al enenligo soldados, almacenes y repre-
sentantes. Igualmente Cnstine habia avanzado rá-
pidamente por la Alemania y abandonado nues-
tros soldados en Francfort y en Maguncia, que-
riendo entregar en esta última 20 mil hombres,
dos representalltes y toda la artilleria que hahia
sacado malamen le de Strasburgo. Maldecia de la
convencion y de los jacobinos ni mas ni rnenos




í50 REVOLt:ClON FRANC.ESA· ..
que numouriez y nlandaha fusilar á los valientes-
voluntarios bajo pretesto (le mantener la disci pli-
na. Al oir esto ya se acabaron todos los escrúpu-
los del tribunal. En vano Custine estu~o justifi-
cando durante dos horas sus opeL'aciones milita-
res; en vano Tronzon-Ducoudray 26 defendió su
conducta admÍnistrativa y civil, todo fue inutil,
porque el tribunal le declaró culpable con aplau-
so general de los jacohinos y franciscanos que ocu-
paban la sala y dieron grandes gritos de satisfilc-
cion. Sin enlbargo la sentencia no habia sido uná-
nime , sino que sucesivamente habia habido en las
lees cuestiones diez, nueve, y ocho votos en con tra
suya de 1 t que eran los jueces. Y hahiéndole pre-
guntado el presidente si tenia algo quc alladir,


. miró al rededor de sí: y no "icnelo ft ningnno de
sus defensores dijo: ( Ya no tengo <luien nle de-
« lienda , lHucro tranquilo é inocente. »


Al dja siguiente por la maliana cortaron la ca-
beza de a(luel guerrero tan conocido por su vaIOl.'
y no dejó de asustarse al ver el cadalso. Sin em-
bargo se arrodilló al pie de la escalera, hizo una
corta o1':\cion j se serenó y recihió la 111Uerte con
bucn ánilTIO. Asi acabó aquel desgraciado general,
({UC no carecia de talento ni de caráctcr, pero que
reunia la inconsecuencia á la presuncion , y que
cometió tres ndtas capitales: la prirncl'a en salü'
de la linea verdadera de operaciones dirigiéndose




CO:V\"ENCION NACIONAL. (1793). 151
a Francfort, la segunda en no q uerel' vol ver á ella
cuando se le instaba á que lo hiciese; y la tercera
en haber permanecido en una tímida inaccion du·
rante el sitio de Maguncia. Sin embargo ninguna
de aquellas faltas ll1erecia la muerte, pero sufrió
el suplicio que no habia podido aplicarse á Du-
mouriez y que no habia Inerecido conlO este por
grandes y culpables proyectos. Su nluerte fue un
ejemplo terrible para todos los generales y una se-
fial de la mas ciega obediencia á las órdenes del
gobierno revolucionario.


Despues de aquel acto- de rigor ya no podian de-
tenerse las ejecuciones, y así se renovó la órclen
para acelerar el proceso de lUaría Antoneta. Tanl-
hien se presentó ú la convencíon la acusacion fis-
cal, tantas veces pedida contra los girondinos re-
dactada por Saint-Just y apoyada con dos peticio-
nes de los jacobinos. No solamente estaba dirigida
contra los 22 y contra los individuos de la con1Í-
sion de los 12, sino tamhien contra otros 63 nlienl-
hros del lado derecho que no hablaban palabra
despues tle la v ietoria de la lnontaiia, y habian re-
dactado ulla protesta, que es 111Uy conocida con-
tra los sucesos del 31 de nlayo y 2 de junio. Algu-
nos montañeses acalorados pedian la acusacion, es
decir la muerte contra los 22 , los 12 y los 73, pe-
ro Robespierre se opuso ú ella y propuso un tér-
lnino Inedio que fue el de someter al tribunal




f52 REVOLUCION FllANCESA.
revolucionario los veinte y dos y los doce y solo
poner en C:\rL'esto á los setenta y tres. Efectivamen-
te se hizo lo que él q,uiso "l 'J habiendo. mandad()
cerrar las puertas de la sala, fuet'O'n arrestadO's los-
setenta y tres y se dió órden á FO'uquier-TinviUe'
para que se apoderase de 100s desgraciadO's girO'n-
dinO's. A si la convencion cada vez mas docil ó mas·
cobarde, se dejó arrancar la órden de- conducir al
supliciO' una parte de sus cólegas. Verdad es que'
flO' pO'dia, ya diferirlo pOl'que los jacobinos habían
hecho ya cincO' peticiO'nes, cada cual mas impe-
l'ÍO'sa que la O'tra para obtenct" aquellos últimos,
d.ecretos de acusaciO'n ..




NOTAS DEL T'RADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO SEGUNDO.,


PAGINA 75.


-1 Sebastian de Laporte era un abogado de Befort y
diputado á la legislativa, ]a cual le envió despues de] 10
de agosto al ejército de Luckner y desde al1í escribió di-
ciendo que en todas partes encontl'aba pruebas de trai-
cion viendo el estado en que se hallaban las plazas. Votó
en la convencion la muerte del rey y habiéndole enviado
despues al ejército de Ardenas , dijo , presidiendo un
consejo de guerra en Fílipeville , que mandaria poner una
horca en las murallas de la plaza y colgaria de ella á los
habitantes de las inmediaciones que reusaban traer pan
por causa de los asignados. En el sitio de Lyon no le im-
putan los historíadores grandes cnwldades como á sus
compañeros, Dubois, Collot etc. pero se cuenta el hecho
de haber eximido del suplicio á un hombre á ruegos de su
muger , que era de rara hermosura, con la condicioll de
que habia de divol'ciarse de su marido y casarse con él,
lo cual se veríficó á los pocos dias. Despues que pasó el
reinado del terror volvió casaca como tantos otros y fuc'
gran perseguidor de los terroristas á quienes atribuia to-
do lo malo. Propuso en la comision de salud pública me-
didas muy fuertes de represalias contl'a los jacobinos, y
entre ellas que se fundiera la campana de rebato para que
llunca pudiel'an tocarla. Fue uno de Jos adjuntos de Bar-
fas para dirigír la fuerza armada de Paris contra los arra-
bales. En 1797 le acusaron juntamente con su~ dos aso-
ciados Castellan y Flachal de haber robado cinco míllo-
lles de francos y se le mandó arrestar, pero pudo esca-
parse llevándose la caja. Ultimamente despues de muchos
años de fuga y obscuridad, murió en abril de 1823 con
grandes llluesll'3S de rcligioll y arrepentimiento.




NOTAS


PAGINA 75.


2 J. Revcrchond era un comerciante de Vergísson y
uno de los que votal'on pOi' la muerte del re~. Fue presi-
dente de los jacobinos y miembl'O de la comision de se-
guridad genet'aI despues de la caída de la Montaña. Ha--
llándose en el sitio de LVOl1 fue arrestada una hel'Olal1 a
suya con sus hijos, y hahi.éndosela enviado los represen-
tantes del ejél'cito de los Alpes para que la juzgase el mis-
mo , les respondió diciendo que él no podia ser su juez,
que la juzgasen ellos : advÍltiéndoles que tenia mu-
chos parientes en Lyon , entre otl'OS 1 dos bijos de aque-
IIa misma hermana, pero que aunque pereciesen todos
no se apartaría de su debel'. Sin embal'go uno solo
de sus parientes fue guillotinado des pues del sitio. Cuan-
do ya babian va['iado las ideas volvieron ú enviarle ú Lyon
y entonces se empeñó tanto en reprimil' á los jacobinos,
como antes en pel'seguil' Ú sus contrarios. En 17DS fue
miembl'o del consejo de los [)OO y cuando OClIlTió la re\'o-
lucion del 18 de bnllnal'io volvió ú su obscuridad y ú su
comercio de vinos..


PAGINA 7G.


5 Francisco Amedeo Doppet fue uno de los pl'imeros
que introdujeron el sistema de la re\'olucion en la Savoya
de donde era natural y donde ejercia la medicina por
aquel tiempo. En consecuencia le nombral'on teniente
coronel de la legion de los Alol)('oges que levantaron los
Franceses en 17D2. El fue quien abrió el club jacobino
en Cbambery y fue en diputacion á la asamblea nacional
para solicitar la reuníon de aquel país á la Francia. En
1793 reemplazó á Kellel'mann en el mando del ejército
de los Alpes, desde el cual luyo órden de hacer el sítio
de Lyon donde entró el dia 9 de octubre. Al año siguien-
te paso al ejército de los Pirineos orientales donde acusó
á los generales Aoust y Latre predecesol'es suyos, de que
habian tenido la culpa de las derrotas precedcntes,pero




DEL l'UADUCTOR. 155
DO' pudo hacer' otl'a cosa que apoderarse del campo
de Yillalonga contra los Españoles, despues de lo cual le
acometió una enfermedad y tuvo que ceder el mando á
Dugomier. Luego que se restableció, le dieron los repre·
sentantes Sou])('ani y lHilhaud el mando de las tropas que
estaban en las dos Cerdallias y entonces entró en Catalu-
ña y se apoderó de varios pueblos, no sin en.contrar fuer-
te resistencia de parte de los Españoles, que le volvieron
las tornas y le batieron en repetidas ocasiones.


Cuando cayeron sus amigos los jacobinos estuvo mu-
cho tiempo sin empleo hasta que en 1796 se le dió el
mando de lHelz que consenó poco tiempo, por haber si-
do elegido para el consejo de los 000 ; pero tambien se
anuló su cleccion. Desde entonces quedó como olvidado
y lllUl'io en Aix de Savoya el año de 1800. Sin ser buen
general era ciertamente hombre de valor, y. aunque se
dejó anastl'tU' del entusiasmo jacobinico hasta el'p-unto de
tinnal'se de olleio Doppet el sansculotte, no puede decirse
que fuera malo de cOI'azon , sino débil de cabeza.


Dejó escrilas las obras siguientes: La 111esmeriada ?
poema burlesco. Tratado teórico y práctíco del magnetis-
mo animal. Orado n fiíneúre de 11Iesmer y su testamento.
Memorias de ll[adama de lrarens. El médico filósofo. El
médico de amor. Los números parisienses. Jllenwrias del
Caballero de Courtille. Celestina, ó la filósofa de los Alpes.
De los medios de volver á la vida las personas que tienen las
apariencias de muertas. Medicina oculta, ó tratado de llfa-
gia natural y medicinal. Zelamira , ó las relaciones capri-
chosas. Estado civil, moral y político de la casa de Savoya.
El comisario de la liga. Destruccion del Vendée Lyones.
Ensayo soúre las calumnias con que ww puede ser acusa-
do en tiempos de revolucion , y algunas otl':lS que toda\-ia
omitimos.


PAGINA 79.


4 Este contra-almirante Trogorf despues de su trai-
don en Tolon , lOlllÓ partido con los Ingleses y murió á
hordo del mwio Comercio de JlIarsella en febrero 1794.




156 NOTAS


PAGINA 80.


5 El general frances Tuncq habia sido 'gem]arma en
la Isla de Francia y tomó las armas despues del 10 de
agosto de 92 en favor del partido victorioso que no tar-
dó en darle el grado de general. A pesar de haberle sus-
pendido del mando cuando y por la razon que dice el tex-
to , consiguieron los representantes Goupilleau y Bour-
don, como buenos testigos de su conducta militar, que
se le reintegrase en él. Mas poco despues un reves que
sufrió en Chatonay dió nueva ocasion par'a perderle y le
arrestaron y remitieron á Paris, donde le atacó HebeJ·t ,
pero la muerte de este demagogo salvó al general, que
pudo sobrevivir al régimen revolucionario y aun le em-
plearon en algunos mandos del interior y luego en Italia
en 1798. Pero murió de una caida de caballo á fines de
1799.


PAGINA 80.


6 P. C. A. Goupilleau llamado el de ~Iontaigu , era
escribano en esta ciudad y cuando le eligieron para los
estados generales se declaró enemigó irreconciliable de
la nobleza y del clero. No tenia instruccion ni facilidad
para hablar, pero lo suplía con gestos y ademanes furi-
bundos. Se opuso mucho á que se exigiese ninguna con-
dicion de riqueza para ser elector, sino que bastaba la
calidad de frances. En la convencion votó por la muerte
de Luis XVI y continuó despues siendo un zeloso revo-
lucionario pero sin tomar pal'te en las crueldades de los
terroristas. Ya vemos en el texto como se opuso á Rosig-
nol en el Vendée , de donde le retiral'on por esta causa.
Despuesde19 de thermidor le enviaron en comision all\fe-
diodia y se le acusó de que habia perseguido á los mon-
tañeses de Aviñon pero se disculpó acusándolos de nuevo
y refiriendo los cl'Ímenes qne habian cometido en aquel
pais y en todo el ~Iediodia. Sin embargo de eso en mar-
zo (le 9i) defendió :'t Collot, Bílland y otros á quienes




DEL TRADUCTOR. 157
perseguían como cómplices de Robespiene. Despues fue
comisionado á Vaucluse y á su llegada escribió á ]a con-
vencion que habia encontrado el Ródano cubierto de ca-
dávCl'es de los tenoristas , asesinados por los reacciona-
rios )' clamando fuertemente contra tales asesinatos. Ulti-
mamente pasó al consejo de los :>00 y habiéndose opues-
to al movimÍento del 18 de brumario en que se apoderó
Bonapal'te del gobierno, fne escluido de lcuerpo legislativo
y acabó su vida en la obscuridad.


PAGINA 81.


7 Roirand er3 un hidalgo del Poitou y uno de los
primeros gefes del Vendée , que habiendo formado des-
de el mes de marzo 1795 el ejército insurreccional del
centro, se l'eunió luego á Elbee y contribuyó á la victoria
de Fontenay y loma de esta ciudad. Despues de este ata-
que de Luzon , de que habla el texto, combatió en Mor-
tagne y Chollet, pasó el Loil'a con los del Vendée y pe-
reció por Hn en la denota de Mans.


PAGINA 88.


8 Federico Gotthelf Fl'eytag era Feld mariscal de Ha-
novel'. No es conocido mas que pOl' su mucho valor ó mas
bíen temCl'idad COIl que se esponia en las acciones cual
si fuese un simple soldado, pero nada sabemos de su car-
rera sino que fue una serie no interrumpida de desgracias.


PAGINA 90.


9 El general de division Souham nació en 1661 en
Tulle departamento de Coneze y sirvió en el regimiento
real desde 1782 hasta 1787. Tenia seis pies y dos pul-
gadas de alto , una fuerza prodigiosa y un valor á toda
prueba, mucho talento natural aunque falto de instruc-
cion. Todas estas calidades le recomendaron mucho al
principio de la revolucion y le elevaron rápidamente has ..


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1-58 NOTAS
t~ los pl'imc'-'os grados del elél.'c\to. En 1. 79/1 sir\?ió h"l()
las órdenes de Pichegru y su columna tenia la reputacion
de no habel' sido batida jamas. Pero en cambio no guar-
daba la menor cOllsideracion á los representantes de la
convencion y estos exigieron para ,'engal'se que se le en-
cargara del ataque de Nimegue que se miraba como muy
dificil, pero tuvo la suerte de tomar la plaza el 8 de no-
v-iem)Jl'e de 94. En 1796 mandó en gefe los depósítos
reunidos, y despues pasó al ejél'cito del Uhin á servir ba-
jo las órdenes de Moreau. En 1804 se halló compl'ome-
tido en la desgracia de este genel'al , le pusieron preso
en el Temple y aunque despues obtuvo su liberlad uo
y'Ülvió á ser empleado.


PAGINA 90.


10 Lazaro Hoche es uno de aquellos nombres glorio-
sos que no se han obscllI'ecido nunca y que se vió preci--
sado á respetar el odio calumnioso de los partidos. Nacio
el 24 de febrero 1768 en Montreuil , que es un arrabal
de Versalles, de padres muy pobres, como que el suyo
era palafrenel'O de la casa real, y á él mismo le agregaron
como supernumerario á la edad de 14 años. Pero á los
17 sentó plaza en las guardias fl'ancesas , donde principió
por imponerse las mas duras privaciones y todo género
de trabajos para comprar algunos libros, que eran sus
únicos amigos. Cuando oCUl'rió la revoluc\on se encontl'3-
ba en la graduacion mas elevada á que hubiera podido
aspirar siguiendola monarquía: esto es, en la de sar-
gento. En 1789 le nombrat'on ayudante de uno de los
cuatro regimientos de la guardia nacional de Paris : lue-
go teniente del regimiento de Rllerga en 1792, de donde
le sacó para edecan suyo el general Levenem' , á cuyo la-
do se distinguió en el sitio de Thionville y batalla de
Nerwinde. Despues de la desercíon de DumoUl'iez le nom-
bró ]a comision de salud pública ayudante general, y en
esta calidad se le encargó la defensa de Dunkerquc. Su
brillante conducta, cuyo elogio puede verse en el texto




DEJ4 TRADUCTOR. 159
le proporcionó unos ascensos tan rúpidos , que poco tiem-
po des pues , hallúndose en edad de 25 años, ya mandó
en gefe el ejército del Mosella. Estaba entonces el ene-
migo en la Alsacia bloqueando á Laudun y quiso el joven
general estrenarse con la glol'iosa empresa de libertar la
plaza y echar del territorio franees á los Prusianos y á los
Austriacos. No fue afortunada su primera intentona por
que le rechazaron los Prusianos atrincherados en Kaisel'-
lautern. Pel'o cambiando entonces de plan mal'chó con
rapidez por caminos impracticables en busca del ejército
de W urmser , le batió completamente en las lineas de
'Veisscmbul'go y con ello consiguió todo lo que se habia
propuesto. Alli hubiera continuado probablemente sus
progresos si no hubiesen principiado sus zelos con Piche-
gru , que era Íntimo amigo de Saint Just; pero fuese por
eso ó porque la comision de salud pública tuviese descon-
fianza de la ambícion y mérito de Hoche, lo cierto es que
le mandó ir á Paris y le puso preso como sospechoso. Es-
ta prision influyó mucho en su carácter que pasó á ser
grave y resenado de fogoso é imprudente que antes era.
Salió de la cúl'cel el dia 9 de thermidor , é inmediata--
mente despues le diel'on el mando de uno de los ejérci-
tos destinados al Vendée ,que fue el de las costas de BI'est
y de CherbUl'go. En un momento comprendió cuales eran
los medios de conseguir la pacificacion de aquel pais y
fueron los de hacer todo lo contrario de lo que se habia
hecho antes. Disciplina severa, campamentos en lugar de
acantonamientos y e,'ilar ,'ejacíones fueron las tres máxi-
mas pl'intipales con que obtuvo la primera pacificacion.
Bien conocia él que era prematura y queria continuar la
suelTe, por lo qne estuvo siempre preparado á ella, y
asi fue que le encontró muy prevenido la espedicion de
Quiberon, y en un momento acabó con todas las fuerzas
que habian reunido los Ingleses para fomentar la guerra
civil. Pero al mismo tiempo que daba tanta gloria á la
república, se aguzaban contra él los puñales de sus ene-
migos , que hicieron repetidas é infructuosas tentativas
para deshacerse de él. Cansado de yer continuamente re-




NOTAS


petirse nuevos y nuevos levantamientos, tomó un partido
se,'ero pero hasta cierto punto justo y fue dit'igil' colulU-
nas movibles por todo el pais sin otro encal'go que reco-
ger á los labradores los bueyes y granos que tenian , di-
r\l\é\\do\e<:; a\ l\\\<:;mo t\empo \a '&lguiente proc\ama: « La
ce república os quita los granos y los bueyes para castiga-
ce ros de vuestra perfidia; entregad las armas y se os de-
ce yoherán los bueyes. j¡ Con esto y con observar una
t:onducta siempre mouerada aceleró ]a 'pacificacion del
pais, De resultas ]e declaró el directorio á él Y á su ejér-
dto benemédtos de la patda , y le regaló unas pistolas 'Y
un caballo magníficos.


En la actividad de Hoche no el'a posible que se estu-
viese ocioso al frente de un :ejél'cito de cien mil hombres
á la orilla del Oceano , y le ocurrió ir con ellos ~ atac3l'
á 'la Inglaterra en sus mas caros intereses , tl'asplantanuo
las ideas democráticas á la Irlanda, dQllde ya habian echa-
do muchas raices. Se preparó en efecto una flota que sa-
lió de BI'est con tropas de desembarco, pero los vienlos
tlispersaron todos los navios y el mismo se ,'ió separado
de la escuadra y no pudo volver al puerto sino despues
de perder muchos buques. A pesaJ' de esta cdesgracia., de
'que se echaron mutuamente la c.ulpa él y los marinos, le
confió el directorio el mando del ejército del Samb,'a y
.1\losa , que no .pudo hacer Ilada mientl'as que Bonaparte
estaba haciendo prodiS'i'Os en Italia.. Por Hu ya el ailO de
97 le autorizaron .para que marchase auelante y abrió la
,campaña con el célebre 'paso del Rhin en presencia del
enemigo: ;ganó tres batallas y d0S combates haciendo au-
dar á su ejército 53 leguas en 4 dias, y sin la paz de Leo-
'ben que sobrevino hubiera proscguiuo el curso de sus
victorias.


Cuando ocurrió la lucha entre los cuerpos legislativos
y el directorio propuso Hoche ir al socorro de este con
una parte de sus fuerzas y en efecto envió algunas á Pa-
-ris ; pero asustado el mismo Barras del inmenso pouel'
;que ;ponian en manos de aquel joven, mandó retrocedel'
las ¡tropas bajo pretesto de que estahan destinadas á Bl'esl.




DEI. TllADUCTOR. 161
Mas en los cOllsejo~ se levantó contl'a él un grito de in-
dignacion y se pidió que se le formase causa. Pero la
.muerte vino á cortar prematuramente sus proyectos, fue-
sen los que 'fuesen, habiendo fallecido el 15 de setiembre
de aquel mismo año 1. 797 de resultas, segun se cree ,
de veneno, pero no hay prueba segura de ello. Lo cierto
es que á la edad de 29 años cesó de vivir un hombre que
daba las mas grandes esperanzas y que tal vez hubiera
cambiado el curso que llevaron despues los acontecimien-
tos. Su cuerpo fue sepultado en Petersberg al lado del
,de Marceau, y se le hicieron exequias magníficas en 10-
·dos los ejércitos y plazas fuertes.


PAGINA 91.


11 Hedouville, antiguo page de la reina y despues
teniente del regimiento de dragones del Languedoc , sir-
'Vió con mucha distincion en 1795 en el ejército del Nor-
te y particularmente contra los Holandeses en Verwick.
Poco despues le destituyeron igi.talmente que á Hou-
chard por no haber ejecutado el plan de ataque conveni-
do en Cambray. Conducido al tribunal revolucionario ,
,le absolvieron en enero de 1794. Luego fué gefede estado
mayor del ejército de las costas del Oceano y ayudó mu-
cho á Hoche para la paci6cacion del Vendée , habiendo
despues sucedido á este general en el mando en gefe de
todas las tropas del Oeste. Algun tíempo despues le em-
,plearon como .general de division de la 1.a y 16. a divi-
sion militar'. En 1798 le envió el Directorio á Santo Do-
mingo, pero no pudo ·su influjo balancear el que ejercia
Toussaint y tuvo que volverse. Al año siguiente le ellyia-
ron otra vez contra los Chuanes que se habian vuelto á
sublevar y entró en negociaciones con ellos aunque con
poco resultado; pero siempre mostró una moderacio~l
admirable hasta que al fin sirvió de mucho S11 il1tcl'\'en-
cion para que Bl'Une entrase en el desarme general. En
1800 le pusiel'on una corona en el teatro de Angers en
gl'atitud de su celo por la paz. En 1801 fue nombrado


VI. 11




162 NOTAS
cllluajador cn San PctesbUl'go, Je donde volvió en julio
de 1801 y allllomeuto le nombró el emperador su gentil
hombre de cámara, senador y gl'an o1lcial de Ialegion
de honor. Luego pasó á tomar posesion del principado de
Piombino como embajador estraordinario de S. ~l. 1. Y
R. Y últimamente acompañó á la emperatriz Josefina á
Strasburgo y á lUuuich y murió poco antes de la restau-
raciono


PAGINA 9t.


12 El conde .de 'Valmodell Gimborn general de caba-
lleria al servicio de Hanover era hermano natural del
rey de Inglaterra y mandaba las tropas hanoverianas bajo
las órdenes de Freytag. Despues de este rasgo de valor que
refiere el texto, tomó el mando del ejército de ob&erva-
cion que tuvo que dejar á Freytag á causa de sus heridas.
Al año siguiente tambien resignó en él el mando de todo
el ejército ingles el duque de Yorck, pero no tardó en
ser repelido por los Franceses. Cnando la Prusia hizo la
paz con la Francia, quedó 'Valmoden con el mando del
ejército que estaba encargado de proteger la linea de de-
marcácion. Tambien estaba mandal1l10 en Hanover -en
1803 cuando fue aUi el mariscal Mortier al frente de un
numeroso ejércíto y le obligó á retirarse con sus tropas
detras del Elba , pero pOI' mas que allí trató de fortificar-
se , tuvo que aceptar una capitulacion y licencia¡' su ejér-
cito. VolvÍó el rey de Inglaterra á darle otro mando en
1803 y habiendo sido batido de nuevo, se retiró defini-
tivamente á Londres donde creemos que falleció poco
tiempo despues.


PAGINA 92 ..


15 El mariscal Juan Bautista Jourdan ocupa un lugar
distinguido entre los militares célebres de la revolucion.
-;:ra hijo de un cirujano de Limoges que sentó plaza en
778 en el regimiento de Auxerrois é hizo)a guelTa de
\.mérica, pero fue refol'mado en t 784· Y se dedicó al co-
nercio hasta que principió la revoluciono Entonces le




DEL TRADUCTOR. 163
'JwmbI'31'On capitan de la gual'uia nacional d(~ su pueblo y
poco despucs comandante del 2. o hatalloll de volnntal'ios
del alto Viena, con quien marchó al ejército dcl Norte y
se distinguió tan lo , q uc en marzo de 95 ya lera general
de brigada. Dos meses despues eontribuyó nlUeho á la
victoria de Hondschoote bajo las órdenes de Houchard"
donde recibió una herida al asaltar los retrincheramien-
tos enemigos. En seguida le dieron el mando en gere del
ejército del NOI'te y Ardellas á la edad de 51 años. No
tuvo que arrcpentil'se la comision de salud pública de
esta eleccio n, pOl'que á los pocos dias ganó la batalla de
Wattignies, que fue una de las mas brillantes operacio-
nes de aquella campaña porque ,hizo levantar el sitio de
Maubeuge y determinó la retirada de los Austl'iacos. Des-
pues ue esta victoria se fue el genel'al á Paris á conferen-
ciar con la comision de salud pública y al momento se
presentó en los jacobinos diciéndoles que la espada que
tenia al lado solo se emplearia contra los tiranos. A pesar
de todo este patriotismo declaró Barre re el 4 de febl'el'O
1794 que Joul'dan no era á pl'Opósito para las operacio-
nes activas y le hizo reemplazar por Pichegru. Mas al ca-
bo de poco tiempo se le dió el mando del ejército del
8ambl'a y 1\1osa, con el que ganó la batalla de Fleurus
que tan granues I'esultauos produjo para la república y
fijó su reputacion militar. De ella dependió la recon-
quista de touos los fuel'tes y plazas que se habian perdido
en las campañas antel'iores y de que se ha dado ya cuenta
en el texto. A fines de 94 y principios de 95 ocupaba to-
da la linea uel Uhin desde Coblentz hasta Cléves y no pue-
den calcularse las vcntajas que hubiera podido obtener
sin la tl'aicion de Pichegr'ú; pero el armisticio que se
firmó dejó á los dos ejél'citos en sus posiciones respec-
tivas. Al año siguiente volvió á repasar el Uhin , se :lpO-
deró de 'N urtzburgo y de Dusseldorf y ganó la batalla
de Altenkírkcll, llegando hasta Rastisbona. ~I:ls alli la
fortuna le yolvio para siempre la espalua pues el pdllci-
pe Carlos le batió completamente en Newmarck y no solo
tUYo. q~e retiral'se, sino que esperimentó enOl'mes pér-




164 NOl'AS
didas en su retirada. Inmediatamente le destituyeron y
no volvió á estar sino dos veces á la cabeza de las tropas
francesas, una en 1. 799 en el ejército del Danubio y otra
en 18 '15 en la batalla de Vitoria, pues aun que él no
mandase realmente ni de hecho ni de derecho, estaba
al lado del rey José para darle consejos, que tal vez no
fueron seguidos.


Dejando aparte su carrera militar y considerándole co-
mo político fué constantemente un jacobino de los mas
acalorados y continuó siéndolo en las dos veces que le
eligieron para el consejo de los 500, en el cual fué uno
de los que mas se opusieron á la revolucion del 18 bru-
mario , de cuyas resultas salió destenado al departamen-
se de la Charanta inferior. Mas cuando Napoleon pensó
en rodear su tl'Ono de mariscales de Francia, no pudo
dispensarse de colocar entre ellos al antiguo genel'al en
gefe del ejército del Sambra y Mosa ; pero no le empleó
nunca sino en comisiones de poca importancia. Durante
los cien di as se presentó en el campo de Mayo á tomar
interes en la defensa de la patria, como habia hecho
siempre. En la segunda restauracion le nombraron pre-
sidente del consejo de guena que habia de juzgar al ma-
riscal Ney y no solo lo rcusó, sino que escribió á Luis
XVIII una carta que ocasionó su desgracia. En 1816 le
hicieron gobernador de la 7. a division militar y cn 18'19
le volvieron su dignidad de par de Francia que se le ha-
bía quitado. Ultimamente despues de haber desempeñado
algunos dias el ministerio de negocios estrangeros, mu-
rió el 25 de noviembre de 1855 de gobernador de lo!;
inválidos.


PAGINA 97.


1.4 Luis Carlos Antonio Dessaix nació el 17 de agos-
to 1768 en San Ilario de Ayat de una familia noble, y
se educó en el colegio de Effiat, hasta que á la edad de
15 años entró de subteniente en el regimiento Infanteria
de Bretaña, donde desplegó su caracter grave y estudio-
so. En 1791 le nombraron comisario de guerra y poco




DEI. TRADUCTOR. 165
despues edecan del general Victol' de Brogfie. En 1795
contl'ibuyó á tomal' las lineas de IHaguenau, penetrando
el primel'o en ellas con su division. Despues de algunas·
otras ventajas conseguidas en el Rhin en 1794, pasó al
ejército del Norte á las m'denes de Pichegrú , donde sir-
vió algun tiempo de un modo distinguido. Habiéndole
vuelto á enviar al ejército del Rhin, mandó en 1796 una
division del cuerpo de Moreau, ú quien ayudó eficazmente
á echar á los Austriacos de la orilla izquierda de aquel
rio , atrvesúndole él en pos suya. Pocos dias despues to-
mó á OffembUl'go, donde mandaba el príncipe de Condé,
despues de un reñido combate. Al dia siguien te, esto
es , e128 de junio de 96 marchó ú Rastadt para impedir
que el ejército austl'iaco se reuniera COIl las tropas de
Brisgaw, y ent1'e aquel dia y el 2D batió su vanguardia,
con lo cual contribuyó notablemente á las dos impo1'tan-
tes batallas que ganó Moreau los dias ti y 9 de julio
junto á Rastadt. En la última de estas dos batallas manda-
ha Dessaix la izquiprda y tenia á su frente al archiduque
C~lI'los , á quien obligó, despl1es de un sangriento com-
bate, á retirarse pOI' las escelcntes maniobras que mandú
hacer ú la reserva. Habiendo vlIelto los Austriacos á
atacar á .Moreau con nuevo VigOI' el dia 11 de agosto COIl-
siguieron arrollar enteramente su centro y derecha, y solo
Dessaix mantuvo el combate en la izquierda y llego á hacer
que fuese inuccisa la victoria despues de 17 horas de
fuego, que costó mucha sangre á los dos partidos, y es
lo cieJ'to que al dia siguiente emprendieron las A.lemanes
su retiraua. Continuó DessaÍx sirviendo con igual valol'
todo el I'esto de la campaña, y en la llIagnífica defensa
que hizo de la ca)wza del puente de Kehl le hirieron li-
geramente y le matal'on el caballo. Ot1'a herida recibió
el 20 de abril de H7 al l'epasar el Rhin cerca del mismo
fuerte, estando ú la cabeza de su columna. Despues del
tratado de Campo-Fol'mio le nombraron general segun-
clo gefe del ejé1'cito de Inglaten'a y mandó intel'inamen-
t.e durante la ausencia de llonaparte. Mas como aquel
armamento se dirigió dcspues á Egipto, siguió Dessaix.




NOTAS


aquella espedicion y eontl'ilmyó á su~ primel'as vcntajas",
encargándole luego la conquista y el impol'tantc gobicr-
no del alto Egipto, donde lnyo que cstal' sicmprc bata-
llando contra el Bey-Amurates que se habia retimdo'
alli con el. resto dc los ,Mamelucos V no cesaba de in-
quietar al "encedor en todos sentidos. Gobernó el pais
con tanta moderacion, que los habitantes le llamaban el"
Sultan justo, de snerte que llegó á pacificarlc completa-
mente. Amurates se refugió mas arriua Je las cataratas
del Nilo en el aspero pais de BriJJe. Ultimamen te de re-
sultas del tratado de EI-Arich , despues que }3 Bonapar-
te estaba en Europa, pudo \'olver \.ambien Dcssaix y lle-
gó á Liorna, donde ú pesar del tratado que habian firma-
do los Ingleses " le declar'ó prisioncl'o el almirante Keith,
aunque tUYO que soltarle pocos días despues.


Cuando llegó á Francia supo que Bonaparte declarado
primer Consul habia marchado á reconquistar la Italia, é
inmediatamente se marehó con él y le diel'On el mando
de dos Jh'isioncs. Se hallaba ya fnera de combate una
tercera parte del cjél'cito fl'an¿es cuando JIegó á ~lal'ell­
gó el cuerpo que estaba bajo las ónlencs dc Dessaix, y
á pesar de una mal'cha forzada de 10 leguas, y de la
artilleria que le 3.bl'asaba, sc formó en columnas pOI' ba-
tallones, y yolvielHlo hacia la derecha sohrf' San Esterano
eOl'tó entemmente el ala izqnicl'da austriaca. Mas en aquel
momento tan decisivo como glorioso le hi,'ió lllOl'tal-
mente una bala y no tuvo mas tiempo que para decir es-
tas palaln'as: H Id ú decir al primer Consul (pIe llllteI'O con
f( el sentimiento de no haber hecho lo hastante para "i-
te "ir rn la posteridad. )) El dia antes de la hatalla les de-
eia ú sus edecanes: (( ya hace tiempo qnc no mn halo ell
f( EUI'opa, y como no nos conocen las halas, recelo que
« nos suceda alguna cosa. )) Emhalsamal'on su cuel'po en
}lilan á donde le lleval'on en posla, y habicndolc trasla-
dado al Hospicio del monle de San BcmarJo, se ha el'Í-
gido allí un monumento á su glol'ia. Otros dos se han
cl'Ígido en París) uno en la plaza Delfina y otro en la
de la~ Victorias.




DEI. TUADrCTOU. 167


PAGINA Di.


Hi Alberto Duvois era sargento y e6taba de bandc¡'a
de recluta en Pal'is antes de la l'evolllcion, pero no
tardó en llegar ú oficial y de gl\ldo cn gTauo ascender
hasta general en i 795. En noviem)we del año siguiente
estando en el Rhin , publicó la falsa noticia de la muerte
del príncipe de Condé ocasionada, decia el p~l rte , por
una bala dc cañon dil'igida pOI' los al'lillcl'o~ del 6. o ba-
tallon del Droma. En diciembrc del mismo alto recibió
un halazo en la pierna y el gencral Hoche hizo mucho
elogio de su valor, Atravesó despues las Al'dcnas con el
ejél'eíto del MoseIla, donde se distinguió en la batalla de
}i~l'ejus mandando la caballel'ia. Poco despues incurrió en
la desgrac!3. de JOUl'dan por haber mandado fuera de pl'O-
pósito una cargü de caballeria cerca del valle de Juliel's,
y de resultas se retil'ó á Paris , donde se hallaba el año
de 9S cuando la convencion fue atacada por los arraba-
les, coutl'a (fuiencs mandó la caballería. Pasó despues
al ejército de Italia y le hil'ieron de muerte cn la batalla
de !loberedo, y hallúndose presente el genel'al Bonaparte
le dijo las siguientes palahras: « muero por la república
{( pcr'o de~eal'ia sabcl' si Ia,ictoria ~s completa.)) E5te
gencl'al era tio del famoso jacohino Bruto 3I:lfOliel', quien
no pudiendo IWl'donal'ie qne se hubiese declal'ado en fa-
"or de la cOllvcncion , le escl'ihió desde la carcel que es-
taba decidido á matarle apenas se viese lib('e.


PAGINA 97.


16 El gcncrall\lichaud era antiguamente tambor-ma-
yor , natural del Franco-Condado, se portó con mucha
distincion en las campañas del Rhin de i 792 Y 95. A fi-
nes de esta últíma le nombral'On general en gefe del ejél'-
eito del Rhin y se apoderó del fuel'te de Vauban y obtu-
YO otras muchas vcntajas durante la campaña de 1 i94.
Despues del 9 de thermidor rué á Paris á ,felicital' á la




168'
convcllcion por aquella jornada y "oh'iélldosc al ejércitO'
se apoderó en 1795 de la fortaleza del Rhin cerea de 1\'Ia-
nlleim, donde hizo I~enuncia del mando en gefe , conser-
vando el de una division del ejército, con la cual penetró,
á Holanda y ocupó la Zelandia por capitulacion. Tuvo la
modestia de rehusar allí el. mando en gere por cosiderar-
le superior á sus fuerzas , y la convencion despues de
darle muchos elogios nombró á Kléber en su lugar para
que mandase el ejército del Rhin. Ultimamente siguió
haciendo la guerra bajo' las órdenes del emperad()l' y le
mataron en Alemania.


PAGINA lOl.


1"7 D~ Fabre, convencionista y regicida, estuvo siem-
pre en el partido de la montaña y hallándose de repre-
sentante en los Pirineos orientales, fue muerto en un
combate al frente de las tropas el dia 12 de enero 1794.
La convencion le concedió los honores del Pantheon , que
luego se le revocaron y se señaló una pension ú su viuda.


PAGIl~A 101.


18 José Cassaigne , diputado de la convencion y re-
gicida , estuvo de representante en los Pil'Íneos orienta--
les y le hirieron ligeramente en el combate de Peyres el:
18 de setiembre 1795. En el de 95 tambien estuvo co-
misionado al ejército de Italia y luego pasó al consejo de
los 500 de donde salió en 1797 y no hemos vuelto á sa-
ber de él.


PAGINA 102.


19 D. C. Perignon nació en Tolosa y era juez de
paz en lUontech cuando le nombraron miembro de la
asamblea legIslativa, donde no se hizo notable hajo
ningun aspecto. Luego abrazó la canel'a militar y pasó
tan rapidamente por los gl'ados inferiores, que en 1794
y 95 mandó en gefe el ejército de los Pirineos orienta-




DEL TRADUCTOR. 169
fes, donde obtuvo algunas ventajas contra los Españo-
les, singularmente en la Escola, donde murió el conde
de la Union cuya desgracia le proporcionó la entrada en
Figueras. Hecha la paz con España le nombraron emba-
jador en l\ladrid, á donde pasó en abril de 96 con una
numerosa comitiva, y rué bien recibido del rey y de los
ministros. Firmó en San Ildifonso el 19 de agosto un
tratado de alianza ofensiva y defensiva entre Francia y
España. En 1797 le reemplazó Truguet yen 99 pasó al
ejército de Italia, donde se distinguió bastante, cuand(}
mandó el ala izquierda del ejército en la famosa batalla
de No,'i, donde le hirieron y cayó prisionero al tiempo
que hacia los mayores esfuerzos para cubrir la retirada
del ejército. En 1804 le dió el emperador la senatorería
de Burdeos y poco tiempo despues le elevó á la digni-
dad de mariscaL


PAGINA 105.


20 El general Duhoux era ya mariscal de campo an-
tes de la revolucion, y habiendo seguido el partido de-
mocrático , mandó el campamento de Soissons en agosto
de 1792. En setiembre de aquel mismo año defendió á
Lille contra el duqtW Alberto de Sajonia, mas en el oc-
tubre siguiente le destítuyeron y acusaron, aunque tuvo'
la suerte de justíficarse. En su mando del Vendée, de
que habla el texto , le batieron los realistas en San Lam-
berto y le cogieron su artilleria y bagages. En 1795 se
hallaba en Paris cuando se subleval'on las secciones con-
t,'a la convencion y como este se hubiese declarado por
aquellas, que fueron vcneidas, se desgració y vino á mo-
rir en la oscuridad.


PAGINA 109.


21 E. Conde de Grouchy era subteniente de guardias
de corps dell'ey de Francia cuando principió la l'evolucion,
y pOI' haher ahrazado su c:m3:l con ardor le hicieron el]¡




170 NOTAS
1792 coronel del regimiento de dl'agones de Candé, y
al año siguiente general de division. Con este grado pasú
al Vendée, donde continuó sirviendo hasta que, pacili-
cada la comarca, salió con el armamento destinado á h--
landa que se malogl1ó antes de llegar á su destino. En
1798 mandó el ejército cOlltl'a el Piamonte, donde insta-
ló el so\)\erno p\'o\'\s\ona\ uespues de \a espu\sion del rey
de Cerdeña. Su l~onducta alli fué no menos severa ó por
mejol' decir igualmente cmel que la qne posteriormente
tuvo en España, pues no solo prohibió que ningl1l1 ciu-
dadano tuviese armas en su poder, quitúndoles hasta las
navajas mas inofensivas, sino que mandó conducir Ú Fran-
cia á todos los nobles y personas ricas que habian inten-
tado defender la independencia de su pÚlria, á qlle se da-
ba entonces el nombre de insurreccion, y les confiscó la
mitad de sus bienes. Fueron tan duras y arbitl':wias sus
exacciones, que al año siguiente ya no pudo menos el di-
rectOl'io, poco escrupuloso en tales materias, de mandal'-
le formar causa en el tl'ibunal criminal del SOlla. PCI'O so-
hl'cvino entonces la revoluciou del 18 dc bt'umario v (!l aca-
baba de distinguit'se en la batalla de Novi, donde le hi-
rieron y cogieron prisionero los Allstl'O-Rusos, y no se
volvió á hablar de tal cosa. El em pcr:H.lo l' le nombl'ó
inspcctor gener'al de caballeria, en cuya calidad vino Ú
España con el príncipe Murat, y baste decir que él rué
quien presidió la eomision militar el día 2 de mayo 1808 ,
que bajo este titulo asesínó á una multitud de vecinos
honrados, clel'igos y pauiotas á quienes fUCl'on cogiendo
por las calles del modo mas fel'oz y arbitral'io. Esta b~H'­
hal'a crueldad rllé tal vez el mayor éstitllulo p:\I'a d(~spe¡'­
tal' el noble caractct' español y hacerle ejecutar durallte
seis años de lucha los prodigios que adlllil':.U'on y admi-
ran hoy todavia á la Enr'opa. No tenemos bastantes da-
tos para juzgar el mérito militar del mariscal conde de
Grouchy , pero su reputacíon en Francia, como hombt'e
leal, ha quedado algo mas que dudosa desde la ba-
talla de Waterloo.




DEL TRADUCTOU. 171


PAGINA 1.09.


22 El general frances I1axo estuvo siempre emplea-
do cn el VenJée y obtuvo muchas ventajas contra Charet-
te en el Bocage. Tomó la isla de Noirmoutiers luego la
de Boin. No cometió, como otros- generales, crueldades
gratuitas en aquel desgraciado pais, sino que al contra-
flO eludió las órdenes de los representantes del pueblo,
libertando muchas aldeas del incendio. El 26 de abril
1794 le batió Chal'ette en la Roche-snr-Y on y hel'ido y
abandonado de sus tropas, y cercado de una multitud de
insurgentes, se defendió con valol', pero le mató de un
ti['o Al'll3Ud , que cI'a antiguo gefe de division dd ejél'-
cito realista del centro. El mismo Charette hizo elogio de
su valor y la convencion decretó que se, inscribiese su
nombre en una columna que se levantó á este efecto en
metlio del Palllheon.


PACINA 1,.fO.


23 El general frances Lechelle era un antiguo maes-
tro de armas de Saíntes , que se alistó al pl'Íncípio de la
revolucion ('ntl'c los guardias nacionales de la Charan La
infel'Íor , y llegó á sel' gefe de batallon. El afIo de 92 le
bicieron general dc brigada y el 50 de setiemhre de 93
le nombró el ministl'o Bouchotte geneI'al en gcfe del cjér-
cito del Oeste, ú pesar de su incapacidad. Al principio de
su mando eOIlsiguió algunas ventajas particularmente en
MOl'tagne y cn Chollet, y cometió cl'ueldades hOlTibles
por órden de la convencion , pero á corto tiempo le ba-
tieron en L:n'al , donde perdió mas de 10 mil hombres,
de cuyas resultas le mandó prender el representante Mcr -
Jin de ThiOlnille y le llcvaron á Nantes, donde murió de
sentimiento, segun unos, y segun Otl'08 por haberse en-
venenado. Es tan ridícula la pintura que de él hace
~fr. Thiers en el curso de esta historÍa, que todo cuanlo




172 NOTAS
nosotros quisiéramos añadir á ella, solo servil'ia para
echarla á perder.


PAGINA 148.


24 El doctor Hoffmann era un médico de Maguncia
que fundó el club de los jacobinos en aquella ciudad y
se hallaba de·presidente cuando estaba allí Custine. No
contento con eso formó tambien alli una convencion na-
cional rival de la de Paris, causa por la cual le mandó
poner preso el general; pero como hubo que evacuar la
plaza, -milió de ella con los Franceses. Despucs que "Ma-
guncia se reunió á la )1'rancia le nombraron recibidor de
contribuciones del departamento de Mont Tonnerre, de
donde pasó al cuerpo legislativo en 1801 en reemplazo
de Pison Dugaland.


PAGINA 149.


2i> Antonio Quintin Fouquier Tinville nació cerca
de San Quintin en la aldea de I1erouelles en 1747 de
unos pobres labradores. Hizo algunos estudios prelimi-
nares y se vino á Paris donde proclll'ó buscar fOl'tuna.
Compró con lo que le dieron sus padl'es un cargo de pro-
curador en el Ghatelet, mas á pesar de su actividad é
inteligeneia , no pudo adelantar nada. Hizo algunos ver--
sos en elogio de Luís XVI con ocasion de su matrimonio,
pero eran tan malos que ni siquiera le contestó el minis-
tro el recibo, ni menos le dio las gracias, como era la
costumbre. Viendose pobre y sin recursos, pero cono-
ciendo que se preparaba una época en que tal vez po-
dria mejorar de fortuna, aguardó el momento de la re-
volucion que le cogió ya de mas de 40 años. Entonces
se arrojó en el partido democrático, donde se dió desde
luego á conocer por la rigidez y firmeza con que orga-
nizaba la anarquía en los grupos. Puso Danton los ojos
en él y desde entonces principió su fortuna, esto es en
las inmediaciones del 10 df' agosto. Pasó l'''o\1<1uicr 1:1




DEL TRADUCTOR. 173
noche del 9 en el ayuntamiento, donde aunque sin mi-
sion oficial, sujirió consejos muy enérgicos. Las prime-
ras comisiones que obtuvo fueron las de hacer afiliaciones
para los jacobinos, las cuales habiendo sido del gusto de
Robespierre y de Danton , le valieron una plaza de jura-
do del tribunal revolucionario que se le confirió el 10 de
marzo de 95, dia de su creacion. Su firmeza ó mas
bien insensibilidad contra todos los que no eran del
gusto del dia le proporcionó muy pronto el empleo de
fiscal ó acusador püblico que es el titulo que se le daba.
Este puesto parece que satisfizo toda su ambicion porque
era el mas análogo á su caracter .. por lo mismo que era
incapaz de tomar la iniciativa en las grandes resolucío--
nes, pero le sobraba firmeza para hacerlas ejecutar. Su
modo de preguntar á los acusados era breve y severo,
no tanto para proporcionar la seguridad general, como
para instruir de lo que pasaba á la comision de salud pú-
plica. Todas las noches á las diez iba á dar cuenta á Ro-
bes pi erre á Billaud ó ú Collot de lo que habia pasado en la
audiencia; les esponia sus observaciones, ideas y con-
jeturas , y salia de alH con las instrucciones de lo que se
habia de ejecutar al dia siguiente. Los jurados le estaban
esperando y él les daba la órden de lo que habia de ha-
cerse en cada caso esto es si debian absolver ó condenar,
pues la discusion núnca pasó de seruna pura formalidad.
Estaba alojado en el palacio de la Justicia junto á la con-
sergeria y no salia nunca de su casa sino para irá lacomi-
sion de salud pública y al tribunal. Poco le importaban las
murmuraciones ni las amenazas anónimas, ni}a responsa-
bilidad moral de sus actos: con tal que tuviese una órden
se ejecutaba sin otI'a retlexion. Por mucho tiempo obe-
deció ciegamente á Robespierre , y de órden suya pidió
el 24 de abril de 95 que se absolviese á Marat ,por mas
que él personalmente despreciase y aun aborreciese aque-
lla fiera. Las únicas dudas que le ocurrieron fueron cuan-
do se trató de condenar á muerte á Danton y á sus ami-
gos y entonces consultó con Saínt Just. El 9 de thermídor
le cogió en el mismo destino y cuando al dia siguiente




174 NOTAS
fue necesario rcconocer la identidad dc Rohespicrt'c y de
Dumas etc. que habian sido gefes suyos, se conoció que
!te halJia conmovido algo, pero sin embargo dijo: ( que
ce diablos! esto no nos toca á nosotros: son cosas de po-
C( litica y aqui lo que se ha de hacer cs justicia seca: ¿ eres
cc tu Robespierre?» Este que tenia la mandilmla hecha pe-
dazos hizo con la cabeza un signo afirmativo y dos horas
despues le envió al suplicio. l\1as el dia 12 de aquel mes
habiendo propuesto Barrere que se continuase á Fou-
quier en sus tenib!es funciones fue tanto el mUf'lllullo
que se levantó en la convencion, q He fue preciso no solo
quitarle síno mandaI'le juzgar. Solicitó venil' Ú justifIcar-
se en la balTa y habiéndose pI'csenLado en ella el dia 21 ,
se defendió muy mal, pues no salió de echar la culpa de
todo á RobespielTe, y habiéndose mantenido la acusacion
fue á constituirse preso. Esperaban obtener de él revela-
ciones importantes sobre los hombres y el gobierno del
terror, y aun por eso duró muchos meses su causa; pero
aunque publicó desde la cárcel una memoria acerca de la
justicia revolucionaria no se encontró en ella ningun se-
creto importante ni presentó el menol' intereso Sil causa
dUl'ó diez sesiones del tribunal y al fin fué condenado por
habel'se entregado á fnrores personales y hecho morir á
muchos individuos sin observar las formas legales. Al oie
su sentencia les dijo á los jueces: os deseo mi ,¡)alor si al-
guna vez os veis en el trance que yo. Luego pidíó que le
llevasen pronto al suplicio y en efecto fué á él con sere-
nidad v aun (,on desden. En el camino le recordaban al-
gunas personas del populacho aquellas terribles palabras
tantas veces pronunciadas por' él en el tribunal: tu no
tienes la palabra. Y tu, canallaimbecil , replicó Fouquier,
tampoco tienes pan. Babia en efecto una suma escasez el
24 de abril de 1 795.


Se necesitarian tomos enteros para referir los críme-
nes de este hombre, y los eentenares de individuos de
toda edad y sexo que envió al suplicio sin oides y aun
sin saber el mi~mo que cargos hacerles; pero hay un ras-
go suyo que no se puede omitir, y fué haber propuesto á




DEL TRADUCTOR. 175
la comision de salud pública agl'andar la sala del tribu-
nal para colocar alli una guillotina y condenar y ejecutar
á un tiempo. Pusose un modelo de la máquina, pero su
amigo Collot d'lIerbois le dijo con energia: l. preténdes
desmoralizar hasta el suplicio ? y se mandó quitar.


PAGINA HiÜ.


26 Guillermo Alejandro Tronzan Ducoudray era abo-
gado del parlamento lle Paris y en octubre de 1793 le
nombraron de oficio uefensor de la reina de Francia, jun-
tamente con Chauveau Lagarde. Inmediatamente despues
del suplicio de aquella princesa le pusieron preso con el
objeto de que declarára algunos secretos que suponian le
habl'ia comunicado en sus úlLimos momentos, pero dijo
que naua sabia y le pusieron en libertad. Entl'egó en la
(omision de segur'idad general unas mechas de pelo y
otras bagatelas qne le habia dado S. M. con encargo de
que se las diese de su parte á personas de su aprecio. En
1795 defendió ú los miembros de la comision reyolucio-
naria de Nante~ ca-acusados con Carrier y pudo salvar á
muchos, En setiembre del mismo año le nombl'aron del
consejo de los ancianos y habló siempre que pudo en favor
da los parientes de los cmigl'ados. En 1797 votó contra
el juramento que se exijia á los electores de odio á lamo-
narquia y probó cuan necio y perjudicial era. Inyocó,
aunq\le inutilmente la clemencia nacional en favor de los
fugitivos de Talan. Mas á pasar de pertenecer y ser uno
de Jos gefes de la raccion que entonces se llamaba de los
contemporizadores, le comprendieron en la lista de pros-
cripcion del 4 de setiembre 1797 y habiéndole deporta-
do á Cayena, mUl'ió alli el 22 de junio 1798, víctima de
aquel clima homicida á quien se dió el nombre de Gui-
llotina seca. El'a natural de ReíIDs y tenia cuando murió
45 años.






r,ONY-ENCION NACroNAL. (t 793). t 77


,CAPITULO TERCERO~


COlltilluacion del sitio oe LyOll. Toma de la ciudad. Drcrelo
terrible contra los l,yoneses insurrecciollados.- Progresos
del arte de la guerra; influjo de Carnot.- Victoria de 'Va-
tignics. Levantamiento del hlor¡ueo de l\'Iaubeugc.-Vnelven
..á principiar las of>eraciones en el Vendée. Victoria de Cho-
neto Huidas -y dispersion de los del VenJée del ott'o lado
del Loira. Muerte de la mayor pal'te de sus principales ge-·
fes.- Descalabro en el R.hin. Pérdida de las lineas de 'V'¡s-
scmIJurgo.


Cada rev'es que ocurria despertaha Ja cl1crg,ja
l'evolucionaria, y esta energia vol via á propor-
cionar ventajas. Desde la derrota de Nerwinde has-
ta el mes de agosto una continuada seeie de desas-
tl'es habia .exigido esfuerzos desesperados, cuyo
resultado hahia sido la destruccion del federaLisnlo,
la defensa de Nantes, Ja victoria dc Hondtschootey
el desbloqueo de Dunkerque. Otros nuevos reveses
en Menin, en Pirlnasens en los Pirineos, en Tor-
fou y Coron en el Vendée., acahaban de escitar
u n aumento de energia, que dehia producir
ventajas decisivas en todos los teatros de la gUClTa.


VI.




178 ItEVOLUCION FRANCESA.
De todas las operaciones aqu~lla cuyo término se


aguardaba con Inas impaciencia era la de Lyon , en
la cual de\amos á. nuhois-C.~an<.:~ a<.:an\.\,ad.o d.e\.an-
te de la ciudad cO,n cinco mil homlH'es de tropas-
regladas, y de siete á ocho mil de las de nueva re-
quisicion. Estaba amenazado de que cayesen sobre
él por la espalda los Sardos, á quienes 110 podía
contener el pequeilÍsimo ejército de los Grandes
Alpes y como ya dijimos se habia situado hacia el
lado del Norte entre el Saona y el Ródano , tenien-
do delante de si los reductos de la Cruz encar-
nada, y no en las alturas de Santa Fé y de Four-
vieres, que lo estaban --al Oeste, por donde hu-
hiera debido dirigir el verdadero ataque. No le fal-
taban razones para aquella preferencia, pues im:'"
portaba antes de todo estar en comunicacÍon con
la frontera de los Alpes, donde estaba el grueso
del ejército republicano y de donde podian los
Piamonteses venir al socorro de los de Lyon. Tam-
bien se tenia la ventaja en aquella posicion de
ocupal' el curso superior de los dos rios, y cortar
los víveres que bajahan pOI' el Saona y el Ródano.
Es verdad que de este modo quedaba abierto el
Oeste para los Lyoneses , que podian hacer con-
tinuas incursiones á San Estevan y á Montbrison;
pero todos los dias se estaba anunciando la llega-
da de los contingentes del Puy-de-Dome, y una
'Vez que estuviesen reunidas aquellas nuevas rc-




CONvnsclOX ~,\CIOXAf.. (1793). 179
quisiciolles , podia muy hien Dnbois-Crancé con-
cluir ei bloqueo del lado del Oeste, y escojer en-
tonces el ataque por donde se creycse Illas con-
veniente. Entl'e tanto se contentaba con estrechar
de cerca al enellligo, callOncar la el'UZ encarnada
por el Norte y principiar sus lineas en el Este
delante del puente de la Guillotiere. Era dificil y
lento el tt'ansporte dc 111uniciones y se necesitaba
traerlas de Gl'enoble, del fuerte de Barreaux,
de Briau(]on y de Embrun atravesando 60 leguas
de lllontauas. Estos acarreos estraordinarios no
podían verificarse sino por medio tle requisicio-
nes forzadas y poniendo en movinliento 5 mil
caballos, porque habia que tran3portar hasta las
lineas de Lyol1 14 mil homhas, 34 mil halas de
cañon, 300 mil libras de pólvora, ROO mil cartu-
chos y 130 bocas de fuego.


El110s prinleros dias del sitio ya se anunciaba
la marcha de los Piamonteses, que desemboca-
ban por el pequeño San Bernardo y el 1\lont-
Cenis, y asi marchó inmeditalllente Kellermann.,
á súplicas del departamento del Isere y dejó al
general Dumuy 1 para que le reemplazase en
Lyon. Es verdad que este reemplazo no era mas
que aparente, porque Duhois-Cl'ancé, representan-
te é ingeniero muy habil, dirigía él solo todas las
operaciones del sitio. Para acelerar la leva de las
requisiciones del Puy de Dome, llestacó este úl-




{80 'REVOLUCION 1< IlA.NCESA.
timo al general Nicolas 2 con un pequeño cuerpo
de caballel'ia, pero á este le cogieron en Forez y
le entregaron á los Lyoneses. Entonces envió Du-
bois-Crancé mil hombres de buenas tropas con
el representante Javogues 3 que fué mas feliz,
pues contuvo á los aristocratas de 1\'Iombrison y de
San Estevan é hizo levantar de siete á ocho mil
paisanos que llevó al sitio de Lyon, los cuales
colocó Dubois-Crancé en el puente de Oullins si·
tuado al Nor-Oeste de la plaza,de modo que inco-
modaban mucho para las conlunicaciones de esta
con Forez. l\landó acercarse al diputado Rever-
chond, que habia reunido en Macon algunos
miles de conscritos y los puso en lo alto del
Saona entermnente al Norte. De esta suerte ya
principiaba el bloqueo á ser algo mas rigoroso;
pero eran lentas sus operaciones y los ataques im-
posibles. No se podian tomar por asalto las for-
tificaciones de la Cruz encarnada, delante de las
cuales estaba el cuerpo principal. Por el Este y la
orilla izquierda del Ródano, estaba el puente 1\'10-
rand defendido por un reducto en forma de herra-
dura perfectamente construido. Hacia el Oeste tam-
poco podian tomarse las alturas decisivas de San-
ta Fé y de Fourvieres sino por un ejército vigoro-
so, y por aquel monlento no se podia pensar en
otra cosa mas que en interceptar víveres, estrechar
la ciudad é incendiarla. Desde principios de agos-




CONVENcrON NACIONAl. (J 793). 181'
to hasta mediados de setiembre no habia podido
hacer nubois-Crancé otra cosa que lo dicho', y sin
embargo ya se quejahan en l)aris de sus lentitudes
sin saber apreciar los I110tivos que habia para ellas.
Sin embal'go no puede negarse que había hecho
ya lnuchos daiios en aquella desgraciada ciudad,
COlno que las bOlllbas habian incendiado la magní-
fica plaza de BelLecour, el arsenal, el cuartel de
Santa Clara, el puerto del Tenlple y sobre todo
habia derribado una parte del hernlOso edificio
del hospital que tan magestuoso se ostentaba en la
orilla del Ródano. Mas en nledio de todo, los Lyo-
neses se defendian con la mas tenaz obstinacion.
Se habia esparcido la voz entre ellos de que 50
luÍl PÍanlOlllescs iban á desembocar en socorro de
la ciudad y los ellligrados no les escaseahan las
promesas, pero sin veniL' á reunirse con ellos y
aquellos valientes comerciantes, que en 111edio de
todo eL'an unos republicanos sinceros se veían re-
ducidos por la fuerza de la situacion á tener que
desear los funestos auxilios de la emigracion y de
los estrangeros. Mas de ulla vez manífestal'on su
modo de pensar de una nlanera nada equívoca;
pues habiendo intentado Précy enarbolar la ban-
dera blanca, no tardó en conocel' que era un ver-
dadero imposible. Habiéndose creado un papel
moneda con el título de obsidional para las necesi-
dades del sitio y visto fine en el transp;u'ellte ha-




182 REYOLtCIO~ FltANCESA.
bia unas florcs de Lis fite indispensable desll'uirle
y f~lbricar otro. Esto prueba que los Lyoneses eran
republicanos, pero el temor de las ~'enganzas de
la convencion y las mentidas promesas de Marse-
lla , de Burdeos, de Caen y sobl'e todo de la emi-
gracíon les habian conducido á un abismo de erro·
l'es y desgracia~.


Mientras e\\os estaban alimentándose con la
esperanza de ver llegar los 50 mil Sardos, habia
dado órden la convencion á los representantes
c..outll.On, M.úgnet 11 y C.h~\teauneuf-Ranl\on ~ de
pasar á la Aubernia y departamentos innlediatos
para aprontar una leva en masa, y l\.ellennann se
apre3praba POl' los valles de Jos Alpes á salir al
encuentro ú los Pianwntese~.


Escelenle cra la ocasion que se presentaba á
estos últinl0s para hacer una tentativa grandiosa
y atl'evida que no podía menos de salirlcs Lien y
consistia en reunil' sus principales flle('za~ en el
pequeño San Bernardo y desembocar junto á Lyon
con 50 mil hOlnbres. Bien sabido es que los tres
valles de Salenche, el Tarentesa y el l\1auriana
((ue estan conlig'uos el uno al otro formando una
espiral, nacen del pcquerlO San Bernardo y van
ensanchándose sobre Ginebra, CharnLcl'y, Lyon y
Grenoble. En ellos estaban esparcidos 411 gunos
destacarnentos franceses, y así no hahía ln~5 que
bajar l'ápitlalnente por cualquiera de los tres y




CONVENClON NACIONAL (1793). 183
venir á ponel'se en la abel'tul'a, lo cual et~a un
medio seguro, segun los principios del arte; para
cortar aquellos cuerpos y hacerlos rendir las al'....,
mas. Era IHUy poco temible el apego de los Savo-
yardos á los l~ranceses, porque los asignados y
las requisiciones, no les hahian dejado todavia
esperimentar olt'os efectos de la libertad que los
rigores. El duque de lUonferrato que habia to-
mado á su cargo la espedicion no traia consigo
mas que veinte á veinte y cinco mil hombres, de
los cuales envió un cuerpo hacia su derecha al va-
lle de Salen che , bajó en persona con el cuerpo
principal al de Tarentesa y dejó al general Gor-
don recorrer el lUauriana con el ala izquierda.
Principió su lllovimiento el dia 11 .. :.de agosto y no
le concluyó hasta el setiemhre, tal era su lentitud;
de suerte que los Franceses aunque muy inferio-
res en núrnero hicieron una resistencia enérgica, y
duró su retirada nada menos que 18 dias. Cuan-
do el duque llegó á lUoustier procuró reunirse
con Gordon en la cordillera del Gran Lobo, que
separa á los dos valles de Tarentesa y lUauriana,
sin ocurrirle siquiera marchar rápidamente á Con-
fIans, que el'a el punto de reunion de los valles.
Esta lentitud y sus 25 mil hombres son una hue-
na prueba de si tenia ganas de ir á Lyon.


Durante aquel tiempo Kellermann que habia
ido desde Grenoble , hizo movilizar las guardias




184 UE'VOLUCWN FRANCESA
na(;ionales del lsére y de los departamentos inrne~'
diatos; reanimó- á los Savoyiudos, que prin(;ipia-·
han á recelar de las venganzas que podria tonla,'
en ellos el gobierno Piamontes, y por último ha-
bia conseguido reunir cerca de 12 mil homhres.
Entonces mandó reforzar el cuerpo del valle de
Sallenche y se dirigió el 10 de setiembre á Con-
Hans á la salida de' los dos valles de Tarentesa y
Mauriana .. Este era precisamente el momento en
que el duque de Montferrato habia recibido la ó-r-
den de marchar adelante, pero Kellermann pre-
vino á los Piamonteses,y se atrevió á atacarlos en la
posicion de Espierre que habian tOlnado en la cor-
dillera del Gran LQbo á fin de- estar en comuni-
(;acion con los dos vallcs. No pudiendo atacar de
frente aquella posicion , hizo que la flanquease una-
columna suelta, compuesta ·de soldados medio
desnudos, los cuales á pesal' de eso hicieron esfuerzos
heroicos y á fuerza de brazo subieron los cañones á
unas alturas casi inaccesibles. Derepente empezó á
tronar la artilleria francesa sobre las cabezas de los
PiaOl0nteses, quienes llenos de susto se- retiraron al
instante al Valle de lUauriana junto á San ~liguel,
y el Duque de lUontferrato volvió inmediatamente
al de Tarentesa. Hahiendo dispuesto Kellcl'mann
inquictar á estc último POl' sus flancos, lc obligó
muy pronto á vol ver á subir hasta San Mauricio- y
San Gennan , y en una palabra 'le cchó el "i de oc_o




CONVBNCION NACIONAL (1793). 185
[ubre del otro lado de Jos Alpes. De esta suerte
una Catnpalla muy corta y feliz que hubieran po-
dido hacer los Piamonteses- si hubieran desembo-
cadO' con una masa dO'ble y por un solo valle bas-
ta Chambery y Lyon, vino á ser desgraciadísima
por las mismas razones que siempre hicieron aboL'-
tar las tentativas de los coligados, y que salvaron
la Francia.


Mientras que los Sardos eran rechazados del
O'tl'O lado de los Alpes, los tres diputados que se
habian enviado al Puy de Dome para ejecutar la
leva en masa, estaban sublevando las campiñas,
predicando una especie de cruzada y persuadien-
do á todos que Lyon , lejos de defender la causa
republicana, era el punto de reuniO'n de las fac-
ciones eInigrada y estrangera. El paralítico Cou-
thon lleno de actividad á pesar de sus enferme-
dades escitó un movimiento general, é hizo por de
pronto que lnarchasen Maignet y Chateauneuf con
una primera columna de 12 mil hombres , que-
dándose él atras para conducir otra de 25 mil y
hacer las requisicienes necesarias de víveres. A es-
tas nuevas levas las colocó Dubois-Crancé en el la-
do del Oeste hacia Santa Fé, con lo que se comple-
tó el bloqueo. Al mismo tiempo le llegó un des-
tacatuento de la guarnicion de Valenciennes ,que
segun'los tratados, no podia, asi como la de Ma-
guncia servil' mas que en ]0 interior, y puso este




186 REVOLCUlON FRANCESA ..
refuel'Zo de tropas res"ladas delante de los nuevos
reclutas para formar con ellos ~buenos fl'entes de
columna. Podia constar entonces su ejército de
unos 25 nlil conscritos y 8 á 10 mil soldados aguer-
ridos.


En la noche del 24 lnandó tomar el reducto del
puente de Oullins, que conducia al pie de las al-
turas de Santa Fé , Y al dia siguiente el general
Doppet, que era un Savoyanlo muy valiente y se
habia distinguido bajo las órdenes de Carteaux en
la guerra contra los Marselleses, vino á reenlpla-
zar á Kellermann. Es de advertir que á este aca-
haban de destituirle por causa de la tibieza de su
celo, y solo le dejaron algunos di as de mando pa-
ra darle tiempo á que concluyese su cspedicion
contra los Piamonteses. Inmediatamente se puso
de acuerdo el general Doppet con Dubois-CL'ancé
para el asalto de las alturas de Santa Fé, Y se hi-
cieron todos los preparativos durante la noche del
28 al 29 de setiembre. Se dirigieron ataques si-
multaneos hacia el Norte P01' la Cruz encarnada,
hacia el Este en frente del puente lUorand" y hacia
el :Mediodia por el de la MutatÍere que está nlas
abajo de la ciudad en el confluente del Saona y
del Ródano ; pero el venladel'o ataque habia de
darse porel puente de Oullinscontra Santa Fé. No
principió este hasta el 29 á las 5 de la mañana,
una hora ó dos despues de los otros tres. Puesto




CONVENCION NACIONAL (1793). 187
Doppet al frente de los soldados, é )nflamándo-
los con su valor, se precipita con ellos en el pri-
mer reducto y los lleva hasta el segundo con la
mayor actividad, en términos que se apoderaron
de Santa Fé la gl'ande y la chica. Durante aquel
tiempo la columna que estaba encargada de ata-
car el puente de la lUulatiere consigue apoderarse
de él y penett'a en el ismo en cuya punta se reu-
nen los dos ríos. Iba ya á introducirse en Lyon,
cuando echando á correr Precy con la caballeria,
consigue rechazarle y salvar la plaza. Por otro la-
do el gefe de artilleria Vaubois 6 que habia diri-
jido contra el puente l\1orand uno de los ataques
mas vivos, penetró en el reducto CIue estaba en
forma de erradura, pero tuvo precision de aban-
donarle.


Uno solo de estos ataques hahía sido completa-
mente feliz, y fue precisamente el principal con-
tra Santa Fé. Solo faltaba ahora pasar desde estas
alturas á las de Furvieres, que estaban mucho
mejor retrincheradas y lllas dificiles de tomar. El'a
de dictámen Dubois-Crancé, COlllO nlÍlitar sabio
y sistemático, de no esponerse á los riesgos de un
nuevo asalto y se fundaba en las siguientes razo-
nes. Sabia muy bien que los Lyoneses estaban re-
ducidos á comer harina de guisantes y no tenien-
do víveres mas que para algunos dias tenian pre-
cision de rendirse. Por otra parte vcía que habían




188 REVOLUCION FRANCESA.
andado muy valientes en la defensa de la Mula-
tiere y del puente lUorand , y temia que saliese
mal un ataque en las alturas de Furvieres, de cu-
yas resultas podia desorganizarse su ejército y ver-
se precisado á levantar el sitio. Por eso decia: « que
« lo mas favorable que podia proporcionárseles á
« unos sitiados valientes y desesperados" era facili-
« tarles la ocasion de salvarse por medio de un
« combate; y asi dejéol0sles perecer de hambre
« den tro de algunos días. )}


En aquel momento llegaba Couthon con una
nueva leva de 25 mil paisanos de la Aubernia, y
escribia con fecha 2 de octubre: « llego con mis
« rocas de la Aubernia y voy á precipitarlas sohre
« el arrabal de Vaíse. ») Encontró á Dubois-Crancé
en medio de un ejército de que era absoluto
gefe, donde habia establecido las reglas propias
de la subordinacion militar, y donde con mas fre-
cuencia se presentaba con su uniforme de ofi-
cial superior que con el de representante del
puehlo. Irritóse Couthon de ver á un represen-
tante sustituir á ]a igualdad aquella gerarquia
militat','y no quiso ni oir hahlar de una guerra re-
gularizada diciendo: « yo no entiendo una pala-
( bra de táctica, yo llego aqui con el pueblo, y
« su santa cólel'a acabará con todo. "Es preciso
el inundar á Lyon @on nuestras nlasas y tomarle á
( Yiva fhet'za. Fuera de eso yo he prOlnetido lí-




CONVENCION NACIONAL (1793). 189
« cenciar á mis paisanos el lunes y es necesario
({ que vayan á hacer sus vendimias.» Era aquel
dia martes, y como Dubois-Crancé era homhre
de carrera y estaba ac03tumbrado á tropas regu-
lares, manifestó algun desprecio de aquellos pai-
sanos amontonados confusamente y mal armados,
y así propuso escoger los mas' jóvenes é incor-
pGrarlos en los batallones ya organizados y des-
pedir á los restantes. No quiso escuchar Couthon
ninguno de aquellos prudentes consejos sino que
se decidiese atacar á Lyon á viva fuerza por to-
dos los puntos, con los 60 mil hombres de que
se podia disponer, como que á nada menos as-
cendia la fuerza del ejército con la nueva leva. Al
mismo tiempo escrihió á la conúsion de salud pú-
blica para que revocase la mision de Dubois-Cran-
sé,y se resolvió el ataque en el consejo de guerra
para el ocho de octubre.


Llegó en aquel}ntérvalo}a revocacionde Dubois-
Crancé y de su compañero Gautier, y como los
Lyoneses aborrecian tanto al primero de estos dos,
á quien veían en aquellos dos meses tan encarni-
zado contra su ciudad, decian que no querian
rendirse á él. El dia 7 les intimó Couthon por la
última vez, diciéndoles que él y los representan-
tes l\Iaignet y la Porte estaban encargados por la
convencion de la continuacion del sitio. Suspen-
dióse el fuego hasta las 4 de la tarde, y volvió á




190 REVOLUCION FRANCBSA.
princIpIar entonces con estraordinaria violencia.
Se iba ya á preparar el asalto cuando se presen-
tó una diputacion que venia á negociar en nom-
bre de los Lyoneses. Parece que el objeto de es-
ta negociacion era dar á Precy y á dos mil de los
hab;'\.a~\.\'.~ n."\.a~ ~\)n."\.~~\)U\.\'.\.'-ü.~~ \.'-~m:~~ ~~~~ ~~\-
varse en columna cerrada, y en efecto se aprove-
charon de aquel intérvalo y salieron por el an'abal
de Vais e para retirarse á Suiza.


No bien habían principiado los preliminares
cuando una columna republicana penetl'ó hasta
el arrabal de San Justo, y pOl~ consecuencia ya
no era tiempo de poner condiciones, mucho
mas cuando la convencion no queria oir hablar
de ellas. El dia 9 entró el ejét'cito con los repre-
sentantes al frente, y todos los habitantes ~e ha-
bian escondido menos los montañeses persegui-
dos que salieron en masa á recibir al ejército
victorioso y le prepararon una especie de triunfo
popular. El general Doppet mandó observar á sus
tropas la mas esacta disciplina, y dejó á los re-
presentantes el cuidado de ejercer por sí mis-
mos en aquella desdichada ciudad las vengan-
zas revolucionarias.


Entretanto Precy con sus dos mil fujitivos ca-
minaba hacia la Suiza, pero previendo Dubois-
Crancé que este debia de ser por fin su único re-
curso, habia anticipadamente hecho guardar los




CONVENCION NACIONAL (1793). 191
pasos, y los desgraciados L yoneses fueron perse-
guidos, dispersos y muertos por los paisanos, á
escepcion de unos 80 que llegaron con Precy al
territorio helvético.


Apenas entró Couthon reintegró la municipali-
dad montañesa encargándola que buscase y desig-
nase los rebeldes, y al mismo tiempo nombl'ó una
comision popular para que los juzgase militar-
mente. Despues escribió á Paris que habia en Lyon
tres clases de habitantes: 1.a los ricos culpahles; 2.a
los ricos egoistas; 3. a los obreros ignorantes, y es ..
traños á toda especie de causa y tan incapaces para
el bien como para el mal. Que era necesario guillo ..
tinar á los primeros y destruir sus casas, hacer
contl'ihuir á los segundos con todo su caudal y
estrai"lar á los terceros reemplazándoles con una
colonia republicana.


Produjo en Paris la toma de Lyon una alegria
estraordinal'ia, que recompensó las malas noticias
de fines de setiembre; pero á pesar del buen éxito
se quejaban de las lentitudes de Dubois-Crancé y
le imputaban la fuga de los Lyoneses por el arra-
bal de Vaise no obstante que solo se habian esca-
pado 80. Couthon particularmente le acusó de
que se habia hecho general absoluto en su
ejército; de que mas frecuentemente se presentaba
con el trage de oficial superior que con el de repre-
sentante, de que la echaba de táctico y última-




\'-'F."\' OLlJC\O~ FRANCESA..


111ente de .que habiaquerido que prevaleciese e.l
sistema 'tle los sitios regulares al dc los ataques en
111asa. IUlnediatamente hicieron los jacobinos una
slunaria informacion contra Dubois-Crancé, cuya
actividad y vigor habia hecho tantos servicios en
Grenoble, en el mediodia y llelante de Lyon.
Allllismo tienlpo preparó la comision de salud
pública decretos terribles á fin de que parecie6e
mas formidable y mejor obedecida la autoridad
de la convencion. He aqui el décreto presentado
por Barrere y que sc espidió inmetliatarncute.


«ART. 1.0 Se nOlnbrará por la convencÍon
« nacional, á propuesta de la cornision de salu(l
« pública una conlision de cinco representantes
« del pueblo, que se tL'asladal'án inmediatamente á
« Lyon para prender y juzgar militarmente á todos
« los contrarevolucionarios que hubiesen tonlatIo
({ las armas en aquella ci udatl.


« ART. 2.° Serán desarmados todos los L yone-
.c: ses, y entregadas sus armas á los que se sepa
.«que no tomaron parte en la rebelion, y á los de ..
ce fensores de la patria.


« ART. 3.° La ciudad de Lyon será destruida.
«ART.4.0 No se conservarán de ella mas que


« las casas de los pobres, las fábricas, los talle-
.{( res de las lnunufacturas , los hospitales, los mo-
« numentos públicos y los de enseñanza.


(ART. 5.° . Cesará esta ciudad de llamarse Lyon,




CONVENCION NACIONAL (1793). 19:1
'(( y en adelante se llamarú Jllttnicipalidad emancipada.


«AlU. 6. 0 Se levantará sobre las ruinas de tyon
( un monUlnento en que se escribirán estas pala-
q bras Lyon Mzo la guerra á la libertad, LyOll ya no
.« existe. })


La fecha de este decreto es del décilno octayo dia
.del primer mes del año segundo de la república.


Inmediatamente se anunció la noticiade la toma
de Lyon á Jos dos ejércitos ~el Norte y del Vendéc,
donde se hahia mandado dar golpes decisivos, y
se les escitaha por medio de una proclama á (PW
imitasen al ejército de Lyon diciendo al del Nor-
te: « La bandera de la libertad flota sohre los 111U-
« ros de Lyon y los está pUl;ficando .. Esle es un
« presagio de la victoria; la victoria pertenece al.
( valor, os pertenece á vosotros; herid , estel~nli-
« nad á 10s satélites de los tiranos ...... La patria os
« está 11lirando, la convencion auxilia vuestros gP.-
« nerosos esfuerzos; dentro de pocos dias no exis-
« tiran los tiranos, y la repúhlica os deberá su li-
« hertad y su gloria. » A los soldados del Vendée
se les decia: « Y yosotros tamhicn, valientes sol-
« dados ganareis una yictoria ; hace ya largo tiem-
« po que el Vendée tip.lle fastidialla á la l'epública;
« m:u~chad, herid, acabad. Todos nuestl'OS ene-
«migos deben sucumbir á lUI tiempo; cada nno
« de los ejércitos ya á vencer. ¿ Sereis vosotros los
« últimos á recoger laureles, á merecer la gloria de


VI. 13




191. REYOLUCTON FRANCESA.
q /w.bCl' c8lel'l1l;nado él los rebeldes, y salvado la
« patria? »


Va se eelIa de ver que fa comÍsÍon no olvidaba
nada para sacar el mayor partido de la rendicion
de Lyon, y en efecto este succso era de la mayor
importancia porque libertaba el Este de la Fran-
cia de los últinl0s restos de la insurreccion y qui-
taba toda esperanza á los emigl'ados que andaban
intrigando en la Suiza, y á los Piamonteses, que
no podian contar en adelante con ninguna diver-
sion por aquella parte. Comprimia el Jurá, ase-
guraba la espalda del ejército del Rhin, permi-
tia enviar socorl'OS de hombres y artilleria á
Tolon y á los Pirineos donde ya eran necesarios,
y por últinlo intimidaba á todas las demas ciuda-
des que tuviesen gana de insurreccionarse asegu-
rando su sumision definitiva.


Donde mas deseaba la . convencion desplegar
una grande energia era en el Norte, y por eso inl-
ponia á los generales y soldados la obligacion de
mostrar lnayor valor. Mientras que Custine aca-
b~,ba de entregar su cabeza al ,'erdugo, se nlan-
daha juzgar en el tribunal revolucionario al ge-
neral Houchard por no haber hecho en Dunker-
que todo lo que le era posible hacer. Igualmente
se habia decidido la comision, en virtud de las
reconvcnciones que se la dirigieron por los jaco-
hinos en el 11les de setiembre ant(Tior, á reno-




CONVENCICí)~ NACIO~iU. (1793). t 95
val' todos los estados mayores, reorganízimdolos
enteramente, y elevando á los primeros grados á
simples oficiales. Houchard que era coronel al
principio de la calnpaiia, y general en gefe antes
de concluirla, se veia hoy acusado ante el tribu-
hunal revolucionario. lIoche que era simple ofi-
cial en el sitio de Dunkerque, se veia hoy promo-
vido al mando del ejército del Mosella; Jourdan,
que era gefe de batallo n , despues comandante
del centro el día de la batalla de Hondtschoote, y
últiluamente nonlbrado general en gefe del ejér-
cito del Norte, eran unos ejemplos enérgicos de
las vicisitudes de la fortuna en aquellos ejércitos
republicanos. Verdad es que aquellas repentinas
promociones impedían que los soldados, oficiales
y g"enerales tuviesen tiempo de conocerse é inspi-
rarse confianza, pero daban una idea terrible de
aquella voluntad que disponia de todas las exis-
tencias, no solamente en el caso de una traicion
probada, sino solo por una sospecha, por una falta
de celo, por una victoria á medias, y resultaba de
ellas una decision absoluta de parte de los ejércitos
y esperanzas sin límites para los genios atrevidos
que osasen aspirar al peligro~o puesto de generales.


A esta época pertenecen los primeros progresos
del arte de la guerra, aunque no hay duda de que
los principios de este arte habian sido c0119cidos
y practica<.los en todos los tiempos por ~apitanes




196 REVOLUCION fRANCESA.
(lue reunieron la audacia del talento á la del ca-
ráctet'. l\'Iuy recientemente acababa Federico de
dar ejemplo de las mas escelentes combinaciones
estratégicas, pero luego que desaparecia el hom-
bre de genio superior dejando su puesto á los ado-
cenados, volvia el arte de la guerra á caer en la
circunspcccion y en la rutina. Se combatia eterna-
lnente por la defensa ó ataque de una linea. Se
enlpleaba la mayor habilidad en calcular las ven-
tajas de un terreno y por adoptar á él cada espe~
cie de armas; pero con todos aquellos medios se
estaba disputando años enteros una provi~cia que
un atrevido capitan hubiera podido ganar con
una sola maniobra, resultando que aquella pru-
dencia de la lnediania sacrifica Inas sangre, que
le temeridad del genio, por lo mismo que consu-
me hombres sin resultado. Esto es lo que habian
hecho los sabios tácticos de la coalicion. A cada
batallon oponian otro, teniendo gran cuidado en
guardar todos los caminos amenazados por el ene_
migo, y mientras que con una marcha atrevida
hubieran podido destruir la rcvolucion, no se atre-
"jan á dar un paso por miedo de descubrirse. En
una palabra el arte de la guerra estaba por rege-
nerar, conlO que no deja de ser un arte dificil y
gl'ande el de fornlar una masa compacta, il1spi-
rarIa confianza y audacia, conducirla rápidamen_
te del otro lado de un rio ó de una cordillera de




CO~VENCION NACIONAL (1793). j 97
l110ntañas y venir ú t:argar al enemigo donde nlenos
se lo esperaba dividiendo sus fuerzas ó tomándole
su capital, todo esto exigia genio y no podia desar-
rollarse sino en nledio de un fernlento revolu-
. . ClOna no.


Este fue el que puso en lnovilniento todas las
inteligencias , y quien preparó la épot:a de las
grandes combinaciones lnilitares. Por de contado
interesó en su causa enormes masas de hombres,
mucho mas considerables que las que jamas se hu-
biesen levantado en favor de la de los reyes. Des-
pues escitó una verdadera impaciencia de triun-
fos estraordinarios, llisgustándose de los cOluba-
tes lentos y 11lctódicos, y sujirió la idea de las
inupcioncs rcpentinas y nUl11Cr03aS sobre un
luisnlo punto, pues <Ine en todas partes se decía:
es necesario batirnos en masa. Este era el ~Tito




de los soldados en tOllas las fron teras y el de los
jacobinos en los clubs. Al llegar Couthon á LyOll
no dió otra respuesta á todos los raciocinios de
Duhois-Crancé, sino que era necesario dar el asal-
to en rnasa, y últimamente Barrere habia presen-
tado un inf()l'me muy bien escrito y nluy prQftln-
do, en que dernostraba que la causa de todos
nuestros reveses eran los conlbates parciales. De
esta manera, es decir, fonnando masas, inspirán-
llolas aUllacia, enlancipándolas de toda clase
de rutina é imprimiendo en ellas el valor y el de-




198 ItEVOLVClO~ f'RANCESA.
seo de innovaciones fué como la revolucion pre-
paró la restauracion de la guerra en grande. No
era posible que esta mudanza se ejecutase sin de-
sórdenes, porque los paisanos y simples obreros,
á quienes se trasladaba de pronto á los campos
de batalla; traian consigo en los primeros di as
la ignorancia, la indisciplina y los terrores páni-
cos, que son los efectos naturales de una mala
organizacion. Fuera de eso los representantes que
venian á los campos con sus pasiones revolucio-
narias, exigian lnuchas veces lo ilnposible y co-
metian grandes iniquidades con generales muy
valientes, como sucedió con Dumouriez, Custine,
1I0uchard, Brunet, Cancleaux y Jourdan, que
perecieron ó se retiraron á la vista de aquel tor-
rente, pero al cabo de un mes aquellos obreros
pasaban á ser de jacobinos declamadol'es, unos sol-
dados dóciles y valientes. Los representantes co-
municaban á los ejércitos una audacia y buena
voluntad estraordinarias, y á fuerza de exigencias
y mudanzas acababan por encontral' aquellos g'c-
nios atrevidos que convenian it :las circunstancias.


Ultimamente apareció un hombre que debia
regularizar aquel gran movimiento y este hOlnbre
fué Carnot. Antiguo oficial dc ingenieros, y des-
pues nlÍembro de la convencion y de la comision
de salud pública, de cuya inviolabilida(\ partici-
paha en cierto modo, pudo introducir impune-




CONVENCION NACIONAL. (1793) 199
mente el órden en unas operaciones que no llcva-
han pies ni caheza , y sobre todo impl'irnirlas una
simultaneidad que ningun otro nlinistro antes de
él lluhiera podido conseguir. Una de las princi-
pales causas de nuestros anteriores reveses era la
confusion que siempre acompaña á una grande
fermentacion ; pero habiendo llegado á ser )rre-
sistible la cOlnision de salud púhlica, y estando
l'evestido Carnot de toda la autoridad de la conli-
sion llegó á ser obedecido el pensamiento de aquel
hOlllbre prudente, que calculando sobre el con-
junto de las fuerzas, prescribia movimientos per-
fectamente ordenados entl'e sí y que se dirigian á
un mismo objeto. No podian ya en adelante los
generales, COlno lo habian hecho en otro ticlnpo
Dumouriez y Custine obrar cada uno por su lado
atrayendo asi toda la guerl'a y todos los medios
ele hacerla. Tampoco los representantes podian
ya como en otro tiempo mandar ni contrariar lna-
niobras ,ni modificar las órdenes superiores, sino
que era preciso obedecer á la voluntad suprema
de la comision y conforrnarse con el plan unifor-
me que ella habia prescrito. De esta luanera colo-
cada en el centro y con la vista fija en todas las
fronteras no pudo menos de agrandarse la inteli-
gencia de Carnot y concebil' planes estensos en los
cuales iba unida la prudencia con la osadia. U na
prueba de ello son las instrucciones enviadas á




200 REVOUJCION FllANCES.t·.
lIouchard, porque aunque en ellas se ve siempre
e\ l.nconseniente (\e tonos \0:; planes fOl'lnados en.
las oficinas, que cuando llegan á los sitios donde
se han de eiecutar suelen no ser ya ni útiles nÍ
posibles, con todo eso asegurahan pal'a el aIlo si-
gu\en\e h'iunfos universales.


Habia ido Carnot úla frontera del Norte á verse
con Jourdan y ambos habian convenido en atraer
osadarrlCnte al en enligo por mas formidahle que
pareciese, y le pidió Carnot al general un plan pa-
ra juzgar de sus ideas y conciliarlas con las de la
comision, es {lecir con las suyas. Luego que los·
coligados volvieron de Dunkerque al centro de la
linea, se habian reunido entre el Escalda y el
~Iosa, donde formaban una línea bastante fuerte
que podia dar golpes decisivos, segun se puede
inferir de la idea que ya dilnos del teatt'o de la
guerra. Hay nluchas líneas repartidas en el espa-
cio comPl'endido enl!'e el Mosa y el ~Iar, que son
el Lis, el Escarpa, el Escalda y el Samhra. Con
haber tOlllado los aliados á Conde y á Valencien-
nes , tenian segul'os dos puntos muy importantes
sobre el Escalda, y adelllas ácababan de adquirir
otro entre este río y el Sambra con la toma de
Quesnoy; pero no tenian ninguno sobre el mismo
Salnbl'a. Pensal'on en l\1aubeuge ql~~ por su po si-
cion á orillas de aquel rio, les hubiera hecho casi
dueños del espacio conlprendido entre él y el lUo-




CON,'ENCION NACIONAL. (1793). 201
sa ,pues á la apertura de la próxima campaña hu-
bieran tenido en Valenciennes y Maubeuge una
escelente hasa de operaciones, con lo que no era
enteramente inútil su campaña de 17~, Y asi su
último proyecto fue ocupar á Maubeuge.


Por parte de los Franceses, en quienes ya em-
pezaba á desarrollarse el espíritu de combinacion,
se trató de operar por Lille y Maubeuge sobre las
dos alas del enemigo, é introduciéndose por sus
dos flancO's, se esperaba venir á caer sobre su cen-
tro. Verda(l es que de este nl0do se esponian á
(Iue recayese todo su esfuerzo sobre una ó otra de
las dos alas, dejándole toda la ventaja de sus ma-
sas, perO' ya habia algo menos de rutina en esta
idea que en las precedentes. Sin embargo lo mas
ul'gente de todo era socorrer á Maubeuge, y así
Jourdan dejando al rededO'r de 50 mil hombres
en los canl pos de la Gavarella , Lille y Cassel para
que fO'rmasen su ala izquierda, estaba reuniendo
en Guise toda la fuerza que podia. Habia juntado
una masa de 45 mil hombres ya O'rganizados, y
estaba regimentando á toda prisa las nuevas levas
que llegaban de la requisicion permanente. PerO'
se hallaban estas en tal desórden, que se necesitó
dejar varios destacamentos de tropas de linea para
guardarlas; y así determinó Jourdan (Iue se reu-
niesen todO's los reclutas en Guise y él marchó en
f:inco columnas al sO'cO'rrO' de ~Iaubcnge~


e




202 REVOLUCION FRANCESA.
Ya habia el enemigo embestido aquella plaza,


{lue como las de Valenciennes y Lille estaba de-
fendida por un campo atrincherado en la orilla
izquierda del Sambra, que es por donde abanza-
ban los Franceses. El curso de aquel rio estaba
guardado por dos di visiones, que eran las de Des-
jardins "1 y Mayer, una por encima y otra por
debajo de lUaubeuge. El enemigo en vez de ade-
lantarse en dos masas cerradas para hacer reple-
gar á Desjardins sobre el Maubeuge, y echar á
Mayer hacia Charleroi, donde se hubiera visto
perdido, pasó el Sambra en pequeña~ columnas,
y dejó á las dos divisiones de Desjardins y de
l\'Iayer que se reunieran en el campo atrincherado
de Maubeuge. No estaba mal entendido haber se-
parado á Desjardins de Jourdan, impidiéndole
que engrosase el ejél'cito activo de los Franceses,
pero dejar á lUayel' reunirse con Desjardins era
lo mismo que permitir á estos dos generales for-
mar un cuerpo de 20 mil hombres hajo los mu-
ros de l\'Iaubeuge , que podia salir de la clase de
simple guarnicion , sobre todo cuando se acercára
el grande ejél'cito de Jourdan. En medio de todo
la principal dificultad consistia en alimentar aque-
lla gran masa de hombres en Maubeuge, lo cual
hasta cierto punto podia disculpar á los generales
enemigos la falta de haber permitido su reunion.


El príncipe de COhOU1'S situó á los Holandeses




CONVENCION NACIONAL. (1793) 203
en número de 12 mil á la orilla izquierda del
Sambra, y procuró incendiar los almacenes de
Maubeugue para aumentar la escasez. ~Iandó al
general Colloredo que pasase á la orilla dere-
cha y atacase el campo atrincherado. Antes que
Colloredo ya habia marchado Clerfayt con tres di-
visiones formando el cuerpo de observacion para
oponerse á Jourdan. Tenian los coligados al re-
dedor de 65 mil hombres.


Con un poco de audacia y travesura hubiera po-
dido el príncipe de Cobourg dejar 15 ó 20 :nlÍl
hombres en observacion delante de Maubéuge y
marchar con 40 ó 45 mil al encuentro de Jour-
dan á quien hubiera infaliblemente batido, por-
que ademas de la ventaja de la ofensiva, debian
sus tropas obtener otras muchas sobre igual nú-
mero de las nuestr:lS que todavia estaban nlalor-
ganizadas. Mas en lugar de adoptar este plan, dejó
el príncipe de Cobourg 35 mil hombres al rede-
dor de la plaza y se estuvo en observacion con
oh'os 30 mil en las posiciones de Dourlers y Wa-
tignies.


En tal estado de cosas no era imposible que el
genera] Jourdan penetrase por algun punto la lí-
nea ocupada por el cuerpo de observacion, ni
que marchase contra Colloredo que estaba embis-
tiendo el campo atrincherado, poniéndole entre
dos fuegos y. despues de haherle destrozado, ir á


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204 REVOLUCION FRANCESA.
incorporarse con todo el eiército de l\'Iaubeuge .,
formar con el una masa de 60 mil hombres y con
ella batir á todos los coligados que estaban en la
orilla derecha del Sambra. Para eso era indispen-
sable dirigir un solo ataque sobre Watignies ,que
era el punto mas debil ; pero habia el inconvenien-
te de que dirigiéndose contra aquel punto se dejaha
descubierto el camino de Avesnes que conducia á
Guise, donde estaba nuestra basa de operaciones
y era el punto de reunion de todos los reclutas.
El general fi'ances prefirió un plan mas prudente
pero nlenos fecundo en resultados, y mandó ata-
car el cuerpo de observacion por cuatro puntos ,
de lnodo que pudiese guardar el camino de
A vesnes y de Guise. Destacó por la izquierda la
division de Fromentin contra Saint-Waast con
órden de marchar entre el Sambra y la derecha
del enemigo, y debió situarse el general Dalland
con muchas baterias en el centro en frente de
Dourlers par contener á Clerfayt con un fuerte
cañoneo. El general Duquesnoy 9 se adelantó con
la derecha sobl'e Watignies que formaha la iz-
quierda del enemigo, un poco detras de la po-
sicion central de Dourlers , cuyo punto no estaba
ocupado mas que pOl' un cuerpo nluy débil. Otra
cuarta di vision, que era la del gencral BauL'cgard 10
estaba situada algo l11as allá hacia la del'ccha y
debia auxiliar ú DlH!Uesnoy en su ataque contra




CONYENCION NACIONAL. (1793). 205
'Vatig'nies. Todos estos movimientos estaban poco
enlazados entre sí y no recaian sobre puntos de-
cisivos, efectuándose todos ellos el ir, de octubre
por la maiiana. Apoderose el general Fromentin
de Saint-W aast, pero no habiendó tomado la
precaucion de no separarse del bosque para estar
al abrigo de la caballeria,le asaltaron y rechazaron
en la cañada de San Remy. Creyéndose en el cen-
tro que Fromentin seria dueflO de Saint-Waast
pues sabian que su derecha se habia aproximado
á 'Vatignies, quisieron pasar adelante yen lugar
de cañonear á Dourlers, pensaron en apoderarse
de él, siguiendo en esto el dictámen de Carnot
que fué quien decidió el ataque á pesar de Jour-
dan. Nuestra infanteria se arrojó á la cañada que
la separaha de Dourle~s, atravesó el terreno en me-
dio de un fuego mortífero, y llegó á una meseta
donde tenia enfrente unas haterias formidables,
y al flanco una numerosa caballeria dispuesta á
cargar sobre ella. En aquel mismo instante un
nuevo cuerpo de tropas que acababa de contri-
buir á la derrota de Fronlentin, amenazaba tam-
bien adelantarse por la izquierda. Se espuso al
mayor peligro el general Jourdan por sostener la
inHulteria , pero esta se replegó echándose en de-
sórden otra vez en la cañada, y pudo vol ver á
ocupar felizmente sus antiguas posiciones sin ser
perseguida. Habiamos perdido en aquella inten-




206 ltEVOLUCION FRANCESA
tona cerca de mil hombres, y ademas la artillería
que llevaha Fromentin. El único que habia con-
seguido algo era Duquesnoy por la derecha acer-
cándose á Watignies .
. Despues de aquella tentativa ya era mejor co-
nocida la posicion por los Franceses, pues se con-
vencieron de que Dourlers estaba demasiado for-
tificado para dirigir sobre él el ataque pl'incipal;
que por el contrario Watignies estaba apenas guar-
dada por el general Tercy, y como se hallaba si-
tuada detras de Dourlers era mas facil tomarla, y
una vez ocupada aquella aldea por el grueso de
nuestras fuerzas, tenia que caer necesariamente
la posicion de Dourlers. En consecuencia destacó
Jourdan seis ó siete mil hombres hacia su dere-
cha para reforzar al general Duquesnoy, envió ór-
den al general Beauregard, que estaba demasia-
do distante con su cuarta columna para que re-
trocediese desde Eule á Ohrechies, haciendo un
esfuerzo concéntrico sobre Watignies, juntamen-
te con el general Duq uesnoy; pero insistió en
continuar su demostracion hacia el centro y en
que marchase Fromentin hacia la izquierda con
el objeto de abrazar siempre todo el frente


.


enemIgo.
Principió el ataque al dia siguente 16 desem-


bocando nuestra infanteria por las tres aldeas de
Dinant, Demichaux y Choisy enfrente de Watig-




CON,'ENCION NACIONAL. (1793). 207
nies repeliendo hacia el bosque los granaderos
austriacos que mantenian la comunicacion de
\Vatignies con Dourlers. Con esto y con contener
á la caballel'ia enemiga por 11ledio de la artille-
ria ligera convenientemente dispuesta, fué tomada
Watignies. No estuvo tan feliz el general Beaure-
gard, sino que le sorprendió una brigada que
los Austriacos habian destacado contra él , Y cre-
yendo su tropa que era mucho mayor la fuerza
enemiga que cargaba sobre ella, se desbandó y
perdió una parte del terreno. En Dourlers y en
Saint-'Vaast se habian contenido recíprocamente,
pero lo mas esencial de todo era que estaba ocu-
pada \Vatignies. Para asegurar Jourdan su pose-
sion reforzó todavia mas su derecha con cinco ó
seis mil hombres, y Cobourg preeipitándose de-
masiado á ceder al peligro, se retiró á pesar de la
vent::ja obtenida contra Beauregard, y á pesar
tambien de la llegada del duque de York que
venia á marchas forzadas del otro lado del Sam-
bra. Es probable que lo que le impidió insistir en
la ocupacion de la orilla derecha de aquel rio fue-
se el temor de ver á los Franceses unirse con los
20 nlil honlbres del campo atrincherado; pero lo
cierto és que si el ejército de Maubeuge al oir el
cañon de Watignies hubiese atacado al debil
cuerpo que estaba encargado de embestir la pla-
za, y procurado marchar en busca de J ourdan




208 REYOLUCION FRANCESA.
hubieran podido ser detenidos los coligados. Así
lo pedian los soldados á gritos, pCl'O el general
Ferrand se opuso á ello, y el general Chancel 11
á quien se echó la culpa de esta negativa fué [l
parar al tribunal revolucionario. El feliz ataque
de 'Vatignies decidió el levantamiento del sitio de
lUaubeuge asi como el de Hundtschoote habia de-
cidido el del sitio de Dunkerque , y aquella act:ion
á quien se dió el nomhre de victoria de 'Vating-
nies produjo la mayor inl presion en los ánimos.


Hallábanse los coligados concentrados entre el
Escalda y el Sanlbra, y la comision de salud pú-
blica quiso inmediatamente sacar partido de aque-
lla victoria, del desaliento que hahia causado al
enellligo y de la energia que habia despertado en
nuestro ejército, pOl' lo cual resolvió tentar el últi-
mo esfuerzo para que antes del invierno quetlasen
los enemigos espulsados del territorio, y con el
desconsuelo de haber penlido enteralnente la caln-
paña. El dictámen de Jourdan y de Carnot eran
opuestos al de la conlÍsion, por que creian que las
lluvias que ya habian empezado á ser IllUy abun-
dantes, el mal estado de los caminos y el cansan-
cio de las tropas eran razones muy suficientes pal'a
entrar en cuarteles de invierno, y aconsejaban que
se emplease aquella mala estacion en organizar y
diciplinar el ejército. A pesar de eso insistió la (;0-
mision en que quedase lihre el territorio diciendo




CONYENCION NACIONAL (1793). 209
que en aquella estacion no podia ocasionar gran-
des resultados unaderL'ota. Segun la idea nucya-
mente imaginada de (}perar contra las alas de los
ejércitos, Inandó la COluisiot'l que se pusiesen en
marcha por l\laubeuge y Chaderoi por un lado,
y P(H' Cysaing , Maulde y Tournay por otL'o yen-
volver así al enenligo sobre el territorio que ha-
hia invadido, cuyo acuerdo se firmó el 22 de oc-
tubre. Diéronse las ordenes en consecuencia pal~J.
reunil' á,Jourdan el ejército de las Al'denas, salien-
do las guarniciones de las plazas fuertes, y reell1-
plazándolas con las nuevas requisiciones.


Hahia vuelto á principiar con nueva actividad
la guerra del Vendéc, donde ya dijinl0s que Can-
claux se habia replegado s(}bl'e N antes, y que las
columnas del alto Vendée habían vuelto á entl'aL'
en Angel's y Saumur. Antes que se supiesen los
nuevos decl'etos que confundian en uno solo los
dos ej.srcitos de la Rochela y de Brest, dando el
Inando de ellos al general Lechelle, preparó Can-
claux un nuevo movimiento ofensivo. Estaba ya re-
ducida la guarnicion de lUaguncia, tanto por la
guerra como por las enfermedades á unos 9 ó f O
rrlÍl hombres, y la division de Brest, batida bajo
el mando de Beysser, se hallaba casi desorg'ani-
zada. Mas no pOl' eso dejó de resol vel' Canclaux
una mat'cha muy atrevitla hácia el centro del Ven-
dee, y rogó al Dlismo tiempo á Rossignol que le


VI.




210 R'EYOJ~UCION FRANCESA.
ayudase con su ejél'cito. Este reunió illmediata-
luente un consejo de guerra en Saumur el dia 2
de octubre, é hizo que se decidiese en él que las
columnas de Saumur, de Thouars y de Chataigne-
raye se reuniesen el 7 en Bressuire, y marchasen
desde alli á Chatillon para concurrir al ataque de
Canclaux. Prescribió al mismo tiempo á las dos
columnas de Luzon y de Sables que guardasen la
defensiva á causa de sus últimos reveses, y de los
peligl'os que las amenazallan por el lado del bajo
Vendée.


Durante aquel tiempo se habia adelantado Can-
claux el 1.0 de octubre hasta l\lontaigu, estendien-
do sus reconocimientos hasta San Fulgencio con
el objeto de ponerse en comunicacion pOI' su de-
recha con la columna de LuzOl1 en caso que esta
llegase á t0111ar la ofensiva. Anilnado con el buen
suceso de su marcha, mandó el dia 26 á la van-
guardia, que continuaba siendo mandada por
Kléber, ma,rchar á Tiffauges , y habiendo encon-
trado los .Ji. mil Maguncinos que la componian el
ejército de Elbee y de Donchamps en San Sinfo-
riano, le pusieron en derrota despues de un san-
griento conlbate y le repelieron hasta mucha dis-
tancia. En aquella misma tarde llegó el decreto
destituyendo á Canclaux , Aubert Dubayet y Grou-
chy, con gl'an descontento de la columna de l\Ia-
guncia, y no menos indignacion .de Philippeaux,




CONVENCION NACIONAL (1793). 21 t
Gillet 12, Merlin y Rewbel, que veian privado
al ejército de un excelente general en el mOlnento
en que se hallaba lnas espuesto en el corazon del
Vendée. Era cierlalnellte una huena providencia
reunir el mando del Oeste en un solo general,
pero debia escogerse un individuo capaz de de-
sempeñarle ,y Lechélle era un ignorante y un co-
barde, segun dice Kléber en sus memorias, que
no se presentó al fuego ni siquiera una vez. De
simple oficial que era en el ejército de la Rochela
se le adelantó súbitalnente lo lllismo que á Rosig-
1101, solo por la reputacion que gozaba de patrio-
tismo; pero ni siquiera tenia aquel despej o natu-
ral de este últinlo ni menos su valor y asi era tan
malo para soldado como para general. Entre tan-
to que llegaba estuvo mandando Kléber, y se nlan-
tuvieron en las nlismas posiciones entre l\'Iontaigu
y Tiffauges.


Llegó por fin Lechelle el dia 8 de octuhre y se
celebró un consejo en su presencia, po-rqll'e aca-
haba de saberse la lnarcha de las columnas de
Saumur, de Thouars y de la Chataigneraye, so-
hre Bresuire ; y se convino entonces en que se de-
bia continuar marchando sobre Chollet, donde se
reunirian á las tres columnas de Bressuire , man-
dando al mismo tiempo al resto de la dÍvÍs-ion de
Luzon, que se adelantara hacia el punto genera)
de reunion. No comprendió Lechelle ni una sola




212


pa Llbra de los razonamientos de los generales y
lo aprobó todo diciendo: tS preciso marchar tnages-
tnosamente y en masa. Al oirlo Rléher, no hizo mas que
doblar su carla con despl'ecio, y Medin añadió
que se habiaelegido al mas ignorante de los h0111-
bl'es para 111andal' precisamente el ejército 111as
com prOlnetido. Desde aquelluOlnento encargaron
los representantes á KlébeL' que dirigiese él solo
todas las operaciones, limitándose por luera for-
malidad á dar cnenta de ellas á Lechelle. Este
se aprovechó de la circunstancia para estar sienl-
pre muy lejos del campo de batalla, y asi apar-
tado del peligro, aborrecía á los valientes que se
estaban batiendo por él, pero á lo nlenos no le~
estorbaba que batallasen cuando y como lo tu-
viesen por conveniente.


En aquel momento, viendo Charette los pe-
ligros que aluenazaban Ú los gefes del alto Ven-
dée , se separó de ellos pretestando falsos motivos
de descontento, y quiso ejecutar por sí solo el
proyecto de apoderarse de la isla de Noinuou-
tiers, de que en efecto se apoderó el dja 12 por
una sorpresa y por tl'aicion del gefe que la man-
daba. De este luodo estaba seguro de salvar su di ..
vision y entrar en relaciones con los Ingleses; pero
al misnlO tiempo dejaba cspuesto el alto Vendée
á una destruccion inevitable. Muy distillt~ullenle
debia conducirse por interés genel:'al de la causa,




CONVENCION NACIONAL (179'3). 213
por que podia atacar por la espalda la columna
de Maguncia y tal vez destruirla. En vatio le en-
viaban cal'ta sobre carla 10ii gefes del ejército rea-
lista, pOI' que jamás contestó á ninguna.


Aquellos infelices se veian oprimidos por todas
partes, pues que las columnas republicanas que
debian reunirse en Bressuirc se encontraron allí
para el dia sellalado y se habían encaminado el
día 9 desde Brcssnire para Chatillon. Encontraron
en el camino el ejército de MI'. de Lescure y le pu-
sieron en desórden. Ya se había reintegrado en su
mando al general Westermann y se hallaba en la
vanguardia al frente de algunos centenares de
hombres, y él filé el pt'inIeI'o que entró en Chati-
Hon el dja 9 pOl' la tarde. Al día siguiente entró
todo el ej(~n:ito. 'Entre tanto Lescure y Lart'oche-
jacqueleín lIamahan en su socorro al ejército gran-
de (pIe estaba á poca distancia, ponpIe hallándo-
se ya nluy estrechados en el centro del país esta-
ban comhatiendo á poca distancia unos de otros.
Convinieron todos los generales en volverse á di-
rigí!' sohre Chali lIon y se pusieron en Inarcha el
dia t 1 al 1l1ismo tiempo que ya 'Vesterman salia
de allí para MorLagne con quinientos hombres de
su vanguardia. A los principios no pudo iJl1agi-
narse que tenia fIue habú'selas cORtl'a tod-p un
ejército, y así no pidió grandes socorros á ~n ge-
neral , pero viéndose 4imvuelto de l'epente tuvo que


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214 REVOLUClON FRANCESA.
replegarse ú toda prisa y volvió á entrar en Chati-
lIon con los suyos. Apenas le vieron en la ciu-
dad cuando princi pió en ella el desórden y tod o
el ejé['cito repuhlicanola evacuóprecipitadalnente.
Reuniéndose \Vesternlan al genel'al en gefe Chal-
hos y agrupando al rededor suyo algunos valien-
tes, pudo contener la huida y aun se acercó bas-
tante á Chatillon. Cuando se iba acercando la no-
cho les dijo á algunos soldados que habían huido;
« Vosotros habeis perdido hoy el honor y es in-
( dispensable que le recohreis, » y tomando consi-
go 1 00 caballos mandó montar en la gurupa á
otros tOO granaderos, y por la noche mientras
(lue los del Vendée estaban en Chatillon dur-
miendo Ó cluborrachándose , tuvo el atrevimiento
de entrarse allí y arrojarse en medio de todo un
ejército. Es inesplicable el desórden y la carnice-
ria que allí se hizo, pues los del Vendée sin cono-
cerse se batian entre si y en aquella horrible con-
fusion se degollaban muge res, nirlOs y viejos. Salió
\Vesterlllann al rayar el dia con los treinta ó cua-
renta soldados que le quedaban, y fue á juntar-
se it una legua de la ciudad con el grueso dd ejér-
cito. Considérese el horrible espectáculo que se pre-
sentaria á la vista de los del Vendé e el dia 12, Y
asi salieron de ChaLillon , que estaba inundado de
sangre y devorado por las llamas, y marcharon
hacia Chollet , donde se encaminaban los lUagun-




CONVENCION NACIONAl~ (1793). 21!5
cÍnos. Chalbós despues de haber resta,blecido el
órden en su di vision, se volvió á entrar el 1 4 en
Chatillon, y se preparó á marchar de nuevo ade-
lante para reunirse con el ejército de Nantes.


Todos los gefes del Vendée, Elbée, Lescure, y Lar-
rochejacquelein se hallaban reunidos con sus fuer-
zas en las inmediaciones de Chollet, y se iban
acercando á ellos los Maguncinos que se habian
puesto en marcha el 14·, Tampoco estaba á mucha
distancia la columna de Chatillon y adelnas se iba
adelantando la divislon de Luzon á quien habian
enviado á llamar para que se situase entre las
col umnas de ~Iaguncia y Chatillon; y asi se estaba
en los críticos momentos de la reunion general.
El día 15, marchó la di vision de l\Iaguncia en dos
Inasas hacia lUortagne que acababa de ser evacuado;
formando Kléber la izquierda con :elcuerpo de
batalla, y Beaupuy 13 la derecha. Al mismo tiem-
po llegaba junto á l\Iortagne la columna de Lu-
zon, esperando encontrar un bata110n de guias
que Lechélle debia haher situado en el camino.
Pero aquel general que no servia para nada, ni
siquiera se habia ocupado de aquella atencion ac-
cesoria. Inmediatamente fue sorprendida la colum-
na por Lescure, que la asaltó por todas partes, y
la hubiera hecho pedazos, si afortunadamente no
hubiese echado á correr Beaupuy que pudo des-
embarazarla y aun fueron rechazados los del Ven-




21& REVOLUCION FUANCESA.
déeO' El desgl'at:iatlo Lescure ret:ihió cnlonccs un
balazo en una ceja y cayó cn bl'azos :dc sus solda-
dos que le llevaron y et:haron ú corrcr , con lo cual
la columna de Luzon sc l'cunió entonces á la de
Beaupuy. Acabaha de tomal' el mando de ella el
jóven A'Iarceau yal mismo tiempo Kléber por la:
izquiel'da sostenia un cornlJate hacia San Cristo-
hal en que. estaha rechazando al nClnigo. El 1 j.
por la tarde hivacal'on todas- las tropas repuLlica-
nas en el campo delante de Chollet, ú donde se
habian retirado los del Vendée. La division de Lu-
zon constaha de 3 mil hoolbrcs con los que y
con la columna de l\laguncia , venian á componc.!?
unos doce ó trece mil honlhres.


Al dia siguiente 16 por la malIana cvacuaran
los del Vendée á Challet despues de alg'unos ca-
üonazos, y se l'eplegaron sobre Beallpreau, con
lo cual entró aUí inmediatamente Kléber, y pro-
hibiendo el saqueo bajo pena de mucrte, hizo que
se observase el mayor onten. L{) mismo hizo la
columna de Luzon en Mortagne, y así todos los·
hitoriadores que han dicho que se incendió el
Chollet y á l\fortagne, ó han cmnetido un error,
ó dicho una insigne f:tlsedad.


Al instante tomó Kléber to(1as sus disposiciones,
porq He Lechelle se habia quedado dos leguas
atraso Pasa por delante de Ghollet el rio l\Ioine, y
del otro lado se encuentra un terreno monluoso y




CO.N\'BNCION NACIONAL (1793). 2 t 1
desigual, que forIna el semi-círculo de las alturas,
á cuya iZ(luierda está el hosque de Chollet, y á la
derecha, en CholIet mismo, hay un elevado Cas-
tillo. Situó Kléber á Beaupuy con la vanguardia
por delante del bosque y deÍl'as á IIaxo con la
reserva de los Maguncinos para sostenerla.
Puso en el centro la columna de Luzon man-
dada por Marceau, y á Vimeux á la derecha
con el resto de los lUaguncinos sobre las alturas ..
En la noche del 16 al 17 llegó la columna de: Clla-
tillon, que constaba de nueve á diez mil hombres,
y asi la fuerza total de los republicanos, no baja-
ba de 20 mil. Celebro se un consejo el 17 por la
mailana, en el cual manifestó Kléber que no le
s"ustaba su posicion delante de Chollet , porque no
tenia mas que una retirada, que era la del puen-
te de ~Ioine que salia á la ciudad. El queria que se
mal'c..hase adelante pal'a flanquear á Beaupreau
y cortar la comunicacion del Loira á los del Ven-
dée; pero los representantes se opusieron á este
dictámen, porque la columna que hahia venido de
ChatiJIon, necesitaba un dia de descanso.


En aquel lnismo tiempo estaban deliberando
en Beaupreau los gefes del Vendée en medio de
la nlayor confusion, COlll0 que los paisanos JIe-
"aban consigo á sus lllugeres, hijos y ganados, fOl'-
mando una clnigl'acion de mas de cien mil indivi-
duol'. Hubieran querido Larrochejaquclein y Elbee




218 REVOLUClON FRANCESA.
batirse en la orilla izquierda, pero Talmonc 1ft y
Autichamp n, que tenían grande influjo en Bl'e-
taña deseaban con impaciencia tl'asladarse" á la
orilla derecha. Bonchamps que m.editaha una.
grande empresa en una escursion hacia las costas
del Norte, porque segun se :decia, tenia entabla-
do cierto proyecto con la Inglaterra, o-pinaha por
que se pasase el Loira. Sin embargo, no estaba
distante de intentar un último esfuerzo., y aun
aVf;nturar una gran batalla delante de Chollet,
mas antes de principiar el combate, envió un des-
tacamento de 4 mil hombres á Varades para ase-
gurar el paso del Loil'a en caso de denota.


Resuelta ya la batalla, avanzaron los del Vendée
sobl'e Chollet con 40 mil hombres el dia t 5 de
octubre á la una de la tarde, mientras que los ge-
nerales republicanos, que no esperaban ser ata-
cados , acababan de ordenar un dia de descanso.
Estaban los del Vendée formados en tres colum-
nas, una de las cuales se dil'igia sobre la izquier-
da, donde estaban Beaupuy y Haxo, otra al cen-
tro, n1andada por Marceau y 1a tercera sobre
la derecha que estaba confiada á Vimeux. l\'lar-
chaban los del Vendée con igual órden de filas y
lineas que si fuesen tropas regladas, y todos los
gefes heridos que podian estar á caballo ve-
nian en medio de sus paisanos, animándolos
en aquel dia que habia de decidir de su existen-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 219
cía y de la posesion de sus hogares. Entre Beau-
preau y el Loil'a se celebraba una misa en cada
pueLlo que se encontraba, é invocaban la asisten-
cia del Cielo en favor de una causa tan desgra-
ciada, y que se veia en tan gran peligro.


Princi pian á estenderse los del Vendée y se
acercan á la vanguardia de Beaupuy, que como
vá hemos dicho estaban en una llanura delante
,;


del hosque de Chollet. Una parte de ellos avanza
en columna cerrada y cargó como la mejor tropa
de línea; los otros se esparcieron en guerrillas pa-
ra flanquear la vanguardia y aun el ala izquierda
penetrando al Losque de Chollet. Fatigados los
repuLlicanos tuvieron que replegarse, y Beaupuy
tÍ quien habian matado dos caballos cae enreda-
do con una espuela y yá iban á cojerle cuando se
til'ó detras de una caja de lTIuniciones, y allí mon-
tando en otro se fuéá juntar con su columna. En-
tonces echa Kléber á correr hacia el ala amenaza-
da y dando órden al centro y derecha para no
desunirse, mandó á Chalbos que hiciese salir de
CllOllet una de sus columnas para socorrer la iz-
quierda. Púsose él mislTIo junto á Haxo , é inspi-
rando confianza á sus batallones, volvió á llevar
al fuego los que se habian replegado en prensen-
cia del gran número de eneInigos. Fueron recha-
zados entonces los del Vendée ,. pero vuelven con
encarnizamiento y son repelidos de nuevo. Entre-




220 REVOLUCION 1< RANCESA.
tanto se iba trahando el combate con igual fUl'or
en el centro y en la derecha, estrellándose sobre
todo los esfuel'zos del enemigo contra Vimeux, que
por estal' tan bien situado hizo que fuesen inútiles.


Sin embargo, por el centro no dejaban los del
Vendée de conseguir mas ventajas que en las alas,
y penetraron pOI' el hueco donde estaba Marceau.
Acude alli IHéber para sostener la columna de
Luzon, y en el instante lnislllo sc encuentra con
una de las divisiones dc Chalbos que habia n13n-
(lado venir y ya salia de CholJet en número de '"
mil homlll'es. Era de la mayor importancia aquel
socorro en un momento tan crítico, pero al ver
aquella llanura llena de fuego, ]a division tan
mal organizada como todas las del ejército de la
Rochela, se desbanda y vuelve á entrar en desór-
den en Chollet. Quédanse Kléber y Marceau en
el centro con la única colunlna de Luzon , mas sin
intimidarse el jóven que la nlatulaba, deja acer-
car al enemigo á tiro de fusil, y de repente descu-
bre su artilleria, que con un fuego imprevisto,
contiene y sacrifica á los del Vendée. :Estos se re-
sisten al principio, se unen y se apiiian en me-
dio de una lluvia de lnetralla, pcro al fin cedcn
y huyen en desórden. Entonces se hizo gcneralla
derrota tanto en el ccntro conlO en la derccha y
en la iZf(uierda,y Beaupuy les persigue con su van-
guardia sin dejarlci descansar.




CONVENCION NACIONAL. (1793). 221
Las únicas columnas que tomaron parte en la


ha talla fueron las de l\Iaguncia y Luzon , y asi 13
mil hombres habian batido á 40 mil, no por que
de una y otra parte no se hubiese desplegado el
mayor valor, sino por que la disciplina y la re-
gularidad prevalecieron sobre el número, y estas
estaban en favor de los republicanos .. Habian des-
plegado el mayor heroismo Marceau, Beaupuy y
Merlin que apuntaba el mismo las piezas, y Kléber
dió una gran prueba de su vigor y buen ojo en las
batallas, que tanto le distinguieron en lo sucesivo.
Por parte de los del Vendée habian sido heridos
de muerte Elbee y Bonchampi despues de ha-
ber hecho pl~odigios, quedando solo entre los
gefes Larrochejacquelein, en quien por cierto
no estuvo el no participar de sus gloriosas heridas,
habiendo durado el combate desde las 2 hasta las
6 de la tarde.


Era la noche muy obscura y los del Vendée
huian á tQda prisa dejando sus albarcas en el ca-
mino, por donde les perseguia Beaupuy sin el
menor descanso. Tambien se le habia reunido
Westermann, que no queriendo participar de la
inaccion de las tropas de Chalbos, habia tomado
su cuerpo de caballería, y corria á toda brida con-
tra los fugitivos. Por fin despU(~s de haber perse-
guido largo tiempo al enemigo, se detienen Beau-
puy y Westermann "para dar descanso á sus t1'o-




222 REVOLUCION FRANCESA.
pas; pero sin embargo se echaron la cuenta de que
mas pronto encontrarian pan en Beupreau que en
Chollet, y se atrevieron á ir allí, donde se supo-
nia que los del Vendée se hahian re1 irado en ma-
sa. Mas fué tan de gana la huida, que una parte
de ellos estaba ya en San Florencio á las orillas
del Loira. Los restantes al ver venir á los republi-
canos, evacuaron á Beaupreau en desól'den, y les
cedieron el puesto donde hubieran podido defen-
derse.


Al dia siguiente 18 por la maiiana marchó el
ejército entero desde Chollet hácia Beaupreau , y
las avanzadas de Beaupuy, situadas en el cami-
no de San Florencio, ven correr á una multitud
de individuos que iba gritando viva la república,
viva Bonchamps. Los preguntan lo que aquello signi-
ficaba, y les responden proclamando á Bonchamps
como su libertador. En efecto aquel héroe tendi-
do sobre un colcho n y pronto á espirar de un tiro
flue habia recibido en el vientre habia solicitado
y obtenido la gracia de que se salvase la vida á 4
mil prisioneros que llevaban tras de sí los del Ven-
dée y los iban á fusilar, de suerte que aquellos
desgraciados se reunieron al ejército republicano.


En aquel momento se hallaban 80 mil indi vi-
duos entre mugeres, niños, viejos y hombres ar-
mados á las orillas del Loira con los restos de lo
que tenian , y se disputaban unas veinte harcas






"




CONVENCION NACIONAL (1793). 223
para pasar al otro lado. El consejo superior, com-
puesto de los gefes que todavia eran capaces de
deliberar, dudaba si convendria separarse ó lle-
yar la guerra hácia la Bretaña. Huhieran querido
algunos que se dispersasen hácia el Vendée y pro-
curan ocultarse esperando mejores tiempos: en el
número de los consej eros estaba Larrochej acque-
lein, quien preferia aventurarlo todo en la orilla
izquierda antes que pasar á la derecha. Sin em-
bargo prevaleció el dictámen contrario y se deci-
dió pernlanecer unidos y pasar adelante. Pero Bon-
champs acababa de espil~ar y no habia ninguno
capaz de ejecutar los proyectos que él habia fornla-
do sobre la Bretaña. Al nloribundo Elbée le condu-
jeron á Noil'moutiers, y á Lescure que estaba he-
rido de muerte le llevahan en una calnilla. 80 mil
individuos abandonan sus campos y van á buscar
su estel~n1Ínio ¿ con qué objeto Dios nlio? por una
causa absurda, abandonada en todas partes é hipó-
critamente defendida. * Mientras que estos infelices


'" No nos parece (pIe era tan hipócrita la defensa que es-
taban haciendo t.antos miles de hombres que se batian diaria-
mente contra fuerzas casi siempre superiores, y que á pesar
de las inauditas calamidades que llovieron sobre sus tristes fa-
milias , presentaban de nuevo sus pechos en defensa de lo
que acusaba su corazon. En buen hora que se califique su
causa del modo que se quiera, pero no se dirá con razon
que fue defendida con hip(lcresia sino con sobrada sinceridad.


(N. del T.)




224 nEVOLUCION FllAN<':ESA.
se esponian generosalllente á tantos luales, apenas
pensaba la coalicion en ellos ,los emigl'ados i 11-
trigaban en las cortes estrangeras , y solo algunos
se batian animosanlente en el Rhin, pero en filas'
tambien estrangeras, y ninguno habia pensado en
enviar ni un soldado ni un peso duro á aquel des-
dichado Vendée que ya se habia distinguido en
nluchos conlbates heroicos y hoy sc hallaba venci-
do y asolado.


Se reunieron los genel'ales republicanos ú Beau-
preau y :alli se resolvió dividirse y nlarchar ulla
parte á Nantes y otra á Angérs, á fin de inlpedir
ningun golpe de mano en aquellas dos plazas.
Eran de clictámen los representantes, aunque no
Rléher , de que el Vendée quedaba destruido, y
asi escribieron á la convencion que ya no existía el
Vendée. Se le había sClmlado al ejército el término
del 20 de octubre para concluÍl' con aquella guer-
ra y la había terminado el 18. En aquel mislno
dia se habia ganado la batalla de Watignies y
terminado la campalla levantando el bloqueo de
~Jaubeuge ; y así pOl' todas partes parecia que no
se necesitaba Ulas que un decreto de la conven-
cion para asegurar la victol'ia. Llegó á su colmo
el entusiasmo en París y en toda Francia pel'SlIa-
diéndose á que antes del fin de la estacion que-
daria victoriosa la república de todos los tronos
conjurados contra ella.




CONVENCION NAOO~AL (t 793). 225
Un solo accmtecimiento podía tUl'har aquella


alegria, y era la pérdida de las lilleas de \Yissem-
burgo á orillas del .Rhin , que hahian sido flH'za-
das el 13 Y 1,í de octuhre. Despues del reyes de
Pirnlasens dejamos á los Prusianos y Austl'iacos en
frente de las lineas del Sart'il y del Laütel', ame-
nazando á cada instante invadirlas, de suerte que
habiendo inquietado los Prus'ianos á los France-
ses en las orillas del Sarra , les obligaron á reple-
gal'se. El cuerpo de los Vosgos que habia sido inl ..
pclido del otro lado de Hornbach , se l'{~til'Ó nada
menos que á Bitche, en el centro de las 11lonta-
flas, y el ejército dell\1osella rechazado hasta Sar-
reguemines quedó separado del cucrpo de los Vos-


-gos y del ejército del Rhin. En aquella posiciou les
era facil ú 105 Prusianos queya se habian adelantado
en la f:llda occidental, nlas alLí de la línea C0111Un
del Sarra y del Lauter, flanquear las líneas de \Vis-
seluburgo por su estrenla iz-quierda. Entonces te ..
llian ({ue caer nece¿;ariamcnte, y así sucedió el
dia 13 de octubre. A pesar de que la I)l'usia y el
Austria habian estado, 'Como ya dijimos, en Jnala
inteligencia, vinieron por fin ú 'concertarse, yel
rey de Prusia se hahia ido á Polonia, dejando el
mando á Bl'unswick con órdcn de concertarse con
WUl'mser. Del 13 al14 de octu)we, lnientras que
los PrusianJs marchaban desde la línea de los V 05-
gos hasta Bitche, mucho mas allá de la altura


VI.




226 REVOLUCION FRANCESA.
d.e Wissemburgo, debía atacar 'Vurmser las tí
neas, (\el Lauter con siete columnas; la pl'ime-
ra., mandada por el príncipe de Waldeck 16, Y
que estaba encargada de pasar el Rhin en Seltz y
flanquear á Lauterburgo, encontró en la natu-
raleza del terreno y en el valor de un medio bata-
110n de los Pirineos, obstáculos insuperables; la
segunda, por mas que ya hubiese pasado las lí-
neas por bajo del Lauterburgo , fué rechazada; y
las demas, despues de haber conseguido algunas
ventajas, que no dejaron de ser costosas por la
resistencia de los Franceses, se apoderaron de
Wissemburgo. Entonces se retiraron nuestras tro-
pas al puesto de Geisbel'g, que está situado un po-
co detras de Wissemburgo y era mucho nlas di-
ficil de tomar, por lo cual no podian considerar-
se todavia como perdidas las líneas de Wisseln-
burgo; pero la noticia de la nlarcha de los Prusia-
nos sobre la falda occidental, obligó á los gene-
rales franeeses á replegarse sobre Haguenau y so-
bre las líneas del Lauter , cediendo asi una parte
del territorio á los coligados. Estaba pues invadi-
da la frontera sobre este punto, pero las ventajas
conseguidas en el Norte y en el Vendée neutra-
lizaron el efecto de aquella mala noticia. Comi-
sionaron á Saint-J ust y á Lebás á la Alsacia , para
contener los movimientos que escitaban en Strasbur
go la nobleza de la Alsacia y los emigrados. Tam-




CONVENCION NACIO:'(.\L (1793). 227
híen se dirigieron hacia aquel lado cuantiosas le-
vas, y se consolaron con la resolucion de YcnccJ'
en aquel punto <':01110 en todas los deJnas.


Quedaban pues disipados los grandes telllores
{!ue se hahian concebido en el mes de agosto an~
tes de las victorias de HOlldtschoote y de Watig-
nies, antes de la toma de Lyon y retirada de los
Pialnonteses del otro lado de los Alpes, y antes de
los triunfos del Vendée. Ya en aquel nlomento se
veia libre de enemigos la fronlcl'a del Norte, que
era la nlas iInpol'talltc y mas aInenazada; ren-


dido Lyon, sometido el Vendée, y apagada toda
rebelíon en lo interioL' hasta la fL'ontera de Italia,
donde es verdad ([ue la plaza de Tolon se resistia
toda via , pero resistia sola. Con un triunfo 111aS
en los Pirineos, en Tolon y en el Rhin, era com~
pleta la victoria de la república, y no parecía lnas
dificil de obteneL' aquella ventaja que las dernas.
Sin duda que aun quedaba 111ucho que hacer, pero
tpodia hacerse contínualulo los nlismoses fllerzos y
los mislnos medios, por lllanel'a que sin estar en-
teramente tranquilos, no habia ú lo luenos el pe-
ligro de nluel'lc próxima.






NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECiENTES AL CAPiTULO TERCERO.


----Q----
PAGl~A 17H.


1 FeIix Dumuy cm ~'a teniente general cuando prin-
cipió la revolueion y tuvo la destreza necesal'ia para no
mczclal'se con ningull partido, hasta que al fin despues
del 10 de agosto se declaró por el democrático. Entonces
le emplearon en el ejército del H.hin , donde no gustó
mucho su cal'ácter flexible y moderado y asi le quital'OJl
de allí muy pronto. Luego le enviaron al sitio de Lyon en
la ocasion de que habla el texto, y concluido que fuc,
solo tuvo mand05 en lo interior, pal'ticularmente en Vel'-
salles y Nantes. Murió el año 1807 sicndo comandante de
la legion de honor.


PACINA 180.


2 El general Nieolas despues de la I'cndicion de Lyoll
continuó sirviendo cn cl ejército de los Alpes y despues
pasó :í Italia con Bonapal'te. Volvió á París en 1796 y le
dieron el mando de la legion de poticia que se fOl'mó
aquel a110 y se lice nció poco despues. En tiempo del
imperio rué comandante de la legion de honor por lo mu-
cho que se hahia distinguido en la batalla de Austcl'litz.


PAGl~A 180.


;) C. J~l"uques y no Javognes , como dice el tex.to ,
fue diputado del nódano ú la com'encion , dOllde no df's-
plegó sus labios sino para votar la muel'te del rey. Eu-
,'iáronIc el año 1793 de I'epresentante al sitio de Lyon ,
(londe no sirvió dc nada hasta flue se rindió la dudad:




230 NOTAS
mas entonces rl'incipial'oll Sl1S scnicios, de 3c!ueHos que
~Oll tan gTalos Ú fos jacohhlOs de todas las edades y de
todos los pueLlos. Empezó desde luego por reillstalar su
club, dondc fll'OlllllleiÓ los panegíricos de aquellos dos
m~dvados Chalier y ni~\l'd y apl'ovechó aquella ocasion°
para declamar contl'a los propietarios. Entrc Otl'3S cosas
qlle dijo para escital' Ú las muertes y saqueos fue quc no
habia ley mas santa qne la ley ag'raria y que era una vir-
tml en las repúblicas denunciar ét .m propio padre. Como
digno cólega de Coltot d'Hcl'lJois, tomó parte en todas
las medidas que despoblaron y destruyc\'on en parte
aquclla desvelltm'ada ciudad. Cuenta Pl'udhome qnc Ja-
voqnes ~'a Ü\l1l0S0 pOf" sus cmcldadcs y I"Obo5- en Lyon ,
l'ecorl'ió los departamentos dcl Ain y elel Loil'a al ('r'ente
de un cjército revolucionario y principió pol' establecer
en :FleUl's un tl'iullnal compuesto de la mas esquísita ca-
nalla y le dijo á uno de eHos : amign , es preciso que los
descamisados Si' aprovechen de este momento para hacer su
negocio, y así procura guillotinar á los ricos si q/tieres llegar
á serlo. Con semejantes medios organizó prontamente la
lllllel'le y los saqueos. Cada dia enviaba al suplicio un gl'an-
númcro de inocentes y cuando "cnian algunas esposas á im-
plm'al' la libertad de sus m~\l'idos, solia decirlas: ya sal-
drán luego que hayan pagado. En consecuencia aqueJlss
infelices hacian todas sus esfuerzos para completar la3
sumas cxigidas y él las pl'Ometia su libertad para cl dia
siguiellle ~. al dia siguiente los clniaba al tribunal revo-
lucionario. lIabiendo <lado un desma,·o á UIJa de ellas t


.;


dijoJavoqucs )'iendo: Estas p ... SOHunas gazm011as, voy á
mandar traer una guillotina !I se verá como vuelve en si.


La misma f('I'oZ cOllducta obscrvó en Bonq:; , donde
rohó considcrahles sumas en dinero y plata labl'ada y di-
jo Ull día ell el club declamando conll'a los propietarios:
ljue la república no' [Jodia afianzarse mas que soóre sus ca--
dá¡'eres y sobre el última de los hombres de bien. En San
EsLeyall sacrificó ú su illcontillencia la hija de un olicial
llluuicipal :í quiell lwbia hecho guillotinar por la mañana,
ettya atl'ocidatl ocasionó una cOl1mocion de (pie hubiera




DEL TRADL'Cl'OR. 231
sido víctima sino hubiese tomado la fuga. En Macon se
Ilacia servÍl' á la mesa en los vasos sagrados robados á las
iglesias )' por último fue tan atroz su conducta , que el
mismo Coutbon le acusó en febrero de 94 de que ejercia
su comision COIl la crueldad de un Neron. Sin embargo se
reconcilió con este último y se abrazaron los dos en la
convencion, que les aplaudió mucho. Cuando cayó la
montaña no pOI' eso se calmó su celo l'evolucionario y asi
le arreslaron el 1. 0 de junio 1793 como uno de los auto-
res de la conspiracion jacobínica contra la convencion,
que costó la vida al diputado Ferl'aud, pero le amnistiaron
poco tiempo despues. :Mas habiendo vuelto á figurar de
nuevo en setiembre de 96 en la insurreccion del campo de
Gl'enelle ,fue condenado á muerte y fusilado el 9 de oc-
tubre á la edad de 37 años. Habia nacido en Bellegarde ,
departamento del Loira.


PAGINA 182.


4 Estev::m Maignet , abogado y administl'ador del de-
partamento de Puy de Dome fue diputado á la legislativa
y á la convencion donde votó la muel'te del rey. Despues
de haber dado muestras de su cl'Ueldad en Lvon con Cou-
thon y Chateauneuf , fue á propagal' el tel'r¿r por los de-
partamentos del ~Iediodia y á fuerza de súplicas obtuvo
de la comision de salud pública el permiso de establecer
en Ol'ange una comision revoluciünaria. La compuso de
los antiguos jacobinos de Aviñon y la puso en la mayor
actividad. No contento con emplear la guillotina, qui .....
so destruil' las poblaciones en masa, y asi fue que por
haberse cortado un arbol de la libertad en el pueblecito
de Bédouiu , compuesto de HSO casas y unos 2000 ha-
bitantes , 103 proscribió á todos y mandó abrasar la po-
blacion, cuya horrible sentencia se ejecutó el dia 6 de
mayo 1794 por el 4. o batallo n del Ardeche. La conven-
don aprobó con su estúpida ferocidad aquella medida y
aun renovó su aprobacion un mcsdespues del9 de thermi-
doro Pero llovieron tantas denuncias de todo el medio-




232 NOTAS
tlia, y CII pal'ticulal' de los pocos restos que quedaban (fe-
ros habitantes de .B€douin q-ne al fin se <lecI'ctó su 31'I'esto
el tj de a}wil '1795. En el informe qne dió Gonpillcau en
su causa el diú 5 de- diciembl'e diee que pasaban de 500-
j.J1dividuO's los que hahiafi' muerto tle su ónlen , soTo en
la guillotina que estahleció en Ol':lllge , los cuales 500
cadáveres 1'uel'O'n sepultados en una zanja, y mandú
abril' inmediatamente ot1'a que fuese capaz de recibir
otros 1200 que tenia condenados ú moril' y ])I'eparada la
cal para consumidos.


Pues ahora bien este tigl'e fue amnistiado en agosto
de 17DG ..


PAGINA 182


5 El conde de Chateauneuf Randon fue diputado por-
la nobleza á los estados generales y a»razó el partido de
la reyolucion. Luego fue presidente dd departamento det
l.ozere y diputado por él á la cOlHeneion. Luego que
voló la muerte del rey le hicieron. miembro de la comi-
sion de seguridad general y pidió que se anestase á Ma-
dama de Montcsson y:í la duquesa de Orleans, tomandO'
parte en todos los proyectos reyolucionarios oe los mon-
taüese5 en Lyon, Montl)l~isson y departamentos inmedia-
tos ~ es decir, que fue tarr sanguinnl'io como- ellos. Des-
pues del 9 de thermidor tuvo una disputa con Freron, y es-
tuviel'On para batit'se ,.. pero no llegó el caso. Los habi-
tantes de Saint Flonr le denunciaron como terrorista y
solicitaron que pagase las demoliciemcs que habia mandado
hacer alli. Despues que se concluyó la sesion pasó ú los
ejércitos y denunció en 17DG u na conspiracion dirigida·
por emigrados ó parientes suyos. En '17nS le nombraron
comandante de Maguneia y con la noticia de que se arel'-
caba el e,jél'cito austriaco victorioso quiso hacer la leya
en masa, cosa que incomodó mucho ú JOlll'dan y le d(~sli­
lUyó. Dcspues dcl18 de hrumal'io le nombraron prefecto
de los Alpf's marítimos, en cuyo destino murió.




DEL TRAHUCTOR. 233·


PAGI~A un.


6 El gencral f,'ances Yauuois nació en Chateau-Vilain,
clcpartamento del alto Mal'ne y era capital} df> art.iIlerin
cuando cstalló la l'evolucion. Despues de lo que de ét: re-
iicrc el texto en el sitio de Lyon, se hizo not31' en ef
asalto UI~ las bal'l'icauas del valle de Stur-e el 5 de junio
1794. Despues pasó al r.iél'cito de ltalia y sirvió con
mucha distincion dUl'ante las campañas de 95 y 96. E.
50 de junio de aquel año tomó á Liorna y batió despues
una division austriaca que cubl>ia el Tiror. Fué con Bo-
lIapal'te á la cspedicion de Egipto y aquel le confió el
mando de Malta, que conservó hasta el mes de setiembre
de 1800, en que se jvió precisado á rendir la plaza por
falta de "¡,,eres y municiones. El emperador le nom1wó
Ulas adelante miembro del senado conservador y gran
oncíal de la legion de honor.


PAGINA 202.


7 Desjal'llins el>a soldado del regimiento d~l Yival'és;
en 177G y en 1702 le nombraron comandante de un ba-
tallon de guanlías nacionales de Maine y Loira , ascen-
diendo rápidamente hasta el gl>ado de general de division,
cn cuya calidad se hallaba en este lugar de la historia.
l~uego pasó á servir bajo las órdenes de Pichegru en 179·t
Y se distinguiú en el combate de Bossu y de Bealllllont ,
en lUerbes, en Lohbes yen lIerqllelinnc. En 17Dn bajo
fas órdenes de lll'une mandó las t['opas francesas que
ccharon de Holanda á Jos Rusos y á los Ingleses, quedan-
do despnes mandando interinamente el ejél>cito Franco-
Bútavo , hasta que llegó Augel'cau. Siguió despucs la rOl'-
tuna de csle en Alemania, haciendo touas las campañas>
hajo S\1S órdenes.


PAGIN"A 205.


S Gel'ollimo, conde de Collol'edo, cl'a hijo del conde'




234 :NOTAS
Federico "ice canciller del imperio bajo Leopoldo II y
millistf'O y presidente del gabinete íntimo, de Fl'ancisco 11"
Este de quien habla la historia era principe del imperio y
fue cogido por los Fl'anceses y detenido en Paris en re-
henes, pero logró ~scaparse en la ,noche del 2 de ju-
lio 1795.


PAGINA 204.


9 El general Duquesnoy era natural de Boyesfles de-
partamento del Paso de Calais , hel'l11anO de un conyen-
cionista muy furibundo. Pero él se distinguió por su mu-
cho valor y pericia militar en este ataque de que habla el
texto, mereciendo la columna que él mandaba el nombre
de columna infernal, que la quedó pOI' mucho tiempo.
Despues pasó al Vendée con 20 mil hombres y batió á
Charette en el puente de James, Allí manchó su nombre
con infinitas crueldades, que hicieron tal vez mas daño á
los republicanos que á sus enemigos. Mandó ahogar en
el rio mugel'es y hasta niños que estaban en mantillas
dándose á sí mismo el título de carnicero de la convencían.
Despues del9 de thermidOl' le,destituyeron y estu"o obscu-
recido hasta 1796 en que solicitó su pcnsion de l'etir'o y
la admision entre los inválidos, donde murió un año des-
pues. Parece imposible que un hombre tan valiente fues~
tan implacable.


PAGINA 204,


10 José Domergue de Beaureg3r'd caballel'O de San
Luis y vice-presidente del depar'lamento del Lozel'e,
fue díputado á la legislativa siendo ya lllariscal de campo.
En 1792 reemplazó al general d'Albignac en el mando
de Aviñon. Al año siguiente pasó al ejército de las Arde-
Ilas y fue elogiada su conducta por el representante 1\li-
lhand. Despues continuó haciendo la gnel'l'a en Alemania
bajo las órdenes de Jonrdan, de Hoche y últimamente
del emperadol' hasta que le mataron en la batalla de
Friedland.




DEI. TRADUCTOR. 335


PAGINA 208.


n Juan NestOl' Chancel, natUl'al de Angulema, se
elevó desde soldado al gl'ado de general de brigada, en
cuya calidad sirvió con Dumouriez que le queria , y con-
taba con él para su defeceion, por lo que le puso en la
plaza de Condé ; pero él prefirió sujetar'se á los comisa-
rios de la convencion, que al fin le dieron el pago que á
todos. Hecho allí prisionero pOI' los Austriacos, le can-
gearon al año siguiente y tomó el mando de Maubeuge,
donde por la razon que dice el autor de esta historia,
le destituyeron y enviaron 'á Paris, donde el tribunal re-
volucionario le condenó á muerte por traidor el 5 de
marzo 1794, siendo de edad de 40 años.


PAGINA 211.


12 Gillct fue pl'O'cnrador síndico del partido de Van-
nes, departamento del lUor'bihan y diputado á la conven-
cion, en la ~ne votó pOI' la reclusion perpetua del ('ey,
que podl"ia permul,arse en destiel'l'o segun las circuns-
tancias. Estuvo de representante en el Vendée, en el
ejército del IHosella, en el de S:lInhra y Mósa y en el de
Holanda y vino ú morito en el de Jourdan en octubre de
1793. Este fue quien estuvo encargado de dirigir con
Aubry y Delmas la fuerza armada de Pal'is conll'a los tel'-
roristas.


PAGINA 215.


15 El general Beaupu)" subió desde soldado raso al
gl'ado de general de division que es el que tenia en la
época de que habla esta historia. Pero la gloria de su
nombre se debió aun mas que á sus proezas, á la huma-
nidad con que se condujo en aquella gUCl'1'3, donde l'e-
cibió muchas heridas. En 179~ y 96 sirvió bajo las ól'de-
nes de Morcan y dió nuevas pl'ltcbas de su inteligencia y
valor cn el ejército del Hhin, hasta que el dia t 9 de oc-




:!36 NOTAS
tubre de aquel año le mató una bata de cañon. En 1803
le levantaron un monumento los habitantes de BI·issac.


PAGINA 2i8.


t4 A. F. de la Trimouille, príncipe de Talmont emi-
gró de Fl'ancia al p['incipio de la l'evolucion y volvió á
ella cuando supo la conjuracioll de la Houarie, con oca-
sion de la cual le pusieron preso en Angers , pero se es-
capó y se reunió á los del Vendée en abl'il de i 795. Se
halló en el sitio de Nantes donde le matal'OIl el cauallo
en que estaba montado, y poco despues le nombraron
míembro del consejo milital' y general comandante de ar-
tilleria. Este rápido ascenso en medío de su COIto talento,
le hizo creer que podia aspirar al mando en gefe y para
ello se empeñaba en 'que los realistas habian de pasar á
la orilla derecha del Loira, donde tenia grandes posesio-
nes. El pretesto que se tomaba pal'a ello de ocupar un
puerto en la Bretaña, donde podel' recibir aux.ilios de
Jos Ingleses, fue la pl'incipal causa de la decadencia del
Vendée. Apenas pasaron cuando se le nombró á Talmonf
general de la caballel'ia real y se portó con mucho valOl'
en la batalla de Laval. Luego tomó el mando de la co-
lumna que se dil'igi ó á Vitré, y aunque obtuvo con ella
algunas ventajas )' llegó á ser muy numerosa, al fin fue
desu'uida junto á Mans. Se creyó que Talmont habiasido
muelto en el ataque, pero al cabo de pocos dias le en-
contl'al'On errante en las inmediaciones de La,'al disfra-
zado de aldeano y le pl'endió la gu:.wdia nacional de Ba-
zonge y se le llevó al general Beaufol't que mandaba en
Fougeres. La criatla de la posada donde vivia el general
apenas le vió entl'ar cuando dió un grito de sorpresa di-
ciendo: « Este es el príncipe de Talmollt. » P~II'eee que
este gl'ito habia sido de sorpresa y agl'adecimiellto pOI'-
que el príncipe habia salvado la "ida ú ella y ú su padre.
Entonces quitándose el gOl'l'O tic paic,allo que lle,'aba dijo:
« Si, yo soy el príncipe, sellOr de Layal )' de Vitré: mi
'( ohligaeioll es s('nil' ~Il ¡'('\' \' al tl'ollO y hal'(: H'I'con




DEL TRADUCTOR. !37
(( mi muerte que SO)' digno de defenderle. La única gr3-
ti cia que pido es qne me despachen cuanto antes. )) PCI'O
no le dieron ese gusto pOI'que llevándole á Rennes, le
tuvieron dos meses en un calabozo con intento de arran-
carle algunos secretos, No quiso:declarar nada y entonces
le condujeron á Vitl'é donde le cortaron la cabeza delan-
te de la puerta principal de su palacio y luego la clavaron
en una pica, juntamente con la de su mayordomo Anju-
hault y las pusieron sobre la puerta. Este príncipe fue el
último individuo de la ilustre casa de la Trimouille , una
de las primeras de Europa.


PAGINA. 218.


15 Carlos de Autichamps, sobrino del marques de
este titulo y uno de los geres del Vendée, vino á juntar-
se con Catelineau el dia 14 de marzo 1795 , cuando este
acababa de apoderarse de Beaupl'eau. Por celos que te-
nia de que se hubiese nombrado generalisimo á Elbee ,
se unió con Talmont para pasar el Loira. Ya pueden
verse en el texto de esta historia los sucesos y reveses
que se siguieron á esta determinacion. Pero p~r lo que
hace iI. Autichamps , le hicieron prisionero en la: retirada
de~ Mans y no evitó la muerte sino tomando plaza bajo
un nombre supüesto en un regimiento de húsares repu-
blicanos. Volvió á escaparse al Vendée , y en la segunda
sublevacion le hicieron segundo cabo de Stoflet. Hizo un
viaje é Ile-Dieu , donde estaba el conde de Artois que
le dió la cruz de S. Luis é instrucciones para Stoflet. A
la muerte de este le nombraron genel'al de los restos del
ejército, que no tardó en desbandarse. Viendo entonces
que no podia continuar la guerra con las armas, abrió
una correspondencia con los ministros ingleses y espar-
ció proclamas á los realistas del Vendée y á los clérigos
que se habian dejado seducir por 103 republicanos para
que viniesen á unirse á su causa. El único resultado que
obtuvo fue el de 3 mil liJ)('as esterlinas que le envió el
gobierno ingles. Ultimamente ~ despues del suplicio de




238 NO'fAS
Charette, estanuo los ejércitos uesol'ganizados y 110 pu-
{¡Hendo resistir á las fuerzas del genel'al Hoche, tl'ansigió
con este último y vivió pacífico y tl'anquilo en sus haciendas
del Loil'a inferior hasta el año 1799. En aquella época,
queriendo la administr'ucion central aplicarle la ley solJl'e
los rehenes, se volvió á poner al fl'ente de algunos insUl'-
gentes, pero no tardó en volver á transigil' con el ge-
neral Hedouville y se fué á Paris con ánimo de no yolver
á tentar fortuna.


PAGINA 226.


16 Cristiano Augusto, príncipe de 'Valdcck, tenien-
te Feld MaI·iscal al servicio de Austl'Ía, pr'incipi6 :t dis-
tinguirse en la guelTa contl'a los TUl'eos y mandó Ulla
di vision del ejél'cito de Laudon. En 1792 le emplearon
bajo las órdenes del príncipe Hohenlhoe en la coalicion
contra la Fl'ancia y perdíó un brazo hajo los llllll'OS de
Thionville , haciendo un reconocimiento. En 1793 sel'-
,-ia con W 111'mSCl' en esta campaña de q ne habla la his-
toria para la toma de las lineas de 'Visscmbur'go. Des-
pues continuó en el mismo ejél'(,?ito mandando el ala iz-
quierda con bastante felicidad. El emperador le envió la
gran Cl'UZ de la órden de :María Tercsa. En 1794 fue á los
Paises Bajos á reemplazar á Mack en calidad de cuartel
maestre general, pero lo renunció muy pl'Onto y pasó á
ser miembro del consejo aúlico de guer\'a en Viena. En
setiembre de 1796 se le nombró genel'al de las milicias
de Bohemia y en 1797 le pidió la corte de Portugal al
emperador para que fuese á ponersc al fl'ente de su ejér-
cito de tiena. En efecto pasó á Lisboa en mayo y le reci-
bió la corte con tanta distincion , que escitó los celos de
,'arios grandes; pero por mas que hizo no pudo ponel'
aquellas tropas en un pie respetable y lU1lI'iú en Lisboa
en 1798, de edad de a4 años.




CONYENCJON NACIONAL (1793). 239


CAPITULO CUARTO.


Efectos de las leyes revolucionarias; proscripciones en Lyon,
en Marsdla y Burdeos, - Persecuciones contra los sospe-
chosos, Interior de las cárceles de Paris; estado de los pre-
sos en la Consergeria, - Separan á Maria Antoneta de su
familia y la trasladan á la Consergeria ; tormentos que la
hacen sufri.', ConJucta atroz de Hehel't en el proceso de
esta Señora ante el tribunal revolucionario, La condenan á
muerte y se ejecuta la sentencia. - POI'menores de la causa
y suplicio de ]05 girondinos. - Suplicio del duque de 01'-
lealls, de Bailly'y de Madama Roland. - Terror general.
Segunda ley del máximum. - Agio, falsificacion de un
decreto hecha por cuatro diputados.-Establecimiento del
nuevo sistema métrico y del calcudal'io republicano.- Abo-
licion de los antiguos cultos; abjuraríon de Gobel , obispo
de París. FunJacil)n del culto de la razono


Iban ejecuntándose en toda su estension y con
el mayor rigor las providencias revolucionarias
decretadas para la salvacion de la Francia, y co ..
mo discurridas por hombres tan fogosos, eran
violentas en su principio, y mucho mas en su apli ..
cacion por ser ejecutadas lejos de los gefes que las
habian concebido en una region inferior en que




240 REVOLUCION FUANCESA.
las pasiones siendo menos ilustradas debian ser nl:lS
feroces. Se ponia en precision á una parle de los
ciudadanos de abandonar sus hogares, se les encer-
raha á otros como sospechosos, se rohalJan los
géneros y mercancias para las necesidades de los
ejércitos; se imponian gabelas para los transpor-
tes acelerados, sin dar en cambio ni de los obje-
tos tomados ni de los servicios exigidos, mas que
asignados ó un crédito contra el estado que no
inspiraba la menor confianza. Se continuaba rúpi-
damen~e el repartimiento del préstanlo forzoso, y
los repartidores de 1m, ayuntamientos les decian
á unos: usted tiene diez mil fi'ancos de renta, á
otros usted tiene veinte mil, y sin que pudiesen
replicar una palabra tenían que presentar la su-
ma pedida. No podian lnenos de resultar grandes
ve,jaciones de tanta arhitrariedad; pero entre tall-
to se llenaban de hombres los ejércitos, camina-
ban los víveres en abundancia hacia los depósitos,
y principiaba á entrar en tesoreria el millar de
cuentos de asignados que era presiso sacar de la
circulacion. Jalnas sin grandes dolores se hacen
operaciones tan rápidas ni se salva un estado ame-
nazado.


En aquellos sitios donde habla sido precisa ~
por ser roayor el peligro, la presencia de los co-
ulisionados de la convencÍon, fueron mucho mas
rigurosas las medidas revolucionarias; porque es-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 2l ...
tando cerca de las fronteras y en todos los depar-
tamentos sospechados de realisrno ó de federalis-
mo, habian mandado levantar la poblacion en nla-
sa ; lo habian puesto todo en requisicion y recar-
gado á los ricos con impuestos revolucianarios,
ademas de la carga general procedente del pIés-
tamo forzoso, y hahian acelerado las pris~ones de
los sospechosos, llegando en algunas partes á
mandados juzgar por comisiones revolucionarias
instituidas por ellos. Laplanche 1, á quien hahian
enviado al departamento del Chel', les decia á los
jacobinos con fecha 29 de vendimiario: « En todas
({ partes está el terror á la ól'den del dia, en todas
« partes he impuesto contribuciones á los ricos y
« á los aristocJ.'átas. Orleans me ha dado 50 luíl
« libras, y en solo dos dias he sacado en Burges
« dos millones. Como yo no puedo estar en todas
({ partes, me han reemplazado mis delegados y
« habiendo uno de estos impuesto á un tal Mamin
« que era dueño de 7 millones la contrihucion de
« 40 mil libras , se ha {luejado de ello á la con-
/{ vencion, la cual aprueba mi conducta y si yo
« hubiera sido el que le hubiese impuesto la con-
« tribucion , no hubiera pagado menos de dos mi-
{( nones. He obligado en Orleans á mis de~egados
« á que dén cuentas públicamente, y las han dado
« en la sociedad popular, sancionándolas el Iuis-
«: mo pueblo. En todas partes he mandado derre-


VI. 16




242 REVOLUCION FRANCESA
( tir las campanas y reunido muchas parroquias.
( He destituido á todos los federalistas, encarce-
( lado á todos los sospechosos, y dado fuerza á los
« descamisados. Mientras que los clérigos tenian
« toda especie de comodidades en las casas de re-
« clusion, estaban los pobres descamisados dur-
ti: miendo sobre paja, pero yo he mandado que los
« primeros cedan sus colchones á los últimos. He
( mandado en todas partes que se casen los cléri-
el gos y por fin he logrado electrizar los ánimos y
({ los corazones. He organizado fábricas de armas,
C[ visitado los talleres, los hospitales y las cárceles.
({ He hecho marchar muchos batallones de la leva
( en masa. He pasado revista á muchas guardias
( nacionales para repllblicanizarlas y he manda-
« do guillotinar á muchos realistas. Ultimamente
« he cumplido á la letra mi mandato imperativo,
C[ conduciéndome en todas partes como fogoso
( Montañes y COlno representante revolucionario. »)


Pero donde sobre todo se esparció u 11 profundo
terror fué en las principales ciudades federalistas
Lyon , :Marsella y Burdeos por Jos representantes
que fueron enviados á ellas. Decia el formidable
decreto espedido contra Lyon que los rebeldes y
sus cómplices fuesen juzgados militarmente por
una comision, que los descamisados fuesen man-
tenidos á costa de los aristocrátas, que se destru-
yesen las casas de los ricos y que variase de nom-




CONVENCION NACIONAL (1793). 2~3
bre la ciudad. Cofiose la ejecucion de aquel de-
creto á Collot d'Hed)ois, Maribon 2 Montaut y Fou-
che 3 de Nantes los cuales se dirigieron á la mum"ci-
palidad emancipada llevando con sigo 40 jacobinos
para organizar un nuevo club y propagar los prin-
cipios de la sociedad nladre. Fue siguiéndolos
Ronsin ;con dos Inil hombres del ejército revolu-
cionario, y al momento principiaron á desplegar
sus furores. Dieron los representantes el primer
Inartillazo en una de las casas destinadas á ier de-
molidas, é inmediatamente se pusieron en accion
800 obreros para destruir las calles mas hermosas.
Al mismo tiempo habian principiado las proscrip-
ciones , y todos los Lyoneses sospechados de ha-
ber tOlnado las armas eran guillotinados ó fusila-
dos en número de cincuenta ó sesenta cada dia;
de modo que reinaba el terror en aquella desdi-
chada ciudad, y los comisionados que se habian
enviado para castigarla, embriagados con la mis-
ma efusion de sangre, y creyendo que cada grito
de dolor iba á produciL' nueva rebelion, escribian
á la convencion que los aristocrátas no estaban
todavía red.ucidos, sino que solo esperaban una
ocasion para levantarse, y que asi era necesario
para disi par todo temor sacaL' de allí una parte de
la poblacion y destruir la restante. COlno no les
parecían bastante rápidos los nledios empleados
hasta entonces, discurrió Collot-d'Herbois valer-'




244 ltEVOUJC10N FUANCHSA.
se de la mina para destruir los edificios, y de la me·
tl'alla para acahal' con los proscL'i ptos , y asi escri·
,bió á la cot\vencion, que iha muy pl'onto á ser-
"virse de medios mas espeditos y eficaces para cas-
tigar á la ciudad rebelde.


En Marsella tambien habian sucumbido mu-
fhas víctinlas, pero toda la cólera de los represen·
tantes estaba dirigida contra Tolon cuyo sitio se
continuaba.


En la Gironda se estaban ejerciendo las ven-
ganzas con el nlayOl' furor, se habian situado Isa·
beau ,. y TaIlien en la Reole , donde estaban ocu-
pados en formar el nncleo de un ejército revolu-
cionario para penetrar á Bludeos y entre tanto
procuraban desorganizar las secciones de aquella
ciudad. Para ello se habian valido de una de ellas
que era toda montañesa, la cual habiendo logra-
do amedrentm' á las otras consiguió cerrar sucesi·
vamente el club federalista, y destituir las auto·
ridades departamentales. Entonces entraron triun-
fantesen Burdeos y restablecieron la municipalidad
y las autoridades montañesas. Inmediatamente des ..
pues espidieron un decreto en que se decia que
el gobierno de Burdeos era militar, que todos sus
habitantes seL'ian desarmados, y que una comision
especial juzgaría el los aristocrátas y federalistas,
y que inlnediatamente se habia de sacar de los
ricos un impuesto estraordinario para subvenir á




CONVENCION NACIONAL (1793). 245
IO's gastos del ejél'cito revolucional'iO'. Este clecl'e-
tO' se puso inmediatamente en ejecuciO'n, fuerO'n
desarmadO's IO's ciudadanO's y cayerO'n al suelo una
multitud de cabezas.


Esta era precisamente la épO'ca en que lO's di-
putadO's fugitivO's que se habían embarcadO' en
Bretaña para la GirO'nda, llegaban á Burdeos, y
tO'dO's fuel'O'11 á buscar un asilO' en casa de una pa-


, .. ienta de Guadet, en las grutas de San EnliliO'n.
Se sabia cO'nfusamente que andaban O'cultO's pOI'
aquel ladO', y TaUien bacía JO's mayO'res esfuerzO's
para descubrirlO's, mas nO' habia cO'nseguidO' nada,
aunque pO'r desgracia se habia apO'deradO' de Bi-
rO'teau que habia venidO' de LyO'n para embarcar-
se en BurdeO's. Este últimO' estaba fuera de la ley,
y asi Tallien nO' hizO' Ina"i que veriLicar su ídenti ~
dad y 11landar su cjecuciO'n. Tambíen fue descu-
biertO' Duchatel; perO' comO' nO' estaha puestO' fue-
ra de la ley le tl'asladal'O'n á Paris para que le juz-
gára el tribunal revO'luciO'nariO'. EnviarO'n cO'n él á
sus ti'es anliguitO's RiO'uffe, Gil'ey-Dupré y 1\Iar-
chena IO's cuales conlO' ya hemO's dichO' se hahian
aderidO' á la fO'rtuna de IO's girO'ndinO's.


De suerte que tO'das las grandes ciudades esta-
ban siendO' O'hjetO' de las venganzas de la mO'n ta-
ña ; perO' París flue era dO'nde habían quedadO' las
Olas ilustres víctimas, iha á servil' de teatrO' para
nluchO' mayO'res crueldades.




246 n.EVOLUClO~ FRANCESA.
EntL'etanto que se preparaba el proceso de l\Ia-


rÍa-Antoneta, de los girondinos, del Duque de
Orleans, de BaBy y de una multitud de generales
y ministros iban llenándose las prisiones de sos-
pechpsos,. Ya hemos dicho como el ayuntamien-
to de Paris se habia arrogado una especie de au-
toridad legislativa sobre todos los objetos de poli-
cía , de subsistencias, de comercio y de culto y á
cada decl'eto añadia él un especie de acuerdo en
que ampliaba ó limitaba las órdenes de la conven-
cion. Por medio de los requisitorios ó alegatos de
Chaumette habia dado una, estcnsion estraordina-
ria á la palabra sospeclwso de COlllO la habia defi-
nido la ley de 17 de setiembre. lIabia Chaumette
espresado en una instruccion municipal los carac-
teres con que debian sel' reconocidos los sospecho-
sos. Los términos en que estaba concehitlalesta ins-
truccion que se comunicó prilnero á las secciones
de Paris, y poco despue3 á todas las de la repúbli-
ca eran los siguientes:


« Serán considerados COlno sospechosos:1 .0 todos
« aquellos que en las asalnbleas del pueblo procu-
c( ran contener su energia con discursos artifieio-
C( sos, alborotos Ó ámenazas; 2.° Los que por ser
« mas prudentes se limitan á hablar con cierto
« misterio de las desgl'acias de la república, se
« compadecen de la suerte del pueblo y son los pri-
~ meros á esparcir las Dlalas noticias afectando




CONVENCION NACIONAL (1193). 247
« pesadumbre; 3.° Los que han variado de con-
« ducta y lenguage segun van ocurriendo los su-
«cesos; los que sin decir una palabra de los crÍ-
« menes de los realistas y de los federalistas, de-
( claman con énfasis contra las faltas lijeras de los
« patriotas y afectan, por parecer republicanos una
({ austeridad y severidad estudiadas que ciertamen-
c: te no tienen luego que se trata de un moderado
« Ó de un aristocráta; 4. 0 Los que se compadecen
«de los cosecheros y de los avaros mercaderes,
« contra los cuales se ve precisada la ley á tomar
« ciertas medidas; 5.0 Los que teniendo siempre
({ en los labios las palabras, libertad, república y pa-
({ tria, tratan con los antiguos nobles, con los
(j' clérigos, con los contrarevolucionarios, con los
el aristocrátas , con los fuldenses y con los mo-
er derados, interesándose en su suerte; 6.0 Los
({ que no han tomado parte activa en todo lo
«que interesa á la revolucion y para discul-
«parse hacen valer el pago de sus contribucio-
( nes, sus donativos voluntarios y sus servicios
«en la guardia nacional pOL' nledio ne sustitutos
( ó de otra manera; 7.0 los que han recibido con
« indiferencia la constitucion republicana, y han
« dado parte de sus falsos temores acerca de su
( consolidacion y duracion; 8.0 Los _que aunque
« nada hayan hecho contra la libertad, tampoco
« han hecho nada en su favor; 9.° Los que no asís ...




RKVOLuctoN FRANCESA ..


« ten con fi~ecuencia á Ja5 secciones dando por es-
.. cusa que no saben hahla)' en público ó que están
({ ocupados con sus negocios; 10 Los que hablan
«con desprecio de las autoridades constituidas,
«de los signos d'e la ley, de las sociedades popu-
e: lares y de los defensores de la libel'tad; 11 To-
e< dos los que hayan firmado peticiones contrare-
« volucionarias, ó frecuentado sociedades y clubs·
«anticÍvicos; 12 Los queestan reconocidos por ser
«hombres de mala fé, partidarios de LaGlyette y
«los que marcharon á paso de carga al campo'
.. de Marte.» t


Con semejante definÍcion debia ser ilimitado
el número de los sospechosos y en pocos dias as-
cendió en las cál'celes de Pat·is desde algunos cen-
tenares á mas detre~· mil. Prim'ero les pusieron en
la Force, en la cárcel de ayuntamiento, en la Con-
sergeria , en la Ahadia, en Sta. Pelagia, en las
l\Iagdelonetas y en todas las cárceles públieas;
pero no alcanzando ya aquellos vastos depósitos
para tanto número de presos, se pensó en hahili-
tal' otras muchas casas de detencion, destinadas
especialmente para los delitos políticos .. COIno la
custodia de los presos hahia de ser á á su costa,
no hubo reparo en alquilar val'ias casas, entre las
cuales se arrendó una en la calle del Infierno, [¡
quien pusieron el nomhre de Casa del Puerto Libre,
y otl'a en la de Sé" res, Illmada Casa de Lázaro.




CONVENCION NACIONAL (1793). 249
Tambien el colegio Duplessis se convirtió en casa
de detencion, y últinlamente el palacio de Lu-
xemhurgo, que habiendo sido destinado al prin-
cipio para los 22 gil'ondinos, se llenó luego de
un sin núnlero de presos entre quienes estaban
amontonados todos los restos de la hrillan-
te sociedad del al'rabal de San Germ~:n. Como fue
tanta la multitud de presos encerrados en poquí-
simos dias, estaban al principio malditamente
alojados, porque no se hizo distincion entre ellos
y los malechores , sino que todos estaban tendidos
sobre un poco de paja; pero luego ya se fue in-
troduciendo algun ol'den y mayor suavidad. Se les
permitió la comunicacion con los de fuera y tuvie.
ron el consuelo de abrazar á sus parientes y ad-
quirir algun dinero, con el cual pudieron alqui-
lar camas, ó las trajeron de sus casas, y se les se-
paró de los malechores. Hasta se les concedieron
todas las comodidades que podían hacer soportable
su suerte, porque el decreto les permitia trasladar
á las cárceles todos los ohjetos de que pudiesen
tener necesidad. Los que habitaron las casas nue-
vamente habilitadas estuvieron todavia mejor tra-
tados, porque en el Puerto lilwe, en la casa de
Lázaro yen el Luxemburgo, donde estaban los ri-
cos, llegó á reinar el aseo y la abundancia. Esta-
ban las nlesas muy bien servidas, mediante el
derecho de entt'ada que cobraban los alcaldes. l\(as.




250 REVOLUCION FRANCESA.
como llegó á ser tan grande la concurrencia de las
visitas y pareció que era demasiado favor permi-
tirles la comunicacion con los de fuera, se ~les
quitó aquel consuelo y en adelante no pudieron
comunicar con nadie sino por escrito, yeso solo
para pedir los obj etos que necesitasen. Desde aquel
pu.nto principió á ser mas íntimo e\ trato ne'unos
~~~'&~'& ~~n ~\,\:()~ ~\.\.'ib\.~n.ü.() 'll\.u\'u.~u.'w,n\'~ \.~~ ~'\l.\\.~­
tades que mas' se conformaban con sus genios. Se
hicieron reglamentos para distribuir las ocupacio-
nes domésticas por turno y se abrió .lna suscrip-
cion entre los ricos para mantener á los mas pobres.


Despues de haber cumplido c~.da cual con lo
que tenia que hacer en su cuarLo , se reunian en
una pieza comun y allí se formaban sus corrillos
al rededor de una estufa, de una nlesa Ó de una
chimenea y se ponian á trabajar, á leer ó á con-
versar unos con otros. Los poetas, que como todos
cuantos inspiraban descontianza por su superio-
ridad en cualquier ranlO, estaban encerrados allí,
leian algunos versos, los músicos daban sus con-
ciertos, y no se pasaba día sin que se oyese una
música escelente en aquellos sitios de proscrípcion.
Tampoco tardó en introducirse cierto lujo en el
adorno de las mujeres y se forma~on relaciones de
amistad y de anlor que hasta la víspera misma del
. cadalso reproducían las escenas ordinarias de la
sociedad. Ejemplo notable del carácter frauces,




CONVENCION NACIONAL (1793). 251
de su fi'escura , su alegria natural y su disposicion
á divertirse en todas las situaciones de la vida.


En los tres primeros meses de prision se oyeron
allí versos muy lindos, aventuras romanescas, se
hicieron actos de beneficencia y sobre todo hubo
una verdadera confusion de clases, riqueza y opi-
nion~ Por manera que vino á realizarse voluntaria-
mente aquella especie de igualdad quimérica que
algunos pretendian introducir en todas partes y
flue solo consiguieron fundar en las cárceles. Ver-
dad es que el orgullo de algunos presos opuso
cierta resistencia á aquella iguldad de desgracia,
porque al paso que se veian tantos hombres de
distinta riqueza y educacion vivir como her-
manos, y regocijarse con admirable desinteres de
las victorias de aquella misnla república que les
pel'seguia, Otl'OS antiguos nobles y sus mugeres
desenterrados por casualidad en sus desiertos
palacios del arrabal de San German , vivian apar-
te y se denominahan todavia con los proscriptos
títulos de conde, ó marques y no disimulaban su
despecho cuando venian á decirles que los Aus-
triacos habían huido en 'Vatignies, ó que los
Prusianos no habian podido pa.sar los V osgos *. Sin


Eso de que Mr. Thiers no ha de dejar pasar ocasion sin
hacer odiosas ciertas clases que le repugnan hasta en la misma
desgracia, es cosa que debe admirar en un homJJI.'e de su
talento, de sus modales y sobre 'todo de sus gustos eminente-




252 REVOLUCION FilAN CESA.
embal'go la fuerza del dolor recohra siempre su
in)perio en la naturaleza y en la humanidad: pues
al ver diariamente que Fouquier Tinville llamaba
á la puerta de aquellas moradas del desconsuelo
pidiendo sin cesar nuevas cabezas, cuando los ami-
gos eran cada dia separados de sus amigos y los
parientes de los parientes para ir al suplicio, aque-
llos que quedaban gemían y se consolaban juntos
y no tuvieron mas que un nlismo sentimiento en
medio de las mismas desgl'acias *.


Mas no todas las prisiones p,'csentahan igua-
les escenai. La Consergeria que estaba pegada al
Palacio de Justicia y donde á causa de esta misma
proximidad estaban encerrados los presos destina-


mente aristocráticos. Exijir que unos infdices ahcl'rojados sin
otra culpa qne una sospecha y trasferidos desde los palacios·
de sus padres á una especie de calabozos con piano, se re-
gocijaran de 19s triullfos de un gobieflJo tan bárbaro, tan
sanguinario y á lodas luces tan inmUlH.lo, es exigir un imposi-
ble ó echar de menos la hipocresia cn todas las situaciones de
la vida. Muy plausible es sin duda la cOtlformidad de los que
palmoteaban las victorias de sus verdugos; pero J'cspétese el
dolor y lustisimo resentimiento de los que, sea por error ó
por acierto, aguardaban su rescate pOI' otros medios que la
tardia compasion ó tal vez el cansancio de malar de sus per-
seguidores. (N. del T.)


* j Si :>el'ia este sentimiento el palmoteo por las victorias
de los que habian nombrarlo íi FOllqllier TinYillc! (.V. rld T:




CONVENCION NACIONAL (1793). 253
dos al tribunal revolucionario era un espectáculo
muy doloroso ver algunos centenares de desgra-
ciados á quienes no quedaban mas que tres ó cua-
tro di as de vida. Les llevaban allí la víspera de
su juicio, donde solo paraban el tiempo que me-
diaba entre él y la cjecucion. Allí estaban los gi-
rondinos á quienes llabian sacado del Luxembur-
go que fue su primera prision , y con ellos Mada-
ma Roland, que des pues de haber proporcionado
la fuga de su marido no se ocupó de si misma y se
dejó encerrar; los jóvenes Riouffe ,Girey Dupré y
Bois-Guion, adictos á la causa de los diputados
proscriptos, á quienes habian traido de Burdeos pa-
ra sel' juzgados con ellos. Bailly á quien habian ar-
restado en lUelun; el ex-ministro de hacienda Cla~
viere, que no habia podido escaparse con Lebrun;
el duque de Orleans trasladado de las cárceles de
Marsella á las de Paris; los generales Houchard y
Brunet destinados á tener igual suerte, y en fin la
desventurada :María Antoneta, que era quien debia
preceder en el caldalso aquellas ilustres víctimas.
Allí no se pensaba siquiera en proporcionar aque-
llas pocas comodidades que dulcifican la suerte de
los preS03 en las delnas cárceles. Metidos en calabo~
zos tristes y sombrios , donde no penetraba la luz,
ni los consuelos, ni mucho menos los placeres,
apenas gozaban del privilegio de dorlnir en cama
en lugar de tenderse sobre un poc'o de paja. No




254 IlEVOLCUlON FllANCESA.
pudiendo distraerse del espectáculo de la muerte
como los simples sospechosos que esperaban verse
libres á la paz, procuraban á lo menos divertirse
haciendo burla del tribunal revolucionario y de
la guillotina. Los girondinos improvisaban en la
cárcel y representaban dramas originales y terri-
bIes, cuyo argumento era su propio destino y la
revoluciono A media noche cuando estaban dur-
miendo los carceleros era cuando principiaban
aquellas lúgubres diversiones, y sentándose cada
cual en su cama representaban los jueces, y los
i urados del tribunal revolucionario y remedaban
al mismo Fouquier Tinville. Dos de ellos coloca-
dos uno en frente de otro eran el acusado y el de-
fensor, y segun la costumbre establecida, el acu-
sado era condenado infaliblemente. Inmediata-
mente le tendian sobre una tabla de la cama y se
hacia el simulacro del suplicio basta en sus mas
mínimos por menores. Despues de muchas ejecu-
ciones el acusador pasaba á ser acusado y luego
que sufria el suplicio se tapaba con una sábana y
volvia refiriendo los tormentos que estaba pasando
en los infiernos, profetizaba igual destino á los j ue-
ces inicuos, y arrebatándolos consigo en medio de
gritos lamentables se los llevaba á .los abismos ....
«Asi, cuenta Riouffe, nos entreteniamos con la muer-
<r te, y con nuestros juegos proféticos deciamos la
« verdad en medio de los espias y los verdugos. 1




CON,'ENCION NACIONAL (1793). 255
Desde la muerte de Custine principió el pueblo


á acostumbrarse á los procesos políticos , donde
los mas pequeños estravios de opinion eran con-
vertidos en crímenes capitales. Se habituaron las
gentes á perder toda clase de escrúpulos y á mi-
rar como una cosa muy sencilla eso de llevar al
patíbulo á cualquier miembro del partido con-
tI'ario. Los franciscanos y jacobinos habían conse-
guido el decreto para poner en juicio á la reina,
á los girondinos , á muchos generales y al duque
de Orleans, y exigieron imperiosamente que se
les cumpliese la palabra, dando principio por la
reina á toda aquella serie de crueldades. Parece
que una muger hubiera debido embotar aquellos
furores políticos; pero la tenian mas odio á :Maria
Antoneta que á Luis XVI, como que la atribuian
las traiciones de la corte, las dilapidaciones del
tesoro y sobre todo la guerra encarnizada del Aus~
tria. Luis XVI, decian, no hacia mas que dejar
obrar; pero quien lo hizo todo fue Maria Antone-
ta , y á ella es á quien hay que castigar.


Ya dijimos las reformas que se habian hecho
en el Temple y la separacion de Maria Anto-
neta de su hermana y de sus hijos, en virtud del
decreto que mandaba el juicio ó la deportacion
de los últimos restos de la familia de Borbon. La
habian trasladado á la consergeria, y alli sola, en
una estrecha prision estaha reducida á lo estricta-




256 RE\'OLUClON FUANCESA.
mente necesario, como todos los demas presos.
Por impt'udencia de un amigo vino ú ser mas de-
plorable su suerte, porque un miembro de la mu-
nicipalidad llamado Michonis 5 , á quien inspit>a-
ba mucho interes quiso introducir cerca de su per-
sona un individuo., que segun decia , queria verla
solo por curiosidad. Este individuo era un emi-
grado animoso pero imprudente, que la presentó
un clavel, dentro del cual estaban escritas estas
palabras en un papelito muy delgado : vuestros
amigos están prontos. Esperanza muy falsa y tan pe-
ligrosa para la que la recibia como para el que la
daba. Michonis y el emigrado fueron descubier-
tos y arrestados inmediatamente y cada día fue
Inas rigurosa la vigilancia con aquella infeliz pre-
sa. Pusieron gendarmas que estuviesen continua-
mente á la puerta de su calabozo , y les estaba
prohibido contestar á ninguna de sus preguntas.


El miserable Hebert, substituto de Chaumette
y redactor del infame papel intitulado el Padre
Duchésne, el escritor indigno del partido en que
dominaban Vincent , llonsin, Varlet y Lec1erc ha-
bia tomado particular elnperlO en atormentar á
los restos desgraciados de la familia destronada;
pretendia que· los parientes del tirano no debían
ser mejOL' tratados que una familia de cualquier
descamisado, y él era quien habia conseguido el
decreto que suprimia la especie de lujo con que




(I -()'" ?'~'''''Á CO~YE~CION NACIO~..\L. .. ,. ,.l). _u
11asta entonces se alimentahan los presos del TelU-
pIe. Se les prohibieron las aves y toda cIase de
pasteleria, dándoles una sola especie de alimento
para el desayu116 ,y una sopa, un cocido y un pla-
to cualquiera para comer ; dos platos para la cena
y media botella de ,'ino por cabeza. Se les pusie-
1'on velas de sebo en lugar de cera, cuhiertos de
estallO en lugar de los de plata y loza ordinaria
en lugar de porcelana. Nadie podia entrar en su
cuarto sino el aguador y el mozo de la lei'la, y
esos acompailados de dos comisario~. Los alimen-
tos se les servían por medio de un torno ,quedan-
do reducida su numerosa servidumbre á un coci-
nero , un pinche, dos criados y una muge!' para
lavar la ropa.


Inlnediataluente des pues que salió este decre-
. to , se presentó Hebert en el Temple, y les quitó
á las dos infelices presas hasta aquellos 11luehle-
cilIos de su uso que ellas apreciaban en 111udlO.
Tamhien la quitó á Madama Isabel 80 luises que
tenia en reserva y se los habia dado Madama de
Lamballe. No hay cosa filas feroz ni nIas espuesta
que un hombre sin talento ni etlucacion que se
halla revestido de [pronto con alguna autoridad,
porque si tiene una alma ,'iI , ó si como IIeLert,
(lue andaba revendiendo hilletes á la puerta tle
un teatro y robaba parte de la entrada, carece de
moralidad natural,se mostrará siempre iguahnen-


VI.




258 RE"OLUCION FRANCESA.
te bajo que atroz si llega á suLil' al podep desde el
1ango de su condiciono Tal fue la conducta de He-
bert en el Temple, pues no se limitó á las veja-
ciones que acabamos de referir, sino que él y al-
gunos otros discurrieron separar al joven príncipe
de su tia y de su hermana. Un zapatero llamado
Simon 6 y su muger fueron los dignos ayos , á
quienes se creyó deber confiar la educacion de
aquel príncipe , para con formarla con la de los
descamisados. Simon y su n1uger se encerraron en
el Temple y se constituyeron presos con el des-
venturado niño, encargándose de cuidarle á su
manera. Su alimento era algo mejor que el de las
princesas, porque con1ia en la luisma mesa que
los comisarios municipales que estaban de guar-
dia, y tambien podia Simon acompañado de dos
de ellos, bajar con el príncipe al patio para que
hiciese un poco de egercicio.


Hasta concibió Hebel't el infame pensamiento
de arrancar al niño algunas revelaciones contra
su madre, y bien sea que aquel miserable fingie-
~e revelaciones falsas, ó que abusase de su edad. y
de su estado para hacerle decil' lo que queria, lo
cierto es que provocó una deposicion horriLle-
mente inicua; y como la edad del príncipe no
pernlitia conducirle al tribunal, se presentó He-
bert en su nombre para contar las inHl1l1ias que
el misn10 le hahia dictado ó supuesto.




CO~VENCION NACTO~UL (1793). 2;')9
El dia 1 'i. de octubre rtH~ conducida Maria Autn-


neta :1 presencia de sus jueces, sin que la que-
dase la menor esperanza de ser absuelta, porque
ciertamente no la conduciría ú su sangriento t1'i-
])unal la inexorahle venganza rp,yolucionariade
los jacobinos si hubiese hahido la menor proha-
bilidad de que lo fuese. Sin enlhargo, el'a nece-
sario hacCl' cargos, y para ello rccogió Fouquier
todos los rumores que habian corrido por el vul-
go desde que aquella princesa llegó á Fl'ancia , y
la acusó de quc habia dilapidado el tesoro, pri-
mero para sus placeres y des pues para en vial' fon-
uos al emperador su herlnano. Insistió mucho en
las escenas del 5 y 6 de octubre y sobre el ban-
(fuete de los guardias de corps, pretendiendo que
en aquella época habia tralnado una conspira-
cion, que obligó al pueblo á trasladarse á Versa-
Hes para desbaratarla. Luego la inlputó que se
habia apoderado del ánimo de su esposo y mez-
cládose en las elecciones de ministros, que ella
misma habia conducido las intrigas con los dipu-
tados ganados por la corte, que habia preparado
el viage de Varennes, ocasionado la guerra y en-
tregado al enenligo todos nuestros planes de cam-
paiia. Dijo que ella habia preparado una nueva
conspiracion en el mes de agosto, que bahia man-
dado disparar contra el pueblo y obligado á su
esposo á que se defendiera motejúndole de cobar ..




260 REVOI,UCION FIUNCESA.
de; y últimanlente que no habia cesado de lna-
quinar y tener cOl'1'espondencia con los de fue-
ra mientras habia estado en el Temple, tratando
á su hijo como si fuese rey. He aqui como todo se
disfraza y convierte en crimen el dia terrible en
que las venganzas de los pueblos largamente di-
feridas, vienen á caer sobre los príncipes que no
las han merecido. Se ve como se pinta en las ima-
ginacione s irritadas y perversas la prodigalidad
y el amor á los placel'es tan natul'al en una prin-
cesa joven, como el afecto á su país ;su influjo en
el corazon de su esposo, sus pesares,menos disimu-
lados siempre en una muger que en :un hombre.
y su mismo valor por lo mismo que es mas osado.


Necesitaban de testigos y se valieron de Lecoin-
tre el diputado de Versalles que habia presencia-
do las escenas del 5 y 6 de octubre, de Hebert,
que habia visitado muchas veces el Temple; de
varios empleados en los ministerios y de muchos
-criados de la antigua corte. Se sacó de la carcel
para que compareciesen al almirante Estaing , an-
tiguo comandante de la guardia nacional de Vel'-
salles, al ex-procurador del ayuntamiento Manuel,
á Latour du Pin, ministro de la guerra en 1789,
al venerable Bailly, que segun se decia, habia si-
<-lo cómplice con Lafayettc en el viage de Varen-
nes, y últimamente ú Valazé, uno de los gil'ondi-
nos destinados al radalso.




CO~VE~ClON NACIONA.L (1793). 26t
No se articuló ningun hecho determinado, sino


que los unos habían visto alegre á la reina cuan-
do los guardias de CÓt'pS la manifesta~)an su celo,
los oh'os la habian visto tl'iste y en fadada cua ndo
la llevaban á Paris ó eu ando la traian de Varennes;
estos habian asistido á Gestas espléndidas que no
podian menos de habel' costado sUlnas enor-
nles; aquellos habian oido decir en las oficinas del
ministerio que la reina se oponia á la sancion de
los decretos. Una cl'iada antigua de palacio habia
oido decir en 1788 al duque de Coligni , que el
emperador habia ya recibido 200 millones de
Fl'ancia para hacel' la guerra á los Turcos.


El cínico Uebert , ú quien trajel'on á presencia
de la dcs(lichada reina, se atrevió pOt' fin á pro-
nunciar las palahras que decia haber dicho el jo-
ven príncipe: á sabea' , que Carlos Capeto babia
contado á Simon el viage de Val'ennes y designado
á Laff~lyette y á llaill y como que habian sido los
cooperadores. Despues añadió que aquel niño te-
nia ciertos vicios funestos -y prematuros para su
edad, y que hahi(~ndole preguntado Simon quien
se los habia enseriado, se quedó admirado al oir
que era su madt'e. Ailadió Hebert que sin duda
la intencion de Maria Antoneta habia sido debili-
tal' muy tem!wano la constitucion física de su hijo
para dominarle en caso de subir al trono.


Los rumores esparcidos por el pueblo durante




IlEVOLLJCION FRANCESA.


20 aiios le habían dado al pueblo la opuuon ma5
f.alal de las costumbres de la, reina; pero sin em-
harg'o el auditorio, aun siendo jacobino, se es-
tremeció al oil' las acusaciones de lIebert. Mas es-
te no dejó de persistir en ellas, y aquella des-
venturada madre no respondia una palabra. Ins-
tándola de nuevo- á que se esplicase, dijo con es-
traordinaria emocÍon: ({Yo crcia que la naturale-
« za lne dispensaba de respondcr Ú sClnejante im-
t( putacion: pero apelo al corazon de todas las ma-
«dres que están presentes.» Esta respuesta tan
noble y tan sencilla conmovió á todos los asisten-
les. Mas sin embargo no -todas las deposiciones de
los testigos fueron tan amargas para María Anto-
neta, porque el "alíen te Estaing, de fIuien em.
otros tielllpos hahia sitIo encnliga, reusó decil' na-
da que pudiese perjudicarla y solo habló del valor
que hahia nlanifcsi:ado en los días ;j y 6 de octu-
hre y de la noble resolucion que tonló de lnorir
al lado de su esposo antes (¡UC huir. Manuel, á
,pesar de sus hostilidades contra la corte durante
la asanlhlea legislativa, dct:1al'ó que no podia de-
cir nada contra la acusatla. Cuando llegó el tur-
no del venerable Bailly, aquel que tantas veces
habia predicho á la corle los males que podian
ocasionar sus impl'udencias , se presentó con aire
dolicnte, y habiéndole preguntado si conocia ú
la Ilulg'er de Capelo, re-"pondió haciendo una re\'e~




CONVE~CION NACIONAL. (1793). 263
l'encia respetuosa: « Sí he conocido á la SefíoraJJ
pero declaro no saber nada, sino que eran abso-
lutamente üllsas las declaraciones arrancadas al
jóven príncipe en lo relativo al viage de Varen-
nes. En recon1pensa de esta declaracion se le dije-
ron mil ultrages, y ya pudo conocer la suerte que
le esperaba. No hubo en toda la instruccion de la
causa 111as (lue dos hechos graves atestiguados por
Latourdu I)Ín y por Valazé,que no pudieron dispen-
sarse de declararlos. El prÍlnero confesó que Ma-
ría Antoneta le había pedido un estado esacto de
los ejél'citos cuando era ministro de la guerra. Y
el segundo, siempre frio aunque respetuoso en
fHor Ú la desgracia, reusó decir cosa alguna con-
tra la acusada, pero no pudo menos de declarar
que C0l110 miel11bro de la comision de los veinte y
cuatro y encargado por sus cOll1paiieros de inspec-
cionar todos los papeles que se habian encontrado
en casa de Septeuil, tesorero de palacio, habia
visto varios recibos finnados Antoneta lo cual no
tenia nalla de particular; pero aüadió que habia
visto una carta en que el Ininistro suplicaba al rey
que tl'asmitiese ú la reina la copia del plan de cam-
palia que tenia en sus IIlanos. Inmediatamente fue ..
ron interpretados estos dos hechos de un modo
lnuy funesto, infiriendo que así el estado del ejér-
cito como el plan de la campaña eran para enviarlos
al enemigo, porque no era de suponer que una




264 HEVOLUCION FHANCESA.
princesa jóven se ocupase solo por aficion de 1"
administracion y de planes nlilitares. :Oe~pues de
estas deposiciones se recogieron otras muchas
~obl'e los- gastos de la corte, sobre el influjo que
ejercia la reina en los negocios, sobre la escena
del 10 de agosto y sobre lo que pasaba en el tem-
ple, admitiendo como pruehas los rumores mas,
vagos y las circunstancias mas insignificantes.


Repitió muchas veces Maria An toneta con
presencia de ánimo y con fuel'za que no llahia
ningun hecho determinado contra ella, y que co-
mo esposa de Luis XVI no podia responder de
ninguno de los actos de su reinado. Sin embargo'
FouquÍér la d~daró' suficientemente convencida,
y aunque Chauveau-Lagarde' hizo inútiles esfuer-
zos por defenderla, condenaron aquella infeliz
princesa á sufi'ir la misma suerte que su marido.


Volvieron á trasladarla á la Consergeria, y pasó
aquella noche, víspera de su suplicio con bastan-
te tranquilidad, y á la ID{lñana siguiente 16 de
Octubre fue conducida en Inedio de un numeroso
populacho á la lnisnla plaza filtal ,donde diez me-
ses antes habia perecido Luis XVI. Iba escuchan-
do con resignacion las exhortaciones del eclesiás-
1 ico que la aCOlnpaiiaba y echando núradas indi-
ferentes sob~-e el pueblo que tantas veces habia
aplaudido su belleza y gt'acia, lnientras que hoy
S'olo aplaudia su suplicio con igual entusiaslno.-








CON\rENCraN NACIONAL (1793). 265
Cuando llegó al pie del cadalso distinguió las Tu-
llerias y pareció conmoverse un poco, pero se apre-
suró á subir la escalera fatal y se entregó con va-
lor á sus verdugos. El inf.'lme ejecutOl' pre, entó
su cabeza al pueblo, como acostumbra ba hacerlo
siempre que inmolaba alguna víctima ilustre.


Quedaron los jacobinos trasportados de gozo,
diciendo: ( Que vayan á llevar al Austria esta no-
« ticÍa. Los Romanos vendian el terreno que esta-
« ba ocupando Anibal y nosotros delTibmTIos las ca-
d Lezas lTIaS qucl'idas de los soheranos que han in-
el vadido nuestro territorio. »


Pero este no era mas que el principio de las ven-
ganzas, pues inmediatamente despues del supli-
cio de 'Maria Antoncta se trató de proceder al de
los girondinos que estaban en la Consergeria.


Antes de la insurreccion del Mediodia no se les
podia echar en cara nlas que sus opiniones, por
que aunque se propalaba que eran cómplices de
Dumouriez, del Vendée y de Orleans , no era lo
mislTIo imputar esta complicidad en la tribuna
flue probarla aun en un tribunal revolucionario.
Pero desde el dia en que levantaron el estandar-
te de la guerra civil y hubo contea ellos hecho s
positivos, era muy fácil condenarles. Verdad es que
no eran los presos quienes habian provocado la
insul'reccion del Calvadós y del lUediodia, pero
pertenecian al luismo partido y eran los sostenes.




266 REYOLUCION FRANCESA.
de la misma causa, estando convencido todo el
mundo de que habian tenido correspondencia unos
con:otros, pues aunque las cartas interceptadas no
probasen suficientemente la complicidad, eran
mas que suficientes para un tribunal que por la
esencia misma de su institucion debia contentarse
con verosimilitudes. Toda la moderacion de los gi-
rondinos fué interpretada como una vasta conspi-
racion, cuyo desenlace habia sido la guerra civil.
Su lentitud en declararse contra el trono durante
la legislativa, su oposicion al proyecto del 10 de
agosto,su lucha con el ayuntamiento desde aquel
dia hasta el 20 de setiembre, sus enérgicas pro-
testas contra los asesinatos, su conlpasion de la
suerte de Luis XVI, su resistencia al sistell1a in-
quisitorial que tanto disgustaba á los generales, su
oposicion al tribunal estraordinario, al máximum,
al préstaulo forzoso y á todas las ll1edidas revolu-
cionarias; últimamente sus esfuerzos por crear una
autoridad represiva instituyendo la conlision de
lo~ doce, y su desesperacion des pues de la der-
rota que sufrieron en Paris, que fué la que les hi-
zo retirar á las provincias, todo se convirtió en
una conspiracion pues que cada cosa era insepa-
rable de la otra. En aquel sistema de acusacion,
las opiniones proferidas en la tribuna no eran mas
fIue los síntomas ó preparativos de la guerra civil
(Iue estalló luego, y todo el que habia hablado




CONVENClON NACIONAL. (1793) 267
en ]a legislativa y en la convencion el mismo len-
guage que lo, diputados reunidos en Caen, en
Burdeos, en Lyon ó en lUarsella era tan culpable
COI110 ellos. Por mas que no se tuviese prueba al-
guna directa de conivencia, se inferia de la confor-
midad de opiniones, de la anlÍstadq ue reina-
ba entre la mayor parte de ellos y de sus reunio-
nes en casa de Uoland y de Valazé.


Por el contrario, los girondinos no creian que
se les pudiese condenar una vez que se viniera
á discutir con ellos, porque decian que sus opi-
niones eran libres, y por mas que hubiesen dife-
rido del dictánlen de los lllontañeses acerca de la
eleccion de medios reyolucionarios, no por eso
debian ser culpables, lnucho nlas cuando sus opi-
niones no'probaban ambicion personal ni conspi-
racion premeditada. Bien al contrario, era noto-
rio que en lnucllOs puntos no hahian Estado de
acuerdo entre sÍ, y era supuesta su cOll1plicidad
con los diputados reheldes, sin que sirviesen para
demostrasla ni sus cartas, ni su amistad, ni I11U-
cho menos su costulnbre de sentarse en los mis-
]l1OS bancos. « Si nos dejan hablar, decian los gi-
~ rondinos , estat110S seguros.» ¡Idea fnenesta, que
sin asegurar su salvacion, les hizo perder Une1 par-
te de aquella dignidad que es ]a única compen-
sacion de una muerte injusta!


Si los partido:.; tuviesen lIlas fi.·awIlleza serian á




268 REVOLUCION FRANCESA
lo menos algo mas nobles pOl'flue el vencedor hu-
biera podido decir al vencido: ({ Vosotros habeis
({ llevado el apego á vuestro sistema de moderacion
« hasta hacernos la guerra y poner la república á
({ dos dedos de su ruina pOI' una division desastro-
« sa, y habiendo sido vencidos debeis lllorir.» Por
otra parte los girondinos podian responder con
nlucha ventaja á sus vencedores diciéndoles. «No-
« sotros os lnirarcmos como á unos pervel'sos que
({ trastornan la república y la deshonran só pre-
« testo de defenderla y no solo hemos querido com-
({ batir con vosotros, sino destruiros. Si,nosotros so-
({ mos igualmente culpables, todos somos cóm-
« plices de Buzot, de Barbaroux, de Petion y de
« Guadet, que son unos ciudadanos grandes y
« virtuosos, cuyas altas prendas nos cOlllplacemos
« en proclamar en vuestra presencia. lUientl'as que
« ellos iban á vengar la república nosotros nos he-
« mos quedado aqui para glol'iii.carla en presencia
« de los verdugos. Vosotros sois los vencedores,
« dad nos la l11uerte.» *


* j Qué hien se escriben estas frases sllblimes sentado jun-
to á una chimenea de casa de lUr. Laffitte y sin otros ver-
dugos que un escelel1te repostero y cocinl'/'o! Para exigi!' dt'
los acusados esta l'cnuncia .1 tod,l .~spel'anza y este suhlime
~>stoici.,rno era menester no haber tachado de imprudentes los
nobles discursos de Vcrt\lIiaud y de LOllvet cuando en la
asamblea legislativa at,lcabalJ frente ;Í frente á Marat ,:.i Ro-
bespicl'l'C y á Dauton. .Y. del 1'. \




CONVENCION NACIONAL. (1793) 269
Pel'o.·no está de talsuerte dispuesto:el espíritu del


h0111bre que procure simplificarlo todo por medio
de la franqueza. El partido vencedor quiere con-
vencer y lniente, y el vencido se decide á defen-
derse pOl~ un resto de esperanza y miente tam-
bien, observándose frecuentemente en las discor-
dias civiles esos vergonzosos procesos en que el
mas fuerte escucha para no creer, mientras que el
mas débil habla para no pel~suadir y pide la vi-
da sin obtenerla. Solo despues que se ha dado la
sentencia y perdido toda esperanza es cuando
vuelve á renacer la dignidad humana, como si la
vista del hierro la hiciese resucitar de nuevo.


Resolvieron pues defenderse los girondinos y
para ello necesitaron hacer concesiones y valerse
de reticencias. Se q.uisieL~on probal~ sus crímenes
y con ese intento se hizo venil' al tribunal revo-
lucionario á todos sus enenligos, como Pache,
Hebert, Chauluette, Chabot y otros tan falsos y
tan viles como ellos. EL~a numeroso el concurso y
nuevo todavia el espectáculo de tantos republi-
canos condenados por la causa de la repúhlica.
Eran 21 los acusados, todos en la flor de la edad
y en todo el brillo de su talento, y aun algunos
de ellos tambien en el de la juventud y la belle-
za. Con solo oir la declaracion de sus nombres y
edad habia motivos pal~a entel~necerse.


Brissot, Gardien y Lassource tenian 39 años;




270 IlEVOLUCION FRANCESA.
Vergniaud, Gensonné y Leardy 35, Mainvielle '
y Ducos 28; Boyer Fonfrede y Duchastel 27; ])u-
perret 46; Carra 50; V<Jaz(~ y Lacase 8 , .. 2; Du-
prat 9 33, Sillery 57; F.auchet ! .. 9; Lesterp-Beau-
vais 43; Boileau 41 ; Antiboul 10 ~.O; y Vigee 36.


Estaba Gensonné muy sereno é indiferente; Va-
lazé indignado y despreciador; Vergniaud mas
connlovido que de costumbre; el jóven Ducos ale-
gre; y Fonfrede, á quien no hahian comprendi-
do en la lista del dia 2 de junio porque no hahía
votado por los arrestos de la cOlnision de los doce
y que por sus reiteradas instancias en favor de
sus amigos habia merecido despues participar de
su suerte, parecia n1uy dispuesto ú abandonar por
tan bella causa su gran riqueza, su jóven esposa y
su propia vida.


Habia redactado Arnar la acusacion fiscal en
nombre de la comision de seguridad general y
Pache fue el primer testigo que depuso en apoyo
de ella. Cauteloso y prudente como siempre, dijo
que habia mucho tiempo que notaba cierta fac-
cion enemiga de la revolucion, pero no articuló
hecho alguno que probase una conspiracion pre-
111editada. Solo dijo, que cuando la convencion es-
taba amenazada por Dumouriez se dirigió á la co-
mision de hacienda á solicitar fondos para abas-
tecer á Paris y que se le reusaron; aiiadió que le
habian tratado mal en la comision de seguridad




CONYENCION NACIO~AL (1793). 271
general y flue Guadet le llabia amenazado con que
pediria el arresto de las autoridades nlunicipales.
Chaumette refirió todas las luchas delayuntamien-
to con el lado derccho segun las habia sabido por
los diarios, y no añadió ]11aS que un hecho par-
ticular y fue que Brissot habia hecho que se nom-
brase á Santonax comisionado en las colonias, y
que por consecuencia era autor de todos los ma-
les del Nuevo Mundo. El miserable Hehert contó
su arresto por órden de la c0111ision de los doce,
y dijo que Roland corrompia á todos los escrito-
res, como que Mma. Roland le habia querido
cOlnprar á él su periódico el Padre Duchesne. Des-
tournelles, que era 111inistro de la justicia y habia
estado en otro tiempo empleado en el ayunta-
lniento, depuso de un nI0do tan vago, que no hi-
zo mas que repetir lo flue sabia todo el mundo,
esto es, que los acusados habian perseguido al
ayuntalniento, clalni.Hlo contra las matanzas de
setiembre y querido instituir una guardia depar-'
tamental etc. etc. El testigo mas prolijo y encar-
nizado en su deposicion fue el ex-capuchino Cha-
bot ,que tenia una alma tan fogo~a como débil
y envilecida. Sienlpre le habian tratado los gi-
rondinos como á un estravagante, y él no les
perdonaba sus desdenes COlno que estaba orgullo-
so de haber prevalecido en el 10 de agosto con-
tra su dictámen; pretendia que si ellos hubiesen




272 nEYOJ~UCJON FUANCESA.
ronsentido en enviarle :í. las cárceles, lluhicra
sal yacio á los presos, conlO salvó á los Suiz.os; lo
flue queria era no solo veng'arse de los gil'ondi-
nos, sino recobrar por 111edio de la calulnnia la
popularidacl que ya iha perdiendo entre los jaco-
binos, 'que sospechaban la parte que tonlaha en
el agio. Así discurrió una lal'ga y perversa acu-
sacio n en que dijo que los girondinos habian
querido á los principios apodel'aL'sc del ministro
Narhonne, que despues de haberle echado del
11linisterio, se habian apropiado tres secretarias;
dispuesto el 20 de junio para solo reanimar á sus
criaturas, y opuéstose al 10 de agosto porque no
querían la república; últinlanlellte que conti-
nuando siempre un plan calculado por su ambi-
cion , y lo que todavia es mas atroz tolerando las
matanzas de setieIl1bre y el saqueo del guarda-
muebles, por solo desacreditar á los patriotas.
« Si ellos hubieran querido, decia Chabot, yo hu-
( hiera salvado á los presos; pero Petion les daba
(( de beber á los que estaban degollando, y Brissot
« no quiso que se les arrestára, porque habia en
({ las cárceles un enemigo suyo, llamado l\lo-
« rancIe.» 11


Tales eran los viles que se encarnizahan contra
aquellos hombres de bien, luego que los deposi-
tarios del poder les dieron la seiull de hacerlo;
pues cuando los gefes empiezan por tirar la pri-




CON\-ENCION NA<:IONAL (1793). 273
nlel'a piedl'a, todo lo que vi ve en el fango se su-
hleva y acaba con la ví-ctima. Fabre de Eglantine
igualrnente sospechado que Chabot por la nliSlua
causa del agio, necesitaba tanlbien popularizar-
se y dió una declaracion alg'o mas mesul'ada pe-
ro lIlas pérfida, en que insinuó que püt.lia Inuy
bien haber entrado en el plan político de los gi-
rondinos la intencion de dejar ,cometer los ase-
sinatos y el roho del guanlanluebles. -No pu-
diendo ya resistir lIlas Vergniaud, esdanló con
indignacion : « y-o no tengo necesidad de j llSLiti-
« canue de complicidad con ladrones y asesinos. »


Sin embargo en Inedio de todo no se hahla ale-
gado ningun hecho peculiar it los acusatlos, ni se
les echaba en cara otra cosa que sus opiniones pú-
blicanlente defendidas, y it eso respondian que
podian II1Uy hien haLer sido erl'oneas las tales
opiniones, pero que tenian derecho pal'a engafwl'-
se como todo el mundo. Se les replicaba que sus
doctrinas no eran el resultado de un error invo-
luntario y escusable, sino de una trama conveni-
da en casa de Uoland y de Valazé. A eso l'eplicabau
t-le nuevo que esta ban tan distantes afIucHas doc-
trinas de ser el produdo de un convenio j como
que 1I1Uy á menudo no estaban conformes en to-
dos los puntos. El uno decia yo no voté por la
apelacion al pueblo; el otro, yo no voté pOI' la
guardia departamental; y otros alegaban no ha-


VI.


/




274. HEVOLUCION FIUNCESA
ber sido del miSl1lO dictámen que la comision de
los doce, ni aprobado el arresto de Hcbert y de
Chaumette. Todo era mucha verdad, pero entonccs
ya no era C01l1un la defensa de todos los inculpa-
dos, que casi parecian abandonarse unos á otros
y como que condenahan las nlcdidas en que no
hahian tOll1ado parte. El acusado Eoileau llegó
hasta el punto de debilidad en su j uSlificaciol' y
se cubrió de ignOlninia, porque confesó que lh-
bia existido una conspiracion contra la unidad
é indivisibilidad de la república, de lo cual se ha-
llaba convencido en aquel momento y asi lo de-
claraha á la justicia; que él no podía dcsignar los
culpables, pero que dcseaba su castigo, y se con-
fesaba ser un franco I\IontallCS. Tambien tuvo Gar-
dien la debilidad de desaprobal' ellteramente la
comision de los doce; pero GCllsonné, Bl'issot, Verg-
niaud y particulannente Valazé corrigieron el 111al
efecto de la conducta de sus dos cólegas. Es cierlo
que alegaron no haber sido siempre del miSlllO
parecer, y por consecuencia que no habia habido
concierto entre ellos, pero no negaron ni su amis-
tad ni la conformidad de sus doctrinas. Valazé
confesó fi'ancamente las reuniones que hahía
habido en su casa, y sostuvo que tenían dere-
cho para reunirse é ilustrar sus ideas como cual-
quier otro ciudadano. Ultimamente cuando se les
objetó su conivencia con los fugitivos, la nega-




CONVENCION NACIO~AI. (J 793). 275
ron todos, yentonces principió Hehel'l diciendo:
<{ Los acusados nicgan la conspiracion; pero si
«cuando el senado Uomano tenia que pronunciar
({ acerca de la conspiracion de Catilina, huhiese
« preguntado á cada uno de los conjurados y dá-
«dose por satisfecho con su sinl pIe denegacion,
« se habrían aquellos escapado del suplicio que
« les espel>aba , pero las reuniones en casa de Ca-
« tilina, la fuga de este y las arnlaS encontradas
«( en la casa de Lccca eran pruebas Inateriales,
<r que bastaron para delernlÍnar el juicio del sena-
({ do. l) Pues bien respondió Brissot yo adlnito la
comparacion que se hace entre nosotros y Ca-
tilina pcro Ciceron le dijo: « Se han encontrado
« arIllaien tu casa; los eInhajadores de los Alobrojes
«te acusan; las firmas de Léntulo, de Céthego y de
« Statilio, cómplices tuyos compruehan tus infa-
« lnes proyectos. Es verdad que aqui nos acusa el
« senado, ¿pero se han encontrado armas en uues-
{( tras casas'? ¿Se nos presentan firnlas?})


Por desgracia se habian descuLierto en Burdeos
varias cartas de Vergniaud en que se quejaba amar-
gamente y respiraban la mayor indignacion. Tam-
bien se habia encontrado otra ,carta de un primo
del acusado Lacase, en que se anunciaban los
preparativos de la insurreccion, y últimaluente se
hahía interceptado otra de Duperrct á Madama
Roland, en que decia que habia recihido noticia




276 rtEVOLuctON ¡"IUNCESA.
de Buzot y de Barbal'oux ,que se preparaban á
castigar los atentados cometidos en París. Habién-
dole reconvenido á Vergniaud sobre ello, replicó=
« Si yo recordase ahora los motivos que me obli-
« garon :á escribir e3a carta, tal vez os pareceria
« mas digno de compasion que de cargo, porque
ti: yo debí creer, segun las tramas del 10 de lnar-
( zo , que el proyecto de asesinarnos estaha enla-
« zado con el de disolver la representacion nacio-
({ nal, y asi lo escribió lUarat el día 11 de marzo.
ti: Las peticiones tan encarnizadas que se hicieron
({ despues contra nosotros, debieron confirmarme
c: en la misma idea, y entonces fue cuando mi al.
« ma traspasada de dolor me inspiró escribir á mis
( conciudadanos que estaba amenazado de muerte.
« Yo reclamé contra la til'ania de Marat y fue el
({ único que nombré. Respeto la opinion del pue-
« blorelativa á su pel'sona, pel~o al fin l\tlarat era mi
« tirano •... » Al oil' estas palabras se levantó un
jurado y dijo: «Observo que Marat ha sido ase-
« si nado ,y que V ergniaud está aquí vivo y sano.})
Esta necia observacion fue 11lUy aplaudida por
una porcion de espectadores, con la cual quedó
sin efecto alguno toda la franqueza y ver~d del
raciocinio de Vergniaud para con aquella ciega
multitud .


. Sin embargo Vergniaud habia conseguido sel'
oido, y no perdió nada de su acostumbrada elo-




CO~VENCION NACIO~AL. (1793) 271
cuencia al haLlar de sus amigos, de su celo y de
sus sacrificios pOl' la república. Todo el auditoria
estaba con movido , y por mas recomendada que
estuviese aquella conclenacion, no parecia todavia
il'revocable. Hahian durado muchos dias los de-
hates, y los jacobinos indignados de la lentitud
del tt'ibunal , dirigieron otl'a representacion á la
convencion para acelerar el proceso. De resultas
hizo Robespierre espedil' un decl'eto por el cual
se autorizaba á los jurados á declararse perfecta-
111ente enterados des pues de tres di as de discusion
y procedet' á la sentencia sin mas dilacion y pal'a
<Iue el titulo correspondiese á la institucion , se
añadió en el mismo decreto que en adelante el
nombre del tribunal no seria d de estraordinario
sino el de THlBUNAL HEVOLUClO~ARIO.


A pesar de haberse espedido este decreto no
quisieron los jurados aprovechat'se de él , sino que
dij-eron no estal' suficientemente instruidos; pero
al dia siguiente ya hicieron uso de sus facultades
Inandando abreviar los dehates y proponiendo
que se cerrasen. Ya habian perdido toda esperan-
za los acusados y estahan l'esueltos á l11oril' con
nobleza y así se presentaron en la última sesion
del tribunal con semblante sereno;, y mientras
{Iue á la puerta de la Consel'geria les despojaron
de todo instrumento cOl'lante, con que hubiel'an
podido atentar it ~us vidas, ditndol€ Valvzé á su




27~ REYOLUClON «'RANCESA.
amigo Riouffe un pal' de tigeras que tenia le dijo'
en presencia de los gendarmas: ( Toma ahí
({ lienes una arma prohibida pO'rque de nlngun
c( modo conviene atentar contl'a nuestra propia
« vida. »


El 30 de octubre á eso de media noche se reti-
raron los jurados para pronunciar la sentencia y
su presidente Antonelle 12 tenia el semhlante muy
alterado. Cuando Camilo Desmoulins oyó pronun-
cial' la sentencia dijo en alta voz: «j Ah! yo soy
« quien les quita la vida, con mi Brissot desenrnasca-
rado! * Voinle de aquí, y se marchó desesperado.
Volvieron á mandar entrar á los acnsallos y al oir
pronunciar su sentencia de muerte, Brissot dejó
caer los brazos é inclinó la cabeza sobre el pecho.
Gensonné quiso pronunciar algunas palabras acer-
ca de la aplicacion de la ley pero no logró ser oi-
do. Sillery soltando las 111uletas en que s~ apoya-
1la dijo: ( este es el dia rnas 9lon·oso de mi vida. » Se
habían concebido algun3s esperanzas en favor de
los dos hel'lnanos D~:cos y Fonfl'ede qne parecian
estar 111cnos comprometidos pues no eran mas que
adictos á los girondinos, no tanto porque tuvie-
sen con ellos ana gran confornlidad de opiniones,
sino por la atlmiracion que les causaba su carác-
tel' y lalento. Mas sin emhargo fiteron condenados


* Títlllo de un folleto (Iue había c'Scl'ito contl'a los Sil'üu-
dir.}Oso




eo~,'E~CION N.\.CIONAI. (1793). 279
f~01l10 los delnas. Fonfl'cde se ahrazó con Ducos
diciéndole: «( llennano mio yo soy la causa de ltt muer ...
« te. Consllélate, 1'eplicó Dttcos ,porque al fin moriremos
« juntos. » El ab~e Fauchet estuvo con la cabeza ba-
ja cOlno en aire de pedir perdon al cielo; Vergniaud
conservó su serenidad mezclada con cierto despre-
cio; Carra no perdió un punto de su hahitual as-
pereza; Lassource pronunció aquellas palabras de
un antiguo que dicen: « Yo lnuero el dia que el
« pueblo ha perdido su razon , y vosotros morireis
({ el dia que la recobre.» Los débiles Boileau y
Ganlien no salieron mejor librados y tirando :el
sOlnbrero por alto el pl'ilnero de ellos gritó « Yo
({ estoy inocente. » - « Todos lo son10S igualmente,
« repitieron los acusados: pueblo te estan engañan-
ce do.» Tuvieron algunos la ocurrencia de espar-
cir los asignados que tenian en el bolsillo COlno
para escitar al pueblo á que viniese á su socorro,
l)el'O el pueblo pel'lnaneció inmóvil, y entonces
les rodearon los gendarmas para volverlos á lle-
var á su calabozo, cuando de repente uno de los
condenados cae á sus pies y le levautan hallado
en su propia sangre, era Valazé que al dal' sus ti-
geras á niouffe habia conset'vado un puj"¡al con el
cual se habia herido. Inmediatalnente decidió el
tribunal que su cadáver fuese llevado en una car-
reta de tras de los condenados, y al sali r estos de
la sala empezaron á entonar juntos por un movi-




28() REVOLUCION FUANCES-A.-
miento espontaneo el himno de los lUat'selleses:


Contrc nOlls (le la TYl'anie
l,'étendart sallglant cst kv(-,


Su última noche fue- verdaderamente sublime, por
que Vergniaud que tenia consigo veneno lo arro-
jó para no morir de d.istinto lnodo que sus amigos
y se pusieron juntos it comer por la última vez.
Todos estuvieron á ratos alegTes , serios y aun elo-
cuentes. Brissot y Gensonné estuvieron geaves y
l'eflexivos, y Vergniautl habló de lU' lihertad (PH~
espiraha con una elocuencia admirable~ DUC05
recitó uno versos que habia hecho en la prision ,
y to{los juntos cantaron himno.s ft la Fl'ancia y á la
libertad.


Al dia siguiente al de octubre se reunió una
multitud. inmensa pal'a verlos pasar, y ellos mien-
tras canlinaban al cadalso l'epetian aquel himno
de los Marselleses que nueslt'os soldados cantaban
1l1i1l'chando- al enemigo. Cuando llegaron á la pla-
za de la revoluciol1 y bajaron de sus carretas se
abrazaron todos gritando viva la re/JI'tblica. El pri-
fuero que suhió al cadalso fue Sitlery y despues.
de habel' saludado al pup,blo ,en quien todavía
respetaba la humanidad débil y alucinada, re-
cibió d ~olpe fatal. Todos imitaron it Sillery y
lllurieron con Ja inisma dignidad. En 3 t minutos
derribó el verdugo aquellas ilustl'cS cabezas, y des-
truyó en pocos instantes jn ventnd, belleza, virtn-




CONVf:NCfON N~CJONAL. (1-793). 28.
(les y talentos: siendo este el fin de aqueIJos Il(}-
bIes y valientes ciudadanos, victilnas de su gene-
}'osa utopia. Como no comlll'endian á la humani-
dad, ni ft sus vicios, ni los medios de conducirla,
(~n lnedio de una revolucion, se indignal'on de que
)h) quisiese ser mejor de lo que era y fueron devora-
dos por ella y pOI' obstinarse en contrariarIa. Respe-
temos su memoria por lo mismo que jaulas brilla-
ron en ninguna gnena civil ni tantas virtudes ni
tanta ilustracion: debiendo decirse el) gloria suya
que si ellos no comprendieron la necesidad de
usar de medios violentos para salvar la causa de
la };'rancia, tampoco la lnayor parte de sus adver-
sarios que prefirieron tales medios, se decidieron
á ellos pOi' patriotislno si no por pasion. Solo po-
dria considerarse COlno superior á tales hombres
aquel de entre los jacobinos. que se hubiese deci-
dido en favor de las medidas revolucionarias solo-
por política y no por imitacion ni por odio.


Despues que espiraron los girondinos, ¡ que de
lluevas víctimas fueron il1lnoladas detras de ellos!
Ni un instante siquiel'a estuvo en reposo la cuchi-
lla judicial. El 2 de noviembre diel'on la muerte
á la desgt·aciada Olimpia de Gouges por unos es-
critos llamados contt'arevolucionarios, y á Adan
Luxc t3, di rutado de Mag-u ncia pOl' el mismo de-
lito. El dia () del mismo mc;; fue condenado al tri-
hunal revolucionario el dcsgl·aciado duque de 01'-


,t:' .'
/:"."
~) ."', " .




282 REVOLUCION FRANCESA.
leans, á quien habian traido de las cÚt'celes de Mar-
sella, y fue condenado por las sospechas que ha-
bia inspirado á todos los partidos. Odioso á la
emigracion, sospechoso para los girondinos y jaco-
cobinos, no inspiró siquiera ninguna de aquellas
cOlnpasiones que consuelan de una muerte injus.
tao 1\1as enemigo de la cort~ que entusiasta de la
república, carecia de aquella conviccion que sos-
tiene en los últimos nl0rnentos, y él fue entre to-
das las vlctilnas, la menos compadecida y tal vez
la lnas digna de lástima. Sus úLtirnos sentill1ientos
no fueron otros que un disgusto universal y un es-
cepticismo absoluto, y calninó al catlalso con una
serenidad é indiferencia estraonlinarias. Cuando
le llevaban por la calle de San lIonorato, lniró su
propio palacio con ojos enjutos y 110 deSDlintió un
instante su cansancio de la vida y de los h0l11bres.
Sufrió su mislna suerte su edecan COllstard, que
tambien era diputado, y dos dias des pues le siguió
al cadalso la interesante y varonil esposa de Ro-
land : aquella nluger, que reunía á las gracias de
una francesa el heroisnlo de una Romana, llevaba
dentro en su alma todos los géneros de dolor. Res-
petaba y queria á su esposo como á un padre, y
tenia adenlas una pasion profunda por uno de los
girondinos proscriptos, que habia sabido conte-
ner siempre; dejaba una hija jóven y huérfana
confiada á unos amigos suyos, y en medio de tan-








COX\'ENCIO~ NACIONAL (1793). 283~
fos motivos de sufrimiento, lloraba tambien por'
la causa de la libertad que creia perdida para
siempre, y por quien ella habia hecho tan gl'an-
des sacrificios. Asi la destrozahan todas sus afeccio-
nes á un mismo tiem,po, y cuando fue condenada
por complicidad con los gil'ondinos, oyó su sen-
tencia con cierta especie de entusiasmo, y des-
de aquel instante hasta el de su ejecucion pa-
rece fIue estaha corno inspirada, escitando en
cuantos la vieron una especie de admiracion reli-
giosa. Fue al cadalso vestida de blanco, y duran-
te todo el camino estuvo reanitnando las fuerzas
de un compailero suyo de infortunio que debia
perecer con ella y no tenia tanto valor. Luego
que llegó al lugar del suplicio hizo una reveren-
cia á la estatua de la libertad gritando: ¡ Oh libertad,
qué de crúnenes se corneten en tu. nombre! Sufrió la muer-
te con un valor inalterable el dia 10 de novienl-
brc, y asi pereció aquella mug;er tan interesante
y animosa, que nlerccia participar del destino de
sus amigos, pero que si hubiese sido nlas modes-
ta y sumisa á la condicion propia de su sexo, ya
que no hubiera evitado la muerte debida á su ta-
lento y virtudes, á lo menos no habrían recaído
sobre ella ni sobre su esposo tantos sarcasmos y
calumnias.


Este se había refujiado ccrca de Rohan, y al sa-
her el fin trágico de su muger , no quiso sohrevi-




284 REVOLUCfON FRANCESA.
vida sino que salió de la casa donde le hahían da-
do asilo, y po l' no comprometer á ni n g'u n a rn igo,
,'ino á darse la muerte en el caluino real. Allí le en-
contral'on atl'avesado el corazon con una espada,
y tendido al pie de un arbol contra el cual hahia
apoyado la empuñadul'a. Se encontró en su faltri-
quera un escrito ace1'ca de su vida y conducta en
el ministerio.


Asi en aquel espantoso delirio que hacia sospe-
chosos ::tI ingenio, al valOl' y á la virtud iba perecien-
do todo lo mas noble y generoso que habia en Fran-
cia, ya por el suicidio ya por la cuchilla de los
verdugos.


Entre tantas muertes ilustres y animosas, huLo
una sobre tocIo mas laluentable y sublinle que to-
das las dernas, y fué la de Bailly. Ya se habia po-
dido echar de ver pOl' el modo con que le trata-
ron en el proceso de la reina cual seria acogido
en el tribunal revolucionario, como que ~os suce-
sos que mas frecuente y amarganlente se echaban
en cara al partido constituyente" eran la escena
del campo de Marte, la puhlicacíon de la ley mar-
cial y los fusilamientos que se siguieron á ella. So-
bre el infeliz Bailly , el amigo de Lafayette, y el
íntegro magistrado que mandó desplegar la han-
dera encarnada és en quien querian vengar todos
los pl'etendidos crímenes d.e la constituyente, y
asi le condenaron y dehía ser egecutada su senten-




I






CONVENCION NACIONAL. (1793). 285
cia en el canlpo de Marte que habia sido el teatro
de lo que se llamaba su cl'Ílnen. Verificóse su su-
plicio el dia 11 de noviembre con un tiempo frio
y lluvioso, y le llevaron á él á pie en medio de los
ultrages de un populacho feroz á quien él habia
estado alimentando mientras fué corregidor, y él
era el único que pel'manecia sereno é inalterable.
Durante la larga travesia desde la Consergeria al
campo de Marte le ihan pasando por la cara la
bandera encarnada que se encontró en el ayunta-
miento en un estuche de cahoba, y cuando llegó
al pie del cadalso le pareció que ya iba á terminar
su suplicio, cuando uno de los infames que iban-
persiguiéndole dijo que no era regular que el cam-
po de la federacion quedase manchado con su san-
gre. Entonces se precipitan á la guillotina y car-
gan con ella con el misnlo fervor que seenlpleó en
otro tiempo en cavar aquel mismo campo de la fe-
deracion y se fueron á ponerla del otro lado del
Sena en un muladar en frente del barrio de Chai-
lIot , donde Baill y había pasado su vida y conl-
puesto sus ohras. Duró aquella operacion muchas
horas, y entre tanto le hicieron pasear muchas veces
el campo de Marte con la cabeza descubierta y las
manos atadas á la espalda de suerte que apenas
podia sostenerse. U nos le tiraban lodo á la cara,
otros le daban palos y punta-pies, y cuando caia le
yolvian á levantar de nuevo. Con la lluvia y el




286 RRYOLUCIO~ FRANCESA.
frio estaban sus lnielllbros en un Lelnblor involun-
tario, y le dijo un soldado; « tú tiemblas. »-({ SÍ?
« amigo mio, respondió el anciano, pero es de frio . .I>
Despues de muchas horas de igual tOl'nlento, le
quemaron á sus pies la bandera encarnada, has-
ta que al fin se apoderó de él el verdugo y nos
arrebató aquel ilustre sábio , uno de los hombres
mas virtuosos que hayan honl'ado nuestra patria.


El infame populacho es absolutamente cllllis-
mo que nos pinta Tácito en aquellos tiempos en
que aplaudía 103 crímenes de los emperadores.
Sielupre inconstante y gl'osero en sus movimientos,
tan pronto eleva el altar de la patria como levan-
ta cadalsos y no tiene jaInas un aspecto noble si-
no cuando incorporado en los ejércitos se prcci pi-
ta contra los batallones enenligos. Déjese pues el
despotismo de inlputar sus crÍlnenes á la libertad,
porqp.e en todos tiempos fue igualmente culpa-
ble que en el oe la república; pero ,invoquenl0s
constantemente las luces y la instruccion para esos
bárharos que vegetan en lo mas hediondo de las
sociedades, siempre dispuestos á lnancharlas con
toda especie de crÍlnenes cuando los creen agTa-
dables al poder, para deshonrar todas las causas. *


JI- Las causas no se deshonrarian C011 ellos sino hubiera es-
critores infames que no se avergüenzan de adular á las Illasas
prodigándoles el título de heroicas y generosas, cuando el! lo




CO~TE~CION NACIONAL (1793). 287
El2fi de noVielnhl'e se verificó la llluerte del


desgraciado :Manuel que desde procurador del
ayuntalniento y diputado á la convencion habia
renunciado mnbos destinos cuando se ventiló la
causa de Luis XVI, porque le acusaron de haber
ocultado el escrutinio. Se le hizo cargo en el tribu-
nal de haher facilitado las matanzas de setielnbre
con intencion de suhlevar los departamentos con-
tra Paris ; siendo Fouquier-Tinville quien estaba
encargado de forjar aquellas pérfidas calumnias,
mas atroces todavia que la condenacion. Aquel
lnismo dia fue condenado el malogrado general
Bl'unet por no haber enviado una parte de su ejér-
cito de Niza delante de Tolon, y al dia siguiente
26 se pronunció la sentencia de nluerte contra el
victorioso IIouchal'd ,por no haLer cOlnprendido


gencral las tales masas ó eso que vulgarmente se llama pue-
blo no es otra cosa quc cse mismo populacho tan exactamente
descrito por Tácito. Mata, saquea, roha , arrastra por las ca-
lles á uno ú [( muchos inocentes, y al siguiente dia salen me-
dia docena de diaristas lisonjeros disculpando la ocurrencia,
cuando no aplaudiéndola, pero sin omitir el párrafo de obli-
gacíon en (IlIe se ensalla la generosidad del pueblo, se le es-
cusa con el justo furor de quc el g'lbierno no le obedece cie-
gamente, se alaha su paciencia y se concluye dándole gracias
por el mal qlle dejó de hacer. Verdad es que así se le corrom-
pe y pervierte y se le arraiga en su feroz despotismo, pero el
infame escritol' pasa por patriota y por eminentemente na-
uacional. (N. del T.)




288 REYOLUCION FllANCESA.
el plan que le habian trazado, y HO Ilaberse di-
rijido rápidalnente hacia la calzada de }i'urnes, pa-
ra coger prisionero á todo el ejército ingles. Su
falta era notoria, pero no mere(~ia la ruuel'te.


Estas ejecuciones principiaban á esparcir un
terrOl' general y hacian formidable la autoridad;
mas no solo reinaba el espanto en las cárceles, en
el tribunal revolucionario y en la plaza de la He-
volucion, sino que tanlbiell se veia en los JllerCa-
dos? en las tiendas y cn todas partes, de resultas
de haberse puesto en vigor el mlÍximum y las leyes
contl~a los acaparadores. Ya hemos dicho las razo-
nes que decidieron el decreto del mlÍximum, por
el descrédito de los asignados y suhida de los gé-
neros ,con el objeto de vol ver á poner estos en
proporcion con la moneda. Los primeros efectos
del m,áximum fuerun desgraciadísimos y ocasiona-
ron que se cerrasen una multitud de tiendas; l11as
con fijar una tarifa para las mercancías de prime-
ra necesidad solo se habia conseguido envilecerla
en manos de los que las ven(lia n por menor, y
desde las cuales iban á pasar á las del consu-
midor. Pero el vendedol' al menudo que las ha-
bia comprado al cOlnerciante por rnayor ó al fa-
bricante ántes del máximum, y por consiguiente á
un precio superior al de la nueva tarifa hacia pér-
didas enormes y se quejaba all1argamente. Ni eran
menores sus descalabros aun cuando las comprase




CONV'ENCION NAOONAL (1793). 289
tlespues del máximum, porque en efecto en el aran-
cel de las Inel'cancias llamadas de primera nece-
sidad, no se designahan otras que las que ya es-
taban elaboradas y prontas para el consumo, sin
que se fijase el pr-ecie mas que de las que ya se
hallaban en este estado, pero no se decía cual era
el que debian tener en forma de materia prime-
ra , ni qué precio debia pagarse ,al úhrero que las
trabajaba ó al carretero ó navegante que las con-
ducia; pm.' consecuencia el mercader por menor,
.(!ue se veia obligado á vendel' alconsulnidor se-
gun la tarifa y no podia tratar ni con el obrero ni
.con el fabricante ni con el comerciante por mayor
.á iguales condiciones , se veia im.posibilitado de
continual' un comercio tan desventajoso. La lna-
yo!' parte pues de ·estos infelices cerró sus tiendas
ó tuvo que tomar el partido de eludir la ley con
la trampa; y así UG vendian al ,precio delrnáxi-
.rnwn sino los géneros mas malos., reservando los
buenos para los que secretamente venían á pagar-
los por su valor.


El pueblo que notGlba estas fraudes, y veia que
Jecerraban una multitud de tiendas, se enfure-
.cia y ven~a al ayuntamiento á quejarse de ellas,


. pretendiendo que se obligase á todos los rnercade-
res á tenerlas abiertas y continuar en el comercio
á. \,e.~a~ ~U.~(}, Como (',':;.\.a.h~ (..\.\~~u.(',s,\.(\ i ~u.~-\,,,,,,~~ ~~
todo, denunciaba á los carniceros y salchicheros


VI.




290 REVOLUCION FUANCESA.
de que con1praban aniluales enfcl'mos ó muertos
accidentalmente, y que no desangl'aban las car-
nes para que pesasen mas; á los panaderos por
que con el fin de dar buena harina á los ricos re-
servaban la mala para el pobre, y no cocian el
pan lo suficiente para que pesase mas; á los vina-
teros porque mezclaban con las bebidas drogas mal
sanas; á los mercaderes de sal porque aumentaban
el peso de este género alterando su calidad; y en
fin á los especieros y á todos los tenderos por me-
nor porque falsificaban los géneros de mil ma-
neras.


Entre estos abusos habia algunos que son de to-
dos los tiempos, y otros que dependian de la cri-
sis actual, pero cuando una vez preocupa 105 áni-
mos la impaciencia del mal, se quejan de todo, y
todo se quiere reformar y castigarse. Con este 1110-
tivo hizo el procurador general Chaumette, un
discurso fulminante contra los mercaderes di-
ciendo:


({ Ya se aconlal'an que en 1789 y siguientes to-
e( dos esos hombres hicieron un gran comercio,
« ¿ pero con quien? con los estrangel'os. Se sabe
({ muy bien que ellos son los que hicieron desacre-
« ditar los asignados y se enriquecieron por medio
C{ del agio con el papel luoneda,;, que han hecho
({ despues que completaron su fortuna? Se han
«retirado del comercio y amenazado al pUf,blo




CONVENCION NACIO~.\L (1793). 291
« con la penuria de las ll1cl'cancias; pero si ellos
« tienen oro y asignados, la república tiene oú'a
({ cosa ll1as preciosa, que son los brazos. Brazos y
«no oro son los que se necesitan para hacer mo-
« ver las fábricas y manufacturas. Pues hien si es-
{( tos indi viduos abandonan las fábricas, la repú-
« blica se apoderal'á de ellas y pondrá en requisi-
« cion todas las materias primeras. Sepan que de-
« pende de la república redllcil' cuando se le an-
« toge á polvo y cenizas el oro y los asignados que
« están en sus IIlallOS , preciso serú que el gigante
« del pueblo confunda y pisotee á los especuladores
« mercantiles.


<1 Nosotros sentimos los lllale:, del pueblo por
( que hacelnos parte de él, COIIlO que todo el COll-
( sejo está compuesto de descamisados, y él es el
« pueblo legislador. Poco nos importa que vayan
({ rodando nuestras cabezas, con tal que la posteri-
< dad se digne recogel' nuestl'os craneos ... « No in-
« vocaré yo al evangelio sino á Platon. El que á
« hierro lnata, dice este filósofo, á hierro nlue-
« re; el que envenene á otro perecerá con veneno
« y se morirá de halnhTe el que se empelle en cer-
« cal' pOl' ella al pueblo. Si llegan á faltal' subsis-
« tencias y mercancias ¿, á quien se quejará '? ¡,á las
«autoridades constituidas? No ...... ¿ á la con-
« vencion? No ..... sino á los asentistas y abaste-
q; cedores. Rousseau tarnbien el'a pueblo y decia;




292 REYOLUCION FRANCESA.
{( Cuando el pueblo no tenga que comer devorará al rico.»
( Ayuntamiento del 14 de octubre)


Los medios violentos pl'oducen otros medios
violentos, como ya henlos dicho en otra parte. En
las primel'as leyes no se habian ocupado mas que
de la materia elaborada, y era preciso ahora pasar
á las primeras materias, como que esta idea estaba
bullendo hace tiempo en las cabeza de todos, que-
riendo que se tODlasen por cuenta de la repúbli-
ca. Terrible obligacion es sin duda la de violentar
la naturaleza y querer arreglar todos sus movi-
lnientos, porque muy pronto ie ve uno precisado
á suplir por la espontaneidad en todo y reempla-
zar hasta la vida misma por los preceptos de la
le y. El ayuntamiento y la convencion se ,'ieron
precisados á tomal' nueva~ providencias, cada uno
en sus respectivas atribuciones.


Obligó el ayuntamiento de Paris á los mercade-
res á declarar todos los géneros que tenian en su
poder, los pedidos que habian hecho y para cuan-
do esperaban que le llegasen. Todo mercader que
estaba haciendo el comercio con anterioridad de
un año, y le abandonaha ó descuidaba, era innle-
diatamente declarado s05pechoso y encerrado como
tal. Parft impedir la confusion y entorpecimiento
que provenian del deseo de abastecerse, mandó
tanlbien el ayuntamilncnto que ningun consumi-
dor pudiera dirigirse mas que á 105 tcndel'os por




CONVENCION NACIONAL (1793). 2'93-
lnenor, y á estos que s>olo comprasen de los lner-
caderes por rnayor, determinando las cantidades
que les era permitido pedir. Asi un especiero no
podia exigiL' ma~ que 25 libras de azucar de; una
vez en casa del comerciante por mayor, y un bo-
tillero no podía pedí l' mas que doce. Las comisio-
nes revolucionarias eran las que espedian esta es-
pecie de abonarés para COlnprat', en los cuales se
determinaba la cantidad. Pero no pararon f~n esto
los reglamentos del ayuntamiento, sino qUQ vien-
do que continuaba la lnisola afluencia en las ca-
sas de los panaderos, y ocasiGnaba escenas tumul-
tuosas , como que muchas gentes pasaban allí una
parte de la noche, determinó Chanm-ette que no
}wincipiase la distribucion sino pOl' los últimos
que llegas'en, lo cual no disminuyó ciertamente
ni el tumulto ni la inquietud. Como el pueblo se
quejaba de que le daban la haL'ina peor, se de-
terlninó flue no se fabricase en la capital mas que
una sola e~pecie de pan, compuesto de lees cuartas
partes de tl'igo y una de centeno. Ultimamente se
creó una comision ó illspeccion de subsistencias,
para verificar el estado de los géneros, averiguar
las fraudes y castigarlas, cuyas pl'ovidencias , imi-
tadas despuei por otros ayuntamientos, pasal9-un
inmediatamente ú ser leyes generales, y de este
1110do el ayuntalílliento de París llegó á ejercer, se-
gun ya hemos d-icio un influjo inmenso en todo lo




294 REVOUJClON (·ItANCESA.
que t:onccl'nia al régimen inLc,riOl" y á la polit:ia.


Siendo muchas las instancias que se hacia n á la
convencion para que reformase la ley del máximum,
discurrió otra nueva que remontase desde la 'mer-
eancia hasta la materia primera, y consistió en
formar un estado del precio que costaba un géne-
ro cualquiera en 1790 en el sitio mismo donde se
producia. Aiiadiase á este precio, 1.0 una tercera
parte mas á causa de las circunstancias; 2.° un
precio fijo pal'a el pOl'te desde el lugar de la pl'O-
duccion hasta el del conSUlno; últimamente 3.° una
suma· de cinco por ciento para beneficio del co-
lnerciante por mayor, y de 10 por ciento para
el de por menor, arreglándose á todos estos
elenlentos el cómputo del precio á que habían de
venderse los géneros de primera necesidad. Esta-
ban encargadas las autoridades locales de hacer
este trabajo cada una de todo lo que se producía
y consumia en su pueblo , y se prometia una in-
demnizacion á todo tendero por lnenor , que te-
niendo menos de diez lnil francos de capital, pu-
(,liese probar que le habia perdido todo por causa
del máximum. Los ayuntamientos habían de juzgar
estos casos á ojo de buen cubero, que es como se
juzgaba todo entonces mientras duró la dictadura.
De esta suerte la ley sin atacar todavia ni la pro-
duccion ni la materia hruta, ni la Inano de obra ~
&eüalaba el precio del género á su salida de la f~l-




CON\'ENCION NACIONAL (1793). 295
bl'ica, el costo de los trasportes, la ganancia" del
comerciante y del tendero, y suplia, por lo
menos en la 11litad de su trabajo social, la movi-
lidad de la naturaleza con reglas absolutas. Pero
todo esto, repetimos, era una consecuencia inevi-
table del primer máximum, asi como este lo fue de
los asignados, y estos de las necesidades imperio-
sas de la revoluciono *


Para dar vado á este sistenlél de gobierno in-
troducido en el cOlllercio , se creó una comision
de abastos, cuya autoridad se estendia á toda la re-
púhlica , compuesta de tres lniembros elegidos por
la convencion, que gozaban de una autoridad casi
tan irnportante COlll0 la de los ministros, y tenian
voto en el consejo. Esta comision era quien man-
daba ejecutar los aranceles, vigilaba la conducta
de los ayuntalnientos en este ramo y hacia que se
continuase la lista" de las subsistencias y géneros
que hubiese en toda Francia, mandando condu-
cirlos de un departalnento á otro, y señalando
las requisiciones para los ejércitos, conforme al
tenor del célebre decreto en que se instituyó el
gobierno revolucionario.


No lnenos estl'aordinaria que todo lo demas era
la situacion económica, como que los dos prés-


tamos el uno forzoso y el otro voluntario se iban


* y estas de las iniquidades de Jos jacobino:), y estos de
los aduladores del pueblo. (N. del T.)




296 REVOLúCION rnA NCESJ.
llenando con rapidez, dándose sobre todo moch~
prisa á contribuir para este últi ffi-o , por lo. prefe-
l'ible que le hacian las ventajas o.frecidas, por ma-
nera que se acercaba el mo.mento en que ihan á
desaparecer de la circulacio.n los mil millones de
asignado.s. Existian en caja para las necesidades
corrientes cuatrocientos millones po.co mas ó me-
no.s, restos de las creaciones antiguas, y quinien--
tos millones'de lo.s asignado.s reales que volvieron
á entrar en virtud del decreto. que les quitaba el
curso. de moneda, y es-taban ya convertido.s en
o.tra suma igual de asignados republicanos: co.n
lo. que quedaban para el servicio. ,cerca de nove--
(úento.s millones.


1,0 que to.davia parecerá moas estraordinario. es
que el asignado. que perdia tres y aun cuatrO'
quintas partes de su valo.r, habia subido. it la par
con el dinero., pero. en esta alza habia una par-
te verdadera y otra facticia. Es verdad que la su-
presio.n graduada de un millar de- cuentos que an-
daba flo.tante, el resultad() de la pl'imera leva que'
en solo. un mes hahia pro.ducido- 600 Dlil hOlll-
hres , y las últimas victo.rias de la república, que-
casi respo.ndian de su existencia, habj.an promú-
vido. mucho. la venta de bienes nacio.nales y
dado. co.nfianza en lo.s asignado.s, pero. no. tanta-
que se les igualase al numerario. He aqui las-cau-
sas que co.ntribuyeron á poned e en la aparien~ia




CONVENCION NACIONAL. (1793). 29=1
á la par con él. Ya se acordará el lector de que
habia una ley que prohibia lJajo varias penas el
comercio de la plata; que otra ley castigaba tam-
bien con penas severas al que en las compras con-
tratase á diferentes precios segun hubiera de ha-
cerse el pago en dinero ó en asignados. De este
modo la plata que se canlbiaba, bien por asigna-
dos ó por géneros, no podia tener su valor real,
y no quedaba mas al,bitrio que esconderla. Pero
hahia otra ley que decia que todo el oro y plata
que se escondiese, perteneceria parte al estado
y parte al denunciador; y asi no pudiendo servir-
se de la plata ni en el comercio ni para ocultarla,
venia á ser una carga qu e esponia á su poseedor
ú pasar por sospechoso, y asi empezaron á des-
coní-iar y preferir los asignados para el uso diario.
Esto fué lo que restableció momentaneamente la
par que no habia existido nunca en la realidad,
ni aun el primer dia de la creacion de aquel pa-
pel. Muchos ayuntamientos, añadiendo sus pro-
pias disposiciones á las leyes de la convencion, ha-
hían llegado á prohibir la circulacion del nunle-
rario , y mandado que lo nevasen á las cajas na-
cionales para cambiarlo por asignados; y aunque
es verdad que la convencion hab ia aholido todas
aquellas disposiciones particulares de los ayunta-
nlicntos, no por eso dejaba de ser inútil y peligro-
so el numerario, en virtud de las leyes generales ..


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298 REVOLUCION FRANCESA.
l\Juchas gentes le llevaban al impuesto ó al prés-
tamo, ó bien se le daban á los estl'angeros que
hacian de él un gran cOInercio, y venian á bus-
carle á las ciudades fronterizas en cambio de mer-
caderias. Sobre todo los Italianos y Genoveses que
nos traian mucho trigo, acudian á los puertos de me-
diodia, y cOlnpraban á precios mínimos materias
de oro y de plata. Asi fué como volvió á aparecer
el numerario por efecto de aquellas terribles le-
yes, y temiendo el partido de los revolucionarios
fogosos que esta aparicion llegase á ser nociva al
papel moneda, pretendia que el numerario que
hasta entonces no habia sido escluido de la circu-
lacion, se prohibiese enteramente, de modo que
no se permitiera trasmitirle de una 111ano á otra,
sino que se trajese á las cajas públicas para cam-
biarle por asignados.


Ya el terror habia casi concluido con el agio, y
las especulaciones sobre el numerario habían ve-
nido á ser, como ya heInos dicho, imposihles.
Tmnpoco circulaba el papel estrangero como dos
meses antes por haberse 111anifestado la reproba-
cion de él, y estaban telublando los banqueros á
quienes" se acusaba de que eran una especie de
agentes de los emigrados, al IIlislno tiempo que
ejercian el agio. Ya llegaron á ponerse los sellos
en algunas de aquellas casas, pero no tardó en co-
nocerse el gran peligTo (Iue había en interrumpir




CO~''1NCION NACIONAL. (1793). 299
las opel'Llciones dd banco y en paralizar la circu-
lacion de todo3 los capitales, y asi levanta e on los
se1los; pero sin embargo era tal el espanto que na-
die se atrevia á hacer ninguna especie de especu-
lacion.


Acababa de suprimirse la compañía de Indias,
y ya hemos visto la intriga que hahian armado al-
gunos diputados para especular sobre sus acciones ..
El baron de Datz, de acuerdo con Julian de ro-
losa, Delaunay de Angers y Chabot, quería ha-
cerlas bajarpor medio de mociones alarman tes,
comprarlas entonces, y despues hacerlas subir con
otras mociones mas suaves, volverlas á vender y
realizar beneficios con aquella subida fraudulen-
ta. * El que debia suministrar los fondos para es-
tas especulaciones, era el abate Espagnac, á quien
favorecia J ulian en 13. conlÍsion de contratas. En
efecto consiguieron aquellos miserables que caye-
sen las acciones desde 4500 francos que valian has-
ta 650, Y realizaron ganancias considerables. l\-las
sin embargo no se podia evitar la supresion de la
compafiia, y entonces se pusieron á tratar con
ella para suavizar el decreto de supresion; y dis-
cutiendo Delaunay y Julian de rolosa con los di-


* En sustancia, lo mismo mi~mísimo que están haciendo
"hora hombres que pasan por muy honrados y concienzu-
dos, á quienes se confia la administracion del pais : ¿ y se di-
ril luego que no se progresa? ( N. del T.




300 REVOLUCION FRANCESA.
rectores, les decian: «Si nos dais tal cantidad, pre-
« sentaremos tal decreto, sino presental~emos este
ti: otro.» Se convinieron en una suma de 500 mil
fl~ancos ') mediante la cual debian al proponer la
supresion de la compaiiia, cosa que era inevitable,
dejar á ella misma el cuidado de su liquidacion,
lo cual bastaba para prolongar su duracion por
mucho tiempo. Esta cantidad se habia de repartir
entre Delaunay, Julian de Tolosa, Chahot y Bazi-
re , á quien su amigo Chabot habia enterado de la
intriga, pero reusó tomar parte en ella . Presen-
tó Delaunay el dia 17 de vendimiario el decreto
de supresion, en que proponia suprimir la com-
pañia, obligarla á restituir las cantidades que de-
hia al estado, y sobre todo hacerla pagar el dere-
cho de traslacion de dominio de las acciones, que
habia eludido trasformándolas en inscri pciones so-
hre sus libros; y que se la confiase el encarg'o de
hacer su liquidacion. Falwe de Englatine, que to-
davia no estaba en el secreto,y á lo que parece es-
peculaba en sentido contt~élrio, se levantó inmedia-
tamente contra aquel proyecto, diciendo que per-
mitirla que se liquidase á sí misma era igual á
eternizarla y que con este pretesto seguiria en ejer-
cicio indefinidamente. Por tanto aconsejó que lo
hiciese el gobierno, á lo cual añadió Cambon que
si el estado hacia la liquidacion, no quedarian las
deudas á su cargo, en ca-so de (Iue el crédito pasi-




CONVENCION NACIONAL (1793). 301
vo de la comparlia escediese al activo. Adoptáron-
se estas dos enrniendas y se mandó volver á la co-
mision para que redactase definitivamente el de-
creto. Al instante comprendieron los miembros
que estaban en la intriga, que era indispensable
ganar á Fabre para obtenel' algunas modificaciones
y le destacaron á Chabot con cien mil francos que
produjeron todo su efecto. Entonces se redactó el
decreto tal como le habia adoptado la convencion
y se le llevaron á firmar á Cambon y á los demas
miemhros que no eran cónlplices del proyecto;
pero luego ~e añadieron á aquella copia auténtica
algunas palabras que alteraban todo el sentido:
por cjenlplo. Al artículo concerniente á las trasmi-
siones que habían eludido el pago de derechos se
añadió; escepto aquellas que se hayan hecho con fraude,
con le cual qued21han esceptuadas todas. Al artí-
culo sobre la liquidacion se ai"¡adiel'on estas otras:
conforme á los estatutos y feg lalnentos de la compañia})
con lo que tambien quedaba esta habilitada para
la liquidación. Ya se vé cuanto alteraban estas pa-
labras el sentido del decreto, y esta copia la firma-
ron Chabot, Fabre, Delaunay y Julian de Tolosa,
pasándola en esta forma á la comision de estil.rJ
que la mandó imprimir y promulgar como decre-
to auténtico. Esperaban que los miembros que ha-
bian firmado antes de aquella lijera alteracion, ó
no volverian á acordarse de ella ó la pasarian por




302 RE,'OLUCION FRANCESA.
alto y se repartieron la suma de los 300 mil fran-
cos. El único que no quiso reciLir su parte fué Ba-
cire, diciendo que él no queria partici par de selue-
jantes corrupciones.


Entre tanto Chabot, cuyo lujo principiaba á
dar en rostro y telnhlaha de verse comprometi-
do, había colgado en el lugar escusado los 100 Inil
francos de su parte, y como recelaban sus cóm-
plices que estaba pronto á venderles, le amena-
zaban con tomar la delantera y revelarlo todo si
les abandonaba. Este fue el resultado de aquella
vergonzosa intriga, discurrida por Hatz y tres ó
cuatro diputados, los cuales llevados del terrOL'
general, no descansaban un punto, tenliendo ser
descuhiertos y castig'ados. De suerte que á lo me-
nos por un tielnpo estuvieron suspendidas todas
las especulaciones y todo el movinliento del agio.


En aquel tienlpo fué cuando se atrevieron por
fin á violentar todas las ideas recibibas y todas las
costumbres generales, proponiéndose renovar to-
do el sistema de pesos y medidas y variar el alma-
nak. No podia menos de dominar la aticion ú la
regularidad y el desprecio de los obstáculos en una
revolucion, que era á un Inismo tiempo filosófica
y política. Ella habia dividido el territorio en 83
porciones iguales; uniformado la administracion
civil, religiosa y lllilitar; igualado todas las dife-
rencias de la deuda pública, y no podía lnenos de




CONVENCJON NACIONAL. (1793) 303
regularizar tanlLien los pesos, las lnedidas y ]a di-
vision de los tien1pos. No hay duda que esta afi-
cion á la uniformidad, por degenerar en espíritu
de sistema y aun de furor, ha hecho olvidar fre-
cuentemente las variedades necesarias y tan agra-
dables de la naturaleza; pero solo en esta especie
de accesos es cuando el entendimiento humano
hace las mas grandes y difíciles regeneraciones.
U na de ellas fue el nuevo sistema de pesos y me-
didas, que es una de las brillantes creaciones del
siglo. Se pensó en que sirviesen de unidad de pe-
sos y de medidas tunas cantidades naturales é in-
variables en todos los paises del mundo. Asi el
ag'ua destilada se tomó por unidad de los pesos', y
una parte del meridiano por unidad de las medi-
das, las cuales unidades multiplicadas ó divididas
por diez hasta el infinito, formaron aquel hermoso
sistema conocido con el nombre de cálculo decimal.


La misma regularidad debia aplicarse á la di-
vision del tiempo; y no era cosa de que la simple
dificultad de alterar los hábitos de un pueblo,
por n1as invencibles que parezcan ,debiese detener
á unos hombres :tan resueltos como los que enton-
ces presidian á los destinos de la }-'rancia. Ya ellos
habian cambiado la era Gregoriana en era repu-
hlicana y adoptado esta para seilalar ,el año pri-
mero de la libertad. Hicieron que comenzase el
año y la nueva era el 23 de setielubre 1792, en




304 B.EYOLUCI0N FUANCESA •
• <


-tIue coincidié,Ul la época de la instítucion de la re·
pública y el, eguinocio ;de otol10. Hubiera debid(}
di vidirseel aflO tambien en diez partes, confor-
lne al sistenla decimal; pero habiéndose de tOlnal'
por basa de la di v,Ísion de los meses las doce re-
voluciones de la luna al rededor de la tierra, era
indispensable admitir doce meses, porque la na-
turaleza misnla prescribe en esto la infraccioll al
sistelna decimal. ~Ias el nles se dividió en 30 dias
repartidos en tres décadas ó porciones de diez di as
cada una, que reemplazaron las cuatro semanas.
In décimo dia de cada década se consagró al des-
,canso en lugar del dOlningo ,ganando un dia por lo
nlenos de los que estaban destinados al reposo en
cada mes. La religion católica habia multiplicado
las fiestas hasta el infinito, y como la revolucion
preconizaba el trabajo, creyó deber reducirlas lo
mas que pudiese. Diose á los nleses el nOlnbre de
las estaciones á que pertenecian ,y como principia-
ba el año en otoño, los tres primeros meses corres-
pondian á aquella estacion, y se le llatnó alt.o VeH-
dimiario al 2.0 Brumario, al 3.0 Frimario; Los tres si-
guientes que correspondian al invierno, se llama-
han lVivoso, Pluvioso y Ventoso: los otros tres que
correspondian á la primavera; Germinal, Floreal y
Prerial; últinlamente los tres últimos que tocahan
.al estío se llanlaron bfesidor, Thermidor y Fructidor.
Estos doce nIeses de 30 días cada uno, no forma-




CON\-ENCION NACroNAL (t 793). . 30;)
ban mas que un total de 360 dias, y así quedaban
cinco para completar el arlO, los cU!i1es se llaIl1al'on
complementarios, y les ocurrió la ~:pOl;tuna idea de
-reservarlos para fiestas nacionales, bajo el nom-
bre de Sans-Culott'idas, nombl'e propio de las ideas
de aquel tiempo y que no es ni mas ni menos ab-
surdo que otros muchos adoptados por los pueblos.
-La primera de afluellas fiestas habia de ser consa-
g-rada al ingenio, la segunda, al trabajo; la tercera,
á las úuenas acciones; la cuarta , á las recompensas; y
últimamente la quinta , á la opim'ou. Esta última
-fiesta enteramente original y muy acomodada al
-cal'acter Frances, debia ser una especie de carna-
val político de 24 horas, durante el cual habia de
sel' permitido decir y escribir impunemente cuan-
to se (Iuisiese de todo hombre público, sin otros
límites flue el gusto de] puebJ.o y la imaginacion
-(le los escritol'es. A la opinion tocaba hacerjusti-
cia hasta de la opinioll misma, y á todos los ma-
-g-istrados defenderse á fuerza de virtudes contra
las verdades y calumnias de aquel dia. Idea ver-
·tladeramen1e grande y llloral, sin que baste el que
un destino contrario haya disipado los pensamien-
-tos é instituciones de aquella época, para ridicu-
1 izar sus vastas y atr~vidas ideas. Nadie se ha reí-
do de los Romanos porque en el día de triunfo
{ilese un soldado de tras del carro del triunfador
dicielHl.ó todo lo que le slljcria su odio ó su hu en


VI. :lO




306 REYOJ,.UCION FRANCESA.
humor. Cada cuatro aí'íos venia el hisiesto, en el
cual hay 6 dias complementarios en lugar de 5; Y
aquella sesta sansculótida debia lhunarse la fiesta
de la revolucion, y consagrarse ú una gran solemni-
dad, en que los Franceses vinieran á celehrar la
época de su elnancipacion y de la institucion de
la república.


Dividiose tambien el dia, segun el sistema de-
cimal en diez partes ó llamemos horas, estas en
otras diez porciones, y así sucesivmllente. Se nlan-
daron hacer cuadrantes nuevos para ponel' en
práctica aquel nuevo modo de calcular el tieln-
po ; pero por no hacerlo todo de una vez, difi-
rieron esta reforma para el a110 siguiente.


La últilTIa y mas diticil revolucion, y que l11as
lTIurmurada ha sido de tir:ulia , fue la que se en-
sayó acerca del echo. Habian quedado las leyes
revolucionarias relativas á la rcligion, tales COlllO
las habia hecho la asamblea constituyente, y ya
se acordarán los lectores de que deseando aquella
primera asamblea asemejar la administracioll ecle-
siástica á la uniformidad de la civil, quiso que las
demarcaciones de las diocesis fuesen las luis mas
de los departamento~, que los obispos fuesen elec-
tivos como todos los de mas empleados, y que en
una palabra se regularizase la disciplina, sin to-
car para nada el dognla, como acababa de hacer-
se con todas las partes de la ol'ganizacion política.




CONVENCION NAClOXAL (1793). 307
A esto se redujo la constitucion civil del clero, á
<lue se obligó ú los eclesiásticos á prestar juranlen ..
too Desde aquel dia, ya helnos dicho que hubo un
cisll1a, en que se llamó clérigos constitucionales ó
juralnentados á los que habían aderido á la nueva
institucion., y clérigos refractarios á los que resis-
tieron jurarla. Estos últimos soloestahan priva-
dos de sus funciones, y se lesdaha una pension;
pero viendo la asalnblea legislativa que estos se
ocupaban en indisponer la opinion contra el nue-
vo régimen, los sujetó á la vigilancia de las auto-
ridades de los departamentos y hasta decretó que
por un simple juicio de las autoridades ~eparta-
11lentales , pudiesen ser destenados del territorio
frances. UltimaInente nlas severa la convencion al
paso que su conducta iba siendo Inas sediciosa,
condenó á la deportacion á todos los sacerdotes
I'efi'actaríos ; nlas COlno el acaloran1Íento de los
ánimos se iba aumentando cada dia ,se pregunta-
ron á sí mislnos por qué habiendo aholido todas
las antiguas supersticiones monárquicas, se con-
servaIJa todavia un fantasma de religion ,en la cual
casi nadie creia ya , y formaba el lnas raro con-
traste con las nuevas instituciones y modernas
costumbres de la Francia repuhlicana. Ya se ha-
bian solicitado leyes en favor de los sacerdotes ca-
sados, l)al'a protegerlos contra ciertas autoridades
locales que querian privarles de sus funciones;




308 nF:,'OLCUlON FRANCESA.
pero la convoncion, muy reservada en esta mate ....
ria no habia querido resolver nada sobre ellos,
aunque por su mismo silencio les autorizaba ú
conset'var sus funciones y sueldos. Se trataba ade-
mas en algunas peticiones de no pagar ningun
culto, sino dejar á cada secta que asalariase á sus
lninistros ,prohibiendo toda ceremonia esterior, y
obligando á cada una á que se limitase á sus tem-
plos. Lo único que hizo la convencion fue reducil'
la renta de los obispos al máximum de 6000 fran-
cos , en atencion á que habia algunos :cuya renta
ascendia á 70-,000. Mas en todo lo demas no quiso
tomar n~da sobre sí., y guardó silencio dejando á
la Francia que tomase la iniciativa de la abolicion
de los cultos, porque temia que tocando esta cuer-
da indispondria á una parte de la poblacion que
todavia estaba lllUy apegada á las creencias de la
l'cligion católica. El ayuntanliento de Paris , como
menos reservado, se aprovechó de aquella ocasion
importante para hacer una gran reforma , y se
apresuró á dar el primer ejemplo de la abjuracion
del catolicislllO.


Mientras que los patriotas de la convencion y
de los jacobinos , y entre tanto que Robespierre,
Jaint Just y los demas corifeos revolucionarios se
atenian al Deismo , Chaurnette, Bebert y todos los
mas notables del ayuntamiento y de los fi'ancis-
canos, como gente mas inferior asi en funciones




CONVENCION NACIONAL (1793). 30~}
como en luces, dehian , segun acontece o['dinal'ia-
Jncnte, pl'opasal'se hasta el ateísmo. Es cierto qne
no profesahan abiertamente esta doctrina, pel'o
podia suponedes al VCl~ que jamas ni en sus dis-
CUl'SOS ni en sus periódicos pronunciaban la pala-
hra Dios, y estaban repitiendo sin cesar fIue un
pueblo no debia g"obel'narsc ITIaS que por la razon
ni adlnitil' ott'o'culto que el suyo. Chaumette no
el'a bajo, ni perverso, ni alubicioso como Hebert,
ni procuraba exagerando las opiniones reinantes,
suplantal' á los actuales gefes de la revoluciono
Pero aunque cat'cciese de miras políticas predo-
minaba en él una especie de filosofia vulgar, unida
con una aficion estt'aoi'dinaria á la declamacion,
y predicaba con el luismo ardor Y orgullo devoto
({ue si fucea un misiollcl'O, las buenas costumbres,
el tt'aLajo , las virtudcs patrióticas, y últimatnen-
tc la razon, pero absteniéndose siempre de 1100n-
hral' á Dios. Sc había indignado mucho contl'a los
saqucos y reconvenido agriamente á las mugeres
fIUC abandonaban el cuid:ulo de su casa por mez-
clarse en los alborotos políticos, hasta tener valor
-para ccrrarlas el club; habia prOlllovido la aholi-
cion de la mendicidad, el estahlecirniento de talle-
res púhlicos para dar trahajo á los pobres; habia
clamado contra la pl'ostituciol1 y conseguido que
el ayuntamiento prohibiera la profesion de rame-
ras, por mas que en toda~ partes se tolerase como




31"0 UEVOLL;CION FRANCESA
inevitable. Habia prohibido á estas miserables que
se presentáran en público, y aun ejercer dentro
de sus casas su deplorable industria. Decia Chau-
mette que esas eran propias de los paises lllonúr-
{luicos y católicos, en que hahia ciudadanos ocio-
sos y clérigos célibes, pero el trabajo y el matri-
monio debian echarlas de las repúblicas.


Tomando pues Chaulnette b. iniciativa en nom-
bre de aquel sistema de la razon, em rezó á ha-
hlar en el ayuntallliento contra la publicidad del
culto católico, y sostuvo que este era un privile-
gio de que no debia gozar nlas que cualquiera
otro; y que si cada secta tuviese igual filcultad,
no tardarian en verse por las calles públicas las
farsas lnas ridículas. Como el ayuntanliento tenia
á su cargo la policia local, hizo que dccidie~e el
día 1'" de octuhre que ningun luinistro de cual-
quier religion que fuese pudiera ejercer el culto
fuera de los templos. Propuso nuevas cerenl0nias
fúnebres para hacer las últimas honras á los difun-
tos mandando que solo los amigos y parientes fue-


. sen acom parlando el feretro. Todos los signos rc-
ligiosos fueron suprimidos en los cementerios y
reenlplazados por una estatua del SUCllO, Ú ejenl-
plo de lo que habia hecho Fouché en el departa-
mento del Allier. En lugar de cipreses y fúnebres
arbustos, se plantaron en los cementerios los ar-
boles mas risuellos y odoríferos, porque decia




coxrEXUON NACiONAL (J 793). 311
Chaumette: «Es preciso (lUC el hrillo y los perfú-
« 11lCS de las flores recuerdcn las ideas mas tiernas
( y yo querría, si fucse posible, respirar el alma
de 111Í padre.}) Quedaron aholidos desde entonces
todos los signos esteriores del culto, y en el pro-
pio acucL'do se decitlió á propuesta del lnismo
Chaulllette, que en adelante no pudieran vender-
!je por las calles todas ,esas {ruslaias , corno santos-suda-
rios, palios de la santa Verónica, eccehomos, :¡.:lfrUCCp
(l!/nltS Dei, l'íl'!}enes, brazaleles y sorl'Uas de San Iluberto,
lli tampoco polvos y arlllas medicinales y olrasdrogas {al-
.'iíjicadas. Se suprimió en todas parles la imagen,de
la Vírgen y todas las que se encontraban en sus
lliéhos {l las esquinas de las calles fueron reempla-
zadas por hustos de Maral y Lepelletier.


Aquel Laron prusiano Anacarsis Clootz, que
tenicndo cien n1Íl francos de renta habia salido dc
su país para venir á París á representar, segun él
decia, al género 11l1l11anO; aquel que figuró en la
primera federacion de 1790 al frente de unos so-
üutlos representantes de todos los pueblos y que
luego fue nombrado lnielnbro de la convencion
nacional; ese luismo Anarcasis andaba predicando
sin cesar la repúhlica universal y el culto de la
raZOll. EOlpapatlo en estas dos ideas, las amplifi-
caba sin cesar en sus escritos y ya en f0l'111a de 11la-
1lifiestos, ya en el de circulares, se las proponia
ú todos los puehlos. Le parecia el deismo tan per-


f .,
. .-'
, ""lo .'




UEYOLUCroS fJUSCESA.


judicial como el lnisJ110 catolicislno, y no ccsaL¿[
de proponer la destl'uccion de los tiranos y de toda
especie de dioses, pretcndiendo quc no dchia-
qucdaL' en la humanidad instrui da y emancipada
sino la razon pura y su culto benéfi co é inn10r-
tal. Hahlando con la convencion la dccia: « Y (:)
« no he podido evitar todos los tiranos sagl'ados y
(t profanos sino á fuerza de continuos viages: rne
(( hallaba cn Roma cuando m,c querian prendcr en
(~I)ari3, y estaba en Londres cuando J11C querian
(t (luclnar cn Lisboa . .solo culebrcando asi desdc un
« estrenlO á otl'o de Europa es como podia libraL'-
« me de los alguaciles, de los soplones, de los
«( amos y de los criados. Cesó mi emigracion cuan-
« do principió la de aquellos perversos, y solo en
(f la capital del gloho , en Paris estaba el venla-
«( dero pucsto dcl orad01' del género humano. No
« he vuelto á salir de él desde 1789 y entonces fue
« cuando redohlé n1i zelo contra los pretendidos
« soberanos de la tiel'l'a y del cielo. Yo predicaba
« en alta voz que no hay otro nios mas que la na-
« turaleza, ni otro soberano que el género huma-
« no , el pueblo Dios. El pueblo se basta á sí mis-
« filO, Y sic m pre cstará de pie, porque la na-
« turaleza no se prosterna dclante de sí misma.
« Júzguese de la lnagestad del g'énero hunlano
« libre por 1n del puehlo frances ,({UC no es nlas
« ([ue una fl'accion suya, y júzguese de la iuntl i-




CONVENCION NACIONAL (t793). 313
«hilit.lad del todo por la sagacidad de una por-
« don sola <{ue ya 11ace temblaral mundo escIa vo.
«( La comision de vigilancia de la república uni-
« versal tendrá menos que hacer que la de la mas·
«( redu<~ida scccion de Paris, porque habrá una
« contianza genel'al en lugar de una desconfianza
«( universal. Habrá en la república pocas oficinas,
« pocas contribuciones y sobre todo ningun ver-
(f dugo , como quc la razon será quien reuna á to-
« dos los hombres en un solo faj0 representativo
« sin .otro vínculo que el de la correspondencia
« epistolar. Ciudadanos, la religion es el único
« obstáculo contra esta utopia y ya ha llegado el
« tielnpo de destruirla porque el género humano ha
« tirado al fuego sus andadores. Nunca hay mayor
<f vigor, dijo un anciano, que el dia despues dc'
« un mal rcinado : aprovechemos de este prinler
« dia y hagarnoslc durar hasta la mañana siguiente
« de la libertad del mundo.»


Las propuestas de Chaumette reanimal'on todas
las esperanzi.~s de Clootz, y asi se fue ú buscar á
GobeJ u, que era un intrigante de Porentruy, y
habia llegado ú ser obispo constitucional de París
por efecto de aquel misffiomovimiento rúpido que
elevó á Chaumette , á Bcbert y tantos otros á los
primeros clnpleos municipales. Díjole que habia
llegado el lnomento de abj urat' á la faz de la Ft'an-
eia el culto católico, (le quien era el principal




31! .. REVOLUClON FRANCESA.
pontífice; que su ejemplo al'rast1'aria á todos los>
ministros del culto, ilustraría á la nacÍon ,..provo-
caria una abjuracion general y obligaria á la con-
vencion á pronunciar de una vez la abolicion del
cristianismo. No quiso G-obel abjurar precisamente
su creencia propia, dando en ello una prueba de
que habia estado engallando á los hombres duran-
te toda su vida, pero cO~lsintió en ir á abdicar el
episcopado, y luego indujo á sus vicarios á que le
imitasen. Quedó acordado con ChaulneLLe y [os
llliembros del departamento que irian aCOlnpa-
iiándole todas las autoridades constituidas. de Pa-
rís, formando parte de la di putacion para darla
mayo'!' solemnidad.


En efecto, el 17 de brumario (7 de noviembre
1793) se presentaron en la cOllvencion lUomoro, Pa-
che,Lhuillier, Chaumette, Gobcl y todos sus vica-
rios, y habiéndose aLlclanlado Chaulllctte y Lhui-
llierque eran el uno PL'ocul'adordcl ayuntamientoy
el otro del departamento, anunciaL'on que el cle-
1'0 de Paris venia ú ofrecer ú la razon un hOJuena-
ge patente y sincero. Entonces presental'on á Go-
bel, el cual cubierto con un gorro colorado y lle-
vando en las manos la nlÍtra, el báculo, la cruz y
el anillo, tOlnó la palabra y dijo: «( Plebeyo de na-
« cilniento y siendo cura de Porentruy , me llom-
«( hró el clero diputado á la primera asamblea y
( me elevó al arzobi5p~Hlo de Paris, sin que en to-




f.O.vH~;\CION NACIONAl. (1793). 315
« das estas funciones. haya dejado de obedecer al
« pueblo. Acepté las que entonces me confió, y hoy
«le obedezco tambien viniendo á renunciarlas en
(\' este sitio. Yo fui obispo mientras que el puehlo
« quiso tener obispos, y dejo de serlo ahora que ya
« no los quiere.» Añadió Gobel que todo su dero,
anilnado de iguales sentimientos, le hahia en car-
gado que hiciese en su nombre la misma declara-
cion; y concluidas estas. palabras puso sobre la me-
sa, su nlitra , cruz y anillo. El clero ratificó su de-
claracíon, y el presídente le respondió con bastante
oportunidad que la convencion habia decretado
la lihertad de cuLtos y por consiguiente era cada
secta dueña de obrar como la pareciese, pues ja-
mas se hahia 111ezclado en sus creencias, pero que
aplautlia á las que ilustradas por la razon, venian
ú ahj Ul'ar sus supersticiones y errores.


No hahia abjul>ado Gobel el sacerdocio ni el ca-
tolicismo, ni se atrevió á confesar que era un im-
postor que venia á declarar sus mentiras, pero no
n.ltaron otros que supliesen lo que faltaba en su
(ledaracioll. ({ Desengaiiado, dijo el cura de Vau-
({ girard, de las preocupaciones que el fanatismo
« habia ilnpreso en lni úllino y en nlÍ corazon, ven-
«go aelui á renunciar mi título de presbítero.» Di-
fcrentes obispos y curas que eran miemhros de la
convencion siguieron aquel ejemplo y abjuraron
el catolisismo. Tmnhicn Julian el de rolosa abdicó




316 REVOLUCION FRANCESA.
su destino de ministro protestante, en medio de
los aplausos de la asamblea y de las tribunas que
celebraron aquellas renuncias. Entonces entró en
la asamblea Gregoire, obispo de Blois y habiéndo-
le referido lo que acababa de pasar, é instándole
á que hiciese lo nlismo, se resislió con mucho va-
lor diciendo: « Si se trata de la renta que está asig-
«( nada á las funciones de obispo, desde luego la
« abandono sin la mcnOl' repugnancia; pero si es
« de mi calidad dc saccedote y de obispo, no está
« en mi mano despojanlle de ella por que llle lo
(. prohibe mi religion é invoco la libertad de cul-
« tos.}) Sus últimas palabt'as se confundiet'on en el
tumulto, pero no contuvieron la explosion de gozo
que habia escitado aquella escena. Salió la dipu-
tacion de la asamblea, rodeada de una multitud
innlensa y se fué á la casa de la ciudad á recibir
las felicitaciones del ayuntan1Íento.


Una vez dado aquel ejemplo, no era diticil esci-
tal' á todas las secciones de Paris y ayuntanlientos
de la república á que le imitasen. No tardaron aque-
llas en rellnit'se y venil' á declaral' una despues de
otra, que renunciaban á todos los errOl'es de la su-
persticion, y que no reconocian otro culto que el de
la razono La seccion del Homhl'e Armado deda L'Ó que
no reconocia otro que el de la verdad y la razon,otro
fanatismo que el de la libertad y la igualdad, otro
dogma que el de la fratcl'nidafl y las le~T('s repn-




CONVENCION NACIONAL (1793). 317
blicanas decretadas desde el 31 de mayo 1793. La
de la Reunion anunció que haria una hoguera con
todos los confesonarios y con todos los libros que
servian ú los católicos, ycerl·aria la iglesia de San
l\Iery. La de Guillermo TeH renunció para siem-
pre al culto del error y de la nlentira. La de Mu-
cio Scevola abjuró el catolisismo y dijo que en el
decadi próximo ( el día de reposo de cada decada)
inaugurat'ia cn el altar mayor de San Sulpicio los
hustos de Marat, Lepelletier y l\IIucio Scevola. La
las Picas, que no adoraria á ningun Dios mas que
al de la libertad y de la igualdad, y la- del Arsenal
abdicó tambien el culto católico.


Por manera que tomando la iniciativa las sec-
ciones , no solo abjuraban el catolisismo COlno re-
ligio n pública, sino que se apoderaban de sus
edificios y de sus tesoros, como tesoros y edifi-
cios que pel·tenecian al dominio comunal. Ya los
comisionados que andaban por los departamentos,
habian instado á muchos ayuntamientos á que se
apoderasen de las alhajas y muebles de las igle-
sias que, segun decian, no eran necesarios para la
religion, y que ademas pel·tenecian al estado co-
mo toda propiedad pública y podian consagrarse á
sus necesidades. Fouché habia enviado del depal'-
tamento del Allier muchos cajones de plata, y tam-
hien habían llegado otros de diferentes departa-
mentos, y ahora con el ejemplo dado en París y




318 REVOLUCION FRANCESA.
en las cercanias ilJan llegando á la barra de la con-
vencÍon riquezas inmensas. Todas las iglesias que-
daron despojadas, y los ayuntamientos enviaban
diputaciones con el oro y la plata acunluladas en
los nichos de los Santos', ó en los sitios consagra-
dos por una antig'ua devocion. Los llevaban en
procesion á la convencíol1 y el pueblo desenfre-
nado iba reInedando por burla las cscenas religio-
sas; divirtiéndose tanto en proIanarlas con10 antes
se divertía en celebrarlas. Unos hOlnbrcs yesti-
dos con sobrepellices, casullas y capas pluviales
venian cantando aleluya y bailando la caramaiiola
á la hana de la convencion, y allí depositahan
copones, hiriles, crucifijos, estatuas de oro y pla-
ta, y pronunciaban discursos burlescos, dirigien-
do In1uchas veces á los santos los mas ridículos
apostrofes. « Oh vosotros, decia una diputacion de
« San Dionisio, oh vosotros instrUlnentos del
« fanatismo, santos bienavcnturados dc toda cspe-
« cie , sed patriotas á lo menos una vez, levantaos
« en masa y servid á la patria yendo á que os der-
« ritan en la casa de la Moneda y haceznos en
«( este mundo el bien que nos queríais hacer en el
« otro.» A estas escenas donosas se seguian de pron-
to oh'as de respeto y recogilniento, pues aque-
llos mismos individuos que pisoteaban á los san-
tos dcl cristianismo, llevahan un dosel y descor-
rian las cortinas con mucha fOrIllalidad para lnos-




COXYENClON NACroNAL (1793). 3J 9
tl'ar los ))ustos de Marat y Lepelletiel'. ( He aquí
« decían, no unos santos fitbricados por hombres,
(! sino la imagen de ciudadanos respetables, asesi-
( nados por los esclavos de los reyes.») Luego des-
filaban delante de la convencion, cantando sus
aleluyas y bailando la caramalíola, é iJJan á en-
tregar los ricos despojos de los altares á la casa de
la Moneda, y los bustos de 1\larat y Lepelletier en
las iglesias que estaban destinadas al nuevo culto.


Se determinó á propuesta de ChauInette que la
iglesia metropolitana de Nuestra Señora se convir-
tiese en un edificio republicano, llalnado el Tem-
plo de la Razon, y se instituyó en el una fiesta pa-
ra todos los días de década, con la cual habian
de reemplazarse las ceremonias católicas del do-
TIlingo. El corregitlor con los empleados lllUllici-
pales y empIcados públicos iban al templo de la
Razon y leian allí la dec1al'acion de los derechos
del hOlubre y el acta constitucional, haciendo la
analisis de las noticias de los ejércitos y contando
las proezas que habían ocurrido en la década. Se
11abici colocado en él una especie de buzon como
el del correo, semejante á las bocas de verdades que
habia en Venecia para echar los avisos, las recon-
venciones ó consejos útiles al bien público, cuyas car-
tas se sacaban y abrian el dia de década y se pro-
cedia á su lectura; luego un orador pronunciaba
algun discurso n10ral, y despues se tocahan al-




320 nEYOLUCION FRANCESA.
gunos trozos de música y concluia la funcion can-
tando himnos republicanos. Habia dos tl'ihunas
en el templo, una para los anciano~ y ot1'a pal'a
-las muget'esembarazadas , con un lett'cro que de-
cía: respeto á la vejez ,respeto y atenciones á las muge-
mugeres que están en .cinta.


La prill1era fiesta (le la razon se celebró con so-
lemnidad el 20 de brumario (10 de noviembre) y
asístieroná ella todas las secciones con las autori-
dades constituidas. Una joven representaha la dio-
sa de la Razon y era la esposa de Momoro el iOl-
presor , amigo de Vincent, de Ronsin, de Chau-
mette, de Hehert y otros de su laya. Estaba vesti-
da con una túnica blanca y un manto azul celeste
'fue flotaba en los hombros, y con los cabellos
sueltos i cubiertos con 'el gorro de lá libertad. Es-
taba sentada en un sillon antiguo guarnecido de
yedra y conducido por cuatro ciudadanos,. pre-
cedida y seguida de un coro de ll1uchachas vestidas
de blanco y coronadas de rosas. Despues venían
los bustos de Marat y LepeUetiercon lnúsicos, tro-
pas , y todas las secciones armadas de Paris. Se
pronunciaron varios dísCUl'SOS y se cantaron hinl-
nos en el terrlplo y desde alli se fueron á la con-
vencion, donde Chaumette tomó la palabrJ en es-
tos términos:


« LegisladoL'e~ , el fanatismo ha cedid.o el puesto
« á la razon, sus ojos vizcos no han podido soste-




CO~TE~LWX X.\ClUXAt (17U3). 321
(\ ter el brillo tIe la luz. Hoy un puehlo illJl1cnso
{( ha concurrido á las bóvedas góticas en las cuales
« por primera vez ha resonado el eco de la verdad.
« Alli han celebrado los Franceses el único culto
« verdadero que es el de la verdad yde la razono
( Alli hernos hecho votos por la Pl'ospcridad de las
« al'lnas de la república, y abandonado unos ído-
« los inanimados, por seguir la razon que es una
« iluagell animada y la obra Inaestra de la natura ..
« le:ta.)j Luego que dijo estas palabras, presentó
Chaumette la diosa viva de la Razoll, y la joven
y hermosa muger que la representaba, bajó dp su
sillon y se acercó al presidente, que la dió el abra-
zo fl'atel'nal en medio de bravos universales , y
gritos de viva la repú,blica, viva la Razon ,muerafl fa-
natismo. Aunque la convencion no habia tOlnado
parte todavia en aquellas l'epresentaciones, se vió
precisada á seguir la comitiva, que volvió otra vez
al templo de la Razon á cantar un himno patrió-
tico.Contribuia mucho á aumentar elgüzo gene-
ral una noticia itnportante que acabaha de llegar,
y era la reconquista de la isla de Noil'010uticrs
contra Charette, y este fue el verd .. del'o 1110livo
de la alegTia, algo mas que la aLolicioll del fana-
tismo.


Causan ciertamente disgusto estas escenas sin
t:on vict:ioll y sin huena fé , en que un puehlo Ya-
ria de ct,.lto sin comprencler ni el antiguo. ni el


VI. 21




322 REVOLUCION FRANCESA.
nuevo. ¡,Pero cuando estú el pueblo de huena fé?
;, Cuando cs capaz de comprender los dogmas que
se ofrecen {t su cl'eencia? ¿ Qué es lo que necesita
comutllnente? Grandes rcuniones que satisfaga n
su deseo de YCl'se nluchos juntos, espectáculos
simbólicos, en que se les recuerde sin cesar la
idea de un poder superior al suyo, y últimamente
fiestas en que se pl'este homenage á los hombres
que mas se han acercado á lo bueno, á lo helIo y
á lo grande, en una palabra, tenlplos, cerenlonias
y santos. Allí habia templos, y estaban la Razon,
Marat y Lepelletier. El se encontraba reunido,
adoraba un poder misterioso y celebraba á dos
hombres, con lo cual quedaban satisfechas ,todas
sus necesidades, y cedia á lo que cedc sienlpre ...


,.. Sentimos mucho oir á JUt', Thie!'5 csplicarsc eTl c:tos tér-
minos, porque sin presental' ui una sola idea que pueda decir-
se suya propia y que ofrezca noveuaJ ,aglomc"a observacio-
nes qlle aunque tengan algo de cierto son falsas en el fOil do.
En primer lugar el puchlo Ó pOI' mejor decil' los pueblos han
estado generalmente de huena fé en sus creencias religiosas,
sin lo cnal seria imposible esplical' ni los martirios ni el ven-
cimiento de sus pasiones, ni otra multitud de sacl'ifieíos que se
vieron, se ven y se verán todos los diJs. Es cosa muy rara
que recurriendo tantas veces el autor de esta historia á la ener-
gía de la convencion para escusar tantos crimenes y violen-
cias , solo niegue la posibilidad de esta conviccion en las cre-
encia5 religiosas. Una cosa es que el fanatismo haya conduci-
do y cstrayiallo freCllentcmC'nte ,{ los hombres, cualquiera qne




CONVENCION NAC10NAL (1793). 323
Si se considera el cuadro que presentaba la


Francia en aquella época , se verá que jamas se
babian ejercido mas violencias á un tiempo sobre
esa porcion inerte y pasiva de la poblacion en que
se hacen tales esperimentos políticos. Nadie se
atrevia á emitir ninguna opinion ; se recelaba vi-
sitar á sus amigos y parientes, por miedo de ver-
se comprometido con ellos á perder la libertad ó


sea el colorido con que ha dominado en ellos, y otra que ha-
yan -carecido de huena fé. Lo vergonzoso, y si se quiere ridí-
culo de estas escenas anti-religiosas que envilecieron al pue-
blo de París, fue pl'ecisamente por que se ejerci.aR sobre ob-
jetos en que comllnmente los hombres acostumbran á tener
buena fé, esto es en sus creencias, ya esten dictadas por los dog-
mas de la verdadera religion , ya por cualquiera otra que aun-
q'Je sea notoriamente falsa, es tenida por verdadera. Si el
Imeblo de Paris hubiera podido persuadirse que la muger de
Momoro era una divinidad ó tenia contacto con ella, ya aque-
llas escenas:dejarian de ser ridículas, comolno lo son lasdel cul-
lo de los Bramas, ó el del Islalismo y otros infinitos, por mas
absurdos y estravantes que nos parezcan, porque en todos
ellos hay buena fé, y esta es la (lue precisamente le faltaba 8.\
pueblo de Paris. Todo lo dema.5 de la pompa del espectáculo,
la música, los perfumes etc. no es mas que una copia, inopor-
tuna de lo que habian dicho Voltaire , Freret y otros doscien-
tos, á quienes no era necesario reproducir en este pasage his-
tórico. Pero sin duda Mr. Thiers, como joven y aspiránte á
cierta popularidad filosófica cuando escribia esta historia, ce-
dió al torrente, que eon mas facilidad arrastra á la juventud,
esto es al del pedantismo.




324 RlVOLUCION FRANCESA.
tal vez la vida, como que no podian menos de es ..
tal' presentes á la imaginacion de 25 millones de
Franceses mas de 100 mil arrestos y algunos cen-
tenares de condenaciones capitales. Se soportaban
ademas contribuciones considerables, y cualquiera
que se hallaba inscrito en la clase de los ricos por
un cómputo arbitrario, perdia por aquel año una
gran porcion de sus rentas. Algunas veces por la
simple requisicion de un representante ó de un
agente cualquiera era necesario entregar su cose-
cha o sus mas preciosos. objetos de oro y de plata.
No se atrevia nadie á ostentar el menor lujo, ni
entregarse á ningun 'placer ruidoso. No se podia
usar de la moneda metálica, sino que era preciso
aceptar un papel despreciado, con el cual era di-
ficil adquirir los objetos de que se tenia necesidad.
Era indispensable al que tenia el oficio de mer-
cader vender á un precio facticio, y al comprador
contentarse con el género de peor calidad, por
que la buena huia del máximum y de los asigna-
dos, y aun algunas veces era necesario pasarse sin
él porque el bueno y el malo se ocultaban igual-
mente. No habia mas que una sola especie de pan
negro para el pobre como para el rico, y aun este
era preciso disputarle á la puerta de los panade-
::.'os haciendo cola durante muchas horas. Se ha-
')ian cambiado los nombres de los pesos y de las
. edidas:, los de los meses y los dias; no habia mas




CONVENCION NACIONAL (1793) 325
tIue tres domingos en lugar de cuatro, y última-
mente las lnugeres y los ancianos se veian priva-
dos de las cel'elllonias del culto á que habian asis-
tido toda su vida.


Por consiguiente jamas hubo poder alguno que
con mas violencia truncase 'las costumbres de un




pueblo, y no puede negarse que era la tirania mas
atroz aInenazar todas ilas existencias, diezmar los
caudales, fijar el precio de los cambios y renovar
los nomhres de todas las cosas; pero es lnenester
hacerse cargo del peligro del estado, de las crisis
inevitables del comercio, y del espíritu de sistema
que es illseparable del espíritu de inovacion.






*


NOTAS DEL rRl\DUCT011
PEUTENECIENTES AL CAPITULO CUARTO.


PAGINA 211.


1 GOYI'C Laplanchc ('I'a un fl'aile henc(lictillo y luego
,ieario episcopal constituciollal cllando le nombl':l1'01l di-
putado :'1 la cOllvcneioll , dOl\(le votó la 11111el'!t~ del ,'ey y
su ejecu(~ioll illmediata. Aunque hay poeo que añadi,' á
lo (pIe di(~e (~l texto, porqnc la eal'ta f{tW allí se eopia in-
dica el temple de :-lIma dn quien la escribió, todavia de-
hen llamal' la ateneioll ott'os 1'::Isgos no menos sign ifieati-
'os. Su pl'incipal severidad se desplegó contra los cléri-
gos sus antiguos eompañeros , cogiendo ú cuantos podia
y enviúlldolos ú Nantes eon ól'den de qne los ahogasen.
Cuando pasó ú su segunda comision ú Caen, observando
el tenol' que causaba su presencia, mandó celebrar un
baile repuhlicano , diciendo que le servida de regla de pa-
triotismo la asistenci:t ó ('alta de las personas y la alegria
ó tristeza de los conCllITentes , y asi precisó ú asistir' á él
ú las lllugercs é hijas de muchos que estaban ya en la
cárccl pal'a sel' guillotinados y aun de oUos que lo ha-
hían sido en el mismo dia. Habiendo oido decil' que una
ex.-religiosa estaha estigmatizada, la hizo trael' Ú su pre-
sencia, la mandó deslllldal' )' luego la envió ú la dl'cel.
Con estos hechos dicen y creen algunos que se fundó la
libertad, y que sino, se huhiera c~H'ecido de ella. Nosotros
pensamos todo lo contrario, y estamos pCI'slladidos Ú que
el sistema de telTOI' no solo la alf'jó de aquel país, sino
que la ditil'ió pOI' laq:;os altos en el I'esto del mundo.


Despues de la caida de Hobespiel'l'c todavía estuvo lllU-
cho tiempo asistiendo Laplallche á la cOIlYencioll sin que
nadie le reconviniese, hasta que en 17!)5 fue espl'csa-
mente á l)aris el cOlTegidor de Saíot Lo ú acusarle entre
otros crímenes de haber robado á Ull comercian le 000




328 NOTAS
mil francos, y cra el dueño dc la casa (londe hahia esta·-
do alojado en aquclla ciudad. A esta acusacíon sc I'Clt-
nieron otras muchas no solo dc Cl'ueldad sin o talllhien
uul Olas hediondo- libel,tinage, pOI' todo )0 cual se le mall-'
dó poner pl'f'SO; pero al año siguiente le akanzü I:t am-
nistía, )' los muertos, muertos Sí' qucdaron )' los roha--
dos robados.


PAGINA 24·5.


2 Luis Uaribon-Molltaut , aHlí~uo cal'ahincl'o y ad-
millisLl'ador del partido de Condom , tcnicnte coronel de
la gU31'1lia uadonal de Gers y diputado ú la legislativa.
Desde el año 1791 ya se decl:uó defensor de los asesillos
de Aviñon , lo cuat le valió ser· presidente de los jacobi-
uos, Al aüo siguiente fuc uno de los que organizaron el
10 de agosto de 92 y tuvo la C1'U elclad de oponersc cl Lo
de setiembre ú que se sacase de la cárcel á su compañe-
ro Jouneau para que le alcanzase la matallza como á los
uemas presos de la Abadia. Elegido para la cOllyencion
fue uno de los regicidas y al instante le nomhl'aron miem-
hro de la comision de scgUl'idad general. El fue quien
propuso y obtuvo el decreto para que se colocasen el) la
sala de la constitucion los bustos de lUarat y de Bl'Uto, y
quien pl'omovió la apotheosis del pl'Ímcro. Talllhicn se le
debe el decreto para que los bienes de los acusados que
se suicidasen fuesen confiscados en benencio de la l'CpÚ
blica , ya que la privaban dcl gusto de verlos moril' eH
público. Despues de la caida de la montaña continuó
profcsando los mismos {willcipios, y fue uno de los cOl'i-
feos de de la insul'l'cccioll jacobí 11 ica del primel'o de abl'il
179;') contr'a la conreuciolJ. POI' esL:l causa se le puso en
estado de acusacion 1 y uno de los cargos que se le hi-
cieron fue habel' denunciado ó su propia rnadre y á su Iwr-
mana de que intentaban ellligl'ar : de havel' asistido al
supli,cio de los girolldilloS para deleitarse eu ,'Cl' COITCI:
su saugl'c cte. etc. pero despues de tCIlede preso algu-
].IOS meses 1 le akauzó la amuistia de 17U(j.




DEL TRADUCTOR. 329


PAGINA 245.


5 José FOllche nació en Nantes el 29 de mayo 1763
de un capitan de barco y no de un panadero, como di-
cen la mayor parte de las biografias. Su primera educa-
cion rué cntre los padres del oratorio, que era una con-
gregacion jansenista, donde llegó á ser profesor antes
de la revoluciono Abrazó sus principios y fué diputado
á la convencion por el depar'tamento de Loit'a inferior.
]\Iuy pocas veces se le oyó hablar en la tribuna antes del
9 de thermidol' por haber estado casi siempre en comision
~·a en Nantes, ya en Ne"crs, en Moulills y en Lyon. En
17!H cuando se hizo la tiesta del ser supremo ~ se tomó
la lihcl'tad de decir algunas chanzas que llegal'On á oidos
de RobespielTe , fundadol' Je aquella nueva religion, y
aunque se habían conocido en otro tiempo en Arr'as, re-
solvió el dictador vengarse, y encontró la ocasion tres
dias despues en los ,jacobinos donde respondiendo }'ouche
á los diputados de la sociedad de Nevel's que venian ú
quejarse de la persecucion de los patt'iotas, les dijo:
e( Si el aliento impuro de Chaumette no ha podido ejel'cer
e( su ¡!JOujo durante su permanencia en Nevers, parece
ce que la sombra dc este conspiradol' infiuia allí todavia. »
Robespierl'e desaprobó aquellas p3labl'as,diciendo que era
muymal hecho atacar ú Chaumette despues de su muerte,
cuando no se habia atl'evido á combatide durante su vida.
Estas palabras bastaron para que los jacobinos decidie-
sen que se examinara la conducta de aquel que se habia
atrevido á ofender ú H.obespierre. Se le citó para el 9 de
julio á vcuir ú uisclIlparsc y habienuo escrito á la soeie-
uad para que suspenuiese el juicio hasta VCI' el informe dc
las comisiones, vohió Robespierre á decil' que era un
"H impostor 'j que era tan malo como Brissot, con lo
cual la sociedau pronunció unánimamente su exclusion.
Por fortuna el 9 de thermidol' le salvó de aquel peligro,
pues sabido ('s que la esclusioll de los jacobinos no era
mas que un ll'úusito pam el cadalso . .Mas uo por eso de-
jaron d,' pt'(,lHlcrle el (lía U de agosto) aunque rué eom-




330 NOTAS
pl'endidu en la amnistia del 2G de octubre en la última'
sesion de la convencion.


Entonces se retiró á "Montnwrenci con su familía y "i-
vió pacíficamente hasta que en el mes de setinmbl'e 1795
le nombl'ó el directol'lo embajador de la república cerca'
de la Cisalpina. Alli se entendió con JOllhert que hahía
reemplazadO' al genel'al Brune en el mando del ejército
de It:llia , y se declaró con la mayor energia en favO'r del
pais. Esta conducta desagradó al directorio que le mandó
retÍl'arse , pero él no se dió prisa á obedecer, confiado
en la protecciO'n de BaITús y en la amistad de JOllbel't. De
,'uelta á Paris se entregó nuevamente á la vida privada
hasta que le nombraron enviado estl'aonlinal'Ío á Holanda
y pocO's dias desplles ministro de policia en Paris.


Aqui principia la veedauera época de l~'onche, porque
conoció mejor que nadie la dieeccion que tomaba la opi-
nion pública en favor del gohierno de uno solo, y que
aquella fuerza del directorio no el'a mas que el trúnsito
desde la república á la monarquia. Inmedíatanwnte se
declaró enemigo de lO's anarquistas y de las sociedades
pO'pulares, que son una misma cO'sa con ellas, y corno
acababa de llegar de EgiptO' el que mas intel'es tenia en re-
primidas, fué uno de los que mas aylldal'on Ú la ['evolu-
cion del18 de brumario en que la Francia concedió n Bo-
naparte todO' el pO'der que necesi[aba pa¡'a lIegadl sermo-
narca. PO'r cO'nsecuencia todas las ideas de )¿~ouche se
concentraron en aquel hombre á quien hi7,0 servicios
eminentes, pero el venceLlol' reeelaba mucho entr·cgadc
Sll contianza. Algunos meses uespues de fil'mal'Se el tra-
tado de Allliens l cl'eyendo Napoleoll que yú estaha hastante
afirmado su pode!', suprimió el ministerio de polida, y
le nombró senadol' titular de Aix, y estuvo 21 meses sepa-
rauo de los negocios. PerO' cuando pensó el pl'imer COI1-
sul en poner sobre su cabeza la corona impel'ial, cl'e~'ó
de necesidad atraerse nuevamente al antiguo ministro de
policia , y en efecto fué r(>instalado en sus fundones en
julio de 1804,. Las estuvo Llescmpeiíando hasla 1809 y
no le niegal~ ni aun sus mayores enemigos (Ille si no




DEL TRADUCTOR.


hubo jamas una policía mas absoluta ni :lrbíu'aria , tam-
poco ha habido otra ni mas activa, ni mas protectora,
ni mas enemiga de la violencia. El emperador le conce-
dió el titulo de duque de Otranto por los servicios
que le habia hecho en Alemanra, con una pension bas-
tante fuerte sobre el reino de Núpoles. Cuando volvió á
principiarse la guerra entre la Francia y el Austl'ia, se le
conGrio á Fonche el ministerío del interior, y aquel fué el
momento en que la Inglaterra dirigió una espedicien con-
tra Holanda, que se salvó por el valor de Bemardottey por
la diestra actividad del ministro. A su vuelta á París le
esperaba la desgracia de que el cmperadol' le privase
del ministerio del interior en octubre de 1809 y pocos
meses despues, esto es el 5 de junio 1810 , del de poli--
cía para dársele al duque de Rovigo. Nadie ha podido
averiguar las causas de tal desgracia, mas en recompensa
se le dió el nombramiento de gobemador genel'al de Ro-
ma, cuyas funciones DO desempeñó jamas, sino que se
retir'ó ú Ferrieres , G leguas de Paris , pero la policía le
Dlandó salir de allí. Entonces se fue á Italia, á la corte
de la gran duquesa de Etnll'Ía, y poco despues se volvió
~'t Aix con su Jamitia. Uabit\ndolc vuclto á llamal' Napo-
leon ú Drcsde despues del desastl'c de lUoskou, le confió
el gohicrno general de las provincias Ilíricas, á dondc
llegó el 29 de Julio 1815, mas no pudo conservarse mu-
cho tiempo cn aqucl puesto y se vino á Nápoles cerca de
lIurat. No tardó tampoco en escapal' de allí pal'a venil' á
Paris ú asistir á la creacion del nucyo gobierno proyisio-
nal , pero los ejércitos aliados le impedicl'on Ilegal' tan
pronto como queria. :Mas antes escribió á Napoleon Ulla
carla aconscjúndole que no penHese tiempo C11 ir á pedir
un asilo á los Estados Unidos.


Ullimamellte cuando este volvió de la Isla de Elba , qui-
sieron los BorLones atraer al duque de Otranto , y des-
pues quisieron ponerle preso en rchenes ; pero tomó la
policia tan Illal sus disposiciones que Fouche tUYO tiempo
de escaparse y cl 2-1 de marzo )'a estaba instalado en la
misma admillislracion (iue habia desempeñado tantos




332 NOTAS
años, juntamente con el ministerio dcl interior y ambos
los ocupó hasta el dia de la abdicacion del emperadol' que
fué el 21. de junio 1.815.


Luis XVIII vino tambien á nombrarle ministro dc la po-
licia general, lo cual ha dado motivo á que "se le acuse de
haber sido un teaidor. Nosotl'os no sabemos si lo fue ó
no , pero sí aseguramos que las memorias de Luciuno
Bonaparte le justifican de este delito. Habia ya dos uñas
que estaba viudo cuando en agosto de 1.8Hj se casó con
la Seüol'Íta de Castellane, cuya familia habia conocido en
Aix dUl'ante Sil destielTo cn 1810. Poco tiempo despues
roo unció el ministcl'io y ell'ey le nomhró plenipotencia-
rio de Francia en Dresde. U1timamcntc euulluo salió el de-
creto de destiero contra los I'egicidas , quc t.al "ez no tu-
''o otro objeto que el de co.mpt'endel'le en él, se rué á mo-
rir obscuramente en Trieste el año 1820.


PAGINA 244.


4 C. A. Isabeau em clérigo del ol'utol'io autes de la
revolucion, y debemos ad"ertil' dc paso que esta ól'dell
réligiosa fué un semillel'o Ha solo fccundo dc ('cvolucio-
narios , sino de los mas capaces dc entl'e cllos, .Fué dipu-
tado á la convencion por el departamcnto del Indl'u y
Loiea y uno de los regicitlas. Su funcsta cclebridad no prin-
cipió hasta que empezó á salir de:repl'csentante en compa-
ñia de Tallien á esparcil' el te 1'1'0 l' en Burdeos. Dícese que
la ferocidad de sus crueldades no cea obea suya sino de
su secretario Vallette que le dominaba entm'amente y
que se enriqueció de un modo inCl'eiblc tomando el nolU-
])f'e de su amo. Este se ocupaba lllucho lllas dc literatu-
ra y de los placeres de la mesa que de la política. Se co-
noce que tanto él como su compaucl'O Tallien no llenaban
las mil'as de la comisioll oc saluo pública, supuesto que
á ambos se les mandó l'eliral' en virtuo de la denuncia de
moderantismo que hizo oc ellos un tal Juliell del D('ome.
que tenia el cncul'go <le "igila(' sobre su eonuucta. Des-
pues del!) de thel'luidol'. yohit'l'on Ú C'llyíarlf' :\ nlll'd~os.




DEL TRADUCTOR. 333
donde tl'ató de I'eparal' los males que él y sus compañe-
ros habian hecho; cosa que desagradó muchísimo á la
convencion y volvieron á retirarle. Pero como ya habian
yariado mucho los tiempos , pudo sostenerse en la asam-
blea (,on el apoyo de sus amigos y aun le nombraron se-
cretario. Propuso varias medidas contra los terroristas y
otras contra los emigrados y los clérigos no juramentados
hasta que babiendo pasad.> algun tiempo en el consejo de
los ancianos, obtuvo del directOl'io una plaza de director
de correos en Br'uselas donde creemos que murió.


PAGINA 236.


a Juan Bautista Michonis era un botillero de Paris ,
que varias veces habia sido denunciado al consejo general
del ayuntamiento por su conducta humana con los ilustres
presos del Temple cuando ',entraba de guardia. Pero C8ll
ocasion de este clavel de que habla el texto te denuncia-
ron al tribunal revolucionario, que le condenó á muerte
el 1. 7 de junio 1794.


PAGINA 238.


6 Antonio Simon , zapatero de Paris , estaba emplea-
do como espia del ayuntamiento en el Temple, y fue uno
de los que mas mortificaron é insultaron á Luis XVI. Sin
embargo de eso , se cuenta que un dia viendo la alegria
que la reina y madama Isabel tenian de comer con él ,
dijo: (( creo que estos demonios de mujeres me han de
c( hacel' al fin llorar)) Por lo mismo que era el mas bruto
y mas asqueroso de los dependientes, le encomendaron
la educacion del del fin. El le enseñó á jurar, á beber, á
maldedr de su padre y de su madre y de su tia : á can-
tar la caramañola y á gritar vivan los sansculotes. Pal'ece
que abl'evió los dias de aquel príncipe á fuerza de malos
tratamientos y de hacerle beber licores fuertes. Al tin le
llegó su turno y el dia despues del 9 de thermidor le pu-
sieron fuera de la ley con su protector Robespierre y le




NOTAS


guillotinaron á la edad de 58 años. Era natural de Tl'Oyes.


PAGINA 270.


7 Mainvielle, el mayor de los dos hermanos de este
nombre que tan célebre~ se hicieron en Avíñon, como
compañeros de armas de Jourdal1 corta cabezas. Cuando
en 1791 fué 1\'11'. de Choisy á restablecer el órden en
aquella ciudad, los dos hermanos se escondieron en un
ahujero, pero uno de ellos fué cogido y este otro, que es
de quien habla el texto se rompió una pierna al caer de
un tejado despues de haber tirado un pistoletazo al oficia l
que le iba á prendel'. A pesar de eso les alcanzó á los dos
la amnistia de 8 de noviembre 1791 , Y ambos volvieron
con el sobredicho JOUl'dan á Aviñon á vengarse matando
á los testigos que habian depuesto contra ellos. Despues
vino el hermano mayor de diputado suplente á la con-
vencíon por el departamellto de las bocas del nódano y
consiguió la empresa del acarreo de víveres para el ejér-
cito de Italia; pero habiendo renunciado su plaza Rebec-
qui, entró de diputado en su lugar, y tomó puesto en-
tre los jacobinos. A poco tiempo, entl'e él, su hermano y
otros cómplices , trataron de asesinar á Duprat el mayol'
que el'a enemigo mortnI de su hermano menol' (V. la no-
ta Duprat) miembro de la convencion, yambos del nú-
mero de los asesinos de Aviñon. De resultas de esta ten-
tatÍva se le puso preso de órden de la comision de segu-
ridad general, y aunque le defendieron los girondinos
fue decapitado con ellos y con el mismo Duprat á quien
habia intentado vengar' del odio de su hermano. De suer-
te que en este desgl'aciado no habia solo errores de opi-
nion, sino verdaderos cl'Ímenes.


PAGINA 270.


8 José Lacase era un comerciante de BUl'deos que
fue diputado á la convencion y en ella votó por el destier-
ro de Luis XVI y su reclusion hasta la paz. Era del par-




DEL TRADUCTOR. 335
tido de la gil'OlHIa y Mara! le denunció de que era amigo
particular de Valaz(;. El resultado fue que mul'Íó guillo-
tinaJo como él C'H el mismo dia.


PAGINA 270.


9 José Duprat , el mas jóven de los dos hermanos,
fue uno de los partiJal'ios acalorados de la revolucion de
Aviñon, donde le nombraron conegidor en junio de
1792. Lurgo le escluyeron los comisionados del rey, pe-
ro pOCD despucs le restituyeron su destino y su ,'uelta
fue un triunfo popular. l\'las adelante le nombraron para
]a convencion , donde ,'ató la muerte del rey. Era este
jóven muy abolTecído de su hermano mayor y tuvo valor
para denunciarle de que era enemigo de los patriotas.
Este otro para defenderse contó en la tribuna la vida pri-
,-ada de su hermano. Era por su desgracia partidario de
los gil'ondinos y no tardó en participar de su suerte. En
consecuencia le acusaron de que habia escrito una carta
contra \a Montaña, y le declararon moderado, cosa que .
asombró ú los que le habian conocido en A,'iñon. Pero
no huho l'elUeJio y el tl'ibunal revolucionario le condenó
á muerte el ~W de octubre 1795.


PAGINA 270.


10 Carlos Luis Antiboul era un abogado y adminis-
tradol' del departamento de Val' cuando le eligieron para
la convellcion ,en la cual reusó tomar el cargo de ser
juez del1'ey; pero cuando ya no pudo escusarse votó por la
rec1usion. Despues le enviaron de comjsionado á Córcega
y á su vuelta abordó á Marsella, ,donde le arrestaron
las secciones insuneccionadas y no obtuvo la libertad
hasta que entI'ó Carteaux en la ciudd.d. El 7 de setiembre
de 95 le al'l'estó la convencion por haber comprometido
la dignidad nacional en su interrogatorio en Marsella y ha-
hiéndole entregado al tribunal revolucionario como cóm-




~136 NOTAS
plice de la faccion gil'Ondina , le condcnú á muerte, ú la
'Cdad de 41 años. Er'u nutt1l'al de San 'I)'opés.


PAGI~A 272.


11 Nicolas Thevenot de Morande el'a hijo de un pl'O-
curador de Arnai-Ie Duc y sentó plaza muy joven en un
regimiento de dragones. Su padre, que tenia sobl'e él
'Otras miras le libel'tó á fuerza de dincro, pCI'O él se es-
'capó de la casa paterna y se fue á Paris á ellll'cgal'se al
libcrtillage. Sus aventuras llegaron á ser tan YCl'gollzu-
sas, que su familia se yió en precision de solicital' que le
encerraran en una especie de casa de TOl'ibios de Al'IllCIl-
tieres , intitulada Los buenos chicos. Apenas salió de alH
se fué á Inglaterra, donde se metió á libelista y puhlicó
entre otros un folleto con el titulo de Anecdotas de la cor-
te de Francia impreso en 1775, en que se desollaJJ3 á
todos los personages y damas principales de la corte. Lue-
go tenia preparado otro especial COIl tl'a Madama Dubarry,
pero renunció á su publicacion mcdiante cuatro mil fl'an-
eos de I'enta vitalicia. Despues emprendió el Correo de
Europa, periódico satírico, pero gracioso. Ultimamentc
se vino á Pal'is y habiéndose mezclado en algunas intri-
gas durante la revolucion , le pusieron preso, y pereció
el infeliz entre las víctimas del 2 de setiembrc 17H2.


I)AGll~A 278.


12 Pe d 1'0 Antonio Antonellc, cOITegidordc Adcs había
sido tenientcde un regimiento de iufal1tcl'ia antes de la rCYQ-
lucion y dejó la can'era militar pOI' dedicarse al estudio
de las ciencias políticas )' filosóticas á que ie inclinaba su
carácter. Desde los principios de la revolucion publicó un
escÍl'to intitulado cateC'ismo del estado llano, en que se
inclina decididamente al pal'lido patl'Íota. Sobrevino la
insurrcceion de A,'iñon en que habia dos partidos, el
uno en thvor de la reunion de aquel condado ú la :Francia,
d otro porque continuase bajo el gobicrno del papa. An-




DEL THAUUCTOR. 3'37


loncHr qtW yú era cOlTcgidol' de ¡\des pl'otegió al prime-
1'0 y esta protcccioll le valió su nombl':1miento ú la asalll-
J)lea legislati\'a en 17!H. En aquel lUismo año se etnia--
ron unos comisionados ú Al'les y se dijo quc les habiall
dado gl'andes funciones y conidas de toros, pel'O que el
pueblo haLia hecho un pelele de paja f{Ue represeHtaba á
Antonelle y !e al'rastral'on por las calles COII una cuel'da
al cuello. En 1792 le em'iaron al ejército de Lafayette
para an.unciar la deposicion del rey, pero le arr'cstal'Oll
en Mecieres y le llev:1l'On preso ú Sedan " donde le tuvie-
,l'on hasta el l!.) de agosto del mismo año. Vohió á Paris
y le Pl'opusieron por candidato pal'a el cOl'l'egilllie[)to,
pCl'O él hizo qlle le bO!T3.I':ln de la lista, y de I'csultas le
excluyeron de los jacobiuos ponlue eea lIohle. Mas esto
uo illlpiJió que le 1l0lUlH'3.seu jurado uel tribunal ,'eyolu-
cional'Ío y lo rué en el proceso de la reina y de los gil'on-
<.linos. Mas adelante hahiendo reclamado la libel'lad de
opiniones para los .iul'aJos, incurrió en la allimadvel'sioll
de Hohespiel'l'e y le hizo punel' preso en el Luxemburgo.


El 5 de octubre l7D;, cuando la insuneccioll de las sec-
ciolws se alístó Alltollclle eulas banderas de la cOllvencion
comQ otros llluchos republicanos y como el'a tan aficiolla-·
uo :í los escritos tilosólicos se llOtó que estaba muy sen~-
110 leyendo delante del t<~ITado del palacio, donde esta-
ban lloviendo las balas de las casas inmedíatas.


Dcspues estuvo complicadQ en la cOllspil'aeioll de lla·-
uceuf y se víó en gran peligl'O de S el' deportado; pero al
fin le dejal'oll en l)az escl'ibie varios folletos s9JJI'e sus pri-
siones y otros asuntos de ci,'cunstancias. El IH'imel' COII-
sul á quien sc le tlellulH.:ial'oll muchas yeces, no quiso 111'0-
cedel' contra él y manuó que le il1sinuascn lo convenicnte
q He le seria haccr UIl yiage ú ltalia , (londe cl'cemos q!le
1ll1l1'ió hace poco.


PAGINA 281.


13 Adan Luxe era comisionado por JIagul1cia ú la
~OllYCncjoll nacional, y habicndo sido idolatra de los jaco-


\"l. 22




33~ NOTAS
hinos mientras que no los conocia, pero luego que los rió
de ccrca no pudo menos d(~ aholTccel'los. En consecuen-
cia :;e pasó al pal'ti(lo de los gil'ondinos y se atrevió á
hacer el elog'io de Carlota Contay. AITestado pOI' ónlen
de la comision de sallHl púhlica, le entregaron al tribu-
nal revolucionario que le condenó á muerte el 4 de di-
eiembre 17D3, siendo de edad de 18 allOS. Cuando le
leyeron la sentencia dijo á los jnece~: c( Gl'acias Sellores,
c( á lo menos ahora seré verdaderamente libre. »


PAGINA 515.


14 Juan Bautista Gohel no solo habia sido cUI'a df'
Porentruy sino tambíen ohispo inpartíbus ue L)'uda y
sllfl'a~:;aneo del obispado de Basilea. Cnalfluiera pensaria,
al ver lo que refiere el texto, que este sel'ia uno oe los
CIne se llaman espíl'itus fnertes, qne en bien ó en mal
obran por conviccion. Nada menos que eso: eea un pobre
diablo, de quien se Jmrlahan muy á menudo Davi(l, Clootz
y Peraud , atheos de pl'ofesion. Luego que prestó .iura-
mento á la constitucion civil del clero en 17D 1, le die-
ron el arzobispado constitucional df' Pal'is , y él fué qlliell
consagró los obispos que:;e eligicron en aqllella época.
Era cosa de risa y donaire ,"cr al tal arzobispo asistir ú
los jaeobinos en traje de sanculote y con sus 70 ailos pn-
cima ponerse á hacer las mociones mas exageradas. Des-
pues del 10 de agosto de 92 le em'iaron eH eomision eer-
ca de la república de RaUl'acia (la comarca d(~ Porentrlly)
para promover su reunioll ú la Francia. Pero fuese él ó
un sol)t'ino suyo que le acompañaha , parece que se lleYa-
ron toda la plata y buenos muebles que hahia en aquel
palacio, y los habitantes aguardaron la suya para acusar-
le de aquel robo. No lo pudo negar y solo dió por discul-
pa en el tribunal reyolucionario, que habiendo gastado
todo lo SU)'O en asegurar la revolucion de aquel pais, ha-
Lian creido él y su sobrino que aquella era una justa in-
demnizacion. Lo cicrto es que por la denuncia de los ja-




DEL TRADUCTOR. 339
colJinos oc POl'Cntl'uy , y por consioerársele cómplicc de
Chaumcttc, llcbcrt y compañia, le condenaron á muer-
te el dia 15 oe ahl'il 1794, y entonces volvió á su natu-
ral pusilanimioad y á sus antiguos ejercicios religiosos
touo el tiempo que lc dejaron en la prision ,y rué al
cadalso rezando todo el camino las oraciones de IOi
agonizan tes.






CONVENCION NACIONAL. (1793) 341


CAPITULO QUINTO.


Vuelta de Danton. - Divisiones en el partido de la montaña,
Dantonistas y Hehel'tistas. - Política de Rohespierre y de
la comisioll de salud pública. - Acusado Danton en los ja-
cobinos se justifica y le defiende Rohespierre. - Abolicion
del culto tle la Razotl. - Ultimas correcciones que se aña-
den al gobierno dictatorial revolucionario. - Energia de la
comision contra todos los partidos. - Arresto de Vincent ,
de Ronsin y de los cuatro diputados que fueron autores del
falso decreto, y el dI' los presuntos agentes estl'<tngeros.


Despues de la caida de los girondinos, quedó
solo y victorioso el partido de la lUontaüa , y prin-
cipió á dividirse en ti'acciones , habiendo acabado
de dividirle .. lel todo los escesos de la revolucion,
que cada dia eran mayores, y ya se estaba tocan-
do un próximo rompimiento. Hahia Jnuchos dipu-
tados pl'ofilndéUllente compadecidos de la suerte
de los gifondin05 ,lle BaiUy "J de Brunet y de Hou-
chard; otros no podian sufrir las violencias co-
metidas conlt'a el culto, juzg'ándolas ilnpolíticas y
peligrosas, porque decian que otras nuevas su-
persticiones ihan sucediendo á las (Iue se intenta-




342 REVOLUCJON FUANCESA.
ha destruir, que el pretendido culto de la Hazon
no era otra cosa que atheismo ") y que no pudien-
do este convenir á ningun puehlo, era claro que
aquellas estravagancias estaban pagadas por los
estrangeros. Por el contrario el partido que reina-
ba en los franciscanos y en el ayuntamiento, del
cual era escritor Hehert, Honsin y Vincent cori-
feos, y Chaumette y Clootz apóstoles, sostenia que
sus adversarios intentaban resucitar una faccion
I1l0derada, y ocasionar una nueva division en la
l'epública.


Danton habia vuelto ya de su retil'o, y no de-
cia lo que pensaba, pero un gcfe de partido no
puede disimularlo por mas que lo oculte, sino
que va comunicándose de uno en otro y al fin lle-
gan á saberlo todos. No se ignoraba que él hubie-
ra querido impedir la ejecucion de los girondi-
nos y se habia compadecido mucho de su trágico
fin; tambien se sabia que aunque partidario é in-
ventor de las medidas revolucionarias, principia-
ba á desaprobar el uso ciego y feroz que se esta-
ha haciendo de ellas; fIue no creía que la violen-
cia debiera prolongarse nlas allá del peligro, y
que al fin de la campaña actual y despues de la
total espulsion de los enemigos del territorio, que-
ria csta1l1ecer leyes sua\'es -y iustas. No se atrevian
á atacarle en la tribuna de los clubs, ni tampoco
Hebert á insultarle en su periódico del Padre Dtt-




CO~VESCION N.\ClONAL. (1793). 3,í3
chcsnc; pero se insinuahan vel'halrnente especies
malignas contra él ; se esparcian sospechas COlÜl'a
su probidatl ; se recordahan COIl mas perfidia que
nunca las concusiones de Bélgica y se le atribuia
una parle de ellas, llegando hasta decit" duran-
te su retirada á Arcis-sur Aube, que había emi-
grado lleviu1l1osc sus riquezas. Lo mismo poco
lllílS Ó InCllos se decia de Camilo Dcsmoulins, que
era amigo suyo y que como él se hahia lastilnado de
los girondinos y defendido ú Dillon ; y lo nlislllO
de Philippeaux, que volvió del Vendée furio~o
~'ontra los d(~sorg;allizadores y dispuesto ú denun-
ciar ú HOllsin y Rosignol. Tambien hacian partida-
rios suyos ú los (pIe de cualquier manera habían
desrneret:ido el apret:io de los revolucionarios fo-
s'osos, y este núnlero era ya bastante grande .


.J uliall tIc Tolosa, de quien ya se sospet:halJa
HIUdlO por sus n~laciones con Espagnac y los asen-
listas, habia aCalJiHlo de C01l1prOlneterse por un in-
forme que dió sohre las ad.ninistracioncs federa-
listas, en el cllal se esCorzaba por cst:usar los car-
gos de la lnayOl' parte de ellas, y apenas le !tubo
)H'onunciado cuando los jacohinos y f['anci:-icanos
lc obli!.?:aron Ú retractarsc. Hicieron Ulla inforIlla-


e


cion acerca de su v itla privada, y descubrieron
que vivía COil los ahasleccdores, que tenia por ({ue-
rida:\ una anligua condesa y le declararoll cor-
rompido y Inoderado. Verdad es que Fabre de




344 REYOLUCION FllANCES,i.
Eglantine habia lnudado dCluasiado de repente de
situacion y desplcgaba un lujo ({tlC no sc le habia
conocido antes. Igualmente Chabot el capuchino¡
que al principiarsc la revolucion notenia lnas c¡ uc
su pension eclesiústica acababa de amoblal' su ca-
sa con lujo y casarse con una jóven hermana de los
dos l"l'cy, con una dote de 200 mil francos. UnCélln-
hio de fortuna tan r{.pido escitó las sospechas con~
tl'a afIuellos nuevos ricos y no tardaron en acabar
de perderse con una proposicion que hiciel'on en
la convencion~ Acababan de arrestar ú un diputa-
do llalnado Osselin por haber ocultado, segun se'
llecia, ú un emigl'ado. Fahre , Julien, Chahot y
Delaunay que no estaban tranquilos por si mismos,
y Bazire y Thuriot, que aunque nada tenian que
echarse en cara, veían con asombro que no se res·
petaba ni aun á los misnl0s Iniembl'os de la conven-
cion, .propusieron un decreto para (jue ningun di-
putado pudiese ser arrestado sin hallet' sido antes
oido en la barra. Adoptóse este decreto, l'lera tado s
los clubs y los jacobinos se sublevaron conll'a él y¡pre-
tendieron quc se intelltaba l'(~noval' la úwiolabii'idad.
Lograron que se revocase y principiaron una in-
formacion muy minuciosa coutra los que le hahian
propueslo ~ tanto sohl'e su conduela como sobre
el orig(,11 de su repelltina fortulla. Despopulariza-
dos en pocos días J uIlen , Falwc, Chabot, Dclau-
nay j Razirc y Tllllriot ~ Cueron puestos en la lista




CONVE'~CIO~ NkCIONAL (1793). 3' ..5
de los homhres equívocos y nl0derados, y Hehert
les llenó de injurias groseras en su papel, entre-
gúndolos al vil populacho.


Otros cuatro ó cinco individuos tuvieron la nlis-
ma suerte por:mas que hasta entonces hubiesen si-
do tenidos por escelentes patriotas, como Proli,
Pereira, Guzman, Dubuisson y Desfleux. Estrange-
ros casi todos ellos, parece que solo habian venido
it Francia como los dos Frey y ClooLz por entusias-
mo en fllYOl' de la revolucion francesa, y tal vez
tambicn por hacel' f()l'tuna. Nadie se nletió con
ellos lnientras se les vió abundar en el sentido de"
la revolucion, antes bien á Pl'oli COI110 natural de
Bruselas, le enviaron con Dubuisson y Pereira
cerca de DUIllOUriez. para descuhrir sus intencio-
nes , y le hicieron que se esplicara, conlO ya h e-
nlOS dicho, y vinieron acnsándole á los jacobinos.
Hasta entonces todo iha bien; pero por lo mismo
que eran estrangeros é instruidos les habia em-
pleado l.ebrun en su ministerio, donde podian ha-
cel' algunos servicios, y luego que se acercaron á
d principiaron ú estimarle y le defendieron ]11aS
tarde. Proli habia conocido lllucho á DU1110Uriez,
y it pesar de su defeccion habia continuado en pon-
derar su talento y decir que se le hubiera podido
conservar para la república, y últimarnente COlllO
todos ellos conocian rncjor el pais imnediato , re-
probahanque se)lllbicse aplif'ado á laBélgica y pro-




REVOLUClON }?IlANCESA.


vincias reunidas á la Francia, el sistelna jacobina.
No cayeron sus espresiones en saco roto y luegÜ'
en1pezó á cundil' la sospecha general de que ha-
bía una intervencion secreta de alguna f:lccíon es"':
trangera, empezaron á sospechar de ellos y hacer
alto en sus discursos. Se supo que Proli era hijo
natural de Kaunítz y se dió por supuesto que era
el intrigante en gefe y á todos los bautizaron de
espias de Pitt y de Coboueg. Muy pronto ya no tu-
vo lítuites el furor y hasta la nlisma cxagcracioll
de patriotismo que ellos creían propia para justi-
flcarlos, les conlprometia mucho lnas. Se les con-
fundió pues con el pal,tido de los e<llúvocos y n10-
(lerados , y asi luego flue Danton ó sus alllig'os te-
nian alguna observacion que hacer sobre las ülltas
de los agentes nlinÍsteriales ó sobre las violencias
ejercidas contra el culto, al,inslallte respondía
riendo el partido de Hehert, Honsin y rinccnt (lue
eran unos moderados, unos corl'ompidos y UllOS
agentes del estrangero.


Lo nlismo, segun costumbre, decian los ulOde-
raelos de los otros, all~Hlienllo que ellos eran los
verdaderos cómplices de los estrang'eros, pues que
os~ asemejais á ellos así en la violencia dcllcngllagc
eonlO en el proyecto de destruirlo todo á fuerza
de escesos. Ya veis ese ayuntamiento como se atTO-
ga la autoridad legislativa y prolllttlg'a leyes l)ajo
el modesto título dc acuerdos: que lo reglamcnta


1,




CONYENCION NACIONAL. (1793). 3'r1
todo desde la policia hasta las subsistencias y el
culto: que sustituye porque le dá la gana una re-
ligw)1) ú otra; unas supersticiones antiguas á otras
nuevas, predica el atheismo y hace que le imiten
todas las municipalillades de la república: veis
esa secretaria de la guerra ,de donde sale una
multitud de agentes que van á las provincias á ri-
valizar con los representantes, ejercer las mas
inauditas vejaciones, y desacreditar con su con-
ducta á la reyolucion : ya veis ese mislno ayunta-
miento y sus oficinas, cuyo intento parece no ser
otro sino el de usurpar la autoridad legislativa y
ejecutiva, desposeer á la convencion , á las conli-
siones y disolver el gobierno. ¿ Quien puede in-
ducirle á ese objeto sino los estrangeros '?


En medio de estas agitaciones y disputas 110 po-
dia luenos la autol'illad lle tOIna!' un partido vigo-
roso, y tanto Robespierrc cumo la comision pen-
saban que estas recíprocas acusaciones eran en es-
tremo peligrosas. Habia consistido su política, co-
1110 ya hemos dicho, desde el 31 de rnayo en inl-
pedir un nuevo desórdcll re\"olucional'io, reunir
las opiniones al rededor de la convencion y á esta
al rededor de las cornisiones , á fin de crear un go-
bic1'l1O enérgico, para lo cual se habia valido de
los jacubinos , que eran todo poderosos en la opi-
uion. Tenian por llluy espuestas aquellas nuevas
acusacione~ contra patriotas acreditados, C01no Dan-





348 HEVOLUCION FRA~CESA.
ton y Camilo Desmoulins y recelaban que no hu--
biese reputacion alguna que pudiera resistir á las
imaginaciones desencadenadas; todavia recelaban
mas de que las violencias ejercidas contra el cul-
to indispusiesen á una parte de la Francia, é hi-
ciesen pasar á la revolucion por athea, en todo lo
cual sospechaban la mano del e~rangel'o. Por tan-
to no dejó de aprovechar la ocasion, que no tardó
en ofrecerle Hehert para csplical'sc sobre ello en
los jacobinos.


Ya se habia susurrado algo de las disposiciones
de Robespierre y se decia sordamente que se iba
á proceder contra Pache, Hehert, Chaulnette 'y
Clootz, como autores del movimiento contra el
culto. Proli ,Desfieux y Pereira, que ya estaban
comprOlnetidos y amenazados, querian imcorpo-
rar su causa con la de Pache, Chaunlette y He-
bert, para lo cual se vieron con estos últimos y
les dijeron que habia una conspiracion contra los
mejores patriotas; que todos se hallaban en el
mismo peligro y que era indispensable guardarse
y sostenerse unos á otros. Entonces se fue Hebert
á los jacobinos el 21 de noviembre 1793 y se que-
jó de un plan de desunion cuyo objeto era divi-
dir á los patriotas, y dijo: (! En todas partes en-
« cuentro gentes que Ine felicitan de que no estoy
({ preso, pues se dice que Robespierre trata de de-
« nunciarme á mí , á Chaumette y á Pache ...... Por




CONVENCION NACIONAL (1793). 349
'(e lo que hace á mí no tendria nada de estralio
«( pues que todos los dias digo cuanto se me pasa
«por la cabeza con el objeto de defender los in-
«tereses de la patria; pero en cuanto á Pache , me
{( consta lo mucho en que le estima Robespierre y
«no puedo persuadirme á que tenga el nlenOl'
« funddmen too Tambien se ha dicho que Danton
« habia emigrado y que se habia ido á Suiza car-
« gado con los despojos del pueblo ...... y precisa-
« mente le encontré esta mañana en las Tullerias,
«y una vez que se halla en Paris, convendrá que
(l venga á esplicarse fraternalmente con los jaco-
« binos , porque todos los patriotas están obligados
«á desmentir los rumores injuriosos que circulan
ti: contra ellos.» Luego refirió Hebert una parte
de lo que le habia dicho Dubuisson , el cual ha-
hia querido com.unicarle una conspiracion contra
los patriotas, y por no apartarse de la costumbre
de echar la culpa de todo á los vencidos, añadió
que la causa de todas aquellas turbulencias no era
otra que los cómplices de Brissot que todavia vi-
vian, y los Borbones que estaban en el Temple.
Aloir esto subió Robespierreá la tribuna y dijo;
({ ¿Es verdad que nuestros mas peligrosos enemi-
'({ gos sean los restos impuros de la raza de los ti-
(l ranos? El mayor deseo de mi coraz~n es que se-
« mejante raza desaparezca de la tierra ¿pero po-
« dré obcecarme hasta el punto de creer que la si-




350 REVOLUCION FRANCESA.
({ tuacion en que se halla mi pais no tiene otro fo-
« co que el que se ha dicho? ¿ A quien se le per-
({ suadirá que el castigo de la despreciable herma-
« na de Capeto ha de amedrentar mas á nuestros
({ enemigos que el del mismo Capeto y el de su
({ criminal cOlnpañera?


« ¿, Es tanlhien verdad que la causa de nuestros
« nlales sea el fanatismo? El fanatismo testá espi-
«rando y aun lue atreveré á decir que está muer-
« to; y con dirigir de algunos dias á esta parte to-
« da nuestra atencion contra él ¿ no es separarla de
({ nuestros verdaderos peligros? Teneis miedo de
« los clérigos , cuando e 110s mismos se dan prisa
« á renunciar sus títulos, prefiriendo los de muni-
« cipales, administradores, y tal vez presidentes
« de las sociedades populares...... Estaban hace
« poco muy apegados á su nlÍnisterio cuando les
cr. valia 70 mil francos: de renta, y le abdican cuan-
« do ya no vale mas que 6 mil. .... Sí, temed no su
« fanatismo sino su ambicion, no el hábito que
« llevaban, sino la nueva p~l con que ahora
({ se cubren; temed, no su antigua supersticion,
({ sino la nueva y falsa que hoy finjen para per-
« dernos. »


Aqui Robespierre entrando francaluente en la
cuestion de los cultos añadió:


({ Que los ciudadanos á quienes anima un celo
« puro vengan á depositar en el altar de la patria




CONVENCION NACIONAL (1793). 351
( aquellos monumentos inútiles y pomposos de la
( supersticion pal'a que se conviertan en objetos
« necesarios á los triunfos de la libertad, es una
« cosa agradable á la patria, y tanto ella como la
« razon se sonrien con tales ofrendas; ¿ Pero con
«qué derec1lO vienen Ja aristocracia y la llipocre-
« sia á lnezclar aqui su influjo con el del civismo?
( ¿ Con qué del'echo unos hombres desconocidos
« ha~ta el dia de hoy en la carrera de la revolucion
( vienen á la sombra de estos sucesos á usurpar con
( tales medios una falsa popularidad, arrastrar á
«,los mismos patriotas hacia unas medidas falsas y
« arrojar entre nosotros la perturbacion y la discor-
« día? ¿ Con qué derecho vienen á interrumpir la
« libertad de los cultos en nombre de la libertad y
« combatir al fanatismo inventando otro nuevo?
({ ;, Con qué derecho intentan degenerar los soleln-
cr nes homenages pl'(~stados á la verdad pura en
« unas farsas continuas y ridículas?


« Se ha querido suponer que con recibir la con-
«vencion las ofrendas cívicas habia proscrito el
«culto católico. No, la convencion no ha hecho
« semejante cosa ni la hará nunca, porque su in-
« tencion es mantener la libertad de cultos que
« tiene proclamada, y reprimir al mismo tiempo
« á todos aquellos que abusen de ella para turbar
« el órden público. No permitirá que se persiga á
«los ministros pacíficos de las diferentes religio-




352 REVOLUCION I·'UANCESA.
« nes asi COlno les castigara con severidad siempre
« que se atrevan áprevalecerse de sus funciones
« para engallar á los ciudadanos y arnlar la preo-
{( cupacion y el realismo contra la república .


.« Hay homhres que quieren ir lnas adelante y
« que bajo pretesto de destrui!' la supersticion
« quieren formar una especie de religioncompues-
« ta del atheismo. Cualquier filósofo y aun cual-
« quier individuo puede formar sobre esto la opi-
« nion que mas le agrade, pero serú un insensato
.« el que pretenda hacerle de ello un crÍrnen; 111as
« el hombre público') el legislador seria ciell veces
.« mas insensato si adoptal'a semejante sistelua. La
.« convencion nacional le detesta, porque la con-
« vencion no es ni una escritora ni una inventora
<l de teorias religiosas. Es un cuerpo político y po-
{( pular , mientras que el atheisnlo es arístocrátiC(J.
« La idea de un gran Ser que vela por la inocen-
« cia oprimida y castiga el erÍlnen cuando triunfa
« de la debilidad, es una idea popular, y el pue-
« blo y todos los desgraciados nle aplaudirán y si
{( se sublevan contra mi algunos censores, solo se-
« rán los ricos y los culpa.bles. Yo fuÍ desde que
« estaba en el colegio un mal católico, pero j anlas he
« sido ni un amigo indiferente ni un defensor infiel
{l de la humanidad. Cada vez estoy mas apegado ú las
« ideas morales y políticas que acabo de esponeros,
« y si Dios no existtera, sera necesario i4wentarle. »




'CONYENCION NACIONAL (1793). 353
Despucs de haher hecho RohcspiclTr. esLa pro-


fesion de fé, imputó á los estrangeros las perse-
cllciones dirigidas contl'a el culto, y las calumnias
espal'cidas contra los mejoees patl'iotas .. Corno era
sumamente desconfiado y siempre habia supuesto
que los girondinos eran realistas, daba mucho
crédito á la faccion estrangera , la cual, como ya
hemos dicho, no estaba representada mas que por



algunos espias que se habian enviado á los ejérci-
tos, y algunos banqueros que servían de interme-
dio para el agi6 y de corresponsales de los emi-
'grados. {< Los estrangeros-, dijo, tienen d.,s clases
({ de ejércitos, uno en nuestras fronteras, el cual
«es impotente y está muy cercano á su ruina,
({ gracia.; á nuestras victorias; el otro es lllas peli-
« groso por que se halla en medio de nosotros. Es
.(l un ejército de espias , de bribones asalariados ,
,« que se introducen en todas partes, y hasta en las
« sociedades populares. Esa faccion es la que ha per-
c: suadido á Hehert que yo intentaba mandar ar-
« restar á Pache., á Chaumette, á él y á todo el a yun-


,({ talniento. i Y ó perseguÍt' á Pache, cuando sÍeln-
« pre he arlmirado su vIrtud sencilla y modesta,
« yo que he combatido por él contra los Brissot y
({ sus cómplices! J) Alabó Rohespicrre á Pachc y no
dijo una palabra acerca de IIcbert, content:'llldose
con insinuar que no habia olvidado los servicios
del ayuntarrftento siempre que la libert.ad habia


VI.




354 REVOLUCION nUNCESA.
estado en peligro; y Juego dcsatúndosc contra lo
que él llamaha la faccion estrangera, hizo recaer
todo el odio de los jacobinos sobre Proli , Dubuis-
son, Pel'cira y Desfieux. Contó su historia y los
pintó como unos agentes de Lebrun y de los es-
trangeros, que estaban encarg'ados de suscitar
odios., de dividir á los patriotas y de irritar á los
unos .contra los otros. Se echaba de ver en el tono
con que se esplicaha todo el odio que tenia á los
antiguos amigos de Lebrun y toda su desconfian-
za. Ultimamente hizo que les echasen á todos cua-
tro de la sociedad en medio de los nlayoresaplau-
sos, y propuso un escrutinio depuratorio de todos
los jacobinos ..


De esta suerte habia anathenlatizado Robespier-
re el nuevo culto, habia dacio una leccion severa
á todos aquellos intrigantes, no habia dicho nada
que pudiese tranquilizará Bebert ni tampocose lla-
bia comprometido alabando aquel inmundo es-
critor, y habia hecho recaer toda la tempestad
sobre unos estrangeros que tuvieron la desgracia de
ser amigos de Lebrun, de adn1irar á Dmnouriez y
desaprobar nuestro sistema político en los paises
conquistados. Ultimamente se habia arrog'ado la
recomposicion de la sociedad con el nuevo escru-
tinio depuratorio.


En los dias siguientes continuó Robespierre su
sistemá, y vino á leer en los jacobinos varias car-




CON\"ENCION NACIONAl. (1793). '3iirj
tns anónimas y otras que se h·abian interceptado,
en que se lwobaha que si el estrangero no era el
verdadero autor de las estravagancias del nuevo
culto, y de las cahlnlnias , 'contra los patriotas ,
por lo menos las aprobaba y deseaba. nanton ha--
bia recibido en cierto luodo una provocacion á
esplicarse, y aunque por el pronto no quiso ha-
cerlo porque no pareciese que obedecía á una in-
timacion, quince dias despues aprovechó una cir-
cunstancia f¿lvOl'able para tOlna1' la palabra. Se es-
taba tratando de proporcionar á todas las socie-
dades populares un edificio á costa del estado, so-
hre lo cual presentó diferentes observaciones, y
tomó ocasion para decir que si la constitucion ha-
bia de est:ll' dOrI11ida mientras que el pueblo hie-
re y espanta á los enemigos de sus hechos revo-
lucionarios, es preciso al n1Ísl11o tiempo desconfiar
de aquellos que quieren llevar a(!uel nlÍsnlo pue-
blo l11as allá de los lín1Ítes de ,la revoluciono Cou-
pé (lel Oisa 1, le replicó á Danton y desnaturalizó
tod.as sus \lleas al tien\),() de in1lR\gnarlas") (.\e
suerte que subió Danton á la tribuna y empezaron
á oirse algunos InurInullos. Entonces desafió á to-
dos los que abrigasen contra él cualquier lnotivo
de desconfianza, á que espresasen sus cargos, á
fin de poder responder á ellos públicamente. Se
quejó de aquel disfhvor que se l11anifestaba en su
presencia y dijo: ( ¿Hahré yo perdido aquellas {¿le·




356 UEVOLUCION FRA~C ESA
( ciones que caracterizan el semblante de un hOln ..
« bee libl'e ? }) Al proferir estas palabras meneaba
aquella cabeza que tantas veces se habia visto
en los tumultos revolucional'ios sosteniendo la
audacia de los republicanos y esparciendo el ter-
ror entre los aristocrátas. ( 6 No soy yo les de-
« cia, aq ucl mismo hombre que estaba á vues-
« tro lado en todos los momentos de crisis? ¿ No
e( soy yo aquel tan perseguido y tan conocido de
({ vosotros; aquel á quien tan frecuentemente ha-
« beis abrazado como amigo vuestro, y á quien ha-
«biais jurado morir con él en los mismos peli-
« gros? » Entonces recordó que habia sido defen-
sor de Marat, teniendo que cubrirse con la som-
bra de aquel ser á quien en otro tiempo habia pro-
tejido y desdeñado, y añadió: {( Os admirareis,
« cuando yo os dé á conocer mi conducta privada,
« de ver que esa riqueza colosal que me atl'ibuyen
« nlis enemigos y los vuestros '1 está reducida á la
« corta porcion de propiedades que siempre tuve.
( y o desafio á los malévolos á que presenten ningu-
( na prueba contra mi. Todos sus esfuerzos no con-
« seguirán alterarme, porque quiero permanecer en
« pie á la vista del pueblo, y vosotros me juzga-
« reis en su presencia. Ni yo haré pedazos la pá-
( gina de mi historia , ni vosot!'!ls la vuestra ... j •• })
Al concluir pidió Danton una ·~omision que exa-
minara las acusaciones qne se habian dirig'ido




CON\'ENClON NACIONAL (1793). 3:-,7
contra él, pel'o Robespierre apresurándose á subir
ála h'ibuna dijo: ccDanton solicita una comision que
tt examine su conducta, y yo consiento en ello por
({ <{ue estoy persuadido á que esta medida es muy
« útil pal'a él. Desea que se espresen los cargos que
({ se alegan en contl'a suya; pues bien yo voy á es-
« presarlos. Danlon tu estas acusado de haber emi-
« gradoy se dice que le fuiste á Suiza; que tu enfer-
« medad era finjida para ocultar al pueblo tu fuga;
( se ha dicho que llegaba tu arnbicion á querer ser
( regente bajo el reinado de Luis X VII ; que en
« una época determinada estaba ya todo pronto
<l para proclamar á ese descendiente de los Cape-
({ tos; que tu eras el corifeo de la conspiracion;
( que ni Pitt, ni Cobourg, ni la Inglaterra, ni el
({ Austria, ni la Prusia el'an nuestros enemigos si-
( no tu solo, que la lUontaiia estaba compuesta de
( cómplices tuyos; que no habia para que ocupal'·
q se de los agentes enviados por las potencias es-
({ trangeras, y que sus conspiraciones eran unas
« mcras fábulas dignas de desprecio; en una pala-
« bra que era necesario degollat'te á ti y á ti solo ... »)
Una rllultitud de aplausos cubrió la voz de Robes-
pierre, el cual continuó: «¿ No sabes Danton que
({ cuanto l11as valor y patriotismo tiene un honl-
« bre, mas se encal'nizan en su pél'dida los enemi-
« gos de la causa púhlica "/ ¿ No sabes, y no sabeis
( todos vosotros, ciudadanos, qne este método e3




REVOLVCION FRANCESA.


< « inf~tlible ~ j Ah, si e] defensor de la libertad no'
« fuera calumniado, seria una prueba de que ya
({ no tenianlos ni nobles ni clérigos á quienes COIJl.-
«( batir! » Entonces haciendo alusion al periódico
de Hebert , en que el mismo se- veía tan alaba,...
do, alladió: «Parece que los enenligos de la pa-
('( tria me han tomado por objeto esclusivo de sus
« alabanzas, pero yo las repudio, porque ¿ pien-
« san ellos que alIado de esos ,elogios que se lue
« repiten en ciertos papeles no veo yo' el cuchillo
( con que han querido degollar á la patria? La
« causa de los patriotas es c(}mo la de los tirano.s
« sin diferencia una de otra. Puede ser que nle
« engaiie acerca de Danlon, pero considerándole
« cual es dentro de su f¡¡milia no merece ll1as que
« elogios. Tambien le he observado en sus relacio-
« nes politicas, como que cierta diferencia de opi-
<l nion 11le le hacia estudiar con cuidado y rnuchas
« veces con cólera; confieso que tardó demasiado
« en sospechar de Dumouriez; que no ha :aborre-
« ciclo lo bastante á nrissot y sus cómplices; pero
«( porque no haya sido siempre de mi dictámen,
« ¿ he de inferir que hace tl'uicion á su patria? No ,
« yo le he visto servida sienlpre con celo. Danton
« quiere que le juzguen; tiene razono Que nle juz-
« guen ú rni tambien; que se presenten esos hom-
« bres que son mas patriotas que nosotros, y des-
«de luego apuesto ú que son nobles, privilegia-




CO.vVENCION NACIO~AJ~ (1793). 359
f: 'dos ó clérigos. De cierto encontrareis entre ellos
« algun lnarqucs, y podreis formar idea del patrio-
(( tismo de las gentes que nos acusan.»


Luego pidió Rohespien'e que tomasen la pala-
bra todos los que tuviesen que hacer algun cargo á
Danton, y ninguno se atrevió á hacerlo. El nli3mo
~Iómoro, que era uno de los amigos de Hebert,
fue el primero á decir que una vez que nadie se
presentaba, era prueba de que no habia nada que
decir contra él. Entonces propuso uno de los mienl-
1>1'05 que el presidente le diese el abrazo fraternal.
Se consintió en ello y acercándose Danton á la me-
sa, recibió el abrazo con universales aplausos.


La conduela de RoLespierre en aquella circuns-
tancia habia sido tan diestra como f)'cnerosa, como
que el peligro conlun á todos los huenos patriotas,
la ingratitud con que se pagaban los servicios de
Danton, y últimamente el convencin1Íento de una
decidida superioridad, todo contribuyó á sacarle'
de su habitual egoismo, alladiéndose que por es-
tar aquel dia aniJuado de buenos sentimientos, ha-
J)ia sido mas elocuen te que en ninguna otra ocasiono
Pero el servicio que acababa de hacer á Danton,
era nnlcllO l11as útil á la causa del gobierno y de
los antiguos patriotas que le conlponian, que al
n1Ísmo Danton , cuya popularidad estaba ya per-
dida sin remedio. No se rehace el entusiasrno cuan-
do se ha disipado una vez, y no era de presumir




360 nHVOLUCION FR~\:NCESA.
{lue yolvicl'an Ú ocurrir otros nuevos peligros píi-
blicos, para que Danton encontrase en su propio
valor los· medíos de reconquistar su influjo.


Continuando Robespierre sus designios, no de-
jó de hallarse presente á todas las sesiones de depu-
racion, y cuando llegó el turno de Clootz, le acusa-
r.on de que tenia relaciones con los V andeni ver ~ ,
que eran unos hanqucl'os estrangcros. Procuró él
justificarse; pero tomó Robespierre la palabra,
y recordó las relaciones de Clootz con los girondi-
nos, su rompimiento con ellos por causa del folle-
to intitulado: Ni Roland ni Marat, en el cual no me-
nos atacaba á la Montaña que á la Gironda; sus
exageraciones estravagantes , su ohstinacion en ha-
hlar de una república universal, en inspirar siem-
pre la mania de las conquistas, y en com prome-
ter á la Francia con toda la Europa, arladiendo:
« ¿ Y cómo podia interesarse tanto el Sr. Clootz en
« la felicidad de la Francia, estando ya tan intere-
« sado en la de la Persia y el l\Iónomotapa? Cier-
« to es que ha habido recientelnente una crisis de-
( que podrá vanagloriarse; quiero decir, ese mo-
« vimiento contra el culto, el cual si se hubiera
« conducido con razon y lentitud, huhiera podido-
« llegar á ser escelente, pero habiéndose dirigid()
« con la violencia que hemos visto,. puede ocasio-
« nar las lnayorcs desgracias ...... El ;Sr. Clootz tuvÜ'
(con el obispo Gohél una conferencia nocturna,




CONVENCION N.l.CIONAL (1793).. 36 i
«en la cual empeñó este su palabra para el dia
« siguiente, y se vino cambiando de repente de
« rapa y de lenguage á renuncial' sus titulos de S3-
« cerdocio. El Sr. Clootz creyó que nosotros no COln-
« prenderíamos el objeto de semejantes máscaras,
« pero ha de tener entendido que los jacobinos
« no miral'ún nunca COlno anligo del pueblo á ese
« finjido descamisado, que és prusiano y baron, que
« pasee cien mil francos de renta, que come con
cr hanqueros conspiradores, y que se dice ser, no
«( un orador del pueblo frances sino del género'
« humano.»


Inlnediatamente quedó escluido Clootz de la so-
eiedad , y á propuesta de Robespierre, se decidiá
echar tambien de ella sin distincion á todos los no-
bles, los clérigos, los banqueros y los estrangeros w


A la sesiol1 inmediata llegó el turno de Camilo
Desmoulins, á quien se hacia cargo de aquella
carta que escribió ú Dillol1, y cierto movimiento
de sensibilidad en favor de los girondinos, á lo
cual respondió Camilo: «Yo habia tenido por va-
« liente y por hábil al general Dillon, y por eso le
« defendí. En cuanto á los girondinos, me hallaba
«respecto de ellos en una situacÍon particular. Yo
« he amado sielnpre y sel'vido á la república, pero
« muchísimas veces me Jle engañado acerca de los
«que la servían; confieso que estuve adorando en
« Mirabeau, que quise ú Uarnáve y á los Lameth;




362 REVOLUCION FIlANCESA.
« pero he sacrificado mi amistad y mi admiraciofl'
«luego que supe que habian dejado de ser jacohi-
« nos. Quiso la fatalidad que de 60 revolucionarios
« que habian firmado en mi contrato matrimonial,
«( no me quedasen mas que dos amigos, que son
« Danton y Robespierre. Todos los dernas ó se en-
« cuentran emigrados ó han sido guillotinados. De
« este número eran siete de los 22, y creo que es
« muy perdonable un movimiento de sensibilidad
« en selnejante circunstancia. He dicho, aiíadió Des-
« moulins que morian como republicanos, pero re-
« publicanos fedel'alistas, porque e3toy bien con ven-
« cido de que no habia muchos realistas entre ellos.


Gustaba generalmente el carácter docil y aire·
sencillo y original de Camilo Desllloulins, de quien
se puso á decir un jacobino: «Confesemos (Iue Ca-
{( m ilo no ha tenido buena eleccion de amigos, y
«asi prohémosle que nosotros sabenlos escogel'
« lnejor los nuestros, dándonos prisa á recibide.»·
Mas Robespierre que siempre era protector de sus·
antiguos cólegas, pero que siempre <Iuería conser-
var cierto tono de superioridad, defendió á Canli-
lo Desmoulins, diciendo: «lIa sido sin duda fácil,
« y confiado, mas no pOl' eso deja de ser nluy buen
«republicano. Amó á l\Iirabeau, á Lameth y á Di-
« Hon , pero el mismo hizo pedazos aquellos ídolos
«luego que se desengaf'ló. Que prosiga la carrera
« y que para en adelante procure ser mas reserva-




COS\~E~ClON NACIONAL. (1793). 363
(( do.» Luego que dió este dictámen quedó admi,....
tido Camilo y se le dieron nluchos aplausos. En
seguida fué admitido Danton sin ninguna obser-
vancion. Siguió despues Fabre de Eglantine, el cua.l
tuvo que sufrir algunas preguntas acerca de su ri .....
queza, que se tuvo la, atencÍon de atribuirla á sus
ganan(:ias literarias; y de este modo continuó la
depuracion, que llegó ú ser muy larga, porque ha-
hiéndola principiado en noviembre de 1793, du-
ró 11luchos meses.


El'a bien conocida la política de Robespierre y
del gobierno, como que la energia con que se lua-
nifestó esta política, llegó á intimidar á los intri-
gantes y promotores del nuevo culto, los cuales
deternlinaron retratarse y volver á su antiguo 11lé-
todo. Aunque Chaumette tenia toda la facundia de
un orador de club ó de ayuntanliento, carecia de
la alubicion y valor necesarios en un gefe de par-
ti (lo , y no p\:ctcrlcticndo \'ivati'Lat' con la. couveu-
cion ni hacerse fundador de un nuevo culto, se
apresuró á buscar alguna ocasion para reparar su
ü.lta. Para ello resolvió interpretar aquel acuerdo
en que se luandaLa cerrar todos los tenlplos!, y
propuso al ayuntanliento que declarase no haber
sido su intencion coartar la libertad religiosa, y
que por tanto no prohibia á los diferentes parti-
({arios de cada religion, que se reuniesen en los
edificios que ellos habian pagado y sostenian á




364 REVOLUCION FRANCESA.
su costa, y añadió: « No se crea que es la debili-
« dad ni la política quienes me bacen obl'ar aSÍ,
({ pOl'que soy tan incapaz de la una como de la otra.
« Es la conviccion sola de que nuestros enemigos
« pretendan abusal' de nuestro celo para llevarle
« mas allá de los límites que nos hemos propuesto
({ y comprometernos en lnalos pasos; es la persua-
« sion de que si impedimos á los católicos que ejer-
« zan su culto públicamente y con consentimiento
«de la ley, vayan algunos biliosos á exaltarse y á
({ conspirar en las tabernas; esto es lo único que
« me inspira y que me hace esplicarme así.» Fué
muy apoyada esta propuesta de Chaumette por el
corregidor Pache, y últimamente adoptada des-
pues de algunos murmullos bien compensados con
numerosos aplausos. Por su parte declaró la con-
vencion que jamas habia pensado en coartar con
sus decretos la libertad religiosa y prohibió que
se tocase á la plata que todavia quedaba en las
iglesias, en atencion á que la tesoreria no necesi-
taba ya de semejantes socorl'OS. Desde aquel dia
cesaron en Paris las farsas indecentes quese habian
permitido el pueblo, y las pompas de la razon con
que tanto se habia divertido.


En medio de aquella gran confusion no dejaha
de conocer la comision de salud pública cuan ne-
cesario se iba haciendo cada dia que la autoridad
a(.tq,\l'Ii~~~ ma~()r (ll(',~:[.~ \,a.r~\. ~Cl' m~s \)\'onto y




CONVENCION NACIONAL (1793). 365
mejor obedecida. La esperiencia y los luislll0S obs-
táculos la iban dando nuevas lecciones para per-
feccionar aquella máquina revolucionaria que se
habia creado para mientras durase la guerra. Ya
por de pronto habia impedido que el gobierno pa-
sase á manos nuevas é inexpertas prorrogando la
convencion y declarándose gobierno revoluciona-
rio hasta la paz. Al mismo tiempo habia concen-
trado en las suyas toda la autoridad , poniendo
bajo su "dependencia el tribunal revolucionario, la
policia , las operaciones militares y hasta la dis-
tribucion de subsistencias. Dos meses de esperien-
cia la habían hecho patentes los obstáculos que las
autoridades locales oponian al gobierno supremo
ya por esceso de zelo ya por negligencia. Frecuen-
temente se interrunlpia ó retardaba el envio de
los decretos y su promulgacion en algunos depar-
tamentos. Todavia quedaban muchas administra-
ciones federalistas que se habian insurl'eccionado
y aun no les estaba prohibida la facultad de coli-
gafse. l\las si por una parte presentaban las admi-
nistraciones algun riesgo de federalismo, por otra
los ayuntamientos, que estaban en sentido con-
trario, ejercian , á imitacion del de Paris, una au-
toridacl molesta, espedian leyes é imponian con-
tribuciones á su arbitrio. Las comisiones revolu-
cionarias desplegaban un poder inquisitorial con-
tra las pel'sonas , y con los ejércitos revoluciona-




366 'REVOLUCI0N FRANCESA.
I'"ios que se habian creado en varios pueblos C0111-
pletaban aquella multitud de gobiernos particu-
lares, tiránicos, divididos entre sí , (¡ue el'an el
mayor estorho para el gohierno superior. Ultilna-
mente la autoridad de los representantes aumen-
taba la confusion de los poderes soberanos, por
que ellos de por sí decretahan impuestos y pro-
11lulgaban leyes penales como los ayuntamientos
y COlll0 la lnisnla convencion.


De resultas de eso presentó Billaud-Varennes
un informe, mal escrito pero nluy bien pensado,
en que hacia patentes todos aquellos inconvenien-
tes y consiguió el decreto de 14 de frimario aito 2. 0
(! .. de diciembre), que es un verdadero lnodelo de
gohierno provisional, enérgico y ahsoluto. Decia
en él que la anarquia anlenazaha á las repúblicas
en su nacirniento y en su decrepitud, y que era
necesario preservarse de ella. Se instituia en aquel
decreto el Boletúi de las Leyes, que fue una nueva y
escelente invencion de que aun no se tenia idea;
porque las leyes que la asalnhlea enviaha á los mi-
nistros , y estos á las autoridades locales sin tél'-
lnino fijo y sin un espediente en que constase su
envio y reeepcion , solian estar espedidas durante
largo tienlpo sin haberse pronlulg'ado ni ser sabi-
das de nadie. Por este nuevo decreto se creaha una
comision, una imprenta y un papel especial para
la impresion y remision de las leyes. Estaha COlll-




CO~\'ENCION NACIONAL. (1793).367
puesta la comision de cuatro individuos indepen-
dientes de toda autoridad, exentos de ninguna otea
atencion , lo~ cuales recibian la ley, la mandaban
imprilnir y la enviaban por el correo con térmi-
nos fijos é invariables. Estos envios y remisiones se
hacian constar por los medios ordinarios del cor-
reo quedando re3ponsables de la llegada á sus des-
tinos. Despues se declaraba en el mismo infornlc
que la convencion era el centro de impnlso del gobier-
no, bajo cuyo título se ocultaba la soberanía de las
cOlnisiones , que eran las que lo hacian todo en lu-
gar de la convencion. Se coartaban, ó por mejor
decir abolian las autoridades departamentales,
pues no se las permitia ejercer ninguna atribucion
política, sino que á ejemplo de lo que se habia
hecho con el departamento de Paris en la época
del 10 de agosto, solo se las dejaba el repartinlien-
to de las contribuciones, el cuidado de los caminos
y últimamente las atenciones puramente econó-
micas. De esta manera quedaban suprimidas aque-
lhs autoridades intermedias que habian llegado á
ser demasiado poderosas, y solo se conservó con
todas sus atribuciones la autoridad municipal y la
de distrito. Se prohibia á toda administracion lo-
cal reunirse con otras, variar de residencia, en-
viar agentes, tomar acuerdos que amplificasen ni
restringiesen los decretos, ni imponer contribu-
ciones de dinero ni de hombres. Se licenciaban




368 REVOLUCION }'RANCESA..
todos los ejércitos revolucionarios establecidos en
los departamentos, esceptuando únicanlcntc el de
París, que debía sCl'vir para toda la república. Que-
daban obligadas las conlisioncs revolucionarias á
ponerse en correspondencia con los distritos que
tenian encargo de vigilar sobre ellas y tambien con
la comi:- ion de seguridad general: y las de París
-solo podian corresponder con esta última, y no
,con el ayuntamiento. Se prohibía á los represen-
tantes imponer contribucion alguna sin autoriza-
·cion de la convencion , ni dictar leyes gencl'ales.


De esta manera reducidas las autoriclades á su
-esfera propia era imposible su conflicto ni coali-
cion, sino que recibian las leyes de un modo in-
falible y no podian modificarlas ni diferir su eje-
,cucion. Las dos comisiones conservahan por este
lnedio su dominio., en particular la de salud públi-
,ca, ademas de su supremacía en la de seguridad
general, continu.aba despachando la diplomacia, la
guerra, la vigilancia universal sobre todas las co-
sas: fuera de que en adelante ella sola podia inti-
tularse comision de salud pública, sin que ninguna
otra de los ayuntamientos pudiel'a denominarse de
-aquel modo.


A pesar de que en este nuevo decreto sobre ins-
titucion del gobierno revolucionario se restringia
tanto la autoridad de los ayuntamientos, y solo se
babia espedide para coartar sus abusos , fue recibido




CO~VENCfON NACIONAL (' 19:1). 36~
por el de París con' muestras muy espresivas de
obediencia. Chaumette que afectaba docilidad co-
mo fingia patriotislllO pronunció un largo: discur-
so en su elogio, tanto que hubo que reprenderle
por su torpe celeridad en cntrar tan de lleno en
el sistelna de la autoridad superior, dando idea
de que intentaba dcsoheclecerle á fuerza de de-
lnasiada obediencia. Ya hemos dicho que el de-
creto ponia en cOlllunicacion directa y esclusi\'u
á las comisiones revolucionarias de Paris con la
de seguridad general; pero es de advertir que
ellas llevadas de su zelo fogoso se tomaban la li-
bertad de hacer ~toda clase de arrestos, encarce-
lando una multitud de patriotas, en térulinos que
ya las empezaban á llamar ultra revolucionarias.
Chaumettc se quejó de su conducta al c6nsejo ge-
neral, y propuso (Iue se las t:Ítase al ayuntamien-
to para echarlas una severa reprimcnda. Adoptó-
se la pl'oposicion de Chaunlette; pero este con su
übstentacion de obcdiencia habia olvidado que
segun el nuevo decreto no debian lascOlnisioncs
revolucionarias corresponder lllas que con la de sc-
guridad gencral. No queriendo toleral' la conlision
de salud pública ni llesoLedicncia ni obediencia
exagerada, y estando muy poco dispuesta [t sufrir'
que el ayuntamiento se tomase la libertad de dar
lecciones, ni aun útilcs, ú las conlisiones que es-
taball hajo la autoridad superior, hizo quc se re-


VI.




370 REVOLUCION FRANCESA.
vocase el acuerdo de Chaumette y prohibió á las
comisiones que fuesen al ayuntamiento. Recibió
Chaumette la correccion con la mayor humildad
y le dijo al ayuntamiento: « todos los hOlnbres es-
( tán espuestos al error. Yo confieso francamente
« que me he engallado y supuesto que la convel1-
( cion anula mi propuesta y el acucrdo que se ha-
« bia tomado, hace justicia de la falta comctida
« por mí; es nucstra madre comun, reunúmonos
« á ella. »


Solo con esta energia pudo la cOlnision contener
todos los movimientos desordenados'ya del zclo ya
de la resistencia, y dar la lnayor unidad posihle á
la accion del gobierno. Los ultra ret'olllcionarios que
ya se hallaban eompronletidos yaun reprendidos
por sus manifestaciones contra el culto, sufrieron
otra nueva leceion mas severa que las anteriores.
Habia vuelto Ronsin de Lyon , á donde habia ido
acompallando á Collot d'Herbois con un destaca-
Inento del ejército revolucionario, y llegó á Paris
en el momento en que escitaba la mayor compa-
sion la noticia de las sangrientas ejecuciones co-
metidas en aquella ciudad. Puhlicó Ronsin un pa-
pel por las esquinas que horrorizó á la convencion,
porque decia que de los 1·íO mil habitantes de
Lyon solo 1500 no eran cómplices de la rehelion,
y que antes del fin de fl'ilnario (diciembre) ha-
brian pereeitlo todos los enI pablcs, llcvando sus ea-




COXVENCION NACIONAL. (1793). 371~
clúvercs el nódano hasta Tolon. Se citahan de d
otros propósitos igualnlcnte all'oces ,y se hahlaba
mucho del despotisIno de Yinccnt en las secreta-
rias de la g'ucrra, de la conducta de los agentes
ministeriales en las provincias y de su rivalidad
con los representantes. Se repetían las palabras que
se les habian escapado á algunos de ellos en que
anunciaban vol ver al antiguo proyecto de organi-
zar constitucionalmente el poder ejecutivo; l11as
la energia que acababa de 1110strar Rohespierre y
la comision, les daha ánimo para pronunciarse
contra aquellos agitadores. En la sesion del j 7 de
diciembre se principió por dar algunas quejas de
ciertas comisiones revolucionarias, y Lecointre de-
nunció el arresto de un correo (le la comision 'de
salud pú])lica ejccutatlo por un agente del lninis-
terio. Dijo Boul'sault 3 , (Iue pasando por Longju-
l11eau le habia arrestado el ayuntamiento, y que
á pesar de haber hecho ver su calidad de dipu-
tado se empeñó el ayuntamiento en que habia
de legalizarse su pasaporte por el agente del con-
sejo ejecutivo que habia cn el pueblo. Fabre de
Eglantine denunció á l\Iaillard, el gefe de los ase-
sinos de setiembre, quc habia pasado á Burdeos
en COll1ision del 11lismo consejo, cuando debian
escluirle de todas pal'tes ; tambien denunció ú Ron-
sin y á su cartel, que habia estremeci(~o [1 lodos;
y últilnamente ú Villcent, (illC hahia rcollidb toda




372 nEVOLUCION FUANCESA.
la ~utoridad en la secretaria de la guerra y decia
<pIe habia de disolver la convencion J ohligarla Ú
(IHe organizase el poder ejecutivo, por que él no
queria ser un criado de las cOll1isiones. Innledia-
tarrlCnte Inandó la convencion arrestar á Vincent,
secretario general del Jl1inisterio de guerra, á Ron-
sin, general del ejército revolucionario, á Maillard,
conlisionado en Burdeos y á otros tres agentes del
poder ejecutivo, cuyas tropelias en Saint Girons
hahian sido denunciadas, y por último á un tal
Mazuel lJ ,ayudante del ejército revolucionario,
por haber dicho que la convencion conspiraba, y
que escupiria en la cara á los diputados. En segui-
da connlinó la convencion con la pena de lnuerte
á todos los oficiales de los ejércitos revolucionarios,
ilegalmente formados en las provincias, que no se
separasen innlediatall1ente de ellos, y últimamen-
te 1nandó que al siguiente dia viniera á justificar-
se el consejo ejecutivo.


A quel acto de energia causó grave dolor entre
los fL'anciscanos y provocó esplicaciones entre los
jacobinos, sin que estos últimos se esplicasen to-
davia respecto lle Vincent y Ronsin, pero solicitaron
que se abriese una infornlacion sobre la naturale-
za de los cargos que se les hacian. Vino el consejo
C)ccutivo á \ustificarse con lnucha humildad en la
cOllvencion, y aseguró que no habia sido su ¡nten-
cion rivalizar con la representacion nacional, y que




CO;\'VE;\'CION NACIONAL (17n3). 373
el arresto de los corl'COS y las dificultadcs que se
habian opuesto al diputado Boarsault procedían
de ulla ól'{lcn de la cOlnisíon de salud pública en
(PIC se mandaba rcvisar todos los pasaportes y to ...
dos los pliegos.


Mientras quc Vincent y HOllsin acababan de seL'
encarcelados por ultra revolucionarios la comisioll
se mostraba igualmcnte severa contra el partido
de los equivocos y agitadores. Mandó arrestar á Pro-
li, Dubuison , Deslieux y Pereil'a, acusados de SC1'
agentes del estrangero y cÓlnplices de todos los
partidos. Ultimamente mandó coger durante la
noche á los cuatro diputados Bazire, Chabot, De-
launayel de Angel's y Julian de 1'otosa, acusados
de que eran Inodcrados y dc haberse enri(!uecido
repentinamcntc.


Ya hcmos referido la historia de la asociacion
clandestina de aquellos rcpresentantes , y del es-
crito falso que hicieron á consecuencia de ella.
Talnhien hClnos insinuado que Chabot se prepa-
raba :. denunciar á sus cólegas y echarles la cul-
pa de todo; pero intilnidado nuevamente con la:')
voces que coniall acerca de su nlatrimonio y las.
denuncias ({He no cesaba de repetir Hebert, aca-
baron de decidirle y se fue ú contál'~elo todo el
Hohcspicl'l'C. Pretcndia él que no habia tenido
otro ohjeto al entrar en semejan te in triga ~ sino el
\Je enterarse bicn de ella para revelada, y la atri-




374 REVOLUCION F'HANCESA.
1m ia ú los cstl'angeros, que, segun él, intentaban
corromper á los diputados para envilecer la repre-
sentacion nacional, y luego se servian de Hebert
r,de ,sus cómplices para disfa·marlos despues de
haberlos corrompido. Habia tambien, en su dic-'
támen, (bs ramales en esta conspiracion , el cor-
ruptor y el disfamador, que ambos iban de con-
cierto para deshonrar y disolver la convencion.
Los medios de que se sirvió Chabot para inven-
tar esta Hlbula de la doble conspiracÍon en que los
COlTuptores y los disfamadores se entendían secre-
tamente para conseguir el mismo objeto consis-
tia en la participacion que habian tenido algunos
banqueros estrangeros en aquella intriga, las con-
\ei'saciones de .Tulian de Tolosa y Delaunay, que
decían que la convencion acabaría por devorarse á
sí misma yera necesario apresurarse á hacer for-
tuna lo mas pronto posible, y taulbien ciertas re-
laciones de amistad que tenia la llluger de Hebert
con las queridas de Julian y de Delaunay. Verdatl
es que á lo menos tuvo Chabot el escrupuloso cui-
dado de justificar ú Bazire ; y C0l110 por otra par-
te él habia sido corruptor de Fabre de Eglantine,
y se esponia ú que este le denunciara, pretendió
que había este reusado sus ofertas, y que los ci~n
mil francos en asignados que tenia colgados de un
hilo en lugar escusado, eran los que estaban des-
linados para F'abre y ([ue no quiso recibir. No le~




CONVENCION NACIONAL. (1793) 375
nian la mcnor apariencia de vcnladaquellas f~lhulas
de Chahot, porque hubiera sido mas natural, ya
que cntró cn la conspil'acion con objeto de des-
cubrirla, dar aviso á algun miembro de una úotra
cOlnision depositando el dinero en sus manos. Ro-
bespierre le remitió ú la comision de seguridad
general, quc rué quien lnandó a6'estal' por la no-
dlC del 17 de novielllLre ú los cuatro diputados
designados, de los cuales solo fucron cogidos tres,
Ú saber llazit,c, Delaunay y Chahot, porque Julian
de Tolosa pudo escaparse.


Grande rué el nunor que causó el descuhrÍlnien-
lo lle aquella vergonzosa trama, sirviendo para
continuar tOllas las calumnias que los partidos se
dirigian unos á otros. Entonces se robusteció Inas
(Iue nUllca la especic de que habia una faccion
estl'angel'a para COITonlper Ú los patriotas y entra-
hat' la Inal'cha de la revo'¡ucion, ya por Inedio de
la Dl0deracion intcmpestiva en unos, ya por una
loca exageracion en otros, por disfiunaciones con-
tinuas y por una odiosa profesion de atheismo. Sin
cnlbargo, ¿ que es lo que habia (le ciet'to en tod as
aquellas disposiciones? Por un lado unos hOlnLres
menos fan.áticos y utas prontos á compadecerse de
los vencidos, y por la misma razon mas dispues-
tos á ccder al atractivo de los placeres y de la COI'-
rupcion; por otro unos hombres mas violentos y
obcccados que se apoyaban en la porcion ín1ilna,




UErOLllCiO~ ntASCEiU.


(le! puehlo, persiguiendo con sus rcconvcnciones,
ft los quc no participahan de su inscnsibilidad fa-
nática, profanando los antiguos objetos del culto
sin consideracion ni decencia; cntre estos dos par-
tidos habia unos hanqueros quc se apl'ovechalJall
de todas las crisis para ganar dinero, sirviéndoles
tle cómplices cuatro diputados entre 750; últilna ..
mente algunos revolucionarios sÍncel'os pero cs-
trangel'os, y por tanto sospechosos, flue se COlll-
prometian por su misma exageracion, á favor de
la cual querian hacer olvidar su origen: esto y no
I11as era lo que habia de cierto, sin que tuviera
nada de estraordinario ni necesitase de una ma-
quillacion profunda.


Queriendo la cOInision de salud pública hacer-
se superior á todos los partidos, resolvió desacre-
~litar á todos ellos: y para eso quiso hacer vel' que
todos eran cómplices del estra ngero. Ya Hobespiel'~
re habia denunciado una faccion estrangera á que
su ánimo desconfiado no dejaha de dar crédito, y
COlno la faccion turbulenta contrariaba la autori-
dad superior y deshonraba la revolucion, inmedia-
tanlente la acusó de que era eómplicc de la fac-
cion estrang'cra ~ pero todavía no quiso hacer el
rniSíno cargo contra la faceion modcl'ada, anle~"
I,¡cn la defendió, como ya hemos visto en la per-
sona de Danton. Pero si todavía la dispensaba
alguna. considel'acl0n es porque hasta entonces no




CON\' ENCION NACIONAL (1793). 377
]Hlhia hecho ella nada que pudiese contrariar la
111archa de la revolucion, ni formaba un partido
tenaz y numeroso, como los antiguos girondinos,
sino que se componía á lo mas de algunos indivi-
duos aislados que desaprobaban las estravagancias
ultra-revolucionarias.


Tal era la situacion de los partidos y la políti-
ca de la comisÍon de salud pública respecto de ellos
en el mes de diciembre 1793. Mientras que usaba
de la autoridad con tanta fuerza y acababa de
completar en lo interior la nl~quina del poder re-
volucionario, desplegaba la misllla energia por
fuera, y aseguraba el triunfo de la revolucion con
selialadas victorias.






NOTAS DE,L TRADUCTOR
PEHTENECIENTES AL CAPITULO QUINTO.


-,;-
PAGINA 555.


1 José l\Jal'Ía Coupe de) Oisa, cura de Sermaize,
pI'esidcnte del distrito de Hoyon y diputado á la legisla-
tiva cn 1791, )0 rlH~ dcspnes á la convcncion siendo yá
de mas dc 70 años de cdad, Voló la muerte del rey y
renunció al sacerdocio, empeñándose en que los eclesiás-
ticos habian de montar )a guardia como todos los dcmas.
Lo ral'o es que profesando tales principios le echaron de
los jacobinos por haberse opuesto al matl'imonio de los
sacerdotes. MUl'ió siendo miembro del consejo de los 500.


PAGINA 560.


2 J. n. Van-dcn-Ivcl' padl'e é hijos eran natura-
les de .\lllsLcl'dan y perecicroll todos tl'es en la gllillotiu:l
d 7 (l(~ diciembre 17U;:; pOI' COllspil'adorcs, Ó por lo que
se 1I;\I11:1l1a tales cn aquel tiempo. Su delito era habel'
pasado varias sumas ú madama Dubal'l'Y , la que haJJia
sidu favorita de Luis X. V .


PAGI~A 371.


:> J. F. Hot!l's:llIlt Jlalhcl'bc cl'a uu autiguo cómico 7
des('('IHJicnLc, s('gnll dicen, de) famoso poeta dramático
dc aq ud Homhre. A los principios rué cómico de la le-
gua, y anduvo l'ccolTicndo las provincias mel'idiollalcs de
Francia. Despucs filé directOl' del tratl'O dc Marsella y
últimamcntc vino á Pal'is ú fundal' otro nuevo teatl'O en
la calle lle San Martin con (~I título de teatro de .Molierc.
COlllO er~\ amigo ue CoHot .ü'llcl'bois se lanzó juntamente




380 NOTAS
con él en la canera poHtica y llegó ú ser diputado su-
plentc por Paris en la convencion, donde no cntró hasta
despues del suplicio del rcy. Adquirió un caudal inmen-
so que calculaban en 1,600 mil francos l'obados en el
Venesino donde cstuvo de comisionado. Pasado el til'lJIpo
del terror provocó el al'l'csto de Uossignol y 110 (luisie-
ron reelegil'le para el consejo de los 500, sino quc vi,'ió
obscuramentc adquiricndo muchas pO~csiolles hasta ha-
ce muy pocos años quc murió de una cnfél'lllcdad Ú pOl'
mejor dccil' de vejez.


PAGINA 37~.


4 Juan Bautista Maznel era edecan del millisll'o de la
gucrra BudlOttc y luego ayudantc gelleral del ejél'cito rc-
volucionario de Pal'is. Salió bicl1 de esta primera pl'isioll
de que habla el testo y le dicron cl mando de un desta-
camento para ir á Beauvais , de cUJas resultas le alTes-
taron segunda vez ú peLicioll de Fahl'e de Eglall tillC. Pu-
siél'Onle en libertad por informe de la COlllisioll de segu-
ridad general; pero acusado de lHlCYO COlllO cómplice d{~
Ilebert, le condenó Ú llltlCl'te el tribunal l'eVolul'Íollal'io
el 24 de marzo 17!Jí.




CONVENCION NACIONAL (1793). 381


CAPITULO SESTO.


Fin de la campaña de 1793. - Maniobra de Hoche en los Vos-
gos. Retirada de los A.ustriacos y Prusianos. Levantamien-
to del bloqueo de Lalldau. - Operaciones en el ejército
de Italia. - Sitio y toma de Tolon por el ejt~rcito republi-
cano. - Ultimos combates y reveses en los PiI-ineos. _. Es-
cursion de los del Vendóe del otro lado del Loira. Multitud
de combates; reveses del ejército republicano. Derrota de
los del Vendée en l\lans y su completa uestruccion en Sa-
vcnay.- Ojeada general sobre la campaña de 1791.


Terminábase la campaña de 1793 del ll1odo
lnas brillante y feliz en todas las fronteras y por
fin se habia ton1ado en la Bélgica el partido de
entrar en cuarteles de invierno á pesar del pro-
yecto de la comision de salud pública, quP. habia
querido aprovecharse de la victoria de Watignies
para envolver al enemigo entre el Escalda y el
Salnbra. Asi sobre este punto los sucesos no ha-
bian sufrido ninguna alteracion, y conserváhanlOS
las ventajas de Watignies.


Mucho 1nas se habia prolonga(lo la campaiia en




382 REVOLUCION FRANCES.\.
el nhin con la pénlida de las lineas de \Vissem-
hurgo que fueron forzadas el día 13 de octubre, y
la comision de salud pública queria que se reco-
brasen á cualquier precio y levantar el bloqueo
de Landau , como lo habia hecho con Dunkerque
y Maubeuge. Habia tambien otra razon para ale-
jar de allí á los enemigos, y era el estado en que
se hallaban nuestros departamentos del Rhin ,
porque toda la comarca de los Vosgos estaba muy
impresionada en el espíritu feudal, y los clérigos
y los nobles habian conservado en ella un grande
influjo, en términos que la lengua francesa era
apenas conocida allí y casi no habian l)cnetl'ado
las nuevas ideas revolucionarias como que en una
multitud de pueblos no se tenia la menor noti-
cia de los decretos de la convencion , faltaban en
muchos de ellos las COlllisiones revolucionarias, y
en casi todos circulaban ilnpunemellte los eIlli-
grados. Los nohles de la Alsacia habian seguido
casi en lnasa el ejército de 'Vurmser y se esten-
dian desde 'Vissenlburgo hasta las innlcdiaciones
de Strasburgo, donde se habia formado una cons-
piracion para entregar la plazaiá \Vurmser. Envió
allí la comision de salud pública á LeLas y Saint
Just para que ejerciesen la dictadura ordinaria de
todos los comisionados de la convencion. Tam-
Lien nOlnbró general del ejército del Mosella al
joven Hoche que tanto se habia distinguido en el




CONVENCION NACIONAL. (1793). 383
-sitio de Dunkerque , sacando una fuerte division
{Iel ejército ocioso de las Ardenas., que se repar-
tió entre los otros dos del l\Iosella y del Rhin ; y
en fin mandó ejecutar la leva en Inasa en todos
los departamentos inmediatos, y los dirijió á Be-
sanzon. Estas nuevas levas ocuparon las plazas
fuertes y las guarniciones salieron para la linea.
Desplegó Saint-Just en Strasburgo toda su ener-
gia é inteligencia, haciendo tenlblar á los mal in-
tencionadps y entregando á una comision Jllilital'
á los que se sospechaba que habian querido ven-
der á Strashurgo , los cuales perecieron en el ca-
dalso. Comunicó un nuevo vigor á los generales y
soldados, exigiendo cada dja nuevos ataques con-
tra la linea, á fin de ejercitar á nuestros jóvenes
conscritos , presentándose el lllismo al fuego y to-
mando parte en todos los peligros de la guelTa.
Todo esto escitó IIn gran entusiaSlTIO en el ejérci-
to , y los soldados con la esperanza de recobrar
IllUy pronto el terreno perdido, gritahan Lalldau
ó la muerte.
I~a verdadera maniobra que habia que ejecutar


en af!uella parte de las fronteras consistia como
antes en reunir los dos ejércitos del Rhin y Mo-
sella y operar en masa sobre una sola de las ver-
tientes de los Vosgos. Para ello era indispensable
recobrar los pasos qne cortaban la linea de las
montU\\as ~ C\UC ha\)lumos pen\ll\o desde que 1\1'uns-




384 REVOJ.DCION FHANCESA.
wick se dirigió al centl'O de los Vosgos, y Wurm-
sel' bajo los muros de Strasbul'go. Ya tenia [or-
Inado su proyecto la comision, y queda apoderar-
se de la mislna cordillera para separar á los Pru-
sianos de los Austriacos; habiendo encargado al
jóven Hoche la ejecucion de aquel plan cuyos pri-
lueros movimientos al frente del ejército dell\lo-
sella habian inspirado mucha confianza.


Para asegurar los Prusianos su posicion habian
intentado apoderarse por sorpresa del castillo de
Bítche, que estaba situado en el centro Inismo de
los Vosgos, pero se fl'ustró aquella tentativa por
la vigilancia de la guarnicion que acudió á tiempo
á las mUI'allas, y Lien fuese que Brunswick queda-
ra un poco desconcertado con el l11al logro de
aquella empresa, ó que le inspirase recelo b acti-
vidad y energia de Hoche ó porque estuviese des-
~ontento de W Urnlsel' con quien había ya tiempo
que no estaba de acuerdo, tOlnó la resolucion de
retirarse por de pronto á Bisingen en la línea del
Erbach y desde allí á Kayserlautern en el centro
de los Vosgos. No dijo una palabra á 'Vurmser de
aquel movimiento rett'ógado y mientras que es-
te se hallaba comprometido en la vertiente Oriental
(~asi á la altura de Strasburgo , se hallaba ya BL'uns-
wick en la vertiente occidental lnas atl'as de Wis-
selnbul'go y casi á la alttll'a de Landau. No habia
perdido de vista Hoche á Brunswick en su nlovi-




CONYENr.ION N.\üIONÁ[ (179:~). :3S,j
~nienLo I'cLl'ógado, y des pues de haber i 11 tcnfado
-en vano rotleadc en Bisingen y aun anticiparse ú
él en Kaysel'lautel'n formó el proyecto de atacar-
le en este último pueblo pOl' grande que fuese la
dificultad del sitio. Tenia floche bajo su mando al
rededor de 30 mil hombl'es con los cuales se ba-
tió e128, 29 Y 30 de noviembre pero el país era
muy poco conocido y de muy dificil acceso, de
suerte que el primer dia se encontró muy espues-
to el general Alubert 1 que mandaba la izquiel'da,
mienlt'as que floche en el centro andaba buscando
el camino. Al dia siguiente se encontró Hoche so-
lo con el enemigo, mientras que Ambert andaba
-perdido pOl' las nH)ntaüas; de suerte que gracias
á la perversidad de los caminos, :l sus muchas
fuerzas y á lo ventajoso de su posicion consiguió
Brunswick una ventaja completa, pues no perdió
arriba de doce hornbres , mientras que Hoche tuvo
que retirarse con cerca ~le tres mil de pénlida.
Mas no pOL' eso perdió el ánimo sino que vino
á rehacerse cn Pil'masens, Hornhach y en los
dos-Puentes. AUIH{Ue lIoche cstuvu ciertamente
desgTaciado, no por eso dejó de desplegar una
audacia y resolucioll que admiraron á los repre-
sentantes y al ejército; de suerte que la comision
de salud pública, que desde que entró en ella
Carnot habia adquirido la iluslracion necesaria
para no sel' injusta, y solo era severa con los


VI.




386 REYOIUCJON FRANCESA
fIue dahan pl'uehas de poco celo, le escribió unas.
cartas muy lisonjeras elogiando por primera vez á
un gcncl'al vencido. IIoche sin altcl'arse'un manlcn-
to por su derrota, formó al instante' la resolucion
de reunirse con el ejército del Rhin para aniqui-
lar á 'Vurmser, como que este habiéndose que-
dado en la Alsacia mientras que Bnll1swick retro-
cedía á Kayserlautern tenia descubicrto su flanco
derecho. Envió Hache al general Tapollier con 12
mil honlbres hacia 'Verdt para cortar la línea de:
los Vosgos y arrojal'se sobre el flanco de \Vurnl-
ser, mientras que el ejército del H.hin le daba por
el frente un ataque generaL


Gracias á la presencia de Sain-J ust no habian
cesado de darse continuos combates it fines de no-
viembre y principios de diciembre entre el ejérci-
to del Rhin y los Austriacos, de suerte que prin-
cipiaha á estar aguerrido con el fuego diario que
se hacia bajo el Inando de Pichcgru 2. l\Iuchas di-
ficultades tuvo que vencer el cuerpo que habia
enyiado Hoche á los Vosgos para penetrar en ellos,
pero al fin lo consigui{) é ilHluietó seriamente la
derecha de Wurmser. El dia 22 de dicielIlbremar-
chó Hoche en persona atravesando las montañas y
se presentó en "r erdt sobre la cima de la vertiente
Oriental, donde destruyó la derecha de 'Vurnlser
le cogió mucha artillería é hizo un gran núm5ro
de prisioneros. :Entonces se vjeron precisados los




'1-93' CO~,'E~CION NACIONj.L (' !. 387
Austriacos á ahandonaL' la línea del ~Iotter . y diri-
girse primel'o á Sultz y despues el 24 á 'Vissem-
burgo en las líneas mismas del Lauter , cuya reti-
rada se verificó con mucha confusion y desórden.
Los eluigrados y nohles de la Alsacia que habian
seguido á 'Vurmser huian con la mayor precipita-
cion, obstruyendo el camino faluilias enteras que
procuraban escaparse; por manera que los dos
ejércitos prusiano y austriaco se ayudaban mu y po-
co contl'a un enemigo que estaba lleno de ardor y
entusiasmo.


Ya estaban rendidos los dos ejércitos del Rhin y
l\Iosella, cuyo mando en gefe confirieron los repre-
sentantes á Hoche, que se preparó inmediatamen-
te á vol ver á tomar á Wissemhurgo. Reconcentrados
ahora los Prusianos y Austriacos con su movimien-
to retrógTado , estaban en mejor disposicion para
apoyarse, y asi resolvieron tomar la ofensiva el 26
de diciembre, que era el dia mismo en que el ge-
neral frances se preparaha á caer sobre ellos. Es-
taban los Prusianos en los Vosgos al rededor de
"Vissemburgo, y los Austriacos S8 estendian de-
lante del Lauter desde aquella plaza hasta el Rhin.
Es seguro que si no huhiesen estado preparados á
tomar la iniciativa, se huhieran guardado muy
l)ien de esperar el ataque delante de las líneas y
con el Lauter á la espalda; pero estaban resueltos
á atacar los primeros, y así cuando los franceses




:388 URYOLUCION FHANCHSA.
ayanzaban sobre ellos, enconlt'aron en lnarcha sus
vanguardias. Mandaba el general llesaix la dere-
cha del ejército del Rhin , y este fué el que mar-
('lIó contra Lauterbul'go; el general Michaud se
dirigió contra Schleithal; el centro atacó á los Aus-
trja~os que estaban en batalla á orillas del Geis-
berg y la izquierda penetró en los Vosgos para flan-
fIuear á los Prusianos. Desaix tonló á Lauterburg'o,
l\Iichaud ocupó á Schleithal yel centro echimdosC'
sobre los Austriacos, los hizo retroceder desde el
Leisberg hasta el nlismo 'Vissemburgo. Podia ser
111Uy desastrosa para los coligados la ocupacion
instantanea de Wissemburgo , y á fé que era muy
inminente; pero Brunswick que se hallaba en Pi-
geonnier echó á correr hacia aquel punto y con-
tuvo á los Franceses con mucha firmeza. Entonces
va se hizo con menos desórden la retirada de los
Austriacos, mas al siguiente dia ocuparon los };'ran-
ceses la lineas de Wissemhurgo replegándose los
Austriacos sobre Gemersheim, y los Prusianos so-
bre Bergzabern. Continuaban los soldados france-
ses avanzando sin cesar degritar Landau ó la 'muer-
te, y los Austriacos se dieron prisa á volver á pa-
sar el Rhin, sin querer permanecer ni un dia
mas en la orilla izquiel'da, ni dar tiempo á los
'Prusianos para llegar á lUaguncia. Quedó desblo-
queado Landau , y los Franceses tomaron sus cuar-
teles de invierno en el Palatinado. lnmediatamen-




CO~VE~ClON NACIO~AL (1793). 389'
te despues pl'inci piaron los dos generales {~oliga­
dos á atacarse recÍprocanlente con relaciones con-
tradictorias, y Brunswick envió la renuncia del
mando á Fetlel'ico Guillernlo: de suerte que por
esta parte del teatro de la guerra habi:ulloS reco-
JJrado gloriosamente nuestras fi'onteras, á pesar
de los esfuerzos reunidoS' de la Prusia y el Austria.


El ej(~r('ito de Italia no llabia emprendido cosa
in\\)o\'\an\c, ~\nQ penna.neC\l\o en la defensiva.
despues de su d.enota del mes de junio. En el de
setiembre viendo los Pialllo11teses que Tolon esta-
ba atacado por los Ingleses ~ pen.,aron. al fin en
il[JI'Oveclzéll'Se de aquel/a c'Íl'cul1:oilanc;a , que podía
ocasional' la pérdida del ('jén:ito fi'ances. El mis-
BIO rey de Ccnlcüa se presentó en el teatro de la
guerra, y se resolvió para el 8 de setiembre dar un
ata<lue g'cneral al campamento franees. El nlOdo
nla5 seguro de Opel'al' contra los Franceses, hu-
biera sido ot:upar la línea del Val', que separaba
á Niza dc su territorio, ponftlC con eso solo hu-
JJieran caido todas las posiciones que habían to-
lnado del otro lado de aq ud rio y estaban preci-
sados á evacuar el condado de ~iza, ó tal vez á
rendil' las anIlas. Pero se prefirió atat:arles inme-
diatamcnte en su lnismo t:ampo ; Inas no sirvió de
nada (HLuc\ aLu[llc ejecutado pOi' cuerpos sueltos
\' por diferenLe . ..; "altes ;t un tiempo, de )0 cual
quedó muy poco satisfi.'dlO PI rC'\' de Cct'(lctli:l y se




390 REVOLUCIO~ FRANCES1\.
vol vió á sus estados. Casi en la misma época re-
sol vió el general Austriaco Dewins operar al fin
en el Val'; pero no ejecutó su movimiento mas que
con tres ó cuatro olil hombres, ni se adelantó mas
que hasta lsola , y contenido de repente por un li-
jero reves, se volvió hacia los altos Alpes sin con-
tinuar siquiera aquella tentativa. A esto se redu-
] eron las insignificantes operaciones del ejército
de Italia.


Algo mas gravelnente se paraba la atencion en
Tolon , porque aquella plaza ocupada ya por In-
gleses y EspallOles les servia de apeadero en el me-
diodia y de basa para intentar alguna invasion,por
lo cual interesaba 111ucho á la Francia recobrar-
la lo 111as pronto posible. Para ello habia dado la
comision de salud pública las órdenes mas activas,
pero faltaban enteramente los lnateriales para un
sitio. Luego que Carteaux sometió ú Marsella, desem-
bocó con siete á ocho mil hombres por las gargan-
tas de Ollioules, se apoderó de ellas despues de
un lijero cOlnbate y se habia acantonado en la
deselnbocadura lnisma de aquellas gargantas á la
vista de Tolon; el general Lapoype 3 destacado
del ejército de Italia con cerca de 4000 hOlnbres se
habia situado en el lado opuesto hacia Sollies y
Lavalette. Colocados asi los dos cuerpos franceses
uno á poniente y otro á levante se hallaban tan
separados que apenas se distinguían y ~no podian




CúNVENClON NACIONAL (1793). 3U 1
prestarse llingun socorro. Con alguna. nlas activi-
{ladlos sitiados, hubieran podido atacarlos aisla-
<-lamente, y destruirlos uno de"pues de otro. Mas
por fortuna solo pensaron en fortificar la plaza y
guarnecerla de tropas, hacicndo desenIbarcar 8
mil hombres entrc Espaiíolcs , Napolitanos y Pia-
monteses ~ con dos rcgimientos ingleses (iue ha-
bian venido de Gibraltar, en téL'nlinos que la guar-
nicion ascendió ú 1!,. Ó 1;) mil hOlubres. Perf(~ccio­
llaron todos lo." puntos de defensa, artillaron to-
dos los fuertes, en particulaL' los dc la costa, que
protegian la rada donde se hallaban ancladas sus
escuadras. El objeto principal fuc hacer inaccesi-
ble el fuerte de la Eguilleue que cstá al estremo
del promontorio quc cierra la rada interior ó rada
pequeiía, y le pusieron en tan buen estado que le
llamaban en el ejército el pcqttcilo Gibraltar.Los Mar-
sellcses y todos los Provenzales que sc halJian rc-
fugiado en Tolon , trabajaron por sí mismos en las
obras y manifestaron el mayor celo. Pero con to-
do cso no cea posible 'que tlurara la union cn lo
intcl'iOl' tle la plaza, porque la reaccion contra la
lUontaiia había hccho renaceL' todas las faccioncs,
y se encontraban allí desde el IBas puro republi-
canisnlo hasta todos los gL'ados del realislllo. Los
nlislnos coligados no estaban tanlpoco de acuerdo
porque los Espalioles cstaban ofendidos de la su-
perioridad que ,afectaban los Ingleses y deseo n-




liaban de sus illtencIones. Aprovechúlldose el af-
lnirallte Bond de aquella desunion, dijo (Iue su-
puesto no el'a posible entel1(lel'&c, convenía no pro-
damal' por el mOlncnto ninguna autoridad, y aun
ilnpidió que saliese una di putacion (lue los Tolo-
neses querian enviar al conde de Pl'ovenza, ins-
túndole ú que viniese dentro de sus muros en ca-
Edad de regente. Desde a<lud mOlnento les el'a
f~lcil sospechar f;;~ conducta de los Ingleses, y co-
HOCel' lo ciegos y eul pablcs (¡ue hahían andado en
entregar á Tolon en IIlallOS de los IDas crueles
cIlClnigos de la marina francesa.


Los republicanos no podian pl'Ofilcterse con los
medios que por entonces tenian volver á lOlnar á
Tolon ,y aun los representanles el'an de dictámen
de replegal' el ejército del otro lado del DUl'allZO, y
e~pel'al' la estacion inmediata. Pero sin embargo
(~onl0 la ocupacion de Lyon habia permitido que
se pudiese disponer de lluevas fuel'zas, se las en-
caminó hacia Tolon con tropas y IIlaterial de sitio.
Se encargó al general I)()ppet, ú quien se atribuia
la toma de- Lyon que reemplazase á Carteaux, y
a lDislno no tardó en :-;cdo por el general Dugom-
lnier la (lue era mucho mas esperimentatlo y Lalll~
hicll lnuv valicllte Se reunieron de 28 Ú 30 Inil


.J


hombres y se tlió órdcu dc terminal' el sitio all-'
les del {in de la campaiia.


Lo priU1Cl'O que se 11 izo fu (\ eslrechar la phtza




CONrENCIO~ NACIONAL (1793). 393',
tIe cerca, y establecer Laterias contra los fuertes.
El general Lapoype , que habia venido del ejél'ci-
to de Italia, continuaba situado hacia levante, y el
gcneral en gefe Dugommier al poniente delante de
Ollioules, como encal'gado del principal ataque.
Babia mandado la comision de salud pública á la
de fortificaciones que fonnara un plan de ataque
regular, y luego que le envió al ejército, juntó el
general un consejo de guel'ra para discutil' el plan
enviado de París. Este plan estaba nluy hien con-
cebido , PCl'O se presentó otro mas convenicnte á
las circunstancias, y que debia tener resultados
lnas prontos.


Habia en el consejo de guerra un oficial jóven
que mandaba la al,tillerÍa en ausencia del gefe de
aquella arma. Llamábase Bona parte y el'a originario
de Córzega. Declarándose fiel á la Francia, donde
habia recibido su educacion, se h~bia batido en
Córzega por la causa de la convencion contra Pao-
li 5 , Y los Ingleses, y luego se habia ido al ejér-
cito de Italia, y servia en el sitio de Tolon. Mani-
festaba una gran intdigcncia, SUIlla actividad, y
dOl'luia siempre alIado de los callOnes. Apenas vió
aquel jóvcn la plaza, le ocurrió una idea y se la
propuso al consejo de guerra. El filcrte de la l~gui­
llete , llamado el peque'fío Gibraltar cerraba la rada
d.ollde estaban ancladas las escuadras aliéldas V , ~
una vez ocupado a(Iucl fuerte, no podían andar


...




394 UEYOLUnON FUANCESA.
en la rada sin esponerse á sel' abrasadas., ni tmn-·
poco podian evacuarla, dejando dentro de la pla-
za una guarnicion de 15 mil hombres sin comuni-
caciones, sin auxilios, y espuestos tarde ó tempra-
no á tener que rendir las armas. Era pues muy pre-
sumible que si llegaba á caer la Eguillete en ma-
nos de los republicanos, tanto las escuadras como
la guarnicion se decidirian á evacuar la ciudad.
Por eso residia el gefe de la plaza en el fuerte de la
Eguillette, pero es de consideral' que por lo mis-
mo era casi intomable. Con todo eso el jóvenBo-
naparte sostuvo fuertemente su itlea como la mas
propia de las circunstancias y consiguió que se
adoptase.


Se principió por estrechar la plaza, y Bonaparte
á favor de algunos olivares que ocultaban sus ar-
tilleros, mandó colocar una bateria muy cerca del
fuerte l\lalbosquet , que era uno de los rnas im-
portantes entre los que rodeaban á Tolon. Una
Inañana empezó aquella bateria á crugir repenti-
namente, y se quedaron muy sorprendidos los si-
tiados, que nunca hubieran creido ver establecerse
unos fuegos tan inmediatos al fuerte. El general
ingles O'Hara 6 que mandaba la guarnicion , re-
solvió hacer una salida para destruir la bateria y
clavar los callOnes. En efecto salió el 30 de no-
viembre al fi'ente de 6000 hombres, penetró de
repente en los puestos republicanos, se apoderó




CONVENCION NACIONAL. (1793). 39a
de la hateria, y principió al instante á clavar las
piezas. Por fortuna el joven llonapal'te no estaba
lejos de allí con un hatallon y tomando un barran-
co que conducia á la °bateria se mete silenciosa-
nlenie en nledio de los Ingleses, y mandando de
repente hacer fuego les puso en la mayor sorpresa
con aquella súbita aparicion. Admirado el general
O'Hara, creyó que eran sus propios soldados que
se engañaban y estaban haciendo fuego unos con-
tra otros, en cuyo concepto se acercó á los repu-
hlicanos para desengañarlos, pero fué herido en
la mano y cogido por un sargento en el lnisnlo
harrauco. En aquel instante DugOlnmier, que ha-
hia mandado tocar generala en el caulpo , traia
sus soldados al ataque, y venia por entre la ha-
Leria y la plaza, de suerte qu-c recelando verse cor-
tados los Inglescs se retiraron despues de haher
perdido :í su genel·al y sin lwber podido libertar-
sc de ~l(luclla peligrosa hatería.


Este succso anilnó estraordinaril.nlcnte á los si-
tiadores, al paso fl ue causó J1lucho desalicnto en
los sitiados, llegando á tal punto la desconfianza
de estos últimos, que decian que el general O'Hara
se habia dejado coger para vender la plaza á los
republicanos. Sin enlbal'go estos, que deseahan
conquistarla y no tenian I1ledios para cOlnprarla ,
se preparan al peligroso ataque de la Eguillette.
Ya habian arrojado al1i un gran nluncro de bom-




396 REVOLUClON FRANCESA.
bas , y procuraban arrasar la dclcns('l con piezas
dc 24,y entonccs sc l'esol vió dar el asal Lo el J 8 de
diciembl'c á media noche. Debia haccrsc un ata-
que simultanco por el lado donde cstaba el ~.rcnc­
ral Lapoype contra el fucrtc Faron y principia-
ron á moverse los republicanos á la hora dicha en
medio de una horrible te,npestad. Acostumbraban
los soldados que guardaban el fucrte {l ponerse
dctr~:s para preservarse de las hOlubas y balas, y
contaban los Franceses con que podrían JIegar allí
antes que nadie les pcrcibiera; pero sc encontra-
ron al píe de la altura <.:on tiradorcs cnemigos.
Tl'avose el combate con ellos, y al ruido de la fu-
silería acudió la guarnícion ú las lllUl'aUaS y abra-
saba á los sitiadores. Hetroceden estos y ,'ud ven á
aconleter una y otra vez, ITlas aprovechándose de
las desigualdadades del terreno un capitan joven
de artilleria llanlado lUuiron 7 consiguió subir á la
altura sin haber perdido lnucha gente. Luego quc
llegó al pie del fuerte se lanzó por una tronera y
habiéndole scguido los soldados, penetran cn la
bateria , se apoderan de los cañones y lueg'o des-
pues deJ fuerte.


En aquella accion no se habian separado del
fuego cOlTIunicando su valor á las tropas ni el ge-
neL'al DugOlnmicr ni los reprcsentanLes Salliceui 8
y HohespicLTe el jovcn ni el comandante de arti-
llcrÍa Ronapal'lc. No fue menos feliz el ataque por




CONYENCION NACIONAL (1793). 397
el punto donde estaba el general Lapoype , pues
se tomó uno de los reductos del fuerte Faron.


Luego que se ocupó el fuerte de la Eguillete, se
dieron prisa los republicanos á disponer sus ca-
¡iones de modo que incendiasen la flota; pero los
Ingleses no les dieron tiempo para ello, porque
al momento se decidieron á evacuar la plaza para
no correr por mas tiempo el riesgo de una defensa
inutil y peligrosa. Antes de retirarse resolvieron
quenliu el arsenal, los astilleros y los navios que
no pudieran llevarse. El 18 Y 19 sin decir una pa-
labra al almirante Español, y sin siquiera adver-
tir á la poblacion comprometida que iban á en-
tregar á los nl0ntafieses victoriosos, se dieron las
órdenes para la evacuacion. Fueron viniendo los
navios ingleses uno tras de otro á surtirse en el
arsenal y luego se evacuaron todos los fuertes, es-
cepto el de Latnalgue que habia de ser el último
á abandonarse; y se hizo tan de prisa aquella eva-
cuacion ,que habiendo tardado en advertir de ella
tÍ dos nlil Espaiioles se quedaron fuera de los mu-
ros, y se salvaron como por milagro. Ultimamen-
te se dió ónlen de incendiar el arsenal, y apare-
cieron de repente ardiendo en mitad de la rada
22 navios ó fragatas, cuyo espectáculo llenó de
desesperacion á los desgl'aciados habitantes, é in-
dignó á los republicanos, que veían perecer la
escuadra ~in poder salvarla. Inmediatamente vie-




398 REVOLUCLON FRANCESA.
nen corriendo á los muelles n1as de 20 tuil indi-
viduos entre hombres, mugeres, viejos y nirlOs
tendiendo los brazos á las escuadras, é in1ploran-
do un asilo para sustraerse á las venganzas del
ejército vencedor. Eran todas las familias Proven-
zales que se habian comprOluetido en Aix, Marse-
lla y Tolon en fayor de los n1ovimientos de las sec-
ciones. :Mas ni si{luiera hubo una chalupa que sa-
liese al mar en SOCOrl'O tIc aquellos fi'anccscs inl-
prudentes que hahían pueslo toda su conlJanza en
los estrangeros y les habían entregado el primer
puerto de su patria. Sin enlbargo el almirante es-
pafiol Lángara mas hunlano que el ingles n1an-
c.ló echar unas chalupas y recibir en la escuadra
Espaiiola todos los refugiados que pudiesen ca-
ber en los huques. A 1 ver este ejen1plo el almi-
rante Hood y al oir las ilnpl'ecaciones que se di-
rijían contra él , lU:lndó aunque ya HIUy tarde
recibir á los Toloneses. Precipitáronse con furor
en chalupas aquellos desgraciados y en nledio de
la con{l.lSion perecieron luuchos en el n1ar ty otros
fueron separados de sus filmilias. Se veían muchas
madres buscando á sus hijos y HIuchas esposas.y
l1iiias buscando á sus padres ó maridos, andando
errantes por los muelles á la luz del incendio. Pa-
ra lnayor desgracia acudieron en aquel terrible
momento varios malhechores que aprovechándo-
se del desórden para robar se arrojaron sobre




CONVENCJON NACIONAL (1793). 399
aquellos infelices, é hicieron fuego gritando aquí
están los republicanos, y llena de terror la multitud,
se precipita, se confunde y se da prisa á huir aban-
(lonando lo que tenian en manos de aquellos in-
fames autores de la estratagelna.


Por fin entraron los republicanos y encontra-
ron la ciudad medio desierta y destruida una gran
parte del material de la marina. Felizmente ,los
presidarios habian detenido el incendio, é impe-
dido que se propagase; pero de 56 navios ó fra-
gatas que alli habia, solo se salvaron siete de los
primeros y onze de las segundas y todo lo' demas
fué cogido ó quemado por los Ingleses. Sucedieron
nluy luego á los horrores del sitio y de la evacua-
cion los no nlenos terribles de la venganza revolu-
cionaria, los cuales refcrirenlOs mas adelante co-
mo una serie de los desastres de aquelJa culpable y
desgraciada ciudad. La tonla de Tolon causó una
alegria estraordinaria ,y produjo tanta impresion
como las victorias de Watignies, la toma de Lyon
y el desbloqueo de Landau. Ya entonces desapa-
reció el temor de que apoyados en Tolon los In-
gleses ,viniesen á promover estragos y rebeliones
en el mediodia.


No con tanta felicidad se habia terminado la
campaila en los Pirineos, mas á pesar de 11luchos
reveses y de una notable inlpericia de parte de los
generales, solo habiamos perdido la línea del Tech




400 REYOLUCION FUANCESA.
y todavia consel'vahamos la del Tet. Despues del
desgl'acial\o comhate d.e Tl'U\bs llel 22 l\e sc-
tiell1bl'e contra el campanlento Esparíol, en que
Dagobert habia manifestado tanto valor y scrcni-
dad, en lugar de Hlarchar adelante Rieardos, ha-
bia retrocedido hacia el Tech por causa de la re-
conquista de Villafl'anca y por haberles llegado á
los republicanos un refuerzo d~ 15 mil hombres.
Despues de levantar el bloqueo de Colliouvre y de
POl't-Vendré, se habia dirigido al campo de Bon-
lou entre Ceret y Villalonga, desde donde cuitla-
ha de sus comunicaciones y defendia el ealnino
real de Bellegarde. Quisieron los representantes
Fabre y Gaston llevados de su entusiasmo, que se
atacara el campo de los Espaiioles con el objeto
de eeharlos del ott'o lado de los Pirineos ; pero
fue infl'uctuoso el ataque y no resultó de élll1as
tIue una inútil efusion de sangre.


Impaciente Fabre por intentar alguna empresa
importante, tenia pensada mucho tiempo antes una
marcha del lado allá de los Pirineos para obligoal'
á los Españoles á retroceder; y como le hubiesen
persuadido á que se podi:! tomar con una sorpresa
el fuerte de Rosas, se enviaron por su solo querel'
y contra el dictámen de los generales tres colurl1-
nas al otro lado de los Pirineos, las cuales debian
reunirse en Espola. Pero siendo demasiado débi-
les y estando muy separadas, no pudieron jun-




CON\'ENCION N'\Cro~'\L (1793). 401
t~ll'SC, fueron hatidas y obligadas ú vol ver ú la cor-
dillera despues de una pérdidaconsiderahle. To-
dos estos sucesos pasaron en el IllCS de octubre,
y luego en el de novicinbre hubo unas tempesta-
.des poco comunes en la estacion, que engrosaron
los torrentes, interl'umpieron las comunicaciones
.de los diferentes campos EspaIloles entee sí y los
pusieron en el mayor peligro.


Este era el momento en que podcl' vengar sohre
ellos los reveses que se habian esperinlCl1tatlo ,
})Orque no les quedaba 111aS que el puente dc Ccrét
para pasar del otro lado del Tech, y entre tanLo
se encontraban inundados y muertoll de hambrc
en la orilla izquierda á mCl'ced de los Franceses.
Pero no se ejecutó nada de lo que se debia cjecu-
tal'. Al general Dagobert habicl sucedido TU1'l'CaU y
.á estc el general Doppet hallándose el ejército
completanlente desorganizado. Se batieron floja-
mente en las inmediaciones de Cerct y hasta sc
perdió el campo de Saint Fel'l'eol, escapándose de
este modo Ricardos de su peligl'osa situacion. No
tardó por cierto en vengal'se con mucha destreza
del peligro en que se había encontrado y cayó el
7 de noviemlll'e sobre una columna ft-'ancesa que
se habia comprometido en Villalonga á la dere-
cha del Tech entre el rio , el mar y los Pirineos.
Aunque constaba de diez mil hombres la tal co-
IUluna, la dert'otó y la puso en tal desól'den que


VI.




402 REVOLUCION FRANCESA.
no pudo vol "el' Ú reuni l'se hasta AI'jelcl.. Inmedia-
tamente tlespues Inandó Ricardos atacar la division
Delatl'e en Colliouvl'e y se apoderó de este pueblo,
del dc Port-V cndré y Santélmo, echándolos ente-
ramente al olro lado del Tech. Así se terminó la
campaña en los últinlos dias de diciembre. Los
EspailOles tOlllaron sus cuarteles de invierno en
las orillas de aquel rio y los Franceses acamparon
al rededol' de Perpiflan y en las orillas del Tet.
No era nlucho el terreno que habiamos perdido en
comparacion del que debimos perdcr despues de
tantos desastt'es. Sobre todo era la única frontera
en que no se hubiese ternlinado la campaila con
gloria de las arnlas de la l'cpública. En los Piri-
neos occidentales se habia ohservado una defensi-


,


va recIproca.
En el Vendée es donde se estaban dando nue-


vos y tel'l'ibles combates, con gran ventaja para la
república, pero con gran pérdida para la Fran-
cia porque en anlbos lados era sangl'c fl'ancesa la


. que corrIa.
Batidos los del Vendée en Chollet el 17 de oc-


tubre, ya dijimos COlll0 se habian pasado á la otra
orilla del Loira en número de 80 mil individuos
entre homhres, mugeres, niños y viejos. No atre-
viéndose á volver al país ocupado por los repu-
hlicanos, tampoco podian sostencr la campalla en
presencia de un ejército victorioso, y así detcr-




CONVENCION NACIONAL (1793). 403
lninaron trasladarse á Bretaiía y seguir las ideas
de Bonchampscuando ya aquel heroe había nluer-
to y no podía dirijir sus tristes destinos. Ya hemos
visto que ,en la víspera de la batalla de Chollét
envió un destacamento para ocupar el puesto de
Varade á orillas del Loira, y como estaba lllal
guardado por los republicanos, fue tomado en la
noche del 16 al 17. Perdida la batalla, pudieron
los del Vendée atravesar impunemente el rio en
algunos harcos que habian quedado á la izquierda
al abrigo del cañon republicano. COll10 hasta en-
tonces el peligl'o no habia estado mas que en la
orilla izquierda no habia pensado el gobierno en
defender la derecha, y todas las ciudade3 de Bre-
taña estaban mal guardadas, sin otra defensa que
a]gunos destacamentos de guardias nacionales f~S­
parcidos aqui y allí, que no podian detener á los
del Vendée, lllas antes huian cuando se acerca-
ban. Estos Se adelantaron sin el menor obstácu-
lo , y atravesaron sucesivamente por Candé, Cha-
teau-Gonthiel' y Laval sin encontrar ninguna re-
sistencia.


Entre tanto el ejército republicano estaba in-
cierto de la marcha que hahian seguido, de su
número y proyectos, y aun hubo momentos en
que los tuvo por destruidos, C0l110 habian escrito
los representantes á la convencion. Solo IUéber,
que continuaba lllandando el ejército bajo el nom-




404. REVOLUCroN "FRANCESA.
hre de Lechelle era quien pensaba lo contrario,
y se esforzaba por templar aquella peligrosa se-
guridad. En efecto no tardó en saberse cuan distan-
tes estaban los del Vendée de ser este~minados ,
pues que en la columna fugitiva iban de treinta
á cuarenta mil hombt'es armados y en estado de
combatir. Al instante se juntó un consejo de guer ..
ra , y como no se sabia si los fugitivos irian sobre
Angers ó so!.n'e Nantes, si marcharian hacia la
Bretaña ó intentarian l'eunirse con Charette por el
bajo Loira, se decidió dividir ,el ejército,·y que
una parte fuese bajo las órdenes del general Haxo
á hace!" frente á Charette y reconquistar á Noir-
moutiers, y otra bajo las :órdenes de Kléber ocu-
paria el canlpo de San Jorge cerca de Nantes, y
últimamente que el resto permaneceria en Angers
para cubrir aquella ci udad y observar la marcha
del enemigo. No ha y duda en que á estar mejor
informados, se hubiera comprendido facilmente
que convenia permanecer reunidos en masa y mar-
char sin descanso en persecucion de los del Ven-
dée, siendo facilísimo dispersarlos y destruirlos en-
teramente en el desórden y confusion en que se
hallaban; pero se ignoraba la dil'eccion que ha-
bian tomado, y en la duda era 10 mas prudente
seguir el partido que se decidió. Sin embargo
no se tardaron en recibir noticias mas esaetas y
se supo la marcha de los del Vendée y los puehlos




CONVENClON NACIONAL (1793). 405
pOl' donde habian pasado. Desde entonces se
resolvió perseguirles inmediatamente y darles al-
canze antes que pudiesen sublevar la Bretaña y
apoderal'se de alguna ciudad grande ó de algun
puerto del Oceano. Quedaron en Nantes y en el
bajo Vendée los generales Vimeux y Haxo, y todo
lo dernas del ejército se encaminó hacia Candé y
Chateau-Gonthier. Formaban la vanguardia Wes-
tel'mann y Beaupuy , mientras que Chalbos, Klé-
bel' y Canuel Dlandaban cada uno una division,
y Lechelle apartado del campo de batalla dejaba
que Kléber dirigiese los movimientos como que
era el hombre de la confianza y admiracion del
ejél'cito.


El ~5 de octubre por la tarde llegó la vanguar-
dia republicana á Chatcau-Gonthier, quedando
una jornada detras el grueso de las fuerzas; mas
'Vestermann , aunque tenia sus tropas muy can-
sadas, era casi de noche, y aun faltaban 6 leguas
de camino pal'a llegal' á Lava1, se empeñó en mar-
char inmediatamente. En vano se esforzó Beaupuy,
tan valiente conlO él pero mas prudente, en dal'-
le á conocer el peligro de atacar á la masa del Ven-
dée estando ya cel'rada la noche; á tanta distan-
cia del t:tlCrpo del ejército y con tropas rendidas
dp cansancio. Porque siendo Westermann mas an-
tiguo que él en el mando, se vió precisado á cedel'
y se pusieron inmediatamente QI1 lnareha. Llega-




! .. 06 HEVOLL"ClON FRANCESA.
ron á Laval {t media noche y Westenuann enVIO
un oficial á reconocer al enemigo, mas este lleva-
do de su ardor dió una carga en lugar de hacer
un reconocimiento, y consiguió replegar á los
primeros puestos, con lo cual se esparció el alar-
ma en Laval, tocaron á rebato, y puesta toda la
masa en pie, acudió á hacer fl'ente á los repl;bli-
canos. Beaupuy con su acostunlbrada firmeza, sos-
tuvo valientemente el esfuerzo de los del Vendée,
y Westermann desplegó todo su valor, de suerte
que el combate fue de los Inas obstinados, hacién-
dole mas sangriento la obscuridad de la noche.
Aunque era muy inferior en número la vanguar-
dia republicana, hubiera conseguido sostenerse
hasta el fin ; pero la caballeria de Westel'lnann,
que no era tan valiente como su gefe, se desban-
dó de repente y le obligó á tocar retirada. Gl'acias
á Beaupuy pudo hacerse con bastante órden hacia
Chateau-Gonthier, donde llegó al día siguiente el
euerpo de batalla. Estaba pues reunido allí todo
el ejército el dia 26, pero con la vanguardia casi
destruida por un combate inútil y sangriento y el
cuerpo de batalla cansado de un largo camino he-
cho sin víveres ni zapatos por entre los lodos del
otoño. Westermanll y los representantes se empe-
liaban 'de nuevo en que se habia de marcha,r ade-
Jante; pel'o Kléber se opuso con vigor y logrg que
se decidiese no pa~ar de Villiers, que estaba á




CONVENCION NACIONAL (1793). 407
lRitad de c~llnino entre Chateau-Gonthicl' y Laval.


Se trataba de concertar un ptan para atacal~ á
Laval que está situado á orillas de Mayena. No de-
jaoa de ser imprudente marchar por la :orilla iz-
cluierda que es donde se hallaba el ejército ,~como
lo pr~vino un oficial rnuy distinguido del ejército
llamado Savary que conocia perfectamente el
terreno, conlO que el'a muy filCil que los del Ven-
dée ocupasen el puente y resistiesen á todo el
ejército; igualmente podian despues , mientras
que el etél'cito republicano estaba inutilmente
reunido en la orilla izquierda, escurrirse por la
derecha, att'avesar el :Mayena por sus espaldas y
('ael' sohre él de improviso. Por tanto propuso di-
vidir el ataque y dirijir una parte del ejército pOI'
la orilla derecha, par cuyo lado no habia l1ingun
puente que pasal' y entonces no ofrecia obstáculo
a.lguno la ocupacion de Laval. Una vez aprobado
este plan por los generales, no tuvo L~chelle di-
ficultad en adoptarle. Sin elnbargo al día siguien-
te este Inismo Lechelle que algunas veces salia de
su estado de nulidad para COlneter aiguna f¿tlLa ,
espidió las órdenes Inas necias y contradictorias á
todo lo <fue se hahia concertado la víspera. En
ellas Inundaba segun su costuiubre nl~ll'char ma-
gestuosamente y en masct cOlltra Laval siguiendo la
orina izquierda. Quedaron indig'nados Klébel' y
todos, los generales, pero sin Cll1hal'go fué indis-




,í08 KE\'OLUCION FnANCESA.
pensable obedecer., Beaupuy fue el Iwinlcro que
avanzó sig"uiéndole Klébe1' inmediatanlente, nlien-
tras que el ejérciLo del Vendée se hallaba en ba-
talla sobre las alturas de Entrames. Rompe Beau-
puy el fuego y Kléber se estiende á derecha é iz-
quierda ocupando el nlayor espacio posible. A pe-
~:ar de que conocía la desventaja de aquella posí-
cÍon , le envia á decir á Lechelle q,ue enviál~a la
division de Chalbos contra el flanco del enemigo
con cuyo lnovimíento no podía lnenos de desunir-
le. Pero C01110 aquella columna estaba compuesta
de los batallones que se habian formado en 01'-
leans y Nio1't y estaba tan acostumbrada á huir,se
desbanda inmediatamente antes de poner~e en
marcha. El primero que echó á correr á escape
fue el mismo' Lechelle y una gran parte del ejé,'-
cito flue no se batia huye tambien con su general
á la cabeza y llega á Chateau-Gonthier, donde no
creyéndose todavía seguro, no quiso parar hasta
Angers.Entonces los valientes Maguncinosque nun-
ea habían perdido un pie de' terreno, se desban-
dan pOi' la pl'imera vez y la del'rota llega á ser ge-
neral. Son increibles los esfuerzos que hicieron
Beaupuy, Klébel~, Marceau y los representantes
Merlin y Turreau por detener á los fugitivos, pero
todo inútilmente. Beaupuy recibió un balazo en el
pecho y habiéndole llevado á una hal'l'aCa dijo:
11; f(HC me dejen aquí, y lleven Ú lnlS soldados mi




CONVENCION NACIONAL (1793). 409
« camisa ensangl~entada.» El valiente Bloss que
lnandaba los granaderos y era muy conocido por>
su rara intrepidez muere al frente de sus soldados
y últilnamente una parte del ejército se detuvo en
l.ion de Angers , y la otl'a no paró hasta Angers
mismo. Era general la indignacion :contra el co-
harde ejemplo que habia dado Lechelle echanda
á correr el priolero y los soldados murlnuraban
de él tan sin disimulo, que al dia siguiente en la
revista, el corlo número de valientes que hahia,
pel'lnanecido en sus banderas, esto es los l\lagun-
cinos, empezaron á gritar:: muera Lechelle , vivan Kll ...
ber y Dubayet, queremos á Dubayet. Al oir l.echelle
aquellos gritos se indispuso todavia mas contra los
de Maguncia y contra los generales cuyo valor le
causaba tanta vergüenza. Viendo los representan-
tes quelos soldados!no podian ya aguantar á Leche-
He se decidieron por fin á suspenderle, y propu-
sieron el mando á Kléber, el cual le reusó porque
no le acomodaba la situacion de un general en ge-
fe que siempre era el punto de mira de los l'epl~e­
sentantes , del ministro y de la comision de salud
pública, y lo único en que consintió fue en diri-
jir el ejército en nombre de otro. En consecuen-
cia se le dió el mando á Chalbos que era uno de
los generales de n1as edad del ejército, y previen-
do Leehelle las disposicion que hahían de tOlnar
los representantes contra él , pidió su licencia di-




410 REVOLUCION FIlANCESA.
ciendo que estaba enfermo, y se retiró á Nante~
donde murió poco tiempo despues.


Viendo Kléber el lastimoso estado en que se"
hallaba el ejército, dispersado una parte de él en
Angers y otra en Lion de Angers, propuso reu-
nirle todo en el misnlo Angers, y concediéndole
al gunos días de descanso y sobre todo dándole za-
patos y vestuario, reorganizarle de una manera
completa. Adoptose aquel parecer y todas las tro-
pas se reunieron en la ciudad. Pero es de adver-
tir que al retirarse Lechelle del mando, no se ha-
bia olvidado de denunciar al ejército de Maguncia
atribuyendo á aquelJos valientes una derrota de
que solo habia sido causa su cohardia. Ya habia
11lucho tiempo que aquel ejército inspiraba des-
confianza por su espíritu de cuerpo, por el apego
que tenia á sus generales y por su oposicion al es-
tado mayor de Saumur: pero los últimos gritos de
viva Dubayet , muera Lechclle acabaron de com pro-
meterle en el ánimo del gohierno. En cfecto no
tal'dó la comision de salud pública en cspetlir un
decreto ordenando su disolucion y que se ]c re-
partiese entre los dClnas cuerpos, encargando á
Kléber esta última opcracion. Por mas que esta
medida hubiese sido tonlada contra él y contra sus
conlpaiieros de arnlas, se prestó ú ella con buena
'7oluntad, porque conocia el peligro del espíritu de
rivalidad y de odio (Iue se iba introduciendo entre




CONVENCION NACIONAL. (t793). 411
la guarnícion de Maguncia y el resto de las tropas:;
pero sobre todo conocía la gran ventaja que debía·
seguirse de formar buenas cabezas de colum-
nas, q.ue sienda bien distl'ilnIidas padian comu-
nicar su propia fuerza á todo el ejército.


Mientras que esto pasaba en Angers, viéndose
los del Vendée libl'es de los republicanos en La-
val, sin que nadie se opusiese á su marcha, no sa-
bian que partido tom'at' ni á donde llevar la guer-
ra. Dos teatros se les presentaban iguahnente ven-
tajosos , pudiendo escoger entre la punta de Bre-
taiia y la de NOI'mandia. La estrenlidad de aque-
lla estaba fimatizada enteramente por los clérigos
y los nobles, y les hubiera recibido la pohlacion
con los brazos abiertos. El pai~ es sumamente de-
sigual y montuoso donde hubiera podido resistir
faciltn ente y por últilno se habrian encontrado en
la orilla del mal' y en comunicacion con los In-
gleses. Algo mas distante se hallaba lo últínlo de
la Normandia, ó península de Cotentin, pero era
mucho mas facil de guardar, porque en apode-
rándose de Port-Beil y San Cosnle, la cerraban
enteramente. Alli tenian tambien la ilnportante
plaza de Cherburgo , muy accesible para ellos por
el lado de tierra muy surtida de abastos de toda
especie y sobre todo muy acolll0dada para sus
comunicaciones con los Ingleses. Eran pues IIlUy
grandes las ventajas que ofi'eciall aquellos dos pl'O-




412 REVOLUCION FRANCESA.
yectos ,sin que presen.tase el menOl' obstáculo su
ejecucion ; porque solo estaba guardado el cami-
no de Bretaña por el ejército de Brest confiado al
mando de Rossignol y cuando mas constaba de
5 á 6 mil hombres mal organizados. El de Nor-
lnandia estaba defendido por el ejército de Cher-
burgo, compuesto de las levas en masa, prontas á
echar á correr al prilner tieo que se disparase; y
por algunos miles de hombres de tropas algo mas
regulares, que todavia no habían salido de Caen.
Poe consiguiente ninguna de estas dos 111aSaS po-
dia ser temible para la del Vendée, fuera de que
podia facibnente evitarse su encuentro con un po-
co de celeridad. Pero ignoraban los del Vendée la
naturaleza de los sitios y no tenian ni siquiera un
oficial que pudiese decirles lo que cran la Bretaña
y la NOl'mandia, cuales sus ventajas luilitares, y
cuales sus plazas fuertes. Por ejeJuplo , ellos esta-
ban persuadidos á que Cherbu L'gO estaba fortifica-
do por cllado de tierrra ; todo lo cual les impedía
acelerarse, aclaral' el calnino , ni hacer nada con
concierto y precision.


Por mas numeL'OSO que fuese su ejército, se ha-
llaba en un estado nlÍserable, como que todos
los principales gefes hahian muerto ó estaban he-
ridos, Bonchamps acababa de espirar en la orilla
izquierda, Elbée habia sido trasportado herido á
Noírmoutiers; Lescure herido tanlbien de una ba-




CONVENCION NACIONAL (1793). 413
la en la frente, le llevaban moribundo detras del
ejército y habiéndose quedado solo Larl'ochejac-
quelein hahia tenido que aceptar el mando del
ejército. Stofflet servia bajo sus órdenes y ya que
el ejército se veía precisado á ponerse en movi-
miento y aband'Onar el territorio donde estaba,
por lo menos era necesario organizarle; y no que
caminaba sin ól'den , llevando en medio de sí una
multitud de mugeres, niríos y carruages. En un
ejército regular los valientes, los débiles y los co-
bardes cuando se hallan en un mismo cuadro,
permanecen necesariamente juntos y se sostienen
recíprocamente, porque bastan pocos hombres de
valor para comunicar su energia á toda la lnasa.
Pero aqui sucedía, precisamante lo contrario,
porque no se conservaban las filas, no habia di-
vision alguna ni de compañias ni de batallones,
sino que cada uno caminaba con quien queria ,
y los valientes se reunían generalmente unos á otros
en número de 5 á 6 mil que estaban siempre pron-
tos á avanzar los primeros. Detras de ellos venia
un tropel mucho Hlenos seguro y únicamente útil
para decidir alguna ventaja echándose sobre el
enemigo ya desbandado; y por último detras de
estas dos bandas se seguia la masa confusa de gente
que está pronta á echar á correr al primer tiro. Asi
los tales treinta ó cuarenta mil hombres armados
se reducian en sustancia á algunos miles de valien-




414 REVOLUCION FRANCESA.
tes siempre dispuestos á batirse por temperamen-
to. Aquella falta de subdivisiones impedia tambien
formar destacamentos, destinar cuerpos á un
punto ó al otro ni tomal' ninguna clase de disposi-
ciones. Unos seguian á Larrochejaquelein, otros á
Stofflet, pero no seguian Inas que á ellos solos. Era
imposible dar órdenes, y lo único que se podia
conseguir era que siguiesen á uno cuando se les
daba cierta sefial. Stofflet no tenia 111as que algu-
nos paisanos seguros que iban á decir lo que él
Inandaba á sus camaradas, y apenas habia dos-
cientos lnalos caballos y unas treinta piezas 111al
servidas y peor cuidadas. Ademas de eso los haga-
ges entorpecian la llulrcha porque las 111ugel'eS y
los viejos para mayor seguridad procuraban me-
terse entre la tropa de los valientes y estorbaban
sus movimientos. Ya principiaba [1 introducirse
talnbien cierta desconlianza en los soldados res-
pecto á sus oficiales, porque decían que todo aquel
deseo de llegar al Oceano no era mas que para enl-
harcarse y abandonar á los pobres paisanos des-
pues de haberlos sacado de su pais. El consejo, cuya
autoridad habia llegado á ser ilusoria, se hallaba
talnbien dividido, por que los clérigos estaban des-
contentos de los gefes militares, y en fin hubiera
sido facilísimo destruir semejante ejércilo, sino
hubiera reinado el mayor desórden en el mando
de los republicanos.




CONYENCION NACIONAL (1793). 415
Era pues imposible que los del Vendée concibie-


sen ni ejecutasen plan algunoy asi despues de 26 di as
que habian pasado el Loira todavia no habian he-
cho nada en tanto tiempo. Mas al fin despues de
mil incertillumbres tomaron un partido y fué que
por haberlos dicho que Rennes y Saint-Malo esta-
han defendidos por tropas considerables, y que
Cherburgo tamhien lo estaba mucho por la parte
de tierra, resolvieron ir á sitiar á Granville que
está á la orilla del Oceano entre la punta de Bre-
taiia y la Normandia. La principal ventaja de este
proyecto consistia en acercarse á la Normandia,
que todo el mundo les pintaba como un pais muy
fertil y bien surtido, y en consecuencia se encami-
naron hacia Fougéres. Se habian reunido al paso
cOI1ÍI'a ellos unos 15 á t 6 mil hombres de leva en
masa que se dispersat'on antes de disparar un tiro,
y los del Vendée llegaron el 10 de noviembre á
Dol y el 12 á A vranches.


El14 del mislno mes se dirigieron á Granville
dejando en Avranches ]a mitad de su gente y to-
dos los bagages. COlll0 la guarnicion quiso hacer
una salida, ellos la rechazaron y se metieron con
ella en el arrabal que precede al cuerpo de la pla-
za, y entonces tuvo tiempo la guarnicion para cer-
rar las puertas, PCL'O quedaron dueños del art~a­
bal, y esto les proporcionaba muchas facilidades
para el ataque. Avanzaron hasta las empalizadas




~·16 REVOLUCION FRANCES;\
que se acababan de construir, y sin pl'ocural' apo-
derarse (le ellas, se limitaron á til'otear contra
las murallas, de donde les respondian con balas
y metralla. Allnismo tiempo pusieron algunas pie-
zas en las alturas inmediatas y estuvieron dispa-
rando inútilmente contra la cresta de los muros y
,contra las casas de la t:iudad. Por la noche se dis-
persaron y abandonaron e 1 arrabal, donde no les
dejaba un momento de reposo el fuego de la plaza
y se fueron á buscar fuera de tiro de caiíon aloja-
miento, viveres y sobre todo lurnbre porque prin-
cipiaba á sentirse demasiado el frio. Apenas puclie-
:l'on los gefes retener algunos centenares :de hom-
bres en el arrabal para continuar el tiroteo.


Al dia siguiente se convencieron mucho masde
su impotencia pal'a tomal' ninguna plaza cerrada,
porque aunque construyeron algunas baterias no
produgeron la menor utilidad. Volvieron á tiro-
tear de nuevo -á las empalizadas, y no tardaron en
desanimarse enteramente, cuando á uno de ellos
le ocurrió de repente la idea de a provecharse dt~
la haja marea para atl'avesar una playa y tontal' la
ciudad por el lado del puerto. Ya se preparaban á
ejecutar la tal intentona, cuando se pegó fuego al
arrabal por los representantes que estaban encel'-
rados en Granville. Entonces se vieron precisados
los del Vendéc á evacuarle y pensar en la retirada,
abandonando enteramente el proyecto de la tenta-




CONVENCTON N.\CTO~AI, (1793). ,'d7
ti va del pucrto , y al día siguiente se yolvieron:'t
A vra ndws á rcuni rse con los delllas y con Los bag'a-
ges. Desde aflllel instante ya llegó á su colmo el
dcsaliel~lO., quejándose Olas alnarg:Ullente que nun-
ca de los gefes que les habian sacado dc su país
con intento de abandonarlos, y pidieron á 'gl'itos
volver al Loira. En vano quiso hacer una tentativa
I .. arochejaquelein al fi'ente de los mas valientes
para llevarlos á NOrnlaIHtia, en vano taolbien se
puso en camino para Ville-Dieu y se apoderó de


,ella, porque apenas hubo lnil hombres que le si-
guiesen. El resto de la columna se volvió á la Bre-
taiia 11larchando hácia Pontorzon , (Iue es por don-
de habia venido , mas antes se apoderó de] puente
de BeatlX sobre el rio Selune, sin cuyo paso no po-
drja negar á Pontorso n.


Mientras qlle esto pasaba en Gl'anville se hahia
estado reorganizando el ejél'cito republicano en
Angers, y apenas se le dió el tiem po necesario para
el descanso yel ól'den cuando se le condujo á Rell-
nes con objeto ~ie reunirle á los seis 1ú,siete mil-
hombres del ejército dc Bl'est, manda('Ii~8 pc)!' Ho-
signoI. AlIi se habia acordado en un consejo d.e
guerra el plan que dcbia segllil'se para continuar
la persecucion de la columna del Vendéc. Chalhos
se hallaba enfermo y habia conseguitlo una licen-
cia pal'a quedarse atras á reponer su salud; y los
representantes le hahian dado á Rosig"nol el man-


VI.




418 RE\'OLUCION I~RANCESA
do en gefe del ejército del Oeste y del de Brest,
que tenian entre ambos de 20 á 21 lnil hombres.
Se resolvió que estos dos ejél'citos nlarchasen in-
mediatalnente á Antrain; que el general Tl'ibout
que se hallaba en Dol con tres ó cuatro mil hom-
bres pasase á Pontorson, y que el general Sepher
que mandaha seis mil soldados del ejército de
Cherburgo iria siguiendo á la columna del Vendée.
Por manera que no podia menos de ser envuelta
y destruida muy pronto hallándose entre el mar,
el apostadero de Pontorson, el ejército de Antrain
y Sepher que llegaba á A vranches.


Todas estas disposiciones se tomaban en el mo-
mento lnismo que los del Vendée salian de A vran-
ches y se posesionaban del puente de lleaux para
ir á Pontorson: esto es el18 de noviembre. El ge-
neral Tl'ibout, que no era mas que un declaIl1a-
dor sin conocimiento alguno de la guerra, no te-
nia que hacer otl'a cosa para guardar á Pontorson
sino ocupar un paso estl'echo que atravesaba un
pantano que cubria la ciudad, sin que nadie pu-
diese cortarle. Con solo hacer aquello im posibili-
taba dar un paso á los del Vendée ; pero inmedia-
tamente que vió al enemigo, abandonó el desfila-
dero y marchó adelante. Alentados los del Ve ndée
con la toma del puente de lleaux, cargan sobre él
vigorosamente, le obligan á ceder y aprovechán-
dose del desórden de su retirada le persiguen en




CO~VENCION NACIONAl. (1793). 4tH
el paso estrecho que atravesaba el pántano y se
hacen duelios de Pontorson , á donde nunca de-
bieron lleg"ar.


Gracias á aquella falta imperdonable hallaron
los del Vendée una ruta inesperada para poder
it' á Dol; pero no hastaba llegar alli sino que era
preciso ir á AntL'ain atravesando el grande ejérci-
to republicano. Con todo eso evacuaron á Pontor-
son y se adelantaron hacia Dol, siguiéndolos 'Ves-
termann, que sin reparar en nada arrastra con l\fa-
r¡gni-9 y con sus granaderos y se atreve á perse-
guirlos hasta Dol con una simple vanguardia. Les
alcanza en efecto y les hace entrar confusamente
en la ciudad; pero no tardaron en volver sobre
sí y saliendo del pueblo cargaron con tal vigor á
la vanguardia, que la hicieron retirarse á gran
distancia.


Continuaba Kléber dirigiendo el ejército con
sus consejos aunque otro tuviese el mando, y
propuso para terminar de una vez con la co-
lumna, bloquearla y hacerla perecer de hambre,
enfermedades y miseria. Eran tan frecuentes las
desbandadas en el ejército repuhlicano que no
podia menos de considerarse como muy espuesto
un ataque á vi va fuerza. Por el contrario, fortifi-
cando á Antrain, Pontorson y Dinan, quedaban
encerrados entre el mar y estos tres puntos forti-
{leados, eon lo cual y con que Westel'luann y




420 nEnH.UCIO~ FIL\N(~ESA.
Mal'ig'lli les lnolcslascll diariamEnle el'a negocio
concluido .. \proharon los l'Cpl'eSentantes el plan
y en consecuencia se dieron las órdenes para eje-
eutarle; pero oe repente llega un oficial de 'Ves-
tel'nlann y dice que si se quiere auxiliar á su ge-
neral y atacar á Dol pOl' el lado dc Antrain , mien-
tras que él acomete pOl' el de PonlOl'son iha á (IUC-
dar aniquilado el ejército eatólico sin recurso al·
guno. Se acaloran los reprQsentantes con afluclla
propo~icion, y Pl'ieur del Marl1(~, (pIe el'a tan
fogoso conlO 'Vestermann, hace que se camhie el
plan convenido y se decide qne marche Marceau
con una columna sobre Do] en concurrencia con
'Vesteenlann.


El dia 21 por la lnañana avanza este últilno ha-
cia Dol, y llevado de su ilupaciencia, no piensa
en asegurarse de si la colulnna de Marceau que
debia llegar ú AnLl'ain, estaha l'eal1nente en el
cam.po de batalla y sin reparar en nada rompe
el ataque. Correspondiole el enenligo con un fue-


. go muy vivo, y WesterIllann desplega su illEmte-
ria y va ganando terreno; pero empiezan á f:'lltal'
los cartuchos y entollces se ve lwccisado á reti-
rarse detras de una colina. Aprovechan el mOIllen-
to los del Vendée, se art'ojan sohre él y le <.lisper-
san. Entretanto Heg'a por fin Marceau ú la vista de
Dol, y los del Vendi'c "idnriosos se l'eunen con-
tra él, pero se mallluYo til'll1C durantc todo el




CO~"E~CION NACION.\ L (17~)3). 42 r
llia y conservó el calupo tIe batalla. Mas no pOI'
eso dejaba de sel' lnuy aventuL'ada :su situacion y
así solicitó que viniese Ktéber para que le ayudara
con sus consejos y auxilio:'1; acudió este y fue de
parecel' de que hiciera un nlOvirniento retrógl'ado
tomando una posicion fuel'te en las cercanías de
Trans. Estábase todavía dudando de seguÍ!' el dic-
támen de I{lébcl' cuando llegan los tiradores del
Vendée y hacen retrocedel' Ú las tt'opas, que se des-
handal'on al pl'incipio , pero no tardal'on en reu-
nirse en la posicion que aquel había indicado.
Entonces volvió Kléber á reproducil' su primer
plan, que consistia en fort!ficar á Antrain , y aun-
(lue se adil'ió á él, no quisieron ir"alli sino per-
lnanecel' en Tl'ans y fOl'tiLicarse para estár 111aS cer-
ca dc Dol. Mas como era tal la Ínstahilidad de to-
das las'" determinaciones "cambiaron de repente de
llíctúmen y se dcci(licl'on Ú tomar la ofensiva, úpe-
sal' del escarInienlo de la víspera. Envian un re-
fuerzo á \Vestermann Inandando que atacase pOL'
su parte rnicntras (Iue el ej{>l'cito pl'inci pal acome-
tia pOI' el lado de Trans.


En vallo oponía li.lébel' que las tropas de 'Ves-
tel'mann, dcslnol'alizadas con el suceso del dia an-
terior, no se sostendrían, pero insistieron los re-
presentanles y se resolvió el ataque pal'a el dia si-
guiente, C01110 en efedo se ejecutó. 3Ia~ el enemi-
go pl'eyino el 1I1Ovirniento atacando {¡ \Vestermanll




.\.22 REVOLL;CION FRANCESA.
y Marigni, cuyas fuerzas, por mas que hubiesen
sido reforzadas se desbandaron y no fue posible
contenerlas sino que dejaron solos á unos pocos
valientes que no tardaron en perecer. Victoriosos
los del Vendée, abandonan aquel punto y se di-
rigen hacia la derecha contra el ejército que venia
nlarchando desde Tl'ans.


Entretanto que ellos acababan de ohtener una
ventaja y se preparaban á conseguir otra, el ca-
llOneo habia asustado á los que se quedaron en
Dol y no habian salido al combate. Las mugeres
los viejos y los niños echan á correr de todos lados
y huyen hacia Dinan y hacia el mar, sin que pu-
diesen contenerles los clérigos con su cruz en la
mano. Stofflet y Larrochejacquelein acudian á to-
das partes para reunirlos y llevarlos hacia el ca-
n1ino de Trans, donde estaban los valientes que
les habian precedido.


No nlenor confusion reinaba en el campo prin-
ci pal de los republicanos, donde ni Rossignol,
ni los representantes, que mandaban todos á un
tiempo, pudieran entenderse ni ohrar. Rléber y
Marcean llen03 de pena se habian adelantado pa-
ra reconocer el terreno y contener el esfuerzo de
los del Vendée, y habiendo llegado Rléber en pre-
sencia del enelnigo, quiso desplegar la vanguar-
dia del ejército de Brest, pero se ]e dispersó al pri-
nler tiro. Entonces mandó avanzar á la hrigada




CON\'ENetON NACIONAL. (1793). 423
tIe Canucl, compuesta en gran parte de hatallo-
nes de Maguncia, y estos fieles, á su antiguo valor
resistieron durante todo el dia y fueron los únicos
que s~ quedaron en el campo de batalla, aunque
abandonados de todas las demas tropas. Pero la
handa. del Vendée que hahia hatido á Wester-
n1ann, les atacó por el flanco y les obligó á reti-
rarse. Aprovech[tndose de la ventaja les pet'siguen
hasta el mismo Antrain y fue ya indispensable
ahandonar tamhien este último punto retirándose
todo el ejército repuhlicano á Rénnes. .


Entonces fue cuando se conoció cuan pl~udente
había sitIo el díctámen propuesto por Klébcl' y fue
tanta la impresion que hizo, que ellnÍsnlo Rossig;-
nol llevado de uno de aquellos movirnientos de
que era capaz, se presentó el dia siguiente en el
<:onsejo tIe guerr3. con un papel en la lllano en que
hacia su dimÍsiou, y dijo: « yo no soy capaz dc
« manda e un ejét'cito, que 111e den un hatallon y
« cumplil'é nli deber; pero lo que es el mando' en
« gefe es IllUy supel'Íor á Inis fuet'zas. Aq ni está mi
« dirnision , y el que me la reuse es enemigo de la
« república. ») - « No hay dimision que valga, em-
« pezó ú gritaL' Pri e u r dell\Iarne , tu eres el hijo
({ querido de la comision de salud pública. Noso-
«b'os te dal'ernos generales que te aconsejen y
«respondan por tí de los sucesos de la guerra. »
Entretanto Kléber estaba desesperado de ver 10




REVOLUCION FlU.NCESA.


lnaL que era conducido el ejt;l'cito,'y propuso €l
único pbn (iue podia restablecer el estado de los
negocios, pel~o que era muy poco apl'opiado al
modo de peusal' de los l'cprcsentantes, Ú (l'licllCS
llijo que era necesario conservando el mando ú
Rossignol, nombrar un comandante en gefc de
las tropas, otro que mandase la caballería y otro la
artillería. Se adoptó la proposicion, y entonces tu-
vo valor para proponel' á ~Ial'eeau por eOllUlldante
en gefe, á \Vestel'manu para que 11landase la <.:aba-
Hería, y ú Debilly para la artillería, todos tres bas-
tante sospechosos como que pertenecían á la faecion
lHaguncína. Se disputó bastante acerca de las per-
sonas, pero al fin huho que cellcl' al ascendiente
tie aquel diestro y generoso nlilital', que tunaba la
república, no por exaltacion de cerebro sino pOI'
temperamento, pues servía con ulla lealtall y des-
interes adnlirables, y poseia la aficion y el ge-
llio propios de su oficio en grado cstraordinario.
IIabia propuesto ú Marcean porque disponia de
a(plcl valiente jóven y estaba seguro de su alnOi'
y confianza, contanllo con <{ue si Hossig;nol ({ueda-
ba retlut:itlo á la lHtlillatl , dirig·ido todo el lnismo
y t:onduiL' felizmente la guerra.


Se incorporó COIl los ejércitos de Bl'est y del
Oesle la di ViÚOll de ClwdJlLl'go (pie acahaha de
llegar de :\o!'lnandia, y salieroll todos de nénnes
vara cnc<lllli nal'se IJacla Allg(~l's donde Jos del V cn-




co~rENUON NACIONAL. (1793). 42;:)
dée procuraban pasar el Loil'a. Estos despues de
haber asegurado los Inedios para volver con su do-
IJle \' ictoria por el canlino de Pontorson y el de
.\.ntrain, pcn~al'on en restituil'.;e á su pais. Vol vie-
ron á pasar por Fougeres y por Laval sin tirar un
tiro, y proyectaron apoderarsc de Angérs para
pasar el Loira pOi' el puente de Cé, porque no les
habiadesengaiiado todavia lo ocul'ridoell Gl'anville,
de su impotencia p:1L'a tOInar plazas cerradas. En
d(~cLo se arrojaron el tres de tliciembre en los ar-
rabales de Augc!'s, y principiaron á tirotear con-
tra el frente de la plaza, lo cual continuaron taul-
hien el dia siguientc ; pero por lllas ardor que em-
pleasen para abrirse paso hacia su pais , de que so-
]0 les separaba el Loira, no tardaron en pcrder la
esperanza dc conseguido. Acabó de desanimados
111as la \' allg'ual'llia de \Vestcnnann que llegó el día
.} , y esto les decidió á aballdonar su elnpresa. En-
Lonces se pusieron en mal'cha remontando el Loira
y sin saber por donde le podrían pasal', querien-
(lo UllOS lleg'ar hasta SaUil1Ul' y otros hasta Blois;
pel'o mieutras (iue deliberaban sobre ello sobl'e-
vino IHébel'con su divisÍon por la calzada de Sau-
n1ur y les obligó á echal'se de nuevo en la Breta-
iía'. ViérOllSC pues aquellos infelices careciendo de
YÍ veres, de zapatos, de carruajes en que llevar á
sus f:unilias y diezlna(los por una enfermedad epi-
tl(~mjl'a ? errantes de nuevo por la Bl'eLaiía sin Cll-




426 REVOLUCION FRANCESA.
contrar ni salida ni asilo. Estaban selnbraclos los·
caminos de despojos suyos, y en un bivac :donde
habian estado delante de Angers se encontraron
algunos niños y mugeres muertos de hmnbre. Ya
principiaban á· persuadirse que la convencion so-,
lo queria vengarse de sus gefes y muchos de ellos
tiraron las armas para huir á c31TIpotraviesa y úl-
timanlente las relaciones que les habian hecho de
la comarca de lUans, de la abundancia que alli
encontrarían y del espíritu de los habitantes, les
decidió á dirigirse alli. Atravesaron por la Fléche
de que se apoderaron y entraron en l\Ians des-
pues de un lijera escaranluza.


Ibales siguiendo el ejército republicano en el
cual se habían suscitado nuevas quejas entre los
generales, pero IUéber intinlidó á los nlaS cabilo-
sos á fuerza de firmeza y obligó á los representan-
tes á que enviasen á Rossignol á Rennes con la di-
vision del ejército de Bl:est. Entonces espidió la
comision de salud pública un decreto enviando á
:Marceau el 110nlbran1Íento de general en gefc y
destituyó á todos los generales lUaguncinos dejan-
do á l\Iarceau la facultad de servirse provisional-
lnente de Rléber. Por su parte Marceau declaró
que de ningun modo aceptaria el mando sino es-
taba Rléber ú su lado para que lo dirigiese todo.
Al tiel11pO de aceptar el mando le dijo Marcean
estas palabras; « yo acepto para mí el disgusto y




CONn~NCION NACIONAL (1793). 427
{( la responsabilidad de este mando pero tú ten-
ce drús la direccion absoluta de l,as operaciones y
« yo te daré los medios para que puedas salvar el
« ejército. » -Kléber le respondió: «No tengas
« cuidado, que juntos nos batiremos y juntos nos
({ guillotinarán. »


En consecuencia se pusieron inmediatamente
en marcha y desde aquel momento todo fue con-
ducido con unidad y fir1neza. La vanguardia de
'Vestermann llegó á Mans el dia 12 de dicienlbre
é inmediatanlente cargó á los del Vendée , causán-
doles una gran confusion, pero algunos 111illares
de valientes conducidos por Larrochejacquelein
,·inieron á presentarse en hatalla delante de la
ciudad y obligaron á 'Vestermann á replegarse
sobre Marceau que llegaba con su division, mien-
tras que Rléher estaba todavia en' la retaguardia
con el resto del ejél'cito. A pesar de que era de no-
che queria atacar W cstermann inmediataIncnte y
Marceau dejándose llevar de su ardiente tempe-
ralncllto, aunque temiendo los cargos que podria
hacer l\JéLer, cuyo vigor frio y sereno no se de-
jaba nunc~ entusiasmar, estaba algo dudoso, pero
al fin instado de nuevo por 'Vestermann, se de-
cide y ataca á Mans. Elnpiezan á tocar las canlpa-
nas á rebato y comienza la desolacÍon por la ci u-
dad mientras que Westermann y lUarceau' se pre-
cipitan por ella á media noche, lo arrollan tOllo




428 REVOLUCIO~ FRANCESA.
y á pesar de un fuego tenible que les ha<.:ian t.ies-
de las casas, rechazan á la mayor parte de los del
Vendée hasta la plaza. Manda Marceau cortal' á
derecha é izquierda las calles que venían {l dcsenl-
hocar en ella y deja de esta suel'te bloqueados [t
los del Vendée. Sin embargo su situacion era bas-
tante aventurada, pol'(lue se hallaba comprometi-
do dentro de una <.:iudad Cll mitatl de la noche,
donde podia haber sido cercado y envueltú. Al
instante destacó un a viso á Rléhel', rogúndole que
acudiese lo mas pronto que pudiera con su tlivi-
sion, y este llegó efectivamente al romper el dia,
La Inayor parte de ]os del Vendé habían huido,
y solo quedaban los mas valientes para protege l'
la retirada: les cargaron á la bayoneta, les deshi-
cieron , les dispersaron y principió una hOl'l'ible
rnatanza en la ciudad.


Jamas derrota alguna hahia sillo igualulCl1le
mortífera, y en ella se ¡ hiciel'on tambien prisio-
neras una multitud de lnugeres. l\Iarceau salvó á
una joven que habia perdido á sus patlres, y en
medio de su desesperacíon pedia que la diesen la
111Uerte. Era hermosa y modesta, y Marceau lleno
de consideracíon y delicadeza, la recogió en su
coche y la nlandó deposital' en lugar seguro. Es-
taban las canlpiñas cubiertas de despojos de aquel
gTan desastL'e, y \Ve5tel'Jl1ann infatigable perse-
guia á los fugitivos y llenaba de cadúvcres los ca-




CONVE~CION NACIONAL (1793) 429
lninos. No sabiendo los desgraciados á donde huil'
volvieron por tercel'a vez ú entrar en Laval , de
donde salieron inmediatamente para dirijirse nue-
vamente hacia el Loira, intentando pasar aquel
rio pOl' Ancenis. Larrochejacquelein y Stoffiet se
arrojaron it la otra orilla para ir segun se dijo á
])uscar harcas y traerlas á la orilla derecha, pero
no volvieron mas y se asegura que les fue del to-
do ilnposible. No pudiendo verifical'se el paso y
privada ]a columna de la presencia y apoyo de
sus dos gefes , continuó bajando por la orilla del
1'io, siempre perseguida y siempre buscando inú-
tihnente algun paso. Por último desespel'ada y sin
sal)(~l' donde dirijirse resolvió huir h:lciél la punta
de Bretafla en el Morbihan y llegó á Blain , donde
todavia consiguió una ventaja con su retaguardia,
y desde allí pasó á Sayenay , de donde esperaba
poder entral' en el lUorbil1an. *


Estos líltimos sucesos v todo cuanto habia precedido
en esta desastrosa gucrra, confirllJa lo que tantas veces hemos
dicho en diferentes notas, á saber que los jacobinos y el fu-
lIesto influjo que ejerciel'On a~i CH ella como en toda la
revolucioll J 110 sirvieron para otra cosa que para retardar y
hacer frecuentemente imposihle y siempre odioso el triunfo
de la especie de libertad que ellos se proponían. No hubo el1
toda la Francia de aquel tiempo hombres mas cobardes y mas
indignos de la victoria que los jacobinos, pudiendo decirse
que la revuluciou tl'iuuró <.l pesar de cll(IS por la sola justicia
del principio á qnc debió su origen :;in (lUC ellos y su secta




430 REVOLUCION FRANCESA.
Iban siguiendo los republicanos sin descanso y


llegaron á Savenay la tarde misma que ella habia
entrado alli. Tenia aquel pueblo el Loira á su iz-
quierda, unos pántanos á la derecha y un gran
bosque delante, el cual conoció Kléber que era
importantísimo ocupar en aquel mismo dia, y
hacerse duello de todas las alturas, á fin de ani-
quilar por la marIana á los del Vendée en Save-
nay mismo antes que tuviesen tiempo de salir. En
efecto lanzó la vanguardia sobre ellos, y aprove-
chando personahnente el instante en que dcsenl-
bocaban del bosque para rechazar la dicha van-
guardia, se arrojó atrevidamente con un cuerpo
de infanteria y les obligó á salir de él á toda pri-
sa. Entonces huyeron ellos á Savenay y se encer-
raron allí, sin dejar por eso de hacer un fuego
vivo dUl'ante toda la noche. 'Vestermanll y los re-
presentantes proponian que se atacase illll1edia-


sirviesen para otra cosa que l)ara aglomerar ohstáculos y ca-
lumniar á la revolucion. Esto mismo puede decirse de la in-
tervencion de los representantes en los ejércitos, pues para
algunos pocos que en efecto prestasen verdaderos servicios,
hubo centenares de ellos que solo sirvieron pal'a introducil' la
confusion ,la indisciplina y la insubordinacion de los solda-
dos y subalternos. La guerra del Vendée huhiera concluido
dos meses d~splles de la llegada de la guarnicioll de Magun-
cia , sin los Rosignoles, Jos Ronsines, los Lechellcs y toda la
caterva de representantes ignorantísimos y embrollones.


(N. del T.)




CONVENCION NACIONAL (1793). 431
tamente para acabar con todo en la noche misma,
pero Kléber que no queria perder por una falta
una victoria segura, declaró positivamente que
no se atacal~ia y escuchándoles en una serenidad
imperturbable, les dejó decir cuanto quisieron sin
responder á ninguna provocacion, y de este nl0do
estorbó toda especie de movimiento.


Al dia siguiente 23 de dicienlbre antes de ama-
necer ya estaba á caballo con ~Iarceau , recorrien-
do la linea, cuando los del Vendée desesperados y
no queriendo sobrevivir á quella jornada, se pre-
cipitan los primeros sobre los republicanos. ~Iar­
ceau marchó con el centro, Canuel con la derecha
y Kléber con la izquierda precipitándose todos so-
bre sus enemigos y replegándolos de todas partes,
Kléber y Marceau se reunen :en la ciudad, to-
man á su ~ ado toda la caballeria que pudieron y
se lanzan en su pel'secucion. lUas como el Loira y
los pantanos imposibilitaban toda especie de re-
tirada, murieron un gran número á bayonetazos,
otros fueron hechos prisioneros, y otros consiguie-
ron salvarse. Aquel dia quedó enteramente des-
truida la colulnna, y verdaderamente terminada
la gran guerra del Vendée.


De esta suerte aquella desgraciadísima pobla-
cion, sacada de su pais por la imprudencia de sus
gefes, y reducida á buscar un puerto para refu-
giarse entre los Ingleses habia llegado en vano á




UEVOLVCION FRANCESA.


ponee un pie en las aguas del Occano. No habi{,ll-
do po:litlo tomar á Granville , se habia visto en la
precision de volver al Loira sin encontrar pordon-


-de pasarle, y arrojada segunda vez á la Bl'cta-
fla, tuvo que volver desde esta al Loira, cuya
harrera inlpenetraLle ocasionó su ruina completa
entre Savenay, el Loira y los pántanos. Quedó en-
cargado 'Vestermann con su caballeria de perse-
guir los restos fugitivos del Vendée, y Ii.léher y
l\'larceau se volvieron á Nantes, cuya poblacion
les recibió el 24 con ulla especie de triunfl), y el
club jacobino les presentó una corona cívica.


Si SE' considera de un modo general esta llle-
1110rable calnpaña de 93, no puede menos de mi-
rarse como el mayor esfuerzo que haya podido
hacer janlas una sociedad amenazada. En el afío
anterior de 1792 todavia no estaba la coalicioll
hien completa y habia obrado sin union y sin ,"i-
gOl'; porque los Prusianos intentaron en la Cham-
paña :una invasion ridícula, y los Austriacos se
habian limitado en los Paises Bajos á bomIJll1'lle<il'
la plaza de Lille. Los Franceses en su primera exal-
tacion rechazaron á los Prusianos del ot1'O lado
del Rhin, como á los Austriacos mas allá dell\Io-
sa conquistaron los Paises BaJ· os Marrunci'l la


, , tl "


Savoya y el condado de Niza. Mas el año famos o
de 93 se anunció de una manera muy difprente
porque la coalicion se habia aumentado con tres




(o~rE~CIO~ "",\CIO:\'.\1. (17~rl\.l3~l
pnl(~Il('ias mas ([ue hasta entonccs habian pCl'-
Jnanecido neutl'alcs. La 'Espaiía irritada con lo
of'HlTido cn 21 de enero hahía puesto 50 mí I
hombres en los Pit'ineos ~ la Ft'ancia habia obli-
~ado á Piu [t declal'arsc; y la Inglaterra y la Ho-
landa hahian cntrado r. un tiempo en la coalicÍon,
({tIC dc cste modo se encontraba con dobles fuer-
zas, y con rnas certeza de los recursos del cnemi-
go contt'a quien tenia que cOlllbatir y así las au-
nlcntaha progrcsivalncnte y se preparaba á un es-
fuerzo decisivo. Por eso la Fl'ancia se veía prc-
cisada , como en tiempo de Luis XIV á resistir el
atéHluc de toda la Europa, sin que pueda decl rse
esta vez (pIe se hahia atra] (lo a(Inel concurso de
enemigos pOL' su ambicion, sino por la justa cólera
<Ine la inspiraba la intcl'vencion de las potcncias
en sus negocios intel'ior('s.


Desde el mes (le marzo princi pió Dumol1l'ipz
con un rasgo tcmcrario queriendo invadíl' la Ho-
landa arrojándose en unos harcos. Entre tanto Co-
boul'g sorprclldió Ú sus teniente,.., ~T Jos I'cpeliú al
olI'O lado del Mosa ohligúndole ú a mismo ú n~lli l'
Ú ponel'SC al frcnte de su ej~l'eito. Este se "iú ell
la [>l'ecision de dae la hatalla de Nenvindc, la ellal
estando ya ganada, flaqueó el ala derecha .Y 1'('-
pasó el GeLta , tenicndo <IUC (\mpl'f~lld(,l' la retira-
da y pCl'dimos la Bélgica en pocos dias. Entonces
los rcvcse3 mismos agriaron Jos ánimos; V Dumoll-
~. ~¡


\' J.




434 REVOLUCION FRANCESA.
riez fastidiado del gohierno, rOlllpió con él y se
pasó á los Austl,iacos. En el mislllo instante batido
Custine en Francfort, echado hacia el Rhin y se-
parado de Maguncia, dejó á los Prusianos que blo-
queasen aquella famosa plaza y principiasen el
sitio de ella, al mismo tiempo que los Piamonte-
ses nos rechazaban en Saorgio y los EspallOles in-
vadian los P~irineos. Ultimamente las provincias
del Oeste viéndose priva(Ías de su culto y deses-
peradas con la leva de 300 rnit hombres, acaba-
Lan de insurreccionarse en nOlubre del trono y del
altar. Entonces exasperada la Montaña con la de-
sercion de DUlllouriez , con las derrotas sufridas
en los Paises Bajos, en el R hin, en los Al pes y
sobre todo con la insurreccion del Oeste no guardó
ya nl0deracion alguna, arrancó á los girondinos
del seno de la con vencion y se deshizo de este 1110do
de todos los que todavia podían bablada de tem-
planza. Este nuevo esceso la produjo nuevos ene-
migos , pues de 83 departamentos se sublevaron
67 contl'a aquel gobierno que tenia que luchar á
un mismo tiempo contra la Europa, contra el Ven-
dée realista y contra las tres cuartas partes de la
Francia confederada. Tambicn perdimos en aque-
lla época el campamento de Famars y al valiente
Dampierre mientras se concluia el bloqueo de Va-
lenciennes y se estrechaba el sitio de :Maguncia
añadiéndose á estas desgracias el paso del Tech




CONVENCTON NACTOXAL. (t793). lj·35
por los EspaJ101es que amenazaban á Perpiilan , la
toma de SaumUl' por los del Vendée, el sitio de
Nantes, y los preparativos de l.)s federalistas para
venir desde Lyon, Marsella, Burdeos y Nantes
contra Paris.


Desde todos estos puntos se podia intentar una
marcha atrevida á la capital y acabar con la revo-
lucio n en pocas jornadas, suspendiendo por largo
tiempo la civilizacion europea. POI' fortuna prefi-
rieron sitiar plazas, y ya se acordará el lector de la
firmeza con que la convencion logró someter á los
departamentos, con solo mostrar su autoridad y
dispersar á los imprudentes que se habian adelan-
tado hasta V ernOll; y la felicidad con que fueron
rechazados de Nantes los del Vendée, y detenidos
en su nlarcha victoriosa. Pero mientras que la con··
vencion triunfaba de los federalistas, los cIernas ene
migos habían hecho progL'esos estraordinarios , to-
Dlando á Valenciennes y Maguncia despues de unos
sitios 11lemorables. La guerra del federalismo oca-
sionó dos sucesos desastrosos que fueron el sitio
de Lyon y la traicion de 1'olon, y últimamente el
Inis1110 Vendée, aunque encerrado en el cuadro
del Loira, el mar y el Poitou por la feliz resisten-
cia de Nantes habia logrado rechazar las columnas
de Westermann y de Labaroliél'e que habian in-
tentado penetrar en su seno. Jamas hubo situa-
don mas grave, pues ya los colir'ados no estahan




r..E\'OLUCIO~ FIL\~CESA.


contenidos ('11 el ~orle ni ('!l el nhill por sitio al-
guno: LyOll y Tolol1 ofl'pcian apoyos Inuy sólidos
(¡ los Piamonteses, pI \~ pnd(:(' parecia indomable .y
ofl'ecla un apeadero ú los Ingleses. Entoncf'S tile
cuando la cOl1yencion llanlú ú Paris ú los represen-
tantes df' las asambleas prilnal'ias dúndoles ú jurar
y de fender la constitucion del alío In,y (leci{liú COIl
el10s que la Fra neia toda entera, asi los hombres
como las cosas quedaban ú disposicioll df'l go-
bierno. Tatllhien se decretó en tOllces la leva en ma-
sa dividida por generaciones,y la l:\cultad de em-
hal'gar todo cuanto fuese necesario para la guerra;
entonces se instituyó el ~Tan libro y el préstamo
fOl'ZOSO sobre los ricos para impedir la circu]acion
de una parte de los asignados y realizar la colo-
cacion forzada de los bienes nacionales; entonces
se dirigieron dos gTandes ej(~l'citos contra el Ven-
dée, se trasladó aU í ell posta la guarnicion de Ma-
guncia, se resolvió incendiar aquel desf;l'aciado
país y conducir su pohlacion ú otra parte. Ulti-
mamcnte entró Cal'_ ot Pll ~1a comision de salud
pllblica y principió ú iiltroducir el ól'llen y unifor·
rnidad en las operaciones militares.


Habianl0s perdido el l'~llnpO de Cesar, y IGlmai-
nepo1' Inedio de' una g-Ioriosa retirada habia
~alYado los resto~ del í'jél'cito del Norte. Los In-
gleses se dil'ijieron ú DUllkenplf' y le pusieron si-
tio mientras que lo., Austriacos atacaban el Ques-




CO~VE~CIO~ NAClO~,\L (1793). !-.:37
noy. Dil'i j ¡ose ulla Illasa rúpitlamcnte desde Li He
:l las espaldas del duque de York, y si Houdlard,
(JlLe en aq \leIla ocasion lllallllaba 60 lni1 franceses
llllbiel'a cOInpl'endido el plan de Cal'llot y dil'ijí-
dose sobre FUl'ncs, no hubiera podido salvarse ni
un ingles. Pel'O cn lugar de situarse elltl'e el cuer-
po de obsel'vacion y el sitiallol' ,tomó una marcha
djl'(~cta y oblig'ó ú que levantaran el sitio, dando
la feliz halalla de Hondtschoolte. Esta fue nues-
tra priIner victoria ') que salvó ú Dunkcrf[ue , pri-
vó {l los Ingleses de tOllos los frutos; de aquella
guerra y nos restituyó el gozo y la esperanza.


lU uy luego v inipl'on nuevos reveses á camhial'
en pesar a(luella alegria, porque fué tomado el
QlH~snoy por los Auslriaco:;; se ltelló de tt-'iTOl' pú-
nico ;el ejército de Houchanl en ~Iellin, dispcl'-
súnaose enteramente; los Pruúano:-; y Au.,tl'iacos,
Ú quienes lladie pndia ya cOlltcllel' dc:~pues de la
toma de Maguncia, se avanzaban poe las dos ver-
tientes <le los Vosf?,'os, amenazarOll las li neas tI ~
\Vissembui'go , ~' llOS batipl'Oll en diferentes en-
nlentl'OS. Los L,yo'le:·;es s(~ resistian con VigOL' , los
Pialllol)tcs(~S habían recobrado la Savoya y bajado
hacia L~rOIl para poner Iluestro ejército entre dos
fuegos; llicanlos hahía pasado el Tet é illtern:du
"iC mas acú d(~ Pel'pillan; últiruLlmClltt' la (livision
d(~ h'i tropas dd O¡'-ill' :~Il dos ('j(:rcit()~ , el de la
BodH·1a v el <k Bn'sl, hahia impi~di'lo (,1 (~\ito dd




¡~38 REVOLUClON FllANCESA'.
lllan de campai'la concertado en Saumur el dia 12
de setiernht'e. Canclaux mnl auxiliado por Hossig-
nol se habia encontrado solo haciendo punta en
el centro del Vendée y tuvo que replegarse á Nan-
te3. Hácense entonces nuevos esfuerzos: se comple-
ta la dictadura y se reconoce abiertamente insti,-
tuyendo el gobierno revolucionario; auméntase la
autoridad de la comision de salud pública en pro-
porcion del pelrgro; se ejecutan levas en lnasa-,
(lue engruesan los ejércitos con una multitud de
gente sacada por requisicion ; esta ocupa las guar-
niciones, y da lugar á que las tropas organizadas
pasen á la linea; y por último la convencion or-
dena á los ejércitos que venzan en un término
señalado.


Los nledios que habia tOlnado producen sus
inevitables efectos, porque reforzados los ejércitos
del Norte, se concentran en Lille y en Guise; y
los coligados se dirijen á Maubeuge con intencion
de tomada antes del fin de la campar la. Pero Jour-
dan, quP. habia salido de Guise presenta y gana
contra los Austriacos la batalla de 'Vatignies , y
hace levantar el sitio de lUaubeuge , C01110 hahia
hecho Houduud con el de Dunkerque. Los Pia-
nlOnteses fueron rechazados del otro lado del mon-
te de San Bernardo pOl' Kellerman ; Lyon , inull-
dada de levas en masa es tomada por asalto, ni-
cardos fue tambien repelido al otro lado del Tel ;




CONVENCION NACIONAL. (1793). 439
yen fin los dos ejércitos de la Uochela y de Brest,
reunidos bajo el único mando de Lechelle , que
dejaba obrar libremente á Kléber destruyeron á
los del Vendée en Chollet ,y les obligaron á pasar
el Loira en el mayor desórden.


U na sola desgracia turbó el gozo que dehian
causar semejantes acontecinlÍentos y fue que se
perdieron las lineas de Wissemburgo. Pero no
quiso la comision de salud pública terminar la
campafía anLes fIue se reconquistasen, y el joven
Boche general del ejército dell\'1osella, desgracia-
{lo pero ,'aliente en Rayserlautern fue elogiado
á pesar de haber sido batido. No pudiendo desa-
lojar á Brunswick, se echó sobre el flanco de
\Vrumser, y en aquel lllomento reunidos los dos
ejércitos del Rhin y del l\'1osella , rechazaron á los
Austriacos nlas allá de Wissemburgo, obligaron á
Brunswik á seguir aquel movimiento retrógrado,
desbloquearon á Landau , y acamparon en el Pa-
latinado. Fue reconquistada Tolon por una idea
feliz y por un prodigio de osadia ; y últimamente
los del Vendée á quienes se creia destruidos, pero
que en su desesperacion se habian arrojado cn nú-
lnero de 80 mil individuos del otro lado del Loi-
ra y buscaban un puerto para echarse en brazos
de los Ingleses, fueron rechazados de las orillas
del Oceano, igualmente que de las 1'i veras del Loi-
ra, y oprimidos entre aquellas dos barreras que




"-iO HEYOLVClO~ FIUNCESA.
Bunea pudieron salvar. Solo en los Pirlu('os ha-
hian sido desgraciadas IlllesLras armas, pero 11 o
]lahiamos penlido l11as (Iue la linea del T(~clt , y
todavia acampúbamos delante de Perpillall.


De csLa suerte ,HIllel alío gl'LlIlde y Lerrible !Hb
Jlntestra Ú la Europa oprimiendo á la revolucioll
eOIl todo Sll peso, lIacil~lldola espiar sus prirnel'os
tl'iullfos de 92 impeliendo sus ejl~l'ciLoS hacia atras
penetrando por Lodas las fronLel',iS :'l un tiempo; .Y
una parte de la Francia insul'reccionúndose y <tlta-
diendo sus esfuerz.os ú los de las potencia s enemi-
gas. Entonces se inita la rcvolucioll; estalla su có-
lera el 31 de mayo en cuyodia se Cl'ea nuevos ene-~, ~
Jnigos, y parece pronLa á sucumbir contra la En--
ropa y las tres cnartas partes de sus provincias re-
heladas. Pero bien pronto hace entl'i.ll' en su de-
he!' ú sus enemigos interiores, levanla l.Hl milIoll
de hombre,.; á un tienlpo, hale ú los Ingleses en
rIondtschoote , es batida de nuevo, pero redobla
sus esfuerzos, gana una batalla en \Vatignies, l'e-
cobra las líneas de \ViSSCll1hul'go, cclta á 10sPia-,
1110 n Leses del oLI'o lad o de los Alpes, tOlna á L yo 11
y á Tolon y desLruye dos, eees ú los del VClldée,
nlla en su propio pais'y la seg'unda en BrcLaüa.
~ Ullca se 1.a prcsentado un espectáculo nlaS ~Tan­
de \' djg-Ilo Ú la admil'acion V ú la imitaeioll de


.: (-' .. '


los pucblos. La Fraucia habia rccohrado todo lo
pf'l'dido, es('ppLo ú C()lld(:~ Valcll('iellllcs y alg-n-




-


CO~\'E:\"CIO" :\" ,\CJOXAL (1793). Vd
nos rucdes cn el Rosscllon. Por el cOlltl'al'io las
potencias de Europa j que habian lucltado juntas
contra una sola j no babiall conseguido nada , Sf~
acusaban ullas Ú otras, y se echa])an la culpa de
lo vergonzoso de la (·'lI11palla. La Francia acaba ha
de organizar sus recursos j y dehia apal'CCCl' nlU-
dIO mas rormidahle al ailo siguiente.


'-'






NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO. SESTO.


PAGINA 58tJ.


1 Nada sabemos de este general de' division AmlJcrt,
sino que le mataron al año siguiente estando en el ejér-
ciLo de .Moreau.


PAGINA 586.


2 Pocos sal)l':m tal vez que Pichegru, siendo un ge-
neral muy distinguido, detestaba la guerra como el mas
deplol'uble de los males. Sin embargo á ella sola debió
todo &u lustre pues elevado poI' la revolucion ascendió
muy pronto ú los primeros grados, aunque no tardaron
tampoco en indignarle sus cscesos. Nació en Ad}Qis en
17Gl y cSlud,ió en el colegio de lus Minimos, llegando
despues ú ser catedl'útico de matemáticas en la escuela
militar de' Bl'ienne que dirigian aquellos religiosos. El
fué quien dió las primeras lecciones de esta ciencia ú Bo-
napal'le, y solo dejó la cátedra para pasal' Ú ser oficial
cuando estallÓ' la revolucion. I-liciéronle comandante de
Ull batallon de volunlal'Íos del departamenlo del Gard y
le disciplinó y condujo al ejército del Rhin. Alli llegó en
poquísimo tiempo ú general de division y se atrevió á
aceptar ú tines de 1795 el mando en gefe de aquel ejél'ci-
to, ú pesar de que los tres inmediatos predecesores suyos
habían muerto en el cadalso: Custine, Beauharnais "de
llroglie. :Mudó el sistema de guerra seguido hasta enton-
ces porque conoció que le era imposible luchal' con gl'an-
des masas sino dividiendo las suyas en guerrillas de tir'a-
dores, que ocasionaban pérdidas diarias al enemigo, ])fas
1IU era entonces de moda este género de guerra y PO}'
eso solo se dió el mando de su ejército á Iloche , quedan-




NOTAS


do él sil'viendo ú las ól'llelles d(~ qllle/l hahía sitIo su
sulJalte\'llo, pCl'O si,'vió y sirvió tan biell qUf' 110 plldil~I'UII
mellCJS de cOllfiade el mando del ejél'(~ito del "urtl'. Hubo
de oq,allizarle pues se hallaba en malísimo estado y pro-
lIletió triunfos á la lomision de salud púhlica COII 1.:11 que
se le diese cal'ta blanca y 110 s(~ le sujetase á los plallCS
de Carnot, que podrian ser Illuy buellos, pCl'O inaplka-
hles al estado de aquel ejército. En ('ferio hizo pl'Odijios
en la Bélgica y en la Holanda lIf'gallllo ('~ caso d(~ intimar'
la relldicion á la escuadl'a inglesa y tomarla el 20 de (,lIe-
1'0 179;) al frente de Ull escualh'o/l de húsares, cllyos
por menores se Y('l'ún lllas adelallte ('11 d ClIt'J'pO de esta
historia . .No quiso cOllfoflllal'Se COIl pi inhumallo t!(,cJ'cto
de la conveUclOIl de dat' nlltel'lI~ :í los lllbl(~s(~s y dl~"pHes
de haber impedido el saqueo , reusó los regalos que ill-
tentaron hacerle los Holandeses agl'adeeidos. Pasando
desde aquel ejército victorioso á mandar otra wz (,1 del
Rhin, reprimió el 20 de abl'il del llIismo año una insm'-
receion dirigida contra la convencioll, sill .~lllbaq:;o del
altísimo despI'ceio con que la mil"aba. El'a en erecto tan
insoportable y fCl'OZ su gobiel'no, qun la mayol' pal'te de
los Fl'aneeses deseaban l'etl'oef'd(~l' al de sus antiguos pl'Ín -
cipcs, Ó ú lo menos al dtJ la unidad, y esto hu: lo que
(lcspertó en su corazon sClltillli(~lltos lllonúl'quicos. Creyó
Pichegl'u al escuchar con tanta 1:H'ilidad las p\'oposicio-
nes de Condé que en ello abrazaba la eausa de todos y
q Lle el pl'oyecto era tan útil como f~\eil de ejecuta!'. Pero
ni Condé, ni los Austl'iaeos ni Illucho IlH~nOS los Ingleses
se decidieron ú dar las ~al':llltias que (~xigia [);\I';I que 110
ocupasen el terl'Ítol'io fl'allc(~s llIas que los emigl';ldos y Sil
gefe. ~lontgaillanl qlW (~I'a UIlO ¡Jt" lo::. ,Igenh's dí' la in-
triga, fue qlli('n le denllllcíó al clllf,ctorio ; P(,I'O Piche-
gl'll era entonces una potencia ~" se coutental'OIl COII qui-
tal'le el 1ll~\l1l1o, En 17!)7 le eligieroll pal'a el cuerpo le-
gislativo y dirigió muy lllal aq \leila oposieioll de que pra
gefe cuyo objeto se di1'Ígia Ú l'cstablcecl' la mOllarquia Ú
fuel'za de deel'Clos , enalldo HO podía sedo sino pOI' UIl
golpe atrevido, El cOllde de llochreoll(' 1(, pl'OpUSO apo-




DEL TrL\DUCTOR.


d('('arse del dil'~Nol'io al frente oe los Chouanes que ha-
hia intl'oouci(lo ~n Paris : no qniso hacerlo, y Augereall
le prendió á él , como el otro le habia predicho. Le de-
pOl'taroll á la Guiena, de uonde se escapó esponiéndose ú
mil prligTos. Vino ú Londres, donde le recibieron muy
hien y lIl"gó á sel' gefe de una conspit'acion en fayor de
los Borholles. En 180-1, pasó á Pal'is , y allí le vendió á
peso de 01'0 un tal LelJlanc, á quien no se le pagó la
suma pl'ometida. Le metiel'on en un calabozo y allí se le
enconll'ó muerto. ¿ Como se vel'ificó esto? Nadie lo sabe
á punto tijo ; lo cierto es que habiéndose llevado su ca-
dúwr al palacio de justicía, no permitieron los centine-
1:18 que nadie se acercase á verle diciendo únicamente
que se habia ahorcado. Napoleon, que ciertamente no
en\ amigo suyo, drcia en Santa Elena al Dr. O'Meara que
consideraba á Pichegnt como el mayor general de la re-
pública.


PAGINA 390.


3 El l\'lal'flllCS de Lapoypc el'a ya m:ll'iscal de campo
cuando principió la revolucion y abrazó su partido con
ardor. La brillante conducta que tUYO en el sitio de Tolon
le valió una Illellcion honrosa en el acta de la convencion,
y el gohiel'llo de IHal'snlla, donde ayudó bastante á todas
las tropelias que aHí hicieron los proconsules y en particu-
lal' ~l las que tomó su cuñado ~-'reron. Su muger habia si-
do pl'isionera de los IlIgli-;ses en Tolon y aunque cO[TierOIl
yocrs de que hahia sido asesinada, ella misma desmintió.
('sta voz publicando el buen teato que la habia dado el
almirante Hood. Lapo)'pe sirvió como general de diyision
en Italia dm':llllc los aoos 1799 v 800. En 1802 le cn-
,'i:1ron Ú San,to Domingo y á su y,~lelta le cogieron pl'isio-
nCt'O loslnglcses)' le llevaron á POl't3111outh, pel'o aunque
fue rangeado despues, no volvió á entrar en actiyidad.


1 .J nall Francisco CO(Iuillc DlIgolUmicl' nadó en la




446 NOTAS
Isla de la Guadalupe en 1756 y entl'ó Ú senil' de edad de
trece años con muy buenas disposiciones que le hicicl'oll
adelantar en su carrera y obtenel' la cruz de San Luis;
pero habiéndole reformado, se retil'ó á la Martillica, don-
de tenia posesiones, considerables. Resentido de su refor-
ma sedeelaró en los principios de la revolucion uno de
sus mas al'dientes partidal'ios, y le hicieron comandante
de la guardia nacional de la isla. Tuvo la imprudencia de
armar á los negros quienes le pusieron mil veces á riesgo
de perder la vída y al fin tuvo que refugiarse á la metro-
poli, donde llegó en 1792, solicitando auxilios en favor
del partido patriota de la l\Ial'tinica. No era posible dár-
selos en aquellas cil'cunstancias y así no le quedó otro l'e-
cur~o que tomar una pal'te activa en ellos. Puhlicó una
carta intitulada .bli profesion de fé, en que esponia los
motivos desu amOI' á la libertad y la igualdad. Aunque le
nombraron diputado á la convencion por la l\1al'tinica,
prefil'ió el servicio de las amlas y le emplearon como ge-
neral de bdgada en el ejél'cito de Italia. Ya hemos visto
en el testo como se condujo en elsítio de Tolon cuando
le dieron este mando, y solo nos resta añadir' que no
tomó pal'te alguna en las cl'ueldades que se siguíel'On ú
él, antes bien interpuso inntilmente su mediacion con los
rel)J'esentantes en favor de aquellas victimas. El buen éxi-
to de aquel sitio le valió el mando del ejército de los Pi-
rineos Ol'ientales y desde el mes de abril 1794 atacó á
los Españoles que amenazaban la frontera de Francia ,
hasta las puertas de Pel'píñan. Ilecibió una hel'ida muy
grave en el ataque del fuerte_de San TellLlo. Tomó á Co-
Jliouvre y á pesar del bárbaro decreto de la convcncion
para que no se hiciescn pl'isioncl'os ti los Espaüoles, él
sc conformó con las leyes de la gucl'fa. Postel'iol'mente
quiso dar una batalla genel'al cerca de San Sebastian, y
en ella le mató una bala de olms el 17 de noviembre de
aquel mismo año. Su nombre fué inscrito en la columna
del Pantheon.




DEL TRADUCTOR. 447


PACINA 595.


ü Pascual Paoli nació en Génova el año 1726 y des-
pues de haber recibido una buena educacion , le envió su
padre á Córcega donde se le nombl'ó comisario general
de toda la isla aunque no tenia mas que 29 años. Este
destino equivalía ú una especie de reinado democrático
por que disponia oe todo. Fundó una administracion re-
gular en aquel pueblo indisciplinado, creó un pequeño
ejército y fundó una universidad para suavizar las costUln~
hres con la cultura de las ciencias v bellas letras. Puso


..


freno ú los frecuentes asesinatos y tuvo el arte de hacerse
t.emer y adorar de los ciudadanos. Sostuvo laindependen-
cia de los COI'SOS contra los Genoveses é hizo cuanto pu-
do por oefcndel'la tambien contra los Franceses cuando se
apoderar'on de aquella isla en 1769. Entonces se refugió
en Londres, donde le miraron como al legislador y de-
fcnsOl' oc su patria. Veintc años despues cuando estalló
la rcvolucioll fl'::mcesa felicitó á la asamblea nacional de
habcr hecho de la Córcega una provincia francesa. Pasó
ú esta isla en 1790 donde afectó gran celo pOI' el pal,tido
de los rcyolucionarios y desde allí vino á Paris, donde
Lamlyette le l)('escntó á Luis XVI y su presencia causó
cierto entusiasmo popular. Cuando se restituyó á Córcega
le nombraron comandante de la guardia nacional y pre-
sidente dcl departamento. Todo el año de 91 y 92 conti-
nuó conformándose en la apariencia con los principios de
la revolucion, mas en 1793 principió á sospecharse que
todo aquel cclo rcpublicano no era mas que una másca-
ra pal'a encubrir susanliguos proyectos, y habiéndole ci-
tado la convencion á la barra, donde se guardó muy bien
de ,'eni!' , le declaró traidor á la patria por haberse qne-
rido hacer soberano de la isla bajo la proteccion de los
Ingleses. En efecto, ya que no se nombró sobel'ano, á lo
menos tomó el título de generalísimo de la Córcega. Ha-
bia estado muy relacionado con la familia Bonaparte, que
tomó un partido contrario y tUYO esta que refugiarse en




'. 1. 1,) 'I·"~ NOTAS
'Jal'sclla estando to(l:l\'ia Napoleoll en (~d;\d 11l1l~ tiel'lIa.
Paolí para alil'lnar la insnrr('crion <le los Corsos I('s PI'OIl\('-
lió el apoyo de la Inglat81Ta y en ('feeto t'aeilitú ('1 d(~s('1Il
barco que hiciel'OH los lllgleses en la isla eH ('e})!'('J'() tit-
t 7~H, Durante algun tirmpo tnvi('ron estos mucha (,oíl~~i­
(lel'acion con Paoli v hasta se colocó su hnsto en la sala
dei parlamcnto de llastia ; pCl'O no cont(~nto eOIl la auto-
ridad que le dejaban, se enemistó con el vil'ey Ellio! ~:
}1l'ell,'ió ('cnunciar ú ella y sc r('til'ó Ú Londl'C's, dondf' mll'-
rió poco tiempo despu('s,


6 El General O'Hara habia sido gobcl'nadol' de Gi-
hmltal' y desempeñado tambien v~H'ias comisiones diplo-
múticas cnando le sucedió ('sta (lrsgl'acia <le ql1C' hn\)la Pi
texto, y el sargento que le cogió no fué otl'O que el ma-
riscal Suchet , quc senia en el.j,. o hatallon del Ardcche.
Le llevaron ú París y le enccl'l'aron en el LuxcmlJlll'go,
donde tuvo bastante que sufrir con los espias que habia
pn todas las eál'celcs. Un dia les dijo cara ú cara: «En ln-
« glatclTa podemos decir, el rey Jorge es un loco; pero
( vosotros 110 podcis deci¡' illlpllllrlllcntc Holwspicl'I'c es
« un tígl'e.)) Luego quc lc cangeal'Oll volvió {\ su gobierno
de Gibraltal'.


PAGINA 5UG.


7 Muil'on de resultas de esta hazalia de qne hal)Ja (>1
texto fué admitido pOI' edecan del general Bonapal't.e que
le quiso mucho, le lIe\'ó cOllsigo ú Italia donde le lllf'l'e-
ció muchos elegios pOI' su brillante conducta en el sitio
de l\Iantlla, y luego le matal'on ú su lado ell el campo tlf'
hatalla de Arcole.




DEt TRADUCTOR. 4",9


PAGINA 596.


8 Cristobal Salicetti nació en Bastia el añü17fJ7 de
una familia antigua originaria de PLasencia, que se expa-
t¡>ió de resultas del t1'iunfo de los Guelfos contra los Gi-
belinos. Luego que concluyó sus estudios en el colegio
de los Barnabitas de Bastia, pasó á estudiar la jurispru-
dencia á la universidad de Pisa, y despucs se recíbió de
abogado en el consejo snperiOl' de CÓI'cega. Era gran
partidario de la libertad de su pais y habia tenido rela-
ciones con Paolí, que se hallaba entonces refugiado en
l .. ondres. En 1789 le nombró el estado llano de Córcega
diputado á los estados genel'ales, y cuando haLló en ellos
por primera vez fue par'a presentar las súplicas de la CÓI'-
cega de reunirse á la Francia, cosa que consiguió l~lCil .
mente, y tambien que se llamase á Paoli , á quien se nom-
bró comandante de la guardia nacional de CÓl'cega. To-
das las ideas que manifestó, asi en aquella asamblea co-
mo en las comisiones fueron cscesivamenle liberales,
sin que se disminuyese nada su ardor cuando volvió des-
pues de diputado á la convencion, donde fue uno de los
regiciuas. A poco tiempo empezó ú dal' cuidado aqnf'l
mismo Paoli (V. Sil nota) que protegido por el partido in-
gles intentaba hacerse generalísimo de Córcega y sus-
traeda del dominio fl'ances. Enviar'en ú Salicetti de l't~­
presentan te alli , pel'o tuvo que salir huyendo de su anti-
guo amigo y se vino á la Provenza á reunir con el ejército
del general Carteaux, que estaba encargado de sugetal' ;'¡
Marsella. No tardó en lIegarle el nombramiento de co-
misionado en el Mediodia juntamente con Banas, Fre-
ron, Robespiene el menOl' y algunos otros, que tanta
sangre derl'amal'on en aquella desgraciada ciudad. Desde
allí le envial'On al ejército de Italia y )'a yernos en el tex-
to que se halló pl'esente á la toma de Tolon, donde ejel'-
eió ma)"ores rigores.


Luego que cayó el partido de la :Montaña se le mandó
alTestal' pOI' terrorista y solo se le puso en libertad en


VI.




NOTAS


yil'tml de la amnistia que publicó la convencion el último
dia de sus sesiones. En febrero ue 1793 le nombró el
directorio representante ccrca uel cjército de Italia,
mandado por su paisano Bonaparte; pero no eran ya
aqurIlos reprf'sentantcs que hacian temblar á los gene-
rales y disponian de su I'eputacion y de sus cabezas: al
contl'al'Ío, Salicetti no fue mas que el prime.' corte~n()
del futuro emperador. Cada carta suya al directorio era
una lf't~mia de elogíos, que prescindiendo oc )a adula-
cion, eran nlU~' merecidos. Hecha la paz en Italia le en-
viaron ue comisionado á Córcega, donde se le eligió en
1797 diputado al consejo de los 500, yen (q se deelal'ó
por el partido del di.'ectorio en toda aquella larga lucha
que los cuerpos legislati'ws sostu\'icl'on coutl'a el podcl'
ejecutivo, y continuó siendo constanlcmcnte re\'olucio-
nario y jacobino. Cuando llonaparte se apoderó del man-
do en Saínt Cloud , quiso Sieyes deportar á Salicetti y le
puso en la lista que se presentó al p,>imel' cónsul, mas
este borró con su propia mano el nombre de su paisano
y le recibió con bastante fayor. En t 800 le nombró mi ..
nistI'o estl'aorrlinario en Luca para presidir al estableci-
miento de una nueya constitucion en aquella pequeña
república. Desde allí pasó con el mismo título á Génova,
pero se hizo tan aborrecible por sus exacciones que no
obtuyo el menor influjo, á pesar del fa"or del que ya el'a
empel'ador, quien le babia nombl'ado comandante de la
legion de honol', y mandado \'cnir :í Pal'is. Púsose en
camino en 1805, mas al Hegar á un sitio que llaman el
paso de la Boccheta le salió un bandolero nombrado Mai-
no, :i quien conocian con el apodo del Emperador de illa-
reluJo, y este le quitó la cruz y 50 mil francos que lleva-
ba en 01'0. Al año siguiente cuando José Bonaparte subió
al trono de Nápoles, le nombró ministro de policía gene-
ral )' pCI'siguió á muchas familias que se sabia eran pal'ti-
uarbs d(' la corte ue Palermo. lntr'odnjo alli el atroz sis-
tema de los agentes proyoeadores que costal'OIl la "ida ú
muchos inca usos y un geueral puedc decil'5e que Ja po-
licia de SalÍfeui fue mas do torro!' que de protecdoll, Es




DEL TlL\n,UCrOH. 451
~lc advcl'til' que José llonaparte habia sido en Otl'O ttcFnpo
secretario Sll~'O, y asi no es esll'año que le nombrase
ministro dc la guet'ra á pesar de que el rey se lo tenia pl'O-
lolletldo al generall ... amarque. AumcnLóse como er'a natu-
ral su influjo en el consejo, pCI'O tambien el ódio que le
tenian los naturales, en términos que I'cS()lvi;et'on alga,-
\lOS de ellos minar la casa que habitaba y yolal'la con un
han'il de pólvol'a. POI' fortuna su)'a cuando se hizo la cs-
plosion acabaha de salir del cuarto de su hija que se ha-
hin casado poco tiempo antes con el pr'íncipe Torella , y
fue sepultada entre los cscombros, aunque se la pudo
sacal' COll \'ida. l;'ucl'on descubiertos y castigados los cul-
pables, pel'O 110 dejó de hablarse de la poca prevision de
su poliría (]UC no sabia siquiera presenal' su casa. Cuan-
do José ,'ino á España quedó Salicetti gobernando el reino
de Nápolcs hasta la llegada de Mural, quien le continuó
pOI' algun ticmpo el ministerio de la gucn3. Mas querien-
do aquel tenerle en la misma depelldencia que habia te-
Il¡do á .José, se incomodó MllI'aL y le quitó el destino pa-
l'a d:',,'scle al gcue¡'al tl~ylltel'. Yínose á París ú bUSC3l'
proteceion en la reina Cal'Olina , muger de l\hll'at, y aun-
que Napoleon le recibió con bastante aspereza, por fin
mandó qne \'olviese ú .Nápoles con illSll'Uceioues bien po-
sitÍYas de SOSl('llCl' el partido ft'ances COlltl':l la honf'Osa
mania que hahía illdkado Mural de prefel'Íl' el partido
nacional. UIlimamente le nombró Napoleon miembro de
la Consulta que deuía tomal' posesion de Roma en 1509,
Y poco deSplH'S de su vuelta mUl'ió de un cólico nefl'iti-
co de resultas de hab('l' comido demasiado en casa del
ministro de policía Maghrlla.


!) ~Iariglli ('1':1 un olicial dl~ b COIUllHU de l\Iagun-
ela, que ya se hahia distinguido ('n ('\ Bhin , é hizo pt'o-
<ligios dt' valor en la guel'ra del V Plldéc. Ya puede snpo-
1Il'I'Se que 110 pertenecl'ría al partid,) de los jacohinos




NOTAS


exallados, pOI' lo cual, aunque los representantes le nom-
braron pl'Ovisionalmente general de brigada de resultas
de una hazaña, el ministro Bouchotte no q,lliso confirmal'
el despacho. Mas al fin rué tanto lo que hizo para mere-
cerle, q ne n6 se le pudo reusar; pCl'O llegó paI'a él tan
tarde aqu~lla gl'acia, que al I día si«nientc le mataron en
las inmediaeiones de Durlal .


. FlN DEI, TOMO SESTO,




TABLA
DE LOS


CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


CAPITULO PRIMERO.
Llegada y I'ecibimiento que tuvieron en París los COllllSIOna-


dos de las asambleas primarias .. - Retirada del ejército del
Norte del campo de Cesar.- Fiesta del aniversario del 10
de agosto é inauguracion de la constitucion de ::: 793.-
Providencias estraordinarbs de salud pública. Decreto en
q.ue se manda el levantamiento en masa. Medios que se to-
maron para asegurar su ejecucion- Institucion del Gra/lI
Libro; nueva organizacion de la deuda pÚbJica.- Présta-
mo forzado. Pormenores sobre las operaciones económicas
de aquella época.- Nuevos decretos acerca del má.xú71um.
Decretos contra el Vendée, contra los e~trangeros y con-
tra los Borbones. pago 3.


CAPITULO 11.


Movimiento de los cJcl'citps cn agosto y setiembre 1793. -
Traicion de Tolon quc se entregó á los Ingleses.- Derrota
de 40,000 hombres del Vendée en Luzon. Plan general de
campaña contra el Vendée. Disensiones de los genel'ales re-
publicanos sobre este teatl'o dc la guerra.- Operaciones
militares en el norte. Sitio de Dunkerque por el Duque
(le York.-Victoria de Hondtschootte. Gozo estraordinario
que ocasiona en Francia.- Nuevos reveses. Derrota en
Mellin, en Pirmasens, cn Perpiñan, y en ¡ Torson en el
Vendée. Retirada de Cauclaux sobre Nantes.-Alaques con-
tra la comísion de salud pública.- Establecimiento del go-
biano revoluclonario.-- Decreto (Iue organiza un ejército
revolucionario de 6000 homhres.-Ley contra los sospe-
chosos.- Coneentracion del podel' dictatorial en la comi-
!lían de salud públiea.- Proceso de Custine, su condcna-
cían y suplicio.- Decreto de acusacion contra los girondi-
nos, arrcstl) de 73 miembros de la convencion G7.


CAPITULO III.


COlltílluacioll del sitio de Lvoll. Toma de la ciudad. Decreto
terrible contra los Lyoues'cs inslIt'I'eC'ciollados.- Progresos




del arte de la guerra;influjode Cal'Oot.-Victoriadc \Vatig-
nies. Levantamiento del hloqueo de Maubeuge. -Vuelven á
principiar las operaciones eH el Vendée. Victoria de Chollet.
Huidas y dispersion de los del Vendéc del otro lado del Loira.
Muerte de la mayor parte de sus principales gcfes.- Descala-
bro en el Rhin. Pérdida de las lineas de 'Vissemburgo. 177.


CAPITULO IV.


Efectos de las leyes revolucionarias; proscripciones en LYOll,
en Marsella y Burdeos. - Persecuciones contra los sospe-
chosos. Interior de las cárceles de Paris ; estado de los pre-
sos en la Consergeria. - Separan á Maria Antoneta de su
familia y la trasladan á la Consergeria ; tormentos que la
hacen sufrir. Conducta atroz de lIebel't en el proce:>o de
esta Señora ante el tribunal revolucionario. La condenan á
muerte y se ejecuta la sentencia. - Pormenores de la causa
y suplicio de los girondinos. - Suplicio del dll(Jlw de 01'-
leans , de BaiHy y de Madama Roland. - Terror genera1.
Segunda ley del máximum. - Agio, falsilicacion de un
decreto hecha por cuatro diputados.-Establecimiento del
nuevo sistema métrico y del calelldal'io republicano.- Abo-
Jicion de Jos antiguos cultos; abjuracion d~ Gobcl , obispo
de Paris. Fundaci0n del culto de la razono 2.39.


CA·PITULO v.


Vuelta de nanton. - Divisiones en el partido oe la montaña,
Dantonistas y Hehel'tistas. - Politica de Hobespierre y de
la comision de salud pública. - Acusado Dantoo en los ja-
cobinos se justifica y le defiende Rohespierre. - Abulicio!)
del culto de la RazOlJ. - Ultimas correcciones que se aña-
den al gobierno dictatorial l'evoluciuuario. - Eueq;ia de la
('omision contra todos los partions.- Arresto de Vincent, de
Ronsin y de los cuatro diputados que fueron autores del fal-
so decreto, y el de los pl'esuntos agentes estrangeros. 341.


CAJ)lTCLO YI.
Fin oe la campaña oe 1793. - Maniobra de Hoche en lus Y05-


gos. Retirada de los Austriacos y Prusianos. Levantamien-
to del hloqueo de Landau. - Operaciunes ell el ej(;rcito
de Italia. - Sitio y torna de Tolon por el eji~rcito republi-
cano. - Ultimas comlMtcs v reveses en los Pirineos. -. Es-
cursion de los del VClld(~e {id otro lado del Loil'a. Multitud
de combates; reveses del eji·n.:ito republicallo. Derrota de
los del Vendée en MaFts y su completa destruceion en Sa-
venay.-Ojcadagcncral sobre la campaña de I79'{. 381.




.. -.


INDICE DE LAS NOTAS BIOGRAFICAS
CONTENIDAS EN :ESTE TOMO.


Antiholll pag 335. Jourdan pago 162.
Antonellc 336. Kilmaine . 59'
Audoin 59' Lacase:. 334·
Autichamps . 23 7' Laplanche 32 7.
Beallplly. 235. Lapoipe 4!.5.
Beallre~ard . 23/ •. Laporte 153.
Boursault 37!)' La Trimouillc 236.
Carnot 61. Lcchelle 17 1 •
Ca,.,.,aigne 168. Luxe . 337·
Chateilllucllf. 232. Maignet 23 I.
Challcel . 235. Mainvielle 334·
Colloredo 233. Maribon Montaut 328.
COUpl~ 379' Marigni 1.5 I.
Desjardins 233. Mazuel. 380.


,


. Dessaix i. 164· l\li<:baud 167.
Doppct 15[ •. Michonis . 333.
Dubois 167' Muiron 41.8.
Dllgommier. 445. O'Hara. 448.
Duhollx . 169' Nicolas 22.9·
Dumuy 229' Paoli 447·
Dllpl'at 335. Pel'ignon 168.
DUqU(:'SllOt<; . 2:)l¡. Pichegrú 443.
Fabre. 168. Reverchol1d 154.
Foucbé 329' Roirand 157.
FOlmIuicl' Tinville 172 , Salicetti 447·
Freitag 157. Simon. 333.
Gillet. ~,35. Souham 157.
Gobel 338. Thevenot. 336.
Goupilleau 156. Touncq 156.
Grollchy. 16!). Tro"otT .. .. b 1 ::>::>.
Haxo. 17I. Tronzon Ducolldray 17 5.
Hedoll v ilIe 161. Van-den 1 ver 379·
Hoche. 158. Vaubois 233.
Hoffmanll 172. 'Valdeck 238.
Isabeau 332. Walmoden 162.
Javognes. '2 ?!).